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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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MANUEL MARÍA FERNÁNDEZ TEIXEIRO [11.403]

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Manuel María Fernández Teixeiro 

Más conocido como Manuel María (Outeiro de Rei, 6 de octubre de 1929 - La Coruña, 8 de septiembre de 2004) fue un poeta español en lengua gallega, destacado por su carácter combativo y su compromiso político. Entre los temas de sus poemas destacan el amor, el arte, el compromiso político, la denuncia de defectos, la etnografía, la física, la historia, la inmaterialidad, la mitología, el mundo animal, la palabra poética, el paso del tiempo, la religión, la sociedad, la lengua, los trabajos agrarios, el urbanismo o la geografía.

Manuel María era hijo de dos labradores acomodados, Antonio Fernández Núñez y Pastora Teixeiro Casanova. En 1942 se trasladó a Lugo para estudiar el bachillerato, y en esta ciudad comenzó su precoz carrera literaria participando, a la edad de veinte años, en el ciclo de conferencias "Jóvenes valores lucenses", con el que entró en contacto con los integrantes de la tertulia del café Méndez Núñez (Luis Pimentel, Ánxel Fole, Juan Rof Codina...), que le pusieron en contacto con el galleguismo.
En 1950 publicó su primer poemario, Muiñeiro de brétemas, con el que se inauguró la denominada "Escola da Tebra" ("Escuela de la Tiniebla"). En 1958 se instaló en Monforte de Lemos (Lugo), ciudad en la que permaneció durante la mayor parte de su vida, como procurador de los tribunales y a la que dedicó un poemario (Cancioneiro de Monforte de Lemos); al año siguiente se casa con Saleta Goi. En los agitados año sesenta y setenta, Manuel María participó en la reorganización política, en la clandestinidad, de los partidos nacionalistas gallegos, al tiempo que colaboraba con numerosas organizaciones dedicadas a la recuperación de la cultura gallega impartiendo conferencias y recitando poemas.
Presentó también la Nova Canción Galega. Siendo la poesía su género preferido, incursionó también en el ensayo, la narrativa y el teatro. Pasó de una postura existencialista pesimista hacia el compromiso social y político.
En 1979 fue elegido concejal de Monforte por el Bloque Nacional Popular Galego, pero en 1985 abandonó su cargo público y, sin dejar nunca la militancia política, se dedicó por completo a la actividad literaria y cultural, asentándose en La Coruña. Una de las últimas campañas con las que colaboró fue con la de Burla Negra y la Plataforma Nunca Máis a raíz del desastre del Prestige.

Curiosidades

El comité de estudiantado de la Facultad de Filología de la Universidad de La Coruña, tras un incansable trabajo, logró que el aula 1.1 pasase a denominarse Aula Manuel María, en honor al poeta y a su profunda colaboración con la facultad y el comité de estudiantes en particular. La apertura popular organizada por el comité se llevó a cabo el 22 de octubre de 2008 con la presencia de poetas gallegos amigos de Manuel María como Marica Campo o Lois Diéguez y de su viuda Saleta Goi.

Obra

Obras poéticas

1950, Muiñeiro de brétemas
1952, Morrendo a cada intre
1954, Terra Cha
1954, Advento
1957, Auto do taberneiro. 4 ventos
1958, Documentos personaes
1960, Sermón para decir en cualquier tiempo (en castellano)
1961, Auto do labrego. Céltiga, 4
1962, Libro de pregos
1962, Contos en cuarto crecente e outras prosas
1963, Mar Maior
1964, "A poesía galega de Celso Emilio Ferreiro", Grial, 6
1965, "As augas van caudales" Grial, 9
1966, "Os alugados" Grial 14
1967, "Raimon, poeta de noso tempo", Grial, 18
1968, Proba documental
1968, Os soños na gaiola
1968, Barriga Verde
1968, Noticia da vida e da poesía de Xosé Crecente Vega
1969, Versos pra un país de minifundios
1969, Versos pra cantar en feiras e romaxes
1970, Remol
1970, Canciós do lusco ao fusco
1971, A Rosalía
1971, 99 poemas de Manuel María
1971, O Xornaleiro a sete testimuñas máis
1972, Odas nun tempo de paz e de ledicia
1973, Aldraxe contra a xistra
1973, Informe pra axudar a alcender unha cerilla
1973, Laio e clamor pola Bretaña'
1973, Cantos rodados para alleados e colonizados
1976, Poemas para construír unha patria
1977, O libro das badaladas
1977, Poemas ó outono
1978, Catavento de neutrós domesticados
1979, As rúas do vento ceibe
1982, Escolma de poetas de Outeiro de Rei
1982, Versos do lume e do vagalume
1985, O camiño é unha nostalxia
1984, Cantigueiro do Orcellón
1984, A luz resuscitada
1986, Oráculos para cavalinhos-do-demo
1986, Ritual para unha tribu capital do concello
1988, As lúcidas lúas do outono
1988, Sonetos ao Val de Quiroga
1989, Saturno
1990, Cancioneiro de Monforte de Lemos
1991, Compendio de orballos e incertezas
1991, Hinos pra celebrar ao século futuro
1992, Panxoliñas
1993, Os lonxes do solpor
1993, Antoloxía poética
1993, A primavera de Venus
1993, Poemas a Compostela
1994, Cantigas e cantos de Pantón
1994, Poemas para dicirlle a dúas lagoas
1996, O Miño, canle de luz e néboa
1997, Sonetos á casa de Hortas
2000, Brétemas de muiñeiro
2000, Camiños de luz e sombra
Obras dramáticas[editar]
1957, Auto do taberneiro
1961, Auto do mariñerio
1970, Barriga verde
1976, Unha vez foi o trebón
1979, Aventuras e desventuras dunha espiña de toxo chamada Berenguela
1979, Auto trascendental do ensino tradicional
1979, Farsa de Bululú












Yo soy para mí
Todas las interrogaciones,
Todas las estatuas,
Todos los misterios
Y todos las cumbres heladas del evangelio.
Tus ojos me contemplan
En la impura plata de una sombra
Que muele el viejo semblante
Que borra lo indecible de esta muerte
Llena de agonías y de lágrimas.



Eu son para min
toda-as interrogacións,
todal-as estatuas,
todol-os misterios,
e todal-as cumes xeadas de evanxeos.
Os ollos contémprame
Na impura prata dunha soma
Moendo ó vello sembrante
Que borra ó indecible desta morte
Chea de agonías e de bágoas.

Es el poema final del libro “Muiñeiro de brétemas”, publicado en 1950. Manuel María tenía entonces 21 años.





CANCIÓN  PRA CANTAR TODOS OS DÍAS

Hai que defender o idioma como sexa:
con rabia, con furor, a metrallazos.
Hai que defender a fala en loita rexa
con tanques, avións e a puñetazos.

Hai que ser duros, peleóns, intransixentes
cos que teñen vocación de señoritos,
cos porcos desertores repelentes,
cos cabras, cos castróns e cos cabritos.

Temos que pelexar cos renegados,
cos que intentan borrar a nosa fala.
Temos que loitar cos desleigados
que desexan matala e enterrala.

Seríamos, sen fala, unhos ninguén,
unhas cantas galiñas desplumadas.
Os nosos inimigos saben ben
que as palabras vencen ás espadas.

O idioma somos nós, povo comun,
vencello que nos xungue e ten en pé,
herencia secular de cada un,
fogar no que arde acesa a nosa fe.






ROSAS 

SEMPRE a rosa. Sempre:
a forma,
a cor,
o recendo,
a luz,
a perfección da rosa.
Prefiro a rosa vermella.
E amo a rosa branca
porque, cando lle digo
simplesmentes: ROSA,
entrecerra os ollos,
treme
e ruborece.








O ARADIÑO

Labrado da miña mau
Fixen coa miña navalla
Un aradiño de pao...
Leva timón e chavella
!e unha rella furadora
Feita cunha lata vella!
Ten orelleiras, rabela
Tan luída e rematada
!que namora mirar pra ela!

O meu arado e tan feito
!que pode incluso esfender
labradíos a barbeito..!

!Teño xa que darlle estreno
ó meu arado arador,
ó meu arado pequeno..!

!E non sei ónde hei de ir
busca-los bois que preciso,
busca-los bois pra xunguir!





ÁNXEL FOLE [11.404]

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Ánxel Fole

Ánxel Fole (Lugo, 11 de agosto de 1903 - 9 de mayo de 1986) fue un escritor gallego que escribió en gallego y castellano que cultivó todos los géneros literarios (narrativa, poesía, teatro y ensayo), aunque debe su fama a sus libros de cuentos, recogidos en cuatro volúmenes. Perteneció, junto a Álvaro Cunqueiro y Rafael Dieste, a la generación de escritores gallegos formados antes de la Guerra Civil.
Estudió en el colegio de los Padres Maristas, luego en el Seminario y obtuvo el bachillerato en el Instituto de Lugo en 1917. En la adolescencia descubrió a los poetas románticos españoles José de Espronceda y Gustavo Adolfo Bécquer y a partir de entonces se dedica a la lectura con pasión. De la literatura gallega leerá pronto los poetas del Rexurdimento, fundamentalmente Rosalía de Castro y Curros Enríquez. También se entusiasmará con Valle-Inclán y Antonio Machado. Álvaro Cunqueiro, compañero de instituto, fue un gran amigo suyo.
Inició la carrera de Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid, con la idea de hacerse notario pero luego se traslada a Santiago de Compostela, hasta 1933, sin llegar a obtener la licenciatura por problemas económicos y también porque se interesaba más por la literatura y la vida estudantil que por sus estudios académicos.
Comenzó a dedicarse al periodismo, que no abandonaría nunca del todo. En 1931 inauguró en el periódico lucense El Progreso la serie «Cartafolio de Lugo», que se mantendría a lo largo de los años. En 1932 funda y dirige, también en Lugo, la revista literaria vanguardista Yunque, en la que se publicaron por primera vez los poemas gallegos de García Lorca. En 1933 se convirtió en redactor del periódico vigués El Pueblo Gallego, en el que publicó su primer artículo en gallego al año siguiente. Fue corresponsal en Lugo de la agencia de noticias Febus, más tarde transformada en EFE. En 1936, comenzada ya la Guerra Civil Española, continuó con la edición de la revista compostelana Resol, lo que le supuso un gran riesgo.
Precisamente a causa de la guerra no se llegó a publicar su primer libro de relatos «Auga Lizgaira», que estaba ya en la imprenta para ser editado en 1936. El texto se perdió y actualmente se conocen solamente dos de sus relatos, que había publicado en la revista Nós, y uno que había aparecido en El Pueblo Gallego.
Al término de la guerra, opta por no exiliarse, como otros escritores como Dieste, pero se vio sometido a un total ostracismo interior. En 1941 deja Lugo para vivir en el campo (Quiroga, O Incio y O Courel) y publica sus dos primeros libros de cuentos, «Á lus do candil» (1953) y «Terra Brava» (1955), y la pieza teatral «Pauto do Demo» (1958). Sus otros dos libros de relatos son «Contos da néboa» (1972) e «Historias que ninguén cre» (1981). A pesar de su retiro al campo, continuó colaborando en la prensa. En 1953 retornó a Lugo, dónde se establece definitivamente. Ingresó en la Real Academia Gallega el 5 de octubre de 1963, día de San Froilán (patrón de Lugo). En 1984, obtuvo la Medalla Castelao. En 1997 se le dedicó el Día de las Letras Gallegas y se emitió un sello de correos en su honor con una caricatura de Siro López.
En su narrativa, heredera de las de Álvaro Cunqueiro, Castelao y Otero Pedrayo, Fole presenta la geografía de los lugares de montaña en los que vivió, así como los trabajos, costumbres, diversiones, etc. de sus habitantes a mediados del siglo XX. La lengua de sus relatos recoge el habla popular e incluye abundantes vulgarismos, hipergalleguismos y dialectalismos, peculiares de las zonas donde sitúa los hechos que cuenta. Sus escritos acercan una información etnográfica y antropológica fundamental de en medio rural gallego antes de la llegada de la mecanización.






ROJO

Roja,roja, roja, roja..
va la falange de obreros ...
sus rosas de rebeldía 
–rojas flámulas al viento– ,
mojadas por la marea
azul del azul del cielo,
sangran en plazas y calles
como el corazón del pueblo.
Rojos gritos de protesta
van lanzando los obreros. 
Venablos de su iracundia
hinchan el aire de estruendo,
No son falanges airosas
con militares atuendos
_finos corceles piafantes,
tensa la curva del suelo
estrépito de metales
y rítmicos pataleos–.
Son falanges de Espartacos,
son los espartacos nuevos 
que, a golpes de hoz y martillo,
forjan el futuro pueblo.
–Explosiones de coraje
con alaridos de acero–;
cantan, cantan cantan, cantan
van cantando los obreros
–oda triunfal de martillos
sobre los yunques batiendo– ,
mientras las rojas banderas
abren su cálido vuelo...






Romance de la Muralla 

¡Ilustres piedras romanas,
torreones del silencio,
que en mudas hostilidades
ganáis batalla al tiempo!
Perpetuamente resuenan
con vano brío en tu cerco
negra Jericó de piedra,
trompetas de lluvia y viento.
Estupenda vanidad
de los hombres que te hicieron.
Babilónica demencia
rematada con acierto,
ya que al cerrar la ciudad
puertas al campo pusieron...

Da la una...Ya ha salido
de su "furaca" el mochuelo.
Con su grito de diamante
traza rápido y certero,
sobre el vidrio de la noche,
trayectorias al misterio.
Por tejados y bufardas
la lujuria arma trebejos,
arma escándalos felinos,
zapatiestas y retruécanos.
Luna blanca, blanca luna,
luna de níquel...Los perros,
con sombras, frío y ladridos,
fabrican distancia y miedo.
En tan soledosa hora,
en una estampa de hielo,
aquella truncada almena
es un enigma estupendo...
¿Pesadilla de un neurópata?
¿Descoyuntado esperpento?
¿Ardua torre de azabache?
¿O grito de sombra yerto?
¿La fabula de la noche
concita "trasnos" y muertos?
¿Acaso el mago Pipín
manda un mensaje al infierno?
Como mana agua a la fuente,
las piedras manan silencio.






O miragre de Ribadeo

A min sempre me gustou dar unha volta pola fermosa cidade de Ribadeo
 O de fermoso, fermosa, vai máis ben pola paisaxe da Ría. Góstame o apouso con que falan os habitantes da vila ou cidade. Parece mesmamente que todo o mundo vive sen preocupacións económicas. Que gorentan unha vida moi folgada e doada.     Será ou non será...
        Mais agora góstame moito máis Ribadeo dende que tiven a sorte de presenciar aquil Gran Miragre.
       A cousa foi fai poucos anos.
       Non teria tal sorte se non fose amigo de Pepiño o Xaropes que foi quen me levou alá. O de "Xaropes" viñalle de botar algúns anos de mancebo de botica na cidade do Eo. 
       Era farrista e moi amigo de dar bromas pesadas ós do seu trato, foran quen fosen.
       Era il pernudo, loiro, birollo e cuasemente elbado. Decía que na súa persoa había un imán que chamaba polo ausurdo. Que lle pasaban de cote cousas inespricabres e molestas. Poño por caso...
       Vivía en Lugo nun terceiro piso. Chegou a casa ás dúas da madrugada. Non había lus na escaleira. Ripou do peto a caixa de mistos. Soilo tiñan un misto. E na chama do misto acendeu un papeliño que ripara do peto onde levaba a carteira. Cando chegou ó seu dormitorio veulle o acordo de que o papeliño queimado era... un décimo de loería premiado con vinte mil reás. Xa non puido pegar ollo en toda a noite.
       E cecais por tantas cousas ausurdas que lle pasaban tiña o instinto de se vengare de calquera, sin mais razón que a de súa mala sorte, que é razón do Demo, dispensando.
       E fun candiail a Ribadeo, pra escoitar un recital de poemas do noso común amigo o Lías de Moxenas.
       Era iste un mozo ben prantado, con bigote e tamén barba da color da barbadela das espigas do millo.
       Un día do mes de outono, ás oito da tarde, no salón da Cultural Ribadense.
       O Lías de Moxenas foinos cuase decramando un poema do recital polo camiño:
                                                      "¡ Ouh, labrego que verques suor e bágoas
                                                         sobre os pardos torros da chaira infinda!"
       Dito queda que era un cantor inconformista, protestatario, futureiro.
       Uns intres despois de nos baixare do auto, vimos uns picariños que estaban xogando cunha ra grandísima, o Xaropes arrechegouse a iles e vin que lle daba dous pesos ó maís grandiño pola ra. E meteuna no peto da chaqueta ¿Que?
       E logo vin, ó poñer todos nós o pé na Cultura, que a metía no peto da chaqueta do trovador.
       O señor que presentou ó Moenas dixo que era un inspiradisimo cantor do máis novo xeito. E de seguida afirmou que os dous poetas meirandes da Historia eran Homero e Pablo Neruda.
       O Moxenas emprincipou o seu recital unha miaxiña nervioso. Pareceume que ollaba pró peto dereito da súa chaqueta. O Xaropes fitaba pra il e sorría como deben de sorrir os raposos cando laplan o sangue da pita, inantes de emboulala.




Diana

¡Rojas banderas en marcha
 el aire claro fustigan!
Quiebran su serenidad
raudos venablos de ira
 ¡Ya no hay llotas  ni parias,
ni bajas frentes sumisas! ...
 Hinche el hondo cielo abierto
un clamor de rebeldía.
Un bronco trueno de pólvoras
sulfúreas luces destila
–en la carne del silencio
 desgarradora mandíbula –.
Rebota, dura y briosa,
la canción vindicativa,
 diana del proletario,
que sus ímpetus hostiga:
la hoz segará cabezas
como granadas espigas;
el martillo batirá,
sobre el yunque, la mentira;
 la estrella de cinco puntas
serenamente escintila.
¡Rojas banderas en marcha
el aire claro fustigan! ...


CLAUDIO RODRÍGUEZ FER [11.405]

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Claudio Rodríguez Fer

Claudio Rodríguez Fer (Lugo, 6 de abril de 1956) es un poeta, narrador y ensayista en lengua gallega e hispanista en lengua castellana.

Empezó a ecribir poesía a los ocho años de edad, bajo la influencia humanística y progresista de su padre. En 1966 inició estudios de bachillerato en el Instituto Masculino de Lugo y, en 1970, su militancia antifranquista en el seno del movimiento estudiantil. Fueron también los años de sus "cine-poemas" y de otros trabajos sobre el séptimo arte, con los que comenzó a colaborar regularmente en El Progreso de Lugo. Desde 1974, cursó la carrera de Filología Hispánica en el Colegio Universitario de Lugo y, a partir de 1976, en la facultad de Filología de Santiago de Compostela, licenciándose en 1978. Fundó la colección de ediciones críticas Clásicos Galegos y dirige la Cátedra de Poesía y Estética José Ángel Valente y el anuario filológico Moenia. Revista Lucense de Lingüística & Literatura, en el seno de la Universidad de Santiago de Compostela. Con Carmen Blanco, coordina Unión Libre. Cadernos de vida e culturas, editados por Ediciós do Castro. Fue catedrático de enseñanza media en Galicia y profesor en las Universidades de la Ciudad de Nueva York, de la Alta Bretaña en Rennes, de Bretaña Sur en Lorient y de Santiago de Compostela, donde hoy ejerce la docencia, así como conferenciante y congresista en numerosos lugares de Europa, América y África.
Su obra poética se caracteriza por el predominio de la temática erótica, el vitalismo libertario y la apertura intercultural en Poemas de amor sen morte (Ubago, Granada, 1979), Tigres de ternura (Reprografía 1846, Compostela, 1981), Historia da lúa (Galaxia, Vigo, 1984), A boca violeta (Sotelo Blanco, Barcelona, 1987) y Cebra (Caffarena, Málaga, 1991), poemarios todos reunidos en Vulva (Libros da Cebra, Compostela, 1990) y antologados en A muller núa (Biblioteca 114, Compostela, 1992), cuatro de ellos con ilustraciones de Carmen Blanco.
Al margen de este ciclo se encuentran los libros Cinepoemas (Xerais, Vigo, 1983) y su trilogía sobre la memoria histórica y el compromiso ético, compuesta por Lugo blues (Concello de Lugo, 1987), con fotografías de Eduardo Ochoa; A loita continúa (Xerais, Vigo, 2004) y Ámote vermella (Xerais, Vigo, 2009), con grabados de Sara Lamas.
Como resultado de sus estancias fuera de su tierra y con ilustraciones de Sara Lamas, publicó Extrema Europa (Positivas, Compostela, 1995), A unha muller descoñecida (Esquío, Ferrol, 1997), Moito máis que mil anos (SKRID, Lesneven, 2000 (edición bilingüe gallego-bretón), Viaxes a ti (Augatinta, Lugo, 2006) (editado también en edición bilingüe gallego-francés como Voyages à toi (AULIGA / Espiral Maior, Culleredo, 2008), y Unha tempada no paraíso (Toxosoutos, Noia, 2010), con amplia introducción de Olga Novo. También publicó poemas objeto, poesía visual y el libro de artista Rastros de vida e poesía (El Gato Gris, Valladolid, 2000) en colaboración con el pintor surrealista Eugenio Granell.
Su obra narrativa fue reunida en Meta-relatos (Xerais, Vigo, 1988), con fotografías de Eduardo Ochoa, y en Os paraísos eróticos (Meubook, Santiago de Compostela, 2010), con ilustraciones de Sara Lamas. En forma suelta dio a conocer A muller loba (Castromil, Vigo, 1993), "A puta filósofa" (Contos de cine, CGAI, A Coruña, 1996), "A raposa boreal" (Unha liña no ceo, Xerais, Vigo, 1996) y microrrelatos en Contos eróticos (Xerais, Vigo, 1990).
Reunió toda su obra narrativa en Contos e descontos (Toxosoutos, Noia, 2011), incluyendo los inéditos "Prometeo adolescente" y "O neno que non quería ir á guerra", y toda su obra poética verbal (doce libros) en Amores e clamores (Ediciós do Castro, Sada, 2011).
Sus estudios literarios pretendieron fundamentar y modernizar el análisis literario incorporando los más variados métodos y enfoques integrales, como muestran los libros Poesía galega (Xerais, Vigo, 1989), Arte literaria (Xerais, Vigo, 1991), Comentarios de textos contemporáneos (Xerais, Vigo, 1992), Comentarios de textos populares e de masas (Xerais, Vigo, 1994), Acometida atlántica (Por un comparatismo integral) (Xerais, Vigo, 1996) y Guía de investigación literaria (Júcar, Gijón, 1998).
Su tesis doctoral dio origen al libro A literatura galega durante a guerra civil (Xerais, Vigo, 1994) y a las ediciones de Guerra literaria, de Rafael Dieste (do Castro, Sada, 1991), Verbas de chumbo, de Castelao (Sotelo Blanco, Barcelona, 1992), Poesía perdida, de Ricardo Carballo Calero (do Castro, Sada, 1993), Obras reunidas, de Ángel Johán (do Castro, Sada, 1993) y Álvaro Cunqueiro en Ortigueira, de Álvaro Cunqueiro (Consello da Cultura Galega, Santiago, 2011). También sobre la guerra civil, coordinó los volúmenes monográficos de Unión Libre titulados Memoria antifascista de Galicia, Vermellas y A voz das vítimas do 36 (do Castro, Sada, 2004, 2006 y 2008, respectivamente).
Estudió a Dostoievski en la introducción de A lenda do Gran Inquisidor (Xerais, Vigo, 1998), a Antonio Machado en el libro Antonio Machado e Galicia (do Castro, Sada, 1989), a Borges en las obras Borges dende o labirinto galego (Xunta de Galicia, Santiago de Compostela, 2008) y Borges y todo (Escepticismo y otros laberintos) (Del Centro Editores, Madrid) (2013) o a Neruda, Cernuda y Brassens en trabajos diversos. Su intensa relación literaria con el celtismo y personal con los países celtas quedó reflejada en Meus amores celtas (do Castro, Sada, 2010).
Sobre el narrador Ánxel Fole publicó A Galicia misteriosa de Ánxel Fole (do Castro, Sada, 1981), Ánxel Fole. Vida e obra (Xerais, Vigo, 1997), O mundo lucense de Ánxel Fole (Galería Sargadelos, Lugo, 1997) y Ánxel Fole. Unha fotobiografía (Xerais, Vigo, 1997), además de las ediciones Contos de lobos (Xerais, Vigo, 1985), Cartafolio galego (A Nosa Terra, Vigo, 1996) y Obra galega completa (Galaxia, Vigo, 1997). En colaboración con Carmen Blanco, hizo también las ediciones de Con pólvora e magnolias, de Xosé Luís Méndez Ferrín (Xerais, Vigo, 1988) y Os eidos, de Uxío Novoneyra (Xerais, Vigo, 1990).
Especializado en la obra de su amigo José Ángel Valente, elaboró la edición e introducción de las tres ediciones sucesivamente ampliadas de la compilación de su poesía gallega bajo el título de Cántigas de alén (1987, 1989 e 1996); publicó los libros José Ángel Valente (Taurus, Madrid, 1992), Material Valente (Júcar, Gijón, 1994), Valente: el fulgor y las tinieblas (Axac, Lugo, 2008) y Valente vital (Galicia, Madrid, Oxford) (Cátedra Valente, Universidade de Santiago de Compostela, 2012); reunió sus traducciones en Cuaderno de versiones (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2002) y sus artículos en Obras completas. Ensayos (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2008); dirigió el "Encuentro Internacional sobre José Ángel Valente" de 1993 y coordinó los monográficos sobre Valente de las revistas Ínsula, Unión Libre, Moenia y Hablar / Falar de Poesía. También editó Ensayos sobre José Ángel Valente, de Juan Goytisolo (2009).
Fue traducido a diversos idiomas (castellano, inglés, francés, italiano, alemán, ruso, catalán, bretón, árabe) y estudiado por especialistas como Kathleen N. March, Xosé Luís Axeitos, Claude Henri Poullain, Milagros Polo y María Lopo. Además, sobre su obra se publicaron tres libros: Por un vocabulario galego do sexo. A terminoloxía erótica de Claudio Rodríguez Fer (Positivas, Compostela, 1996) y O lume vital de Claudio Rodríguez Fer (Follas Novas, Compostela, 1999 y ampliado 2008), ambos de Olga Novo, y Os mundos de Claudio Rodríguez Fer (do Castro, Sada, 1998), de Natalia Regueiro.
Entre otros reconocimientos, en el campo de la poesía, recibió el Premio de la Crítica Española por Tigres de ternura; en el de la investigación, por dos veces el Premio Losada Diéguez (por Poesía galega y por A literatura galega durante a guerra civil); en el académico, el Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad de Santiago de Compostela y el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de la Alta Bretaña en Rennes, y, en el cívico, la Presidencia de Honra de la Asociación Memoria del Exilio de los Republicanos Españoles en Brest.

Poesía

Poemas de amor sen morte (1979)
Tigres de ternura (1981), Tender Tigers (2012)
Cinepoemas (1983)
Historia da lúa (1984)
A boca violeta (1987)
Lugo blues (1987)
Vulva (1990)
Cebra (1991)
A muller núa (1992)
Extrema Europa (1996)
A unha muller descoñecida (1997)
Rastros de vida e poesía (2000)
Moito máis que mil anos (2000)
A vida. Gravados sobre corpo (2002)
A loita continúa (2004)
Viaxes a ti (2006), Voyages à toi (2008)
Ámote vermella (2009)
Unha tempada no paraiso (2010)
Amores e clamores (Poesía reunida) (2011)

Narrativa

Meta-relatos (1988)
A muller loba (1993)
Belas e bestas (2002)
O muiñeiro misterioso (2005)
A bela mestra (2005)
Os paraísos eróticos (2010)
Contos e descontos (Narrativa completa) (2011)

Estudio y ensayo

A Galicia misteriosa de Ánxel Fole (1981)
Antonio Machado e Galicia (1989)
Poesía galega (1989)
Arte literaria (1991)
José Ángel Valente (1992)
Comentarios de textos contemporáneos (1992)
Comentarios de textos populares e de masas (1994)
A literatura galega durante a guerra civil (1994)
Material Valente (1994)
Acometida atlántica. Por un comparatismo integral (1996)
Ánxel Fole. Vida e obra (1997)
O mundo lucense de Ánxel Fole (1997)
Ánxel Fole. Unha fotobiografía (1997)
Guía de investigación literaria (1998)
Borges dende o labirinto galego (2008)
Valente: el fulgor y las tinieblas (2008)
Meus amores celtas (2010)
Valente vital (Galicia, Madrid, Oxford) (2012)
Borges y todo (Escepticismo y otros laberintos) (2013)

Edición e introducción

Contos de lobos, de Ánxel Fole (1985, 1989)
Cántigas de alén, de José Ángel Valente (1987, 1989, 1996)
Con pólvora e magnolias, de Xosé Luís Méndez Ferrín (1989)
Os eidos, de Uxío Novoneyra (1990)
Guerra literaria, de Rafael Dieste (1991)
Verbas de chumbo, de Castelao (1992)
Poesía perdida, de Ricardo Carballo Calero (1993)
Obras reunidas, de Ángel Johán (1993)
Cartafolio galego, de Ánxel Fole (1996)
Obra galega completa, de Ánxel Fole (1997)
A lenda do Grande Inquisidor, de Fiódor Dostoievski (1998)
Cuaderno de versiones, de José Ángel Valente (2001)
Cima del canto, de José Ángel Valente (2002)
Obra literaria completa, de Ánxel Fole (2003)
Obras completas. Ensayos, de José Ángel Valente (2008)
Ensayos sobre José Ángel Valente, de Juan Goytisolo (2009)
Álvaro Cunqueiro en Ortigueira, de Álvaro Cunqueiro (2011)





Poema Al Encuentro De La Vulva

Abandono de nuevo
el verso por la vida
proteica

abandono la palabra
al encuentro de la vulva.





ÁMAME ANARQUISTA

Ámame anarquista
frenéticamente
mientras desato y suelto
el pañuelo que sujeta
tu cabello
y libero a tu pecho
ya sin freno
ya sin sentido
siempre hacia la frontera
roja y negra
y violeta
ámame hacia la izquierda
cara a cara
hacia la noche
hacia ti
siempre hacia ti misma
Ámame anarquista
mismo contra mí mismo.

“Tigres de ternura” 1.981





Poema Yo Soy El Amor, El Amante Y El Amado 

Libertaria manzana fruta de la vida
te siento dulce y suave en el suspiro:
eres azul ensueño de las rotundas esferas
que armoniza la poesía con camelias sensuales.

Yo quisiera que forjáramos juntos
un lecho de amapolas y violetas
edificando nuestro tiempo en las miradas
que descubren la mujer que hay en Galicia.

Pétalo cada poro eres amapola
de rojas mejillas y suave aroma
a manzanas camoesas. Subversivo rubor
nace de la sangre que nutre tu mar en cabellera
como surge el alecrín en la noche cerrada.

Mujer alegre flor de tojo eres violeta
que quiere crecer libre por los campos
cual retozan los bucles en el pubis y en la frente.
Tú tiñes de color lila mis anhelos
llovidos en común patria nublada.

De tu nación de niebla que comparto
me quedó esta hondura verde y húmeda
me quedó este silencio estas palabras
que hoy te dirijo desde la bruma.

Hay palabras en esta lengua que acarician
como tus ojos de almendra y de vieira
palabras fluviales para un cuerpo de gacela
cubierto de una piel de olas señeras:
Galicia habla en nosotros como la ternura.

Siento agitarse en ti fruta marina
la simiente de la vida en la naturaleza
y soy el pensamiento cuando amo
y soy el sentimiento cuando escribo
y soy el amor el amante y el amado.

De “Historia da Lua”, 1984




Poema Tren 

Lo importante es irnos
y no donde vamos
y nunca llegar más lejos
que antes de partir.




BLUES DA INSUBMISIÓN

Expúlsenme do corpo pero non do teu corpo:
prefiro a túa cadeira á miña cátedra.

Dende o principio do estado estiveron en loira a
paizón e o poder: de amarme faino insubmisa,
cun swing que desco-fleza a palabra submisión.

Vulva de ágata entre zaspes pulidos: ónice que
alimenta a túa obsidiana sobre turquesas vivas,
sen palabras para pétalos.

Nunca aceptarei do seu corpo nada incompatible
ce teu corpo: indómita clasecontra clase de doma.

Aquel fun, este son, ese serei: prefírote cun
laúde ao meu cum laude.

(Extrema Europa, 1996)






ORAINDIK

O destino quizais tracexará no tempo
unha historia de amor ocurrida en lituania
ou unha guerra absurda que me leve lonxe
ou que me leve á morre sen coñecer donosna.
Quizais fenecerei en transilvania de paso
ou nun berlín equívoco arroupado de idiomas.
Non sel se volverei a verte e nen sequera
teño asegurada a rúa lembranza no barro
mais sel que ata é posíbel en ondárroz
aniñar no ten ventre varios séculos fértiles.
Non volver a vernos ou vivir zuntos sempre
son tan so variantes dun azar za cerro.
Ti e mais eu nos zunramos para sentir o intenso
e pase za o que pase cando envelleza en lugo
on morra en bizancio, on sobrevivaen praga
direi se me preguntas con rotunda certeza:
quérore aínda, quérote oraindik.

(A Boca Violeta, 1987)







CADERNO DE PEDRA

Eu coñecin por ti unha cidade aberta
que nunca za se irá de salamanca:
está labrada a lume na pedra e na nostaixia.

A insolaciórs quizais ben os teus olios
albergaron en mio esperanzas de volta
prematura e ilóxica como sorrirme sempre.
A pedra non alberga senón esa nostalzia.

As veces eu re sinto bulir e conmoverme
e sei que non se pode estar nunca máis dentro.
A congoxa tan doce do ten riso ledísimo
e o solpor máis triste dos teus olios tan húmidos
trócanse de sépeto no desacougo incerto
agarimando sombras za pétreo na nostalzia.

Como as ondas que medran no silencio
sintote lonze e perto como gacela fría.

(A boca violeta, 1987)






MARIÀ AGUILÓ I FUSTER [11.406]

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Marià Aguiló

Marià Aguiló i Fuster (Palma de Mallorca, 16 de mayo de 1825 - Barcelona, 6 de junio de 1897) fue poeta y lingüista. Hijo de una familia chueta de buena posición económica, su interés por la cultura catalana se despertó desde su juventud.

Realizó estudios de Derecho en Barcelona. Fue uno de los fundadores de la Renaixença. Fue director de la Biblioteca Provincial de Valencia. Posteriormente, dirigió la Biblioteca de Barcelona. Publicó un gran número de obras clásicas de la literatura catalana, siendo leído por múltiples lectores. A partir de la investigación archivística y del trabajo de campo en los territorios donde se habla catalán recogió una gran cantidad de material lexicográfico, que reunió en su Diccionari Aguiló. 

También escribió un Romancero popular.
La Biblioteca de Cataluña conserva en sus colecciones libros y manuscritos procedentes de la biblioteca Aguiló.
Su actividad poética se basó en el conocimiento profundo de la literatura catalana clásica y las fuentes etnológicas.
El libro Els poetes romàntics de Mallorca incluye cinco poemas de Aguiló: Ramon Llull aconsellant al poeta, Aubada, Esperança, Enamorament impossible i Això rai!
Es citado a menudo el siguiente cuarteto en que relaciona lengua, pueblo y nación:


Cap nació pot dir-se pobra
si per les lletres reneix.
Poble que sa llengua cobra
se recobra a si mateix.





Decepción

 La dolencia del alma a nadie mata,
 mas le hace agonizar su gran presión...
 Cuando el dolor el corazón maltrata,
 se escapa por los ojos su aflicción.

 Mas la pena que el llanto nos desata
 no aminora el ardor del corazón;
 sus fibras moja y con rencor dilata
 para acopiar más cruel desolación.

 ¡Ay, pobre del que en hora maldecida
 siente el amor y es del amor proscrito!
 ¡Le huye la muerte, mas también la vida!

 Vive para probar que no es un mito
 que, si el hombre se inflama sin medida,
 ¡su dolor sin amor, será infinito!





DECEPCIÓ

Malalties de l'ànima no maten,
n'agonitza hom llarg temps, mes, ai, no en mor ...
Per dolor, les parets del cor no esclaten,
sols los ulls són qui esclaten amb greu plor.
Mes les llàgrimes cruels, que els ulls enceten,
del cor no trauen la infernal cremor;
mullen ses fibres que eixamplant-se baten,
i així hi cap més dolor dins nostre cor.
Ai del mesquí que en hora maleïda
per ésser naix d'alts sentiments traït:
la mort mateixa en fuig, i en fuig la vida!
Viu per provar amb desficiós neguit
que, si els desigs de l'home són sens mida,
també el cor pel dolor és infinit!








A UN XIPRER 

Per què et crearen, oh arbre, 
sens ombra, ni fruit, ni flor? 
¿Has nascut sols per fer por 
devora tombes de marbre?

Tot arbre que engrons l’oratge 
bat sos rams fent dolç renou, 
mes lo teu negre fullatge 
gemega si el vent lo mou.

Si els pàmpols verds se belluguen, 
si es va engronsant el llorer, 
si els embats en les flors juguen 
i l’esperança se’n ve,

com un llamp fuig i s’esborra 
tot pensament de conhort 
guaitant tu, feresta torre 
de la ciutat de la Mort.

A cada poble t’he vist 
a les portes del fossar; 
digue’m, sentinella trist 
que els difunts te fan guardar,

per què és que sempre en els punts 
te posen més solitaris 
i vius sentint les plegaris 
que resen an els difunts?

Oh!, ja ho sé:... perquè ta rel 
mostra an el cos el seu llit, 
mentre que el tronc com un dit 
senyala a l’ànima el cel.









AL LECTOR 

Tinc indòmit l’ideal: 
ni sóc clàssic ni romàntic. 
Cant en llengua maternal, 
desitjós que sia el càntic 
veritable i natural.

D’infant, la llengua del Laci 
m’ensenyava un reverend 
a cops de Gazophilaci, 
i abans que encetés Horaci 
n’esbucaren el convent.

Ma gramàtica llatina 
s’esfondrà en tanta ruïna, 
i entrí a la universitat 
al so d’himnes de Cristina 
i visca la llibertat!

L’estudi em féu poc profit. 
Als primers fulls del compendi 
del curs a què estava inscrit, 
esclatà ab sobtós incendi 
l’amor primera en mon pit.

Sens prou lluc, mestre ni guia, 
sentint fiblar les passions, 
volguí dir el que sentia, 
i cerquí en la pagesia 
la faiçó de mes cançons.

Una Musa casolana 
festegí lluny del Parnàs, 
que avinent, humil i plana, 
canta ab lira catalana, 
de què els savis no en fan cas.

Per ma pàtria me sap greu, 
al puntejar-ne eixa lira, 
l’humilitat de ma veu; 
mes l’alt enginy Déu l’inspira, 
i a mi em manca eix do de Déu.

Perdona, llengua volguda, 
l’ardiment ab què t’escric. 
Ja que el geni no m’ajuda, 
per fer-te arreu coneguda 
l’amor propi et sacrific.

Deixeble dels glossadors 
mallorquins, que sens receptes 
canten sa fe i sos amors, 
confés que no sé els preceptes 
que inclou l’art dels trobadors.

Desconec la gentil forma 
que estrafà l’or cisellat; 
mon cant al poble es conforma, 
i, com ell, cerca per norma 
l’esperit de veritat.

Per ço llig sempre en lo llibre 
del cor, que no sap mentir, 
i escolt què em diu cada fibra 
quan de dol o plaer vibra, 
per poder-lo traduir.

Així em va dictar l’Amor 
mos esplais de fadrinatge 
ab paraules de l’avior... 
Si menysprees ton llenguatge, 
tanca el llibre ací, lector.






AUBADA

L'estrella més pura, 
poruga ja guaita; 
tremola agradosa 
dellà la muntanya. 
¡Ben haja l'estrella, 
l'estrella de l'auba!

Els galls que dormien 
davall les porxades 
¿què és lo que ara veuen, 
que tant i tant canten? 
Han vista l'estrella, 
l'estrella de l'auba.

Les flors senyorívoles, 
de rou tot brufades, 
l'embat les bressola, 
els ulls xalests baden. 
Han vista l'estrella, 
l'estrella de l'auba.

Les boires se gronxen, 
la lluna s'apaga;  
piulant els aucells 
estiren les ales 
perquè el sol envia 
l'estrella de l'auba.

Cansats se condormen 
malalts i malaltes, 
i alegres somnien 
visions d'esperança; 
que els mals i la fosca 
defugen de l'auba.

¿Per què el monestir 
ventant les campanes 
ja crida a matines 
escolans i frares? 
Perquè vol que resin 
"L'Estrella de l'Auba".

Estrella que et mostres 
quan fugen les altres, 
¿per què em deixondeixes 
tan de matinada?  
En lletres que lluen 
respon l'estel d'auba:

-Amic, aprofita 
la vida que passa; 
de fosca nasquérem, 
la llum ens aguaita. 
Del sol de la glòria 
la vida n'és l'auba. 







QUÈ ÉS AMOR 

Què és l'amor, nina, em preguntes? 
Senyal que no l'has sentit; 
i amb mes pobres comparances, 
com te'l podré definir?

No en parla el mestre a l'escola, 
ni en la llar se'n parla als fills, 
i als quinze anys l'amor arriba 
sobtat com un terbolí.

L'amor és el pa de vida 
que el cor troba en est exil; 
l'únic bé que deixà traure 
Déu a Adam del Paradís.

Se sent com una harmonia 
que conforta l'esperit, 
dolça com la veu dels àngels, 
pura com el seu somrís.

Mes no hi ha instrument que puga 
est cant del cel fer sentir 
fins que el cor se torna una arpa 
que ressona en altre pit. 





KATHERINE CHÁVEZ [11.407]

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Katherine Chávez

Periodista, Chile, 35 años
Habitante de la ciudad de Temuco lo cual ya la convierte en una voz particular en la poesía chilena, asociada en un principio a la gestión cultural y especialmente a áreas de música y literatura, participa como becaria de la Fundación Neruda en el Taller de Creación Literaria dirigido por el escritor regional Guido Eytel.
La escritura de Chávez Zárate contiene en si misma el estilo de la zona más proclive a la creación literaria y desde donde salen anualmente los poetas más preclaros del país con un tipo de poesía rico en significados relacionados con la mística y la geografía del sur de Chile.
Su estilo propio  se enmarca en esta selección en poesía relacionada con las emociones y con una influencia claramente lárica lo que por si mismo entrega un ritmo y una función poética delicados a su producción.
En esta misma selección se incluye un par de  poemas en que el tema del cuerpo ampliamente tratado en el análisis de los poetas chilenos post dictadura es tratado de una manera polisémica, pero enraizada en lo telúrico:



“…Corrimos
y los objetos se volvieron hostiles,
un signo de adversidad
nos endurecimos,
nos abandonamos

Los cuerpos son frágiles,
invisibles en la lluvia…”

(de “A veces todo es sombra”)



Katherine Chávez, poeta del fin del mundo sigue el camino y la huella de quienes prefieren optar por un silencioso camino, anónimamente teje lo que un día -estamos seguros- explotará dejando respuestas a preguntas que se enunciaron aun más pronto.
(CL)






HOJAS DE LECHUGA 

Nada más fresco
que tiernas hojas de lechuga
Las puse todas en la mesa
y antes que el limón las ajase
las mordí en crujientes y lentos bocados frente a ti.
Tras mis ojos, que siempre fueron dulzura;
y mi sonrisa, esbozo claro de una herida siempre abierta,
quise que supieras que jamás volverías a tenerme y que yo
seguiría engullendo la vida
como aquellas tiernas hojas de lechuga







QUÉDATE

No abandones a esta florcita crecida en la estación fría
que huele a óxido en sus raíces y se embriagó de rocío para siempre
tenemos poco tiempo para quitar los cardos de tu cabello y derramarnos en las hojas
No juegues al durito porque los instantes también son semillas que crecen
y yo estoy borracha tratando de ayudarte.

Mañana es un día claro dicen,  pero yo no creo
solo creo en el metal donde germiné y el aroma de la sal en tus axilas
no me pidas perdón por tu renuncia, solo dedícame un sueño terrible
y baila esta tarde conmigo mientras el sol se oculta.
La noche sabrá lavar los ojos de mi tristeza.






CEBOLLÍN CON ACEITUNAS

Ya no puedo torturarte como antes
cuando exprimía de mí toda la rabia que me había dejado el mundo
y las manchas en tus pantalones eran el agua de un pozo pestilente
donde bebías tú y tus amigotes.
Las  maravillas de la vida van cambiando y la mirada se vuelca hacia uno mismo
Después que estalló el plomo de mi cabeza
Ni la sangre ni la bruma de la noche me detienen
Tu luz tiembla como una vela en las manos de un anciano
y quisiera volver a gritarte
pero eres otro
tus gestos se deshacen y se pliegan a lo invisible
solo puedes ser tú cuando me miras y te complaces en mi sonrisa
porque he sido tu madre y tu sirena
y la suavidad de mi voz es la misma que tengo por dentro donde anduviste
entonces te avergüenzas a pesar de la tristeza en mis ojos
y me hago dura
pero no puedo torturarte porque las maravillas están abiertas
y tú seguramente estás muy lejos
entonces debo lanzarme
sin detenerme en el borde pero estoy aquí ahora
y mi dolor no te alcanza
menos toda la pena que dejé en el cuarto donde me la metías tan sucia
¿te acuerdas?
En el borde de la cama, si regresas,
verás aun el dibujo de mis lágrimas.






A VECES TODO ES SOMBRA

El cuerpo va ciego
donde otros han dejado su calor
(ya no eres el mismo)
las distancias son relativas
pero nos detuvimos justo en el centro
cuando todo parece lejano.

El cuerpo va a tientas
donde otros ya han pasado
- y a veces sucumbido - .
(me dijiste que siempre serías el mismo)
¡La lluvia precipitó todo!
Corrimos
y los objetos se volvieron hostiles,
un signo de adversidad
nos endurecimos,
nos abandonamos

Los cuerpos son frágiles,
invisibles en la lluvia.
A veces todo es sombra
y luego, cuando llega  la luz
las sombras persisten
como un pasado fosforescente
(lo escuché de tu boca)
Cuando ya no estés,
me plegaré a tu contorno luminoso,
a la estela incandescente de tus palabras.







LA LUNA ES CIEGA

Le fallé a la luna de mi juventud
Me deslicé oculta en su sombra
a favor de pálpitos que pudieran aun avergonzarme
de no ser por el recuerdo de tu cabello espumoso
que me acercaba de modo casi exacto al nivel cero del sentimiento.
Ahora desconfío de ese color anaranjado de la noche
que hubo encendido alguna vez mi espíritu

El sonido de mis pasos en la acera requiebra toda quietud
calzo una costra que son dos puños gruesos
y definitivamente no pediré perdón a nadie
Advierto el frío de aquella distancia que soy
pero vuelvo a inventar un cielo desde mis ojos redondos
y la luna me guiña como si nunca hubiera pasado nada.
Es probable que no vuelva esta vez.








SI LLEGO A BUSCARTE

Si te busco, buscaré en tu oscuridad
si llego a buscarte, romperé el huracán,
detonaré con la mirada el cemento
y más allá los adoquines.
tocaré esa larva silenciosa
que roba como gen invisible
rozaré su fina suavidad de demonio,
será toda languidez en la vehemencia de mis manos.

Si te busco, si he de buscarte
no tocaré las puertas
me detendré en medio de la jauría
y vaciaré tinta sagrada en la corriente
entonces,
en un fade out,
mi cabello se ondeará en la ventisca
justo en medio de la plaza.
norte, sur y cementerio,
el estruendo subterráneo.







LA TRAYECTORIA DE LA DESIDIA ES LA OQUEDAD DE LOS DÍAS

Los mil días que gemiste
no serán suficientes para limpiar
el lodo de tus zapatos.
Ahora la ciudad espera por ti.
Todas sus formas componen el perfecto
erial para tu muerte.







CON EL PERMISO DE TODOS LOS HUÉRFANOS DE LA HISTORIA

No  es que tu presencia suponga tanta maravilla
Es tu ausencia la que requiebra las paredes de mi casa,
y sin más,
soy una niña perdida en Hiroshima
después de la bomba.








CUÁNDO TOMÉ DE ESTA COPA

¿ cuándo tomé de esta copa
 tan frágil y rotunda?
¿cuándo enmudecí?
¿cuándo me arrojé a este vuelo peligroso
que no avisora retorno?
¿cuándo decidí mirar a través de la muralla
y quedarme atrapada?
infinito universo:
me pariste materia viva
y no puedo controlarlo.
defiéndeme de la angustia feroz
que toda explicación conlleva
deja en mi cama
un pequeño calor.

….

Todas la armas son ingenuas  en esta llanura
el enemigo son todas las batallas perdidas
guardadas como la genealogía de un error
luchas dirimidas en mares de absoluta idiotez
donde quien ha ganado es quien no ha cedido
pero ceder es fácil porque se hace juego
porque además el juego llena extensas murallas
y los marcos vacíos de alguna forma
parecen reflejar  el agua que cae del cielo
mas la tierra verde y húmeda se desdibuja,
se pierde en la bruma espesa de los ojos
la sangre y el ciclo vital de la rabia.






OLVIDO

Oscurecida la tarde infinita de los besos
se aprisiona nuevamente la ambrosía salvaje,
como en hilos de oro se aleja 
a su palacio sublime

La plaza  vuelve a su luz habitual
y  los pájaros se posan en ella
a buscar lombrices rosadas
que no escabullen la muerte

Las conchas  y todo obsequio sagrado
queda en abandono
y pronto se pierde bajo el césped
donde antes un fuego,
donde antes la perfecta trampa,
la caída silenciosa de los cuerpos.






NAOMI AYALA [11.415]

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Naomi Ayala 

Nacida en Puerto Rico, comenzó a escribir en español a los 12 años de edad antes de emigrar hacia los Estados Unidos en donde completó un MFA en Bennington College mientras publicaba sus primeros poemas en inglés en diversas revistas literarias estadounidenses. Tiene publicados los poemarios: Wild Animals on the Moon (Los animales salvajes de la luna) [elegido en 1999 por la Biblioteca Pública de Nueva York como libro de lectura recomendada para adolescentes] y This Side of Early (Más acá de temprano) aparecidos ambos bajo el sello editorial de Curbstone Press en 1997 y 2009, respectivamente. Su próximo libro de versos será publicado en edición bilingüe por Bilingual Review Press.  Además de la traducción del guión de cine para el documental Cada niño nace siendo poeta: Vida y obra de Piri Thomas, Naomi es la traductora del poemario La arqueología del viento/The Wind’s Archeology de Luis Alberto Ambroggio y del poeta barroco Lope de Vega. Sus poemas forman parte de diferentes antologías, entre ellas: Boriquén to Diasporican: Puerto Rican Poetry from Aboriginal Times to the New Millennium (2007),  Latino Boom: An Anthology of U.S. Latino Literature (2006) y First Flight: 24 Latino Poets (2006).

Enseña talleres de poesía cuyo énfasis es el desarrollo de una práctica diaria que desafíe el proceso creativo individual y que ponga énfasis en causas que protejan el medio-ambiente. Entre los reconocimientos que ha recibido cabe señalar: Premio a las Latinas Líderes de Connecticut, Premio Martin Luther King Jr. de Justicia Ambiental y el premio Larry Neal de poesía de la Comisión para las Artes y las Humanidades  del Distrito de Columbia, en donde reside hoy día.

Habla español pero publica en inglés. Una poeta que encontró en los versos la forma de violar la represión a la que la mujer estaba sometida en Puerto Rico. “La palabra me ayudó a decir las cosas que no podía en otras partes. También me ayudó a adquirir mi persona íntima más real”, señala la poeta Naomi Ayala.

Ella compartió que escribía poemas en secreto hasta que sus padres la descubrieron. Su madre se lo prohibió, y le creó un conflicto interno que la llevó a debatirse entre lo que quería y lo que la dejaban hacer.

Sobre la tierra

“Escribía de la tierra, porque no comprendía por qué la tierra le podía pertenecer a alguien y por qué ese alguien tiene facultades para venderla, quitarla o darla”, explicó.

Ayala reconoce un hecho que marcó su vida y su obra para siempre: mudarse de Puerto Rico a Estados Unidos.

“Fue un proceso difícil porque me vi despojada de mi cultura y de mi idioma; sin embargo, mi proceso de adaptación se dio poco a poco, porque no tenía ni idea de cómo era esa cultura”, argumentó.

Además detalló que como adolescente continuó escribiendo, sabiendo que estaba en una etapa interesante sobre su identidad.

Idioma de protesta

“Tuve ese vehículo para desahogarme de las preocupaciones que siguieron; así orienté mi trabajo y mi primer libro a las cosas que tenemos que pasar allá, sobre todo cuando veía el racismo y en la escuela no me permitían hablar en español”, aseveró.

Ayala ha publicado tres libros en inglés y sobre el idioma dice: “En español me siento que puedo escribir mis poemas, en los que me expreso con totalidad, haciendo poemas de amor y de la naturaleza, de odas y celebraciones de todo tipo, cosas que aunque la hago en inglés no lo siento con la misma intensidad. Soy dos tipos de escritora diferentes, nada es una traducción de la otra pues el inglés es mi idioma de protesta”







Prórroga

Me siembra de punzadas
el viento que sopla su camisa.
A volarme del miedo

voy. A donde
se desnuda el sol.

De ahí
nace el día:
por donde se desliza la mano

de Juan.

    





Cabos

Se envuelve en mí como la lluvia
y contengo en la cántara del día
las voces de las hojas.

Abre la noche
para hacer del sueño mi crisálida
en el fondo
de los antiguos ojos
en que me he visto.

Para vivir,
yo, sólo el agua.

Despierto
entreabierta a lo que me ocupa
y veo sus manos acercarse—
mar y mar—sin encogerme.







 Breve

Ahí muere el hambre—
en la esquina, tras las redes,
—como si la muerte fuese breve,
breve como un balazo.

Ahí muere la esperanza, muere—
bajo el árbol de este enero,
en su bolso de hielo,
en las calles maltratadas,
en el traga-garganta de sirenas—

malditas ambulancias

—en los callejones escondidos,
en las casas sin salida,
en la pestilencia de edificios.

Muere la esperanza,
como un niño, muere
—como mueren
todos los niños.

Mueren como el techo de tu lecho
en el ciclón de tiroteos.

Mueren como la rabia—
como si la muerte fuese breve,

breve como la vida,
breve como un sueño,

o un balazo, sí. 






Hole

One morning
they dig up the sidewalk and leave.
No sign of the truck,
only the large,
dark shadow digging and digging,
piling up sludge with a hand shovel
beside the only tree.
Two o'clock I come by
and he's slumbering in the grass beside rat holes.
Three and he's stretched across a jagged stonewall,
folded hands tucked beneath one ear—
a beautiful young boy smiling,
not the heavy, large shadow who can't breathe.
Four-thirty and the August heat
takes one down here.
He's pulled up an elbow joint
some three feet round.
At seven I head home for the night,
pass the fresh gravel mound,
a soft footprint near the manhole
like the “x” abuelo would place beside his name
all the years he couldn't write.

Naomi Ayala, “Hole” from This Side of Early 






A Coquí in Nueva York

I am a loud mouth coquí
that broke out from the island
because the yanquis were
crowding the place, talking ’bout
chopping up trees in El Yunque -- as if
paper products could feed
the eyes or fill the lungs -- talking
'bout turning Loiza
into an open-air museum,
'bout eating broken English anthems
for breakfast at school
& how wonderful
& necessary it all was.
In the gallery
of their economic dreams
I sat by, shoving my song
deep into the fat briefcases
of their intentions
& sandwiched
between so much crap I knew
it would rot & make a stink
they'd have to tend to sometime.
All I wanted was to sing,
sing of my green onlyness.
I braved it to Nueva York with an attitude
I could sing where
I wanted what I wanted to.
I would invade the land of freedom with songs
that rotted into stinks
songs that drew people, made them move
toward the dance of action,
songs that composted
the garbage of nightmares
into fine, fine food.
I trained my song to live on air
years at a time, to leap
the tall buildings of frustration
and no-peace until I could smuggle it
back home & forth the back door way
& it multiply
& multiply
there & here.
And so I am alive today
& I call that a victory.
My song may be missing
a few fingers & its legs bandaged up
but it's alive, loud, brave.






Race

 In your eyes I am not a woman.
You see me, my face square
as La Plaza de San German,
so square a place
you feel you can walk
through it any time you want
without taking the time to sit down,
feed the hungry
bastard pigeons of your solitude,
without whistling from inside our humanness,
and you might be thinking
I don't belong
any place anymore than you do,
so you push me around
thinking you are pushing yourself around
but I belong. I am whole,
wholesome, every drop of sun
inside my fruit.

Despite you
I celebrate my clay-softening hands,
my island-country song full of flowering
compost heaps where there should be graves.

Yes, me.
I praise the power behind my song
and my singing, behind where I've been
and know I will be going.

You might say I'm crazy
singing like I do,
but my love is green, wild
fields of morivivi,
beside you.






The Tattoo
-- for Reynoldo

The tattoo came after we'd moved
after the pale green LeMans
burned to pieces along the side
of the highway & we'd lost our brother
Max to bourbon & pot & dope & suicidal
acrobatics in the afterhours of dark rooms.

It was a dragon, cost a lot,
stung a lot. He had to work up
the guts for a long time.
I almost got one too,
a rose. He loved roses.

He wasn't the dragon sort at 16.
Every time he tried to spew fire
out came the roses.

But this was before Max,
before die-casting, the wife
that came with the child
and the child that came afterwards.

He wears a headwrapped bandana
with his shop uniform.
He can keep his hair long that way now

I tell his wife about the roses,
how he gave one to every girl,
how his tattoo
could've been a long-stemmed rose
luminous and delicate as his eyes
& he keeps quiet,
very, very quiet when she laughs.

Personal History
When your history gets too big
to keep fitting in the wagon
you've been pulling all your life
your sleep is thin as water
you zigzag up hills
rely on a ladder to climb into your hammock
flush the toilet with a stick
pick tomatoes with a long steel hook
open beans up with a knife
cut the flowers in your garden with your pride.

There is no Spring like another Spring,
no lover like another come before,
and dreams, they all have a familiar sound
like a song on the radio,
a new pair of shoes,
a phone call in the middle of the night

When your history gets too big
to keep fitting in the wagon
you've been pulling all your life
you leave your keys
where you meant never to go back,
remember what you wanted to forget --
a stranger on the street
selling songs for a dime,
like you his face, his eyes,
his song, his story --

because you are kin with all things now:
the man you kicked into the wall,
the car you crashed,
the food you cannot eat,
the whisper of countries
that open before you in the street,
the mechanical laughter behind the prime
time of your day, somebody else's dreams.
When your history gets that big
you walk backwards as you pull,
run after things that fall out on the street
forget exactly what it is you carry
in that wagon but live your life
as if you knew, always looking
for the sides of things that slope
down smoothly from a straingt line across,
the memory that fits
so easily in your pocket.

Published in In Motion Magazine January 31, 1999.







JOSÉ GAUTIER BENÍTEZ [11.416]

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JOSÉ GAUTIER BENÍTEZ 

(1848 – 1880)
Poeta puertorriqueño, nació en Caguas y falleció en San Juan. A Gautier Benítez se le considera como el más alto exponente del post-Romanticismo de Puerto Rico. Se le conoce también como "El Bécquer puertorriqueño", y no sin razón, porque la influencia becqueriana aparece a todas luces en muchos de sus poemas, tanto en cuanto a la técnica de la métrica y versificación, como al contenido. Hasta llegó a usar alguna vez el pseudónimo de "Gustavo".

Murió muy joven, a los treintaidós años, fue uno de los exponentes más grandes del pre-Modernismo hispanoamericano, por su elegancia en el estilo, su delicado sentimiento, su exotismo y fina dicción.

Pasó algún tiempo en España, haciendo la carrera de militar, sin llegar a ejercer dicha actividad. Mientras su estancia en España , la añoranza de si querida Isla se trasluce en algunos de sus mejores poemas, como se puede notar en tres poemas dedicados y titulados Puerto Rico.

Gautier Benítez fue un lírico consumado. Cantó a la amistad, al amor, a la patria y la muerte. Son conocidos sus poemas Ausencia, Regreso, y La barca.





PUERTO RICO

¡Borinquen!, nombre al pensamiento grato
como el recuerdo de un amor profundo,
bello jardín de América el ornato,
siendo el jardín América del mundo.

Perla que el mar de entre su concha arranca
al agitar sus ondas placenteras,
garza dormida entre la espuma blanca
del níveo cinturón de tus riberas.

Tú, que das a la brisa de los mares,
al recibir el beso de su aliento
la garzota gentil de tus palmares;

Que pareces en medio de la bruma
al que llega a tus playas peregrinas,
una ciudad fantástica de espuma
que formaron jugando las ondinas.

Un jardín encantado
sobre las aguas de la mar que domas,
un búcaro de flores columpiado
entre espuma y coral, perlas y aromas.

Tú, que en las tardes sobre el mar derramas
con los colores que tu ocaso viste
otro océano de flotantes llamas;

tú, que me das el aire que respiro
y vida al canto que espontáneo brota,
cuando la inspiración en raudo giro
con sus alas flamígeras azota
la frente del cantor; ¡oye mi acento!

El santo amor que entre mi pecho guardo
te pintará su rústica armonía;
por ti lo lanzo a la región del viento,
tu corazón lo dicta al corazón del Bardo,
y el Bardo en él su corazón te envía.

¡Oyelo patria! El último sonido
será, tal vez, de mi laúd; muy pronto
partiré a las regiones del olvido.

Mi juventud efímera se merma,
y ya en su cárcel habitar no quiere
un alma melancólica y enferma.

Antes que llegue mi postrero día
y mi cantar se extinga con mi aliento,
¡toma, patria, mi última poesía!
¡Ella es de mi amor el testamento!
¡Ella el adiós que tu cantor te envía!

Tres siglos ha que el hombre
encerrado en el viejo continente
ni en ti soñaba ni soñó tu nombre.

....

Tres siglos ha que el hombre
encerrado en el viejo continente,
ni en ti pensaba, ni soñó tu nombre.

Tu ser fue una bellísima quimera
a los que vían el confín del mundo
de Thule en la fantástica ribera;

Pero sonó una hora en el gigante
reloj que marca su existencia al orbe;
y abrió sus ondas al airado Atlante.

El dedo del destino tocó
de un hombre en la ardecida frente,
y entre las ondas le mostró un camino.

El tan solo quería,
cruzando las regiones del occidente,
volver al sitio donde nace el día;

Al viento del azar tendió sus velas
desde el confín del túrbido océano,
y la suerte llevó sus carabelas
a chocar con el mundo americano.

De ese mundo bellísimo fragmento
ere, ¡oh patria!, que en el mar lanzara
un cataclismo al estallar violento;

más trajiste tan sólo su belleza
sin copiar del inmenso continente
la pompa y el horror de su grandeza;

ni el Tigre carnicero,
ni el León, ni el Jaguar en tu montaña
lanzan su grito aterrador y fiero;

ni el Boa se retuerce en la llanura,
ni entre las aguas de tu manso río
turbar la onda transparente y pura
se ve al Caimán indómito y bravío.

Ni arrojas al Atlante
de la playa pacífica, el inmenso
rey de los ríos, Marañón gigante.

Ni tus montes con ruido subitáneo
estremecidos en su base crujen,
cuando con ronco respirar titáneo
el Orizaba y Cotopaxi rugen.

Y no estremece un Niágara tu suelo
al desplomar la inmensa catarata,
en la que el iris, el pintor del cielo,
une a las franjas del luciente plata
oro, y carmín, y púrpura y topacio,
mientras en los cristales se retrata
fiero el cóndor, monarca del espacio.

Tienes... la caña en la feraz sabana,
lago de miel que con la brisa ondea,
mientras su espuma, la gentil guajana
como blanco pulmón se balancea.

Y la palma, que mece en el ambiente,
encerrada en el ánfora colgante,
la ninfa pura de su aérea fuente;

y de tus montes en el ancha falda
donde el cedro y la péndola dominan,
luce el cafeto la gentil guirnalda
del colmo ramo que a la tierra inclinan
las bayas del carmín y de esmeralda.

Tú tienes, sí, tus noches voluptuosas
que amor feliz al corazón auguran
y en un vergel de lirios y de rosas
manantiales de plata que murmuran.

Tórtolas que se quejan en los montes
remedando suspiros lastimeros
palomas y turpiales y sinsontes
que anidan en floridos limoneros.

Todo es en ti voluptuoso y leve,
dulce, apacible, halagador y tierno,
y tu mundo moral su encanto debe
al dulce influjo de tu mundo externo.

Por eso, en aquel día
que abordaron las naves castellanas
a tus bellas riberas, patria mía,

tus tribus aborígenes,
dominando el temor que las llevara
al seno oscuro de tus selvas vírgenes;

tranquilas contemplaron
regresando apacibles a tu orilla,
cómo los brazos de la cruz se alzaron
bajo el rojo estandarte de Castilla

Pura amistad vehemente
unió los hombres que aportó el abismo,
del indio rudo en la tostada frente
cayó la onda sagrada del bautismo.

Después, ya roto el temor el dique,
la llama del amor lució esplendente,
la dulce hermana del primer Cacique
llamó su esposo al paladín de Oriente.

Y tú fuiste el joyel que traspasaba
el casto beso de su amor primero,
del señorial cintillo de Agüeynaba
a la corona del monarca ibero.

....

Y después... y después,,,, nunca mi canto
pinte el hondo luchar de las pasiones,
ni el exterminio, ni la crueldad y el llanto,
mancha de los humanos corazones.

Borremos del error las hondas huellas
que a la infeliz humanidad desdoran,
porque hombre soy... y me avergüenzo de ellas.

Llegó un día fatal de horror y duelo,
que en el del oro tras el torpe lucro
la vil esclavitud manchó tu suelo;

¡y el huracán del golfo americano
dejó las naves abordar tranquilas
a las riberas del jardín indiano!

Y tú, ¡patria!, la perla de Occidente,
¡no te volviste al seno de los mares
para lavar la mancha de tu frente!

Más no en vano en Judea
corrió la sangre de Jesús,
sellando el triunfo de su santa idea;

más no en vano anhelante
camina el mundo por al ancha vía
del progreso adelante;

brilló una aurora de feliz memoria
en que cesaron lágrimas y duelos
borrándose una mancha de la historia,

y mil y mil acentos
dieron tu nombre, ¡Libertad sagrada!,
a los montes, los valles y los vientos.

¡Y ni una sola represalia impía!,
¡ni una venganza profanó tu suelo!
¡Bendiciones y cantos, patria mía,
perdiéronse en las bóvedas del cielo!

¡Extraño cuadro! que en el ancha tierra,
al vencer la opresión en lucha santa,
de entre el lago purpúreo de la guerra
la libertad sangrienta se levanta.

Dios debió sonreír y viendo a su hechura
hacer del paria compañero altivo,
y del ángel tomar la investidura
al realizar un el yugo del cautivo.

Y bendecirte conmovido y tierno,
porque sólo en tu suelo hospitalario,
al dulce influjo de tu mundo externo
se vio la Redención del Calvario.

......

Otro paso adelante; sin que vibres
el arma fraticida,
en el concierto de los pueblos libres
se levanta tu voz; savia de vida
y juventud circula por tus venas,
cuando la noble España conmovida
quebranta del colono sus cadenas.

Ya no eres, patria, un átomo perdido
que al ver su propia pequeñez se aterra,
ni un jardín escondido
en un pliegue del manto de la tierra.

Eres el pueblo que su voz levanta
si la justicia y la razón le abona,
que las exequias del pasado canta
y el himno santo del progreso entona.

Tú no serás la nave prepotente
que armada en guerra, al huracán retando,
conquista el puerto, impávida y valiente
las ondas y los hombres dominando;

pero serás la placida barquilla
que al impulso de brisa perfumada
llegue el remanso de la blanca orilla;

Tal es, patria, tu sino,
libertad, conquistar, ciencia y ventura,
sin dejar en las zarzas del camino
ni un jirón de tu blanca vestidura.

Empero..., si me engaño,
si me reserva mi destino impío
llorar tu ruina y contemplar tu daño;

si he de escuchar tus ecos
devolverme entre lágrimas y horrores
el ronco acento de los bronces huecos;

si fuera mi laúd el destinado
para cantar tu pena y tu agonía....
¡Ah, que le mire pronto destrozado
en mis trémulas manos, patria mía!

Y antes que el mal en tu recinto nazca
y contemplarlo con espanto pueda ....,
¡que disponga el Señor cuando le plazca
de este resto de vida que me queda!

Mas si Jehová le concedió al poeta,
al cantar a su patria y a su destino,
la doble vista del veraz profeta;

si ha de unirse mi nombre con tu historia
para ser el cantor de tu alegría,
para ver el heraldo de tu gloria.

Dios me conceda al verte
de venturas y triunfos coronarte,
¡una vida sin fin para quererte
y una lira inmortal para cantarte!






AMERICANA

Vente, niña, a mi bohío
vente, niña, a mi conuco
ven, que ya está mi cayuco
junto a la orilla del río.

Abandona las murallas 
de los campos por la alfombra
y ven a gozar la sombra
de un bosque de pitahayas.

Y verás cuán placentero
bajo mi techo de yagua
es oír sonar el agua
del tropical aguacero.

Quiero verte en mi batey
más esbelta y seductora
que la espiga cimbradora
que se eleva del maguey.

Mas pronto, pronto, mi bien
si no quieres que mi vida
mustia, triste y abatida
cobije el guariquitén.

Son más rosados tus labios
que la fruta del cijao
y es más dulce que melao
tu sonrisa a mis agravios.

Es tu cariño mi ley
tu desdén es mi verdugo
más mortífero que el jugo
que destila el marunguey.

Cuán diferente, bien mío
corre al par nuestra existencia
tú en tranquila complacencia
yo en inquieto desvarío.

Tú eres la rosa galana
que de púrpura se viste
y yo soy la palma triste
que vegeta en la sabana.

Tú eres la calandria leda
que trina dulce, amorosa
y yo un ave misteriosa
quejándose en la arboleda.

¡Ay!, mi vida tiene brumas
que ocultan mis peregrinas
visiones, cual las neblinas
en el monte los yagrumos.

Y el llanto de mi tristeza
ya corre cansadamente
como asoma lentamente
la resina en la corteza.

Pero en cambio a mi dolor
a mi pena y mi agonía
tengo un cielo, vida mía
que es el cielo de tu amor.

Reflexiona, por piedad,
las palabras que te digo
y ven a partir conmigo
mi conuco y mi heredad.







EL MANZANILLO

Hay en los campos de mi hermosa antilla
en el suelo feliz donde he nacido
como un error de la natura, un bello
arbusto que se llama el manzanillo.

Tiene el verde color de la esmeralda
y su tupida, su redonda copa
esparce a su alredor en la llanura
fresca, apacible, deliciosa sombra.

Mas, ¡ay!, el ave al acercarse tiende
para otros sitios el cansado vuelo
porque su instinto natural le indica
que su sombra es mortífero veneno.

Todas las plantas en la selva umbría
entrelazan sus ramas y sus hojas
y al halago del viento se acarician
y se apoyan las unas en las otras.

Y unidas crecen en amante lazo
y unidas dan al aire su fragancia
y el manzanillo solo en la ribera
y el manzanillo solo en la montaña.

¡Ay!, cuántas veces al mirarlo, cuántas
con honda pena, con dolor he dicho
¿Si será mi existencia en esta vida
la existencia fatal del manzanillo?







ROMANCE

I

Hermosísima Cacica
de los montes tropicales,
la de la negra melena,
la de los ojos muy grandes;
tres lunas ha que te busco
par la orilla de los mares,
por la cima de los montes,
por el fonda de los valles.

Al no verte en el areito
ni en la choza de tus padres,
ni en el baño que cobijan
pomarrosas y arrayanes,
murió la risa en mis labios,
y de verter llanto a mares,
pierden su brillo los ojos
que reflejaron tu imagen.

Mis guerreros ya no tocan
caracoles y timbales,
y temerosos me siguen
sin atreverse a mirarme;
que a todo el mundo pregunto,
y no me responde nadie,
¿do está la hermosa Cacica
de los montes tropicales,
la de la negra melena,
la de los ojos muy grandes?


II

Le he prometido a quien diga
el lugar do puedo hallarte,
la mitad de la cosecha,
la mitad de mis palmares,
mi castillo de Cacique,
el que heredé de mis padres,
hecho con oro del Yunque
sin liga de otros metales;
mis más hermosos aretes,
mis más hermosos collares
y con mi carcaj de concha
embutido de corales,
mis flechas más aguzadas
y mi arco de más alcance.

Los ancianos de la tribu
quieren el mando quitarme
porque dicen que el Cemí,
de rigor haciendo alarde,
me ha convertido en un niño
que nada entiende ni sabe,
que el jugo de la tebaiba
ha emponzoñado mi sangre.

¿Qué me importan las riquezas?
Los honores, ¿qué me valen
si no he de verte a mi lado,
si conmigo no las parte
la hermosísima Cacica
de los montes tropicales,
la de la negra melena,
la de los ojos muy grandes?


III

¡Oh!, ¡quién sabe si el Caribe,
como las marinas aves,
con alas de la tormenta
cruzó de noche los mares,
y en las playas de Borinquen
movió sus huestes falaces
como serpientes astutas,
como zamuros cobardes,
si hora gimes en prisiones
muy lejos de tus hogares,
y si mi nombre pronuncias
en medio de tristes ayes!

Si así fuera... por las playas,
por los montes y los valles
sonaran en son de guerra
caracoles y timbales;
y si piraguas no hubiesen
o los vientos me faltasen,
al frente de mis gandules
cruzara a nado los mares,
cayendo sobre esa tribu
y bañándome en su sangre,
como cae el guaraguao
sobre paloma cobarde.

Pues diera fuerza a mi brazo
y fortuna en el combate
el nombre de la Cacica
de los montes tropicales,
la de la negra melena
la de los ojos muy grandes.


IV

Mas, ¡ay!, si mi amor olvidas
como el yagrumo variable;
si has dejado que otros ojos
con sus miradas te abrasen,
que otras manos te acaricien
y que otros labios te llamen.

Si oculta en la verde gruta
al declinar de la tarde,
borras mis ardientes besos
con los besos de otro amante...,
pues sabes que en ti no puedo
de tus traiciones vengarme;
permita el cielo, Cacica,
que en el próximo combate
caiga sin honra ni gloria
y que el pecho me traspase
una flecha de Caribe
mojada con el curare;
que al fin por tu amor muriendo
tal vez llegues a llorarme,
hermosísima Cacica
de los montes tropicales,
la de la negra melena,
la de los ojos muy grandes.







ORIENTAL

Hermosísima sultana
de los jardines de Hiram,
sonrisa de la mañana,
por mirarte a la ventana
diera su reino un sultán;

Sus jardines orientales,
sus alfombras y pebetes,
ruiseñores y turpiales,
sus cachemiras y chales,
sus Zegríes y Zenetes;

Diera sus galas y flores,
sus esclavas y su harén,
sus sueños embriagadores
y la existencia de amores
prometida en el Edén.

Mas, ¡ah!, maldice su oro,
y su pompa, y su esplendor:
no puede el monarca moro
pagar, con todo un tesoro,
una sonrisa de amor.

Por eso lanza su gente
en algara a la frontera,
por eso nubla su frente
y va buscando impaciente
una lanza que lo hiera.

Por eso el monarca moro
quiere morir con honor,
pues ha tornado a desdoro
que no alcance su tesoro
para pagarte su amor.







ZORAIDA

En gótica estrecha torre
que el agua del Tajo baña,
y que un peñasco domina,
como lúgubre fantasma
que en triste noche de insomnio
evoca tímida el alma,
sin pajes y sin doncellas,
sin juglares y sin zambras,
separada de Toledo,
gime la bella Zoraida,
porque dejó que en su rostro
fijase ardiente mirada
el jefe de los donceles,
el capitán de la guardia,
el del la blanca garzota,
y la corva cimitarra.

El orgulloso africano
que de insensible hace gala,
y es severo con los hombres
y severo con las damas.

El que desprecia las sedas
y los perfumes de Arabia
el que asiste a los festines
como asiste a las batallas,
y al lado de los caftanes
y las túnicas bordadas,
los encajes y las cintas,
lleva la cota acerada,
lleva la blanca garzota
y la corva cimitarra.

Mas, ¡ah!, contra amor no valen
las armas mejor templadas,
ni hay guerrero que resista
la fuerza de una mirada
que penetra por los ojos
y se apodera del alma,
y por eso... en los jardines
del palacio de Galiana,
cayó una noche, rendido
de hinojos ante Zoraida
el jefe de los donceles,
el capitán de la guardia,
el de la blanca garzota
y la corva cimitarra.

Nada valió su cariño,
su pasión inmensa, nada.
No se apiadó de su pena
la bellísima Zoraida.

¿Qué le importaba a la hermosa
que la Corte festejaba,
que la amase con delirio
el capitán de la guardia?

Mas iba pasando el tiempo
en dulce apacible calma;
si Zoraida no accedía
ya su altivez no era tanta,
ni tan esquivo su acento
ni tan glacial su mirada,
y por eso... en una torre
que el agua del Tajo baña,
separada de Toledo
gime la bella Zoraida.

Pero es el amor un árbol 
de florescencia tan grata,
que al brotar del corazón
nuestra existencia embalsama.
Es un prisma delicado
y a su través, en bonanza,
se ven cruzar de la vida
las dolorosas estancias,
arrulladas dulcemente
al soplo de la esperanza.

Y nada vale la fuerza,
y los obstáculos nada;
no caben ajenas leyes
en el imperio del alma,
porque el amor combatido
y en lucha con la desgracia,
es impetuoso torrente
que al final de su jornada,
al hallar modesto dique
cortando su rauda marcha,
parece duda un momento,
riza la espuma nevada,
en sí mismo se revuelve,
junta sus aguas... y salta.

Así pensaba una noche,
noche lóbrega, enlutada,
el jefe de los donceles,
el capitán de la guardia,
el de la blanca garzota
y la corva cimitarra.

Y animándose de pronto
su antes lánguida mirada,
por una escala secreta
bajó rápido a la cuadra,
tomó su negro corcel
de los desiertos de Arabia,
y al dejar la población
a todo escape se lanza.

Salvando riscos y peñas
el noble bruto volaba,
y el capitán impaciente
más aguijaba su marcha,
sin detener su carrera
frenética, desalada,
hasta llegar a la torre
que el agua del Tajo baña.

Allí, apoyado en un muro,
fija en la estrecha ventana
una mirada, en que envía
todo el amor de su alma,
y vio la sombra de un bulto
tras la cortina de gasa,
y muriendo de emoción
le dirige estas palabras:

"Luz y encanto de mi vida,
mi bellísima Zoraida,
paloma de blancas plumas,
tórtola que triste cantas.
De Damanhur fresco lirio,
de Ceilán perla preciada,
no me olvides, no me olvides,
hurí que del cielo faltas,
y ten, nevada gacela,
en Dios y en mí confianza.

Yo sé que no necesitas
para amarme, mi Zoraida,
que me presente a tus ojos
cubierto de ricas galas,
pues no se compran con oro
los sentimientos del alma.
Pero ¡ah!, mi bien, que no piensan
como tú los que te guardan.

Mas... le arrancaré al destino,
en generosa demanda,
coronas para tu frente,
perlas para tu garganta,
para tu cintura chales,
y alfombras para tus plantas;
y volveré, vida mía,
pero con riqueza tanta,
que no ofenderá mi orgullo
quien de mis brazos te arranca".

Callóse aquí el caballero,
se agitó la leve gasa,
y asomóse al ajimez
la bellísima Zoraida;
y vio que en negro corcel
sobre Toledo adelanta
el jefe de los donceles,
el capitán de la guardia,
el de la blanca garzota
y la corva cimitarra.







UN SUEÑO

Soñé que la mujer a quien adoro
con infame perjurio me engañaba
y a otro amante feliz, le abandonaba
de su amor el bellísimo tesoro.

Soñé que apasionado, que sonoro
su beso en otra boca resonaba
y aunque el sueño mis párpados
cerraba los abrían las fuentes de mi lloro.

Si en el drama futuro de mi vida
tan inmenso dolor me está esperando
que la muerte de mí compadecida

antes me brinde su reposo blando
porque más que la tumba me intimida
mirar despierto lo que estoy soñando.







LOS OJOS DE T.

Un astrónomo viendo las estrellas
preguntó la razón
de por qué le faltaban las más bellas
a una constelación.

En vano ¡e1 infeliz! se fatigaba
queriéndolas hallar,
y del cielo a la bóveda miraba
¡qué habría de encontrar!

Cansado de mirar al firmamento
a tus ojos miró.
"¡Por fin!", exclama, y se marchó contento
pues entonces las vio.







COMO TÚ QUIERAS

Bajo el sol tropical de las Antillas
marchítase la flor;
como ella palidecen tus mejillas
al fuego del amor.

Mas la pálida rosa, vida mía,
la reina es del pensil,
y la besan, temblando de alegría,
las auras del abril.

Sé, en buen hora, la rosa que fragante
al aura da su olor,
y yo seré... la brisa susurrante,
la brisa del amor.








DEBER DE AMAR

Mientras errante por extraño suelo
me acuerde de mi patria;
mientras el santo amor de la familia
guarde mi alma;
mientras tenga mi mente inspiraciones,
sonidos mi garganta;
mientras la sangre por mis venas corra,
tengo que amarla.

Mientras pueda a los cielos levantarse
tranquila mi mirada;
mientras me dé su aroma delicado
la flor de la esperanza;
mientras tenga de amor gratos ensueños
ilusiones doradas;
mientras tenga vida y sentimiento,
tengo que amarla.

Mientras guarde el santuario de mi pecho
de gratitud la llama;
mientras recuerde de mi dulce niña
el dolor y las lagrimas;
mientras recuerde que mi amor ha sido
su dicha y su desgracia;
mientras haya virtud, lealtad, nobleza,
tengo que amarla.

¡Sean mis sueños de placer y dicha
como sombras livianas;
sea mi pobre corazón un campo
sin verdor ni fragancia;
que no encuentre jamás en mi existencia
auroras de bonanza;
que mi vida sea un largo sufrimiento,
primero que olvidarla!

Que no pruebe jamás la miel del beso
de mi madre adorada;
que nunca aborde mi velera nave
al puerto de mi patria;
que las olas arrojen mi cadáver
sobre ignorada playa, 
todo, todo, lo juro! lo prefiero
primero que olvidarla.







ELLA Y YO

Ella tiene la gracia seductora
que a mí me enloqueció.
Ella tiene, en los ojos, del lucero
la limpia irradiación.

Ella tiene un hoyuelo en la mejilla
que amante le dejó
al besarla, prendado de sus gracias
el travesuelo dios.

Ella tiene en su límpida mirada
tesoros de pasión,
la diosa del talento, generosa,
sus dones le cedió.
Ella tiene muchísimos encantos...
¡no tiene corazón!

Yo no tengo riquezas fabulosas
que halaguen su ambición,
ni en el libro glorioso de la fama
mi nombre se grabó.

Yo no tengo el poder de los magnates,
su altiva posición;
Yo vivo pobre, solitario y triste
luchando con mi amor.

Yo no tengo siquiera versos suaves
que formen su ilusión;
todo, todo me falta en esta vida...
¡me sobra corazón!








EL POETA

Nace, vive y adelanta
por la senda de la vida,
y al recibir una herida
la citara toma y canta;

Y la turba se divierte
con el que, fija en el cielo
La mirada, por el suelo
do lleva el paso no advierte.

El se queja, y mientras tanto
se le escucha sonriendo,
quizás a veces creyendo
que son ardides del canto.

Y en su profunda aflicción,
de sus canciones benditas,
¡cuántas, cuántas van escritas
con sangre del corazón!

Aunque el genio el canto exhale
canta al par dolor y gloria
que el laurel de la victoria
cuesta más de lo que vale.

Y al esparcir gloria y luz
del mundo en el escenario,
encuentra en él su calvario
y su martirio en su cruz.

Si Jesús en su suplicio
llegando al último instante,
desencajado el semblante,
consumado el sacrificio,

Entre el ronco vocerío
del pueblo que le insultaba
con dulce amor exclamaba:
"¡Perdonadlos, Padre mío!"

Si su frente desgarrada
por la sangrienta corona
al suelo inclina y abona
la clemencia su mirada,

También el bardo, al sentir
que se acerca su partida
sintiendo luchar la vida
con las ansias del morir,

Venciendo su mal profundo
de su lecho se levanta,
su citara toma, y canta
como el cisne moribundo.

Siendo aquél su último cante
de su eterna despedida,
pura esencia de su vida
y perfume de su llanto,

Que cuando la frente inclina
al peso de su corona,
¡también bendice y perdona
al mundo que le asesina!








LAS AVES DE PASO

El cielo está en calma, la tarde serena,
y el sol declinando;
y al valle tranquilo dirigen su vuelo
las aves de paso.

Se ignoran sus nombres, que vienen de lejos,
de climas extraños,
y todos las miran, mas nadie conoce
las aves de paso,

las blancas palomas, que siempre tranquilas
el valle habitaron,
reciben alegres, con tiernos arrullos,
las aves de paso.

Que al fin ellas vienen de incógnitos valles
y es dulce su canto;
tal vez es por raras, que halagan, seducen,
las aves de paso.

Y aunque hay en el valle rendidos amantes
de cuello nevado,
prefieren las blancas palomas sencillas,
las aves de paso.

Mas ¡ay!, que saciadas al fin de caricias,
de nidos y granos,
de nuevo levantan su rápido vuelo
las aves de paso.

Y al verse burladas las pobres palomas,
exclaman cantando:
Malhaya la incauta que alberga en su nido
las aves de paso.







INSOMNIO

Cuán largas son las horas
de sufrimiento!
Cuán tristes son las noches
de los enfermos!

Por el día, los ruidos
y el movimiento;
el calor de los rayos
de un sol de fuego,
y la brisa que pura
restaura el pecho;

El jugar de los niños,
siempre contentos,
El estar en la casa
todos despiertos,
la abundancia de vida
y el bien ajeno,
Sobre los propios males
extiende un velo.

Mas cuando el sol se oculta,
y en el silencio
acrecienta las penas
insomnio eterno,
y cruzamos el mundo
de los recuerdos
amargando el presente
goces que fueron;

Cuando sólo se escucha
rugir el viento;
el reló perezoso
marcando el tiempo,
y el respirar forzado
de nuestro pecho.

Cuando no hay en la casa
risas ni juegos;
Cuando todos dormidos
parecen muertos
y cuando ya la aurora luce
en el cielo,
corona de zafiros,
manto de fuego,
y a la luz de la vida
y el movimiento
el mundo se despierta
feliz, risueño,
el reposo buscamos,
y sobre el lecho
se desploma el rendido
mísero cuerpo,

Los que pasáis la noche
placer bebiendo,
en el baile y la orgía,
teatro y concierto,
el espíritu alegre,
robusto el cuerpo,
que ignoréis siempre, siempre,
pido en mi ruego,

¡Cuán largas son las horas
de sufrimientos!
¡Cuán tristes son las noches
de los enfermos!








LA NAVE

Del mar de la vida las ondas en calma
cobra la luna con rayo fugaz,
y en el horizonte, cortando su curva,
descubre una nave, ¿quién sabe do va?

Y avanza y avanza cruzando las olas
y el blanco velamen ofrece al terral,
que juega en las flores de orilla lejana
y aroma la inmensa llanura de mar.

Ni ruido, ni voces, y todo en silencio.
Parece que solo camina el bajel.
Mas no, que buscando del norte la estrella,
tenaz a la caña se ye al timonel.

Estrellas y luna ¿do están? ¿qué se hicieron?
El éter no ostenta su límpido tul,
la mar se ennegrece, se turba, se agita,
y avanzan rugiendo los vientos del Sud.

Y allá en el nublado, confuso horizonte,
cual blanco a los rudos combates del mar,
bajando al abismo, subiendo a las nubes,
descubro una nave. ¿Quién sabe do ira?

La invaden las olas, la llenan de espuma
y azotan los flancos del débil bajel.
En medio del agua, del viento, del rayo,
tenaz a la caña se ye al timonel.

Y posa en el buque doliente mirada,
y llanto derraman sus ojos quizás,
al ver que no puede luchar con el viento,
al ver que se aumenta la furia del mar.

Mas no lo abandona, mas no desfallece,
comprende su grande, su santa misión,
y altivo levanta la impávida frente
que ofrece a los golpes del rudo aquilón.

Por más que se aumente la horrible tormenta,
por más que se estrellen las olas en él,
fijando en el norte la experta mirada
tenaz a la caña se ye al timonel.

....

Ya vuelven, ya vuelven las brisas tranquilas,
pasaron los vientos furiosos del Sud,
la mar se serena, se calma apacible,
y el éter recobra su límpido azul.

Cruzando las aguas que tocan la orilla
rompiendo las blancas espumas del mar,
y el ancho velamen al viento tendido,
descubro una nave, ¿quién sabe do va?

Lo sé, para el puerto: las últimas rocas
burlando que pueden romper el bajel,
lo mismo en bonanza que en ruda tormenta
tenaz a la caña se ve al timonel.







LA BARCA

(Struggle for life: Combate por la vida)

La aurora lucia tranquila en Oriente,
la luz inundaba los montes y valles,
las flores abrían los pétalos leves
y a Dios saludaban trinando las aves.

Solté mi barquilla, y al centro del río
de un golpe de remo lancéla contento;
¡marino errabundo, pensaba aquel día
hallar el ansiado magnifico puerto!

Un blanco fantasma se sienta en la caña
y el rumbo dirige, mirándome fijo,
y yo, desde el banco, le vía temblando
de horror y de angustia, de miedo y de frío.

Al fin me resuelvo. ¿Quién eres?, pregunto.
Con voz cavernosa responde el espectro:
"Yo soy el eterno patrón de las barcas
que al río se lanzan en busca de puerto".

Seguimos bajando la rauda corriente,
yo a entrambas orillas mirando con ansia,
que en una y en otra, del sol a los rayos,
castillos, jardines y bosques se alzaban.

Ya frente al primero, la barca se vía,
bizarros galanes y lindas doncellas,
asidos del brazo, diciéndose amores,
cruzaban el bosque, jardín y pradera.

Algunos en gruta de mirto y jazmines
buscaban la sombra y el grato misterio,
trayendo a la barca del aire las ondas,
ahogados suspiros, rumores de besos.

Volvíme al fantasma, que frío, inmutable,
miraba impasible tan dulces escenas,
y al fin le pregunto con voz anhelosa:
"¿Arrojo aquí el ancla?" Respóndeme: "Rema".

Bajé la cabeza, y un triste suspiro
salió de mi pecho, pensando en que alegre
pasara mi vida por grutas y valles
con una de aquellas hermosas mujeres.

Y sigo remando y el sol ascendía,
el agua imploraba mi labio sediento
y espléndida plaza veíase cerca
que alegre llenaba frenético un pueblo.

El remo abandono, y en medio la turba
a algunos contemplo ceñidos del laura,
tañendo sin pena la citara blanda
y dando a los aires su férvido canto.

Mis ojos despiden torrentes de lumbre,
la sangre a mi rostro de pronto se agolpa
y digo al fantasma con voz en que vibra
la fuerza de un alma que el triunfo ambiciona:

"También, coma ellos, yo tengo mi canto;
también, coma ellos, yo tengo una lira;
un mundo, cual ellos, yo siento en mi alma;
tal vez, coma a ellos, coronas me ciñan.

¡Qué hermoso es el triunfo! ¡Qué bella es la gloria!
¡Cuán luce en las sienes la noble diadema
que el Bardo conquista luchando constante!
¿Arrojo aquí el ancla?" Respóndeme: "Rema".

Al pecho, agitada, mi alma inclinóse
y amargas y ardientes corrieron mis lágrimas
cual plomo fundido quemando mi pecho,
dejándome inmenso dolor en el alma.

El sol a Occidente, con marcha tranquila
llevaba el tesoro de luz y colores;
la tarde llegaba; mi brazo rendido,
las ondas apenas hería del golpe.

Un último y grande castillo se alza,
aún brilla en el cielo la luz del ocaso
y el rayo postrero bordaba las nubes
con franjas de plata, de fuego y topacio.

Al pie del castillo, soberbios magnates
cobraban tributos de pueblos y villas,
y el oro rodaba, cual corre en las playas
al soplo del viento la arena amarilla.

"Ni amores ni gloria"-, pensé con tristeza-;
pues oro tengamos, poder y fortuna,
que el mundo se humilla delante del oro
y el oro es el amo de estúpidas turbas".

"Por fin- a la blanca fantasma le digo-,
un último puerto, ¿lo ves?, ya nos queda:
entrambas orillas desiertas contemplo.
¿Arrojo aquí el ancla?" Respóndeme:"(Rema"

Y sigo remando, y el golpe inseguro
movía con lento vaivén la barquilla;
la noche avanzaba, la tierra y el cielo
crepúsculo vago, medroso, envolvía.

Allá, tras la cumbre lejana del monte,
la luna cual globo brillante se alza,
y finge su rayo, jugando en la espuma,
encajes y blondas de azul y de plata.

Se extingue del río la rauda corriente,
perdiéndose en ancho, tranquilo remanso,
y ya a la barquilla faltábale fondo,
a veces la arena la quilla rozando.

De pronto la luna, rasgando las nubes,
alumbra una extraña ciudad en la orilla,
y cruces y verjas, cipreses y sauces
formaban las calles de tumbas sombrías.

Hirsuto el cabello, la faz descompuesta,
le digo al fantasma con voz temerosa:
"Aquí no es posible que el puerto busquemos
al centro del río volvamos la proa.

Mi brazo conserva su fuerza y empuje,
el último aliento gastemos remando,
¡y míreme lejos del cuadro sombrío
que forman las tumbas, cipreses y osarios!"

Con triste sonrisa que aterra y fascina,
me toma una mano la horrible fantasma,
y "Aqueste es el puerto -me dijo----;
llegamos; el remo abandona y arroja tu ancla".






ENFERMO

(A mi hija María)

Un noble marino anciano,
del viento y del sol curtido
abandonó, ya rendido
los embates de la mar;

Y no de las ondas lejos,
en la cercana ribera,
alzó la quinta, y la era,
y el jardín, y el palomar.

En su báculo apoyado
llegó luego a la vecina
aldea, la noble ruina
que retaba al aquilón;

Y allí pidió balbuciente
a un pobre y rudo aldeano,
de una doncella la mano,
de una niña el corazón.

Ya olvida entre dulces lazos
sus pasados sinsabores
y de sus tardos amores
brotan los frutos al fin;

Ya hay manecillas y gritos
que asustan a las palomas;
quien rompa flores y pomas
corriendo por el jardín.

Pero es muy tarde, y emprende
su viaje para el cielo
el que cruzó con anhelo
las llanuras de la mar.

.....

¿Dejaré, como el marino,
el bien, apenas logrado?...
¿Habré tarde levantado
quinta, huerto y palomar?






REDENCIÓN

Cuando uno muere, en la tumba
se queda encerrada el alma,
hasta el día que en la losa
rueda de amor una lágrima.

El sol el llanto evapora,
y en el vapor, a las altas
regiones del cielo asciende
tranquila y feliz el alma.

¡Triste de aquel que en su muerte
ninguna lágrima arranca!
¡No tiene quien lo redima
ni quien liberte su alma!







UN ENCARGO A MIS AMIGOS

Cuando no quede ya ni un solo grano
de mi existencia en el reló de arena,
al conducir mi gélido cadáver,
¡oh!, recordad mi súplica postrera:

"No lo encerréis en los angostos nichos
que cubren la pared formando hilera,
que en la lóbrega angosta galería
jamás el sol de mi país penetra.

El linde recorred del cementerio
y en el suelo cavad mi pobre huesa,
que el sol la alumbre y la acaricie el viento
y que broten allí flores y yerbas.

Que yo pueda sentir, si algo se siente,
a mi alrededor y sobre, muy cerca,
el ígneo rayo de mi sol de fuego
y esta adorada borinqueña tierra."






CARLOS MARIO URIBE ÁLVAREZ [11.417]

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Carlos Mario Uribe Álvarez 

(Manizales, Colombia 1968). Poeta colombiano que halló su ‘maldición’ literaria desde temprana edad. También incursionó en el periodismo. 

Diplomado por la Universidad del Rosario en Cultura Latinoamericana 2001
Diplomado por la Universidad de Caldas en Crítica y Teoría de Arte, 2002
Taller de cine Imaginando Nuestra Imagen I y II, 2002
Seminario Identidad Regional I y II, Gobernación de Caldas, 2003
Seminario / Taller Proyectos de Cooperación Internacional [PNUD], 2002
Consejo Editorial revista Papeles de Plata, 2002 / 2003
Editor general Periódico Cultural Ludimia, 1999 / 2002

Publicaciones:
Final del viaje [Poemas]. Manizales, 1999
Novísima Poesía, Musa Levis Antologías. Manizales, 2000 y 2003
Ulrika Revista de Poesía y publicaciones en periódicos y revistas literarias
Premios:
Premio Nacional de Poesía 'Carlos Héctor Trejos' Riosucio 2003
Premio Departamental de Poesía Cámara de Comercio Manizales 1999
Premio de Poesía Cine Club Borges Pereira 1995
Premio Casa de Poesía 'Fernando Mejía Mejía' [Finalista] Manizales 1991








Ausencia

Un golpe seco en el piso,
Un rumor de piedras
                                  Desmoronándose
Por ausencia del aire.
Los vestidos cárdenos llevan caricias
Que en horas grises anhelan
Una descripción más temblorosa.
Volverte a ver
                             En las esquinas del espejo
Verte caer
Convertida en esquirlas
Que me atraviesan
                         Con los rostros
De un sueño fugaz y sangriento
Un golpe seco en el piso
Un rumor de piedras desmoronándose.






Lo que queda

El corazón lanza sus dentelladas.
Lo he visto beber y embriagarse de orgullo
encarnando el placer de la daga citadina.
También el corazón guarda su rosa
y esta su misterio de pantano.
Solo sobrevive una mujer desnuda
que me ama, a la que yo deseo,
aunque nos separen
espirales de humo, el color del hierro
y los abrazos que hurtamos a la desesperanza.
Sobrevive la soledad
estrujada entre los objetos de mi cuarto,
una bujía que llamea
breves sombras en el rostro, en los rostros.







Para matar la muerte

Para matar la muerte
habría que estar en Hispahan
o en un París con aguacero…
Habría que cruzar el Trabocco,
ese hilo de araña,
recorrido por un tren que se eleva sobre Italia
donde D’Anunzzio noveló el suicidio.
Habría que enseñarle a jugar a Emily Brönte
en el cementerio
que fue su patio de infancia.
Habría que recorrer un ajedrezado jardín
de múltiples u circulares senderos en el tiempo
atados a una luna intemporal.
El peor agravio
para la muerte
es no hallarnos solos.






Soledad

Escucho en mi interior
leves crujidos
de hojas secas
muriendo en el bosque.
Lejanos gemidos
de aguas
hundiéndose en el cauce
de ríos profundos.
Y las palabras del amor
se instalan como una batalla
que no alcanza a derrotar
la inasible desesperanza
de la soledad.








La palabra

No pongas tu mano en la palabra.
Te puede quemar su nieve negra.
Y la sombra de su reloj de arena mancha
con sus demonios los manteles de la luz.
La puedes llevar en los bolsillos para compras urgentes,
hacer malabarismos mortales en sus trapecios,
robarle sus delirios a la historia o fabricar
espejos de hielo con su faz de aluminio.
Úsala. No te enamores de ella. ¡es traicionera!
Hunde su garra en el alma y si no la tienes
te provee de una para tener donde mejor hincar su zarpaso.
No es relevante si la seduces y la pones a tus pies
o la despojas de sus vestidos y coronas.
Ella siempre vuelve a la mañana siguiente
y te arrastra a su reino de polvo y olvido
como trofeo de guerra.







Altares ajenos

Oficio un rito antiguo en altares ajenos, otros cuerpos;
allí encuentro deshecho el alfabeto que murmura tu nombre,
cada letra nombrada se torna acechanza, un desvelo;
vuelo de gritos en el parpado del alba, el martirio
del chocolate derramado en tu blusa, el infinito
de los bolsillos donde se prostituyen las monedas,
lo peor de la película impreso a fuego en la retina.
en fin, un desarreglo del universo, oficios sagrados
en la tiniebla de la desnudez,
altares ajenos, sin duda.







El lugar de tu cuerpo

Se ha ido borrando el mapa,
lo han desfigurado y manchado los racimos
de ceniza y vino que maduran en los bordes.
Los arbustos ya son árboles frondosos en cuya espesura
se agitan nubes bronceadas por el sol.
Puertas que eran acceso al paraíso de tu aliento
son ahora esa ventana urgente a nostalgias ya desesperanzas.
Se ha descascarado la plata de la foto donde ardías
en tu definición mejor, se ha borrado de mi retina
la impresión de las más sencillas satisfacciones.
¡Ya no es más mi piel el lugar de tu cuerpo¡




CLARA SCHOENBORN [11.418]

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CLARA SCHOENBORN

Nació en Cali, Colombia, el 18 de Noviembre de 1957.
Estudió Economía en la Universidad de San Buenaventura de Cali y tiene un diplomado en gerencia otorgado por la Universidad Javeriana de la misma ciudad.
Casada y madre de tres hijos, domina tres lenguas, el inglés, el alemán y el español.
En el 2.009 se presenta al Concurso de Poesía Inédita de Cali, dentro del marco del Festival Internacional de Poesía,  con el poemario “Colores y Respiros” bajo el seudónimo de Clemencia Madrigal, obteniendo la distinción de finalista entre más de mil cuatrocientos participantes.
 Ha sido exitosa  su intervención en asociaciones y encuentros de poesía como  la Fundación Plenilunio de Cali, Recital ante la Comunidad Libanesa , Encuentro de Escritoras Matilde Espinosa en la ciudad de Bogotá, Encuentro Museo Rayo, Fundación de Poetas Vallecaucanos.
En el 2011  preparó sus dos primeras publicaciones, una en conjunto con cinco poetas de varias nacionalidades de habla hispana, libro titulado “Búsquedas y Encuentros” editado por la Editorial Caza de Libros en dicho año y otra individual que compendió sus poemas referentes al tema de los diferentes oficios, roles y condiciones de la mujer, libro que fue titulado “Los Oficios en Clave de Atenea”. Este último libro resultó ganador del gran premio de edición EDICIONES EMBALAJE del ENCUENTRO DE MUJERES POETAS COLOMBIANAS del Museo Rayo en el 2011.
Su tercer libro, aún inédito, titulado “Huecos en la luz” logró en España ser  uno de los seis finalistas en el Premio Carmen Conde de poesía de mujeres Ediciones Torremozas 2012 entre 129 libros presentados de toda Iberoamérica.
Igualmente, tiene editado virtualmente el libro “El amor es mi último veneno” por ediciones Dadá Virtuales Crear 3.000, obra que ha sido catalogada por su editor, el importante escritor Carlos Vásquez Zawadski,  como “uno de los libros más significativos de las décadas recientes en el contexto iberoamericano”.
Finalizando el año 2.012  obtuvo con su poema “La rosa”, una de las cinco menciones de honor entre 1.340 participantes otorgadas por la Casa de Poesía Silva en el concurso sobre la poesía de los objetos, veredicto dado en Bogotá el 26 de octubre del mencionado año.






Presencia en reversa

Estaré en todas partes.

Siempre que no me llames,
estaré aún más en todas partes.

Cada vez que me olvides,
escalaré el relámpago.

Seré todo aquello que te es ajeno
-en todas partes-
en donde deambulen tus erosiones.






Instrucciones para avanzar

Excava hacia el fondo
donde espera la saliva
y se desata sobre minúsculos punzones.
Asciende hasta los picos,
y aparecerá llovizna,
sobre un cartílago indómito 
o  sobre esa ave rígida con sed y parturienta.
Llega hasta el centro y desacelera.
Ondea con el trote de un ciervo,
sus cascos evaporados en el punto de llegada.
Quédate inmóvil.
Déjale todo al aceite y a su incontención,
a la avalancha de hijos nuevos que se revuelcan.
Entrégale todo a una sola gota de sangre,
a una sola lágrima que te recorrerá para siempre.







Bruja

He luchado
por mi hogar de mercurio,
por mis tres signos amados
en el envés del inocente.
Soy feliz
cuando despega la orden
desde tantos agujeros
y en los techos
se reconstruyen
mis vísceras.
Voy a recolectar
todos los ojos con grietas,
para que se sepa de mi libro,
del hongo que lo contamina.
Pienso en las medidas
siempre frías de la eternidad,
en la forma como van contrayéndose,
rumiando poco a poco
toda la fe del mundo.
Con ello cuento,
para que el bien y el mal
sean al fin lo mismo
y triunfe el vacío.
Ninguna hoguera logrará nunca
apagar el diagnóstico del fuego
-tan justo en su ley-






20

Nadie sabe si el amor se muere de miedo o de muerte,
si alguna vez llega la muerte y el amor tiene miedo
o si es el miedo el que llega ante la muerte del amor.
Todos saben del miedo y de la muerte
pero el amor no sabe.






30

El frío
no es el reverso del calor,
es su fruto más preciado,
comodín con el que saborea
su juramento en las pieles.
El frío
es la danza más sofisticada
del fuego que nos habita,
porque todo sabe a hielo,

aún más si es un incendio.






EL REGRESO DE ATENEA

Igual podría llamarme
loba,
cuchillo
o azúcar.

Todas ellas soy
cuando desnudas
retornan cada noche
a esa única estrella.

Mírame.

Yo también he regresado
con mis números de fuego,
a borrar el tiempo
que olvidó a la sal.

¡Firme como semilla
florezco en las municiones!

Búscame justo ahí,
en tu costado izquierdo,
nunca más tu espalda
sufrirá con la luz,
búscame en ese ojo
que está hecho de muchas,
en tanta claridad que enceguece.

No olvides tu sustancia de coral
esos arrecifes que gobiernan
en los laberintos.

Esparce brea,
aunque a todos
les parezca extraño
dales a beber
tu sangre enriquecida,
diles que detrás de tantos soles
cargaste un farol por el camino.

Muéstrale a la tierra
las armas que vencen al acero,
esos puentes que se alzan
con la agudeza del espejismo,
las manos estirándose
para revivir los muertos,
en ese hogar de libélulas
enjauladas
donde no cesan los faros.

Fuiste aquella bestia azul
que abrió los ojos del mundo,
la que emprendió el éxodo
hacia las vetas del cristal
seduciendo a los candados.

He regresado.
Mírame.
Estoy
detrás de todos los espejos
refractada entre infinitos,
ven
que juntas como serpientes
somos mucho más
que una mitad.







MORFOLOGIA DE UN SUEÑO

En ese círculo perfecto que nos ata,
brotarán soles compuestos de jirones,
mordazas rotas en revuelos libres.

Todo interrogante se contendrá en el verso,
en esa magia se extraviarán las claves,
solamente el sueño descamará la piel
- terca revolución de amaneceres -.

Mírate los dedos que te ruegan
hálale las cintas a esos giros tiernos,
yo voy a adornarle la joya al beso
a ponerme encajes en las manos.








OCÉANO

Una coraza se mece en la inquietud.

Los deseos zurcidos por su núcleo.

¿Quién sabe lo que es peregrinar en un universo amurallado?

Partículas de plata y algodón, ciegas desenredan
la fiebre caminante de un vino esposado con los dioses.

La letanía centrifuga las cunas en lenguajes de galaxias líquidas,
se volatilizan los corredores hasta desatar luminiscencias.

Diálogos que pactan con la vida,
registros que succionan la muerte,
se dispersan sobre una sábana reptil
y extienden  su alfabeto sonoro.

A las seis de la tarde el mundo busca a la poesía
y es entonces cuando sale de su caja fuerte lo sagrado,
el silencio encantador de las esferas
con sus pestañas de espuma viva
y las curvas que acarician la fricción.

Cofre de salmos.

En los vientos
una romería de cantatas
arruga el horizonte.




RAFAEL MARÍN [11.419]

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Los escritores Eduardo Fraile, Julián Alonso  y Rafael Marín 

Rafael Marín 

Rafael Marín (Madrid, 1955) es un poeta español.
Maestro de profesión, reside en Valladolid desde 1972. En esta ciudad ha desarrollado su actividad literaria, especialmente en el campo de la poesía visual y experimental. Ha sido editor de la Editorial P.O.E.M.A.S., así como de la revista del mismo nombre.

Libros publicados

Poesía

La Tela de Araña (Barcelona, 1980)
Poemass Media (Barcelona, 1984)
Poemas (Buenos Aires, 1995)
El Diseñador del Laberinto (Albacete, 2002)
Sonetos Experimentales (Valladolid, 2005)
Ensayo[editar]
Libro de citas de Marcelo del Campo. Burgos: Editorial Gran Vía, 2010. Ganador del VII Premio «Juan Carlos Estébanez» de ensayo.

Exposiciones individuales de Poesía Visual

Naipes Marcados (1983-84)
Poemass media (1984)
En otras palabras (1988)
Met-Amor-Fosis (1991)
Mirada Leída (1997)
Museo de Poesía Visual (1999)

Antología. Veinte años de Poesía Visual 

Publicaciones colectivas y antologías

Poesía Experimental 93 (Barcelona, 1993)
Poesía Visual Española ante el Nuevo Milenio (Vitoria-Gasteiz, 1999)
Eñe, Poesía Visual en España (Madrid, 1999)
Aldea Poética II (Madrid, 2000)
Phayun. Poéticas Visuales (Benicarló-Castellón, 2000)
Antología consultada de la Poesía Visual en España (Madrid, 2000)
La imagen de la Palabra (Rute-Córdoba, 2002)
Antología de Poesía Experimental Española (Madrid, 2004)
El Quijote (Valladolid, 2005)
Cinco Miradas (León, 2009)






juego

más más.
así así.
sigue sigue.
no pares no pares.
mus mus.
así así.
sigue sigue.
no pares no pares.
juego juego.





















GUILLERMO MARÍN [11.420]

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GUILLERMO MARÍN

(Campillos- Málaga) 1943
Pintor, escultor y poeta visual. Ha utilizado todas las técnicas en pintura. Collages con todo material reciclable. Frotagges. etc. En escultura se expresa en bronce, madera, hierro y otros elementos. Al ser un artista de taller y autodidacta, su estilo está en continua evolución, desde un comienzo dentro de la ortodoxia.




Guillermo Marín (5), quién nos dejo algunas de estas greguerías a la poesía visual en su "Cante a las 40":

La Poesía visual es:

...un remedio contra la imbecilidad

...la virtud de una imagen

...la sinfonía de un segundo que se oye durante toda una vida

...la música de un grito con eco

...cuando a la belleza le sobran las palabras

...imagen que le atrapa la música al verso

...la radiografía de una emoción

...un soporte para las metáforas

...es un poema disfrazado

...una paradoja lírica de lo visible

 Guillermo Marín/ "El Cante a las 40. Greguerías a la Poesía Visual". Ed. Laboratorio di Cromografía. Milán. 2001






Guillermo Marín



Guillermo Marín


Guillermo Marín



Guillermo Marín




 Guillermo Marín.






PABLO LACROIX [11.421]

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PABLO LACROIX

Escritor y artista performance nacido en San Fernando (Región de O’Higgins), Chile. Estudiante de pedagogía en lenguaje y literatura en la Universidad Alberto Hurtado. Se ha desempeñado en diferentes talleres poéticos, como el dirigido por el poeta Matías Ayala de dicha universidad, el grupo literario Encuentro realizado en la SECH, y en el grupo literario Greda azul en el Goethe-Institut Chile. Desde enero del 2009 es uno de los organizadores del colectivo de arte y acción social Mal de Ojo. Participó en Balmaceda 1215 en el taller de género y performance realizado por la artista Alejandra Ugarte. Se ha desempeñado como columnista en la revista literaria Absenta y fue premiado el año 2010 en el Concurso: Antología de Poesía Regional – Editorial Arte gráfica –, con su poema Cubo de sangre. 

Ha publicado en el Anuario poético Márgenes del colectivo Mal de ojo (Ajiaco ediciones) y fue seleccionado para la Antología Iberoamericana -Poesía molotov-, por la Editorial Cascada de palabras (Cartonera), México. Este año, Ediciones Etcétera publica su primera obra, Der Golem, libro objeto de contenido visual y poético.

Obras:

Antología Poética regional. Desde el corazón de O´Higgins (2010) – Editorial Arte Gráfica, Rancagua.
Anuario poético Márgenes – Colectivo Mal de Ojo (2011) – Ajiaco ediciones. 
Antología Iberoamericana. Poesía molotov. (Colección 2011) - Editorial Cascada de palabras, Cartonera. México. 
Libro objeto. DER GOLEM (2011). Ediciones Etcétera, Concepción. 







La situación es esta

Te mostraré unas láminas
me dirás qué ves








PÒRTICO

Despertè nocturno en este hueso mal parido
la puerta chorreante de pupilas atascadas
eras tù, preciosa, cucaracha drogadicta 
candelabro tòxico cociendo mis labios.

Saludè al silencio y colguè el telefono
supuse que era tarde, soy presa de esta noche
soy cadàver de tu sombra
y tù, la soledad de mi espejo arrugado.

Recordar fue un desastre, la ausencia llama
calcinando plegarias observo la inmundicia
rasgo mi pecho de bestia legañosa
y escupo al suelo con mi trompa patètica. 






Proclamación

Cascada metafísica bañas mis sesos
lubricas cada noche mi esperma alcohólica
chupas de las tripas que defecan mi zozobra

Segmentas mi cráneo en grietas
duermes entre huesos, sarna y leprosos
sanguinaria esotérica, me masturbo con ira

Tú pincelas ilusiones bajo la tumba
entierras agujas y gimes de lástima
gritas como la tormenta que callaba esta úlcera
que sangra indecorosa el cantar de las tarántulas

Esbelta loba te recuerdo en mi lengua profética
recuerdo los versos negros
recuerdo los paganos que codiciaban tu nombre
recuerdo que mi estrofa humedecía tus piernas






Colmillo atascado

Un piojo habló esa noche tus palabras
mi cerebro vomitó los recuerdos de tu muerte
se enredó entre mis liendres la culpa de olvidarte

Deliro tercamente como cuerno embravecido
mis uñas crecen, los vicios me imprecan
y lloro como costra, lloro como cuajo
brindando al eclipse por esta vida lluviosa¡

Muerde mi cuello, muérdelo una vez más!
¿Por qué trato de olvidar la ausencia de tus celos?
Muerde mis tripas, estos gusanos y mi pulmón de Ónix
sólo muérdeme una vez más
tal como en la noche en que nacías bajo un buitre






Ceniza nocturna

Ese rostro en parto prisionero
la muerte del fragmento calcinado por tus ojos
lo dulce de esta sarna que disipa mi plumaje

Muerdo el Silencio/ los abanicos/ las caricias del pantano
los recuerdos cadavéricos/ muerdo danzas cristalinas
de fantasmas melódicos que bailaron sobre vísceras
reflejadas en mi espejo deprimidos por la culpa

He castrado tu sonrisa como plumero ensangrentado
y el silencio malgasta el cigarro de esta noche
la ceniza es liendre estática, el alquitrán un pacto venéreo
en esta suave brisa de otoñales páginas

Sangre llueve en esta lánguida nocturna
caderas suicidas bajo el sarro de tu sombra
son el mismo sarro que sepultará mi estirpe
en noches corroídas por tus mordeduras eclipsadas
tras los ojos de los ojos de una córnea pervertida









Apetito

He vuelto a mi cuarto
ni un coma etílico podría separarme de ti
ni siquiera la muerte
que se esconde en mis dedos

Mi carne pierde peso
-ocupar las mandíbulas perdió el sentido
matar el hambre me dejaría vivo-

Y seguiré hambriento, si, por el tiempo necesario
seguiré aquí sentado junto a tus rasguños
hasta comer y beber de tu cuerpo desvanecido






Der Golem de Pablo Lacroix: Cubo de Sangre y la escritura a través de coágulos

Por Daniel Rojas Pachas



“hay ebriedad en este Cubo de Sangre y un toro acicalado que mastica los cuajos. Soy sangre, costra, cicatrices, soy la soga. Soy lo que construyo, el festín sin cadenas de un mundo sin cuerpo, el postre biográfico que acabo con mi vida” (Lacroix).

Der Golem (Ediciones Etcétera, Concepción 2011) se presenta como un libro objeto y performático, ciertamente es más que eso, a mi juicio es un artefacto metatextual, que revela constantemente sus engranajes, piezas y dimensiones, todo lo que abarca y dónde limita.

“Hay un artefacto, interóseo, invisible, agitante, destructivo, pérfido… un demonio. Hay una voz, que sofoco, que intento apagar, un espacio intranquilo que revive y colapsa, que me colapsa y vivo” (Lacroix, 2011:35).

En primer lugar quiero referirme a las filiaciones ineludibles, tanto extranjeras como nacionales, el elemento en común es lo abyecto, el terror, lo sanguinario y violento, en todo caso no es una violencia gratuita de machetazo y desmembramiento, o sea una violencia bruta, al contrario, es una sinfonía de muerte y sangre en que aparecen coralmente, Poe, Millán, Meyrink, Artaud, Bruno Schulz, César Vallejo, Eduardo Anguita, Mahfud Massis, Tomás Harris y Boris Calderón, en este último me quiero detener, pues es una figura rara dentro de la poesía nacional e injustamente olvidada, y la cual considero poderosamente emparentada con la forma de construir atmósferas que sostiene Pablo Lacroix. Si bien en su versificación Calderón y Lacroix son disímiles, hay en los distintos pasajes de Der Golem una reminiscencia y homenaje a Estio en la materia o el Libro de los Adioses.

Volviendo  a las taxonomías de corte hiperbólico, hay que considerar estas como una estrategia que persigue un juego exuberante a fin de afectar de modo directo la conciencia del lector y orientar así sus preferencias. En esto, además del juego intertextual hay un afán selectivo y dialógico, pues estas permiten señalar discrepancias e intereses hacia los elementos enlistados, en ese plano entra en juego la idea de cubo de sangre como el receptáculo o memoria que contiene la materia prima que se sumará a las digresiones, apuntes, versos y diseños textuales, texturas y entramados que Lacroix hace gracias a su talento permitiendo la (re)escritura y liberación del contenido del cubo en una forma original e inesperada.

“Desde el nacimiento de mi histeria no he controlado más mi esperma; ahora soy aquel capaz de engendrar vida. El cubo de Sangre me ha dicho que cuando quiera y cuando desee, podré revivir falsos ídolos, más creaturas insoportables; sólo debo hablar con la diosa Muerte para que se acueste con el Destino”. (Lacroix, 2011:42).

En lo exagerado y grotesco de estas analogías que rayan en lo absurdo e inesperado, hay un orden caótico que también muestra un afán de unidad en la fragmentación y que Cuevas destaca en los siguientes términos: “Este lenguaje hiperbólico irrumpe como mecanismo desestabilizador de la lista misma, de la taxonomía como estructura ordenadora de sentido”. (Cuevas, 2006).

De manera complementaria, la lista entraña la formación de un nuevo canon. Carlos Cuevas al respecto añade lo siguiente: “El canon funciona, no como una revisión del pasado, sino que es un acto fundacional de los lineamientos de escrituras del porvenir, una acción de reciclaje de lo que fue la literatura… para instaurar una proyección” (Cuevas, 2006).

Lacroix por su parte, nos dice: “Hay un duende, un Golem, un gnomo, un elfo, un mutante, un ogro, un leviatán, un toro; un ser multiforme que se arriesga y no me arriesgo, que me vence y no me venzo, que me humilla y me humillo. Hay un cubo, un artefacto de sangre, prehistórico, desde siglos, luchando por mi caída, aquella que no cumplo” (Lacroix, 2011:35)

Se trata por ende de una invocación tal como Der Golem expone en el poema Cubo de sangre, nombrando seres mitológicos, antropomórficos y constituyentes de bestiarios. Lacroix por medio de esta interacción de significantes logra un torrente agresivo que mana a través de toda la piel, piel que se análoga a  hoja en blanco, espacio donde la sangre coagula y es con las costras y partes de piel que el autor regenera,  que se escribe y (re)construye este cuerpo. La materia que dará vida a su engendro.

Por ende, de lo abstracto de esa sangre ininteligible que se nutre de lecturas, imágenes poéticas similares a los fotogramas que nos presenta el autor previo a cada nuevo capítulo del libro, además de aquellas referencias excéntricas a cartas Magic, links de you tube, o epígrafes perdidos que nos hacen reevaluar la excentricidad de la cita “Cada elemento citado, dice Derrida, «rompe la continuidad o la linealidad del discurso y lleva necesariamente a una doble lectura: la del fragmento concebido en relación con su texto de origen; y la del fragmento incorporado a un nuevo conjunto, a una totalidad diferente”. En esa tensión nace este hombre reestructurándose.

“me presento ante ti, diosa gangrenada
atascando rituales que continúan nuestra vida
te entrego parte de mi carne,
sangre de mi sangre y el resto de mis huesos” (Lacroix, 2011:21).

Nueva carne que primero es coagulo y allí el poeta se introyecta y emerge por medio de la creación, nueva verdad autónoma, materia pensante que muchas veces se rebela contra su creador, lo interpela, lo lee, lo explica y destruye.

“Bendigo tus ojos desde el instante en que nacerás como cuerpo que no será hombre, ni sangre mamífera que fluya por tu humor. Te volverás arte, lengua, destrozo y lujuria, tu nombre de mutante será DER GOLEM y tu conciencia dará luz, cuando pares el derrame de este Cubo de Sangre” (Lacroix, 2011:48).

En síntesis, puedo afirmar lo hermoso del proceso que Lacroix realiza en esta bitácora que a mi parecer escapa a los lindes de la poesía y nos muestra cercano a la fragmentación y discontinuidad, la raíz del proceso de lectura, el borrador y tachadura de la creación misma y el sufrimiento del autor al vaciarse y dar vida a entes que no son máquinas sino carne que se desprende de la matriz del genio detrás de la obra, y también consciencia que se trasplanta y comparte, como diría Vallejo a su creador:

“Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomado de tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado” (César Vallejo).

Lacroix nos dice: “Estoy en mi proceso, voy en tu búsqueda, me reconstruyo. Y recordaré en mi sarcófago que mi nombre es DER GOLEM, que he dejado de ser hombre para ser Carne del Poema” (Lacroix, 2011:49).

En calidad de escritor, concuerdo con lo que Andrés Sáenz dice en la reseña del libro al afirmar “Un viaje sea tal vez lo que mejor defina Der Golem, pero no un viaje corriente u ordinario, sino aquel profundo, aquel cambio de sentido que la vida misma genera desde su centro cada vez que se emprende la marcha para encontrarse consigo (o escapar de sí), travesía que cruza los espacios clausurados, lugares reprimidos interiormente, forzándolos incluso, a costa de saber que al hacerlo morimos o renacemos en la ruta interna que atravesamos para lograrlo”.

La fascinación por la escritura nos va a comunicar indefectiblemente con lo abyecto, con los miedos más profundos, con esos límites infranqueables que tentamos esperando el abismo nos devuelva la mirada. Siempre en busca de esa revelación, de un liberarse que quizá puede parecer un despropósito, o incluso una criatura aberrante, exagerada o mórbida y exagerada por el afán de abarcar o no saber cuándo y cómo frenar el genio, sin embargo, esto no resta valentía al trabajo poético de Lacroix, por ello me sumo a las palabras del autor:

“¿Es mórbido Der Golem? Sí ¡y mucho! Pero no lo suficiente para impedirle el paso. Este mito camina y hasta corre, porque hay un Golem en cada lector, esperando la instancia de salir y rebelarse. Esta CARNE POEMARIA es gorda de palabra, embutida de significante y de un continuo significado; despertar” (Lacroix, 2011:104).

El cubo de sangre es la matriz, ese útero larvario, desde el cual el poeta se auto engendra Sólo me queda esgrimir un último cuestionamiento, ¿Cuántas veces volvemos al torrente, a ese principio de la carne para limpiarnos con nuestra propia sangre?
Quizá Anguita entrega una iluminación al decir: 

“Si alguien pregunta por mí, respondan:
Salió y no puede entrar
Entró y no sabe salir” (Lacroix, 2011:89).

 

*

Referencias bibliográficas.

- Cuevas, Carlos. (2006) Escritura e hipérbole: Lectura de 2666 de Roberto Bolaño. En XXVI Simposio Internacional de Literatura: “Presente y Futuro de la literatura Hispanoamericana”.
- Lacroix, Pablo. (2011). Der Golem. Concepción: Ediciones Etcétera.




ÓSCAR ROJAS CONNELL [11.422]

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Óscar Rojas Connell

Nació en Coya, VI Región Chile, el 18 de Julio de 1982. 
Criado en Rancagua y comprometido desde hace años con la poesía, Óscar Rojas es uno de los tantos rostros anónimos tras la prodigiosa creación poética que parece caracterizar a Chile. A continuación, las razones, los gustos y la concepción artística del joven escritor.

Óscar Rojas Connell explica que escribe desde la adolescencia. Todo comenzó en el colegio, de base católica, con una revista que atrevidamente llamaron LSD. “Había un sentido común de contar historias que alimentaran nuestra imaginación, el sentido crítico y también para tener un espacio para expresarse más allá de lo banal; descubrir y poder conocernos a nosotros mismos, pero no dejó de ser un juego divertido”, enfatiza, respecto a las ganas que impulsaron tal proyecto.

La censura lo acosó desde entonces. Revista LSD fue editada por Óscar años después, mientras cursaba Periodismo y Literatura en la Universidad Andrés Bello. El financiamiento de LSD se vio truncado luego de que “una mamá reclamó por un cuento, tipo realismo mágico, donde supuestamente se interpretó que dudábamos de la virginidad de la virgen María, jajaja”.

“Yo escribo poesía porque es el centro de la vida, la puedes encontrar en todas los demás artes”, declara Rojas. “Creo en los actos poéticos que la vida te entrega; están en todo, son fuente de inspiración, la palabra es para el hombre como el sol a la tierra”.

A la hora de explicar su concepto de poesía, Rojas revela que ésta “es parte inalienable de la vida, es de todos, no de los intelectuales ni de los egos de muchos, si no que de la gente, por eso hay que llevárselas, mostrárselas y enseñárselas, como con todas las artes. Todos deberíamos ser creadores”.

“CUANDO MADURAS LOS POEMAS SE VUELVEN MÁS DECIDORES”

Óscar es comunicador y documentalista en Pichilemu, localidad desde donde se desenvuelve al interior de una ONG y un canal comunitario. Desde ahí, Rojas detalla su inevitable interacción a diario con el arte y con creadores de las más diversas áreas de expresión. “Hace poco estrenamos una película de ficción, se llama “Antes de la Multitud” (2010) y trata sobre la llegada del surf a Pichilemu”, relata, agregando que al estar en constante proceso de creación, la poesía prevalece.

“Aquí se transforma en una actitud objetiva. Trato, intento, la busco, en todo lo que hago, a veces resulta, otras no”, enfatiza.

Respecto a los temas desarrollados por su pluma, Óscar explica que son relativos al “amor, al desencuentro, las dudas, el cuestionamiento de la vida en sí”. Sin embargo, puntualiza que el amor toma protagonismo en la poesía, “sobre todo cuando eres veinteañero, creo que cuando ya maduras los poemas se vuelven mucho más decidores”.

Entre los autores que inspiran su obra, Rojas destaca a Edgard Allan Poe, Pablo de Rocka y a la mítica Violeta Parra. “Me conmueve demasiado, creo que ella debe llevarse todos los méritos como poeta, más que Neruda o Mistral”.

Respecto al rol de la poesía en el presente social, Óscar Rojas señala que “vivimos en una eterna injusticia social, cultural, intelectual y política. El arte permite, por lo menos, hablar de estas injusticias y hacer conscientes a los demás”.

Por Vanessa Vargas Rojas
El Ciudadano






ANDANZAS CON BAUDELAIRE

La farra, los demonios y el buen vino son amigos
Esperan pacientes
En mesas sin luces
Llenas de hambrientas mentes
De sangrientas cruces
El Diablo hace diversas muecas
¡Por primera vez soy yo! Dijo borracho
abrazó a su mujer y le besó la frente
tal como lo hace un esposo a su mujer
cada mañana
Al otro costado de la mesa
Una abeja le hace el amor a una flor
Y un predicador las insulta
¡Roñosas lesbianas! ¡Naturaleza del demonio!
Ofendido se sintió Belcebú
Recordando que él no ha creado nada
Que solo es el Rey de las Tinieblas
Y ni siquiera sabe donde mierda queda
Si en el centro de la tierra
Si en el centro de la sangre
Si en el aire
Si en el centro de una bala
Si en el centro de una canción
O quizás es la pobreza
No hay bien que por mal no venga
Respondió lucifer
Acercándole una copa de vino
Que el predicador llenó y vació en actos sucesivos
Como millones de luciérnagas
Con sus lecturas
Los poetas, iluminaron el lugar
Y todo fue silencio
Fue poesía
Pudieron mirar a los ojos
Para reír y llorar
Belleza en las letras
todo acabó, se exterminó
como un animal libre
como una vela que agoniza en su sangre.








EL ALBA, SONETO DE LA NOCHE

Sal y enfréntame
tú, animal colosal.
Yo, un hombre
con pelos, uñas y dientes;
también soy animal.
¿Somos hombres inteligentes
o animales poderosos?
La luz es libertad
cuando lo poderoso
es tu inteligencia.
La oscuridad es placer
cuando el hombre
alcanza  ser un animal.
Dios quiere que otorgues
tus dos mejillas
a la impereza del dañar.
Pero, entregar a tu pueblo
prodigar sus ojos y sus piernas,
abrirles las puertas de la muerte,
derramando aquella sangre
que la tierra absorbe,
recorriendo el mundo
por las venas de tu maldita ambición.
Inundas de rabia las sendas de la tierra.
Ante tu deseo y anhelo
de hombre inteligente.
Cuando tu madre preguntó
a tu inocencia.
¿Qué pretendes, hijo, para tu vida?
Tú respondiste:
Deseo poder, petróleo, dinero,
asesinar a mucha gente.
Los medios SI justifican
mi bienestar final,
si es que hay un término
en tu inocente
antojo de niño.






Sutil Odio

Sangrando lágrimas
de maqui amargo,
mi amiga niña 
arrancó su cabeza.

Cae el infierno tierno
Bajo el corazón negro,
Sube el dios infame 
que fornica tu amor
al basurero de carne.

Fóllame amiga, fóllame
Acariciadme mujer, tu 
la de los pasos pesados
firmes, de tanto
escribir tu nombre y amar
el viento de tus hombres animales.

Yo bajé con los relámpagos destructores
De mis amigos demonios,
Al pesebre de mi hermano
Que lame mi brebaje ennegrecido,
Embarazando a todas las mujeres
De elefantes furiosos, que no desean
Tu mirada que vive en el asfalto perpetuo.

Ahora mira mis ojos, róbatelos
Para que puedas ver bien
Ver verde, azul y rojo.

Amiga, amor
Véis el amor ahora
Cambiáis una mentira
Por estar bien húmeda 
Y te reviento e pecho,
Virgen de amor espeso.

Quédate con mis ojos si quieres,
No pretendo seguir viendo
un ojo lagrimoso que añora mi regreso.

Mira en tu interior y verás 
Mi multitud de deseo-amor
Que crece como la locura.

Perro que no ladra
MUERDE, MUERDE
Yo no ladro...... 

Solo espero enseñarte
Jardines llenos de
Orgásmicos besos

Tus yemas solo conocen el dolor
Me hierve la sangre por beberte.



EDUARD MÖRIKE [11.423]

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Eduard Mörike.jpg

Eduard Mörike

Eduard Mörike (Ludwigsburg, 8 de septiembre de 1804 - Stuttgart, 4 de junio de 1875) fue un escritor alemán perteneciente al Biedermeier.

Vida y obra

Tras acabar sus estudios de teología, trabajó durante ocho años en diferentes lugares como vicario, hasta que en 1834 obtuvo un cargo de pastor en la pequeña parroquia suaba de Cleversulzbach. Pero ya con 39 años, enfermizo y tendente a la supersensibilidad hipocondríaca, se retiró anticipadamente. Fue profesor de literatura en un colegio femenino en Stuttgart.

Sus hermosos poemas de amor y la alegre musicalidad de sus versos contrastan con las condiciones externas de su vida y con sus relaciones con las mujeres. Se mantuvo alejado de las discusiones de actualidad política.

Durante su tiempo de estudios en Tubinga inventó con un amigo el país de ensueño Orplid, que era, como escribió después en El pintor Nolten, “una esfera propia de poesía”, el sueño de la reconciliación entre la realidad y la poesía. Algo de este sueño de la “ingenuidad” primigenia se mantuvo en su poesía, aunque con la conciencia de que era trabajo de recuerdo.

En 1838 aparecieron reunidos por primera vez en un volumen sus poemas, en parte ya aparecidos en revistas. El volumen fue ampliado varias veces hasta su cuarta edición en 1867. En su lírica con temática de la naturaleza, preferentemente las transiciones de los momentos del día, convirtió las imágenes de la naturaleza en movimiento, que simboliza también el sentimiento del amor realizado o perdido. La naturaleza es personificada hasta el punto de que en Una hora antes del día, una golondrina narra la infidelidad del amado.

Los compositores Robert Schumann, Johannes Brahms y Hugo Wolf compusieron canciones con textos poéticos de Mörike.










Poemas de Eduard Mörike
Fundación Juan March



Viaje a pie

Cuando, con mi cayado recién cortado,
bien de mañana,
atravieso los campos,
subo y bajo colinas,
como el pajarillo entre las hojas
canta y revolotea,
como los dorados racimos de uvas
restallan de dicha
con el primer sol de la mañana:
así siente también mi viejo y querido 
Adán la fiebre del otoño y la primavera,
el espíritu divino, 
los nunca perdidos
primeros deleites del paraíso.

Tú no eres tan malo, oh viejo 
Adán, como dicen los severos maestros:
no has dejado de amar y alabar,
no has dejado de cantar y glorificar,
como un día de la creación eternamente nuevo,
a tu amado Creador y Mantenedor.

¡Que así me sea concedido
y mi vida entera sería
entre el ligero sudor del caminante
un paseo matutino como este!





Fussreise 

Am frischgeschnittnen Wanderstab
Wenn ich in der Frühe 
So durch Wälder ziehe,
Hügel auf und ab: 
Dann, wie’s Vöglein im Laube
Singet und sich rührt,
Oder wie die gold’ne Traube
Wonnegeister spürt
In der ersten Morgensonne: 
So fühlt auch mein alter, lieber 
Adam Herbst- und Frühlingsfieber, 
Gottbeherzte, 
Nie verscherzte 
Erstlings-Paradiseswonne.

Also bist du nicht so schlimm, o alter 
Adam, wie die strengen Lehrer sagen;
Liebst und lobst du immer doch,
Singst und preisest immer noch,
Wie an ewig neuen Schöpfungstagen,
Deinen lieben Schöpfer und Erhalter.

Möcht’ es dieser geben
Und mein ganzes Leben
Wär’ im leichten Wanderschweiße
Eine solche Morgenreise!







El muchacho y la abejita

En lo alto de la colina de viñedos
se encuentra una casa temerosa del viento;
no tiene ni puerta ni ventana,
el tiempo pasa lentamente.
Y el día es tan sofocante
que todos los pájaros han enmudecido,
junto a los girasoles, completamente sola,
zumba una abejita.

Mi amada tiene un jardín
con una preciosa colmena:
¿Vienes volando desde allí?
¿Es ella quien te ha enviado conmigo?

“Oh, no, hermoso muchacho,
nadie me tomó por mensajera;
esta niña no sabe nada de amor,
apenas si te ha visto.

¿Qué saben además las muchachas
recién salidas de la escuela?
Tu adorada mujercita
no es aún más que una niña mimada.

Le llevo cera y miel;
¡Adiós! Medio kilo he reunido.
¡Cómo se reirá tu tesoro!
Ya se le hace la boca agua.”

Ah, querrías decirle a ella
que conozco cosas mucho más dulces:
¡Nada hay más delicioso en este mundo
que abrazar y besar!





Der Knabe und das Immlein

Im Weinberg auf der Höhe 
Ein Häuslein steht so windebang,
Hat weder Tür noch Fenster, 
Die Weile wird ihm lang.
Und ist der Tag so schwüle, 
Sind all’ verstummt die Vögelein,
Summt an der Sonnenblume 
Ein Immlein ganz allein.

Mein Lieb hat einen Garten, 
Da steht ein hübsches Immenhaus:
Kommst du daher geflogen? 
Schickt sie dich nach mir aus?

“O nein, du feiner Knabe, 
Es hieß mich niemand Boten gehn;
Dieses Kind weiß nichts von Lieben, 
Hat dich noch kaum gesehn.

Was wüßten auch die Mädchen,
Wenn sie kaum aus der Schule sind!
Dein herzallerliebstes Schätzchen
Ist noch ein Mutterkind.

Ich bring’ ihm Wachs und Honig;
Ade! – ich hab’ ein ganzes Pfund;
Wie wird das Schätzchen lachen,
Ihm wässert schon der Mund.”

Ach, wolltest du ihr sagen,
Ich wüßte, was viel süßer ist:
Nichts Lieblichers auf Erden
Als wenn man herzt und küßt!





Encuentro

¡Vaya tormenta la de esta noche
hasta que ha asomado la mañana!
¡Cómo han limpiado los desabridos escobazos
las chimeneas y las callejuelas!

Llega una muchacha por la calle,
que mira tímidamente en su redor;
como rosas agitadas por el viento,
así se sonroja vacilante su carita.
Un apuesto joven sale a su encuentro,
quiere acercársele lleno de dicha:
¡cómo se miran, alegres y turbados,
los pícaros pipiolos!

Él parece preguntar si su amada
ha arreglado ya sus trenzas,
alborotadas por la tormenta nocturna
en su cuartito desabrigado.

El joven sueña aún con los besos
que le dio su dulce muchacha,
inmóvil, extasiado con su encanto,
ella se apresura entretanto tras la esquina.

La doncella abandonada
Pronto, cuando los gallos cacarean, 
antes que se disipen las estrellas,
debo estar junto al hogar, 
debo encender el fuego.

Es hermoso el brillo de las llamas,
saltan las chispas;
contemplo su crepitar
sumida en la tristeza.

De pronto recuerdo, 
muchacho infiel,
que por la noche
he soñado contigo.






Begegnung

Was doch heut Nacht ein Sturm gewesen,
bis erst der Morgen sich geregt!
Wie hat der ungebetne Besen
Kamin und Gassen ausgefegt!

Da kommt ein Mädchen schon die Straßen, 
das halb verschüchtert um sich sieht;
wie Rosen, die der Wind zerblasen,
so unstet ihr Gesichtchen glüht.
Ein schöner Bursch tritt ihr entgegen,
er will ihr voll Entzücken nahn:
wie sehn sich freudig und verlegen
die ungewohnten Schelme an! 

Er scheint zu fragen, ob das Liebchen
die Zöpfe schon zurecht gemacht,
die heute Nacht im offnen Stübchen
ein Sturm in Unordnung gebracht.

Der Bursche träumt noch von den Küßen,
die ihm das süße Kind getauscht,
er steht, von Anmut hingerissen,
derweil sie um die Ecke rauscht.

Das verlassene Mägdlein
Früh, wann die Hähne kräh’n, 
Eh’ die Sternlein schwinden,
Muß ich am Herde stehn, 
Muß Feuer zünden.

Schön ist der Flammen Schein,
Es springen die Funken.
Ich schaue so darein,
in Leid versunken.

Plötzlich, da kommt es mir, 
Treuloser Knabe,
Daß ich die Nacht von dir
Geträumet habe.






En primavera

Aquí estoy en la colina primaveral;
las nubes pasan a ser mis alas,
un pájaro vuela por delante de mí.
¡Ah, dime, mi solo y único amor,
dónde estás, para que pueda estar contigo!
Pero tú y las brisas no tenéis casa.

Mi alma se ha abierto como un girasol,
anhelante,
expandiéndose
en amor y esperanza.
Primavera, ¿qué es lo que quieres?
¿Cuándo me apaciguaré?

Veo pasar las nubes, y el río,
el sol besa su resplandor dorado
profundamente dentro de mis venas;
mis ojos, maravillosamente encantados,
se cierran, como si se durmieran,
sólo mis oídos siguen oyendo a la abeja zumbando.

Pienso en esto y en aquello,
anhelo y, sin embargo, no puedo decir qué:
es mitad dicha, mitad lamento:
dime, corazón mío,
¿qué recuerdos tejes
en las hojas verdes y doradas en la penumbra?
¡Días antiguos e innombrables!





Im Frühling 

Hier lieg ich auf dem Frühlingshügel:
Die Wolke wird mein Flügel,
Ein Vogel fliegt mir voraus.
Ach, sag’ mir, alleinzige Liebe,
Wo du bleibst, daß ich bei dir bliebe! 
Doch du und die Lüfte, ihr habt kein Haus.

Der Sonnenblume gleich steht mein Gemüte offen,
Sehnend,
Sich dehnend
In Lieben und Hoffen. 
Frühling, was bist du gewillt?
Wann werd’ ich gestillt?

Die Wolke seh ich wandeln und den Fluß,
Es dringt der Sonne goldner Kuß
Mir tief bis ins Geblüt hinein; 
Die Augen, wunderbar berauschet,
Tun, als schliefen sie ein;
Nur noch das Ohr dem Ton der Biene lauschet.

Ich denke diez und denke das,
Ich sehne mich und weiß nicht recht nach was:
Halb ist es Lust, halb ist es Klage;
Mein Herz, o sage,
Was webst du für Erinnerung
In golden grüner Zweige Dämmerung?
– Alte unnennbare Tage!17
En primavera
Aquí estoy en la colina primaveral









A un viejo cuadro

En la floración estival de un verde paisaje,
entre aguas frescas, cañas y juncos,
¡mira cómo el inocente Niño
juega libremente sobre el regazo de la Virgen!
¡Y allí, en el delicioso bosque,
ay, verdea ya el tronco de la Cruz!




Auf ein altes Bild

In grüner Landschaft Sommerflor,
Bei kühlem Wasser, Schilf und Rohr,
Schau, wie das Knäblein Sündelos
Frei spielet auf der Jungfrau Schoß!
Und dort, im Walde wonnesam,
Ach, grünet schon des Kreuzes Stamm!


EMMAN USMAN SHEHU [11.424]

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Emman Usman Shehu  

Poeta. Nació en Kaduna, Nigeria, durante su período como la capital de la antigua Región Norte. Presidente de ANA Abuja

DR. EMMAN USMAN SHEHU, founding President of Abuja Writers Forum (AWF), and Director of the International Institute of Journalism (IIJ), Abuja, hails from Maradun in Zamfara State. The holder of doctorate in African Literature in English has published two collections of poetry, Questions For Big Brother and Open Sesame. A third collection, Icarus Rising will soon be available. He is also working on a collection of short stories. Shehu is a veteran journalist, having worked in both broadcast and print media. He has also had a stint as a university lecturer. He is currently nurturing the fledgling Topaz Publishing House which has recently published Ozioma Izuora’s Dreams Deffered (Fiction) and Iyorwuese Hagher’s Once Upon An Eagle (Poetry). In this interview with SUMAILA UMAISHA, he speaks about the AWF; its objectives, activities, problems and prospects. 








Cantante

Estás de pie en la desnuda plataforma
bajo el brillo solitario
una isla de atención,
una imagen vulnerable—
y viertes tu corazón,
un río de canciones inocentes.

¿Cómo es posible tanta ternura
en un corazón lleno de cicatrices?
Me enseñas a perdonar
bajo una lámpara incandescente.

Oh Cantante, oh Cantante,
escucho este río de canciones—
a veces veloz como un diluvio,
otras lento como el ocaso—
que sale a raudales de tu corazón herido.

¿Cómo es posible tanta pasión
en un alma llena de grietas?
Me enseñas a soportar
en una isla solitaria.

Oh Cantante, oh Cantante,
escucho este río de canciones
a veces suave como un murmullo
que fluye de tu corazón.

 Traducción de Coral Ruvalcaba






Songstress

You stand on the stark platform
under the lone glow
an island of attention,
a vulnerable picture—
pouring out your heart,
a river of candid songs.

How come such tenderness,
from a heart full of scars?
You teach me forgiveness
under a tungsten lamp.

O Songstress, O Songstress,
I hear this river of songs—
sometimes as fast as a flood,
now and again slow as twilight—
pouring out of your wounded heart.

How come such passion
from a soul full of fissures?
You teach me endurance
on a lonely island.

O Songstress, O Songstress,
I hear this river of songs
sometimes soft as a whisper,
streaming out of your heart.








Concordance 

Season after season she cuts 
a picture of uncertainty, 
held down by their hearsays, 
in this city without pity. 

One day she shuts her brimming ears, 
takes the plunge from the springboard 
into the pool of matrimony, 
thrashing for strokes of harmony. 

He makes sacrificial adjustments 
punching gaping holes in those hearsays, 
and both hearts make disbursements, 
one for all, all for one. 






Gorgon 

The snake-haired woman 
stares straight 
into your surprised eye-balls 
as you steer into her strait 
and you feel a chill 
running down your spine, 
and you sense a myth 
shattering through sanity's shell. 

The snake-haired woman 
veers away 
and finds her way 
as the crowd suddenly 
parts like the Red Sea. 

The snake-haired woman 
leaves a nasty trail 
of fear in your spine 
and a strong smell 
of her presence 
sticks in your nose 
as you gasp for breath, 
and awake in her arms 
of draconian decrees. 

The snake-haired woman 
sinks her cruel claws 
into your trembling heart, 
and her forked tongue 
snakes down your throat, 
and you hear her gloat 
relishing the blood of her kill. 







UNOMA AZUAH [11.425]

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Unoma Azuah

Nació en Ogwashi-Ukwu, estado de Delta, Nigeria, de padre tiv de Ukan en Ushongo área del gobierno local del estado de Benue y de madre Igbo de Asaba, en el estado de Delta.

Como estudiante en Nsukka, editó en el departamento de Inglés la revista literaria The Muse y recibió los premios de mejor estudiante de escritura creativa durante dos años consecutivos: 1992 y 1993. Sus otros premios incluyen el premio Hellman / Hammett, el premio Spectrum Urbano, el premio Leonard Trawick y la Asociación de Autores / premio NDDC Fauna Nwapa nigeriano por su novela debut Sky-alto Flames.

Su colección de cuentos, "La longitud de la Luz", refleja la difícil situación de decisiones cotidianas en la vida. La brecha enigmática entre la gente común y sus sueños se dramatiza en escenas que revelan las raíces cortadas, intrusiones patriarcales, imposiciones socio-económicas, los valores culturales inhumanos y la hostilidad. Sin embargo, las cualidades que redimen a cada personaje procuran esperanza y  fe, ya que se aferran a su voluntad insuperable para sobrevivir. En sus diversos temas, los relatos demuestran un examen crítico de un mundo en el que la mayoría de la gente, en contra de sus deseos, son elegidos por los caminos que siguen. Por ejemplo, Soka, en la historia Idu, es por el contrario, atormentada por una creencia cultural que rechaza y en el proceso, la historia se convierte en su historia.

Unoma ha llevado a cabo talleres y seminarios de escritura en algunas de las principales ciudades de Nigeria y los EE.UU.. Por ejemplo, talleres de escritura para madres y mujeres en prisión. Parte de su enfoque en este tipo de talleres es ayudar a las mujeres en la canalización de su energía en expresiones literarias, como una forma de liberar su espíritu, a pesar de su encarcelamiento físico.

Ella también está involucrada con "El Colectivo Griot", un grupo de poesía que organiza talleres y lecturas para adultos y estudiantes de secundaria en el área oeste de Tennessee. Sus contribuciones a este grupo le valió el premio "Griot Hero" en 2006. En el mismo año, recibió "The Best Facultad," premio de la universidad por su destacada docencia, investigación y servicio a la comunidad del Colegio.

Uno de los proyectos de Unoma ha sido explorar la desilusión política sufrida por los africanos debido a gobiernos corruptos y su posterior impulso a emigrar hacia el oeste, incluso cuando se enfrentan a la alienación y la nostalgia. Estos temas son el foco de una antología de poesía llamada "On Broken Wings", que recientemente editó. Ella es también la patrocinadora de la facultad del Delta Sigma Tau: Inglés Sociedad de Honores  de la universidad




Noches

Nwaka, canta la canción
de pájaros que florecen
entre girasoles
canta una canción para callar
los gritos de grillos inquietos
Canta canciones para encender
los bulbos de mis lágrimas
He portado las aguas de mi cañón
furiosas en busca de escape
He mirado de fijo tantas noches
a la espera de una estrella única
He buscado a tientas un destello
entre granos de arena quemada
He visto la furia de olas rotas
correr como escorpiones
Nwaka, canta canciones para mí
Canta canciones de nubes oscuras
hendidas por relámpagos
de lluvias atadas en desiertos
Pues fui testigo del nacimiento
de tantos albores inválidos
en tantas noches tormentosas.

Traducción de Coral Ruvalcaba
Tomado de Periódico de Poesía, UNAM



Nights

Nwaka, sing the song
of birds blossoming
among sunflowers
sing a song to quiet
the shrills of restless crickets
Sing songs to light up
the bulbs of my tears
I've borne the waters of my gorge
Furious for an outlet
I've stared into many nights
searching for a single star
I've groped through scorched sands
In search of a glitter in a grain
I've seen the rage of broken waves
scurry like scorpions
Nwaka, sing songs to me
Sing songs of dark clouds
Slashed in lightening
Of rains roped in deserts
For I've witnessed the birth
of too many crippled dawns
in too many tortured nights.








Eres la tormenta

Siento el aleteo de sus pestañas en la nuca de mis nervios—
la sensación de plumas que se agitan en el viento—
Siento sus manos en mi silueta
—la forma de mi nombre
Ella es la manzana que quiero cortar—
el zarcillo que necesito nutrir
Siento las cosquillas en los dedos de sus pies—
la sensación de los dedos sobre arena húmeda
Envidio a la tierra que le confiere vida
pues quisiera ser el suelo sujeto a sus raíces
la luz del sol que la abre por completo—
La brisa que se filtra entre sus ramas—
el rocío que besa sus poros—
el aire que la hace plena
Siento el aleteo de sus pestañas
Su aliento— un murmullo en el fragor de la tempestad.
Oh, portadora de la tormenta que se ha negado a fluir en los bancos de mi río desbordante—
¡Libérame!

 Traducción de Coral Ruvalcaba
Tomado de Periódico de Poesía, UNAM





The Storm You Are

I feel the flutter of her lashes on the nape of my nerves—
the feel of feathers ruffling in the wind—
I feel her hands on my frame
—the shape of my name
She is the apple I want to pluck—
the tendril I need to nurture
I feel the tickle in her toes—
the sensation of fingers on trickling sands
I envy the earth that gives her life
for I want to be the soil grasping her roots
the sunlight that leaves her wide open for more—
The breeze filtering through her branches—
the dew kissing her pores—
the air that makes her complete
I feel the flutter of her lashes
Her breath— a whisper in a raging storm.
Oh bearer of the storm that has refused to ebb on the banks of myoverflowing river—
Set me free!








Alien

If I were a captive 
trapped in the lace of my skin
I would break away like the crust of a caterpillar
and fly like a butterfly.
But I am a captive trapped in the minds of a race
a swinging rope in the circus of circumstance.....





Home Is Where The Heart Hurts

In the monastery of my mind
light and silence share a bend
and at both stations, I have knelt
bruised and bleeding, pruning wild petals
even as my cassock gather stones and dust.....





Leaving Lagos

The panic attacks began at Nsukka and
I was a wind blowing southward.
moments paused in doubts, fears and taboos.....





Onishe

Let me be the egg bearing the
stench of stillbirth
Let me be the blood bleeding before
the oracle.....




FRANK MARTÍNEZ [11.426]

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Frank Martínez

Nació en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, el 30 de marzo de 1965. Poeta, narrador, ensayista y antólogo. Su obra poética ha sido premiada en certámenes nacionales; como poeta sus publicaciones incluyen: "La Vigilia de las flores" (1989), "Cenizas del Ocaso" (1994), y como compilador: "Juego de imágenes: antología de Jóvenes poetas dominicanos 1980-1995" (1995). Ha rendido una significativa labor dentro de la tradición de los talleres literarios de su país, co-fundador del Taller Literario Parnaso (1986); coordinador del Taller Literario de la Pontificia Universidad Católica PCMM (1988); participó además en la dirección del taller literario Juand Sanchez Lamuoth (1990), así como a otros importantes espacios de trabajo: el Taller Literario César Vallejo y al grupo Federico García Godoy.

Muestras de su poesía han sido incluidas en la antologia caribeña "Los nuevos Caníbales V.2" (2003). En la actualidad reside en Nueva York y trabaja como cordinador de intercambios culturales de "We are Harlem".








CREMACIÓN

              A Pedro Antonio Valdez

Conozco el acopio de la voz que desde el tránsito me llama
bajo la columna delatora de los muros,
sus giros de agudos trazos decoran un espacio mayor que la inconciencia,
menor que el punto donde reposa el alabastro,
subsiste una luz inquisidora y una torre desplumada,
el vértice y su chasquido de relámpago.

Presiento los trazos del carbón,
el humo penetrando mi garganta,
lo que hubo de memoria en cada latitud,
una imagen terriblemente hermosa,
el fuego en espiral como una cascada en simulación y gloria.

Se reafirma la creación bordeando la tapia, el rescoldo,
un sol recóndito corrompido en la terraza.
Percibo el orden reservado a la palabra,
a la pregunta que me acerca aún más a la escritura,
al miedo de ser Vivaldi o Van Gogh 
al final de una tarde de deserción y burla.








EPITOMÊ

Hay el estremecimiento del espíritu en la sombra,
recuerdos, madrugadas abatidas de un disparo
y contra la putrefacción y la sangre
comprendo lo que dice la luz posada en la alta yerba,
cada sentimiento que resume la posibilidad y las pasiones
y sé del temblor con que se desconstruye al hombre.








IMPROVISANDO UN VUELO

Una gaviota centellea, inventa cifras de gong
que la eternidad reclama desde el origen del movimiento mismo,
una catedral libera con barroca luz al fondo
y lámparas que restituyen a la madrugada su vencida podredumbre.

Hondo dédalo de agua, pez hecho obituario, recámara,
recóndito gusano.

Tras la noche que colapsa azul junto a las piedras
estalla un jinete,
se pierde en un verbo pronunciado y no reaparece
a no ser que la tormenta deponga sus dragones de sal junto al abismo.

Una gaviota inicia la jornada,
(las demás escarban en la arena el universo en un pasaje de ida sin retorno)
ensaya una silueta para saber sus límites,
para hacer de la vida una aventura que le dé esperanza a su existencia,
y traspasa la madera de un antiguo naufragio
bajo el equilibrio de sus plumas agitadas por el viento.

Se abre paso, cae, se levanta y busca dentro de sí el milagro,
el verdadero rostro de un dios cuajado desde hace
un millón de años en el crepúsculo bajo un cielo que es apenas su lenguaje,
su manera de acrecentar las penas y reducirla a nada.







A TRAVÉS DE LA HUIDA

Cuando el azogue abre surcos en la memoria
y tiempo no hay para saber si resucitarás mañana,
demonios en el alma obstruyen el camino.

La vida no permite pagar la deuda,
porque se agotó el recurso de la culpa y el amanecer
se extiende como una musa inverosímil 
a través de la huida.








AUN DESPUÉS DE MUERTO

Haciendo malabares con la luz evaporada,
con un dejo de sudor y unos ojos casi consolables
así era mi abuelo, variación de un pensamiento y otro
que conducía a la suma del hombre que quiso ser desde siempre.

Amargado por cuaresmas sin lluvia perfectible
buscaba la sublimidad del agua,
para él la piel se repetía en cada espacio, en cada mancha y sabor
a cigarrillo,
se repetía en la chimenea y en la naturaleza
como única posibilidad de alcanzar la eternidad.

Una sonrisa doblada de cansancio, un pañuelo atroz y una pipa,
el desvelo lo sorprendió mojado,
envuelto en la estación de lo absoluto.

Un día nos avisaron de su huida,
el acero de la sangre dobló sus extremidades
y para ponerlo tieso se hizo necesario llamarlo por su nombre,
y permaneció inmóvil escuchando las respuestas sin preguntas,
la derrota antes cualquier auscultamiento.

No conoció escritura alguna, ni escuchó hablar nunca 
de dioses diminutos, pero sintió el goce de la yerba,
las ampollas vomitando raíces en sus manos
y la tierra desperezada de tanta hermosura,
aprendió de las abejas la miel del sufrimiento
y cuando borracho caía sin sentido
sólo era necesario llamarlo por su nombre.








INVENTANDO A ELOÍSA

Nacida del espejo volverás a la vida
obsceno amanecer en llamas
removiendo las ruinas de un silencio y un pájaro.

A la ciudad volverás casi intacta
previo el momento de concebir el origen,
mucho antes de que la noche enumere los ejércitos y la tierra,
y no serás la misma, Eloísa, sino otra al final de un cuerpo:
reinos de los mitos, campo apetecido, deslumbramiento y nada.

El alba dará al martes la aniquilación de siempre,
la suerte del lenguaje en una calle colonial
donde se acude inexorablemente el martes y no mañana.

Es la primera vez que van tus ojos sirios a una aldea
y ya han poseído su desprecio.

Odiado amor que ama.








LLÁMAME

Llámame desde la fibra más delgada de tus ojos,
desde la metrópolis del fuego y la mañana,
arrancándote del alma toda la tristeza,
y llámame ataviada con tu vestido blanco.

Llámame, diminuta, breve, corroída por la rabia,
alegre o imprecisa, como si fuese el último llamado,
el último silencio que pronuncia,
la última diosa que encarna para luego regresar al holocausto,
a tu corcel muerto en la cocina,
a la ninfa enferma dentro de los muros,
a la heroína que serás cuando no sientas más deseo.

Llámame y sin hablar
continúa con tu sabor a rosa y a cortinas,
a la deriva del libro sin leer,
lejana como la fruta que comerás mañana.

Llámame desde el balcón sin incienso ni geranios,
aunque no me necesites.

Llámame sin sonido, sin piel, sin energía.









NUNCA MÁS MORIR

Se impregna la habitación de ese olor irrespirable de tu amigo confidente que no recordarás cuando amanezca.


Cuando deseamos nunca más morir
sólo preservamos el alborozo que no fuimos,
la gloria del cuerpo restituida la barbarie
y un reino donde tú eras danzarina y yo la porcelana,
Desiree.

¿Cuántos violines se necesitan para escardar la tierra?
Para resarcir las bayonetas que exploran en la sangre
un universo ¿Cuántas noches?

Camino hacia la muerte
alguien romperá la sucesión del tiempo en la batalla
de tu cuerpo y amanecerás sigilosamente.
Tal vez ya puedas apretar los ojos
y arrojarte desde el balcón como una heroína,
pero sé que más allá de las uñas y los dientes
y de la nariz puesta al revés, hay un ejército de sombras,
un detritus que no podrá recoger la rabia,
un grabado que se alzará sobre la tormenta
y el verbo y la razón.

Sé que mientras la ciudad se cae a pedazos, 
tú expondrás tu cuerpo
y restregarás tu desnudez en el lodo 
y bordearás la noche para no extinguirte nunca.

Si no tuvieras que morir te llamarías Anaxágoras.

A estas horas cruza un círculo la cúpula
y el otoño mastica una serpiente
cuando tiempo para la concertación no hay
ni para desollar un lirio en un hotel o en un bosque.

Lo esencial es caer desenfrenadamente y sin aliento
contra el muro y el azogue 
hasta recobrar la sangre y el lastre de la muerte.








SILENCIO INMÓVIL

Son las cuatro en punto
y has caminado hasta el balcón
para observar las nubes que la tarde borra momentos antes
de precipitarse sobre el río.

Quisiera hablarte sin palabras,
sentir que estás a mi lado
como un abrazo a ciegas de hermanos que se encuentran,
y sin embargo no decir nada,
porque el amor es impalpable como una sombra,
como esa nube que ahora se demora sobre el puente
para calcar el perfume de los cuerpos.

Son las cuatro y qué importa,
el amor es transparencia y te he visto caer
con la expresión de quien ve la vida
en un frágil torbellino de insectos sucesivos
y no sientes miedo.

Mas que el deseo es la contemplación,
el amor que se agota en un destello,
la presencia de una tarde sin colores.

El sol se desdobla en las magnolias
y a mi lado tú respiras tan lejana
que no puedo alcanzar esa distancia
y aunque el amor es pensamiento
no percibo las ideas que atrapan tus sentidos.

Son las cuatro y un cielo anochecido
ha vuelto a su condición de escombros
y a pesar de que el amor es encarnación
tú has permanecido intacta
sin olor a tarde, ni a esa llovizna que amenaza 
con borrar el pensamiento.








COPULAR

Copular bajo la noche en ruinas,

trenzar su piel en el tapiz del templo,

beber el vino consagrado mientras termina la cruzada
y no ser jamás el buen samaritano,
jamás el líquido cuchillo bajo un corazón que apenas late,

morder sus dedos uno a uno hasta recobrar la desmemoria,

oír cómo el silencio ensordece las palabras,
los truenos tan distantes, el ruido ronco de la lluvia
al entrar por la ventana,

renunciar a la proeza del hombre que morirá en la batalla
y sentir orgullo de saberme vivo
y cuando haya por fin amanecido
entregarme a la resaca de otro instante,
señor de un imperio que aún no tiene tierra, 
sólo un destemplado azul
y una ráfaga de pájaros incendiados en los pulmones.






INSOMNIO

Toco con familiaridad la escalinata,
lugar habitado desde hace siglos por residuos de líneas cóncavas,
contemplo más allá de la cerradura una noche irreversible,
la abundancia de un reloj y su combustión en vilo
y el azar del límite en un mantel como quimera.

Los pasos reiteran en el umbral las preguntas sin respuestas,
el desastre que impera en cada forma.

Otra vez volveré a descorrer los muros,
a visualizarme en los grabados,
en el paraguas que sólo por descuido abandoné en el patio.

Un guiño de luz revela un mundo más vasto y solemne.

Echo andar, el pijama es un estorbo,
alguien olvidó apagar un cigarrillo
y un pájaro se incendia en el cenicero.

Supongo que es temprano para hacer milagros
y describir los rasgos de una muchacha que invadió mi pesadilla,
definió su rostro en el desván,
indagó en la silueta de su imagen algún secreto
y regresó a la esencia de una rosa.

Entonces recupero los sentidos,
recupero el equilibrio que me devuelve al licitador que seré mañana,
cuando no vea a través de mis ojos escalinatas
ni peces en medio de la sala alucinando en la gravedad del agua.






FIEBRE

Degradada la alcoba flotan unos pasos que vindican
figuras redundantes,
ascienden calambres que serán continuidad
o adivinanzas con su don de alquimia.

El sonido enciende vapores innombrables,
abrevan la distancia los caballos de la tarde
como niño asomado a la ventana,
mientras en disoluble demasía envejecen las paredes
en la escala sideral de los volúmenes.

La respiración mezcla los detalles,
donde hubo voluntad
una acumulación de conjeturas prorrogan las imágenes,
vencidas manchas de vino y discordia sobre un lienzo.

Ruego por un espacio,
por una receta de elaboración casera,
un zona a orillas del tacto y la cabeza para irme a reposar
después de recoger las flores de los visitantes.

Tal vez es hora de asumir la fiebre
como la forma más benigna de entregarme a la vigilia.






CLAUSTROFOBIA

Se detiene la sangre en una porción del espejo.

Temo ser parte de la oscuridad a deshoras,
parte de la sombra cuando asume la postura de un hombre moribundo,
tal vez a ser parte de la naturaleza que en este instante
se niega a compartir porque la habitación es breve,
la palpo sin nombrarla y son verdaderos estos dedos míos,
verdadero el eco con el que averiguo el niño que se esconde
dentro de mi pecho.

Se disipa la lejanía de los muros
mientras leve es la respiración que ahora, en este preciso momento,
alcanza la penumbra.

Los pensamientos apuran la inconciencia.

Carezco de memoria para escuchar la noche,
el sopor zurce mi tos a la ventana,
la oscuridad restituye la fascinación de un dios que se agota en los rincones.

Las paredes inician en mis pulmones
y se repiten en sudores, en tropiezos, en sombras interpuestas,
en el aluminio de una voz que revive las palabras,
luego se prolongan hasta la sangre,
hasta la arritmia del silencio ambiguo,
cruzan el patio de las casas sin relámpagos
para volver sobre la piel y la garganta
y la dilación de un temblor en mis rodillas.

Cada centímetro de bruma ahora es ilegible
como si siempre hubiese estado atrapado en una esfera.
Aún no he muerto, lo sé y más allá de este instante
la vida continúa.







INSOLACIÓN DEL TACTO

Se apaga lentamente el ojo en la recámara.

En el ángulo de un abrazo a ciegas
palpo un candelabro incuestionable,
una lámpara de cascabel relampagueante
y el inicio de una silla relegada al tiempo
donde ha permanecido intacta,
palpo mis manos mientras recreo en cada roce un universo.
Si el invierno asoma a la ventana
camino a través de la habitación a la deriva, sin distancia…
-sólo tiene distancia lo que tiene infinitud y olvido-

Alguien llama a mi puerta y debo adivinar un rostro,
una voz que reconozca la penumbra en la que vivo.

Mañana por la mañana romperé todos los libros
y levantaré una pared como torre de babel en cada cosa poseída,
la pintaré de orbe hasta casi doblegarla,
entonces veré la luz
y conoceré la superficie y el color del fuego,
conoceré la deidad que vislumbro desde niño
cuando jugaba al exilio y no me detenía a escuchar el himno.

Ausente la longitud ya no trascienden los objetos,
su encarnación a través de ordinogramas y máscaras.

La conversación en torno a Dios
sería la forma más benigna de eludir el miedo
y de suprimir las pesadillas.

Palpo mis cosas y una fragancia a elixir invade la fruta
que comeré algún día,
si el moho no la acosa antes que mi boca experimente su sustancia.

Alguien me invitó al suplicio de la carne,
a deshacer la oscuridad que me ha vuelto un hombre bueno,
pero el tiempo es breve
y aún la noche no me ha revelado todo.

Aún a oscuras... Amanece.









AMANECE

Te contemplas y me contemplas
instantáneo amanecer en la necrópolis,
piedra, a piedra me muestra tus dedos y una aurora,
el racimo hexagonal de las reliquias
y unas nubes como sombras de granizos.

Ha pasado algún tiempo,
antes sólo era un puñado de pájaros
y unos árboles para iluminar el firmamento,
ahora eres tierra y mausoleos.

La armonía no tiene espacio en los suburbios,
la cúspide es una iglesia a la que habremos de asistir
despiertos o simplemente inmóviles.

Tiempo no hay para llorar por los caídos,
todo en ti es deserción,
añoranza de un exilio más antiguo y solemne
que el que me muestra tu apariencia.

Te contemplas y me contemplas
porque hemos sangrado tanto que se funden mis labios
con tus manos delatoras.
Pasado el día seremos los mismos enemigos
procurando continuar nuestros caminos
para no sentirnos solos, para no sentirnos eternos.









SI FUERA UN ALEJARSE DE MI SOMBRA

A Rafael Hilario Medina
Nueva York, 12 de agosto de 2003.

Si fuera un alejarse de mi sombra, de mi cuerpo,
de mis dedos uno a uno disperso como piedras
y verme desde el cielo raso fragmentado sobre la cama
y escuchar a los que llegan a unir a retazos mi memoria
y llorar porque es la única forma de sentir consuelo
y sufrir para reintegrar el miedo a la muerte que les
tocará algún día.

Si fuera el regreso como la partida,
volver la vista atrás y abrazar a los que aún te aman
y poder unir mis huesos
y verlos recobrar la luz de la bombilla
y la carne como un animal en adulterio arrancarla de los sueños
sin pronunciar palabras, sin resabios...
y recoger mis pertenencias,
las cosas que a pesar de la ausencia permanecerán intactas
colgadas en la pared o simplemente en un rincón a oscuras.

Pero no hay sombra, ni techo, ni lágrimas lloradas,
ni un cuerpo al cual regresar para restituir la vida.







FICCIÓN DE LA AUSENCIA

Llegarás como si no fueras tú mismo,
la noche proyectada junto a la sombra te cubrirá de arena.

Verás la cama en el instante de recobrar tu inexistencia,
el espejo, inflexible ante los sueños de un rostro
de escasas posesiones, la mesa inaccesible
en invisible laberinto encumbrada ante tus ojos.

Inventarás excusas y en un golpe de agudos labios
ofrecerás tu cuerpo a la inmensidad del aire.

El filo de un cuchillo cortará tus venas.

Al fin te arrojarás inmóvil sobre tu propia sombra,
mientras el tiempo se insinúa en un letargo de figuras.









ESTOY SÓLO

Estoy sólo y busco en el espejo una puerta
y un ojo al cual disculpar por verme desde el antiguo rincón
de su inconsciencia.

Inquiero una boca a la cual ofrecer mis lágrimas.

Estoy sólo y averiguo el pájaro que crece como hierba
tras la noche sumergida en el vaso que romperé mañana.
Estoy sólo y el otoño retiene las promesas en los cristales,
apenas escribo y pienso en la lectura como el último recurso
para sacarme toda la amargura.

Si acaso algún día tengo compañía
compartiré mi féretro y la sangre que un cuchillo apaciguó en mi cara,
compartiré la puerta y el espejo y el ojo
que pese a todo aún presagia en la oscuridad toda mi amargura.







POCO ANTES DE VIVIR

Volverás sobre tus propios pasos,
el filo de la noche más blando y voraz que las palabras.

Poco antes de vivir te reconocerás a ti mismo
esbozo de tristeza al acuciar el sonido su incierto crucigrama
cuando nadie hay que llame a la puerta
ni una mano suprime la vigilia.

El olvido apresurará tu salto labrando el deseo ingrávido en tu cuerpo
y no verás la infancia, hoy cuando apenas eres nada
y dirás a todos tus heridas
y cubrirás tu cuerpo no sé con que tormento o podredumbre.

Volverás sobre tus propios pasos una noche vengativa
y apagarás la luz que no presientes
y quedarás dormido envuelto en extrañas confidencias
que recordarás mañana.






JOSÉ ALEJANDRO PEÑA [11.427]

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José Alejandro Peña 

Es un poeta dominicano.
Nació el 9 de julio de 1964 en Santo Domingo (República Dominicana), y desde 1995 reside en los Estados Unidos, donde actualmente dirije la revista bilingüe de poesía (y editorial) El Salvaje Refinado, que él mismo fundó. También es fundador de Obsidiana Press, una editorial alternativa que publica a escritores hispanos.

En 1986 ganó el Premio Nacional de Poesía de la República Dominicana, con su libro El Soñado Desquite (Colección Orfeo, Biblioteca Nacional), que se convirtió en una consigna para los jóvenes poetas de su país. En 1989 escribió Pasar de Sombra, que es considerado su libro más representativo junto con su primer libro "Iniciación final", publicado en Santo Domingo en 1984.

Tras esto, publicó los poemarios: Iniciación final (1984), Pasar de sombra (1989), Estoy frente a ti, niña terrible (1994), Blasfemias de la flauta (edición bilingüe de Essential Icon Press, Nebraska, 1999), Tomorrow, the Paradise (versión inglesa, XLibris Corporation, Pennsylvania, 2001), Mañana, el Paraíso (Ediciones El Salvaje Refinado, Estados Unidos, 2002), El fantasma de Broadway Street y otros poemas (Ediciones El Salvaje Refinado, Estados Unidos, 2003), La vigilia de todas las islas (2004), y Suicidio en el país de las magnolias (2008).

Se le ha vinculado a los más grandes poetas universales a raíz de la publicación de su libro "Suicidio en el país de las magnolias", un libro en el que su lenguaje se ensancha y define desde varios puntos vitalicios que dan forma a una poesía de corte existencialista, con demarcación barroca, hermética o surrealista. Sin embargo el mismo autor ha dicho que su poesía "participa de una tradición elementalmente expresiva, donde lo que importa es el juego de la imaginación, y no otra cosa." También ha dicho que "la vida es lo que me interesa. En cada poema me interesa expresar la vida, extender cada instante de la vida, por lo menos diez o veinte siglos".

Ha traducido poemas de Wallace Stevens, Mark Strand, Ives Bonnefoy, Emily Dickinson, Allen Ginsberg y otros.

Pertenece a la llamada Generación de los 80 en su país. Se dice que su estilo es limpio y profundo, con asombrosa imaginación, y tono íntimo. Pese a su aceptación entre la juventud y los intelectuales, ha sido el poeta más censurado de todos los tiempos por los pequeños clanes y grupos de poder del Estado en la República Dominicana.
Como pintor, ha realizado numerosas exposiciones colectivas tanto en la República Dominicana como en el extranjero.

Actualmente está dedicado a la cinematografía. Ha realizado dos películas "Daydreamer" (2010) y "The man with a black hat" (2010).

Blasfemias de la flauta (edición bilingüe de Essential Icon Press, Nebraska, 1999), Tomorrow, the Paradise (versión inglesa, XLibris Corporation, Pennsylvania, 2001), Mañana, el Paraíso (Ediciones El Salvaje Refinado, Estados Unidos, 2002), El fantasma de Broadway Street y otros poemas (Ediciones El Salvaje Refinado, Estados Unidos, 2003), La vigilia de todas las islas (2004), y Suicidio en el país de las magnolias (2008).





DILACIÓN

En un ojo de caballo se quemaban mis nervios.
En un latir de estatua iba la noche sola
el mar se había dormido en su nido de algas
y tú poesía flauta ebria de mis furias nacientes
remolino y muralla
cielo y sombra por la voz manando
torrente dilatado
fija proclama de abandono y rechazo
¿dónde
en qué silueta de árbol se esfumaron
la verdad
el misterio
la alegría...
las aves que se juntan para morir un poco
bajo la luz del polvo de tus huellas?






SUMA DEL ECO

Por la quebrada muralla del
murmullo y la suma del eco
de la flor blanca
por la luz en zozobra y el desliz
de la causa olvidada
por el retraimiento de la palabra “soplo”
se ha desligado el hielo de su fiero
ademán púrpura.

El que sólo se posee a sí mismo
al desierto sin cactus llama “reino”
y es la luna su amparo
y el cielo su pisada.







EL BUSCADOR DE TESOROS

¿Eres tú el buscador de tesoros que duerme
en la espiral de una angustia que se olvida
en la noche?
No, le digo. Soy un grano de sol partido por la ola.
Y se arrincona en el ángulo del codo la nostalgia
o la lluvia.
¿Qué es eso que se adhiere al aire como una
flor de polvo?
¿Qué es el hombre sino una constancia sucesiva
de la nada que vierte y que lo vierte,
sustituto de su propio caminar?
Tú, que buscas en ti mismo,
¿qué ves? ¿qué has encontrado en ti
más duradero que tu propio vacío?
Huye de todo lugar, busca refugio
en la intemperie más abierta,
en la distancia impensada,
allí donde una palabra se renueva,
donde se forja tu camino,
donde todo regreso es nirvana.






POETIC ART

Las palabras no tienen sino un desgarramiento voluminoso,
un mustio jardín de horas y de orejas recomidas por el musgo,
el poema no se escribe sino con sangre
y la sangre es un olvido tenue de la lluvia.
Los lugares se arrastran por el viento.
El poema tenido como un espejismo, brilla
o quema sin sentido. Se tachan, se rehacen
las partes inhallables.
Las palabras olvidan lo que dicen,
su único pasado es el silencio.
Sólo falta que yo también me olvide
o me recuerde, que todos recordemos
las cosas que no estaban.







PULSO Y MEDIDA

La lluvia hace girar la sed: es un molino.
Se distancia la muerte inundada de pájaros.
El fuego es todavía muy niño para extinguirse.
El aire cuelga de las dos menos alba
como una estatua que olvida su peinado
en lo frío del suelo
en lo duro del pulso al dibujar las sombras
que me forjan la lluvia
o la ventana que huye aterrada
por todo el bosque
como si alguna voz lanzara sus cristales al vacío
y sólo se tuviera como propio
la ciudad con su torre de clavos y guirnaldas
o el cordón de un zapato y la conciencia.







POR UNA ANGUSTIA BREVE

Por una breve angustia de ola o de violín
se pierde la ciudad bajo los sueños
y se pierden los sueños bajo la
tierra muerta.
¿Qué sino el viento esparce el frío de las piedras y la sed del Viajero?
¿Qué desnudez revestirá mi cuerpo?
Hay un temblor quemado entre las ramas tiernas
cortando en dos el cuerpo de un caballo débil
fluvial como las matemáticas
sonoro
y desatento.






CIUDADELA DEL NÁUFRAGO

Ya no serían para siempre blancas las
nubes que despinta El Greco
en los chalecos viudos
que van cruzando ahora
la verdinegra ciudadela del náufrago
pero hay demasiadas huellas digitales
en tus cabellos
y pegotes de baba en tu cuello mordido
desde lejos.
Mis sueños no serían para siempre
nubes guardadas en los barcos piratas
que arrancamos de las alas de los cuervos
reambulantes
si no fuera porque ha ido de afuera
hacia dentro lo insoñable del mundo
y dos o tres palabras afiladas
y fijas
y de nadie.
Combatir es soñar, soñar lo muerto,
y la escalera aciaga y caprichosa
y el lagarto que asoma desde la ranura
con su mirada mariguanera
soporífica
y materna.

   





EPITAFIO EN LA ESCALERA

Yo reí para espantar la muerte... para espantar aquello inexplicable
oh palabras palabras tan pensadas tan sentidas tan en trance
sin vendajes ni duelo ni corona
os di la luz la vastedad el pulso el zigzagueo el trueno...

Yo reí para espantar el miedo
para espantar el miedo de reír: reí
reí en medio de las fiestas con esa risa rudimentaria
y bonachona con que ríen los aparatos de moler encías
y cabellos y dientes y pupilas...

Oh las lóbregas las cáusticas las horripilantes las
incisivas lágrimas sedosas filosas fornicantes
oh las instantáneas las raspadas las quiméricas
las que zumban las que danzan las sinceras
las purificadas al azar con pétalos de orquídeas
y baba desertora...
Mi risa tan desértica y tan niña que picoteaban con odio
mis amigos...

¿Qué mal os hice con reír qué mal os hice?
Decid al viento que yo me iré temprano
con mis cuatro palabras lúcidas perplejas desiguales
y mis bolsillos rotos y mi risa en pedazos y mi voz en pedazos
y la vida...








EL ORDEN EXCESIVO 

                                 A Eloy Alberto Tejera


Ordena tus imágenes y símbolos
con un gesto de euforia o de indulgencia,
intercambia densidad y volumen,
fija tus ritmos en la vaguedad del silencio,
otorga a cada signo un espacio de acción,
de retirada.

Embriágate de vez en cuando cada día,
haz que tu desencanto duela más a los demás,
exagera, ve siempre al extremo de tu verdad
gloriosa.

Sé desmedido siquiera en tus modos
de elevación: aférrate al vacío como
el cóndor que nace.






La búsqueda 

Una ventana para jamás huir 
del infortunio y del miedo, 
una cima que nos arroje del insomnio, 
un rostro que proporcione la dicha, 
la distancia, el olvido de las máscaras; 
un manantial o una tumba 
que nos obligue a soñar. 
Yo busco en lo alto de mí mismo 
mi corona de vértigos.






Oda al suicida 

Negros párpados podridos en el agua. 

El sol bebe la mancha del ojo 
del ahogado. 

Revienta en el cuchillo 
el corazón del mundo. 

Mi pensada estatura siente asco 
de mí. 

Presiento que mi sombra abandona 
su esqueleto, 
que en mis oscuros huesos escriben 
con angustia los gusanos. 

Mi silencio clava las unas en el cuello 
y en el aire se queda hasta ser luz




CARLOS ROBERTO GÓMEZ BERAS [11.428]

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Carlos Roberto Gómez Beras

Nació en la República Dominicana (El Seibo, 1959) y reside en Puerto Rico desde temprana edad. Su poesía (traducida al francés, inglés, italiano y húngaro) ha sido premiada y/o publicada en certámenes y revistas nacionales e internacionales, e incluida tanto en antologías puertorriqueñas como dominicanas. Ha publicado Viaje a la noche, (1989, Premio Nacional de Poesía del Pen Club de P.R.), La paloma de la plusvalía y otros poemas para empedernidos (1996, incluye La paloma de la plusvalía, Poesía sin palabras y Animal de sombras), y Aún (2007, volumen reúne, por primera vez, los cuatro libros escritos entre 1989 y 1992), del cual tomamos su "Autorretrato". Es profesor universitario y director de la Editorial Isla Negra.

Obra poética publicada apenas en el lapso de cuatro años. Escritura para nada ingenua, lo prueba este mismo "Autorretrato" que puede ser, desde ya, un diálogo con los Versos sencillos de José Martí ("Yo soy un hombre sincero..."). Por lo tanto, pareciéramos haber pasado, no sólo en el Caribe, de una propuesta pre-freudiana, la del insigne autor cubano que no duda de su identidad (ni tampoco de su misión), a otra post-freudiana o postmoderna donde esta última está en debate (misión incluida). En general, coexisten en la poesía de Gómez Beras varias aristas; algunas más desarrolladas o consistentes que otras. Percibimos, al fondo del escenario, un periplo que va de Neruda a Borges; de la fascinación por el bolero a unos versos un tanto más especulativos. De un sujeto poético seguro y eminentemente desflorador a uno como enmarañado en su propio melodrama, en su propia puesta en escena. Mas, curiosamente, a pesar de los méritos indiscutibles de la limpieza, sugerencia, fina ironía alcanzadas en Animal de sombras (ejemplo, “Testimonios de otoño”) --ideal que, salta a la vista, pareciera habérselo propuesto el propio autor-- es la extraña mezcla de refrenamiento y patetismo, humanismo y kitsch, la que más poderosamente llama nuestra atención. Este gesto de estilo, creemos que no desarrollado en todas sus inquietantes posibilidades, lo exhibe Gómez Beras en algunos poemas de Poesía sin palabras (1991); pensamos, verbigracia, en “Mudanzas y destrucciones” y “Arte poética y destrucciones”. Aquí se ha canibalizado (comido y digerido) a Borges y, por lo tanto, al canon occidental y, de modo simultáneo, obviamente se ha hecho otra cosa: un híbrido, un Frankenstein antillano que nos resulta muy atractivo. Es decir, la ciudad letrada toda se ha trasvasado a una ciudad más bien cantada; lo libresco se afina ahora desde el canto popular. Lo que fue fascinación desde un principio, el bolero, se ha reacomodado entre las numerosas lecturas de nuestro autor. El bolero no como tema, tópico o referente --esto está ya muy visto en la literatura y acaso es demasiado fácil-- sino como sensibilidad colectiva, como modo de reapropiación popular de la alta cultura y de los modales (contenciones, represiones, protocolos, segregaciones) que conlleva esta misma. En una primera impresión este gesto de estilo podría pasar, en su eclecticismo discursivo, por desmañado o descuidado; nada de esto, si lo miramos bien. Mejor aún, si lo escuchamos bien: Bola de Nieve percusionando en el piano, y con todas las licencias del caso en cuanto a la letra, las primeras líneas de El Aleph.




AUTORRETRATO

No soy un hombre 
Soy un poema.
Una mujer ya fallecida
me escribió en la noche
sobre una servilleta.
Una mujer todavía ingenua
me recita en la penumbra
con su voz de eucalipto.
No soy un hombre.
Mi rostro es un verso.
A veces
para poder oírme
me busco en los espejos.







Raga número dos 

Ya la última noche veo. 
He besado la la boca postrera 
en este sendero de estatuas imperfectas. 
Alguien, con dedos de arcilla, 
moldeó mis labios ajados 
y en la penumbra de un bosque 
de símbolos intercambiamos 
balas, estampillas postales 
y caricias. 
Su boca era fina y accidentada: 
un río oriental corría por ella: 
un licor sagrado despedía su aliento. 
Las aguas espesas y tibias 
reflejaron 
mi pérdida y su ausencia. 
Por aquel río personal 
nos paseamos en dos barcas 
rojas y borrachas. 
Besándonos 
mis cenizas cubrieron sus ojos 
y SU dolor encendió mi razón 
hasta convertirla en ceniza. 
Porque es así 
el amor de los tristes: 
una barca de humo y flores 
a la deriva de un río. 






I.R.A. 

Una navaja pasa suspirando 
entre dos pétalos líquidos 
entre dos sílabas apenas recuperadas 
por el esfuerzo de dos dedos 
ya casi sumergidos. 
Las últimas flores se debaten 
entre la obscenidad y el desgaste. 

Cuba se resiste como una virgen 
como un delfín perseguido por el delirio: 
(tal vez debo escribir un poema 
y titularlo Nunca vi La Habana 
pero, ¿cómo igualar la pérdida 
al intento de la melancolía?). 

El planeta está furioso. 
Caminos dormidos 
por una ciudad de tirillas. 
En una vitrina
el cadáver de Dios 
espera para ser reconocido. 

Cuba es el último amante 
a la caza de un latido: 
(sé que debo ofrecer 
el corazón de albahaca 
de una ama de llaves 
pero, <tienen que ser humanos 
todos los sacrificios? 

El planeta se abraza a su rabia 
como un suicida a su milagro 
de olas teñidas.





Raga número tres: 

Veo ya la noche última: 
El día ha sido herido 
por las falsas esperanzas 
del cumplido oficinista. 
El crepúsculo está manchado 
por este paisaje de huérfanos. 
Desde un balcón observo 
como caen exhaustos 
los pájaros de mis sentidos. 
Es la hora: 
en París un hombre muere sin aguaceros 
y aquí las sombras 
establecen su imperio 
como un ejército de ahogados 
y perdidos. 
Ya no soy el de entonces. 
He cultivado los procesos 
de la ternura y el delirio. 
He fingido el amor 
con un libro abierto 
con un cigarrillo encendido. 
Es la hora: 
no basta ya tu entrega 
ni los amigos asomados al alcohol. 
En este día de cosas caídas 
paso de ti a mí mismo: 
se me caen de la piel 
las fechas y los asuntos. 
Muy lejos quedaron los temblores 
en las hojas del eucalipto, 
muy atrás también 
las frágiles y obscenas 
palabras al oído. 






Raga número cuatro: 

Ya veo la última noche. 
Cierro los ojos. 
(quiero oír por última vez 
la cítara de tu cuerpo: 
la abeja feroz que se pasea
por las vasijas repletas de tus senos, 
por el plato vacío de tu vientre. 
Abro los ojos ... es el universo todavía 
y su silencio. 
Es por eso que regreso 
a los paseos por el malecón 
a un baúl lleno de balances 
pendientes y daguerrotipos. 
No regreso a ti 
sino a tu recuerdo. 
No puedo ver lo que eres 
sólo lo que eres sin saberlo. 
Es por eso 
que en esta hora crepuscular 
invoco desesperadamente: 
la sombra del eucalipto 
que crecía entre tus senos 
cuando dormías como ausente 
y el viento cálido de tu aroma 
que invisible golpeaba las hojas 
arrastrándolas de tus colinas 
hasta mi pecho. 
Dime ... ¿De qué sirve 
el vendaje de tu sonrisa 
si no conoces 
los puentes que salen 
de tu corazón al mundo, 
ni las mujeres sin esperanzas 
que los cruzan perseguidas? 
No puedo ver que eres 
sólo las bestias milagrosas 
que te transitan. 
Para llegar a mí mismo 
paso por la puerta ciega
de tu cuerpo. 
Ven cierra los ojos ... mira lo que eres sin quererlo: 
el milagro de una mano en las cavernas 
el Insomnio del primer centauro 
las palabras al oído de Penélope 
el viento fresco en el rostro del Kang 
el último día de una guerra 
la luna como la vio el Che en el año 67 
y la historia con todos sus accidentes. 
Todo esto eres sin quererlo. 
Ven cierra los ojos ... ¿Escuchas tú también 
la cítara 
rasgada por la muerte? 


LEONARDO DE LEÓN [11.444]

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Leonardo de León 

(Uruguay, Minas, 1983) es profesor de lengua y literatura. Colaboró con las revistas culturales Iscariote (Maldonado), La letra breve (San José), y fue columnista de libros en la revista Megafón de Bs. As. Estudió cine y guionó y dirigió el cortometraje Pero la puta madre. Obtuvo Mención de Honor en el Concurso Paco Espínola de cuentos, el XVII Premio Nacional de Narrativa "Narradores de la Banda Oriental" (No vi la luna, Banda oriental, 2010), y el Primer Premio Pablo Neruda para jóvenes poetas. En 2012 publicó su poemario Confirmación del aliento (Paréntesis, colección Aedas). 






UNO

A veces las palabras
cuelgan como prendas del vacío
roídas por la ausencia
y de la piel sorda del papel
destila una clara tempestad.
Blanda
hueca anatomía
estático destello:
la página
se apropia del sonido como un cuello
envuelve la crudeza de su grito.
Se amolda a la tela del lenguaje
y deja bien tirantes las costuras.
El vacío se inflama
como una astilla por el río
que absorbe toda el agua y se vuelve
un río quieto de madera.
En esos días
la palabra cuenta la tormenta del vacío
sin decir una palabra.
Se dice
y se disipa.
Se impregna de la nada de su cuerpo.
Se anticipa a su final.






DOS

Mirar con el ojo sereno del tornado
mientras el mundo gira y se deshace.
Ser el centro imperturbable del caos
que llora el espiral de los escombros.
Hacer de la vida un túnel que se tiñe de polvo
y equidista la pupila:
feroz calidoscopio de la nada.
Sentir por última vez
la arrogancia de mirar lo que te queda.
Prolongar la fiebre hasta que arda
y se ahogue en la inercia de su fuego.
Flotar como un recuerdo
y al final
cerrar el párpado redondo del tornado.
Dormirse para nunca haber nacido.
Morir enteramente:
sin un mundo al que volver
de tu sueño o pesadilla.
Ser el último testigo de tu aliento:
nombre sin objeto
aire sin lugar.







TRES

Nunca deja de llover
porque el arroyo no cesa de caerse.
Tropieza con el látigo del sol
y se derrama en el vapor
de los azotes.
Cae mientras asciende:
leve catarata que se encrespa por la altura
y en la sed de un luminoso paladar.
Más tarde o más temprano
el alma del arroyo no resiste otra caída.
Se enrosca al espiral de la tormenta
oprime y se libera
destroza los colmillos en la lluvia.
Escampa al otro día y sin embargo
el arroyo condesciende a los azotes
de una luz que se repite.
El lomo del agua se levanta
felino y sin temor
encrespado en el augurio de otra nube
y otro ataque.
El agua se resigna y se enaltece
en la caída.






44

La copa del árbol
llena de árbol hasta el borde
se estremece
                     se mece
y lo derrama.

Alguien bebe
                     soñoliento
de su sombra.

Hay hombre con árboles adentro:
copas que se astillan en sus ojos
sombras que se mecen bajo piel.

Raíces que se pudren
pájaros muertos en la boca
verde anhelo que deshoja
roja savia que endurece.

El hombre debajo de un árbol
como el árbol
hacia dentro se derrama.

Bebe sediento
                      ensimismado
de su sed.

Publicado en el libro Confirmación del aliento (Paréntesis editora)







Sobre mí

Cae tu boca en mi tórax;
como cuerpo suicida desde edificio.

El golpe mata algo que no es tuyo.
Nunca vi gesto suicida y asesino
más bello y atroz.






Vagabundo del cosmos

Extraviaste los pasos monótonos.
La luna y los sueños a tu espalda
se perdieron siguiéndote.
Hiciste vagabunda a la noche espía
escrutadora eterna de tus pasos.
Nunca volviste a ver la luz en el menguante de la luna.
Olvidaste las calles grises, los manuales
para la risa, las confesiones, los engaños;
olvidaste el conjuro de parar el tiempo
con una sola palabra sincera.
Perdiste el tránsito porque olvidaste caminar.
Nunca tocaste otro camino.
Regresaste huyendo
por la misma senda secreta,
cercada por abismos de olvido y niebla.







Todo es mar

Los cuerpos son olas en el lecho oscilante,
mares juntos y crecientes.
Los baña el mar del aire en éxtasis.
El mar del mundo los asfixia
y los sentencia a una última lágrima, 
al océano condensado en pupila.
Pronto vendrá el ahogo,
pronto una ola como lápida,
pronto un sermón del viento;
un epitafio de grito de ave.







Lluvia asesina

Como artillería del cielo
la lluvia
me desmorona
sin heridas profundas.
Apenas la erosión de sus partículas
me (a)gota el tacto
y lo asesina.





Abismo (arte poética)

Cuando el aire es el
abismo,
respirar es la caída.
La grieta es honda
como profunda 
la inhalación que nos arroja al fondo.
Espero encontrar
al verso
en el vértigo del descenso.
Espero volver al cielo antes del golpe que disipe al cuerpo en la dura tierra.








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