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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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EVA CASTAÑEDA BARRERA [11.380]

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Eva Castañeda


EVA CASTAÑEDA BARRERA

(Ciudad de México, 1981).Es Maestra en Letras por la UNAM,  donde actualmente estudia el Doctorado en Letras. Se ha especializado en el estudio de la poesía coloquial mexicana y latinoamericana contemporáneas. Es Jefa de Redacción del Periódico de Poesía de la UNAM. Ha publicado poemas, ensayos, reseñas y artículos críticos en diversos medios escritos y electrónicos nacionales e internacionales. Es investigadora asociada en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM. Es miembro fundador del Seminario de Investigación en Poesía Mexicana Contemporánea.  Ha sido incluida en diversas antologías poéticas, entre ellas Canto de sirenas (Cascada de palabras Cartonera, 2010) y Poesía al Armar (CONACULTA / INBA, 2011). Es autora del poemario Nada se pierde (VersodestierrO, 2012). 





¿Cómo sería querer mucho una cosa
y tenerla?
Rui. Costa



Sin cuentos

Te invito un café,
pero no me cuentes tu vida.
Hoy los trenes son más importantes, la música que tocan en las vías,
los harapientos que sucumben a la seducción de morir
bajo los trenes que de madrugada se enredan con la hierba.
Nada de esto existe
aquí,
¿quién lo dice?

Te invito un café,
pero no me cuentes tu vida.
Hagamos con los dedos una ciudad endeble
con terremotos a la izquierda y un ápice de compasión.
Una ciudad débil sin cuentos ni habitantes.

Por favor, te pago el café.
No me cuentes la historia de tu vida.
La prisa y el cansancio son de todos,
mejor, diluye el polvo para que se levante lo importante.
Algo nos dirá.







La chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina[1]

Porque alguien siempre arroja las navajas y el ruido tenue
corta el seso más inteligente.
El hueso avanza al matadero
donde flores coaguladas nos saludan:
entra sin corona.

El resto es la oxidada orilla de algo que un día centelleó.
Desquiciado es el color de la lumbre.

Si todo fuera blanquísimo habría un lugar para dejar las piernas y olvidarse,
pero el humo apunta al lugar de la tormenta:
érase una vez una
que miraba a uno
y de su boca caían abalorios.

Fue en un sueño la hoguera.

Memoria extinguida mientras algo adentro se iba más adentro,
sale sin corona, su cuerpo de gasolina ilumina
un cerillo sin cabeza.

Y hay un fuego tierno que se enciende entre tus manos,
acaricia, que la piedad también hace cenizas.
Azufre son los recuerdos menos rojos,
la corona se extingue.

Esta mujer se convirtió en cerdo,
lloró toda la noche su luz perdida.


NOTA
[1] Tomo el título de una de las novelas del autor de best-sellers, Stiegg Larsson. El título original es The girl who played with fire.








Por la ruta del chocolate

¿Quién comerá más chocolates, un niño o una mujer desesperada?
En los dos casos, la vena se infla y el mundo es menos feo.
Juana la loca guardó diez chocolates para su hijo Carlos V
y en cada grito algo menos dulce y más desquiciado salía:
conquistaré el mundo con una sonrisa ridícula y un juramento de amor
bajo la luna de alpaca.
Mientras, busco lo inofensivo, lo tierno que no desespera:
chocolates castigados en la lengua.

Hay algo de metafísico en el caramelo obscuro que atraviesa
la garganta como los caballos del rey Carlos V en Bolonia.
Chocolate amargo antes de la batalla. Después vendrían las lágrimas,
la depresión y un reino. Por la ruta del chocolate se llega al mediterráneo
con su cuerpo de agua y esas ganas de ser de azúcar para abandonar la sal y sus pecados.
Mar en medio de las tierras. Derretido. Chocolate. Mare Nostrum.







El retrato de Jeanne
                                                                                         Pintaré tus ojos                                                                                   cuando conozca tu alma.                                                                                             Amadeo Modigliani

Mujer, arráncate la luz,
habita mis manos vaciadas de color.
¿La pobreza?
su cara sucia nos mira, 
se asienta el polvo.
      Sigues aquí.
¿La nieve?
Los golpes excitan la carne,
de morado el hielo se derrite.
      Sigues aquí.

Derroché los pulmones en el escondrijo del hollín,
me queda grande el aire, sorbo tu aliento.

No te vas, ciega de mi angustia.
Los ojos y el azul que agita mis uñas,
ellas miran, presienten el color de la carne,
son las despojadas de piel brillante.
Saben ver.

Tú, penumbra en el retrato,
   paloma del alcohol y la amapola.

Ya tus ojos cuelgan del añil,
atisbo del albor.
Un anillo se acomoda en tu cuello,
cae preciso a la hora en que soy espejo.
Presencias tu vestido y el cuartucho.

Eres los ojos, todos los ojos.







Exilio

Por la blancura del refrigerador
               brindamos.
Por la ausencia de malos olores,
a uva masacrada por el frío.
La sopa hecha jirones que se impacientó
hasta el suicidio.

Nos quedamos sin pimienta
y sin espasmo;
limpiamos hasta penetrar el tiempo,
desterrar la mácula
al lugar evanescente.

El hocico de la mosca 
busca y sólo blancura.

Nada del pasado y sus tropelías,
ni descuido o abatimiento,
       sólo blancura

Ni la culpa y su hediondez,
       sólo blancura.

Descansan los ojos en la límpida calma de lo trasparente
y la mosca chilla en el exilio.








Cosas de familia

Y detengo mis ojos en la figura del campeón del mundo:
de pie, señores, un poco de respeto para los hombres como mi viejo
que doblegaron sus vidas en trabajos miserables.
Fabián Casas


Mi padre osciló entre el temblor y la esquizofrenia.
Nunca lo entendí. La vida fue para él un espacio imperfecto.
Un día después de treinta y un años,
supo que era el momento
de partir sin la televisión, sin una esposa ni el colchón
o los muebles que le valieron tres años de sueldo.
No volvería a sentarse frente a un plato caliente
o a mirar con cansancio el rostro de la mujer que siempre lo acompañó
y que un día, lo dejó solo para estar sola.
Mejor así.

Más tarde,  para cada uno,
vendría algo parecido a la felicidad.


                                                              



De laderas y pendientes

A mi hacedor favorito de trabalenguas:
Octavio Paz


Una ballena en la casa es algo metafísico.
Lo que es no debería y la disertación corre por todos lados.
Una ballena en la casa y yo que ya no entiendo de laderas
ni pendientes por las que salta quien que ya no quiere respirar.
Una ballena y la poesía se deslava en su letra, en su ojillo minúsculo
por donde mira lo más callado, pero una ballena en mi casa y yo con la pecera ocupada
y las cacerolas con la sopa y esta manía de no entender qué hace una ballena leyendo

Moby  Dick y después Dylan y las ballenas. Dirá que esto de encallar es lo más aburrido en una casa donde no hay olor a pan caliente. Una ballena que se cierra para contener las palabras que en el agua no existen. Las horas son lo mismo con una ballena que se burla de casi todo porque es inmensa y azul. Brilla los bichos y por su verdad discurre todo que lo francamente ya no entiendo. Una ballena que escribe sobre el campo literario y sus redes ominosas, esta ballena es de otro mundo porque está en mi casa y emite juicios sobre la ignorancia con que escribo. Una ballena que dice: “yo dibujo estas letras / como el día dibuja sus imágenes / y sopla sobre ellas y no vuelve.”





De Periférico a Madrid

Yo atravesaba un puente.
En la mañana de un miércoles, de un jueves.
Los puentes son pura soledad a las 5:00 aeme: su hueso cuelga helado.
Hay homicidios o churros calientes, pero no locos, sí pervertidos o señoritas decentes.
Yo andaba por el puente cuando / mientras / para.
¿Cómo le explico de mi pasarela por sus andamios? Allí era sigilo. Abajo el camión a Izazaga,
el fordcito rojo, la ardiente prisa.

Sabía de mí como se entera uno de las corrientes de aire. Es que uno es otro cuando recorre un puente. Sin metáforas, sin oxígeno, la vida repartida en peldaños miserables.

Descubierto todo: su errática existencia, su débil osamenta y el paso y paso de  todos, de cualquiera. Yo atravesaba un puente



                                                    



Tonight



Las luces de la gasolinera, sus redes infranqueables de color.
: la mujer que se pasea sin un bolso y esas piernas que a nada inspiran.
Todo se agita de madrugada.
A esa hora los niños de la calle son compasivos:
te ofrecen las bancas como si fueran las sillas de su casa y luego te miran,
te abren despacio con la navaja de su rencor y luego sangras de un modo tan hermoso
que la banqueta y los animalitos se pintan de rojo y luego el niño se va y tú te quedas
con un espanto que no es de este mundo porque tu carne abierta no es como pensabas.
De madrugada la fruta es fluorescente,
se quiera o no es
luminosa y anaranjada.
Tus ojos suben por las cosas para capturar su línea perfecta,
la que soporta el edificio,
la que reubica el paisaje.
No es que los lugares cambien

                                    es que algo en tu cuerpo muda:
la iglesia es la Isla Creciente. Tu sed ahora es otra.
Las luces de los autos se clavan en tu recuerdo.
Uno, el único, el que ahora importa:
       era madrugada en la ciudad y no llovía, tampoco te enamoraste,
           sólo era de madrugada.





C.J. SEVERIANO [11.381]

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C.J. SEVERIANO

Nació en Puno, Perú en 1969. Es bachiller en la Facultad de Ciencias Sociales, Carrera profesional de Antropología de la Universidad Nacional del Altiplano (1990-1994). Es licenciado en Ciencias de la Educación con mención en la Especialidad de Lengua, Literatura, Psicología y Filosofía de la Universidad Nacional del Altiplano-Puno (1992-1997). Honor al mérito. Primer puesto en la exposición poética de los I Juegos Florales de la FCEDUC de la UNA-Puno (1996). Primer puesto en el área de creación poética en los II Juegos Florales de la FCEDUC de la UNA-Puno (1997). Poemas publicados: “Simplemente tiempo”, “Mujer infinita” En: INTIWATANA. Fundado en 1953 N° 4-II Etapa, Lima setiembre de 1997. Estudios concluidos de Maestría en Educación y Gestión Educativa de la Universidad César Vallejo-Lima (2010-2011). Ha participado del taller Poema-objeto “5 metros de poemas y otros cuerpos poéticos” en Casa de la Literatura Peruana con la poeta mexicana Claudia Luna (Lima-2012). También participa de los talleres de poesía I, II y III a cargo del reconocido poeta peruano Miguel Ildefonso con la anuencia de Vagón Editores (Lima-2013).  Del mismo modo sigue el Taller de Poesía a cargo del poeta y escritor, Marco Martos, en Casa de la Literatura Peruana. Actualmente trabaja como docente en el Instituto Sevilla-Lima.





PÁJAROS PRESOS 

De mañana-cuadrúpedo
eres una raya mal dibujada de légamo huérfano
Al medio día-bípedo
un espejo que secuestra la risita del Sol
Al anochecer-trípedo
un boceto de lágrima en papel surcado
pájaros presos
presos pájaros
pájaros pájaros
presos presos
verde
garzo
castaño
ámbar
avellena
negro
gris
d
o
s
p
a
s
o
s
una calderilla
un boleto
y te escondes en un cinema
como un chiquillo huidizo.








PASO DEL NORTE

Mis manos
abren las cortinas de tu ser
te visten con otra desnudez
descubren los cuerpos de tu cuerpo
Mis manos
inventan otro cuerpo a tu cuerpo.
OCTAVIO PAZ


Sangre y dolor
dolor y sangre
recorren tu piel como Cristo en agonía.
¿Es Ciudad Juárez la segunda más peligrosa del mundo?
Cierro los ojos lentamente
extiendo los brazos al mundo
recorro las dunas de Samalayuca con los pies descalzos
subo el “Cerro Bola” al atardecer para ver tu mejilla triste
gruesas lagrimas rojas recorren mi rostro de niño lejano
y mi alma estalla en mil pedazos
y exploto en un grito doloroso…
¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!
Cierro los puños y golpeo con fuerza tu corazón salvaje
y de pronto mis manos se agrietan quedamente
como si una fuerza entraña me obligara hacerlo
mis ojos llorosos se abren lentamente
y veo salir de mis manos bandadas de palomas blancas
en vuelo alegre y pacífico
y mi corazón ahora es una fiesta de mariachis,
una festividad de infantes felices,
un espectáculo de mujeres risueñas,
una algarabía de calles tranquilas,
una ciudad que duerme en paz.









Quimera Anómica

La guitarra de Sabina
aúlla como un lobo rabioso en la “La calle melancolía” .

Yo,  -con alma de dandi rockero en quiebra-
 rezo como si estuviera en una jaula de leones en pleno corazón del África…

Entre tanto:

Los niños trabajan, con sus caras denigradas, las 25 horas del día por una monedita que no tiene cara de luciérnaga. ¡Chiquillos del mundo uníos para hacer huelga!

Los mozalbetes estallan, revientan, explotan y detonan como un volcán dormido desde cuando Darwin era un mono catarrino. Actualmente son los terratenientes del “dedito” gordo.

Los adultos trabajan a tiempo completo como esclavos nuevos. Son padres por correspondencia. Les da pereza ir al colegio porque nunca han sido amigos de las tareas ni de los libros.

Los viejos divagan como gatos techeros en el reflejo de una ventana en plena avenida de la muerte.

Los mercaderes ofrecen tomates gigantes como planetas rojos, pollos de tres pechugas con cuerpo de ñandú a punta de inyecciones.

Las tecnologías resquebrajan el ombligo de las familias y las convierten en meros espectadores donde la comunicación es una quimera con cara de arpía.

Las botellas de whisky operan vehículos con los ojos vendados porque les gusta estampar o alfombrar con humanos el frío cemento de la alameda Tierra.

Los bosques y los árboles cobijan sierras y lenguas de fuego para terminar amargamente en légamo gris. El niño que nace en la rama quebrada ya no respira más y el búho termina con los ojos rasgados.

Los nevados posan desnudos para “un huevo frito suspendido en el aire” y por ello los ríos ya no dan a la mar sino agonizan como serpientes recién nacidos.

El mar agita sus entrañas y besa la orilla de tus pies solo para mostrarse vivo, salado y mojado. En ocasiones suele devorarte con todo y ropa de baño. 

Los animales juegan al racionalismo puro y los humanos, a la estultez cada vez más alucinante. El hombre destruye, el animal conserva…Una verdadera paradoja. El mundo al verrés.

El cielo espejea la anomia de la avenida caos y violencia. La sangre es un hilo rojo que marca el compás de las pistolas…

La globalización es una ballena gigante que se come a las pequeñas culturas como a un gusanito de pesca en la orilla de la vida.

Luego,
la MIERDA sigue girando sobre el ORBE como un trompo maléfico.






Mascotas Inmortales y Hombres Mortales

¿Poseen mascotas todos los mortales?
La historia dice que algunos sí y otros no.

Miguel de Cervantes Saavedra, exploraba España, La Mancha, Sierra Morena a través de Alonso Quijano y Sancho Panza. Ambos lo hacían a lomos de bestia: “Rucio” instruía a Sancho de cómo gobernar la ínsula Peruana y “Rocinante” le dictaba cartas de amor a Quijote para ser entregado a la Ñusta Inca.

Juan Ramón Jiménez, escribió “Platero” y lo soltó en los prados de América.
Su hocico rozaba la piel de la hierba fresca todas las mañanas.

José María Arguedas, insistía en decir que uno de sus mejores amigos fue Azulejo, El inmortal y que acostumbraba hablar con él sin cesar sobre “El zorro de arriba y el zorro de abajo”.

Charles Bukowski, poseía un “Pájaro azul” en el hoyo de su corazón; quería agitar las alas para ir al bar a tomarse un trago de whisky con él. El pacto era absolutamente público.

Silvio Rodríguez, por cosas de la vida tuvo un “Unicornio azul” y se le perdió de tanto buscarlo. Aún anda inquiriendo por él. ¡Ayúdenlo por favor!

Edgar Allan Poe, escribió “El gato negro” con Catarina en el hombro y comiendo mandarina.

Julio Cortázar jugaba “Rayuela” en el cielo con el inquieto Adorno. Si ganaba el escritor, el gato perdía un bigote.

Winston Orrillo decía que un hijo de puta mató a su gato. Como venganza escribió “Poemas para un gato” y terminó leyendo en el parque Kennedy que es el reino de los bigotes con cola.

Mario Vargas Llosa, mientras terminaba su discurso como ganador del nobel de literatura, un poco agraciado Quasimodo de la madre naturaleza terminaba de hacer el amor en El Parque de las Leyendas y, luego encender un cigarrillo como si nada pasara en el mundo.

Lord Byron, tenía un repertorio casi musical de mascotas: un zorro, monos, loros, gatos, un águila, un halcón, gallinas de Guinea, un cuervo, un tejón, gansos, una grulla egipcia, una garza y un oso. Sin embargo, su preferido fue “Boatswain" en cuya tumba se lee:
"Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos."

Rubén Darío, tradujo el reflejo de la belleza en poetas alados que surcaron el corazón del garzo cielo americano y europeo. Agitábase un ala exótico, lejano y casi salvaje en la fibra más honda y alta de La Torre Eiffel. 

Charles Baudelaire, miraba el mar y veía caer “reyes celestes, torpes y avergonzados” como estrellas suicidas, pero el milagro nace como un aedo gigante para dar la vuelta alrededor del mundo en 46 días.






MI MADRE TIENE UN PLANTA CARNÍVORA QUE PERDIÓ UN DIENTE AL DEVORARSE:

A LOS POLLINOS
AL PÁJARO
AL UNICORNIO
A LOS GATOS
 AL HIPOPÓTAMO
AL PERRO
AL CISNE
Y
AL GIGANTE DE LOS MARES


¿Poseen mascotas todos los mortales?
La historia dice que algunos sí y otros no.













ENRIQUE BEÓ [11.382]

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ENRIQUE BEÓ

Seudónimo de Enrique García Anhuamán, nace en Lima, Perú en 1982. Es Licenciado con estudios en Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal y Artes Audiovisuales en la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Se ha desempeñado como guionista, reportero gráfico y docente. Ha diseñado y dictado diversos talleres y seminarios de arte y tecnología en distintos centros de prestigio como el Centro Cultural Pasaje Dardo Rocha en Argentina, Centro Fundación Telefónica, Centro Cultural de España, Casa de la Literatura Peruana, entre otros. Es miembro fundador y director del Centro de Tecnología, Medios Artísticos y Literarios: Html404 dedicado a la promoción, investigación y experimentación artística y literaria con soportes tecnológicos. Además de publicar artículos y poemas en diversas revistas de Perú y Argentina, ha publicado los poemarios Para navegar al sol (2004); Abanico (2005); Enrique Beó (2005); Jmwzrrodizzklxcvglkl (2007); Enrique extravagancia (2008); el poemario hipertextualPoemas Binarios (2010); la antología publicada en Paraguay Poemas Desordenados 1999/2011 y Para Los Idos (2012). También ha realizado diversos trabajos de experimentación audiovisual e instalación comoVer/Veras (2008); Mentápolis(2009), Un hombre herido se arrastra por el suelo (2011);la videoinstalación Violencia del Cuerpo (2013) entre otros. Actualmente se dedica a la docencia superior, a la investigación y experimentación con procesos tecnológicos aplicados al arte.





Hoja bond A4, color rojo de 80 gr.

Estoy herido,
acostado sobre la fría mesa.
La sangre cubre mi cuerpo
         con el color prohibido
de las banderas en exilio.
         Y me cubro con mis puños,
susurrando palabras
que tal vez nadie escuche.






Hoja bulky Oficio de 75 gr.

             Mi cuerpo roto,
         despezado en tiras
         como anaqueles quietos.
                   El ojo atraviesa
         mi otro lado inquieto,
en donde las palabras
son flamas que incendian.






Hoja manila A4 de 90 gr.

                   Las polillas caen
         y tragan de mi cuerpo,
         censurando las libres palabras,
                   torturándome
         con el zumbido de sus alas
         y las caricias de sus larvas.
                   Para cuando terminen
         mi cuerpo ya habrá desaparecido
en mudez silenciosa
de simples sombras. 

*(Poemas pertenecientes al proyecto “Papel” un poemario audiovisual)





Poemas Desordenados. COLEXION AMONTEMA BRICK Surrealismo y delirio verbal sin sosiego




sus manos
aladas 
de madera
construyen las máscaras para los hombres
y el tiempo 
y el silencio
son sentidos de 
los verbos aún

el solsticio navega entre los mares sin sol
la melena 
dorada
llegó hasta
el oscurecer
para 
amanecer al sol

acaso son 
las máscaras 
caídas
para los atardeceres
o simples
embarcaciones 
para 
navegar
a dios



Enrique Beó - Para los idos. 











ARTURO SÁNCHEZ [11.383]

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Arturo Sánchez

Nació en Barcelona en 1990. Dice ser poeta. Le gustaría ser poeta. Incluso dice a su familia que es poeta. No hay pruebas fehacientes de que lo sea. Sin embargo sí parece ser estudiante máster de literatura comparada en la Ecole Normale Supérieure de Lyon. También se le ha visto fugazmente por los pasillos de France Culture. Física y espiritualmente vive a caballo entre Francia y España. En medio está, con las puertas abiertas, Palpitatio Lauri. Su primer poemario, Un incendio en cada oasis, ha sido publicado por 89Plus y LUMA foundation en el marco de la exposición "Poetry will be made by all", en la que, además, ha participado con el pomposo título de consejero global. Algunos de sus poemas han sido incluídos en la antología Apuestas: nueve poetas nuevos, de La Bella Varsovia. Si muriera le gustaría reencarnarse en un personaje de Tarantino. 



Hep nº1

Humility is beatness

La humildad es la beatitud
La humildad es el golpe
La humildad es el ritmo
La humildad es el latido
Y no no no
yo no no
yo no soy humilde

Soy un ladrón flexible como un dibujo
En los tejados de la noche

¡Sácanos de aquí!

Dando fuerte
Donde duele
La salvación me golpea en el hígado

“Chaval, mira bien por dónde vas no se te vayan a caer los ojos” dicen pero bien se nos podrían caer los ojos y metérsenos en los zapatos “¡Para un momento! ¡Tengo una piedra en el zapato! ¡Joder cómo duele!”

Y cuando suenen las campanas en la noche electrónica
Y cuando los neones de colores iluminen la capilla
Y cuando broten pompas de jabón de la boca de las señoras
Y cuando salgan cuervos y astros y jabalís de la boca de los señores

¡Y CUANDO EN DEFINITIVA SE CUMPLA EL DESIGNIO DE LA MENTE!

Bailaremos con cocodrilos.

Oh doucement mon amour en esta lúgubre fiesta de interrogantes y flamencos lisérgicos que picotean con saña mi córtex mescalínico

Dámelo
Dámelo
Dámelo

¡Oh, me rindo al culto pagano y bárbaro y sanguinario y sacrifico pollos sobre el altar de un sobrenatural Cervantes!

WHOAAAAA!!!

Porque la humildad es el ritmo

Y lo dije
Y lo repito
Que volverá
(que vuelve)
el Tiempo de los Asesinos
La era de los jinetes locos
Baal-Babilonio y Atila Mascaneuronas.

El asesino viaja en el asiento del copiloto.
Está exhausto.

Porque la humildad es la beatitud.

Mátanos

Murciélagos en el armario y serpientes entre las sábanas.

Sálvanos

“Eh chico, mejor que dejes de ver cocodrilos donde solo hay cascanueces”
Y acaso acaso acaso
No se trata de eso
exactamente de eso
sola y exclusivamente de eso

Se levantarán astros de goma

Porque la humildad es el golpe

No soy creyente
No soy de aquí
No soy azul
No soy sabio
No creo
No creo
No creo

Yo también tengo derecho a cantar el blues y a soñar que vibro y sudo y tengo convulsiones en un concierto de Dizzy Gillepsie aunque hoy se llame Parov Stelar

Estelas de un buen poema
Esto no es un buen poema
Esto es encerrar el cosmos en una palabra

Porque la humildad es el latido

Escucha aquí la ausencia de desidia

¡Baal! ¡Bájate del árbol ya, ya no estoy jugando!
Ya no estoy jugando, Baal.

Suena el Blues de Babilonia
Sweet tune.

Suena el Blues de Babilonia en el saxofón

En el día de la resurrección

Aprendiendo a destruir un mundo y renacer

Despeinados y con las pupilas dilatadas

Porque soy la beatitud
Y soy el golpe
Y soy el ritmo
Y soy el latido
Y soy
¡Oh! Ya lo creo
Soy
Soy humilde.







Uno, dos, tres

Mi espíritu ya no me pertenece. Es decir, tal vez yo ya no estoy en mi cerebro. Pero alguien ha dejado una ventana abierta. Mis pensamientos no me pertenecen, porque no los he hecho.

Esto es mucho más simple de lo que parece.

Conozco el placer de la alienación.

Mi pérdida de poder es una impostura inevitable. La hipocresía de mi espíritu es necesaria.

Ya no hago pie en mi pensamiento.

En el océano, me paro y me dejo hundir en la profundidad verde e infinita. La mirada ya no ve nada; el frío paraliza manos y pies – surge entonces la felicidad.








Mi pensamiento se trasviste en un carnaval de una lentitud fisiológicamente malsana.

Yo ya no tiene nada que ver. Él construye palacios sobre niebla, que se derrumban con estruendo en una retirada de horizonte. El agua regresa en imágenes y sonidos, fría de desconocido – y él se deja hacer. Los recuerdos surgen y se demoran, un momento, como relámpagos extraviados. Luego invoca castillos de futuro, castillos a los que no falta ningún detalle, y que se hacen añicos cuando tropieza con esto.

El gozo eyaculatorio es entonces neuronal y eléctrico.







Con la llegada de la marea, el pensamiento pierde consistencia. De lejos, perece robusto; pero cuando la mano lo roza, el retrato se funde en una niebla que descompone los colores. Se sabe que el viento no tolera sino el gris.

La brisa derrumba los muros.

Soy un umbral.








Plegaria extraviada 

¿Qué les pasó a los palacios de barro y a las sonrisas en el puerto exhausto?
No temíamos el contagio en el suelo sucio, en las tierras del Terror o bajo los neones sin resurrección.
Todo esto es muy raro.
Siento en mis muñecas las raíces de la desinfección y aun así

Pavos reales de otros mundos viven en gasolineras abandonadas
Perros feroces aúllan a la luna helada, melancólicos, estresados y depresivos.

Eduardo Manostijeras se pasea sonriente en las mieses.
Cambiaré el yodo por pinturas de guerra y el alcohol por sangre.
Me rodean incontables ojos de hombrecillos de arcilla.
El tigre sonriente ha pasado como un ovni

Recordado solo en las fantasías de los locos.

El chamán de veinte años ha vivido todas las vidas

Y llora en un local okupa desertado.

¿Qué fue del beato vagabundo de sol y asfalto?

¿Dónde acabó el american bum?

Y jurarían haberle conocido, algunos hombres nacidos por la mañana.
Hemos viajado de la hospitalidad al hospital en una fuga de sumisión.
A partir de ahora quiero que se me conozca como el perro con botas.

Venid a husmear conmigo los perfumes olimpiacos de las estaciones de servicio.

Espiritual ateo y generoso demente, perro con botas, ¿adónde fuiste?
Chamán de veinte años, tigre sonriente, perro con botas, santa trinidad del ángel borracho a tientas en la tierra.
Buscaré un baño de gasolinera para lavarme de la convicción aséptica.
Compraré un fusil para disparar a las nubes de ojos como estorninos.
Se abren los infiernos y vuelven a brotar en la tierra los locos enamorados.
Cuándo será que las parejas enamoradas volverán a jugar desnudos en el colchón sin sábanas de una habitación vieja y destartalada.
Aquellos que, hasta las cejas de marihuana, seguían filosofando en el metro nocturno.

Aquellos que descargaban barcos en el puerto y solo se perdían en libros viejos.

Me escuchan con sorna los convictos artífices de su suerte en la ciudad esterilizada.
Convictos de la convicción con sonrisas de reojo, hombrecillos de arcilla.
Y apagaré las luces y las señales. 

Deberá volver la aurora, bestia de sangre, a cubrir el planeta.
El mundo se tiñe de rojo cuando las venas explotan en los ojos. 
El asesinato se repetirá.
Sácanos ya del hospital.

Ángel ebrio, que estás por los suelos

Santificado sea tu nombre.




RUTH LLANA [11.384]

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Ruth Llana 

(Pola de Siero, Asturias 1990) ha publicado relatos, poemas y traducciones en revistas como Los noveles o Revista Kokoro y en antologías como Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011) o Hijas del pájaro de fuego (Fin de viaje ediciones, 2012). En 2013 ganó el premio Federico García Lorca de poesía de la universidad de Granada con el poemario Tiembla (de próxima publicación.) Su blog es: vertigoaniveldelmar.blogspot.com






Deseo de ser arquero

Nace para ser caballo ilota y relámpago y cartón y olor y tiembla tierra tiembla. Nacer para ser soplo de vida aliento, crin al galope vienen los cerros hacia mí - hacia ellos nos desplazamos nosotros, violentamente luces, esclavos. Golpe percutido (de los ojos negros sin sombra).

Respira la pausa por todo destino lo que se va, consuelo buscado en los golpes de las pezuñas contra el polvo, mantiene su memoria en las rodillas de los elefantes.

Río que trascurre, la mano del oso descubre en el interior del agua (reflejo en los ojos negros del deseo de ser crin y galope, espíritu, garra, nutria)

Golpe del suelo en los cascotes, golpe del suelo en los pies alargados hacia las estrellas (hacia los muertos).

Voy hacia los muertos, hacia los grandes cañones del desierto. Las plantas señalan el hogar del nacimiento. Para ser, momento antes, miedo hormigón tiembla.

Deseo, dirección, deseo; hacia donde voy los muertos como nutrias disparan sus arcos, y tiembla como retrocedo, voy con los muertos con la piel misma de los pies quemada, una superficie tras otra, tras otra la misma, el mismo miedo, peso que se pronuncia de correr descalzo hacia mí corren los lugares descalzos, hacia mí los muertos descalzos yo hacia los muertos descalzo.







«Monelle me trouva dans la plaine où j’errais et me prit par la main.
– N’aie point de surprise, dit-elle, c’est moi et ce n’est pas moi;
Tu me retrouveras encore et tu me perdras;»

Le livre de Monelle, Marcel Schwob

I



Dentro del corazón cada mano fría se rompe en miles de esquirlas doradas sobre las paredes. Y son caras de niños, manos de niños, las que me cortan la voz y ponen ojos en la cara.

Con un dedo voy dibujando el camino donde diré: “aquí, no volveré a pasar”. Las últimas palabras. 
Inventarán una larga historia acerca de alguien, de una mano fría, de una voz que podía cortarse como un ala y su propósito.

Volver sólo para mirar el cuerpo ensangrentado, la idea que cubre esa piel, el desgarro de los otros. La imposibilidad de suicidarse. Porque tú me tomaste de la mano, tú que no existías y me lo estabas diciendo. “Me encontrarás y volverás, volverás para volver a perderme.”






«Et je regardai par la plaine et je vis se lever les sœurs de Monelle.»
Le livre de Monelle, Marcel Schwob

II



Me es imposible amarla y matarla al mismo tiempo. Se reproducen acantilados en mis mejillas, definiendo el único sentido de caer. Poco a poco, sus pequeños cadáveres correrán a través de mí y no serán nada. Serán la nada en toda mi piel. 
Imposibles de atrapar, los llamaré Monelle. Por las piernas que perdí en la belleza y el cuerpo enterrado en el bosque. Ahora soy, toda yo, ramas que se miran. 
Después de ti, no podría haber sucedido otra cosa.






III



Un árbol te observa hacerte mujer desde el centro del universo. Y todo lo que tú quieres es su savia. Apoyarás los labios, como una profecía, en su corteza sangrienta y vieja. Renunciarás al cuerpo que amasaste con arcilla en tu ceguera.

Esa que veo en el mar, se va a transformar en atardecer.

Pero un día llegó por fin; tú, cara desfigurada, me dijiste: «olvídame, y te seré devuelta.» 

Una danza. Un atraparse, como los animales en el amor. Una criatura nacida de mi sangre. 
Doliente. La virgen sonríe pequeña y su efigie se rompe, entre mi infancia, hacia abajo.

Me doy la vuelta y veo mis ojos derretirse en tu cuerpo, en esta soledad inmensa del descubrirse, de apretarse las palabras y no decir, por la fragilidad de las figuras en tu contorno.

Trazar lo inalcanzable con las manos tocando. Descubrir la voz de dios, disfrutar el enigma como se adentra en la inocencia, asimilando la sustancia de mi vida a toda esa materia mentirosa.

Dolerse en el grito del descoyuntamiento. Aquellas voces que duelen, que muerden las puntas de los dedos muriendo de la alegría que no tuvieron.

Darme la vuelta y mirar mi cuerpo ensangrentado y doliente, en otro verbo, en otro cuerpo. Dentro del cepo de la ceguera. 
Acaricio mis manos en el baile, en el rito de abrir los ojos.

Me giro, me doy la vuelta. Escupo mi cuerpo en el espacio. En el gesto simple de buscarte con la dirección de mis miembros. Trazar el camino en ser mujer así. Sorda.

Romperme en todas direcciones en el reconocimiento de que existe un momento aquí. Y que eso era la verdad de toda tu vida, de toda la mano, de todo lo que no tenía
A modo de existencia.         



CRISTIAN PINÉ [11.385]

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Cristian Piné

(Móstoles, Madrid   1991) ha publicado algunos de sus poemas en Poetas en Libertad 8 (Poesía eres tú 2009), El Nombre de los Peces (La Piscifactoría, 2009) y A tu encuentro (Corona del Sur, 2012). En el 2012 publica su primer poemario, Mecánica del Canto (Amargord Ediciones). Además, pertenece al colectivo poético Funambulismos.





Quiero decir cosa
es que quiero decirlo y no me dejan
en voz baja en cuclillas
la sola sucesión de mis sintagmas
no me dejan a penas decir qué
podré tomar la sílaba
hacer insinuación de algo que escuece
la pústula de mí
podré decirlo un día
un trozo de una epístola sesgada
tengo algo que decir
y callo para siempre
pero es que no me dejan lo aseguro
verter mi tierna orina en las raíces
del problema exijo
aunque es una palabra un poco fuerte
exijo ser hidrógeno
el pirsin de un pezón suena la alarma
y sueltan a los perros desdentados
llevo un rato intentando decir cosa
y no hay hombre que diga
en tales tierras nada
quiero dez haz comerme mis bisílabos
hacerme una compota de las partes
que forman la oración
me deja que lo diga o tiene prisa
me gusta que me ignoren como a un niño
pero ahora voy en serio tengo un arma
cargada de futuro y no es de letras
un arma de brutales resultados
un arma que deshace torniquetes
como este van creciendo comisuras
saliva entre los párpados
es esto al fin silencio o es mentira
me dejan un aparte o lo parece
para poder urdir mi testamento
lo que quiero decir desde hace rato
no puedo ya decirlo la vergüenza
el miedo no me deja o son los otros
que escuchan desde la otra habitación







De venenos

Repito la copa Repito el veneno
en la sobremesa Recojo la uva
caída la rama más alta de ti
Repito Veneno primero el café
La risa que crece Confeti de grises
de carne de baba Parece la fiebre
quizás el calor que suspende la arena
No crece mi pelo Me barbo y de qué
me sirve la lluvia si temo la sífilis
Orfeo me silba Camino a vapor
Me bordas de llagas Me llena el veneno
La cena se sirve fecunda de vino
El virus latente que vive en mi boca
me roba el silencio Lo sé Me hace falta
Y sé que la sal Y lo sé las abejas
Y el veneno y el veneno y el veneno
Y la vena loca que late alocada
Y el párpado reloj El trueno de pronto
entorna la puerta No piso la sombra
A veces no bebo o me bebo la orina
del perro de un sueño que tuve o me bebo
las últimas gotas Repito Repito







Poema para hablar con los taxistas

La noche es un desguace de autobuses,
un verbo que se vuelve combustible
por dentro de un motor que se demora
en terminar el tango de sus válvulas.

La noche se acomoda en el estómago
(no puedo respirar y es otra cosa
la que cierra los casos y sentencia
con cierta ligereza mi agonía.

La noche tan de noche que no importa
qué hacer con la chaqueta, ya da igual
si vienes o te vas, y separamos
el cuerpo en dos caballos enemigos.







Liliput

Quedar disminuido por ensalmo
Aníbal Núñez


Quedar entre materia aminorado,
entre el polvo ambulante
y los bosques de liquen,
hasta observar la luz como una tosca
manera de turbar los trayectos,
de darle densidad al recorrido.
Nada aparecerá
con la mugre que es propia del misterio,
se retirarán todos
hacia la cara oculta de los muebles
y al envés de los electrodomésticos
de la cocina, así
huirán del inminente
aplastamiento torpe del cuchillo.







Bajo el oro de otras pieles sorprendido...

Bajo el oro de otras pieles sorprendido
me tumulto me desangro me hago cruces
en el pecho Bajo el germen de las plumas
nace un loro que enmudece nuestros cantos
Corrompido de jardines me detengo
frente a los aullidos de la oscuridad

Todas mis pestañas crujen con el frío
como los peces que hierven en el barro
Siempre vuelvo al mismo sitio Siempre llueve
y es mentira Siempre está seca mi sien
Por la noche el autobús se llama búho
Por la noche ronca el tigre que me sueña







Poema para subir el Everest

No remes, no hace falta,
enarbola tu voz,
tus huellas al camino y anda más,
y cúbrete del frío y de la nube
que suda en tus zapatos.

No remes, no hace falta,
flexiona las rodillas y remonta
la roca que te imanta con su nieve,
alterna tus dos manos
y llénate de heridas 
y cúrate de lumbre.

No remes, no hace falta,
el vientre del temblor está a unos pasos,
a pasos verticales donde el vértigo
es cumbre y se corona 
de hiedra y sol, de humo.



SARA TORRES [11.386]

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Sara Torres 

(Gijón, Asturias  1991) Estudia Lengua española y sus Literaturas en la Universidad de Oviedo y en Queen Mary University. Forma parte de la coordinación del encuentro nacional de poesía La Ciudad en Llamas. 
Ganadora de la décimo quinta edición del premio "Gloria Fuertes" de poesía joven, instituido por voluntad testamentaria de la autora madrileña nacida en 1917 y fallecida en 1988 y convocado por la fundación que lleva su nombre. 
Sara Torres, estudiante de Lengua y Literatura Española, reside actualmente en Londres, donde cursa estudios en la Queen Mary University. El poemario con el que la escritora gijonesa ha alcanzado este destacado galardón, que tuvo en el jurado a Ana Rosetti, Javier Lostalé y Luzmaría Jiménez Faro, lleva por título "La otra genealogía", y será publicado por Ediciones Torremozas. 





APOCATÁSTASIS

Dónde fue a parar
cuál fue la naturaleza
de lo extraviado durante la erosión
Fenix húmedo aún de su última muerte
lloras el lugar de todo lo perdido
tal vez en el lleno de la piedra(…)
-te esfuerzas por abrirla con tus manos-
Pero ahí no
El último paso que precede a la cojera
¿guardas memoria de eso?
¿de la última sacudida del sol
cuando tiñó con sangre la noche?
Pregunta por ti donde nadie te ha visto
porque ya no estabas
Pregunta a quien no sorprendió tu despedida
y tuvo la intuición de tu marcha
mucho antes
Sabrás que te amaron si dicen:
era bella abandonada a esa opulencia
se dejó ir hacia dentro flameante y ciega
ebria de su próxima encarnación
No te opongas
el puro tránsito ya opaca
todo lo que fuiste
Donde el junco pierde rigor
y se entrega procaz a la caricia
Donde el ratón extasiado
conoce otro placer y celebra
de la serpiente su veneno
En la disolución de la culpa
y en el deseo nuevo
Ahí tú






"MI" DENOTA POSESIÓN

Tu mujer ha cocinado el pan
ha servido el pan de tu harina
en la mesa de otro
y juntos han comulgado con ese pan.
Idéntico ritual, mismos gestos.
Tu mujer ha cocinado para otro
con la harina del que hubiera sido vuestro pan.

¿Tu mujer?
¿Tu harina?








Varón, tú que llegas aquí
con las manos mojadas de sangre,
y que has hecho nacer en Nayá
el fruto de la violencia:
Vuelve el manto sobre tus hombros
pues no hallarás en esta tierra
mujer con la que pasar la noche.

Mira bien que ellas duermen de a dos
y que mientras una reposa la profundidad del sueño
la otra vela su cuerpo,
que no vive cierva aquí sin loba que la guarde,
que ambas llegan a existir en estos campos
como antílope, y como fiera.







FAMOUS BLUE RAINCOAT

Alguien
quiso llamar al hombre
de gabardina azul
para que con su mal
trajese paz a las camas
donde ya no nacían hijos
de pura tristeza.






Allá las hienas van dibujando espirales
con su trote enloquecido
en torno a la mujer que te mira.
De sus bocas un aliento
es densa carcajada o niebla.
Es la mancha en la pupila
de la mujer que miraba
y ahora borracha de ese aliento
con la voz de la cobra en el oído
se convence de que no estabas al otro lado. 








ENTRE ANIMALES

Eres hermosa como la piedra
Oh difunta
Oh viva oh viva eres dichosa como la nave
Esta orquesta que agita mis cuidados como una negligencia
como un elegante biendecir de buen tono
ignora el vello de los pubis
ignora la risa que sale del esternón como una gran batuta

Vicente Aleixandre


Decías:
qué pensará este perro
de dos monos aquí fumando.
Apenas vello y vestidos
un cordel de lomo a lomo
partiendo levísimo en dos las espaldas
Nada del cuarto a lo lejos
los sexos desnudos sobre una manta gruesa
en sereno segundo plano
Preeminentes los ojos, la boca enramando palabras
el ralentí de la tarde
bella desnudez tranquila
que se avanza como un mercurio
de aromas dulces entremezclándose

Qué pensará este perro
-habías dicho-
de dos animales tan lentos
tan cebados el uno del otro
en somnolienta felicidad.

ANNIE COSTELLO [11.387]

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Annie Costello 

(Murcia, 1992)Digo que estudio Historia del Arte por decir que estudio algo, pues eso es lo que siempre me dijeron que debía hacer. Lo cierto es que odio la universidad. Crecí en un sistema que me prometía el mundo y me engañó; ahora busco trabajo, vivo en la España profunda y escribo una primera novela que posiblemente nunca vea la luz.



La amenaza

En la escuela me enseñaron
a diferenciar plaquetas
de glóbulos blancos
y aunque no los haya visto
desteñirse en mis dedos, como el óleo,
sé cuándo alguien está más muerto
que vivo
por su carencia.
Lo adivino en los rostros de papiro
lo adivino en los labios sin resuello
en los murmullos que se extienden
cuando me creen ausente o dormida
–pues una ley moral ordena
apartar la juventud del cáncer
vendar de alivio su fresca mirada
embalsamar de cera sus oídos–.
Pero ya es demasiado tarde.

La primera imagen que conservo de mi padre
es su hombro resintiéndose
bajo el lastre de un ataúd.
El primer aroma de mi olfato
el amoniaco de un suelo clínico; el primer ritmo
el del oxígeno
en el gotero:
grulla cautiva.

Mi primer deseo de adulta
fue arrancarme los pechos
sesgarlos, cortarlos con cuchillas,
salir de mí, abrirme en dos, explorarme,
extirpar cualquier bulto que altere
la más recóndita armonía
de mis órganos necesarios.

Pero a solas vuelve una larga silueta
delgada y veloz gira, como un vórtice,
cubre de sombra mi cuerpo tendido
y hace un duelo de mis mejores años.
Entre la noche se me aparece
la mujer calva, agitando la mano
que me dio tantos billetes de diez
y expiró ensartada por la aguja;
su voz exánime llega desde el Tártaro:
tú serás la próxima, tú serás.






Antioración

Me obligaron a ser tan buena
que rezo más por tus muertos
que por tus monstruos.
No hoy.
Hoy la bondad tiene otro nombre
ha desechado las máscaras.
Hoy me visto de mis restos
de los restos de mis restos
los restos de alguien que una vez anduvo erguida
y se rodeó de fieles, les lavó los pies,
multiplicó sus dichas
(peces famélicos
que poco necesitaban para alimentarse)
los restos de alguien que dejó de ser alguien
después del tercer latigazo
para convertirse en estigma
el del milagro que no se produjo.
Los restos de alguien que al volver a la vida
aún tuvo que forcejear
con tu recuerdo
granítico,
impidiéndome el paso,
protegiendo el sepulcro
de lo que fuimos.
Pero emprendí mi éxodo,
el fuego en mi cabeza
consagrando
mi lengua al idioma del odio.
Camino hacia el Canáan que me juraste
y que vi de lejos tan sólo.
Me acerco a ti armada de cuernos
hondas, la espada del ángel,
aceite de ungir y las siete plagas,
las armas de profetas y pueblos heridos.
Me arrodillo ante el sanctasantórum
y a aquel rey justo, ¿Salomón era?
(el que casi escinde un bebé en discordia
como quien desgaja una fruta dulce)
le ofrezco el vino y le elevo el salmo
ojalá tú también lo oigas.
Que te escupan
en los ojos
hasta quedar ciego
hasta que no recuerdes
la belleza
que habitas sólo
con estar vivo.
Que te los arranquen.
Que te hagan el amor cada noche,
nunca dos mujeres
a la vez.
Que para sus senos basten
tus manos
(finitas).
Que para su boca baste
tu aliento
(ahorcado).
Que para sus piernas baste
tu envite
(exangüe).
Y que aún así no sea suficiente
y sufras.
Que te claven en una cruz
lo bastante alta para atisbar el mundo
y sus horrores, que son la suma
de todos los hombres que se te parecen.
Que la esponja en los labios te sepa a sangre
y sea vinagre y hiel lo que llores.
Que te avergüences.
Que te maten
como tú me mataste
un dos tres
hasta tres lanzadas.
Morir todos moriremos
yo en la campana de vidrio
mi amante en la guerra
mi madre en la camilla
mi hermana en el moho
pero tú mereces
pasar por el potro,
ser estirado
hasta el chasquido
como un elástico,
girar y girar sobre la parrilla;
ver caer a tiras tu piel descuajada;
oír el suspiro del león que aguarda
la torpeza de tus pasos en la arena.
Y la mayor tortura de todas:
que te amen.
Que una desconocida Verónica
mane del gentío, esquive los vítores,
enjugue
con su pañuelo
la herida de espina en tu frente
hasta formar lívidos
contornos
en su blancura,
mancillando la seda
con tu olfato permeable a cualquier engaño.
Que asistas a la atrocidad que es tu ser
anclándose para siempre en su Historia,
un no humano
un no animal
un no piedra
sólo la náusea
impresa a la fuerza
en la pureza de alguien,
que se hallaba allí por casualidad
y por error rebañó tu agonía.
Sabrás así que no eres digno
de su fallo
ni su sollozo,
tu cabeza no vale treinta monedas
la oreja de un soldado, el duelo de una virgen.
Lo entenderás,
retomarás tu ascenso
hacia el calvario,
por fin consciente
de que no eres pastor ni cordero
tampoco lobo, sino Baal.
Falso ídolo.
Res dorada.
Al tercer día,
dormirás.
Y ni siquiera entonces habrás sentido
la décima parte que yo.
Golpeo mi pecho con un puño que tiembla.
Perdón
Señor.
Perdón
Señor.
Ésta es la última
vez
que odio.






(mañana en la batalla piensa en mí)

Voy a robarle la voz a los genios
y a soplártela al oído
y a modelar con ella un poema
que merecías antes de nacer
y que ha de mecerte en tus noches más negras
hasta hacerlas amanecer de madrugada
como hace el Ártico con la aurora.
Comencemos.

Mañana en la batalla piensa en mí, que diría Shakespere,
y yo te digo que no me olvides
pues mi batalla es precisamente no pensarte
perdido en las calles de infinitas ramas
de muchas y mejores opciones
caminos inescrutables
que fácilmente te llevan lejos...
tentándote con acuáticos cantos,
colas de sirena, escamas mitológicas;
Calíope
te ofrecerá Ilíadas
que se antojarán más bellas que mis labios
que acabarán por ser islas conocidas
secas, yermas de epopeyas,
perfiles de un dolor anclado,
velas de un viento que se detuvo,
Penélope destejiendo el tapiz.
Y al final creerás que llevas tantos siglos
persiguiendo la vuelta a casa
que el destino pierde brillo a cada milla,
fundiéndose en la espuma de las olas,
te rindes al viaje y me das por perdida.

No soy más que una elección.
Me pregunto, si en privado, me tomaste entre tus brazos
mientras dormía; si me depositaste
en la balanza donde se mide el delirio
para averiguar si mis anhelos
excusan el peso de mis temores.
No te dejes engañar, las cifras son crueles,
devuélveme a mi cama, y te mostraré
todo lo que me queda por darte:
la emoción que no sé poner por escrito
las lágrimas que no he llorado
el frío que no me atreví a delatar
el deseo que no reconozco
pues va acompañado de una cierta tristeza.
Y si esto no es suficiente
              –lo entendería, los héroes se alimentan
              de honores y litros de aguamiel
               y mis palabras se parecen más al chapoteo del agua en los tejados
              y el único honor al que se deben es a aquel que traicionan–
te puedo regalar, también,
el sudor que empañe tu talón y te borre la muerte
un laberinto de lengua donde matar al toro
el claroscuro de mí, donde refugiarte
cada vez que Helios blanda la amenaza
de derretir tus alas, travieso Ícaro.
Yo bordaré todas mis sombras, haré
un manto que te arrope en la trinchera inhóspita
la venda que beba de tu herida
la bandera que claves en terreno enemigo.

Pero después, prométeme,
después de la última granada,
cuando sólo estéis tú y un millar de caídos
que esquivar a tientas entre la neblina
después de que todas mis cartas
desvíen la bala de tu pecho,
después
prométeme tu vuelta.








Hago fotosíntesis con la sombra
no soy triste.
En realidad son la misma cosa.
Es hermoso cantarla así
hablar de penumbra en lugar de lágrima
de flores, en vez de pérdida
aunque se inmolen las plantas
y la oscuridad se agoste
en estas cuencas hendidas de cárdeno.
Las naturalezas muertas también nacen,
crecen
y se esconden.
Se encogen como fetos
parasitan placentas
tibias.
La pena es negra
la pena es noche
cerrada.
Y tan húmeda
(un mar)
y tan materna
(un vientre).
Me acoge.






JAVIER IRIGARAY [11.388]

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Javier Irigaray 

Nació en Linares (Jaén) y vive en Antas (Almería), Poeta. Es presidente de la Asociación Cultural Argaria, que ha situado con sus actividades al pueblo de Antas como uno de los más importantes centros culturales de la provincia de Almería.

Argaria ha presentado obras literarias de Pedro Soler Valero, Carmelo Amaya, José María Ridao, Antonio Carvajal, Antonio García Soler y Houellebecq y ha organizado homenajes a Julio Alfredo Egea y a José Ángel Valente. Argaria también organiza el evento anual “Cita en Antas” en memoria de Antonio Jesús Soler Cano, donde han recitado poetas de toda la provincia y han cantado Sensi Falán, César Maldonado, Alpha, Sonidotravel y Paco Mora.

Como poeta, Javier Irigaray está a punto de publicar su libro “El metal de las edades” y ha participado en las antologías “Lo demás es oscuridad”, “La honda presencia”, “Libertad tras las rejas 2013” y “La luna en verso”.



Suicidio recurrente de la luz   
                                  
                                          ¿Preguntamos a nuestra sombra qué hace de noche? 
                                          Edmond Jabès, El libro de las preguntas.

Aún colecciono los ecos
de mis pasos por tus calles
y deshojo las palabras,
húmedas, frías, desiertas,
como pétalos del alma
en el amor de la noche.
La paleta de colores 
se ha fugado con mi sombra.
La luz, al fin, se deshizo
y pende, oscura, del techo
sobre la silla caída
de anea marrón y rota.

No sé si la echo de menos.
No dejó ninguna nota. 






Me hablas del mar

Si no es el mar, sí es su idea
de fuego, insondable, limpia;
y yo,
ardiendo, ahogándome en ella.
Pedro Salinas
Tú me hablabas del mar
y yo pensaba en Darth Vader.
Me dijiste mar azul,
espuma blanca de mar
y yo sé que hay un mar rojo
y, además, hay otro negro.
Que el mar de China no es bueno,
que está, más bien, amarillo.
Y sé que los océanos
son mares esdrújulos:
árticos y pacíficos,
antárticos y atlánticos.
Y, también, sé que las horas
se esconden entre la arena
y las olas se suceden
en secuencias de un segundo.
Que cielo y mar se confunden
engañando a las estrellas
y que hay mucho mar en Marte,
y en mil amargos martillos.
El mar marrón con limón,
mar de levante agitado
y los martinis mezclados
los martes y, aunque no lo creas,
amor, también hay un mar en amarte.






Te veo jugar

Te veo jugar y vivir las calles
abrazadas por mil soles amables.
Calles azules, blancas, amarillas,
de casas sin puertas, siempre abiertas,
y recorres espacios infinitos
entre hileras fecundas de geranios. 
Nunca duermes, sueñas y velas
y sabes para qué sirve una rosa,
que tus pies son, también, tus alas,
que la madre Tierra nunca mancha
y que las amapolas rojas viven
en campos de pan cada primavera.

Te veo jugar y vivir las calles
y las calles viven con tu presencia.






La vana muerte de Attila József

“Ahora sé que también mi muerte es vana”.
Attila József

“Un poeta muerto ya no puede escribir. De
ahí la importancia de seguir vivo”.
Michel Houellebecq


El fin, al fin, Attila József,
mendigo de la belleza.
Entre el hambre y la esquizofrenia
pasó la vida entre tus sienes.

No siempre dormir descansa
ni la muerte es la suerte del suicida.
De niño robabas carbón entre las vías
de un tren que no era de vida
y comías barritas de parafina,
triste chocolatina blanca,
para huir de negros sueños
y de toda una infancia perdida.

Tú, entre soldados de plomo,
alimentado de versos,
no viste llegar a los turcos
ni a los boers en tu defensa.

Entre el hambre y la esquizofrenia,
arrodillado ante las vías.
En vez de soldados de plomo,
quizás acudió Antal Horger,
solícito, a ver tu derrota
cerca de Balatonszárszó.

Tal vez, también, acudiera
la noche en que el tren no pasó
y, además, reconociera
a aquél que ocupó tu lugar.

Tu corazón puro
no educó generaciones
en el liceo de Szeged.
Verán pasar barcos de sal
por tus ríos de cianuro,
mas no sabrán, por ti,
de Hegel o de Villon.
Ni tampoco de Arthur Koestler,
habitante de tantas guerras
y de tantas y tantas celdas.

Sentado frente al Danubio,
la vieja camisa rota
y la mirada hacia adentro,
con tu sombrero sin versos
y sin la pluma gastada,
sigues soñando poemas
que ya nunca escribirás.

No hay patria, Attila Jozsef,
nunca en la muerte vana.







Una lluvia invisible
cubre rastros de memoria.

Un recuerdo aletargado
en el campo de geranios
anda a gatas entre hierros
de un templete azul cobalto.

Esa mirada gotea
irisando nuestro espacio
y tus palabras caminan
pisoteando los charcos.

Abrazaré tus deseos
hasta enlodar mi regazo
con cenizas de otro tiempo
y polvo de desengaño.






El estanque dañado

Crecen paredes de amianto
junto al estanque dañado.

Sobre el atril,
la sonrisa pinzada de agosto
encanece entre sus lodos
sueños de nylon,
sombras de arena
entre algodones blancos.

       ¡Qué verde era mi calle
       antes del último abrazo!






Velocidad

Atónito, el tiempo
parte el espacio.
Pero es igual,
la bala no mata.







Harry Lime y Holly Martins
a sesenta y cinco metros de la Tierra


Formas de igual estatura
se mueven. Son negras moscas
por debajo de la noria
en el Luna Park de Viena.

Arriba, en la cabina
varada en todos los tiempos,
hay dos seres que divagan
sobre una nueva moral
y miden la trascendencia,
calculan la relevancia
y el valor del movimiento
de cada puntito oscuro.

Desapareció el pasado
entero tras una nube.







Nosotros...

Nosotros arañábamos cristales,
construíamos pirámides de fuego
y sembramos semillas de deseo
en minutos de pan y chocolate.

Nadábamos ríos que sólo saben
los mapas de caminos de regreso
y nuestros pies hollaron mil cabezos
hoy ahítos de morteros y metales.

En las aceras se borró la tiza,
en las calles no hay postes de carteras,
ni corren tapaderas de bebidas

compitiendo veloces en carreras
por pequeños circuitos a medida
de rodillas cuarteadas en la arena.






Yo también envidié a Neil Armstrong
y soñé más de mil noches
su eterno paso.

Yo también levité entre mis sienes
y giré sobre mi eje
muy despacio.

Yo también me sumergí en el universo
y, tras explorarlo todo,
hallé la nada.



http://poetasargaricos.blogspot.com.es/search/label/Javier%20Irigaray



PATRICIA ÚBEDA SÁNCHEZ [11.389]

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PATRICIA ÚBEDA SÁNCHEZ

Nació en Enero 1993 en Almería, España. Está estudiando en el grado de Filología hispánica en la Universidad de Almería. Escribe desde 2010 en los blogs “Sangre Maldita” y  “Tragedias pornográficas en la cocina”.
Ha participado con varios poemas en la antología Anónimos 2.1 (Cosmopoética, 2013) y en la revista digital Escrituras Indie.





Entre los cachorros del silencio

Entre el sol y el verbo
hay cuerpos vestidos de grasa
que me dejan dormir
sin garganta.
Entre mi cuerpo y el homicidio
existe el mar,
la leche mezclándose con el mar.
Entre el verso y el insomnio,
existe la uña arrancada
por la palabra,
comida por los peces del estómago.
Entre el hambre y los poetas sádicos
me hago espejo del viento,
el ojo por la mitad,
mi pecho en la punta del diamante,
a punto de ser clavado.
Entre los cachorros del silencio
me encuentro con un cordón umbilical
desgastado
por ser la pestaña que llevarán
en sus mejillas
mis padres de fuego.







Demasiada infancia para el dolor

Me sirven el amor microscópico
en una mesa de dos patas,
tengo una tercera pierna
y huelo a miedo cuando el agua
lava la máscara que me hice
cuando me estaban operando de las vegetaciones.

Oigo nanas desde la otra habitación
nadie me ha dicho
que puedo fragmentarme en un animal.
Es tarde para recoger la verdad.

Siento la invisibilidad de cerca,
orgías en una pantalla gris,
mi cuerpo se dobla.

Me duele cruzar la calle.
Oigo peces hablando
de moscas en vez de emociones.
Mi pierna se pierde.

En la casa,
las paredes se intercambiaban por silencios,
cuando la mirada se volvía estéril.

Ahora soy una radiografía
con los labios pintados de violeta
llorando por el cuello.
Porque creía que crecer con mis pies
mis manos se llenaban de cenizas
de otros.

Caen palomas,
y el horror lo bebo como el agua.
Es demasiada infancia para el dolor.
demasiada humedad en los calcetines.
Ruido en las bolsas de plástico

Siento cemento y tubos de oxígeno
en mi nariz.
Cuello cosido.
Sueños sin mis pies.




                                                           


Sin electrocardiogramas

Me sacan la sangre del brazo izquierdo.
Es una aguja hipodérmica en una piel que desconoce 
el nombre que utilicé para creer en mis piernas
saliendo de la bañera.
He olvidado mis retinas.
Me he equivocado de color de mis arterias,
tengo los codos morados
y el corazón a punto de ser un cirujano
que intentará que ame más los domingos.
No hace falta un electrocardiograma,
teniendo tus oídos como antenas parabólicas
que pillan la señal de un canal pornográfico.
Creí que después de marearme
me señalarías con el dedo índice
alguna catástrofe emocional.
Algunas vísceras de por medio
con comas, espacios y puntos agarrándose a tu cuello.
El miedo me llegará cuando no sienta la nieve.
Pero en ese momento mi páncreas no llorará.
Compraré una corona de flores
el día en que los pájaros se lleven
mis intestinos, donde me dijiste una vez que te escondías
cuando no había nada para encerrarse uno mismo.
Y cuando me lo dices de nuevo, pienso en naranjas
en machacarlas antes de tiempo,
antes de que el olvido sea más pequeño.
Alguien cambiará mi almohada,
lo sé, cuando me equivoque
y no de orgasmos precisamente.
Has llamado al médico,
así no me sujetas,
la espalda es libre cuando llega la muerte,
pero he conseguido que el agujero
se parezca a un corazón que nunca podrás tener,
al menos roer una costilla de mis pulmones,
qué pequeños son cuando quiero dormir contigo.
Compraré una corona de flores
el día en que olvide el nombre con el cual crecieron mis piernas.
Tus oídos dejaron de captar señales
cuando mis pulmones se pusieron en medio de tu cara.
Ha llegado la hora de cambiar almohadas
por naranjas estrujadas

                                                              






Pocos tanatorios y mucha piel para rezar mal a la luz

Tanatorios cuyos cadáveres
son las carreras de mis medias color fucsia.
Son las once
y no he aprendido a estudiar
las enfermedades como flores en mi cerebro.
Me han manchado de tinta azul el papel
donde escribí “Creo en la inocencia de los ciervos”.
Solo quieren sentarse para ver sus sombras
en sillas desportilladas, viejas y cojas,
mientras estoy conociendo el sabor de un compás
que está arañando mi clavícula.
Hicieron de mí una transfusión
para aclararme
para que el sol
se olvide de que tengo nariz.
Algunos vinieron con lobos,
otros con fantasmas con los intestinos mal puestos.
Es un intento de redención.
Un intento de que mis órganos recen
y se acerquen a la luz,
duplicando homicidios en la calle.
Hicieron de mí costuras de un párpado cerrado
de una golondrina,
saben a leche,
pronto a polvo y a paz entre mis piernas,
entre algunas ramas del hambre.






Enfermedad de una habitación

¿Dime quién me ha hecho salir de estas costillas
rociadas de ácido?
De mi boca solo encuentro la pared 
de mi habitación incomunicada con el baño. 
Son heridas en mis muslos,
en la madera de la puerta
sobresale el contorno de los ojos del apocalipsis. 
Rayas de rímmel. La tierra hecha de amanecer.
¿Dónde me quedo si mis pies solo reconocen
el mundo por la niebla de la que estoy vestida?
He bajado de un pulmón invadido 
por cíclopes quemados
y estoy respirando la pureza de la química.
Está calcinada la esquina,
el zapato izquierdo con el que pisé 
la estampa de una virgen que había caído de mi cama.
El sol ya no mancha.
El polvo es la unidad de este espacio
que he llamado habitación-enfermedad o enfermedad
de una habitación conocida
por la sincronía de un cuerpo fatigado
por dormir después de una violación lumínica. 
Quiero entrar en la ventana que desapareció
por una quemadura en la vena.
Los microbios no vuelven
para el entierro. 
Y los insectos tienen miedo
de que todo sea una lluvia de cenizas
y solo quede el cuerpo 
y no la quemadura del génesis.
Hablo de la llama antes de caer todos en el mismo pulmón.







Contagio de incendio

Contagio de insomnio
contagio de incendio
contagio de ser ciudad.
Dos chicos que entre ellos se beben
se imaginan que son tigres de fuego
escupen libélulas 
para quemarlas con silencio.

Contagio de lluvia
contagio de cenizas
contagio de ser eclipse.
Y es que estoy con pañuelos
taponando la hemorragia de mi nariz
y rodillas que quieren descansar en un falso sueño.

Contagio de oscuridad
contagio de costura
contagio de sentir un nacimiento eterno.
Dibujo un horizonte en mi pecho,
y las sombras se hacen pequeñas
o pierden su estómago,
mientras ellos me buscan.
Es demasiado
van de laberinto en laberinto
se acercan al sol
y no saben lo que es la fiebre.

Contagio de nieve
contagio de piel
contagio de odisea.
Nos hemos mirado
y nos vemos invisibles
hablamos de orgías
y nuestras piernas no nos responden.

Contagio de asco
contagio de poesía
contagio de encontrar luz en el pulmón.
Me dicen que tantas respuestas para nada
los sueños siguen sin cambiar de habitación.
Sin embargo estoy aquí
ellos están aquí
y hablan de sus dientes,
de la humedad
y del romanticismo acústico.

Contagio de regreso
contagio de destrucción
contagio de metamorfosis.
Se van
se duermen
se extinguen
sin sentir lo que es la fiebre
entre tanta palabra expulsada por mi nariz.

Y volverán eyaculando
sin saber que nacieron del fuego
siendo fuego
y me dirán
que mi habitación no ha cambiado
y yo les contestaré que no es así
que es que  estoy hecha de cemento.








MOHAMMED SAYED HEGAB [11.392]

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Sayed Hegab


Mohammed Sayed Hegab 

Nació en El-Matarya, pequeña villa a las orillas del lago Mazala, Egipto, el 23 de septiembre de 1940. Obra poética: El pescador y la sirena, 1965; Un nuevo egipcio, 1971; Obras Completas-primera parte, 1986. Ha publicado obras de teatro, versos e historias para niños, letras para canciones de cine y guiones para series de televisión. Sus poemas y artículos han sido publicados en diversas revistas, entre ellas, “Galería 68”; “Poesía, Literatura” –Beirut- y en las revistas populares para niños “Samir” y “Mickies”. Miembro del comité de poesía del Consejo Supremo de Cultura de Egipto.





La Noria

Esta ... es una estrella apagada
que cae del cielo.
Esta es una tumba donde 
antaño yacía mi abuelo.
Y esta es mi amada,
Mientras de ella me despido
sueño con una niña virgen,
sueño con una hoja de mora,
la rasgo y me envuelvo
en el manto de la niña.
Bailo la danza del bastón,
y detrás de nosotros la luna,
un egipcio guapo como la luna,
gracioso y galante que se oculta.
Cuando se oculta, el páramo
se convierte en mi alcázar,
la sal se disuelve en mis venas,
velo como un borracho 
y duermo alegre.
Sobre mi brazo una toalla y encima de mí 
un pañuelo y una estrella,
colgada en un candil.

Una noria con cántaros 
que suben y bajan 
un cilindro sobre la acequia
que gira y mueve el agua

de abajo a arriba y de arriba abajo,
la recoge y me la ofrece.
Siento un pez de colores en mis exilas.
Extiendo a mi hijo 
mi brazo como una vela
y él estira la punta
de sus dedos con anhelo.
¿Qué es esto que tengo abajo?
Es la tumba donde antaño 
yacía mi abuelo.
Sueño con una niña virgen.
Esta es una estrella apagada
que cae del cielo.
Sueño con una hoja de mora.









Mi palabra

Mi palabra…
mi ganado… mi bastón…
mi milagro... mi banderita... mi alcázar...
mi luna... mi brasa... mi espejo... mi dátil...
mi milagro... mi violín... mi molinillo...
Mi palabra... mi principio... mi matrona... mi andadera... 
mi niñez...
Mi palabra... mi objetivo... mi fin... mi tumba. 







El testamento

Cuando yo muera...
Si muero en mi cama, 
quemad mi cuerpo
y esparcid mis cenizas por las casas;
unas sobre las casas del pueblo,
otras para extenderlas sobre Tanis
y un puñado en manos de un niño
que haya besado sin conocerlo.
Si me mato 
pasando por las puertas de la esclusa,
haced de mi sangre alheña
para teñir las palmas de un novio 
y una media luna en la cumbre de un alminar.

Trazad con mi sangre
en las paredes de una casa nubia,
bajo el Nilo ...
mi nombre. 


PROMETEO 
Revista Latinoamericana de Poesía 
Número 81-82. Julio de 2008.











KOFI ANYIDOHO [11.393]

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Kofi Anyidoho

Kofi Anyidoho (Nacido en 1947) es un poeta ghanés y académico que viene de una tradición familiar de poetas y artistas orales. En la actualidad es profesor de Literatura en la Universidad de Ghana. 
Ha recibido numerosos premios por su poesía, entre ellos: Valco Fund Literary Award, the Langston Hughes Prize, the BBC Arts and Africa Poetry Award, the Fania Kruger Fellowship for Poetry of Social Vision, Poet of the Year (Ghana), and the Ghana Book Award.

Anyidoho fue educado en Ghana y los EE.UU., y tiene una licenciatura con honores en Inglés y Lingüística de la Universidad de Ghana, Legon-, un MA en Folclore de la Universidad de Indiana-Bloomington y obtuvo su doctorado en Literatura Comparada en la Universidad de Texas en Austin. 

Después de haber ejercido como profesor en Accra Training College y en el Teacher Training College Avanzada-Winneba, fue profesor de la escuela primaria, media y secundaria, antes de incorporarse a la Universidad de Ghana, Legon. Actualmente es profesor de Literatura en el Departamento de Inglés, también ha sido Director del Programa de Humanidades Instituto CODESRIA africana, Director en funciones de la Escuela de Artes Escénicas y Jefe del Departamento de Inglés. 

POESÍA: 

Elegy for the Revolution (1978)
A Harvest of Our Dreams (1985), Heinemann (paperback 1998), ISBN 0-435-90261-X
Earthchild (1985), Woeli Publishing, ISBN 9964-970-72-2
Ancestral Logic and Caribbean Blues (1992), Africa World Press, ISBN 0-86543-265-1
Praise Song for the Land: Poems of Hope & Love & Care (2002)
The Place We Call Home and Other Poems (2011)


OTROS ESCRITOS:

Anyidoho's academic writing includes:
The Pan African Ideal in Literatures of the Black World , Accra: Ghana Universities Press, 1989
Transcending Boundaries: the diaspora experience in African heritage literatures , Evanston: Northwestern University, 1995
The Word Behind Bars and the Paradox of Exile , Northwestern University Press (1997), ISBN 0-8101-1393-7
Kofi Anyidoho and James Gibbs (ed.), Fontomfrom. Contemporary Ghanaian Literature, Theatre and Film , Editions Rodopi BV (2000), ISBN 90-420-1273-0





Las noticias de casa

No he llegado tan lejos
sólo para sentarme a la orilla del camino
y estallar en llanto
podría haber llorado en casa
sin una jornada de tantas espinas
No he extendido mis alas
tan ancho sólo para verme hacinado en las esquinas
ante la mera mención de tormentas
A aquellos que escuchan sobre golpes militares
y rumores de contienda civil
incendios de breñas y malas cosechas en casa
y vienen a mí buscando temores y lágrimas
Debiera decir que estoy cansado
muy cansado
cansado de toda devoción a la muerte y al moribundo
Yo también he escuchado acerca de
todos los incendios de breñas
las súbitas muertes
y violentos discursos
He escuchado acerca de
todos los puestos vacíos del mercado
la hoyas de cocina todas llenas de recuerdos y ceniza
Y estoy cansado de
todos esos ruidos de
condolencias de aquellos que
aman desdeñar la rabia del hambre
inclinan su cabeza y dan vuelta a casa
preocupándose y por siempre preocupándose
por el sobrepeso y la dieta especial para perros y gatos.
Como un huérfano encallado
en los estercoleros de los propietarios de la tierra
Guardaré mis penas para mi mismo
doblándolas con infinito cuidado
punta por punta
tomando los plegados dolores dibujos en círculo
en rededor de ocultos espacios donde quietas
echan raíces nuestras esperanzas aún
en esta hora de finito caos
Aquellos que enviaron sus trajes funerarios
al lavandero
aguardando a los de las pompas fúnebres
cargando nuestro cadáver con gran despliegue
Déjalos que esperen a la próxima y a la próxima
estación para mirar cuan bien crecen los niños nativos
crecen los frutos e incluso las flores
de la podredumbre más matinal de los sueños
En tanto
estoy cansado

cansado de todas las condolencias de cocodrilos. agosto 1 de 1983







Mi canción

Aquí
en
esta
Plaza
Pública
me
paro
vendo mi canción a aquellos con oídos para comprar
es a un árbol que un toro está atado
Tú no desvías las ramas de las palmas
para extraer su vino
Las cosas que tengo que decir
Yo las digo ahora
Que me pararé aparte
de aquellos que temen
aclarar sus gargantas y
visten con mentiras su vergüenza
Cuando encuentres un vecino pobremente vestido
en una gran corte 
tú no escupas en el suelo 
y deja rodar tus ojos por los cielos
La sombrilla que compré
La hurtaste tú de mis habitaciones al amanecer
Ahora camino entre la temprana lluvia matinal
Tú me señalas a nuestras jóvenes criadas
Y ellas se te unen en la risa
Piensa
Mi pueblo
Piensa
Piensa bien antes de reírte de aquellos que caminan en la lluvia.
Los presentes que se confieren al nacer
Algunos tienen algunas cosas espléndidas
¿Cuál fue la mía?
Yo canto. Ellos ríen.
Todavía vendo Mi Canción
Para aquellos con oídos para comprar
Mi vestido está roto, yo sé
Pero aprenderé a llevarlo dignamente
Mi voz es bronca, yo sé
Pero aprenderé a llevarla dignamente. (*Este poema es parte de una signatura melódica, una invitación a "Mi Canción". Es en parte una traducción de, y en parte una elaboración basada en, una canción Ewe de uno de los poetas-cantores del Tambor Haikotu de mi lugar natal, Wheta)








El Himno de la Hiena

Para Obiba Ellos vendrán por este camino algún día
estos semidioses de rotas promesas
a recoger la cosecha de nuestros sueños
Ellos vendrán buscando senderos solitarios
a través de nuestros famélicos sueños
hasta la casa de los dioses exilados
Compondré música con aullidos de perros
me apropiaré de los chillidos de brujas
los chirridos de danzantes monos
compondré música con aullidos de perros

Cuando Cristo se extravió
en nuestro poblado un alba amortajada al Oriente
nuestra gente lo tomó por un fantasma
pero no era su culpa: Él estaba
parado sobre la tumba de un jefe despojado
el jefe que hurtó la bolsa oracular del adivino
y hurtó la escudilla de sopa de sus hijos
y empeñó sus juramentos por una breve estación de gracia.
Él tuvo un niño monstruo que falleció antes de salir.

Así que cuando el pastor entró danzando
seguido por discípulos vendiendo hosannas
Nuestro pueblo se paró ante las puertas del cementerio
recordando a sus dioses proteger las almas de sus niños
contra estos mensajeros de la muerte.

Penetré en la sede de nuestro parlamento
pidiendo audiencia con el Portavoz.
Me dijeron que yo debía justo haber llegado de la granja:
El Parlamento había hecho una inesperada pausa
previa a la disolución.
Me extraviaron hasta nuestro Castillo

donde me dieron formas para llenar
estando todavía de pie ante las puertas.
Dije que tuve un sueño
para poner delante de las botas del gobernador
militar -

Yo soy un visionario, ¿saben?
hasta ahora mis visiones han sido
sobre cosas que no hicimos cosas que debimos haber hecho -
Dijeron que todos los hombres de nuestro Castillo estaban alelados
creando grandes visiones con sueños de caídos dioses
y de cualquier forma yo no estaba vestido de forma apropiada
y mi nombre no pudo ser hallado
en el registro de concejales enjaulados
extraje mi tarjeta con el lugar de origen
Dijeron que no tenía la firma oficial
juro que mi papá y mi mamá me tuvieron
mucho antes mucho de que nacieran ellos; comisionados 
electorales;
Ellos rieron. Sí, esos hijos de gamberros y rameras
Ellos se rieron y preguntaron si
yo apetecía una bola de llamas al mediodía
Contestaron que podía darle mis sueños
a los perros de nuestro lugar de origen o verterlas en el estercolero
En ausencia de un Administrador de Justicia
archivo mi alegato en la baja corte de la Memoria
porque soy ignorado porque
porque estoy abandonado a mis sueños
yazgo emboscado entre mi alma
pluguiendo acerca de dudas prenatales
nostalgias de mi mundo roto
y si
ellos vinieran por este camino algún día
aquellos semi-canes con promesas rotas
a cosechar nuestros sueños
si por alguna blasfemia hubieran
ellos de venir buscando aquellos senderos solitarios entre nuestros 
famélicos sueños
compondré música con aullidos de perros
abrazo con risa sus quejas desde nuestras heridas
fluyen sus tumbas con los huracanes de nuestros liquidados goces.
me apropiaré de los chillidos de brujas
los chirridos de danzantes monos
compondré música con aullidos de perros. 
 

Traducciones de Rafael Patiño.
Festival poesía de Medellín
Revista Prometeo



The Place We Call Home and Other Poems




The Last Dinner

I am the helpless fish
Frying in your bowl of cooking oil
You lean against the kitchen wall
Smiling with the thoughts of coming feasts
But nature in time will call
You’ll render account squatting on your heels
Your hunger returns with new demands
And I will not be there to
Feed the needs of
Recurrent appetite



KWAME DAWES [11.394]

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Kwame Dawes


Kwame Dawes  

Nació en Ghana el 28 de julio de 1962. Poeta, novelista, narrador, editor, crítico, actor, músico y profesor de inglés en la Universidad de Carolina. Creció en Jamaica donde realizó sus primeros estudios. Ha publicado alrededor de doce libros, desde su primer poemario Progenie del Aire (1994) hasta Hospital de la esperanza (2009).. Actualmente es el director del Instituto de Artes de la Universidad de Carolina del Sur. También es director de programación del Festival Internacional de Literatura Calabash. Como poeta está profundamente influenciado por los ritmos y las texturas de  Jamaica. Espiritual, intelectual y emocionalmente está comprometido con la estética del reggae. Su libro Bob Marley, el genio lírico sigue siendo el más autorizado en torno a la obra de este cantante.

POESÍA:

Progeny of Air, Peepal Tree Press, 1994, ISBN 978-0-948833-68-7
Prophets, Peepal Tree Press, 1995, ISBN 978-0-948833-85-4
Jacko Jacobus, Peepal Tree Press, 1996, ISBN 978-1-900715-06-5
Requiem, Peepal Tree Press, 1996, ISBN 978-1-900715-07-2
Shook Foil, Peepal Tree Press, 1997, ISBN 978-1-900715-14-0
Map-Maker Smith/Doorstop Books, 2000, ISBN 978-1-902382-18-0
Midland. Ohio University Press. 2001. ISBN 978-0-8214-1356-2.
His New and Selected Poems, 1994-2002, Peepal Tree Press, 2003, ISBN 978-1-900715-70-6
Gomer's Song. Akashic Books, 2007. ISBN 978-1-933354-44-6.
Back of Mount Peace, Peepal Tree Press, 2009, ISBN 978-1-84523-124-8
Wheels, Peepal Tree Press, 2010, ISBN 978-1-84523-142-2

NOVELAS:

She's gone. Akashic Books. 2007. ISBN 978-1-933354-18-7.
Bivouac, Peepal Tree Press Ltd., 2010, ISBN 978-1-84523-105-7

OTROS:

A Place to Hide and Other Stories, Peepal Tree, 2003, ISBN 978-1-900715-48-5

Non fiction

Bob Marley: Lyrical Genius, Sanctuary, 2002, ISBN 978-1-86074-433-4

Plays

One Love. Methuen. 2001. ISBN 978-0-413-76530-7.






SALMO 36

Incluso en la noche, estirado como en un féretro,
   a causa de la maldad de su corazón no puede conciliar el sueño;

está tejiendo canastos para atrapar el pez
   que nada en un acuario en casa; 

esa es la impiedad del perverso;
   y su esposa no tiene idea

por qué él da vueltas y vueltas la noche entera,
   la boca mascullando como si hubiera guijarros entre su corazón.

Hay un oráculo en mi corazón
   y me dice que hable de este modo;

pero yo no soy un profeta, apenas un ejecutante
   de canciones, un lírida, con dos sacos

de semillas bendecidas para que germine una generación
   de hacedores de milagros. Mi tarea no es otra que sembrar la tierra,

plantar mi semilla y luego, como algún efímero
   insecto, volverme uno con la niebla.

Pero yo conozco al hombre perverso y a sus obras,
   conozco su ladina maquinación que parece

tan gloriosamente brillante en su inteligencia diabólica
   aquí a la luz del día. ¿Pero quién pudiera

suponer los planes que urde en lo profundo de la noche
   agitándose sobre el fétido fangal de sus sábanas sepulcrales?

Para un hombre sediento atrapado aquí, encallado
   tarde en la noche entre dos colinas secas,

obtener respuesta a mis plegarias es saborear agua dulce,
   y el transcurrir del miedo – miedo de la pistola

presta a esparcir mis simples sesos  
   sobre este asfalto cocinado; miedo de los antiguos fantasmas

levantándose del mar con su enigmática
   rabia, prestos a dejarme sin habla, a disecar mi semilla--

el transcurrir de tales miedos trae frescas brisas 
  a mi alma, y yo se que el sonido

metálico del golpear de gigantescas alas es 
  un signo del amor del cielo.

Pocas canciones excepto estas probados y comprobados
   himnarios de mayestática paciencia pueden

cantar la inmensidad de mi gratitud
   en estos oscuros tiempos. Prosigan su ablución

de amor por mi semilla y su simiente;
   traigan piedras para destrozar los burdos dedos de los pies

de mis enemigos, y acontezca que el corazón del sudoroso, 
   hombre avieso, sorbiendo toda esa grasa de puerco,

se detenga tan de súbito, con sorpresa y pánico,
   para ya nunca comenzar de nuevo, nunca comenzar de nuevo.







LIVIANO COMO PLUMA, PESADO COMO PLOMO
                                      
Bob Marley, "Misty Morning"


Todo es verde luz rezumando entre la mañana
aroma a aceite de coco y a ackee*,
un aperezado reggae pulsando a través de los delgados tablones.
Esta somnolienta mañana de domingo,
los himnos de la iglesia pentecostal
metidos entre el verde denso de August Town
nadan como profecía en olas
colándose entre los tenues tambor y bajo
desde el radio transistor que parlotea en el segundo piso.

Escucho la voz metálica de Marley
corte tras corte hasta que me duelo
de las cicatrices de aprendiz,
oídos ahora alertas al fino aullido 
de gravilla delgada del auténtico organizador del reggae 
mezclándome sangrientas verdades desde los delgados
surcos concéntricos—vuelta tras vuelta
enloquecedor girar de profecías,
haciendo espirales de misterios y ni indicio,
ni visión de alguna jornada monumental 
sobre frondas esparcidas de palmeras y la plegaria de los creyentes
a través del santo Kingston—el profeta pasa inadvertido;
(los jamaiquinos jamás han comprendido la histeria
de la Beatlemanía, nosotros morimos, no por íconos pop,
sino por políticos salameros).
Este resplandeciente vinilo negro, de atrapado sonido
es todo lo que queda, todo lo que queda
del rhygin*, profeta teje palabras.

Mis dedos se alargan y ondean a través 
del susurro de viejas revelaciones como neblina,
lo áspero del redoblante agrietado y un sonido
que gotea* es lavado por alguna parte de un sueño,
no logro abrirme paso por entre el humo.
Es horas antes que una brisa marina que 
viene hace largo tiempo, aún tibia de sus jornadas
cosquillea a la mañana, todo ríe nerviosamente,
todo es liviano como muda anomia,
mientras ella le cierra los rígidos ojos.

*Ackee es la fruta nacional de Jamaica y fue traída de África en el siglo XVIII por un tal capitán Blight
*Shortass, se llama así al más pequeño de entre los nacidos coetáneamente 
*Rhygin, palabra de Patois que significa, salvaje, malo, caliente, alude a Ivanhoe Rhygin Martin o el Dillinger jamaiquino, héroe popular muerto a los 24 años en un tiroteo con la policía
*Sound drop, se refiere sin duda a un sonido logrado con el bajo, casi intraducible
(publicado en Shook Foil, Peepal Tree Press, 1998)







BOCETO

Con grafito suavizo tus huesos,
hago exótica la ausencia de tus pestañas,
exhibo tus dedos, largos y elegantes,
acunando una ciruela, la luz de su jugo 
llameando bermellón a través de la tensa piel.

Hago un aguafuerte de tu mirada, tierna, tierna
junto a tu frente donde el dolor
ha marchitado la piel, suavemente
como si, entre el blando plomo, pudiera calmarlo
por completo, hacerlo que se esfume. Te encaminas.

Con la mullida palma de mi mano
acaricio el liso resplandor de tu cabeza, 
luego aclaro una línea gris donde tus cejas
estaban – ahora no hay nada –
estas marcas de lo que has sufrido.

Por estos días, los cuerpos se derrumban
junto a mí, los muertos, desesperados por sanar
se extenúan, estoicos, luego calladamente parten.

Mis ennegrecidos dedos te hacen redonda,
mullida como una fruta recién cogida.
Mañana yo te levanto, pájaro de huesos,
miembros suavemente colapsados.

Hay luz de sol arrastrándose a través del césped.
Pese a la sequía, está vigorosamente verde,
excepto el estrecho sendero de viejo pasto que dejamos,
ahora perturbado por el abandono entre un áspero zumbido de corte;
y esto también es un símbolo de lo que hemos perdido.

Es agosto en Columbia. Nada 
puede luchar con este calor. Sólo quédate 
quieto, tal vez un vientecito 
soplará, tal vez un vientecito.






DULCES ANCIANAS

Una mujer quiere sentarse sobre el lindero de la ciudad
 a esperar que las muchachas jóvenes se reúnan a sus pies,
y aprender el patrón de la hierba tejido en canastos
o el secreto del suave regusto en el estofado—
y ella dice en voz alta, yo sólo meto mi pie y revuelvo,
lo que es suficiente para un día de reverencia cuando la edad
es un bálsamo sobre todos los pecados. Sólo algunas veces, una se
aproximará con lágrimas o el lamento de algún amor
magullado en ella—el peso de la culpa sobre su pecho, una muchacha
llena de preguntas acerca del sabor del amor, la otra
que pregunta por qué la gente no cae muerta en lugar 
de cargar la piedra en su pecho enamorado.
Algunas veces, ella la sienta, y ellas observan
la forma en que la luz cae a través de la calle,
las sombras alargándose—y en este silencio
ella gorgorea una dulzura honda que crece 
hasta volverse risa abierta, lo que es equívoco
en este tiempo de congoja, pero incluso la muchacha
debe soltar una risita, enjugando su rostro para esconder sus dientes,
desafiando con esta pregunta, como si esta mujer
extendida hasta derramarse desde su taburete, al fin 
hubiera enloquecido.  
Pero las mujeres locas hablarán;
la vieja mujer loca desenfundará la historia que carga
dentro de ella, las historias que han estado escondidas,
incluso mientras bailaban sobre sus cabezas,
han hecho que sus pieles cosquilleen, que sus suaves carcajadas
burbujeen en funerales, en despertares, al borde de la cama
de algún alma agonizante. Las viejas mujeres locas, si lo pides,
te contarán los secretos que guardan, los hombres
que han mantenido como rehenes de sus caderas en la gruta
verde atrás del cementerio, los hombres que lloraron
por estar al tanto de otros amantes, los hombres que se derrumbaron
cuando sus penes se quedaron flácidos, inservibles
pese a las presunciones, las promesas, u hombres que las han
convertido en suaves flores, luego las han despedazado
pétalo por pétalo en la bacanal del deseo, aullando, 
aullando; hombres que las han hecho despertar tarde en la noche
para caminar a través de campos enfangados rastreando 
el hambre de sus lujurias; y mujeres que los tocaron
tan tiernamente, en sus llegadas entre aquellas
ocultas alcobas donde las mujeres cosen trajes,
queman pelo, y comparten los balbuceos de las heridas
que han nacido—allí en aquellos cuartos olorosos
a mentol, ellas sintieron sus pieles vueltas
de revés, sus ojos caer profundo en la oscuridad,
cuando extraviaron el sentido de las palabras
por primera vez, por la única vez;
cuando, en el agitado calor nervioso del desenlace,
prometieron no hablar nunca de esto,
pero siempre llevar su recuerdo adentro de sí;
para que aun ahora, cuando piensan en un nombre
tal como Lucy o Merle o Eartha o Una,
todavía sienten el rocío del deseo en sus vaginas.

Las viejas mujeres locas cargan estas cosas y más
dentro de ellas, y si son empujadas, si son motivadas 
entonarán un himno y luego hablarán del sentido
del deseo.  Una mujer quiere envejecer 
como tales mujeres, las guardianas de la entrada.
Mujeres que harán comprender incluso a la más
díscola de las mujeres, que el ansia
en ellas, el gusto por lo dulce en aquellos días
cuando la sangre se amontona profundo en ellas
es la promesa de Dios, y la risa
es la curación, y que los recuerdos alargan los días
cuando son entibiados con tan gruesos
placeres. Una mujer quiere reunir 
sus secretos para así poder tener sueños
cuando los días se hagan más oscuros y fríos.
Una mujer quiere envejecer como estas dulces  
mujeres viejas, copios pechos llenas de cien
abrazos, y risa lo bastante amplia
para aliviar lo roto mujeres con recuerdos
que no se gangrenan sino que continúan floreciendo
en frescas y más frescas flores.








LA GLORIA HA DEJADO EL TEMPLO

para Gabriel García Marquez

Para contarlo, debo llamarlo un sueño.
Un sueño sobre la costa caribeña de Colombia
donde un hermoso hombre negro sirve
gruesos omelettes, caóticos de cebollas y champiñones
a una variedad de inconformes, obreros del puerto,
profesores, mucamas, tres oficiales de policía,
cinco prostitutas y un puñado de abogados a medianoche;
ensopando el ron coagulado en sus vientres
con gruesos pedazos de pastoso pan blanco.
Antonio, el chef negro con agraciado ropaje
tiene una mano extendida desde su vientre
para agarrar carbones calientes, y sobre su cabeza
las entrelazadas ruedas girando 
con ojos inquietos parpadeando lágrimas
pero siguiendo cada movimiento nuestro. La tierra   
se ha extenuado con tantísima sangre.
Cada uno está contando las fatalidades 
como si fueran resultados de partidos de fútbol.
Pudiera llamarlo un sueño, una especie de 
apocalipsis Garciamarquiano, la crónica
de un novelista a quien se entregan las resmas
de papel sobre las cuales profetizará
al viento. En cambio, admitiré
la verdad: he estado sentado en un cálido
aposento con abundante olor a incienso
y al sudor de los clérigos que han perdido
el lenguaje para consolar al desconsolado;
clérigos cuyos ídolos se han derrumbado
entre el polvo. Yo estoy oyendo el viento,
la voz que en el viento me dice 
que lo escriba todo. Así que lo hago.









HOMBRE SABIO

Buscando un dios que venga desde el espacio exterior,
Tantos despistados etíopes se han extraviado        
Canción de Toots and the Maytals: “Los despistados etíopes”

Anhelo ser un hombre sabio 
en las sombras.

El problema está en el discernimiento.

Las mujeres llevan joyas
y ondean velos para atraparnos
 a nosotros despistados etíopes,
mientras los profetas se amontonan
con maquillaje completo
en el estudio de televisión
para anunciar milagroso conocimiento
a millones de espectadores.

Posibilidades hay de que hallarás 
entre la devota congregación
contemplando mudamente las pantallas planas
por lo menos a uno con el dedo del pie canceroso,
o a un cónyuge blasfemo,
o con predilección por el porno,
o con agudo dolor de espalda 
esperando que en la pantalla
nombren su nombre,
nombren su dolor.

El hombre sabio entre las sombras
susurra el final de las cosas
mientras el mundo sigue
el patrón de las bestias
alimentándose con gusanos
para ser festín de los gusanos.

Amén.







EXORCISMO

Para Edgar Allan Poe

Los borrachos miran a través de la penumbra, escuchan voces;
el blues man borracho conoce la neblina
de perturbados espíritus, vocifera estruendosamente
ante el modo en que su piel se eriza como si
un suave viento frío se hubiera agitado en este horno
de un aposento de Pittsburg; los muertos
se sienten atraídos ante la promesa de whisky.

Cuán relajado está tras la sudorosa
lucha con la bestia, cuán calmadamente
se aleja él después—como si ya hubiera
hecho esto antes, la danza de cuerpos
golpeados contra muros—no es fácil
matar a un hombre con tus manos 
por vivir pelearían por cualquier razón.

Cualquier niño que ve el cuerpo hinchado 
de un espíritu familiar, así sea una vez,
quedará marcado de por vida—no por una maldición
sino por un sorprendente ungimiento, como si
los muertos estuvieran siempre con nosotros. Ella 
sabe que puedes combatir
a los muertos, silenciarlos con un cuerpo
alerta con cada uno de sus músculos, ella aprende.
La “Nave de Sión” llena el cuarto.
Tantas naves han detenido los perturbados
sueños del pueblo negro. Ahora la “Nave
de Sión” revuelve algún antiguo gen 
que convierte el resplandeciente
ondear del mar abierto en un detonador
de llantos, a causa de recuerdos más viejos que la
razón.  “La Nave de Sión” se acuna
contra el codazo de las olas,
y el miedo a morir ahogada,
retorna a la mujer que canta
con esa voz robusta mientras el espíritu
mira fijamente a través de la penumbra.

El hombre borracho colapsará 
eventualmente, sin más lucha.
El cuerpo del luchador cederá,
la tensión de la nuca, la tensionada
prensa contra toda paz.
Este niño verá y conocerá.
¡Canta, mujer, canta, mujer, canta!


Traducciones de Rafael Patiño Góez









MUERTE

Primero muere tu perro y oras
al Espíritu Santo para alzar el inútil
bulto en el saco, pero el nombre de Jesús
no es amuleto mágico; crepúsculos y
moscas se reúnen. Es así como muere 
la fe. Al amanecer conoces a la muerte;
la forma en que arriba y crece luego
silenciosa. La muerte triunfa. Entonces sales  
a la maraña de maleza espinosa detrás
del granero; y persuades un gato
negro hasta tus dedos. Le permites lamer
leche y saliva de tu mano antes
de retorcer su cuello hasta que se 
alborota, arañando desgarra tu piel,
sus ojos crecen como platillos.
Un gato muerto es liviano como uno
vivo, no está rígido, no aún. Agarras 
su cola y lo arrojas tan lejos como puedes. Los cuervos lo
encuentran primero; pero entonces el hedor
de las porquerizas oculta la llaga
de la muerte. Ahora conoces el poder
de la muerte, sabes que lo tienes,
que puedes quitar la vida en un segundo
y despertar igual el día siguiente.
Por eso es que no puedes temer a la muerte.
Has visto el cuello roto
de un hombre en un aljibe, tú sabes quién
lo empujó sobre el borde del aljibe,
haciéndolo rodar; sabes todo acerca
de la sangre sobre la tierra. Sabes que
un perro muerto es un gato muerto es un hombre
muerto. Ahora miras al rostro de un hombre blanco
le hablas sobre los precios del algodón y los precios de la tierra,
ríes con tu amplia risa boquiabierta
en su rostro, y él sabe una cosa 
de ti: que conoces el poder
de la muerte, y morirás tan fácilmente
como vives. Así es como un hombre toma
lo que quiere, como un hombre
vuelca al mundo en sueños,
ingiere una comida sólida y espera
la muerte como si nada, 
como el cielo despejado, como la luz
al alba temprano. Como un hombre
de escudo rojo, pantalones a rayas, sombrero 
de copa negro, bufanda amarilla
y pañuelo mojado en agua
de colonia para neutralizar
el hedor de su boca.







EL ÚLTIMO POEMA

... Para nosotros, lo único que hay es intentar. Lo demás no es asunto nuestro...
                                                                                       (Parafraseando a Eliot.)
Esto lo escuché, tal vez en un sueño,
quisiera creer que fue la voz de Dios
alivianando un poco mi alma cargada.

Llegó, no como el viento de las colinas,
Tampoco llama celeste con la cifra sangrienta
de su dedo. No fue aquel el balido justo a destiempo

de un carnero expulsado en la llanura. Hay de mí,
tales fueron las palabras de un poeta muerto,
sin evidencia de salvación, sin apoyo;

sin promesa de retorno ni bendiciones por obediencia,
solo el flirteo de un poeta con la cadencia
de un dios. Entonces me senté entre las rosas

y masqué hojas amargas. El peso
del mandato del Señor agachó
mi cabeza rota, y las hojas del delgado

tomo de versos, este cuarteto, esta clandestina fantasía, esta esperanza
para el poder de los hacedores de la tierra, los rompedores de la piedra,
crujía insignificante e impotente como un poema.






EXPULSANDO DEMONIOS

Desde la cueva, una risa gorgojea hasta la superficie.
Has aprendido el dialecto de mis oraciones,
su jerga reglamentada. Ríes, yo lo expulso;
son legión; siguen regresando.  
Vine a verte en el día porque a pesar de
mi fe, temo el terror de la noche, la repentina
luz del camino juega con mis nervios.  Imagino tu
valle: la oscuridad, tú preguntándote por el
mañana: ecuaciones imposibles. Hace
una semana, te arrastré desde el sanitario. Pensé
que te hallaría sangrando. Sólo
llorabas.  Llegué.  Me sostuviste, aplastándome.

Te entrenamos bien.  Una pelota aplastada
sobre una cerca y tú siempre fuiste nuestro
emisario, al que suplicar.  Siempre fuiste
el catador de las aguas, el que pregunta al anciano 
por los duros asuntos, para enfrentar la ira, para enfrentar la oscuridad
a la que temíamos y al soplo del rechazo
con el arte genial de las lágrimas y la súplica abierta del perpetuo infante.
Ellos nunca dijeron.  Te parece poco
ahora atravesar esto, como si en cualquier
momento, volvieras sonriendo
recompensado con la pelota en la mano, la respuesta lista.

Oro sobre tu frente resplandeciente.
Tus brazos revestidos de nervios; eres mi
más fina versión y no suficientemente extraña
para la separación necesaria de los extraños.
Es más fácil expulsar demonios
de extraños porque no estoy familiarizado
con la línea que separa las personalidades,
y mi fe no está probada por la lógica
de la sicología. Es toda fuego y espíritu.

Yo farfullo mis lenguas lentamente como el
denso aire viciado de la habitación.  Estoy esperando
que ardan en llamas,  que les crezcan alas, para 
alivianar tu cabeza, limpiarla, para devolverte al niño
que solía reír conmigo por horas
por una simple imagen de soldados de pies romanos, 
aplastados por Asterix y Obelix, sus sandalias 
suspendidas como una vacía espiral de cuero—
la mirada de violencia cómica—cómo reíamos.
El niño se ha ido. Quiero encontrarlo, 
pero estás creciendo demasiado rápido para él.  
Retornar sería para retrasar todo el amor—la barba, 
la voz, la caída de la grasa, la edad
en tus ojos. Algunas veces contemplo el miedo, 
como si hasta ahora en el receso de su cueva,
Estuvieras tratando de decir algo,
tratando de otorgarme la fe para creer.

Traducciones de León Blanco



PROMETEO 
Revista Latinoamericana de Poesía 
Número 88-89. Julio de 2011.



Tornado Child

I am a tornado child.
         I come like a swirl of black and darken up your day;
         I whip it all into my womb, lift you and your things,
         carry you to where you've never been, and maybe,
         if I feel good, I might bring you back, all warm and scared,
         heart humming wild like a bird after early sudden flight.

I am a tornado child.
         I tremble at the elements. When thunder rolls my womb
         trembles, remembering the tweak of contractions
         that tightened to a wail when my mother pushed me out
         into the black of a tornado night.

I am a tornado child,
         you can tell us from far, by the crazy of our hair;
         couldn't tame it if we tried. Even now I tie a bandanna
         to silence the din of anarchy in these coir-thick plaits.

I am a tornado child
         born in the whirl of clouds; the center crumbled,
         then I came. My lovers know the blast of my chaotic giving;
         they tremble at the whip of my supple thighs;
         you cross me at your peril, I swallow light
         when the warm of anger lashes me into a spin,
         the pine trees bend to me swept in my gyrations.

I am a tornado child.
         When the spirit takes my head, I hurtle into the vacuum
         of white sheets billowing and paint a swirl of color,
         streaked with my many songs.

“Tornado Child” by Kwame Dawes, from Midland (Ohio University Press).







ALBERTO JIMÉNEZ URE [11.395]

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Alberto Jiménez Ure

Alberto Jiménez Ure es un escritor venezolano de novela, cuento, ensayo y poesía.
Lector de viejos y nuevos libros de índole filosófica y buen lector de Borges (esto me lo sugiere Acertijos), Jiménez Ure no se plantea la escritura de un modo gratuiton sino como camino para la obtención de respuestas o para la formulación de nuevas preguntas,n. 2 que, para el caso, es lo mismo. La fantasía no es para él «una serpiente que se muerde la cola» Es, sí, un ingrediente importante, más no definitivo.

Alberto Jiménez Ure nació el 13 de abril de 1952 en Tía Juana, estado de Zulia (Venezuela). Su obra literaria consta de más de treinta publicaciones en diversos géneros.

Obra publicada

En la medida que nos internamos en la obra de Jiménez Ure vamos contemplando el «orgasmo de la palabra» y la fecundación de un pensamiento libre, limpio de toda censura y enfermedad putrefacta: yo lucubro con «Lucubraciones»
Comentario de Ramón E. Azócar con base en el libro de poesías denominado Lucubraciones.

Poesía

1987TrasnochosGobernación del Edo. Mérida, Mérida, Venezuela, 1987.
1991LuxferoPen Club, Caracas, Venezuela, 1991.
1994LucubracionesUniversidad de Los Andes, Dirección de Cultura, Mérida, Venezuela, 1994.
1995AciagoUniversidad de Los Andes, Rectorado y Fundación Cultural «Aleph», Mérida, Venezuela, 1995. Poema fragmentado.
1997Revelaciones (1995-1996)Pen Club, Caracas, Venezuela, 1997.
2000ConfesoUniversidad de Los Andes, Vicerrectorado Académico, Mérida, Venezuela, 2000.
2004IluminadoUniversidad Centro Occidental Lisandro Alvarado. Barquisimeto, Venezuela, 2004.
2004DeusGobierno del Edo. Mérida, Mérida, Venezuela, 2004.
2008Dictados contrarrevolucionariosEdición de la Universidad de Los Andes, Rectorado, Mérida, Venezuela, 2008.

Novela

1983LucífugoFondo Editorial Lara, Barquisimeto, Venezuela, 1983.
1984FaciaDamocles Editores, Barquisimeto, Venezuela, 1984.
1987, 1993AberracionesEditorial Venezolana, Mérida, Venezuela, 1era Edición, 1987.
2da Edición. Universidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones. Mérida, Venezuela, 1993.
1993DionisiaUniversidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones. Mérida, Venezuela, 1993.
1998DesahuciadosMonte Ávila Editores, Caracas, Venezuela, 1998.
1994AdeptosFondo Editorial Fundarte, Caracas, Venezuela, 1994.
2007AlucinadosEdiciones Caminos de Altair. Mérida, Venezuela, 2007.
2009EscoriasEdición de Herederos del Kaos, California, EEUU, Web Site, 2009.

Libros de cuentos

1976Acarigua, escenario de espectrosEdiciones Punto de Fuga, Mérida, Venezuela, 1976.n. 4 n. 6
1979AcertijosUniversidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones, Mérida, Venezuela, 1979.n. 7 n. 8
1982InmaculadoMonte Ávila Editores, Caracas, Venezuela, 1982.
1982SuicidiosUniversidad de Los Andes, Dirección de Cultura, Mérida, Venezuela, 1982.
1986MaleficioGobernación del Edo. Carabobo, Valencia, Venezuela, 1986.
1991, 2002Cuentos abominablesUniversidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones, Mérida, Venezuela, 1991.
1995Cuentos escogidosMonte Ávila Editores, Caracas, Venezuela, 1995.
1996MacabrosUniversidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones, Mérida, Venezuela, 1996.
2002AbominablesSegunda edición ampliada. Universidad de Costa Rica, Costa Rica, 2002.
2004PerversosEditorial Alfadil. Número 22 de la «Colección Ludens».
2004MoralejasAsociación de Escritores de Mérida y Consejo Nacional de la Cultura. Mérida, Venezuela, 2005.

Estudios, monografías y ensayos[editar]

1988Pensamientos dispersosGobernación del Edo. Mérida, Mérida, Venezuela, 1988.
1990Epitafios (Reflexiones, 1987-1989)Asociación de Escritores de Venezuela, Mérida, Venezuela, 1990. Reflexiones.
1995PensamientosUniversidad de Los Andes, Vicerrectorado Académico y Rectorado, Mérida, Venezuela, 1995.





Deus
(Enunciados poéticos, 2002-2003)
de Alberto Jiménez Ure


Limen

Comencé a redactar estos enunciados poéticos-filosóficos bajo la influencia de fortísimos estados depresivos y tras experimentar ciertas fobias cuyas causas, inesperadas por mi o mis allegados, quedaron esencialmente explícitas en la escritura.

Sostengo que se requiere –realmente- padecer los miedos que inspira este mundo (y sus semejantes aliados, próximos al averno) para entender lo que es una verdadera depresión.

Muchas cosas fuera de lo que captan nuestros sentidos son reales, existen independientemente de nuestra limitada o extraordinaria capacidad intelectual para el procesamiento de las ideas filosóficas extramuros concebidas.

Alberto Jiménez Ure
Mérida, Venezuela, Mayo del 2003




Primera Parte
(El sendero de un monje)


-I-

(El peor enemigo)

Entre los enemigos que tuve,
Ninguno se le equiparaba a mi imaginación.

-II-

(La entidad monstruosa)

Cualesquiera incidente
Que contraríe mi anhelo
De fortalecer mi sacro mundo
Se convierte, de súbito,
En una entidad monstruosa:
En una bestia cuya voracidad 
Se aplaca con su propio veneno.

-III-

(De confidente a bestia)

En derredor,
Mis exiguos confidentes
Lucen demoníacos cuando 
Presumen de benévolos o filántropos.

-IV-

(Convocado)

Vivo inevitablemente convocado
A repudiar cuanto existe,
Eso capaz de perturbar
Mi oculto y de monje mundo.

-V-

(Fuera de mis sentidos)

¿Qué cosa fuera de mis sentidos
Puede permanecer incontaminado
Si lo externo expele un olor nauseabundo?

-VI-

(El auténtico monje)

Sin las licencias que confieren
Las distintas congregaciones religiosas,
Comencé la vida de un auténtico monje: 
Empero, no me oculto en sotanas o manteos.

-VII-

(Hacia mi consagración providencialmente ureriana)

Estoy en el camino último
De mi consagración
Providencialmente ureriana.
Empiezo a perdonarme
El hecho de estar vivo,
Y mis incomprendidas 
Acciones que la benevolencia impulsa
Para irradiar amor y sanaciones.

-VIII-

(No obstante la sociedad)

No obstante 
Las normas de la sociedad,
Mis acciones no lesionan
Ni dejan secuelas malignas
En quienes se aproximan
A mi habitáculo y Ser Físico.

-IX-

(Lo contrarrevolucionario)

Todo lo que perturbe mi confort y psique
Es infaustamente contrarrevolucionario.
Se trata de puro excremento demoníaco, 
Basura de nuestra atrofiada civilización.

-X-

(Sin procreación física)

Desde hace más de un lustro,
He amado y amaré sin procreación.
Así continuará mi existencia,
Hasta la muerte o escisión de quarzs:
Fisión de todas nuestras partículas de luz.

-XI-

(Ya ningún otro descendiente)

Ayer, 
De mi descendieron seres que amo:
Pero no habrá –nunca más, mientras viva-- 
Vástagos atribuibles a mi, y no porque me haya castrado.

Soy –finalmente- un hombre que ya es monje,
Que advino en el todo que le aguardaba:
Quien infunde los aires del liberado
Y libertado por su razón suficiente,
Ese don concedido por Theos o Eli.

-XII-

(El que dicta)

El que dicta ya lo ha testimoniado:
He purgado con sufrimientos y depresiones
Mi supraterrenal y antepasada renuncia
A los cuidados de una infanta o infante
De otra realidad (mundo) no imaginaria
De la cual ya se que procedo…
El que dicta es el que escribe,
Y yo el que la verdad formula, ex aula, 
Y quien registra su propia absolución
Frente a los engendros de la psicosis.

-XIII-

(Días de abundancia)

Está escrito que mi morada en la Tierra
Ya comenzó a ser de reconocimientos,
De masiva y planetaria difusión de mis ideas:
Cuando me haya vertido hacia el estadio de los quanta,
Incontables seres estudiarán o recordarán mis textos: afirmarán 
Que mis días fueron plenos de posesión de abundantes próceres impresos,
Libertad, dicha, salud, veneraciones, goces y euforia.

-XIV-

(He venerado y me venerarán)

He profundamente venerado
A Theos (Elí) quien iluminó 
El camino de mi juventud e igual mi edad madura.

He venerado al médico 
José Gregorio Hernández,
Quien será beatificado: lo se, tengo la certeza.

He dado culto y experimentado 
Paz y recogimiento frente la presencia intangible 
De la Virgen María, también de mi madre, en cuyo 
Vientre fui gestado para irrumpir en esta realidad y tiempo.
.
He también 
Reverenciado sin ambages,
Postrado de humildad. Aun antes de 
La escisión de mis quarzs, seré promovido 
Cual un legendario escritor: como alguien que 
Primero supo vindicarse para luego merecer 
Las revelaciones que experimentaría y apenas se le permite transmitir.

-XV-

(Absuelto)

Cuando me he exhibido 
culpable ante mi prójimo,
He sido perdonado sin palabras: 
Mejor con el silencio, siempre sublime.

Pero Theos (Elí) sabe que no merezco penitencias
Porque nunca lo he injuriado y siempre me sentí su adheso.

-XVI-

(Entranfe)

En trance de fe (entranfe),
He escrito estos enunciados
Cuya essentia me sana y sana
A quienes lo leen y leerán sin perturbaciones.
No discutiré si fue escrito por un sabio o iniciado:
Me sana y sanará en el presente perpetuo (futuro)
A quien lo lea tras advertir que –en su contenido- está Deus.

-XVII-

(Antidepresivos)

No son píldoras para la evasión de sucesos desagradables.
Inducen al sueño, al alejamiento de la ansiedad y angustia
Que socavan a los entes atormentados por lo desconocido.

Son los antidepresivos aliados momentáneos, 
Acompañantes que se mofan de la parte de mi psique
Que magnifica todo: se adentran a mi Ser Físico para 
Evitar que me inmole. Al indoctum digo que non consumatum est.

-XVIII-

(Las causalidades)

Hay acciones que 
Siempre me han vindicado.
Exculpan lo que creo mis errores, 
Magnificados por mi imaginación explosiva:
También implosiva tras interrumpir la ejecución de algunos deseos.

Las acciones de benevolencia 
Y los castigos no pueden cohabitar, 
La culpa de siempre quiere ocupar mi
Ser Físico que no sospecha santificado de infalibilidad.
La culpa es y será irredenta frente a los cobijados por Deus.

Soy definitivamente fuerte, soy un monje.

-XIX-

(Pesadillas e infortunios)

Yo extermino 
Cada pesadilla e infortunio
Con el don de la escritura que 
Providencialmente me fue otorgado.

Segunda Parte
(Sobre el amor, la muerte, la política y lo evasivo)

-I-

(Plática con Melissa y Carolina)

No transcurrió la plática durante una santa semana.
Lo digo porque Montaña Alta fue ocupada -o invadida-
Por innumerables impenitentes con sus vehículos.

“-Tengo la fantasía de ser otra ante mi y ustedes” 
–Expresó, con distinto lenguaje e inteligencia, Melissa.

“He tenido experiencias contrarias a los seres normales” 
–Admitió Carolina.

“He vivido o me he adecuado a las normas sociales” 
–Exclamé.

Luego de casi un mes, 
Pienso que ejecutaremos lo que fueron no físicos
Y perennis placeres: pulcra fenomenología de los 
Deseos. Infinidad de veces la realidad depende de nuestros 
Sentidos e imaginación, y lo digo porque el puro pensamiento 
Puede divertirnos o psíquicamente castigarnos cada instante.

Melissa y Carolina
Platicaron profusamente conmigo,
En el sendero que transitan los monjes
No adscritos a congregaciones.

Son mis hermanas en el mundo
Más allá de lo comúnmente perceptible.

-II-

(Muerto)

Yo acumulaba años sin “signos vitales”
Cuando me sobrevino la muerte.
Empero, no niego que hubo lapsos
En los cuales creí que podía resucitar.
Hoy –de nuevo- estoy incandescente.

-III-

(Ebrio)
A mi primo y escritor Ennio Jiménez Emán

Cuando estuve ebrio,
Los sobrios que pululan 
En el mundo fuera de mis sentidos
No exhibían precisamente una lucidez 
Equiparable o superior a la mía.

-IV-

(La chica)
Para ti, donde estés

Siempre recuerdo tu Ser Físico,
Incomparablemente hermoso.
Evoco tu postura sumisa,
Tu plática inteligente y virgen.
Intento, en vano, sentir de nuevo
Tu piel en contacto con la mía.
Quizá sea mejor que estemos ausentes
Durante un lapso que no adivino:
Yo se que la eternidad feliz es caro ensueño.

-V-

(Cómplice)

Alba mediante,
La moral de los hombres cosificados 
No contraría a la muerte, de lesa Humanidad:
Esa que coloca un punto final al castigo, 
Siempre absurdo cuando procede de prejuicios.

-VI-

(Fase animalesca)

Episodio de querellas 
Por la posesión de territorios;
Ningún hermano parece amar al otro,
Y nadie quiere ceder privilegios o compartirlos
Porque ignora los apuros de la muerte:
Siempre acechante, siempre altiva.
Animalescos los hombres y mujeres
Espiritualmente torcidos por el egoísmo.
La culpa no la tienen la selvasiempreverde,
Los riscos donde pululan felinos hambrientos,
Ni las sierras nevadas, llanuras o las altiplanicies.

-VII-

(La cosificación de cuanto existe)
Para Fany Tarabay Yunes

Hay quienes sostienen
Que el hambre y las penurias
Templan el espíritu de lucha,
Esa que algunas veces definen revolucionaria
Y otras –simplemente- libertaria o de liberación.

Antes de ser gobernado, 
El ciudadano debe ser cosificado.
Antes de aparearnos, las partes experimentamos
Una nada disimulada cosificación corporal.

-VIII-

(Nacer para luchar)

Tiene tan poco sentido nacer para luchar,
Cuando debimos estar predestinados a vivir
Placenteramente. Y lo digo no por ser un hedonista 
Confeso: no es tiempo de simulaciones, ninguno ha de irrumpir 
Para combatir (si es humano). Nada tiene de sublime el enfrentamiento,
Por ello esputo encima de lo épico y el afán de algunos por querellarse.

-IX-

(Supraperceptor)

Soy supraperceptor 
Y -por ello- cambio el curso del Mal
Que pudiera acercarse a mi o tentarme,
Transformándome –por mandato- en corregidor 
De mi destino y el de otros.

Anhelo vivir en la quietud y abundancia,
Por ello dicto lo que ha de cumplirse.

Soy supraperceptor de imágenes
E igual exhibo el don de la clariaudiencia.
Escucho a quien está más allá de lo mortalmente sospechable.

-X-

(El billete)

El billete alegra y abate:
Es el Todopoderoso 
De los mundanos, non Deus.
El billete es una fiera caníbal 
Que se oculta en un hermoso ropaje:
Ansiosa por devorarnos, hambrienta de ambiciosos.

-XI-

(Sin memoria)

A veces quiero dormir profundamente
Para luego despertar en el curso de ningún año.
De súbito las depresiones me confunden impulsándome
A desear vivir sin memoria de lo que me ha traumatizado.

-XII-

(Sociedad entrampada)

La sociedad a la cual no pertenezco
Permite que sus gobernantes actúen
Sin respeto por la Constitución y leyes,
Porque está obviamente entrampada:
Mas que habituarse, pacta su obediencia
Con los rufianes cuando advierte
Que los une un férreo parentesco.

-XIII-

(Theos)

Elí quiere que mis manos me sanen y sanen a otros,
Que las imponga sobre superficies afectadas...
Me ha dicho Deus que si soy un monje,
Más allá de la moral de los impenitentes y su inepcia.
Dominus ha confirmado que soy clariaudiente,
Que la voz que dicta y escucho es la suya.
No admite las leyes de los hombres
Que por no comprender su existencia lo ignoran.
Ni ser cuestionado, desacreditado o calificado por nosotros.

Elí infiere su semejanza con la corriente alterna,
Pero genera un voltaje único que tiene la propiedad 
De transferirnos hacia la euforia perpetua,
Hacia el lugar donde los elegidos tienen 
Una percepción holística de lo existente.
Theos me ha conferido la magistratura que de niño deseé merecer, 
Pero el sendero estuvo plagado de espinas y combatientes por el Mal.


-XIV-

(Una semana del 2003)

Una semana puede ser la eternidad
Para quien está angustiado, lo sé:
Pero ello está circunscripto al Ser Físico.

Los cuerpos parecen 
Las primeras y últimas moradas 
De las entidades cuando sólo son, 
Esencialmente, aposentos temporales
Para el aprendizaje: un vehículo espiritual.

-XV-

(Obseso)

Para convertirnos en obsesos
Sólo tenemos que magnificar los acaecimientos.

Para revertir ese padecimiento, sólo debemos perdonarnos
El hecho de estar presentes en el mundo: el ser imperfectos,
Que finalmente prodigium, elegido para corregir lo torcido.




Tercera Parte
(Observaciones)

-I-

(Miedo)

En el lugar donde transcurren mis
Vacaciones la gente teme caminar 
Sola por las calles: un comandante
Militar que gobierna socavó la seguridad del ciudadano.

Si las calles tuviesen conciencia
Experimentarían miedo por el tránsito de peatones.

-II-

(Agujero inmaterial)

Pienso que el Ser Físico del Hombre
No es básicamente una especie de cosmos:
Pero, contiene un cerebro –magma gris- 
Que irrefrenablemente absorbe a la materia.

Estoy convencido de que la materia corporal
No sucumbe por el envejecimiento de las células,
Sino a causa de una no saciada e implacable
Inteligencia oculta en una cavidad craneana 
Que resguarda una compleja y enigmática estructura genética.

-III-

(Paradojal)

Pedir a un ente superior el conferimiento
Del don de la videncia puede ser paradojal.

Quien se anticipa a los acaecimientos
Lo hace porque ya los ha experimentado:
Si los sucesos son placenteros, los disfrutará de nuevo.
Pero, caso contrario advertirá lo terrible de ese “poder”.

-IV-

(Deus)

Estoy persuadido:
Deus perpetum est;
Jesucristo exhalaba 
Su último respiro
Cuando, en estado 
Agónico, lo llamó Elí.
Otros lo llaman Theos,
Dios, Deus, Deo o Alá;
Según reparos individuales 
y gustos, mientras seamos 
mortales fluirán nombres.

Pero, Deus perpetum est.
Plura scriberem, si posem
Miserum te si intellegis,
Nihil est Deo acceptius.

-V-

(Antítesis)

Cuando necesité o quise creer 
En alguien sin comprender las razones,
Elegí a Deus: no era mi semejante 
Ni tampoco otro fue mi idéntico.

Jamás habría fehacientemente creído 
En alguien cuyas motivaciones no comprendiese: 
Porque nada que de mortal irrumpa es ni será sagrado.


-VI-

(Lo que el líder exige)

A quienes lo siguen 
Y escuchan sus arengas,
El líder fascista sólo les exige 
Que no se instruyan: porque los
Cargos que el gregario merezca
Dependerán de los niveles de imbecilidad que ostente.

Para el líder del Régimen Autoritario
Mejor que la lealtad hacia la ideología
Es que el subordinado sea inexcusablemente 
Un cretino.El líder fascista apenas pudo gobernar 
durante un día, previo haberse juramentado Dictador
Frente a una audiencia de seres potencialmente despósitos.

-VII-

(Era)

Durante el alba del 2003, 
califiqué mi existencia bajo depresiones
Como una especie de agonía adicional para insepultos.

-VIII-

(De nada ni nadie, memoria)

Igual durante el alba del 2003,
No quise tener memoria de nada ni nadie 
Porque todo me lastimaba y me hacía sentir miserable.

Porque soy un monje,
Hoy rechazo admitirme atormentado 
A causa de mi imaginación que
Pudiera precipitarme hacia la locura.

Porque soy un monje,
Ya no temo a la demencia ni el avernus.

-IX-

(La razón efímera)

Quien no tiene la razón 
Y ejerce el poder del mando político,
Promulgará las leyes necesarias para lograrlo.

-X-

(Deus mea magnam)

Tu, que me lees 
Y deseas iniciarte monje, 
Tendrás que hallar tu propio 
Sendero hacia lo Providencial:
Porque Deus mea magna.
Deus mea dierum dux est.
Recordarás –cada instante-
Que non eadem via migrabis.

Deberás estudiar Latín,
Tratar de escribir algo en 
Esa sacra lengua que condensa 
El pensamiento y los deseos de 
La Providentia o Dominus.

Veniet Pater:
Tu nihil invita dices faciesve Deos.

Homo homini lupus, 
Dijo el filósofo Plauto.
Cierto: somos bestias que 
Cohabitan la misma selva
Y sólo mediante la veneración 
A Deus no seremos siempre lobos 
Que muestran las fauces a sus réplicas.

No olvidartás 
–tampoco- 
esta máxima latina: 
Credo quiam absurdum.
Ante la cual yo, sin ambages, 
Sostengo: Homo homini excrementum,

Tu no eres impius y, por ello, 
No te sentirás aludido por mis palabras.

Ille Deus mea puríssimus est tuus.

-XI-

(La violencia nunca será legítima)

Porque intimida, 
Hace daño físico, 
Psíquico o coacciona
Al esse humanus, no existe 
Forma de violencia calificable de legítima.

-XII-

(Comunidad universal)

A causa del culto a la violencia,
Los hombres jamás hemos podido
Unirnos para el establecimiento
De una sociedad única o comunidad universal.

-XIII-

(Pródigo)

Prodigo
 el hombre o la mujer
Que execra a quien propugna
La confrontación física, exalta
La discusión intelectual y doblega 
Sus instintos de violencia frente a su prójimo.

-XIV-

(El arma ante la ausencia de la razón)

No puede merecer 
El calificativo de inteligente quien 
Suple la ausencia de la razón con un arma.

-XV-

(Mociones legítimas)

La paz, libertad, respeto mutuo,
Igualdad y fraternidad son las únicas 
Mociones indiscutiblemente legítimas)

-XVI-

(Dictado)

En la contienda 
De los hombres
Sólo la muerte vence.

-XVII-

(Derechos humanos)

Sólo parece posible 
Que alguien respete 
Los derechos humanos 
Cuando no tiene el poder 
Del mando político.

-XVIII-

(Esa)

La muerte
No busca al Hombre
Con la vehemencia que él la implora.

-XIX-

(Una acepción de revolución)

La acepción o significado de violencia
Que se ha consagrado del vocablo revolución
Invalida su propuesta de justicia social ante el mundo.

-XX-

(Acertijo)

Atenta contra el concepto superior
Según el cual es pusilánime toda nacionalidad,
Demarcación territorial o de espacios en el cosmos.

Es una conducta, una forma de ser in perpetuus vili.

-XXI-

(Cosmografía)

Mea sententia,
Nada podría haber existido
Con tanta complejidad científica
Sin que le precediera una entidad providencial.

Nuestra cosmografía no es el puerilis artificium
De quien suele aburrirse cómodamente instalado
En una traviesa, megalomaníaca y portentosa imaginación.

-XXII-

(Eyección)

Similar a un feto
Cuando, por pútrido o malformado,
Es eyectado hacia el exterior de la placenta,
Yo expulsé de mi mente la tesis de la fecundación
Como instrumento para la trascendencia de la especie.

Ulterior a esa extinta idea,
Mi libro dedicado a Dios se fortalece:
Adquiere el estigma propio de lo transferido
A la dimensión que habitan (y desde donde platican) los santos.

-XXIII-

(Cosa juzgada)

Ya lo que vendría
Fue interroto aun antes de tener existencia,
Y es cosa juzgada por quien dicta los acaecimientos.

Fuera de mis sentidos 
Los monstruos de la psique
No expiran porque, simplemente,
No han existido en la materia sino en la mente.

Los (hombres y mujeres) 
Monstruos y súcubos de la sociedad 
Que experimento me miran sin percibirme 
Realmente, sin advertir quien soy: eccehomo, Helios.

-XXIV-

(Sometimiento absurdo)

En el curso de mi existencia,
Me he sometido a leyes ideadas 
Y sancionadas por seres ya extintos
Y a los cuales no llegué a conocer:
Empero, dudo que no estuviesen 
Destinados a presentarse como
Miembros del enjambre de mis 
Enemigos fortuitos y póstumos.

-XXV-

(Lo que me separa del mundo)

En ocasiones, no sé qué me 
Separa más del mundo circundante:
Mi arrogancia o desprecio hacia los impíos.

-XXVI-

(Serpens)

Atrapado en una pesadilla,
Me topé con un gato que guardaba
Una culebra en su boca, la cual abría
A causa de las náuseas que ese intruso le provocaba.
Amenazante, el reptil asomaba su cabeza y disparaba
Letales esputos hacia todos los recintos de la casa que habitaba.

Tomé una porra y, sucesivas veces,
Golpeé las sienes y estómago del felino
Hasta lograr que expulsara la serpiente.

Lastimado pero agradecido, el mamífero huyó.
Luego, aporreé a ese rastrero demonio hasta cuando
Se convirtió en una sustancia viscosa y amorfa de color impreciso:
Que apesadumbrado y de prisa retiré hacia la calle con una escoba púrpura.

-XXVII-

(Oh Liz (a), Lis)

Si deseé tocarte y no lo hice, Liz (a),
Fue porque nunca me he aferrado a la vida ni a la muerte.
Un sendero me señala mi Ser Físico y otro mi ente espiritual.
De placeres hambriento el primero y de santidad sediento el segundo.

La abreviación de tu nombre enuncia contienda, Lis,
Pero que igual liderazgo frente a los apacibles como yo.

Si deseé tocarte y no lo hice, Liz (a),
Fue porque no estoy plenamente persuadido de mi existencia.

-XXVIII-

(Emily, impoluta)

Conocerte despertó en mi
Un sentimiento que no tuvo anticipos:
Tratarte durante años me hizo feliz,
Un hombre profundamente emancipado
De toda forma de maledicencia y crueldad.

Te protegí mucho, Emily,
Y cada instante anhelé verte dichosa
Tras mis injerencias purísimas y no forzosas en tu vida.

Nada ni nadie te precedió ni procederá
Divinamente en mi incomprendido y complejo mundo,
Ese donde me lastimé de tanta inculpación personal y
En el cual me agredieron psicológicamente mis enemigos.

Perdóname, Emily, mis errores:
Sólo imploré por tu felicidad a quien 
Dictó todo cuanto existe en el Universo.
Sólo actué contigo impulsado por el afecto profundo
Y siempre serás para mi lo auténticamente impoluto.

Nada ni nadie te precedió ni procederá 
Divinamente en mi incomprendido y complejo mundo.
Si me alejo es para salvarte y salvarme de quienes no
Quieren que seamos amigos y no entienden nuestra comunión.

Llegarán tus días de madurez y mi tiempo de platicar sin pánico contigo.



http://www.enfocarte.com/3.22/poesia4.html

WLADEMIR DIAS-PINO [11.396]

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Wlademir Dias-Pino

Wlademir Dias-Pino, nacido en Río de Janeiro en 1927 y después de haber residido durante un largo período en Cuiabá, es un poeta visual que participó en la Primera Exposición Nacional de Arte Concreto, en 1956 y también fue uno de los fundadores del poema / proceso en el año 1967 y el primer autor para desarrollar el concepto de "libro-poema,". Lo que caracteriza al libro-poema es la exploración de la función física del libro como parte del poema, lo que sólo un cuerpo físico, por lo que existe el poema sólo porque hay un objeto en el libro.

Antonio Houaiss le considera "uno de los investigadores visuales más interesantes de Brasil".

Obra

Eis um dois dos seus poemas 6 :

Céu céu céu 
Céu ave sol sol sol 
Sol ave luz luz luz 
Luz ave 
Ave asa asa asa 
Asa ave vôo vôo vôo ave 
Vai ave 









PROTESTO PROVINCIANO

O sorriso de Teresa é de utilidade pública. 
Passa pobre, passa rico, 
Teresa sorri! 

O olhar de Teresa é de utilidade pública 
Passa pobre, passa rico, 
Teresa olha todo mundo. 

O corpo de Teresa é de utilidade pública. 
Passa pobre, passa rico, 
E todo mundo descansa nele. 

Teresa não faz "nada" o dia todo, 
só andando daqui pra ali. 

Branca que nem ambulância, 
Atendendo a todos os sorrisos, 
atendendo a todos os olhares. 

E a Assembléia do Estado não dá subvenção 
Pra Teresa, que é toda de utilidade pública.





EN LOS 80 AÑOS DE WLADEMIR DIAS-PINO
Por Almandrade*
Traducción de Clemente Padín




LA LECTURA COMO OBJETO DEL MIRAR   

Poco se habló de la obra de Wlademir Dias-Pino, entre la literatura y las artes visuales, extraño poeta concreto de los años 50, escéptico y crítico en relación a la objetividad constructiva. Existe un problema central en la producción gráfica y poética de este artista: la didáctica de la lectura, una didáctica no linear contra el mito de la retina. Poeta, pintor, programador visual, uno de los creadores de la poesía concreta y del poema/proceso, Wlademir nació en Río de Janeiro en 1927, donde vive actualmente luego de residir por un largo período en Cuiabá. Publica su primer libro en 1940 “A Fome dos Lados” (ediciones Cidade Verde, Cuiabá, Matto Grosso, Brasil). Poeta de la palabra que ya pensaba en el lenguaje como problema central de la poesía.



“Aqui está a mancha do assassinado
livre agora era bom e é livre
sua mancha horizontal e leve
como são leves as coisas horizontais.”


“A Máquina Que Ri”,  “A Máquina ou A Coisa em Si”, “Os Corcundas”,  libros editados en Cuiabá en las décadas de 1940 y 1950 que muestran a un poeta suspicaz con respecto al progreso tecnológico, rebelde con la semántica, introduciendo en la poesía un vocabulario infrecuente y perturbador.


“Teus olhos têm o brilho de flecha
- Um eco polido de rolar
Nossa ânsia nos une como sombras.”

---

“O homem examina seu tédio
como se fosse um dedo.”

---

“Que pluma esses dentes
de engrenagem até ao tédio
tamanho mapa, mapa de ferro
ruminando que raiva igual
toda andaime logo de febre
e também aço outras coisas
quase humana, quase hélice.”

Hamlet, Eric Gill, 1933


Hamlet, Eric Gill, 1933

A partir de 1956, después de participar en la exposición de lanzamiento del concretismo en el Brasil, en el Museo de Arte Moderno de San Pablo, el trabajo poético de Wlademir asume radicalmente lo visual como estructura del poema, “A Ave”, un libro objeto/poema fue un nuevo desdoblamiento en la composición y en la visualidad de la poesía concreta, superando a la propia poesía visual. Lectura que desde el punto de vista de la poesía visual puede ser el método más fácil de leer el trabajo de Wlademir y develar el enigma indescifrable fuera del saber del mirar. Son imágenes, espacios que se indagan, construidos como sabiduría del ojear y de la geometría para una gimnástica de la reflexión y emoción del mirar. Diseños silenciosos, trazados con un repertorio constructivo, utilizado de forma crítica y sarcástica, buscando tensar la higiénica visualidad concreta con otras geometrías, como la escritura indígena.



“Aparte del flujo de informaciones propio de la época de su formación, el repertorio de Wlademir Dias-Pino recibió elementos a través del contacto peculiar y significativo con hechos y con un conjunto de repertorios, lo que contribuyó a que sus trabajos, en ocasión de la Poesía Concreta, presentaran una universalidad resultante de una actividad inventiva que marcarían las particularidades de su producción.”

Álvaro de Sá


Momentos de inversión en plena euforia del optimismo del arte y de la poesía concreta. Un poeta de la desacralización de lo poético con el culto a la máquina, pero una máquina rebelde, una “máquina que ríe” y no produce. La pintura de Wlademir está constituida de sintagmas visuales contradictorios, relacionados irónicamente, en la cuerda floja entre el rigor y el humor. Espacios cortados y re-significados por segmentos de rectas, obedeciendo a una noción de economía del color y del diseño. Entre equilibrios y desequilibrios, una ambigüedad trabajada y una pluralidad de lecturas con tendencia al exceso. Al placer de ver sin la necesidad de descifrar. 

Hamlet, Eric Gill, 1933


Hamlet, Eric Gill, 1933



En el trabajo de Wlademir, existe un mirar comprometido con la organización de la inteligibilidad del mundo visual, como sistema de relaciones del saber. Cuestionando y re-significando espacios gráficos creados fuera de la ortodoxia constructiva, sumados a elementos provenientes de lo figurativo, tratados como formas plásticas. Una visualidad para el extrañamiento del mirar. Espacios planos asimétricos, profundidad imaginable, colmados de problemas para la imaginación del mirar interior, de los que, Merleau-Ponty, nos pide resolver. Son del tipo de la propia trama de la visualidad.

Hamlet, Eric Gill, 1933


Hamlet, Eric Gill, 1933


El libro fue un instrumento crítico utilizado por Wlademir, este objeto pleno de misterios que oculta, con la seducción de sus signos, el proceso de su realización.Rigurosamente programados, una forma experimental de voltear las páginas y manipular el contenido gráfico, el gesto común de pasar las páginas, en los libros proyectados por Wlademir, es siempre una sorpresa y un trabajo que motiva pensar acerca del libro como objeto producido para ser manipulado.

 “A Ave” es un libro para pensar acerca del libro y la lectura. Las perforaciones, el color, los gráficos sugieren la idea del uso como medio de decodificación, ironizando a utilidad del mirar y de las manos. “Así, cuando comenzamos ‘Ave’, estábamos participando del Movimiento Intensivista en Cuiabá; y mucho nos preocupaba el problema de la ubicación de las palabras en los dobleces del espacio (el nivel o altura de la palabra en el soporte del papel significaba su potencialidad) Wlademir Diaz-Pino 





 EL MUNDO VISUAL DE WALDEMIR DIAS-PINO  



Hamlet, Eric Gill, 1933



La imagen quiere soñar su propio pasado, recordar, recrear. Acumula informaciones y contradicciones: lo nuevo y lo arcaico. Dos trazos rupestres inscriptos en las paredes de las cavernas a los códigos virtuales de la pantalla del computador, una zambullida en el origen y en el desarrollo de la escritura. El proyecto es hacer una enciclopedia visual. El trabajo que propone el poeta Wlademir Dias–Pino, uno de los creadores de la poesía concreta que conmemoró 50 años en 2006, es construir una historia de la imaginación de la mano y del ojo. Un lugar para meditar sobre la naturaleza de las imágenes apropiadas y transformadas en materia prima para otras, que ofrecerán un mundo al pensamiento. Wlademir, “por su responsabilidad, uno de los más perspicaces investigadores visuales en el Brasil” (Antonio Houaiss), interroga los signos visuales como saber, o sea, la utilización y organización de lo visual como “cosa mental”, recordando a Leonardo da Vinci.

 “Necesitamos comprender que la mano, así como el ojo, tienen su devaneo y su poesía.”
 Gaston Bachelard 



La mano del poeta inventa y relaciona imágenes, moviliza el pensamiento de quien mira procurando una historia, o mejor, de una pre-historia de las artes gráficas y su poética. Una performance de la visualidad que viaja en el tiempo y exige de nosotros una contemplación provocadora. Ellas son apenas lo que desean ser, imágenes; pero estimulan la imaginación para ver el universo que habita el signo.

Quien mira con atención descubre las confidencias de un “artesano” que no desconoce el raciocinio de las manos. El mirar acaba por proyectar sobre lo que ve: una historia, una leyenda, al recorrer toda la superficie gráfica. Viviendo entre Cuiabá y Río de Janeiro en 1974, Wlademir lanza “A Marca e o Logotipo Brasileiros” que podría ser el primer volumen de esta audaz Enciclopedia Visual. Mas que un estudio de marcas y logotipos, es un rico repertorio de imágenes.


*Almandrade es artista plástico, poeta y arquitecto.

































JORGE ALEJANDRO CAMACHO SOSA [11.398]

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Jorge Alejandro Camacho Sosa (Foto tomada de Facebook)

Jorge Alejandro Camacho Sosa

Nacido en la Habana, CUBA en 1964. Ha publicado Ojos de Miope (Editorial Letras Cubanas, 1990), Conversaciones con Jenny (Banco de ideas Z, 1993), así como varios cuentos en antologías. Fue ganador del Premio Casa de América Latina del concurso Juan Rulfo convocado por radio Francia Internacional con el cuento ¡Oh, la Habana! en el año 2000. Actualmente reside en Colombia y trabaja como consultor en temas de turismo y cultura.




nada tan perenne como la espuma
ante esa perpetuidad el hombre se confunde
llega el momento en que no sabe
si son las olas
contra los arrecifes en la Habana
o una jarra de cerveza
en la tristísima Dublín
y no es que Dublín sea triste
sino que una espuma de cerveza
puede ser
las pompas de jabón con que jugaba
o la espuma
de esa playa que ha quedado tan lejos de Dublín.

se podría sobrellevar
si esta cerveza no tuviese
las crestas blancas del lavadero de la madre

entonces el día ya no es tan bueno
y nadie entiende
a quien va a tomar cerveza
y se pone triste
solo de mirar la espuma







no dijo virgo o sagitario
sino cáncer

lo hizo con el descaro
con que los médicos hablan de la muerte

dijo cáncer
como quien dice lluvia
como si no fueran
mi vida
y mis miedos
lo dijo
sencillamente lo dijo
y yo
lo escuché
sencillamente
para emprender la ruta de papeles
y quirófanos
de burócratas y médicos
que a veces confundo








Mal de amores

odio a una muchacha
porque me abre su alma
y me cierra sus piernas

a otra
porque me abre sus piernas
pero me cierra su alma

a una tercera
porque abre todo
pero no resulta interesante

la cuarta no abre nada








¿Quién es el poeta
sino uno más de esos
que sudan
ríen
lloran
y que mueren un día
a pesar de sus versos?

¿quién es el poeta
sino uno más

pero que canta?


Estos poemas pertenecen al libro El sueño y la rabia del peregrino.






IX

El camino es circular
y tiene un  algo de abismo.
Ya tú  no eres el mismo
como no lo es  el lugar.
Entonces, el regresar
termina siendo pues nada,
un consuelo, una bobada
que no sana ni es razón.
El regreso es la ilusión
de quien no tiene más nada.






VII

Cuando cruces el abismo
daña el puente, daña, daña…
rompe sin furia y sin saña,
di “no hay regreso” tú mismo.
Sentirás como que un sismo
te deja solo y sin piso,
sentirás como un aviso
de la muerte y de la vida,
sentirás como una herida
y te verás de improviso.






APÁTRIDA

La patria es una ramera
vendida al peor postor.
Es remedo de folclor.
es discursito “ripiera”.
Es también la ventolera,
la nostalgia de arreboles,
o quizás los caracoles
que nos regalo un amor.
La patria es el sabor
arcaico de unos frijoles.

Ah patria, patria, carajo
que te me has vuelto sabores
el mar con unos colores
o el olor de un pan con ajo.
Ay patria, que es desparpajo,
es mujer de ron y luna,
es la mirada gatuna
de una muchacha en La Habana,
es un gallo en la mañana,
es diciembre y aceituna. 





RITA CHIRIAN [11.399]

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Rita Chirian 

(Rumanía, 1982) es una de las poetas más importantes del momento de su país; pero también, me aventuraré a decir, de Europa; pero también, diré, del Mundo. Traductora, profesora de Literatura en Sibiu y autora de tres libros que han sido un fenómeno a nivel nacional. Su último libro publicado es Asperger, un volumen cuyas temáticas son la enfermedad, el egoísmo, la juventud, la ficción, la magia, la superación del dolor, la Literatura. 

Pienso mucho en su Asperger cuando trato de delimitar una línea que una a todos los escritores jóvenes que desde hace un tiempo vengo leyendo. Precisamente hace poco la periodista Begoña Gómez publicó en La Vanguardia un artículo a propósito de la "Generación Asperger" (la también conocida Alt Lit), un nombre que ya se venía utilizando en los blogs y en las revistas de EEUU y que define a esta generación literaria creciente. Es curioso, ¿verdad? Que sin conocerse los unos a los otros. Sin haberse leído. Sin tener la mínima idea de que sus nombres podrían existir más allá de sus ciudades, una palabra, una enfermedad y una literatura acabaría por unirles.

Rita Chirian me recuerda a Dorothea Lasky, pero también a David Meza, o incluso a Layla Martínez. Tiene algo de bruja, algo de hada, algo de surrealista, algo de domadora de bestias.

Conocí a Rita Chirian hace a penas unos meses. Vi su cabello rubísimo aparecer en una sala en la que leyó sus poemas con una voz fuerte y perfecta. Lo hacía en rumano, pero yo sentía como que la entendía, porque su rostro era expresivo y su poesía me golpeaba. 

En esta ocasión he contado con Daniela Camacho para que me ayudara a poder publicar uno de los poemas de Rita en español. Eterno agradecimiento a Daniela, por su ayuda y apoyo con este proyecto. Eterna alegría, además, pues ver juntos dos nombres de esta talla es una verdadera gozada.

Y ahora atentos, silencio, que vienen, son destellos:




DIVISIÓN

y preguntaste cuál era mi poema favorito, y yo quería contarte una pequeña y confusa historia, sobre un verano tormentoso y zapatos llenos de barro, sobre un techo y las uñas recortando círculos y líneas, y sobre el agua que no es suficientemente profunda todavía, acerca de un gato castrado y su encuentro casual con una luciérnaga, sobre una mujer con labio leporino golpeando la fina madera de la puerta, día y noche, gritando, ¡si estamos juntos aquí!, ¡horarios!, ¡higiene!, y de los días con cajas perfectas y alineadas, me desharé de todo, me adoraré hasta los 30, y sobre los gestos diminutos de inventar un orden y un límite, acerca de los pies fríos y pequeños corazones que puedes tomar con dos dedos, y piensas: una pequeña y confusa historia sobre la vaga desesperación de enero y sobre la pesada desolación de las farmacias nocturnas, sobre un cenicero hecho pedazos, la patada de reproche, el llanto con hipo de yo-no-quería, sobre los primeros platos y los vasos de cristal muy grueso, y sobre la improvisación de trampas para los animales de la casa, sobre el sabor metálico de los sótanos y sobre las pelirrojas a quienes estás silbando algo que ya no recuerdas, y luego rodar escaleras abajo, y el delgado hilo de sangre, sobre vasijas que propagan una flora sin color, sobre un hombre joven que habla incesantemente de pianos verticales, ¿cómo los llaman?, y acerca de las gotas de sudor que son las palabras más nuevas, uno-dos-tres, y sobre una mañana que comienza con remolinos de nieve, y quien abandona es, primo, un cartógrafo, niño idiota, largo de aquí, y tú, recoge tus cosas, maldito, acerca de páginas húmedas y entrecortadas y ropa puesta a secar en el radiador, ojos y nariz, medio cuello, y sobre un lugar desde donde vemos las luces de la ciudad, y los pensamientos alienados, el hilo de sílice está ahora en uno de sus bolsillos y muy pronto dará latigazos al aire, aquí nadie escuchará el zumbido, nadie verá los dedos agarrando, y sobre la inflamación, remembering is not equal to politeness strategy, igualmente, cada vez que él –, la máquina advierte y prohíbe y castiga, y sobre un índice tenaz, tontos, gallinas, pregunta, ¿con qué ingresos puede justificar el uso de pieles, señora?, y sobre el aroma de las habitaciones sin luz natural, sobre abultados cojines escarlata, sobre decorados lacados en las paredes, tortugas y elefantes sabios, acerca del amor como juego de manos, baby, sobre las manchas de carmín lavadas con lejía, y sobre los pequeños gusanos internos, su pulpa neuronal y su gin sentimental, pero nadie meterá ahí la cabeza, ni siquiera tú, asesino despistado, y sobre un hombre limpiando el desastre, sobre las alcantarillas tragándose el temblor y la náusea, y recuerdas: una pequeña y confusa historia sobre gorriones que se precipitan hacia la rejilla del calefactor, y sobre ese malicioso baño de polvo que es cada vez más parecido al dolor, y acerca de las carreteras, y un tercio de cielo despejado, suficiente al fin, y sobre los abrazos hacia dentro, sustancias con nombres complicados, por lo cual es útil endulzar y mentir, pequeña hoja, pequeña mariposa y pequeña niña, y sobre enrolladas alfombras rojas, sobre la mejilla pegada a las baldosas y sobre la frialdad más real que cada célula, una pequeña historia confusa con nosotros siendo, demasiado tarde, llamados a lavarnos las manos.
Rita Chirian

(traducción de Daniela Camacho)


http://www.lunamiguel.com/2013/12/destellos-y-silencio-pequena-antologia_10.html





The Production Line
maybe the solitude
distended eventually
empty rooms among synapses
“we must examine our pain.”
(no, not only planarians,
after decapitation, regrow their heads,
but keep their memory)
“we must look at people as if they were lines and protuberances.”
these unending strips,
the insight without perception and,
once in a while,
the butterfly collector’s hands
“geometry keeps us bolt upright.”
now it is known that nudity
is a kind of going upstream,
visible parts that make other parts invisible,
as in those scary
stories
with planes disappearing from the radar
and, when they alight,
after decades of roam,
the skeletons are still holding
hot paper cups,
the random movement of disclosure
and secret,
when we conquer,
we domesticate
and we bend
to our laws.

(poema escrito originalmente en rumano y traducido al inglés por la autora)



LIEKE MARSMAN [11.400]

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Lieke Marsman

Lieke Marsman (Holanda, 1990) vive en Ansterdam. Estudia filosofía y escribe desde muy joven. En 2010 publicó su primer libro, con el que ha recibido prestigiosos premios. Esta es su web: http://www.vanoorschot.nl/






Tus ojos están tan rojos porque
alguien te dijo tus ojos son tan azules y
eso te llegó. Cuando alguien llega
no tiene que quedarse mucho para
poder quedarse, y lo raro de que llegue alguien
es que te aprieta, golpea y, aún así,
te tranquiliza.

[…]
Qué puede salir bien
en una ciudad donde no conoces
ningún lugar para descansar y te quieres
sentar en todas partes, donde
te gustaría perderos juntos
entre la multitud
y desaparecer, donde las estatuas vivientes 
se quedan atrás del mismo modo en que 
nos vamos quedando atrás nosotros.

(Traducción de Emily Roberts y Annemarie Broers)
http://estabanlocos.tumblr.com/post/32532526691/lieke-marsman






Love in times of solitude
If you’re going to act like this I’ll have to point out your resemblence
to a piece of bread that has been dragged through water, I don’t mean
a muddy slice of french toast but a bun gone bad down the sink.
If you’re going leave it up to me I’ll start to have doubts – the difference
between anxiety and love is not a physiological fact but the result
of psychological interpretation my friend in therapy has told me
and I’m a real thinker, so there’s a problem. For fun we used to 
mix up titles of famous books, One hundred years of Cholera, Love
in times of solitude – is dangerous, I want to say, in times
of solitude something that isn’t love at all can start to seem
like a feeling that grows bigger and bigger in you, that is
indeed confusing, but it’s not love. If you’re going to be funny about this
I’ll feel obliged to send you a picture of a drooling cat, that’s funny,
if you’re going to act difficult I’ll doubtlessly have eight reasons
disproving your position and I’d like to name them here 1) I can’t stand 
the idea of being ‘here and now’ with you and would like to push 
that thought in front of me dragging you behind it 2) I am a loser 
for whom the difference bewteen love and sex is not within reach, a
detached house done living, an almost empty office where nothing rests 
but pianosounds, black coffee and the black in front of my eyes
is swarming 4) your favourite writer has an extensive bibliography 
with a couple of apogees but I can name at least five authors who I think
are better 5) however I cannot make a birdhouse for you, I was bragging
6) your salamispaghetti is alright but my Kaiserschmarrn
is unsurpassable 7) being content is less happy than extasis,
true, but still my highest goal so I’d rather sit still in front 
of my rotten windowsills than end up moaning between 
your stainless sheets 8.) you say that I’m a lucky dog, I am
in fact a crying poodle. But should you ever get that feeling
that you’re a useless person on a useless day again, consider
reading one of those literary classics, it might help you, sweetheart.

(poema originalmente escrito en holandés y traducido al inglés por la autora)

- See more at: http://www.barcelones.com/cultura/lo-que-hay-que-leer-cinco-poetas-jovenes-a-las-que-hay-que-seguir/2013/09/#sthash.Ke19VXxG.dpuf






EL BIG BANG

Dice por la noche un físico por la televisión
que también es posible que un día el universo
deje de crecer y que lentamente, más rápido
que la luz, haga implosión. En ese caso,
después de nosotros podrían surgir todavía
trillones de universos y ahora tan sólo pendemos
debajo de un árbol genealógico universal. Cuesta
imaginar que sólo sea posible propagarse
dejando de existir.

Por la mañana, cuando al comenzar
un día veo cómo me he puesto otra vez
a respirar, comparo esta eyección
indiscriminada de astros con mis pechos
ascendentes y descendentes, con la antena de
una radio, que puede extraerse y meterse
sin objeto una y otra vez y a continuación,
de momento mi intento más logrado,
con una anémona de mar.


Lieke Marsman (título original: Oerknal; extraído de Wat ik mijzelf graag voorhoud [Mis queridos espejismos])
© Traducción española: Diego J. Puls 2011
(publicada en las 23 lenguas oficiales de la Unión Europea por la Casa flamenco-neerlandesa deBuren, Bruselas, con ocasión del premio Het Liegend Konijn a la mejor opera prima de 2011)






CARLOS A. BASCH [11.401]

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Carlos A. Basch

Carlos A. Basch nació en Buenos Aires, en 1948. Es poeta y pscioanalista. Integra el comité de redacción de la revista Redes de la letra. Escritura del psicoanálisis. 

Ha publicado: Lenguas perdidas (Editorial Zama, 2006), En medio de la noche (Nuevohacer, 2009), Hombre Grande (Editorial Huesos de Jibia, 2013)





DE En medio de la noche (Nuevohacer, 2009).


La noche inmóvil

se entretiene a destellos
de tiempo a mis espaldas
como esa otra madrugada
inaugural
cuando a orillas de un mar
también insomne el aire
se resistía a salir del pecho sin saber
que el niño había iniciado ya
la travesía






A tientas

Parpadea
la línea del horizonte
en quiebra su promesa
exaltada.
El cambio de estación
me pisa ya de nuevo
los talones y me planto
desnudo ante los viejos
libros que hace tanto
me dieran por leído.






La ciudad

Se amontona al descuido
ante tus ojos arde todavía
el desierto que resta por saldar
abre grietas
en la foto de siempre
y se mezclan tus pasos
con el ruido de fondo
mientras cae la noche
tu cabeza se pone
lentamente
de pie







DE Hombre Grande (Editorial Huesos de Jibia, 2013)






Acorde con sus hábitos de siempre

mi padre se murió un día cualquiera
de esos que raramente pasan a la historia:
el desayuno frugal con las noticias
más o menos comunes en el diario
después de trabajar, dormir la siesta
y quedarse leyendo hasta la cena.
Acto seguido morirse de una vez
sin casi levantar la voz del suelo







Lástima

El rostro encendido en la sonrisa
y ese eterno asombro infantil ante las cosas
pueden inducir a error
pero el hombre que viene de lejos
no es mi padre
me lo dice una certeza inescrutable
una vaga impresión
sin duda equivocada
que se diluye apenas
él se ha ido







Desde la cabecera

de la mesa familiar
me llega el sordo carraspeo
paterno
en falsete ahogado
hacia los postres
en un mar de gemidos
y mocos abnegados
de madre robe de chambre.
Más te vale
aferrarte a la silla
hasta que pase la tormenta
masticar con denuedo
esa carne convulsa
calzar a toda prisa
tu gastada armadura
de hojalata
a tiempo para el brindis







Ejercicio

Me salgo del camino y espero
al gran caballo blanco
que me espera en silencio
y salimos volando los dos
de contramano
y con agenda abierta
a morder lo que queda
de noche
a mis espaldas
el primer rayo de sol
sobre la tierra tibia
ya me alcanza al galope
dichoso el corazón
encaminado







Los ojos de mi madre

Hundidos en el fondo de su rostro
con piel de Blancanieves
intocados por los años
de larga vida y breve muerte
con un destello de paloma en vuelo
nunca supe cuándo me dejaron
de mirar








Llueve

despacio sobre el mar indolente
que asimila lluvias y nostalgias
sin dejar rastros alguno su rumor de fondo
envuelve cada gota desde antes del principio.
Llueve y destiñe el horizonte nombres
que se quedan vacíos de mujer.
Sólo cuando despeje será el tiempo
de inventar una nueva religión








Acoso

de los muertos conservamos palabras 
que apenas comprendemos.
Ellos nos las dejaron al partir
y nos acosan, persistentes
como murmullos de niños temerosos
que se quedaron solos en lo oscuro








La espesura

Se pone espeso el aire cuando vamos 
de pesca con mi padre.
En discurrir pausado de mareas
arrojamos las líneas con desgano, mirada 
a lontananza, arenosa la boca, papilla
de palabras a medio decir.
Tarde o temprano el solo parece detenerse
y temo que persista para siempre
inmóvil





ANTONIO NORIEGA VARELA [11.402]

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Antonio Noriega Varela

Antonio Noriega Varela (Mondoñedo, 1869 - Vivero, 1947) fue un periodista y poeta español en lengua gallega, encuadrado en la literatura gallega como uno de los representantes poéticos de las Irmandades da Fala.
Noriega Varela comenzó el camino de una poesía, denominada franciscanista, neovirgilianista o humanista-paisajista, que tuvo posteriores imitadores como Díaz Castro, Crecente Vega, Aquilino Iglesia Alvariño y, posteriormente, incluso Uxío Novoneyra.
Se le dedicó el Día de las Letras Gallegas de 1969.

Obra literaria

Además de su labor periodística proagrarista en la revista anticaciquil Guau, guau, Noriega Varela inició en 1904 su trayectoria poética con la publicación de un poemario titulado Montañesas (a partir del cual fue conocido por el sobrenombre de "poeta da montaña") que, a lo largo de su vida fue ampliando y que, a partir de la tercera edición, en 1920, cambió su título por Do ermo. Este cambio de titulación simboliza la nueva orientación estética adoptada por el poeta a partir de esa fecha, justo cuando entra en contacto con los miembros de las Irmandades da Fala y adopta el saudosismo portugués.
La poesía de Noriega Varela presenta, así, dos grandes tendencias:
entre 1895 y 1913 escribe una serie de composiciones costumbristas, en la línea del ruralismo del siglo XIX. Fuertemente influenciado por Manuel Leiras Pulpeiro (epígono del Rexurdimento), estos poemas se caracterizan por su musicalidad de raigambre popular y por su temática paisajística y campesina.
a partir de mediados de la década de 1910, refleja la influencia modernista provocada por su lectura de Rubén Darío y de diversos poetas portugueses del momento. Su poesía se orienta hacia lo culto y el refinamiento, muy lejos de su anterior orientación. El paisajismo abandona lo costumbrista y adopta una perspectiva impresionista, manifestando una demorada atención a los elementos naturales más nimios, algo que ha llevado a denominar a muchos de sus poemas como "franciscanistas", por su atención a lo humilde y desamparado.
Se trata de su aportación literaria más original; con esta poesía, además de expresar implícitamente su religiosidad al reverenciar la grandeza del Sumo Creador, el yo del poeta aparece sólo, sumergido en medio del paisaje en la búsqueda de la estética de lo más sencillo de la naturaleza. Poemas a una peña, al rocío, a la flor del tojo... Formalmente, estos poemas imitan tanto la poesía popular, como la culta, llegando a emplear el soneto como medio de expresión; el poema "Toda humilde beleza" es quizás el más representativo de esta tendencia.




Toda humilde belleza…

Vago jirón de niebla, atavío
soberbio de rígido piorno, reidor,
fulgurante fruto del rocío
(palacio del sol y lágrima de la aurora);

rayo de luna que besa el río,
flor amarilla que entre espinas llora,
o de las redes de la araña un tenue hilo,
toda humilde belleza me enamora.

Es una luciérnaga el amigo querido
de mi inspiración melancólica… Antes reparo
en la desnudez adorable de una estrella
que en las rosas de los valles, que sonríen,
que en los mantos de los pinos, que se yerguen,
que en las olas del mar, que se rebela.






Toda humilde belleza…

Vago xirón de brétema, atavío
soberbio de irta xesta, reidora,
fulgurante doíña de rocío
(pazo do sol e lágrima da aurora);

raiola de lunar que bica o río,
flor mareliña que entre espiñas chora,
ou das redes da a araña un tenue fío,
toda humilde belleza me namora.

É un vermiño de luz o amigo caro
do meu nume saudoso… Antes reparo
na nudez adorable dunha estrela

que nas rosas dos vales, que sorríen,
que nos mantos dos pinos, que se engríen,
que nas blondas do mar, que se rebela.





A BRÉTEMA

(Prá miña filla Cándida)

A brétema, ¿tu sabes?, é ceguiña:
os piñeirales pouco a pouco explora,
i anda sempre descalza, e si se espiña,
sangrar, non sangra; pero chorar, chora...

¡Chora copiosamente a pobresiña!,
como chorou Jesús, cal chora a aurora;
i en maus do sol é cada lagrimiña
derramada, unha estrela briladora...

¡Lagrimiñas preciosas!, recollelas
mil veces se me ocurre, pra con elas
facer... (si xa non soño, ¿que eu faría?)

¿Unha sarta me pides? Lograreina,
¡como un rei a quixera pra unha reina!,
como nunca se veu na xoiería.


                                 




E PORQUE É TAN LUGUÉS..

E porque é tan lugués, e porque o pide
teu xeito agreste, porque ben lles prace
ós verdes do Vilar de Lamonide
i ó hostil acivro que ond'a murta nace;

Teu paniño encarnado me namora,
linda serrana, moza churrusqueira,
que nos montes de Argán eres pastora
e no Fondal da Graña tecedeira.

¡Meu corazón, aquel que en noite triste
se apartou destes ermos, que o sol viste,
si ó cabo torna dun país lexano,

si, aínda que seña inverno, a vir se atreve,
mentras de vagarciño cai a neve,
chorará com'on neno ó ver teu pano.






Fillo do corazón...

Fillo do corazón, que nas meniñas
dos teus ollos levache os meus amores,
descansa eternamente sobre frores,
que eu non te hei de olvidar entre as espiñas.

Si as bágoas de túa mai i as bágoas miñas
non te rezusitaron... ¡xa n´acores!;
este mundo é o liñeiro das delores,
i o ceio ¡fíxoo Dios prás estreliñas!...

A Virxe te acobexe co seu manto
e, xa que é tan cativa a miña sorte
que no me valeu nada achousar tanto,

¡pide que a triste vida se me acorte!:
mellor quero ir parar ó campo santo,
que vivir recordando a túa morte.






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