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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ADÉLIA MARIA WOELLNER [11.291]

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Adélia Maria Woellner

Adélia Maria Woellner (Curitiba, 20 de junio de 1940) es una escritora, abogada, poetisa, y profesora universitaria brasileña.
Fueron sus pdres Osvaldo Woellner (1920-1997) y Iolanda Joslin (1920). Obtuvo la licenciatura en Derecho por la Universidad Federal de Paraná. En el período 1973-1985, fue profesora de Derecho Penal, en la Pontificia Universidad Católica de Paraná.

Actual ocupante de la silla N.º 15 de la Academia Paranaense de Letras. Patrona de la silla N.º 37 de la Academia de Estudios Literarios y Lingüísticos de Anápolis, Goiás
Integrantede la Academia Paranaense de la Poesía, silla Nº. 26,4, del Centro de Letras do Paraná,5 casa que presidió de 1997 hasta 1999, del Centro Paranaense Feminino de Cultura, silla Nº. 18.6, de la Academia de Letras y Artes de Pato Branco-PR, silla N.º 27, de la Unión Brasileña de Trovadores, Sección de Curitiba, de la Asociación de Periodistas y Escritoras de Brasil, de la “The Internacional Academy of Letters of England”, Grafton Road, Londres, Inglaterra, del Centro Cultural, Literario y Artístico de la Gazeta de Felgueiras, Felgueiras, Portugal.

Premios
Recibió la “Medalla del Mérito Ferroviario”, concedida por la RFFSA, Rio de Janeiro, RJ - 19902

Algunas obras publicadas

O Trovismo. 1978.
Anuário de poetas do Brasil, Volume 3. 19818
Encontro maior: poesia. 1982
Uma Viagem pelos trilhos da memória: centenário da Estrada de Ferro do Paraná, 198510
Avesso meu. 71 pp. 1990.
Infinite In Me. 1997.
Para onde vão as andorinhas. 182 pp. 2002
Luzes no Espelho: Memória do Corpo e da Emoção. 2008



Outono

O outono
é quando as árvores
se despem.
O chão coberto
de folhas
não sente mais
vergonha.

(PERUZZO, 2013).




Infinito em mí.  Infinito em mim.  Poemas.  Tradução para o Espanhol: Elisa Amado. Revisão: Norberto Carlos Irusta. Piraquara, Paraná: s.d. Edição artesanal.   ISBN 85-900344-1-0   Col. A.M.  (EA)



MUTACIÓN

¡Lentamente,
uno a uno,
desato
los angustiantes
nudos!
Me desenrosco
de la seda
de los antiguos arquetipos.

Deshilando
trama a trama,
amplío
los espacios
de ver,
de sentir,
de amar.

Me visito de nuevo
sin miedo
y me visto
de lino
y de aire...






REGOCIJO

Este cuerpo,
que me contiene
y me revela,
conquistó,
por un breve-eterno momento,
el regocijo de sentir.

En la conciencia
de sí mismo,
disfrutó
la infinita libertad
de poder existir.





RETORNO II

Camino en el tiempo
y vuelvo a recorrer mis propios pasos.
Percibo que hice
y deshice
tantos lazos,
en medio de lágrimas
y abrazos.
Revivo alegrías,
dolores y cansancios...

No importa;
es la caminada inevitable
para el propio encuentro.
Es la andanza
en el rumbo de la certeza
de abrir sótanos
y redescubrir,
en cada renovada mañana,
el conocido sabor primitivo
de pitangas, guabirabas y granadas...



WOELLNER, Adélia Maria.  Tempo de escolhas.    Curitiba: Edição do autor, 2013.    192 p.  15x21 cm.   Capa: Helena Grudzen. Projeto gráfico: Nexo Design. Impressão: Gráfica  Reproset.  Inclui CD.




Rebeldia

Para não repetir
o modelo
que me apresentaram,
escrevi roteiro contrário.
Fixação insana,
não ser igual.
Desperdício e cansaço.

Acordei.
Soltei balaios
de rebeldias e sofrimentos.

Moldes vazios,
insinuo passos que são só meus
e jeito próprio de andar,
para escrever
outro enredo,
nova história...





Contrário

Não trago letreiro na testa
nem faixa com mensagem
atravessada no peito.

Olho no espelho
e não me reconheço.

Se palavras houvessem,
o espelho diria
tudo ao meu contrario.







TOYO SHIBATA [11.292]

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Toyo Shibata

Toyo Shibata (26 de junio de 1911 - 20 de enero de 2013) fue una poeta japonesa. Su primera antología Kujikenaide ("No te desanimes"), publicada en 2009, ha vendido 1,58 millones de copias. En comparación, las ventas de libros de poesía de 10.000 se consideran exitosas en Japón. Su antología también encabezó Oricon como bestseller de Japón. Originalmente fue auto-publicada, pero al ver su éxito, la editorial Asuka Shinsha lo reeditó, con nuevas obras de arte, en 2010. Contiene 42 poemas. Después que el dolor de espalda obligó a Shibata a renunciar a su pasión de la danza clásica japonesa, volvió a escribir poesía a los 92 años, a sugerencia de su hijo Kenichi. A partir de 2011 ella estaba escribiendo poemas para una segunda antología, viviendo sola en las afueras de Tokio, y era viuda.
Hubo un documental de televisión sobre Shibata en diciembre de 2010.
Shibata murió el 20 de enero de 2013, en un hogar de ancianos en Utsunomiya, al norte de Tokio. Ella tenía 101 años de edad.

Toyo Shibata nació en el año 44 de la era Meiji (1911) en Tochigi. Era la única hija de unos acaudalados comerciantes de arroz. Cuando era adolescente, se produjo el declive económico de la familia y la muchacha tuvo diversos empleos en el ramo de la restauración.

A los 33 años se casó con un cocinero y al año siguiente nació su hijo Kenichi. En 1992 se quedó viuda y desde entonces vivió sola en la ciudad de Utsunomiya.

En su juventud fue muy aficionada a la lectura, el cine y la música tradicional japonesa. En la madurez le apasionó la danza japonesa y cuando ya no pudo bailar empezó a escribir.

Soñaba con que sus poemas fueran traducidos y tuvieran lectores en todo el mundo.

'Recoge la luz del sol con las manos' es un sensacional éxito llegado de Japón, que cuenta con 2 millones de ejemplares vendidos.






RECOGE LA LUZ DEL SOL CON LAS MANOS' (AGUILAR)

Toyo Shibata recopila una antología de poemas que son auténticas lecciones de vida

"Mi nombre es Toyo Shibata. Tengo 101 años. A lo largo de mi vida he protagonizado momentos buenos y malos.

He sufrido guerras, bombardeos y terremotos. He experimentado el miedo y en ocasiones he deseado morir debido al acoso, a la traición y a la simple tristeza. He sido madre.

En la actualidad vivo sola y recibo a menudo la visita de mi hijo. Cuando se acerca la hora de su marcha pierdo el ánimo pero intento reconfortarme y me digo «sé fuerte, aún se puede recoger la luz del sol con las manos».

Empecé a componer versos a los 92 años y me he dado cuenta de que a pesar de las dificultades existo gracias a mis recuerdos y a las personas que me han acompañado en este viaje.

Aunque me pese la soledad cada mañana me pinto ligeramente los labios y me alegro de ver el sol a través de la ventana, otra vez..., y sonrío".





Madre, I

Pienso en mi desaparecida madre
cuando, tal como yo ahora,
llegó a los 90 años.

Cada vez que iba a visitarla
a la residencia de ancianos,
la hora del regreso era penosa.

Mi madre siempre me acompañaba
hasta la salida.
Todavía recuerdo claramente
aquel cielo nublado
y las flores de cosmos mecidas por la brisa.






Cuando cierro los ojos

Cuando cierro los ojos,
voy de un lado a otro,
animosamente,
con coletas,
y la voz de mi madre me llama.

Nubes blancas se deslizan por el cielo,
un campo de flores de colza
se extiende por todas partes.

Ahora, a los 92 años,
cuán delicioso es el mundo 
que veo durante una hora,
cuando cierro los ojos.






La fuerza para vivir

Ahora, superados los 90,
qué precioso es cada día.
La brisa que me acaricia las mejillas,
la llamada telefónica de algún amigo,
las visitas que recibo.

Cada una de esas cosas
me procura la fuerza para vivir.






SI TE SINTIERAS TRISTE

Cuando te sientas triste,
recoge con las manos ahuecadas
la luz del sol que penetra
por la abertura de la puerta
y llévatela a la cara 
una y otra vez.
Ese calor
es un calor de madre.

Tu madre se esfuerza, ¿no es cierto?
musito mientras me levanto





SABINO DE ARANA GOIRI [11.293]

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Sabino de Arana Goiri

Político, escritor y diputado vizcaíno. Nació el 26 de Enero de 1865 en la república de Abando, que en 1890 fue anexionada a Bilbao, muere en Sukarrieta el 25 de noviembre de 1903

Las vicisitudes de la guerra carlista en la que su padre, el armador Santiago de Arana, estaba implicado, hicieron que emigrara a Lapurdi en 1873, a los ocho años.

En 1876 la familia regresa a Vizcaya y Sabino de Arana es enviado al colegio de los Padres Jesuitas de Orduña, donde cursa el bachillerato.

En 1882, convaleciente en su casa de Abando, las discusiones con su hermano Luis lo llevan del carlismo fuerista al nacionalismo. Doña Pascuala de Goiri decide trasladarse con sus hijos a Barcelona. Su hermana Paulina es la cronista de la familia; en sus Memorias, publicadas en parte, nos describe también la época azarosa que le tocó vivir. Luis estudia arquitectura y Sabino Leyes, Filosofía y Letras y Ciencias Naturales.

Sabino de Arana Goiri.
En 1888 muere la madre de los Arana en Barcelona. La familia se traslada a Vizcaya llevando los restos de doña Pascuala de Goiri. Tras sus cinco años de estudios oficiales, prosigue en su casa estudiando intensamente los temas que le apasionan. Hasta 1892, año en que aparece su primer obra Bizkaya por su Independencia, se ha dedicado a estudiar la historia, la legislación, la lengua, los problemas socio-políticos y a meditar sobre el modo de restaurar las leyes privativas vascas. En 1886 funda la editorial "Bizkaya'ren Edestija ta Izkera Pizkundia" (Renacimiento de la Historia y Lengua de Vizcaya).

De 1886 a 1893 publica obras de carácter lingüístico, histórico, literario y renacentista. Su actuación política empieza tras su discurso del caserío Larrazabal, en Begoña, y la aparición de Bizkaitarra, en este mismo año.

En 1894 funda la sociedad "Euzkeldun Batzokija", primer centro nacionalista. Son estos dos años, 1893-1894, los de su iniciación política, activa y polémica, los que dan lugar a manifestaciones, sanciones, prisiones y procesos. En 1898 es elegido diputado provincial por Bilbao.

Sabino de Arana Goiri.
En 1899 funda el diario El Correo Vasco que sólo llegó a publicar 103 números. A medida que caen sus publicaciones las sustituye por otras nuevas y sigue su intensa lucha política. Sabino de Arana fue uno de los pioneros del social-cristianismo y fundador del Partido Nacionalista Vasco. En el Congreso Ortográfico de Hendaya del 16 de septiembre de 1901 con objeto de sentar las bases para la unificación de la ortografía euskérica, fue nombrado vicepresidente en unión de Arturo Campión, asistiendo personalidades como Iturralde y Suit, Arrese-Beitia, Luis de Arana y Goiri, Serapio Múgica, Estanislao de Aranzadi, Resurrección María de Azkue, Telesforo de Aranzadi, Juan Carlos Guerra, Domingo Aguirre y otros. Adelantándose en cinco años al Congreso de Hendaya, había publicado en 1896 su obra Lecciones de Ortografía del Euzkera Bizkaino.

El 11 de septiembre de 1902 se vuelve a reunir el Congreso en Fuenterrabía y se crea la sociedad "Eskual Zaleen Biltzarra", de la cual fue vicepresidente, también con Arturo Campión. El sistema ortográfico de Arana y Goiri fue duramente combatido. Pero 14 años después de su muerte la recién constituida Academia de la Lengua Vasca o Euskaltzaindia, adoptó el definitivo sistema ortográfico para el euskera, basándose en el de Arana y Goiri y los de los escritores Azkue, Bonaparte, Oihenart, Darrigol y Duvoisin. Con esto se establece una ortografía racional y clara de la que se han servido los renacentistas en sus libros, revistas y periódicos. Euskaltzaindia, constituida por los grandes de nuestro renacimiento euskérico, reconocía así la obra euskeralógica de Arana, superando las diferencias personales con Adema, Azkue y Campión, expresadas crudamente en la prensa de aquel tiempo. Sabino Arana, en julio de 1886, había publicado en Euskal Erria su artículo "El Proyecto de Academia Bascongada del Sr. de Artiñano", apoyando el que este señor había presentado a las Fiestas Euskaras del mismo año en Durango.

Su obra poética cristaliza en 33 himnos, poemas y canciones; su periodismo batallador en más de 600 artículos y sus obras euskerológicas, literarias y políticas publicadas en vida en 14. Quedan desparramadas en colecciones particulares o se han perdido muchas de sus cartas. Agotado por 17 años de lucha, sale de la prisión gravemente enfermo, muriendo en Sukarrieta el 25 de noviembre de 1903, a los 38 años.





LLANTO DE UN PATRIOTA

Vascos:
Se perdió nuestro nombre;
¡Todos los pueblos dicen
Que ya no quedan vascos!

Teñidos de rojo están
Nuestros montes,
Mudas están
Nuestras ciudades.

Vascos:
Es cierto
Lo que cuentan,
¡Que ya no quedan,
Que ya no quedan vascos!

Traducción: Koldo Izagirre



ABERTZALE BATEN NEGARRA

Euskeldunak:
Galdu da gure izena;
Enda danak dinoe
Ez dala gehiago euskeldunik!

Mendi guztiak
Ikusten dira
Dana gorri-gorririk

Herri gustiak, bere,
Dana ixil-ixilik.

Euskeldunak:
Egiaz esaten da
Ez dala, ez dala
Gehiago euskeldunik!







DESPERTAR
(Canción mañanera)
       
              I

Del bosque surge
El sol de la libertad,
Su luz se extiende
Por toda nuestra tierra.

Despertad, vizcainos,
En pie todos los vascos:
¡Viva, viva la ley ancestral!


                II

Callad un momento
Y escuchad:
Gritos de guerra
Nos llaman.

Despertad, vizcainos,
En pie todos los vascos:
¡Viva, viva la ley ancestral!


                III

El sol luce
Su rostro enrojecido:
Más rojos quedarán
Nuestros montes.

Despertad, vizcainos,
En pie todos los vascos:
¡Viva, viva la ley ancestral!


Traducción: Koldo Izagirre







ITXARKUNDIA
(Goiz-abestija)
      

            I

Askatasun-eguzkia

Basotik urten da,
Bere argia edonon
Arin zabaltzen da.

Itxartu zaiz, bizkattarrak,
Aupa, euzkeldun gustiak:
Gora, gora antzineko lagiak!


            II

Isilik bazagoz danok
Zer dozue entzuten:
Hara gaur guda-zantzoak
Gaituzan deituten.

Itxartu xaiz...



            III

Arrpegia gorrituta
Darakus euzkiak:
Gorriagotuko dira
Bertoko mendiak.

Itxartu xaiz...







ESTEBAN URKIAGA - LAUAXETA- [11.294]

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Lauaxeta

Esteban Urkiaga, "Lauaxeta" 

Nació en Laukiz en 1905 y vivió en Mungia. Después de estudiar latín y retórica en el colegio de los jesuítas de Durango, realizó estudios de sacerdocio en Loiola y Oña, pero antes de celebrar su primera misa, dejó el convento. En Loiola aprendió a amar al euskera y a la literatura junto al profesor vascófilo padre Estefanía y con sus amigos de la Academia Vasca, Zaitegi e Ibinagabeitia, entre otros. Durante aquella época, realizó traducciones de clásicos del latín.

Periodista en el diario Euzkadi

Tras dejar el convento, comenzó a trabajar en el diario nacionlista Euzkadi. En los inicios, fue colaborador de Orixe, y desde que éste se marchó a Orexa a escribir el poema Euskaldunak, responsable de la página en euskara. Escribía diariamente crónicas acerca de la vida de la época.

Comprometido en la literatura, en impulsar la cultura y en la política

Conocía muy bien las tendencias de la literatura europea, pronunciaba mítines, tomaba parte en actos culturales y programas de radio, enseñaba euskara, impulsó la recopilación de canciones populares, ayudaba a los poetas jóvenes. En una palabra, Lauaxeta trabajó incansablemente en favor del euskara y de Euskal Herria.

Se lo llevó la maldita guerra

Cuando surgió el Levantamiento de Franco en España, dejó todos sus quehaceres y se alistó en en Ejército Vasco. Como comandante trabajó en la organización de las milicias y en la actividad propagandística. Publicó la revista Gudari y el diario en euskara Eguna.

Sumido en aquellas tareas, se encargó de ayudar a un periodista francés que quería hacer algunas fotografías tras el bombardeo de Gernika. Lauaxeta fue apresado por los fascistas y llevado a Gasteiz. Le aplicaron la pena de muerte y fue fusilado. Escribió unas palabras conmovedoras mientras esperaba la muerte.

Poeta brillante

Ganó el primer premio en el I Día de la Poesía en 1930 con el poema Maitale kutuna. Al año siguiente publicó su primer libro de poemas: Bide barrijak, renovando incluso la estética. Quería expresar en euskara la modernidad europea, renovar la temática y el lenguaje: amor, existencialismo, muerte. Surgieron discusiones entre los vascófilos por su libro, debido a las ideas modernas que planteaba en él.

En su segundo libro Arrats beran (1935) cultivó la poesía popular: baladas, romances, cantos festivos. Fusionó la poesía folclórica y el simbolismo con un estilo renovado: música, metáforas, colores y sensaciones, con los que expresaba el paso del tiempo.


Lauaxeta-Antton Valverde
Disco de Antton Valverde basado en los poemas de Lauaxeta

Tiene un estilo difícil, excesivamente purista, pero además dificultaba su poesía utilizando sugerencias y ocultando la esencia. Utilizaba todo tipo de elementos, diferentes dialectos, arcaismos, localismos, etc. También escribió teatro: Asarre aldija, Epaiya, escritos humorísticos. Balbeak, Iru gudari son traducciones. También cultivó la redacción de cuentos: Iluntzeko izarra, El fusil del abuelo, Campa de guztiz ederra, en los que describía el ambiente en la época de la guerra. Era partidario de la construcción de una nación vasca de forma pacífica y a través de la cultura, a menudo escribió sobre la necesidad de defender la justicia por la fuerza de la razón. Quería una Euskadi formada y culta, decía que había que instruir a la población, que no aceptaba nacionalistas incultos.





¡A LA MAR!

Desnudo en la proa del barco, piloto de altura,
surco los mares por senderos desconocidos.
¡Dejad todo en tierra! —nos persigue el peligro—,
Nuestro sueño es encontrar nuevas tierras,
De nuestras lágrimas están hechos los lodos que dejamos atrás.
Buscad nuevos horizontes
                                        donde podamos respirar.
Los hombres nos atan con sus fútiles pretextos,
y las ansias de libertad mueren cruelmente.
¡Adelante! Ved al norte los helados montes de nieve,
y los palacios de hadas en frías islas.
Os llevaré:
                        —velas henchidas al viento—
sobre mis ojos brilla la esperanza.
La inquietud de la raza pide nuevos rumbos:
estuvo demasiado atada a tierra.
                                                     ¡Ampliad los horizontes!
Hermoso es este espacio para las proezas heróicas,
insigne bronce para grabar toda clase de letras.
¡Cómo te ama mi pueblo, bravo mar nuestro!
A tu regazo venimos, la tierra se nos queda pequeña.
¡Maestro de energías,
                                        despeja nubes y brumas!
No buscamos ballenas, sino ideas vírgenes.
La aurora muestra su nuevo manto de oro.
Aquí venimos sedientos de sabiduría.
En tierra no éramos capaces de soñar,
sobre la mar se refleja lo más alto.
¡Bravío mar nuestro!
                                 Bogadores de ideas,
saludamos a la luz de los mares.
Domas los cuerpos, y más aún las mentes:
como en nosotros, en tí siempre vive una inquietud.
¿Quién conoce tu calado?
                                         ¡Eres misterio impenetrable!
Espanto de los cobardes es el bramido de la tormenta.
Sólo los vascos se atreven en tu infinito seno,
en el fondo de sus ojos derramaste osadía.
Tú forjas luchadores, dorsos de bronce,
Músculos en tensión, muslos de hierro
—Tentadores manjares para un antropófago...—
Abrénos, infinito mar, las puertas del cielo.
En tí va la muerte, en tí va el amor.
Para este recio pueblo, tú eres el futuro.
Aunque no nació aquí la bella Afrodita
ni tenemos sirenas, somos nuevos Odiseos,
somos jóvenes pioneer, como nuestra raza.
Tu siempre guardas el temblor de una sonrisa.
Pero sacudes tu melena como un león.
¡Mar de los vascos!
                          ¡Impetu y vigor!
¡Adelante, siempre adelante!
                                Desnudos en la proa del barco.
Abiertos los corazones al beso de todos los vientos.
Esta navegación no termina con la vida,
quien se embarca en ella no vuelve nunca.
Dejad los lamentos en tierra, que se queden los pusilánimes.
Nuestras obras precisan de quienes miran al futuro.
Los cielos están limpios, los ojos brillan de alegría.
Sobre la mar van las canciones del mañana...
Recorramos de nuevo la cintura del planeta,
no sobre la espuma, no con vanos esfuerzos, sino en las ideas.
Que la esperanza guíe la nave de los vascos
Hasta la alta claridad donde reinan las almas.

Traducción: Lauaxeta / Koldo Izagirre





ITXASORA!
  
Soñutzik ontzi-puntan, sakoneko lemazain,
itxaso-barne nua zidor ezezaunen gain.
Ondartzan oro laga! —arriskubak darraigu—,
Lur-barri billatzale ametsa lagun dogu,
Liorreko lokatzok geure malkoz egiñak.

Arnas artzeko, billau
                                  amaibako urdiñak.
Euren solas utzakaz gixonak lotzen gabez;
Azkatasun oldiak ilten dira atsekabez.

Aurrera! Iparraldian edur-mendi ixoztubak,
eta ugarte otzetan lamiñen gaztelubak.

Eruango zaitubet:
                            —eunak arro axian—.
Itxaropena bai dot begi onein ganian.
Bide barrijak nai dauz abendaren kezkeak:
Lar lurrari egon da.
                              Zabaldu osertzeak!
Ekintza gurenentzat landa au dan zabala,
Izki-mota orontzat burdinori garbala

Geure itxaso gogorra, abendak maite zaitu!
Zeure altzora gatorz, lurra ba txiker yaku.
Indar irakasle oi,
                            kendu odei ta laño!

Balerik eztogu nai gogai barrijak baño.
Argizkorrija dager, urrezko yantzi barriz.
Ementxe gatorkixuz jakintzaren egarriz.
Ametsik ezkenduban legorretan egiten,
uraren barna baña goyak doguz ikusten.
Geure itxaso gogorra!
                                    Gogayen arraunlari
Agur egiten dautzu itxaro argijari.
Soñak esitzen dozuz, goguak ariago:
Geuregan legez, zeugan, beti kezka bat dago.
Sakon ori nok dazau?
                                  Oso zara zadorra!
Ekaitz orrein orruba koldarren bildurkorra.
Euzkuak soilik dabiltz altzo zabal orretan;
imin dozu oldia euren begi barnetan.

Gudarijak dagixuz, berunezko bizkarrak,
tente diran erruak, burni diran iztarrak.
—Gixonjale leyentzat jaki ziltzagilliak...—
Itxaso aundi orrek, zabal, zeru-atiak.
Erijotza or dabil, or dabil maitasuna.
Erri gogor onentzat, zeugan etorkixuna.
Odiseu barri gara, lamiñik ezta baña,
Emen sortuba ezta Aprodite liraña.
Geure abenda-antzo pioneer gaste gara.
Altzuan beti dozu irri baten ikara.

Baña leoyen legez darresixu galparra.
Euzkoen itxasua!
                            Oldia eta indarra!
Aurrera, aurrerantza!
                                  Ontzi-puntan soñutzik.
Axe oron mosubai bijotzak zabaldurik.
Ibillaldi au ezta bixitzan amaituko;
Bein ontziratu danik barriz ezta itzuliko.
Miñak lurrean itxi, begoz itun diranak.
Itxaroz kezkatubak nai dabez geure lanak.
Zerubak argi dagoz, begoz pozez begijak.
Uñen ganian dabiltz geroko abestiak...
Barriro esi daigun ludijaren gerrija,
Ez bitsez, ez indarrez, gogayakaz baño.
Itxaruak berua euzkotarren ontzija,
Goguak nausi diran argitasun goiraño.







A UN OBRERO ASESINADO


                    I

¡Rojas minas de mi Bizkaia,
herida de la verde montaña!
Minero de rostro moreno,
ven con tu piqueta al hombro.

Al hombro tu aguda piqueta
brillando al sol y monte abajo.
Ven por el sendero —la mañana a tu espalda—
a la fábrica cielo de humo.

Rumores de huelga en la ancha calle,
—puños cerrados, buzos azules—.
Los patrones, en cambio, indolentes,
tienen tu ayuda, oh teléfono.

Minero de rostro moreno,
corren llamadas por los hilos.
¡Cómo brillan en el sendero
las negras capas de la guardia civil!

¡Qué aspecto de delincuentes,
con sus largos fusiles al hombro!
¡Rojas minas de mi Bizkaia,
herida de la verde montaña!


                    II

Monte abajo entre cuatro guardia civiles
el minero de rostro moreno.
Puñales son sus negros ojos
pero no pueden romper el cerco.

¿A dónde te llevan maniatado,
recio cuerpo color de hierro?
¡Si tuvieses coraje, en sangre enemiga
mojarías tu aguda piqueta.

¡Márgenes del Nervión —temblor de tranvías—,
cuántos esfuerzos, queriendo soltarse!
Pero no puede oírse su grito
entre el ruido de las fábricas.

Humeantes están los largos fusiles
—rumor de huelga en la ancha calle—.
¡Minero de rostro moreno,
báñate en tu propia sangre!

Los guardia civiles beberán
el mejor vino en casa Gómez.
¡Rojas minas de mi Bizkaia,
herida de la verde montaña!

Traducción: Lauaxeta / Koldo Izagirre




LANGILLE ERAILDU BATI
      

                    I
      Ene Bizkai'ko miatze gorri
zauri zarae mendi ezian!
Aurpegi balzdun miatzarijoi
ator pikotxa lepo-ganian.
Lepo-ganian pikotx zorrotza
eguzki-diz-diz ta mendiz bera.
Ator bideskaz, —goxa sorbaldan—,
kezko zeruba yaukon olera.
Opor-otsa dok txaide zabalan,
—ukabil sendo, soñanzki urdin—.
Jaubiak, barriz, nasai etzunda,
laguntzat auke, i, urrutizkin.
Aurpegi balzdun miatzarijoi
ari bittartez deyak yabiltzak.
Bideskan zelan dirdir-yagijek
txapel-okerren kapela baltzak!
Orreik yaukoen gaizkin-itxura
sispa luziak lepo-ganian!
Ene Bizkai'ko miatze gorri,
zauri zarae mendi ezian!


                    II
      Mendiz bera lau txapel-okerrez
aurpegi balzdun miatzarija.
Begi baltz orreik sastakai dozak
baña zatittu ezin esija.
Noruntz aroe esku-lotuta
burni margodun gorputz gogorroi?
Sendua ba'intz, etsai-odolez
bustiko eunkek pikotx zorrotzoi!
Nerbion-ertzok, —tranbi-dardara—,
azkatu-nayez, zenbat alegin!
Baña olaen zarata-artian
aren ayotsik adittu-ezin!
Sispa luziak sutan yagozak,
—opor-zaratak txaide zabalan—.
Aurpegi balzdun miatzarijoi
igeri adi eure odolan...!
Txapel-okerrak edango yabek
ardao onena Gomez-etxian.

Ene Bizkai'ko miatze gorri,
zauri zarae mendi ezian!



NIKOLAS ORMAETXEA -ORIXE- [11.295]

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Orixe

Nikolas Ormaetxea  -Orixe-

1888 - 1961
Nació en Orexa el 6 de diciembre de 1888, en el caserío Iriarte. Como era trillizo sus padres le trasladaron al caserío Errekalde, con cuya familia convivió durante su infancia y su juventud. "Dos madres y ninguna" manifestará con gran amargura en la obra Quito'n arrebarrekin. Siendo un muchacho de diecisiete años, en 1905, partió para estudiar en el Colegio de Jesuitas de Javier, donde después de realizar una prueba de dos años permanecerá en la Compañía durante dieciséis, hasta su expulsión en 1923. El cese de la carrera sacerdotal le creó un nuevo trauma, que al igual que el de la ausencia de la madre le resultará difícil de sobrellevar. En el poema titulado Getsemani rememorará ante el Señor aquél período de siete negros años (1916-1923): "Tú y yo sabemos de aquellos siete negros años".

Durante el tiempo que estuvo en la Compañía de Jesús, publicó algunos artículos y poesías en las revistas Jesus'en Biotzaren Deya y RIEV. También impartió un par de conferencias sobre la rima en euskara durante las Fiestas Vascas de Durango, en 1921.

Tras volver a la vida laica, transcurrió los primeros siete años (1923-1931) en Bilbao, los primeros en el despacho de Euskaltzaindia, en compañía de Azkue, y a partir de 1928 en el diario Euzkadi, como director de la página en euskara. Durante esa época publica tres libros: dos traducciones, Tormes'ko itsu-mutilla (1929) -en dialecto vizcaíno- y Mireio (1930), y Santa Kruz Apaiza (1929).
En tiempos de la República, en la cúspide del renacimiento vasco, ante la necesidad del País Vasco de contar con su propio poema nacional, se retiró a su pueblo natal para crear el poema épico Euskaldunak, por encargo de los componentes de la sociedad Euskaltzaleak. Aunque se publicará más tarde, en 1950, para cuando estalló la guerra ya lo tenía concluido y había entregado el texto original en su totalidad. Es preciso hacer esa puntualización para que dicha obra sea ubicada en su contexto histórico. También publicó un pequeño libro de poesía, denominado Barne-Muinetan (1934), de carácter místico.

Euskaldunak
Tras una permanencia de seis meses en la cárcel de San Cristóbal, al año siguiente, a la edad de 50, se vio en la obligación de partir hacia el exilio, donde transcurrió dieciséis largos años (1938-1954), difíciles y penosos, sin duda alguna, pero también quizás los más fértiles y productivos para las letras vascas. Entre los trabajos realizados en dicho época el más conocido será Urte Guziko Meza-Bezperak (1950), también realizado por encargo en el Norte del País Vasco. Cuando decimos por encargo queremos decir que se trataban de unos trabajos remunerados. No hay que olvidar que Orixe ha sido el primer liberado profesional con el que han contado las letras vascas, totalmente entregado al euskara. Cuando se despidió de Guatemala dejó escrito lo siguiente en Euzko-Gogoa: "Mi prometida más querida ha sido el euskara, y por halagarla me he vanagloriado de encontrarme a mí mismo en un estado de mayor necesidad".

Los cuatro años de América (1950-54) resultaron verdaderamente prolijos y de alto nivel tanto en las traducciones como en las obras de creación. Fue en Zaragoza de El Salvador donde escribió los interesantes artículos publicados en la revista Euzko-Gogoa -principalmente sobre filosofía y estética-, y las diferentes piezas que componen la obra de ensayo que lleva por título Quito'n arrebarekin, y también los artículos tan polémicos publicados en castellano en la revista Gernika sobre el euskara batua y Euskaltzaindia. Incluso la obra Agustiñ Gurenaren Aitorkizunak, que aunque se publicara en 1956, ya la había concluido para cuando regresó de América.
Quien fuera un enfermo crónico, regresó a casa bastante débil de salud, en 1954, pero con ansias de trabajar. Su obra más destacada de esta última época, titulada Jainkoaren billa, la concluyó mientras permanecía más tiempo acostado que levantado. Además, cuando regresó, se encontró con un mundo vasco diferente al que él esperaba. Para entonces ya había surgido una nueva generación de euskaltzales de la posguerra, habían comenzado a introducirse en el País Vasco los nuevos aires de Europa, y a darse los primeros pasos en torno al euskara batua. A causa de esos cambios profundos, Orixe se sintió como en el exilio en su propia casa, cargado de dificultades para adaptarse a la nueva situación. Por decirlo de alguna manera, se encontró desplazado. Por ello, la imagen mítica del escritor Orixe ya había empezado a desplomarse antes incluso de que la muerte se lo llevara en 1961.

Pero el Orixe mitificado y desmitificado vive incluso 50 años después de la publicación de Euskaldunak, su tan famoso como polémico poema. Y si no vive debería vivir, porque nos ha legado una obra amplia, rica y diversa. Como se ha solido decir, sus obras tal vez no tienen comparación entre sus contemporáneas.





ESTREÑIMIENTO

Voy a cantar el dolor que conoces.
¿Habrá en algo dolor igual?
Uno hace una dura longaniza,
otro un hilo de agua,
un tercero, menuda suerte!
pare pare viento!

Estreñimiento de tiempo de guerra,
debilidad del poco alimento.
Aunque coma cuatro días, no se me llena
la mitad del intestino.
Si pudiera empuja que te empuja...
Es inútil es inútil intentarlo.

Voy por segunda vez al excusado
a probar mejor suerte.
Ojala nunca hubiese conocido
al alcalde de Uharte!
De San Juan de Luz a pasar el verano
me trajo me trajo a Gurs.1

Media hora en cuclillas
a ver si sale mi hijo.
Venas a reventar, ojos en sangre,
ni niña ni niño.
Pensé que me había vuelto
estéril estéril para siempre.

A la tercera pensé
que podría vencer mi estreñimiento.
Hacía tiempo que comía poco,
se me había debilitado
el redaño.
Se me ha preñado el vientre con dos criaturas,
hernia hernia doble!

Por fin he superado mi desgracia,
hago mis necesidades dos veces al día.
En cuanto me agacho sale
un hermoso lingote de oro.
La comida de Bidarrai no son migajas,
se ve se ve que tiene alimento!

Debo olvidar mis rencores,
perdóname, Señor,
pues no es tan severa la sentencia
que guardo para ciertos caballeros.
Ahora que estoy comido y vestido
«Recuerdos, recuerdos a Ibarnegaray.»2


1 Campo de concentración en Bearne (estado francés), donde fueron recluídos los refugiados vascos.
2 Jean Ibarnegaray (1883-1956), político francés de extrema derecha, ferviente partidario de Franco. Como diputado de Maule (Mauléon) en 1937, hizo deportar a los refugiados  a un campo de concentración fuera del País Vasco, para evitar que sus fieles votantes sufriesen la influencia republicana de los vascos del sur llegados en busca de refugio. Fue ministro de Pétain en 1940. Fundador de la Federación Francesa de Pelota Vasca así como de la Federación Internacional. Era alcalde de Uharte (estrofa tercera) cuando fue internado Orixe.

Traducción: Koldo Izagirre





IDORRERIA

Kanta behar dut dakizun nekhea.
Holako nekerik, nehun badea?
Batak egiten omen du xixtor gogorra,
bertzeak ur mehea?
hirugarren batek, haren zortea!
erditzen du erditzen du haizea!

Gerla denborako idorreria,
aski jan gabeko ahuleria.
Lau egun jan eta ere, ez zaut betetzen
ertzearen erdia.
Pusa ta pusa banendi balia...
Alferretan alferretan guzia.

Bigarrenez noa kabinetera
chanza hobearen entseiatzera.
Ez banu sekula santan nik ezagutu
Uharteko jaun mera!
Donibanetik uda pasatzera
igorri nau igorri nau Gurs-era.

Horen erdi nindagon kokoriko
haurrik ote zitzautan etorriko.
Zainak lehertu ponduan, begiak gorri
ez nexka ez mutiko.
Beldur nintzen antchuen iduriko
nindakela nindakela bethiko.

Hirugarrenez banizun ustea
garait nezakela nere nekhea.
Aspaldi jan eskas eta mehatua zen
ene bare sarea.
Bi umez izortu zaut sabelpea
etendura etendura doblea!

Haizatu dut ene malur zaharra
egun oroz biz iten dut beharra.
Uzkurtu nizan orduko atheratzen zaut
urhe mokor azkarra.
Bidarraiko jana ez duk hondarra
badik nunbeit badik nunbeit indarra!

Etsaigoa behar badut ahantzi,
othoi, Jauna, enetzat induljentzi!
Ez beita sobera gogor jaun horrentzat nik
gorde dudan sententzi.
Jana egin eta naizela jantzi
«Ibarneri Ibarneri goraintzi!»








A LA SOMBRA DE UN AMATE

Sombra del haya de Musulun,
recuerdo de la infancia,
era un peligro sentarse allí
cuando estabas sudado;
pero qué agradable lecho
en día de bochorno!
Ahora me es más agradable aquí
la sombra del amate.

Una mosca vuela en su centro,
¿o estará inmóvil?
En el limpio cielo un silencioso cóndor
por encima del avión.
Aquí, en los más sofocantes calores,
me olvido del clima:
este placer me concentra
aún más en mí mismo.

No oigo trinos, ni viento,
ni zumbido de abejas;
y como el camino no me ha fatigado,
tampoco mis latidos.
¿Qué oigo cuando escucho?
Sólo mi respiración.
¿Dónde encontraré habitación más solitaria
para mi descanso?

Me reconcentro en mí mismo
como fuego bajo la ceniza,
y lo cierto es que no sé
si estoy en llamas o estoy apagado.
Lo único que sé es esto:
que un ansia me transporta...
Más agradable que la de aquel haya me es
la sombra de este amate.

Traducción: Gaztelu / Koldo Izagirre







AMATE BATEN ITZALEAN

Gogoan daukat aur nintzaneko
Musulungo pagopea,
izerditurik arrixku baitzan
itzal artan esertzea;
baiña sargori zegoneako
goxoa bai oatzea!
Goxoagorik arki dut emen
Amateren gerizpea.

Euli urdin bat erdian egan
dabil, ala geldi dago?
Zeru garbian Kondor bat ixil
egalontzitik gorago.
Emengo bero zakarrenetan
aroaz ƒzturik nago;
atsegin honek sarrerazten nau
nere baitan barrenago.

Ez dut entzuten txio-txiorik,
aizerik, erle soiñurik;
bidez nekatu gabe bainago,
ezta nere pilpirarik.
Zer entzuten dut adi nagola?
      Nere arnasa bakarrik.
Inon bai al da pake artzeko
bakarrago dan gelarik?

Bil-bil egin naiz neronengan
auspean sua bezala,
pizturik nagon, itzali naizan,
neronek ez dakidala.
Ortik aurrera au dakit soillik:
griña batek naramala...
Pago arena baiño obe zait
amate onen itzala!




ESTRELLAS EN LA PAMPA
   
Oscura está la tierra, no hay luna, el cielo está estrellado.
Dos círculos perfectos, uno negro, otro azul. Yo soy el centro.
Para ver las estrellas, pues no hay montañas, basta levantar un poco la cabeza.
Cuanto más cercano el cielo, más rojas las estrellas. Llanura en calma.
Con un golpe de vista abarco miles de espacios;
giro sobre mí mismo, y en otro vistazo cierro el círculo.
Es inútil fijarse en las estrellas una a una;
el destello de todas ellas dice lo mismo: «¡Seguimos aquí!»
Hay otros mil mundos mas allá de estos espacios:
vaya a donde vaya, ¿quién puede hallar un linde?
Ni tampoco un ombligo. ¿Dónde está el borde del arcón de Dios?

Me pierdo fácilmente. ¿Para qué prolongar esta meditación?
No puedo percibir el eterno silbido de mis oídos,
y, sin embargo, el silencio de las estrellas y el sueño de los fatigados,
aunque el pecho respire pausadamente
o el corazón lata agitado, siempre lo deja oír.
Calla la mente, habla el corazón; ¿pero quién entiende
lo que dice? El sí, pues suya es la palabra sin eco.
Al fin, la llama del corazón me hace arder de pies a cabeza:
soy todo corazón; la palabra me habita, una hora, dos horas.
¡Que esta tan callada palabra se haga habla, se haga grito,
simple suspiro...! para que esta llama deje siquiera un destello.

Luego... respiro profundamente, tres alientos en uno:
el fatigado cuerpo quiere su premio, nos invita a la cama.
Me acuesto en silencio, sin despertar a los que duermen en pleno sueño,
pies, cintura y brazos a media sábana, por temor del calor.
Guardo mi mente en el regazo, pronto estaré sordo, ciego;
pero antes de dormirme, acostumbro encender en mí fuego de nueva llama.
¿Para qué necesito volver sobre sueños de estrellas y espacios?
En mi corazón, en sitio tan reducido, estás Tú entero.
Despierto, soñando, dormido, de día, de noche, mi cielo eres Tú.

Traducción: Gaztelu / Koldo Izagirre







PAMPETAN IZAR

Illun dago lurra, illargirik ez da, izar dago zeru.
Bi obo biribil, bat beltza, bat urdin. Ni naiz erdileku.
Izarrei begira, mendi gabe, doi dut jaso bear buru.

Zerua bertago izarrak gorrigo. Zelaia paketsu.
Begi-klixka batez neurtuak ditut millakan eremu;
giltzerdi neregan, eta beste klixkaz buka dut inguru.
Alper da bat-banan izar bakoitzan geldi begiratu;
guzien nir-nir'ak itz bat egiten du: «tiñel gaituzu gu!»
Bazter orietaz arago badira beste milla mundu:
ibil eta joan, nork ote lezake mugarik arkitu?

Ez xilborrik ere. Jainkoaren kutxak ertza non ote du?

Galtzen naiz berˆla. Nere gogoeta zertako luzatu?
Nere belarrien betiko xixtua ezin dut sumatu,
kolkoan arnasa bakan, biotzean pilpira larritsu,
izarren ixillak, nekatuen loak, entzuten uzten du.
Ixil da burua, izketan biotza; baiña nork atzitu
zer dion? Berak, bai, oiartzunik ez dun itza bere baitu.
Noizbait burutik oin, biotzaren garrak osorik nau artu:
guzia biotz naiz; itza dut nerekin, ordu bat, bi ordu.
Itzik ixillen au biur ledi mintzo, biur lekit oiu,
asperen bederik...! nonbait utzi lezan gar onek errainu.

Gero... barne-barnez artu dut arnasa, bakarrean iru:
gorputz unatuak bere saria nai, oera dei digu.
Lo bete daudenak esnarazi gabe, ixil nauzu sartu,
oin, gerri ta beso, izaretan erdiz, beroaren izu.
Gogoa bil-bil dut gorde magalean, laster sorgor, itsu;
baina lo aurrean, gar berriko sua nigan oi dut piztu;
zertako nai ditut izar eta tarte ameska berritu?
Nere biotzean, ain toki gutxitan, guzia zaude Zu.
Ernai, ametsetan, lotan, argiz, gauez, Zu zaituda zeru.






VOLANDO

No tengo miedo, pero entro en el avión
como si la piel se me hubiese encogido hacia adentro.
Nos desprendemos de la tierra
—cielo encapotado— y comenzamos a elevarnos.

Me viene a la memoria el salmo de David:
«Gozoso estoy bajo la protección del Señor».
Por eso respiro profundamente,
desahogando por fin este encogido pecho.

Nadie entona el «Uso banintza».1
Silenciosos, mirada hundida y cabeza inclinada,
algunas damas y caballeros parecen corderos
en venta, les puede el mal de altura.

Un niño corretea de aquí para allá,
como si estuviese en tierra; me distraigo con él.
Ahí veine otro, abandonando a su dormida madre.
Esta linda criatura ya tiene compañero.

Rebosan de salud; ni les preocupa nada
ni tienen conciencia de haber obrado mal.
Me distraen el viaje, aunque de vez en cuando
miro de soslayo por la ventanilla.

Por encima de las nubes, volamos en cielo sereno.
Aquí el sol no tiene la llama que tiene en tierra.
¿Qué nos recuerda esta alfombra de nubes
que aparece a nuestros pies? Un hierbal reseco.

A mi izquierda, un joven de apariencia robusta.
Abre la boca sin poder respirar,
como un pájaro en tiempo de bochorno.
¡Qué sosegadamente respiramos los niños y yo!

Inmensas y tupidas selvas americanas...
¿Para qué existe Larraun?2 Ahí abajo,
mientras volamos un día entero sin tocar tierra,
bandadas de miles de monos de rama en rama.

Tras haber visto ríos, montañas, mares, lagos...
comenzamos a descender.
El avión se culumpia en el regazo del aire...
y yo bajo a tierra tranquilamente con los niños.


1 Lit. «Si yo fuese paloma», canción popular.
2Valle de pequeñas aldeas donde nació el poeta.

Traducción: Koldo Izagirre





EGAN

Bildur ikararik ez-baiña, larrua
bilduxe bezala kolkope xulora
sartu naiz ontzira. Lurreti jalkiaz
—zeru-gaiña goibel— asi gera gora.

Dabid'ez naiz oroi: «Jaunaren egalen
itzalean nago, poza daridala».
Ontan, arnas zabal, barrendik irtena,
kolko ximur au bein lasatzen didala.

«Uso banintza»rik ez iñork agotan.
Ixil, begi-kuku, burua makurrik,
arkume salgai antz or-emenka daude
zenbait jaun andere, goi-miñak arturik.

Aur bat: arat-onat, lurrean bailegon,
jostetan; arekin dut ene jarduna.
Or beste bat: ama lo-naiz utzia du.
Nini polit onek ba dizu laguna.

Osasun galdurik ez dute; barnean
ez kezkarik ere gaitz egiñarekin.
Aieri begira nagola, ba noa,
noizpenka lurrera begiak saietsik.

Odeia gaindituz ozkarbian gera.
Eguzkik ez emen lurrean dun garra.
Oiñetan daukagun odei axal onek
zer iduri digu? —Belar sail igarra.

Ezker dut gazte bat, ustez aski mardul,
ago-xabalka da, eziñik egurats.
Bero zakarrean alaxe txoria.
Aurrek eta nik, zer lasai dugun arnas!

Ameriketan bai oian zabal, itsu.
Zertako da Larraun? An, muskillez murkil,
egun bat bidean lurrik uki gabe
millaka tximuen saldoketa dabil.

Ibai, mendi gotor, itsaso t'aintzira
ikusi ta gero, jeixten asi gera.
Aize-magalean ontzia zanbulu...
ta ni... kolko-lasai aurrekin lurrera.





PIERRE TOPET -ETXAHUN- [11.297]

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Etxahun

Pierre Topet, más conocido por su pseudónimo Etxahun (Barcus, Sola, 1786 - 1862), fue un versolari y bardo vascofrancés.

Según sus versos autobiográficos no tuvo una vida fácil. Tuvo una infancia desgraciada, pues según cuenta en Etxahunen bizitzaren khantoria (Canto de la vida de Etxahun) le profesaban poco afecto al "haber sido creado escaso de belleza" ("edertasunez pobre nintzalako sortu").
De joven se enamoró de la joven que servía en su casa y como sus padres no aceptaban la elección de este, lo casaron con una mujer de rica familia, mas aquella boda no trajo nada bueno. Debido a la pobre relación entre ambos y la infidelidad de su esposa, Etxahun mató de un tiro a uno de sus amigos, confundiéndolo con el amante de su esposa. Debido a esto estuvo varios años en prisión, para luego hacerse peregrino y viajar a Roma y Santiago de Compostela. Su trágica historia hizo que su nombre se conociera entre los escritores románticos de toda Europa, y Adelbert von Chamisso le dedicó un poema (De Etchehons Klage). En los últimos años de su vida, muerta la esposa, fue admitido en su casa. Para entonces la fama de Etxahun llegaba a casi todo el País Vasco francés, y era llamado a cantar en numerosas fiestas y actos conmemorativos. En estos años, además de improvisar versos, su ocupación favorita fue enseñar a leer a los niños,despues de eso quemo a su familia y despues acabo muriendo finalmente como un simple mendigo.
Etxahun fue un versolari tan conocido debido a sus circunstancia vitales, en su obra no hay conciencia intelectual, solamente su deseo de narrar lo que le ocurrió y vivió.

Obra

A pesar de que se sabe que la mayoría de sus versos manuscritos fueron quemados por sus familiares, gracias a la incansable labor de bertso-biltzaileak (recopiladores de "bertsos") como Jean Haritxelhar, que han dedicado sus tesis a Etxahun y su obra, y a la memoria popular, algunos de ellos se han conservado. Según la división del autor anteriormente citado su obra se clasifica de la siguiente manera:
Poemas autobiográficos: Urxapal bat, Mundian malerüsik, Bi bertset dolorüsik, Etxahunen bizitziaren khantoria y Ahaide delezius huntan.
Poemas satíricos: según muchos son igual de buenos o mejores que los autobigráficos. Los más conocidos son: Ofizialarenak, Gaztalondo handian, Bi ahizpak, Maria Solt eta Kastero, Barkoxeko eliza, Musde Tiraz, etc.
Poemas-circunstanciales y otros: aquellos escritos en honor a alguien, recitados en una boda, etc.

Opinión crítica

Etxahun no era hombre de cátedra, pero sus versos satíricos y conmovedores tranquilamente pueden equipararse en, ingenio e inventiva. Entre los satíricos son alabados los siguientes: la colección de versos Oi, laborari gaixua!, por estar a favor de los ricos los que le puso a Barkoxeko erretorari (Al párroco de Barkoxe), Maria Solt eta Kastero dedicados a las relaciones amorosas entre mujeres y hombres ancianos, etc. Sus composiciones autobiográficas están llenas de fuerza y sentimientos, tal y como cabía de esperar.
En resumen, entre los versificadores en euskera es Etxahun quien destaca por su romanticismo. Jean Haritxelhar, lo definió como "romántico sin saberlo".




SOMOS MUCHOS LOS DESDICHADOS
    
Somos muchos los desdichados en el mundo,
Pero nadie que lo sea tanto como yo
Queriendo ser dueño de mi propia propiedad
Me cayeron diez años de cárcel.

Los animales del desierto, por miedo de la gente
Toman la precaución de ocultarse;
Yo, desgraciado de mí, les imito llorando
A fin de poder conservar mi triste vida.

El día que cumplí veintidós años
Me casé para mi desgracia
Puedo asegurar que ella traía
Oculta en su regazo la cuerda para colgarme.

Cuando me dí cuenta de lo que había adquirido,
Quise corregirla por la fuerza;
Sus poderosos parientes tomaron partido por ella
Y a mí, siendo inocente, me metieron en la cárcel.

Mi padre estaba enconado contra mí,
Por eso tomé por esposa una mujer de su gusto,
Pero toda la familia estaba desunida:
Se repartieron los bienes y me metieron en la cárcel.

Llevo estos diez años como un esclavo,
La mitad preso y la otra mitad peor;
Todo comenzó a causa de los celos,
Me he vuelto insensible sin pretenderlo.

Tú, mi vecino, tenías tu propia esposa,
Para dejar en paz a la mi débil mujer.
Otro se ha llevado el disparo que te estaba destinado,
Pero algún día te llegará tu suerte.

Esposa mía, bienamada y débil
¿Qué es lo que ha hecho perder el sentido?
Tu has hecho que me pierda yo y que se pierda mi casa
Deshaciendo la familia.

Puedo demostrar ante cualquiera
El escándalo en que viviste:
Has provocado la pérdida de dos hombres,
Y has mancillado tres hermosas criaturas.

La prueba apareció en mi ausencia,
¡Cuán fielmente empleó el tiempo!
Ello redobló el odio en mi corazón
Y fue la causa de mi desgracia y de mi pérdida.

Durante diez años me has dado quebraderos de cabeza,
Me has hecho pasar cinco en prisión;
No me habéis socorrido ni aun estando a punto de morir,
¿Quién puede soportar una esposa así a su lado?

        Esos diez años no los has sufrido por mí,
        La causa fue mi señor tío.
        Si no se hubiese manifestado en mí lo que ha llegado,
        Hubieses terminado tu vida en prisión.

Querido esposo, he faltado contra ti,
No puedo negarlo, a la vista está el fruto;
Pero si hubieses tenido paciencia
Era un mal que podía haberse curado.

Es don de las mujeres ser siempre vírgenes
Mientras no prenda la semilla sembrada;
Viendo lo que ha producido la mía
Bien tonto fui al tomarla por mujer.

Señor Haritxabalet, señor párroco,
Usted no tiene a su sobrina por culpable,
Quizá lo crea al ver su obra,
Usted actuado de lacayo de un rufián.

Me has hecho sufrir grandemente
Los enemigos en mi casa y yo en la cárcel.
Ellos disfrutando de lo poco que yo tenía, durmiendo en mi cama,
deshonrándome tranquilamente.

Leal padre mío, al igual que mis hermanos,
Os habéis enriquecido a costa de mi desgracia,
Abriéndome procesos y inventándome culpas,
Robándome así mis propiedades.

Me llevaron ante el juez:
De dieciséis testigos ocho eran falsos.
El señor juez le hizo caso a ellos
Y así me han perdido para siempre.

También tú, Justicia, eres injusta:
Los poderosos libres, los débiles culpables,
Así suelen ser tus juicios,
Vendes tu conciencia por dinero.

Considerad, jóvenes, mi triste suerte,
Si vais a casaros que no os hagan esclavos,
No toméis una mujer como la mía
Es mejor haceos curas o meteos soldados.

Mucho he hablado contra mis enemigos
Aunque no he dicho una sola mentira,
También tengo yo sin duda mis defectos,
Dios no ha creado a nadie que no los tenga.

Adios hijos míos, inocentes sin culpa,
Esclavizados por vuestro padre y vuestra madre.
No sigáis el ejemplo de vuestros padres
Cumplid fervorosamente la ley de Cristo.

Vosotros que lo perseguís para detenerlo,
No busquéis a Etxahun en Barkoxe.
Se encuentra en Igelu componiendo sus canciones,
No hay mejores pastos en toda Zuberoa.

Traducción: Jon Mirande / Jon Etxaide / Koldo Izagirre





MÜNDIAN MALERUSIK
  
Mündian malerusik hanitx ba-girade,
Bena ni bezañ denik ezta ihur ere.
Nihauren funtsetan nahiz izan jabe,
Hamar urtheren galerak enetzat dirade.

Desertüko ihiziak, jenten beldürrez,
Abisatzen dirade egoitera gordez.
Ni ere, hurak bezala, gaxtia negarrez,
Ene bizi trixtia kontserbi beharrez.

Hogei eta bi urthik bethe egünin,
Emazte bat hartü nin ene zorigaitzin:
Erraiten ahal beitüt zereki zeitan jin,
Ene ürkha büllhürra gorderik altzopin.

Ezagütü nianin zer nian erosi,
Nahi ükhen nian bortxaz kunbertirazi.
Haren jabe handik haren althe jarri
Eta ni, ogen gabia, gaztelin ezari.

Emaztia hartü nin aitaren gustüko
Nihauren kuntre jalkhi zeitadaneko,
Desünionian jarri familia oro:
Gaizak untsa phartitü eta gaztelilat jun gero.

Hamar urthe huntan bizi niz esklabo,
Erdia presu eta bestia sordeisago.
Jeloskeria batetarik hatsarria oro,
Nahi gabez izan osoki sorhaio.

Ene lehen aizua, bahin bai hiria,
Utzirik enetzat ene emazte flakia!
Bestek eraman dik hik behar kolpia,
Bena küpera diok orano hartzia!

Ene lagün gaxua bai eta flakia,
Zerk othe dereizü nahasi zentzia?
Galerazi gütüzü ni eta etxia,
Desterrin ezari familia guzia.

Khuntatzen ahal dit nun nahi kunpañan
Zük eman düzün eskandalian,
Gal-erazi tüzü bi gizun galant
Eta thunatü hirur leñhü xarmant.

Hamar urthez deitazüt eman bürüko min,
Bai eta bost urthe igan-erazi gaztelin,
Lagünguarik gabe, nahiz han hil nendin:
Holako emazte bat nurk sofri saihetsin?

Hamar urthez eztüzü ni gatik sofritü:
Ene osaba jauna kausa izan duzu.
Nitan gerthatü dena ezpa'litz agitü,
Behar izan zünükin gaztelin peritü.

Emazte dohaña! Hurak bethi birjina,
Agertzen ezpa'zaie frütü ereña!
Ni ere?ekhusirik haren ekhospena?,
Trixtia! izan nintzan, oi! baten hartzera!

Musde Haritxabalet jaun erretora,
Etzünin edükiten ogendant zure lloba.
Orai sogin-izozü: hor düzü proba,
Makaleren sarjant zerbütxatü zirela.

Bestetan deitazüt penitentzia eragin,
Etsaiak ene etxen, ni aldiz gaztelin.
Hurak deüs nütinen jaten, lotzen ene ohin,
Ene desuhuatzen, trankilitatin!

Ene aita fidela, aurhidik hareki:
Aberastü zidie ene malürreti!
Prosesari eman, defautak eraiki:
Gisa horrez eni etxaltia ideki!

Jüjen aitzinian ere izan nüzü:
Hamasei jakiletan zortzi ziren faltsü.
Haier izan beitira jüjiak behatü,
Eta halaz naie ni sekülakoz galdü.

Zü ere, Jüstizia, injüsto zirade:
Ogendant zaitzü txipik, handik ogen gabe;
Zur jüjamentik halaxe dirade:
Dihariarentako kuntzentzia saltzale!

Egizie, gaztik, ene zorthiri so:
Gei dinak ezkuntü, ez jar esklabo!
Emaztia ez har enia bezalako:
Aphezt-zite lehen, edo jun soldado.

Hanitx mintzatü niz ene etsaien kuntre,
Nahiz eztüdan erran gezürrik hal'ere.
Düda-gabe estakürik ba-ditit nik ere,
Ezpeitü Jinkuk egin gaberik batere.

Adio, ene haurrak, gaxo ogen gabik,
Aitak eta amak esklabo ezarik:
Eztitzatzie jerraik aitamen edsenplik,
Bena zühaien bürüz ahalaz Jesus-Krixt.

Barkuxe'ko lürrian ez txerka Etxahun,
Haren hatzaman nahiz dabiltzanak ondun;
Bere khantoren egiten ari da Igelu'n,
Halako olhalterik ezpeita Ziberu'n!





GAZTALONDOKO PRIMA

Gaztalondoko prima anderia,
Zure senharrak erran badü egia,
Bost urthez eztiala hunki emaztia,
Haren obratik bada zük düzün frütia,
Aberti ezazü kumai haitatia
Xatharraren plazan eros dezan abitia.

Eretako barberaren zaldia,
Gaztalondon gaiaz ebiltzalia,
Hanko zerrallü petan itzalin gordia,
Eia nurat jüten zeian bürüzagia,
Espadeikük erraiten hik zerbait egia,
Primak izanen dik aitarik gabe frütia.

Ebili niz Gaztalondon esklabo
Nahiagorik egon establian lo;
Nausia zeitan juiten prima ganat gero,
Eta ni kanpun üzten haien etsaier so,
Hurak denak oro adar ezarteko,
Zeren ni nintzan egiliren lekhaio.

Primak bazin jaun barberarentako
Aiharitan kapu eta ollasko;
Senhar miserablia batian ohin lo,
Eta bestian aldiz kristelaren galtho;
Primak ordin hur xahakinak bero
Eta haiez ajüta eman gero.

Zure senharra adjüent egon zenin,
Balentia handirik zizün egin
Ezarten zitizün unestak gaztelin,
Ustez adar egiler fabore egin;
Orai berak badütü borontin,
Laket beitira xapel ziratiren pin.

Zamari gaixua jakile haigü hartzen:
Haurrak aita nur din deikük erranen;
Haren senharrak ditik aizuk aküsatzen,
Bena gük eztiagü jaun hura sinhesten,
Zeren eztie xapelik haiek jaunsten
Eta prima ez arrunter behatzen.

Jinkua, ümilen faboria,
Eta gük dügüna ürgüllia
Laborari hun bat züzün primaren gradia,
Bena goititü dizü sobera büria
Nahiz entzün izena anderia,
Galdü tizü hunak eta uhuria.

Primak dizü jaunetan sinhestia
Eta haiez ezin egin phartitzia;
Esküz eskü zelarik miserablia,
Harri batetan dizü egin lerratzia;
Hartzen badü aitaren estatia,
Notari dükezü jinen den frütia.

Berset hoiek dütinak konposatü
Emazte bat nahi likezü hartü;
Bena nahi likezü lükin ezpiritü,
Ejer, ümil, gazte, eta bertütetsü
Zure alhaba prima har liozü,
Zützaz beno kuntenago lükezü.





OFIZIALENAK
        
        Oi laborari gaxua!
        Ihauk jaten duk arthua;
Ogi eta ardu eraikitzen, auherren asetzekua
Halere hañ haie maite, nula artzañak otsua.

        Artzaña ba'da beztitzen,
        Josler deie gomendatzen
Zaragollen gibel-aldia oihal hobez egin dezen.
Halare higaturen dila aitzinia beno lehen.

        Dendarik berant agertzen,
        Arratsen goizik ützültzen;
Eta mündiaren jorratzen arte hartan abüsatzen.
Ezpeitie jaten diena hüllantzeko irabazten.

        Egün ürüliak oro
        Idorrian nahiago.
Hanitx lan egertü beharrez, hari oro txori-lepho;
Hallikatzen balin ba'duzu, zehian lau oropilo.

        Ehülia hari galtho
        Ukhenik ere han franko
Undar harien ebatsi nahiz, oihal'üzten zerratzeko,
Hariak gaxto zütiala fornizaliri erraiteko.

        Harri'giliren adreta!
        Harek ba-daki zer phentsa
Mürria gaxki egin eta erdiuak lohiz thapa!
Etxia lurtatü denian, harrien gaxtuak falta.

        Benüser-maiastüriak
        Oi! lan güti egiliak!
Dena gaxki egin eta zurak dü estaküria!
Phasta zela adarrondotsü edo beta bühürria!

        Eskalanpu egiliak
        Ebasten tu materiak.
Zazpia sos balio dina saltzen beitü hamabia:
Ostatin edan saria eta etxen gosez familia.

        Biñer batek bestiari
        Estakürü eman nahi.
Zuñi bere kopadüra hobe betzaio üdüri:
Aihen gabe nahi datinak hura beza üsü berri.

        Oi taharnari fidela!
        Jakile ezpa'liz igela!
Arrañuak jüje har eta hek hintzakie kundena,
Haien etse lejitimua guri saltzen deikiala.

        Errijent bat ba'da hiltzen,
        Harek eztü prozesik üzten:
Huntarzünak beitütü harek heñ hun batetan ezarten:
Züntzürrin kuntrola eta phantzollin ipotekatzen.

        Jaun aphezek edsortatzen
        Karitate egin dezen.
Berak aldiz phakatü gabe hitz bat eztie erraiten;
Herriko praubik gosez-eta haien ürhik erdollatzen.

        Ilhaginak aberasten:
        Arimak hañ untsa galtzen.
Phezian eta khuntietan zer eztie hek ebasten?
Haiekila behar düke Jinkuak aizina ükhen.

        Kinkillari suñ hütsak
        Borthaz bortha dabiltza.
Haien prenda ordinaria ixkilinb'eta ligeta!
Astin emazter ebatsiak igantian gero jokha!

        Oihan-zañak eta guardak
        Kuntzentziazko gizunak
Xakolak bazaite farziten, ihesiren tie postak;
Laguner har-eraziren bardin gaizo sinheskorrak!

        Sarjanten golde-nabarrak
        Dirade gezur okherrak.
Haien egitekuetarik egiten dira «Amerikak»:
Aisa pergüt izanen dira haier behatzen direnak.

        Sarjant eta notariak,
        Oi! arnes nesesariak!
Haien elhe ülhün gezürrek nahasten gaiza txipiak:
Ezta lagun segürragorik bertan hüsteko etxiak!


JOSÉ MARÍA IPARRAGUIRRE [11.298]

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José María Iparraguirre

José María de Iparraguirre Balerdi (1820 - 1881), poeta y músico español.
Iparraguirre, considerado el bardo vasco, destacó por sus composiciones en euskera, la más conocida y relevante es Gernikako arbola, himno al Árbol de Guernica.

José María de Iparraguirre nació en Villarreal de Urrechu, Guipúzcoa, el 12 de agosto de 1820, y falleció el 6 de junio de 1881 en Ezquioga-Ichaso (Guipúzcoa), a la edad de 61 años.
Fue un conocido poeta y músico popular. Tuvo una vida bohemia y aventurera que le sirvió para que le apelaran de bardo, imagen que apoyaba con una inseparable guitarra y la improvisación de cantos y versos; fue un gran bertsolari. Su obra, escrita mayoritariamente en euskera (aunque también escribió en español, francés, inglés e italiano), recoge algunas de las canciones más significativas y populares de la actualidad en Euskal Herria. Destaca Gernikako arbola, que es su himno más conocido.
Vivió en pleno romanticismo, del que es un claro hijo y ejemplo, durante un período muy convulso de la historia de España, con el estallido de las Guerras Carlistas, y la abolición de los fueros y privilegios del antiguo régimen.
A los 14 años se escapó de la casa de sus padres, en Madrid, para alistarse en las filas carlistas, en el primer batallón de Guipúzcoa.
Fue herido en una pierna en la batalla de Arrigorriaga (1835), cuando tenía tan sólo 15 años, y después se incorporó a la compañía de alabarderos de D. Carlos.


Retrato de Iparraguirre en la Casa de Juntas de Gernika.


Terminada la guerra, cuando tenía 19 años, se marchó al exilio, sumándose en 1848 a los revolucionarios franceses que derrocaron la monarquía de Luis Felipe de Orleans. Pero, cuando Napoleón III dio el golpe de estado, Iparraguirre fue expulsado de Francia por subversivo y recorrió media Europa con una compañía teatral para ganarse la vida.
En 1853 se acogió a un indulto y volvió a España, en donde compuso Gernikako Arbola, un zortziko que interpretó por primera vez ese mismo año en el Café de San Luis, de Madrid. El himno se hizo popular y llegó al País Vasco.
En Bilbao, el propio Iparraguirre lo cantó en dos establecimientos de la Plaza Nueva, La Pastelería y el Café de la Iberia, y fue cantado por todos, a veces multitudinariamente con la presencia del propio Iparragirre.
Esto pareció peligroso a las autoridades que consideraron a Iparraguirre un "agitador de masas" y lo desterraron en 1855, acompañado por la Guardia Civil, lo que convirtió en tema de otra de sus populares canciones, Nere amak baleki.
Después de dos años de destierro, regresó a Guipúzcoa, pero enseguida se exilió en 1858, ésta vez, a Buenos Aires.
En 1859, se casó en Buenos Aires con la guipuzcoana María Ángela de Querejeta Aizpurua, con la que vivió en Uruguay y tuvo ocho hijos, dos varones y seis mujeres (había tenido otro hijo de soltero).
En 1877, regresó a España dejando a su familia en América.

Su obra

Gernikako Arbola
(fragmento)
Gernikako arbola
da bedeinkatua
Euskaldunen artean
guztiz maitatua.
Eman ta zabal zazu
munduan frutua
adoratzen zaitugu
arbola santua
Mila urte inguru da
esaten dutela
Jainkoak jarri zuela
Gernikako arbola.
Zaude bada zutikan
orain da denbora
eroritzen bazera
arras galdu gera


La más popular de sus composiciones es Gernikako arbola, que fue estrenada en el café de San Luis de Madrid de la calle de la Montera en 1853 y fue una improvisación en la que le acompañó al piano el maestro Juan María Blas de Altuna. Se dice que, rodeado de un grupo de paisanos suyos, improvisó el himno y no anotó nunca la música.

Otras creaciones relevantes son:

Ume eder bat, Una niña hermosa.
Aio Euskal-Herriari, Adiós a Euskalerria.
Nere Etorrera lur maitera, Mi regreso a la tierra querida.
Kantari Euskalduna, Cantador vasco.
Nere Izarra, Mi estrella.
Glu Glu Glu, Glu glu glu.
Ara nun diran, Mira donde están.






EL ARBOL DE GERNIKA

Bendito es el Arbol de Gernika,
amado por todos los vascos.
Da y extiende tu fruto por el mundo,
te adoramos, Arbol sagrado.

Hace unos mil años que se dice
que Dios plantó el Arbol de Gernika.
Manténte en pie ahora y siempre,
si caes estamos perdidos.

No caerás, Arbol querido,
si la Junta de Bizkaia se porta.
Nos uniremos a ti las cuatro provincias
para que viva en paz la grey vasca.

Arrodillémonos todos para pedir al Señor
que nuestro Arbol viva para siempre.
Y si se lo pedimos de corazón,
el Arbol vivirá ahora y siempre.

En el País Vasco todos sabemos
que han planeado tumbar el Arbol.
Ea, paisanos, esta es nuestra hora,
mantengámoslo en pie sin que se caiga.

Vivirás siempre en primavera,
antigua flor sin mancha.
Apiádate de nosotros, querido Arbol,
danos tu fruto sin perder mas tiempo.

El Arbol nos responde que vivamos alerta
y que se lo pidamos a Dios con fervor.
No queremos gerra, sino paz duradera
para que se respeten nuestras rectas leyes.

Pidamos a Dios nuestro Señor
que nos conceda paz ahora y siempre,
y que dé también fuerza a tu tierra
y su bendición al Pueblo Vasco.

Traducción: Koldo Izagirre





GERNIKAKO ARBOLA
   
Gernikako Arbola da bedeinkatua,
euskaldunen artean guztiz maitatua.
Eman ta zabal zazu munduan frutua,
adoratzen zaitugu, arbola santua.

Mila urte inguru da esaten dutela,
Jainkoak jarri zuela Gernikako Arbola.
Zaude, bada, zutikan orain ta denbora,
eroritzen bazera, arras galdu gera.

Ez zera eroriko, Arbola maitea,
baldin portatzen bada, Bizkaiko Juntea.
Laurok hartuko degu zurekin partea
pakean bizi dedin euskaldun jendea.

Betiko bizi dedin Jaunari eskatzeko
jarri daitezen danok laster belauniko.
Eta bihotzetikan eskatu ezkero,
Arbola biziko da orain eta gero.

Arbola botatzea dutela pentsatu,
Euskal Herri guztian danok badakigu.
Ea, bada, jendea, denbora orain degu,
erori gabetanik eduki behar degu.

Beti egongo zera udaberrikoa,
lore aintzinetako mantxa gabekoa.
Erruki zaitez, bada, bihotz gurekoa,
denbora galdu gabe, emanik frutua.

Arbolak erantzun du kontuz bizitzeko,
eta bihotzetikan Jaunari eskatzeko.
Gerrarik nahi ez degu, pakea betiko,
gure lege zuzenak hemen maitatzeko.

Erregutu diogun Jaungoiko jaunari
pakea emateko orain eta beti,
bai eta indarra ere zerorren lurrari,
eta bendizioa Euskal Herriari.






UNA VIEJA GUITARRA
  
Una vieja guitarra es mi compañera,
así es como vive el artista vasco:
un día pobre, al siguiente rico,
me paso el día cantando.

Al igual en Italia que en Francia,
en ambos países no he visto mas que maldad,
aunque recorra todo el mundo
yo siempre amaré el País Vasco.

Si Dios me da salud
todavía he de encontrar novia formal.
Aquí tengo una francesa adinerada,
pero yo prefiero una vasca pobre.

Adios País Vasco, pero no para siempre,
en cinco o seis años no te veré.
Pido a Dios me conceda la gracia
de dejar los huesos en esta querida tierra.

Traducción: Koldo Izagirre







GITARRA ZAHARTXO BAT

Gitarra zahartxo bat det nik nere laguna
horrela ibiltzen da artista euskalduna,
egun batean pobre besteetan jauna
kantatzen pasatzen det nik beti eguna.

Nahiz dela Italia orobat Frantzia
bietan bilatu det anitz malizia,
ikusten badet ere nik mundu guztia
beti maitatatuko det nik Euskal Herria.

Jaunak ematen badit neri osasuna
izango det oraindik andregai bat ona.
Hemen badet frantsesa interesaduna
baina nik nahiago det hutsik euskalduna.

Agur Euskal Herria baina ez betiko
bost edo sei urtetan ez det ikusiko.
Jaunari eskatzen diot grazia emateko
nere lur maite hontan hezurrak uzteko.






NERE AMAK BALEKI

Zibilak esan naute biziro egoki,
Tolosan behar dela gauza erabaki.
Giltzapean sartu naute poliki-poliki,
negar egingo luke nere amak baleki.

Jesus tribunalean zutenean sartu
ez zion Pilatosek kulparik bilatu.
Neri ere aurkitu ez, ez didate barkatu;
zergatik ez dituzte eskuak garbitu?

Kartzelatik atera fiskalen etxera
abisatu zidaten joateko berehala.
Ez etortzeko gehiago probintzia honetara,
orduan hartu nuen Santander aldera.



SALVAT MONHO [11.299]

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Salvat Monho
    
(1749-1821)
Poco se sabe de este clérigo natural de Isturitze (Baja Navarra), uno de los pocos escritores vascos que cultivó la poesía en el XVIII. Además de una importante cantidad de cánticos religiosos, compuso sátiras y poemas de circunstancia en los que no falta ironía antirrevolucionaria. Bajo el aspecto cultista de algunos de sus versos se adivina una crítica de los bertsolaris, los poetas improvisadores, no muy amigos de los curas en general y cuyos temas y propuestas, sin duda, debían escandalizar a Monho.




REPROCHE DE LOS POETAS A APOLO
   
¿Para quién hacer surgir Apolo el oro,
si es tan insuficiente la parte que llega a sus hijos ?
No hay leyes justas en el gobierno del Parnaso.
No se extrañen ustedes de que los poetas no tengan dinero.

Padre de tan duro corazón, no comprendemos
cómo puedes consentir tamañas diferencias.
Tú elevado en triunfo por los más hermosos caballos,
y tus hijos arrastrándose a pie.

Tú siempre saciado con los más finos bocados,
El corazón eufórico con las más deliciosas bebidas,
Y no tienes ninguna piedad de tus hijos :
Padecen hambre, beben agua.

Engalanas de hierba prados y montañas,
De muchos y hermosos frutos los árboles del campo.
¿Cómo es posible que los Poetas, tus amados hijos,
estén tan miserablemente vestidos todo el año ?

Nada te es sufuciente para tu palacio :
Justo es que goces de los tesoros acumulados.
¿Pero cómo quieres que no nos quejemos
Si tus hijos no tienen una silla donde sentarse ?

Las bolsas y los vientres de los que llegan al Parnaso
a no ser que se llenen de aire, están a menudo vacíos.
La nobleza de los ancestros y la fama de los poetas
son una carga si no llevan consigo... la fortuna.

¿Quién consiente que sus hijos mueran en la miseria ?
Muestráte como un buen padre hacia los tuyos.
Haz que la suerte de tus hijos cambie a mejor,
Tu tienes el poder de anriquecerlos a todos.

Todo el mundo sabe que entre tus hijos
son muchos los que entraron bastardamente en la familia.
Pero para enriquecer solamente a los hijos legítimos
Un poco es suficiente si descartas a los poetas toscos.

Traducción: Koldo Izagirre





POETEN ERRENKURAK APOLONEN KONTRA

Norentzat sorrarazten du Apolonek urrea,
Hain eskasa egitekotz bere haurren partea?
Parnaseko gobernuan ez da lege justurik.
Ez beraz mirets poetek ez badute dirurik.

Buraso bihotz gogorra, ez dugu konprenitzen
Holako diferentziak nola tutzun sofritzen.
Zu trionfan altxatua zaldirik ederrenez,
Eta zure haurrak beti errestatuak oinez.

Zu poxirik friantenez beti sasiatua,
Edari deliziosez bihotza goritua,
Zure haurrak ez ditutzu batere urrikari:
Gosea sofritzen dute, ura dute edari.

Mendiak beztitzen tutzu, bai soroak belarrez,
Kanpainetako arbolak hanbat fruitu ederrez.
Nondik heldu da Poetak, zure haur onetsiak
Baitire sasoin guziez hain zirtzilki jauntziak?

Zure palaziorakotz ez duzu deus sobresten:
Egin ditutzun tresorez justu da goza ziten.
Bainan nola nahi duzu ez den errenkurarik
Zure haurrek ez badute jartzeko kadirarik?

Parnasean dabiltzanen sabelak eta moltsak
Airez hantzen ez badire, ardura dire hutsak.
Arbasoen noblezia eta poeten fama
Karga dire ez badute hirurgarren... fortuna!

Nork uzten tu bere haurrak miserian hiltzerat?
Aita on bat ager zaite zu zureen alderat.
Onerat ganbia zazu zure umen zortea,
Guzien aberasteko baduzu boterea.

Mundu guziak badaki zure haurren erdian,
Asko bastart badirela sartuak familian,
Bainan haur lesitimoak aberasteko xoilki
Bereziz basa-poetak askiko da deus guti.






OROITZAPENAK

Mundu hunen hastapenetik
Gure egunetaraino
Kain infamearenganik
Ez da jautsi Pinet baino
Munstro itsusiagorik,
Robespierre eta Jourdan
Gizonen etsaiez landan
Ez Frantzian, ez Europan
Hain fama gaixtoagorik.

Robespierrek Pinet horri:
«Gu gaituk nausi Frantzian
Flakoenen espantagarri
Manatuz egun guzian
Zenbait heriotze berri
Jenderik aberatsenak
Utziz bere ontasunak,
Diru ezin eremanak,
Joanen dituk ihesi».

Presondegirik ilunenak
Izan dire hautatuak.
Handik lekora gilotinak
Ditu egotzi buruak
Milion inozentenak,
Konplitu gabe arrola:
Oraino bortzehun mila
Pikatu behar zirela
Eman ziren ordenak.

Eskasturik presondegiak
Hanbat jenderen sartzeko,
Elizak eta jauregiak,
Komentuak azkeneko
Bete zituen guziak
Haurrez eta emakumez,
Apez eta Birjinez,
Nahi zituen bitimez
Tiranoen errabiak.

Erran zuten haste-hastetik
Ez zutela utzi behar
Frantziako lurretan xutik
Zela gazte edo zahar
Batere aristokratik.
Itzal horren kontra gerlan
Kokin guziak armetan
Ziren bazter guzietan
Altxatu ordudanik.

Gazteluak zituzten sutan
Kutsu gaixtotik garbitu;
Hetako jendeak ezpatan
Aristokratzat pasatu,
Edo urkatu lanternan.
Azkenekotz gilotinak
Ez ezpatak ez lanternak
Ezin akabatuz lanak
Mitraila zen hautatu.

Bazter guzietan baziren
Robespierren lagunak
Azkenaz goiti Donibanen
Herritarrak, Eskaldunak
Harekin bat egin ziren,
Pineten esku-makilak,
Arrogatzaile abilak,
Orai aski haur umilak
Iduri duten arren.

Erran komuna den bezala
Ezpataz jotzen duena
Ezpataz perituko dela,
Berantegi atzemana
Robespierre kruela
Gilotinan da finatu;
Ez ziteken hanbat damu,
Lagun ainitz izan balu
Akaba zadin gerla.

Azkeneko haize ezti bat
Sortu da Orientetik:
Hark untzia portu onerat
Ekarri dauku salborik.
Eigun penen ahanzterat.
Gure jelos den guzia,
Gora mintzatu nahia,
Zarpan emanik mihia
Badoake xokorat.

Alferretan tuzte eginen
Zokotan eginahalak
Traidoreen hatzak Parisen
Kontsularen sentinelak
Hasi ditu ezagutzen:
Ez bazuten ere uste,
Terroristei bere parte
Kario gostako zaizte
Maxina infernalak.

Bakea laster ein baladi,
Kanpoan tugun etsaiekin.
Barneko etsaien temari
Baginakike zer egin.
Damurik ez da zilegi
Gardatuz bardintasuna
Legetan den zaharrena
Berek egin daukutena
Bihurtuz bakotxari.

Ordu da egin dezon leku
Tristeziak gozoari:
Nigar karatsak baditugu
Aski luzaro ixuri.
Denbora da ganbiatu:
Terroristak kargutarik
Apartatuak jadanik
Begitarteak ilunik
Doluan dire sartu.

Oroit zaitezte, lapurtarrak,
Zenbat duzuen sofritu
Baldin terroristei indarrak
Ez balitzaizkote kendu
Sekulan zuen nigarrak
Ez zirela xukatuko
Gauza horren frogatzeko
Ez dut urrun joan beharko,
Badaki bat bederak.





SAN KASTETENEKO ANDREGAIAK FILIPINEKO OILARRARI

Oilar kruel, oilar bortitz
O, oilar fanfarruna!
Gure oiloak bi aldiz
Alargundu tuana,

Goregi kantatzen baduk
Ereman bitoria,
Promes dauat, galduko duk
Laster hire bizia!

Bakea egin deneko
Ez bahaiz eskolatzen,
Ez baituk auzotako
Oilarrak menaiatzen,

Angleterran hautaturik
Erakarriko diat,
Gostatzen dena gostarik
Oilar mendekari bat.

Hire kolpe itsusiak
Jakin zituztenean,
Herriko oilar guziak
Bildu behar zituan

Bere lagunen odolaz
Arrazoin galdatzeko
Hire bizi kriminelaz
Heien mendekatzeko.

Gure oilar defuntuen
Kukurruko eztiak
Jaikiarazten zituen
Bere mugan sehiak

Ez dire aski nigarrak
Oilar hain maiteentzat
Hek bezalako oilarrak
Ez ziren eltzekotzat.






JOHN CORNFORD [11.300]

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John Cornford

Rupert John Cornford (Cambridge, 27 de diciembre de 1915 - Lopera, Jaén, España, 28 de diciembre de 1936) fue un escritor y prominente comunista británico, además de brigadista internacional en la Guerra Civil Española.

Hijo de Francis Macdonald Cornford, respetado catedrático de cultura clásica en la Universidad de Cambridge y de Frances Cornford (nacida Darwin), era tataranieto de Charles Darwin.
Se educó en Stowe School y el Trinity College así como en la London School of Economics. Antes de graduarse se unió al Partido Comunista de Gran Bretaña donde se encontró con otros destacados miembros del Trinity en dicha formación como Guy Burgess, Donald Maclean, Kim Philby y James Klugmann, así como a la historiadora Margot Heinemann, de quien fue amante y a quien dedicó varios poemas. Para 1933 ya era un activo miembro del Partido Comunista de Gran Bretaña.
Durante la Guerra Civil Española fue reclutado en la Universidad para formar parte de las Brigadas Internacionales. No obstante, se integró primero en las unidades del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) en el Frente de Aragón en agosto de 1936, para regresar a Inglaterra y volver de nuevo a España en diciembre del mismo año, ahora sí como miembro de la XIV Brigada Internacional. Murió durante una acción en la batalla de Lopera, donde ya había fallecido el día anterior Ralph Fox, en el llamado Frente de Andalucía.

Reconocimientos

En 1999 se inauguró en Lopera un monumento homenaje a Ralph Fox, Cornford y el resto de brigadistas en el centro del llamado Jardín de los poetas ingleses.

Obra literaria

Considerado un representante del modernismo poético y el Modernismo anglosajón, sus trabajos más conocidos son The Last Mile to Huesca (1936) y Poems from Spain (1936).
Understand the Weapon, Understand the Wound: Selected Writings of John Cornford (1976) editado por Jonathan Galassi
Peter Stansky, William Abrahams, Journey to the Frontier; Two roads to the Spanish Civil War.


HOMENAJE A John Cornford

Conviene detenerse al menos un instante en la poesía extranjera de la Guerra Civil española. Es sabido que la Guerra Civil fue seguida con gran interés en todo el mundo occidental y tuvo una enorme resonancia literaria. Los soldados extranjeros que participaron en la guerra crearon también un corpus literario extensísimo, influidos quizá por la difusión de la poesía que percibían en los distintos frentes. Así puede asegurarse si juzgamos la cantidad y calidad no sólo de escritores como Auden, Cecil Day Lewis, Spender que trataron el tema de la guerra española; o de otros escritores de menor relieve pero muy prometedores como George Barker, John Cornford, Charles Donnelly o Jack Lindsay; sino también por los versos de un elevado número de combatientes que a buen seguro no hubiesen escrito una sola línea si no hubieran participado en la guerra, como Dennis Birch, John Lepper o Edwin Rolfe (Álvarez Rodríguez y López Ortega 1986: 3). Como en la poesía de los españoles, la mayoría de la escrita por extranjeros luce un estilo épico para adornar los conceptos de heroísmo y libertad. Paradójicamente, es sobre todo en los poetas que lucharon en España donde hallamos las notas más íntimas y un lenguaje con menor dosis de propaganda política (Álvarez Rodríguez y López Ortega 1986: 6). Su poesía, de bruces con la realidad, se reviste entonces de un tono trágico, desmitificador. Los antólogos de Poesía anglo-norteamericana de la Guerra Civil española, Román Álvarez Rodríguez y Ramón López Ortega, destacan un poema de John Cornford que resulta tan seco y eficaz como desolador. Este brigadista inglés, para más señas biznieto de Darwin por parte de madre, formado en los mejores colegios de Inglaterra, interrumpió sus vacaciones en Francia para venir a España a luchar al lado de los republicanos pues creía que ésta era una de las primeras batallas que se iban a librar por la libertad en el mundo. No erró mucho, como se pudo comprobar después. Por desgracia, una ráfaga de ametralladora acabó con su vida el 28 de diciembre de 1936 en el frente de Andalucía, concretamente en la Batalla de Lopera (Jaén). El día anterior había cumplido 21 años. Unos meses antes, en el frente del Ebro, escribió este poema (la traducción es del poeta Aníbal Núñez):




Es éste un sector tranquilo en un frente tranquilo.

Dimos tierra a Ruiz en un ataúd de pino 
pero la mortaja era tan pequeña que los recién lavados pies sobresalían. 
El hedor del cuerpo atravesaba los tablones de pino cepillado 
y algunos, para llevarlo, cubrieron sus caras con pañuelos. 
Fue una muerte vulgar. 
Excavamos una fosa cualquiera en aquel suelo inhóspito 
y maquinalmente disparamos una salva 
sobre su tumba.

Por nuestra indolencia era evidente que nadie lo echaría de menos.

Es éste un sector tranquilo en un frente tranquilo. 
No hay gas letal ni potentes explosivos.

Pero cuando bombardearon la otra parte del pueblo 
y las calles se llenaron de un polvo asfixiante 
las mujeres salieron chillando de las casas derruidas 
aferradas las nalgas desnudas de sus hijos bajo el brazo. 
Yo pensé: qué feo es el miedo.

Es éste un sector tranquilo en un frente tranquilo. 
No estamos nerviosos; dormimos a pierna suelta.

En el limpio lecho del hospital mis ojos pesaban tanto 
que el sueño borró sin resistencia una imagen horrible: 
un miliciano herido gemía en su camilla 
fuera ya de peligro, suplicando agua; 
firme ante la muerte, ante un dolor así, indefenso.

Esto es un frente tranquilo.

Pero cuando estreché la mano de un obrero anarquista al marcharme 
dijo: “Di a los trabajadores de Inglaterra 
que no hicimos nosotros esta guerra, 
que no la buscamos. 
Pero si los fascistas han de gobernar de nuevo en Barcelona 
será sobre ruinas: 
nosotros, los obreros, yaceremos debajo”.



Mostramos la versión original:

 “This is a quiet sector of a quiet front.

We buried Ruiz in a new pine coffin,
but the shround was too small and his washed feet stuck out. 
The stink of his corpse came through the clean pine boards
and some of the bearers wrapped handkerchiefs round their faces.
Death was not dignified.
We hacked a ragged grave in the unfriendly earth
and fired a ragged volley over the grave.

You could tell from our listlessness, no one much missed him.

This is a quiet sector of a quiet front.
There is no poison gas and no H. E.

But when they shelled the other end of the village
and the streets were choked with dust
women came screaming out of the crumbling houses
clutched under one arm the naked rump of an infant. 
I thought: how ugly fear is.

This is a quiet sector of a quiet front.
Our nerves are steady: we all sleep soundly. 

In the clean hospital bed my eyes were so heavy
sleep easily blotted out one ugly picture,
a wounded militiaman moaning on a stretcher,
now out of danger, but still crying for water,
strong against death, but unprepared for such pain.

This on a quiet front.

But when I shook hands to leave, an Anarchist worker
said: “Tell the workers of England
this was a war not of our own making.
We did not seek it.
But if ever the Fascist again rule Barcelona
it will be as heap of ruins with us workers beneath it”.






A Margot Heinemann

Alma del mundo desalmado, 
alma mía, tu recuerdo 
es el dolor que siento en mi costado, 
la sombra que ensombrece cuanto veo.

Al atardecer se alza el viento 
a recordarnos que el otoño viene, 
yo, yo tengo miedo a perderte, 
y tengo miedo a mi miedo.

Camino de Huesca, en el último tramo, 
última barrera para nuestro honor, 
tan tiernamente pienso en ti, mi amor, 
como si tú estuvieras a mi lado.

Y si la suerte acaba con mi vida 
dentro de una fosa mal cavada, 
acuérdate de toda nuestra dicha; 
no olvides que yo te amaba.

John Cornford (Traducción de José Agustín Goytisolo)





[To Margot Heinemann]

Heart of the heartless world,
Dear heart, the thought of you
Is the pain at my side,
The shadow that chills my view.

The wind rises in the evening,
Reminds that autumn's near.
I am afraid to lose you,
I am afraid of my fear.

On the last mile to Huesca,
The last fence for our pride,
Think so kindly, dear, that I
Sense you at my side.

And if bad luck should lay my strength
Into the shallow grave,
Remember all the good you can;
Don't forget my love.






Full Moon At Tierz: Before The Storming of Huesca

The past, a glacier, gripped the mountain wall,
And time was inches, dark was all.
But here it scales the end of the range,
The dialectic's point of change,
Crashes in light and minutes to its fall.

Time present is a cataract whose force
Breaks down the banks even at its source
And history forming in our hands
Not plasticine but roaring sands,
Yet we must swing it to its final course.

The intersecting lines that cross both ways,
Time future, has no image in space,
Crooked as the road that we must tread,
Straight as our bullets fly ahead.
We are the future. The last fight let us face. 





Sergei Mironovitch Kirov

Nothing is ever certain, nothing is ever safe,
To-day is overturning yesterday's settled good.
Everything dying keeps a hungry grip on life.
Nothing is ever born without screaming and blood.
Understand the weapon, understand the wound:
What shapeless past was hammered to action by his deeds,
Only in constant action was his constant certainty found.
He will throw a longer shadow as time recedes.




JUAN MARÍA LEKUONA [11.301]

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Juan María Lekuona

Juan María Lekuona Berasategi (Oyarzun, Guipúzcoa, 1927 - San Sebastián, 5 de diciembre de 2005) fue un poeta español en euskera de origen vasco y estudioso de la literatura oral en dicha lengua.
Sobrino de Manuel de Lekuona, presidente de la Real Academia de la Lengua Vasca. En 1953 fue ordenado sacerdote. Tras una estancia en Roma, donde presentó su tesis, fue nombrado coadjutor en Añorga, cerca de San Sebastián. Por entonces leyó a Gabriel Aresti, lo que orientó su labor poética hacia el compromiso social. En esta línea está su primer libro, Mindura gaur. Posteriormente abandonaría la poesía social, encaminando su obra lírica por otros derroteros.
Tienen una gran relevancia sus estudios sobre el bertsolarismo. Ingresó en la Academia de la Lengua Vasca como académico de número en 1988. Obtuvo varios premios por su carrera literaria, entre los cuales destacan dos Premios Euskadi de Literatura, en 1979 y 1990.




SAN MARTIN TXIKI 

La visigótica aurora amagaba, 
desde la ventana en herradura, rojos destellos 
y desgranaba el peristéfanon del canto martirial. 

Sabiduría atesorada en el cofre del cenobio. 
Etimologías en códices de pergamino, 
Corría de boca en boca, acompasado repique, 
el ritornello druídico de los doce primeros números. 

El santo disfrazado —el disfraz santificado—, con audacia de héroe, robó al genio 
el arquetipo de las hojas del castaño, el calendario de las mieses, el maderamen 
motriz del molino. 

Aquel bienhechor que construyó el lazareto franqueó el puente de los gentiles, 
acabando con la peste reinante, y trayendo consigo oro y trigo. Aquel soldado 
romano, al compartir la mitad de su capa, escenificó así con un mimodrama 
el contenido rico de una parábola sencilla. 
Continúa en el ábside, rodeado del árbol de la vida, 
con su rostro troglodita, el ajedrezado de los caballeros, 
y el cáliz de púrpura resplandeciente en sus manos. 




SAN MARTIN TXIKI 

Oilarite bisigotikoak, zaldi-ferrazko 
leihotik, argi gorriz keinatzen zuen, 
eta peristefanon martiri kantua aletzen. 

Zenobioko kutxan gorderik jakinduria:
larruzko kodexaren etimologiak. Ahoz-
aho zebilen, errepika akonpasatuan
hamabi zenbakien ritornello druidikoa.

Santu mozorrotuak -mozorro santutuak 
heroiaren ausardiaz ostu zizkion 
geinuari, gaztain hostoen-arketipoa, 
sorogiroen egutegia, eiheraren ardatz zurajea. 

Lazaretoa eraikitako ongile hark 
iragon zuen jentil herriko zubia, sendatuz 
hango izurritea, ekarriz urrea 
eta gana. Erromatar gudari hark, 
kapa erdibanatzean, hona mimodramaz 
gauzatu parábola xumearen mami ugaria. 
Absidean dirau, bizi-zuhaitzak inguratua, 
trogloditen bisaiaz, zaldizkoen ajedrezatuaz, 
purpurazko kaliza dirdaitsu eskuan. 
  





ATARRABI 

En el rebosar del éxtasis, los ventanales góticos ardieron, convirtiéndose en 
lenguas y hojas los arcos simétricos de los bordados. 

El Grial, cáliz místico de los caballeros, ofrecía el memorial esmaltado de la cena. Floreció la sonrisa de las siete hermanas en los pliegues bifoliados de sus apretados labios. Y el pueblo iba en peregrinación, calzada arriba, pisando losas de fino acero.

Los catedráticos de hora destilaron con prudencia la miel de Salomón en los panales de los decretales. Y las sombras de estos sabios se proyectaban prodigiosamente en la fantasía de las gentes.

Compañero de cueva del diablo, conocedor del bien y del mal, poseía la facultad de in en todo momento a todo lugar. Embridaba las tempestades. Luego, al fallecer, no lo devoraron los cuervos: lo trasportaron las palomas.

Sombra de albas alas, llevaba al cuello un collar 
de refranes y el negro birrete de la prudencia 
que moraba en las casas torre adoptó forma de leyenda. 





ATARRABI 

Estasiaren gainezkaldian, leihoteria gotikoek 
Su hartu zulen, mihi eta hosto 
kausituz, brodadura biribil simetrikoetan. 

Grialak, zaldunen ontzi mistikoak, 
afariaz zekarren oroigarri esmaltatua. 
Zazpi ahizpei imfarra loratu zitzaien 
ezpain hertsien tolestura orribikoetan. 
Eta erromes zihoan herria, galtzadetan 
gora, altzairu finezko lauzak oinkatuz. 

Eskola-nabusiek Salamonen eztia 
dekretaleen orrazetan abaraskatu zuten 
zuhurtasunez. Jakintsuen itzalok 
harrigarriago irudikatzen ziren jendeen fantasian. 

Deabruaren kobalagun, ongiaz eta gaizkiaz 
jakitun. Noiznahi, noranahi, joateko 
ahalez. Ekaitzen kudeatzaile. Gero, hildakoan, 
ez zuten beleek jan, usoek eraman baizik. 
Itzal hegozuri, esaera zaharren 
koilarea lepotik, ipuinez mozorrotu zen 
dorretxeetako zuhurtziaren birrete beltza




BERETERRETXE 

Colgaron al caballero de un roble. Desnudo, 
Ayes de acero desgarraron el silencio 
del templo de la noche. Hojas secas caían al suelo: 
temblor en los últimos estertores del exangüe. 
Los verdugos limpiaron sus manos en su camisa 
y se repartieron —botín de banderizos— 
el águila negra y la sortija de la dama. 
Tres espadas traspasaron el corazón de la madre. 

El cortejo de los hijos de la oscuridad se alejó al trote. 
El cadáver quedó abandonado en la encrucijada. Al alba brotaron flores rojas 
bajo la ventana de la amada. El alba pascual se deshizo en llanto. 

Más tarde, a la vera del camino, levantaron la estela funeraria. 
En emblemática artesanal, las flechas tensas, elocuentes las luminarias: cómo 
aquel, a quien habían eliminado, estaba dispuesto a ofrecer, día y noche, 
y con toda generalidad su propia vida en defensa de la casa. 

Fue su romance la elegía preferida de las hilanderas. Mientras realizaban las penosas labores del lino -el recuerdo de los hijos indeleble en las telas blancas- fue como un juramento para aquellas mujeres el canto del que ejecutaran a traición. 





BERDABIO 

Urkatuaren agurrak —kantu eta ele— 
giharrenik hunkitzen zuen bihotza, 
gerrondotako sutondoen behar gorrian. 

Herio zigorrak penatu zuen auzoa. 
Ordainetan, oroipenaren berri zaharrek, 
eraldatu zuten zigortuaren kondaira, 
omenka ederretsiz menditar tristea. 

Urre altxorra inguruan ornen etxetik: 
oilarrak jotzean, ardiek belarra 
jalen diharduten azpi hartan. 

Elizetan ere urrea ebasten ornen, 
gero, urtu eta, moldetaritzan 
antzatzeko diru berri galgarria. 

Eta presondegian, kantuz atera ornen 
bizitzako odol tanten negar ozpina, 
urteak egun adinbat bertsotan.

Eskarmentagarri hil zuten. Harén zaldiak 
—atzitu ezinak— lau hankak ornen xuriak. 
Hesian galdu zen. Borreroak hexurrezko 
xirula kraskatu zuen, urka estutzean. 



ABÍLIO MANUEL GUERRA JUNQUEIRO [11.316]

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Guerra Junqueiro amigo de Unamuno

Abílio Manuel Guerra Junqueiro

Abílio Manuel Guerra Junqueiro (Freixo de Espada à Cinta, Trás-os-Montes, 17 de septiembre de 1850 - Lisboa, 7 de julio de 1923) fue un político, diputado, periodista, escritor y poeta portugués. Fue el poeta más representativo de la llamada «Escola Nova».
Estudió Teología y Derecho en la Universidad de Coímbra. En esta época participó primero en el grupo que se conoció como generación del 70 y luego en el llamado Os Vencidos da Vida. Su poesía tuvo una gran influencia del romanticismo, aunque su poesía más popular fue la que escribió para apoyar la causa revolucionaria republicana.
Los simples (1892) es tal vez su mejor composición poética y en ella evoca su infancia en la provincia de Trás-os-Montes. Fue diputado en varias ocasiones.
En 1890 fue elegido diputado por la circunscripción de Quelimane (Mozambique) aunque fue sustituido en la legislatura siguiente y dejó la política.
En 1911, un año después de la revolución que instauró la República Portuguesa, fue nombrado embajador en Suiza.

Obras

Viagem À Roda Da Parvónia
A Morte De D. João (1874)
Contos para a Infância (1875)
A Musa Em Férias (1879)
A velhice do padre eterno (1885)
Finis Patriae (1890)
Os Simples (1892)
Oração Ao Pão (1903)
Oração À Luz (1904)
Gritos da Alma (1912)
Pátria (1915)
Poesias Dispersas (1920)
Duas Paginas Dos Quatorze Annos
O Melro





LA LÁGRIMA 

El día es de fuego. Colina escarpada, 
árida y desnuda, corta la calzada. 
Crece allí el arbusto triste y macilento, 
se queman los soles, el polvo y el viento. 
En la áspera hoja de una higuera brava, 
mendiga que vive de cascajo y lava, 
destiló la noche, benigna y divina, 
lágrima celeste, grande y cristalina. 
¡Y cuán delicada, cuán pura era ella! 
De cerca diamante, de lejos estrella. 

Pasa un rey y síguele cortejo imponente, 
lanzas y trompetas, pendones al frente. 
Al pasar exclama: "De mi gloria emblema, 
diamantes y zafiros tengo en mi diadema;
rubíes de oriente, cual sangre, dorados, 
cual besos de fuego ya cristalizados; 
perlas que son lágrimas dc agonía inmensa, 
que la luna llora y la mar condensa. 
Pues, brillantes, perlas, záfiros trocara 
porque esa luciente lagrima brillara 
en esta corona soberbia y suprema, 
viendo el globo abajo desde su diadema."
La celeste lágrima, dulce y luminosa, 
oyó, rió y luego quedó silenciosa.

Cubierto de hierro, soberbio y brillante, 
en su corcel pasa caballero errante. 
Y dice a la lágrima así el caballero: 
"Ven, y en la cruz brilla de mi fuerte acero. 
Yo haré que reluzca siempre en la victoria, 
en la Tierra Santa, por la fe y la gloria.. 
Y al volver, mi novia, la estrella amorosa, 
te pondrá en-su sena de alabastro y rosa. 
Así habrán bañado tus nobles fulgores 
mil luchas heroicas, mil sueños de amores." 
La celeste lagrima, dulce y luminosa, 
oyó, rió y luego quedó silenciosa. 

Montado en su mula va por el camino 
un judío viejo, mugriento y mezquino. 
En pos de él los siervos llevanle el tesoro, 
en cajas de cedro toneladas de oro. 
El vejete enjuto, calvo y descarnado, 
de mirar inquieto, de pico afilado, 
ve la estrella y dice: "¡Dios! ¡Qué maravilla! 
¡Cómo resplandece, centellea y brilla! 
Con mis cerros de oro muy fácil me fuera 
comprar los imperios de la tierra entera. 
Pues bien, mi tesoro con gusto trocara 
por ese diamante de belleza rara." 
La celeste lágrima, dulce y luminosa,
oyó, rió y luego quedó silenciosa. 

Bajo de la higuera vive un cardo agreste, 
que habló así a la hermosa lágrima celeste:
"La tierra que nutre la lila y la yedra, 
para mí tan sólo tiene alma de piedra. 
Si, mirando el cielo, me lamento acaso, 
el cielo me envía fuego en que me abraso. 
Nunca vi a mi lado almas enlazadas, 
cantando sus noches puras y estrelladas. 
Nunca en torno mío juegos y cariños, 
en alegres voces gorjearon los niños. 
Lejos de mi vuelan pájaros y amores, 
pues ni sombra esparzo ni produzco flores. 
¡Oh divina lágrima, astro, gota fría, 
cae en mi y alivia mi horrible agonía!" 
La celeste lagrima, dulce y luminosa, 
tembló, y en él, luego, cayó silenciosa,. 

Después, ese cardo triste y macilento 
dió una flor exótica de color sangriento; 
de color de heridas que lanzas hicieron, 
como las que el pecho de Jesús abrieron.
Y en el caliz virgen de la flor bermeja 
va a libar sus mieles, zumbando, la abeja. 

(Traducción de Isidoro Errázuriz.)





La morena

Yo ya sé, no niegues,
que tú tienes pena
de que las rapazas
te llamen morena.

Yo no... Pero, en fin,
¿qué te importo yo,
ni que las morenas
me gusten o no?

Mira las violas,
tan negras corolas
y oliendo tan bien.
Pues ve lo que fuera
si Dios las hiciera
morenas también.

Niña, hay rosas dobles
y las hay sencillas,
las hay encarnadas,
las hay amarillas,
color de azucena,
quebrada color;
empero, morena
no hay más que una flor.

Morenas han sido,
y estaban muy bien,
las mozas más lindas
de Jerusalén.

La Virgen María,
no sé, mas sería
morena también.
Moreno era Cristo;
ya ves por qué insisto,
porque no quisiera,
moza, que te diera
tantísima pena
de que las rapazas
te llamen morena.




GUERRA JUNQUEIRO
A VELHICE DO PADRE ETERNO


Á MEMORIA
DE
Guilherme D'Azevedo


A
Eza de Queiroz





AOS SIMPLES

Ó almas que viveis puras, immaculadas
Na torre do luar da graça e da illusão,
Vós que ainda conservaes, intactas, perfumadas,
As rosas para nós ha tanto desfolhadas
Na aridez sepulchral do nosso coração;
Almas, filhas da luz das manhãs harmoniosas,
Da luz que acorda o berço e que entreabre as rosas,
Da luz, olhar de Deus, da luz, benção d'amor,
Que faz rir um nectario ao pé de cada abelha,
E faz cantar um ninho ao pé de cada flor;
Almas, onde resplende, almas, onde se espelha
A candura innocente e a bondade christã,
Como n'um céo d'Abril o arco da alliança,
Como n'um lago azul a estrella da manhã;
Almas, urnas de fé, de caridade, e esp'rança,
Vasos d'oiro contendo aberto um lirio santo,
Um lirio immorredoiro, um lirio alabastrino,
Que os anjos do Senhor vem orvalhar com pranto,
E a piedade florir com seu clarão divino;
Almas que atravessaes o lodo da existencia,
[10]Este lodo perverso, iniquo, envenenado,
Levando sobre a fronte o esplendor da innocencia,
Calcando sob os pés o dragão do peccado;
Bemdictas sejaes, vós, almas que est'alma adora,
Almas cheias de paz, humildade e alegria,
Para quem a consciencia é o sol de toda a hora,
Para quem a virtude é o pão de cada dia!
Sois como a luz que doira as trevas d'um monturo,
Ficando sempre branca a sorrir e a cantar;
E tudo quanto em mim ha de bello ou de puro.
―Desde a esmola que eu dou á prece que eu murmuro―
É vosso: fostes vós o meu primeiro altar.
Lá da minha distante e encantadora infancia,
D'esse ninho d'amor e saudade sem fim,
Chega-me ainda a vossa angelica fragrancia
Como uma harpa éolia a cantar a distancia,
Como um véo branco ao longe inda a acenar por mim!
........................................................................... 
........................................................................... 
........................................................................... 
Minha mãe, minha mãe! ai que saudade immensa,
Do tempo em que ajoelhava, orando, ao pé de ti.
Cahia mansa a noite; e andorinhas aos pares
Cruzavam-se voando em torno dos seus lares,
Suspensos do beiral da casa onde eu nasci.
Era a hora em que já sobre o feno das eiras
Dormia quieto e manso o impavido lebréu.
Vinham-nos das montanhas as canções das ceifeiras,
Como a alma d'um justo, ia em triumpho ao céo!...
E, mãos postas, ao pé do altar do teu regaço,
Vendo a lua subir, muda, alumiando o espaço,
[11] Eu balbuciava a minha infantil oração,
Pedindo a Deus que está no azul do firmamento
Que mandasse um allivio a cada soffrimento,
Que mandasse uma estrella a cada escuridão.
Por todos eu orava e por todos pedia.
Pelos mortos no horror da terra negra e fria,
Por todas as paixões e por todas as magoas...
Pelos míseros que entre os uivos das procellas
Vão em noite sem lua e n'um barco sem vellas
Errantes atravez do turbilhão das aguas.
O meu coração puro, immaculado e santo
Ia ao throno de Deus pedir, como inda vae,
Para toda a nudez um panno do seu manto,
Para toda a miseria o orvalho do seu pranto
E para todo o crime o seu perdão de Pae!...
.............................................................
.............................................................
.............................................................
A minha mãe faltou-me era eu pequenino,
Mas da sua piedade o fulgor diamantino
Ficou sempre abençoando a minha vida inteira
Como junto d'um leão um sorriso divino,
Como sobre uma forca um ramo d'oliveira!


Ó crentes, como vós, no intimo do peito
Abrigo a mesma crença e guardo o mesmo ideal.
O horisonte é infinito e o olhar humano é estreito:
Creio que Deus é eterno e que a alma é immortal.

[12] Toda a alma é clarão e todo o corpo é lama.
Quando a lama apodrece inda o clarão scintilla:
Tirae o corpo―e fica uma lingoa de chamma...
Tirae a alma―e resta um fragmento d'argila.

E para onde vae esse clarão? Mysterio...
Não sei... Mas sei que sempre ha-de arder e brilhar,
Quer tivesse incendiado o craneo de Tiberio,
Quer tivesse aureolado a fronte de Joanna Darc.

Sim, creio que depois do derradeiro somno
Ha-de haver uma treva e ha-de haver uma luz
Para o vicio que morre ovante sobre um throno,
Para o santo que expira inerme n'uma cruz.

Tenho uma crença firme, uma crença robusta
N'um Deus que ha-de guardar por sua propria mão
N'uma jaula de ferro a alma de Lucusta,
N'um relicario d'oiro a alma de Platão.

Mas tambem acredito, embora isso vos peze,
E me julgueis talvez o maior dos atheus,
Que no universo inteiro ha uma só diocese
E uma só cathedral com um só bispo―Deus.

E muito embora a vossa egreja se contriste
E a excommunhão papal nos abraze e destrua,
A analyse é feroz como uma lança em riste
E a verdade cruel como uma espada nua.

[13] Cultos, religiões, biblias, dogmas, assombros,
São como a cinza vã que sepultou Pompeia.
Exhumemos a fé d'esse montão de escombros,
Desentulhemos Deus d'essa aluvião de areia.

E um dia a humanidade inteira, oceano em calma,
Ha-de fazer, na mesma aspiração reunida,
Da razão e da fé os dois olhos da alma,
Da verdade e da crença os dois polos da vida.

A crença é como o luar que nas trevas fluctua;
A razão é do céo o explendido pharol:
Para a noite da morte é que Deus nos deu lua...
Para o dia da vida é que Deus fez o sol.


Mas, ai eu comprehendo os martyrios secretos
Do pobre camponez, já quasi secular,
Que vê tombar por terra o seu ninho de affectos,
A casa onde nasceu seu pae, e onde os seus netos
Lhe fechariam, morto, o escurecido olhar.
Comprehendo o pavor e a lividez tremente
De quem em noite má, caliginosa e fria
Atravessa a montanha á luz d'um facho ardente
E uma rajada vem alucinadamente
Apagar-lh'o c'o'a aza athletica e sombria,
Deixando-o fulminado e quazi sem sentidos
A ouvir o ulular das feras e os bramidos
Do ciclone que explue rouco do sorvedoiro
E se enrosca furioso aos platanos partidos
A estrangulal-os, como uma giboia um toiro.

[14] Comprehendo a agonia, o desespero insano
Do naufrago na rocha, entre o abysmo do oceano,
Vendo rolar, rugir os glaucos vagalhões
Como uma cordilheira herculea de montanhas,
Com jaulas collossaes de bronze nas entranhas,
E um domador lá dentro a chicotear trovões.
...............................................................
............................................................... 
O vosso facho, o vosso abrigo, o vosso porto,
É um Deus que para nós ha muito que está morto,
E que inda imaginaes no entretanto immortal.
Vivei e adormecei n'essa crença illusoria,
Já não podeis transpôr os mil annos da historia
Que vão do vosso credo absurdo ao nosso ideal.
Vivei e adormecei n'essa illusão sagrada,
Fitando até morrer os olhos de Jesus,
Como o ephemero vão que dura um quasi nada,
Que nasce de manhã n'um raio d'alvorada,
E expira ao pôr do sol n'outro raio de luz.
Eu bem sei que essa crença ignorante e sincera,
Não é a que illumina as bandas do Porvir.
Mas vós sois o Passado, e a crença é como a hera
Que sustenta e dá inda um tom de primavera
Aos velhos torreões gothicos a cahir.
Sim, essa crença é um erro, uma illusão, é certo;
Mas triste de quem vae pelo areal deserto
Vagabundo, esfaímado e nú como Caim,
Sem nunca ver ao longe os palacios radiantes
D'uma cidade d'oiro e marmore e diamantes
No chimerico azul d'essa amplidão sem fim!
Quem ha-de arrancar pois do seu piedoso engaste
[15] O vosso ingenuo ideal, ó tremulos velhinhos,
Se a chimera é uma rosa e a existencia uma haste,
Rosa cheia d'aroma e haste cheia de espinhos!
Quem vos ha-de cortar a flor da vossa esp'rança,
Quem vos ha-de apagar a angelica visão,
Se essa luz para vós é como uma creança
Que guia n'uma estrada um cégo pela mão!
Quem vos ha-de acordar d'esse sonho encantado?!
Quem vos ha-de mostrar a evidencia cruel?!
Ah! deixemos a ave ao ramo já quebrado,
E deixemos fazer ao enxame doirado
No tronco que está morto o seu favo de mel!
Ó velhos aldeões, exhaustos de fadiga,
Que andaes de sol a sol na terra a mourejar,
Roubar-vos da vos'alma a vossa crença antiga
Seria como quem roubasse a uma mendiga
As tres achas que leva á noite para o lar!
Oh, não! guardae-a bem essa crença d'outrora;
É ella quem vos dá a paz benigna e santa,
Como a paz d'um vergel inundado d'aurora,
Onde o trabalho ri e onde a miseria canta.
Guardae-a sim, guardae! E quando a morte em breve
Vos entre na choupana esqualida e feroz,
A agonia será bem rapida e bem leve,
Porque um anjo de Deus mais alvo do que a neve
Ha-de estender sorrindo as azas sobre vós.
E vós conhecereis em seu olhar materno
Que é o anjo que emballou vosso somno infantil,
E que hoje vem do céo mandado pelo Eterno,
Para sorrir na morte ao vosso branco inverno,
Como sorriu no berço ao vosso claro Abril.

[16] E ao pender-vos gelada a vossa fronte alabastrina
Irá levar a Deus o vosso coração,
Tão manso e virginal, tão novo e tão perfeito,
Que Deus ha-de beijal-o e aquecel-o no peito,
Como se acaso fosse uma pomba divina,
Que viesse cahir-lhe exanime na mão!







A VINHA DO SENHOR

I


Existiu n'outro tempo uma vinha piedosa
Doirada pelo sol da alma de Jesus,
Uma vinha que dava uns fructos côr de roza,
Vermelhos como o sangue e puros como a luz.

Inundavam-n'a d'agua os olhos de Maria,
E os virgens corações dos martyres, dos crentes
Eram a terra funda aonde se embebia
A mystica raiz dos pampanos virentes.

Produzia um licor balsamico, divino,
Que aos cégos dava luz, aos tristes dava esp'rança,
E que fazia ver na areia do destino
A miragem feliz da bemaventurança.

Aos mortos restituia o movimento e a falla;
Escravisava a carne, as tentações, a dôr,
E transformou em santa a impura de Magdala,
Como transforma Abril um verme n'uma flôr.

[18] Bebel-o era beber uma virtuosa essencia
Que ungia o coração de perfumes ideaes,
Pondo no labio um riso ingenuo de innocencia,
Como o d'agua a correr, virgem, dos mananciaes.

Dava um tal explendor ás almas, tal pureza
Que nos Circos de Roma até se viu baixar
Diante da nudez das virgens sem defeza
Ao magro leão da Nubia o curuscante olhar.





II


Mas passado algum tempo a humanidade inteira
De tal modo gostou d'esse licor sublime,
Que o extasis christão tornou-se em bebedeira,
E o sonho em pezadello, e o pezadello em crime.

Nas solidões do claustro as virgens inflamadas
Co'as fortes atracções da mistica ambrozia
Torciam-se febris, convulsas, desvairadas,
Meretrizes de Deus n'uma piedosa orgia.

É que no vinho antigo ia á noite o demonio
Lançar co'a garra adunca uma infernal mistura
De mandragora e opio e helleboro e stramonio,
Verdenegro e viscoso extracto de loucura.

Quando uivava de noite o vento nas campinas
Via-se pela sombra, obliquo, Satanaz,
Colhendo aos pés da forca ou buscando entre as ruinas
Hervas, vegetações, prenhes de essencias más.

[19] Era o filtro subtil d'essas plantas de morte
Que fazia da alma um derviche incoherente,
Uma bussola doida á procura do norte
Uma céga a tatear no vacuo, anciosamente!...

E a taça do veneno estonteador e amargo
No funebre banquete ia de mão em mão,
Produzindo o delirio, a syncope, o lethargo
E em cada olhar sinistro uma cruel visão.

Uns viam a espectral sarabanda frenetica
De esqueletos a rir e a dançar com furor
Em torno á Morte podre, impudente, epileptica,
Com dois ossos em cruz rufando n'um tambor.

Outros viam chegado o pavoroso instante
Em que um monstro do fogo, um dragão areolito,
Dava na terra um nó c'oa cauda flammejante,
Arrebatando-a, a arder, atravez do infinito.

E então para fugir ao desespero e ao panico
Bebiam com mais ancia o filtro singular.
Até á epilepsia, ao turbilhão tetanico 
Do sabat desgrenhado e erotico, a espumar!

E á força de beber o tragico veneno
Tombou por terra exhausta a humanidade emfim,
Como em Londres, de noite, ao pé d'um antro obsceno
Cáe sob a lama inerte um bebado de gim.






III


Mas n'isto despontou a esplendida manhã
D'um mundo juvenil, robusto, afrodisiaco:
A Renascença foi para a embriaguez christã
A excitação vital d'um frasco de amoniaco.

E na vinha de Deus ainda florescente
Começou a nascer por essa occasião
Um bicho que enterrava escandalosamente
Nos pampanos da crença as unhas da razão.

Propagou-se o flagello; o mal recrudesceu;
A colheita ficou em duas terças partes;
Chega o oidium Lutero, o verme Galileu,
E cai-lhe o temporal de Newton e Descartes.

Em balde Carlos nove, Ignacio e Torquemada,
Catando esses pulgões das bíblicas videiras,
Os entregam á roda, ao cadafalso, á espada,
Ou os queimam por junto aos centos nas fogueiras.

O estrago cada vez era maior, mais forte;
Apezar da realeza, o throno e a sachristia
Andarem sacudindo o enxofrador da morte
No formigueiro vil das pragas da heresia.

Por ultimo Voltaire―filoxera invade
Essa encosta plantada outr'ora por Jesus,
E das cepas ideaes da escura meia idade
Ficaram simplesmente uns velhos troncos nús.






IV


Mas como havia ainda alguns consumidores
D'esse vinho que o sol deixou de fecundar,
Uns velhos cardeaes, habeis exploradores,
Reuniram-se em concilio afim de os imitar.

E é assim que Antonelli, o verdadeiro papa,
O chimico da fé, um grande industrial,
Fabrica para o mundo ingenuo uma zurrapa
Que elle assevera que é o antigo vinho ideal.

Para isso combina os varios elementos
Que compõem esta droga: o nome de Maria,
Anjos e cherubins, infernos e tormentos,
Bastante estupidez e immensa hypocrizia.

Põe isto tudo a ferver, liga, combina, mexe,
E, filtrando atravez d'uns textos de latim,
Eis preparado o vinho, ou antes o campeche,
Que a saúde da alma hade arruinar por fim.

Mas como o paladar de muitos europeus
Quasi prefere já (horrivel impiedade!)
Á falsificação do vinho do bom Deus
O vinho genuino e puro da verdade;

E como já por isso, (assim como era d'antes)
A Igreja não nos queime e o rei não nos enforque, 
A curia procurou mercados mais distantes,
O Japão, o Perú, a Australia e Nova York.

Em cada igreja existe uma taberna franca
Para impingir a tal mixordia, o tal horror,
Ou secca ou doce, ou velha ou nova, ou tinta ou branca,
Segundo as condições e a fé do bebedor.

Para Hespanha vão muito uns vinhos infernaes,
Um veneno explosivo e forte que produz
Um delirio tremente―o General Narvaes,
E um vomito de sangue―o cura Santa Cruz.

Portugal quer vinagre. A Italia quer falerno.
Veuillot quer agua-raz que ponha a lingua em braza.
E John Bull, por exemplo, um pouco mais moderno,
Manda ao diabo a botica, e faz a droga em casa.

Ao povo, esse animal, que o Padre Eterno monta,
Como é pobre, coitado, então a Santa Sé
Fabrica lhe uma borra incrivel, muito em conta,
Um pouco de melaço e um pouco d'agua-pé.

A fina flôr christã, a flôr altiva e nobre,
O rico sangue azul do bairro S. Germano,
Para quem o bom Deus é um gentil-homem pobre
A quem se dá de esmola alguns milhões por anno.

[23] Essa como detesta os vinhos maus, baratos,
Como é de raça illustre e debil compleição,
Mandam-lhe um elixir que serve para os flatos,
Ou para pôr no lenço ao ir á communhão.

De resto ha quem, bebendo essa tisana impura,
Sinta a impressão que outr'ora o nectar produzia.
São milagres da fé. Ditosa a creatura
Que no ruibarbo encontra o sabor da ambrosia.

E eu não vos vou magoar, ó almas côr de rosa
Que inda achaes neste vinho o esquecimento e a paz!
Não insulto quem bebe a droga venenosa;
Accuso simplesmente o charlatão que a faz.






A CARIDADE E A JUSTIÇA

No topo do calvario erguia-se uma cruz,
E pregado sobre ella o corpo do Jesus,
Noite sinistra e má. Nuvens esverdeadas
Corriam pelo ar como grandes manadas
De bufalos. A lua ensanguentada e fria,
Triste como um soluço immenso de Maria,
Lançava sobre a paz das coizas naturaes
A merencoria luz feita de brancos ais.
As arvores que outr'ora em dias de calor
Abrigaram Jesus, cheias de magua e dôr,
Sonhavam, na mudez herculea dos heroes.
Deixaram de cantar todos os rouxinoes,
Um silencio pesado amortalhava o mundo.
Unicamente ao longe o velho mar profundo
Descantava chorando os psalmos da agonia.
Jesus, quasi a expirar, cheio de dôr, sorria.
Os abutres crueis pairavam lentamente
A farejar-lhe o corpo; ás vezes de repente
Uma nuvem toldava a face do luar,
E um clarão de gangrena, estranho, singular,
Lançava sob a cruz uns tons esverdeados.
Crucitavam ao longe os corvos esfaimados;
Mas passado um instante a lua branca e pura
Irrompia outra vez da grande nevoa escura,
E inundavam-se então as chagas de Jesus
Nas pulverisações balsamicas da luz.

No momento em que havia a grande escuridão,
Christo sentiu alguem aproximar-se, e então
Olhou e viu surgir no horror das trevas mudas
O cobarde perfil sacrilego de Judas.
O traidor, contemplando o olhar do Nazareno,
Tão cheio de desdem, tão nobre, tão sereno,
Convulso de terror fugiu... Mas nesse instante
Surgiu-lhe frente a frente um vulto de gigante,
Que bradou:

―É chegado emfim o teu castigo
O traidor teve medo e balbuciou:

―Amigo,
Que pretendes de mim? dize, por quem esperas?
Quem és tu?―

―«O Remorso, um caçador de féras,
Disse o gigante. Eu ando ha mais de seis mil annos
A caçar pelo mundo as almas dos tiranos,
Do traidor, do ladrão, do vil, do scelerado;
E depois de as prender tenho-as encarcerado
Na enormissima jaula atroz da expiação.
E quando eu entro ali na immensa confusão
De tigres, de leões, d'abutres, de chacaes,
De rugidos febris e de gritos bestiaes,
[27] Fica tudo a tremer, quieto de horror e espanto.
Caim baixa a pupilla e vai deitar-se a um canto.
E quando em summa algum dos monstros quer luctar
Azorrago-o co'a luz febril do meu olhar,
Dando-lhe um pontapé, como n'um cão mendigo.
Já sabes quem eu sou, Judas; anda comigo!»

Como um preso que quer comprar um carcereiro,
Judas tirou do manto a bolça do dinheiro,
Dizendo-lhe:

―Aqui tens, e deixa-me partir...

O gigante fitou-o e começou a rir.

Houve um grande silencio. O infame Iskariote,
Como um negro que vê a ponta d'um chicote,
Tremia. Finalmente o vulto respondeu:

«Judas, podes guardar esse dinheiro; é teu.
O oiro da traição pertence-lhe ao traidor,
Como o riso á innocencia e como o aroma á flôr.
Esse oiro é para ti o eterno pesadello.
Oh! guarda-o, guarda-o bem, que eu quero derretel-o,
E lançar-t'o depois caustico, vivo, ardente,
Lançar-t'o gota a gota, inexoravelmente
Em cima da consciencia, a pudrida, a execravel!
Com elle hei de fundir a algema inquebrantavel,
A grilheta que a tua esqualida memoria
Trará, arrastará pelas galés da Historia,
Durante a eternidade illimitada e calma.
Essa bolsa que ahi tens é o cancro da tua alma:
[28]Já se agarrou a ti, ligou-se ao criminoso,
Como a lepra nojenta ao peito do leproso,
Como o iman ao ferro e o verme á podridão.
Não poderás jámais largal-a da tua mão!
És traidor, assassino, hypocrita, perjuro;
A tua alma lançada em cima d'um monturo
Faria nodoa. És tudo o que ha de mais vil,
Desde o ventre do sapo á baba do reptil.
Sahe da existencia! dize á sombra que te acoite.
Monstro, procura a paz! verme, procura a noite!
Que o sol não veja mais um unico momento
O teu olhar obliquo e o teu perfil nojento.
Esse crime, bandido, é um crime que profana,
Todas as grandes leis da vida universal.
Esconde-te na morte, assim como um chacal
No seu covil. Adeus, causas-me nojo e asco.
Deixo dentro de ti, Judas, o teu carrasco!
És livre; adeus. Já brilha o astro matutino,
E eu, caçador feroz, cumprindo o meu destino,
Continuarei caçando os javalis nos matos.»

E dito isto partiu a procurar Pilatos.

Vinha rompendo ao longe a fresca madrugada.
Judas, ficando só, meteu-se pela estrada,
Caminhando ligeiro, impavido, terrivel,
Como um homem que leva um fim imprescriptivel
Uma ideia qualquer, heroica e sobranceira;
De repente estacou. Havia uma figueira
Projectando na estrada a larga sombra escura;
Judas, desenrolando a corda da cintura,
[29] Subiu acima, atou-a a um ramo vigoroso,
Dando um laço á garganta. O seu olhar odioso
Tinha n'esse momento um brilho diamantino,
Recto como um juiz, forte como um destino.

N'isto echoou atravez do negro céo profundo
A voz celestial de Jesus moribundo,
Que lhe disse:

―«Traidor, concedo-te o perdão.
Além de meu carrasco és inda o meu irmão.
Pregaste-me na cruz; é o mesmo, fica em paz.
Eu costumo esquecer o mal que alguem me faz.
Eu tenho até prazer, bem vês, no sacrificio.
Não te cause remorso o meu atroz suplicio,
Estes golpes crueis, estas horriveis dores.
As chagas para mim são outras tantas flôres!»

Judas fitou ao longe os cerros do calvario,
E erguendo-se viril, soberbo, extraordinario,
Exclamou:

―«Não acceito a tua compaixão.
A Justiça dos bons consiste no perdão.
Un justo não perdôa. A justiça é implacavel.
A minha acção é infame, hedionda, miseravel;
Preguei-te nessa cruz, vendi-te aos Farizeus.
Pois bem, sendo eu um monstro e sendo tu um Deus,
Vais vêr como esse monstro, ó pobre Christo nu,
É maior do que Deus, mais justo do que tu:
Á tua caridade humanitaria e doce,
Eu prefiro o dever terrivel!»

E enforcou-se.







O PAPÃO

As creanças têm medo á noite, ás horas mortas
Do papão que as espera, hediondo, atraz das portas,
Para as levar no bolso ou no capuz d'um frade.
Não te rias da infancia, ó velha humanidade,
Que tu tambem tens medo ao barbaro papão,
Que ruge pela boca enorme do trovão,
Que abençôa os punhaes sangrentos dos tyranos,
Um papão que não faz a barba ha seis mil annos,
E que mora, segundo os bonzos têm escripto,
Lá em cima, de traz da porta do Infinito.








PARASITAS

No meio d'uma feira, uns poucos de palhaços
Andavam a mostrar em cima d'um jumento
Um aborto infeliz, sem mãos, sem pés, sem braços,
Aborto que lhes dava um grande rendimento.

Os magros histriões, hypocritas, devassos,
Exploravam assim a flor do sentimento,
E o monstro arregalava os grandes olhos baços,
Uns olhos sem calor e sem intendimento.

E toda a gente deu esmola aos taes ciganos;
Deram esmola até mendigos quasi nùs.
E eu, ao ver este quadro, apostolos romanos,

Eu lembrei-me de vós, funambulos da Cruz.
Que andaes pelo universo ha mil e tantos annos
Exhibindo, explorando o corpo de Jesus.







RESPOSTA AO SILLABUS

Fanaticos, ouvi as coisas que eu vos digo:

Dentro d'essa prisão cruel do dogma antigo
A consciencia não póde estar paralisada,
Como n'um velho catre uma velha entrevada.
Tudo se modifica e tudo se renova:
Da escura podridão nojenta de uma cova
Sae uma flôr vermelha a rir alegremente.
A ideia tambem muda a pel' como a serpente.
O que era hontem grão é hoje a seara immensa.
A Verdade sahiu d'esse casulo―a Crença,
Assim como sahiu do velho o mundo novo.
Recolher outra vez a aguia no seu ovo
É impossivel; quebrou o involucro ao nascer.
Como é que pòdes tu ó Egreja, pretender,
Cerrando na tua mão um box enorme―o inferno,
Levar aos encontrões o espirito moderno,
Leval-o para traz, para o passado escuro,
Como um bandido leva um homem contra um muro?!
A trajectoria immensa e fulva da verdade

Não se póde suster com a facilidade
Com que Jusué susteve o sol no firmamento.
Atirar a justiça, a ideia, o pensamento
Ás fogueiras da fé, ó bonzos, é impossivel:
Reduzirdes a cinza o que? O incombustivel!
Loucos! ide dizer ao velho Torquemada
Que queime se é capaz n'um forno uma alvorada!
....................................................... Sacristas,
Ajuntae, reuni os balandraus papistas,
As fardas sepulcraes do exercito da fé,
A capa de Tartufo, a loba de Claret,
A cogula do monge, enfim, tudo que seja
Côr da noite; arrancae o velho crepe á egreja,
Dos caixões descosei os panos funerarios,
Tisnae co'a vossa lingua as alvas e os sudarios,
E se inda precisaes mais sombras, mais farrapos,
Pedi ao corvo a aza, o ventre immundo aos sapos,
Fabricae d'isto tudo uma cortina immensa,
E tapando com ella o sol da nossa crença,
Nem mesmo assim fareis o eclipse da aurora!
A consciencia não é a besta d'uma nora.
Lembrai-vos que o Progresso é um carro sem travão,
E que apagar em nós o facho da razão
É o mesmo que apagar o sol quando flameja
Com um apagador de lata d'uma egreja.

Bonzos, podeis dizer á humanidade―Pára!―
Co'a foice excomunhão podeis ceifar a ceara
Da heresia; podeis, segundo as ordenanças,
Metter pedras de sal na boca das creanças,
Fazer do Deus do amor o Deus barbaridade,
 Chamar á estupidez irmã da caridade
E jesuita a Jesus e Christo a Carlos sete;
Vós podeis discutir junto da campa o frete,
Recoveiros de Deus, o frete que é preciso
Para irdes levar lá cima ao paraiso
A alma d'um defunto; ó bonzos, vós podeis
Ir pedir emprestado um exercito aos reis
E defender com elle o papa, o vaticano,
Do cerco que lhe faz o pensamento humano,
Pondo adiante d'um dogma a boca d'um canhão;
Podeis encarcerar dentro da inquisição
Galileu; vós podeis, anões, contra os ciclopes
Roncar latim, zurrar sermões, brandir hyssopes,
Que não conseguireis que a Liberdade vista
A batina pingada e rota d'um sacrista,
Que o direito se ordene, e que a Justiça queira
Ir a Roma tomar, contricta, o véo de freira!









TEIXEIRA DE PASCOAES [11.317]

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Teixeira de Pascoaes

Teixeira de Pascoaes, pseudónimo literario de Joaquim Pereira Teixeira de Vasconcelos (Amarante, 2 de noviembre de 1877 – 14 de diciembre de 1952), fue un escritor portugués, que cultivó principalmente la poesía. Es uno de los más notables representantes del saudosismo. En 1901 terminó la carrera de derecho en la Universidad de Coímbra pero tan solo ejerció durante cerca de diez años.
Junto con António Sérgio y Raul Proença fue uno de los líderes del llamado movimiento del “Renacimiento portugués” y lanzó en 1910 en Oporto, junto con Leonardo Coimbra y Jaime Cortesão, la revista A Águia, principal órgano del movimiento. Gran parte de su vida la pasó en la casa familiar de la Serra do Marão, donde cultivaba la tierra y escribió la mayor parte de su poesía contemplando el paisaje.

Bibliografía

1895 - Embriões (poesía)
1896 - Belo, 1ª parte (poesía)
1897 - Belo, 2ª parte
1898 - À minha alma e sempre (poesía)
1899 - Profecía (poesía), en colaboración con Afonso Lopes Vieira
1901 - À ventura (poesía)
1903 - Jesús e Pan (poesía)
1904 - Para a luz (poesía)
1906 - Vida etérea (poesía)
1907 - As sombras (poesía)
1909 - Senhora da noite (poesía)
1911 - Marânus (poesía)
1912 - Regresso ao paraíso (poesía)

Elegías (poesía)

1913 - O doido e a morte (poesía)
1915 - A arte de ser português (prosa)
1916 - A beira num relâmpago (prosa)
1921 - O bailado (prosa)
Cantos indecisos (poesía)
1923 - A nossa fome (prosa)
1924 - A elegia do amor
O pobre tolo
1925 - D. Carlos (poesía)

Cánticos (poesía)

Sonetos

1926 - Jesús Cristo em Lisboa (pieza de teatro) colaboración con Raul Brandão
1928 - Livro de memórias (autobiografía)
1934 - S.Paulo (biografía novelada)
1936 - S. Jerónimo e a trovoada (biografía novelada)
1937 - O Homem universal (prosa)
1940 - Napoleão (biografía novelada)
1942 - Camilo Castelo Branco o penitente (biografía novelada)
Duplo passeio (prosa)
1945 - Santo Agostinho (biografía romanceada)
1949 - Versos pobres


Portada

Teixeira de Pascoaes
Señora de la Noche

Señora de la Noche de Teixeira de Pascoaes en edición del poeta español Ángel Guinda, se publica por primera vez en España.



A mi musa

Señora de la mañana victoriosa
Y también del crepúsculo vencido.
Señora de la noche misteriosa,
Por quien ando, en tinieblas, confundido.

¡Perfil de luz! ¡Imagen religiosa!
¡Dolor y amor! ¡Sol, resplandor de luna herido!
Cuerpo, que es alma esclava y dolorosa,
Alma, que es cuerpo libre y redimido.

Mujer perfecta en sueño y realidad.
Divina aparición de la Saudade...
¡Oh Eva, toda en flor y deslumbrada!

Matrimonio de lágrima y sonrisa;
Cielo y tierra, infierno y paraíso,
Beso rezado y oración besada.


III

Y la aurora, que se marchita, va huyendo,
Quedando, tras de ella, con gran pena,
El mar, bíblicos paisajes floreciendo
Bajo bendiciones de sol y besos de agua.

Y la aurora se va, abandonando
Mi cuerpo, envuelto en sombras... Y, en los cielos,
Vuelan muertas penumbras, que recuerdan
El errante fantasma de algún dios...
Divinidades vencidas que pasean
Por la floresta abrasada del ocaso...
Y sombras de Cupidos revolotean,
Y Venus aparece, vagamente, a lo lejos...
Y hay ninfas de resplandor de luna, enterneciendo
La melancólica tarde que se esfuma...
Arcoiris de sombras describiendo
Su bóveda de lágrimas y bruma.
Y el fantasma de Pan, entre los árboles,
Proyecta la luctuosa sombra de la Cruz...
En el silencio, voces... Se alza el miedo
Ante el dramático declive de la luz.
Y, en el triste crepúsculo sombrío,
Vagan sombras de faunos... Los pinares
Sienten un hondo y gélido temblor
Y susurran a los vientos espectrales...
Y, en los bosques, los cirios de las bacantes,
Casi apagados,
Titilantes,
Dejan motas de luto... Y desdeñosas
Nereidas, en las aguas susurrantes,
Bajan la vista, tristes, pensativas...
Y enajenadas, sonámbulas, buscan
Edades de oro, las eras primitivas...

Y, otra vez, la señora de la noche
Se transfigura,
Y su resplandeciente trenza rubia
Tiene ya manchas de tiniebla...
                    Y aquella pura
Y luminosa frente, donde nace
La divina belleza, oscureció.
Y a pernoctar en su rostro se acercaron
El silencio de la tierra y la paz del cielo.

Y la señora de la aurora es ya señora
De la piedad y de la tarde... Y su mirada,
Que era sonrisa y luz, diríase que llora
Y permanece, pensativa, en éxtasis.
Se diría que oteros, valles y pinares
Se transforman en negra soledad...
Pero cualquier páramo no es más
Que un errante y confuso corazón...
Humo sentimental, contemplativo,
Mágico filtro sutil que se insinúa,
En nuestro cuerpo, humanizado y vivo,
Con desfallecimientos íntimos de luna.

Y la tarde avanza, y la soledad
Sigue sus pasos de oro...
                    Y, a su lado,
Piadosa, humilde, marcha mi saudade,
Lo que hay, en mí, de lirio y de doncella...

Esta ternura espiritual que afluye
Tan a flor de mi voz, silencio en flor,
Y me diluye
En penumbra de lágrimas y amor.

Y la señora de la tarde, enamorada,
Se dirige a poniente que, en los cielos,
Recuerda una Babel extraña, ¡encendida
Por los trágicos celos de algún Dios!
Y, sobre las altas cumbres, se amplía
Su imagen, pálida y borrosa.
Y sepulta piedras y fuentes cantarinas
En roja tinta.
Vahídos de neblina y de penumbra
Flotan, en el aire dolorido...
                    Y viene de la sierra,
Ignoto sol oscuro que se alumbra,
La noche, madre de las almas y de la tierra.
Y la indecisión,
En una caótica muestra de locura,
lanza desmayo, síncope, aflicción,
Al paisaje, y las cosas trastorna.

Y la señora de la tarde va solita,
Entre fantasmas lívidos, sin miedo...
Pues es fantasma esta saudade mía
Y este peñasco...

Mis sentidos
Son cueva donde los vientos se adormecen;
Donde flotan espectros, aturdidos,
Que se me aparecen.

Y, por encima de los montes,
El claro sol de todo se escondió.
La luz brilla bajito, suspirando,
Anocheció.

Alondra de la sombra, el búho pía,
Tal vez (¿quién sabe?) alegre y deslumbrado.
El búho es tiniebla, y es sol anunciado
La alondra.

Y la tierra, en su afán creador,
Nota que le besa la frente, de oro ardiente,
Aquel santo espíritu del amor
Y de la tristeza.


Canción Final

Ahí viene la noche viejecita,
Yerma sombra tullidita,
Apenas puede andar, de tan cansada...

Ya el día se avecina...

Y la noche, triste y solita,
Tan pálida y fatigada,
Por su extensa jornada,
Se acuesta y duerme.
                    La alborada
Es el buen sueño del anochecer...

Y la noche duerme calentita,
En la cama que le fue asignada...

Duerme, duerme, sosegada,
Noche de Dios, sombra mía,
Que tu sueño es madrugada...





À minha musa

Senhora da manhã vitoriosa
E também do crepúsculo vencido.
Ó senhora da noite misteriosa,
Por quem ando, nas trevas, confundido.

Perfil de luz! Imagem religiosa!
Ó dor e amor! Ó sol e luar dorido!
Corpo, que é alma escrava e dolorosa,
Alma, que é corpo livre e redimido.

Mulher perfeita em sonho e realidade.
Aparicão Divina da Saudade...
Ó Eva, toda em flor e deslumbrada!

Casamento da lágrima e do riso;
O céu e a terra, o inferno e o paraíso,
Beijo rezado e oração beijada.



III

E a aurora, que entristece, vai fugindo,
Atrás dela, ficando em grande mágoa,
O mar, paisagens bíblicas florindo,
Sob benções de sol e beijos de água.

E a aurora vai fugindo, e abandonando
Meu corpo, envolto em sombras...E, nos céus,
Voam penumbras mortas, recordando
O fantasma perdido de algum deus...
Divindades caídas que perpassam
Na floresta abrasada do poente...
E sombras de amorzinhos esvoaçam,
E Vénus surge, ao longe, vagamente...
E há ninfas de luar, enternecendo
A merencória tarde que se esfuma...
Íris das sete sombras, descrevendo
O seu arco de lágrimas e bruma.
E o fantasma de Pã, entre o arvoredo,
Projecta a sombra fúnebre da Cruz...
Há vozes no silêncio...Ergue-se o medo,
Ante a queda dramática da luz.
E, no triste crepúsculo sombrio,
Erram sombras de faunos... E os pinhais
Sentem um fundo e gélido arrepio
E sussurram aos ventos espectrais...
E, nos bosques, as tochas das bacantes,
Quase apagadas
Bruxuleantes,
Deixam nódoas de cinza... E desprezadas
Nereides, junto às águas que murmuram,
Baixam os olhos, tristes, pensativas...
E alheadas, sonâmbulas, procuram
Idades de oiro, as eras primitivas...

E a senhora da noite, novamente,
Se transfigura.
E a sua loira trança resplendente,
Já tem manchas de treva...
                    E aquela pura
E luminosa fronte, donde nasce
A divina beleza, escureceu.
E vieram pousar na sua face,
O silêncio da terra e a paz do céu.

E a senhora da aurora é já senhora
Da tarde e da piedade... E o seu olhar,
Que era sorriso e luz, dir-se-á que chora
E que se fica, extático, a cismar.
Dir-se-á que outeiros, vales, pinheirais,
Se transformam em negra solidão...
Mas qualquer sítio ermo não é mais
Do que um disperso e vago coração...
Fumo sentimental, contemplativo,
Mago filtro subtil que se insinua,
Em nosso corpo, humanizado e vivo,
Que tem desmaios íntimos de lua.

E a tarde vai andando, e a soledade
Segue seus passos de oiro...
                    E, ao lado dela,
Piedosa e humilde, vai minha saudade,
O que há, em mim, de lírio e de donzela...

Esta ternura espiritual que aflui
À flor da minha voz, silêncio em flor,
E me dilui
Em penumbra de lágrimas e amor.

E a senhora da tarde, enamorada,
Dirige-se ao poente que, nos céus,
Lembra estranha Babel, incendiada
Pelo ciúme trágico dum Deus!
E, sobre os altos píncaros, avulta
A sua imagem, pálida e indistinta.
E pedras, fontes, a cantar, sepulta
Em roxa tinta.
Delíquios de neblina e de penumbra
Pairam, no ar dorido...
                    E vem da serra,
Ignoto sol escuro que se alumbra,
A noite, mãe das almas e da terra.
E a indecisão,
Num caótico gesto de loucura,
Lança o desmaio, a síncope, a aflição,
Na paisagem, e as cousas desfigura.

E a senhora da tarde vai sozinha,
Entre fantasmas lívidos, sem medo...
Pois é fantasma esta saudade minha
E este penedo...

Os meus sentidos
São caverna onde os ventos adormecem;
E onde vagam espectros, aturdidos,
Que me aparecem.

E, transmontando,
O claro sol de todo se escondeu.
A luz brilha baixinho, suspirando,
Anoiteceu.

Cotovia da sombra, o mocho pia,
Talvez (quem sabe?) alegre e deslumbrado.
O mocho é treva, e é sol anunciado
A cotovia.

E a terra, em seu desejo criador,
Sente beijar-lhe a fronte, em oiro acesa,
Aquele santo espírito do amor
E da tristeza.




Cançao final

Aí vem a noite velhinha,
Erma sombra, entrevadinha,
Mal pode andar, de cansada...

Já o dia se avizinha...

E noite, triste e sozinha,
Tao pálida e fatigada,
Da sua longa jornada,
Deita-se e dorme.
                    A alvorada
É o sono bom da noitinha...

E a noite dorme quentinha,
Na cama que lhe foi dada...

Dorme, dorme, sossegada,
Noite de Deus, sombra minha,
Que o teu sono é madrugada...








Extraídos de 
POETAS PORTUGUESES Y BRASILEÑOS
de los simbolistas a los modernistas. 

Traducciones de Rodolfo Alonso



DE NOITE

Quando me deito ao pé da minha dor,
Minha Noiva-fantasma; e em derredor
Do meu leito, a penumbra se condensa,
E já não vejo mais que a noite imensa,
Ante os meus olhos intimas, acesos,
Extáticos, surpresos,
Aparece-me o Reino Espiritual...
E ali, despido o hábito carnal,
Tu brincas e passeias; não comigo,
Mas com a minha dor ... o amor antigo.

A minha dor está comigoali,
Como outrora, eu estava ao pé de ti ...

Se eu fosse a minha dor, com que alegria,
De novo, a tua face beijaria!

Mas eu não sou a dor, a dor etérea ...
Sou a Carne que sofre; esta miséria
Que no silêncio clama!

A Sombra, o Corpo doloroso, o Drama ...





          DE NOCHE

        Cuando me acuesto al pie de mi dolor,
        De mi Novia-fantasma; y en redor
        De mi lecho, la sombra se condensa,
        Y ya no veo más que la noche inmensa
        Ante mis ojos íntimos, ardientes,
        Sorprendidos, extáticos,
        Me aparece el Reino Espiritual ...
        Y alli, desnudo el hábito carnal,
        Tú juegas y paseas; no conmigo
        Sino con mi dolor ... amor antiguo.

        Mi dolor está conmigo allí,
        Como antaño, yo estaba al pie de ti ...

        ¡Siendo yo mi dolor, con qué alegría
        De nuevo, tu rostro besaría!

        Mas no soy el dolor, dolor etéreo ...
        iSoy la Carne que sufre; esta miseria
        Que en el silencio clama!

        La Sombra, e Cuerpo doloroso, el Drama ...



ESPERANÇA E TRISTEZA

Minha tristeza é pior que a tua dor;
Um dia, no teu ventre sentirás
Reencarnar para o mundo o teu amor:
A mesma alma, o mesmo olhar ... verás!

Eu sei que há-de-voltar; e assim terás
A alegria primeira, ainda maior...
E então, de novo, alegre ficarás;
Será primeiro o teu segundo amor!

Mas eu que, antes do tempo, já declino,
Quem sabe se verei o teu Menino,
Numa idade em que possa compreender?

E partirei sem lhe deixar,
Na memória, esse interno e fundo olhar,
A comovida imagem do meu ser ...


          ESPERANZA Y TRlSTEZA

          Mi tristeza es peor que tu dolor;
          Un día, en tu vientre sentirás
          Reencarnar para el mundo tu amor:
          iLa misma alma, igual mirar ... verás!

          Yo sé que ha de volver; y así tendrás
          La alegría primera, aún mayor ...
          De nuevo, entonces, alegre quedarás;  
          ¡Será el primero tu segundo amor!

          Mas yo que, antes de tiempo, ya declino,
         ¿Quién sabe si no veré a tu Niño


         A una edad en que pueda comprender?
         Y partiré sin que le deje,
         De recuerdo, un mirar intenso y hondo,
         La conmovida imagen de mi ser. ..



                                              (Elegias, 1912)


CANÇÃO DE UMA SOMBRA

Ai, se não fosse a névoa da manhã
E a velhinha janela onde me vou
Debruçar para ouvir a voz das causas,
             Eu não era o que sou.

Se não fosse esta fonte que chorava
E como nós, cantava e que secou ...
E este sol que eu comungo, de joelhos,
             Eu não era o que sou.

Ai, se não fosse este luar que chama
Os aspectos à Vida, e se infiltrou,
Como fluido mágico, em meu ser,
             Eu não era o que sou.

E se a estrela da tarde não brilhasse;
E se não fosse o vento que embalou
Meu coração e as nuvens nos seus braços
              Eu não era o que sou.

Ai, se não fosse a noite misteriosa
Que meus olhos de sombras povoou
E de vozes sombrias meus ouvidos,
              Eu não era o que sou.

Sem esta terra funda e fundo rio
Que ergue as asas e sobe em claro vôo;
Sem estes ermos montes e arvoredos
             Eu não era o que sou.



          CANCIÓN DE UNA SOMBRA
   
         Ay, si no fuera la niebla matinal
         Y la vieja ventana donde voy
         A asomarme para oír voces de cosas,
                    No sería e1 que soy.

         Si no fuera esta fuente que lloraba
         Y como nos, cantaba y que secó ...
         Y este sol que comulgo, de rodillas,
              No sería el que soy.

          Ay, si no fuera esta luna que llama
          Espectros a la Vida, y se infiltró,
          Como fluído mágico, en mi ser,
                    No sería el que soy.

          Y si el astro en la tarde no brillase;
          Y si no fuera el viento que meció
          Mi corazón y las nubes en sus brazos
                    No sería el que soy.

          Ay, si no fuera la noche misteriosa
          Que mis ojos de sombras abrumó
          Y de voces sombrías mis oídos,
                    No sería el que soy.

          Sin esta tierra honda y hondo río
          Que yergue alas y sube en claro vuelo;
          Sin estos yermos montes y arboledas
                    No sería el que soy.



A SOMBRA DE EURÍDICE

I

Canção divina as cousas comovia,
E de ternura as árvores choravam ...
E lembrava o luar a luz do dia
E os ribeiros, extáticos, paravam.

Era Orfeu, de inspirado, que descia
Às entranhas da terra! E se afundavam
Os seus olhos na noite, muda e fria,
Onde as pálidas sombras vagueavam.

Eurídice, o seu morto e triste amor,
Ouvindo-o, tomou forma e viva cor,
Íntima luz à face lhe subiu ...

Mas Orfeu, pobre amante enlouquecido,
Quis ver aquele corpo estremecido ...
E, outra vez sombra, Eurídice fugiu ...


II

Ai dos que vêem as cousas da Natura
Com este olhar da Carne, escuridão,
Que tudo nos transtorna e desfigura,
Nem mostra o mundo e o céu como eles são!

Com este olhar de trágica amargura
— Torva luz de delírio e confusão! ­
Que nos faz ver, brutal e tosca e dura,
A sensível e viva Criação!

Ó desgraçada luz, que só revelas
A face tenebrosa das estrelas
E a nossa pobre sombra, entregue à sorte ...

Candeia, onde é o azeite água dorida,
Não nos mostras o mundo em alma e vida,
Mas em lívido corpo e negra morte!


          LA SOMIBRA DE EURÍDICE

     I

          Sacra canción las cosas conmovía,
          Y de ternura los árboles lloraban ...
          Recordaba la luna luz del día
          Y cesaban, en éxtasis, arroyos.

         ¡Era Orfeo, inspirado, descendiendo
         A entrañas de la tierra! Y se hundían
         Sus ojos en la noche, muda y fría
         Donde las sombras pálidas erraban.

         Eurídice, su muerto y triste amor,
         Oyéndolo, tomó forma y color,
         Íntima luz al rostro le subió ...

         Pero Orfeo, pobre amante enloquecido,
         Quiso ver aquel cuerpo estremecido                    .
         Y, otra vez sombra, Eurídice huyó.


    II

       ¡Ay de quien mira a la Naturaleza
       Con ojos de la Carne, oscuridad,
       Que todo nos trastorna y desfigura,
        Ni muestra cielo o mundo como son!

        —¡Torva luz de delirio y confusión!­
        Nos hace ver, brutal y tosca y dura,
        La viva y la sensible Creación!

        Oh desgraciada luz, sólo revelas
        La tenebrosa faz de las estrellas
        Y nuestra pobre sombra, a su suerte ...

        ¡Candil, hecha agua de dolor tu aceite,
        No nos muestras el mundo en alma y vida
        Sino en lívido cuerpo y negra muerte! 






BEATRIZ ALICIA GARCÍA [11.336]

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Beatriz Alicia García

(Caracas, 1966) Poeta, licenciada en Letras y  Magister en literatura venezolana.

Quisiera iniciar estas líneas sobre mi proceso de escritura comentando cuál ha sido  mi relación con las palabras, cómo se ha dado mi relación con ellas. Los libros, y más adelante la escritura siempre estuvieron conmigo desde que tengo memoria. Desde que tuve la capacidad de escoger, elegí los libros. La escuela me impuso la música, mis padres las clases de dibujo. Y durante algunos años escogí las artes escénicas. Pero desde que aprendí a leer, o incluso antes, yo escogí los libros para siempre como compañeros, y más adelante la escritura. Por lo tanto mi relación con las palabras es algo inseparable de mí. Como el arte, las expresiones artísticas en general, son inseparables  de mí. No conozco otro camino, no he conocido otra manera de vivir. Ocasionalmente me he visto obligada a ejercer otro tipo de ocupaciones, trabajar en una tienda por departamentos, trabajar como secretaria para una empresa constructora, hacer publicidad a un evento de moda, ofrecer sellos de caucho en oficinas, entre otras. Pero nunca le entregué mi alma a esas ocupaciones temporales a las que me llevó la necesidad. Siempre supe donde estaba mi centro, para bien o para mal. No hubo poder persuasivo ni golpe que me alejase de él.

Inicialmente la lectura y la escritura se convirtieron en un refugio contra las agresiones del mundo. Fueron mi trinchera. Desde allí combatía un mundo que me resultaba sumamente hostil. En el mundo de los libros habían niñas que morían de frío, niños que se perdían en el bosque, hadas buenas y malas, guerreros; pero como yo estaba habituada a mirar hacia adentro, a sentir e imaginar, aún las cosas más terribles que pudiesen ocurrir en los libros, no me daban miedo. Sabía que bastaba cerrar el libro, y ese mundo que sólo convocaba mi imaginación, quedaba atrás. Tenía mucha imaginación, pero no era tonta.

Estar atenta al mundo, distraerme con las cosas que me rodeaban como yo me distraía, eso sí me creaba problemas. Ser silencioso y estar atento al mundo te hace raro ante los demás. Esa mirada esencial del poeta, que hace posible la trasmutación de lo existente o imaginado en palabras, ese modo de estar en el mundo. En la vida cotidiana es más importante hacer que ser, y eso no puede cambiarse, como no puede cambiarse el contexto en que naces y te mueves, hasta que eres adulto y puedes elegir, o tratas. Yo me empeñaba en ser. Yo no podía concebirme de otra manera, y eso determinó sin duda que más adelante mi modo de hacer algo fuera escribiendo. Porque a mí no me motivaban situaciones externas, era mi alma la que me movía, el modo en que mi interioridad se conectaba con ellas.

Una vez explicado cómo se inició mi relación con las palabras explicaré un poco cómo se ha ido transformando con el tiempo. En la medida en que fui creciendo, y mi cotidianidad se fue complejizando, mi relación con las palabras cambió. Inicialmente escribir fue para mí un desahogo, una suerte de exorcismo. Al igual que leía para evadir la realidad o enriquecerla, porque también ha habido en mí siempre una avidez de conocimiento, una avidez de saber, y de buscar entender la realidad que me rodea, escribía también por las mismas razones. Escribir me aclaraba muchísimo las cosas, me permitía verlas con cierta distancia; aunque escribiera sobre mí misma o de las personas que yo quería, o las que no me gustaban. Llegó a convertirse en una especie de streap-tease emocional, que hoy me parece un tanto patológico. Primero un diario, que destruí varios años después en una crisis psicótica, luego cartas, cuentos, poesía y en los últimos quince años he intentado ir escribiendo reflexiones que tal vez puedan llamarse ensayos.

Hoy pienso que no es sano emocionalizar constantemente lo que a uno le ocurre, y hacer de un mal rato una tragedia griega, porque si no no se escribe un buen poema. Me parece que eso me ocurrió durante demasiado tiempo. Todo lo que me ocurría tenía que correr a escribirlo y era algo profundo e importante. Tal vez me quería más a mí misma en ese entonces y valoraba más y mejor lo que me ocurría. Ahora me parece que lo que había detrás de ello era un gran miedo, una forma inmadura de asumir los propios sentimientos y emociones, que al magnificarlos los mataba, los transformaba en otra cosa, los volvía irreales. Como si te psicoanalizara de manera constante un niño. Termina uno directamente en un psiquiatra. Quien con frecuencia tampoco sabe como sacarte de ese hueco de emocionalidad extrema.

Entonces llegó un momento de mi vida en que tuve que separarme de mí. Entonces me puse a trabajar con el cuerpo, inicié clases de danza y me dediqué plenamente a ello, abandonando la escritura un tiempo. Fue difícil, doloroso, pero necesario. Cuando digo separarme de mí, quiero decir separarme de mi yo que se había  polarizado hacia mi alma, hacia mi yo interior, y no me dejaba vivir en el mundo cotidiano, el mundo de todos los días. Cuando tuve que salir a la calle muy joven, a trabajar en ocupaciones desagradables, que nada tenían que ver con libros, arte o literatura, entendí de manera sumamente cruel, cuál era “la realidad”, aún no me repongo de ese choque violento. Luego de esta época cambia mi escritura, empiezo a sentir la necesidad de escribir también de otras cosas además de mí misma, de lo que sentía. Afortunadamente. Porque en el fondo lo que había en mí era un gran vacío. Empiezo a sumergirme en el alma colectiva, porque entendí que no podía seguir aislándome, que eso me había hecho mucho daño. Y eso que yo había entendido también se plasmo en mi escritura. Me di cuenta, porque antes no lo había concientizado, no me era posible; que no era una genio incomprendida por un mundo hostil, sino que las cosas que a mí me pasaban le pasaban a muchas personas, pero que las asumían de otra manera. Descubrí también, algo que la mayoría de los adolescentes saben, pero que yo poco había tenido en la adolescencia, lo agradable que podía ser hacer cosas en grupo si yo quería. De Allí surgieron mis poemas urbanos. Sigue siendo importante para mí escribir sobre las situaciones que me producen sentimientos, pero ya no utilizo las palabras como una suerte de morfina contra el dolor.


II

Tanto una actitud como la otra han marcado mi escritura y mi vida. Por una parte la necesidad de aislarme, la necesidad de silencio y de paz, de ir hacia adentro, y por la otra ir hacia los demás, formar parte de la sociedad que me rodea. Para mí es muy claro cuando veo los libros de poesía escritos hasta hoy, desde el primero, Música de fondo (1983-1987), hasta los brevísimos textos de Visa negada (2001-2002). Es bastante ezquizoide. Parecieran escritos por dos personas diferentes. Mis libros o textos urbanos, como Ciudad oscura (1987-1989), Propósitos y olvidos 1992-1998, Mudanzas (1993) A la caza de un blade runner (1994-1998) o Garbache (1998-2000) son bastante directos e irónicos, y se han gestado en experiencias muy concretas, reales, mi época de ir a las discos, mis enamoramientos, mis amigos, mis colas en los bancos, y cosas así. Me parecen flashes, como algo muy parecido a las fotos o el cine. Sin pretensiones literarias o filosóficas. Los logros literarios que pudieran tener se los ha dado el oficio, estos veinte años de darle al bolígrafo, a la máquina de escribir. Este tipo de textos los motivaba la necesidad de compartir experiencias vividas como parte de un colectivo, con las alegrías y el fastidio o el hastío que esto produce.

Algo más complejo me resulta explicar los otros, los poemas más de alma, los poemas de pacto con el silencio. Intentaré hacerlo. Hablar de ellos es hablar desde la carencia, desde el vacío. Una forma de explicarlos que me parece cómoda es ubicándolos por temas, hacer el inventario de males. Porque evidentemente con mayor frecuencia me motivan a escribir las cosas que me hacen sufrir. Y son las grandes carencias que han motivado a todos los poetas a través de la historia. En el fondo qué hace interesante a la Odisea, por lo menos para mí, no es su lado épico, la hazaña y la astucia de Ulises para volver a casa y a los brazos de Penélope. Eso se parece mucho al argumento de las telenovelas. No. Lo que a mí me conmueve tanto de la Odisea como de la Ilíada, son los sentimientos que se ponen en juego. Lo que mueve a Telémaco a buscar a su padre; los sentimientos de Calipso hacia Ulises, sabiendo que debe dejarlo ir. De esos asuntos miserables que esta hecha la vida de uno, y que sanamente exorcisamos a través de la lectura y la escritura.  Cómo es el proceso en que ese tipo de sentimientos se convierten en poemas. Generalmente hay algún catalizador. En varios de mis libros este catalizador fue enamorarme, y especialmente desenamorarme. Tal es el caso de algunos textos de Música de fondo (1983-1987), Dones de tu cuerpo (1992-1995), Acto de fe (1996), El libro del exiliado (1998-1999). Esto equivale a decir que determinada experiencia con la persona amada que me producía alguna emoción se convertía en poema. Momentos de algún modo epifánicos, que por alguna razón que ignoro, me conmovían, me daban placer o me hacían sufrir, y cobraban mayor importancia que los otros. Digamos, un abrazo de esos que te quitan el aire, un instante en el que te sientes la persona más amada o deseada de la tierra. Una hermosa noche, un bello despertar, una mirada de ojos brillantes, cosas así. Entonces iba y las escribía. Pero con mayor frecuencia, el catalizador no era algo agradable. El catalizador era la soledad, el miedo, la decepción, la confusión. Darme cuenta que X ya no me deseaba o ya no me amaba, o que sólo había sido un objeto de deseo o de distracción. Entonces me ponía a escuchar alguna música tristísima, y lloraba o no lloraba, pero me ponía a escribir uno o varios poemas. La música fue muy importante para mí durante mucho tiempo. Así como el cigarrillo o a veces el alcohol. Marcaban la batuta. Eran el director de orquesta. Puesto que sin prender un cigarrillo y paladear el guayabo, quién se iba a poner escribir un poema. Había que ambientar, como en el teatro. Y claro, como yo era de pocos amigos y especialmente amigas, a quién le iba a contar el guayabo, a la página en blanco, por supuesto. Pero había que crear el ambiente, el ánimo en que eso debía decirse, escribirse. Y si era de los poemas “felices”, era muy distinto. Se trataba de dejarle a la memoria su feliz tarea. Como se baja o abre un archivo en la computadora. Tráeme la cara de fulano con esa sonrisa bella cuando nos vimos ayer, o cuando nos despertamos esta mañana. La memoria me abría el archivo y entonces a partir de esa imagen surgía un determinado sentimiento, que buscaba plasmar en el poema. Me he referido primero a la temática amorosa porque quizá en ella es más fácil ver el proceso de escritura. Se  siente algo y se trata de ser lo más fiel posible a la hora de expresarlo con palabras. Y en el caso de guayabo, se busca aliviar ese vacío que la ausencia de la persona amada deja. Esa ausencia se llena con palabras.

Otra temática reiterativa en mi escritura ha sido la soledad. La soledad vista desde distintas ópticas. Siempre he visto la soledad como un estado inherente al ser humano, especialmente en mi caso que siempre la busqué y siempre la sentí conmigo. Porque como ya expliqué siempre he preferido la soledad al aullido del mundo. Siento que siempre hablé desde la soledad. No sólo porque estuviera sola, como evidentemente lo he estado durante mucho tiempo. Sino porque aún cuando estuviera acompañada, como a veces lo estoy, cuando escribo lo hago siempre desde la soledad, desde la parte mía que se siente aislada. Como si estuviera en una barca en medio del mar, sola, o en medio de un desierto. Así me sentí durante mis peores crisis psíquicas. Era entonces una elección mía, incluso dejaba de hablar, no quería. Después, cuando me drogaban con antidepresivos, no me era posible articular palabra. Mi aislamiento era mayor, peor.

Otra temática que ha aparecido en mis textos es la muerte. Para mí es inexplicable por qué a los catorce o quince años me dio por pensar en la muerte. Nadie que yo amara había muerto, ni tampoco había ocurrido cerca de mí una tragedia o algo así. Pero me preocupaba, reflexionaba sobre ello. Luego sí, algunas personas cercanas han muerto y les he dedicado poemas. Sigue siendo un tema que me preocupa, sobre todo desde que perdí personas muy queridas. Supongo que por ello practico budismo, y lo asumí como filosofía de vida. Porque es una filosofía que asume la muerte de un modo menos trágico. Por otra parte, siempre pensé mucho en mis antepasados. En casa hay muchos álbumes de fotos y una de mis distracciones de infancia y juventud fue estar horas viendo fotos. Entonces yo pensaba en los abuelos, los abuelos que no conocí, que nunca me cargaron, porque habían muerto cuando yo nací. Y los veía en aquellas fotos sepia o blanco y negro. Y siempre eché mucho de menos al abuelo que escribía, Luis Martín, el padre de mi padre. Entonces mi tío Martín, hermano de papá, me prestó algunos escritos suyos, cartas, fragmentos de un diario, reflexiones. Y así veía, tías abuelas, bisabuelas, con sus maridos. Siempre le he tenido mucho respeto a las personas mayores y a los muertos. Respeto y afecto. Las personas mayores porque las relaciono con la sabiduría y con la muerte.

Otra de las temáticas que me llevan a escribir es el sufrimiento, el propio y el ajeno. Además del desamor o la soledad, que a veces me han hecho sufrir, también me lleva a escribir la injusticia. Cuando algo me cabrea o me entristece, a veces, me siento y lo escribo. Escribo sobre la crueldad del mundo, la maldad del mundo, lo que yo concibo como tal. Escribo sobre las cosas que no entiendo, las actitudes que no entiendo y me hacen infeliz. Cosas así. Esos son los poemas propiamente de exorcismo, de desahogo. No suelen ser los mejores.

Otra constante en mi escritura es la reflexión sobre la escritura misma, sobre el oficio de escribir. Siempre he sentido esa necesidad. Tal vez sea un modo de justificarme ante mí misma o ante los demás. O sencillamente otro modo más de reflexión, otra forma de crecer, de enriquecer mi proceso de escritura, viendo cómo lo veo. Deformación profesional de Licenciada en Letras. Hago conmigo lo que hago con los textos de otros escritores.

Ahora bien, otro punto que me parece importante, porque en mí ha variado bastante, es ya la parte compositiva de libro. De qué modo hago un libro, le pongo título y lo cierro. Mis libros se han ido agrupando por época, temática o afinidad de forma. Es decir, en determinado momento lo que estoy viviendo va motivando determinados textos. Algunos los escribo y quedan tal cual. Acto de fe está lleno de textos así, quedaron tal cual como fueron escritos. En determinado momento los voy revisando, los voy modificando, a los que no quedan tal cual. En un momento dado los cierro, a veces les pongo epígrafes, a veces se los dedico a alguien. Este es el proceso más difícil, saber cuando un libro se acabó, se cerró. Otros libros, como los amorosos, los cierra la vida. El sentimiento que los motiva muere, o decido echarle tierra encima, y no pensar más de manera habitual en él.  Así también hay poemas que se mueren, o mejor decir que no nacen. Que después de varias revisiones siento que no expresan bien lo que quiero expresar con ellos.

Hay una diferencia muy marcada entre los poemas urbanos y los otros. Me doy cuenta que para mí es mucho más importante el lenguaje y la forma en los no urbanos, los que van más hacia la interioridad, hacia la expresión de sentimientos. Eso no significa que no cuide la forma en los urbanos, pero el lenguaje que utilizo es más sucio, más bizarro, más parecido al lenguaje cotidiano.

Lo que está bastante claro para mí es que mi escritura siempre surgió desde la necesidad. Siempre que me siento delante de una hoja es porque algo se ha venido cocinando dentro de mí, o algo se cocinó de manera instantánea, y pidió ser escrito. Siempre. No soy de las personas que se ponen horario para soltar la mano, para llamar a las musas. Sólo lo hice cuando participé en dos ó tres talleres literarios porque formaba parte de la dinámica.

Beatriz Alicia García (año 2002)




EL LIBRO DEL EXILIADO

 (1998-1999)




Kaerimireba yuki-aishi hito kasumi keri

                    Shiki

(Cuando miré atrás,
El hombre con el que me crucé
    Se había perdido en la niebla.)  

sabes que no hay exilio
cuando todo es exilio

por qué dices entonces:
sería bueno tener un país?

porque sería bueno tener un país
cuando nada fuera exilio

           Julio Miranda





PILLOW BOOK

Tu cuerpo es sagrado.
Tu cuerpo
es tu templo
en la tierra,
tu daga
y el perfume de tu vida.

Mi cuerpo es sagrado.
Como la Luna,
El Sol,
el Rayo en el cielo.
Tauro,
Caballo de Fuego.

Tu cuerpo es
tu fortaleza,
carne sabia
que desconoces,
es sagrado,
amas con él,
y con él te sumerges en la noche.

Mi cuerpo 
es sagrado.
Porque sangra
y está vivo;
y en él está escrito
mi historia,
desde el principio.

En él me acurrucaré
para el gran viaje,
el sin preguntas,
el sin retorno,
como estar vivo.


Quiero entrar
lentamente,
muy lentamente,
en los cuartos prohibidos
de tu alma.

Oh tu desnudez
de hombre silencioso
y calmo.

Oh la desnudez
de tu alma
en mis manos ansiosas.

Van hacia ti,
a pesar de mí.


El cielo estrellado 
de Guarenas
y nosotros,

más nada.

El hondo silencio compartido.

Es mudo el corazón
cuando no le cabe lo que ve.


Tu boca 
adictiva,
tu boca
que sabe a yerbabuena
y a mar salada,
tu boca
que me ha mordido
hasta el alma.
Tu boca,
ese animal ansioso
separado de ti,
con vida propia,
tu boca
Chino,
tu boca y mi boca,
pacto perverso
tan lleno de ternura.


Desconozco la fragilidad
de tu fuerza.
Pero la vislumbro.

Dejo que me arropes
con tu cuerpo,
y me abraces
con tu alma.

Tengo miedo de esta desnudez
nueva,
va a dejarme a la intemperie.






ORILLAS

Vaya a saber por qué
estoy del otro lado.

Tu no quieres llegarte
hasta aquí.

Te excusas muy mal.

Tu estás en la otra orilla,
y yo no quiero ir hasta allá.



Desnudo en la ventana.
Te pierdes en el horizonte de Guarenas.

Me pierdo
en los contornos de tu cuerpo.

Me pierdo en la distancia
que nos separa,
más ancha e infranqueable
que unos pocos pasos.



Vine a descansar
del mundanal ruido
de Caracas.

Vine a estudiar japonés.

vine a invadir estas paredes
zen.

Vine a poblar
estos espacios vacíos,
que habitas
cotidianamente.

(¿Cómo puedes vivir
en una casa tan desnuda?)


Extraño Tokonoma

abres,
en las paredes 
de mi alma solitaria.

El poema
nunca es en presente.

Es como tu sombra,
que me pareció ver
en dirección al baño.

Una fugaz imagen.

Otear la vida
en las palabras,
¿será como otear delfines
en alta mar?
¿Como otear estrellas
bajo el cielo de Guarenas?


Cuando duermes
te transformas
en un antiguo guerrero mandarín,
te haces increíblemente
sólido,
te vuelves a tiempos arcanos,
te transformas en un dios,
un muerto bellísimo
que desconozco.


Cierras puertas
dentro de las puertas abiertas
de tu casa.

Hay un laberinto
donde estás perdido.

Hay una llave
que lanzaste al vacío.

¿Abría qué puerta,
qué habitación clausurada?


¿Cómo decirte
que no estás
frente a mí
estando tan cerca?


Lentamente,
el sol
toca nuestros cuerpos,
soñolientos.

Lentamente,
se buscan 
nuestros cuerpos,
para llenarse de luz.

Escucho
una hermosa canción,
que has puesto para mí,
una hermosa y tristísima canción.

Abres,
tu vieja herida.

Entonces recuerdo
que no eres de aquí,
que creciste
en un lejano país austral
que nunca he visitado.



La paz me hace daño.

La alegre y suave tranquilidad
de tu casa,
me ha hecho extranjera
en las calles
de mi ciudad.


Tiendo palabras como puentes.

Es mi vicio.

Tiendo palabras  como puentes.

En vano.

Idiota,
envenénate.


No te busco
en los rostros del metro,
en el sueño,
o siquiera en las hojas
bañadas por el sol tropical.


Sangran mis labios.
Estás en mi piel,
vehemente,
lobezno.

Mi piel sabe
de reversos.

Mi piel sabe 
lo que yo no sé.

El profundo misterio
del instante pleno.


Ignoraba 
tu otra orilla.

Has cerrado herida con herida.

Pero tu ausente 
te persigue,
aún es tu sombra.

Yo no puedo darte
consuelo.

Me cubrirá la noche,
esa amiga que conocemos.







¿PODEMOS SEMBRAR LA PAZ?


                                                a la memoria de Ramón 
                                                                        Douglas
                                                                        y Víctor

No sé por qué
estamos tan rodeados
de muerte.

Nuestros amigos
mueren en la calle,
asaltados por el miedo,
asaltados por el hambre,
torturados por el odio.

Kosovo estalla
como una herida
en el mapamundi,
corren mares de sangre inocente
en Kosovo,
bajo el sol
de estos días aciagos.

No es la muerte 
de los otros,
en la prensa
o en la televisión,
ataúdes que se olvidan,
fosas comunes.
Son nuestros amigos
abaleados en las calles, 
es la muerte 
clavando sus garras
de águila
en nuestro pecho,
como un hondo tatuaje,
como el estallido de un mundo
quebrado para siempre.


 Intento volver.
No hay camino hacia tu casa,
en algún momento
perdí el camino hacia la mía.


Sabía que esto iba a pasar
y seguí adelante.

Que me caiga el látigo.


Cuidado.
Los extremos se tocan.

Cuídate de las mujeres solas
que dejas entrar en tu corazón herido.

Quizá,
tú tampoco salgas indemne,
Chino.


No te voy a apostar
como una moneda codiciada,
no juraré en vano
por ti.

Desconfío,
puedes creerme,
amigo.

No prenderé velas
a los santos,
ni me haré harakiris
emocionales.

Yo ya no busco
ningún camino.

Yo ya sólo sé alejarme.

Más vale que te cuides de mí.

Cuídate de las mujeres solas,
largamente solas.


Hay treguas que duelen.

Una desconocida me dijo ayer
que te tome como un regalo,
sin esperar más,
sin pedir más.

Un regalo 
por un rato
de la vida.

(Funcionó la idea
por unos minutos).

Era una mujer muy cálida,
me hizo el único pedido del día.

Al atardecer,
cuando tragué el cansancio
de diligencias inútiles,
y no tuve a nadie a quien contárselo,
cayó el látigo.


No es cuestión
de pérdidas o ganancias.

Cerca o lejos.

Caminamos terrenos movedizos,
campos minados.

No somos inocentes.

No somos el uno para el otro.


Hemos tendido puentes,
hondas grietas 
que lastiman.







DEJA VU

¿Puedo hacer de esto que nos une
una ceremonia alegre?

¿Podemos cerrar los ojos
y cerrarle puertas
a otra cosa
que no sea el instante?

¿Acepto que poseer
no es el camino
no era la meta?

¿Es amar?








ESBOZOS CON AGUA DE MAR

I

La lejana ave solitaria,
planeando
entre las nubes del Litoral,
se parece a mí.

¿Dónde estás tú?

II

Sólo el mar
conoce mis secretos más profundos.

Sabe mi alma.

III

Como Abu Simbel,
salvado de las aguas,
de improviso
flota tu imagen,
en este paisaje que te excluye.


Es cierto.

No te conozco.

Pensé que te conocía.


La ironía te queda bien,
ese modo de hacerte odiar
para que no sea triste.

Se confunden
las víctimas
con los verdugos.

Se confunden
las víctimas
en este estallido
de mi alma kamikaze.






At the end of the suffering
there was a door.

        Louise Glück Wild Iris

No me busques.

Sé llorar sola.

Déjame desahuciar
este sentimiento,
a solas.

Déjame aprenderme
tu ausencia.

Dame ese privilegio.

Dame esa puerta.


Ya conozco el hambre.

El hambre
honda,
insaciable,
que te queda,
cuando viviste el hambre,
cuando deseaste pan
y no había.

Desearte,
no es muy distinto,
Marcelo.


¿Puedo culparte
por no amarme
como yo te amo?

No es cuestión de culpas,
amigo.


Abriremos boquetes
a la luz.

Construiremos historias.

Otras calles se abrirán.

No querré volver.

No habrá nostalgia.

Ni página en blanco que nos convoque.


Hay cielos
en el alma.

Caminos.

Hay lugares para encontrarse.

Hay lugares.

Puertas.







ÁRBOL TALADO

Andáis
en tierra seca.

Andáis,
en el desierto de Atacama
de tu alma.

Andáis
más lejos
más lejos.

Andáis
chiriyin,
nunca te quedáis.

Nunca sos raíz
bebiendo de la tierra.

Andáis lejos chiriyin,
pero tampoco es allá
en tu Chile natal.

Ni en la Francia natal de tu padre,
ni en el Taiwan de tu madre.

No hay regreso posible.

Sos árbol talado.

Sos herida.


Por alcanzarte
volví a nacer.

Ahora soy una niña
muerta.

¿Y si no estalla el dolor agazapado?
Y te va mordiendo...

Di el grito,
en la penumbra de la noche,
-mala compañía el grito mudo-
pero dílo, azúzalo,
perro grito con baba en las fauces,
para que vaya y torture a otro.

Ese grito agazapado,
de vivir en guerra.

Todo exilio es una guerra,
-perdida, claro-
un país perdido
(gana la nostalgia).

El mío es,
exilio en tierra patria, amigo,
cómo no entenderte.

Tu patria es el lugar,
donde decidas ser feliz.





para Miyuki sensei

Watashi no uchi
fune wa ikimasu.

(Mi casa
es un barco que parte)

Todo lugar amado
está en el alma.



GABRIELA ANALIA ARCONDO CLOSS [11.337]

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Gabriela Analia Arcondo Closs 

11 de enero de 1993, Asunción, Paraguay. Cursa el segundo año de la carrera de Psicología en la Universidad Católica, se dedica a la poesía desde los 13 años. Tiene dos escritos en un libro llamado Tinta Nueva III publicado por la R.E.A.L (Red Estudiantil de Academias Literarias) que fue lanzado en el 2010, “Historia Delirada” y “Ave Enjaulada”.  Colabora en una pequeña organización sin fines de lucro llamada Elfos y Duendes S.A², donde cada cierto tiempo se lanza un mini folleto con creaciones hechas por artistas paraguayos que no son muy conocidos. Lleva el seudónimo de Galista (combinación de algunos de sus apodos).





Claroscuro

Entonces no importa
La forma que nos miremos
Por última vez
Sólo viajas
En los recuerdos
Que quedaron en tu mente

Y no importa
Yo sólo seré fugaz
Como los pasos
Que dimos
Por alguna taza de café

Pero pintaré todo eso
De múltiples colores
Para que no olvides
El aroma de jazmines
Que brotaron de tus cabellos
En noches de luna francesa

Y ese faro que alumbra
Tu espera
Tocas madera
Te marchas
Y yo leo cada palabra
Fuera de la luz

“Tarareo tu nombre en silencio cuando chocan las luces”







Mi Igual

Insensata noche
Que se puso a nadar
Para buscar el amor
En los poemas que roen
Los talones de Morfeo

Los sonidos
Enloquecen al ser
Mientras este se convierte
En una bacteria para lo que ve

Conectando los circuitos
A los cráneos humanos
Cancelando el juicio
Así el grito
No sale disparado

Aunque no estén
Te observan
Desde ahí
Estando alejados

Te concentras en el monitor
Para no creer en el amor
Aunque te den un beso en la mano
Las perdices salieron volando
Justo en el acto

Divagues a media noche
De esta mente absurda
Preocupando a su espectador
Que no dice ni “mu” de musa

El estridente sonido
De su alma difusa
Que precipita a la flor de alelí
Dentro del fogón
Que antes creaba versos

Cierras la maldita ventana
Para que nadie observe
Mientras buscas desesperado
Unos zapatos de goma

Sin nada que decir,
Los versos quedaron dormidos
No puedo ir a despertarlos
No deseo más huir
Ya hay manchas en mis medias

Estas harto de que te alineen
Con esas tonalidades
Esos colores
Aquellos observadores

En otro país
Alguien pregunta por mí
En este juego de vaivén
No me miras, no te ves
La respuesta está al revés

Todos cambian de ideas
Otros no comprenden la pelea
Siempre son dos
Siendo que son la misma pieza

En las redes de las cajas
Hablando con criaturas inanimadas
Sobredosis de café
Para seguir perdido en la telaraña
De las mentiras hechas palabras

Quiero volverme en pesadilla
Para matar tanta hipocresía
Con balas hechas de lápices
Acabando así a la tiranía

Desprendiéndome ya de lo real
Tu sonrisa ya es efímera
Mis besos ya no satisfacen
Y la flor muerta me mira
Riéndose de mi agonía

Corto circuito mental
No hay tinta
No hay palabras
El poeta ya no es humano
Es una maquina con teclado

Buenas noches
A las 6 de la mañana
Los versos dormirán conmigo
Hasta encontrar la palabra exacta

Lo siento
Es que te amo
Siendo iguales
En ser opuestos.







Pájaro Cantor

Tú,
En medio de mi silencio
Cierras los ojos
Tarareas el nombre
De lo que alguna vez
Fue mi voz

Ella,
Gira en nuestro entorno
Mientras titilan sus ojos
En la ciudad
Dejando escapar
Nuestras cabezas

El,
Deja en libertad a su voz
En medio de la noche
Que se presenta
Tibia y serena
En medio de nosotros

Todos,
Persiguiendo cada salto
Extraviado en el vuelo
Que dejo la tinta
Danzantes
De las tres lunas

Yo,
Pretendo que no lo sé
En medio de mi imaginación
Que fueron
Nada más que tus cabellos
El recuerdo del pájaro cantor
Aprendiendo a ser feliz.

Galista

PATRICIA LÓPEZ CABRERA [11.338]

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Patricia López Cabrera  

Asunción, Paraguay, 1990. Estudia psicología en la Universidad Nacional de Asunción. Considera a la escritura como la más hermosa de las artes del fingimiento y las máscaras. Va por la vida en prosa accidentada.





Hasta la lluvia tiene más de ser que yo misma
ella que habita en tantos mundos, se impregna
en la piel de cualquier vagabundo y lo respira
ella haciendo eco entre los pétalos de una rosa moribunda
ella que vive en el vuelo de algún cardenal
ella que se burla
ella capaz de producir esa primitiva sinfonía entre el follaje
del más perdido sauce llorón
ella que en vano intenta limpiar el mundo
ella que toc, toc, toc sobre una canaleta, invitándonos
a bailar sobre sus versos que quedarán cuando nosotros
ya no estemos,
cuando contentos nos ahoguemos en sus charcos







La noche desnuda se quiebra
en tu nombre.
Fugarme en tu carne
mientras el tiempo se quema,
mientras agoniza el nosotros,
esos desconocidos









Abrirse
los párpados que
quietos titilan
en la noche ciega
entre pesadas
cartas de olvido
no hay tiempo,
nos queda inventar verdades
cerrarse y tratar de
moverse








humanidad de corazón lesionado y
labios agrietados
aún rezamos
como si Dios tuviera alma








Espero la señal y me arranco la piel con los dientes,
huir de mí para salvarme.
Porque es hora,
aunque el tiempo no exista
y ruegue por cinco minutos más







Las horas caen sobre tu vientre
donde germinan promesas que se funden con
 un tiempo transmutado en eco de arena
(¡déjame saciarme con tu lasciva leche!)

Amamanta los latidos de tu pequeño 
hecho capullo marchito, en el vaivén 
dispara al cielo para hacerlo caer, 
abriéndose entre melodías táctiles y afiebradas  
(¡déjame envenenarme del vino que perfuma  tus arterias!)

La noche se gesta entre tus carnes
en la postración de respiración acompasada 
ante la última gota de sudor eclipsada 
el parto, una danza contradictoria
(¡déjame arañar  las delicias de tu constelación cicatrizada!)






BALENDIÑE ALBIZU [11.339]

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Balendiñe Albizu

Escritora en euskera, nacida en Zumaia (Gipuzkoa) el 18 de septiembre de 1914. Falleció en Zumaia el 21 de septiembre de 2002.

Hija de un capitán de la marina mercante de ideología peneuvista. Con catorce años comenzó a posar para el escultor Julio Beobide, que vivía en esa localidad. Su juventud la pasó muy en contacto con el batzoki del pueblo, donde se dedicó al teatro. Cuando comenzó la guerra civil de 1936 huyó a Bizkaia, y en Bilbao conoció a su primer marido, Juan Manuel Bilbao, presidente de la junta del Partido Nacionalista Vasco de Mundaka. En 1940, tras una breve estancia en el País Vasco continental, se fue a vivir a Venezuela, país donde residió hasta que en 1995 regresó a su Zumaia natal. En aquel país americano se dedicó al negocio de la hostelería. A finales de los años 50 se separó de su marido y se casó con Rafael Calvo, un donostiarra que también había escapado de la guerra de 1936-1939.

Publicó muchos poemas en las revistas vinculadas al Partido Nacionalista Vasco del exilio venezolano, como Euzkadi, Euzko Gaztedi, Sabindarra e Irrintzi. Fue una destacada activista del Partido Nacionalista Vasco en Venezuela.

Al mismo tiempo fue casi una desconocida en el País Vasco. Hasta 1972 no se publicó aquí ningún trabajo suyo. En ese año la revista Zeruko Argia publicó su poema Nere erritar maiteari. Ese mismo año la editorial Itxaropena lanzó su colección de poemas Nere olerki txorta. En 1984 el Padre Santi Onaindia le publicó otro libro de poemas, titulado Olerkiak, que en la práctica es casi su obra completa, pues recoge el anterior libro en su totalidad más los poemas publicados en las revistas.

Según la biografía de Elixabete Garmendia (Balendiñe Albizu, colección Bidegileak, Gobierno Vasco, 1998), esta poeta:

"ha trabajado todas las clases y ámbitos del amor. No tiene reparo en declarar su amor una y otra vez. Quizá el vivir lejos de su pueblo, con el corazón partido, le incrementara esa necesidad. Y la dulzura del Caribe, que no tiene nada que ver con la rigidez del País Vasco, le ha ayudado a expresar en voz alta sus sentimientos".

Según Garmendia, Albizu da prioridad a mostrar sus sentimientos con espontaneidad más que a trabajar el estilo poético.

CREACIÓN

-. Nere olerki txorta (Colección de mis poemas). Editorial Itxaropena, Zarautz, 1972. [P]
-. Olerkiak (Poemas). Edición de Santiago Onaindia. Bilbo, 1984. [P]

BIBLIOGRAFÍA
-. GARMENDIA LASA, Elixabete: Balendiñe Albizu. Colección "Bidegileak". Gobierno Vasco, Gazteiz, 1998. 
-. "Polixene eta Balendiñe" en José Ramón Zabala (coord.): Non zeuden emakumeak? La mujer vasca en el exilio de 1936. Editorial Saturraran, Donostia, 2007. 
-. UGALDE, Mercedes. Mujeres y nacionalismo vasco. Génesis y desarrollo de Emakume Abertzale Batza (1906-1936). Servicio de Publicaciones de la Universidad del País Vasco, Bilbao, 1993.





NOIZ ARTE JAUNA?

Noiz arte Jauna erbestetuta
sakabanaturik ludian?
Noiz pakean danok batuta
ikusiko gera gure aberrian?

Noiz Jauna gizonak utzi
zurkaitz ta berekoi izaten?
zergaitik ez onbidez jantzi
erriak zoriok izan ditezen?

Noiz gizonaren begiak
noiz ote dira zabalduko?
ta adimen garbiz, alde guziak,
argi ote ditu ikusiko?

Illunpe onetan ero antzera,
gizonak zer egiten duan ez daki,
beste gudaren bildur gera,
Jauna, erruki zaitez, erruki!

O Jauna! gizonen biotzetan
ez dago esker Jainkorik;
alkar maiteko bagendu benetan
ez litzake izango zoritxarrik.







ORINOCO IBAIA

Zillarrezko printza zera,
Orinoco ibai eder aundia,
Atlantiko itxaso ertzera
eramaten dezu bizia.
Ain aundia da zure izatea
iñola ere ez zera agortzen
zu beti zaude urrez betea
gaitz da benetan zu amaitzen.
Diamantezko dizdirakin,
eguzkiak urdin zaitu apaintzen,
gero, urrezko margo zoragarriakin
illunabarrean zaitu biltzen,
biok bat eginda, maitaleak lez
itxasoan zerate ezkutatzen.






ZU TA NI BAKARRIK

Guazen mundutik urruti
iñor bizi ez dan lekura
maitale, zu ta ni bakarrik
mendi, zeru, ta ura.
nai ba dezu nerekin etorri
emen dituzu nere eskuak,
guazen ba biok alkarrekin,
ta batuko gaitu Jainkoak.
Toki onena badakit nun dan
ta berakin nago lilluraturik
etxe txiki bat mendi goi-goian,
mendi, zeru, ur, ta biok bakarrik.







LUDI BERRIA

Gaurko gazteen etorkizuna
da buru-auste aundiena,
idealismoa tinko dutela
berak, garaituko dute dena.

Askotan bildurtzen gaitu
ludiak egin duan bira,
ta gaurko gazteen aurka
gauz asko esaten dira.

Ez degu bildur izan behar,
gazteak daude aurrera begira,
beren eskuartean ikusi nai dute
goi ta be, batean al ba dira.

Adimena argitu zaiete
guretzat debekatua zana,
berak erreztasuna dute
ikasi ta ikusteko dena.

Aurrera gazte! Atzera ez begiratu!
Illargira eldu; Marte'n ia gera!
zuen mundu berri eder ontan,
izango da guziontzat zorion ederra.










JORGE DE OTEIZA [11.340]

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Jorge de Oteiza

Jorge de Oteiza Enbil (Orio, Guipúzcoa, 21 de octubre de 1908 - San Sebastián, Guipúzcoa, 9 de abril de 2003) fue un escultor español. Se le considera uno de los máximos exponentes de la Escuela Vasca de Escultura.

Inició su actividad artística en San Sebastián en los años 20, en contacto con los jóvenes que desarrollaban la vanguardia artística en su ciudad. Las primeras obras escultóricas de Oteiza están fuertemente influidas por el cubismo y el primitivismo.
Con el fin de investigar la estética de la escultura precolombina, en 1934 viaja a Sudamérica (Bolivia, Colombia, Argentina, Chile), donde permanece hasta 1948, sorteando la Guerra Civil Española. Durante su estancia en el continente americano, toma contacto con artistas, entre los que cabe destacar a Edgar Negret, o Joaquín Roca Rey. Durante años se dedicó además de a su obra escultórica y a realizar estudios sobre estética; a la labor docente como profesor de cerámica en la Escuela de Cerámica de Buenos Aires, Argentina fundada por Fernando Arranz y posteriormente durante su traslado a Popayán, Colombia. En este periodo escribe dos textos fundamentales para la comprensión de su proyecto artístico: Carta a los Artistas de América (1944) publicada en la revista de la Universidad de Cauca e Interpretación estética de la estatuaria megalítica americana que será publicado más tarde (1952). A su regreso a España, se le concede por concurso la realización de la estatuaria para el friso y la fachada del Basílica de Nuestra Señora de Arantzazu (1949-51), obra del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza. En esta gran obra Oteiza pone en práctica sus teorías sobre el debilitamiento de la expresión figurativa, aplicándolas a un tema religioso. La Iglesia prohíbe los trabajos, retrasando su conclusión a 1968, cuando se termina de colocar el friso de apóstoles y se coloca en la fachada una imagen de la Virgen con el hijo muerto a sus pies.
Con la experimentación heredada del constructivismo, Oteiza se embarca en lo que denomina su Propósito Experimental (1955), título con el que se presenta en la Bienal de São Paulo (1957), donde obtiene el premio extraordinario de escultura. En 1959, por entender que había alcanzado a su fase conclusiva, decide abandonar la actividad escultórica. En estos cinco años de actividad Oteiza realiza una operación de gran trascendencia, al situar su obra en la senda de la tradición geométrica europea, reivindicando el neoplasticismo y el constructivismo soviético. La recuperación de las estéticas geométricas europeas y su influencia en la cultura vasca generan las bases de lo que se denomina la escuela de la escultura vasca; es Eduardo Chillida su representante más preciado en el mercado del arte.
Durante los 60 y 70 Oteiza investiga la lengua vasca y las manifestaciones populares de su pueblo. En 1963 publica Quousque tandem…! Ensayo de interpretación del alma vasca, que se convertiría en su texto más conocido y polémico. En este libro se hace una defensa de la cultura popular vasca y su identidad, a la vez que se propone la estética como ciencia bajo la que subsumir todo el conocimiento. En 1969, Oteiza funda la Escuela de Deba con el fin de poner en práctica estas ideas. Los trabajos críticos y teóricos también se completan con la poesía: Existe Dios al noroeste (1990) o Itziar, elegía y otros poemas (1991).
Oteiza es un artista puente entre el periodo de las vanguardias y la generación de la posguerra, y alcanza su influencia en sectores artísticos, culturales y políticos. Se mantuvo distante y crítico con los reconocimientos oficiales, siempre manteniendo su particular posición iconoclasta en lo ideológico y político.
En 1992 donó su legado al pueblo de Navarra. Tras su muerte, en primavera de 2003, abrió sus puertas al público la Fundación Jorge Oteiza, en la localidad de Navarra de Alzuza, ocupando lo que fue su casa y taller.

Museo Oteiza

"Construcción vacía", San Sebastián.
En la localidad navarra de Alzuza la Fundación Museo Jorge Oteiza guarda en un edificio diseñado por Francisco Javier Sáenz de Oiza la colección personal de Oteiza, quien la donó a la Fundación que lleva su nombre, en la que interviene el Gobierno de Navarra; está compuesta por 1.650 esculturas, 2.000 piezas de su laboratorio experimental y su biblioteca personal, además de una extensa presencia de dibujos y collages.
Las creaciones escultóricas de Oteiza, en su mayoría diseños de formato reducido, han extendido su presencia en fechas recientes mediante la elaboración de réplicas a tamaño monumental, que han suscitado opiniones contrapuestas ya que algunos entendidos consideran que el cambio de escala altera la concepción del artista. También suscitó polémica la existencia de ediciones seriadas producidas sin el debido control.
Un ejemplo de escultura monumental urbana es la obra "Variante ovoide de la desocupación de la esfera" de 1958, situada ante el Ayuntamiento de Bilbao.
En 2007, las dos cruces enlazadas de bronce que conmemoraban el enterramiento del escultor y de su esposa Itziar fueron robadas. El mismo año, la prestigiosa Documenta de Kassel expuso obras seleccionadas del escultor y fotografías a tamaño natural de su Laboratorio de tizas junto a obras de artistas del momento bajo el título '¿Es la modernidad nuestra antigüedad?'.

Obra

Homenaje al caserío vasco, escultura de Oteiza en Biarritz.
Informe sobre el encontrismo, Santiago de Chile, 1935.
De la escultura actual de Europa: el escultor Alberto Sánchez, arquitectura, n.º 1, Santiago de Chile, 1935.
Carta a los artistas de América. Sobre el arte nuevo en la posguerra, Revista de la Universidad del Cauca, Popayán, Colombia, 1944.
El nuevo escultor Edgar Negret, Revista de América, Bogotá, 1945.
Descubrimiento de Ráquira, Revista de las Indias, Bogotá, 1946.
La investigación abstracta en la escultura actual, Revista Nacional de Arquitectura, n.º 120, Madrid, diciembre de 1951.
Interpretación estética de la estatuaria megalítica americana, Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1952.
Androcanto y sigo. Ballet por las piedras de los apóstoles en la carretera, 1954, Aranzazu.
Escultura dinámica, en El arte abstracto y sus problemas, Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1956 (reedición crítica e ilustrada de Alberto Rosales en Oteiza. Paisajes. Dimensiones, Fundación Eduardo Capa, Alicante, 2000).
Catálogo de escultura de Jorge Oteiza de la IV Bienal de Sao Paulo, en Escultura de Oteiza, Gráficas Reunidas, Madrid, 1957.
Concurso de monumento a José Batlle en Montevideo, Arquitectura, Madrid, junio de 1959
El final del arte contemporáneo, en J. Oteiza y N. Basterretxea, Galería Neblí, Madrid, 1960.
Estética del huevo (huevo y laberinto), epílogo en Fullaondo, J. D. (ed.), Oteiza, 1933-68, Alfaguara / Nueva Forma, Madrid, 1968 (reed. Pamiela, Pamplona, 1995).
Recuerdo y olvido de José Manuel Aizpúrua (Alzuza, 23-iv-1969), nueva forma, n.º 40, Madrid, mayo de 1969.
Quousque tandem…! Ensayo de interpretación estética del alma vasca, Auñamendi, San Sebastián, 1963; Txertoa, San Sebastián, 1970; Hordago, San Sebastián, 1975 y 1983; Pamiela, Pamplona, 1993.
Mi reconocimiento a Alberto (Madrid, i-1975), en Alberto, Ministerio de Cultura, Madrid, 1980.
Ejercicios espirituales en un túnel, Hordago, San Sebastián, 1983 y 1984 (ed. corregida).
Cartas al Príncipe, Itxaropena, Zarautz, 1988.
Existe Dios al Noroeste, Pamiela, Pamplona,1990.
La ley de los cambios, Ediciones Tristan-Deche Arte Contemporáneo, 1990, Zarautz.
Libro de los plagios, Pamiela, Pamplona, 1991.
Itziar. Elegía y otros poemas, Pamiela, Pamplona, 1991.
Nociones para una filología vasca de nuestro preindoeuropeo, Pamiela, Pamplona, 1995.
Goya mañana. El Realismo Inmóvil, Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza (Navarra), 1997.
Edición crítica de la Poesía completa de Jorge Oteiza, Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza (Navarra), 2007.
Edición crítica de Quousque Tandem…!, Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza (Navarra), 2007.
Edición crítica de La estatuaria megalítica americana y Carta a los artistas de América, Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza (Navarra), 2007.
Edición facsimil del Catálogo de escultura de Jorge Oteiza de la IV Bienal de Sao Paulo, Fundación Museo Jorge Oteiza, Alzuza (Navarra), 2007.





Quien corta la dulce madera

No distinguí el árbol en lo que me mostró el carpintero
él me respondió es obra de carpintero
en lo que el pintor
tampoco me recordaba el árbol
me dijo es obra de pintor
aprendí el hondo significado
vi que todos se trasformaban
los árboles
según el sitio que tienen destinado en el hombre
porque también el árbol tiene su cuerpo y su alma
y su cuerpo se prolonga en nuestros cuerpos
y su alma en nuestras almas
resucita
la sabiduría del hombre distingue
las almas y los cuerpos que parecían iguales
me puse de regreso y agradecí al Señor

(Oteiza 1990, 21)





Como llega el grano de maíz
como sube
girando hasta la mano que lo llama
como suben estas palabras
en el grito de las cañas en espiral
sin miedo el tamboril
Oye pueblo mío quiero amonestarte
como suben girando estas palabras que han nacido aquí
aquí en la puerta de tu corazón (1990, 34).







YO SOY ACTEÓN


la locura de Acteón, con la mano vacía
explico Mallarmé (Yo soy la locura de Igitur) explico Dédalo, Acteón y Aquiles

es la locura de Igitur que da la victoria a Aquiles
los falsos historiadores han grabado en su escudo una mentira
¿de qué raza de seres está hecha la victoria de Aquiles inmóvil en Las Meninas?
en el borde vacío, en un inmenso país
una trampa juega con otra
una nueva y antigua raza lo habita
Igitur niño, lee los deberes a sus antepasados

tengo que precisar el lugar de este encuentro
dos hombres distintos y uno se aleja cada vez más y oímos sus palabras cada vez
más fuerte y se va, se acerca a la oscuridad y se va, combate y se va
la oscuridad es la locura de Igitur
con la palabra vacía y ya no se irá
aquí la luz combatiente de la expre
Sión ha sido combatida hasta su silencio absoluto la expresión
Ha sido desarmada la expresión
Que había crecido como los héroes de
Hölderlin en cunas de bronce aquí ha quedado
Desnuda al penetrar en la noche en la fuer
Za de la noche en las palabras desnudas de la noche
cuando la parte iluminada de la palabra cae en la noche, la otra parte de la palabra
que no estaba iluminada flota en la noche, oye en la noche, se comunica con el
poeta en la noche







CANSADO Y GIRATORIO

amo a mi país profundamente
me da rabia (mi país) profundamente
lo conozco profundamente
lo desconozco profundamente, le doy mi vida
profundamente le doy mi muerte

le doy todo lo que tengo más todavía
le doy todo lo que no tengo, lo que no soy
lo que no sabré nunca que soy
lo que no llegaremos a saber nunca

lo que solamente conozco de mí
las especies distintas de esta pasión única
de un solo hombre de mí
de un solo árbol, de una sola hoja
de esta hoja sola cualquiera
en una mano cualquiera
que cualquiera tiene en la mano

en los dedos de la mano
ese pedazo final de lápiz hace años
en la punta de los dedos de un niño
de mis dedos de niño
de tus dedos de niño (a ver si recuerdas)
con estos mismos dedos que no reconozco
(es una mano distinta, la miro, aquí la tengo
y se me escapa, aquí estaba, y sigue aquí, se mueve aquí dentro
aquella mano pequeña y blanca de niño)
con aquel último pedazo de lápiz
siempre el último (yo y mi lápiz)
que llevaba a la boca como todos los lápices
de todos los niños (los últimos) del mundo

¿cómo llevarme (para qué) a la boca
este lápiz siempre igual, siempre nuevo y mecánico?
con su invisible bolita de metal y en silencio
su pequeña bolita giratoria
giratoria
giratoria
pequeña y múltiple y solitaria bolita
giratoria del mundo
giratoria
giratoria
de este hombre inútil, viejo y repetido y giratorio
giratorio
giratorio

que no puedo abandonar
ni conocer
pequeño y cansado (ya niño antiguo para el porvenir)
pequeño y giratorio
antiguo y giratorio
antes y giratorio
mañana (quizás mañana)
y giratorio, pequeño cero en mis deberes
pequeño (quizás mañana) y giratorio
quizás este pequeño viernes (más exactamente jueves) círculo, 
semana lunes, mejor domingo, siempre domingo
y giratorio








OS MIRO ANTES DE IRME

mi personal transformación me permite dar un paso adelante
no adelantáis nada, os miro antes de irme, no veis

todas las gotas de agua juntas 
como trigos cortados suena la lluvia
cada gota de agua da un paso al frente
todas las gotas de agua a la vez
los cuchillos no alcanzan a cortarlas
la mano se ve obligada a descansar
pero los trigos siguen creciendo

no cesa la lluvia
y en mi sitio vacío
tenéis también vosotros vuestra cara mojada para siempre







CON EL CARRO DE LA BASURA

he quitado el ruido a mi voz
ese feo ruido de canción que tiene siempre la voz
que tiene todo carro de madrugada y todo libro al amanecer
soy un recién llegado que no esperabais pero que no os quiere
molestar

sólo trato de recoger vuestras voces
y vengo con un gran cubo no sé medir para vuestras canciones
quizá he venido muy temprano por el carácter de este servicio
ya ha dormido la ciudad mientras vosotros seguís cantando
y yo para que el amanecer sin ruido pueda antes despertar
sirvo a la ciudad a los oídos que comienzan a crecer
confusamente pero con seguridad
necesariamente
vengo sin hacer ruido no os interrumpáis
el momento de vuestra posguerra pero no dejéis de cantar
que debo coleccionar hasta vuestro último canto
y tengo el carro esperando

y nuestra clara línea evolutiva y nuestras fechas de nacimiento
que algunos de los poetas incluidos son iguales
o mayores en cuanto a la edad a los que publicaron sus primeros libros
sólo unos años antes y que por tanto
han vivido los mismos momentos históricos y hasta se da el caso de que bastantes
de los poetas que se vienen denominando de la generación del 40 publicaron
también sus primeros libros a partir de 1950

quisiera también recoger vuestros libros
el invierno se presenta muy frío y tengo el carro esperando







(por qué he pensado que estaba desarmado?)

el pintor cazador del paleolítico está dentro de mí
el centauro prehistórico está dentro de mí
está dentro de mí su hacha de piedra

(por qué he pensado que estaba desarmado?)

el arquetipo de gigante negro está dentro de mí
policías me maltratan
el gigante negro está fuera de mí
esta luz que me da en los ojos me hace libre
ahora me repliego en mi noche interior que está llena de luz
el pintor paleolítico está dentro de mí
su espada de piedra puedo alcanzar con la mano
si no tuviera mis manos atadas
me muevo libremente dentro de mí
el nosotros paleolítico está dentro de mí
pero ahora está solo se asoma a un mirador
en el alto de Begoña y una bala le alcanza
en el muro en reposo este luto de caballo que acaba
el centauro está dentro de mí
herido de muerte pero ya jamás morirá
el caballo horizontal y blanco está dentro de mí
y el rojo más oblicuo también
caballería de espadas sigue en silencio
oculta en un paisaje que reconozco
que está dentro de mí
el pintor cazador del paleolítico está dentro de mí
el centauro prehistórico está dentro de mí
está dentro de mí su hacha de piedra

(por qué he pensado que estaba desarmado?)







viene sin prisa

otoño su hojarasca viene
viene nieve
hierro viene
sudorosa nada
verano viene
viene
otro día viene
viene sin prisa
viene la muerte
viene

con un búho blanco
como Atenea sobre el hombro
no sabía nadar
Jasón el argonauta
el sacerdote continuó
moviendo la rama
y silbando cada vez más fuerte
vendedor de muertes
cambia una muerte por otra

domingo
otro día sin prisa
domingo viene
lunes
otro día martes
miércoles jueves
otro día viernes
otro día sábado
otro día sin prisa
domingo viene
viene otro día
viene
viene

tormenta de frívolos
geniales clarinetes ángeles
sus hélices verticales atriles partituras
en el viento de poniente altas giratorias nubes
yo sumergido en lo profundo agua de la noche
Dios no contesta
en mi caracola marco el número
no encuentro el prefijo
en la lista de mis muertos







frente al mar que siempre está empezando

veneramos el círculo de piedra
veneramos el caballo el cielo el árbol
veneramos en la oscuridad nuestro pasado
frente al mar que siempre está empezando
me aburre el hombre me aburren
estatuas
y palabras

me aburre la montaña
me aburre el mar me aburre el cielo
el cielo no
también el cielo






se acuestan sobre la tierra

la tierra es divinizada al comienzo
al comienzo los animales son divinizados

el hombre y la mujer cogidos de la mano
sobrecogidos corren por el Paraíso

Alguien les habla desde la tormenta
el hombre y la mujer caen de rodillas
rodeados por el asombro lo soportaban

dice Hölderlin sólo a veces soporta el hombre
la plenitud divina

y el hombre y la mujer abrazados perezosamente
se acuestan sobre la tierra

dice Hölderlin sueño de ellos
es después la vida






laberinto o el asombro de una tumba para 2

(niño solo y laberinto)
niño solo en un pasillo
(sin querer me salta al papel este recuerdo)
descubrí
era muy niño
descubrí
unas medias usadas en su mesita de noche
y en el pasillo oscuro como un muerto
oscuro y largo que estaba allí
me perseguía
en el fondo del pozo era el pasillo
allí
de los años que siguieron
ella
quedó encerrada y loca
y yo con mis años
también y todavía

subiremos con el carpintero y vaciaremos la montaña
subiremos en la noche con los nuestros

ella ya no está ya no existe
yo sigo
escapando del pasado siempre
y con una media larga y negra y sucia
que me sale en el bolsillo
habrá muerto vieja loca y sola
olvidada en una iglesia un aeropuerto

por qué el color negro considera el muro gris?
porque el gris es el único color que tiene espesor y es plano que 
no es cóncavo ni convexo y que al avanzar al adelantarse al 
muro se oscurece hasta el negro como un rostro que avanza 
hacia nosotros y que al vaciarse de color hasta el blanco 
retrocede como un rostro tras el muro y se proteje

y sigo yo retrocediendo en esta página
que quiero blanca y limpia
y está aquí la mesita de noche abierta
escapa su olor ahogado
de pájaro negro y caliente
peludo como ingle de árbol joven o de carne
carnal sudor en la mesita abierta
ceniza gris en el papel de la memoria

entonces hay arena
hay desierto en el pasillo
laberinto de asombro
huir de dónde?
el laberinto es el otro
he sido también escultor para escapar del
laberinto

laberinto como encerrado en edificio es el de Borges no es el mío
el del cazador y el bisonte que caen juntos en el pozo de Lascaux
es en mi tradición el mío

hombre y animal caídos con sus 2 rostros enterrados como uno juntos
trato otra vez ahora de huir del otro rostro el laberinto es el otro

escapar del laberinto
es salir del Minotauro







HEGELIARRA NAIZ

Hegel bost axola zaion hegeliarra naiz 
marxismoarekin gauza bera gerta tzen zait
gauza bera gerta tzen zait guzti-guztiarekin
existen tzialista eta erlijiosoa naiz
agnostikoak eta sinistedunak erlijioak
Unamuno bost axola zaizkionak
hau da nire dialektika ez soilik pen tsa tzeko modu bat 
errealitatea egiazta tzeko metodo bat eta niri bost axola zaidana
eta senti tzen dudana zati bat osotasuna baino gehiago naizela eta hala ez
bali tz ere 
niri bost axola
zerrenda tzen jarrai nezake baina zerrenda tzaile
eta irakurle eta zerrendagai eta guzti
niri bost axola






MENDEURRENA

jeneralak kataloxak ditu lepotik zin tzilik
dena dauka zin tzilik jeneralak 

hirien izenak apunta tzen ditu edergailuaren tzat
lekua aukera tzen du
munduko hoberena munduko hoberena
analfabeta tzen ari dira Kon tsejarioko burokratorioan 

ez dakite Zuhai tza apain tzen ez denik 
Aitaren E txea dela 
Eskultura Zuhai tza dela

ezta agintarien lo tsa politikorik ez herririk ez kulturarik 
dekora tzailearekin disimulatu egiten da bere lekua lekurik hoberena dela 
eta Zuhai tza tokiz aldatu beharko bagenu
nano politikoek iradoki tzen dute Lehendakarioan
buru biko Peneuve totalitarioak hala uste zuen 

ez bedi murriztu hobekun tza
8 metrokoa porlanezko murrua
Chillidarioaren e txea defendi tzen dugu
edergarrioren jeneral gorena baita 

ez daitezela marmarka ari ez dezatela esan
Mendeurrena ospa tzen ez dugunik






ANIVERSARIO

al general le cuelgan del cuello los catalejos
todo le cuelga al general
anota el nombre de las ciudades para el adorno
elije el sitio
lo mejor del mundo lo mejor del mundo
analfobetean en el burocratorio del Consejario
no saben que el á rbol no se adorna
que es la Casa del Padre
que la Escultura es el árbol
ni verg üenza polí tica de gobernantes ni pueblo ni cultura
con el decorador se disimula que su sitio el mejor sitio
y si tendremos que cambiar de sitio el árbol
enanos polí ticos sugieren en el Lehendakario
lo cre a el Peneuve bicé falo totalitario
que no se escatime amejoramiento
de 8 metros el muro de cemento
defendemos la casa del Chillidario
general supremo del adornario
que no murmuren que no digan
que no celebramos Aniversario








LUIS MARTÍN-SANTOS [11.341]

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Luis Martín-Santos

Luis Martín-Santos Ribera (Larache, Marruecos, 11 de noviembre de 1924 – Vitoria, España, 21 de enero de 1964) fue un escritor y psiquiatra español, autor de Tiempo de silencio, considerada una de las mejores novelas españolas del siglo XX.

Luis Martín Ribera (que luego cambiaría a Luis Martín-Santos Ribera, por voluntad de su padre) nace en Larache, Marruecos, en 1924. Hijo de Leandro y Mercedes, desplazados a Larache hasta 1929 a causa de la condición de oficial militar de su padre Leandro y la ocupación de la zona por parte de España. La familia se traslada a San Sebastián en 1929, donde estudia bachillerato junto con su hermano Leandro en el colegio Santa María Marianistas. Años después marcha a Salamanca a estudiar Medicina y se licencia en 1946 con premio extraordinario. Cursa el doctorado en Madrid entre 1946 y 1949, años en que colabora en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (retratado en Tiempo de silencio), se doctora con una tesis dirigida por Pedro Laín Entralgo y se relaciona con especialistas como los doctores Juan José López Ibor y Carlos Castilla del Pino.
En Madrid traba amistad con los intelectuales y escritores reunidos en los cafés Gijón, Gaviria, Espérides y Gambrinus, entre otros Rafael Sánchez Ferlosio, Ignacio Aldecoa, Alfonso Sastre y Juan Benet, autores de novelas que, como El Jarama o Volverás a Región, son testimonio de la renovación que se respira en el panorama novelístico de los años 1950 y 1960. En 1950 estudia en Alemania, en 1951 es nombrado director del sanatorio psiquiátrico de San Sebastián y en 1953 se casa con Rocío Laffón, con la que tendría tres hijos (Luis, Juan Pablo y Rocío). Su esposa Rocío murió en 1963 a consecuencia de un escape de gas. Luis Martín-Santos Ribera murió el 21 de enero de 1964 en Vitoria a consecuencia de un accidente de tráfico sufrido un día antes.
Entre finales de los 50 y principios de los 60 es detenido varias veces por hacer propaganda del entonces clandestino Partido Socialista Obrero Español, en el que llegaría a ser miembro de la Comisión Ejecutiva, donde trabaría amistad con el dirigente Enrique Múgica Herzog. Asimismo, formaba parte durante sus últimos años de vida de la Academia Errante.
Siguiendo a Alfonso Rey (2000:222), la obra de Luis Martín-Santos puede clasificarse en tres apartados: estudios médicos, ensayos y creación literaria. Sobre cirugía y psiquiatría escribió más de cincuenta artículos y dos libros: Dilthey, Jaspers y la comprensión del enfermo mental (1955), publicación en forma de libro de su tesis doctoral, y Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial (1964), en el que se evidencia la influencia del existencialismo sartriano. Los ensayos versan sobre literatura, política y antropología y perfilan, en palabras de Alfonso Rey (2000:224) «un escritor interesado por la función de la literatura, un psiquiatra con ambición filosófica, un socialista reformista, un vasco no nacionalista y un castellano hostil al centralismo español». En el ámbito estrictamente literario, escribe poesía, relatos y novela. Su primer libro es un conjunto de poemas titulado Grana gris (1945); en 1962 aparece Tiempo de silencio, que supone una revolución en el panorama novelístico del momento. Sus relatos se recogen en el volumen póstumo titulado Apólogos, publicado al cuidado de Salvador Clotas en 1970. Martín-Santos deja inacabada su segunda novela al morir, Tiempo de destrucción, editada posteriormente al cuidado de José-Carlos Mainer. Se tienen noticias, no obstante, de otras tres novelas, quizá sólo proyectos, quizá perdidas: El vientre hinchado, El saco y una «novela de tema carcelario».
Tiempo de silencio fue publicada en 1962 con veinte páginas censuradas, pudiendo sólo considerarse la edición definitiva la de 1981. En esta novela el autor innova utilizando tres personas narrativas, el monólogo interior, la segunda persona y el estilo indirecto libre, procedimientos narrativos que venían ensayándose en la novela europea desde James Joyce pero que eran ajenos al realismo social al uso de la época. Todo ello contribuye a lo que el propio Martín-Santos llama "realismo dialéctico".

Obras

Grana gris (1945).
Dilthey, Jaspers y la comprensión del enfermo mental. Ensayo. Madrid: Paz Montalvo, 1955.
Tiempo de silencio. Novela. Barcelona: Seix Barral, 1961. Hay varias ediciones posteriores, la definitiva es la de 1981. Reeditado en Barcelona: Crítica, 2000, al cuidado de Alfonso Rey.
Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial. Ensayo. Barcelona: Seix Barral, 1964.
Apólogos y otras prosas inéditas. Barcelona: Seix Barral, 1970, al cuidado de Salvador Clotas.
Tiempo de destrucción. Barcelona: Seix Barral, 1975, al cuidado de José-Carlos Mainer.






QUUM REMEMORO…

Perfiándose en las vagas nebulosas
del recuerdo carcomido de otros días,
tu silueta erecta en celosías,
de su encaje, mudas ostentosas.

En dulce intimidad las melodiosas
proporciones se injertan en tu ingrave
figura balbuciese, cual un ave
que durmiera en el seno de las diosas.

Mil y mil cualidades te circundan
que, en la noche espesa de tus ojos,
se me olvidan, deshechas en sustancia.

Mil y mil oleadas que me inundan
el pecho febriciente con los rojos
claveles que yo sé…
¡Oh, la distancia!









JAIME DELCLAUX [11.342]

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Jaime Delclaux Ortiz de Bustamante

Poeta vasco nacido en Bilbao en 1912, fallecido en plena juventud durante la guerra civil (Albacete, 1937), de enfermedad común.

Fue miembro del grupo ALEA (Asociación Libre de Ensayos Artísticos), entidad promovida por jóvenes intelectuales en Bilbao -entre los que se encontraban José Miguel de Azaola, Pablo Bilbao Arístegui, Antonio Elías, Blas de Otero y Esteban Urkiaga, "Lauaxeta", entre otros-, y amigo íntimo de Juan Ramón Jiménez, quien le distinguió a su vez con la consideración de su poesía, a pesar de su juventud. La intensidad de la relación amistosa de Jaime Delclaux y el también bilbaíno Pablo Bilbao Arístegui con Juan Ramón Jiménez, supone uno de los hechos más significativos en el sistema de relaciones exquisitas que el autor de Platero y yo sostuvo en vida. La intensidad de la relación del joven poeta vasco con el premio Nobel de Literatura, queda probada, tanto en su poesía, como en la correspondencia epistolar que mantuvieron ambos, así como las misivas cruzadas entre Bilbao Arístegui y Juan Ramón Jiménez, antes, durante y tras la guerra civil de 1936. El gran poeta andaluz selló aquella amistad con los dos jóvenes intelectuales vascos, al dedicarles a ambos su libro La estación total (Buenos Aires, 1946), con estas palabras: "A la memoria de Jaime Delclaux y a la vigilia de Pablo Bilbao Arístegui, con pensamiento acumulado". En la poesía de Delclaux, como ha señalado Iñaki Beti, se vislumbra su fondo romántico, con evidentes resonancias modernistas, pero también simbolistas.

Jaime Delclaux se encontraba en Madrid, al comienzo de la guerra civil, en julio de 1936. Su precaria salud, debido a una tuberculosis pulmonar, hizo que la vida en la capital fuera muy cruda, dado que intentó salir de ella, siendo detenido en alguna ocasión. Su amigo Fernando Aya, le ayudó a salir de Madrid hacia Aranjuez, y Albacete, en cuyo Hospital provincial fue ingresado el joven poeta, donde moriría en absoluta soledad en 1937. Dejó escritos un centenar de poemas, que han tenido sucesivas ediciones parciales, hasta su reunión completa en el volumen Obra poética (editorial Laga, Bilbao, 1995). Pedro Ugarte destaca el "corte romántico convencional" de los poemas de Delclaux, aunque reseña que algunos de sus poemas "ya apuntan hacia otras sensibilidades".

Obras

Ala fugitiva (1935-1936), Bilbao, 1941.
Poesías. Antología; Hispánica, Madrid, 1943 [Prólogo de Pablo Bilbao Arístegui].
Obra poética; Colección Gerión de Poesía, Ediciones Laga; Bilbao, 1995 [Prólogos de Carmen Aguirre Delclaux, Antonio Elías, y José Miguel de Azaola].




«¡Si vieras qué hermoso de allí se ve el cielo! 
Yo suelo sentarme en su banco de piedra, 
casi soy feliz, 
da sombra a mi cuerpo su frondosa hiedra 
y leo en silencio liras de Fray Luis. 
Y cuando la tarde sobre el firmamento 
nos cambia de luz 
leo en mi retiro con recogimiento 
el místico canto de Juan de la Cruz»





«Yo sé que he de morirme pronto... 
y no me importa nada 
¡Señor, Señor! Aunque sé que he de morirme pronto 
acorta lo que puedas mi jornada>>





«No sé, no sé 
yo quisiera 
no creer lo que me dicen, 
el médico, su hermana, todos 
los que no saben quererla: 
Que se muera, que se muera 
que se muera y lo repiten 
con una obsesión de locos, 
que más parece deseo 
de que venga lo que temo»





«apoyé con mis fuerzas la lanzada 
epitafio de odio, que abrió Tu corazón. 
Dame sufrir la muerte del amor despreciado, 
la muerte que no mata del sentimiento esquivo, 
y como a Ti me claven su lanza en el costado 
aquellos en que tengo el corazón cautivo.»





«Sigue el silencio de estrellas. 
La noche ¡Qué buena amiga! 
ha puesto sobre mis hombros 
una inmensa capa negra.»






«Yo solo quiero fundirme en el silencio de la noche 
estrellada.»10 
«¡Qué delicia! 
Vivir sin pensar, en la noche; 
cuando todo es una sinfonía azul, 
de silencio y flores. 
Deliciosamente triste.»







«Como el mar un infinito deseo, 
de besar todas las cosas, 
y, como el mar, roturas del sentimiento, 
puñalada de unas rocas, 
entre mis brazos abiertos.»





«Hacia los duendes de la risa 
Hacia la idea malva 
De la melancolía, 
Para encontrar el alma 
Que me falta 
Y presiento, 
Solitaria 
De deseos.»






«Unidas nuestras dos manos, 
y nuestras bocas unidas, 
junto a la acacia del lago 
paró un momento la vida. 
¡Ay amor!... todo ha pasado; 
siguió la vida corriendo, 
sobre el silencio del lago 
y sólo quedó el recuerdo. 
Pasa tan pronto la vida 
que aún tu perfume en mis labios, 
me parece que hace siglos 
desde aquel que nos besamos.»






«Querías una gota de rocío 
que apagase tu sed 
vaga, de cosas inconcretas. 
Nunca pude saber 
tu deseo 
lejano. 
Y un día, te di un beso 
interminable y blanco. 
Y entonces ¡lo vi todo tan claro!»





«Llora, ríe, sufre, reza, 
maldice, discute, canta, 
pide, busca, grita, espera, 
bendice, blasfema y ama.»






«¿Y dices que vives? 
Por la mañana, tu misa a las 9, 
con las mismas oraciones de tu mismo libro. 
A las once menos 20, 
el cuidado del canario, 
hoja de lechuga verde. 
Un chaleco (de punto) inacabable, 
para el ropero de pobres de San Vicente. 
Un poco de correcto cotilleo
con la vecina de enfrente>>






«Te vi cuando el camino se partía, 
y me dijiste en versos 
la segura vaguedad 
de mis deseos. 
¿Por cuál? -te pregunté-, 
y tú te sonreías de mi duda. 
Por este -me dijiste- y tus ojos 
tenían la nostalgia de dos rayos de luna.»






Textos antológicos

J.R.J.

Te vi cuando el camino se partía,
y me dijiste en versos
la segura vaguedad
de mis deseos.

¿Por cuál?, te pregunté.
Y tú te sonreías de mi duda.
Por éste, me dijiste . Y tus ojos
tenían la nostalgia de dos rayos de luna.

Y por allí me fui, gustando alegre
la divina novedad de los colores.
Pero andando, he llegado
a las puras entrañas de la noche.

Y desde aquí te llamo, inquieto.
¿En dónde? Todo es bruma.
Y tú, arquitecto de vientos,
te ríes otra vez, y me respondes:
¡En tu propia pregunta!

Poema de Jaime Delclaux dedicado a Juan Ramón Jiménez.








Canción de Jaime

Vienen alas por oriente
con las luces de los aires,
alas de gracia que vienen.

¿Son las de Jaime?
Alas que besan la yerba,
alas que cuelgan los árboles,
alas que abarcan los montes,
alas que tienden los mares.

Que, entre las mil de los pájaros,
más completas, más suaves,
hermanas de todo en todo,
lo tiemblan, lo unen, lo laten.

Llamas son que fueron ansias,
y, regadas con la sangre,
son flor del alma del cuerpo.

¡Son las de Jaime!
Me acompañan por la piedra,
me orientan el oleaje,
me serenan por el sol,
me dan cielo con los sauces.

Se vuelven conmigo a mí
cuando entro por la tarde,
y por la noche las oigo
volar cerradas librándome.

Alas que vuelven al mundo
a unir el hombre y el ánjel,
alas de iris que vuelven.

Son las de Jaime.

Poema de Juan Ramón Jiménez para Jaime Delclaux. (La Florida, 41)






Tu fugitivo cuerpo, el misterioso
acento de tu voz en primavera
constante; huidiza, loca de quimera
lejana y vaga. Oh árbol doloroso
que de ti mismo subes; armonioso
capricho, regio siempre: ¿en qué frontera
sin luz, bajo qué sol o a qué bandera
malva, os habéis quedado silencioso?
Silencio., sí. Parece que estás muerto
y te me vas de mí, y ahora golpeas
(espuma no, de niebla solamente
el salto) este abandono de mi frente.

.¿Dónde? ¿Has alcanzado, oh Jaime, el puerto,
mares que ya, tú suelto, cabeceas?.

Soneto de Blas de Otero para Jaime Delclaux. (Al leer, por primera vez, sus versos ALA 




  
Poesía arbórea

por JON OBESO RUIZ DE GORDOA


(Blanco abrazo de Jaime Delclaux)

Yo le he ganado ya al mundo
mi mundo. La inmensidad
ajena de antes, es hoy
mi inmensidad.

                       Juan Ramón Jiménez

Sin aceleración y sin detenimiento,
como los astros, gire el hombre
alrededor de su propia obra.

                               Goethe


En su Introducción a la poesía española contemporánea, Luis Felipe Vivanco hace especial hincapié en la cesura que supuso el modernismo, esa desmesura de la imaginación, en el amaneramiento de la sentimentalidad romántica; paso decisivo que habría de arrebatar la palabra a los excesos de una fantasía evasiva y escasamente vital, para, con el tiempo, una vez limpia de efectismos simbolistas y demás artificios, hacerla nuevamente cómplice de ese territorio contrario a la fantasía, hacedor y fundador de realidad, al que pertenece la imaginación.

     Encuentro en la palabra emanada

De esa exigencia de la imaginación por fundar la forma de lo real, responde sin duda la trayectoria poética de Juan Ramón Jiménez; forma desnuda, e inmediata, vívida, íntima y existencial. Entraña en la que se reconocerá el joven Delclaux.
Junto a las lecturas que acompañaron su honda formación católica, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, y la influencia romántica de corte becqueriano, fue el encuentro en la persona y poesía de J.R.J., el que con mayor calado contribuyó al crecimiento de la palabra de Delclaux.
En ocasiones los encuentros semejan eclipses. Ambos poetas se reconocieron y hermanaron en la experiencia de una poesía que es ante todo emanación, emergencia de la hondura.
Para ambos, poetas arraigados en la sustancia, el poema no es ya un constructo artístico más o menos logrado, una arquitectura erigida desde y para el ingenio. El poema es algo que sucede, precipita desde la necesidad, posibilita y se une al conjunto de experiencias extáticas en las que en ocasiones se pierde todo hombre. Arquitectura, pero esta vez decantada, noticia del sedimento de que estamos hechos, y con el que son cimentados los estratos de todo paisaje, la Naturaleza que nos mira y en secreto aguarda ser dicha, su porción de palabra. El poema es hallazgo, no de la metáfora audaz, sino de ese último resorte con el que somos capaces de poner el mundo en movimiento y reconocernos en una mutua posesión.


¡Este encontrarse nítido
del rayo ardiente de nuestra alma,
con el rayo imprevisto estraño; y este ser
uno la rosa, (¡la explosión!), la estrella,
en el punto inhuible
en que se tocan los dos rayos vivos! (1)


Tal vez el conjunto de la naturaleza responda al movimiento de un solo cuerpo, tal como a una misma creciente la voz aislada de las mareas. La palabra emanada es intuición de la respiración de ese cuerpo que nos abre a la unidad y conformidad de todos sus gestos; esa pulsión que es el mundo en nosotros.
En este sentido la poesía de Delclaux como la de J.R.J. es entrega, conciencia, “estela de plata” que orada los contornos de todo; “palabra en soledad” que no se construye, progresa y se extiende desde el sueño y la contemplación como una planta trepadora, se dilata orgánicamente siguiendo y volviendo perceptible el rostro intimo del mundo, donde poesía y vida son una misma cosa.



…Y por allí me fui, gustando alegre
la divina novedad de los colores,
pero andando, he llegado
a las puras entrañas de la noche.
Y desde aquí te llamo, inquieto,
¿En dónde?- todo es bruma –
y tú, arquitecto de vientos,
te ríes otra vez, y me respondes:
¡En tu propia pregunta!



     Pulsión de la forma

Delclaux hace suyo ese camino recorrido por la obra poética de J.R.J., que lo lleva de la ensoñación a la contemplación; de la experiencia extática en la palabra emanada, a esa otra palabra esencial que hace del poema un ámbito consciente de sus propios procedimientos en la consecución de la belleza.



El alma estaba roja de impaciencias,
y el deseo, este obrero incansable,
tenía la absurda idea de la forma
única, y trabajaba inmutable.
Pero ella,
viento tibio de la tarde,
huía loca hacia la forma,
árbol, estrella, pájaro, del instante.
Buscando siempre la armonía
de los perfiles nuevos,
en la eterna niñez
que hace al minuto viejo.
Y el deseo cansado se decía:
Si yo pudiera darle el cielo,
multiforme, que busca,
ella descansaría en su beso.
¡Este loco deseo siempre ha sido
tan soñador, que no le bastan
los alegres tesoros
de la inconstancia;
quiere unir lo mudable
a lo fijo. Milagro de nostalgias
en la fuga de las flores
y minutos del alma.
Y que nadie le diga
su imposible. Trinidad misteriosa
de la única armonía.



En esta búsqueda de lo que el propio Delclaux denominará “posesión de la belleza total”, y que pertenece al orden de una perfección inconquistable, intervienen dos pulsiones esenciales en las que se ha de resolver la labor poética. De un lado el espíritu, en continuo movimiento por lo bello; de otro, la forma, siempre múltiple y necesaria, por la que el espíritu nunca se amansa. La íntima escucha a la que obedece el proceso creativo, esa imperfecta tentativa de depuración, está siempre sometida a un movimiento continuo, dolorosa transfiguración del instante, poesía en movimiento que el deseo alimenta en una irreparable multiplicación de fracasos.

     Poesía a la intemperie

Tal como ha señalado Antonio Elías, la obra poética de Jaime Delclaux se divide en dos vertientes temáticas y estéticas. Aquella que contempla la revisión poética de sus experiencias personales: anecdotarios de seducción, vivencia de Cristo, proximidad de la muerte, indagación del Yo. Temas todos ellos tratados con singular acento romántico, sin artificios ni desmesuras, lejos del juego verbal, con palabra precisa y nítida, en limpia y abierta unción, que recoge y reconcilia al lector en un sincero y hondo testimonio.
Otra expresa una pulsión de “cosas imprecisas”, y toma íntimo cuerpo la Naturaleza avivando su tentación de abismo y misterio, donde interviene una materia poética más pura, elaborada con motivos elementales. Palabra interiorizada, palabra fundante de una nueva realidad que no excluye lo real en su apariencia, sino que es su mismo misterio inaugurado. Palabra honda, abierta y vital, de la que J.R. Jiménez dijo: “Está palpitando misterio inmanente, es decir, son poesía de la que es imposible falsificar; tienen la emoción sencilla de lo alimentado con las raíces naturales del espíritu y reflejan en su ir corriente un espacio superior, con esas fugas de sonrisa y lágrima secretas, cruzadas con vuelo delicado por el ámbito de la vida.”


Como el mar un infinito deseo,
De besar todas las cosas,
y, como el mar, roturas del sentimiento,
puñaladas de unas rocas,
entre mis brazos abiertos.


Poesía de gran contundencia y desnudez, poesía desprovista de cedazos, pura sensación hablada, poesía que asciende, arbórea, conquista la inteligencia y la desgrana. Jaime Delclaux es un poeta a la intemperie; atento a los indicios, a la vital inmediatez del instante, a la ensoñación por la que nos son perceptibles las hebras con que lo real trama sus evidencias; entregado al “cuidadoso cultivo – por los cinco incansables sentidos – de la pradera interior”; lejos de las tentativas modernistas por embellecer “las sensaciones en toda su primitiva pureza”.
Estamos ante una poesía que si bien presenta cierta inclinación a la retórica, esta se desenvuelve sin estridencias, con equilibrio y acierto; riqueza de imágenes, sencillez sintáctica, y léxico despojado de toda afectación. Palabra nutrida de elementos simples para dar cumplida cuenta de la complejidad de sus ramificaciones, el blanco temblor en que se abraza y precipita todo cuanto se nos asegura es real. Palabra sin lastres, poesía ingrávida.


Ahora todos descansamos
en el místico conjuro de nuestro amor plateado
que duerme en su cuna de algas
su inefable sueño blanco.





ANTONIO DE TRUEBA [11.343]

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Antonio de Trueba

Antonio María de Trueba y de la Quintana (Galdames, 24 de diciembre de 1819 - Bilbao, 10 de marzo de 1889) fue un escritor español, conocido también como Antón el de los Cantares.

Hijo de campesinos muy pobres, su vocación literaria se despertó con los romances de ciego que le traía su padre cuando venía de visitar una feria. Tuvo que abandonar pronto la escuela para trabajar la tierra y el mineral de las minas de Las Encartaciones, su lugar natal. Cuando contaba 15 años (1834) marchó a Madrid para evitar la primera Guerra Carlista; allí se empleó en la ferretería de un tío suyo y robó tiempo al sueño instruyéndose de forma autodidacta y leyendo autores románticos españoles. En 1845 consigue un puesto burocrático en el Ayuntamiento de Madrid y con ello logra más tiempo libre para consagrarse a la literatura. En 1851 publicó su primer libro, El libro de los cantares, versos de tema variopinto que le dieron ya algún renombre; al mismo tiempo, colabora con poemas, artículos y cuentos en La Correspondencia de España, El Museo Universal, Correo de la Moda y La Ilustración Española y Americana. Prestó atención a la literatura infantil, colaborando en las publicaciones infantiles de la época y elaboró incluso un libro de villancicos, ¡Tin tin tin!. A continuación vinieron Cuentos populares (1853), Cuentos de color de rosa (1859) con una segunda edición a cargo de la reina Isabel II, Las hijas del Cid (1859) y Cuentos campesinos (1860), entre otras muchas obras. En 1862 fue proclamado por las Juntas Generales de Vizcaya Cronista y Archivero del Señorío de Vizcaya y se trasladó a Bilbao para desempeñar esas funciones, pese a reconocer su precaria formación histórica. Allí se ocupó en recopilar información para escribir «una modesta historia general de Vizcaya» que los disturbios políticos posteriores le impidieron concluir. De este período son Capítulos de un libro, sentidos y pensados viajando por las Provincias Vascongadas (1864), Defensa de un muerto atacado (los Fueros) por el Exmo. Sr. D. Manuel Sánchez Silva (1865), La paloma y los halcones (novela histórica sobre las guerras de bandos, 1865), Cuentos de varios colores (1866), El libro al las montañas (1867), Resumen descriptivo e histórico del M. N. y M. L. Señorío de Vizcaya (1872) etc.
Tras el paréntesis de la segunda Guerra Carlista, durante la cual debió marchar a Madrid (1873) acusado de una supuesta simpatía hacia el carlismo, volvió a Bilbao donde fue rehabillitado y nombrado Padre de la Provincia (1876) y desarrolló una gran actividad; funda la sección literaria del diario «intransigente» El Noticiero Bilbaíno, que más tarde dirigirá, y publica buen número de obras sobre didáctica, genealogía, literatura, historia y leyendas (lo peor de su producción). Con los fondos recaudados entre los vascos de América y de Vizcaya se le costeó un monumento realizado por Mariano Benlliure e inaugurado en 1895 en los jardines de Albia de Bilbao.

Literatura

La producción de Trueba es amplia y abarca desde la lírica Libro de Cantares (1852), hasta la novela histórica Paloma y halcones (1865) y la novela costumbrista (El gabán y la chaqueta (1872), pero destacó sobre todo en la narrativa corta cuando refleja la vida rural de Castilla y País Vasco de la época, escenarios habituales de sus historias. Destacan leyendas como La azotaina, tradición del siglo XVI, o La novia de piedra en que la crueldad de Marichu causa la muerte de su amado. Se estima que su mejor colección de narraciones es Cuentos populares (1853). En su obra reflejó tradiciones y costumbres campesinas que, como consecuencia del impacto de la creciente Revolución industrial, estaban desapareciendo de una España hasta entonces fundamentalmente agraria y rural. Asimismo, reivindicó la cosmovisión y los valores asociados a esa forma de vida patriarcal q e empezaba a periclitar. Para ello se inspiró en la literatura colectiva popular, que consideraba dotada de unos valores estéticos superiores fundados en la autoridad del pueblo para determinar lo que es arte y lo que no, como declaró en el pr (1820-1881), José Selgas (1822-1882), Vicente Barrantes, José María de Pereda, Fernán Caballero y, desde una óptica más progresista, Emilia Pardo Bazán.

Obras

Obras. Madrid: A. Romero. 1905-1914 (10 vols.). (Comprende: I. El libro de los cantares. Canciones primaverales, 1907; II. El libro de las montañas. Arte de hacer versos... 1909: III. El libro de los recuerdos. Fábulas de la educación, 1910; IV. Cuentos de Color de Rosa, 1914; V. Cuentos campesinos; VI. Cuentos populares; VII. Cuentos de vivos y muertos, 1909; VIII. Cuentos del hogar, 1905; IX. Cuentos populares de Vizcaya, 1905) X. Cuentos populares de Vizcaya.
Cuentos y cantares. Selección y estudio previo del P. Alfonso M. Escudero. Madrid: Aguilar, 1959 (502 pp.).

Poesía

El libro de los cantares (1852).
El libro de las montañas (1867).
Narrativa extensa[editar]
El Cid Campeador (1851), novela histórica.
Las hijas del Cid (1859), novela histórica.
La paloma y los halcones, (1865), novela histórica.
El gabán y la chaqueta (1872), novela costumbrista.

Narrativa corta

Cuentos populares (1853)
Cuentos de color de rosa (1859)
Cuentos campesinos (1860)
Capítulos de un libro, sentidos y pensados viajando por las Provincias Vascongadas (1864)
Cuentos de varios colores (1866)
Narraciones populares. Madrid: A. Jubera (1874)
Cuentos del hogar. Madrid: M. Guijarro (1876)
Cuentos de madres e hijos. Barcelona: A. Bastinos, (1878)
Cuentos populares vizcaínos, Barakaldo, Ediciones de Librería San Antonio, 2000.
El molinerillo (1871)
Cuentos de vivos y muertos. Madrid: A. Romero, 1909.
El cura de Paracuellos y otras narraciones populares. Escogidas y anotadas por Theodor Heinermann... con la colaboración de Amado Alonso. Frankfurt am Main, 1924
Cuentos escogidos. Selección. Dibujos de Enrique Castillo. Madrid: A. Fontana, 1927

Otras obras

Bosquejo de la organización social de Vizcaya (1870).
Resumen descriptivo e histórico del M. N. y M. L. Señorío de Vizcaya (1872).
Mari-Santa : Cuadros de un hogar y sus contornos (1874).(1874).
Exposición dirigida a las Cortes de la Nación por las Diputaciones de las Provincias Vascongadas en 16 de junio de 1876. Madrid: Infante, 1876
Historia de dos almas, una negra y otra blanca. Madrid: A. de Carlos, 1876
Curiosidades histórico-literarias de Vizcaya. Bilbao, 1878
Arte de hacer versos al alcance de todo el que sepa leer. Barcelona: J. A. Bastinos, 1881
De flor en flor. Bilbao: Delmas, 1882
El libro de los recuerdos. Madrid (1898?)
Cielo con nubecillas, recuerdos de la vida rural y familiar de Vizcaya
La familia cristiana (1871-1872).
Defensa de un muerto atacado (los Fueros) por el Exmo. Sr. D. Manuel Sánchez Silva (1865).





No hay patria como mi patria, 
ni pueblo como mi pueblo, 
ni madre como mi madre. 

ANTONIO DE TRUEBA. 





¿Quién te ha enseñado á cantar? 
Me preguntan todos. Nadie; 
Yo canto porque Dios quiere, 
Yo canto como las aves. 





“Es menester que compongas,
Señor, un poquito el mundo,
porque se ha deteriorado
de tal modo, con el uso,
que el enterrador de Güeñes
anda vestido de luto,
porque hace más de dos años
que no se ha muerto ninguno.”






«Y busqué (dice) en tu villa quien 
Mis lágrimas enjugase. 
Quince años ha que discurro 
Por sus plazas y sus calles 
Como mis padres honrado 
Y pobre como mis padres. 
A veces me faltan fuerzas 
Para seguir adelante, 
Y nadie sostiene al pobre 
Antón el de los Cantares.»








Y hoy tanto de mortal mi dolor tiene 
Que acaso es la del cisne mi garganta. 
La voluntad de Dios es justa y santa, 
¡Hágase en mí, Señor, lo que ella ordene! 









La canciòn de una madre

Los dìas son frìos,
las noches son largas
y el viento del Norte
silva en la ventana.
Duèrmete en mi seno,
duerme, hijo del alma,
que en tanto que todos,
tranquilos, descansan,
sòlo tù, amor mìo,
despierto te hallas.
Durmiento està, al lado
del fuego, la gata
y ya en la pradera
los grillos no cantan,
ni nada se mueve
en toda la casa,
màs que un ratoncillo
que roe una tabla
¡tonto! ¿por què miras,
asì, a la ventana?
Acaso te asustan
la luna que irradia,
la lluvia que suena
y el viento que brama?
Duèrmete, amor mìo,
duerme hasta mañana,
duerme y no te asusten
el viento ni el agua,
que mientras el niño
durmiendo descansa,
su madre y los àngeles
el sueño le guardan.






Romance

¡Feliz el pueblo que puede dormir en la confianza
de que hay un ángel custodio que le cubre con sus alas!
Ya reduzcan a cenizas los edificios las llamas,
ya la corriente del río las poblaciones invada,
ya el infeliz trajinero se hunda en simas o barrancas,
ya carezca el caminante de alimentos o posada,
ya asalten los malhechores camino, heredad o casa,
ya el puñal del asesino atente a la vida humana,
siempre la Guardia Civil, cual la paloma del Arca,
en medio del cataclismo es anuncio de esperanza,
y por eso en todas partes bendiciones la acompañan;
por eso Dios la protege cuando al peligro se lanza,
por eso la canto yo con el corazón y el alma.
Yo no temo a los ladrones si civiles me acompañan.
Viva la Guardia Civil, porque es la gloria de España.




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