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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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GERALDO JOSÉ SANT ' ANNA [9647]

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Geraldo José Sant’Anna
Data de Nascimento: 01 de setembro de 1965
Naturalidade: Taquaritinga/SP, BRASIL

Cadeira 023, da Área de Letras, Membro Titular do Colegiado Acadêmico do Clube dos Escritores de Piracicaba, patronesse Juliana Dedini Ometto. Membro efetivo da Academia Virtual Brasileira de Letras. Membro da Academia Brasileira de Estudos e Pesquisas Literárias. Membro da Literarte - Associação Internacional de Escritores e Acadêmicos. Membro da União Brasileira de Escritores. Membro da Academia de Letras e Artes de Fortaleza (ALAF). Membro da Academia de Letras de Goiás Velho (ALG). Membro da academia de Letras de Teófilo Ottoni (Minas Gerais).

Moção de Aplausos pela Câmara Municipal de Taquaritinga pelos serviços em prol da Educação. Moção de Aplausos pela Câmara Municipal de Bebedouro por serviços prestados à Educação Profissional no município. Homenagem pela APEOESP, pelos serviços prestados à Educação. Título de Cidadão Bebedourense. Personalidade 2010 (Top of Mind - O Jornal- Bebedouro). Personalidade Mais Influente e Educador 2011(Top of Mind - O Jornal- Bebedouro). 
Colunista do Jornal "Quatro Páginas" - Bebedouro/SP. Colunista do Portal Educação (http://www.portaleducacao.com.br

Premiações Literárias: 1º Classificado na IV Seletiva de Poesias, Contos e Crônicas de Barra Bonita – SP, agosto/2005, Clube Amigo das Letras – poema “A benção”, Menção Honrosa no XVI Concurso Nacional de Poesia “Acadêmico Mário Marinho” – Academia de Letras de Paranapuã, novembro/2005 – poema “Perfeita”, 2º colocado no Prêmio FEUC (Fundação Educacional Unificada Campograndense) de Literatura – dezembro/2005 – conto “A benção”, Menção Especial no Projeto Versos no Varal – Rio de Janeiro – abril/2006 – poema “Invernal”, 1º lugar no V Concurso de Poesias de Igaraçu do Tietê – maio/2006 – poema “Perfeita”, 3º Menção Honrosa no VIII Concurso Nacional de Poesias do Clube de Escritores de Piracicaba – setembro/2006 – poema “Perfeita”, 4º lugar no Concurso Literário de Bebedouro – dezembro/2006 –poema “Tropeiros”, Menção Honrosa no I concurso de Poesias sobre Cooperativismo – Bebedouro – outubro/2007, 1º lugar no VI Concurso de Poesias de Guaratinguetá – julho/2010 – poema “Promessa”, Prêmio Especial no XII Concurso Nacional de Poesias do Clube de Escritores de Piracicaba, outubro/2010, poema “Veludo”, Menção Honrosa no 2º Concurso Literário Internacional Planície Costeira – dezembro/2010, poema “Flor de Cera”, 1º lugar no IV Concurso de Poesias da Costa da Mata Atlântica – dezembro/2010 – poema “Flor de Cera”. Outorga do Colar de Mérito Literário Haldumont Nobre Ferraz, pelo trabalho Cultural e Literário. Prêmio Literário Cláudio de Souza - Literarte 2012 - Melhor Contista.Prêmio Luso-Brasileiro de Poesia 2012/2013 (Literarte/Editora Mágico de Oz),

Antologias: Agreste Utopia – 2004; Vozes Escritas –Clube Amigos das Letras – 2005; Além das Letras – Clube Amigos das Letras – 2006; A Terra é Azul ! -Antologia Literária Internacional – Roberto de Castro Del`Secchi – 2008; Poetas de Todo Brasil – Volume I – Clube dos Escritores de Piracicaba – 2008; XIII Coletânea Komedi – 2009; Antologia Literária Cidade – Volume II – Abílio Pacheco&Deurilene Sousa -2009; XXI Antologia de Poetas e Escritores do Brasil – Reis de Souza- 2009; Guia de Autores Contemporâneos – Galeria Brasil – Celeiro de Escritores – 2009; Guia de Autores Contemporâneos – Galeria Brasil – Celeiro de Escritores – 2010; Prêmio Valdeck Almeida de Jesus – V Edição 2009, Giz Editorial; Antologia Poesia Contemporânea - 14 Poetas - Celeiro de Escritores, 2010; Contos de Outono - Edição 2011, Autores Contemporâneos, Câmara Brasileira de Jovens Escritores; Entrelinhas Literárias, Scortecci Editora, 2011; Antologia Literária Internacional - Del Secchi - Volume XXI; Cinco Passos Para Tornar-se um Escritor, Org. Izabelle Valladares, ARTPOP, 2011; Nordeste em Verso e Prosa, Org. Edson Marques Brandão, Palmeira dos Indios/Alagoas, 2011; Projeto Delicatta VI - Contos e Crônicas, Editora Delicatta, 2011; Portas para o Além - Coletânea de Contos de Terror -Literarte - 2012; Palavras, Versos, Textos e Contextos: elos de uma corrente que nos une! - Literarte - 2012; Galeria Brasil 2012 - Guia de Autores Contemporâneos, Celeiro de Escritores, Ed. Sucesso; Antologia de Contos e Crônicas - Fronteiras : realidade ou ficção ?, Celeiro de Escritores/Editora Sucesso, 2012; Nossa História, Nossos Autores, Scortecci Editora, 2012. Contos de Hoje, Literacidade, 2012. Antologia Brasileira Diamantes III, Berthier, 2012; Antologia Cidade 10, Literacidade, 2013.

Livros (Solos): “Análise Combinatória e Probabilidade”, Geraldo José Sant’Anna/Cláudio Delfini, Editora Érica, 1996, São Paulo, e “Encantamento”, Editora Costelas Felinas, 2010; "Anhelos de la Juvenitud", Geraldo José Sant´Anna/José Roberto Almeida, Editora Costelas Felinas, 2011; O Vôo da Cotovia, Celeiro de Escritores, 2011, Pai´é - Contos de Muito Antigamente, pela Celeiro de Escritores/Editora Sucesso, 2012, A Caminho do Umbigo, pela Ed. Costelas Felinas, 2013.

No prelo: Metodologia de Ensino e Monitoramento da Aprendizagem em Cursos Técnicos sob a Ótica Multifocal (Editora Scortecci) e Jardim das Almas (Literarte).


Blogs: http://profgeraldojsantanna.blogspot.com
http://supervisaoriopreto.blogspot.com





Queja


Vida, como serías mejor
Si a mi lado ella estuviera
Vida, yo te grito
Y mi angustia es sincera

Los días siguen tristes
Las estrellas ya no brillan
Me siento como un náufrago
Abandonado en una isla

El tiempo va pasando
Y ya no encuentro el motivo 
Todo  ha cambiado
¿Para qué sigo vivo?

De nada sirve quejarme
Este dolor quiere matarme
Yo sigo solitario
Y de todo este sufrir quiero alejarme

Dios, ¿dónde estás que no  me oyes?
Sin ella no veo nada bello, ni en la naturaleza
Padre mío, ayúdame
Dame alegría y aleja esta tristeza






La vida como es

Alejado de todo en la vida
Voy viviendo sin razón
Pues la mujer que amaba
Me ha herido el corazón

No sé por qué las cosas han cambiado
Y hoy sufro su ausencia
La tristeza es lo único
Que me ha dejado como herencia

Se me ha envuelto una niebla
Que no quiere disiparse
En mi mente sigue viva
Y no quiere darme paz

Yo que tanto la he amado
Hoy estoy desesperado
Mi mundo está destrozado
Porque ella me ha dejado

Ya he buscado una respuesta
Pero, no la he encontrado
Y veo mi mundo desabando
Y mi encanto acabado






Las cuatro estaciones

Desde lejos te busco y ya no te veo.
Te has ido, mi más dulce ilusión.
Desde tu partida se me rompió el corazón
y me quedo aquí escribiéndote esta canción.

Mujer ¿por qué te has ido?
No ves qué me has dejado el querer herido.
Quisiera tenerte a mi lado
y no más imaginar que me has olvidado.

Sol de mi verano, que ha dejado de brillar.
Vuelve a mis brazos, que te quiero ya amar.
Ven, abrázame, no te puedo olvidar.
Aleja esta tristeza que me quiere matar.

Flor de mi primavera, eres lo que más quiero.
Mi vida está tan triste.
Yo, aquí te amé y aquí te espero.
Hoy creo que felicidad sin ti, es algo que no existe.

Como el árbol en el otoño.
Las hojas de tu recuerdo se cayeron.
Las raíces de mi amor por ti
se marchitaron, pero no  murieron.

Calor que calentaba mi invierno.
Sin ti todo se ha vuelto un infierno.
Te amé y fuiste mía.
Aquí te espero todavía.






Luna 

Luna, amiga mía  
que alumbraste mis tristezas 
y también mis alegrías.
Supiste la suerte que he tenido
durante aquellos días
en que la besaba y la olía.
Luna , lunita mía, 
que aquellos días volvieran
era lo que más quería.
Mostrarle la importancia 
que en mi vida tiene y tenía.
Decirle que su amor era mi felicidad,
mi fiesta, mi alegría.
Ahora que ella se ha ido
todo lo que me queda 
es tristeza, nostalgia y melancolía.
Mi vida que era llena se quedó vacía.
Ahora que la he perdido, veo cuanto la quería.
Que tanto la amaba, que era feliz y no lo sabía.  






Futuro

Las lágrimas que han caído hoy,
no son sólo de los ojos.
Son más bien del alma.

La despedida que un día nos llega
y nos lleva algo o alguien,
que va a vivir en nuestros recuerdos
y que tendremos que guardar con cariño
por siempre en la memoria,
porque por haber caminado juntos
hacemos mutuamente parte 
de toda esta historia.

En mi primer momento a su lado, 
les hablé del sentido etimológico del amor,
pero se me olvidó decirles
que junto con él, siempre hay espacio 
para la pérdida y el dolor.

Ahora que se me van,
por Dios, 
nunca me digan adiós.
Ahora que los tengo en la mente,
sólo será permitido 
decirnos un hasta siempre.

Quisiera decir que les extrañaré,
que otra vez pierdo  para la vida,
que otra vez vendrán la derrota, 
la distancia, la soledad y la despedida
brotar en los recuerdos,
y con su sabor amargo
nublará por algún tiempo esta vida.

Sigan adelante,
no pierdan ni un solo instante.
Vivan intensamente cada momento,
para olvidar el tormento
de un mundo deshumano
que parece haber perdido
el sentido de la vida,
y que sólo nos provoca sufrimiento.

Al escribir me siento triste, 
pero  nunca me han dicho
que era fácil despedirse.
No quisiera ver una lágrima caer,
quisiera  la alegría de saber
que algún día
jugaremos juntos como niños,
siempre contentos,
sin ningún lamento,
llenos de esperanza,
sin  saber que algún día hubo dolor.
Porque justo ahí,
no habrá espacio para tristezas,
será la victoria definitiva 
del más noble de los sentimientos,
que aprendimos a llamar amor.






La noche gris

Rápidamente te metiste por mis poros
y me invadiste el corazón.
Te adueñaste de mi alma 
y arrancaste de mi ser 
cualquier esbozo de calma.
Mis noches se volvieron más largas
y el insomnio se volvió 
la indeseable compañía de las madrugadas
Un día me juraste el amor
y me dijiste tantas cosas bellas
que mi corazón, más fuerte latió,
pero el tiempo pasó
y a causa de tus sueños de éxito,
tus promesas se hundieron en el olvido.
Bajé al reino de la depresión
buscando algo más que nuevos sueños
o un nuevo amor.
Sufrí cada minuto
como si fuera la única cosa
que me quedara por vivir
y escuché tu adiós
cortarme el pecho
y arrancarme el corazón.
Inútil, fue como me sentí
al perderte para la rutina 
que te maltrata
y te hace un ser mecánico
Olvidaste todo lo que me dijiste
y me echaste al abandono
con el corazón destrozado,
como algo desechable.
Ahora sufro por las noches,
cuando tu fantasma
me viene a molestar
El frío es más intenso
porque no te tengo junto a mí
Me dijiste que la puerta
siempre estaría abierta  esperándome
y que así no debería preocuparme,
pues tu amor siempre estaría por mí.
Fue lo más triste perderte.
La vida se tiñó de gris,
la noche se volvió más larga,
la luna perdió parte de su brillo,
las estrellas ya no me sonríen,
igual que un ser perdido
me encuentro yo,
bajo el frío de un invierno
que insiste en no irse.






DÍAS NUBLADOS

dias nublados são quietos
posso ouvi-los respirar, sentir o arfar de seus pulmões
trazem em si uma esponja encharcada
são lágrimas que se esconderam, tímidas e retraídas,
são dores e mágoas que se acumularam silenciosas, medrosas em se pronunciarem,
são cânticos e sorrisos que se ocultaram entre as plumas níveas de outras nuvens

dias nublados são quietos
quase mudos, se não fosse o resmungar dos trovões
anunciando chuva
lágrimas do céu que inundam a terra
que faz germinar o broto e reverdejar os campos
que nutre os rios
e lava a alma

nossas lágrimas mudas que fertilizam o solo da alma
no silêncio escuro do quarto
no soluço...

no soluço que se esconde no travesseiro...

dias nublados são quietos
como se contivessem a própria respiração
e o silêncio pairasse sobre tudo

momentos que antecederam a criação

e as chuvas torrenciais vieram
lamberam a terra
intimidaram os vulcões
extraíram o broto da semente latente
que nem existia

dias nublados em cores de chumbo
nos fazem recolher, buscar abrigo, aquietar-se,
são calados e sábios, quietos

a natureza se detém em seu ciclo
um intervalo
um vácuo
dias nublados são quietos




Noites Gélidas

em minhas noites o vento frio rodeia o cobertor
apalpa-me em mãos gélidas e secas
como se Gollum quisesse me amar
o ruído do vento que arrasta as folhas
o silêncio escuro no véu em que esconde
os lábios que me tocam e me percorrem ávidos
correntes sonolentas me aprisionam
o torpor me arrasta em redemoinhos de devaneios
o corpo quieto sonha
quero sonhar o que nunca vi, viver o que nunca sonhei
tocar o delírio e a beleza
dançar uma dança circular com a incerteza

 em minhas noites o vento frio rodeia o cobertor
apalpa-me em mãos gélidas e úmidas
como se Gollum quisesse me amar
o cão late ao longe e seus sons reverberam em cérberos temíveis
vejo o redemoinho de folhas secas
a poeira...a poeira seca
o beijo frio da noite
quero romper o silêncio das tumbas e ouvir os gemidos dos antepassados
ouvir-lhes as histórias, as lendas, os mitos, os gritos

em minhas noites o calor me aquece
calor de mim mesmo
debaixo do cobertor


ROBERTO MONZÓN MORALES [9648]

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Roberto Monzón Morales, nació en 1953 y falleció en Ciudad de Guatemala el 10 de abril de 1992, en viernes de dolores. Es considerado el primer literato de poesía urbana de Guatemala: la ciudad y la angustia fueron los principales motivos de su escritura. (Julio mendizabal G.) En sus "Ediciones clandestinas" y "Ediciones de la doble sercha", reunió cientos de poemas, decisivos para entender a una generación que abrazó como pocas la plenitud existencial y entregó la vida por la utopía de la igualdad. HOY vemos y nos vemos como el total de todo y aquí ante nuestros ojos y fuera de la idea los actos y los hombres y las cosas penetran desgarrando hasta borrar la indiferencia las cosas del mundo las obras de los hombres el dolor propio y el ajeno NOSOTROS (Roberto Monzón, PREFACIO, 1977. Primeros poemas públicos impresos).



DAME MÁS TIEMPO VIDA

Dame más tiempo, vida
para conocerte aún
dame un poco más de sangre
que la que llevo en la carne
no me alcanza; dame
más ojos y manos vida.

No puedo con este cuerpo
recorrer el mundo entero
que cada vez es más grande
a medida que mi tiempo gasto;
dame más tiempo te exijo
más palabras para hablarte
que con solo las que digo
me quedo corto y suspenso
a la orilla de un abismo
¿cómo entonces voy a amarte
si con tan poco no vivo?
si más bien trato de hallar
otros presentes de sangre
otros cuerpos que me agranden
para poder agotarte; dame
más tiempo, vida, dame
más ojos y manos, dame
más mundo entre la carne.









La poesía se embriaga en El Olvido

Por Eduardo García 

En el olvido, un bar en la frontera entre las zonas 1 y 3 de la ciudad capital, se recuerda cada mes la obra del poeta roberto monzón. Las noches se desbordan de música, cerveza y de "la única prueba concreta de la existencia del hombre": La poesía.

Es una ironía. Parece que todo el mundo ha olvidado cuánto tiempo tiene el bar El Olvido.

"Cuando yo le pregunté a la Doña cuánto tiempo tenía, me dijo que cuando ella lo compró ya era viejo", explica Simón Pedroza, un asiduo del bar y de la poesía.

La Doña, doña Elsa, una mujer de cansada belleza, y el pelo blanco, recogido, parece incapaz de estimar la edad de esta cantina. "A ver... cuando el terremoto yo tenía siete años de estar acá, o sea, hace unos 35 años que yo llevo el bar. Sé que la persona anterior lo tuvo 13 años; entonces ya se llamaba El Olvido, pero antes hubo otra señora que lo llevaba, y se llamaba el Gallogiro... digo yo que tendrá más o menos 70 años, pero no sabría decirle."

Tenga la edad que tenga, lo cierto es que El Olvido es un lugar que provoca, que inspira, que seduce, que hechiza...

Uno de los aspectos más peculiares de este sitio es su decoración. Caótica, kitsch, irreverente, surrealista... es única. No hay una temática clara. Hay lugar para equipos de futbol, de Brasil o Alemania, para un altarcito a la virgen de Guadalupe, un retrato de un enorme gato blanco de ojos brillantísimos, la foto de una señorita ligera de ropa que recuerda a Demi Moore, pero que otros aseguran es una cantante mexicana; una foto de Roberto Carlos en sus años mozos, otra de Pedro Infante, un dibujo de Cantinflas... "Sí, sí me gustaría seguir decorándolo", dice la Doña mientras gira la cabeza y observa las paredes atiborradas de fotografías incoherentes, "pero como es tan pequeño, pues ni modo".

Para recordar al poeta 

Las mesas del bar comienzan a poblarse, como todos los últimos viernes de cada mes, con los poetas del grupo Folio 114 (vea El cuadernillo de los poetas). Ellos se reúnen aquí para rendirle homenaje al guatemalteco Roberto Monzón (1953-1992), poeta urbano, marginal y "maldito".

Monzón solía frecuentar El Olvido y otras cantinas de esta zona a la que a finales de los 70 y principios de los 80 se le conocía como la Sierra Maestra. Y fue en uno de estos bares donde encontró su muerte en el año 92.

"Tuvo una muerte trágica, de poeta", cuenta Pedroza, antes de explicar que Monzón fue vapuleado por un grupo de jóvenes en un bar, y luego enviado al hospital donde agarró un "frasco de alcohol cualquiera" y lo ingirió hasta acabar con su vida.

"Roberto Monzón era un escritor compulsivo; su cuerpo entero tenía la forma de un poema andante que cercaba el horror, el dogmatismo y la frivolidad con enormes pies descalzos y reclamos imperecederos de honestidad", dice el cineasta Sergio Valdés Pedroni, un visitante habitual de El Olvido, amigo del poeta y heredero de su obra. "Era un tipo que disfrutaba el destino de la tragedia; él decía que sus poemas eran pequeñas tragedias cotidianas. La poesía de Monzón es patrimonio colectivo, y el mejor homenaje que podemos hacer por la memoria, en contra del olvido, es leer a Monzón", enfatiza. Y los jóvenes poetas están de acuerdo, por eso en sus reuniones lo esencial es la lectura de poesía, lubricada con cerveza y canciones que escupen las entrañas de una rocola.

La poesía está ebria

"N-4, N-4, N-4", grita alguien desde la esquina. Sólo los habituales de El Olvido saben el significado de esta combinación de dos dígitos; y es que si uno de los clientes presiona la N y el 4 de la rocola ancestral bajo la foto del cantante brasileño, el brazo metálico de ésta agarrará un vinilo de José Feliciano y la Copa Rota empezará a sonar.

"Un día llegamos y la rocola no funcionaba", cuenta Pedroza como si se estuviera lamentando por un desastre de proporciones gigantescas, "y la seño estaba gritando 'esta pérfida, que no quiere tocar discos'". Desde ese día, a la rocola, entre los poetas, se le conoce por el sobrenombre de la pérfida.

El repertorio de la pérfida es reducido, pero lo que está claro es que si alguien deja caer un quetzalito sonará una canción que es parte de la memoria histórica de varias generaciones de chapines. Están Gardel, Cuco Sánchez, los Tigres del Norte...

Después de la canción, Pedroza, Alejandra Hidalgo, Rosa María Chavéz, Leonel Juracán, Alex Luna, José Fernández, o cualquiera de los otros poetas leerán algunos de sus versos; quizás sobre la ciudad, sobre la angustia, sobre la nostalgia, sobre la armonía imposible, o como decía Monzón, sobre "la insondable interrogación del hombre".

Si las líneas que los poetas leen en El Olvido no salen de sus cuadernos, pueden venir de los libros que circulan entre las manos de los integrantes del grupo. La mayoría de sus autores de referencia son poetas "estigmatizados", dice Juracán, como la poetisa palestina Salma Rossie, el californiano Bukowski, el francés Charles Baudelaire, la argentina Alejandra Pizarnik, el salvadoreño Roque Daltón, o los guatemaltecos Luis de Lión, Isabel de los Ángeles Ruano, Raúl Nájera, y por su puesto, Roberto Monzón.

En las noches cuando se celebra a Monzón, los poetas leen versos, escuchan las canciones que escupe la pérfida y beben sobre las mesas de fórmica, hasta que la Doña decide que ha llegado la hora de ponerle fin a esa obscena espiral de alcohol, poesía y música.

La Doña afirma con solidez que los poetas son "calidad", pero a eso de las ocho o las nueve siempre les está mostrando la puerta. "Aunque haya gente acá, yo a las 8:30 cierro", dice, antes de admitir que la inseguridad de esta área, a escasas cuadras de El Gallito, le preocupa.

Así que después de casi tres horas los poetas abandonan El Olvido. Deambulando bajo la escasa luz de las farolas, en busca de las "legendarias hamburguesas de la Avenida Elena", parece que los poetas están tomados.

Pero "No", asegura Pedroza, "nosotros no estamos borrachos; es la poesía la que está ebria".

En las noches cuando se celebra a Monzón, los poetas leen versos, escuchan las canciones que escupe "la pérfida" y beben sobre las mesas de fórmica, hasta que la Doña decide que ha llegado la hora de ponerle fin a esa obscena espiral de alcohol, poesía y música.

El cuadernillo de los poetas
Por el taller del grupo de poesía Folio 114, que se imparte de forma intermitente en el Centro Cultural Metropolitano, han pasado con cierta regularidad unos 70 poetas. 

"Bueno, no todos son propiamente poetas", explica Simón Pedroza, uno de sus fundadores. "Es gente que destaca por su multidisciplinariedad, gente del teatro, de las artes plásticas, de la música... Por eso hay una idea de mezclar la poesía con otras artes". De acuerdo con sus integrantes, esa mezcla es la esencia misma del grupo. Pedroza y Leonel Alfonso Juracán definen Folio 114 como "un espacio de intercambio".

Las actividades del grupo se extienden a Comalapa, San Pedro La Laguna, la Antigua, y Nebaj, donde han realizado talleres de poesía. Además, han organizado cuatro festivales regionales de poesía, Kadejo en 2002, Barrilete en 2003 e Industrial en 2004.
Próxima fecha en el Olvido

El viernes 18 de marzo, a las seis de la tarde, en El Olvido, la poesía de Roberto Monzón, quien falleció exactamente un Viernes de Dolores, será recordada una vez más. El bar está ubicado en la Avenida Centroamérica B, entre 15 calle y 15 calle A, zona 1.





EL GLOBO

Se bebe turbio miedo, se come negro
bistec carbonizado / Un trago
de licor turbio fermenta
la saliva entre la boca.
Es vacua plenitud atragantada
una mordida en blanco / como un globo /
lleno de nada y transparente nada.
Ciudadando laberintos






GAJES DEL OFICIO

Y tengo que escribir, es ya lo único
que me queda, tengo que hacerlo
porque si no estoy muerto
y muertos los demás y todo el mundo
a costa de mi silencio.
Así que pónganse las pilas:
hay que darme de escribir
para que viva
porque si no están muertos
y muerto lo demás y todo el mundo
a costa de mi silencio.
Dame más tiempo vida





COMO EL RUMOR DEL LLANTO

hay un viento líquido y espero
morir enloquecido
regado en una calle
hasta licuarme riachuelo
buscando océanos
en el tragante y ahogar
impulsos de sol en la garganta
enmudecida
de mis campanas roncas
-púrpura de la vida
embriagadora farsa-
Dame más tiempo vida



NADIA CAVALERA [9649]

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NADIA CAVALERA   (Galatone, provincia de Lecce, ITALIA,  20 de septiembre de 1950) novelista, poeta y crítica litararia italiana.

Asistió al Liceo Classico "Palmieri" de Lecce y se licenció en Filosofía, en la Università di Lecce, con la tesis "Democrazia e socialismo nel giovane Marx".
Con 20 años, comenzó su actividad política en el PCI. Después de 12 años en Brindisi, donde trabajó como periodista, vive en Módena desde 1988 donde trabaja como profesora.
Poeta, ensayista, se impregna de todo campo artístico y ha publicado diversos minicatalógos de lo que llama Superrrealismo alegórico.
Ya fundadora de Gheminga, la primera revista eclusivamente literaria de Brindisi, desde 1990 dirige, con el poeta Edoardo Sanguineti, Bollettario, publibación cuatrimestral de escritura y crítica literaria (dentro de la asociación cultural "Le avanguardie"), que propugna una vanguardia permanente, no elista y abierta al concepto de umafeminità (mezcla de uomo, hombre y feminità, feminidad; concepto que vería al hombre y la mujer iguales en su diferencia).
En 2005 fundó el Premio Alessandro Tassoni (poesía, narrativa, teatro, ensayo).


NADIA CAVALERA   è nata a Galatone (Le) nel 1950. Attivista in politica da giovanissima, ha frequentato, a Lecce, il Liceo Classico “Palmieri” e l’Università, dove si è laureata in Filosofia morale, discutendo la tesi “Democrazia e socialismo nel giovane Marx”.
Dal 1988, dopo 12 anni a Brindisi (dove ha affiancato all’insegnamento un’intensa attività giornalistica, in campo culturale), vive a Modena.
Unica presenza femminile in Terza ondata (Bologna, Synergon, 1993), che inquadra l’avanguardia dell’ultimo Novecento, Nadia Cavalera è impegnata anche in ambito artistico, con lavori transgenici riportati in mini cataloghi, sotto il titolo di Superrrealismo allegorico (definizione della sua personale poetica). È stata la prima poeta in Italia, che, a partire dagli anni ottanta, ha curato intensamente il momento della lettura pubblica.
Già fondatrice di Gheminga, l’unica rivista esclusivamente letteraria di Brindisi e provincia, nel 1990 ha fondato, col poeta Edoardo Sanguineti, Bollettario, quadrimestrale di scrittura e critica (organo dell’associazione culturale Le Avanguardie), che propugna un’avanguardia permanente, non elitaria ed aperta al concetto di “umafeminità” (che veda finalmente l’uomo e la donna pari nella differenza). Di straordinario impegno civile i numeri “Chiamata contro le armi”, “No alla guerra sempre e comunque”, “Per la Costituzione italiana”. Nel 2005 ha istituito il Premio  Alessandro Tassoni.

Opere Verbo-visive:

Imprespressioni, 1970-71
Adriana, 1972
Golphe de Genes, 1975
Sospensioni, 1980
Amsirutuf: enimma (presentazione di Adriano Spatola), 1988
I prestanomi: uomini senza, 1993
La città della luna,1997

Cataloghi:

Superrealismo allegorico, 1993
Superrealismo allegorico, 1995
Superrealismo allegorico, 1997
Superrealismo allegorico, 1999

Libri d’artista:

Il capo: lavoro, romanzo senza parole, 1991
Vita novissima, 1991
Stundaia, 1995
la {[(s)(pe}{cu)[(la]trice)]}, 1997
La palla di Pandora, 1997
Il futuro prossimo passato, 1997
Marx mio, 2000
L’astutica ergocratica,  2010

Opere in prosa:

I palazzi di Brindisi (1986), racconti storici (presentazione di Marcello Strazzeri)
Nottilabio  (1995), racconti sperimentali (presentazione di Giorgio Celli)

Opere in versi:

Vita novissima (1992), 101 poesie (manifesto del Superrealismo allegorico)
Americanata (1993), 31 poesie in americano con lo pseudonimo di Marie Donna Lancaster
Ecce femina (1994), 101 poesie in latino, con lo pseudonimo di Annia Aurelia Galeria Lumilla Augusta (presentazione di Marcello Carlino)
Brogliasso, 1996  (presentazione di Giorgio Barberi Squarotti)
Salentudine, 2004, 103 limerick in galateo
Superrealisticallegoricamente, 2005 (che ha riscosso tra i molti consensi, la segnalazione di Edoardo Sanguineti al Premio Alfonso Gatto)
Spoesie, Roma, Fermenti, 2010
L’astutica ergocratica, 2011, poemetto+Cd con la traduzione in 12 lingue da parte di poeti e traduttori madrelingua e le musiche di Antonio Giacometti

Saggistica:

Corso Canalchiaro 26. Interviste, saggi, interventi negli anni di «Bollettario». Introduzione di Franco Ferrarotti (Venezia, Marsilio, 2010)

Curatele:

Sebastiano Cavalera, La vita è eterna, romanzo postumo (Foggia, Bastogi, 1986)
Gheminga. Bollettario di letteratura (0-3 numeri)




Diana

trivia vo vagando col rugiadoso carro per l'alto cielo 
poscia che già mio fratello il suo diurno corso consuma 
intorno per l'aere pioggia di vapore puntuto ad imbuto 
ho con me la faretra e punto d'asprezza il volto 
attingo i freddi flutti a scorticarrni 
della polvere di sanguigna caccia 
onde poi vedi n'escono le mia braccia 
verginee e nivee di staccia







Astarte

Astra te mia Astarte
sei Anat in Innini alla Venere di trecce tenere 
vita guerra regina dei cieli
morte amore sovrana degli dei
Astar assimilasti in fasti di vento e tempesta
e fluttuava nella cava il tuo abbandono che tradivi nei rivi 
(: così Gilgamesh raccontava a noi vivi)
ma io ti ricordo retta a bordo d'un leone ritta 
sola signora della battaglia contro la paglia 
Lucifero e Venere mattutina
poi china ricamavi languori quando trillavi serotina





Sibilla cumana

Corpo
che invogliava il ristoro
fui vittima dell’amore d’Apollo
che mi donò regalo amaro
l’immortalità in un pugno di sabbia
e mi tolse il riposo delle membra
Sciolta
pezzo a pezzo senza tempra
nel guado del tempo
fui decrepita giovinezza
brezza di pura coerenza
e cicala senz’ala in gabbietta
Reietta
mi rimase solo la voce
noce da legare alle palme del tempo
in uno spazio di casto decoro
predicando un futuro donna uomo
progresso d’oro sonoro






Il Poeta

Il poeta
un innocuo che gioca col fuoco
ma non cambia niente
lascia tutto uguale
immantinente








L’astutica ergocratica (vv.1-54) 
traduzione in spagnolo di Gemma Messori 
(poeta di origine argentina)



Astútica ergocrática 

Inciertos hombres de ciegos pasos lentos buscando holgura
Listos gallardos espabilados globales hurtando en la basura!
Liberad vuestros ojos de jamones y salchichones
Y mirad en que nos hemos convertido (: estupidas gentes en pura asquerosa ebriedad)
Hembras homologadas desaliñadas por dentro desfiguradas 

por fuera todas tiradas siliconadas
Jóvenes niños taladrados afilados drogados estuprados
Repuestos para los de alta condición
Un futuro tienen precario que agotan mes a mes como un rosario
Machos preocupados sólo de vanidad 

soberbios intérpretes de lastimoso variedad
Sin justicia igualdad la libertad de la económica paridad
Sólo macabro aceite de arujo cobardía de la mayoría
Mientras el aire alrededor quema
Junto al mundo de tierra que nadie ha preservado
Sumo bien para los vivientes desde lejos tramado
A los políticos politicantes en blanco abandonado
Este entorno morado es el gozoso resultado…
Y si estoy hoy aquí en esta plaza de papel
Retrogrados amigos es por la esperanza estremecida
Que aún cambiar podamos nuestra vida
Así me asocio al culebrón de la estación
Y mi candidatura presento a la ambita dirección 

del partido democrático de próxima fundación
Posición en verdad desde milenios superada
Pero hasta ahora en la ruina general parece la más avanzada
Porque no hay que olvidar que política y democracia
En la origen del nombre tienen su irreparable irreparada perversión
Que la polis tan alhabada era la parte alta del griego aglomerado
Habitado por el rico y potente olgazán ya explotador
Que por inventor regio simuló la prodigación y nominal extensión
Al astu trabajador a sus frígidos esteriles pies
Para podersela echar en aquel rincón
A quien libremente en la llanura podía vivir
Sin necesidad ninguna de su intermediación imposición
(era mercante agricultor pescador y autosuficiente autónomo trabajador)
Lo del demos de Atenas es collar de penas más que cracia popular
Sin mujeres esclavos y metecos los que gobernaban eran habituales notables
Con el caudal de un consentimiento de gran estruendo embarazo
(la historia es la pluma de los vencedores testigos perjuros seguros)
y la rabia el dolor la soportación estaban sin locución de continuidad
para  la muchedumbre de aquella antigüedad futura anonadada
en la canción piramidal actual por pocos privilegiados en lo alto mandada
(: nunca hacerselo notar) y la mayorñia usada maltratada explotada  aún todavía
La política democrática amigos míos de paciencia reos 

hasta ahora ha sido siempre y solo demagogia
mentiroso cuento sin consistencia hada morgana metropolitana mundana
y quien verdaderamente lo creyó no sobrevivió (: veo a Gandhi Martin Luther King.. 

y en Italia una oscura y larga lista negra…)






VICTORINO ABENTE Y LAGO [9650]

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Victorino Abente y Lago
Nació en Mugía,   LA CORUÑA,    España, el 2 de junio de 1846. Poeta, llegó al Paraguay cuando aún estaban calientes los rescoldos que dejaba a su paso la gran epopeya que enfrentó al país y a la triple alianza, entre 1864 y 1870.
Aunque gallego de nacimiento, su vida y su obra se identifican con el Paraguay desde su misma llegada a Asunción, en marzo de 1869, en momentos difíciles y trágicos de la historia paraguaya, cuando tropas aliadas, brasileñas y argentinas, ocupaban la capital paraguaya.

Relacionado con el segundo tramo del romanticismo paraguayo, que se inicia con la posguerra del ‘64-’70, y aún con el posromanticismo, colaboró en varios periódicos de la capital, donde también publicó gran parte de su obra poética. Creador de poemas dedicados al renacer de su nueva patria y apropiadamente conocido como el “poeta de la resurrección nacional”, tuvo la suerte de ver triunfante al Paraguay en su guerra contra Bolivia, meses antes de su muerte.

Trayectoria

Sus poemas, dispersos en diversos periódicos y revistas de aquella época, fueron recopilados y publicados póstumamente en Asunción por su nieto Cándido Samaniego Abente en un volumen titulado “Antología poética: 1867-1926”, aparecido en 1984.
Acerca de su obra, escribió el ilustre intelectual Ignacio A. Pane: “Entonó el canto más hermoso, más apasionado, más entusiasta y más poético, en una palabra, que hasta ahora escritores y maestros han dirigido al Paraguay... Llevado en alas de su inspiración hasta la cima de nuestro pasado, hizo que la “Sibila paraguaya” asentare allí el pie y tendiera el dedo anunciador del profeta, para mostrarle la tierra de promisión del porvenir...”

Últimos años

Casado con Isabel Miskowsky, Victorino Juan Ramón Abente y Lago falleció en Asunción el 22 de diciembre de 1935.

Obras

Sus poemas más notables son:
“Sibila paraguaya”,
“El oratorio de la Virgen de la Asunción”,
“La tejedora de Ñandutí”,
“El Salto del Guairá”,
“Mis dos patrias” y docenas de obras más.




SALTO DEL GUAIRÁ

Canindeyú gigante! Absorto veo
Cumplido mi deseo.
Ante tu majestad, turba y oprime
El peso del asombro el alma mía,
Y está mi fantasía
Postrada ante el altar de lo sublime.

Un tiempo aquí también desde estas breñas,
Viendo cómo despeñas
Por el agrio talud de la montaña
Tu tremendo caudal arrebatado,
Te contempló, admirado,
El eminente Azara, honor de España.

¡Qué soberbio espectáculo grandioso!
Ni el mar tempestuoso
Tan arrogante poderío ostenta,
Cuando yergue sus hondas encrespadas,
Y en las acantiladas
Costas con alto frémito revienta.

Inmensa mole de aguas despeñadas
En rugientes cascadas.
Densas brumas, corrientes que se embisten,
Furiosos remolinos, grandes bloques
Que los constantes choques
De las olas, inmóviles, resisten.

Peñascos en el hondo precipicio,
Sacados de su quicio,
Restos de murallones que cayeron,
Profundas torrenteras y salidas
Que las rocas vencidas
A las triunfantes aguas concedieron.

Únense impetuosas las corrientes
De todos los torrentes,
Y atacando con ímpetu bravío
El peñascoso cauce que se estrecha,
Se arroja por la brecha
En tremenda avalancha todo el río.

Invencible titán, que sin reposo
Batalla poderoso
Los basálticos diques destruyendo,
¿Cuántos siglos habrá que estás luchando
Y sin cesar bramando
Con ronca voz de pavoroso estruendo?

Con la indómita acción del formidable
Poder incontrastable
Que tu raudal precipitado encierra
En rápido y furente torbelino,
Te has abierto camino
Destrozando la espalda de la sierra.

¡Cuán grande te contemplo y sorprendente,
Luciendo el esplendente
Manto que arrastras de albicante espuma,
Y los nimbos de fúlgida belleza
Que sobre tu cabeza
Dibuja el sol en la flotante bruma!

En la vasta extensión de la comarca
Que fragoroso abarca
El eco atronador de tu bramido,
Ahuyentadas las aves y las fieras,
Lejos de tus riberas,
Pávidas buscan silencioso nido.

Embebido en el sublime encanto
De admiración y espanto
Que infunde tu grandeza prepotente,
Parece que me arrastra el turbulento
Furioso movimiento
Que lleva despeñada tu corriente.

¿Tendrá término un día tu carrera
Tumultuosa y fiera?
¿O siempre bramador, siempre iracundo
En ese arrebatado movimiento
De tu despeñamiento
Durarás tanto como dure el mundo?

Edades pasarán y más edades,
Y éstas, hoy, soledades
Irán poblando las futuras gentes
En sucesión continua, interminable,
Y tú, siempre incansable,
¡Tronando en estas ásperas rompientes!

Yo, que a inmortalizar mi nombre aspiro,
Con envidia te miro;
Mi pequeñez aumenta mi amargura,
Y el afán impotente del desvelo
Sugiéreme el anhelo
De tener junto a ti la sepultura.

¡Canindeyú! Extático en tu orilla
Mi pretensión se humilla:
En vano la osadía del intento
Al estro de mi espíritu enardece,
Que débil desfallece
Ante la esplendidez de tu portento.

En el espumoso manto
De tu soberbia belleza,
Grabar quisiera este canto,
Pobre ofrenda que levanto
En aras de tu grandeza;
Para que en edad futura
Quien viniere a contemplarte,
Viese sobre la blancura
De tu hermosa vestidura
Que fui el primero en cantarte.





Romance de la paraguaya

Era una noche de luna.
Estando en el Paraguay,
aspirando el grato aroma
de un frondoso naranjal,
vi una joven paraguaya
de tierna y hermosa faz,
sentada al pie de un naranjo,
suspirando sin cesar.

-¿Por qué suspiras, le dije,
con tan profundo dolor?
-¡Ay!, suspiro, porque tengo
desgarrado el corazón.

La guerra de tres naciones
que a mi patria desoló,
en el mundo abandonada 
sola y triste me dejó.

Mi padre, siguiendo a López,
allá por Cerro-Corá,
cayó cubierto de heridas
al pasar el Aquidabán. 

-¿No tienes algún hermano
que mitigue tu dolor?
-Tuve tres, pero yo sola
gimo en la desolación.

Uno murió en el Pilar, 
otro murió en Tuyutí,
y el tercero defendiendo
las trincheras de Humaitá.

-¿Acaso también tu madre
tuvo esa suerte infeliz?
-Después de tantas penurias
murió ella también allí.








LA SIBILA PARAGUAYA

En solitaria ruina
donde el recuerdo se encierra
de aquella cruenta guerra
que tanto al dolor inclina,
se oyó una voz peregrina
que con dulcísimo acento,
mezcla de triste lamento
y de profético canto,
gozo infundía y quebranto
en un mismo sentimiento:

—No llores más, Patria mía,
levanta la noble frente
y mira el sol refulgente
de un nuevo y hermoso día.
La densa nube sombría
que un tiempo extendió su velo
de muerte sobre tu suelo
se va fugaz disipando
espacio libre dejando
al resplandor de tu cielo.

Los hechos de alta memoria
que tu gran valor aclama,
los eterniza la fama
en los fastos de la Historia.
Tuya es ¡oh Patria! la gloria
de aquella lucha tremenda
cuando en desigual contienda
el más sublime heroísmo
en aras del patriotismo
te dio su mejor ofrenda.

De luto y sangre cubierto
quedó tu inmenso cariño;
lloró sin padres el niño,
el hogar se vio desierto.
Entonces el hado incierto,
viéndote postrada, inerte,
al azar puso tu suerte
y te anubló de tal modo
que en torno tuyo fue todo
envuelto en sombras de muerte.

Y mientras todo lo acalla
el peso de tanta pena,
dice una voz que resuena
en los campos de batalla:
—Aquí estuvo la muralla
de Curupayty famoso,
donde mostró poderoso
su ardimiento el paraguayo
y envió la gloria un rayo
de su cetro esplendoroso.

Allí Humaitá renombrado
muestra su ruina altiva
como un espectro que aviva
el sufrimiento pasado
Allí el valiente soldado,
de pie sobre la trinchera,
entre la metralla fiera
de su valor hizo alarde,
cayendo muerto más tarde
envuelto con su bandera.

Acullá de Tuyutí
la lucha sangrienta fue,
allí la de Tuyucué,
más allá la de Tayí,
lugar donde al frenesí
alzóse el bélico ardor,
cuando en un leño el valor,
con fiera arrogancia ignota,
abordó la férrea flota
del ejército invasor.

En fin, la lucha fue tanta
que no hay pedazo de tierra
donde la sangrienta guerra
no haya posado su planta,
y encendió la llama santa
del patrio amor tal vehemencia
que en la heroica resistencia,
antes que verla rendida,
se sacrificó la vida
por la sacra independencia.

—Así la fama pregona
con su trompa resonante
tu augusto nombre radiante
volando de zona a zona,
y te ciñe una corona
la diosa de la Victoria
para que diga la Historia
que la paraguaya tierra,
si ha sucumbido en la guerra,
se ha levantado en la gloria.

No llores más, Patria mía,
enjuga el llanto, no llores,
y mira los resplandores
de un nuevo y hermoso día.
La Paz que en grata armonía
alegra y anima el mundo,
sobre tu suelo fecundo
extiende su inmenso manto
y torna en alegre canto
tu sentimiento profundo.

Patria donde soberana
la Naturaleza quiso
colocar el paraíso
de la tierra americana,
voluptuosa sultana
que corona su cabeza
con la tropical belleza
entre dos gigantes ríos,
flores y bosques sombríos,
durmiendo está su grandeza;

Tierra que protege y mima
la providente Natura
con la pompa y galanura
del más benéfico clima,
y en donde el amor se anima
con tiernísima ansiedad
mimado por la beldad,
las virtudes y placeres
que le brindan sus mujeres
de incomparable bondad;

Yo que tu bien vaticino,
en lo futuro te veo
más grande que mi deseo
en el cerro del Destino,
y por radiante camino
marchas ovante y segura
al celo de la ventura
que en el porvenir se expande,
ventura grande, tan grande
como lo fue tu amargura.

Así dijo entre la sombra
de la ruina en que se asila
la paraguaya sibila
que las patrias glorias nombra.
Por la solitaria alfombra
de la arboleda sombría,
como lejana armonía
el eco se fue perdiendo,
dulcemente repitiendo
¡No llores más, Patria mía!







MIS DOS PATRIAS

Soy de la valiente España,
Hermosa Patria querida
Que mis recuerdos entraña
Y en donde se lee una hazaña
En cada piedra esculpida.
A la paraguaya tierra
El destino me condujo,
Donde cada sitio encierra
Un recuerdo que en la guerra
El heroísmo produjo.
Para uno y otro suelo,
En mí tanto afecto hay
Que al pedir dichas al cielo
Confundo en el mismo anhelo
A España y el Paraguay.
¿Cómo no ha de ser así
Si estrechamente se unieron
Ambas Patrias para mí?
Pues si yo he nacido allí
Aquí mis hijos nacieron.
Y a Dios le pido por eso
Que amorosamente unidas,
Como labios en un beso,
Marchen al mayor progreso
Estas dos patrias queridas.

JUAN ALCAIDE [9651]

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Juan Alcaide
Juan Alcaide Sánchez (Valdepeñas, 21 de septiembre de 1907 - ibídem, 12 de julio de 1951), poeta español, perteneciente a la Primera generación de posguerra o Generación de 1936.

Hijo póstumo del agricultor Juan Vicente Alcaide Gigante y de Carmen Sánchez Ruiz, se educó con su madre viuda y su tía, modistas de profesión. En 1925 fue becado por el Ayuntamiento en vista de sus excelentes notas para estudiar Magisterio en Ciudad Real, y obtuvo el título en 1927. Enseñó durante un tiempo en Valdepeñas y en 1930 publicó Colmena y pozo, su primer libro de poemas, costeado por suscripción popular e ilustrado por el pintor Gregorio Prieto, también valdepeñero, donde son patentes las influencias de Antonio Machado y Federico García Lorca; recibió los elogios del primero en una carta al enviarle un ejemplar: "Es usted un verdadero poeta". Ganó las oposiciones en 1931 y tomó posesión en la escuela de la aldea de Mouruás (Orense), donde permaneció tes años en condiciones precarias. En 1933 apareció Llanura y en 1934 le concedieron el traslado a Puerto Lápice (Ciudad Real). Pasó la Guerra Civil en el bando republicano y destinado en Valdepeñas y Almadén, escribiendo poemas y prosas de circunstancias para las revistas del frente. Un mes antes del estallido de la contienda publicó en Madrid La noria del agua muerta, un libro de poemas donde son temas principales el paisaje manchego y el amor a una mujer, al que seguiría en 1938 un homenaje a Federico García Lorca, Mimbres de pena, publicado en Buenos Aires.
Al acabar la guerra en 1939, la comisión depuradora del Magisterio de Ciudad Real le suspendió de empleo y sueldo durante algunos meses. Según Francisco Gómez-Porro, "patético y revelador documento en el que manifestaba su rechazo a los desmanes de la "furia roja" fue el Pliego de descargos que dirigió a dicha comisión". En 1941 desempeñó la cátedra de lengua y literatura en el Instituto de Enseñanza Media de Valdepeñas y regresó más tarde a Puerto Lápice, donde permaneció hasta 1944. Lleno de tribulaciones y de un angustioso deseo de redención ante los ojos de sus inquisidores publicó Ganando el pan en 1942, su libro más polémico y discutido, "a cuyo través, complejo y terrible, se han querido enterrar muchos de los méritos de la obra" (Gómez-Porro, op. cit.). En este libro es visible la exaltación patriótica y religiosa característica de la época. Desde 1944 colaboró en numerosos periódicos y revistas y mantuvo estrechas relaciones con diversos artistas y jóvenes poetas de entonces, entre los que destacan algunos miembros del grupo postista, como Carlos Edmundo de Ory y Ángel Crespo, o el pintor Gregorio Prieto. Por esos años, su poesía deriva hacia una cierta angustia religiosa y existencial, sin dejar por ello de ser fiel a la influencia de Antonio Machado, a la que habría que sumar también la de Miguel de Unamuno. En 1945 publicó los Poemas de la cardencha en flor y en 1947 los de La trilogía del vino. En 1948 tomó posesión de la Escuela Unitaria de Niños número seis de Valdepeñas. En 1950 ingresó en el Instituto de Estudios Manchegos y el Ayuntamiento de Valdepeñas le nombró hijo predilecto de la ciudad publicándole en Madrid el que fue su último libro, Jaraiz, uno de los mejores intentos de darle "un paisaje lírico a La Mancha", y que contiene algunos de sus poemas más significativos. Enfermó de tuberculosis y murió en su ciudad natal a los cuarenta y tres años, dejando abundante obra inédita.
Tras esa fecha han aparecido algunas antologías (1954, 1973 y 1976), una comedia, Lo que se lleva el camino, rescatada por Luis de Cañigral en 1980, y, por fin, su Poesía completa, editada por la Biblioteca de Autores Manchegos en 1993. Un libro póstumo, La octava palabra, fue editado por Emilio Ruiz Parra en Jaén, 1953. Con motivo del cincuentenario de su muerte, la Asociación de Amigos de Juan Alcaide, fundada en 1994 para difundir la obra del poeta valdepeñero, publicó otro libro inédito, Íntimo trébol, en 2001. El libro, editado por Julián Creis Córdoba y Matías Barchino, aparece dividido en tres partes: «Otra vez la campana...», dedicada a Galicia y fechada entre 1932 y 1942; «Crucifixión ardiente de Sevilla», escrita probablemente en 1940, y «Pasión y soledad de Miguel Alvargonzález», dedicada a Antonio Machado y fechada en 1942. Ese mismo año también apareció una recopilación de sus poemas para el público infantil, realizada por Nieves Fernández, titulada Trillos y vilanos con actividades de animación a la lectura y la editorial Adonais publicó una antología de sus sonetos con prólogo de Luis Jiménez Martos, titulada 50 años, 50 sonetos. En julio de 2001, con ocasión del cincuentenario de la muerte del autor, el grupo musical "Espliego" publicó un disco con poemas musicados del autor, titulado El libro de Juan Alcaide.

Análisis de su obra

Miembro de la Generación de 1936 dentro de la llamada poesía arraigada, su poesía inviste el clasicismo y la rehumanización de esta corriente y lleva patente la impronta machadiana con algún influjo poético de Gustavo Adolfo Bécquer y Gabriel y Galán. Fue un gran sonetista y esmaltó su verso con palabras que saben a terruño castizo, entre las coordenadas temáticas del paisajismo, el amor, Dios, el vino, La Mancha y los poetas y artistas amigos. Colaboró en la revista Garcilaso. Juventud creadora, (1943-1946), en El Pájaro de paja. Carta circular de la Poesía, editada en Madrid (1950-1956) y en Poesía Española (1952-1971), pero evolucionó hacia los contenidos existenciales de la desarraigada al igual que Luis Rosales, Dionisio Ridruejo y otros. La lírica de Juan Alcaide, en palabras de Ángel Crespo, "no tenía nada que envidiar a la de Miguel Hernández", si bien, según el mismo crítico, no llegó a trascender los estrechos límites en que fue concebida (Ángel Crespo le reprochó siempre no haber apoyado con suficiente fuerza el Postismo que él intentó impulsar en Ciudad Real y para lo cual recabó su ayuda). El mundo poético de Juan Alcaide se construye a partir del paisaje, las costumbres, las palabras y los hombres de su tierra manchega, a los que dota de contenido trascendente y de honda profundidad humana.
Si bien casi toda su obra hunde sus raíces en La Mancha, con la que el autor se identifica conscientemente («Tierra manchega, mi cuerpo; / el río Guadalquivir / y el Jabalón van por dentro», llega a escribir, por ejemplo, en un poema titulado «Autorretrato»), según señala oportunamente Víctor García de la Concha en La poesía española de 1935 a 1975, Juan Alcaide «está reclamando una lectura que trascienda su fácil clasificación como poeta manchego». De hecho, en sus mejores momentos, logra trascender todo localismo y darle a sus versos un hondo sentido universal, gracias, entre otras cosas, a la feliz mezcla de la tradición poética culta ­desde el Barroco al Romanticismo y Modernismo­ con diversos elementos tomados del lenguaje rural y castizo y de la cultura popular. Lo que no impide que su obra pueda considerarse también el inicio de una cierta corriente ruralista, dentro de la poesía manchega, que sin duda ha tenido muchos seguidores y discípulos a lo largo de las cinco últimas décadas, por ejemplo Vicente Cano, alma nutricia del grupo Guadiana.

Obra poética

Colmena y pozo, Valdepeñas, Mendoza, 1930.
Llanura, Valdepeñas, Mendoza, 1930.
La noria del agua muerta, M., Yunque, 1936.
Mimbres de pena, Bs. As., Revista Americana de Buenos Aires, 1937.
Ganando el pan, Ciudad Real, Tip. Alpha, 1942 (Prólogo de Francisco Rodríguez Marín).
Poemas de la cardencha en flor, B., Jabalón, 1947.
La trilogía del vino, Valdepeñas, Jabalón, 1948.
Jaraiz, M., Afrodisio Aguado, 1950.
La octava palabra, Jaén, Aljaba, 1953 (Póstumo. Edición de Emilio Ruiz Parra).
Antología poética, Ciudad Real, Instituto de estudios manchegos, 1954 (Prólogo de Antonio Merlo Delgado).
Juan Alcaide en su verso, Madrid, Ínsula, 1973 (Presentación de Antonio Sánchez Ruiz y Emilio Ruiz Parra. Con dibujos de Gregorio Prieto).
Antología poética, Madrid, Doncel, 1976 (Presentación de F. Martínez Ruiz).
"Lo que se lleva el camino: una comedia inédita de Juan Alcaide", edición e introducción de Luis de Cañigral, Almud, I, 1980, págs. 121-167.
Poesía completa (1907-1951), Ciudad Real, Diputación, 1993.
Mimbres de pena. 2ª edición. España., Valdepeñas, Asociación Amigos de Juan Alcaide, 1998. (Prólogo de Matías Barchino. Con facsímil del manuscrito original).
Íntimo trébol, Valdepeñas, Asociación Amigos de Juan Alcaide, 2001 (con facsímil del manuscrito original).
Trillos y vilanos. Antología de poemas para niños y jóvenes, Valdepeñas, Asociación Amigos de Juan Alcaide, 2001. (Selección de Nieves Fernández. Prólogo de Matías Barchino).
Cincuenta años. Cincuenta poemas (Antología), Madrid, Rialph, 2001.
Poemas de vino, bodega y cercao (Antología), Valdepeñas, Asociación Amigos de Juan Alcaide, 2007. (Prólogo de Luis López Anglada).





FOTOGRAFÍA

Ese soy yo. Frenaros la extrañeza 
de encontrarse mi imagen tan a mano. 
Perdonadle al alcaide el gesto humano 
de exhibir su postrera fortaleza.
Los ojos, de distancia y de tristeza. 
La boca, en la mitad de su verano. 
Como un humilde casco barojiano, 
mi bisoñé de paño, en la cabeza.
Pájaro de carmín por mi solapa,                  
Santiago, abierto en cruz, como en un nido, 
cosiéndome a los astros con su grapa.
Lívida luz de ayer. Voces sin ruido. 
Y ese terrible adiós que se me escapa 
desde no sé qué cimas del olvido.





  
SOLLOZO, FIEBRE, SOMBRA...

Nos queda tu sollozo de piña y de palmera; 
la espiral de tu fiebre, reloj de melodía; 
la sombra de hilo negro de tu devanadera, 
y el torrente más alto de tu melancolía.
La miel que por Sanlúcar se escapa de su cera, 
salándose en la palma de la verde bahía, 
busca el coral más hondo, cayendo, y nos espera... 
¿Tu ardiente miel salada nos queda todavía!
Nos queda en cada yunque tu verso, como en cuna 
Tu costado de plata sangrando en cada luna. 
La tarde color lila de tu ausencia al mirar.
Nos quedan tus violetas durmiendo en las pestañas. 
Y nos queda tu muerte, ¿tu muerte! en las entrañas, 
minera de este llanto que nos deshace en mar.







TIERRA DE NADIE

Zambullido en la fresca serpentina 
de la trinchera en soledad, me leo. 
¿En dónde están las balas esta tarde? 
¿En dónde el enemigo? ¿En dónde el ansia?
Me asomo. No hay temor. Pica el saludo 
que congestiona un campo de amapolas. 
Poso el alma en la tierra que separa 
-tigre en terrible siesta- los dos frentes.
¿Esa tierra! ¿Ese pulso! ¿Ese silencio! 
¿Ese tigre dormido entre dos campos! ... 
¿Quién eres, corazón? 
                                (Tierra de nadie. 
Tierra entre dos trincheras enemigas.)






ÚLTIMA VOZ A LA AMISTAD

Soy el de siempre. Sufro. Mi silla está baldada
de sostenerme el yeso de estos huesos cansados.
No busquéis nueva lumbre dentro de mi mirada.
Tengo todos los cuentos, de mí infancia, contados.

Me repito. Soy pobre. Si os fatigáis, dejadme.
Soy como el lazarillo que sirve al que mendiga.
Mi súplica es migaja de renuncia: callarse...
¡Dadme un poco de seda para mi pobre ortiga!

Toda esta piedra sabe que mi talán no es mío.
La calle de mi vida naufraga en un desierto. 
Estoy como parado; tengo hielo en mi río, 
y apenas si es ya verde la alfombra de mi huerto.

Mi pulso es vuestro pulso. Mi boca es vuetro jarro.
Mi pie sólo es la abarca que en lo vulgar se inscribe.
Mi diente está amarillo del cotidiano sarro.
Mi latido es tan débil, que apenas se percibe.

Una lumbre, un puchero y una rosa cortada.
Y aquel mantel que guarda de la madre del zurcido.
Y ese gesto doliente de ver que todo y nada
son como esa cerilla que pica en nuestro oído.

Pero quiero un instante que miráis que me muero.
Que recojáis mi enfermo perfil desencajado.
Que acariciáis la sombra de este amor con que os hiero.
Que aprendáis en lo dicho lo mucho que he callado.

Soy vuestro aunque no quiera; pero quiero, y lo soy.
No me queda otra sangre que la que os busca en todo.
Sólo encuentro firmeza si la mano que os doy.
buscando un punto honrado, se cuelga en vuestro codo.

Ya no tengo otra barda para el doliente rayo
de este sol que abotona su sangre con la mía.
Mi setiembre va enfermo de un imposible mayo...
¡Prestadme un poco el muro de la firme alegría!

Mis nobles, mis prudentes, mis cálidos amigos.
Los que escucháis mi angustia como una voz sagrada.
Miradme así: el de siempre, con dedos mendigos.
¡Curadme de estos huesos de mi silla baldada!






EL POETA VUELVE A DECIRLE ADIÓS A SU PAISAJE

A Ernesto Huertas.


¡TENERTE que dejar!... (¡Y sentir pena,
después de los martirios que me has dado!)
Tu aliento es en mi vida la gangrena
que come corazón de mi costado.

Llevo el ansia hecha trizas, nazarena
que recorrió su Gólgota morado.
Pero aún me queda sed para tu arena,
llanura de mi pozo espejismado.

Me voy de tí, sellándote en mirada,
con un dolor de cardo sin espina,
tirándose a luchar, por tus senderos...

Pero sabré mi vuelta a tu posada.
¡Vendré a buscar mortaja en la anguarina
de tu terrón con mosto de luceros!


portada libro Juan Alcaide mejorada



JARDÍN

Con las ansias que se quedaron frías
de esperar realidades, haremos los paseos.
Habrá glorietas –cruce de rutas imposibles-
con voces degolladas por silencios.
La fuente, sin azogue
para su agudo espejo,
la pondrá la pupila turbia del corazón
y del cerebro:
Agua que apresó espacios sin contornos de carne,
centros de viva luz, mares abiertos,
campos con horizontes de pestañas,
frentes con litorales de cabellos…
Un aire gris y azul –de cobardía
y de ilusión al mismo tiempo-
cantará entre las fechas del ramaje
de los árboles negros.
Por la tarde, la sombra
de una figura morderá recuerdos;
se ceñirá la piedra de su azote
y sangrará las normas de su credo:
         Nunca herirás el humo con la llama.
         No ordeñarás el agua al hielo.
         No tirarás de la venda de angustia
que le tapa los ojos al sueño.
         No partirás la caña de cal
de tus íntimos huesos,
para mostrar a ojos idiotas
la vena amarga de tu tuétano.
         Y no permitirás que por tus labios
se te vacie el avispero
que te pincha en el alma dos glorias:
felicidad…, remordimiento…
El jardín rugirá en el corsé
de una verja de orgullo de hierro…
¡Rabindranath Tagore
me nombrará su jardinero!



firma de J. Alcaide mejorada




La voz del agua sin vida
es la que empieza a sonar;
en cangilones de versos,
cantando y contando, va…
¡Ay, si el instante que canta
Contara una eternidad!
“A la una
Dio la mula.
A las dos,
El cangilón.
A las tres…”
                        Y el primer verso
Comiénzase a derramar…
(¡A las tres! Sí, como entonces:
Las tres…, una tarde… ¡Ya!)










XOSÉ MARÍA ÁLVAREZ BLÁZQUEZ [9652]

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Xosé María Álvarez Blázquez
Xosé María Álvarez Blázquez (Tui, 5 de febrero de 1915 - Vigo, 2 de marzo de 1985) fue un escritor (especialmente conocido como poeta) en lengua gallega y española. Dentro de la historia de la poesía gallega, se halla adscrito a la llamada generación de 1936.
Galardonado con el Pedrón de Ouro en 1981, miembro numerario de la Real Academia Galega, cronista oficial de la ciudad de Vigo y miembro del Instituto de Estudos galegos Padre Sarmiento, fue homenajeado con en el Día de las Letras Gallegas del año 2008.
Hijo del médico Darío Álvarez Limeses y tercero de seis hermanos, estudió Magisterio en Pontevedra. Tras conocer a Alexandre Bóveda, ingresó en 1933 en la Federación de Mocedades Galeguistas (del Partido Galeguista).
Inició estudios por libre de Filosofía y Letras en 1936, pero el comienzo de la guerra le impidió continuarlos. Su primer destino como maestro fue en Olivas (Vigo); obtuvo plaza por oposición en Coia (Vigo), pero nunca la llegó a ocupar: tras ser fusilado su padre en Tuy por el bando nacional, Xosé María fue suspendido de empleo y sueldo trasladado a Coreses (Zamora). En 1942 pidió la excedencia voluntaria.
Regresó junto con su familia a Vigo y, en 1945, empieza a trabajar como secretario de la Cofradía de Pescadores "San Franciso" de esa misma ciudad. Consigue quedar finalista del Premio Nadal con la novela En el pueblo hay caras nuevas, acontecimiento que supuso el comienzo de su carrera literaria y de su actividad cultural.
Se casó en 1946 con María Luisa Cáccamo Frieben, con quien tendría seis hijos.
Fundó con Luis Viñas Cortegoso la Editorial Monterrey en 1950 (antes habían creado la Librería homónima). Recibió en 1954 el Premio Pondal de poesía del Centro Galego de Buenos Aires.
En 1962 ingresó en la Real Academia Galega, y en 1964 fundó Edicións Castrelos.
En 1968 regresó a la actividad docente como profesor de Formación Humanística en el Instituto Politécnico Marítimo Pesquero.
En 1970 murió una de sus hijas, María Luisa ("Colorín"), hecho que le inspiraría varios poemas.
Su actividad intelectual se reparte entre la escritura y sus intereses polifacéticos en arqueología, etnología, crítica literaria, periodismo, etc. e, incluso, en política, llegando a formar parte de la candidatura por el Partido Galeguista a las elecciones municipales de 1983.
Enfermo del corazón desde 1982, murió a causa de un infarto de miocardio.
En 2008 se le dedica el Día das Letras Galegas.

Obras

Os ruíns, 1936 (relatos)
En el pueblo hay caras nuevas, 1945 (novela en castellano)
Poemas de ti e de min, 1949 (poemario con su hermano Emilio Álvarez Blázquez)
Roseira do teu mencer, 1950 (poemario)
Cancioneiro de Monfero, 1953 (poemario)
Romance do pescador peleriño, 1954 (poemario)
Escolma de poesía galega II: A poesía dos séculos XIV a XIX, 1959
Escolma de epigramas, 1968 (poesía)
A pega rabilongo e outras historias de tesouros, 1971 (narrativa infantil)
Escolma de poesía medieval, 1975
Canle segredo, 1976 (escrito en 1954) (poemario)






COHETES

Cohetes en la noche azul,
florecida de añoranzas;
cohetes sobre los campos,
cohetes sobre las aguas,
cohetes sobre los cuerpos,
cohetes sobre las almas.

Quien fuera fugaz cohete
que en la noche reventara,
después de subir lo ansiado
para no esperar ya nada.
¡La caña a la tierra: el cuerpo,
y el humo al espacio: el alma!...

Tuy, 1934







YO QUIERO...

Yo quiero que me entierren donde haya habido un árbol,
en ese hueco amigo que ha dejado al marchar;
que mi carne dé savia a las raíces mustias
y mis huesos, con ellas, formen un solo haz.

Y así, a la primavera, tengan nuevos retoños,
con esa fuerza invicta de todo cuanto nace.
¡Yo quiero el sepulcro inhóspito y sombrío
en donde vanamente se haga vida mi carne!.

Tuy, 1934







Era un airiño soave
que se ergueu pola mañán
e viña de non se sabe.
Era un recendo de rosas
de roseira de ningures,
que se meteu pola porta.

Era unha cantiga leda
que nascía non sei onde
e petaba na fiestra.

Era unha gracia sotil
que baixaba das estrelas ...

¡Eras ti!








SOLPOR

A Xoán Vidal, en lembranza da súa visitas
Ao meu lar de Coruxo

Xa non é tempo de falar das rosas,
soños, amores, vida que pasou.
Agora chegan voces vagarosas
i eu, nun besbello, lles respondo: Vou…

Nin verso acedo nin amarga queixa.
De qué nos han valere, miña amiga!
Imos desengrellando esta madeixa
con lástima de nós e con fadiga.

Os fillos… Xa alá agarda a nosa prenda
-luz dos días abertos e louridos-
Os fillos! Santo e seña da contenda,
eles dediante e nós atrás, feridos.

Pousaremos os pés na branca area
mentres o día no solpor devala.
Nin ti ouces xa a o balbordo da marea
nin teño eu ansias de prender a fala.

Silandeiros os dous, de mans collidas,
imos devagariño pola praia,
de par en par os pasos, como as vidas…
A luz do sol, sobre do mar, esmaia.

Coruxo, 29 de agosto de 1982 






ALBERTO ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS COBOS [9653]

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Alberto Álvarez de Cienfuegos Cobos
Alberto Álvarez de Cienfuegos Cobos (Martos, Jaén, 15 de agosto de 1885 - Puertollano, Ciudad Real, 18 de noviembre de 1957), escritor, periodista, poeta y dramaturgo español.

Poeta, dramaturgo, aventurero modernista de la palabra, amante de los jardines y leyendas de Granada, España, Alberto Álvarez de Cienfuegos Cobos fue quien llevó el Sacromonte a la escena madrileña en el mes de julio de 1936. Su posición progresista y republicana, su negativa a colaborar con el régimen de Francisco Franco, le valió años de olvido y una muerte en el exilio de las letras. Hoy ve la luz en algunas semblanzas de autores modernistas andaluces. No obstante, sus obras siguen cubiertas por el polvo del tiempo, a la espera de una necesaria reedición y recuperación.
Nacido en el seno de una familia granadina, pero en una finca de la localidad jienense de Martos ante la epidemia de cólera desatada ese año en Granada. Pasada la epidemia, la familia retorna a su domicilio granadino del número 18 de la Plaza de Santa Cruz, hoy sede del Colegio de Abogados. Fueron un total de once hermanos, todos varones, de los que sólo sobrevivieron siete.
El apellido familiar paterno, proviene de los Álvarez, oriundos de Asturias, que emigraron sobre el siglo XVIII a Cuba, donde se instalaron en la ciudad de Cienfuegos. A su regreso a España su apellido queda unido definitivamente a esta ciudad cubana como Álvarez de Cienfuegos. La rama granadina está emparentada con el conocido y estudiado poeta del siglo XVIII, Nicasio Álvarez de Cienfuegos.
Fue formado en un ambiente de gran actividad cultural desde su infancia. Su padre era catedrático de alemán en el único instituto de la época en Granada y su abuelo materno, Francisco Javier Cobos Rodríguez, fue uno de los fundadores, junto a Pedro Antonio de Alarcón, de la célebre tertulia y grupo intelectual de la Cuerda Granadina y creador del periódico El Progreso.
Alberto cursó estudios en el colegio de los escolapios y posteriormente Ciencias y Derecho en la Universidad de Granada, donde coincide con su gran amigo Blas Infante, padre del Nacionalismo andaluz. Su verdadera vocación finalmente se manifestaría en el terreno de las Letras. En esta época universitaria empieza a cultivar intensamente su actividad literaria con colaboraciones poéticas en revistas como Alhambra, dirigida por Paula Valladar. Primando desde esta época en sus composiciones la musicalidad del verso, el principio rítmico del poema, sus preferencias literarias se inclinan hacia el ya consolidado modernismo, del que será uno de sus últimos representantes y cultivadores. Francisco Villaespesa, al que dedica su primer libro, constituirá su punto de referencia en la búsqueda de ese lenguaje poético nuevo y musical.
Su opera prima, Andantes (1910), constituye un reconocimiento y homenaje a su amigo Francisco Villaespesa, si bien, una vez superada esta influencia, desarrolla una original y armoniosa voz poética propia. Las dedicatorias de este poemario ofrecen un escaparate de las relaciones literarias de Alberto Álvarez de Cienfuegos con autores modernistas de su misma generación como Luis Huertos e Isaac Muñoz.
La vida del escritor transcurre entre Madrid y Granada. Casado con Leonor Torres Molina, aún existe en el Albaicín el carmen con el nombre de su esposa Leonor, domicilio familiar al terminar la Guerra Civil. Tuvo tres hijos: Alberto Álvarez de Cienfuegos Torres, que siguió sus pasos literarios pero en novela policíaca, Carmen y Cristian.
Alberto, persona muy culta, a la cual contribuyó la gran biblioteca familiar, dominaba varios idiomas. Por su carácter emprendedor, desempeñó todo tipo de trabajos y se embarcó en empresas de dudoso éxito. Llegó a ser uno de los primeros productores de cine español y traductores de rótulos de cine mudo.
La Guerra Civil le sorprende en Madrid, donde permanece hasta el final de la contienda. De talante progresista y de ideología republicana, tuvo la suerte de no haberse significado políticamente tanto en sus colaboraciones como públicamente. No obstante, una vez instaurada la dictadura militar y al ser requerido a colaborar por el Movimiento Nacional y negarse a ello cayó en el olvido y el desprecio de su obra por parte de las autoridades franquistas.
Alberto fallece en Puertollano el 18 de noviembre de 1957, en casa de su hija Carmen, donde había residido los últimos años de su vida.
Sin reediciones de sus obras, los libros de Alberto Álvarez de Cienfuegos sólo se encuentran ya en algunas bibliotecas, en ese exilio amarillo de las estanterías.

Obra

Sus poemas, nostálgicos, melancólicos y sombríos, reflejan el carácter del autor. Uno de los símbolos más característicos es el jardín, concretamente referidos a los alhambreños. Precisamente, la última parte de Andante, título que continúa el Andantes y allegros (1877) del poeta andaluz Manuel Reina, está dedicada a los jardines y paisajes granadinos pintados por el catalán Santiago Rusiñol. En su poesía predomina la sugerencia, el anhelo espiritual sobre la materia, todo ello con un tono de pesimismo melancólico, propio de la incertidumbre existencial de su época. Sintió en lo más profundo de su ser la tristeza de las cosas, tristeza a la que Francisco Villaespesa había dedicado su libro “Tristitiae rerum” (1906). El poeta granadino Manuel de Góngora (Granada, 1889 - Buenos Aires 1953) también haría notar esa tristeza de su amigo Alberto en el poema que le dedicó.
Tras este primer libro, la obra del granadino adquiere un nuevo rumbo al pasar de una poesía muy estética y culta a una veta más regionalista y de canto a Andalucía. En esta línea quedan clasificadas obras como “Tragedias pasionales” (1915), “Generalife”, “Los dos Alcazares, Alhambra y Generalife”, aparecidos en 1916 y unificados por el mismo motivo. Después vendrán, a lo largo de seis años, “Solar andaluz”, “Cármenes de Granada”, “Cuando el Douro canta”, “Escuchando las fuentes”, “Glosario Andaluz” y “Sol de España”.


«¡Quiero vivir la vida de montaña, tener mi hogar junto al azul del cielo, ser fuerte como roca de granito y libre como el viento! Poder hundir mis ojos en los anchos horizontes de límites inciertos, que, como las humanas ambiciones, aumentan a medida que ascendemos. Quiero olvidar cuanto en el mundo supe, aprender el lenguaje del silencio y conversar a solas con los astros que pueblan la amplitud del firmamento...».

Alberto Álvarez de Cienfuegos Cobos: La Vega, la ciudad y la sierra


Además de la poesía, Álvarez de Cienfuegos se dedicó también al teatro poético. Estrenó varios dramas con notable éxito, entre ellos una versión de la conocida leyenda sobre el Palacio de Castril, titulada “Esperándola del cielo” (1920). La llevó a cabo, con presentación en Granada, la compañía de Ricardo Calvo, uno de los actores más famosos de la época. A esta obra siguen “La venganza de mar” y “Una mujer y un cantar”, ésta última en colaboración con Miguel la Chica.
El granadino escribió algunas obras de teatro de rango menor como la zarzuela “La reina del barrio chino” y la ópera bufa en dos actos “La corte del rey Jati”.
Mientras se dedicaba a la poesía y al teatro colaboró en publicaciones locales y nacionales como El Defensor de Granada y El Noticiero Granadino; y revistas como Granada, Reflejos, La Esfera y Blanco y Negro. En el Defensor de Granada coincidió con su hermano Valentín, amigos ambos de Constantino Ruiz Carnero y Federico García Lorca.

Ronaldo (1912). Generalife. El Defensor de Granada.
Tragedias pasionales. Editor no conocido. 1915.
Los dos Alcazeres. Alambra y Generalife. Editor no conocido. 1916.
Solar Andaluz. Editor no conocido. 1917..25.
Carmenes de Granada. Ediciones Ventura. 1925.
Poetas Andaluces en la Orbita del Modernismo. Ediciones Alfar. 2000.
José Ortega, Celia del Moral (1999). Diccionario de escritores granadinos. Ed. Universidad de Granada.
Tapia, Juan Luis (10 de diciembre de 2001). Alberto Álvarez de Cienfuegos. El Poeta de la Melancolía. Diario El Ideal. Granada. VivirCultura.






LA TORRE DE LA VELA

Fue fortaleza inexpugnable un día
y luego mirador de tal belleza,
que, siendo sin rival la fortaleza,
rival tampoco el mirador tenía.
Entonces era torre que se erguía
retando al invasor con su firmeza.
Es hoy balcón de la naturaleza
y el lago inmenso del paisaje espía.
Los árboles del bosque la aprisionan.
Los oros del crepúsculo coronan
su espadaña, tiñéndola de grana.
Y cuando queda la ciudad dormida,   
la arrulla entre las frondas escondida
la metálica voz de su campana.

(De La Vega, la Ciudad y la Sierra)






A UNA MUERTA

Ante el sepulcro en que tu cuerpo yace,
mi planta temerosa se detiene,
mientras mi mano trémula deshace
líricas flores que a ofrendarte viene.
El tesoro sin fin de tu cariño,
sobre mí derramaste sin medida.
Para ti he sido, siempre, incauto niño
cuyos pasos guiabas por la vida.
Más bienes de tu amor he recibido,
que lágrimas mis ojos han vertido
llorando la amargura de perderte…
¡Y eras tan buena, me quisiste tanto,
que pienso que en las puertas de la muerte
solo te hizo llorar mi propio llanto!

(De Generalife)








NOCTURNO INTERIOR

(Fragmento)

Sendero de plata,
camino de ensueño
que marcas un surco
de paz en el huerto,
junto a tus rosales
y a tus jazmineros
trocose su llanto 
dulzura de besos.
Nos diste reposo, 
nos diste silencio,
y por tus arenas
de luna y de incienso,
vagamos perdidos
en alas de un vértigo. 
Tú fuiste testigo
de aquel amor nuestro,
de aquella ventura,
de aquel sentimiento
bendito, que era
más dulce y más tierno
que el fruto que pican
los pájaros nuevos.
¿Te acuerdas camino,
camino de ensueño
que marcas un surco
de paz en el huerto? 

(De La Vega, la Ciudad y la Sierra)






A TALAVERA

Como un rico bordado del tapiz de Castilla
donde acaba en hoguera lo que fue tornasol,
al extraño te muestras orgullosa y sencilla
con la noble arrogancia de un hidalgo español.

La corriente del Tajo para honrarte se humilla,
y en su cauce de bronce convertido en crisol,
cada gota de espuma que cautiva la orilla
es un ramo de rosas a los besos del sol.

Y fragancias de glorias legendarias respiras.

Y embriagada de estrellas, a la noche suspiras,
y te duermes llorando por el muerto esplendor.

Y al brillar de la aurora la guirnalda primera,
como el cauce del río, tú también, Talavera,
cada gota de llanto lo conviertes en flor.






JOSÉ ANTONIO BALBONTÍN [9654]

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José Antonio Balbontín en 1935

José Antonio Balbontín
José Antonio Balbontín Gutiérrez (Madrid, 8 de octubre de 1893 – Madrid, 7 de febrero de 1977), abogado, político y escritor español.

Hijo de Adolfo Balbontin González, abogado de inquebrantables convicciones católicas, letrado del Consejo de Estado y Magistrado del Tribunal Supremo. Su familia heredó un próspero negocio de anisados en Sevilla. Este será el motivo por el que mantendrá una especial relación con la ciudad. Su padre fue uno de los principales impulsores junto con el cardenal Marcelo Spínola del monumento que erigió a la Inmaculada, en la Plaza del Triunfo de Sevilla, en 1918.
Estudia en Madrid el bachillerato y Derecho en la Universidad Central. En 1917 ingresa en el Grupo de Estudiantes Socialistas donde se dedicó, con preferencia, a las lecturas de tendencia anarquista. Una vez que finalizó sus estudios de Derecho se dedicaría a defender a los marginados sociales y a los que estaban perseguidos por sus ideas políticas, por eso luchó con todas sus fuerzas contra la dictadura de Primo.
En 1930 se afilia al Partido Radical Socialista de Marcelino Domingo, llegando a presidir la agrupación de Madrid, pero tras el congreso de mayo de 1931, una vez proclamada la Segunda República Española, lo abandona por discrepancias con la política de colaboración con el gobierno. Fundó, con algunos amigos, el Partido Social Revolucionario que tenía por principal misión la expropiación forzosa, sin indemnización, de los latifundios de origen señorial para entregárselos a los sindicatos. Ese mismo año 1931 obtiene el acta de diputado por Sevilla, formando parte en la misma candidatura, Ramón Franco y Blas Infante y con el apoyo decidido de una parte de los anarquistas sevillanos encabezada por Pedro Vallina.
Durante las Cortes Constituyentes formó un grupo que se hicieron notar por su política gubernamental: los jabalíes. Su aislamiento parlamentario y su espíritu revolucionario le inclina en marzo de 1933 a que el Partido Social Revolucionario, que él representa y la Izquierda Revolucionaria y Antiimperialista de César Falcón, ingresen en el minoritario Partido Comunista de España, convirtiéndose así en el primer representante comunista en las Cortes.
En las elecciones a Cortes de 1933, no obtuvo plaza, al ser derrotada la candidatura comunista en la circunscripción de Sevilla, y en la primavera de 1934 pierde su fe en la eficacia de los métodos comunistas.
Tras el estallido de la guerra civil española, abandona las filas del partido de Izquierda Republicana, donde apenas había tenido ocasión de actuar, y vuelve a ingresar en el Partido Comunista que lo recibe sin ninguna dificultad ostensible. Entra a trabajar en el órgano comunista Mundo Obrero, y La Tierra.
Más tarde fue nombrado Magistrado de la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo de España con sede en Valencia.
Durante este período, participa en juicios en los que se aplicó la pena de muerte, sobre todo a militares que apoyaban la sublevación. Pascual Marzal (Magistratura y República. El Tribunal Supremo 1931-1939) afirma que "los expedientes de depuración de los magistrados que quedaron en España, lo describen como un magistrado dispuesto siempre a denegar los indultos para aplicar la pena de muerte a los militares que desertaban o realizaban actos de sabotaje".
Con la guerra perdida, se exilia en Cardiff, ciudad de Gales, y aquí se encuentra con su mujer, la militante comunista María Muñoz Cenzano, con la que se había casado en 1926 y que estaba en casa de un hermano suyo que ejercía de cónsul. Después, el matrimonio se traslada a Londres, donde más tarde rompe de nuevo con el Partido Comunista.
Después se formó en Londres una Comisión Coordinadora de la Junta Española de Liberación, que quedó organizada en noviembre de 1944, bajo la presidencia del socialista Luis Araquistáin y secretario Balbontín.
Definitivamente Balbontín regresa a España a finales de 1970 donde siguió colaborando en la revista Índice y en los periódicos ABC y Ya, además de otras publicaciones. Pero le sorprende la muerte el 9 de febrero de 1977, a los pocos días de haber sido atropellado por un coche

Obras

Poesía

Albores, 1910
De la tierruca, 1912
La tierra de la esperanza, 1917
Inquietudes, 1923
Romancero del Pueblo, 1930
Por el amor de España y de su Idea. México, 1956.

Teatro

¡Aquí manda Narváez!, Teatro de la Latina, 25 de junio de 1935.
La Canción de Riego. Teatro Chueca, 24 de abril de 1936.
El cuartel de la Montaña. Teatro Español, 15 de septiembre de 1936
El Frente de Extremadura, Teatro Maravillas, 1936.
Pionera, Teatro Maravillas, 1937.

Novela y ensayo
Una pedrada a la Virgen. 1932
El problema de la tierra en España y el mundo. Buenos Aires. 1952
La España de mi experiencia. 1952
Las Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes. México, 1963.
¿Dónde está la verdad? 1967
A la búsqueda del Dios perdido. 1969.
Reflexiones sobre la no violencia. 1973.
Jesús y los Rollos del Mar Muerto. 1986.


José Antonio Balbontín,
poeta y político comunista

Por José María García de Tuñón Aza



«Puede ser un heterodoxo, un revolucionario, un desengañado de la sociedad actual; ni entro ni salgo en estas descalificaciones que, por otro parte, no hacen al caso tratándose de una obra de arte, de un libro de versos. Lo que desde luego afirmo es que este hombre que tiene afán de Dios, amor a la humanidad y horror de la injusticia, sembrará el bien, en todos sus pasos, a lo largo del camino de la vida. A este hombre le duele el dolor de la humanidad y su reino no es de este mundo. Escuchadle con emoción: es un poeta», escribió el poeta Eduardo Marquina en el prólogo a un libro de José Antonio Balbontín, que nació en Madrid el 8 de octubre de 1893 en el seno de una familia católica. Pero confieso que la primera vez que mi mente fijó su nombre fue cuando hace años en el número 129 de la revista Historia 16, publicado en enero de 1987, leía una carta que llevaba por título José Antonio, Azaña y Balbontín, firmada por Ernesto Sánchez García-Ascaso, que decía conservar un escrito del parlamentario comunista en el que, entre otras cosas, expresaba:

«Fui un buen amigo de José Antonio Primo de Rivera. Él quería una reforma agraria mucho más radical que la mía, pero es claro que nadie le hizo caso. Discutí largamente con él –especialmente en la Sala de Togas de abogados de Madrid– sobre democracia, aristocracia y teocracia, pero nunca llegamos a un acuerdo. Durante nuestra deplorable guerra civil intervine personalmente en la gestión hecha para cambiar a José Antonio por el hijo de Largo Caballero; pero alguien –no sé quién– de la alta jerarquía franquista (subrayados del autor) se opuso a este intercambio.»

Años más tarde, el también comunista José María Laso Prieto, recientemente fallecido y que fue presidente de la Fundación Isidoro Acevedo, escribió un largo artículo sobre José Antonio en el que manifestaba:

«Entre las convicciones sociales de José Antonio Primo de Rivera, figuraba en un primer plano un proyecto de reforma agraria. Incluso se atribuye a José Antonio Balbontín, que había ingresado en el Partido Comunista de España procedente del Partido Social Revolucionario, la afirmación de que el proyecto de reforma agraria de José Antonio era incluso más avanzado que el del PCE, donde ya entonces militaba Balbontín.»

Después, muy recientemente, he encontrado un artículo dedicado a él y publicado en el diario Región de Oviedo el 29 de abril de 1969, donde su autor, el jesuita V. Feliú, dice haber hallado un grueso volumen de sus poesías, con motivos religiosos la mayor parte, y en el que Balbontín en el prólogo escribe: «Creo porque mi madre me enseñó a creer y le juré guardar en el corazón el tesoro de tan alta sabiduría». Sin embargo, al parecer, en algún tiempo, este comunista, publicó algunos artículos con graves errores dogmáticos. Pero esto no quita para que después de que el periódico madrileño El Debate –según sigue diciendo el autor del artículo–, escribiera en una de sus ediciones que los oradores de un mitin comunista «prorrumpieran en blasfemias contra lo divino y lo humano», el propio Balbontín mandara una carta al mismo periódico, que decía: «Pero yo... por buen gusto, por dignidad personal, yo no blasfemo». Efectivamente, una de sus poesías llevaba el siguiente título, Una blasfemia y un beso: la blasfemia es de un padre, que al pronunciarla produce el llanto del niño; el beso es de la madre, que con una alabanza a Dios, se lo da a su hijo y el niño se duerme. El poema termina con esos versos:

¡Cómo hiere el alma
la blasfemia infame!
y…¡cómo consuela
un beso de madre!

Aunque el articulista no cita el título del «grueso volumen» se trata del primer libro de Balbontín, con prólogo de Luis Montoto, notario eclesiástico, y que fue publicado en 1910, con varios poemas dedicados a la Virgen dada su devoción a la Inmaculada, a quien tanto adoraba su madre que «hubo de abandonarme para ir al cielo, cuando yo tenía seis años. Mi libro de versos místicos Albores, escrito a los doce años, fue simplemente un grito de angustia infantil ante la ausencia de la madre que voló al cielo para no volver». La triste noticia se la dio su hermana mayor Concha y su padre le dijo que no se había quedado huérfano, puesto que la Virgen María, Madre de Jesús, era también su madre. El libro mereció en su momento los elogios de los más insignes escritores católicos de la época; entre ellos, dicen que el de Marcelino Menéndez Pelayo a quien le dedicaría un ejemplar cuya dedicatoria reproducimos en estas mismas páginas. «De joven –sigue escribiendo Balbontín– fui católico de comunión diaria (aunque nunca fui seminarista, como ha supuesto erróneamente uno de mis críticos más amables). Por aquel tiempo yo no tenía la más leve duda de que cada vez que yo ingería la hostia consagrada penetraba, no ya en mi pobre almita, sino también en mi cuerpo deleznable, toda la majestad del Dios Uno y Trino; es decir, el Padre con todo su Poder, el Hijo con todo su Amor y el Espíritu Santo con toda su Sabiduría» (ibid.). Ya cuando hizo su primera comunión, compuso una décima devota a Jesús Sacramentado:

Me admira, Señor, que siendo
el Rey de la Creación,
quepas en mi corazón
sin que esté mi pecho ardiendo.
Sólo Dios mío, lo entiendo
porque lo supe de ti;
y, al pensar que te ofendí,
atormentarme consigo,
viendo que, en vez del castigo,
Tú mismo te das a mí.

Su padre había nacido en Sevilla y era un devoto de la Inmaculada Concepción: «Se pasó la vida adorándola –escribió Balbontín–, y pocos años antes de morir, gozó el deleite místico de contribuir con especial esfuerzo a la erección de un monumento a la Virgen de su ideal en una plaza pública de Sevilla, que resultó de escaso valor artístico, a mi juicio, pero que a él le parecía espléndido por el simple hecho de estar dedicado a María Inmaculada». Su madre, nacida en la montaña de Santander y educada en Sevilla, murió cuando sólo tenía seis años, pero la recordaba así:

«Era de una belleza extraordinaria, que yo no heredé, aunque sí algunas de mis hermanas. Tenía unos ojos negros hermosísimos, como los de la Inmaculada de Murillo, que miraban con una dulzura inefable. De su pensamiento íntimo no tengo noticias directas, aunque sí recuerdo que una mañanita en que mi madre me estaba enseñando a persignarme (supongo que entonces tendría yo tres años), sentada ella en la cama con mi padre, yo de rodillas junto al lecho, me dijo con el tonillo corriente de las escuelas de párvulos: Pórla señal… delaSanta Cruz… Mi padre la corrigió académicamente: No es así. Enséñale como debe decirse: por la señal de la Santa Cruz. Mi madre replicó suavemente: ¿Qué entiende el niño de estas cosas? Es curioso: se me quedó grabada esta escena» (ibid., págs. 17 y 18).

En 1912 publica el libro titulado De la tierruca, consecuencia de su estancia en el pueblo cántabro de Hijas, lugar donde su abuela materna tenía una bonita casa de piedra típica de Cantabria. El libro fue «simplemente un tenue reflejo de mis sensaciones epidérmicas y mis quimeras infantiles: la belleza de los campos, la paz de los hogares pueblerinos, la bendición de Dios sobre aquel remanso de la vida» (ibid., pág. 35). También un ejemplar de este título se lo dedicaría a Menéndez Pelayo con este texto: «Al Excmo. Sr. D. Marcelino Menéndez y Pelayo, la mayor gloria de España, el más humilde de sus admiradores.» Después regresaría a Sevilla con su candorosa poesía La golondrina compuesta entre las brumas invernales de Hijas y que fue premiada con el primer accésit en los Juegos Florales de Sevilla. Leería más tarde la poesía La golondrina ante el público sevillano vestido de pantalón corto como corresponde a un «niño prodigio», cuyos primeros versos decían así:

Ya llegó, cantando amores, la ligera golondrina
y anidó en al balconcillo de la casa alabastrina,
casa blanca, casa limpia, del pastor de Carrascal;
y besó con el plumaje de sus alas los caminos
y vertió sobre los campos el torrente de sus trinos,
dulces trinos que aprendiera de la gaita del zagal.

Su tercer libro, también de poemas, La risa de la esperanza, aparece en 1914 siendo «fruto del descubrimiento del amor (platónico)» nos dice José Manuel López de Abiada, catedrático de la Universidad de Berna y autor de la Antología poética (1910-1975) de Balbontín. Este tercer libro está dedicado, a la Infanta Paz de Borbón, en cuyo pecho ha florecido el rosal de las tres rosas blancas: Amor, Patria (con un apartado dedicado a la patria chica, Madrid, y otro a la patria grande, España) y Fe. López de Abiada sigue escribiendo:

«Hasta ahora, que sepamos, nadie ha estudiado con detenimiento la meritoria aportación cultural de Balbontín. Sin embargo, su obra es, además de muy nutrida, reveladora, representativa y señera a la vez. Su poesía no sólo ofrece el interés de haberse apartado –ya en 1925– del esteticismo dominante (la estética purista, el enfoque de distanciamiento y depuración, la evasión humorística, &c. estaban entonces muy de moda), sino también de optar abiertamente por una poesía social y política, adelantándose así, en solitario, a Alberti y a Prados.»

En 1917 ingresa en el Grupo de Estudiantes Socialistas donde se dedicó, con preferencia, a las lecturas de tendencia anarquista. Ese mismo año estalla la revolución bolchevique de Octubre y todos los estudiantes socialistas se hicieran marxistas. «Los primeros comunistas –dice Balbontín– que reclutó en España la revolución de Lenin fueron los estudiantes de nuestro grupo. Nos hicimos todos comunistas en el momento mismo en que Lenin logró apoderarse del Kremlin» (La España…, pág. 143). Es en este año cuando al parecer pierde definitivamente la fe, «en plena juventud», dice él, aunque ya había comenzado a tambalearse al estallar la guerra europea de 1914 y también con el descubrimiento de la tragedia, «positivamente anticristiana», del campo andaluz. Por eso se puso a buscar afanosamente un sustitutivo terrenal que más tarde recordaría así: «Recorrí un largo camino entre tinieblas que no me ha llevado a buen puerto. Fui panteísta espinosiano, deísta rousseauniano, ateo a lo Feuerbach y casi a lo Sartre (antes de leerlo), republicano liberal y esperanzado en la bondad humana a lo Giner de los Ríos (de esto no me he curado aún), socialista templado a lo Besteiro (aquel santo laico), comunista leninista (aunque siempre un poco trotsquista, con perdón de Mao), anarquista a lo Kropotkin) y a veces a lo Tolstoi (aunque sin grandes esperanzas de que su sueño fuese realizable) y, en fin, en los momentos más desesperados, nihilista a lo Hartmann, aquel artillero retirado que no halló para nuestra desventurada humanidad mejor solución que la del suicidio universal. Este torbellino de mi vida intelectual me ha servido para comprender a todos, pero también para no fiarme de nadie (¿quién puede estar seguro de algo?). Después acudió a teólogos en plena crisis de fe, pero no lograron convencerle de que tuvieran razón, aunque nunca dudó de su honradez. Los argumentos deístas de Santo Tomás de Aquino le parecieron insuficientes, como a Kant, y las intuiciones místicas de San Agustín, demasiado fantásticas porque no solamente no resolvieron sus problemas sino que vinieron a complicarlos. Sin embargo más adelante escribe: «Pues bien, en plena lucha (simplemente retórica) por el comunismo marxista y ateo, yo seguí amando a Cristo. No acepté jamás el dogma comunista de que Jesucristo no ha existido nunca» (A la busca…, pág. 149). Y también: «He cambiado muchas veces –en mi busca incesante de la verdad– mis concepciones religiosas políticas y sociales; pero he sido siempre fundamentalmente cristiano. No encuentro, ni he encontrado nunca, a lo largo de la Historia, un hombre más digno de veneración que Jesucristo» (ibid., pág. 164).

Por eso en su libro ya citado Inquietudes publica unos versos que reflejan su lucha interior y que precisamente llevan el título de Mi tragedia interior:

Tragedia de mis teorías
en lucha con mi fervor:
llevo a Marx en el cerebro
y a Cristo en el corazón…

Bien sé que el pueblo oprimido
sólo se puede salvar
con rebeldías heroicas,
según la idea de Marx…

¡Ay! Pero me arde en el alma
la mirada de Jesús
y aquel amor de su abrazo
sublime desde la Cruz…

¡Grandeza del heroísmo!...
¡Deliquios del dulce Amor!...
¡Tragedia de mis teorías
en lucha con mi fervor!...

Una vez que finalizó sus estudios de Derecho se dedicaría a defender a los marginados sociales y a los que estaban perseguidos por sus ideas políticas, por eso luchó con todas sus fuerzas contra la dictadura de Primo Rivera al que le dedicaría un soneto acróstico (Primo es borracho) que llegó a publicar en el periódico oficioso La Nación el día 15 de abril de 1929 –«dedicado precisamente a exaltar el homenaje rendido por cuatro labriegos inconscientes y diez cortesanos sin decoro al supuesto salvador de la Patria»–, firmado por María Luz de Valdecilla como simple estratagema que unida al estilo candoroso de la composición hizo posible que viera la luz en plena dictadura. Lo titulaba A Primo de Rivera:

Paladín de la Patria redimida,
Recio soldado, que pelea y canta;
Ira de Dios, que cuando azota es santa;
Místico rayo, que al matar es vida.
Otra es España, a tu virtud rendida;
Ella es feliz bajo tu noble planta;
Sólo el hampón, que en odio se amamanta,
Blasfema ante tu frente esclarecida.
Otro es el mundo ante la España nueva:
Rencores viejos de la edad medieva
Rompió tu lanza, que a los viles trunca;
Ahora está en paz tu grey bajo el amado
Chorro de luz de tu inmortal cayado.
¡Oh pastor santo! ¡No nos dejes nunca!

Una vez caída la dictadura fundó, con algunos amigos, el Partido Social Revolucionario que tenía por principal misión la expropiación forzosa, sin indemnización, de los latifundios de origen señorial para entregárselos a los sindicatos. Ese mismo año 1931 obtiene el acta de diputado por Sevilla, pero al no conseguir sus propósitos volvió los ojos hacia Lenin convencido de que «solamente el proletariado es capaz de llevar adelante las revoluciones de nuestro tiempo, incluso la revolución típicamente democrática, como primer paso para preparar la revolución socialista» (La España…, pág. 262), y es entonces, a principios de marzo de 1933, cuando acuerdan los componentes del Partido Social Revolucionario fundirse en masa con el Partido Comunista, convirtiéndose así en «el primer representante comunista en las Cortes». Pero Balbontín, a pesar del poco tiempo que le dejaba la política, también editaba libros y en 1931 publica uno de poemas que dedica A los gloriosos capitanes Galán y García Hernández, fusilados por voluntad del Rey. A ambos consagra un par de poemas: el de Galán comienza con estos versos: En una mañana de oro / se lanza al campo Galán. / El sol derrite la nieve / para que pueda avanzar…; y el de García Hernández: Hermano: tú que caíste / lleno de fe en lo divino, / si es cierto que existe el Cielo, / dile a tu Dios lo que has visto…Escribe en el mismo libro un largo poema que titula ¿Dónde está España?, y del que transcribimos los primeros versos:

El nietecillo pregunta
con el dedo sobre el mapa,
llenos de fuego los ojos:
Abuelo, ¿dónde está España?

El anciano romancero,
que luchó en la barricada
por España y por la Idea
en otra edad ya lejana,
con la mirada transida
de una doliente nostalgia,
rumorea la pregunta
del niño: ¿Dónde está España?

En la primavera de 1934 pierde su fe en la eficacia de los métodos comunistas y abandona el partido escribiendo con cierta nostalgia: «…me sentí casi tan triste como al perder, en mi adolescencia, la fe en la redención divina de Cristo. Otra vez se me quedaba el alma ciega bajo la noche oscura del poema místico de San Juan» (La España, pág. 281), a quien en aquellos diálogos piadosos le hablaba a veces en verso y en estrofas parecidas a las de su Cántico espiritual que describe el camino que recorre el alma hasta llegar a la transformación en Dios, que es el grado más elevado de perfección. Por eso un día sintió la necesidad de dedicar al santo carmelita un largo poema que daba comienzo con estos versos:

¿Dónde te me escondiste,
hermano y me dejaste malherido?
Como el humo te fuiste
tras haberme encendido,
y ahora soy ascua de un amor perdido.

En 1935 estrenó su primera comedia ¡Aquí manda Narváez! en el Teatro de La Latina el 25 de junio, en pleno bienio negro. Estaba inspirada en un proceso histórico que llevó a la horca en 1848, bajo la dictadura del general Narvaéz, a los hermanos Clara y Antonio Marina sin pruebas suficientes para condenarlos. En abril de 1936 estrena en el Teatro Chueca La Canción de Riego, y ese mismo año en septiembre estrena un pequeño drama en un acto titulado El cuartel de la montaña, inspirado, según su autor, en la toma de aquel fortín. Y dentro de lo que se llamó «Teatro de urgencia», durante la guerra civil, participó con las obras El frente de Extremadura, Pionera, y No pasarán. Por esta época, y fiel a su sistema de ocupar en cada momento la trinchera que le parecía más eficaz para combatir a los que él tenía por enemigos tradicionales de su pueblo, abandona las filas del Partido de Izquierda Republicana, donde apenas había tenido ocasión de actuar, y vuelve a ingresar en el Partido Comunista que lo recibe sin ninguna dificultad ostensible. Entra a trabajar en el órgano comunista Mundo Obrero, que se hallaba instalado en los talleres de El Debate que había sido incautado. Tomó parte en varios mítines en la misma línea de fuego y en uno de ellos incitó a los soldados enemigos a sublevarse contra sus oficiales «para salvar la paz y el bienestar de España. Más tarde supe que, en las trincheras de enfrente se hallaba un hermano mío actuando de capitán, y la verdad es que sentí un pavor retrospectivo. ¿Me hubiera agradado que aquella noche, como consecuencia de mi soflama, hubieran asesinado a mi hermano? Seguramente no y esta es la tragedia y la debilidad de nuestra pobre clase media, con sus miembros desgajados en tiempos de convulsión social» (La España, pág. 364). Cuando más tarde fue nombrado Magistrado de la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo del Tribunal, recuerda «que Azaña se quedó un poco sorprendido al verme aparecer ante él, en su palacio de Valencia, con estos rimbombantes títulos. Tal vez temió en aquel instante que nuestras instituciones más solemnes se estuvieran radicalizando con exceso» (ibid., pág. 365). Ciertamente, Azaña no lo trata muy bien en sus Memorias, menospreciando, incluso, que comenzara «su carrera pública escribiendo versitos a la Virgen».

Oye, ¡Madre, mi cantar;
yo te adoro, Tú lo ves;
deja que entone a tus pies
las glorias de tu Pilar.
¡España! ven a escuchar
la sublime tradición
de quien puso en la nación
su trono y el de tu gloria,
y a quien debe la victoria
su glorioso galardón.

Cuando durante la guerra Barcelona estaba a punto de caer en manos de los nacionales, el presidente del Tribunal Supremo ordenó evacuar la ciudad a todos los magistrados. Balbontín se traslada a Gerona el 25 de enero de 1939 donde se encontró con su hermana Julia quien le aconsejó que no tratara de quedarse en esta ciudad donde se sabía que nada podía hacerse ya. Sigue los consejos de su hermana y después de cruzar Francia, llega a Cardiff, ciudad de Gales, y aquí se encuentra con su mujer, la militante comunista María Muñoz Cenzano con la que se había casado en 1926 y que estaba en casa de un hermano suyo que ejercía de cónsul. Después, el matrimonio se traslada a Londres donde más tarde rompe de nuevo con el Partido Comunista que echaba la culpa a los gobiernos llamados democráticos de no aceptar la proposición de paz que ofrecía Hitler a la Unión Soviética ya que de esta manera los convertían «en los verdaderos responsables de la guerra. No pude encajar aquello y me di de baja en el Partido Comunista» (La España…, pág. 396). Pero eso no significaba que se apartaba de la política porque en un hotel de Londres, en mayo de 1942, dio una conferencia en la que sostuvo que para él Juan Negrín seguía siendo el jefe del último gobierno legal, aunque «era un jefe de gobierno en crisis, puesto que había perdido el apoyo de casi todos los partidos que habían constituido originalmente su gabinete, por lo que procedía que Negrín dimitiese, lo antes posible, ante la Presidencia de la República, formándose entonces un nuevo Gobierno de amplia concentración republicana, en el que estuvieran representados todos los partidos» (La España…, pág. 428).

Después se formó en Londres una Comisión Coordinadora de la Junta Española de Liberación, que quedó organizada en noviembre de 1944, bajo la presidencia del socialista Luis Araquistain y secretario Balbontín, pero el resultado final fue que le emigración española quedó dividida en dos porque no todos los exiliados se quisieron unir a la recién estrenada Junta. Los comunistas y sus afines anduvieron por un lado y los anticomunistas por el otro, preocupándose más, ambos bandos, de combatirse entre ellos que de luchar contra los partidarios de Franco. Más tarde, una vez, que dimite Negrín, se forma el Gobierno de Giral, al obtener la colaboración de catalanes y vascos y en que «reunidos en petit comité, entre las nieblas del destierro, decidieran anular la Constitución de la República Española de 1931, para substituirla por otra en la que se reconociera explícitamente la personalidad nacional de Cataluña, Vasconia y Galicia y el derecho de éstas a unirse libremente dentro de un Estado Federal Ibérico o a separarse de él, según lo hallaran conveniente» (La España…, pág. 438); pero Luis Araquistain «se declaró decididamente enemigo de que se quebrantara la unidad nacional española bajo ningún pretexto» (ibid, pág. 438). Y a continuación José Antonio Balbontín escribe: «Cuando se plantee este problema en el futuro, dentro de una democracia republicana española, yo lucharé –si tengo entonces vida y fuerza para ello– a favor de todas las libertades individuales y regionales de Cataluña, de Vasconia, de Galicia y del resto de España; pero me opondré, con la misma energía, a todo lo que signifique la división de nuestro país en cuatro pedazos ibéricos independientes» (La España…, pág. 439).

Cansado de vivir fuera de su patria y de que ninguno de sus sueños políticos se hicieran realidad, decide un buen día volver a España «entre otras razones, porque estaba cansado del destierro y porque prefiero morir bajo el sol de Madrid mejor que bajo la niebla londinense» (Reflexiones…, pág. 146). Para lograr su viejo sueño se dirige a Juan Fernández Figueroa, próximo a las tesis falangistas y director de la revista Índice, donde quería publicar algunos artículos a le vez que le manifestaba su desconfianza respecto a la libertad de expresión que pudiera haber en España. «Vamos a probar», le contestó Fernández Figueroa. Y cierto número de esos artículos vieron la luz en Índice y más tarde recopilados y publicados en un libro. El mismo Balbontín lo dice: «La mayor parte de estos capítulos vieron antes la luz en la revista Índice, gracias a la generosa hospitalidad de mi querido amigo Juan Fernández Figueroa, con quien me une, especialmente, nuestro común amor a la libertad del espíritu». Y a este libro le escribió precisamente el prólogo Juan Fernández Figueroa, que lo comenzaba así: «Entre los sentimientos que me ayudan a vivir, uno priva entre otros: el de servir para algo, dar la mano a alguien. Pues bien; a José Antonio Balbontín le di mi mano para que, desde la distancia, se reintegrase a la comunidad española que un día, escéptico, impelido por las circunstancias, abandonó. Y aquí está. El lector verá que se trata de un hombre bueno, noble; de un escritor claro sencillo, que atrae y casi pasma por la soltura y limpieza con que dice lo que quiere» (ibid., pág. 9).

Definitivamente Balbontín regresa a España a finales de 1970 donde siguió colaborando en la revista Índice y en los periódicos Abc y Ya, además de otras publicaciones. Volvió a su antigua Casa del Ateneo de Madrid donde dio alguna conferencia. Sus admirados Miguel de Unamuno y Francisco Giner de los Ríos son algunos de los personajes de los que se ocupó en sus charlas. Pero le sorprende la muerte el 9 de febrero de 1977, a los pocos días de haber sido atropellado por un coche, dejando inéditos algunos libros, entre ellos A la orilla del Támesis, un conjunto de poemas que Balbontín intentó en vano publicar en 1974 y que son «una breve muestra de los muchos poemas surgidos –como él decía– durante las horas libres de emigrado perdido entre las nieblas de Támesis…». Serían presentados años más tarde, el 14 de febrero de 2006, en el Ateneo de Madrid.

Pero antes de su muerte quizá recordara y le sirvieran unas palabras de Angel Herrera Oria, al que conocía desde los Luises de Madrid, cuando un día le pidió consejo sobre lo que podía hacer para recobrar su felicidad de la infancia. El cardenal afable y fraternalmente le contestó: «Reza un avemaría todas las mañanas. Acaso la Virgen María, a la que tanto amaste de niño, te devuelva la fe perdida» (A la busca…, pág. 222).

Devuélveme la dicha
de mi fe juvenil, divina acacia
que tuve la desdicha
de olvidar. Nada sacia
mi sed de amor si no es aquella gracia.

Y una vez hecho esto,
ayúdame a morir como muriera
mi padre, sin un gesto
de pesar, con entera
devoción a la vida verdadera.

Son los últimos versos del poema que un día dedicara a San Juan de la Cruz.





PIONERA

Como soy tan niña,
no quiso mi padre,
cuando fue a la Sierra,
que lo acompañase.
Como soy tan niña,
no me atendió nadie
cuando a grandes gritos
reclamaba un máuser.
Si yo hubiera ido,
camino adelante,
junto a la "Milícia
de los Indomables",
no habrían podido
matar a mi padre.
Me hubiese llevado,
como en otras tardes
de sol y de fiesta,
por los familiares,
sentada en sus hombros,
jugando a besarle
la cabeza rubia,
como hacía madre,
antes que los fríos
nos la arrebatasen.
Si yo hubiese sido
Más fuerte y más grande
me habrían matado
primero que al padre:
le hubiese servido
de escudo mi carne.
Como soy tan niña,
no pude salvarle.
Cuando lo trajeron
con el pecho al aire,
la camisa blanca
teñida de sangre,
los ojos vidriados,
los labios exangües,
ya no pude nada,
ya no pude hablarle
como en otros días,
de tristezas graves,
en que mis palabras
sabían curarle.
Ni siquiera pude
besar su cadáver.
Como soy tan niña,
no quisieron darme
la gloria de hacerle
la guardia a mi padre.
Ahora estoy contenta.
Tengo ya mi sable
colgado del cinto,
"mono" azul granate,
botas de campaña,
morrión de combate.
Delante de todos
llevo el estandarte.
Pionera roja,
capitana grande
de la tropa chica,
me han hecho gigante
mis propios hermanos
de asilo. ¡Que nadie
vuelva a echarme en cara
mi niñez inane!
No más lagrimillas,
que no lavan sangre.
¡En pie, pioneros!
¡Hermanos sin padres!
¡Huérfanos surgidos
del odio y del hambre!
También nuestros puños
sirven de acicate.
Con el puño en alto,
sin miedo a la infame
caterva de monstruos
indignos, cobardes,
que a traición lograron
dejarnos sin padre,
iremos al frente,
si un día los grandes
nos llaman. Haremos
brillar nuestros sables
de papel de plata
con igual coraje
que si fueran llamas
de muerte. ¡Adelante,
compañeros míos
Cuando lo reclame
con gritos de guerra
la España que nace,
la España que amaron
en sueno los mártires,
la que nos quisieron
legar nuestros padres,
pioneros, cachorros
del odio y del hambre,
daremos por ella
también nuestra sangre.








GABRIEL BALDRICH [9655]

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Gabriel Baldrich fue un escritor, poeta y periodista español. Nació en Melilla en 1915, pero siendo muy joven se instaló en La Línea de la Concepción (Cádiz), ciudad gaditana en la que muere el 24 de septiembre de 1998.
En Madrid, mientras estudia Medicina, le sorprende la guerra civil, donde resulta herido, por lo que se le traslada a Alicante, ciudad en la que conoce a Miguel Hernández. Después de la contienda pasa cuatro años de cárcel y dos de batallón disciplinario.
Baldrich publicó con Miguel Hernández y Leopoldo de Luis el poemario Versos en la guerra. Trabajó durante varios años en Diario SUR de Málaga, conociendo a buena parte de los personajes más importantes de la sociedad, la cultura y la política de su época. Como escritor de canciones destaca "Española y gaditana", a la que puso música Rafael Jaén y que es el himno de la Línea. Sus lieder llegaron al Carnegie Hall en la voz de Montserrat Caballé y se oyeron también en el Convent Garden de Londres. Otras divas que han cantado sus letras han sido María Bayo, Marussa Xyni y Carmen Sinovas. En 1992 publicó el poemario "Cartas sin respuesta posible" dedicado a Miguel Hernández. En sus últimos años escribió teatro, publicando "Conejo en salsa para un poeta" y "¡El telón, el telón!" en la editorial Castillejo de Sevilla tras ganar un primer premio regional convocado por la compañía Talía de la Farándula, que escenficó además las obras. Su pieza "Un viento de pena" fue estrenada en Cádiz, posteriormente montada por Talía de la Farándula en Sevilla y ya muerto el autor, dentro de unos actos de homenaje, José Manuel Serrano Cueto, que se encargara de la primera escenificación, volvió a llevarla a los escenarios. Esta pieza se encuentra publicada en la revista cultural Unicornio.
Es Hijo Adoptivo de La Línea de la Concepción, ciudad en la que se le considera uno de sus ciudadanos ilustres.
Obra publicada
Versos en la guerra (Alicante, Socorro Rojo Internacional, 1938);
Tenías razón, capitán (Madrid, Aguilar, 1955);
Cartas sin respuesta posible (Sevilla, Alfar, 1992);
Conejo en salsa para un poeta/¡El telón, El telón! (Sevilla, Castillejo, 1997);
Un viento de pena (Cádiz, Revista Unicornio, 1999).




Romance del molino que no muele

Allí, en la orilla del río,
Mirando a la avanzadilla,
Con tres cárcavos umbríos
Torrando su barriga;
Mirando a Sierra Nevada,
Que es una sábana limpia;
Entre juncos y entre adelfas
Que sus muros acarician,
Triste, solo, abandonado,
Hay un molino sin vida.
Que lo “pararon las balas”,
Me dijo una campesina.
Pero hay algo que habla más,
Algo que el alma domina:
Las ruedas hechas pedazos
Por la metralla enemiga,
Los hierros de sus ventanas
Y sus rejas retorcidas,
Los paredones abiertos
Y su portón hecho astillas.
Y ese silencio redondo
Que en el granero dormita
Y que se asoma temblando
Entre el hollín de las vigas.
¿Dónde estará el molinero?
¿Dónde fue a llorar sus cuitas?
El molino ya no muele
Y el trigo no da su harina.
Por los cárcavos umbríos
El agua corre tranquila.
Las cucarachas del rodezno
No sienten golpes ni heridas.
El polvo cubre la tolva,
La gruesa piedra no gira.
El agua, por el suelillo,
Salta con dolor, perdida.
Entre juncos y adelfas,
Al pie de un monte de divas,
El molino abandonado
Llora sobre sus ruinas.
Que “lo pararon las balas”,
Me dijo una campesina,
Allí, en la orilla del río,
Mirando a la avanzadilla.





Los ríos bajan llorando
la tragedia de los frentes:
salados de sangre joven,
corren con temblor de fiebre.
Sobre el azul de su cielo
toda España se estremece.
Tormentas de acero agudo
y de metralla caliente
desiertos de cal y arena
hacen de sus campos verdes.

(Romance de la tragedia feliz, Versos en la guerra, 1938)






Pelear a todas horas
por campos y barricadas;
con sol de fuego en lo alto,
o a la luz de las bengalas.
Dar la paz a nuestros pueblos
que sufren bajo la garra
de las tropas extranjeras
y de la traición bastarda
¡Luchar! Luchar sin descanso
defendiendo nuestra patria:
la de los trabajadores,
la de los humildes parias.

(¡Qué suerte ser miliciano!, Versos en la Guerra, 1938)



PEDRO BARRANTES [9656]

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Pedro Barrantes
Pedro Barrantes (Valencia, 1850 - Madrid, 1912) escritor y periodista español de la bohemia.

Valenciano para unos, leonés para otros, amigo del escritor Eduardo Zamacois, quien en su libro de mamorias Años de miseria y de risa dejó un puñado de anécdotas del poeta, llevó una juventud bohemia y descreída, durante la cual colaboró en la famosa revista anticlerical, dirigida por Ramón Chíes, Las Dominicales del Libre Pensamiento. Sufrió procesos y cárceles por sus violentos e ingeniosos artículos contra la religión, la monarquía y las instituciones sociales de gobierno y justicia; no siempre los escribía él, ya que trabajaba por un duro diario como "hombre de paja" del periódico El País, firmando artículos que nadie quería asumir y haciéndose responsable de aquellos peligrosos y denunciados. En uno de sus encarcelamientos fue duramente torturado y, dado por muerto, depositado en un carro con otros cadáveres. Despertó en la fosa común, antes de ser enterrado, y logró salvarse. Hacia 1895 abjuró de sus ideas y se reconcilió con la Iglesia Católica, pasando a colaborar en 1897 en El Movimiento Católico y La Ilustración Católica; a esta etapa corresponde su libro poético Tierra y cielo, 1896. Publicó versos, cuentos y artículos en Vida Galante (1899 a 1901), dirigida por su amigo Zamacois, en Pluma y Lápiz, Barcelona Cómica, Madrid Cómico, La Ilustración Española e Hispanoamericana etcétera.
Como poeta fue un modernista algo prosaico. En su libro más célebre, según Barreiro "un saco de demasías" escrito para escandalizar, Delirium tremens (1906), escribió unos famosos versos a un asesino llamado Muñoz que estaba preso en la cárcel de Sevilla: "Soy el terrible Muñoz/ el asesino feroz/ que nunca se encuentra inerme/ y soy capaz de comerme/ cadáveres con arroz". Recitados estos versos ante Pío Baroja, éste le dijo: "esto no tiene nada de particular y menos para un valenciano", pues Baroja, como Julio Cejador, lo creía valenciano, aunque nuestro hombre era leonés. Y cuando Barrantes pregunta por qué Baroja le contesta: "porque los cadáveres con arroz es lo que constituye la paella".

Obras

Lírica

Delirium tremens: (poesías) Madrid, 1890 (Celestino Apaolaza) muy reimpreso después, por ejemplo Madrid: Pueyo, 1910)
Anatemas, (Valencia, 1892).
Con Severiano Nicoláu, Dios: canto Valencia, 1888 (Imprenta Casa de Beneficencia)
El drama del calvario: poema Madrid: Establecimiento Tipográfico de P. Nuñez, 1887.
Tierra y cielo, Madrid: El Adalid, 1896 (Imp. y litogr. del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús; segunda edición mismo lugar e imprenta, 1897.
[editar]Otros
Weyler... Madrid, 1899 (Imp. de Antonio Marzo)
El Padre Sanz Madrid, 1899 (Antonio Marzo)
Polavieja Madrid, 1899 (Imp. de A. Marzo)







ERES como el eco
de la encrucijada,
que siempre responde
"te quiero" a un "te quiero",
y no quiere nada.





Es preciso estar siempre bajo el peso
de una embriaguez inmensa.
Para que no sintáis el fardo horrible
del tiempo que os lacera
los hombros y que inclina
vuestra sombra hacia la tierra,
debéis embriagaros sin descanso,
porque eso es todo: la cuestión es ésa

¿De qué, decís? De vino, de poesía,
de virtud, de entusiasmo, de belleza;
a vuestra voluntad, pero embriagaos,
que la embriaguez es la luz de la existencia.

[El paraíso de los escritores ebrios
Marta Herrero Hil]





Treinta años de poesía y bohemia (1890-1920)

Por Allen W. Phillips

Pedro Barrantes (muerto en 1912), curioso personaje que figura reiteradamente en las memorias de la época; Antonio Palomero (1869-1914), poeta festivo conocido por el seudónimo de «Gil Parrado»; y, por último, Enrique Paradas (1865-1925), uno de los más destacados creadores de los cantares andaluces.
Pedro Barrantes, según algunos valenciano y para otros leonés, deseaba imitar a sus ilustres antepasados bohemios, y así creía firmemente en el alcohol como fuente de la inspiración poética. Eran motivo de risa en la época los versos que ahora transcribo de Barrantes: «¡Aguardiente con pólvora, soldados! / Se necesita imprescindiblemente / para entrar en la lucha denodados / con pólvora beber el aguardiente!» («Excitación al combate»). Se proponía ser un hombre tremendo e impresionar a todos con sus violentos y a menudo grotescos desplantes, pero parece que logró quedar casi siempre en ridículo. Sin embargo, a pesar de las anécdotas que se cuentan de él, no puedo menos que preguntarme si no era una figura sencillamente tragicómica o tal vez un payaso absurdo a quien debiéramos compadecer528. El que mas nos dice de Barrantes es Eduardo Zamacois, amigo suyo; copio una breve porción de uno de los retratos que hace el novelista de tan original personaje:
...Tuvo Barrantes una silueta inolvidable: a veces llevaba barba, lo que daba a su calva frente gravedad señorial; otras iba completamente afeitado; entonces se parecía a Baudelaire [...] Era alto, seco, de una sequedad cómica, y la costumbre de sentir oscilar el suelo bajo su pies le había dado el caminar indeciso de los sonámbulos. Hablaba bien y reposadamente, con voz sonora y una lentitud noble que le permitía vestir su pensamiento de palabras exactas y dar a cada frase su relieve debido. Su conversación atraía; tratarle era exponerse a ser su amigo [...] Ni los excesos, ni las ráfagas terribles de miseria que azotaron su espalda, ni el espanto de las noches sin cama, ni los rigores de la cárcel, donde por delitos políticos estuvo varias veces, bastaban a derribar su cuerpo avellanado. Bajo la lluvia, bajo el sol o sobre la nieve, durante muchos años Pedro Barrantes paseó su perfil raro y amable.

Cabe añadir aquí que Barrantes era en su temprana etapa un escritor enérgicamente anticatólico y colaborador en Las Dominicales del Libre Pensamiento. Más tarde fue hombre de paja de El País, haciéndose responsable por un duro diario de los artículos peligrosos o denunciados, lo que le valía frecuentemente encarcelamientos. Esa feroz actitud anticlerical se evidencia en casi todos los poemas de su primera obra, bautizada con un título exactísimo Anatemas (Valencia, Imprenta de El Mercantil Valenciano, 1892). Esta poesía altisonante proclama un desorbitado odio a la religión, la monarquía y el despotismo. El escritor debe ser batallador y combatiente, su misión es denunciar hipocresías y estulticias de la sociedad moderna, con versos heroicos y destructores («Sombras y esperanzas»). No quiere que la amada le pida versos de dulce lirismo, ni cantar sus bellezas físicas; el poeta debe hacer vibrar su lira como el trueno, porque aún están de pie la Iglesia y el trono («Negativa»). Ataca la tiranía y el despotismo que envilecen, expresando su fe en el pueblo y su redención. Exalta la libertad y la justicia. Su profesión de fe: «No ceder por nada ni ante nadie» («A mis amigos»)». En el mismo poema, de fuerte denuncia, Barrantes afirma, si muere antes de poder llevar a cabo su obra redentora: 


«No permitáis que la figura negra  
del cura inmundo a mi ataúd se acerque  
a gruñir en latín palabras necias 
sin fe y sin el respeto soberano 
que deben inspirar las cosas muertas»



Siempre los clérigos, todos malvados y ruines, son blanco de sus anatemas. Sin embargo, este poeta que no cree en Cristo ni en su iglesia afirma un tipo de panteísmo que le ennoblece cuando rinde homenaje a los misterios de la creación, siempre renovada, donde halla la obra de la mano divina («La plegaria eterna»).
Unos pocos años después, hacia 1894 ó 1895, se realiza la conversión de Pedro Barrantes, revelada en muchas composiciones de Tierra y cielo (Madrid, Imprenta y Litografía del Asilo de Huérfanos, 1896). El libro en general continúa el último romanticismo español, y parecen haber sido los modelos del poeta Zorrilla y Núñez de Arce. Sin embargo, menos retórica y más lírica es la poesía de este segundo volumen, de contenido misceláneo y cuya nota más interesante es ahora la religiosa. Por ejemplo, en «Contrición» se lee:


Vuelvo por fin a tu amoroso seno,
¡Oh, Religión sagrada!
Torno a tus brazos de tristeza lleno
y el alma lecerada.

¡Piedad, piedad, Señor, para el ingrato
que obcecado y demente,
a impulso de frenético arrebato
te golpeó la frente!


Así, arrepentido, pide perdón y regresa al seno de la Iglesia; han desaparecido por completo las diatribas anticlericales; y ya no ataca Barrantes a las instituciones sociales del día. Sí canta a la mujer, a veces pura y virgen, pero la naturaleza conflictiva de algunos de estos poemas se da desde luego en el título. A pesar del tono religioso y la afirmación de la fe, no siempre triunfa el cielo en el alma atribulada del poeta («Miseria humana»); aunque busca solaz y refugio en la religión, tiene conciencia de las tentaciones pecaminosas («Fiat lux»). En esa oscilación constante entre el espíritu y la carne, el demonio y el ángel, Barrantes afirma en el poema final que no ha muerto su fe: el culto de lo divino vive en el fondo de su pecho. Ni los años ni las decepciones pueden enturbiar aquella adoración simbólica de su infancia lejana («Fe»).
Un interés muy especial por lo macabro, ya presente en Tierra y cielo, llega a su punto culminante en la próxima colección de poemas publicada por Barrantes, cuya truculencia fundamental se revela de inmediato en el título: Delirium tremens. Sencillamente se propone ser demoníaco, cultivando temas del vicio y de la perversión, así como de los crímenes más violentos. La nota truculenta y efectista se ve en los títulos mismos de las poesías: «El verdugo y su amada», «El enterrador y yo», «La risa del diablo», «Haschís», «Inscripción de sangre» y muchos más de la misma índole. También dos hiperbólicas y monstruosas composiciones de 1905 se dedican a los asesinos Aldije y Muñoz López, ambos detenidos en la cárcel de Sevilla por su espantoso crimen.

Exageradamente sensuales y satánicos, los versos de Delirium tremens muestran un claro cinismo y un estudiado afán de hacer estremecer al desprevenido lector. El fondo abyecto contra el cual se mueven los personajes se representa en melodramáticas escenas de borrachera, en las cuales toman parte lujuriosas mujeres y hombres igualmente degradados. Convulsivas y delirantes son las visiones macabras de Barrantes, evocadas con todo su caos espeluznante en poemas como «Dedal». Aunque están bien muertos todos los idealismos y celebran su horripilante festín los gusanos, no se pierde totalmente la preocupación por los pobres e indefensos. El poeta expresa compasión por los harapos ateridos de frío («Invernal») o los caídos que han sido rechazados por la sociedad («La marcha de los vencidos»).
La pieza del libro que más llamó la atención fue el «Soliloquio de las rameras», largo poema que narra la historia y el destino de las prostitutas obligadas a seguir una vida de vicio. Las primeras estrofas evocan esta triste trayectoria:


Nosotras somos la mundana escoria,
nosotras damos el placer y el mal,
¡Viciosa juventud, ebria de gloria!
¡Ven y disfruta el goce material!

Del cieno en la inmundicia nos hundimos;
tenemos seco y yerto el corazón;
y a nuestras propias madres maldecimos;
somos la fetidez y la abyección.



Pronto empieza el camino inevitablemente descendente. Por poco tiempo dura la belleza y todo se viene abajo:




   Destruida del seno la turgencia,
nuestra hermosura ya toca a su fin,
y con ruda y glacial indiferencia
nos entregamos a la chusma ruin.

   Mudamos de vivienda, nuestros lechos,
ya de encajes magníficos no son.
Se fijaron mezquinos los derechos;
nadie puede exigir más que un jergón.



Finalmente las desafortunadas pasan a una existencia más degradada aún:



   Somos bestias humanas; no sabemos
lo que es amor, decoro ni honradez,
ni aprenderlo tampoco pretendemos,
pues no aprendimos más que lo soez

   Cuando ya no servimos para nada,
nos echan del abyecto lupanar,
y ya nuestra existencia degradada
arrastramos sin lecho y sin hogar.


Su destino último: la enfermedad sin aliciente y la camilla miserable de algún hospital. Carrère opina, no sin razón, que el «Soliloquio» es un modelo de diatriba contra el vicio pero que no es, ni mucho menos, un modelo de poesía532. En resumidas cuentas, a Barrantes como poeta le faltan intimidad e intensidad espiritual. Sus elucubraciones y sacrilegios no convencen y no conmueven. Barrantes no pasa de ser, pues, una curiosidad, interesante dentro del cuadro que aquí se dibuja de la poesía típica de los bohemios de aquellos tiempos.









MIQUEL BAUÇÁ [9657]

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Miquel Bauçà falleció en Barcelona en 2005.

Miquel Bauçà
Miquel Bauçà Rosselló (Felanich, BALEARES 1940 - Barcelona, 2004) fue un escritor de Baleares, España, en lengua catalana. Sus poemas han aparecido en la mayoría de las antologías de poesía catalana contemporánea. Fue reconocido como poeta desde muy joven con "Una bella història" (1962). Bauçà alternó la poesía y la narrativa hasta la publicación de "El Canvi" (1998), punto culminante de su obra e inicio de un proyecto poético-enciclopédico que fue profundizando en sus obras posteriores. Su muerte solitaria, desquició el mundo literario haciendo más enigmática aún la figura de un autor que sólo quiso ser conocido por sus escritos.

Poesía

Una bella història (1962) Premio Joan Salvat-Papasseit de poesía
El noble joc (1972)
Poemes (1973)
Notes i comentaris (1975) Premio Vicent Andrés Estellés de poesía
Cants jubilosos (1977) (Premio en el Certamen de honor de la Mare de Déu de Sant Salvador de Felanitx)
Les Mirsines: colònia de vacances (1983)
Obra poètica 1959-1983 (1987)
El crepuscle encén estels (1992)
En el feu de l'ermitage Premio Miquel de Palol de poesía
El Canvi (1998) Premio Crítica Serra d'Or
Els estats de connivència (2001)
Els somnis (2003)
Rudiments de saviesa (2005)
Certituds immediates (2007).

Narrativa

Carrer Marsala (1985) Premio Ciudad de Barcelona
L'estuari (1990) Premio Sant Joan de narrativa
El vellard. L'escarcellera (1992).









 
Ens avorríem cordialment...

Ens avorríem cordialment, mútuament
i pensàrem, al final, que no calia
parlar-ne pus d’aquestes coses. Una picor 
sense cap raó profunda ens envaïa
tant si sortíem pels parcs com si entràvem
dins qualsevol local d’amor.
I així, nosaltres, com a persones amb seny,
decidírem deixar-ho córrer, eficaçment.
L’oblit, aleshores...

Del llibre Una bella història




 
Amics...

Amics, anit, 
perdoneu aquesta petita excitació.
Us he de dir... que he decidit seguir vivint,
vestir-me com vosaltres, correctament,
amb corbata; i, com cal, traçar-me
uns plans dignes, per tota la vida, plens de sentit.
Amics, anit,
ara que encara els meus ulls poden veure
coses belles –gessamins, donzelles, libèl•lules- 
i tantes d’altres coses –escenes casolanes,
familiars, escenes de violència-,
anit, doncs...

Del llibre Una bella història




 
Una vegada encara...

Una vegada encara, anit, torn a pensar 
que si no t'haguessis mort com et morires, 
jo, a l'estiu, t'hauria recollit 
molts feixos de llenya seca per cremar 
a l'hivern a la foganya i perquè tu 
poguessis adormir-te vora la flama. Aleshores, 
els teus somnis haurien fuit per camins de tendresa 
i s'haurien omplert de petites illes de felicitat, 
petites illes contra la meva trista adolescència. 
Per Santa Margarida hauríem anat a la fira del poble, 
i després hauríem anat a veure el mar. 
Quan la vellesa t'hagués acalat, 
jo mateix t'hauria fet un gaiato d'ullastre, 
i els verderols haurien xiulat enmig de les roselles. 
Jo hauria duit uns calçons apedaçats i descolorits, 
i un capell de palla m'hauria tapat un poc els ulls. 
Quan les figueres que estan devora el camí 
haguessin començat a deixar caure les fulles, 
jo mateix hauria preparat un poc de terra per tapar-nos 
a tots dos, si no t'haguessis anat fent aquella rialla de morta.

Del llibre Una bella història




 
Si una tarda…

Si una tarda
plou la tristesa i lluen sota el baf
les carrosseries dels cotxes, tot creuant
els semàfors, el fang i el fàstic
de la ciutat humida;
si una tarda
un surt cansat de fer feina i plou,
i plou la tristesa i plou tant que els cecs
s’arrufen sota els portals dins la seva ceguesa,
com pot un aguantar els ulls de les nines
boges, els ulls de les nines lletges!
La letargia, la tarda, la pluja, la pena,
l’esfondrament general,
el neguen tant a un, que un s’aferra,
a on sigui, a una cançoneta grisa i d’amor,
brufada d’esperit.

Del llibre Una bella història






El crepuscle encén estels

Conduïu-m'hi de seguida,
al sepulcre del jardí
de Josep d'Arimatea.
És igual que sigui buit.
Jo vull ser-hi abans que arribi,
mig betzola, impacient,
Na Maria Magdalena.

Una bella història






ELS DIUMENGES, A LA TARDA ...

Els diumenges, a la tarda, al pobre barri
de Santa Marina, a la menuda rambla sense ocells,
amb arbres bruts de fums, amb cinema de dues pessetes,
al bar La Parra, amb el tocadiscs llogat, ballen
els fills dels obrers, sota la benigna mirada
de les mares grasses.
Els nois estrenyes les noies davant la setmana
de por que se'ls ve al damunt. Els nois no parlen.
Les noies somriuen i s'abandonen amb mesura
als braços i al ritme del fox. Les parelles
alternen, tristes, i s'evadeixen ... '... fins a l'eternitat!!!'
El cel és gris, com sempre, damunt el pobre, brut barri
de Santa Marina i damunt les parelles
que s'evadeixen fins a l'eternitat ...







Al final, s'ha comprovat, els camells 
arriben a passar pel subtil cós d'una agulla. 
Han batut el repte que els féu Crist 
amb una sorprenent facilitat. Crist 
no es va fixar en la gran perícia dels camells. 
I el més trist és que solament ells troben 
tota la salvació i la trustifiquen i ningú pus... 
Els camells, un cop passat el cós de l’agulla, 
s'estiren, s'espolsen, es fan netejar les potes, 
peten de mans, demanen la premsa, el cafè, la copa, 
el puro de la redempció, la colometa de la pau 
i l'amnistia per tothom. 
Hem d'admetre i no sense una certa pena 
que ens han fet una gran jugada i tot això per culpa 
de Crist, de l'angelical i bona fe de Crist. 
Ara tot és tan confús, tan torbador... 
Ara les nostres millors amigues són les seves estimades, 
com Na Justícia, Na... 
Pertot arreu un es troba amb els seus representants 
armats o amb creus i vestits de negre per espantar-nos 
i tots aquests ens produeixen un tristíssim cansament 
que ens amera del matí fins al vesprre. 
N'hi ha de camells segurs que, tirats de frac, 
ens somriuen, ens deixen ensumar la flor que duen al trau, 
ens donen feina i ens gratifiquen per Nadal. 
Els camells insegurs, en canvi, fan mala cara, 
tiren potades i duen el gep excitat. És cosa sabuda 
que entre ells no es miren 
amb massa bona cara. Tots es belluguen, 
corren, es paren trampes, es foten la punyeta, 
s'associen, es barallen, s'armen, es desarmen, 
fan guerres, amnisties, armisticis, 
fan mites, ens enganyen, colonitzen, maten negres, 
independitzen, fan negocis. 

(D'Una bella història, 1962) 





EL NOBLE JOC 
(1972)

Un lluent escarabat 
agafava fort l'almoina, 
per la grava, enmig dels peus 
de la gent que s'arborava. 
L'empenyia a rodolons 
per deixar-la dins la barca. 
Més enllà, a dalt de tot, 
sant Vicenç feia un miracle: 
extreia aigua amb un paner 
i els fidels s'esgarrifaven. 
  
  


Balbuceja Déu capcot, 
amb les mans damunt les cames: 
és quan mostra un tros de pell 
-venes blanques, virons neutres-. 
Balbuceja entre la gent 
i un barret li treu la cara. 
Al baix ventre, hi té el repunt, 
que figura estrènyer l'hèrnia. 
Dents serrades, tremolant, 
dels infants, en rep potades. 
Dins un temple desertat, 
és espelma que s'apaga. 
Altre temps va ser gentil: 
oferí sovint estrenes 
a donzelles i donzells. 
Ara just són ancianes 
qui l'escolten amb menyspreu. 
Cap al port ara davalla. 
A la barca no hi haurà, 
quan hi pugi, cap fotògraf. 
  
  


S'admiren mútuament 
com cans de raça 
que saben quan és hora 
de pegar urpades 
seques i teatrals. 
  
  


I ara torno -són les sis- 
pel carrer de prop de casa. 
Els escassos vianants 
trepitgen la lleu rosada. 
Algun cotxe dreturer 
desvetlla alguna veïnada. 
Les fulles dels arbres quiets 
ensumen sense immutar-se 
la frescor de la calçada. 
Jo no sé on aniré, 
sense diners ni mesada. 
¿Caminaré cap al centre, 
davallaré cap al Port 
o bé em quedaré a la plaça? 
  
  


Vaig sortir de casa 
amb les butxaques plenes 
d'aranyes de plata. 
Vaig pujar a l'autobús. 
Es veu que algú 
em va tocar l'espatlla: 
varen tornar vives, 
varen començar 
a mossegar-me la cuixa. 
Jo suava i les premia. 
Vaig davallar 
i vaig córrer cap a casa. 
Em vaig eixugar la suor, 
vaig estendre els pantalons, 
em vaig pintar amb iode les ferides. 
Des del terrat podia veure 
que un ventet fresc de ponent 
inflava milers de bragues. 
  
  


Cada primer de mes 
la mestressa viuda sortia fora. 
Dreta, esperava el tren de tornada. 
Mirava l'horitzó, fitava 
de cua d'ull 
les pupil•les de sa filla guerxa. 
Un petit funcionari amb espardenyes 
descobria dues vaques 
al seu fill bellugadís. 
La dona del catedràtic, 
carregada de fills pentinats, 
encara tenia esma de dir 
beneitures al seu home 
per tal que no es mirés tant 
un bell estol de verges 
que cantaven cançons nostrades. 
Però éreu tu i el teu macarra 
qui formàveu la parella més heroica. 
No podia entendre com encara 
el podies retenir 
i fer-lo vagar pels boscos, 
malgrat la teva enèrgica mirada. 
  
  
  


Al pis on m'ajec 
i em masturbo 
la porta mira al replà, 
i diu un no solemne 
com totes 
les de l'escala. 
En canvi, 
a la part de darrera 
hi ha un balcó obert 
a tots els terrats 
per on es passegen 
senyores mostrant faldilla 
i senyors amb mariol·lo. 
  
  


En ella tot era funcional 
-la fe, la pàtria, l'amor- 
als seus diligents i minuciosos 
quefers sentimentals. 
  
  


Drets, escolten la Sibil·la 
homes públics, convençuts, 
i després el crit de l'orgue. 
El punxó del ganivet 
o el canó de la pistola 
sempre els surt de la butxaca. 
  
  


Les foravileres de Provença 
fan mamballetes. 
Ben arreplegades 
s'alcen les faldes. 
Els nins sense alè 
miren les cuixes; 
després corren al port 
a espolsar-se les sandàlies. 
  
  


Les coses 
poden lligar o no. 

Les coses 
tenen potes, ventoses 
que no acaben d'encaixar. 

Jo encaixo 
de vegades 
si puc pujar a l'autobús, 
si sé dir la paraula 
que volen. 
  
  
  


Veig clarament el perill 
de sentir-m'hi bé. 
Demà, 
si algú m'afalaga, 
si tinc feina, 
si fa sol, 
hi ha el perill 
de sentir-m'hi bé. 

Però penso 
que quan me n'adoni 
que tot s'ha de pagar 
minuciosament, 
potser 
no ho voldré fer, 
potser em voldré fer creure 
que aquestes coses 
no cal que es paguin. 

I m'equivocaré. 
  
  
  


El roser 
del teu terrat, 
quan feia vent 
s'ajaçava: 

treia el cap 
per la meva finestra. 
  
  
  


Crec que tot ja està perdut. 
Doblego el cos, 
m'assec 
enmig de la ciutat 
per esperar-la. 

Escupo la brutor del pit 
i me n'hi torn a ficar. 

Sis obrers en cos de camisa 
em miren amb mala cara. 

No tinc cap ideologia 
on arrapar-me. 
  
  
  


Tot entrant dins l'estertor 
de la gran ciutat metròpoli, 
viu encara aquell afany 
que a la fuga em duia amb força 
oblidant del tot les mans 
de la mare collint figues 
martinenques i el roser 
i el recer d'aquelles lloques, 
és possible que em cregués 
que podries emparar-me 
o trobar-me guariment 
 a les mans que em tremolaven. 
Però això no va anar així. 
Aquells rètols que em ferien 
no em deixaven alçar el crit 
i els xofers, no sé per què, 
insistien traficant 
per davant cavalls de ferro. 
Altre cop vaig creure que 
només tu amb una paraula 
em faries lliure, absolt, 
del pecat que em perseguia, 
com abans, entre els albons, 
les sivines i les mates. 
I calgué que constatés 
la follia del propòsit. 
  
  
  


Vaig veure un ca tot nu 
que mirant-me de reüll 
va agafar un os del carrer 
i corrents es va aficar 
sota l'escala. 
  
  
  


Sé ben cert que anit passada 
s'escondia vora mar 
una dona del tot nua 
que es donava tot seguit 
a la fam de les oblades. 
A trenc d'alba, a l'espadat 
i a la sorra hi havia suros, 
i tumbagues i penjolls 
d'una incerta dinastia. 
Pel boirim encara espès, 
s'enfugia urgent la lluna 
i les llises tot rogents 
no sabien com tapar-se. 
  
  
  


De sobte, damunt un ull 
aparegué, rodona 
una grossa llàgrima, 
a punt de rodolar 
damunt la taula. 
Sense que ningú s'hi fixés 
vaig tirar-me-la davall 
una sabata. 
  
  
  


El vellut, 
els llevamans, les ruques 
estan mig adormits: 
aprofiten el solellet. 
Els garrofers, de puntetes, 
fugen coster amunt. 
  
  


Ens perdérem, caminàrem 
nits i dies dins el bosc. 
Arribà aquella hora exacta, 
a sopluig de tot esglai, 
que trobàrem dona encesa, 
cremant dins un romeguer, 
que amatent volgué donar-nos 
una llesca amb saïm cru. 
No volíem tornar a casa. 
  
  


Era al Port, a sol ixent, 
a la part de la Duana. 
Nerviosos, apressats, 
els bous treien la pescada 
-congre, alatxa, pop, gerret-. 
Untuoses, recollides, 
nets encara coll, botons 
de les seves bates blanques, 
amatents a carregar, 
feien cua peixateres. 
Pit i braços plens de sang, 
a les dues del migdia, 
malvenent peix a barrisc, 
bramulaven esgolades. 
  
  


La polla negra tenia 
una cama trencada: 
amb els ulls rojos, 
amb el peu esquerre 
i l'ala dreta 
s'arrossegava 
dins les buines 
de l'estable. 
Els galls adolescents 
feien cua 
per tirar-se-la. 
Després, 
mirant al cel 
de la inútil feta 
en feien un escàndol. 
  
  


Al paper de la paret 
de l'alcova campanyola, 
s'hi escolava la humitat. 
De pols blanca i teranyina 
els sofàs eren coberts. 
Otomana, llit, consola 
s'aguantaven, peus vinclats. 
Jesucrist i Magdalena 
no tenien nas ni ulls. 
Tocador de marbre lívid 
sostenia pinta d'os, 
fent-hi sola tota una illa: 
uns cabells potser emigrats 
o dissolts dins una cripta, 
amb ardor o a poc a poc, 
temps hi havien relliscat 
amb ferotge melangia. 
  
  
  


De vegades, són les peces 
que es disposen de bon grat. 
És quan baixo bé l'escala 
i no caic a l'autobús 
i no dic paraules vanes. 
  
  
  


Era un vespre de febrer. 
Gemegaven fort els moixos 
per la clastra i pels terrats 
i floria esponerosa 
la tristesa ventre avall. 
La nostàlgia em fitorava 
la feblesa dels tendrums. 
I era foll creure possible 
de trobar un poal de llet 
just gosant sortir de casa. 
  
  
  


El temps. 
No volen perdre el temps. 
Són expeditius 
en la conversa i en el tracte. 
Van per feina. 
No volen perdre el temps. 
El temps. 
El temps de les margarides 
grogues i blanques. 
El temps. 
  
  
  


Home, tota la tristor ja és teva 
i ja amb la falç enlaire, sigilosament, 
ho podràs cridar a les verdes muntanyes. 
Tot el goig, tota la tristor molsuda, 
tots els dies bords, l'amor fètid, 
la tranquil•la pau del pelegrí són teus. 
Tot és així perquè ja tota pedra dansa, 
tota blancor ja declina, tota pols exulta, 
com un salm infernal de boira. 
  
  
  


No ho diràs pas per això, 
ara que ja no surt aigua 
al grifó que hi ha a sa Font, 
ara que no duu llaçada 
la pubilla a can Picó, 
i n'Antoni de sa Clota 
s'ha trencat el ballador 
mal botant aquella tanca. 
  
  
  


Sòlid dins el buit m'aixec, 
lentíssimament constato 
que el dia és clar 
però no en faig cas. 
Penso... però no ho faré 
per no fer més ample 
la grandària del buit. 
L'exterior és alhora 
dur com el pes de peixatera, 
flonjo com l'estopa, 
insegur com les aigües 
que estopegen 
al Caló d'en Marçal.








 
ELS SOMNIS  
(Barcelona, Empúries, 2003)


ELS SOMNIS


ABANDONA AQUESTA IDEA.
Deixa-ho córrer. N'hi ha prou!
No va ser pas el llenguatge
que ens va fer intel.ligents.
No cal dir que és més erroni 
suputar que emprar punxons
per caçar les bèsties grosses.
Quan vam començar a usar-los,
ja ho érem, feia temps,
molt abans, per Etiòpia,
deu fer dos milions d'anys
potser més. Intel.ligència,
tal com l'entenem avui, 
en teníem. I de sobres.
No parlàvem i era el cel.
-Sense mots, no cap idea:
no ho dic jo: ho diu Plató.
-La intel.ligència és vària
i el suport, encara més. 
A la plaça Urquinaona,
és ple d'homes acuitats
que no moten cap paraula,
com els gossos o els coloms,
que hi concorren o que hi volen.
Tenen tots el sentiment
de comprendre allò que hi passa.
Les imatges són bastant.
-Però un vell d'Urquinaona
té 'idees', que un falcó,
mal que fos de Collserola,
no podria tenir mai.
-Ben pensat: hi ha 'idees'
fabricades des dels mots, 
però no són pas les úniques.
Els primers avantpassats
en tenien amb imatges.
-I com fou possible això?
-Als ancestres, un bon dia,
per motiu desconegut
fins avui, -perquè no hi toquen,
els que acaren aquest fet,
ignorants del que és un somni-,
el cervell se'ls féu més gran.
-Què ho féu que aquesta màquina
s'engrandís de tal faisó?
-No ho sabem, ara per ara,
no ho sabem exactament.
En principi, les imatges
eren tretes del mirar,
però un cop enregistrades
eren el material
des del qual hom produïa
les abstractes. El mateix
s'esdevé amb el fet oníric.
Hi ha somnis construïts
d'altres somnis, no memòria
ni retrat del natural: 
el que en dic els 'metasomnis'.
-Per què em contes tot això?
-És només per fer-te veure
que la ideació
la fem tots amb les imatges,
les mosteles i els humans.
La 'idea' d'un bri d'herba
o d'un riu, la compartim
amb un rat o un goril.la.
Si poguéssim demostrar
una intel.ligència prèvia
al llenguatge, fóra el punt
d'on veuríem amb certesa
que l'oníric és la ment
que teníem, pre-lingüística. 
La ciència ha demostrat
que en el ventre de la mare
passem fases: som un peix,
un moment, o una granota.
Aleshores, el cervell
també passa de la pensa
d'un coiot o d'un mesquer
al pensar amb les imatges,
que ja és intel.ligent.
Avui és el fet oníric
el que en resta, com també
la manera infantívola,
que després desapareix,
recoberta de paraules.
La imaginació
dels infants, talment els somnis,
també fóra un bell record
de quan érem a la selva.
-Bé caldrà de revisar
el que hom diu 'psicologia',
aturar-la, si podem;
escombrar les bestieses 
i mirar el problema humà
tal com és, no com voldria
un grapat de parisencs,
que just tenen Aristòtil
com a llibre manual,
juntament amb les mestresses,
que els indiquen el camí.
-I així podem resoldre
que tenim tots un passat
ontològicament lliure.
És la parla que ens fa esclaus,
però cal treballar amb ella.
-Justament. I hem sotstret
la construcció dels somnis
de l'esclavitud de Freud,
que voldria que just fossin
un reflex d'allò viscut,
i no lliure meravella.
-I què més ha fet de mal?
-Dir que els nens són uns obsessos
sexuals, ha fet que no 
puguem veure que una nena
que camina ho sap tot
del sistema que l'envolta.
Això l'interessa més 
que no jeure amb el seu pare.
-I, per què és tan lloat?
-Has de veure que les dones,
més enllà de produir
els nadons, prou que els obliguen
a prendre de parlar,
que els estaca a la comuna.
No podrien acceptar
un espai incontrolable
com els somnis, com crear...
Això, elles no ho toleren.
-Però elles prou apreuen els pintors.
-Els consenten, perquè donen
i perquè allò que fan
és visible i ponderable,
sobretot és col.lectiu.
-I qui va inventar el llenguatge?
-Són les dones i els infants.
Fou la parla que ens va prendre
aquella alta llibertat,
que avui torna amb la Ciència
i la Tècnica i el Treball.
Parlem menys i som més homes
o som més intel.ligents.
Però, clar, és una tècnica,
d'on deriven les restants.
Si no hi hagués estat, seria
impossible el transistor
i que jo pogués preveure
de filmar-me un somni, cap,
ni tenir cap esperança
en aquest desert gelat
que em rodeja,
cada dia i es fa més dur.
-Un moment: què és un somni?
-Tots els somnis: narrativa.
Ens és lícit suposar
que els ancestres composaven
una història en cada cas.
Fins i tot, una lleona
fa un resum del que farà
i també de les resultes.
Vet aquí el que portem:
la intel.ligència icònica,
el reflexionar infantil
i el gust per la narrativa,
la poètica essent un lloc
inventat des del llenguatge.
Quan naixem: no res en blanc:
tot ve junt amb el genoma. 
Els lligams són més estrets
del que pot semblar d'entrada
entre el somniar corrent
i el que passa a Urquinaona.
Som enfora de poder
demostrar-ho. Cal parlar-ne. 







A MI EM BASTA BARALLAR-ME
o ajeure'm al terrat
per sentir que tot canvia.
Molt m'admira que la gent
necessiti anar al cinema, 
al futbol o ca un amic,
viatjar fins a Sud-Africa
o casar-se un altre cop.
No ho he après a cap escola,
menys encara a un manual.
Imagino que els qui tresquen
és per vici o han vist 
que tothom fa aquestes coses. 
Tot això s'acabarà 
quan es puguin mirar els somnis. 







DEFINICIÓ D'UN SOMNI:
un objecte físic com
qualsevol, com tots els altres. 







DELS ANCENTRES, CAL GUARDAR
just el que és pedra picada. 
De la resta, fer-ne foc. 
Llurs paràmetres són foscos, 
com ho són els dels vidents
de les teles i els dels savis
que hi parlen desbridats, 
que no diuen el que saben,
car suposen que enganyar 
els robora. Pardalades…!
Just els somnis han de ser 
-quan la tècnica els filmi- 
els que ens han d'alliberar
d'un estat tan miserable.







DOMUS DEI ET PORTA COELI.
Justament: és el cervell
i la porta són els somnis.







EL CAPITALISME TALLA,
civilitza eficaçment,
l'incontrol de la cobdícia.
Les organitzacions
teològiques, teòriques,
que han comptat amb el factor
humanal per tenir vida,
han estat molt més cruels.
Els convents, els monestirs,
de Munic o del Nepal
són exemples comprovables.
Això a part, és el camí 
que podrà interessar-se
pel cervell i que voldrà 
treure un guany de tots els somnis. 







EL DESCOBRIMENT DELS SOMNIS
destrueix de soca-rel
la brutor, la psiconàlisi,
que és tan extravagant
com el naixement de Júpiter;
dinamita els fonaments
més fixats de la cultura
d'Occident i, per això,
de la resta de les tribus
i a més consent pensar
que seran la primera eina
democràtica per poder
lluitar contra l'estultícia,
car serà el pacient
que tot sol podrà curar-se. 




EL GRAN BENIFET DELS SOMNIS:
ha tornat un camí mort
la xerrera psicològica,
el sopar en comunitat
i també els discursos d'Hitler.


EUSEBIO BLASCO SOLER [9658]

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EUSEBIO BLASCO SOLER
Eusebio Blasco Soler (Zaragoza, 1844 - Madrid, 1903), escritor español.

De familia aristocrática, hermano del también dramaturgo Ricardo Blasco, su padre era un conocido arquitecto y el siguió idéntica vocación, pero no llegó a concluir la carrera porque se consagró a la literatura. Comenzó su carrera periodística en Zaragoza, en el semanario satírico La Fritada (1862), y allí estrenó, en el coliseo del Coso, su primera obra teatral: Vidas ajenas. A los diecinueve años marchó a Madrid para trabajar como periodista en los más influyentes periódicos y revistas de la época. Colaboró en Gil Blas y en La Discusión. Fue amigo del tenor Julián Gayarre y de Gustavo Adolfo Bécquer, al que conoció en 1866 cuando éste era censor de novelas. A causa de los disturbios revolucionarios de ese año, en los que estuvo implicado, tuvo que marcharse al año siguiente a París, pero en 1868 ya está de nuevo en Madrid implicado con La Gloriosa en la calle y en Gobernación. Y en 1869 se encuentra como corresponsal en la inauguración del canal de Suez. Blasco fue secretario del ministro de Gobernación, Nicolás María Rivero, y en 1872 se casó con Mariana Paniagua, mientras cultivaba las amistades de personajes como Juan Prim, Ruiz Zorrilla, Emilio Castelar o Arrieta. Reconvertido a la monarquía y al fin asentado en la ideología conservadora de Cánovas, fue director general de Correos con la Restauración y pasó después 13 años en París, donde visitaba a la reina Isabel II, hasta 1894 en que regresó a Madrid, donde impartió numerosas conferencias en el Ateneo. Se presentó en 1899 al congreso como socialista católico sin obtener escaño. En París fue redactor de Le Figaro y dejó testimonio de esos años en libros como París íntimo: impresiones, biografías instantáneas, retratos y siluetas (1894). Allí tuvo durante algún tiempo como secretario particular al escritor Manuel Bueno, quien fue además amigo suyo. Fundó en 1899 la importante revista Vida Nueva. Poco antes de fallecer, en 1903, pidió que en sus manos pusieran una imagen de la Virgen del Pilar. Murió con ella. Pero no descansa en Torrero, como quería.

Labor

Fue un fecundo escritor: 27 volúmenes abarca la edición de sus Obras completas (Madrid: 1903-1906). Publicó colecciones de artículos, como Los curas en camisa (1866), pero fue sobre todo un destacado comediógrafo (se le deben no menos de setenta y cuatro comedias), novelista (Los dulces de la boda, 1872; Busilis: relación contemporánea, 1881) y poeta (Arpegios, 1866; Epigramas, 1881). A pesar de residir la mayor parte de su vida fuera de Aragón, mantuvo siempre una actitud decididamente aragonesista, siendo autor de unos mordaces y cómicos Cuentos aragoneses (1905, y segunda serie, de la que aparecieron dos volúmenes, uno en 1905 y otro, con ligeras variantes, en 1906). Su vida fue muy novelesca, y sobre ella escribió el libro Memorias íntimas. Muy curioso, fue mordaz en muchas ocasiones y siempre ingenioso. Frecuentó y conoció la bohemia, el éxito y el fracaso, y fue un escritor torrencial que dejó abundante obra dispersa. Dejó versos, artículos de costumbres y crítica literaria, polémicas políticas. Cultivó el teatro breve por horas y practicó con frecuencia la parodia teatral, en la que se le deben obras como El joven Telémaco (primera pieza estrenada en España del género bufo, parodia de la novela de Fenelón y escrita en seis días en 1866, uno de sus grandes éxitos) o Los novios de Teruel; también hizo comedias costumbristas como El pañuelo blanco. Otras obras suyas son El baile de la condesa, La mosca blanca, No lo hagas y no la temas, Padres e hijos, La corte del rey Reuma, La mujer de Ulises, Un joven audaz, El vecino de enfrente, Levantar muertos, Ni tanto ni tan poco, La procesión, por dentro, La suegra del diablo, La señora del cuarto bajo, El oro y el moro...

Obras

Obras completas, Madrid, 1905-1906, 27 vols.

Viajes y biografías

Recuerdos, notas íntimas de Francia y España. Madrid: Librería Fernando Fé, 1894

Artículos

Los curas en camisa (1866).

Narrativa

Los dulces de la boda, 1872
Busilis: relación contemporánea, 1881
Cuentos aragoneses (1905)

Poesía

Arpegios, 1866.
Soledades, 1876.
Poesías festivas, 1880.
Epigramas, 1881.

Teatro

El joven Telémaco, 1866, parodia bufa.
Pablo y Virginia, 1867, parodia bufa.
La corte del rey Reuma, 1886, parodia bufa.
Los dulces de la boda, 1871.
El baile de la condesa, 1872.
La procesión por dentro, 1873.
La rosa amarilla, 1877.
Moros en la costa, 1879.
La posada de Lucas, 1882.
Un joven andaluz, 1874, juguete cómico.
Juan de León, 1895, drama.






A QUIEN SE YO

Me engañaste, y “¡No has sido tú el primero!”
dijieron mis amigos,
un tiempo de tus pérfidos engaños
victimas o testigos.

No sé quién fue el primero más el último
sé que será un gusano.
Buscará el corazón de tu cadáver,
y ha de buscarlo en vano.





CAER PARA SUFRIR EL DESENGAÑO

Caer, para sufrir el desengaño;
soñar, para llorar cuando despierto;
buscar la dicha cual remoto puerto,
que nunca abordo, por destino extraño.

Sembrar el bien y cosechar el daño;
dejar lo fijo por seguir lo incierto;
ver siempre cerca y a mis pies abierto
el ancho abismo de amoroso engaño.

Batallar con mi suerte rencorosa,
ocultar del dolor la eterna herida,
sentir el aire y respirar la prosa

y ver mi triste juventud perdida.
Tal es, en suma, mi existencia hermosa.
¡Y a esto llaman vivir... y esto es la vida!





EXPLICANDO UNA TARDE ANATOMÍA

Explicando una tarde anatomía
un sabio profesor,
del corazón a sus alumnos daba
perfecta descripción.

Anonadado por sus propias penas
la cátedra olvidó ;
y a riesgo de que loco lo creyeran
con alterada voz:

_Dicen, señores _exclama pálido_
que nadie consiguió
vivir sin esa víscera precisa,
¡Error, extraño error!.

Hay un ser de mi ser, una hija mía,
que ayer me abandonó,
¡las hijas que abandonan a sus padres
no tienen corazón!.

Un estudiante que del aula obscura
se oculta en un rincón,
mientras los otros asombrados oyen
tan público dolor,
sonriendo a su amigo y compañero
le dijo a media voz:
_Piensa que a su hija el corazón le falta...
y es que lo tengo yo.






PETICIÓN

Dame, Señor, paciencia en mis apuros;
valor de perdonar a quien me ofenda;
salud igual, de mi trabajo prenda;
resignación para los tiempos duros.

Dame la fe que va con pies seguros
del bien sin gloria por la hermosa senda;
oído humilde que el consejo atienda,
hijos honrados con instintos puros.

Esto no más, Señor, es bien que pida,
que oro y honores frágiles no ansío,
y es desear envenenar la vida.

Séame dulce de la muerte el frío,
y viendo en torno a la familia unida,
dame muerte cristiana en lecho mío.







Un duro al año 

I

Monte arriba, cara al viento,
buscando reposo y calma,
íbame yo muy contento,
dándole descanso al alma,

y cuando al alto llegué,
y al dar la vuelta a la cima
un rebaño me encontré
que se me venía encima.

Avanzaban las ovejas
marchando al paso tranquilas,
y pasaban las parejas
al sonar de las esquilas:

y a los últimos reflejos
de los rayos vespertinos
las vi perderse a lo lejos
por los ásperos caminos.

Detrás de ellas, lentamente,
dando al aire una canción
y sacando indiferente
su mendrugo del zurrón,

venía un pastor, un niño,
un imberbe zagalejo,
que me inspiró ese cariño
que es tan súbito en un viejo.

-¡Hola! ¿eres el pastor?
-Sí señor, ¿qué se le ofrece?
-¿tienes padres? -no señor.
-¿cuantos años tienes? - Trece.

- ¿Y cuanto ganas, amigo?
- Un duro. - ¿al día? ¡anda maño!
- ¿Un duro al mes? - 
¡que no, digo!
- ¡Un duro al año!

II

Le dejé que se marchara
y en el monte me senté,
y avergonzado, la cara
en las manos oculté.

Pasaron por mi memoria
templos, palacios y reyes,
los aplausos y las glorias,
los discursos y las leyes,

los millones del banquero,
las fiestas del potentado,
réditos del usurero,
ladrones en despoblado,

fortunas mal heredadas
en el tapete perdidas,
cortesanas celebradas
de ricas galas prendidas,

los que de lujo se afanan,
tantas glorias, tanto daño...
y en tanto hay seres que 
ganan...
¡Un duro al año!

III

¡Un duro! ¡OH Dios! 
¡Cuantas veces
lo habré derrochado Yo,
en miles de pequeñeces
que mi gusto me perdió!

en comer y no tener ganas,
en caprichos, en favores,
en vanidades humanas,
en guantes, coches y flores,

en un rato de placer,
en un litro sin valor,
en apostar, en beber,
en humo, en un buen olor...

Y ese duro que se olvida
En cuanto correr se deja,
era un año de la vida
de aquel niño que se aleja...

Y vi que somos peores
todos los seres humanos.
unos, falsos soñadores;
otros, falsos puritanos

todos en el daño iguales;
ante las llagas sociales;
y hay seres que, en esa 
edad
que ignoran su propio 
engaño
deben a la humanidad...
¡Un duro al año!

IV

¡No! Mientras el frío enero,
en una espantosa noche,
mi prójimo, por dinero,
me lleve a mi casa en coche;

mientras de la mina obscura
saque el carbón tanta gente,
pasando tanta amargura
para que Yo me caliente;

mientras de la alegre fiesta
salga Yo, que siento y creo,
y al pobre que me moleste
le mande airado a paseo;

mientras derroche la moda,
y se gasten, grande o chico,
mil duros en una boda.
Mil en entierros del rico,

y hasta el sol desigual sea
que me sirvan de lacayos
ni creo en leyes humanas
ni en el que las bombas tira...
¡Palabras! Palabras vanas.
¡Mentira, todo mentira!

No hay a las penas consuelos;
¡sufrir y siempre sufrir!
¡El Cristo se fue a los cielos,
pero volverá a venir!

Y ha de subir a mil codos
mas alto el nuevo diluvio,
y en el moriremos todos;
y más altos que el Vesubio

Nos ha de ver impasible
ese niño, ese pastor,
ya convertido en terrible
ángel exterminador,

y entre torrentes de lava
gritara de su alto escaño:
-Yo soy aquel que ganaba
¡Un duro al año!

V

Así a mis solas decía,
Solo, en la cumbre del monte,
Mientras el sol se escondía
en el rojizo horizonte,

en la sombra se ocultaban
lentamente las aldeas,
y allá lejos humeaban
las fabriles chimeneas,

entre el ruido y movimiento
de las modernas ciudades,
resumen triste y cruento
de las necias vanidades...

Y allá, perdido en la plana,
Cantando, tras su rebaño,
iba aquel niño que gana
¡Un duro al año!








ALEXANDER SOCOP [9659]

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Alexander Socop Arango es originario de Quetzaltenango y pertenece a la asociación Metáfora.

Alexander Socop Arango

(Quetzaltenango, Guatemala, 1988) Narrador, poeta, editor. Licenciado en comunicación y diseño. Actualmente, es organizador del Festival Internacional de Poesía con la Asociación Metáfora de Quetzaltenango. Ha publicado: «Temblores del silencio», Metáfora editores 2012. Su obra poética aparece en la Memoria del IX Encuentro Internacional de Poetas «El turno del ofendido», El Salvador 2012, y en las revistas electrónicas Te prometo anarquía (Guatemala), 400 elefantes (Nicaragua) y [Radiador] Fanzine (México). Su trabajo de narrativa y poesía fue incluido en la publicación: Códigos estéticos utilizados por los jóvenes escritores de Guatemala, del centro de estudios en comunicología, CEC, de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Asimismo en la Revista Cultural de la Universidad del Valle de Guatemala. Ha participado en encuentros y festivales de poesía en Centroamérica y Chiapas. Mantiene con regularidad su blog literario, su blog sobre software libre y una pequeña galería de dibujos y fotografías en la página: http://alexsocop.tk





VIAJERO

El viento a voz tenue
pronuncia el nombre
del lugar por donde sopla





ALLÁ ANDANTE Y ALARMA

¿Desde hace cuánto?
Desde hace cuánto Olivia
dejaste de ser más niña que mujer
Desde hace cuánto
nos podrimos haciendo cola
      lejos del semáforo carnal
                                              en fila
                                                        solos solos
 ¿Desde hace cuánto?
las rapsodias
los molinillos de pepita
el licor ahumado de -inas,
se volvieron tan necesarios
para vivir y bachatear con canciones de cuando éramos jóvenes,
             juventud
             sueño de sello húmedo húmedo
                                                             /perlitas diáfanas en el colchón/

Desde hace cuánto
nos preguntamos
por nosotros
por nuestras gentes de tierra alta
/por un nuestro mar/
por los niños perdidos en una isla asfáltica

Desde hace cuánto
de la locura nos separa una hojita de cuaderno
Desde hace cuánto
vivimos enfrascados en un hospital chino del 63

Desde hace cuánto te digo que
juguemos
a rockstar sin guitarra
    a desatornillar encéfalos
          a caminar con los dientes en el pavimento
                a hacer el amor con ropa
                      a matar ciclistas y gatos
                            a fermentarnos /igual que los adultos en verano/

[fantasías de otro tiempo]
/los trenes, las estaciones, las miradas, los buenos deseos/
entonados todos
tristemente como destino de migración almática
cava de la muerte para los olvidados                       

                                                                      olvidados
                                                                               olvidados
[para los que, saber desde cuando se preguntan]
¿Desde hace cuánto, desde hace cuánto Olivia, desde hace cuánto?






CASI DIÁLOGO O LA ERA TRANSICIONAL DEL MONÓLOGO

Te sé decir,
que somos enfermos
y nos hace falta la vida que otro desperdicia
a qué hora nos pasó
no lo sé Daniel
Es solo que, honestamente superamos los cien
solo ponemos la foto y un texto
/una escultura/
y voces al final del pasillo
qué lejos queda
¿verdad?
la habitación tibia /casi hormonal/
impacientada, como nosotros
para hacernos con más de veinte
cuando aún no pasábamos de aquello
Daniel, te llamas; máscara
al otro lado de la redecilla
negra
Metal para fijar la voz y hacer todo por amor
¿verdad?
mentirosa, suspirante, de camisa a rayas
hablante-paranoide de a mi lado
a ras
del tiempo
del tono
y del moño celeste
para devolver
esto que sentimos haber perdido
en oficinas de españoles
por donde buscamos el sentido de nuestra vida
y la de los hijos
de otras gentes
Daniel,
entre botella y botella
risa y risa
plática y plática
nos esfumamos
nos volvimos meras virtualizaciones residentes en bubones
y la ironía de esto Daniel
es que estas charlas
nos recuerdan
a un combustible que se agotó para nosotros hace tanto
en este lugar real
hasta el final desenfocado
todo
enfrente nuestro







ESTOY ATRAVESANDO

la segunda adolescencia
o tal vez,
aún deambulo por la primera
con el alma en la trompa
para pedir perdón a las santas putas
de catedral excess palace
o cabinas de locución
donde licúan la fama
como la forma hechizante
de ser el mundo







COMETA

Cometa sí
cometa tú,
hermafrodita
tinnitus gris
agrietado de jugar con yeso
voz escurrida en cafetera de bemoles
sobre vinilos engavetados
de años
de llantos
de hombres cometa

Así se vienen
las hojas de miradas contadas de a trescientos
vaivén de figurillas
remolinos chocolatosos
y un smoking desenfrenado
bailando campana de catedral mundana

No sirve
sigue allí cometa
sí,
a sombra gorgoteante
al principio del soplo
al ataúd
de los deseos
para presentar delante de estatuillas ácidas
para traficar masturbaciones por enfermedad
en mensajitos
cifrados en pintalabios,
desenfocado
todo todo
al morir la espuma

Obedientes,
obedientes
cometa
al veneno
al naufragio,
dispuestos todos
o ninguno
o yo (tal vez)
a escoltar epifanías de media noche
/morfina/
atestada
como luna y canto a la deriva del vacío

no obstante
hablo con las manos
no con mi lado pop
cometa
no somos súper héroes chic de repisa
ni super shooter vestido de jesucristo
ni bla bla bla
para abstraer vidas en garabatos
nada
sólo texto debajo del resplandor
residual
igual que la rima

Dejémonos de escepticismos, ¿te parece?
Así, tal expresión callosa
que los bebes provocan
afán de incierto cazador
de buenos [malos] muchachos
y ceja
y mano
y asco
mujer, brillo regado
por escritorios muertos de lujo y dádivas tiernitas
sin fecha de expiración

tal parece
caer rostro al suelo,
el tuyo
el mío
el de todos
por las infancias ametrallantes de ancianos
hijos del aborto y vanidad

con piel despeinada
soy
menesteroso de desvelo
soy
dudador
dudoso
dudante
uniforme azul, casita de vergüenza
cometa
para los tesoros caducos bajo polvito
milagroso polvito
adictivo
cracksexual
bendición del tedio
erosionado de niños azules te regalo

para echar luz al ayer
para ver si algo florece
si se sale del recuerdo
y se empapa de hoy
de hoy
de hoy…






A

Redención renderizada
así
como nosotros
barritas de herramientas
brillo
sonido
bullita
todo listo sobre la mesa de bebés sin perdón
descansos de guerra y etcéteras
para las camas de los gatos con sus mozas
Acertó a ser domingo
que yo puedo llevar
a ser recurrente postal de zoológico entre el sepia desparramado en las paredes y el suelo de este holograma insípido
Para qué palpitar, en medio de copas y fuentes olvidadas en algún lugar de mis gavetas
yo [no]
estoy cara a cara al filo de la dilatación
extremista
anarquista
pseudohumano
genérico cuerpo
espécimen de manicomio
razón de visitas y residencias bailables a media noche,
por las formas y las curvas de todo esto que, de otro modo sería menos mío y más de vos
Como el color estrellándose tal instinto de ocho patas
acá nosotros [yo]
estadística furtiva [gusano]
y treinta faxes para alegrar ciegos por desfiles abanderados con desfloraciones anteriores
al brutalísimo suspiro de los desencantados

[yo
inonsciente tinta
cabellos muertos al aire en son de paz para las guerras que aún no inician
vivientes
para terminar los caminos
trazados en grafitis
que aún funcionan
como las vidas, las letras, las patadas
irreconciliables todas
como nosotros
redención renderizada




JENN DÍAZ [9660]

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Jenn Díaz (Barcelona, 1988) es autora de "Belfondo" (Principal de los Libros, 2011) y "El duelo y la fiesta" (Principal de los Libros, 2012). Desde 2008 lleva el blog que lleva por título "Fragmentos de interior", como la novela Carmen Martín Gaite: http://fragmentodeinterior.blogspot.com. Después de leer en profundidad a la escritora, se anima a jugar, a aceptar el reto: escribe. Seis novelas escritas, que no publicadas, e intentando darle forma a una antología de poemas y relatos, acumulados en los últimos años. Subdirectora de la revista literaria G&R, que empieza su tercer año.





me acordé de mi madre

de cuando era pequeña
de cuando no tenía pelo
de cuando estaba fea
y no le importaba estarlo

me acordé de cuando mi madre
pasaba hambre pena frío miedo

rabia





las mujeres sin hijos
no importan nada

porque van por ahí
sin carga
sin responsabilidades
sin horarios
sin derecho a quejarse

las mujeres sin hijos
las adaptaditas

no importan nada
porque van por ahí
míralas
van por ahí
sin peso
sin memoria

las mujeres sin hijos
van
y van y van y
van sin nada





quedar al margen
en la orilla de lo innombrable

los animales heridos
el niño muerto de la ventana
la comida fría
la mujer sin hijos

los hospitales





para desesperarse se necesitan fuerzas y orden
para hacerlo con placer
y con gusto
para que duela de verdad

el bebé que nadie quiso
del que nadie se hacía cargo
va de unas manos a otras
todas las manos
son la mano que le da de comer
y no sabe cuál morder





no es para tanto la mentira

los cables están conectados a la nada
mientras nosotros fingimos haber olvidado
y es tan difícil

pero no es para tanto
si consigues domarla y hacerla tuya
convertirla en el único alimento que sacia

y buscar
seguir buscando lo que entonces parecía un sueño
y no era otra cosa
que tú


PEDRO ÓSCAR GODÍNEZ [9661]

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Pedro Óscar Godínez, 1949
La Habana,  Cuba
Poeta, periodista y promotor cultural.
Fue miembro de la Brigada Hermanos Saíz, fundador de los talleres habaneros e integrante de la Brigada Cultural 4 de abril de la Unión de Jóvenes Comunistas. Es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.

Nace en la occidental provincia de La Habana en el año 1949. Cursó hasta el preuniversitario en su ciudad natal. Perteneció a la Asociación de Jóvenes Rebeldes y a las BJTR, con las cuales ascendió cinco veces al Pico Turquino.

Ha desempeñado diversas ocupaciones, entre ellas, aprendiz de panadero, peón de albañil, redactor en el Buró de Prensa de Ciudad de La Habana y corrector en los periódicos Tribuna de La Habana y Juventud Rebelde. Conduce desde hace más de 15 años el espacio sabatino de reflexión, arte y literatura “Diálogo y Encuentro con la Cultura” en la Sociedad Árabe de Cuba. Fundó y dirigió durante más de 4 años el Proyecto Socio-Cultural “Pintando en El Prado”.

Publicaciones

Ha publicado los poemarios:

Sueño de otra noche de verano (Madrid, España, 1998);
Los ojos de la lluvia (Moscú, Rusia, 2003),
Antología de poesía cósmica (Editorial del Frente de Afirmación Hispanista, A.C., México, 2004) y
Bajo una luz más clara (Editorial UNION, 2006).

Premios obtenidos

La obra poética ha sido galardonada en numerosos concursos nacionales y provinciales tales como:

La I Bienal de La Habana (premio),
José de la Luz y Caballero (primer premio),
105 Aniversario del Liceo Artístico y Literario de Regla (premio único).
El poemario La belle epoque ha sido premiado en los concursos Juan Francisco Manzano (premio único, 1984),
Aniversario de Juventud Rebelde (primera mención, 1985);
80 Aniversario de la revista Bohemia (premio único, 1988).
Premio único en el concurso Aniversario de Juventud Rebelde (1987) por el poema "El poeta y su noche de Walpurgis".
Algunas Colaboraciones han aparecido en Unión, La Nueva Gaceta, Mujeres, Muchachas, Somos Jóvenes, Tribuna de La Habana y los suplementos viernes de Tribuna y Dominical Habanero, Bohemia, Revolución y Cultura, Letras Cubanas, Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, Trabajadores, Juventud Rebelde, El Caimán Barbudo, 26 (Las Tunas), La Jornada (México) y Les Cahiers de la Guitare (Francia).

Las poesías aparecen incluidas en varias antologías nacionales, entre ellas:

Poesías (CNC, 1972), 20 en el XX (1973),
Como jamás tan vivo (197)
Rebelde en mar y sueño (1988).
En el 2004 y en el 2007 la United Cultural Convention de los Estados Unidos de América lo propuso como candidato a su Premio Internacional de la Paz por su meritorio trabajo al servicio de la cultura y de la comunidad. Su poemario "El libro de los homenajes", resultó finalista del Premio de Poesía Centenario del Natalicio de Rafael Alberti Merello (2001) y su libro "Estas alas tan cortas", ha sido finalista igualmente en el Premio Hispanoamericano de Poesía Dulce María Loynaz (2003) y en el Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén, en sus ediciones del 2005 y del 2008.

Bibliografía activa

Alrededor del espejo, (Poesía), 11 pp, 1985.
La rosa furiosa, Ponencia, 12 pp, 1989.
El amor del poeta, Poesía, 10 pp, 1992.




LA MUERTE DEL CISNE

Cuando un poeta muere
Una estrella se derrumba
Desde la inmensidad
El sol se apaga para siempre
En un punto del infinito

El mar escurre sus aguas
Por el vacío que deja
Su sombra

El universo entero desaparece
Por el hueco negro
De su muerte







DEL POETA Y LA MUERTE

Viene la muerte

Viene

Y golpea a la puerta del poeta
Y la golpea
Y la tumba a ruido
Y entra por la cerradura
Enmascarada de aire matutino
Pero el poeta

Astuto ilusionista

En figura de polvo adormecido
Se escapa
Por un rayo de sol






De su libro inédito Estas alas tan cortas



Qué dirán las pobres merluzas

                                                                         Sin la vida, yo no puedo vivir
Pablo Neruda

Porque ocurre que en verdad uno se hastía
De arrancarle el corazón
A los animales que más quiere
En este mundo
Para alimentar un egoísta anhelo
De más vida
Sucede así que uno se va cansando
Lenta lentísimamente
De este viejo oficio
De depredación y espanto
La cansona y terrible monomanía
De tumbar al caballo sobre el verde cómplice del paisaje
E hincarle el diente entre la flaca ramazón de costillas
Luego de haber galopado media existencia
Sobre el lomo del pobre heraldo de dios
Y despojar de sus entrañas al pez
Que ejecuta para nosotros su danza de las aguas
Qué dirán las merluzas
De ojos vidriosos
Que están siguiendo el hilo de este discurso
Sobre eso de quitarles el pellejo
Y embalarlas en bellas cajitas

Ah del hígado hipertrofiado de las inocentes ocas
Servido en un plato
Con el nombre
De foie de gras

Hasta el oscuro recinto de las lombrices ha descendido el hombre
En su desenfreno y su caída
Hacia ninguna parte
Y todo para saciar estas voraces ansias de sobrevivir a toda costa
Aun de las miles de otras pequeñas vidas de insignificante aspecto
Que adornan los caminos de la creación

Y ocurre y sucede
Como siempre ocurre
Y sucede
Que uno acaba por cansarse de lo mucho y de lo poco
Y de subir cuesta abajo
Y de bajar hacia las estrellas
En este mundo relativo
A la vez salvaje
Y ultramoderno
Del rayo láser
Y la guillotina
Ahora te lo puedo decir
Pablo
A ti
Ahora que ya no estás
Porque sucede
Que no somos
Roca solo
Y yo también
Como tú un día de tu segunda residencia entre nosotros
Voy sintiendo sin dudas los primeros síntomas
De esta vieja enfermedad
Porque se va haciendo ya casi inhumano
Ser un ser humano
Y hasta admito
Que sería
Lícito
Y acaso
Tal vez
Delicioso
Apagar el sol
De una meada



De la esperanza baldía

Uno pone en remojo el corazón
En el agua de infinitas noches
Se quita la mirada
Para ver el mundo por otros ojos
Aprende a perdonar a las margaritas
Cuando le cierran las puertas
Del amor
Con el pétalo de sus implacables negaciones
De los espejos dispersos de la lluvia
Ve alzarse la claridad del mundo
Uno se lanza al misterio de la aventura
Que significa el largo
Interminable viaje hacia otro ser

Y al final
Destrozadas ya las alas
En el rasante vuelo
De las perdidas ilusiones
Cae en la cuenta
De que todo

Todo

Ha sido en balde



Estrellas fugaces

Las madres
No deberían nunca decir adiós
Horcones de noble madera
Sobre los que se sostiene
La casa de la vida
Cuando se van se llevan con ellas
El mágico espejo
De nuestros sueños
Más puros
Y un sol se apaga
En el cielo de los días
En sus caídas de estrellas fugaces
Nos rompen la infancia
Y nos dejan desnudos
Como pálidas
Estatuas
Ante el porvenir



Apelación

No desprecies nunca al diminuto romerillo
Que crece en los caminos más inhóspitos

Ni al insignificante escarabajo
Que se detiene un instante
En la palma de tu mano
Porque nada es más grande
Que lo más pequeño

La inmensidad entera
Con todos sus dioses
Cabe en un solo ser



Elogio de la locura

Dicen que la poesía
Es cosa de locos
Pero es raro
Porque a mí
La poesía
Es lo único que le salva
De la locura


ADRIÁN STOKES [9662]

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Adrián Stokes, nació en Bayswater, Londres, en 1902 y murió en 1972. Escritor y pintor británico, conocido principalmente como uno de los más influyente críticos de arte del siglo XX, y como uno de los más originales. Tuvo una intensa correspondencia con Ezra Pound, con quien se encontró en Rapallo. En 1936 empieza a pintar en Cornualles. Estudia pintura en Euston Road School. Conoce A W.H. Auden. Pinta olivos en la villa de Aldous Huxley, en Sanary, al sur de Francia.  Más adelante pinta en Tenby, Gales. Empieza a escribir poesía en 1968. Años después de su muerte With All the views reuniría todos sus poemas. 



Visita privada

Estas caras conocidas
               algunas con las que he hablado
               unos cuarenta años.

               Y de este modo envejeciéndolas otro tanto
                las pinturas devuelven la mirada
                le añaden el habitual peso
                de nuevas experiencias.

                 El artista bien definido
¿está aquí? -no cambia las cosas-
                 habla con más franqueza
que la que hemos utilizado el uno para el otro
sus voces no cesarán de avanzar a tientas
o de lanzar una impertinencia.
Nosotros mismos no funcionamos como arte que se valora.
Por lo tanto cada año nacen grietas en el muro del tiempo
hurtos de los que son testigos guardias despabilados.

(Traducción: Matías Serra Bradford)









PRIVATE VIEW

These faces known
              some spoken into
              Over forty years,

               Thereby ageing them a little more
               Painting look back
               Add customary weight
               Of a new experience.

               The clear-cut artist
Or is he here? -it makes no difference-
               Speaks more candidly
Than we have done to one another
Whose voices will not cease to grope
Or flourish an impertinence.
We ourselves don¡t works as valued art.
So each year gaps occur upon the wall of time
Thefts calmly viewed as if by sharp custodians.





PETER MANSON [9663]

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Peter Manson (nacido en 1969) es un poeta escocés contemporáneo. Sus libros incluyen Stéphane Mallarmé: 
The Poems in Verse (Miami University Press 2012), Between Cup and Lip (Miami University Press, 2008), For the Good of Liars (Barque Press 2006), Adjunct: an Undigest (Edinburgh Review 2005), Before and After Mallarmé (Survivors' Press 2005), Two renga (collaborations with the poet Elizabeth James, in the Reality Street Editions 4-pack "Renga+", 2002), Rosebud (Form Books 2002), Birth Windows (Barque Press 1999), me generation (Writers Forum 1997) and iter atur e (Writers Forum 1995). Between 1994 and 1997, he co-edited (with Robin Purves) eight issues of the experimental/modernist poetry journal Object Permanence. In 2001, the imprint was revived as an occasional publisher of pamphlets of innovative poetry, and has so far published work by the poets J. H. Prynne, Keston Sutherland, Fiona Templeton and Andrea Brady.







Escuchando la veintiocho de John Gage

Un espejo colgado para intersectar
la cortina que tiene
las mismas proporciones que
el espejo.
El espejo tiene
el mismo tamaño y forma que
la foto adyacente de mi padre en 1.945 recuperándose de la malaria en Malaya.
El techo no se ve como mi padre ni tampoco
la llave cuelga del
espejo. Todavía no me parezco a mi padre. No sé cual es
el aspecto de un espejo.








The hat that the hand wore in rehab
is French for billiards and in no way chastened.

The language in him fitting like a champagne cork
between startled eyes
is a lesson in loosening tongues
in advance of the big night.

*

Making the room work hard in an effort to hear
downshifted remnants of an echo without walls

the means of producing sound literally dead
in these parts, at this time, are welcomed as equals

back-masking the cosmic slop till the dots merge, inviting suicide
(only a card-sharp home but the room speaks fluent Thai)

the assault ceased.
The caller withheld their number.

*

Botox my frownlines, let my eyelids droop.
If I open one eye with a finger I can still see

habit subtract lip-service from a foot of pride,
seed broadcast in empathy:

we is good boys. I another     you is the longer pronoun
carry me nowhere faster than a crushing train.







EINAR OKLAND [9664]

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Einar Økland (Foto: Samlaget)

Einar Økland
Einar Økland (nacido en 1940) es un poeta noruego,  dramaturgo, ensayista y escritor de literatura infantil.
Hizo su debut literario en 1963, con el poemario Ein gul dag. Fue galardonado con el Premio de la Crítica Noruego de Literatura para el libro infantil Sikk-sakk.  Fue galardonado con el Premio Melsom 1991 Når ikkje anna er sagt, y la Dobloug Premio en 2000. 

Bibliografía:

Vandreduene : lyriske stykke (Lyrikk, Samlaget, 2010) Forteljingar og fablar frå andre tider (Forteljingar, Samlaget, 2010) Eventyrboka (Medforfatter) (Forteljingar, Skald forlag, 2009) Kant-i-kant : småprosa (Essaysamling, Samlaget, 2008) Juleglimt (Medforfatter) (Noveller, Selja, 2008) Oddvar Torsheim : i nynorskens skog (Sakprosa, Samlaget, 2008) Damsleth : han teikna for Norge (Vigmostad & Bjørke, 2008) Godnattboka : nynorske forteljingar (M3edforfatter) (Forteljingar, Skald forlag, 2007) Litteratur for barn og unge: 2008 (Tekster, Samlaget, 2007) Krattet på badet (Dikt, Samlaget, 2006) Black & Decker og 20 andre historier. Eit utval (Noveller for ungdom, Samlaget, 2006) Den blanke bjølla. Utvalde noveller for barn (Samlaget, 2005) Poetiske gleder (Dikt, Samlaget, 2003) Dikt i samling (Dikt, Samlaget, 2002) I tilfelle nokon spør (Essay, Samlaget, 2001) Th. Kittelsen (Medforfatter) (Gave/kunstbok, Stenersen, 1999) Etter Brancusi (Dikt, Samlaget, 1999) Svarte norske (Dikt, Samlaget, 1997) Max Ernst: Ei lita jente drøymer om å gå i kloster (Gjendiktning, 1997) Frå helling via hylling til halling (Essay, Samlaget, 1997) Heile tida heile tida (Dikt, 1994) I staden for roman eller humor (Essay, Samlaget, 1993) Siste time (Noveller, Cappelen, 1992) Pennen den blå (Barnedikt, Samlaget, 1992) Når ikkje anna er sagt (Dikt, Samlaget, 1991) Walkman (Billedbok, Samlaget, 1989) Tolv dagar musikk. (Billedbok, 1989) Måne over Valestrand (Essay, Samlaget, 1989) Per Krohg som illustratør (Sakprosa, Samlaget, 1989) Den dumme (Eventyr/Fabel, Samlaget, 1988) Brevmerke på norsk post (Sakprosa, Samlaget, 1988) Mellom himmel og jord (Barnedikt, Samlaget, 1986) Reklamebildet (Medforfatter) (Sakprosa, Samlaget, 1986) Her er ingen papegøye (Barnebok, Samlaget, 1984) Blå roser (Dikt, Samlaget, 1983) Nå igjen (Essay, Samlaget, 1982) Snøsteinen (Noveller, Samlaget, 1982) Egg til alle (Barnebok, Aschehoug, 1982) Den norske barnelitteraturen (Medforfatter) (Sakprosa, Cappelen, 1981) Ei ny tid (Billedbok, Samlaget, 1981) GuGutar i røyk : ni ulike historiertar i røyk. (Noveller, Samlaget, 1980) Skrivefrukter : epistlar, artiklar, småstykke frå norsk litteratur 1963-1978 (Essay, Gyldendal, 1979) Ein god dag (Billedbok, Samlaget, 1979) Vendepunkt : 14 noveller for ungdom (Medforfatter) (Noveller for ungdom, Cappelen, 1979) På frifot, blanda vers (Barnedikt, Gyldendal, 1978) Sikk-sakk (Barnebok, Samlaget, 1978) Snakk med dr Ost (Barnebok, Samlaget, 1977) Ingenting meir (Tekster, Pax, 1976) Kven veit? (Barnebok, 1976) Statsministerens sko og andre tekster (Tekster, De norske Bokklubbene, 1976) Slik er det (Noveller, Samlaget, 1975) Bronsehesten. (Dikt, 1975) Den blå ringen (Barnebok, Samlaget, 1975) Jazz i Norge (Medredaktør) (Sakprosa, Gyldendal, 1975) Stille stunder (Roman, 1974) Det blir alvor (Noveller, Samlaget, 1974) Du er så rar (Barnedikt, Samlaget, 1973) Gull-alder (Dikt, Samlaget, 1972) Galskap (Roman, Samlaget, 1971) Bemann barrikadene - fienden har sluppet løs sin pyjamas! (Medredaktør) (Antologi, De norske Bokklubbene, 1970) Amatør-album (Roman, Samlaget, 1969) Aberfan (Dramatikk, Samlaget, 1969) Vandreduene (Dikt, Samlaget, 1968) Georg: Sit du godt? (medf). (Dramatikk, Samlaget, 1968) Svart i det grønne (Noveller, Samlaget, 1967) Mandragora (Dikt, Samlaget, 1966) Ein gul dag (Dikt, Cappelen, 1963)



La piedra 

En este instante
yo soy la piedra,
que se va al fondo.
La superficie no tiene imágenes
y los círculos han estallado.
Y mucho antes de llegar al fondo
todo es oscuridad.
que me voy al fondo.

1.966

Poesía nórdica. F. J. Úriz. Ediciones de la Torre 1.999






Morgonblått - Havgrønt - Nattsvart (Tre to-delte Fartein Valen-satsar)



M o r g o n b l å t t (1)


lampen utan lys
kan stå i ro i mørket
til sola skin på den

når sola skin på lampen
held lampen 
fast på mørket
til mørket skin frå den





M o r g o n b l å t t (2)


kven glitrar frå tone til tone

frå kvar tones nullpunkt
til kvar tones nullpunkt

slik at det tonar frå
tone til
tone
over 
kvar tone

kven går så stilt forbi


eg går så stilt

om
eg hadde større kraft
gjekk eg endå stillare
forbi




II 

H a v g r ø n t (1)

min gud
min gud
kvifor
har du forlate meg

mitt barn
mitt barn
kvifor
har du forlate meg

min kropp
min kropp
kvifor
har du forlate meg

fordi
du skal spørje
fordi
du skal svare
fordi
du skal finne deg sjølv

åleine
forpint
fortapt
til fånyttes frelst



H a v g r ø n t (2)

hit 
og ikkje lengre
kom eg

men hit og mykje lengre
kjem eg
når den veldige armen peikar

utover havet på tvers av vinden 
mot noko eg ikkje ser

ingen stad har eg sett 
lengre enn til desse fingrane som blir borte yst ute 
der underarmen av porselen støyter dei frå seg som strekar 

og armen som peikar herifrå utover 
dønningane som rullar inn
er min

stå her og bere denne veldige armen
at eg
som kom hit med to gamle armar
står her med ein 
at eg

når eg ser ned 
gjennom overarmen
som er av blankt og grønt glas
ser eg ned

på dei visna og skeive stråa i sprekkene her på den storkna steinknausen
endå dei ikkje lenger lever står stråa opp på tvers av vinden og vitnar 
om sine linjer

fingrane ytst på den veldige armen er teikna 
med desse linjene

eg kjenner ingenting
anna enn ei veksande glede
som kverv or meg slik livet kverv 
or eit visnande strå
endeleg

er det eg som går heim
er det heim eg går
når eg går heim

er det heim eg går
når eg kjem tilbake
hit

til dei visne stråa på knausen
til vinden over og havet nedfor og endeløysa utover
innover

stråa som aldri meir skal vekse teiknar seg på auga mitt
mens armen av glas og porselen løfter dei endelause fingerlinjene 
ut mot det endelege der blikket kvile




III

N a t t s v a r t (1) 

lampen utan lys
kan stå i ro i mørket
til sola skin på den

når sola skin på lampen
held lampen 
fast på mørket
til mørket skin frå den




N a t t s v a r t (2)

lyset går gjenom glaset utan
å knuse det
lyset går gjennom vatnet
i glaset
utan å bli vått
lyset lar seg kaste mot
glaset og bøyer
sin bane utan å brotne

medan eg grip inn i mitt mørke
medan eg løfter mitt glas
i mørket
medan eg drikk mitt vatn
i mørket

eg ser glaset til glasets ære
eg drikk vatnet til vatnets ære
eg ser lyset til lysets ære
mens mørket tonar 









ERIKA BURKART [9665]

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Erika Burkart (8 de febrero de 1922, Aarau, SUIZA - 14 de abril de 2010) era una escritora y poeta suiza. Fue ganadora de numerosos premios, entre ellos el Conrad-Ferdinand-Meyer-Preis, Gottfried-Keller-Preis, Joseph-Breitbach-Preis, y  Wolfgang-Amadeus-Mozart-Preis.

Nació en Aarau en 1922 y murió en Muri en 2010. El legado literario de Erika Burkart se archiva en los Archivos Literarios Suizos en Berna.

OBRA:

Poesía

Der dunkle Vogel, Tschudy Verlag, St. Gallen 1953
Sterngefährten, Tschudy Verlag, St. Gallen 1955
Bann und Flug, Tschudy Verlag, St. Gallen 1956
Geist der Fluren, Tschudy Verlag, St. Gallen 1958
Die gerettete Erde, Tschudy Verlag, St. Gallen 1960
Mit den Augen der Kore, Tschudy Verlag, St. Gallen 1962
Ich lebe, Artemis Verlag, Zürich 1964
Die weichenden Ufer, Artemis Verlag, Zürich 1967
Fernkristall. Ausgewählte Gedichte, Verlag an der Hartnau, Tobel (TG) 1972
Die Transparenz der Scherben, Benziger Verlag, Zürich 1973
Das Licht im Kahlschlag, Artemis Verlag, Zürich 1977
Augenzeuge. Ausgewählte Gedichte, Artemis Verlag, Zürich 1978
Die Freiheit der Nacht, Artemis Verlag, Zürich 1981
Sternbild des Kindes, Artemis Verlag, Zürich 1984
Schweigeminute, Artemis Verlag, Zürich 1988
Ich suche den blauen Mohn, Pflanzengedichte (Blumenbilder Max Löw), GS-Verlag, Basel 1989
Die Zärtlichkeit der Schatten, Ammann Verlag, Zürich 1991
Stille fernster Rückruf, Ammann Verlag, Zürich 1997
Langsamer Satz, Ammann Verlag, Zürich 2002
Ortlose Nähe, Ammann Verlag, Zürich 2005
Geheimbrief, Ammann Verlag, Zürich 2009
Das späte Erkennen der Zeichen, Weissbooks.w Verlag, Frankfurt am Main 2010

Prosa

Moräne, novel, Walter Verlag, Olten 1970
Jemand entfernt sich, stories, Benziger Verlag, Zürich 1972
Rufweite, Artemis Verlag, Zürich 1975
Der Weg zu den Schafen, novel, Artemis Verlag, Zürich 1979
Die Spiele der Erkenntnis, Artemis Verlag, Zürich 1985
Das Schimmern der Flügel, Ammann Verlag, Zürich 1994
Grundwasserstrom . Aufzeichnungen, Ammann Verlag, Zürich 2000 ISBN 978-3-250-10416-2
Die Vikarin, Ammann Verlag, Zürich 2006




Metáfora

La nieve es una metáfora
Tú sabes para qué,
No se lo digas a nadie,
si nieva
se hunde la tierra,
se abre el cielo,
mas el amor tiene
un ojo de menos;
con su ceguera
cuenta la muerte.






Continuo

Los que sufrieron, murieron,
murieron los testigos,
murió el sufrimiento.

Quizás
quede una alegría
Que nadie atestigua.



Antología de la poesía suiza alemana contemporánea
Hans Leopold Davi. El Bardo Colección de poesía. Libros de la Frontera. 1.998
Veinte poetas representativos de los últimos cincuenta años en una cuidada selección y traducción de Hans Leopold Davi






Lonely talk, written,
conversations with the dead; thought-conversations,
thoughts like clouds churning,
black birds out of thin air,
the white dove out of a dark cave.







I let you take my soul
as you swooped by the window,
Bird, thought
that writes with feathers in the sky,
that wavers on wings, 
luster and shadow,
sketching and measuring in flight,
a word that evades me.






From Transparenz der Scherben, 1973 (The Transparency of Shards), “Orientierung” 
(“Orientation”):


Traffic accident dead. War dead.
Casualty coincidence crime.
(It could just as easily
have taken you or me):
When I read the newspaper,
those lovers of roses look suspicious.

I’m a gardener with a guilty conscience.

It seems difficult to deal with people who 
enjoy poetry,
climb mountains,
attend concerts,
water radishes,
who talk about rights, guilt and justice. 

I lose
all sense of orientation.
In place of words I see fists,
gestures, faces, isolated faces.
I see everyone alone with himself:
an almost harmless person,
just because he’s sad or he’s happy.

I fear the man whom nobody misses.
At a single blow he forces us
to picture him.
There’s nothing yet
about this man in the newspaper.
One knows him on sight.
It’s now too late to love him.




…….



Every day
the Bridge of San Luis Rey collapses.
We’re badly informed
because it tires us quickly —
in a burst to precisely follow 
the flight of a single flake.

“Their manes flowed like a snowstorm,”
Black Elk said of the sacred horses.

Who killed 
Who killed the sacred horses?
The red? the black? the white men?
It has been said the grass grew over them.
— We
kill them now.

Invocation revocation obituary.
Men shrivel to names.
Names are words. Words flake.
Black flurry. Alphabet snow.

Holding on to the empty margins,
I hear
the growing
of grasses.






Your final thousand-and-first photo
on a blister pack
with the tablets rustling inside
for the last of your nineteen weeks
in this hospice of the dying.
Two to be taken in the morning, one in the evening,
the window, Monday 7-9,
has broken through.
The telephone call when they asked where to let you die
came at three-thirty in the afternoon.

Terror and laughter contort your face,
imprecise, zero contrast, the eyes buttons,
even the red shawl,
your guardian and comfort: blur.
Pillows prop you,
in the right hand, a pencil twitches,
last weapon
for defense against such imposition.

A mug shot on room twozerofour,
so you wouldn’t be confused
with an insane person.







Waking at 2 O’clock in the Night

On the black ditch the marshes rot,
nightly flickering their will-o’-the-wisps
that wake me from a dream
made of disintegrating scraps of images.

Now I’m awake 
all the way down to my roots,
the trees are gray,
and the moon darkens.
I see my mother, dead of cancer,
see my sister, dead of cancer,
their knobbed hands,
a gaping mouth,
the solitude around the resting place
in the basement, where they haul away
what remains
of noble people
with language, gestures,
hopes, struggles,
tenderness.

The voice chokes in fear,
I turn on the light,
stammer in my brain—
a childhood prayer.







Erwachen um 2 Uhr Nachts

Am Schwarzgraben faulen die Sümpfe,
aus denen nachts Irrlichter flattern,
die mich wecken aus einem Traum
sich zersetzender Bilderfetzen.

Jetzt bin ich wach
bis in die Wurzeln,
die Bäume sind grau,
und der Mond erblindet,
ich sehe meine krebstote Mutter,
sehe meine krebstote Schwester,
die knöchernen Haende,
ein klaffender Mund,
die Einsamkeit um die Lagerstatt
im Kellergelaß, wo abgeholt wird,
was übrig blieb
von schönen Menschen
mit Sprache, Gesten,
Hoffnungen, Kämpfen,
Zärtlichkeit.

Die Stimme erstickt von Angst,
mache ich Licht,
stammle im Hirn
ein Kindheitsgebet.









FRANZ HOHLER [9666]

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Franz Hohler 
Franz Hohler (* 01 de marzo 1943 en Bienne, SUIZA ) es un suizo escritor, comediante y cantante y compositor.
Nace en Biel en 1943, crece en Olten y en la actualidad vive en Zürich como cabaretista y escritor. En 1965 tras estudiar cinco semestres de Filología alemana y de lenguas romances escenificó su primer solo con un programa literario y musical. Desde entonces sigue actuando como solista regularmente en Alemania y en Suiza, escribe programas para la radio y la televisión, es autor de obras teatrales para las tablas y la televisión, y ha publicado novelas como "Der neue Berg y Die Steinflut", aunque sobre todo se le conoce por sus historias breves para adultos y para niños. Son historias inusuales, a menudo grotescas, enigmáticas, siempre llaman a la reflexión y se publican en recopilaciones.

PREMIOS

1968 Preis der C.F. Meyer Stiftung
1973 Deutscher Kleinkunstpreis in der Kategorie Kabarett
1976 Hans-Sachs-Preis der Stadt Nürnberg
1978 Oldenburger Kinder- und Jugendbuchpreis für Tschipo
1987 Alemannischer Literaturpreis[4]
1988 IBBY Honour List für Tschipo und die Pinguine
1990 Cornichon der Oltner Kabarett-Tage
1991 Gesamtwerkspreis der Schweizerischen Schillerstiftung
1994 Schweizerischer Jugendbuchpreis für Der Riese und die Erdbeerkonfitüre
1995 Premio mundial José Marti de literatura infantil
1997 Liederpreis des SWF
2000 Prix Enfantaisie
2000 Kunstpreis der Stadt Olten
2001 Binding-Preis für Natur- und Umweltschutz
2002 Aargauer Kulturpreis
2002 Kasseler Literaturpreis für grotesken Humor
2005 Kunstpreis der Stadt Zürich
2005 Schillerpreis der Zürcher Kantonalbank für Die Torte
2008 Salzburger Stier für das Lebenswerk
2009 Ehrendoktor der Universität Fribourg[5]
2011 Heidelberger Leander für Es war einmal ein Igel
2013 Ehrenpreis der ktv - Vereinigung KünstlerInnen - Theater - VeranstalterInnen, Schweiz[6]
2013 Solothurner Literaturpreis

OBRASS:

LIBROS

Das verlorene Gähnen und andere nutzlose Geschichten. Benteli, Bern 1967
Idyllen. Luchterhand, Neuwied und Berlin 1970
Fragen an andere. Interviews mit Wolf Biermann, Peter Handke, Ernst Jandl, Mani Matter und Hannes Wader. Zytglogge, Gümligen 1973
Der Rand von Ostermundigen. Erzählungen. Luchterhand, Darmstadt und Neuwied 1973
Wegwerfgeschichten. Zytglogge, Gümligen 1974
Wo? Luchterhand, Darmstadt 1975
Der Wunsch, in einem Hühnerhof zu leben. Sumus, Feldmeilen-Zürich 1977
Darf ich Ihnen etwas vorlesen? Pfaffenweiler Presse, Badenweiler 1978
Ein eigenartiger Tag. Lesebuch. Luchterhand, Darmstadt 1979
Ichduersiees. Grüss Gott, Herr Meier! Die Bewerbung. Lenos (Texte für die Theaterwerkstatt 1), Basel 1979
Die Rückeroberung. Erzählungen. Luchterhand, Darmstadt 1982
Die dritte Kolonne. Ein Theaterstück für zwei Frauen und eine Gegensprechanlage. Stiftung Pro Mente Sana, Weinfelden 1984
Hin- und Hergeschichten (mit Jürg Schubiger). Nagel & Kimche, Zürich 1986
Das Kabarettbuch. Luchterhand, Darmstadt 1987
Der Verkäufer und der Elch. Geschichten, Lieder, Szenen (hrsg. v. Annelie Wegener). Henschel, Berlin 1987
Vierzig vorbei. Gedichte. Luchterhand, Darmstadt 1988
Der neue Berg. Roman. Luchterhand, Frankfurt 1989
Der Mann auf der Insel. Ein Lesebuch. Luchterhand, Frankfurt 1991
Da, wo ich wohne. Luchterhand, Hamburg 1993
In den Armen der Pachamama. Eine Reportage aus Bolivien. WoZ, Zürich 1994
Die blaue Amsel. Luchterhand, München 1995
Drachenjagen. Das neue Kabarettbuch. Luchterhand, München 1996
Das verspeiste Buch. Eine Fortsetzungsgeschichte (mit Bildern von Hans Traxler). Schöffling, Frankfurt 1996
Die Steinflut. Eine Novelle. Luchterhand, München 1998
Zur Mündung. 37 Geschichten von Leben und Tod. Luchterhand, München 2000
Die Karawane am Boden des Milchkrugs. Groteske Geschichten. Luchterhand, München 2003
Die Torte und andere Erzählungen. Luchterhand, München 2004
52 Wanderungen. Luchterhand, München 2005
Vom richtigen Gebrauch der Zeit. Gedichte. Luchterhand, München 2006
Es klopft. Roman. Luchterhand, München 2007
Das Ende eines ganz normalen Tages. Geschichten. Luchterhand, München 2008
Das Kurze. Das Einfache. Das Kindliche. Ein Gedankenbuch. Luchterhand, München 2010 [7]
Der Stein. Erzählungen. Luchterhand, München 2011

LIBROS PARA NIÑOS

Tschipo. Kinderroman. Mit Zeichnungen von Arthur Loosli. Luchterhand, Darmstadt 1978
Zoologische Findlinge. Ein Tierbuch. Mit sieben Kurzgeschichten von Franz Hohler (mit Arthur Loosli). Zytglogge, Gümligen 1978
In einem Schloss in Schottland lebte einmal ein junges Gespenst. Bilder von Werner Maurer. Sauerländer, Aarau 1979
Sprachspiele. Schweizerisches Jugendschriftenwerk (Nr. 1485), Zürich 1979
Dr. Parkplatz. Eine Geschichte für Kinder. Bilder von Werner Maurer. Walter, Olten 1980
Der türkische Traum. Mit 10 sechsfarbigen Linolschnitten von Wolfgang Jörg und Erich Schönig. Berliner Handpresse, Berlin 1981
Der Granitblock im Kino und andere Geschichten für Kinder. Luchterhand, Darmstadt 1981
Der Nachthafen. Bilder von Werner Maurer. Benziger, Zürich 1984
Tschipo und die Pinguine. Kinderroman. Mit Zeichnungen von Arthur Loosli. Luchterhand, Darmstadt 1985
Der Räuber Bum. Bilder von Werner Maurer. Sauerländer, Aarau 1987
Sieben Schöpfungsgeschichten. Mit 9 farbigen Linolschnitten von Ingrid Jörg, Klaus Ensikat und Wolfgang Jörg. Berliner Handpresse, Berlin 1992
Der Riese und die Erdbeerkonfitüre. Und andere Geschichten. Mit Bildern von Nikolaus Heidelbach. Ravensburger, Ravensburg 1993
Der Urwaldschreibtisch. Bilder von Dieter Leuenberger. Sauerländer, Aarau 1994
Tschipo in der Steinzeit. Mit Zeichnungen von Arthur Loosli. Ravensburger, Ravensburg 1995
Die drei Gärtner. Mit 6 achtfarbigen Original-Farblinolschnitten von Ingrid Jörg. Berliner Handpresse, Berlin 1994
Die Spaghettifrau. Ravensburger, Ravensburg 1998
Wenn ich mir etwas wünschen könnte, Illustriert von Rotraut Susanne Berner. Hanser, München 2000
Der grosse Zwerg und andere Geschichten. Mit Zeichnungen von Nikolaus Heidelbach. Dtv, München 2003
Der Tanz im versunkenen Dorf. Illustriert von Reinhard Michl. Hanser, München 2005
Aller Anfang. Geschichten von Jürg Schubiger und Franz Hohler. Mit farbigen Bildern von Jutta Bauer. Beltz & Gelberg, Weinheim 2006
Das große Buch. Geschichten für Kinder. Illustriert von Nikolaus Heidelbach. Hanser, München 2009
Mayas Handtäschchen. Illustriert von Jacky Gleich. Patmos, Düsseldorf 2009
Es war einmal ein Igel. Kinderverse. Mit Bildern von Kathrin Schärer. Hanser, München 2011






Muerte por kilo

Hoy
ha habido en Jelmoli
una subasta de libros
había que pagar sólo el peso
exactamente
8 francos por kilo.
Entre guías
cuentos de caballos
y viejas novelas de Raffael Ganz
me saltó a la vista
<La muerte de Anton von Webern>.
Fue fusilado
por soldados de ocupación
al final de la guerra
tanto supe
¿pero cómo y por qué?
Yo quería
el libro
y cuando la vendedora
lo colocó sobre la balanza
en compañía de música de Modern Talking
y con la voz
de una verdulera dijo:
360 grs.: 2, 90, por favor

Murió Anton von Webern
Por segunda vez.


Antología de la poesía suiza alemana contemporánea
Hans Leopold Davi. El Bardo Colección de poesía. Libros de la Frontera. 1.998
Veinte poetas representativos de los últimos cincuenta años en una cuidada selección y traducción de Hans Leopold Davi










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