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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ANSELMO GUARNEROS [18.101]

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Anselmo Guarneros 

(Nuevo Laredo, Tamaulipas. México. 1991). Estudia Derecho en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, en Ciudad Victoria. Ha publicado cuentos y poemas en el portal HoyTamaulipas y en el blog de The Crow Magazine. En 2015 fue becario Interfaz, en el programa de becas literarias: Los Signos en Rotación, Festival Interfaz. Issste Cultura,  en Monterrey, NL


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Me siento atado a tus mil cabellos
que forman nudos tras de mi cuello,
que me rodean, que no me sueltan
y se sujetan con mucho gusto,
como queriendo que cualquier tarde
mudasen cráneo y fuesen míos
y no más tuyos.

Me siento atado también, lo admito,
a esos brazos que a ti te cuelgan
y a mí me abrazan,
que me tomaron una mañana
en el que el frío cayó tan bajo
que se veía muy pequeñito,
como personas cuando se miran
desde lo alto de un edificio.
Son esos mismos pequeños brazos
que ahora tocan mi fría espalda
y la calientan de cierto modo
que no comprendo,
y no respiro porque presiento
que de moverme lo arruino todo,
y sólo quiero quedarme quieto
y recordarte que mis latidos
respiran tiempo porque comprenden
que afuera y dentro no es lo mismo,
que afuera río,
y dentro lloro.

Tengo tu vientre pegado al mío,
y ahí juntitos los dos platican
de cualquier cosa con sus rugidos,
y se saludan quién sabe cómo,
algún idioma han de conocer;
platican tanto que duele un poco,
las tripas tiemblan como diciendo
que ya se van,
que pertenecen a otro sitio
en donde nadie
les dice adiós.

Y no me olvido de que enterraste
tus piernas largas frente a las mías,
rodilla al frente, la misma altura,
el mismo largo, mismos raspones
las mismas manchas y moretones.
Se nota tanto que pertenecen
a quien anduvo por mucho tiempo
sufriendo mucho
y mucho más.

Así nosotros, así los cuerpos,
así el destiempo, así el destino,
tanta venganza tienen sus filas,
que juega al monstruo con sus vecinos,
que rompe en llanto en ojo ajeno,
que silva al viento versos enteros
de desaliento y de desamor,
que se mantiene cosiendo pieles
con los tejidos que ya se han roto,
y transformando más de dos órganos
en un concierto
sin un final;
tapando bocas con nuestras manos,
manchando pechos con nuestra sangre,
limpiando egos
con el silencio de nuestra calma,
de nuestra voz,
y todo esto sin un motivo que lo sostenga
que le de causa justificada
que no sea otra
más que el placer.

Si por mí fuera
siempre seríamos personajes
de alguna historia de trovadores,
que cantarían amor perfecto ante los reyes de cualquier sitio,
y los abuelos platicarían de nuestro tiempo en esta tierra
a sus nietitos que dormirían pensando en ti
y en cómo amaste, igual que yo;
mas de desgracias ya no hay quien cante
y nadie cuenta las aventuras
de un pobre viejo que sólo quiere
mas no es querido,
pues aunque el cuerpo esté tan cerquita
que las palabras nos sobran tanto,
no te das cuenta que cualquier sitio
que no sea este
te causa daño,
que tus rodillas te dicen algo
cuando se atoran junto a las mías.

Sólo tu mente de pequeñita
quiere alejarse y no estar aquí,
quiere escaparse de este gran muro de carne y hueso,
quiere decirnos a los dos juntos
que nunca quiso sentirse ajena,
que no era ella quien decidía,
sino la piel.
Que se ha sentido
esclavizada todo este tiempo,
gritando a voces a mis oídos que son muy sordos,
que yo soy libre, pero tú no.
De qué me sirve tener tu cuerpo
si a ti te aterra el estar aquí,
y con quién hablo
si tus palabras no son ni tuyas
ni para mí

Para qué veo este par de ojos
que no devuelven ya la mirada,
que esos ojos tras esos párpados
que son tan bellos como los cielos
quieren cerrarse más de la cuenta,
y siempre niegan que alguien los ve.

Y yo comprendo que ya fue tiempo,
que no me sirve ya la corteza ni la envoltura
de lo que hay dentro,
que con el tiempo te hiciste inerte,
que hoy tú quieres salir corriendo,
y liberarte de la atadura
que tu cabello le hizo al mío,
que ya no quieres que te detenga
que ya mis manos no te sostengan,
que ya mis dedos no te dibujen,
y que tu cuerpo pueda partir.



Hoy

Hoy quisiera saber qué se siente encontrarse
en aquello que llaman “los lugares correctos”,
aprender a reír enseñando los dientes
y besarte la piel con los ojos abiertos.

Hoy espero que aprendas de este tonto que marcha
en sentido contrario, en reversa y despacio;
que no trepes a un árbol a comer dos manzanas,
que es mejor sacudir y que caigan rodando.

Hoy pretendo quitarme esta vieja costumbre
de extraviarme buscando una mano y un cuerpo,
de morirme en las noches en que faltan perfumes,
de llorar en silencio por mi falta de tiempo.

Hoy revivo en tu vientre y me crío en tus piernas,
hoy yo escojo tus pasos, hoy me quedo contigo,
ya no pienso en caminos, ya no cierro las puertas,
si te quedas me quedo,
si tú vas,
voy contigo.



Tu ausencia, mi calma y una gris banca vacía

A veces camino entre las bancas de la plaza
donde te conocí
y doy vueltas alrededor como en el pasado
lo hacíamos tú y yo.
En el suelo hay hojas del viejo árbol solitario
que nos daba sombra por las tardes y cobijo
en mitad de la noche.

A lo lejos veo una pareja que da un paseo,
los veo separados, como recién conocidos.
Pasan junto a mi y escucho algo de lo que dicen.
Alguien se enamoró.

Sin ti las caminatas son cansadas y eternas,
y mis piernas son débiles,
como hechas de vidrio,
así que descanso un poco para recordarte.
Extraño oler la miel de tus cabellos oscuros,
y comer la pulpa de tus labios mordisqueados.

Ahora que no estás
tengo tiempo de sobra,
y me quedo pensando en aves, rocas, en libros,

así siento que ayudo a que el tiempo avance rápido
y aguanto un poco más,
pero cuando todo se hace gris, no pienso en nada.

Quiero decirte algo que descubrí hace poco,
tal vez, de haberlo dicho antes, todo sería
algo menos confuso.
No estoy hecho para amar, sino para olvidar,
pues nací amándote y estaré siempre olvidándote.

Ya no veo a la pareja que daba un paseo,
volteo la cabeza y veo todo vacío.
Tal vez es cierto todo eso que siempre dijiste
que me quedaré solo.
Es a eso lo que tengo miedo, por eso lloro.

Quizás con el tiempo yo logre hacerme más fuerte
y la costumbre pueda hacerse mi compañía.

Pero en este momento
estamos nada más
tu ausencia, mi calma y esta gris banca vacía.





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KATHERINE CASTRO [18.102]

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Katherine Castro

Santo Domingo, República Dominicana.
Publicista, poeta, escribe cuando las palabras deciden volver a ella. 
Cada vez tiene mas cana y menos paciencia. 



Los Reyes Magos Están Muertos

Eso de perder la cabeza nunca estuvo en mis planes.
Pero uno crece.
Olvida lo que una vez supo y crece,
manda al diablo las sábanas y los sueños
para entregarse a un mundo construido en miedos
que se multiplican con cada amanecer. 

Uno olvida que un día no tan lejano pisó la gloria
y sintió la calma del Mar Caribe habitando sus pies,
otorgándoles el derecho de entregarse a amar un rato,
sin dar espacio a las dudas.

Entonces uno llora.
Uno duda, olvida y llora
como un desquiciado que perdió el rumbo
en una cama que ya no recuerda.
Como el que no sabe qué pierde
pero sabe que al final, no importa lo que pase, siempre pierde. 

Y se pregunta si vale la pena
ser tan incapaz de entender
tan dispuesto a mandarse uno mismo a la mierda
por unos ojos que nunca podrán ver lo que pasa.

Y estamos todos muertos
tan solos
dedicados a dejar que la vida siga doliendo como si existiera.



La noche más larga del mundo

En la noche más larga del mundo
los transeúntes dejan caer sus caras 
en las aceras de esta ciudad
que no es París y no es hermosa.

La muerte 
recién nacida 
va pisando las caras
y los perros le muerden las patas.

Los semáforos me roban el tiempo 
mientras huyo de todos
y los maldigo
pisando el acelerador 
como la muerte pisa las caras
como la risa pisa la muerte.

En la noche más larga del mundo 
no hay nada que mate las horas
no hay luna que embriague las ansias.
El tiempo se queda dormido en mi cama
y no deja espacio para mí.



Anoche soñé que era una botella de vino

Desde 1998 espero por alguien  
que me arranque la cabeza sin pensarlo,
hoy es el día.

La mano que me sostiene
me da calor a cambio de embriaguez,
a cambio de entender qué hace llorar de impotencia 
a los pasillos,
que no pueden sostener tanta nostalgia.

Nunca pensé que estaría viva para ver
cómo me sacan el alma por la boca,
cómo se llenan de vida con mi muerte,
cómo se llenan de tiempo con mi espera.

Alguien toca la puerta
y la mano me deja sola junto a los cigarros, 
los libros de poesía
y unas cuantas lágrimas secas.

Ya casi estoy vacía, pero no tengo miedo.
He vuelto a nacer sin romperme.



Desmedida

Al tercer día de insomnio 
la habitación se convierte en un infierno inexorable, 
los recuerdos concurren como peces que se pierden de vista.

Al cabo de 5 minutos 
ya no se sabe si aquello fue el último beso 
o el primer adiós.

El pecho se cansa
vomita hacia adentro 
y las horas se llenan de horas 
que no han de pasar.

Y uno se queda mirando 
el espejo del alma que está en el espejo 
que no tiene alma 
ni espejos
ni insomnio.



La Gente Libre

A veces despierta con unas ganas inexplicables
de abrazar la primera persona tolerable
que le cruce por el frente.
Pero no lo hace
porque nunca ha sido libre. 

La gente libre deja que los puntos
se pongan solos sobre las íes.

Aprendió de las piedras del río
que la mejor de las reacciones es reírse de rabia.
La verás con la mirada perdida,
siempre esperando lo peor
para evitar las sorpresas.

Este calor es primo del infierno.
Se seca la frente y enciende otro Gauloise.

Como si no hubiera más nada que hacer,
como si la vida fuese un lunes infinito
con olor a cerveza caliente,
cigarrillos rotos
y cajas de fósforos mojadas.
Como si la risa la vendieran por gramo
y los besos por docena.

Como si todos estuvieran aquí
con la única intención
de hacerse la vida miserable
los unos a los otros.






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GORAN GATALICA [18.103] Poeta de Croacia

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GORAN GATALICA 

(Virovitica, Croacia 1982) - poeta.
Goran Gatalica nació el 02/09/1982. en Virovitica. Escuela primaria en Daruvar. Desde muy temprana edad, escribió poesía, y los primeros trabajos se publicaron en las revistas Modra lasta, Klasje i Vrela te u knjizi Hrvatska u srcu djeteta. Participó en concursos literarios Lidrano, días Lovrak y la primavera de Goran. 


LA PRUEBA CRUCIAL
(Krucijalni test)

Miro mi lealtad
en dos escalas.
Es fácil vivir
para ti y para la teoría de la relatividad,
y con las transformaciones de Lorentz
sacar el tiempo
como la función de la vida común.
Dentro de las dudas
el formalismo de la matemática 
ya no es una necesidad confusa
sino algo desconocido,
a lo que determina su lugar.
Es fácil vivir
en el intento de una hipótesis exitosa.
¡¿No es inercia
la evasión de la simultaneidad?!
Si lo miro de manera real,
la paradoja de relojes es sólo la prueba crucial
para la cual nuestra métrica de amor
no tiene medida.      




EL ALMA PARECIDA A LA MÍA
(Duša mojoj slična)

Pude entumecerme/caer en la noche sorda,
pero tu alma era parecida a la mía.
Lo oí en el sonido de tus pasos,
en el enjuagado umbral inconsciente.
Soy un poco torpe
volé a tu abrazo,
sin presentir la posesión.
¡¿Qué es entonces, querida, fue sangre sin pasión?!  
Fue la forzada palabra amor.
Silenciosamente entró en nosotros, igual que
circula la muerte.
Sin emboscada y sin condena;
quedamos vinculados
porque tu alma era parecida a la mía.




EL RETRATO DE UNA MUJER PRECIOSA
(Portret krasne žene)

Tranquilamente me observan las profundidades en el jardín de retratos.
Nevó frente al retrato de una mujer preciosa,
con curvas de nácar a la luz lunar norteña. 
Sus ojos en el brillo del Murano.
Todo se nieve en ese invierno tardío.
El incienso descubre el olor de mujer en el lienzo enorme.
El rubor de ayer en su cara empieza a hablar con optimismo.
¿Qué es el color sacrificado en el tiempo insensible?
         Es la empatía de la ficción congelada.
Me enloquece el invierno y el pensamiento de su retrato. 




NO HAY DIÁLOGO
(Nepostojanje dijaloga)

La gente equivocada
es suficiente para que la realidad
se vuelva horizonte oscuro
amenazador.
La forma fantasmal del hombre,
         furioso y denunciado
llega a una casa de  salvación.
¿!Quemará los registros,
con manos de cazadores furtivos
llevarán al hombre a la muerte?!
¿Cuál es ese argumento del tiempo
         según el que éste, por
el inventario de la vida puede 
desterrar a alguien del silencio que se ha impuesto ?
         Negar el diálogo
significa el secuestro de la palabra
como fue descrito en Crimen y castigo.
Todo se redujo a la lucha
         por el discurso propio.
Allá, en alguna parte,
gente equivocada
se adorna con laureles
y cada uno mira algo raro.     
           

         
EL PECADO
(Grijeh)

Reconociendo el rayo de Sol,
dejo al vagabundo hasta mi corazón.  
         Son raros estos viajes...
Son raras estas mentalidades
         cuando en la subasta de la mañana
observo la gente abstracta
como supera el café 
y las palabras brillarían...
Sobre la superficie del alma excursionista
         no hay estática.
Sé que no existe  
el teorema único de la vida,
pero es pecado no nombrar
las estaciones del mismo ser.  




LÁGRIMAS
(Suze)

Mirando los ojos fríos
en los cuales no hay vida
hay demasiadas 
lagrimas grandes, ascéticas y nómadas.
Si subyugas el alma
hasta la perspicacia final,
cruzarás la frontera
de los continentes espirituales.
         Saber existir
incondicional e instintivamente,
mientras no se calme el corazón palpitante.
Eso es bienestar.
Por eso, no evites
las calles paralelas
que llevan a los momentos frágiles.
         Las lágrimas entonces son más cercanas.  




LA PARTIDA DE UN RECUERDO
(Odlazak iz jednog sjećanja)

¿Dónde están
comparaciones/oximorones?
Jubilan eternamente
como los prisioneros
en las heladas celdas.
Esperan la liberación del confinamiento solitario.
Esperan la electricidad del pronóstico,
         y no la patética estéril.        
         Abro la ventana
para que vean con ojos de Gogol
pequeños engaños e incredulidades
que forman los bordes
de la ciudad robada.
Me voy de este recuerdo.  

De la colección poética: La prueba crucial/Krucijalni test

(TRADUCCIÓN AL CASTELLANO DE LA DRA. ZELJKA LOVRENCIC)







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IMANTS ZIEDONIS [18.104] Poeta de Letonia

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Imants Ziedonis 

(3 mayo 1933 - 27 febrero 2013) Fue un poeta letón que saltó a la fama durante la ocupación soviética de Letonia. Es uno de los más importantes poetas letones de las últimas décadas, figura especialmente influyente durante la ocupación soviética. 

Bibliografía

Poesía 

Žemės smilts SAPNU ONU. R .: LVI (1961)
Dinamīts SIRDS. R .: LVI (1963)
Motocikls. R .: Liesma (1965)
Es ieeju Sevi. R .: Liesma (1968)
Epifānijas / Pirmā Gramata. R .: Liesma (1971)
Kā svece grados. R .: Liesma (1971)
Epifānijas / Otra Gramata. R .: Liesma (1974)
Caurvējš. R.: Liesma (1975)
POEMA par pienu. R .: Liesma (1977)
Epifānijas / Pirmā Gramata otrā ONU. R .: Liesma (1978)
Hombre labvēlīgā Tumsa. R .: Liesma (1979)
"Cuidadosamente I Lea el Humo: Selected Poems" (textos paralelos en ruso y en Inglés), Moscú: Editorial Progreso (1980)
Re, ka. R .: Liesma (1981)
Viddivvārpa gramos / POEMA. "El maíz", kopā ar L. Damianu. R .: Liesma (1982)
Flores de hielo. Traducido por Barry Callahan. ediciones del exilio, Ltd. 1987.
Uzbrukums Taureņu. R .: Liesma (1988)
Viegli. R .: nams Preses (1993)
Mirkļi. Foreles. R .: Teatra Anekdotes (1993)
Epifānijas / Trešā Gramata. R .: nams Preses (1994)
Sentimientos Cela. R .: Nordik (2000)
Trioletas. R .: Pētergailis (2003)

Cuentos populares y de los niños 

Pasakas Krāsainās. R .: Liesma (1973)
Pasaka lacu. R .: Liesma (1976)
Blēņas pasakas ONU. R .: Liesma (1980)
Kas - tas ir? Kolhozs R .: Liesma (1984)
Sākamgrāmata. R .: Liesma (1985)
Bizi par pasaka. R .: Jumava (1997)

Otros Escritos 

Dzejnieka dienasgrāmata. R .: Liesma (1965)
Pa Putu celu. R .: Liesma (1967)
Kurzemīte: 1. Gramata. R .: Liesma (1970)
Karote Perpendikulārā co-athored con Vitaly Korotiču. R .: Liesma (1972)
Kurzemīte. Gramata otrā. R .: Liesma (1974)
Garainis, kas veicina vārīšanos. Raksti, runas, studijas. R .: Liesma (1976)
Tik ONU AT. R .: Liesma (1985)
Temperamentos Mūžības. R .: Liesma (1991)
Tutepatās. R .: Karogs (1992)
Ne tas Kadam jāzina. R .: Pētergailis (2005)



Traduzco a continuación algunos de los poemas que él llamaba “epifanías”, descritos por el propio autor como “pequeños impulsos, chispas, a luz de las cuales algunos de los momentos de nuestra vida aparecen con un relieve inusualmente afilado”, unas epifanías basadas, según su propio testimonio, en el ritmo vivo y positivo de las canciones populares letonas. 

Traducidos por Martín López-Vega





Contempla el mundo con ojos de oro
antes de que lo roben. Otro tesoro
no tenemos.


*


Qué llamada extraña la de la grulla,
como una mujer en la ciénaga.
Este miedo.


*


Estuve allí. Un país
en el que debes dejar tus colores atrás
para entrar desnudo.


*


Los campos de trigo son dorados,
y la luna también.
Sólo yo soy de plata.


*


El sol golpea los tejados
con un ruido tremendo
que no somos capaces de oír.


*


El nerviosismo de mayo
siempre florece
con prisa.


*


Tres veces verde: verde centeno,
verde roble,
verde cuervo en el poste de teléfonos.


*


A quién le importan los nomeolvides
cuando hasta el rábano ha florecido.


*


Nuestro pozo rebosa miel,
y el granero está repleto de anguila ahumada.
Jamás hemos vivido tiempos mejores.


*


La belleza,
explica la anciana profesora,
siempre llega inesperada;
y provoca un pequeño incomodo.







NO POĒMAS PAR PIENU

Svētu rītu ganos dzinu,
Miglu tinu kamolā;
Kā ieraugu svešus ļaudis,
Ar migliņu aplaidos.
                          L.t.dz.


es tev savu dvēseli
atveŗu, mās
tīra mana dvēsele
slēpdamās

es tev savas acis
atdodu, brāl
nelaid viņas saulē
lai neizbāl

karsta mana roka
svešais tē’s
karsta roka – tāpēc
spiediens vēss

sargā priedi miza
sargā bērzu – tāss
baltu baltu dvēselīte
ar migliņu aplaidās.





Kartupeļi zied.
Un bumbuļi apakšā
nekad nav savus ziedus redzējuši.
Vai arī mēs kā kurmji
te nedzīvojam?



*


nav kunga man, ir tikai Pērkons augšā,
tie, varas vīri, tie nav kungi man.
ne viņu kādu es par kungu saukšu,
ne viņu pavēle man kāda skan.


Man Saule kungs! Kungs tas, kas gaismu dod.
kungs tas, kas zaļu uztur manu pļavu.
un, kad es redzu gaismu uzlecot,
to gaismu saucu es par kungu savu.

man gaisma kungs! Tā gaisma, kas visapkārt
no ezeriem un ozoliem, un bitēm.
var tā, kā brāļus muižā mani pakārt
un rīkstē kopā sakapāt ar citiem.

bet man nav bail. Zem egles avots svēts,
svēts - čiekurs galotnē un svēta- aka.
pat naktīs pūce rijā svētki brēc,
un svētā kalnā manu brāli raka,

un balti balta mežābele zied,
mēs visi esam balti – tēvi, mātes,
un manā sievā balti bērni dzied,
lai piedzimst tie - ar kungu nerunāties!

ar kungu ne. Es turu sirdi nost
no viņa vārdiem un no vārtiem viņa,
kā vilkupūka purva tālumos
es esmu brīvs uz līgojoša ciņa.







ERIK SATIE [18.105]

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Erik Satie

Erik Satie, cuyo nombre completo es Alfred Eric Leslie Satie (Honfleur, 17 de mayo de 1866 - París, 1 de julio de 1925), fue un compositor y pianista francés. Precursor del minimalismo y el impresionismo, está considerado una figura influyente en la historia de la música.

También es considerado precursor importante del teatro del absurdo y la Música repetitiva. Denostado por la academia y admirado por otros compositores de su época, de formación irregular, ingresó inesperadamente en el conservatorio a los 40 años, para sorpresa de quienes le conocían, tras haberse dedicado, entre otras muchas cosas, a la música de cabaret.

Modificó su nombre como Erik Satie desde su primera composición, en 1884. Aunque en su vida posterior se enorgullecía de publicar su trabajo bajo su propio nombre, parece que hubo un corto período al final de la década de 1880 en que publicó su trabajo con el seudónimo Virginie Lebeau y François de Paule.

La juventud de Erik Satie transcurrió entre Honfleur, en la baja Normandía, y París. Cuando tenía cuatro años, su familia se mudó a París, donde a su padre Alfred se le ofreció un trabajo de traductor. Tras la muerte de su madre, Jane Leslie Anton, en 1872, fue enviado, junto con su hermano menor Conrad, de regreso a Honfleur, para vivir con sus abuelos paternos. Ahí recibió sus primeras lecciones de música de un organista local. Cuando su abuela murió en 1878, los dos hermanos se reunieron en París con su padre.

En 1879, Satie entró al conservatorio de París, donde pronto sus maestros le etiquetaron como falto de talento. Tras ser enviado a su casa, dos años y medio más tarde volvió a ser aceptado en el conservatorio, al final de 1885, pero no logró causar mejor impresión a sus maestros, así que finalmente resolvió partir al servicio militar un año después. Esto no duró mucho; en unas pocas semanas salió del ejército mediante un ardid.

En 1887, dejó su casa para alojarse en Montmartre. En ese tiempo comenzó lo que sería una amistad de toda la vida con el poeta romántico Patrice Contamine y a través de su padre publicó sus primeras composiciones. Pronto se integró con la clientela artística del café-cabaret Le Chat Noir, y comenzó a publicar sus Gimnopedias. Siguieron las Ogives, las Gnossiennes, etc. En el mismo período conoció a Claude Debussy. En 1891 se convirtió en el compositor oficial y maestro de capilla de la orden rosacruz liderada por Joséphin Péladan, la Ordre de la Rose-Croix Catholique, du Temple et du Graal. Compuso para ella piezas de inspiración mística, como Salut Drapeau!, Le Fils des étoiles, y Sonneries de la Rose Croix.

Satie y Suzanne Valadon, pintora impresionista y madre de Maurice Utrillo, comenzaron un idilio en 1893. Pronto Valadon se mudó a una habitación cercana a la de Satie en la Rue Cortot. Satie se obsesionó con ella, llamándola «mi Biquí», y escribiendo notas apasionadas acerca de «su ser completo, ojos encantadores, gentiles manos y pequeños pies». Valadon pintó el retrato de Satie y se lo dio, pero seis meses después ella se mudó. Durante su relación Satie compuso sus Danses Gothiques, a modo de oración para hacer regresar la paz a su mente. Aparentemente, esta fue la única relación con una mujer que Satie tuvo en toda su vida.

El mismo año conoció al joven Maurice Ravel, en cuyas primeras composiciones ejerció una notable influencia. Una de las composiciones de Satie de ese período, las Vexations, permaneció desconocida hasta su muerte. Al fin del año fundó la «Eglise Métropolitaine d'Art de Jésus Conducteur» (Iglesia Metropolitana de Arte de Cristo el Guía), siendo él su único miembro, con el cargo de «Parcier et Maître de Chapelle» comenzó la composición de una Grande Messe, después conocida como la Messe des Pauvres), y escribió un caudal de cartas, artículos y panfletos mostrando su convicción en temas religiosos y artísticos.

Arcueil

A mediados de 1897 había agotado todos sus recursos financieros, y tuvo que buscarse un alojamiento más barato, en una habitación no mucho más grande que un armario, y dos años más tarde, después de componer las dos primeras series de Pièces froids en 1897, en Arcueil, en las afueras de París, cuyos diez kilómetros de distancia hasta el centro de la ciudad solía recorrer a pie, dada su aversión a los tranvías.

En esta época retomó el contacto con su hermano Conrad (de manera muy parecida a como lo hizo Vincent van Gogh con su hermano Theo) por numerosas razones, tanto prácticas como económicas, revelando con ello sus auténticos sentimientos. Por ejemplo, en las cartas que dirige a su hermano se hace patente que había dejado de lado sus sentimientos religiosos, que no retomaría hasta los últimos meses de su vida.

Debussy y Satie

Las primeras obras de Erik Satie, en la década de 1890, tendrán influencia en las composiciones de Debussy. Debussy y Satie eran contemporáneos pero la tremenda revolución musical desarrollada por el genio de Debussy no podría haber sido posible sin las obras de Satie. A su vez, los hallazgos musicales de Debussy fueron esenciales para la música de Satie.

Tanto en Geneviève de Brabant como The Dreamy Fish se han creído encontrar (por ejemplo por Ornella Volta) elementos de rivalidad con Claude Debussy, de los cuales probablemente el propio Debussy no era consciente (puesto que Satie no publicó esta música). Mientras tanto, Debussy obtenía uno de sus primeros grandes éxitos con Pelléas et Mélisande en 1902, que conduciría unos años después al debate de quién precedió a quién entre ambos compositores, en el que también se vio envuelto Maurice Ravel.

Composiciones de cabaret

Desde 1899 en adelante se ganó la vida como pianista de cabaret, adaptando más de un centenar de piezas populares para piano (o piano y voz), añadiendo algunas propias. Las más conocidas son Je te veux (con texto de Henry Pacory), Tendrement (con texto de Vincent Hyspa), Poudre d'or (un vals), La Diva de l'Empire (texto de Dominique Bonnaud/Numa Blès), Le Picadilly (marcha, también conocida como La Transatlantique), Légende Californienne (texto perdido de Contamine de Latour, pero la música reaparece en La Belle Excentrique), y muchas más (y otras muchas que deben de haberse perdido). En sus últimos años Satie rechazaría toda su música de cabaret como perversa y contraria a su naturaleza, aunque revivió parte de su tono jocoso en La Belle Excentrique, de 1920. Pero en su momento le sirvió para ganar dinero.

Sólo unas pocas composiciones de las que Satie se tomó en serio durante este periodo sobreviven: Jack-in-the-box, música para una pantomima de Jules Dépaquit, Geneviève de Brabant, una breve ópera cómica sobre un tema serio, con texto de Lord Cheminot, The Dreamy Fish, música para acompañar un cuento perdido de Lord Cheminot, y otras cuantas (la mayoría incompletas, casi ninguna estrenada, y ninguna publicada en su época).

Schola Cantorum

En octubre de 1905, Satie se matriculó, en contra de la opinión de Debussy, en la Schola Cantorum de Vincent d'Indy para estudiar contrapunto clásico (mientras continuaba con su trabajo en el cabaret). La mayoría de sus amigos se quedaron tan perplejos como los profesores de la Schola cuando se enteraron de su intención de volver a las aulas (sobre todo porque D’Indy era un fiel discípulo de Camille Saint-Saëns, no especialmente apreciado por Satie). En cuanto a los motivos que llevaron a Satie a dar este paso, posiblemente había dos razones: primero, estaba cansado de que le dijeran que la armonía de sus composiciones era errática (crítica de la que no se podía defender muy bien al no haber acabado sus estudios en el conservatorio). En segundo lugar, estaba desarrollando la idea de que una de las características de la música francesa era la claridad (que se podría conseguir mejor con un buen conocimiento de cómo se percibía la armonía tradicional). Satie completó cinco años en la Schola, como un buen alumno, y recibió un primer diploma (de nivel intermedio) en 1908.

Algunos de sus ejercicios de contrapunto se publicaron después de su muerte (por ejemplo Désespoir Agréable), pero posiblemente consideraba su obra En Habit de Cheval como la culminación de su paso por la Schola. Otras piezas, del periodo anterior a la Schola, aparecieron también en 1911: los Trois Morceaux en form de poire (Tres fragmentos con forma de pera), aunque en realidad se trata de siete piezas, que fue una especie de resumen de lo mejor que había compuesto hasta 1903.

Algo que se pone de manifiesto en estas compilaciones publicadas es que tal vez no rechazaba el Romanticismo (y sus exponentes como Wagner) en su conjunto (en cierto modo se había moderado), sino más bien ciertas partes de él: musicalmente, lo que rechazó de forma más intencionada fue, desde su primera hasta su última composición, la idea de desarrollo, ciertamente en el sentido más estricto del término: el entrelazado de diversos temas en una sección de la forma sonata. Naturalmente esto hace que sus obras contrapuntísticas, y las otras también, sean muy breves. Por ejemplo, las fugas «nuevas y modernas» no se extienden mucho más allá de la exposición del tema. En general no creía que el compositor debiera quitarle al público más tiempo del estrictamente necesario, evitando el aburrimiento. También el melodrama, en su sentido histórico de género romántico, muy popular por entonces, de «texto hablado con un fondo musical», es algo de lo que Satie parece haber conseguido mantenerse alejado (aunque su Piège de Méduse de 1913 puede verse como una muestra absurda de ese género).

Entretanto, hubo también otros cambios: se afilió al Partido Radical (socialista), confraternizó con la comunidad de Arcueil (entre otras cosas, participó en los trabajos del «Patronage Laïque» a favor de los niños), y adoptó el aspecto de funcionario burgués, con su sombrero de hongo y su paraguas. Asimismo, en vez de meterse en alguna secta de tipo medieval, canalizó su interés por esa época en una afición peculiar: en un archivador guardaba una serie de dibujos de edificios imaginarios (la mayoría descritos como hechos de metal) que realizaba en tarjetas y trozos de papel. En ocasiones, ampliando el juego, publicaba pequeños anuncios en periódicos locales ofreciendo estos edificios (por ejemplo un «castillo de plomo») en venta o alquiler.

Éxitos

A partir de este momento, la vida de Satie se empezó a acelerar. Para empezar, el año 1912 vio el éxito de sus breves piezas humorísticas para piano; durante los años siguientes escribiría y publicaría muchas de ellas (la mayoría estrenadas por el pianista Ricardo Viñes):

Véritables Préludes flasques (pour un chien) (verdaderos preludios blandos (para un perro))
Vieux sequins et vieilles cuirasses (oro viejo y viejas corazas)
Embryons desséchés (Embriones disecados)
Descriptions Automatiques (descripciones automáticas)
Sonatine bureaucratique (Sonatina burocrática, una sátira a Muzio Clementi)

Su costumbre de acompañar las partituras de sus composiciones con comentarios de todo tipo queda ahora bien establecida (hasta el punto de tener que insistir años más tarde en que estos comentarios no hay que leerlos durante la interpretación). En esta época deja de usar líneas divisorias para separar los compases.

En algunos aspectos estas obras recuerdan mucho a las composiciones de los últimos años de Rossini, agrupadas bajo el nombre de Péchés de Vieillesse (pecados de la vejez). Rossini también escribió pequeñas piezas humorísticas para piano, como Mon prélude hygiénique du matin o Dried figs, y se las dedicaba a su perro el día de su cumpleaños. Estas obras se habían interpretado en el exclusivo salón de Rossini en París unas décadas antes. Sin embargo, con toda probabilidad, Satie no llegó a ver o escuchar estas piezas cuando componía sus propias obras en las primeras décadas del siglo XX; estas obras de Rossini no se habían publicado en aquella época. Se dice que Diaghilev descubrió el manuscrito de estas piezas de Rossini alrededor de 1918 en Nápoles, antes de poner en escena La Boutique Fantasque, aproximadamente en la misma época en que Satie dejó de escribir comentarios humorísticos en sus partituras.

Pero la verdadera aceleración en la vida de Satie no vino del éxito creciente de sus obras para piano; de hecho fue Ravel quien, probablemente sin saberlo, activó lo que habría de convertirse en una característica del Satie posterior: ser parte de todas las corrientes vanguardistas que se desarrollaron en París en los años siguientes. Estas corrientes se sucedieron rápidamente unas a otras, convirtiendo sin duda a París en la capital artística de la época, cuando el comienzo del nuevo siglo pareció entusiasmar a tantos.

En 1910, los «Jeunes Ravêlites», un grupo de jóvenes músicos admiradores de Ravel, expresaron su preferencia por la obra temprana de Satie (la anterior al periodo de la Schola), reforzando la idea de que Satie había sido un precursor de Debussy. Al principio Satie se sintió halagado de que al menos algunas de sus obras recibieran atención pública, pero cuando se dio cuenta de que su trabajo más reciente estaba siendo minusvalorado o despreciado, buscó otros jóvenes artistas que comprendiesen mejor sus ideas actuales, con el fin de encontrar un mayor apoyo mutuo en la actividad creadora. Así, artistas como Roland Manuel, y más tarde Georges Auric y Jean Cocteau empezaron a recibir más atención por su parte que los «Jeunes».

Como resultado de este contacto con Roland Manuel, comienza a publicar de nuevo sus escritos, mucho más irónicos que los anteriores (entre otros Memorias de un amnésico y Cuadernos de un mamífero).

Con Jean Cocteau, al que conoció en 1915, comenzó a trabajar en la música incidental para una puesta en escena de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano (que dio como resultado Cinq Grimaces). Desde 1916 Satie y Cocteau trabajaron en el ballet Parade, que estrenaron en 1917 los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev, con decorados y vestuarios de Pablo Picasso y coreografía de Léonide Massine. A través de Picasso, Satie conoció a otros cubistas, como Georges Braque, con el que trabajó en otros proyectos inacabados.

Con Georges Auric, Louis Durey, Arthur Honegger y Germaine Tailleferre formó los «Nouveaux Jeunes», poco después de componer Parade. Más tarde se unieron al grupo Francis Poulenc y Darius Milhaud. En septiembre de 1918 Satie, sin mayores explicaciones, abandonó el grupo. Jean Cocteau reunió a los seis miembros restantes, formando el «Grupo de los Seis», al que Satie se uniría más tarde para después volverse a enemistar con ellos.

Desde 1919 estuvo en contacto con Tristan Tzara, fundador del movimiento Dadá. Conoció a otros dadaistas, como Francis Picabia (que más tarde se pasaría al surrealismo),5 André Derain, Marcel Duchamp, Man Ray, etc. El día que conoció a éste último, crearon el primer readymade de Man Ray: El Regalo (1921). Satie participó en la publicación dadaísta 391. En los primeros meses de 1922 se vio envuelto en la discusión entre Tzara y André Breton sobre la verdadera naturaleza de la vanguardia artística, resumida en el fracaso del Congreso de París. Inicialmente Satie se alineó con Tzara, pero se las arregló para mantener buenas relaciones con ambas partes. Mientras tanto, alrededor de Satie se había formado una Escuela de Arcueil, con músicos jóvenes como Henri Sauguet, Maxime Jacob, Roger Désormière y Henri Cliquet-Pleyel.

Era profundamente antiwagneriano. Usó escalas inusuales en la música occidental, lo que hizo posible que posteriormente se pudieran hacer usos no tonales de la tonalidad para escapar al desarrollo musical típicamente wagneriano. A partir de Satie podemos decir que el eje se movió de la acumulación de tensión armónica wagneriana al timbre, al color o al ritmo.4
Compuso un ballet «instantaneísta» (Relâche) en colaboración con Picabia, para los Ballets Suecos de Rolf de Maré. Al mismo tiempo, Satie compuso la música de la película dadaísta Entr'acte, de René Clair, que se utilizó para un intermezzo de Relâche.

Epílogo

Hasta el año de su muerte en 1925, absolutamente nadie excepto él entró a su habitación en Arcueil desde que se mudara hacía veintisiete años. Lo que sus amigos descubrieron ahí, después de su entierro en el cementerio de Arcueil, tenía el encanto de la tumba de Tutankamon; además del polvo y las telarañas (lo cual, entre otras cosas, aclaró que Satie jamás compuso usando su piano), descubrieron numerosos objetos:

una colección de unos cien paraguas, algunos aparentemente jamás usados;
el retrato que le hizo su amiga Suzanne Valadon en 1893;
cartas de amor y dibujos de la época de Valadon;
otras cartas de todos los períodos de su vida;
su colección de dibujos de edificios medievales (desde entonces sus amigos empezaron a ver la relación entre Satie y ciertos anuncios de periódico anónimos acerca de «castillos de plomo» y cosas parecidas);
otros dibujos y textos de valor autobiográfico;
otras cosas memorables de todos los periodos de su vida, entre ellos siete trajes de terciopelo del periodo del «caballero de terciopelo».

Pero lo más importante, había composiciones de las cuales nadie había oído hablar (o que se creían perdidas) por todos lados: atrás del piano, en las bolsas de los trajes de terciopelo, etc. Estas incluían las Vexations, Geneviève de Brabant, y otros no publicados o no terminados, como el pez soñador, muchos ejercicios de la Schola Cantorum, un conjunto no conocido de las piezas «caninas», algunos otros trabajos para piano, muchas veces sin título (las cuales fueron publicadas como Nuevas Gnossiennes, Pièces Froides, Enfantines, Música de amoblamiento, etc.).

De acuerdo a Milhaud, Satie «profetizó el mayor movimiento en la música clásica que aparecerá en los próximos cincuenta años dentro de su propia obra musical».

Catálogo de obras

Obra completa

Gymnopedie No.1
Interpretada por David Hernando
Gymnopedie No.3
Interpretada por David Hernando

Su obra más conocida son las Gymnopédies, aunque el catálogo de su obra completa esté compuesto por más de una centena de obras de casi todos los géneros.

Partituras

Algunas de las partituras de sus obras pueden ser descargadas gratuitamente desde el sitio Web del proyecto internacional IMSLP, desde aquí. Otra obra muy importante era Weindenfeller.



Erik Satie
Cuadernos de un mamífero


‘Sonatina burocrática’, de Erik Satie (1866 – 1925)

ALLEGRO

Ya ha salido.
Va alegremente a su despacho ‘gavilándose’.
Mueve la cabeza contento.
Le gusta una guapa dama muy elegante.
También le gustan su portaplumas,
Sus mangas de lustrina verde y su gorrito chino.
Da grandes zancadas:
Se precipita a las escaleras que sube a cuestas.
¡Qué ventolera!
Sentado en su sillón
Está feliz y lo demuestra.



ANDANTE

Reflexiona sobre su ascenso.
Tal vez obtenga un aumento
Sin necesidad de ascender.
Cuenta con trasladarse el próximo trimestre.
Ha echado el ojo a un piso.
¡Ojalá ascienda o aumente!
Nuevo sueño sobre el aumento.



VIVACA

Canturrea un viejo aire peruano
Que ha recogido en la baja Bretaña de un sordomudo.
Un piano vecino toca una pieza de Clémenti.
Qué triste es todo esto
El piano reanuda su ejecución.
Nuestro amigo se interroga con benevolencia.
El frío aire peruano se le sube a la cabeza
El piano continúa
Lástima, tiene que abandonar su despacho, su bonito despacho.
Ánimo, vámonos, dice.



Érase un tipo extravagante en una época extravagante; un tipo que juzga oportuno añadir una ‘k’ a su apellido para subrayar su ascendencia normanda; que abandona el conservatorio sin haber obtenido ni un mísero diploma; que se llama a sí mismo “compositor de cabeza de madera”; que prohíbe expresamente recitar en voz alta los burlescos textos que escribe para sus composiciones.

Érase un excéntrico que funda una iglesia con himno pero sin fieles; que inventa una música –de mobiliario– para ser tocada sin que nadie la escuche; que practica deliberadamente la vida de privaciones de un asceta. Es Erik Satie, el más inclasificable de los compositores, el amigo de los dadaístas, los cubistas y demás istas; de Man Ray, quien dijo de él que era el “único músico con ojos”.

Los Cuadernos de un mamífero son los apuntes al natural de toda su vida. Ahí están, fruto de su fértil imaginación, los textitos con los que ilustraba los manuscritos de sus composiciones musicales. Composiciones satíricas, infantiles, surrealistas… He elegido esta deliciosa Sonatina burocrática, una “broma pequeña”, según el guasón de Satie. Leerla y escucharla al mismo tiempo, como he hecho yo mientras escribía este post, es toda una experiencia liberadora.



Erik Satie: Cuadernos de un mamífero

Con estos textos de Satie inicio una nueva sección en miniaturas, notaciones, que quiere saber más sobre la relación entre la música (o el sonido) y la palabra: acompañamiento, desborde, aniquilación o lo que sea en cada caso, esta dupla me sirve a mi para pensar qué aparece en la voz cuando un poeta lee sus poemas o interpreta los de otros, qué pasa cuando sonido y palabra se juntan o uno aparece sobre otro. 


Pablo y Virginia

Virginia cantaba como una patatita muy mona.
La canción de Virginia hacía llorar a los cisnes.
Entonces Pablo bailaba sobre un pie para no molestara sus padres.
A Virginia le gustaba verle bailar.


Robinson Crusoe

Por la noche, se tomaban la sopa
e iban a fumar sus pipas a la orilla del mar.
El olor del tabaco hacía estornudar a los peces.
Robinson Crusoe no se divertía en su isla desierta.
“Está realmente demasiado desierta”, decía.
Su negro Viernes era del mismo parecer.
Decía a su querido amo:
“Sí, señó, una isla desierta está realmente demasiado desierta.”
Y meneaba su gran cabeza negra.


Don Quijote

¿Qué me importan estos vallecillos, estos palacios, estas chozas?
Objetos vanos cuyo encanto se ha desvanecido para mí.
Ríos, peñascos, bosques, soledades tan queridas,
os falta un solo ser y todo está despoblado.

1-Hemos agrupado bajo este título un proyecto de tríptico que Satie anotó en septiembre de 1920 inspirándose en tres novelas clásicas: iniPablo y Virga de Bernardin de Saint-Pierre, Robinson Crusoe de Daniel Defoe y Don Quijote de Cervantes, los tres largamente celebrados en las estampas populares del siglo XIX.
Para las dos primeras partes, Satie compuso dos deliciosos poemas en prosa. Para la tercera parte, utilizó en cambio un extracto del poema L’ Isolement (Méditations, I) de Alphonse de Lamartine.
Cuando, más tarde, abandonó este proyecto de tríptico, empleó los mismos versos de Lamartine para su Elegía a la memoria de Claude Debussy, compuesto en diciembre de 1920. [Nota de Ornella Volta]


El pulpo

El pulpo está en su caverna.
Se divierte con un cangrejo.
Lo persigue.
Se le ha atragantado.
Despavorido, se pisa los pies.
Bebe un vaso de agua salada para recuperarse.
Esa bebida le sienta muy bien
y le cambia las ideas.

Erik Satie (Honfleur, Francia, 1866 - París, 1925), Cuadernos de un mamífero, Acantilado, Barcelona, 2006

Traducción de María del Carmen Llerena






VERANO BRISAS [18.106] Poeta de Colombia

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VERANO BRISAS

(Salgar, Antioquia, Colombia, 1938)
Fundador del taller “Los Amigos de las Letras”, para mayores de 60 años. Asesor literario y actor de “1+1 Teatro”. Participante y coordinador de talleres literarios para niños, jóvenes y ancianos en la Universidad de Antioquia, Biblioteca Pública Piloto y Colegio Marymount, de Medellín. Jurado nacional en varios concursos de cuento infantil y jurado en el primer Concurso de Poesía DIAN, en el Nivel Central, de Bogotá.
Ha publicado “Cantos de Verano” (Biblioteca Pública Piloto de Medellín, 1987), “León hambriento el mar” (Universidad de Antioquia, 2005), “Simonía de amor” (Arquitrave Editores, 2007), y han aparecido poemas suyos en “Taller de Escritores 10 Años” (antología), “Poetas en Antioquia” (antología) y en diarios y revistas del país. Mención especial en el concurso “Autores de Hoy”, convocado por el Concejo de Medellín, con el libro de poemas “El Panteón Incompleto”. Tercer premio de poesía en el XXXIV Certamen Literario Internacional “Odón Betanzos Palacios”, convocado por el Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos de Nueva York, con el libro “La Calle de las Complacencias”. Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 2004, con el libro “León Hambriento el Mar”.



TRAMPANTOJOS

Ese artificio de caza que nos hiere.
Esa puerta que se abre no sé 
Esa maldita vocación poética.
Esa envidia cobarde y asesina.
Esa tabla que da paso a la trastienda.
Esa espada que desgaja la cabeza.
Esos ojos acechantes en la noche.
Ese amor seductor y deleznable.
Ese tiempo inexorable que no cesa.
Ese credo que se afirma con la sangre.
Esa cárcel sin escape conocido.
Esa deuda que nos cobra el poderoso.
Ese triunfo imposible y deseado.
Esa invasora soledad terrestre.
Esa ruta perdida en el vacío.
Esa farsa calumniosa del contrario.
Esa bragueta protectora y alcahueta.
Esas razias traicioneras del Azar.
Esa gloria inalcanzable y lisonjera.
Ese barco escorado que no zarpa.
Ese mar fantasioso de los sueños.
Ese muelle generoso que no existe.
Ese puerto mefítico del mundo.
Ese vidrio empañado del recuerdo.
Ese miasma corrosivo del olvido.
Esa vana contienda de la vida.
Ese mal incurable de la muerte.
Esas y otras cosas no expresadas,
son apenas trampantojos de los dioses
tras la negra emboscada que nos tienden
a través de los heraldos del destino.



MAR – K – 0 

“K”, siempre olvidada por los Poderes Centrales,
víktima de la indeferencia.
Diskreta y elegante vives
komo princesa kautiva en su kastillo amurallado.

Pero hoy yo, rapsoda ke te ama
por tus formas hierátikas silentes,
voy a liberarte leyendo mis poemas
kontra tanto bicho akadémiko,
para ke vueles y kantes komo un pájaro
entre el ramaje del boske mañanero.



MAR – K – 1 

En el lejano Okcidente (desde el punto de vista chino),
teniendo de por medio el Océano Pacífiko,
sus innumerables islas
y los miles de barkos ke lo surkan,
leo al filósofo ke me dice:
Del desapego viene el alto espíritu,
tan alto ke nos permite ir por la vida
kon tolerante ironía,
eskapando a las tentaciones de fama, rikeza y logro,
y eventualmente aceptando lo ke venga.
De ese desapego surgen también
un sentido de libertad y un amor por el vagabundeo,
el orgullo y la despreokupación.

Sólo este sentido de libertad y esta despreokupación
pueden llevarnos a la intensa y profunda alegría de vivir.



MAR – K – 2 

Mientras todos van y vienen
en medio del ruido y de la prisa,
yo, kon gran avidez, voy a tenderme en mi barka
de fantasía sobre los mares del mundo
bajo el cielo estrellado en la noche tibia de marzo,
o a la sombra de los naranjos, sobre el césped,
para mirar sin apuro las verdeazules montañas.
Mi vida ociosa es, para los “importantes”,
una bofetada blasfema en sus robustas chekeras,
y para mí, el delicioso placer de no hacer nada.



MAR – K – 3 

Hoy, ya en puerto seguro, después de tantos años
no kiero ser idealista ni visionario,
porke si así lo fuese
las turbulencias estarían en mi alma
komo un lastre incendiado
y sería igual ke una pareja inestable
ke siempre se kansa de un lugar
y kambia de residencia kada mes
por la sencilla razón de ke ningún sitio es ideal
y todos parecen mejor mientras uno no esté allí.



MAR – K – 4

El soñador asegura ke la vida es sólo un sueño
y el realista responde: “Es muy cierto”.
Vivamos este sueño tan bellamente komo sea posible,
kon el realismo del poeta y la risa del viejo pillo
ke se akaricia las barbas
y habla en voz baja, disimuladamente.

Un soñador así ama la paz,
porke nadie puede luchar siempre por un sueño
si no está bien despierto, kon los pies sobre la tierra.



MAR – K – 5 

La impaciencia frente a la metafísika
y la búskeda de konocimientos
no konduce a parte alguna;
es komo una flor sin perfume,
komo un mar sin peces, un desierto sin dunas,
un mundo sin sol y sin estrellas.
La adkisición de konocimientos y de kosas
debe someterse a la prueba de la vida misma,
pues el fin de todo no es una entidad metafísika
sino el divino y poderoso deseo de vivir.



MAR – K –  6

Soy el más grande bribón sobre la tierra;
he desempeñado todos los oficios y profesiones
de dudosa aceptación.  Poseo
una inkietud juguetona, un genio natural
para reírme del mundo y explorar
lo ke konsidero verdaderamente bello.
Mis ilusiones están bien kalibradas
y navego entre lo real y el idealismo,
a veces konfuso y erróneo,
pero kon cierto valor de todos modos.
No reakciono en forma mekánika frente a los akontecimientos
y sé korregir mis  errores kon sentido del humor;
determino mis akciones kon entera libertad
sin pensar nunka en sikólogos o ekonomistas solteros.

Soy una kriatura jokosa, llena de kuriosidad,
ke se adentra en kualkier mar komo una ballena dískola,
peregrina, soñadora en sus profundidades.



MAR – K – 7 

El problema del hombre es su exagerada seriedad;
komo no sabe reír ni sabe ser ligero
ha olvidado para siempre su felicidad perdida.
Nadie sabe ké es vivir,
excepto algún filósofo de pensamiento alegre
ke pueda estar trankilo, sin fatiga,
en selvas de granito o en la mitad de un lago.

El hombre aktual, por demasiado serio,
ha perdido esplendor y es poko razonable.
Pero, ¡ké digo!
¿Akaso en este día de sol y de frutales
praktiké ya el amor o he dormido en la hamaka?



MAR – K – 8

Hoy komo ayer puede serse animista;
todo está vivo o habitado por el Gran Espíritu:
la multimedia, el internet,
el fax-módem y la realidad virtual.
El hombre está en la red (no tiene más remedio)
mirando sus narices tridimensionales;
las kajas de sonido y el videoanimación
nos llevan al futuro; kon nuevas experiencias
viajamos komo patos entre komputadores
repletos de konocimientos, por superautopistas
ke las buenas personas, un poko cibernétikas,
han bautizado - futura poesía -
kon el nombre muy bello de ciberespacio.

Por algo los sabios de este tiempo
han dicho ke el futuro es de las komunikaciones.
Adiós era industrial, good bye postmodernismo;
yo soy el cibernauta ke pone kalafate
mezklado kon poemas y sueños musikales
de muchos kilobytes a su chalupa espacial.



MAR – K – 9 

El hombre kiere vivir y está bien ke lo haga,
pero no debe preokuparse por los asuntos del cielo
o del infierno,
pues akí en la tierra tiene suficientes problemas
y deliciosos placeres ke no es sabio desechar.

Si estamos kondenados a morir,
tres o kuatro generaciones no son mucho, pero sí
lo necesario para gozar y adkirir sabiduría,
un tiempo talvez largo
para mirar y sufrir la estupidez humana,
presenciar kambios de kostumbres, polítika o moral,
surkar todos los mares, eskalar montañas
o emprender otras aventuras ke nos dejen
satisfechos y orgullosos
de haber aprovechado lo mejor del mundo,
antes de marcharnos kon una buena sonrisa
y trankilos
kuando se apaguen las luces y termine la función.



MAR – K – 10 

Dice el poeta chino:
“No os dé goce, recién llegados, vuestra kosecha,
ke otros recién llegados detrás esperan”.

El ke sabe percibir la muerte
percibe el sentido de la komedia humana
y rápidamente se hace poeta.

Murió Alejandro, y fue enterrado;
murió César y Napoleón.  Todos
han vuelto al polvo y el polvo es tierra.

Entonces, ¿por ké afanarse para konseguir
rikezas, poder y gloria
mientras esperan el mar abierto, el cielo azul,
la lluvia freska, las perfumadas flores,
la mesa bien servida, el ser a kien amamos
nuestras miradas, un sentir, un ademán, un beso?



MAR – K – 11

Pienso ke la inmortalidad, si existiera,
sería de lo más tedioso.  Por ejemplo:
las diskusiones se harían interminables, pues
si alguno de los inmortales kisiera no admitir
ke se enkuentra ekivokado, no habría manera de konvencerlo.

Kon los mortales la situación es diferente.
Si la parte ke diskute se hace molesta
a juicio de su oponente,
basta kon matarlo y se akaba la diskusión.

Si uno mata a otro, uno tiene la razón.
Si otro mata a uno, otro tiene la razón.
Este método es viejísimo, tan viejo komo la humanidad.

Si Galileo viviera eternamente
sería muy engorroso diskutir kon él.  Pero no es así.
La inkisición aprovechó esa cirkunstancia en su favor;
por eso el científiko aceptó ke estaba errado
y todo se arregló de la manera más limpia.

Mussolini kreyó ke  “civilizaba” a Etiopía
porke tenía más tankes y aviones ke Hailé Selassie.
Si éste hubiera tenido más tankes y aviones ke Mussolini,
entonces Etiopía habría  “civilizado” a los italianos.
Lo mismo podría decirse de Alejandro, de Ciro,
de Jerjes, de Gengis Kan, de Adolfo Hitler  o de Stalin
y  - ¿por ké no? – de los Estados Unidos.

Los humanos rekurrimos al habla komo último rekurso,
pues lo más expedito y lógiko es kolgar al kontendor
para demostrar ke estamos en lo cierto.
Los ke en verdad detentan el poder son de pokas palabras,
desprecian las diskusiones porke las konsideran una pérdida de tiempo.
Al fin y al kabo hablamos para influir sobre la gente,
pero si podemos dominarla de una vez,
¿para ké enfraskarnos en konversaciones?

Las asociaciones internacionales son la mejor eskuela
para las lenguas vivas, ya ke la tradukción simultánea,
además de dar trabajo a mucha gente, sirve
para praktikar idiomas y expresarse bien en públiko.

Tenemos tan desarrollado el instinto del habla
komo el instinto de pelea;
por eso la mezkla de golpes y palabrería
ha sido tan popular en todas las sociedades,
aunke son akéllos los ke finalmente se imponen.

Todo esto, sin embargo, komo puede verse,
le da un toke humorístiko a la vida.
Así ke, kuando alguien  más fuerte ke nosotros
y armado hasta los dientes,  nos pregunte:
“¿Tengo razón o no?”, debemos responderle inmediatamente:
“¡Klaro ke tiene usted razón!”,
kosa ke no haríamos si fuéramos inmortales.



Verano Brisas

LA CALLE DE LAS COMPLACENCIAS

Lo que sostiene al mundo, como he aprendido
por amarga experiencia, es el comercio sexual.
Henry Miller


Amigos lectores que este libro leéis,
despojaos de toda afección
y, leyéndolo no os escandalicéis.
El no contiene ni mal ni infección.
Verdad que tampoco guarda perfección.
François Rabelais


Acción y efecto de introducir. // Discurso preliminar que encabeza un libro. // Preparación, disposición para llegar a un fin.
Pequeño Larousse Ilustrado

La guerra,
la paz,
las matemáticas,
la astronomía,
la religión,
la química y los viajes,
la física y las exploraciones,
la vileza y la generosidad,
la filosofía y el comercio,
la industria y la poesía,
en fin,
todas, absolutamente todas las actividades humanas,
en una u otra forma, están impregnadas por el amor.
El amor impregnado por la pasión,
la pasión por el erotismo,
el erotismo por la obscenidad,
la obscenidad por la pornografía,
la pornografía por la prostitución
y, como una serpiente que se muerde su cola,
la prostitución está impregnada por el amor
como la ceniza está impregnada por el rescoldo
que le ofrece su calor agonizante.
Siempre ha sido así, y esto no cambiará
mientras perdure la vida en esta tierra.

!Bienvenidos entonces al mundo de la putería!



P O S T U R A S

No te avergüence querer aprender lo que no sabes
Saber algo es laudable; no querer aprender nada, censurable.
Pseudocatón

Los hombres han perdido su inventiva,
ya no existen posturas como antes.
Trece, dicen los expertos.
¡Sólo trece posturas diferentes!

Los romanos gozaban de noventa.
Los hindúes y los árabes descubrieron muchas más.
Y tú, amor: ¿Cuántas quieres aprender?
¿Cuántas puedes enseñarme ahora?





PROSTÍBULO

¡Oh días de gloria, dadme un sobregiro!
Jaime Jaramillo Escobar

Ahí está el falo. Colgante.
Esa es la casa y dentro está la cama
donde tú me darás lo que yo quiero
y puedo hacerte yo lo que te plazca.

Ese farol que pende de la puerta
como un dorado escroto,
ilumina el camino que nos lleva
hasta el altar cubierto de mantas y cojines.

Allí estaremos mi puta deliciosa
hasta que el sol y la luna
hayan salido tres días y tres noches
sobre las praderas.

Después saldremos también nosotros,
exangües de leches y de mieles
pero no saciados.

Ahí está el falo que buscamos,
esa es la casa y dentro está la cama.
No lo olvides, amor. Dinero no ha de faltar.





R A M E R A

¡Oh mujer y fiebre hecha mujer!
Labios que te han husmeado
no husmean ya la muerte.
Saint–John Perse

Los tiempos van cambiando, y tú
consuelo de los solitarios,
de aquellos que nunca fuimos saciados,
has tenido también suerte diversa:
Esclava en puertos orientales
sacerdotisa en Grecia
manceba en antros proletarios
concubina de reyes y señores.
Pero aún así eres la misma,
siempre complaciente y costosa.

Podrán prohibirte aquello que procuras,
en ciertos días del año.
Quizás los viernes, los domingos y los miércoles.
Cuando estés embarazada
y un tiempo después del parto.

Podrán lapidarte. Cortarte la nariz.
Enviarte al ostracismo.
Pero no conseguirán alejarte de nosotros
dejándonos así, abandonados,
porque eres el fénix de aquellas
que se cuecen en su propio fuego.

Qué más da. Mientras haya un cobertizo
de olorosa madera junto al bosque,
serás noble, puta y gozadora,
los tres bellos atributos con que adornas
los declives naturales de tu jugoso cuerpo.





ZORRA MÍA

Como dice Aristóteles, y es verdad,
el mundo trabaja por dos cosas:
la primera para tener el sustento;
la otra cosa es para conseguir unión
con hembra placentera.
Libro Del Buen Amor

Hagamos el amor, aquí y ahora,
no importa que camino prosigamos,
si a Roma o Jerusalén.
Eres mi puta preferida,
la que tiene hambre y sed de mí,
la que espera mi paga cuando da cobijo
a este falo enhiesto y enrojecido
por los efectos de una larga espera.

Ejerzamos en cualquier lugar:
bajo los carromatos de las praderas,
en tiendas abandonadas de alejados caseríos,
en suntuosas residencias, o simplemente en la hierba
ante la mirada cómplice del cielo.
Pero ejerzamos ahora, zorra mía,
cuando aún cae con fuerza
la lujuria del sol sobre los pastos.





FEMENINA

Mientras más exquisito sea el placer,
menos necesita de una teoría.
Verano Brisas

Dejar sobre el nochero un portarretratos
con la imagen del joven cuyos besos apenas se han probado,
o con la del hombre maduro, cuya barba sugiere un cosquilleo exquisito.
Tal vez con el rostro insinuante de la "mejor amiga".

Agregar a este primer paso un baño fresco... o tibio
según las circunstancias,
antes de aplicar sobre la piel, todavía húmeda,
el perfume o la loción escogidos.

Volver luego a la habitación
envuelta en suave y fina toalla –aunque mejor sin ella,
como Venus cuando sale de las espumas del mar–.
Disponer de inmediato los cojines y las sábanas
para crear dentro del recinto una atmósfera propicia
que ayude en todo caso a la futura felicidad.

Enseguida, respirar profundo. Relajarse.
Mirar hacia el cielo raso, como si el mismo Zeus
hubiera prometido recostarse en el mullido vientre,
o algún sátiro ansioso recordar con sus premuras
el verdadero camino de la humanidad.

A continuación, separar las rodillas sin temores
y permitir que la luz de la tarde, o la penumbra,
acaricie minuciosa los muslos atezados.
Resbalar después con lentitud, las manos,
y hacer círculos sensuales alrededor del ombligo.
Como en ese punto la temperatura es cálida,
sobre todo si la estación es primavera,
puede iniciarse sin pausa el descenso definitivo.

Con los ojos entornados, se mirarán alternativamente
el movimiento de los dedos y la imagen del portarretratos,
hasta que surja el capullo de sus bordes, como un danzarín
enloquecido por el fuego de los temblores íntimos,
y derrame sin escrúpulo su copa nectárea y su ambrosía.





PLINIO EL VIEJO

Acepto que alguien diga esto, 
aunque no me contente en absoluto.
François Villon

No le gustaron a Plinio,
como a cualquier alcalde en desuso,
las "prácticas inmorales" de los palacios romanos.
Esos baños con masajes donde fornicar era tan grato,
pululaban ampliamente
como pululan hoy las discotecas jacuzzi.

Pero Plinio criticó en su Historia Natural
los favores de las bellas masajistas,
porque Plinio –pienso yo–
posiblemente no tuvo a la que le quitaba el sueño.





CARLOMAGNO

Pero tu fin era abominable.
Buscabas un horrible goce
en el sufrimiento ajeno.
Giovanni Papini

Viejo hipócrita, Emperador de Occidente,
lumbrera del oscurantismo.
Con tus cinco esposas y otras tantas concubinas
celebrabas lascivamente los acontecimientos
de numerosas victorias,
algo nada repugnante o singular.

Pero asimismo
tenías la desagradable costumbre
de hacer desnudar a las putas callejeras,
animando a tus súbditos
para que las vituperasen arrojándoles basura,
en tanto las perseguidas
huían vergonzantes hacia el refugio más próximo.





LA CALLE DE LAS COMPLACENCIAS

Una bacante loca y un sátiro afrentoso
conjugan en mi alma su frenesí amoroso.
Porfirio Barba Jacob

Cuando las caricias desganadas de tu amante
o los besos indiferentes de tu esposa
sean como icebergs de un hielo iderretible.
Cuando el hastío haya hundido su colmillo infeccioso
en lo más profundo de tu corazón.
Cuando te encuentres cansado de rutinas 
y estés buscando una experiencia nueva.
Cuando sientas todo eso y mucho más,
es que ha llegado el momento decisivo
de visitar sin asomo de remordimiento
la siempre novedosa Calle de las Complacencias.
Esta calle ha existido, existe y existirá
mientras el mundo tenga su giro planetario
y los humanos no alcancemos la plena satisfacción
de nuestras más íntimas necesidades eróticas.
Toda cultura, toda época, toda ciudad
ha ofrecido, ofrece y ofrecerá
en el instante adecuado y en sus circunstancias,
los deleites innegables de esta acogedora vía.
Allí se puede gozar desde una simple copulación
con la ramera de turno
hasta el desfloramiento de una niña virgen,
si se lleva la cartera bien nutrida
y se ostenta la influencia necesaria
para que la dueña de casa quiera agasajarte
con tan exquisito y raro manjar.
De igual manera puedes buscar una
que acepte ser atormentada
mientras lucha indefensa sobre la cama
o atada fuertemente de algún pilar apropiado
con lazos de fina seda o rebumbioso metal.
Tal vez sea más interesante para ti
recibir que dar los latigazos
por mano de una espigada damisela
vestida solamente con altas y negras botas,
además de un cinturón y brazaletes
hechos con piel de oso o de cualquier otro animal
que funcione como símbolo de fortaleza.
En vez de latigazos
quizás prefieras una paliza con garfios,
tan popular entre aquellos que quieren santificarse,
o disfrutar otras torturas de diverso estilo
mientras una jovencita, bella y degenerada,
manipula tus partes con fruición perversa.
Si tus deseos van aún más lejos,
pueden darte a oler sus prendas íntimas
o taponarte la boca con unas tanguitas recién usadas
cuya tibieza evoque claramente su lugar de origen.
Es posible observar también desde un desván,
a través de la mirilla indiscreta,
los complicados ritos a que otros se someten
por su propio gusto,
o someten a sus lujuriosas víctimas,
si pagan la tarifa establecida para estos
y otros placeres especiales
como esas catárticas orgías.
Y así sucesivamente,
no carecerás de ninguna extravagancia
si haces los méritos adecuados para ello.
Te aseguro que Procusto
no hubiera creado nada más apetecible
para tus secretos e inconfesables deseos
en esta dulce y generosa Calle de las Complacencias.



P O E M A S    D E    V E R A N O



TESTAMENTO

He quemado mi vida en las llamas del amor
entre las piernas de putas y de vírgenes,
he vivido las grandes aventuras 
que el corazón impone
con fervor y audacia inimitables;
he cogido con mis manos el Sol
y me tragué la Luna en noches estelares.
Hoy, ya lejos de la aurora y cerca del ocaso,
sigo alegre y vital por el sendero
que inexorablemente
ha de llevarme de regreso al polvo.
Pero no importa:
realicé lo que me dio la gana
y no guardo ningún remordimiento.
Mis cenizas y mi amor
junto con mis escasos versos
los dejo al mar, a los peces, a la brisa
y, por supuesto, sin reparo o engaño,
a quienes aun contra su fe me amaron.




POEMA ESCATOLÓGICO

Me gustaría orinar el cielo desde la mitad del mar
para fertilizar las estrellas
y darte las flores más bonitas que produzca el firmamento.

Me gustaría eso y mucho más
(talvez parezca obsceno)
porque te amo tanto y tanto quiero darte
que no sé ya que ofrendar
en los extraños y amorosos días venideros,
ante el tibio contacto de tus manos,
al pie de la montaña consagrada
por las muchas caricias y los besos
que invocan a los dioses tutelares
en la dulce oración de la promesa
y en la no menos dulce del silencio.

¿Comprendes ahora, amor profundo,
la razón por la que tanto insisto,
desde la mitad del mar,
en lanzar mi dardo de orines hacia el cielo?



VIAJES Y FORMAS DE BELCEBÚ

En los viejos barcos que cruzan los océanos
desde tiempo inmemorial,
y más precisamente,
en los sueños delirantes de los esclavos,
en las faltriqueras de algunos marineros,
en los cofres cerrados de ávidos piratas,
en las valijas repletas de los inquisidores
que viajan listos para estrenar su látigo
o el potro de tormento de las tecnologías,
viaja también
orondo como un don Juan hermoso
de pronto camuflado,
Belcebú el tolerante, señor de los infiernos,
el que cruza los mares para cazar incrédulos
como cruzan los patos su corral y su estanque,
y con su magia negra burlarse de los blancos.

Yo lo he visto en las noches, alegre como un enano,
con sus cuernos de cabro y su chivera hirsuta
montando las doncellas que acorrala en las costas
o en los claros selváticos que invitan al sabbat,
volando como un pájaro sobre los matorrales,
comiendo como un gigante,
o incendiando las tierras que horadan sus pezuñas.
A veces es un gentleman que agrada a las señoras
y un amigo sin tacha para el cornudo esposo,
lo mismo que un juguete para niños de brazos
que miran inocentes sus cachos y su cola.

En ciertas ocasiones es como un gato negro,
como un perro sin patas, como liebre sin orejas.
Y así por todas partes, desde África hasta Europa,
desde el Norte hasta el Sur, por Asia y por América,
viaja como un grumete o fino capitán,
siempre cantando y riendo, libre como un don Nadie,
ya que en todos los tiempos fue un bravo navegante
que supo inflar sus velas con pedos perfumados
en las noches de luna y en días invernales.
Así es don Belcebú, señor de los infiernos,
el grande y omnisciente caballero del mundo.




SIN TÍTULO

Amo tu vida azarosa,
tu convulsionada belleza,
tu mirada de virgen prostituta,
tus movimientos lascivos e inocentes,
tus abismos y cumbres escabrosos.
Amo tu pasado inconfesable,
tu palabra incendiaria y tu risa de diablesa,
la torva y proclive inclinación
de tus más elementales pensamientos.
Amo en ti lo de adentro y lo de afuera,
la constante desvergüenza de tus mentiras melosas,
de tus poses obscenas.

Amo toda esa danzante y prostibularia
mezcla de maldad y pureza
que derramas sobre mí
cuando llegas de pronto, inesperadamente,
a cubrir con tu ternura, ambigua y espontánea,
la nunca fatigada soledad de mi vida.



EVA

Eva, la de los ojos marinos
la de cuerpo insular y sonrisa bucanera,
la de verbo oceánico y espíritu guerrero;
la que en un cuento pirata, legendario y nostálgico
como el recuerdo de un amor perdido,
desplegó las velas de mi fantasía
por las aguas bullentes de la imaginación.

¡Eva! ¡Eva!  Mi corazón corsario
vuelve a soltar amarras por tu voz de espuma,
por tu abordaje ignoto, por tu batalla inmensa.
En las cofas de mis barcos desolados
he podido revivir edades de oro
al escuchar de tus labios las canciones
que tanto presentí sobre las olas
en esas noches de luna y de silencio
cuando busqué fantásticas historias
y una calma imposible a mis tormentas.

¡Eva! ¡Eva!
Sigue cantando tu canción profunda,
y bese el mar los secretos pasadizos
que circundan tu enigmática belleza,
donde zarpan veleros enjarciados
(polvo de estrellas en tu hermoso pelo)
con las hebras sin fin de tus palabras.




A LAS PUTAS

Hace muchos años
una puta a quien amé con toda el alma
me enseñó que la lengua hay que lavarla
para que el mal aliento no haga estragos,
la saliva sea más apetecible
y los labios más sensuales al besar.
Era joven, y yo también lo era;
pero su experiencia en el amor
sobrepasaba en mucho mi pobre ingenuidad.

Hoy recuerdo, sumido en la nostalgia,
que fuimos dos amantes
con esa fuerza ciega  de los que tienen todo
aunque de nada saben.
Su cuerpo licencioso era una seda ardiente
guardiana de sus grutas húmedas y tersas,
y aquel dulzor salobre de ostra con melao.

Fue así como entendí que hay más ternura y vida
en putas declaradas que en vírgenes de loza;
que aquéllas son el nervio profundo del océano
y éstas (pobres tontas), si acaso, pueden ser
algún yerbajo estéril prendido en la ribera.

Entonces, para siempre, mi corazón pirata
soñando con las putas se enamoró del mar.



LA HUMANIDAD

(A Raúl Gómez Jattin, en su tumba)

La Humanidad es más que puta:
A los muertos
los recuerda, los cultiva, los explota...
A los vivos
los persigue, los aplasta, los destroza.
Los hunde... los hunde...




LA APARICIÓN DE JOSÉ

Yo andaba por el desierto, junto a la playa
(y esto no es un sueño),
cuando apareció María, cálida como un sol,
tierna como la brisa marina,
temblorosa y lejana como una estrella.

Sus ojos brillaban con un fulgor travieso
repletos de inmensidad, en el cielo plomizo
de mis pocas esperanzas y alegrías.

El mar en calma, con sus olas tranquilas
besaba los extremos de su desnudez.

- ¡María! - grité, con toda la ansiedad
de un adolescente extraviado
mientras ella miraba, atónita y desconfiada,
los pasos inseguros de mi acercamiento
como si fuese un fantasma surgido de las arenas
bajo la noche embrujada,
dispuesto a despojarla con manos gaseosas
de su nocturna belleza.

Apenas había llegado junto a su forma morena
cuando escuché de su boca nutrida de imprecaciones
la voz, ronca y vacía como violín sin cuerdas,
que sentenciaba imponente contra mis pobres oídos:
-¡Anda, tú, demonio de los demonios!
¡No soy ninguna María!  ¡Yo soy el negro José!



A S E S I N O S

El arma tenía silenciador
porque los asesinos,
como todos los cobardes,
la mataron a mansalva.
A la fija, con alevosía,
sin que mediara palabra
le dispararon por la espalda,
desde lejos,
a ella, la más tierna,
la más bella,
la consentida de mis afectos,
la que a sus 14 años buscaba,
como todos los seres soñadores,
una oportunidad en la vida,
para luchar, para surgir,
para dar lo más noble
que guardaba dentro de sí.
A ella, precisamente a ella,
la asesinaron vilmente
porque no resistieron
la inconmensurable transparencia
de su corazón preadolescente.

Los asesinos que la mataron,
y todos los asesinos del mundo,
son unos hijos de puta
por siempre en la eternidad.




REMIGIO GONZÁLEZ MARTÍN -ADARES- [18.107]

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Adares (foto de A. P. Alencart, 1997)


Adares

Remigio González Martín, alias "Adares" (Anaya de Alba, Salamanca, 1923 - Salamanca, 2001), fue un poeta español. "Adares" (A=Adelante, D=Dolor de la madre al dar a luz, A=Amor, R=Remigio, E=España, S=Salamanca).

Su infancia transcurrió en el ambiente rural de Anaya de Alba y sus inmediaciones. La Guerra Civil española de 1936 le sorprendió con trece años en terreno nacional, de donde emigró en 1962, buscando mejores expectativas para su familia a Francia, donde su pasión por la poesía rompió y le cautivó definitivamente. La experiencia de la muerte y la miseria marcaría su obra dándole un tono "surrealista de hogaza", como lo definió una vez el poeta Aníbal Núñez en su prólogo a La Barrila.

En los años 70 regresó a España, donde publicó su primer poemario Sangre Talada (Málaga, 1977). Más tarde, asentado ya en la ciudad de Salamanca, empezó a editar y vender sus libros en la Plaza del Corrillo, lugar de paso entre la Plaza Mayor y la Calle de la Rúa, que lleva a las Catedrales, lo cual fue para él lo esencial y a lo que dedicó con todo empeño y tesón el resto de su vida hasta el mismo día de su muerte, suscitando en él la mayor energía y pasión, motor de sus días (La poesía). Desde los peldaños de los soportales de El Corrillo erigió "Adares" lo que él denominaba su "Cátedra de Poesía" como un desafío de genialidad al encasillamiento de los académicos que ignoraban su obra. Pero más importante que este desafío era para "Adares" el atrevimiento de llevar su palabra hasta la calle en un acto de compromiso con su esencia poética.

A edad avanzada empezó Adares a padecer de Parkinson. Esta enfermedad no le impidió, sin embargo, asistir a su cita con la poesía. Ayudado por su esposa y por estudiantes que conoció desde su "Cátedra" pudo seguir publicando sus poemarios. El único inconveniente de su enfermedad es que a veces sus textos originales sufrían inexplicables modificaciones a la hora de su transmisión, errores de copista debidos en gran parte a la ignorancia ante el amplio elenco de neologismos y expresiones de carácter rural que utiliza en su obra.

Después de haber publicado más de treinta poemarios en solitario se interesaron varias editoriales por sus textos, entre los que destaca la antología poética Me atrevo a ser palabra (1977-1996) Salamanca: Amarú, 1997. 109 p.) y varios libros sacados a la luz por la editorial J.M.Bernal (Col.Alba) de Madrid.

"Adares" murió repentinamente en Salamanca a la edad de 77 años. Sus restos descansan en Anaya de Alba. Dejó numerosos poemas inéditos.

Su obra

Sangre talada. Salamanca: R. González, 1977
Mesa reñida. Salamanca: R. González, 1978
Disparates de mi lado izquierdo. Salamanca: R. González, 1978
Cinco pesetas de bosque. Salamanca: Imp. Varona, 1979
Las coplas del crimen de Tardáguila. Salamanca: R. González, 1980
Las coplas del cura de Galisancho. Salamanca: R. González, 1980
Cinco días sin mí. Salamanca: Kadmos, 1982
La barrila: dedicado al Lazarillo de Tormes. Salamanca: R. González, 1982
Quiero pensar lo que ha muerto. Salamanca: R. González, 1987
La novela de Juan Márquez. Salamanca: R. González, 1988
La Tierra esfuerza cal. Salamanca: R. González, 1988
Vuelo de papel. 3ª ed. Salamanca: R. González, 1990
Los romances tropezados por la luna. Salamanca: Kadmos, 1990
Patíbulo. Salamanca: R. González, 1991
No me preguntéis de dónde soy llegado. Salamanca: R. González, 1991
El amor que no estuvo. Salamanca: Kadmos, 1991
"Salamanca, respetar tu belleza es amarnos". En: Cuadernos de Roldán, nº 11. Sevilla: Cuadernos de Roldán, 1992
La última palabra de los árboles. Salamanca: R. González, 1992
Escrito a lápiz sin soltar el asa: practica con tu idioma la palabra. Salamanca: Kadmos, 1993
Me enamoré sin permiso. Salamanca: R. González, 1995
Me atrevo a ser palabra: antología poética, 1977-1996. Salamanca: Amarú, 1997
Huellas que no disimulan. Salamanca: Kadmos, 1997
La vida puja. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Taxis azules. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Sin riesgos para el futuro. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Rumbo acumulado. 2ª ed. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Puro pueblo mío. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Por qué tiene frío la madre. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Mi barca ya está hecha. Salamanca: Centro de Estudios Ibéricos y Americano de Salamanca, 1999
Mariposa de oír. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Esperanza. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Los dueños de Caín. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Doce cartas a París. Salamanca: La Iguana Ebria, 1999
Después de amanecer. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
La curva que no mira. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
Al poeta de Castilla y dame. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999
A Quevedo y tierno amor de lilo. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 1999. Col. Alba; 67.
La voz de la tristeza. Torrejón de Ardoz (Madrid): J. M. Bernal, 2000


En Salamanca

Catedrales que estáis ocupando la luz de tantos cielos,
los tramos y los muertos,
que en cada calle se quedaron ellos;
los hombres del ayer que hacia arriba
hicieron tus tableros tus esquinas
cornisas y grandezas.
Entre ellos.
Flotáis como palomas, plumas, resquicios
de la última chaqueta, el bocadillo
último, sin saber en qué piedra,
en que encaje,
en que párpados tajuelas que no han
vuelto cenizas polvo héroes.
En Salamanca
Catedrales que estáis ocupando
respetad lo que en vuestro interior
se está haciendo polvo.



MI POESÍA NUNCA ENGAÑA…

Mi poesía nunca engaña 
porque nunca la engañé 
silvestre malva o de alma
La subo porque la amé.
Yo sé por lo que resiste
porque jamás está unida 
ni a la pena ni a lo 
triste

(Inédito)



FESTEJAR CON UNOS OJOS…

Festejar con unos ojos 
a una mujer de 
Bolivia.
Por la luz de encender sus dos pañuelos pintos.

Yo la rodeo por las arboledas 
de su Bolivia niña 
De su Bolivia llave de los vinos. 
La vi cerca del sol y por sus fondos caminos deliciosos.

Mujer de tez tostada y blanca, de invasiones 
y de música.
Se debe merecer y por su Bolivia yo la mido
los brazos de piedrecita verde.
Yo la encuentro repartida por su sonrisa
de anillo y de libro.
Libre para las flores la embellezco,
la reparto, la respiro y la sueño paloma
de bailar.
Todo ocurrió una tarde metida en otra tarde 
cuando todo se llenaba de pájaros chillones. 
De rosas y de frascos su primavera entrando 
lo infinito y distinto que será
Bolivia…
Elevándola es a Yaki.

(Inédito)



Poema inédito dedicado a Jacqueline Alencar 

PLAZA DEL CORRILLO

Estoy metido dentro y la plaza me toma como suyo
porque en ella comparto mi pecho y mi cabeza, 
mi sombra y la montaña que ocasione mi palabra.
Todos los días le ato las columnas y entre las yendas
mi cuerda va sembrando acacias de otro dios. 
Llego como del cuerpo y cuando escapo esa grava 
mi vida son sus piedras. 
Aquí me dejo ver y me conocen las palomas 
que escribo para el viaje y la suerte 
del que me visita.
Estoy sólo del mundo las columnas son mías, 
la Plaza de los siglos donde eduque mis piernas. 
Aquí me acribillaron las ideas. 
Nunca llegué tan pronto.
La luz que aquí ahora dejo fue el sabor ardiente 
de Salamanca y madre.
Todos somos los mismos y antes de mis huellas
voy dejando mi ayuda.
La Plaza del Corrillo es poderosa.
Cada día que me puede recibir la hago un retrato
para aquí terminar mi loco empleo.
Hasta que me respete la memoria.

(De ‘Patíbulo’)



SALAMANCA Y YO. MI POESÍA ES DE AQUÍ

Salamanca te amo porque tú amas al sol. 
Porque tú te dedicas a quedarte. 
Salamanca te amo en las cajas 
y entre el ramillete del vaho 
del amor.
Te amo en las goteras de la Peña Celestina 
y en todo el Tentenecio de aguardar 
la monja.
Sólo te pido amor que te asegures y tantees, 
Salamanca, antes de que te digan. 
Yo no me iré jamás de tu palabra.

(De ‘No me preguntéis de dónde soy llegado’)


Adares en el Café Corrillo (Foto de Alfredo Pérez Alencart, 1988)



TORREÓN DE MONTERREY

El Torreón dejó de soñar
a las golondrinas
que volvieron 
hacia Torres Villarroel.

(Nota: Este poema que pedí a Adares, salió publicado un par de semanas antes de su muerte, en el libro de fotografías de Luis Monzón, ‘Salamanca, azul y oro’ (Caja Duero, 2001), aparecido bajo mi coordinación).


TEXTO Y POEMA DE ALFREDO PÉREZ ALENCART


TIEMPO DE ADARES

En la plaza del Corrillo existe una resonante danza de palabras que vibran con la agilidad de la luz y cuyo latido es un redondo mordisco tatuado con el beso de la mirada. Es, ciertamente, un extraño alfabeto creado por un marino estepario que, por las noches, destapa sus espejos ciegos y deja vagar los fluidos allí contenidos para que al amanecer retornen con la miel de la memoria más fresca.

El hombre que inunda los corrillos de sueños movedi¬zos y del fuego de la verdad no es otro que el poeta Ada¬res, nacido en Anaya de Alba, sobreviviente invicto de las mutaciones y sacudidas que, cíclicamente, asfixian el roquerío salmantino con el humo de su gastado abolengo. La bruma también se instala y excursiona por calles y soportales, por mentes que no consiguen reordenar el desastre ni la prosapia. Pero ahí está la poesía que mana de ese arroyo ardiente del vigía de sintaxis vallejiana, de ese vate que borda sus palabras con la peligrosa tinta de la ver¬dad. Él anota todos los agravios contra su ciudad y contra sus canas; y lo hace sin tomar en cuenta ni los académicos desdenes, ni la mirada esquiva de los paseantes, ni las impertinencias de fatuos tontorrones que dicen «perder» su creación etérea.

Adares se limita a crear bellos artilugios que luego le hacen sombra y le sirven de antídoto contra los prebos¬tes, contra la nadería que se agolpa a cada paso, en poco peso, en muchos pisos, en amplios sesos. Pero nada le impide declarar su amor a la ciudad donde ha instalado su antigua estampa que nunca sale en retirada: “Sala¬manca te amo porque tú amas al sol. / Porque tú te dedi¬cas a quedarte.”

Eso lo decía en 1991, en uno de los 54 poemas del poemario ‘No me preguntéis de dónde soy llegado’, uno de los libros que más fuerza de amante succiona las preferencias del poeta, porque ahí destila su desnudez y no esconde sus querencias; porque ahí empuja su inquietud para ser feliz y contiene la atmósfera de ese sol que siempre regresa hacia él con el color de la agonía, el mismo que revienta en las piedras de pórticos y zócalos, para luego trepar alrede¬dor de las altas torres y, desde allí, ofrecer nuevos chispa¬zos, según convenga el instante que decreta y libera la intensidad para cada momento del día. Nadie pregunte, entonces, de dónde llegó Adares, porque al verlo sabrán que ya se encuentran en Salamanca. Porque él es Sala¬manca. Así de simple y profundo es el imperio de la pala¬bra que revela y transforma.

En días pasados volví a sentarme para conversar con el poeta en el preclaro señorío de su solar que le corresponde como Vizconde del Corrillo: dos metros por uno de la vía pública. Allí estábamos en plática amena cuando una pare¬ja se acercó para observar los poemarios expuestos. Les sugerí el libro ‘Me enamoré sin permiso’ (1995), propicio para iluminar su dicha. Mientras plasmaba su temblorosa firma, Adares recitaba algunos versos: “Me llamaste venir y vine / como vengo / lleno de anochecidos mundos irradiables. / Este poema es verso / y a la vez un beso hacia abajo / y derecho / a tus cabelleras. / Tu manzana de amor es mi ban¬dera.” Los muchachos escuchaban atentos, mientras se fundían en un tierno abrazo. Luego se marcharon, con la felicidad incrementada. También la poesía ocupa un espa¬cio para la oración y el deseo. Por ello felicito a Adares, por prestar su brújula a fin de que nadie se marchite en la sequedad de Castilla; también por cultivar alaridos de belleza para que nadie se resigne a los colores tristes, a las palabras frías, a las cenizas venideras.

El que disponga de un libro de Adares tendrá un espa¬cio encantado de amor y la mejor fábula para comprender el misterio y volver a la raíz para cabalgar al viento en libertad. El bardo, mientras tanto, agradece reconoci¬mientos como el homenaje que ahora le tributa nuestra Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos «Alfonso Ortega Carmona». También el reconocimiento surgido desde los vecinos del barrio Antiguo, o el que en su pue¬blo hayan puesto su nombre al colegio y a la plaza.

Llegarán tiempos, siempre tardíos, que conserven su memoria, que se den cuenta de la falta de un alma podero¬sa entre las piedras y, entonces, por las rendijas, crecerá el silencio mientras se engrandece su mensaje duradero. Desde donde esté resonará su voz para dar la clara adver¬tencia: “¡Buscadme por aquí, sepultureros!”.

(Texto de A. P. Alencart aparecido en el programa del homenaje que la Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos de Salamanca ‘Alfonso Ortega Carmona’ (Selih) tributó a Adares en la Casa de las Conchas, el 30 de marzo de 1999. Intervinieron, además del poeta, Alfonso Ortega, Raúl Vacas, José Luis Jiménez Lago y este escriba).



ADARES

Eh, tú, no desvaríes
esculpiendo versos en la calle,
coloreándolos con el rojo 
de tu sangre,

cubriéndolos con el sudario
de tus fabulosos sueños.

Salamanca a la deriva
y tú, firme en tu trono de piedra,
codeándote con voces 
extranjeras,

repartiendo esa vida
que el tiempo no ahoga.

Tu carne se hizo sombra;
tus versos, talismanes 
donde no naufraga tu cabeza.

Estremecimiento 
o desvarío, o reencuentro
en cada eco,

en cada pisada.

Horizonte impar
la Plaza del Corrillo y tú.

(Inédito)

(Poema escrito para un proyecto de homenaje emprendido por el periodista Francisco Gómez, adariano de pro)



http://www.crearensalamanca.com/en-memoria-de-adares-poemas-y-fotos-textos-publicados-e-ineditos-de-adares-y-alfredo-perez-alencart/





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CHUSÉ RAÚL USÓN [18.108]

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Chusé Raúl Usón

Chusé Raúl Usón nace en 1966 en Zaragoza. Editor y escritor español en lengua aragonesa.

Estudió en el colegio Santo Tomás de Aquino de Zaragoza que regentaba la familia Labordeta, en los Jesuitas y, posteriormente, se licenció en Geografía e Historia en la Universidad de Zaragoza. Fue responsable del Ligallo de Fablans de l'Aragonés, organización dedicada desde 1982 a la defensa de la lengua aragonesa. Ganó varios premios literarios, tanto de poesía como de ficción, como el Onso de Plata del Premio Literario Villa d'Echo o el Premio Arnal Cavero. Es el traductor de Cullita d'otri (1998), antología de poesía occidental. De su dietario As zien claus, basado en su trabajo como educador en un reformatorio, el escritor asturiano Xuan Bello escribió: "cien instantes donde todo es posible: el infierno y el paraíso, los ángeles y los demonios luchando en una misma persona". Es miembro de la Sociedat de Lingüistica Aragonesa y secretario de la revista filológica De Lingua Aragonensi.

Obra literaria

Poesía

Dezinueu repuis d'una bida dallata, 1986
Ixe buxo biello -entre fierros-, 1988; Premio Ana Abarca de Bolea, 1988
Luna, arto y poemas de bardo, 1989
Fuellas chobenas, 1991
Cruzillata, 1994
Candalieto/Piedra angular, 2006
Ixe buxo viello -entre fierros-, 2008 (2ª edición)
Le Petit Trianon, (en el volumen colectivo José Antonio Labordeta: creación, compromiso, memoria, 2008)

Prosa

Nueis d'agüerro, 1986; Premio Naya 1986
Trista boira baxa, 1989: Premio Bal de Xalón 1989
As zien claus, 1997; Premio Arnal Cavero 1995
Benzina, 2003
Fiesta, (en el volumen colectivo Zaragoza de la Z a la A, 2003)
Les cien llaves, 2004 (traducción a la lengua asturiana de As zien claus)
A voz, a nuestra voz (en el volumen colectivo Una isla de libertad. Homenaje a Ánchel Conte, 2008)
Navalla, botas, vacas (en el volumen colectivo Cuentos a patadas, 2008)
Enruenas, 2008; Premio Universidad de Zaragoza 2008
Escombros, 2011; traducción del autor al castellano de Enruenas1
Cien llaves, 2013; traducción del autor al castellano de As zien claus

Ensayo

La fiesta del árbol, Edición facsímil de la obra del mismo título de Leonardo Escalona, Museo Pedagógico de Aragón, 2009
Dovina, dovinalla, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2009
El Carnaval de Torla (Sobrarbe, Huesca), junto con Xavier Tomás, Xordica Editorial, 2009
Cleto Torrodellas (1868-1939). Obra en aragonés ribagorçano. Edición junto a Xavier Tomás, Biblioteca Pirineus, Xordica Editorial, 2011
Leonardo Escalona (1891-1938). Obra en aragonés belsetan. Edición junto a Xavier Tomás, Biblioteca Pirineus, Xordica Editorial, 2012
Dámaso Carrera (1849-1909). Obra en aragonés ribagorçano. Edición junto a Xavier Tomás, Biblioteca Pirineus, Xordica Editorial, 2012
Agliberto Garcés (1908-2002). Obra en aragonés meridional. Edición junto a Alberto Gracia Trell, Biblioteca Pirineus, Xordica Editorial, 2012

Traducción

Cullita d'otri, 1998 (con traducciones a la lengua aragonesa de poemas de Bernardo Atxaga, Paul Auster, Georges Bataille, John Berger, Joan Brossa, Raymond Carver, C. P. Cavafis, Paul Celan, Celso Emilio Ferreiro, Federico García Lorca, Pere Gimferrrer, Miguel Labordeta, Valerio Magrelli, Cesare Pavese, Fernando Pessoa, Arthur Rimbaud, Manuel Rivas, Joseba Sarrionandia y George Trakl)
Á yo me patina a egge, e qué?, 2000 (traducción al aragonés del libro de Anjel Lertxundi)
Per qué no canta o papirroi?, 2001 (traducción al aragonés del libro de Xabier Mendiguren)
Manual d'instruzions ta querer á Irene, 2001 (traducción al aragonés del libro de Carlos Mosteiro)
A mía chirmana ye asinas, e qué?, 2001 (traducción al aragonés del libro de Pako Sagarzazu)
No sé nadar, e qué?, 2002 (traducción al aragonés del libro de Daniel Nesquens)
Un can en o piso, e qué?, 2003 (traducción al aragonés del libro de Fina Casalderrey)
A flor d'a ziresera: leyendas chaponesas, 2003 (traducción al aragonés del libro de Josep-Francesc Delgado)
Historias de la mano izquierda, 1996 (traducción al castellano del libro Històries de la mà esquerra, de Jesús Moncada)
El café de la rana, 1997 (traducción al castellano del libro El Cafè de la Granota, de Jesús Moncada)
Calaveras atónitas, 2005 (traducción al castellano del libro Calaveres atònites, de Jesús Moncada)



Todas las ciudades que hemos visitado,
todas las camas en las que nos hemos acostado,
todas las noches que hemos querido,
los sueños que hemos soñado,
las palabras que no hemos dicho,
se derrumban,
se hunden.

Sólo quedarán escombros,
cascotes,
montones de piedras
grabados en la memoria.

De aquellos días no quedará
nada,
nada
de nada.
Todo lo cubrirá el tiempo.

Por eso escribo.


-


La ardiente arena de una playa de piedras
camino de Éfeso.
El coche en la curva,
como un juguete roto.
“Artemisa y su templo habrán de esperar”,
me gritas desde el agua,
desnuda,
borracha como una cuba.
Sé que entraré, que no lograré hacerte el amor
entre las matas de posidonia,
que te zafarás como una escurridiza anguila.

El móvil no suena.
El día está nublado.
Somos dos barcos a la deriva,
vulnerables.




Enruenas. Prensas Universitarias de Zaragoza.


[24]

T’estiraças sobre a cama,
jugarrina, sensual.
Has sacato lo cobertor
e sobre os linçuelos me fas cenyos.
M’estimaria menos luz.

Sona o telefono.
Gritan de recepcion.
As maletas.


[24]

Te desperezas sobre la cama, 
juguetona, sensual. 
Has quitado el cubrecama 
y sobre las sábanas me haces señas. 
Preferiría menos luz.

Suena el teléfono. 
Llaman de recepción. 
Las maletas.





[27]

A rúsia negra d’una plaja
camin d’Efeso.
O coche en a curva,
como un juguete rompito.
"Artemisa e o suyo templo havrá d’esperar",
me chilas dende l’augua,
espullata,
zorra como una uebra.
Sé que dentraré, que no lograré ensortillar-te
entre os maticals de poseidónia,
que t’esmuyirás como una escorrediça enguila.

O móbil no sona.
O dia ye nuble.
Somos dos barcos á la deriva,
vulnerables.


[27]

La ardiente arena de una playa 
camino de Éfeso. 
El coche en la curva,
como un juguete roto. 
"Artemisa y su templo tendrá que esperar", 
me gritas desde el agua, 
desnuda, 
completamente borracha.
Sé que entraré, que no conseguiré follarte 
entre las matas de poseidonia, 
que te zafarás como una escurridiza anguila. 

El móvil no suena. 
El día está nublado. 
Somos dos barcos a la deriva, 
vulnerables.





[48]

Dinantes as rejoletas açuls d’a Mezquita Açul
m’han prevocato una sensacion d’estranyamiento,
ixe vertiginoso sentimiento que t’invade
quan te miras o cielo estrelato una nueit de verano.
De completa orfandat.
Te miro e me pregunto quí yes,
querendo saber si continaremos
dentro de cinco,
de seis anyos.
Per qué somos juntos?
A l’atro mes feré trenta e siete anyos.
Qué femos aquí agora,
popillos,
en a Mezquita Noruosmaniye?

Allá, la columna de Constantino,
un atro amo d’un império que tamien s’esmolingó.
Como lo que hemos devantato nusatros,
ligero,
ilúsório.


[48]

Antes los baldosines azules de la Mezquita Azul 
me han provocado una sensación de extrañamiento, 
ixe vertiginoso sentimiento que te invade
cuando miras el cielo estrellado una noche de verano. 
De absoluta orfandad. 
Te busco y me pregunto quién eres, 
queriendo sabes si continuaremos 
dentro de cinco,
de seis años. 
¿Por qué estamos juntos? 
El próximo mes cumpliré treinta y siete años. 
¿Qué hacemos aquí ahora, 
huérfanos, 
en la Mezquita Noruosmaniye? 

Allá, la columna de Constantino, 
otro dueño de un imperio que también se derrumbó. 
Como el que hemos levantado nosotros, 
ligero,
ilusorio.





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MILAN RICHTER [18.109] Poeta de Eslovaquia

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Milan Richter 

(Bratislava, Eslovaquia 1948). Estudió filología alemana, inglesa y nórdica en la Universidad Comeniana en Bratislava (1967-1972). A lo largo de su vida ha trabajado como redactor editorial (1972-1981), traductor y autor freelance (1982-1992), diplomático (encargado de negocios de la Embajada de Eslovaquia en Noruega e Islandia, 1993-1995) y director de la sección de Difusión de la Literatura Eslovaca en el Extranjero en el Centro Nacional de Literatura, así como director de su revista Slovak Literary Review/Review der slowakischen Literatur (1995 -2002). Des de noviembre de 2002 dirige su propia editorial (MilaniuM).
     
Como autor, Richter ha publicado nueve libros de poemas en eslovaco: Los espejos de la noche (1973), Látigos (1975), Polen (1976); tras una pausa forzosa, Lugar seguro (1987), Las raíces en el aire (1992), Del otro lado del telón de terciopelo (1997), El angel con plumas negras (2000), El templo derruido en mi interior (2002) y Secretos de par en par (2008). Se han publicado antologías de su poesía en alemán, noruego, búlgaro, checo, árabe, francés, hebreo, chino y macedonio, así como en revistas en más de 25 idiomas. Richter ha escrito tres obras teatrales y ha traducido al eslovaco más de 70 libros –de poesía, prosa, teatro y ensayo– de ocho idiomas diferentes. Por su cantidad y relevancia destacan sus traducciones del alemán (E. Jandl, R. M. Rilke, J. W. Goethe /Fausto/, E. Canetti, R. Hochhuth, F. Kafka y otros) y sueco (A. Lundkvist, H. Martinson, T. Tranströmer, K. Espmark, L. Gustafsson, P. O. Enquist y otros). Es miembro de diversas asociaciones y academias nacionales e internacionales de escritores, y dirige el Festival Literario Internacional Ján Smrek 2000-2011. Desde 2013 es presidente del Club de Escritores Independientes en Eslovaquia. Ha editado la primera antología de literatura eslovaca sobre el holocausto, titulada La callejuela de Dios (1998). Ha sido galardonado con el Premio Björnson (Noruega, 2010). En el ano 2008 el rey de Noruega le nombró Caballero de Primer Grado dela Orden Real Noruega del Mérito, y el presidente austriaco le concedió en el ano 2002 la Medalla de Oro al Mérito de la República de Austria.



MUNDO EN BLANCO Y NEGRO

En la pantalla del televisor en color
dan una película para aquellos que vivieron
tiempos que más valdría olvidar
o no recordar a malas.

«Ponnos el color», pide mi hija de seis años.
«Es una película antigua», le explico.
«Entonces yo era pequeño como tú
y los colores aún no existían.
Los árboles, la hierba, la gente, los coches
eran blancos, negros o grises.
El color lo inventaron más tarde…»

Ese instante de horror hasta que comprende
que bromeo.
Ese instante de horror al pensar que en la infancia
me faltaban el verde, el azul, el rosa.
Y que, igual que en esa película,
hasta la sangre de los inocentes corría negra.

Pero basta salir a la ciudad y ver
a la gente con trajes grises, camisas blancas,
caras sin color, mirada negra,
el humo de las chimeneas gris como ceniza,
el negro de los periódicos, y en ellos
las partes en blanco…



EN LAS ESCALERAS DE LA FACULTAD 
DE DERECHO

hay dos policías jóvenes
y no intuyen que, en el momento en que paso
junto a ellos con el coche, montan guardia
en honor de una chica joven a la que en esas escaleras
mataron tal día como este, pero hace ya mucho,
cuando a ellos dos, en medio del estruendo
de los tanques bajo las ventanas,
los daban a luz sus madres, sin saber
que sus hijos montarían guardia un día
ante una placa conmemorativa hace tiempo arrancada,
en honor de esa chica que aún hoy, sin reconocerlo,
sangra en nosotros.

Milan Richter en El silencio de los árboles en Hyde Park (La poesía, señor hidalgo, 2007).
Traducción de Alejandro Hermida de Blas.




RAÍCES EN EL AIRE

En el aire, ahí están tus raíces,
ahí en el aire
Paul Celan

-¿Adónde va usted, señor ingeniero? ¿Al cementerio?

-Sí al cementerio voy, amigo mío, Mi madre está ahí,
también mi hermano, y la sobrina de la mujer,
la enterraron el año pasado, tenía diecisiete años,
leucemia, según dicen. ¿Y adónde va usted, amigo mío?
-A casa. Ahora oscurece temprano
Y donde me siento mejor es en casa
-¿Ya ha visitado las tumbas de los suyos?
-No tengo tumbas. Mi mujer me abandonó, hace ya tiempo,
Como usted sabrá mis hijos están vivos, pero lejos
en Canadá, sí en Canadá...no tengo tumbas...
-¿Y su madre, su padre, hermanos,
abuelos, dónde están enterrados?
-En el aire sobre Auschwitz, ahí,
en el aire están.



Sueño del exilio en Solentiname

                      a Ernesto Cardenal


Me ha llamado Hermann Schulz,
parece ser que Ernesto quiere dejar el cargo
y volver a su Solentiname.

Esa noche soñé
que con un pequeño grupo de turistas eslovacos
yo aterrizaba en el lago junto a la isla Mancarrón.
(Quizá nos llevó un hidroplano
o una hidra de los mitos indios.)

Como pronto salió a relucir,
mis paisanos eran incómodos activistas,
curas sin permiso, escritores subversivos
expulsados, privados de nacionalidad
y enviados al destierro tropical.
Sólo yo recibí ese castigo
como premio.

Ernesto nos aguardaba delante del local de reuniones,
en una mano un machete, en la otra una biblia.
Por lo visto ya le había informado de nosotros
el ministerio del interior,
el compañero Tomás Borge, entienden,
aún está ahí...

Y usted, Ernesto, ¿por qué renunció?

Un ministro debe hacer la vista muy gorda
para no ver muchas cosas
e incluso para ver lo que no hay,
y llega un momento en que ya no ve usted la mueca
en el rostro de la revolución, antaño sonriente,
ni cómo los compañeros se van volviendo señores
y los poemas instrumentos de propaganda.

No puede usted ser ministro
y a un tiempo escribir versos
sobre los que están abajo del todo,
campesinos masacrados,
indios refugiados,
huérfanos que sólo conocen la miseria
y la muerte y cada tipo de fusil.
Un rato funciona, pero luego debe usted
preguntar a Dios si esa es su voluntad.

Y si éste calla,
significa que hay que irse.
Donde lo necesitan los huérfanos,
los desterrados y los fuera de juego.
Estar de su lado aunque le llamen
opositor, aunque hasta aquí
le envíen soplones.

Y, para probarnos,
ordenó a dos muchachas
que trajeran machetes.

Antes de mañana por la noche
limpiarán la maleza detrás de la iglesia. Allí se construirán
un refugio provisorio.
Y el lunes, si todo va bien,
comenzaremos el curso de escritura creativa.
Aquí fundaremos la primera escuela eslovaca
de poesía política
(o de exégetas de salmos)
de toda Centroamérica.

Confío en que todos sean cristianos.
O por lo menos judíos...

Si su voz no llega a Eslovaquia,
seguro que llega al cielo.
Y desde allí, ¿quién sabe?

Noviembre de 1989




Callando con Rilke

Duino se queda con sus ángeles, invisible,
el señor conde ha volado a Londres,
la audiencia no tiene lugar...

En cambio la baronesa... quiere recordar,
en la mesa está el libro de Marie von Thurn und Taxis,
una escritura bella y misteriosa
igual que esa época, esa época...
“En esta propiedad encontraron al huir
escondite y refugio los hijos del rey de Francia...”

Seguro que Rilke venía a tomar el té
cuando en Duino se aburría. Intuimos por qué.
Callamos a la par que su aliento invisible.

El señor barón rememora esos tiempos.
En los tres idiomas de Austria-Hungría.
“Los eslovacos eran magníficos súbditos.”
Y nos da, no obstante, su mano en retirada
para despedirse.

..............................................................

El encuentro de dos mundos puede ser
un encuentro en la tercera fase.

Traducción: Alejandro Hermida de Blas

Marie von Thurn und Taxis-Hohenlohe fue mecenas, amiga y consejera de Rilke.
El poeta se alojaba con frecuencia en sus castillos, incluido el de Duino, a orillas del Mar Adriático (no lejos de la actual frontera italo-eslovena y de la mansión de los antepasados del barón en Nova Goricia). Nota del autor




Ya no me arranco los pelos grises
de la barba. Ya me crecen en abundancia...

(La muerte nos borda.)
Sobre la corteza gris del cerebro,
sobre la piel gris,
sobre la barba
cae la fina ceniza
de los crematorios. (Después de tantos años
cae.) Cae la fina ceniza
de lo que no se ha conservado...

(La muerte nos borda. Nos borda
con fuerte hebra gris. Zurce
lo que es provisional.)

¿Y qué es eterno? ¿El gesto
de esa mano delgada que se hunde
en tus cabellos?
¿El polen que cae
en tierras negras,
en fieles ojos negros,
el polen que cae
del amor? (Después de tantos años
cae.) ¿El polen
de lo que va a conservarse...?

Ya no me arranco los cabellos negros
de desesperación. Ya me caen
(de amor).

(Traducido del eslovaco por Alejandro Hermida)




Smrt’ si nás vyšíva
Už si nevytr´ham sivé chlpy
z brady. Už mi bujnejú…
(Smrt’ si nás vyšíva.)
Na sivú kôru mozgovú,
na sivú plet’,
na bradu

 padá popolcˇek
z krematórií. (Po tol’ké roky
padá.) Padá popolcˇek
toho, cˇo neostalo…

(Smrt’ si nás vyšíva. Vyšíva
silny´ m sivy´ m vláknom. Zašíva,
cˇo je docˇasné.)

A cˇo je vecˇné? Posunok
útlej ruky, ktorá ti vchádza
do vlasov?

 Pel’ padajúci
do cˇiernych pôd,
do cˇiernych verny´ ch ocˇí,
pel’ padajúci
z lásky? (Po tol’ké veky
padá.) Pel’
toho, cˇo ostane…?

Už si nevytr´ham cˇierne vlasy
zo zúfalstva. Už mi padajú
(z lásky).





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LEWIS CARROLL [18.110]

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Lewis Carroll

Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, Cheshire, Reino Unido, 27 de enero de 1832-Guildford, Surrey, Reino Unido, 14 de enero de 1898), más conocido por su seudónimo Lewis Carroll, fue un diácono anglicano, lógico, matemático, fotógrafo y escritor británico. Sus obras más conocidas son Alicia en el país de las maravillas y su continuación, Alicia a través del espejo.

Los antepasados de Dodgson procedían principalmente del norte de Inglaterra, con algunas conexiones irlandesas. Conservadores y miembros de la High Church anglicana, la mayoría de ellos se dedicaron a las dos profesiones características de la clase media-alta inglesa: el ejército y la Iglesia. Su bisabuelo, llamado también Charles Dodgson, su abuelo, otro Charles, fue capitán del ejército y murió en batalla en 1803, cuando sus dos hijos eran todavía muy pequeños.

El mayor de ellos —también llamado Charles— escogió la carrera eclesiástica. Estudió en Westminster School y más tarde en Christ Church, Oxford. Con grandes dotes para las matemáticas, obtuvo una doble titulación que prometía ser el comienzo de una brillante carrera académica. No obstante, el futuro padre de Lewis Carroll prefirió, tras casarse en 1827 con su prima, convertirse en párroco rural.

Su hijo Charles nació en la pequeña parroquia de Daresbury, en Cheshire. Fue el tercero de los hijos del matrimonio Dodgson, y el primer varón. Después seguirían ocho hijos más y, lo que resulta más insólito para la época, todos ellos —siete chicas y cuatro chicos— sobrevivirían hasta la edad adulta. Cuando Charles tenía once años, su padre fue nombrado párroco de la localidad de Croft-on-Tees, en North Yorkshire, y toda la familia se trasladó a la espaciosa rectoría que sería la morada familiar durante los siguientes 25 años.

Dodgson padre fue haciendo progresos en el escalafón eclesiástico: publicó varios sermones, tradujo a Tertuliano, se convirtió en archidiácono de la catedral de Ripon, y tomó parte activa en las apasionadas discusiones que por entonces dividían a la Iglesia de Inglaterra. Era partidario de la High Church y favorable al anglo-catolicismo; admiraba a John Henry Newman y al movimiento tractariano, e hizo lo que pudo para transmitir a sus hijos sus puntos de vista.

El joven Charles inició su educación en su propia casa. Las listas de sus lecturas conservadas por la familia, atestiguan su precocidad intelectual: a los siete años leyó The Pilgrim’s Progress de John Bunyan. Se ha dicho que sufrió un trauma infantil cuando se le obligó a contrarrestar su tendencia natural a ser zurdo; no hay, sin embargo, ninguna evidencia de que haya sido así. Sí sufrió de un tartamudeo que tendría efectos perjudiciales en sus relaciones sociales durante toda su vida. También padeció sordera en el oído derecho a consecuencia de una enfermedad. A los doce años fue enviado a una escuela privada en las afueras de Richmond, donde parece que se integró bien, y en 1845, fue trasladado a Rugby School, donde fue evidentemente un tanto infeliz, según él mismo escribió algunos años después de abandonar el lugar:

Creo ... que por nada en este mundo volvería de nuevo a vivir los tres años que pasé allí ... Puedo decir, honestamente, que si hubiese estado ... a salvo de la molestia nocturna, la dureza de la vida diurna se me hubiera hecho, en comparación, muchísimo más soportable.
La naturaleza de esta «molestia nocturna» nunca será, quizá, correctamente interpretada. Puede ser una forma delicada de hacer referencia a algún tipo de abuso sexual. Académicamente, sin embargo, Charles se las arregló bastante bien. Su profesor de matemáticas, R. B. Mayor, dijo de él: «No he conocido a un chico más prometedor desde que estoy en Rugby».1

Abandonó Rugby a finales de 1850 y en enero de 1851 se trasladó a la Universidad de Oxford, donde ingresó en el antiguo college de su padre, Christ Church. Llevaba sólo dos días en Oxford cuando tuvo que regresar a su casa porque su madre había muerto de «inflamación del cerebro» (posiblemente meningitis) a los cuarenta y siete años de edad.

Cualesquiera que hayan sido los sentimientos que la muerte de su madre le produjo a Dodgson, no permitió que le apartaran del objetivo que le había llevado a Oxford. Tal vez no siempre trabajó duro, pero estaba excepcionalmente dotado y obtuvo con facilidad unos resultados excelentes. Su temprana carrera académica osciló entre sus éxitos, que prometían una carrera explosiva, y su tendencia irresistible a la distracción. A causa de su pereza, perdió una importante beca, pero, aun así, su brillantez como matemático le hizo ganar, en 1857, un puesto de profesor de matemáticas en Christ Church, que desempeñaría durante los 26 años siguientes (aunque no parece haber disfrutado especialmente de su actividad). Cuatro años después fue ordenado diácono.

En Oxford se le diagnosticó epilepsia, lo cual por entonces constituía un estigma social considerable. Sin embargo, en fecha reciente John R. Hughes, director de la Universidad de Illinois (Chicago), ha sugerido que pudo haber habido un error de diagnóstico.

Carroll y la fotografía

En 1856, Dodgson descubrió una nueva forma de arte, la fotografía, primero por influencia de su tío Skeffington Lutwidge, y más tarde de su amigo de Oxford Reginald Southey y del pionero del arte fotográfico Oscar Gustav Rejlander.

Dodgson alcanzó pronto la excelencia en este arte, que convirtió en expresión de su personal filosofía interior: la creencia en la divinidad de lo que él llamaba belleza, que para él significaba un estado de perfección moral, estética o física. A través de la fotografía, Carroll trató de combinar los ideales de libertad y belleza con la inocencia edénica, donde el cuerpo humano y el contacto humano podían ser disfrutados sin sentimiento de culpa. En su mediana edad, esta visión se transformó en la persecución de la belleza como un estado de gracia, un medio para recuperar la inocencia perdida. Esto, junto con su pasión por el teatro, que le acompañó durante toda su vida, habría de traerle problemas con la moral victoriana, e incluso con los principios anglicanos de su propia familia. Como anota su principal biógrafo, Morton Cohen: «Rechazó rotundamente el principio calvinista del pecado original y lo sustituyó por la noción de divinidad innata».


La obra definitiva acerca de su actividad como fotógrafo (Lewis Carroll, Photographer, de Roger Taylor (2002)), documenta exhaustivamente cada una de las fotografías de Lewis Carroll que se han conservado. Taylor calcula que algo más de la mitad de su obra conservada está dedicada a retratar a niñas. Sin embargo, debe ser tenido en cuenta que menos de un tercio de la totalidad de su obra se ha conservado. La niña que más veces le sirvió de modelo fue Alexandra Kitchin («Xie»), hija del deán de la catedral de Winchester, a la que fotografió unas cincuenta veces desde que tenía 4 años hasta que cumplió 16. En 1880 intentó fotografiarla en traje de baño, pero no se le permitió. Se supone que Dodgson destruyó o devolvió las fotografías de desnudos a las familias de las niñas que fotografiaba. Se creía que se habían perdido, pero se han encontrado seis desnudos, de los cuales cuatro han sido publicados y dos se conocen apenas. Las fotografías y esbozos de desnudos que Dodgson realizaba alentaron la suposición de que tenía tendencias pedófilas, aunque dicha especulación ha sido desafiada por varios académicos que argumentan que Carroll debe ser comprendido en contexto y, entre otras cosas, que en el espacio y tiempo de la cultura victoriana, la aparición de niñas desnudas era visto como algo totalmente normal porque equivalía a un símbolo de inocencia, (apareciendo escenas similares incluso en postales de Navidad). También se ha argumentado que ha habido insconsistencias y manipulaciones posteriores en las biografías, lo cual contribuyó a la especulación de lo que se ha denominado "el mito de Carroll".

La fotografía le fue también útil como entrada en círculos sociales elevados. Cuando logró tener un estudio propio, hizo notables retratos de personajes relevantes, como John Everett Millais, Ellen Terry, Dante Gabriel Rossetti, Julia Margaret Cameron y Alfred Tennyson. Cultivó también el paisaje y el estudio anatómico.

Dodgson abandonó repentinamente la fotografía en 1880. Después de 24 años, dominaba completamente el medio, disponía de su propio estudio en el barrio de Tom Quad, y había creado unas 3.000 imágenes. Menos de 1.000 han sobrevivido al tiempo y a la destrucción intencionada. Dodgson registraba cuidadosamente las circunstancias que rodeaban la creación de cada una de sus fotografías, pero su registro fue destruido.

Su obra fue reconocida póstumamente, junto a la de Julia Margaret Cameron, gracias a su reivindicación por parte de los fotógrafos del pictorialismo, así como al apoyo del Círculo de Bloomsbury, en el que se hallaba Virginia Woolf. En la actualidad, es considerado uno de los fotógrafos victorianos más importantes, y, con seguridad, el más influyente en la fotografía artística contemporánea.

Carrera literaria

Dodgson escribió poesía y cuentos que envió a varias revistas y que le reportaron un éxito discreto. Entre 1854 y 1856 su obra apareció en las publicaciones de ámbito nacional The Comic Times y The Train, así como en revistas de menor difusión, como la Whitby Gazette y el Oxford Critic.

La mayor parte de estos escritos de Dodgson son humorísticos, y en ocasiones satíricos. Pero tenía un alto nivel de autoexigencia. En julio de 1855 escribió: «No creo haber escrito todavía nada digno de una verdadera publicación (en lo que no incluyó a la Whitby Gazette o al Oxonian Advertiser), pero no desespero de hacerlo algún día». Años antes de Alicia en el país de las maravillas, ya buscaba ideas de cuentos para niños que pudieran proporcionarle dinero: «Un libro de Navidad [que podría] venderse bien... Instrucciones prácticas para construir marionetas y un teatro».

En 1856 publicó su primera obra con el seudónimo que le haría famoso: un predecible poemilla romántico, «Solitude», que apareció en The Train firmado por Lewis Carroll. El sobrenombre lo creó a partir de la latinización de su nombre y el apellido de su madre, Charles Lutwidge. Lutwidge fue latinizado como Ludovicus, y Charles como Carolus. El resultante, Ludovicus Carolus, regresó otra vez al idioma inglés como Lewis Carroll.

También en 1856, un nuevo deán, Henry Liddell, llegó a Christ Church, trayendo con él a su joven esposa y a sus hijas, que tendrían un importante papel en la vida de Dodgson. Éste entabló una gran amistad con la madre y con los niños, especialmente con las tres hijas, Lorina, Alice y Edith. Parece ser que se convirtió en una especie de tradición para Dodgson llevar a la niñas de picnic al río, en Godstow o en Nuneham.

Fue en una de estas excursiones, concretamente, según sus diarios, el 4 de julio de 1862, cuando Dodgson inventó el argumento de la historia que más tarde llegaría a ser su primer y más grande éxito comercial. Él y su amigo, el reverendo Robinson Duckworth, llevaron a las tres hermanas Liddell (Lorina, de trece años, Alice, de diez, y Edith, de ocho) a pasear en barca por el Támesis. Según los relatos del propio Dodgson, de Alice Liddell y de Duckworth, el autor improvisó la narración, que entusiasmó a las niñas, especialmente a Alice. Después de la excursión, Alice le pidió que escribiese la historia. Dodgson pasó una noche componiendo el manuscrito, y se lo regaló a Alice Liddell en las Navidades siguientes. El manuscrito se titulaba Las aventuras subterráneas de Alicia (Alice's Adventures Under Ground), y estaba ilustrado con dibujos del propio autor. Se especula que la heroína de la obra está basada en Alice Liddell, pero Dodgson negó que el personaje estuviera basado en persona real alguna.

Tres años más tarde, Dodgson, movido por el gran interés que el manuscrito había despertado entre todos sus lectores, llevó el libro, convenientemente revisado, al editor Macmillan, a quien le gustó de inmediato. Tras barajar los títulos de Alicia entre las hadas y La hora dorada de Alicia, la obra se publicó finalmente en 1865 como Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (Alice's Adventures in Wonderland), y firmada por Lewis Carroll. Las ilustraciones de esta primera edición fueron obra de sir John Tenniel.

El éxito del libro llevó a su autor a escribir y publicar una segunda parte, Alicia a través del espejo (Through the Looking-Glass and what Alice Found There).

Posteriormente, Carroll publicó su gran poema paródico La caza del Snark (The Hunting of the Snark), en 1876; y los dos volúmenes de su última obra, Silvia y Bruno, en 1889 y 1893, respectivamente.

También publicó con su verdadero nombre muchos artículos y libros de tema matemático. Destacan El juego de la lógica y Euclides y sus rivales modernos además de An Elementary Theory of Determinants escrito en 1867. En este último da las condiciones por las cuales un sistema de ecuaciones tiene soluciones no triviales.

Carroll y las matemáticas

Aunque la mayor parte de su atención la dedicó Carroll a la geometría, escribió también sobre numerosos otros temas matemáticos: de la cuadratura del círculo, del cifrado de mensajes (llegando a inventar algunos métodos), de álgebra, de aritmética electoral y votaciones, así como sobre lógica.

En los últimos años de su vida no solo prestó atención a las matemáticas recreativas (con juegos de cálculo como los diez nudos de su libro Un cuento enmarañado) o al estudio de las paradojas (analizó la paradoja de Aquiles y la tortuga y elaboró una propia, la de la barbería), sino que también se dedicó a la búsqueda de formas de exposición sistemática de, por ejemplo, la teoría del silogismo. Por lo demás, elaboró cuadros, fichas y diagramas del tipo de los de Venn e introdujo árboles lógicos.7

En cuanto a la geometría, publicó numerosos apuntes a modo de aclaraciones sobre la obra de referencia de su época, los Elementos de Euclides, y un libro en el que confrontaba a este con otros autores contemporáneos, Euclid and his Modern Rivals (1879).

Especulaciones e incógnitas

Consumo de estupefacientes
Ha habido multitud de especulaciones sobre la posibilidad de que Dodgson hiciera uso de drogas psicoactivas, aunque no existe prueba alguna que respalde esta teoría. No obstante, la mayoría de los historiadores consideran probable que el autor utilizase de vez en cuando láudano, un analgésico de consumo bastante común en la época que lo ayudaría con el dolor de su artritis. Hay que señalar que esta sustancia procede del opio, y puede producir efectos psicotrópicos si es utilizado en dosis lo suficientemente grandes. Pese a ello, no existe evidencia alguna que pueda llevar a pensar que Dodgson abusara de los narcóticos, ni de que estos tuvieran influencia alguna en su trabajo. Por otro lado, algunos han creído ver en las alucinaciones que sufre su personaje, Alicia, una referencia a las sustancias psicodélicas. Por ejemplo, en el caso de la Amanita Muscaria, que produce macropsia y micropsia, vemos una analogía en las variaciones de tamaño que sufre Alicia al ingerir trozos de seta.

Sacerdocio

Dodgson estaba destinado a terminar como sacerdote, dada su condición de residente en Christ Church. No obstante, empezaría a rechazar esta idea, retrasando el momento de convertirse en diácono hasta diciembre de 1861. Cuando un año después, le tocaba dar el siguiente paso para convertirse en sacerdote, apeló a Liddell para no continuar. Esa actitud no era compatible con las normas, y el propio Liddell le contó que probablemente tendría que dejar su trabajo si renunciaba al sacerdocio, aunque lo consultaría con el órgano de gobierno de la institución, algo que indudablemente, le hubiera acarreado una expulsión. Por razones desconocidas, Lidell cambió de opinión y permitió que Dodgson se quedase y no llegase jamás al sacerdocio.8

No existe pista concluyente alguna que permita averiguar por qué Dodgson evitó convertirse en sacerdote. Algunos han señalado que su tartamudez pudo influir en la decisión, de manera que hubiera tenido miedo de dar sermones. No obstante, Dodgson no evitaba hablar en público, ni tenía problema alguno con actuaciones tales como contar cuentos, u ofrecer espectáculos de magia. Además, en su última etapa, llegaría a predicar, pese a no ostentar la condición de sacerdote.

Sospechas de que Lewis Carroll fuese Jack el Destripador

Aunque siempre se le consideró un soñador inofensivo, en 1996 el autor Richard Wallace no vaciló en acusarlo de haber sido el hombre que estaba oculto bajo el alias de Jack el Destripador.9 10 Las pretendidas pruebas que supuestamente lo acusaban eran frases crípticas contenidas en sus libros diecinueve años antes de la matanza del otoño de 1888. Según esta interpretación, el ya desequilibrado escritor dejó allí pistas anticipando los crímenes que planeaba cometer.

Obras

Algunas obras de Lewis Carroll[editar]
Alicia en el país de las maravillas (Alice's Adventures in Wonderland) (1865), publicado en español por Ed. Siruela, ISBN 84-7844-760-1.
Alicia a través del espejo (Through the Looking-Glass, and what Alice found there) (1872) Publicado en español por Ed. Gaviota, ISBN 84-392-1611-4.
La caza del Snark (The Hunting of the Snark) (1875), publicado en español por Editorial Mascaró, Barcelona, 1981, ISBN 84-264-2837-1.
El juego de la lógica (The Game of Logic) (1876), publicado en español por Alianza Editorial, ISBN 84-206-7757-4.
Un cuento enmarañado (A Tangled Tale) (1885), publicado en español por Nivola libros y ediciones, ISBN 84-95599-33-3.
Silvia y Bruno (Sylvie and Bruno) (1889), publicado en español por Edhasa, ISBN 978-84-350-4010-5.
Diario de un viaje a Rusia (The Russian Journal), publicado en español por Nocturna Ediciones, ISBN 978-84-937396-0-7.
Matemática demente, selección a cargo de Leopoldo María Panero de historias escritas por Carroll relacionadas con problemas matemáticos. Publicado por Ediciones Tusquet, ISBN 978-84-8310-641-9.
Correspondencia[editar]
Niñas. Lumen, 1998, ISBN 978-84-264-2314-6.
Cartas inéditas a Mabel Amy Burton, Nocturna Ediciones, 2010, ISBN 978-84-937396-4-5.


Cómo el pequeño cocodrilo

¡Cómo el pequeño cocodrilo
cuida su cola brillante,
y vierte las aguas del Nilo
en cada escama dorada!

¡Qué alegre parece sonreír,
qué bien despliega sus garras
y acoge a los pececillos,
con sonrientes mandíbulas!



Cuando la desolación arrebató a su llorosa presa

"Cuando la desolación arrebató a su llorosa presa
del desolado imperio del día sin esperanza;
cuando toda la luz, arrojada por ilusión sin brillo,
sólo sirvió para dar vida a la pútrida piedra;
cuando los monarcas, menguando a la confusa vista,
desmoronados se desvanecieron en la negra noche;
cuando el crimen acechaba fuera con sedientos pasos,
y destellaba en rojo la espada jamás saciada:
en hora tal tu grandeza habría de verse -
es decir si esa hora hubiese existido -
En esa hora cantarán tus alabanzas,
si no mi gente, muchos de lengua más valiosa;
y te mirarán los hombres admirados
¡cuando llegue esa hora, pero no hasta entonces!"

Lewis Carroll (Daresbury, Inglaterra, 1832-Guildford, Inglaterra, 1898), Poemas, traducción de Raquel Lanseros, Valparaíso Ediciones, Granada, 2015



How doth the little crocodile

How doth the little crocodile
Improve his shining tail,
And pour the water of the Nile
On every golden scale!

How cheerfully he seems to grin,
How neatly spread his claws,
And welcomes little fishes in,
With gently smiling jaws!



When Desolation snatched her tearful prey

"When Desolation snatched her tearful prey
From the lorn empire of despairing day;
When all the light, by gemless fancy thrown,
Served but to animate the putrid stone;
When monarchs, lessening on the wildered sight,
Crumblingly vanished into utter night;
When murder stalked with thirstier strides abroad,
And redly flashed the never-sated sword;
In such and hour thy greatness had been seen -
That is, if such abd hour had ever been -
In such and hour thy praises shall be sung,
If not by nime, by many a worthier tongue;
And thou be gazed upon by wondering men,
When such and hour arrives, but not till then!"



Jabberwocky

Jabberwocky es un poema sin sentido escrito por el británico Lewis Carroll, quien lo incluyó en su obra Alicia a través del espejo (1871). Jabberwocky es generalmente considerado como uno de los mejores poemas sin sentido escritos en idioma inglés.

Muchas de las palabras usadas en el poema fueron inventadas por el propio Carroll o son fusiones de palabras. En el libro, el personaje Humpty Dumpty da varias de las definiciones de algunas de las palabras de la primera estrofa. Carroll explicó el significado de algunas otras en obras posteriores, así como su pronunciación.1 Algunas de las palabras inventadas en este poema (como chortled, galumphing y frabjous) se incorporaron al idioma inglés. La misma palabra Jabberwocky es utilizada en inglés para referirse al lenguaje sin sentido.


Texto de Jabberwocky

'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.
'Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!'
He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought--
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.
And as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came whiffling through the tulgey wood,
And burbled as it came!
One, two! One, two! And through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.
'And hast thou slain the Jabberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!'
He chortled in his joy.
'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.



Fablistanón
En la traducción de Jorge A. Sánchez de 1996 se lo llama Fablistanón.

Asurraba. los viscovivos toves
tadralando en las vaparas ruetaban;
misébiles estaban los borgoves,
mientras los verdos momios bratchilbaban.
Cuidado hijo con el Fablistanón!
con sus dientes y garras muerde, apresa!
Cuidado con el pájaro Sonsón,
y rehúye al frumioso Magnapresa!

Blandiendo su montante vorpalino
al monstruo largo tiempo persiguió...
Bajo el árbol Tumtum luego se vino
y un rato cavilando se quedó.
Y estando en su aviesal cavilación,
llegó el Fablistanón, ojo flagrante,
tufando por el bosque fosfuscón
y se acercó veloz y burbujante.

Un, dos! De parte a parte le atraviesa
varias veces el vorpalino acero;
y muerto el monstruo izando la cabeza
regresó galofando muy ligero.
¿De verdad al Fablistanon has muerto?
¡Ven que te abrace, niño radioroso!
¡Hurra, hurra! ¡Qué día ristolerto, risoto, carcajante y jubiloso!

Asurraba. Los viscovivos toves
tadralando en las vaparas, ruetaban;
misébiles estaban los borgoves,
mientras los verdos momios bratchilbaban.



Galimatazo
Versión de Jaime de Ojeda, incluida en A través del espejo y lo que Alicia encontró al otro lado, Alianza Editorial, Madrid, 1973.

Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba.
¡Cuidate del Galimatazo, hijo mío!
¡Guárdate de los dientes que trituran
Y de las zarpas que desgarran!
¡Cuidate del pájaro Jubo-Jubo y
que no te agarre el frumioso Magnapresa!

Valiente empuñó el gladio vorpal;
a la hueste manzona acometió sin descanso;
luego, reposóse bajo el árbol del Tántamo
y quedóse sesudo contemplando...
Y así, mientras cavilaba firsuto.
¡¡Hete al Galimatazo, fuego en los ojos,
que surge hedoroso del bosque turgal
y se acerca raudo y borguejeando!!
¡Zis, zas y zas! Una y otra vez
zarandeó tijereteando el gladio vorpal!
Bien muerto dejó al monstruo, y con su testa
¡volvióse triunfante galompando!
¡¿Y hazlo muerto?! ¡¿Al Galimatazo?!
¡Ven a mis brazos, mancebo sonrisor!
¡Qué fragarante día! ¡Jujurujúu! ¡Jay, jay!
Carcajeó, anegado de alegría.
Pero brumeaba ya negro el sol
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas,
mimosos se fruncian los borogobios
mientras el momio rantas necrofaba...
Guirigayero[editar]
Era la asadura y los flexicosos telatirzones
girosquijaban y agujemechitaban en el praban;
Muy endeblerables estaban los zarrapastrojones
y los perdirrutados chanvertes bufisilbondaban.
-¡Ten mucho cuidado con el cruel Guirigay, hijo mío!
¡Las mandíbulas que muerden y las garras que aprisionan!
-¡Ten cuidado con el pájaro Yuyú, que de él no fío;
huye del rifuegraznizante Protestinfernómal!
Tomó su espada flumirante en la mano,
Por mucho tiempo al enemigo buscó...
Y descansó junto al árbol Tumtumgano
y pensando y pensando permaneció.
Mientras pensaba fulente,
aquel Guirigay llameante
vino por el bosque enverte,
¡rugitando hacia adelante!
¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡De plano, de revesa
la flumirante hoja golpeó y cortó!
Dejando al cuerpo muerto, asió la cabeza
y con tal botín guerrero regresó.
-Y, pues, ¿es verdad que has terminado con el Guirigay?
¡Ven a mis brazos entonces, mi bendito hijo de día!
Oh, promifortunoso día, sí... ¡Aleluya! ¡Alelay!
Armonivibró en medio de su trompetizul alegría.
Era la asadura y los flexicosos telatirzones
girosquijaban y agujemechitaban en el praban;
Muy endeblerables estaban los zarrapastrojones
y los perdirrutados chanvertes bufisilbondaban.



Jabberwocky
Versión de Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich. Publicada en Diario de Poesía № 43, Buenos Aires, Argentina, septiembre de 1997.

Asardecía y las pegájiles tovas
giraban y scopaban en las humeturas;
misébiles estaban las lorogolobas,
superrugían las memes cerduras.
¡Con el Jabberwock, hijo mío, ten cuidado!
¡Sus fauces que destrozan, sus garras que apresan!
¡Cuidado con el ave Jubjub, hazte a un lado
si vienen las frumiantes Roburlezas!
Empuñó decidido su espada vorpal,
buscó largo tiempo al monxio enemigo -
Bajo el árbol Tamtam paró a descansar
y allí permanecía pensativo
Y estaba hundido en sus ufosos pensamientos
cuando el Jabberwock con los ojos en llamas
resofló a través del bosque tulguiento:
¡burbrujereando mientras se acercaba!
¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡A diestra y siniestra
la hoja vorpalina silbicortipartió!
Al monxio dejó muerto y con su cabeza en ristre
el joven galofante regresó.
"¡Muchacho bradiante, mataste al Jabberwock!
¡Ven que te abrace! ¡Que día más fragoso
me regalas, hijo! ¡Kalay, kalay, kaló!"
reiqueaba el viejo en su alborozo.
Asardecía y las pegájiles tovas
giraban y scopaban en las humeturas;
misébiles estaban las lorogolobas,
superrugían las memes cerduras.



Jerigóndor
Versión de Francisco Torres Oliver, incluida en Alicia anotada, edición de Martin Gardner. Akal Editor, Madrid, 1984.

Cocillaba el día y las tovas agilimosas
giroscopaban y barrenaban en el larde.
Todos debirables estaban los burgovos,
y silbramaban las alecas rastas.
"¡Cuídate, hijo mío, del Jerigóndor,
que sus dientes muerden y sus garras agarran!
¡Cuídate del pájaro Jubjub, y huye
del frumioso zumbabadanas!"
Echó mano a su espada vorpal;
buscó largo tiempo al manxomo enemigo,
descansó junto al árbol Tumtum,
y permaneció tiempo y tiempo meditando.
Y, estando sumido en irribumdos pensamientos,
surgió, con ojos de fuego,
bafeando, el Jerigóndor del túlgido bosque,
y burbulló al llegar.
¡Zis, zas! ¡Zis, zas! ¡Una y otra vez
tajó y hendió la hoja vorpal!
Cayó sin vida, y con su cabeza,
emprendió galofante su regreso.
"¿Has matado al Jerigóndor?
Ven a mis brazos, sonrillante chiquillo,
¡Ah, frazoso día! ¡Calós! ¡Calay!"
mientras él resorreía de gozo.
Cocillaba el día y las tovas agilimosas
giroscopaban y barrenaban en el larde.
Todos debirables estaban los burgovos,
y silbramaban las alecas rastas.


PHANTASMAGORIA

CANTO I.

The Trystyng.

One wintry night, at half-past nine,
Cold, tired, and cross, and muddy,
I had come home, too late to dine,
And supper, with cigars and wine,
Was waiting in the study.

There was a strangeness in the room,
And something thin and wavy
Was standing near me in the gloom—
I took it for the carpet-broom
Left by that careless slavey.

But presently the thing began
To shudder and to sneeze:
On which I said "Come, come, my man,
That's a most inconsiderate plan—
Less noise there, if you please!"

"I've caught a cold," the thing replies,
"Out there upon the landing—"
I turned to look in some surprise,
And there, before my very eyes,
A little ghost was standing!

He trembled when he caught my eye,
And got behind a chair:
"How came you here," I said, "and why?
I never saw a thing so shy.
Come out! Don't shiver there!"

He said "I'd gladly tell you how,
And also tell you why,
But" (here he gave a little bow)
"You're in so bad a temper now,
You'd think it all a lie.

"And as to being in a fright,
Allow me to remark
That ghosts have just as good a right,
In every way, to fear the light,
As men to fear the dark."

"No plea," said I, "can well excuse
Such cowardice in you:
For ghosts can visit when they choose,
Whereas we humans can't refuse
To grant the interview."

He said "A flutter of alarm
Is not unnatural, is it?
I really feared you meant some harm,
But now I see that you are calm,
Let me explain my visit.

"The last ghost left you on the third—
Since then you've not been haunted:
But, as he never sent us word,
'Twas quite by accident we heard
That any one was wanted.

"A Spectre has first choice, by right,
In filling up a vacancy;
Then Phantom, Goblin, Elf, and Sprite—
If all these fail them, they invite
The nicest Ghoul that they can see.

"The Spectres said the place was low,
And that you kept bad wine:
So, as a Phantom had to go,
And I was first, of course, you know,
I couldn't well decline."

"No doubt," said I, "they settled who
Was fittest to be sent:
Yet still to choose a brat like you
To haunt a man of forty-two,
Was no great compliment."

"I'm not so young, Sir," he replied,
"As you might think—the fact is,
In caverns by the water side,
And other places that I've tried,
I've had a lot of practice.

"But I have never taken yet
A strict domestic part,
And in my flurry I forget
The Five Good Rules of Etiquette
We have to know by heart."

My sympathies were warming fast
Towards the little fellow;
He was so very much aghast
At having found a man at last,
And looked so scared and yellow.

"At least," I said, "I'm glad to find
A ghost is not a dumb thing—
But pray sit down—you'll feel inclined
(If, like myself, you have not dined)
To take a snack of something:

"(Though, certainly, you don't appear
A thing to offer food to);
And then I shall be glad to hear
(If you will say them loud and clear)
The rules that you allude to."

"Thanks! You shall hear them by and by—
This is a piece of luck!"
"What may I offer you?" said I.
"Well, since you are so kind, I'll try
A little bit of duck.

"One slice! And may I ask you for
A little drop more gravy?"
I sat and looked at him in awe,
For certainly I never saw
A thing so white and wavy.

And still he seemed to grow more white,
More vapoury, and wavier—
Seen in the dim and flickering light,
As he proceeded to recite
His 'Maxims of Behaviour.'





CANTO II.

Hys Fyve Rules.

"My First—but don't suppose," he said,
"I'm setting you a riddle—
Is—if your Victim be in bed,
Don't touch the curtain at his head,
But take it in the middle,

"And wave it slowly to and fro,
As if the wind was at it;
And in a minute's time or so
He'll be awake—and this you'll know
By hearing him say 'Drat it!'

"(And here you must on no pretence
Make the first observation:
Wait for the Victim to commence—
No ghost of any common sense
Begins a conversation.)

"If he should say 'How came you here?'
(The way that you began, Sir),
In such a case your course is clear—
'Just as you please, my little dear!'
Or any other answer.

"But if the wretch says nothing more,
You'd best perhaps curtail your
Exertions—go and shake the door,
And then, if he begins to snore,
You'll know the thing's a failure.

"By day, if he should be alone—
At home or on a walk—
You merely give a hollow groan,
To indicate the kind of tone
In which you mean to talk.

"But if you find him with his friends,
The thing is rather harder:
In such a case success depends
On picking up some candle-ends,
Or butter, in the larder.

"With this you make a kind of slide
(It answers best with suet),
On which you must contrive to glide,
And swing yourself from side to side—
One soon learns how to do it.

"The Second tells us what is right
In ceremonious calls:
First burn a blue or crimson light,
(A thing I quite forgot to-night,)
Then scratch the door or walls!"

I said " You'll visit here no more,
If you attempt the Guy:
I'll have no bonfires on my floor—
And, as for scratching at the door,
I'd like to see you try!"

"The Third was written to protect
The interests of the Victim,
And tells us, as I recollect,
To treat him with a grave respect,
And not to contradict him!"

"That's plain," said I, "as Tare and Tret,
To any comprehension:
I only wish some ghosts I've met
Would not so constantly forget
The maxim that you mention."

"Perhaps," he said, "you first transgressed
The laws of hospitality:
You'll mostly come off second-best
When you omit to treat your guest
With proper cordiality.

"If you address a ghost as 'thing,'
Or strike him with a hatchet,
He is permitted by the king
To drop all formal parleying—
And then you're sure to catch it!

"The Fourth prohibits trespassing
Where other ghosts are quartered:
And those convicted of the thing
(Unless when pardoned by the king)
Must instantly be slaughtered."

I said "That rule appears to me
Wanting in common sense—"
"'To slaughter' does not mean," said he,
"'To kill' with us, and that, you see,
Makes a great difference.

"In fact we're simply cut up small,
(Ghosts soon unite anew;)
The process scarcely hurts at all,
Not more than when you're what you call
'Cut up' by a Review.

"The Fifth is one you may prefer
That I should quote entire—
The king must be addressed as 'Sir':
This, from a simple courtier,
Is all the laws require:

"But should you wish to do the thing
With out-and-out politeness,
Accost him as 'My Goblin-King,'
And always use, in answering,
The phrase 'Your Royal Whiteness!'

"I'm getting rather hoarse, I fear,
After so much reciting;
So, if you don't object, my dear,
We'll try a glass of bitter beer—
I think it looks inviting."




CANTO III.

Scarmoges.

"And did you really walk," said I,
"On such a wretched night?
I always fancied ghosts could fly—
If not exactly in the sky,
Yet at a fairish height."

"It's very well," he said, "for kings
To fly above the earth:
But Phantoms often find that wings,
Like many other pleasant things,
Cost more than they are worth.

"Spectres of course are rich, and so
Can buy them from the Elves:
But we prefer to keep below—
They're stupid company, you know,
For any but themselves.

"For, though they claim to be exempt
From pride, they treat a Phantom
As something quite beneath contempt,
(Just as no turkey ever dreamt
Of noticing a bantam)."

"They seem too proud," said I, "to go
To houses such as mine—
Pray how did they contrive to know
So quickly that 'the place was low'
And that I 'kept bad wine'?"

"Inspector Kobold called on you—"
The little ghost began:
Here I broke in; "Inspector who?
Inspecting ghosts is something new:
Explain yourself, my man!"

"His name is Kobold," said my guest,
"One of the Spectre order :
You'll very often see him dressed
In a yellow gown, a crimson vest,
And a night-cap with a border.

"He tried the Brocken business first,
But caught a sort of chill;
So came to England to be nursed,
And here it took the form of thirst,
Which he complains of still.

"The remedy, he says, is port,
(Which he compares to nectar,)
And, as the inns where it is bought
Have always been his chief resort,
We call him the 'Inn-Spectre.'"

I bear as well as any man
The washiest of witticisms;
And nothing could be sweeter than
My temper, till the ghost began
Some most provoking criticisms.

"Cooks need not be indulged in waste,
Yet still you'd better teach them
Dishes should have some sort of taste—
Pray, why are all the cruets placed
Where nobody can reach them?

"That man of yours will never earn
His living as a waiter—
Is that queer thing supposed to burn?
(It's far too dismal a concern
To call a Moderator.)

"The duck was tender, but the peas
Were very much too old:
And just remember, if you please,
The next time you have toasted cheese,
Don't let them send it cold.

"You'd find the bread improved, I think,
By getting better flour:
And have you anything to drink
That looks a little less like ink,
And isn't quite so sour?"

Then, peering round with curious eyes,
He muttered "Goodness gracious!"
And so went on to criticise—
"Your room's an inconvenient size;
It's neither snug nor spacious.

"That narrow window, I expect,
Serves but to let the dusk in—"
I cried "But please to recollect
'Twas fashioned by an architect
Who pinned his faith on Ruskin!"

"I don't care who he was, Sir, or
On whom he pinned his faith!
Constructed by whatever law,
So poor a job I never saw,
As I'm a living Wraith!

"What a re-markable cigar!
How much are they a dozen?"
I growled "No matter what they are!
You're getting as familiar
As if you were my cousin!

"Now that's a thing I will not stand,
And so I tell you flat—"
"Aha! " said he. "We're getting grand!"
(Taking a bottle in his hand,)
"I'll soon arrange for that!"

And here he took a careful aim,
And gaily cried "Here goes!"
I tried to dodge it as it came,
But somehow caught it, all the same,
Exactly on my nose.

And I remember nothing more
That I can clearly fix,
Till I was sitting on the floor,
Repeating "Two and three are four,
But three and two are six."

What really passed I never learned,
Nor guessed: I only know
That, when at last my sense returned,
The lamp, neglected, dimly burned—
The fire was getting low—

Through driving mists I seemed to see
A form of sheet and bone—
And found that he was telling me
The whole of his biography
In a familiar tone.




CANTO IV.
Hys Nouryture.
"Oh, when I was a little ghost,
A merry time had we!
Each seated on his favourite post,
We chumped and chawed the buttered toast
They gave us for our tea."

"That story is in print!" I cried.
"Don't say it's not, because
It's known as well as Bradshaw's Guide!"
(The ghost uneasily replied
He hardly thought it was.)

"It's not in Nursery Rhymes? And yet
I almost think it is—
'Three little ghostesses' were set
'On postesses,' you know, and ate
Their 'buttered toastesses'

"I have the book, so if you doubt it—"
I turned to search the shelf—
"Don't stir!" he cried. "We'll do without it:
I now remember all about it;
I wrote the thing myself.

"It came out in a 'Monthly' or
At least my agent said it did:
Some literary swell, who saw
It, thought it seemed adapted for
The magazine he edited.

"My father was a Brownie, Sir;
My mother was a Fairy.
The notion had occurred to her,
The children would be happier,
If they were taught to vary.

"The notion soon became a craze;
And when it once began, she
Brought us all out in different ways—
One was a Pixy, two were Fays,
Another was a Banshee;

"The Fetch and Kelpie went to school,
And gave a lot of trouble;
Next came a Poltergeist and Ghoul,
And then two Trolls (which broke the rule),
A Goblin, and a Double—

"(If that's a snuff-box on the shelf,"
He added with a yawn,
"I'll take a pinch)—next came an Elf,
And then a Phantom (that's myself),
And last, a Leprechaun.

"One day, some Spectres chanced to call,
Dressed in the usual white:
I stood and watched them in the hall,
And couldn't make them out at all,
They seemed so strange a sight:

"I wondered what on earth they were,
That looked all head and sack;
But mother told me not to stare,
And then she twitched me by the hair,
And punched me in the back.

"Since then I've often wished that I
Had been a Spectre born:
But what's the use?" (He heaved a sigh.)
"They are the ghost-nobility,
And look on us with scorn.

"My phantom-life was soon begun:
When I was barely six,
I went out with an older one—
And just at first I thought it fun,
And went at it like bricks.

"I've haunted dungeons, castles, towers—
Wherever I was sent:
I've often sat and howled for hours,
Drenched to the skin with driving showers,
Upon a battlement.

"It's quite old-fashioned now to groan
When you begin to speak:
This is the newest thing in tone—"
And here, (it chilled me to the bone,)
He gave an awful squeak.

"Perhaps," he added, "to your ear
That sounds an easy thing?
Try it yourself, my little dear!
It took me something like a year,
With constant practising.

"And when you've learned to squeak, my man,
And caught the double sob,
You're pretty much where you began—
Just try and gibber if you can!
That's something like a job!

"I've tried it, and can only say
I'm sure you couldn't do it, e-
ven if you practised night and day,
Unless you have a turn that way,
And natural ingenuity.

"Shakspeare I think it is who treats
Of ghosts, in days of old,
Who 'gibbered in the Roman streets,'
Dressed, if you recollect, in sheets—
They must have found it cold.

"I've often spent ten pounds on stuff,
In dressing as a Double,
But, though it answers as a puff,
It never has effect enough
To make it worth the trouble.

"Long bills soon quenched the little thirst
I had for being funny—
The setting-up is always worst:
Such heaps of things you want at first,
One must be made of money!

"For instance, take a haunted tower,
With skull, cross-bones, and sheet;
Blue lights to burn (say) two an hour,
Condensing lens of extra power,
And set of chains, complete:

"What with the things you have to hire—
The fitting on the robe—
And testing all the coloured fire—
The outfit of itself would tire
The patience of a Job!

"And then they're so fastidious,
The Haunted-House Committee:
I've often known them make a fuss
Because a ghost was French, or Russ,
Or even from the City!

"Some dialects are objected to—
For one, the Irish brogue is:
And then, for all you have to do,
One pound a week they offer you,
And find yourself in Bogies!"





CANTO V.
Byckerment.
"Don't they consult the 'Victims,' though?"
I said. "They should, by rights,
Give them a chance—because, you know,
The tastes of people differ so,
Especially in Sprites."

The Phantom shook his head and smiled:
"Consult them? Not a bit!
'Twould be a job to drive one wild,
To satisfy one single child—
There'd be no end to it!"

"Of course you can't leave children free,"
Said I, "to pick and choose:
But, in the case of men like me,
I think 'Mine Host' might fairly be
Allowed to state his views."

He said "It really wouldn't pay—
Folk are so full of fancies.
We visit for a single day,
And whether then we go, or stay,
Depends on circumstances.

"And, though we don't consult 'Mine Host'
Before the thing's arranged,
Still, if the tenant quits his post,
Or is not a well-mannered ghost,
Then you can have him changed.

"But if the host's a man like you—
I mean a man of sense;
And if the house is not too new—"
"Why, what has that" said I, "to do
With ghosts' convenience?"

"A new house does not suit, you know—
It's such a job to trim it:
But, after twenty years or so,
The wainscotings begin to go,
So twenty is the limit"

'To trim' was not a phrase I could
Remember having heard:
"Perhaps," I said, "you'll be so good
As tell me what is understood
Exactly by that word?"

"It means the loosening all the doors,"
The ghost replied, and laughed:
"It means the drilling holes by scores
In all the skirting-boards and floors,
To make a thorough draught.

"You'll sometimes find that one or two
Are all you really need
To let the wind come whistling through—
But here there'll be a lot to do!"
I faintly gasped "Indeed!

"If I'd been rather later, I'll
Be bound," I added, trying
(Most unsuccessfully) to smile,
"You'd have been busy all this while,
Trimming and beautifying?"

"Why, no," said he;" perhaps I should
Have stayed another minute—
But still no ghost, that's any good,
Without an introduction would
Have ventured to begin it.

"The proper thing, as you were late,
Was certainly to go:
But, with the roads in such a state,
I got the Knight-Mayor's leave to wait
For half an hour or so."

"Who's the Knight-Mayor?" I cried. Instead
Of answering my question,
"Well! If you don't know that," he said,
"Either you never go to bed,
Or you've a grand digestion!

"He goes about and sits on folk
That eat too much at night:
His duties are 'to pinch, and poke,
And squeeze them till they nearly choke.'"
(I said "It serves them right!")

"And folk that stuff on things like these—"
He muttered, "eggs and bacon—
Lobster—and duck—and toasted cheese—
If they don't get an awful squeeze,
I'm very much mistaken!

"He is immensely fat, and so
Well suits the occupation:
In point of fact, if you must know,
We used to call him, years ago,
'The Mayor and Corporation'!

"The day he was elected Mayor
I know that every Sprite meant
To vote for me, but did not dare—
He was so frantic with despair
And furious with excitement.

"When it was over, for a whim,
He ran to tell the king;
And, being the reverse of slim,
A two-mile trot was not for him
A very easy thing.

"So, to reward him for his run,
(As it was baking hot,
And he was over twenty stone,)
The king proceeded, half in fun,
To knight him on the spot."

"'Twas a great liberty to take!"
(I fired up like a rocket.)
"He did it just for punning's sake—
'The man,' says Johnson, 'that would make
A pun, would pick a pocket!"'

"A man," said he, "is not a king."
I argued for a while,
And did my best to prove the thing—
The Phantom merely listening
With a contemptuous smile.

At last, when, breath and patience spent,
I had recourse to smoking—
"Your aim," he said, "is excellent:
But—when you call it argument—
Of course you're only joking?"

Stung by his cold and snaky eye,
I roused myself at length
To say "At least I do defy
The veriest sceptic to deny
That union is strength!"

"That's true enough," said he, "yet stay—"
I listened in all meekness—
"Union is strength, I'm bound to say;
In fact, the thing's as clear as day;
But onions—are a weakness."



PACO MATEOS [18.111]

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Paco Mateos

Paco Mateos. Poeta escritor. Conferenciante. Nació en Lora de Estepa, Sevilla, con la luna en Capricornio en 1953. Descubrió a Bécquer a los catorce y Machado a los dieciséis desde entonces no ha parado de escribir. Paco Mateos es dueño de un lenguaje poético, luminoso y musical con marcadas influencias de los mundos y formas flamencas así como de la tradición andaluza. Pero quizás lo que mejor defina su ya larga y prolija producción poética sea la presencia constante de la poesía amorosa en toda su obra. Paco canta al Amor desde todos los prismas posibles con un lenguaje singularisimo. Paco es autor de los siguientes libros. “Al Sur del corazón. “ “El Alba rumorosa” “Del color de las nubes “ y “Las Cuatro Esquinas del Tiempo.” Ha participado en las Antologías de Humanismo Solidario. Sevilla 2O14 y en el II Encuentro Internacional de Úbeda. 2O15., también en la antología del IV encuentro de Poetas de Sierra Morena, Encuentro de poetas Andaluces de ahora en Moguer y NEcesarias PALabras. Madrid.



AMOR PERDIDO EN EL RECUERDO

Si el tiempo asaltara tu presencia
y una nube velara mi memoria
y no fueras amor, nada mas
que, vacío, niebla, nada
volvería a construirte
tesela a tesela
como un mosaico
hilo a hilo
como un manto
gota a gota
como un vino
piedra a piedra
como una plaza
beso a beso
como un amor
para tener ya siempre
tus ojos frente a frente
y no perderte nunca.

De "El Alba Rumorosa".




LA CALETA 

A Fernando Quiñones.
In Memoriam.


Plata pura
fundida en el azul
resplandeciente mediodía
quietud
lentas barquillas
bailan su canción de sal
antigua
brillo bello
en la negrura honda
de tus ojos
milagrosos espejos
que devuelven
su imagen repetida.
Sumergida en la mar
tiene Cádiz
la llave del paraíso.

En "Del color de Las Nubes."



A TI

Que no daría
hoy por ti
desde la orilla de mis años.
Te daría la noche
y sus desvelos
todas las lunas
en las que te esperé
todas las rosas que besé
te daría las citas fallidas
todo lo que fui
hasta encontrarte
todas las historias
todas las citas de amor
que alumbraron mis ojos.
Todo te lo daría
si existiera algo mas allá
del tiempo de quererte
Así, de esta manera fácil
quemándome
en tu aliento
besando los pétalos rojos
de tus labios
cada vez que amanece
amor mio
Y tus manos levantan
mis párpados
llenando con tu luz
los ríos de mi vida. 

DE “A La Sombra De Abril”



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NANCY MESSIEH [18.112] Poeta de Egipto

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NANCY MESSIEH

Nancy Messieh, fotógrafa y poeta egipcia residente en El Cairo, es autora del libro de poemas en inglés Photographs Never Taken.



Un poema por Tahrir, por Egipto 

esa plaza pública
con nombre de destino e historia
como sabiendo lo que iba a venir
firmes nos quedamos
diciendo, no nos moverán
pintamos poemas en el duro asfalto
reblandecido, empapado de la sangre nuestra

y el mundo miraba.

El mundo miraba mientras nos llamaban
traidores
y en las pantallas de los televisores
de los hogares, cerradas las puertas no fuera
a entrar a la verdad,
los hombres escupían a las cámaras desprecio
y las mujeres chillaban por teléfono
ojos y corazones llenos de rabia
incapaces de entender
que Tahrir era suya, para ellos,
mientras los ojos del gobierno mostraban sólo lo que querían
que viéramos
el sol poniente sobre el Nilo

y todo lo que hacía falta era girar lo mínimo la cabeza a la izquierda
por el rabillo del ojo un vistazo
mostrando la neblina del sol del Cairo entre los gases lacrimógenos,
los hombres a la carga por las calles con sus cuerpos solo
topando con los camiones de policía que los atropellaban.

Los diarios hablaban de disturbios por todo el Mediterráneo
pretendiendo que ese día que había
comenzado en El Cairo
era igual a otro cualquiera.

Pero algo había empezado.

Hombres y mujeres estremecían la tierra
con sus voces.

De norte a sur
caían cuerpos al suelo, dejaban de latir los corazones
pero en Tahrir por ellos mantuvimos alta la cabeza
saliendo de los muros por los que, toda nuestra vida,
caminamos pegados, ocultos en la sombra
de la conformidad y el miedo

abrimos al asesinato nuestros pechos,
abrimos a las piedras nuestros rostros, a las balas nuestros ojos,
nuestras mentes a los molotov que a la cabeza nos lanzaban

y dijimos

no tenemos miedo

porque el miedo a vivir con la cara enterrada
en el suelo de una tierra que no puede ya sentir
era nada, nada comparado con el miedo a morir
sin haber dicho ni una vez

soy libre.

Traducción: Lucas Antón




Um poema por Tahrir, por Egito

essa praça pública
com nome de sino e história
como sabendo o que ia vir
firmes ficamos 
dizindo, nom nos moverám
pintamos poemas no duro asfalto
amolecido, enchoupado da sangue nossa

e o mundo olhava.

O mundo olhava enquanto nos chamavam
traidores
e nos ecrás das televisons
dos fogares, fechadas as portas nom fora
entrar a verdade, 
os homens chuspiam às cámaras desprezo
e as mulheres gritavam por telefone
olhos e coraçons cheios de raiva
incapazes de entender
que Tahrir era sua, para eles,
enquanto os olhos do governo mostravam só o que queriam
que viramos
o sol-por sobre o Nilo

e todo o que fazia falha era girar o mínimo a cabeça e à esquerda
polo cabo do olho enxergar
mostrando a névoa do sol do Cairo entre os gases lacrimógenos,
os homens à carga polas ruas com os seus corpos apenas
topando com os camions da polícia que os atropelam.

Os jornais falavam de brigas por todo o Mediterráneo
 pretendendo que esse dia que começara
no Cairo
era igual a outro qualquer.

Porém algo começara.

Homens e mulheres estremeciam a terra
com as suas vozes.

De norte a sul
caiam corpos ao piso, deixavam de latejar os coraçons
mas em Tahrir por eles mantivemos alta a testa
saindo dos muros polos que, toda a nossa vida,
caminhamos pegados, ocultos na sombra
da conformidade e do medo

abrimos ao assassinato os nossos peitos,
abrimos às pedras os nossos rostos, às balas os nossos olhos, 
as nossas mentes aos molotov que à cabeça nos jogavam

 e dixemos

nom temos medo

porque o medo a viver com a cara soterrada
no chao dumha terra que nom pode já sentir 
era nada, nada comparado com o medo a morrer
sem ter dito nem umha vez 

som livre.

Publicado por Antom Fente Parada 




THERE ARE NO NEW WORDS BUT EVERYTHING 
IS A POEM

There are no new words for
death

in Syria,
where children are dying of
bombs and bullets
and polio,
because disease
is DNA
and a human being with his finger on a trigger.

The family with eight sons in Syria, each with a name of his own
has only two left,
five lost to shelling
one to a paralyzing virus.

The polio came to Syria in the veins of foreign groups
come to fight a war
bringing with them
another battle.

They say the fighting might stop
so they can save lives, prevent an epidemic
so that bombs and bullets
can do the job instead

they’re messy, but far more efficient
than a debilitating disease
that first takes your movement
then your life.

There are no new words for
genocide

because we say
never again
but we really mean
never again for this country
or these people

because Rwanda
because the holocaust
because Armenia
because Palestine

will never be enough
to say
never again

for Syria

where

people are reduced to numbers
in arial, font size 11
to fit in a small box
in a small newspaper
read on the way to work
and forgotten on an empty chair
on a train
thousands of miles away
from

corpses
and shallow graves
and playgrounds made of
bomb shells and napalm

wiping out an entire family’s future
in one strike.

There are no new words
for war

where men smell like
cigarette smoke, desperation
and gunpowder shot from the mouths of people
with no family to go home to

like citrus-lemon catching
in the paper cuts of men and women
filing the numbers
dead

and two years is a lifetime
of counting 115,00 lifetimes,
shorter than they should have been

of counting the millions
whose homes are just houses
or rubble
or tents

and behind closed doors
men argue
about airstrikes and no-fly zones
and sending strong, clear messages
and jostling for power
and boots on the ground
and Iraq, and Afghanistan
and more never agains
and red lines
that fade in the sand
of the wreckage
that was

once

a country

until

there are no new words
for Syria.





WE ARE FILLED WITH PAIN 
AND CRUSHED BONES

We fall under

tanks that do not stop
not for screams of pain, or skin and bone

not for children or babies
old women who cannot run fast enough
to outrun
tonnes of steel

not for men who
had they turned
one degree,
would have seen
death so wide and so forceful
that there was no way to run
and hide

there are wounds that will not go away
broken bones that cannot heal
not when all that they hold
begins to fall out
and spill onto
the ground

not when a tank runs over a live body
and in 5 short seconds
what was once alive is
now
dead

we hope

because their bones
have bent in ways
we did not think possible

have cracked and proven brittle
easy to snap, to crush
like it was nothing.

Like it wasn’t a father who was dying
or a son who’s mother
would scream, hit her face, to feel pain
but feels nothing
nothing

knowing

that a tank
hundreds of thousands of pounds
of weight

fell, angonizingly slow,
covering an entire body
with its wheels.

No, bone should not break
that easily.

Hearts should not feel
cracked
like our chests have caved in
on themslves
and words come out

split in two

part word, part nothing that the human ear
can understand.

No, there are wounds here
that will never
heal

there is resolve here
that cannot be broken

the resolve of men and women
wills written
and ready

saying

we would rather die
for these streets, these cities,
these people

than to live
in ways where

life is worth
a cracked skull
under a heavy tank

and nothing

more.




I KNOW A MONK

I know a monk,

living between Cairo and Alexandria,
who has let go of all earthly possessions
including the name his mother gave him.


He told me the story of how
she phoned him on his Nokia 6600
and told him that she was going to visit

and he told her not to come

because he had let go of all earthly attachments

instead
he prays, draws saints and the Son of God

and sits at an old, beat up computer
and teaches himself

how to use photoshop.




YOU ARE EVERYTHING AND NOTHING 
LIKE MY GRANDMOTHERS

Towards the end, they both wore black only, just like you.

They both wore black for their husbands, men gone long before the women,
one went so fast I did not see him at all.

Helena was your height, wore glasses, tinted, her hair always wrapped tight
in a bun, and its length, I never knew.

Alice was taller but as time passed, her body slipped down,
lower to the ground, her back curving in on itself, unable to support a body,
even as frail as hers.

Helena was quiet, calling our names, she would go through the list
of daughters in the family, before reaching the one she wanted.

Alice commanded attention, even when her eyesight failed
and it meant reaching her bony hand out
and pulling us to her
not sure which grandchild she held onto.

Towards the end, Helena faltered, and went quiet, while my mother and I
were at the other end of the continent.
We were told days later, and I watched my mother
drop the phone, drop to the ground
and become a little girl again.

Towards the end, Alice’s sight and hearing and breathing went
in a hospital bed
surrounded by daughters, sons, grandchildren, great grandchildren,
I among them
hurting for my father, and his tears that would not fall.

I did not know either of them very well
raised far from the arms of two families
each on a different continent
and family for me
only meant a father, mother and sister

Aunts, uncles, cousins, all thousands of miles away
becoming friends and enemies only after my 18th birthday.

But you, standing in the street,
make me ache
for the grandmother

I did not have.






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WARDA AL-YAZIJI [18.113] Poeta de Líbano

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WARDA AL-YAZIJI

(1838 - 1924)   (وردة اليازجي). Fue poeta y profesora, nació en una familia de poetas y eruditos en la aldea de Kafr Shima en el Líbano en 1838. Dos años más tarde, la familia se trasladó a Beirut, donde Warda, comenzó su educación en francés, mientras que su padre le enseñó gramática árabe y las estructuras de la poesía árabe en su casa.

Más tarde enseñó en una escuela local y ayudó a educar a sus hermanos. Se casó con Francisco Shamoun y viveron en Beirut, con sus cinco hijos hasta que en 1899 Shamoun murió y Warda, se trasladó a Alejandría.

Warda, publicó su primera colección de poesía, Hadiqat Al-Ward (El Jardín de las Rosas) en Beirut en 1867. Warda, también escribió artículos sobre temas de mujeres para la revista Al-Diya, fundada en 1898 en El Cairo por su hermano, Ibrahim.



Oh corazón afligido, ¿no te preguntas hasta cuándo
vas a sufrir el aguijón de los avatares del destino?

Calamidades de toda clase se han cernido sobre ti
y ni un solo día pasa sin recuerdos.

¿Acaso Dios te ha hecho invulnerable para que ni las piedras hieran 
tu costado y las desgracias resbalen sobre tu piel desnuda?

La paz sea con el rostro de Jalil, el amado de Dios, y su fuego,
en cuyas entrañas están enterrados para siempre corazón y coraje.






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MAY ZIADEH [18.114]

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May Ziadeh 

(1886-1941) fue una figura central del renacimiento árabe. Nació en Nazaret, Palestina. Entre los años 1912-1916, formó en El Cairo el “Salón literario”, instancia en la que reuniría semanalmente una tertulia con las figuras más grandes del renacimiento cultural árabe de la época, entre ellos, los egipcios Taha Husayn, Ahmed Lutfi Al-Sayed, Mahmud Abbas Al-Aqqad, Ya’qub Sarruf o Ahmed Shawqi, y los libaneses Khalil Mutran o Antoine Gemayel. Estudio filosofía, historia e idiomas. Además del árabe y el francés, que fue el idioma de sus primeros dos libros de poesía, domina a la perfección inglés, alemán, italiano, español, latín, y griego moderno. Publicó más de quince libros, entre poemarios, colecciones de artículos de crítica literaria, traducciones y escritos políticos. Lamentablemente, más que por su trabajo, es conocida por su amor epistolar con el poeta Khalil Gibran, a quien nunca conoció personalmente, ya que éste vivía en Nueva York, y al que ella hizo famoso en los países árabes a través de artículos sobre la obra del poeta en los principales periódicos de Egipto y Líbano.

A May Ziadeh, los árabes la llamaron Ánisa Mayy. Su nombre completo era Marí Bint Iliyas Ziadeh, cristiana nacida en Nazaret en el seno de una familia maronita de madre palestina y padre libanés. En esta ciudad recibió su primera formación hasta que se trasladó, durante su juventud, al Líbano, donde continuó sus estudios en francés, en una escuela católica femenina. A principios de siglo, la familia Ziadeh se instala en Egipto. En la ciudad de El Cairo su padre, Elías Ziadeh, dirige un periódico de cierto prestigio, al-Mahrusa, del que fue fundador. Este será, precisamente, el ámbito en el que la joven poeta comienza a publicar sus versos en francés. La formación de esta mujer políglota la lleva a cursar en la Universidad Egipcia estudios de historia, filosofía y ciencias modernas, graduándose en 1917. Asimismo se interesó por las ciencias coránicas siendo instruida en el Corán por diversos maestros de Al-Azhar. Es necesario destacar que May Ziadeh comenzó su andadura bajo el pseudónimo de Isis Copia, pero en 1911, ella misma traduce al árabe algunos poemas de su primera colección en francés, Fleurs de Reve. 

May se encontraba inmersa en el colectivo de escritores que, por esta época, están contribuyendo activamente a la modernización de la lengua y del pensamiento árabe, no obstante al momento histórico que le tocó vivir se le denomina Nahda. Suele ser habitual traducir la palabra árabe Nahda por «renacimiento cultural». En este contexto el término «renacimiento» no debe ser ni entendido ni relacionado con el amplio movimiento cultural producido en la Europa occidental de los siglos XV y XVI. Por el contrario este es un Renacimiento Cultural propiamente Árabe que tuvo lugar entre los siglos XIX y XX y que, al contrario que el europeo, no vuelve sus ojos al pasado para recuperar una cultura clásica, sino que pone su mirada en el presente y en el futuro con objetivos claros de modernización. Los factores que intervienen para que dicho movimiento cultural o Nahda, que muchos prefieren traducir por «despertar», se ponga en marcha habrá que buscarlos en una combinación histórica de sucesos entre los que contarán sensiblemente el impacto que tuvo en las sociedades árabes la irrupción del proceso colonial del siglo XIX. A este hecho habría que unir la decadencia cultural y política progresiva en la que la civilización árabe había ido cayendo desde el final de la Edad Media. En estas circunstancias, comenzaban a oírse voces de intelectuales que reflexionaban sobre la situación y buscaban nuevos caminos para salir de ella. 

Una de esas vías de cambio será la propia lengua árabe. Algunos autores proclamaban la “caducidad” de una lengua árabe clásica y de unos géneros literarios obsoletos para dar respuestas y cauces de expresión al momento histórico que estaban viviendo y se mostraban partidarios de acometer cambios profundos en esta dirección. Este movimiento, además, compartiría un enraizamiento natural con la Ilustración Europea coetánea. Unido a este proceso de renovación estaba la aparición de la prensa escrita. Una renovada lengua árabe se estaba gestando a golpe de pluma, creando un nuevo instrumento lingüístico en cuya arquitectura intervienen tanto los periodistas como los filólogos, a veces ambas profesiones reunidas en una misma persona. 

En este proceso la prensa tendrá un papel crucial no sólo por la renovación lingüística sino por la inmediatez de la transmisión de nuevas ideas y la construcción de un pensamiento moderno en el ámbito árabe. Será, precisamente este escenario cultural el ideal para amparar todo tipo de innovaciones puesto que las páginas de los recién inaugurados periódicos se abrieron a la poesía, el teatro, la narrativa breve, el ensayo y también a las nuevas ideas que propagaba la Nahda. Entre esas nuevas ideas se encontraba la de la emancipación de la mujer. 

Precisamente May Ziadeh se incorporaba a esa línea de periodista y escritora en la que una prolífica producción abarca diferentes géneros literarios. A esto, debe sumarse el conocimiento profundo que tenía de varias lenguas europeas lo que le permitía incorporar un bagaje ilustrado excepcional a la vez que realizaba una importante labor de traducción pues trasladó al árabe novelas escritas en francés, inglés y alemán. De esta forma, May Ziadeh contribuyó activamente a la modernización de la lengua y del pensamiento árabes del momento. 

Por otra parte, el segmento de años que ocupa la vida de la ánisa Mayy, coincide prácticamente con la de otra autora, mucho más conocida en el mundo occidental. Ésta era Virginia Woolf (1882-1941), cuya obra Una habitación propia (1929) representa uno de los legados más significativos para el movimiento feminista. En ese texto, Virginia Woolf reflexiona sobre la ausencia de las mujeres del ámbito cultural, en concreto del literario, a causa de una interrelación de factores entre los que se encuentran tres importantes carencias: la dependencia económica, la posibilidad de disfrutar de tiempo de ocio y la de un espacio propio que le permita la intimidad suficiente necesaria para acometer la actividad creativa. Esa habitación propia representa, además, la división del espacio en público y privado que procede de la Ilustración, espacios pensados por y para el hombre y donde las mujeres tenían poca capacidad de elección. Es más, eran excluidas de ambos si consideramos que el espacio privado es el territorio donde se puede cultivar el conocimiento de sí mismo. Por lo tanto a ellas lo que les quedaba en realidad, era un tercer espacio, el espacio doméstico. Un lugar físico donde desarrollar la maternidad ausente de los parámetros de intimidad y ocio que caracteriza al espacio privado propio de los hombres. 

Pues bien, May Ziadeh, como otras mujeres de su tiempo, buscó los entresijos que le permitieran “burlar” las estrictas normas sociales de división de espacios y fundó en 1912 uno de los salones literarios más famosos del mundo árabe durante la segunda y tercera década del siglo XX. El salón, diseñado según el ejemplo francés, se convirtió en un lugar de encuentro entre mujeres y hombres pertenecientes al mundo de la literatura. En este salón fue, precisamente, donde May comenzó a ejercer una importante proyección en la obtención de derechos de las mujeres. Si bien ella no editó ninguna revista, sí que aportó su influencia a través de las tertulias organizadas en su salón y de numerosos escritos y discursos que apoyaban la causa de la mujer. Precisamente, entre sus obras destacan la titulada Bahita al-Badiyya, pseudónimo de Malak Hifni Nasif (1886-1918), colaboradora habitual del periódico al-Yarida y autora del libro al-Nisaiyyat (De Mujeres), una recopilación de artículos y ensayos en el que se exponía el ideario feminista. 

Hay que insistir en el papel fundamental que la prensa tuvo en la difusión de dicho ideario entre las mujeres y los hombres de su tiempo, a la vez que el esfuerzo cotidiano por la causa llevado a cabo por mujeres como May Ziadeh, quien, a modo de ejemplo, impartió un discurso en la Universidad de El Cairo en 1919 con motivo del homenaje a Bahita alBadiyya, en el primer aniversario de su fallecimiento. En él, Ziadeh no perdió la ocasión de hacer un elogio tanto de la vida y obra de la homenajeada como del reconocido precursor del movimiento feminista árabe. Nos referimos a Qasim Amin (1865-1908) autor, entre otras, de Tahrir al-mar’a (La liberación de la mujer) en 1899 y al-Mar’a al-yadida (La nueva mujer) en 1901. Ambas obras fueron objeto de grandes debates intelectuales en su momento. 

En el salón de Mayy Ziyada, esa «habitación propia» establecida en medio de la ciudad de El Cairo que fue origen de debates intelectuales de gran calado en la sociedad y la política de su época, por las mismas fechas de su fundación, May comienza una peculiar correspondencia con el conocidísimo autor Khalil Gibran (1883- 1931), quien por entonces habita en Nueva York. Esta correspondencia durará veinte años, hasta la muerte del escritor y a través de ella comenzará una historia de amor escrita entre estos dos destacados autores de la época. Gracias a esta correspondencia se sabe, además, que a la muerte de Elias Ziyada en 1929, Gibran escribe un telegrama de pésame a May porque una enfermedad en su mano le impide ya escribir. 

La pérdida de su padre deja a nuestra ánisa Mayy sumida en una profunda depresión que se verá agravada tras la muerte del propio Gibran dos años después, hasta el punto de que será internada en un hospital psiquiátrico libanés por unos familiares que logran incapacitarla y confiscarle sus propiedades. Esta triste noticia hace que sus amigos de Egipto y Libia se movilicen para tratar de ayudarla y será la prensa libanesa a la que se le deba la incorporación de May a la vida. Publica numerosos trabajos en la revista al-Muqtataf, aunque por poco tiempo pues falleció unos años después sola en su casa de El Cairo. 

En resumen debe observarse la figura de Mayy Ziyada en el contexto del enriquecimiento cultural que el Egipto de su época estaba viviendo, y, en cierta medida, incorporando un importante bagaje que la emigración sirio-libanesa del momento traía consigo. Mayy, junto a otros nombres propios de mujer, formaban parte de un grupo con señas de identidad comunes muy claras: se habían formado en escuelas extranjeras ubicadas en sus respectivos países, la mayoría de ellas eran cristianas, sus familias emigraron escapando del poder otomano, políglotas y activas intelectualmente fundaron periódicos y revistas femeninas, con excepción de May, en Egipto y fueron asiduas columnistas de la prensa diaria. Desde ella se planteaban los debates sociales en torno al tema de la mujer entonando el ideario feminista consiguiendo logros sociales para este colectivo de gran alcance. Además de esto, influyeron en la construcción de un nuevo pensamiento árabe y reformularon la lengua de sus antepasados. Hay algo trágico en la vida de May Ziadeh, además de la falsa acusación de locura que la despojó de su libertad, dinero, de los derechos civiles y arruinó su reputación gracias a su prima, su "mejor amiga". La tragedia y el dolor comenzaron mucho antes de eso, durante los "años dorados" del Salón Literario que había organizado. Esos años se llenaron con un tipo diferente de agonía. Una multitud halagadora apenas alivió su soledad. Una mujer inteligente y extremadamente sensible, May fue consciente, con amargura, de la indiferencia hacia su obra. Estaba rodeada de gente que admiraban su belleza, pero no sus logros, y su alabanza en la conversación no podía ocultar la subestimación de su trabajo. Abbas Mahmud al-Aqaad fue ejemplo de ello. Escribió acerca de su elegancia y belleza, sin embargo, pasó por alto su importancia en el movimiento literario. Al-Aqaad escribió: "Se dio la vuelta al mundo entero en una sala de recepción donde la belleza no se altera por nada, o tal vez es su aspecto el que se asemeja a un hermoso museo lleno de buen gusto". Elogió la capacidad de May para diseñar y organizar sus veladas "como si fuera un diseñador de interiores". Sin embargo, sólo se puede encontrar en sus escritos sobre ella apenas una "alabanza" débil por sus habilidades literarias: "Lees los escritos de la señorita May y no encuentras nada que te ofenda"¿Es ésta la alabanza o la condena? Y añadió: "La gente puede tener diferentes opiniones con respecto a estilos de escritura o formas de pensar o de expresión; cada escritor está sujeto a diferentes revisiones críticas. Sin embargo, las opiniones divergentes deben estar de acuerdo de que May, la persona sensible que hay detrás de la escritora y pensadora, merece respeto”. La negativa de Al-Aqaad a considerar sus obras puede ser interpretada no sólo como una renuncia a May, sino a no admitir que las mujeres puedan ser escritoras capaces de elevarse a la altura de los hombres. May Ziadeh sufría la incomprensión y la falta de apreciación en los buenos tiempos de su salón literario, incluso en las manos de algunos de los que se beneficiaron del impulso que ella les brindaba. Era considerada un "adorno intelectual", en una época en que los escritores no se distinguían de los funcionarios. Mai, la señora del Salón, fue entendiendo de manera gradual y dolorosa que el afecto falso y los elogios superficiales son mucho peores que la enemistad. Muchos ‘intelectuales’ hombres, como al-Aqaab, estaban confundidos ante el excelente trabajo de May y de otras muchas mujeres como ella. Mas, a pesar de tantos obstáculos, el talento creativo y su presencia femenina ha trascendido las barreras de género para llegar a la humanidad. La subestimación de Ziadeh persistió en trabajos críticos, incluso después de su muerte. Sólo trascendía lo contingente a su relación amorosa, platónica, con Gibran. El aislamiento emocional de May la llevó a huir de la atmósfera sofocante de sus admiradores en el mundo de la literatura. Ella se unió a Kahlil Gibran a través de la lectura de sus obras literarias, lo que la llevó a enamorarse de un hombre al que nunca conoció. Deseaba alejarse de aquellos hipócritas, ambivalentes acerca de su capacidad intelectual y creativa, de los que la trataban como a una delicada mujer, y de los que olvidaron que ella no era una muñeca. May buscó una relación en la que fue reconocida como una "artista a la par", y como un ser humano en busca de inspiración y de verdadera amistad. Estudios modernos inciden en la explicación de la clase de emociones dolorosas y secretas que, consciente o inconscientemente causaron cicatrices en May y la condujeron a su temprana muerte. Ahora reconocemos la muerte emocional que se manifiesta cuando una persona descubre la brecha entre ella y aquellos a los que ama y odia al mismo tiempo. La situación de May era particularmente desesperada, pues no logró llenar este vacío a través del amor, la maternidad o el arte, mientras que la muerte de sus seres queridos y la traición de los amigos conspiraron en su contra. Algunos críticos y lectores de ahora aprecian el dolor experimentado por May y están consternados de leer críticas que especulaban sobre su vida y estado mental, pero desatendieron su arte y su contribución literaria. Algunas se abrieron paso en los artículos escritos, incluso después de su muerte. Jihan Ghazawi Awni condenó estas cuentas en una carta que envió a la fallecido novelista Samira Azzam, publicada más tarde en un libro de Emily Faris. Jihan escribó: "La acusaron de ser lesbiana, y afirmó que ella nunca hizo el amor con nadie, ni siquiera con Gibran. Otros la acusaron de frialdad y falta de emociones, así como de perversión sexual. Otros afirmaban que era extremadamente débil y pesimista, en la medida en que perdió el control cuando fueron robadas sus cartas a Gibran. Ninguno de sus críticos intentó estudiar a May por lo que ella escribió. "En esta carta, Awni hacía hincapié en que ninguno de los rumores sobre May "reflejan la verdad sobre ella". Uno siente el desprecio por el trabajo de May entre las líneas de la alabanza falsa de quienes la juzgaron como un fenómeno social, más que literario. ¿No eran la mayor parte de los críticos menos creativos y demostraron menos talento que ella? ¿No eran varones los "gallos" del gallinero literario de su época? May fue una escritora con más talento, más educada y con más conocimientos de lenguas extranjeras y tendencias literarias internacionales que la mayoría de los que "disertaron" en sus escritos y describieron su literatura como femenina y mero material de consumo. Haciendo justicia a May, se está haciendo justicia a todas las mujeres escritoras, un paso que podría constituir un punto de partida en la crítica "masculina” árabe y, también, mundial. Esta tarea ya la han comenzado algunos críticos contemporáneos, que se han separado de la evaluación de los libros como si fueran parteras para describir los recién nacidos en función del sexo de su autor, hombre o mujer. Las obras de May se han oscurecido con "polvo" y fueron abandonados o sometidos a la ambivalencia y la hipocresía. Ahora, los críticos están dejando a un lado el polvo, el descubrimiento de sus escritos, para rescatarlos desde el reino del abandono para su estudio y análisis. Investigadores como Salma al-Haffar al-Kuzbari han rescatado la verdadera biografía de May del daño sufrido a través de los años. El arte verdadero y excepcional de Mai fue indiscutiblemente ensombrecida por los mitos que circulaban sobre su vida. Cuando leemos sus obras, se nos recuerda que es posible para aquellos que murieron, renacer para influir en nuestras vidas y crear simpatía en nuestros corazones. También hay entre los muertos quienes merecen ser olvidados. Sin embargo, nos beneficiamos de recordar a May Ziadeh. Sus contribuciones deben ser revividas y sus obras, largamente descuidadas, deben ser sacadas a la luz. La escena que más duele en la vida de Mai Ziadeh es la de su último discurso en la Universidad Americana de Beirut, el primero de su breve era "post-locura", poco después de ser liberada del sanatorio. Se puso de pie en la tribuna, con el pelo completamente blanco, una figura solitaria en medio de la angustia. Era como si estuviera exigiendo sus derechos, exigiendo el respeto como todos los hombres de edad avanzada, pero carecía de los rasgos tradicionales que tenían las mujeres de su edad no era esposa ni viuda, ni madre ni abuela. May no se tiñó el pelo ese día y parecía aún más blanco en su soledad. Ella hubiera querido desafiar a todos, para mostrarles su verdadero yo, y para mostrar el dolor que destruyó su corazón. May Ziadeh murió con el corazón roto. Fue una pensadora sin igual entre los hombres. Estaba llena de entusiasmo por la ilustración, el desarrollo y el conocimiento en un momento "virilidad literaria" en el que prevalecía la dominación masculina. Era una artista armada con un tesoro de conocimiento. El apodo de "Novia de la Literatura " resume su sufrimiento a manos de los críticos de su tiempo. El novelista Yousuf Idriss, por ejemplo, aunque muy guapo, no fue bautizado con el apodo de "Novio de la Literatura Masculina". ¿Por qué la feminidad de May menudo se interponía entre ella y su obra? ¿Por qué la mirada de May y el encanto de su presencia se oponen a un estudio objetivo de sus escritos hasta muchos años después de su muerte? ¿Por qué el poeta de su Salon Literario Ismail Sabri alababa sólo su belleza física y ninguno de sus poemas? Él dijo: "Si no deleito mis ojos con May, voy a negar su mañana, oh Martes". Este poeta no escribe acerca de su intelecto, pero escribe como si fuera solamente la dueña de un salón literario en lugar de una escritora. May dijo: "Espero que después de mi muerte alguien me hará justicia". Hoy podemos ver una nueva generación de investigadores que hacen con su trabajo la justicia que se merece de verdad. Restituirán a May sus derechos y tomarán nota de su conocimiento de grandes figuras intelectuales como Bergson, Spencer, Abikouros, Nietzsche, Emerson, Schopenhauer, Darwin, Hobbes, y muchos más, además de las diversas escuelas filosóficas y políticas que eran desconocidos para la mayoría de quienes visitaron su salón literario.

Es prueba de conciencia no discriminar a las mujeres escritoras en función de su sexo.


Ojos

En todas las caras hay ojos que son amuletos de ébano y de plata, 
que son agua que brota de las pestañas, orillas de lagos rodeados de álamos. 

Ojos, ¿no te sorprenden los ojos? 

Los sueños y los ojos grises, 
ojos azules de mil tonos, 
ojos de color ámbar y dulces, 
la seducción de los ojos claros, 
la fuerza y ​​la dulzura de los oscuros. 

Todos los ojos, 
tan claros como el cielo, 
tan profundos como el océano 
o inmensos espejismos como el desierto 

Los que atraen los sentidos en el reino etéreo donde todo es belleza, 
ojos cruzados por nubes llenas de relámpagos y de lluvia. 

Aquellos que miran hacia otro lado sólo para conocer algo nuevo, 
semillas de belleza, 
ojos entornados y redondos, ojos almendrados y rasgados, 
hundidos en sus órbitas de tanto mirar, 

Aquellos que, perezosos, giran lentamente, 
o en los que los párpados se posan leves, 
como una bandada de pájaros blancos 
que planean sobre los lagos del norte. 

De otros ojos manan rayos de fuego verde, 
como alcayatas que atraen al corazón que aguarda. 

Y otros, y otros más ... 

¡Ojos sensibles, 
ojos pensativos, 
ojos que miran hacia adelante, 
ojos que cantan, 
que se arman de odio y de ira 
o que son abismos llenos de misterios! 

Los ojos y sus secretos. 

Ojos que esconden pensamientos íntimos o que los revelan. 

Ojos agobiados por un velo de apatía, 
de pupilas dilatadas por el amor, o contraídas por el odio. 

Ojos que incesantemente preguntan "¿quién eres?" 
y vuelven a preguntar tras cada respuesta. 

Ojos que en un instante deciden "tú eres mi esclavo" 
o que imploran "tengo que sufrir, ¿quién me va a torturar?" 

Ojos que dicen "quiero oprimir, ¿dónde está mi víctima?" 

Ojos que sonríen y que suplican. 

Ojos en los que brillan la magia de la oración y el éxtasis de quien reza. 

Ojos que investigan todos los secretos y preguntan "¿no me conoces?" 

Ojos que alternan preguntas y tentaciones, negaciones y afirmaciones. 

Los ojos, los ojos, ¿no te asustan sus ojos? 

Y tú, ¿cuál es el color de tus ojos, qué expresan, 
apelan a lo visible o a lo invisible? 

Acércate hasta el espejo 

Mira tus talismanes encantados, ¿los habías estudiado antes de ahora? 

Obsérvalos en el fondo de su abismo, encontrarás el deseo de saber. 

Espían el ritmo de la creación, rastrean el movimiento eterno de las estrellas 
y en el abismo más profundo verás cada lugar, cada rostro, cada cosa ... 

Y si quieres conocerme, o entender lo desconocido, 
observa tus pupilas, 
tus ojos me van a encontrar en ellos mismos. 

A pesar de sí mismos. 




À Mademoiselle C. 

Vos yeux si beaux, chère belle,
Que leur regard est torturant;
Votre nom je l'aime et l'épelle
Votre nom de flot murmurant.

Je suis brune et vous êtes blonde,
Ce contraste est délicieux,
Un peu des profondeurs de l'onde
Se mêle à l'azuré des cieux.

Car je suis la Nuit, vous le Jour,
Un Jour rose et bleu qui scintille;
Moi, le lac; vous, l’astre qui brille;
Vous, le rêve et moi... moi l'amour.

(May Ziadeh, Fleurs de Rêve, 1910, sous le pseudonyme d'Isis Copia)



Avis 

Mon histoire est un peu géographique.

J'étais en pension La ville nostalgique

Que baigne l'Océan vous tous la connaissez;
Ses sables sont toujours par les flots caressés...
Et c'est Beyrouth... Beyrouth la porte de Syrie,
Dont l'azur est riant et la rive fleurie.

Et c'était l'examen qu'on dit semestriel.
Notre examinateur, un excellent mortel,
Avait mis de côté tout intérêt de science
Et n'agissait qu'avec une extrême indulgence;
Devant lui l'élève à l'autre se succédait,
Écoutait tous ses mots, pensait, y répondait.

Arrivait le beau tour d'une enfant. Fort à l'aise
En face d'un dessin de la terre Française,
Elle attendait un geste, un mot, une question.
"Où sont les Alpes ?" dit-il d'un aimable ton.
Le doigt fier, esquissant un fort immense geste,
D'une voix qui voudrait être toute céleste
Elle répondit...
"Les Alpes sont dans la mer Méditerranée !"

(May Ziadeh, Fleurs de Rêve, 1910, sous le pseudonyme d'Isis Copia)




Lacrymosa 

J'ai caressé ma lyre avec mes mains lassées
Et j'ai gravi la côte où j'ai souvent marché,
Et j'ai baisé les fleurs des branches enlacées,
Et j'ai suivi mon rêve, allant au but cherché.

Le coeur battant à coups précipités, dans l'ombre;
Un seul désir dans l'âme, une larme à mon cil,
Voyant le ciel trop noir et la cité trop sombre,
Je t'ai suivi, mon rêve angoissant et subtil!
… Suivre son rêve, aller quand le sort vous appelle,
Au crépuscule tendre errer seul et pensif,
Et regarder le ciel quand le chagrin rebelle
A meurtri le Coeur pur sanglote, passif…
…Le ciel est noir, mais quelque chose,
Un point à reflets chatouillants,
Un semblant de prunelle rose,
Un astre aux feux doux, ondoyants…
Ainsi que l'étoile, naguère,
Bethlehem aux Mages montrant,
L'astre qui me guide m'attend
À la porte du cimetière.

Enfant depuis longtemps parti,
Ô frère devenu bel ange,
Pardonne à ma voix, mon petit,
Ma triste voix qui te dérange!
Que ta forme, sans s'attarder,
Reprenne la robe éphémère 
De son enfance et de sa terre
Et vienne un peu me regarder !

Te souvient-il de notre enfance ?
Toi vieux de quelques mois, Mimi;
Moi, fière de mon importance,
J'avais bien deux ans et demi;
Nous dormions souvent côte à côte
Amusés de nos entretiens 
Composés de rire et de riens,
À voir une mouche qui saute;

Parfois nous nous battions bien fort,
Et tu mordais ma main osée
Qui touchait ta ceinture d'or
Sur ton cher berceau déposée;
Et moi je mordais à mon tour 
Ton doigt, ta main, ton bras, ta joue,
Et tu te sentais bien, avoue !
Essoufflé de ma rude cour.

Alors, conciliant comme un homme,
Ton bras s'étendait, appelant;
Et tu saisissais mon corps, comme
Une mère apaise un enfant;
Tu suçais ma lèvre sévère,
Et moi sur le bout de ton nez
Je posais mes doigts consternés
D'avoir ainsi blessé mon frère.
Puis vint un beau jour de printemps
Mais son rayon semblait livide,
Et depuis déjà bien longtemps
Je pleurais sur le berceau vide
Quand, craintive, j'ai vu s'ouvrir
Un étrange écrin blanc et rose
Où l'on a couché quelque chose…
Et les échos semblaient gémir !

Depuis ont passé des années;
J'ai grandi, souffert, embelli,
Et de mes amours raffinées
Le plus cher dort enseveli !
Souvent le doux appel de frère 
A brûlé ma lèvre et mon coeur…
Ah! Trop cruelle est la douleur
Qui remplit nos jours sur la terre!

Ô mon frère, ô mon frère mort,
Rien ne frissonne dans ta cendre !
Ne sens-tu rien de doux et fort
Sur tout ce qui fut toi descendre… ?
Car ta soeur vient pour te chanter
De nos berceuses orientales,
Nocturnes lentes, automnales…
Ne pourrais-tu les répéter… ?

Les morts oublient-ils les romances
Qu'ils ont appris à bégayer,
Et leurs compagnons de souffrances,
Et tous leurs efforts d'essayer… ?
Et de leur langue maternelle
Oublient-ils les si chers accents,
Et les visions d'attraits puissants
Du pays, des campagnes belles… ?

Ah! Dans mes bras, forme d'amour
Qui doucement sur moi te penches,
Viens! Reçois et donne en retour
Le baiser d'un coeur qui s'épanche !
Il est las, aigri, chagriné
De voir le vie un long mensonge;
Frère, viens le baiser en songe !

….Des pleurs sur mon front incliné…

(May Ziadeh, Fleurs de Rêve, 1910, sous le pseudonyme d'Isis Copia)



May Ziadeh "occhi"

Il viso ha pupille come amuleti d’ebano e argento
Acque da ciglia sgorganti, sponda di laghi cinta di pioppi
Gli occhi, non provi sgomento per gli occhi?
I sogni e i grigi occhi,
gli occhi blu dalle mille sfumature
gli occhi ambrati e dolci
la seduzione degli occhi chiari
la forza e la dolcezza degli occhi scuri.
Tutti gli occhi,
quelli chiari come il cielo
o profondi come l’oceano
o vasti e illusori come il deserto
quelli che portano i sensi nell’etereo regno dove tutto è bellezza
gli occhi percorsi da nubi piene di lampi e pioggia
quelli da cui distogli lo sguardo solo per cercare un neo,
chicco di bellezza
occhi vicini e tondi, occhi a mandorla e allungati,
infossati nelle orbite per aver troppo scrutato
quelli che, pigri, lentamente si volgono
quelli dalla palpebra superioreche lieve si posa,
come stormo di candidi uccelli
plana sui laghi del nord
altri occhi emanano raggi di fiamma verde,
come uncini attraggono il cuore che guarda
ed altri, ed altri ancora…
occhi sensibili
occhi pensierosi
occhi lieti
occhi che cantano
che armano odio e ira
che sono voragini di misteri!
Gli occhi e i loro segreti
Occhi celano pensieri, o li svelano
Occhi appesantiti dal velo dell’apatia
dalle pupille dilatate d’amore, e contratte d’odio
Occhi chiedono incessanti "chi sei" e
tornano a chiederlo ad ogni tua risposta
occhi che decidono in un lampo "tu sei mio schiavo"
o che implorano "ho bisogno di soffrire, chi saprà torturarmi?"
occhi che dicono "voglio opprimere, dov’è la mia vittima?"
occhi che sorridono e supplicano
occhi in cui risplende l’incanto della preghiera e l’estasi dell’orante
occhi che indagano nei tuoi segreti e chiedono "non mi conosci?"
occhi che alternano domande e seduzioni, dinieghi e affermazioni.
Gli occhi, gli occhi, non ti sgomentano, gli occhi?
E tu, qual è il colore dei tuoi occhi, cosa esprimono,
a quale visibile o invisibile si rivolgono?
Vai allo specchio
guarda i tuoi talismani incantati, li avevi mai studiati prima d’ora?
Osservali in fondo al loro abisso, troverai la voglia di sapere,
che spia il movimento del creato, e degli astri insegue l’eterno moto
e nell’abisso più profondo vedrai ogni luogo, ogni viso, ogni cosa…
E se vorrai conoscere me, l’ignoto, scruta le tue pupille,
il tuo sguardo mi troverà in se stesso, tuo malgrado.



Khalil Gibran y May Ziadeh

Gibrán Jalil Gibrán nació en Bisharri, Libano, el 6 de enero de 1883. Su familia lo llevó siendo niño a los Estados Unidos de América. Allí escribió sus obras más famosas en inglés. De entre ellas, "El profeta" es el libro que más se ha difundido y vendido después de la Biblia.

Estas, sus "Cartas de amor" a Mayy Ziyadeh -la amada que nunca vió personalmente- muestran la intensidad de un amor que supo borrar la frontera que separa la real de lo imaginario.

El hecho de que jamás llegaron a encontrarse es algo que llama la atención, y lleva a pensar que la lejanía de la amada fue el fuego que alimentó de continuo la obra universal del artista, dando lugar a sus mejores creaciones. Como él mismo afirma en una de sus cartas: "El amigo ausente puede estar más próximo y cercano que el amigo presente, ¿no es el monte más impresionante y de más clara apariencia para el que marcha por la llanura que para el que vive en él?

Cuando Gibran publica en 1912 su novela “Alas rotas”, May le envía una primera carta, haciéndole llegar su admiración por el libro. Él se apresura a contestar y así se inicia una correspondencia que durará casi 20 años, hasta el final de la vida del poeta.


Fragmentos de Cartas de Amor de Khalil Gibran a su Amada May.

Las cosas profundas no han cambiado:
el sentimiento y la pasión del primer encuentro,
todo eso permanece y seguirá igual para siempre.
Te amaré toda la eternidad, como ya te amaba
mucho antes de verte por primera vez; a esto lo llamo Destino.

Nada nos separará; ni tú ni yo podemos cambiar esta relación.
Quiero que recuerdes, hasta el fin de tus días,
que eres la persona más importante de mi mundo.

Aunque te casaras siete veces con siete hombres distintos,
todo permanecería igual en mi corazón.




10 de Mayo,1916
Querida May:

Te envío una parábola que terminé. He escrito poco, y solamente en árabe. Pero me gustaría oír tus correcciones y sugerencias sobre este trecho.

En la sombra de un templo, mi amigo señaló a un ciego.
Mi amigo dijo: "Este hombre es un sabio".
Nos aproximamos y pregunté: ¿Desde cuando es usted ciego?
Desde que nací"
Yo soy astrónomo, comenté. Yo también respondió el ciego.
Y, colocando la mano sobre su pecho, dijo:
Paso la vida observando los muchos soles y estrellas que se mueven dentro de mí".




25 de Julio, 1919

Desde que le escribí hasta ahora, la he tenido presente. He pasado largas horas pensando en usted, hablándole, interrogando sus misterios e informándome sobre sus secretos. Y es asombroso que, frecuentemente, haya sentido la presencia de su esencia etérea en este despacho espiando mis movimientos, dirigiéndose a mí, rodeándome, manifestando su opinión sobre mi conducta y mis actos.

Una vez me dijo:
“¿No se da entre las mentes una conversación y no se produce un intercambio entre las ideas, que la aprehensión sensorial no puede efectuar?”.
Últimamente se me hace patente la existencia de un vínculo intelectual sutil, vigoroso, extraño, cuya naturaleza e influjo difieren de los de cualquier otro, pues es más intenso, sólido y permanente; no comparable a los lazos de la sangre, biológicos o morales. Ni uno solo de los hilos de este lazo está tejido por los días y las noches que pasan entre la cuna y la tumba, pues puede darse entre dos a los que ni el pasado ni el presente han reunido y a los que quizá ni el futuro reunirá.

En este vínculo, May, guarda el alma un oculto entendimiento mutuo, algo así como una profunda canción tranquila que oímos en la calma de la noche y que nos traslada más allá del día, del tiempo, de la eternidad...

“Si amas a alguien, déjalo ir,
porque si regresa siempre fue tuyo.
Y si no, nunca lo fue.”
Khalil Gibran.





ISIDORO CAPDEPÓN FERNÁNDEZ [18.115]

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Poemas de Isidoro Capdepón Fernández: Antología "Modelna" ; Colección de canciones populares antiguas García Lorca, Federico.  Literatura española. Poesía lírica. Siglo XX.  RBA. 1998. 22 cm. 158 p. Encuadernación en tapa dura de editorial. Colección 'Obras completas / Federico García Lorca', 7. García Lorca, Federico 1898-1936. Poesía. Miguel García-Posada, introducción, prólogo y notas. García-Posada, Miguel. 1944-2012. Antología "Modelna". Colección de canciones populares antiguas. 1998. 


Isidoro Capdepón Fernández

Granada, 1918 - 1928.

Isidoro Capdepón, participó en la tertulia del Rinconcillo, en la que estaban Federico García Lorca, su hermano, o Vicente Mora Guarnido, en torno a 1918. Su poesía era rancia, anodina, llena de tópicos, con versos engominados y relamidos. Eso sí, técnicamente perfectos.


La extraordinaria vida de Isidoro Capdepón Fernández

Isidoro Capdepón Fernández retorna a su ciudad. Sean estas líneas, mal hilvanadas como nuestras, la expresión de nuestra admiración más sincera, y sirvan al par de saludo al ilustre vate que regresa de Guatemala lleno de lauros y de gloria. 

Capdepón, es de todos bien conocido, granadino amantísimo de su ciudad, no ha despreciado nunca la menor ocasión de cantarla en brillantes estrofas llenas de la arrebatada inspiración que colocólo a la cabeza de los poetas de su tiempo. A la edad de veinte años marchó a la América fecunda apremiado por una apuradísima situación económica. Fue la vida dura para él, pero la realidad no logró mustiar aquella fragancia que se desbordo especialmente en un libra titulado "Auras guatemaltecas", en las que ya se acusa su característica manera, conocida en lengua castellana con el nombre de capdeponismo.

Logró influir en toda la poesía americana y [en] un fuerte núcleo de poetas españoles.

Su vida está admirablemente narrada en varios libros y en articulos de José Mora Guarnido, Melchor Fernández Almagro, Antonio Espina García y Eugenio d'Ors. El año de 1919, si la memoria no nos es infiel, fue proclamado por unanimidad Académico de la Real Academia de la Lengua para ocupar la vacante del insigne y tierno poeta don José Selgas que no se había ocupado por no encontrar digno sucesor.


Los rinconcillistas

La reina de las tertulias tanto por la altura intelectual de sus componentes y su trascendencia allende las fronteras granadinas fue la de El Rinconcillo, que se desarrollaba en el Café Alameda, que estaba en la Plaza del Campillo, en una casa que hoy se encontraría junto al restaurante Chikito. Mora Guarnido describe el ambiente de aquel lugar en el libro 'Federico García Lorca y su mundo'. Se denominó de tal manera debido a que sus miembros se situaban al fondo del café, detrás de un pequeño tablado donde actuaba un quinteto musical, en un rincón que bien podría acoger a dos o tres mesas. 

El personaje dinamizador, como se diría en la actualidad, de aquellas reuniones era Francisco Soriano Lapresa, un hombre leído y provocador de la 'carcundia', que abastecía a los jóvenes de literatura rusa y de lo último de la música europea contemporánea. Al grupo, además de los hermanos Federico y Francisco García Lorca, se sumaba Melchor Fernández Almagro, Antonio Gallego Burín, Miguel Pizarro Zambrano, el filólogo José Fernández-Montesinos, José María García Carrillo, Fernando de los Ríos, el arabista José Navarro Pardo, Manuel Ángeles Ortiz, Ismael González de la Serna, Hermenegildo Lanz, Juan Cristóbal, Ramón Pérez Roda, Luis Mariscal, Ángel Barrios y un jovencísimo Andrés Segovia. El compositor Manuel de Falla también frecuentó aquellos encuentros, aunque en muy pocas ocasiones porque era un maniático de los ruidos. Otro de los más veteranos de aquel jovencísimo grupo era el socialista Fernando de los Ríos, quien fuera ministro de Justicia e Instrucción Pública, y una especie de tutor de los hermanos García Lorca. 

Fruto de esta tertulia es la creación de un poeta apócrifo, Isidoro Capdepón Fernández, cuyos textos se atribuyen a Lorca; y los primeros dibujos que de él se conocen. Los 'rinconcillistas' hicieron recibimientos 'apócrifos' a Capdepón, un poeta llegado de las 'Américas' y que venía a representar toda aquella poética que denostaban los jóvenes vanguardistas granadinos. 

La tertulia acogió la llegada de personajes tan variopintos como Wels, Rudyard Kipling, Rubistein y Wanda Landovska. Entre los rinconcillistas visitantes se encontraba Nakayama Koichi, alias 'Nakita', 'Torero de Emoción', tal y como rezaban sus tarjetas de visita, y es que era un gran aficionado a los toros. Uno de los personajes escasamente mencionados era el camarero que atendía al rincón, Navarrico, quien había servido en los barcos de la Compañía Transatlántica y decía: «Yo sé llamar hijo de puta a una persona en cincuenta lenguas». Era parecido a la imagen del bufón 'Don Antonio el inglés', de Velázquez. Cuando los 'rinconcillistas' se la mostraron dijo: «Soy yo 'pintao', pero el malángel que lo hizo me pudo poner en un traje decente y no esas ropas de payaso».

Los poemas de Isidoro Capdepón Fernández  

San Nicolás

Sobre el cerro gentil de la Chumbera, 
frente a la ingente mole plateada, 
altiva y colosal Sierra Nevada, 
una iglesia se yergue placentera.

Su Santo Nicolás allí venera 
la sublime piedad de mi Granada, 
y lo van a adorar santa manada, 
desde el rico que goza, a la cabrera.

¡Oh Santo Nicolás! Hasta el lejano 
monte de Guatmozín llegan los ecos 
del pensil granadino que te adora:

aquí los oye un español cristiano 
que, rodeado de guatemaltecos, 
piensa, gime, suspira, reza y llora.


Soneto al eximio arquitecto Palacios, autor del portentoso edificio del Círculo de Bellas Artes (Madrid), que tiene la admirable propiedad de mantenerse todo sobre una pequeña columna

¡Oh, qué bello edificio! ¡Qué portento!
¡Qué grandeza! ¡Qué estilo! ¡Qué armonía!
¡Qué masa de blancura al firmamento 
para hacer competencia con el día!

La ciencia con el arte aquí se alía 
en tanta perfección, según yo siento,
que en aqueste soneto sólo intento 
a mil enhorabuenas dar la mía.

En Guatemala existe un edificio
de menor importancia en mi concepto,
y no obstante tuvieron el buen juicio

de nombrar general al arquitecto.
Mas en Madrid yo no he encontrado indicio
de que piensen honrar a tu intelecto.

Ya lo sabes, Palacios, ¡gran patricio!, 
que a Babilonia antigua has resurrecto.



[Lamento por la decadencia de las artes]
Fragmento

¿Dónde están las febrífugas canciones 
y los sonetos de pujante brío 
que encadenando el estro a su albedrío 
arrebataban nuestros corazones?

¿En dónde los poetas verdaderos? 
¿Adónde la pureza de la lira
donde el alma de amor triste delira 
entre una apoteosis de luceros?

Todo murió. Llorad con desconsuelo. 
Derramad vuestras lágrimas ardientes 
e inclinad silenciosos vuestras frentes, 
la vista fija en el desierto suelo.

En su estertor la lira agonizante 
el ambiente llenó de imprecaciones. 
Ya no cantan, valientes cual leones, 
Lucrecio, Herrera, Campoamor y el Dante.

Por doquier yace roto el sentimiento, 
no queda del pasado apenas nada, 
Euterpe se retira avergonzada 
y ni el valle recoge su lamento.

Se acabaron las musas, los amores, 
los artistas, las artes, los poetas, 
ya no suenan las épicas trompetas 
y el mundo se quedo sin ruisenores.



Granada como sultana

Granada, bello pensil, 
pebetero singular, 
que esparces aromas mil 
por las aguas del Genii 
adonde voy a llorar.

Ciudad de los torreones 
y de las puestas de sol 
cuando entre Bellas canciones 
engalanada te pones 
de púrpura y arrebol.

Como la plata brillante 
que cubre el Muley Hacén, 
es Granada tu semblante 
mucho mejor que el diamante 
purísimo del Edén..

Más que el claror de la luna 
en noche de primavera, 
mucho más que el palor de una 
mano romántica y bruna 
que en mi frente se pusiera.

Tanto me gustas, Granada, 
tan prendado estoy de ti, 
que yo ya no encuentro nada 
que complazca mi mirada, 
Granada, desque te vi.

¡Oh sultana transparente 
de mármoles y coral, 
donde se escucha la fuente
en la cantata silente 
del aura primaveral!

Cesaron las armonías
muslímicas del muecín 
cuando al son de chirimías 
tus gremios y cofradías 
bajaban del Abaicín.

Cesó la guzla sonora
en los patios de la Alhambra.
Calló la música mora
que se agita seductora
con el compas de la zambra.

Yo, Isidoro Capdepón,
venido de Guatemala,
se me quiebra el corazón
al ver tu desolación
que [a] nada en el mundo iguala.

Soy un granadino errante 
y un poeta impenitente, 
y he de ser yo quien te cante, 
que no es caballero amante 
quien no dice lo que siente.

Granada bella, ¡Granada!, 
emporio de ruiseñores, 
hoy gimes abandonada,
la media luna enterrada 
de tus príncipes mejores.

¡Sultana cautiva y presa 
en tus ajorcas de plata, 
cantada por Villaespesa 
en su poética empresa 
de lírica catarata!

Cientos de intelectuales 
de España y del extranjero
han bebido los raudales 
de tus aguas musicales 
que fascinan al viajero.

Tus morunos torreones 
y líricos ajimeces 
han fascinado a montones 
de rubios anglosajones 
y de extáticos ingleses.

Y aquí se han dado las manos 
sobre tu Alhambra de trinos, 
como sin fueran hemanos,
melancólicos germanos 
y bulliciosos latinos.

Porque eres, Granada mía, 
santuario universal.



Segunda visita de Capdepón a la bella ciudad de Granada

LLEGADA

Heme otra vez. Segunda vez mi frente 
recibe los efluvios de Granada, 
odalisca que sueña recostada 
sobre la falda de la mole ingente.

Pebeteros y aromas del Oriente 
envuelven tu belleza nacarada 
y el suspiro del ave en la enramada 
al compás del sollozo de la fuente.

Deja a este bar do triste y sin ventura, 
al regresar de su postrer viaje, 
que en tu suelo reclame sepultura.

Que si en Colombia dejo mi linaje,
yo vuelvo a ti con mi emoción más pura
para morir como un Abencerraje.



Soneto

«Gaceta Literaria», gran locura 
en el solar divino de Cervantes, 
papel que servirá de sepultura 
a los artistas que escribieron antes.

Titular a eso prosa es impostura.
¿Cómo te entiendes con tus semej antes 
si en vez de pan castizo y agua pura

¡Vuelve a la luz, Giménez Caballero,
olvida tu «Gaceta Liter aria »
y escribe en castellano verdadero!

Oye la voz cansada de un poeta, 
granadino, católico y viajero. *

La primera versión del soneto, tachada en el manuscrito y también inconclusa, dice:



SONETO SATÍRICO A GIMÉNEZ CABALLERO, DIRECTOR DE «LA GACETA LITERARIA»

No sabe castellano. Yo lo digo.
Y no sabe escribir. Yo lo sostengo.
Y aunque es Ernesto al fin un buen amigo
yo por las luces del idioma vengo.

¡Atrás la recua de escritores vanos! 
¡Paso a los hombres de cabello luengo!

Protector de menores escribientes 
en su «Gaceta» loca y sefardita 
con la que se prepara una visita 
por las tierras de cinco continentes.



NOTAS A LOS POEMAS DE ISIDORO CAPDEPÓN FERNANDEZ 

(Miguel García Posada, editor)

Parte de estos textos fueron publicados por Francisco García Lorca en Federico y su mundo, donde explicó la génesis y las circunstancias del nacimiento de este poema apócrifo y burlesco, parodia de la tradición poética «pseudogranadina», modelo también de poeta putrefacto, por utilizar el término lorquiano. «Es evidente – escribe el hermano del poeta – que los poemas no son enteramente de él, sino producto [...] de colaboración; pero no deja de ser curioso que en papeles irregulares Federico, lápiz en mano, dirigiese el curso del poema.» El nacimiento de Capdepón está ligado a la tertulia del Rinconcillo, en los primeros años veinte, pero los poemas, tal como se conservan en el archivo García Lorca (en adelante, G L) son, por su letra, del año 1928. El soneto a la iglesia de San Nicolás no es de letra de Lorca, sino de su hermano Francisco. Sigo mi edición de estos y otros poemas festivos recogidos en Federico García Lorca, «Antología modelna», precedida de «Los poemas de Isidoro Capdepón Fernández» (Granada, Editorial Comares, 1995), a la que remito al lector para otras precisiones sobre el asunto. Anoto aquí los tercetos de un soneto hoy perdido, salvados por la memoria de José Mora Guarnido (Federico García Lorca y su mundo, Buenos Aires, Losada, 1958, p. 68), que Capdepón, según Mora, dirigió al poeta sevillano Juan Antonio Cavestany: 

«Amigos fuimos en el Uruguay; 
lustros pasaron desde entonces, ¡ay!, 
que en acíbar trocaron nuestras mieles.

Hoy en Madrid, en tu presencia mudo, 
te hago una reverencia y un saludo
frente al carro triunfal de la Cibeles». 

Y digo «segun Mora» porque Melchor Fernández Almagro en su artículo paródico «E1 poeta Capdepón, académico» (España [Madrid], núm. 369 [12-V-1923], pp. 278-279) «atribuye» el texto a Cavestany, que reproduce con variantes en los tercetos, e incluye otro de respuesta de Capdepón. Vease para todo esto mi citada edición.


Isidoro Capdepón, el poeta inventado de Lorca
Por JESUS ARIAS 

Federico García Lorca no es ya sólo un personaje que sirve para material de ficción, sino que él mismo también construyó personajes para la pura ficción. Es el caso de Isidoro Capdepón, un poeta granadino, emigrante retornado de las Américas, para quien Lorca y sus compañeros de tertulia pidieron, en 1923, el ingreso en la Real Academia de la Lengua. Muchos se interesaron por el poeta y hasta quisieron conocerlo... Sólo que Isidoro Capdepón no existía, no existió nunca. Era un personaje inventado.

Ahora lo ha rescatado el catedrático granadino de Literatura Andrés Soria, que última su libro Fábula de fuentes (La tradición y la vida literaria de Federico García Lorca), una obra en la que analiza las influencias en el poeta granadino. Capdepón es uno de los personajes que aparecen en ese libro.

Isidoro Capdepón fue inventado por la tertulia del Rinconcillo, en la que estaban Federico García Lorca, su hermano, o Vicente Mora Guarnido, en torno a 1918. Su poesía era rancia, anodina, llena de tópicos, con versos engominados y relamidos. Eso sí, técnicamente perfectos.

Uno de esos poemas, titulado Segunda visita de Capdepón a la bella ciudad de Granada, comenzaba así: "Héme otra vez. Segunda vez mi frente/ recibe los efluvios de Granada/Odalisca que sueña recostada/ sobre la falda de la mole ingente". "Los versos los solían escribir entre todos, aunque era Francisco quien más trabajaba en ellos", explica Soria. "Era su forma de burlarse de los poetas viejos, del estilo a la usanza. Se reunían y comenzaban a hacer poemas al estilo de... Aquello debía ser bastante divertido".

De Isidoro Capdepón Fernández se sabía que había emigrado a Guatemala, en donde escribió su "ingente obra", plagada de nostalgia por los rincones de Granada, y que luego regresó a la ciudad. Hablaban de él en el periódico El Defensor de Granada y hasta su director, Constatino Ruiz Carnero, gran amigo de Lorca, hacía referencia al "insigne" poeta en sus columnas de opinión.

Andrés Soria explica que el personaje de Capdepón, que existió hasta el año 1927, en que fue sustituido por otro no menos rimbombante, Emiliano Sandoval y Lindoré, respondía al criterio de los nuevos poetas: burlarse de la Granada rancia y mogigata. Bajo ese principio inventaron también una revista, gallo, con minúscula, absolutamente revolucionaria para su época, con colaboraciones de Dalí. Inmediatamente inventaron una réplica, pavo, que era una reacción a gallo por parte de la juventud más reaccionaria y bien pensante de la ciudad.

El hecho es que por Isidoro Capdepón se interesó un poeta sevillano, de parecido estilo, y Lorca y sus amigos lo tuvieron engañado durante meses. Este poeta incluso no llegó a ver mal la propuesta hecha desde Granada de que se nombrara académico de la Lengua a Capdepón Fernández. Luego se enfadó al comprender que todo había sido una broma.







ÁNGELA VALLE [18.116] Poeta de Honduras

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Ángela Valle

Ángela Valle (nació en Comayagüela, el 7 de enero de 1927, falleció el 9 de mayo de 2003, Tegucigalpa), fue escritora, periodista y ensayista hondureña. En 1967 se la otorgó el Primer Premio Nacional de Poesía Juan Ramón Molina.

Sus padres fueron el señor Bernardo Valle Hernández y la señora Ana Leonor Cerrato Salgado. Sus tíos paternos, Rafael Heliodoro Valle y Hermenegildo Valle Hernández. Su padrino espiritual fue el escritor Luis Andrés Zuñiga.

Ángela, fue bautizada con el nombre de Etna María de los Ángeles Valle Cerrato. Pero en su juventud, y en honor a su abuela paterna (doña Ángela Hernández), adoptó el nombre de Ángela para presentarse ante el mundo intelectual con el seudónimo de Ángela Valle. Desde entonces, Ángela Valle escribió con su propia mano una página importante para la literatura hondureña y latinoamericana, asimismo, dio un aporte fundamental a la literatura hecha por mujeres.

Cargos

Redactora en Diario El Día, Honduras
Colaboradora de El Cronista, Honduras
Colaboradora en Diario La Prensa (Honduras).

Obras publicadas

Arpegios
Azahares
Inicial
La Celda Impropia
Las Flores de Mayo
Lúnulas (Premio Nacional de Poesía "Juan Ramón Molina")
Más allá de la Cruz
Nombre para un Soneto
Pajarera de Luz (obra elegíaca en memoria del ballet infantil costarricense, que en 1965 sufrió un fatal accidente en Honduras. Fallecieron 33 de las 50 personas que se conducían en el autobús.
Plaqueta de la Ausencia
Sirte



REVUELO

Mira que tu llegada
Me ha aturdido los pájaros del alma…
Que tu sola mirada
Causó revuelo a mis aves enlutadas…
Mi aletear insólito
Se ha dejado escuchar con tu presencia.
Mira que temblorosas
Buscan el nido y lloran al no hallarte.
Debes saber que han huido
Sacudidas por vientos inauditos
Las golondrinas de mis sueños, lejos
Desde que tu has venido.
Ven, encierra una a una
Con amorosa mano las bandadas
Que asustadizas vuelan
Y por la tarde de la vida anidan
Bajo tu alero, amor, y para siempre.



MEMORIA SAGRADA

Bendita sea tu madre. Nueve lunas
Llevo despacio a quien yo tanto beso.
Bendita porque Ens. Retuvo preso
Por un lapso precioso a quien hoy quiero.

De su paso cargado supo el alba
Y la noche de su agobiado sueño.
Ella fue de tu amor la mejor agua
Y yo soy con mi amor tu derrotero.

De la dulce mujer que te abrigara
Y diera sus pezones bien henchidos
A tu boca pueril, ansiosa y pura.

Yo amo el dulce recuerdo y la impoluta
Visión que su figura en ti ha erigido
Como una mariposa de alas blancas.



AFICIÓN

Sobre algún engramado de mi tierra
Hay una oncena popular jugando.
Uno de ellos es mio. Yo lo amo
Con todo lo mejor que mi alma encierra.

El, con su torso de apolínea estampa,
Hace girar veloz balón al viento,
Entrecierra los ojos con un gesto
Peculiar y muy propio. Yo lo quiero.

Ese es mi querer. El que detiene
La pelota sobre la portería.
Su cabello es rebelde. Flota inquieto.

Su agilidad se impone. Va y viene.
Yo estoy enamorada del portero,
El mas apuesto, el de los ojos verdes…




TUS MANOS PROLETARIAS

Tus manos adoradas que me han vuelto casta,
Llena de la pureza de las alas mas diáfanas,
Aromada del albo blancor que entre las sabanas
Se esconde y reposa silente en las almohadas.

Manos, morenas tuyas que afanosas trabajan
Y diseñan las líneas del mortero en las casas
Y dibujan los marcos de luz en las ventanas.

Esas manos tan fuertes que así me enamoran
Son las que sostendrán nuestros hijos mañana
Cuando por tus caricias en mi, más tarde nazcan



LAS CALLES SON LAS MISMAS

Las calles son las mismas, iguales los andenes,
Las paredes prosiguen su rutina, de guardia,
Sólo es diferente
El amor que se escapa de mi.

Las mismas las personas que nos rodean,
Iguales las horas y los días,
Y tan solo es distinto el saber que te amo.

Igual es mi ropaje y tu afán proletario
Al de todas las gentes que nos miraron siempre
Solo que hoy, el amor sobredora las cosas.

Y nos hace sentirnos como a dos escogidos,
Silenciosos al vernos, con las almas ardientes,
Abrasados de un fuego sin ascuas, que sonroja.




EL ARTESÓN

Ahora va el artesón. Pronto la casa
Tendrá tendidas vigas y culatas.
Ostentara orgullosa las soleras
Y abrigara bajo el alero pájaros.

Mi abuelo, proletario como tu, colocaba
Artesones. El supo del peso de las tablas,
Suspendió con sus bíceps fornidos las cumbreras
Y clavo con sus manos numerosas maderas...

Tú, mi amor, pones techos, abrigas los hogares
Eres, pues, en la magia del trabajo el masa alto,
Coronador de sueños y afanes con lo que haces.

Yo te quiero. Proclamo mi amor por ti en la tierra
como si enarbolara el mas noble estandarte
Que casa noble alguna ostentar pretendiera.




TU, ¿ERES EL OTRO?

¿Tú eres el otro? No. eres tú mismo.
A quien mi sangre no ha esperado en vano.
Y el mediodía de mi vida quiso
Hacerte sol lumínico en mi mano.

Tu eres el soñado hoy, y mañana.
El surco soy para tu amable grano.
El polen eres tú que se agiganta
Para sembrarse en mi, yo no se cuando…

¿Quién dice que eres el otro?




PRESENTACIÓN

¿En donde está mi amor? ¿Dónde trabaja?
Es el que va formando la argamasa:
La cal blanquísima, la arena, el agua
Se conjugan al golpe de su pala…

Es quien va ordenando a la plomada
Seguir la línea fiel, la guardarraya,
Aquel que adosa piedras y ladrillos
Y hace ángulos perfectos con la escuadra.

La gota que al nivel siempre hace falta
Se balancea bajo su mano, inquieta,
Y el va trazando horizontal perfecta…

Ese es mi amor, humilde y proletario.
El hace casas lindas como nidos
Y yo soy su mujer, su compañera…



  
HISTORIA NUESTRA

Tu eras un niño aún, yo te ignoraba.
Las calles ciudadanas te miraron
Crecer vendiendo diarios. La mañana
En tu vida no fue una sonrisa.

Tus pies se apresuraban diariamente
Y tus manos supieron del conteo
De las monedas de todas las gentes.
La ciudad absorbía tu voceo.

El frío tajante de noviembre abría
Tus carnes infantiles, poco a poco,
Con su sadismo innato y tú, inocente,
Soportabas la angustia y sonreías.

Tú eras niño aún. Yo te ignoraba.
Tú vendías los diarios con mis versos.
Como quien dice, tú vendías mis sueños
Y mi goteante sangre, sin saberlo.

Tú aprendiste en la escuela de la vida
Lo que jamás nos enseñan los libros
Y guardaste en tu alma ese tesoro
Del sentir que te habita y te hace bueno.

Té eras pequeño entonces. Yo escribía…
Escribía y soñaba y te esperaba
Sin saber que eras tú. Entre las espinas
Fui dejando el ropaje de mis cuitas.

Y hoy te llegas a mi fuerte y sincero,
Con tu mirar lumínico me encierras,
En un halo de dicha a ti me llevas,
Me traes la sonrisa, el sol, los sueños…




OH, PATRIA ESQUIVA

Con amorosa mano palpo tu cuerpo,
Oh, dulce Patria esquiva,
Tu estas amorosamente recostada
Sobre mi corazón y aviva tu amor
Mi canto solitario.
Patria esquiva. Dulce tierra nativa
Aromadora de mi lar. Dulcísimo.
Deja que te acaricie sobre el musgo
Y contemple tu forma contra el cielo
Única, agreste aun, oh Patria esquiva.
Te llamo entre la triste muchedumbre
Madrugadora, atroz, semisalvaje,
Hermanada al dolor y a la tortilla…
Entre el maizal
Y la peonada que el patrón humilla.
Te proclamo en la luz de las palabras,
En el trajín de tu gente sencilla
En los libros abiertos y en las aulas.




LAS CASAS DONDE YO HE VIVIDO

Las calles son las mismas, iguales los andenes,
Las paredes prosiguen su rutina, de guardia,
Sólo es diferente
El amor que se escapa de mi.

Las mismas las personas que nos rodean,
Iguales las horas y los días,
Y tan solo es distinto el saber que te amo.

Igual es mi ropaje y tu afán proletario
Al de todas las gentes que nos miraron siempre
Solo que hoy, el amor sobredora las cosas.

Y nos hace sentirnos como a dos escogidos,
Silenciosos al vernos, con las almas ardientes,
Abrasados de un fuego sin ascuas, que sonroja.



LA MUERTE DEL PICAPEDRERO

La mujer del picapedrero retorna ya del cementerio…
más encorvada todavía y vestida toda de negro,
cubierta desde la cabeza con lindo chal de terciopelo
que le dieron por caridad al ver su luto, en señal de duelo.
Cuando murió el marido anciano bajando una piedra del cerro
Algo se le rompió en el cuerpo, una hernia, un tumor o absceso;
¿y quién podría asegurarlo si no lo ha visto ningún medico?
Los hijos, hombres ya, los nietos, todas las nueras y bisnietos,
chicuelos éstos como otros muchos, ventrudos, menos carne que huesos,
hicieron grupo numeroso y fueron, tristes a traerlo…
Entonces, se llenó la casa de vecinos nuevos y viejos…
De señoras bien arregladas y muy compuestos caballeros.
de lavanderas y oficinistas, de estudiantes y obreros,
para rodear en el velorio a aquel inofensivo viejo…
Hasta el poeta recordó haberle hablado en algún momento
y envió, pues, a su mujer también, vestida de blanco y negro.
Yo estaba allí… La noche era de diciembre y ardían miríficos los luceros;
iba contigo, temblorosa, y muy unida a tu silencio.
Arriba, estaba el cielo clarísimo centelleante, como cubriéndonos,
y la casa de los dolientes en la propia falda del cerro…
Alguien había pensado de pronto en luz eléctrica para el muerto…
Otro surgió con una bandeja de pan y tazas de café negro…
Y en la esquina de la sala estaba tendido el picapedrero
en un cajón de pino humilde, sin vidrio, para no verle dentro.
Rodeado de flores hermosas, de parientes que lo sintieron
y comprendido por los vecinos ahora que ya estaba yerto,
él, un ciudadano humilde, pobre, tenaz, sencillo obrero,
que jamás pudo reunir bastante para techar su hogar con asbesto.
Su mujer, su fiel compañera, su viuda luce terciopelo,
Mas no porque lo haya comprado, porque por lastima se lo dieron.
Pasó este hombre por nuestra tierra y su salario no fue en aumento.
Cruzó la vida y su compañera sobrellevó pena y tormento.
¿Acaso hay pena más amarga que la de no tener sustento
y más tormento que no avanzar aunque se luche con denuedo?
La noche de diciembre es taba como anunciando un cielo nuevo,
Como ofreciéndonos esperanza a ti y a mi y a otros. Y fueron
Nuestras palabras cariñosas acaso el pésame mas sincero
Que se presentara a los dolientes, familia del picapedrero.
Crecen los árboles que siembra el hombre y se cunden de frutos nuevos.
Crecen los hijos, sueños del hombre, huesos nacidos de sus huesos.
Crece en su pecho la amargura de ver lo negro
de su destino, si sus afanes no corresponden a sus anhelos…
crece el dolor cruel hierba amarga y se posesiona del cuerpo
y hace presa de los que amamos, invencible, voraz, artero,
y el hombre insiste, como este muerto, y arranca grandes rocas del cerro…
pero no crecen en sus manos monedas para el sustento
ni ve crecer, con su trabajo, la grata sombra de su progreso…
Eso pensábamos…Ya otro día, cuando iban todos para el entierro,
vi que de pronto el carro fúnebre que llevaba al picapedrero
se detuvo bajo unos árboles. Me sorprendí de sólo verlo.
Y es que la mujer del poeta, no queriendo ir al cementerio,
Hizo alto a la procesión fúnebre, bajo con apresuramiento…
Nadie se opuso. Y yo pensaba: los pobres ¿no son también muertos?
¿Acaso un entierro humilde no merece también respeto?
Estos pobres, ¡Oh Nazareno! Los hijos de tus sufrimientos.

Editado por: Ricardo Flores Gonzalez
http://angelavalle.blogspot.com.es/







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DIVINA ALVARENGA [18.117] Poeta de Honduras

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Divina Alvarenga

Divina Alvarenga (Tela, Atlantida, Honduras, 1962). Realizó estudios de Licenciatura en Periodismo, Maestría en Trabajo Social en la UNAH y de Maestria en Estudios Políticos y Sociales en la Universidad De la Habana, Cuba. Ha trabajado en proyectos de desarrollo en Honduras, Costa Rica, República Dominicana y Bolivia.

La Esperanza del Amanecer “Es si se quiere un libro de recetas para construir la felicidad futura; un manual para la batalla cotidiana; una lupa para analizar el pasado. En resumidas cuentas estamos frente a otra utopía. De esas que necesitan en este mundo materializado y descarnado de romanticismo” (Antonio Tovar, Universidad Internacional de la Florida).


TELA I: Amante

Mar, danza, olas que amo.
La arena blanca, fina, cubre tus cocoteros.
Camina ausente, discreta, sin ostentación,
belleza natural, eterna amante.

Te conozco, despeinada por el aire cotidiano
embrujas a diario, a quien te ve 
en tu amanecer y  atardecer, traslúcida.
Amor de marinero cambiante, ilimitada amante.

Sonríes todo el día y danzan tus palmeras
música, la que cantan tus olas,
tus árboles, tus pájaros caminantes.
Trópico hondureño, continua amante.



TELA II: Cultura

Caminan los niños y niñas de Tela,
por la arena de sus playas blancas.
Saltan, corren, ríen.
Son multicolores, comparten  su cultura.
Al son de la punta, baila zarca, baila negra, 
comen cazabe, comen machuca y sopa de caracol.

Danza que danza,
con movimiento que hace vibrar.
Todos y todas, gozan y gozan, 
la música negra del caracol y los tambores.
Ríen que ríen, saltan que saltan  ese son negro de 
la alegría y de el amor.



TELA III: Primavera Permanente

Vida que me diste lo mejor:
nacer en esta tierra del Caribe.
Tela, amor en preludio,
primavera permanente.

Te encontré en mi primer llanto.
Aprendí a amarte despacio en tus contornos,
Highland creek, Piedras Gordas, lancetilla.
Siempre lloraba por tu belleza, que  me embrujaba, 
me asustaba y me asusta todavía.

Te amo mi Tela, bella, sencilla, iluminada
Cuando cipota jugaba,
el torotorogil , que alegría me daba
ver pasar el ferrocarril.

Desde las profundidades de tu agua cristalina
te contemplo, quietamente dormida
permanente belleza, Tela 
pasiva amante de linda constelaciones



TELA IV: Lancetilla

La amiga Juventina 
vivía en el jardín de la esperanza
allí por el camino de bambú.

Clarinete en mano, cañuela nueva,
una nota en el vacío
llamaba al silencio.

Lancetilla, majestuosa
escuchad  la sinfonía
que entonan los árboles, las aves y el viento.

Desordenadas corríamos hasta la poza negra.
Cada una descubría un sendero.
En los palos de aquella fruta morada, 
blanca y jugosa por dentro
nos deteníamos para saciar la sed.

Sentadas en circulo, 
sentíamos la delicia del mangustín
escuchando el cantar de los pájaros
en un día de lluvia ligera.



V: A Mi Padre (Roberto Alvarenga)

Cierro mis ojos 
Y aparece tu rostro cansado
de luchar por tu pueblo.

Tres amores te conocí:
La revolución socialista, tu amor callado.
Tela, tu amor constante.
Tus hijas, tu amor eterno.

Padre nos forjastes solo.
La vida fue injusta.
Te robó cuando nosotras
comenzábamos a vivir.
Pero tu espíritu está en mis ideales.

Feminista empedernido.
Marxista convencido.
Así nos educastes,
Así nos enseñastes a vivir.

Sean valientes nos decías.
Siempre hay caídas que duelen hasta el alma.
Prepárense para luchar,
para sembrar siempre justicia y libertad.



VI Gladis y Josué Chevez

Manantiales de saber
salían de sus bocas.
Con palabras construían 
la esperanza cotidiana.

Bach, Vivaldi y Mozart, 
acompañaban sus rutinas de enseñanzas.
Formadores de hombres y mujeres,
que la patria les reserva 
gloria y  sitio de honor.

Regresé cansada a Tela.
 dentro de mi una vida silenciosa y triste
reposaba y esperaba estar aquí. 
Llegue de nuevo donde mis maestros,
escuché a Mozart 
y me ayudaron de nuevo 
a descubrir la luz, atrás de la oscuridad.
... Después de tanto tiempo... están en mí.




VIII: Aire

Se de un aire invisible y sensible,
viajero, compañía de años eternos.
Que eres de vida, amor de contornos,
colores que el sol dibuja a solas.

Yo quisiera contarte, amigo,
que te siento distinto de noche y de día.
Con ternura, te vivo en las playas de Tela.
Es allí, que tu música me parece infinita.

Pero, las palmeras celosas te besan
cuando acaricias mi cuerpo discreto. 
Despacio quisiera decirte te quiero
sin que oigan aquellos que pasan.

¡Oh!  Compañero, aire de Tela
que refrescas mi mente, mi alma
y haces desearme un amante
que sea al tiempo fe y amor de tenerte.



IX: La Mar

Azul infinita, continua y extraña
Que entonas canciones de día
Y por la noche parece hablarme en sueños
Con el coquetear de tus olas que dan alegría.

Disfruto el instante de tenerte a solas.
Unas goletas diviso lejanas.
Ancladas en el puerto de Tela.
Discreta tus olas, permiten verlas más bellas.

De repente el ruido aparece, en fila.
Los negros y negras jugando rayuela.
Corretean tus olas, que tocan sus pies
Descalzos y bellos, ligeros y grandes

 Y yo sin detenerme un instante siquiera.
Siento tu música cantarme al oído.
Con notas precisas que el sol adornara.
Entrando a mi alma y en mi cuerpo dormido.



X: CHE

Idealista, quedaste eterno.
En el chillar del niño de la calle.
En el luchar a diario del obrero.
En la cotidianidad de la mañana.

Hiciste temblar el imperio,
buscándote en las piedras subversivas.
En el alma de los mineros bolivianos.
En la noche clara del oscuro congo.
En el estudiante rebelde de la América.

Chiquitos y chiquitas ven tu foto y te aman todavía
A pesar de los que quieren matarte nuevamente,
pero que resistencia  de tu espíritu revolucionario
que resistencia de tu primavera pensamiento.

Che que naciste un día en la moto del viajero.
Caminante que viste en el rostro curtido de la gente,
una América libre de tristeza.
Con pensamiento y acción propio, eterno compañero.



XI: Cayuco

Árbol que navegaba
por el amar de Tela.
Pescadores que amanecen
contemplando el anochecer 

La atarraya enreda
a los peses paseadores,
que se escapan a jugar
sin permiso de mamá.

Cayuco, madera que danza
con las olas del mar de Tela.
conduces el baile de los pescadores,
que llegan de la mar, 
con  el primer destello del sol de la mañana.

Niños, niñas y mujeres.
corren a limpiar pescados y a vender.
Después, mucho después,
Cuentan los peces de la cosecha.
Cayuco, alegría y sustento de mi gente.




XII: Jorge Gotardy

Pelo blanco, voz enérgica,
con ella enseñabas
  Música a las niñas teleñas.
A tocar con su boca un instrumento
A leer partituras y entonar melodías.

Cuantos instrumentos de viento
Le regalaste a Tela.
Le entregaste al ITC tu banda sinfónica.
Quienes por arte de magia,
la hicieron desaparecer.

Te ha olvidado,
la memoria de la ciudad actual.
Ahora ya no es lo mismo
Las tres de la tarde, en Tela 
ya no se siente
las armónicas notas de la banda sinfónica 
del maestro Gotardy.


Falta el espíritu de músico eterno, 
aquel que partió 
En el ocaso de su vida
Ven a poblar a tela con tu esplendor.






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CLARA ANTIGUA [18.118]

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CLARA ANTIGUA

Clara Antigua, Santo Domingo, R. D. 1962. Consultora y entrenadora en rendimiento personal y empresarial.
Desde muy temprana edad se interesó por el conocimiento. Estudió grado técnico en Marketing en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña para luego realizar la licenciatura en la Universidad de la Tercera Edad; ambas en  Santo domingo, República Dominicana.
Al principio, sus actividades profesionales las desarrolló en el área de la administración de oficinas; pero a medida que adquiría experiencias en este campo fue trasladando sus conocimientos hacia el terreno del seguro y la banca, experiencias que la animó, posteriormente, a estudiar gestión financiera de manera autodidacta.
En 2005 se traslada a España. Realiza la especialidad en Consultoría de Empresas y homologa su carrera con la de Investigación de Mercados. En este país creó una oficina de consultoría para emprendedores. Es formadora de cursos de emprendimiento y gestión de la calidad.
Paralelamente a su ocupación dedica tiempo a la escritura literaria y científica. Sus obras se resumen en: poemas, una fantasía literaria, una del género novelesco y un ensayo económico y financiero sobre la familia. Recientemente escribió y dirigió la Obra Teatral “Mamá Tingó”, y más tarde la Ópera del mismo nombre. Actualmente es Directora General de la Asociación Organización del Talento (ORGTA).



A LA ESPERA

Lo he esperado toda la vida.

He estado al acecho de su presencia:
En mis sueños y esperanzas,
En mis angustias y mis penas,
En los recuerdos y reminiscencias,
En el valor y la serenidad,
En las pisadas de firmeza y de respeto,
En los albores de mi juventud y mi adultez…

Y cansada de esperarlo he salido en su búsqueda:
Lo busqué en la mirada de aquel niño,
En las sabias palabras de ese anciano,
En el tórrido carácter de aquel señor,
En la simpleza y simpatía de esa mujer,
En la orientación tenaz de aquel experto,
En la entrega total de ese fajador…

Y aquí estoy a la espera.



A VECES ME PREGUNTO PARA QUÉ

A veces me pregunto para qué la rectitud, si la muchedumbre confusa y alterada defiende su sinrazón aunque con ello se pierda la certeza y la obligación.
A veces me pregunto para qué la verdad, si personas de voces firmes y con poder de decisión imponen sus leyes sin importarles que obstruyen el sendero que lleva a la razón.
A veces me pregunto para qué la honestidad, si los que mandan se complacen en mentir sobre la verdad y en defender con orgullo el desenfreno y la mezquindad.
A veces me pregunto para qué soñar, si al levantar las alas de la esperanza el señorío con su legalidad las corta con tanta agilidad que apenas deja algo para intentar volar.
Una y otra vez me pregunto para qué, para qué…




ACLAMACIÓN A LOS LOASES 

Salí del cañaveral 
Cansaísima y sin aliento,
Suplícandole  a Belié Belcán
Que me liberara del afogamiento.

Por el camino encontré 
Una culebra enrohcá,
¡Ay, Anaisa Pié!
Eso fue lo que ehclamé.

Con el miedo que pasé
Hata la jigüera tiré,
Y arrodillá grité:
¡Candelo Cedifé, aléjame el bembé!

Llegué a mi casa ajogá
Y corrí pal’ aposento,
A recitá una novena 
Al Barón del Cementerio.

Brrrrrrrrrrrrrrrrrr
Un ecalofrío sentí
Con pañuelo, tabaco y ron,
No sé qué fue de mí.




BOHÍO

Virgen Bohío 
De hermosas montañas,
Rodeado de agua
De azules mañanas.

Con tardes doradas
Y noches oscuras,
Se alza esponjosa
La diosa Yucahuguama.

Tu serpiente de collares 
Armoniza la lluvia,
Que alegra con ganas
Tu jubilosa Cohoba.

Arahuacos pariste
Con gran pasividad
Pero el Cauní pudo más
Y los llevó a la eternidad.




CANDELARIA LA EMBRUJÁ

A mí me llaman Candelaria la embrujá
Polque santiguo a loh critiano 
Y alejo loh malo sepiritu.

Yo hago depojo y limpieza general
Pa’ que esa gente endiablá
Se alejen hata el mas’allá.

Quito el mal de’ojo con bibiní y arrasa contó
Y al ñequimo lo asuto con yelba luisa
Pa’ que llegue la felicidad.

Pa’ librá del bembé a la gente buena
Hago un mejungue de verdolaga morá
Con la flor de azucena y un peacitico de vaca colorá.

Por eso me llaman Candelaria la embrujá.





DECLAMO

Declamo la hermosura de un cielo azul celeste fundido con el color bello del mar.

Declamo el frescor de una mañana con suave perfume a flora temprana.

Declamo al repicar de las campanas que saludan con sus ecos al trabajador mañanero.

Declamo al viento de otoño cuando los árboles, por su fuerza, se inclinan para hacerle reverencia.

Declamo a la risa del niño  -jajaja- que hace llenar de júbilo a la humanidad.

Declamo a la voz que dice: “Amigo caído, toma mi mano y levántate, para que avances en el sendero”.




EL SENTIDO DE TU PRESENCIA

Noto tu presencia en cada movimiento que hago;
En cada paso que camino, me persigue tu existencia.

Estás tan dentro de mí, que me siento tan vacía
Si al despertar no tengo la sensación de estar viva.

Ahhhh. Cuán falta de alma si no te siento cerca;
Es como estar en lo más alto, carente de nobleza.

Capto lo humano a través de tu silueta;
Si desaparece tu señorío, se esfumaría me certeza.

Ohhh,  a todo, a todo
Da sentido tu presencia.




ERA MI GRAN AMOR

¿Ves aquel hombre?
¿Ese que pasa arrogante y con mirada altiva?
¿Aquel que sonríe de complacencia
Y se muestra tan amable con todos?
Era mi gran amor.

Un amor que quemó todas mis entrañas.
Que ardió de tal manera
Que apenas quedaron cenizas 
Para cubrir las heridas 
Del gran vacío
Que dejó su desamor.

Fue mi gran amor.
Ese que al tocarme
 Dejaba mi cuerpo hecho añicos,
Y a mi boca sin aliento cuando besaba 
Mis frágiles y ardientes labios.

Por ese hombre,
Dejé familia, amigos y allegados.
Era tan intensa su fuerza
Que desprendió todo lo que yo tenía,
Hasta dejarme inerme y sin aliados.

Y cuando en mí ya no quedaba
Una sombra que me amparara,
Ese hombre me dejó.
Y aquí estoy,
Arrojada en la desesperanza y el dolor.




ESTA ES MI VIDA

Esta es mi vida
Llena de sorpresa, pasión y dulzura,
Con un toque de sabor agridulce
Que aliviana todo exceso de locura.

Gratifico todo momento
En especial aquel que enaltece al amor,
Aunque a veces me contagio de soberbia
Cultivo la honradez, el respeto y la sazón.

Grité al viento
Lo hermoso de vivir en armonía.
Y me plantó cara el torbellino
Que arrastra la antipatía y la sinrazón.

Esta es mi vida
Que podría estar mejor.
Pero sería peor si no contara
Con aquel, aquella y aquellos.

No tengo más que esta vida
Y no pretendo otra más.
En ella soy eterna
De amor y paz.





La caminante Taína

Del pueblo taíno salí,
A orilla del río Sabita;
Donde la Yuca florece
Y la Guayaba se desliza.

Con piedra, macuto y coa
Recorrí el firmamento,
Hasta llegar a parar 
A Maguana y su regimiento.

En bohíos me hospedaba
Acostada en una hamaca,
Agarrada a la cabulla
Evitando el bibijagua.

Llegando a Marién
Me recibió Guacanarix, 
Y al intentar salir
Me ofreció a Maorocotí.





LA PROSA DE MI VIDA

A veces me pregunta la gente: ¿Cómo defines tu vida? Yo, como ya saben ustedes, antes de contestar necesito medir mis palabras, mirar a los ojos a la persona, disculparme si no me doy a entender, hacerla sentir cómoda,  tratarla con respeto y cariño, excusarme si no la escucho bien, la tomo de la mano y me acerco más; y luego, le contesto:

Soy honesta; íntegra; tolerante de aquel, aquella y aquellos; confidente del necesitado; un poco caprichosa si me lo permiten; inocente ante la perversión y la malicia;  ávida del conocimiento y las nuevas maneras; guardadora de recuerdos gratos; fiel a mis convicciones; tímida en lo desconocido, pero atrevida en la sabiduría; no necesito de la aprobación del otro para fabricar mi propia felicidad; nerviosa cuando no entiendo el resultado de lo que me he propuesto; humilde si con eso consigo la paz, pero soberbia si con ello obtengo más; catadora de buenos mensajes; conciliadora de desavenencias…

Y por ser como soy, mi vida la defino como la directora de una orquesta que armoniza la mejor melodía entre un grupo de personas con defectos y virtudes que hace que aflore lo mejor de cada uno y minimice lo que está de más; y eso hace que la prosa de mi vida sea lo que es.



MI HERMANA DEL ALMA

¿Me preguntas si te necesito?
Pero si siempre has estado a mi lado
En momentos difíciles,
En momentos tiernos.

¿Me preguntas si me acuerdo de ti?
Pero si cada instante me acecha
Nuestras  alegrías vividas,
Nuestros tropiezos compartidos.

¿Me preguntas si soy tu apoyo?
Pero si cuando se desvanece tu esperanza
Te ofrezco mis fuerzas,
Te doy mi mano.

¿Me preguntas si caminaremos juntas?
Pero si compartimos amor 
Que transciende fronteras,
Que construye cimientos.

Eres el lazo que no se rompe,
Eres mi hermana del alma.




¿QUÉ ESPERAS?

-Dime, ¿qué esperas?

-¿Yo? 

-Sí, tú. ¿Qué esperas?

-Yo espero la esperanza perdida del pobre, la sonrisa del niño hambriento, al anciano acompañado, al enfermo levantarse, al moribundo sosegado, a la viuda reconfortarse, al soldado triunfante, al labrador contento, al preso libre, al joven sosegado, al amante apasionado… y también, en una noche de encanto, espero el teclado sonoro de una nota que arranca, al artista feliz…, al público extasiado. 

-Y tú, ¿qué esperas?

-¿Yo? El resurgir de la amistad desvanecida, el rocío después de una noche seca, el primer beso del amado,  la gloria del ocaso, el río desbordado, al vuelo de los pájaros, al rosal sin espinas, al regreso del ausente, al dolor apaciguado… y también, en la penumbra de un lugar mágico, espero el sonido de unas cuerdas armónicas, la entrega apasionada del intérprete, el entusiasmo de un auditorio desbordante.

-Vamos, vamos a buscarlos.




TE IMAGINO

Te imagino en una noche cálida repleta de estrellas,
Apoyando mi cabeza en tu hombro y abrazando mi cuerpo con ternura.

Te imagino tomarme de la mano y llevarme a un lugar repleto de árboles,
Donde el viento al vernos nos envuelve con armonía.

Te imagino mirar el firmamento y mientras cuentas cada lucero, 
Me susurras  al oído lo mucho que tú me quieres.

Te imagino deslizar  tus dedos en mi piel desnuda,
Y hacer que mi torso se estremezca con tus caricias.

Te imagino…, te imagino tanto, tanto... 
Que a veces no creo que seas una imaginación.




¿TE ACUERDAS, MADRE QUERIDA?

¿Te acuerdas, madre querida, cuando yo estaba en tu regazo que cansada de tenerme entre tus brazos pegabas mi cuerpecito en tu pecho, y con tus dedos estirabas mi pelo frágil y sedoso? Era lo que me contabas el día que me viste en el espejo probándome el vestido que me regalaste cuando llegué a la pubertad. Con ojos asombrados me dijiste: “¿Pero esta no es aquella niña de mi regazo? ¡Ya estás hecha una mujer”! Cuánta nostalgia desprendían tus palabras, madre querida. Como si hubiera sido ayer aquel momento mágico.

A veces yo te preguntaba: “mamá querida, ¿qué pensabas cuando deslizabas tus dedos entre mi pelo frágil y sedoso? Y tú, con esos ojos de miel mirándome fijamente me contestabas: “mientras deslizaba mis dedos sobre ese pelo frágil y sedoso me preguntaba ¿qué de larga será la vida de esta hija mía? ¿Será su vida un camino tan sedoso como su pelo o tan frágil como lo es?”.

¡Oh, madre querida! ¿Qué te puedo contestar sobre lo que ha sido de mi vida? Ojalá estuvieras aquí para contarte que mi vida ha sido una mezcla de momentos frágiles, combinados en ocasiones de circunstancias arrugadas que se enfrentaron a realidades torcidas y dispersas. Una vida que podía haber sido así de sedosa como era mi cabellera pero que al crecer se fue enroscando como una tuerca oxidada por el exceso de reacción ante situaciones inesperadas.

¿Y te acuerdas, madre querida, cuando di mis primeros pasos, que al instante caí y me dejaste hasta que volviera a levantarme por mis propios pies? Esto me lo contaste cuando una vez estaba insegura de tomar una decisión; y tú, con tus sabias palabras, me relataste ese hecho. Sí, lo entendí al momento, madre querida: yo debía tomar mis propias decisiones para que mis futuros pasos fueran firmes y seguros. Pero no fue así, caminé por la vida queriendo saltar sin fortalecer mis pisadas, y cuando caminé esos momentos angostos y pedregosos tambaleé como lo hice aquel día en mi niñez, y me caí.

¡Oh, si estuvieras aquí, cuántas cosas te dijera madre querida!




ALEJANDRO PERALTA MIRANDA [18.119]

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Alejandro Peralta Miranda

Alejandro Peralta Miranda (Puno, 16 de abril de 1899 - Lima, 29 de mayo de 1973) fue un poeta indigenista peruano. Fue el más vanguardista y rupturista de todos los poetas del grupo Orkopata.

Hijo de Demetrio Peralta y María Miranda. Hermano del también destacado poeta Arturo Peralta, más conocido como Gamaliel Churata. Su infancia transcurrió entre su ciudad natal y Arequipa, de donde provenía su padre.

Hizo sus estudios primarios en el Centro Escolar N.° 881 de Puno, cuyo director era el célebre educador puneño José Antonio Encinas. Por problemas familiares no pudo cursar la secundaria.

Durante su adolescencia, ayudó a su padre en su taller de zapatería. Al cumplir los 18 años de edad, empezó a trabajar en la recaudación de impuestos, primero en las provincias del Collao y Cuzco, y luego en Iquitos y Lima. Alternó su trabajo burocrático con la lectura y la actividad poética.

Integró el grupo Orkopata, que organizara su hermano Arturo y que reunió a diversos poetas del sur del Perú, en su mayor parte radicados o nativos de Puno, cuyo tema insistente era el hombre indio y la tierra andina. Bajo pseudónimo colaboró en la revista literaria La Tea (1917) y junto con su hermano editó el Boletín Titikaka (1926-1929).

Llegó a jubilarse de su función pública y continuó su labor creadora, publicando, tras largo silencio poético, sendos poemarios en 1968 y 1971. Fatalmente, en 1973 murió a consecuencia de un accidente de tránsito.

Publicaciones

Ande (1926)
El Kollao (1934
Poesía de entretiempo (1968) Premio Nacional de Fomento a la Cultura en 1969
Tierra-aire (1971)
Al filo del tránsito (póstumo, 1974)

A continuación, un ejemplo de su poesía, de su etapa final:

VERSOS DEL ABUELO

a Adita
Susanita
Dianita
Norita
Milagritos
Nelson

"Dejad que los niños vengan a mí"
dijo la voz de un florido corazón.
Esa perfumada voz
tiene su casa en mi corazón.

Aprended de los pequeñuelos
que saben leer en mi corazón,
corren, gritan, cantan, posan sus deditos
sobre las espinas de mi corazón.

Son mi pan del día
dueños de la luz,
¿cómo hacer con todos en mi corazón?

Ruiseñor canario jilguero perico codorniz gorrión
por favor pasadles la voz
que está abierto de par en par mi corazón.

(De Tierra-aire)


Apreciaciones críticas

Su poesía acrecida por una esencia vital tiende a recoger la travesía del Ande, ofrece el ambiente sureño de la nueva fe del Perú profundo, afirmada desde las raíces del Lago Titicaca. Vanguardista a su modo, sus versos recogen el sentimiento de tristeza y desolación cargada por imágenes ilusionistas, que entremezclan la expresión de la naturaleza, y desde luego, la independencia de su fe creadora, entre elocuente, plástica y surrealista.
César Toro Montalvo


Renovó el tono y el carácter de la poesía indianista; y en sus últimas expresiones, logró una sobriedad intensa, a veces sentenciosa, con una proyección entrañable.
Alberto Tauro del Pino


¿De dónde la importancia de la poesía de Peralta? Fundamentalmente reside en lo que podría llamarse la nueva versión de lo indio. Esa versión consiste en el empleo de un instrumento distinto al tradicional: un verso descoyuntado, a base de imágenes, y de imágenes vanguardistas, ágiles, deportivas, plásticas. Cuando, por ejemplo, habla de "las gaviotas bataclanas", introduce en el tema andino la contrafigura de las bailarinas del Ba-Ta-Clan de Madame Rasimi de París que, en ese momento, habían visitado Sud-América y desencadenado, desde Buenos Aires y Santiago, una oleada de compañías de revistas frívolas, picantes. El indio se emancipa de la tutela de las grandes abstracciones para caer en manos de los pequeños ídolos escénicos contemporáneos.
Luis Alberto Sánchez



Alejandro Peralta, dibujo de Raúl Echave

Alejandro Peralta Miranda

"Siga usted por su vía. Puede estar seguro de que sus poemas quedarán, Son ellos de los versos que andan y viven. Los demás están en los estantes y eso nos tiene sin cuidado". César Vallejo (1926).

En 1926, con el texto de "Ande" en la mano y la mirada sobre París, Cesar Vallejo, solidario, le escribe a Alejandro Peralta Miranda (Puno, 26 de abril de 1899 - Lima 29 de Junio de 1973) una encomiosa carta sobre su primer libro, augurándole la brillante trayectoria que  alcanzaría como uno de los fundadores de la poesía indigenista peruana [1].

Nacido en Puno y parte de la numerosa familia de los esposos Demetrio Peralta Díaz, de oficio talabartero, y María Miranda Córdova, Alejandro es el hermano menor de Arturo ("Gamaliel Churata", Arequipa 1897 - Lima 1969) y hermano de Demetrio ("Diego Kunurana", Puno 1910- Lima 1971) y sus cuatro hermanas [2]. 

Alejandro y Arturo estudian juntos en la Escuela Primaria N° 881 regentada por José Antonio Encinas quién reconoció sus dotes poéticas. Se matriculó para seguir la secundaria en el Glorioso Colegio San Carlos de Puno, pero abandonó los estudios, como lo había hecho antes su hermano Arturo, dedicándose a trabajar con su padre.

Sobre su infancia en la Escuela de Encinas, escribió:

"En la lengua de los cholitos del Centro Escolar
somos los compañeros mayores que allá por 1907 y 1911
vivimos intensas zonas de futuro y la más pura alegría proletaria
y es que se llamaba José Antonio Encinas el maestro
....
Nuestra infancia cabeza pelada y frente saltona
la llevaban encendida en médula india
esos muchachos que para la gente de la ciudad
han convertido el centro escolar en escuela de la cholada
Orkopata les da su única calle que es el rio de la lluvia
por ella transitan de mano de los jilgueros" [3]


Alejandro y Arturo emprenderían juntos sucesivas aventuras literarias, compartiendo el mismo ideario. En 1915 fundan el grupo "Bohemia Andina" y Alejandro publica sus primeros versos en "La Voz del Obrero"; en 1917 ambos participan en la revista "La Tea" dirigida por Arturo.

Por esos años Alejandro ingresa a trabajar en la Caja de Depósitos y Consignaciones, viajando por el  Collao y el Cusco, empleo que lo llevó a Iquitos y luego a residir en Lima, donde se jubiló [4].

En 1919, en su primer viaje a Lima conoce a César Vallejo, con quien empieza a intercambiar correspondencia y de quien recibe unos años más tarde Trilce (1922) y  Escalas Melografiadas (1923).  En ese viaje, el diario "El Comercio" publica un poema suyo dedicado a Abraham Valdelomar fallecido ese año y a quien había conocido cuando llegó a Puno en 1910 inspirando a la juventud de entonces [5]. 

En 1925, los hermanos Peralta fundan el "Grupo Orkopata" que al año siguiente publica el primer número del "Boletín Titikaka" (1926-1930) a través del cual el grupo buscaba difundir "Ande"(1926), el primer libro de Alejandro Peralta, escrito con estilo vanguardista. El primer poema del libro, "La pastora florida", dice:

"Sus ojos golondrinas
se van a brincos sobre las quinuas

Un cielo de petróleo echa a volar globos de humo

Picoteando el aire caramelo
evoluciona una escuadrilla
de aviones orfeonidas

Hacia las basílicas rojas
sube el sol a rezar el novenario
sale el lago a mirar las sementeras
el croar de las ranas se punza en las espigas" [6]


Alejandro (izquierda) y Arturo Peralta (derecha) en Orkopata


La publicación de "Ande" es saludada por intelectuales como José Carlos Mariátegui, José Santos Chocano, Luis Alberto Sánchez y José María Eguren. 

Dice el director de "Amauta", donde fueron frecuentes las colaboraciones de Alejandro y Arturo Peralta, sobre "Ande": "Su libro es la más afinada e inspirada creación de poesía andina. Es U. el poeta más moderno, "occidental" de los andes primitivos, hieráticos, y por ende un poco oriental. Nos ha dado U. , al mismo tiempo que una magnífica y acrisolada obra de arte, un fehaciente testimonio de un Perú Nuevo". [7].

En 1930, Alejandro Peralta se encontraba ya casado con Elsa Castro de Mendoza, originaria del Cusco, quien lo acompañó hasta su fallecimiento. Su hermana Aída Castro, fue esposa de Churata, luego del fallecimiento de Brunilda, su primera esposa (1929) [8]. 

En Orkopata participan además de los hermanos Peralta, Emilio Vásquez, Mateo Jaika, Aweranqa, Dante Nava, Inocencio Mamani, entre otros. 

En 1932, tras una importante experiencia literaria e ideológica, el grupo  se ve obligado a disolverse cuando, bajo la dictadura de Sánchez Cerro, Gamaliel Churata tiene que escapar a Bolivia.
Luego, cada uno de los miembros de Orkopata  continuarían sus brillantes trayectorias personales. Sobre el grupo Orkopata, Alejandro Peralta escribió el siguiente poema:
"Aquí no es sólo la función gástrica
es el hambre y la fiebre
el pobre y el explotado creen en su brazo
saben que es Ayllu rehecho en el replante

Los Orkopatas 
tienen el parentesco
del hueso triturado
en la injusticia.
..........
A Orkopata 
llegó el Gobierno armado hasta los dientes
Y PORQUE ASÍ
DEBE SER
a culatazos
refrendó su categoría de chujlla
Desde entones los Orkopatas nos queremos hasta la médula" [9]

En 1934 Alejandro Peralta publica "Kollao", quizás su libro más militante. Allí esta "El indio Pako".


Alejandro Peralta

"La prisión le ha comido la carne al indio pako
sólo le queda el pómulo filudo

En el regazo de un cerro va a pasar la noche

Allí le toco hacer frente a las balas
cada peñasco era una maquina de fuego
.....
Siente la noche a bocanadas
sabe que en el galpón no queda nadie
PERO
AQUÍ
ESTÁ
EL 
INDIO 
PAKO
Y SU NOMBRE ES ALCOHOL
PARA LA INDIADA" [10]

Luego,  por más de 30 años, Peralta no publica otro libro hasta "Poesía de entretiempo" (1968), con un texto más intimista, pero no menos comprometido. Con este libro gana el Premio Nacional de Fomento a la Cultura de 1970. En el homenaje que le brindaron en esa ocasión el "Instituto Puneño de Cultura", el "Instituto José Antonio Encinas", el Departamental de Puno  y "Brisas del Titikaka", Peralta dijo en su discurso de agradecimiento: "Cabe decir que yo no he arado en el mar. Que hoy que ha resucitado Tupac Amaru, mi poesía en la que esta de cuerpo entero el hermano indio, va a echarse a andar como quiere el inmortal poeta de Santiago de Chuco". 

En el poema "Mitmak", de "Poesía de entretiempo", dice:

"Un día de nieve
me echaron
los brazos y pies
atados

Pero me lleve mi monte
y mi lago
para continuar
guerreando

Bandera de fuego
agitaba
dolorido  viento

Sol pleno
bandera de fuego 
del alba" [11]

Más tarde saldría "Tierra-Aire" (1971), en el cual retoma el énfasis en los temas sociales en una época marcada por los cambios políticos en el Perú y el mundo. Finalmente, luego de su fallecimiento en un accidente de tránsito, el Instituto Puneño de Cultura publica su libro póstumo "Al filo del transito" (1974) [12]. 

En sus últimos años, tras la muerte de su hermano Arturo (1969) y cansado de la indiferencia ante la obra de éste, trabaja incansablemente por difundir su notable producción. Así, con el Instituto Puneño de Cultura, formado en Lima por intelectuales del altiplano, y aportando él mismo económicamente,  logra la publicación de la "Antología" de Gamaliel Churata.

En uno de los últimos versos que escribió, dice:

"Para José Portugal Catacora, bastión de la 
escuela nueva peruana, autor de valiosa
 literatura altiplánica" Alejandro Peralta.


"Ya me voy a lomo del canto
el látigo del sol en mis manos

Padre nuestro que estas en el aire
gracias por haberme pedido que cante" [32]


De la obra de Alejandro Peralta, José Portugal Catacora, amigo suyo [14], ha dicho:

"Peralta pertenece a esa brillante generación de trabajadores del pensamiento que, en Puno, retuvieron por un momento el cetro cultural del Perú desde el "Grupo Orkopata" y el "Boletín Titikaka". Y es, indiscutiblemente, el más alto exponente de la poesía puneña. Sus libros "Ande" y "Kollao" lo sitúan al lado de Vallejo, como cantor del dolor serrano con nueva mentalidad"[15].

(Otros poetas indigenistas puneños y sus poemas: Poesía Indigenistas)

NOTAS

[1] "Querido y gran poeta. Le envío un entrañable abrazo por su magnífico libro Ande. Me doy cuenta que se trata de un artista mayor, de vasta envergadura creadora. Su libro me ha emocionado de la emoción de la tierra. Mil gracias por este presente. Siga usted por su vía. Puede estar seguro de que sus poemas quedarán. Son ellos de los versos que andan y viven. Lo demás está en los estantes y eso nos tiene sin cuidado. Suyo con toda admiración." (Carta de César Vallejo a Alejandro Peralta, 1926). 

[2] Son en total siete hermanos: Arturo, Alejandro, Maximiana, Domitila, Carmela, Adriana y Demetrio.

[3] "Orkopata". En "Kollao" 1934.

[4] Su paso por la selva, donde llegó a fines de los años treinta como empleado de la Caja de Depósitos y Consignaciones, dejó poca pero significativa huella en su poesía, como los poemas "Pablo Parinari", "Tu y la Selva" y "Elegía a un pajarito" recogidos en "Poesía de Entretiempo" y como "La familia de pescadores y shiringueros" publicado en la Revista Folklore N° 22 de 1949. Ver las referencias de Francisco Izquierdo Ríos sobre su encuentro con Peralta en 1942 en Iquitos y su larga amistad, consignadas en su libro "Cinco poetas y un novelista" (1987). Allí, el poeta le confiesa su admiración por Walt Whitman, por Neruda y su aprecio por Arguedas. 

[5] Referencias de Francisco Izquierdo Ríos en su libro "Cinco poetas y un novelista" (1987).

[6] "La Pastora Florida", en "Ande", 1926.

[7] En "Boletín Titicaca" N° 3. 

[8] Sergio Caller mencionado en su libro "Rostros y rastros. Un caminante cusqueño en el siglo XX" (2006) que Aída conoce a Gamaliel Churata, cuando ella, motivada por su trabajo político con los comunistas del Cusco, viaja a Puno y se aloja en casa de su hermana Elsa, allá por el año de 1930, conociendo y casándose con Arturo Peralta. Aída realizó entonces un importante trabajo político con las mujeres puneñas del campo, el cual dejó al distanciarse Alejandro y Arturo Peralta del partido comunista. 

[9] "Orkopata". En "Kollao" 1934.

[10] "El Indio Pako", en "Kollao", 1934.

[11] "Mitmak", En Poesía de Entretiempo", 1968.

[12] Además de los poemas inéditos reunidos en "Al Filo del Tránsito" (1974), algunos de sus primeros poemas y otros más recientes no publicados, son recogidos en "La iniciación poética de Alejandro Peralta" (1976) de Emilio Vásquez.

[13] "Letanía" en "Al Filo del Tránsito". 1974

[14] El poema "Cienaga" de "Aire Tierra", página 31, esta dedicado a José Portugal Catacora. Dice en su última estrofa:
Poeta se incendia el mundo
Como don Segundo Sombra "hacete duro"
Vietnam esta sangrando.

[15] En "El Cuento Puneño". Puno, 1955. Allí se publica el cuento de Alejandro Peralta "¿...?".

Publicado por yanapiri 
http://joseportugalcatacora.blogspot.com.es/2013/09/alejandro-peralta-miranda.html






Poemas de Alejandro Peralta


La Pontificia Universidad Católica del Perú acaba de publicar en dos tomos "Poesía vanguardista peruana", en los que reúne once poetas vanguardistas y reproduce las primeras ediciones de sus respectivos libros de poesía que marcaron la vanguardia peruana, además de una serie de documentos que complementan el espíritu cultural de una época que hasta hoy influye en la poesía nacional. Entre esos libros está "Ande" (1926), del puneño Alejandro Peralta (1899 - 1973), que si bien goza de prestigio por la alta calidad de su poesía y por la actitud fundacional de la corriente indigenista, sigue siendo un libro difícil de hallar. Antes la misma universidad había publicado "Ande" y "El Kollao", (imagen de arriba, 2006) lo que hace significar la importancia de este poeta que hay que seguir revalorando para fortalecer el espíritu andino que cubre toda nuestra cultura.

Aquí una breve muestra de la poesía de Peralta en "Ande".


l a p a s t o r a f l o r i d a

Los ojos golondrinos de la Antuca
se van a brincos sobre las quinuas
Un cielo de petróleo hecha a volar 100 globos de humo
Picoteando el aire caramelo
evoluciona una cuadrilla
de aviones orfeonidas
Hacia las basílicas rojas
sube el sol a rezar el novenario
Sale el lago a mirar las sementeras
El croar de las ranas se punza en las espigas
Los ojos de la Antuca
se empolvan al pasar por los galpones
Ha guturado la campana
el asma tatarabuela del pueblo
Din Don Dilin Dooon
-como tijeras de trasquila
se han hundido en el vellón de las ovejas
Pobre Antuquita
Todo el día detrás de la majada
Hecha un ovillo sobre las piedras
se ha ido tan lejos
Se va a quedar en media pampa
acorralada entre los cerros
El barro de los fangos
ha ensuciado el camino bengala de sus ojos
Para qué habrá ido sola al pastoreo
con tantos duraznos abridores
i las caderas reventonas
Tiene la boca llena de tierra quemante
Un kelluncho le brinca sobre las parietales
Bajo un kolli pordiosero
ha hecho acrobacias locas con el Silvico
en el trapecio de sus nervios
I SE HAN BAJADO LAS CARNES
I HAN HECHO CANTAR LA HONDA
Los ojos golondrinos de la Antuca
se van
planeando
por las cabañas...




a g u a f u e r t e

Sobre una pared trunca
el sol se ha roto un ala
siento un vaho de sangre que me quema
estar solo i al borde de este charco de sangre
i no tener quien grite por mi boca
Cómo será de triste mi cuerpo
cuando sea esta misma hora de durazno
i cante una mujer junto al río
lengua salada
de cantos mañaneros
i me vaya amarrado
SOBRE LOS HOMBROS DE CUATRO ESQUELETOS




l u n a r i o m u s i c a l

Se han volcado las fuentes de la luna
i mi cuarto es un lago de aromas
Beethoven
en la penumbra se alborota la melena
El silencio se moja la nuca bajo una ducha de estrellas
En mi boca - cilindro musical
juega como un confite el plenilunio



s  i  e  m  b  r  a

Todo está bien
Ahora a darse viento

Hoy más que nunca siento tus dientes en mis artérias

Pero mejor esá así
Muy bien

                    Pronto vendrán los días com los labios gastados
                    i llenas de suturas las espaldas
                    Hasta entonces que se te aclaren las escleróticas

                    YO VOY A SEMBRAR PALABRAS




n  o c t  u  r  n  o    d  e    s u  b  u  r  b  i  o

Andar volando

L a s   a l a s   s o b r e   l a s   l o s a s

Voy a ocultar en las sombras mi escapulario de llagas

Pero  por qué  há  de  ser así?
s i e m p r e   a s í

Bueno
Déjame andar siquiera por las calles

Para nada   Para todo
guardamos los harapos de los días
i el alma en los vestidos viejos

En plena bocacalle

como un búho has caído de tu ausencia




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ANTONIO MAURIAL [18.120] Poeta de Perú

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Antonio Maurial Ramos

Nació en el 7 de Junio de 1926 en Ica (Perú). El 17 de Mayo de 2013 dejó de existir en Lima el poeta iqueño Antonio Maurial. Tenía 86 años de edad y el 7 de Junio le correspondía celebrar el santo Nº 87, pero todo se truncó.

Lo conocimos personalmente y cuando aún residía en Ica publicó su poemario "Cantos Nazca", calificado por Estuardo Núñez como "Selecto y valioso", el tema se limita al "motivo de las manos alfareras del antiguo peruano.

Por su parte César A. Angeles Caballero, manifiesta en Literatura Peruana Ica (tomo II): "Hondas razones telúricas (paisaje y hombre) y trascendentales rezagos arqueológicos (Paracas y Nasca), han permitido, probablemente, el hilvanamiento claro y panegírico de la materia y la forma de este poemario, desglosado en cuatro breves partes: I- Identificación y llanto. II- Persistencia y eternidad. III- La muerte y la vida, y IV- La esperanza y el sueño".

En uno de sus poemas, Antonio Maurial dice: "Llama sonámbula nacida en tus ojos... /desnudo el fuego para descubrir tu ausencia/ te miro en las tinieblas linterna de luz negra/ te amo pájaro de ojos incandescentes/ la flama que danza al ritmo del viento dibuja tu cuerpo".

La noticia de su fallecimiento nos ha consternado. En LA VOZ DE ICA ha quedado impreso uno de sus cuentos. En la Plaza Bolognesi lo recordamos declamando uno de sus poemas. Quedaríamos sumamente agradecidos si alguna institución como la Universidad Nacional "San Luis Gonzaga", pudiera publicar su obra poética.

Hijo Predilecto de Ica, catedrático universitario, investigador, escritor y poeta deja una huella profunda para la posteridad.

El Doctor Antonio Maurial Ramos, Abogado y Doctor en Literatura en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Maestro en Administración Gerencial en Harvard International Teachers Program of the Graduate School, of Business Administration - Boston, Estados Unidos de Norteamérica y un Post Grado en "Metodología de la Gestión" - Dirigeauts Centres de Managment, Belgica – Bruselas.

Fue docente en la Escuela de Administración de Graduados de ESAN y en las Universidades Nacional Mayor de San Marcos; San Ignacio de Loyola; Universidad del Pacífico; en la Universidad Nacional de Ingeniería y en la Universidad de San Martín de Porres en donde fue Director de la Sección de Post Grado de la Escuela Profesional de Relaciones Industriales.

Fue fundador de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional de Ingeniería y Profesor Principal de la Facultad de Relaciones Industriales de la Universidad de San Martín de Porres. En el 2010 fue nombrado Profesor Honorario de la USMP Universidad San Martin de Porres. Fue merecedor a la distinción de Hijo Predilecto de Ica. Entre sus publicaciones figura el poemario "Cantos Nascas".



 “Mi vida es ser, aprender y servir.
Soy cuando escribo,
aprendo cuando estudio
y sirvo cuando enseño,
pero siempre en el marco de una actitud ética
y un comportamiento moral y solidario,
que implica respeto al prójimo
lo que es también una forma de amor”.

Antonio Maurial Ramos





MAURIAL, Antonio.  Cantos Nazca.  Lima, Perú: Impresor Augusto Villanueva, 1974.  s.p. ilus.   21x18,5 cm.   Motivos nazca y diagramación Luis Figueroa


       

I

IDENTIFICACION Y LLANTO

Yo soy el invisible
fragmento de La roca,
el sueño del alfarero
que en tu vientre gira;

torcida rama del añelo
que nace de tu arcilla,
arcilla blanda, carne
que suena desde ti.

Hijo de ti, Nazco y de Paracas.
Cómo no clamar si se derrumba
el puquio de la sangre.
Tu felino perece en río de agua turbia.
Arrasado yace el valle del dios-sol.

¿Dónde están tus hijos, Nazca,
Pachacámac, Kon?
Wiraqocha, ¿por qué dejas
que se pudran sus manos;
dónde están, qué se hicieron
esas manos que estaban
habituadas a dios?

De esta noche del tiempo
tu luz destellará,
encenderá los ojos de tu pueblo
que esculpirá sin manos
el huaco gigantesco
que encierre la esperanza,
el pez del fuego,
el colibrí encantado del amor!


II 

PERSISTENCIA Y ETERNIDAD

Es la sangre—piedra
ahita de noche,
bebida de sol.
La mano del hombre

Tucán estilizado;
redonda, hinchada
metáfora de universo.
Enterrador del mundo,
de dios y de la muerte.
Los incansables remos
del tiempo se detienen
en los ojos del jaguar,
en el aire que aún alienta
el altar del sacrificio.
El pulso de mi raza milenaria
se quiebra en geometría
de coloreados signos.

Huaco de más edad que España,
aún que España guerrillera;
cáliz, flor, piedra, entraña
de España de Vallejo!
A pesar de los ídolos
ajenos y enemigos,
asciendes más alto
que la tierra y el cielo,
desafiando al sol
que te niega al ocaso.

El gran huaco del mundo
fue esculpido
por un artista nazca
amaneciendo el tiempo. 









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