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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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AUGUSTO SONRICS [17.914]

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Augusto Sonrics

México, 1992. Estudiante de Lengua y literaturas hispánicas en la UNAM. Nació en Culiacán, México. Desde 2011 vive en el Distrito Federal. 

Ha autopublicado los libros, nadie cree que soy lo que creo que soy, Valeria Luiselli y DEPRESIÓN DECENTE y el EP de música rara ESTILO ROMÁNTICO y autor de Seroquel Dreams (Bala Fría, 2016). 

Su trabajo ha aparecido en algunas publicaciones físicas y electrónicas. Mantiene el blog ay mi yaquesita, donde publica cosas. Su libro adiós tk bye :c pronto será publicado por la Editorial Malos Pasos.

Augusto Sonrics autopublicó un par de libros, "Valeria Luiselli" y "Depresión Decente". Él mismo dobló sus páginas al imprimirlas y las cosió a mano para unirlas y dejarlas listas a la venta. La poesía de Sonrics siempre me ha parecido muy cercana al movimiento estadounidense Alt Lit. Sin embargo, en este último libro podemos ver algo más, un plus, que quiero comentar (arriesgándome a caer en algo sin sentido o poco significativo. Hablaré del prólogo porque me parece interesante). De las dinámicas poéticas que actualmente surgen en México, y han surgido, es Augusto quien no parece encajar (La red de los poetas salvajes, principalmente), y creo tampoco lo hace como un apéndice en español del movimiento estadounidense. Lo de Augusto Sonrics va un poco más allá y es mucho más ambicioso, aunque claro, se nutra de todo lo anterior.  En el prólogo (#yosíleíelprólogo) que se encuentra en el libro “Depresión Decente” se aboga por la experimentación en el lenguaje, por hacer de la poesía una búsqueda y no una mera forma estática.




yo soy así yo soy asado
no entiendo nada
que no me haya
enseñado nintendo 
gracias videojuegos en general
sé cómo encontrar los huevos secretos en banjo kazooie 
sé pelear como ness en super smash bros
sé ser un ciempiés perdido debajo de mi cama en un juego de nokia sé perderme 
en mi propia habitación
mis nervios están enredados entre sí como cables de aparatos electrónicos
y me convierto en un oso polar cada vez que veo un atardecer
dónde quedó mi sentido del ser del humor
gente que piensa que la vida es un videojuego y hace todo lo posible 
para que así sea los amo 
científicos pop del comportamiento de lepidópteros espirituales
los amo cuál plaza comercial
cuál tenochtítlan inundado por aguas de diamantes líquidos
lukács de mi configuración síquica dañada
tómenme en cuenta a la hora de escribir mi obituario
no quiero ser un narcocorrido en un museo canadiense de arte moderno
no por favor entiérrenme al lado de mis pokemones favoritos



palincesto
me acuesto con poemas 
porque las personas 
me asustan
o me da flojera eso la interacción social
(no lo decido aún)
me acuesto con poemas menores de edad
ancianos transexuales fetichistas milenarios
y millonarios sí dios mío
no uso protección
es incomodo despertar por las mañanas
junto a alguien con la misma cara
que yo





soy pésimo evaluando básicos estímulos sensoriales
por ejemplo puedo estar comiendo algo equis
como un sandwich o una quesadilla
y en el momento en que otra persona lo prueba 
puede decir algo como no mames
esa madre está bien mala, cómo puedes comer eso
y yo digo ¿neta?
y de pronto me doy cuenta de que sí está bien malo
y pierdo el apetito

o si por ejemplo hablo con un señor
con el que no estoy familiarizado
y le digo a alguien eso y quiere saber más y me pregunta cosas como
a ver ¿cómo es? ¿tiene bigote?
¿uno pelón? 
¿como cuántos años tiene?
¿medio gordito, verdad?
en serio no tengo idea de cómo responder
entonces me río como mecanismo de defensa y digo 
que pues no sé jajaj supongo

pero si me preguntan qué opino
de un poema de Paz
que leí hace siglos
podré recordarlo y decir convencido 
que no me gusta qué te pasa qué pedo
y explicar porqué mientras me tomo una cerveza





sobre la condición del momento y los trámites correspondientes
no soy un acertijo soy un mensaje de texto
con noticias absurdas
me entiendes
quiero hablar como pienso y como hablo
no juzgues mi vida sr. largo
espectro de plata conmovida
tú nunca leíste a derrida ni viviste
en una isla intranquila
y aparte no busco hacerle daño a nadie
solo busco dar unos cuantos empujoncitos
que confirmen la flojera de la inercia
o poner MDMA en una ensalada 
y en su respectiva hamburguesa
no sé quién sabe por favor danos tu opinión
¿estás satisfecho con la atención que recibiste?
responde ’s’ para sí y ‘n’ para no





¿cómo sostienes una idea
con algo inexistente como un puente
entre el suroeste de un campo semántico
y el sentimiento que te provoca
un pequeño grupo de distintas frutas
a la hora de desayunar?
¿cómo sostienes un sostenedor
si puedes perfectamente comerme
utilizando palillos chinos?
siento que tu esófago es una secadora de pelo
pero eso no es cierto y tampoco
esotro de que tu estómago era una licuadora
dentro  de la cual un ente superior decidió vaciar
lo que quedaba de mí eso no
es cierto ¿cómo sostienes
un verso?
¿cómo lograbas poner tus brazos alrededor de mí
cuando había muerto hacía mil corazones?


Trámite gratuito

para salir
primero
hay que entrar
para morir
primero
hay que soñar



Optativa: elaboración de entradas de Wikipedia sobre teoría literaria

quiero apagarme como una luz de color en un árbol de navidad
organizaré un concurso abierto a todo público
para ver quién de nosotros tiene menos futuro
llevo trescientos años buscando una bonita frase
para incluir en mi obituario
televisor en blanco y negro de mi corazón
espero la señal correcta para salir corriendo de esta vida
sin haber pagado la cuenta
la fobia más grande y peligrosa es no tener ningún miedo irracional
a estas alturas la alergia a las metáforas ya debería ser algo
reconocido y registrado en wikipedia
pensemos en gente como yo
no entiendo el significado de la palabra antes



Importante

el poema es un efecto secundario de la poesía
no hace falta teorizarlo
ni drenar completamente el agua del lago
hay muchos estudios sobre eso
te horrorizarías al mirarlos no mires
hay muchos poemas sobre eso
no hace falta desviarnos tanto
ya estuvo bueno de andar empolvando libros en
mesas de salas
disparo mi poesía con las mismas armas
que dispara al aire el chapo guzmán cuando festeja
en sus fiestas privadas
pero no estoy en la sierra pero estas balas no son
falsas
puro plomito mítico que explota al contacto
(los policías aconsejan desaconsejarlo)
la poesía es un efecto poco estudiado de la vida






MAXIMILIANO ANDRADE [17.915]

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Maximiliano Andrade 

Nació en 1990 en Santiago de Chile, es Licenciado en Comunicación Publicitaria mención creativa de la Universidad de Santiago de Chile. Ha participado de diversos talleres literarios, lecturas y recitales poéticos. En 2013 coordinó el Laboratorio de escrituras de las Américas (LEA) en la Universidad de Santiago. El 2014 publica Sangre de Pájaro I, [viaje al centro de las cosas]. (89plus, Zurich) También forma parte de la Antología Halo, 19 poetas nacidos en los noventa de Héctor Hernández (aquí un fragmento del prólogo), que será publicada durante lo que queda del presente año.



BONZO

I

El fósforo es una anécdota del incendio

Quizás si mi carne ardiera sería flor mi pecho de hielo azul Quizás si mi pecho fuera flor de concreto caería como las aves abatidas por el viento Estoy ardiendo como un fósforo mientras el fuego quiebra mi voluntad

Me es imposible tener la imparcialidad de un monje budista frente a la muerte
como el impávido estado de la bencina al escurrir por los bordes de la piel

Quemarse a lo bonzo
sólo reencarna el cuero vivo

La calma es una utopía geográfica en el mapa de la carne
El verdadero incendio siempre quema por dentro


II

No hay tiempo para el implacable paso del tiempo

Calciné mi cuello mis piernas mis manos Incineré cada minuto de mi cuerpo frente al sol Hice brasas con mi frío pecho de témpano azul y no fue suficiente Mis cenizas serán un arcoiris de grises recuerdos en el cemento

En cada segundo hay una especulación de la vida:
observar las cosas mientras se carbonizan los ojos

Durante el ritual
la muerte nunca aparece
Nadie apuesta por la carne amarga
nadie pone las manos al fuego

Hay un abandono en cada pensamiento
El cuerpo se derrumba en ceniza ciega

Infringir heridas donde ya no hay cuerpo


III

Explotan los poros de la piel mientras suena el olor a tierra mojada con bencina

Arden las llagas de mi piel como una quema de pastizales Estallan como espigas entre los músculos extendidos Entre los huesos de mi cráneo troquelado Entre el dolor punzante de perder Se inflama mi pecho de orgullo y carbón

Gritan las grietas de la carne
cuando el fuego cocina lentamente mi determinación marcial

Esperar el pálido silencio entre gotas de sudor chirriando en un caldo
de recuerdos que no valen nada

En las yemas de los dedos puede arder un sol

Morir es una posibilidad del lenguaje


IV

Guardar espacio para un espectacular final de artificio chino

Arrasar con todo manifiesto de la carne mientras los instantes chamuscados esperan reventar Esperan ser combustible y detonarse entre las chispas de mi torso achicharrado por la fricción Esperan que llegue el final explosivo de la muerte en silencio

Ser uno con el fuego
y el magma en las arterias queriendo reventar
Ser uno con la precisión oriental
y levantar templos crematorios

Ver el fuego en la piel cruda:
entender el desesperado vuelo de palomas como un escape del hambre

Todos miran la fogata
tarareando historias acerca de sufrir
pero sufrir es sólo una palabra

nada tiene que ver el lenguaje con la poesía
ni la poesía con la muerte
ni la muerte conmigo


V

Dios es un calor que no se siente en todas partes

Incendiaré mi cuerpo mientras muero entre las señales aerostáticas del humo Acuñaré en piedra mi nombre con sangre evaporada por el sol Seré el sol y seguiré estando solo en una danza de llamas rotas en este espacio vacío

Un monje es capaz de abandonar su cuerpo
ser lengua iracunda de amor
ser las llamas en una fotografía eterna

Arder implica el abandono de todo sonido:
trinan las arterias en desborde

Un sol se extingue en el ocaso del alma

El infierno es este frío solitario que se desvanece
mientras el fuego entra comiendome el pecho



Cartas a la Princesa del reino Callampa

I

Allí entre la zarza y el recuerdo de una calle que fue tierra
Allí entre los postes ~entre los fierros y las marcas de neumático
Allí entre viviendas de emergencia y orégano y su cuerpo
Allí vive la niña princesa del reino callampa


II

Uno de sus ojos me ve
Estalla en mí su pupila carnosa


III

Miro desde mi ventana
Níspero ~ cartón y Cortina
Miro desde la verguenza ~desde mi pared celulosa
Miro del cholguán ~miro desde lejos
En una calle ~en un pasaje ~ entre tanta y tanta casita que es pareada
Vi parirse una niña a si misma
Ser jardín y jengíbre y lechuga
Ser laurel y nogal y pimiento


IIII

Niña princesa del reino callampa
Desde esta reja ~pistilo de cobre
Te escribí tres cartas y ninguna fue para ti


Carta número uno:

La fábula del ciervo, el oso y la carne
“Todo poema es un acto político,
la poesía es un gesto animal.”


X CIERVO

hay un ciervo perdido en los pasajes de mi población
sus cachitos se esconden de vergüenza
no quiere salir
ya no pasan micros a esta hora
el ciervo tiene frío
se acurruca con ramitas y cajas de leche semidescremada
tiene miedo y yo no sé de qué
hay un bosque en la casa del vecino
hay un bosque y una tele de 52 pulgadas
la tele es más grande que los cachitos del ciervo
el ciervo tiene frío
me mira
pero ya no pasan micros a esta hora


XX OSO

le pusimos protecciones a las ventanas
rejas ~ fierros ~ alambre púa
no hay nada que a un oso detenga
a los osos les gusta el programa del morandé con compañía
les gusta tomarse una cerveza en el sillón
les gusta rascarse las motas de pelo
a los osos no les gusta sacar la basura
los osos mean las orillas de la taza
y cagan con la puerta abierta
no hay puntas que paren un oso
no hay osos que no tomen cocacola


XXX CARNE

el ciervo desgarra la carne
del oso
lo tritura ~ lo degüella
y con su sangre

pinta los postes de luz
y los árboles de su pasaje


Carta número dos:
Un sueño pintado en la pared de internit


2

Cuando se pintan los glaciares en las paredes de una pieza
se piensa que la pintura deja de ser egoísmo
los dedos se hielan
se congelan
se mueren
se abren
y caen
cuando la mancha del piso chorrea los bordes de la cama
se naufraga en el océano pacifico 
las piernas se anclan a mamíferos que nadan en carne de mar
las manos son joyas ~ metal y veneno de peces
la cara es un hielo que a veces se arranca del trozo animal
el cuello un cristal que gotea pinturas azules
alfombra abisal
lo que comienza como un glaciar
se derrite en el internit
del tabique
              de una pieza
y el agua del deshielo
se escurre bajo la cama que flota sobre un río o un mar


1

el hijo de mi vecina tiene asperger
pinta las paredes de su pieza y recita cuentos de memoria
tiene un perro
todos los días le pone un nombre diferente
todos los días nace un perro nuevo que recoge sus pinceles
y le chupa las patitas
Jonathan pinta poemas con acuarelas que le compra su mamá en la feria
había un poema que decía así:
la pared está azul ~ azul y blanca
el niñito está en el medio de un glaciar
pero no está solo
el perro alfredo lo acompaña
el perro Jason
el perro Freddy
el perro triste
el perro azul lo tapa del frío
la tele está prendida en el discovery kids
el niñito nunca está solo

el poema es una pintura que nunca se acaba
Jonathan se queda dormido con el perro entre las piernas
su mamá escribe un cuento mientras el niño sueña
su mamá sonríe y lo pinta en la cama
su mamá llora porque su papá no vuelve


Carta número tres:

Carta abierta a un niño palestino a punto de morir

nunca fuiste de colocolo / nunca escuchaste las gotas de agua saliendo de la manguera / y cayendo a la tierra y cayendo a la tierra y cayendo a la tierra/

nunca el barro será enredadera en tu cuerpo / nunca un cóndor te dijo te amo de frente / ni pediste un matrimonio homosexual / nunca el vientre de tu madre te besó / como los besos que se dan en Chile / y nunca comiste la comida que hizo mi mamá / en junio o en agosto o el día de tu muerte / y nunca tu padre te vio desnudo en calzoncillos  / y nunca fuiste mi amor o un detenido desaparecido / y nunca tu cuerpo fue tundra o desierto /y nunca tu casa fue tu propio cuerpo /

y nunca y nunca y nunca y todo eso

nunca mis ojos serán niños palestinos a punto de morir



Carta número 4 y ninguna fue para ti:

Mi amor
es una niña que vive entre las plantas
se esconde entre la ropa
en los alambres
en las paredes
nunca dijo
Por mí y por todos mis compañeros
su piel cree ser un vegetal aromático
y se funde despacito al ruderal
su pecho carcomido es un arbusto
las flores se entrelazan entre plástico y cemento

Mi amor
es una niña que vive entre las plantas
se tapa con sus huesos cuando tiene frío
come las uñas que le sobran
arma mediaguas con pelos que encuentra en su piel

duerme
siempre que encuentra su pecho
duerme
siempre que encuentra sus piernas
los filamentos de su cuero necesitan los rayos del sol
se queman y nacen y se queman y nacen
como una calle nueva
como nuevos órganos maltrechos
como un nuevo corazón
que el rostro de una niña se haga selva de su pueblo
que manos se hagan pétalos y hebras cuando crezcan
cuelgan las falanges de cornizas
caen de los dedos podridos
y luego
crecen desde el suelo entre los huesos
se alzan cultivados desde el compost

Mi amor
es una niña que vive entre las plantas
nunca tendrá más amigos que la tundra o el desierto
no será más que caderas aderidas al concreto
espera que el sentido eléctrico aniquile sus ganas de caminar
espera que un poste le caiga en la cabeza
nunca tendrá más amigos que su carne entre las ramas
que los restos de pan en las bolsas de basura
que el polvo mojado que circula entre los árboles

Mi amor
es una niña pegada entre las casas
orgánicas cadenas adheridas a sus pies
fibras carcomidas entrelazan sus caderas
y costillas que se abren como puertas de un hogar de material ligero
y clavículas de madera recubiertas con migas de pan
y poca cosa queda de una niña si ladrillos princesa construyen un país

Se levanta
las carnes se descuecen de la tierra
las hojas de desparraman por su frente de damero
erguido el cuello como un tronco que se quema
firme se alza de los tallos y el concreto
la niña mira a los ojos su reino botánico
las plantas se hincan se abrazan
la ciudad se hace pueblo y los pueblos son tierra
las rejas son de tierra
las paredes son de tierra
se caen los techos  salvajes
caen porque es lo único que saben hacer

La niña mira a los ojos su tierra
no dice palabras
pero ama
como aman las plantas









CLAUDIA GONZÁLEZ CAPARRÓS [17.916]

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Claudia González Caparrós 

Nació en A Coruña en 1993. Actualmente reside en Barcelona, donde ha realizado el grado en Estudios Literarios. Si la carne es hierba (Sully Morland) es su primer poemario. Accésit en el premio Pablo García Baenna 2014.



*Los poemas pertenecen a Si la carne es hierba (Sully Morland)




Comulgar: dejar que un cuerpo
se deshaga en la boca

(Prohibido
usar los dientes)



///



Estar solo es tan terrible que no sé bien cómo empezar a redactarlo, cómo construir un

edificio (pienso

todo el tiempo en el Panteón de Roma, en ese círculo, en ese aire abierto como una herida

por donde entra  la luz)


(suspensión -
que mi palabra sea como el Panteón de Agripa)

Esto es el narcisismo, algo que desprende,
como la piel de una naranja,
su olor

La degradación de los cuerpos mientras afuera
las cosas trazan su recorrido, las cosas
trazan su recorrido en esta especie de páramo

y los cuerpos se acartonan y ya casi nunca esperamos a nadie, si respiran

es porque vivir se hace necesario en esta humedad que se dispersa como azúcar, cuando te

miro a la cara y te pregunto cosas que tú no sabes responder, y me preguntas cosas que yo
no quiero responder

Este cuerpo es tan triste y no está vivo, pero respira como si debiera estarlo, como si sobre
todo buscara la vida en estos movimientos sintéticos, en estas cadencias, en esta orilla a la
que no consigue llegar

(suspensión)

y las palabras son piedras que se me clavan en las plantas de los pies
y la ciudad un cementerio de elefantes
y mi cama una moderna Atlántida

La soledad resbala y atrás deja brillar,
instantáneo,
su trazo

(como la baba de los caracoles)

como las cosas cuando encuentran la salida
como las cosas cuando saben dónde ir

y todo esto tiene algo de siniestro
pero me gusta tu pelo
pero me gusta tu olor

Dejar

la soledad como se deja que el camino se construya en la intuición absurda, seguir un
sendero en la hierba y no mirar a los lados
y sobre todo no buscar la orilla,

Déjame
porque todo está mojado en esta casa, las paredes se hunden muy despacio, tan blandas
y carnosas. También mi cuerpo
se está disolviendo en esta cama, y no es doloroso pero es triste

dejarse resbalar así,
dejarse ir

Dejarse caer es el prodigio de una asombrosa arquitectura,
el espectáculo de un templo-claraboya,
de un templo-lucernario
y que entre en mí la luz como por una herida mientras tú
vienes y vas
en este denso bosque de columnas (mi cuerpo ya
casi no existe

y mejor, mucho mejor
que sea así)



///


Mírame, me dijo Sully Morland. Solamente la superficie de la piel, sólo la capa más superficial: lo que ves ha de ser lo que toques. Debes mirarme y tener mucho cuidado. No profundizar. Profundizar no es lo necesario, lo necesario es la sutileza de las superficies llanas. De la mirada no debes pasar a la visión.

Es ahí donde encuentro la belleza. Es ahí en donde nace el tacto.



///


en los bordes de algo que termina, uno ya no sabe si saltar
o quedarse a mirar cómo las ruinas crecen
y si ya nunca dejo la puerta abierta no es porque no tenga esperanza
sino porque no creo en las puertas



///


Noli me tangere a media voz
noli me tangere, me acerco a ti, el tacto es
un salto de fe

noli me tangere, Sully Morland, mantente lejos de mí, lejos
de lo que eres

una yuxtaposición de oquedades, un amasijo
de líneas que se cruzan y noli
me tangere Sully Morland porque soy
un cuadro cubista
desencajado
en muchos espacios que se superponen y que no logro nunca reconducir hacia mí

hacia el interior
hacia el exterior

el espacio neutro donde soy posible, el espacio
de continuidad entre la agorafobia y la claustrofobia

en donde no es posible el tacto oh Sully Morland, en donde
no existe el agua, no existe el aire y sin embargo todo flota suspendido y sin dolor,

y tengo tanto miedo a que me toquen, Sully Morland,
tanto miedo a estar viva

Soy consciente oh Sully Morland de
mi bidimensionalidad, de que te miro
desde una superficie plana y desde unos ojos que se entrecruzan en la inconcebible
posibilidad del afuera, necesito de ti para anclarme al mundo, necesito de ti para ser esa
posibilidad, necesito de ti para mirarte y saberme mirada, configurarme en eso y agarrarme a

eso

noli me tangere porque estoy asustada de mi piel

de traspasar la piel y de rasgar la piel, de recorrer la piel y de activar la piel, noli me tangere
Sully Morland

porque me duele
porque me duele ser y quisiera dejarme

dejarme ir
dejarme caer
(en el prodigio de una asombrosa arquitectura
y que en mí entre la luz)

soy un bosque ardiendo
y no puedo perdonármelo, y necesito el dolor porque me vivifica, Sully Morland, porque ese
dolor es el reverso de la piel
que palpita regular
y este es el ritmo de mi cuerpo, noli
me tangere Sully Morland porque no puedo resistir el escozor de un dedo sobre mí, porque
no puedo resistir el deseo y la tentación de desaparecer, de no ser más bajo la
piel bajo
el agua
no puedo resistir que tú me hagas porque no debo ser, porque no debo estar y porque no
quiero esta piel - este dolor - esta certeza de existir en algún sitio, desearía

desearía ser un río

un intocable río que desembocase y se llevase lejos todos los escombros
La idea de la ruina

noli me tangere
porque no sé de qué estoy hecha, porque estoy hecha de agua
y de aire
y no puedo flotar dentro de mí

y me duele esta dispersión, me duele derramarme en el vacío
como la hierba de un acantilado (como el agua, como el aire)
como todo lo que no es posible tocar
como todo lo que rechaza el tacto

noli me tangere, Sully Morland, deja
que me deshaga
como si fuera nieve                      






.

SHIRA RUBINSTEIN [17.917]

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Shira Rubinstein

Shira Rubenstein (New York, EEUU, 1991). Egresada de la carrera de Creative Writing de Brandeis University (Massachusetts, EEUU). Actualmente vive, escribe, y traduce en Buenos Aires, Argentina.


EL NEGOCIO FAMILIAR

Cuando le tocaba un billete trucho a algún amigo de mi abuelo, él lo compraba por dos pesos. Después pintaba la cara de Roca con unos bigotes extravagantes, sobrepuestos a los dignos originales. A veces añadía algún decorado más, un verso de poesía en el margen, una bandada de palomas atravesando el sol. Vendía sus obras por euros y dólares en las ferias turísticas. A mi padre le enseñó el método de bigotear a Roca, y mi padre, a su vez, me lo transmitió a mi. Yo esperaba seguir con la costumbre, pero mi hijo no tiene ni una gota de sangre artesanal; el quiere ser doctor.


SIEMPRE CON LA REVERENCIA DEBIDA

A veces mi hermana
conversa con Dios.
A veces lo putea.

Su rabia me llega
como las prendas de infancia

gastada, y años después.



CRUZANDO UN PUENTE DE BROOKLYN 

a Ana

Aquel invierno ni el llanto
podía interrumpir la tarea
de palear la nieve — uno
se negaba a mirar a los vecinos
y de vez en cuando
soltaba la pala para frotarse
el rostro con los guantes.
Mientras caminábamos
sobre los barrios
antes del atardecer
todo parecía alcanzable.
El sol reflejándose en los rieles
nos bañaba en una luz
que no había visto antes
y no he visto después.



FRENTE A UNA SILLA DESOCUPADA

Me quiero tomar unos tragos
con mi papá, si él estuviera muerto
no habría problema. Ni sería
ni estaría por ninguna parte
y su no-ser estaría en todo, incluso
al otro lado de esta mesa
mirando la tele, el partido
picando maní salado
preguntándome cómo decir
en castellano cualquier cosa
que se le ocurra para sacarle
una sonrisa al mozo, riéndose
de mis juegos de palabras
escuchando todo lo que tengo
para contarle, desapareciendo
apenas quiera que me deje
de mirar. Pero mi papá está vivo
está mirando la tele en otro
continente o dormitando en la cama
con la radio prendida, esperando
a mi mamá, o está ya dormido
junto con ella, su no-ser
rodeándolo, como un halo
nada sobrante para mí
salvo unas huellas de bendición
en los rincones, lo que recuerdo
de un beso entre los ojos
cuando los cierro.



Bounty and Twenty Poems to Read on the Streetcar
Senior Thesis Presented to The Faculty of the School of Arts and Sciences
Brandeis University Undergraduate Program in Creative Writing
Olga Broumas, Advisor In partial fulfillment of the requirements of a Bachelor of Arts

by
Shira Rubenstein

May 2013



The Assassin

after Eliza Griswold

In the time it takes
to slam shut a door
and feel it then flung
open against you
he can change his face at will.

His body breathes
not a whisper
of menace, gun
slung over his shoulder
a guitar on its strap.

If I am shot
I am shot in the foot
with bullets so tiny
the wounds barely bleed.

I am not meant to die.
I am meant to see
and weep for what I’ve seen.
You asked and now you know
about my dreams.


At the Breaking Point

I know the temptation
to pick a direction and walk,
tell no one, cry until
the capillaries burst in my nostrils,
make them find me hours later, huddled
and mute in the city park,
my front streaked with
mucus and blood.

Praise the fact that
I no longer expect the fruit of madness
to hold any solid pit of truth at its core.

The last time I tried to scream
the sound snagged on the
smoke-etched cracks in my throat
and came out thin and shrill,
the whine of begging hound. 



I Cover My Head

for Rawda

When I saw you unwrap
your hijab I was
as an infant before
a dish of jewels
with no angel
to stop my hand.

Two years later,
I still feel
on my palms the oil
you used
to smooth back your curls.



From the Fossils

Many of us
realized
what was coming
but the world
never ceases
to be beautiful
as it is ending.



When Sarah Apologizes for her Sadness

I have long
lacked the words
to tell her
that regardless
of the shunt
threaded
beneath the skin
of her neck,
regardless
of the scar
unfurling
along her scalp,
I have never
been anything
but grateful
to bask
in her light.



Traveler Dreams

I

I asked him to explain
the one word I hadn’t understood.
He said “I’ll show you. Touch my arm.”
I touched his arm. He bit off my hand.


II

The judge doesn’t speak English
and the witnesses don’t speak Spanish
and I have to translate
my own defense.


III

When I stopped speaking my tongue began to shrivel in my mouth and
eventually it fell out. I woke one morning and saw it lying on my pillow, gray
and dry, and when I tried to pick it up it crumbled to dust in my hands. I
brought my fingertips to my face and they carried no scent of earth or ash or
flesh or rot; they smelled of nothing.

‘Dumb’ has two meanings for good reason, but I have found that the worst part
of lacking language is not lacking wit. Nor identity. The worst is lacking use.
When my brother wept, I could only cough. When my sister asked me for
advice, I shook my head and kissed her cheek with dry lips. 









EDUARDO PAREDES OCAMPO [17.918]

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EDUARDO PAREDES OCAMPO

Eduardo Paredes Ocampo (México D.F., 1989). Estudió Letras Hispánicas en la UNAM. Ha publicado en revistas como Río Arriba, La pluma del ganso, Marabunta, Artebuhonero, Síncope y Cuadrivio. Después de trabajar un año como becario de investigación en El Colegio de México, comenzó una columna quincenal en Linnemagazine. Desde 2014 estudia una maestría en Literatura comparada en King’s College de Londres.



HARAKIRI

Para el harakiri

no existe
ocaso,  

es imperio
del sol

sólo naciente. 

Trama

–del ser al metal
y de vuelta–

el resurgir:

la sangre del suicida

sirve de riego
al arroz.

Cualquier sacrificio

encuentra
a su serpiente:

mordiéndose
la cola,

la cifra
de infinidad

se le hermana.              



LABIO

Desembocan
tus labios

lejos.

De un paisaje
efigie:

desnuda

pruebas
que todo

es repetido.

Hasta ramas
acumula

tu cause

a sus riquezas.

Porque,

junto al proclive
de vida,

la muerte

en la marisma
impera.

Yo respondo
repartiendo

–río arriba,

río abajo-

besos.



CUENTAGOTAS

Es tortura
de latir

su atruene,

el tanto
resemblarse

centella
y sangre.

No hay paz

a quien
se empapa:

sólo en
leves lloviznas

vivimos.

Como abrigo
del ahogo

ese irrigar

también
nos trunca –

hasta en querer

tenemos
cuentagotas.  



PALABRAS DE LAVANDERAS

Expiar
no es palabra

para la otra piel

que, con culpa,
habita

el hombre:

expiar
no es palabra

de lavandera.

De imborrables
estigmas

discuten.

La ropa

se lava,
se seca

sólo para volver
a ensuciarse.




RÉPLICA

Tantas veces he sentido que tiembla,
tantas me he mentido…

Tantas veces he seguido su paso de agujas
que tantas me he cosido al suelo.

Aquí tiembla. Aquí
dan campanadas las torres de la tierra
cada hora
cada cuarto para la hora
cada quince minutos.

Aquí el pasto se enreda en el pasto
con los dedos dóciles de cada sacudida
y esa paciencia de costurera
cuesta quince mil muertes

cada quince minutos. 

Pero me miento, a veces, me miento
y sigo caminando:

es sólo un paso de hormigas por los pies,
un par de pellizcos bien puestos,

son los latidos de los enterrados,
la última ancla quedada en la vida,

es lo que he sentido siempre
y lo que por miedo siempre me digo:

“Aquí
no tiembla. Aquí nunca ha temblado tanto”.



ADVIENTO

Vino el adviento
y pudimos perdonar.

Para quien espera,
ese fue un casto silencio,
el estático tiempo
marcado, para los niños, por las mordidas de perro 
y el temor a la rabia.

Para nosotros
hubo penurias:
cada culpa acumulada
astillando como llanto de cristal
las paredes endebles de las venas,

todos nuestros enemigos muertos,
paja sigilosa, ancla de eco a nuestros pasos,
recordándonos cada día
el camino al fin del sufrimiento:

el mango de un hacha,
el lugar donde guardamos madera
y aminora el ruido del alma
que, libre de peso,
torpe paso de niño apenas aprendiendo,
sombra confundida con los senderos del escape,
tropieza con todo.

No somos asesinos.

Sentimos el mismo pecado,
los dientes del perro
adentro, diluyéndose
el calcio
para hacer otro fantasma
de fuego fatuo:

las vidas de esos
urdidas en nosotros
como aquellas dentelladas.

Afuera los niños han aprendido
a patear a los perros,
a dispersar su mordida
con la punta del pie,

a reírse de la rabia.

Por eso vino adviento
y por fin pudimos perdonar. 



RELÁMPAGOS

Como remilgos
los rayos
zurcieron el cielo
y quitaron de las techumbres
el brío de espejos
que, después de bracear el aire,
dejaron los pájaros
durante el día.

Como antorchas
y haches de chispas
alargadas por el viento,
como estrellas deshiladas
desde adentro,
las centellas se descolgaron
del cielo
prendiendo pasto
y asustando a las mulas
que en sus ojos era hierro tanto fuego,
como en los nuestros un daguerrotipo.

Ese era otro azul,
ese, del que se colmó
la mansedumbre inmensa
con borrascas y bramidos
del viento que, con su fricción
de fósforo,
hasta a los fuegos fatuos inflamaba.

Ese era otro azul,
ese, el que brotaba
de las vacas
para consumirlas
y confundirse con las fulguraciones
del calcio
que el mismo fuego,
a fuerza de adentrarse,
en segundos les doró de los huesos.

Ya nuestras sombras
se subían prendidas al caballo,
ya las espuelas de ellas
espejeaban
una opacidad de centella,
ya los relinchos de nuestras recuas
se rizaban en sus contornos
como cuando prendes pelo.

“Vámonos cabrones”
grité a los llaneros  
y todavía el ganado encendido
nos siguió un gran trecho
hasta que se fueron tropezando
con las bolas de fuego
que ellos mismos hacían
con su trote y la tierra
como perros que, celando
una perra,
se matan con sus mismas mordidas.



Siamés 

A lo hosco
tuerce,

a enmascararse

tras
rasguños.

Del sufrir

gesto
enterrado

sólo a la sombra
táctil.

Otro visaje,
sumiso,

sobre
la sepultura

muestra.

Goza

las mieses
de su siamés

al sol
remozándose.

La sed

su asimetría
tatúa:

raíces
para saciarla,

fronda,
satisfecha.





Intrusa

Instantes

a recordar
seducidos:

tras su pelo,
intrusa

te supe.

Un ceñirse
al pasado

serán
sus caricias,

cada una

destile
de lo tenido.

Tendré

–que otra,
en mí,

memoria
acumule –,

desde nosotros,

como imposible
cuento.

Sin llegar
a reemplazarla

por tú,
por ti,

ella
la llamo.

No corregiré

cuando
su gesto  

de sobra
se te aproxime

y, cada vez
más,

quedes.

Mañana

que el error

todo
encarne,

¿quién será
la intrusa?



Nostalgia del eclipse 

Al alcance
del ansia

la ceguera
se tiene

de niño.

Un eclipse,

aún sin sentir
su luz

asesina,

codiciamos.

El resplandor
siamés

de soldar

ya a nadie
seduce,

ido,
como tantos,

otro candil
de la infancia.

Quien sortea
cada fulgor

–contra ver

a golpes
repartidos –

crece.

Quien, confrontando
el menguar

del sol,

decide
cegarse,

en su miniatura
se encierra:

tan insólita
su imagen

como un crepúsculo
amaneciendo.  






.

HORACIO LOZANO WARPOLA [17.919]

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HORACIO LOZANO WARPOLA

Horacio Lozano -Warpola-, (Querétaro, México 1982). Publicó junto a Gerardo Arana y Antonio Tamez, Neónidas 2006 – 2008 (Herring Publishers México) y apareció en la antología de escritores queretanos Besar de Lengua (Fondo Editorial de Querétaro). Actualmente coordina los proyectos Laboratorio Murciélago, Cine Panorama y es editor de la revista de ilustración y poesía Gus Ultramar. Ha publicado los libros de poesía Lago Corea (Herring Publishers México), Física de Camaleones (Fondo Editorial de Querétaro) y Gestas (Ediciones El Humo). Hizo para Mamá Dolores Cartonera la selección y edición de Embutido de Poetas - Muestra de Poesía Mexicana Actual y Mis primeros dientes: Antología de Escritores Queretanos Nacidos en los 90. En 2014 ganó el Premio de Poesía del Festival de Literatura de San Miguel. Ha sido, con distintos seudónimos, colaborador en revistas, periódicos, suplementos, blogs y exposiciones de arte. También escribe en warpola.tumblr.com e imparte talleres a jóvenes escritores.


Unidad I

1. El metabolismo de un libro determina qué sustancias encontrará nutritivas y cuáles encontrará tóxicas.

2. Una característica del metabolismo de los libros es la similitud de las rutas metabólicas básicas incluso entre especies muy diferentes.

3. El metabolismo de los libros conlleva un gran número de reacciones químicas: reacción de transferencia en grupo.

4. Un ejemplo de metabolismo xenobiótico en los libros es la depuración de los fármacos por parte del libro.

5. Los libros deben respetar las leyes de la termodinámica. A pesar de que la complejidad de los organismos contradice esta ley, la vida de un libro es posible ya que todos los organismos vivos son sistemas abiertos que intercambian materia y energía con sus alrededores.




Unidad II

Controlar sistemas controlar vidas controlar lo incontrolable
El juego de las personas inteligentes
Al construir simulaciones entrarán en ellas
El jugador es forzado a realizar un juicio de valor
No hay un eje definido del bien y el mal

Jugadores jugando con su ética

Tienes la capacidad de ser un dios bueno o malo
Te damos estos poderes pero depende de ti lo que hagas con ellos

¿Qué curso moral deseas tomar en el juego?

Los verdaderos dioses son los diseñadores desarrolladores programadores
Mientras más dan más les ruegan
Comienzas a perder la iniciativa
Decides ser el dios malvado y cruel

La inteligencia artificial fluye en la cabeza del jugador
Los juegos hacen trampa con su inteligencia artificial
Reaccionas a lo que diseñaron en lugar de reaccionar a lo que haces

El propio juego te observa y aprende de ti
Se va adaptando a ti
Como tus propios sueños





Unidad III

Sean cuales sean las circunstancias
en algún momento podemos encontrarnos

Probablemente piensas que acabarías aplastado
Pero la realidad es mucho más extraña que eso
la realidad se dividiría en dos
En una de ellas serías incinerado
Y en la otra te sumergirías en un agujero

Ni siquiera la luz puede escapar
El horizonte de sucesos se llena de energía
Cuanto más te adentres
las leyes de la física
ya no son aplicables
¿qué es lo que ocurre si accidentalmente caes
en uno de estas aberraciones cósmicas?
Mira con horror cómo te sumerges en el agujero
A medida que aceleras te estiras y contraes
como a cámara lenta
Podrías enviar señales
con la luz de tu iPhone
Pero estás siendo borrado lentamente
Ahora ocurre algo aún más extraño

nada

Navegas directamente hacia el destino más siniestro
sin ni siquiera recibir un golpe
Espeluznante acción a distancia
¿Te deslizas al interior y vives una vida normal
gracias a una realidad que extrañamente
depende de quien la ve?
¿O nada más llegar al horizonte colisionas
con un cortafuegos mortal?
La verdadera naturaleza de la realidad yace oculta en alguna parte




Unidad IV

La poesía genómica es el conjunto de letras contenidas en los poemas, lo que puede interpretarse como la totalidad de la información poética que posee un organismo textual o un verso en particular. El genoma en los poemas eucarióticos comprende la etimología contenida en el núcleo, organizado en retóricas, y el poema de orgánulos celulares como las transvanguardias y las fonéticas atonales; en los poemas procarióticos comprende la prosa de su nucleoide.





Unidad V

La nueva formula de la sangre artificial
es resultado de una investigación de seis años
No hallaban una proteína que pudiera resistir
un estrés mecánico y químico
Usaron como componente clave la hemeritrina 
que es una proteína sanguínea de los gusanos marinos
Los investigadores afirman que también es posible crear
una especie de sangre instantánea
: una mezcla de sal y proteína
que puede convertirse en sangre para transfusiones

Hacemos esto para satisfacer una especie de curiosidad
plagiar la sangre es restaurar la existencia​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​





I

Las expectativas que mi gobierno quiere que tenga son medias
Digo -mi gobierno- porque aunque no sea mío me pertenece en el patriotismo y en los impuestos y en      la rutina
No soy un drogadicto no tengo grandes deudas
Conozco el mundo y a los animales salvajes a través de la televisión y no puedo dejar de sentirme      
     mal porque mi realidad es la ficción de otro
Mi ficción no es la realidad de nadie
Estoy cansado de abrir y cerrar las canillas como si eso fuera vivir
Abrir y cerrar canillas
Hasta donde sé una flor no se queja de ser una flor
Un tornillo ama ser un tornillo
Estoy joven y a veces me siento como un viejo y a veces me siento como un niño
Son los treinta -dicen-
No quiero quedarme a medias
A mi gobierno le conviene
que sea una trucha en un estanque de crianza
fácil de pescar fácil de devorar
Llega el momento en donde tomas el auto y lo estrellas
en cualquier barda
Las bolsas de aire te salvan la vida
-las bolsas de aire-
: eso para mí es la poesía
Estrellarme cuando quiera
sin morir
siempre a medias
Como mi gobierno desea



II

Fui a pedir un préstamo al banco
llevo años siendo cliente
allí depositan mi nómina cada quincena
tengo que ir a sus cajeros automáticos a recoger mi dinero
porque si voy a otro me cobran 30 pesos
No me dieron el préstamo
dijeron que no tengo historial crediticio
me pregunto qué es un historial crediticio
otro ejercicio de la memoria
Quería el dinero para irme de vacaciones
hace mucho tiempo que no voy a la playa
sueño con las olas
escucho el oleaje sobre la azotea del vecino

historial crediticio
acuchillar mis ilusiones



III

Mis batallas no son muy complejas pero sin duda son batallas
Estrello los carritos del súper en los talones de las otras personas
Tardo mucho tiempo en escoger una ciruela
Sostengo la mirada por largo rato con cualquier tipo que se atreva a mirarte mientras analizas los        
     lácteos
Algunos se arrepienten y bajan sus ojos al suelo como perros castrados
Otros se sostienen por más tiempo y nos coreografiamos como si fuéramos un par de espadachines     
     persas
Casi siempre soy el vencedor
No porque sea el más valiente
Es porque tú estás a mi lado
Preguntándome por la circunferencia de las frutas
Con tus velos y tus escudos
Afilando mis espadas
Pagando los lambruscos o apartando un forro para el colchón



IV

Ahora entiendo
Siempre he sido un esclavo
Intentando huir
Insisto
Me gusta mucho lo evangelístico
Pero no puedo evitar pasar de una etapa de liderazgo a otra
Palabra de ciencia
Me ha gustado abrir iglesias
Me impresiona ver a un Juan recibiendo la visión del apocalipsis
Son experiencias bien lindas
Me interesa cómo Pedro está en la cárcel con Juan
Y viene el Ángel del Señor y los va a salvar
Qué experiencias las que tuvieron estos hombres
Personas que estaban lejos de Dios y se hicieron Santos
Porque Dios puede hacer Santo a quien quiera
Y quiero hablarte de algo que me llegó
Mi sanidad física
Satisfacción Física
No tengo necesidad de la multiplicación de peces
Ya tengo lo que quiero
Mi ejecución

Del libro Gestas.



GERARDO VILLANUEVA [17.920]

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GER­ARDO VILLANUEVA

(Guadala­jara, México 1978). Es abo­gado.  

Es autor de los títulos de poesía, frac­tura: ras­tro (Edi­ciones del Orn­i­tor­rinco, 2003), Transterra (2009) y Feu G Rare. Está incluido en la muestra Diez y nota, de poesía joven de Jalisco (2011). Además es fundador y coeditor de la revista literaria electrónica Luzzeta.

La historia de una niña narrada en El vuelo de Lucy (cuaderno de tareas), primera obra de Gerardo Villanueva dirigida al público infantil, fue galardonada con el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2012.

Poe­mas suyos han sido pub­li­ca­dos en diver­sos medios impre­sos y elec­tróni­cos, como “Gac­eta Lit­eral”, “Crítica” y “Metrópo­lis”. Actual­mente vive en la Ciu­dad de México.




Recon­struc­ción de los hechos

Dale, Edgar, sen­tido al suceso:

El gen­eral en retiro
duerme. En su catalepsia
con­struye rompecabezas.

Crímenes de extermino
le provo­can media sonrisa
(nosotros —por supuesto—
no la vemos).

Está inmóvil. Mentalmente
can­tur­rea:

That the ghastly extremes of agony are endured by man the unit, and never by man the mass— for this let us thank a mer­ci­ful God!




Lo dejaron por allá (en morro dos macacos).

Eso que ves, Fabiola

(camino a tu casa / después de la entrega / estacionado en la banqueta / partido en dos / tan mosqueado como las manos del carnicero / desnudo / putrefacto / rodeado de curiosos/entre ellos tú),

es un policía
den­tro de un carro de supermercado.





Tor­tura china

La víc­tima
: su hemor­ra­gia su hematoma
casi pul­cra. La
cer­e­mo­nia fue fugaz.

Sólo cuando le lla­man por su nombre
—mono­silábico—
parece dar señales de vida.





Bitácora de Gregor Mendel

En cada rasgo un color
púrpura o blanco,
carpelos y estambres de guisante.

En cada grano de polen
un promiscuo intercambio de gametos.

Nada nuevo en las reglas de la herencia.

Como estoy harto de jugar con flores
y la genética se esclaviza ante el azar, 
a partir de hoy sembraré cráneos.





Leeuwenhoek

Preferible un sistema pancreático
para el aumento 
de aquellas 
células con forma de escolopendra.

La última vez
—a distancia—
parecían sínfilos.






.

JOSÉ CÓRDOVA [17.921]

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José Córdova

(Porcón, La Libertad-Perú, 1979)
Tiene estudios de Arquitectura y Sociología en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Ha publicado Depredación de las ganas (Pre-textos) (Arequipa, 2002), Perfil del desencuentro (Arequipa, 2007), Animal desbocado (México, 2012) y las compilaciones 17 cuentos peruanos desde Arequipa (Arequipa, 2012) y El árbol onírico / antología poética de Luzgardo Medina Egoavil (Arequipa, 2015). Algunos de sus poemas se encuentran en diversas antologías tales como Rito verbal: muestra de poesía peruana 2000-2010 (Lima, 2011), Me Usa, Brevísima Antología Arbitraria Perú-Uruguay (Lima, 2012), Barcos sobre el agua natal. Antología de poesía hispanoamericana desde el siglo XXI (México-España, 2012) Tea party II, muestra dinámica de poesía Latinoamericana (Arica, 2013) y Poesía en vivo. Antología poética del I Festival de poesía en comunidad (Lima, 2014). Es socio fundador de las editoriales Cascahuesos Editores, sello en el que hasta la fecha ha publicado más de 70 títulos, Editorial Tribal y Surnumérica. También dirige los blogs literarios “Panóptico Literario” y “La torre de las paradojas”.


XXV.

A este mundo que me envuelve, en su suelo tan mío como ajeno, con su bióxido de carbono que llega hasta mis pul-mo-nes, sin importar mi cáncer, mi asma, y todas las gentes, todos los prostíbulos de la Jesús con sus meretrices santas, zambullidas en sus tules nocturnos, desnudas, bailando lambadas, y sus devotos parroquianos que beben contra su alegría, mientras duerma en mi suelo sobre mi colchón de piedras y cemento, soñando con el mañana, universitario, con mi porvenir, que a las justas se puede; mientras que mi padre maquinista —para darle un sentido a su vida, qué tristeza—, cueza su reverso ante el Nuevo sol, acumulando en la semana sus cansados e incontables años de sudor para el domingo refrescarse con una cerveza, recordando su quién sabe: juventud; mientras sin descuido alguno mi madre madrugue detrás de una ventanilla y una hermosa mujercita light jaculatorie una sonrisa de perla, y así agradezca a su Dios porque yo continúe caminando con mis cartones y mi fólder, mi tinta azul y mis poemas, trasnochado y sin almorzar, mascando un chicle de optimismo en pie de lucha: yo le digo y le juro.


Poesía 

sacrificado mi pellejo sobre el esqueleto
mi cuerpo se convierte en instrumento castigado

dando la espa[l]da
mejor dicho
ocultando la cara

para reírse o para llorar
un poco doblado o descontento
más mejor,
desgranado y clandestino (sic.)
por el diente de mi diente
—o quién lo sabe, ¡nadie lo sab/ve!—

porque este cuerpo es un enorme vano hacia la muerte
por eso nomás voy a limpiarme los lentes de toda esta tristeza
y con mi piel a-penas asida en mi palma recalada al rincón de este sistema

voy a puñetearme secas lágrimas de la noche
y me voy a retirar disimuladamente a mi fúndica camisa 
este cuerpo humillado
tal / porque rehusó nacer vegetal
y sostenerse de su propio suelo

si así no hubiera sido
leche verde irrigaría y crearía un cuerpo de secoya
y me vestiría de rugosa corteza
descifrándome en las estaciones como pájaros de fruta y
semillas que
al menos servirían para algo:
y jamás tendría que pelear por mi sustento

por un poco de agua hundiría mis pies
y mi falo no
mejor mi lengua

y extendiendo mis brazos y dedos como miradas finales de hombre
nomás cogería en mi estómago verde y mi sangre
legañas de sol para vivir
(lo demás / sería fácil)
pero abro los ojos y —este es el resultado—
da que soy medio samsa
inverso
por eso estoy ingresando al píloro 
(hasta ahora el camino bajo el pie —y que-me abandona—
aún no se detiene)
esta realidad animal que me envuelve
me hace pensar en la manera
más
ordinaria de lograr que te acerques y te quedes a la sombra de mi ala
y cansado de saber
cuando estuve en lo alto viendo al hombre como hambre
desperté erguido y de polvo
y me encuentro atascado en el yeyuno por la prisa
entonces
hecho tierra me pongo a llorar
golpeando el suelo de por gusto
rasguñando el polvo
sin poder alimentarme de mi clara

y doliéndome el saber que ya no puedo
ni siquiera en mi función testicular
gimiendo por mis manos tan pequeñas
mi fecalidad hecha bagazo
de vuelta invisible
voy corriendo atroz hasta mi altura
y que me pierdo

no hallo la palanca o un cuchillo 
para darle enseguida la vuelta a mi hambre

el poco excremento se me divorcia
y así como ahora me voy quedando solo
otro suj/feto se gesta en mi cara
me he sentado a descansar sobre mis huesos
y le ruego a mi cama esta noche
no sea una tumba
para vivir todavía hasta mañana
y mañana lo mismo
así hasta no ser más
en mí
natural

luego
poder componerle un gran agujero a la máscara de la noche
¡y gritar! 
(de alguna forma morimos
algunos, ni siquiera vivimos…)
enfrentarme otra vez al mismo cuarto
encontrar la tarima aguantando tres cuerpos
muertos
los mismos cartones y oscuras ollas
como costras secas en el piso y la pared
sin contener ni proteger la pus para saciarnos
y mientras los otros van en auto
[y yo voy elegido en tran/vía
a pié / de página]
nos cierran la sonrisa sin que uno lo autorice
«juran por dios y por los pobres»
y «mío» es de propiedad privada para ellos

me siento en las rodillas de mi muerte
mi cuerpo como un jonás
toma la forma de cuatro paredes que lo contienen
, y es otro día… 
olvidado que me pongo en una piedra de cuclillas
contemplo este cierzo en mi mano
para ver si es que aparecen algunas partículas
trozos de enlutada caca que me indiquen
puedo sostenerme aún sobre estos huesos
por simple vocación y mérito adquirido
a / mi espalda (es) una cordillera y todos mis nudos
por eso ya no puedo destornillarme las heces
y sentado en la misma piedra y de reojo
bostezo fúnebres entrañas de reloj
entonces medito:
—¡hasta cuándo más he comido!—

y me interpreto
ya no puedo erizar de excremento el suelo
y herir este denso aire oscuro que me asfixia 
éste es mi alfabeto
mi abecedario insustituible:
a b1 b2 b3 b6 b12 ca d e e4 e5 fe fe1 k mg na p
las demás las he comido
y me faltan para escribir un nombre
darle vida a mis tejidos
y volver a construirme sin placenta
vomitando el hueso verde de manzana

por eso
vamos a cazar con la lengua
cúmulos para comerlos en cecina
cirros de algodón y calorías
o
(mejor
dejémoslo para la verdura
y después de amaestrarlas
—llenos de saliva—
hay que untarlas a estratos cocidos)
nimbos en pastillas para esta fiebre 

en este excremento sin
sombra, se me va la vida
si es lo último
—y me quedo—
qué he tenido
disforzado tenté presentirme
ver si en este nudo de carne
cabe aún mi esqueleto
solo de mujer y de migaja
sólo acompañado de sus piernas
que deambulan como pluma desde siempre
sobre un pedestal digestivo de melancolía para huesos

aún mi cuerpo en polvo
se arrastra impulsado por el viento
buscando en mi propia posibilidad
una verdadera bola de barro
con un verdadero y gran alfarero: 
yo

Los hombres tienen una sombra. Nosotros tenemos dos: el hambre nos sigue donde vamos. Conozco el mundo: he subido a las más elevadas jalcas […], he cruzado el ardor de los arenales […], he descendido a las selvas. El hambre es el único perro que me siguió.

M. Scorza: El jinete insomne

—esta tarde se lleva algo mío:

[el hambre es una sombra que tritura y como un oscuro ano siempre está dispuesta a devorarse los huesos…]

y aquí, sin poder asentarme y tratar de hacerle un hueco a la noche para refugiarnos de ella…

de las moscas azules

y pelear con mis órganos y por mis órganos para rellenar todo mi hemisferio con este zumo

pues no tengo nada, cuerpo no me queda… pero…—




ESTOS VERSOS DE JOSÉ O VIVIR EN NUESTRO PROPIO CUERPO
animal desbocado. José Córdova. México DF, Literal, 2012
Colección: Limón partido, 94 pp.

Escribe Helena Usandizaga[1]

(mis palabras en el aire, se deshacen y di-sueltas en oídos, diluyen
mi boca para tragárme-las suavemente de un solo bocado)[2] 
Estos versos de José Córdova[3] en animal desbocado, como todos los del libro, consiguen dinamitar las palabras en el sentido literal: hacerlas estallar en otras palabras, en los lapsus secretos, en las asociaciones de unas con otras. Las palabras de Córdova contienen otras palabras que con pavor leemos: sabueso contiene sab-hues-s.o.s, abraza contiens abraz/sa, jodidamente contiene jod-ida-mente, quiere contiene quhiere, digiero contiene dig/hiero, saber contiene sab/ver duele contiene dhuele, aparatosamente se despliega en a-pará-si-tos-a-mente (11)…

Nos equivocaríamos si pensáramos que se trata de un juego experimental: el estallido de las palabras bombardea nuestras certezas y nos asoma a un abismo intuido. Por eso es mejor leer las palabras de Córdova con la mente vacía, dejando la tentación de tomarlas como un jeroglífico que hay que descifrar conscientemente: el efecto de lectura es entonces tan potente que nos deja sin aliento. Entonces, como en la poesía de William Blake, «el ojo ve más de lo que el corazón conoce»: los significados se agolpan en nuestra percepción sin que podamos a veces descifrarlos conscientemente.

¿Y cuál es el abismo que intuimos? Quizás podría decirse, con grandes palabras, que se trata de la condición humana, pero también de la condición animal del hombre: de un saber, o no-saber, que nace en lo más material de las palabras y en el propio cuerpo, en los ojos la nuca, el talle; pero también en el intestino, el estómago, el sexo; saber que dice el gozo y la desdicha, pero también y sobre todo, el hambre, gran metáfora de la poesía de Córdova: el hambre que es carencia y es presencia tangible y que lleva a saber que «toda esta pobreza es muy completa» (47).

¿Metáfora? El hambre de la que parte el texto es hambre real, hambre del cuerpo: hambre de pan, de patatas, de arroz; de vegetales, de carne… hambre. Es como si el enunciador, la voz que nos habla, hubiera pasado días sin pan, y de ese vacío, de ese silencio naciera el poema. Por eso el silencio habla en esta poesía como un golpe: «—y ahora, ¿a quién voy a golpear? […] si con mi silencio lo digo todo» (55). Pero, más allá del silencio, un hablar casi orgánico se impone, se despliega como una necesidad; al nacer, con la respiración y el primer chillido, «¡se comienza de inmediato en una lengua!» (15).

Por eso, una vez afirmada la entidad real del hambre, podemos hablar del hambre de palabras que es también carencia y presencia: carencia cuando «hay que comernos nuestra lengua»; pero también presencia cuando se enuncia «vamos a comernos la palabra» (81), porque ocurre que «el estómago nos habla y de una bocanada semejante nos devora» (35). En el hambre de pan y en el hambre de palabras están a la vez la posibilidad de conocer y la amenaza de separación del mundo; están la máxima alienación y la única humanidad posible; están la maldad de la escritura y el delito de la carne (57), pero también el «hambre de estar satisfecho», «el hambre de… no tener hambre» (37); y, aunque «el hambre es una sombra que tritura» (84), está, sobre todo, el deseo de volver a la inocencia.

Inocencia porque «nuestro derecho es la naturaleza» (57), y lidiaríamos con ella en su elementalidad y su grandeza; pero la trama social pervierte esas relaciones animales con el mundo e impone el hambre como alienación social; el hambre de unos como hartazgo de otros (63) y el sujeto del poema pelea, grita:

Y pelear con mis órganos y por mis órganos para rellenar todo mi hemisferio con este zumo

para que el hombre sea un individuo 
para que los hombres sean señores 
y para que hasta los hombres sean animales (84)

Entonces, en este grito que no se conforma, solo el mismo dolor del hambre nos hace humanos: «—es el doler/or de vernos hambre… […] sólo con este dolor somos humanos/ sólo así nos damos cuenta que se existe, que uno es carne,/ que el pan nos sabe a consonante primitiva y repetida en ecos/ y entonces cuando nos damos vuelta, es que aprendemos a convivir en las papilas/ a ser fraternos          umbilicales/ a tajo abierto: ¡…hrmns!/ y más que siempre… in/dol(i)entes seres h(er-u)manos» (33).

En pleno siglo XXI, atravesando indemne la frivolidad postmoderna, la fragmentariedad de Córdova es la de las imágenes atroces del hambre, de la alienación y del menoscabo humano, o alguna vez de la veneración de los alimentos o del trazo inocente y animal de un crío; su globalización y su cosmopolitismo son los del hambre: «hay lugares en el mundo/ donde lo típico es morirse de hambre» (44), como reza la publicidad de DOMUND, un fragmento que compone con otros fragmentos no prestigiosos o raros y heterodoxos su discurso del collage, donde nada se banaliza sino que, por ejemplo, el graffiti con faltas de ortografía coexiste con fragmentos líricos y uno a otro se potencian. Del mismo modo, su modernidad está gobernada por los medios y la tecnología; somos «oscuros animales en píxeles» (72) y «a-sí hacemos cada día» (67), pero siempre en contraste con el anhelo de «retornar a mi naturaleza/ lavar mis cromosomas…» (64).

Esta vuelta a la naturaleza no lo es a un idílico edén antes del pecado, sino a un conocimiento animal: eso es lo que nos transmiten los poemas de José Córdova. Un conocimiento a la vez radical y atroz, que busca en la prehistoria del cuerpo, en su desnudez extrema, una conexión antigua con el mundo, «un obstinado sueño de nuestro primer estado» (23). Pero lo que resta de ese primer estado, por momentos, es un aparato digestivo presto a devorar, devorarse y ser devorado, un cuerpo que come y evacúa dolorosamente, «el hambre nace junto a nuestro cuerpo/ se alumbra con nuestra voracidad/ y aquí nomás cagando sangre:/ no se puede señalar la procesión del constelado y deprimido pan de anuncio reservado» (34). Es el hambre que define al cuerpo que somos, «este cuerpo que a veces poseo» (65), y que nos recuerda que «este cuerpo es un vano hacia la muerte» (52).

Conocer desde «la categoría de vivir en nuestro propio cuerpo» (35) es también buscar la inocencia, pero, aunque sea repetición decirlo, no aquella anterior al pecado, sino la que tiene la facultad de llegar a un conocimiento que actúa saltando por encima de patrones ya formulados —o, mejor, ignorándolos—, conocimiento que, como en el poema de Vallejo en el epígrafe, sorprende a la verdad en un movimiento animal. A propósito de Vallejo, es evidente que una lectura del poeta está tras estas páginas, pero el resultado no es el de la aparición de un epígono y muchísimo menos de un imitador: uno se pregunta cómo es posible una lectura tan profunda del hambre vallejiana, de su enfrentamiento huérfano con la palabra, de la figura de la madre que «al mirarnos/ nos pare» (71), conservando a la vez lo que es una voz potente y personal como pocas en el panorama de la poesía actual.

Valga el ejemplo del poema 29 para entrar en esta poesía:

—decir cuando el hambre existe
que un pan es la miga de nada que apenas conozco
...... decir que también se mastica la carne del agua
...... por eso el azúcar amarga la miel de mis dedos
...... por eso… por ello…
...... la yel no endulza mi aljibe
...... en esta crecida ciudad de palabras

las hojas cuadradas de papa 
plantas creciendo en la piedra 
el agua subiendo a la cima:

tampoco una vida equivale a un pan equivale a una vida equivale
a un hombre
con esta mirada extraviada del hombre
eyaculo un gran columbrado cadáver:
y, ¿qué importa…?
decir que el hambre no existe
............. ... .. decir…(59)

El potentísimo tono de esta poesía, lo más difícil de lograr para una voz poética, no es, como pudiera interpretarse equivocadamente a partir de la lectura que hacemos, un tono lastimero, ni siquiera pesimista; pues la mirada trágica que lo define va más allá y contempla nuestra miseria y a la vez nuestros momentos de entereza y clarividencia con una valentía singular. Cuando el sujeto que habla se sienta «a descansar sobre mis huesos» (74) o «en las rodillas de mi muerte» (75) no corta con la posibilidad de «volver a contemplar el firmamento / por las noches, y en silencio, y continuar…» (87).

Para todo eso «hay que tener altura» (64): un poquito de esa altura que necesitamos como lectores para que la experiencia de leer estos poemas sea la de compartir la clarividencia y la entereza de sus palabras, su dolor, su rebeldía y su furia, para seguir perpetuamente construyendo a nuestro animal y ser a veces, como el sujeto que habla, «yo, el verdadero alfarero de mi mente» (83).

Barcelona, enero de 2014


NOTAS

[1] Helena Usandizaga es crítica y catedrática española. Se doctoró en Semiótica en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París con una tesis dirigida por A.J. Greimas, y es también doctora en Filología Románica. Desde 1994, ha sido profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universitat Autònoma de Barcelona. Sus líneas de investigación son la poesía peruana contemporánea y la literatura andina. Ha publicado numerosos artículos y capítulos de libro sobre estos temas, entre los que se destacan los dedicados a Vallejo, Moro, Eielson y Blanca Varela, por un lado, y a Arguedas y Gamaliel Churata, por otro. Es editora y coautora, con un trabajo sobre los mitos en Gamaliel Churata, del libro La palabra recuperada y dePalimpsestos de la antigua palabra, con diferentes trabajos sobre los mitos en la literatura latinoamericana. Ha aparecido en 2012 su edición de El Pez de Oro, de Gamaliel Churata (editorial Cátedra), y prepara un libro sobre poesía peruana. Ha sido investigadora principal en varios proyectos sobre mitología prehispánica en la literatura latinoamericana, incluido el proyecto/grupo “Inventario de Mitos prehispánicos en la literatura latinoamericana (de los años 80 al presente)”. Es directora de Mitologías hoy. Revista de pensamiento, crítica y estudios literarios latinoamericanos.
[2] José Córdova, animal desbocado, México DF, Literal, 2012, p. 26. A partir de ahora, los números entre paréntesis remiten siempre a las páginas de esta edición.





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MÓNICA OJEDA [17.922] Poeta de Ecuador

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Mónica Ojeda

Guayaquil, Ecuador, 1988. Licenciada en Comunicación Social con mención en Literatura, Máster en Creación Literaria y Máster en Teoría y Crítica de la Cultura. Docente a tiempo completo en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Católica de Guayaquil en el área de Literatura. Ha sido antologada en Emergencias. Doce cuentos iberoamericanos (Candaya, 2013), ha obtenido el Premio Alba Narrativa 2014 con la novela La desfiguración Silva (Arte y Literatura, 2015) y el III Premio Nacional de Poesía Desembarco 2015 con El ciclo de las piedras (Rastro de la Iguana Ediciones, 2015).


La sangre de mi nombre torció mis manos y dijo:

“En el principio arrastraste la roca en mi mirada y lo hiciste pensando sin palabras. Fue el único momento de pureza que tuvimos. Luego llegó tu cuerpo igual que un pez amaneciendo a caballo de los himnos y dotó al mundo de un lenguaje para que existiera. Ese acto duplicó la tierra en una que es y otra que quiere ser.

Esa fue la primera vez que hablaste del deseo.”



*


Mis padres plantaron semillas azules en donde debía crecerme una cara, pero los meses transcurrieron y no supieron nombrarme. 
Me regaron con orina y con esperma. 
Me regaron al sol en la intemperie de un cuarto sin techo. 
Y después de tanta agricultura me germinó una boca pálida, ancha e inhumana que sirvió de nido para algunas cosas vivas que estaban 
aún por nacer.  
Supe del comienzo del mundo en el terror de ese cuidado, 
pero mis padres no pudieron cazar el águila bajo mi cama 
—los ojos detrás de mis costillas vieron el peligro de mi diferencia—. 
No pudieron reducir el viento que me empujaba hacia la desembocadura del río tumba de todas las caras. 

Crecí contando mis huesos rotos por el pico del águila que rasgaba el colchón que acunó, tiernamente, mis primeros orines.
Sus huevos latieron calientes en mi boca hasta el día en que mudé mis dientes.


*

Cuando era una niña mi habitación estaba poseída por la locura de Dios. En cada esquina se enhebraban voces presurosas para contarme las edades del creador máximo del ciclo de las rocas. Sus narraciones sostenían las paredes y el techo ligeramente agujereado por los picos de las aves | sostenían mi cabeza que caía rotunda como una bola de boliche y se adhería al suelo con la misma fuerza de las raíces del poder. Las historias de las voces elevaban mi cabeza y yo no sabía que la locura era ese discurso acelerado despojado de método. El colchón, sin embargo, craqueaba como una nuez vacía de ruidos y la luz me descubría la silueta de lo invisible que era el desconcierto del espacio yacente y el desprecio de la criatura en mis huesos. La habitación era un camino despejado, entendí a los siete, hacia la destrucción final de la lengua.

Entonces, en la espalda el sinsentido: el pelo.



*


La tarde antes de morir vino mi madre y me dijo:
               “¿hay algo más bello que un árbol creciendo en el desierto?”
Durante años creí que la belleza eran los dedos atrapando dedos,

unos tiesos, otros blandos;
unos halando la noche estirada,
otros mojando de blanco el hondo ojo de un lobo muerto.
Dedos que rompen dedos.
Dedos que sueltan dedos en la noche.

Mucho tiempo después puedo decir
que un habitáculo de tarántulas marinas crece sobre mi seno izquierdo a la velocidad de sus palabras.
                “Abre los ojos a tus hermanos”, me dijo la tarde antes de morir.

               “Árboles en el desierto.
               Ellos miran los árboles en el desierto”.


*


Desandar los pasos porque no sé lo que he caminado.
Escribo: “Hoy han venido a cazarme”.

Borrar las letras.
             Borrarme y no permanecer en huella.
Ellos corren hacia mi pantano,
mi centro húmedo de enredados ritos,
pero mi corazón es un manglar que arrastra mi fauna, papá,
la fauna de una creación crecida boca abajo
henchida de sangre, cocodrilos y aves rapaces.
               Sus venas penetran la tierra sin huellas
               —la tierra sin mí que se eleva—
               donde flotan insectos y árboles,
raíces del cuerpo del agua se extienden:
               la piel del camino,
                             [el lodo se extiende].
Corro la voz rasguñada en la huida,
el sueño alumbrándome los miembros volados al interior del terreno,
como si el cuerpo fuera suficiente carne y sujeto,
como si el bosque que se abre fuera mi vientre que se abre,
los caminos que se extienden,
mi fauna boca abajo poblando la hueca esfera
cerrada como un puño roto sobre tu marchita cara, mamá.
Ellos me silban,
me apuntan con flechas comunitarias porque soy
               musculatura rota de cordero negro.
No tengo nombre,
ni señas de identidad.
Sus biblias dicen que debo morir en aras de una verdad humana.

P.D.:
Mamá.
Papá:
Las verdades humanas crean monstruos
para mancharse las manos
en el nombre del pasto.



PRIMERA EXPERIENCIA DE LA CRIATURA SIN ROSTRO

1. El quebrado mundo

Como cuando me llovió un océano con la sangre de mis hermanos sobre el ancho lomo y levanté la conciencia hacia el centro del espejo. Así aprendí a respirar la primavera bajo la piel abierta de quienes alguna vez me amaron, y dije que ninguna imagen ni olor ni sonido articulado podría hacerme sentir nunca lo que era romperse encima de algo vivo | ninguna palabra podría comunicar el sentido de la fragilidad cayendo sobre la fuerza y bañándola de eso que la hace fuerte: la debilidad de los pétalos ardiendo el cielo, las raíces del relámpago encarnando el árbol. Toda la brutalidad estaba en la vida que era ternura empozada en la violencia, por eso el mundo se partía como los dientes de una casa enterrada en la herida de un niño.



SEGUNDA EXPERIENCIA DE LA CRIATURA SIN ROSTRO

2. El callado abismo

Ocurrió entonces que las palabras trepaban nuestras pezuñas como tarántulas cojas queriendo renombrar la vida, pero nosotros, hundidos en el callado abismo, nos negamos a volver al estado primigenio donde la lengua importaba más que el lenguaje de las piedras. Hoy el agua horada los párpados y cada mil años una gota deforma la roca que esconde la vieja escritura de los hombres. Los oídos de los otros escuchan sus asperezas rendidas | nuestros ojos rasgan la dura materia de las cuevas donde nacimos. La discapacidad de las palabras ahora es el poder de la precariedad cubriendo los cuerpos con conceptos limitados sobre la naturaleza del paisaje y sus sonámbulas criaturas. Por eso en la claridad del silencio perfeccionamos movimientos que fueron la forma de decir más pura de nuestra especie y también el inicio de una civilización despojada de la gramática heredada. Los hombres y las mujeres de afuera, sin embargo, pelearon por el orden de las tarántulas para nombrar la naturaleza vencida de las bestias sin lengua. Ellos definen el amanecer de los cedros revestidos con las garras perdidas de los animales: nosotros hallamos el sentido de la guerra en la forma de sus huellas.



TERCERA EXPERIENCIA DE LA CRIATURA SIN ROSTRO

3. Los atrapados párpados

Abro los párpados detrás de mis costillas para ver con el cuerpo la verdad descubierta en el centro del espejo: no existe un camino que me lleve al interior de mis hermanos. Cualquier movimiento es hambre en la verdad y en el espacio sin nido que guarda todo lo que no sé que me habita. Ese vacío espectral colgado de la esquina más árida me llena de relojes rotos en el cosmos de la respiración agitada de un jilguero. De esta manera las hojas se arrastran por las vías de un tren de leche hasta quebrarse en mi ausencia de rostro y hervir en mi vientre el cascarón de la intranquila noche. El frío es una extraña bicicleta sobre la que trepamos la distancia a la pregunta antes informulable: ¿cómo cavar con los ojos todo lo que es cierto?



CUARTA EXPERIENCIA DE LA CRIATURA SIN ROSTRO

4. Las ciudades renacidas

Cientos de bloques crearon los caminos de antes con paisajes controlados por la nueva tecnología: la escritura del amor y de la derrota | dos escrituras hermanadas en el castigo de abrir las puertas de las ciudades renacidas. Diseñaron el círculo olvidado de la especie que se nombra. Construyeron en su nombre la única cárcel de la naturaleza. Los sabios temieron el regreso del tiempo: dijeron que escribir era como ir rompiéndonos para nacer de afuera hacia dentro y gritar al interior toda la luz de los olmos. Bajo esa claridad yo escribí mi cara al menos una docena de veces en la soledad de los viejos caminos de paisajes vigilados. Así nació la máscara # 1.



MÁSCARA #1

Mi rostro es una columna desvencijada;
una hernia en la velocidad del miedo que
me impulsa a matar hasta los más bellos insectos del silencio.
Ellos reproducen el ruido de la nada sobre los pedazos de mi cara.
El rostro es eco en la construcción de lo invisible
bajo los labios cosidos de nuestro último amanecer.
Pero el viento golpea con la tierra del llanto de las bestias
mis mejillas quebradas al sol:
               ahora nidos carnosos se alojan en mi alma.
El monstruo y la persona
habitan la misma línea que parte la materia
en dos hemisferios míticos
de pulmones que respiran el aire de otras regiones
desplazadas más allá del sur.
El vacío de mí no es un abismo
pero posee el corto cielo de las cabezas de los animales
y el silencio que descompone
las piezas de mis mejillas quebradas al sol:
               ahora hay nidos carnosos alojándose en mi alma.
En este mapa se trazan los límites de los fragmentos de mi semblante:
arriba o abajo es un espacio que no existe.
Toda descripción que nace de la observación
es luz y excremento.


Selección de poemas del libro El ciclo de las piedras.











FABIÁN DARÍO MOSQUERA [17.923] Poeta de Colombia

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Fabián Darío Mosquera

(Golfo de Urabá, Colombia, 1983)
Periodista por la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y Certificado en Teoría Crítica por el Instituto de Estudios Críticos 17, de México. Vivió por un tiempo en Barcelona, donde obtuvo una Maestría en Estudios Comparados de Literatura, Arte y Pensamiento por la Universidad Pompeu Fabra. En la prensa ecuatoriana fue cronista, crítico de cine y jefe de redacción; obtuvo en dos ocasiones el premio nacional de periodismo Jorge Mantilla Ortega y fue finalista del premio internacional de poesía Casa de las Américas (La Habana, 2013). Ha sido profesor secundario y universitario de Teoría Crítica, Mundo Contemporáneo y Lenguaje Cinematográfico. Actualmente es profesor de Arte y Sociedad en la Universidad de las Artes del Ecuador. En 2012 publicó junto al poeta y crítico uruguayo Eduardo Milán Motricidad Fina, diálogo sobre poesía y crítica cultural. Ha participado en encuentros literarios en Guayaquil, Quito, Lima, Santiago de Chile y La Habana; textos suyos, entre poemas, ensayos y trabajos periodísticos, aparecen en revistas, muestras y antologías de Guayaquil, Quito, Lima, México D.F. y Barcelona.


I

Migaja de archipiélago es el paladar de las mujeres Blandas / Tajantes / Blandas / Tajantes como un potro en fulgente altanería sobre cábalas de viento.                                               

Me dicen quédate no zarpes quédate un rato –un ratito- más 
y busco allí porque sé que en la veda del insomnio la memoria está eyaculando 
buitres y campanas.

Campanas y buitres.

Y allí seguiré buscando / Ah Carajo Madre Oh Sister Morphine a veces Rezo por Vos 
                                                                                                              entre el sarro  
                                                                                                                       de las pálidas preseas.  

Pero no soy digno de que entres en mi casa.

Solo en aquel sueño de bronces licuados donde llevas como arpón de cetrería
un buitre al que llamaste como yo decidí llamarme al alba y bajo la fronda de tus muertos.
Bajo el ascua de una sed tan negra amor tan negra amor tan negra.

¿Recuerdas, Hermana Madre?

¿Recuerdas el grosero silabario de los días sobre el pastizal ardido como boca de viejo?

¿Recuerdas la calvicie de las playas?

¿Tú / Yo / El regateo / Los treinta denarios / La pátina deshojadora de zarzas que no habrán       
                                                                                                                                          jamás 
                                                                                                                                   de enrojecer?
                                                                                                                     
Dime cómo no sembrar querella sobre estas mujeres cuando las horas son apenas superchería de búfalos de agua / que pastan en mis sienes / donde tú nunca has puesto un labio / donde tú nunca has puesto / donde tú nunca / donde tú / ¿Dónde? 

Ahora viene a mí la vida conjurada: 
Tumbado sobre el camastro yacía como una costra como una cordillera.
Tumbado sobre el camastro con una costra en la voz que centelleaba como una cordillera. 
Y la puerta dividiste vapuleando a la noche -curtida 
en su contracción fetal- con brutales
isobaras, tan solo
con palabras, esa fragua de viento cicatrizable. 
                                                                                                                                                             ¿Recuerdas amor, pulcra lisonja de los vientos en el rostro del que era cuando era?

A pastar bajaban los sollozos y los rezos.  

Búfalos de agua los sollozos y los rezos.   

Han pasado los años, 
las estrías enjambrándose sobre la cáscara de las galápagos / Todo 
un cartón bilioso pateado por el polvo / el verso embistiendo como mastín alebrestado / Trepidan 
los valles clarea el arrecife,  por donde la esperma desciende como palabra nupcial huyendo 
de la podredumbre / Cuánto abrojo para llegar hasta aquí / Mira que los amigos auguraron
en mis salivaciones el chasquido del moscón que muere a mitad  de su vuelo y cae a tierra / 
El rojo 
Sí el rojo venéreo de una pira ritual regurgitando a orillas del alba. 

Pero cuánto abrojo entre las zarzas que no habrán jamás de enrojecer.  

Algo así como una estirpe en peso. 

Algo así. 

Conchas de su Madre nadie entiende nada 

ni yo.            El sol 

no esconde aquel útero de negra tiza sobre mis hombros ni los de mis amigos.                 

Mis amigos en su bajío de cáñamo que palpita como un sexo.             Búfalos 

de agua mis amigos.

Estropeados y hermosos más bien como un pulpo marchito que aguarda por los mercaderes.

Con un naipe en la frente, todavía, mis amigos.                                                           Y ahora 

vuelve a mí, vuelve a mí la vida conjurada:

Las seis menos cuarto sobre viejos platanales / Abejorros que reventaban en el parabrisas 
como aortas ovilladas contra la vértebra sonámbula del viento / contra el galope de las mujeres 
Blandas / Tajantes / Blandas / Tajantes “quédate no zarpes quédate un rato –un ratito- más”. 
Mi padre que iba conduciendo, yo tendría diez o doce años, los plantíos a estribor, una ristra 
de cantos caribes para atenuar el tedio / “mírame, quiéreme, bésame morenita” / Lo que yo 
a veces quisiera -la verdad- es llamarte entre el sarro de las pálidas preseas.  

A veces.

Y aún espero de tu embocadura de alabastro la Canción de Cuna que sea más o menos como esto: 

Canción.

Fumando Samsara frente a un Cristo enconado, espero.
(capillita crayoleada en el asfalto. Oh Lord algunos de los lemas que de niño me largabas 
los he prensado al cráneo como rémora de caspa). Tatuado 

a la garúa, ese predicador que se demora demasiado en llegar al amén, aguardo. Puro 
desmadejamiento. Oráculo crucial. Yonki doblado como el costillar de bueyes sobre la herbosa 
placenta del río, aguardo   

la Canción de Cuna la llaga del candil acercándose al andrajo sediento de fuego / Oh Sister Morphine que las horas al fin se agrieten con las dentelladas de una luz que por igual depreda y siembra:

¡
OM/VAJRA/FET
!

Ahora puedo hablarte de algo que a tientas me conmueve como el ciprés cuando tirita.  

Deja que te cuente que desde la Edad de los Faisanes es que sus ojos trasiegan 
                                                                                                                          gárgaras de plankton.

(Las pestañas soliviantadas, tobillos de una choza cernida por el aguacero).

Y el rostro libera un calor que huele a silencio en las dunas añiles.    

(Fraile afiebrado la palabra y su huésped).                    

Es pequeña, como tú, pero fuma.

La espalda como un relincho a la hora de escanciar el Yo.

A la hora del trémulo estatuto. 

(Piedra de agua; insinuado alacrán del color de la encía que lo azuza). 

Pero mejor dejamos todo aquí porque este poema se parece demasiado al de tantos otros

que le hablaban a la madre sobre sus mujeres como si fueran a obtener algo. Mal/paridos Imbéciles. 
(Perdón mamá). 

Un zócalo de sal para una virgen coronada de buitres, pobres alimañas los escribas / Siempre 
con su Taj Mahal de puño y lepra / Jactancia y tutelaje del sollozo / Te digo que nada de eso importa 
a la hora de los albañales bajo la garúa, ese predicador que se demora demasiado en llegar al amén / 
y dictamina: 
                  
“Al salmo respondemos: pero los besos acendrados nacerán               
                                                                                              / en la estibación de tus hijos”.

Yo soy el vertedero, vicio del gallinazo. 

Pero los besos acendrados nacerán, en las estibaciones / en tus hijos airados como la escaldación 
                                                                                                                            de los blancos 
                                                                                                                                     gasómetros 
                                                                                                                              blancos. 
                                        
                                                                                                                                Esta ciudad, 

liendre en la barba de un sismo, te dijo calla y sé pobre pero Tu boca Tus hijos Tu zarza de Morfina 
y Sarro que habrá al final de enrojecer…                 
                                                                                                                                                           
Y en esa luz labradora aceptaré malgastarme como en un sexo como en un dios cauterizado 
por el albedrío del relámpago. 
                                                             Entonces 

acendrada nacerá la sangre de un labio precipitado en sacramento;
y en procelosa cabellera cuyas trenzas son sudores que se burlan de la muerte. 










MARÍA AUXILIADORA BALLADARES [17.924] Poeta de Ecuador

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María Auxiliadora Balladares 

(Guayaquil, Ecuador, 1980) 
Es investigadora y profesora de Literatura. Trabaja la obra poética de escritores latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI. Estudia los conceptos de materialidad, corporalidad y lo "común" en la filosofía y la literatura contemporáneas. Ha publicado un libro de cuentos: Las vergüenzas (Quito, 2013). Tiene un poemario inédito: Animal. Su libro Todos creados en un abrir y cerrar de ojos. El claroscuro en la obra poética de Blanca Varela se publicará en los próximos meses. Mantiene el blog www.ladiestraylasiniestra.blogspot.com.


la isla

es la primera vez que se clava
en mi boca
un anzuelo
es perversa esta herramienta
me clava
pero no me destroza

la emoción del hombre al sacarme del agua
hace que me atragante con aire

alcanzo a ver
en este elemento
que todo lo deforma
un cuchillo al pie de la criatura

el hombre sabe lo que hace
con el cuchillo corta
la parte más blanda de mi carne
una tajada larga y gruesa de mi costado
la mujer que lo acompaña
aprende a mutilarme

ella traga mi carne rojiza
mientras mis ojos se fijan en sus piernas
desde las tablas del islote
donde me ha echado el hombre
que introduce en su boca
de mi cuerpo
otro pedazo

al verlos comer
una sensibilidad que no conocía
despierta
siento un dolor breve
intenso
en la carne que el hombre ha desprendido
puedo decir con certeza
que me duele
cuando me mastican

el hombre me toma entre sus manos
corta el hilo que me ata a la caña
y me echa de vuelta al agua
con el anzuelo aún clavado en la boca
y un trozo de mi carne entre sus dientes
mi cola por instinto se mueve
de un lado a otro
y me sumerjo
a esperar que me llegue
de nuevo la muerte




Cangrejos

─ Vamos a dejar los cangrejos en la arena. Esa botella infame no es casa de un cangrejo, menos de seis. Vamos, de la mano te llevo. Te puedes despedir de cada uno de ellos; por sus nombres puedes llamarlos, por sus nombres. Yo sé que no son de aquí, pero aquí pueden hacer una casa nueva, tener hijos, acomodarse en las rocas cuando llegue la tarde.
Y acaso acordarse de ti cuando llegue la tarde. Yo sé que les das de comer, pero ellos, antes de ti, sabían cómo encontrar alimento.

Me da miedo que se olviden de distinguir los pasos de la gente, del reventar de las olas.
Me da miedo que piensen que este plástico es el cielo y que sus patas tomen la costumbre de resbalarse en lugar de clavarse bien y de punta. Tú sabes cuánto miedo da. Prefiero que se nublen mis ojos, espero que se nublen mis ojos.

─ ¿Has visto cómo les ha costado irse? ¿Has visto cómo?




desahucio

Mira si abres las cortinas
esta oscuridad calurosa
acuosa
endemoniada
se mete por ahí
por donde creemos que todo está clausurado.
Mira si abres las ventanas
para que sople el viento de la tarde 
para dejar de sudar así
como si tuviera miedo
de algo
de morir
de un daño.
Mira si te asomas
y me cuentas qué hay afuera
en la calle
si divisas algo extraño
algo que no hayamos visto ya
que nos desequilibre en sueños
que me dé una alegría
o arranque este calor infame de mi cuerpo.




Haragán

levanta la cara
no te canses
mírame
levanta la cara
esfuérzate
que allá
donde las fístulas
duermen
a mí me duele
a mí me duele
haragán
levanta la cara
no puedo caminar
me duele
la fístula duele
haragán
dulce fístula
ínsula úlcera
duele
ahí
en el lugar
del dolor
clavan todo
todo clavan
y yo veo a uno caer
haragán
uno caer
muerto
por la brisa
por la prisa
de tu arma
haragán




he only sings when he's sad

delicado
tu grito
delicado
tu sexo
delicado
tu almohadón
delicado

tu grito cuando tu sexo en tu almohadón





La calle (para Alicia)

La miro, desde el segundo piso,
cruzar la calle.
Va a la tienda.
La miro desde arriba porque es lo único que quiero hacer.
Ni comer, ni nada.
La veo, atenta, mirar desde la vereda.
Con la ropa de dormir, de casa, de patio,
de no salir a ningún lado.
Y ella deseando que no la mire nadie.
Y yo mirándola desde arriba,
cruzar la calle.
Me apoyo en la ventana,
como quien mira más de lo que puede ver.
Cansada de ver tanto,
ella demorada, con saco roto en las mangas.
Quisiera gritar desde arriba que tenga cuidado,
que yo no podría vivir sin ella,
que mire bien,
que me espere,
para tomarla de la mano y
cruzar la calle.
Pero no hago nada y ella está ya en la otra vereda,
deseando no encontrarse con nadie,
hacer las cosas rápido,
comprar, pagar, salir de la tienda.
Mi mirada la encuentra,
y la intuye y sabe del cuerpo debajo de esas ropas
de domingo, de cama, de antes del baño.
Yo no resistiría verla
cruzar, de nuevo, la calle.
Así que doy media vuelta y me escondo.
A esperar que pasen los minutos hasta que vuelva.
Me escondo en la mesa, en la cocina , en el agua.
Lejos de la ventana, acordándome que la gente
no sufre por mirar a otros
cruzar ninguna calle.







RAMÓN SONNENHOLZNER [17.925] Poeta de Ecuador

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Ramón Sonnenholzner 

(Guayaquil, Ecuador, 1958)
Analista político, radiodifusor, escritor y promotor cultural ecuatoriano. Presidente de la Fundación Garza Roja. Fundador del parque temático Garza Roja (Nobol, Ecuador). Director del programa Garza Roja Cultural - Radio Tropicana 96.5 FM. Presea "Al Mérito Cultural" por la Municipalidad de Guayaquil (2014). Obras: La cueva del tiempo (2015) y En mi hambre mando Yo (2014).



Cuando no hay muchas posibilidades 
para triunfar
¿Qué se hace?
tocar madera y esperar
decía mi abuela Evita.



Poemas tomados del libro “La Cueva del Tiempo” de Ramón Sonnenholzner Murrieta.


LA CUEVA DEL TIEMPO

Sólo somos ese tiempo que nos queda
y la memoria que aún recuerda.
Se pasean
las sombras de los dioses,
el tiempo no nos liberará de la realidad.



UNA EXPERIENCIA EXTERIOR

El mercado político contemporáneo
requiere un animal político
y un chamán de la imagen
para convertir a ese animal
en el tótem de la tribu.



APRENDIENDO: BILL VIOLA

Este mundo de video-imágenes
nos enriquece de proyecciones,
pero nos desnutre de realidades.



SOBRE LAS NECEDADES

Los necios se asesoran entre necios.
Así, siguen hilvanado necedades
que, a veces, la masa recibe con benevolencia
pero que alteran su gran nervio.
Los necios sonríen enigmáticos,
escondiendo su juego de necedades
y a veces, los seguimos.
Y hacia el crepúsculo nos llevan.
La serpiente de la necedad reina.
Arañazos necios nos acarician.
Queda todo fuera de tiempo.
El fecundo caos crece.
Todos viajamos hacia la cloaca.
Demora el último hálito en responder.



CONCORDANCIA MORAL

Los pueblos latinoamericanos requieren
una estoica lección de moral:
“El que más rápido se resigna,
con frecuencia es el menos digno.”
Ya que no han aprendido,
en la carencia,
a crear su propia abundancia.



AVALANCHA ANDINA

Otra delictiva sin razón.
Toca crear una perentoria contraofensiva.
Hay patrias que van en una inercia consistente,
en un vagón remedo-de-éxito,
con mesías que aceleran la turbina,
sin darse cuenta de que el vagón que ha escogido,
es una caja de pandora.




ORO Y CRUZ

Nosotros, el pueblo cristiano, heredamos cruces.
Sus obispos, toda la riqueza que trajeron los reyes magos.



CUIDADO CON LA SUMA

“El líder” va haciendo una masacre con su lengua, en la
que nadie realmente perece… Solo él triunfa.
 ¿Los otros? ¡Todos a vender salchichas!
 Para “el líder”, uno más uno igual uno… Él no suelta el poder.



EL PODER ES SÓLO FINGIMIENTO

Sus ojos cambiaron con el olvido.
Estaban tan cargados de sincera codicia
que su cuerpo era una larga torre de deseos de poder.
 Patria, es tan extraño el Poder,
que los nuevos poderosos,
en los laberintos de sus voces,
exigen,
mientras les crece la sed por apresurados elogios.
 Ya no pueden dar pasos terrestres… Necesitan aviones.
 Allí ellos con el peso vivo del Poder,
hasta cuando el péndulo dibuje otro cuarto de vida,
para que unas nuevas mandíbulas de fuego reinen.





MARÍA ÁNGELES LONARDI [17.926]

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MARÍA ÁNGELES LONARDI

Nació en Larroque, Provincia de Entre Ríos, Argentina. Es Poeta, Escritora y Profesora. Desde 2002  reside en Almería España. Participó en varios Encuentros de Escritores Nacionales e Internacionales y posee numerosos Premios Literarios. Integra varias Antologías a ambos lados del Atlántico. 

Fue socia co fundadora de la S.A.D.E. Sociedad Argentina de Escritores en su ciudad y Secretaria de la misma hasta diciembre de 2001.

Libros de poemas publicados: “Amores” y “Entre calamidades y milagros”.

En noviembre de 2014 el Instituto de Estudios Almerienses publica el libro “Cuatro poetas” que incluye su libro “El jardín azul” junto a otros autores almerienses.

Libros inéditos de poesía: Soles de nostalgia, Letras sobre papel y  Cotidia/neidades.  Y de Relato corto: La cuadratura del círculo.

Colabora con Revistas literarias como Agora, Tqplusart, Revista Sur, Con Luz y Poesía, Transparencias, La Galla Ciencia y otras.

Es miembro del Departamento de Arte y Literatura del Instituto de Estudios Almerienses y miembro del Centro Andaluz de las Letras e integrante del Circuito “Ronda andaluza del libro”.

Es miembro del Movimiento Poetas del Mundo, miembro de REMES Red Mundial de Escritores en Español, Miembro del Movimiento “Humanismo solidario”. Además, colabora con la Asociación Cultural Celia Viñas y es integrante del colectivo “Poetas del Sur”.

Ha sido Jurado de los VII, VIII y IX Concurso de Cuentos Interculturales de la Diputación de Almería como experta en Interculturalidad.

Administra una página en facebook llamada “Letras sobre papel”  y su Blog personal con su trayectoria:  Letras-sobre-papel.blogspot.com.es



Balance

Qué ha sido hasta aquí
si no, una suma de intentos vanos
sobre papeles blancos,
manotazos inciertos
                      y espigas de miradas cautivas.
Qué ha sido hasta ahora
sino una montaña de ropa azolada de inviernos.
Un montón de recuerdos
sobre el sillón, la cama
                                       y los huérfanos libros.
Una mancha en la pared que no me abandona.
Una opresión en el estómago
                                            ceñido por el grito.
Y qué ha sido hasta ahora
sino una suma de intentos 
                                      en perfecto equilibrio...
Un sueño sujeto al cielorraso
         y la ilusión aprisionando el mejor destino.
Un puñado de nostalgia
y la pimienta derramada en la mesa de cada día.
Mañanas ataviadas de luces,
tardes vestidas de durazno romántico
y noches dispuestas en círculo por la memoria.
Un apartar de los hombros
la pesada cruz para seguirte
en busca del sitio donde ocultar
                              esta llama que se extingue...
Muecas clandestinas,
palabras dichas y las no dichas también
   ...esa aquilatada inseguridad que nos domina.
Y qué ha sido hasta ahora, 
puertas adentro,
sino el sacrificio de las horas
                           en el umbral de una sonrisa.

Del Libro “Letras sobre papel” inédito.
                 


Tómate tu tiempo

Deja que crezca la hierba donde existe la piedra.                                                                                                                                                                                                 
Deja que brille el sol
                    sobre los hombres
                                       y desnude su pequeñez.

Mientras el viento mece las horas 
                       el paisaje reverdece, 
                                                cuando te nombra.

Deja que sea hoy el mejor de los días...
               ...que sueñe con el paraíso...
...que envuelva el hechizo a los incrédulos...
Estamos en el tiempo de existencias fugaces
               y el último cansancio
                                                 acudirá a nosotros.

Después del gran salto,
todo permanecerá allí, intacto.

Sólo deja que te arrastre una sonrisa,
                  una hora desheredada y única,
                                           ataviada de eternidad,
                                                              pero tuya.
Tómate tu tiempo…
            contempla el jardín
                   con mirada de luna que todo ilumina.


            
Es necesario

Vuelan libres las palomas en el cielo.
En ese cielo que sueñan mis ojos
                  y tantos otros...

Las horas en la tierra se estiran
                              y el tiempo no cede.
El ayer duerme en las raíces silenciosas
       pero el hoy, levanta su voz
            a pesar del dolor en carne viva.

Porque es posible que existas.
Porque es necesario que vivas
                   aunque parpadee la memoria.

Es necesario fundar al hombre nuevo  
 sobre el nefasto desquicio
         que perpetró una condición humana.
Es necesario derribar los muros
                 y desdibujar las fronteras.
Y es necesario asirse a quiméricos sueños
  que no mueren aunque falte el aliento.

Y es necesario al fin
         dejar que griten libres
             los silencios que duermen dentro.

Es necesario que existas
                  después de todas las pruebas…
     aunque las fechas acoten tu existencia.
                             
(Del Libro “El jardín azul” 2014) 



Nada nuevo bajo el sol 

¿Hasta dónde tirarán las cuerdas
que ciñen a los exiliados del paraíso?
Sólo sabemos de idénticas noticias
de cazar, sin ser cazados:
eligiendo con cuidado la presa...
de rehusar la salvación, 
la manta mística, y consolarnos
con plegarias fraccionadas
antes de morir indefensos.

Pero más acá, surge tenue
el brillo del mensaje desoído
en los ojos trapecistas de un niño
en la sonrisa que se erige augural
en el pedestal de la esperanza.

Larga la enfermedad no se disipa...
Hoy transitamos juntos
la más feroz agonía
sin éxtasis permitido ni soñado...
hasta que la luz nos enceguezca
y a medias podamos ver la verdad
para volver una y otra vez
a lo que creímos válido,
inventar nuestra esfinge,
persistir en la entrega
y buscar nuestra perdida dignidad
y la discreción
que nos rescata y humaniza.

Las calamidades
marcan laderas abriéndose tras la fatiga
sin embargo, al escalar la cuesta
en cada gesto flota lo elemental
ajeno a nuestra identidad decadente,
a nuestra descomposición,
silente, detrás de todos los espejos...

aunque sólo nos atrevamos a morder
los talones del horizonte.

(Del Libro “Entre calamidades y milagros” 2005)                      



El pan nuestro de cada día

Dios dijo hace tiempo:
                                  “te ganarás el pan con el sudor de tu frente”
Y como un martillo golpetea esta sentencia
                                 nuestro destino y amarga suerte.
Como tormenta huracanada llegan con fuerza a mis oídos,
ecos cargados de compromiso, de lucha, de esfuerzo y sacrificio
donde hombres y mujeres se debaten bajo su sino.
El labriego secándose el sudor.
El hombre de la mar serpenteando en la orilla.
El minero en su oscura inmensidad.
El pastor trashumante sin regreso.
Mujeres cosechando, amasando y riendo…
Mientras aquí, se me abren las carnes
cuando la gran ciudad supura abandono y barbarie.
En cada esquina una mano se abre,
      pidiendo y un puño se cierra…
y de vez en cuando,
                  un grito de lucha se pierde en el aire.
El miedo come en nuestra mesa y oscuros designios se comparten.
Cada vez cuesta más levantarse…
Con los brazos quedos esperamos que nuestro cirio no se apague
antes de ver el desenlace.
A veces, olvidamos nuestras pequeñeces de hombres sin fuerza,
vencidos por la incomprensión ajena.
Sin embargo, bajo la mirada de nadie, cuando todo parece perdido
nos arremolinamos como hojarasca sin tregua. 
Sublevar la madera dormida es un signo de resistencia 
y resistir es lo único que nos queda.

(del Libro Letras sobre papel, inédito).









RENATA ARTIEDA CENTURIÓN [17.927] Poeta de Ecuador

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Renata Artieda Centurión

(Guayaquil, Ecuador, 1985)
Ha ejercido periodismo en medios impresos del país y relaciones públicas. Actualmente, realiza textos para una agencia de comunicación digital. En lo literario, mantiene su poemario en construcción. 


El humano - la rata

 Va sangrando por la nariz la paternidad
el universo que no tuvo de niño
y el camino que le ofrenda la vida.
Su cuerpo es un hilo sangrando por el laberinto que le dejó la ausencia
hasta esconderse entre un montón de cajas
y debajo de su cama,
ya lleva un hueco con costras en el cuello
los dientes podridos,
escuálido 
con los huesos brotándole de la piel.
Me mira como si aún conserva infancia.
No sé qué clase de nudo lleva.

 Él convertido en rata dentro de un mundo humano
entre gente que busca salvarlo
entre gente que ya lo ama con pena
entre gente envuelta en el espesor del drama de un muerto huesudo
donde su voz sólo es escuchada para observar si se le quiebra la quijada,
para odiarlo.

 Llegan los cumpleaños
imagino regalando objetos desde la nostalgia
desde el secreto que uno supone ser
desde la nostalgia que se pelea por mantener
sólo porque el dolor te hace seguir vivo
sufriendo se vive sintiendo pena de sí.

 -Ya se me agotaron las razones para estar viva
pero la muerte no es tan natural,

 no es tan liberadora como nos dicen de niños-

 -La locura es así -te sostiene- 
logra hacerme fingir que nada me ha roto-

 Pero la vida se entrega,
no hago lo suficiente estando simplemente muerta. 
Se espera algo más y nunca llega.

 Desde la pena hacia el miserable,
de la cuna incinerada para perdonarle los pecados al delincuente.

 La tolerancia tiene una máscara perfecta y es el temor, me repito,
la fuente se desborda y genera el desastre hacia el cansancio,
el cansancio más puro de la vergüenza.

 Giro hacia los perros, están hablando 
también han aprendido a quejarse 
pero en ellos hay esa felicidad incontrolable.
Que se callen.

 El anciano con las piernas molidas, entumecidas de enfermedad,
intenta caminar por el pasillo otra vez
sus zapatos se han aprendido cada hueco del piso para no caer
pero eso no es suficiente
cae de boca sin poder sostenerse de nada
porque sus brazos ya tampoco son suyos.

 Todo se le ha destruido,
todo lo ha destruido y de eso no se da cuenta;
su objetivo es salir de la casa
huir de su rabia
remojar el espíritu que ya tampoco le palpita.
Porque es hora de morir,
sus pies lo saben,
todos lo ven,
se sabe.

 El anciano ya se ha ido
no puede salvar a nadie
dejó quemado todo,
cerró la puerta despacio
se fue en silencio
para que ni lo escucharan despojarse del sagrado polvo de odio
que desde hace siglos se lijaba de las uñas diariamente.

 Desde el fondo del universo
vuelvo a reclamar mi trascendencia
para arreglarlo todo y apagar las máquinas que truenan escandalosamente
para apagar la ciudad que desmaya cuando amanece,
que todo se vuelva verde y celeste iluminado
como al inicio de Todo,

como antes del inicio de los siglos.



A mi padre

Si antes tuve cómo descifrarla,
Esta sola muerte me dejó sin adjetivos

La muerte pierde los adjetivos
de tanto dolor;
y no es verbo ante la inmensidad.

Él no se muere, se traslada;
otros morimos y nos quedamos
caminando en la ciudad
con arena en las uñas de los pies.

Mis ojos escurridizos golpean al sol.

No me sostengo, no me sostienen,
nadie me salva, nadie grita
¿y si lo intento?… Se cubre la vergüenza de la caída.
Sonrisas torpes.

Nadie corre, nadie tropieza, nadie toca.

Camino a la desintegración,
camino al futuro, a nunca y siempre, es igual.

Lo persigo pálido y destruido
en un laberinto por el barrio;
se adelanta, me atraso, espera. -Él espera; él. Él siempre espera.-

Con el rostro verdoso entra a la madriguera,
ahí están las madres, las ollas brillantes
y la oscuridad fría desde la cocina limpia.
Qué bello es vivir, el dolor me fortalece.
¡No!

Camino al futuro, camino al barrio
y desaparezco en el laberinto
me agrieto en sus paredes grises.
No me veas. Soy un soplo. Soy silencio.





FELIPE MANCHENO [17.928] Poeta de Ecuador

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FELIPE MANCHENO

Quito, Ecuador 1991. Estudiante de Comunicación y Literatura de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Su poema Desvanesencia fue seleccionado como ganador en su categoría para el Concurso Nacional Día del Libro y de la Rosa (2010). Estuvo entre los ganadores del segundo concurso de poesía convocado por el Taller Cultural El Retorno (2011). Desde 2012 forma parte del consejo editorial en la revista virtual de arte Contramancha. 


[[Presentación de los campos]]

Si se pudiera resumir el mundo en un espacio eternamente circular
Comenzaríamos por limitar nuestros dominios
a todo lo desechado por el hombre (?)
Y si pudiésemos fingir que el nombre del caos es   Hogar, dulce hogar
         Hogar, sano hogar

¿Encontraríamos las palabras para explicarnos?

¿Encontraríamos, acaso, la manera de escapar nuestro propio circuito
mediante páginas y más páginas de discursos convexos
que no harán otra cosa que recalcar el dibujo?

(O) aprenderíamos a funcionar junto a sus bordes (?)

Aprenderíamos, de hecho, a buscar nuestra propia utopía en el vertedero
 entre fruta podrida, lenteja
Tomaríamos la forma de nuestras excusas hasta elaborar un perfil retorcido
cómo el método más correcto de leernos los unos a los otros
Un dónde caber siempreycuando nos deformáramos a
un signo/idea de la aceptación
Lo correcto por excelencia
 y tal vez la manera de fingir que nos seguimos diciendo
Y diciendo:

L A   B U E N A   N U E V A

L A  N O V Í S I M A


                                                                                                                          seremos nosotros...

Moviéndonos a través de fundas de hospital, de sales de litio, de agujas de relojes adelantados que volverán a habitar nuestras venas en el descenso de
                                                                                                                          seremos nosotros...

Cantando melodías polifónicas que armonicen con el zumbido de los televisores cada mañana cuando florezcan las múltiples sintonías de un nuevo
                                                                                                                          seremos nosotros...

Bronceando nuestra piel con el delicado desencarne de la bruma y el albañal como también se bañarán padre, madre, por los siglos de los siglos
                                                                                                                           seremos nosotros...

Aquí,
                   donde chocan las melodías inmutables e inconexas
y el hervor de nuestras carnes reverbera
penetrando la construcción semi-mecánica de estos campos

              Es la tierra cuyas venas se hinchan

Ojo de partícula subatómica
por el que transitan millones de discursos y relevantes
de ánimo, de muerte, de sintonía correcta

Aquí,
                     donde inauguramos nuestra tragicomedia
y dimos nuestras manos en ofrenda dulce
al limo que cubría la máquina perfecta

                    Existe un lugar donde el asfalto se rompe

Campos de peste y larvas
enjambres de moscas que se entrecruzan
y sobrevuelan nuestras cabezas

Aquí,
                            donde suceden los rostros de múltiples muertes
y la vida se vuelve indetenible, infinita
alargándose in vitro a través de otros módulos

                   Es la tierra que emana licor de sus raíces



[[Famelia]]

Y al aplastar un pedazo de pulmón, murmura:

             Se nombra la casa
             No se la mide

             Se la recuerda
                         en el espesor de cada placenta transitada
                         en la resequedad de la pulpa más profunda y atorada
             Se nombra la casa
             Como el ladrido mercúrico de un niño que no llega
             y especta su reflujo hacia la vieja carne
                         El continuo cercenar del plasma sobre el plasma
                         El amén ahogado de una vulva
             Se la recuerda
porque esta es la casa que nos formó y que nunca mencionamos

                                                Es el firmamento

su ladrillo siempre derruyó nuestro seso para fonar las cadencias de la alegría,
con cinemática de lo muerto
logró llamarnos entre milmillones de piernas apretadas
prologando esa condición vital que ríe en lo infecto
y que al primer crepitar
                                                     hogar – casa – hoguera – hueco
hundió el desolor de la natalidad
dentro de aquello innomine,
fundó la casa



Línea

Deja que el ceso se descascare hasta la pepa…
Y cuando seas feto deja expirar la voz de tu cuerpo cuenco, que dice:
              pálpate las horas
              recuerda con las uñas las tres máscaras que hacen tu cráneo
                       tu intimidad
                       (aunque también digas)
                       sátiras reventadas
              Eres tú mismo olla podrida
              obsesivo colector de filigrana de materia (o de mente)
¿Para qué?
              Todo tiempo     Todo espacio
granito que no olvida nombrarte
línea al vacío







MARIELLA TORANZOS [17.929] Poeta de Ecuador

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MARIELLA TORANZOS

(Guayaquil, Ecuador 1988)



Viñetas de un espejo trisado

I. Ayer rasgué mis alas. Destrocé con el filo del bidé sus pliegues translúcidos. Me abalancé sobre el azotándolas contra el filo como una loca, gimiendo de placer y asco al verlas desmembradas, en hilachas, una y otra vez hasta quedar vacía.

 No vengas más por aquí. Me he cansado de adorar a tu forma como un templo.



II. Descalza, camino un desierto de espejos. Piso los cristales hasta que se rajan y me cortan los pies. En el reguero de sangre dibujé el retrato de mi madre. Mi corazón se duplicó mientras dormía, ahora no me cabe en el pecho.



III. Hoy quiero morir mil muertes entre tus brazos. Te susurraré al oído las palabras que inventé para llamarte. Cierra los ojos mientras te beso y deja que mis lágrimas se cuelen por tus párpados. Dejaré en el lunar de tu mejilla, las tardes que quise a tu lado. Mañana volveremos a ser extraños.




Despedida

Durante el mes que te tomó dejarme
llené  el tanque de gas con treinta y tres dólares y treinta y tres centavos.
Te dije que era un regalo porque era
tu número favorito.

Organicé nuestras cosas.
‘Amor, acá están los sweateres’,
‘Acá está tu cepillo’.
Como si al llamar las cosas ‘nuestras’
me pudiera incluir en lo que tú llamabas ‘casa’.

Le compré flores a un vagabundo.
Quería traértelas, marchitas y feas,
para demostrarte que podía devolverles
la vida.

Hay una cicatriz con la forma de tus dedos
justo sobre mi seno izquierdo,
que quedó como resquicio de todas las noches
que me sostuviste
como solo se sostiene algo
que se resbala.

Ahora hay seis provincias entre nosotros,
entre la última vez que nos besamos y hoy
guardadas como flores marchitas al interior de un libro.
A veces aún te siento como un ruido atascado en mi garganta.





I

Hace días que rehúyo al silencio, que desdigo mis pasos, que escapo. Que corro colérica y ofuscada por las calles grises de este infierno de cláxones.
Espanto con mis pasos a las salamandras que rebullen de mi piel enferma. Yo, quien corre. Yo, quien cuelga de las vigas de los puentes y grita eufórica, despavorida, hasta producir lágrimas que luego se cuelan por las rendijas de las alcantarillas.
No hay silencio. El silencio no existe. Si acaso, el ruido crispado del cielo que se arruga, y aquella mujer que lejana y oculta, hace sonar los nudillos tres veces al posar las manos sobre la hornilla encendida.
He intentado recrear el cielo sobre mis párpados.
Entonces fracaso. Fracaso y emulo a un vidrio trisado que me devuelve en pedazos mis facciones sangrantes y desechas.
Me veo marchitar frente al espejo. Entonces repito que estoy sola.






.

DELAURA PAZ [17.930] Poeta de Ecuador

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DELAURA PAZ

Guayaquil, Ecuador 1972. Diseñadora Gráfica de profesión, a lo largo de los años ha impulsado diversos proyectos independientes relacionados al diseño e ilustración, la difusión cultural, periodismo digital y el aprovechamiento de tecnología libre en Internet. Escribe historias cortas y experimenta con palabras en el blog: 
www.delaurapaz.wordpress.com. Participó en la Feria del Libro de Quito 2012 y textos suyos han aparecido en Naipes arreglados: 13 poetas contemporáneos de Ecuador, Catafixia, Guatemala, 2012 y en una selección de poesía ecuatoriana emergente publicada por Gaceta Literal, México, 2011.



After PARTY

Rompí el vaso de la última gota que derramó el vaso
Lo siento
      Vaso NUEVO
Lo siento
       era tu preferido
(también me gustaba pero me dio rabia.)

Me perdí en dos segundos y me desconecté
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I HATE THIS SERVICE!

Ya no creo
Ya no creo
Ya no creo
A M O R no se escribe con letras
no hace dieta
COME
no engorda
CORRE!

No más pesadillas
tengo una resbaladilla por compartir dentro de un auto deportivo para 2
NO CHICKEN!
I’m vegetarian.



TSUNAMI CON CANDADO

Sonaron las campanadas y desapareció el vestido, había calzado zapatos de cristal que se rompieron y cortaron mis dedos. Quise acariciarte todos los sentidos y sangraste. Olvido cosas todo el tiempo contigo, incluso el instinto de conservación. Nos fuimos a beber dagas a la habitación y Satanás nos observaba desde la sala. Se paró mi corazón tres veces y casi pierdo en un hoyo negro mi última bola de golf. Iba a ganar un campeonato y me lesioné. A la banca, al llanto, a la tos y a la densa niebla en la carretera. Te llenaste de terror. Esto puede acabar en muerte. Auxilio. Podríamos jugar a esto dejando en claro que es un juego con un animal, pregunto?



YA NADA ES IGUAL

Tus palabras - el filo - el papel - hicieron sangrar las flores - tapiz – pared - se despega de. Una habitación vacía. Nadie – real - Tú y Yo - respiramos.

La Moda vs. La Moda se desactualiza dentro del invernadero y te veo a través del cristal sin poderte tocar. No recuerdo quién era cuando comía caramelos y me ruborizaba las mejillas para el panal que me daba empacho y me hacía llorar.

Extraño tus brazos apretándome para que no vaya a desaparecer, extraño la timidez de tu cuello y el nacimiento de tu pelo, extraño tu voz juntándose con la mía, los besos que me doy cuando te beso, las noches de furor. Extraño.

El limbo se tragó las sombras. 1na a 1na x 3lunas. Estaba escrito: esperar que amanezca despejado cuando el vacío salte de lugar.




FLASH MEMORY
(BEFORE THE JOURNEY: EAGLES en el palomar)


                                  On a dark desert highway, cool wind in my hair

Soy claustrofóbica Claustrofóbica
Soy claustrofóbica Claustrofóbica
Soy claustrofóbica Claustrofóbica
Soy claustrofóbica Claustrofóbica
Soy claustrofóbica Claustrofóbica
La vida al ritmo del corazón corre y se detiene con un entremés de vértigo. Dios/Dios. Somos seres contradictorios todo el tiempo. Al mismo ritmo a ratos y con el mismo vértigo todo el tiempo. Todo está en nuestra mente escribiendo cuentos. Vi paredes de mariposas puedo jurarlo. No hay nada atrás y nadie se queda contigo. Nos encontramos otra vez? Do you want to go to heaven?
  

Breaking up making up
Breaking up making up
Breaking up making up
Breaking up making up
Breaking up making up
Más corre el Diablo por miedo que por Diablo-jurado por Diosito Santo. Revisé mis plantas al llegar a casa y anoche respiré el aire de mi cuarto y en mi cuarto me metí dentro de mi caracol@ Ayúdame Big Bang voy a volar el Empire State junto con King Kong y su rubia tonta – va de retro con los líos conyugales. Demos un paseo por los días soleados y guardemos la furia para la pasión. Sex -not Lies- and Videotape: Please Record. No FastForward No Rewind. Play-boy.



Dios te salve María
Dios te salve María
Dios te salve María
Dios te salve María
Dios te salve María
Tengo una muñeca vestida de azul zapatitos blancos delantal de tul>la saqué a paseo se me constipó>la llevé a la cama con mucho dolor. Palabras sucias sobre algodón de azúcar Monsieur/Madame DINNER is served. Lávate los dientes y el ombligo o te crecerán algodones haz lo que dijo el doctor y no le eches la culpa a la mala leche del vecino. Cásate conmigo- DIN DON- Ese cuento ya lo he oído y termina con un calvario entre frutas confitadas y pan de dulce. COF COF! La fantasía imita a la realidad o viceversa. Sólo puedo moverme sin vallas, lo siento, voy, no me detengo y a ratos me pierdo mirando la lluvia de meteoritos del universo. Será por eso que se pone tan negro o tan blanco (o son explosiones?) MI AMOR TE AMO. Explosión!
En tu vientre. JESÚS!
Dios te salve María. Si llena eres de gracia, qué hacemos?



Dios nos libre de rogar por más.
Dios nos libre de rogar por más.
Dios nos libre de rogar por más.
Dios nos libre de rogar por más.
Dios nos libre de rogar por más.
MAS MAS MAS MAS MAS
Me has visto llorar me has visto llorar como el coro de una canción de SALSA iluminado en la TV un concierto en Roma ardiendo con MADONNA > Papa Don’t Preach en el origen del Fashion PUNK< Kissing> a MATERIAL GIRL backstage. Iba echando rosas al piso y agudizando el olfato para descifrar la combinación de ese atractivo olor > Voy a hacer miles cuando lo convierta en perfume. HAWAI 5-0 Ponte 11 Varón. Aprende a jugar 40. Casualmente traigo un set de cartas. Juegas? Apuestas? No hay manera de perder estamos coordinad@s para ganar al mismo tiempo. Aguanta. Sostén el As. El mío es de brillo. En sus marcas.
MEAMAS MeAMASmeAmasmeamasMeamasMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMMEMEMEMEMEMEMEEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEM. Se rayó el disco pequeño demonio. Se rayó. ME ME ME ME MEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEMEME. Quedé sorda un poco muda un poco tonta un poco más tonta.
Dios te salve María
Dios te salve María
Dios te salve María
Dios te salve María
Llena ERES de GRACIA y Bendito es el fruto de tu vientre) Jesús!
Dios te salve MaríaConcepción.



Fuimos al KARAOKE y pusieron nuestra canción. Bebimos unas copas. Hubo un vacío, no había ratas. Se encendió la alarma, no era del auto. Tenemos prisa, demasiada. Dos copas más. Voy a tomar el número del Bartender. Pisaste el acelerador, has lastimado las ruedas has dejado detrás de ti polvo cubriéndome por completo 2 y DOS son 4 y CUATRO y DOS son 6.9. Marca el dial. Perfecta emisora radial.
WTF? Entre las dos iglesias una romana y otra pagana, en fin, centros recreacionales del espíritu de la ficción normada de la la la la la Mejor busco en WIKIPEDIA, seguro digo güevadas. AH OH! CORRECTO. Ahí lo explica. IMPORTA? Claro! Siempre hay que saber. Pregúuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuntame Shrek. No eres un ogro verdad? Lo sabía, te gusta el Halloween. Sal de ahí niño es hora de volver a casa.
Te bañé me bañaste compartimos sudor compartimos amor jugamos jugamos lloramos lloramos. Ya no me meto contigo es un Lupita D’Alessio old fashion hagámosle a LA LUPITA COVER EL PRINCIPE DE LA CANCION . Marca el dial de la perfecta emisora radial y vamos a dar un paseo.
After PARTY Rompí el vaso de la última gota que derramó el vaso. Lo siento. Vaso NUEVO. Lo siento era tu preferido, también me gustaba pero me dio rabia. Me perdí en el medio sin moverme dos segundos y me desconecté. CLOSE SESSION CLOSE ACCOUNT I HATE THIS SERVICE! Ya no creo. Ya no creo. Ya no creo. AMOR no se escribe con letras no hace dieta COME no engorda CORRE. No más pesadilla tengo una resbaladilla por compartir dentro de un auto deportivo para 2. NO CHICKEN. I’m vegetarian.





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HELEN MACDONALD [17.931]

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HELEN MACDONALD

(Hertsey, Gran Bretaña, 1970) escritora, poeta, ilustradora, historiadora y profesora del Departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Cambridge. 





Título: H de halcón
Autor: Helen Macdonald
Traducción: Joan Eloi Roca
Editorial: Ático de los libros
Edición: 1ª edición, octubre de 2015


Helen Macdonald  autora de este H de halcón, perdió inesperadamente a su padre, el fotógrafo Alisdair Macdonald.

Para conseguir mitigar su dolor por esta pérdida tan imprevista, se compró un azor, al que bautizó con el nombre de Mabel e intentó por todos los medios adiestrarlo.

El azor es un ave corpulenta, huraña, violenta e indomable, según los libros de cetrería que consultó (no sabemos si también hizo lo propio con Arte de la cetrería de nuestro añorado Félix Rodríguez de la Fuente, experto y defensor del arte de la cetrería) y aun con todo y con eso no cejó de su intento. Y todo por olvidar el dolor que sentía tras la muerte de su padre.

H de halcón es un relato intenso, denso, un ejercicio literario, metaliterario podríamos decir, que combina por un lado, la dura misión de domesticar un azor, los sentimientos de la escritora, que en momentos puntuales se identifica con Mabel, y por último y seguramente el más importante, una obra básica de cómo adiestrar un azor.

Utilizando comparativamente y como libro de cabecera para su propósito la obra de T.H. White, El azor, que en breve Ático de los libro editará en nuestro idioma, compara lo que comparte ella con su animal, con lo que el también escritor inglés, conocido por su obra La espada en la piedra, obra que relataba la infancia del Rey Arturo y que Walt Disney se encargó de llevar al cine, compartía con su ave.

El adiestramiento se torna adicción, una voz dentro de ella le grita que no lo deje, le empuja a seguir, pero también se convirtió, como no podía ser de otra forma en una terapia. Una superación del dolor a través de la evasión. Cuando necesita todos sus sentidos para conseguir hacer volar a Mabel y que esta regresa a su puño su mente no puede pensar en otra cosa que no sea el azor.

 H de halcón no es un libro fácil. Su erudición puede en ciertos instantes obligarnos a mirar a otro lado, pero la lucha que tiene Helen con su propia existencia nos hace seguir leyendo, comprender sus razones, solidarizarnos con el dolor de la autora y rezar para que ni a esta ni a su azor le pase nada malo y ambas puedan levantar la cabeza.

No es una novela, no es poesía, aunque muchos de los pensamientos de Helen para con su azor y sus palabras escritas así pudieran hacérnoslo creer (no olvidemos que la autora también es poeta), no es una autobiografía, aunque de eso hay más que de novela, al fin y al cabo Macdonald cuenta su vida, esto es un ensayo sobre la cetrería, nos guste o no, por mucho que un puñado de sentimientos envuelva el relato.

Esta es la historia de una mujer dolorida y un azor salvaje. La lucha por la supervivencia. Ambos son puntales en sus respectivas vidas.

Una apuesta arriesgada para un regalo navideño que seguro aunque en un principio sorprenda, tras su finalización gustará a todo aquel que ame la lectura, la naturaleza y el espíritu de superación.



Traducción de Emily Roberts

TAXONOMÍA

Troglodita. Canto pleno. No canto de cortejo. Llamada de alerta, se pronunció y debía dañar los ojos con su forma, su cuerpo pequeño, la cola alzada y el pico como un pelo

hilado entre las zarzas y en la distancia dejaba una nota de lima en la nariz como raspaduras de la aguja del orfebre, alumbre de piedra y mantequilla pálida a la temperatura perfecta

a quién sigue él no lo sabe, salvo de oído airado con la nota culpable que está debajo y dentro triste como un puente en invierno

alzado para sellar los ojos en la oscuridad, el puente habla no habla, los estorninos pronuncian el habla robado de los hombres, uc antea

una chispa que cumple con la idea de sí misma, en apariencia impávida. 
Ah, la crueldad. Y no me había parado a pensar en ella

y no la había desplegado en el mundo por amor para nada.



TAXONOMY

Wren. Full song. No subsong. Call of alarm, spreketh & ought
damage the eyes with its form, small body, tail pricked up & beak like a hair

trailed through briars & at a distance scored with lime scent in the nose
like scrapings from a goldsmith’s cuttle, rock alum & fair butter well-temped

which script goes is unrecognised by this one, is pulled by the ear
in anger the line at fault is under and inwardly drear as a bridge in winter

reared up inotherwise to seal the eyes through darkness, the bridge speaks
it does not speak, the starlings speak that steal the speech of men, uc antea

a spark that meets the idea of itself, apparently fearless.
Ah cruelty. And I had not stopped to think upon it

& I had not extended it into the world for love for naught.



NOAR HILL

Chispeando sobre el maíz donde la gamuza y la seda y la cimitarra asomaban la figura de una pluma se mantuvo a flote sobre una fuerte corriente oriental un segundo y se hundió entre las hojas

la memoria de la piel detrás, piel y púas subiendo a la cima de la colina:
todo lo que siempre deseó inventar estaba ahí, y ese fue el fin de la modestia

luz aficionada ondeando sobre el fieltro gris que llama la atención como una franja alar caliza y hielo bajo los pies arrugado para imaginar una edad donde empapaba

actitud de pólvora, el aroma del sílex y el gobierno separados por la escarcha, cayendo por escarpada pendiente de tres pies como barro blanco

una palidez derivada del engaño de la ventana se alzaba
mordida por el aire del río, el corazón enturbiado, un momento de amor sólo

irguiéndose entre ellos a continuación y tú le dejas pasar
la inspiración como la piel seca en su silencio decreciente

y el cielo está tan inmóvil como el corazón
su anzuelo al que atarlo



NOAR HILL

Coruscating over maize where the buff and silk and scimitar tipped contour
feather buoyed on a strong easterly passed in a second and buried deep in leaves

the memory of skin behind, skin and barbs walking up to the crest of the hill:
all he ever wished to invent was there, and that was the end of modesty

amateur light flapping on grey felt that tug to the eye like a wing bar
raw chalk and ice underfoot creased to imagine age where it soaked

gunpowder demeanour, the scent of flint and government prised
apart by frost, dropping from the sheer three foot slope as white mud

a pallor derived from deception at the window stood
bitten by river air, the roiling heart, a moment of love only

chief among these then and you are calling it in
inspiration like dry skin in its diminution silence

and the sky is as motionless as the heart
its hook to tie it from








GABRIEL VALLECILLO MÁRQUEZ [17.932]

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Gabriel Vallecillo Márquez

Gabriel Vallecillo Márquez (Tegucigalpa, Honduras, 1976) es poeta y videoartista; ha participado y expuesto su trabajo audiovisual en bienales de arte y festivales en Italia, Ecuador, Cuba, Costa Rica, Nicaragua y Honduras. Ha publicado tres libros de poesía y su obra ha sido antologada en publicaciones latinoamericanas. 

Ha impartido conferencias y dirigido foros sobre cultura y arte, política y crítica cultural en España, México, Cuba, Panamá y Honduras. Ex becario de la OEA/Laspau (2002) y Fullbright (2010).

Obras

Poesía

Viajes dolorosos (1994).
Paraísos mudos (1998).




La imagen coqueta
me astilla de antenas.
Los cinturones de pobreza se abrochan
automáticamente
-cierre su puerta con llave. Aprenda archivar.
Clic. Aléjese. Es por su seguridad. No mueva ese dial.
La ciudad se disciplina en un pixel enamorado. Alto.
Hombres trabajando. Aquí no se habla
World Wide Web. No regrese, insensato. Ctrl.-Supr.

Déjenme los conecto. Alt-F5.
Alguien dele un lollipop al Che Guevara,
una membresía price-mart,
un caramelo molotov para cumbres
y otras remesas despatriadas.

¡Aaaagh! La culta cultura ya no me asusta,
me e m b e l e s a .
Abusa ya de su Traveller´s Cheques ¿o-kei?
I love the american way!

                                         La Realidad:
                                         para uso cómodo y seguro
                                         sírvase leer la guía de seguridad y comodidad.
                                         No cuestionar.

Manténgase la sala a 20º Celsius. Constante.
Cielos- de cablesdespejados
para esta mañana.
Intermitentes aguaceros digitales por la tarde.

Navegación envidiable,
surfeo sin mente: ¡aaaahhhh!
Maldito, delicioso alivio alka-seltzer,
se me derriten las neuronas
en bajón repentino de escaleras eléctricas. Cuidado con sus pies.
Il se parle Internet.
Lo sentimos (mentira)
no tenemos eñes para usted. No vuelva inarticulado.
Váyase al mol, viejo arcaico.

Enfermo, no.
Adicto si. Imposible sudar,
                                           moverse,
                                           rogar,
                                           querer otro tiempo.

La vida
la vida está en otro nervio ocular.

No hay virus, Gen-Imagen.
Dios no existe,
mejor ciber-rezo un ave-binomio lleno de gracias.
Demora mucho tiempo.
Mejor copy-paste a otra esperanza vacua.

Exagerada velocidad para pensar.
Conexión de área local: 100 Mbps
–bolsas de aire laterales para su seguridadmejor
estrellarse triunfante, aislamiento completo
de ruidos externos. Nadie te mensajeará.
<<<Guerra, latido fosfórico, incendiario siglo catatónico>>>
Aquí no ha pasado nada.
Por qué, por qué preocuparse, todo es videojuego.
¡Bum! Game over. Necesito cargar este token.

Deposite aquí su voto. Sea libre de no estar,
de escoger lo mismo: ame su libertad
bizca-binaria-bisoña de espaldas,
sin condiciones. No se aceptan devoluciones.
Sólo aceptamos cash. Factúreme un alma por favor,
80 megabytes de memoria involuntaria.

Gen-Imagen,
idolatra y mata. Iconoclasta.
Miraolvida la idea de la persona despixelarse.

Ámame sin cautela, sin sangre,
empatía clonada, bien armada

Mmmmm….siento nada. Lo que importa es formatear.



Nacimiento

Nací en el cortocircuito de una noche
donde no hay paredes ni suelos
ni cielos ni horizontes aullados por perros.

Nací por medio de instrucciones,
sin baterías incluidas y sin miedo,
mis ojos extranjeros tiemblan miran cables
destellos averías
falsos contactos que lloran oro
en alta resolución. Vivo en gravedad.

Lamepantallas, soy yo. Venero bombones,
visiones de dioses, muertes chiquitas,
lentas deliciosas alucinaciones.
Desconozco mi nombre. Me multiplico,
soy experto –pluscuamperfecto-con los ceros.
La física es un impedimento
inventado por tres veces tristes hombres.

Yo no nací en cuerpo, nací en espacio
obliterado en millardos de pixeles
formateado
                  formateado hasta el cansancio
preparado siempre para el próximo simulacro.

Desde chico una órbita me golpea,
una galaxia mi madre, un cometa mi padre,
una paradoja me persigue
y salto desde edificios,
desde Windows a videojuegos. No muero.
Mi propio concepto es trágico y cómico a la vez.
Soy un laberinto sin paredes.

Reto constantemente al game over, al enchufe de mi doble,
al espejo doloroso que me revela sin misterio.
Soy un maestro en la carcajada,
en el sepulcro diario del que fui hace unos momentos.

Soy el Lamepantallas, poseo angustia alguna,
barras de prueba de televisión:
rojo, verde, amarillo, azul….10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1:
catatónico desde los pies
hasta la blancura de mis ojos huecos,
río y desencadeno sismógrafos
disparo protectores de voltajes
fundo a Edison y a Bell de un sólo desternillo.

Despreocupado digo amor y coca-cola sin hielo,
flor marchita dame calor,
rocío descárgame unos voltios:
áureos abrazos
cualquier forma de hermandad
-envasada al vacío, libre de estática,
impoluto.
Sufro una angustia cósmica
un mal callado
un destierro nodal
y a veces hasta me siento humano
cuando nadie me ve
ni lee mi IP
ni se introduce a husmear
mi encefálico Server.

Pido deseos, lo confieso, (cállenlo por supuesto)
rezo por las mañanas
hincado devoto feligrés galáctico:
antenas parabólicas,
Internet inalámbrico,
chip inteligente
debajo de mi binaria piel.

Este es el orden de las cosas, de mi existencia.
Soy Lamepantallas,
sirvo a tu causa. No me preguntes, tampoco se tu nombre.

Soy el precipicio
sin borde ni orilla desde donde aventarse,
existo para que existas,
existo para que me lleves
ángel lleno de amargura,
alas de tedio, navaja
barbero de mi hastío perverso,
existo para que no tengas que nacer en mi armadura.

No comparto tus plumas, ni tu almohada surrealista,
tus sueños son tan sólo emisiones
dolby-estéreo.
Me pongo la corbata con la facilidad de un revólver,
sonrío- es ya un mal viralsoy
el mejor cliente,
me consumo instantes y me hincho sin devoción,
que tengas un súper día efervescente,
frágil y rompible
como una salida de emergencia. Levantar escotilla,
salvavidas debajo de su asiento,
se acaba la música,
soy el Lamepantallas, te quito tu silla, no te preocupes
tienes seguro contra incendios,
dejo tu venas
a merced de tu tarjeta
ya no aplicas a crédito. Disfruta.
Sangra tus satélites
de esperanzas programadas. Piénsate o llama a tu contador,
soy el Lamepantallas, no un libertador.

Qué son las nubes,
qué son las olas sin el mar,
qué de esta acuarela eléctrica,
esta repulsión constante
que me abraza con confort hipersensorial.
Fabrico reciclajes, esta es mi última verdad. Enter.
Rechazar todos los comentarios. Eliminar marcas.
Editar. Jamás miento. Flash, redial.
Sufrodisfruto fibrosas convulsiones
impulsos ópticos
habito y deshabito hipercontextos,
a veces se quiebra el tubo de ensayo,
el vidrio en el que navego
por eso no poseo cuánticos anhelos,
ya no hablo en lenguas de ausencia,
mi jerga es una de luz
monitor blanco sobre espacio inmaculado.
Aquí todos se pierden sin espacio.

A veces pienso en el amor, esa palabra
despalabrada por mis humildes ancestros
de dedos nerviosos y teclados furiosos,
y me pregunto
qué sucedería –número equivocadosi
la comprendiese un poco, tan sólo un tanto.
Señal interrumpida, acceso denegado.

Mejor pienso en el próximo portal paradisíaco
abrazado al servidor de mis furores. Soles despejados,
arenita silicón,
plasma,
alta velocidad de surfeo.
Calibra estos sensores. Activar visualizador.
Seleccionar modo completo.
¡Soy libre! Nadie me saca de mi encierro,
mi puerto paralelo.



Ciudadano

Soy Lamepantallas,
un amable despatriado
desterrado Wi-fi. Blip.
Trans-desnacionalizado,
ciudadano del universo. Damas y caballeros
-Houston- estamos flotando en el espacio.

Psicotrópicos ojos me miranolvidan
adicto pantallesco pantanal,
adorno avenidas ciudades selvas dpi.
Eliminar, suprimir, reproducir.

Goebbels es un dios de la cultura,
la mía,
tomo un USB u oprimo ESC
con la misma facilidad que un fusil.
Reproducción automática. Video de barbarie
maquillaje obsesionado,
soy totalmente palacio.
Sonrisa dientes colgate, pret à porter
colmillos de sangre pop: ultra -violence.
Soy Lamepantallas, neuro-mantis.

Estamos al aire,
libre de contaminantes. Niebla analógica por las tardes.
Bienvenidos welcome a la República Colapso.
Adiós chiquita banana, hola McEstado,
McSistema Democrático (cuando te conviene bastardo).

Qué me importa la nación
cuando tengo emoticones avatares nicks e íconos gestuales.

Mi identidad es única
omnipresente idéntica transparente
indiferente. Vogue, reafirma tu busto, escoge tu sexo
alza tus tacones Prada
levanta tus cejas Estilo Tegucigalpa. Habilita sensores,
sobrecargarlos,
suprime sentimientos prehistóricos,
¡cambia ese canal muerto!
Descárgate ahora,
la vida es un itrip. Datadisfrútala.
Postéalo de inmediato, bloguea.

Qué me importa la prensa libre,
la libre impotencia de la ley de transparencia. Qué me importa,
soy catalizador de nepotismos extranjeros.
Vapuleo rubias secuencias, me asoleo
salpicado de simpáticos horrores. Admiren mi bronceado de faroles.

Soy Lamepantallas, el ritual
la disciplina filmadora es un corto haciéndose circuito
contra mis nodos. Tócame. ¡Ahhhh!
Te despunto erizos acaramelados.

Asisto al catecumenado,
al tele-evangelio y predico mi nada
transmito mi diezmo de visiones.
Tomo a diario la ostia de la ciberósfera,
mi liturgia es electro-candy-léptica. Soy Lamepantallas,
casi un caballero. No salgo en las noches
sin mis gafas de faroles. Este es el orden.

Gen–Imagen, quemo gigas en tu nombre.

Vivo en guerra
de estrellas
de entretenimientos telenovelas. Zap.

Vivo en campos de adormideras digitales
salvajes
acaricio extrañas flores de sinestesia,
electro-floricundias astrales, estiro lengüetazos pantalla.
Soy un adorador.

Vivo en campos de (des)concentración. Mein Kampf
se desarrolla en superficies planas. Yo degusto en 3D.
Mi genocidio es celular.
¿Eso me convierte en sobreviviente del exterminio?

Alt F4 al pueblo. Mejor oprimir botón de dormir.

Soy hijo del che-mercadeo. Soy Lamepantallas,
unidimensional desde la luna al alumbrado.
Vía modem o antena, respiro y te quiero. No tengo precio,
pero si un catálogo de temperamentos.
Renovar ahora o recordar luego. Choose life.
                                                             Choose Wi-fi.
Mi lucha contra la pobreza
consiste en el estándar internacional:
3 TVs per capita, una computadora,
una máldita página web. -Sé alguien: ¡Te publicamos en la red!-

El hambre se mide en conexiones de Internet. Región 3,
unicamente páginas en español. Santificado sea tu nombre
San Google. Bloquea a Telesur.

Nuestro norte es no querer tu sur. En distracción veritas:
Ce-eNe-eNe. Lo único que necesitas saber. Okei, mai liberti frend?
Manual de usuario –zona vigilada- McSistema Carcelario.
Compendio de pláticas para la cena
dentro de su cajita feliz.
Agitar bien.

Siglo XXI para tontos. Última edición.
¡No seas tan poeta! Vive de probetas.
Agradecemos su preferencia. Sonría. Final de partida.
Comenzar inexistencia. Send.

Gabriel Valecillo Márquez. Honduras, 1976.
Fuente: 4m3r1c4







CACONRAD [17.933]

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CAConrad

Pennsylvania. EE.UU. La infancia de CAConrad incluyó la venta de flores cortadas a lo largo de la carretera para su madre y ayudarla. Es el autor de ocho libros de poesía y ensayo, the latest ECODEVIANCE: (Soma)tics for the Future Wilderness (Wave Books) is the winner of the 2015 Believer Magazine Book Award .   

Ha recibido becas de la Fundación Lannan, MacDowell Colony, Banff, Ucross, RADAR, y el Centro Pew de Artes y Patrimonio; se lleva a cabo talleres sobre (Soma) tic Poesía y ecopoética.  



EL LIBRO DE FRANK


en una cita a ciegas
Frank habla con una
mano sobre los ojos

no teme a la
belleza es sólo que la 1ª
vez que miras a alguien
es la 1ª vez

después de eso es
la 2ª, 3ª, 4ª
hasta que pierdes la cuenta

ordena un plato de chícharos
y los huele los
huele los huele

“¿no vas a comerte
los chícharos?” suspira
la cita sin rostro de Frank

“no, es muy siniestro cómo
una experiencia es tranquilamente
consumida por la siguiente”



el sombrero más inteligente
le contó sus secretos a la cabeza de Frank

todos sabían que era el sombrero
pero el rey dijo no puede ser
y los colores del éxito
cubrieron a Frank

al año siguiente
el sombrero contuvo la respiración

Frank apenas podía deletrear su nombre




a petición del médico
Frank dejó de afeitar la silla

en un mes
era la silla más cómoda
de la casa




cada noche
Frank se disuelve
entre las sábanas

no hombre
sino mancha

su esposa lo frota
de regreso
a la vida
con su vagina
tempranera

él se eleva
                 tartamudeando
                 en la luz
más mineral
que hombre

una noche
el perro
se disolvió
con Frank

su esposa lo volvió
a frotar la siguiente
mañana
             emocionada
             de encontrar
a Frank finalmente
embarazado!



después de suicidarse
Frank regresó a la Tierra
como el pez dorado de elegante cola que su esposa
compró en la tienda de mascotas para sus 3
pirañas amazónicas

sostuvo a Frank por la punta de la cola
y gritó dentro del agua verde
"¡Dennis! ¡John! ¡Carla!
¡LA SOPA ESTÁ SERVIDA!”

Traducción de Román Luján




coping skills lost in the flood

                   make you aching upwards of a
                             teenage broken phone
                           come to hear underwater
                                libraries up the side of
                                        the dinner plate a
                                        little too fast
                                          not ungrateful like
            some of  these bastards around here
can’t tap out a tune with you looking away
                      genies of not enough sleep
                               a happier location for
                                        the war not the
                       easiest thing you realize
                          beautiful architecture
                          refreshing beverages
       our signs read hello love us for
                                  the century of
                                  progress we
                                      gave you
                                        bombers
                                          arriving
                                    early here
                                  they are

Source: Poetry (October 2013).



Lonely Deep Affection

years of  practice for a soft
        landing in the slaughter
                we looked far off to
             a flag sewn into flesh
dear enemy come down the
     hill I have taken a title out
of  the love for you jumping
     down the clear shaft of  your eye
      you would not know how long I
      paused when writing this unless
             I said so in the poem
              half an hour staring
              at the pencil having
      written of  my enemy with
      love and fight to maintain
                            the ascension
                            voices from a
                            room no one exits
                            we pry genocide out
                            of  the museum but
                            meant to remove
                            the museum
                            from genocide

Source: Poetry (October 2013).



Reading Starlight with One Eye like Creeley

hearing all bells at
                              once instructs the final exhale
                              Camelot in thimble of  the gods
                              Marilyn Monroe’s ambulance
lost on the way to the palace of  temperament
a branch of government for the magical arts
                              punch wall of forest for
                              an oaken
                              desk
                              another dream we
                              needed agitating the
               sentence as it rows across a
               newly destroyed heart folding
               following tormenting one another
                              we were all once young and
                              beautiful squandering everything
                              it’s what we came here to do
                              cut off engines to the child
                              registering disposition of the
                              cat in the dark as the
                              size of the darkness

Source: Poetry (October 2013).








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