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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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JULIANA GÓMEZ NIETO [17.774] Poeta de Colombia

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JULIANA GÓMEZ NIETO

Nací y viví la infancia en un pueblo del centro de Colombia, Calarcá, el lugar donde reinan las mariposas. Hace siete años que emprendí un viaje en espiral que me ha conectado con el corazón del Sur de América. Desde entonces vivo en Argentina, y viajo cada vez que puedo, a otros rincones de este continente con la intención de alimentar mi sed de experiencias; pues es de éstas de donde me nutro para contar, sea desde la poesía o el periodismo, eso que me conmueve y apasiona.

He publicado de manera independiente dos libros de poemas: Terrorista poética en el 2011 y Magnético Sur en el 2015. En la actualidad, estoy escribiendo la tesis de la Licenciatura en Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata. Se trata de mi primera novela, una ficción basada en un hecho real; el terremoto que viví a los 9 años y que me marcó profundamente.


Fénix

Bajo la armadura oxidada
su piel se resquebraja
adentro suyo han combatido
dos dragones que se desangran
ahora hay calma
calma que inquieta
el silencio  posterior a la guerra
el guerrero fue cegado por el orgullo
y combatió por una causa innoble
solo aguarda
tirado bajo el sol espera
que el astro limpie  su corazón
active sus células
sin juzgar, sin condenar
el sol que
simplemente nutre
en su abrazo luminoso.



SOSTENIDA

Aquí estuve
sentada
el charco de café
derramado sobre el suelo
me delata
sentada
pensando quien sabe qué
aturdida ante el silencio
que deja las preguntas
y extasiada ante la claridad
de las respuestas
comprendiendo, observando
el pocillo hondo que sentado
sobre el mismo suelo
sostiene el mismo charco
de café prolongado
hasta la punta de sus sombras
Sobre una baldosa sucia está detenida
la huella de un zapato alargado
con barro manchado
cubierto de polvo y pasos
que se detuvieron
de tanto caminar certeros
por la ciudad descalza
Sentada
como una silla en medio del mismo parque
noche y día
repitiéndome
reiterándose
con las patas hundidas
en la tierra infértil
postrada
detenida
ante el viento leve
que pasa a cada instante
arrastrando hojas, palabras secas
recogiendo versos
y abalanzándolos por el aire
para llegar al cielo
y al juntarse entre las nubes
hacer choque
electricidad tranquila
que se derrama entre las calles
disfrazada de lluvia
Gotas de silencio
llora este árbol
que a mi lado está
plantado
esperando
resistiendo
contemplando al sol y a las estrellas
que se ríen de las formas
con que las hojas
bailan en los versos
Aquí estuve, es correcto
como una duda sin respuesta
que caza preguntas
en medio de la inmensidad
como un cigarro
que desprende
humo de pensamientos
y misterios
que encrucijados en la mente
no logran salir
solo evaporarse
dejando tras de sí
cenizas y caladas sigilosas
Aquí estuve
acallantada con el tiempo
del presente sostenida
del espacio exacerbada
de ver sin mirar
de oír sin ver
de hablar para no oír
lo que dicen las palabras
conjugadas, estructuradas
malhumoradas y atónitas
que no tiene nada que decir
solo ser
palabra
sentido
oración
silencio
pregunta
silencio
choque del agua contra el asfalto
chorro de gritos sobre esta silla
la misma mancha
la misma historia
el mismo tiempo
la misma espera
el olvido
Llueve a cantaros
y la ciudad se abraza
entre alcantarillas
y llora
entre los agujeros de las esquinas
pisoteadas
alargadas
que cansadas ya
de tanto encuentro
prefieren fingir quietud
Ahora el viento
está pasando tranquilo
fino y fuerte se abalanza
sobre el tiempo
devolviendo
y situándolo en el mismo sitio
donde hace tiempo
estuve sentada
apaciguada, admirada y retraída
como una coma
que pausa y sigue preguntando
recordando
aludiendo
al mismo parque
que sostiene la misma silla
el mismo árbol
la misma historia
otra persona.



PORTAL

Al poeta, arqueólogo, músico y actor boliviano Manuel Quiroga Taborga

Aquí
queriendo atrapar
el fugaz recuerdo
que se desvanece
a medida que crecen los trigos
y mueren los girasoles
en los campos extensos
de la memoria
Cual ave fugitiva
tu imagen se va haciendo
más abstracta
te mimetizas
con las capas de las nubes
en el cielo de acuarela
eres gota
mancha y signo
Eres el papel de la hoja
y aún así no estás vacío
¿o acaso en el vacío
no se refleja lo creativo?
debes sonreír más allá
de los límites de las comisuras
y explotar de emoción
al ser símbolo de inspiración
Debes sentir allá
en tu altar de estrellas
que cuelgas de un infinito caprichoso
¿cómo es que decidiste ser cometa
en lugar de árbol milenario?
qué hay de tu atracción
por el centro de la tierra
y sus misterios
¿Será que ahora duermes
en una geoda de amatista
donde al despertar
se refleja tu belleza?
o sigues empeñado en descubrir
los límites del universo
mago galáctico
tejedor de melodías
Me gusta encontrarte
en esa milésima de segundo
cuando el tiempo es líquido
y la memoria insoluble
no me importa si eres caracol
espiral que se expande y se contrae
siempre te reconozco
en los túneles del subconsciente
Algo en mi cuerpo
más antiguo que la sonrisa
me anuncia que estoy frente a ti
aunque tu imagen no es la misma
tu esencia inconfundible
me hace preguntarme
¿qué será del día en que mi cuerpo mute
y sea yo quien te visite?



999

A Andrés Galeano.

A los nueve años sobreviví al cataclismo
La muerte me hizo un guiño
Cavó en mí una grieta que me atraviesa
Y que incuba preguntas
Que no se responden con palabras
La muerte no me raptó de los brazos de la vida
Pero me hizo vieja a los nueve años
¿Quién puede decir con exactitud, cuándo fue que dejó de ser un niño?
Solo aquel a quien le arrebatan la inocencia sin preámbulos
Siempre fue mi corazón un volcán activo
Desde aquel día
Es un cráter que eructa emociones
Que convierto en poemas para no indigestarme
Aquel día quise
Mirar para otro lado
Cerrar los ojos
Gritar sin sonido
Y despertar de la vigilia
Pero no se despierta
Tampoco se duerme tranquilo
Con el tiempo aprendí que el fatalismo tiene algo de magia
Y que el dolor es el motor de buena parte de la creación
A mis nueve años:
Odié a Dios por vanidoso
A los quince sentí compasión de su condena
A los veinte supe que todo era un mito
Y desde entonces
Amo el mito de dios; tal como amo el mito de la existencia
Porque  entendí que la única verdad es la muerte
Que viene, te da un lambetazo y se va engreída
¿Nunca la viste?
Yo sí
Y puedo decirte que
Es tan hermosa y fatal
Tan irresistible y delirante
Que uno baja la cabeza
Cuando la ve pasar
Mira para otro lado
Cierra los ojos
Con tal de no reconocer su grandeza
Y no hablo de la guerra
Nada tiene que ver la muerte
En ese negocio en el que
Ella también es víctima.
Otra cosa es la catástrofe
En donde baila un tango
Con la vida.
¿Por qué ellos y no yo?
Le pregunté ese día
Tranquila, no te impacientes
Es cuestión de coreografía.


La bruja blanca de la niebla

La enamorada de la nada
besa los rayos del fuego
no se quema; su espíritu es de viento
aviva la hoguera de los instintos

La bruja blanca de la niebla
conjura el acertijo de los silencios
alquimia de colores que forman el dragón
de los subterráneos de la psique

La vieja urraca de la vanidad
se ha llenado de verrugas
la joroba le pesa
y de las manos cadenas le cuelgan

La libertad  desnuda

va  dejando  a su paso
la sombra del erotismo
innegable sensualidad la de este mundo

La luna cual amuleto cuelga en las tinieblas
de un cielo tormentoso
ímpetu de rayos que rompe la corteza
de arboles febriles

Oh corazón hoguera
¿De dónde nace la magia?
el alma un hilo de donde pende la esencia
!oh maravillosa existencia!
Habitan mi ser millones de universos primaverales

explosión continua  de galaxias en mi mente
océano turbulento agita mi corazón
cual olas de un mar enfurecido.



Arena y niebla

La luz se escapa hacia el desierto
mis ojos chocan con la nada
de a poco se bifurcan los caminos
que conducen al centro de la galaxia
y se deja ver una serpiente solitaria
el manto luminoso
devela entre las sombras
fantasmas aureales
instante frenético
espectáculo cósmico
cuentas las piedras secretos ancestrales
pajarracos del ocaso celebran desde la planicie
la llegada de mi espíritu
a la dimensión de los poderes despiertos
me envuelve la llama violeta
y me desnuda de harapos
traen desde el océano
mi armadura
dos gaviotas cristalinas
vestida de arrecife
hago una venía a la luna creciente
que sonríe al sol poniente.



Útero

Circular es mí ser
muerte y renacer
un eterno vaivén
aprendo de mi naturaleza
de mi ser genuino
libero a través de la sangre
todo mi destino
no tengo ataduras
soy incontenible
como el agua de los lagos sagrados
guerrera es mi madre
guerrera es mi abuela
todas las mujeres de mi linaje; guerreras
soy todas ellas en este cuerpo
efímero y palpitante
soy la presencia transmutadora
que se manifiesta
yo soy su fruto
y  herencia
la flor del  árbol eterno
todo mi poder está guardado
en este lugar sagrado.






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IVAN RUSCH [17.775] Poeta de Argentina

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Ivan Rusch 

Nació en Lomas de Zamora, Buenos Aires, Argentina, el 7 de Septiembre de 1986. Sin especializarse en ninguna carrera, decidió dedicarse a la literatura por gusto. Ha publicado en varias antologías literarias, entre las que se encuentran “Manos que cuentan”, “Laberinto del párrafo”, y otras. Fue publicado y reconocido por varios autores contemporáneos como Alejandro Schmidt, Hugo Toscadaray, Wenceslao Maldonado, Zhivka Baltadzhieva, entre otros. Publicó de manera gratuita su libro de descarga online “Trilogía del hombre” y El otro idioma de la muerte. Publica frecuentemente en su blog Nuestros días se terminaron.


La prueba

Mi cama era un océano al despertar, lector:
No sabrá creerme, pues los sueños son mentiras del despierto:
Pero al despertar nadaba en un estero de olvido,
me duplicaba la cerviz levantándola como una coral,
al jayán soñado maldecía, de viejo estío muerto sobre huellas:
Lo amé a usted, lector, pero vacié el costal de mi vagido
y en el albor de su conciencia fui otro montón de palabras,
todas bellamente acumuladas como hojas de otoño:
Usted sabría pisarlas con inocencia:
y hacerlas reclinar sobre su pecho me fue imposible, lector mío,
en eriales distantes su dicha era el espejo mil veces roto,
las palabras mil veces dichas:
Fue ese el momento del llanto y el naufragio, lector:
Para probárselo me arranco ahora la cabeza
y se la dejo sobre esta i.


La mano

Abro una mano y veo en ella letras, cifras, grados,
todo, lo cruzado y análogo, el tigre y la hiedra, fin:
Es esa palma la carta abierta que escribí al mundo,
trozado en mí mismo, abierto en estacas,
subido al lomo de un fuego vacío:
Mano que, olvidada en escombros de caricias,
fue madre de la lágrima, la contuvo, la volvió a su útero,
para que yo pariera otra vez hijas gotas, saladas,
hijas para que mueran vírgenes en mi boca:
Escollo de lo innombrable, clara sombra ebúrnea,
papiro ahogado donde yace el mandamiento inútil,
mano eres, triste carne viva que de otra piel nace:
fuera la vida que asoma de mi pecho mujer o isla,
tierra o carne donde ahogar mi mano,
fuego donde carbonizarla, hacerla de olvido negro,
sediento juego de uñas; mano, conoces otras pieles,
y hay una que te sacaba los huesos para afuera por habitarla,
y en otra destrucción te formó mía,
de mis extremidades como sombras caídas,
muertos alrededor de la luz de otro cuerpo:
Abierta la mano cuenta eternidades, inflama ideas:
Baja el vino, lloro sin ojos, una foto de otro tiempo,
y la belleza clama por sangre en el olvido:
Pero tú no estás más viva por recordarte, y te llamo:
Así cierro la mano, despacio, entras como una noche
-este poema desaparece.



La musa de las estatuas

A Sandra Figueroa,
volumen abierto de la biblioteca miserable que soy

Rábida la prostituta del fuego se mezcla con
gas en el cielo de los refugiados, la brecha es verde
como el placebo de los ancianos en el hogar del monte Trista:
Silencio de bruto y animal desollado fiera el arma,
tridente bajo el agua ahogado de ser arma y no beso:
Láminas de vegetales sobre las mesas de los domingos,
cuando todas las misas han llegado a la llaga,
cuando todos los polvos se han sembrado en el viento:
Fiera de carne roja como la sal cuando sangra,
se reduce a la cópula con las raíces del árbol ancestro
que defendieron los indios con sus uñas:
de sol y serpiente uñas,
de oso reventado y salitre,
de carcaj roto por amor:
Desarrollo del lenguaje y entendimiento del musgo,
al silencio lo que es del silencio:
Petrova la inútil, cruz sobre belleza,
monja sobre la que se crucifica la cruz y la belleza,
cruz sobre la que se embellece el quiebre del voto:
Tú sobre todas eres santa, tú,
que con tus dedos de gusano dejabas caer los platos
y arruinabas la piel de los amantes:
Eras infinita y eras el confesionario de la carne
para los hombres que cobardes se fugaban de la sombra y
su craneana futilidad, amén al salmo de tu vientre,
virgen blanca de ser olvido del hueso y Fausto:
Pequeña, tus manos, fresas recogiste y rósea tu corona de tormentas:
Marga la muñeca elefante,
*envaina la espada y erige la frente orgulloso*
Te miraba desde la tronera para bendecirte la frente con una flecha,
pues pura de trigo en trigo irisabas los deseos,
los yelmos yacían como osamentas cuando tu paso pasaba,
mas este caballero condenado por tener el semen negro
se florece como el campo de tu existencia cuando tu cabellera explota:
Puede perdonarte,
*Inclina la cabeza y un enjambre de laureles se prende en sus ojos*
Testigo, madre o buque de guerra,
última entre las últimas, no tienes nombre porque estás viva:
A tu canto llegan devorando el tiempo los mirlos,
que estaban enterrados en tu vientre:
No somos, somos no lo que tu canto pero menos el tiempo:
Ejecutada latitud del fuego, desconocida te hayas y somos aquí,
áurea tu despedida se hace néctar en los omóplatos y las vigas,
y todos los cielos se fracturan por ser espejo tuyo:
Así que mar y rugido de la espuma te llenas de gracia,
nos contemplas sin ruido ni palabras y crispas los sentidos:
Leche tu saliva, miel tu sangre, triunfas sobre el desierto,
granos de tristeza somos y tú triunfas sobre el abismo:
Milagro que nunca te ha encontrado, rabia de la carne,
así te deseo, viva e imposible, así me circulas como
el otoño a las hojas, así me abres para cerrarme
y eterna te cierras para que mis palabras te abran.



De El otro idioma de la muerte

La muerte es una finitud dialéctica. El ser
dialéctico, es decir, el hombre, es el único
ser mortal, en sentido lato. La muerte de
un ser humano difiere esencialmente del
"fin" de un animal o de una planta, así
como de la "desaparición" de una cosa
por simple "desgaste".
Alexandre Kojève



Lo quemado

Es el pasado que se amontona en tu boca,
es lo que se ha quemado en tus manos, tu crisol,
cenizas de hombres, huesos de ideas, pozos:
Criado un vergel al costado de mis preguntas,
criando en ellas locura u olvido, pero no:
Tañe campana de ayer, cuando la hora rósea,
 el sonido ese es mi grito cerrado en tus dientes,
cielo que baja impío, surge la duda, fiera de circo:
Tiemblo, como respuesta sin pregunta tiemblo,
como gala en un lugar equivocado, cueva de hombres:
El pasado, luna con óxido en el vientre,
espanto de las manos sobre el trueno, gracia total:
Pasado es el insulto del futuro,
el futuro el pasado del presente:
Lo quemado vuelve,
y en esta noche abierta de tristeza me busco,
en tu cara cerrada, tus manos de agrura,
y es en ti el pasado esto que me define
o me borra.


Nada, Nadie

¿Quién soy yo que no soy nadie?
¿A quién le hablo, sin mí, sin nadie?
Es fluido griego el de la conciencia, es nada,
pasado, pobre hoja quemada en la hierba,
hierba atada al destino de los hombres:
¿Y cuál somos? ¿Quién sale o entra a la caverna?
Busca en tu boca, mina inmortal, tu cabeza de altozano,
rasca las columnas que te quedan bajo los dedos,
destierra a los olímpicos que te muerden la memoria:
Lo que yace está yermo, la cultura ahí duerme:
Yo, nadie entre nadie, regreso al vientre de tu sombra,
y sin saber quién, pero aún te amo:
¿Quién eres tú que no eres nadie?
“Me confundiste con tu sombra”, compasivo me
responde.




El insomnio revertido

Hay un ojo que se abre cuando se abre
el insomnio: Puerta de meteoro en reversa:
Eres entonces oscura, como el ascenso de la tristeza,
rompes gargantillas frenéticas que te circulan,
los dedos prosperando, hedera que ahoga el cielo,
inflorescencia de rabia que muerde el silencio:
/Es la vida que se arranca, es ella, otra enemiga nuestra,
sin sus ataderos la muerte nos tendría libres,
retozando en ejidos vetustos, jugando a ser impropios:
Y el ojo abierto va quebrando el espacio,
y hay de repente grietas en el polvo o el aire,
y se ven juglares de la memoria en la sangre,
y todos los ojos están cerrados ante la apertura final:
Bella, y te debo aún palabras:
Hay circos cruzando la sonrisa, una selva de repente:
imaginada como tu sonrisa se reescribe mi cara
pues es espejo el ojo,
y yo noche en el insomnio.


El pueblo

Cuántas sangres han pasado por esta casa:
ahogados en las grietas de la indiferencia
todos han huido, todos, sin sangre, pálidos,
(hija de salvaje, lila, violeta, ahí estás, huye)
El sur, contingente, se presta al recuerdo,
caja torácica de la historia, sol de piedra tallada,
(hijo de norteño, une las gavillas, deja el trigo, ven)
Somos los recordados, el llanto de la historia,
águilas como fucilazos, así bajamos al recuerdo,
en la evocación misma nos formamos como dioses de
barro,
en los libros de la ira nos escribimos con gritos y dientes,
en las rampantes estatuas somos las fisuras infinitas:
(Y los que han huido, ¿Por qué huyen)
Saben que mejor es ser
 del olvido, pues la sangre
recuerda sólo
a los que la han derramado.



El segundo lamento de don Calvo

Pensando en Friedrich, Robert, Edgar, Vladimir,
la chimenea arrulla el fuego para que muera,
viendo mis dedos mortales caminar las páginas
de la ceniza, la ceniza de los días, mis dedos,
asumo racionalmente que el momento es único,
pero es repetible en cuanto lo olvidamos: no es:
Pensando en ustedes, en nosotros, creo en la cobardía,
que es otro espejo ilusorio de nuestra conciencia,
toda el agua no pasa por la garganta,
toda la tierra no cabe en las manos,
toda la humanidad no nace en el tiempo:
Ellos lo supieron, los pienso, y soy el sol sobre Herisau
o las pesadas piedras a orillas del Neckar:
Nosotros los miramos tras escaparates mundanos
y caminamos nuestra no vida sin riesgo,
nuestra poesía llena de vanidades
 -El vacío me cierra la
mano


El nombre

Cosechas negras hay en los valles, ruidos de ausencia:
Apuntas con el dedo la mañana,
el frío despertar de los sentidos y los gallos,
drenas la escarcha que te rompe los dientes,
subes a la mesa y nombras lo callado:
Prisma, cólera, blasón, humano, amor quizás:
Al llamado del horror acude tu celo,
cercas con etiquetas y letras,
hay nudos en la cadena de la lengua,
y sigue acudiendo la tierra a tu vientre llamando
todo lo que en la tierra se mueve:
Única bajo los alisios te nombro eterna:
Yo sigo esperando que mi nombre resuene
en tus cavidades, tus arterias:
que sea nombrado por el nombre que era y desconozco,
nombre donde empiezo y termino,
palabra o silencio, apenas conocido
por la veracidad de tu forma y su lenguaje vivo.




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EDILSON VILLA M. [17.776] Poeta de Colombia

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Edilson Villa M.

Nació en Sopetrán, Antioquia, Colombia el 28 de marzo de 1970. Es Filósofo de la Universidad de Antioquia y graduado en inglés británico y americano, en Camil International.

Es instructor de Ninjitsu y Kendo Tradicional (Arte Samurái), japonés.

Ha publicado “Poesía Temprana” (coautor), en 1991; “La Danza de la Mariposas”, en1995; “Dodecaedro de Palabras” (coautor), en 1997; “ElSendero del Fuego”, en 2001; “La Primera Línea del Arco Iris” (coautor), en 2003; “Azul en Blanco y Negro” (antología), en 2004; “El Espíritu del Sable” (Premio Nacional de Poesía), en 2004; “Pluma del Viento” (coautor), en 2010; “Aula 206” (coautor), 2010; y numerosos artículos y ensayos en varios periódicos y revistas.

Dirigió por más de 4 años el Taller de Poesía “Esa Palabra”, de la Facultad de Educación de la U de A; es cofundador y director del “Círculo de Poetas de Medellín” y de la Revista Literaria “Ábrete Seso”.

Entre sus libros inéditos se encuentran las novelas: “Nadie sabe lo de Nadie” y “Cartas de un Sobreviviente”; y las obras de Teatro: “La Balada de los Amantes” y “Farsa-Arte”; y dos libros de poesía titulados “Tu Tienes la Llave” y “El Bonsái Seco”.

Actualmente trabaja en un volumen de su poesía completa titulado “Salmos de un Ángel Imperfecto” y en un libro de artículos y ensayos escogidos titulado “El Olifante”.

Actualmente se desempeña como Profesor de Filosofía, Literatura e Idiomas, labor que ha venido desempeñado los últimos 12 años de manera continua; dirige el Taller de Escritores “Aula 206”, el periódico “La Huella” y la “Corporación Cultural Kanji”; a la vez que entrena y dirige el “Club Cultural y Deportivo de Artes Marciales Kikenshi”, de Copacabana.



EL BONSÁI SECO


CANCIÓN PARA ATRAERTE DE NUEVO A MI LADO

Los pájaros que reparten tu nombre en las mañanas,
Aquellos que han volado desde el alba primigenia
Hasta la altura de los campos florecidos del presente
Me han enseñado un canto de amor para atraerte.

Es un canto de paz, de fuego y de esperanza
Para que quieras vivir siempre a mi lado,
Para que no seamos sólo el recuerdo de una tarde apasionada.

Es un canto para que seas el gran poema de mi vida,
El ángel de mis horas y la gran señora de mi casa.

Es el canto sutil de mi certeza
Y la tierra prometida de mi larga travesía.

Es un canto para que seas la luz de mis palabras,
De mi fuerza, de mi amor y mi semilla.

Este canto es también un canto de batalla.

Es mi conjuro contra las noches más heladas,
Contra la envidia, contra la rabia, contra el intruso del pasado,
Y contra el colmillo de mi amigo y de mi hermano.

Este canto es el latido
Que brotó de un corazón enardecido,
De un corazón guerrero que te ama
Y que no quiere hacer otra cosa
Que pedirle a Dios que te proteja
Y que te traiga de nuevo a mi lado.



ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Protégela Señor donde se encuentre,
Y ayúdame a ser feliz
Sin el amor de mi vida.



DE REGRESO A CASA

Estás de nuevo en casa,
De donde nunca te fuiste.
Regresas al hogar donde habita el espíritu
De nuestro amor y nuestros sueños.
Estabas de viaje, conociendo el mundo,
Mientras yo te cantaba mis canciones para protegerte
Y para que volvieras de nuevo a mi lado.



LA SEMILLA DE DURAZNOS

Pocas cosas unen tanto
A un hombre y a una mujer
Como una semilla de duraznos.
Como ese fruto secreto
Que les obsequia su propia divinidad.

Así nosotros,
En la complicidad
De nuestros cuerpos,
Compartimos un milagro.

El milagro es nuestro amor,
Que crece entre nosotros,
Diariamente,
Como crece una semilla de duraznos.



TÚ NO LO SABÍAS

Allí donde el latido es un cuchillo
Que taladra la espesura del silencio.
Allí, en la alta montaña donde la lluvia asciende
Y la conciencia del pájaro es un rumor que se congela,
Allí, en la montaña que conduce a Piedras Blancas;
Allí, en el cielo de Copacabana, hablé con Dios.
Allí escuché su voz que me dijo dulcemente:
“Lucha un poco más, que ella ya te pertenece”.



1º DE SEPTIEMBRE

Siempre te recordaré porque llegaste
Con su sonrisa y con su hermosa cabellera,
Con la promesa de un Si definitivo
Y con la certeza de un amor a toda prueba.

Siempre te recordaré porque fue el día
En que su amor fue mío para siempre;
Siempre te recordaré porque fue el día,
El día en que se unió su camino con el mío.

El año sí lo sé, mas, no lo digo.




MI SOL

Tu bello rostro,                                                                
En la hondura de la inmensa noche,
Se asemeja a una luna de menguante.

(Lunas variopintas que he tenido,
Lunas que me hicieron sentir como un mendigo).

Pero no… cuando te miro…
Cuando me tocas como el viento dulcemente,
Y me susurras al oído que me amas…

Cuando me abrazas y me pides que te abrace,
Cuando me entregas completos tus gemidos
Y me haces temblar con tus caricias…

Pienso en Dios y le agradezco,
Por ser Mi Sol en la creciente de mi vida.

Porque iluminas mi existencia,
Y porque borraste el tiempo perdido del pasado.




NUESTRA LUNA LLENA

Más que luz de luna
Es nuestra señal.
El permiso del cielo…
La bendición que nos cobija
Por todo el universo.
Hoy, día 19 del primero,
Del más convulso de todos
Los meses de este 2011.
Hoy, día y noche del 19,
Nuestros cuerpos,
Bajo la luz del sol y de la luna,
Se han unido como un eclipse.
Es la sagrada conjunción de dos cuerpos
Que se aman y se necesitan,
Que lo entregan todo
Como una Tierra Prometida
Cuando la besa el amor
Bajo un sol de primavera.



A VECES ME DA MIEDO

No lo acepto en público,
Pero a veces me da miedo.

Me da miedo el silencio entre nosotros.
Ese abismo fatal que me aleja de tus besos.



NUBE GRIS

¡Cuidado con esa nube gris!

Ordeno que vengas
Embrujado viento.

Sopla fuerte,
Duro.

Que no quiero que se quede tanto dolor
Por mucho tiempo.



NO ES TAN MALO

Respiro, medito,
Y una vez más descubro
Que el sufrimiento no existe.
Es una ilusión que se opone a la conciencia.
Y el dolor,
Como consecuencia de una nueva experiencia,
Definitivamente, no es tan malo.



REENCONTRARME

Quisiera llorar
Toda esta soledad,
Desocupar de ella mi interior
Y poder quedarme conmigo.
Reencontrarme.
Poder mirar fijamente
Mis ojos en el espejo
Y reconocer mi interior,
Mi verdadero interior,
Que parece que hubiera escapado
Para perseguir, quién sabe,
Qué estrella perdida.
La soledad es la falta de tenerse
A uno mismo.



NO VOY A LLORAR… MÁS

No voy a llorar más,
Ya lo he hecho toda la noche.
Correría el riesgo
De que te escurrieras
A cuenta gotas
Por mis lágrimas.



QUÉ LE VAMOS A HACER

Voy a dejar de amarte,
No voy a desear tus manos
Ni tus besos.

No voy a querer tus ojos
Ni siquiera tus pensamientos.

En definitiva
No voy a necesitar nada de ti.

Y en esto voy a ser firme,
Determinante y categórico.

Pero si llegas de nuevo a mi puerta
Dispuesta a quedarte conmigo,
Definitivamente... para siempre.

¿Cambiaré de opinión?
¡Qué le vamos a hacer!



CUANDO SE PIERDE EL CAMINO

¿Qué hacer cuando se pierde el camino?
¿Devolverse?
¿Gritar?
¿Desesperarse?

¡No!
Ubícate por favor;
Eres el Sensei de ti mismo
Y de todos los hombres de la Tierra.

No llores más,
Dicen que cualquier camino
Te llevará a Roma.

¡Tranquilízate!
De que llegas, llegas.
Lo que no se sabe es cuándo.



ESTÁS CONMIGO

Estoy dichoso porque estás conmigo.
Pleno de gozo he de estar.
Tu rostro es como el lirio de los valles
Y la luna de la noche.
La magia del amor está contigo
Y conmigo en medio de la luz.
Nuestras almas se regocijan
Porque hay alegría en nuestros corazones.
Los Ángeles cantan nuestra canción
En esta tierra que pisamos.
Lo que ha de ser entre nosotros
Lo ha sido desde siempre.
Estaba escrito: No habrán otros caminos.
Nosotros somos todas las cosas nuevas.
Oh, amada Catherine,
Sé tú la aurora de mi vida,
El rocío de mis besos
Y la esperanza renacida.
Oh, amada Catherine,
Junto al creador de todas las cosas
Nuestras almas estarán siempre bendecidas.
Su voluntad ha de cumplirse,
Y lo que ha unido Dios, que no le separe el hombre.



LLUEVE

Llueve:
Todo suena
Como rápidas lágrimas
Que se deslizan
Sobre las calles y los techos;
Como furiosos ríos
Que lo quieren borrar todo.

Y yo: yo sólo soy un árbol.
Un árbol callado
Como un bonsái seco
Bajo esta lluvia
De lágrimas
Que aún no entiendo.



UNA PALABRA

Mis manos están solas.

Esperan,
Como esperan los ojos,
Una palabra.

Una palabra
Que hable y que mire.

Una palabra
Que te traiga aquí
De nuevo
Para quedarte.

Una palabra
Que entienda
Por qué están tan vacías
Mis manos.

Por qué tan solas
De escribirte palabras.



YA NO ESTÁS AQUÍ

Ya no estás aquí.
Aunque siempre estés aquí.

Aprisiono tu nombre en mi boca
Como aprisiono
Un pedazo de aurora
Entre mis manos.

Me preparo
A los relámpagos
Que en mi cuerpo
Habrán de nombrarte.



NO SOY YO

Detenido de pensar
En lo solo que está el mundo,
No soy yo el que te extraña.
Son todas las cosas
(Las que construimos juntos).

No soy yo el que te extraña,
Son todas las cosas
Que te reclaman
Por todo el amor que les falta.



SI NO PIENSAS REGRESAR

Si no piensas regresar
Arrásame del todo.
Intenta de algún modo
Incinerar mis restos
Y toda esta soledad
Que ahora me consume.

Aniquílame del todo
No sea que más tarde,
Lo que quede de mí,
No pueda perdonarte
Por este inmenso frío
Al que ahora me condenas.




“Me marcho con mis crepúsculos y mis melancolías hacia la honda noche.
Me marcho hacia tierras lejanas e insondables
Donde reina un canto a la esperanza sobre todas las cosas.
Me marcho Lentamente como quien no quiere irse
Porque sabe que esta vez no habrá camino de regreso”.

Del Libro “El Sendero del Fuego”, de Edilson Villa M.



Kitaikatanaichi


1. Kamae katsugi

La ira es un cisne.
El loto crece
En el estanque.



2. Fusegi hiki kiri

Ser el ojo,
El tigre y el rayo
Simultáneamente.



3. Iaido

Ser uno solo
Fluir.
Dibujar el camino del Tao.



4. Sintai ukemi

Sigilosamente
El acero del felino
Avanza.



5. Tsukuri harai

Sólo el relámpago
Y su rayo
Derriban al roble.



6. Ken bokken shinai tanto

El agua y el cerezo
Extienden sus ramas
Hacia el sol.



7. Shobu

La brisa anticipa al huracán
La calma
Regresa.



8. Zen

La cascada fluye
El sol asciende
El pájaro vuela.



9. Gorin no sho

Ser el agua, el aire,
El fuego y la tierra
Por amor.





Una Aprendiz de Kung-Fu

Tu cuerpo elástico
Se estira en todas direcciones

Como el tiempo

No te demoras en mi boca.



No temo

Ya no temo
Perderte.
Aún
Me perteneces,
De igual forma
Como cuando
No te conocía.



Transición

Un guayacán

Encendido
Se deshoja
Lentamente.

Gota a gota
Se va tejiendo
El leve manto
De la noche.



Elogio a las mariposas



Elogio No. 1

Un enjambre de mariposas
Visita mi jardín.
Es el otoño del cielo.

  

Elogio No. 2

Mirad las estrellas
Mirad las mariposas
¡Oh, los dulces jardines en flor!



Elogio No 3

Día a día
Me miro en sus alas
¿Será posible otro paraíso?



Elogio No. 4

Simultáneamente
Las mariposas danzan y aplauden.
Todo es cooperación en la naturaleza.



Elogio No. 5

Mariposas de girasol en girasol
Girasoles de mariposa en mariposa.
Danza celestial.



Elogio No. 6

Oh dulcísima bailarina de oro
Duerme en paz,
Duerme como la semilla.



Elogio No. 7

Una mariposa
Un suave y delicado batir de alas.
El viento murmura.



Elogio No. 8

Es cosa fácil
Volar como las mariposas:
Empieza por ser un gusano.





SILVANA MERLO [17.777] Poeta de Argentina

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Silvana Merlo

Villa Mercedes, San Luis, Argentina, 1978. Es Poeta, Lic. en Ciencias Políticas y Gestora Cultural. En el 2009 publicó Visiones de una Sibylla, poemas ilustrados con contratapa de Marcelo Di Marco. (Ed. Nueva Generación, Buenos Aires). Sus poemas han sido premio “accésit” en el “Concurso Internacional de Poesía: “La Porte des poetes” en París dentro de la categoría Lengua Española. Primer Premio de Poesía en el concurso literario “Escribir es un placer” otorgado por el Instituto de Formación Docente de Villa Mercedes. Participó en la Antología: “Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana”, Lord Byron Ediciones de Madrid, España. Sus textos han sido publicados en diversas Revistas de Arte y Letras de la Provincia de San Luis como Tiempos Modernos, La Voz del Sud,  Mensaje de Texto y Desnuca2 de Mardelplata. En la web en http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com.ar, página que reúne poetas prestigiosos del país y de otras partes del mundo. Es la Fundadora y Presidenta de la 1ra Feria del Libro Villa Mercedes, Provincia de San Luis.


Lengua encendida

Me voy como quien se va
  descosiéndose los huesos
            repartiendo sus plumas
  contando lo poco que queda:
            números
            y desilusiones
  metáforas heridas
    pulverizando mi alma.




Jamás quise ser ésta, la del viento,
la que golpea con ráfagas sus propias vivencias.
Pero un día me levantaré
y perseguiré a todos los espectadores
dentro de la obediencia.
Enmudeceré
consciente de mi vigilia.
Llegaré a ser esa fugitiva inmadura que se adelanta
al camino único de las expulsadas de la tierra.
Hoy, de andar, tengo los pies despedazados
arañados de fracasos.
Sólo me queda atar las palabras al nudo de mi garganta
indigestarme de evocaciones perdidas:
con ellas acuso las formas oscuras
pronunciadas por el silencio.
Formas que vienen por mí.




Cuando desfilan héroes en tu nombre
                     te convierten  en un gesto abierto:
                             se dobla en mi boca al pronunciarte
                              es mi voz que ruega los siete pecados
                     y ahora peregrina en tu cuerpo al conquistarte
                                    es esta tierra
                                   bautizada por mis versos extranjeros
aquí aprendí a esculpir un avatar de piedra
                dispuesta a combinar elementos de una leyenda
                  y a crear revoluciones que ilustren silencios
                   como una verdad

                                    quién no puede estremecerse
                                      con esta locura que guardan tus ojos.




La hechicera viaja a su ocaso

Quizás estalle en pedazos anárquicos
             quizá descubra esta máscara
             miserable disfraz que golpea
             todos los contornos del inframundo
Quizá describa fatídica preservando reminiscencias
             por debajo de telarañas tejidas en mi templo
Quizá debería poner en remojo mis alas
             para embelesar un vuelo inanimado
                                          y lanzarme a un último otoño.




La juguetería

Yo soy una muñeca
exhibida con labial oscuro y maquillaje blanco
un vaivén de caja musical evocando notas disonantes
      por un costado espío al conde transilvano
      enamorado de mis cortesanas medias blancas
      posesiva mirada en los hilos de mi espalda
                            y esperamos de pie
el desenlace inimaginable
más allá del sol que jamás ilumina.







ÁNGEL BRAULIO DUCASSE [17.778]

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Ángel Braulio Ducasse

Ángel Braulio Ducasse nació  el 1  de julio de 1906 en el pueblo Extremeño de Guareña, Badajoz, emprendió sus estudios en un colegio de monjas de su pueblo, de allí se fue a Villafranca de los Barros donde siguió  sus estudios en un colegio de padres jesuitas y en varios colegios de la misma compañía que había en Sevilla, donde tenía familia. Comenzó su carrera de Derecho en la Universidad de Salamanca, dando por finalizado sus estudios en la Universidad Central de Madrid donde se licenció  en el año 1929.

Desde muy joven, y de la mano de su amigo el dombenitense Francisco Valdés Nicolau comenzó su andadura periodística  en el diario Hoy de Badajoz del que fue corresponsal, así como del diarios Extremadura y El Correo Extremeño donde plasmaba continuos enfrentamientos con los elementos radicales de izquierdas, dada su militancia en grupos conservadores .

Esta actitud le llevaría a ser señalado como “PELIGROSO”  en uno de los momentos políticamente más duros de nuestro país,  que desembocaron en el levantamiento del 18 de julio de 1936 y posteriormente a una guerra civil insólita y despiadada.

Arrestados por las autoridades republicanas, fue fusilado a las afueras de Guareña el 27 de agosto de ese mismo año, sus restos descansan junto a otros tantos represaliados, entre los que se encontraba su amigo y mentor, el también escritor Francisco Valdés, en un lugar cercano a Guareña, denominado “La Mina”,  en la carretera que conduce de este a Don Benito.

Su obra periodística  es muy amplia, pues era asiduo colaborador del diario Hoy, pero pendiente de ser rescatada y dada a la luz, hasta ahora solo se conocen varias, entre los que destaca “El Proletariado Extremeño y la Politica” su vida poética se cuenta únicamente  con dos poemarios a causa de su prematura muerte. El primer poemario  titulado Titirimundi sentimental, se edita en 1930, estampas rurales donde  derrama y hace acopio de toda la pasión que sentía por su tierra, los cuales bien podríamos atribuir a la vivencia cotidiana de cualquier pueblo Extremeño de la época, otras de carácter intimas a causa de los años inestables de la adolescencia, rematando con otros temas variados. Y el segundo Estridencias en el año 1936, publicado en Badajoz por Antonio Arqueros.

Otra de las obras rescatadas, en el 2010  por la asociación Luis Chamizo y publicada en Semana Santa, dedicado al Santísimo Cristo de las Aguas patrón de Guareña en el año 1930, publicado como folleto religioso para los fieles y en rogativa por la sequia que desolaba los campos extremeños  en aquellos años.

Gracias a una visita inesperada de los familiares de Ducasse a la Biblioteca de Guareña Eugenio Frutos, movidos por el interés de las posesiones  bibliográficas  de este escritor, comunicaron que se encontraban ausente de un escrito inédito, que solo poseían  titulado “Juguetes de Cartón” el cual nos ha sido imposible de conseguir, no ha sido así con otro hermoso poema escrito en cuatro partes titulado “El Palacio de Paja”, que no podemos citar por no encontrarse en formato Word, cosa que esta asociación intentara hacer.

Este adolescente poeta, nos hubiera llenado de sentimientos, a través de sus poemas, si el destino hubiera sido otro para él, al igual que para otros, o no hubiera  dado a lugar la nefasta e innecesaria muerte de tantos Españoles por los enfrentamientos de la guerra y la pos guerra,  seguro que sería un escritor más conocido por sus obras, que  por otras circunstancias, pues a su alrededor contaba con la grandeza de los escritores del momento en Extremadura, solo nos queda disfrutar del legado que dejó  que poco a poco va saliendo a la luz.

Buscando, hemos hallado en uno de los rincones de la literatura extremeña, editada en un blog, la procedencia del apellido Ducasse y  como dio a lugar la llegada a tierras cercanas a la capital extremeña. El abuelo del escritor que hoy nos ha reunido aquí, se llamaba Luis Beltrán Ducasse Dufoure, nacido en Berther departamento de la Girande, de nuestro país vecino y con el que tanta historia compartimos, Francia. Este señor nació el 16 de enero 1838, técnico ferroviario, emprende su viaje a España, para trabajar en la construcción de la línea de ferrocarril que iba a unir la ciudad de Ciudad Real con Badajoz como ayudante del ingeniero jefe.

Este hecho transcurría en el año 1866, donde en el transcurso de su trabajo conoció la que fuera posteriormente su esposa y abuela de Ángel Braulio Ducasse por parte paterna, la guareñense, doña Francisca Lozano Ruiz, esta boda se celebro en Guareña en 1871.

Publicado por blogentrepueblos



Hermosura de nieve

Miradla, es tan hermosa que nunca de mirarla
se cansan nuestros ojos, de besarlo con ellos.
Miradla, poco a poco, paladeando todas
las divinas volutas de su cuerpo.

Pero miradla sólo, no intentéis de su alma
llegar a lo recóndito, conocer el secreto,
que encontraréis, bajo mágico molde
la adusta soledad de los desiertos.

Ha nacido perfecta como estatua,
pero es toda de mármol, también dentro,
y ya sabéis, amigos, que en el mármol
hay el frío espeluznante de lo muerto.

(Ángel Braulio Ducasse, Madrid, febrero 1927)




Ángel Braulio Ducasse, el poeta asesinado

La Historia tiene alfombras que guardan el polvo de lo que se quiere olvidar, de aquello que estorba a los idearios políticos, de lo que se quiere olvidar a toda costa, polvo temeroso de una vaporetta de memoria histórica que esparza sus partículas y las exponga a los rayos del sol. Afortunadamente, en esta época que nos ha tocado vivir está saliendo muchos de esos tristes sucesos para que todos entiendan y se reparta la justicia tan necesaria en estos casos.
No obstante, algunas "historias" quedan en el olvido, la memoria pasa de largo y como los años hacen ruina a las paredes, no imaginemos como deja al recuerdo.

Mi biblioteca familiar tiene pliegues de memoria, recovecos donde todavía no he llegado... y allí está ese polvo de recuerdos dormidos, con el que de vez en cuando se encuentra en las tardes de rebusco al azar. Y así encontré el hermoso poema en cuatro partes "El palacio de paja" de Ángel Braulio Ducasse, natural de Guareña, como Chamizo y Eugenio Frutos.

No era la primera vez que me tropezaba con la figura de Ducasse. Alguna que otra vez, mi padre lo había citado , no en ningún artículo sino en algún que otro recuerdo evocador y nostálgico de juventud perdida: "Una pena, asesinado tan joven". Tomás Rabanal Brito -creo- jamás entró en explicaciones sobre el asesinato de su amigo el poeta de un solo libro, en la Guareña de 1.936, bajo los fusiles marxistas y debía saber las razones y algo más que nunca contó o, al menos yo no las supe nunca.

Francisco Valdés fue otro de los amigos que corrió la misma suerte, pero el olvido extremeño ha sido con él mas benévolo que con Ducasse.

Ducasse, en poesía, llegó hasta donde pudo y es lo que quedó de sus escritos, porque no le dio más tiempo, Valdés más prolífico y maduro dejó un excelente legado a la literatura regionalista extremeña, Chamizo -según la fuente oral de Rabanal Brito- salvó la vida (al menos así lo creía), gracias a la afición poética de militar republicano que, en plena madrugada, le mandó llamas "Yo- decía el poeta- Tomás, soy un cagalutón y creía que aquella noche me iban a pegar cuatro tiros, pero me puso a recitar y hasta ahora."

El olvido mas execrable se ha ceñido sobre la figura de Ángel Braulio Ducasse, caído bajo la furia marxista y desnortada. Un leve recuerdo en su pueblo natal, una referencia en la base de datos de alguna biblioteca un por qué que no encuentra ni respuesta ni presencia debida, al menos hasta donde yo he podido llegar. Alguna referencia "global""a los tres de Guareña" en comunicación leve de congresos, nada más.
Y, sin embargo, recordando el tema de lúgubre memoria, Angel Braulio Ducasse pasó a "hacer guardia junto a los luceros", como Lorca y tantos otros, víctimas de la salvaje España fratricida y "partida por odio en dos".
"El palacio de paja" se deshizo como su recuerdo. Es hora -lejano el horizonte de los odios- de recuperar su memoria y rendirle homenaje, igual que a otros, que la Historia se hace mirando en cuatro direcciones: a la derecha, a la izquierda, al presente y al futuro.

José Rabanal Santander





ELENA GARCÍA DE PAREDES [17.779]

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Elena García de Paredes

Don Benito, Badajoz 1976
Ha publicado: Adiestramiento, Editora regional de Extremadura, 2003



ADIESTRAMIENTO 

No volver. Buscar 
las direcciones deslizando 
el índice sobre el papel satinado, 
imaginar construcciones en los trapecios oscuros 
que bordean los nombres de las avenidas, 
adivinar las plazoletas improvisadas 
donde se acumula la niebla, 
nombrar las calles por mentiras, por amantes 
perdidos, la longitud de las sombras, 
escoger los distritos por la forma de las manchas 
-imaginar el tacto, el brillo del pelaje, 
la catadura de sus parásitos, 
los hábitos nocturnos, 
las volutas de humo en la penumbra-, 
los dedos: 
la única impronta. 

No volver. 




SÚCUBO 

Alguna vez apareció de noche 
para robarte el alma con las uñas 
y desapareció dejando un rastro 
amarillento, un olor penetrante, 
y aquel día tuvo el aire de templo: 
húmedo, oscuro, sin fin 
sin principio 
sin salida.




ÍNCUBO 

Nunca estuve en los lugares que frecuentas 
pero conozco las fieras y los laberintos, 
la tentación de las piedras pulidas y brillantes, 
las ancianas sin rostro 
que desaparecen entre los helechos 
y los reptiles clavados en las lanzas 
como pendones, humeantes aún. 

Sé que naves sin timonel se acercan a la orilla, 
guiadas por un pájaro o por un monstruo del mar 
y que muchachos de bucles blanquecinos 
ahuyentan a las nubes con largas trompas quebradizas. 

Nunca estuve 
pero te he visto rodear la roca 
y empuñar la espada de los elegidos 
y trazar figuras en el aire con el brillo del hierro 
y hendir, cruel, la sonrisa más aguda 
y la herida por donde me despierto. 

Elena García de Paredes, Adiestramiento, Editora regional de Extremadura, 2003



La escritora extremeña Elena García de Paredes nos deja una breve poética del cuento y dos microrrelatos, incluidos en la antología Relatos relámpago (Editora Regional de Extremadura, 1997)


POÉTICA DEL CUENTO

El cuento tiene vocación de suicida. Se precipita irremediablemente hacia el final. Como el suicida, antes de morir, el cuento deja constancia escrita de su tortura en un ejercicio de redacción completamente egoísta disfrazado de buenos modales, que intenta justificar el punto final voluntariosamente, pero con argumentos muy débiles por lo común.
El microrrelato, en su brevedad, es profundamente generoso. Prescinde de la nota de suicidio y de la angustiosa defensa de su acción. Él mismo es, casi, el punto final. La perplejidad y la iluminación, esas artes decorativas con las que nos obsequia, consiguen lo que no consiguen cien impecables y educadas misivas narrativas. Aunque a veces el dinosaurio esté ya hasta las narices (cito).


VARIACIÓN SOBRE UN EPISODIO APÓCRIFO

Mientras Romeo arrasaba Verona con sus primos, castigando barras, trajinándose taberneras y ensartando jaraneros de poca monta en su espada, Julieta esperaba en su torreón. Confinada día y noche, Julieta suspiraba pálidamente, y para sobreponerse a tanta espera, leía libros prohibidos (Beauvoir, Rich, Firestone, Jardine…) que no debía leer una señorita, robados de la biblioteca de su padre por su fiel ama.
Romeo llegó al pie del torreón después de mucho tiempo y de todas las tabernas de Verona. Buscaba, ansioso, sin encontrarlas, la larguísima cabellera de su amada junto a la piedra, para poder subir a sus aposentos.
Julieta ya se había cortado el pelo. A lo garçon.

  

SIRENAS

Su canto me arrastra a una muerte segura y humillante.
De no ser por mis compañeros de naufragio, que me amarraron junto a ellos a la barra de este sucio cascarón de nuez, sin duda hubiera perecido estrellada contra el cristal de la cabina del disc-jockey.
No tengo voluntad.

[Elena García de Paredes, Relatos relámpago, Editora Regional de Extremadura, 2007].









ISABEL MARÍA MÉNDEZ [17.780]

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ISABEL MARÍA MÉNDEZ

Isabel María Méndez, Mérida, Badajoz  1981. Interesada desde temprana edad en la poesía y en las temáticas sociales, inicia su andadura poética a la edad de 15 años al ingresar en la tertulia poética de su ciudad natal Gallos Quiebran Albores; eso la mueve a participar en diversas antologías y publicaciones colectivas tales como "Como mágico perfume", "Almacén de ilusiones", "Baúl de sueños rotos", "Itinerario monumental de Mérida", "Campamento dignidad: poemas para la conciencia" y prácticamente en la totalidad de las antologías poéticas de Gallos Quiebran Albores, siendo el más reciente "Como un río sonoro de manzanas", publicado en 2013.

Ha participado en los encuentros poéticos Voces del Extremo, en Moguer, en los años 2013 y 2014.

Prefiere hacer una poesía cotidiana, humana, directa y atenta a los detalles, como bien se puede apreciar en su colección de micropoemas Insomnio, contenida en el cuarto volumen de la colección 3x3, coordinada por Antonio Gómez para Editora Regional de la Diputación de Badajoz.

En los últimos tiempos, además de trabajar en su escritura, llama su atención la fotografía y la poesía visual, campo en el que ha producido varias piezas como Peaje, seleccionada en el IX Premio de poesía visual Ciudad de Badajoz.


Suelo contar los huesos que me envuelven

-las yemas de mis dedos
topan con la parte dura
de mi cuerpo
asegurando una y otra vez
mi contorno-

están todos
siempre, están todos

pero hay huecos

ese espacio entre costillas

me hace
un blanco fácil.




Imaginar que Lorca murió en una bañera

         - ahora que entra el invierno-

que sus pestañas le amortajaron mientras dormía
en un charco verde de ranas

que Bernarda salió de casa aquella misma tarde

para llevarle toda la muerte
que cabe en una falda de viuda.


     Imaginar que Lorca murió sobre su cama

      (mariposas negras en la garganta)

     así
     tranquilo
     como en un bosque
                  sin disparos.

                 -ahora que entra el invierno-

     Imaginar que Lorca llama al timbre
     Lorca vivo
     en sus bolsillos
     limones y rascacielos.

(Publicado en la Revista Digital Ombligo)



la razón llega tarde al desconsuelo
uno no sabe cuando es el momento de abandonar la pena
por ello , que el daño goza de la ventaja de ser irreversible
un peso desmesurado para la conciencia

ese es el momento en el que hay que sacar la tabla de cortar
el exprimidor los cuchillos

y como quien disfruta de un mojito en una hamaca
prepararse para consumir la vida en estado cítrico.




A la noche solo le pido cloroformo,
amoniaco para mis sueños de muerte
y la nada durante ocho horas.

( publicado en el Número 4 de "Colección de poesia 3x3")



Trineos para aliviar la pena,
para cargar el muerto.

( publicado en el Número 4 de "Colección de poesia 3x3")



Acogerse al tiempo marcado
a las normas establecidas
a las respiraciones impuestas.

Prorrogar el sufrimiento.
Sobrevivir.

Permanecer sumidos
en el barro.

Engendrar un reloj
parir un muerto,

 acostumbrarse. 



                                           (...)las grandes esperanzas están puestas
                                           todas sobre nosotros, todas
                                           y así pesan.
                                                                   Jaime Gil de Biedma.

Todas estas enaguas que levanto
al bajarme las bragas
hacen pesados mis brazos
mis piernas
tensan mi conciencia

es por eso que sé
que no voy a darle a mi hija mi nombre
el nombre de mi madre
el nombre de mi abuela

mi hija tendrá un nombre propio

exento de cargas
liviano, limpito. 








HILARIO JIMÉNEZ GÓMEZ [17.781]

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HILARIO JIMÉNEZ GÓMEZ

Hilario Jiménez Gómez (Montánchez, Cáceres, 1974) es Licenciado con Grado en Filología Hispánica y profesor de lengua castellana y literatura. Ha publicado diversos artículos y ensayos, destacando Lorca y Alberti, dos poetas en un espejo (2001 y 2003), la coordinación del volumen Pablo Neruda, un corazón que se desató en el viento (2005), la edición de una amplia selección poética de Félix Grande titulada Una grieta por donde entra la nieve (2006) y Alberti y García Lorca, la difícil compañía (2009).

También se ha acercado a la poesía con Paisaje sin figuras (inédito, 1995), En un triángulo de ausencias (2003), Versos color naranja (2003), Delirio in extremis de un aguador con sed (2004), Diario de un abrazo (2008), Hoy es siempre todavía (2012) y De la noche a los espejos (2015). Sus poemas han aparecido además en revistas literarias y libros colectivos como Cuatro poetas en un tobogán (2006), Encuentro en Guadalupe (2008), Corazón de casa (2009), Escarcha y fuego (2010), Letras para crecer (2013) y De la noche a los espejos (Madrid, Ediciones Vitruvio, 2015).

En su diario Exprimiendo limones de madrugada (2013) han quedado recogidas sus páginas más personales.

Es el Cronista Oficial de la Antigua y Leal Villa de Montánchez, su pueblo natal sobre el que ha publicado varios libros como Historia de Montánchez. Desde sus orígenes hasta el siglo XXI (2008), Montánchez: otro tiempo, otras gentes (2009) o la biografía del montanchego Ángel Pérez Murillo (2014).


He seguido tus palabras y estoy aquí.

La noche cubre la estancia;
todo ya anochece.
Oscuro y abatido
mi cuerpo
se extravía en tu laberinto
y la eternidad
es como el agua al fin.

Y recogido en tu abrazo todavía
pienso
que la fugacidad del hombre
descansa en un suspiro,
el mismo que tú y yo
hoy compartimos entre sombras,
lentamente extasiados.

En un triángulo de ausencias (2003)



RUINA

Una casa oscura y vacía que invade la niebla.
Una cama deshecha de la que caen sábanas usadas.
Unos pasos que se despiertan dormidos
caminando ciegamente hacia la luz.

y ella le llama desesperada
... pero él no la escucha

La corriente de una puerta abierta
le arrastra sin remedio hacia el vacío
mientras la luna amanece con dientes de muerte
sonriéndole sobre las olas.

y ella le tiende su mano
... pero él no la mira 

En su cuerpo desnudo la humedad del mar
hará brotar semillas y rosas negras
y las nubes contemplarán extasiadas
el milagro de romperse ambos en cada roca.

y ella le grita sin consuelo
... pero él no la siente

El niño galopa asustado por el viento
con el esqueleto de la luna entre sus piernas.
Y su madre atada entre las sábanas
llora vacía tras un espejo estéril.

Versos color naranja (2003)



LA BUSCA

Siempre esperó aquella noche de ventanas cerradas
donde abrazarse a un susurro amanecido
que le diera la mano y paseara su vida.

No recuerda por qué allí sus ojos
desearon probar besos mudos de madrugada,
cómo se dejó atar sin remedio
a cansados sueños de pies cansados,
su cuerpo humillado
ante el desnudo perfecto de la manzana madura.

Sólo confiesa que los pequeños secretos
no han desaparecido con las duchas ni los viajes.
Que dos manos sin dedos tejen por su espalda
la fina tela de las palabras que caen como el día.
Que tras esa voz serena y oscura se pierde
aquel viejo árbol enterrado en cemento.
Que ya no existe si cuando despierta
una sombra no duerme sin ropa a su lado,
con unos labios delgados y mudos
que se saben dueños de la tierra.

Cuatro poetas en un tobogán (2006)



ABRAZO DE DOS AUSENTES

El tiempo ya no viene a visitarme
y sentado en esta vieja silla
olvidado
sin ventanas
sólo regresa a mí tu rostro
para besarme dulcemente.

Aquella noche la lluvia acompasada
marcó el ritmo de nuestra vida
y desde entonces fundidos
en un abrazo muero extasiado
todos los días
a esa misma hora
junto a ti.

Pero el día termina
y hoy todavía no has venido.

Ya no tengo fuerzas para pensar
en aquella tormenta que te arrancó de mí.
Después de tantos años
entiendo que no vas a volver.

No quiero que tu imagen ausente
se olvide de mí. Anciano,
con movimientos pausados,
al fin salgo a buscarte
...y esta noche me dejo morir
pensando únicamente
en aquel encuentro
de dos personas que se abrazaban
eternamente.



DESNUDO DE HOMBRE EN EL MAR MENOR

(Evocación primera)

Tumbado frente al mar
inmutable
observo sus olas romper altivas.

Y mientras las duras rocas
se desvanecen
violadas
ante el insistente y envejecido
ir y venir de los siglos,
regresa con juventud
aquel mes de noviembre
cuando tú y yo nos besamos.


(Segunda evocación)

En estas rocas
sentado
creo encontrarte entre la arena
y las espumas.

Sigo unas huellas ya idas.
Me llevarán a ti;
lo sé. Insisto.

Corro porque se hace de noche.

No podré encontrarte
cuando suba la marea,
cuando el sol ahogue
sus últimos brazos
entre levante y batalla,
cuando la noche eterna
duerma ya
para siempre
entre tus labios y los míos.

(Evocación última)

Desnudo
camino recto hacia el mar,
mirando a la noche
con los brazos abiertos.

El agua me envuelve,
parece arroparme en tu ausencia,
en la noche,
en el sueño.

Me siento perdido
pero no quiero regresar.

Mi ropa ya no está.
Mis zapatos esperan.

Cansados de retroceder,
mis pies me llevan al fondo...
Y mis ojos
sumergidos
se pierden en este mar oscuro
y ya no sabrán volver.



UN GORRIÓN EN MI VENTANA

La vida es un pájaro pequeño que duerme entre las manos.
Si aprietas con fuerza para que no escape morirá;
si acaricias suavemente y le abres confiado terminará huyendo.

La nuestra
tras una ventana cerrada
nos observa triste desde que me abandonaste.



A UN DIBUJO CON DEDICATORIA

A Eduardo Naranjo, pintor de versos,
cazador de sueños y sobre todo amigo

Esa mirada tuya se clava en mí
distraída y ocultando el rostro
un secreto eterno me confiesa.
Arriba la luna oscurece la escena
reconociéndome un paraíso ahora perdido
donde los pájaros huyen en bandadas
ocultando al hombre las flores y el sueño.

Nunca podrá la vieja muerte
arrancar de mis ojos nuestros días,
retazos de una vida que he vivido
a tu lado siempre, sin conocerte.
No quisiera morirme hoy
junto a este frío invierno arropado
olvidándome de tu primer abrazo.





.



ERNESTO FRATTAROLA [17.782]

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ERNESTO FRATTAROLA

Ernesto Frattarola Alcaraz (Barcelona, 1965). Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona. 

Ha publicado los poemarios: 

-Herido mármol (Suburbia ediciones, 2014)
-Uno (La isla de Siltolá, 2015)

Ha participado con sus poemas en revistas como Estación Poesía o Excodra, y en el libro de artista És quan dorms que hi veig clar, de Sandra March. Fue premiado en el Concurso Literario de Nou Barris en 2010. Imparte desde el año 2013, junto a Esther Cánovas, un taller de poesía en Amics de les Arts i Joventuts Musicals, en Terrassa, ciudad en la que reside desde el año 2000. Actualmente compagina su actividad poética con su trabajo como redactor, corrector y gestor de contenidos en redes sociales.


Alas de gato

Piso el cementerio, y cien mil voces
cesan: mundo mudo tras mi espalda.
Me recibe un ángel de piedra.
No está vivo.
Base de piedra, piedra túnica,
alas de piedra arrastrada.
Surco sus ojos parodias, me hundo
en un pequeño valle de yeso.
Ángel tramposo,
hijo de nadie,
ángel ficticio, cobarde,
ángel inmóvil, señuelo sin salida.
Avanzo entre un bosque de ángeles muertos.

Guía mi camino un gato sin huellas,
gris y ocre, como el pecho de mi padre.
Recoge las alas y las palabras,
me lleva de la mano temblorosa
por un panal antiguo de abejas caducadas.
Sólo existe el gato y el silencio.

Veinticinco trece.

Dentro.

Mi mirada viva frente a un nombre eterno.
El gato, despacio, levanta el vuelo.
Su batir de alas enciende un fuego
rojo y cálido, como el pecho de mi padre.



Constantes vitales

Latir un músculo minúsculo
setenta veces por minuto.

Fluir plasma y linaje por conductos 
elásticos, jerárquicos, genealógicos,
vasos ensangrentados que rebosan sangre.

Admitir oxígeno entre los dientes
—brisa descendente, ligera, esponjosa—:
expulsarlo, arrojarlo, vomitarlo
convertido en deshecho carbónico.

Transmitir impulsos nerviosos
del mundo al cerebro,
del cerebro al mundo:
oído, vista, olfato, gusto, tacto,
estímulo sensible hasta la médula.

Morder, masticar, engullir,
sufrir pesadas digestiones;
ingerir líquidos dulces, ácidos, amargos
(como el deseo, como la muerte, como el amor);
eliminar los residuos inútiles
en habitáculos pequeños, oscuros y acerrojados.

Tenderse en posición de decúbito supino,
decúbito prono,
decúbito en cualquier caso,
hasta casi perder la conciencia
y ser perseguido y no avanzar,
y caer del cielo al lecho,
para despertar decúbito de nuevo. 

Vivir es eso,
y eso es todo.



Clasificado

Se vende complejo de culpa en buen estado,
con incrustaciones de brillantes en el vello púbico.
Ideal para tímidos, borrachos, cantantes de boleros,
delfines amaestrados, concursantes televisivos
y oficinistas de natural bondadoso
(absténganse niños, filósofos epicúreos y amantes
de la velocidad).
Se adapta con facilidad a rostros tristes
y a bolsillos de poetas sin oficio.

Varios tamaños y texturas, regulables
según el grosor de los pecados.
Se añade proyector de remordimientos
a medida de las fantasías incautadas.

Utilícese en noches de luna llena
y después de fiestas con carmín abundante;
jamás lo muestre en presencia de una mujer hermosa,
de sus ojos infinitos,
de sus pechos venenosos:
podría perjudicar seriamente el mecanismo.
Espere a estar solo,
a estar borracho,
a llorar sin motivo,
a reír sin motivo,
a vivir sin motivo.

Urge venta por traslado
al país de los fruteros indecentes
y las putas sin necesidades pecuniarias.

A pagar en cómodos plazos
hasta la negra noche del juicio,
o a cambiar por objetos inservibles:
una duda por resolver,
una duda irresoluble,
un espejo sin marco opresor.

Sólo deseo despertar mañana
y respirar el olvidado aroma
de su ausencia.



Uno, publicado por La isla de Siltolá, 2015

                                              
ESE RUIDO EN EL ALMA: LA POESÍA DE E. FRATTAROLA 

[Publicado por Hilario Barrero]


La poesía puede ser fuego cristalizado o una manera de dar larga vida a la palabra. 

En Uno, publicado por La isla de Siltolá, la poesía de Ernesto Frattarola, es fuego y cristal, carne y sangre, amor, muerte y vida. Y sobre todo es un ejercicio de desnudez poética, temática y vital. 

Es una poesía que quema y que corta: fría a punto de ser carbonizada, ardiendo ya casi hielo.  

Una poesía donde uno no sabe qué admirar más: si el contenido vital, esos chispazos o descargas o “ruidos” que el poeta nos propina en el alma, o la desnudez formal que nos deja tiritando la piel de la razón. 

Uno piensa que la mayoría de los poemas, admirablemente breves, son como una colección de aforismos, de metáforas “cerebrales”, “un diario de viajes”, un sistema poético en el que cada verso es una pieza, en apariencia metálica y sin conexión, pero que una vez que el lector ha roto esa aparente frialdad de frases independientes que, en ocasiones, reviste el poema de una armadura casi imposible de penetrar, una vez familiarizado con la voz y el estilo del poeta, vemos que cada verso encaja a la perfección y crea una maquinaria, una caja mágica, que late al mismo compás que late nuestro corazón. 

Un pequeño cosmos del que es difícil salir. 

         “Voz” es un poema en el que podemos “oír” la voz del poeta, escuchar el latido de su vida, enterarse del miedo del hombre y del padre y, sobre todo, apreciar y celebrar la “otra” voz, la que hace que Ernesto Frattarola, en este segundo e importante libro, sea un nombre a tener en cuenta en la poesía española. 

Me acerco a los cincuenta y aún no sé
para qué tanto ruido.

He vivido poco.
He vivido mal.
Y ahora que es la hora de volver,
ni siquiera recuerdo adónde iba.

Y este ruido en los huesos.

Cuando todo calle hablará la muerte.

Y nada importará.
Y empezará algo nuevo.

Sin mí.
Sin este ruido atroz.

Sin este ruido hermano
que hoy me quiere despierto.



CERO

Frío.

En la piel de mis codos,
en la mano de quien me da la mano.
En la voz de mis pasos
vive el frío.

Hoy hay hielo en los bordes de mi boca.

Hoy es el viento de arrancar raíces,
hoy es el frío de dormir con quién.

El día de saber que saber entumece.

El punzón de la escarcha.
El minuto del no.

Lo mismo da estar dentro que fuera:
el frío es esa puerta que no existe.




Herido mármol, Suburbia ediciones, 2014

 [POR LUIS VEA]

Si tuviera que describir de un modo escueto el poemario de Ernesto Frattarola (1965) yo diría que es un libro profundamente humanista. Un libro que habla del hombre y sus vicisitudes. Sorprende sin embargo la forma que el autor ha elegido para hablar de lo humano. Todo el libro está plagado de referencias cristianas y bíblicas. Un simple vistazo a los títulos de los poemas nos lo corrobora: Hágase, ceniza, clavos, penitencia, incienso, mácula, carne… Pero el autor no habla ni de cristianismo, ni de religión, ni de la Biblia pero se vale de su vocabulario, de su entorno, de su envoltura. Fíjense si no en el tono bíblico de este fragmento (p.14):

“En el principio era el aburrimiento.
Luego las primeras piedras
Y el yugo.
Hoy damos gloria al señor de la cuadrícula”

Y el tono general sigue este esquema. Vamos con otros fragmentos (p.12):

“Comimos y fue peor:
barro es carne de culpa”

En este mismo poema titulado Viernes y que pertenece a una parte del poemario denominado Estirpe encontramos las siguientes referencias: culpa, herida, sangre, azote, sufrimiento, piel a tiras, hambre, santos. Es sólo una muestra del vocabulario que utiliza el autor.

Pero avancemos un poco más. Me gustan especialmente alguno de sus mensajes que van calando en los finales de algunos poemas (p.15):

“Guarda en tu corazón esta verdad:
eres lo que produces, vago inútil”

Otro (p.17):

“Y tú eras un simio empapado en sudor.
Te recogimos. Te limpiamos. Arrodíllate”

Y otro más (p.25):

“Te vas
Te crees que esas muletas te hacen libre.
Pero te llevas el polvo de la casa”

Y en el mismo poema otro verso lapidario (p.24):

“Es urgente que sepas lo que vales:
nada”

Estos versos tan duros, que casi podrían ser separados del poema y convertirse en aforismos, expresan parte del devenir de la idea central del libro, hablar de un itinerario vital con sus fracasos, reivindicar la idea del hombre por encima de otras cosas volubles.

Da la impresión de que también hay espacio para una cierta reivindicación social (p.26-7):

“Una vida de rodillas,
sol de cloaca para un hombre a medias.
Convertir el instinto en miseria,
la miseria en carga,
la carga en deuda.”

Son fragmentos que uno desea leer y releer una y otra vez con delectación para extraer sus ideas.
Otros mensajes más breves pero no por ello menos contundentes (p. 29). Afirma el autor:

“morirás madera”

Madera sin forma, madera como elemento que vuelve a lo que fue, madero abandonado, madera procedente de un naufragio, ruina de madera, madera al fin y al cabo.

A veces la insistencia en una parte del cuerpo. Semen, mancha, en el poema Costra (p.34-5). En otras los itinerarios de las palabras: putas, mendigos, mujerzuela (p. 36-7).

También referencias al propio autor (p.38):

“Cuarenta y cinco años hace que me pudro”

Y también (p. 46):

“Tengo cuarenta y seis años y aún no me perdono”

Afirmaciones duras y cercanas (p.42):

“Nadie se masturba pensando en mï”

Y, al fin y al cabo, ¿qué es lo que uno deja a la siguiente generación? (p.47):

“(…) dejaré en herencia lo heredado”

Leer con tranquilidad el poso que deja este poemario como una forma útil de saborear una tarde. Uno no termina de entender que sea éste el primer libro del autor.


Sudor

No es necesario mancharse.

Todos los azares bajo llave,
las madrugadas bajo techo.
El santuario de las cerraduras,
la contraseña de los elegidos.

Tú no sabes qué es una familia.
Tú no sabes de lazos, de condenas:
sangre y suciedad, saliva.
No me hables de la piel.
Y no me toques.
Yo te enseñaré quién te engendró.

Mira a tu madre, cansada de parir:
quiérela como si la quisieras.
¿Tu padre se muere? Te mando un chamán.

No son de tu estirpe.
Clase de tropa, cordón para que existas.

Basta de arañazos, ven a casa.
Tendrás hermanos de vidrio y aceite.



Nuestra familia es merienda y látigo.
El tercer sexo, la raza inextinguible.
Y tú eras un simio empapado en sudor.
Te recogimos. Te limpiamos. Arrodíllate.

Dos pasos hacia atrás, las manos quietas.

No te mezcles, basta tu aliento crudo.

Aprenderás el amor sin gérmenes.

Conocerás a tu padre.
Serás caudillo, serás esclavo.
No volverás a sudar.

Sólo hace calor en el infierno.



Clavos

En tu frente, el sello de la casa.
Tu séptimo día, tu traje de hijo.
Tu sí.

El que obedece nunca se equivoca,
nunca acierta.

Si te rindes es mejor.
Si te niegas.
Es hermosa la espera, la caída.
El regreso.

Yo seré tu voluntad.

Te enseñaré que nada es importante,
que hay suficiente arena para el miedo,
que están muertas las lenguas de los muertos.

Una mueca de renuncia,
una prótesis para tus huesos huecos.
Desconfía de tus hembras manos,
sé dócil y tendrás tu galleta.

Es urgente que sepas lo que vales:
nada.

Es urgente que te abandones,
que te disuelvas:
serás feliz como estos muebles santos.

Y no vuelvas a quitarte el cabestrillo.

La perseverancia es hija de los clavos.

Tus alas de corral, tus letras de humo:
soberbia y tierra, saliva y soberbia.
¿No sabes que lo que escribes ya está escrito?
¿No acabo de decirte lo que vales?

Flagélate con canciones tristes,
fractúrate los hombros y la voz.
Incendia tu piel de hambre y cigarrillos.
Llora en soledad, como los hombres.

Víctima o víbora,
elige tu cojera.

Te vas.
Te crees que esas muletas te hacen libre.

Pero te llevas el polvo de la casa.



Corteza

La mano del hombre que acaba de morir.
Los pies felices de niña durmiente.
Amor sin pantalones ni nubes de algodón.

Carne de tijera en la peluquería.
Capa de pintura de un recién nacido.
Escalofrío y caricia,
agujas en el lomo del animal sano.

Estoy hablando de la piel.

Estoy hablando de la lengua en agua,
estoy hablando del vicio de tocarse.
De la profundidad de un poro,
de la multitud de cráteres abiertos,
de unos labios que besan o comen carne.

La piel es el hombre, la piel es el mundo.

Pez que resbala y sobrevive.
Árbol mudo bajo la corteza.
Madera de todos los muertos.
Vientre tenso como cuerda de guitarra.

La negación de los tristes,
de los hombres.
La piel del polvo.

Nuestra piel, que es una piel.




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BALLERINA VARGAS TINAJERO [17.783]

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BALLERINA VARGAS TINAJERO 

(Sevilla, 1976) Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Es profesora de Secundaria Lengua Castellana y Literatura. Ha trabajado en diversos medios de comunicación y publicado poemas en blogs y revistas literarias digitales e impresas. Puedes encontrar su blog, “Ínfula Barataria” en www.lainfulabarataria.blogspot.com.

Ha publicado: 
Antolejía,  poemas para limpiar el váter, (Ediciones Liliputienses,  Septiembre 2015)


Fuera de lugar

Como si fuera un personaje
En un escenario equivocado
Heidi cuesta abajo rodando
En el basurero de Springfield
O Vampirella que acosa
Al mojigato de Michael Landon
En La casa de la pradera

Como si cada cual
Tuviese su canción
Su melodía
           make your own kind of music
Y luego estuviese yo
Como un mechero apagado
En mi propio concierto
Tocando la guitarra con muñones
Sin lograr sacar nunca
             coño pero si esto
             es una zambomba
Ni un puto acorde


A veces de noche

Acaricio mi cabeza despacio
Como si esta mano no fuese mía
Y no sé quién es
Quién aparece pero
Su presencia me trae
El verano escondido en tu regazo
Un susurro de escamas de sal
El imposible descanso


Apocalipsis

Porque elegiste la senda del pathos
Imaginas cataclismos
Porque eres así de estúpida
Haces que una palabra suya
Baste para sanarte
O poner un violento fin
A tu solitario mundo
Y llega el momento 
Y entonces la tragedia
Es que no pasa nada
El cielo no se cae sobre ti
La tierra 
              con muy buen criterio
No te traga
Y tienes que seguir ahí
Aguantar el tipo 
Y admitir a tu pesar
               y tu tendencia al dramatismo
Que las consecuencias
No son para tanto

Descubres lo que ya sabías
Que encajas bien los golpes
Que tienes el sentido del ridículo 
A prueba de bombas o pelotas
Como la vagina de una stripper
Del Super Pussy de Bangkok
Y ya no importan el diámetro 
Ni la dureza del palo

Pero el mundo huele un poco peor
Porque algo
             vaya usted a saber
             si aurícula o ventrículo 
             esta vez
 Se te pudrió por dentro

O no te has duchado


Reflexión

Hay que ser muy cabrona
               una indeseable de hecho
Para ir llenando de sombras otros ojos
Descargando porque sí los palos
Sin mirar sobre quién
El daño que te hicieron

Huyes de la caricia esperando el golpe
Desprecias las palabras melosas
Porque tarde o temprano
Sentirás su filo candente
La miel olerá a azufre

Como una perra desconfiada
Que prefiere morir de hambre
A bajar la guardia y aceptar 
De mano de nadie
Más veneno recubierto de huesos

Por suerte pequeña

Tú no eres así 
Te dice tu mirada ausente
Que ya no te reconoce
Desde el otro lado del espejo
Contra el que se estampan
Una pulga desnortada
Y tu malgastado tiempo


Tropiezo

Me despierto en plena noche
sudando tu recuerdo.
Febril, intentando hacerse conmigo
desde dentro.                            
Me levanto, bebo agua.
Me refresco. 
A la vuelta,
este dolor agudo
en el dedo meñique del pie.
Y en el pecho, 
tu recuerdo.
Esa pata de la cama
con la que siempre tropiezo. 


Miedo

A aquel que me susurra
El que me canta en el parque al oído
Que todo es inútil
El que me recuerda cuando te veo
La tragedia de mi vida
                        circular y eterna
Mientras me acaricia el pelo

Ese es el único monstruo al que temo



Retraso

Lo que uno merece no tiene nada que ver con eso.
William Munny


Por más que adelanto el reloj
No hay forma

A cualquier resquicio
De lo que quise que fuera mi vida
Llego tarde

Como el mar en calma al pecio
La lucidez al borracho
O la disculpa al muerto


In itinere

Paseas por la ciudad y piensas
Que puedes medir tus años
En las calles nuevas que descubres
Como jardines secretos
O en aquellas otras
         con la esquina paciente
         donde aguardabas su paso
Cuyo afilado recuerdo
Vas esquivando


Avaricia

¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza 
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
Jorge Luis Borges

No pierda más quien tanto ha perdido.
Garcilaso de la Vega



De negro impaciente aguarda la Parca
Y ventea en el aire de la noche
               en lugar de mi cuerpo frío
La cerveza barata y la sal rancia

Lo siento
Yo quería partir con un baúl
Lleno de cálidos recuerdos
               como el de Karina
Que criara entre sus grietas
Al pudrirse en el fondo del Leteo
Nenúfares negros y elodeas

Las veladas pupilas reventadas 
De soles plomizos de atardeceres 
De cielos de veranos descubiertos 
En el fondo de otros ojos 

Sólo encontré el párpado cerrado
Lo oscuro 
La caricia cortante
Del cristalino invierno

No queda nada 
Medianamente presentable
No queda nada
Que pueda embarcarse

Si acaso
El eco apagado del rezo 
Que no llegó a Sus oídos
Que quedó prendido en el aire
Enredado en cordeles de azoteas
Ensartado en el óxido de antenas
Si fui raíz ahora poso
Polvo que revela la huella
De un camino que recorren todos
Los otros

Que alguien le diga a la Parca
Que no quise desairarla

La vida me fue desviviendo
Tiró del hilo sin descanso
Me deshizo en la nada



Reflexión

Hay que ser muy cabrona
               una indeseable de hecho
Para ir llenando de sombras otros ojos
Descargando porque sí los palos
Sin mirar sobre quién
El daño que te hicieron

Huyes de la caricia esperando el golpe
Desprecias las palabras melosas
Porque tarde o temprano
Sentirás su filo candente
La miel olerá a azufre

Como una perra desconfiada
Que prefiere morir de hambre
A bajar la guardia y aceptar 
De mano de nadie
Más veneno recubierto de huesos

Por suerte pequeña

Tú no eres así 
Te dice tu mirada ausente
Que ya no te reconoce
Desde el otro lado del espejo
Contra el que se estampan
Una pulga desnortada
Y tu malgastado tiempo



El arte de la guerra

Al despertar, causé lo que en los trailers de las películas llaman "una oleada de muerte y destrucción.
La Novia



Atacar como defensa por sistema
                                  te lo digo yo 
No es una buena estrategia
Sobre todo si te pasas el día en la trinchera
Cargando contra fantasmas
Si siempre fallas el golpe
Si lo único que quieres
                         realmente
Es rendirte y descansar
El cuerpo traspasado por una ráfaga
De polvos por la retaguardia
Rotas las filas y el enemigo esparcido
Blanco sobre el vientre tibio
Y el instante presente cicatriz
Todo el ayer
La inmensa herida blanca
Saber qué color tiene mi pupila
Vacía de sombras
Libre al fin de tu imagen
Empezar a olvidar
Entregar las armas

Y empezar de nuevo 
Donde nací
Donde probablemente acabaré
Tirada en el suelo 
De un servicio de motel
Como Uma Thurman
Después de conseguir su venganza




Antolejía, poemas para limpiar el váter
Ediciones Liliputienses
Septiembre 2015

Un libro de Ballerina Vargas Tinajero.


ANTOLEJÍA: SUBVERSIÓN PASADA POR LEJÍA CONCENTRADA

Por Hilario Barrero

I don't want to go to heaven. None of my friends are there. Oscar Wilde

Bajaba todos los días
de su casa a la estación
con un libro entre las manos
de Bécquer o Campoamor.
Rafael de León.

Poetry is a mirror which makes beautiful that which is distorted
Shelley

Immature poets imitate; mature poets steal.
T.S. Eliot.



Son 52 poemas, (que con el que abre el libro y cinco haikus hacen un total de 58). Están amarrados en bloques de trece bajo estos subtítulos: “Tremendismos nocturnos”, “Pipas, muelles, peta zetas”, “Las cosas del querer”, “La resaca” y acaba con un capítulo de gracias, en el que uno está mencionado (lo que se agradece). El libro hace el número 13 de Ediciones Liliputienses y se hizo en la Isla de San Borondón el 11 de septiembre. La autora es BallerinaVargas Tinajero que estudió periodismo y es profesora de Lengua y Literatura Castellana en un instituto de Sevilla, donde nació.

Antolejía es un laberinto donde es difícil encontrar la entrada y fácil dar con la salida. Se entra mal, el título y las innumerables citas no ayudan y se sale mejor, leyendo las instrucciones para el funeral de la poeta que es, sin duda, uno de los mejores poemas de libro, junto con “La resaca”, “La loca del café”, “Ispahán”, “Destello”, “Retrospectiva” y “V-0349-AK” en los que uno encuentra una poesía más serena, dentro de lo que cabe, más humanamente animal y más cercana. “Instrucciones para mi funeral” es un poema chorreando humor, sarcasmo, ironía, cotidianidad, cachondeo y, al final, alguien que espera. Si mi madre, que se quedó en Bécquer y Gabriel y Galán, hubiera leído este libro, habría reaccionado como los padres de la poeta al saber que la niña escribe poesía.

Si alguien quiere leer algo
Que sea algún poema
Ninguno mío por favor
Que no estará la cosa para tacones
Sombras perplejidades ni más penas
Además mis padres no saben
Que me entretengo con esto
Que a ratos juego a ser poeta
Y como se enteren
mira Pepe lo que escribe la niña
Acaban los dos en urgencias

Antolejía da la vuelta a lo que no tiene vuelta, se adentra en la boca de lobo más oscura y apestosa, es un libro irreverente, a veces navaja, a veces disparo, siempre sal en la herida, vinagre en la rosa, espina oxidada en el jardín de la belleza. Uno entra en el laberinto entre alientos de dragones acechando la anticuada sensibilidad de uno. Ya los ojos hechos a la oscuridad este lector distingue las voces de los ecos, se da cuenta de que lo cotidiano es como una hogaza de pan recién cocido con olor a supermercado de barrio, cama deshecha, bragas amarillentas y el rímel derritiéndose como las lágrimas de una virgen sevillana. Poesía del yo y del tú, con aire y léxico barriobajero que choca entre una cultureta de andar por casa y una cultura de altos vuelos, se desliza como una serpiente en la mirada y uno entra angustiado en el coto de caza menor de la poeta. Ella no se esconde en él, no deja una distancia entre el lector y la escena o el asunto. La voz poética da la cara, te mira a los ojos, hasta te insulta y sabes que estás en terreno enemigo. La tónica de algunos de los poemas, que son los que más le llaman a uno la atención y menos la devoción, son como fragmentos de una película porno dirigida por una monja de clausura en estado místico.

Antolejía es un libro que debería llevar, como los paquetes de cigarrillos, un aviso que ponga al lector en guardia y que diga en minúscula: “esta poesía engorda”. Libro generoso es, como dice la contraportada, “un primer libro” aunque parezca el último y en él hay abrazos y pellizcos y robos de poetas malditos que la poeta venera. (Padre Bukowski que estás en el infierno). Valoramos y destacamos sus aciertos que son muchos, nos alegramos de encontrar una voz a veces agria, discordante, agresiva, pero una voz personal. Leer a Vargas es encontrarse con Vargas.

Antolejía da vida a la vida, al sexo lo que es del sexo, ningunea al amor y añade a lo cotidiano el automatismo, las mayúsculas burguesas, la ausencia del punto y de la coma, los espacios subversivos, el bilingüismo yanqui, la desazón del verbo, la feria del adjetivo, el uso del seudónimo, y un ritmo ruidoso a veces, entrecortado, que te ahoga y que deja sin respiración. En Antolejía se diría que la poeta se ríe de la poesía aunque llore por ella y con ella, se diría que descuartiza la poesía aunque sea parte de su razón de vida, la martiriza a citas, la bautiza con lejía en el nombre del sexo, del amor, de la muerte y de la tristeza. Poesía humanamente detergente que limpia, brilla y da esplendor a nuestras vidas oscuras.

SÚCUBO

Búscame, princesa
de la desolación
Luis Alberto de Cuenca

-Algún día encontrará la felicidad.
-Sí. Y algún hombre perderá la suya.
La ventana indiscreta

Ser por una sola vez
Diosa o hembra hambrienta
Hija de la Noche y de un poema
Simonetta o Mata Hari
Bettie Page o Helena
Bañada en luna en las aguas
Turbias que tiritan y susurran al oído de los muertos
Años ahogados en el fondo del vaso

Una mujer fatal de esas a las que cantan
Gimferrer o Álvarez
Montalbán o Luis Alberto
Náyade terrible o cobra espejeante
Meravigliosa creatura de Nannini
Zarza ardiente en mi deslumbrante gloria
Misterio o verbo oscuro
Hecho carne fatal inalcanzable
Dueña de una mirada
Capaz de quebrar los principios más firmes
De dejar a un hombre abrazando su propio infierno

desesperado
agradecido

Bendiciendo su fortuna solo
Por arder conmigo

Si lo fuera

Te dejaría creer que eres tú quien me elige
Me invitarías a una copa
Y deslizaría mi pie por tu pierna hasta aprisionar
Tu bragueta bajo la mesa erecta

Y en la cama desnuda
Sima abierta o cielo negro al que arrojarte
Recoger tus restos acunarlos en mi pecho
Y arrasarte de nuevo
Smirna calcinada
Hasta que no quedasen memorias
ni calles
ni piedras
Hasta que exudes mi nombre
Nada
Hasta que olvides el tuyo
Nadie
Extraviado Marco Polo en la ruta de la seda
de mi espalda

Despertarías
solo
Entre sábanas húmedas saladas
Con nuestro olor formando parte
De una pleamar de despojos
Medias rotas y bragas vueltas
Semen marchito a la deriva
Y un pañuelo negro
Ondeando en la cabecera

Abandonarte

Con el cuerpo y el alma aliviados
En plena resaca
Colilla vestida de carmín
Junto a un vaso
roto

Apurado como tú
hasta el tuétano

Y regalarte

El eco de mis pasos
Que se alejan sobre las aguas
La sombra
De mi cuerpo que ya no es
que nunca será más deseable
más hermoso que entonces
Cuando vuelve a la noche triunfante y se esfuma
Venus trocada en Aurora
En el aire frío ceniciento
En el humo que asciende tibio
De las alcantarillas de la madrugada






.



ANTONIO DEL CAMINO [17.784]

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Antonio del Camino

Antonio del Camino Gil (Talavera de la Reina, 18 de enero de 1955) es un poeta y escritor español.

Antonio del Camino nace en Talavera de la Reina en 1955. Comienza a escribir poesía a los 13 años; sin embargo no es hasta el año 1976 cuando aparece publicado su primer poema en la revista Indicios, editada en Talavera. En 1977 publica, en edición no venal, Vosotros sois poetas.

En 1979, con Segunda soledad, recibe el Premio Rafael Morales, que convoca el Ayuntamiento de su ciudad. Libro publicado un año más tarde en la Colección Melibea.

En 1980, obtiene el Premio Ciudad Santo Domingo, de Madrid, en su primera convocatoria, con Donde el amor se llama soledad, publicado en 1981 en la colección “Proa Cultural C.S.D.”, de Madrid.

En 1982, en la Colección La Troje, que edita el “Colectivo La Troje”, del que forma parte junto a los poetas y amigos, Sagrario Pinto, Alfredo J. Ramos Campos y Antonio Rubio, y el periodista Agustín Yanel, aparece Constancia de las lunas.

Dos años más tarde, por Del verbo y la penumbra, se le concede un accésit del Premio Adonais; libro que aparece en 1985, dentro de la colección de Ediciones Rialp.

A partir de este momento, y fundamentalmente por motivos laborales —durante treinta años ha trabajado en una entidad bancaria— su labor creadora pasa por largas temporadas de silencio, si bien algunos de los poemarios que escribe los da a conocer en pequeñas ediciones artesanales que él mismo confecciona y que reparte entre familiares y amigos. Entre estas, cabría resaltar Jardín de luz (1996), Dédalo (1998) o Veinticinco poemas en Carmen (Nocturnos y variaciones) (1999). Así como otros textos, escritos con afán de divertimento, entre los que se encuentran Cocinetos (2002) y Nuevos cocinetos (2013), sonetos que recogen variadas recetas de cocina; o Historias de Gila versificadas por Miguel Ardiles (2005), variaciones en tercetos encadenados sobre algunos de los monólogos más famosos de Miguel Gila.

En 2015 lf ediciones, de Béjar (Salamanca), publica su último libro de poemas hasta el momento, Para saber de mí.

Poemas suyos han aparecido en revistas como Zurgai, de Bilbao; La Trainera, de Marbella; Hermes, de Toledo o El Cobaya, de Ávila, y ha sido incluido en diversas antologías de poetas toledanos y manchegos; entre otras Poetas toledanos vivos, de Amador Palacios (Toledo, 1981 - Publicaciones del I.P.I.E.T.); Cien poetas en Castilla-La Mancha (1939-1985), de Alfredo Villaverde Gil (Ayuntamiento de Guadalajara, 1986. Colec. Avena Loca); Poetas de Toledo, de Joaquín Benito de Lucas (Manxa, Ciudad Real, Sptbre. 1991); o Zocodoversos (Ediciones Trébedes, Toledo, 2010).

Aparece, así mismo, en La tierra iluminada: un diccionario literario de Castilla La Mancha, de Francisco Gómez-Porro (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Albacete, 2003) y en el Diccionario bibliográfico de la poesía española del siglo XX, de Ángel Pariente (Editorial Renacimiento. Sevilla. 2003)

En 2011, Ediciones Trébedes, de Toledo, publica su libro Fragmentos de inventario, primer libro en prosa que da a la imprenta, y en el que reúne, a modo de sucesivas estampas, algunos recuerdos de infancia y juventud.

Desde 2009 mantiene el blog Verbo y penumbra, en el que muestra tanto sus últimas creaciones como otros textos, anteriormente publicados.


(Gratitud)
 
letra A

A veces vine desde la piedra a ti.

Recorrí las regiones oscuras 
donde acechaba atento el desconsuelo
y en ti lloré, deshabitado y solo,
mi agonía.

Tú me fuiste asumiendo la tristeza,
todo lo soportaste pacientemente, todo
cuanto ofrecí en aquel cáliz
que fue el oscuro sol de mi derrota.

Por eso es de justicia que ahora venga
dispuesto a compartir
contigo la esperanza,

que en ti

contemple todo con la mirada nueva
de quien tiene certeza de la luz.
(Así hoy vengo y siento
que cabe entre mis manos todo el mar) 



Sobremesa
 
Letra E

En la radio, un Concierto Barroco se deshila. 

en armónicas voces y cálidos arpegios.
Es domingo. La hora del desayuno. Estamos
sentados a la mesa (y en pleno) la familia.
El olor a café y a tostadas anuncia
que hoy no hay prisa. Podemos desayunar con calma,
iniciar un coloquio en el que somos cuatro,
alargar este rito feliz de cada fiesta...
La música se expande, nos toma de la mano
y conjura de pronto el gris de la semana.
El tiempo, mientras tanto, mueve su rueda y pasa
sin que pueda llevarse con él tanta armonía.


Letra R

Recorro la ciudad cuando amanece,

acercándome al Tajo y su ribera. 
Las luces de neón dan paso al día
al tiempo que la luz se despereza. 
Recortan sus perfiles contra el cielo
cerros y campanarios; las estrellas
comienzan a ocultarse con el alba 
y abandona la noche la cigüeña. 
Graznidos de motores, lentamente, 
ocupan la ciudad. Una sirena
estrangula el silencio y pide paso 
entre presentimientos de tragedia. 
Inevitablemente, llega el día 
con su carga de sueños y tinieblas.
Cada cual a lo suyo y a su vida.
Y el tiempo quieto mientras más se aleja.
A solas con mi voz voy a mis cosas,
ajeno a la ciudad que se despierta.
De pronto, junto a un puente, me sorprendo
tratando de dar forma a este poema.





Llegar a ti como quien llega
hasta la orilla misma de la playa, 
al encuentro desnudo con las olas
que en plenitud estallan.

Llegar y sumergirme
en el sabor oceánico que mana
desde tu transparencia, 
cristalina abundancia.

Y desde ti, de nuevo, 
regresar hasta mí por tu mirada, 
hasta reconocerte nuevamente

en esa luz que llama;
que, líquida, se funde y se reinventa
en voz, en miel, en lava.



 como la aurora

letra C

Como la aurora, irrumpes lentamente
en el desierto abierto de mi vida:
me traes la luz que sé que no poseo; 
claridad hecha amor, llama que nombra.
Y con la sencillez con que la aurora
extiende sobre el día sus dominios 
también tú te desbordas por mi pecho, 
y alzas un vuelo que hacia ti me eleva. 
Tan alegre es tu amor, tan de mañana, 
que no importa que rueden calendarios, 
que vengan los inviernos con su cierzo, 
que la nieve nos cubra de preguntas. 
Tan alegre es tu amor que, aunque yo calle 
y no te diga nada, lo percibo; 
baila en mi corazón con pies tan leves, 
que escribe en él palabras celebradas.
Lo demás, poco importa. La luz tiene
la identidad de tu respiración.



Letra M

Mi infancia son recuerdos de patio y de tebeo, 
de jugar en la calle y baños en el río,
de una novia secreta y un secreto deseo
que en las noches mudaba en leve escalofrío.

Mi infancia es ese espacio que guardo entre mis cosas
más íntimas, más claras, más bellas y queridas. 
Tiene la transparencia y el color de las rosas, 
y siempre fue conmigo aunque tuve otras vidas.

Mi infancia es como un fuego que jamás se consume 
y da calor al hombre que dejó atrás su infancia.
En el eco del tiempo conserva su perfume, 
imán que por el aire deshace la distancia.

Mi infancia me acompaña cuando ya estoy tan lejos
de aquel niño que fui y se llevó el olvido. 
A veces, me rescata de mí, si en los espejos
naufraga la mirada del hombre en que me mido.



desmontando el circo

letra H

Hacen de la mentira profesión, 
igual que del insulto, 
aunque luego nos vendan abnegación y esfuerzo, 
vocación de servicio y dignidad. 
Se dicen defensores
del orden, de la paz y del progreso 
y pronuncian en vano nación o democracia. 
Se llevan a matar cuando se trata
de demostrar al mundo que el contrario 
insiste en el error. Lo manifiestan
siempre que la ocasión se lo permite. 
Pero no les importa,
desmontado ya el circo,
compartir los mejores manjares, o los caldos 
más añejos, al tiempo 
que preparan sus próximos asaltos.
Nosotros, ejerciendo
nuestro derecho al voto, los dotamos
de legitimidad y de una nómina.

(Es cierto que entre ellos, 
como en todo en la vida, 
existen excepciones.)



(Poema: génesis)
 
Letra D

Desde qué sima surges hasta mí?

Acepto tu llamada en medio de la noche,
y cruzo las regiones detenidas
en el atlas polar de la memoria.
Soy un sonámbulo por los laberintos
que confunden mi paso hasta tu rostro,
soy el dudoso peregrino que tiene,
ante sí mismo, miedo del espejo.

Soy él, sí, pero sigo adelante:
buscando una señal que te defina,
que me indique la forma de encontrarte,
de desvelarte al fin de tu misterio,
y acercarte a mis ojos con luz propia.

(Ya parece por fin que te he encontrado,
parece que te muestras azul a mi deseo,
y, sin embargo, vuelves al origen:
a tu mágico origen de penumbra y estrella.)

Será ése mi destino: andar errante
detrás de tu desvelo, y siempre hallar
estelas de tu paso, dulces llamadas, fugas
que son de ti, pero que nunca
alcanzo a detener, y hacer palabra.



Praga, 1997
 
Letra E

En el Puente de Carlos, en la lejana Praga,

a la luz de la luna serena de septiembre,
tomados de la mano, me enamoré de ti
por enésima vez. Lo supe de repente,
entre aquel hormigueo de turistas que iban
y venían, que hablaban mil idiomas, que eran
completamente ajenos a nosotros. Al tiempo,
el rumor del Moldava atravesando el puente,
acercó a mi memoria el Poema Sinfónico
de Bedrich Smetana, y junto a aquella estatua,
casi herida de muerte por contaminación,
te susurré: “Te quiero”. Otro jueves de marzo
(ya del noventa y nueve) reafirmo estas palabras,
y acerco a mi memoria aquel paseo nocturno,
rumbo hacia Malá Strana, contigo de la mano, 
enamorado y pleno, de regreso al hotel.


 
La poesía vuela

letra L

La poesía:
esa bagatela

que no cotiza en Bolsa ni se guía
por Leyes de Mercado…
Se diría

que es peso muerto. Y, sin embargo, vuela.



Letra M

Madura la palabra en el silencio
midiendo la tensión más adecuada, 

lo mismo que la flecha en el reposo 
de la cuerda del arco, 
mientras alguien, mentalmente, calcula 
elipses y distancias. 

Como la flecha, 
la palabra que sale del silencio, 
a veces da en el blanco, a veces yerra.
Como el arquero, 
así también el pulso del poeta.






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TAMARA G. MÉNDEZ BALBUENA [17.785]

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Tamara G. Méndez Balbuena 

Poeta de Cuba.
(Guántanamo, Cuba 1946), poeta y escritora que llegó a Estados Unidos en 1962. Cursó estudios de Literatura Comparada en el Recinto Universitario de Río Piedras, Puerto Rico y en la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado en periódicos y diversas revistas literarias como Zona de Carga y Descarga, Avance, Paréntesis y Linden Lane Magazine, entre otras. Fue finalista del Certamen Mundial de Excelencia Literaria en EE. UU., por el relato “Los manuscritos perdidos”.





EL ÁNGEL O LA BESTIA de Tamara G. Méndez Balbuena


El ángel o la bestia es testimonio y denuncia. Un poemario, o una guirnalda alucinante, que gira como una comparsa de una orilla de Guantánamo al infierno; del Carnaval de Oriente a la Ciudad del Sol; de la odisea cubana y la infalible pérdida de la inocencia, a la deshumanización global y la hostilidad del mundo en que vivimos. Entrelaza imágenes, recuerdos, hechos de un peregrinaje íntimo, universal. Un cacerolazo literario dedicado con amor y respeto a la desaparecida e infinita Laura Pollán, a las Damas de Blanco, a los estudiantes venezolanos, al héroe Leopoldo López y tantos otros paladines de la aurora martirizados por la bestia: Ángeles perseguidos, pero jamás silenciados por la ferocidad de los verdugos.

Con esta entrega poética, que reúne diecinueve poemas, Tamara Méndez confirma una trayectoria de alto vuelo lírico que se plasma en los intensos y contundentes versos que componen este libro.

En la portada se reproduce una foto del fotógrafo cubano Generoso Rodríguez Querol.


NIRVANA

Mi voz
es un llamado atrozmente sencillo
Como el pulso de un ave
O el vapuleo de las ramas de junio
Si volteas, olerás sus cerezos:
mi nirvana eterno: y agridulce…



ALEGORÍA DE LO MARCHITO

No es el cielo rojizo que maquilla e ilumina las cinco de la tarde
al pie de los noviembres…:
Sino el ocaso turbio de la ciudad costera…
El que se embriaga como un tonto
bajo las nubes rotas; y me empaña la voz,
y la ventana…
No deja de extrañarme porque cae, justamente
cuando la aguja del reloj, da y sacude
sin ceremonia alguna, el dígito del ocho:
alegoría de lo marchito;
emblema de lo exangüe en la charada…
Cuando la aguja del reloj: da en el vacío…,
Cuando la noche anuncia su preludio:

“el día se ha jodido y sanseacaba”.

Yo prefiero el ocaso de las cinco…,
El del mar luminoso, y las gaviotas…
El del crepúsculo en el puerto…
El de los pájaros mojados
y tu pelo, y tu sombra; chorreándome aguaceros…
Confieso que tu imagen exacta se me escapa:
Hay un desierto alucinante acá en Los Pinos;
y cada quien, es polvo
o es una pirámide borrada; ¿ves?….
Yo desenvuelvo la palabra como un dulce,
y en el fondo hay ceniza…
Mi lengua es ese musgo que se enreda en la arena.
Pero mi boca, intuye, y mis ojos escuchan:
yo oigo tu risa loca retozando en el viento:
Oigo esa mandolina a las cinco de la tarde…
Yo distingo, esa torre dorada en la distancia:

Hay pájaros, ardientes, en la cúpula…



PRONTO NOS IREMOS

Pronto nos iremos. Pronto…

Cuando caiga la noche…

Cuando reine el silencio
y se extinga la luz;
yo guardaré tu imagen en mi espejo.

Cuando caiga la noche…:

Cuando reine el silencio
y se extinga la luz;
tú tenderás mi alma en tu ropero.

Todo…
Todo se olvidará…

El himno escandaloso del grillo
y el brevísimo esplendor de la luciérnaga
Las aguas juguetonas y gentiles del Guaso:
La mariposa de luz revoleteando en los cerezos
El hombre desnudo que se masturba detrás de los naranjos
El beso de agua del rocío aldeano acariciando la niñez y el pétalo.
La niña que florece; y la islilla espumosa y azul; y florecida.
El día magnífico, y el inútil festejo de la inocencia.

Todo quedará atrás…
Todo.

Cuando reine la nada…
Cuando reine el silencio…,

y se extinga la luz



EXILIO MADRILEÑO

Me mudo a una pensión con jardín.
La habitación es un evento:
Hay dos camas,
dos escritorios viejos,
una lámpara muy usada plegadiza,
un diario amarillo de noviembre del año pasado,
y una gotera de dimensiones pantagruélicas que lo roe todo
y le arranca márgenes inverosímiles a la pintura del techo…
Hay figuras formadas de seres humanos…
De niños en fondos inmóviles y oscuros,
de hembras adolescentes.
Figuras temblorosas de botas, corazones, lagartos
Hacia el centro al fondo un órgano viril florecido
Hacia una esquina donde la gotera ya abarca la pared;
un anciano escuálido con barba deformada y ojos redonditos
vira el mentón hacia perros celestiales,
efigies de leones de justicia,
jaurías
de lobos dionisíacos;
ángeles caídos:
y otras imágenes más impenetrables, asombrosas, y secretas…
Es un albergue memorable…

Un universo que da al invernadero….



LA LUCIÉRNAGA

Y al final,
me ha conmovido el esplendor de la luciérnaga….

Una reluciente mariposa me ha estremecido,
revoleteando de un exterminio a otro
diseminando luz sobre mis cruces…

Me ha despertado su fluorescencia verdeazul,
silbando entre el cadáver
y la hierba; donde se avivan los recuerdos…:

Zumbando entre el cadáver
y la hierba, donde se animan los cerezos
del patio; y se ilumina el corazón del mundo…
Qué triste, ¿no?…

¡Qué inmensamente triste
ese bullicio inagotable, amargo…, del cocuyo…!

http://www.crearensalamanca.com/







REINALDO SOTO HERNÁNDEZ [17.786]

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Reinaldo Soto Hernandez

(Ciego de Ávila, Cuba 1966). Escribe poesía desde muy temprana edad. Sus poemas han sido publicados en Cuba, Estados Unidos y España. En 1997 recibió el premio a la libertad de expresión del Pen Club Internacional de Londres. En estos momentos vive en Estados Unidos.


Ante una estatua de Antinoo el eterno

¿En qué pensaste Antinóo cuando el lodo del río
desesperadamente se amontonó en tus ojos?
¿Qué palabra estalló sobre la piel del agua
con la última burbuja cálida de tu aliento?
¿De qué espesor y hondura era tu soledad,
de qué largo y color tu miedo al desamparo,
¡a la sombra de un rey!, la tarde en que partiste?
¿Sentiste miedo, dime, a la hora de confundir
con el frío de tu corazón el frío del fondo?
¿Ya te sabías divino, eterno, inabarcable,
tocado por el aura sin fin de la belleza?
¿Cuál piedra fue tu cómplice?, ¿a qué juncos etéreos
se ciñeron tus dedos para anclar tu cadáver
como un mariposa en el centro del tiempo?
¿Pronunciaste mi nombre, creíste en mí chiquillo,
que desde veinte siglos después te sigo amando
como si tú jamás te nos hubieras ido?
Yo estoy aquí, ¿me ves?, de pie frente a tu piedra,
frente a tu noble frente en piedra eternizada
mirándote morir, tal vez sacrificándote.
Porque debes saber que aunque en ti se haga luz
mi amor desmesurado y aunque te siga amando
hasta que se me desmorone la memoria,
yo te ahogaría, niño, con mis propias manos
tan solo para que la leyenda de tu entrega
diminuto gigante, no nos falte a los hombres.
Te tengo dos mil años de lágrimas de deuda
que no podré pagarte. Aquí te traigo en cambio
un girasol, un beso, un pájaro, estos versos
y el venirte a decir que desde mi distancia
yo quiero ser el sol que cruza por tu rostro
borrando ese aire precoz de ausencia y soledad
de desesperación y miedo en tu mirada.
¿En dónde estás ahora?, ¿encontraste el camino?
¿no se pudrió tu risa en tantos avatares?
¿A dónde van los muertos que mató el amor?



Preces al viento

Regálame ciudad tus preteridos,
tus putas, tus drogados, tus alcohólicos,
tus tristes, tus sin pan, tus melancólicos,
tus ladrones, tus locos, tus vencidos.

Regálame al traidor, al asesino,
al cobarde, al infiel, al fratricida,
al amoral, al sádico, al suicida,
al masoquista, al cruel, al sin destino.

Regálame al soberbio, al calavera,
al cínico, al brutal, al desvestido,
al que quedó sin rostro, al que no espera,

al condenado a muerte, al desmedido,
al que no va a faltar ni aunque se muera…
¡pero dámelos ya, que a eso he venido!



Testamento

No quiero vivir muerto en este cementerio
donde bajo esas piedras de un sopor casi enfermo
se les pudre, ya inútil, la risa a tanta gente.
No quiero morir vivo cada día, cada noche,
Toda esa eternidad, con todo este silencio
tan circular, tan sólido, que se podría cortarlo
como se corta un pan o una manzana o un árbol.
A mí que me dispersen, que me arrojen al viento
hecho cenizas, polen, sobre las mariposas.
A mí que me derramen en una calle, un parque,
en los inquietos bordes de una playa cualquiera
donde los vivos pisen, donde orinen y escupan
o escriban con un dedo las palabras Te Quiero.
A mí echénme al murmullo peremne de un arrollo
que en mí púdranse el pasto, la flor, la rama seca,
los huesos de los pájaros que mueren en su vuelo.
A mí déjenme al borde de un camino salvaje
a que mi corazón escarben las hormigas,
que aniden en mi cráneo, ya seco, las luciérnagas,
que en mí se desmorone la cáscara del sándalo
y el nido abandonado con huevos de la alondra
y el polvo de la piel de las orugas… Amigos
a mí, cuando me calle, síganme viendo escándalo
así como he vivido. No dejen que el silencio,
la soledad, me cundan. Llámenlos, que regresen,
que se agolpen en mí los hombres que ya he sido,
pasajeros sin rumbo, fantasmas de mi carne
que alguna vez rompieron la noche ante mi puerta
y se me hicieron fuego antes que polvo y bruma.



El tiempo como un clavo en la garganta   

Si yo pudiera andar sobre las aguas
echarme al hombro el mar como si Cristo
no buscaría la inmortalidad
ni el reino eterno, ni el poder supremo,
ni duplicar los panes y los peces
para ganar la adoración del hombre..
Yo volvería allá a donde mi infancia,
a aquel pueblo sin fin de pescadores
con una sola calle en la que el polvo
nos dibujaba el paso de los vientos
con su olor a pescado, a barco, a puerto
y podías decir, ahí va el arriero
tan solo por el ruido de sus alas
batiendo sobre el risco en la montaña
Yo volvería allá de donde aun guardo
historias como un clavo en la garganta…
Se fue Francisco un día de septiembre,
con once años, por un pozo abierto
en la sedienta entraña de la tierra
que lo tragó sin más, como si a un duende.
Después se fue a los trece Serafín
a caballo en la cresta de una ola
que le llenó la boca de cangrejos
y la frente y las manos de zargazos…
Y así se fueron yendo; hacia la muerte,
hacia el norte, hacia el sur, hacia el sudeste,
hacia todos los puntos de la tierra
desdibujándose en el firmamento
para seguir tan jóvenes, tan bellos,
tan quietos en mi pérfida memoria
que los mantuvo incólumes, intactos,
como si no tuviera garra el tiempo
que por ellos pasó dejando impunes
el arco de sus cejas, sus sonrisas,
en tanto que reptó por mis mejillas,
que me hizo extraño, indistinguible
el rostro detrás de esta clepsidra,
que aun rompiéndose, no cesa de caer.
Cuarenta años después, cuarenta apenas,
ya ni yo sé quien soy cuando me miro
en la encorvada espalda del espejo.
Y ellos allí tan vírgenes, mis niños.
Ay, si pudiera andar sobre las aguas…


Quijotismo

Vístase el mercader de mariposas,
hágase el general ungir de santo,
apiádese el verdugo a humano llanto,
póngase el dictador a dictar rosas.

Asquéese el ladrón ante lo hurtado,
dedíquese el ególatra al amigo,
descúbrase el banquero ante el mendigo,
tórnese el indignante en indignado.

Acábese el poder por el garrote,
désele licitud a lo prohibido,
desvalórese el brillo del lingote,
vitoréese al arte, no al partido.

Vuélquese todo y seguiré Quijote,
que no me engañas, mundo, estás podrido.


EL NIÑO DE PAPEL

Recuerdo que puntual y cotidiana, mi madre
recortaba mi figura en papel de regalos,
poníame una sonrisa de cartón transmutable;
dos botones por ojos, unas orejas plásticas,
unas piernas de yeso, las manos de aplaudir,
un cascabel y un cuello del tamaño del yugo.
Y en la máscara limpia, nueva, de cada día,
me estampaba un gran beso y -Anda mi tranquilino-,
me echaba a la mañana camino del colegio.
Recuerdo que las calles de aquel mi pueblo viejo
eran ríos de entrañables muñequitos aullantes
con los brazos en alto. Aun no sé qué gritábamos,
no lo he sabido nunca. ¿Quién acaso lo supo?.
Las manadas no saben. Gritábamos. Gritábamos.
Tal vez pedíamos algo al viento, a los carteles
o al mago de la barba que repetía el prodigio
de asomarse a los muros abrumadoramente
con sus rostros iguales, a vigilar los pasos,
a vigilar los ojos… y los panes. Recuerdo
que jugábamos casi siempre a caer en combate,
a ser estatuas, posters, caciques verdeolivo,
viejos barcos hundiéndonos. Y era oscura la escuela
y había unos gordos maestros de algodón y mantones,
con las narices rojas, empujando unas puertas
como unas catedrales que abrieran derrumbándose.
Y unos himnos de guerra. ¿O unas marchas triunfales?.
¿Qué cantábamos?. No sé, nadie lo supo nunca.
Nunca el coro lo sabe. El coro canta y canta.
El coro es un escándalo que enmudece a sus ostras.
Yo era un niño de papel. Niños de papel éramos
los que nacimos ciegos, los que nacimos mudos,
los que nacimos sordos. Los que apenas nacimos.
Los hijos de la hipócrita panza nacional.
¿Cuánto difícil entonces será para el poeta
que hubo aprendido antes a aplaudir que a escribir versos
perdonar a su madre?. Mejor no preguntarnos,
peligra la cordura, el último equilibrismo
del dolor. Y puede que quisieran los puñales
caer sobre la rosa, y no podemos. No hay derecho.
No es justo no perdonar a alguien. Ni aun a la madre.




OLGA TORRES SOCAS [17.787]

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Olga Torres Socas 

Nació en La Habana, Cuba. Ha escrito, poemas, ensayos, artículos y relatos, publicados en diferentes revistas y periódicos impresos y online. Fue editora cultural de El Nuevo Hudson, semanario de The Jersey Journal, donde trabajó durante 11 años como Asistente de Editor y News Librarian. El libro de poesía "Casajena" fue finalista del concurso Letras de Oro de la Universidad de Miami.


LAS RATAS

Me han dado veneno para las ratas que alborotan la buhardilla, debo pensarlo bien para asesinarlas, son los únicos seres vivos que vienen desde sus escondrijos hasta la superficie de las cosas, se saben las historias del Río Hudson de memoria, me acompañan por las noches aunque le tema a sus hambres, pueden devorar mis pocas ropas, mis alimentos de la semana, mis ocho libros. Voy a tener que destruirlas, una huelga o una revolución acabarían conmigo sin remedio.


GLORIA

“They shoot horses, don’t they?” Horace Mc Coy

¿Por qué no hacerte ese favor? Apenas apretar el gatillo del revólver y desaparece todo de tu vista, la ciudad con sus luces neuróticas, las máscaras de Halloween, las lágrimas que aprendiste a tragar. Caer al mar con tu bulto de recuerdos, confundirte con el desperdicio de los hombres. Tu corazón no volverá a chillar como un pájaro insaciable con la urgencia de Hollywood, no vendrán a negociar con tu sexo esos extraños animales. Al fin, Gloria, duermes tranquila en el vientre de los peces.


EN MI VIENTRE

En mi vientre hay punzadas, soliloquios, navegaciones, un embrión que no se atrevió a ser un niño, accidentes automovilísticos, canales de aguas milenarias, postes de madera sin perros ni borrachos, saxofonistas sudorosos soplándoles a las madrugadas, toques de queda, discursos estremecedores, portazos de Nora, ovarios que se ocupan de otros asuntos, 240 tabletas anticonceptivas, cicatrices de extraños instrumentos médicos, puertas destrozadas por violentas entradas, residuos del corazón, un mercado de pulgas surtido de emociones, conceptos de Freud y Pavlov peleándose a muerte; y una pintura de Frida Khalo colgada en la matriz. Desde mi vientre decido la prolongación de la vida soy la obra maestra de Dios.


LA VERDAD

“Human life is thus only an endless illusion…
Society is based on mutual hypocrisy.”
Pascal

La Verdad es una nave circular con la piel de espinas, por más que corramos nos alcanza, termina pasándonos por encima y no respira hasta vernos triturados con los ojos llenos de cenizas, la boca seca como árbol muerto y un dolor abanderando el pecho de izquierda a derecha, pulsátil y empecinado como el de un parto sin hijo. Quién sea capaz de andar sin el cuerpo original del cabello opaco, con las arrugas multiplicadas en un sistema binario infinito, el sonido ronco en la garganta donde estuvo hospedado el optimismo; quién resista al hielo quemándole los huesos, y encuentre en la basura de su vida algún papel salvable que lo exonere y reconstruya; quién después de caminar millones de millas hablándose así mismo, liberado al fin del Yo hipócrita de alabanzas e improperios, percibe el olor a Dios y la saliva se le convierte en sal, adquiere la Verdad como un conejo dócil que salta del sombrero de un mago invisible.



ABUELA, TU MUERTE SABE A MI VIDA

…“tanto dolor para morirse uno”.
Miguel Hernández

¿Dónde vibran el sonido del metal a través de la carne, la lluvia tibia de agosto sobre los árboles enanos de las islas? Sus ondas encontraron la pared suicida o se expanden circularmente por el planeta. La niña no dibuja. El abuelo reloj se desintegra en la pared. Todo está verde afuera. Te convencieron y el cuerpo que usaras por ochenta y siete años se deshace debajo de mis pies, en la oscuridad. No te hacen falta las flores que te traigo. De vuelta a casa hablo contigo por el cielo. A puro grito corté las ondas de la voz dentro de mí, balbucea palabras ininteligibles y se apaga. Durante un año escuché el ruido de un disparo y no he dormido como Dios manda. Tantas tabletas separando mis dedos del gatillo, tanto agarrarme del vestido de Jesús, si he de morir mañana como el criminal, el músico, las madres y los árboles; como tú.



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AMELIA PECO [17.788]

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Amelia Peco Roncero 

Natural de Madrigalejo (Cáceres), Amelia Peco Roncero ha vivido gran parte de su niñez y adolescencia en Cataluña y actualmente reside entre Madrid y Villanueva de la Torre (Guadalajara). Ha estudiado de forma autodidacta filosofía, literatura e Historia del Arte.

Se define a sí misma como “contadora de historias” y siente admiración por los clásicos a los que suele acudir con frecuencia como, por ejemplo, cuando cita a Ovidio diciendo: “Mi padre me decía que por qué me empeñaba en inútiles estudios si ni el mismo Homero alcanzó las riquezas. Los consejos paternales me impresionaron e intenté coordinar las palabras no sujetas a medida; lo cual me fue imposible, pues todas me acudían formando pies cabales.” 

Analista de obras literarias, articulista, conferenciante, guionista de cine, narradora, e investigadora del medio ambiente, además de Poeta, Amelia Peco es miembro de la Asociación Colegial de Artistas y Escritores de España. Secretaria de la Asociación Cultural “Le Bohème” de Guadalajara y directora de la colección de poesía Le Bohème. 

Pertenece a diversas tertulias culturales y literarias de Madrid, Barcelona y Zaragoza y ha ofrecido recitales poéticos en diferentes ciudades de España. Ha publicado en diversos periódicos y revistas literarias, escribe artículos y da conferencias en las que diserta de temáticas variadas: el amor, el erotismo, lo social, el medio ambiente o la metafísica.

Ha escrito las obras: Lágrimas de Tierra (1990), La Mirada de Cóndor (1995), Para el Amor y el Fuego (2000), La Geometría de Edipo (2008), La Ninfa de los Páramos (2009),  Testigos Mudos (2010), Canto a Lilith (2010), Diario de las Estaciones Frías (2011) y Cuántica y Posibilidades (2012).



“LA NINFA DE LOS PÁRAMOS” 

PRIMERA PARTE

MI AMANTE

I

Mi amante es una araña 
que teje cada día 
la red donde yo existo. 
Teje la enorme geometría 
de los hilos que salen de su entraña 
donde atrapa a su víctima. 

Todo en él es circular 
mientras crece la tela. 
Toda su posibilidad 
de subsistencia está en el aire.

Allí todo es seguro y evidente. 
Es la estructura de la supervivencia 
donde el hambre, 
conforma parte y forma de su vida. 

La idea de tejer, en la araña, 
son sus instintos. 
No conoce otra forma
de succionar el jugo 
que vive en una mosca.
En ella, en la araña,
es pura resistencia 
para poder vivirse.

Pero, por otra parte,
como él es un hombre y no una araña 
no entiendo 
que haya succiona el jugo de mi entraña
para poder vivirse.


II

Mi amante 
es carne que se junta en un abrazo,
sentido y sentimiento por mi parte
del brío de su olor cuando soy suya.

Es nada.
Es beso que se extiende a su bolsillo
y nunca sabe el precio que le pido.
Calcula y nunca acierta a entender 
los minutos exactos que tuvimos 

Es esto:
Un surco que se encara en mi almohada
dejando a mi mejilla a cada instante
sin tacto.
Es poco más que eso y me desplomo
en medio del asfalto de su frente.

Me detengo en todas sus ausencias 
sentada sobre el suelo del salón, 
y espero,
espero cada día a que anochezca para verle.

A veces se aproxima al centro de mi misma 
y entra 
por la huella imprecisa de mis dedos.

Vivimos en los páramos
de esa corriente yerma que él dibuja,
cuando deja mi risa a buen recaudo, 
en el hielo que me dio hace ya tiempo.

Él dice que es feliz sólo con eso,
atesorando años como hojas
y enumerando el tacto de los labios.
Ausencias en el frío de estos rasos.

Es esto lo que tengo:
un cúmulo de pies que se aproxima
de vez en cuando a mí para adherirse
a la metamorfosis de su aliento.
Y es poco.

Cuando llega, mis ojos imaginan su figura 
llamando a los cristales de la puerta,
entonces, 
mi piel tiembla y se descoyunta,
ella entiende, 
mi piel, 
que sólo es eso.
Se ha hecho a cada golpe y sabe
que todo en él es puro desencuentro.

Es cierto,
yo veo lo que tengo y lo que soy,
lo toco cada día y siento frío.
Y siempre me desdigo cuando llega
y deja con lentitud su abrigo 
en el vestíbulo de abajo.

Le huelo en la distancia y me convierto 
en lo que soy,
un animal en celo cuando él viene.
Las paredes me tiemblan y aguardo, 
aguardo a ver su cuerpo, 
y la sonrisa amplia de su rostro.

Quiero creer que me ama y me sostengo
en todos los latidos de mi carne.
Es él.
Que sabe,
que es ramo sobre una rama en mis pestañas
que pesan cuando llega y se me cierran,
y no veo.

Mi pulso se acelera cuando escucho
el golpe de la sangre que él me impulsa:
aurícula y ventrículo, es eso,
un pulso que me llega en unas gotas,
y es poco.
su fuerza es sólo eso,
semilla que se agita entre dos glándulas.

Y siento que no hay más 
que quede en mi que yo no haga,
y que no sepa.

Y así sigo, atrapada a fiestas de aguardar
un día y otro,
hasta que al fin recuerda que en el aire,
hay un soplo de él que soy yo misma.

Entonces viene y me sostengo 
pegada con su cuerpo entre las sábanas.
Es eso para mí, no lo confundo, 
cuando pasa la hora y se despide. 





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LEOPOLD STAFF [17.789]

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Leopold Staff

Leopold Staff (Nació en Lemberg (hoy en día Lviv, Ucrania) EL 14 de noviembre de 1878, y falleció en Skarżysko-Kamienna, Polonia, el 31 de mayo de 1957) fue un poeta polaco, uno de los mayores exponentes del modernismo en Europa, aparte de ser doctor honoris causa en las universidades de Varsovia y Cracovia y ser nominado al Premio Nobel de Literatura por el PEN Club.

Representante del clasicismo y el simbolismo en la poesía del movimiento Joven Polonia, Staff fue autor de muchos poemas influenciados por los pensamientos de Friedrich Nietzsche y de las ideas de la orden franciscana.

Staff nació en Lwów (entonces parte del Imperio Austríaco; actualmente Leópolis, Ucrania) durante las Particiones de Polonia. De origen checo, él era uno de los tres hijos de la repostera de la ciudad. Estudió derecho y filosofía en la Universidad de Leópolis, y en 1918 se instaló en Varsovia tras que ésta obtuviera su independencia tras la Primera Guerra Mundial. Murió a la edad de 78 años en Skarżysko-Kamienna poco después de que Polonia pasara a adoptar un régimen comunista, y fue enterrado en Varsovia en el Cementerio Powązki.

Staff fue muy influyente durante el período de entreguerras, incluso en la vida de Julian Tuwim, el cual se basó en la obra de Leopold Staff para fundar el movimiento literario Skamander junto a otros importantes poetas polacos de principios del siglo XX. Entre sus obras más destacadas se encuentra "Most", "Podwaliny" (adaptado por el poeta polaco Czesław Miłosz) y "Trzj Miasta", éste último escrito en 1954, tras años antes de su muerte.


Ars

Mira raudo al mañana,
Mas no profetices,
Déjalo a los adivinos.
Es tan difícil expresar lo que es.
Escribo poemas lentamente,
Trabajo como un mulo.
Soy paciente
Como la gota de agua del tejado.
El tiempo siempre tiene tiempo.
Y el mundo es viejo como él solo.
No crearás nada nuevo
Buscando novedad.

De Poesía completa
TRADUCIDO POR ABEL MURCIA




LA SOMBRA DEL CAMINO
Tres poemas de Leopoldo Staff

Por XUAN BELLO |

Tal vez tengan curiosidad mis lectores, que se asoman como yo a las ventanas de la primavera buscando promesas de armonía, por la poesía de Leopold Staff. Yo ya he confesado en varias páginas, incluida esta, mi devoción por sus poemas. Lo descubrí, fugazmente, en una antología que seleccionó y editó Czeslaw Milosz, 'Postwar Polish Poetry', y desde entonces alguno de sus versos no han dejado de acompañarme. Nacido en 1878, catorce años por tanto más joven que Miguel de Unamuno, fue un poeta cordial, de esos que tienden puentes sobre el abismo, y no tropezó, si de hablar de la desolación se trataba, con las piedras puntiagudas de la desesperación. Esperanzado y jovial, Milosz lo retrata muy bien en la breve nota que corona la selección de sus poemas: «Un detalle divertido, y que explica muy bien la manera sincrética en la que este poeta entendía la poesía, es que mientras traducía al polaco a Nietzsche compaginaba este trabajo con la traducción de las Flores de San Francisco». Mientras resonaba en su cabeza la música airada y líquida de 'Así habló Zaratustra', el bueno de Staff ponía en su lengua aquello de 

«Alabado sea mi señor por la hermana agua  
que es muy útil y humilde y preciosa y casta». 

Compré esa antología en Nueva York, en la Burnes&Noble que queda cerca de la Trinity Church, y recuerdo haberle preguntado a Martín López-Vega alguna palabra que no entendía del inglés claro de Milosz. El poema se titulaba 'Fundaciones' y se quedó para siempre como divisa de mi vida: 


«Contruí sobre arena 
y se derrumbó. 
Construí sobre roca dura 
y se derrumbó también.  

Ahora, cuando construya he de comenzar  
por el humo de las chimeneas».


Por el humo de las chimeneas, en realidad, comienzan a construirse todas las casas. No hay vida que no haya sido soñada antes, no hay realidad que valga si no ha adquirido consistencia en la página escrita. Tres poemas seleccionaba el antólogo, tan sólo. El segundo se titulaba 'El puente' y lo leí, intuyéndolo tras la niebla inglesa, estremecido. Guarda una secreta verdad: 


«No me lo podía creer,  
de pie en la orilla de un río  
que era ancho y turbulento, 
que tuviese que atravesar aquel puente  
que era estrecho y frágil, 
tendido sobre el incierto abismo. 
Caminé delicado como una mariposa, 
y pesado como un elefante. 
Caminé seguro como un danzarín 
y temeroso como un ciego. 
No me podía creer que pudiese atravesar aquel puente, 
y ahora que estoy de pie en la otra orilla 
no me puedo creer que lo haya cruzado».


Se cruzan puentes sobre el vértigo, sin duda, y a uno le estremecen los días pasados: somos azar y necesidad y, a la hora de arrear y su angustias, vamos como podemos.¿Pero cómo no sentir en el corazón, cuando ya hemos pasado el puente, gozo y perplejidad?

El tercer poema seleccionado, 'Tres ciudades', teminaba con una gran verdad:»

¡Qué pobre es el hombre  
que no se hace preguntas!». 

Qué pobre es es el hombre que no sueña, añado yo. Xavier Farré, embajador catalán en Polonia, mantiene un blog (http://xavierfarreabcd.blogspot.com) que nos mantiene a unos cuantos cómplices al tanto de las novedades poéticas de aquel país. En este blog yo pude leer muchos poemas de Staff, muy bien traducidos al catalán, y hay algunos que me place compartir con ustedes. Este, por ejemplo, también araña la condición humana: 


«Apresúrate para llegar al Polo  
y paga el precio de la vida  
entre el hielo,el frío y la noche.  
Atraviesa el Érebo y el Terror, 
haz un último esfuerzo y comprueba 
que algún ya ha estado allí. 
Te envolverás entonces en el manto de la ventisca, 
como Scott en la Antártida 
y dejarás que la nieve te cubra».


Bueno, la poesía de Staff siempre ha dejado en mi alma muchas preguntas y me ha recordado, frecuentemente, la fábula de aquel poeta persa, de la escuela sufí, que tras morir se presentó ante las puertas del paraíso. Allí estaba Dios esperándole muy dispuesto a gratificarle pues sus versos habían rozado, muy bellamente, el centro del secreto.

-Bienvenido, le dijo afablemente Dios al poeta. Y añadió: Puedes preguntarme lo que quieras que yo te contestaré.

El poeta pensó un poco y preguntó:

-¿Me podrías decir el secreto de una flor de ciruelo?

-0h, vamos -suspiró Dios-, menos mal que tenemos toda la eternidad por delante.

http://www.elcomercio.es/v/20100530/cultura/tres-poemas-leopoldo-staff-20100530.html



Poeta subtilis

Rozdwoiłem się na cztery części. 
Pomyślicie może, żem szalony, 
A Ja robię tak coraz to częściej 
I podwajam cztery świata strony. 

Nie wiem, jakim wyrazić to stylem, 
Ze tak zmyślny i subtelny jestem. 
Czy opiewać to dziwo daktylem, 
Czy uwiecznić może anapestem. 

Lecz daktyle u nas się me rodzą, 
Anapestów też jada się mało. 
Toteż ludzie po prostu się głodzą 
I już wielu doszczętnie zgłupiało. 

Ja też jestem jak zbłąkana owca 
I wciąż czekam, aż analfabeta 
Da mi kawał czarnego razowca, 
By odżywił się we mnie poeta. 


Ars poetica

Un’eco dal cuore sussurra:
“Prendimi prima ch’io languisca,
Che diventi diafana, azzurra,
Che impallidisca, che sparisca!”
Come una farfalla l’afferro,
Non già per sbalordire il mondo,
Ma per render l’attimo eterno,
Perché tu comprenda a fondo.
E il verso che viene dal bardo,
Vestito di suoni e d’arcano,
Sia limpido come uno sguardo,
Sia come una stretta di mano.


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SEBASTIÁN MORFES [17.790]

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Sebastián Morfes

Sebastián Morfes nació en Bahía Blanca, Argentina en 1976 pero vive en Buenos Aires desde hace 10 años. Allí dirige Determinado rumor, una editorial digital de poesía de acceso libre.
Publicó los libros El jardín de los poetas, Parque Illia Blus del cani y Bar cheto. Fue co editor de la revista VOX virtual durante 24 números. 



Moesta et errabunda

de las callecitas de Guaminí recuerdo
en igual medida el aullar de los molinos
y el sonido de los caños
de las bicicletas contra los postes de madera.
Pero aparte, a vos Florencia Parva
bajando la vista ante los chabones
esas tardecitas del verano de aquel
año lleno de crisis.




A esta hora ayer bailábamos

¿el mundo tiene algo circulatorio? Digo porque 
estando acá tan cerca no pude evitar 
el patio; estaba fresco y el cielo sobre él cambiaba. 
Todas las otras personas se ataban el abrigo al cuello. 
Volví y, creeme, cada cuadra era un tibio desorden.
Nos controlaba una luna grande. La nombramos 
despacio y empezó a trabajar en nuestras cabezas. En la mía 
más, claro. Un aire acondicionado me congela las muñecas 
mientras trato de dormir. Ayer algunas cosas 
parecieron lindas, cosas que sonaron, 
las confusiones, caminar. Insisto en dormir 
y es como enfrentarse a una siesta. Además 
me engancho una uña abajo de la almohada 
y entro en un estado. Pensé hoy que en mi cabeza 
capaz hay un producto.




Hotel Miami

Calle Gascón. Habitación sin baño privado. Sin ventana
con una puerta al pasillo. Con una mesa en la que
entran o un plato o un libro o el mate y el termo
o un cuaderno o un codo sosteniendo esa masa
de electricidad y cada vez menos pelo o una computadora
o un bolso. Segunda quincena del mes de noviembre.
En esta ciudad en la que el el cardumen pasa y tus manos
arañando no  se quedan con nada.
Teléfono semi público. Un cuaderno donde mi nombre
adhiere a la inestabilidad de otros nombres
también separados o quizás a la sorpresa
de los turistas con poca divisa para alimentar el fuego
de esta balanza.
Alguien cruza del pasillo al baño, alguien mueve
el cable corrugado del semipúblico, alguien reta
a un chico que baja las escaleras martillando
cada escalón y espantando el sueño del piso.
Como nos enseñó en un video la cantautora Natalie Imbruglia,
entre los que van y vienen arrastrados por la respiración
asmática del Hotel Miami hay un alguien tratando
de multiplicarse para construir una escalera
que los ponga a la altura del tono de la elegía.




Compañero humo

Antes de que Mark Chapman subrayase
un párrafo cualquiera del cazador
en el centeno, libro que fue
su acompañante terapéutico
en esas las largas madrugadas
Ana Sexton en el garage
aceleraba su auto.
Era la previa a la celada del yo.
En un país vasto y verde
donde los mitos rompían
la tierra y donde los géneros
eran miniaturas
como la naturaleza
como sobrevivir;
antes de que el terror tenga medida
Ana Sexton en el garage
aceleraba su auto.
Era la previa a la celada del yo.
Las yemas de los dedos escribían
ideogramas descuidados en las repisas
vacías, no brillaba un adorno
ni sus detalles de oro
y antes de que rompiera ese vacío
una flamante botella
con forma de caramañola
Ana Sexton en el garage
aceleraba su auto.
Era la previa a la celada del yo.

(La bruma dulce que envuelve los poemas privados que no
encuentran remate)





LA FISURA DE LA CASA MORFES

La higuera no pasa los 5 años, y ha respirado todas
las congestiones del clima hasta llegar
a esta lluvia de granos helados y medias
y bolsas entre el escombro. La fisura de nubes
de arena, cal, cemento en bolsas
y pedregullo multicolor es una estación. Perdí
comí, perdí una capa de piel, embrutecí
en la orilla imaginaria, respirando el
cloro de la pileta de lona, movido por el ruido
de cuñas diminutas del mecanismo del reloj
de la alarma; dormí mientras la voluntad
de mi sangre se borraba con las fotos.
Temblor. La música fresca abajo de la parra cruje
y las chapas como las hojas habitantes
de un otoño simulado tienen la energía
y la vibra de un cráneo. Hollejo. Leo, la luz
que sucede el tejido plástico
del ventiluz me dicta palabras que parecen
clavarse en el barro. Socializo y en mi diaro
avanzan hacia la tapa más dura. Leo, el humo
grueso de la comida disipa el aire, no cuentan
los ábacos descartables de la mente, ni los dedos
de la mano. 
Desembalo de unas viejas cajas de cartón
blando un juguete roto de la infancia
que me hace acordar, por los colores
a mi voz.
Leo,
acepto moviendo la cabeza despacio
como si estuviera muerto
desde hace unos minutos y desde hace
menos minutos depositado debajo del agua.






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INGRID ESCOBAR [17.791]

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Ingrid Escobar 

(Santiago de Chile, 1975)

Participa en diversos talleres y concursos literarios a nivel escolar. Obtiene el Tercer lugar "Concurso Municipal de Cuentos Cortos", Ilustre Municipalidad de Quilicura (1999).

Ingresa al taller de poesía impartido por el poeta Germán Carrasco (2013) y este año asiste al taller "Violeta bajó a la tierra" con la poeta Damaris Calderón en la Biblioteca de Providencia. La Mal Agestá, Ed. Piedra, Santiago, 2015, es su primer libro.



Anda ve y entiérrame bajo las piedras o en el fondo del mar
la ciencia ficción llega y acaba con la oscuridad
cuándo vuelva a ser niña
mi juguete en oro se transformará



La belleza acabará con su pensar
se encargará de tus recuerdos sangrientos
envolverá en papel de diario cada fotografía
recortada a mano
limpiará tu caja de arena
y entregará el sudor y carne
al hombre que lo tiene todo



I

Las llamas abrazaron tu memoria / cruces repletaron el entorno
deambulan los espíritus flotando / gritando que no olviden su historia




Al que escucha
mariposas vuelan en colores
dibujando el cielo con sus alas
escapando sin decir nada
ahogando su destino de miseria

Rosas miran desde lejos
reclamando su belleza en el entorno
añorando aquellos días de festejo
y guardando sus pétalos gloriosos

Se aterran ante el gris, pálido, verdoso
que el horizonte trae a su destino
queriendo volar cuál mariposa
y errar por inhóspitos caminos.


II

Remolinos de viento golpean tu pecho
tu cara perdida, pelo desordenado
ojos infinitos mirando el cielo
piel amarilla buscando sol

Remolinos de viento tempestuosos bajo tus pies
alaridos en la tumba de aquél que miente
caracoles de mar en la orilla de nuestra calle
silbidos nocturnos en las esquinas
maquinaria bestial recorriendo el tiempo que nos apremia

Remolinos de viento malolientes envuelven tu casa
disparos en las murallas de la inconsciencia
bendigo tus manos con pétalos florecidos
me regocijo con el sonido de tu garganta que sangra


III

Tú te sientes negra y fea
para vivir en medio de la ciudad

Grande y tosca
que no cabes en los espacios de la farándula
ronca y grave
protestando por un útero indefinido

Rara y loca
corriendo travestida para alcanzar el amor
cabello rizado e inerte
ademanes majestuosos postergados
por los callos de tus manos

Fea, fea como la luz
amarilla tétrica que alumbra tus pisadas
tras las calles donde aguardas tu carta

Demasiado lúdica 
para el cura y la dama que recoge las flores
en la parroquia de tus pecados

Amada, demonizada
fiel candidata al exorcismo en las catacumbas de los bares
repletos de espejos

Sola en medio de la urbe
asediada por los ojos
enajenada por los vocablos que pronuncian tu nombre
Perturbada
con el cuerpo desnudo
que reproduce tu mente


IV

Sube, baja y se esconde
alejándose en lo alto, a veces vuelve
mujer altanera
frágil y serena
revelación divina de mi sueño entrelazado
desde el fondo de mis venas

Mi amiga tiene vértigo
de acercarse y conversar
teme a inmiscuirse en tus asuntos
recicla por si la vez
Es alfarera
arma y desarma sus patrones
espesa la arcilla cuando no gusta
fotografía las calles donde te desplazas

Mi amiga oscurece al son de Eurythmics
la intimidan sus tacos
le florece la oreja
con la verborrea incesante
del loquito de la esquina

la flaca sonríe, se emborracha seguido
perdedora de tiempo
revisa todo, a veces sin sentido
unge tus pies, mientras salpicas su vientre
deambula en la oscuridad
en las fauces del que atormenta

Nada, vuela, rebota
indecente y regodeona
juega con la china, esa que muerde
reposan en el pasto sintético del arrabal
sudoración continua a la hora del desquite
cuestionamiento errático de cantos y banderas

Ella es todos los días que decidiste ignorar
Ánfora sagrada de tus cenizas
lame tus labios a la hora de comer
analista de sistemas, píldoras mágicas
para enamorar





La Mal Agestá (textos de anticipo)

Poemas de Ingrid Escobar 


Mal Agestá te dicen
desgarbada
rodillas peladas
sobre el piso de tierra

Mal Agestá, espalda crujiente 
bajo el azote del nacimiento
borracho de la noche

Turbia en el patio 
de las princesas pulidas
azorochada por la mirada
del cristo en la muralla

Mal hablá predicadora
dueña de las esquinas humeantes
mujer danzante en las canchas de tierra

Mal Agestá, pies descalzos
sobre la lluvia

Penitencia continua
de los deseos malintencionados
de tu raza maldita

mal encaje de la divina comedia
en tus redundantes lamentos

¡Ja! saltaora de puentes y cornisas
encarnación de la mama santa
dibujante de niños

Mal Agestá
los grados se empinan sobre ti
y tú debajo del árbol... pordiosera.



*



Ella cierra los ojos
con el pecho ardiendo
difama tu nombre
mientras salpicas su vientre
deambula en la oscuridad
las fauces del que atormenta

ella sonríe borracha
paseando en la fotografía de tus calles
pierde el tiempo
bajo tus pies sangrantes
continuamente sudorosa a la hora
del desquite

Ella cuestiona errática
los cantos y banderas
le intimidan sus tacos
oscurece al son de Eurythmics
recicla los rostros del desamparo

Ella es todos los días
que decidiste ignorar
ánfora sagrada de tus cenizas
píldoras mágicas para enamorar.



*



Nosotros los caminantes del recuadro
que se asoma a contraluz 
en la casa de tus lamentos

Varados a la mitad del viaje
se nos caen los recuerdos
en el campo donde yacen aplastados

la curvatura a enternecido la ausencia

Te recuerdan tu esposa e hijos 
nunca te olvidaremos 
que Dios te reciba en su santo reino

Inspirado en la sombra gris del cemento
flores manchadas de tiempo
sucumben bajo los pies
mientras
una voz en ecos
reproduce peras y manzanas

Castillos bordados a media tarde
botellas impávidas de agua estancada
razones misteriosas y absurdas
para soportar lo cotidiano

Adiós chinito, ve al cielo con tu padre 
mejora a mi hijo, santita, te pido 
gracias por favor concedido

nosotros los pasajeros ambulantes
quebrantamos la suave brisa de la paz

pájaros anidando bajo el rey
relatan el murmullo de la calle

cuerpos santos asomados de tanto en tanto

cortinas de concreto
fragmentadas de imágenes

siemprevivas en la esquina
cordón de velas derretidas en el aire.



*



Tengo la marea alta
tengo la tormenta en reposo

Se multiplican los gritos sin gracia
saltan los muertos en mi pecho
tengo, te pierdo y te retengo

Mientras la mala me mira con anestésicos
cantando con voz de ángel
gotea en mis párpados el sueño

Alucinante resaca moribunda
se posa en los huesos de mis hombros
Tengo la tormenta alta
tengo mi cerebro en reposo

Pedazos de alma trapican mi pescuezo
universos flotantes
a la deriva de la cama
resbalan


La mesa plagada de licor rojo
demencial
nuestras cabezas floridas de árboles
saliendo por las orejas

cielos transgénicos 
desvaneciéndose en las sombras de la estancia

el patio atestado 
de huesos cortados a latigazo

Regurgita en mi boca
el sabor amargo de las respuestas

sacúdeme el vestido con plumas
de pájaros épicos olvidados

Acalórame otra vez...

Tengo la tormenta alta
tengo la marea de noche.



*

Agónica burguesa
muere en sepia
desdibujada en tus colores

atrapada en el cadáver bélico de la deshonra
la fuerza insurgente y proletaria
vomita tu lengua académica futurista

se nubla en el brillo
esplendoroso de tus dientes
tan esquivos en los huecos de sus bocas

Fatídicas palabras rebuscadas
no contienen el agua
de abajo hacia arriba

Agónica burguesa
entiérrame bajo las piedras
o ahógate en el fondo del mar

el oro de tus pisadas

blasfema el cuerpo santo de las revanchas.




La Mal Agestá, Ingrid Escobar, Ed. Piedra, Santiago, 2015.
Por Víctor Hugo Díaz




 .. .. .. .. ..

Mal Agestá te dicen
desgarbada 
rodillas peladas
sobre el piso de tierra

Siempre me he preguntado cuál es el punto de aclaración dónde se decide, qué es fundamental en poesía: lo dicho o lo escrito. Es decir, esta experiencia vital, ritual y su materia prima simbólica, que es necesariamente materializada en escritura,  para ser recreada y revivida por un lector tiempo y distancia de por medio; o es resultado del arte de la palabra?

En mucha de la producción actual, esta escritura, texto, ¿se materializa o corporiza en poesía? Entontes hay que tomar partido, yo me la juego por un texto igual un hablante y no un texto igual un texto. Es decir ese punto significativo en que se entiende el cuerpo como debate.

Mal Agestá, el primer libro de Ingrid Escobar, representa para mí esa opción, una poesía que dice y sitúa, no soportada sólo en sonidos  y ritmos, también hábilmente logrados, sino además, más allá de la tinta, donde manda la mirada, esos rostros derretidos en la fábrica; o los hijos del desastre/ bandera empapada de aguas servidas/ cuarenta y tantos esperando el sol.

En esta poesía que junto con ser social, generacional y crítica, se logra atrapar entre los dedos ese puñado de arena que es la crisis  y su tragedia permanente, tal vez ante el espejo: Cuerpo que no ves/ y deseas lo que no sientes.

Pero aquí el hablante no es sólo una coraza de resistencia ciudadana, existen fisuras íntimas, también está partido de espera y de silencio que transcurre, El Amor no tiene prisa/ espera en la bocacalle del olvido.

Es eso inasible  que no se detiene, que se viene a los ojos, el tiempo que da forma a la poesía, la finitud inevitable del que escribe desde adentro pero mirándose desde fuera: Mil huellas tras mil pisadas/ los caminantes, marchando, van.

Y esas emociones transformadas en objetos domésticos, esos castillos bordados a media tarde/ botellas impávidas de agua estancada/ razones misteriosas y absurdas/ para soportar lo cotidiano. O esas siemprevivas en la esquina/ cordón de velas derretidas en el aire.

Todo en un hoy perecedero donde siempre se trata de salir a flote, hasta el amargo final: Atrapa la boya cercada –iluminada- Atrapada/ Rotándose, nadando/ Como ajíes en cerveza/ Amarilla – Amarga/ Ahogándose en el inmenso mar.

Mal Agestá de Ingrid Escobar, es una poesía frontal que ataca en falange hoplita, con fuerza, potencia e intensidad, capaz de hacernos ver, tocar y padecer; avanzando e irrumpiendo en un claro y decidido sentido, no negociable.

11-12-2015- Santiago





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LAURA NIEVES [17.792]

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LAURA NIEVES

(Guayaquil, Ecuador  1984)  
Licenciada en lengua y literatura ha publicado en revistas y antologías 





Cuando ella 
Sale a caminar por las calles,
Evoca una canción sin nombre
Himnos de lujuria
se enlazan a sus pies. 
Entorna los ojos.
Oprime el pecho
Y otra vez abre las piernas.
Cree tener la marca de la bestia. 
Ha buscado amuletos
Se ha encomendado a los santos    
Ha travestido sus fetiches 
Intuye las 6:30
Recoge las cenizas de su nombre.




I

En mi están todas las reinas.
Hablo a través de sus vestidos 
del corsé que asfixia sus pezones
del asedio de sus reinos.
Vuelven al patio de los vencedores. 
Los espasmos se amotinan en sus piernas 
pero la fiera no ha dejado de ser fiera 
después de esto, 
volverán a caer con ese dolor en las rodillas .

Solo ellas comprenden 
que no hay devolución 
después de la partida.




II

Los espíritus se te escapan por los ojos
puro hueso 
pura lengua
pero el amor es así Alejandra 
Un terrible parto de voz y piel.



III

Una vieja borracha baila dentro de mí

Ha asesinado el amor en pupila.
Estoy hecha de espantos 
de un hueso cimentado en la estratosfera. 
Yo el animal más antiguo que existe 
tengo un desangramiento de siglos
un surco en la garganta 
una pantera dentro de mí
un dios ahogado dentro de los ojos .



IV

Ame siempre las tragedias 
aquellas donde morían los hijos
los amantes 
sueño a una niña dentro de mi
es gigante 
estalla el grito en su jaula de pantera.
Hemos terminado el acto más cruel 
es así como gustamos 
con frio en cerebro 
con rabia en la pupila . 



V

Que no te ronden los espíritus Alejandra 
que no te estiren la piel 
regreso de tu voz
has sabido perdurar la especie .
Estamos hechas de infartos 
de estaciones complejas .
Pronto partiremos 
el amor sera de nuevo
un parto sin hijos.
De nuevo la atrofia nos sacudirá los parpados 
La ciudad será un hacinamiento de hombres prohibidos.
una pantera dentro de mí.
un llanto de bala en mi esternón.



VI

Se ama el hueso que domina Alejandra.
tendón 
sangre
Todo muta 
hay a quienes se les ahoga el cuerpo
paren semanas enteras
las pasiones se parten 
pero la obstinación es el mal de las muñecas .
un angustioso parto de voz y piel .



VII

Tú iniciaste la matanza
no entendías los nombres de los hijos .
no sabías que debajo de tu lengua estaba el arma letal 
Pero el hartazgo es así Alejandra 
un inflado dios borracho 
que mañana morirá.



VIII

Mi madre cree que moriré de tos
de una tos aguda
milenaria.
no sabe que dentro de mi boca
un dios embotellado habla por mi
tengo la palabra temblorosa
lúgubre.
Un llanto de eterna suciedad se adhiere a mis huesos.
Hemos mudado la piel.
Solo hay espantos dentro de los ojos.



I

Bésame Alejandra, estamos solas como siempre, hemos amado hasta rompernos los huesos. Somos arañas inmensamente detestables. Dónde se nos fue la vida Alejandra, en qué lugar del mundo nos dejaron acabadas, qué maldición se apoderó de nosotras; qué animal nos robó la voz; los mortales nunca ganan Alejandra, solo magnifican los brazos y explotan. Déjame ver tu rostro de perra apaleada, tengo tus atardeceres, tus náuseas. Estamos hechas de la misma sustancia, somos una fuente de donde nacen elefantes. 



II

Temblamos Alejandra, volvimos de la muerte, hemos comido piedra, buscamos el nervio duro en medio de la lengua, nos hemos disfrazado de aquello que nos espanta, que no regresa, estamos ligadas por un nervio de pantera, por un coagulo de sangre. 
Bésame Alejandra, soy el tren decapitado que emergió de tu oído, el dolor de siglos enteros, la selva en el cerebro, la rabia en la pupila.




MARTHA SUSANA ÁLVAREZ GALARZA [17.793]

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Martha Susana Álvarez Galarza

Nació  en Ambato,  Ecuador,  en  1949. Es  licenciada  en Lengua  y  Literatura por  la  Facultad  de Filosofía  y  Letras  de  la  Universidad  Central  del Ecuador.  Ejerció  la  docencia  universitaria  y secundaria.  Miembro  de número  de  la  Casa  de  la  Cultura,  Núcleo  de  Loja,  y  del  Consejo Hispanoamericano de Letras y Artes. Ha escrito libros de poesía: Memorial de los días, Celosía del  Alba, Fiorella  de  Agua;ensayos  estilísticos: Ellos son y están aquí...encuentros;  y  libros sobre cultura popular: Antología de la leyenda ecuatoriana, Loja y sus leyendas, Cuentos, mitos, leyendas  y  fantasías lojanas (coautora).  Como  activista  cultural  organizó  la  Primera  Bienal  de Escritores  de  Literatura  Contemporánea de  Zamora.  En  2012,  la Municipalidad de  Ambato  le otorgó el Premio Juan León Mera, en reconocimiento de su obra literaria y de gestión cultural.



CANCIÓN REDONDA DE ROSADA PULPA

Naces amor así de repente,
Con la oración del ciprés,
Incontenible como el ángelus.

Así de repente con tu azul esencia
cuando el pañuelo enjuga tu sonrisa
sin orillar el tiempo que palpita.

Así, de pronto blanda levadura
de panes blancos de ternura,
canción redonda de rosada pulpa
asomas así de repente,
con tu risa miel de mediodía,
que estalla bendecida de rubores.
Vienes con tu corazón llovido
y tu frío toca el rumor largo
del beso que en tu boca es alegría.

Naces amor así de repente
Como quien encuentra su sendero
y sabe que ya pasó por él.
Ese de repente
que tiene su propio fuego,
siento su abrazo al liberarme.
Sin embargo, el dulzor
del momento fugitivo,
es canción en alas de golondrina.




FAROLES

La negra hiedra, ebria grita,
al verso su réquiem de secretos,
entre una espera y otra, solo hay
el vacío de luna...

Efluvios de amor que fluyen
como el agua que huye a lo profundo.
Percibo la sombra que riega
la distancia entre tus labios y los míos.

Me seduce el eco de la nostalgia,
me aniquila la embriaguez de malva,
cuando tu risa  noctámbula
hiere el cristal de mis querencias.

¿Quién dice que el amor pasa como luz
-frágilmente- sin tocar a nadie?
Allá donde la memoria cae lluviamente
donde expiran mariposas del ayer.





TRANVÍA

Se deshace el azul
de los estíos errantes
cuando me amas
entre ciruelos
con fulgores de rayo
en una noche de lluvia
y allí se abren tus brazos
almenas para mi piel de luna
me acogen vencida
de insomnio y deshabitados besos
y tú...hecho para mis brazos
fundamos el rocío los vientos
el alba las olas de fuego
entonces te llamo amor
de cerezos ardiendo
en todos los besos que palpitan,
te amo por todos los inviernos
que pasaron arrogantes
sin mirarnos
amor de estrellas quemantes
con frescura de amarantos
llénate de mis horas de ternura
y en tu hora mediodía
que gotea sobre mi alma
soy un gemido en la ruta tuya
quemante sin límites
en la hora vértigo de tu sangre.





MANOS

Mis manos tienen la memoria
de tu cuerpo...el olor del mundo
y de trébol en el amanecer.
Tus manos cantata de luna
que pasa el alba entre sus dedos
¿Y el sol? ¿el llanto del amor?
gorrión que atraviesa el otoño
llega a la nieve huraña
del invierno infinito.
Espada que busca un secreto
en mi acento en mi canto
Te pierdes en mis manos
de ámbar y agua
para tus vendavales
y vivo en tu amor
el suplicio de la tormenta.
Es mi destino de lluvia
errante con el viento silvestre
de tanto amar esta tristeza.




HEREDAD

Vengo de la ternura de la tierra
de la caricia honda,
del viento de las floraciones,
del follaje de los frutos añejos.
Vengo de ti, Padre mío,
de tu corazón ajado
en la ausencia extendida
de tu eterno silencio.
De la historia de tu sangre,
de la heredad de sus abstracciones.
Aún me golpea la lasitud de tu voz
y el eco de tu andar taciturno.
Vengo de la esperanza,
De los días del arcoíris,
del duelo de la lluvia y la luciérnaga,
y de la plenitud del fragor filial.

Vengo de ti, Madre buena,
del idioma de los trinos,
en el que me hablabas,
sembradora de esperanzas
me enseñaste el abecedario.

Madre dime ¿vendrás
a enseñarme geometría
en cartulina?
Ahora eres caricia matinal
enredada en ternuras infinitas.

Vengo del linaje de las primaveras
en el ulular del granazón.
¡Entraña telúrica de mis padres
heredad gravitante del amor!




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