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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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TEÓCRITO [17.472] Poeta de Grecia

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Teócrito

(Siracusa, actual Italia, h. 310 a.C. - ?, h. 250 a.C.) Poeta griego, creador de la poesía pastoril. Vivió mucho tiempo en la isla de Cos y fue protegido de Hierón de Siracusa (h. 275 a.C.) y de Tolomeo II Filadelfo en Alejandría, donde también conoció a Calímaco. Teócrito es el fundador de la poesía bucólica y uno de los grandes poetas de la época helenística. Familiar y lírico, capaz de unir lo dramático y lo narrativo, fue el poeta del amor y la belleza del campo, un gran observador de las costumbres de su época y renovador de antiguas leyendas. Se conservan de él una treintena de Idilios y alrededor de veinte epigramas. Su obra principal son los Idilios, compuestos en el dialecto dorio de Sicilia y de inspiración pastoril, con escenarios tomados de la naturaleza. Sus primeros seguidores fueron Mosco y Bión, y el ambiente pastoril fue imitado por Logo y luego por Virgilio, éste en las Bucólicas. Su obra se revalorizó en el Renacimiento.

Teócrito

Acerca de la vida de Teócrito no se conoce ningún hecho cierto más allá de los indicios que proporcionan sus poemas. De ellos se deduce que en su juventud estuvo en Cos, y más largamente en Alejandría. En su ciudad natal procuró obtener la protección del poderoso Hierón II, y en la gran metrópoli egipcia la de los Tolomeos.

Por uno de sus poemas, en el que figuran los nombres de dos poetas, Filitas de Cos y Asclepiades de Samos, considerados como maestros y jefes de escuela, sabemos que Teócrito frecuentó diversos círculos literarios de Cos y participó en debates literarios; se ignora, sin embargo, cuáles pudieran ser sus relaciones con el docto poeta y corifeo alejandrino Calímaco, situado en el centro de la mayor polémica artística de la época. Los restantes datos biográficos resultan débiles o insignificantes; dedicó un poema a cierto Arato, que no parece identificarse con el conocido poeta, y fue amigo del médico Nicias, a quien se hallan dirigidos dos poemas y para cuya esposa, Teogénides, envió Teócrito una rueca de marfil hecha en Siracusa, junto con uno de sus poemas.

Nada se ha conservado de sus yambos y elegías; sí, en cambio, veinte de sus epigramas y treinta Idilios. Cabe hacer notar que en el "corpus" divulgado por los bucólicos griegos, y en el cual figuran también Mosco, Bión y otros, las poesías apócrifas se hallan mezcladas a las auténticas ya desde las primeras ediciones. De los treinta Idilios iniciales del "corpus" ni siquiera la tradición manuscrita atribuye a Teócrito los XIX, XXI, XXIII, XXV y XXVII; en cuanto a los restantes, no es auténtico el IX, y resultan dudosos el VII y el XXVI.

La palabra "idilio" procede de un diminutivo griego que significa "pequeño cuadro"; en latín lo empleó por primera vez Plinio el Joven para referirse a poemas de corta extensión. El término, por tanto, no tiene nada que ver con la poesía pastoril, pero al haberse hecho famoso Teócrito por sus poemas de carácter bucólico, acabó adquiriendo el significado de relación amorosa. Si bien la notoriedad del poeta está ligada a la creación de la poesía pastoril, debe señalarse que sólo diez de los treinta Idilios tienen carácter bucólico. Teócrito observa en ellos la vida de pastores, campesinos y pescadores de su Sicilia natal en escenas de refinado naturalismo.

Estos poemas fueron la fuente de inspiración de las Églogas de Virgilio y, a través de ellas, de mucha de la artificiosa poesía pastoril del Renacimiento europeo. Cierta crítica ha querido interpretar ese matiz romántico que difundieron los Idilios de Teócrito como un reflejo de los cambios sociales debidos a la gradual desaparición de los propietarios libres de tierras; de ahí la nostalgia e idealización de lo bucólico frente a la esterilidad de la vida ciudadana.

Los Idilios de Teócrito presentan gran variedad de giros y estructuras. Además de los estrictamente bucólicos, algunos representan ambientes ciudadanos y recuerdan los antiguos "mimos" basados en elementos folclóricos, como Adoniázousai (Idilio XV), en el que unas locuaces siracusanas se dirigen a Alejandría a las fiestas en honor de Adonis, o Pharmakeútiai (Idilio II), en el que una muchacha trata de atraer con sortilegios el amor de su infiel amado. Otros idilios tienen argumento épico, amoroso o encomiástico. Los de tema pastoril, caracterizados por el uso frecuente del dialecto dórico, son en general diálogos y justas poéticas entre pastores, y otras veces efusiones de enamorados, como la del cíclope Polifemo por la bella Galatea (Idilio X).

Entre los más conocidos hay que citar Tirsis (Idilio I), donde un cabrero pide a Tirsis que entone el melancólico lamento por la desaparición de Dafnis, el bello pastor adolescente que muere de amor no correspondido, y Talisias (Idilio VII), descripción, inundada con la cálida luz del verano, de una fiesta de cosecha en la isla de Cos en la que Simíquidas, el narrador, es el poeta mismo, y presenta a contemporáneos suyos, tanto amigos como rivales, bajo el disfraz de rústicos. Por su perfección literaria y estilística, los idilios de Teócrito constituyen una de las obras más logradas de la literatura griega. La crítica considera al autor como el poeta más original del período helenístico. Por poco extensa que haya sido su obra, Teócrito logró establecer un género en la Antigüedad y ejerció durante siglos una gran influencia en la literatura.




El ladrón de miel

Una abeja maligna picó un día
a Eros que robaba una colmena,
y le picó en la punta de los dedos.
Eros patea, grita, se lamenta,
se sopla las heridas y a Afrodita
mostrando su dolor, llora y se queja
de que por ser tan pequeño y diminuto
produzca unas heridas tan cruentas.
…………………………….
Y la madre, riendo, dice al hijo:
-¿no eres tú semejante a las abejas?
Tú también, hijo mío eres pequeño
¡pero qué heridas tan terribles dejas!



Idilio XII

¿Has vuelto, querido joven? ¡Dos días y dos noches lejos!
(Quien arde con amor, envejece en un día.)
Tanto como dulces manzanas sobresalen en el crudo
Ciruelo; la floreciente primavera en el duro invierno;
En lana de la oveja su cordero; la doncella en su dulzura
La dama ruborosa; el cervatillo la cría en la manada;
El ruiseñor en la canción de todo tipo de plumas-
Tanto anhelaste la presencia que reconforta mi mente.
Hacia ti mi paso apuro, como hacia el haya umbrosa
El viajero, cuando al alcance del cielo
Arda el sol feroz. ¡Puede nuestro amor ser tan fuerte,
Que de aquí en adelante en todos los tiempos sea tema de canto!
‘Dos hombres se han amado el uno al otro a tal grado,
Como cualquier amigo vio en el otro
Alguien más querido que sí mismo. Amaron de viejos
Ambas naturalezas doradas en una edad de oro.

¡Oh padre Zeus! ¡Eternos inmortales todos!
De aquí a doscientos años alguien le podría recordar,
Bajando al irremediable río,
Esto a mi mente y entregarle estas buenas nuevas:
‘Hasta ahora de este a oeste, de norte a sur,
Su mutua amistad vive en cada boca’.
Esto, si les place, lo decidirán los Olímpicos:
De ti, embellecida por tu floreciente virtud,
Mi intensa canción sólo revelará la verdad;
Con pústulas de mentira no avergonzaré mi nariz.
Si tú alguna vez me lloras, dulce el placer
De la reconciliación, alegría en doble medida,
Para descubrir que tú nunca quisiste el dolor,
Y yo mismo sentirme de nuevo libre de toda duda.

Y ustedes Megarenses, que en Nesaea moran,
Expertos remando, destacados marineros,
¡Sean felices siempre! Porque con los debidos honores
A Diocles ateniense, la verdadera amistad
Ustedes celebran. Con el primer rubor de primavera
La juventud rodea su tumba: ahí quien traerá
El más dulce beso, cuyo labio es el más puro encontrado,

Regresa con su madre que va coronada con guirnaldas.
El amable tacto que el árbitro debe tener, ciertamente,
Y, a mi parecer, debe invocar al Ganímedes de ojos
Azules con muchos rogantes al unísono su propia
Verdad al tacto de los labios, como piedra lidia
A prueba de oro, prueba que mostrará al instante
La pureza o la base, como los cambistas de moneda saben.

310 a.C.- 260 a.C.

Versión de Juan Carlos Villavicencio,
a partir de la traducción al inglés de Edward Carpenter




La hechicera

(Traducción de Felipe Sánchez y Pedro C. Tapia incluída en el volumen De filósofos, magos y brujas, editado por Esther Cohen y Patricia Villaseñor. Azul Editorial, Barcelona, 1999)

¿Dónde están mis laureles? ¡Tráelos, Testilis! ¿Dónde, mis filtros?
Con la más fina lana roja de oveja ciñe el caldero,
porque pienso embrujar al hombre amado que es mi tormento:
hoy hace doce días, desde que el pérfido no me visita,
ni ha venido a informarse si ya morimos o estamos vivas,
ni a mis puertas llamó, ¡qué desalmado! Ciertamente Eros
y Afrodita se fueron lejos llevando su amor voluble.
Para verlo, mañana, yo a la palestra de Timageto
voy y pienso increparle tantas vilezas que hace conmigo.
Ahora, voy a embrujarlo sahumando inciensos. ¡Vamos, alumbra,
Luna, con gran fulgor! Diosa, en voz baja voy a invocarte,
y a Hécate también, la subterránea, que incluso perros
temen, cuando ella marcha por tumbas muertas y en negra sangre:
Hécate horrenda, salve; por esta noche sénos propicia, 
haciendo estos venenos nada inferiores a esos de Circe
ni a los de Perimeda, la rubia aquélla, ni al de Medea.

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Se consume, primero, cebada en fuego. ¡Pronto, Testilis,
mísera, vierte granos! ¿Qué tonterías andas pensando?
¿Acaso tú también, gran desdichada, de mí te burlas?
Vierte y repite a un tiempo: «de Delfis, ahora vierto los huesos».

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Me hizo sufrir mi Delfis; ahora, por Delfis quemo laureles;
y como éstos con ruido mucho crepitan al incendiarse,
al instante se extinguen y ni cenizas de ellos miramos,
del mismo modo Delfis, sí, consumiera su carne en llamas.

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Voy a quemar salvado. Diosa Artemisa, mover podrías
las férreas puertas de Hades, incluso habiendo cualquier cerrojo.
¡Testilis, ya las perras aúllan en la urbe por nuestra magia;
la diosa está en los cruces de las vías; pronto, tañe tú el bronce!

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Oye, la mar se calla, callan incluso todos los vientos;
sin embargo, no calla mi amarga pena dentro del pecho,
sino que me ardo toda por culpa de ese que hizo que fuera
infeliz, miserable, ya no más virgen, y no su esposa.

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Como yo, con la diosa derrito aquí este céreo muñeco,
así, de amor y pronto se derritiera Delfis el mindio;
como el rombo de bronce da muchas vueltas por Afrodita,
así, aquel hombre muchas vueltas se diera frente a mis puertas.

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Tres veces vierto vino, también tres veces digo, señora:
«si se acuesta en su lecho cualquier doncella, cualquier mancebo,
que un olvido terrible los borre justo como Teseo
olvidó en Naxos, dicen, antaño a Ariadna, de bellos rizos».

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Hay una planta arcadia, muy lujuriosa, por cuyo efecto
en el monte enloquecen todas las potras y ágiles yeguas;
allí yo viera a Delfis, y así a mi casa, vuelto un demente,
al salir de la asidua palestra untuosa, se regresara.

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Esta franja inferior del manto suyo perdió mi Delfis;
ahora, haciéndola trizas, al fuego cruel yo se la arrojo.
¡Ay, Amor doloroso! ¿Por qué adherido, cual sanguijuela
palustre, me has sorbido toda mi negra sangre del cuerpo?

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
Triturando un lagarto, fuerte brebaje llevo mañana;
pero ahora, Testilis, tú toma y suave frota estas hierbas
sobre el umbral de aquél, mientras serena reina la noche,
y siniestra murmura: «de Delfis ahora froto los huesos».

Ave de amor, al joven aquel arrastra tú hasta mi casa.
¿Desde dónde, mi amor vaya llorar, hoy que estoy sola?
¿Por dónde doy inicio? ¿Quién me acarreó tal infortunio?
Nuestra Anaxo, de Eubulo la hija, pasaba llevando el cesto
de Artemisa al santuario; por ésta entonces, fieras diversas
(una leona entre ellas) iban en marcha con el cortejo.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Mi querida Teomaris, nodriza tracia, que en paz descanse,
cuyo aposento estaba junto a mi puerta, vino a rogarme
y a insistirme que viera también el rito; yo desdichada,
con mi túnica hermosa de suave lino me fui con ella,
circundada del manto que me prestara mi fiel Clearista.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Ya yendo donde habita Licón, en medio del recorrido,
vi a Delfis y a Eudamipo que andando iban uno con otro;
ellos tenían la barba más esplendente que el helicriso
y mucho más fulgentes que tú, Selene, sus torsos eran
cual si el bello ejercicio de su gimnasio recién dejaran.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Nada más fue mirarlo, loca me puse; mi pobre pecho
se encendió por un fuego, ya mi belleza se marchitaba;
no me importó ya nada la procesión, ni supe cómo
torné de nuevo a casa; desde ese instante, yo estuve enferma
de un malestar ferviente; me fui a la cama diez días enteros.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
El color de mi piel gualda se puso como la hierba;
de mi testa el cabello caía sin gracia; lo demás sólo
eran pellejo y huesos. ¿A quién no fuimos en pos de ayuda?
¿O cuál casa de anciana sabia en conjuros, pasé por alto?
Mas no hallaba sosiego; dábase el tiempo prisa en fugarse.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Y, así, dije a mi esclava la verdad pura de esta mi historia:
«anda, Testilis, busca para mi fuerte mal un remedio.
Infeliz de mí, toda me tiene el mindio. Vamos, marchando
hasta aquella palestra de Timageto, ponte al acecho;
va allí todos los días, y allí le agrada pasarse el tiempo.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Cuando veas que esté solo, discretamente llámalo y dile:
“Simeta quiere hablarte”; con mucha astucia tráelo a mi lado».
Así dije, marchóse, pronto a mi casa condujo a Delfis
de esplendente figura. Fue todo a un tiempo: cuando lo vimos
dando vuelta al umbral de nuestra puerta con ágil paso,

diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza,
me quedé toda fría, más que la nieve; sobre mi frente
un sudor me brotaba, como perladas gotas de lluvia;
nada podía emitir, ni, por lo menos, cuanto en el sueño
balbucean las criaturas, cuando a su madre querida invocan;
congelada en mi piel hermosa, en todo fui una muñeca.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Tras mirarme el odioso, clavando el rostro fijo en el suelo,
se sentaba en la cama; ya acomodado, tales decía:
«me ganaste, Simeta, no cabe duda, como hace poco
yo le gané a Filino, que es el más hábil en las carreras:
antes que yo a la casa tuya llegara, tú me invitaste.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Pues habría yo venido. ¡Juro por Eros! Sí, habría venido
con dos o tres amigos al caer la noche de suave arrullo,
trayendo de Dionisos unas manzanas bajo mi manto
y ciñendo en las sienes, entretejida con rojas cintas,
una guirnalda de álamo, sagrado árbol del gran Heracles.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Si acogido me hubieras, bello habría sido (pues ciertamente,
entre todos los jóvenes, veloz y bello, soy afamado);
con sólo haber besado tu hermosa boca yo habría dormido;
si a otra parte me hubieras corrido y trancas tu puerta hubiera,
habrían venido a ustedes hachas y teas de todos lados.

Diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza.
Ahora afirmo que debo rendirle gracias primero a Cipris,
y después de esta diosa, mujer, a ti; tú, la segunda,
al traerme a tu casa me retiraste casi incendiado
de esa pasión ardiente, pues a menudo prende una flama
Eros, mucho más fuerte que la del mismo Líparo Hefesto;

diva Luna, mi historia de amor explica dónde comienza,
con perversas pasiones, hizo que huyera de su aposento,
una virgen, o alguna recién casada, dejando tibia
de su esposo la cama». Dijo estas cosas; yo, la muy tonta,
aferrada a su mano, sobre el mullido lecho lo atraje;
y pronto, un cuerpo en otro, se hacía una llama; de ambos el rostro
más ardiente era que antes, y dulcemente se hizo un susurro.

Para no parecerte muy indiscreta, querida Luna,
diría que se hizo todo: de amor las ansias, juntos calmamos.
y ni él me hizo reproches en el pasado de cosa alguna,
ni yo tampoco a Delfis. Mas hoy a casa llegó la madre
de Melixo y Filista, nuestra flautista no ha mucho tiempo;
llegó, seré precisa, cuando hacia el cielo corrían las yeguas
del Sol llevando a Aurora de brazos rosa desde el océano;
me dijo, entre otras cosas, que, sí, que Delfis anda en amores;
si la pasión de un joven o de una moza lo tiene ahora,
decía no estar segura, pero sí de esto: siempre con vino
puro de Eros brindaba; que, terminando, salía corriendo,
diciendo ir a cubrirle la casa aquella con sus guirnaldas.

Me declaró estas nuevas la visitante, que nunca miente.
Pues, cierto, en otro tiempo, tres, cuatro veces venía a mi casa
diario, y aquí dejaba siempre su dorio frasco de aceite;
hoy son ya doce días; mis ojos tristes no lo han mirado.
¿Quizá goza otros brazos, y hoy de nosotras ya se ha olvidado?
¡Ahora voy a embrujado con estos filtros! Si aún me angustia,
él pronto irá a llamar, juro a las Moiras, la puerta de Hades;
afirmo reservarle dentro de un arca fuertes venenos,
mortales, que he aprendido de un extranjero de Asiria, diosa.
Mas tú, llena de encanto, vuelve tus potras hacia el Océano;
yo llevaré, señora, mi pena a cuestas, como hasta ahora.

¡Adiós, gran diosa Luna de trono argénteo! ¡Adiós, las otras
estrellas, que la noche callada siguen cerca del carro!



XI. El Cíclope

Jamás remedio alguno ha surtido efecto sobre el amor, 
Nicias, ni ungüento, me parece, ni emplasto,
si no es la música: llega a ser grato alivio 
para los hombres, pero esto no es fácil de descubrir. 
Me parece que tú bien debes saberlo, siendo médico 
y especialmente amado por las nueve Musas. 
De todas formas así pudo soportarlo el cíclope sículo, 
antiguo Polifemo, cuando se enamoró de Galatea 
apenas comenzó a crecerle barba, bigote y patilla. 
Se enamoró no con frutas ni con rosas ni con bucles 
sino con recta locura, tuvo todo por irrelevante. 
A menudo las ovejas, alejándose del flautista, regresaron solas 
desde las verdes pasturas: cantando a Galatea 
se consumió justo ahí en las costas cubiertas de algas 
desde el amanecer, llevando en el corazón la herida más odiosa 
de la gran Afrodita, el dardo clavado en su persona. 
Pero descubrió el remedio: sentado sobre una piedra 
elevada, mirando hacia el mar, cantó esta canción: 
“- Pálida Galatea, ¿por qué me rechazas? 
Más blanca que el yogur, mas suave que el vellón, 
más grácil que un ternero, más firme que uva verde. 
Así como me acechas cuando el sueño me atrapa, 
así es como te escapas cuando el sueño me deja,
huyes como la oveja que avistó al lobo gris.
Me enamoré de ti, muchacha, el primer día
que viniste a buscar con mi madre jacintos
a la montaña, y yo te mostraba el camino.
Imposible no amarte después de haberte visto;
no puedo: y no te importa, por Dios, en lo más mínimo.
Sé muy bien, adorable muchacha, de quién huyes:
hirsuta y única, por todo mi entrecejo
se extiende mi gran ceja así de oreja a oreja,
Y un solo ojo debajo y un chato hocico feo.
Pero así como soy apaciento mil bestias,
de la más fuerte ordeño la leche que yo bebo:
el queso no me falta ni al final del verano
ni en el álgido invierno: cajones llenos siempre.

Flautista como yo no existe entre los cíclopes;
a ti, manzana amada, y a mí mismo nos canto
a menudo en la noche. Te guardo once cervatos
con la luna en la frente, y también cuatro oseznos.

Pero ven junto a mí y no tendrás nada menos,
deja que el mar rielante jadee sobre la playa.
Si quieres, en mi gruta puedes pasar la noche.
Laureles hay ahí, hay gráciles cipreses,
hay negra enredadera y hay vid de dulce fruto,
hay agua refrescante que el arbolado Etna
de la nieve brillante destila para mí.
¿Quien el mar y las olas tener preferiría?
Y si yo te parezco demasiado peludo,
tengo madera y fuego siempre bajo las brasas.
Soportaría el alma en llamas por tu causa
y también mi único ojo, que nada me es más dulce.
¡ Si mi madre me hubiera engendrado con branquias,
que me hundiera hacia ti, que besara tu mano!
Si no quieres mi boca, te daré o flor de nieve
o una amapola suave de colorados pétalos.
Pero ésta en verano, las otras en invierno,
no podría traerte a la vez los dos ramos.
Pero a nadar, pequeña, ya mismo aprendería
si acaso un navegante viniese con su barco,
para saber qué dulce te es vivir en el mar.
Emerge, Galatea, sal; y así olvidarás,
tanto como yo ahora, cómo volver a casa:
desearás ser pastora, conmigo ordeñar leche
para fabricar queso con el ácido cuajo.
Mi madre me hace daño, a ella sola culpo: [la ninfa Toosa]
nunca te dice nada amable sobre mí,
esto, día tras día, viéndome que estoy débil.
Diré que mi cabeza y también que mis dos pies
laten; y que se angustie, si yo también me angustio.
Cíclope, loco cíclope, ¿qué diablos te sucede?
Si trenzaras canastas y heno recién segado
dieras a tus ovejas, más tendríamos ambos.
Ponte a ordeñar ya mismo. ¿Qué espejismo persigues?
Lo mismo encontrarás a otra aún más bella.
Me llaman muchas jóvenes para jugar de noche.
Y cuando les respondo se ríen como pájaros.
Es obvio que en la tierra soy alguien conocido.”
Así te conté cómo Polifemo era pastor que su amor
cantaba, pues se sentía mejor que si hubiera pagado.


Amado Muchacho



Pastores cuidando de sus rebaños del Vergilius Romanus, s. V d.C. (Biblioteca Apostólica Vaticana)

Amado Muchacho (Idilio XII)

¿Regresas ya, querido joven? No estas desde hace dos días y dos noches!
(Quien arde con amor, envejece en un día.)
Como dulces manzanas transforma la cruda realidad
excelsa; floreciendo la primavera en el duro invierno;
en lana las ovejas su cordero; la doncella en su dulzura.
La dama ruborosa; el cervatillo en ciervo
El ruiseñor cantando a todas las cosas-
Cuanto anima mi mente la presencia ansiada.
Mi paso apuro, pasando el haya umbrosa,
El viajero, cuando desde el cielo alcance
Arde el sol feroz. Puede nuestro amor ser tan fuerte,,
A todos afecta y en todos los tiempos está nuestra canción.
'Dos hombres se han amado el uno al otro, en tan alto grado,
Que ningún amigo lo vio así.
Amantes ellos mismos. Aman el antiguo
y natural dorado en la edad de oro.

O padre Zeus! Figuras inmortales eternas!
Doscientos años espero ser en lo que puedan recordar,
tras arribar al irremediable río.
Está en mi mente y estas buenas noticias llegan:
'Ahora, de este a oeste, de norte a sur,
Su mutua amistad vive en cada boca'
Esto, si así les place, lo decidirán los dioses Olímpicos:
por ello, floreciendo a quien la virtud embelleció,
Mi canción entusiasta solamente revela la verdad;
Con las pústulas de la mentira no deshonraré mi nariz.
Si eso hago algún día apénenme, dulce el placer
De reconciliamento, el júbilo en la doble medida.
Para descubrir que nunca planea el dolor,
Y sentirme yo mismo libre nuevamente de toda duda.

Y entonces Megarians, vivo en Nesaea,
Experto en el remo, marineros destacados,
¡Sean felices alguna vez! Porque con honores pagadero
a Diocles ateniense, a la amistad verdadera
se celebran. Con el primer rubor de la primavera
La juventud rodea su tumba: allí quién desee traer
El más dulce beso. El labio mas puro encontrado,

Regresa con su madre que va coronada con guirnaldas.
el suave tacto que el arbitro debe tener.
Y elemento esencial, el Ganymedes de ojos azules
Invoquen muchos rezadores su propia boca
Verdad el tacto de los labios, como la piedra de terciopelo
prueba de oro que muestra al instante
la pureza o la base. Como los cambistas de moneda lo saben




Idilio XXX

“¡Ay, qué penosa y malaventurada es esta enfermedad! Cual fiebre cuartana ya por segundo mes me domina la pasión por un muchacho, moderadamente guapo pero que, cuanto del suelo sobresale, es todo encanto, y muy dulce es la sonrisa de sus mejillas. Ahora el mal hay días que me ataca y días que remite, mas pronto no habrá tregua ni aun para lograr un breve sueño, pues ayer al pasar sus ojos me lanzaron una rápida mirada, por vergüenza de mirarme de frente, y su tez se cubrió de arrebol, y el amor más aun se me aferró al corazón y a casa marché con una nueva herida en las entrañas. Convoqué a mi alma y largo fue el coloquio que conmigo mantuve:

«¿Qué es lo que de nuevo haces? ¿Cuál será el fin de tu locura? ¿No te has dado cuenta todavía de que tienes canas en las sienes? Te ha llegado el tiempo de la cordura, y, si tu aspecto en absoluto es ya el de un joven, no te comportes como los que ahora empiezan a saborear sus años. Y aun de otra cosa no te acuerdas: que es preferible que el hombre que ya es mayor se aleje de los dolorosos amores que un mocito provoca. Pues para éste la vida corre como las patas de veloz gacela y mañana largará las velas para navegar en otra dirección, y la flor de su dulce juventud se queda con los de su edad. Pero al otro, pendiente de us recuerdos, la pasión le roe hasta la médula y por la noche son muchos sus sueños y el plazo de un año no le basta para librarse de su penosa enfermedad.»

Esto y mucho más le eché en cara a mi alma. Y ella me alegó:

«Quien cree que vencerá al taimado Amor, cree que con facilidad descubrirá cuántas veces nueve son las estrellas que están sobre nosotros. Y ahora, lo mismo si quiero que si no, he de alargar el cuello y tirar el yugo, pues tal, buen hombre, es la voluntad del dios que hasta de Zeus hizo vacilar el alto pensamiento y de la propia diosa que naciera en Chipre. Lo que es a mí, efímera hoja que apenas necesita ligera brisa, me alza y en un instante de un soplo me transporta.»





BIÓN DE ESMIRNA [17.473] Poeta de Grecia

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Adonis

Bión de Esmirna

Bión de Esmirna, el último poeta pastoril griego cuyo nombre conocemos. Vivió a finales del siglo II a. C. y es práctica habitual unirlo al poeta pastoril Mosco de Siracusa. No sabemos prácticamente nada de su vida. Según el anónimo Lamento por Bión (atribuido a Mosco), vivió en Sicilia y murió por envenenamiento. Escribió en hexámetros, en dórico literario, y conservamos diecisiete fragmentos de sus poemas (algunos de los que puede que estén completos). A partir del Renacimiento se le ha atribuido el Lamento por Adonis, destinado quizá a ser recitado en un festival. El elemento pastoril en su obra es escaso, pues la mayor parte de sus poemas son de tema amoroso, tratado con desenfado.





Idilio de Bión a la muerte de Adonis

   A Adonis lloro; falleciera Adonis, 
El bello Adonis; los Amores lloran.
No más, oh Cipria, en los purpúreos velos
Ya te reclines, mas de negro luto
Cubierta, desdichada, alzarte debes,
Golpear tu seno y repetir a todos
En ronca voz: «Murió el hermoso Adonis.»
Lamento a Adonis; los Amores lloran.
 
   Yace en los montes el hermoso Adonis,
Herido por el diente el blanco muslo,
Muslo más blanco que el ebúrneo diente.
Cipria recoge su postrer aliento.
De los nevados miembros se desliza
La negra sangre; ya sus ojos cubre
Sombra de muerte; sus mejillas deja
La blanca rosa, y el ardiente beso
También muere con él, que no Ciprina
Olvidará; pues siempre el beso es grato
Aun de los muertos labios recogido.
Mas no le goza Adonis; moribundo
No vio cómo Citeres le besaba.
Lamento a Adonis; los Amores lloran.
 
   Atroz herida el muslo ha traspasado
Del bello Adonis; otra más profunda
Lleva en su corazón la alma Citeres,
En torno al cazador sus fieles perros
Lanzaron de dolor tristes aullidos, 
Y las Ninfas oréadas lloraban.
Afrodita, el cabello destrenzado,
El peplo roto y sin sandalia, corre
Por las opacas selvas; las espinas
Hieren su pie, se tiñen en su sangre.
Gimiendo en altas voces al mancebo
Asirio llama por los valles hondos,
De esposo repitiendo el dulce nombre.
Brota la sangre del herido muslo
De Adonis, y tiñendo los costados,
Trueca en purpúreo su color de nieve.
Lloran, ¡ay Citerea! los Amores;
Perdió el varón hermoso y la belleza;
Hermosa fue mientras viviera Adonis,
Mas perdió con Adonis la hermosura.
¡Ay! ¡ay! resuenan las montañas todas,
Adonis, ¡ay! repiten las encinas,
Y el dolor acompañan de Citeres 
Los sacros ríos, las montanas fuentes;
La flor se tiñe de color sanguíneo,
Y en tanto en las ciudades y en los campos
Alza Ciprina lúgubres cantares.
¡Ay, Citeres! murió el hermoso Adonis.
Murió el hermoso Adonis, dice el eco.
 
   ¿Quién, ¡ay! el triste amor no lloraría
De la Cipria infeliz? Cuando hubo visto
La cruda herida de su caro Adonis
Y la sangre del muslo destrozado,
Los brazos extendiendo, así decía:
«Detente un punto, desdichado Adonis;
Quiero abrazarte y por la vez postrera
Quiero enlazar tus labios con los míos.
Levanta la cabeza un punto solo,
Bésame en tanto que te dure el beso,
Corra desde tu pecho hasta mi boca
Y penetre tu aliento en mis entrañas,
Para embriagarme con tan dulce filtro;
Yo beberé tu amor, y el postrer beso
Conservaré, como guardar pudiera
Al mismo Adonis. Pero tú, cuitado,
Huyes de mí muy lejos, ¡ay, Adonis!
Desciendes a Aqueronte, a la morada
Del negro rey, del implacable Dite;
Y yo, infeliz, soy diosa, yo no puedo
A la infernal mansión seguir tu paso.
A mi esposo recibe, Persefone,
Tú más feliz que yo; toda belleza
A tu reino desciende; las desdichas
Todas vinieron sobre mí; lamento
Al muerto Adonis, y temor, oh diosa,
También me aqueja de que tú le ames.
Yaces, varón dulcísimo; cual sueño
Se deslizó mi amor; abandonada
Queda Citeres; despreciados quedan
En los altos palacios los Amores;
Pereció con Adonis el áureo cinto.
¿Por qué, hermoso, la caza perseguías
Y a las hambrientas fieras acosabas?»
Tal se lamenta Cipria; los Amores
Repiten: falleció el hermoso Adonis.» 
Tanto de lloro Pafia derramaba
Cuanto de sangre Adonis; de la tierra
Flores brotaron; la encendida rosa
De la sangre, del llanto la anemone.
Lamento a Adonis; los Amores lloran.
 
   No más lamentes al perdido esposo
¡Oh Cipria! en las montañas, que ya Adonis
Yace en frondoso y regalado lecho;
Aún ocupa tu lecho el muerto Adonis.
Bello, aunque muerto, descansar parece
En apacible sueño; ponle ahora 
En los ricos tapices, en las telas
De oro labradas, do contigo, Cipria,
De noche disfrutó dulce reposo.
Ámale aún, y con guirnaldas ciñe
Su sien, de flores mil entretejidas,
Todas marchitas desde que él muriera.
Cúbrele de arrayán, de mirra baña
Y arábigos ungüentos su cadáver.
Todo aroma perezca, que el perfume
De sus labios también se ha disipado.
 
   Descansa Adonis en purpúrea alfombra;
Rodéanle llorando los Amores;
Por Adonis cortaron sus cabellos;
Uno el arco destroza otro la aljaba,
Otro rompe las flechas voladoras,
Quién desata de Adonis el calzado,
Quién el agua conduce en vasos de oro,
Quién los muslos le lava o con las alas
Infundirle pretende aliento nuevo.
Lloran, ay Citerea, los Amores.
 
   Su antorcha apaga en el umbral Himene,
Desteje y lanza la nupcial corona;
Ya no resonará su alegre canto;
Ay, ay, repetirase solamente,
Ay, Adonis y aun más, ay, Himeneo,
Lloran las Gracias de Cinira al hijo,
Y repiten: «Murió el hermoso Adonis»
Con lamento mayor que el de Ciprina.
 
   A Adonis llaman las sagradas Musas,
Y escucharlas quisiera, mas no puede,
Porque no se lo otorga Persefona.
Termina el largo lloro, Citerea,
Alégrate en convites, que otro año
Tornarás al dolor, bella Afrodita.

[Estudios poéticos
Marcelino Menéndez Pelayo]
























ERINA DE LESBOS [17.474] Poeta de Grecia

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Safo y Erina in a Garden at Mytilene by Simeon Solomon

ERINA DE LESBOS

Como Safo, su amiga, nació en Lesbos, y formaba parte de aquel grupo de mujeres distinguidas que poseían talento poético y se agrupaban alrededor de su maestra. Parece que Erina fue la primera y la mejor dotada de todas ellas. Se sabe que compuso un poema de trescientos versos hexámetros, que se titulaba “La rueca”. De todas sus obras solo se han conservado fragmentos breves, pero que rinden honores a su talento. También escribió una oda que parece un elogio a la fuerza, aunque algunos eruditos la consideran, no sabemos por qué, un elogio de Roma*, y que no pasa de ser una realización mediocre, quizá no suya.
  
A  Erina  se  la  ha  comparado  con  Safo. De  ella  se  dice  en  la  Suda  que  “era de  la  isla  de  Teos, Telos, Rodas  o  de  Lesbos”. En  realidad  el  hecho  de  que se  considere  la  posibilidad  de  que  fuera  de  Lesbos  hay  que  ponerlo  en relación  con  la  corriente  que  hace  a  esta  poetisa  contemporánea  y compañera  de  Safo. Esta  comparación  es  normal  si  tenemos  en  cuenta que no  hay  muchas  poetisas  y  menos  de  la  calidad  de  Erina. Pero  lo  cierto  es que  su  obra  y  su  lengua  muestran  que  es  más  moderna, de  época  clásica y además  su  dialecto  no  es  el  de  Safo. “Era  compositora  de  cantos  épicos”, esto  se  refiere  a  que  escribió  en  hexámetros  dactílicos, en  el  mismo  tipo de  verso  de  Homero, pero  no  escribió  versos  épicos. “Escribió  La  rueca  de 300  versos, el  poema  está  en  dialecto  eólico  y  dorio. E  hizo  epigramas. Muere  a  los  19  años. Y  sus  versos  fueron  tenidos  por  iguales  a  Homero. Era  compañera  y  coetánea  de  Safo”. En  cuanto  al  dialecto  en  que  escribió su  poema, es  un  claro  dato  de  que  no  podía  ser  compañera  de  Safo, ni siquiera  de  Lesbos. Debía  pertenecer  a  otro  dominio  lingüístico  donde hubiera  presencia  doria.

La  verdad  es  que  la  calidad  de  sus  versos  no  corresponde  con  su  muerte temprana, quizá  la  noticia  se  deba  a  un  error, y  la  muerte  a  los  19  años se  refiera  a  la  de  Baúcide.
     
Sólo  se  han  conservado  54  versos  de  su  obra, que  son  distintas  partes  del poema  original, en  ellos  habla  de  muñecas  y  un  juego (tortitortuga), de  los recuerdos  de  la  infancia, de  la  madre, de  la  lana  y  preparación  de  una fiesta.

Pero  el  tema  principal  es  Baúcide, primero  de  su  boda  y  luego  de  su muerte.
    
Resulta  curiosa  la  utilización  del  hexámetro  para  un  poema  de lamentación, pero  fue  por  los  hexámetros  por  los  que  se  ganó  su reputación.
     
Tiene  cierto  parecido  con  Safo  en  cuanto  al  tema  del  amor  homosexual, la  emoción  con  la  que  habla  de  su  amada.
     
También  se  han  conservado  otros  tres  fragmentos  atribuidos  a  ella, dos están  dirigidos  a  mujeres  y  el  tercero  es  un  retrato, un  epigrama epidíctico.



Oda de Erina de Lesbos a la diosa de la fuerza

Hija de Ares, belicosa Fuerza,
Mitra de oro tus cabellos ciñe;
Diosa potente, en la estrellada cumbre
                    Moras de Olimpo.
 
Salud, oh reina; concedió a ti sola
Poder inmenso la vetusta Parca,
Para que el cetro universal temido
                    Rija tu mano.
 
Y tú encadenas con robustos lazos
Mares y tierras al imperio tuyo,
Y así dominas, de temor segura,
                    Pueblos y reyes.
 
El tiempo mismo, que ligero vuela
Y corta el hilo de la humana vida,
No te conmueve, y, al tocarte, exhala
                    Plácido aliento.
 
Porque tú sola los varones crías
Armipotentes en la lid sañosa,
Como de espigas Démeter fecunda
                    Cubre los campos.
 

Estudios poéticos
Marcelino Menéndez Pelayo




Poco se sabe con certeza sobre la vida de Erina de Telos. Algunos afirman que fue amiga y discípula de Safo, aunque esto es dudoso pues se cuestiona si fueron contemporáneas o si Erina habría vivido en el siglo IV a.C.
La obra que nos ha llegado es escasa y mutilada, aunque se tiene noticia por referencias de la época bizantina que escribió numerosos epigramas y un hermoso poema en trescientos hexámetros titulado La rueca, del cual han sobrevivido algunas partes y que la poetisa habría compuesto a los quince años.
Los fragmentos que aun podemos leer de este poema nos hablan de su dolor por la imprevista muerte de su querida amiga Baucis, cuando iba a ser desposada.
Con su amiga también se ha ido la candorosa infancia con sus juegos - la tortuga, las muñecas, las madres…Ahora sólo le queda la pena por un mundo perdido y el recuerdo nostálgico del pueril miedo a la ogresa Momo.
Dicen algunas fuentes antiguas que Erina no sobrevivió mucho tiempo a Baucis.
Quién sabe si el mismo pez al que le rogaba en un epigrama que guiara a su amiga hasta el Hades, le habrá indicado también el camino a ella.


LA RUECA (fragmentos)

(...)
Yo soy de la novia Baucis.
Al descender con disimulo, y con disimulo acercarte a la tumba
bienamada, llorando, bajo tierra, dirías a Hades:"¡Cruel hechicero!"
Porque tú, Himeneo, que reconoces los portentos de la hermosura
y eres capaz de anunciar la suerte, tan temprana, de Baucis
viste abrasarse la fiesta de bodas en piras, antorchas y fogatas,
y así tornaste las dulces canciones nupciales en lamentos.
(…)

De los blancos caballos a las olas profundas
te abalanzabas tú con pies enloquecidos,
mas yo entonces gritaba: “¡ya te tengo, mi amiga! “
Y, cuando eras tortuga, corrías dando saltos
a través del recinto del gran patio.
Esto es lo que yo lloro, desventurada Baucis,
con profundo pesar: estos vestigiostuyos
en mi corazón yacen aún ardientes, muchacha.
Cenizas son ahora nuestros gozos de entonces.
De niñas, en los cuartos, junto a nuestras muñecas,
jugando a ser las novias y libres de cuidados.
Y, al despuntar el alba, la madre, que entregaba
la lana a las sirvientas tejedoras,
venía, y te llamaba para salar la carne.
¡Ay, de pequeñas cuánto miedo nos daba Mormo,
la de grandes orejas, que andaba a cuatro patas
y que mudaba de una cara a otra!
Pero cuando marchaste hacia el lecho de un hombre,
mi Baucis, olvidaste cuanto habías oído
de tu madre en la infancia, que Afrodita
el olvido metió en tu corazón.
Y yo que te lamento no asisto a tus exequias:
no tengo pies profanos para dejar la casa,
no conviene a mis ojos contemplar un cadáver
y no puedo llorar con los cabellos libres.
Sin embargo, me araña un rubor de vergüenza...




EPIGRAMAS

Pez piloto, que escoltas la navegación de feliz curso de los marinos
Da escolta a mi dulce amiga desde la popa.
www.ladeliteratura.com.uy
Así, el eco del llanto penetra en el Hades vacío,
el silencio, en los muertos, y los ojos maldicen,
todo el tiempo, la oscuridad, la noche.
todo el tiempo, la oscuridad, la noche.








MELEAGRO DE GÁDARA [17.475] Poeta de Siria

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Meleagro de Gádara

Meleagro de Gádara (Μελέαγρος: Gádara, 140 ó 120 a. C. - Cos, ca. 60 a. C.) fue un poeta y filósofo sirio de expresión griega.

Floreció en la primera mitad del siglo I a. C. en Gadara, «la Atenas de Siria», patria del cínico Menipo. También Meleagro fue cínico e imitó a Menipo en obras como Simposio y Comparación entre las papillas de guisantes y las lentejas. Escribió muchos epigramas para celebrar a los efebos que amó y a las hetairas con que se relacionó en la ciudad de Tiro: Heliodora y Zenófila. Ya anciano, se retiró a Cos, donde amó a otras hetairas y a Fanio. Se dedicó a la filosofía y redactó la primera antología de epigramas griegos que se conoce: el Stéphanos (Στέφανος: Corona, Guirnalda de flores o Florilegio), dedicada al filósofo Diocles de Magnesia y de la que sólo se conserva el prólogo, un poema en que identifica a cada poeta seleccionado con una flor simbólica; esta antología, compuesta hacia el año 100 a. de C., contenía poemas suyos (unos 25) y de otros 40 autores escogidos de los siglos VII al II a. de C., y sirvió luego para nutrir otras antologías, como la fundamental Antología Griega o Antología Palatina. Algunos de los poemas de Meleagro son licenciosos, otros muy graciosos, pero siempre son elegantes e ingeniosos; por ello se le ha llamado «el Ovidio griego». Compuso su propio epitafio:


La isla de Tiro me crió, fue mi tierra materna
el Ática de Asiria, Gádara, y nací de Éucrates
yo, Meleagro, a quien dieron antaño las Musas
el poder cultivar las Gracias menipeas.
Sirio soy. ¿Qué te asombra, extranjero, si el mundo es la patria
en que todos vivimos, paridos por el Caos?

TRES POEMAS DE MELEAGRO


I

Estoy cautivo, yo que ante con gusto me reía
de los cantos del loco amor por los muchachos.
y ahora a tu puerta, Miísco, me ha colocado
el alado amor con un cartel: “Este ha perdido el juicio”



II

Si Zeus es aún el mismo que raptó a Ganímedes
en la flor de su edad, para que fuese su copero
tendré que ocultar en mi alma al hermoso Miísco
no sea que de pronto, con sus alas abrace al niño.



III

Cipris me lanza llamas de amor femenino
y Eros me inspira deseos masculinos.
¿A quién sigo? ¿Al chico o a su madre?
la propia Cipris dice. “Este muchachito siempre me gana”





















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TIRTEO DE ESPARTA [17.476] Poeta de Grecia

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Tirteo

Tirteo (Τυρταίος) de Esparta, (siglo VII a. C.) poeta griego que escribió en dialecto jónico.

Floreció en la segunda mitad del siglo VII antes de Cristo. Se duda de si era espartano de origen o de adopción, ya que se cree que nació en el Asia Menor, en Mileto, se le tuvo por el poeta nacional de Esparta. Combatió durante la segunda Guerra Mesenia (c. 650 a. C.). Compuso en dialecto jónico-homérico rico en dorismos cinco libros de elegías que, como las de Calino, presentan contenido y forma muy determinados por la épica. Según los alejandrinos, comprendían Eunomia ("Buen gobierno"), una larga elegía que exalta la constitución espartana y exhorta a los ciudadanos a la concordia y a mantenerla íntegra para el bien común: Embatèria, cantos marciales en anapestos; Hypotekai, exhortaciones a la lucha y al valor según la virtud dórica; Politeia (Constitución), un elogio de los valores civiles y religiosos de la constitución de Licurgo. De todas estas obras quedan sólo fragmentos bastante amplios, un total de 230 versos en los cuales podemos leer el elogio de la muerte en batalla por la patria, la descripción del combatiente valeroso y la exaltación de la constitución espartana.

Las elegías de Tirteo, de gran elevación y tono firme y severo, caracterizaban el elogio del valor guerrero y la vigorosa afirmación del ideal moral de la patria espartana y de las celebraciones de la muerte por ella. A diferencia de Homero, que exalta el valor individual, Tirteo habla del valor colectivo; la ciudad impone a sus ciudadanos obediencia y sacrificio civil por bien de la patria. El heroísmo que propone no se funda en gestas personales, sino en acciones disciplinadas de las tropas, acciones requeridas por la nueva táctica hoplítica. Por estos motivos sus cantos de guerra o peanes tuvieron gran fortuna en toda la Grecia y fueron cantados en las escuelas y en los campamentos. No hay, en verdad, grandes dones poéticos, pero sus versos elementales suscitan sentimientos de virtud, se usaron también para alimentar el patriotismo en la batalla y el sacrificio por la patria. "Para un valiente es hermoso caer muerto en la primera línea de la lucha"

Los espartanos acatando el oráculo, acudieron a los atenienses para que les proveyeran un general que les dirigiera en batalla contra los mesenios, quienes en burla les enviaron a Tirteo, maestro de escuela, nacido en Aphidne, Ática, cojo y tuerto, recibido entonces con desprecio. Pronto Tirteo se ganó el favor de los espartanos con sus buenos consejos, que a la postre gracias a sus elegías y arengas guerreras lo convirtieron en un héroe, luego de promover el vigor y la firmeza, virtudes Espartanas, hablándoles de la deshonra de la huida y el deshonor de la herida por la espalda, complementos de los honores de la muerte y los lauros del triunfo.




Dulce et decorum pro patria morii - TIRTEO de Esparta, Elegía - Poesia Heroica

Porque es hermoso que un valiente muera,
caído en las primeras filas, luchando por su Patria.
Es, en cambio, la cosa más dolorosa de todas
vivir como un mendigo, abandonando la Patria y sus fértiles campos,
errante con la madre querida y el padre anciano
y los hijos aún niños y la esposa legítima.

Éste será objeto de odio para aquéllos a cuyo país llegue
cediendo a la necesidad y a la horrible pobreza;
deshonra su linaje, desmiente su noble rostro
y toda infamia y toda vileza va con él.

Por lo tanto, si no hay para un vagabundo ninguna ayuda
ni tampoco respeto, consideración ni compasión,
luchemos valientemente por nuestra tierra
y muramos por nuestros hijos sin ahorrar nuestras vidas.

Así pues, oh jóvenes, luchad unidos
y no déis la señal de la huida vergonzosa ni del miedo;
haced grande y fuerte en el pecho vuestro corazón
y no tengáis amor por vuestras vidas cuando lucháis con el enemigo;
ni huyáis abandonando caídos a los de más edad,
cuyas rodillas ya no son ágiles, a los viejos;
pues es vergonzoso que, caído en las primeras filas,
yazca en el suelo delante de los jóvenes un hombre de más edad,
de cabeza ya blanca y barba cana, exhalando en el polvo su alma valerosa,
con las ensangrentadas vergüenzas cogidas en las manos
-visión abominable, cosa impía de ver- y desnudo;
en un joven, en cambio, todo es decoroso
mientras posee la brillante flor de la amable juventud:
su vista produce admiración a los hombres y amor a las mujeres;
caído en las primeras filas, es un héroe.

Ea pues, que cada uno de vosotros permanezca en su puesto
con las piernas bien abiertas, firmemente apoyado en el suelo con los dos pies,
mordiendo el labio con los dientes. 

TIRTEO de Esparta, Elegía (siglo VII a.C.)



Textos:

2.2.2.1. A la batalla..

                             Ea pues, avancemos cubriéndonos con los cóncavos escudos, marchando separados los pánfilos, hileos y (dimanes y blandiendo) en las manos las lanzas de fresno, matadoras de hombres. De esta manera, confiándolos a los dioses inmortales,
obedeceremos a nuestros jefes no con vacilación, sino que
todos al punto vayamos a la dura refriega                (alzándonos) firmes frente a los lanceros enemigos.
Terrible será el estrépito en ambos ejércitos al golpear entre sí los redondos escudos;             . (Se oirá el ruido producido al caer) unos sobre otros         el pecho de los hombres alrededor de            retrocederán heridos             (los cascos)                golpeados por las grandes piedras, producirán un ruido  




2.2.2.2. Eunomía.

Porque el mismo Zeus Crónida, esposo de Hera la de la bella corona, ha entregado esta ciudad a los Heráclidas, en cuya compañía abandonamos el ventoso Erineo y llegamos a la extensa isla de Pélope. 
Oyeron a Febo y desde Delfos trajeron un oráculo del dios, de seguro cumplimiento.
Así en efecto habló desde su rico santuario el del arco de plata, el flechero, el Rey Apolo de rubia cabellera:
“Que gobiernen con su consejo los reyes honrados por los dioses, bajo cuyo mandato está la hermosa ciudad de Esparta, así como los ancianos, de antiguo nacimiento, y, después, los hombres del pueblo, respondiéndoles con decretos justos; y, que no sólo pronuncian palabras honorables, sino que también obren siempre la justicia; y no deciden ninguna cosa torcida con daño a la ciudad; pero que la victoria y la decisión final sea del pueblo”.
Así respondió Febo a la ciudad acerca de esto. [3 D]


2.2.2.3. Dulce et decorum pro patria morii.

Porque es hermoso que un valiente muera, caído en las primeras filas, luchando por su patria. Es en cambio la cosa más dolorosa de todas vivir como un mendigo, abandonando la patria y sus fértiles campos, errante con la madre querida y el padre anciano y los hijos aún niños y la esposa legítima. Este será objeto de odio para aquéllos a cuyo país llegue cediendo a la necesidad y a la horrible pobreza; deshonra su linaje, desmiente su noble rostro y toda infamia y toda vileza va con él. Por lo tanto, si no hay para un vagabundo ninguna ayuda ni tampoco respeto, consideración ni compasión, luchemos valientemente por nuestra tierra y muramos por nuestros hijos sin ahorrar nuestras vidas.
Así pues, oh jóvenes, luchad unidos y no déis la señal de la huida vergonzosa ni del miedo; haced grande y fuerte en el pecho vuestro corazón y no tengáis amor por vuestras vidas cuando lucháis con el enemigo; ni huyáis abandonando caídos a los de más edad, cuyas rodillas ya no son ágiles, a los viejos; pues es vergonzoso que, caído en las primeras filas, yazca en el suelo delante de los jóvenes un hombre de más edad, de cabeza ya blanca y barba cana, exhalando en el polvo su alma valerosa, con las ensangrentadas verguenzas cogidas en las manos -visión abominable, cosa impía de ver- y desnudo; en un joven, en cambio, todo es decoroso mientras posee la brillante flor de la amable juventud: vio, su vista produce admiración a los hombres y amor a las mujeres; caído en las primeras filas, es un héroe.
Ea pues, que cada uno de vosotros permanezca en su puesto con las piernas bien abiertas, firmemente apoyado en el suelo con los dos pies, mordiendo el
labio con los dientes. 



2.2.2.4. Lo excelente es tener valor.

No sabría acordarme ni mencionar a un hombre por su excelencia en la carrera o en la lucha, aunque tuviera la estatura y la fuerza de los cíclopes o venciera en la carrera al tracio Boreas o fuera más agraciado de cuerpo que Titono y más rico que Midas y Ciniras, ni tampoco aunque fuera un rey más poderoso que Pélope, el hijo de Tántalo, y tuviera la lengua de miel de Adrasto, ni aunque tuviera la gloria salvo el valor guerrero; pues no es un valiente en la guerra el que no ose contemplar la matanza sangrienta y ataque al enemigo acercándosele. Esta es la verdadera cualidad excelente, éste es, entre los hombres, el gremio agonal mejor y más hermoso de lograr para un joven.
Es un bien común para la ciudad y el pueblo todo el que un guerrero, con las piernas bien abiertas, se mantenga firme en la vanguardia sin cansancio, se olvide enteramente de la huida vergonzosa, exponiendo su vida y su corazón sufridor, y enardezca con sus palabras, acercándosele, al soldado cercano: éste es el hombre bueno en la guerra.
Rápidamente pone en fuga a las furiosas falanges enemigas y con su ardor contiene la ola del combate. Mas si cayendo en la vanguardia pierde su vida, dando gloria a su ciudad, a su pueblo y a su padre herido por delante en muchos sitios a través del pecho, del abombado escudo y de la coraza, le lloran tanto los jóvenes como los viejos y toda la ciudad queda enlutada, llena de penoso dolor; su tumba, sus hijos, los hijos de sus hijos y su descendencia remota, obtienen honor entre los hombres: jamás su gloria ni su nombre perecen, sino que aún estando bajo tierra alcanza la inmortalidad aquél a quien mata el violento
Ares cuando despliega su heroísmo, aguanta a pie firme y por su patria y por sus hijos. Y si escapa a la Ker de la muerte que abate por tierra y, triunfador, alcanza la gloria esplendorosa de la lanza, todos le honran, tanto los jóvenes como los viejos, y llega a la morada de Hades después de lograr mucha felicidad. De viejo, es distinguido entre los ciudadanos y nadie osa tratarle sin respeto o sin justicia; todos, tanto los jóvenes como los de su edad y los más ancianos, le ceden el asiento. Que todos intenten llegar con su valor al más alto grado de esta suprema excelencia, no huyendo de la guerra. 




























VIDYAKARA [17.477]

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Vidyakara

Vidyakara (c. 1150/30) fue un budista erudito y antólogo de poesía, que destaca por la  compilación de poesía sánscrita Subhashitaratnakosha. Algunos consideran que es la antología "más famosa" del verso sánscrito. 

Sobre Vidyakara, se sabe muy poco. DD Kosambi ha argumentado convincentemente para Vidyakara haber sido un monje mayor en el monasterio Jagaddala Vihara en el norte de Bengala.

Aunque Vidyakara pueda haber sido un monje budista, el tema dominante de la colección es el de la poesía amorosa, muchos de ellos decididamente eróticos en el tono. El libro se compila en secciones temáticas. Apertura con versos sobre los Bodhisattvas (la mayoría de ellos compuesto por profesores), el texto también incluye varias secciones sobre temas hindúes (Shiva, Vishnu). Las secciones siguientes se deslizan rápidamente en el modo romántico, con varios capítulos que tratan de estaciones y mensajeros.




Subhasitaratnakosa: Tesoro de poemas memorables de Vidyakara. Epigramas del sánscrito (Versiones de Octavio Paz y Óscar Pujol).

Para Sara Elena Mendoza.


En Versiones y diversiones, concretamente en el prefacio de la sección Kavya (Poesía sánscrita clásica), Octavio Paz refiere: “…el poema corto (kavya), es muy abundante y variado. Sus temas son los de la vida misma: los dioses, la moral, la naturaleza, la juventud, la riqueza, la vejez, la pobreza, la muerte y, sobre todo, el amor y los juegos eróticos. […] Los poemas breves en sánscrito clásico son, como los de los griegos y los latinos, epigramas. Esta palabra no quiere decir únicamente poema breve, satírico o ingenioso, sentido que le dan nuestros diccionarios. El significado es más amplio: composición que expresa en unos pocos versos las peripecias de los hombres, sus sensaciones, sus sentimientos y sus ideas.”


2

Amor

Admira el arte del arquero:
No toca el cuerpo y rompe corazones.
6
La lámpara ruborosa
La lámpara del amor ya alcanzaba el nirvana¹
pero quiso mirar lo que esos dos harían
a la hora del acto: curiosa estiró el cuello
y al ver lo que veía, exhaló un humo negro.
__________
¹ Explica el autor-traductor: “Por cierto, en el número 6, hay un juego levemente blasfemo: la palabra nirvana quiere decir «extinción» y asimismo la beatitud de aquel que ha roto la cadena de las transmigraciones.”





8

Ecuación

Si las ajorcas del tobillo callan,
aretes y collares tintinean;
si se fatiga el hombre
su pareja, briosa, lo releva².
__________
² Óscar Pujol, quien tradujo del sánscrito Bilhana, Los cincuenta poemas del amor furtivo, Ediciones Hiperión (p. 130, nota 2), señala: “Referente al coito invertido hay un epigrama (subhāṣita) citado muy a menudo que dice: Cuando se acalla el tintineo de las ajorcas de los tobillos, se oye la canción del cinturón de plata. Ciertamente, cuando el amante yace exhausto de placer, toma la amada el lugar del hombre.”




13

La invitación oblicua

Viajero, apresura tus pasos, sigue tu camino,
los bosques están infestados de fieras,
serpientes, elefantes, tigres y jabalíes,
el sol se oculta ya y tú, tan joven, andas solo.
Yo no puedo hospedarte:
soy una muchacha y no hay nadie en casa.




23

Retórica

La belleza no está
en lo que dicen las palabras
sino en lo que, sin decirlo, dicen:
no desnudos sino a través del velo
son deseables los senos.

Vallana

[Obras completas de Octavio Paz, editadas por el Fondo de Cultura Económica, 12. Obra Poética, Tomo II, P. 543-560.]




Subhashitaratnakosha es el nombre completo de la antología de poesía en sánscrito de carácter lírico, llamada kavya, que preparó en el siglo XI el monje budista Vidyakara. En ella encontramos escenas íntimas únicas (la alusión al romavali, la línea de vellos que les crece a las niñas al transitar a la adolescencia y que conecta al ombligo con el pubis, es solo un ejemplo), consejos sobre cómo enfrentar a una mujer casada o profundos análisis del temperamento sexual femenino en cada una de sus edades. Cuenta la tradición que esta antología fue escrita en hojas de palmera, que para ese entonces -y aun hoy en ciertos rincones de la India- se considera la encarnación terrestre de la diosa, una de cuyos avatares, Durga, es patrona del frenesí copulatorio. Fue ella quien influyó en la mampostería orgiástica de numerosos templos budistas en el golfo de Bengala, pero también se hizo presente en los textos poéticos de la época, que las hordas islámicas intentaron -sin éxito- destruir en algunas de sus incursiones al subcontinente. Los poemas que traduje tienen su versión original en el tomo de H. H. Ingalls del que Octavio Paz recogió el material para sus ya conocidas traducciones. Debo agregar que la puntuación es tan despeinada como el propio objeto que describe. Además, la mayor parte de estos poemas celebra la maduración de las niñas.

Sergio Briceño González


Ya no dejan sus crenchas en desorden,
buscan cómo amarrarse los cabellos;
se empiezan a preocupar por sus dientes y anudan sus faldas,
se ajustan a la práctica amorosa con las cejas;
se vuelve indirecto el movimiento de sus ojos:
se llenan de ambigüedad sus palabras,
a cada instante hay progresos en coquetería,
mientras la infancia se desliza hacia la juventud.

RĀJAŠEKHARA



La joven doncellez le ha puesto su huella en cada extremidad,
pero especialmente hábil ha sido al madurar sus ojos,
sabe que ella merece ver cada uno de sus gestos
y difunde las emociones que ella a través de él experimenta
para que se sienta orgulloso de la mirada suya.

RĀJAŠEKHARA



En el vientre de las jóvenes hermosas
brilla el dulce romavali
como el estandarte que el Amor ha puesto
al fundar una nueva ciudad: la Juventud.

LADAHACANDRA



Su respuesta flota cerca del amor,
pero todavía lo niega,
aunque ya dicho permanece medio oculto
le ruegas y le ruegas por su cara,
decide dártela a medias y a medias voltearse,
una mirada aduladora en la muchacha a mitad de camino entre la infancia y la madurez
¡qué dulce cuando la pruebas su ambigua inocencia!

LAKSMIDHAR



Tarda en entender los juegos de azar de los amantes,
se deleita en comprender los dobles sentidos,
siempre trae un espejo en la mano
y hace de maestra ante la multitud de sus amigas,
ansiosa por copiar la conducta de las mujeres mayores,
todavía es demasiado tímida con su juventud;
hay un encantador progreso de coquetería al comenzar la mujerez

RAJASEKHARA



Su mirada, aunque manchada de infancia,
intenta a cada rato asemejarse a la mujer;
su silueta no ha cambiado todavía
pero muestra una pizca de su riqueza en ambos pechos:
qué puede haber más delicioso que ver el cuerpo de una doncella a punto de probar el amor



Lleva el corpiño abotonado hasta el cuello,
solo se ríe a través de los gestos de sus manos y dedos,
está cansada de jugar con sus muñecas,
sus miradas son oblicuas,
sus palabras crecen llenas de un doble sentido,
en cada parte aparece el encantador progreso de su coquetería,
mientras su infancia se desliza.



Mucho a muchos pájaros el hoyo en mis orejas ha bebido el canto entre los árboles de mango,
pero hoy mientras se aproximaba
esa música
me sacudí en cada miembro;
mi corazón se entristeció, se estremecieron mis ojos;
¿por qué me pongo así, amiga, por qué?

BHOJYA-DEVA



Sus muslos han ganado peso;
se forman las tres hojas alrededor de su cintura,
la timidez se incrementa en su corazón,
su antiguo retozar se esfuma,
sus pechos han florecido hacia adelante,
sus ojos comienzan a volverse de lado,
el cuerpo de la esbelta muchacha crece hermoso
mientras su infancia se aleja



El deseo de las mujeres lo arropará en sus ornamentos
creyendo que es todavía un niño;
en ellas de mala gana enterrará sus apetencias escondidas en el corazón
y si en la ausencia de las otras alguna lo mira tiernamente
él agacha la cabeza y sonríe;
así es su manera,
vestida en la belleza de su adolescencia

VALLANA



Muy tímida para dar una opinión,
cuando le preguntan solo mueve la cabeza;
solo confía todo lo que sabe y lo que hace a su mejor amiga
pero es una experta en el arte de las miradas centelleantes
y cada uno de sus miembros ha sido marcado para el arte del amor
ah, esta niña está cambiando de edad encantadoramente



La viveza, abandonada por sus pies, pasa a sus ojos
sus muslos rechazan la delgadez
que ahora se refugia en su cintura,
su torso obtiene compañía con ambos pechos
y su cara permanece sola incomparablemente;
es así como la adolescencia intercambia atributos en cada uno de sus miembros

RAJASEKHARA



Sobre este río de triple onda
su infancia pereció con toda su niñez,
en memoria de las cuales estos montículos funerales,
sus pechos de alabastro, han sido levantados

Su cuerpo es una isla bañada por olas constantes
del mar de miel de la belleza;
aquí tiene las partes de la temprana juventud conspirando para edificar
una casa placentera de deliciosas vides,
en cuya refrescante sombra el bendito dios del amor,
apenas despertando, estará lleno aún de sueño

¿BIRYAMITRA? (¿BHIKSU?)



Mi corazón recuerda a mi amada, cómo, haciendo mucho simulacro, huyó de mí;
cómo sus amigas la arrestaron y la hicieron regresar
colocándola sobre la sábana,
cómo empezó y cómo se rehusaba a jugar las nuevas acrobacias
y cómo su miedo al final se fue reblandeciendo por la mano de la dulce experiencia

Hay miedo y curiosidad
hay vergüenza y también hay deseo;
el corazón de una niña hacia el hombre que ama
nunca es tan puro y simple

Visita a mujeres más grandes y atrevidas,
las escucha contar sus aventuras
que después con gestos hábiles
contará a sus amigas más jóvenes;
conoció a un hombre que deseaba su corazón
pero todavía no se le entrega;
así es la muchacha joven, pero solo por ser así se vuelve aún más atractiva

Ella se estira. Sus brazos voluptuosamente levantados forman una graciosa puerta
a la que sus dedos entrelazados e inmóviles le forman la cornisa;
¿que podría celebrar esta puerta
sino la entrada del dios nacido de la mente?[1]

SATANANDA



La adorable criatura ahora observa
la profundidad de su ombligo,
con una mirada lateral confirma el crecimiento de sus nalgas,
en secreto atormenta su cintura con corsetes,
pero se mantiene unida a la timidez
como a una vieja amistad

Cuando las niñas, curiosas por los amores de unas y de otras,
empiezan a platicar de amor,
su cuerpo se endurece, las agujas les empiezan a recorrer la piel,
lo que me hace pensar que esta novicia de ojos de gacela
ha ofrecido su santidad a algún sacerdote consagrado,
algún devoto del paraíso carnal
para su iniciación

NARASIMHA



Sobre su rostro la ceja aprende a danzar con apenas una parte de
de su extensión;
de algún modo los ojos se vuelven más maduros,
sus pechos empiezan a brotar,
su cintura a diario se adelgaza; su entrepierna se abulta
poco a poco en cada miembro;
la juventud va dejando una muestra de su compañero más cercano, el Amor

RAJASEKHARA



El año pasado, querido amigo, y el año antepasado
el dulce viento sopló desde Malabar
y el pájaro cantó,
pero mi corazón nunca se inquietó
y todo para nada
como esta primavera

UTPALARAJA





Esas encantadoras mujeres que practican la virtud, pero
en secreto desean pecar,
que darían su vida antes de entregar por completo
una sola de sus miradas al amante,
cuyas reglas son la prohibición
incluso a pesar de lo que más les gusta;
que ellas, cuya naturaleza difiere así de todo el mundo, sean gentiles contigo

VITTOKA (S. VIBOKHA)

Nota:

[1] Los cuatro kumaras son entidades perpetuamente infantiles que nacieron de la mente de Brahma y representan el celibato o la virginidad. N. del T.

http://circulodepoesia.com/2015/10/el-aire-erotizante-algunos-poemas-kavya-de-la-antologia-vidyakara/


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PRANABENDU DASGUPTA [17.478] Poeta de India

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Pranabendu Dasgupta 

(1936-2007) es el poeta del silencio. Desarrolló su propio estilo muy lejos del tono de su generación. Estudió en varias universidades extranjeras. Sus viajes le ayudaron mucho a desarrollar este estilo tan único. Fue profesor en el departamento de literatura comparada de la Universidad de Jadavpur. Se le han otorgado varios premios incluido el Rabindra Purashkar (el honor más alto de la poesía bengalí). Es autor de diez libros de poemas."

Extraído de La pared de agua. Antología de poesía bengalí contemporánea
Traducción: Subhro Bandopadhyay





Desarropado

Desde la palabra, quito la pulsera del tobillo,
sonará por sí misma.

La memoria de la gente está dentro de la casa
¿qué pasa con lo de fuera? Los animales, más gente, el juego infinito.
¿La palabra acoge todo?

Si lo interior es tan fuerte
¿para qué será necesaria
la música elaborada?

La lengua bengalí está evolucionando a cada momento;
hay que quitar, entonces, la pulsera extra que tintinea
desde su pie,

dejar sonar el juego del pie descalzo.










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LEE KUEI-SHIEN [17.479] Poeta de Taiwán

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Lee Kuei-shien 

(Taiwán, 1937)
Lee Kuei-shien se graduó del Instituto de Tecnología de Taipei. Comenzó a escribir poesía en 1953, ingresó como miembro de la Academia Internacional de Poetas en Inglaterra en 1976 y formó parte de los que establecieron el PEN Club de Taiwán en 1987 del que fue electo vicepresidente y luego presidente. Sus poemas han sido traducidos y publicados en Japón, Corea, Canadá, Nueva Zelanda, Holanda, Yugoslavia, Rumania, India, Grecia, España, Mongolia, Rusia, Cuba y Chile.

Su obra publicada incluye Poemas completos, en seis volúmenes, 2001; Ensayos completos en diez volúmenes, 2002; Poemas traducidas, en ocho volúmenes, 2003; Antología de la poesía europea, en veinticinco tomos, 2001-2005; Serie de poesía de élite, en diecinueve tomos, entre otros.

Ha sido distinguido con el Mérito del Poeta Asiático, Corea (1994), el Premio Rong-hou al Poeta Taiwanés (1997), Poeta del Mundo del año 1997, Poetas internacionales, India (1998), Premio Poeta del Milenio, Academia Internacional de Poetas, India (2000) Premio Literario Lai Ho y Premio de la Cultura del Primer Ministro, ambos en Taiwaán (2001) y ha sido nominado como candidato al premio Nobel en literatura, por la Academia Internacional de Poetas de la India. También recibió el Premio Michael Madhusudan concedido por la Academia Michael Madhusudan (2002), el Premio de Literatura Wu San-Lien (2004), la Medalla al poeta de la Fundación Cultural Mongola (2005), la Medalla de Oro Gengis Khan por el 800 Aniversario del Estado Mongol (2006), así como el Premio Oxford para Escritores de Taiwán (2011).

Ha participado en los festivales internacionales de poesía llevados a cabo en Corea, Japón, la India, Mongolia, el Salvador, EEUU, Nicaragua, Cuba y Chile.


PAPAGAYO

¡Mi dueño es bueno conmigo!
Mi amo me enseña solo esta frase.

¡Mi dueño es bueno conmigo!
Practico esta frase día y noche

Si llega cualquier visita
yo grito:
¡Mi dueño es bueno conmigo!

Mi duelo está tan satisfecho
que me da buena comida y bebida
e invita visitantes en aprecio
de que soy fino e inteligente.

En ocasiones, mi dueño
bastante alegre me dice:
¡Dime lo que sea que piensas!

Y yo constante repito:
¡Mi dueño es bueno conmigo!



EN GRANADA

En mi patria
con frecuencia oigo
el llamado de la mente
desde Nicaragua
la patria de Darío,
hondo en mi corazón
desde esta costa del Pacífico
hasta la costa este de Taiwán,
desde este lado del siglo
hasta la costa del tiempo transcurrido,
desde esta costa de mundo real
a esa buscada en el sueño.
Sigo el llamado de la mente
y llego a Nicaragua al final.
Veo a la gente de Darío
que exhibe sus sonrisas pardas
sobre la fértil tierra soleada.
En Granada, la antigua ciudad,
la belleza y el dolo corren
lejos, lejos de la otra costa del siglo,
amista y sueño a través de la poesía
convergen desde los países de todo el mundo.


Ventana Literaria: Lee Kuei-Shien

Lee Kuei-Shien
Graciliano Martín Fumero ahonda en la trayectoria de este escritor y traductor taiwanés

De la "Isla Hermosa", avistada por portugueses, quienes la llamaron Formosa; de la Isla del reconocido escritor, padre de la nueva literatura taiwanesa, Lai Ho, o del célebre novelista Chung Li-ho, de Taiwán, es nuestro protagonista que asoma hoy, Lee Kuei-Shien.

Eminente escritor, se graduó en Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Taipei. A temprana edad comienza a escribir poemas y ya en su actividad como ingeniero, a la vez desarrolla su carrera literaria. En 1976, ingresa en la Academia Internacional de Poetas de Inglaterra; en 1987, es nombrado miembro fundador de Taiwán P.E.N., ostentando los cargos de vicepresidente y presidente, respectivamente.

Lee Kuei-Shiel, además de vate, es crítico literario, prologuista y traductor. Su lírica ha sido inmortalizada en numerosos idiomas, destacando el mongol, ruso, neozelandés, yugoslavo, español... Se incluyen sus versos en exclusivos volúmenes de prestigiosas colecciones del Orbe.

Entre los importantes premios recibidos, hacer mención de: "Mérito al Poeta de Asia", otorgado en Korea; el "Ronghou" de poesía taiwanesa; el de "Mejor Poeta del Año"; el hindú de Poetas Internacionales; el de "Poetas del Milenio", también de la Indias; el "Lai Ho" de Literatura y el de Cultura de su país natal; ha sido nominado al Nobel de Literatura por la Academia Internacional de Poesía de la India; el "Michael Madhusudán"; el "Wu Sanlien" y el de la Fundación Cultural de Mongolia.

Cabe destacar también, que ha participado en importantes eventos literarios de países como Korea, Japón, India, Mongolia, Estados Unidos, El Salvador y Nicaragua. Entre su numerosa biografía destacar "Las aves residentes", "El cielo" y "La hora del crepúsculo".

La obra poética de Lee Kuei-Shien es concisa, de poemas cortos mayormente, de verbo claro, de hondo mensaje, henchida de romanticismo y de protesta social. Eminente vocero de la paz.

Concluyo este modesto esbozo de esta eminencia de las Letras, que es Lee Kuei-Shien, con su poema "Me quiere o no", de su libro "La hora del crepúsculo". Dice: 

"Cuando de repente se calla,
no sé si me quiere o no.
Después de hacer el amor
debería estar algo cansado...
Suena el viento,
una y otra vez,
bajo la luna pálida.
Hallo mi músculo ligeramente suelto
y me pregunto si su amor se afloja también.
Los pasos parecen ir muy lejos.
Me vuelvo a mirar a la cara
y se me forma una expresión solemne.
Me habita la sensación de amar a una solemnidad.
no importa si me quiere o no...
Una cierta sonrisa emerge
de lo hondo de mi corazón...".



Artículo de Graciliano Martín Fumero, publicado en El Día, de Tenerife.
Graciliano Martín Fumero es delegado en Canarias de la Unión Nacional de Escritores de España.


        
Parrot

“ My master is kind to me!”
My master teaches me this word only

“ My master is kind to me!”
I practice this word by day and night

Any visitor comes
I shout
“ My master is kind to me!”


My master is so pleased
to give me nice foods and drinks
inviting many visitors in appreciation of
me being smart and clever

Occasionally, my master
quite elatedly says to me
“Speak whatever you think!”

I still consistently repeat
“ My master is kind to me!”


        
Transfusión

Blood is drawn from my body
and transfused into vessel of any other
becoming a new harmonious stream

My blood begins to circulate within other body
within the body of  unknown person
at somewhere unknown place

Just like the fresh flowers
blooming on the secluded hillside
an unspeakable beauty blossoms in my heart

At somewhere unknown place
there is also transfusion on a large scale
from the bodies of collective massacred

Transfusing blood into the waste land
a place of  no sunshine
is in vain to dye the fragmentary map red

From Asia, Middle East, Africa to Latin America
a drop of  splashing blood
represents a petal gone with the wind


       
One Poem for You

I write one poem for you
no rose, no nightingale
but thundering drumbeat urgently
in the cold wave at  year-end

In the cold wave at year-end
I write one poem for you
in a deep sense of your present
while you are out at my sight

While you are out of my sight
thinking about the reality of our living place
I write one poem for you
in a faith to keep our promise

In a faith to keep our promise
expecting the era of love to come
behind the iron bars of prison
I write one poem for you


        

Taiwan Island

You emerge as an island
from the waves of white satin

The dense forest of black hair
drifts with longing nostalgia
The beach of soft white sands
is imprinted with numerous kisses of shells

Taking a birds-eye view from the sky
the beauty of your texture is so attractive
that I am landing onto your body thirstily

You are a mermaid
in the Pacific Ocean
the landmark of my eternal home country



                  
In Granada

In my homeland
I frequently hear
the calling of mind
from Nicaragua
the fatherland of Dario
depth in my heart
from this side of Pacific coast
to the eastern coast of Taiwan
from this side of the century
to the other coast of time elapsed
from this shore of real world
to that sought in the dream
I follow the calling of mind
arriving at Nicaragua eventually
I see the people of Dario
exhibiting their brown smiles
on the fertile sunny land
In Granada, the old city
beauty and sorrow streaming
far, far from other coast of the century
friendship and dream through poetry
converging from the countries all over the world.



                          








ALAN JUDE MOORE [17.480] Poeta de Irlanda

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Alan Jude Moore 

(Dublin, 1973) es ampliamente publicado en Irlanda y el extranjero. Es el autor de cuatro libros de poesía, el más reciente Zinger (Salmon Poetry, 2013). Ha leído en festivales y eventos en todo el mundo, incluyendo el Festival Internacional de Poesía de Copenhague, la Feria del Libro de Dublín, el Festival Internacional de Poesía de Estambul, el Museo Nabokov en San Petersburgo y la Biblioteca Miller en Big Sur, California. En mayo 2015 participó en el Festival de Poesía de Primavera en Vilnius, Lituania. Han aparecido traducciones recientes de su trabajo en Centrifugal (EBL-Cielo Abierto, Mexico) & Exit-Revue de poésie (Montreal). Vive en Dublin. 

www.alanjudemoore.com




Sombrillas

En Abruzzo alguien seca un zapato al sol
bancos de arena ondulan al límite de la urbanización
hay cumbres ocupadas por brigadas de luciérnagas
y lejanos viaductos de luces ténues
Mirad lagartijas mirad antes de cruzar la calle
La superstrada nos arrima al prójimo
Su trayectoria taja la tierra y el mar
El anciano en calzoncillos
se tira de los montes
para buscar gelato y perlas que piensa están ocultas
en el horizonte rosa chispeante
Escucha los grandes insectos de las provincias
algo chirrían algo
más fuerte que el ruido de la parada de camiones

¿Qué pasa en la capital?
Los diarios dicen poco
Aquí los hechos de varias personas
que aguantaron un día más de lo previsto
y aquí el fallecimiento de varias otras
Una pasó 27 años cargando ladrillos en Indianapolis
Otra volvió a casa en coche para morir
no en un asilo de Stuttgart o Mannheim
No, serena en un balcón en Francavilla al Mare
sobre una pizzeria y el roncar de perros sacios

Mira
en la playa las chicas esperan
a que les digas que son especiales
Los senos les rebosan y el amor
ya les dejó la cara rellena de esperanza
Hay chicos que apuestan por pitillos
escupiendo pipas en tazitas de café
y las viejas regañan
a los que no aciertan
¿Qué hacemos pues
girasoles resecos trasplantados
en tiestos bajo el sol ardiente
para acabar en la sal y la arena?

Olvida esas cosas –
las tetas las pipas los jugadores
Túmbate en el Adriático de agotadas olas quebradas
y pregunta
qué hace la luna en el cielo de día
(Podrías preguntarle aunque no en abruzzese
al suizo que se broncea con una cerveza
o al senegalés que vende chucherías en la playa
¿Qué hace la luna en el cielo de día?
La luna ha venido para llevarte de aquí)
Siempre hay alguien vagando sin rumbo
Vuestras sonrisas se clavan en las barcas
que escapan a lo lejos bajo las sombrillas

y allá arriba los helicópteros
pasan lentos como buitres
en busca de hombres ahogándose

(Translation © Anamaría Crowe Serrano)




UMBRELLAS

In Abruzzo someone turns their shoe out to dry 
sandbanks roll along the edge of the complex
the hilltops occupied by squads of fireflies
& distant viaducts of dimming lights
Look lizards look before crossing the street
The superstrada draws us closer
Its trajectory splits the land & the sea
The old man in his underwear
is diving from the mountains
for gelato & pearls he thinks are hidden
in the crackling pink horizon
Listen large insects from the provinces are chirping
something something
over the noise of the truck-stop

What’s happening in the capital?
The papers say little
Here are the deeds of several people
that lasted a day over the odds
& here are the deaths of several others
One who spent 27 years hoofing bricks in Indianapolis
Another drove home to die
not in a rest home in Stuttgart or Mannheim
No, poised on a balcony in Francavilla al Mare
over a pizzeria & the snores of satisfied dogs

See
on the beach the girls are waiting
for you to tell them they are special
Their breasts are overflowing & already
love has left their faces rounded out with hope
The boys are betting for cigarettes
spitting sunflower seeds in coffee cups
& old women scold
the ones who miss their targets
So what are we doing 
desiccated heliotropes transplanted
in tubs beneath the burning sun
to come to rest in the salt & sand?


Forget things like that –
the tits the seeds the gambling kids
Lie back into the Adriatic of tired broken waves
       & ask yourself
what the moon is doing out during the day?
(You could ask but not in Abruzzese
Maybe the Swiss sunning himself with a beer
or the Senegalese selling trinkets all week on the beach
What is the moon doing out during the day?
The moon has come to take you away)
There is always someone drifting
Your smiles are fixed on small boats
escaping in the distance beneath the umbrellas

& overhead the helicopters
pass like vultures slowly
seeking out drowning men

From: Zinger





CITIES REBUILT AFTER THE WAR
outside your house is a plaza now
a coffee shop
a glove boutique
and a second hand stall
selling slim volumes of poems
             written for people who lived before

at the end of your street
where tanks rested
before they started into it again
there is a small plaque
to factory workers
             who doused their machines in kerosene

and knowing it would end
one way or the other
refused to assemble
even one more bicycle
or whatever it was that people wanted
             in industrious cities they lived in then

their children born
between rockets and death
know nothing again will be absolute
in cities where things continue on
as if they were not
             cities renamed and redrawn

there are photographs of missing cats and dogs
pasted on the walls
hand-bills posted to telegraph poles
drama classes belly dancers
and television sets for sale
             in cities uncovered beneath the floor

on the building sites old builders whistle
at women walking past
in high heels and low rise pants
pushing new salvaged prams
they despair the absence of men
             in cities subsumed into something else

there are lighter shades on the door
where bloody handprints have faded
like the influence of magicians
carnivals and clerics
the reasons they believed disintegrated
             in cities repainted up against the wall

and somewhere each day
a mother says
I will make for you a summer
her children know it’s for her not them
there is only so much she can spin from dust
             in cities frozen stiff

and into all its empty spaces
who knows what lights will shine
and into the deft reconstructions
if anyone is coming back again
to trim the hedges or put up shelves
             in cities dreamt of as they were back then

so we argue about our favourite songs
TV shows and cigarette brands
discuss several women
whose bodies we prefer
to see exposed on magazine covers
             metaphorically fucking us

we touch on the question of our debt
to former colonial labour
having left their homes
for our nation state
they know how empty it is
             in a ribcage of streets decades dead

on park benches old women weep
with the anonymous children
of headless men
the last Franciscan friar in town
walks a swan across the bridge
             of a city that’s lost its image

in rooms blown out
and blackened with fire
in hallways without doors
we take on different names
grow new heads arms and legs
             and raise ourselves from what went before

facing capture by new regimes
we search for flames
remaining between us
in the shallow foundations
and magnolia walls
             of cities rebuilt after the war

From: Zinger




BETWEEN THE STATUES OF O’CONNELL & LARKIN
dead pigeon debris is borne on the air
bumper blows the clipped wing clean
and the body left to drain
twitches out of life
into the concrete furrows of the street

From: Zinger






CHE BURASHKA

for Alek & Mitya 

I am at the airport, the security check,
wasting time in duty free and queuing at the gate.
I am getting on a plane – almost and, as a rule,
there will be distance – but I promise you
I will not be far away.

I am searching in St. Petersburg for Che Burashka.
I hear he might live across the street
from where they have me staying.
In any case, I will find him and, like I said,
bring him back to say hello.

(Your godmother, by the way,
sends love from the capital. Yesterday,
she too went looking but he has, so far,
eluded her). So, I am searching in St. Petersburg
for Che Burashka

and have tracked him down to across the street,
next door to the place where they sell
plyushki, kvas and tea. No crocodiles I’m afraid.
(Next time there might be).

The old ladies on the street, some of them
sell oranges in broken crates from Spain.
And some of them are weeping,
offering kittens up for kopeks, kneeling
on Nevsky with outstretched palms.
Beside the churches and the imperial glitter –
all impressive and useless.

Then, drinking coffee in the Singer Cafe,
I thought of my mother’s sewing machine
and the little shops (they are in every place I’ve been)
with miniature looms of various threads
and belting needles, a foot-pedal also.
I don’t know why; this may be
the proletarian piano. Made to be repaired
and stave off obsolescence.

Perhaps. There was a little girl talking
to her papa at the table next to mine
about the cartoons you watch
and he, like I do, knew all the names.
In case you go there, they spell it with a zed:
Zinger. As in Zuider. As in the zee
you should not adopt.

I am at the airport. The security check.
Singing songs with Che Burashka.
At the gate. On the plane.
Distant by definition. I promise
I will not be far away.

From: Zinger





WE SPEND OUR TIME IN GEORGIAN 
ROOMS DREAMING OF THE FUTURE

We spend our time in Georgian rooms dreaming of the future
The river roams narcotics rising through the systems & the streets
We pass these statues all our lives: we do not need their names

The sound of the sky is black with thunder & sheets of cawing gulls
Searching the surf for their purpose & carrion to feed the young
They hover their bulk above the wires of our tiny electric trains

Then drift to outposts & new construction built of dereliction
Into the plain livid always leave behind imaginations –
Fishing boats tilt from side to side dredging bones from the shale

We are past the point of reclamation now we are embedded
Tearing our limbs from the concrete we think it has not set
We drag our bodies from place to place until we find a grave

A worm pit or a scattering that suits our aspiration:
We spend our time in Georgian rooms dreaming of the future
The sound of the sky is black with thunder & sheets of cawing gulls

We telephone         we email        we transmit some feelings
We mark time with photographs of sunshine and kittens
Or Sisyphus a smile singeing his lips
                                                                          
set for the last great push

From: Zinger








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KRISTINA HOČEVAR [17.481] Poeta de Eslovenia

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Kristina Hočevar 

(Eslovenia, 1977)
Kristina Hočevar es poeta y licenciada en Lengua y Literatura Eslovenas y en Lingüística General en La Facultad de Filosofía y Letras de Liubliana. En este momento trabaja como profesora de instituto y ocasionalmente como editora.

Ha escrito cinco libros de poesía: V pliš (A la felpa, editorial Cankarjeva založba 2004),

Fizični rob (El borde físico, editorial Cankarjeva založba 2007), Repki (Las colitas, editorial Škuc 2008), Nihaji (Oscilaciones, editorial Cankarjeva založba 2009) y Na zobeh aluminij, na ustnicah kreda (Sobre los dientes aluminio, sobre los labios tiza, editorial Škuc 2012).

Las colitas ha recibido El Premio de Pájaro de Oro y Sobre los dientes aluminio, sobre los labios tiza ha ganado El Premio de Jenko, otorgado por la Asociación de los Escritores Eslovenos. En 2014 la Institución Gulag publicó el libro del arte en tres direcciones, en el que su poema es acompañada por la obra gráfica de Gorazd Krnc.

Su poesía ha sido traducida a diferentes lenguas (inglés, polaco, húngaro, hebreo, sueco…) y ha sido publicada en las revistas en el extranjero. Ha sido una de los cinco poetas eslovenos para la plataforma europea de poesía Versepolis 2014-2017.

La voz de la poesía de Hočevar es una de las más intrépidas y dinámicas en la escena literaria eslovena, pero al mismo tiempo no deja de ser sensitiva y comprometida.



no llevaré una larga trenza cana, mi cabello ya es ahora demasiado fino.

tendré la cabeza descubierta ante los choques, los besos de los planetas y las riñas de los astros.

donde los dientes se caerán en el lavabo, donde el cuerpo definirá la coreografía del día;

tendré sentido del humor; donde las huellas digitales en los picaportes

se convertirán en hologramas en plasmas.

no limitaré mi ropa a tela pastel y beis. mis camisetas tendrán capuchas.

tendrán mis ojos más cortinas espesas;

qué hará mis arrugas más profundas – me gustaría captar         cada promesa sin sellar.

estarán mis antebrazos flácidos            o sabré ofrecer

la gracia de otra manera;

mi gente, estarán nuestras orejas más cerca

o las lagunas

serán todavía más profundas,

todavía más;

mi lengua, rancia, aislada, sin venas o ígnea por sus cicatrices;

será la sangre de nuevo

mi huella favorita;

mis antepasados más pronunciados o más cerca de otros, de mí misma, seré una masa de recuerdos                                                                                                   [o su pérdida, qué;

habrá una columna vertebral o me erguiré por mis moldes, bien, dulces de coco, mis palabras una                                                                                                    [katana mellada.

seré más un niño o más una niña: mucho los dos y los dos cambiados de piel;

seré lárice o prado, serán las palabras

montones para su oído;                serán las preguntas

o más bien los cadáveres

y ante todo – seré acaso:

(traducido por: Barbara Pregelj)



Kristina Hočevar: Aluminum on the Teeth and Chalk on the Lips (Škuc, 2012)
Translated by: Andrej Pleterski



31

now i see one of us lying, the other one sitting at the bedside. i
see one of us taking leave: no safety zone whatsoever
in between the two bodies. no grayness, not a shift can i hear. one of us
is leaving earlier; i do not want you to go.

now i see the same blueness in us. the blue hands with other blue hands.
free skin :our encounter now.

now a ton on the heart. i see wheelbarrows of words, vacant houses, your corpses
and my figure.
i see a sentiment, not a realization.
one of us is sitting on a chair, watching the other one,
the distance is very much prescribed. the throat choked with fruit. time has finally
split in two.
eyes swollen.

now i see a black flag and a phone call; all images in the air of the park
with foliage up high, chestnuts already bending in anticipation, the castle vacant.
and the man making decisions, and the passage from time pulling all three into a tunnel.

now i see a black flag and the name in the newspaper. chestnut trees in the winter embrace. a
balcony full of pigeons, books on the shelves, everything falling is a profound, faithful
rain. and the passage from time fades out. nobody determines the size of the stone, and you
are on the peninsula.



*

may i overtake it.
hush up at least. 





41

you step into your own ring and always it ends where you stop making circles.
there’s eye shadow on the eyelids, aluminum on the teeth and chalk on the lips.
your memory
is spit out like a blob of chewing gum.

people are rolling from screen to screen,
turning away from wet skin. the next time you wish to spin the ring,

you lick the chalk, smear the eyelids, saw up the aluminum; where you’re absent, you step on
chewing gum. 





8

where do i stop splitting in two as the set of my circles
clings to the set of circles from some memory.

the hands that had rubbed the clotted stains of plasma off the tiles. they touched your
walls, they had shaken a foreign hand beforehand, they scraped
the grime off the table, held the door handle previously held a thousand times, touched
the keyboard, tore paper and wiped feces off skin, they rubbed against each other under water,
afterwards they ate, and trained the thinning of gestures. where do words multiply after
splitting; where do i

end when the face doesn’t, with the other face in disbelief. where
the smile of the face is the smile of the mirror and luck exists, but the other face doesn’t
know
where. where
the set of circles from the memory and the set of circles from the vision
join in the touching of hands. where?




20+21

i will not have a long gray braid, my hair is already too thin at present.
under collisions, the kisses of planets and in between the clamps of stars, I will be bald-headed.
where my teeth will keep falling into the washbasin, where my body will define the choreography of
the day for me;
i will have a sense of smile; where my fingerprints on door handles will
be replaced by holograms on plasmas.
i will not restrict my wardrobe to pastel, beige fabric. my t-shirts will include a hood.
my eyes will have more and thicker curtains;
what will make their creases deeper – i wish to capture every unmarked commitment.
will my forearms be wobbly, will i know how to offer grace
differently ;

my people, will our ears be closer
                                    will the intervals be
                                                           even more elaborate,
even more;
my tongue, rancid, isolated, veinless or fiery with adhesions;
will blood be again
my favorite trace;
more prominently my ancestors or closer to others, to myself, will i be a mass of memories or their
loss, what;
will the spine be, still standing upright, following its own pattern, well, coir pads, my words
a blunted katana.
will i be more of a boy or more of a girl: very much both or both molted;
will i be a larch or a meadow,
will words be
stacks for her consideration will there be questions
or will there be carcasses,
and before all that – will i be at all: 




61

there are far too many little boys of course. but i can take care of little boys because i don’t
need them for the same touches. one of them had to go back to belgrade, one is here, one is
still so small i don’t even want to hold his little hand in mine. still, hardy any of them
comes along with his clothes washed, standing upright and properly bright;
and it doesn’t have to be me who takes care of his hairstyle.

we all share words and what hurts. 




SALVADOR MADRID [17.482] Poeta de Honduras

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SALVADOR MADRID

Salvador Madrid (Honduras, 1978). Es licenciado en Literatura por la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán. Ha publicado el libro de poesía Visión de las cenizas (2004), así como La Hora siguiente, antología de la poesía joven de Honduras (2005). Sus poemas han sido publicados en Papel de oficio (Secretaría de Cultura de Honduras), Verso/ónica 20 poetas en su voz, Os rumos do vento (antología, Portugal), así como en diversas revistas y suplementos culturales de Honduras y Centroamérica. Ha participado en los principales festivales poéticos de Centroamérica. Ha sido fundador y coordinador de Paíspoesible, grupo de gestión cultural que abre espacios para el arte y la literatura en Honduras.



EN LAS CUMBRES

“Sabemos que no hay tierra
ni estrellas prometidas”

León Felipe



EN LAS CUMBRES, el astrónomo que tocar desea la hojarasca blanca del insomnio donde las luciérnagas cambian sus trajes cuando las estaciones se adormilan bajo los árboles de liquidámbar. Pero las luciérnagas no vuelven por el fuego, una vez en la vida padecen el síndrome de Prometeo.

Poema del ausente que llevó consigo la extrañeza y guardó la canción pequeña y bárbara hecha con las palabras del humillado.

Quien ve los campos de luciérnagas quiere ser libre.

Para ti escribo, anonimato febril que me convoca; para ti que sin ser mi conciencia conoces mis confesiones bajo los abandonados faroles al otro lado de las ruinas. Para ti que no conozco y que eres el artesano de las amarras que atan el invierno a las cumbres. No quiero apartarme de tu hombro, ni de tu descanso, ni de la feroz hacha que has dejado guardada entre los jardines. Permite esta canción en las tardes de frío. Y si viajero eres descúbrela en la sorpresa. Si huyes en las fronteras, memoria sea de la belleza que has abandonado. Yo igual que tú he abandonado la belleza. Yo igual que tú escuché la palidez de la carroña de las monedas y sobre las cumbres he cerrado los ojos creyendo encontrar la sabiduría de un instante.

Ahí donde la fuerza nada significa y no hay puertas, sino preguntas y laberintos bajo las arenas que tocan con su enigma las huellas del que va de paso entre la negrura; ahí quiero unir los pedazos del poema que no se escribe. He de aprender de ese primer resplandor cuál es mi lugar entre las palabras que hablarán del vacío, de ese rumor cansado en las playas que nos esperan, del agrio intento de las frutas golpeadas por el granizo.

Desde el abandono, oh cumbres de las luciérnagas, oh resplandor al cerrar los ojos, desde el abandono, porque dócil es la autenticidad de quien guarda silencio para habitar el silencio de las interrogaciones.





CÁBALA

Con palabras está forjada la gloria,
el amor con vestigios.
Mirador o abismo,
pero tentado el hombre asciende.
¿Qué barro lavarse en la altura,
en la voraz transparencia que induce al impulso?
No todo es signo, pero todo puede escudriñarse
como la silueta del monte contra la estrella,
como el rocío sobre un pecho vaciado.
La gloria ocupa palabras, el amor, una herida.
Secreta hay una espada,
manchada de sangre su herrumbre;
si fue honda la herida
y aún así pidió en la agonía mirar unos ojos,
la gloria tendrá su leyenda,
el amor, su indescifrable caída.





PRIMICIAS DEL VIENTO

Como otros me he detenido en los miradores a recibir al viento del sur,
a escuchar esas voces que por lejanas parecen sagradas,
a acumular la simiente de las últimas casas de los poblados,
a traer un poco de paz a mi rostro primigenio
y a esta simpleza le he llamado milagro.

Igual que otros en la médula del verano me he quitado la camisa
y me he bañado con el sonido de las cigarras,
con el beso de la mermelada hecha por mis hermanas,
con la procesión del viernes de ceniza, del que siempre renegué
y al que siempre vuelvo,
pues su calor es un acontecimiento que nos desvanece
y por un instante es capaz de convertirnos en minúsculos cementerios,
en pequeñas revelaciones del tiempo que pasa.

Igual que otros he vuelto al portal de una casa tenebrosa,
he escuchado el pregón del zapatero
y sus altas nociones de tachuelas, cuero y dientes rotos.
He puesto azúcar en mis labios, amor en la tarde;
he revisado álbumes de fotografías ajenas, leído viejos periódicos,
viejos anuncios de compra y venta de hace treinta años.
He escrito la palabra alegría con todo el empirismo,
pero con la gracia del poeta. He jugado a las cartas,
visitado a las rameras, me he emborrachado hasta perder las fuerzas
y hasta recuperar los sueños.

Y sin duda, como otros, también me he acobardado en las palabras,
he privilegiado a los ángeles y azarosamente renunciado a los hombres,
pero en otras ocasiones he despreciado a los ángeles,
los he atado con los cordones de mis zapatos
y los llevé a conocer las discotecas, los prostíbulos
y la miseria que hermosamente alumbra el alba en los basureros de la ciudad
para que se volviesen humanos en la hora nuestra muerte.


Como otros, sé del invierno, de sus extendidas pléyades de gotas limpias,
de su nomenclatura ideal puesta en el trueno,
de su desliz de arpegio, de su otra niebla
como inundado molino de los tiempos cuando el trigo era la gloria.

Y como otros
me he detenido en esta tierra armado nada más con veinticinco centavos,
valiendo nada más veinticinco centavos,
a observar el gran holocausto de las cifras
y la gran algarabía de los bonos de la usura.
Y en secreto he guardado botones de camisas que siempre me gustó usar,
cuentas pendientes, un libro de Saint John Perse,
el viejo candelabro de una abuela
que ya no sabe que flores escoge en la mañana
y me he sentido a los veinte un anciano que apenas mastica albahaca.

Y con menos sabiduría que otros, pero con mayor tentación,
he visto los tejados, los arrieros que traza el viento al anochecer,
las pérdidas de las cosechas por el calor o por la lluvia,
he visto el sur y sé bien que sólo es una palabra de huesos, de pozos vacíos
y de guitarras prestas a devorar dedos y lenguas, una vana geografía
donde el crepúsculo es la iniciación de una luz desmembrada.

He visto la esperanza, he sentido el tuétano de su estructura,
su feliz cercanía a Dios
y he dicho mierda.

Pero me ha dado en la cara el viento del sur.
Y me he acordado de los grandes cantos, de las grandes desgracias,
de las pavorosas asociaciones de la burocracia,
del filo de las manos que sostenían el puñal, de la euforia del plomo.

Pero es que el viento del sur es tan doloroso y tan limpio.

Y he visto mis uñas como pequeñas llamas estáticas
y he decidido buscar un camino entre las cenizas del anochecer
y la arcilla que calla,
entre las voces de los suburbios y la clorofila que se arriesga junto al asfalto,
un camino donde inicien las historias de los otros. Y he encontrado ese camino.

A esta simpleza le he llamado milagro.




FUGA DE LA CLOROFILA MUERTA

El otoño es algo más que un piano de hojas disuelto en el aire.

Más que una acumulación de labios
bajo los sauces de las planicies y de las ciénagas invisibles.

Hay en el paisaje lenguas escondidas
para saborear la alborada de la pesadumbre
y la sintaxis del afán en los surcos
y los caminos desiguales que dan al nacimiento de la luz.
Hay seres mendigos del jardín que sembraron junto al alba
y otros caídos en la herencia del rocío.

En el campo
aprendí a tocar las dormilonas, al mediodía,
a escoger la sal necesaria para señalar el camino de la siesta,
a saber cuándo el pudor se vuelve insomnio
y dónde la soledad aglutina ombligos y paladares
y dónde respiran aquellos
a quienes nunca les susurraron las palabras
ventana fiesta alegría.

La hecatombe de la clorofila en la tierra,
su pasto apenas sinfónico, es decir, su otoño, se ha borrado de mí,
y quedan nada más
los cascos de la intemperie sobre las distancias
y un hombre cuyos ojos anuncian que sí,
que las alondras y las catedrales
en la multitud de caminos y crepúsculos
jamás se adosarán al pan y al hartazgo.








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MARILIIN VASSENIN [17.483] Poeta de Estonia

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Mariliin Vassenin 

(Estonia)
La primera colección de poemas de Mariliin Vassenin, titulada “Horror vacui”, fue publicada en Tallinn, en 2013. Recibió el premio literario de la Universidad de Tallinn. La colección se compone de 40 poemas en verso libre. Tratan de la muerte, la pérdida, del luto y del vacío de la vida de hoy. Hay algunas referencias intertextuales a los poetas estonios y extranjeros y mucho juego de palabras.



En este momento trabaja con mi segunda colección de poesía que contendrá poemas elegíacos. Algunos de ellos ya fueron publicados en la revista literaria Värske Rõhk:  http://va.ee/11-luule/92-mariliin-vassenin-eleegiad. Se espera que la colección sea publicada para el fin de 2016.



Elegía 1

tus manos embarradas
debajo de la lámpara, por encima del cubo
yo vierto agua
ven he encontrado algo para contarte
Cuando viniste
de la oscuridad
un soplo de aire putrefacto
entró contigo
tengo que saber por mí misma
cuando haya que verter
mira cómo creamos nuestra soledad
 
tus
manos
abandonadas
colando el oro descuidado





Mariliin Vassenin. Eleegiad


sinu porised käed
lambi all tsinkämbri kohal
mina kallamas vett 

tule, ma räägin sulle, mille ma leidsin 

sinuga koos pääses
pimedast tuppa
pahvak pehkinud hõngu
siis kui sa tulid 

ise pean aimama
millal on kallata vaja 

vaata, kuidas me oma üksindust loome 

sinu hüljatud käed
sõelumas unarat kulda


II

Kuidas sa muutud 

tol päeval läksime
looduse lõppu kus nähtut
enam ei olnud kätest
kadus jõud seejärel jalgadest 

rusude tummseis
roostene meri ja laastatud mets 

vaata, mu sõber, sinu pilgule
peaks see olema tunda
voolab su soontes ju piisake
Acheroni sogast vett 

näed, maa hakkab paranema
rebendid ravivad end ise 

istusid mullale maha ainult ühest
ei saa ma aru
miks pidi see olema
nõnda ränk


III 

isa, laamad langevad aga elu
ei näita meile oma
tõelist palet 

sa jäid tamme all seisma
sõnasid
nüüd on juba liiga hilja
mu tütar mu vend
nüüd on juba hilja
nüüd on kõik 

isa, laotused lagunevad
aga meie 
ei saa meie ei ole 

kaugenedes, siis kui sind
enam polnud mõtlesin
isa, mis koht see küll on
nii palju nutetud sõnu 

ubi sunt


IV 

kirik põleb
vana mees Valu nõjatub vastu
uksepiita ja suitsetab
paberossi
ta ei vaata kuhugi ei kuule 
midagi
ei oota kedagi 

kirikukalmistu talvised hauad
täituvad sulaveega
ähvardamisi 
nii nagu veekalkvel 
silmad 

me tulime koju
mina ja vana mees Valu
minu uksel ei seisa kedagi
ja tema 

ta ei tea kes ta on 

kustutab kannaga paberossi tõmbab
koomale hõlmad
jalge all kiviplaadil 
seal kus ta justsama seisis
seisab nüüd tuhane sõnum 

tu muerte es un fuego
que nunca se apagará[1]


VI

nõnda pime oli
võtsin nurgast ja sikutasin
pihku jäi tükike taevanahka
selle all kosmos 

mu sõber, ma arvan,
et sa elad veel pika elu 

aga mina pean minema
üle lumise välja
kus Akeedia tütred
annavad nõeltele valu
õmmeldes taevapaika
misjärel kõik 
on uuesti must 

me teeme elust surma 

näib üks neist ütlevat
vaadates minu poole
oma tuhasel pilgul 

möödudes mõtlen võinuksime 
ju meie 

olla need kes teevad surmast elu



armas, ma tulen su juurde
mööda pikemat teed 

keset küpseimat suve võttis
ühtäkki maad
Kõikide Asjade Väsimine
juulikuu punapalgete alt
kohas palavikku
õhtuti vajus päikene
roidunult silmapiiri taha
nii nagu sina, armas
langetad vahel rinnale pea
aga ta lahkuvas valguses nägin
kogu maailma andestust
voolamas kokku su sülle 

tulin mööda pikimat teed,
armas, sinu käest seda õppima 

enne väravast väljumist
vajusid kulusse maha
andsid veel minule käe 

see on su armastus, kullake,
mis sind õpetab


XI

Kurbuse kaduvast võimust 

surnuaed sisehoovis sa
lased oma päikesest
piinatud pilgul käia
üle kiiskavvalgete hauakivide
kindlus kindlam kui surm 

ahta õue hämaruses ei aimagi
Angelokastro kuninglikkust
süngumas kaljutipul
tulge kui julgete
minu värav jääb ikka suletuks
leinalukk lõhkumata 

tuldigi
kohati vaikust ja eitust nähti
lõppu rippumas alguse kohal
kuuldi olnute koori 

kõik, mis on kurvastus,
hoia mind müüride sees 

Angelokastro
ei langenud kunagi ta
hüljati

[1] Sinu surm on tuli /​mis ei kustu eal (hisp k)





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KĀRLIS VĒRDIŅŠ [17.484] Poeta de Letonia

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Kārlis Vērdiņš 

(Letonia)
Kārlis Vērdiņš nació en 1979 en Riga. Obtuvo un doctorado en Filología por la Universidad de Letonia en 2009. Es investigador del Instituto de Literatura, Folclore y Arte de la Universidad de Letonia. Ha publicado tres libros de poesía: ” Ledlauži ” (Rompehielos, 2001), ” Biezpiens ar krējumu ” (requesón con crema agria, 2004) y ” E” (I, 2008). Su cuarta colección ” Pieaugušie ” (adultos) es próxima en 2015. Ha publicado también un libro para niños ” Burtiņu zupa ” (Alphabet Soup, 2007).

Ha publicado traducciones de poetas europeos y americanos (incluyendo TS Eliot, Konstantin Biebl, Georg Trakl, Joseph Brodsky, Walt Whitman, Charles Simic y WB Yeats), y también ha escrito libretos y letras de canciones. La poesía de Kārlis Vērdiņš ha sido traducida en muchos idiomas , incluyendo colecciones en Ruso ( 2003 ) , Polaco (2009 ), checo (2013 ) e Inglés (2015 ).

Bibliografía 

Los volúmenes de poesía 

Ledlauži. Rīga: Nordik, 2001; Rīga: Mansards, 2009.
Biezpiens ar krējumu. Rīga: Atēna, 2004.
Burtiņu zupa [bērniem]. Rīga: Liels un mazs, 2007.
Es. Rīga: Neputns, 2008.
Mēs: kopotā dzeja. Rīga: Mansards, 2012.
Pieaugušie. Rīga: Neputns, 2015.



Status quo

Confesión de amor – tan bella como proclamación de la independencia. Después de muchos años pasados en la oposición nos alojamos en piso nuevo y romántico – en harapos, somos desnudos. Muchos años que no nos hemos levantado de la cama. Y las reinas con bigotes nos han reconocido de facto.

Hoy de nuevo es la fiesta nacional, fuegos artificiales, las copas brillan como medallas. En sitio de tapas están besos. Ergo bibamus, mi príncipe, robamos todo el Estado como un corazón vacío.



Dos poemas de Kārlis Vērdiņš, en aquest cas, una selecció d'un cicle de poemes que també vaig fer a Ventspils.


NOSALTRES

2

Hivernem en la calor i en la llum,
agafem de casa objectes esmolats i fràgils.
Cap fórmula inesperada, cap gest sobtat,
en la tova foscor ens esquitllem mútuament en nosaltres
per despertar-nos al matí en un llit ple de rajos esquerdats.


4

Plens de salut i encara en vida
les converses, plenes de felicitacions, ens mantenen:
“Espero que algun dia siguis feliç”
abandonen el teu Job el Dia de la mare,
carbó de sucre al tió, ous per Setmana Santa.


8

Vaig parlar amb mon pare, vell, a casa seva, plena d’andròmines.
Em va preguntar: “On aniran a parar les meves coses,
els estris i la resta de ferralla quan mori?”
Li vaig contestar: “Al mateix lloc
on aniran a parar algun dia els meus llibres”.


10

Alguns busquen una feina; altres, casa; i encara uns altres, un nou amic.
Les cares són tristes, i la factura del telèfon, immensa.
Que el dur destí et reveli l’art de viure:
no diguis penjaments ni cabregis cap persona, viu humilment
i demana als consanguinis del poble que t’enviïn menjar.



PLUJA

Ja no la neu, sinó la pluja ha vingut. Camines per la teva gran casa,
         tanques les finestres i apagues els llums – en aquest tranquil paradís art nouveau
         on no tenen accés ni les olors acres ni els sorolls de la badia.
Però la pluja (torrencialment sobtada i esmolada) intenta arribar fins a tu pel sostre
         segur i per diversos pisos. Et toca un alè humit, i munts de papers
         cruixen en els racons de l’habitació.
Sorprès i nu, caus de genollons, de manera que la pluja et fueteja les galtes
          i deixa gotes càlides al tors.
Però algú al cel de nou s’ha espantat i torna a tancar la cremallera.
          Romans en la teva sequedat esmorteïda, en un petit país on
          la gent de vacances grimpa fins a les clivelles del parquet per desaparèixer
          Déu sap on, on pronuncien malament el teu nom i ningú
          no sap com s’escriu realment.
T’adorms a l’alba, sol, en un immens llit, havent tirat la cortina blanca
          a la finestra. A fora, s’inflen els capolls, hi ha piconadores vagarejant,
          i a les rebaixes la teva jaqueta ja costa la meitat de la meitat.

Autor traducción: Xavier Farré




Kārlis Vērdiņš: Dzeja 2003


lai

par saviem sapņiem cīņu sāc
lai tavi sapņi piepildās
ar tumšu smaržojošu vielu

pār malām burbuļojot līst
un biezi melni garaiņi
lai ļaudis reibina uz ielas

lai kājas tā kā darvā līp
lai ļaudis zemē krīt un slīkst
lai elpu pazaudē un smok

lai rītā tavas mājas priekšā
līķi guļ ar melnām iekšām
katram mutē varavīksnes loks




dziesma par kino

es esmu nabags režisors
un taisu lētas filmas
tur draugiem lieku ciest un mirt
bet vecāki par statistiem

kaut vecmāmuļai kājas sāp
tā filmas kulminācijā
pa nogāzi jāj ponijā
ar garu lāpu rokā

kas dziļi sirdī man nav prasts
kas pakrūtē man brēc
tas paliek visu nesaprasts
un nenofinansēts

bet velti Nāve daiļākā
pār kalniem smaida jauka
es esmu nabags režisors
un jāju lētas maukas




dziesma par bohēmu

šis cilvēks ir jau piedzēries
un kļuvis jauks un mīlīgs
kniebj dupsī skaistām meitenēm
un pīpē ūdenspīpi

tas katram labu pateikt grib
ja kāds to vēlas klausīt
viņš jautri dzied un uzdejo
un nobučo man ausi

šis cilvēks logu ārā sit
un elpo brīvu gaisu
jau namatēvs zem izlietnes
tam mīkstu vietu taisa

šis cilvēks ir jau piedzēries
un kļuvis labs un kluss
kā taurenītis kūniņā
viņš maigi šņācot dus

pīkst mobilais nāk mesidži
tam sūta ļaunu ziņu
bet cilvēks šis ir piedzēries
un nemodiniet viņu






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PAU PUIG [17.485]

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Pau Puig

Pau Puig (Cataluña, 1722-23 - Barcelona, 1798) fue un escritor español en catalán y en castellano, y un clérigo regular menor del convento de San Sebastián, de Barcelona. Fue profesor y regente de estudios en las escuelas de Gramática, de Retórica y de Teología de su convento, pero sobre todo destacó como predicador, ya que utilizaba numerosos juegos de palabras y expresiones ingeniosas en los sermones que los hacían muy amenos.

También su obra poética era conocida y apreciada por sus contemporáneos, y la encontramos copiada en manuscritos muy diversos. Puig formaba parte de una tertulia literaria, pues se conservan muchos escritos dirigidos a sus miembros, en prosa castellana con algunos poemas intercalados.

Toda la obra de Pau Puig posee un tono humorístico, ingenioso y juguetón. Desde la composición más seria a la más picante, Puig utiliza la agudeza o el juego de palabras para sorprender y hacer sonreír al lector. Dicha profusión de bromas y dobles sentidos dificulta a veces la comprensión de algunos pasajes de su obra para el lector actual, però también la hace más atractiva.

Obra

Poesía

Se atribuyen a Pau Puig 172 poemas en catalán (que suman unos 5000 versos) i 725 poemas en castellano (unos 7500 versos). La mayoría de composiciones poéticas son breves, formadas por una sola estrofa, muy a menudo una décima, pero también las hay formadas por diversas estrofas. Habitualmente, una frase de encabezamiento nos informa de las circunstancias que han motivado el poema (una celebración religiosa, un suceso, una anécdota, etc.).

Algunas de sus poesías más celebradas son:

Dècimes a las exèquies que féu la vila de Figueres. Primer verso: Ta gran devoció se diga
Epitafi a un escolà, gran lladre, que robava molta cera en cert convent. Primer verso: Aquí jau un escolà
Lo fracàs que succehí a certas damas y cavallers que assistiren al catafal. Primer verso: Per acabar ab primor`

Teatro

Lo clarí de Aquitània i martell de l'heretgia, sant Hilari, comedia de santos
Entremès de les beates
Entremès del cavaller
Procesión en Grajanejos, entremés

Prosa

El Sarrabal de la ciudad de Barcelona para el año 1792 (calendario o pronóstico humorístico publicado póstumamente en 1820 y en 1835, sin el nombre del autor)
Glorias del Hijo por nacer en el monte de la Madre... (sermón publicado en el año 1747)
Las partes de la oración nuevamente copiadas ... (sermón publicado en 1749)
Las manos de las obras y las obras de las manos ... (sermón publicado en 1753)
Oración panegyrica (...) prodigiosa imagen del Santo Crucifixo (sermón publicado en 1753)
Fragmentos del psalmo 113 de David ... (sermón publicado en 1762)
Gracias a Dios trino y uno ... (sermón publicado en 1764)
Sermón histórico panegírico-moral (...) del Divino Redentor ... (sermón publicado en 1767)
Sermón en acción de gracias (...) Nuestra Señora de Misericordia... (sermón publicado en 1772)
Oración fúnebre que a la piadosa memoria de (...) Carlos Tercero ... (sermón publicado en 1789)

También se conservan una cantidad considerable de escritos en prosa que Pau Puig enviaba a los miembros de una tertulia de la que formaba parte, y donde comenta en tono festivo o satírico sucesos y anécdotas del momento, que ilustra de vez en cuando con poemas en catalán o en castellano.



La octava que sigue es uno de los veintinueve poemas emblemáticos que el autor compuso para celebrar la beatificación de Francesco Caracciolo, fundador de los Clérigos Regulares Menores, que se celebró en el año 1769. 

La frase inicial describe la pintura o dibujo que completaba el emblema y sin la cual sería difícil entender la poesía, que tiene una forma casi de adivinanza, con un amplio repertorio de las figuras literarias predilectas de Pau Puig, y también una rima muy sonora.

En la portería se pintó al Rey, santo Thomás y el Beato Padre y san Sebastián.

Lema
Venite ad me omnes...


Octava

Llega a un desnudo de piedad vestido,
ven a un vestido de crueldad desnudo,
corre a un sol que en todo rey ha sido,
entra a un Rey que Sol llamarse pudo;
a un convento en escuela dividido,
de una escuela y convento al sacro ñudo,
y si tu devoción esto repassa...
no avrá que preguntar quién está en casa



El siguiente “gassetín” es una muestra de la comuncación que mantenía el autor con un grupo de tertulianos. En un estilo llano y humorístico, trata sobre diversos temas anecdóticos: un incidente entre cavalleros durante el carnaval; la detención de una mujer acusada de tratos con el diablo; el caso de un soldado poco respetuoso con el Capitán General (quizás también durante el carnaval); el de un religioso muy conocido por sus prédicas, no precisamente breves; el de un devoto o estudioso de santa Eulalia; y de un conflicto del obispo de Lleida.


Gassetín, qué ha passado
esta semana
a 20 de Febrero
dentro la Rambla:

oygan, escuchen, 
qué bellíssimas cosas
ay en el buche. 

El señor de Arellano
vió que llevaba
cierta máscara al manto 
cruz encarnada.

Llama soldados
para que assí castiguen
tal desacato.

La máscara se acerca 
(que era Morales)
y dice: -- Majadero,
puedo llevarte.

Quitóse el velo
y assí que se conocen 
empieza el cuento.

Como ambos son cruzados
temió la Mina
que se cruzen la cara
de alguna riña 
y los separa:

el uno en Monjuique,
otro en su casa.
Un cierto picarillo,
guardia walona, 
al marqués de la Mina
dixo mil cosas:

mil desvergüenzas,
pero ya en Monjuique
paga las penas. 

A cierta carbonera
diz que han tomado,
que estaba amancebada
con el Diablo.

Y, según traza, 
aurá unos veinte años
que ya lo estaba.

El Triumfo acostumbrado,
lunes sin falta,
hará de cuarenta horas 
una charlata;
mas no lo dice,
porque tenga deseos
que se publique.

Solamente lo escrive 
porque a porfía
tiene por compañeros
dos jesuitas.
Y es muy del caso
decir que esso parece 
lo del Calvario.

Un hombre espiritado,
con furia rara,
ha dado en decir cosas
a santa Eularia. 

Y aunque le riñan
no ay quien pueda sacarle
de la capilla.

En Lérida ay quimera
con el obispo, 
por no querer que unos
hagan su oficio.

Y este es el caso,
que aunque no busquen pleyto
ya está en-tablado. 





En la comedia del mundo, se viste de gracioso el apetito y assí (...) verbigracia de un insigne governador que el día de San Alberto, iendo a rezar al Carmelita Descalzo, equivocó el camino de la iglesia y fue por su natural instincto a la cozina, donde por parvedad de materia se comió quatro raciones opulentas de buen pescado.

Esto hubiera sido pecado venial a no averlo refrendado con la visita que hizo de pozos para bever los cavallos, donde hallando un gran porrón de vino que (...) era de los patrones, saludó con salva real a todos los oficiales (...) y a este assumpto le cortaron los siguiente[s] bebederos:



Vino viejo a gobernar,
vino valón a beber,
vino sagaz a coger,
vino tardo en acertar:
mil gracias le debe dar
Vique por tan peregrino,
quando tiene en su destino
un hombre a quien veo io,
que para nada llegó
y que para todo vino. 



El delicado soneto que sigue trata del tema de la batalla de colores, tema muy del gusto de los poetas barrocos. Pero este permite una doble lectura en clave erótica, en que la rosa es el elemento femenino y el jazmín representa el sexo masculino. Con este valor metafórico, es uno de los poemas más atrevidos de Pau Puig, pero también uno de los más armoniosos.



Dudó, no una vez sola, mi cuydado,
divertido en la lid más exquisita,
si la rosa al jazmín lo blanco quita
y el jazmín a la rosa lo encarnado.
En piélagos de dudas anegado,
a segunda qüestión mi amor me incita:
si la rosa al jazmín olor excita,
o el jazmín a la rosa infunde agrado.
Resolver esta duda sin agravios
intentan mis deseos, cuios fines
son, en esta materia, los más sabios.
Tú sola puede ser que lo adivines
quando consigues, con abrir los labios,
hermanar a las rosas y jazmines.



Pau Puig, Obra catalana, a cura de Rosa Maria Serra, Editorial Barcino, 2012.

LXXXVIII

«VAJE DE FESTA»

La següent composició, de metre i rima molt variats, podria tenir diverses veus, una de les quals, almenys, femenina —«una miñona ben clara la cantarà» (vv. 9-10)—, i sembla una paròdia de les cantarelles que recitaven els pidolaires pels carrers. El tema central de la «tonadeta» són els noms dels carrers de Barcelona, amb els quals el pare Puig fa acudits i jocs de paraules, sovint de doble sentit. Reproduïm la distribució gràfica del manuscrit únic, atès que podria indicar les diferents veus.

Per la datació aproximada del poema (1770-1790), suposem que el comte de Peralada a qui va dedicat era Ferran Felip de Boixadors, novè comte de Peralada, que va ostentar aquest títol des del 1755 al 1805. L’avi i el pare de Ferran Felip van ser cofundadors, respectivament, de l’Acadèmia dels Desconfiats i de la seva successora, l’Acadèmia de Bones Lletres, i ell, a més de ser-ne membre des de l’any 1780 [1], devia ser aficionat a la poesia humorística, ja que hem trobat una altra composició dedicada a ell en la qual es fa burla sobre el fracàs de l’enlairament d’un globus aerostàtic a Barcelona l’any 1874 [2], tema sobre el qual tracta Pau Puig en els poemes LXIX i LXX. Sabem que el comte era company de gresca del cèlebre Giacomo Girolamo Casanova, i que l’any 1780 va tenir problemes amb la Inquisició per la notable col·lecció d’obres pornogràfiques que tenia a la seva biblioteca (BLÁZQUEZ 1990: 309). Per aquests anys, els Peralada tenien casa a la plaça de Santa Anna de Barcelona.

____________________

[1] Aquesta informació consta en les Memorias de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, vol. VII, Tipografía de la Casa Provincial de Caridad, 1901, p. 18.
[2] ROCAMORA, Manuel, Historia de la navegación aérea en Barcelona, Barcelona, José Porter, 1948, núm. 22 del catàleg.



Al excelentíssimo señor Conde de Peralada una tonadilla que contenía muchas calles de Barcelona.

Vaje de festa
y a fora·l susto,
que jo no gusto
sentir plorar,
y una nova tonadeta
estich resolta a cantar,
que li digueren la guia
quant la varen batejar.

Escoltin, que una miñona
ben clara la cantarà,
y en català.

No és guia de forasters, [12]
sinó dels que estan aquí;
vina a escoltar-me, perleta mia,
mentras la guia comensa·l to.

De la idea de esta guia
un cego podrà inferir,
pels carrers de Barcelona,
lo de afora y lo de dins.
Atenció, que una miñona
ho comensa a proferir.

Un sou va que hi aurà ruchs
que·s búrlan de lo que canto,
o bé en la plassa dels Porchs [24]
o a la plassa de Palàcio.

Però jo li prometo
al que tal fassa
de donar-li per premi
un tap de Bassa. [29]

Y orellas de Asa,[30]
que comensa la guia,
que és la tonada.

Diu que cap gujat, si és casat de nou, [33]
puga llogar casa al carrer del Bou [34]
y que aquella nena que no·s pot casà
vaje per la Rambla al carrer d’en Xuclà. [36]

Diu que la criada que festèjan tres
tinga caxa y roba als Escudellers. [38]
Diu que si un corteig contrau de la pesta, [39]
del carrer Vermell anirà al dels Metjas. [40]
Y si en l’Hospital li cúran la nafra, [41]
la Bora del Rech aurà estat la causa. [42]

Torni, torni la guia,
que unas màximas porta
fins a las Mínimas. [45]

Diu que aquell que se allotja a la Esplanada[46]
embiaran a la forca moltas comares.
Diu que aquell a qui axuguin molt la botxaca,
vaji a la Plaza Nova, compri’n un·altra. [49]
Y mirant-se com mare la Argenteria [50]
a la Barra de ferro pagui las didas. [51]

Diu que molts corteigs vajin [52]
al carrer dels Banys,
perquè després no·l passin
al dels apellans. [55]

Ningú se’n piqui,
que estos carrers y plazas
són de Marquillas. [58]

____________________
[12]. Molts calendaris i pronòstics del segle XVIII s’anomenaven «guia de forasters», com el Kalendario manual y guia de forasteros en Madrid para el año MDCCLXXX, Imprenta Real de la Gazeta, 1780, o com el Calendario y guia de forasteros de Granada, Guádix, Almería para 1859, Granada, Francisco V. Sabatel, 1859.
[24]. La plaça dels Porcs era prop de la Porta de Mar, i encara existia el 1839.
[25]. El Pla o plaça del Palau es troba a l’actual passeig d’Isabel II, a prop de Santa Maria del Mar. Durant els segles XVIII i XIX hi va haver el palau dels virreis i dels capitans generals de Catalunya.
[29]. Bassa: possible al·lusió al carrer de les Basses de Sant Pere, que desemboca al carrer del Rec Comtal.
[30]. orellas de Asa: enteneu ‘pareu atenció’. Probablement també fa referència al carrer dels Ases, a tocar del Fossar de les Moreres.
[33]. gujat: llegiu «gojat», ‘jove’ (DCVB, s. v. gojat).
[34]. El carrer de Bou anava del carrer de Ripoll a la Plaça Nova, i antigament hi havia la carnisseria pública dels bous. Al segle XVIII ja no hi havia la carnisseria, però sí un popularíssim Hostal del Bou. Aquí Puig vol fer referència a les banyes entre els casats.
[36]. Al carrer d’en Xuclà hi hagué una casa de dones esgarriades fundada per la congregació de la Mare de Déu de l’Esperança, que des del 1710 al 1750 havia estat al carrer de Robador. Les asilades, que vivien de fer feines de rentar, cosir i planxar, i també d’almoines, podien prendre l’hàbit de les Penedides, o bé casar-se, si ho volien i trobaven una bona proposició.
[38]. Referència al carrer dels Escudellers, on s’aplegaven els terrissaires.
[39]. corteig: vegeu nota al títol del poema XLI.
[40]. El carrer Vermell i el carrer dels Metges eren gairebé continuació l’un de l’altre. El carrer Vermell anava del carrer Carders al d’Assaonadors. El carrer dels Metges estava situat entre el carrer del Pou de la Figuereta i el carrer de Sant Pere més Baix. Hi havia una capella dedicada als sants metges Cosme i Damià, i cada any s’hi feien lluïdes festes religioses, on assistien sobretot els metges i altre personal sanitari de l’època.
[41]. Al carrer de l’Hospital, al segle XV, s’hi construí l’Hospital de la Santa Creu, que va esdevenir l’hospital general o principal de la ciutat.
[42]. El carrer del Rec, o Vora del Rec, era un curs d’aigua per on derivava cap al mar l’aigua sobrera del Rec Comtal. A les vores hi havia molins, escorxadors, triperies i peixateries que n’aprofitaven l’aigua.
[45]. Al·ludeix al convent de les monges anomenades «mínimes», situat al carrer del Carme.
[46]. L’Esplanada s’estenia des del Rec Comtal fins a la Ciutadella, i era el lloc on se celebraven les execucions públiques.
[49]. A la Plaça Nova, davant del palau del bisbe, al llarg dels segles sempre s’hi han fet mercats.
[50-51]. Referència als carrers de l’Argenteria i de la Barra de Ferro. Suposem que el poeta fa un joc de paraules conceptista, relacionant la mare amb un metall noble (l’argent), i la dida, que cobra pels seus serveis, amb un metall innoble (el ferro).
[52]. Vegeu més amunt, nota al v. 39.
[55]. El carrer dels Capellans anava de la plaça de Santa Anna fins al carrer dels Arcs. Al segle XVII gairebé totes les cases i terrenys del carrer eren propietat dels frares teatins i era habitat majoritàriament per religiosos a causa de la proximitat del palau del bisbe.

[58]. Marquillas: joc humorístic entre la placeta d’aquest nom i el diminutiu del mot marca, el qual, com el francès marque, significaria ‘prostituta’ (vegeu DCVB, s. v. 2. marca, i també TERREROS 1786-1793: II, 526 i 534, on consta que marca, marquisa i marquida tenen el sentit esmentat, especialment en l’argot dels gitanos), en referència a la presència de bordells a la zona.




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MARÍA EGUAL Y MIGUEL [17.486]

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María Egual y Miguel

María Egual y Miguel (Castellón, enero de 1655 - Valencia, 23 de abril de 1735), hija de José Egual Borrás y de Basilia Miguel. Poeta y dramaturga española. En 1676 se casó con Crisóstomo Peris, marqués de Castellfort, y se fue a vivir a Valencia, donde convocó diversas Academias literarias. A su muerte mandó quemar toda su obra, pero se salvaron algunas obras de teatro y diversos poemas.

Obras

El esclavo de su dama. Novela.
Los triunfos de Tesalia. Teatro.
Triunfos de amor en el aire. Comedia con música.

Bibliografía

María Egual, Poesías de la marquesa doña María Egual y Miguel, marquesa de Castellfort. Manuscrito.
1997 Pasqual Mas y Javier Vellón, La literatura barroca en Castellón. María Egual. Obra Completa. Sociedad Castellonense de Cultura.



María Egual y Miguel: la escritora que quemó su obra

Por Silvia Pato

La poetisa y dramaturga española María Egual y Miguel (1655-1735) se casó en 1676 con Crisóstomo Peris, marqués de Castellfort. El matrimonio se instaló en Valencia, ciudad en la que Egual se dedicó a la escritura, celebrando con asiduidad tertulias literarias en su casa.

La autora cultivó todo tipo de géneros literarios. Ejemplo de ello es la novela El esclavo de su dama, la obra teatral Los triunfos de Tesalia o la comedia con música Triunfos de amor en el aire.

Se desconoce por qué, en su ancianidad, la escritora renegó de toda su producción literaria. Hay quien dice que ordenó quemar su obra en el momento de su muerte, mediante disposición testamentaria, por lo que apenas conservaríamos algunas de sus creaciones. Otros aventuran que fue ella misma la que salvó esas pocas creaciones de un incendio, mientras que algunos más afirman que fue su hijo quien rescató las que pudo de las llamas.

Lo cierto es que esos pocos manuscritos que no desaparecieron fueron vendidos a lord Guildford en el siglo XVII, y este los donó a la biblioteca de Sir Thomas Phillips de Londres. Allí permanecerían hasta 1976 cuando fueron subastados en Sotheby’s. Por aquel entonces, la Biblioteca Nacional los compró y la obra de María Egual regresó a su país de origen, siendo rescatada del olvido en el que fueron sumidas tantas escritoras de su época



María Egual y Miguel cuya producción poética ya hemos descrito en páginas anteriores. Entre las obras perdidas se encontraban varias piezas teatrales, que conocemos por referencias coetáneas, y que fueron escritas para representar en su palacio, y cuyo paradero actual ignoramos: dos comedias tituladas Los prodigios de Tesalia y Triunfos de amor en el aire, que se mencionan como «comedias de bastidores con música». Con el mismo destino de estreno privado escribió una Loa para iniciar la función en la que se repuso la comedia del ingenio barroco Agustín de Salazar y Torres También se ama en el abismo.

La revisión del manuscrito de Poesías de María Egual nos ha permitido descubrir cuatro piezas de teatro breve desconocidas hasta el presente: Coloquio entre Nise y Laura, Coloquio de don Juan y Lizardo, Baile de los trajes, y una Loa. El primero es un elemental Diálogo en el que hablan dos personajes femeninos, Nise y Laura. Laura visita a su amiga Nise, recién retornada de la aldea, para contarle las novedades de Valencia, hablar de las modas, de la esclavitud de los peinados, del amor y de los enamorados, del ejercicio de la caza y de otras costumbres de la vida en sociedad. Estas confidencias de amigas, con algunas reflexiones burlescas, están escritas en verso romance (rima í-o), aunque son escasamente poéticas. El diálogo está distribuido de manera asimétrica, ya que es Laura, acaso representante de la autora, quien lleva la voz cantante, salvo en el largo excurso sobre la caza y las historias amorosas que suceden, que está puesto en boca de Nise. Pero Laura dice que no se quedará tranquila hasta que cuente sus males, con lo que se incluye una «Relación de mujer», donde describe circunstanciadamente sus problemas amorosos.

Brevísimo es el Coloquio de don Juan y Lizardo, con la confidencia del segundo de que por su mala fortuna quiere desaparecer de la circulación un tiempo. Su amigo le pide confidencialmente que le cuente sus problemas. La historia se concluye con la «Relación de hombre», en la que Juan narra sus penas amorosas.

Una Loa, compuesta en romance (é-o), cierra el manuscrito por más que en la organización de la función teatral sirviera para abrir el espectáculo. Hablan en ella las siguientes personas: el Ingenio, la Discreción, el Entendimiento, Volupia, la Ignorancia y cuatro zagalas. No se señala escenografía. Se queja la Discreción de que el Ingenio le haya llamado de manera inesperada. Se disculpa diciendo que se había comprometido a escribir una loa pero que le falta el aliento por lo cual le solicita «que me asistas». Es frecuente en las piezas breves este juego metaliterario de convertir la propia creación dramática al menos en uno de los motivos de los que se compone la fábula. Debo recordar que el ingenio habla en masculino, y en ningún momento se sospecha una autoría de mujer, como ocurre en otras piezas de la misma autora. La Discreción se niega a colaborar, mientras la Ignorancia se ofrece a ayudarle. Llama al Entendimiento para que le inspire, que también rechaza el auxilio. La Ignorancia dice sus tonterías y gracias como si fuera un gracioso. Salen cuatro zagalas cantando y bailando:

Dichosa fortuna
y feliz acierto
en el quinto Felipe
nos promete el cielo
dichosa fortuna.
Gozamos pues vemos
del planeta cuarto
los propios reflejos.
Dichosa fortuna
tendremos si el tiempo
nos trae a su esposa
a feliz puerto.
Y así muchas voces
repiten diciendo:
¡dichosa fortuna
nos promete el cielo!


La Ignorancia, caminando siempre por ruta errada, interesa a las zagalas en la ayuda al Ingenio, cosa que rechazan pues no es tal su misión en la obra. Burla burlando la autora ha acabado la pieza, y han cumplido con el rito celebrativo de alguna fiesta de cumpleaños regio ya que se hace referencia a la Reina («discreción y hermosura de nuestra Reina») y a Felipe V. Con todo, las obligaciones del Ingenio se complican, porque superada la prueba de la loa, «que la he hecho de chanza», queda por hacer ahora una comedia por lo cual busca el asesoramiento del Entendimiento y de la Discreción, que no aceptan, quedando el Ingenio «triste, afligido y turbado». La sabia Volupia, diosa del deleite, hija de Amor y de Psiquis, canta una bucólica canción en alabanza de nuestra «reina amada» y finalmente descubren en boca de Zagala 2 que el intento es festejar «la venida de la Reina» con una comedia, para lo cual era preciso iniciar la función con una loa. Para contentar al ingenio poco inspirado, las Zagalas y Volupia prometen que «también haremos la comedia». Y todos bailan, incluido el Ingenio, satisfechos por la celebración festiva y porque finalmente tendrá quienes le ayuden a componer la comedia.

Los bailes se utilizaban para cerrar el festejo teatral. En el Baile de los trajes, compuesto en el usual romance, intervienen Venus, el Amor, tres Mujeres, los hombres. Venus pregunta a Amor la causa de su tristeza, que radica en que no halla remedio a su pasión. Si le explican la causa, ella buscará solución a su mal. Aclara Amor «que no aprovechan mis armas» y por tanto está perdiendo sus poderes desde el momento en que se introdujeron unas modas en España. Aquí interviene la canción del coro recordando la antigua misión que encomendaba a Amor, su dominio del sodio de las deidades, la flecha que hirió a Plutón. Una vez que se relata esto, aparece una Mujer que quiere consultar un problema con Amor. Luego salen Lorenzo y Juan, y completan la escena Amor y la Mujer, en los que no reparan aquéllos. El dios pregunta a la clienta a qué hombre hay que dirigir la flecha que dispara sin éxito. Elige otra flecha mejor, «más ligera y dorada» con punta de oro predispuesta a herir de amor, sin éxito. Ya son casualidades de un teatro imaginativo, ahora los hombres ya reconocen a doña Esperanza. Sale una segunda mujer, «vendiendo lo que dicen los versos» o sea escarapelas. Ambas hablan sobre ello y ajustan los precios, mientras se aproximan los hombres, que discuten del producto y del amor. Venus canta ensimismada:

Buscando vengo al Amor
que ha rato que no le veo,
y está impaciente el deseo,
ausente de su favor.
Digan mis señores
si han visto al Amor.


Los hombres dicen que sí, pero la diosa no se lo cree, por lo que les exige que hagan una descripción del mismo, cosa que llevan a cabo puntualmente. Canta Venus y también el Amor, de nuevo en escena, que se lamenta de sus males: sus flechas siguen sin hacer efecto a causa de los trajes. Venus quiere ayudarle pidiendo favor a Júpiter. Sale una nueva Mujer cantando: La culpa la tienen los trajes, que es necesario cambiar. Venus convoca a todos, con la ayuda de los instrumentos, a un baile. Todos cantan y bailan mientras acaba la acción:

El Amor ha trocado
el arco y el arpón
por el mírame lindo
y pícame el cor.
La venda y las alas
también las trocó
por la escarapela.


El lenguaje es a veces poco pulido, las abundantes reiteraciones de palabras, tal vez si se hubieran editado, habrían desparecido.




SOR GREGORIA FRANCISCA DE LA PARRA QUEINOGUE [17.487]

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SOR GREGORIA FRANCISCA DE LA PARRA 

La madre Gregoria Francisca de Santa Teresa, Gregoria Francisca de la Parra Queinogue, muy poco conocida incluso en Andalucía, nació en Sevilla el día 9 de Marzo de 1653, de buena familia y a tenor de su vocación religiosa precoz, quince años, ingresó en el convento de las Carmelitas Descalzas, fundado por Santa Teresa, de la que tomó el nombre, que tras una vida ejemplar, falleció en este mismo convento de Sevilla, el día 27 de Abril de 1735.

D. Diego de Torres Villarroel, ha escrito su biografía a la vista de los documentos facilitados involuntariamente por ella misma, y a ruegos de su último confesor Fray Julián de San Joaquín.


Las poesías estaban impresas en esa misma biografía:


EL PAJARILLO

Celos me da el pajarillo
que remontándose al cielo,
tanto en sí mismo se excede,
que deja burlado el viento.
Enamorado del sol,
sus plumas bate ligero,
y escalando el aire bajo,
toca la región del fuego.
¡Oh, quién imitar pudiera,
juguete hermoso del viento,
de tu natural impulso
el acelerado vuelo!
Mi amor ansioso te sigue
con impacientes afectos,
que es dura prisión del alma
la cárcel triste del cuerpo.
Del Sol más supremo soy
mariposa, en cuyo incendio
deseo abrasarme cuando
sus luces, amante, bebo.
Avecilla soy en jaula,
que al verl del sol los reflejos,
son sus gorjeos endechas,
son sus trinados lamentos.
Envidio tu libertad,
y abrasándome tus celos,
quisiera ser salamandra,
para vivir en el fuego.
Los rayos del Sol Divino
hieren en mi amante pecho,
siendo halago en la prisión
lo que en la prisión tormento.
Vuela feliz, pajarillo,
cuando yo presa me quedo;
y viendo que al cielo subes,
me llevas el alma al cielo.
Por amante, y por cautiva,
dos veces presa, padezco.
¡Oh, quién quebrantar pudiera
de las cadenas el hierro!
¡Quién de aqueste lazo débil
deshiciera el nudo estrecho,
y con más ardiente impulso
te excediera en el empeño!
Ese luminar celeste,
es de tu amor el objeto,
que simplemente te eleva,
negado el conocimiento.
Mas yo, que conozco y amo
sol de mayor hemisferio,
formo de mis ansias plumas,
y de mis suspiros, vuelos.
En lo inmenso de sus luces,
cuanto más miro, me anego,
que en golfos de claridad
se absorve el entendimiento.
Sus lucientes resplandores
me excitan rápido vuelo;
y detiéneme la liga
del vital unido aliento.
¡Oh tú, que con blandas plumas,
giras el vago elemento!
Sube más alto, si puedes,
y serás mi mensajero.
Darás de mis tristes penas
un amoroso recuerdo
a la luz inaccesible
del Sol de Justicia Eterno.
Dile que sus resplandores
me tienen de amor muriendo,
porque a la luz de mi fe
descubro sus rayos bellos.
Que en ellos me engolfo tanto
cuanto en ellos más me ciego;
que es gloria quedar vencida
del imposible a que anhelo.
Dile que de mí se duela,
que rompa el vital aliento,
que desate las prisiones
de tan dilatado tiempo.
Que el mirarle por resquicios
es del amor más tormento,
pues al herirme sus rayos,
más me abrazo, y más me quemo.
Que del todo los descubra,
corriendo el cándido velo,
para que le goce el alma
del todo, y al descubierto.
Pajarillo, si de amor
has gustado los efectos,
lastímate de mis ansias,
duélete de mis tormentos.
Mi libertad solicita
con mi dulce Amante Dueño;
y de tus alas me presta
plumas, que vuelen al centro.
Salga de esta dura cárcel,
de este largo cautiverio,
donde triste gimo, y lloro
mi prolongado destierro.
Donde, advirtiendo tu dicha,
tan infeliz me contemplo
cuanto es mi amor impaciente,
y mas divino mi objeto.




LA PASTORCILLA

Una humilde PastorcilIa
Esta mañana salió
Á la soledad de un monte
En busca de su Pastor.
Querido Amante, le dice,
¿Cómo es posible, Señor,
Que viva yo con alivio,
Estando ausente de Vos?
Ablándente, Pastor mio,
Las lágrimas con que hoy
En aquesta soledad
Os busca mi corazón.
Y pues me le habeis herido
Con las saetas de amor,
No desprecieis mis gemidos,
Dad alivio á mi dolor.
Estando con estas ansias,
El amoroso Pastor,
Que gustoso la escuchaba,
De esta manera le habló:
Amada, y querida Esposa,
No me he ausentado, no, no;
Ocultéme para ver
La fineza de tu amor.
Gozoso de haberla visto,
Concedo tu peticion;
Porque á mi, me agrada mucho
un rendido corazón.
Y pues el tuyo desea
Solo le posea yo,
Desde hoy, Esposa querida,
En él tomo posesión.
La dichosa Pastorcilla,
Con tan divino favor,
En silencio se ha quedado,
Gozando de su Pastor!.



Sor Gregoria Francisca de Santa Teresa (1653-1736), de civil Gregoria Francisca Parra. Hija de un bachiller en derecho, a los quince años tomó el hábito en un convento del Carmelo descalzo de Sevilla. Su biografía fue ampliamente conocida en toda España y publicitada por el famoso Diego de Torres Villarroel, catedrático de matemáticas en Salamanca, quien escribió sobre ella una Vida ejemplar, virtudes heroicas y singulares recibos de la V. Madre Gregoria Francisca de Santa Teresa, carmelita descalza, en el siglo doña Gregoria Francisca de la Parra Queinoje (1738), en la que pintaba de manera efectista todas las virtudes espirituales y explotando los supuestos hechos milagrosos que se le atribuían, incluida su santa muerte. Esta fabulosa biografía recoge numerosas informaciones sobre las actividades intelectuales de la monja, en parte rescatadas de una desconocida Autobiografía, perdida en la actualidad:


Enardecida en divinos afectos, a cada instante conversaba con Jesús, decíale enamorados requiebros, escribíale papeles amorosos, y le hacía versos blandísimos y afectuosos, y jamás se había ejercitado en esta especie de agudeza, ni en el siglo, ni en la religión.

Sin aprendizaje artístico alguno, los versos brotaban de manera espontánea a esta monja ensimismada en Dios, de los que Torres Villarroel incluye numerosos ejemplos para engalanar su devota biografía.

Lo más interesante de su abundante producción lo hallamos recogido en un manuscrito de Poesías que se conserva en la Biblioteca universitaria de Oviedo, de la que se sacó una antología publicada en París en 1865, y en otro inédito de la Biblioteca Nacional. Sus composiciones son religiosas y místicas, en la línea de Santa Teresa a quien recuerda en «A Santa Teresa». Dice de ella el marqués de Valmar:

Se distingue por la exaltación mística. Todas las impresiones de la vida cobran en su ánimo un carácter intenso de espiritualidad y amor divino [...] Y lo singular es que su afán de morir, aunque vivo y profundo, nada tiene de amargo y de sombrío. No emana del desaliento de la vida, ni de los tormentos del desengaño; es el ansia de subir a la mansión beatífica de los justos, de gozar de la presencia de Dios sin velo y sin distancia.

Fue elogiosamente recordada por Serrano y Sanz, y más por Menéndez Pelayo, que la considera «como uno de los últimos destellos de la poesía mística en el siglo XVIII». Utiliza los símbolos habituales de la poesía amorosa, popular y culta (pastorcillo, oveja, zagaleja, tórtola enamorada, fuego de amor...) que vierte a lo divino; junto a otros que proceden de la literatura sacra tradicional o de las Sagradas Escrituras (pastor, nave, esposo, barquilla). Así la poetisa se trasmuta en oveja descarriada en este mundo en «La zagaleja», donde leemos estos finos versos:


Cuando alegre el alba ríe,
una amante zagaleja
llora en aquel arrayal
y tiernamente se queja.
Suspiros exhala ardientes
entre amorosas endechas
que, penetrando los cielos,
enternecen las estrellas.
Por las fuentes de sus ojos
aquestos ecos resuenan,
llevando el compás el llanto
y el contrapunto la pena.


En ocasiones sus versos adquieren una mayor intensidad espiritual. Entonces navega por las oscuras galerías del alma donde se palpan las inquietudes interiores: la necesidad de salir de la tierra a la que se siente encadenada, la valoración de la virtud heroica, el deseo vivo y gozoso de la muerte para llegar a Dios, el goce y contemplación beatífico de la divinidad, la vehemencia oracional, la serenidad o la inquietud del alma agitada, sentidas alternativamente. La palabra adquiere entonces un tono de mayor hondura:


Aquella luz divina
de arrebol gozoso
ilumina y abrasa,
purifica, aniquila y causa gozo.
Aquel aire delgado,
silbo blando, amoroso,
que el corazón penetra
y la mente levanta a unirse al todo.


Sor Gregoria Francisca hace una poesía suave y delicada, rehuyendo los excesos conceptistas, con predominio de los metros cortos y ligeros: romance, letrilla, romancillo, redondilla, endecha. Menéndez Pelayo alababa «sus romances tiernos y sencillos» destacando el titulado «El pajarillo»:


Celos me da un pajarillo
que remontándose al cielo
tanto en sí se excede
que deja burlado al viento.






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ADELINA LO BUE [17.488]

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Adelina Lo Bue

Adelina Lo Bue nació en Mendoza en 1953. Participó en la Antología Oral (sección Literatura Argentina) de la St. Thomas University (New Brunswick, Canadá) en 1989, 1990 y 2000. Su libro Poema del universo fue distinguido en 1998 con la mención de honor del Concurso de Literatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Poemas de su autoría fueron traducidos al francés por Chantal Enright y Elina Cohen y publicados en Voix d’Argentine - Cahiers Bleus (París, 2006).

Publicó los libros de poemas Línea de fuego (1995), Mapas (1999), Poema del universo (1999), Elegías (1999) y Señales rupestres (2009).



Flores silvestres

No apagues tus ojos
No los apagues
Este camino
No lo conozco


*


Edificios de acero y cristal
Reciclados
Terrenos baldíos
Paredes que trepidan junto a brotes de cañas

Un paraíso de laptop es la plaza y tu barrio

(...)



Estatua

Cuando el sol se demora en la montaña
un huerto
descubre la ciudad oscura
que un dios construyó en una noche

Tu costado es tierra rojiza

No sigas largas rutas
ni las filas de los espectadores de los cines

Detrás de la puerta de tu cuarto
solitaria estatua de mármol blando

Una vela encendida es la luz

La noche es un ungüento que fluye



Las ciudades del desierto

Las ciudades del desierto
son como el leopardo
de los mediodías.
Hay una urgencia del tiempo.
Arriesgado su movimiento
el leopardo encuentra
la terrible mano
que disipa su día
en el agua caliente
Lo eterno es urgente
Lleva tu tarea suavemente en las veredas del peligro
y ten en cuenta la urgencia del tiempo
Levanta el jardín y exterioriza su contorno.
No se dispone siempre de la alegría
cuando una cosa desune
la infancia.
Las ciudades del desierto
son como los leopardos echados al sol
a medio morir.
Mira la estación
no te desprendas del árbol
que oscilando tu equilibrio
no será indiferente
a la pena indecible.
Tal vez todavía
no conozcamos la ciudad
que nos arroje a sus amplias calles.
y allí, penetrar a destiempo
sin seducción, sin corazón nocturno.
Las ciudades del desierto
son como el color de los leopardos
a la hora de dormir.



Ciudad secreta 

Han brotado naranjas que rodean la curva de tu cuello
La línea del bosque es un lugar donde los hombres son dioses
La ciudad es antigua y poderosa
un pequeño amor había sido su secreto



Umbral

Contemplo y veo
Vuelvo atrás y me miro
Un espacio se abre y abre mi cuerpo
Emerge un lugar que retrocede
Me soñé
Era yo
Eso creo. Era diferente
Había reconocido el color de mi mirada
Fui
Mi cabeza se hundía en el aire



Poemas de la noche

I

En el sueño,
la flor despierta a la noche
y a menudo el jardín
implora su sombra.
Es el secreto mundo la espera sanguínea.
En las afueras
el aullido quiebra la luna muerta
porque en el silencio del laurel
lejano está el hombre
con su noche de lluvia.


II

Noche pétrea.
Asoma el dolor humano.
Los ojos se van abriendo,
nada se declara, sino la vida misma:
pesada y flotante en la noche tranquila.


III

Al ladrón se le han olvidado
las horas que tiene la noche
porque su nada quiere
encontrar helados sus ojos en el agua.
Un sueño ha sido arrancado.
Ni siquiera ante ti la vida se arrodilla.
El mundo se prolonga, se prolonga
mientras aquí abajo
un león está puesto cara a cara
con tu síntesis sanguínea.
Todo se va abriendo paso a paso
a un abismo. Allí espera la mano
que te llevará
a una tierra de vigilia permanente,
de locura con forma.
¿Dónde está la palabra que no encuentro
en el diccionario, para despertarme después
en una casa
donde no haya violines desgastados?


IV

Noche pavorosa
que buscas a la nada
con la lucecita de ese barco
en ese espacio de mar.


V

Cuando la noche madure en el violín
recuerda a la serpiente
que volvió su rostro hacia la estrella
como en un diálogo de poetas.
El oro en la distancia
vierte los sueños de la imagen
porque la noche se ha construido
con esa mirada, esa mirada.

Ya conocerás la línea eterna
del tiempo, y el pájaro,
y lo terrible del viento
serán los años de tu ausencia
bajo aquella mirada.




El río

Sé que mi sueño no tiene fin.
Cuando muera
irá conmigo... a otras horas.
Sé que no quiero ser siempre feliz.
Cuando lo sea
pondré mi corazón sobre el río
como una cosa más que el río castiga,
arrastra y deja.
Allí entonces mis manos lo tomarán
y será mío nuevamente,
podré así saber qué me dice su agua.
No quiero ser feliz
porque el regocijo de lo oculto
no será mío
y sí será extranjera a mi célula la vida
y correrá en los días de almanaque mi sangre.



La piel

Y la piel se consume
y la piel es niño.
También amor, estrella pálida es la piel.
La piel es muerte.

Un eco y unos pasos,
un jardín que nunca enferma,
sueñan dulcemente
en el libro aún no abierto.

Un ángel dibuja
un torso desnudo
y la noche sustenta
un trágico universo.

Terrible y bienamada,
la piel es un estado de alma,
una espada en el crepúsculo.
Nada es inmortal.
Solamente se espera
que no haya
fuego de flores.

(De: Línea de fuego.)




YVAN CONNA [17.489] Poeta de Estados Unidos

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Yvan Conna 

Yvan Conna nació en New York (Estados Unidos) en 1977. Es arquitecto y profesor en las Cátedras de Psicología de la Percepción, Ambiente 2 y Producción de Muebles en Arquitectura y Diseño de la Universidad de Mendoza. Especialista en Paisajismo (UM+Virginia Tech University). Máster en Arquitectura y Urbanismo (Universidad de León). 
Publicó dos poemarios: Naufragios en la noche (2008) y Exilios de un corazón (2010). En 2013 participó en Palabras que afectan. Recopilación de escritores mendocinos online. Parte II (DGE). Participó también del libro Historia de Luján por lujaninos II (2010). Fue seleccionado para La ruptura del silencio Antología de Poesía Mendocina Contemporánea de la DGE (2009). En 2009 obtuvo una Beca del Taller de Poesía del Fondo Nacional de las Artes, dirigido por Alicia Genovese. Seleccionado en 13 ocasiones por el Centro de Estudios Poéticos de Madrid para sus antologías poéticas. Finalista en el VI y VII Concurso Internacional Angel Ganivet 2012 y 2013. Finlandia. En 1998 recibió mención por la SADE.




La Quiaca

Camino a la Quiaca
una línea interminable
profunda al norte
se incrusta en la ausencia.
Rasga la quebrada hasta liberarse
hasta dibujar un trazo
que rompe la frontera.





Frida Kahlo

Frida se rompe
Frida se quiebra
Frida masturba a los morbosos
con su frialdad ante la muerte
vive con la certeza de saltar los límites.
Frida define una mujer
el siglo XX a sus pies
rinde homenaje y contempla.
Frida guarda secretos y escondites
junto a Diego

en su casa azul.

(de la serie Poemas en Latinoamérica)




La Paz

Dios Latinoamericano

América Latina sangra
de las venas siglos de látigo
siglos de esclavos
recorren la historia.

América Latina sangra
un dios inventado para tolerar
siglos de plegaria
una vida eterna
un dios europeo
que llegó en barco.




Economía

Bolivia limita con la pobreza
las plazas llenas de almas
compran esperanzas
el día de la abundancia.

Las iglesias repletas
ya no hay lugar para rezos
solo una cruz débil sin respuestas.

Bolivia limita arriba con el cielo
hasta las nubes presionan
blancas, densas y tan cerca.





Altura

La Paz se desmorona
La Paz se olvida
La Paz cae de los cerros como sueños
sobre sus grietas nacen ciudadanos
que se lanzan de los techos
sobre las iglesias
que brotan en cada esquina.






Cuzco

Cuzco quieto
espera ansioso
una nueva tanda
de extraños



Uno tras otro
los niños
ofrecen algo
lapiceras/muñecos/turismo
hasta una pequeña demostración
de inteligencia
por memorizar
país y presidenta.




Ocaso entre callejuelas
baja el sol escalinatas
hasta la plaza de armas.
Se reflejan los vidrios y los techos
en lo alto de los cerros.
Se apaga la cuidad de cielo
para iluminar calles y edificios.
Ocaso en Cuzco
cae silencio con la tarde
mientras bajan las banderas.




Silencio de domingo
suenan las campanas
llamando a los fieles
para que sigan convencidos









BEATRIZ HAUSNER [17.490] Poeta de Canadá

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Beatriz Hausner

Beatriz Hausner, por Susana Wald

“Nació en Chile y se trasladó al Canadá en 1971. Escritora de estilo sofisticado, en la tradición de Breton, se inspira en sus encuentros con la cultura chilena y el afamado grupo surrealista Mandrágora. Traductora de más de una veintena de libros de literatura de autores latinoamericanos (César Moro, Jorge Cáceres, Enrique Gómez-Correa, Aldo Pellegrini, Ludwig Zeller, Rosamel del Valle, etc.). Continuando la labor poética iniciada en las ediciones Oasis (fundadas por su madre, Susana Wald, y Ludwig Zeller, en Toronto, 1975), publicó, entre otros títulos de poesía, la recopilación The wardrobe mistress (2003). Trabaja como librera en Toronto”.

Otros de esos títulos son Towards the ideal man poems (2003), The stitched heart (2004) y The archival stone (2004), pero en los últimos años la lista se ha enriquecido con Sew him up (2010), Enter the raccoon (2012) y La costurera y el muñeco viviente/The seamstress and the living doll (2012).
La costurera y el muñeco viviente permite el acceso en castellano a su obra, tratándose de una estupenda antología, con un buen prólogo que firma Rodolfo Mata y poemas muy sobresalientes, como el que otorga título al libro, “Coppelius y su muñeca”, “La amante del ropero”, “Cache-cœur”, “El hombre que se tragó su lengua” (dedicado a la memoria de Laurence Weisberg) y “La casa de Rue du Château”, serie de oníricos poemas en prosa donde incrusta, en bello diálogo poético, pasajes de Rosamel del Valle, César Moro, Antonin Artaud o su maravillosa tocaya la trovadora Beatriz de Dia. Rosamel del Valle y César Moro son dos de sus referentes mayores, mostrando su arraigo en lo mejor del surrealismo iberoamericano, revelado ya por la lista de nombres traducidos que antes citábamos, y a los que deben añadirse los de Olga Orozco y Enrique Molina y el de un Álvaro Mutis, cuya expresión literaria está a veces tan cercana al surrealismo (The invisible presence: 16 poets of Spanish America, 1925-1995, aparecido en 1996, incluye a la mayoría de estos poetas). En La costurera y el muñeco viviente, la prosa “Hombre original” está escrita “a la manera de Rosamel del Valle”, mientras que a César Moro le dedica “Mi gemelo poético”, título que lo dice todo. Beatriz Hausner es también la traductora, al español y al inglés, de La poutre creuse, poema que Édouard Jaguer había publicado en 1950 y que vio aparecer esta edición trilingüe en Oasis el año 1982. Por entonces, viajeros del surrealismo pasaban por Toronto para encontrarse con los Zeller, y entre ellos, aparte un Arturo Schwarz, un Schlechter Duval o el “fabulosamente divertido” Eugenio Granell, se encontraba Édouard Jaguer, hace poco recordado por Susana Wald. Esto lo refiere Beatriz Hausner en la interesante autosemblanza surrealista que traza en Surreal Estate, antología de trece nombres canadienses influidos por el surrealismo, donde solo con ella, con William A. Davison y con Steve Venright vamos más allá de la mera y confusa influencia. Porque, como Beatriz Hausner señala en el mismo texto, el surrealismo es “una manera de vivir, una manera de estar en el mundo”.

Algunos poemas de La costurera y el muñeco viviente proceden de The wardrope mistress, pero no dos títulos que en esta página del surrealismo tienen que nombrarse: “Je ne mange pas de ce pain-là” –la frase definitiva de la ética surrealista– y “Magritte lover’s in Toronto –reaparición en otra geografía de los amantes que en 1928 se besaban a través de sus mortajas, haciéndonos pensar al mismo tiempo la bella portada de Susana Wald en La philosophie dans le boudoir, otra de las inolvidables pinturas de Magritte. Pero siempre Beatriz Hausner es una escritora insólita, sorprendente. Un libro en este aspecto emblemático, que por su carácter unitario no tiene representación en La costurera y el muñeco viviente, es Enter the raccoon, sobre los amores de la escritora con un mapache de talla humana. Laurens Vancrevel la ha calificado de “fábula excepcionalmente profunda”, “historia fascinante, obsesiva y melancólica sobre el deseo sexual, sobre las exploraciones y el miedo del otro, pero también sobre la alegría y el terror del abrazo”. Combinando reflexiones e imaginario, revela de nuevo su interés por “el fabuloso cuerpo de poesía” legado por los trovadores, en este caso al evocar el enloquecido amor de lonh de Jaufré Rudel. En otra ocasión, Laurens Vancrevel, que ha traducido los poemas de Beatriz Hausner al neerlandés, se refiere justamente a “su notable seguridad de expresión para relatar los fantasmas y los sueños en frases precisas y turbadoras”.

Beatriz Hausner, a quien una “estela” de Allan Graubard celebraba en And tell tulip the summer, es una presencia firme en las más significativas manifestaciones recientes del surrealismo: Debout sur l’Oeuf, Hydrolith, La chasse à l’objet du désir, el almanaque de Brumes Blondes...

La poesía de Beatriz Hausner es bella como los mares que transportan armarios perfumados, gigantescos nidos de águilas reales, castillos estrellados de ventanas en llamas, la palmera tropical que soñaba con navegar y el sofá campestre de Kafka, con insólitos seres híbridos recostados en molicie sideral.




EL HOMBRE QUE SE TRAGA SU LENGUA
                                                                           
En recuerdo de Laurence Weisberg


Cuando nos encontrò en la plaza
el humo surgia de sus zapatos
flotaba
en el aire como una cancion suspendida
apisonaba el forro cubierto de perlas
de la tierra. Decia venir solo

Aunque sabiamos que caminaba junto
a la enfermera extraterrestre que se veia
sòlo cuando èl abria su inmenso pecho de tesoros.

Poraba fuego en su interior ardiendo
en lo hondo con envoltura
apretada como un puño
que golpea el silencio creciente
de su edad.

Tirò hacia adentro su lengua
hasta los limites de lo soportable
sufriendo el canto
mientras se desplomò dentro de su corazòn.

Habla aqui
un leòn cuya piel estuvo forrada
de plumas de pajaro de sol gato enorme
habitado a colgar
de las làmparas de la primera casa
donde vive èl con su hermana
sacerdotisa de la danza
y con los animales magicos
que brillan en la noche.




VOICE LIQUID SKIN

Veritably you and the fabulous smoke
On your head and the flaming hair and 
Isis with you and the objects of the world
Certainty of fire as we pour heat into us
Entirely possessed of our selves still

Leda let me be to the swan between 
Is an enviable Ariadne but she is the star 
Quietly imploding in your mouth
Under a canopy of lights the night
Into landscapes flows through us to
Daylight is ours to begin again

Something becomes regal between us
Kingly you are as we twine the golden thread
Inward into us ourselves we go knotting 
Never stopping this getting to coming.




HIGH PRIESTESS

Our revered lords ladies dear ones I am come to render elegant homage to silks sometimes chains due to the reversal of the bias the principal altar is up side

down Divine Adoratrice of Amun you are of the easy knit interacting with 
the figure holder of the office use yourself as inspiration in moiré and the shimmery

legs strutting down the aisle so the fabrications may reach you because nothing  detracts from the treatment modality of those fabrics draped against hardware

as you command our attention to the mirror of ourselves your subjects. Because you must on your own and you place ethereal layers and it is necessary to conceal

your love of these the mothers of the children hanging off us women who address  the drape of the garments our Lord Love of perfect fit around us the hanging gardens

of Babylon and Alexander who saw them and mistakenly fled along the grain yes  the grain for he knew not the power of adjuration entreaty renewed twice yearly

when we sit along the long path and praise the importance of the collar to Amun God’s Wife you are God’s Wife of Amun they call you more than all the vestals






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ZDENĚK PÍŽA [17.491]

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ZDENĚK PÍŽA

Nació el 11 de marzo 1955 en Ostrava, Repùblica Checa. Es miembro del grupo surrealista Stir Up, con el cual expone en su país natal, así como en Austria, Bèlgica y Portugal. Su obra tiene una fuerte relaciòn con el automatismo onírico. En 2010 participó en el Encuentro Internacional de Cultura Surrealista "El umbral Secreto"





NOSTALGIA ESCARLATA

Las top-models lloran detràs
del paramento
y yo bebo tus ojos
como ajenjo.
En otro tiempo tus cabellos eran
amarillos
cual mi anillo
cuando bajo los auspicios de la noche
yo me deslicè en tu obra.
Antes de cenar
hay que empolvarse
pues incluso la luna està pàlida
cuando las musas
mueren una tras otra












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