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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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HORACIO AIGE [17.271]

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HORACIO AIGE 

Nació en Rosario, Argentina. Publicó varios libros y plaquetas de poesía. Entre ellos el libro POEMAS (1994). Colaboró en varias revistas literarias, entre otras, la mexicana POESÍA y POÉTICA dirigida por HUGO GOLA y la porteña HABLAR DE POESÍA dirigida por RICARDO HERRERA. Entre 1995 y 1997 funda y codirige junto a los poetas HÉCTOR PICCOLI, CONCEPCIÓN BERTONE y ARMANDO VITES la revista literaria CUADERNAS. En 2015 junto a ARMANDO VITES crea y dirige la revista literaria MIRTO.


ELEGÍA

( a JUAN MANUEL INCHAUSPE )

Trataste de poner lo negro en su sitio,
de ordenar lo desordenado.
Trataste de ver qué cosas te eran más íntimas
y cuáles más lejanas,
qué desesperados corrimientos había,
de donde venía ese desvarío
ese grito desfilando enloquecidamente en la noche helada:
tenebrosos sueños que no te abandonaban.

Así, de pronto,
viviste el horror
de ver que aquel que estaba en el espejo
era otro.

Pero,
cómo pudiste, heroicamente,
cada cosa tratar de poner en su sitio?

Es cierto que se pueden alzar del mundo
los pedazos de un día roto
sin blasfemar.

Es cierto que se pueden quitar las innumerables trampas
de los rincones más oscuros,
batir el desplazamiento de las desavenencias
y cada guarida de cada absurdo
que se fueron devorando una a una nuestras ilusiones
para dejarnos tan vacíos de cara al silencio.

También es cierto que se puede salir con vida
del terror,
y se puede, después, volver.

Y que también, se pueden ir uniendo los pedazos de aquel día
rehaciéndolo de a poco
y llegar a sentir que su forma y su esencia
es sensible a lo cóncavo de tus manos, dolor.

Sí, todo eso es cierto,
pero cuando lo negro rabiosamente aúlla en lo profundo a veces
y va y viene en uno a oleadas fulminantes
y uno decide no irse,
quién entonces desenreda el tremendo caos
con manos impertérritas
sin encontrarse a la vez muy solo y enredado,
como ahora, que estás para siempre tan lejos de casa,
muy despacio, caminando sobre escombros?


CICLO

Qué cielos, qué rostros, qué tiempos, qué palabras,
qué sabidurías surcando lo natal
y diatribas por juicio y el canto cantando
entre la noche
de la imagen que retorna
o del inicio hacia el final,
plenario, insustancial.

Mundeo en la desgracia que disuelve
ampliado por un viento de insurrección.
Mundeo, clima de terror,
que a los amantes se opone
para vencer al amor.

Pero..., ¿Quién eres tú, menos alto y más alto,
cedido o impostado, más amado que el sueño
y más cierto que el gesto?

Amagues y cifras entre árboles
y desmesurados, arriba del signo, los pasos,
donde todas las señales intrincadas se cruzan.

Barco anclado por el mal, y lánguido paisaje
al ojo inmóvil,
yo también asumí el terror y el olvido que recuerdo
forzando todas las líneas, quebrando la tensión
entre una primavera y otro verano.

Esto, desconociendo, pude haber hecho
si no me hubiera desconocido demasiado,
yo, que por sobre el naufragio, pulsando junturas uní las aguas
ignorando que me ignoraba.

Esta posibilidad, este no saber, esta muerte,
sintiendo para sentir, en un día más acá de mí
podría hacer ahora, si no fuera porque me conozco demasiado.
O bien, irme de mí, perderme para vivir,
abandonar mi sueño por este sueño,
mi poema por aquel otro no dicho,
el silencio, boca entrelineada, la aliteración,
los antiguos ritmos en la apertura final de todo el ciclo.

Qué cielos, qué rostros, qué palabras
tan verticales hacia mí.
Y al fin, en la proyección de mi canto,
el blanco dispersando lo que escribo
adhiriendo niebla al silencio.


ENCUENTRO CON WITOLD GOMBROWICZ

Preocupado por el más allá, muy solo y masticando rabia
y hablando imaginariamente con la muerte, ese día
anduve incansablemente por las veredas de Plaza Retiro, hasta que de pronto
me paré muy cerca de la inmensa Torre de los Ingleses
para observar, a lo lejos, el atardecer de autos en movimiento y recortados edificios.

Dadas las cosas así, de golpe me di cuenta que Witold Gombrowicz
- aún medianamente joven pero velozmente envejeciendo - estaba
también parado ahí, mirándome, muy cerca de mí
y sintiendo el mismo nudo en la garganta que yo
tras el sol final de esa tarde, sin nadie más, tan sólo nosotros mismos
cansados vagabundos semiderrotados.
- Mire el reflujo de la ciudad – me dijo él, manteniendo su mirada
quién sabe a qué parte de su interior aunque apuntando
hacia la estación de trenes que teníamos enfrente.
Había en sus cansadas palabras como un corte en el tiempo,
una vuelta hacia ningún lado, acaso intransitable puente donde
desunido, el presente, alzándose en su autonomía, ya no era
parte de la transitoriedad.

Yo entonces, azorado, tan sólo atiné a observar ese reflujo mágico por él señalado
y era todo como un sueño, nostalgias de infancia, alucinaciones o corrimientos
girantes en mi mente, que podrían pero no pudieron ser
dominados en mi tambaleante memoria.

Única débil flexible estructura del tiempo – pensé yo –
en busca a esa altura
de cualquier medio de transporte que nos llevara a ambos
de vuelta al sitio que a cada uno – por obvias pertenencias a tiempos distintos 
nos correspondiera.

O que nos llevara a ambos de vuelta a un clima del corazón
donde cada uno pudiera correctamente situarse sin llorar la despedida eterna.



NERVAL

Naves de sombra deslizando círculos de agonía,
naves de sombra en tus dormidos ojos
quebrando el íntimo laurel
en la indescifrable línea del relámpago
que Isis soñara envuelta en roja tormenta
en los derrumbes de tu nada.
Y para tus concéntricos pasos rumbo al ánfora invisible
donde claman los astros la inminencia del oro
rueda aquel entrechocar de olas en lejanía sin viento
porque lo divino se alza hasta tu frente aterida
y entonces, tú te ahorcas, para volver al origen de la vida.
Oh, golfo triste que vacilas y vacilando retomas
el viejo camino de arena antigua
mientras pende tu soga azul del sistro asesino
como misterioso hierofante en llamaradas riendo
para oficiar el réquiem en la magia de tu cintura.

Oh, pálido en neblina donde muere el tiempo
en delirio de amapola y piramidales ocasos
de heliotropos sanguinarios que en orgía acaba.
Orilla de viento y oscilación de la locura
en el junco diverso del naufragio
y tus ojos dibujando
la mágica geometría de una belleza
aún más pura que tu rostro ante la luz.
Y ya cursa Andrómeda el duro tiempo de la belleza,
de la belleza vacía,
y la luz de un instante raya la columna de aire
en la orilla transparente del río sin blancura.
Mientras, otra voz, en la tarde te habla, y tú no comprendes
y oscilando, tus pasos vuelves,
hacia los oscuros ojos de la noche oscura
como soñando a Aurelia
amarilla flor de prohibidos encantos.
Y ya te ves huyendo, en aquel fantasma trágico
que en su propia mano su triste cabeza sostiene
cada vez que de la tumba egipcia recuerdas
la misteriosa momia
y su alma milenaria en el ave atroz.

Oh, golfo triste que vacilas y vacilando retomas
el viejo camino de arena antigua.
Oh, pálido en neblina donde muere el tiempo
en delirio de amapola y piramidales ocasos.
Oh, soñador de vientos, que cantando pasas
para que repose el vertiginoso instante
en la oscura infinitud.




VOY A HABLAR

Voy a hablar
Mezcladamente
De la Argentina.
De mi familia,
De política,
De literatura,
Y demás yerbas.
Por ejemplo
Voy a hablar
Del argentinito,
argentinito.
Del argentinoide,
argentinoide.
De lo argentinamente.
Del argentinazo.
De argentinizar.
De desargentinizar.
De lo ultra-argentinamente.
Y porque no
De los aiges.
Y a ellos les digo
Lo primero que se me ocurre.
Que es lo siguiente :
Por favor, aiges del mundo uníos.
Que esa es la ley primera.
Y ante todo antes de seguir
aclaro para no confundir
que está aige y están los aiges.
Está aige que esto escribe y están los demás aiges que nada escriben
salvo mi primo Tito habitante y líder de los escritores de la pujante ciudad de Casilda
Ambos sacrificados vagos, (perdón) artistas
A puro pecho y con muchísimos huevos
Para salvar el honor de la familia.
En medio de una época bastante triste.
Ridículamente fallida esta época
Que no cree en nada profundamente vertical
Salvo en ningunear y ningunear.
Del ambiente literario y demás ambientes mejor ni hablar.
Por eso digo con jubilo de orgullo nacional
Vos que sos ultra-puro-argentino
Es decir
Pura marca nacional
Es decir
Que amas el fútbol y el mate no lavado.
Y entre algún que otro gol
Y mate y mate
Repetís y repetís
Alguna que otra frase del General.
“Por ese gran argentino...ponpóm, ponpóm”.
Pero digamos la pura verdad,
para un argentino no hay nada mejor
que ver rodar una pelota
con un buen mate no lavado
entre mano y mano.
Y aclaro que no estoy hablando acá
De aquel ridículo poema
De don Ezequiel Martínez Estrada.
Ni siquiera de Borges
Por haberle puesto tantas estrellas
A los poemas de don Ezequiel
Que terminó estrellándolo contra el fango.
No, sólo hablo del orgullo estrictamente nacional.
Sólo hablo claro está de los argentinos, argentinitos,
argentinoides, argentinazos.
Y por supuesto de los aiges, aigesitos,
aigenoides, aigenazos.
Perdón, pido perdón a todos.
Un saludo y un abrazo.
Que más da.
Un saludo y un abrazo.


CABALLOS AL VIENTO

Puro, como a lo lejos la curva que al mar encierra,
me quedé imaginando una llanura con caballos.
Los hocicos ávidos de pasto, las crines libres al viento,
las colas jugando ante el paisaje verde de los pinos.
Mientras, como vírgenes a punto de ser prostituidas,
sobre los tejados de una capilla triste,
centelleos blancos del sol aparecieron,
manteniendo los caballos, las nubes, las hojas,
firmemente arraigados, aunque todos ellos fluían
hacia el este como las olas en el mar,
cuando de pronto, sobre mi cuerpo giró un sueño,
variando en mí cada pasaje visionario.
Entonces, empecé a ver
un caos de formas bajo una amargura cálida:
exóticos como animales mitológicos
caballos delirantes en el verde girante
llorando en los márgenes
nostalgias de tiempos mejores.
A poco, el sueño me excitó, me lanzó, me sacó de mí,
lejos de mi propio centro. Y en su sucesión, yo mismo
y los caballos y las nubes y las hojas y todos los planetas
girando avanzamos desesperados.
Luego, como si aquellas lágrimas no pudieran quitarla,
nuevamente fue la nada, sólo angustia.
Tan unida a mí, como una parte más de mi cuerpo,
circulando pura en mi sangre
ante lo que era y lo que sería.
Instante grave, crucial, a partir del cual
queriendo cambiar, ser otra cosa,
desesperadamente me esforcé.
Pero todo fue inútil, cada vez tan sólo
el perfecto sucesivo orden de la misma nada.
Así las cosas, lo que entonces deseé
es lo que había sido
antes que los años, antes que la lucidez,
antes que el bien y el mal
trágico me colocaran ante aquel incidente:
tan sólo caballos de pinos al viento
despacio girando
fuera del tiempo, más allá de la mente.




EN MEMORIA DE PAUL CELAN

En horizonte piedran las parvas los más grandes gestos
donde peregrinan iquilinos miércoles ante el santuario
donde ligamen de vírgenes desollan lo real.
Arrebolado sudario en el fango de tus ojos
navega en mar de olvido y tiembla y sucede.
Oh, lágrima sin término, en raptos diseminada
si el manantial de tu vida la rueda gira
y voltea seducida locura de amor temblando.
Restos de niebla pasan sobre altivos refugios
arrodillados muriendo más allá de tus enfados.
A mis alas agonía si tus delirios vacilan
y vacilando, a torbellino sin centro, caen atroz
en la grave elipsis de lo que era irreal.
Suena la onda tenue en el agua impura
donde avanza vertical la vertical Andrómeda.
Hora de mies, precedente del duramen, adviento
en la paz de tus alturas. Cae el viento y sella
la cantinela servil y se quiebra el acantilado
donde mora mi sueño y tu sueño. Abolido blanco
imprimiendo un recuerdo sustraído al vacío.
Fui y fuiste signo de sangre opuesta, invertida,
en ascenso rezumbando imagen pura.
Gris, gris albura donde el tiempo intima.
Cruce magnífico, espacio quebrado y celiyermo.
Sagrado término de lo que no pudimos ver
a un palmo de nuestras manos.
Fin de violetas cabellos rodeando el cuerpo,
Constelado cuerpo de irreparable ausencia gualda,
Arreciando glauco sobre el golfo de tus sombras.



NADIE

Nadie.
Ni línea ni extensión ni tiempo
ni derrotero azul
ni abismo en movimiento.
Solamente una luz
o nuestros ojos como vientos de íntimas mareas
si la voz
no es más que un sueño
y si el amor
en su propio rostro inscribe
un alto paroxismo de amapolas
en la perfecta rivera inmóvil
clausurada entre dos instantes.

Yo sé estatuas.
Yo sé otoños.
Duro solsticio de aves
por ritos en declive
hímnicamente danzando.
O altos insondables espejos
naufragando a distancia.
O fuegos fatuos de mandrágoras
entre el siempre y el jamás.

Yo sé columnas.
Yo sé días.
Eclipsadas mariposas
en el punto más extremo del límite
desligando ese punto , de otro , inefable,
como término de pavor
en el blanco centro del suicidio
inquiriendo lo inescrutable.

Nadie.
Ni torres ni lagos
ni tatuaje de las tardes
en las extrañas sinuosidades del aire.
Sólo águilas de alta mar
sobre la absuelta intimación de los mástiles
o absurdas y resentidas epístolas
rayadas por escuadras rojas y meteoros infernales.

Nadie.
Tan sólo lo inútil
como si de aquel árbol
su duramen se desanillara
hasta la imperiosa potencialidad
de su propia ausencia.
Nadie.
Tan sólo lo inútil
como un vasto alarido de silencio.


ALEJANDRA, YA ES TARDE

Alejandra, ya es tarde
Y de seguro has de estar cansada
De tantas dedicatorias
Y breves menciones en los diccionarios:
Alejandra Pizarnik, poeta...
Sí, ya es tarde
Y en Buenos Aires llueve
Y si estuvieras aquí
A pesar de que como bien sabes
Ahora tu nombre último es la nada
Una vez más abiertos tus ojos
Sobre el blanco papel tendrías.
Es que a la vez, como siempre,
Cada lugar
Mirarías y no mirarías.
Insomnio, noches.
¿Acaso para reconocerte en la tentación de cierto angel?
¿Su nacimiento, su desarrollo, su caída?
¿Pero quién pudo alguna vez decirlo todo?
Insomnio, noches.
Y ya imagino el umbral donde te inclinarías,
Hacia adentro, deshabitada.

Y sería nuevamente
En el delirio del lenguaje
El honor del paraíso la palabra.
Y de pronto
La poesía un laberinto
Para vos que otra vez estarías sóla pero otra.
Aunque siempre de tu lado el caos, por supuesto.
Por eso te digo:
En el límite de esta noche es tu ausencia la que llueve.
Ahora, que ya es tarde y Buenos Aires no descansa.



ENCUENTRO CON PABLO NERUDA

Vienes a mí, con ojo vidente, misterioso y de espalda,
y con la frente plena de circunstancias oceánicas
como el que de pronto y sin saber cómo
se ha hallado ante la costa ya sin mar
y ha dejado, tendida, la desconsolada red sobre la playa.
Y yo, que he temido siempre los orígenes
y que por eso quisiera vivir donde viven
las algas y los peces,
acecho tu palabra, tu ola existencial,
atravesada por gritos que ordenan solsticios
y que a veces alzan una y otra sonrisa
sepultando la desgracia a tres palmos del suicidio
no lejos de aquel abismo, hacia el que avanzas, obsesivo y circular,
moviendo implacable uno y otro relámpago.
Y yo, que he temido siempre los orígenes,
acecho tu palabra, de lengua, de cántaro,
de crecidas lluvias inéditas, ;
como una armonía perfecta
que de golpe se quiebra.
Y entonces, a todo aquello que es invisible le digo;
inaudito órgano de labios
bajo el imperio de los sexos
temblando entre dientes
hacia todo lo que aniquila.
Luego, yo contigo me hermano
resucitando condes de Lautréamont,
desenterrando amadas ya terribles,
regañando al sueño
entre horribles pesadillas.
Mientras, tú, siempre riendo, y sangrando pero riendo,
te pones nuevamente a sangrar
y no alcanzan tus heridas,
por lo que ríes otra vez, y sangras pero ríes.
Y al fin, de tanto reír y sangrar,
abrazado a mujeres y barcos
logras desasirte
atisbando el más acá de los acases.
Por eso, próximo a tu circunstancia,
a veces siento
cómo persiste lo absurdo en el límite de lo inútil
o en aquellas fatales dinastías de ríos
que dan a un inclinado abismo
de vértigo y de llanto
haciendo crecer los miedos
con sus horizontales líneas
que todo lo quiebran y arrebatan.
He ahí por qué, al alejarse de tu circunstancia,
millones de hombres
huyendo del amor, ante el espejo,
de entrepierna o de boca en sucesión
cuando la vida pasa a través del aire
temblando se van al cielo
como frustrados tristes santos.
Y, para los que a veces se unen a tu circunstancia,
he ahí porque
todo es darse a la música y a los orígenes
hasta enmudecer de golpe
como aquellos que han comprendido
su silencioso destino de anillo
hecho para abrazar todo lo que debe ser abrazado.
Mas tarde, ya casi entrada la noche,
nupcial de astros,
inicias el momento terrible en que te o callas, y callando
cruzas azul con tu honda suave
tras haber lanzado la piedra
bajo una lluvia inconsolable
al borde de aquella tierra fatal
donde se sustancia el punto
en que se quiebra todo equilibrio.
Así, por los caminos , hechizando avanzas
entre el alba
escribiendo mágicas letras de serpientes
con tu terciaria mano inacabable
y te despojas de istmos
y despojándote te abismas en lo desconocido
que de a poco se acerca y te contempla
haciéndote volver de perfil o de frente
para que en tu rostro deambulen
entre un sueño y otro sueño
como rescatados náufragos de altura
los idilios más espléndidos.






ALBERTO RIVAS [17.272]

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ALBERTO RIVAS

Móstoles, Madrid 1983.
Fotógrafo de profesión y Tauro. Deambulador de las Jams madrileñas y presentador de la Jurasic jam de la librería de Lavapiés El dinosaurio todavía estaba allí. 
"Cartas a Gilgamesh" [LVRediciones, 2015], es su primer libro.



“CARTAS A GILGAMESH” de ALBERTO RIVAS


Versos sueltos, extractos de poemas

TIENES EL DON de parecer que no has pasado nunca


SUERTE QUE MIRO al espejo
  y el espejo no me mira.


DE LOS MUROS del invierno
nació una primavera en ti


Y GRITO desde la piedra de tu espalda
desorbitado


Los poemas

Carta a Gilgamesh nº 1 
De entre los muertos

Ellos no tienen los besos
ni la vergüenza
no tienen el ansia de la vida inacabada
ni el lamento
ni siquiera la verde comezón de un arrepentimiento
ellos no tienen la culpa
no tienen ya minutos que perder
rencor  desenfreno o desamparo
ellos lo tienen todo  escondidos

ahí donde ya no hay amor
ahí donde escampa la tormenta
y el sueño se hace carne
y la carne  apenas vuelo

púdrase usted  y también el infinito
ellos ya no esperan más
no tienen las ganas
ni el respeto
ni tan siquiera la razón
ellos no tienen los besos
   ni su carne

dentro de su vida muerta
ellos saben lo que es ser libre.


TE PRONUNCIÉ esdrújula
 porque sabía que sabías bailar
 te llevé a los adentros
  porque sabía que sabías el camino
  te apagué la luz
   porque sabía que alumbrabas con los ojos
   todas las palabras que guardo
    en el fondo del estómago.


DADME piel
y cometeré una y otra vez
el mismo error
con nombre y apellidos.


Carta a Gilgamesh nº 12
Realidades fraudulentas con el don de encantar

Vivimos el invierno constante
tú y yo hermanos del mismo páramo
árboles en dura corteza retorcidos
el alma de sal y silencio
tenemos las raíces y la culpa
compartimos el mismo viento
no queda ya calor
llora el sol en luminosa batalla
viviendo un día más

la lucha es siempre mentira
pactado el verbo
vivir nos da lo mismo
pero morir nos aterra
en un día a día inadvertido
la caliente oquedad del ayer
la fría bandeja de mañana
no eres especial
la primavera escasea para todos
ahí fuera las bestias
aquí dentro
algo parecido a una promesa
pero más líquido

no te afanes en sonreír
el hambre nos la hemos buscado nosotros
los que queremos volar
y siendo blancos como nubes
solo sabemos llover

la condena es entender
el mito que nació de la palabra
la condena es dejarse hundir
por este océano sin comisuras
la condena es invierno
un mundo para todos
arráncate el corazón del pecho si quieres
no tiene boca pero miente
ya en el juicio sentado
jura el corazón y miente
todo es humo
se abraza la locura a nuestra nuca
rascando hasta ver el hueso sustento
  anónimo y pálido
  se va pudriendo
como cualquier verdad
todo lo que va por debajo es tristeza
todo cuanto tienes que decir es silencio.


SIEMPRE la sangre ayuda
a tapar la herida.





“que derriben estos muros de esperanza
detrás está mi casa”


La casa en que crecí
es un laberinto de olas sobre el suelo
una marea gritando,
a veces,
dos desconocidos bastan
sus cimientos en tierra roja.
Se acumula el barro en miles de libros
mi casa es un continuo bastión contra el futuro
una extensión del otoño en pleno invierno

con una madre canto de sirena
al final del arcoíris pelea el Sol
las nubes de cacharros hiperrealistas

mi casa es un cuadro de Antonio López
bajo un himno en piedra
con un padre preso
la carcoma de saber que la vida se termina al dente.

Esa es la casa en que crecí,

un paraíso artificial
molinos derriban gigantes
ya no hay locos en España

la soledad de las paredes insulta a la televisión
la radio chillando se repite en todas las ventanas

esta es la casa en que crecí,
la casa de mis horas.

Habitaciones sin fuga y con espejos.
Habitación gusano ¿y ahora qué?

Para gestar el hambre de los valientes
aquí se guarda un dios en la despensa
el resto cocina, caos y miedo

el desorden coloca las cosas con la cabeza de otro
con las manos de otro,
en la casa en que crecí se amontona vivir por los rincones
y el tiempo yace en el sofá junto a papá.

No me gusta enfrentarme a las paredes
ellas                saben             la         verdad
saben quién soy.

Enfrentar la luz tamizada del salón,
ese niño grande con mirada de loco
la cárcel sincrética de la esperanza
el abandono del nido
romper los lazos de la sangre sangrando
con barba y a veces amarillos los dientes.

Ellos te recuerdan: te recordarán siempre:

la casa en que crecí es un eterno recuerdo del presente.






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BASKARA II [17.273] Poeta de India

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Bhaskara II

Bhāskara II (1114-1185), también conocido como Bhaskara Acharia (Bhāskara-Ācārya), fue un matemático y astrónomo indio.

Nació cerca de Biyada Bida ―hoy en día el distrito de Bijapur, en el estado de Karnataka (sur de la India)― y se convirtió en jefe del observatorio astronómico de Ujjain, continuando la tradición matemática de Varaja Mijira y Brahma Gupta.

Bhaskara representa el pico del conocimiento matemático y astronómico indio en el siglo XII. Alcanzó un conocimiento de cálculo, astronomía, los sistemas de numeración y la resolución de ecuaciones, que no había sido alcanzado en ninguna parte del mundo durante varios siglos. Sus principales trabajos fueron el Līlāvatī (sobre aritmética), Bījagaṇita (cuenta de raíces, o sea álgebra) y Siddhānta Shiromani (la joya cimera de las conclusiones, escrito en 1150), que consta de dos partes: Golādhyāya (capítulo sobre esferas); Grahagaṇita (conteo de los astros).

Leyendas

Lilavati (‘la que posee diversión’, la atractiva), su libro sobre aritmética, es la fuente de interesantes leyendas que afirman que fue escrito para su hija, Lilavati. En uno de estos relatos ―encontrado en una traducción persa del Lilavati―, Bhaskara II dijo que había estudiado el horóscopo de su hija casamentera Lilavati y predijo que si su primera relación sexual no sucedía en el momento astrológico que él prefijara, su marido pronto moriría. Para impedir esto, una hora antes del momento colocó una taza con un pequeño agujero en la parte inferior de una vasija rellena con agua, colocada de manera que la taza se hundiera a la hora propicia para el sexo. Puso el mecanismo en la habitación nupcial y le avisó a Lilavati de no acercarse. Sin embargo, debido a la curiosidad ―una de las cualidades negativas que los hinduistas atribuyen a las mujeres―, ella fue a mirar el mecanismo y una perla de su aro de la nariz cayó accidentalmente dentro, tapando el orificio y afectando el conteo. La relación sexual tuvo lugar después del tiempo correcto y ella se quedó viuda pronto. Se dice que, para consolarla en su dolor ―ya que la mujer hinduista viuda no debe volver a casarse―, Bhaskara le enseñó matemáticas y escribió este libro para ella.

Matemática

Demostración del teorema de Pitágoras por Bhaskara.
Algunas contribuciones de Bhaskara a las matemáticas son las siguientes:

Una demostración del teorema de Pitágoras calculando la misma área de dos maneras diferentes y después anulando términos para obtener a^2+b^2=c^2.
En Lilavati, soluciones de ecuaciones indeterminadas de segundo grado, tercer grado y cuarto grado.

Soluciones de ecuaciones de segundo grado indeterminadas (del tipo ax2 + b = y2).

Soluciones enteras de ecuaciones indeterminadas lineales y de segundo grado (Kuttaka). Las reglas que da son (en efecto) las mismas que las dadas por los matemáticos europeos del Renacimiento del siglo XVII.
Bhaskara II llegó a la conclusión siguiente: «Uno dividido cero es igual a infinito» ya que para alcanzar la unidad se ha de recurrir siempre a un divisor fraccional más pequeño, una vez realizada la división el resto se ha de dividir siempre por un divisor más pequeño.




"Lilavati", de Bhaskara, al fin al completo en español (SM y RSME, Madrid, 2015)

Lilavati, Matemática en verso del siglo XII 
Autor: Bhaskara
Biblioteca de Estímulos Matemáticos, 
SM y RSME, Madrid, 2015
ISBN: 978-84-675-6189-0
Versión adaptada y ampliada por 
Ángel Requena y Jesús Malia. 

A Bhaskara II (1114-1185), natural de India, se le conoció en su tiempo por joya entre los matemáticos. Se anticipó a Copérnico y Tycho Brahe en el descubrimiento de hechos astronómicos que se les atribuyeron. Por Lilavati sabemos que se adelantó en 500 años a la concepción del infinito y del infinitésimo de Newton y Leibniz, y que conocía y utilizaba el triángulo de Tartaglia o Pascal y su relación con los números combinatorios, por ejemplo.

Lilavati, mujer bella, un libro de leyenda

Lilavati, hija de Bhaskara, temía tanto que se cumpliera el vaticinio de que no llegaría a casarse, que el día previsto para su boda estaba detenida y expectante ante la clepsidra para que no se le pasara la hora convenida. Y, ay, tal era su ansiedad que no se apercibió de que se le habían desprendido perlas de su collar que obstruían el reloj. Bhaskara, padre de la joven, hermosa, más por inteligente, Lilavati, dirigió a su hija, para su consuelo, su nuevo manual de matemáticas.

Lilavati, contenidos

Lilavati es un manual completo de matemáticas de niveles básico y medio que incluye aritmética, álgebra, combinatoria, geometría y trigonometría. En verso, los resultados; en verso, los enunciados de ejercicios y ejemplos. Y es que el verso ha sido también para matemáticos y científicos un recurso didáctico esencial. Para clarificar y adaptar a nuestro evolucionado lenguaje el verso y las matemáticas de Bhaskara, nuestra edición incluye también completos comentarios y ejemplos en la página siguiente, siempre ambos visibles a la par.

Lilavati en el aula

Si bien con el transcurso de los años las matemáticas mejoran su lenguaje y a la vez se clarifican, no es menos cierto que en muchas ocasiones aplicamos en las aulas de primaria y secundaria métodos más complejos de lo necesario. Que Copérnico y Newton pudieran presumir en occidente de hallazgos que Bhaskara había realizado mucho antes, y que por tanto nos perdiéramos siglos de evolución de nuestro pensamiento, es indicativo de la necesidad del conocimiento de la historia de las matemáticas. Y más, apliquemos nuestro lenguaje con las técnicas primigenias. Los métodos más antiguos, los primeros que la humanidad encontró para abordar un determinado problema, son a su vez los que más fácilmente pueden alcanzar nuestros alumnos.

El algoritmo de Bhaskara para el cálculo de raíces cuadradas es menos arbitrario que el que enseñamos hoy a quienes no conocen el binomio de Newton ni las identidades notables. Bhaskara, además, nos ofrece jugosos ejemplos para preparar el camino a la adquisición de estas destrezas y al cálculo mental.

Sus bellos ejemplos del procedimiento inverso son de gran utilidad para la mejor comprensión de las fracciones y para ir penetrando en los secretos del álgebra.

El respeto a la mujer, la admiración y la contemplación de la naturaleza, multitud de ejercicios para cultivar el cuidado de la economía doméstica y financiera, la educación para la paz... son valores en plena vigencia que Lilavati cultiva con muy buen gusto y belleza.

Al fin Lilavati se publica en España.



LXXVI

Desigual fue la batalla en que Áryuna venció a Karna.
Con la mitad de sus flechas consiguió el feroz Áryuna
destruir todas las flechas de que disponía Karna.
Cuatro veces la raíz mató a todos sus caballos.
Con seis le fue suficiente para anular al auriga.
Y con tres más de bandera, coraza y casco desarma
el vencedor al vencido, un hermano al otro hermano.
Al fin, con la última flecha, Karna será degollado.
¿Cuántas flechas, hija mía, compusieron con su silbo
esta canción a la muerte de dos hijos tan ingratos?


CLIX

Vino la brisa a buscar a un loto en un estanque
que hizo por ir con ella. Pero fue que fueron juntos
hasta el borde del cristal, donde no penetra el aire.
Si conocemos la altura a que sobresale el loto
y también a qué distancia separaron sus caminos,
dime, niña deliciosa, lo profundo del estanque
y la altura de este loto que se dejó enamorar.


CCLXXVIII

Nítidamente se explican las fracciones, sus productos,
problemas del día a día en que no faltan belleza.
Con reglas tan transparentes como claros los ejemplos
y florido es el lenguaje con que lo hacemos notar.
Los que aquí, con Lilavati, quieran venir a aprender,
hallarán felicidad y un próspero porvenir.

_________________________________________
Ángel Requena Fraile, Mérida (1952), licenciado en Físicas (1975), es miembro de la Sociedad Española de Historias de las Ciencias y las Técnicas (SEHCYT) y de la Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas (SMPMEC). Colabora en el portal DIVULGAMAT de la RSME, donde lleva la sección Instantáneas Matemáticas. Desde 2008 mantiene algunas bitácoras que relacionan las matemáticas con la historia de la cultura, como Turismo matemático.

Entre sus publicaciones de historia de las matemáticas destacan El álgebra (1998), Al-Qálasadí (2008), o Matemática en verso (2014). Ha editado y traducido Strena seu de nive sexángula (2011) de Kepler.


Jesús Malia, Barbate (Cádiz, 1978), licenciado en Matemáticas (2003), es profesor de enseñanza secundaria y poeta. Ha publicado el poemario la cinta de moebius (Patrañas, 2007), πoetas Primera Antología de Poesía con Matemáticas (Amargord, 2012), ha dirigido la Colección Pi de Poesía para la editorial Amargord y recientemente ha publicado su segundo poemario, Deriva (Tigres de Papel, 2015).




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ZULMA NICOLINI ROLLANO [17.274]

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ZULMA NICOLINI ROLLANO

Nació en la ciudad de Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos, República Argentina
Es Maestra Normal Nacional -Maestra Especial para Escuela de Áreas de Frontera Instituto Bernasconi - Maestra Especial de Educación Musical (Paraná)- Profesora de Piano egresada del Conservatorio Fracassi (Buenos Aires) - Técnica Forestal Universidad Nacional del Comahue(Neuquén) - Técnica en Conducción Educativa Instituto Sedes Sapientiae( Gualeguaychú) - Técnica en Evaluación Institucional Instituto Sedes Sapientiae (Gualeguaychú) Se desempeñó en los Tres Niveles de Enseñanza

CURRÍCULUM LITERARIO

Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores Seccional Gualeguaychú
Se desempeñó como miembro de la Comisión Directiva Nacional de la misma entidad en el período 2005 - 2008
Ha ganado varios premios dentro y fuera del país.
Figura en varias Antologías, Editorial Dunken, Nuevo Ser, Ecei Chacabuco y en la UNESCO :Paisaje de Ruinas y El cantar de los juglares.-y en 2009 Antología Bilingüe Italiano-Español editada por Luigi Muccitelli Editorial Lo Spazzio.-Año 2010
Antología Bilingüe -Italiano-Español-Editorial Lo Spazio Año 2011
Coordinadora del Festival La Palabra en el mundo en Gualeguaychú, designada por Gabriel Impaglione desde Italia, años 2007,2008,2009, 2010,y 2011 
Corresponsal de la Revista Cultural El Tren Zonal de Entre Ríos
Corresponsal de la Editorial Lo Spazio (Italia)
Secretaria del Ateneo Cultural Gualeguaychú
Miembro de Número del Instituto Cultural Marcelo Torcuato de Alvear (Bs As)
Miembro del Rotary Club Gualeguaychú
Organizadora de la Primera Muestra de Arte Infantil con objetos desechables Año 2010
En abril de 2011, fue Distinguida en la ciudad de Camboriú por la Unión de Trovadores de Brasil, por su efectiva participación en el Mundo del Arte y la Cultura.
En igual fecha participó en la Feria Internacional del Libro de la ciudad de Buenos Aires en los stand de la Sociedad Argentina de Escritores y de la Editorial de Entre Ríos.

Miembro de NACIONES UNIDAS DE LAS LETRAS.
"zulma nicolini"<zulmanicolini@hotmail.com>

LIBROS PUBLICADOS

"Entre bichos y sauzales" Consejo General de Educación de Entre Ríos - Quince poemas móviles" - "De la vida" Editorial Dunken 2006 - "Gualeguaychú: la historia de su música - Editorial Dunken 2009"-" Calles del alma"-Editorial PROA 2010-
"Te atrapé". Poemas infantiles-Editorial PROA 2011- "Entreveros Telúricos" En lengua gauchesca.-Editorial Del Clé 2011.
En preparación "Mi camino al sol"



RAYO DE LUZ

Hendió el rayo de luz
la caja insondable de las sombras,
algo ocurrió de mágico y sagrado,
cada cosa tomó su forma
 y nació al punto.
Ya no más la oscuridad del sueño
con negras pesadillas ,
todo fue conjunción de los colores
volviendo intensa la realidad perdida.
¡ Cuánto puede la luz,
cuánto pierden las sombras!
Como la luz del sol que encandila los días
la luz del pensamiento hace temblar al alma,
 son haces de luces los buenos sentimientos
que inspiran al poema que ya nace.
La luz del cielo nos alcanza siempre,
la luz de lo divino, de lo eterno,
que da el mensaje celestial al hombre,
solo el brillo de esa luz nos hará buenos.


BOICOT AL TIEMPO

No pasará el tiempo sobre mí.
He de pasar por sobre él.
De alguna manera lograré vencerlo
en su intención de amedrentarme,
gastándome la piel,
llevándose el color de mis cabellos.
Pondrá años en mí,
querrá doblar mi espalda,
grabar indelebles arrugas en mi rostro,
volver lento mi paso,
robarme la visión.
Acepto el desafío.
No le será tan fácil doblegarme,
menos aún vencerme.
En esta edad que tengo
conservo intacta la sonrisa fresca,
potente e intensa la mirada,
mi piel es testimonio de la vida,
de amar al sol, al agua, a los veranos.
Desde lo profundo de las células
una fuerza indestructible se ha impuesto
su lucha contra el tiempo.
Él se sabe dueño de los seres
los destruye y aniquila su entorno
volviéndolo más débil.
Pero yo no me resigno a su designio.
Yo amo. Soy y vivo.
A todo lo doble simplifico,
Vivo dos días en uno,
Le arrebato amaneceres y ocasos
Y los vuelvo de viento.
No pasará el tiempo sobre mí.
Yo pasaré sobre él.
Dispondré a mi antojo de mi cuerpo.
No ha de conocer el cansancio
que desgasta.
El tiempo ignora lo que el poeta sabe.
Cuando la vida se vive siempre en versos
nada muere, todo se vuelve salvo,
porque se logra a través de la palabra
mudar el cuerpo, eternizar el alma.



CUAL MOLINOS

                (Para Alciro Pizzio, soñador de molinos)

Entregó el molino su canción de brisas
y el despuntar del día se hizo oro.
Así los vientos de la vida
hacen girar cual aspas al destino.
Nunca se sabe la intensidad de sus impulsos
solo se siente el empuje de sus giros.
Ser un molino en la actitud del tiempo
para cambiar la dirección del sueño,
volverse agua arrancada de la tierra 
o enmudecer en medio del silencio.
Existe un paralelo entre molino y vida
ambos aguardan los presagios cual los vientos 
se da vueltas y vueltas, hasta que un día
ya nada sopla y el corazón, cansado, se detiene




ALDABÓN DESHECHO

El aldabón de los sueños se ha partido
en la gastada casa de mi cuerpo,
intento rescatar de viejos tiempos
tan solo una ilusión, pero es inútil.
He quedado vacía del encanto
de aquel inesperado sortilegio 
de querer alcanzar lo inalcanzable
haciéndolo posible aún en versos.
Intento recordar cómo era aquello
de anhelar una estrella y alcanzarla
con la sola intención de retenerla
al trasponer la mirada tanto espacio.
Pero todo es inútil, ya no queda
en mí la fuerza necesaria
que me lleve a decir:¡ Ahí está el sueño,
aún puedo lograrlo!
El aldabón de los sueños se ha partido
y este pobre cuerpo es lo que queda.
Quién o qué se llevó tanta riqueza
ya no importa. Soy solo una carcasa. 




LA DISTANCIA EN EL AMOR

Desde la selva de los sentimientos
Ha partido el amor,
ignora la distancia a transitar
hasta encontrar el corazón buscado.
Sabe que cerca o lejos
será tan solo uno,
Más, ¿ dónde estará quién lo contenga
con la verdad que debe sostenerlo?
Tiene miedo de no llegar a tiempo
y perderse en el negro laberinto
que no sabe del vivir por dentro.
¿Con qué mide el tiempo la distancia
que debe recorrer el amor para quedarse?
Debe protegerlo del olvido,
del temor al engaño, 
de la fría y callada indiferencia.
Tantas cosas acechan al amor 
hasta que logra encontrar
al otro amor que existe y que lo aguarda.
Cuando por fin lo halla, se da cuenta,
en el amor no existe la distancia.



SIN VOZ

Arpa rota en la lluvia,
ya no hay canto.
Desleídos sueños que se escurren
por las grietas de tantos desencantos.
Ha enmudecido el alma.
A pesar del tiempo, el invencible,
inútil fue el intento
de rescatar los puros sentimientos
de la casa vacía del silencio



CALLES DE ALMA

Habita mi alma una ciudad sin nombre,
con calles similares a otras tantas,
a veces oscuras, misteriosas,
plagadas de presagios inconfesos,
otras llenas de luz, como esperando
ser transitadas sin dolor alguno,
bajan algunas por pendiente estrecha
así desbastan la ilusión, los sueños.
Nunca sé por cual he de internarme
en este transitar día por día,
a ellas me llevan mis pasos errabundos,
a veces muero, otras veces río,
pero nunca vuelvo de mi periplo diario
sin haber puesto un sello a mi destino.
Calles del alma, sin planos, sin atajos,
sólo a veces algún loco desvío
que puede ocultar o no, el cartel que diga:
\'De aquí en más se terminó la vida\'




ALBAÑIL

Todos los días a la misma hora.
Los bolsillos flacos,
el frío colgado de los hombros,
la ilusión de un sol
que vierta lumbre de topacios
mientras se remonta en el cielo la luz de un nuevo día.
Por sus callosas manos
pasarán los ladrillos uno a uno,
malabarista de paredes ajenas
sosiega al corazón con la esperanza.
Improvisado circo forman los andamios
donde él, es el equilibrista de la vida
suspendido en el espacio de su lucha.
Todos los días a la misma hora.
Silbido entre los dientes,
el rostro herido
por las cimitarras intangibles del viento,
la esperanza es el fratacho en su destino
en un mundo de arena, cal y agua.







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ROBERTO MENÉNDEZ LIDÓN [17.275]

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ROBERTO MENÉNDEZ LIDÓN  

Roberto Menéndez Lidón nació el 23 de junio de 1962 en Madrid, con sangre de Asturias y de Orihuela (Alicante), se siente un poco de cada sitio.

Estudió en el Instituto Ramiro de Maeztu, cantera del equipo de baloncesto "Estudiantes", quedándole desde entonces una gran afición por este deporte, una especial predilección por el color azul y una desconfianza hacia el blanco.

Ha publicado los poemarios:

-Campo de amapolas. (Bohodón Ediciones. 2009).
-Desde la cornisa. (Ediciones La Baragaña,2015)


Poemas pertenecientes a "Campo de amapolas". Bohodón Ediciones. 2009.


DE PECES DE COLORES

De joven es difícil convivir
con la tristeza y todas sus pasiones.
A veces se hunde el barco
y el náufrago no pisa jamás tierra.
Con los años, los que han sobrevivido,
olvidan los océanos
y el furor de su espuma y sus resacas.
Aquellos ojos grandes como lunas,
que todo lo miraban,
se rasgan aburridos.
se pintan de orientales y de otoño,
observan las mareas y tormentas,
seguros, en la arena de la playa
ajenos al peligro apasionante
de bañarse con algas y corales,
y mueren en la orilla
sin peces de colores en su frente.



A CIERTA EDAD

A cierta edad, querida niña,
de nada sirven los potingues,
las cremas exfoliantes
o el hábil cirujano
que halló en el bisturí
el sueño de la eterna juventud,
además del dorado.
A cierta edad los rostros
son certeros y bárbaros espejos
de todo lo vivido.
A cierta edad, querida niña,
el rostro es como un mapa del tesoro
y no hay caminos, muros o barrancos
que deban ser borrados.



GATO VAGABUNDO

Hay gatos que en la noche añoran tener dueño
desean las caricias y el plato preparado
quisieran ser los perros que duermen en las mantas
a los pies de sus amos.

Hay gatos de azoteas, empapados de lunas,
que extrañan los portales, el olor del asfalto
el polvo de la alfombra, el no estar siempre alerta
y el calor de un abrazo.

Hay gatos vagabundos cansados de ser negros,
de traer mala suerte y de dar arañazos.
Hay gatos que en la noche a veces se descubren
cansados de ser gatos.



SABEDLO

Sabed
que veo florecer las amapolas
por mis manos,
que existen cien millones de gorriones
dando sombra en mis hombros con su aliento.
Sabed
que el epicentro del seísmo está en mi vientre,
que sé dónde se esconden los tesoros
perdidos por piratas.
Sabed que aún siendo ateo
ya creo en los milagros.
Sabed que soy jazmín
trepando por las rejas.
Sabed que pueden ser libélulas los ojos,
dinamita prendida un corazón.
Sabed
que pueden los senderos de unas piernas
llevarte dulcemente hasta el hogar.
Sabedlo.

Poemas "Desde la cornisa" (Ediciones La Baragaña,2015)


MUJERES DIFÍCILES

Sé bien por qué me gustan las mujeres
heridas, complicadas y difíciles
que crean un balcón en su mirada
desde el que intentan cada día suicidarse.

Son rocas escarpadas
moldeadas en noches pasionales
de fuertes oleajes.
Aparentan dureza en sus mentones
y nunca te regalan ni versos ni sonrisas
si no te los mereces.

Son islas salvajes, que poco a poco,
te muestran sus paisajes
y acabas conociendo cada surco,
las grietas que hizo el tiempo en sus caderas,
su historia en cicatrices.

Y a cambio solo piden, con sus ojos,
un poco de ternura.


VEN

Ven.
No digas, ni pienses siquiera,
sin nombres ni pasado
ni mucho menos futuro.

Mañana al separarnos
volveremos a sabernos
dos desconocidos.

Pero veinte millones
de microbios tuyos
serán ya míos.


LAS LLAVES DE BREDA

Y cuando uno aprende a convivir
consigo mismo en soledad,
a disfrutar de ver solo un cepillo
de dientes en el baño, una sola copa
de vino que llenar con la botella,
y una cama más ancha
que aquella Castilla del poeta,

entonces, aparece una persona
distinta a las demás (entre comillas)
para ponerte una sonrisa boba
de dientes en los labios,
un brillo (muy especial) en la mirada,
y un cable que conecta
el sexo al corazón.

Te planta su bandera y su estandarte
en tu cocina y en tu lado del sofá,
te exige las llaves
de Breda... y de tu piso,
y acurrucado entre sus brazos
firmas la rendición.


PARA QUÉ SIRVE

He arrasado más de cien ciudades
que había construido con mis manos
y cada día al levantarme
vuelvo a mezclar cemento con arena.

Dime ¿para qué sirve un paraíso
si no lo puede doblegar el fuego?

¿Para qué sirve construir
un castillo con la arena de la playa
si quitas el placer
de destruirlo en dos minutos
a patadas?

¿O de qué sirve un sueño
que puede realizarse?

¿O un amor que no te deja heridas?


DE LA BELLEZA

Qué belleza inabarcable y silenciosa
la gravedad de los cuerpos
cayendo hacia el vacío.

Qué fragilidad tan grande y sonora
de los huesos al quebrarse.

Qué potente colorido
el que dibuja la sangre
por esas blancas baldosas de los baños.

Qué penetrante aroma inolvidable
el que dejan las carnes al quemarse.

Qué delicada elegancia
la del suave vaivén de los ahorcados.

Qué hermosura infinita
en los últimos gestos del suicida.



EL MIEDO A NO SER NADA

De entre todos los miedos
el más aterrador es no ser nada,
sabernos poca cosa,
sentir que nuestro cuerpo es una máquina
y ver cómo se apaga lentamente,
se cargan las espaldas,
se pierden poco a poco los centímetros,
se arrugan nuestras caras,
y al descubrir que somos solo polvo
inventamos un alma,
y hablamos de energías inmortales,
de dioses que nos traigan esperanza,
y llamamos pecado a los placeres,
es el miedo quien habla.



SOY

Soy de barro moldeable cada día,
heredé de mis hombres primitivos
el miedo a casi todo lo impalpable.

Olvido con la misma rapidez
que despelleja una leona hambrienta
a un pobre cervatillo.

Y no suelo mentir
tan solo a los demás en cada verso.

Me visto de poesía
del vientre para abajo,
del vientre para arriba voy desnudo.

Envidio el salitre
dejado por el mar sobre los cuerpos
y al viento si lo veo remover
las telas de un vestido.

Porto unas alas negras
cosidas a la espalda con chinchetas
y vuelo siempre libre alrededor
de una jaula vacía.

No es que me quiera mucho,
pero sí mucho más que a cualquier otro.

Y nada me avergüenza,
tan solo algunas veces
mi imagen reflejada en el espejo.



VOSOTROS

Es cierto que he amado a mujeres,
para mí las más hermosas,
y que al perderlas he sufrido.
Pero siempre venía a mi cabeza,
inexplicablemente más en esos casos,
qué sería de mí
si vosotros dejarais de quererme.
No ellas,
vosotros.

Es cierto que a menudo
amigos, compañeros o familia
me han robado ilusiones y algún sueño
haciendo que la noche pareciera
interminable.
Pero siempre el dolor
me llevaba a pensar
qué sería de mí
si uno de vosotros, solo uno,
dejara de quererme.

Es cierto que en momentos he apostado
por seguir lo que dicta el corazón
jugando en la partida
principios y decencia,
y siempre en esos casos
cubierto todo el cuerpo aún de escoria
alzaba la cabeza e imaginaba
hasta dónde podría yo caer
si alguno de los tres
dejara de quererme.

Si uno solo de los tres
dejara de quererme.



ODIO AL ARQUITECTO

Siento un odio brutal por las cornisas,
que son como sirenas
mostrándome el poder de los abismos.
Por las piedras, los muros
y sus rectas paredes de ladrillos.
Por el opaco y frío
blanco de los mármoles
sin grietas ni fisuras.
Por la fragilidad de silicona
que cierra las salidas.

Odio el pálido gris del hormigón
tan parecido al de los cráneos,
la falsedad
con que miente el cemento en sus comienzos,
la del cristal sellado y sin pestillos
que muestra el paraíso al prisionero.

Odio el adobe hecho de barro como el hombre
y al dios que se lo inventa.
Odio la pulcritud del arquitecto
que construye prisiones en el aire.






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MANOLO MARCOS [17.276]

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Manolo Marcos

Manuel Marcos (Rotterdam, 1968). Poeta andaluz, de Córdoba,  es licenciado en Educación musical por la Universidad de Córdoba, músico y cultivador de la poesía y del relato corto.  Mantiene el blog Plus ultra, ínsula literaria. Sus influencias literarias, confiesa, son eclécticas y van desde Dante a Cortázar, pasando por Cervantes y el Siglo de Oro, Borges y los poetas de la generación del 27, pero también ha pesado en él -reconoce- la huella surrealista de Max Ernst y Marcel Duchamp.

Tácticas de payaso ha aparecido publicado en la editorial Tigres de papel, en el 2015, con  prólogo de Rafael Escobar.




Aritmética pesadumbre

Si eso es lo que desea,
sumaré caballero su tristeza a la mía,
señorita (en el pelo la flor) sumaré
su tristeza a la ya grande mía
para colmo de males
y bien de la poesía.
Sumaré también ésta:
la tristeza que calla
que es obesa y paciente
o quizá muy delgada.
Tanta tristeza unida
como quepa en mi manga,
hasta sumar la más ancha tristeza.
Mi traje de hombre parecerá un guiñapo
urdido por precisas dentelladas de pena.
La pena universal, señor, usted también,
con su forma de pene por completo vacía.

Aunque sea una pena absurda,
fruto de la economía,
sumo a la mía todas las tristezas y penas
que el anónimo mundo lleva encima.

Pero que nadie piense que estoy triste,
la infinita tristeza es indolora
como el llanto de un niño,
que parece de mimbre.


Interruptor colectivo de sueños 

Arpa clavada en dorso de elefante
que muge
mariposas
por la trompa.

Tonel de sinfonías en las cloacas de cartón.
Un nigromante inventa ambiciones en la sesera
de una ballena
trabalenguas.

Silbos de amor en batiscafo e
hipopótamos
pisando sombras de pájaro.

Periscopio chillón busca gozo
en el abismo de un mar sin fondo,
entre medusas de seda azul y bragas
de puta caribeña.

 Off



EXTRAPOLAR O MARIPOSEAR, SEGÚN SE MIRE

Si quieres, las mariposas
son amapolas y echaron a volar,
las mariposas se extrapolan al vapor,
interposan sus alas amapolares
solo si quieres.

Las mariposas polares son amapolas del trópico,
por eso llevan los meridianos dibujados
y dos ojos que lo son porque te miran.

A veces no hace falta ni un grano de voluntad
para ver mariposas donde hay solo amapolas,
basta con que se levante un poco de viento.


DON CORAZÓN ES EL CAMPEÓN

Don corazón es una piedra latente
y la piedad
un cristal con luna cruda,
roto,

donde se taja el cuello el campeón.

El lamedor de vulva arranca a la gramática
unos gemidos breves de gatita.

Es la falsa agonía del amor.

Y luego se reparten condecoraciones.


A OTRA COSA, POESÍA

A tragarte el alambre de espino.
A poner de raíces las nubes.
A vagar por la calle desnuda
y verás que te encuentras
en todas las cosas cotidianas,
y que el último mono de la cola
es el poeta,
cargando en la espalda
una montaña anónima de tripas.


POETA A DOMICILIO

Idiotamente puro,
lloro en el circo, me río en los entierros.
Soy un tipo penoso, yo me muero de triste.
Tengo ovejas ahogadas en los ojos.
Hay un pasto fantástico en el valle
pero elijo rumiar con Aristóteles.
Famélica mirada, de verdad,
inspiro compasión. Mi lengua lame limbo.
No tengo solución.
No estoy para lo inerte
por muy bello que sea.
Odio las cacatúas y los mármoles.
No soporto a las damas que ordenan
obsesivas camelias con paciencia.
Si quiere Vd un poeta a domicilio,
no olvide que devoro dos hipótesis
y un cuenco de silencio cada día. 


ALGUNAS PERVIVENCIAS DEL PASADO

Téngase en cuenta al gorrión.
Su pequeño corazón pasa desapercibido,
su latido semejante a una gota de lluvia
que destilara la alegría insignificante del universo.

Al legionario retirado que se mira las chanclas
mientras pasea arrugados tatuajes insinuantes, de reinas
de un cabaret perdido en la meseta del magín imaginario.

De alguna manera aquel gorrión tenía alma de legionario:
¿o era al revés?



TRACTATUS

La totalidad de los hechos
en el espacio lógico
son = mundo

una suma de
estados de cosas
cuyas figuraciones
son los nombres,

que significan el mismo
objeto que nombran.

Sobre este particular no se admite discusión.


GET YOUR OWN WAY

La realidad permanece intacta.
Nada podrá alterar,
dentro del transparente útero,
sellado con silicona,
desde donde Vd observa,
elegantemente vestido,
el advenimiento
de un nuevo lirismo fotográfico
desprovisto de sentimientos;
su tranquilidad de burgués satisfecho.

Deposite aquí
la limosna para el culto. 


REMEDIOS CASEROS CONTRA LA ANSIEDAD

No vigile nunca a sus semejantes,
a lo sumo limítese a atarles los zapatos.
El interruptor de la luz es verdad.
La dialéctica de Dios es hablar entre líneas,
no se le ocurra imitarle.
Dios es camaleón en calma.
Para ser poeta del cambio,
primero hay que pasar por la etapa:
ubicuo mentor del absurdo.
Prefiera medusa aunque pique.
La ansiedad es verdad,
deje que se pasee por el salón y acaríciela
cuando se acerque a carantoña con usted.
La nada nada fatal, no se acerque a socorrerla o
morirá usted por nada.
Nada más. Eso es todo.


BESITOS A LA CARTA

Separando los recuerdos
entre orgánicos e inertes, encontré
besitos a la carta.
Retiré de inmediato
a lo inerte.
También hallé
el corporativismo de los genitales,
que ensayaba un zapateado
sobre el cadáver de una flor carnívora.
Los recuerdos orgánicos larvan
en silencio tuberculosis,
fornican un capullo de hijo mariposa
que pretenden su homúnculo perfecto:
separé por completo
estos milagros biodegradables y,
ahora tengo
un espacio de luz en la basura.


TONTOS Y SABIOS

Todo el que sepa algo que pregunte,
el que no sepa nada que responda,
todo el que sea sabio tome apunte,
todo tonto dicte lo que corresponda
y así, guardando en un cajón
el método seguro que hasta hora,
según la torpe boca de Platón,
aseguraba el pan,
         la luz,
            la dulce aurora,
bebamos juntos un vino somnoliento,
tontos y sabios juntos
con los ojos abiertos, muy abiertos. 




-

ANTONIO FRANCISCO DA COSTA E SILVA [17.277] Poeta de Brasil

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Antonio Francisco da Costa e Silva

Antonio Francisco da Costa e Silva (Amarante, 28 de noviembre de 1885 - Río de Janeiro, 29 de junio de 1950) fue un poeta brasileño.

Comenzó a componer versos alrededor de 1896, datando sus primeros poemas publicados en 1901. Sin embargo, su primer libro de poesía, Sangue, fue lanzado en 1908.

Es el autor de la letra del himno de Piauí.

Perteneció a Piauiense Academia de Artes, Silla 21, cuyo patrón es Padre Leopoldo Damasceno Ferreira.

Guilherme Luiz Leite Ribeiro dijo Costa e Silva fue horriblemente feo, lo que influyó en su carrera:

Su hijo, Alberto da Costa e Silva, es un conocido diplomático, escritor, historiador y miembro de la Academia Brasileña de Letras. Recientemente recibió el Premio Camões en 2014.

Un gran poeta que se ganó el aprecio de la gente con su forma armoniosa de ser. .. Poemas de su ciudad Amarante- Piauí, caracterizó una de sus obras.

Obras:

Sangue (1908),
Elegia dos Olhos,
Poema da Natureza,
Clepsidra,
Zodíaco (1917),
Verhaeren (1917),
Pandora (1919),
Verônica (1927),
Alhambra (1925-1933), obra póstuma inacabada,
Antologia (coleção de poemas publicada em vida - 1934),
Poesias Completas (1950), coletânea póstuma.


LA ARAÑA

Del techo en una esquina, la ágil y astuta araña,
En telar invisible teje la tenue tela,
El artístico ardid, arma de su campaña,
Insidiosa y sutil, que a la mosca debela.

Fluye fluída de las entrañas esa extraña
Y fría trama ideal de seda que modela,
Y, al hacer su guarida, los lazos enmaraña
De albo disco nupcial do el sol borda una estela.

En grumos de espuma, urde, borda y diseña
El fatal arabesco de los palpos apoya
Y, tenaz, en cazar los insectos se empeña.

Vive, mata y produce, de su técnica dueña;
Y, ardiendo su mirada lo mismo que una joya,
Muere en la propia tela, donde trabaja y sueña. 

Trad. de Ángel Crespo
Extraído de “Muestra de Poemas Simbolistas Brasileños”. In: REVISTA DE CULTURA BRASILEÑA, Tomo VI, N. 22, septiembre 1967, p. 273.




A ARANHA

Num angulo do tecto, agil e astuta, a aranha
Sobre invisivel tear tecendo a tenue teia,
Arma o artistico ardil em que as moscas apanha
E, insidiosa e subtil, os insectos enleia.

Faz do fluido que flue das entranhas a extranha
E fina trama ideal de seda que a rodeia
E, alargando o aronhol, os élos emmaranha
Do alvo disco nupcial, que a luz do sol prateia.

Em flóculos de espuma urde, borda e desenha
O arabesco fatal, onde os palpos apoia
E, tenaz, a caçar os insectos se empenha.

Vive, mata e produz, nessa faina enfadonha;
E, o fascinante olhar a arder como uma joia,
Morre na própria teia, onde trabalha e sonha.

Extraído de DA COSTA E SILVA. ANTHOLOGIA.  Rio de Janeiro: Civilisação Brasileira S?A, 1934.  p. 137-138



SAUDADE

¡Saudade! En el hogar, mi madre orando,
Y el llanto lento discurriendo pío ...
¡Saudade! Amor de mi rincón ... El río
Cantigas de aguas claras sollozando.

Noches de junio ... El caburé con frío,
Bajo la luna, en la arboleda, piando ...
Y hojas, al viento, lívidas cantando
La saudade inmortal de un sol de estío.

¡Oh, ala de dolor del Pensamiento!
¡Saudade! Cañas murmurando al viento ...
Las mortajas de nieblas en la sierra ...

¡Saudade! El Parnaiba -monje anciano
De largas barbas blancas ... Y, lejano,
El mugir de los bueyes de mi tierra ... 

Traducción de Anderson Braga Horta y José Jerónimo Rivera
 Poema extraído da obra POETAS PORTUGUESES Y BRASILEÑOS
DE LOS SIMBOLISTAS A LOS MODERNISTAS. Edición Bilingüe. Buenos Aires: Ititu



SAUDADE

Saudade! Olhar de minha mãe rezando,
E o pranto lento deslizando em fio ...
Saudade! Amor da minha terra ... O rio
Cantigas de águas claras soluçando.

Noites de junho ... O caburé com frio,
Ao luar, sobre o arvoredo, piando, piando ...
E, ao vento, as folhas lívidas cantando
A saudade imortal de um sol de estio.

Saudade! Asa de dor do Pensamento!
Gemidos vãos de canaviais ao vento...    
As mortalhas de névoa sobre a serra...
                  
Saudade! O Parnaíba - velho monge
As barbas brancas alongando ... E, ao longe,
O mugido dos bois da minha terra ...

(Sangue, 1908)  



Antonio Francisco da Costa e Silva

O maior poeta telúrico do Piauí, nasceu na cidade de Amarante

Antonio Francisco da Costa e Silva, o maior poeta telúrico do Piauí, nasceu na cidade de Amarante, em 23 de novembro de 1885. Estudou o primário em sua terra e partiu para o Recife, aproximadamente aos 18 anos de idade, onde cursou Direito. Ingressou no Ministério da Fazenda, após concurso, e passou a ser servidor do Tesouro Nacional. Nesse cargo, percorreu São Luís, Manaus, Porto Alegre e São Paulo.

A poesia de Da Costa e Silva assenta-se em duas escolas: Simbolista, interpretada nos poemas de Sangue; e Parnasiana, que determinou a fixação de seus poemas. Apreciado poeta do seu tempo, Da Costa e Silva é a maior força da poesia telúrica do Piauí. Sobre ele assim se expressa Silveira Bueno: "Se o primeiro livro (Sangue, 1908) ainda oferecia alguma influência simbolista, já no segundo (Zodíaco) se firmava como verdadeiro parnasianismo, com reflexos de Verhaeren. Foi a melhor obra de toda a sua produção." Para Wagner Ribeiro "a poesia de Da Costa e Silva traz luminosa exaltação e um inebriamento comunicativo". Mário Rodrigues chega a compará-lo em grandeza com Edgar Allan Poe, Cruz e Sousa e Álvares de Azevedo. Arimathéa Tito Filho define-o como "alta afirmação da poesia simbolista nacional".

As raízes de Da Costa e Silva estão plantadas em sua própria terra. Ela é um exemplo e um motivo. Diante dele não estamos apenas diante de um grande poeta, mas diante de um dos maiores valores da poesia universal. Recolheu-se ao silêncio, demente, em 1933, nunca perdendo a identidade e suas raízes. Sempre foi um artista completo, desde santeiro aos amigos da família, em Amarante, a poeta e desenhista, mostrando a vida para seu filho Alberto. Faleceu em 29 de junho de 1950.

Os versos do poeta seguem rigidamente as normas ditadas pelas escolas literárias que busca seguir. Mesmo assim, não deixam de ter um cunho intimista e profundamente calcado nos sentimentos e pensamentos do autor. Da Costa e Silva não era um poeta meramente seguidor de normas, mas um ser humano sensível e ligado a todas as recordações de sua vida, seu passado, seus amores, sua família e sua terra natal.

OBRAS: Sangue (1908); Elegia dos Olhos; Poema da Natureza; Clepsidra; Zodáco (1917); Verhaeren (1917); Pandora (1919); Verônica (1927); Antologia (coleção de poemas publicada em vida - 1934). Postumamente seu filho Alberto da Costa e Silva organizou uma coletânia de versos publicados em Sangue, Zodíaco, Verhaeren, Pandora, Verônica e Alambra - este último ainda inacabado. A edição saiu em 1950 com o título de Poesias Completas.





De Da Costa e Silva
SANGUE [Recife]:  
Livraria Franceza, 1908.  82 p.  autografado,  edição limitada


IN TENEBRIS

Cego, tacteio em vão, num caminho indeciso...
Que é feito desse amor que tanto me entristece,
Que nasceu de um olhar, germinou num sorriso,
Que viveu num segredo e morreu numa prece?!

É um mysterio talvez; desvendal-o preciso.
A alma sincera e justa—odeia, não esquece...
Si essa a quem tanto quiz hoje me não conhece,
Morra a ventura vã que debalde idéaliso.

Ai! desse amor nasceu a dor que me subjuga:
A dor me fez verter a lagrima primeira,
E a lagrima, a brilhar, cava a primeira ruga...

Atra desillusão crava-me a garra adunca.
Cego de amor, em vão tacteio a vida inteira,
Buscando o amor feliz e esse amor não vem nunca.

   
ANATHEMA

Persigam-te as prisões fortes do meu ciúme
—Invisíveis grilhões de desejo e de zelo:
Prendam-te as mãos, os pés, as ondas do cabello,
O olhar, o hálito, a voz e o que em ti se resume.

Vibre o som desse andar, vague o doce perfume
Dessa carne pagã, causa do meu desvelo,
Mando que te acompanhe o eterno pesadelo
Deste amor que ainda mais temo em dor se avolume.

Ronda-te o meu olhar, como o olhar de um morcego
Varando o brumo véo de uma noite de crime,
Prescrutando, a seguir-te —onde chegas eu chego.

Foges? Em vão fugir —o ciúme priva a fuga...
E esse amor que te busca e te cerca e te opprime,
É o mesmo que me afflige, acobarda e subjuga


A MOENDA

Na remansosa paz da rústica fazenda,
À luz quente do sol e à fria luz do luar,
Vive, como a expiar uma culpa tremenda,
O engenho de madeira a gemer e a chorar,

Ringe e range, rouquenha, a rígida moenda;
E ringindo e rangendo, a cana a triturar
parece que tem alma, adivinha e desvenda
A ruina, a dor, o mal que vai, talvez, causar...

Movida pelos bois tardos e sonolentos
Geme, como a exprimir, em doridos lamentos,
Que as desgraças por vir, sabe-as todas de cor.

Ai! Dos teus tristes ais! Ai! Moenda arrependida!
— Álcool! para esquecer os tormentos da vida
E cavar, sabe Deus, um tormento maior!

          (De Zodíaco, 1917)


EU SOU TAL QUAL O PARNAÍBA: EXISTE...

Eu sou tal qual o Parnaíba: existe
Dentro em meu ser uma tristeza inata,
Igual, talvez, à que no rio assiste
Ao refletir as árvores, na mata...

O seu destino em retratar consiste;
Porém o ri todo que retrata,
Alegre que era, vai tornando triste
No fluído espelho móvel de ouro e prata...

Parece até que o rio tem saudade
Como eu, que também sou dessa maneira,
Saudoso e triste em plena mocidade.
Dá-se em mim o fenômeno sombrio
Da refração das árvores da beira
Na superfície trêmula do rio...

          (De Pândora, 1919)



NEL MEZZO DEL CAMIN...

Passou de leve a Esperança
Pelo meu coração...
Encantou-me no azul do meu sonho de criança:
Ardeu como uma estrela...  E era um pobre balão!

Passou de leve a Alegria
Pelo meu coração...
O Amor, dentro em meu ser, como um jardim, floria...
Como é triste, meu Deus, esta recordação!

Passou de leve a Ventura
Pelo meu coração...

Como foi que passou, se a busco com loucura,
Sentindo-me infeliz por deseja-la em vão?

          (De Verônica, 1927)



VOU AGORA SONHAR...

A minha vida, sempre inquieta como o mar,
É de renúncia, sacrifício, desencanto:
Enquanto vão e vêm as ondas do meu pranto,
Estende-se o horizonte, além do meu olhar...

Na imensidade azul fico a cismar, enquanto,
A refletir o céu, vai-se acalmando o mar...
Acalma-se também minha dor, por encanto:
— Já cansei de sofrer! Vou agora sonhar...

to Camões; Brasília: Thesaurus, 2002. 272 p.
(Patrocinada pela Embaixada de Portugal na Argentina). 





DA COSTA E SILVA. Poesía Visual.




Extraído de DIMENSÃO – Revista Internacional de Poesia 
 Uberaba/Brasil – Ano XVII – N. 26 – 1997 – Número Especial III
Direção de GUIDO BILHARINHO seleção de PAULO BRUSCKY – VANGUARDA NORDESTE BRASILEIRO









DANIELA STORTO [17.278] Poeta de Brasil

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DANIELA STORTO

(São Paulo, Brasil 1970)

Estudió Psicología. Inédita en libro, sus poemas fueron publicados en las revistas Inimigo Rumor  y  Quimera.

Nascida em 1970, em São Paulo, Daniela Storto é psicóloga de formação, hoje mora no Rio de Janeiro e trabalha com educação de crianças, ´crianças pequenas´, como acentua; assim como também acentua que é mãe de dois filhos. E uma fala de Daniela me salta ao olho, uma fala que passa pela simplicidade de seu pensamento acerca do poema como erro, como aquilo que compõe o erro e, principalmente, numa expressão-limite ao que paira sobre o poema: o ´não sei bem´, que me parece ter a ver com ´qual o lugar do poema´.
Diz ela: ´Percebo que durante algum tempo escrever poemas me servia para expressar o que eu vivia e sentia e ao mesmo tempo para me livrar dessas coisas. Pois no poema eu dizia, mas modificava, escondia e disfarçava. Talvez seja assim até hoje, não sei bem. Mas agora creio que também escrevo para me desviar das preocupações cotidianas, para inventar.´ 



De Heloisa Buarque de Hollanda 
Otra línea de fuego - Quince poetas brasileñas ultracontemporáneas. 
Traducción de Teresa Arijón. Edición bilingüe. 
Málaga:  Maremoto;  Servicio de Publicaciones,
Centro de Edciones de la Diputación de Málaga, 2009.  291 p ISBN  978-84-7785-8


Un día

Secos mis ojos.

(Y copas).
Lo escuchaba.
(Compuesto).

Veía expresiones y gestos,
desnudo significado.
(Las palabras visten ).

Moviéndose
agudo

cuerpo de él
tocaba el aire,

yo, sí, aérea.




Um dia

Secos meus olhos.
(E copos).
Escutava-o.
(Composto).

Via expressões e gestos,
despido significado.
(Palavras são vestes).

Movendo-se
agudo
corpo dele
tocava o ar;

eu, sim, aérea.



Copa Lord

Cuando
ella
pasa
El mendigo
mira

Acompaña su movimiento sobre la calzada

Llama

Él
la reconoce

Huele
su alma

Alma plena de olores indeseables



Copa Lord

Quando
ela
passa
O mendigo
olha

Acompanha seu movimento por sobre a calçada

Chama

Ele
a reconhece

Cheira
a sua alma

Alma recheada de odores indesejáveis



Éxtasis

Línea irregular parte la imagen al medio, claro y oscuro.
De un lado el mar y del otro la arena.
Casi sereno. Mientras tanto sé,
después de la arena está la ciudad grande y agitada — gente, trabajo,
tráfico y miseria.

En la otra dirección crecen y crecen las olas, en profundidad y altura.

De vuelta, percibo niños jugando en el agua, pobres y desnudos,
y pájaros posados en el suelo granuloso, buscan alimento.

Hay más. Mareas que se suceden, lentas, esporádica vegetación y algún
resto de basura.

Luego llegará alguien más, los pájaros se habrán de dispersar, tímidos,
los niños no se darán cuenta.
Será el fin de la tarde nublada,

y, demasiado tarde, no avistaremos ninguna forma, apenas sospechado
movimiento,
tal vez un viento frío, tal vez las almas sin sosiego.


Estase

Linha irregular parte imagem ao meio, claro e escuro.
De um lado é o mar e do outro a areia.
Quase sereno. No entanto sei,
depois da areia fica a cidade grande e movimentada — pessoas, trabalho,
tráfego e miséria.

Na outra direção crescem e crescem as ondas, em profundidade e altura.

De volta, percebo crianças brincando na água, pobres e nuas,
e pássaros pousados no chão granuloso, procuram alimento.

Há mais. São marolas que se sucedem, lentas, esporádica vegetação e um  
resto de lixo.                                                        ~

Logo chegará mais alguém, os pássaros vão se dispersar, tímidos, as
crianças não vão notar.
Será o fim da tarde nublada,

e, tarde demais, não enxergaremos qualquer forma, apenas suspeito
movimento,        
talvez um vento frio, talvez as almas sem sossego.









DARCY DAMASCENO [17.279] Poeta de Brasil

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DARCY DAMASCENO

Darcy Damasceno dos Santos nació en Niteroi, Estado de Río de Janeiro, Brasil el 2 de agosto de 1922. 
Estudió Letras en la Pontificia Universidade Católica do Rio de Janeiro. Escribió ensayos literarios.  Junto a Fausto Cunha y Afonso Félix de Souza, dirigió la revista “Ensayo”. Como poeta pertenece a la generación del 45, según la crítica se destaca por ser uno de los poetas líricos más expresivos. 

Obra poética:

Poemas, 1946; Fábula Serema, 1949; A Vida Breve, e O Pajem Constante, 1951; Jogral Caçurro e Outros Poemas, 1958. Traduziu O Cemitério Marinho de Paul Valéry, 1949, novamente traduzido e comentado. 1960.  



 
LUNA MARENA
 
Luna Manera, hermana de los ángeles, prostituta espléndida,
En qué otoño se aplaca el ansia de amar, de amar,
La pasión, casto fuego, la entrega leal?
Ruda amabas, como quien se iba a morir mañana
Sufrida y lúcida amabas, y en aquella primavera
Solo tu cuerpo floreció y ardió y extenuado recobraba siempre
La inocencia salvaje dei primer amor.
Amaste toda la primavera, y mayo con organillos y altas nubes
Se recostó en tu ventana cansado, agua y fuego eras tú,
deslumbrada!
 
Extraído de VISIÓN DE LA POESÍA BRASILEÑA; edición biliingue. Selección y prólogo de Thiago de Mello. Traducción de Adán Méndez. Santiago de Chile: Red Internacional del Libro, 1996. 442 p.  ISBN956-7159-92-0
Livro publicado com os auspícios da Embaixada do Brasil e do Banco do Brasil.
 
 

ANTOLOGÍA DE POESÍA BRASILEÑA. Preparación, traducción y prólogo de Gabriel Rodríguez. Caracas: Fundación Editorial Popular de la Cultura; Fundción Editorial  El Perro y la Rana, 2008.   437 p.  Col. Poesía del Mundo. Série Antologías.     Col. A.M. 

 
CANTIGA DE AMOR
 
A orillas de un río verde,
Ay, señora,
A orillas de verde río
Echó raíces mi amor.
 
A la sombra de este silencio,
Ay, señora,
a la sombra de este silencio,
Mi espera se plantó.
 
Cien años para dar sombra
A este río,
Cien años para beber
la savia de este silencio.
 
                    (Poemas)
 
 
BALADA A PALMIRA
 
Ida la vida, ¿qué nos queda?
 
Quedas tú, pájaro sobre
Cielo de exilio, castellana
Campanada, rosa afligida,
Queda la joven inclinada
Sobre la represa del crepúsculo.
 
Quedas tú, inadvertido
Otoño de cielos y aguas,
Reprimido revolotear
Contra bóvedas de olvido
Y el claro blanco y aún queda
La sonata y la voz y el grito.
 
Queda la palabra no dicha
Y suspendida de lo irreal
Queda la sala de visitas,
Tu temblor, corza rendida,
Y tu mano sorprendida
Y tu beso y la vida queda.
 
 
POEMA
 
Fue para arder solos
Curtiendo nuestra fiebre
En la sed de otra fiebre,
Que nos volvimos hombres.
 
Y para el árido cambio
En boca de oro y sal
De los labios que tocamos,
Al sentirnos barro.
 
Fue para amar el amor
Que -frío- se refracta
En nuestra alma de espejos
Que nos volvimos hombres.
 
Y para, levitados,
Entre la locura y la infancia,
Plantar lo humano y lo trágico
A los pies de la eternidad.
 
 
NUPCIAL
 
—Seré pájaro de piedra,
Grave, sobre la enramada,
Suplicante ante tu sueño leve.
 
—Yo seré la madrugada...
Seré la ventana abierta
Para tu queja silenciosa,
Espera ávida, inquieta...
 
—Yo seré en el cortinado
De tu cuarto el soplo ansioso,
Que ante los otros contuviera-
Pobre pájaro feo.        .
 
—Yo seré la que te espera...
 
 
GUITARREO
 
Alta ventana
Quien te dio vida tuviera
Otra vida y más te diera
(Fuera bella)
Fue arco de cimitarra
Y ahora se desafina
En la prima de una guitarra
(No aquélla)
Quien te dio vida te diera
Otra vida, si más tuviera
Alta ventana.
El cisne de ojos verdes, que a una loca
Enamoró con musical expresión
—De jazmines tapizada la boca,
Adorno de violeta el corazón—
El cisne aquél, simple fusión
De clásica postura y alma barroca,
Amante anocheció, variando el son;
Mudo madrugó, pues la luz sofoca
Ruegos y quejas de velludo y pluma,
Que, por nocturnos, solicitan bruma.
Igual que en Leda donde rejuvenece
La siempreviva de ausencia y pena;
Crezcan memorias y prosperen silencios,
Que nemoroso es el pecho que enmudece.
 
 
QUÉ ARTÍFICE CONCIBE
 
¿Qué artífice concibe
Qué ingenio tan divino,
Bóveda más ligera
—Cárcel de una campana
Que a proclamar el Tiempo así se atreve?
 
¿Y en ella incrusta la gema
Que de lo alto irisa la lama
Y en el cifrado lema
 
El arder de eterna llama
Advierte lo caduco de ese emblema?
 
¿Qué dístico o precepto
De irrevelada esencia
Igualmente al fuego acostumbrado
Elide la contingencia
Proponiendo a la mente la luz de atroz concepto?
 
¿Qué mirar del entendimiento
Así bajase tanto,
Que, de ceguera exento,
Subiese por el llanto,
Amando luz, campánula y memento'1.
 
                    (Trigésimas)
 


Côncavo mar, não este, mas antigo
De brancura e azul.
Libertos ventos espadanam largo
Invertido ventre,
 
Alada vida no profundo vórtice
Desprende seu vôo,
Sorvendo o mar, não este, mas também
Cobalto e pureza.
 
Côncavo azul, tão próximo da essência
Tua, e sem embargo
Campo de pássaros, pasto de ventos,
Mar contra este mar.
 
 
* * *
 
Um dia, eu e meu sonho a sós,
Eu e meu sonho.
Deitei na areia a cabeça derrotada por mares vingativos
E tormentas abatidas sobre crepúsculos macios.
No bojo de meu sonho rolava um canto de vencido,
Um mar se debatia entre as minhas mãos crispadas.
Sobre a areia eu e meu sonho, derrotados,
E sobre a vida e sobre a morte
Um céu de exílio se abateu.
 
 
* * *
 
Para a morte vivemos, e a esperança
É âncora lançada a mar sem fundo.
Onde o sonho habitou, onde a lembrança
Desferiu para trás um vôo azul,
 
Onde um canto, um calor te impulsionaram,
Teu silêncio constrói cristais agudos.
Sombra fluida repousa, horizontal,
Onde estrelas caladas se acenderam.
 
Para a morte vivemos, e a esquivança
Em teu peito enredou sargaços frios.
Onde a vida estuante foi mensagem,
 
Velhas árias nascidas com teu canto
Se transformam, se apagam, já tornadas
Ressonâncias de um mar aprisionado.
 
 
SERESTA
 
Se vou-me ao campo pelas rosas bravas,
Deixa que as traga todas, mais aquela
Que há de florir, alta e única, entre lavas
De sonhos matinais à tua janela.
 
Pelos caminhos de noturno mundo
Virei cantando, se cantando parto,
Atento à lua pelos céus sem fundo.
Deixa aberta a janela de teu quarto.
 
Trarei formosa! Aos teus jarros de prata
Súplica e rosas, nalguma hora incerta.
Dorme e sonha - se a noite é verde e nata!
Deixa a janela de teu quarto aberta.
 
 
De Jogral Caçurro e Outros Poemas,
Ed. Livros de Portugal, Rio, 1958)
 
 
 
LUNAMARENA
 
Luna Marena, irmã dos anjos, prostituta esplêndida,
Em que outono se aplaca a ânsia de amar, de amar,
A paixão, casto fogo, a entrega leal?
Rude amavas, como quem ia morrer amanhã
Sôfrega e lúcida amavas, e naquela primavera
Só teu corpo floriu e ardeu e extenuado recobrava sempre
A inocência selvagem do primeiro amor.
Amaste toda a primavera, e maio com realejos e altas nuvens
Debruçou-se à tua janela fatigado, água e fogo eras tu,
Deslumbrada!
 
 
 
O ENCONTRO
 
— Por que tremes? (A mão arde
No braço do adolescente.)
— A senhora é tão bonita!
— Mas tu só viste o meu rosto
Na sombra e só conheceste
O corpo sob o vestido...
— Parece o rosto de tia
Mariana e o corpo dela,
Quando se encostava em mim.
Me olhava às vezes nos olhos,
Alisando assim meus braços.
— Meu louco! Meu pobre louco!
— Eu então pensava coisas,
Mas depois tinha vergonha.
— Tão moço! Por que não amas
As moças de tua idade?
— A senhora é tão bonita!
— Se eu te mostrasse meu corpo,
Vai ver tu ficavas triste.
Ainda que te lembrasse
O corpo de alguma moça
Que foi tua namorada,
Ou mesmo o da tua tia
Solteirona... Mas vai ver,
Tu ficavas com vergonha...
— É igualzinho ao da tia
Mariana... com vestido...
(Queimava a boca ensaiada
No rosto do adolescente,
Como a de tia Mariana
Quando o beijava na boca.)
— Se eu já não fosse uma velha,
Tu serias meu amante.
(Tremia o moço, colado
Ao corpo de Mariana
E tremia a prostituta,
Colada ao corpo do moço.)
— A senhora é tão bonita!
— Mas também eras meu filho:
Te penteava, arrumava
Direitinho, como as mães,
E havia de Ter ciúme
Das moças que namorasses.
— Eu não tenho namorada.
— Gostas de mim, meu benzinho?
(A mão alisava as costas
E era dolorido e bom
Aquele frio na espinha.)
— A senhora é tão bonita!
— Hoje vais dormir comigo.
Vais ver meu corpo sem roupa...
— Estou com pouco dinheiro...
— Ninguém te pediu dinheiro.
Sobe comigo, se queres.
Mas em silêncio. Cuidado,
Não tropeces nos degraus.
 
 
CANÇÃO ATREVIDA  
 
Na casa em frente ( à janela 
Há flores, mas nem todo o ano) 
Morava, morou ninguém, 
  
Alto colo de cambraia 
Para lá do cortinado 
Encardido, mas aquém 
  
Do meu desejo. Ignorou-me, 
Em seu desprezo; em meu sonho, 
Outrora, foi ela quem, 
  
Felina sombra ciosa, 
Mordeu em fúrias de estio 
Os lençóis; o seu desdém, 
  
Lançou-o à rua. Consente 
Minha lembrança lembrá-la 
Na casa em frente, porém 
  
Alto colo, toda nua, 
Toda pura entre cambraias. 
Noutro tempo foi meu bem.   
 
 

DAMASCENO, Darcy.  Trigésimas (1952-67).   Rio de Janeiro: Orfeu,  1967.  37 p.  “Composto e impresso na Gráfica Olímpica Editora Ltda. Para Edições Orfeu”. Foto do poeta no frontispício. Col. A.M. 
 
De canto a canto,
Do tufo à rama obscura,
Som que na sombra mana,
Rumor difuso.
 
De mangue a mangue,
Da alga trémula ao fuste,
Um som de água levanta
E a sombra enruga.
 
Prenúncio: aos galhos
A névoa rumorosa,
Vislumbres dentre a malha
Que a alva recolhe.
 
Fosco arrepio
Buscando as aparências
— Desvãos, orla transida —
Que a luz consente.
 
De beira a beira,
Crespa-se ao sopro, o rio:
 
A pele de seus peixes,
Nesse ouro-cinza.
 
Atrás: o assomo
Do verde, a asa certeira,
Relance — atrás — das combas,
Atrás: a aroeira!
 


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MARCIN KUREK [17.280] Poeta de Polonia

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                          Marcin Kurek, fot. Albert Zawada / Agencja Gazeta


MARCIN KUREK

Marcin Kurek nació en 1970 en Swiebodzin (Polonia). Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Wroclaw, doctorándose en Humanidades. Es profesor universitario y enseña literatura hispanoamericana, traducción y escritura creativa. Ha publicado dos libros de poesía. Por su poema largo El Sur (Oleander), recibió en 2010 el Premio de la Fundación Koscielski, uno de los más prestigiosos del país. Sus poemas han sido traducidos al español, francés, ruso, checo, eslovaco, lituano y húngaro. La versión checa de El Sur fue publicada en 2014 (editorial Triáda). Así mismo, es el traductor de Pablo García Casado y de Joan Brossa al polaco, entre otros autores. 



PRESENCIA

No hay nadie en esta casa, estoy junto
a la ventana abierta: cortina, visillos,
fruta en la mesa blanca, unos vasos de vino, 
y tu olor al pasar por el cuarto vacío y oscuro.

No hay nadie entre yo, esta sombra 
en la pared, el silencio, esta superficie tan viva
en el exterior. Pero queda una dubitativa 
metafísica, Weltschmerz y un cansancio que colma.

Weltschmerz: en alemán, 'melancolía'.

Poesía a contragolpe. Antología de poesía polaca contemporánea (autores nacidos entre 1960 y 1980). Selección y traducción de Abel Murcia, Gerardo Beltrán y Xavier Farré. Prensas Universitarias de Zaragoza, 2012.




Marcin Kurek.
El Sur.
Traducción de Amelia Serraller.
Prólogo de Xavier Farré.
Bartleby. Madrid, 2015.

Marcin Kurek ha presentado su poemario " El sur ", publicado en español por Bartleby Editores.

Un libro considerado "el gran poema de la modernidad" por el traductor Xavier Farré, autor del prólogo, y galardonado en 2010 con el premio de la Fundación Koscielski, una de las más prestigiosas de Polonia, que está formado por un solo poema largo, en el que su protagonista cree que está en sus últimos momentos de vida después de saber que ha bebido de una botella de agua con una rama de adelfa, una de las plantas más venenosas.
Desde ese momento comienza un poema río con un viaje a su interior que le lleva al autor por Europa, España incluida, en un descenso a los infiernos en cuya trayectoria también se entera de la muerte de los poetas Milosz y Herbert.

"En Polonia siempre ha habido una tradición con el poema largo, desde la poesía romántica del siglo XIX, y eso identifica mucho a mi país, pero para mí ha sido un reto, es más parecido a escribir una novela, no se trabaja como el poema corto y se sigue una pauta más teatral, más musical", subraya a Efe Kurek.

Para seguir estos meandros poéticos de Kurek, muy en diálogo con grandes poemas como "Tierra baldía", de T.S. Eliot, el lector también tiene que entrar en la autoficción, en la verdad, en la experiencia del autor personaje, en las verdades de sus mentiras, donde mezcla vivencias con sueños.

Kurek, en este largo viaje que emprende, se entera de la muerte de Milosz y Herbert, pero aclara rápidamente que con este hecho no tiene "ninguna intención de matar al padre o a los padres, como han dicho algunos", sino que sucede porque han sido dos de los más grandes poetas y de vital importancia en su vida".
"Ahora quedan poetas de 50 o menores de 50 -aclara-, pero no hay ningún líder. Hay muchos poetas jóvenes, más haciendo novelas, pero el tiempo para la poesía es otro. Un tiempo influenciado por la tecnología, por internet, donde hay mucha oferta y donde nada pasa por ningún filtro, ni por un editor o por un agente, y, claro, hay mucho, pero muchas cosas que no son buenas".

"Hace veinte años la poesía dominante era muy difícil, nada complaciente con el lector. Ahora todo se ha convertido en una especie de juego", matiza este hispanista, profesor universitario que enseña literatura latinoamericana, traducción y escritura creativa.

Kurek piensa que este juego o esa experimentación más frívola tiene que ver con una especie de "deseo por recuperar las vanguardias históricas que Polonia no tuvo en los años 30 porque nunca hubo esa burguesía necesaria".


¿Qué ha pasado,  
cómo es posible que yazca ahora  
muerto en el suelo? ¿Muerto?



Así comienza El Sur, un largo poema narrativo y visionario del polaco Marcin Kurek, que publica Bartleby en edición bilingüe con traducción de Amelia Serraller y prólogo de Xavier Farré.

Con la seguridad de que vive sus últimas horas, porque ha bebido el líquido de una botella con una venenosa rama de adelfa, 


¿Se puede morir acaso  
de forma tan tonta, envenenado con el agua 
de una botella de plástico en la que ayer 
alguien metió una pequeña rama?


el protagonista de El Sur inicia un viaje por su memoria, “una expedición hacia múltiples interiores”, como señala Xavier Farré en su prólogo.



Será igual: dos álamos, una pobre
parra y un ciprés junto al muro, una puerta
que cruje, moho. ¿Qué ha pasado, 
cómo es posible que yazca ahora 
muerto en el suelo? ¿Muerto?

¿Se puede morir acaso
de forma tan tonta, envenenado con el agua 
de una botella de plástico en la que ayer 
alguien metió una pequeña rama?



En un fragmento del primer canto, nos encontramos al personaje del poema entre fotocopias amontonadas en una pensión de la plaza madrileña de Antón Martín recibiendo la noticia de la muerte de Herbert:



Ese día en la habitación del octavo piso,
entre estanterías con libros,
junto a una pila de carpetas azules
repletas de fotocopias acumuladas
durante meses en una pensión barata
de Antón Martín,
te despertaste a las siete y, recordando
la profecía de las mujeres, encendiste la radio,
que informaba de que al alba
había muerto en Varsovia
Zbigniew Herbert.
“¿Ha muerto Herbert?” preguntaron a un tiempo
D y T, cuando dos semanas después
les contaste esta historia.
A ellos, de viaje por el Ródano,
no les había llegado la noticia.
Siete años después cuando en un parque de Vence
recibiste la crónica de la muerte de Czeslaw
Milosz, pensaste que alguien se había burlado
de él, dándole a probar
un nuevo siglo. ¿Pero quién, muy pronto,
se burlaría de ti?








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RAMÓN GOY DE SILVA [17.281]

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Ramón Goy de Silva

Ramón Goy de Silva nació en Ferrol el 29 de marzo de 1888, y murió en Madrid en 1962. Novelista, poeta y dramaturgo, fue galardonado por Alfonso XIII en el Ateneo de Madrid por su labor en favor de las letras gallegas.

Según Angel Arconada, Goy de Silva es “con Jacinto Grau, el dramaturgo español que a principios de siglo hizo un mayor esfuerzo por regenerar la escena”. Esta referencia a Jacinto Grau no es gratuita, ya que fue Grau el prologuista de la edición de La Reina Silencio, donde describió a Goy como “poeta del ensueño y del desdén”.

Goy de Silva realizó abundantes viajes por España y el extranjero, apareciendo sus poemas en varias revistas europeas. Es uno de los autores españoles más traducidos a otros idiomas.

Protegido por Benito Pérez Galdós, estrenó en el Teatro Español de Madrid su drama El Eco (1913), obteniendo un gran triunfo. En 1914, colabora, con otros poetas en el Cancionero de El Heraldo de Madrid, cuya importancia nos recuerda Guillermo de Torre. En 1915 estrena en el Teatro de la Princesa de Madrid la obra Sirenas mudas, protagonizada por Margarita Xirgu.

Mas tarde publicará cuatro dramas de tinte modernista – simbolista: La corte del cuervo blanco, La reina silencio, Esther, espejo de amor y Juicio de bufón. No llegó a representarlos por su gran complejidad escénica.

Dado que el Modernismo no es un bloque monolítico en el que las tendencias y las personalidades se reduzcan a un programa, sino que puede considerarse como un movimiento artístico de amplias fronteras temporales (finales del XIX hasta 1920) y en el que se combinan elementos diferentes como el parcialianismo, simbolismo, romanticismo, naturalismo y expresionismo, Goy de Silva, que aúna varias de estas características en algunas de sus obras, entra en el perfil de un autor modernista.

Sabemos de él que fue un hombre culto que amaba la música y la poesía, que conocía el mundo clásico y que le atraían ambientes aristocráticos y elitistas. Este deseo de alejarse de lo vulgar, de la realidad, es una actitud de rebeldía, por lo que tiene una explicación lógica el que en sus obras aparezcan aspectos simbólicos, ambientes exóticos, personajes mitológicos o bíblicos. En este sentido su obra no está lejos de la temática de Grau, otro autor de éxito en los escenarios europeos.

Tras la publicación de “Antenas siderales” (1927), se apartó del mundo literario que caminaba ya senderos muy diferentes a los que él transitara.


FAROLEROS

Cuando se apaga el sol
salen los faroleros
para encender los luceros.

Corred, ¡oh aviadores faroleros!,
por los siderales senderos
con vuestra lanza luminosa,
y, en fantásticos vuelos,
encended en los cielos
toda esa teoría caprichosa
de estrellas que iluminan
la ciudad misteriosa,
en donde los humanos
tenemos la ilusión
de poseer nuestra eterna mansión
espiritual,
cuando llegue el momento
de echar a los gusanos
nuestro lastre carnal.


EN LA PERIFERIA DEL ULTRAÍSMO:
LA POESÍA DE GOY DE SILVA
Por Juana Toledano Molina
I. E. S. «MARQUÉS DE COMARES» (LUCENA)


Entre los textos preliminares hay uno que merece especial atención, puesto que se trata de una proclama y manifiesto del mismo poeta publicado por primera vez, según indicación propia, «en los números de la Revista Cervantes, correspondientes a los meses de julio y septiembre, respectivamente, del año 1917, y reproducido en diversos periódicos de España y América» (pág. 5). Con ello se define el poeta como un adelantado del ultraísmo, tal como afirma en el prólogo en prosa (pág. XVII), aunque también reconoce que los poemas que componen el libro son recientes, incluso algunos están escritos en el estío del mismo año. Hay, por lo tanto, un amplio período de incubación de la teoría poética, unos diez años, que da como resultado este libro.

En el mismo texto manifiesta que la tendencia verdaderamente representativa
de su poesía se halla en esta publicación, en tanto que ha postergado por él otros libros y otros poemas, de carácter distinto, que solían aparecer en diversas publicaciones periódicas: «Y si doy preferencia de publicación, en libro, -comenta- a estas poesías sobre otras muchas mías, publicadas en periódicos, que esperan turno desde tantos años y a los que por orden cronológico correspondería salir primero que éstas en volumen, es porque en este libro es donde creo yo que se pone de relieve mi verdadera personalidad poética, por ser estas poesías nuevas las que se ajustan mejor a las tendencias de la estética moderna, en la que el humorismo, en su más alto sentido, es la característica predominante» (pág. XVIII). Retengamos la idea que expresa al final del párrafo: el humorismo como rasgo fundamental, puesto que efectivamente luego va a verse reflejado constantemente en las composiciones,
ya como ironía verbal, ya como metáfora humorística al estilo de las greguerías.

En el manifiesto convoca a los poetas a romper con los moldes antiguos, abrir
nuevas rutas y embarcar hacia horizontes desconocidos. Esto en la práctica parece traducirse en una expresión libre de la idea, sin el «pie forzado de los consonantes / y la estrecha cadena de la rima» (pág. 6), términos repetidos más adelante, aludiendo al mismo tiempo al mito de Prometeo: «Estáis encadenados / a la terrena roca rutinaria, / por las férreas cadenas de las rimas antiguas / y torturados siempre / por el pico protervo del consonante alado, / castigo de los dioses» (pág. 8), lo que en el fondo no es más que una reiteración de la vieja idea verleniana, tan contraria a la rima como puede verse en la parte final de su «Art Poétique».7
_____________________________________
Ramón Goy de Silva, La corte del cuervo blanco, Madrid: Ed. Biblioteca Rubén Darío, 1929. En este volumen se incluye un fragmento del libro «Cristo en los infiernos», con el título de «Letanía de los siete pecados», ibid., pág. 205 y ss.
«Prends l'éloquence et tords-lui son cou! / Tu feras bien, en train d'énergie, / De rendre un peu la Rime assagie. / Si Ton n'y veille, elle ira jusqu'oü? / O qui dirá les torts de la Rime? / Quel enfant sourd ou quel négre fou / Nous a forgé ce bijou d'un sou / Qui sonne creux et faux sous la lime?». Cfr. Rafael Ferreres, Verlaine y los modernistas españoles, Madrid: Gredos, 1975, págs. 70-71.

La expresión libre, sin la traba de las reglas métricas, es su aspiración:


No hay verso más hermoso que el de las libres olas,
o el vuelo de las aves en caprichosos giros...
Dejad el pensamiento que vuele libremente
con alas de belleza.
La idea y la imagen ante todo,
antes que el consonante y la medida (pág. 8).


La idea de que «Los barberos afeitan, rizan y perfuman los pecados» es la base de la siguiente composición, titulada «Barbería»:



Todos los días
santificados
las almas pías
van a sus barberías
para afeitarse los pecados,
que vuelven a salir al día siguiente.
Por eso las más pulcras
se afeitan diariamente.
Y los barberos de los Pecados Capitales,
en su arte diestros,
¡verdaderos maestros!,
dan masajes y ungüentos
y lociones de influjos celestiales
de tanta eficacia,
que hasta los más hirsutos pensamientos,
se rinden dócilmente a la divina gracia.
Y quedan perfumados,
peinados y rizados...
¡hasta que los despeinen otros nuevos pecados...! (págs. 13-14).


El resultado no es casi nunca de una alta calidad, sino más bien al contrario. Parece como si el autor, basándose en una idea más o menos brillante, la estirase lo más posible y construyese con ella un poema sin apenas rima, salvo la ocasional, que no siempre desdeña, a la manera de diversas greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Incluso alguno de los poemas nos parece una simple greguería puesta en verso, como «La hoz», que forma parte de la composición titulada «Motivos del río»:


En la piedra del molino
que gira veloz,
afila su hoz
el río campesino... (pág. 39).


O «El peine», de la misma composición:


Mira mi hermoso peine,
me dijo el río
mostrándome su puente,
mientras peinaba sin cesar
en la corriente
su larga cabellera que llegaba hasta el mar... (pág. 40).


Sin que se produzca una modificación visible en el sistema lírico que hemos apuntado, sí puede señalarse alguna variación en los componentes de las figuras retóricas de cada uno de los libros que integran el volumen, de tal manera que en Cuenta de la lavandera encontramos imágenes más bien cotidianas, terrenas, en las que predomina, casi siempre, cierta ironía moral en el fondo, en tanto que en Vía Iris y en Antenas siderales son los astros y el cielo los elementos más frecuentes.

En este sentido, recordemos uno dedicado a «El sol»:


La noche dadivosa esparció por el cielo
todas sus áureas monedas.
Pero llegó la aurora,
las recogió en su bandeja,
y así se formó el sol.
¡Con todas las estrellas...! (pág. 125).


O el titulado «Astros»:
En el cielo
cada estrella empolla su huevo,
y nuestra tierra clueca,
por el sol galleada,
¡puso una luna nueva!... (pág. 196)


Por nuestra parte, no hemos pretendido una reivindicación absoluta de su lírica, que él ya consideraba inadecuada para la comprensión completa por parte de un amplio sector de lectores, como puede verse en su poema «Musa mía», en el que escribe:



Muchos dirán, lo espero,
que esto no es poesía;
pero llegará el día,
musa mía,
en que ha de comprenderte el mundo entero;
aunque por mí prefiero
que sólo te comprenda
la Minoría, que es la Mayoría (pág. 97).


En el fondo sólo hemos querido llamar la atención sobre un libro de versos y un autor poco conocidos que añaden rasgos de época, quizás una tesela más para el mosaico, en el variado panorama de las vanguardias hispánicas.





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JUAN GUTIÉRREZ GILI [17.282]

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Juan Gutiérrez Gili

Escritor y poeta guipuzcoano, nacido en Irún en 1894. Murió en 1939 en el Brull, cerca de Montseny.

Desvinculado del País Vasco, vivió su juventud en Madrid, donde se unió a los círculos vanguardistas y a lo más granado de la joven intelectualidad española (Dalí, Barradas, Lorca, Dalmaú...). En 1912 pasó largas temporadas en Londres, de las que resultaron varias versiones y traducciones del inglés. Colaborador y fundador de revistas vanguardistas como Ultra Poesía Critica Arte Revista Internacional de Vanguardia, Surco y Estela...

[Buzos de amor]

Buzos de amor. Herrumbre en la escafandra
de la cultura; los cristales turbios,
y el corazón perdido en los suburbios
de la ciudad de nuestra salamandra.
Ella vive del fuego amoratado
que brota de los túmulos de nieve
donde el dolor entierra a quien se atreve
a comprender su corazón sagrado.
Es la ilusión. Sus calles,
en el algoso mar de la conciencia
presienten madrugadas de inocencia
sobre el verdor de los eternos valles.
Y en tanto vamos, procesión de arañas,
ebrios buzos de amor, negros y rojos,
devorando naufragios con los ojos
y elaborando tiempo en las entrañas.
Allá en la superficie las ovejas
al cuidado de cándida pastora
con su brillo de alma baladora
al rubio sol le bruñen las guedejas.
Luna y estrellas para hacer más hondo
este subser provisto de escafandra,
esclavo de la ardiente salamandra
que anilla el mundo con su amor redondo.

[Juan Gutiérrez Gili, La mano abierta, en Antología (Obra publicada e inédita), Barcelona, Ediciones Rondas, 1975, pág. 84, prólogo de J. Jurado Morales]


VENTANILLA (selección)

VIAJE
Tristeza de lo que se va.
Alegría de lo que viene.

LUNA
Alucinación, desequilibrio,
caricatura de éxtasis.
Roto que ha dejado en el cielo
la Torre de Babel.

YERMO
Emigración perpetua de un paisaje.

LLUVIA
Pedazos de la noche en todas las manos.




PERFIL HUMANO DEL POETA

Juan Gutiérrez Gili nació el 7 de marzo de 1894 en Irún (Guipúzcoa) y allí transcurrieron los tres o cuatro primeros años de su vida. En un texto hallado entre sus manuscritos deja constancia de su afecto por la región de España en que vino al mundo: «Nací esclavo en un país donde la esclavitud no es conocida. Y por ser desconocida, nadie se reconoce como yo. No es una tierra perdida en el corazón de continentes lejanos. Mi patria está en Europa. Soy español. Tres ríos confluyen en mi corazón y tienen sus fuentes en Vasconia, Cataluña y Castilla. Sobre estas rutas de sangre flotan las nostalgias del Sur».
Si se siente vinculado a las tierras vascas por haber nacido en ellas, a Cataluña y a Castilla le vinculan afinidades familiares.

Cataluña es la región de sus antepasados por vía materna y en la que pasará -en Barcelona por más señas- la mayor parte de su vida. La madre, Rosa Gili Roig, era la mayor de todos los hijos de Juan Gili, hombre emprendedor que después de haber probado fortuna, siempre con éxito, en diversos negocios, se instaló como editor creando una empresa que después de su muerte sería conocida con el nombre de «Editorial Litúrgica Española». La sede de la empresa radicó sucesivamente en Irún, Madrid y Barcelona. Tanto Juan Gil¡ como su mujer, Dolores Roig, habían nacido en Lérida o en algún lugar de su provincia. Y en Lérida nació también su hija mayor, Rosa.

La raíz castellana de Juan Gutiérrez Gili es de origen paterno. Su padre, Filiberto Gutiérrez Vicuña, nació en Ávila, de donde eran a su vez sus padres, a los que perdió, con pocas meses de diferencia entre la muerte de la madre y la del padre, siendo todavía un niño. De sus padres heredó algunos bienes que le hubieran permitido vivir desahogadamente de haber sido cuidadosamente administrados. Era hombre culto, especialmente aficionado a la música. Trabajando como corredor de libros conoció al editor Juan Gili a cuya empresa se vinculó y con cuya hija mayor contrajo matrimonio. Eran los años en que Juan Gili tenía instalado su negocio en Irún y por esta causa sus primeros nietos, hijos del matrimonio Gutiérrez-Gili, nacieron en Irún. Tuvieron siete hijos, de los cuales Juan era el tercero, primero entre los varones. Recibió el nombre de Juan en atención tanto a su abuelo materno como a su abuelo paterno que también se había llamado Juan.

Hacia 1904, los Gutiérrez-Gili se encuentran ya establecidos en Barcelona y el padre, que durante unos años transcurridos en Madrid ha trabajado por su cuenta, vuelve a estar vinculado profesionalmente a su suegro. Este admiraba las cualidades artísticas que despuntaban en su nieto mayor. Dispuso al morir que se atendiera lo mejor posible a su formación. El deseo del poeta, todavía niño, que ya sentía bullir su poderosa capacidad estética, le encaminaba hacia una carrera de Humanidades, pero por diversas circunstancias sólo pudo hacer estudios de Comercio que simultaneó con el trabajo en la Editorial fundada por el abuelo, que entonces llevaba el nombre de «Herederos de Juan Gili». Hacia 1912 pasó un año en Londres, donde trabajando en oficinas aprendió perfectamente el inglés. El espíritu laborioso que respiró en el ambiente familiar aliado con su fuerte instinto artístico le llevó a procurarse autodidactamente una vasta y profunda formación cultural. Introducido en el periodismo encontró en ese campo profesional una actividad afín con sus inclinaciones.

En 1918 se da a conocer con «Primer libro de versos". El título manifiesta claramente la intención del autor de afirmarse como poeta con sucesivas publicaciones. En 1925 aparece «Surco y estela». Mientras tanto ha pasado algunos años en Madrid donde fue cronista de «El Correo Catalán». Entonces tuvo ocasión de conocer a muchas de las principales figuras literarias de la lengua castellana y de alternar en los círculos intelectuales que en torno a ellas existían. Sólo mucho más tarde, a los 25 años de su muerte, en 1961, salen a la luz nuevos escritos suyos, breve muestra de su abundante producción inédita, seleccionada por el amigo, y también poeta, José Jurado Morales.

Comentando esta obra editada en 1964 decía Melchor Fernández Almagro («La Vanguardia», 15-VII-65) que las dos obras publicadas en vida del poeta fueron lanzadas por el autor «sin ansia publicitaria de ninguna especie, con la modestia que es propia de la vida llevada sin preocupaciones de avance en el camino profesional». Pero sólo en el sentido de que no deseaba la notoriedad por sí misma, de la que Juan Gutiérrez Gili estaba especialmente desprendido como afirma el mismo crítico, cabe entender que no se sintiera urgido a progresar como poeta. Como comprobante de que era eficaz la depuración estilística, con que iba mejorando su propio nervio poético, al publicar «Surco y estela» buscó expresamente el comentario de la crítica y lo obtuvo en tono muy elogioso.

Ya dos años antes de publicar «Surco y estela» Juan Gutiérrez Gil¡ había mostrado un anticipo de su próximo libro con la lectura de algunas de las poesías que por entonces estaba escribiendo. El acto tuvo lugar en el Ateneo de Madrid, el 31 de marzo de 1923, y poco después se repitió en el Ateneo barcelonés. La prensa de ambas ciudades se hizo eco de cada uno de estos actos.

«El Sol» (I-IV-23) terminaba su reseña diciendo: «... el público, con sus aplausos, alentó al joven poeta a que siga en su camino, para lo que muestra entusiasmo y condiciones no comunes.» Y «El Heraldo de Madrid» (3-IV-23) comenzaba la suya diciendo: «Casi todos los días lee algún señor versos en el Ateneo; pero casi ningún día se oye allí la voz de un poeta. Por raro caso hemos podido escuchar ahora a uno. Gutiérrez Gili es, en efecto, uno de los pocos escritores de versos que están realmente asistidos del don de poesía.»

No menos favorable al poeta se mostró la prensa de Barcelona, donde era ya algo conocido. De la crítica de «El Correo Catalán» (9-V-23) son los siguientes pasajes: «Tiene Gutiérrez Gil¡ sobrada cultura literaria, potencia creativa y poder mágico y prodigioso en la versificación para dejar el sello de su prosapia aristocrática en cuanto toque y diga, aun en el caso de adaptarse a los libérrimos cánones de las más libres escuelas poéticas."; «La lectura de ayer trajo auras de novedad y de sensación insólita a nuestros cenáculos literarios, al selecto concurso que aplaudió las imágenes sutiles, los ritmos nuevos, aquel sonoro juguetear con todas las cosas de la tierra, del cielo y del mar, arrancándoles símbolos y haciendo florecer en cada símbolo una idea, una llama, un afecto.»

Y a la crítica de «El Diluvio» (9-V-23) pertenece esto pasaje: «Dos características esenciales se advierten en la nueva manera de decir de Gutiérrez Gili: la justeza en la imagen, el anhelo de dar la plasticidad debida a las sensaciones -que acaso parezca erróneamente atenuar la emoción en un principio-, y el oportuno y sabio empleo del adjetivo, mágico resorte del matiz personal de su obra.»

Estas reseñas de la prensa barcelonesa se refieren también a las actividades literarias que el poeta ha impulsado en Madrid de donde acaba de regresar. «Gutiérrez Gil¡ después de largo convivir con las escuelas poéticas de jóvenes inquietos en Madrid, retorna a los lares paternos y, como viajero venido de exóticos países, nos recitó visiones, y tradujo impresiones líricas de la tierra de su "plus ultra".» («El Correo Catalán»). El crítico de «El Correo Catalán» se refiere al movimiento literario «Ultra» en el que intervino Juan Gutiérrez Gili, y remarca con el adjetivo «plus» la posición adelantada que en el mismo ostentaba. Refiriéndose a estos contactos literarios que mantuvo en Madrid decía desde Sevilla, en 1925, al comentar «Surco y estela» el crítico literario de «El Noticiero de Sevilla» (16-X-25): «Hace cinco años. Alrededor de Rafael Cansinos-Asséns, el gran escritor sevillano, se reunieron unos cuantos jóvenes poetas descontentos, iniciando aquel movimiento literario que se llamó ultraísmo y que si no consiguió derribar los viejos ¡conos y destruir el reino de la metáfora, por lo menos trajo un aire nuevo a nuestra literatura, tan falta de ventilación, tan encerrada en sus academias, en sus bibliotecas, en sus cafés, tan llena de humedad y de polvo. Entre estos muchachos, que se llamaban a sí mismos escritores de vanguardia, destacaba Juan Gutiérrez Gili, el joven secretario de «Tab!eros», la revista de los «Ultra», uno de los más positivos valores de aquel grupo, que se ha ido disolviendo y naufragando, salvándose muy pocos, los que eran verdaderos artistas, verdaderos, poetas... »

La lectura de «Surco y estela» despertó viva admiración en los críticos literarios de los más diversos periódicos y revistas. La reseña aparecida en ABC de Madrid (5-VII-25) es un buen exponente de esta general reacción tan positiva.

«El autor revela en los poemas que acabamos de leer con singular complacencia, una inspiración delicada, rica en matices y que sabe hallar en los temas que aborda las más emocionantes facetas.

Poeta fácil a despertar en el lector encantadoras sugestiones, Gutiérrez Gili da a sus versos, con la profundidad de ideas trascendentes, la amenidad y la emoción de que aparecen ungidos.

La métrica del autor de «Surco y estela» responde en todo momento a esa inspiración varia, ondulante, flexible, y se adapta al sentido poético con estrofas y frases de opulenta turgencia o de sencilla elegancia, según requiere el momento de emoción.

"Surco y estela'" es, en suma, un libro lleno de alicientes y de belleza.» 

Y en Barcelona, tanto en la prensa de lengua castellana como en la de lengua catalana, se descubre en «Surco y estela» a un gran poeta. Sirva de muestra un pasaje de la crítica publicada en «La Veu de Catalunya» (noviembre de 1925): «En Gutiérrez Gili ... mostra una gran originalitat, una personalitat interesantíssima que fa esperar grans coses de la seva sensibilitat poètica, del seu enginy, del seu artístic domini de la paraula. A cada punt us sorprenen i delecten les troballes que fa el jove poeta. Aquest llibre no us dóna la sensació d'una primera obra prometedora, sinó de la realització plenament reeixida d'un bell propòsit.»

Expresión inequívoca de la consistente envergadura poética de Juan Gutiérrez Gil¡ es la gran expectativa que despertó la madurez alcanzada en «Surco y estela». Con frecuencia se le compara con los mejores poetas del momento en lengua castellana. Se reconocen en su poesía, como en la de la mayoría de los mejores poetas de entonces influjos juanramonianos y de Antonio Machado, pero se advierte también en ella el sello personal e independiente característico de los poetas más geniales. Así «El Sol» (II-VIII-25) decía: «Oyéndolo sentimos de pronto una voz no desconocida, la del Juan Ramón Jiménez de ayer («¿Volverán los saltimbanquis -con el oso y la carreta?») o la del Juan Ramón Jiménez de hoy («¡Un huevo de azogue! - ¡Una estrella de agua!»). Pero la voz que predomina no canta con timbre ajeno.» 

Una crítica insertada en «Diario español» de La Habana (14-XII-25) terminaba diciendo: «Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado influyen todavía, a nuestro juicio, en Juan Gutiérrez Gili. Pero esto no es defecto; lo sería si el poeta admitiera la influencia como norma definitiva, pero advertimos en"Surco y estela"' destellos de poesía y emoción muy personales.»
Lo mismo reconoce, muchos años más tarde, José Jurado Morales en las palabras de presentación de «Poesía y prosa en su vida» (1964): «Su vena poética, tan vigorosa, fluía en versos transparentes, delicados - que si al principio acusaban cierta resonancia a lo Juan Ramón Jiménez (como los de casi todos los poetas de aquel tiempo), siguieron luego su propio surco, acentuándose en ellos un lirismo personal, sin mácula.»

No es extraño que en la citada crítica de Sevilla el nombre de Gutiérrez Gili figure entre los de algunos de los poetas más conocidos de la primera mitad de nuestro siglo: «La poesía de hoy no es para tenderos; los Machado y los Jiménez, los Gerardo Diego y los Gutiérrez Gili ofrecen -a la sensibilidad moderna panoramas maravillosamente sutiles, perspectivas de una amplitud que no acierta a abarcar la mirada torpe. cansada o insensible de la multitud.»
Ciertamente no es apta para almas apagadas la buena poesía de cualquier época, pero la de aquellos rastros se muestra capaz como pocas de sacar a los hombres del sueño multitudinario. También en esto la poesía de Juan Gutiérrez Gili está a la altura de la mejor poesía de su tiempo por su sello propio y por su profundo humanitarismo y buen gusto que le inmuniza de excesos esotéricos. Esta cualidad de su poesía fue diversamente captada en la crítica de "Surco y estela": «... Gutiérrez Gili es un home modern, moderníssim. Però, el seu gran art no li permet mai que la modernitat el dugui cap a exageracions de gust dubtós, com tants casos trobem en la moderna escola poètica espanyola, amb la qual res té que veura Gutiérrez Gili, que la supera en tots aspectes.» («Justicia Social», Barcelona, 25-VlI-25.) .

No interrumpió el poeta su actividad creadora tan halagüeñamente encarrilada. Su afán de perfeccionamiento y su escaso afán publicitario junto a ciertos factores externos impusieron un ritmo sosegado a su producción. En 1923 tiene que regresar a Barcelona necesitado por su familia al quedar el padre paralítico. Es entonces cuando comienza a trabajar en «La Vanguardia», con un horario fijo, hasta entrada y avanzada la noche. Hay una inconfundible relación entre sus forzados trasnochamientos y su amorosa visión de la noche, la aurora, la niebla... y su cierta prevención a la mañana y al día, como si en la oscuridad estuviera la verdad y en la luz ruidosa del día lo falso. Contrasentido que es necesario descubrir para calar en lo más hondo de su poesía. En 1928 contrajo matrimonio. Habiendo conocido a la que sería su mujer (Jacoba Comas )unos diez años antes de casarse, mantuvieron un breve idilio que a pesar de su pronta interrupción dejó profunda huella en sus almas. El recuerdo del amor perdido y el deseo de poder rehacerlo inspiró buena parte de las poesías de los libros «Elegía» y «Flor». En la vida matrimonial encontró la inmensa felicidad con que la había soñado. Tuvieron cinco hijos -la última nacida en 1937, dos años antes de su muerte-de los que se ocupó celosamente sin escatimar sir tiempo.

Paso a paso, entre 1925 y 1939, año de su muerte, de su pluma salieron multitud de poesías. Es muy probable que no las fuera publicando entonces por falta de recursos económicos y por el rigor exigente con que se juzgaba a sí mismo como escritor. Pulcramente terminadas, muchas de ellas, fueron concienzudamente ordenadas por él mismo. La guerra de 1936-39 postergó estas proyectos y la muerte del poeta que coincide con la terminación de la guerra los llevó también a la tumba, de donde vuelven ahora a la vida. No conoció las más directas incomodidades de la guerra -ni estuvo en el frente, ni fue perseguido-, pero su fina sensibilidad espiritual padeció por los sufrimientos ajenos indeciblemente y su cuerpo experimentó toda clase de privaciones. En las primeras horas del 28 de marzo de 1939 entregó su alma a Dios, como víctima postrera de aquella contienda que dolorosamente había contemplado, con ojos atónitos, y cuyo fin empezaría a ser inmediato horas después de su muerte, con el hundimiento del frente de Madrid, de lo que se enteró ya en la eternidad, presentida y deseada inexplicablemente desde antes de estar enfermo. En su muerte se cumplía el deseo que había manifestado en una de sus últimas poesías:


«No quisiera dejaros, seres y tierra y sueños, 
un mediodía denso; me quisiera 
morir de madrugada, cuando todo renace.»


Desde la muerte de su amigo entrañable el pintor Rafael Barradas, ocurrida en 1929, la idea de lo infinito le obsesionaba. Así lo afirma en las palabras que pronunció en el homenaje al pintor desaparecido celebrado en el puerto de Barcelona el 18 de febrero de 1929. Y pensar en lo infinito era para Juan Gutiérrez Gili pensar en la muerte. Su alma meditativa unió admirablemente estos dos temas en muchas de sus poesías. Para él, que vivió auténticamente todas sus inquietudes, la vida eterna no era una divagación esteticista sino una arrebatadora realidad, que afincada fuertemente en su vida, le llamaba con voz poderosa. Esta incontenible y personal inquietud por el más allá aumentó en los años de la guerra.

Sus restos mortales reposan en el pequeño cementerio de un villorrio desparramado en una de las laderas del Montseny, El Brull, donde pasó las últimas semanas de su vida luchando con la muerte en un sanatorio.

No es posible llegar a una semblanza completa de Juan Gutiérrez Gili en estas líneas pero sí cabe reforzar los trazos del perfil en ellas dibujado con algunas indicaciones más sobre su actividad como escritor y sus inquietudes intelectuales.

Era un buen experto en poesía clásica castellana. Publicó en 1926 un libro de canciones de Navidad de nuestro siglo de oro y de algunos poetas catalanes. Una reseña del momento decía:

«Un buen presente navideño. Nos lo traen Gutiérrez Gili y Barradas y viene en libro, con mezcla de libro escolar y moderno. "Canciones de Navidad" es una antología de canciones de Navidad clásicas. Allí están las de Lope de Vega, Góngora, Valdivieso, y, a veces, el romancerillo se filtra. Gutiérrez Gili, ha traducido a un verso castellano que conserva toda la exactitud del original, unas canciones de Jacinto Verdaguer y del romancero catalán.

Barradas ilustró el libro plana por plana y la portada, con un Iápiz tocado de la gracia de Navidad." ("La Noche , Barcelona, 27-XII-1926.) 

¡Barradas! Al pronunciar este nombre se evoca un capítulo importante de la v¡da de Juan Gutiérrez Gili. Rafael Barradas, pintor uruguayo, pasó en España los últimos quince años de su vida, viviendo en Madrid y en Barcelona. Gravemente enfermo regresó a su país a finales de 1928 donde murió el 12 de febrero de 1929. Encontró en Juan Gutiérrez Gili especial comprensión por su obra artística transida del interés por lo trascendente que a él le animaba. La admiración de Barradas por el genio poético de Gutiérrez Gili fue paralela. En carta desde Madrid, felicitándole por "Surco y estela", percatado a fondo de sus aptitudes poéticas, considera este libro una muestra muy pequeña de lo que su autor podía dar de sí:

«Trabaja mucho, Juan trabaja mucho, tú tienes que hacer una obra grande, decir muchas cosas grandes. Yo siempre creí en ti, y ahora que el tiempo venció alguna cosilla, ¿cómo decirlo? así, así de chiquillada traviesa, pero siempre graciosa... te digo como ayer, en este nuestro café de Oriente: ¡eres un gran poeta, querido Juan!»

Juan Gutiérrez Gili fue un asiduo contertulio de las reuniones que Barradas congregaba en su sencillo hogar de Hospitalet. El «Diario de Barcelona", ha recordado recientemente, en unas entrevistas retrospectivas tenidas con algunos de los que allí acudían, al Ateneíllo de Hospitalet, nombre con el que designaban informalmente dichos encuentros (6-VII-73, entrevista con Juan Alsamora y IO-VIII-73. entrevista con Sebastián Sánchez-Juan). 

Alsamora dice que Barradas, era ya considerado como «un talento excepcional en múltiples manifestaciones; artísticas» en la «Historia del Arte» de Woerman. Cuenta también que en febrero de 1927 se dio un banquete a Barradas con motivo de su próximo viaje a París y a Gutiérrez Gili por la aparición de su nuevo libro de versos. Quizá se trate de un homenaje tardío por «Surco y estela» o de uno de esos proyectos de volver a la palestra que finalmente Gutiérrez Gili dejaría para ese más adelante que no acabo de llegar.

Sánchez-Juan recuerda que Barradas bautizó al grupo que se reunía en su casa con el nombre de «Los 14» y da la relación de estos 14 y alguno más: Juan Gutiérrez Gil¡, Luis Góngora, José María Sucre, Juan Alsamora, Angel Ferrant, Luis Capdevila, Sebastián Gasch, Luis Montanyá, Víctor Sabater, Juan Cuyás, Carlos Albesa, Mario Verdaguer, "Siau", García-Lorca, Dalí ... Recuerda también las dificultades económicas que padecía Barradas por no ser su obra bien cotizada a pesar de ser muy conocido. Esta circunstancia le permite referirse a otra actividad a la que se dedicó con la colaboración de Gutiérrez Gili.

«Barradas pintaba decorados para la compañía teatral de Martínez Sierra. .Pues bien, la primera actriz de la compañía citada decidió que se prescindiera de los servicios del uruguayo; además esa misma dama hizo desarrollar por otro pintor la idea que había presentado al teatro, en su debida forma, Juan Gutiérrez Gili. De ahí, creo yo, el más bello soneto pesimista que se ha escrito en castellano:

«Tremola tu gloria, desengaño
hasta que toda la ilusión consumas»

Se trata del soneto con que se cierra «Surco y estela».

Juan Gutiérrez Gili fue también un magnífico prosista. Sus principales textos en prosa son sus colaboraciones en «La Vanguardia»: críticas literarias y una colaboración periódica consistente en un breve comentario poético-sentimental sobre sugerencias del momento que firmaba con el seudónimo de «amigo» en inglés: «Friend». En 1964 la edición preparada por José Jurado Morales comprendió también diversos escritos en prosa de gran calidad poética y de contenido principalmente sentimental y filosófico.

Entre sus escritos inéditos se han hallado multitud de datos y anotaciones recogidos con la intención de escribir una obra que podría tener por título a juzgar por su contenido: Filosofía de la palabra.

La inquietud filosófica es otra de las venas fuertes de su personalidad. Una prospección por sus poesías lo evidencia inmediatamente. Los temas principales de su penetrante indagación mental son como ya se ha dicho más arriba la vida terrena del hombre y la vida eterna. Los dos fragmentos en prosa que ponen fin a la parte ya editada de la presente edición son exponentes de esta doble vertiente característica de la disposición mental de todo ser humano, pero singularmente agudizada en un temperamento poético, y radicalmente planteada en Juan Gutiérrez Gili.

La vida terrena es entendida en sus poesías como movimiento: el cambio es el constitutivo esencial de nuestro paso por la tierra. Pero, en el fondo, nada cambia porque el hombre está radicado en la eternidad. La temporalidad es lo variable, la eternidad lo permanente. El tiempo es algo real en cuanto está sustentado y animado por la realidad eterna. Y las modificaciones que experimentamos en la vida nos permiten renovar el empeño de eternizarnos: ésta es su finalidad. «Retorno inesperado del comienzo; y todo dentro y fuera, está lo mismo. Sólo ha cambiado de derecha a izquierda el plano sideral». A continuación el breve texto final de la primera parte de la presente edición se refiere, en cambio, a la permanencia en la eternidad ya conseguida para siempre: «Y en la misma penumbra del ensimismamiento que por todas las partes de la memoria atrae, sigo perdido con el hermano sueño que ya nunca jamás me dejará un instante.»

A veces la perspectiva de la eternidad es ocasión de mantener despierta la ilusión de vivir: 

«Si tropezando en nosotros mismos 
vamos de sueño en sueño, 
de sorpresa en sorpresa, 
¿cómo no zozobrar en delicia imprevista 
por esta mies en gloria, en constante cosecha, 
acechados de amor por aire y tierra?» 

(«Descripción y paisaje", Pág. 147). 



Otras veces la misma vida terraria es un resorte para el optimismo porque siempre hay algo por hacer mientras quede tiempo por delante, sin que puedan debilitarlo ni el fracaso ni la añoranza:



 «Si todavía puedo morirme 
y vivo de saberlo, 
no cuentes las primaveras 
que, más pobres que tú, 
se extinguieron porque nada 
podían darme ya para este poco de tiempo 
que tienes todavía para darme.) 

(«La Mano abierta», Pág. 75).



La real trascendencia de Dios con respecto a las criaturas es vislumbrada al contemplar el universo tanto en la totalidad de los seres limitados, como en cada uno de ellos, por insignificante que parezca. Así la eternidad está pronosticada en la pluralidad incontable de las cosas creadas y en su continuidad aparentemente inacabable que permito al hombre adquirir eternidades sumidas en la tierra: 


«Pienso que todavía 
han de nacer millones de pájaros y rosas.  
Así voy viendo cosas al través de las cosas. 
... Debiéramos ponernos de acuerdo en un día de mayo  
para saber qué hacer de nuestras almas, con nuestras almas 
juntas o dispersas, 
pero siempre algo digno de despedirse tranquilos y seguros 
de la duda y el ansia 
y romper, paz adentro, alegremente.» 

(«Poesía y prosa en su vida», Pág. 64). 


«Pero al fin nada muere: 
la nieve es agua de fuente. 
Con los mil piececitos dorados de la noche 
harán rodar mi vida -como a una noria fresca- 
las guirnaldas sin fin del horizonte.» 

(«La mano abierta», Pág. 87). 


A su vez cada individuo de la naturaleza es un exponente de toda la realidad: 


«Se abre una flor, y en la fragante rama 
lo que se expande es todo el universo.»

 («Poesía meditativa», Pág. 261).


De dos maneras el ser de Dios influye en el de las cosas, ya como la voz más recóndita de todo cuanto existe, ya como una luz que parpadea a lo lejos. En el interior del hombre resuena la voz de una realidad superior, a la que tiende: 


«Prendido en tus caminos y ramajes  
-como lucerna esclava de las minas- 
buscarás los auténticos parajes 
en donde el universo no se pudre  
descortezado en desprendidos cielos 
como este firmamento que nos cubre.» 

«(La mano abierta», Pág. 77). 


Y en la tierra late una realidad misteriosa por su conexión con el más allá, misterio que el agua simboliza y hace sentir al alma:


«El hondo misterio terreno y astral  
está en cautiverio 
de frágil cristal:
¡oh divino imperio de amor maternal!» 

«(La mano abierta», Pág. 49). 


El misterio no puede ser descifrado del todo no por lo que tiene de terreno sino por lo que tiene de eterno, porque de su propia intimidad nada trasciende a la tierra: 

«Allá en la superficie las ovejas 
al cuidado de cándida pastora 
col, su brillo de alma baladora 
al rubio sol le bruñen las guedejas.» 

(«La mano abierta», Pág. 84) 


El sol, es dorado por la acción de las estrellas. Los hombres no vemos su potentísima claridad y desde una perspectiva corta, por simplemente humana, se tiene al sol por más fuerte que ellas. El cielo diurno, soleado, es sólo el techo marino bajo el que vivimos en la tierra, más allá del cual brillan las estrellas, corona del mismo Dios que es causa del sol que nos alumbra. Puede, sin embargo, el hombre con la luz clara de la inteligencia atravesar los límites de lo sensible y comprobar la penetrante superioridad del Creador. Incluso en medio de una oscuridad excepcionalmente densa se alcanza esta claridad celeste que impide desorientarse: 


«Y los brazos más negros de la hoguera 
las Sierpes más violentas de la duda 
oyen por un instante la música del pensamiento.
Los venenos son néctares. La conciencia vibra 
como ese ojo inmenso del agua que contempla.» 

(«Fulguración», Pág. 290).


No se limita el hombre a ver el cielo desde la tierra sino que llevado de su mayor o menor capacidad poética puede atreverse a describirlo. La primera impresión que se presume tener de las riberas del más allá es un sin fin de tiempo: «¡Qué muralla infinita de días y de siglos!» «(Fulguración», Pág. 290). Es la tierra vista desde el más allá, "a flor de cielo" («Flor», Pág. 219), primera visión eterna, cuando «el horizonte baja en el momento en que acuchilla el tiempo («Fulguración» Pág. 290).

Al pasar la frontera de la muerte el mundo se extingue y una vida perdurable espera a los hombres: 


«El universo encrespa sus rapsodias 
...... 
Palomas y murciélagos en tropel se despeñan  
y las sirenas lloran a sus delfines muertos.» 

(«Fulguración», Pág. 290) 


«Ved cuántos remos verticales  
guían los hurras de los muertos que vuelven." 


(Id.). El tiempo ha terminado, el universo se desploma, y el alma humana inexperta aún en el Paraíso no puede expresarle cumplidamente: 


«Todavía no he entrado bastante en sus esferas 
para saber qué son la eternidad y el todo. 
Por ahora en la nada me reconozco apenas, 
y os veo solamente como varas de humo». 

(«Poesía y prosa en su vida», Pág. 67). 


La eternidad es entendida como un todo compuesto por varias estancias -esferas-, en las que el hombre se reconocerá tal como es, salvada plenamente su individualidad en Dios, ámbito común de todo lo que es eternizado.

El constraste con lo terreno es otras veces la forma de hacer expresiva la vida eterna. Frente al orden mecánico, corporal, de la materia, el orden moral de los espíritus se concibe como todo lo contrario, no encontrando palabras más acertadas para expresarle que «caos» y «anarquía». 


«Y estoy tan bien aquí en este caos puro  
donde entré de alborada mientras todos dormían!» 

(«Poesía y prosa en su vida», Pág. 67"; 


«Que, todo se nos muestra con impudor glorioso. 
Que nada nos rechaza con azar esquivo. 
Que no hay norma posible sino el amor en todo 
y sólo la anarquía es sentimiento vivo». 

«(Fulguración». Pág. 291). 


Es la exaltación vigorosa de la plenitud del ser que ha conseguido su fin último, después de haber suspirado en la tierra por la superación del tiempo voluble y caprichoso. Por fin entonces la mañana y el día son verdaderos: 


«Arrebolada y loca la mañana divina 
nos arranca del tiempo 
y nos abre su espíritu». 

«(Poesía meditativa», Pág. 255); 


«Venid, amigos, disputad mi alma, siquiera unos instantes, 
a esta mano de lirio que me oprime. 
...... 
¡Ah, si como la música oceánica 
sus yemas estelares 
escondiera en su propia caracola, 
y me dejara libre para el salto 
que no troncha sus pies en playa alguna!»

 («Elegía ",Pág. 168).

En ocasiones la nada es palabra utilizada para referirse al pasado que se pierde en lontananza, donde los seres recordados son «varas de humo». Con ella se libra una pelea para remontar la cumbre de la vida perenne: «Realidad para siempre, la de irse un poco del mundo, lo suficiente para volverlo nuevo. Es como encontrar el amor, vencedor de un torneo con la nada, pálido y apetente de perennidad, contagiados los ojos de estuco de sanatorio».(«Fulguración», Pág. 293). Otras palabras que utiliza Gutiérrez Gili para referirse al bien inacabable son frío, soledad, inercia, ahogarse..... no encontrando otras que expresen directamente lo que nos trasciende. Tienen sentido positivo análogo al de la palabra caos. 


«Bien veo que esta dulce querencia al paraíso  
hecho de semejanzas en palpitante nexo,  
glorifica la vida, toda pasión de cielo 
moderador del caos en orden indiviso". 

("Elegía", Pág. 198). 


La perfección eterna, llamada caos, es la más perfecta de las ordenaciones: ordenación sin excepciones.

Situado anticipadamente en la eternidad en alas de la inspiración poética , surge el recuerdo de los que en la tierra permanecen para compadecer su suerte y pedir que no se lamenten inútilmente por su partida. La ausencia de los que se fueron ya para siempre no debe abrumar a los que todavía permanecen en la tierra porque cada momento, cada partícula de la vida humana, puede valer una eternidad y porque el reencuentro en la eternidad es inminente: 


«No llames más a mi memoria, 
que no da lumbre la ceniza. 
Canta si el eco de mi voz te ronda, 
mírate en el espejo del vacío, 
llena el mundo de ti, descorre el velo 
del crepúsculo, y riega con la nube 
de la angustia el alegre jardín de tus mejillas». 

("Poesía y prosa en su vida", Pág. 68); 


«No me busquéis. Vivid como si nada,  
sin sufrir por llegar a mi secreto. 
Ya volaréis el día en que revuelto el pegaso del mar os tienda el ala. 
De alma en alma se va llevando el mundo a los parajes de la eterna verdad». 

(Fragmento no incluido en esta «Antología»). 24 de junio de 1975.-

50.' aniversario de «Surco y estela» Juan Jacobo Gutiérrez Gili, "Perfil humano del poeta" , Antología , Rondas, Barcelona, 1975.-











SESI GARCÍA [17.283]

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Sesi García 

(San Sebastián de los Reyes, Madrid 1992) Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid. Desde 2011 ha participado y organizado numerosos recitales en Madrid y otras localidades; asimismo es uno de los impulsores del proyecto de difusión poética De verso en pueblo. Fue finalista del XIV certamen de poesía Centro Cultural Blas de Otero y del XIII certamen de poesía de la UAM, ha publicado poemas en los libros Antología poética Bukowsky Club  (Madrid, Canalla Ediciones, 2011). En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis (Madrid, Bartleby Editores, 2014) "Ya nada ahora" y otros cuentos, "Mi vida es como splif" y otros poemas (Madrid, UAM Ediciones, 2014). En 2012 publicó su primer poemario Tabaco de liar (Madrid, Canalla Ediciones), Otro perfume de hablar ha sido publicado por Eirene Editorial, Madrid, 2014.


El que duerme, y sueña

                         ¡Si amanece, nos vamos! ¡Si amanece, nos vamos!

                          Antonio Buero Vallejo,
                           El sueño de la razón

Esta no es la primera vez que duermo
sin almohada. Creo que en siete
ocasiones más vino el sueño, y sobre
el brazo me quedé muy, muy dormido,
sin contar, eso sí, las muchas veces
en que dormir durante la lectura
de los apuntes era un placer bello.
Descansaba y, atento a la negrura,
veía todo lleno de suspensos
y también cómo me acostaba en altos
rascacielos con jóvenes actrices
pelirrojas del otro lado del
mar. Qué contento se ponía uno dentro
de esos quince minutos en un mundo
tan inverosímil que parecía
cierto. Pero mi pobre barco siempre
se despeñaba por la gran cascada
que es el abismo, dejando atrás varias
especies de dragones y sirenas,
muchas sirenas. Así despertaba
y volvía a tener delante el tema
que tocaba estudiar y mi letra, tan mala,
aunque, para mi asombro, siempre, cuando
me llevaba la mano al cuello, hallaba
un delicado resto de carmín
justo en el recodo donde la carne excita.




Mediocre a veces

Mediocre a veces, llena de cervezas,
envidias, galería de todo
aquello que rechazo; aunque a veces
me encantas, a veces es mi Alcobendas
más capital que tu vida de techos
y bigotes, que los adjetivos
que te describen en los libros. Siempre
vas a tener un lugar en mis cosas,
aunque a veces me falles. Si me pongo
a pensar en los momentos en los
que te veo oscura y más extranjera
que amiga o mi ciudad, hay algo tuyo
que modifico con las manos, algo
que no tiene mi muy querida
periferia y que me completa
el sueño que quedarme aquí para siempre:
hablo de esa luz que vuelve de tonos
más claros el pelo de ella, esas vidas
que cuándo llevaré a los escenarios,
esas figuras más perdidas
que encontradas o esa facultad
de la que tanto me quejo y tanto
necesito. No te entiendo, mapa
madrileño, no me acabas de llenar
de casa, pero sé que cuando
lo necesite no te vas a mover
para que así pueda llenar
todas tus aceras con mis lágrimas.




El emigrante

Lejos de casa existen ciudades
europeas que no tienen acceso al mar.

Ciudades donde el frío -recuerdo
las ciudades que había dentro de Bruselas
y Frankfurt- atraviesa los cristales,
los recuerdos, la situación diaria.

Aun así existen ciudades únicas
dentro de las casas, los abrigos,
la gente, la compañía, los vasos.

Ciudades únicas que desprenden
calor, porque algo bueno tiene
que tener eso de ser feliz.


El misterio. El fiel secreto tuyo

Por todas partes te busco
sin encontrarte jamás,
y en todas partes te encuentro
sólo por irte a buscar.
Antonio Machado

Si hasta aquí hemos llegado, si me has dicho
tantas veces que todo lo haces porque
es el amor aquello bien tatuado
en el ritmo de pies, caricias, noches...
es mi palabra contra tu verbo ancho
la sombra inquieta que me ha separado
de tu cariño siempre que es la luz.

Solo son tus dos muslos, tus tres llagas
en las uñas, tu vientre el lugar donde
se desprende el misterio de las cosas
sencillas. El misterio. El fiel secreto
tuyo que hoy percibo en el olor
de su coño, en su piel llena de vello
leve, en el mapa blanco que a partir
de vergüenza y vida recreaste
en un cuerpo, rompiendo estrechamente
los siglos de los siglos.

                                       Mucho ser
yo desde hace tantísimos momentos
y nunca imaginé que tú pensaste
toda esta anatomía del camino
mucho antes de ser yo mis mismos ojos.



Modo

            Me pongo las gafas de vivir.
                          Víctor Sierra

La vida no es preciosa (esto es así),
a la vida tenemos que hacerla nosotros
preciosa. Con saber esto podemos
caminar de manera tranquila, saltar
obstáculos, meternos de lleno en el mar.
Ya no será mi boca quien le cante a un punto
final, pues solo hallamos a este fantasma
en la muerte. La vida es un paréntesis
lleno de puntos suspensivos, y esto
tiene que ser la marca de agua
en los días que vienen como viene el sol.

No podrá perturbar esta evidencia
el sitio más indescriptible de nuestra fe.



De noche y de día
(una antología familiar)

Coge el coche, recoge el coche de la calle
a las ocho y cuarenta y cinco minutos
de la mañana, con una noche por
detrás de no haber dormido nada,
para llevar algunas maletas y a tu padre
hacia el aeropuerto para volver a ver,
después de más de treinta años, la tierra
a la que se mudó mi abuelo para
criarle.
—Papá, mañana ya nos vemos
en Frankfurt.
Y después piensa por qué
diablos escribo, por qué dioses escribo.
Piensa, Sergio, que Blanca no desea
que creas en Dios, piensa en fumarte
otro pitillo mientras conduces
a las nueve y cuarenta y cinco minutos
de la mañana.
Piensa, luego, en Rober
con sus cosas, en Chapa con sus cosas,
en mamá con sus cosas y piensa
qué trabajo estarán haciendo mientras
tú conduces cansado y con triples ladrillos
en el cuerpo de vuelta a tu piso, expectante.



Límite generacional

No es el mío, este tiempo
Jaime Gil de Biedma

Mi noche que es de Dios, mi voz que es
diaria. Esta ventana, este andamio
y el mundo. La mañana ya cansada
se come los pellejos de sus dedos,
y luego escupe en tierra de nadie la carne transpa
rente, la carne transparente. Y otra
vez la noche cansada, urbana, horror
de los hombres cansados y la noche,
cansada. Otra parodia y este drama.
Este drama, mujer. Este drama.
Porque se lee menos, mujer, porque somos,
dicen que somos una generación
perdida. Perdidos, en efecto, por la
vida.




Tabaco de liar
Género: Poesía
Autor: Sesi García
Año de publicación: 2012
ISBN: 9788493968564 
Idioma: Castellano
Páginas: 117

"Sesi García ha volcado en él lo vivido, lo observado, los sueños que le viven, la memoria. Se ha mirado por dentro y ha salido su mundo propio, un mundo en el que nos canta, siempre acompañado de un humeante cigarrillo en la mano izquierda, lo que ve, lo que siente, lo que intuye, del modo más sincero ha construido esta realidad poética en relación a su necesidad".
 -Manuel López Azorín-





SESI GARCÍA: OTRO PERFUME DE HABLAR

El libro Otro perfume de hablar me parece el fruto de unos años, los dos o tres últimos de su joven vida, un fruto que ofrece la pulpa de una voz propia, de una vivencia, experimentación, observación, interiorización propia que  traslada, a través del sujeto poético, a tres conjuntos de poemas que  establecen, me parece a mí, un dialogo interno con el propio sujeto en primer lugar al tiempo que un monólogo cara al público (lectores en este caso)

Tres grupos de poemas  con un lenguaje  cotidiano  que sin embargo (y especialmente en el segundo grupo de poemas) aunque familiar en el hablar algo nos dice que el procedimiento, la sintaxis, la medida (todo el edificio del poemario se basamenta en la métrica, en la norma, aunque de tal manera que parece que solo existiera el ritmo, la cadencia),  el encabalgamiento de los versos es el producto de un trabajo, un estudio premeditado de una herencia que nunca debe despreciarse, la de nuestros predecesores en poesía, y con un lenguaje que siendo el familiar, el de siempre, al estar dispuesto de otro modo parece otro lenguaje.

Y esto, lo digo muchas veces,  me recuerda a Claudio Rodríguez  cuando me decía que en poesía, que es lenguaje antes que nada, no importa la temática, ya se han empleado todas, sino la forma de expresarse, de tal modo que digas lo que digas parezca que se escucha como si fuera nuevo y eso es lo que consigue Sesi García con este libro: otra manera de decir, otro perfume de hablar.

Lo dicho anteriormente: una joven vida, un fruto que ofrece la pulpa de una voz propia, de una vivencia, experimentación, observación, interiorización propia y entonces sucede que  se convierte en Otro perfume de hablar, otra manera de decir, otra forma de mirar, de ver, de sentir, de expresar, con un lenguaje familiar y cotidiano sí, pero alejado ya de la realidad y convertido en esa otra realidad que es la realidad poética. 

En el prólogo nos dice, con mucho acierto, el poeta Diego Medina Poveda: De las trasparencias de otras voces ha nacido la voz propia de un poeta, tan joven como un tempranillo que en la boca a reserva sabe.
La voz propia de un jovencísimo poeta, la  voz, el sabor de un vino joven que sabe a  reserva y de seguir así  se convertirá  en un crianza y quién sabe que más con el tiempo.

En definitiva una familiar manera de hablar que convierte la realidad en realidad poética, ya nos hable de su experiencia personal  en temática amorosa, familiar, cívica  o cualquiera que sea la elegida.
                                                           
  Manuel López Azorín








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MARÍA AMELIA DIAZ [17.284] Poeta de Argentina

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María Amelia Diaz

Argentina. Docente. Bibliotecóloga.  
Ha publicado en poesía "Cien metros más allá del asfalto", "Para abrir el paraíso", "Las formas secretas""La dama de noche y otras sombras" y "Para justificar a Caín", y “Historias de mujeres desaforadas (cuento). Integra antologías nacionales e internacionales. Fue traducida al italiano y al catalán. Participa de la redacción de periódicos y revistas. Editó de la revista cultural “Sofós”. Se desempeña como jurado literario. Está incluida en el "Diccionario de autores" del Ministerio de Cultura Bs. As. y en el Museo de Poesía de la provincia de San Luis. Fue vicepresidenta (2003-2006) y presidenta (2006-2009) de S.A.D.E.(Sociedad Argentina de Escritores) regional Oeste. Ha dado charlas y conferencias sobre temas literarios en distintos puntos del país. Publica en forma permanente ensayos literarios en distintos medios nacionales. Coordinadora de los Cafés Literarios “Casa del Poeta (1998-2005)“ y “Extranjera a la Intemperie”(2011 a la fecha).Fue miembro de la Comisión Organizadora del Encuentro de Escritores del Municipio de Morón. En 2010 organizó junto a otros poetas el “Gran Salón de Poesía del Bicentenario” en el Centro Cultural San Martín y “Marcha poética-Poesía en imagen” en el Salón Dorado del Ministerio de de Cultura ambos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 
Es distinguida por la Secretaría de Políticas Culturales de los Municipios de Morón e Ituzaingó por su aporte a la cultura. Premio Ensayo de la Asociación Gente de Letras. Premio Reconocimiento a la trayectoria de ASOLAPO.(Asociación Latinoamericana de poesía). Premio Santa Rosa de Ituzaingó auspiciado por la Secretaría de Cultura de la Nación, Mención de Honor Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires.


Simplemente 

La luz se volvió gris frente a los vidrios que nos empañan de adiós la lejanía,
                          llueve,
y a través de las serpentinas del agua la calle sisea debajo de las  
                                                                                  /ruedas.
El trueno estalla en la región del miedo, nos suspende la tarde desde  
                                                                          /su próximo grito.
Ahora es Universo en sordina,
un silencio más allá de esta lluvia de edificios,
silencio de cielo que se prolonga en horizonte, 
inmensidad inmensa, mutismo de Universo.
Y acá, detrás de la ventana, la lluvia gris, lluvia de tango,
garúa, sudestada, orvalla, canta, llovizna, chaparrón;
dibujo infantil de lluvia en el cuaderno de clase.
En nuestra ventana simplemente llueve,
y eso es todo.

(de “Diario de la lluvia, Ed Vinciguerra, 2015) 


Tupac 

Su cuerpo marcó entonces los cuatro puntos cardinales
atado a los cuatro caballos del viento,
era el hombre de Vitruvio,
el hombre dibujado por Leonardo
como una constelación inversa sobre la piel oscura de la tierra
tu piel de andesita destinada a una dinastía de olvido.
Pero habías aprendido a solas a repetir el grito insensato de los libres,
habías gritado a solas la esperanza hasta convencerte de que era posible
y levantaste tu estirpe en cada matorral, y en cada piedra,
la multiplicaste hasta alcanzar el número exacto que precisa la furia
Y fueron la rebelión y Sangará
y desde la cumbre erguido junto al cóndor, el dios Huiracocha.

Después..., la derrota y el martirio,
y tus miembros rotos por los caballos del viento.

Los tiranos olvidan que  algunos  hombres  mueren para ser inmortales,
que vuelven a la  tierra convertidos en héroes
para encender el  rescoldo de los antiguos carbones;
por eso Tupac, siempre te disputan los cuatro puntos cardinales

(de “Para justificar a Caín, Ed La Luna que, 2011)



Convivencia

Una tiene guardada esa gota de odio
por si acaso, por si hoy,
por si mañana te lastiman.
Es una pócima, un filtro de veneno virtual
destilado de una lágrima  en el negro de los huesos
que observada a contraluz
irradia una sombra verde con sabor a incienso.
Una, la guarda bajo siete llaves
custodiada con rayos infrarrojos, rayos láser,
bajo candados oxidados de llorar
por si acaso, por si hoy,
por si mañana te lastiman;
para auxiliarte como un ángel guardián,
una venda, o una mano solícita que alarga la caricia.
A veces la saco, la alimento,
pronuncio los conjuros aprendidos con el ofidio de la vida,
y la guardo:
por si acaso,
para inyectarla con mis colmillos de víbora.

 (de "La dama de noche y otras sombras", Ed El Mono Armado, 2008)





                                       
Si no la infancia ¿qué había entonces allí que no hay ahora? 
(Saint John Perse, de "Elogios")

Infancia

Bocanadas de azul iluminaban el aire
desde las ramas nuevas.

En los techos cercanos
la parra,
ponía tejados de verdor
para que la sombra desmontara sus caireles.
¡Cadenas de libertad blandía el viento en los simientos!

Y el silencio
tendía su red tejida con miles de sonidos.

Con pìnceles de sol se pintaban los muros.
Y la tibieza parecía acurrucarse
entre los pliegues del mantel.

Recuerdo la luz,
conquistando los espacios del enrejado ocioso,
y la dicha,
renovando la casa desde el jardin.

Sus ojos aún jóvenes
ponían el mundo entre mis manos.

Y sus sueños
abarcaban el aire
contenido en las cuatro esquinas
en que soñaba la casa

Entonces la luz era más tenue
bajo los grandes árboles fugitivos.

Y eran también hermosos
los pequeños habitantes
que cabalgaban los sueños de países remotos y ramas retorcidas,
en las horas de Andersen  que acompañaban los gnomos.

En mis ojos estaba
la dicha de una vida recién nacida
como las uvas vírgenes del vino
que colgaban rosarios de topacio.

¡Un recuerdo que cruje como papel de seda!

Ahora
rascacielos de ceniza desarticulan los rostros.

Ahora
invaden los oídos motores clandestinos al paisaje.

Los árboles se desvisten en inútiles otoños
y tañen sus ramas llamando a rebelarse.

Y en los muros
                        el Tiempo
resucita sombras

 (de “Para abrir el paraíso” – Ed La Luna Que 2003)







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LARA DE LEMOS [17.285] Poeta de Brasil

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Lara de Lemos

Lara de Lemos (Porto Alegre, 22 de julio de un mil novecientos veintitrés - 12 de octubre de 2010) fue poeta, periodista, traductora y educadora. Brasil.

Huérfana Padre y madre a los cinco años de edad, Lara Fallabrino Sanz Chibelli de Lemos fue criada por su abuela en Caxias do Sul. En la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul, se graduó en Historia y Geografía (1945) en Pedagogía (1951) y en Periodismo y Comunicación de Masas (1958). Lemos también se graduó en leyes, Universidad Candido Mendes en el año 1975. Además, especializada en literatura Inglesa en la Universidad Metodista del Sur en el Reino Unidos.

El debut de la Lemos de Lara como escritora tuvo lugar en 1955 en el Journal of the Globe, para el que escribió breves cuentos, entre ellos "El hombre en el bar" y "Lonely Woman". En 1958, Lemos fue a trabajar para el Correio do Povo y más tarde para muchas otras publicaciones, como Último Minuto, Jornal do Brasil y la Tribuna da Imprensa. Participante de las causas políticas de la época, escribió, junto a Paulo César Pereio, el Himno de la Legalidad en 1961, la defensa de la posesión de João Goulart. Sin embargo, se vio obligada a dejar su carrera periodística debido al militar régimen, ella misma y su familia fueron detenidos.

Después de haberse trasladado a Río de Janeiro, Lemos trabajaba para el Ministerio de Educación, como madrina de Educación Superior y técnica de Asuntos Educativos. Enseñó Historia General en las escuelas públicas de Río Grande do Sul y fue profesora asistente de economía política en la Universidad Candido Mendes.

Durante muchos años, Lara de Lemos vivió en Nova Friburgo.

Poesía 

Poço das Águas Vivas ( 1957 ), Prêmio Sagol;
Canto Breve ( 1962 );
Aura Amara ( 1968 ), Prêmio Jorge de Lima, do Instituto Nacional do Livro ;
Para um Rei Surdo ( 1973 )
Amálgama ( 1974 ), antologia;
Adaga Lavrada ( 1981 )
Palavravara ( 1986 )
Haicais ( 1989 )
Águas da Memória ( 1990 ), Prêmio Nacional de Poesia Menotti del Picchia;
Dividendos do Tempo ( 1995 ), Prêmio Açorianos de Poesia;
Inventário do Medo ( 1997 );
Passo em Falso ( 2006 );




ANTOLOGÍA DE LA POESÍA BRASILEÑA
Org. y Trad.  Xosé Lois García
Edicións Laiovento
Santiago de Compostela, 2001


DE PRONTO, UN DÍA

Un día, de pronto,
nos arrastran a la fuerza
hacia un lugar incierto.

Un día, de pronto,
nos desnudan impúdicamente.

Un día, de pronto,
el duro frío
del oscuro catre.

Un día, de pronto,
somos apenas un ser vivo:
¿gusano o gente?


CELDAS – 1

Viajo entre túneles de sueño
como un perro vagabundo en busca
de su dueño.

Viajo en barcos fantasma
donde el tiempo retrocede en busca
del alma.

Viajo consultando archivos
y la memoria ilumina rostros
resucitados.

Viajo buscando puertos
Y me encuentro en el país
de los muertos.


CELDAS – 6

La hora de los
capuchones negros
es la hora más negra
de los prisioneros.

Descender a ciegas
por las escaleras
palpando paredes
adivinando fisuras

pisando superficies
resbaladizas
de sangre
y orina.

A ciegas.


CELDAS – 11

Habitamos donde
sólo existe arbitrio.
Partir es permanencia.
Volver no es regreso.

Un mundo absurdo
nos cerca,
fragmentado y triste.
Juego sin acierto.

Donde somos miedo,
muerte, sueño
y nuestro destino
el destierro.


Inventário do Medo, 1997


PARA QUE NO HAYA OLVIDO*

Tiempo sumidero.
El poema chispea
breve relámpago
en las tinieblas.

Árduo intento
de retener por milenios
el pájaro en su último
vuelo.

* escrito originalmente en castellano por la autora.


POEMAS ESCOLHIDOS DE LARA DE LEMOS

A pedra

A pedra e o tropeço
foi apenas o acaso
ou o começo?

Depois, a inércia.
A pedra foi castigo,
destino, desgraça?

Matéria que partiu o corpo
como vidro frágil
que se estilhaça.

- Lara de Lemos, em "Poemas esparsos (1999-2000)", do livro "Passo em falso". Porto Alegre: Instituto Estadual do Livro, 2006.




Lara de Lemos 


A teia


A teia se tece
de grade sem ferro
do negro sem fresta
do muro sem pedra.

A teia se tece
do árduo da espera
do aço da espada
e sua ameaça.

A teia se tece
da fala da insídia
da rede que enreda
na mesma cilada.

A teia se tece
de liça, contenda
açoites, cobiça
invídia, solércia.

A teia se tece
de nomes antigos
de amigos perdidos
no elo das celas.

- Lara de Lemos, em "Para um rei surdo". Rio de Janeiro: Artenova, 1973.


Anticanção para o Negrinho do Pastoreio

Não. Não quero a vela
para encontrar o inencontrável.

Nem quero achar gordos cavalos
que não pertencem
a nenhum só
de nossa gente.

Perca-se tudo
(menos coragem)
no perecível
das mãos que punem
homem indefeso
nas invernias.

Não quero a vela
nem teu segredo
menino-morto-assassinado
para encontrar campo
roubado
gado engordado
com tua pobreza
multiplicada.

Poupa teu choro menino-cristo
poupa teu medo, cresce
pra luta
preto com branco
branco com preto
no mesmo campo
no mesmo lado
no mesmo canto,

- Lara de Lemos, em "Aura amara". Brasília-DF: Coordenada Editora de Brasília, 1969.


Anunciação

O verão se anuncia
nos pêssegos maduros
nos jardins perfumados
no rumor das asas
nas cigarras que cantam
como violinos desafinados.

As estações se sucedem.
Permanece apenas
o coração angustiado.

- Lara de Lemos, em "Passo em falso". Porto Alegre: Instituto Estadual do Livro, 2006.


Caçada

O dia e sua cilada
surgiram de surpresa.

No instante iníquo
não consegui rastear
a fuga. Sabia-te indefeso
à mira, ao tiro.

Despedaçaram-te.
Em cega fúria de fera
empunho meu escudo
de veneno e ódios.
Antecipo-me.

Retomo-te em meus dentes
e prossigo.

- Lara de Lemos, em "Adaga lavrada". Rio de Janeiro: Civilização Brasileira; Massao Ohno, 1981, p. 35.



Cantiga do pressentir

A noite já nos espreita
e permaneço esquecida
à beira do meu destino.
És tardo porque ignoras
que vivo do que adivinho.

Repele a palavra esquiva
não te cubras de distância,
estende um lenço, um soluço,
troca teus olhos de ausente
por dois claros de esperança.

- Lara de Lemos, em "Canto breve: poesia". Porto Alegre: Difusão de Cultura, 1962.



Lara de Lemos (1944) 


Cantilena nordestina

Um dois
canga no lombo
carga de boi

Três quatro
quatro meninos
no quadro do quarto.

Cinco seis
na cova a miséria
cem anjos fez

Sete oito
nem pão nem farinha
café sem biscoito

Oito nove
nem verde nem planta
a chuva não chove.

Nove dez
ninguém se incomoda
pobre tu és.

- Lara de Lemos, em "Palavravara". Rio de Janeiro: Philobiblion, 1986, p. 96.



Da investigação

Às perguntas repetidas,
hipóteses formuladas,
o acusado deve sempre
responder com clareza.

Ao inquiridor cabe agir
com firmeza.

Pode inclinar-se à paciência
desde que o investigado
saiba que está à mercê
de traçados, peias, celas,
onde aguardará
sentença.

Caso insista o acusado
em negar crimes funestos
é praxe instigar-lhe
o medo.

- Lara de Lemos, em "Inventário do medo". São Paulo: Massao Ohno, 1997, p. 18.


Da resistência

Cantarei versos de pedras.

Não quero palavras débeis
para falar do combate.
Só peço palavras duras,
uma linguagem que queime.

Pretendo a verdade pura:
a faca que dilacere,
o tiro que nos perfure,
o raio que nos arrase.

Prefiro o punhal ou foice
às palavras arredias.
Não darei a outra face.

- Lara de Lemos, em "Inventário do medo". São Paulo: Massao Ohno, 1997, p. 22.


De súbito é o susto

De súbito é o susto
estampado no rosto
refletido no espelho
parado na garganta.

Invasores transitam
pelo quarto
desrespeitam o sono
em furor incontido.

Colocam algemas
em pulsos inocentes.
Contra palavras – há muros
contra lamentos, murros.

Levam jovens na mira
de fuzis reluzentes.

- Lara de Lemos, em "Inventário do medo". São Paulo: Massao Ohno, 1997, p. 9.



Legado

Para Laury Maciel

Recuso-me a herança
deste poço vazio
deste lodo legado
em negligências.

Engulo a seco e calo.
Aposto em cada poema
— único engenho
ainda não vencido.

Proponho rubros jogos
olhos atentos
para o imaginário.

Ases de puro ouro
— naipes que guardo
para meu incêndio.

- Lara de Lemos, em "Adaga lavrada". Rio de Janeiro: Civilização Brasileira; São Paulo: Massao Ohno, 1981.



Poema

Para isso vim...
Não, não foi para isso que cheguei.

Vim para dar-te o pássaro, inédito de vôos,
que há em mim.

Vim para secar o pranto
desse alguém que não és, mas que sonhei.

Vim para ver-te como queria que fosses
– tão indizível em mim. Tão indizível!

Vim para o refúgio da noite
e o doloroso presságio das manhãs.

Vim – campo, rosa, nuvem, pedra,
rio adormecido, luz.

Para isso vim e perdi-me.

- Lara de Lemos, em "Poço das águas vivas". Porto Alegre: Globo, 1957, p. 13.



Quero-me inteira

Ah! Que terrível mutilação
Esse ter que nos dar assim
Todos os dias!

Dar-nos aos pedaços
- um pouco a um,
um pouco a outro,
sem que fique nada
de verdadeiramente nosso
em nós.

Pertencemos
aos que nos afagam por hábito,
aos que nos possuem com os olhos,
aos que nos esperam sensatos,
aos que nos amam doidos
e, afinal, aos que nos querem
como nós não somos.

Quero-me eu,
completa, autêntica, cheia de abandono
pertencendo-me sem nenhuma clemência
para com a alheia expectativa.

Eu, para dar-me ou negar-me
sem explicações, falsos pudores
ou inúteis justificativas.

Não é o melhor nem o mais fácil
o que peço.
Quero-me rir ou chorar
para viver ou morrer. Inteira.

- Lara de Lemos, em "Poço das águas vivas". Porto Alegre: Globo, 1957


Se por acaso

    Para Wanda

Se, por acaso, um pássaro
pousar de leve no teu ombro
recebe-o com ternura, poupa o pranto.

Sou eu quem te visita
em meio a escombros
sou eu quem volta
para teu assombro.

A vida escorre entre os dedos
O fim me foi proposto,
eu decido:
é tempo de partir,
ainda que cedo.

Ouvir sem ouvir
ou ser ouvido:
partir antes de ter vivido.

- Lara de Lemos, em "Passo em falso". Porto Alegre: Instituto Estadual do Livro, 2006.


Simples investigação

Interrogam-me o rei e o seu vassalo.
As perguntas são tantas
que tropeçam num mar de
insanidades.
Respondo o que sei
o que não sei, invento.
A impaciência do rei
não permite que eu
cale.

As palavras acossam
torturam
grisalham as fontes
encurralam.
Fácil perguntar.
Difícil responder
quando se perde o próprio
calendário.

Me exumam.
Sem memória ou futuro
sou apenas duas mãos unidas
por algemas.

- Lara de Lemos, em "Adaga lavrada". Rio de Janeiro: Civilização Brasileira; São Paulo: Massao Ohno, 1981, p. 36.



Vidafora

   Para Alice Ruiz 

Tudo o que vivi 
vidafora 

pranto, cansaço 
pressentimento 
febre tersã 
terçol, torcicolo 
tropeço 

dor de corte 
dor de dente 
dor de vazio 
de abandono 
de ferida 
do apostema 

foi semente 
deste verso. 
Foi adubo 
do poema.

- Lara de Lemos, em "PalavrAvara". Rio de Janeiro: Philonbiblion, 1986.


Vida não vivida

Espero o fim da façanha.

O ocaso dos tiranos
a abolição dos mandatos
a bicicleta dos cegos
a vinda do ser biônico.

Espero o fim da patranha.

A supressão dos impostos
a queima das promissórias
a vitória nas diretas
o carnaval em agosto.

Espero o fim dos cucanhas.

Proibição das trapaças
manhãs de falas abertas
a praça para os profetas
o fim dos tecnocratas.

Espero o fim da esperança.
E vem, que te aguardo ainda
nesses linhos de aconchego,
em braços de puro embalo,
em plumagens de mornura,
em claras nuvens de espuma.

Enquanto não me descobres
me perco em falas menores,
me reparto sem vontade,
tropeço pedras amargas,
naufrago secretos mares.

- Lara de Lemos, em "Adaga lavrada". Rio de Janeiro: Civilização Brasileira; São Paulo: Massao Ohno, 1981.



IV - Trazes os olhos derramando estrelas

                 A Cecília Meireles

Trazes os olhos derramando estrelas.
Foges de ti por tudo o que te cerca.
Teu roteiro é a Rosa-Ventania
apontando além de tuas fronteiras.

Nos limites do mundo crias espaços
por onde segues crente e arrebatada,
repartindo teus dias, teus abraços,
teu jardim, tuas fontes, teus segredos.

Renasces a cada morte prematura
com tesouro maior e mais profundo,
à grandeza do amor acostumada.

Inventando canções enternecidas,
prossegues com teu cântaro de sonhos
reverdecendo em cada madrugada.

- Lara de Lemos, em "Canto breve: poesia". Porto Alegre: Difusão de Cultura, 1962.





CAROLINA MARIA DE JESÚS [17.286] Poeta de Brasil

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Carolina Maria de Jesús

Carolina Maria de Jesús (Sacramento, estado de Minas Gerais, 1914 - São Paulo, estado de São Paulo 1977), fue una campesina, poeta y cronista brasileña.

Carolina Maria de Jesús nació en Minas Gerais, en una comunidad rural donde sus padres eran pequeños agricultores. Hija ilegítima de un hombre casado, fue tratada como una paria durante toda su infancia, y su personalidad agresiva empeoró los momentos difíciles por los que pasó. A los siete años, la madre de Carolina la obligó a ir a la escuela cuando un rico hacendado decidió pagarles los estudios a ella y otros niños pobres del barrio. Carolina dejó de asistir a la escuela en el segundo año, pero aprendió a leer y escribir. La madre de Carolina tenía dos hijos ilegítimos, lo que causó su expulsión de la Iglesia Católica cuando era joven. Sin embargo, fue una católica devota durante toda su vida aunque nunca fue aceptada de nuevo en esa comunidad. En su diario, Carolina hace muchas veces referencias a la religión.

La tirada inicial de diez mil ejemplares se agotó en una semana (según la Wikipedia en inglés, fueron treinta mil copias vendidas en los primeros tres días). Aunque escrito con el lenguaje simple y poco elegante de una persona sin muchos estudios, su diario se tradujo a trece idiomas y se convirtió en bestseller en Estados Unidos y en Europa. Pero no fueron solamente fama y publicidad lo que Carolina consiguió con la publicación de sus diarios: también el desprecio y la hostilidad de sus vecinos. “Escribiste cosas malas de mí, lo tuyo es peor que lo mío”, gritó un vecino borracho. Decían que era una prostituta negra que se había hecho rica escribiendo sobre la favela y que se negaba a compartir el dinero. La rabia de los vecinos se vería motivada también por el cambio de domicilio de Carolina a una casa de ladrillo en el extrarradio. Esto fue posible gracias a las ganancias iniciales de la publicación de su diario. Los vecinos la rodearon y no la dejaban marchar. La hija de Carolina, Vera, contó en una entrevista que su madre aspiraba a convertirse en cantante y actriz. Pobre y olvidada, Carolina María de Jesús murió en 1977, de insuficiencia respiratoria, a los 62 años.

Vida

Gracias a la filantropía de la dueña de la parcela de tierra que trabajaba Carolina junto a su familia, pudo asistir a la escuela hasta los siete años. Esto era muy extraño para la década de 1920 en Brasil, donde las niñas pobres de color que vivían en zonas rurales no recibían educación alguna.

Más tardé se mudó y trabajó como sirvienta, empleo que perdió al quedar embarazada del primero de sus tres hijos. Vivió gran parte de su vida en una favela (barrio marginal) de São Paulo, donde recogía cartones y otros desechos, que vendía para subsistir.

Su madre murió en 1937 y ella se vio obligada a emigrar a la metrópolis de São Paulo. Carolina construyó su propia casa usando madera, hojalata, cartones y cualquier otra cosa que encontró. Salía todas las noche a recoger papel para conseguir dinero para mantener a su familia. Cuando encontraba revistas y cuadernos antiguos los guardaba para escribir en sus hojas. Empezó a escribir su diario sobre el día a día de su vida en la favela. Esto enfadaba a sus vecinos, que no sabían leer y se sentían incómodos al verla siempre escribiendo, y además escribiendo sobre ellos. Tuvo varias relaciones amorosas cuando era joven pero siempre se negó a casarse porque había presenciado muchos casos de violencia doméstica. Prefirió permanecer soltera. Sus tres hijos eran de padres diferentes, y uno de ellos era de un hombre rico y blanco. En su diario, detalla el día a día de sus habitantes de la favela y describe sin rodeos los hechos políticos y sociales que presenciaba. Escribe cómo la pobreza y la desesperación pueden llevar a las personas buenas a traicionar sus principios con tal de conseguir alimento para sus familias.

El diario de Carolina María de Jesús se publicó en agosto de 1960. La descubrió el periodista Audálio Dantas, en abril de 1958. Dantas cubría la inauguración de un pequeño parque municipal. Inmediatamente después de la ceremonia, un grupo de indigentes llegó reivindicando la zona, persiguiendo a los niños. Dantas vio a Carolina de pie, cerca del lugar, gritando “iros o apareceréis en mi libro”. Los intrusos se fueron. Dantas le preguntó qué quería decir con aquello. Ella se mostró tímida al principio, pero después le llevó a su chabola y allí le enseñó todo. Él le pidió una pequeña muestra y corrió con ella hasta el periódico. La historia de Carolina “electrizó la ciudad” y en 1960, se publicó Quarto de despejo.

Recibió el incentivo del periodista Audálio Dantas para escribir un diario, que luego fue publicado. Fue editado en 1960 con el título de Quarto de despejo. El libro se convirtió rápidamente en bestseller, realizándose numerosas ediciones en su país natal y en el extranjero. Publicó también Casa de alvenaria, en 1961, sin repetir el mismo éxito.

Obra

Quarto de Despejo (1960).
Casa de Alvenaria (1961).
Pedaços de Fome (1963).
Provérbios (1963).
Diário de Bitita (1982, póstumo).




CAROLINA MARIA DE JESÚS: CRONISTA Y POETA DE LA FAVELA

POR WILSON ALVES-BEZERRA



El 9 de mayo de 1958, los lectores del periódico paulista Folha da Noite se toparon en la portada, y después en la página 9, junto a la historieta de Periquita, con una serie de cuatro fotos de una negra de 44 años con un pañuelo blanco en la cabeza que le tapaba el cabello y destacaba su perfil bien delineado. En todas las fotos, la misma pose: la cabeza reclinada, mientras leía, escribía o simplemente miraba al piso. Las fotos estaban acompañadas por el texto del joven periodista Audálio Dantas; el título era: “El drama de la favela escrito por una de sus habitantes”.

En el reportaje sobre la negra recolectora de papel que sólo había ido dos años a la escuela y que leía los libros que encontraba en la basura, el reportero insistía en recalcar que “su vida no es mejor ni peor que la de los demás habitantes de la favela”. Pero ella tenía algo, sí, que la diferenciaba del resto de los vecinos: un conjunto de aproximadamente veinte cuadernos manuscritos en los cuales escribía cuentos, poemas, crónicas y un diario personal.

El reportero conoció a Carolina cuando fue encargado de realizar un artículo sobre la vida cotidiana de la miserable comunidad que recién se había incorporado a las márgenes del río Tietê, en el corazón de la mayor metrópoli de Sudamérica. Al encontrar a aquella mujer, él consideró que había cumplido su misión, pues la voz que podría hablar mejor sobre la realidad de la favela era la de ella, no la de ningún periodista.

Tanto el reportero como la entrevistada formaban parte del gran flujo de migrantes que, a partir de los años cincuenta, desde diversas partes del país iban rumbo a São Paulo en busca de oportunidades de trabajo y de mejores condiciones de vida. Ella había llegado de Sacramento, municipio del interior del estado de Minas Gerais, vecino a São Paulo; él iba desde Alagoas, el distante estado del noreste, de Tanque D’Arco, poblado donde hoy en día no viven más de seis mil habitantes. La población de São Paulo dio un salto de dos a 3.5 millones a lo largo de aquella década y el fenómeno de las favelas era la señal de que algo iba mal en el crecimiento descontrolado de la ciudad.

El texto de esta mujer de Minas debió haber sonado perturbador para el lector común, pues eran las palabras de una negra pobre, poco letrada, soltera, madre de tres hijos, que recogía cartón, botellas y papeles que vendía para garantizar los alimentos de la familia —yuca, arroz, frijoles, legumbres— y comida para el puerco que criaba en el fondo de la casa. Muchas veces pasaba hambre, padecía de cansancio crónico, pero, gran paradoja, nunca dejaba de escribir en sus cuadernos. En ellos registraba con parsimonia la hora en que despertaba, su estado de ánimo, el dinero que había ganado a lo largo del día, con quién había conversado, las discusiones presenciadas, alguna observación lírica sobre el paisaje, el clima, la condición miserable en que vivía y, a veces, versos.

La miseria, siempre asociada al ámbito rural, se mostraba en la gran ciudad. En una sociedad que hacía apología del progreso, en la metrópoli que ya vivía la cultura del automóvil, las amargas palabras de Carolina ciertamente causaban impacto: “15 de julio, cumpleaños de mi hija Vera Eunice. Yo quería comprarle un par de zapatos, pero el costo de los productos alimenticios nos impide la realización de nuestros deseos. Actualmente somos esclavos del costo de la vida. Encontré un par de zapatos en la basura, los lavé y reparé para que los calzara. No tenía ni un quinto para comprar pan. Entonces lavé tres botellas y las cambié con Arnaldo. Él se quedó con las botellas y me dio el pan”.

El lenguaje, aunque estaba lejos del gusto imperante, era, por un lado, la realización contingente de lo que los autores vanguardistas de los años veinte habían buscado como patrón estético: “La lengua sin arcaísmos, sin erudición. Natural y neológica. La contribución millonaria de todos los errores. Como hablamos. Como somos”, según pedía el poeta Oswald de Andrade en el Manifiesto de Poesía Pau Brasil, de 1924. Sin embargo, por otro lado, su texto incluía las marcas de quien tenía una imagen de la escritura que no era solamente la del lenguaje hablado e intentaba aproximarse a un léxico rebuscado, a una poesía fin-de-siècle que aún persistía, como veremos más adelante.

Era de esperarse que el reportaje del joven Audálio Dantas repercutiera y creara debates apasionados: ¿Carolina de verdad existía o era la creación de un reportero astuto? Lo que ella escribía —en caso de que existiera—, ¿era o no literatura? ¿Cómo un periódico de la burguesía se permitía publicar un texto de una casi analfabeta? Se trataba de un retrato del Brasil urbano y miserable hasta entonces inédito, narrado por una voz singularísima.

En dos años, los primeros diarios se volvieron libro: Quarto de despejo, diário de uma favelada (1960). Fue el surgimiento de Carolina para una comunidad de lectores impensable hasta entonces: la edición de diez mil ejemplares se agotó en una semana; la brasileña se volvió tema de reportaje en revistas alrededor del mundo: Le Monde, Paris Match, Time, Life, entre otras; fue traducida al inglés, francés, español, alemán y otros nueve idiomas. Se estima que ya han sido editados más de un millón de ejemplares de sus obras.

Después de Quarto de despejo (disponible en inglés como Child of the Dark), se lanzaron también Casa de alvenaria (1961; en inglés I’m Going to Have a Little House) y Provérbios (1963). De manera póstuma, se publicaron Pedaços da fome (1982) y, primero en francés, Journal de Bitita, en 1982, y cuatro años después, en Brasil, Diário de Bitita (1986; Bitita’s Diary).

Ya en los años noventa, los historiadores João Carlos Sebe Bom Meihy y Robert M. Levine publicaron Meu estranho diario (The Unedited Diaries of Carolina Maria de Jesus), que recoge largos pasajes integrales que escaparon a las ediciones conocidas o que figuraron en ellas con grandes supresiones. En este, se respeta al máximo el lenguaje de la autora. Para el lector mexicano son más accesibles las traducciones norteamericanas, pues todas circulan hasta hoy en ediciones bien cuidadas.

La obra de Carolina Maria de Jesus ha despertado interés en gran medida por su carácter sociológico: se trata de una nueva figura en el campo social, portadora de un discurso que se contraponía al de la “democracia racial” propagado por el brasileño Gilberto Freyre en su estudio Casa grande y senzala.

El odio racial emergía en las páginas de Carolina con una lucidez notable, como se lee en este fragmento del 17 de noviembre de 1958, recogido por Bom Meihy y Levine, con todo y los errores de lengua registrados: “Tiempo llegará en que los blancos van a quemar a los negros cuando mueran, para que ellos no tengan derecho de ser sepultado. entendí que la única cosa que el blanco no despresia es el voto del negro.

Sólo en las épocas electoráles el prieto es ciudadano. Yo pienso que el prieto de Brasil debía y debe ser tratado y considerado como prehistórico. Porque él rememora un pasado de inculturas blancas” (pp. 78-79). Tal fragmento se inclina más hacia la obra del siquiatra de Martinica Frantz Fanon, autor de Piel negra, máscaras blancas, que al discurso de los optimistas que afirmaban que en Brasil no había (y no hay) prejuicios étnicos.

Más allá del aspecto de crónica y denuncia social que vuelven el texto de Carolina un excelente reportaje y testimonio histórico, existe también la discusión en torno a la literariedad de su texto. Al considerarse que sus diarios inauguran la literatura marginal o periférica en Brasil —hoy ejecutada por autores como el exconvicto Jocenir, el novelista y rapero Ferréz, entre otros—, es válido preguntarse en qué consiste el salto de lo testimonial a lo estéticamente relevante.

Los diversos diarios de la autora poseen una escritura en que se notan operaciones de lenguaje que van más allá de lo descriptivo. Sus paralelismos son desconcertantes: “Me voy a bañar y me voy a acostar. No tengo sueño porque tengo sueño durante el día. Y en la noche tengo poesía” (p.71), o “Porque quien predomina en Brasil son los blancos. Y los negros son predominados” (p. 202).

En medio de la descripción de lo cotidiano, el texto de Carolina contiene el rechazo a las convenciones burguesas, como el optimismo en relación con la familia y con la vida social: “Yo quise varios empleos. No me aceptaron por causa de mi lenguaje poético. Por eso no me gusta conversar con nadie” (p. 38). “Hay días en que quiero a mis hijos. Y hay días en que, si yo pudiera, me gustaría acuchillarlos y volverlos a acuchillar” (p. 39).

Se nota su conciencia en cuanto a su condición de escritora. Mediante su escritura, es evidente que ella lo hace en respuesta a una pulsión, pero también a un proyecto literario en el cual hay contornos definidos. En estos dos fragmentos se pueden ver sus preferencias estéticas y el carácter de denuncia de su diario: “Era 6 y media cuando João apareció. Le mandé prender el fuego. Después le di una zurra con una vara y con una correa. Y le rompí las cochinas historietas. tipo de lectura que detesto” (p. 45). “Los hombres vagabundos quieren arrebatarle el balón a los chamacos. Los niños les lanzan piedras a los huevones. Y ellos quieren golpear a los chamacos. Cuando me ve se calman, porque nadie quiere quedar incluido en mi Extraño Diario” (p. 74).

La oscilación entre la imagen de poeta lírica que muchas veces la autora trae de sí está en desnivel evidente con la materia de su escritura —la miseria, la violencia, el prejuicio cotidianos—. Eso marca una diferencia importante con autores como el argentino Roberto Arlt, que se complacía en describir la vida puerca. De Carolina Maria de Jesus se puede decir que tiene la doble formación de la literatura que encontró en la basura y de las voces que su sensibilidad le permitió escuchar en las calles y en la favela.

Un amigo le aconseja seguir el camino de las bellas letras: “El señor Manoel vino aquí. Me dijo que no escriba la pornografía, porque le quita el donaire al libro” (p. 80).

Cumplidos este 2014 los cien años de su nacimiento y 37 de su muerte, editorialmente Carolina resiste, sobre todo en Estados Unidos, donde todos sus libros están disponibles. En Brasil aún es objeto de estudios académicos, pero ya no circula entre el lector común; disfruta de la amarga fama de ser relegada a la limitante condición de lectura escolar obligatoria. Sin embargo, el poder de su escritura, de sus imágenes, de sus metáforas, continúa intacto, clamando nuevas lecturas.

Traducción de Alma Miranda

Nota de los editores: La traducción al castellano de los fragmentos citados de Carolina Maria de Jesus respeta las formas del original.



Clarice Lispector e Carolina Maria de Jesus - foto: (...)

"Ela escrevia, de fato, um diário em seu barraco, atulhado do lixo que não pudera vender no mesmo dia. Quarto de despejo - Diário de uma favelada vendeu cerca de 100 mil cópias em um ano; 10 mil em três dias, equiparando-se a Jorge Amado e Paulo Coelho. Foi talvez o mais traduzido dos livros brasileiros [...] Grafomaníaca, deixou perto de 140 cadernos, folhas avulsas, pedaços de jornal e papelão anotados que os filhos guardam com orgulho até hoje." 

- Joel Rufino dos Santos, em "Os papéis de Carolina Maria". Almanaque Brasil (Curiosidades da literatura).


POEMAS E TEXTOS ESCOLHIDOS

Poesia

A Rosa

Eu sou a flor mais formosa
Disse a rosa
Vaidosa!
Sou a musa do poeta.

Por todos su contemplada
E adorada.

A rainha predileta.



Carolina Maria de Jesús



Minhas pétalas aveludadas

São perfumadas
E acariciadas.

Que aroma rescendente:
Para que me serve esta essência,
Se a existência
Não me é concernente...

Quando surgem as rajadas
Sou desfolhada
Espalhada
Minha vida é um segundo.
Transitivo é meu viver
De ser...
A flor rainha do mundo.

- Carolina Maria de Jesus, em "Antologia pessoal". (Organização José Carlos Sebe Bom Meihy). Rio de Janeiro: Editora UFRJ, 1996.



Dá-me as rosas 

No campo em que eu repousar 
Solitária e tenebrosa 
Eu vos peço para adornar 
O meu jazigo com as rosas 

As flores são formosas 
Aos olhos de um poeta 
Dentre todas são as rosas 
A minha flor predileta 

Se a afeiçoares aos versos inocentes 
Que deixo escritos aqui 
E quiseres ofertar-me um presente 
Dá-me as rosas que pedi. 

Agradeço-lhe com fervor 
Desde já o meu obrigado 
Se me levares esta flor 
No dia dos finados. 

- Carolina Maria de Jesus, em "Antologia pessoal". (Organização José Carlos Sebe Bom Meihy). Rio de Janeiro: Editora UFRJ, 1996, p.169.



Humanidade

Depôis de conhecer a humanidade
suas perversidades
suas ambições
Eu fui envelhecendo
E perdendo
as ilusões
o que predomina é a
maldade
porque a bondade:
Ninguem pratica
Humanidade ambiciosa
E gananciosa
Que quer ficar rica!
Quando eu morrer...
Não quero renascer
é horrivel, suportar a humanidade
Que tem aparência nobre
Que encobre
As pesimas qualidades

Notei que o ente humano
É perverso, é tirano
Egoista interesseiros
Mas trata com cortêzia
Mas tudo é ipocresia
São rudes, e trapaçêiros

- Carolina Maria de Jesus,  em "Meu estranho diário". São Paulo: Xamã, 1996. (grafia original)



[Muitas fugiam ao me ver]

Muitas fugiam ao me ver
Pensando que eu não percebia
Outras pediam pra ler
Os versos que eu escrevia

Era papel que eu catava
Para custear o meu viver
E no lixo eu encontrava livros para ler
Quantas coisas eu quiz fazer
Fui tolhida pelo preconceito
Se eu extinguir quero renascer
Num país que predomina o preto

Adeus! Adeus, eu vou morrer!
E deixo esses versos ao meu país
Se é que temos o direito de renascer
Quero um lugar, onde o preto é feliz.

- Carolina Maria de Jesus, em "Antologia pessoal". (Organização José Carlos Sebe Bom Meihy). Rio de Janeiro: Editora UFRJ, 1996.



Sonhei 

Sonhei que estava morta 
Vi um corpo no caixão 
Em vez de flores eram Iivros 
Que estavam nas minhas mãos 
Sonhei que estava estendida 
No cimo de uma mesa 
Vi o meu corpo sem vida 
Entre quatro velas acesas 

Ao lado o padre rezava 
Comoveu-me a sua oração 
Ao bom Deus ele implorava 
Para dar-me a salvação 
Suplicava ao Pai Eterno 
Para amenizar o meu sofrimento 
Não me enviar para o inferno 
Que deve ser um tormento 

Ele deu-me a extrema-unção 
Quanta ternura notei 
Quando foi fechar o caixão 
Eu sorri... e despertei. 

- Carolina Maria de Jesus, em "Antologia pessoal". (Organização José Carlos Sebe Bom Meihy). Rio de Janeiro: Editora UFRJ, 1996, p.174.



Quarto de Despejo 

Quando infiltrei na literatura 
Sonhava so com a ventura 
Minhalma estava chêia de hianto 
Eu nao previa o pranto. Ao publicar o Quarto de Despejo 
Concretisava assim o meu desejo. 
Que vida. Que alegria. 
E agora... Casa de alvenaria. 
Outro livro que vae circular 
As tristêsas vão duplicar. 
Os que pedem para eu auxiliar 
A concretisar os teus desejos 
Penso: eu devia publicar... 
– o ‘Quarto de Despejo’. 

No início vêio adimiração 
O meu nome circulou a Nação. 
Surgiu uma escritora favelada. 
Chama: Carolina Maria de Jesus. 
E as obras que ela produz 

Deixou a humanidade habismada 
No início eu fiquei confusa. 
Parece que estava oclusa
Num estôjo de marfim.
Eu era solicitada 
Era bajulada. 
Como um querubim. 

Depôis começaram a me invejar. 
Dizia: você, deve dar 
Os teus bens, para um assilo 
Os que assim me falava 
Não pensava. 
Nos meus filhos. 

As damas da alta sociedade. 
Dizia: praticae a caridade. 
Doando aos pobres agasalhos. 
Mas o dinheiro da alta sociedade 
Não é destinado a caridade 
É para os prados, e os baralhos 

E assim, eu fui desiludindo 
O meu ideal regridindo 
Igual um côrpo envelhecendo. 
Fui enrrugando, enrrugando... 
Petalas de rosa, murchando, murchando 
E... estou morrendo! 

Na campa silente e fria 
Hei de repousar um dia... 
Não levo nenhuma ilusão 
Porque a escritora favelada 
Foi rosa despetalada. 
Quantos espinhos em meu coração. 
Dizem que sou ambiciosa 
Que não sou caridosa. 
Incluiram-me entre os usurários 
Porque não critica os industriaes 
Que tratam como animaes. 
– Os operários... 

- Carolina Maria de Jesus, em "Meu estranho diário". São Paulo: Xamã, 1996, p. 151-153. (grafia original)











ASVAGHOSA [17.287] Poeta de India

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Asvaghosa

Ashua Ghosha (ca. 80 - ca. 150) fue un religioso y poeta budista de la India.

Aśvaghoṣa en AITS (alfabeto internacional de transliteración sánscrita).
अश्वघोष en letra devanagari para escribir sánscrito.
Nació en Saketa en norte de la India, de una familia Brahmán

Se cree que fue el primer dramaturgo en sánscrito y es considerado como el mayor poeta indio después de Kalidasa. Fue el más célebre de un grupo de escritores de corte budistas, cuyas epopeyas rivalizaban con la contemporánea Ramayana. Mientras que la mayoría de la literatura budistas anterior a Asvaghoṣa había sido compuesta en sánscrito budista híbrido, él lo hizo en sánscrito clásico.

Fue en principio un estudiante que no seguía las enseñanzas budistas, pero después de perder una discusión con Pársua se convirtió al budismo. Llegó a ser consejero religioso del rey Kanishka del Imperio kushan.

Se creía que era el autor del influyente texto budista El Despertar de la Fe en el Mahāyāna, pero los modernos estudiosos están de acuerdo en que el texto fue compuesto en China.

También escribió un poema épico sobre la vida de Buda llamado Buddha-charita (‘el carácter de Buda’) en sánscrito y el Majá-alankara (‘la gran gloria’). Otro de sus textos fue el Saundara-nanda-kavia, un poema kavia con el tema de la conversión de Nanda, el medio-hermano de Buda, para que él pudiese alcanzar la salvación. La primera parte de la obra describe la vida de Nanda y la segunda las doctrinas budistas y las prácticas ascéticas.

Obras principales

Śāriputraprakarana, drama.
Saudraranandakāvya, epopeya.
Mahālankara (‘la gran gloria’).
El despertar de la fe en el majaiana.
Buddha-charita (‘el carácter de Buda’), epopeya.



COMPRAR EL LIBRO EN:


  VIDA DEL BUDA (Buddha Carita)
                                     de  Asvaghosa
Traducido por 
Beatriz Avanzati y Alejandro Gutman    

   La “Vida del Buda” (Buddha-carita) es la primera traducción, directa del sánscrito al español, de una obra mayor de la literatura sánscrita, una de las más antiguas y más ricas en una lengua de la gran familia indoeuropea. Se trata de un largo poema narrativo que relata los principales acontecimientos en la vida del Buda. Compuesto por Asvaghosa en la India, entre 50-150 dC, es posterior a las épicas de las que se diferencia por su forma más cuidada, su variada métrica, la abundancia de figuras retóricas, la importancia de la descripción y de la sugestión.

   El Buddha-carita comienza con el nacimiento del Buddha, sigue con los eventos de su vida, su muerte, la guerra por la posesión de sus reliquias, la celebración del primer concilio budista y el reino de Asoka. El Buddha-carita constaba en su origen de veintiocho cantos, pero el único manuscrito sánscrito superviviente sólo contiene los cantos 1-14 aunque el primero y el último de estos sólo en forma parcial. La versión original sánscrita se detiene justo cuando el Buda está por alcanzar la Iluminación en Bodhgaya. Para el resto del poema dependemos de las traducciones china y tibetana.

  Nuestra versión incluye la traducción completa de los cantos 1-14 con notas explicativas al pie de página para facilitar su comprensión. Un apéndice provee la sinopsis de los cantos faltantes basada en las traducciones china y tibetana. Además, una introducción traza la evolución de la poesía sánscrita clásica, sitúa a la obra y a su autor, analiza la métrica del poema y sus fundamentos filosóficos.

CANTO III
LA PERTURBACIÓN DEL PRÍNCIPE


Una vez, él escuchó canciones sobre bosques
adornados con estanques de lotos
y cubiertos de tiernas hierbas
cuyos árboles sonaban con el trino del cuclillo. 3.1

Entonces, escuchó de la encantadora apariencia
de los bosques de la ciudad, amados por las mujeres,
y tomó la resolución de explorar el exterior
como un elefante encerrado en una casa. 3.2

El rey al enterarse de la intención
de ese deseo de su corazón llamado hijo
ordenó un paseo placentero acorde
con su afecto y majestad y la edad del príncipe. 3.3

Pensando: “Que no sea perturbado
el muy tierno espíritu del príncipe”
hizo evitar en el camino real su encuentro
con la gente común y sus padecimientos . 3.4

Entonces, dispersaron con suma amabilidad,
en todas partes, a viejos, enfermos y miserables,
a los de miembros mutilados y sentidos deficientes,
embelleciendo de manera inigualable la ruta real. 3.5

Una vez que el camino real devino espléndido,
el magnífico príncipe acompañado de sirvientes bien educados
descendió a su debido tiempo del piso superior del palacio
y, habiendo sido autorizado a partir, se acercó al rey. 3.6

A continuación, el rey, brotándole las lágrimas,
contempló a su hijo largo rato y besándolo en la cabeza,
le ordenó con palabras “¡Ve!”,
pero no lo liberó con su corazón debido al cariño. 3.7

Entonces, él subió a un carro de oro
uncido a cuatro caballos dóciles,
ornamentados con arreos dorados,
cuyo conductor era honesto, viril y hábil. 3.8

Entonces, él entró, con un séquito apropiado
en el camino sembrado con montones de flores brillantes,
guirnaldas colgantes y estandartes flameantes
como la Luna con las estrellas en el cielo. 3.9

Él avanzó muy lentamente por la ruta real
abarrotada de mitades de lotos azules
en la forma de los ojos muy abiertos de los citadinos
que lo miraban con suma curiosidad de todos lados. 3.10

Unos lo alabaron por la placidez de su figura,
otros lo celebraron por su esplendor
y aún otros, a causa de su amabilidad,
le desearon gloria y larga vida. 3.11

Jorobados surgiendo de las grandes residencias
y multitud de sirvientes y de enanos
y mujeres provenientes de las casas pobres
se inclinaron como estandartes ante el paso de un dios. 3.12

Entonces, las mujeres escuchando a los sirvientes
expresar: “Ciertamente, el príncipe pasa”,
irrumpieron en los balcones con el deseo de verlo
luego de ser autorizadas por el jefe de familia. 3.13

Ellas, entorpecidas por la caída de sus cinturones,
apenas despiertas con sus ojos somnolientos
y poniendose sus adornos al escuchar los rumores
se reunieron desinhibidas, plenas de curiosidad. 3.14

Con el estruendo de sus pies en las escaleras de sus mansiones
y con el tintineo de sus cinturones y el chocar de sus ajorcas,
asustando a todas las aves guardadas como mascotas,
las mujeres se empujaban excitadamente unas a otras. 3.15

Aunque en algunas de estas de bellos cuerpos
surgiera la ansiedad y se apresuraran,
sus caderas como carros y sus amplios senos turgentes
dificultaban su marcha a causa del peso. 3.16

Pero otra, aun capaz de andar velozmente,
refrenando la marcha se desplazó con lentitud,
y, tímida, ocultó recatadamente
sus ornamentos portados sólo en la intimidad. 3.17

Un gran revuelo reinaba en las ventanas
donde las mujeres se apiñaban,
con sus aros agitándose y entrechocándose
y todos sus ornamentos resonando. 3.18

Y, asomando por las ventanas,
con sus aros rozándose,
las caras de loto de las mujeres brillaban
como lotos adheridos a las mansiones. 3.19

Con sus palacios atestados de jóvenes asombradas,
abriendo las ventanas por curiosidad,
la magnífica ciudad parecía en todas partes
una ciudad celestial con sus palacios plenos de ninfas. 3.20

Debido a la estrechez de las ventanas,
los aros de una apoyándose en la mejilla de otra,
las caras de estas supremas mujeres
parecían ramilletes de lotos atados. 3.21

Las mujeres mirando al príncipe en la calle
parecían deseosas de descender a la tierra
y los hombres mirándolo con sus rostros alzados
parecían deseosos de ascender al cielo. 3.22

Y esas mujeres observando al hijo del rey,
que brillaba intensamente por su belleza y majestad,
murmuraron: “¡Qué feliz debe ser su esposa!”
con mentes puras, sin ninguna otra intención. 3.23

“Este, cuyos brazos son excepcionalmente fuertes
y cuya belleza es igual a la del dios del amor en persona,
luego de renunciar a la soberanía seguirá el camino del dharma”
pensaron y albergaron por él un profundo respeto. 3.24

Así, percibiendo por primera vez el camino real
repleto de ciudadanos educados,
vestidos limpia y discretamente, el príncipe se alegró
y consideró que en cierta manera renacía. 3.25

Pero los dioses de moradas puras viendo
a esta ciudad jubilosa como el cielo
crearon un hombre viejo para urgir
la partida del hijo del protector de la Tierra. 3.26

Entonces, el príncipe viendo a ese abrumado por la vejez,
cuyo aspecto era tan diferente del de otros hombres,
habiéndose despertado su interés, fijó su vista en él
y preguntó a su cochero:3.27

"Señor cochero, ¿quién es ese hombre que se aproxima
apoyando su mano sobre un bastón, con los cabellos blancos,
con sus párpados caídos sobre los ojos y los miembros flojos y torcidos?
¿Es una deformidad, es un estado natural o accidental?" 3.28

Escuchado esto, el conductor del carro,
por la confusión creada en él por estos mismos dioses,
no viendo su error, hizo conocer al hijo del rey
aquel asunto que debía ser callado. 3.29

"Asesina de la belleza, ruina del vigor,
fuente de dolor, aniquilamiento de los deseos,
pérdida de los recuerdos, enemiga de los sentidos,
esa es la llamada vejez. Él fue destruido por ella. 3.30

Aún inocente, bebió leche en la infancia
y oportunamente gateó sobre la tierra
y gradualmente devino un bello joven
para luego acercarse gradualmente a la vejez." 3.31

Cuando fue informado de esto, algo perturbado,
el hijo del rey dijo al cochero lo siguiente:
"¿Ese mal será mío también?"
El cochero, entonces, le respondió: 3.32

"Indudablemente, por el poder del tiempo, alcanzará
esta edad excesiva también al longevo señor.
Aunque la gente sabe que la vejez
destruye al cuerpo, aún así la desea." 3.33

Entonces, ese cuya mente se había purificado por méritos en vidas 
anteriores y cuyas acciones virtuosas se habían acumulado 
a través de incontables eras,
esa gran alma, habiendo escuchado sobre la vejez, tembló
como un toro ante el estruendo de un poderoso trueno en la vecindad. 3.34

http://www.elportaldelaindia.com/El_Portal_de_la_India_Antigua/Buddhacarita_files/Buddhacarita.%20Seleccio%CC%81n.pdf




LUIS GONZÁLEZ DE ALBA [17.288] Poeta de México

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Luis González de Alba

Luis González de Alba (Charcas, San Luis Potosí, 1944), es escritor, periodista y divulgador de la ciencia. Ha publicado novela, cuento, ensayo, poesía y artículos en diarios y revistas. Fue integrante del Consejo Nacional de Huelga, que encabezó el Movimiento estudiantil en México de 1968. El 2 de octubre de ese año fue aprehendido en Tlatelolco. Estuvo recluido en la cárcel de Lecumberri de la Ciudad de México, donde escribió su primera novela, Los días y los años. Le siguieron Y sigo siendo sola, Agapi mu (Amor mío), Cielo de invierno, los cuentos de El vino de los bravos y ensayos sobre ciencia: La ciencia, la calle y otras mentiras, historia: Las mentiras de mis maestros, historia de la física cuántica: El burro de Sancho y el gato de Schrödinger, sexualidad: La orientación sexual, Niño o niña. Las diferencias sexuales. Tiene el poemario El sueño y la vigilia (2006). Hasta 2010 sus más recientes publicaciones son: Otros días, otros años, El sol de la tarde, Olga. Fue fundador del diario La Jornada, de los partidos Socialista Unificado de México (PSUM), Mexicano Socialista (PMS) y de la Revolución Democrática (PRD). No milita en ninguno. Publicó durante más de una década la columna La ciencia en la calle en el diario mexicano La Jornada. Publica semanalmente sus colaboraciones Milenio Diario, dedicada al análisis político y la divulgación de la ciencia. En esta última área obtuvo en 1997 el Primer Premio Nacional de Periodismo.


EL DESEO EN PANTALÓN VAQUERO

Atraviesa el deseo,
en vaqueros a pelo y sin más nada,
los pasillos del hampa y la penumbra
con olor a sudor y semen tibios.

Vuelvo una y otra vez a aquella tarde,
al mismo anochecer de mis treinta años,
para encontrar tu sombra de durazno
y hacer lo que no hice:
dejar caer al suelo
un pantalón vaquero
y sin camisa,
corta chamarra verde entre mis manos,
chamarra que también llevaba a pelo
y sin camisa,
mojada en los sobacos que escurrían,
murmurarte al oído rosa y blanco:
“Está bien, me atrapaste”,
y seguirte el juego de mirón
que proponías
aproximándome sin más
a aquel tercero:
“Nos dio ya su permiso, wey,
y lo calienta vernos…”

No te arrepientas nunca
de lo que no hiciste
a tus floridos treinta: Carpe diem,
di con Horacio,
quam minimum credula postero:
cuán mínimo es creíble el porvenir.


RESTOS DEL TSUNAMI de una mudanza.

1 de enero de 2014

Siguen apareciendo hojas amarillas como troncos de palmera podridos por el mar. Ignoro el motivo de nunca haber publicado este par dedicado a Ernesto Bañuelos. Quizá porque lo dice mejor José José. O porque deben leerse juntos y así recordar las "cintas blancas". O por el freudiano ensimismamiento que teme al mar abierto.Van tal cual.

ca. 1977

·Nuestros cinco años·

Fue un desayuno frugal:
toronajas perfumadas,
té de jazmín que mi amor trajo de La Paz
(de la bahía de La Paz que se da vuelta sobre sí misma
para que la ciudad vea a tierra,
ensimismada,
y no al mar abierto),
pan integral y miel
que comimos entre sabanas blancas bordadas
y música que Bach compuso
para que el pobre Goldberg 
deleitara de noche al insomne conde Keyserlingk.


ca. 1986

·Nuestros diez años·

Hay días en que me canso de comer
tan sano y nutritivo:
el pan integral,
el té negro aromatizado con pétalos de rosa,
el azúcar mascabado,
el queso fresco,
la levadura y las nueces,
la mermelada casera,
la miel en el pan,
las sanas almendras,
los sanos piñones;
entonces me salgo a comer tacos de cabeza,
pozole con seguras sobras,
refrescos pintados cuya ingestión jamás se recomienda.

A veces me salgo de noche,
dejándote en un cuarto tibio y seguro
para caer en brazos
de bellezas muy inferiores a la tuya.


A UN FAUNO

Te había olvidado,
pequeño sátiro danzante,
olvido imperdonable
en camaradas de mismas correrías,
en amigos nocturnos
y cómplices de la arboleda,
del matorral, el bosquecillo incitante.

El verano montaba en los árboles
con verde y azul de arce y cielo.
El vapor del río mojaba sábanas
y noches.
¡Qué calor hizo aquel verano!

En este invierno pálido
el Café de Cluny es ya una pizzería,
y frente al Parlamento griego
se esfumaron los cafés
tragados por la tarde ruidosa
y sin aquella pereza
de los hombres mayores,
komboloi en mano:
ya nadie pierde tiempo en eso.

El invierno me trae de nuevo a ti
con ramas secas, cielo gris
y estanque helado,
amigo de cola breve
sobre las nalgas duras,
amigo de la flauta
que suena a cornamusa.

Tú conservas aquella nuestra edad
intacta,
sostenido en un pie
sigue tu grácil salto,
yo me derrumbo
y cumplo mañana sesenta años.
Terminarás también,
joven fauno danzante,
pero tus años
se cuentan en milenios.

París, diciembre de 2003.



ISLA DE COS

No es la araucaria para mí
porque es señora de encimadas crinolinas
y toquilla de encaje bruselense.

En mi jardín quiero un ciprés,
alto y delgado amante de Apolo,
muerto de pena por haber matado,
sin intención,
lo que más amaba.


9 de marzo de 2002




ANIVERSARIO

15 de febrero de 2002

Y pasaron diez años como dice
la sabia multitud (y no se engaña)
que corre el tiempo sin sentirse cuándo;
domar al tedio de los días fue hazaña

no menor que el acecho del enfado,
el pertinaz labriego de cizaña,
más eficiente si mejor oculta
al libre pez colgando de su caña.

He aprendido a querer tus pies descalzos,
a esperar ese acto involuntario
de abrazarme a la par que el sueño llega

y suave te sumerge en el remanso
entre mi flanco y brazo, necesarios
a formar la bahía en la que juegas.


II

No pasarán otros diez años, creo,
mas no será tu culpa ni la mía,
sino arena cayendo impredecible,
que ciega a amor y a eros contraría.

No pasarán otros diez años, pienso
al ver que consumimos cada día
con rigurosa cuenta, y la mañana
nos ofrece la flor que ayer no abría.

Las llevaré contigo una por una
al ocaso estruendoso que nos cerca
con el giro impasible de la luna:

fatal elipse, compañera terca,
la veremos volver hasta que asuma,
(ya sin nosotros), la mecánica vuelta de una tuerca.



MI ÚLTIMA RETSINA

Son para siempre
todos los adioses
pues no baña el mismo río
jamás el mismo cuerpo
ni son los mismos ojos
mirando hacia el Egeo
aquellos deslumbrados
bajo el calor de agosto
que lo vieron venir
hace dos años
desde Monastiraki
con ese paso lento,
con ese balanceo
de sus veinte años.

Son para siempre
los adioses:
queda el amor,
el barco en el puerto,
la vid que reverdece en parra
sobre los nietos
y en septiembre
da sus largos racimos
transparentes.

No hay para el reencuentro
ningún lugar preciso,
ninguna cita hecha
como no sea ésta
con nuestro viejo amor
que ha puesto un plato más
sobre la mesa
bajo la luz de otoño,
el nuevo otoño aéreo
con el que se despide el año
y que un día,
cierto como que morirá el Egeo
sin que nadie lo vea,
un día tan cierto como la muerte,
no volverá.


VISTA DE POROS

Grecia: mar amable
que no conoces el océano,
mar sin olas,
aunque de ellas
hablen tus canciones


LA ANTIGUA LEY

La gacela levanta su cuello y con ojos inyectados de sangre observa sus tripas devoradas por los leones.

Vuelve a recostarse y mira el turbio horizonte de acacias, la impasible planicie, sus hermanas pastando indiferentes pocos metros aparte.

Los leoncitos cachorros dejan sus maromas infantiles y corren al festín.

La gacela levanta una vez más su cuello y con ojos desorbitados observa sus tripas devoradas por los leones, revueltas en el suelo.

Vuelve a recostarse y mira el cada vez más turbio sol brillando en las acacias, la implacable planicie polvorienta.

Ah, sí, lo olvidaba: es que Tu amor es infinito, dicen.


NUEVA ALTA TRAICIÓN

No amo la Literatura
su L mayúscula
me mueve a risa.
No he leído a Joyce
ni podido terminar Lezama alguno.

Pero, aunque no daría la vida,
la arriesgaría por salvar de las olas
un poema de Ritsos,
dos o tres de Kavafis,
los versos iniciales con que Piedra de Sol
nos lanza al firmamento,
el adiós de Cernuda
y su esperanza de volver un día,
unas vagas estrellas,
Durrel,
los ásperos criminales de Pessoa
y tres o cuatro más
que se me olvidan.


A UN FAUNO ADOLESCENTE

Te había olvidado
pequeño sátiro danzante,
olvido imperdonable
en camaradas de mismas correrías,
en amigos nocturnos
y cómplices de la arboleda,
del matorral, el bosquecillo incitante.

Grecia6.jpg picture by antoniosarabiaEl verano montaba en los árboles
con verde y azul de arce y cielo.
El vapor del río mojaba las sábanas
y noches.
¡Qué calor hizo aquel verano!

En este invierno pálido
el café de Cluny es ya una pizzería,
y frente al Parlamento griego
se esfumaron los cafés
tragados por la tarde ruidosa
y sin aquella pereza
de los hombres mayores,
komboloi en mano:
ya nadie pierde tiempo en eso.

El invierno me trae de nuevo a ti
con ramas secas, cielo gris
y estanque helado,
amigo de cola breve
sobre las nalgas duras,
amigo de la flauta
que suena a cornamusa.

Tú conservas aquella nuestra edad
intacta,
sostenido en un pie
sigue tu grácil salto,
yo me derrumbo
y cumplo mañana sesenta años.
Terminarás también
joven fauno danzante,
pero tus años
se cuentan en milenios.







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RUBÉN DÍEZ TOCADO [17.289]

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RUBÉN DÍEZ TOCADO

(Madrid, 1978)
Rubén Díez Tocado, un joven poeta madrileño que participó con el seudónimo de “Herbert Casiopea” ganó el VIII Premio Internacional de Poesía Martín García Ramos por su poemario, La Nada Discontínua.

Díez Tocado, licenciado en derecho y profesor de inglés en un colegio de Torrejón de Ardoz, tampoco es un primerizo en distinciones literarias. En 1999 fue finalista en los premios Adonais e Hiperión de poesía y en el certamen Maria Agustina, de relato. En el 2002, obtuvo también un reconocimiento en el de la Fundación Barbara-Ansón.
El nuevo galardón se le entregará dentro de unos días en Albox, sede del Instituto Martín García Ramos, que patrocina el evento, A continuación presentamos algunos poemas del libro premiado.

Con Los via­jes del pri­sio­nero (Edhasa/Castalia, 2014) Rubén Díez Tocado ganó el XXIV Pre­mio Tiflos de Cuento.


AHORA Y QUIZÁ

Quién eres, qué hondo cieno de tinieblas
te trajo, ahora mi casa es una casa,
un hombre junto a mí te quiere muerto,
la luna trae vestigios de esa hondura,
una canción, un número son huella,
me tapas brillos quedo en los umbrales,
estás en las esquirlas y en los muebles,
haces la tarde con tu voz de mundo,
no hay libro entre mis libros que tu nombre
no diga como torre de homenaje,
como blanca palabra, como halcón
de luz a igual distancia de mi pecho
que el odio de tenerte y de ser otra,

ahora mis días son morosa lluvia
que elude el suelo, huyendo de la muerte,
ahora la muerte existe -fue un atisbo-,
ahora es ahora, y sólo, y para siempre,
sólo quiero estar viva y parecerlo,
saber de mí y atravesar las noches
como una alondra refulgente y sola,
saber de dónde vengo, por qué hurgo
la tierra que sostiene mis dominios,

quizá mi suelo firme era nenúfar,
mi cauto cielo de papel pintado,
mis manos la silueta de otras manos,
-manchadas con mi piel, pero implacables-,
quizá mi cuerpo un torreón de hojas,
la dicha un himno soñoliento y huero,
una cantata repetida y pobre
mi instinto, mi hondo ánimo, mi grito,

quizá no seas más que un rojo estanque
donde se estira el fuego del ocaso,
quizá tu voz es brote de colmillos,
un teatro brutal tu pasión ciega,
siendo como eres saco de preguntas,
flecha esmerada, síntoma del hielo,
barranco donde arrojo cuanto no hago,

tu doble condición es del espejo,
minotauro de amor a manos llenas,
¿qué le traes a mi vida entre lavandas
y mujeres remotas, tan concreto?,
¿existes en mi voz o bajo tierra?
¿quién puedo ser contigo acorralada
contra los muros altos de tu fuerza?,
¿hay aire para mí en ese destino?


PREGUNTAS

Me odias por haber aparecido,
ahora tus días son islotes lentos,
rezas por que me parta o se me trague
la pantera silente de las noches,
quisieras verme extinto, en otra parte,
volver al tiempo en que yo era un indicio
de fuego en el tarot, la voz surgida
del fondo de aquel sueño al alba rota,
la puerta sin los goznes de la casa que ha muerto;

ahora tus días tiemblan como pozos,
te preguntas quién soy, qué estoy haciendo,
y la respuesta es cruda como un hacha;
guardas filosa el arma de un secreto,
duelo como un anuncio, ardo a oscuras,
pero tienes tesón y eso me curte,

quién eres, por qué agitas
el agua largamente estancada,
pareces inquirir tras esa mesa,
bajo mi pecho, náufraga en mi hambre,
y son preguntas para las que existe
un vacío temblor y el tiempo todo.


ÉL

Hazte a un lado, no mires el destello
hondo de lo que soy, te estoy matando,
puede que no conteste a tu llamada,
si a veces me distancio es porque huyo,
parto por un momento hacia el confín
para buscarme, regresar al rastro
trillado donde habita la que he sido,
allí todo es seguro, los objetos
me reconocen, soy uno de ellos,
una casa es mi casa y hay un hombre,
creía conocerme y no buscaba,
sabía la verdad y la vestía,
era feliz de un modo en el que sólo
pueden serlo las bestias, sin conciencia;
espera que confirme la masacre,
está dispuesto a ser lo que preciso
sin sangre, sin ballestas, sin pasado,
sin alcanfor, sin ratas que lo roan,
es lo que es por mí, yo lo hice otro;
era libre y murió: es todo mío.

Debilitado, hecho a las paredes
de su presidio, pide que lo aten,
pide piedad, implora que lo ate,
y yo lo amarro con mis crines negras,
mi metal negro, mis pupilas negras
y un crudo corazón de obsidiana.
Está vencido y solo, pero es mío.

A ti no puedo asirte, dices cosas
que me inquietan, en ellas te idolatro,
quiero lo más de ti sin retenerte,
me pueblas como un reventón de hormigas,
te amo como se ama a las tormentas.
Libre me hieres, río descerrajado,
y es de alas el mar de tu mensaje.


EL REGALO

Vengo con pies de pluma, me he perdido
por veredas con miedo y sal angostas,
podrido y por momentos verdeante,
entregado a la luz, hijo de pozos,
lumbre en lo alto y corazón de espiga,
roto por un relámpago de arenas;
a pesar del dolor sigo el empeño
(como la chimenea guardo ayeres)
porque aprendí que ser es no doblarse,
dura es la piedra y dura debe ser
la mano que, temblando, la sostiene.

Hoy la tarde aletea, se me observa
desde huecos que aguardan mi derrota,
nada de cuanto piense evitará
un acto: cae la fruta en agraz
aunque el suelo y el árbol no lo quieran.
Te he comprado un regalo, las paredes
de mi cuarto lo acogen como a un hijo,
trae luces de la calle y una brisa,
pero has cerrado puertas y arde vacuo,
octubre lo convierte en una ortiga,
en primavera acoge floraciones
de cadáver, lejano de sí mismo,

lloro para salvarme de ese otro,
me lo quito enjugándolo en su centro,
derrumbado parezco Alejandría
tragada por la mar, Ícaro en llamas,
caduceo partido en su costado,
gris Poseidón varado en tus arenas.
Pompeya muere y yo corto unas flores
para Afrodita, sepultada en lava.


LA DEFENSA

Nunca era el momento, siempre había
una postergación, una distancia
que paraba los besos y buscaba
pretextos para hacerse más oscura.
Así no vamos a ninguna parte,
era la frase-claraboya cárdena
de tanto golpearse contra el fondo,
por ella nos medíamos,
trinos y, al tiempo, solos,
cada uno veía en ella
su sombra deformada, sin saber
de quién era la sangre
que manchaba sus manos,
¿la del amigo o la del enemigo?,
¿la de ambos? La propia, era la propia.

La frase-claraboya-ojo de buey-
ventanuco-vidriera-hondo cristal
de desesperación y pesadumbre,
así no fuimos a ninguna parte,
y una parte de mí aún vaga a oscuras
por sus largos perímetros sin fecha,
redonda en sus recodos, ancha corre
por sus amplios parajes sin amparo,
valió de poco estar y no ser nada,
el vaho de días amplios como estepas
cuando apenas viví, y mi voz fue otra,
para qué tanta frase en retahíla,
tanto arsenal de voz sin asideros
volcando su mensaje
en las playas vacías,
en puertos fantasmales donde aguardaba un humo.
Ahora no estoy más vivo pero acaso
no muero más allá del fin del día,
sobreviviente atroz, como un incendio.

Me parece estar viendo un espejismo
de manos claras, donde bebí barro.
Cae la hoja otoñal. En ella arde
el sol de los veranos, ya extinguido.










JAYRO JOSÉ XAVIER [17.290] Poeta de Brasil

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JAYRO JOSÉ XAVIER

Nacido en el estado de Río de Janeiro, en 1936. Licenciado en Derecho por la Universidad Federal de Río de Janeiro, es un poeta y profesor.

Poesía: Idade do Urânio (Cátedra, 1974), Enquanto vivemos (Achiamé, 1981), Estória de uma vaquinha (Globo, 1987). Ganhou o prêmio Associação Paulista de Críticos de Arte em 1988, com o livro Ulysses: canto para ajudar um menino a atravessar a noite (Melhoramentos, 1988).




Seleçción de Walmir Ayala
Poemas publicados originalmente en la REVISTA DE CULTURA BRASILEÑA
Junio 1975 N. 39


QUINTA EPÍSTOLA

El principio del todo está en el fin,y el fin en el principio
Cuando el círculo se cierra, el círculo se reanuda. 
La última nieve se va, picada por el canto de los pájaros: es primavera
verano, otoño, invierno nuevamente. Esta es la ley de todo.
Mayor que todo: la inestable y eterna permanencia.
Los días suceden y tenemos los ojos abrasados de ponientes
y amaneceres, y el agua del río es siempre la misma y siempre otra.
La cabeza de la serpiente ha de morder eternamente el extremo de su cola.
“Todo nace y renace uma segunda vez”, dice nuestro Lucrecio a Memio.
Yo ya cante el Caos y canto la Primavera por nacer.
(Esta es la quinta epístola y también la primera.)
En verdad se aproxima el tiempo en que reunidos reunidos en la noche junto al fuego bendeciremos los dioses
y repartiremos el pan sin odio y por igual entre todos.
Hay cosas madurando en florestas subterrâneas,
rumores de vida nueva en los brotes, altas
frondas. Por todas partes los frutos se perciben, maduran...
Un río duda y avanza para el Este, donde signos de púrpura tremolan.
Pero aún no es es el tiempo de la estación amorosa іoh Fabio!,
de las rosas y los gritos consagrados a los dioses de las fiestas.
En agosto (las ninfas se fueron)
es el final del siglo; los dioses se dibujan circunspectos.
Las cosas ya no son las cosas. Las palabras se mueven
como marea entre cosas todavía impermeables
y en nuestra boca reseca aflora
sólo el sonido. Y masticamos el gusto salado del sonido.
Ninguno de nosotros probó aún la dulzura
del licor de Dionisos, coronó de laurel la frente y pulso
con su mano la ruidosa alegría de las cuerdas
cálidas de la vida.
Los días arrastran aguas pesadas de aceites y desesperación...
(Agosto, a pesar de los vientos, no es un mes propicio a la Fantasía.)
Reunidos en la sala y en el tiempo, nada nos une
sino un mismo dolor de que nada nos una, y el sentimiento que sube
tan dulce y prolongado de la flauta de Pan.
“Para Naxos”, dirás. Sí, tal vez necesitemos dirigir
hacia Naxos;
sin rémora en los ramos nada sabemos del tiempo en que los hombres
conviven en ocios claros.
(Todo tiempo de tener es tiempo de tinieblas.) 
Nada sabemos de la estación de la cosecha fraterna de las uvas.
(Todo tiempo de tener
es un tiempo de indiferencias, de té con tostadas a la tarde.)
Con la cabeza coronada de pámpanos, al bien nacido adolescente Baco encenderemos altares. Y a Baco y no a Marte dedicaremos nuestros himnos.
(Cuando el cielo se cierra, el ciclo se reanuda.)
Podemos oír casi el ahogado remo de los días en las hojas
del invierno y la luz indecisa  entre la noche y la antemañana del ser.
El sol volverá a reinar sobre el estrôncio com el tedio
y los miasmas. Y será la ciudad tan pequeña y tan clara
que las palabras serán inútiles
o tan exactas
Y en la ciudad de Apolo,
en la blanca luz de la Ciudad de Mil Puertas,
el amor será lúcido. ¡Oh Fabio!
guarda de nuevo el ardor con que extendiste por el mundo tantas heroicas empresas y retoma la delgada avena en que, exiliado de las florestas,
entonaba sus rudas canciones. Y démonos las manos por ese camino
que sube...



JAYRO JOSÉ XAVIER 

Nasceu no Estado do Rio de Janeiro, em 1936. Graduado em Direito pela Universidade Federal do Rio de Janeiro,  é poeta e professor.

Obra poética: Idade do Urânio (Cátedra, 1974), Enquanto vivemos (Achiamé, 1981), Estória de uma vaquinha (Globo, 1987). Ganhou o prêmio Associação Paulista de Críticos de Arte em 1988, com o livro Ulysses: canto para ajudar um menino a atravessar a noite (Melhoramentos, 1988).


SONETO

Passado é outro nome de memória
e é vertical no espaço, poço fundo.
Quem debruça na borda deste outubro
colhe avencas-de-maio, aqui e agora.

O que Amanhã supomos não se move
em nossa direção.  Nem vamos rumo
senão do que é presente e nos mergulha
na lembrança, e diremos ser história.

A estrada é que perpassa, não a hora.
Coevos do que fomos e seremos,
chamemos de paisagem, não de tempo,

esse fluir sem fim que nos devora
− ou chamaremos de vento, e chamaremos
os ramos destas árvores de remos. 

Poemas. 2007.




Jayro José Xavier
Enquanto vivemos
Rio de Janeiro: Achiamé,   1981.   
Ilus, de Júlio Görke.



NOTAS PARA UMA POÉTICA

Um poema se escreve sob granizo, ou nas frentes de inverno,
                   quando nos protegemos sob casamantas de zinco
Um poema se escreve quando a noite caiu e nem um fósforo
Um poema se escreve quando é preciso renascer das cinzas
                   — quando todos, para ganhar a vida, se tornaram
                   zelosos funcionários da Morte
Um poema não se escreve com a razão
Um poema se escreve com as mãos
                   com quem reza
                   como quem toma nas mãos um punhado de terra

*

TRÊS GRAFITOS

A Bolsa fechou em alta.
Nós nos fechamos em nós.
As fechaduras e os dias
onde encontrar a chave?
Assumimos um ar
barroco. Alheio e doce.
Suportamos a dor
o tédio, a hierarquia.
Na soleira da noite
caímos de joelhos
pedindo perdão.
Mas de quê? Mas a quem?


TRÊS QUARTETOS E UM CREPÚSCULO

Minha janela é um pedaço do mundo
-- um pedaço pequeno do mundo.
Minha vida sou eu debruçado na janela
gastando o peitoril, ferindo o peito.
A janela apodrece sob o sol
que se põe. Com ela apodreço e caio.
Nas janelas em frente apodrecem outros homens
como eu. Sem sonhos, nos prédios altos.
Pela boca da noite a lembrança de um bonde
me espanta os pardais. Como um velho fantasma.
E a noite cai com seu poder de síntese
sobre o que um dia foi mundo
e é, apenas, memória.



Seleção de Walmir Ayala
Poemas publicados originalmente na
REVISTA DE CULTURA BRASILEÑA
Junio 1975 N. 39

QUINTA EPÍSTOLA

O princípio de tudo está no fim, e o fim no princípio.
Quando o ciclo se fecha, o ciclo recomeça.
O último gelo se vai, bicado pelo canto dos pássaros: é primavera
verão
outono
e novamente inverno. Esta é a lei de tudo,
maior que tudo mais: a instável sempiterna permanência.
Os dias se sucedem aos dias, e os olhos temos abrasados de poentes
e nascentes, e a água do rio é sempre a mesma e sempre outra.
A cabeça da serpente há de morder externamente a extremidade da cauda.
“Tudo nasce e renasce uma segunda vez”, o nosso Lucrécio a Mêmio.
Eu, já cantei o Caos, e canto a Primavera por nascer.
(Esta é a quinta epístola e também a primeira.)
Em verdade o tempo se aproxima em que, reunidos à noite à beira do fogo
bendiremos os deuses
e o pão repartiremos sem ódio e por igual entre todos.
Há coisas amadurecendo em subterrâneas árvores,
ruídos de vida nova nos galhos, altas
frondes. Por toda parte os frutos se preparam, se arredondam...
Um rio hesita
E avança para Leste, onde os rubros acenos esvoaçam.
Mas ainda não é o princípio da estação amorável, oh Fabio
dos risos e ritos consagrados nos deuses da Festa.
Em agosto (as ninfas se foram)
é o final do ciclo: os deuses desenham circunspectos.
As coisas não são as coisas. As palavras se movem
como marés por entre coisas todavia impermeáveis
e ecoa em nossa boca, resseca
só o som. E mastigamos o gosto salgado de som.
Nenhum de nós ainda a doçura provou
do licor de Dyonisos, cingiu de louro a fronte, feriu
de sua mão a ruidosa alegria das cordas
                   cólicas da vida.
Os dias, águas arrastam pesadas de óleo e desespero...
(Agosto, embora os ventos, não é um mês propício à Fantasia.)
Reunidos na sala e no tempo, nada nos une
exceto a mesma dor de nada nos unir, e o sentimento que sobe,
longínquo e tão doce, da flauta de Pã.
“Mas para Naxos?”, dirás. Sim, talvez precisemos rumar
para Naxos
com Acetes para o estreito de Naxos, sem hera nos remos.
Nada sabemos do tempo da colheita fraterna das uvas.
(Todo o tempo de ter
É um tempo de indiferenças de chá com torradas à tarde.)
Com a cabeça coroada de pâmpanes, ao binascido adolescente Baco
Acenderemos aras. E a Baco e não a Marte entoaremos hinos.
(Quando o ciclo se fecha, o ciclo recomeça.)
Podemos quase ouvir o rumor abafado dos dias nas folhas
de inverno
e a luz indecisa entre a noite e a antemanhã do ser.
O sol voltará a reinar por sobre estrôncio, tédio,
Miasmas. E será a cidade tão pequena e tão clara
que as palavras restarão inúteis
ou as palavras tão exatas
como se cada coisa, súbito revelada, se dissesse.
E na cidade de Apolo,
Na branca luz da Cidade-de-Mil-Portas
o amor se fará lúcido. Oh Fabio
guarda de novo o ardor com que espalhaste pelo mundo tantas empresas heróicas
e retoma a delgada avena em que, egresso das florestas,
entoavas rudes canções. E nos demos as mãos por essa estrada
que sobe...



XAVIER, Jayro José.  Idade do urânio.  Apresentação de Antônio Houaiss.  Rio de Janeiro:Editora Cátedra, 1974. 70 p.  14x21 cm.   “ Jayro José Xavier “ ex. bibl. Antonio Miranda

“É tão vivo e fundo e contraditório e antagonístico espectro de indagações vitais, quero dizer, poéticas, do poeta, que dele o pouco que se poderá dizer é quer é de vocação pansófica ou pampoética. Mas com abarcar tanto em tão pouco?  ANTÔNIO HOUAISS


EU ME DEFENDO COM SINTAXE E ROSAS

Eu me defendo com sintaxe e rosas
de teorias e teocracias:
quais, por aéreas brisas, fugidias
e quais, por duros ventos, desditosas.
Com soprarem as duas, enganosas,
de trevas são as trilhas destes dias:
daí a minha espada-de-utopias
ferindo o mundo (e mote) em novas glosas.
Fará meu verso a fábula fecundo.
E, um dia, um trovador de Sagitário
o reino que habitemos mais jucundo...
Terçar armas com reis é temerário;
pior, porém, é repensar o mundo
sem alma de poeta visionário.




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