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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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GIO ARZAMENDIA [17.065]

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Gio Arzamendia 

(Asunción, Paraguay 1989). Psicóloga en horarios de oficina. Poetisa y pintora en lo que le resta diariamente de vida. Café negro sin azúcar, por favor. 





caminamos descalzos y cansados de lado
sobre el empedrado cantando mantras

todo es manifestación, pulsación
y vos, vos me llevás al nuevo carnaval de fuego
explicamos los pasos como complicidad o afinidad
o inercia o qué sabremos nosotros
pero ay! cuán lindo es como las paredes vibran a tu alrededor con cada movimiento
el cuello se nos derrite y la médula se nos hace sopa
la viscosidad de la que nos hablaron los libros de ciencias está aquí y ahora

y no te asustes, yo suelo ser así de callada
y es normal que te tiemble el cuerpo cuando tenés los ojos hundidos y calientes

pero no tiendas la cama que yo sigo acá derramada

tengo miedo, dejáme guarecerme entre las sábanas y el esto-no-significa-nada

no me despiertes, abrazáme, ahogáme, desintegráme, abandonáme
pero no me muevas
que esta es mi hoguera y
quiero morir oyendo a las lágrimas bailando su evaporación en mis oídos 



Abril abre los ojos.

(Son ojos que despiertan lamidos.)

Señorita de pecho henchido de monóxido y suspiros contenidos, Abril apaga con concentrada precisión y un tanto de sadismo aquel cigarrillo; aquel último a mano que la había silenciosamente arrebatado unos –insignificantes, se dice- minutos de vida, mientras el humo danzaba frente a sus ojos un vals delirante. Espira sincopadamente haciendo una mueca tosca en los labios: un ritual interno de despedida a sus pensamientos calcinados, cortesía de aquel pabilo.

Calla. Pone sus huesos en su lugar. Paraliza la lengua.

“Un año” se dice a ella misma, entre dientes, como quien responde una pregunta incómoda por obligación. “Un año desde que decidí prescindir de mi sucia inocencia, desde que me di cuenta de que me acompañó como cáncer silencioso por demasiado tiempo. Es hora de pecar. Es hora de crear algo que nazca destruido. Que ahora venga el buen sufrir.”




CONCIENCIA DE ERROR 

Bajo los satélites fueron muchas madrugadas con labios rotos por cigarrillos despegados de ellos. Bajo los escombros fueron muchas mañanas de dormir hasta despertar y llorar y repetir el proceso. Bajo los pies muchos charcos que tendiste, que amodorraron mi violencia y la convirtieron en tedio, en golpes esperando a darse, martes tras martes. Encarnamos el papel del niño que quería ser amado a costa de todo y de la dama que quería agredir la inocencia. Creamos el juego de desvelarnos intentando sobrevivir, de querer salvarnos y despedirnos con sexo en casas abandonadas. Hoy me acordé de vos y sonreí. Sentí el calor de la ducha caliente hirviendo mi piel mientras pensé este poema y nunca me sentí tan horrendamente orgullosa de ser engullida por una tortura y saber hacerla placer. La conciencia del error y yo al fin hicimos tregua.





LOREM IPSUM DOLOR SIT AMET, 
CONSECTETUR ADIPISCING ELIT 

Los ojos se disociaron, se repelieron entre sí.
[es rotación, traslación].
La lengua se abstrajo,
se trenzó con fuego, con coronas de espinas
ardió Babel y nació el idioma del ahorcado.
La plaga arremetió contra el portal con zumbidos y serruchos,
fue tu claustro el cráneo
(inflamación y asfixia en la amígdala,
¡ay! cuánta hambre te trajo Thánatos).
Tembló rabiosa la sombra, danzó el vals del espasmo.
Gélida espuma de mar,
tu cara se volvió océano;
y la babosa negra se deslizó hasta tu crucifijo.
El día de ayer reposaron tus pies en una butaca
que dilucidó con su caída el mensaje arcano
de la paradoja corpórea tuya que hoy gravita, la soga solo fue eje.






QUIERO SABER SI ALGUIEN PUEDE ENAMORARSE 
DEL CEREBRO DE ALGUIEN QUE NUNCA CONOCERÁ 
EN PERSONA A TRAVÉS DE SU ARTE 

Quiero que pienses en mí así como yo pienso en mí todo el tiempo.
Quiero que seas mi amigo y que ya no me preguntes si leo poesía estando desnuda,
                pero más que nada quiero tu honestidad.
Quiero volcanes.
Quiero ser desconocido animal poseído bajo mira telescópica. 
Te quiero gritar. 
Te quiero gritar mucho.
Te quiero gritar luces y te las quiero gritar lentas.
Te quiero gritar y que sonrías. 
Quiero que nuestros párpados se hagan labios y nuestras manos se hagan ojos.
Quiero que nos lamamos las frentes porque nadie hace eso.
Quiero un ataque que sea digno de aplauso.
Quiero toser tanto hasta vomitar pedazos de momentos felices de mi vida.  
Quiero agarrar a mi debilidad volitiva y hacerla arrodillar sobre sal gruesa. 
Quiero declarar públicamente que soy pésima flirteando y que eso se mantendrá así hasta próximo aviso o vida
               pero más que nada quiero que quieras mi honestidad. 
Quiero desobediencia.
Quiero lo que me destruya todo esquema, que me deje rota o elevada, pero diferente siempre. 
Quiero temporada de sismos y tsunamis.
Quiero ser siempre irresponsable y
              sismos de manera irresponsable,
              tsunamis de manera irresponsable,
              pero más que nada quiero que las fallas resultantes sean honestas. 
Quiero bailar sobre todos los relojes del mundo hasta hacerlos arena.






ANTONIETA RODRÍGUEZ PARÍS [17.066] Poeta de Chile

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Antonieta Rodriguez París 

Antonieta Rodríguez París (Puerto Montt, 1942) es una profesora y escritora chilena adscrita a la literatura infantil y juvenil1 vinculada al Grupo Polígono de Puerto Montt.

Es Profesora de Castellano y Filosofía de la Universidad Católica de Valparaíso y actualmente es miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua.

Ha dedicado su vida a la enseñanza y a la difusión del hábito de la lectura. Ha sido participante activa de "Encuentros de Escritores" regionales como el Arco Iris de Poesía, de Puerto Montt, así como también de Ferias de Libros en diversas ciudades del país, como La Serena, Castro, Puerto Varas, Puerto Montt y Osorno. Ha sido colaboradora del diario El Llanquihue de Puerto Montt, con artículos sobre literatura y educación.

Por otra parte, ha escrito ensayos para revistas de temas culturales, y sus poemas han aparecido en varias antologías. Es hija Ilustre de la ciudad de Puerto Montt y actualmente profesora de literatura en la Universidad San Sebastián.

Obras

Cinco poemas y algunos diseños (1976).
Cartas desde Puerto Montt (1980).
Poemas infantiles y escolares (1981).
Cartas desde España (1983).
Poemas gramaticales (1994).
Las invisibles (2001).
Pan de luna y otros versos para niños (2006).
Armario (2008).



LA  DISIDENTE

            No sé como llegaste aquí,
Luisa Dorothea Paternoster Marquardt,
No figuras en ninguna lista de colonos.
Solo se sabe que tus padres eran de Prusia
Y que viste la primera luz del día en 1854.

A fojas 53 del libro de Matrimonios de Disidentes
De la Parroquia Matriz de Puerto Montt,
Se encuentra tu partida de matrimonio.

Todo era más lento entonces, la vida transcurría
De una, manera casi espesa,
De noche se podía oler las nubes
Se podía sentir sobre la espalda
El saco rosa del crepúsculo.
La compasión del fuego había dejado
Descansar a los alerces,
Se había estrellado contra la sensatez de los coigües
Y surgían en las calles los eucaliptos nuevos.
La indomable dialéctica de la lluvia
Mecía los inviernos.
Desde las ventanas de tu casa se veían los veleros.

El libro de recetas en alemán que copió tu hija
Se perdió en el terremoto del 60
Pero seguimos comiendo kuchen de manzana,
Torta de amapola y el manjar blanco me queda perfecto
Como si lo hubieras hecho tú.



CARTA  DESDE  PUERTO MONTT

            Recibe mi carta, amor
aquí las cosas no han cambiado mucho
desde que te fuiste,
la lluvia sigue siendo triste,
los volcanes tienen de corazón
un copihue.
El mar es azul
cuando el viento barre las nubes
yo puedo sentarme en un roca
bajo el cielo.

Algunos días se diluyen en la niebla
los contornos de las islas
siempre verdes
y en las noches claras
puede ver entre los rayos de la luna
alguna lancha
con sus velas bañadas en hilos de oro.
Puedo decir también
que el sol me hace olvidar los días grises
y el cansancio en cruz de los jazmines.
Yo tengo aún en las pupilas
un alerce de esperanza entre la nieve
y el ulmo blanco todavía no florece.

            Adiós, amor, no me contestes,
te espero en Puerto Montt
y para siempre.
                                                    
        ( de “Cartas desde Puerto Montt” )




NO  ESCRIBIRÉ  TU NOMBRE

         No escribiré tu nombre en mi libro de versos,
Lo escribiré, tal vez , en la calle mojada
En la playa ,en la nieve ,en las flores del cerro.

            Escribiré tu nombre, mi amor, en los recuerdos
En las nubes, en el pan ,en las mañanas.

            Cada ruido del mar sabrá que yo te quiero
Y estarán las letras tuyas en todas las playas
En la luz que se enciende , en la luz que se apaga
En mis manos, en mi frente, en mis ojos y en mi alma.

            Nadie podrá decirte que yo escribí tu nombre
Está escrito tan solo en la huella del viento
En la puerta del tiempo o en un vaso de vino.

            De  tanto repetir tu nombre
A solas, como una letanía,
Apareciste de pronto, rotundo y claro
Como un árbol  puro
Y casi no pude pronunciarlo en tu presencia .

            Nunca pude escribir tu nombre
En la corteza,
Lo tengo escrito con un buril de acero
En el lugar recóndito
De todos mis recuerdos .

            Y se me deshizo tu palabra,
No pude llamarte, hasta que tú,
Dijiste lenta y claramente
Cada sílaba de mi propio nombre.

            No quiero estar más allá de la esperanza.
No quiero ponerme a soñar otra vez
Contigo,
Como si fuera posible encontrarte
De nuevo, a la salida de un concierto.
Llueve,
Como siempre por estas latitudes.
Yo espero,
Volverás en las palabras,
Volverás tú mismo.
No podrás ser sin mí,
Ni yo podré ser sin ti.

Nos encontraremos juntos
En el mismo sueño
Y seremos, tú y yo,
Cada uno, uno  y nosotros
Al mismo tiempo.

Puerto Montt,  septiembre de 1999.           




TE ENCONTRARÉ EN PUERTO VARAS.

Te encontraré en Puerto Varas otra vez,
un día del cual tengo ya el recuerdo”
estaré casi triste, un poco pálida
como cuando esperábamos el bus
el que te llevaba a tí hasta la Ensenada
el que me traía a mí de Frutillar.

Los caminos sólo se juntan a veces
en el verano que florecen las quilas
y aunque se hayan cortado los teléfonos
y las palabras se hayan ido como un perfume
te encontraré en Puerto Varas otra vez.

NOTA: “El 2º verso se lo pedí prestado a CESAR VALLEJO”






LOURDES BARRÍA [17.067]

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Lourdes Barría

Lourdes Barría. Seudónimo: Mónica Jensen (Puerto Montt, Chile 1944), profesora, Supervisor y Administrador Educacional. Ha escrito poesía y narrativa, obteniendo diversos premios y menciones literarias a lo largo de su vida en nuestro país, como también en Buenos Aires y Jaén, España". 

-La casa de las mareas y otros poemas. Puerto Montt, Chile: Gobierno Regional de Los Lagos; Ilustre Municipalidad de Puerto Varas, 2008.
-Zona de Mujeres, 2007


PRESIONE ESCAPE 

 Lucy in the sky with diamonds
 Los Beatles

En la trampa de las ortigas
En el cuadrilátero del fuego
Allí estábamos otra vez
Añorando esa sobredosis de océano
Que todavía no vuelve contigo de la muerte.
Y todas éramos una.
La que sabía hablar con los grillos
Y detener con ceniza un ejército de caracoles
Dijo: si hasta los grillos cantan
Por qué no cantamos en la oscuridad.
La que abría de noche las ventanas
Y abrazaba a los relámpagos
Dijo: hay tanta luz aquí
No querrán volver a caminar como los ciegos.
La experta en todo tipo de cuchillos
En arcabuces y flechas
Nos dio la espalda. Dijo:
Sé que aún en la niebla
Soy capaz de atravesar el blanco.
Cualquier blanco.
La que bailaba doce horas exclamó:
Pero si ahí está Lucy en el cielo con diamantes
Imaginen una barca en un río
Con árboles con mandarinas y cielos 
De mermelada.
Taxis de periódico aparecen en la orilla
Esperando llevarte.
Subes en el asiento posterior
Con la cabeza en las nubes
Y has desaparecido.
La que en el techo bloqueaba muda
Los goterones de la lluvia
Dijo: Sí, bailemos.
La que buscaba entre sus mapas
El río del olvido, murmuró:
Se encuentra el espíritu de Pavese entre nosotras,
Hay que dejarlo marchar.
No, respondió la que deseaba irse
En los caballos del silencio,
Su tatuaje arde en toda mi piel.
Sobre nuestro cuerpo desnudo
Estaba escrito:
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Comprendimos que tarde o temprano
Tú regresarías
Que ibas a buscar allí en el torniquete
O en el puente,
Donde todo el mundo sonríe cuando pasas
A Lucy:
En el cielo con diamantes.
Y fuimos aquella chica,
La de los ojos de calidoscopio.




SILENCIO 

Nuestro silencio 
es un viejo submarino. Periscopio de ojos ciegos. 
Escotillas cerradas. 
Un radar que no escucha 
cómo el otoño avanza, 
cómo voy corriendo 
de la nada a la brújula, 
cómo busco un torpedo 
que pueda astillar de golpe 
toda la noche detenida. 
Aquí 
yo no sé cuándo tú lloras. 
Qué timón debo tocar 
para encontrarte 
y subir contigo a la superficie.





Delantal 

Ella es la mujer que habita 
la cámara secreta de todas las fragancias 
y al solo contacto con el agua 
convierte en pez 
cada una de sus manos. 
La que hace girar en el centro del azúcar dorada 
sus brebajes de amor 
y su menta. 
La que obliga a la sal 
a navegar por ríos dulces, hace magia con un palo de vainilla, 
canta al orégano seco 
y a los limones amarillos. 
Ella es la mujer que acaricia las primeras arvejas 
y todo el pan lo reparte, 
lo multiplica en la mesa; 
la que ríe y llora al sur 
de las aceitunas o los erizos. 
Ella es la increíble mujer del delantal.




Túnica 

Hasta que llegues 
permaneceré en lugares que huelen 
a menta 
a peces 
a extravío 
a naranjas. 
Lugares de sol. O lugares de sombra. 
Bajo un techo dulce. O bajo un techo amargo. 
Seré siempre Lía Sara Raquel 
con mi túnica blanca esperando 
envolver tus ojos tristes y tu larga risa 
tus arcos de triunfo 
tus marejadas. 
Todo mi vientre hecho nieve 
para albergarte una y otra vez 
cuando regreses 
por la derecha por la izquierda. 
Tú : nacida de mi.




Lourdes Barría: El barrio de los cisnes

Lourdes Barría, ganadora del Primer Premio del Concurso Internaciona de Poesía Leopoldo Marechal, en Argentina.



"Ellos eran los cisnes de la ciudad,
los niños bautizados
con polvo de oro
de campanilla, 
los que no rompían el extraño pacto
de estar juntos
en la otra acera
desde su ronda de helado 
y mazapán. 
Ellos se movían como flores 
bajo una lámpara de Sevres, 
los envolvía un arco iris  
todo el tiempo.
Sus ángeles no se emparentaban 
con los míos. 
Yo era fea."



Desde la acera de enfrente, Lourdes Barría establece la brutalidad del sentimiento de exclusión, e inaugura desde esas imágenes de infancia, una forma de percibir el entorno que se transforma en una constante, y que define los rasgos fundamentales de su libro CONTRATO PERSONAL, publicado hace unos años en nuestra ciudad, y que ha cobrado interés a partir del reconocimiento que obtuviera este año la autora en Argentina, y de la distinción especial que recibiera por parte de la Municipalidad de Puerto Montt.

Con el antifaz de Mónica Jensen, saludando la memoria del danés Johannes Wilhelm Jensen — Premio Nobel de Literatura en 1944 — Lourdes Barría configura un tránsito existencial, en que la óptica femenina opera de modo determinante en la absorción e interpretación del barrio — calle — mundo en que se mueve. Un microcosmos agresivo en que es posible advertir la presencia de los cisnes, marcando una irremediable e insuperable diferencia. Parecieran confluir, entonces dos condiciones que tensionan el discurso: el ser mujer y — además — ser diferente. Centenares de estudios y discursos en torno a la condición femenina, podrían obviarse con sólo algunos de los poemas contenidos en "Contrato Personal".

Lourdes Barría, exhibe una escritura sencilla, en la que habita una energía sorprendente. Yace y subyace en ella, la violencia, el dolor, el abandono. Sin embargo, la autora controla el desgarramiento, frena la pasión, articula un mundo que pareciera querer estallar por los cuatro costados y que logra en la contención su mayor fuerza y expresividad. Hay también una reiterada confrontación con Dios. En la negación — no obstante — , campea una ambigüedad que desata lecturas diversas, incluso cercanía con territorios místicos de los que —en primera instancia — pareciera renegar.

La ansiedad del despegue, del vuelo, del viaje, se transforma en una obsesión, una especie de vía de escape, para dejar atrás a la niña que mira a "los cisnes" sintiéndose fea. "No es posible morir / en esta calle angosta/ la del primer día ", nos dice y crea, recrea, recorre puertos y aeropuertos en un ejercicio que tiene casi características de huida, de hambre por trastocar un orden — desorden que comienza con ella, y en ella: "Mi padre vino/ apuntó a mi muñeca por la espalda/y con ella me desintegré en el aire."

Un texto fundamental, que en gran medida constituye una respuesta, un viraje — o un salto — de la niña que mira los cisnes, en su autopercepción y en la percepción del entorno, es el poema que da título al libro: "Contrato Personal". En ese texto, las preguntas existenciales, se mezclan con las "confesiones" domésticas, articulando un discurso que — siendo coloquial — mantiene y acentúa el tono dramático de la mayor parte del libro: "Voy a iniciar ahora/ el aprendizaje de amarme/ y esto significa:/ no sentirme culpable/ porque odio viajar/ al fondo de la sal/ en la cocina."

Interesa consignar — aquí — brevemente un viejo problema de estética literaria. Antiguos maestros valorizaron y dejaron expresada su idea de una poesía sencilla en el decir. La validez de tal postura tiene su referente inmediato en Jorge Teillier, Efraín Barquero o Delia Domínguez; estos dos últimos, recientes candidatos al Premio Nacional de Literatura. Lograr la sencillez, alcanzar altura poética a través de la cotidianeidad de la palabra, es una tarea de largo aliento. El Neruda de las odas elementales, es la máxima expresión de ese esfuerzo.

El academicismo, la crítica supuestamente experta, no pocas veces se enreda los pies exaltando o dictando cátedra, respecto a la validez de una forma por sobre otra. Pero la poesía, la Literatura en general, habita un territorio libre, en el que puede discutirse todo, menos la validez de la forma que adopte la escritura.. NO es mejor poesía la más compleja en su apelación intelectual. No es mejor poesía la que usa desvíos, laberintos, oscuridades reales o artificiales. La poesía que apela directamente a los sentidos, la que no usa maquillaje de ninguna especie, la que se construye y llega con la misma eficacia al lector y al auditor, no necesita la bendición de los expertos, porque se sostiene firme en sus pies y porque se escucha de manera nítida, contra todo viento y contra toda marea.



Pertenezco a un club de mujeres
en el que nadie es paloma, avestruz,
santa u oveja negra.
Cada una es la que es
pese a quien pese
y ninguna reclama un lugar
en los concursos de belleza,
porque ninguna mide
noventa sesenta noventa.



Lourdes Barría se nos plantea de ese modo, con la sencillez que — hace unos meses — le valió el Primer Premio del Concurso Internacional de Poesía Leopoldo Marechal, en Argentina, por su "Tango de Vos y Yo". En ese trabajo, está la mirada del aprendizaje de amarse, y está la experiencia humana de la pérdida, del dolor y la persistencia del amor como sentimiento que trasciende a la muerte. Y si bien la autora se ubica geográficamente en el Barrio de la Boca, en Buenos Aires, la visualizamos siguiendo los compases de un tango que proviene del barrio de los cisnes.

por Jorge Loncón





LA CASA DE LAS MAREAS De Mónica Jensen
POR RUBEN TORRES INFANTE 

ANTONIETA RODRIGUEZ PARIS
Miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua
Puerto Montt, marzo del 2015

Este es el título del libro de poemas de Mónica Jensen, seudónimo de la poeta de Lourdes Barría. En una nota introductoria la autora explica que siendo, Puerto Montt su ciudad natal, pensó recrearla poéticamente. Y es eso lo que hace en el libro que comienza con una primera parte: “Lecciones de cosas” seguida de “La casa de las mareas”, siendo la parte central de la obra, para terminar con “Otros poemas” que ya habían aparecido en su libro “Contrato Personal”.

Se nota en el texto que hemos leído la voluntad de enraizar el canto en la experiencia personal y elevarlo desde ahí a la experiencia y voz estética de los poemas. Implicado con el entorno cotidiano e histórico del puerto, equidistante de la vida absurda y ciega de la ciudad actual, destaca las cosas bellas del pasado, sobre todo en la primera parte donde el tiempo se eleva sobre las fronteras de lo tangible para construir mundos y voces precisos.
Este es un poemario que confirma la sensibilidad poética y la comprensión humana del mundo propio de la autora. En “Lecciones de cosas” hay una reflexión emocional rememorativa tanto como propositiva. Hay fotografías que acompañan a los poemas, no los ilustran, como por ejemplo “Tranvía rumbo a Angelmó”, “Campanario Jesuita” que nos recuerda que marcó las horas del pasado. La presencia del mar y de los barcos está en los poemas “Carta al capitán del FOCA”, “Erlangen, el mercante alemán” detenido en la bahía entre 1939 y 1941 debido a la 2ª. Guerra Mundial. El tren es otra presencia importante en poemas como “El viaje de los niños” y es también un recuerdo cuando se vendía EL PENECA, la revista infantil que leían los niños de entonces como los poetas Jorge Teiller y Delia Domínguez. En el poema “Libros recomendados” (de comienzos de siglo) juega al quebrantahuesos como hacía Nicanor Parra. “Lecciones de cosas” es como una artesanía de la rememoración del pasado.

En la segunda parte está la casa y su entorno, y como dice G.Bachelard “la casa es nuestro rincón del mundo” así Mónica Jensen establece una geografía vital marinera, con barcos, faros, el barrio donde creció por donde pasaban los baguales, se veían los jotes sobre los techos de las casas, el viejo hospital Santa María, la calle Roseelot, el Liceo de Niñas, los zapatos que extraviaron su nombre, los telegramas de amor. Aquí el pasado pasa a ser testigo de su época juvenil, ve a los pintores soñando un cuadro desde la Casa de botes. Recoge los agradecimientos escritos al Anima Fortuoso y los convierte en un caligrama. Las fotografías juegan aquí en rol importante, igualmente acompañan a los versos. Siente el terremoto de 60. “Las calles se hicieron una culebra de madera rota”/ el espinazo de la ciudad se quedó sin médula”/ “La tierra era una campana”/” Bajo ella podía crepitar el vacío el infierno” El recuerdo existe en el interior de las personas, pero no siempre se expresa, la poeta lo hace a través de sus palabras. La casa de las mareas es el amor a la tierra que uno pisa, la que ve desde el mar, o de un avión, la que se veía desde un tren antes de llegar a la estación que ya no existe. Es el lugar donde nos gustaría quedar sentados en una rama de alerce. Para la poeta Puerto Montt es su casa y como dice G.Bachelard: “la casa alberga el ensueño, la casa protege al soñador, la casa nos permite soñar en paz.”

“Otros poemas” son los que forman parte del libro CONTRATO PERSONAL de 1994, se destacan los versos de “Club”, el poema que le da el nombre a ese libro, “Sueño”, “Quiero” “Relámpagos” “Carta a un Dios invisible”: con unos versos que posicionan a la poesía de Mónica Jensen en un lugar específico del mapa “Ayer creí encontrarte en un campo de aterrizaje vacío/ a un grado ocho minutos longitud oeste”, aunque ella sabe que la hora profunda del alma no está comprendida en los cuadrantes, y “La puerta” que cierra el libro y abre los relámpagos de noche, ventana abierta de par en par, para ser bella en el corazón de Manhattan o caminar sobre el frío de Rusia, porque no es posible morir en esa calle angosta del primer día.

Los versos de Octavio Paz “La ciudad que nos sueña a todos y que todos hacemos y deshacemos y rehacemos mientras soñamos…” que aparecen en la contraportada son los escogidos por la poeta para finalizar su bello libro dedicado a la ciudad de Puerto Montt.





XIMENA BURGOS [17.068]

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XIMENA BURGOS

Nacida en la ciudad de Osorno, Chile  año 1959. Ha vívido por 20 años en la ciudad de Puerto Montt donde participa en los Encuentro Literarios “Arcoiris de Poesía”, Editora de Ediciones Polígono junto a Jorge Loncón Vidal y Editorial Wuenu-Mapu. 

Libros:

- Los Caminantes del Silencio, sobre la vida espiritual de los Selk´nam.
[Investigación de los viajes de Gusinde]
- Voces de Mujer, poesía. Junto a las poetas Elsa Pérez y Marlene Bohle.
- Cielos Chamánicos, poesía étnica.
- Las Hijas de Adán, poesía de género. Editado en Argentina en sistema Braille, por el escritor ciego: Juan Villagrán.
- Las Hijas de Adán, poesía.

Premios:

El poema “Las Hijas de Adán” fue premiado con el Primer Lugar en el Octavo Concurso Internacional de Poesía y Cuento Breve de Villalonga, Buenos Aires, Argentina, en el año 2007.




SOY

Soy una consecuencia del sur helado
             de lluvias imprevistas,
         de tantos pájaros errantes
que bifurcan sus alas a los vientos.

             Mi designio
    es buscar la patria intima,
              mi nombre
           o mi destierro.
Habito sombras quejumbrosas
que cabalgan lunas rosadas,
vuelvo locas a las musas del paraíso,
       vuelvo loco al silencio
porque grito lenguas ajenas,
llantos de niños sorprendidos
        y verbos expectantes
que levantan polvo de estrellas.

        Soy consecuencia
           de otro milenio
que viene a quedarse entre nosotros
      como un espantapájaros
             sin destino.
Busco en tus manos una patria
          que nunca tuve...





LADY DI

La Marcha Nupcial se viene
Escaleras abajo, rodando.

Mientras Elton John canta “vela en el viento”
Encojo mi lucecita de ámbar, 
Sobre las primeras semillas
Que intento hacer parir en esta tierra.

Unas lágrimas caen 
En la orilla de mis labios a sabiendas de su sal.

Todas las flores del mundo llegaron
Abiertas de mudo temblor, de arábigos soles
De prendidas vírgenes, de viejos amuletos,
De llagas intensas, 
De girasoles,

Procesiones de velas iluminadas 
Levantan los velos de la muerte,
Pintando la mañana con nereidas agitadas
De espuma.

En mi leve espacio de sombras,
Gatillo las bombas nucleares desde mi centro
Hasta los espantapájaros del huerto,
Que dormían su sueño de árbol.

La tierra aprieta mis dedos
En sus humedales.

Lady Di ha muerto
[Conjuros de mariposas en el Taj Mahal].
Allí quedó sentada en las glorietas de agua,
Oro y mármol de carrara:

Silenciosa y aturdida.

Reclamó la muerte sus derechos de autor,
La fuente emanada de sus aguas, de los aromas
Y la gracia.

Lady Di ha muerto.
Todavía la veo sentada con un sombrero rosa,
Dormida;
Lo mismo que las semillas de malva.





ÚRSULA
[La última Yámana]

Querida Ursula, que Watainewa
Te devuelva el paraíso.

En el confín del mundo, la Ursula me recibe
Con sus ojos casi dormidos,
Tejen sus manos un canasto de lluvia doblado sobre su espalda,
En la isla Navarino.

El Beagle enfurecido de olas
Revienta en las playas inmensas de soles 
Que giran apenas al borde del silencio;
Un bote vigila, 
Un helecho tornasol.

Ursula canta canciones en lengua,
Ya no vive aquí Watainewa:
Lo pusieron en la cruz, 
Lo llevaron en penurias, 
Doblegado;

Cien años desde entonces, 
Los cipreses y los juncos quedaron ciegos,
Abatidos ante los rifles,
A cien años desde entonces: 
Rezan las canciones.

Las “apernij”, las estrellas se orientan hacía el olvido
Y “almuja” la luna cobra su brillo sobre “ija” el mar,
“seif” el cielo y “than” la tierra
Son abrazados por “uschrrá”, el viento.

Me quedan los días de Dios, antes del último destierro
Un testigo del milagro después del holocausto.
“Alaiela” Ursula,
Adiós Ursula.





FRIDA KAHLO

Esa presencia tuya antes que la sombra 
Cae en el espejo de agua.

Desde tu ausencia en los rigores del infierno,
Quedaron los habitantes del sosiego para cubrir las espinas
Clavadas en tu ombligo,
Con los lirios de Diciembre.

No sé cuanto tardaron los ríos en llegar a tu boca 
Para beberla cautiva.
Mas yo, que tiendo a mirar las estrellas,
Colgada de los asteroides;
Te absuelvo.

Prisionera de los pinceles con rosa y aguacate
Verdes dolorosos y violetas amargos,
Tus ojos de largas edades están abiertos de astro a cruz,
De lágrima a grillete,
De fuego a fango.

Yo he amado al carcelero rojo amatista del verbo,
Sin derramar la sangre oscura del destierro.
Mas si fuese como dices:
Locura de vientre,
Grito o espasmo,
Rezo o canto,
Tal vez;

Sí, 
Tal vez de tanto amar,
De tanto,
Tanto amar,
Colgaría el último cuadro del dolor frente a los soldados 
Para que fusilen mi corazón, antes del primer rayo, 
Antes de mañana,
Antes del duelo,
Antes de ti.

Prendo este escarabajo de fuego en la luna 
Para desmentir el olvido.









MARÍA BÁRBARA RONDÓN MENDOZA [17.069]

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María Bárbara Rondón Mendoza

Nace el 11 de junio de 1985 en la ciudad de Caracas, Venezuela. Es poeta, escritora, bloguera y producción audiovisual. Obtuvo medalla de plata en Equitación durante las Olimpíadas Especiales de 1995 en Estados Unidos. 

Estudió Performing Arts, en La Universidad del Condado de Brookdale. También se dedica a la orfebrería. Vive en Union Beach.

Ha publicado: "Soy Bárbara y soy especial", coautoría de María Bárbara Rondón y Marianela Balbi.

*

Yo no me creo especial por tener síndrome de Down

Yo no me creo especial por tener síndrome de Down.
Me siento especial por las muchas cosas que hago en mi vida.
Pero tener este síndrome te hace aún más especial
ante la gente y ante ti mismo.
A veces se siente miedo a lo largo de la vida, como al rechazo o a no ser aceptado.
Pero no le temo a la vida.
En el preescolar yo era distinta de los de más niños.
¡Cuántas cosas podía hacer yo que ellos no podían!
Cuando me miro en el espejo no veo que tenga síndrome de Down.
Según pasan los años se me hace más difícil ser comprendida al hablar.
No lo soporto.
Siempre me expreso mejor y expongo más mis sentimientos
cuando escribo en toda mi poesía.
He estado escribiendo toda la vida. Mi madrastra y yo tuvimos un buen plan:
llenar un blog con todos mis escritos.
Así que cada día tomo un poema del libro que estoy escribiendo,
que habla sobre mí, sobre mi familia y sobre la gente que amo.
Cuando escribo a la gente le es más fácil comprenderme.
Para mí, la vida significa existir, haces cosas, salvar el mundo, salvar a la gente.
Toda mi vida he querido ser consejera.
Ésa es mi verdadera pasión en la vida.
Creo que toda la gente… los chicos que tienen síndrome de Down,
¡hay tantas cosas que pueden hacer en sus vidas!



[del documental Down to be up, de Victoria Rondón y Steve Vega]


El amor de una hija

El amor de una hija
Es algo muy bueno
De tener y
es de un carácter sólido
cuando se mantiene
desde adentro
cuando surgen
a veces
injusticias
el amor de una hija
es algo importante
de tener dentro de ti
y es una parte
de ti y de tu vida
el amor de una hija
es el amor
que una madre tiene
por su hija
adentro
es algo noble y dulce de guardar.




A daughter’s love

A daughter’s love
Is a very good
Thing to have and
Is sort of hard at
Keep it and have
Inside when
It comes wrong
Sometimes a daughter’s
Love is an important
Thing to have inside
Of you and is a part
Of you from your
Life a daughter’s
Love is a love
That a mom has
For a daughter
Inside is a very
Good and sweet thing to have




LA VIDA

La vida
La vida es un pedazo del mundo.

Hay gente que se dice 
La vida no es justa…

¡Qué broma!

La vida a veces 
Es dura
Pero puede ser fácil.

Sólo trágate tu orgullo
Y no tengas miedo.

Sólo sigue tus pasos
En la vida…




LIFE

Life is a piece
Of the World.

Some people say to
Themselves that
Life is not fair…

Well tough!

Life sometimes
Is hard wich
Can be easy…

Just swalow your pride
And don’t feel 
Scared

Just follow your
Steps of life.




“Yo siempre he querido ayudar a la gente”

por María Bárbara Rondón

A continuación podrán leer las palabras que María Bárbara Rondón escribió para Avesid, con motivo del XVI Congreso Internacional de Síndrome de Down, donde leyó su discurso el día 10 de noviembre de 2012. Este texto forma parte del libro Soy Bárbara y soy especial, publicado por la editorial Planeta, donde se cuenta y se recuenta la visión del mundo de Bárbara, quien tiene síndrome de Down, junto a la periodista Marianela Balbi. Su vida, su familia y su cotidianidad nos permitirá, como afirma Balbi, "voltear la mirada hacia todo aquello que sencillamente... es diferente"

Déjenme empezar con esta cita de la película Down to be up. “No creo que sea especial por tener Síndrome de Down: me siento especial por tantas cosas que hago en mi vida… pero ser una persona con síndrome de down te hace aún más especial para ti mismo y para los demás”.

Ser un modelo a seguir, la hermana mayor de mis dos hermanas, es cuidarlas de todas las cosas, como una hermana mayor hace con las menores. Mi hermana pequeña siente el doble estas cosas que le estoy enseñando: ser fuerte y a mantenerse arriba cuando las cosas se ponen difíciles, sin rendirse jamás. Nunca me rendiré en mis roles, como el de ser un modelo a seguir para mis dos hermanas: la hermana mayor que las cuida y de quien pueden aprender todas las cosas que hago. Mis dos hermanas hacen lo mismo por mí, por lo cual me siento muy apreciada: ellas son tan talentosas, increíbles, hermosas. Mi hermana menor, quien siente las mismas cosas que yo siento por ella, siempre dice cuán orgullosa está de mí. En una carta ella dijo: “No sé si lo sabes, pero es el Día Internacional del Síndrome de Down y sólo quiero decir lo orgullosa que estoy de ti y cuán bendecida soy por tenerte en mi vida. Mejor aún: como hermana, como mi hermana mayor”. Lloré tanto por eso que me hizo amarla más sólo por haberlo dicho.

Ser un modelo a seguir es fácil. He sido un modelo para mis dos hermanas y me encanta. Un modelo a seguir es una persona que te enseña y sigue tus logros, lo que has hecho y lo que quieres lograr; alguien de quien aprendes y quien usa sus propias piezas para ayudarte. Un modelo a seguir es un líder orgulloso que hace cambios en la vida de alguien y que la impacta. Creo que es muy fácil. Eso es lo que puedes hacer en tu vida. “No hay, no se puede, ríndete…”. No lo hará: en su mente sólo hay cosas positivas que decir.

Fui a la universidad para mejorar porque siempre quise crecer trabajando duro; y aprender, eso es algo maravilloso. He aquí una cita de un ensayo que hice en clase para demostrar que siempre trabajo duro para mejorar: “Yo siempre demuestro cuán duro trabajo en mi vida. Es por eso que los recuerdos de mi pasado son tan importantes. Significa mucho para mí ser alguien que trabaja duro. Yo nunca renuncio, especialmente cuando tengo una meta en mi mente”. Esto es de un trabajo que hice cuando estaba escribiendo sobre mi participación en las Olimpíadas Especiales, en equitación, donde gané el segundo lugar.

Hablo tres idiomas. Mi primer idioma es el inglés: fue difícil de aprender, ya que el español fue el primer idioma que hablé. Y ahora sé y sigo aprendiendo italiano, que me encanta. Quise aprenderlo porque siempre he querido ir a Italia, y ahora quiero seguir aprendiéndolo. Ahora sé tres idiomas: inglés, español e italiano.

Tengo una perra, la más hermosa: mi bebé. Es una Boston Terrier que se llama Olivia. Conozco todas las responsabilidades de ser una madre, y me ocupo muy bien de ella. Siempre la llevo a pasear, que es una de mis responsabilidades. Otra que tengo, y que es la que más amo, es alimentarla. Siempre que ella tiene frío, la envuelvo en una manta o le pongo su suéter. Le doy mucha agua y cuando vamos de paseo recojo sus “asuntos”, y después verifico si tiene alguna garrapata, que es lo que mi mamá y yo más odiamos. Cuando ambas la sacamos ella siempre pelea con otros perros: los odia; nos jala y nos arrastra con ella… y se maltrata las patas hasta que sangra. La amo tanto, aunque sea difícil de controlar. Pero me encanta ser mamá: ella es mi hija, mi bebé. Ella fue un regalo de cumpleaños de parte de mi mamá.Todas las responsabilidades que tengo ahora con mi hija Olivia se las debo a mi madre, a lo que ella me ha dado. Ella siempre ha estado ahí, apoyándome, desde que tengo memoria: yo la amo. Es por eso que comparto con ella y paso el día de las madres junto a ella, porque además de que somos madre e hija, ambas somos madres: compartimos eso, que es lo que más amo.

Siempre he querido ayudar a la gente. Siempre he querido ser consejera, lo cual digo al final de la película. Ese siempre ha sido mi sueño. He tenido otros sueños antes, pero éste es el que más me apasiona, ya que adoro ayudar.

En la vida —en mi vida y también en tu vida— nunca permito que situaciones difíciles o dificultades se interpongan en mi camino, y yo nunca permitiría que te afectaran. Yo puedo ayudarte con lo que sientes dentro de ti; puedes contar conmigo y confiar en mí, porque he estado ahí y sé lo que se siente. En la vida,todos tenemos de eso, pero debemos seguir aguantando. Tengo una canción que viene a mi mente, de mi cantante favorito, que tiene que ver con esto, y también una cita de una carta de mi hermanita que dice: “Me has enseñado que nunca estás demasiado abajo para subir. Lo que quiero decir es que siempre hay una luz al final del túnel, siempre hay esperanza y siempre hay una solución”. Para terminar, hay una cita más que también quiero mencionar, que es mifavorita de mi hermana menor. Dice: “Tienes sueños pero peleas por ellos; tienes miedos pero te enfrentas a ellos; tienes peleas pero nunca son tan graves para que no las resuelvas”. Y lo que quiero decirles a todos con esta última cita es: ¿quién estará allí para ustedes? Yo. Yo estaré allí para todos ustedes.

Gracias.




Mi hija, Bárbara; por César Miguel Rondón 

[Un fragmento de ‘Soy Bárbara y soy especial’]


Fotografía de Marco Mancera

Cuando coloqué en el pecho de Adriana el cuerpecito de Bárbara recién nacida, de inmediato nos dimos un abrazo largo y muy intenso. Entendíamos ella y yo que con esa criaturita entre nosotros comenzaba una nueva vida para la que no estábamos preparados, una vida que jamás habíamos ni siquiera sospechado.

Con un miedo inmenso ante el descomunal reto que teníamos por delante, llegamos a una primera conclusión: los niños Down son, en primer lugar, «hijos Down». Es decir, los padres no tenemos otra alternativa que asumir el desafío que nos impone la vida: es nuestra hija y por ella todo, así no sepamos qué es lo que tenemos que hacer y, mucho menos, cómo hacerlo.

Después el hijo Down tiene que convertirse en un «hermano Down». En otras palabras, los hermanos tienen que asumirlo como uno más de la familia, con todas sus diferencias y limitaciones. Quererlo de manera entrañable y sin renuncias, sin que jamás ese amor verdadero y espontáneo resulte pesado, todo lo contrario.

Ya después, nos decíamos Adriana y yo, el hijo Down y el hermano Down, se convertiría también en el sobrino Down, en el primo Down y con suerte, pensábamos tragando grueso, hasta en el amigo Down.

Todo esto suponía que a la familia le tocaba ahora un camino escarpado, lleno de incertidumbre y dificultades. Y no nos equivocamos, no resultó fácil criar a una niña Down y mucho menos en la muy cerrada sociedad venezolana de hace veintinueve años.

Pero sí nos equivocamos en algo fundamental: si como dice el refrán popular «todo niño nace con un pan bajo el brazo», todo niño Down nace, además, con una bendición especial, inmensa y luminosa, que baña a todos los que lo rodean. Muy pronto comprendimos que la presencia de Bárbara había cambiado nuestras vidas, pero las había cambiado para mejor. Nuestra familia toda se hizo más cercana y solidaria, aprendimos a valorar lo que antes dábamos por gratuito e insignificante, y entendimos que la vida es una celebración cotidiana donde todos los esfuerzos siempre tienen una recompensa, por minúscula que esta sea. Por Bárbara aprendimos todos a no cansarnos ni rendirnos y, sobre todo, a agradecer.

Nuestra amada hija Down resultó una entrañable y necesaria hermana, una sobrina y prima adorable y una amiga maravillosa a la que todos buscan y quieren. ¡Cómo tiene amigos esta muchacha!

Este libro da el testimonio vívido y emocionado de Adriana, Floralicia y sus cuatro hermanos, César Ignacio, Victoria, Andrés Miguel y María Antonieta. Pero ha podido extenderse sin límites en los testimonios de todos los que la han conocido y han compartido con ella a lo largo de estos veintinueve años. Y es que nadie queda igual, indiferente, una vez que Barbarita ha entrado en su vida.

En aquellos días de junio de 1985, cuando la confusión, el miedo y la incertidumbre nos invadían en los pasillos del Centro Médico de Caracas, mi papá, que llegó tarde a conocer a su nieta pues era el Embajador de Venezuela en Panamá, me apartó a un rincón y me comentó, poniéndome solidariamente la mano en el hombro: «Tranquilo, hijo, ella siempre será feliz». Pensé que lo dijo como un mero consuelo, o que, intuyendo que en tanto Down sería una persona que viviría al margen de las grandes tragedias y dolores de la vida, estaría resguardada por siempre de los latigazos de la tristeza.

Como fuera, mi papá acertó, pero se quedó corto. Barbarita no solo es la persona más feliz que conozco, sino que contagia y transmite a raudales esa felicidad a todos los que la rodean. Gracias a Bárbara, nuestra cotidianidad está llena de carcajadas que estallan inesperadamente en medio de la frustración o el abatimiento. Su sentido del humor, ácido, agudo e inteligente, es un magnífico lubricante para el ánimo. Y de ella, también, el abrazo, la caricia y el silencio cuando son necesarios. Con Barbarita siempre viene una frase oportuna para quebrar el desaliento, la desesperanza. Lo digo y me lo digo constantemente: si las personas tuvieran apenas un cuarto de la autoestima de Bárbara, la vida fluiría plácida y liviana, sin dificultades.

Superado el susto de hace veintinueve años, todavía no sé cómo agradecer suficientemente su existencia.

Caracas, septiembre de 2014





“Yo siempre he querido ayudar a la gente”; por María Bárbara RondónEstos dos fragmentos que hemos publicado pertenecen al libro Soy Bárbara y soy especial, coautoría de María Bárbara Rondón y Marianela Balbi.

Ambos fueron cedidos gentilmente por sus autores y por Editorial Planeta para compartirlo con los lectores de Prodavinci.










NEELTJE MARIA MIN [17.070] Poeta de Holanda

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NEELTJE MARIA MIN

Neeltje Maria Min. Nederland. Bergen, 1944.  Poeta conocida por su trabajo dedicado a indagar en las relaciones entre padres e hijos. Su debut a los 21 años, fue un suceso comercial pero fue en 1985, que se afianzó como poeta. Algunos libros de poesía: Quiero tener un nombre para aquel que amo, 1966. Visitar a una mujer, 1985. Los poemas, 1989. De la infancia, 1995.




Reflexión Stefan Vanistendael, sobre el “nombrar”, dar nombre

Poesía neerlandesa de Neeltje Maria Min (una mujer de Paises Bajos), una poesía muy famosa con neerlandofonos, que me ha enseñado esta importancia de dar nombre.



Titulo : Para el que amo, quiero llamarme         

Mi madre ha olvidado ya mi nombre
Mi hijo no sabe aun como me llamo.
Como puedo saber que soy, de dónde,
Como puedo sentirme acogida ?

Nómbrame, afirma mi existencia, amado,
Haz que sea mi nombre una cadena,
Nómbrame, nómbrame, háblame sin tregua,
Ay, dame el nombre de mayor raigambre.

Para el que amo, quiero yo llamarme. 

(Una adaptacion de Stefan la version en « Plint. 300 combinaties van poëzie en beeldende kunst », Plint, Eindhovenr, 2004)






La niebla matinal tiene en su haber 
que hoy haya sido tan gris como ayer. 

Persigues moscas y mosquitos, 
armada con el espejo de los espantos: 
una rama de sauce llena de telarañas. 

Trato de escabullirme en tanto, 
sin pisar las hormigas que huyen en maraña 
y escucho el crujir de algo inesperado. 

Aquí acaba de crujir algo importante. 
¿Fue una bellota que cayó del tejado, 
o una mala noticia de algo ya olvidado? 

Un caracol pisoteado. Dios te tenga a su lado. 





mijn moeder is mijn naam vergeten, 
mijn kind weet nog niet hoe ik heet. 
Hoe moet ik mij geborgen weten? 

Noem mij, bevestig mijn bestaan, 
laat mijn naam zijn als een keten. 
Noem mij, noem mij, spreek mij aan, 
o, noem mij bij mijn diepste naam. 

Voor wie ik liefheb, wil ik heten.


...



For whom I love I want to have a name
My mother can’t recall my name;
my child does not yet know it.
how should I feel cherished?

Call me, acknowledge my existence,
let my name be like a chain.
name me, name me, talk to me,
oh, call me with my deepest name.

Traducción: Herman Van Oorschot







Manuscrito de la poeta













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WILLIAM SHAKESPEARE [17.071]

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William Shakespeare

(Stratford on Avon, Reino Unido, 1564 - id., 1616) Dramaturgo y poeta inglés. Solamente con sus versos hubiera ya pasado a la historia de la literatura; por su genio teatral, y especialmente por el impresionante retrato de la condición humana en sus grandes tragedias, Shakespeare es considerado el mejor dramaturgo de todos los tiempos.

Tercero de los ocho hijos de John Shakespeare, un acaudalado comerciante y político local, y Mary Arden, cuya familia había sufrido persecuciones religiosas derivadas de su confesión católica, poco o nada se sabe de la niñez y adolescencia de William Shakespeare. Parece probable que estudiara en la Grammar School de su localidad natal, si bien se desconoce cuántos años y en qué circunstancias. Según un coetáneo suyo, William Shakespeare aprendió «poco latín y menos griego», y en todo caso parece también probable que abandonara la escuela a temprana edad debido a las dificultades por las que atravesaba su padre, ya fueran éstas económicas o derivadas de su carrera política.

Sea como fuere, siempre se ha considerado a Shakespeare como una persona culta, pero no en exceso, y ello ha posibilitado el nacimiento de teorías según las cuales habría sido tan sólo el hombre de paja de alguien deseoso de permanecer en el anonimato literario. A ello ha contribuido también el hecho de que no se disponga en absoluto de escritos o cartas personales del autor, quien parece que sólo escribió, aparte de su producción poética, obras para la escena.

La andadura de Shakespeare como dramaturgo empezó tras su traslado a Londres, donde rápidamente adquirió fama y popularidad en su trabajo para la compañía Chaberlain's Men, más tarde conocida como King's Men, propietaria de dos teatros, The Globe y Blackfriars. También representó, con éxito, en la corte. Sus inicios fueron, sin embargo, humildes, y según las fuentes trabajó en los más variados oficios, si bien parece razonable suponer que estuvo desde el principio relacionado con el teatro, puesto que antes de consagrarse como autor se le conocía ya como actor.

Su estancia en la capital británica se fecha, aproximadamente, entre 1590 y 1613, año este último en que dejó de escribir y se retiró a su localidad natal, donde adquirió una casa conocida como New Place, mientras invertía en bienes inmuebles de Londres la fortuna que había conseguido amasar.

La obra de Shakespeare

La publicación, en 1593, de su poema Venus y Adonis, muy bien acogido en los ambientes literarios londinenses, fue uno de sus primeros éxitos. De su producción poética posterior cabe destacar La violación de Lucrecia (1594) y los Sonetos (1609), de temática amorosa y que por sí solos lo situarían entre los grandes de la poesía anglosajona.

Con todo, fue su actividad como dramaturgo lo que dio fama a Shakespeare en la época. Su obra, en total catorce comedias, diez tragedias y diez dramas históricos, es un exquisito compendio de los sentimientos, el dolor y las ambiciones del alma humana. Tras unas primeras tentativas, en las que se transparenta la influencia de Marlowe, antes de 1600 aparecieron la mayoría de sus «comedias alegres» y algunos de sus dramas basados en la historia de Inglaterra. Destaca sobre todo la fantasía y el sentido poético de las comedias de este período, como en Sueño de una noche de verano; el prodigioso dominio del autor en la versificación le permitía distinguir a los personajes por el modo de hablar, amén de dotar a su lenguaje de una naturalidad casi coloquial.

A partir de 1600, Shakespeare publica las grandes tragedias y las llamadas «comedias oscuras». Los grandes temas son tratados en las obras de este período con los acentos más ambiciosos, y sin embargo lo trágico surge siempre del detalle realista o del penetrante tratamiento psicológico del personaje, que induce al espectador a identificarse con él: así, Hamlet refleja la incapacidad de actuar ante el dilema moral entre venganza y perdón; Otelo, la crueldad gratuita de los celos; y Macbeth, la cruel tentación del poder.

En sus últimas obras, a partir de 1608, cambia de registro y entra en el género de la tragicomedia, a menudo con un final feliz en el que se entrevé la posibilidad de la reconciliación, como sucede en Pericles. Shakespeare publicó en vida tan sólo dieciséis de las obras que se le atribuyen; por ello, algunas de ellas posiblemente se hubieran perdido de no publicarse (pocos años después de la muerte del poeta) el Folio, volumen recopilatorio que serviría de base para todas las ediciones posteriores.


El teatro de Shakespeare

El First folio



Portada del First Folio, 1623. El grabado de Shakespeare fue realizado por Martin Droeshout.

Ante la falta de manuscritos hológrafos y de fechas precisas de composición, se hace muy difícil el establecer una cronología bibliográfica shakespeariana. El First Folio, que reagrupa la mayor parte de su producción literaria, fue publicado por dos actores de su compañía, John Heminges y Henry Condell, en 1623, ocho años después de la muerte del autor. Este libro dividía su producción dramática en Historias, Comedias y Tragedias, y de él se hicieron 750 copias, de las que han llegado a nuestros días la tercera parte, en su mayoría incompletas. Gracias a esta obra se conservó la mitad de la obra dramática del autor, que no había sido impresa, pues Shakespeare no se preocupó en pasar a la historia como autor dramático.

El First Folio recoge exclusivamente obras dramáticas (no se encuentra en la edición ninguno de sus poemas líricos), en número de 36: 11 tragedias, 15 comedias y 10 obras históricas. No incluye algunas obras tradicionalmente atribuidas a Shakespeare, como las comedias Pericles y Los dos nobles parientes, ni la obra histórica Eduardo III. Mientras que en el caso de Pericles, parece bastante segura la participación de Shakespeare, no ocurre lo mismo con las otras dos obras, por lo que el número de títulos incluidos en el canon shakesperiano oscila, según las versiones, entre las 37 y las 39.

Tragedias

Al igual que muchas tragedias occidentales, la de Shakespeare suele describir a un protagonista que cae desde el páramo de la gracia y termina muriendo, junto a una ajustada proporción del resto del cuerpo protagónico. Se ha sugerido que el giro que el dramaturgo hace del género, es el polo opuesto al de la comedia; ejemplifica el sentido de que los seres humanos son inevitablemente desdichados a causa de sus propios errores o, incluso, el ejercicio irónicamente trágico de sus virtudes, o a través de la naturaleza del destino, o de la condición del hombre para sufrir, caer, y morir..." En otras palabras, es una representación con un final necesariamente infeliz.

Shakespeare compuso tragedias desde el mismo inicio de su trayectoria: una de las más tempranas fue la tragedia romana de Tito Andrónico, siguiendo unos años después Romeo y Julieta. Sin embargo, las más aclamadas fueron escritas en un período de siete años entre 1601 y 1608: Hamlet, Otelo, El Rey Lear, Macbeth (las cuatro principales), y Antonio y Cleopatra, junto a las menos conocidas Timón de Atenas y Troilo y Crésida.

Muchos han destacado en estas obras al concepto aristotélico de la tragedia: que el protagonista debe ser un personaje admirable pero imperfecto, con un público capacitado para comprender y simpatizar con él. Ciertamente, cada uno de los personajes trágicos de Shakespeare es capaz de ejercer el bien y el mal. La representación siempre insiste en el concepto del libre albedrío; el (anti) héroe puede degradarse o retroceder y redimirse por sus actos. El autor, en cambio, los termina conduciendo a su inevitable perdición.

A continuación se listan las tragedias completas de Shakespeare, ordenadas según la fecha aproximada de su composición:

Tito Andrónico (1594)
Romeo y Julieta (1595)
Julio César (1599)
Hamlet (1601)
Troilo y Crésida (1602)
Otelo (1603-1604)
El rey Lear (1605-1606)
Macbeth (1606)
Antonio y Cleopatra (1606)
Coriolano (1608)
Timón de Atenas (1608)

Comedias

Entre las características esenciales de la comedia shakespeariana encontramos la vis cómica, la dialéctica de un lenguaje lleno de juegos de palabras, el contraste entre caracteres opuestos por clase social, sexo, género o poder (un ejemplo representativo sería La fierecilla domada, también traducida a veces como La doma de la bravía); las alusiones y connotaciones eróticas, los disfraces y la tendencia a la dispersión caótica y la confusión hasta que el argumento de la historia desemboca en la recuperación de lo perdido y la correspondiente restauración en el marco de lo natural. El panorama de la comedia supone además la exploración de una sociedad donde todos sus integrantes son estudiados por igual de forma muy distinta a como es vista la sociedad en sus obras históricas, montadas sobre la persecución maquiavélica del poder («una escalera de arena», a causa de su vaciedad de contenido) y el trastorno del orden cósmico divino que el rey representa en la tierra. Como galería de tipos sociales la comedia es, pues, un espacio más amplio en Shakespeare que el trágico y el histórico y refleja mejor la sociedad de su tiempo, si bien también resalta en este campo el talento del autor para crear personajes especialmente individualizados, como el bufón y arquetipo de lo sanchopancesco llamado Falstaff.

Si bien el tono de la trama es con frecuencia burlesco, otras veces se encuentra latente un inquietante elemento trágico, como en El mercader de Venecia. Cuando trata temas que pueden desencadenar un trágico desenlace, Shakespeare trata de enseñar, a su modo habitual, sin tomar partido, proponer remedios ni moralizar o predicar en absoluto, los riesgos del vicio, la maldad y la irracionalidad del ser humano, sin necesidad de caer en la destrucción que aparece en sus tragedias y deja a la Naturaleza el orden restaurador y reparador.

Los finales de las comedias son, por lo general, festivos y placenteros. Debe tenerse en cuenta que el lenguaje vulgar y de doble sentido, así como la magnitud de diversos puntos de vista, los cambios de suerte y el trastorno de las identidades, aportan un ingrediente infaltable que suele estar acompañado de sorprendentes coincidencias. La parodia del sexo, el papel del disfraz y el poder mágico de la naturaleza para reparar los daños y heridas ocasionados por una sociedad corrupta y sedienta de codicia son elementos trascendentes en la comedia shakespeariana.

El hombre cambia totalmente su forma de pensar y de actuar al refugiarse en lo salvaje y huir de la civilización, prestándose al juego de oposiciones. Cabe destacar, por último, que la esfera social que Shakespeare utiliza en sus obras es quizás algo más reducida que la que encontramos en la mayor parte de las comedias.

Tal como se ha dicho antes, el bufón —que era un personaje muy popular en la corte de la época— es el elemento inquebrantable sobre el cual el dramaturgo se siente más libre de expresar lo que piensa, teniendo en cuenta que las opiniones de una persona con estas características nunca eran consideradas como válidas —excusa perfecta para explayarse.

Se estima que la fecha de composición de las comedias de Shakespeare ha de girar en torno a los años 1590 y 1612, como punto de partida y culminación de su labor como escritor. La primera y menos elaborada fue Los dos hidalgos de Verona, seguida de El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces, Como gustéis,Cuento de invierno, La tempestad, y otras tantas que se enumeran a continuación:

Las obras de William Shakespeare, por John Gilbert (1849).
La comedia de las equivocaciones (1591)
Los dos hidalgos de Verona (1591-1592)
Trabajos de amor perdidos (también traducida como Penas de amor perdidas) (1592)
El sueño de una noche de verano (1595-1596)
El mercader de Venecia (1596-1597)
Mucho ruido y pocas nueces (también traducida como Mucho ruido para nada) (1598)
Como gustéis (también traducida como A vuestro gusto) (1599-1600)
Las alegres comadres de Windsor (también traducida como Las alegres casadas de Windsor) (1601)
A buen fin no hay mal principio (también traducida como Bien está todo lo que bien acaba) (1602-1603)
Medida por medida (1604)
Pericles (1607)
Cimbelino (1610)
Cuento de invierno (1610-1611)
La tempestad (1612)
La fierecilla domada (fecha desconocida)
Noche de reyes (fecha desconocida)

Es importante dejar en claro que La tempestad, Cuento de invierno, Cimbelino y Pericles son consideradas por muchos fantasías poéticas (en inglés se emplea el término romance), dado que poseen características que las diferencian del resto de las comedias.

Obras históricas

En el First Folio se clasifican como «obras históricas» (en inglés, histories) exclusivamente las relacionadas con la historia, relativamente reciente, de Inglaterra. Otras obras de tema histórico, como las ambientadas en la antigua Roma, o incluso Macbeth, protagonizada por un auténtico rey de Escocia, no se clasifican en este apartado. Son once en total (o diez, si se excluye Eduardo III, modernamente considerada apócrifa). La fuente utilizada por el dramaturgo para la composición de estas obras es bien conocida: se trata de las Crónicas de Raphael Holinshed.

A continuación se ofrece una lista de estas obras ordenadas según la fecha aproximada de su composición

Eduardo III (The Reign of King Edward III; compuesta entre 1590 y 1594; publicada (anónimamente) en 1596).
Enrique VI
Primera parte (The First Part of King Henry the Sixth; compuesta hacia 1594. Su primera edición conocida es la del First Folio.)
Segunda parte (The Second Part of King Henry the Sixth; compuesta hacia 1594. Su primera edición conocida es la del First Folio.)
Tercera parte (The Third Part of King Henry the Sixth; compuesta hacia 1594. Su primera edición conocida es la del First Folio.)
Ricardo III (The Tragedy of King Richard the Third; compuesta hacia 1594; publicada en 1597).
Ricardo II (The Tragedy of King Richard the Second; compuesta hacia 1595; publicada en 1597).
Enrique IV
Primera parte (Henry IV, Part 1; compuesta hacia 1596; publicada en 1597 ó 1598)
Segunda parte (Henry IV, Part 2; compuesta hacia 1597; publicada en 1600)
Enrique V (Henry V; compuesta hacia 1597-1599; la primera edición conocida es la del First Folio).
El rey Juan (The Life and Death of King John; compuesta probablemente hacia 1597, ya que hay datos de su representación en 1598. Su primera edición conocida es la del First Folio).
Enrique VIII (The Famous History of the Life of King Henry the Eighth; compuesta en 1613; la primera edición conocida es la del First Folio).
Existen serias dudas sobre la autoría de la primera de la lista, Eduardo III. De la última, Enrique VIII, se cree que fue escrita en colaboración con John Fletcher, quien sustituyó a Shakespeare como principal dramaturgo de la compañía King's Men.

Dentro del conjunto de sus obras históricas, se suelen agrupar la decena que escribió sobre los reyes ingleses, conocido como el «Ciclo de Historia», que Shakespeare dedicó a siete reyes ingleses.28 Este ciclo excluye las obras sobre el rey Lear (un rey legendario) y Macbeth (basado en la vida del rey escocés, Macbeth de Escocia) y una obra sobre Edward III (aunque hay cada vez más indicios de que fuera escrito por Shakespeare, al menos en parte, no se ha podido establecer su autoría). Este Ciclo exluye, por no seguir la secuencia histórica, a El rey Juan y a Enrique VIII.

Ocho de estas obras están agrupadas en dos tetralogías cuyo orden de escritura no coincide con el orden cronológico de los acontecimientos históricos reflejados. La primera de estas tetralogías está formada por las tres dedicadas al reinado de Enrique VI (1422-1461), junto con la consagrada al ambicioso y terrible Ricardo III (que reinó en el período 1483-1485). Todas ellas fueron compuestas con toda probabilidad entre 1590 y 1594.

La segunda tetralogía, formada por Ricardo II, las dos partes de Enrique IV y Enrique V, retrocede en el tiempo. Se centra en los reinados de Ricardo II (1377-1399), Enrique IV (1399-1413) y Enrique V (1413-1422). Todas estas obras fueron compuestas en el período 1594-1597.

Habida cuenta de que gran parte del público era analfabeto, estas obras representaban una buena forma de comunicar la historia y fomentar, consecuentemente, el patriotismo y el amor por la cultura inglesa, así como de inculcar un sentimiento de rechazo hacia las guerras civiles. Además de brindar entretenimiento, las obras históricas reafirmaban y justificaban el poder de la monarquía ante quienes pudieran poner en cuestión su legitimidad. En el teatro de Shakespeare, el rey, como en la obra dramática de Lope de Vega, es el representante del orden cósmico en la tierra. Esto es lo que más tarde analizarían académicos de la talla de Greenblatt, centrándose en el discurso imperante y en la capacidad del teatro isabelino para asentar la autoridad real, mantener el orden y desalentar la subversión.

Dada la dependencia de las compañías teatrales con respecto de sus patrocinadores aristocráticos (y, en el caso de The King's Men, de la autoridad real), es lógico que se escribieran y representaran obras protagonizadas por personajes histórico pertenecientes a la nobleza y relevantes en la historia de Inglaterra. Es el caso de Enrique V, vencedor en la batalla de Agincourt de las tropas de Francia, la sempiterna rival de Inglaterra. Retomando hechos históricos destacados, obviando derrotas y exagerando el heroísmo de la victoria —que se atribuía al monarca reinante—, estas obras lograban que se acrecentase la devoción popular hacia la corona.

En los comienzos de la dramaturgia shakesperiana, la finalidad era legitimar la autoridad de la dinastía Tudor, entronizada en 1485, precisamente tras el derrocamiento de Ricardo III, uno de los personajes más abominables del teatro shakesperiano. La subida al trono de los Tudor había despertado ciertos recelos, tanto debido a su origen galés como a lo problemático de sus derechos al trono (aparentemente, Enrique VII, primer monarca de la dinastía, fundamentaba sus derechos en ser descendiente de la princesa francesa Catalina, viuda de Enrique V, que se volvió a casar unos años más tarde con Owen Tudor, un noble galés poco influyente en el ámbito de la monarquía nacional.)

No obstante, existen críticos que opinan que las obras históricas de Shakespeare contienen críticas veladas hacia la monarquía, disimuladas para evitar posibles problemas con la justicia.

Comedias tardías novelescas o de fantasía

Las narraciones caballerescas escritas en prosa o verso eran un género de fantasía heroica muy común en Europa desde la Edad Media hasta el Renacimiento; los libros de caballerías en inglés, francés, español, italiano y alemán podían contener además mitos artúricos y leyendas celtas y anglosajonas; también intervenían en ellos la magia y la fantasía, y era además perceptible la nostalgia por la pérdida mitología precristiana de hadas y otras supersticiones. Esta narrativa legendaria, cuya última expresión y obra maestra fue acaso La muerte de Arturo de sir Thomas Malory, se había convertido ya en algo alternativo y popular, identificado con las lenguas vernáculas frente a una narrativa más moralizante de carácter cristiano, vinculada al ámbito eclesiástico, para un público más selecto y en latín. Para definir este tipo de contenidos populares se escogió la denominación de lo romantic o novelesco.

En Gran Bretaña, a fines del siglo XVI y comienzos del XVII, el romance se erigió como un género fantástico en el que, además de seguirse unas convenciones características (caballero con poderes especiales, magia, brujería, alteración de la realidad, cortejo de la figura femenina, hazañas y arriesgadas aventuras), se añadía el hecho de la conquista de América: un crisol de razas y culturas bárbaras que servía de inspiración para muchos viajeros y dramaturgos. En William Shakespeare, la obra que reúne todas las susodichas convenciones y las plasma en una producción teatral tan interesante como irreal es La tempestad, considerada el testamento dramático de Shakespeare porque fue probablemente su última obra.

Se representó por primera vez en 1611 y tuvo una segunda puesta en escena hacia febrero de 1613 con motivo de la boda de Isabel Estuardo, hija del rey Jacobo I, con el príncipe Frederick de Heidelberg. En la pieza pueden hallarse no pocos paralelismos con las figuras más destacadas del período jacobino: la máscara nupcial que Próspero crea para el disfrute de Miranda y Ferdinando se corresponde con las figuras divinas de Ceres y Juno, auspiciando un dichoso porvenir si la feliz pareja prometía guardar castidad hasta después del matrimonio. Esto podría haberle sentado muy bien al monarca, tan conocido por el rigor de su moral tradicional como por su morboso interés por la magia y la brujería, que también tienen lugar importante en la obra. En efecto, estas prácticas motivaron en la época la quema de mujeres entre los siglos XVI y XVIII y Jacobo I sentenciaba sin vacilar a muerte a todas aquellas personas que estuvieran bajo mera sospecha de llevar a cabo este tipo de ceremonias. La temática de La tempestad no podría menos, pues, que manifestarse en un monarca —Próspero— interesado en acabar con el maleficio de una vieja bruja, que acechaba con irrumpir en el orden social de la isla. El mundo mágico propio de esta época reaparece sin embargo en otras comedias novelescas y fantásticas de la última época de Shakespeare, como son:

Cimbelino
Cuento de invierno
La tempestad

Se considera que La tempestad es el testamento dramático de Shakespeare. Al parecer inspirada en una de las Noches de invierno de Antonio de Eslava, el príncipe Próspero náufrago en una isla, semihumano y semidivino por sus poderes mágicos, rompe al final su varita al reflexionar sobre su limitado poder, y resulta casi imposible no poner sus palabras en boca del mismo Shakespeare:

Nuestras diversiones han dado fin. Estos actores, como había prevenido, eran todos espíritus y se han disipado en el aire, en el interior del aire impalpable; y, a semejanza del edificio sin cimientos de esta visión, las altas torres cuyas crestas tocan las nubes, los suntuosos palacios, los solemnes templos, hasta el inmenso Globo, sí, y cuanto en él posa, se disolverán y, lo mismo que la diversión insustancial que termina por desaparecer, no quedará rastro de ello. Estamos tejidos con idéntica tela que los sueños, y nuestra corta vida se cierra con un sueño.

Obras perdidas y apócrifas

Algunas de las obras que Shakespeare escribió con John Fletcher se han perdido, por ejemplo Cardenio, inspirada en un episodio del Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes, o Los dos nobles caballeros (1613), que fue registrada en el Quarto hacia 1637; como esta última obra no se incluyó en el First Folio, muchos lectores cuestionan la autoría del dramaturgo en la misma. Por otro lado, y en vista de las vicisitudes que presentan muchas de las producciones shakespearianas, hay quienes sostienen que la mitad de ellas se ajustarían más bien al perfil y al estilo de Fletcher.
Juicios críticos

Shakespeare posee, al igual que todos los grandes poetas, un gran poder de síntesis; escribía con todo el idioma y contaba con un léxico matizado y extensísimo. Cuidó la estilización retórica de su verso blanco, con frecuencia algo inserto en la tradición conceptista barroca del Eufuismo, por lo que en la actualidad es bastante difícil de entender y descifrar incluso para los mismos ingleses; rehuyó sin embargo conscientemente las simetrías retóricas, las oposiciones demasiado evidentes de términos; el idioma era entonces una lengua proteica y los significados de las palabras no estaban todavía fijados con claridad por repertorios léxicos. Si su trabajadísimo lenguaje es y solía ser (y lo era incluso cuando Voltaire atacó en sus Cartas inglesas las hinchazones anticlásicas de su estilo) un impedimento para apreciar la obra del autor, también es cierto que es el asiento sobre el que reposa su fama y prestigio como pulidor e inventor de neologismos comparables a los de otros dramaturgos y poetas de su época de renombrada trayectoria, como los españoles Miguel de Cervantes, Lope de Vega y Luis de Góngora.

En líneas generales, la crítica ha destacado sobre todo dos aspectos de la obra dramática de William Shakespeare.

En primer lugar, la indiferencia y distanciamiento casi inhumanos del autor respecto a la realidad de sus personajes. No moraliza, no predica, no propone fe, creencia, ética ni solución alguna: plantea, y lo hace mejor que nadie, algunas de las angustias fundamentales de la condición humana (ser o no ser, la ingratitud, sea filial (El rey Lear) o no, la ambición vacía), pero nunca les da respuesta: no sabemos qué pensaba Shakespeare, al que el espectáculo del mundo le trae al fresco, si bien su visión de fondo es pesimista y sombría ante la posición miserable y mínima que ocupa un hombre hecho de la misma materia que los sueños en una realidad misteriosa, profunda e inabarcable. Mientras que el teatro barroco español privilegia lo divino sobre lo humano, Shakespeare reparte por igual su temor ante lo celeste y ante lo terrenal:

Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que todas las que pueda soñar [en otras ediciones, "imaginar"] tu filosofía

Shakespeare; en Hamlet, 1.° acto, escena V
Alguna vez la crítica ha señalado en su obra el hilo constante de lo misantrópico y, por otra parte, sólo un cósmico distanciamiento ante todo lo divino y lo humano es capaz de acuñar frases como esta:

La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia, que nada significa.
Shakespeare; en Macbeth, 5.º acto, escena V

O bien:

Naturaleza erguida dirá: "Ese fue un hombre... ¿Cuándo viene otro?".

En segundo lugar, la crítica ha destacado el extraordinario poder de síntesis del "Cisne de Avon" como lírico; su fantasía es capaz de ver un universo en una cáscara de nuez; como creador de personajes, cada uno de ellos representa en sí mismo una cosmovisión, por lo cual se le ha llamado Poet's poet (poeta de poetas). Son auténticas creaciones Ricardo III, Hamlet, Otelo, Bruto, Macbeth, Lady Macbeth, Falstaff... Sin embargo, y por eso mismo, se le han hecho también algunos reproches: los personajes de sus obras parecen autistas, no saben escucharse y permanecen cerrados en su mundo a toda comprensión profunda del otro. ¿Qué simpatía existe entre Hamlet y su pobre y torturada novia Ofelia? ¿Se han "escuchado" alguna vez Marco Antonio y Cleopatra? El crítico Harold Bloom ha señalado esto como una de las diferencias más notables y sensibles entre Shakespeare y Cervantes, que en ese sentido es absolutamente opuesto y hace ver la conexión humana que llega a establecerse entre los hombres; el filosófico y trágico distanciamiento de Shakespeare impide ese humano acercamiento.

El estudio de Shakespeare ha sido abordado desde muy diferentes perspectivas. En un primer momento, el historicismo analizó su obra desde un punto de vista histórico y externo, focalizando su atención en lo extraliterario. Como reacción, el neocriticismo se decantó más por el análisis de la obra en sí misma, prescindiendo de todo elemento extraliterario. El principal exponente de esta escuela crítica fue Stephen Greenblatt.

En años recientes, han cobrado cierto auge en medios académicos los estudios de Shakespeare desde una perspectiva feminista, duramente criticados por autores como Bloom.

La poesía de Shakespeare



Edición de 1609 de los Sonetos de Shakespeare.

Fuera de ser un dramaturgo de incuestionable importancia, Shakespeare fue también poeta y sonetista, y se cree generalmente que él mismo se valoraba más como lírico que como autor dramático y solamente como tal esperaba perdurar a su tiempo. Aunque escribió sobre todo poemas extensos narrativos y mitológicos, se le recuerda especialmente como un excepcional autor de sonetos puramente líricos.

La primera mención de estos últimos se halla en el Palladis Tamia (Wit's Treasury) (Londres, 1598) del bachiller en Artes por Cambridge Francis Meres, quien alaba a Shakespeare por sus "sonetos de azúcar"; esta mención demuestra que circulaban copias manuscritas de los mismos entre sus amigos íntimos por esas fechas:

Como el alma de Euforbio se consideraba viviendo en Pitágoras, así el alma ingeniosa y dulce de Ovidio vive en la lengua meliflua y suave de Shakespeare. Testigos, su Venus y Adonis, su Lucrecia, sus Sonetos de azúcar, conocidos de sus amigos íntimos. Y así como se estima a Plauto y Séneca cual los mejores para la comedia y la tragedia entre los latinos, así Shakespeare entre los ingleses es el más excelene en ambos géneros escénicos. Para la comedia son testigos Los dos hidalgos de Verona, sus Equivocaciones, sus Trabajos de amor perdidos, sus Trabajos de amor ganados, su Sueño de una noche de verano y su Mercader de Venecia. Para la tragedia, sus Ricardo II, Ricardo III, Enrique IV, El rey Juan, Tito Andrónico y Romeo y Julieta. Y como Epio Stolo decía que las Musas hablarían en la lengua de Plauto si quisieran hablar latín, así digo yo que las musas hablarían en la bellísima frase de Shakespeare si hubiesen de hablar inglés.

Poco después, en 1599, algunos de sus sonetos, el 138 y el 144, salieron de molde en una colección de poesías líricas intitulada El peregrino apasionado, miscelánea falsamente atribuida en su integridad al Cisne del Avon. Solamente en 1609 apareció una misteriosa edición completa, seguramente sin el permiso de su autor, por parte de un tal T. T. (Thomas Thorpe, un editor amigo de escritores y escritor él mismo). La dedicatoria es a un tal señor W. H.

No hay forma de establecer con justeza la identidad oculta tras esas iniciales y se han barajado distintas teorías sobre el personaje que se esconde tras ellas; lo más probable es que fuese cualquiera de los habituales mecenas del poeta y la gran mayoría de los críticos se inclina por Henry Wriothesley (1573), Conde de Southampton, ya que Shakespeare ya le había expresado públicamente su aprecio con dedicatorias de otros poemas: Venus y Adonis y La violación de Lucrecia. Otro posible candidato es William Herbert, Conde de Pembroke e hijo de Mary Herbert, hermana de sir Philip Sidney, el famoso poeta que compuso La Arcadia; en favor de este último cuenta también que le poseía una intensa devoción por el teatro y fue patrón de The King’s Men, la compañía teatral de Shakespeare. Ambos eran nobles apuestos y dedicados al mecenato del arte y las letras, y bastante más jóvenes que el poeta, requisitos que debe cumplir cualquier verdadero destinatario de los poemas.

El orden establecido por la edición de Thorpe ha consagrado una peculiar estructura muy diferente a la habitual del italianizante cancionero petrarquista; en efecto, no hay composiciones en otros metros que rompan la monotonía, la métrica es muy diferente a la del soneto clásico (se trata de dos serventesios, un cuarteto y un pareado, el llamado soneto shakespeariano) y está consagrada en su mayor parte a la amistad (o amor) de un hombre, al que interpela frecuentemente para que cree su propia imagen y semejanza:

Crea un otro tú, por afecto a mí, para que la belleza sobreviva por ti o por los tuyos

(X)
Se instala, pues, en una tradición completamente renovada y original, y el propio poeta era irónicamente consciente de ello:

¿Por qué mis versos se hallan tan desprovistos de formas nuevas, tan rebeldes a toda variación o vivo cambio? ¿Por qué con la época no me siento inclinado a métodos recientemente descubiertos y a extraños atavíos? ¿Por qué escribo siempre de una sola cosa, en todo instante igual, y envuelvo mis invenciones en una vestidura conocida, bien que cada palabra casi pregona mi nombre, revela su nacimiento e indica su procedencia? ¡Oh, sabedlo, dulce amor, es que escribo siempre de vuestra persona y que vos y el amor sois mi eterno tema; así, todo mi talento consiste en revestir lo nuevo con palabras viejas y volver a emplear lo que ya he empleado. Pues lo mismo que el sol es todas los días nuevo y viejo, así mi amor repite siempre lo que ya estaba dicho.

(LXXVI)
Puede dividirse en dos series sucesivas de sonetos: una de 126, que celebra a un amigo rubio y bien parecido de alta alcurnia, mecenas del poeta, al que propone que deje la soledad, el narcisismo y los placeres y engendre herederos, y los 28 últimos, que conciernen a una mujer morena, que se hallaba casada, como se infiere de una alusión del soneto 152, y seguramente era un amujer instruida, ya que sabía tocar la espineta o clavecín. Dos de los sonetos se consideran aparte, pues son versiones de un mismo epigrama de la Antología griega.

Por otra parte, aparece también y ocasionalmente, en el trío formado por Shakespeare, el enigmático destinatario y la dama morena, un poeta rival, hecho que complica todavía más la historia de un amor que en la lengua de la época podía entenderse también como amistad o como ese tipo especial de dilección que se establece entre un poeta y su mecenas. Los expertos (William Minto, seguido después por Edward Dowden, Tylor y Frederick Furnivall) sostienen en su mayoría que este poeta era el helenista George Chapman, ya que se le identifica como autor de alejandrinos, versos entonces bastante raros en la métrica inglesa y que sólo utilizaba por entonces tal autor.

Los temas de los Sonetos son el amor y el tiempo, de alguna forma contrapuestos; en este último tema se profundiza en lo que se refiere a la fugacidad, llegándose a veces a lo metafísico. Cada soneto contiene también un movimiento dramático; se aprecia además en su lectura, sobre todo, el valor moral y espiritual del mensaje y la filosofía que nos deja: aprovechar el escaso tiempo que la vida nos depara para entregarse de fondo a ella.

La cronología de los sonetos es difícil de establecer, pero se conjetura que fueron compuestos entre 1592 y 1597.

Poesía:

Venus y Adonis
La violación de Lucrecia
Sonetos


¿A un día de verano compararte?...

¿A un día de verano compararte? 
Más hermosura y suavidad posees. 
Tiembla el brote de mayo bajo el viento
y el estío no dura casi nada.

A veces demasiado brilla el ojo 
solar  y otras su tez de oro se apaga;
toda belleza alguna vez declina,
ajada por la suerte o por el tiempo.

Pero eterno será el verano tuyo.
No perderás la gracia, ni la Muerte 
se jactará de ensombrecer tus pasos
cuando crezcas en versos inmortales.

Vivirás mientras alguien vea y sienta 
y esto pueda vivir y te dé vida.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Amor verdadero

No, no aparta a dos almas amadoras
adverso caso ni crüel porfía:
nunca mengua el amor ni se desvía,
y es uno y sin mudanza a todas horas.

Es fanal que borrascas bramadoras
con inmóviles rayos desafía;
estrella fija que los barcos guía;
mides su altura, mas su esencia ignoras.

Amor no sigue la fugaz corriente
de la edad, que deshace los colores
de los floridos labios y mejillas.
Eres eterno, Amor: si esto desmiente

mi vida, no he sentido tus ardores,
ni supe comprender tus maravillas.

Versión de Miguel Antonio Caro







Como actor vacilante en el proscenio...

Como actor vacilante en el proscenio
que temeroso su papel confunde,
o como el poseído por la ira
que desfallece por su propio exceso,

así yo, desconfiando de mí mismo,
callo en la ceremonia enamorada,
y se diría que mi amor decae
cuando lo agobia la amorosa fuerza.

Deja que la elocuencia de mis libros,
sin voz, transmita el habla de mi pecho
que pide amor y busca recompensa,
más que otra lengua de expresivo alcance.

Del mudo amor aprende a leer lo escrito,
que oír con ojos es amante astucia.

Versión de Manuel Mujica Láinez







¿Cómo puede buscar temas mi Musa...

¿Cómo puede buscar temas mi Musa
mientras tú alientas, que a mi verso infundes
tu dulce inspiración, harto preciosa
para exponerla en un papel grosero?

Agradécete a ti, si algo de mi obra
digno de leerse encuentra tu mirada:
¿quién tan mudo será que no te escriba
cuando tu luz aclara lo que inventa?

Sé la décima Musa y sé diez veces
mejor que las antiguas invocadas,
y otorga a quien te invoque eternos versos
que sobrevivan a lejanos siglos.

Si al futuro censor mi Musa encanta,
mía será la pena y tuyo el lauro.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Como un padre decrépito disfruta...

Como un padre decrépito disfruta
al ver de su hijo las empresas jóvenes,
así yo, mutilado por la suerte,
en tu lealtad y mérito me afirmo.

Pues sea la hermosura o el linaje,
el poder o el ingenio, uno o todos,
quien te corone con mejores títulos,
yo incorporo mi amor a esa riqueza.

Ni pobre ni ofendido soy, ni inválido,
que basta la substancia de tu sombra
para colmarme a mí con su opulencia,
y de una parte de tu gloria vivo.

Busca, pues, lo mejor: te lo deseo;
seré feliz diez veces, si lo hallas.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos...

Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos
y ahonden surcos en tu prado hermoso,
tu juventud, altiva vestidura,
será un andrajo que no mira nadie.

Y si por tu belleza preguntaran,
tesoro de tu tiempo apasionado,
decir que yace en tus sumidos ojos
dará motivo a escarnios o falsías.

¡Cuánto más te alabaran en su empleo
si respondieras : - « Este grácil hijo
mi deuda salda y mi vejez excusa »,
pues su beldad sería tu legado!

Pudieras, renaciendo en la vejez,
ver cálida tu sangre que se enfría.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Cuando en las crónicas de tiempos idos...

Cuando en las crónicas de tiempos idos
veo que a los hermosos se describe
y a la Belleza embellecer la rima
que elogia a damas y señores muertos,

observo que al pintar de sus dechados
la mano, el labio, el pie, la frente, el ojo,
trataba de expresar la pluma arcaica
una belleza como la que tienes.

Así, sus alabanzas son presagios
de nuestro tiempo, que te prefiguran,
y pues no hacían más que adivinarte,
no podían cantarte cual mereces.

En cuanto a aquellos que te contemplamos
con absorta mirada, estamos mudos.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Cuando en sesiones dulces y calladas...

Cuando en sesiones dulces y calladas 
hago comparecer a los recuerdos,
suspiro por lo mucho que he deseado
y lloro el bello tiempo que he perdido,

la aridez de los ojos se me inunda 
por los que envuelve la infinita noche
y renuevo el plañir de amores muertos
y gimo por imágenes borradas.

Así, afligido por remotas penas,
puedo de mis dolores ya sufridos
la cuenta rehacer, uno por uno, 
y volver a pagar lo ya pagado. 

Pero si entonces pienso en ti, mis pérdidas
se compensan, y cede mi amargura.

Versión de Alejandro Araoz Fraser







Cuando haya muerto, llórame tan sólo...

Cuando haya muerto, llórame tan sólo
mientras escuches la campana triste,
anunciadora al mundo de mi fuga
del mundo vil hacia el gusano infame.

Y no evoques, si lees esta rima,
la mano que la escribe, pues te quiero
tanto que hasta tu olvido prefiriera
a saber que te amarga mi memoria.

Pero si acaso miras estos versos
cuando del barro nada me separe,
ni siquiera mi pobre nombre digas
y que tu amor conmigo se marchite,

para que el sabio en tu llorar no indague
y se burle de ti por el ausente.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Cuando hombres y Fortuna me abandonan...

Cuando hombres y Fortuna me abandonan,
lloro en la soledad de mi destierro,
y al cielo sordo con mis quejas canso
y maldigo al mirar mi desventura,

soñando ser más rico de esperanza,
bello como éste, como aquél rodeado,
deseando el arte de uno, el poder de otro,
insatisfecho con lo que me queda;

a pesar de que casi me desprecio,
pienso en ti y soy feliz y mi alma entonces,
como al amanecer la alondra, se alza
de la tierra sombría y canta al cielo:

pues recordar tu amor es tal fortuna
que no cambio mi estado con los reyes.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Cuando, infeliz, postrado por el hombre y la suerte...

Cuando, infeliz, postrado por el hombre y la suerte,
en mi triste destierro lloro a solas conmigo,
y agito al sordo cielo mi grito vano y fuerte,
y, volviendo a mirarme, mi destino maldigo,

y sueño ser como otro más rico en esperanza,
tener su mismo aspecto, gozar sus compañías,
y envidio el arte de éste, del otro la pujanza,
hastiado aún de aquello que me daba alegrías;

si en estos pensamientos mi desprecio me espanta,
pienso en ti felizmente, y entonces mi consuelo
como una alondra a orillas del día se levanta
del mundo oscuro, y canta a las puertas del cielo.

Tal riqueza me ofreces, dulce amor recordado,
que desdeño cambiar con los reyes mi estado.

Versión de William Ospina






Cuando pienso que todo lo que crece...

Cuando pienso que todo lo que crece 
su perfección conserva un mero instante; 
que las funciones de este gran proscenio 
se dan bajo la influencia de los astros; 

y que el hombre florece como planta 
a quien el mismo cielo alienta y rinde, 
primero ufano y abatido luego, 
hasta que su esplendor nadie recuerda: 

la idea de una estada tan fugaz 
a mis ojos te muestra más vibrante, 
mientras que Tiempo y Decadencia traman 
mudar tu joven día en noche sórdida. 

Y, por tu amor guerreando con el Tiempo, 
si él te roba, te injerto nueva vida.

Versión de Manuel Mujica Láinez






De los hermosos el retoño ansiamos...

De los hermosos el retoño ansiamos
para que su rosal no muera nunca,
pues cuando el tiempo su esplendor marchite
guardará su memoria su heredero.

Pero tú, que tus propios ojos amas,
para nutrir la luz, tu esencia quemas
y hambre produces en donde hay hartura,
demasiado cruel y hostil contigo.

Tú que eres hoy del mundo fresco adorno,
pregón de la radiante primavera,
sepultas tu poder en el capullo,
dulce egoísta que malgasta ahorrando.

Del mundo ten piedad: que tú y la tumba,
ávidos, lo que es suyo no devoren.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Déjame confesar que somos dos...

Déjame confesar que somos dos
aunque es indivisible el amor nuestro,
así las manchas que conmigo quedan
he de llevar yo solo sin tu ayuda.

No hay más que un sentimiento en nuestro amor
si bien un hado adverso nos separa,
que si el objeto del amor no altera,
dulces horas le roba a su delicia.

No podré desde hoy reconocerte
para que así mis faltas no te humillen,
ni podrá tu bondad honrarme en público
sin despojar la honra de tu nombre.

Mas no lo hagas, pues te quiero tanto
que si es mío tu amor, mía es tu fama.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Derroche del espíritu en vergüenza...

Derroche del espíritu en vergüenza
la lujuria es en acto, y hasta el acto
perjura, sanguinaria, traidora,
salvaje, extrema, cruel y ruda:

despreciada no bien se la disfruta,
sin mesura anhelada, y ya alcanzada,
odiada sin mesura, cual un cebo
que desquicia al incauto que lo traga.

Desquicio los suspiros, los abrazos,
los gemidos del antes y el durante,
júbilo al gozar, después penuria,
promesa de alegría, luego un sueño.

Lo saben todos, pero nadie sabe
cerrar el cielo que lleva hasta ese infierno.

Versión de Carlos Gardini







Derrochador de encanto, ¿por qué gastas...

Derrochador de encanto, ¿por qué gastas
en ti mismo tu herencia de hermosura?
Naturaleza presta y no regala,
y, generosa, presta al generoso.

Luego, bello egoísta, ¿por qué abusas
de lo que se te dio para que dieras?
Avaro sin provecho, ¿por qué empleas
suma tan grande, si vivir no logras?

Al comerciar así sólo contigo,
defraudas de ti mismo a lo más dulce.
Cuando te llamen a partir, ¿qué saldo
podrás dejar que sea tolerable?

Tu belleza sin uso irá a la tumba;
usada, hubiera sido tu albacea.

Versión de Manuel Mujica Láinez







El pecado de amarme se apodera...

El pecado de amarme se apodera
de mis ojos, de mi alma y de mí todo;
y para este pecado no hay remedio
pues en mi corazón echó raíces.

Pienso que es el más bello mi semblante,
mi forma, entre las puras, la ideal;
y mi valor tan alto conceptúo
que para mí domina a todo mérito.

Pero cuando el espejo me presenta,
tal cual soy, agrietado por los años,
en sentido contrario mi amor leo
que amarse siendo así sería inicuo.

Es a ti, otro yo mismo, a quien elogio,
pintando mi vejez con tu hermosura.

Versión de Manuel Mujica Láinez






El soliloquio de Hamlet

¡Ser, o no ser, es la cuestión!  -¿Qué debe
más dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía
el porfiador rigor, o rebelarse
contra un mar  de desdichas, y afrontándolo
desaparecer con ellas?

Morir, dormir, no despertar más nunca,
poder decir todo acabó; en un sueño
sepultar para siempre los dolores
del corazón, los mil y mil quebrantos
que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir así!

¡Morir... quedar dormidos...
Dormir... tal vez soñar!   -¡Ay! allí hay algo
que detiene al mejor. Cuando del mundo
no percibamos ni un rumor, ¡qué sueños
vendrán en ese sueño de la muerte!
Eso es, eso es lo que hace el infortunio
planta de larga vida. ¿Quién querría
sufrir del tiempo el implacable azote,
del fuerte la injusticia, del soberbio
el áspero desdén, las amarguras
del amor despreciado, las demoras
de la ley, del empleado la insolencia,
la hostilidad que los mezquinos juran
al mérito pacífico, pudiendo
de tanto mal librarse él mismo, alzando
una punta de acero? ¿quién querría
seguir cargando en la cansada vida
su fardo abrumador?...

Pero hay espanto
¡allá del otro lado de la tumba!
La muerte, aquel país que todavía
está por descubrirse,
país de cuya lóbrega frontera
ningún viajero regresó, perturba
la voluntad, y a todos nos decide
a soportar los males que sabemos
más bien que ir a buscar lo que ignoramos.
Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos
haces unos cobardes, y la ardiente
resolución original decae
al pálido mirar del pensamiento.
Así también enérgicas empresas,
de trascendencia inmensa, a esa mirada
torcieron rumbo, y sin acción murieron.

Versión de Rafael Pombo







Extenuado, hacia el lecho me apresuro...

Extenuado, hacia el lecho me apresuro
a calmar mis fatigas de viajero,
pero empieza en mi ánimo otro viaje,
cuando acaban del cuerpo las faenas.

Porque mis pensamientos, alejándose
en tu busca, celosos peregrinos,
de mis párpados abren el agobio
a la tiniebla que los ciegos miran.

Sólo que mi visión imaginaria
trae tu sombra hasta mis ojos ciegos,
como un joyel que cuelga de la noche
y el rostro oscuro le rejuvenece.

Así, por ti y por mí, nunca reposan
de día el cuerpo y a la noche el alma.

Versión de Manuel Mujica Láinez







He visto a la mañana en plena gloria...

He visto a la mañana en plena gloria
los picos halagar con su mirada,
besar con su oro las praderas verdes
y dorar con su alquimia arroyos pálidos;

y luego permitir el paso oscuro
de fieros nubarrones por su rostro,
y ocultarlo a la tierra abandonada
huyendo hacia occidente sin ventura.

Así brilló mi sol, un día, al alba,
sobre mi frente, con triunfal belleza;
una hora no más lo he poseído
y hoy me lo esconden las aéreas nubes.

No desdeñes mi amor: si el sol del cielo
se eclipsa, han de velarse los del mundo.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Las horas que gentiles compusieron...

Las horas que gentiles compusieron 
tal visión para encanto de los ojos, 
sus tiranos serán cuando destruyan 
una belleza de suprema gracia: 

porque el tiempo incansable, en torvo invierno, 
muda al verano que en su seno arruina; 
la savia hiela y el follaje esparce 
y a la hermosura agosta entre la nieve. 

Si no quedara la estival esencia, 
en muros de cristal cautivo líquido, 
la belleza y su fruto morirían 

sin dejar ni el recuerdo de su forma. 
Mas la flor destilada, hasta en invierno, 
su ornato pierde y en perfume vive.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Los corazones que supuse muertos...

Los corazones que supuse muertos
pues me faltaban, a tu pecho ocupan;
en él reinan amor y sus virtudes
y los amigos que creí enterrados.

¡Cuánta lágrima pía de mis ojos
robó el amor leal por esos muertos
que no son más que seres que han cambiado
de lugar y que yacen en ti ocultos!

Tú eres la tumba donde vive amor;
de mis amores los trofeos te ornan;
cada uno te dio mi parte suya
y ahora es tuyo el bien que fue de muchos.

Veo en ti las imágenes que amé:
soy tuyo entero pues las tienes todas.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Mas cuán pesante se me hace este viaje...

Mas cuán pesante se me hace este viaje
Al ver que su final, que tanto ansío,
Me hará exclamar cuando pare y descanse:
¡Ya tan atrás has dejado a tu amigo!

La bestia que me lleva, ya sin fuerzas
Por mi penar, también con éste carga
Jadeando, como si algo le dijera
Que prisa su jinete no demanda.

La espuela en sangre su paso no apremia
Sino que ira en la piel le clava a veces,
Responde el animal con una queja
Que de cuanto le hiera más me hiere.

Pues esa misma queja me recuerda
Que alante el dolor, mi dicha atrás queda.

Versión de Ariel Laurencio Tacoronte







Mejor ser vil que tal considerado...

Mejor ser vil que tal considerado
Cuando, sin serlo, esta culpa te achacan,
Y un lícito placer pierdes, que tanto
Los demás condenan, pero no tu alma.

Pues ¿por qué los ojos espurios de otros
Han de juzgar a mi impetuosa sangre;
O espiar mis flaquezas quien es más flojo
Y estima malo lo que yo, agradable?

No, yo soy el que soy; y los que apuntan
A mis desmanes, los propios exponen;
Habrá en sus ojos una torcedura,
Que sus juicios no ensucien mis acciones.

A no ser que esta máxima sostengan:
Todo hombre es malo y en su maldad reina.

Versión de Ariel Laurencio Tacoronte







Mella, Tiempo voraz, del león las garras...

Mella, Tiempo voraz, del león las garras,
deja a la tierra devorar sus brotes,
arranca al tigre su colmillo agudo,
quema al añoso fénix en su sangre.

Mientras huyes con pies alados, Tiempo,
da vida a la estación, triste o alegre,
y haz lo que quieras, marchitando al mundo
Pero un crimen odioso te prohíbo:

no cinceles la frente de mi amor,
ni la dibujes con tu pluma antigua;
permite que tu senda siga, intacto,
ideal sempiterno de hermosura.

O afréntalo si quieres, Tiempo viejo:
mi amor será en mis versos siempre joven.

Versión de Manuel Mujica Láinez








Mi amor es una fiebre que incesante...

Mi amor es una fiebre que incesante
ansía lo que su virus alimenta,
porque en mi mal mi gusto se apacienta
y es por sí enfermo el apetito amante.

Ya, viendo mi doctor (la vigilante
razón) que no haga del caso ni cuenta,
me abandonó, y el ánima sedienta
corre a su abismo, aunque lo ve adelante.

Salvación para mí, ni la hay ni la quiero:
todo yo soy locura, inquietud, ira;
loco en cuanto imagino y vocifero,
y víctima infeliz de una mentira

te juré honrada y franca; y mi amor tierno
¿qué halló en ti? Noche oscura, negro infierno.

Versión de Rafael Pombo







Mira a tu espejo, y a tu rostro dile...

Mira a tu espejo, y a tu rostro dile: 
ya es tiempo de formar otro como éste. 
Si no renuevas hoy su lozanía, 
al mundo engañas y a una madre robas. 

¿Quién es la bella del intacto seno 
que tu cultivo marital desdeñe? 
y ¿quién tan loco para ser la tumba 
de un amor egoísta sin futuro? 

Tu madre encuentra en ti, que eres su espejo, 
la gracia de su abril, su primavera; 
así, de tu vejez por las ventanas, 
aunque mustio, verás tu tiempo de oro. 

Mas si pasar prefieres sin memoria, 
muere solo y tu imagen morirá.

Versión de Manuel Mujica Láinez







No creeré en mi vejez, ante el espejo...

No creeré en mi vejez, ante el espejo,
mientras la juventud tu edad comparta;
sólo cuando los surcos te señalen
pensaré que la muerte se aproxima.

Si toda la hermosura que te cubre
es el ropaje de mi corazón,
que vive en ti, como en mí vive el tuyo,
¿cómo puedo ser yo mayor que tú?

Por eso, amor, contigo sé prudente,
como soy yo por ti, no por mí mismo;
tu corazón tendré con el cuidado
de la nodriza que al pequeño ampara.

No te ufanes del tuyo, si me hieres,
pues me lo diste para no volverlo.

Versión de Manuel Mujica Láinez







No dejes, pues, sin destilar tu savia...

No dejes, pues, sin destilar tu savia, 
que la mano invernal tu estío borre: 
aroma un frasco y antes que se esfume 
enriquece un lugar con tu belleza. 

No ha de ser una usura prohibida 
la que alegra a quien paga de buen grado; 
y tú debes dar vida a otro tú mismo, 
feliz diez veces, si son diez por uno. 

Más que ahora feliz fueras diez veces, 
si diez veces, diez hijos te copiaran: 
¿qué podría la muerte, si al partir 

en tu posteridad siguieras vivo? 
No te obstines, que es mucha tu hermosura.

Versión de Manuel Mujica Láinez







No me sucede lo que a aquel poeta...

No me sucede lo que a aquel poeta
que versifica a una beldad pintada,
y al cielo mismo empleá como adorno,
midiendo cuánto es bello con su bella;

y en henchidas imágenes la acopla
al sol, la luna y a las gemas ricas
y a las flores de abril y a las rarezas
que el aire envuelve en este globo vasto.

Sincero amante, la verdad escribo.
Mi amor es tan gentil, podéis creerme,
como cualquier hijo de madre, y brilla
menos que las candelas celestiales.

Dejad que digan más los habladores;
yo no quiero ensalzar lo que no vendo.

Versión de Manuel Mujica Láinez







No, no aparta a dos almas amadoras...

No, no aparta a dos almas amadoras
adverso caso ni crüel porfía:
nunca mengua el amor ni se desvía,
y es uno y sin mudanza a todas horas.

Es fanal que borrascas bramadoras
con inmóviles rayos desafía;
estrella fija que los barcos guía;
mides su altura, mas su esencia ignoras.

Amor no sigue la fugaz corriente
de la edad, que deshace los colores
de los floridos labios y mejillas.

Eres eterno, Amor: si esto desmiente
mi vida, no he sentido tus ardores,
ni supe comprender tus maravillas.

Versión de Miguel Antonio Caro







No te acongojes más por lo que has hecho...

No te acongojes más por lo que has hecho;
fango y espina tienen fuente y rosa;
a la luna y al sol vela el eclipse;
vive el gusano en el capullo suave.

Todos cometen faltas, yo también
pues disculpo con símiles la tuya,
y por justificarte me corrompo
y excuso tus pecados con exceso.

A tu yerro sensual le doy mi ayuda;
de opositor me vuelvo tu abogado
y comienzo a pleitear contra mí mismo.
Tanto el amor y el odio en mí combaten

que no puedo dejar de ser el cómplice
del ladrón tierno que cruel me roba.

Versión de Manuel Mujica Láinez







O viviré para escribir tu losa...

O viviré para escribir tu losa,
o vives y en la tierra me he podrido.
Qué importa que yo caiga en el olvido
si en mi canto inmortal tu honor reposa.

No morirá por mí tu fama hermosa
aunque yo al mundo moriré ya ido:
tú serás recordado y bendecido,
yo volveré a ser polvo entre la fosa.

Cuando sean los que hoy viven sombra vana
mis estrofas serán tu monumento
que mirará generación lejana.

Remota edad repetirá mi acento;
vivirás por mi pluma soberana
doquier se exhale un amoroso aliento.

Versión de Alejandro Araoz Fraser







Pobre alma, centro de culpable limo...

Pobre alma, centro de culpable limo
a la que burla, indócil, quien la ciñe,
¿por qué adentro sufrir afán y hambre
si pintas lo exterior de alegre lujo?

Si el contrato es tan breve, ¿por qué gastas
ornando tu morada pasajera?
¿Tendrá por fin tu cuerpo sustentar
al gusano que herede tu derroche?

Vive, alma, a expensas de tu servidor;
que aumenten sus fatigas tu tesoro;
y cambia horas de espuma por divinas.
Sé rica adentro, en vez de serlo afuera.

Devora tú a la Muerte y no la nutras,
pues si ella muere, no podrás morir.

Versión de Manuel Mujica Láinez







¿Por qué me prometiste un día hermoso...

¿Por qué me prometiste un día hermoso
y a viajar sin mi capa me obligaste,
si me dejaste sorprender por nubes
que en su bruma ocultaron tu destello?

No me basta que surjas de la niebla
y que la lluvia enjugues en mi rostro,
pues no ha de ponderar ninguno el bálsamo
que cicatriza pero no remedia.

Ni tu vergüenza a mi dolor aplaca,
ni tu remordimiento a lo perdido:
del ofensor la pena poco alivia
a quien la cruz soporta del agravio.

Pero tus lágrimas de amor son perlas
y su riqueza todo el mal rescata.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Pintado por Natura el rostro tienes...

Pintado por Natura el rostro tienes
de mujer, dueño y dueña de mi amor;
y de mujer el corazón sensible
mas no mudable como el femenino;

tus ojos brillan más, son más leales
y doran los objetos que contemplas;
de hombre es tu hechura, y tu dominio roba
miradas de hombres y almas de mujeres.

Primero te creó mujer Natura
y, desvariando mientras te esculpía,
de ti me separó, decepcionándome,
al agregarte lo que no me sirve.

Si es tu fin el placer de las mujeres,
mío sea tu amor, suyo tu goce.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Pintores son mis ojos: te fijaron...

Pintores son mis ojos: te fijaron
sobre la tabla de mi corazón,
y mi cuerpo es el marco que sostiene
la perspectiva de la obra insigne.

A través del pintor hay que mirar
para encontrar tu imagen verdadera,
colgada en el taller que hay en mi pecho
al que brindan ventanas tus dos ojos.

Y observa de los ojos el servicio:
los míos diseñaron tu figura,
los tuyos son ventanas de mi pecho
por las que atisba el sol, feliz de verte.

Mas algo falta al arte de los ojos:
dibujan lo que ven y al alma ignoran.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Que los favorecidos por los astros...

Que los favorecidos por los astros
de honores y de títulos se ufanen;
yo, que la suerte priva de esos triunfos,
hallo mi dicha en lo que más venero.

Los favoritos de los grandes príncipes
abren al sol sus hojas cual caléndulas,
y su orgullo sepultan en sí mismos
pues los abate un ceño que se frunce.

El célebre guerrero laborioso,
derrocado una vez tras mil victorias,
es del libro de honores suprimido
y de su gesta lo demás se olvida.

Feliz de mí, que amando soy amado,
y ni cambiar ni ser cambiado puedo.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Que no le ponga inconvenientes yo...

Que no le ponga inconvenientes yo
A la alianza de espíritus constantes.
Amor que cede ante otro no es amor,
Ni el que cambie cuando cambios halle;

Oh, no, es un faro eternalmente fijo
Entre tormentas, y jamás da en tierra;
Es el astro de nómadas navíos,
Invalorado, bien que a lo alto ascienda.

Tiempo en Amor no se inmiscuye, aunque
Bajo el zas de su hoz caen labios rosas;
Con Tiempo va hasta donde el sino alcance
Amor, que no muda en fugaces horas.

Si es esto error, y en mí se demostrase,
Jamás he yo escrito, ni amado nadie.

Versión de Ariel Laurencio Tacoronte







Quién creerá en el futuro a mis poemas...

¿Quién creerá en el futuro a mis poemas 
si los colman tus méritos altísimos? 
Tu vida, empero, esconden en su tumba 
y apenas la mitad de tus bondades. 

Si pudiera exaltar tus bellos ojos 
y en frescos versos detallar sus gracias, 
diría el porvenir: «Miente el poeta, 
rasgos divinos son, no terrenales». 

Desdeñarían mis papeles mustios, 
como ancianos locuaces, embusteros; 
«métrico exceso» de un «antiguo» canto. 
Mas si entonces viviera un hijo tuyo, 

mi rima y él dos vidas te darían. 
para darla a la muerte y los gusanos.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Señor del amor mío, cuyo mérito...

Señor del amor mío, cuyo mérito
obliga mi homenaje de vasallo,
te envío esta embajada manuscrita,
mi devoción probando y no mi ingenio.

Grande es mi devoción: mi pobre espíritu
la muestra sin ropaje de vocablos
y espera, aunque desnuda, que en tu alma
le dé tu comprensión sutil albergue;

hasta que el astro que mi andanza guía
me señale con brillo favorable,
y al ornar mis andrajos amorosos
haga que yo merezca que me mires.

Así podré exhibir mi amor ufano,
pero hasta entonces rehuiré la prueba.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Si a mis días colmados sobrevives...

Si a mis días colmados sobrevives,
y cuando esté en el polvo de la Muerte
una vez más relees por ventura
los inhábiles versos de tu amigo,

con lo mejor de tu época compáralos,
y aunque todas las plumas los excedan,
guárdalos por mi amor, no por mis rimas,
superadas por hombres más felices.

Que tu amor reflexione: «Si su Musa
crecido hubiera en esta edad creciente,
frutos más caros a su edad le diera,
dignos de incorporarse a tal cortejo:

pero ha muerto; en poetas más notables
estilo buscaré y en él amor».

Versión de Manuel Mujica Láinez







Si la hosca carne fuera pensamiento...

Si la hosca carne fuera pensamiento
La vil distancia no me detendría,
Pues a do te hallas desde lo más lejos
Yo, pese al espacio, arribaría.

Y qué importará así que yo pisara
La más remota tierra que no vieras,
Pues la ágil idea el mar, países salva
Tan pronto rumia el sitio que desea.

Mas ¡ay!, me mata el pensar que no soy
Pensamiento que venza millas, leguas;
Que por ser de tanta agua y tierra yo
Debo ocupar el ocio con mis quejas.

Sin nada lograr de agentes tan lentos
Más que lágrimas, signos del mal nuestro.

Versión de Ariel Laurencio Tacoronte







Si la muerte domina al poderío...

Si la muerte domina al poderío
de bronce, roca, tierra y mar sin límites,
¿cómo le haría frente la hermosura
cuando es más débil que una flor su fuerza?

Con su hálito de miel, ¿podrá el verano
resistir el asedio de los días,
cuando peñascos y aceradas puertas
no son invulnerables para el Tiempo?

¡Atroz meditación! ¿Dónde ocultarte,
joyel que para su arca el Tiempo quiere?
¿Qué mano detendrá sus pies sutiles?
Y ¿quién prohibirá que te despojen?

Ninguno a menos que un prodigio guarde
el brillo de mi amor en negra tinta.

Versión de Manuel Mujica Láinez







¿Te he de comparar con un sol de estío?...

¿Te he de comparar con un sol de estío?
Descubro en ti más gracia y más encanto.
Furiosos vientos agitan el fino
Botón de mayo, es tan breve el verano.

Quema a veces tanto el ojo del cielo,
Se opaca a menudo su tez dorada,
Lo que es bello deja a veces de serlo
Por azar o por natural mudanza.

Mas tu eterno estío no decaerá
Ni ha de perder el bello que posees,
Ni el nublarte la muerte jactará
Cuando en el tiempo en verso eterno creces.

Mientras respirando o viendo se siga
Esto vivirá, y esto te da vida.

Versión de Ariel Laurencio Tacoronte







Tiempo devorador, desafila las garras del león... 

Tiempo devorador, desafila las garras del león
y haz que la tierra devore su propio dulce retoño,
arranca los agudos colmillos de las crueles mandíbulas del tigre
y quema en su sangre el fénix de larga vida;

alterna en tu vuelo estaciones tristes y alegres
y haz todo lo que quieras, Tiempo de rápido pie,
al vasto mundo y a todas sus dulzuras fugitivas;
pero yo te prohíbo un crimen, el más odioso:

¡oh! no marques con tus horas la frente de mi hermoso amor,
ni traces líneas con tu antigua pluma,
déjalo intacto en tu carrera,
como modelo de belleza para los hombres a venir.

O bien haz lo peor, viejo Tiempo: a despecho de tu ultraje,
en mis versos mi amor vivirá joven eternamente.

Versión de Manuel Mujica Láinez








Tiempo, no has de jactarte de mis cambios...

Tiempo, no has de jactarte de mis cambios:
alzas con nuevo brío tus pirámides
y no son para mí nuevas ni extrañas
sino aspectos de formas anteriores.

Por ser corta la vida, nos sorprende
lo antiguo que reiteras y que impones,
cual si fuera lo nuevo que deseamos
y si no conociéramos su historia.

Os desafío a ti y a tus anales;
no me asombran pasado ni presente,
pues tus anales y lo visto engañan
al transformarse mientras te apresuras.

Por mí, te juro que he de ser constante
a pesar de tu hoz y de ti mismo.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Tu capricho y tu edad, según se mire...

Tu capricho y tu edad, según se mire,
provocan tus defectos o tu encanto;
y te aman por tu encanto o tus defectos,
pues tus defectos en encanto mudas.

Lo mismo que a la joya más humilde
valor se da en los dedos de una reina,
se truecan tus errores en verdades
y por cosa legítima se tienen.

¡Cómo engañara el lobo a los corderos,
si en cordero pudiera transformarse!
Y ¡a cuánto admirador extraviarías,
si usaras plenamente tu prestigio!

Mas no lo hagas, pues te quiero tanto
que si es mío tu amor, mía es tu fama.

Versión de Manuel Mujica Láine







Tu pecho está cargado con todos los corazones...

Tu pecho está cargado con todos los corazones,
que yo supuse, en mi ignorancia, muertos;
y allí reina el Amor con todas sus amantes partes
y todos los amigos que yo creía extintos.

Cuántas sagradas y obsequiosas lágrimas
extrajo de mis ojos el amor religioso
en interés de los muertos, que aparecen ahora
como cosas remotas que en ti yacen ocultas!

Tú eres la tumba en que el amor sepulto ahora vive,
adornado con los trofeos de mis amores idos,
que todas sus partes de mí a ti te dieron,

pues ese haber de muchos es tuyo ahora solo:
Sus imágenes que amé las veo en ti
y tú, con todos ellos, lo tienes todo del total de mí.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Unos se vanaglorian de la estirpe...

Unos se vanaglorian de la estirpe,
del saber, el vigor o la fortuna;
otros, de la elegancia extravagante,
o de halcones, lebreles y caballos;

cada carácter un placer comporta
cuya alegría a las demás excede;
pero estas distinciones no me alcanzan
pues tengo algo mejor que las incluye.

En altura, tu amor vence al linaje;
en soberbia al atuendo; al oro en fausto;
en júbilo al de halcones y corceles.
Teniéndote, todo el orgullo es mío.

Mi única miseria es que pudieras
quitarme todo y en miseria hundirme.

Versión de Manuel Mujica Láinez






¡Ve! si en oriente la graciosa luz...

¡Ve! si en oriente la graciosa luz 
su cabeza flamígera levanta, 
los ojos de los hombres, sus vasallos, 
con miradas le rinden homenaje. 

Y mientras sube al escarpado cielo, 
como un joven robusto en su edad media, 
lo siguen venerando las miradas 
que su dorada procesión escoltan. 

Pero cuando en su carro fatigado 
deja la cumbre y abandona al día, 
apártanse los ojos antes fieles, 
del anciano y su marcha declinante. 

Así tú, al declinar sin ser mirado, 
si no tienes un hijo, morirás.

Versión de Manuel Mujica Láinez







Y por qué no es tu guerra más pujante...

¿Y por qué no es tu guerra más pujante 
contra el Tirano tiempo sanguinario; 
y contra el decaer no te aseguras 
mejores medios que mi rima estéril? 

En el cenit estás de horas risueñas. 
Los incultos jardines virginales 
darían para ti vivientes flores, 
a ti más semejantes que tu efigie. 

Tendrías vida nueva en vivos trazos, 
pues ni mi pluma inhábil ni el pincel 
harán que tu nobleza y tu hermosura 
ante los ojos de los hombres vivan. 

Si a ti mismo te entregas, quedarás 
por tu dulce destreza retratado.

Versión de Manuel Mujica Láinez






Sonetos

Sobre los sonetos de Shakespeare

No es mi intención cantar en este prólogo a los Sonetos de W. Shakespeare sus excelencias y glorias, ni como poeta, ni como dramaturgo, ni el largo olvido a que fue sometido tras su muerte; pero sí remitir al lector a los trabajos de Víctor Hugo, el siglo XIX, sobre la obra de W. S. y el ostracismo en que se encontraban sus creaciones literarias, incluso por parte de la tierra que le vio nacer: Inglaterra.

Mi intención es mucho más sencilla. El estudio de su poesía a través de su método. En primer lugar establecer un orden cronológico dentro de mis conocimientos e investigaciones que, aun con los errores propios de toda indagación, en definitiva, carecen de valor dentro de lo que hasta la fecha se ha publicado. Escogí lo que, a mi modesto entender, tenía más calidad entre las traducciones que existen.

Lo importante era crear una uniformidad en la musicalidad, sin que por ello perdiera la traducción, entendimiento ni contenido. Más claramente, trasladar los versos de los Sonetos a versos en español, pero con una medida poética que a su vez me permitiera un mayor acomodo en el trabajo. Lo que explico a continuación:

Todos los sonetos incluidos en esta serie de 154 que han llegado a nuestras manos tienen el mismo estilo de composición poética, sin entrar en la diferencia que existe entre éstos y los de quien inspiró este estilo de poesía: Petrarca.

Se componen de tres cuartetos endecasílabos, independientes de rima entre sí, y un dístico pareado con los que finaliza el soneto. Por tanto, su rima es la siguiente:

A-B-A-B C-D-C-D E-F-E-F G-G
Trasladar estos endecasílabos en inglés a español supone un verdadero ejercicio de interpretación que nunca satisface, dadas las diferencias entre las dos sintaxis. Por lo tanto, había que buscar una forma de medida poética que con la musicalidad necesaria nos permitiera la traducción, sin pérdida de los contenidos. Esto me llevó como medio más factible a elegir el alejandrino español, medida poética que por su mayor extensión en cada verso me permitiera mayores logros. Alejandrinos blancos, con los que tanto gustaba trabajar a Pablo Neruda, de quien tomando ejemplo para estos mimbres fui desarrollando mi trabajo.

Hablemos de los traductores en que me inspiré, por orden cronológico a la aparición de sus publicaciones:

En primer lugar, Matías de Velasco y Rojas, marqués de Dos Hermanas, que ya en el año 1877 hace una traducción en prosa de muy buena calidad, y que en definitiva esto ha de servir como pauta para todos los demás que, de algún modo, trataron de traducir a Shakespeare. Su documentación para el tratamiento del tema es perfecta: reproducción de los textos originales; si bien su teoría de la repetición de imágenes en muchos de los sonetos le impidiera traducirlos al completo, por considerarlo innecesario y tal vez cansado para el lector. Así, solamente 37 sonetos son traducidos íntegramente al español, si bien hace un estudio fragmentado de otros 61, con lo que el estudio por este autor, aun siendo importante, no es completo.

En el año 1918, Fernando Maristany incluye en su libro Florilegio una traducción de poemas de varias lenguas, 13 sonetos de Shakespeare que, aunque menciono, poco me ayudaron.

Sin embargo, los de Luis Astrana Marín, el más conocido de los traductores de nuestro poeta (aparecidos por vez primera en 1929), aportaron gran cantidad de conocimientos a mi trabajo. Quizás inspirado por la obra de su predecesor, Matías de Velasco y Rojas, éstos difieren en bien poco en cuanto a palabras y contenido, y aunque le cita en su prólogo de sus Obras completas de Shakespeare, lo hace erróneamente en cuanto a los sonetos traducidos, si bien el dato carece de importancia a la hora de valorar su trabajo.

En 1974, Agustín García Calvo publica sus Sonetos en una traducción en versos de trece sílabas que ni entendí, ni nada aportaron a mi empeño, si bien lo menciono por respeto a su intento.

Más se acerca Manuel Múgica Laínez, en los 49 sonetos sobre el tema que publica en 1983, a mis intenciones, si bien, al tratar de traducir los endecasílabos ingleses a endecasílabos en español, en muchos de los sonetos emplea más su condición de poeta que la de traductor del original.

Dejo para el final la traducción de los sonetos por parte de Fátima Aguad y Pablo Mañé Garzón, publicados por primera vez en 1975 y con varias ediciones de su trabajo, como los mayores colaboradores que he tenido a lo largo de mi labor.

Hasta aquí todas las traducciones que he podido encontrar y con las cuales he conseguido llegar al final de mi intento.

También se dice, y sirva esta consideración como simple anécdota, que los sonetos son 154. En realidad son 151, ya que el número 99 tiene un encabezamiento con el primer verso que no se corresponde en el primer cuarteto y que en el original consta de quince versos. Tampoco el número 126 es un soneto, ya que es una serie de seis dísticos endecasílabos pareados; y por último el soneto 145, por su construcción en versos de nueve sílabas, tampoco lo es, aunque en su estilo tenga parecido con lo que en nuestra lengua llamamos «sonetillo».

Mi intención, y con esto termino, es conseguir una mayor musicalidad en la lectura traducida de los Sonetos sin pérdida de los contenidos, y sobre todo, modestamente, un acercamiento entre las dos lenguas por los caminos de la Poesía.

Ramón García González




Versión lírica de Ramón García González
En versos alejandrinos blancos



Soneto 1

Queremos que propaguen, las más bellas criaturas,
su especie, porque nunca, pueda morir la rosa
y cuando el ser maduro, decaiga por el tiempo
perpetúe su memoria, su joven heredero.

    Pero tú, dedicado a tus brillantes ojos,
alimentas la llama, de tu luz con tu esencia,
creando carestía, donde existe abundancia.
Tú, tu propio enemigo, eres cruel con tu alma.

    Tú, que eres el fragante, adorno de este mundo,
la única bandera, que anuncia primaveras, 
en tu propio capullo, sepultas tu alegría
y haces, dulce tacaño, derroche en la avaricia.

    Apiádate del mundo, o entre la tumba y tú,
devoraréis el bien que a este mundo se debe.




Sonnet 1

From fairest creatures we desire increase,
That thereby beauty's rose might never die,
But as the riper should by time decease,
His tender heir might bear his memory:

    But thou contracted to thine own bright eyes, 
Feed'st thy light's flame with self substancial fuel,
Making a famine where abundance lies,
Thyself thy foe, to thy sweet self too cruel:

    Thou that art now the world's fresh ornament,
And only herald to the gaudy spring, 
Within thine own bud buriest thy content,
And tender churl mak'st aste in niggarding:

    Pity the world, or else this glutton be,
To eat the world's due, by the grave and thee.




Soneto 2

Cuando cuarenta inviernos, pongan cerco a tu frente
y caven hondos surcos, en tu bello sembrado,
tu altiva juventud, que admira este presente,
será una prenda rota, con escaso valor.

    Y cuando te pregunten: ¿dónde está tu belleza? 
¿Dónde todo el tesoro de tus mejores días?
El decir que en el fondo, de tus hundidos ojos,
será venganza amarga y elogio innecesario.

    ¡Qué halago más valdría, al usar tu belleza,
si responder pudieras: «Este hermoso hijo mío, 
ha de saldar mi cuenta y excusará mi estado»,
mostrándose heredero, de tu propia belleza!

    Será cual renovarte, cuando te encuentres viejo
y ver tu sangre ardiente, cuando la sientas fría.




Sonnet 2

When forty winters shall besiege thy brow,
And dig deep trenches in thy beauty's field,
Thy youth's proud livery so gaz'd on now,
Will be a tatter'd weed of small worth held:

    Then being ask'd, where all thy beauty lies, 
Where all the treasure of thy lusty days;
To say within thine own deed sunken eyes,
Were an all-eating shame, and thriftless praise.

    How much more praise deserv'd thy beauty's use,
If thou could'st answer this fair child of mine 
Shall sum my count, and make my old excuse
Proving his beauty by succession thine.

    This were to be new made when thou art old,
And see thy blood warm when thou feel'st it cold.




Soneto 3

Dile al rostro que ves al mirarte al espejo,
que es tiempo para él, de que modele a otro,
pues si su fresco estado, ahora no renuevas,
le negarás al mundo y a una madre su gloria.

    ¿Dónde hay una hermosura, de vientre virginal,
que desdeñe el cultivo de tu acción marital?
¿O dónde existe el loco, que quiera ser la tumba,
del amor de sí mismo y evitar descendencia?

    Espejo de tu madre, que sólo con mirarte
evoca el dulce abril, que hubo en su primavera.
Así, por las ventanas de tu edad podrás ver,
tu presente dorado, pese a tus mil arrugas.

    Mas si vives tan solo, por no dejar recuerdo,
muere célibe y muera contigo tu figura.




Sonnet 3

Look in thy glassand tell the face thou viewest,
Now is the time that face should form another,
Whose fresh repair if now thou not renewest,
Thou dost beguile the world, unbless some mother.

    For where is she so fair whose unear'd womb
Disdains the tillage of thy husbandry?
Or who is he so fond will be the tomb,
Of his self-love to stop posterity?

    Thou art thy mother's glass and she in thee
Call back the lovely April of her prime, 
So thou through windows of thine age shalt see,
Despite of wrinkles this thy golden time.

    But if thou live remember'd not to be,
Die single and thine Image dies with thee.




Soneto 4

¿Dinos porqué desgastas, la pródiga hermosura,
en tu propia persona, sin legar tu belleza?
Natura no regala su herencia, que la presta
y siendo libre fía a aquellos que son libres.

    Entonces, bello avaro, ¿porqué abusas de aquellos
generosos regalos, que te dan para darlos?
Tacaño y usurero, ¿porqué tan mal empleas,
esta suma de sumas, si no logras vivir?

    Traficante de ti, sólo contigo mismo,
tu dulce ser defraudas, con tu propia persona. 
Cuando Natura llame y tengas que partir:
¿Cómo podrás dejar, un aceptable saldo?

    Inútil tu belleza, se enterrará contigo.
Que usada hubiera sido, tu notario más fiel.




Sonnet 4

Unthrifty loveliness why dost thou spend,
Upon thyself thy beauty's legacy?
Nauture's bequest gives nothing but doth lend,
And being frank she lends to those are free:

    Then beauteous niggard why dost thou abuse,
The bounteous largess given thee to give?
Profiless usurer why dost thou use
So great a sum of sums yet canst not live?

    For having traffic with thyself alone,
Thou of thyself thy sweet self dost deceive, 
Then how when nature calls thee to be gone,
What acceptable audit canst thou leave?

    Thy unus'd beauty must be tomb'd with three,
Which used lives th'executor to be.




Soneto 5

Las horas que en su afán gentiles modelaron,
el adorable cuerpo que atrae a las miradas,
han de hacer para él, el papel de tiranos
y afearán aquello que excedía en beldad.

    El tiempo que no para, lleva el dulce verano,
hasta el odioso invierno y allí acaba con él.
La savia entre los hielos. Hojas frescas perdidas.
La beldad bajo nieve y ruina en todas partes.

    Luego si no quedara, destilando el estío
el líquido cautivo en paredes de vidrio, 
la Belleza y su efecto, con ella moriría,
sin dejar ningún rastro de lo que fue su tiempo.

    Mas la flor destilada, padecerá el invierno
y aunque pierda su aspecto, persiste en su sustancia.




Sonnet 5

Those hours that with gentle work did frame,
The lovely gaze where every eye doth dwell
Will play the tyrants to the very same,
And that unfair which fairly doth excel:

    For never resting time leads summer on,
To hideous winter and confounds him there,
Sap check'd with frost and lusty leaves quite gone,
Beauty o'ersnow'd and bareness everywhere:

    Then were not summer's distillation left
A liquid prisoner pent in walls of glass,
Beauty's effect with beauty were bereft,
Nor it nor no remembrance what it was.

    But flowers distill'd though they with winter meet,
Leese but their show, their substance still lives sweet.




Soneto 6

No dejes que la mano, del invierno malogre,
tu verano sin antes, ver como te destilas.
Endulza un recipiente y atesora un lugar
con tu dulce belleza, antes de que marchite.

    Nunca es prohibida usura, cobrar el interés,
que alegra a quien contrajo, de buen ánimo el préstamo.
Esa es tu obligación, crear un semejante
y si creas a diez, diez veces más feliz.

    Diez veces más feliz, serás de lo que eres,
si los diez que has creado, a ti se te parecen. 
¿Qué podrá hacer la muerte, cuando tengas que irte,
si tú sigues viviendo en esa descendencia?

    No seas egoísta, por tener la belleza,
ni que herede la muerte, tu alma entre gusanos.




Sonnet 6

Then let not winter's ragged hand deface,
In thee thy summer ere thou be distill'd:
Make sweet some vial; treasure thou some place,
With beauty's treasure ere it be self kill'd:

    That use is not forbidden usury,
Which happies those that pay the willing loan;
That's for thyself to breed another thee,
Or ten times happier be it ten for one,

    Ten times thyself were happier than thou art,
If ten of thine ten times refigur'd thee, 
Then what could death do if thou shouldst depart,
Leaving thee living in posterity?

    Be not self-will'd for thou art much too fair,
To be death's conquest and make worms thine heir.




Soneto 7

Mira por el Oriente, cuando la luz graciosa,
arde y brilla en su testa. Ante esto los ojos,
rinden sus homenajes a la visión reciente,
loando con miradas, su majestad sagrada.

    Y cuando ya ha escalado, la cima celestial,
muestra su juventud y edad adolescente.
Aún la mortal mirada, adora su belleza,
siguiendo su rodado, caminar de romero.

    Mas al llegar al cénit, con su cansado carro,
como un viejo achacoso, del día se retira. 
Los ojos más devotos, desvían su mirada
de su cálido rumbo y miran a otra parte.

    Así, cuando te alejes de ti en tu mediodía,
nadie querrá mirarte, si no has tenido un hijo.




Sonnet 7

Lo in the Orient when the gracious light,
Lifts up his burning head, each under eye
Doth homage to his new appearing sight,
Serving with looks his sacred majesty,

    And having climb'd the steep up heavenly hill, 
Resembling strong youth in his middle age,
Yet mortal looks adore his beauty still,
Attending on his golden pilgrimage:

    But when from high-most pitch with weary car,
Like feeble age he reeleth from the day,
The eyes ('fore duteous) now converted are
From his tract and look another way:

    So thou, thyself out-going in thy noon,
Unlook'd on diest unless thou get a son.




Soneto 8

Si oírte es una música ¿porqué la escuchas triste?
Alegría y dulzura en nada rivalizan.
¿Porqué amas lo que luego no acoges con agrado
y sin embargo acoges la causa de tu enojo?

    El verdadero acorde de sones entonados,
aún siendo matrimonio, te ofenden el oído
cuando tan sólo tratan con suave reprimenda,
al confundir las voces que tú debes cantar.

    Mira como una cuerda, esposo de la otra,
vibran al mismo tiempo, en recíproco orden,
igual que lo hace un padre, niño o madre dichosa,
cantando al mismo tiempo la placentera nota.

    Su canción sin palabras, siendo, una, es de todos
y a ti te están diciendo: «Solo no serás nadie.»




Sonnet 8

Music to hear, why hear'st music sadly?
Sweets with sweets war not, joy delights in joy:
Why lov'st thou that which thou recei'st not gladly,
Or else receiv'st with pleasure thine annoy?

    If the true concord of well tuned sounds,
By unions married do offend thine ear,
They do but sweetly chide thee, who confounds
In singleness the parts that thou should'st bear:

    Mark how one string sweet husband to another.
Strikes each in each by mutual ordering; 
Resembling sire, and child, and happy mother,
Who all in one, one pleasing note do sing:

    Whose speechless song being many, seeming one,
Sings this to thee thou single wilt prove none.




Soneto 9

¿Tienes miedo a mojar, el ojo de una viuda,
cuando así te consumes, en vida de soltero?
¡Ah! Si ocurre que mueras, sin dejar descendencia,
te llorará este mundo, como a una esposa sola.

    Será el mundo tu viuda, mas siempre lamentando,
que no has dejado huella de ti sobre tu espalda,
cuando la más humilde, puede tener si quiere,
los ojos de su esposo con mirarse en sus hijos.

    Lo que un derrochador, por él gasta en el mundo,
en un lugar distinto, el mundo lo disfruta,
mas la beldad tirada, tiene un fin en el mundo
y tenerla y no usarla, la destruye en sí mismo.

    No existe amor al prójimo, en el seno de aquellos,
que sobre sí, cometen, el vergonzoso crimen.




Sonnet 9

 Is it for fear to wet a window's eye,
That thou consum'st thyself in single life?
Ah; if thou issueless shalt hap to die,
The world will wail thee like a markeless wife,

    The world will be thy widow and still weep,
That thou no form of thee hast left behind,
When every private widow well may keep,
By children's eyes, her husband's shape in mind:

    Look what an unthrift in the world doth spend
Shifts but his place, for still the world enjoys it:
But beauty's waste hath in the world an end,
And kept unus'd the user so destroys it:

    No love toward others in that bosom sits
That on himself such murd'rous shame commits.




Soneto 10

 ¡Por pudor! Reconoce, que a nadie das afecto,
tú, que para contigo, eres tan previsor.
No obstante, reconozco, que hay muchos que te aman,
pero es más evidente, que tú no amas a nadie.

    Pues estás poseído, por un odio asesino, 
que conspira en tu contra, sin pensarlo dos veces,
tratando de arruinar, esa hermosa morada,
que en tu celo debía, ser tu mayor deseo.

    ¡Cambia tu pensamiento, porque yo cambie el mío!
¿Debe el odio hospedarse, mejor que el dulce amor? 
Sé como es tu apariencia: Gracioso y afectivo
o al menos muéstrate, tierno contigo mismo.

    Haz de ti otra persona, por amor hacia mí,
porque en ti la belleza, sobreviva a los tuyos.




Sonnet 10

For shame! deny that thou bear'st love to any
Who for thyself art so unprovident:
Grand if thou wilt, thou art belov'd of many,
But that thou none lov'st is most evident:

    For thou art so possess'd with murd'rous hate,
That' gainst thyself thou stick'st not to conspire,
Seeking that beauteous roof to ruinate
Which to repair should be thy chief desire:

    O charge thy thought, that I may change my mind,
Shall hate be fairer lodg'd than gentle love?
Be as thy presence is gracious and kind,
Ot to thyself at least kind-hearted prove,

    Make thee another self for love of me,
That beauty still may live in thine or thee.




Soneto 11

Tan raudo como mermes, volverás a crecer,
en lo que vas dejando en uno de los tuyos
y aquella sangre fresca, que lozana entregaste,
podrás llamarla tuya, cuando te sientas viejo.

    Esto es sabiduría, belleza y difusión;
lo demás es locura, vejez y triste ocaso
y negarlo es hacer, que el tiempo se concluya
y en sólo doce lustros, acabar con el mundo.

    Que aquellos que Natura, no quiere conservar
por informes y rudos, mueran estérilmente, 
repara en que te dio, más que a los más dotados
y este don generoso, debes dar con largueza.

    Te labró con su sello y a querido con esto,
que tú labres a otros sin que muera el modelo.




Sonnet 11

As fast as thou shalt wane so fast thou grow'st,
In one of thine, from that which thou departest,
And that fresh blood which youngly thou bestow'st,
Thou mayst call thine, when thou youth convertest,

    Herein lives wisdom, beauty, and increase,
Without this, folly, age, and cold decay,
If all were minded so, the times should cease,
And threescore year would make'the world away:

    Let those whom nature hath not made for store,
Harsh, featureless, and rude, barrenly perish: 
Look whom she best endow'd she gave the more;
Which bounteous gift thou shouldst in bounty cherish.

    She carv'd thee for her seal, and meant thereby,
Thou shouldts print more, not let that copy die.




Soneto 12

Cuando cuento los toques, que marcan cada hora
y veo hundirse el día, entre la odiosa noche.
Veo la primavera cumplirse en la violeta
y los oscuros rizos, cubiertos por el blanco

    y los frondosos árboles desnudos de las hojas
que fueran del rebaño, amparo del calor,
atado en mil gavillas el verdor del verano,
con barba blanca y dura, llevado en su ataúd,

    entonces me pregunto: ¿qué será tu belleza?
ya que también te irás, con los restos del tiempo,
pues dulzura y belleza entre sí rivalizan
y raudamente mueren, viendo a otras crecer.

    Nada contra ese tiempo, puede tener defensa,
salvo una descendencia que rete tu partida.




Sonnet 12

When I do count the clock that tells the time,
And see the brave day sunk in hideous night,
When y behold the violet past prime,
And sable curls all silver'd o'er with white:

    When lofty trees I see barren of leaves, 
Which erst from heat did canopy the herd
And Summer's green all girded up in sheaves
Borne on the bier with white and bristly beard:

    Then of thy beauty do I question make
That thou among the wastes of time must go, 
Since sweets and beauties do themselves forsake,
And die as fast as they see others grow,

    And nothing 'gainst Time's scythe can make defence
Saved breed to brave him, when he takes thee hence.




Soneto 13

¡Oh! ¡Si vos, fuerais vuestro! Pero, amor, voz seréis,
de voz tan solamente, mientras viváis aquí.
Contra el final cercano ya debéis prepararos,
plasmando en algún otro, vuestro dulce semblante.

    Así, aquella belleza, que vos gozáis a préstamo
no hallaría final. Entonces volveríais,
a ser vos, aún después, de vuestra propia muerte,
ya que la dulce prole, tendrá tus mismas formas.

    ¿Quién deja derrumbarse, un hogar tan hermoso,
que un regente viril, con honor mantendría, 
contra los elementos de un cruel día de invierno,
y el estéril rencor del frío de la muerte?

    Sólo un derrochador y tú, amor, bien lo sabes:
Vos tuvisteis un padre, que a ti, te nombre un hijo.




Sonnet 13

 O that you were yourself, but love you are
No longer yours, than you yourself here live,
Against this coming end you should prepare,
And your sweet semblance to some other give.

    So should that beauty which you hold in lease
Find no determination, then you were
Youeself again after yoursel's decease,
When your sweet issue your sweet form should bear.

    Who lets so fair a house fall to decay,
Which husbandry in honour might uphold, 
Against the stormy gusts of winter's day
And barren rage of death's eternal cold?

    O one but unthrifts, dear my love you know,
You had a Father, let your Son say so.




Soneto 14

Yo no tomo mi juicio, mirando las estrellas,
sin embargo, me creo un buen maestro astrólogo,
mas no para decir, la mala o buena suerte,
las plagas o las muertes o el clima de un periodo.

    Tampoco predecir en breve la fortuna,
diciendo a cada uno, su trueno, lluvia o viento,
o predecir al príncipe si todo saldrá bien,
con frecuentes presagios que yo encuentro en el cielo.

    Tan sólo de tus ojos dimana mi saber
y en esas dos estrellas, siempre leo tal arte,
que verdad y belleza, florecerán a un tiempo
el día que tú quieras, ser guardián de ti mismo.

    Si no, de ti, con pena, esto te pronostico:
Tu fin será también, el fin de la Belleza.




Sonnet 14

Not from the star do I my judgment pluck,
And yet methinks I have Astronomy,
But no to tell of good, or evil luck,
Of plagues, of dearth, or season's quality;

    Nor can I fortune to brief minutes tell,
Pointing to each his thunder, rain, and wind.
Or say wich Princes if it shall go well
By oft predict that I in heaven find.

    But from thine eyes my knowledge I derive,
And constant stars in them I read such art 
As truth and beauty shall together thrive
If from thyself, to store thou wouldst convert:

    Or else of thee this I prognosticate,
Thy end is Truth's and Beauty's doom and date.




Soneto 15

 Cuando observo al mirar en todo lo que crece,
que apenas un momento, la perfección les dura.
Sobre el gran escenario, como actúan las formas,
bajo el secreto influjo de oráculos y estrellas.

    Advierto que los seres, cual plantas se propagan,
que bajo el mismo cielo se alegran y entristecen
con vital juventud y luego aminorarse
en su arrogante estado, perder toda memoria.

    Entonces la visión de esa infidente clase,
me hace veros tan joven y rico en ese extremo,
cuando el Tiempo voraz, se alía con la Ruina,
por cambiar tu esplendor, en mezquindad nocturna.

    Yo en guerra con el Tiempo, y por amor a vos,
de todo lo que os roba, hago un injerto nuevo.




Sonnet 15

When I consider everything that grows
Holds in perfection but a little moment.
That this huge stage presenteth nought but shows
Whereon the Stars in secret influence comment.

    When I perceive that men as plants increase,
Cheered and check'd even by the selfsame sky:
Vaunt in their youthful sap, at height decrease,
And wear their brave state out of memory.

    Then the conceit of this inconstant stay,
Sets you most rich in youth before my sight, 
Where wasteful time debateth with decay
To change your day of youth to sullied night,

    And all in war with Time for love of you
As he takes from you, I engraft you new.




Soneto 16

¿Por qué no haces, tú mismo, con mayores poderes,
la guerra a ese sangriento, tirano que es el Tiempo
y no os fortificáis, contra la decadencia,
con medios más sagrados que mis rimas estériles?

    Hoy que estás en la cima de las horas felices, 
y hay vírgenes jardines, aun sin cultivar,
que su virtud darían, por llevar vuestras flores,
más reales y vivas que tu imagen pintada.

    De esta forma la vida, restaura su linaje
y no el pincel del Tiempo o mi pluma novel
pueden dar tu belleza, ni interior ni exterior
y haceros revivir en los ojos del hombre.

    Sólo daros a vos, es lo que os favorece,
por lo tanto vivir, con vuestra dulce maña.




Sonnet 16

But wherefore do not you a mightier way
Make war upon this bloody tyrant Time?
And fortify yourself in your decay
With means more blessed than my barren rhyme?

    Now stand you on the top of happy hours,
And many maiden gardens yet unset,
With virtuous wish would bear your living flowers,
Much liker than your painted counterfeit:

    So should the lines of life that life repair
Which this time's pencil or my pupil pen,
Neither in inward worth nor outward fair
Can make you live yourself in eyes de men:

    To give away yourself, keeps yourself still,
And you must live drawn by your own sweet skill.




Soneto 17

 ¿Quién tendrá fe en mis versos, en el tiempo futuro,
estando tan colmados, de vuestras propias glorias?
Sin embargo, Dios, sabe, que soy sólo una tumba
que apenas la mitad de vuestro ser oculta.

    Si pudiera escribir la beldad de tus ojos
y numerar en cifras fragantes, vuestras gracias,
el tiempo venidero, diría que yo miento,
pues tal toque celeste, no es propio de un humano.

    Así, al leer mis versos, por la edad amarillos,
serían despreciados, como viejos chismosos, 
cambiando lo que es vuestro, por furor de poeta,
con enfático metro de una antigua canción.

    Mas si por ese tiempo, viviera un hijo vuestro,
doble vida tendrías, en él y en mis poemas.




Sonnet 17

Who will believe my verse in time to come
If it were fill'd with your most higt deserts?
Though yet heaven knows it is but as a tomb
Which hides your life, and shows not half your parts:

    If I could write the beauty of your eyes,
And in fresh number number all your graces,
The age to come would say this Poet lies,
Such heavenly touches ne'er touch'd earthly faces.

    So should my papers (yellowed with their age)
Be scorn'd, like old men of less truth than tongue, 
And your true rights be term'd a Poet's rage,
And stretched metre of an antique song.

    But were some child of yours alive that time,
You should live twice, in it and in my rhyme.




Soneto 18

¿Qué debo compararte a un día de verano?
Tú eres más adorable y estás mejor templado.
Rudos vientos agitan los capullos de Mayo
y el estío termina su arriendo brevemente.

    A veces brilla el sol con demasiado fuego
y a menudo se vela su dorado semblante.
A veces la belleza declina de su estado,
por causas naturales o causas imprevistas.

    Mas tu eterno verano, jamás se desvanece,
ni perderá su instinto de tener la hermosura,
ni la Muerte jactarse, de haberte dado sombra,
creciendo con el tiempo en mis versos eternos.

    Mientras el ser respire y tengan luz los ojos,
vivirán mis poemas y a ti te darán vida.




Sonnet 18

Shall I compare thee to a Summer's day?
Thou art more lovely and more temperate:
Rough winds do shake the darling buds of May,
And Summer's lease hath all too short a date:

    Sometime too hot the eye of heaven shines, 
And often is his gold complexion dimm'd,
And every fair from fair sometime declines,
By chance, or nature's changing course untrimm'd:

    But thy eternal Summer shall not fade,
Nor lose possession of that fair thou ow'st,
Nor shall Death brag thou wander'st in his shade.
When in eternal lines to time thou grow'st:

    So long as men can breathe or eyes can see,
So long lives this, and this gives life to thee.




Soneto 19

 Tiempo voraz, despunta, las garras del león
y haz que devore el mundo, sus más dulces retoños;
arranca los colmillos del más sangriento tigre
y quema entre su sangre, su larga vida al Fénix.

    Alterna con tu vuelo, tristezas y alegrías
y haz todo lo que quieras, Tiempo de raudo pie
a este mundo y a todas sus fugaces dulzuras.
Pero yo te prohíbo el más odioso crimen:

    No marques con tus horas la frente de mi amado,
ni en ella traces líneas, con tu antiguo cincel, 
déjalo intacto y puro y sea en tu carrera
modelo de belleza para el hombre futuro.

    O bien haz lo más vil, viejo Tiempo caduco,
que en mis versos, mis amor, será un joven eterno.




Sonnet 19

Devouring Time blunt thou the Lion's paws,
And make the earth devour her own sweet brood,
Pluck the keen teeth from the fierce Tiger's jaws,
And burn the long-liv'd Phoenix in her blood,

    Make glad and sorry seasons as thou fleet'st,
And do whate'er thou wilt, swift-footed Time,
To the wide world and all her fading sweets:
But I forbid thee one most heinous crime,

    O carve not with thy hours my love's fair brow,
Nor draw no lines there with thine antique pen,
Him in thy course untainted do allow,
For beauty's pattern to succeeding men.

    Yet do thy worst old Time, despite thy wrong,
My love shall in my verse ever live young.




Soneto 20

Con rostro de mujer, te pintó la Natura,
con su mano, Señor y Dueña de mi amor.
Corazón de mujer, jamás acostumbrado,
a los rápidos cambios de las falsas mujeres.

    Tus ojos son más vivos y al mirar más leales,
que hacen brillar aquello, que observa tu mirada.
Un hombre en el aspecto, de aparente dominio,
que rapta el ojo al hombre y a la mujer el alma.

    Y tal como mujer, creado en un principio,
mas la Naturaleza, hizo de ti su gozo,
según te fue creando y me privó de ti,
al darte un atributo que en mi nada supone.

    Mas dado que al placer, de la mujer te hizo,
dales ese tesoro y a mí dame tu amor.




Sonnet 20

A woman's face with Nature's own hand painted,
Hast thou the Master Mistress of my passion,
A woman's gentle heart but not acquainted
With shifting change as is false women's fashion,

    An eye more bright than theirs, less false in rolling,
Gilding the object whereupon it gazeth,
A man in hue all hues in his controlling,
Which steals men's eyes and women's souls amazeth.

    And for a woman wert thou first created,
Till Nature as she wrought thee fell a-doting, 
And by addition me of thee defeated,
By adding one thing to my purpose nothing.

    But since she prick'd thee out for women's pleasure,
Mine be thy love and thy love's use their treasure.




Soneto 21

No sucede conmigo, tal, como aquella Musa,
obligada a rimar una beldad pintada,
que usaba el mismo cielo, como ornato y adorno
y con esta belleza lo bello comparaba.

    Acoplando razones de orgullo al cotejar,
sol y luna, con ricas, gamas de tierra y mar,
con las flores de Abril y toda cosa extraña,
que el aire de este mundo, guarda bajo su cúpula.

    Permitirme que sea, sincero cuando escribo
de amor y por lo tanto, creed que lo que amo,
es bello como un hijo, aunque no tan brillante,
como son las estrellas que habitan en el cielo.

    Que digan más aquellos, que usan las frases vanas,
que yo no alabo aquello, que nunca he de vender.




Sonnet 21

So is it not with me as with that Muse,
Stirr'd by a painted beauty to his verse,
Who heaven itself for ornament doth use,
And every fair with his fair doth rehearse,

    Making a couplement of proud compare
With Sun and Moon, whit earth and sea's rich gems:
With April's first-born flowers and all things rare,
That heaven's air in this huege rondure hems,

    O let me true in love but truly write,
And then believe me, my love is as fair, 
As any mother's child, though not so bright
As those gold candles fix'd in heaven's air:

    Let them say more that like of hearsay well,
I will not praise that purpose not to sell.




Soneto 22

No puede convencerme mi espejo de ser viejo,
mientras, tú y juventud, tengáis la misma edad.
Mas cuando veo en ti, los surcos que hace el tiempo,
miraré que la muerte, ponga fin a mis días.

    Dado que la belleza que te cubre al completo,
es el digno ropaje que usa mi corazón,
ya que en tu pecho vive, como el tuyo en el mío,
¿cómo puede en tal caso ser más viejo que tú?

    Ten, por ello, mi amado, cuidado de ti mismo,
como yo bien me guardo, tan sólo por tu bien.
Tengo tu corazón, con el mismo cuidado,
que usa el aya más tierna, cuando cela a su niño.

    No cuentes con el tuyo, si al mío lo asesinan,
porque tú me lo diste, para no devolvértelo.




Sonnet 22

 My glass shall not persuade me I an old,
So long as youth and thou are of one date,
But when in thee time's furrows I behold,
Then look I death my days should expiate.

    For all that beauty that doth cover thee,
Is but the seemly raiment of my heart,
Which in thy breast doth live, as thine in me,
How can I then be elder than thou art?

    O therefore love be of thyself so wary,
As I not for myself, but for the will, 
Bearing thy heart which I will keep so chary
As tender nurse her babe from faring ill,

    Presume not on thy heart when mine is slain,
Thou gav'st me thine not to give back again.




Soneto 23

Igual que un torpe actor, cuando pisa la escena,
olvida por temor, su papel a decir
o tal como el colérico, de rebosante furia,
agota con su esfuerzo, su propio corazón.

    Yo por falta de fe, me olvidé de decir,
la exacta ceremonia del rito del amor
y al cargar con el peso de mi amor desfallezco,
bajo la propia fuerza de mi excesivo amor.

    ¡Oh! Deja que mis libros, te sirvan de elocuencia
y los malos heraldos de mi parlante pecho, 
imploren por tu amor y esperen recompensa,
más, que la mejor lengua, que exprese lo que siento.

    Aprende a bien leer, lo que el silencio escribe:
Oír con la mirada es signo de amor puro.




Sonnet 23

As an unperfect actor on the stage,
Who with his fear is put besides his part,
Or some fierce thing replete with too much rage,
Whose strength's abundance weakens his own heart;

    So I for fear of trust, forget to say,
The perfect ceremony of love's rite,
And in mine own love's strenght seem to decay,
O'ercharg'd with burthen of mine own love's might:

    O let my books be then the eloquence,
And dumb presagers of my speaking breast,
Who plead for love, and look for recompense,
More than that tongue that more hath more express'd.

    O learn to read what silent love hath writ,
To hear with eyes belongs to love's fine wit.




Soneto 24

 Hoy se han vuelto pintores, mis ojos, y han trazado
tu belleza en la tabla, de mi albo corazón.
Todo mi cuerpo es marco, de tu propia hermosura
y bella perspectiva del arte del pintor.

    A través del pintor, admirar su talento,
para encontrar el sitio de tu real imagen,
colgada de continuo del corazón taller,
que tiene en las ventanas, tus ojos por cristales.

    Mira como los ojos se ayudan mutuamente.
Mis ojos te modelan, mientras que son los tuyos 
ventanas en mi pecho, por donde el sol penetra,
sólo por admirarte y llenarse de gozo.

    Mas ¡ay! la mejor gracia, falta al arte del ojo,
retratan lo que ven sin ver el corazón.




Sonnet 24

Mine eye hath play'd the painter and hath stell'd
Thy beauty's form in table of my heart,
My body is the frame wherein 't is held,
And perspective it is best Painter's art.

    For through the Painter must you see his skill,
To find where your true Imagen pictur'd lies,
Which in my bosom's shop is hanging still,
That hath his windows glazed with thine eyes:

    Now see what good turns eyes for eyes have done,
Mine eyes have drawn thy shape, and thine for me
Are windows to my breast, where-through the Sun
Delights to peep, to gaze therein on thee.

    Yet eyes this cunning want to grace their art,
They draw but what they see, know not the heart.




Soneto 25

Deja que los que tienen el favor de su estrella,
presuman de honor público y títulos altivos,
mientras que a mí, me niega, la fortuna ese triunfo,
pero apartado, gozo, de aquello que más honro.

    El válido del príncipe, abre sus bellas hojas,
igual que las caléndulas, bajo el ojo del sol,
pero tienen su orgullo, enterrado en si mismos
y ante un fruncir de cejas, toda su gloria muere.

    El sufrido guerrero, famoso en el combate,
tras mil victorias, ve, si una vez le derrotan, 
como pronto es borrado, del libro del honor
y se olvidan las causas, por las cuales luchó.

    Feliz por tanto soy, amando y siendo amado,
por quién no me abandona, ni puedo abandonarle.




Sonnet 25

Let those who are in favour with their stars,
Of public honour and proud titles boast,
Whilst I whom fortune of such triumph bars
Unlook'd for joy in that I honour most;

    Great Princes' favourites their fair leaves spread,
But as the marigold at the sun's eye,
And in themselves their pride lies buried,
For at a frown they in their glory die.

    The painful warrior famoused for fight
After a thousand victories once foil'd, 
Is from the book of honour razed forth,
And all the rest forgot for which he toil'd:

    Then happy I that love and am beloved
Where I may not remove, nor be removed.




Soneto 26

Señor de mi pasión, al cual en vasallaje,
tu mérito ha enlazado, mi fuerte lealtad.
A ti, como embajada, te mando mi mensaje,
en prueba de mi amor, no de mi inteligencia.

    Devoción tan inmensa, que mi ingenio tan pobre,
parecerá desnudo, por falta de palabras,
mas espero que tengas, algún buen pensamiento
y desnudo en tu alma, cubras mi desnudez.

    Hasta que alguna estrella, guíe mis movimientos
y apacible me marque, con un aspecto dulce,
vistiendo engalanado a mi amor harapiento,
por ser merecedor de tu dulce respeto.

    Podré entonces jactarme, de cuanto más te amo.
Hasta entonces me oculto, donde a prueba me pones.




Sonnet 26

Lord of my love, to whom in vasslage
Thy merit hath my duty strongly knit;
To thee I send this written ambassage
To witness duty, noy to show my wit.

    Duty so great, which wit so poor as mine
May make seem bare, in wanting words to show it;
But that I hope some good conceit of thine
In thy soul's thought (all naked) will bestow it:

    Till whatsoever star that guides my moving,
Points on me graciously with fair aspect,
And puts apparel on my tottered loving,
To show me worthy of thy sweet respect:

    Then may I dare to boast how I do love thee,
Till then, not show my head where thou mayst prove me.




Soneto 27

Rendido de fatiga, me apresuro hacia el lecho
y al querido reposo, tras mi esforzada marcha.
Pero un nuevo viaje, comienza en mi cabeza,
para afán de mi mente, tras mi esfuerzo del cuerpo.

    Porque mis pensamientos, lejos de mi morada,
emprenden hacia ti un fervoroso éxodo
y mantienen abiertos, mis párpados cansados,
mirando las tinieblas que contemplan los ciegos.

    Mas la visión ficticia de mi cansado espíritu,
presenta tu fantasma, ante mis ojos ciegos,
que cual joya colgada en la siniestra noche,
embellece tinieblas, renovando su rostro.

    Ved, de día mis miembros y de noche mi cuerpo,
por tu culpa y mi culpa, no alcanzan el reposo.




Sonnet 27

Weary with toil, I haste me to my bed,
The dear repose for limbs with travel tired,
But then begins a journey in my head
To work my mind, when body's work's expired.

    For then my thoughts (from far where I abide) 
Intend a zealous pilgrimage to thee,
And keep my drooping eyelids open wide,
Looking on darkness which the blind do see.

    Save that my soul's imaginary sight
Presents thy shadow to my sightless view,
Which like a jewel (hung in ghastly night)
Makes black night beauteous, and her old face new.

    Lo thus by day my limbs, by night my mind,
For thee, and for myself, no quiet find.




Soneto 28

¿Cómo podré volver a vida más dichosa,
si me siento privado, del gozo del descanso?
Si la noche no calma los afanes del día
y en continua pelea se oprimen mutuamente.

    Un reino es enemigo mortal del otro reino,
mas se ofrecen la mano, sólo por torturarme;
con la fatiga el uno, con mi lamento el otro,
de ver que me fatigo, si estoy lejos de ti.

    Por complacer al día, le digo que tu brillas,
que le das luz si manchan, las nubes a su cielo. 
También la noche halago, por su rostro moreno,
cuando falta de estrellas, tu brillas en su ausencia.

    Mas el día prolonga, mi diario sufrir
y la noche me hace, más fuerte mi dolor.




Sonnet 28

How can I then return in happy plight
That am debarr'd the benefit of rest?
When day's oppression is not eas'd by night,
But day by night and night by day oppress'd.

    And each (though enemies to either's reign)
Do in consent shake hands to torture me,
The one by toil, the other to complain
How far I toil, still farther off from thee.

    I tell the day to please him thou art bright,
And dost him grace when clouds do blot the heaven:
So flatter I the swart-complexion'd night,
When sparkling stars twire not thou gild'st even.

    But day doth daily draw my sorrows longer,
And night doth nightly make grief's strength seem stronger.




Soneto 29

A veces en desgracia, ante el oro y los hombres,
lloro mi soledad y mi triste abandono
y turbo el sordo cielo, con mi estéril lamento
y viéndome a mí mismo, maldigo mi destino.

    Envidio al semejante más rico de esperanzas
y sus bellas facciones y sus buenos amigos.
Envidio a este el talento y al otro su poder
y con lo que más gozo, no me siento contento.

    Ante estos pensamientos yo mismo me desprecio.
Felizmente te evoco y entonces mi Natura, 
como la alondra al alba, cantando toma altura,
para entonar sus himnos a las puertas del Cielo.

    Me da sólo evocarte, dulce amor, tal riqueza,
que entonces, ya no cambio, mi estado por un reino.




Sonnet 29

 When in disgrace with Fortune and men's eyes,
I all alone beweep my outcast state,
And trouble deaf heaven with my bootless cries,
And look upon myself and curse my fate,

    Wishing me like to one more rich in hope,
Featur'd like him, like him with friends possess'd,
Desiring this man's art, and that man's scope,
With what I most enjoy contented least,

    Yet in these thoughts myself almost despising,
Haply I think on thee, and then my state
(Like to the lark at break of day arising),
From sullen earth sings hymns at Heaven's gate,

    For thy sweet love remember'd such wealth brings,
That then Y scorn to change my state with Kings.




Soneto 30

Cuando en dulces sesiones, de meditar silente,
convoco en mi recuerdo las cosas ya pasadas,
suspiro al evocar tantas cosas queridas
y culpo con lamentos el tiempo que he perdido.

    Entonces, vierto el llanto, no acostumbrado al uso,
por aquellos amigos que se tragó la noche
y renuevo mi llanto, con penas ya olvidadas
lamentando la pérdida de esfumadas imágenes.

    Me lamento de penas y desgracias pasadas
y cuento nuevamente de dolor en dolor 
la tristísima cuenta de renovados llantos,
pagando nuevamente, lo que antes ya pagué.

    Pero si mientras tanto, pienso en ti, (querido amigo),
reparo mis dolores y acabo con mis penas.




Sonnet 30

When to the sessions of sweet silent thought,
I summon up remembrance of things past,
I sigh the lack of many a thing I sought,
And with old woes new wail my dear time's waste:

    The can I drown an eye (unus'd to flow)
For precious friends hid in death's dateless night,
And weep afresh love's long-since cancell'd woe,
And moan th'expense of many a vanish'd sight.

    Then can I grieve at grievances foregone,
And heavily from woe to woe tell o'er
The sad account of fore-bemoaned moan,
Which I new pay, as if not paid before.

    But if the while I think on thee (dear friend)
All losses are restor'd, and sorrows end.




Soneto 31

Tu seno se ha hecho fuerte, con esos corazones,
que porque me faltaban, ya muertos suponía.
Allí reina el Amor y todos sus tributos
y los dulces amigos, que enterrados creía.

    ¡Cuántas lágrimas santas y fúnebres lamentos,
han robado a mis ojos un religioso amor,
como ofrenda a los muertos, que aparecen ahora,
como cosas remotas, que en ti, yacen ocultas!

    Tú eres tumba que guarda mi sepultado amor,
ornado con trofeos, que fueron mis amores 
y que de ti me dieron, todo lo que tenían
y lo que fue de muchos a ti te pertenece.

    En ti veo las caras de los que más amé
y tú, con todos ellos, me poseéis entero.




Sonnet 31

Thy bosom is endeared with all hearts,
Which I by lacking have supposed dead,
And there reigns Love and all love's loving parts,
And all those friends which I thought buried.

    How many a holy and obsequious tear 
Hath dear religious love stolen from mine eye,
As interest of the dead, which now appear,
But things remov'd that hidden in thee lie.

    Thou art the grave where buried love doth live,
Hung with the trophies of my lovers gone, 
Who all their parts of me to thee did give,
That due of many, now is thine alone.

    Their images I lov'd, I view in thee,
And thou (all they) hast all the all of me.




Soneto 32

 Si tú, les sobrevives, a mis alegres días,
cuando la avara Muerte, haga polvo mis huesos
y una vez más, por suerte, recorres con la vista
estas humildes líneas, de tu amante ya muerto.

    Compáralas con otras más dignas de ese tiempo
y si son superadas, por otras tantas plumas,
guárdalas por mi amor, ya que no por su rima,
ganadas por la altura de seres más felices.

    Dame entonces tan sólo un dulce pensamiento:
«Si tu Musa, mi amado, viviera en nuestros días, 
hubieras engendrado amores más felices,
para marchar en filas de mejor equipaje.

    Pero dado que has muerto y hay mejores poetas,
admiraré su estilo y a ti, tu gran amor.»




Sonnet 32

If thou survive my well-contented day,
When that churl Death my bones with dust shall cover
And salt by fortune once more re-survey
These poor rude lines of thy deceased lover:

    Compare them with the bett'ring of the time,
And though they be outstripp'd by every pen,
Reserve them for my love, not for their rhyme,
Exceeded by the height of happier men.

    Oh then vouchsafe me but this loving thought,
Had my friend's Muse grown with this growing age,
A dearer birth than this his love had brought
To narch in ranks of better equipage:

    But since he died and Poets better prove,
Theirs for their style I'll read, his for his love.













ÍBICO [17.072]

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Íbico

s. VI aC -uno de los nueve poetas líricos de Alejandría-

Íbico, (en griego antiguo, Ἴβυκος), nacido en Rhegium, en la Magna Grecia italiana, fue un poeta lírico griego del siglo VI a.c. Fue contemporáneo del también poeta lírico Anacreonte. Estaba incluido en la canónica lista de los Nueve poetas líricos de la entonces helenística Alejandría.

A pesar de la desahogada y despreocupada situación económica familiar, vivió una vida de aventuras y pasó una considerable parte de su vida en la corte de Polícrates,1 tirano de Samos, por quien fue protegido. La historia de su muerte es así relatada: Mientras estaba en la vecina villa de Corinto, el poeta fue mortalmente herido por unos ladrones. Mientras yacía moribundo, vio a un numeroso grupo de grullas que volaban sobre su cabeza, a las que invitó a vengar su muerte. Los ladrones (que eran de Corinto), después de su criminal acción se habían dirigido al teatro a ver una representación. Allí aparecieron las grullas. Uno de los ladrones, en un gesto de burla al ver las grullas, gritó: ¡Observad a los vengadores de Íbico!, y así ellos mismos dieron la pista para su detención por el crimen cometido (Plutarco, De Garrulitate, xiv.). La frase "las grullas de Íbico" se convirtió así en un proverbio entre los griegos por el descubrimiento del crimen a través de la intervención divina.

Obra poética

Según el Suda, Íbico escribió siete libros de lírica, hasta cierto punto mítica y heroica, pero generalmente erótica (Cicerón, Tusc. Disp. iv. 33), celebrando los encantos de los más jóvenes y las muchachas hermosas. Fue célebre por el carácter pederasta de su literatura, algo que a los antiguos griegos no les parecía mal: "IÍbico, que escogió el dulce florecer de Persuaion y el amor de los chavales." (Antología griega, IX,184). Se le considera el inventor o introductor del elogio (escribió el del tirano Polícrates) y su poema Juegos para Pelia es de carácter épico-lírico. Pero de esos siete libros solo ha subsistido un centenar de versos. Los antiguos griegos lo comparaban a Estesícoro en el tratamiento de los temas míticos (la Guerra de Troya, la expedición de los Argonautas), pero lo poco que de él se ha conservado, sin embargo, revela una sensible diferencia e independencia, prueba de la diversidad de estilo del poeta. Algunas de sus fórmulas fueron retomadas por el poeta latino Horacio. La balada del poeta romántico alemán Friedrich Schiller Las grullas de Íbico celebra su famosa leyenda. F.G. Welcker sugiere que sus obras eran cantadas por coros de muchachos en las competiciones de belleza que se llevaban a cabo en la isla de Lesbos. Aunque su métrica y su dialecto eran dóricos, los poemas tienen el espíritu de la poesía melódica eólica.



El amor me quema

En la primavera, los membrilleros
regados por las corrientes
de los ríos -donde está el jardín intacto
de las Vírgenes- y las vides
creciendo a la sombra de los pámpanos
florecen; pero el amor no duerme
para mí en ninguna estación,
sino que, igual que el tracio Bóreas por el rayo encendido,
lanzándose, enviado por Cipris,
en medio de una furia que lo agosta todo,
oscuro e intrépido, poderosamente desde el fondo
agita mis sentidos.



L’amor em crema

A la primavera, els codonyers
regats pels corrents
dels rius -on hi ha un jardí de les Verges
no trepitjat- i els raïms
creixent sota dels pàmpols ombrívols
floreixen; mes per a mi, l’amor
bo té cap temps de descans,
sinó que, com el traci Bòreas encès pel llamp,
precipitant-se de casa de Cipris
amb abrusadores follies, obscur, intrèpid,
poderosament, des dels fons (agita)
els meus sentits.





Demasiado viejo para amar

Otra vez Eros, mirándome lánguidamente
con sus ojos bajo párpados azulados,
con mil seducciones me empuja
dentro de la red inextricable de Cipris.

Le temo cuando lo veo acercarse
como un caballo sufridor del yugo, vencedor en los Juegos,
en su vejez, caminando de mal grado, con veloz carro entrando en carrera.




Massa vell per estimar

Eros, de bell nou, mirant-me sota les seves blavoses
parpelles amb ulls lànguids,
amb seduccions de tota casta em llença
a les incertes xarxes de Cipris.

En veritat tremolo de veure’l apropar-se,
com un cavall portador del jou, guanyador de premis,
quan és vell camina de mal grat, amb el veloç carro, a la competició.

http://francesccornado.blogspot.com.es/2011/03/ibico-dos-poemas.html







WEI YINGWU [17.073] Poeta de China

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WEI YINGWU

Wei Yingwu (chino tradicional: 韋應物; chino simplificado: 韦应物; pinyin: Wéi Yingwu; Wade-Giles: Wei Ying-wu; 737-792) fue un poeta chino de la dinastía Tang. Doce de los poemas de Wei se han incluido en el Trescientos poemas Tang antología.

Oriundo de la capital Chang'an, Wei sirvió como guardia imperial en su juventud y ocupó varios cargos en la capital. Su poesía se asocia frecuentemente con la de anteriores "poetas de la naturaleza"; influencias incluyen Tao Qian y Xie Lingyun. Wei destacó en la composición de pentasílabo verso de estilo antiguo, que se celebra por su estilo directo y sin embargo digna. También escribió una poesía que refleja las realidades sociales de su época; sus poemas estilo Gexing [canciones y baladas] incluyen representaciones realistas de la consiguiente crisis económica y social a la Rebelión de An Lushan.

Poesía

Poemas Wei Yingwu recogidos en Trescientos poemas Tang fueron traducidos por Witter Bynner como:

"Entertaining Literary Men in my Official Residence on a Rainy Day"
"Setting Sail on the Yangzi to Secretary Yuan"
"A Poem to a Taoist Hermit Chuanjiao Mountain"
"On Meeting my Friend Feng Zhu in the Capital"
"Mooring at Twilight in Yuyi District"
"East of the Town"
"To my Daughter on Her Marriage Into the Yang Family"
"A Greeting on the Huai River to my Old Friends from Liangchuan"
"A Farewell in the Evening Rain to Li Cao"
"To my Friends Li Dan and Yuanxi"
"An Autumn Night Message to Qiu"
"At Chuzhou on the Western Stream"




AGASAJANDO A UNA COMITIVA DE LETRADOS 
UN DÍA DE LLUVIA EN CASA DEL GOBERNADOR

La bien disciplinada guardia
         presenta sus lanzas.
En la cámara del huésped oficial
         se siente una exquisita fragancia;
El viento y la lluvia arrojan
         violentamente el agua;
Pero nosotros estamos cómodos
         en un tibio aposento
         desde el cual se divisa el lago.
De momento, inquietud y temor
         han sido ahuyentados.
Otra vez mis honorables huéspedes
         se arremolinan en el amplio salón;
En cuanto a mí, me siento avergonzado
         de vivir aquí
         de manera tan extravagante
Mientras pienso en mi pueblo
         que sufre privaciones.
Pero sofoquemos estos escrúpulos
         de conciencia
Y sigamos nuestra inclinación natural.
Aunque debemos prescindir
         de las viandas frescas,
Hay gran abundancia
         de frutas y vegetales.
Dignaos beber un vaso de vino
Mientras escucho con atención
         la recitación de vuestros poemas.
Cuando el espíritu es feliz
         el cuerpo se aligera,
Y querría cabalgar
         en las alas del viento.
Su-chou es el hogar de todos
         los hombres de letras;
Una gran ola de cultura se ha extendido
         espontáneamente aquí.
¿Cómo se puede decir
         que los confines de este gran estado
descansan sobre la riqueza 
         y el poder únicamente?


A mi hija, el día de su boda con un hijo 
de la familia Yang

Todo el día que tengo el corazón triste
porque has de partir muy lejos.
La boda de una muchacha, que deja sus padres,
es como una barca que zarpa desde la orilla del gran río.

Eras muy niña cuando murió tu madre,
por esto, te he tenido en tan gran estima.
Tu hermana mayor te ha cuidado
y ahora las dos lloráis y no os podéis separar.

Esto me causa una pena más grande si cabe,
aún sabiendo que marchar es bueno para ti.

Tú, que no has tenido una madre que te educara
de pequeña, ¿cómo vas a honrar a tu suegra?
Ellos son una buena familia, serán amables contigo,
sabrán perdonar tus errores...

Nuestra familia siempre ha sido buena y pura,
por esta razón no puedes ofrecerles una buena dote.
Seas amable y respetuosa, como corresponde a las mujeres,
se prudente cuando hables y cuida tu aspecto, da buen ejemplo.

Al terminar la mañana nos separaremos,
y no sabemos por cuánto tiempo...

Siempre he intentado ocultar mis sentimientos...
pero ahora, me desbordan,
giro mi rostro y veo a mi hija pequeña
con lágrimas que resbalan por sus mejillas.

http://francesccornado.blogspot.com.es/





Noche de otoño

Noche de otoño. Pienso en tí, amigo.
Bajo el cielo fresco, mi canción acompasa mis pasos.
Pinos en la montaña solitaria. Caen las semillas.
¿El ermitaño no tiene sueño?

[Wei Yingwu. Traducció de Guillermo Dañino. La pagoda blanca. Cien poemas de la dinastía Tang. Hiperión. Madrid 2001]





REECUENTRO JUBILOSO CON UN VIEJO AMIGO

Vivimos en Jiang-Han,
lejos de nuestra tierra,
cada vez que nos encontramos
bebemos hasta emborracharnos.
Desde la última vez
diez años han transcurrido
en la corriente que incesante fluye.
Reímos y charlamos, sin querer ver
nuestro cabello cano, los huesos que se encogen
hacia la sepultura. El vino todavía
tiene el mismo sabor.






TORRENTE DE CHUZHOU

Hierbas tranquilas junto al torrente. Me deleito.
Canta la oropéndola en lo alto del secreto bosque
La creciente de primavera, con la lluvia, llega veloz por la tarde.
En el puerto abandonado, se balancea
descontrolada una barca sin gente.





VIDA RETIRADA

Pobres y ricos parecen diferentes.
Todos tienen sus sueños.
No me atan.
Me son ajenos.
Anoche cayó una fina lluvia
¿Cuántas hierbas habrán nacido?
La verde montaña despierta.
Rodeando la cabaña, cantan los pájaros.
A veces encuentro a un monje.
Otras la sonrisa de un leñador.
Para mi es suficiente.
¿Quién dijo que desprecio el lujo?






MEENDIÑO [17.074]

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Meendiño

Meendiño, Mendiño, Mendinho o Meendinho fue un trovador gallego medieval que vivió probablemente en el siglo XIII.
Juglar gallegoportugués activo durante la segunda mitad del siglo XIII (1240-1280).

Procede probablemente del sur de Galicia, más concretamente de la ría de Vigo o la Isla de San Simón, Redondela, aunque los autores no mantienen una única postura. Es muy posible que su nombre derive del topónimo Mende (o Mendo, ya que de ambas formas lo pronuncian los lugareños y del que Mendiño sería un hipocorístico), lugar de la costa sur de la Ría de Vigo entre A Guía e Rande, perteneciente todavía al término municipal de Vigo y no de Redondela. Este pequeño lugar de la costa está muy cerca de la Isla de San Simón, donde había un santuario en época trovadoresca dependiente del Monasterio de Poio. Entre los siglos XIII y XIV fue, presumiblemente, enclave templario. Desde entonces el lugar ha tenido muchos otros usos (lazareto, cárcel...).

Obra

Su producción está considerada una de las más importantes de la lírica galaicoportuguesa. La única composición de su autoría, perteneciente al género de la cantiga de amigo, aparece recogida en dos de los manuscritos conservados: en el Cancionero de la Biblioteca Vaticana y en el antes llamado Cancionero Colocci-Brancuti y hoy conocido como Cancionero de la Biblioteca Nacional de Lisboa.

Su cantiga siempre ha llamado la atención de los filólogos. Famoso es el estudio de Roman Jakobson. Ya hace años el profesor Tavani llamó la atención sobre el error de lectura que deformaba el refrán desde las primeras ediciones. El error de lectura deformaba en sentido positivo la estructura y el mensaje. Tavani leyó correctamente la forma abreviada del manuscrito como e u(err)á[?]. Así el refrán que había hecho correr tanta tinta, 'eu atendendo o meu amigo, / eu a(tendendo o meu amigo', de alto valor poético por su efecto ecoico y por su musicalidad, se convierte en el no menos valioso eu atendendo o meu amigo, / e verrá? que es lo que realmente se lee en el Cancionero de la Biblioteca Nacional de Lisboa (antes llamado Colucci-Brancuti), en el que la pregunta retórica cierra el refrán con el futuro dubitativó del verbo vẽer ('venir'), con un tono de saudade resignada pero a la vez esperanzada, deja en el aire, en suspenso, la posibilidad del encuentro amatorio, todo ello con una grán economía de medios expresivos (una pregunta retorica resaltada en final de estrofa y de verso, con sólo una conjunción, un futuro y un tonema interrogativo y vocabulario muy fundamental en lengua (conjunción e y el verbo vẽer ('venir') envueltos en tonema interrogativo que, a pesar de su vulgaridad de uso en la lengua cotidiana, aquí cobra otro valor de misterio, de expectación, de deseo, que llena ese vocabulario usual de connotaciones que captan los sentimientos del oyente (o lector) que se solidariza con la "mágoa" ('pena'), en este caso, desasosegada y esperanzada a la vez. Es precisamente esa pregunta la que acaba de producir un efecto catártico en el oyente (en su época las cantigas se interpretaban con canto y acompañamiento musical) prendido en la reiteración ominosa con efectos continuos de repeticiones de sintagmas (en las dos primeras estrofas la amenaza del mar profundo, en las dos del medio el desamparo de la protagonista sin salvación ya que no hay auxilio para ir a tierra firme, y en las dos últimaas la presencia de la muerte) Sólo la pregunta esperanzada del refrán abre una puerta a la esperanza de la salvación por el posible encuentro amatorio.

Aunque no se conserva la notación musical de la composición (pues la música no fue transcrita en los apógrafos italianos V y B), la musicalidad interna que estructura el poema no desmerece de la perdida versión musicada, ya que los efectos ecoicos (propios de las Cantigas de Amigo) y la pregunta retórica producen un aire de sorpresa, de irrealidad, con un cierto aire sofocante, incluso apremiante. Su lectura (y su audición) producen un gran efecto catártico: el lector, o el oyente, se siente transportado y comparte la expectación ansiosa.

El texto de su composición, fijado por Guiseppe Tavani y aceptado por la mayoría de los estudiosos (aunque algunos editores críticos han propuesto otras lecturas), es el siguiente, tal y como aparece recogido en la edición canónica de la lírica gallegoportuguesa:



Sedia-m' eu na ermida de San Simión
e cercaron-mi-as ondas que grandes son.
Eu atendend´o meu amigu'! E verrá?

Estando na ermida, ant' o altar,
cercaron-mi-as ondas grandes do mar.
Eu atenden[d´o meu amigu'! E verrá?]

E cercaron-mi-as ondas que grandes son:
non ei [i] barqueiro nen remador.
Eu [atendend´o meu amigu'! E verrá?]

E cercaron-mi-as ondas do alto mar:
non ei [i] barqueiro ne sei remar.
Eu aten[dend´o meu amigu'! E verrá?]

Non ei i barqueiro nen remador:
morrerei “eu”, fremosa, no mar maior.
Eu aten[dend´o meu amigu'! E verrá?]

Non ei [i] barqueiro nen sei remar:
morrerei eu, fremosa no alto mar.
Eu [atendend´o meu amigu'! E verrá?]

(Traducción literal al castellano: Sediendome estaba yo en la ermita de San Simeón y me cercaron las olas, que grandes son. ¡Yo atendiendo por mi amigo! Y, ¿vendrá? Estando en la ermita ente el altar me cercaron las olas grandes del mar. ¡Yo atendiendo por mi amigo! Y, ¿vendrá?' Y me cercaron las olas que grandes son, no tengo barquero ni remador. ¡Yo atendiendo por mi amigo! Y, ¿vendrá?' Y me cercaron las olas del alto mar: no tengo barquero ni sé remar. ¡Yo atendiendo por mi amigo! Y, ¿vendrá?' No tengo barquero ni remador; moriré hermosa en el mar mayor. ¡Yo atendiendo por mi amigo! Y, ¿vendrá? No tengo barquero ni sé remar, moriré hermosa en el alto mar. ¡Yo atendiendo por mi amigo! Y, ¿vendrá?)

Se le dedicó el premio del Día das Letras Galegas en el año 1998 (junto con Xohán de Cangas y Martín Codax).

En la actualidad se celebra un festival de corales (Festival de Corales Cantiga de Mendiño) en la Isla de San Simon, organizado por el Circulo Cultural Deportivo de Cesantes.




Sentada me estaba yo en la ermita de San Simeón
y me cercaron las olas, que grandes son. 
¡Esperando yo por mi amigo! Pero, ¿vendrá? 

Estando en la ermita ente el altar 
me cercaron las olas grandes del mar.
¡Esperando yo por mi amigo! Pero, ¿vendrá? 

Y me cercaron las olas que grandes son, 
y aquí no tengo barquero ni remero.
¡Esperando yo por mi amigo! Pero, ¿vendrá? 

Y me cercaron las olas del profundo mar: 
no tengo aquí barquero ni sé remar. 
¡Esperando yo por mi amigo! Pero, ¿vendrá? 

Aquí no tengo barquero ni remero; 
voy a morir hermosa en la marea alta. 
¡Esperando yo por mi amigo! Pero, ¿vendrá? 

No tengo aquí barquero ni sé remar, 
voy a morir hermosa en el profundo mar. 
¡Esperando yo por mi amigo! Pero, ¿vendrá?




Sedia-m' eu na ermida de San Simión
e cercaron-mi-as ondas que grandes son.
Eu atendend´o meu amigu'! E verrá?

Estando na ermida, ant' o altar,
cercaron-mi-as ondas grandes do mar.
Eu atenden[d´o meu amigu'! E verrá?

E cercaron-mi-as ondas que grandes son:
non ei [i] barqueiro nen remador.
Eu [atendend´o meu amigu'! E verrá?

E cercaron-mi-as ondas do alto mar:
non ei [i] barqueiro ne sei remar.
Eu aten[dend´o meu amigu'! E verrá?

Non ei i barqueiro nen remador:
morrerei “eu”, fremosa, no mar maior.
Eu aten[dend´o meu amigu'! E verrá?

Non ei [i] barqueiro nen sei remar:
morrerei eu, fremosa no alto mar.
Eu [atendend´o meu amigu'! E verrá?







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JOSÉ ANTONIO PORCEL Y SALABLANCA [17.075]

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Manuscrito del Adonis (h.1741) de José Antonio Porcel


José Antonio Porcel y Salablanca 


(Granada, septiembre de 1715 - Granada, 21 de enero de 1794) poeta español.

Era hijo bastardo de don Fernando Porcel Menchaca, en cuya casa se crio con el nombre de José Antonio Sánchez del Olmo. Sus mocedades, de este modo, transcurrieron en los salones de la nobleza granadina, y en ellos debió de conocer al que se convertiría con el tiempo en su gran amigo y protector, Alonso Verdugo, conde de Torrepalma, también poeta.
Seguramente su bastardía condicionó la elección de la carrera eclesiástica. José Antonio estudió en el Colegio del Sacro Monte, epicentro de la vida intelectual granadina en aquella época. Probablemente terminó sus estudios en 1737 o 1738. Entre 1738 y 1748 asistió a las sesiones de la granadina Academia del Trípode.
Los últimos años de la década de 1740 debieron ser cruciales en la vida del poeta. Su padre, tal vez merced a las gestiones de Torrepalma, le reconoció, con lo que el poeta comenzó de inmediato a usar el apellido Porcel. Poseedor ya de una identidad ilustre, acompaña en la Corte en calidad de capellán a Torrepalma, quien lo introduce en la buena sociedad y en las recientemente creadas Real Academia de la Historia y Real Academia Española.
Entre 1749 y 1751 asiste a las sesiones de la madrileña Academia del Buen Gusto. Por primera vez surge la idea de publicar sus poemas. Es Eugenio Gerardo Lobo quien propone la impresión de su obra, pero su repentina muerte en agosto de 1750 desbarata el proyecto. En 1750, escribe un romance a Torrepalma, que se hallaba en Ciempozuelos llorando la muerte de su primogénito Pedro Antonio (acaecida en algún momento entre el 7 y el 14 de mayo de 1750). Torrepalma escribe otro en respuesta. En 1751, copia el ms. 16 de BGor.
A mediados de 1751 el poeta regresa a su ciudad natal, convertido en canónigo de la parroquia de El Salvador. Pronto alcanzó fama como orador sagrado. Fueron, por ejemplo, muy celebrados, los sermones que predicó en la inauguración del barroco templo de San Juan de Dios. Su celebridad provoca que el cabildo decida que Porcel se haga cargo de escribir los versos tradicionales que conmemoraban el Corpus anualmente.
Se estableció en el barrio que circundaba la parroquia de San Pedro, donde, por cierto, se encuentra el panteón familiar de los condes de Torrepalma. Compartió vivienda con Alonso Dalda, antiguo académico del Trípode y traductor de Milton en estos días, hasta 1758, fecha en que fallece.
1764 debió ser un año feliz para Porcel. En efecto, en este año se produce el reencuentro entre el poeta granadino y su antiguo protector, a quien sus labores diplomáticas habían mantenido fuera de la Península. El año siguiente, en cambio, debió ser un año triste. Los autos sacramentales del Corpus, que entusiasmaban a Porcel, fueron prohibidos el 11 de junio. Además, el poeta se vio en la obligación de leer un sermón fúnebre en las exequias del marqués de los Trujillos, tío de Alonso Verdugo.
En 1771 ingresa en la Sociedad Económica de Amigos del País de Granada y el 21 de enero de 1794 muere en Granada.

Obra
Imitó a Garcilaso de la Vega, pero utilizó un lenguaje aún barroco, si bien de sintaxis más regular. Compuso, aparte de algunos versos cortesanos y de circunstancias:
El Adonis.
La Fábula de Acteón y Diana.
En los últimos meses de 1737 o, a lo sumo, en enero de 1738, redactó Porcel este divertimento. Según parece, el Trípode había encomendado por estos días a sus miembros la escritura de parodias mitológicas. Había un curioso requisito: los académicos debían rematar sus poemas con un soneto de intención moral. De este ejercicio conservamos dos textos. El conde de Torrepalma presentó una Fábula de Pan y Siringa todavía inédita, y José Antonio Porcel presentó esta Fábula de Acteón y Diana.
La Fábula de Alfeo y Aretusa.
La Fábula de Alfeo y Aretusa fue escrita, según parece, muy al principio de la década de los cincuenta. Si, como quería Cossío, hay en Alfeo y Aretusa una evidente influencia de la Fábula de Genil de Pedro Espinosa, y los versos 81-84 son un buen argumento a favor , el poema no puede ser anterior a 1750. En una de las sesiones de la madrileña Academia del Buen Gusto, Blas Antonio Nasarre, neoclásico superficial (Nicolás Marín), tuvo la ocurrencia de leer en público y atribuirse el poema de Espinosa. La lectura quedó en el caletre de Porcel, quien escribía poco después a su amigo Torrepalma:
Tan dulcemente el Amuso cantó de Genil las aguas, que lo pensé Garcilaso viendo que en su vega canta.
Crédulo como el que más, el granadino insistía en su aún inédito Juicio lunático, leído el 1 de octubre de 1750 en el mismo club: “El estilo de esta obra, el modo de manejar los pensamientos, la prodigiosa fecundidad y viveza de las expresiones y pinturas, no me parecen de este siglo, sino de los principios del pasado”. El pobre hombre reparó finalmente en el engaño y tuvo ocasión de apostillar en uno de los manuscritos: “Con efecto [i.e.: en efecto], era obra de un autor del siglo pasado”.
Consta de veintiuna octavas y está dedicada a Francisco Rodríguez de Arellano, “que aman las Musas y prohija Astrea” (verso 10), alcalde (es decir, juez) del crimen en la Real Audiencia de Barcelona.
El poema sigue el hilo del libro quinto de las Transformaciones de Ovidio.
La influencia de Góngora, como en el resto de la obra poética de Porcel, es patente. A veces se trata de imitación directa (nótese que los versos 111-112 retraen el verso 392 de Polifemo ); a veces se trata de un “gongorema” ya presente en la Fábula de Espinosa, como el eco del canto del cíclope, “interpretado a lo acuático”, de los versos 105-110.
“La fábula, dentro de sus reducidas proporciones, es excelente”, opinaba Cossío, y, desde luego, Alfeo y Aretusa es probablemente el poema más notable de José Antonio Porcel.
A la hermosura, pudor, susto y libertad de Andrómaca, expuesta al monstruo marino.
Otros poemas.
Porcel y no Torrepalma, como creía Cueto, es el autor de un incompleto poema, el Juicio Final, que Joaquín Arce considera “vagamente prerromántico”. Visita de paso Wikisource.
Su interés por el detalle y lo íntimo relaciona ya a este poeta con la estética rococó.


Fábula de Alfeo y Aretusa


Canto el amor del despreciado Alfeo,
cuyas quejas dulcísimas, dolientes,
por las amargas ondas de Nereo
aún oyen de Aretusa las corrientes.
Pues tú, délfico dios, otro deseo
siguiendo vas con círculos lucientes,
haz que en estas mis cláusulas sonoras
yo me corone del desdén que lloras.

Tú, de Arellano honor, Mecenas mío,
que aman las Musas y prohija Astrea,
que el caudaloso Betis, patrio río,
lleno de lustres saludar desea;
este mi ocio escucha, si es que fío
lo grave dividir de tu tarea;
logre yo tus favores entre tanto
que los desdenes de Aretusa canto.

Del dios rey de las aguas hija era
ninfa de Acaya, a quien la esquiva diosa,
cuando desde el Eurota va a su esfera,
deja el dominio de la selva umbrosa,
que en la tropa de Oréades ligera,
siendo la más gentil, la más hermosa,
aun ausente de Febo la alta hermana,
no desean las selvas a Diana.

No ilustró del Taigeto la escabrosa
cumbre ninfa más bella, pues la frente
en cada estrella vence luminosa
los ojos, que abre al cielo transparente;
de cuanto en sus mejillas mezcla hermosa
hizo con el jazmín, clavel ardiente,
queda uno, que en dos hojas se señala,
que encierra perlas, y ámbares exhala.

Bajando al pecho de su blanco cuello,
mucha nieve en dos partes dividía,
sobre cuyo candor suelto el cabello,
las hebras de oro el viento confundía;
así inunda de rayos el sol bello,
nevado escollo al despuntar del día;
de sus manos, en fin, son los albores
incendios de cristal, hielos de ardores.

Ésta, de Venus inmortal desdoro,
dejándole a la espalda el peso leve
del ebúrneo carcaj y flechas de oro,
éstas ajusta al arco, que las mueve;
penetra el bosque, y el errante coro
cede al aplauso que a Aretusa debe,
porque usurpa a las glorias de Atalanta
lo cierto el tiro, lo veloz la planta.

Igualmente partiendo su carrera,
el sol las blancas horas encendía,
cuando Aretusa, que corrió ligera
los arduos montes y la selva umbría,
fatigada desciende a la ribera,
y en su encendida nieve permitía
que en más bello cenit, con más auroras,
el sol hiciese las ardientes horas.

Por laberinto de álamos frondoso,
de verdes sauces por estancia amena,
profundo un río corre silencioso,
o se desliza con quietud serena;
de éste un remanso advierte delicioso,
que no le esconde la menuda arena,
pues contaba en sus senos transparentes
uno a uno sus cálculos lucientes.

La calurosa ninfa, que procura
término a sus afanes deseado,
solícita registra la espesura,
por si alguno la advierte Acteón osado;
la soledad el sitio le asegura,
y habiendo sus despojos confiado
de un sauce, dio al cristal el blanco bulto,
donde quedó cubierto, mas no oculto.

En el claro remanso, no lasciva,
o se abate, o se eleva, o se recrea,
pareciendo en la espuma fugitiva
segunda de las ondas Citerea;
sus brazos (blancos remos, en que estriba)
cortan las aguas, y si lisonjea
el viento de sus hebras el tesoro,
bajel es de marfil, con velas de oro.

En hondas grutas de cristal luciente
el dios Alfeo, entonces sosegado,
oye turbar sus aguas, y la frente
alzó, de verdes cañas coronado;
mira la blanca ninfa, mira, y siente
dulces incendios en su pecho helado;
y suspensos sus rápidos cristales,
así siente su amor, así sus males:

«Si piensas, ninfa bella, que no dura
un instantáneo amor, y excusas fiera
el bien que me promete esta ventura,
para crecer, amor tiempos no espera.
Si el ver y el adorar una hermosura
son dos cosas, ninguna es la primera;
yo te vi, yo te amé, y otros amantes
no te adoraron más, te amaron antes.

»Calurosa y cansada, tus fatigas
recibieron benignas mis arenas;
dulcemente en mis aguas ya mitigas
el calor y el cansancio, y no mis penas;
ya que en mi propia urna tú me obligas
a beber el veneno que en mis venas
arde, reciproquemos los favores:
mitiguen tus cristales mi ardores.

»Dueño soy (si soy tuyo ¡qué fortuna!)
de cuanto engendra la ribera amena;
mil arroyuelos desde su alta cuna
bajan su plata a mi dorada arena;
contémplase en mí el sol, la errante luna
aun no se mueve en mi quietud serena;
mas ¿para qué numero bienes tales,
si ya sólo soy dueño de mis males?»

Dice; y lascivo apenas se adelanta,
cuando ella de sus ondas se le exime
intrépida, fiando a veloz planta
nobles defensas, que el amante gime;
mas, como aunque a Aretusa en fuga tanta
alas preste el desdén, nunca reprime
sus esfuerzos Amor, que es dios alado,
vuela ella esquiva, y él enamorado.

«Aguarda, espera», dice; «oh ninfa, tente.
¡Oh si el amor un muro te opusiera!
Teme de áspid dormido el mortal diente,
cuando no el pomo de oro en tu carrera;
más ¡ay de mí! que ni el metal luciente,
ni el veneno mortal te suspendiera,
pues no detuvo ya tu pie divino
mi pena más mortal, mi amor más fino».

Sorda Aretusa, y más veloz que el viento,
huye, y el dios, que en vano ya la nombra,
tanto se adelantó en su seguimiento,
que una vez abrazó la amada sombra;
del fatigado pecho el recio aliento
el tierno oído de la ninfa asombra;
y como el dios acuoso la seguía,
creyó que húmedo el austro la impelía.

Así afligida con el riesgo instante
la casta compañera de Diana,
contra el esfuerzo del insano amante,
a su deidad apela soberana.
«Oh diosa», dice, «si guardé constante
tus santas leyes, y si aplausos gana
tu decoro, defiende de este impío
mi honor por tuyo, cuando no por mío».

La diosa, conmovida al justo lloro,
de opaca y densa niebla rodeada,
la oculta, y luego la madeja de oro
corre en hilos de plata liquidada;
no de coral, de aljófar es tesoro
la sangre de las venas desatada,
y al deshacerse en los cristales puros,
bullen la blanda carne y huesos duros.

Entre tanto, cual dando vueltas ciento,
en alta noche el can infiel dormido,
a espacioso redil el lobo hambriento
aúlla, y crece el mísero balido;
tal gira en tornos, firme aún en su intento,
la opuesta nube el dios; y más rendido,
por si su ingrata bella aún no se excusa,
«¡oh mi Aretusa», clama, «oh mi Aretusa!»

Desató el viento, en fin, la niebla fría,
dejando en descubierto al triste Alfeo,
fuente ya, a aquella por quien su porfía
torpes delicias prometió al deseo.
Vuelve a sus aguas, nunca a su alegría;
aunque, por corto de su dicha empleo,
le conceden que junte en su corriente
de su amada Aretusa con la fuente.



Acteón y Diana


Aquella que nos informa,
que aunque tres formas vistió,
no querrá un hombre, y que no
será de ninguna forma;

pues si bien Plutón de un cuerno
la llevó por su querida,
de estos casados la vida
vino a ser luego un infierno;

con quien de amoroso empeño
no hay quien acordarse cuente,
y aun Endimión solamente
se acuerda como por sueño;

hija de Jove (un borracho)
y Latona, que parió una
muchacha como una luna,
y como un sol un muchacho;

fatigada ésta del uso
de las flechas un verano,
pues siendo menor su hermano,
a abochornarla se puso,

viendo entre unas espesuras
que un mudo remanso había,
tan claro, que le decía
a cualquiera dos frescuras,

dijo:«En bañarme convengo;
ninfas, presto, a desnudarme,
que, aunque casta, he de limpiarme,
pues soy leona y manchas tengo.»

Desnudas todas, se fragua
el baño, y aunque temían
si desnudas las verían,
echaron el pecho al agua.

Y cuando en las aguas mudas
las faltas que desmentían
vestidas, las descubrían
como verdades desnudas,

Acteón, hijo de Aristeo
y Autónoe, llegó cazando
a la fuente, adivinando
que allí habría un buen ojeo.

Aquí fue la fiesta brava,
aquí el chillar, y agua echarle,
pero el gato, al zapearle,
a la carne se acercaba.

«Vanos son esos trabajos,
ninfas», dice; «no gritéis,
ni vuestros tiples me alcéis,
que yo busco vuestros bajos.

»Mi brazo es de todas mangas,
por feas no os aflijáis,
que yo, porque lo sepáis,
también suelo cazar gangas.

»Porque vea, no hayas pena,
Diana, tus cuartos menguantes,
que mis cuartos son bastantes
para hacerte luna llena.

»Que seas casta no contrasta
lo que a tu honor es debido,
porque lo que yo te pido
cosa es que te deja casta.»

Diana con ojos severos
dice: «No te gloriarás,
pues si en carnes visto me has,
yo haré te vean en cueros.»

«Y pues de verme los yerros
te tengo de castigar,
eso que me quieres dar
guárdalo para los perros»,

dijo, y cornudo venado
lo hizo; pero, si hacer pudo
la que dio en casta un cornudo,
¿qué no hará la que no ha dado?

Huyendo, pues, por los cerros
sus perros, que lo encontraron,
fieles lo despedazaron,
con que murió dado a perros.

Para cofres recogieron
el cuero, y a la cabeza
enterrada esta simpleza
o esta discreción pusieron:

«Hombres bobos, que al ver una hermosura,
le entregáis las potencias y sentidos,
y aun poseéis las dichas, entendidos
estad en que la dicha no es segura.

»Acteón escarmientos os procura;
que a una casta deidad (si ennoblecidos
deben los riesgos ser apetecidos)
dio un sentido, y ya llora su locura.

»Sólo en la vista tuvo su delicia,
y se vio, cual lo ves, muerto, deshecho,
bruto y con astas; pero no lo dudo,

»pues cualquiera mujer que se codicia
(sea la mejor), lo deja a un hombre hecho
un pobre, un bruto, y lo peor, cornudo.»




Epitafio a una perrita llamada Armelinda


Bajo de este jazmín yace Armelinda,
perrita toda blanca, toda linda,
delicias de su ama,
que aún hoy la llora; llórala su cama,
la llora el suelto ovillo,
como el arrebujado papelillo
con que jugaba; llórala el estrado,
y hasta el pequeño can del firmamento,
de Erígone olvidado, muestra su sentimiento.
Solamente la nieve se ha alegrado,
pues si yace Armelinda en urna breve,
ya no hay cosa más blanca que la nieve.



Soneto


Enviando unos dulces a una dama, que no gustaba de otros versos
que los de Garcilaso, en ocasión de hallarse indispuesta.

Cerca del Dauro, en soledad amena,
con tu memoria, oh Julia, divertía
los males de mi triste fantasía,
de cuyo bien la ausencia me enajena.

Cuando por nuevo susto, nueva pena...
Ya no quiero más culto, Julia mía,
digo en pluma corriente, que ayer día
me dijeron que no quedabas buena;

que era el mal, resfriado, y yo en tal caso
almendras te receto confitadas;
prendas son de mi afecto en nada escaso,

y con motivo de tu mal buscadas;
cómetelas, y di, con Garcilaso:
¡oh dulces prendas, por mi mal halladas!




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ANA VERDUGO DE CASTILLA [17.076]

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ANA VERDUGO DE CASTILLA
 Sor Ana de San Jerónimo

Madrid, 1696 - Granada, 11/XI/1771. Poeta. 

Aunque nacida en Madrid, la vida de Ana, hija de los granadinos condes de Torrepalma, Pedro Verdugo e Isabel de Castilla, habría de transcurrir en Granada, donde recibió una educación esmerada desde su más temprana infancia, propia de una familia de arraigada tradición cultural. De hecho, se puede recordar que su hermano menor, Alonso (1706-1767), conde también de Torrepalma, será uno de los principales componentes de la célebre Academia dieciochesca del Buen Gusto, donde leerá sus composiciones literarias entre enero de 1749 y septiembre de 1751 y en la que ocupará varios cargos, conociéndosele por el sobrenombre de El Difícil. Pero también Ana Verdugo participaría en esta Academia, como pone de manifiesto la inclusión en las Actas de la sesión celebrada el día 20 de agosto de 1750 de su poema titulado “Afectos de vn alma religiosa. A una imagen de Jesús niño llevando la cruz a el ombro, y vna oveja asida de vna trailla, en la noche del Nacimiento”. En esas fechas ella llevaba ya más de veinte años recluida en el convento granadino franciscano del Ángel, por lo que la lectura del poema corrió a cargo de su hermano. 
Ana Verdugo manifestó desde su infancia un gran interés por las cuestiones intelectuales, especializándose pronto en las literaturas griega, latina, española e italiana. La educación de la niña corrió a cargo de su propio padre, hombre de gran cultura humanista, que le proporcionó una instrucción muy poco habitual en las mujeres de su época. La niña demostró una afición tan precoz hacia la poesía que se cuenta que a la temprana edad de tres años compuso una redondilla dirigida al médico que visitaba a una sirvienta de la casa: 


“Yo no quiero que penséis
que me tapo de vos hoy,
sino que penséis que estoy
durmiendo, y no me miréis”. 


Esta anécdota se relata en el prólogo que precedería a la edición póstuma de sus poemas. 
Durante su juventud concilió la frecuente lectura de la rica biblioteca paterna 
con la atención de actividades piadosas, en las que acompañaba a su madre, demostrando así una íntima fe que siempre la caracterizó. Además, su carácter inquieto y activo, dotado para las bellas artes, la llevó también a cultivar la pintura, uniéndola de modo singular a la literatura: “Sus cuadros, de asuntos siempre religiosos, los hacía a instancias de personas con quienes estaba ligada por vínculos de parentesco y amistad, y los enviaba acompañados siempre de epístolas generalmente escritas en estilo jocoso, describiendo el cuadro y hablando siempre de sí con la no fingida modestia que correspondía a sus angélicas virtudes”. José Parada y Santín, que escribió en 1904 un artículo sobre “Pintoras granadinas” al que pertenecen estas palabras, reproduce el romance que Ana Verdugo envió a su amiga Sor Marcela de San Bernardo, hija del Marqués del Salar, junto con dos cuadros que representaban a San Miguel: 

“Desmintiéndose divino
va (negado a los retratos),
y por culpas del pincel
también se desmiente humano.

El pintor pinta su genio,
y aunque esta gracia no alcanzo
según salió de severo,
casi que pienso en pensarlo.

Pero es el ángel guerrero
y es providencia el acaso,
y de ver que yo lo pinto
bien puede haberse enfadado”. 



Una profunda vocación la impulsó a ingresar en 1729 en el convento del Ángel 
Custodio de Granada, de la Orden Franciscana (radicado en aquellos años en la calle de la Cárcel), a pesar de la oposición de sus padres. Allí profesó un año después, adoptando el nombre de Ana de San Jerónimo. A partir de esa fecha, la temática de sus escritos, realizados por obediencia a sus superiores, se centró únicamente en motivos religiosos. 
Tras llevar una existencia consagrada a la oración, la penitencia y el retiro espiritual, Ana Verdugo falleció el día once de noviembre de 1771, después de más de cuarenta años de vida religiosa. A su muerte, dejaba una obra poética inédita de considerable importancia, que llevó a un canónigo cordobés, a quien ella enviaba sus textos para solicitar su opinión, a realizar una edición dos años más tarde. Así se publicó el volumen titulado Obras poéticas de la Madre Sor Ana de San Gerónimo, Religiosa profesa del conv. del Ángel, Franciscas Descalzas de Granada. Recogidas antes, y sacadas a luz después de su muerte, por un apasionado suyo (Córdoba, Oficina de Juan Rodríguez, 1773). 
La indudable calidad literaria de estos poemas llevó a Manuel Serrano y Sanz a afirmar que Ana Verdugo “tenía más alientos que la mayor parte de los versificadores de su tiempo”.





¡A ti ¿A quién, si no a ti, mis voces diera?
¿Quién, como tú, mis voces escuchara?
¿En qué otro mar mi llanto desbocara?
¿En qué otro pecho mi dolor cupiera?
Sor Ana de San Jerónimo


La crítica recuerda con cariño los delicados versos de Sor Ana de San Jerónimo (1696-1771), nacida en Madrid, hija de Isabel de Castilla y Pedro Verdugo, condes de Torrepalma. Él fue un destacado promotor en Granada de la Academia del Trípode y activo animador de la madrileña del Buen Gusto471. El culto prócer intentó darle desde su niñez una esmerada educación que, según los datos de que disponemos, incluía el conocimiento de las lenguas y de las literaturas griega, latina, italiana y castellana, que compartía con su temprana afición a la poesía. De manera inesperada, en 1729 profesó en el convento de las franciscas de Granada contrariando la voluntad paterna que la había formado para la vida social con gentes de su clase. De ella asevera L. A. de Cueto «que llenó de admiración a cuantos la conocieron, por sus acendradas virtudes, por su ingenio clarísimo y por su erudición extraordinaria»472. Escribió un folleto piadoso titulado Afectos de un alma religiosa. A una imagen de Jesús Niño llevando la cruz al hombro473, y fue autora de abundantes poesías antes y después de su entrada en religión, muchas de las cuales se han debido perder. Dio a la prensa, sin embargo, unas Obras poéticas editadas póstumas en Córdoba en 1773474, gracias al tesón de un admirador que valoraba en ella «su ejemplar virtud y el elevado numen poético, que fue sin duda la heroína de su sexo y de su siglo».
Los versos recogidos en este volumen fueron escritos en su totalidad dentro del convento, y parecen perdidos aquellos que le inspirara su musa civil. «Desde que tomó el hábito, renunció a toda otra lección que la espiritual, ni ha tomado la pluma si no es por obediencia y para asuntos Sagrados», asevera de manera ajustada la inicial «Noticia de la autora», que por otra parte se encarga también de subrayar su humanidad, su candor, su trato familiar, su acendrado espíritu devoto. Esta misma humildad le hacía aborrecer cualquier honor que derivara de la autoría de las composiciones poéticas, que sólo la obediencia a su superiora y la posible función catequética la avalaban.
Al parecer los poemas incluidos en el libro, sin que tengamos información suficiente para confirmarlo, siguen un orden cronológico. Sin embargo, el «índice» que cierra el volumen organiza el contenido por grupos de subgéneros poéticos, que nosotros recuperamos para hacer el análisis. Comienza con los poemas dedicados a la muerte de su padre el conde de Torrepalma, que se inician con un sentido «Soneto»:

¿A ti, a quién sino a ti, mis voces diera?
¿Quién como tú mis voces escuchara?
¿En qué otro mar mi llanto desbocara?
¿En qué otro pecho mi dolor cupiera?475



«El amor sencillo. Égloga pastoril, Nise y Belisa» viene después de un Prólogo de la autora en el que rememora la figura entrañable de su padre («un padre digno de mucha memoria»), que fundió en su ejemplar persona las esencias de las armas y las letras, el servicio al rey y la profunda erudición, la bondad humana y el sentido religioso de la vida. Desvela después la identidad de algunos de los personajes poéticos que emplea en la misma. La acción se desarrolla en la confluencia de los ríos Genil y Darro. Suenan en estos versos los ecos de Garcilaso de la Vega, algo desnaturalizados por la cristianización del tema, por la pérdida del sentido vitalista traspasado por el tono elegiaco y por el uso de un lenguaje menos armonioso, pero no tan barroco como el paterno. Original en sus aspectos formales, la autora hace de narradora hasta la mitad del poema, dramatizándose luego el relato en boca de los personajes Belisa y Nise. Y concluye:

Y con esto, si quieren mis madres
conceptos sublimes, estilos jocosos,
nuestra lengua tiene sólo un verbo.
Y así, ¡buenas Pascuas y Cristo con todos!
Y a ti, Niño, si en verte y mirarte
prosigo y prosigues tan tierno y hermoso,
por más que te estreche en los brazos tu Madre,
¿qué va que te como?476



Compuso otra égloga titulada «Los pastores, entretenimiento espiritual para Navidad477. Los pastores Friso y Silvio desarrollan una breve acción al amanecer que concluye con una adoración al Niño Jesús en el típico Nacimiento con su toro, su asno y sus ovejas, sin que falten los villancicos cantados, en compañía de supuestos pastores reales. Esto no impide que nos pinte la autora un ambiente deleitable en el que incluye algunos tópicos del locus amoenus clásico (valles, fuente, flores, el enjambre de «prudentes abejas» sujeto al roble), ciertos motivos religiosos (Reino Príncipe, Madre, el lobo y el cordero que pacen juntos, puerto) que conviven con la ornamentación de personajes mitológicos (Narciso, Pomona, Flora), introduciendo algunas finas pinceladas en la contemplación de la naturaleza:

¿No ves aun en la rama envejecida
a porfía brotar la tierna yema,
crecer las hojas, y prender unida
la fruta, sin que al yelo el rigor tema?
¿No ves la tierna rosa,
que aun oprimida de la bruta planta,
con despejado orgullo se levanta,
haciendo frente al Cierzo valerosa?478



Con el soneto recupera una forma que procede de la tradición renacentista, aunque ha abandonado la materia amorosa que le diera vida entonces. La antología ofrece una docena de estas composiciones, incluido el ya mencionado a la muerte de su padre. Todos tienen una entonación religiosa o moral: unos son hagiográficos (san Miguel, san Joaquín, san José, san Felipe de Neri, estampas biográficas sobre los santos de su devoción); otros versan sobre asuntos del calendario religioso y festividades (nacimiento de Cristo), otros se refieren a asuntos internos del convento. Curioso resulta el titulado «Pinta el estado de su vida, viviendo su padre, y después de su muerte», en el que confirma la tristeza que le embarga el alma por la muerte de su progenitor («sufro sin dueño, a esclavitud expuesta»).
Las tres canciones versan sobre temas religiosos (dos sobre Navidad), devotas y sinceras, mientras las nobles octavas heroicas se rebajan (o se elevan) ahora para volver a cantar la Navidad: «Y al pesebre, apoyando en tanto asilo, / sus pajas bese mi grosero estilo». Tono más elevado adoptan las dedicadas «A su hermano don Alonso Verdugo, día de san Ildefonso, después de la muerte de su padre y cercados de persecución» con el que intenta remontar la moral de su hermano y también la suya propia, utilizando para ello «mi rota lira»:

Y no tengáis a mal, que en este día
aun señas de dolor estén conmigo:
Quisiera os celebrar con melodía,
y el llanto descompone cuanto digo.
No ha lugar en mi alma la armonía,
justa la noto, y mi destino sigo,
que en la triste región en que he quedado,
también las Musas me han desamparado479.



El mismo derrotero de la piedad sincera siguen los romances heroicos que tratan de Navidad, a veces con tono descriptivo, otras con rumor de plegaria. Me detengo en los endecasílabos que llevan por título «A un Santo Cristo de particular devoción en tiempo de una gran sequedad», devota oración en tiempos de zozobra interior, con llanto íntimo del alma hasta que, por fin, «vuelve el río, la flor nace, ríe el mundo».
Es la endecha una copla de cuatro versos iguales de seis o siete sílabas (incluida la real con un cuarto verso endecasílabo) que se utilizaba para expresar la melancolía, la tristeza, el dolor. Hace Sor Ana de San Jerónimo un uso frecuente de esta estrofa, casi siempre con los consabidos asuntos religiosos. Muchos sobre el manido tema de la Navidad, para el que la autora repetiría en las sucesivas fechas del calendario (las titula Calendas) en las que ella permaneció en el convento, la Semana Santa, la Concepción, el Carmen. Graciosas son las que escribió como «Respuesta a carta del marqués de Trujillos, en la que le daba cuenta de las procesiones de Valladolid». Se ejercita por igual en las décimas o espinelas para tratar de idénticos temas religiosos o de circunstancias, quintillas, tercetos, coplas sueltas, seguidillas populares, o las mesas, o sea versos que se ponían en la mesa del refectorio en una celebración monástica en la que se invitaba a comer al Niño Jesús que se colocaba sobre una consola. Los villancicos eran letras para cantar posiblemente sobre tonadas conocidas, que son versiones a lo divino, como antaño, de composiciones populares. Así el titulado «Para cantar en el tono de los arrieros la Noche Buena», cuyo estribillo dice:

Por más que lo pregunto
a los vecinos,
sólo la fe me dice
quién es el Niño480.



También hace cumplido uso del romance, ya que incluye hasta treinta y seis composiciones, de desigual extensión. Versan sobre idénticos asuntos sacros (Navidad, hagiográficos) o sucesos del convento (tomas de hábito), adoptando ahora un mayor tono narrativo. Sólo rompen esta temática algunas curiosidades como «Dando Pascuas una tartajosa» u «Otro escrito en esdrújulos», que se convierte en un curioso ejercicio literario, que comienza:

¿Cómo he de hacer versos cómicos?
¿Cómo jocosos ni trágicos,
si ya del licor poético
no le queda gota al cántaro?481



Concluye el volumen con dos loas teatrales que estudiaré en el apartado de las dramaturgas. La lectura del libro de Sor Ana de San Jerónimo me ha sorprendido gratamente. No escribe versos de estilo tan barroco como suponen algunos críticos, ni tienen nada que ver con el de su padre, poeta barroquista que pertenece a la generación anterior. Utiliza subgéneros poéticos clasicistas, su ornamentación lírica es natural, no faltan los recursos ornamentales sacados de la mitología, muestra un cabal dominio de la cultura poco frecuente en otras mujeres, y maneja bien los recursos poéticos. Es muy profesional en la versificación: suave en la musicalidad de los versos y variadas las estrofas que emplea. Predominan los poemas religiosos, y las versiones a lo divino, donde son frecuentes los recuerdos garcilasianos. Si hubiéramos conocido solamente los versos escritos antes de entrar en religión no habría ningún inconveniente para situarla entre las literatas neoclásicas.







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JOSÉ JOAQUÍN BENEGASI Y LUJÁN [17.077]

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JOSÉ JOAQUÍN BENEGASI Y LUJÁN 

José Joaquín Benegasi y Luján, (1707-1770).
Escritor español. Nació en Madrid. Hijo de Francisco Benegasi, cuyos versos humorísticos fueron incluidos por su hijo en el libro Poesías líricas y joco-serias, 1743. También escribió vidas de santos en verso, como la Vida de san Benito de Palermo, 1750, o la Vida de san Dámaso, 1752. Escribió obras de teatro como: La campana de descansar, El amor casamentero y El ingeniero apurado.



El hijo del poeta y entremesista de Arenas de San Pedro Don Francisco Benegasi y Luján (1659-h. 1743) nació en Madrid, el 12 de abril de 1707; fue bautizado en la parroquia de San Sebastián el 24 del mismo mes.

Cayetano Alberto de la Barrera escribe sobre su formación:

“Recibió de don Francisco, su padre, una educación esmerada y piadosa, a la cual se prestó bien su natural capacidad y correspondió su indole dulce, humilde y apacible.

Heredé el mayorazgo y los señoríos de su casa, pero sin duda ya bastante menguados y empeñados con las prodigalidades y contratiempos de su padre”.

Aunque heredó los señoríos de Terreros y Valdeloshielos, y fue regidor perpetuo de Loja, vivió, efectivamente, con penuria. Participó en los círculos literarios madrileños contaminados de popularismo y epígonos de un conceptismo abaratado: F. Monsagrati y Escobar, F. Scoti Fernández de Córdoba, José Villarroel, Diego de Torres Villarroel, el marques de la Olmeda, el marqués de Avellaneda..., eran sus contertulios.

Tras matrimoniar dos veces, vistió el hábito de agustino en 1763. Falleció en el Real Hospital de San Antonio Abad, de Madrid, el 18 de abril de 1770.

Testimonio de sus estrecheces es el poema y su circunstancia contada por el mismo escritor:

“Habiéndose el autor puesto de hábitos, con el fin deque se dudase menos su vocación al sacerdocio y faltándole después gran parte de su renta para poder cómodamente costear la dispensación para ordenarse, hizo, ponderando el infeliz estado, de su estado indefinible, este SONETO

Sólo por dispensar la bigamia
cien doblones me piden, que no tengo,
con que a la iglesia yo, ni voy ni vengo;
y mucho de bayetas todo el día:

Entrar en religión bueno seria,
pero al mirar mi chico me detengo;
y en darle curador jamás convengo,
pues con el curador enfermaría.

Casar tercera vez, fuera locura,
vestirme de seglar, también lo fuera,
ser sacristán sin voz, es cosa dura.

Pues si no he de casarme (aunque pudiera)
ni he de ser fraile, sacristán, ni cura.
¿no seria mejor que me muriera?”.


Sus obras manuscritas e impresas han sido inventariadas por Francisco Aguilar Piñal.

Poeta festivo, ingenioso a veces, prosaico en demasía, ha merecido, con todo, figurar en una antología de los líricos del siglo XVIII, al cuidado de John H. R. Polt, quien selecciona una estimable “Instrucción clara, aunque sucinta, para poder el que la observare parecer señor en pocos días, dictada por la experiencia, para el común desengaño. Se hallará este papel en la calle de los Majaderitos, y le da a luz un escribano que vive en la calle del Gato”. en redondillas, más un soneto que retrata el carácter franco de don José Joaquín y su ideal de vida moderada:

“Ser liberal, según las ocasiones,
favorecer al pobre desvalido,
proteger y gustar del entendido,
y no querer jamás adulaciones;

usar de las decentes diversiones,
estar siempre de libros prevenido,
resistir los harpones de Cupido,
sabiendo ser señor de sus pasiones;

no atender al mordaz y lisonjero,
ni proceder jamás con ligereza,
observa quien ser sabe caballero.

Esto debe apreciar, no la grandeza;
porque es mejor cabeza sin sombrero,
que no tener sombrero sin cabeza”


Acentuando este carácter independiente, se permitió escribir en el Prólogo a las Obras lyricas y joco-serias:

“He omitido buscar para esta obra Protector (o Mecenas) porque una casa Grande en una Dedicatoria, como no cabe, está que retienta; particular no la buscaría, por evitar el yerme precisado a la inmemorial práctica de tener que hablar de árboles genealógicos;porque ni gusto de troncos, ni de andarme por las ramas”.

Acertó mucha más en las piezas teatrales cortas como los bailes El ingenio apurado, El tiro a la discreción, El Papillote, La campana de descansar, El Amor casamentero; y en la Comedia (que no lo es) burlesca intitulada llámenla como quisieren.

Precisamente de El ingenio apurado, “baile entremesado” en el que intervienen el Ingenio, dos hombres, tres majas, un jácaro y un borracho, dice E. Cotarelo y Mori que “quizás sea esta la primera pieza en que aparezcan, si como parece estos juguetes son de la primera juventud del autor, las majas y el jácaro, que ya no es jaque, sino un pobre músico siempre esclavo de su guitarra y coplero a merced del gusto ajeno”.

En una acotación del baile se lee: “Salen las dos majas, y el jácaro, ellas con las mantillas terciadas (y la una con pandero) y él con una guitarra debajo del brazo)”.

Pero mi deseo es aludir brevemente a cierta obra dispersa: los poemas que dedicó Benegasi a la casa real, tarea en la que porfiaron multitud de versificadores y poetas de categoría, Nicolás y Leandro Fernández de Moratín incluidos.

A pesar de los propósitos sinceros de negarse al servilismo, la penuria económica convirtió a don José Joaquín en un empeñoso loador y en pedigüeño impenitente.

De 1760 conservamos dos composiciones:

“Descripción festiva de la entrada de Carlos III y Maria Amalia los días 13, 14, 15 y 19 de julio de 176O. Madrid, Miguel Escribano, 1760”  “Romance heroyco y Glossa de una quintilla que con el motivo de la justamente llorada pérdida de nuestra, augusta Soberana la Señora Doña Maria Amalia de Saxonia, escribía D..., Madrid, Manuel Martl, 1760’.

A la segunda esposa de Felipe V escribió:

“Respetuosa súplica, que a la Reina Madre Ntra.  D’. Ysavel Farnesio hace en un Romance lírico Don Joseph Joachin de Venegasi y Luxán. Al Sr Marqués de Gamoneda dirigiendo por su mano a los pies de S. M. elpapel adjunto“.

En tal romance lírico no escasea el humor ni falta el guante:

Del Orden de Calatrava
fueron mi abuelo y mi padre.
¡Gran Cruz! Pero con la mía
parece de Monserrate.
Digo esto, por ser preciso
que quien te escriba o te hable
(no conociéndole) diga
si es Mendoza o si es Fernández.
Si me concedes piadosa
la gracia de que se mande
librarme algo, podré yo
de algo no bueno librarme.

Cuando en 1766 falleció doña Isabel de Farnesio, José Joaquín, con toda la hinchazón que se estilaba, publicó:

“LA AUGUSTA BELISA. Canción heroyca. en las (sic) que se refieren algunas glorias (pocas respecto las muchas que pudieran expresarse) de la Reyna Madre nuestra Señora (y Madre de todos por su piedad) la Señora D. Isabel Fernesio, dignísima de inmortal memoria”.

Ahora aparece el Infante Don Luis:

“Escribiála, y la consagra a los pies del Serenísimo señor Don Luis Antonio Jayme de Borbón, Infante de España (por mano del Excelentísimo señor Don Antonio Félix de Sylva, Conde de Fuenclara, del Real Orden de San Genaro, y Mayordomo Mayor de SA.) el más reverente, amante y rendido apasionado vassallo de nuestra amabilísima Soberana (que de Dios goza)”.

De la reina difunta dice en sextinas de arte mayor:

De la Gran Reyna, y Madre tan amada,
y como Madre, y Reyna tan llorada
canto las glorias, que los más no ignoran;
aunque ya no se cantan, que se lloran:
verdad, que en mi la verifico tanto,
que lloro más y más, aunque las canto.,.
El panegírico envuelve también a Don Luis:
Con nuestro siempre venerado Infante
en retiro y virtud vivió constante,
encontrando en su Bracero,
Hijo, Cortejo, Atlante, Compañero;
y aunque la Parca sus fortunas trunca,
afligida se vio que sola nunca”.

LA AUGUSTA BELISA va precedida de composiciones a destinatarios diversos y entre ellos:

Al Sermo. Señor Don Luis Antonio Jayme de Borbón, Infante de España. etc. “Amable Infante, en quien brillaron siempre prendas tan altas, y tan apreciables, que por cada una sola (¡qué harán todas!) no te faltará el itulo de amable.

Alaba la piedad filial de Don Luis, atento a su madre en el destierro de
La Granja:

Tú, que Augusta, venerada Reyna
Constante, fino (y mucho) acompañaste,
evitando tu dulce compañía
las que fueron amargas soledades.
Tú, que por esto mismo, conseguiste
que su Amito la Reyna te llamase,
probando en esto lo que te servia,
y lo mucho que quieres que la pagues.
Y aquí asoma lamano mendicante de nuestro poeta:
Aasi, Señor, huyendo al detenerme,
por huir de cuanto pueda molestarte,
te digo, que ese rasgo de mi Numen
espera de tus rasgos que le ampares...


Por  Eduardo TEJERO ROBLEDO




ISIS AQUINO [17.078] Poeta de República Dominicana

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ISIS AQUINO

Isis Aquino (Santo Domingo, 1986) poeta, narradora, gestora cultural, editora y traductora.

Inicia su vida cultural en el Círculo Literario Yelidá (2002-2004). En 2003 crea la revista underground Tábula Rasa.  En 2004 poemas suyos aparecen en la revista Vetas (No. 73 y No. 75). También ha publicado en la revista Alcándara (E.E. UU, Año I, No. 1).

Sus trabajos aparecen en las antologías “Material inflamable: 30 poetas dominicanos” “La poesía dominicana, el secreto mejor guardado del Caribe”, editado por el intelectual peruano Pedro Granados, “A viva Bosch, 100 poetas cantan a Juan Bosch”, “Sobre un costado del Planeta. Muestra de Poesía Dominicana (1970-1990)” publicado por Catafixia Editorial (Guatemala) y el libro “Esto no es una Antología: Palabras que Sangran” publicado por El Arañazo, Colectivo Literario.

Como gestora cultural cabe destacar su labor como fundadora del Círculo Literario “El Viento Frío” del cual es coordinadora desde el año 2007, y como miembro del Colectivo Literario El Arañazo. Forma parte del colectivo Y También soy Palabra desde su fundación en el 2011. Es directora de la Editora Cartonera “Los Suicidas”, único sello cartonero de la República Dominicana. Es autora de “Balas Perdidas” (edición cartonera, 2014) y Quod Scripsi, poemario publicado bajo el sello editorial Vetas en julio del 2011
Ha recibido los siguientes premios:

-2do lugar en el VI Certámen Nacional Para Talleristas (poesía), 2010 (R. D)
-Accésit en el 8º Certamen Internacional de Poesía “La lectora impaciente” (España, 2010)
-3er Lugar en el XXXXIX Concurso Literario de Navidad del Arzobispado de Higuey (poesía),  (R. D, 2011)
-2do Lugar en el VIII Certámen Nacional Para Talleristas (cuento),  (R. D, 2012)

Enlaces relacionados: 





27 píldoras

Una, la primera,
por el primer y único beso que nos dimos
La segunda
por el lugar que siempre ocupo en cada cosa
La tercera
por las veces que he intentado hacer lo mismo en el pasado
La cuarta
por los poemas que te he escrito... ¡malnacido!

La quinta
porque aunque no siento ya la punta de los dedos
sé que no han sido suficientes ni para llegar a la sala de emergencias

Y cinco más de un golpe y otro trago
y cinco más y son quince, pero faltan
y sé que no es razón suficiente el estar harta, pero 
¡Maldición! sí que estoy harta
de cometer tantos errores y que sean los mismos
casi siempre
de dar más explicaciones de las que tengo
de llorar como una idiota
de ser una idiota que llora por cosas baladíes
ya no pienso
ya no siento
pero sigo: 
16 por la edad que tenía cuando conocí al demonio
17 por Medardo Ángel Silva y su pistola
18 por Leautremont y su descenso a los infiernos
otro trago, menos hielo
20 por los hijos que no tendré y los libros que no he escrito
por Kurt Cobain y su escopeta
por la playa de Alfonsina...
tengo nauseas, 
tengo frio
ya estoy cerca

Cinco más de un golpe y otro trago
Luego vendrá el doctor a decir lo que todo el mundo sabe:
«Señora, su hija ha fallecido, hemos hecho todo lo posible»
y ella pensará que es una vergüenza
¿qué irán a pensar los compañeros del Partido?

26... y no me enterrarán junto a mi padre, que tanto me quería
el Rector de la UASD mandara una corona 
Alexéi Tellerías me escribirá un poema
los choferes de la Bolívar colgarán un listón negro
del retrovisor derecho
por la que se quedaba frente al Parque Independencia

...e irán a velarme hasta los que no me conocían
algunos llorarán, otros solo asentirán muy gravemente
luego beberán ron en el Parque Colón
oyendo a Héroes del Silencio y Soda Stereo. 

El muchacho que nunca me quiso se sentirá culpable secretamente
por un rato
y luego de que no fue por el después de todo
y hablará de cualquier cosa
cuidándose de no decir mi nombre

Luego, se olvidaran de mí tranquilamente
pero yo ya no estaré
para sentirme abandonada
para sentir que se me rompe el corazón de un puñetazo
como si mi alma la arrastraran los caballos de la angustia y la vergüenza
si, ¡vergüenza! de llorar
de llorar tanto por el
de ahogarme en esta neurastenia cósmica que exhalo
de tener un Chernóbil en el pecho
¡Estoy harta!

¡Estoy harta!

¡ESTOY HARTA!

27.



Guilty Pleasure

Labios Amaretto
madrúgame un verso
cincelado de hastíos

permanece en mí
como un filme de Polanski
como un cuadro de Beksinski,
navaja sin filo para sacarle punta 
a mis temores
Subtexto de un poema que termina
           en pesadilla sintáctica
(madrúgame un verso)
sin tu nombre

Labios Amaretto
embriágame de dudas
tu deseo triangular adormece mis esfínteres
carmín en el cuello de tu camisa de fuerza
soy?
no?
cincélame de hastío 
media palabra descarada!

Enséñame a no tener alma 
ni memoria
suponiendo que aun exista el mundo
teach me how to speak in your language of enigma.





Espejo (Poema para un Poeta)

Te juro que cuando sea
será para siempre
Alexéi Tellerías

Eres quien dejé de ser hace ya tiempo
buzo de bibliotecas
taxidermista de versos
extrayendo vocablos en bruto de las canteras del logos

Eres, más que yo misma en otros tiempos
náufrago abandonado en una isla sin verdades
Rosa prensada en el capítulo siete
frase subrayada en un libro desterrado

Eres todas estas cosas y muchas otras, pero
¿...cuándo dejarás de ser, sin embargo
libro de Morelli en el estante de Oliveira
pescadito de oro de Aureliano Buendía
tocadiscos que sobra en la mesa de Harry Haller
botella de licor en manos de Stephen Dédalus...?

¿cuándo?
Cuando dejes de serlo 
finalmente serás
quien soy ahora



El poema que escribí mientras dormías la mañana 
que me fui sin despedirme

Fuiste un momento de desesperación
como una navaja demasiado al alcance de la mano
Ahora me pesan las cicatrices de tus besos 
ahora me hielan la sangre tus caricias

Con el retrato de Pizarnik
que tienes junto a la botella casi sedienta 
que atenta contra el humo de tus pasos
en este rítmico ritual de desapego,
te dejo la taquilla rota de un concierto de besos clandestinos
te dejo mis metales para que los fundas
y te hagas una daga con cianuro
y el cenicero de este vals desaforado
para que claves sus esquirlas en tu espejo

Porque no fuiste más que un traspié en mi camino
una silla a la sombra cuando el tiempo apremiaba
y porque este es el momento de reemprender los sueños
que quedaron prendidos de tu pelo mientras profundo dormías.

Ahora Despierto y te abandono
sin pedirte perdón, sin despedidas.



Quiero Cantar esta canción 

Quiero escribirte un poema
 a ti que abriste este libro sentado al borde de tu cama 
Quiero destapar[te] el cofre que contiene
mis confesiones más sórdidas y oscuras 
los anhelos extraños de un alma carcomida por lo siglos 

Quiero cantarte una canción que habla del odio que llevamos todos dentro
que pese en las venas y los oídos del mundo
que coagule cada una de las sonrisas de la especie 
que le salga, ennegrecida, por las uñas a quien se atreva a escucharla 

Quiero cantar esta canción 
hasta que te posea cada nervio 
y la reciten de memoria los monjes y ermitaños 
los niños que dan brinquitos de camino al colegio
con los ojos perdidos en mundos invisibles 

Quiero escribir una oda sin alma 
para que la invoques al descender a la muerte 
para que reces de noche cada uno de sus veros 
y penetres en el mundo de cada uno de sus caracteres infinitos 

Hoy había querido yo elevar este canto 
pero tú abriste el libro al borde de la cama 
buscando, sin hallarlos, jardines deliciosos 
oasis de belleza portentosa 
y pensaste al leer estos horrores 
que te habías equivocado de página. 




Sacramento

Hay algo de odio en estos versos 
que ahora empalan mi alma 
algo de violencia en esta impura misantropía 

¿Acaso he de romper todos los espejos 
en que el Universo se reproduce eternamente,
o debo ser yo la destructora de mis propias columnas? 
Sí, hay algo de odio en estos versos
 como hay de filosa oscuridad en los ojos del durmiente

Pero también, si me permiten, hay algo de sagrado en este odio
el primigenio desdén de los dioses hacia el Hombre
que alimenta las pasiones, que alimenta los placeres
la infinita delicia de esta soledad arcana 

Sí, hay mucho de sagrado en este odio. 


Ars

Nunca he tenido altares
no puedo ser iconoclasta 
Tengo un playlist de palabras desdichas
y desamparo es una de ellas 

Estoy sola, pero no estoy perdida
Tengo frio, pero no tengo miedo

Perdón por mi falta de irreverencia
recuerda que solo soy una niña
perdida en esta feria 
de voces de tapa dura
y esta es la temporada de tener telarañas en el hipotálamo

El arte es una herida absurdamente bella.




Séptima Muerte

Mi séptima muerte se me presenta sin ceremonias
esta aquí
en el filtro del cigarrillo
y al borde del vaso
en los átomos vibrantes que respiro
y en los que me deshago sin prisa con el pasar
de las palabras que aun no escribo

Lo sé, no hay que dar más explicaciones
ya había muerto otras veces
tengo la experiencia de lo imprevisible danzándome en las venas
soy otra vez una pequeña angustia descarnada
cicatriz en la piel misma del silencio
y me entrego sin reservas y en caída libre
a las pompas fúnebres que la soledad me aguarda
en la indulgencia del desgano

El voluptuoso placer de mi caída me embriaga
pero tendrá final igual que todo.
Por séptima vez he muerto, sí
pero estoy condenada a levantarme del sepulcro
una vez más




(sin titulo)

                                                                                          ?????

Esta noche el bar es un altar 
donde comulgan todos los hijos del infortunio
uno junto a otro sorben el veneno tristemente
sin mirarse

He despertado de la borrachera atroz de la adolescencia
sabiendo que no soy la mensajera: 
     soy el mensaje
Me he calzado las botas por última vez
dispuesta a desandar mi propio abismo
La falacia del amor ha servido el trago amargo de la cordura
tragué su ajenjo hasta la última gota 
y ahora mi corazón es un diamante

Yo, que me había armado contra la justicia
entrego los fusiles de mis sueños 
pues mis uñas son más filosas que la histeria 
Hoy el cielo se viste de mí y recobra equilibrio:
soy la diosa olvidada cuyo nombre
reclaman los oscuros litorales del silencio

En el recuerdo queda aquel pudor impronunciado
el miedo ante los diccionarios del deseo:
las palabras, en danza sicalíptica
las poseo convocadas por el ritmo serpentino 
de mis dudas
el poema nace de sus azules caricias
de sus salados gemidos

Por eso, con tintas oníricas escribo mi destino
ya no soy hija bastarda de la noche











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ANA DARDER PIZÁ [17.079]

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Ana Darder Pizá

Soller, Mallorca - 1983

Mis proyectos versan, en su gran mayoría, sobre lo efímero e intangible, como los recuerdos, el pasado o los sueños. Me gustaría pensar que creo poemas visuales, imaginarios autobiográficos que enlazan fragmentos de realidad y ficción. Buscando la belleza y la melancolía, así como un “tempo” sostenido en un limbo particular.

08/09 Master en “Visual Media Design” (postgrado de Diseño Gráfico y Fotografía y postgrado de Diseño Gráfico y Televisión) en la Escuela de Diseño Elisava de Barcelona, adscrita a la Universidad Pompeu Fabra.   – 07/08 Curso de Formación Inicial del Profesorado de Enseñamiento Secundario de Educación Visual y Plástica. “C.A.P”. – 03/08 Licenciada en Bellas Artes, itinerario de “Imagen”, en la Universidad de Sant Jordi de Barcelona, UB. – 09 Taller de emulsiones fotográficas del siglo XIX. Centro cívico Golferichs, Barcelona. – 07 Taller de emulsiones fotográficas alternativas. Laboratorio de fotografía de la Universidad de Barcelona. 06 Taller de técnicas de positivado en B/N. Laboratorio de fotografía de la Universidad de Barcelona.

010/014 – Fotógrafa. 01/06/010 – 21/08/010 Realización de fotografías para la cadena de hoteles “Catalonia”. Renovación de las fotografías de los hoteles para página web y catálogos. 08/09/010 – Fotógrafa “freelance” de la Escuela de Diseño Elisava de Barcelona, realización de fotografías de exposiciones, conferencias, seminarios, inauguraciones, etc, para los newsletters, página web y catálogos de la Escuela.

014 Poemario “Trescientos años y un día” Primer premio de poesía en castellano del Certamen “Art Jove” de les Illes Balears. 013 Becada en el seminario “El álbum familiar: otras narrativas en los márgenes” – Universidad Internacional Menendez Pelayo, Diputación Provincial de Huesca. 013 Microbeca expositiva “FIRST FOCUS” – Festival de fotografía “Palmaphoto”. Exposición colectiva “Identidades: Espacio, lugar, territorio” – Galería Abba Art Contemporani. Palma de Mallorca. 013 Seleccionada en la “3ª Jornada de Autoedición” + “1º Best Self Publishing” – The Privat Space, Barcelona. 012 Seleccionada en “Autoedición expuesta” en el marco del Festival Internacional de Fotografía “SCAN Tarragona 2012”. 012 Finalista de las “X Becas Roberto Villagraz” – Escuela de Fotografía Efti, Madrid. 011 Ganadora del premio “Visionados Emergent – Fundació Sorigué” – “Festival de Fotografía y Artes Visuales Emergent” – Lleida. 011 Finalista de los premios “Rei en Jaume 011” de Artes Visuales de Calviá, Mallorca. 011 Mención especial del jurado – Certamen de Artes Visuales “Art Jove” – Baleares. 010 Publicación de la serie “La chica zombie”. Revista de fotografía e ilustración “Carpaccio Magazine”. 010 Ganadora del premio “Emergent 010” Pati de la Llotja – Lleida.




POEMAS Y FOTOGRAFÍAS DE ANA DARDER PIZÁ



Quemada mi cicatriz
Hasta el hueso y los hierros.

Cauterizada mi vena, mi neurona, mi palma y mi ojo.

Esa pena que vuelve.
Y yo esa piel de cordero.






Poema 301

La tormenta en el vaso,
el beso rendido,
y mis ojos de piedra.






Lo que sigue

Mi alma se mece
en este nido de mirlo,
cayendo hasta el fondo
entre padres y espíritus,
veneno y rosas.

Aquí está.
Este es mi dolor,
un punto de ira
entre mis vértebras.

Esta casa que me hiere
y que me lame.

Aquí es fácil beberme
la tierra fresca,
alivia mis pequeñas tormentas.







Mr. Gris

Las cadenas atadas en mi costilla
se rompen de tres en tres.
Llegaban hasta tus hilos de plata,
allí donde los nidos y las pupilas verdes,
cambian como el viento.
No soy nada para ti,
Entonces en “nada” me convertiré.
Y “Nada” estalla,
Se eleva,
Grande,
Inmensa,
Abisal.
El fondo mas oscuro del océano.
En esa terrible ola me pierdo,
La abrazo y me duermo,
Feliz.
Soy la destrucción y el salto
y mi guía es una estrella de piel y tinta.
Recuerda,
Siempre,
vender caras tus espinas.






Ghosts

He heredado la melancolía
de los muertos.

Mi humor hoy es tosco,
como el tiempo,
brea negra y cenizas.

El mal aliento de este Febrero
no termina nunca.

La cajita de cartón está abierta,
y el pájaro herido aún late,
bajo el algodón y el miedo.

Tal vez soy yo,
Intentando ladrar,
y respirar al mismo tiempo.





Eco

La gran casa,
engulle y engendra,
polillas y ranas.

Sin ideas para el final,
El gran aplauso está ciego,

Sigo pensándote.
Atascada entre los dientes.

Las montañas son horas,
Los gatos son muertos,
Los niños son piedras.

Mis manos de tiza,
las recolecto como gotas,
lamiendo las cicatrices.

Quemando las horas.






Tres días

Mi estómago son culebras,
que laten en lo más hondo.

Llueve sobre el hueso.

Sigo aquí, justo aquí.
Entre las hienas hambrientas
y el león perdido.

No dejo de pensar,
en dormir dentro de ti.

Mi cuerpo se va y me deja…








Mayo

Alma negra,
pájara y libre,

Pálido es el mirlo,
come de mi rostro,
engulle todo;
lágrimas y avispas,
arañas y risas.

Mis pies y manos izquierdos,
en sueños de barro y cieno,

Mis ojos tuertos,
pelean por el mejor pedazo,
lo quiero todo;
el sueño y la caricia,
la corona y el lecho.

Hogares,
perros,
recuerdos,
caballos,
maestros…

Todos colgados
entre las ramas del tiempo,

Extraño aliado,
mitad niño,
mitad muerto.




– Febrero –

Mi dulce hogar Invernal.

En febrero mi corazón arde de frío,
Palidece entre las costillas y la carne,

La escarcha fría cae de mis ojos,
El viento anida dentro de mi cabeza de chorlito,
hueca como la cueva aquella, la del mar y el pintor.

Hay pensamientos enredados entre mi pelo,
A veces negro, a veces gris,
Son tibios y fríos como piedras blancas.

Petirrojos, mirlos y gorriones;
Besad todos mis dedos,
Quebrad mis ramitas de pino,
Mi tronco de hueso fino.

Si masticáis lentamente mis ojos,
hasta el hueso, os daré mi bendición,
todos los días hasta contar hasta tres.

Tal vez así podría ser tierra derretida,
El latido de un gusano feo y diminuto,
Pez de sangre escarlata y escama.

Valiente hasta la médula,
El tiburón muere si descansa.






A.M.E

Hoy amanecen piedras
en el cielo,
Tengo frío en el alma,
Aire en los huesos,
Yo sólo quería querer,
palabra corta y bonita,
Felices,
Perdices,
The end,
punto y final.
Pero el mundo está
completamente seco,
no quedan lágrimas
en el cielo.




28

Humo negro en el alma,
Manchas de tinta,
¿sólo 28 años?
Cansado tengo el pecho,
mil años en cada ojo,
Quiero dormir en la tierra roja,
encendida de fuego,
Cien años más en los pies y
en el vientre,
Todos estáis cansados, lo sé,
cansado lo tengo todo ya,
Cien mil años por ojo.
Un cero en todo lo demás.







22 de Abril?

Mis dientes salen huyendo,
Tacitas de porcelana,
Chirrían como coches viejos,
Abiertos y destripados.
Sueños líquidos,
De manos fundidas
Y besos robados,
Hay un agujero en la pared
de mi cabeza,
me lleva hasta el Ebro.
Corre, corre, liebre gris,
Entre neuronas y sangre,
Se ha perdido,
Sus entrañas son nubes y viento,
Cambian de color bajo el sol.





2 de abril

Los perros aman con sinceridad,
Hoy el sol explota, me come, me hunde…
Mis brazos como palos,
Soy todo huesos y pulgas,
Me nacen pequeñas hojas,
Verdes, lilas y rojas.
Las golondrinas me besan y me cantan,
Y yo les sonrío, aún sin dientes.
Todo es verde aquí,
como tú.
Creo que los pájaros cantan para no morir.









.







BERNARDETTE CAPELO [17.080] Poeta de Portugal

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Bernardette Capelo 

(Portugal, 1948). Poeta y educadora. Durante 43 años fue profesora tanto en la enseñanza básica, en la secundaria como en la superior. En esta última etapa, entre 1977 y 2000, estuvo como profesora asistente en la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa, con una estancia de seis años en París (1990-1996), donde fue lectora en la Universidad de la Sorbona (París 3). Sus áreas de estudio y publicación han sido, principalmente, la Teoría de la Literatura, la Literatura Portuguesa Moderna y Contemporánea, la Literatura Brasileña y la Literatura Infantil y Juvenil. Hasta ahora sólo había publicado sus poemas en algunas revistas y libros conjuntos.

La selección de los poemas se hizo del libro ‘Lo que mi corazón sabe de la semilla’, una edición bilingüe (portugués-francés), aparecida en Paris el año 2014 y bajo el sello de Éditions Convivium Lusophone. Tiene un prefacio de Albano Martins, una acuarela de portada hecha por Alberto Peixoto y la traducción al francés estuvo a cargo de Anne-Marie Quint.

SELECCIONADOS Y TRADUCIDOS POR ALFREDO PÉREZ ALENCART
http://www.crearensalamanca.com/





LA VOZ ES DULCE…

“La voz es dulce / como un perfume…”. Estos versos del poema núm. 27, aquí recuperados para introducir es volumen, que no necesita de otras palabras más allá de las suyas, sirven para decir lo que ellas, las palabras, en su nítido perfil y en su aguda textura, esconden y proclaman: la levedad, la transparencia, la simplicidad – la magia – de un discurso que es al mismo tiempo observación, reflexión, meditación, compromiso, emoción y asombro. Ritmo, también. También melodía. Deslumbramiento, en una palabra.

La proximidad de estos poemas con el haiku no viene tanto de la forma por la cual se presentan, sino de la voz, humilde y cristalina, que los recorre y de la reverberación de la mirada que mansamente se posa sobre las cosas, las matiza y envuelve en un halo de imponderabilidad y de misterio. Tanto es suficiente para que la ‘hora’, la nuestra, se incendie y el cosmos se concentre sobre la mesa. Es allá donde “la marea crece” y soplan los vientos que abren los caminos del desierto. Porque es lo que el poeta habita, con la soledad por compañera. Tanto basta, en suma para que el perfume que recorre estas páginas transborde y se transforme en pura esencia. Es la morada de la poesía, el lugar del poeta.

ALBANO MARTINS


LO QUE MI CORAZÓN SABE DE LA SEMILLA

Breves palabras se esparcen en el silencio, y dice mucho por su corona de latidos: breves palabras que la ola del tiempo no disipa: breves palabras, incansables en su luz, cual meteoritos en la memoria.

A. P. Alencart



6.

La llave secreta 
conoce todas las puertas: 
prodigio de la semilla


9.

El crepúsculo
tiembla en el jardín: 
alzo la copa.


16.

Dulcemente la voz 
del viento dice: 
sé como la estrella.


19.

Mi jazmín exhala 
lo que mi corazón sabe 
de la semilla.


22.

Se eleva la luz 
al fondo del horizonte: 
aparición del mundo.


25.

Atardece en el jardín –
el canto de los pájaros 
despierta los árboles.


30.

Las palabras llegan 
como olas: 
el mar de la alegría.


31.

Qué importa la hora 
si estamos dentro – 
morada del instante.


35.

Mira: la madrugada 
se levanta – la felicidad 
pliega las velas.


36.

Brilla la estrella: 
parece la misma 
otra es la oscuridad.


41.

Como si fuera 
una flor: el recuerdo 
viaja en el perfume.


45.

El mar – la dulzura 
de la arena nace 
de tus manos.


48.

La emoción del instante es 
rosa del desierto: el tiempo 
no nos pertenece.


50.

Recorrer los caminos: 
tocar el ancla 
de los días felices.


51.

Estar aquí y al mismo tiempo 
mis ojos están allá: 
presente de la memoria.


53.

La espera araña 
la piel. Lo cerca 
es de nuevo lejos.


54.

Amarillecen las hojas: 
señalan que el equinoccio 
está entre nosotros.


56.

Digo otoño: 
es el tiempo de plegar 
las velas de la alegría.


60.

Soledad.
Estrellas en la soledad:
el milagro de la memoria.


61.

Los versos se abren 
sobre la mesa – el cosmos 
se concentra.





JOSUÉ CALDERÓN [17.081] Poeta de Venezuela

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Josué Calderón 

(San Cristóbal, Venezuela 1993). Estudiante de letras mención Lenguas y Literaturas Clásicas de la Universidad de los Andes – Estado Mérida, Venezuela. Ganador del tercer lugar en la mención de poesía en el concurso “Explosión Cultural Bicentenaria” nacional en conjunto con Jesús Montoya y Fernando Vanegas por el poemario “Once poemas en los cuadernos de noviembre” cofundador del grupo literario los hijos del lápiz.




Apuntes desde el Eretz


1

Dioses
vednos pequeños como nuestras grandes manos 
y con el pecho helado de una cueva
y si tenéis manos, acaricien nuestro cabello
dadnos de nuevo el fuego 
pero uno diferente 
el cual brote con el choque de un abrazo.

  

2

Hombres 
las palabras nos quebraron los dedos
y este dolor cubre las llagas desde los pies 
hasta la bestia del corazón verdadero,
han disfrutado de tierras largas y hermosas,
pero belleza, qué tan real eres cuando no abres los ojos.

  

3

Tu boca no está hecha para maravillarse de una noche sin estrellas.
Tus ojos se orbitan rápidamente donde el magma estalla la máquina que ama.
Te has quedado sola, hasta despertar, donde la luz quema.



4

Amigos, tengan fuerzas,
nuestras manos están suaves,
aún no hemos gritado nuestro nacimiento
dentro de este gran vientre llamado cielo.



5

Madre, tus arrugas apenas brotan por tu rostro, 
dices que guardan cada recuerdo 
de tú hijo que te hizo llorar.



6

Padre, tus manos ahora no pueden acariciar sin lastimar,
y este cielo azul, grande e infinito es tu vientre
donde calentarás tus manos.



7

La poesía ha sido el himno,
la unión de los amigos,
el verdadero dolor detrás de sus palabras,
 siempre tristes, siempre trasnochados,
elevados en las noches
e iluminados en las calles por los faroles encendidos,
pues parece que lo único que nos ha traído es oscuridad en vez de alegría.
Es un castigo al Alma, una forma de amar a la belleza que apenas tenemos y
que se aleja cada vez más en cada poema,
en cada respiro atrayente de vida
en la alegría fulminante,
en el pesimismo siempre altivo
que anda y camina
escabulléndose hacia calles oscuras,
representación de nuestro corazón.
Nuestra intención en principio fue creer en el hombre,
en la humanidad que nos separa
y en los abrazos que nos unen.
Cuando niños los ojos nos aleteaban como una mariposa
eran nubes donde los dioses descansaban
y aunque habláramos la lengua caía al piso
por la magnética imposibilidad de representarlos en el lenguaje.
Así los labios se nos fueron cerrando fuertes como un puño
de victoria, derrota y silencio.
Ya de grandes conocimos la poesía
y un poco de nosotros mismos en el otro
para buscar en la cima
lo que únicamente era bello.
La miseria no fue castigo
pero sí
lo fue la lucha contra ella.
Lo fueron aquellos rezos de años atrás
cuando creíamos que el espíritu divino
llevaba el único deseo
de que la vida no se escondiera en un sueño.
Sueños con ojos cerrados, mudos
dirigidos al dolor, a levantarse y cepillar los dientes
y olvidarlo
aquellos recuerdos no nos pertenecen
aquellas licitudes nos duelen
y nos es imposible escribirlas.
Eso nos unió y unirá a todas las generaciones de poetas de cada era
como las palabras de fuego quemarán la oscuridad
para comprender la luz, así me decía un amigo
creyendo y alejándose a cada instante de la verdad en la cima de ella.
El único estilo de vida de aquellos viejos amigos
que aún me acompañan
es el dolor, el amor, y la esperanza.
Fernando y Jesús, eternos borrachos de los bares más alegres
Cristian, chileno, no estés atrapado en la misericordia de tu cuerpo
Latinoamérica está en los cabellos de los andes
Sasha, eterna enamorada de la sinceridad de un corazón
amigos esta fiesta está en la cima de la guerra
Diego, te deseo el cielo para que te sientas libre
Manuel, ya quiero que tu Liam nos acompañe y me pida la bendición,
Roberto, no estés triste pues tu cuerpo es viento
y aquellas personas que he conocido les agradezco haber estado conmigo
Romero, la primera cerveza con la mano izquierda no fue la última
Devia, pinta paraísos azules en tus ojos
Omar, definitivamente la salvación está en el amor
y esta es nuestra forma de amar.
De este modo les pido perdón por callar
pero el tiempo siempre juega las suyas
cuando uno lo ve desaparecer.

  

8

Entre cervezas, grandes caminatas y muchas personas
juegos, risas y algunas tristezas
algunas tuyas y otras nuestras
entre la incertidumbre mía de lo real
y entre la tuya que fantaseaba por otros mundos
y la mía que me hundía al fondo de la tierra
has aparecido floreciendo como una estrella en el cosmos
alumbrando el oscuro espacio de mis manos
para hundirte también como los tesoros de la humanidad
en el océano.



9

El dolor está oculto en las arenas,
cada grano fue una lágrima que se ha secado.
Por eso, la soledad se parece a un desierto/ con la esperanza de un oasis
para que calme tanta pena.
La maravilla del desierto no está en su extensión, sino en su silencio
y su cansancio.

http://afinidadeselectivasven.blogspot.com.es/2013/07/josue-calderon-san-cristobal-1993.html






CLARED NAVARRO [17.082] Poeta de Venezuela

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Clared Navarro

Clared Navarro, Valencia, Carabobo, Venezuela (1992). Estudiante de Educación mención Lengua y Literatura en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo. Ha participado en diferentes talleres de creación literaria de la región. Textos suyos han sido incluidos en antologías de voces jóvenes tales como Novísimas voces, antología de poetas liceístas III (2008) y Antología de La Letra Voladora 2007-2009 (2010), así como también en diferentes publicaciones del estado Carabobo. Actualmente dirige la revista de cultura universitaria La Tuna de Oro, publicación editada por el Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo, en donde también se desempeña como beca servicio y traductora. 




Poco sé de mí:

sé el nombre que me dieron mis padres
y el que me he dado yo 
con el tiempo

Sé de mi talla
que llenó un vientre
y llenará la tierra
más tarde

Estuve con los hombres
y nada mío conseguí entre sus manos

Conocí su vida y su trabajo
anduve sus caminos
pero poco de mí estuvo entre ellos

su paso fue distinto al mío

Esto es todo lo que sé.



***



Me piden que tome nota
que camine con elegancia
que sea educada y sutil
                        eficaz y prudente

que utilice sólo colores
que se vean bien en mi piel papelón

que aprenda a callar
a plastificarme los dientes
y hacerlos brillar frente a los amigos

Me piden que guarde
todo registro administrativo de la familia
y cosa con dulzura pantalones rotos
que cocine sin agregar lágrimas a la salsa
y acepte con emoción regalos
como planchas
lámparas
floreros

Y yo cumplo con el modelo
al pie de la letra
empleada del mes cada mes
ejemplar como ninguna otra

Pero ah,
cuando me canse
cuando decida
- cuando realmente decida
cuando reviente

Volverán a tragarme los grandes demonios
y aunque traten
no se dormirá de nuevo el animal



***



Madre,
¿por qué mi hijo no se mueve?

He pedido abrazarlo,
lo tienen escondido
para que duerma.

Mi hijo nunca quiso descansar,
madre,
siempre corría todo el patio,
saltaba,
había que llamarlo de lejos
para que viniera a comer
y él siempre llegaba tarde
lleno de tierra.

Madre,
mi hijo hoy está serio
mientras duerme

¿Qué pasa?
¿Por qué no se mueve?



***



Las calles se llenan de niños
lloran, balbucean, duermen
son todos hijos míos
y no puedo verlos.

Aún no han nacido
pero están ahí

por ellos resisto.



***



No es el amor lo que me preocupa
sino la manera de encontrarlo

Sé que me espera hombre
que ha juntado para mí
todas las trinitarias del mundo

Pájaros que florean las copas,
háganme entender esto,

pues debo cruzar el monte 
totalmente sola
para alcanzarlo.




BARRO

Si el barro se endurece
yo también puedo hacerlo

Moldearme hasta la forma que deseen
ser lo útil de un vaso
y con la luz volverme piedra
y resistir

Pero si al lanzarme al charco
mi forma queda marcada
entonces que esa imagen se seque
bajo el sol

Y venga a vivir esta vida
que yo no quiero



***


A veces pasa,

las monarcas emigran
hacen nubes anaranjadas
entre las plantas.

La ciudad explota en mariposas.

Entonces
es fácil provocar temblores,
cuidar de los gatos enfermos,

Abrir las cajas
sin mucho asombro.



***



El corazón del abuelo
sopla con dificultad,

su voz es apenas un ronroneo
que lo mantiene atado a la cama.

Personas vienen de lejos a escucharlo,

por la tarde lo arrastran hacia el porche
y él se tumba al sol
guardando silencio.

El corazón del abuelo
es un lagarto viejo,

tiene en los ojos 
un brillo distinto.

Ya nadie busca cariaquitos morados
para dejarlos en la mesa de noche,

cualquier flor de buena suerte
es inútil ahora. 





TÍO

Las nomeolvides son todas tuyas,
crecen en climas fríos,
yo no las consigo
pero a ti sí.

Sé que entiendes por qué no he ido más
tú no descansas
y por eso aún te vemos
entre herramientas de hierro,
en cada tabaco y pez de río.

Por eso caen las piedras
- esas brillantes desgracias - 
y me niego
a dejarte tranquilo
aunque deba
porque es honor y orgullo

y tú entiendes de esas cosas.











RODRIGO SUÁREZ PEMJEAN [17.083]

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Rodrigo Suárez Pemjean 

Nació en 1971 en Santiago de Chile. Profesor de Castellano y Magíster en Literatura Chilena e Hispanoamericana por la Universidad de Chile. Pertenece al Grupo Casa Azul desde el 2011, año en que empieza su residencia en Valparaíso. Editor de la Revista El Puñal y de la Revista Botella del Náufrago, editor del libro colectivo PlexoAmérica: Poesía y Gráfica Morelia-Valparaíso, libro del Grupo Casa Azul bajo el sello de Ediciones Universitarias de Valparaíso, 2013. Corrector y editor ayudante, junto a Karina García, de PlexoPerú: Poesía y Gráfica Chimbote, Trujillo, Lima, Temuco, Santiago, Valparaíso. Ha publicado poemas y cuentos en diferentes revistas literarias. Los poemas reunidos aqui son parte de un proyecto colectivo llamado PlexoSur: Poesía y Gráfica de Temuco, Concepción, Valdivia y Valparaíso, postulado al Fondo del Libro 2014, a través de Ediciones Universitarias de Valparaíso. Esta plaquette Constituye un adelanto de su primer poemario La república ardiente.




POR HECHO

Nos veremos,
tenlo por hecho,
cuando el último crucero encalle
en los riscos de un faro
sin espejos

Como antes,
tomaremos el té
en un balcón olvidado del puerto, 
cuando el mar 
levante su párpado azul
y en su ojo quepa la ciudad entera

La noche que el viento cubra las huellas
con su abrazo, hablaremos,
quizás
tome tu mano y la aceptes
y el dolor se duerma 
en tu palma.





Bolero altivo 

No más tus besos
las anguilas 
            cuelgan al sol
esperan el agua 
que viene a tornar tu cielo
Aléjate, la distancia no se acomoda
al trajín del viento

Brilla tu lágrima,
          no temas este adiós
que la sangre tira su bucólica 
luz alrededor de la manzana
Ya en la distancia, los abrazos
revelan su efímero contorno
sin embargo.




Espectro

Toma este dolor y desármalo
 como un prisma, descompónlo
 el espectro yace despierto
deliciosamente
contra la mañana de cabecera
Hace tiempo, nunca lo sentí como ahora:
 tren de nervios tendidos
 al cruce del umbral, colgando
 a secar los dientes
 en la roldana sobremirando
los techos de zinc —de una ciudad
dejada a los cerros veleidosos





KARINA GARCÍA ALBADIZ [17.084]

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KARINA GARCÍA ALBADIZ

Valparaíso, Chile  1969. Profesora de Castellano (UCV) y Magíster Interdisciplinario en Estudios Humanísticos (UPLA) Coordinadora y gestora cultural del Centro de Investigaciones Poéticas Grupo Casa Azul. Una de las organizadoras de la I Feria del Libro Social y Político, Universidad ARCIS, 2008. Ha gestionado numerosos encuentros y lecturas poéticas, ferias literarias, proyectos culturales y programas culturales en Valparaíso y Santiago. Ha publicado De Bosque Coronado; Ediciones Suicidas, Valparaíso, 2009; ¿Dónde está la nuez para la ardilla?, Ediciones de La Sombra, 2013. También sus textos aparecen en Plano Inclinado: poética en sentido amplio, Ediciones La Picadora de Papel, Olmué, Valparaíso, 2011, y Ediciones Universitarias de Valparaíso, 2012, (segunda edición). En el 2013 sale publicada en PlexoAmérica: Poesía y Gráfica Morelia-Valparaíso, libro del Grupo Casa Azul bajo el sello de Ediciones Universitarias de Valparaíso, 2013. En el 2014 edita el libro PlexoPerú: Poesía y Gráfica Chimbote, Trujillo, Lima, Temuco, Santiago, Valparaíso por el Grupo Casa Azul, bajo el sello de Editorial Quimantú.





Dictadura de la Luz

Inmortal y pobre
En los jardines de la filosofía y de la historia
Era la Música, Rumor y Símbolo: Aurora y Ocaso
Ante una poesía con mensaje 
O un poema narrativo del realismo socialista
Lo figurativo y reconocible para nuestra preciada seguridad
He estado tanto tiempo en este lugar
Buscando algo supongo: tanto del ideal
Como casa traída desde afuera para la pampa gringa o 
esa reproducción al estilo Versalles de nuestra Plaza Sotomayor
Esa idea-cárcel impuesta a la huidiza realidad
Y me siento cada cierto tiempo con esa desazón
Ante egos que gritan por el campus
Egos-ecos de voces europeas
La traición de Bolívar a Miranda
A Simón Rodríguez
No es menor
La patria grande se constriñe
Pensar el XIX aquí es pensar francés
Cruce que no existe porque ya no hay huella
Entre lo viejo y lo nuevo
Lo viejo desapareció
Y los poetas sumergidos en los bares 
O en la Academia como la represa que inunda
Inundó a lo otro: 
a lo que dejamos de ser
Cuando alguien denuncia tiene que nombrar
Dejar de ser prudente
Porque parte de la barbarie es nombrar 
Pero, sobre todo, silenciar
invisibilizar 
la metafísica de las buenas costumbres
disponibilidad sin tiempo ni espacio 
Y de pronto la famosa razón argumentativa
Se nos vuelve producto 
que deviene ajeno y hostil
Pensar que no hay una única forma de dominación
Tampoco una única forma de transformación
¿Dónde están las prácticas concretas para el no lugar?
Y ese carácter irreductible del conflicto o
Hábil reconocimiento de la destrucción
El ganar la calle para encontrar
La huella del otro en lo bárbaro
Así como la canción ofusca la potencia de la palabra
los congresos nos detienen ante 
la invisibilización violenta del contrato social
República, Liberalismo
Sentados sobre dicotomías idiotas
Dis-cre-cio-na-li-da-des
Esta capa o cotona blanca….blanca 
Para que no se note la pobreza
Del profesor
La historia avanza y retrocede dando saltos 
Salvajismo-barbarismo-civilización
Es sólo una estructura abstracta y básica 
para entendernos 
pero el análisis concreto de la humanidad
es más complejo 
nos dice persuasivamente 
“el camino más largo es el más corto camino a casa” 
devenir complejo interrumpido por revoluciones 
regresiones parciales o aparentes 
estancamientos  rodeos
aportaciones nuevas trastornantes
la verdad es siempre concreta
y el desencaje territorial 
concuerda con la capacidad 
de recoger bellotas 
como recoger ciudadanos
pero la periferia se impone por todos lados 
el centro en ninguna parte
se conoce en contra de un conocimiento anterior 
declinan las palabras 
y se cierran sobre si mismas
en el siglo de las manos 
donde la mera cifra temporal esquiva inasible 
mientras la filosofía es la conciencia pública 
ya alguien decía si no inventamos erramos 
como perla pescada en el cruce fantástico
de dos elementos heterogéneos para redimirlos
todavía este país tiene una revolución inconclusa 
otros ni siquiera la han empezado 
la babelización y la algarabía del arte de pintar las ideas
aquellos que van gozando del momento presente, 
que lo hagan 
pero a mí no me gusta para nada este presente 
cuando la modernidad hace una tabula raza 
rompe con el pasado en un ablande asexuado y neutro
de un lenguaje policíaco 
que padece insuficiencia social 
“Todo análisis cultural 
siempre implica 
una teoría soterrada 
de una periodización histórica”
No ser vencido por la realidad que se vive 
Como aquel conventillo hispánico
Los corralones rancheríos
El caserío como intersticio
Todo sirve
A la ciencia de los científicos pobres
Vamos a volver todo un recurso
Encajarnos en la modernidad
Encajarnos en la posmodernidad
Toda teoría es vulnerable
Ante la diseminación del inglés
Como un enunciar desde más de un lugar
Choledad torrante chantako tinoco 
La choledad como poética emergente
Enfermedad, muerte y sueños
El Autoexilio como la pacificación del pueblo
Al pacificar al otro
Y me tengo que volver pacífico
Al ocultar al otro nos ocultamos a nosotros 
Como un exilio interno lleno de patologías
Pasado, presente y futuro de la frase
Pasado, presente y futuro de la experiencia 
Y la biografía como ensayo de nuestra vida síquica
Como un mirador
Lo que me preocupa es el pasado
Pero está bien…..
Es lo único que puedo nombrar
Los tesoros que la rabia esparce 
adula y reconviene
Tiene que ver con las muchas preguntas
Que se divierten 
Con las pocas que se cierran
O Tiene que ver con las respuestas
Y Por ahí lo que busca una pieza azotada 
por la lluvia
lo que pasa es que el agua 
Tiene múltiples caminos
Mientras la perfección muere de rodillas
Del oído al caracol
Y al oído del caracol de nuevo
Como el salto de lo fácil a lo difícil 
En ese instante mismo que sea
Capaz de abolir
Lo público y lo privado
Porque decimos íntimo a todo
Lo que se nos escapa
Máscara y río
Es como encontrar la muerte
En ese sueño que uno sólo ve
Abriendo el grifo del pasado
Para atisbar el salto de conciencia
En ese pequeño guiño del final 
En esta noche helada
Dos llamadas seguidas 
Mientra un pequeño chanchito cruza el espacio
Silencioso tranquilo 
Y se pierde 
Se devuelve ahora infinito
Atolondrado 
Deshace el camino 
Lo miro preguntándole 
de dónde viene tan solo. 
La película: 
Esas visiones degradadas
Entre el vendido y el cobarde
Ese tono apocalíptico
De depresión convaleciente
Y la gente se viste para vivir
Para morir 
Y se desnuda sólo en lo esperable
Un cuerpo de aromo
Recuerda lo que dicen de esta especie 
A partir de un instante una epidemia
Y para mí su color su olor
Hondura para la quebrada
A partir de este instante 
Todo se concentra 
Y deviene encadenamiento
De todas las desapariciones
Mi bisabuelo
Desaparece en una matanza
Mi abuelo pierde 
Su camión de fletes 
Mi papá pierde 
Su taller de bicicletas
El Cuerpo 
Un “bosque ideal que lo real complica”
Muchos en el desierto
Muchos en el mar
Un cuerpo pierde siempre a Otros 
Todos llevamos un cuerpo muerto
Que nos da ventaja
que nos adopta.




QUIÉN

Quién puede sacar de adentro
una mesa
unas sillas

repartir pan para untarlo en la sopa

detenerse a escuchar cómo el invierno
es traído por un chaparrón de pataleos
de palomas en el techo.

convertir esta casa en un tren
con rendijas sin pedestales

a la misma altura
mirarnos compartir la comida

Cuando el sueño golpea en la estación
a la realidad no le queda otra que retroceder:
así golpea este corazón que prefiere morir a cambiar
por eso está muriendo

Quién puede transformar el jardín en bosque
y sentarse a tomar té con los pies colgando
en las alturas

detenerse a escuchar como hablan las raíces
cómo la primavera es traída por las flores
del aromo en la quebrada

Quién puede sacar de adentro
una mesa
unas sillas





los poseídos entre las lilas

que peligroso puede ser todo
que peligrosa es una persona cuando salta
y nos traiciona
y después de eso ¿cómo seguimos?
golpeados, tristes, quejándonos
vallejos diría que este es un momento grave
seguro hubiera cambiado sus últimos versos
quizás sólo por reconfortarme
no se hubiera atrevido a decir
que el golpe peor es aquél que todavía no llega





la muertera

todos llevamos un muerto dentro, lo adoptamos.
los heridos, reinaldo arenas

todos llevamos un ángel dentro
nos adopta
un cuerpo demandante
sujeto despojado anónimo
que observa nombra alucina
con sorprendente paciencia
se lava ese cuerpo
la lluvia caliente
deja su vientre rojo culpable
la palabra sólo permite
nombrar el pasado

un leve movimiento
le permite ocultarse en la luz
y alzar la cabeza
la muertera sabe que
para mirar el sol
hay que cerrar los ojos
entretejida
por la ráfaga asoleada de paraíso
señala que los heridos no sangran
uno, dos, cuerpo muerto
nido, nicho
el vórtice del vértice al oler la figura
la memoria ciega de ese cuerpo
impreso sangrante





el callar

me gusta el atardecer, me dices
como un espacio confuso
ante el evangelio de siempre

y presiento los grillos
implicando el callar de los pájaros
y ese olor a verano fundido que se aleja

de pronto llueve, me dices
miro al cielo y siento
las últimas gotas besando
interminablemente el camino





un mejor traje

pensar que no tengo un mejor traje
para afrontar
esos coqueteos con la muerte
sólo puedo entender las ramas
de los árboles des-hojados
que dicen este duro invierno
de plaza

para mí el cielo dicta
trascendencia
¿azul, azul inmensidad?
verso de una poeta que
decía jamás escribiría.

sólo tengo una blusa formal
y un pantalón sin manchas
cuya delgadez resiste
ante la persistente lluvia

por supuesto que no tengo lo que
se dice un traje
sólo un montón de ropa regalada
y una rotunda vida que no alcanza
para un yo peregrino de milenios

eso somos
un signo del más allá
una imagen aproximativa de la trascendencia
si de pronto desapareciéramos
el cielo lo llenaría todo
no andaríamos en búsqueda
ni diciendo te busqué, no te encontré
y todavía sigo
no seríamos este signo de interrogación
esta fisura

una suerte de caldo de cultivo
surtidor de variadas homologaciones
donde la sexualidad
es un signo particular
de toda realidad viviente




ME SOBRO

me sobro
me sobran
los brazos     las manos

me sobran
las piernas   el cuello
este calor que todo
                    lo envuelve

pero            sobre  todo
                   me sobra

el otro  que  me  tiene





LUPANAR

Me ronda este
Puerto Lupanar

esta fiesta de la creación

este cazador de voces

Me ronda
este posible centro

decir
     de qué actos de amor y violaciones vengo

decir
     toda tu memoria que es la mía

decir
     ver lo suficiente

decir
    ser desleal con los fantasmas





VÓMITO DE MEMORIA

Del amor guardo su sombra  pero guardo
como guardo el sol  el bosque  el cielo

No he querido
pegarle un puntapié a los sentimientos
tirarlos al barranco del olvido

No he querido
entregar  mi cuerpo
porque su emoción es sagrada
es nuestra memoria
no la de todos ni muchos
es tu  sentenciosa alma concreta y específica

Vómito de memoria
quiero que compartas
el  desfiladero guarda abajo
                                    lo que sea

Pero el olvido aunque tú  olvides
                                    no lo entrego













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