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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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JORGE GUSTAVO PORTELLA [16.864]

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Jorge Gustavo Portella

Jorge Gustavo Portella Ocharan fue un poeta y escritor venezolano de origen peruano. Portella nació en Lima el 5 de abril de 1973, y cuando era niño su familia se trasladó a Caracas, donde residió hasta el día de su muerte, casualmente el 5 de abril de 2011.


Fue profesor de las cátedras de Artes Gráficas y Diseño Periodístico en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, dictó el taller de Escritura creativa para medios de la Escuela de Letras. Cursó estudios de pregrado y postgrado en la Universidad Católica Andrés Bello, donde trabajó como coordinador de Diseño y dio clases en las Escuelas de Comunicación Social y Letras de la misma universidad. Ha participado en festivales literarios y poéticos por todo el mundo, entre los que destacan Ardentísima (Murcia, España y San Juan, Puerto Rico), Cosmopoética (Córdoba, España), el Festival de Poesía de Bogotá, Feria del Libro de Valladolid (España), Feria del Libro del Palacio de Minería (Ciudad de México, México) y Versi y note (Instituto Cervantes de Roma, Italia). Murió el 4 de abril de 2011, próximos a cumplir los treinta y ocho años de edad.

Portella era licenciado en Relaciones Industriales y Especialista en Publicidad de la UCAB, donde cursó una maestría en Historia de las Américas. Participó en talleres literarios dirigidos por Miguel Marcotrigiano (Ucab, poesía), William Osuna (Fundarte, poesía)), Teresa Casique (Celarg, poesía) y Eduardo Liendo (Ucab, narrativa).

Obra poética

Sin intención de oficio, Editorial La espada rota, Caracas, 2000
Resquicios, UCAB, Caracas, 2002 (incluye los poemarios Cruel y El libro de los falsos navíos fatigados)
Ciudad sur, Municipio Arismendi, Nueva Esparta, 2002
Sin hábitos de pertenencia, Editorial Eclepsidra, Caracas, 2005
Compendio de Historia Natural, Ateneo de Calabozo, 2006
En tercera persona, El pez soluble, Caracas, 2006
Compendio de Historia Natural, Renacimiento, Sevilla, 2007
A corto plazo (Antología), Ediciones Baquiana, Miami, EE.UU., 2007

Antologías en las que aparece

Las voces de la hidra, Mucuglifo, Caracas, 2002
30/50, UCAB, Caracas, 2005
Voces nuevas, Celarg, Caracas, 2005
Del dulce mal. Antología venezolana de poemas de amor, Grijalbo, Caracas, 2008
La música callada, la soledad sonora, Casa de Poesía Silva, Bogotá, 2008

Narrativa

La diosa es un pretexto, Alfadil, Caracas, 2005
No repitas mi nombre, Rayuela, Caracas, 2006

Ensayo

"La máscara más frágil, una aproximación a la voz poética de Arturo Uslar Pietri", en Journal of Spanish Cultural Studies, NYU, 2007.
"Pequeño y no muy exhaustivo esbozo de la reciente poesía venezolana", en Revista Baquiana, 2006

Ediciones críticas

José María Álvarez, Los Prodigios de la cera, Selección y prólogo de Jorge Gustavo Portella. Ediplus, Caracas, 2008.

Premios

Premio de Novela Erótica Letra Erecta, 2005, por La diosa es un pretexto
Bienal de Poesía Francisco Lazo Martí, 2005, por Compendio de Historia Natural
Premio Nacional de Poesía Centenario de Luis Beltrán Prieto Figueroa, 2002, por Ciudad sur
Finalista en el Concurso de Novela Teresa de la Parra, 2002, por No repitas mi nombre
Premio Nacional de Poesía Tomás Alfaro Calatrava del Conac, 1999, por Cruel




La gente nace y muere

de niños     nuestras maestras
con las primeras piedras ya no vemos salida
y es tan poco el tiempo y pesa tanto

llegan algunos años y conejos
seducirnos y amarnos es un juego tras las vidrieras rotas

una mañana
aparece alguien como una roca plácida
no hay apuro

                                                    
la gente nace y muere



*



doblégate
que nada puede salvarme de mí mismo
y que tampoco nada es suficiente:
lo vivido lo roto lo que insiste
jamás este poema

“(Animales equívocos)”




Libro: Resquicios
Editor: Universidad Católica “Andrés Bello”, Caracas, Venezuela. 2002.  



(cruel)

Se dice fácil morir
se evidencia el error

aprendemos la verdad como un pasado amor
cuando dormimos con la muerte
la despedimos
y la dejamos dentro

cuando empezamos a morir
en la muerte de otros

hasta que se hace unánime



*



Volvemos de cada pérdida
sin armas   sin valor   y sin nostalgia
en ojos ajenos

hasta que somos únicamente muerte

voces inútiles en las esquinas
donde el recuerdo asoma sus borrachos
y la luz mestiza cede
como los ojos bajos de aquel primer amor

la muerte tiene tantas vidas
aún así nos sorprende




*




Pareces
un vagón del Metro
más pequeña   más frágil
como cristal cediendo lentamente

imposible decirlo al corazón mío
que nunca me despide

la noche es tu ciudad interminable
pero no eres ahora:
como un pulmón distante que apenas si respira
no me podías sentir

inevitable amor de último momento
desesperado   urgente

mi lugar




*



Dios sustituido

La sombra de la cruz oculta la figura.



*



Fatales navíos fatigados

Que se rompen, que no duran. En busca de los puertos se corroen y no evitan los cantos de pasadas sirenas. Su lucha, su ascenso y caída contra la desmemoria. Se fatigan los diarios tras la estela labrada con silencios. Pero cabe aprender tan solo de mareas, te mareas. Que te vencen. Pocas veces los nombran sus siluetas. Demudan, se agotan. Alguna vez un hombre insiste y el lenguaje es la fiesta. Luego el silencio.




(Sin título)

Déjala cerrar los ojos
olvidarse finalmente de sí misma

acepta su silencio

no la toques
no intentes despertarla

no evites su descanso

permítele morir
lento
como el sabor de un beso
al final de los labios.




*    


(I)

La rosa de los suicidas es fugaz. A veces simula una tormenta, o una caricia al viento, pero nunca se tiene. Es una diosa trágica, sucede sobre un verso, desaparece y otro hombre cae inesperadamente.



*    


(Nocturno)

"Todo hace el amor con el silencio"
Alejandra Pizarnik

Ella triunfa la muerte como una voz hermosa, huye de los carnívoros y se dispersa presa de un miedo atroz a mis destrozos. Pero llega. Vuelve, la voy a ser muy dentro de sus huesos, en el reflejo mediato de la carne entreabierta. No hay sangre, sólo felices mujeres estranguladas; le comento.
Crepita lo que no crepita en las voces. Estalla profundamente el pecho. Arden los poros asfixiados, ahogados, suicidantes. Ebrios, rotos, despellejados, unidos. Una luna benevolente los mira, los cubre. Los busca como las luces de caza. La luna de París acecha. Es de noche todavía, continuemos.





La diosa es un pretexto, de Jorge Gustavo Portella

Fragmentos de novela

Mientras las niñas juegan y corren por la casa, él decide mirar y aprenderse las piernas y el pecho sudoroso de Ángela. Como otras veces, deciden jugar al escondite: él hace trampa y ve hacia dónde se dirige Ángela, la busca rápido en el closet —siempre el mismo closet— y sin encender luces introduce su mano por entre la ropa colgada, ella espera nerviosísima de pie, tras el algodón y la lana de las chaquetas largas, espera y siente —como otras veces— la mano subiendo por el muslo, delicadamente, y la estúpida vocecita repitiendo “¿Quién será?”, continuamente. La mano —insidiosa como una serpiente— se demora en los débiles bellos del muslo, se extiende sobre ellos, los recorre, los dobla, parece arrepentirse y soltarla. “Sal”, dice y ella no responde, no sale. Lograda la aprobación, la mano vuelve más directa y sube desde la rodilla a los muslos, sube y voltea y sujeta la nalga con aprehensión, luego acaricia el borde de la ropa interior; ella como de costumbre la mueve un poco, la levanta y el roza esa oscura línea entre ambos músculos, esa zona donde las mujeres parecen no ser de hueso, él introduce sus dedos y roza la raja sin hacer daño suavemente, se deleita con sentir la piel temblorosa y erizada, como la piel del tambor, vibrando. Luego la mano se aleja y vuelve húmeda con algo más pegajoso que la saliva, vuelve. Apenas roza el muslo y deja algo de humedad, busca la delicada fruta en su entrepierna: la roza, la moja con ese líquido espeso, la roza por fuera, como siempre. Pero hoy será distinto, hoy la mano parece más enérgica, parece que alguien le hubiera enseñado métodos distintos; y la mano hoy guarda tres dedos y de pronto sin conmiseración introduce los dos restantes, ella vibra, tiembla, se desespera, ella casi llora de no saber, ¿que hacen esos dedos allí?, ¿por qué se introducen con esa blanda, equivoca ferocidad, continuamente?

El cuerpo de una mujer es algo inesperado, reacciona según su propio parecer y esta vez acepta la intromisión: abre los muslos de una manera que le daría vergüenza verse, abre las piernas y permanece incómoda, permeable; y los dedos más agresivos entran con insidia. Es algo forzado, como una herida repetida, algo pareciera a punto de romperse, algo de ardor y disfrute. No puede sino sentir un cosquilleo que acompañado al temblor y el ardor son de un disfrute inusitado. Las piernas se abren más y la mano parece algo equivoca, el cuerpo que la dirige parece temblar todo, como si algo tan fuerte como lo que ella siente le sucediera, la fuerza del cuerpo es mayor que sí mismo. La mano se detiene un momento y es Ángela la que decide, sin voluntad, moverse y ayudar a aquella mano olvidada por su cuerpo, ella decide moverse y forzar que continúe aquella intromisión. Segundos después, la mano sale más húmeda para volver completamente llena de aquel líquido tibio y pegajoso: delicioso dentro de la piel en carne viva de su entrepierna. La mano se mueve con violencia unos momentos, tan breves que podría contarlos, si pudiera, treinta, cuarenta veces, no más, hasta aburrirse. Una mano que la deja ansiosa abierta, roja, ardiendo. Una mano que sin más se aleja. Y el hermano de Flor, Hernán que grita ya a lo lejos que no iba a seguir jugando.

La diosa es un pretexto (Ediciones Alfadil, 2005)









VIELSI ARIAS PERAZA [16.865] Poeta de Venezuela

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VIELSI ARIAS PERAZA

(Valencia, Venezuela   1982). Poeta. Egresada de la Facultad de Educación, mención Artes Plásticas de la Universidad de Carabobo. Promotora de lectura. Ha publicado los poemarios Transeúnte (2005) y Los difuntos (2010), este último galardonado con mención honorífica del Premio Municipal de Literatura Stefania Mosca, Alcaldía de Caracas. Actualmente, acompaña a la poetisa venezolana Ana Enriqueta Terán, en la labor de recuperar su obra inédita.



¿Qué hazaña no cumplimos para querer volver?
¿Qué deuda dejamos pendiente
y queremos ir a cerrarla?
¿Por qué tanta insistencia?
¿Por qué queremos regresar?

¿Para qué queremos vernos
si el recuerdo pendiente nos ahoga?





Tormento

 Yo eternicé mis recuerdos,
Los volví inertes.
Los hice por siempre enhiestos.

Ellos aprendieron a quedarse
en la soledad de sí mismos. 





TAMBIÉN NOS MIRA EN TI

                                             a Víctor Arias, mi padre

Bajo el alcohol
eras el mismo niño, desvalido y hambriento
a los pies de mi abuelo.
Mi abuelo Pedro,
el que te obligaba a ir con él
a beber con su soledad.
Mi abuelo, el que no conocí,
el que te tenía durmiendo en el piso.
El que se ahogó con una espina de pescado
frente a todos, mientras comían.
Mi abuelo,
el que está sentado en el sillón rojo,
con su dureza y su culpa.

También nos mira en ti
que terminaste siendo su sombra.




CÓMO CRECE EL TIEMPO EN LA TIERRA

Abuelo: enséñame hacer conucos,
dime cómo se siembra el maíz,
cómo crece el tiempo en la tierra.

Abuelo, qué son los espantapájaros.
Qué son esos muñecos de trapo.

Abuela cómo se pega un botón.
Cómo se corta un patrón de camisa.
Cómo se teje un mantel.
Cómo se enhebra el hilo en estos nudos de la soledad.
Cómo se hace una torta.
Cómo se hace la costumbre del oficio.

Abuela, por qué pariste tantos hijos.
Quién te enseño la medida de cada uno.
Exacto y sereno.





VAMOS EN EL MISMO AUTOBÚS

No había caminos cercanos
para llegar a la escuela.

El horario de la infancia
era igual al horario de un obrero:
Vamos en el mismo autobús
y tenemos el mismo destino.

Textos tomados de la revista Poesía, Nro 153
Valencia, 2011
Departamento de Literatura de la Universidad de Carabobo





LA INFANCIA, LA MEMORIA, LA RUINA
Por Miguel Marcotrigiano

La poesía (el poema más bien) forjado con las secreciones de la memoria, habita en un tiempo, en un lugar y en unos hechos lejanos. También en las personas que ya no somos. Y en los que fueron. Los difuntos (Fundarte, 2010), de Vielsi Arias Peraza (Valencia, 1982), viene a confirmarlo. El libro fue distinguido con una recomendación de publicación en el Premio de Literatura Stefania Mosca del mismo año de su edición y está conformado por un solo cuerpo de treinta poemas. Estos, a la manera de fotografías desleídas, van sucediéndose hasta completar el álbum que alguna tía guardara con celo en el fondo de una gaveta.
Una nota al final del conjunto denuncia dónde y cuándo ocurrieron los poemas, bajo su forma original: “hacia 1980, en un pequeño caserío llamado El Castaño”, en algún lugar impreciso entre Valencia y Puerto Cabello. Pero incluso si damos con el sitio, ya sólo podremos asistir al paisaje que nos ofrece cualquier lugar donde se registró un hecho histórico, cuando lo visitamos en el presente (el único tiempo del que tenemos certeza).

El lenguaje y su alquimia sirven para apenas acercarnos a lo que la poeta-cronista intenta registrar. El código elusivo de los poemas apenas roza una verdad que, intuimos, está incluso fuera del alcance de la misma autora real. Los poemas parecen más bien esbozos, pinturas abandonadas, no culminadas en sus detalles, porque la memoria es igual de borrosa. La infancia, ese trastero al que Rilke nos aconseja volver cuando ya no tengamos de qué hablar, es materia prima y abono para la nostalgia hecha texto. La ruina, y los recuerdos que esta evoca, diríamos que es el hilo que conduce al lector por el recorrido propuesto.

Aunque se inscribe en una larga tradición, no sólo de la poesía sino, incluso, de la literatura venezolana en general, este trabajo sensible observa una aproximación diferente por cuanto (y esto es una apreciación absolutamente personal) el contenido afectivo parece estar ausente. Son textos secos, como el papel que cruje y se deshace en nuestras manos debido al paso inclemente de los años. En su naturaleza, el poema suele ser una combinación en proporciones variables de lo afectivo, lo sensorial y lo conceptual, mas en estos textos la desecación se ha llevado al extremo.

Tal característica quizás pudiera hallar su razón de ser en el empeño en adelgazar el lenguaje hasta lo esencial y liberarlo casi por completo de la anécdota. El epicentro, entonces, se refugia en una infancia extinguida (casi  hasta en la memoria) y en la idea de lo menesteroso, como afirma Juan Calzadilla en la nota introductoria del conjunto. La carencia es, así las cosas, punto de partida y llegada. Los objetos y los fantasmas que desandan las páginas de este libro, arrastran al lector al territorio donde ya no hay vestigio alguno de la infancia.




El Castaño

Mi pueblo era un camino de tierra largo
que terminaba en la montaña.
De lado, los techos de cinc.
De lado, las paredes de barro desmayándose.
Y Ellos, en el mismo polvo caminando.

  

Velorio

Aguardiente claro para llevar la noche,
pálidos quesos. Un camino de velas.
Algodones blancos para vestir al muerto.

No traten d explicar nada
al difunto Antonio Márquez,
            se lo comieron los gusanos.

(Poemas tomados del libro Los difuntos, de Vielsi Arias Peraza. Fundarte, 2010)






CÉSAR SEGOVIA [16.866] Poeta de Venezuela

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CÉSAR SEGOVIA

(Caracas, Venezuela  1977).  Licenciado en Letras (UCV, 2002). Se ha desempeñado como editor, investigador, redactor de contenidos y corrector de estilo para diversas instituciones culturales y empresas editoriales. En 2009 recibió una beca de estudios, otorgada por la Fundación Carolina, para participar en la IX Edición del Curso de formación de editores iberoamericanos (Madrid-Santander, España). Ha publicado Caracas siempre nueva. Breve antología de crónicas de Caracas. (Compilación. Magenta Ediciones, 2006); una selección de textos poéticos en la revista Babel N° 56 (2010); Eso lo sé (poemas palindrómicos, Cooperativa Editorial Lugar Común; Caracas, 2012), y Próximo tren (Editorial Libros del Fuego: Caracas, 2014).



Biscayne, [25.798452,-80.186378]

Aparecer en el borde del mar desapegado de las olas,
del sol que intenta desperezar el olvido del poniente.

Aparecer, sin vértices, en una absoluta superficie,
en el lodo fértil donde las torres se reproducen como un virus
y el verde es la aspiración detrás del pasaporte.

[Verde billetes de banco impresos porque «creemos en Dios». Verde nota de la Reserva Federal (de curso legal para todas las deudas, públicas y privadas). Verde milico aplastado por el peso de la panza y de los años inútiles de revolución. Verde Solicitud de Pagos en Divisas con Tarjeta de Crédito con Ocasión de Viajes al Exterior. Verde moho del dinosaurio muerto que sigue ahí cuando despertamos, cuando dormimos, cuando comemos, cuando nos desnudamos y nos cogemos y nos bañamos y nos vestimos y volvemos a dormir, y despertamos de nuevo. Verde eterno que muere un poco más en el fondo de cada barril de dinosaurio muerto sin funerales. Verde antes de todos los humos].

Aparecer en el extremo de una diáspora que se pretende cura,
consuelo contra las ruinas que nos dejaron nuestros difuntos caudillos.

Aparecer sin la patria pegada en los zapatos, una vez más.




‘Próximo tren’ , 2014



Capitolio

Envejecemos frente a las puertas del tren, vencidos en la eterna esperanza de un sentido sin dirección, en los crímenes de una clepsidra tiránica, mustia de gotearnos.

«En el próximo… En el próximo… En el próximo…».

[En la caja vacía de Pandora, absolutamente vacía. Desbordados en cientos de miles de cajas vacías de Pandora, absolutamente vacías. Una sobre otra junto a otra sobre otra entre otra sobre otra bajo otra sobre otra caja vacía de Pandora, absolutamente vacía].

«En el próximo… En el próximo… En el próximo…».

Tres horas más viejos cada minuto, tres días más viejos cada hora, tres años más viejos cada día: nos adherimos al cúmulo–torrente sanguíneo de la ciudad, y envejecemos; nos hacemos tránsito abúlico en las venas subterráneas de la ciudad, y envejecemos; nos volvemos embolias sonámbulas, emblemas de la inamovilidad orgánica de la ciudad, y envejecemos.

«En el próximo… En el próximo… En el próximo…».

Envejecemos sin movernos, vivos apenas.





Los Jardines

A esta hora toca ser el vidente cegado por la mínima luz que arde en las ventanas abiertas. Toca ser el tren que parte desde el ánima lúdica hecha voz frente al espejo, y mirarse, ya sin los ojos estrábicos de tanto ir y volver en el espíritu reversible de las palabras.

A esta hora toca vestirse con el día y enderezar el camino a la estación. Toca juntarse en los versos liados cada noche y devenir párrafo, oficios en bloque, tránsitos dispuestos a ser día y noche y vuelta del revés [des]avenido en una sola vía, en una sola dirección.

A esta hora toca desandar las vísperas que se nos mueren en las manos y volvernos a esa palabra que nos mira, que nos vuelve y nos mira y se va. Toca alentar el devenir riel, durmiente multiplicado en el vértigo de lo que queda por decir, de lo que queda por saber.




De Brouckère – Hermannplatz – Goya

En mis manos vive la canción de viaje, arrellanada en un vagón desierto. En tus hombros descansa el dolor del falsete. En el aire se pierde el compás de los tiempos arrítmicos, átonos.

En la música está el hálito que se oculta. En la [des]bandada de notas que se adhieren a los ojos está la sombra del camino. En la piel de una guitarra duerme la posibilidad que despierta en el silencio.

Hoy el silencio es la banda sonora. Hoy, apenas, cantamos.

Y me convierto en nota desprendida de un acorde mínimo. Y respiro la memoria de una banda sonora que fue calle, viernes, vuelo y cicatriz.

Restos de bandas sonámbulas que retumban en bares sin geografías. Catálogos de cuerdas, metales, vientos y mareas que se resumen en la mancha incolora de un silbido, en la sordera del cuero reseco de la puerta, en la brisa que se lleva todo.

Hoy la sed es un recelo anegado. Hoy, apenas, bebemos.

No viene ya la brisa. Es la raíz del gatillo que dispara una canción preñada de canciones que nacerán para ser ausencias estridentes. Balas perdiendo el hilo.

Hoy la muerte es tan solo un preámbulo. Hoy, apenas, morimos.

Hoy es una prolongación. Hoy, apenas.



[ARCÉN | 3 |] 

Ella duerme en la holgura de una brecha mínima de calma. Duerme en los ojos del día que le dejan ser el ánima líquida de un sueño sin precauciones.

Ella duerme a pesar de todo.

Aquí no hay trenes, no hay prisa.

Aquí, en esta brecha, ella duerme y yo la miro y adivino el sueño detrás del sol, dentro del ámbar escondido en los párpados que insisten en cerrarse.

Aquí, en este sueño que ella duerme, yo solo soy desvelo, un desvelo que espera, ya no el tren, sino el tránsito a los ojos abiertos.

Ella duerme y yo espero que despierte en calma, en la misma calma que le brota de su sed antigua, precisa, cautelosa. Espero ser más que el sueño que duerme, más que el vapor que le roza la piel y le escuece el ansia. Espero ser el rumor que le llegue siempre, que le bese la frente y le esconda las sombras.

Ella duerme y yo espero que despierte y que su sueño haya sido el de la mano que la espera, el de un después ávido de memoria, el de la súbita víspera vuelta gerundio en sus ojos abiertos.






Tres poemas-palíndromos del libro Eso lo sé, publicado por la editorial Lugar Común, en el sello de poesía Lancini.


Son esos ojos océanos.
Reputado tramo, tesoro,
serena malla, lado tenue, reto.
No sé…
Esa mirada…
No sé…
Eso no lo sé.
¿Vemos acaso dioses?
Oíd: sale verbo… salía…
Baja, bella, tú, todo tu talle…
Baja, baila sobre velas.
Dioses oídos.
¿Acaso me ve solo?
No sé eso.
Nada rima.
Sé eso:
No te reúne toda.
La llaman.
Eres oro.
Sé tomar toda tu persona…
[Ecos: ¿Ojos o senos?]




*



Yo soy esa piel arañada,
ese dolor.
Épocas, olor a polillas,
a rama seca,
holograma amargo.
¿Lo haces?
¿Amarás?
Allí lo paró, lo sacó…
Pero lo desea.
¿Dañará?
Leí… pasé…
Yo soy…




*




Otra herida y otra pena soy.
Otro César:
Rey ya seco, nadie…
Soporto otra:
parodiar tu trama no caló su trago.
Himnos solos son mi hogar.
Tú sola, con amar tu traidor, apartó otro.
Poseída no cesa y yerra…
Se cortó. Yo sané…
¡Parto ya! diré harto.







RUBÉN DARÍO CARRERO [16.867] Poeta de Venezuela

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RUBÉN DARÍO CARRERO

(Maracay, Venezuela 1986). Abogado, egresado de la Universidad de Carabobo. Se ha desempeñado como docente universitario y en diferentes cargos como dirigente político. Merecedor de una mención especial en el Premio Nacional Universitario de Literatura 2009 (mención poesía) por su obra Por no mentir al silencio. Ha terminado su segundo poemario Enemigo ciego, que todavía permanece inédito. Sus poemas han aparecido en el suplemento literario “Contenido”, del diario El Periodiquito de Aragua; “Letra Inversa”, del periódico Notitarde; y en diversas publicaciones universitarias. Escribe un blog que actualiza con fotografías y textos, titulado El hallazgo de los espejos (www.rubencarrero.blogspot.com), y otro, de corte político, La indiferencia y los días (www.laindiferenciaylosdias.tumblr.com).



Escasez

 Recuerdo que todo era una puerta
una ventana
un montón de libros sin leer
muros y edificios al sol
escaleras vecinos y palomas
todo el día
sin agua sin luz
el cuerpo
Imbécil porque cierras los ojos en el recuerdo
todo el día cumpleaños feliz
y las velas apagadas
derraman vapor de arroz al mediodía
sin agua sin luz
solo corazón del estómago a la boca.





Sinónimos

 Escribo que el mar se mueve y consulto un diccionario de palmeras,
su portada es negra, rugosa y en lengua española titula
                             Alma a quien todo un dios prisión has sido.
Sus páginas, números, pórticos y fachadas de baños negros,
baldosas, jabones, ríos,
peces, hormigas, himnos
jaulas
playas
techos
tumbas
pasos
mundos giradores
decoraciones
espejos y celajes
sinónimos hipócritas.



  
 HOSPITAL CENTRAL

 Reflejos que se separan lentamente de su cuerpo,

es el mismo rostro que me mira el pie
y los brazos y piernas abiertas del día
arrastrándose el sudor, ese sueño muerto y cristiano que brota de la piel,
más enfermos entran desde el mediodía.

Quema la sangre entre las uñas
Y el sepulcro ya es de mal gusto como todos los videntes de este mundo,
como quien fuera crucificado,
anónimo,
yodo en el pecho.

Perdido
en todas las aves que vuelan de lo inmóvil
sobre los abismos más bajos desaparecidos por la altura
de tu dios
en el cielo pegado en las paredes: No entre.
La soledad está prohibida por los hombres, nadie habla de lo que realmente es estar solo.

Dentro del bisturí, el ayer, y boca arriba, todavía es de noche
cuando se va la luz porque tiene asco de todo lo que se va a morir.
Es oscuridad con la lengua afuera mientras le meten mano a la mujer de la esquina apuñaleada con tanto amor que le dejaron los ojos abiertos.

Ese hombre se ríe y se va a morir.

Un silencio, dos silencios, tres silencios
Oxigeno, oxigeno, oxigeno
Hasta que vuelva otra vez el tiempo perdido
Eternamente tuyo y mío, cautivo, fiel, miedo al movimiento,
Todo, aquí, arrodillado frente a lo que me espera.
¡Tantos cuerpos desnudos!
¡Tanto universo!
¡Tanta propaganda del Sol!






 Más solo

Esta habitación es un grano de arena
Cuando el Sol en mi cara
Y la cama, el espejo y el techo
Dividen el alma
Aparte de la carne y los huesos que pide mi madre
En carnicerías abandonadas,
Allá juegan los niños valientes
Que vieron a dos mujeres morderse chillonas
Rosado impaciente,
impenetrable sonido y el cine duro entre monedas
caen sus mascaras como piedras a pájaros,
serían hombres, edificios, taxi, padres y papeles.

hora coágulo en mi cuello
que se me ve a minutos, jalan hilos en mi garganta
Estomago de besos esparcido en las sábanas

El cigarrillo curaba lamiendo.

La risa está alrededor de la lengua
            Pezón egipcio
oído cantando dentro de un ojo

Yo era el cine
La cabeza
Y el sexo.

Yo seré como mis hijos imaginarios.

Hoy, en la ventana de mi habitación
Más solo salto la cuerda
entre
pupitres espumeantes,
mediodías con escaleras
bañado de alumnos.

Ellas miran
Y el Sol,
Juego de tres,
La cama, el espejo y el techo.




carnación

Vienes de mi cuerpo
y tengo tatuada la sombra
para nunca más volver
el mismo hombre desnudo
buscándome sobre el “mírame”
de tus manos.

Tus cabellos gimen a cada gota
de ciudad que huele a tu sangre
desenrollada
arrodillada
lamías la ausencia
¿Donde está mi ausencia?
Aullaban tus senos a la Vía Láctea.

Largo sudor de la fruta caída.

Adentro, según abrimos
Lluvia cuadrúpeda en mi Cristo animoso
Más adentro como el cielo y la tierra
por el beso en la frente del tiempo, tu breve historia, pero se mueve.
¡Galileo, levántate! Buda ya enloqueció.
Sueña esta mujer conmigo, crea una ciencia para mi y para ella
No me digas “Infinito” porque
el semen loco de los gatos persiguen a las luciérnagas
como una mesa y sus átomos.

-Déjala-

No

-Déjala-

no

-Déjala-

Yo sólo creo en las balas perdidas hiriéndose por la falsa virginidad del movimiento.

Una visión de orgasmo sobre el orgasmo
guiándote tu misma como un caballo por mis venas,
las cuerdas, la carnosidad de mi guitarra más transparente


Sonaba
el a e i o u de tu sexo.

Yo, verbo.

Cada parpadeo es un brillo sexual de destino y de pureza, por eso hago el silencio dentro de mi voz.
Ahora lo sé: cada paso es la piel

como mis primeras palabras.





DIEGO MENDES SOUSA [16.868] Poeta de Brasil

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DIEGO MENDES SOUSA

Nació en Parnaíba - Piauí, Brasil el 15 de julio de 1989. Licenciado en Derecho, escritor, periodista, documentalista, poeta, promotor cultural y blogger literario. Editor literario de The Bembem. 

Bibliografía:

Divagações, 2006; Metafísica do Encanto, 2008 (Prêmio Nacional de Poesia da UBE - RJ); 50 poemas escolhidos pelo autor, 2010; Fogo de alabastro, 2011; Candelabro de álamo, 2012; O viajor de Altaíba, 2013; Alma litorânea, 2014; Gravidade das xananas.  Participa en Poemario, 2008 (Biblioteca Nacional GMT) la Primera Bienal Internacional de Poesía, que reúne a los grandes nombres de la poesía nacional y extranjera ..




VESÚVIO
POEMAS DE DIEGO MENDES SOUSA

Versión española de HELENA FERREIRA



 Serenata para los ilusionados

Amor no me dejes sufrir...

Hay días 
en que el corazón
se rompe
se deprime
se ahoga
y me duele hasta en el alma
que se comprime
que se hiere
que se destruye
y después del canto
nada más resta
ni la fuerza del encanto
que la vida explica
que el sueño baila
que el tiempo mata

Amor no me dejes azul
pues la piel va a sudar
la boca empieza a sonar
la canción de los  pequeños
desventurados

Amor no me dejes morir




El Fin

Ánimo poeta

Hallaste la polifonía de tu Musa
robusta enigmática deprimente estricta

no hubo la catástrofe mayor:

el verso malo
el verbo no inventivo
sólo los adjetivos que insistieron

 -- pero qué te falta... 
¿qué te falta?

-- ¡la filosofía retumbante
del bienteveo esta mañana
de diciembre
lluviosa, Mon Amour !

                                  


Frisson a la Rilke

Que el tiempo no rechace nunca
el pabilo prisionero y perplejo
del Amor
pues la sangre – motor de la vida – palpita
rarificada
tras la llamada escondida de los Astros
a debilitar el malestar del mundo
que arrastra el azul sobre el blanco:
        el aire puro de la felicidad

Sólo el Amor filtra la ofensiva
de la amargura en cualquier corazón
y derrama lo inusitado sobre el rostro
        a rociar lo eviterno 
y a aprehender el martirio del tedio
que deslumbra
la existencia sofocante
en recatos de sabiduría nublada



El insomnio sartreano

                                        A Carlos Said

Me llevo una espoleta en el corazón
y un cuerpo que me firma
como un peregrino
cruelmente voy bajando 
el atajo confuso: el abismo 
¿Por dónde
caminan 
todos los solitarios? 
y no enturbiando la profusión
del océano
del claro meditar
de las constelaciones
enlazo mi triste
entonación de vida
mi tema de sangre
mi bruma de pensamiento
que es mi fantasma de advertencias
y la oscuridad de mis ojos
y el peso de mi mitología humana
los dinosaurios del secreto
y el castigo fatalista del enredo
y el abrirse del Amor
de la inquietud del soturno miedo
¿Será que existir
es nausear?

                                                                               


TRANSCENDENCIA
Siempre que el rudimento de la vida
te parezca angustiante
y el temperamento comparta
con Venus
sensaciones y  rumor de Amor
desea el delirio
que él esboza los confines del sueño
y de la materia
Todo lo absoluto 
conlleva sentimiento de pureza
Hoy
ser posmoderno equivale
a ser triste y a experimentar constante
soledad
Basta mirar el mundo
y sentir la ruina
que se revela solamente al tiempo
que es a la vez
masacre y conmoción
y máxime en la pérdida y en el dolor
y la ausencia asusta más que 
la queja  explosionada
y por encima de la nada
y del arte
que es aparentemente leve
supongo que puedo chillar
lo que es ser
menos que el sol
y lo que es abatirse y apenarse
dentro de sí mismo

                      

  
Aunque en sobras

Aunque en sobras
renazcan las alboradas
y titánicas resplandezcan
las constelaciones

Duda siempre conmigo
a medias tintas:

Cuando oscurezco
se impone todo indómito
recuerdo 

Yo me ahogo
lágrimas me ayudan...

Cuando reluciente transparezco
algo dentro 
                                y exigente
habla de enlaces:

¡Help me! ¡Help me!

e intrépido me arrojo
a la rítmica toxina
de la sobrevida

es todo...



SEMEN DE INCENDIO

en la soledad vive el amor y el amor
se hace otoño cuando sólo amamos.
me consuela amar.
amar es buscar es perder es morir.
todos aman, y amar es llorar: amar es mi primavera de
bohemio es mi cábala es mi máscara.
amar todas las noches sólo por amar.
amar eternamente amar, yo amaría la primera mujer, 
sin medida, si amar fuera
solamente carne, pero amar, amar de verdad, es desesperacióon.
es verdad también que amar es clarividencia en el beso, en el
sexo, en el goce y, además de eso, amar es salivar al igual que cuando se
consome la naranja, la manga, la ciruela, el higo: la mujer.
es lamer la miel en la boca.
los limones son agrios y la mujer dulzor.
amar no es vivir azul es sufrir azul y, a veces, amargar 
blanco.
amar es probar la poesía de los días, el engãno del tiempo.
amar es volar bajo el cielo 
bajo la tempestad bajo el manto de
luz de las estrellas y
caerse, caerse, caerse, caerse...
y resucitar en la postrera brisa.
no hay pecado de amar,
amar es amar y es todo y es nada.
y si nada es todo, todo es siempre.
siempre es amar y amar es huir.
estoy perdido entre indagaciones, lo confieso.
un soplo me dijo que amar es viento. 
el viento es plomizo.
el amor: música: vida.
aquí, vuelvo al otoño.
¿será el amor regreso o escarlata o ensueño?
algunos se suicidan otros olvidan.
otros se callan y pesan.
Amar es fuego y el Amor: incendio.




EL CLAROR DE LA EXISTENCIA

¿Cómo enramarme de felicidad
si el campo, la flor, el riso...
y el descontentamiento
y la sombra del tiempo
y las estrellas se asoman
bajo el canto y el silencio
sobre la vida y la renuncia
sobre una pluma
en relámpagos
la luz?

existir en tu ausencia
en la morada de mi alma
exánime

Ay bárbaro destino
¿cómo mondar la tristeza
que me perece y me amarga
tanto?...
            ¿Cómo?                 





SOBRAS DEL CREPÚSCULO

Será siempre tu respaldo
mi pecho
y el corazón clama en ansias
y llanto
y me repugna al calor 
de largos besos

durante los días y las noches
infinitas
inmensas a los ojos del sueño

¿Cómo volver en la bruma
si la mujer es pluma
en el consumo atemporal
de la aurora?

durante los días y las noches
infinitas
inmensas a los ojos del mundo




MONÓLOGO PARA LOS MAESTROS
                                                                     
Aquí en el siglo 21
el poeta se ve bello, mis caros Maestros
de las bellezas sentidas
de la fuerza
de esas batutas

Lonicera Caprifolium dentro de la orquesta
a arraigarse en la suavidad orquestada por los músicos

Sensitiva fragancia al igual que
musicalidad
de madreselvas en los valles europeos

Ah, dulce sensualidad
en los oídos
efecto de arte
y su penetración estética

Ay qué amor indeleble
a los compositores 
de otra época
y qué frescor
en la inmensidad acústica 
de esta era

¡Bravo, Maestros!
Bravos maestros
que nos conducen
mediante sutiles
movimientos
aplausos a los Maestros, my lords





Te evoco, Higo Maduro, 
para no morir en la añoranza inmensa

                                            A Altair

Alabastrino rayo
que empieza
la lírica instancia
de Roma

E hizo señales a los dioses
la furia de la blancura

Piel de jazmín
hembra anclada
en el puerto incendiario
entre la ternura y la caricia

Alamanda
Higo y Jabuticaba  1
Estrella altísima
que con los ojos
escaló las viñas
de la eternidad

Pupila de Faro
verde verde verde
que alancea
la falsedad apuñalada

Fuego de Alabastro
que abrasó
la dulzura del escalofrío

Fiesta del Delirio
que calló
el aroma imaginario

Melaza de Jabuticaba
Piedra verde verde verde
¡Pétalo de amatista!

Rosa y Tiempo
entre las ancas


Tigre Rojo
arrulló el sexo
en el torrente amoroso
de la serpiente

Te evoco,
Higo Maduro, para no morir
en la anõranza inmensa

Tu oso
contempla
la cintura
la tesitura
de las caderas...

Oh amada
estrella más que alta
higo
melaza de jabuticaba

Boca
que consume  el sueño
en la andanza de los suspiros
y gemidos

el pecado
la lujuria
y los budas

compás
en el alba

Manzana galanteada
en las brumas del corazón

Ardentía de Veneno
que devastó
la soledad
eremita
y fulminante
en el alma
de tu cantor 

Digo:
las estrellas 
del mar infinito
que cargo en el arca de la pasión
y llevándome el miedo


la sublime realidad
reveló

la garita partida

la gitana fiebre
de la vida
apuntando a la uva
la curva azul
del pájaro suicida

Alta noche
rubí en la claridad
de los pasos

navego
sobre tu cuerpo
con la vibrante
sonata del amante
que en el fondo
de la desesperación
embarcó
en la sensibilidad
y amó y amó

y más que amar demasiado
lanzó las copas
al espacio del deseo
y los encantos fueron más: 
vislumbre deslumbre
Amor siempre Amor
la canción del abrazo fundido

____________________
[1] Fruto redondeado y pequeño, de color violeta oscuro, casi negro, con pulpa blanca de sabor dulzón, producido por la jabuticabeira, de la familia de las miriáceas (Myriciaria cauliflora, Plinia trunciflora). En general, la fruta suele agarrarse al tronco mismo del árbol.




Actor francés

Soy la Musa y el soplo del destino
Mis ojos verdes son la revelación del alba
Soy tu Higo Maduro
Tu alma
la cábala del sueño y de la eternidad
Un Tigre rojo
Una Rosa: primavera
Te quiero mucho y te espero
Para el encanto : la vida


____________________________________
Traducción poemas:   Helena Ferreira, nascida e residente no Rio de Janeiro-RJ, licenciou-se em letras neolatinas pela antiga Faculdade Nacional de Filosofia, da Universidade do Brasil, hoje Universidade Federal do Rio de Janeiro ( UFRJ), onde foi professora de língua e literatura espanhola na Faculdade de Letras. É tradutora, ensaísta e poetisa.
Foi-lhe concedido o Prêmio Lygia Moura Rassi, instituído pela União Brasileira de Escritores do Rio de Janeiro (UBE-RJ), por sua versão espanhola do livro de poemas Dança do Fogo - estudo sobre o desejo, de Sílvia Jacintho.
Membro do PEN Clube do Brasil, da Sociedade Eça de Queiroz, da União Brasileira de Escritores do Rio de Janeiro (UBE-RJ) e da Associação dos Amigos de Miguel de Cervantes.
Helena Ferreira é a responsável pela difusão de poetas brasileiros no universo hispânico. Dentre os prestigiados com suas belas versões estão: Astrid Cabral, Alice Spíndola, Elisa Flores, Diego Mendes Sousa e outros importantes poetas brasileiros.





De
METAFÍSICA DO ENCANTO 
Parnaíba: edição do Autor, 2008


Diego veio de longe, lá do Piauí, nordeste do Brasil... Muito moço, 20 anos de idade, que belo! A União Brasileira de Escritores do Rio de Janeiro te concede, Diego, o Prêmio Olegário Mariano, por sua Metafísica do Encanto. Parabéns e quanta felicidade. Diego é um poema.  Stella Leonardos
                                                                                                   
Diego, tão jovem, você escreve com muita propriedade sobre o Amor. Gostei da dedicatória da Metafísica do Encanto ao poeta Gerardo Mello Mourão. Daqui a 30 anos, com a madureza da sua poesia, você será (já é) considerado um dos grandes poetas deste Brasil.    José Santiago Naud

Metafísica do Encanto começa numa capa e termina em nenhuma outra!  Jorge Tufic 
Diego, sua Metafísica do Encanto é de uma beleza formidável, sofisticada, erudita, elevada e carrega dentro do seu universo de espanto, o canto apaixonado, a voz solitária, o desespero da alma à Piaf.  Messody Benolie


Frisson à Rilke 

Que o Tempo não refute nunca 
o rastilho prisioneiro e perplexo
do Amor
pois o sangue- motor da vida- pulsa
rarefeito
no apelo escondido dos Astros
a debilitar o indispor do mundo
que arrasta o azul sobre o branco:
          o ar puro da felicidade 

Somente o Amor filtra a ofensiva
da amargura em qualquer coração
e derrama o inusitado sobre o rosto
        a orvalhar a eviternidade
e apreender o martírio de tédio
que deslumbra
a existência sufocante
em recatos de sabedoria enevoada


O clarão da existência                                              

Como enramar-me de felicidade 
se o campo, a flor, o riso... 
e o descontentamento 
e a sombra do tempo 
e as estrelas se assomam 
sob o canto e o silêncio 
sobre a vida 
e a renúncia 
sobre uma pluma
em relâmpagos 
a luz  

existir em tua ausência 
na morada da minh’alma
exânime  

Ai bárbaro destino
como mondar a tristeza 
que me perece e me amarga 
tanto... 
            como?






De
50 POEMAS ESCOLHIDAS PELO AUTOR
Rio de Janeiro: Edições Galo Branco, 2010.



moras com o belo e o eterno6

         Para Tarciso Prado

Espero a neblina

Brancos cavalos já passam
e o peito
(amolado na dor)
ensandece
sob o amor das éguas

E as constelações
dos sonhos pavorosos
fazem crescer 
o ritmo do tempo-fogo
nas cordilheiras cordiais

E quando o sangue
do vermelho trágico
rasgar a sombra

As panteras já terão chegado

Acompanho a humanidade
além das muitas miragens




serenata aos iludidos

Amor não me deixa sofrer

Existem dias
que o coração
se parte
se deprime
se afoga
e dói até na alma
que se aperta
que se lastima
que se destrói
e depois do canto
nada mais resta
nem a força do encanto
que a vida explica
que o sonho baila
que o tempo mata

Amor não me deixa azul
que a pele sai a suar
que a boca inicia o soar
da canção dos pequenos
desventurados

Amor não me deixa morrer




De
FOGO DE ALABASTRO
Parnaíba, PI: Coileção Madrugada, 2011.



Cadência de fêmea

Garoa de remorso fagulhado
pétala de rosa amarela
chão de gaia molhada

não espero para te dizer
Amor

já amo
solicitude de estrela
orvalhada

mel de turbulência
avoada
asa de casa arrulhada

olhos de felicidade
verdinhos
luz brilho fuga
despertos




FEMINILIDADE

Divindade
colibri alteroso
gineceu e abelha - viço
céu alegoria seminua
alvo resoluto de aparição





SOUSA, Diego Mendes.  Candelabro de alabastro.  Parnaiba: Siert Gráfica e Editora, 2013  119 p.  10 anos de poesia (Edição comemorativa).  14x21,5 cm. 

   
FATALISTICO

No campo o cajueiro se favorece
taciturno dos escombros de antanho

A copa das sombras
é o lume das calamidades
em ausente queixume

Ressoam as maviosas buscas
ressoam as andarilhas
alegrias
que o sonho é distante
signo e alume
e a completude do nada
o sonho:

a completude do nada



VATICÍNIO

Rebeldia concentrada se esvai
e fica o fel das cousas amargáveis
naufragosas dos destroços
imperdoáveis e monstruosas
das desventuras insinuantes
excessivas e imperativas

dolorosa é a amplidão das horas



TOADA DOS TOUROS

Ao galope da fêmea
sob os espinhos da roseira

— Os touros em pecaminosa tourada

Subterrânea é a convergência
das águas em remanso

Pelas estâncias do Amor
os sexos se refazem
contemplativos

ao caminho do imaginário
no horário de tempo algum











.

JHON RIVERA STREDEL [16.869]

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JHON RIVERA STREDEL 

(Caracas, Venezuela  1992). Terapeuta Psicosocial egresado de la  Universidad de Carabobo. Cursó un taller literario con la poeta Edda Armas en la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (Filuc), y otro en el Departamento de Literatura de la UC. Es miembro del Taller Literario Hojas Sueltas (Mariara).  

Pertenece al comité de redacción de la revista de cultura La Tuna de Oro, de la UC. Ha participado en algunos festivales en su país. Actualmente cursa estudios de Psicología en la Universidad Central de Venezuela (UCV).




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El corazón es un limón
que lo aprietan carnosidades.

A cada latido
se expande su concha.

El amor vive en él.

Luego se asolea
entre las ramas
diseminándose
en el corazón de los otros.



 *



Una manzana se abre
a cada mordida
ante la humedad de la boca.

Después que ha perdido
su delicada piel
las semillas de su parte blanda
son más sensibles a la lengua.

En el centro de la fruta
a pesar de las mordidas
se encuentra un capullo amargo
que no para de florecer blancura
dentro de ella misma.


*



El agua del cielo
humedece la tierra
y moja los labios de la flor.

Se forman gotas que recorren
el cuerpo de la hoja
reanimando su danza en el viento.

Bajan
abren la tierra
y crean pozos
para mojar las raíces.

Es lo divino que ha bajado
a probar las cosas en su plenitud.






                                  al  señor Santos

Dijo el viejo:
-La culebrilla
es el animal
que se vale de otro
cuerpo
para dejar
un sello maldito.

Pero el viejo curandero
no vio
la muerte de la culebrilla
y por flojedad
dejó caer los rezos
y la oración se deshizo.

El mal se multiplicó
Tres
 una encima de la otra .

y sus tres colas
–nunca Dios lo permita –han de mirarse la cabeza.

Y aunque no haya rezos ni bálsamos

Sé que si el viejo curandero
viviera en mí
me dijera:

-No hay necesidad
de que una apalee
a la otra,
 o la que la otra
se ensañe más.

Solo es cuestión de perdonarse.



                                              
Epilepsia

                                     a Sterling Lucero Stredel



Desmayados
nos mordemos la lengua
y una espuma blanca
nos adorna  la boca

si a nadie le hacemos daño
es porque estamos posesos de Dios y no del Diablo
o es porque en nosotros
ninguno de los dos ha conseguido su lugar
 luchan
y nada sabemos

abandonado
el cuerpo solo sabe temblar

Me digo:
es una recaída
ahora viene el tratamiento
pastilla tras pastilla
no me siento yo
carbamazepina tras carbamazepina

me siento otro

pronto seré siempre el mismo
dios y diablo se habrán desvanecido.











JHENSY LUCENA [16.870]

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Jhensy Lucena 

(Venezuela, 1992). Vocalista y tecladista de la banda El Café de las Seis formada en El Tigre – Estado Anzoátegui. 

Uno de sus textos salió en la edición impresa #2 de los Prints de ERRR MAGAZINE 2015. Todo lo demás reposa en http://cafedelasseis.blogspot.com/




Tiene un ángulo obtuso y dos ángulos agudos



Vamos, tú y yo                                              
                                                                                              solo

somos el comúnmente llamado
encuentro fortuito
de dos cuerpos celestes
colisionando 
en el medio de la mitad
de esta ausencia compartida.





Verdaderamente no te conozco

Un día iré a verte a uno de tus conciertos y no me acercaré a ti. Estaré mezclada al público. Mi voz será parte del resto de las personas que corea tus canciones. No me pondré al frente porque no quiero verte tan de cerca pero tampoco tan lejos porque estar lejos de ti me produce una desesperanza infernal. Te escucharé como todos los que te escuchan; no alejaré mis areolas de tu voz y antes de que puedas articular el último acorde, te tomaré una foto de baja calidad con mi teléfono celular, ésta la adjuntaré a un nuevo mensaje desde mi cuenta de gmail y te la enviaré sin asunto. Antes de que tus manos revelen la caída armónica del último conjunto de notas que ejecutarás al mismo tiempo, ya me habré ido. Con las manos en los bolsillos. Y en mis bolsillos: la negrura esclarecida que ocasionas a través de la laringe y las esquinas de los dos.





Qué alegría me da verte

Hay fuego brotando de mi cara. Habría que ver si los besos que nos dimos fueron eso o fueron  lo que uno realmente cree cierto, es cierto que solo hacía frío y yo bueno, no lo sé supongo que te amé como el sol a sus rayos pero mira,  habría que ver si soy espacio en blanco entre estos libros espesos llenos de dicotomía y vagabundos comportamientos.

Quería soltar el peso de la clara negrura sorteando que en tus tetillas soy campista montañoso. Sonidos vuelan-palpitan tal cual corazón roto bien roto. Aquí ya no hay caminos alternativos. No hubo reloj para que la neblina bajara hasta las habitaciones

solitarias
de este amor lejano
y seguía ahí
besando tus dientes de ajo
y miel
en el esperar de otra curda
en un bar de esta ciudad
colonial.





Este no es otro ridículo poema de amor.

He preguntado contables veces cuál es su segundo nombre como método de escape y si pongo las cejas en su dirección es para sobrevolar su aeroplano. Ciertamente he olvidado dóndecuándoycómo desperté sobre un despojo de la noche recubierta de ecos indecorosos, arropada de efectos analógicos que se perdían con lentitud por las hendiduras de la persiana. Acaricié la ropa con la pared, luego me la puse toda otra vez y salí a los adentros de los muros estrellados con las manos. La opacidad del día se mostraba alarde ante nosotros y poco antes de media noche no encontré otra manera de desaprobar su actuación glacial y yo sólo supe admitirlo llevando mi nuca hacia atrás. Pestañeé dos veces de forma voluntaria, luego del segundo parpadeo vi El Cinturón de Orión y en el tercero sus bigotes revoloteándome en la cara. 






TATIANA LOAYZA [16.871]

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Tatiana Loayza 

Peruana-costarricense, 1986. Egresada del ITCR en Ingeniería forestal. Ha publicado su primer poemario Piedrera (BBB Producciones) en el 2014. Además, cuenta con publicaciones de algunos poemas en las revistas: Miércoles de poesía, InterSedes de la UCR, Ágora 127 e Isla negra.




Los tuppers de tu casa




               No es por vos ni por la comida                                                                                                      pero las cosas están declinando                                                                                                                                         Ricardo Marín


Tengo una estructura plástica de tu madre
fructificando en mi escritorio

Los gusanos lagrimean
no sé si por la cebolla que traía la ensalada
o por las canciones cortavenas de Chayanne

Un mensaje tuyo:
“Eh por favor mi madre está preguntando por los tuppers de florecitas”

Mensaje de respuesta:
“Recipientes carajo
  recipientes”

Dos gusanos se desprenden de una rama
maduros y aún llorosos
los recibe el picadillo de papa que trajiste
y que nunca comí

2 meses más tarde
el celular estalla de mensajes
y una selva de tuppers en mi habitación

Perdón
recipientes

Carajo





Sádica
  
A nuestras hormigas  Atta


Regálame una procesión de zompopas
Que me acaricien con sus patas y antenas

Cuando pierdan sus hojas
sé que me arrancaran la piel hasta desangrarme

Deja que alimente a sus hongos





Daltonismo

Mis senos sin tus lentes
son luminosas ondulaciones
¡exhalo!
y en una escala de grises
se convierte el pulmón izquierdo


Pido un ataúd verde
descansaré sobre el follaje
¡Lo quiero rojo Andrés!
rojo como el pasto que comen las vacas

¡vEEErde!






DE VIAJE


 Tu piel es mi mapamundi
            -Nathalie Cruz-
      
Sobre la arena
                       el cadáver de la mariposa
      Tiño mis párpados de azul

             Él grita
   ¡Un mono cariblanco!
Nos caga desde una rama
      Él enfurece:
                  La espuma del mar
                       Los erizos





“RANARIO CAHUITA”
   
  Su ansiedad
                          por la escases de cocaína
               ¡Son rojas!
Las succiona como a confites

La gringa lo atrapa    in fraganti
            ladra algo en inglés
   Sus ojos se parecen a esas ranas ya resecas
                con las que alucina Javier
               
Corremos

La cabina de madera que cobra otra gringa
        y el mosquitero que él penetra






Cántame bajito Javi

Sus ojos cambian de color:
           La ola esmeralda
Luego 
           el fondo del mar    sus rocas                              
                     
Abro las piernas
             Sus dedos y los zancudos me hacen sangrar

Las ranas
           saltando dentro de mi
                                   se destiñen








EMILIO TENO [16.872] Poeta de Argentina

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Emilio Teno 

(Bahía Blanca, Argentina, 1978)

Teno estudió Filosofía y Letras en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Entre los años 1999 y 2008 vivió en distintas ciudades de Europa. En 2004, en España, Editorial Renacimiento publicó su primer libro de poemas: El tiempo que nos toca. Además de trabajar en poesía, narrativa y teatro, es autor de letras de canciones que han grabado artistas locales. Algunos de sus poemas, cuentos y artículos han sido publicados en diferentes medios gráficos argentinos y españoles.

En la revista “El Cultural” del diario “El Mundo” de diciembre de 2004, Francisco Díaz de Castro reseñó: "...son muchos los aciertos de Teno en sus mejores poemas: su facilidad para suscitar emociones cuando no las cuenta, su claridad de espíritu, su tino expresivo y logros tan distintos como Exilio, El puerto, Buenos Aires y, sobre todo, la sección De la forma en que me inventas, donde intimidad e historia juegan con acierto contra la facilidad."

En 2014, presentó "La noche americana", publicado por Letra Sudaca.


El tiempo que nos toca, 2004.



ARTE POÉTICA

Trabajar con este puñado de desdichas
es a menudo un duro oficio sepulcral.
Uno se pone serio de pronto y se acuerda:

de la última bomba caída sobre Bagdad
(esa ciudad soñada por poetas y por ladrones),
del Brasil, con su ejército de campesinos mendigos,
(allí quise una vez vivir bajo el cielo, con un pez y
una mujer hermosa),
de mi Argentina, manojo de nostalgias violadas, robadas,
(loca tierrita mía, que te dolés como una yegua agonizante),
de África, con sus pechos resecos por la muerte y
sus grandes ojos blancos de niño que pregunta.

Urdir palabras con este horror a cuestas
no es fácil. Pero tampoco es fácil:
levantar una pared con este horror a cuestas
arreglar un zapato con este horror a cuestas
enseñar a sumar con este horror a cuestas

quiero decir palabras nacidas del horror
paredes levantadas sobre el horror
zapatos que pisan las huellas del horror
las sumas cotidianas del horror
son oficios salvajes.

Por suerte, también está la aurora
el sabor del pan
la primavera
la revolución
y vos.




La Habana

Ciudad que sos también el poema
mis piernas van bailando al ritmo ancestral
de tu latido.
Venido de África, de Haití, de Sevilla
y, quizá, de la luna;
tu corazón colorido y tu piel de tambor
van adoptando la forma de una mujer querida.

Y sos eso: una mujer querida
                   un corazón colorido
                   una piel de tambor
                   y, también,
                                    el poema.
                                        
                    La Habana, diciembre de 2003



La noche americana de Emilio Teno


Por LEONARDO HUEBE

En 1973, François Truffaut estrenó “La noche americana”, un filme cuyo título alude a la técnica cinematográfica que permite emular la luz nocturna durante la filmación diurna. Filtros oscuros sobre el lente de la cámara buscan recrear la noche en el día.

De esa interpelación lumínica, de la artificialidad o el despojo con el que miramos y nos apropiamos del mundo, habla La noche americana de Emilio Teno (Bahía Blanca, 1978), uno de los dos títulos (junto con El punto suspensivo de Fabián O. Iriarte) elegidos por la editorial Letra Sudaca para inaugurar su colección de poesía.




La noche americana

La noche americana se abre con una serie de cuatro poemas (Simulación de la noche, 07:00 PM, La mañana, Ciertos días) que marcan la sucesión de una noche imaginaria y atemporal hacia una mañana turbia. La transparencia, la luz diáfana, está puesta en la sensación de lo vivido y ahí todo es presente. Como en un travelling, las imágenes se suceden: vemos una terraza bajo un cielo amenazante donde todo parece temblar ante la lluvia inminente, los objetos se animan, toman la hondura de lo que los toca. El tono elegido es reflexivo; si bien enuncia desde un yo poético definido, no es confesional.

En los poemas Troya y Odisea, las alusiones al universo cultural clásico se articulan con una marcada urbanidad y con un lenguaje frecuente. Las referencias literarias o musicales son muchas veces el disparador de una reescritura, como en el díptico Cervantes en el infierno y Don Quijote en el infierno.

 La ciudad es omnipresente, es el paisaje elegido. Los edificios y el cemento, la aglomeración, el sonido urbano incesante son el marco geográfico y sonoro de casi todo el libro. Esa música interna es la que estructura y da sentido de pertenencia a cada uno de los poemas.

Este nuevo poemario despliega un tono narrativo que va acentuándose conforme avanza la lectura. Como en un palimpsesto, las huellas del pasado asoman y se mezclan con discursos cotidianos, como ocurre en Catábasis:



Fumaba y discutía
con demonios de cuarta
apuñalado por el fluorescente
de la pizzería
una mano
en la copa
de cerveza tibia
y la otra
infructuosa
buscando en el bolsillo
el óbolo extraviado
que reclama Caronte



En otros se ilumina un objeto, se lo descubre, se le arrebata la inocencia:



El guante
Tendido sobre el lomo
de un libro pagano
jurando
quién sabe qué ficciones
ignora
el verano que arrecia
los días que lo alejan
de la mano
que lo hará vivir



Cada poema tensa una cuerda por la cual desfilan las obsesiones, la música, el humor, el cine. Los poemas de Teno tienen variedad de registro e intensidad. En la sección final y a modo de addenda, tres poemas breves cierran el libro. En el último de ellos, el artificio y la máscara parecen dar paso a una luz natural:



III

Ya se quebró
la madera que apuntalaba
el fuego.
Un montón de cenizas
sobre el borde del mundo
en algún lugar del sur.
Y, sin embargo,
algo brilla,
verdaderamente.



En definitiva, la trama poética del libro propone y conduce al lector a un viaje desde una noche simulada a los destellos de un fuego casi extinto pero verdadero. De lo nocturno a lo diurno y viceversa, cada palabra está empujándonos a ese viaje. El conjunto es una lograda urdimbre de voces que dialogan o se apropian del discurso, que se afirman en los intertextos para surgir con una nueva mirada.

Palabras como imágenes veladas o alumbradas recorren La noche americana. Vale la pena adentrarse en ella.

Para concluir, una opinión de Ricardo Arriagada sobre el autor, que forma parte de la contratapa del libro: Emilio Teno pertenece a una generación –en cuanto a edad y a gustos- que no ha privilegiado el pertenecer a “escuelas” o “tendencias” sino que más bien ha preferido toser con el polvo de los caminos de la vida, la soledad, el azar, la muerte. Impregnarse, llorar y reír.









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JESÚS GÁZQUEZ [16.873]

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Jesús Gázquez

Jesús Gázquez (Montilla, Córdoba 1965) estudió lenguas clásicas y música. Librepensador apasionado, abandonó pronto culto y cuna, y más tarde hipoteca y servidumbre, para dedicarse en cuerpo y alma a la vida poética. Es autor de los poemarios El norte del desasosiego (Ópera Prima, Madrid, 1997); El asombro (premio de la Fundación María del Villar, Tafalla 1999); Escombro (premio Ciudad de San Fernando, Huerga & Fierro, Madrid 2009), y Ríos (ediciones Baile del Sol, Tenerife 2011), con el que obtuvo diez galardones. Corpus dei es su primera novela.




Mi padre metía la mano en la olla
Hirviendo para comerse una col de mierda                                     
No tiene lista de espera la felicidad
la vida es un chiquillo aprendiendo a morir

Soy un hijo de piedra
Llevo nubes en la sangre
Y de un niño sin padres
Por una guerra que no iba con él
Yo no empecé todo esto
Sino por todos los hombres.




*



Dejé pasar el tiempo y perdió fuerza
Hasta que se detuvo en los poemas

Los poemas son animales salvajes
No sirven para nada
Gente que parece no dormir nunca
La belleza es un tigre que te encuentra primero.




(Del poemario Ríos)


Está a su lado pero lo ve en otro sitio
La soledad y el tiempo se han acabado liando
El mar estos años estaba en las cortinas de las pensiones
Él ha esperado un beso pero ella sólo apagó la luz
Ahora le da las cosas sin mirarlo
Prefiere no ver otras islas en sus ojos
También ella es un lugar extraño

Recuerda qué era yo antes de que me conocieras

El amor cambia de tamaño con la distancia
En el regreso nadie es el mismo
Cada uno piensa en el que nunca volvió
El tiempo es un maremoto

Ya no hay más tristeza que valga, mintió como Penélope.

Nuestro amor es un refugio
Una cabaña en medio de la lluvia
Donde está sólo el recuerdo del otro
Cuando uno acude allí a resguardarse del frío.



*



Estuve con una mujer que no hablaba
Podía soñarlo todo con ella
El silencio trae extrañas ideas
A veces cerraba los ojos para creer que se había ido
Entonces la echaba de menos
La recuerdo haciendo las maletas
Cada uno miraba a un sitio
¿Es el amor un lugar común?
Maletas, tal vez el amor sea eso
Algo que sólo va con uno

Ahora vive donde no se olvida a nadie.





*



El poeta es un cazador fabuloso
oye respirar a los peces cuando se acercan
como las ideas
su alma está hecha para esperar

Que los poemas sean días que vengan para quedarse.



(Del poemario Escombro)




Tirada en el suelo la luz
Amarilla de una farola fiel
Un perro asustado hace del mundo una lata vacía
El silencio del que calla no tiene fondo
Hasta aquí se arrastran los mudos sin cura
Es otoño en el corazón de los árboles
Pasando la noche en el parque
Se oye la ciudad crujir

Los vagabundos parecen árboles secos
Como si la vida no fuese con ellos
El poeta es anónimo
Por qué lo buscáis entre los vivos
De los árboles caen los árboles.



*



El hambre hace que uno mismo se muerda
El amor es dar calor sintiendo frío
Sólo las cicatrices no se pueden compartir.



*



Dejé pasar el tiempo y perdió fuerza
Hasta que se detuvo en los poemas
Los poemas son animales salvajes
No sirven para nada
Gente que parece no dormir nunca
La belleza es un tigre que te encuentra primero.



*



La mentira es hacer por un poema
Más de lo que yo haría por mí
Mi mayor ilusión es que me entiendas
Dice el hombre a la verdad.



*



Me exigen lo que no me dieron
Como si naciéramos para ser juzgados

Somos culpables antes de hablar
Hay un cazador detrás de cada idea
El miedo a la libertad del otro
Dispara a todo lo que vuela.



*



El vagabundo mea en la calle
La venganza es una necesidad fisiológica

En pleno centro del bienestar
Saboreo mis últimos días como un hombre bomba
No hay riqueza como la satisfacción.



*




Lo más digno es darse la vuelta
Dejar sin nombre a los días de la semana
No darle oportunidad al futuro
Es un perro suelto
Lo cambio por la vida
No voy a sembrar lo que recojo.



*



Los hombres no somos iguales
El hambre nos distingue

El mundo huele a perro mojado
Un cubo de basura es mi boca
El orín es un perfume
La mirada un vaso
El vino muerde
El corazón un borracho.



*



El amor a la vida no es más que un absurdo
Miedo a la muerte

Me importa cada día menos lo que tengo
Más lo que abandono



Discurso de presentación del libro Escombro, de Jesús Gázquez, pronunciado por el autor en el Museo Histórico de San Fernando, Cádiz, el 27 de febrero de 2009.


Creo que el lenguaje poético es el lenguaje más real. Nadie piensa normalmente a la manera de una obra filosófica, con todo su orden en la argumentación, eso requeriría de un ejercicio de concentración, de una disciplina, un trabajo y un esfuerzo impensables, también de una intención, poner en marcha toda la capacidad de elaboración, como cuando se inventa una mentira, o como cuando se da un discurso. 
Creo que la poesía carece de intenciones; y digo que es el lenguaje más real porque trata más de lo que se piensa (o se siente) y que no se dice. Puesto que el poeta no está obligado a decir nada puede permitirse un discurso fragmentario, incluso incoherente. Estamos en el terreno libre del arte y realmente el poeta es alguien que no tiene nada que decir sino que sencillamente lo dice. El lenguaje entonces, este lenguaje real, tiene todos nuestros defectos y nuestras obsesiones, es más cercano. Como en la conversación, donde lo que decimos son versos. Y la poesía, en realidad, no es más que la conversación con uno mismo. 
Lo que cuesta mucho, la elaboración, el trabajo, todo eso no es arte, es sólo oficio. Trabajar cansa, decía Pavese. Escribir no. Si no es una necesidad fisiológica, escribir poesía es una tontería solemne. 
Qué más. Para qué sirve la poesía. Por ejemplo, estoy de acuerdo en que la ciencia necesita de la poesía. Para definir las cosas con belleza, o sea, de una manera primitiva, sencilla y contundente. Igual que la idea es la medida de la ciencia la economía del verso es científica. El verso, esa especie de unidad de gracia y pensamiento, como el razonamiento científico, ha de ser riguroso y aspira a ser incontestable, sólo que el verso nace irrefutable y el razonamiento termina con el tiempo siendo cuestionado, sustituido. Pero la poesía no, por ella no pasa el tiempo. 
Pero pobres poetas, no los escucha nadie, nadie los lee. Sin embargo la poesía nos rodea a diario, qué es la publicidad sino versos. Y el lenguaje publicitario ha encontrado un nuevo filón en el lenguaje poético. No paran de quejarse los poetas. Pero, a ver, a nadie le interesan los sueños ajenos. El poeta se ve obligado entonces a vivir la vida por todos nosotros. Tiene que estrellarse contra el mundo a menudo. Por eso necesita más cariño que los demás. Se está sacrificando por todos para hablarnos de nosotros mismos. O al menos eso piensa él.
Por eso nunca un dinero público estuvo mejor gastado que el de los premios de poesía, mientras no estén amañados, claro. Por cierto, ¿no sería eso prevaricación? (Yo les puedo asegurar que éste no lo está.) Pero no nos equivoquemos, la sociedad ha de mantener pobres a los poetas. De otra manera dejarán de sernos útiles y pasarán a ser complacientes con nuestros pecados y olvidos.
No hay peor amenaza que la obsesión por el éxito. La prisa por llegar al reconocimiento. El éxito es como una autovía, que puede convertir al poeta en un turista del mundo. Y la velocidad, hoy en día, es una epidemia. 
Los versos que llegan al corazón cogen caminos. Se salen de la ruta y van despacio. Hablan con la gente. No tienen miedo de la lluvia, de la nieve. ¡Ah!, poesía de invernadero, que no se moja. Que busca temas que nadie haya pisado, lugares originales. Especie de ingeniería artificial. Escuché en una ocasión a un poeta asegurar que los temas en poesía están agotados. Sería como haber desautorizado a Velázquez en su momento por seguir pintando retratos. Lo único que necesita el arte son otras visiones. Nada más. Si estos están cansados, que los poetas sean otros. Por ejemplo los sordos, ellos tienen una ventaja sobre todos nosotros: ven el telediario sin voz

http://nosololibros2.blogspot.com.es/2009/03/jesus-gazquez-la-verdad-que-nos-lleva.html










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MANUEL LOMBARDO DURO [16.874]

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Manuel Lombardo Duro 

(Jaén, 1944) 
Licenciado en Derecho, ha trabajado en la Enseñanza y en la Administración. Ha publicado diversos libros de poemas entre los que destacan: Ahora Blancanieves cojea algunas veces de mi mano (1974), El tigre y la mariposa (1976), De Jaulas, Espejos y Relojes (1978), Bajo soles de cielo (1982), Canción sílaba (1985) Umbral de transparencia (1987), No (1993) y Contracanto (1995), Miserable poesía y Vivo muy lejos y Carne de letra (2004) y Borrador (2006). Ha sido incluido en distintas antologías poéticas como Viento de cine; también ha publicado numerosos poemas y artículos en revistas literarias y de pensamiento, como Renacimiento y; numerosos libros inéditos: Nadie de nada, La nada en celo, Contrasilencio, y Antiprólogo a nada.

Manuel Lombardo Duro es un poeta atípico y heterodoxo que jamás ha concurrido a ningún premio y que ha eludido siempre el apoyo institucional. “La poesía no es una carrera de caballos, es un placer en sí misma y luchar por lo imposible”, asegura. A su juicio, su obra poética “es la lucha contra la iniquidad y la estupidez, la lucha contra todo poder y toda muerte, la búsqueda desesperada de espacios incruentos, la negación rotunda a colaborar en un mundo que está en manos de granujas y de imbéciles”. Lombardo ha evolucionado desde la poesía social de sus orígenes, en la línea de Blas de Otero, a otra de corte más individual y sarcástico, y ello por su desencanto ante las soluciones colectivas. Con todo, aunque su poesía parezca desesperada y desgarrada él también la califica de “vital y enérgica”, pues considera que “en el hecho de escribir siempre se encierra un principio de esperanza”. Han pasado ya 40 años desde que Lombardo publicara su primer poemario, Ahora Blancanieves cojea algunas veces de mi mano, y desde entonces ha publicado numerosos poemas y artículos en revistas literarias y de pensamiento, entre ellas la sevillana Renacimiento. 




Tal vez mis poemas
no sean más que restos,
sustituciones vanas
de aquel dios, aquella madre, aquel cielo
que yo perdí de golpe,
residuos de oraciones musitadas
en la fría soledad
del más claro silencio.

De Oración Vacía





ESPACIOS INCRUENTOS 

Quizás 
la escritura 
nada tenga que ver 
con la vida ni con la muerte. 

Tal vez sólo sea 
una forma de expresar 
la insumisión activa, 
el rechazo absoluto, 
la desobediencia cósmica, 

la lucha desigual 
de un hombre solo 
contra todos los poderes, 

la búsqueda desesperada 
de espacios incruentos. 





Plenitud 

Aunque algunos pretendan 
racionar el aire 
y enjaular la luz, 
envenenar la sed y el agua, 
aún puedo respirar, 
todavía queda espacio 
para mi alegría furiosa, 
mi rebelión salvaje. 

Hay vida plena. 
Hay vida infinita y vibrante 
fuera del orden y de la ley. 

Mira cómo 
ahora juego a la gloria 
con las articulaciones de mis dedos, 
cómo tiemblan los cielos de papel 
frente a la anarquía de mi risa. 

de su libro Miserable poesía. 





Carne de letra 

No, no quiero 
ni puedo ser 
carne de letra sin sentido 
ennegreciendo blancas mortajas 
de papel inmaculado 
ni llevar en las venas 
tan sólo tinta en vez de sangre. 






En silencio y despacio, 
contra toda palabra, 
escribir sin lenguaje, 
insinuar tan solo 
lo que no puede ser, 
lo que no está, 
lo ya perdido. 
Testigo del horror 
y de la nada, 
todo imposible, 
enmudecer en la penumbra, 
no prestar nunca más 
testimonio maldito: 
sólo tal vez 
una palabra nueva, 
un silencio de nieve. 







Miserable poesía 
si no te lleva lejos, 
fuera de esta vida 
tan zafia y repugnante, 
más allá de la muerte 
democrática y vulgar. 
Miserable poesía 
si no te lleva fuera 
de todos los sentidos, 
lejos de todas las palabras. 
Miserable poesía 
si no termina al fin con la poesía. 






De su libro Allegro Bárbaro, 
Ediciones RaRo


Donde resisto 

Ser escritor, 
escribir en Jaén 
es andar sepultado 
bajo siglos de sangre y de mugre, 
de estupidez y de codicia, 

garabatear 
desesperado y mudo 
en la tapa interior de un ataúd 
color olivo negro. 

Escribir en Jaén 
es resistir cercado 
de miedo y de ignorancia, 
afrontar el desastre permanente, 
no rendirse jamás. 




INNECESARIO

Vivir no es necesario,
sino tan sólo destruir,
aniquilar lo que te mata,
sobrevivir a tus traiciones
y a todos tus fracasos,
quemar en propia lumbre
todo el amor y todo el odio.
Después de nada y tanto,
escapar de lo nunca
para gozar el siempre,
afrontar la desesperanza
sólo con desesperación,
encontrar sólo vida
en ir contra la vida.





CANSA

Meditar cansa,
pensar el pensamiento,
desentrañar cada lenguaje,
decir esas palabras
inertes y vacías
con lo poco que dicen,
con todo lo que callan,
con lo mucho que mienten
y la muerte que arrastran.
Cómo cansa enjugar
la vida cada día,
no perder el valor ni permitir
que te falte el coraje.
Cómo cansa vivir
entre la ausencia y la inocencia.




JERARQUÍA

Hoy por hoy,
sólo hay dos clases de poetas:
los imbéciles y los muertos.
El hermoso cadáver
de la poesía putrefacta
está ya bien muerto y sepultado
que no me tomaré
ahora la molestia
de despertarlo para mi desprecio
y mi abominación más perniciosa.
Hoy por hoy,
no hay dos clases de poesía,
sólo queda una:
la todavía por hacer,
la que no existe aún ni se vislumbra.




NADA ESPERO

Porque no espero,
porque no espero volver,
porque no espero volver jamás,
ahora voy más y más lejos:
he decidido
no moverme de aquí,
quedarme quieto
en este desamparado lugar
cuyo nombre he olvidado
y que sólo sé que se encuentra
allá en el centro de ninguna parte.





De Noemas y nademas


Atrévete

Ten el valor
de no hacer nunca
nada por compromiso,
no escribir nunca nada
que no brote directamente
de tu alma y tu conciencia.

Ten la osadía
de ser olvido siempre
de todo y de ti mismo,
purifícate con nada y silencio,

atrévete a ser nadie.






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SUSANA GIRAUDO [16.875] Poeta de Argentina

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Susana Giraudo 

Nació y vive en Villa María, Provincia de Córdoba. Es escritora, ensayista y pintora. Publicó varios libros, entre ellos: Trazo y Poema, Cuerpo de luz, La luna en fuegos de final de noviembre, La armonía de las desarmonías -edición bilingüe italiano-español, El sonar transparente y ha participado en varias antologías de autores argentinos y de otros países. Publica sus textos en periódicos y revistas de circulación local, provincial , nacional e internacional y en revistas web. Ha recibido numerosos premios y distinciones, entre ellos el Primer Premio del Certamen de Poesía y Primer Premio del Certamen de Cuento de la Dirección Municipal de Cultura de Villa María, el Primer Premio Plaqueta de Oro del Certamen de Poesía "Hugo Mandón" de Santa Fe, la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores en el año 1999, Premio Selección y Publicación otorgado por Editorial Libroitaliano Editrice Internacionale entre otros. Como artista plástica participó en numerosas muestras colectivas, entre ellas: Salón de la Mujer, Municipalidad de Villa María, Muestra Día Internacional de la Mujer "Nuestras mujeres en el arte"- Dirección de Cultura de la Municipalidad de Villa María", Muestra "Amigos" -Teatro Real, Córdoba -. Participación del Pequeño Formato, Galería Guernica, Córdoba, Muestra Inauguración Congreso de Gastroenterología- Sala Hotel República y muestras individuales: en el Centro Cultural Santa Fe, Salón Aerca, entre otras. Ha realizado talleres y seminarios en artes plásticas y es discípula de Nélida Petrucelli y de Eduardo Cervera. Ha sido corresponsal de diversas publicaciones, tales como Papiros del Siglo Veinte, Horizontes de Cultura. Hizo Periodismo Radial y gráfico, dirigiendo la revista Centro Argentino.

El poeta argentino Jorge Ariel Madrazo dice que Susana "Giraudo pertenece al raro escuadrón de las voces femeninas que, abjurando del sentimentalismo, no temen ofrendar la llaga abierta de su hpersensibilidad, unida al diamante de la inteligencia.  Esto le augura el mucho sufrir. Esta es la matriz de su alta poesía."



El perverso atractivo

a Pablo Ziegler



Ella intenta mil trucos, malabares, fuegos de artificio,
sin conseguir ocultarla detrás de tanto y tanto.
Aterida, negada, a la intemperie, vestida apenas
con su miedo impúdico: está la otra, ella.

La que consiguió retener, solo a momentos,
unos pocos abalorios de colores,
algunos cánticos blancos e inocentes,
y las cenizas ya frías de un estallar de estrellas.

Y como un barco ciego que navega sin brújula
hacia puertos sin nombre, no ella, sino la otra,
busca a tientas, con la piel en sangre hasta los codos,
el perverso atractivo de un naufragio.





Repeticiones

Gira el tiempo cumpliendo su rodar recurrente.
En la constante de sus repeticiones,
busca siempre la analogía entre lo vivido
y la apremiante respiración del hoy insoslayable.

Las imágenes danzan en su persistencia por renacer.
Reconstruimos cada instante, sobre la
sombra de la mímesis a la que estamos condenados.

Quién se atreve a no creer
que el recuerdo burla la sinrazón de las negaciones.
En cada cambio de piel cumplimos con el rito repetido,
hasta desafiar el infinito.





Siempre se salva un niño

Un odio definitivo y sólido
arrastra los resabios temblorosos
de la pequeña última muerte.
Sarcófago inventado donde
la nada se arrebuja en los rincones.
Batalla devenida como toda batalla, 
sin precisar la chispa que la engendra.
Turbio lastre de la frustración
moviendo personajes contrahechos,
mientras los hilos se mezclan y confunden.

¿Dónde se apaga el odio?
¿En cántaros de cobalto?
¿En caminos de espuma donde perder su huella?
Las palabras borran un rostro
entre la niebla espesa del futuro,
y las manos intentan 
destruir lo abominado, el sinsentido.

Cuando se aquieta el derrumbe,
entre los escombros, 
siempre se salva un niño.





Herodes

Masticar rosas, creo, es buena práctica,
mientras en el mundo la sangre se convierte 
en río hirviente. 
Delirante, un payaso  vomita odio y desenfreno,
sentado en su trono estrafalario.
No hay abalorio que distraiga sus manías.
Persiste voraz , 
ordena muerte,
su triste poder de historia inolvidable.

Herodes, mirando al nuevo líder del horror
y la sangre,
 se ha tornado 
un niño 
balbuceante.







Sin latir sin calor sin
de la noche llegó
la mentira dentro de un abrigo gris
con fauces abiertas en el lugar de la flor

alientaba el aliento en pequeños
pétalos de vapor
la mentira 
hacía trepar hasta los dedos helados de los árboles
su rítmico respiro
en la noche enfundada en un gris de grises
con fieras en la solapa
cepos feroces clip clap de dientes
amenazantes

peor amenaza la mentira mi propio
lado izquierdo -dije yo -que las fieras
de opereta para las que
tecleo sobre baldosas sueltas
esta mi música sorprendida
en arpegios de dolor mis pasos

la noche fría de fríos dedos sin savia
recibió a la mentira sin latir
sin luna sin estrellas
solo mentira solo noche sin sangre
sin calor sin magia
la mentira no late no calienta
no lleva estrellas ni luna
no tiene sangre
la mentira muere de mismo morir
y mientras muere también mata





Unidos donde los pasos

… dejan huellas y nacen rosas.
Rosas de sangre y agua,
agua y sangre.

Somos lo posible
convertido en goce.
¿De donde viniste,
peregrino del dolor
encendiendo esta nueva luz
que nos contiene?

Llegaste a mi verso desde el vacío,
interrogante feroz,
gimiendo preguntas entre tinieblas,
más allá de la nada silenciosa.

Y este cuerpo 
reconstruido ahora por tus manos,
se resuelve en una flor húmeda,
que estremecida tiembla sobre tu pecho.

La música de un clave suena a Vivaldi
en gloria de miradas.
Ponte dei greci.
Murmuran las góndolas
en la noche bruja,
oscura de oropeles y adioses.

Momento en que la piel se busca,
más allá del hartazgo (solo temblor).
Lo incierto asecha lejos,
tal vez como un rugir de condenas.

Y donde un mapa señalado espera,
seremos fusión furtiva,
dioses o esclavos
en este ir y venir dentro del tiempo.





SUSANA GIRAUDO
POEMAS & AQUARELAS


Decís te beso 
me derramo en vos
y me lo decís a mí
que vengo a traerte ahora
este libro en blanco
unos dulces
hechos con frutos del verano
una puñalada que
te roce apenas la voz
y este pájaro de cáñamo
y algodón
mira
tiene las alas  escritas
con los fonemas confusos
de un silencio
lapidado sobre
sábanas heridas.
está muerto
(como verás)
lo sofoqué con
mis manos y
aún así
no conseguí que soltara
de su pico
este trozo de papel
en el que todavía pueden leerse
nuestros nombres.




Silencio de muebles que 
no pueden olvidar que fueron árbol
suena todavía
la palabra susurrada 
entre  la sábana cómplice 
( tibio algodón inimputable 
en su trama de sudores) 
el fuego en brasas de luz 
y el estruendo feliz de los manteles 
cuando volaban para vestir la mesa
mi cuerpo 
callado 
no pregunta  por tu cuerpo.






A Enrico Malatesta

El silencio es una boca oscura.
Este colchón viejo
tendido sobre ladrillos fríos
huele a cemento y  cal,
Huele a desvelo.
Son las tres de la mañana.
Pienso en el sueño igualitario
y resisto apenas.
Un desfile fantástico se sucede:
veo en cada rostro un manifiesto






De 
Susana Giraudo 
Monedas en el agua de una fuente.  
Buenos Aires:  El Mono Armado,  2009.   67 p.  


LACERADA

En cada sombra de tus noches,
cambiantes amenazas donde la luz
esconde su timidez e insiste,
refugias la angustia de tus grietas.

En los naufrágios de tu sangre,
en la representación espectral de tus delírios,
se destruye un velamen de sueños
desamparados, perdidos entre tormentas.

Oscuras formas detrás de tu escenario
(obstáculos sospechados y temidos)
giran en un carrusel de lágrimas
mientras denodando buscas la salida.

Mis palabras se inmolan perdiéndose en si mismas,
tumbas hambrientas de su propio sentido.
Tu lamento, tu dolerme en los huesos,
laceran la piel de mis resurrecciones.





COMO DUELE EL DOLOR

Hay un muerto que sigue respirando.
Un corazón de escarcha que late monocorde.
Un ídolo inventado que al hundirse en el barro
pelea por un inútil nuevamente.

Nuevamente es un vocablo sin sentido
después de destruirse una y mil veces.
Hay ojos que el asombro no ha cerrado
y miran a la dicha
estallar en pedazos.

Como una boca enroscada
en el ardiente altar del tormento,
siente partirse la ilusión
en sus entrañas,
colmadas
del más crudo dolor.

¡Cómo duele el dolor!
¡Cómo duele el silencio del amor
que muere sin crecer, innominado!






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MARY GRUESO ROMERO [16.876] Poeta de Colombia

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Mary Grueso Romero

Mary Grueso Romero (n. 1947) es licenciada en español y literatura, egresada de la Universidad del Quindío, especialista en Enseñanza de la literatura de la misma universidad y en Lúdica y recreación para el desarrollo social y cultural de la Fundación Universitaria Los Libertadores, escritora, poeta y narradora oral colombiana. Nacida en Guapi, Cauca y radicada en Buenaventura, Valle del Cauca. Ha sido honrada con el título de almadre a la excelencia poética femenina del Museo Rayo.

Nació en 1947 en el Corregimiento de Chuare Napi, en Guapi, Cauca. Es hija de Wilfredo Grueso y Eustaquia Romero, y descendiente de esclavos, un pasado que se pone de manifiesto en su obra cargada de contenidos libertarios y reivindicatorios del pueblo afrodescendiente. Durante su niñez vivió con su abuelo Martín Romero y cursó sus estudios primarios en el Colegio San José de Guapi.

A sus 23 años contrae nupcias con quien podría ser considerado el artífice de la posterior carrera artística de Mary, Moisés Zúñiga3 quien, en el que sería el inicio de su copiosa vida académica, la apoya para ingresar a la Normal Nacional la Inmaculada Concepción, de donde se gradúa como maestra bachiller; luego ingresa a la Universidad del Quindío de la cual recibe el título de Lic. en español y literatura en 1999 y de Especialista en enseñanza de la literatura en el año 2000; en el año 2001 obtiene un diplomado en Gestión de proyectos culturales de la Universidad del Pacífico; en 2003 se titula en la Especialización en lúdica y recreación para el desarrollo social y cultural de la Fundación Universitaria Los Libertadores; y en 2004 la Universidad del Valle en convenio con la Unesco le otorga el título de diplomada en análisis y producción de textos.

Zúñiga no solo la instó a prepararse académicamente, sino que fue también quien la llevó a escribir, inspirada por el amor que hacia él sentía y por el dolor que le dejó su muerte. Así, su segundo libro publicado, El mar y tú es, en parte, reflejo de esa idílica relación.

Entre 2005 y 2007 se desempeñó como catedrática de literatura en la Universidad del Valle, también ha ejercido su labor docente en la Universidad Libre, la Universidad del Pacífico y en algunos colegios bonaverenses. Ha sido presidenta y vicepresidenta del Consejo de Literatura de Valle del Cauca.5 En 2011 fue nombrada Directora Técnica de Cultura de Buenaventura por el alcalde José Félix Ocoro Minotta.

Por su labor artística y docente se ha hecho merecedora de diferentes honores entre los que destacan el reconocimiento como la Primera mujer poeta consagrada del Pacífico caucano otorgado en 1997 por la Normal Nacional de Guapi; el Premio a la Mujer del Año en el Aspecto Literario otorgado por la Universidad Santiago de Cali y el Premio a la Mejor Maestra concedido por la Secretaría de Educación del Valle del Cauca en reconocimiento a su proyecto etnoeducativo, ambos de 2007; año en que también es condecorada por el Museo Rayo con el título de almadre, otorgado a las mujeres poetas que han logrado la excelencia, al cual para esta edición especial se le cambia el nombre por el de almanegra pues las tres homenajeadas de ese año eran poetas afrocolombianas: Mary acompañada de María Teresa Ramírez y Elcina Valencia.

En 2008 la cadena televisiva Señal Colombia realizó dos documentales sobre su vida y obra, incluidos en el programa Vocación Maestra y Cimarrones. Fue incluida, además, por el programa Por qué creer en Colombia como uno de los colombianos de mayor reconocimiento; así mismo Yubarta Televisión, canal de la Universidad del Pacífico, ha realizado tres documentales sobre su vida en los que destaca su papel como poeta, maestra y narradora oral.

Obras

Libros

El otro yo que si soy yo
El mar y tú
Del baúl a la escuela
Poesía afrocolombiana
Negra soy

Material sonoro

Mi gente, mi tierra y mi mar (Disco compacto)



Mary Grueso, almanegra de piangua y mar

 Por Leopoldo de Quevedo y Monroy

Mary Grueso Romero es mujer de pulpa de cununo y calamar. Lleva en sus venas una cascada de alabaos tristes, ojos de negritos que corren por el litoral y cocos que se baten como maracas en la palma junto a la mar.

Nació en el Corregimiento de Chuare Napi, en Guapi, Cauca, sobre la rivera del río en noche de chirimías, marimba y guasá. Por el estero cercano arrastraba la marea pianguas raiceras, sierras, cangrejos y jaibas y las dejó a su puerta para saludar a quien en su vida no haría otra cosa que hablar de mar y negro carbón.

De mayor ha vuelto a visitar la casa grande paterna y materna que se revuelve en sus recuerdos. La mira de arriba hasta sus pies con sus dos plantas, grande, con pisos brillantes de madera, junto al río Guapi. La ha encontrado pequeña y extraña como postal magenta de un paisaje soñado. Con los ojos semicerrados extrae de su tristeza y del inconsciente la imagen huidiza de los momentos revividos:


He llegado a la sala de mi casa
a sacudir la neblina de polvo en mi memoria
mientras de mi pecho salen entrecortados sollozos.
Entren por mis palabras
mientras yo desde la soledad de la Bahía
los guardo por siempre y para siempre.
Emprendí el retorno
cuando la luna inclinaba sus cabellos
y abría los portones de la noche.
No sin esfuerzo subí una a una
las escaleras de mi infancia.
Al llegar a lo alto encontré la puerta cerrada
deteriorada por el comején y el tiempo...
Empezaron a caer del cerrojo
las cancarrias y el murmullo de súplicas
de las cansadas bisagras
que pedían gotas de aceite...1



Wilfredo Grueso y Eustaquia Romero, sus padres, la arrullaron en su tierra, junto al abuelo Martín Romero, y luego emigraron a un ingenio en Zarzal. Fiel a su tierra y a sus ancestros creció hasta los 20 años entre mimos y como una princesa, despreocupada de los afanes de la ciudad. Se casó a los 23 y con el apoyo de su marido estudió en la Normal Nacional de las Hermanas de la Providencia. Entrada a los 28 años se graduó de maestra y empezó su ascenso en la literatura y la poesía en las universidades del Quindío, Univalle y Los Libertadores.

Mary Grueso es una mole negra nacida del vientre del mar. Alta, gruesa, se mueve como las olas violentas en noche de leva. Su cara sonríe con labios pintados de negro y carmín. De carnes firmes y voz de barco que saluda cuando llega al puerto. Su palabra es ola sonora y a veces grito de alerta, es marisco, es pájaro, es chonta de selva, es fúnebre chigualo de niño muerto. Todo en ella huele y tiene sabor a niebla marina, a sal de ambiente, a sol y cielo abierto, a sudor y cansancio de muelle, a risa franca y mano de mujer amiga.

La hemos visto mirar ansiosa como gaviota que busca en el confín lejano la roca de coral para sosegar su viaje. Lleva en su alma una queja honda que aprendió desde que bebió la sangre en su madre. Es la marca de ser negra y sentir que sus congéneres no han aprendido a ver su rostro en el color que deja el fuego y que esconde un diamante sin talla.

Hija de abuelos esclavos que trabajaban en minas sureñas, es heredera ahora de apellidos de negreros amos blancos. No esconde su triste pasado ni rumia odios ancestrales. Con la serenidad que da el trabajo y el arte y el calor de la familia pasa sus horas escribiendo y llevando un mensaje libertario.

Ella sigue por el sendero que le enseñó la vida dura y la historia infame de sus ancestros. Pudo más en ella la paciencia y el ejemplo de los aborígenes que jamás se rindieron ante el infortunio que las cicatrices que dejaron en las espaldas los señores de abolengo que le dieron sus apellidos. Murieron para ellos sus baúles de morrocotas y el orgullo de sus títulos y Mary muestra hoy la joya que llevaba escondida entre sus ijares renegridos.



Yo vengo de una raza que tiene
una historia pa’contá,
que rompiendo las cadenas
alcanzó la libertá.

A sangre y fuego rompieron
las cadenas de opresión
y ese yugo esclavista
que por siglos nos aplastó.

La sangre en mi cuerpo
se empieza a desbocá,
se me sube a la cabeza
y comienzo a protestá.

Yo soy negra como la noche,
como el carbón mineral,
como las entrañas de la tierra
y como el oscuro pedernal.2



Ama el ancho del agua verde, con su hondo misterio que sube y baja en su masa de agua. Quiere ser poeta de pueblo, ama a su gente, conversa con la ventera, el taxista y la peluquera. Allí la llaman, se unta de calle y de olor a gente común y recorre a pie en el mediodía entre el sol y los colectivos las cuadras de Brisas del Mar en Buenaventura donde habita hace nueve años y enseña en el Colegio Juan José Rondón a cientos de negritos a contar y cantar.

En Mary Grueso pierde sentido el viejo aforismo de que el poeta nace y no se hace. Antes de casarse con quien la instó a estudiar y a escribir, Moisés Zúñiga, el esposo que ya cumplió su misión con ella y se fue, jamás pasó por su mente que su amor y el dolor de su partida llegarían a convertirla en la poetisa que haría resonar por el mundo su amor por la arena negra del Pacífico y el paisaje de su tierra natal. Su libro El mar y tú guarda en su título y en gran parte de su cuerpo la efigie grata de quien fuera la raíz de ese árbol frondoso que es hoy esta mujer, madre y escritora.



Escuché tu nombre sobre la playa
y cerré mis ojos de emoción
luego lo escuché en el pasamanos
de la playa a la embarcación.

(...)

Escuché tu nombre en el muelle
cuando el viento mi falda alzó
y te busqué a todos lados
pensando que habías visto aquella acción.

(...)

Oigo tu nombre por todas partes
y el olvido no acude a mí
mi corazón sangra al oír tu nombre
implorando al cielo qué hacer sin ti.4



A Mary Grueso la coronó como “Almanegra” hace dos años la maestra de maestras, Águeda Pizarro, ante doscientas mujeres absortas, en una sesión de triunfo y baile. En la rotonda del Museo Rayo, la escuela más grande de poesía de América, Mary tronó y nadó en ese río de pianguas y calamares y cantó con los resoplidos de una garganta de ballena azul en la mar de la Gorgonia. Quienes la conocen ven en ella a una diosa colombiana, de piel y palabra negra. Su cuerpo es una mina de coral negro, por sus muslos corren versos negros y de sus dos cununos han tomado leche negra sus tres hijos y los negritos del Puerto que oyen sus clases con su voz de alegre látigo negro.

La poesía de Mary Grueso cada día es más del mundo, como lo adivinó en el epígrafe que tomó de León Tolstoi para su segundo libro: “Aprende a describir tu aldea y entonces serás universal”.3 La riqueza idiomática, el rescate de la oralidad de sus raíces negras, la novedad de las imágenes y la naturalidad con que usa el lenguaje hacen de su poesía un canto propio y la colocan en el mismo Olimpo al lado de Candelario Obeso, Helcías Martán Góngora, Lino Antonio Sevillano Quiñones y, por supuesto, junto a María Teresa Ramírez y María Elcina Valencia Córdoba.



Vamos a las montañas, vamos al mar
nos subiremos en lanchas
y empezaremos a jugar
con las olas traviesas
para subir y bajar
entre espumas marineras
o las palmeras trepar,
y en los raiceros
de natos y manglares
sacaremos cangrejos
de las cuevas del barrial
o recogeremos almejas
entre arena y aguasal.5



Al igual que Guillén y Palés Matos, que Obeso, Artel y Martán Góngora, lleva en su piel y su cintura el vaivén y el ritmo musical de los zulúes, los yorubas y de todas las tribus africanas. Un bongó milenario está sonando en su memoria cuando teje o borda como lo hacía su madre o cuando cantaba mientras hacía el atollao de piangua en la cocina. La jitanjáfora negra ronda en sus manos cuando escribe en castellano y hace que las líneas del cuaderno se conviertan en pentagrama, marimba o cununo para arrullar el negre en la cuna o para llorar al muerto en el chigualo.



Cuando se habla de manigua
de mina, manglar y son,
esclavo, negro y negrero,
de África viene el clamor.

Palabras que se repiten
por el viento en los esteros
timba marimba simbra
los cununos de la negra.

Manambá mandinga singa
guasá cununo y tambó
pescando en los esteros
el negro se enfermó.

Cuzumbo zumbo zurungo
palabras amargas son
pronuncia el negro coplero
ardido de fiebre y sudor.6



Las calles, ríos, palafitos y gaviotas de su pueblo, Nariño, Cauca, el Valle del Cauca han detenido su paso para escuchar su bello canto. Risaralda, Santander, la sabana de los muiscas en Bogotá y Cartagena con su Bahía la han visto triunfar y han aplaudido sus versos. Las ovaciones han sido su premio y su voz ha llegado hasta universidades lejanas que han pregonado su ingenio.

Sus libros publicados son El otro yo que sí soy yo, poemas de amor y mar (1997), El mar y tú, poesía afrocolombiana (2003), Del baúl a la escuela, antología literaria infantil (2003), Negra soy (2008), publicada por Ediciones Embalaje del Museo Rayo, y los dos que tiene en imprenta, Cuando los ancestros llaman, con Univalle, y Tómame antes que la noche llegue, con Hoteles Estelar, son testimonio de su producción y sensibilidad por el paisaje del litoral pacífico, su colorido, amores y dolores.

La poetisa Mary Grueso ha logrado alzar el vuelo como los enormes alcatraces en busca del mar y el cielo, del palmar y el manglar. Ha experimentado la velocidad del viento, la suavidad de la brisa, la inclemencia de las tempestades y ha gozado de los arreboles en el atardecer del Puerto. Su alma negra está llena de noche, de estrellas, de la sabiduría del búho y su palabra llega como refulgente rayo. Estamos de fiesta porque su presencia alegra y brilla como torso de palmera en medio de la tormenta.

 

¡Que güelva mi mujé!

Hoy cuando tengo pena
me voy a navegá
con mi champa y mi canalete
empiezo a canaletiá.

Y es por esa negra
que la pena me va a acabá
y cojo mi atarraya
y empiezo a atarrayá.

La marea sube y baja
y yo estoy en alta má
pensando que llego al rancho
y mi negra allá no está.

¿A dónde estará mi negrita?
¿Cómo se olvidó
de tantas cosas buenas
que a mi lado pasó?

Toitico se lo daba
lo que poría yo
trabajaba a sol y agua
porque era mi adoración.
Me dejó sin motivo
y se fue con el patrón.

Y aún estoy esperando
a que güelva otra vé
y güelvo y se lo perdono
porque sin ella no sé qué hacé,
mi vida no tiene sentido.
¡Ay, por Dios, que güelva mi mujé!

 

Cuando el negro dice

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el color de las algas y el manglar,
la dulce provocación del chontaduro,
el insinuoso vaivén de las canoas,
el dorado amarillo del oro
y el sentimiento de nostalgia de África.

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el llamado angustioso de los tambores,
las rondas acrobáticas de las ballenas,
el balanceo rítmico de las palmeras
y la paciente espera de los esteros.

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene la nocturna fragancia de los jazmines,
el sentir pegajoso del salitre del mar en el cuerpo,
el sabor inconfundible del encocao de jaiba
y el atardecer en una playa de amor
entre redes de luceros.

Cuando el negro dice marimba y guasá
la sangre se da prisa en las venas
bailando al compás de los arrullos,
de sentimientos que se escapan de los labios
como monótono repicar de campanas
cuando anuncian la fiesta en el altar
y te deja en la boca la frescura
del himno que te falta por cantar
al amor, a la vida, a la nostalgia
y a los amores que faltan por llegar.

 

Pobreza negra

El negrito tiene sueño
quién lo arruyará
tiralo en un petate
o en una estera quizá
que el negrito se duerme solo
naide lo arruyará
cuélgale una hamaca
que él solo se dormirá
que la mamá cogió el potro
y se embarcó pa’ la ma’
dicen que a pescá cangrejo
o jaiba será quizá.

Y cuando el negrito dispierte
quién lo alimentará
mi comadre la vecina
que está rando’e mamá.

El negro no tiene compota
ni tetera pa’ chupá
lo que tiene es un pellejo
que es la teta’e la mamá.

Jala, jala, mi negrito
la teta e’tu mamá
el negrito jala y llora
porque naa le bajará.

La mamá no tiene leche
porque en ayunas está
pero le bajará gota a gota
la sangre’e la mamá.

 

Negra soy

¿Por qué me dicen morena?
si moreno no es color
yo tengo una raza que es negra,
y negra me hizo Dios.

Y otros arreglan el cuento
diciéndome de color
dizque pa’endulzame la cosa
y que no me ofenda yo.

Yo tengo mi raza pura
y de ella orgullosa estoy
de mis ancestros africanos
y del sonar del tambó.

Yo vengo de una raza que tiene
una historia pa’contá
que rompiendo las cadenas
alcanzó la libertá.

A sangre y fuego rompieron
las cadenas de opresión
y ese yugo esclavista
que por siglos nos aplastó.

La sangre en mi cuerpo
se empieza a desbocá,
se me sube a la cabeza
y comienzo a protestá.

Yo soy negra como la noche,
como el carbón mineral,
como las entrañas de la tierra
y como el oscuro pedernal.

Así que no disimulen
llamándome de color
diciéndome morena
porque negra es que soy yo.

 

Esberta parmera

Soy una negra de raza y esbelta como parmera
el que quiere cogé coco, que suba a carera
mis pipas están tiernitas, pa’si las quiere probá
pero sujétese ruro, cuando me empiece a meneá.

Me alimento de chuntaruro,
canchimala y calamá
tomo jugo’e naidí pa’poreme acompletá
así que si usted no aguanta, no se suba a mi parmá
cuando se calienta mi cuerpo
y me empiezo a remoliniá.

Los cocos que no son jechos, al suelo van a pará
por eso yo se lo rigo, y pa’sipuere aguatá
que asujete ruro, cuando me empiece a meneá
y si no tiene resistencia, no se suba a mi parmá.


Notas
Las citas en cursiva son expresiones tomadas en la entrevista personal que concedió al autor.
Grueso Romero, Mary. El otro yo que sí soy yo. Buenaventura: Marymar.1997. Pág. 116.
Grueso Romero, Mary. El mar y tú. Poesía afrocolombiana. Cali: Feriva. 2003. Pág. 9.
Ib. Pág. 27.
Ib. Pág. 33.
Ib. Pág. 73.










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YESSENIA ESCOBAR ESPITIA [16.877] Poeta de Colombia

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YESSENIA ESCOBAR ESPITIA

Nació en la ciudad de Barranquilla [Atlántico], Colombia el 23 de marzo de 1979.

Digna heredera de una tradición irreverente de poetas como Aimé Césaire y Saint-John Perse, marcada por los fueros de una escritura que lleva el ritmo de su propia sangre,  y por la agobiante soledad de sus vocablos,  Yessenia Escobar  Espitia (Barranquilla, Colombia)  entra al mundo de las letras profetizando una  palabra nueva, un sílaba embriagada con un acento muy personal, exacerbado, melodioso, cargado con los matices de sus ancestros que viajan en sus venas como estrellas luminosas.  Desde su enmarañado universo, nos llegan estos poemas arrancados a sus noches, a  la insaciable curiosidad, a su comercio íntimo con el lenguaje y sus fantasmas, a sus relecturas de Walcott y de los poetas laguistas ingleses, a su flamante  amor por el sueño, a la exasperante  búsqueda de su origen, a los árboles  que crecen en la arena, a la mirada.  Su  poética   traduce los instintos de una mitología interior arrancada a las aguas del Caribe,  a la conciencia de un mundo anterior al suyo que otras veces es un sueño, carga consigo en los bolsillos palabras que brillan  y  pesan como el metal, las  pule en su taller y las vende a los viajeros.  Vive alucinada entre grandes estrofas, camina por sus bosques recogiendo caracolas y presagios, recogiendo  las notas de una música herida  por el tiempo.     Fernando Denis




EL BUITRE

Alígero, rampante cual Ayperos, majestuoso bajo el éter
se alza el buitre. En su místico trasvuelo,
cauto, grácil, sigiloso, soslaya el campo verde y generoso
que pródigo se ofrece ante sus ojos.
Desde su bosque de nubes afina sus catalejos sin premura
atisbando, con celo, el llano árido y portentoso
con la apetencia exacerbándole las tripas.
Sus emplumados mástilesde magna envergadura
descuella atarazando los confines, cerniendo su gloria tras su ruta.
El buitre es animal poco afectuoso,  la desgracia ajena
lo alimenta,mas nunca se ha escuchado a ciencia cierta
que de su propia especie haga deleite.Embebido,
en el vuelo el buitre merodea sobre la faz tendida
que tramara su noche,
y ya de lejos  las campanas plañen, redoblan, gimen,
abriendo en su corear el telón de la faena.
El tórrido sopor envenena la esfera, la brújula, en tiempo,
tras el preludio de un desfile de amapolas
mientras  el buitre, imperturbable, esperaque presto se le dé inicio
a la obra, a la gran charada.
La zafra, el fusil y la pipetase asoman en las manos
entre sombras.Un estrépito resuena en plena siega
acallando la calma del paisaje, el reluciente paisaje.
El buitre a la sazón cuelga sus patas,desciende en su ritual
de alas abiertas,su señal le anuncia a sus igualesque acaba
de ser servida la cena.




SI LA NOCHE FUERA VERDE

Si la noche fuera verde
y yo gimiera entre sus párpados,
como un bosque, como los ecos de un río lamiendo el erguido acantilado
de fiebre, sus orillas,
traería a mi bosque las palabras que soñamos,
las prístinas, las que buscan una voz de mármol
para quedarse en su eco.
Y entonces haría míotodo el mar en su rumor inmenso, 
verde y planetario.
Pero la noche es parda, roja, azul, descolorida.

La noche es niebla. Noche quemada en mis orillas.
No me queda másque guardar las horas
y quedarme callada.

                                                 


NO CABE DUDA

¿Guardarías los silencios en las manos
o todo el rumor del mundo?
¿Agobiarías mis certezas, meciéndome en la plenitud
de tus brazos dormidos,
como acunada en el caos de un sueño mudo e indecible?
Si estos augurios de las ninfas manaran de tus labios
o tan sólo fábulas lloviera en la caterva,
¿me adoptarías como el verbo que vibra en tu sangre
o el paliativo de ese eco animado y dulce que mora en tu consciencia?
Si las sílabas del mundo, de sus ruinas, de sus espumas, manaran sórdidas
y un postigo de fuego girase en sus entrañas,
me alzaría como fuente, como espiga vertical,
fría y mágica y sin vestigio de duda
me incrustaría, como piedra, en tu alma.





INSOMNIO

La noche merodea en los rincones del delirio
probando un sorbo de cada sombra, de cada instante
de esa sombra.
El mundo cae como una luenga estela de sueños,
ecos que suben desde las raícespor mi cuerpo desnudo,
tembloroso, con olor a madreselvas.

Mi noche, oh esa noche llena de hábitos y fosforescencias,
infinito túnel, umbral de piedra, meandros de la sed no saciada,
farallones de musgo y de sombra, subterfugios,socavones, sótanos,
trémulos avernos que caminan hacia una línea
de Kafka, y lloro,porque me envenena  el canto,
ese  gusano de seda que tendrá alas en mis ramas,
como la tierra que consume mi carne,
mientras miro el horizonte y giro con él
y me ahogo en los colores hondísimos,  en la palabra más líquida,
ahogada estoy entre silencios.





SUEÑO

La noche es un aullido que se escapa
como un haz de luz en las mareas,
pues las horas son el mar incesante, 
y acaso yo sea esa rocadesnuda ante el embate de su fuerza.
Me yergo como un grito en el silencio,
Soy ojos, fragmentados cual espejos, un enjambre de dudas
corroyéndome el sueño, esa cosa de luz que camina en mi mente.
Soy un punto de tierra en la hojarasca, un vórtice donde se acomodan
mis asombros, y una estacaclavada en la ola señala
el lugar del trueno,
tanteo a ciegas buscando el sitio donde dejar mi sed,
sumiendo un poco más de piel a mi memoria.

  



DÍA DE INVIERNO.

La tarde se deshace en lágrimas contritas,
cautiva por las agujas del tiempo.
Afuera, un tugurio de paraguas ennegrece el horizonte.
Sobre el lecho de asfalto serpentea un doliente arroyo,
asiendo como puñados de piedraslas máquinas de los hombres.
Ahogadas en su propio estropiciose miran impávidas las horas,
como si fueran fantasmas en el purgatorio.
El camino se hace largoy los huesos,
pesados como toneles de hierro,vuelven aún más lento
el andar de los pasos.
Los labios afanosos, ya gélidos y opacos,
buscan con desespero el sabor tibio del verano.

Pero el verano ya no concurre a las bocas,
ni a los cuerpos,ni a las verdes murallas,
sólo deja celosías  para mirar la noche.





ESTA CASA EN RUINAS

Esta casa ya no guarda en sus paredes
el moho de la utopía, ni el verdoso cardenillo de idealismo,
ni las causticas y mórbidas telarañas que el tiempo tejió
con mágica enredadera en la memoria:
ya sólo en el umbral copulaban palabras antiguas.
No abre las ventanas a otros mundos, no se cierran tampoco
mientras afuera merodee el judío errante,
aquel  que turba las conciencias de los que duermen.
Aquí ya no se hospedan huéspedes malditos,
ni los míseros con sus violines rotos tocan a la puerta,
sólo alberga príncipes vestidos de pueblo
que se bañan con cántaros de miel y aman el trino,
enjuagan sus gaznates con aceite de antiguos mercaderes
que ya no llegan a su puerta,
y ataviada de lino y rojo terciopelo, enmudeció  la lira de Erato y Euterpe
y vendió sus arcos a juglares espurios.
Ahora subasta sus ruinas en el mercado del usado.








CHEMA LAGARÓN [16.878]

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Chema Lagarón 

(JOSÉ MARÍA LAGARÓN.  Ponferrada, El Bierzo,  1969)
Reside actualmente en Valencia. Es Licenciado en Ciencias Químicas, Doctor en Ciencias Físicas y Fundador de tres empresas de tecnología. Después de graduarse trabajó como investigador en varios países. En la actualidad trabaja de Investigador Científico en el CSIC y dando clases en varias Universidades. Ha escrito y editado varios libros y artículos científicos, es inventor de varias patentes y forma parte de la junta editorial de varias revistas. En el ámbito de la poesia ha publicado dos libros: Diez mil corazones y otras canciones indie no escritas, Poesía Hontanar 2012 y Poesijjaz y otros tangos indie, Circulo Rojo Poesía 2013. En 2014 publica en Tigres de Papel su obra Decimal.

Sus poemas han aparecido también recogidos en la antología “X Encuentro poetas en red” y en la revista Excodra Literatura.




Lo que no sabemos

Todo lo que no sabemos de la historia
Está en el relato de nuestro futuro
Queda escrito en el jeroglífico de lo desconocido
En la repetición cíclica del tiempo genocida,
Sólo el dolor es coetáneo
Y nos reconoce al pasar de nuevo
Por la calle del paladar triste

La historia es el raciocinio de los dioses
Tratando de quitarnos la razón
La suma de los adioses
Para hacer una ola de porvenir

En los días de la Revolución consumada
La escarcha histérica de las gárgolas
Nos recuerda que hay fantasmas
Que todavía viven "sideways"
Esperando recibir una respuesta
Acerca de qué sigue a la muerte
Y al sentido del sacrificio heroico,
Juntos rellenan las termas
Buscando un poco
del ansiado calor del infierno

El que se niega a morir en sus días
Está condenado a la vida

Recuerdo
Que aquella mañana me lavé el sudor
de la noche de la aurora boreal
Con agua limpia de rocío
Como hacen las libélulas
que no tienen miedo al pantano,
Esa historia nunca se volvió a repetir

Todos los días son lo que nos ocurre
Sin distinción de género o raza
Y nada cambia la historia de nuestros cuerpos
hundidos en el azul
del sabor de las bocas

No hay mayor acertijo
que vivir a través del arte 
la perfección de lo que no se consigue
Jamás





"DIEZ MIL CORAZONES y otras canciones "indie" no escritas".


LA CASA DE LA COLINA

Hace tiempo que no hay luz en la savia de esa mansión y es denigrante para el placer de los sentidos habitar en ese lugar de soledad... Unas manos dedicadas salvan los espacios más idílicos y los más muertos. Diez mil corazones impulsan los diez mil movimientos que digitan el arte de esas manos... Tengo envidia de esos dedos en movimiento síncrono y avezado...



Yo miro la casa de la colina y veo posibilidades pero no deseos de habitarla en presente... Ella la mira y ve arte para sus dedos... Nunca dediqué esfuerzo a los espacios y nunca creé nada que permaneciera anónimo o íntimo...



Ella es todo lo contrario... Siempre sube las cremalleras a los alfeizares escondidos, cierra los “tapers” en silencio, atusa cabellos rebeldes y aplaca al desorden con caricias sanadoras... 



Ella es un arcén de vida, que encaja en la forma de mi cuerpo acostado... 



Esa casa de la colina sería su regalo anhelo, su obra maestra, haría sus enroques y nautilaría por sus espacios, imaginando un mundo nuevo... Pasaría como el humo de una sala a la contigua, todo cobraría chispa tras su estela, todo giraría bajos sus pies y el torbellino alimentaría las esquinas y cavitarían los fantasmas buceadores… Las burbujas de éstos cobrarían intensidad mientras suben de los abismos para ser testigos del aroma de su café... Se sentarían reposados tras su hombro y apalabrarían un mutismo fúnebre, mientras se dejan llevar por ese festival digital que armoniza su presencia... 



Así como en una nube transcurriría la pasión frenética del artista que abriría la caja de Pandora para cambiar sellos con los malignos y apaciguar así mi sueño... 



Si tuviera más tiempo de vida, trabajaría hasta lo enervante para adquirir la casa de la colina y ofrecérsela en un acto de puro egoísmo de mi alma a mi gemela, a la que digita con sentimiento creador en el silencio de esa alacena...





"Decimal", de Chema Lagarón


KIT DE SUPERVIVIENCIA

En esto
Como en todo
Hay algunas verdades
Y varias cohortes de mentiras

Sobrevivir reside
En cohabitar en parajes exiguos de verdad
Y aprender a curarse
Con los vendajes lesivos de la mentira


[SIN TÍTULO]

Anoche soñé contigo
Y después dormí abrazado al sueño


MADUREZ

Parece que al alcanzar la madurez
Todos vivamos dañados
Por encima de nuestras posibilidades


PRESENTIMIENTO

No sé de tus sueños
No sé nada de ti
Todavía no existes en mí

Estás en la memoria de otros
En los registros de la sed
En las hojas y en las calles de cierta ciudad
En los ladridos de extranjería tras tus pasos
Y en las cámaras de seguridad de ciertos cajeros

Fuiste causa en peleas de adolescentes
Pero mi sangre no te recuerda,
Ni una sola cicatriz se hizo en tu nombre

No te conozco
No sé cómo te vistes por la mañana
Ni cómo te suelo desnudar besada a la pared
Ignoro tu perfume, los puntos suspensivos de tu expresión
El olor de tu cuerpo y el fetiche de la sabia que te circula

Todavía desconozco mi obsesión
Por observar la forma
En que se litografía tu ropa interior
Cuando te lanzas a para un taxi

Eres todo un misterio velado para mí
Un lienzo en blanco
Las piezas sin troquelar de un puzle
Un vestido de papel sin pauta
Y el olor de tu humedad cuando estoy congestionado

Sin embargo, a pesar de que te desconozco entera todavía
Ya presiento que me empiezas a doler


ÁNGELES CAÍDOS

Éramos humo llorado por los ángeles caídos

De puntillas, solíamos encallar en los desvanes de la infancia
Eran épocas jodidas de humedecer el pan en el rencor de los almendros

Años después
Patinábamos sobre moho y aceite
Vertiendo nuestras cruces sobre el limo del otoño,
Ya nada permaneció intacto ni a salvo en la memoria

Me llamaban el eterno
Porque nunca terminaba los días,
Me ungía de tierra y era luz
Recorría mis calles y escondía hojas de papel
Con nombres de espacios prohibidos y cuerpos de mujer

Eran costillas desgajadas a pulmón del mes de mayo
Marchitas en la conciencia de dios

Por cada virgen yo tallé una muesca en el árbol de Josué

Nunca después volví a vestirme de barrio
Otros sí lo hicieron
Y terminaron hastiados en el atroz suspiro de una vena;
Ya no pude volver a vivir
Sin los ejes cartesianos de la música y de la lejanía,
Perdiz al vuelo
Abatida irremediablemente
Por el disparo del tiempo


REBROTA

Y la amenaza es bruma de carnero
Y el retorno
El desandar de la saliva cruzando un puente de sombras

En mil días pudiste cambiar de desnudo
Hacer brotar nenúfares en las muchachas vírgenes
Humedecer las mejillas con vino viejo
Y sobrellevar las venas huecas de la intemperie

Recuerdo
Que yo pasé sobrio casi todo el invierno

En mil días
Qué no rechazaste tú en mil días

Cada minuto era un enigma del perdón
Disfrazado de 24 horas melosas
Que no dicen lo que piensan
Solo te viven

"Ponte vecchio" en la fractura
Pudiste sanar perdones
Perdurar sobre mil espasmos en tu cuerpo tendido
En la hora sincera de la quedada crepuscular

No hay más vértices que el destino

Balada sufí del envenenamiento
Así me descorchaste
Arrodillada en el rumor de las palabras
Suplicando no soñar la hora del adiós
Y el cociente de los cuerpos con la resta

Ahora te digo,
Rebrota
Rebrota de lo que no te brindó pájaros de futuro


EL VACÍO

De turba es la memoria
De alquitrán de hulla,
No me puedo olvidar
Que cada historia ha vivido a una persona;
Arremolinada en la conciencia de ese espacio
Se desfigura el alma del arquitecto

Lo que vemos es lo que existe
Lo que no vemos
Es la materia orgániza creadora
Destruida por el desgaste de la fuga

La crudeza es observar
Los espacio vacíos
La torpe belleza de la esfinge
Y la red de sedimentos tejida
Sobre los despojos de la hiedra

Nada de lo que sintió .*. permanece
Ni siquiera los fantasmas
Han sido capaces de repoblar
La tumba anónima de la historia



NOCHES

Ayer doblé cuidadosamente a la noche
Doblé sus esquinas
Siguiendo meticulosamente las marcas
Dejadas por la penumbra,
La idea es que quepa en mi maleta
Entre la ropa sucia
Y que cada olor y cada sudor vivido
Se empareje con su tránsito de lo oscuro

Debería de haber una noche de cada sitio
Disponible para ser llevada,
Al menos una
Para cada persona que la haya sentido

La idea es desdoblarlas todas
En el sitio en que vivimos
Y hacer de nuestro mundo
Un santuario de ciertas noches y lugares
Para que las ausencias
No nos perturben más el sueño




Poesijazz y otros tangos indie



Qué pena de muerte

Hoy reuní en el juzgado de la sala número doce de mi corazón a doce testigos de mujer-tsunami. Todas llevaban su corazón latiendo aún caliente en la mano y reclamaban la pena de muerte para el mio... La causa prosperó y se ejecutó una mañana de viernes sin mi arrepentimiento...




Corrígeme

Corrígeme sólo si no me equivoco.
Corrígeme cuando te digo que no necesitas tu verdad
para reparar el daño intradermal
de ese chute de inocencia con el que alfombras los delirios de tu pesar...
Corrígeme sólo si no me equivoco...







LÊ THÀNH NGHỊ [16.879] Poeta de Vietnam

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LÊ THÀNH NGHỊ

(1946). Vietnam. Poeta.



Guerra

El último hijo de la madre se ha ido a la guerra.
Las flores del árbol del pan se yerguen en fila, amargamente en
silencio.

Las flores púrpuras son inusualmente púrpuras,
Incluso no saben cansarse.

En tiempo de guerra, el sol entró en la oscuridad.
Durante noches de guerra, mi madre se desvelaba la noche entera.

Trataba de escuchar los pasos de su hijo,
Pero noche a noche, había sólo ecos de fusiles.

Ah, comprender el costo de un día en paz.
Parir hijos
Y como la madre,
Sentarse noche a noche a esperar en el campo de batalla.

1975

Antología de poemas de Vietnam
Traducción de León Blanco,
con la colaboración de G. Leogena






Trong mưa nhớ mẹ

Những câu thơ về mưa
Có một thời làm ai cũng sợ
Tôi cũng thế
Như thể đến trước hoa hồng gai
Muốn hái một cành…

Vì sao có những người muốn bay khỏi chân trời
Một thời hồn nhiên chỉ được phép nói toàn mơ ước
Không có bụi trên đường,
                        không có bùn trong nước
Không có mùa đông, chỉ có nắng vàng tươi

Tổ quốc - ta yêu Người
            những tháng mưa ròng sông Hồng nước xiết
Tổ quốc - ta yêu Người
                        năm nắng mười mưa mẹ ta lội bùn
                        tìm củ khoai hà, tìm bông lúa sót
Tổ quốc - ta yêu Người
                        như yêu cánh cò bay gió ngược
Nghìn con người như Sơn Tinh hôm nào
                                   ngạo nghễ chống bão mưa!

Không phải chỉ có một người trót một lần
                                               lơ đãng trong mưa
Tôi cũng đã bao ngày mưa giăng nhớ mẹ
Nỗi nhớ dâng trên mái phố, mái nhà
Chỉ vì như ngày xưa...
            muốn về nơi buồn trông cửa bể
Chỗ mẹ ngồi nhớ những đứa con xa.





Khoảng giữa những giọt sương

Giấu một đêm bất tận dài
Sáng ra long lanh tinh khôi trên lá
Mang hình giọt nước mắt
Sương khô dần trước gió.

Tôi hỏi gió, gió thì bận thổi
Tôi hỏi cây, cây thì bận xanh!

Đêm qua vui gì gió từ hồ lên
Nhớ gì cây cột đèn hè đường vàng úa
Và sao đất buồn như cỏ héo nằm sương?

Hãy gõ cửa phòng tôi mỗi sớm
Khi giọt sương còn nguyên vẹn trên cây
Còn một nửa nếu được chia với bạn
Những nỗi đau tôi giấu kín đêm dài!

Nếu ngày mới mặt trời lên rất khác
Khi giọt sương đang xuống tự trời cao
Tôi ở khoảng từ giọt vui đến trước
Và giọt buồn trong vắt đến sau.












.

NGÔ THẾ OANH [16.880] Poeta de Vietnam

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Ngô Thế Oanh

Nació el 11/27/1944, en Huong Son, Ha Tinh, Vietnam. En la guerra contra Francia, vivió en Binh Dinh, a continuación, estudió en la Escuela del Sur Estudiantes en Ha Dong, Hai Phong, Dong Trieu. En 1963 asistió a la Facultad de Filología de la Universidad de Hanoi. Después de graduarse, fue a trabajar en The Pioneer, a continuación, se ofreció para ir a zona de combate V en 1971, para escribir poesía hasta el día de la liberación. Actualmente es editor adjunto de la Asociación de Poesía Revista Escritores de Vietnam. Obras publicadas: 

- Tình yêu nhận từ đất (1977) 
- Tâm hồn (1995 –  Premio de Literatura poesía Unión Arte Vietnam)






Anónimo

Anónimo... Anónimo... Anónimo... Anónimo...
1959... 1968... 1973... 1975...

Inmensa arena. Hierba arrasada.
El viento sopla en sentido contrario, hacia el oeste. Tardía luz solar.

Nombres. Vida de profundos anhelos.
Ahora qué queda: un simple “Anónimo...”

Aquellos bosques son profundos y oscuros como Truong Son,
Y has sacrificado tu preciosa vida.

La batalla requiría abrir un sangriento escape;
Caíste en la última posición defensiva.

Esa noche atacaste un punto fuerte.
Te sacrificaste, tu cuerpo desnudo.

Conoces de repente el gran peso de la memoria;
Nadie puede compartirlo con nosotros.

Y la guerra es siempre guerra.
¿Quién desearía la muerte para sí?

En consuelo me digo
Que la supervivencia no es un error,

Pero ¿por qué la memoria sigue siendo un dolor punzante,
Y por qué el espíritu es atormentado sin cesar?

Los poemas que escribo se imprimen en libros.
La gente los lee. Tal vez los recuerde,

Pero ¿por qué las lápidas donde yaces
Para siempre están marcadas en silencio: Anónimo?...

Antología de poemas de Vietnam
Traducción de León Blanco,
con la colaboración de G. Leogena





Vô danh

Vô danh… vô danh… vô danh… vô danh… 
1959… 1968… 1973… 1975… 

Cát mênh mông. Những vạt cỏ khô cằn 
Gió thổi ngược về Tây. Chiều nắng muộn 

Những tên tuổi. Những cuộc đời khát vọng 
Giờ chỉ còn đơn giản: Vô danh… 

Cánh rừng nào hun hút Trường Sơn 
Bạn đã hiến thanh xuân quý báu 

Trận đánh nào phải mở con đường máu 
Bạn ngã trên chốt chặn cuối cùng 

Đêm tối nào tập kích vào cứ điểm 
Bạn hi sinh không mảnh vải quấn thân 

Bạn từng biết gánh nặng của ký ức 
Không một ai san sẻ cùng ta được 

Và chiến tranh vẫn là chiến tranh 
Nào ai mong nhận cái chết cho mình 

Tôi tự nhủ với niềm an ủi 
Sự sống sót không hề có lỗi 

Nhưng vì sao ký ức vẫn nhói lên 
Và tâm hồn day dứt mãi không yên 

Thơ tôi viết giờ in trong sách vở 
Người ta đọc. Có thể người ta nhớ 

Nhưng vì sao bia mộ các anh nằm 
Vẫn đời đời ghi lặng lẽ: Vô danh…






Những ngọn gió ký ức

Anh làm sao tắt ngọn gió ký ức 
vẫn thổi không sao nguôi được 
những dặm đường đã qua trong chiến tranh 
hoa lau trắng 
buổi chiều cao chất ngất 
nấm mộ vô danh 
đồng đội anh nằm lại bên đường 
chỉ có đá xếp vùi thay cho đất 
chỉ ngọn lửa cháy thay cho nước mắt 
và lời thề vang âm thầm 

anh đã trở lại bình yên với cuộc đời thường
căn nhà 
tiện nghi 
vợ con 
những gì ngỡ vượt xa điều anh từng ước muốn 
cả những dòng thơ thời nào anh mộng tưởng 
những dòng thơ từng ám ảnh anh 

nhưng vì sao 
vì sao 
biết bao lần 
chợt lại dậy lên 
ngọn gió thổi không nguôi từ ký ức.







Thơ viết cho những cuốn sách

Những bạn đường thân thiết của ta 
Vẫn lặng lẽ khiêm nhường trên giá 
Sau những gì ta đã trải qua 
Còn các bạn ta còn tất cả 

Ta từng biết bao niềm vui khác 
Niềm vui nào cũng lẫn chút đắng cay 
Ta từng gặp những điều dối trá 
Biết làm sao phiên tạo cuộc đời này 

Cả những gì ta vô cùng yêu mến 
Cũng đôi khi cũng khiến ta buồn 
Khao khát mãi một chân trời thuần khiết 
Tâm hồn ta nhạy cảm tựa vết thương 

Chỉ còn lại vô tư lòng các bạn 
An ủi ta khi đơn độc một mình 
Chỉ còn lại sự tận tâm các bạn 
Đi cùng ta trong suốt cuộc hành trình 

Những con tàu trắng tinh, những giấc mơ xanh thẳm 
Những bạn đường thân thiết của ta 
Trong mùa thu của ta... ta mong viết 
Hạnh phúc đã cho ta gặp các bạn trong đời


Nguồn: Trang sách hương đời (nhiều tác giả), NXB Hội nhà văn, 1992
















BILL MANHIRE [16.881] Poeta de Nueva Zelanda

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Bill Manhire

(New Zealand, 1946) Es un multipremiado poeta y escritor. Es ganador de varios New Zealand Book Awards y un número de becas importantes. Fue el New Zealand Te Mata Estate Poeta Laureado en 1997/1998. En 2007 fue honrado con el Premio del Primer Ministro para el Logro Literario. Manhire es el director del Instituto Internacional de Letras Modernas , centro de escritura creativa en la Universidad Victoria de Wellington. Ha coordinado varias antologías que han sido referentes nacionales de la poesía neozelandesa.


Premios:

This list is incomplete; you can help by expanding it.
2007 Prime Minister's Awards for Literary Achievement
2004 Recipient of the Katherine Mansfield Menton Fellowship, France

Poesía:

1970: Malady
1972: The Elaboration
1975: Song Cycle
1977: How to Take Off Your Clothes at the Picnic
1979: Dawn/Water
1982: Good Looks
1983: Locating the Beloved and Other Stories
1984: Zoetropes: Poems 1972-82
1990: The Old Man's Example
1991: Milky Way Bar
1996: My Sunshine
1996: Sheet Music: Poems 1967-1982
1999: What to Call Your Child
2001: Collected Poems
2005: Lifted
2010: The Victims of Lightning
2011: Making Baby Float, put to music by Norman Meehan






La distancia entre los cuerpos

Sábanas en el suelo, un tubo
de pintalabios sobre la mesa,
fragmentos de costa apenas visibles tras la ventana.
La distancia entre los cuerpos
es como la distancia entre dos fotografías.
La estrella sobre el pecho del hombre.
La cabeza de la mujer recostada en la estrella.

Traducido por  Rogelio Guedea 





Sobre la originalidad

Poetas, los quiero seguir a todos,
del bosque a la ciudad,
de la ciudad al bosque.
Al primero lo estrangulo.

Le quito la navaja
y  la adhiero a mi tobillo en la entrada de una tienda.
Después salgo a la calle
pellizcándome las uñas.
Bebo con un hombre
que ama a las jovencitas.
Cada verso es un cadáver fresco.

Nos hacemos amigos de una muchacha.
Cuando él se inclina sobre su cuerpo
para desnudarla
yo deslizo el filo de la navaja entre sus costillas.

Silbando una melodía, tomo su pistola.
Anudo su bufanda sin cuidado alrededor de mi cuello,
y
arrastro al siguiente a un despoblado.

En la ribera de un río cavo
un limpio agujero en su frente.

Movido por la poesía
pongo su cartera en un sobre de correo
y se la envío a su viuda.

Me embolso su pistola.
Esto es un avance.
Por ejemplo, ya casi amanece.
Amontono ahora una arma sobre otra
y salgo a  la busca de más.

Es un mundo difícil.
Cada palabra es otra herida.
Esta es mi guarnición de armas.
Este es mi ramaje lírico.

Traducido por  Rogelio Guedea 
http://poesianeozelandesa.com/




Surveillance Notes

In Sweden, they whispered all winter,
counting the frozen minutes.
In France, they branched out. Tips of experience.
In England, they dreamed of Ireland.
In Ireland they seemed to be lonely.
Germany was Belgium then was Spain.
Italy was something else again.
Portugal, Portugal, Portugal:
they said that a lot because they never went back.
Later in Hungary, he lay on his back
and watched the clouds — so few of them
but each one big and fluffy. In the first dream
the angel was having a dream; in the next dream
the angel still clung to his story.





Christmas

Evening: the nervous suburbs levitate.
Height does us no harm, now we are high above the mineral pools,
above the flash hotel whose only use is treachery.
Someone knocks on a door and you crouch behind the bed.

Down in the bar, the small girls toast their parents,
the brother breaks a large bone for its marrow.
I’m thinking of a challenge for us all. The star in the sky
has traveled all the way from home. Now follow that!







_______________________________
El Traductor

Rogelio Guedea. (México, 1974)
Traductor y director de la página “Poesía Neozelandesa”

Es licenciado en Derecho por la Universidad de Colima y doctor en Letras por la Universidad de Córdoba (España), con un POST-DOC en Literatura Latinoamericana por la Texas A&M University (USA).Es  autor de más de cuarenta libros en ensayo, narrativa, traducción y poesía. En poesía es autor de: Los dolores de la carne (Praxis, 1997), Testimonios de la ausencia (Praxis, 1998), Senos sones y otros huapanguitos (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2001), Mientras olvido (Follas Novas, Premio Internacional de Poesía Rosalía de Castro 2001), Ni siquiera el tiempo (Instituto Mexiquense de Cultura, 2002), Colmenar (LunArena2004), Razón de mundo (Instituto de Cultura de Nayarit, Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2004), Fragmento (Instituto Sonorense de Cultura, Premio Nacional de Poesía Sonora 2005), Borrador (Cedma, 2007),  Corrección (Praxis, 2007), Kora (Rialp Ediciones, Premio Adonáis de Poesía 2008), Exilio. Poemas 2001-2010 (Rilke Ediciones, 2010), Campo minado (Aldus, 2012) y Si no te hubieras ido/If only you hadn’t gone (Cold Hub Press, 2014). Actualmente es columnista de los medios mexicanos Sinembargo y La Jornada Semanal. 

Más sobre Rogelio Guedea en www.rogelioguedea.com
Correo electrónico: rguedea@hotmail.com




ALISTAIR CAMPBELL [16.882] Poeta de Nueva Zelanda

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ALISTAIR TE ARIKI CAMPBELL

Alistair Te Ariki Campbell. (Rarotonga, 25 de junio de 1925 - 16 de agosto de 2009)

Poeta, novelista y dramaturgo. En su poesía confluyen tres características esenciales: la tradición literaria europea, las vertientes de la poesía universal y las reflexiones sobre su infancia. Su herencia polinesia se integraría a su obra poética última. 
Fue un escritor neozelandés, originario de las Islas Cook.

De madre maorí y padre neozelandés, pasó su infancia en Penrhyn, de donde era originaria su familia materna. Fue enviado a un orfanato con sus dos hermanos en Dunedin después de la muerte de su madre en 932 por tuberculosis y de su padre un año después.

En 1943 comezó a estudar en la Universidad de Otago, después ingresó en el "Wellington Teachers College", pero no terminó sus estudios y comenzó a trabajar como jardinero del hospital de la Cruz Roja de Wellington y en 1950 publicó su primer poema en "Elegy", en la revista literaria "Mine Eyes Dazzle". Ese mismo año se casó con la escritora Fleur Adcock de la que se divorció en 1958 para casarse con la actriz Meg Anderson.

Entre 1976 y 1979 fue presidente del PEN Club de Nueva Zelandia y en 2005, Alistair Te Ariki Campbell recibió por su obra el "Prime Minister’s Awards for Literary Achievement"

Obra

Poesía

"Kapiti", Pegasus Press, 1972
"The Dark Lord of Savaiki", Te Kotare Press, 1980
"Stone Rain: The Polynesian Strain", Hazard Press, 1992.
"Pocket Collected Poems", Hazard Press, 1996.
"Gallipoli and Other Poems", 1999
"Maori Battalion: A Poetic Sequence", Wai-te-ata Press, 2001.

Novelas

"The Happy Summer", 1961
"Sanctuary of Spirits", 1963
"Fantasy With Witches" 1999
Memorias[editar]
"Island to Island", 1984

Teatro

"When the Bough Breaks", 1974




¿Por qué no hablas conmigo?

¿Por qué pongo mis cartas de amor
en el agujero de un tronco?
¿Por qué meto mis labios en la cicatriz
de un árbol y susurro tu nombre?

Las arañas despliegan sus redes
y atrapan el sol,
y sobre mi pisada en el pasto seco
las hormigas reconstruyen una ciudad destruida.
Las mariposas forman parejas en el viento,
y la abeja amarilla,
con sus fundas llenas de pan,
cabalga el aire azul como un vaquero ebrio.

Cada día me encuentro más y más hablando a mí mismo
con el mar.
Estoy solo con mis pasos.
Observo la marea retirarse,
y me quedo con kilómetros de arena luminosa.

¿Por qué no hablas conmigo?

Traducido por  Rogelio Guedea 
http://poesianeozelandesa.com/




To Stuart poema dedicado a su hermano Stuart, muerto en 1944 durante la Campaña de Italia


To Stuart 

Early spring, and a cold wet morning.
     The wind mooches about outside,
          planning a home invasion.
It’s Mary’s birthday, our Mary whom
     you’d have loved had the Fates
          spared you. I take you back
five years before you joined
     the Maori Battalion, and six before you
          died. I have many questions to put
to you, many that may not even have
     an answer. Why being blessed with
          enviable gifts did you abandon
your studies after only a year?
     You could have made your mark
          in any field that calls
for passion and imagination.
     As a boy I followed you about
          from match to match marvelling
at what you created with a
      cricket ball. Your bowling
          action and the flight of the ball,
gathering speed as it flew
     towards its target, were to me
           a work of art. As an admiring
younger brother, I celebrate
     this image of what you promised
          and never lived to fulfil.
‘Nature,’ wrote William Blake,
     ‘has no Outline, but Imagination has.’
          I see you turn and run up
to the crease. I see your
     arm swing over. I see the
           ball in flight – and that is all.




Why Don't You Talk To Me? 

Why do I post my love letters
in a hollow log?
Why put my lips to a knothole in a tree
and whisper your name?

The spiders spread their nets
and catch the sun,
and by my foot in the dry grass
ants rebuild a broken city.
Butterflies pair in the wind,
and the yellow bee,
his holsters packed with bread,
rides the blue air like a drunken cowboy.

More and more I find myself
talking to the sea.
I am alone with my footsteps.
I watch the tide recede
and I am left with miles of shining sand.

Why don't you talk to me?













CILLA McQUEEN [16.883] Poeta de Nueva Zelanda

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Cilla McQueen

Priscilla Muriel "Cilla" McQueen (Nacida el 22 de enero 1949 en Birmingham, Inglaterra) Poeta ganadora tres veces del Premio del Libro de Nueva Zelanda para la poesía. 

La familia de McQueen se mudó a Nueva Zelanda cuando tenía cuatro años. Se educó en Columba Colegio en Dunedin y Universidad de Otago (Maestría con honores de primera clase en 1971). 

OBRA:

1982: Homing In
1984: Anti Gravity
1986: Wild Sweets
1988: Benzina
1990: Berlin Diary
1993: Crikey
2000: Markings, Otago University Press
2001: Axis, Otago University Press
2002: Soundings, Otago University Press
2005: Fire-penny, Otago University Press
2006: A Wind Harp (compact disc)
2010: "The Radio Room", Otago University Press

Galardonada 3 veces con el New Zealand Book Award de poesía.



Traducciones de Rogelio Guedea 
http://poesianeozelandesa.com/



Joanna 

Entro en la cocina de mi amiga.
Encuentro rosas sobre el suelo

y una mesa con peras.
Su rostro se desnuda en la luz.

Sonríe. Ha corrido
la cortina. Disfruto

la oscuridad dentro
de nuestras casas en Dunedin
incluso en verano, las puertas

abriéndose en el pasillo,
la puerta principal entregándose
al sol.




Arenques

Escriba una superficie con un plumín.
Represente en palabras un círculo.
Inscriba (una construcción geométrica) dentro (de otra construcción)
para que las dos estén en contacto pero no se crucen.
Describe una membrana de partículas elementalmente supersimétricas.
Circunscriba una construcción geométrica alrededor de otra construcción
para que las dos estén en contacto pero no se crucen.
Dote de belleza la verdad.




Para Ben

Mira, Ben, el agua
tiene una piel suave y resistente,
y todos los insectos bailan
y brincan de una lado a otro sobre ella –
para ellos es segura como
el blando césped.  Mira,
es un asunto de asegurarnos
que tú eres más ligero
que el medio que caminas:
en otras palabras,
primero checa tu menisco
y también al diablo con
la trucha – no puedes permitirte
mirar hacia abajo, de cualquier modo.
Tú y yo tenemos muchísimas
astillas doradas clavadas en
nuestras botas de hule  -el mundo
nos está sosteniendo muy
bien, hoy.



Warp

I couldn’t hear myself think when the storm came
over
and the roof became a giant drum.
Thunder rocked the house. Capricious lightning
reached a finger into my computer, knocked out the
modem
and set the date back to 1956.

With a high tension flash, coming round the corner
the poles come off the wires and the trolleybus
stops in City Road like a questing insect.
The driver jumps out to relocate the pulley,
the boys stare out the back window.

Penny down the hill and tuppence up, in 1956
I’m clear as the mark of a sharp-to-cracking-point
Black Beauty on a clean page.
Cotton socks and schoolbag, with my new glasses
I can see every leaf on the tree.

Were I to live my life again, I’d have to live it just the
same
anyhow, to be here and now abandoning the keyboard,
turning the whole show off for fear of electrocution
and going to the kitchen to make battered oysters
in a thunderstorm, retrieving my train of thought –

pull just one string and the whole caboodle unravels.


Poem 
Poem a poem
the inside poem
the words other in
inside drawn eyeless
toe to top fingered
light, gnostic
valiant, innocent
fruit and rind.

Rind and fruit,
innocent, valiant,
gnostic. Light
fingered top to toe,
eyeless drawn inside
in other words the
poem inside the
poem a poem.



_______________________________
El Traductor

Rogelio Guedea. (México, 1974)
Traductor y director de la página “Poesía Neozelandesa”

Es licenciado en Derecho por la Universidad de Colima y doctor en Letras por la Universidad de Córdoba (España), con un POST-DOC en Literatura Latinoamericana por la Texas A&M University (USA).Es  autor de más de cuarenta libros en ensayo, narrativa, traducción y poesía. En poesía es autor de: Los dolores de la carne (Praxis, 1997), Testimonios de la ausencia (Praxis, 1998), Senos sones y otros huapanguitos (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2001), Mientras olvido (Follas Novas, Premio Internacional de Poesía Rosalía de Castro 2001), Ni siquiera el tiempo (Instituto Mexiquense de Cultura, 2002), Colmenar (LunArena2004), Razón de mundo (Instituto de Cultura de Nayarit, Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2004), Fragmento (Instituto Sonorense de Cultura, Premio Nacional de Poesía Sonora 2005), Borrador (Cedma, 2007),  Corrección (Praxis, 2007), Kora (Rialp Ediciones, Premio Adonáis de Poesía 2008), Exilio. Poemas 2001-2010 (Rilke Ediciones, 2010), Campo minado (Aldus, 2012) y Si no te hubieras ido/If only you hadn’t gone (Cold Hub Press, 2014). Actualmente es columnista de los medios mexicanos Sinembargo y La Jornada Semanal. 

Más sobre Rogelio Guedea en www.rogelioguedea.com
Correo electrónico: rguedea@hotmail.com







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