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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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DER VON KÜRENBERG [16.667]

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Der von Kürenberg (Codex Manesse, siglo XIV).

Der von Kürenberg

Der von Kürenberg o Der Kürenberger (Kuerenberg, Kuerenberger, fl. a mediados del siglo XII) fue un poeta austriaco, y uno de los primeros poetas con nombre conocido que escribió en alemán.

Era un noble austriaco, posiblemente de la región alrededor de Linz. Como Ava, la primera poetisa en alemán, Der Kürenberger vivió y trabajó en una región a lo largo del río Danubio entre Baviera y la Baja Austria. Convencionalmente se le relaciona con Linz. Era de familia de caballeros y uno de los primeros cantores viajeros (Minnesänger) comunes en esta región.

Algunas de las 14 estrofas que aparecen en el Minnesangsfrühling están agrupadas como poemas. Sus poemas fueron escritos probablemente antes de que se formulase el concepto de amor cortés ideal. En cuanto a los personajes, tienen una relación más directa y menos estilizada. Algunos están en forma dialogada (Wechsel). El poema más conocido es la «Canción del halcón». Es posible que ambas estrofas sean pronunciadas por una mujer (podría argumentarse que fueron escritas por una mujer). Su poesía, así como la de Dietmar von Eist (Aist), sugiere que pudo haber existido una forma poética propia de la Alta Alemania/Austria antes del impacto de la influencia provenzal.

Sus poemas contrastan vivamente con aquellos de las convenciones posteriores. Tanto que algunos se han sentido tentados y sugieren que él las desaprovaba. Pero como dice Walsche, esto sería presumir demasiado. Sus poemas están compuestos casi exclusivamente en una antigua forma danubiana a la que se llama Nibelungenstrophe (el verso largo alemán). La mayor parte de sus poemas cuentan pequeñas historias. En uno de los poemas una mujer permanece en pie y escucha la canción de un caballero entre las de todos los demás. El caballero canta «in Kürenberges wise». Ella afirma que «o bien él debe abandonar el país, o ella disfrutará de su amor». La respuesta del poeta es llamar a su caballo, ponerse la armadura y huir. Esta dama es única en la poesía de su época cuando ella desea imponer el amor del caballero y busca consumar el erotismo prometido por la canción del caballero. De forma extraña, uno queda con el sentimiento de que el caballero quedó sorprendido al ser tomado en serio. Der von Kürenberg pinta ambas imágenes con pocas palabras y crea hombres y mujeres que son audaces y confiados. La impresión que él deja parece más real que la que uno esperaría que fueran los hombres y las mujeres de la aristocracia guerrera más que los retratos que de la misma hizo la poesía de la siguiente generación.

Obra

Sus poemas estaban escritos en Alto alemán medio entre 1150 y 1170. Catorce o quince de sus versos se han conservado en el Codex Manesse, algunos de los cuales podían estar juntos como poemas. La Canción del halcón («Falkenlied») abajo transcrita es la más conocida. A veces se le cita como el autor del Cantar de los nibelungos, sobre la base de la similaridad de la forma del verso, aunque considerando las circunstancias cronológicas esto parece improbable.





I

"Cuando estoy sola
en camisa ante mi reja
y te recuerdo,
hermoso caballero,
mi rostro arde
tal la rosa en la espina
y un dolor triste
colma mi alma anhelante".




II

Todo encanto de mujer
tiene esa niña.

Cada vez que a ella envío
mi mensajero,
querría ser yo mismo
quien la corteje.

No sé cuánto me aprecia,
más yo la adoro.

Trad.  Crypt Vihâra
http://www.eurielec.etsit.upm.es/







Durante más de un año para mí crié un halcón.
Cuando lo hube amaestrado como más me placía,
y con cintas doradas su plumaje había ornado,
alzó el vuelo y surcó el aire hacia otros mundos.

Veo al halcón, desde entonces, volar con brío solemne,
portando en sus garras unas cintas de seda,
con todo su plumaje de rojo y de oro.

¡Que Dios una a quienes mutuamente se aman!

TRADUCCIÓN:
M. DEL CARMEN BALBUENA TOREZANO
Universidad de Córdoba



Ich züchtete mir einen Falken, länger als ein Jahr.
Als ich ihn so gezähmt hatte, wie ich ihn haben wollte,
und ihm sein Gefieder mit Gold schön verziert hatte,
schwang er sich hoch empor und flog in andere Lande.

Seither sah ich den Falken in stolzem Fljug.
Er trug an seinem Fuß seidene Riemen,
und sein Gefieder war ganz rotgolden.

Gott führe die zusammen, die einander gern lieben wollen!





Estuve hasta muy entrada la noche junto a tu lecho
y por no despertarte, señora, no intenté nada.
- "¡Qué Dios te maldiga por ello!
Yo no era una salvaje jabalina", dijo la mujer.

Carlos Alvar, Poesía de trovadores, trouvères y minnesinger, Alianza Tres, Madrid, 1981




Jô stuont ich nehting spâte vprdînem bette:  
do getorste ich dich, frouwe niwet wecken 
- Des gehazze got den dînen lîp! 
jo enwas ich niht ein eber, sô sprach daz wip






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JOAQUÍN ARCADIO PAGAZA [16.668]

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Retrato en óleo de autor desconocido, ca. 1900, expuesto en el Museo Casa Pagaza



Joaquín Arcadio Pagaza

Joaquín Arcadio Pagaza y Ordóñez (Valle de Bravo, Estado de México, 6 de enero de 1839 - Xalapa, Veracruz, 11 de septiembre de 1918) fue un prelado católico, escritor y académico mexicano.

Realizó sus estudios en el Seminario Conciliar de México, al cual ingresó en 1853; se ordenó sacerdote el 19 de mayo de 1862. Fue asignado a la parroquia de Taxco, la cual dirigió durante ocho meses. Impartió clases en el Sagrario Metropolitano de la ciudad de México, y poco después fue asignado a la parroquia de Tenango del Valle, donde residió ocho años.

Desde su época de seminarista comenzó a escribir poesías, las cuales se dieron a conocer en el periódico La Voz de México por iniciativa del padre Tirso Rafael de Córdoba. De regreso en la ciudad de México se hizo cargo del Sagrario Metropolitano y fue canónigo de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México. El 3 de octubre de 1882 fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua y poco después fue elegido miembro de número; tomó posesión de la silla II el 4 de septiembre de 1883. Continuó publicando sus sonetos en las Memorias de la Academia Mexicana de la Lengua, correspondiente de la Real Española y en El Tiempo.

En 1889 la Academia de la Arcadia de Roma le otorgó el título de árcade romano y el seudónimo de Clearco Meonio, el cual deriva de "Kléarcos, quien fuera discípulo de Aristóteles y de Maiónios, natural de Meonia, provincia de Asia Menor, patria de Homero".

En 1892 fue nombrado rector de su alma máter y en 1895 fue consagrado obispo de la diócesis de Veracruz, la cual dirigió desde su sede en la Catedral Metropolitana de Xalapa hasta el día de su muerte. En 1896 tomó parte del V Concilio Provincial Mexicano. Siguió publicando sus poemas y traducciones. Ofició su última misa el 15 de julio de 1918 y murió el 11 de septiembre de ese año en su sede episcopal.

Obras publicadas

Murmurios de la selva, 1887.
María: fragmentos de un poema descriptivo de la tierra caliente, 1890.
Algunas trovas íntimas, 1893.
Realizó traducciones de algunas obras de Horacio y Virgilio, además del libro de Los lagos de la Rusticatio mexicana de Rafael Landívar.




Crepúsculo

Lento desciende el sol y se reclina
en nubes de ámbar, rosa y escarlata;
y resuélvese en lluvia de oro y plata
de los montes lejanos la neblina.

Entre nimbos la estrella vespertina
brilla y treme; en el lago se retrata
el nublado que grácil se dilata
donde rompe la bóveda azulina.

El horizonte aclárase y remeda
voraz incendio, tinte de amaranto
el cielo cubre, el llano, la arboleda.

Y junto al nido el postrimero canto
entona embebecida el ave leda
del sol poniente en el divino canto.





AL AMANECER

Asoma, Filis, soñoliento el día,
y llueve sin cesar, en los cercanos
valladares al pie de los bananos,
mi grey se escuda de la niebla fría.

Las vacas a sus hijos con porfía
llaman de los corrales, en pantanos
convertidos; y ruedan en los llanos
pardas las nubes y en la selva umbría.

Oye, se arrastran sobre el techo herboso
los tiernos sauces con extraño brío
al mecerlos el viento vagaroso.

Que trayendo oleadas de rocío
por las rendijas, entra querelloso.
Prende el fogón, amiga, tengo frío




EL PAPALOAPAN

Escucho aún tu plácida quejumbre,
gigante río. ¡Límpida guirnalda 
tu sien orne y del médano la falda 
ciñas con aparente mansedumbre! 

Del sol hermoso la divina lumbre
retrátese en tu linfa de esmeralda 
y en ti se vea tinta de oro y gualda 
del Citlatépetl la nevada cumbre. 

De tus riberas el papayo rico
la poma ostente en nido de verdura 
del tordo herida por el rojo pico 
y mézcanse tus palmas en la altura
blandamente agitando el abanico 
que al dulce Tlacotalpan da frescura. 






LA CUMBRE

¡Soledad y quietud! Monte y más monte
de verdes tilos, álamos y abetos;
grandes peñascos húmedos y escuetos
sin raudales, sin cielo ni horizonte.
No hay alondra que el rigor afronte
del crudo frío en los salvajes setos;
y el negro buitre y céfiros inquietos
se alejan antes de que el sol tramonte.

Y los robles, calada la capucha
de liquen, aunque el cierzo los azota,
mantienen con el sol eterna lucha.





LA PEÑA MAJESTUOSA

De un monte el dorso ríspido y serrado
tiene por trono, y la escarpada cumbre;
se corona en laurel, y su techumbre
las nubes son y el éter azulado.
Por cetro empuña verde y arriscado
monolito de enorme pesadumbre;
las colinas su regia servidumbre
son, y su imperio el valle dilatado.
Se embebece mirando en el bruñido
y liquido cristal su faz severa,
su airoso porte y ademán temido.

Y su música dulce y placentera
son el trueno del rayo y el graznido
del águila salvaje y altanera.





LA ORACIÓN DE LA TARDE

Tiende la tarde el silencioso manto
de albos vapores y húmedas neblinas
y los valles y lagos y colinas
mudos deponen su divino encanto.

Las estrellas en solio de amaranto
al horizonte yérguense vecinas
salpicando de gotas cristalinas
las negras hojas del dormido acanto.

De un árbol a otro en verberar se afana
nocturna el ave con pesado vuelo
las auras leves y la sombra vana;

y presa el alma de pavor y duelo,
al místico rumor de la campana
se encoge, y treme, y se remonta al cielo.




ROLANDO TORO ARANEDA [16.669]

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Rolando Toro Araneda

19 de Abril de 1924 - 16 de febrero de 2010.
Creador de la Biodanza, nació en Concepción (Chile) el 19 de Abril de 1924. Su infancia transcurrió alrededor de su casa natal con sus padres y hermanos, y la escuela básica del Barrio de la Plaza Condell de esa ciudad. Proviene de una familia de educadores: su abuelo fue profesor en la ciudad de Cañete, su madre (Berta), siete de sus tías y dos de sus hermanos fueron profesores.

Antes de encontrar su verdadera vocación como educador y decidir formarse como profesor de enseñanza básica en la Escuela Normal “José Abelardo Núñez” en el año 1943, pasó tres años por la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción.

Se desempeñó como profesor normalista, durante alrededor de dieciséis años, en las ciudades de Valparaíso, Talcahuano, Pocuro y Santiago (Chile) entre los años 1944 a 1957. 

En cada una de las escuelas donde trabajó, fue descubriendo aspectos que estaban ausentes en la educación tradicional.

Por ejemplo, en Talcahuano se dedicó especialmente a vincular a los niños con la naturaleza, realizando con ellos frecuentes excursiones al mar, luego los temas derivados de esas visitas los usaba en el aprendizaje.

Señalando:

«En la escuela ha de plasmarse el espíritu de la Paz, vigorizando los sentimientos de solidaridad con los pueblos y el amor a la vida»

De su labor como profesor en Pocuro, Rolando señala:

«La Escuela Granja de Pocuro es como su nombre lo indica, un colegio agrario donde los muchachitos, además de los conocimientos de educación primaria, aprenden a labrar la tierra, a criar ganado, a cuidar las aves, etc. En otras palabras: un plantel en que el niño aprende a enfrentarse intelectual y físicamente con la realidad de su ámbito».

«Considero, y de ello estoy seguro, que una de las misiones fundamentales del maestro es la de desarrollar las facultades espirituales e intelectuales del niño. Incitarlas, estimularlas sin forzarlas nunca. Esto, indudablemente, habrá de producir a la larga un elemento bien dotado, sensible, rico en espíritu, para nuestra sociedad»

Como profesor de primaria realizó propuestas experimentales de educación artística, además de investigaciones sobre el dibujo realizadas con niños, enfermos mentales y con artistas. Es por esto que en 1954 realizó el primer “Festival del Niño” en donde se examinaron las condiciones socioeconómicas y de salud en la infancia chilena.

En el Festival participaron seis mil niños de todo el país, presentándose orquestas infantiles, exposiciones de pintura, cerámica y juguetes pedagógicos en el patio de la Casa Central de la Universidad de Chile. También se realizó un gran desfile de niños por el centro de Santiago.

Rolando fue capaz de convocar a diversas organizaciones sociales, políticas y culturales en búsqueda de mejorar las condiciones de los niños.

Rolando señala:

«En la niñez ha de consolidarse en forma definitiva, enérgica e implacable el DERECHO A LA VIDA DE LOS PUEBLOS. Las naciones poseen en su infancia reservas inagotables de energía creadora; el derrumbe moral y material se produce inexorablemente tras una infancia descuidada, humillada y torcida»

Debido a sus revolucionarias concepciones sobre educación, el Decano de la Universidad de Concepción Rolando Merino, invitó a Rolando a dar un ciclo de conferencias en la Escuela de Educación de esa universidad. Posteriormente a estas conferencias, creó un Laboratorio de Psicología en la Escuela Educación de la Universidad de Concepción.

Desde esta fase de experimentación psicopedagógica, Rolando tomó la decisión de realizar estudios al respecto, y con la mediación del Rector de la Universidad Chile Jorge Gómez Millas, ingresó a segundo año de Psicología en la Escuela de Psicología del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, desde donde se tituló.

En este mismo período conoció al doctor Claudio Naranjo, con quien estableció una profunda amistad. Gracias a su intervención, Rolando Toro ingresó al Centro de Estudios de Antropología Médica (CEAM) de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, trabajando allí desde 1965 hasta 1973.

En el CEAM dirigió seminarios de antropología médica, filosofía y psicología bajo la dirección del Dr. Francisco Hoffman, esposo de Lola Hofmann. A ésta, la consideró su maestra desde el día que la conoció, tras su llegada de Viena luego de su permanencia junto al Dr. Carl. Jung.

Es así, como  Rolando pasó a formar parte de un equipo multidisciplinario, que tenía por objeto, en aquel momento mejorar la calidad de vida de los enfermos mentales y humanizar sus relaciones con el personal médico y paramédico del Hospital Psiquiátrico de Santiago. Para esto ensayó diferentes sistemas terapéuticos, realizando sus primeros intentos de danza terapéutica.

A partir del éxito que obtuvo en esas experiencias, extendió el sistema para ser aplicado en otros cuadros clínicos y en personas sin patologías.

Paralelamente realizó investigaciones sobre la violencia en la Penitenciería de Santiago. Debido a su trabajo con los enfermos mentales, perteneció al Instituto de Investigación del Hospital Psiquiátrico de Santiago.

En 1966 la Universidad Católica le solicitó que ofreciera un curso de Expresividad y Creatividad en el Instituto de Estética de la universidad al que llamó Psicodanza, sistema de ejercicios y músicas que ya había experimentado en el Hospital Psiquiátrico de Santiago.

Inmediatamente después de entregar este curso, Rolando Toro fue nombrado profesor de Psicología del Arte y Psicología de la Expresión en el mismo instituto.

A partir de todos los trabajos de investigación que estaba realizando en ese momento, Rolando comienza a interesarse abiertamente en el mundo de la mente y los estados de expansión de conciencia, mediante el trabajo con LSD.

Fue íntimo amigo de Albert Hoffman, creador del ácido lisérgico. Éste le entregó una cierta cantidad de dosis para investigación científica. A fines de la década del 60, y en su casa de la Av. Los Olmos (Ñuñoa / Santiago) se dio cita gran parte de la escena cultural de Santiago: entre ellos Alejandro Jodorowsky, músicos de Jazz, actores conocidos de vanguardia, psicólogos y otros intelectuales interesados en la experimentación con alucinógenos, en la cual y desde la cual se realizaban y emprendían distintas actividades culturales y artísticas completamente originales, novedosas e innovadoras, trasgresoras muchas veces con lo conocido hasta entonces.

Las obras que emanaron de esos experimentos fueron mostradas en la mítica galería de arte “Casa Luna” de la calle Villavicencio en Santiago, propiedad de Susana Wald y Ludwig Zeller.

De estas actividades en dicha casa, nacieron en forma natural los que se conocieron como “Juegos de Psicodanza”, que marcaron los inicios de los años70.

Eran representaciones surrealistas, verdaderas performances que consideraban teatro, canto, poesía, danza y música. Las presentaciones tuvieron lugar en numerosos teatros de Santiago

(Teatro Camilo Henríquez, Teatro Caupolicán, Teatro Municipal), Viña del Mar y Valparaíso. Aunque fueron abiertamente censuradas por la Iglesia Católica local, Rolando continúo con las presentaciones a “tablero vuelto” producto de la inédita manifestación que el público apreciaba en este curioso “arte catártico y salvaje”.

Rolando señala:

«Los Juegos de Psicodanza son un conjunto de experimentos de expresión corporal. Sus integrantes no son artistas profesionales, son personas que buscan apasionadamente un sentido interior dentro del mundo que vivimos»

«Estos juegos aluden al poder musical para curar enfermedades, invocar las fuerzas de la naturaleza, despertar el amor o el deseo, armonizar las sociedades, etc… Para lograrlo hay que despertar en el hombre la musicalidad interior perdida y restituir su vitalidad animal»

«Estos juegos no son propiamente danzas, ni teatro, ni pantomima en el sentido tradicional. Se trata de formas libres de expresión corporal con música y sonidos dentro de pautas coreográficas permitiendo gran creatividad, sinceridad y fuerza vital de los bailarines»

En los años 70’s, Rolando realizó un viaje a la Comunidad de Esalen liderada por el psicólogo Fritz Perls en Big Sur (California) y al pequeño pueblo de Bodega ( San Francisco). Allí compartió experiencias grupales donde el Contacto y la Caricia eran una de las propuestas principales como premisas y prácticas sanadoras.

También compartió con otros investigadores de la época, como es el caso de René Spitz, que ya trabajaban con los llamados “niños institucionalizados” (de orfanatos o internados públicos) y que sostenían que había una relación directa entre la estimulación afectiva y el sistema inmunológico.

Al regresar a Chile, incorporó a su incipiente Modelo operativo, la presencia sanadora de las caricias y el contacto en sus ejercicios.

Su partida de Chile se inicia en 1974, con una invitación a participar en un Congreso de nuevas Psicoterapias en la Universidad Abierta de Buenos Aires (Argentina) el que en un principio sólo lo retendría un par de días en dicho país, pero que terminaría convirtiéndose en su primer “recorrido” fuera de Chile por alrededor de 10 años.

En Buenos Aires se empieza a desarrollar y visualizar más cabalmente el conjunto de ejercicios y experiencias como un verdadero Sistema de Integración, con consecuencias sanadoras y terapéuticas, aplicando el Sistema Biodanza a pacientes mastectomizadas en la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer.

Posteriormente en esa misma ciudad, fue nombrado Profesor Emérito de la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires.

Desde allí, comienza a crecer el reconocimiento a las técnicas de Rolando y su “nuevo” Sistema.

Es por esto que en 1979, Rolando se trasladó a Brasil donde estableció un instituto privado de Biodanza, logrando la expansión de este sistema a toda América Latina. Además en este país trabajó con enfermos mentales en el “Hospital Jiqueri” de Sao Paulo y con mujeres mastectomizadas en el “Instituto del Radio”.

Se queda por largos años allí, ya que Rolando es recibido con una empatía extraordinaria en Brasil, visualizando a ese país como el lugar óptimo para enseñar Biodanza, y es desde donde definitivamente ésta se internacionaliza y se masifica, a tal punto que la Biodanza es percibida casi con la misma cotidianeidad que el Psicoanálisis en USA o Argentina.

Algunos de sus colaboradores en Argentina y posteriormente en Brasil, emigran a Italia y Suiza a “difundir” la Biodanza, ya definitivamente como un Sistema estructurado.

Rolando los acompaña y permanece en Milán en 1989 para enseñar Biodanza. Desde estas enseñanzas, la Biodanza cobra definitivamente un carácter mundial y crea varias escuelas de Biodanza, para formar profesores en toda Italia.

Además en Milán, trabajó con enfermos de Parkinson y Alzheimer en las ciudades de Como y Varese.

En 1998 regresó a Santiago de Chile, desde donde dirigió todo el movimiento de Biodanza, constituído por Centros y Escuelas de Formación de este Sistemadistribuídas en Europa, AméricaLatina, Estados Unidos, Canadá, África del Sur, Japón y Nueva Zelandia.

Estando en Chile, el año 2001 fue nominado para postular al Premio Nobel de la Paz por sus trabajos en Biodanza y Educación Biocéntrica en la Casa de América (Madrid, España)

También fue nombrado Doctor Honoris Causa como Educador Biocéntrico, el año 2006 en la Universidad Federal de Paraíba (Brasil), la que además formalizó dentro de sus programas la primera Escuela de Formación Biocéntrica en el mundo.

Por otra parte, en el año 2008 fue nombrado Profesor Emérito por la Universidad Metropolitana del Perú.

Además, fue poeta y pintor, realizando exposiciones en Brasil, Italia y Francia. También publicó libros de poesía y psicoterapia, los que han sido traducidos a diversos idiomas.

El 16 de febrero de 2010, Rolando muere a los 85 años de edad en Santiago de Chile.

Obras literarias:

-La Noche - Poemas. Editorial Carmelo Soria - Santiago de Chile, 1952. (Español) 
- Projeto Minotauro. Abordagem Terapéutico do Sistema Biodanza, Editora Vozes - Petrópolis (RJ), Brasil, 1988. (Portugues)
- Éxtasis del Renacido - Poemas - 2da Edición - Editorial Galac - Caracas, Venezuela, 1992. (Español)
- Tras los Pasos de Afrodita - Poemas. Editorial Oasis - Oaxaca - México, 1995 (Español)
- Lo Imposible Puede Suceder - Poemas. Editorial Oasis - Oaxaca - México, 1995 (Español)
- Auf Den Spuren von Aphrodite. Uberstsetzung: Susanne Okotie, Melanie Delval, Gabriele Langmeyer. Lonopono - Viena, Austria, 1997.(Alemán)
- L´Alfabeto della Vita - Poemas escritos conjuntamente con Giovanna Benatti y Nicola Franceschiello, Edición Privada, 1997 (Italiano) 
- Biodanza. Editorial Rede - Como - Itália, 2000. (Italiano)
- Biodanza. Editora Olavobrás, EPV - Brasil, 2002. (Portugues)
- Balada del Ángel Caido - Poemas, Edición Privada, Santiago de Chile, 2005. (Español)





LO IMPOSIBLE PUEDE SUCEDER

Porque tenemos más energía de la que recibimos. 
Tenemos luz en los ojos y pájaros migratorios 
por que lo imposible puede suceder.
Nuestros pasos plenos de convicción 
por laberintos de amor...
Argonautas por el mar desconocido
en busca del becerro interior
por que tenemos la energía del milagro.
La ilusión, el brote en el roble cortado 
el huracán con nombre de mujer 
y el corazón palpitando 
aún sin amor 
porque lo imposible puede suceder. 

El ángel azul en nuestro lecho 
esperando su nuevo destino 
porque lo milagroso tiene cara de ángel. 

Tenemos hijos en el corto espacio de cien años 
y nuestro amor es infinito. 

Tenemos una carta de amor en las manos 
y grandes trigales dorados 
en una espiga del sueño. 
Porque lo imposible es lo cotidiano.
                                 




Todos somos uno

La fuerza que nos conduce
es la misma que enciende el sol
que anima los mares
y hace florecer los cerezos.
La fuerza que nos mueve
es la misma que agita las semillas
con su mensaje inmemorial de vida.
La danza genera el destino
bajo las mismas leyes que vinculan
la flor a la brisa.
Bajo el girasol de armonía
todos somos uno.

                  



SER ALGUIEN

Ya era tiempo de que yo llegara a ser alguien
Ya era tiempo de que apareciera dentro de mi
El tigre, el niño, la abeja,
Llegó la hora de ser un río,
aguas fluidas, entregadas al destino.
Ya era tiempo , después
del Miedo a Ser Abandonado, he llegado
al tiempo de los jazmines.
Ya era hora de que yo llegara
a ser alguien, tan anónimo, tan leve
como las cañas de bambú.





Somos la memoria del mundo. Sólo debemos recordar ...

Somos la memoria del mundo.
Sólo debemos recordar 
lo que está en nuestras células.
Los frutos del verano,
el amor voluptuoso.
La capacidad de ponerse en el lugar del otro,
El contacto.
El coraje de innovar.
El abrazo, el adiós, el encuentro.
El mar en nuestra piel,
La música de la vida.
La danza de la vida.
Biodanza nos devuelve
la memoria ancestral,
la posibilidad absoluta de amor.




BUSCANDO UN LUGAR 

Me siento un poco perdido últimamente. 
Ando buscando un lugar para vivir. 
Un lugar que sea realmente mío.

¿En el hueco de la noche? 
¿Al borde del acantilado? 
¿Bajo el ciruelo? 
No lo sé... 
Un lugar entre tus brazos, amor.

Libro: Balada del Ángel Caído 





MERLIN 

Cuando aparecí a tu lado 
por vez primera 
yo era el Mago Merlín 
para cumplir tus deseos 
para llevarte a los valles desconocidos de la 
pasión. 

Contemplamos al pasar 
el lagarto en el muro soleado 
los girasoles en la brisa 
y el mar sin tiempo. 

Cuando aparecí a tu lado 
yo era el Mago Merlín: 
”esta es tu noche 
y en tu noche puedes ser todo 
lo que tú quieras ser”. 

Y fuiste princesa, pastora, 
dueña del canto. 

Ahora que te alejas te dejo la música 
leve 
silenciosa 
de mi amor.

Libro: Tras los Pasos de Afrodita. 





JOSÉ RAMÓN YEPES [16.670] Poeta de Venezuela

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JOSÉ RAMÓN YEPES


(Maracaibo, 1822 - 1881)
Escritor y poeta venezolano. Autor de una notable y variada producción literaria anclada en los gustos románticos y costumbristas de su tiempo, heredó de su lugar de origen una pasión marítima que dejó una huella indeleble tanto en su obra como en su propia peripecia vital.

Desplazado a Caracas en su adolescencia para cursar allí sus estudios secundarios, una vez graduado de bachiller ingresó en las fuerzas navales venezolanas (la Armada Nacional), donde su innata vocación marinera y su acusado sentido de la disciplina castrense pronto le permitieron alcanzar el grado de segundo teniente efectivo. Desplegó, a partir de entonces, una intensa carrera militar plagada de honores y condecoraciones en su brillante hoja de servicios.

En la década de los años cincuenta, tras el estallido de las guerras federales que convulsionaron el panorama político y social de Venezuela, fue nombrado mayor general de la Escuadra Nacional. Años después, durante el mandato gubernamental de Antonio Guzmán Blanco (1870-1877), su larga experiencia militar fue recompensada con su nombramiento como ministro de Guerra y Marina. Debido a su ideología liberal (que no le impedía mantener viva su acusada religiosidad), en varias etapas de su vida se vio forzado a tomar el camino del exilio, perseguido en Venezuela por las autoridades conservadoras.

Al mismo tiempo que desarrollaba su actividad política y militar, José Ramón Yepes fue desplegando una fecunda labor literaria. Como poeta pronto quedó encuadrado entre los pioneros del Romanticismo en las Letras venezolanas. En efecto, plagó sus versos de temas, tópicos e imágenes características del arrebato lírico de los románticos, con singular predilección por los motivos de la noche, la obscuridad y la niebla. Tal vez su poema más representativo de sus constantes estéticas y temáticas sea el titulado La media noche a la claridad de la luna, recogido en el volumen recopilatorio que los herederos del poeta dieron a la imprenta un año después de su muerte, bajo el título genérico de Poesías (1882).



L A  R A M I L L E T E R A

Ramilletera de estos alcores,
Siempre vendiendo llenos de cintas,
De cintas verdes, ramos de flores;
Si ya vendiendo
Te siguen siempre los ruiseñores,
No es por las flores de gayas pintas,
Sí por el seno do van las cintas.

Del huertecillo de los manzanos
Dicen que quieres, ramilletera,
Los olorosos lirios enanos,
¿Por qué los quieres,
Cuando no hay lirios como tus manos?
No por la fama, que es volandera,
Sí por ser linda, ramilletera!

Tiene tal magia tus ojos pardos,
Que el Dios con venda sobre los ojos,
Entre verbenas, mirtos y nardos
Guardó su venda,
Rompió la aljaba, rompió los dardos,
Queriendo sólo que en sus enojos
Sirvan los dardos que hay en tus ojos.

Como andas siempre por los rosales,
Y esa s tus trenzas son hebras de oro,
Dicen no hay otas trenzas iguales,
Porque en tus trenzas,
A los suspiros primaverales,
Van ocultando como un tesoro
Las mariposas su polvo de oro.

Según repiten las zagalejas
Por las encinas de boca en boca,
Mientras dormías so las añejas
Altas encinas,
Posó en tus labios tropel de abejas,
Y al despertarte la turba loca
Panal de Hibla llamó tu boca.

¿Qué más? El día que las junqueras,
Cogiendo flores, quedó tu talle
Preso entre juncos y enredaderas
Llenas de flores,
Se dijo a gritos en las praderas,
Que entre los juncos del hondo valle
No hay junco verde como tu talle.

No, pués, te engrías, dulce paloma,
Vendiendo incauta tus ramilletes.
Es que no hay flores con tanto aroma,
Como la incauta,
Que baja al valle, sube a la loma,
Dejando toquen sus brazaletes,
Mientras le compran sus ramilletes.






HIMNO EPITALÁMICO

No en esa estancia penetréis divina:
Sobre el ara de aromas,
Pálida de pasión, llevó Ericina
Sus risueñas palomas.

¡Atrás! ¿No veis que hasta el dorado plinto
Cae el flotante velo?
La diosa ha descendido a ese recinto
En un rayo del cielo.

Velad tanto esplendor, oculte Apolo
La luz de sus mañanas:
Que a la estancia nupcial penetren sólo
Las flores por galanas.

La madre del amor desciñe estrecho
El ceñidor de oro.
Roja la boca y palpitante el pecho
Del oculto tesoro

Suelte temblando, al seductor desvió
La crencha perfumada…
¡Cuán divina estarás , rosa de Chío,
Así, medio velada!

Fortunado amador, la diosa esbelta
Yá besa al dulce niño;
Mirad como el rapaz sonriendo suelta
Su túnica de armiño.

¡Silencio! Ni un suspiro en el imperio
De los castos amores.
No temáis que una flor rompa el misterio.
Que mudas son las flores.






T Á R D A S

¡Tárdas!, y muere el día,
Y se acerca la noche, y desespero…
Tárdas, Clemencia mía,
Porque no sabes tú cuánto te quiero.
Herido siento el corazón, y lloro,
Y tú tárdas, Clemencia, y yo te adoro.

En silencio apacible
Se han venido los astros asomando,
Y tárdas!...Imposible
Es vivir como yo vivo agonizando,
Muriendo en medio de tan dulce calma.
¡Ay!, si vinieras tú, bien de mi alma!...

Si vieras en mi anhelo
Como sufro esperando tu venida;
Como demando al cielo
La paz del corazón, ya que la vida
Eres, Clemencia, tú, tú que no vienes
Y aquí esperando sin piedad me tienes…

En zozobra tan triste,
Piénsalo bien, Clemencia, yo me muero:
Mi alma no resiste
El bien de la esperanza, si te espero…
El bien de la esperanza…¡cuán sombrío
Es ese bien, si tardas, amor mío!

Clemencia, bien lo sabes:
Mientras mi pobre corazón se abisma,
Solemnes son y graves
Nuestro destino, nuestra vida misma…
Silencio, hermosa! Cuando así se quiere
Palpita el corazón, estalla…y muere!





AL   L A G O (fragmento)

Perfiles de oro tienen a miles
Las tersas olas del lago azul,
I, aunque otros lagos tengan sutiles
Perfiles de oro,
No son de aquellos aúreos perfiles,
Olas de fuego, randas de luz,
Perfiles de oro del lago azul.






A MARACAIBO (fragmento)

Opacos horizontes
Y rumor de airecillos y cantares,
Y sombras en los montes,
Y soledad dulcísima
En la tierra feliz de los palmares,
Y allá a lo lejos la luna que se encumbra
Y un cielo azul de porcelana alumbra.





EL RAYO AZUL (fragmento)

Siempre brillando en las marinas brumas
Al último reflejo vespertino!
Por qué me inspiras tú, rayo divino,
La paz del corazón?
Más puro que las aguas tembladoras
Del plateado y pacífico arroyuelo,
Por qué te asomas tú, rayo del cielo,
Como extraña visión?









SIGBJØRN SKÅDEN [16.671] Poeta de Noruega

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Sigbjørn Skåden 

(Nación Sami, Noruega). Poetas indígenas del mundo.
Sigbjørn Skåden (nacido en 1976) es un escritor sami de Skánik/Skånland en el norte de Noruega. Tiene dos maestrías en la literatura, una de la Universidad de York sobre el poeta caribeño Derek Walcott, y otra de la Universidad de Tromsø sobre el desarrollo de la poesía Sami en el siglo XX. Hizo su debut como escritor de ficción en 2004 con el largo poema épico El Rey de los Zapateros. Por este libro fue nominado al Premio de Literatura del Consejo Nórdico, el premio literario más prestigioso de los países nórdicos.

En 2008 publicó la breve novela conceptual Ihpil: El Salvador de los Niños Perdidos y en 2010 publicó su segundo libro de poesía Una canción para Prekariat. También ha escrito numerosas obras para representaciones teatrales y exposiciones. "El rey de los Zapateros", 2004, es un largo poema épico situado entre las dos guerras mundiales en un pequeño pueblo sami en el norte de Noruega. Skåden ha utilizado el mito de Europa Central sobre el Judío errante, el zapatero José, que fue condenado a la vida eterna y el desarraigo eterno por golpear a Cristo en la Vía Dolorosa, para retratar a un sami cargado de culpa que se debate entre la chica que ama y el amor por su pueblo.

“La preocupación por la palabra y la frase, la ambición de formar la frase perfecta, la inclinación a inventar y reinventar el lenguaje, son todas descripciones apropiadas para el poeta, y todos estos temas que se vuelven cada vez más importantes en un mundo globalizado donde una miríada de influencias constantemente atenta contra el lenguaje y la cultura por todos lados. El poeta lucha y desgarra el lenguaje, negándose a perder el conocimiento de sí mismo.

Siempre he pensado en la globalización como algo amistoso. Para un pueblo sin estado como los samis, minoritarios en cuatro diferentes países, la globalización ha sido liberadora. El pueblo sami y su cultura y artes siempre han visto con recelo la influencia extranjera: siempre hemos opuesto resistencia al cambio. La razón de este escepticismo fue el estado minoritario del pueblo sami y los largos siglos suprimiendo la presión de las culturas mayoritarias que trazaron fronteras en la tierra sami y la dividieron entre ellas. Por muchas generaciones esta fue la única influencia que tuvieron los samis, una influencia que amenazaba con arrasar nuestra cultura. Como resultado de esto, los samis se convirtieron en una nación de puristas: todo lo que no era sami tenía que ser rechazado.

La globalización fue en alto grado un alivio. La sofocante presión de una única mayoría se trocó en un bombardeo constante desde todos lados. En un mundo global todo el mundo es una minoría. La escena artística sami se ha dado cuento de esto. Resiste las influencias menos que antes. Conservar lo particular sami pero tener un alcance global es lo que he querido hacer en mis escritos. El lenguaje con el que escribo es uno de los más inaccesibles del mundo. Por lo tanto, el lenguaje debe acceder al mundo. Quienes usamos la lengua tenemos fé en ella. Luchamos y la desgarramos, la inventamos y la reinventamos, no dejamos que permanezca como es.

Traducción de Nicolás Suescún




EL REY DE LOS ZAPATEROS

Parte 1

A casa vine en barco
pal-pal-palpitando hasta la orilla,
latidos del corazón a flote.
Imposible descifrar
las cosas por venir
en la costa verde,
con ojos rojos.

Este era mi hogar, mis pies enraizados en tierra conocida,
los ojos chorreando pecado,
traje los más sórdidos pecados jamás
vistos aquí,
hasta la costa verde
en un barco pequeño
pesados los pies por las pérdidas,
pero no podía detenerme,
mi nombre es Jusup,
fugitivo.

Ojos conocidos
desde el otro extremo del mundo
penetran mi piel y mis huesos
en busca de mi alma,
o así parecía;
amarré mi alma, invertí mi forma
“¡Deja de mirarme fijo!”, palabras vuelan a través de mi mente
y rápidamente:
“Coge la maleta de Jusup, ¿no te das cuenta?
¡Un viajero! ¿Tu madre no te enseñó nada?”
“¡Vaya!”, gritaron los pies
y hacia el este fue
olisqueando un aroma olvidado,
¡pero escucha!
Los últimos susurros escuchados en los abarrotados muelles
resuenan todavía en los oídos del danzante:
“¡Malditos bastardos lapones...!,
Palabras dichas a Jusup desde los extractos del
mundo,
y que no pueden tocar el alma del fugitivo.

Hacia arriba, hacia arriba se curvaba la trocha,
quien sabe no necesita
presentación.
Hundí mi alma en los amigables corazones
y al menearme en el asiento de atrás
el gozo de ver a mi alrededor me abofeteó,
era yo,
Jusup,
todas las fibras de mi cuerpo
asentándose dentro de mi corazón,
en mi camino hacia el centro de mi alma,
sí, era yo,
Jusup,
el corazón palpitante,
condenado condenado condenado condenado
el lamentable
por fin en el hogar.




Parte 2

Como ven soy el héroe de esta historia,
yo,
habiendo olvidado los hechos
en la granja
cuando volví.
Medito las costumbres del hombre
pues no puedo ver la razón
¿pero cómo
averiguar
cuándo estoy atorado en mí mismo?
¿No alcanzas a oír, Jusup?
¡Vamos a la iglesia!”,
y a la iglesia fueron:
el cura habló sobre los pecados mortales
¿pero por qué no habló de mí?,
¿por qué no dijo que yo era un pecador
siendo pecador
y debiendo mi alma arder en el nido del demonio?
¿por qué no predica el cura la verdad?
¿no sabe él acaso sobre los viajes del alma?
Y cuando terminó de hablar
vi claramente la extrañeza
de las costumbres del hombre
pues comprendí que el cura nunca me daría
acceso al mundo de los pecadores.
No tenía yo pecado en esta iglesia,
me enviarían al cielo,
a mí, a mí el pecador.
No podía respirar
y ya fuera de la iglesia,
bajo los rayos del sol,
me enfrenté a mis pecados,
pecados sin los que no puedo vivir.
El escudero del Señor quiso
robarme mis pecados,
llevarse mi alma,
pero escapé,
más poderoso incluso que el espíritu santo,
y descansé.

Había tumbas de difuntos
por donde se mirara.
Un antepasado
es un antepasado
es un antepasado
apaciblemente yaciendo en la masa oscura
descansando junto a mí.
Me senté en la tierra
llena de mi sangre helada,
expeliendo el aliento a tiempo
con las palabras del escudero,
por favor,
por favor,
por favor, antepasados míos,
denle vía libre a mi sangre,
tranquilamente,
tranquilamente,
debería fluir,
pero nada me concedieron
y quedé aprisionado
fuera de la casa del Señor
bajo una endiablada corriente
a la espera de mi juicio como un hombre.

“¿Qué le pasa?”:
Lo podía leer en los ojos de la gente.
Yo sí lo sentía todo,
pero no sé nada seguro
y el escudero del Señor liberó
a todos los frívolos pecadores.
Ten piedad de mí, Escudero,
pues nunca alcanzaste a
a limpiarme.





Parte 3

¿Es que no ven?
¿No son parientes acaso?
No supe qué pensar de
lo que oí,
lo que vi,
lo que probé.
No había entendido
y tuve que caminar solo,
yo,
el hijo favorito del zapatero de Jerusalén,
haciendo mis propios zapatos para caminar
con cada paso que doy:
“errarás hasta el último día”
—nunca antes había comprendido
estas palabras de mi juez.
“Querido juez, no me abandones,
eres mi voluntad,
mi mente,
¿no lo ves?
Sin ti vago solitario
pues eres mi única esperanza
y siento esto dentro de mí:
si pierdo a mi juez, pierdo mi juicio,
perdido el juez,
¡apresúrate-apresúrate-apresúrate,
oh tú, desdichado
Jusup!

¿Oyente, quieres
La historia completa?,
¿quieres la miseria?,
¿quieres todo el corazón?,
¿quieres lo inexplicable?
Sí, soy yo, hijos míos,
Soy el judío errante,
me llamo Jusup,
ya lo sabes,
en soledad deambulo por todo territorio.

Las manos me han ayudado siempre
Tienen mente propia,
y fueron las manos
las que me llevaron hacia el sur.
Laborioso fue Jusup y favorito en el muelle.
extraños fueron los camaradas,
extraños los amigos,
y muy distinta la forma de ser de mi familia,
muy distinto el calor que me dieron,
pero todo lo acepté de buena fe
y lo compensé como siempre lo hacía,
y sucedió lo más maravilloso:
de pronto tenía
en las palmas de las manos
un corazón
que cobró vida
frente a mí,
alguien que nunca había visto
—Thea era su nombre
y mis manos temblaron.

Querido oyente,
¿escucharás?
¿aceptarás
las sutilezas de Jusup?
No sabía yo que las cosas eran así
y me hundí
en ella.





Parte 4

Thea, Thea mía,
no puedes imaginar
la dulzura
del imaginario de Jusup
al escribir a tu lado,
mirándote dormir en la noche
inmerso en la palma de tu aliento,
mientras el aroma de tu piel me transportaba
al reino de Thea,
al reino de Jusup,
tu mirada fija,
cantando con tu voz chillona
canciones que no sabías:
me diste paz,
y yo,
yo, insensato Jusup,
repté en el corazón de una niña del sur,
y descansé.

“José, creo que puedes leer mis pensamientos”,
y así era.
La cocina,
el desván,
la capilla,
el esquife,
los hombros,
los dedos,
los tendones,
alguna cosa,
—las manos de Jusup lustran
el alma del encantador
y adhieren los dedos a los tendones.
La sabia voz del abuelo:
“nunca te aventures al sur...!”,
pero yo me aventuré:
sin contar con los ancianos maldicientes
“yo soy Jusup,
yo soy Jusup,
yo soy Jusup”,
y así me aventuré.
¿Hay algo en la tierra
más sorprendente
que la gran miseria
del pobre judío errante?
Soy todos los nombres en los libros sagrados.
Oh, rey de los zapateros,
¿me has visto?
Recorro las plazas de tus pueblos,
los caminos de tus aldeas,
los turbios ríos de tus ornamentos:
Laquedem,
Buttadeo,
Ashaverus,
Kartafilius,
hago zapatos para todos
para hacer girar mi diminuto mundo;
sin mis zapatos no sería Jusup,
laboriosos dedos cosiendo recónditos ornamentos mentales,
impulsivo recorro la historia en el brillante ropaje de un rey,
¿me has visto?
mis zapatos
aplastan excentricidades
al recorrer yo la tierra:
¡Da datta dayadhvam
Shntih, shantih, shantih!
Cumple con el deber debidamente,
¡Satán, Satán, Satán!





Parte 5

¿Hay algo en la tierra
más sorprendente
que la gran miseria
del pobre judío errante?
Soy todos los nombres en los libros sagrados.
Oh, rey de los zapateros,
¿me has visto?
Recorro las plazas de tus pueblos,
los caminos de tus aldeas,
los turbios ríos de tus ornamentos:
Laquedem,
Buttadeo,
Ashaverus,
Kartafilius,
hago zapatos para todos
para hacer girar mi diminuto mundo;
sin mis zapatos no sería Jusup,
laboriosos dedos cosiendo recónditos ornamentos mentales,
impulsivo recorro la historia en el brillante ropaje de un rey,
¿me has visto?
mis zapatos
aplastan excentricidades
al recorrer yo la tierra:
¡Da datta dayadhvam
Shntih, shantih, shantih!
Cumple con el deber debidamente,
¡Satán, Satán, Satán!

Pon tus manos en la tierra,
que sangren las lágrimas de tu corazón,
la travesía aumenta,
Jusup ata sus zapatos:
muchacho de la aldea,
marcador de ecos,
donante de nociones,
secador de parentesco,
mozo de granja de ovejas,
comedor de vísceras,
barco de pesca en el mar,
hacedor de matracas,
lastimoso reptante,
cebador de ira,
diminuto trepador de granja,
sucio lanzador de rey y reino,
corredor quebrantado,
matador de gigantes,
implacable y lagrimeante fraude de estólida cara.
Me puse el uniforme algo perfumado,
el ligador de tendones,
ata sus pies a las miradas de la pared del parentesco
y deja que la tierra entreteja
las entrañas humanas al borde del mar.
El juicio final
acabará tu tormento.

Nací hace veintitrés años,
robusto bebé de sano corazón.
Mi mamá solía acunarme en su canto
diciéndome dulces palabras,
mi primer recuerdo
son los dibujos de noviembre
del día que aprendí a esquiar,
soy el príncipe guerrero de los matorrales de mimbre
la avena silvestre del cascajo.
Nací pariente,
el corazón hecho con el aroma de prados recién cortados,
del arenoso camino a la escuela y de historias susurradas en la
mesa de la cocina,
soy un chico pescador y labrador,
y cuando pisé la cubierta
del barco rumbo al norte
me convertí
en fugitivo
y del mismo modo
el que vuelve a casa.






Parte 6

En la noche en la cubierta barrida por el viento
estaba sentado un trovador
vestido de gris y con un sombrero barato
cubría la orilla del mar
con una serie de recuerdos
en los que yo viajaba hacia el norte,
blanca la espuma en la borda del barco
contra la belleza de la noche,
al escuchar yo en silencio
el plegadizo remolque de la Tierra del Norte.
No era el viento,
era el acordeón y su dueño,
y los dedos del trovador nos movían a lo largo
de los fiordos y la costa
al ritmo
de los zapatos caminantes
del fugitivo
que llega a casa:

No nos preguntaron
cuando aún no teníamos rostro,
si queríamos vivir o mejor no.
Ahora voy solo
por una ciudad extranjera
y no sé,
si ella me ama.
Miro por las ventanas,
por el cristal de la puerta y la ventana,
y espero,
espero algo.

Si me permitiera desear algo,
me daría vergüenza,
de lo que debería desear,
un buen o un mal momento.
Si me permitiera desear algo,
quisiera ser un poco feliz,
pues si fuera demasiado feliz,
tendría nostalgia de la tristeza.

Si me permitiera desear algo,
me daría vergüenza,
de lo que debería desear,
un buen o un mal momento.
Si me permitiera desear algo,
quisiera ser un poco feliz,
pues si fuera demasiado feliz,
tendría nostalgia de la tristeza.

El trovador era un español,
Un hombre de mundo,
su nombre
Juan Espera a Dios,
sus palabra difíciles de entender,
pero nuestras mentes se
fundieron
al unirse al Acordeón y los zapatos caminantes
lejos en el mar desolado
donde no llega el mundo
y los pecados flotan tranquilamente.

http://www.wpm2011.org/es/node/447




HIPÓLITO GARCÍA FERNÁNDEZ "BOLO" [16.672]

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Hipólito García Fernández "Bolo"

Hipólito García Fernández "Bolo" (Bilbao, 1956). Desde los diecisiete años, "Bolo" ha sido letrista de diversos músicos españoles. En los años 90 establece su residencia en el madrileño barrio de Lavapiés, ciudad en la que publica por primera vez sus poemas. Tiene a sus espaldas la creación, gestión, producción y divulgación de más de 300 recitales y eventos.1 Dirige la colección de libros de poesía "Hecho en Lavapiés" de Ediciones Amargord.

Publicaciones

Ese montón de dudas llamado chatarra. Ediciones Amargord, 2006
Trampolín Etcétera. Editorial, poesía eres tú, 2009
El sofá de los Valientes. Ediciones Amargord, 2010
Rojo Bastante. Ediciones Amargord, 2013
El charro roto de Jorge Negrete Huerga y Fierro Editores | Madrid 2015 




A Él, mi PADRE

A Hipólito
mi
Padre,
una
especie
de
Fernando
Fernán
Gómez
venido
a
más.
Sentado
en
el
sofá
de
los
valientes,
soldado
a
sus
recuerdos.




"Bolo" retratado por Leticia Reig





HIPÓLITO GARCÍA FERNÁNDEZ, "BOLO", El sofá de los valientes, Amargord, Madrid, 2010, pág. 42




Salvo la poca tierra que alberga
la pequeña maceta de un inofensivo cactus,
nadie debería relacionar posesión, tierra.

*


La ventana eligió el suicidio.


*


No ensayo mis errores,
pura narrativa.


*

La papelera perdió los papeles.


*


La humanidad con la que beben los caballos.


*


No te entiendo casi todo.


*

Brilla más mi soledad cuando regalo interrogantes.


*


Dos desgracias seguidas, alivio inminente.


*

La verdad a partir de tres personas cambia.


*


En esta vida pasas de no tener nada a perderlo todo.


*



Me obsesiono con la idea de no dejar rastro.


*



Me sorprendió masturbándome.
¡No sabía que fumabas!, dijo.


*



El sueño nunca vuelva al punto de partida.



*



Ya no necesito tu daño,
disfruto sólo del mío.


*



Un día decides, bueno predispones,
simplemente caminar más despacio.


*



Llegué al lugar donde la luz no era ella.










ROBERT MINHINNICK [16.673] Poeta de Gales

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Robert Minhinnick

(Neath, Gales, Gran Bretaña, 1952).
Robert Minhinnick es un autor galés de reconocida trayectoria internacional (ganador entre otros del UK Forward Prize for Best Individual Poem); ha publicado ocho poemarios (el último, King Driftwood) y una novela Sea Holly (2007). Robert fue el editor durante nueve años de la revista Poetry Wales y combina su labor de escritor con la de asesor experto en desarrollo sostenible para Sustainable Wales.

OBRA: 

POESÍA:

The Yellow Palm (1998)
A Thread in the Maze (1978) C. Davies
Native Ground (1979) Triskele
Life Sentences (1983) Poetry Wales
The Dinosaur Park (1985) Poetry Wales
The Looters (1989) Seren Press
Hey Fatman (1994) Seren Press
Selected Poems (1999)
After the Hurricane (2002)
King Driftwood (2008)
After the Stealth Bomber

NOVELAS:

Sea Holly (2007) Seren Press

ENSAYOS:

Watching the Fire Eater (1992) Seren Press
The Green Agenda: Essays on The Environment of Wales (ed.) (1994) Seren Press
Badlands (1996) Seren Press
To Babel and Back (2005) Seren Press

TRADUCCIONES:

The Adulterer's Tongue: Six Welsh Poets: A Facing-Text Anthology (ed., transl.) (2003)




Un día y una noche en la república cruda


¿No hay ningún galés esta noche?.... ¿Ningún irlandés?.... ¿Ningún  pinche australiano?
(Kelly Jones, The Stereophonics, concierto gratuito al aire libre, Sydney, 18 de abril de 2010)


Y los murciélagos frugívoros
cruzan el escenario en donde está la banda,
pero Kelly Jones no pregunta si esta noche hay murciélagos frugívoros.
Kelly Jones no comprende a los murciélagos frugívoros.
Kelly Jones no ve los murciélagos frugívoros.
Kelly Jones no es D. H. Lawrence
aunque son casi del mismo porte,
enjutos como gavilanes.
Y Kelly Jones no pregunta si David Herbert Lawrence está esta noche, detrás de
los hules, en el crepúsculo índigo,
deslizándose por el escenario, o colgando de cabeza como cuelgan los murciélagos frugívoros.
Kelly no tiene ojos de lentejuela o una lengua para picotear el néctar.

Ahora el cielo se ha puesto
color de oxiacetileno. Pero Kelly Jones
no cambia de clave.

[Versión de Pedro Serrano]

Poesía galesa contemporánea, traducción y prólogo de Jorge Fondebrider, Pedro Serrano y Verónica Zondek; con Luciana Cordo Russo y Rhiannon Gwyn. Editará Trilce, México DF




A Day and Night in the Raw Republic

Any Welsh in tonight? …..   Any Irish? …..Any fuckin Australians? 
(Kelly Jones, The Stereophonics, outdoor free concert, Sydney, April 18, 2010)


And the fruit bats cruise over the stage where the band sits 
but Kelly Jones doesn’t ask if there are fruit bats in tonight.
Kelly Jones doesn’t understand fruit bats. 
Kelly Jones doesn’t see fruit bats.
Kelly Jones is not DH Lawrence 
although they are about the same size,
spare as sparrowhawks.
And Kelly Jones doesn’t ask if David Herbert Lawrence is in this evening, beneath the gum trees, in the indigo dusk,
gliding over the stage, or hanging upside down as fruit bats hang. 
Kelly Jones does not have sequin eyes or a nectar-nibbling tongue.

Now the sky turns the colour
of oxy acetylene. But Kelly Jones
does not change key.




The Rhinoceros by Robert Minhinnick

1.

Look at these.
Thaw sweat.
Smoke on the swale.
Swarf off a swollen sea.

2.

No.
These. World famous
footprints at low water. Nine
thousand years old, they say, but who’s
counting. Not me.
Yet maybe I am.

3.

A small man. Or woman. Outcast
or outlaw, hunter, flintknapper, cook.
All of these.
Yes, a woman, pregnant once again,
and coming home through the red mud.

4.

Or maybe she was dancing.
Yes, a woman, I guess,
who loved to dance
and paint her eyes with kohl and ochre
and squat to squint at herself
in some rock pool and ask
“what are you?”

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5.

At night before she slept
she would breathe her harsh
hashish and tell her story behind the flames
about the brine-bright animals
she had scratched into the sand:
her wolf,
her bear,
her rhinoceros.

Yes, an armoured rhino
like the torrent poured golden
and smoking from the blast furnace ladle,
a rhino where the glacier will be

and coming out of the sun,
a rhino she will picture
with her goatwillowstick
on the last morning she will wake.





The Yellow Palm by Robert Minhinick

As I made my way down Palestine Street
I watched a funeral pass -
all the women waving lilac stems
around a coffin made of glass
and the face of the man who lay within
who had breathed a poison gas.

As I made my way down Palestine Street
I heard the call to prayer
and I stopped at the door of the golden mosque
to watch the faithful there
but there was blood on the walls and the muezzin’s eyes
were wild with his despair.

As I made my way down Palestine Street
I met two blind beggars
And into their hands I pressed my hands
with a hundred black dinars;
and their salutes were those of the Imperial Guard
in the Mother of all Wars.

As I made my way down Palestine Street
I smelled the wide Tigris,
the river smell that lifts the air
in a city such as this;
but down on my head fell the barbarian sun
that knows no armistice.

As I made my way down Palestine Street
I saw a Cruise missile,
a slow and silver caravan
on its slow and silver mile,
and a beggar child turned up his face
and blessed it with a smile.

As I made my way down Palestine Street
under the yellow palms
I saw their branches hung with yellow dates
all sweeter than salaams,
and when that same child reached up to touch,
the fruit fell in his arms.








.

FRANCISCO "PANCHO" MUÑOZ [16.674]

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FRANCISCO “PANCHO” MUÑOZ

(Buenos Aires, Argentina, 1945)
Poeta, humorista, conductor de radio y televisión, periodista.
Hincha de River Plate
Militante cultural del peronismo
Pancho Muñoz es poeta y, es poeta de Ciudadela.
Como muchos amantes de las letras, se volcó al periodismo.
Su paso por redacciones de diarios, emisoras radiales y canales de televisión le dieron la cadencia y el timing para indagar en el costado no público de los famosos y en el costado revelador de los personajes anónimos.
Peronista e hincha de River Plate fue uno de los dos integrantes de un hit de la radio nacional y popular de los ´80s con Alfredo Carlino:”Perro y Gato”
Naturalmente, Carlino era fanático hincha de Boca juniors.
Juntos hicieron “Perro y Gato” a mdiados de los ´80s desde Radio Provincia de Buenos Aires cuando su director era Raúl Barreiros y era gobernador Antonio Cafiero.
“Perro y Gato” tuvo una segunda parte también muy exitosa en AM 770 Radio Cooperativa de Buenos Aires al inicio de los 2000.
Junto a  Lalo Mir  tuvo un gran éxito radial; "Lalo, bla... bla" acompañado de  un equipo integrado por Alfredo Zaiat, especialista en economía; Luciano Galende, en política nacional e internacional y Andrea Taboada, locutora y a cargo de diferentes secciones (teatro, cine, sexo, salidas de fin de semana, chimentos etc.).
Alli Pancho Muñoz, acompañando con su humor de actualidad se lucía especialmente en la creación del personaje Bebo Granadina Carlés desde la "Bolsa del Cirujeo",
Junto a  Rodolfo Edwards fue el compilador de la sección Poesía argentina en el Suplemente Literario de la agencia de noticias estatal TELAM.

Actualmente conduce en CABA un programa en AM 750 la radio de Víctor Santa María y el grupo Octubre que conduce el locutor Eduardo Aliverti. 
Muñoz escribió “La lámpara sobre la mesa” (1974-1975), Rodolfo Alonso Editor, 1976
Leónidas Lamborghini prologa “Reporte de Comprobación y otros poemas locales” de Muñoz (Zaragoza, La Imperdible, 2002)
Y en 2012 escribe y publica  “20 poemas peronistas y equitación japonesa” que edita CICCUS.



Un poema que parece que no termina nunca


Un poema termina de cualquier manera
y no tiene cantidad para
                                       tal trámite, o
sea que un poema
puede terminar sin haber comenzado; a juicio puro
del poeta. Por ahí anda.

Los poemas son deliberados alevosos y pueden iniciar de forma incierta
con letra, número o accidente gramático.
Un poema notienesaladeespera
y está antes.
                                  Tal la circulación, la mirada, el arrebato y la costumbre.
                                                                                                                        Por ahí anda.

Un poema es un cacho
de algo de algo
terminado y para siempre,
es decir:
la cuadratura del círculo que es la cuadratura
del poema
regulando.

Un poema tiene que estar escrito en el idioma
que uno entienda como el idioma de uno; lenguaraz
y sin reflejos ni contenidos vagos o imprecisos.
                                                                                             Tal las traducciones.


Nada no es un poema, orgullo no es un poema.


Un poema no puede ser ocupado por el espacio de otro poema porque los poemas son límites físicos de la abstracción más pura, y la abstracción suele ser peligrosa.
                                                                                                     Tal el panóptico de Girri.

Un poema no ve pero es visto y solo por eso es poema.
Único como el río y su ceja.

Un poema se las arregla solo y siempre viene de algo
                                                                         de algo.
La cuadratura repetida
                                     y su genealogía y su insistencia.
                                                                                     Por ahí anda.


Un poema incluye y oprime y es cosa audaz y dando vueltas y dando vueltas y vueltas.



Un poema zumba como un oso asustando a las abejas.
                                                                                      Tal Joyce.

Un poema no se toca más que con la yema
y no se interpreta y
no se ayuda con el resto de las manos
y no tolera el tarareo
y la falta de sexo y sus antónimos pertinentes.


No se puede
contar un poema
como quien cuenta un
cuento
o
como quien cuenta
gota
s
que amenazan con rebasar otra vez el vaso. Un poema sabe lo que hace.
                                                                                                


No se vende un poema. No se compra un poema y consta en actas.
                                                                                                   Tal Guillermo Boido.


Un poema es un rival durísimo
con poca recuperación y mucha facilidad para la muerte rápida; antes o después de haber comenzado.

Nada peor es eso de no estar en el rincón con el poema.
                                                                     Por ahí anda.


Un poema es labio humedecido de ternura gorda por la lengua que bien te chupa y bien, un poema no es playa de palabras y es siempre efecto de la iluminación; sea el poema que sea y venga de donde venga el dolor/ el sol/  el aire/  el vino o la cerveza.

Un poema no brilla por su ausencia. 


En algún lugar está el poema –no falla nunca-
y su período de construcción es más rápido de lo pensado. Un Porsche
que devora y que vomita mandolinas. 100 m. en 2´´.  No es sorda su mecánica.
                                                                      Tal Rimbaud y sus hidrolatos y sus amantes y sus sus. (En Rimbaud se nota mucho más el asunto de la cuadratura circular y poética)
                                                                        Por ahí anda, y no tengo otra idea.



Orgullo no es poema. Un poema se va haciendo: hilo, puntada y nudo.


Un poema cose y cicatriza más cerca de la escuela San Basilio que de la neurocirugía.
Un poema se puede creer o no.
Un poema es lo que más pasa.


Un poema es astilla del mismo palo.

Un poema es comprobable, es resistente. Un rival durísimo
atacando por todos los                frentes,
                                   turrito       inocente yéndose 
a la cama con nosotros; lo que no es poema.

Un poema escribe lo que ve y escucha, y por ver escucha y obedece a la modernidad y al desaliento y al delito y a cualquier forma de mordedura. 
Un poema siempre está
en medio del camino con una oreja sola y con dos bocas. Un poema es fatal.
                                                                                               Tal el punk más decorativo.

Hay que saber:
                             un poema pertenece al reino del orden,
la “ordenalidad”
                            que estira el cuello del borracho bajándole
                            un hombro solamentemientras
                            amenazacaerse para atrás sobre toda cosa todeltiempo.
                                         Es así. Por ahí, tambaleante, anda.
                                                                     Tal la teoría del Equilibrio y los contrapesos.

                             Un poema no es nada.
                             Dos poemas iguales no hay aunque las coincidencias puedan, llegar a, ser las mismas.

                             Un poema no es otra cosa camino al cementerio y es pasado siendo y es futuro rebuscándosela. 

                             Un poema desconfía de los síntomas y los síntomas del poema.

                                                                                                                      Tal la historia.

Para
un poema los enemigos de sus amigos
son
sus parientes                          putativos,
generosamente
                                              convertidos.



Por ahí pifia y por ahí se acaba la épica y el heroísmo y le viene la trunca.

Un poema es lija, suave al agua y a las neblinas del aceite.

Un poema respira en algún lado. No es otra cosa; grasa para tu dieta y  rayas para tus hemorroides, y es raro que llore o sangre.

Un poema hace escándalo y sabe adonde va, tiene su recorrido empezando o dando por terminado.
Un poema sabe que con el escándalo no alcanza, pero jamás lo dejará de lado.
                                                                                                                   Por ahí anda

Un poema puede ser gesto atrapado,
red,
diagrama,
enredadera,
estructura,
tormenta en el instrumental; jamás problema.
                                                                                      Tal el empecinamiento de los días.



No es gil, no se abandona ni pierde el conocimiento. No es detalle
un poema y es multa y es venganza, depende del poeta.
Un poema no es ajeno y el orégano le es campo y el tiempo pérdida.
Huele y respira a ras de tierra.

Un poema nunca falta y nada no es un poema. Orgullo no es un poema.
                                                                                                   Tal el aforismo porchiano.


Si se rompe no es cristal y un poema funciona y refleja y descompone la luz fanatizándola; bárbaro y civilizado.
                                                                                    Por ahí anda. Hilo, puntada y nudo.

Un poema recurre a todo.
Todo no es un poema.


                            
Un poema siempre es biográfico, razonable y metódico.
Un poema es nada más lo que parece,
y eso le conviene al poema porque las palabras, sin pareceres,
dudan a veces hasta del mismísimo poema y de las mismísimas palabras.

Un poema también se hace con palabras
como



el gusano de manzana se hace con manzanas.


Un poema maneja la simetría como nadie, deja sugerirse en su túnel de escombros y busca el aire mas leve.


A veces un poema espera
para después y sabe que
todo está dicho y aún puede
decirse. Un poema obsta
y se agarra del primer lugar que luzca.
Un poema insiste con eso de la iluminación.
                                                                             Tal Quaranta y las bujías necesarias.


Puede no existirse.
Puede renunciarse 
por mil motivos y un poema no tiene mil motivos y
la resistencia más que la épica no es su
fuerte ni tampoco es su bandera. Confianza en el escudo.
                                                                             Tal Vallejo insistiendo.
Por ahí anda.


Un poema sirve: para entrar
                           para ir viendo
                           para darse cuenta clara
                           para regar las plantas
                           para malcriarle la vida

Un poema no se detiene nunca
                      y esta es su única obediencia.
Un poema no tiene quizás pero si variables.
Un poema levanta el muerto.
                                                                            
Un poema
es pozo más que huella y
está bien que así sea
el unpoema .

Unpoema tiene memoria y
no tiene público. Socorre y asesina.
Unpoema es viento en popa.
                                                                           Tal todos los griegos.

Unpoema se escribe, finalmente.


Unpoema tiene aviso de retorno, según el poeta que más le convenga.


Unpoema se presta.
Unpoema quema las cosas por su nombre
y no para. Siempre pierde tiempo y no es orgullo.
Unpoema así está bien como la torre de Pisa, como un péndulo en su cenit.
No vuelca unpoema y el tema de la cuadratura circular lo ayuda.

Unpoema es casual encuentro. Por ahí anda. Tal el surrealismo.                       

 Hilo, puntada y nudo.

Unpoema no se ahoga en las alcantarillas.
                                                                         Tal Pizarnik y las leyes de la óptica.






Death Weight

                                                                             a Ariel Canzani D. 

Que sea claro y transparente como un vaso puesto a contener la luna
toda la noche,
sin que nada se vuelque.



Llanto Llano (Girondiana)
                                                                             “Llora, no te avergüences de confesar que me has querido un poco. Llora, nadie nos mira. Ya ves,  yo soy un hombre y también lloro.”  G.A. Bécquer 

Uno

Ahora lloro más que antes,
ahora lloro
por cosas que antes no lloraba;
lloro
en singular mas que en plural; me doy cuenta. Lloro
en mi,
en usted y lloro
hasta en el mar y también lloro en la ventisca de las sierras
para limpiarme un poco porque
llorar ensucia, claro; encima yo ahora
lloro
mas
que antes, muchísimo más.
Ya se lo dije.
Yo
cuando
digo,
lloro.

Lloro en mi cumpleaños y en cualquier fiesta que se acaba. Lloro en las estaciones sin pañuelo ni mundo.

Yo, lloro en los misterios y en los bares no puedo
dejar de llorar. Lloro en los casamientos.

A veces voy a los hospitales para calmarme un poco.

Últimamente lloro sentado en el colectivo de regreso y, una vez sola, comprando ravioles lloré mucho
sobre las cajas de pollo con verdura.

Lloro en los actos públicos
 al escuchar la marcha, lloro viendo películas como un pelotudo sin excusas.
Lloro sin hacerme rogar, lloro en la lluvia, lloro en el baño, lloro en la plaza

mirando fotos abandonadas y a veces tomando mate lloro, chupo y respiro.

Si leo, lloro; igual si miro.

Lloro para acompañarme en los umbrales. Yo me lloro lo mío, es decir una parte del llanto acumulado sin molestar a nadie; eso si, yo no quiero que me jodan mientras lloro.

Yo le lloro parado y le lloro rezando.
A mi no me duele llorar, no me ha dolido nunca
y
como ya sabrá
yo soy de llorar en cualquier lado. Yo me consuelo llorando;
desde el vientre de mi madre, vine a este mundo a llorar.






Dos

El que se ríe
se salva





Civilización y Barbarie

Dichas las excepciones, agarresé
que ahora viene la regla, y dijo entonces
que los animales nos seducen solamente cuando niños
y en los últimos años de la vida, y también dijo

que en el entretanto
los animales dejan de seducirnos
porque en verdad jamás seduce lo que somos.

Ahora vaya y póngale música.








ROSARIO GESELJ [16.675]

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Rosario Geselj 

(1995, General Las Heras, Buenos Aires, Argentina)
Rosario Geselj estuvo a cargo de la sección Arte en  Revista Sandía (2014) y publicó en diversas plataformas digitales. Participó de varios ciclos de lectura en el Bar Cultural Emergente y La Vieja Guarida, así como también de un Slam de Poesía Oral en La Oreja Negra, leyendo textos y poemas de su autoría. Su obra poética aún permanece inédita.





Las horas

Ella seguía el latir de las agujas repitiendo
“cada segundo que pasa no vuelve”
La aterraba lo perecedero del momento
La muerte del instante
El miedo con que cada vida
Va hacia donde se agota
Sin pausas, sin remedio
Con la muerte como único horizonte
Como cuando los ojos corren hacia atrás
Y llenan su forma de cualquier aire
De cualquier viento que atraviese su
Recorrido de cada imagen que dé a su cuerpo,
Aquél que no se reconoce
Más que por antítesis de otros,
Aquél que no florecía
Más que con aullidos
Y se encuentra en espejos rotos
En esos que recubren la piel por dentro
Y se temen.
Ella seguía el latir de las agujas
El tiempo la espantaba
Porque le corría por encima de la mente
La dejaba bajo el suelo de lo que arde
Y en su fuego no se halla
Más que vacío
Construyéndose de memorias suyas
que eran de otro
Como mías
Como propias
Como un pánico de saber
Que todo está del otro lado
Pánico de no Ser
Y entre cielo e infierno
Entre el Uno y el Otro
En el centro donde el equilibrio se sostiene
Ella duerme profundo
Con un costado despierto
Intacta, intocable
Como si los camiones de los segundos
Jamás le hubieran arrollado el alma
Y nadie más marcara el latir de las agujas.





Invisible

Me penetra idílico, profeta, al confesar yo mi más oscura y pasada transparencia como carta natal, al conocer él los sitios donde vivo, donde pierdo, donde escapo. Me penetra sin consenso, adivinando, por haberme desnudado. Perdona el sedentario raciocinio que dificulta estas ventanas entregadas, perdona mis tantas: la Una que nace de mi vientre inmaculado abortándose a menudo, aquella otra que ha dejado libre acceso a mis rincones, sobre todo esa fuerza innata que me arroja a la incredulidad. Perdona mi vicio, mi lapsus inexacto, sin mi falta y con abismo, donde átomos se chocan y fusionan divididos, declarándole la guerra. Perdona la intermitencia que en este triángulo ya no cierra, mutante predilecta.
Asumo que busca mi presunto extirpado, mi tentación negada que se filtra en su deseo a simple vista, aún vestida de teoría, de farándula, aun borrando toda noción.
Asumo que desconoce más allá de la teoría, que de carne nace carne y sabe hundirme. Sé que muere, detrás de estos pasillos, mi esclavo al poseerme. Sé que jamás cedo al burlete cuando se me filtran, entre estas ventanas entregadas, quienes osan verme.




La muerte del instante 

Ella seguía el latir de las agujas repitiendo
“cada segundo que pasa no vuelve”.
La aterraba lo perecedero del momento
la muerte del instante
el miedo con que cada vida
va hacia donde se agota
sin pausas, sin remedio
con la muerte como único horizonte
como cuando los ojos corren hacia atrás
y llenan su forma de cualquier aire
de cualquier viento que atraviese su
recorrido de cada imagen que dé a su cuerpo,
aquél que no se reconoce
más que por antítesis de otros,
aquél que no florecía
más que con aullidos
y se encuentra en espejos rotos
en esos que recubren la piel por dentro
y se temen.
Ella seguía el latir de las agujas
el tiempo la espantaba
porque le corría por encima de la mente
la dejaba bajo el suelo de lo que arde
y en su fuego no se halla
más que vacío
construyéndose de memorias suyas
que eran de otro
como mías
como propias
como un pánico de saber
que todo está del otro lado
pánico de no Ser.
Y entre cielo e infierno
entre el Uno y el Otro
en el centro donde el equilibrio se sostiene
ella duerme profundo
con un costado despierto
intacta, intocable
como si los camiones de los segundos
jamás le hubieran arrollado el alma
y nadie más marcara el latir de las agujas.











ISAÍAS GARDE [16.676]

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ISAÍAS GARDE

(1964, Buenos Aires, Argentina)
Dirige el taller de poesía El Sapo de Bronce.




Raid

Lucas 13:31-32

a ese zorro de Herodes o a ese
zorro
cualquiera de turno van y me le
dicen

que hoy y mañana estaremos
haciendo milagros
despeinando a las chicas y
fumando hostias menos y más que
benditas y

que al tercer día habremos
terminado en la esquina de 26 y Mapple o en
Maturín y Nicasio Oroño o donde sea
que nos asalte
la puta estrella



Calandrias

una tal musa que no
fuese rubia cuyos
ojos no
fuesen
celestes pero que sí

-más vale-

que cantara
como la antepasada de todas
las
calandrias



Constelación

nada termina de establecerse como captura
mi donación es fiel es devota y –por sobre todo- no se entiende
parece no dar jamás con su evidencia y de ahí una temible una irresistible confusión de aguas
y de ahí una vez más ¿qué?
en última instancia ¿qué?
en última instancia tendría razón Stella la descorazonada
furiosa
harta de mí
de mi sonrisa inimputable mientras yo estupefacto la miraba
MOVERSE
y absorbía su voz pero no sus palabras
y ese preciso-confuso mirar moverse constituye el soporte embrujado de mi             constelación
con todas las cosas




máquinas del tiempo

entra tu ser
helado que agarra y
-porque lo dice
mal y así puede
decirlo-
dice:


1

si yo puedo
jugarlo
si a
mí se me
permite
jugarlo es un
juego de
idiotas-

2

si puedo entrar
despierto al
sueño
¿qué?-

3

si ella a mi
lado duerme y en
sueños
duerme-

4

si en la
ventana del
hotel que da a la
-digamos-medianoche cualquiera del
boulevard
el demonio
fuma o un
demonio
fuma y no puede
más
nada y el tal
demonio no es algún
otro
sino-

5

si leíste "gracias
dios" escrito con
letra de
ciego escrito
literalmente en la
arena y eso entró en tu
tarde y es parte de lo que
dijiste y
dirás que es tu
vida hasta que no
digas
más
nada-

6

si retrataste a la
baldada que se hacía
retratar por sus
dos
gruesas
tías al
pie de la
estatua chillona de
yemanyá
en el
jardín mugriento
de la
casa
de los
santos
canallas-

7

si las sobras
que tus dos
gatos
rehusarían son
mi alimento -todo el
soporte de mi
alabanza- si esta no es una alegre
declaración... en
apariencia-

8

si encallaste en un
orden de
cosas que insurgen
de un momento
a otro
momento
previo-

9

si deseara la paz
si la paz fuera
deseable
si yo deseara la
paz
deseable-

10

si siempre va a llover siempre
va a estar
lloviendo siempre
agua sobre agua sobre la
breve
gala del
clavel del
aire-

11

si siempre va a llover siempre
va a estar
lloviendo siempre
agua sobre agua sobre el
nueve de
bastos
tirado boca
abajo en la
banquina-

12

si siempre va a llover siempre
va a estar
lloviendo siempre
agua sobre agua sobre el
perro
vestido
de
huesos-

13

si estás de
duelo y está
muy
bien-

14

si hay un idiota
que se está muriendo si se
trata de una
fiesta-

15

si lo dice
esta canción cantada
bajo la estricta
regla fragante de la
Sirena si
por lo tanto es
verdadera-

16

si hay un
idiota que se
muere si hay una
fiesta-

17

si viste
la flor de la
flor
ardiendo en su
perfume
criminal la
flor si la
viste si la
mordiste o
qué la
flor
predicha y jamás
advenida hasta
este
partirte
la cara
contra la
pared del
olor de la
flor de la
flor
misma-


18

si
ni esto te
debo si ni esto
debería
deberte-

19

si tanto
te dan nubes o
diosas si todo
te dan todo
te
dieron-

20

si ella te
hablase si su
discurso fuese
su silencio si su
silencio hablase-

21

si el gran
perdón si ese
gran
perdón
es apenas
sosiego
de un
ahora-

22

si hay
invisibles que nos
protegen... de sus
presencias si eso es
lo que
dijiste que habías dicho que habías
querido
decir cuando dijiste
aquello de donación
sustractiva-

23

si el
verano estuvo o
está
hecho para una
golondrina para dos
golondrinas que fuesen
una que pareciese que
fuesen
una que
quisiesen parecer
una-

24

si viste el
sol
de abril antes de
abril en la plaza ganada a la
siesta si en esa
orilla miraste y
fumaste y no pudiste
más
nada-

25

si recién te vio la
diosa (imaginate lo que
mierda
puedas)
si estabas
parado en una esquina (que elude otra
esquina)
si ella ancha y negra venía
cruzando la avenida hacia
vos
si hizo el amago de
inclinarse para verte
mejor
si hizo
tintinear su llavero  de
calaveritas delante de tu
sonrisa delante de tu
mirada que no pudo más (y aceptemos
que pudo demasiado) que hacerte
levantar apenas la
mano derecha en señal
de reconocimiento
si lo feliz o verdadero de este
poema (o noticia ya no hay
poemas) lo que no será
dicho
es la certeza turbia
de que ella va por ahí
viéndote de que si hoy
te vio mañana
volverá a
verte  mañana o en la
deshora y ápice en que
ninguno
de tus
deseos
se estará
cumpliendo-


coda exclamativa

ojalá
no hubieras visto nunca el sol
de abril
antes de abril

En Máquinas del tiempo







Primera parte

¿anochece en toda vida humana; o sólo en mí anochece?

1

piedad hostil estrella entre serpientes
¿vas a responderme con mis mismas preguntas?



2

como si nada de esto supieses socorrida
Gioconda



3

liberabas allá para enjaular acá
mutilabas esto para sanar aquello
renacías mañana para morir ayer



4

desequilibradotas
proverbiales las fantasías de la equilibrista



5

entonces nada nos enlaza
a duelos o a dichas de nuestras palabras —inscriptas en la jerga de la voz que
anochece— si es que decimos por nada si es que juramos por la que no dice nada



6

cerrada en la ficción de su propia fragancia: noche de los manzanos
no obstante
inaudible
la melodía desliza su flamante piel entre las inminencias de los frutos



7

la inminencia
las inminencias que miden la historia de la depredación
la aventura siniestra
la vida de rodillas ante la vida y la muerte
de la que devenimos a contratiempo



8

ojo frío punto ciego martillazo reflex
qué ha de decirse o dejar de decirse cuando se es el estúpido que soltó a los
pájaros



Segunda parte

(vajra-varahi)

1

la puta prescripta (hace un rato al cruzarte en la esquina te mostró los dientes)
insidiosamente estimulada puesta al tanto se desviste de todo menos de su
mirada santa perdida
baja ondulando a deslizarse sobre tus rodillas



2

vos boca de oro sibila fumás y tosés y articulás para mí leche para mí miel la
cantata podrida del mar de fondo —el hombre que te escucha que apenas si te
mira si te miró si te vio nunca



3

ni en el sol ni en la sombra
la cuerda de tus palabras se aprieta en mi garganta en mis palabras tus palabras
de loca tus primeras palabras que serán las últimas



4

tristemente siente el peso de su poder sobre ella
como ante la sumisión de un perro
es un instante que no va a tener fin pero es un instante



5

tu instante en la cordura cuánto costó cuanto llegó a valer —una sonrisa célebre
ahora en la hora de la penumbra
ni cómo ni por qué el ocaso de tu sonrisa se vierte en otros sueños
otros ocasos
puros



6

otros vinos tan dulces tan envenenables



7

la piel ya no me necesitaba no me reconocía no me rescataba pero sí en sueños
profundos precarios la sonrisa



8

enjoyada
amiga
la intención abstrusa de la noche configura diamantes
perfumada
huele a diamantes
enmascarada
comienza a lubricarse a la temperatura de los diamantes.



9

vine a desayunar con vos yoguini era todo lo que una lealtad le debía a la otra
en esta vieja vida.



Tercera parte

porque no es posible olvidar cómo —anoche—
me miraste cuando me mostrabas el corazón pudoroso de
tu manzana
Patricia Damiano

1

Diste con el sueño del soñador que sueña el trueno apagado del tren que está
llegando a Coghlan.



2

Cifras no desveladas vidas
—de las que te fuiste por esa puerta—



3

Se queda unos momentos a
respirar
aquí desde que viene
al mundo



4

¿Qué puede importarles la llovizna tibia de junio que ahora humedece sus
cigarrillos?



5

Ahora llegué
te llevo
desde siempre
—llena de diamantes
desde
este hoy que había



6

la mujercita se prendó
del juez
el juez también la amó
la juzgaba la amaba



7

El rostro opaco de mis antepasados en el espejo —si me diste su rostro
dame la paz también la paz amarillenta de aquellas fotos



8

no mariposa
de divertido vuelo sino la salamandra
la dura salamandra recién hoy supiste
que eras que habías sido



9

Era puerto seguro
recién
el brillo de unos ojos



10

Respira por los dos
—dato
de un aire oscuro o agua de ahogos
habla
no dice nada



11

Viene con la sal del mar
viene en la noche de la sal
de la tierra
—sal del mar y sal de la tierra
si ella se desalase la salarías
serías el quien



12

Sueños ligeros pasos
respiratorios
una
casa en la música en la luz espesa
entonces
iba a decirlo
devadasi: entonces
—y el puñal en la mente y el áspid
entre las recobradas flores de la sonrisa—



13

tendrías que escucharlo
tendrías que estar escuchándolo hay
que decirlo —horriblemente— así
aún y para siempre
en libertad en ese ruido que
dijimos no dice



14

(nos salve nos deshaga
la ríspida
sirena en su hit
impecable)



15

quién te habría arrimado a la
luz
de estos ojos pobre luz turbia
lámpara
aunque si es
que habrá un sol
para los obstinados
para los borrachos
de obstinación...



16

si llegás ahora mismo te leo unos textos los textos decían otra vez lo que dijo la
que no dice nada








GABRIEL CALDIROLA [16.677]

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Gabriel Caldirola 

(Buenos Aires, Argentina  1986)
-Hilo, (Paradiso, 2014), primer libro de poesía de Gabriel Caldirola.








Hilo

Por Guillermo Saavedra

Estas palabras deberían aparecer en pantalla en cuerpo menor, para ser leídas en voz baja y asimiladas como un murmullo.

Hilo, primer libro de poesía de Gabriel Caldirola (Buenos Aires, 1986), pide esa forma de la correspondencia: el sigilo de quien busca entrar en la jaula sin que los pájaros canten, tal como el autor ha hecho en su libro. Cada uno de estos poemas late caviloso en su propio pulso y contribuye a la pulsación de un organismo único; emerge y se despliega desde adentro hacia afuera, material que puja por desovillar su voluntad.

Cada poema ha sido estimulado en su crecimiento como una pequeña planta. Germinó con paciencia hasta manifestarse en un doble afán vertical que apunta tanto hacia la luz como hacia el fondo de la tierra: 


“¿En 
la gracia  
pulsante  
recibe 
la flor 
su linaje 
de rocío?”


titila uno de ellos, en su escalerilla semántica.

Basta abrir el libro en cualquier página para descubrir en esa verticalidad radical una economía de la discreción, en la doble valencia de esta palabra: sensatez, prudencia, buen juicio; discontinuidad, separación, diferencia.

Si, por una parte, este delicado conjunto es un libro en tanto consigue tejer una red de solidaridades recíprocas de significados, de incertezas, de temperamentos, de voluntades y de vacilaciones, por otra parte, aunque parezca paradójico, esa constelación sólo es posible después de reconocer, en cada poema, su especificidad; y, dentro de cada poema, la distintiva y necesaria identidad de cada estrofa o verso; y dentro de cada verso, lo propio de cada palabra, de cada sílaba y fonema. Cajas chinas para un poeta que busca en el zen el horizonte de su espiritualidad, una ética y una estética: 


“En el 
sendero  
que se vuelve 
hueco 
hay un pato  
convertido  
en alas” 


celebra, en sordina, otro poema.


A tal punto se verifica esta voluntad de distinción y discreción que cada poema parece escrito a cuentagotas, vertiéndose cautelosamente en la página con conciencia de su peso, de su literal gravedad. Cada palabra, laboriosamente, cae, gravita, destella y hace reverberar a la que sigue, empujándola hacia su destino de verso, hundiéndose en la página como una raíz en la tierra y alzándose hacia la débil luz del significado para encontrar la lucidez de lo epifánico, no la certeza apodíctica de las representaciones del mundo que se expresan a beneficio de inventario. O, para decirlo con otro poema del libro: 



“Una red 
en la que cada gota  
haga una pausa 
de su reflejo 
y un reflejo 
de su pausa”.



Gabriel Caldirola no busca inventariar la realidad sino reinventarla. No con la pretensión adolescente –en su juventud, el poeta ostenta una madurez infrecuente– de descubrir lo obvio cada dos o tres poemas sino en el sentido etimológico de la palabra: redescubrir aquello que siempre estuvo allí, en el mundo y en nosotros, y que no merece extraviarse en la algarabía de las explicaciones o en la vocinglería de las interpretaciones sino ser discretamente expuesto, mostrado por la intensidad casi botánica de esta escritura: 


“El musgo 
sordo 
eriza 
las hojillas 
espectrales, 
esparce 
el croar 
las esporas”


se expone, por ejemplo, el poema de la página 18.

Por su empeñosa dedicación a lo tenue –ya que no por su dedicatoria, que me compromete emocionalmente sin desmerecer en nada lo que pienso de este libro–, Hilo debería ser leído como quien manipula el fino polvo de una experiencia frágil, temblorosa, desplegada en el agua tibia de la incertidumbre. Y, por eso mismo, soberana.

Gabriel Caldirola, Hilo, Paradiso, 2014, 72 págs.






Las hojas
crujen
en la rama,
ya
no es
el sol
su caja.



*




Ya movido
o ya
el puente
de mañana
pasa un río.




*



Sola o
desafinada.

una clavija
sigue girando
por un
apuro
pasado.



*


La ablución
definitiva
ve
en la
permanente
alabanza
—¿qué comer
de las delicias
del aire?—
qué comer.



*


Es que si hay
un momento
en que el arco
del hilo de hierba
que tensa el sol
atraviesa
en sí mismo
las formas
que el tiempo
tiene en el mundo,
si vibra
flotando
antes de que el instante
se ajuste
a su temblor
como de aguacil
leve,
en el pasto,
si su brillo
enciende el polvo
que sube, apenas,
una brisa
familiar
deteniéndose
o deteniéndose
una vez más.










FRANCO RIVERO [16.678]

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Franco Eduardo Rivero 


Nació en Corrientes, Argentina en 1981. Es Profesor de Lengua y Literatura, Licenciado en Letras –Universidad Nacional del Noroeste– y Doctorando en Semiótica, por la Universidad Nacional de Córdoba. Ejerce la docencia en el Chaco y colabora con publicaciones de Argentina. En poesía publicó “Situación desbridamiento”, Edición Ananga Ranga, Colección LSD –Letras Sin Descarte- (2010) y forma parte de las antologías “Ida y Vuelta”, poesía contemporánea de Chaco y Corrientes (2007); “Cuentos Inéditos, Profesora Adriana Rendo”, Publicación de Norte y UNITAN, (2008), “Poesía Chaqueña: entre la tradición y la vanguardia”, Imprenta Kram, Chaco (2009), y “De Cuentaderas, carpeta de antologías 2014”, El Juntadero, Córdoba. Su segundo poemario  "vos ahora voz", Editorial Deacá, 2014.




Poema para el sino

hoy no te querré
lo he pensado mucho y así será
necesité largos días largas noches largas horas
para que hoy sea el día en el cual no te querré
la mano de un anciano le da ternura al bastón
lo veo en la plaza solo/ de alguna u otra manera de viejos
o en algún momento conocemos detalladamente
el significado y el karma de la cosa soledad y sus asuntos
por algún motivo que desconozco mirando el bastón
pensé en vos
seguramente de viejo me seguirán gustando las plazas
por ver si te quiero también para cuando sea viejo
hoy no te querré
aún no conozco cosa que justifique mejor la injusticia
que el amor
por ver si de verdad te quiero hoy no te querré
ni bien me veas te darás cuenta de que ya no te quiero
hace unos días pensaba mientras veía tus ojos
que no te conozco
llevamos tiempo amor camino y yo no te conozco
más de una vez lloré en tu pecho no por vos
por alguna otra cosa
pensé en el equilibrio en las proporciones te di lugar
vi tu aura blanca y yo no te conozco
todo este tiempo te encontré en mis noches
en mi silla en mis mates
con mi gato en tus piernas y no te conozco
todo este tiempo me diste aire y yo no te conozco
tampoco conozco algo que moleste más que el orgullo
parte de mi orgullo este yo con vos quedó desnudo
y expone sus enclenques formas en medio de un estadio
lleno de atletas
me queda la vergüenza y de gusto
porque vergüenza ha de ser lo que uno siente tras la pérdida
tampoco sé si te perdí o si es algo de los ciclos que concluyen
cortarse con algo duele y no hay manera de no cortarse 
cuando de ambos lados estas palabras tienen filo
-me estoy muriendo de amor y lo único que siento es rabia-
algo habrá pasado entre nosotros para que quiera envejecer con vos
en fin
hoy no te querré
por ver si de verdad te quiero hoy no te querré






Fuente: "vos ahora voz", Franco Rivero, Editorial Deacá, 2014.



paradojas

el amor come palabras
termina siempre antes 
de digerirlas por completo

las palabras comen amor
lo digieren por completo
y no terminan nunca





círculo

después del amor viene
la negociación
después de la negociación
la crisis

entre crisis 
y negociación 
vienen 
los años
y con los años
una creencia 
el amor es
acumulativo





que te quedes
quiero
cuando no estás

que te vayas 
cuando volvés





preparo la cena

riña doméstica si las hay
la de escucharte 
hablarme fuerte
mientras cocino
sin romper los platos
ni tirar nada
picar las respuestas
con la cebolla
el morrón
el ajo
la verdad que no hacía falta
trozar así ese pollo

más tarde 
dormiremos juntos
me vas a abrazar
voy a abrazarte
haremos 
más que eso
mentiremos 
que hacerlo
con esa energía
significa 
mucho





estoico
   
cicatricé 
miro el dolor sin miedo
a veces froto la marca que quedó
en cada unión de mis partes rotas
porque recuerdo y ya
soy una persona 
exageradamente entera
nunca ando sin mi dolor
sin mis cicatrices
sin mi predisposición para sentir
sin mi infierno y sin
mi cielo
eso sí
no me pidan que no cante
aunque mi voz sea horrible

      para c.





entre tu corazón y el mío hay
un simple paso y
la duda de
si ese paso es
suficiente





viste que hay personas
que tienen el corazón como un hogar
que aún sin creer en la palabra 
hogar
ese corazón te gusta

bueno
eso
así de simple





golpe

la puerta
que cerraste
no abrió
otras dos

dejó falseada
la cerradura
un ruido
espantoso
a llave
que no cierra
ni abre
del todo

y un aire
de palabra miedo
que uso ahora
mejor que antes





umbral

todo adiós
llueve la vista
y duele

no soy fuerte
estoy haciendo fuerzas
sé que espiamos
si nos piden cerrar los ojos
yo te pido lo mismo sabiendo
que vamos
a mirar hacia allá
casi para nadie el adiós
es un regalo

éste es un umbral
y estamos
temblando

 hay motivos

algo que amamos
nos expulsa
fuera de sí

estoy
como vos
cruzando las mismas palabras rotas
también yo estoy sufriendo
también yo
perdí

toda puerta es más triste
desde afuera

ves de qué lado estoy

hiere este abrazo porque
no une
rompe

conmigo queda
seco un llanto
que no di

qué hacer decime
qué hacer
con un corazón
que es dos sombras






nunca tuve el corazón más roto que esta tarde
mi amor aumenta
el vacío que te tengo
y voy
a dejarte

me faltarás de sobra
lo sé
pero me viste la cara de esperarte mucho
y te hace tan bien hacerme falta

que te escucho decir

estoy
no me alejo
vení
hablemos

y sólo pienso en dejarte

qué ganas de mentir
tiene esa boca





pulso

la armonía es escuchar que un grillo
no se superpone a un sapo
ni a una rana
y uno entiende
sin dificultad
sapo
rana
grillo

yo
que no tengo armonía
algo que hago siempre
es acostarme de noche
boca arriba en la ruta

casi nadie pasa aquí
pero no hay silencio

y sobra vía láctea
acostado así

entonces mi corazón
late pequeño entre todo
y soy un anfibio
un insecto más
que entona
por instinto

mi soledad me vuelve afín
me pone en la misma dirección
que el campo

pulso del mundo
suena tan bien
lato tan bien de anfibio
o de insecto
en el mundo





           antes de que el gallo cante
           me negarás
           tres veces

canta un gallo en la noche y parece
el dueño del mundo
otros gallos le responden
y todos parecen
los dueños del mundo

el canto abre la noche
como un cuchillo de luz

imagino
la curva del cogote del gallo
como alarga el cuello y luego
lo dobla
como consigue esa curva
donde su voz crece
y llega a kilómetros
cómo es que un ave
ni de tres kilos
cubre con su canto
toda la noche
define
su lugar en el mundo
y cambia el silencio
hasta el mito

es la oscuridad la que hace
que el sonido
sea inmenso

y es su voz
otra oscuridad
pero canta





plantín


el tiempo trae
silencio
razones
no

uno se yergue en las sombras
como esas plantas
que van hacia la luz
hasta que lleguen

y en algún momento
comprende
vivir es el precio
de estar
donde se está
y el resto es
movimiento









.

JERÓNIMO DE ARBOLANCHE [16.679]

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Jerónimo de Arbolanche

Jerónimo de Arbolanche (Tudela, 1546 - 1572), escritor español del Siglo de Oro. También conocido como Jerónimo de Arbolancha y Jerónimo de Arbolánchez.

Parece ser que pasó gran parte de su vida en Tudela. Allí frecuentó la tertulia que organizaba el marqués Pedro de Magallón Vergara y Veraiz en el Palacio de San Adrián, al que asistía un grupo de humanistas vinculados al Estudio de Gramática de Tudela (1571-1574): Pedro Simón Abril, director del citado Estudio (luego sería nombrado catedrático de la Universidad de Zaragoza), el eclesiástico y maestro Melchor Enrico que escribió varias comedias y autos representados en las fiestas de la ciudad, y el poeta Jerónimo de Arbolanche, al que se le atribuyen los textos incluidos en el programa iconográfico de "mujeres ilustres" que adorna la escalera del palacio.

Sin embargo es más conocido por un curioso poema de épica novelesca, Las Abidas (Zaragoza: Juan Millán, 1566; hay edición moderna de Fernando González Ollé, Madrid: CSIC, 1969, 2 vols). Con el pretexto de poetizar un mito de los Turdetanos, la leyenda de Abido, narrada por el historiador romano Trogo Pompeyo, realiza una especie de miscelánea en la que combina motivos caballerescos, bucólicos y alegóricos. Paralela a la variedad de contenido es la variedad de la forma, pues el autor utiliza todo tipo de versos y estrofas, que emplea con suma destreza, en especial el arte menor. Su amplio saber humanístico destaca también por los ecos de literatura clásica y la erudición mitológica que rezuma la obra. El estilo dista mucho de ser llano, de forma que se le ha llegado a nombrar como un precedente del culteranismo. Cervantes ataca este libro en su Viaje del Parnaso. De que el propio Arbolanche se esperaba la crítica da fe no sólo la epístola inicial de su maestro, Melchor Enrico, en la que le aconseja y previene contra envidiosos y maldicientes, sino la respuesta del autor enumera irónicamente sus carencias.



LAS ABIDAS DE JERÓNIMO DE ARBOLANCHE:
PRIMER EPISODIO PASTORIL

Por María Francisca Pascual Fernández
Universidad de Navarra


Arbolanche no tuvo buena fama en su época: a pesar de mostrarse orgulloso de su saber, tuvo muchos detractores, entre los cuales es obligado citar a Cervantes, quien en su Viaje del Parnaso lo presenta encabezando las huestes de malos poetas:


El fiero general de la atrevida
gente, que trae un cuervo en su estandarte,
es Arbolánchez, muso por la vida (VII, vv. 91-93).


Y un poco más adelante añade:


En esto del tamaño de un breviario
volando por el aire un libro vino,
de prosa y verso, que arrojó el contrario.
De prosa y verso el puro desatino
nos dio a entender que de Arbolanches eran
Las Abidas, pesadas de contino (VII, vv. 178-183)



2.1. Primera parte del episodio: el encuentro


Me centro ya en el estudio de los amores de Abido y la ninfa Isabela, máscara bajo la cual probablemente se esconda una mujer real que debió de tener importancia en la vida del poeta y en su biografía amorosa. En efecto, en la dedicatoria de la obra «A la ilustre señora doña Adriana de Egüés y de Belmonte, Jerónimo Arbolanche», leemos lo siguiente:


En mar y tierra he relatado amores
cantando el fin y triste desventura
de vuestra cara amiga y mis clamores.
Mis clamores, porque no hay peña dura
que llorando no haya enternecido
hasta aumentar del claro Ebro la hondura.
Mil veces a las ninfas he movido
a dejar su hacienda y a seguirme
con el dolor del llanto dolorido.
[…]
y he vuelto a celebrar aquellos ríos
que en tiempo de Isabela celebraba
d’estos nogales a la sombra fríos (fol. 2r-v).



Abido, estando un día de caza, oye cantar a una ninfa, surge el amor en el pastor, la ninfa huye asustada, Abido la persigue hasta alcanzarla y conocer su origen, pero ella muere como consecuencia de una fatal caída; tras su muerte se celebran los funerales:


Huyósele la caza de la vista,
porqu’él había de ser de amor cazado.
Yendo por entre plantas espesísimas,
por entre rama y rama vio una ninfa
que se ponía un garbín de seda pura,
adrezando con orden sus cabellos
por haberlos deshecho, en aquel punto,
una varilla de un espeso cedro, y
estándose tocando, así cantaba… (fols. 17v-18r).


Comienza la narratio: en la falsa soledad de las selvas, propia de toda literatura pastoril, en medio de un bello locus amoenus, Abido descubre «entre rama y rama» a una ninfa en cabello; una ramilla de cedro ha soltado «como inhumana» su garbín de seda, y ella intenta recomponer su peinado a la vez que canta un villancico:


Soltáronse mis cabellos,
madre mía,
¡ay!, ¿con qué me los prendería?
Dícenme que prendo a tantos,
madre mía, con mis cabellos,
que ternía por bien prendellos
y no dar pena y quebrantos;
pero por quitar de espantos,
madre mía,
¡ay!, ¿con qué me los prendería?


El pastor queda prendado de su belleza y nace súbito el amor. Y sigue contando el narrador:


… Abido, que en su pecho
la flecha del amor sintió que entraba
y que ya a las medulas discurría,
estuvo atento oyendo sus canciones,
y sobre el mismo tema y fundamento,
y sobre el caso que le había acaecido
a la ninfa, concibe en su memoria
este canto y, hacia ella caminando,
con el orden siguiente le cantaba…


Amor de tipo petrarquista, como bien señala González Ollé: «No faltan rasgos petrarquistas, tales como el cabello que prende y enamora, las flechas de amor, junto con otras de corte cancioneril». Abido responde al villancico con tres octavas con un estribillo que repite el elemento principal, cabello:


En la ribera florecida y llana
de Betis, famosísimos ríos,
vi que estaba una ninfa soberana
debajo de unos árboles sombríos
a quien cogió el garbín, como inhumana,
una ramilla, y a los ojos míos
se mostró un espectáculo muy bello.
¡Oh, soberano Dios, y qué cabello!

La mata de oro que iba antes cogida
con una redecilla más espesa
que la que de Vulcano fue tejida
para tomar a la alma Venus presa,
se vio por las espaldas disparcida,
y la cerviz blanquísima atreviesa,
que el rayo de la aurora no es tan bello.
¡Oh, soberano Dios, y qué cabello!
Sentada estaba entre las tiernas flores
más colorada que purpúrea rosa,
como quitaba al sol sus resplandores
diera luz a la tarde tenebrosa.
Cantaba, y al cantar los ruiseñores
resonaban también la selva umbrosa.
Hiriome el dios de Amor, junto con vello.
¡Oh, soberano Dios, y qué cabello! (fol. 18v).


El uso del estribillo es práctica habitual en la poesía pastoril desde Teócrito y Virgilio hasta Sannazaro o Garcilaso, y en general en toda ella. La ninfa siente miedo y a las octavas de Abido responde con una variante del primer villancico:


A peinar ve tus cabellos
y a l’aldea,
que’l pastor con vanos ojos
no los vea.


2.2. Segunda parte del episodio: la persecución y la caída de la ninfa

Asustada por la inoportuna presencia, la ninfa Isabela huye. Abido la persigue hasta alcanzarla y le declara su amor, pero la ninfa sufre un accidente: tropieza y la caída resulta mortal; antes de morir pide a la diosa Diana que le dediquen unas honras fúnebres como las concedidas a la amazona Camila, en clara alusión a la muerte de esta, narrada en la Eneida (XI, vv. 845 y ss.): 


«Mas tu Diana aquí vendrá a hacerte 
exequias y en tran triste paso a honrarte: 
por todo el mundo oír hará tu muerte»
Abido, asustado, intenta reanimarla y
«le interroga de su nombre y de su patria» (fol. 20r). 


Isabela tiene tiempo de contar ahora su ascendencia:


Vagnalio era mi padre, el que regía
las iberinas ondas, y con tridente
de tres puntas a Ibero gobernaba;
engendrome en Argania, una pastora
de las partes del alto Pirineo,
que vivía en las riberas del río Arga,
y sin verme salir a luz fue muerto.
Yo me llamo Isabela, y por mi suerte
vine a estos campos de Tartesia frescos… (fol. 20r).


Y, a su vez, en Las Abidas, «A sus voces horrísonas y grandes» llegan pastores y pastoras; destaca de entre ellos Arbolanche a cinco pastores: Olfino, Saucedo, Piramides, además de Camilo y Tricio, caracterizados mediante aposiciones, y tras ellos las pastoras: «mil pastoras […] / así como a la reina de los volscos, / muerta en la guerra del troyano y Turno / concurrían sus doncellas lamentando…».
Hay aquí una nueva alusión a la amazona Camila, muerta en combate con Turno, que ya aparecía en la segunda parte de este episodio pastoril. De entre las pastoras, es Marmarida quien en endecasílabos blancos repite los cantos de Ergasto (fols. 22v-24r). No insistiré en lo que ya he comentado; baste recordar que Marmarida lamenta la muerte de su amiga, pide celebraciones en honor de la ninfa muerta, evoca las virtudes en vida de la difunta y reprocha a los dioses su ausencia en los funerales:


¡Ay, si pudiese ser qu’el rojo Apolo
con su corona láurea a honrar viniese
en el fúnebre honor aquesta ninfa
que fue d’él tanto amada! ¡Ay, si viniesen
con sus enguirnaldados cuernos todos
los sátiros, los faunos y silvanos
[…]
Mas aunque honrar los dioses no te quieran,
aunque tú lo merezcas, esta escuadra
de servidores tuyos y sirvientas
te cantarán piadosos y almos versos…


Todo este pasaje, en el que Abido ordena además a los pastores cubrir con flores la sepultura de Isabela, es prácticamente un traslado —por no decir, como González Ollé, un plagio— de la Arcadia de Sannazaro. Tras ello, los pastores —siguen unos versos cuya fuente es ahora la Eneida— construyen unas andas (zarzo) para llevar el cadáver de la ninfa:


Luego con diligencia los pastores
tejen un zarzo, y hacen unas andas
de blandas vergas de encina y de madroño,
cubren y esconden con hojosos ramos
el lecho funeral por todas partes
y meten luego a la muerta ninfa
con el color del todo aún no perdido
cual tierna flor o de viola blanda,
o de jacinto ya marchito casi
cortada por pulgar de tierna virgen.


La pastora Marmarida cubre el cuerpo de su amiga con un «precioso paño» en el que figuran bordados los rostros de mil amantes ilustres: Adonis, Ifis, Anaxarte, Tisbe, etc.:


Hecho esto, Olfino el rojo con Saucedo
tomaron una parte de las andas,
y de la otra, Camilo y Tricio juntos
[…]
subió un llanto a las estrellas
que ya se aparecían en el alto cielo,
por la cual cosa, Abido enciende lumbres
que estén humeando en torno del sepulcro
de hojosos ramos y fúnebres tejos,
de cipreses lúgubres y pinos.
Los cuatro que en las andas la llevaban
con voz tristísima comienzan,
cantando el uno y respondiendo el otro,
a celebrar las honras harto dignas… (fols. 25v-27v).



Ya en el sepulcro interviene el narrador con versos tomados directamente de la Eneida 

(Libro VI, p. 196, vv. 228-230),

cuando se indica que Piramides
lustró con agua por tres veces
sus compañeros todos, esparciendo
sobr’ellos un rocío leve y manso
con un hisopo de felice oliva,
limpió y purificó la gente andando
en torno d’ella, y dijo a la defunta
el postrimero vale para siempre.


Vemos, pero sobre todo oímos, la voz tristísima del coro de pastores y llegamos a la apoteosis, la visión celestial de la ninfa, a través de las palabras puestas esta vez en boca de las pastoras, que «celebran el solemne enterramiento / así con sus tristísimas canciones». Están cantadas en estrofas de cinco versos hexasílabos encadenados, con las cuales expresan otro de los motivos de la tópica funeral: la visión, exaltación máxima de la difunta, glorificada y ya en el cielo sobre sobre un mundo terrenal y desolado tras su muerte: «ni el viento
respira / ni la primavera […] que no hay alegrarse / ya las ninfas. / Ya las ninfas que antes / cantaban amores / con este tu amante / cantarán dolores / de contino». En efecto, las pastoras exclaman:


¡Oh, alma gloriosa
que del alto cielo
estás piadosa,
nuestro desconsuelo
contemplando!
Contemplando mira
qu’en esta ribera
ni el viento respira
ni la primavera
más se ha visto.
Más se ha visto
el campo secarse
con tan triste modo,
que no hay alegrarse
ya las ninfas.
Ya las ninfas que ante
cantaban amores
con este tu amante
cantarán dolores
de contino (fols. 27v-28r).


La égloga acaba con la caída de la tarde y el epitafio final.









DIEGO DE ÁVILA [16.688] Poeta de Uruguay

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Diego de Ávila 

(Maldonado, Uruguay, 1984)
Vive en Montevideo desde el año 2002. Formó parte del proyecto Milcuernos, revista literaria mensual de distribución gratuita (2002-2004; 29 números), y .Txt, escritura reciente del Río de la Plata (2006-2007; 11 números. Y 2009-2010; 12 números). Organizó los encuentros anuales de artistas varios Etcétera. Fue integrante del grupo Editorial Mental, con quienes ha publicado: Bagrejaponés (Editorial Mental, 2010), y Piedra del sol de noche (Editorial Mental, 2011). Participó en los eventos perfomáticos Droguen al poeta, presentados anualmente en Mingus Bar, Mundial de poesía, y Mercado Negro. Sus textos aparecen en la antología venezolana de poetas uruguayos Los hijos del fuego (El perro y la rana, 2010), en la revista Brasil 2014, coordinada por Sandra Santos, y en la antología de poesía iberoamericana Más instrucciones para el años XIII, de Manuel Barrios. Próximamente se edita su libro Ecuador por la editorial Trópico Sur.






Primero escribo mal. Pero luego crezco
y capto el espíritu y lo corrijo. Me lleva
muchísimo tiempo, y es una experiencia pesada
como un buey, como una densidad
de la comida.
Y luego lo corrijo cuando soy un afluente
pero no me enorgullezco.
¡Si he tenido mis días!
Y al final era demasiado
o sino poco.
Me enorgullece que sea lo mismo
si después corrijo lo que acabo de decir
y tengo mis días otra vez.
Cuento que me fue bien.
El relato que contamos cuando se hace
de día.
Y decimos no más: amaneció.






Llevo un año sin pescar.
Un año entero en aguas y tiempo extraterrestres.
Por qué bajé hasta aquí, no tengo idea.
Escribo en una mesa de piedra,
canteros difusos, llevo un camino de agua polvorosa
sobre el pensamiento árido de los granjeros
(me provocan, siembran soja durante kilómetros):
te explica lo que me hizo dudar, inquietarme en otra dirección;
te explica las antenas que tiene el campanario del monte
muchos kilómetros hacia adentro
sin agua, sin moscas, sin amor, sin caminar.
El campanario me reconoció y silbó.
Fue así que hice algo muy esperado por mi generación:
creí en el malvivir del año próximo, lo medité
al final del año, los estallidos,
las promesas dedicadas a los otros
me las dije, después de cerrar la boca pensé:
¿Por qué voy a pescar?, vivo colgado de los camiones,
no tengo sal ni arena en la boca,
miro en los desiertos dos cielos a la vez.
¿No es maravillosa la pirámide que construí para la tragedia
de una mitología sin cabeza?
¿No es maravillosa la enredadera
que molesta el paso de las aves?.
¿Yo cantaré por ellas? Cuando el sol se levante,
a la caída del cielo,
cuando la mañana llegue exhalando
para cambiar las cosas de lugar,
yo diré: viví durmiendo toda la noche.
Cuando oigan la campana de piedra,
pregunten por el ruido marítimo, pregunten
por el año del pescador: ¿por qué,
por qué? De ti habla siempre la fábula,
me dicen los agricultores y los recolectores
delante del monte reseco.






Sigo presintiendo cosas de las noches de verano.
Y observo que afuera, en una palmera dentro del campo
las contingencias que se viven de una sola manera
saben que el verano no se acaba
para lo demás, cuando cierran a las doce mis propias horas
de andar a pie por la carretera. Anduve
por las montañas que rodean la ciudad,
un río alrededor de un pueblo,
el aire de la madrugada que me sigue mientras
escribo y hablo sobre una palmera.
Presiento que me pasa algo.
Memorizo palabras para el carnaval, e inauguro una muestra hoy;
llego abrazado de una mujer, y me expongo para que digan,
para que me pregunten sobre el final de mi país,
una parte que conocí cuando me iba;
todos mis amigos, que se quedaron,
no saben de lo que estoy hablando,
y cuando se los cuento,
echan a correr viajes interiores, huyen de mí,
lo sé porque nací con ellos y los he visto crecer
en diferentes casas,
y un día regresé y jamás les creí
que hubiesen cambiado: nunca se terminarán.
Les pregunté: ¿se han interrogado
cómo es posible que un viajero que vuelve
de su carretera siga siendo el mismo vestido con otras ropas,
hablando el idioma de los enemigos?
Soñaban, soñaban serenamente; lo sé porque dormía
con ellos desde tiempos muy antiguos.
Me iba. Les mandaré fotos desde el campo sin ondulaciones.
Presencié una palmera con la que estoy obsesionado,
les voy a mandar un foto de eso desde allá.
A vos te llegará una carta un día miércoles;
a vos, a vos más, sin cara y sin gestos,
porque así se hace,
trataré de recordarte para toda la vida.
Ramas celestes se quedaron a dormir.
Enero.
Ramas en el pelo, ramajes en la casa
de mi reiteración:
vos sos Diego de Ávila, en esta ciudad de tierra,
yo vivo aquí, yo soy Altura aquí en un cerebro como nunca lo viste
entonces Diego de Ávila de ciudad natal en el centro,
seguramente oíste que, no
-le dije que jamás había vivido en el centro de algo,
me recordó una vendimia donde mis amigos se despedían de mí
sin celebrarme. Ahora entiendo que ellos
eran los celebrados, y no hubo respetos de mi parte,
mientras les hablaba de la carretera
estaban ya muy lejos, apretados
entre los muros de un pasillo de su espíritu mental,
en el análisis de retorno al pico
de la montaña brumosa que levantaran
Cinco Sueños en una sola noche.
Yo y mi mujer mirábamos absortos. Yo,
porque la miraba de pronto y comprendía las cosas que habían a su alrededor;
ella, porque entendía, me miraba y me sacaba fotos,
el foco aplicado contra el pecho,
todo borrado
el campo traviesa. ¿Se han interrogado
sobre las brumas que les quedan a las cosas mal logradas?
Verán que a todo lo llamarán igual, como a mí.





Arte poética

Se busca más allá, no es razonable.
Un humano es una voz extensa.
La misma densidad que las palomas.
Los pájaros volando que se vuelven piedra.

La densidad de cuanto mueve vivo
la paloma interpretada en el camino.

Se busca más allá. Si fuera un arte
abriría solo un signo al emitirlo.

El ave hace una estatua con su cuerpo.
¿Con qué forma fabricar la misma piedra?

Donde la piel termina es todo entorno:
la voz, prolongación de las palomas,
se deja actuar en pos del equilibrio.

Difícil valorar distinta suerte:
La idea es la paloma en el camino.

No importa más allá; siendo constante
abriría un solo signo al emitirlo.
En el final de la piel su fin de cuerpo.
Qué el hombre haga una estatua con su vuelo.







Hablo de la prisión ante los ojos,
en los kilómetros de ser vivo de la sensación, por cual es
prisión abierta, prisión que me camina
el entierro de mi afuera hacia el encierro.

¿Dónde puedo estar cuando las flores y la primavera CANCELAN,
hablan para atrás de todo ojo,
y no se ve porque no, decimos,
que no se ve para algún lado?, yo me pregunto.

¡Algo se torna más modesto, más íntimo
de lo que pasa afuera, más al paso que a las duras
rientes paralelas, que me veran contemplar mi propio cuerpo
como a una locomotora insensible que llevó a un sentado.






Tras la figuración sometida
           el cuerpo, de hoja en lata
modifica su transmisión parado en las escuelas /no
                                                          los actos
busca el acto en la esencia nevada
dentro del cuerpo busca
donde la puerta del cuerpo está varada en las escuelas /no
por lo que modifica en la asunción
de la escena se estremece
roto el corazón de los motores
la piedra de afilar lo sobresalto en piedra al pedregullo
y duro se va poniendo el corazón y las orejas

salas de cuerpo
salón común
mesas formando filas y edificios construidos en formas lisas
                             pero la escalera vertical
                             pero la chimenea vertical
                             pero el humo del tabaco del cerebro
       latas arriba de la culpa
         es siempre del corazón de los motores

¡¡acuesta el acto para el acto modifica su condición parado en las escuelas/ no
                                                                                                           me escuchas
la esencia es otra vez embrutecida
            llena de animales /no/
            llena de manadas /no/
  transmisión de lobos ha, codificados.
como si fuera una gran arcada de leones como si fuera sí
               la gran arcada           

muchachos:
puesta en marcha por la culpa calibrada al alto cargo de la piedra:
a la avalancha en la casa! a hacer grumo en los ladrillos!

a la tierra apretándose como carneros!!

oh bien la fauna discreción ya está internada en
pero el piso de la casa
pero la baldosa en el pasillo
pero la palma de las patas de leones
y la mucha transmisión de la varada escuela no
porque la culpa en marcha
quien arranca
     el corazón
salta
y movimiento
y el cuerpo
        lata
                   y agrieta.






Yo no oigo, yo siento ruidos pero no son
los de los golpes en el cerebro de la especie animal
que reza a la raza humana enterrando a la raza humana.
Acabo y veo,
luego de acabar, que nada puedo.
Trabo mi horizontalidad sobre las curvas insoportables del cielo,
desde la tierra…
Pensemos qué soy en ella. Yo digo que no veo nada.
¡Tanto lo sé!

Si yo lo pienso, es que siento al que piensa 
como un sonido en el cuerpo de la gente, de los campos y de la arena,
que atraviesa vientos de todas las edades
de hombres amarrados a la especie, seres solo a un paso de otros seres
en larga fila. 
No es mi pensamiento. No sé el mío.

Constantemente no está mi imagen
en el charco donde bebo, donde

meto las manos, y hombres enteros
paran a mirarse.
Parezco sufrir como un hombre solo y nadie
que está solo sufre como un hombre.
Ya es, que no está mi imagen en el charco,
ni soy el charco, ni otra cosa.



PAMELA RAHN [16.689] Poeta de Venezuela

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Pamela Rahn

Caracas, Venezuela, 1994. Realizadora Cinematografía, Mención Guión. Mis cuentos y poemas han sido publicados en distintos portales web, entre ellos Sacven, Sorbo de letras, Newspleen, revista.tn, errr-magazine. Formo parte del fanzine “Mala Digestión” editado por Henar Bengale, escribo artículos de cine, música y literatura para distantsounds. Perra romántica, poeta con el ferviente deseo de saber volar. Tengo un perro de 100 años, una biblioteca de 1000 libros y una ciudad que no ha nacido.


El niño cadáver  

“I am so lonely in my glory” 
Allen Ginsberg

El niño cadáver ya no esta aquí
para hacerme soñar a color
Para mutilarse las piernas con mi llegada
Para mirarme con los ojos llenos de verde

Ya no responde
No quiere hacerlo
está herido de rosa, de boca y de mí

Sus abrazos están muertos
Su boca disecada
es exhibida en un museo
construido solo para él

Boca que deja pellejos como pétalos de rosa seca
Esa boca que ahora extraño tanto
La recuerdo todo el tiempo
húmeda y pegajosa

No me abraza
Con sus dedos largos y complacientes
No busca mi verdad
Con uñas
Brillantes y lisas
Tan solo me mira a lo lejos
desde la línea amarilla de una calle sin nombre .




La infancia

“Que mucho de nuestra vida se parece a los rostros del periódico
que miran desde lejos y sonríen y saltan y gesticulan 
para confundirse con la basura de la mañana  y ser desechados.”

Charles Bukowski



Supuse que la infancia
Era tranquilidad y precipicio
Supuse que la verdad
Era azúcar disecada en pequeñas varas blancas
Que era dulce y desaparecía en tu boca
Que la metástasis era otra transformación
Que la metamorfosis era el cáncer
Que ser niño era menos doloroso
Que ser algodón era mas duradero
Que ser color carne era mas dulce
Que ser humano era mas fácil
Que ser personaje era desaparecer  tras la pantalla
No forrarse los parpados con trozos de piel ajena.




Razones interminables por las que elegí la locura

Vi al amor retorcerse en la humedad
Vi al corazón
volcarse enfermo en las virtudes
Vi a la imagen desaparecer
Vi a la ausencia flotar
y me olvide de la ausencia
Vi a la digestión volverse hombre
Vi al hombre
convirtiéndose en gusano
Vi al gusano convirtiéndose en mariposa
Vi a la mariposa morir
Vi a la muerte vestida de mariposa
Vi al vestido desnudarse en la inmensidad del mar
Vi en el trozo
de piel un desperdicio
Vi en la suciedad
la imaginación del un millón de hombres que huyeron de ella
Vi en la diferencia de tus ojos y los míos una verdad que todavía puedo contar
Vi en la fotografía un minuto de mi misma
Te vi mirándome
Te vi advirtiéndome sobre mi propia verdad
Te vi acusándome
Te vi moviendo nuestras siluetas pulverizadas
Al ritmo de tus jadeos
Te vi como un lamento
Subiendo
y bajando
a través de mi
Te vi atrapado
Te vi lleno de tierra
Te vi tocando las paredes
para conseguir el camino correcto
Te vi en la oscuridad
Te vi  repulsivo
Te vi con los ojos vacíos
Repletos de arena
Te vi arder
Y preferí saltar por la ventana
convertida en cenizas.




El grito

“Y un grito se
cicatriza en el vacío enfermo”

Vicente Huidobro



Socorremos a respirar rostros
A memorizar el fracaso
A sobornar revoluciones

Socorremos a envolvernos en nitrógeno
A contarnos los lunares
A sudar gases fosforescentes
que nos alineen
con nuestro ser.

Socorremos a bordarnos
flores secas en la piel
A tatuarnos sirenas
A adorar al bosque ennegrecido y sórdido
A abrazar arboles
A hundirnos en la similitud

Socorremos a buscar refugio en la gruta
A la epidemia del viento a toda velocidad
a la fogata
a la sugestión
a la impaciencia

Socorremos a la tierra
A ahogarnos
junto con los gusanos que la recorren
A gritar
A hundir la cabeza en su pulpa
para utilizar nuestro dolor como fertilizante

Socorremos a la lluvia
Al petricor
A la presa
A la piel que se evapora
A los ojos que se condensan
A la boca que se precipita
Al interior sedimentando
Somos
la piedra
La roca
El pavimento
Somos un grito sofocado
Esperando florecer.





En ruinas

Habitar en otras vidas
Pertenecer a este silencio.

A esta revolución de calamidades próximas
Incentivo de soluciones al destajo.

Muertes de herida abierta
Y sangre que escurre espesa en los rostros inmóviles.

Esconderse 
bajo los cadáveres palpitantes 
con los monstruos de la noche  
conjugándose en sus similitudes incisivas.

Necesitados  
en nuestro propio infierno
Inventamos como remedio
este arte que consume
de a poco 
nuestras horas 
nuestros días restantes 
en donde la nada es mejor que todo lo demás.   

Cambiamos el pudor 
por las anfetaminas  
que nos recuerdan nuestra vieja ciudad
el intento de paso
y la movilidad del viento en nuestros dedos.

Sucedemos como marionetas 
Y nadamos en esta pecera abandonada
ciegos e impregnados de moho.

En este hábitat maligno de vidrios sucios  
oficinas municipales
Y estatuas  
Perdemos el significado de  
plazas que se abren amables
a nosotros con sus venas afiladas   
y sus colores verdes

Llueve en la plaza
Y jugamos con la locura 
que se reparte como folletos  
en las calles de piedra y asfalto derretido   
asfalto transparente 
que nos ensucia los pies
y nos llena los bolsillos de navajas
que se mueven  a su propio ritmo delirante.




Los marineros

Quería escribir un poema de infancia
Pero la muerte no me dejó
la sal se marchitó en mis huesos
y el barco repleto
de marineros invisibles
estalló

Solo quedo el alcázar aplastado
como un germen en mi rodilla
sus cuerpos como animales soberbios
buscando la tierra como única huella
como si fuera el único dolor
que recordarán a plenitud

Dolor de infante
transformado en cicatrices de sal
cicatrices que gotean por el cuerpo
Y lastiman
Y enfurecen

Sus siluetas
Recogen la costra
que dejaron
al inicio de su óxido
se caen
se pierden
retorciéndose en las líneas
que explotan adoloridas

Su caída se silencia
en la placidez de un dolor
que se transforma en libertad
un dolor infantil
que brinca
pero no duele

Las marcas de la arena
raspan sus costillas
fulguran
el exilio repentino y absurdo
de unas gargantas
que se escuecen
llorando
brotando
gritando
el pasado que aun germina
en la impaciencia de sus muertes.








LEONARDO ALEJANDRO ALFONZO [16.690]

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Leonardo Alejandro Alfonzo 

Nacido un 16 de febrero en El Tigre, Estado Anzoátegui, Venezuela. Licenciado en Administración de Empresas y estudiante de Letras Mención Literatura Hispanoamericana y Venezolana. Cofundador de la agrupación Templo Literario, proyecto piloto en la ciudad de El Tigre para involucrar a la juventud en la creación escrita.



La Jaula

Descanso, pienso como cualquiera 
ese toque de igualdad era lo que esperaba.
Había traído una jaula, lo bastante grande
como para usarla de coliseo y luchar 
con los restos de pensamientos vulgares
que la gente expresa y que resuenan
como cepillos de dientes compartidos
o calendarios con mensajes cursis
que usan para decirle a alguien metáforas,
como portones cerrados al llegar de madrugada.

Pero hay solución simple, tengo carretes de hilo
que saco desde dentro de la jaula y amarro 
a muchas personas, a las que tengo odio jurado,
gente dañina que entretiene cuando se equivoca.
Son halados por el cuello desde la jaula
donde soy el purgador, donde me queda poca piel
y asusto a la par que genero amor y confianza.

Tengo la jaula siempre conmigo, 
la cambio de bolsillo cada que salgo a tomar aire,
a escapar de las responsabilidades, donde sueño 
que los pantanos son agradables porque 
con todo y su barro, estiércol y calor
allí se fabrica la flor carnosa que huele a cielo.

Celando la jaula como monstruo es que conservo
tolerante a la multitud, es como JIW SAW.
Ciertamente esa prisión suelta un poco la cuerda,
Pero otras veces las vuelve cadenas
y es ahí cuando me acerco al micrófono
a cantar CHAIN CHAIN CHAIN… CHAIN OF FOOLS
Se libera el soul, se da justicia a los amores caídos,
a la falta de caridad, se detonan los imperios de la pobreza
y se reaniman los antiguos placeres.

Nos volvemos campesinos, somos el tope del cambio
La jaula ha enseñado a amar como fieles al judaísmo,
pero no sé si crea mejores personas, porque luego
somos llamados locos y nos da lástima ello.
Por eso pensar en este purgatorio de bolsillo
atenta contra la vida del portador.

Pronto habrá réplicas de la jaula para regalar
y volveré tranquilo a sentarme, para jugar sudoku
hacer el cubo de combinaciones y ver
que la pequeña jaula es igual un jueguito
que hay en la mente para mejorar todo.  




La feria de la pintura y abrazos

Érase una vez la muchedumbre sorda y sin dinero
caminando con la lengua afuera, gesticulando como perdidos.

Claro que me duelen, tanto como esa chequera que rematan
por haber poco papel para científicos y poetas
puede que haya una firma en tu regazo
que sin darte cuenta
vaya de tu corazón hasta tu trasero.

Pero como somos gente algo picaresca y fina
no creemos en milagros y comemos níspero hasta hartarnos
Creemos ser familia de un tal Pacquiao para combatir
que si poniendo rudeza al mal tiempo,
porque buena cara no nos queda de la pena y la vergüenza.

 En fin, como si fuese suficiente pensar en los demás
he recurrido en preocuparme en mí y

 ¡WOOOOW!

Craso error, así que so caballo y pendiente
que voy de retro
me miro en el retrovisor y
what! Clase de amor propio
Casi pierdo mi seguro de vida por ofrecerlo
al enano risueño que lleva mucha mercancía en las manos
si lo llegaba a matricular pal otro mundo.

HOMBRECILLO:

* Si lo que busca es vaina buena vaya a aquella esquina.

Pero no me mate así. -
Una feria dije y corrí para encontrar
Encontrar puestos donde los compradores parecían Haikús
ellos, cortos y con la naturaleza pues
debía ver algo más, generalmente
la gente quiere hacer cuadros
limpiar sus paredes internas, pero dejar afuera los grafitis.

¡PINTURA FRESCA!

Grita el señor de los pantalones hechos girones
con su aspecto cansado, luce como yo hace 5 minutos,
ese hastío común entre trabajadores de turno
unos con el sol a cuestas, otros con negligentes en hombros
y como tiene otro tipo de colores en su stand, me acerco
y le compro porque sé que a alguien
le daré la mano y le haré ese presente.

Es la ventaja de ciertas épocas del año
cuando la moral te da esas libertades de ser dadivoso.

 En el desenlace de la cuestión, con toda la gente
que hace su pedido, que salen como sombras
que el sol nos presiona a todos
debo ir a otro sitio, sin perder tiempo
y conseguir algunos recuerditos,
si, de los que se compran y agarran polvo.

¡AMOR GRATIS!

¿Qué es? ¿También se regala?
Paso las minitiendas con furor
con estas crisis modernas no se sabe el destino propio
también porque uno guarda algo de reportero en frustración
queriendo llegar a lo bueno y ser primeros
Y está ella, hermosa con sus labios claros
que me ha llamado en su propio lenguaje
y me ha dado un abrazo
por lo que está y por lo que viene.





Una visión con poco más de 24 bits

En días que son para buscar lo que hace falta en la vida
por mercadolibre, la prefabricación tiene jerarquía
sobre todo si es donde quiero apoyarme y escribir o leer
o inspeccionar un GameCube: dícese de una consola
de video juego para divertimento de niños y adolescentes
que cumplen dieciséis cada vez mejor vividos.
 
Un reencuentro con amigos, un temblor y una asociación
contra desastres, como para llamar al 811, vienen a tema.
Tomo refresco y someto a prueba el apartamento donde
me quedaré para estafar in love.
Es verdad, haciendo o no calor está el momento
en que no da para devolver la sonrisa, es verdad.

La vida se va en algunas respuestas como se ve aquí.
No se muere lentamente/ los atentados son politiquería/
y los cosméticos a veces se comen, dependiendo de la zona.
Lo que me recuerda una historia, de dudosa procedencia
donde he hecho todo lo que se cuenta y se alegran
los viejos de la cuadra y las jovencitas se acercan con
la cabeza gacha, el cabello recogido e invitando a
un picnik, en casa de la abuela, que es la fiesta más cercana.
No hay forma de hacer que eso vaya menos a prisa.
 
El GameCube es invaluable y lo he convertido en reproductor
de videos, entonces veo el proceso evolutivo de bandas de rock,
de la telefonía celular y las series que hacen madurar rápido
como Marvel;  y eso que ha faltado lo bueno de la historia
individual que me corresponde, que desmiente barbaridades
que el hombre moralista de veinte a treinta años será quien
rompa las relaciones estables /en un futuro/ con la forma
menos creíble para llevar a la mujer al cielo de abajo
que los amigos del ghetto no son moralistas y defienden
con pistola y luego aprecian música clásica en una fiesta
entre otras informaciones de carácter subjetivo
como mi apariencia física que cambia siempre,
porque de eso se trata el estilo.
 
Y era como engañarse no caer en la apatía
sin echar culpa a los somníferos, porque al fin y al cabo
ser seco, de poco autocontrol y mezquino con la comida
son atributos que siempre incluyen en las revistas de famosos
por eso no me preocupo, no me preocupo. 

Al fin y al cabo no importa el medio, pero
uno se las arregla para mirar lo que no ha pasado,
desde preguntarle a los difuntos hasta poner animales
en carrera, en meta, (si mal que bien lo logras)
habrás ganado otro trofeo, por favor,
una memory card para retener.

Hasta ahora hemos visto una proyección distractor.
Poco quiero saber de los demás porque
una resolución obsoleta de la vida muestra que
por primera vez no importan menos ni más que yo, es sencillo.

 

EXTRA+BONUS

Buscar ‘te quiero’ cada noche como prescripción médica, es ver sumido al mundo en piscinas con caramelos y vodka de colores tras un mostrador y no poder acompañarlo. En particular puede uno, luego de comer, sobarse la barriga y hacerse hoyitos en el cabello, traerá efecto placebo consigo.







ROBERT PACK [16.691]

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Robert Pack 

Robert Pack (nacido el 19 de mayo de 1929, en la ciudad de Nueva York) es un poeta, crítico y Catedrático Distinguido en el Davidson Honors College de la Universidad de Montana - Missoula. Durante treinta y cuatro años enseñó en Middlebury Colegio y 1973-1995 se desempeñó como director de la Conferencia PAN Escritores. Es el autor de veintidós libros de poesía y crítica. 

OBRA:

Poesía:

Laughter Before Sleep, University of Chicago Press (2011) ISBN 9780226644196
Still Here, Still Now , University of Chicago Press (2009) ISBN 9780226644158
Elk in Winter, University of Chicago Press (2004) ISBN 9780226644141
Rounding It Out , University of Chicago Press (1999) ISBN 9780226644110
Minding the Sun , University of Chicago Press (1996) ISBN 9780226644080
Fathering the Map: New and Selected Later Poems , University of Chicago Press (1993) ISBN 9780226644059
Before It Vanishes: A Packet of Poems for Professor Pagels , David R Godine Press (1989)
Clayfeld Rejoices, Clayfeld Laments: A Sequence of Poems , David R Godine Press (1987)
Waking to My Name: New and Selected Poems , Johns Hopkins University Press (1980)
Keeping Watch, Rutgers University Press (1976)
Nothing But Light , Rutgers University Press (1972)
Home from the Cemetery , Rutgers University Press (1969)
Guarded by Women , Random House (1963)
A Stranger's Privilege , MacMillan Publishers (1959)
The Irony of Joy , Scribners (1955)

Prosa:

Willing to Choose: Volition and Storytelling in Shakespeare's Major Plays , Lost Horse Press (2007)
Composing Voices: A Cycle of Dramatic Monologues , Lost Horse Press (2005)
Belief and Uncertainty in the Poetry of Robert Frost , The New England University Press (2003)
The Long View: Essays on the Discipline of Hope and Poetic Craft , The University of Massachusetts Press (1991)* Affirming Limits: Essays on Motality, Choice, and Poetic Form , The University of Massachusetts Press (1985)
Faces in a Single Tree: A Cycle of Monologues , David R Godine Press (1984)
Wallace Steves: An Approach to his Poetry and Thought , Rutgers University Press (1958)




En un campo

Aquí, en un campo
de diabólicos pinceles,
el círculo de lejanos árboles
apiñándose, y las cercanas matas
se encorvan como ruinas
mientas la luna desmadejada flota
pasada la desolación
que despierta los gemidos de los búhos. Aquí
cual si fuéramos del mundo
los últimos amantes,
hemos arrancado de las ruinas
la ráfaga melódica
de aves quejumbrosas.
Tú, yacías dormida
respirando como respira el viento
por los húmedos cardos
el aroma de las enredaderas,
y así mientras escucho acerco
mi cuerpo hacia el tuyo
cuando en un leve espasmo
se sacude tu mano
y la luz de la luna busca un eco
en tus dientes.
Temo besarte.
Nunca he deseado tanto
no morir.

en Guarded by Women, 1963
http://descontexto.blogspot.com.es/





Arrowhead

    Where two streams joined, we met
By accident, sitting upon an outcropping of rock
With only the intent of watching
Water flow beneath unwinding water.
    Facing up-stream, she held a flower
To the sun as I leaned back and found
An arrowhead inside a crevice, which lay there
As if someone had left it by intent
As an excuse for me to speak above the whirl of water
Swirling upon stone and thus
Transform the accident of meeting her—
Ablaze in sunlight with a flower in her hand—
Into stark fact as obdurate as rock.
    Could I have called, "Look at this arrowhead
I just found here!" Would she have thought
"An accident, that's credible,"
Or feared that my intent was sinister,
And that the implication of the arrowhead,
Unlike the radiant white flower or
The two streams merging into faster water,
Casting up colored spume,
Had been contrived by me, certain as rock
That forms by geologic laws?
    She had to know an arrowhead
Is humanly designed with the intent to kill,
Though now it's harmless as a flower
Decorating someone's hair,
Or water organized into a garden fountain.
An arrowhead can now be used
As an adornment for a necklace
Like a flower in a painting where a stream
Leaps past a light-reflecting rock
With nothing in a brush-stroke left to accident.
    And so our accidental meeting on the rock
Flowed by, a flower cast upon the water
With intent unknown, and all
That's left now is the arrowhead.






OCTOBER LARCHES

Across the mountainside in evening sun
Golden October larches flare
As if they could delay dark days to come,
Winter encroaching everywhere

My momentary mind can reach.
And in the lake, silent as brooding inwardness,
The larches now are doubled, each
With a true partner in itself,

A multiplying plenitude of one,
Repeated and repeating in my mind.
Reflecting on its own reflections, stunned
With bold illumination of a kind

Beyond what golden sunlit larches teach
Of how to face the all-dividing dark, I find
A multiplying plenitude of one
Across the mountainside in evening sun.

from Elk in Winter





NOVEMBER

November, with the humming “m"
Mellifluous inside its name, 
Meanders with the now diminished stream; 
The once-green tamaracks, transformed, 
Have lost their golden needles, and I see 
The sweeping mountain vistas 
In the morning light have now regained 
Their shimmering chilled clarity. 
Now I imagine that a mellow 
And mild drowsiness begins to take hold 
In the laden rotund bodies 
Of the rumbling bears 
Who soon will all lie muffled deep 
In humid dens, dreaming 
Of what bears dream about, perhaps 
The welcoming of sleep. 
The meadow wind has dwindled 
To a murmuring, a little less 
Than any hushed and human sounds 
That mingled with the golden trees 
I well remember, and a little more 
Than what I know will soon remain 
Of memory –- brown buried leaves beneath 
Mute snow heaped on the forest floor. 
The year has whitened to a frost 
Upon each stiff unmoving branch, 
Reminding me again that I must pause 
While struggling to remember 
To remind myself of what is gone: 
The golden needles of the tamaracks, 
My dream about the dreaming bears. November, 
And I’m almost ready to move on.

                  From LAUGHTER BEFORE SLEEP











MILLER WILLIAMS [16.692]

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Stanley Miller Williams

Nació el 8 de abril de 1930, Hoxie, Arkansas, Estados Unidos - Falleció el 1 de enero de 2015, Fayetteville, Arkansas, Estados Unidos.
Fue un poeta contemporáneo de América, así como traductor y editor.

Arkansas, EU. El poeta de Arkansas Miller Williams, un autor prolífico y profesor encargado de leer un poema en la ceremonia de juramentación del presidente Bill Clinton en 1997, murió a los 84 años.

Williams, el padre de la cantautora Lucinda Williams, falleció en un hospital de Fayetteville a causa de complicaciones del Alzheimer, dijo el viernes su amiga Linda Sheets. Williams fue por años profesor en la Universidad de Arkansas en Fayetteville.

Ayudó a fundar la editorial de la universidad, University of Arkansas Press, en 1980 y fue su director por casi 20 años. Fue autor, traductor o editor de más de 30 títulos, incluyendo una decena de colecciones de poesía, de acuerdo con la organización Poetry Foundation.

"Estaba dispuesto a leer un poema o escribir un poema si alguien lo pedía", dijo su hija Karyn Williams. "Recuerdo que siempre había gente en nuestra casa, ya fueran escritores de visita, profesores o simplemente gente que pasaba por ahí. Siempre estaba dispuesto a ayudar".

Clinton eligió a su amigo para que leyera su poema "Of History and Hope" en su ceremonia inaugural en 1997, con lo que Williams se convirtió en el tercer poeta en participar en este tipo de celebraciones.

Williams, quien propugnó por la infructuosa campaña de Clinton para el Congreso en 1976, dijo en una entrevista de 2013 que quería que el poema fuera una reflexión de "cómo la observación del pasado del país podría ayudar a determinar hacia dónde podría llevarnos el futuro".

"Sabía que el poema sería escuchado por muchos y se publicaría por todo el país y se hablaría de él en los salones de clase, así que quería que fuera real, que se entendiera, y que fuera agradable", dijo Williams a Oxford American magazine en una entrevista.

El rector de la Universidad de Arkansas, David Gearhart reconoció a Miller como "un ícono entre nuestra comunidad académica", y dijo que el país "perdió un verdadero talento y un ser humano increíble".

El año pasado Lucinda Williams musicalizó el poema de su padre "Compassion" y lo incluyó como la primera canción de su más reciente disco. Williams dijo que su padre le había dicho recientemente que el Alzheimer le había quitado la capacidad para escribir poesía.

"Comencé a llorar cuando me dijo eso", señaló el año pasado. "Lloriqueé como un bebé, no podía creerlo. Ese era mi papá, el poeta. Era como si alguien me dijera que no podía ver más. Era una parte de él que se fue, como si una parte de él muriera. Por eso esto es tan importante para mí".

Además de sus dos hijas, a Wiliams le sobrevive su esposa Jordan y su hijo Robert.


Libros:

A Circle of Stone, 1965
So Long at the Fair, 1968
Halfway from Hoxie, 1973
Why God Permits Evil, 1977, Louisiana State University Press
The Boys on Their Bony Mules, 1983, Louisiana State University Press
Patterns of Poetry, 1986, Louisiana State University Press
Living on the Surface, 1989
Adjusting to the Light, 1992, University of Missouri Press
Points of Departure, 1994
The Ways We Touch: Poems , 1997, University of Illinois Press
Some Jazz a While: Collected Poems, 1999, University of Illinois Press, ISBN 978-0-252-06774-7
Making a Poem: Some Thoughts About Poetry and the People Who Write It, 2006, Louisiana State University Press, ISBN 978-0-8071-3132-9
Time and the Tilting Earth: Poems, 2008, Louisiana State University Press, ISBN 978-0-8071-3353-8




Junio veinte, tres días después

Cuando un yo era niño y un hombre moría
al paso del cortejo un verso decía
uno, dos, tres autos, cuatro, cinco, seis
el diablo abre la puerta para ver quien es.

…Me mantuve fumando la noche entera sin dormir
y vi las luces y el día surgir.
Cuando el sol terminó con la última estrella
dejé la casa y la puerta entreabierta
y fui a la iglesia. El padre fue tierno
pero el agua bendita fría como el hielo.
Encontré a un amigo y sentí su mano
derrumbarse en la mía cual barro mojado.
Fui a oír qué decían en la plazoleta
pero allí sólo había gente sin cabeza.
Busqué en el reloj la hora del día
pero el hoyo en el muro nada me decía.
Insensible al cielo sin importarte el infierno
tú sabías algo que guardaste en silencio.
Que el alma sólo era miedo, tú decías,
y que el cielo aquí estaba lo que de cielo había.

Bien, el cielo se fue, si es que cielo era
y el alma descansa en su fosa eterna.
Pero el infierno es grande y el infierno es un hueso,
y el infierno me invade cuando me siento solo.
Es una niña muerta que ronda por el pueblo
buscando por siempre tenderse en mi lecho.

en 19 poetas de hoy en los Estados Unidos, 1966




SPEEDING PAST THE I-40 EXIT TO BASCUM HE BEGINS TO THINK ABOUT TACKETT’S STATION AND WESTERN CIVILIZATION AND PEGGY HOOPER

Where the Woodrow Wilson School was once
squat blocks of pastel siding
slap back at the sun.

Why should it be there? Who was Woodrow Wilson?

We had a Dodge. When we hit a chicken
we had chicken.

Milton Tackett fixed tires and sold the rubbers
you had to have in your wallet
like a badge
You’re under arrest. Take off all your clothes.

Milton gave a package of rubbers free
for any pair of panties.
When you told him her name and he believed you
you got a dozen.
No sir I said I guess not.
Well he said if I said
pussy I could have one anyway

A woman off the Titanic
talked Sunday night.
She said that all she heard them play
was a waltz.

I bought a Nash
for 97 dollars.
Sunday afternoons
cotton rows running up to the road
flicked by like spokes.
The cropdusting plane put down its pattern
back and forth across the field
like a shuttle.
I was drunk on speed
and metaphor. The world 
was a weaving machine.

But on the other hand 
said Alexander the Great 
bringing down the sword on the Gordian knot 
fuck fate

Didn’t you used to live here?

Don’t do that you’re going to tear something
Look if I take off my clothes will it make you happy

I’m sorry. What did you say?

Nothing. Never mind.






THE FRIEND

I hadn’t seen him in twelve years.
He could put his hands between the wall
and a light and make a rollercoaster
a kidney machine a split T
running a double reverse.
I heard he was in town so of course I invited him.
I took down a picture to have a blank space
on the wall.
Everyone gathered in a semicircle.
I turned off all the lights except one lamp.
Go ahead I said.
He made a dog.
Then he made a rabbit. It only had one ear.
The elephant didn’t have a trunk and looked like a cow.
Jesus Christ I said What happened.
I could hear someone across the room
mixing a drink in the dark.






FOR A FRIEND WHO COMES TO MIND AT THREE IN THE MORNING

This place where love began
is diminished as much 
as Bill Sloane was a man.

Well, as you would have said, 
It’s finished as such. 
Meaning Hell, I’m dead.

We talked and drank one night 
a while till dawn; 
you told Jim Beam and me 
There’ll come a time you might

happen together, you two,

when I’ll be gone. 
Toast him that used to be. 
So. Now you are. So now we do.






FOOTNOTE ON THE INVENTION OF SMALL PLEASURES

Young Adam surely must
being newly from dust
the only human life
and with no word for wife
have been somewhat perplexed
to find himself so sexed.





THE JESUS WOMAN STANDING AT MY DOOR

came with a bible in the middle of what I do
How are things in Porlock I asked her
No she said I’m from Joplin Missouri





EVERYTHING IS FINE HERE HOW ARE YOU

She blinks above her sunglasses at the man
putting the letters up on the movie marquee.
Along the wire he slides an S, an N.
His sleeves are cut away. The marguerita
she presses against her mouth. She feels her mouth
suck in against the salt. She watches the man
test his way descending the step ladder
and jerk it spraddled across the sidewalk.
The sound has her in front of a shingled house,
her mother pushing the screen door open, calling
always. She watches him climb the ladder again.
If she passes that way and speaks to him
he will go off and leave her in a grove of oaks,
the twisted bra knotted about her wrists,
the panties stuffed in her mouth, the eyes






JOHN MASEFIELD [16.693]

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John Masefield 

John Edward Masefield (1 de junio de 1878, Ledbury, Herefordshire - 12 de mayo de 1967, Berkshire) fue un poeta inglés.

Fue marinero en su juventud, después vivió precariamente por varios años en los Estados Unidos antes de asentarse en Londres. Es mejor conocido por sus poemas sobre la mar de la obra Salt-Water Ballads de 1902, que incluye "Sea Fever" y "Cargoes", y por sus largos poemas narrativos, como The Everlasting Mercy (1911), que contiene frases de tosquedad coloquial que fueron desconocidas en los versos ingleses de principios del siglo XX.

Después de convertirse en un laureado poeta en 1930, su poesía se volvió más austera. También escribió novelas de aventura, reseñas y obras para niños.






Fiebre marina

Debo descender a los mares otra vez, a la soledad del mar y el cielo,
y todo lo que pido es un velero y una estrella para navegar
            con rumbo a ella,
y el golpe del timón y la canción del viento y la agitación
            de una vela blanca,
y una niebla gris en el rostro del mar y que se asome un gris amanecer.

Debo descender a los mares otra vez, pues el llamado de la marea huyendo
es un llamado salvaje y un claro llamado que no se puede negar;
y todo lo que pido es un día de vientos con nubes blancas allá arriba,
y la espuma arrojada y soplada, y también el grito de las gaviotas.

Debo descender a los mares otra vez, a la vagabunda vida gitana,
al camino de la gaviota y la ballena, donde el viento sea como
            un cuchillo afilado;
y todo lo que pido es una historia feliz de un trotamundos mientras ríe,
y dormir tranquilo un dulce sueño cuando terminen mis largas horas
             al timón.

en Salt-water poems and ballads, 1913

Versión de Juan Carlos Villavicencio



Sea Fever

I Must go down to the seas again, to the lonely sea and the sky,
And all I ask is a tall ship and a star to steer her by,
And the wheel's kick and the wind's song and the white sail's shaking,
And a gray mist on the sea's face, and a grey dawn breaking.

I must go down to the seas again, for the call of the running tide
Is a wild call and a clear call that may not be denied;
And all I ask is a windy day with the white clouds flying,
And the flung spray and the blown spume, and the sea-gulls crying.

I must go down to the seas again, to the vagrant gypsy life,
To the gull's way and the whale's way, where the wind's like a whetted knife;
And all I ask is a merry yarn from a laughing fellow-rover,
And quiet sleep and a sweet dream when the long trick's over.










DIMITRA CHRISTODOULOU [16.694]

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Dimitra Christodoulou 

Nació en Atenas en 1953. Estudió Derecho y Literatura y trabajó como maestra de escuela. Su primera colección de poesía fue publicada en 1974, seguida de muchos libros de poesía y también colecciones de historias. Una selección de sus poemas han sido traducidos a diferentes idiomas y publicado en griego, así como en revistas y antologías internacionales. 
Dimitra Christodoulou vive en Atenas.



Mujer

Te llamo mi dulce primavera. Porque tú verás
Al cielo ardiendo sobre los campos trabajados.
Y a las plantas cambiando de plumaje.
Alzas una encolerizada cabeza
Un árbol lleno de pájaros
Y del negro follaje surgen
El humo y el cuerno de tu raza
Y la bruma lechosa del amanecer.

en Igisó, 1979






Botanik einer fröhlichen Welt

Ein kleines Handtellerlicht. 
Und Gras auf den Decken. 
Er ist verreist, aber nicht tot. 
Die Scherben seiner Brille, 
der Staub an seiner Jacke, 
die weißen Knöchel, die Federmatratze, 
noch ist alles hier.

Er ist verreist, aber nicht tot. 
Zu hören jetzt die Ankunft des Nachmittags. 
Und die Geräusche der Gartenarbeit, 
der den Vögeln hingeworfene Krumen 
der Geruch eines verlassenen Nests, die Gießkanne,
Gewohnheiten, ein frommer Eifer, der Grundstock eigener Werte, 
und der schwindende Sinn 
eines Werkzeugkästchens, 
immer noch ist alles hier und weiterhin 
der Widerhall eines Lebens, mit erhobenen 
Armen gleich einem Baum, mit einem Körper aus Rauch.

„Ein gutes Wort für die Liebe ist die Vergebung, 
nach der unsere Taten streben. 
Alle sind in mir, die mich nicht umgeben. 
Und ich habe den Mut sie wieder zu finden.“ 
So steht es auf dem Blatt, das er hinterließ. 
Natürlich nahm er nicht mit seinen Federhalter 
seine Rechtschreibfehler. 
Doch was richtig erschien einen ganzen Winter lang, 
verändert sich durch Leben und Tod 
wie die Augen erster Triebe an einem großen Ast, 
wie der eingefügte Spross, der sich 
an die richtige Kerbe bindet.

Doch er wird uns wieder schreiben. Er wird schreiben. 
Neue Hyazinthenarten, 
ein herzliches Strömen von Düften, 
die Quellwasserhybride, die steinernen Blütenblätter 
einer ungewöhnlichen zweiflügligen Anemone 
und jetzt, mit stillgelegten Händen, 
wie allein der Geist kultiviert und sammelt 
– fruchtlose Mühe, sanftester Trieb – 
die Ratlosigkeit, die Trauer, die Verantwortung.

Übersetzung von Farhad Showghi




ΒΟΤΑΝΙΚΗ ΕΝΟΣ ΧΑΡΟΥΜΕΝΟΥ ΚΟΣΜΟΥ

Φως μικρό από μια παλάμη.
Χλόη στα σκεπάσματα.
Ταξιδεύει, αλλά δεν είναι νεκρός.
Τα θρύψαλα από τα γυαλιά του,
Η σκόνη από το σακάκι του,
Οι άσπροι αστράγαλοι, το πουπουλένιο στρώμα,
Όλα είναι ακόμη εδώ.

Ταξιδεύει, αλλά δεν είναι νεκρός.
Άκου που έρχεται το απόγευμα.
Κι ο θόρυβος από κηπουρικές φροντίδες
Και τα ψίχουλα τ’ αραδιασμένα στα πουλιά
Κι η μυρωδιά άδειας φωλιάς, το ποτιστήρι,
Συνήθειες ευλάβειας, τύποι ιδεών,
το απερχόμενο νόημα
Ενός μικρού κιβώτιου μ’ εργαλεία,
Όλα είναι πάντα εδώ κι ακόμη
Η βουή μιας ύπαρξης που σήκωσε
Χέρια σαν δέντρο, ανάστημα καπνού.

«Αν οι πράξεις μας γυρεύουνε άφεση,
Αυτό είν’ όνομα καλό για την αγάπη.
Όσοι δεν είναι γύρω μου είναι μέσα μου.
Κι εγώ έχω το κουράγιο να τους βρω».
Έτσι γράφει το χαρτί που μας άφησε.
Βέβαια, δεν πήρε το πενάκι του.
Τα λυπημένα του ορθογραφικά.
Μα ό,τι είναι ορθό έναν ολόκληρο χειμώνα
Ζωή και θάνατος μεταμορφώνουν
Σαν τα μάτια που πετάει μια κλάρα,
Σαν το μπόλι, που μόλις πάει να δέσει
Επάνω στη σωστή χαρακιά.

Αλλά και πάλι θα μας γράφει. Θα μας γράφει…
Τις νέες ποικιλίες υακίνθων,
Μια πιο εγκάρδια βλάστηση αρωμάτων,
Τα υβρίδια των πηγών, τα πέτρινα πέταλα
Μιας εξαιρετικής διπτέρου ανεμώνης
Και πώς με άπραγα τα χέρια πια,
Μόνος ο νους καλλιεργεί και συλλέγει,
Άκαρπο μόχθο, τρυφερότατο βλαστό,
Την απορία, τη θλίψη, την ευθύνη.

Dimitra Christodoulou
De: ΚΥΠΑΡΙΣΣΙ ΤΩΝ ΕΡΓΑΤΙΚΩΝ





BAUKLÖTZCHEN

Der Baum wuchs mitten im Raum.
Daneben wie erleuchtet meine Schwester
sie band mir ernsthaft und geschickt
die gläsernen Schleifen.
Warum, beschwor ich sie, warum, Theodora,
leben wir nicht voller Demut
entweder im Dunstkreis des Kaisers
oder [weit weg] an der stillen Küste des Schmieds.
Vergiß nicht den Fluß, wandte sie ein,
ich brauche einen Fluß vor dem Haus
mit Binsen am Ufer und Kieselsteinen
und einer Uhr im Schilf
für die unermeßlichen Sekunden der Tiefe. 
Vergiß ihn nicht im Morgendämmer
beim ersten Erwachen in seiner sanften Kühle
aufatmend in der blitzenden Brise, in der
die Kioske davonsegeln nach Norden
und die Busse einer nach dem anderen
vorbeigleiten im Rascheln der Zeitung.
An der Treppe wächst noch ein Baum empor
unter den hellen Regentropfen, höher als
das verlassene Schwalbennest, über die
Schneegrenze hinaus.
Alles strömt mit in diesem Fluß,
so strahlend sauber, in lebendigen Farben:
rot der Berg, braun die Sonne, 
so weiß die Kamillen am Himmel, 
hellblaue und gelbe Tierchen flimmernd 
in der Biegung zum Meer.
Alles so ernsthaft, so glänzend
wie die zärtliche Spur einer Schnecke
auf einem Frauenschuh. 
Versteh doch, wichtig ist nicht, daß du lebst, sondern 
daß sich irgendwer an dich erinnert. 
Nur der Mond lächelt dann und wann
Keiner von euch bemerkt es.

Übertragung von Brigitte Oleschinski





ΚΥΒΟΙ

Το δέντρο φύτρωσε μες στη σάλα.
Δίπλα του φωτισμένη η αδελφή μου
μού έδενε σοβαρή κι επιδέξια
τα γυάλινά μου κορδελάκια.
Γιατί, της έλεγα, γιατί, Θεοδώρα,
γιατί δε ζούμε σαν τους δούλου του Κυρίου
ούτε μες στη χημεία του αυτοκράτορα
ούτε στην ήρεμη ακτή του σιδερά;
Θυμήσου τον ποταμό, έγνεφε εκείνη,
χρειάζομαι έναν ποταμό μπρος απ’ το σπίτι
με καλαμιές, με βότσαλα
και προπαντός μ’ ένα ρολόι μες στα βούρλα
για τα μεγάλα δευτερόλεπτα του βυθού.
Θυμήσου πιο πολύ τα χαράματα
ένα πρωινό ξύπνημα στη δροσιά.
Ο αέρας ν’ αστράφτει ανασαίνοντας
τα περίπτερα να μπαρκάρουν προς βορράν
τα λεωφορεία να γλιστρούν ένα ένα
κι ο θρος των εφημερίδων αργός.
Κάτω απ’ τη σκάλα άλλο δέντρο φουντωμένο
κινούμενο με τις ψιχάλες στα ψηλά
όπου η χελιδωνοφωλιά ακατοίκητη
και σπάνιο το πέρασμα του χιονιού.
Όλα στον ποταμό, με το ποτάμι
πεντακάθαρα, με χρώματα ζωηρά
κόκκινο το βουνό καφετής ήλιος
άσπρα τα χαμομήλια τ’ ουρανού
γαλάζια και κίτρινα ζωάκια τρεχάτα
αστράφτουν στη στροφή προς τη θάλασσα.
Όλα τόσο σοβαρά, τόσο λεία
όσο το χάδι στο γοβάκι
από το πέρασμα ενός σαλιγκαριού.
Καταλαβαίνεις, δεν είναι που ζεις
είναι που δε σε θυμούνται πια
χειροκροτεί το φεγγαράκι πότε πότε
ούτε συ ακούς, ούτε εκείνο.

Dimitra Christodoulou
De: ΧΩΜΑ








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