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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ZUSMAN SEGALOWICZ [16.438]

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Zusman Segalowicz

Seudónimo de  Alexander Jawec, Swengali ( Yiddish זוסמאן סעגאלאוויטש, nació en 1884 en Bialystok, Polonia - En 1954 fallece en Tel Aviv, Israel.

Nacido  en el seno de una familia rabínica Influido por la literatura rusa, sus primeros escritos fueron en ese idioma para pasar luego al ídish. En 1919 se establece en Varsovia, donde permanece hasta 1939. Al estallar la guerra se traslada a Israel. Autor de una obra polifacética que incluye cuento, poesía y ensayo, su producción gozó de gran popularidad y fue traducida a cantidad de idiomas europeos. 

Literaria 

1906 tomik debiutancki
1912 In Kazmeż (W Kazimierzu) - znakomity poemat w języku jidisz, osnuty na wątku miłości żydówki Esterki do króla Kazimierza Wielkiego
1920 Cajtike trojbn - zbiór liryków miłosnych
1920 Fun Rusłand, fun der rewolucje - proza wspomnieniowa
1922 Cylka z lasu (1922; wyd. w języku polskim 1929) – powieść prozatorska
1929 Bracia Nemzor (1929; wyd. polskie 1936)
1924 – 1926 Zeliks jorn (t. 1-3)
1926 Majses fun der rusiszer kazarme
1926 Unzer froj (Nasza żona) - powieść zawierająca pierwiastki autobiograficzne (w satyryczny sposób autor pokazuje związek Klary z braćmi Segałowicz)
1944 Dortn (1944) - zbiór poetycki
1945 A bojm fun Pojłn – poezje
1946 Tłomackie 13 (wyd. polskie 2001)
1948 Icter , poezja nawiązująca do holokaustu
1948 Majne zibn jor in Tel Awiw - autobiografia opisująca życie pisarza w Izraelu



A Group of Bialystoker Delegates to the Culture Congress in New York in 1948. Seated, right to left: B. Zalewitz (Tel-Aviv), J. Pat, David Sohn, Z. Segalowitz, Jacob Waks (Melbourne), Meyer Brown (President of the Jewish National Workers'), Louis Cohn. Standing Harry Kaplan and Bernard Morgenstern.



Una nave

¿Me preguntas qué quiero,
qué necesitaría mi serenidad?
Una nave
que no se detenga en ningún puerto;
un barco que siempre navegue.

Irme del mundo enfermo,
de todo lo que destruyó mi fe.
Una nave
que no sepa de anclas;
un barco que no regrese.




Como escritura jeroglífica

Como escritura jeroglífica se esparcen tus cabellos
sobre la blanca almohada.
Tus ojos cerrados;
tus labios cerrados,
¡¿quién eres, mujer?!

¿Qué te trajo a mí?
¿Qué te apartará de mí?
Tu corazón es más profundo que el mar,
es como un secreto del cielo.
¿Quién entiende de un corazón el palpitar?

Estás completamente desnuda ante mí,
y sin embargo me resultas un misterio.
¡Despierta, despierta!
Entre tus brazos
quiero quemar un universo. 




El mecenas

El poeta de cabello largo
seguido por el mecenas
viene cada noche a la taberna,
los ojos cansados, agobiados.

Sentados hablan, comen, ríen,
bostezan hacia la noche,
bostezan noche adentro.

Y ya muy tarde, sentados, cansados,
escribe un canto así el poeta
sobre una servilleta,
un epigrama, un verso,
una canción.

El mecenas, repleto,
cuerpo y cabeza pesados,
toma en la mano la pequeña servilleta,
el canto del poeta,
y se limpia los grasientos labios
con ella.

El mecenas. 



Antología de la poesía
ídish del siglo XX
Selección y versión de
ELIAHU TOKER 







MANI LEIB [16.439]

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Mani Leib 

(1883-1953; también: Mani Leyb, seudónimo de Mani Leib Brahinsky; Yiddish : מאַני לייב) fue un Yiddish poeta -lenguaje, nacido en Nizhyn, Chernihiv Oblast, Ucrania, entonces en el Imperio Ruso. Fueron ocho hermanos; su padre vendió pieles, cueros, y animales en las ferias regionales. Su madre mantenía a la familia vendiendo gallinas, gansos y huevos. En Un mayse vegn zikh "(una historia sobre mí mismo), se la describe como una fuente de rimas espontáneas, poemas y epigramas.

A la edad de 11 años, Leyb dejó la escuela para ser aprendiz de un zapatero; como participante en "actividades revolucionarias", fue arrestado dos veces en su adolescencia.

Emigró a los Estados Unidos a la edad de 22 y se instaló en la ciudad de Nueva York en 1906. Publicó sus poemas en periódicos en yiddish como The Jewish Daily Forward. Escribiendo en las cadencias del lenguaje ordinario, formó un grupo de poetas llamados Di Yunge ("el joven"). De acuerdo con la Biblioteca Virtual Judía, de Leib "poemas sonoros dibujaron una renovada atención a la lengua yiddish a través de su hábil uso de la aliteración y la repetición." Estos poemas resultaron controvertidos, y fueron parodiados por Moyshe-Leyb Halpern en 1910; los dos, se argumenta, se convirtieron en rivales. 

Mani Leib también escribió acerca de los niños. Su clásico, Yingl Tsingl Khvat, fue ilustrado por el maestro vanguardia rusa, El Lissitzky. 

Trabajó toda su vida haciendo zapatos y botas, y se hace referencia a su profesión en el poema "Yo Soy". Contrajo tuberculosis y vivió en un sanatorio durante dos años. Nunca perdió su creencia en "la capacidad de la poesía para transformar lo mundano en lo divino."

Su reputación continuó creciendo después de su muerte, cuando su trabajo se publicó: Lider ONU Baladn (Canciones y baladas) en 1955 y Sonetn (sonetos) en 1961. Lider baladn un, fue reimpreso en 1963 con traducciones hebreas paralelas por Shimshon Meltzer, y una introducción de Itzik Manger. El segundo volumen de Lider ONU Baladn contiene una breve autobiografía. 





Espejos muertos

Mi hermano yace en mis espejos muertos
y duerme. Descansa. Sobre su cara
una sonrisa enferma. Y delicadamente mana sangre
de sus alas cerradas.

Y nuestra hermana se inclina ante los espejos;
es suave y bondadosa como nuestra madre,
y de las alas cerradas de nuestro hermano,
con sus cabellos tiernos, limpia la sangre.




La noche

La noche ha de andar a ciegas
tanteando con dedos ciegos
por calles apagadas;
golpeando con ciegos dedos
ventanas clausuradas.
Ha de sentarse,
despeinados los cabellos negros,
al pie de una tapia,
al acecho de alguien,
para hechizar a alguien,
para llorar a alguien.




Versos

¿Quién te necesita aquí, poeta? ¡Sofoca tu fuego silencioso!
¡Fluyan por todas partes sueño y noche prolongados!
¡Y preciado y triste, aparécete en sueños,
a algún otro poeta, dentro de cien años! 




Extraños

El se arrojó como un niño sobre su corazón
con su soledad enorme y su tristeza.
Mamaba de los dos despiertos manantiales de oro
con ojo desfalleciente y sangre hambrienta

su sabor a leche; y se estiraba como un cuchillo
a abrir de par en par su dulce cuerpo,
a disolverse en su fresca hueva, a deshacerse en ella,
en su abismo; volver a hacerse parte de su hueva.

A la noche, con las estrellas, estaban sentados a la mesa
Los dos comían pan.
Entre ellos, yacía el cuchillo sobre la mesa.

Pero extraños, los ojos de ambos se eludían
como si el cuchillo cortara en dos el lazo
y los separara, como a los dos extremos de la mesa.





Me gustan

Me gustan las mujeres preñadas
con los puntiagudos vientres hinchados,
cuando, como las vacas por los valles con hierba,
cargan sus cuerpos duplicados.

¡Cuanta seguridad hay en sus ojos
que relampaguean como torrentes!
Aroman con leche
como un atardecer de verano en los establos.

Con ojos como puñales de acero,
te olvidas en un incendio de heridas,
que las rosas de sus pezones
se encendieron alguna vez sobre tus labios. 


Antología de la poesía
ídish del siglo XX
Selección y versión de
ELIAHU TOKER 





Der blinder

In the cradles, children cry,
mothers rock them along;
Liulinke, lui, lui
Luilinke, lui, lul.

With a sack goes the blind man,
Drags his rest with him;
The blind man knocks in a gate,
But the gate is shut.

Cries the blind man
in his sadness,
God, you at least should hear me,
Liulinke, liu-liu

And at the gate, lies the blind man
The night covers him over.
In the cradles, children cry
mothers rock them along.
Liulinke, liu, liu
Llulinke, liu, liu.





ELIEZER STEINBARG [16.440]

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ELIEZER STEINBARG

Eliezer Steinbarg (Shtaynbarg; 18 mayo 1880 hasta 27 marzo 1932) fue un profesor y fabulista poeta yiddish.

Nació en Lipcani, Besarabia en Moldavia y se convirtió en maestro en Besarabia y Volhynia. En 1902 se convirtió en un poeta yiddish, pero no publican sus obras hasta después de su muerte.  Enseñó yiddish y hebreo, escribió y dirigió obras de teatro para niños y fue editor de la Kultur, una revista de artes yiddish. Se convirtió en una figura notable en la cultura idish, y sus obras fueron ampliamente recitadas.

Su primera obra publicada Mesholim, un libro de fábulas, no apareció hasta poco después de su muerte, cuando se convirtió en un éxito de ventas. Los trabajos seleccionados de Eliezer Steinbarg se pueden encontrar en el libro bilingüe El judío de Fábulas (2003), traducido por Curt Leviant. Se encuentra enterrado en el cementerio judío de Chernivtsi. La Sociedad Cultural Eliezer Steinbarg judía en Chernivtsi lleva su nombre. 



El gato y el salchichón

E1 gato andaba acongojado:
—¡Miau, miau, miau; la patrona se olvidó de mí
y la mucama me pegó!
¡Estoy hambriento y quiero comer!
¿A quién quejarme? ¿Ante quién llorar?
Miau, ¡me muero de hambre y sed!

Entonces el salchichón, entrado en carnes,
comienza a predicarle moral al gato;
(ya que no va en su ayuda,
se siente obligado a brindarle una palabra al menos):
—¡Qué feo ver llorar a un gato!
Decididamente no queda bien.
¿Hambriento? ¿Y qué?
Y si alguna vez uno no se llena el buche, ¿es tan terrible?
Hasta diría que es mejor no comer.
¡Quién tiene hambre no se olvida de Dios!
¿Dónde está el arrepentimiento si no se ayuna?
¿Acaso tiene sentido llenarse de carne el vientre?
Agua, sal y una piedrita por almohada.

—Miau —dice el gato— tu discurso entero
no reemplaza a la comida.
Todo lo que dijiste ya se me olvidó.
Yo sólo recuerdo lo que pongo en mi barriga.
soy nada más que un gato.

Quiere escapar el salchichón
Pero con dientes y uñas el gato lo atrapa
y lo devora junto con su sermón.
Una vez tragado y repleto el vientre
con el salchichón y su lección,
Se va el gato a visitar a los ratones,
a impartirles clases de moral. 

Antología de la poesía
ídish del siglo XX
Selección y versión de
ELIAHU TOKER 









AVROM REYZEN [16.441]

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Avrom Reyzen

Avrom Reyzen (Abraham Reisen) (1876 – 1953), fue un escritor idish, poeta y editor, y el hermano mayor de la yiddishista Zalman Reyzen.

Reyzen nació en Koidanov (Minsk, Bielorrusia oriental). Extraordinario poeta y cuentista, fue uno de los discípulos favoritos de Peretz. En 1908 emigró a los Estados Unidos donde publicó cientos de relatos y poemas, algunos de estos, adoptados por el pueblo como verdaderas creaciones populares y anónimas. Falleció en Nueva York en 1953.


Voces

¿No es un milagro acaso
lo de nuestros lejanos hermanos?
Por su lado, en cada tierra,
canta cada cual su canto;

todas las voces cruzan luego
los océanos todos,
y los cantos lejanos
se hacen uno solo.



HD Nomberg, Haim Zhitlovsky, Shalom Ash, IL Peretz, A. Reyzen (Conferencia Czernowitz, 1908)


Una familia de ocho

Solo un par de camas
para una familia de ocho.
¿Cómo duermen entonces
cuando llega la noche?

Tres con el padre
y tres con la madre,
brazos y piernas
mezclados, trenzados.

Y cuando cae la noche
y hay que tender las camas,
comienza a pedir la madre
la muerte sobre sí.

Y lo piensa de veras,
y no tiene nada de extraño:
también la tumba es estrecha,
pero se yace separado. 



Campanas de iglesia

¡Qué repicáis, campanas de iglesia!
¡Basta! Suficiente terror ha sembrado ya
vuestro siniestro sonido en nuestro pobre mundo.

Vuestras campanadas parecen llamar
a quemar cuerpos humanos
en los altos patíbulos que habéis levantado.

Vuestro sonido convoca a verdugos
a martirizar a todo aquel que piensa
y a cortar las cabezas que no quieren doblarse.

Vosotros pretendéis acunar al mundo
con un negro canto de muerte
y cubrirlo con un manto jesuita.

Yo construí una nueva campana
para despertar esclavos agobiados
y no la cuelgo en iglesias sino en el aire;

una campana que en vez de asustar, despierte
por todos los rincones, al mundo entero
con un entusiasta y alegre llamado: levantaos a vivir

Antología de la poesía
ídish del siglo XX
Selección y versión de
ELIAHU TOKER 



MORRIS ROSENFELD [16.442]

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MORRIS ROSENFELD

Nacido en 1862 en Bokcha, Polonia, en el seno de una familia obrera En 1882 emigró a los Estados Unidos donde ejerció su oficio de sastre en talleres asfixiantes, volcando en su poesía una rebeldía que expresaba la de toda esa masa de obreros judíos llegados en la gran corriente migratoria. La poesía de Moris Rozenfeld cobró gran popularidad, siendo traducida luego al inglés, alemán y francés con lo que trascendió del marco judío. Representante de una generación de poetas proletarios, Rozenfeld pasó sus últimos años en la miseria, falleciendo en Nueva York en 1923.



Héroes

¿Quién dice que ya pasó el tiempo de los héroes;
que el hombre no posee ya coraje
para mirar al peligro cara a cara;
que nadie viene ya a ofrecerse
para luchar por la humanidad y sus derechos
como en aquellos viejos tiempos?

¿Quiénes se atreven descaradamente a negar
la grandeza de la humanidad;
quiénes arrojan embustes y desatinos
sino los enemigos del presente?
El hombre es hoy como lo fue siempre
coronado de espíritu, para la lucha listo.

¿Acaso no es un vencedor, un héroe
aquel que lucha con la necesidad y la miseria;
que sobrenada las negras olas de la soledad
y no se vuelve estafador ni villano;
que sigue en esa lucha hasta el fin de su vida
intentando crear, esperanzado?

¿Acaso no es un gran hombre, un héroe
aquel que mitiga penas ajenas;
que toma parte de sus alegrías
para compartirlas con el oprimido;
que se esfuerza por su compañero
y comparte con él su único mendrugo? 

¿Acaso no es un héroe, un luchador enorme
el hombre que corta, cava y construye;
que se ríe del peligro que lo acecha
y hace seguir girando la rueda del mundo?
¿Acaso no es un noble caballero, un héroe
ese hombre que crea los bienes del hombre?





Crisis

(fragmento)

Todos los paladares están resecos,
y adormecidas las lenguas;
¡qué tiempo esplendoroso, pueblo
dio a luz tu confianza!

Soñabas y trabajabas
dando fe al poderoso
y ahora te atrapan
el hambre y la miseria.

Porque produjiste sin cálculo
los comercios están repletos
y las fábricas vacías.

Tus patrones viven en la abundancia
aunque en la feria reine el silencio;
su rostro grosero engorda
y se torna más rojo su cuello;

pero tú, pálido suspirante
de la calle miserable,
sin un mendrugo de ira
marchas en silencio a morirte de hambre.

¿Has de tomar con indiferencia
el sufrimiento de tus hijos?
¿No te empuja tu corazón de padre
a buscar pan ya mismo?

¿Acaso va a permanecer tu mano
soñando en tu bolsillo
mientras tu mujer recoge mendrugos
de entre los desperdicios de los ricos? 

Todos tus opresores temen
que ahora te levantes;
la fuerza que posees
sólo tú no la sabes.

¿No ha llegado la hora, acaso,
que aún sigues pensativo;
que no te atreves a tomar ya mismo
lo que tu mano ha construido?

1919 


Antología de la poesía
ídish del siglo XX
Selección y versión de
ELIAHU TOKER 




A Fellow Slave

Pale-faced is he, as in the door
He stands and trembles visibly,--
With diffidence approaches me,
And says: "Dear editor,

"Since write you must, in prose or rhyme,
Expose my master's knavery,
Condemn, I pray, the slavery
That dominates our time.

"I labor for a wicked man
Who holds o'er all my being sway,--
Who keeps me harnessed night and day.
Since work I first began.

"No leisure moments do I store,
Yet harsh words only will he speak;
My days are his, from week to week,
But still he cries for more.

"Oh print, I beg you, all I've said,
And ask the world if this be right:
To give the worker wage so slight
That he must want for bread.

"See, I have sinews powerful,
And I've endurance, subtle skill,--
Yet may not use them at my will,
But live a master's tool.

"But oh, without avail do I
Lay bare the woes of workingmen!
Who earns his living by the pen,
Feels not our misery."

The pallid slave yet paler grew,
And ended here his bitter cry...
And thus to him I made reply:
"My friend, you judge untrue.

"My strength and skill, like yours, are gain
For others... Sold!... You understand?
Your master--well--he owns your hand,
And mine--he owns my brain."




A Millionaire

No, not from tuning-forks of gold
Take I my key for singing;
From Upper Seats no order bold
Can set my music ringing;
But groans the slave through sense of wrong,
And naught my voice can smother;
As flame leaps up, so leaps my song
For my oppressed brother.

And thus the end comes swift and sure...
Thus life itself must leave me;
For what can these my brothers poor
In compensation give me,
Save tears for ev'ry tear and sigh?--
(For they are rich in anguish).
A millionaire of tears am I,
And mid my millions languish.




A Tree in the Ghetto

There stands in th' leafless Ghetto
One spare-leaved, ancient tree;
Above the Ghetto noises
It moans eternally.

In wonderment it muses,
And murmurs with a sigh:
"Alas! how God-forsaken
And desolate am I!

"Alas, the stony alleys,
And noises loud and bold!
Where are ye, birds of summer?
Where are ye, woods of old?

"And where, ye breezes balmy
That wandered vagrant here?
And where, oh sweep of heavens
So deep and blue and clear?

"Where are ye, mighty giants?
Ye come not riding by
Upon your fiery horses,
A-whistling merrily.

"Of other days my dreaming,
Of other days, ah me!
When sturdy hero-races
Lived wild and glad and free!

"The old sun shone, how brightly!
The old lark sang, what song!
O'er earth Desire and Gladness
Reigned happily and long

"But see! what are these ant-hills?--
These ants that creep and crawl?...
Bereft of man and nature,
My life is stripped of all!

"And I, an ancient orphan,
What do I here alone?
My friends have all departed,
My youth and glory gone.

"Oh, tear me, root and branches!
No longer let me be
A living head-stone, brooding
O'er the grave of liberty."




Again I Sing my Songs

Once again my songs I sing thee,
Now the spell is broken;
Brothers, yet again I bring thee
Songs of love the token.
Of my joy and of my sorrow
Gladly, sadly bringing;--
Summer not a song would borrow--
Winter sets me singing.

O when life turns sad and lonely,
When our joys are dead;
When are heard the ravens only
In the trees o'erhead;
When the stormwind on the bowers
Wreaks its wicked will,
When the frost paints lying flowers,
How should I be still?

When the clouds are low descending,
And the sun is drowned;
When the winter knows no ending,
And the cold is crowned;
When with evil gloom oppressed
Lie the ruins bare;
When a sigh escapes the breast,
Takes us unaware;

When the snow-wrapped mountain dreams
Of its summer gladness,
When the wood is stripped and seems
Full of care and sadness;
When the songs are growing still
As in Death's repose,
And the heart is growing chill,
And the eyelids close;

Then, O then I can but sing
For I dream her coming--
May, sweet May! I see her bring
Buds and wild-bee humming!
Through the silence heart-appalling,
As I stand and listen,
I can hear her song-birds calling,
See her green leaves glisten!

Thus again my songs I sing thee,
Now the spell is broken;
Brothers, yet again I bring thee
Of my love the token.
Of my joy and of my sorrow
Gladly, sadly bringing,--
Summer not a song would borrow!--
Winter sets me singing.



Atonement Evening Prayer

Atonement Day--evening pray'r--sadness profound.
The soul-lights, so clear once, are dying around.
The reader is spent, and he barely can speak;
The people are faint, e'en the basso is weak.
The choristers pine for the hour of repose.
Just one--two chants more, and the pray'r book we close!

And now ev'ry Jew's supplication is ended,
And Nilah* approaching, and twilight descended.
The blast of the New Year is blown on the horn,
All go; by the Ark I am standing forlorn,
And thinking: "How shall it be with us anon,
When closed is the temple, and ev'ryone gone!"







ITZJOK LEIBUSH PERETZ [16.443]

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I L Peretz

ITZJOK LEIBUSH PERETZ (polaco: Icchok Lejbusz Perec, hebreo : יצחק-לייבוש פרץ) (18 de mayo 1852 a 3 April 1915), más conocido como IL Peretz.

Nacido en 1852 en Zamoscz localidad ubicada en la zona de Lublin, Polonia, hijo de padres pudientes. Recibió educación religiosa y general graduándose de abogado. Como poeta y dramaturgo, pero en especial como cuentista, abrió caminos nuevos para la literatura ídish e influyó sobre su posterior desarrollo. Junto con Mándele Moijer Sforim y Scholem Aleijem es considerado un clásico de la literatura ídish moderna. Falleció en Varsovia en 1915.



No creas

¡No creas que el mundo es una taberna
creada para abrirse paso a la barra con codos y uñas,
a devorar y emborracharse, mientras otros
miran desde lejos con ojos vidriosos,
tragando, desmayados, saliva
y apretándose el vientre que tiembla convulso!
¡Oh, no creas que el mundo es una taberna!

No creas al mundo una bolsa de comercio
hecha para que el poderoso trafique con los débiles,
comprando el pudor de las muchachas pobres;
comprando a las mujeres la leche de sus pechos; a los hombres,
el tuétano de sus huesos, y a los niños la sonrisa,
esa rara visita de sus rostros de cera.
¡Oh, no creas que el mundo es una bolsa de comercio!

No creas que el mundo marcha a la deriva,
creado para lobos y zorros, estafa y rapiña;
y que el cielo es un cortinado para que Dios no vea,
y que las nubes existen para ocultar tus manos,
y el viento, para ahogar los gritos salvajes,
y la tierra, para absorber la sangre de las víctimas.
¡Oh, no creas que el mundo marcha a la deriva!
El mundo no es taberna, ni bolsa, ni marcha a la deriva!

¡Todo es medido y pesado!
No se evapora una lágrima ni una gota de sangre,
ni se apaga inútilmente la chispa de ojo alguno!
Las lágrimas se hacen río; los ríos se hacen mares;
los mares, un diluvio; las chispas, un rayo.
¡Oh, no creas que no hay juez ni justicia! 



Antología de la poesía
ídish del siglo XX
Selección y versión de
ELIAHU TOKER 




¡Quizás más alto todavía! – por Itzjok Leibush Peretz

Hace mucho tiempo, en la época de Slijot, el rabi Nemirov todas las mañanas solía desaparecer. No se lo veía por ninguna parte: ni en la sinagoga, ni en la casa de estudio y en la suya menos aún. La casa estaba abierta y la gente entraba y salía continuamente. Nadie robaba nada, pero en la casa no había un alma.

¿Dónde puede estar el rabi? Esa era la pregunta que todos se hacían. En realidad, la gente pensaba que en esos “Días Terribles” - Rosh Ha Shana y Iom Kipur - el rabi iba al cielo para traer ayuda. ¿Quién iba a hacerlo sino el rabi.?

Una vez entre todos estos comentarios pasó Shmuel, un chico de diez años muy curioso, y al escuchar decidió investigar el misterioso asunto.

Esa misma tarde, después de la oración, Shmuel se introdujo a escondidas en la habitación del rabi y se metió debajo de la cama. Se quedaría allí toda la noche y vería con sus propios ojos donde estaba el rabi en época de Slijot.

De madrugada oyó que llamaban para las oraciones de Slijot.

El rabi no dormía desde mucho rato. Shmuel se limitó a escuchar, mientras permanecía acostado. Luego de un rato Shmuel escuchó el crujido de las camas en la casa, oyó como los familiares bajaron de ellas, murmuraron una oración, se lavaron las manos, oyó el golpear de las puertas… Luego la gente salió de las casas; nuevamente todo quedó silencioso y oscuro. A Shmuel le asaltó un miedo terrible.

Por fin, el rabi se levantó. Se acercó al ropero y sacó de él un paquete que contenía un traje de leñador: pantalones de lino, botas, un saco, un gorro de piel con una ancha tira de cuero.

Se lo puso… Del bolsillo del saco asomaba la punta de una gruesa soga de aldeano. El rabi salió de la casa y Shmuel detrás de él. Al pasar, el rabi sacó de debajo de una cama un hacha y la puso en el cinturón. Salió de su casa y comenzó a caminar. Caminó y caminó y llegó fuera de la ciudad.

Detrás de la ciudad habia un pequeño bosque. El rabi penetró en él. Caminó 30 o 40 pasos y se detuvo ante un árbol. Shmuel quedó perplejo al ver que el rabi sacaba el hacha de su cinturón y comenzaba a cortar el árbol. Vio como el rabi hachaba y ataba un haz de leña con la  soga que sacó de su bolsillo. Colocó el haz de leña sobre su espalda, puso nuevamente el hacha en el cinturón y echó a caminar rumbo a la ciudad. En una callejuela se detuvo ante una choza medio derruida y dio unos golpes en la ventanita.

- ¿Quién es? – preguntó una voz asustada del interior de la choza.

Shmuel reconoció la voz de una anciana enferma.

- ¡Yo! - Contestó el rabi con acento aldeano.

- ¿Quién eres? - Preguntó la voz del interior de la choza.

El rabi volvió a contestar con el mismo acento:

- ¡Vasil!

 -

- ¿Cuál Vasil y qué deseas, Vasil?

- Leña - Dijo el disfrazado Vasil - para vender. Muy barata…

Y sin esperar respuesta entró a la choza.

Shmuel entró detrás de él y a la luz de la mañana vio una casita pobre, semi destruida, con un moblaje miserable.

En la cama yacía una anciana judía enferma, que dijo amargamente:

- ¿Comprar? ¿Con qué voy a comprar? Soy una pobre viuda, ¿de dónde quieres que saque dinero?

- ¡Te fiaré! - le dijo el disfrazado Vasil - No son más que 6 centavos.

- ¿Cómo te voy a pagar? - Ddjo la pobre mujer.

- Mujer - Le sermoneó entonces el rabi - Eres una pobre judía enferma y yo te tengo fe para darte un poco de leña y estoy seguro de que me vas a pagar.

- ¿Y quién va a prender la chimenea? - Suspiró la viuda - ¿Acaso tengo fuerzas para levantarme? Mi hijo está trabajando.

- Yo voy a prender la chimenea - dijo el rabi.

Y mientras ponía la leña en la chimenea, el rabi, suspirando, dijo la primera oración de Slijot.

Y cuando la encendió y la leña ya crepitaba alegremente, dijo, con un poco menos de tristeza, la segunda oración. La tercera oración la dijo cuando la leña se quemó…

Pasó el tiempo y Shmuel creció, y cuando escuchaba a la gente decir que el rabi se elevaba al cielo todas las mañanas en época de Slijot; comentaba en voz baja:

- ¡Quizás más alto todavía!… 








ANNA SEWARD [16.444]

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Anna Seward

Anna Seward (12 de diciembre de 1747 – 25 de marzo de 1809) fue una poetisa inglesa, también conocida como Swan of Lichfield.

Seward fue la hija mayor de Thomas Seward (1708-1790), un escritor. Nació en Eyam, Derbyshire, y pasó casi toda su vida en Lichfield, comenzando a escribir poemas desde una corta edad, en parte debido a la instigación de Erasmus Darwin. Sus versos incluyen elegías y sonetos, siendo la más conocida de sus obras Poems on Subjects Chiefly Devotional (1760). También escribió una novela poética, Louisa, de la cual se publicaron cinco ediciones. Los libros de Seward, los cuales incluyen un gran número de cartas, han sido descritos como "novedosos". Horace Walpole ha dicho que "no tenía imaginación, no aportaba nada nuevo". Fue elogiada, sin embargo, por Mary Scott.

Entre 1775 y 1781, Seward fue invitada y participante en las reuniones de Anna Miller en Batheaston. Pese a que las reuniones fueron catalogadas como superficiales, fue allí en donde se reconoció el talento de Anna y que su trabajo se publicó en el volumen anual de poemas escritos durante las juntas, una deuda que reconoció en su Poem to the Memory of Lady Miller (1782).

Sir Walter Scott editó las Obras Poéticas de Seward en tres volúmenes (Edimburgo, 1810). En ellas añadió un memorial de la autora, añadiendo extractos de su correspondencia literaria. Evitó, no obstante, editar la mayor parte de las cartas, las cuales fueron publicadas en seis volúmenes por A. Constable como Letters of Anna Seward 1784-1807 (Edimburgo, 1811). Seward también escribió Memoirs of the Life of Dr Darwin (1804).

En una época en que las mujeres tenían que dirigirse con cuidado en la sociedad, Seward logró cierto reconocimiento. En sus obras, podía ser malévola o bromista en forma alternativa, como en su poema titulado Portrait of Miss Levett, como una belleza de Lichfield casada con el Reverendo Richard Levett.

Como amiga de toda la vida de la familia Levett de Lichfield, Seward notó en sus Memoirs of the Life of Dr. Darwin que tres de los ciudadanos principales de la ciudad habían sufrido un accidente con sus carruajes y se habían lastimado las rodillas el mismo año. Seward escribió "No se recuerda mayor desgracia en la ciudad, ni ha ocurrido nada similar en los años posteriores".



LA VIOLACIÓN DE LA BELLEZA PASTORIL 
DE COALBROOKDALE

Escena de gracia superflua
y malgastada Belleza
¡oh, Coalbrook, violado
en la hora poco propicia
para el encanto y las canciones!...
El Hada de tus sombras quedó dormida
entre tus cañadas y caminos verdes;
entre tus arroyos, rocas, colinas y fuentes,
corrompida por Pluto.

A la vez, unas tribus oscuras
invadieron tus sacros parajes;
románticos y quietos refugios
de la Ninfa silvestre;
la misma que hace tiempo
vagaba entre los árboles,
mientras las Náyades, con su piel perlada,
reclinadas sobre aguas cristalinas,
trenzaban sus rubias guedejas.
¡Pero hoy tu reino, silencioso y fragante,
Vemos usurpado por Cíclopes!

¡Escuchad, cómo chilla en tonos confusos
su llena barcaza,
cómo rechinan sus monstruosas máquinas
al pasar por los cautos manantiales,
mientras los eternos fuegos rojos
con umbrío ardor
chiporrotean en todas tus colinas!.




Anna Seward, una revolucionaria de las letras y el amor

Por IRANTZU MONTEANO 

Anna Seward fue una escritora y poetisa inglesa que vivió entre los años 1747 y 1809. Miembro de la clase media-alta, fue la única heredera de Thomas Seward, célebre canónigo de la catedral de Lichfield, lo que le reportó una cómoda situación económica y la posibilidad de ser una mujer autónoma. De esta forma, Anna nunca contrajo matrimonio, procurándose una vida independiente y creativa en un momento en el que casarse era la única experiencia vital de acceso a la sociedad que les estaba permitida a las mujeres. Célebres son sus comentarios contrarios al matrimonio y muy críticos con los libros de conducta femeninos, publicaciones muy populares en la entonces Inglaterra victoriana.

Perteneció a un círculo amplio y sólido de escritores y hombres de letras, algo extraordinario para una mujer de su tiempo. Lichfield, su lugar de residencia, fue un importante centro literario y ella tuvo la opción de disfrutar de las oportunidades que ello reportaba. De estos momentos gozó junto a Erasmo Darwin, abuelo de Charles Darwin, Thomas Day o Richard Llovel Edgeworth, padre de la también escritora María Edgeworth. Apadrinada por Walter Scott, el célebre poeta mismo  se encargaría de publicar las obras de la poetisa tras la muerte de esta y le confirió el privilegio de escribir el prólogo de una colección de sus mejores poemas, que se editaron en tres volúmenes. El autor siempre elogió su poesía, que definió como “extraordinariamente profunda”. Anna se codeó con intelectuales de gran peso y fue una mujer intelectualmente activa.

Mostró siempre una actitud muy antiheterosexual y muy contraria al matrimonio, negándose en repetidas ocasiones a contraerlo a pesar de que recibiera numerosas ofertas. Ello no la convierte en lesbiana, evidentemente, pero sí que nos la presenta como una mujer diferente que se atrevió a subvertir el orden y a tratar de desarrollar su identidad de mujer más allá del ideal femenino convenido para la época. Su escritura siempre fue más convencional que sus ideas, profundamente revolucionarias para ese momento, pero aun así la poetisa fue capaz de mostrar una dimensión nueva del sentimiento femenino y, a día de hoy, sirve de inspiración para muchas autoras y lectoras, lesbianas y también heterosexuales. La dimensión de deseo y pasión con la que bañó su poesía resulta pues inspiradora para la mujer contemporánea porque describe partes de la subjetividad femenina e indaga en el interior de las mujeres como pocas autoras de su tiempo supieron hacer.

Anna desarrolló una poesía de estilo romántico, tendente hacia cierto sentimentalismo que la crítica sancionaría en ciertos momentos, pero el valor de su literatura es innegable y el poder que eso le otorgó como mujer para desarrollar un talento que venía fortaleciendo desde niña profundamente revolucionario. La autora creó una forma nueva de escribir y así una nueva forma de ser mujer y de amar como mujer.

En este sentido, uno de los temas que más desarrolló en su escritura fue el amor. Anna Seward puede ser considerada como uno de los importantes exponentes del amor romántico moderno, aunque ella trascendiera el esquema heterosexual y ampliase las máximas del mismo como ideal a otro tipo de relaciones, como la amistad entre iguales o la amistad entre familiares. De ahí que la exaltación del deseo se columpie siempre entre el amor sexual y el amor casto, pero lo cierto es que su expresividad y el deseo que manifestó en sus obras de forma constante la convierten en una escritora y en una mujer diferente. Fue ella quien dio mayor impulso a lo que en la Inglaterra decimonónica se denominó la “amistad romántica”, un tipo de amistad pasional no sancionada por la opinión pública que daba opción al lenguaje acalorado y romántico entre dos amigas. La amplia colección de cartas personales que se conservan, en las que puede apreciarse una interesante y permanente demostración de pasión por algunas de sus amigas, es muy interesante. En realidad nunca podremos aclarar con rotundidad si lo que Anna expresaba era un intenso sentimiento amoroso o pasión lesbiana, pero lo cierto es que trece años después de la muerte de su amiga Honora Sneyd, amiga con la que compartió toda su vida y a quien nunca perdonó que contrajera matrimonio,  la poetisa seguía dedicándole sus versos.

Honora Sneyd no fue su única musa, aunque sí, sin duda alguna, la más importante. Anna escribió exuberantes poemas sobre Penelope Weston, Miss Mompesson, Miss Fern y Elizabeth Cornwallis, a quien se referiría en cierta ocasión como su “incompartible y secreto tesoro de mi alma”.  A finales del siglo XVIII trabaría amistad con las célebres Damas de Llangollen, Eleanor Butler and Sarah Ponsonby, que alcanzaron cierta fama en la época por huir juntas y por quienes Anna profesó siempre una gran admiración y a quienes visitaba con frecuencia. Para ellas escribió el poema titulado Llangollen Vale, un tributo poético hacia las damas del norte de Gales, que vanagloriaba además de los atractivos del valle, la poderosa relación que mantenían aquellas dos mujeres que compartieron sus vidas durante cincuenta años.

mirales.esAnna fue una mujer educada en un clima de libertad de pensamiento y de acción para las mujeres muy poco convencional para la época. Su escritura esconde un profundo anhelo de autodeterminación, algo poco habitual para una mujer victoriana, y aparece envuelta, siempre, en un intenso sentimiento interior de deseo y admiración por muchas de las mujeres que pasaron por su vida. La historia de la literatura universal parece haber olvidado el valor de sus escritos pues rara vez aparece dentro de la relación de grandes autores de los siglos XVIII y XIX, pero la intensidad que guarda la correspondencia personal que entabló con muchas de sus amistades femeninas, y también con las grandes personalidades de su tiempo, que se conserva y está editada en varios idiomas, trasciende al tiempo y a la memoria y nos la hace, para una reconstrucción de la historia del lesbianismo, profundamente contemporánea.




Odes From Horace. - To Apollo. Book The First, Ode The Thirty-First.

What asks the POET, when he pours
His first libation in the Delphic Bowers?
Duteous before the altar standing,
With lively hope his soul expanding,
O! what demands he, when the crimson wine
Flows sparkling from the vase, and laves the golden shrine?

Not the rich and swelling grain
That yellows o'er Sardinia's isle;
Nor snowy herds, slow winding thro' the plain,
When warm Calabria's rosy mornings smile;
Nor gold, nor gems, that India yields,
Nor yet those fair and fertile fields,
Which, thro' their flow'ry banks as calm he glides,
The silent [1]Liris' azure stream divides.

Let those, for whom kind fortune still
Leads lavish tendrils o'er the sloping hill,
Let such, with care their vineyard dressing,
Their bursting grapes assiduous pressing,
Gather, self-gratulant, the costly store,
And of the future year propitious suns implore!

May luscious wines, in cups of gold,
Oft for the wealthy Merchant flow!
Nor let cold Thrift those plenteous draughts withhold
That prosperous Commerce shall again bestow.
The flowing bowl he safely drains,
Since every favouring God ordains
That more than [2]once, within the circling year,
His prow shall o'er the smooth Atlantic steer.

Me, let tawny olives feed!
Me, lenient mallows from the simple mead!
Son of Latona, grant the blessing,
That, a cloudless mind possessing,
And not infirm of frame, in soft decay,
Cheer'd by the breathing lyre, my life may pass away!






Odes From Horace. - To Barine. Book The Second, Ode The Eighth.

BARINE, to thy always broken vows
Were slightest punishment ordain'd;
Hadst thou less charming been
By one grey hair upon thy polish'd brows;
If but a single tooth were stain'd,
A nail discolour'd seen,
Then might I nurse the hope that, faithful grown,
The FUTURE might, at length, the guilty PAST atone.

But ah! no sooner on that perjur'd head,
With pomp, the votive wreaths are bound,
In mockery of truth,
Than lovelier grace thy faithless beauties shed;
Thou com'st, with new-born conquest crown'd,
The care of all our Youth,
Their public care; - and murmur'd praises rise
Where'er the beams are shot of those resistless eyes.

Thy Mother's buried dust; - the midnight train,
Of silent stars, - the rolling spheres,
Each God, that list'ning bows,
With thee it prospers, false-One! to profane.
The Nymphs attend; - gay Venus hears,
And all deride thy vows;
And Cupid whets afresh his burning darts
On the stone, moist with blood, that dropt from wounded hearts.

For thee our rising Youth to Manhood grow,
Ordain'd thy powerful chains to wear;
Nor do thy former Slaves
From the gay roof of their false Mistress go,
Tho' sworn no more to linger there;
Triumphant BEAUTY braves
The wise resolve; - and, ere they reach the door,
Fixes the faltering step to thy magnetic floor.

Thee the sage Matron fears, intent to warn
Her Striplings; - thee the Miser dreads,
And, of thy power aware,
Brides from the Fane with anxious sighs return,
Lest the bright nets thy beauty spreads,
Their plighted Lords ensnare,
Ere fades the marriage torch; nay even now,
While undispers'd the breath, that form'd the nuptial vow!






Odes From Horace. - To Licinius Murena. Book The Second, Ode The Tenth.

Not always, dear Licinius, is it wise
On the main Sea to ply the daring Oar;
Nor is it safe, from dread of angry Skies,
Closely to press on the insidious Shore.
To no excess discerning Spirits lean,
They feel the blessings of the golden mean;
They will not grovel in the squalid cell,
Nor seek in princely domes, with envied pomp, to dwell.

The pine, that lifts so high her stately boughs,
Writhes in the storms, and bends beneath their might,
Innoxious while the loudest tempest blows
O'er trees, that boast a less-aspiring height.
As the wild fury of the whirlwind pours,
With direst ruin fall the loftiest towers;
And 't is the mountain's summit that, oblique,
From the dense, lurid clouds, the baleful lightnings strike.

A mind well disciplin'd, when Sorrow lours,
Not sullenly excludes Hope's smiling rays;
Nor, when soft Pleasure boasts of lasting powers,
With boundless trust the Promiser surveys.
It is the same dread Jove, who thro' the sky
Hurls the loud storms, that darken as they fly;
And whose benignant hand withdraws the gloom,
And spreads rekindling light, in all its living bloom.

To-day the Soul perceives a weight of woe; - 
A brighter Morrow shall gay thoughts inspire.
Does [2]Phoebus always bend the vengeful bow?
Wakes he not often the harmonious lyre?
Be thou, when Danger scowls in every wave,
Watchful, collected, spirited, and brave;
But in the sunny sky, the flattering gales,
Contract, with steady hand, thy too expanded sails.






Sonnet I.

When Life's realities the Soul perceives
Vain, dull, perchance corrosive, if she glows
With rising energy, and open throws
The golden gates of Genius, she achieves
His fairy clime delighted, and receives
In those gay paths, deck'd with the thornless rose,
Blest compensation. - Lo! with alter'd brows
Lours the false World, and the fine Spirit grieves;
No more young Hope tints with her light and bloom
The darkening Scene. - Then to ourselves we say,
Come, bright IMAGINATION, come! relume
Thy orient lamp; with recompensing ray
Shine on the Mind, and pierce its gathering gloom
With all the fires of intellectual Day!







Sonnet II.

The Future, and its gifts, alone we prize,
Few joys the Present brings, and those alloy'd;
Th' expected fulness leaves an aching void;
But HOPE stands by, and lifts her sunny eyes
That gild the days to come. - She still relies
The Phantom HAPPINESS not thus shall glide
Always from life. - Alas! - yet ill betide
Austere Experience, when she coldly tries
In distant roses to discern the thorn!
Ah! is it wise to anticipate our pain?
Arriv'd, it then is soon enough to mourn.
Nor call the dear Consoler false and vain,
When yet again, shining through april-tears,
Those fair enlight'ning eyes beam on advancing Years.






Sonnet XIII.

Thou child of NIGHT, and SILENCE, balmy SLEEP,
Shed thy soft poppies on my aching brow!
And charm to rest the thoughts of whence, or how
Vanish'd that priz'd AFFECTION, wont to keep
Each grief of mine from rankling into woe.
Then stern Misfortune from her bended bow
Loos'd the dire strings; - and Care, and anxious Dread
From my cheer'd heart, on sullen pinion, fled.
But now, the spell dissolv'd, th' Enchantress gone,
Ceaseless those cruel Fiends infest my day,
And sunny hours but light them to their prey.
Then welcome Midnight shades, when thy wish'd boon
May in oblivious dews my eye-lids steep,
THOU CHILD OF NIGHT, AND SILENCE, BALMY SLEEP!

July 1773.





ĪLIYĀ ABŪ MĀḌĪ [16.446]

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Īliyā Abū Māḍī 

Nació en al-Muḥaydita, Líbano en 1957 - Murió en Nueva York, Estados Unidos en el año 1957. 


LAS FÁBULAS BREVES DEL POETA LIBANÉS ĪLIYĀ ABŪ MĀḌĪ

Por Rosa Yolanda Berzosa Moreno
Universidad de Sevilla


1. ĪLIYĀ ABŪ MĀḌĪ Y SU OBRA POÉTICA 

Īliyā Abū Māḍī (1889-1957), poeta y periodista del Mahŷar norteamericano, vivió dos emigraciones, que son los hechos más relevantes de su biografía. Nació en al-Muḥaydita, el Líbano, en el seno de una familia de religión greco-ortodoxa, una minoría dentro del Imperio Otomano al que pertenecía el Líbano. Se trasladó a Alejandría con 11 años, cuando Egipto estaba bajo control británico y era un centro de expansión cultural en el que participaban muy activamente emigrantes libaneses. Abū Māḍī, aunque no recibió una educación reglada, se interesó a la vez por el periodismo y el nacionalismo. También desarrolló allí su vocación poética y compuso un primer diván. Al poco de publicarlo, abandonó Egipto y emprendió la emigración definitiva a Estados Unidos, seguramente obligado por las circunstancias políticas y económicas de sus patrias de origen y de adopción, como les ocurrió a miles de libaneses y de emigrantes de otras nacionalidades, principalmente europeos.

Su primer libro de poemas, publicado en Alejandría en 1911, llevaba el título de Diván de los recuerdos del pasado (Dīwān tadkār al-māḍī). El siguiente, Diván de Īliyā Abū Māḍī (Dīwān Īliyā Abū Māḍī), apareció en Nueva York en 1919, varios años después de trasladarse a Estados Unidos. Ambos son considerados obra de juventud, inmadura y poco valorada, tanto por el mismo autor como por críticos de esa época y posteriores.

Al llegar a los Estados Unidos se instaló en Cincinnaty, hasta encontrar la oportunidad de trasladarse a Nueva York en 1916 y dedicarse al periodismo y a su vocación poética. En 1918 se convirtió en redactor jefe de Mir’āt al-Garb, editada por Naŷīb Diyāb (1880-1936), con cuya hija Dorothy se casaría en 1920.

Allí colaboró con el grupo de emigrantes de Siria y el Líbano que formaron alRābiṭa al-Qalamīya (La Liga de la Pluma o Liga Literaria). En esta asociación, liderada por Ŷubrān Jalīl Ŷubrān (1883-1931) y Mījā’īl Nu‘ayma (1889-1988), participaron —además de Abū Māḍī— otros autores y editores: Nasīb ‘Arīḍa (1887-1946), editor de la revista al-Funūn; ‘Abd al-Masīḥ Ḥaddād (1890-1963), editor de al-Sā’iḥ; su hermano Nadra Ḥaddād (1881-1950); Rašīd Ayyūb (1871-1941) y William Katzeflis (1879-1951). Al-Rābiṭa al-Qalamīya, aunque en la práctica sólo publicó un manifiesto y una recopilación de colaboraciones —Antología de la Liga Literaria (Maŷmū‘at al-Rābiṭa al-Qalamīya, Nueva York, 1921)—, tuvo un papel de primer orden en la renovación de la poesía árabe.

La poesía de Abū Māḍī4 madura y amplía horizontes en esta etapa neoyorquina de su vida. Los arroyos (Al-ŷadāwil, Nueva York, 1927) es considerada su mejor colección, la obra que marca su madurez poética. Se abre con una declaración de principios poéticos titulada “Al-fātiḥa”, —en alusión a la primera azora del Corán, un primer indicio del eclecticismo religioso que compartirá con otros emigrados—, según la cual la poesía se presenta como un toma y daca entre autor y lector, en el que lo esencial son los contenidos y no la forma (el metro y la rima). La nueva orientación poética de Abū Māḍi se manifiesta claramente en los nuevos temas de su poesía: el de la función de la poesía y del poeta, al que incorpora el tópico romántico del poeta visionario; un concepto de Naturaleza que surge de esa forma de visión espiritual, y no de la contemplación material; o el tema del misterio y la búsqueda, que refleja la influencia del misticismo y el esoterismo de los románticos.

En 1928, Abū Māḍī abandonó el puesto de editor de Mir’āt al-Garb, y empezó a publicar (15 de abril de 1929) su propia revista, llamada al-Samīr, que fue semi-mensual hasta noviembre de 1936, cuando se transformó en diaria. Las frondas (Al-jamā’il, Nueva York, 1940) es la última colección de poemas que el autor publicó en vida. No encontramos en este diván un cambio radical de estilo, pero sí una lógica evolución de su poesía en los 13 años transcurridos desde la publicación de la anterior. Los temas sociales están tratados con algo menos de patetismo y algo más de ironía, y abunda la poesía de circunstancias, donde nos habla de su participación en eventos literarios y sociales tanto como de su interés en apoyar iniciativas benéficas. La actitud desengañada que propone la renuncia como ideal de madurez no le impide invitarnos a mantener una actitud positiva ante la vida. También aparece la añoranza del paraíso perdido y la juventud, añoranza que llega a confundirse con la nostalgia de la patria. La búsqueda y el misterio siguen presentes, y queda más clara la imposibilidad de alcanzar la belleza y la esencia del mundo.

Enfermo desde 1950, en la primavera de 1957 dejó de publicar su periódico y vendió su imprenta. En julio ingresó en el hospital, y allí murió el 23 de noviembre de ese año. Tras su muerte, Ŷūrŷ Ṣaydaḥ se encargó de publicar la última recopilación de poemas de Abū Māḍī, con el título de Oro y polvo (Tibr wa-turāb, Beirut, 1960).

2. las fábulas

La fábula es un relato breve, en prosa o en verso, del que se extrae una enseñanza y que está protagonizado en muchos casos por animales, pero también por seres humanos, dioses e incluso conceptos abstractos. El relato puede tomar la forma de un diálogo o un monólogo, pero siempre es el relato de algo irreal.

Como ocurre con otros géneros, su definición resulta problemática; sobre todo  es difícil distinguir la fábula de la alegoría. Por ejemplo, “El cántaro” (Al-ibrīq, pp. 239-241), uno de los poemas de Abū Māḍī que no se incluye entre sus fábulas, es un relato protagonizado por un ser humano y un cántaro —lo que proporciona el grado aparente de irrealidad— y nos ofrece una moraleja implícita. Pero la moraleja no surge de lo que cuenta el poema ni de los actos ni de las opiniones expresadas en los parlamentos respectivos, sino de la comparación —o alegoría— del cántaro y el ser humano. En la fábula, la enseñanza surge del relato; en la alegoría, es el relato el que surge de una moraleja previa.

Entre los muchos cultivadores de la fábula tradicional destaca en primer lugar la figura legendaria de Esopo en Grecia, a la que se atribuyen historias que luego recogería en Roma Fedro (s. I), que añade la versificación y las aspiraciones literarias. La Fontaine (1621-1695)9, sin duda el más conocido, se inspira en la tradición esópica y defiende el derecho del poeta a utilizar la imaginación y el sueño, la “mentira”, para presentar una imagen de la realidad de una forma que permite escuchar la verdad ofensiva. El género se puso entonces de moda, y aparecen otros significativos cultivadores: Florian (1755-1794) también en Francia, y en España, Samaniego (1745-1801) e Iriarte (1750-1791)11. Siguió cultivándose en época romántica y en la Nahḍa árabe.

Si el género apologético no es ninguna novedad en la literatura árabe, la poesía narrativa sí lo es. Y es una de las novedades genéricas que cultivan asiduamente los poetas del Mahŷar en el norte y el sur de América, especialmente las alegorías y los viajes imaginarios, junto a narraciones históricas y sociales. La obra de Ŷubrān abunda especialmente en alegorías y breves relatos alegóricos de contenido filosófico y moral.

Entre las fábulas que encontramos en los divanes de Abū Māḍī, un grupo pertenece a este género de alegoría romántica, y otro, a la más pura tradición de Esopo y La Fontaine, lo que constituye una característica propia. Al poeta siempre preocupado por las cuestiones morales que fue Abū Māḍī tenía que atraerle este género, y pudo conocer la obra de La Fontaine antes de salir de Egipto.

En Los arroyos, Las frondas y Oro y polvo encontramos muchos ejemplos de poesía narrativa o alegórica. Al-Nā‘ūrī15 clasifica su poesía narrativa (qiṣṣa ši‘rīya) en poemas breves y poemas extensos. Esta división, puramente formal y en principio muy vaga, resulta conveniente a la hora de estudiar las fábulas de Abū Māḍī, porque se corresponde con toda una serie de características formales y temáticas.

Las fábulas breves que nos ofrece Abū Māḍī son morales o satíricas sobre todo; las extensas son sobre todo filosóficas, aunque los planteamientos que exponen obliguen a extraer consecuencias morales. El primer grupo concuerda con la tradición de las fábulas esópicas, y el segundo, con las alegorías románticas que exponen ideas abstractas. El primer grupo aparece en Los arroyos y en Oro y polvo, pero no en Las frondas.

En los poemas extensos, Abū Māḍī aprovecha el mayor número de versos para variar metros y rimas, y dar una mayor extensión y desarrollo a la narración y el diálogo. Los personajes no son animales o elementos de la naturaleza, sino seres humanos o deidades genéricas. A diferencia de lo que ocurre en las fábulas breves, el único ejemplo de fin trágico es la muerte del poeta protagonista y del tirano en “El poeta y el rey tirano”. La intención satírica que se trasluce en alguno de los poemas breves está ausente; y los defectos y errores que se critican no se adjudican a un tipo específico de ser humano, sino al género humano en general. La temática es plenamente romántica y se centra casi en exclusiva en la función de la poesía y la relación del poeta con el mundo.

Fábulas extensas, alegóricas y de corte romántico pueden considerarse dos poemas aparecidos en Los arroyos: “Las tres visiones” (Al-ašbāḥ al-talāta, pp. 105-113) y “Ella” (Hiya, pp. 118-121); y cuatro de Las frondas: “El poeta y el rey tirano” (Al-šā‘ir wa-l-malik al-ŷā’ir, pp. 221-231), “Deseo de diosa” (Umnīyat āliha, pp. 242-247), “El poeta en el cielo” (Al-šā‘ir f ī l-samā’, pp. 333-337) y “La eterna historia” (Al-usṭūra al-azlīya, pp. 434-449).

Aunque tanto un grupo como otro pertenecen al mismo género, que no ha
dejado de cultivarse y acoplarse a los parámetros estéticos de cualquier época literaria y lugar, aquí nos limitaremos al análisis de las fábulas más breves y tradicionales.

3. las fábulas breves de los arroyos

De los 11 poemas que se adscriben al género de la fábula tradicional, 8 aparecen en Los arroyos. En ellos Abū Māḍī rompe con la tradición de la casida árabe clásica, aunque respete los metros tradicionales y la rima única, con una sola excepción. Rompe desde el punto de vista formal, por su misma brevedad, pero sobre todo por su contenido, que permite incluirlos entre las fábulas más tradicionales.

Los poemas de este grupo incluyen a veces diálogos, pero ofrecen sobre todo monólogos, que recogen las quejas de los protagonistas16 y nos exponen su frustración. Esta insatisfacción conduce por lo general al fracaso del protagonista y a un final trágico, que a veces está motivado por el enfrentamiento de dos seres o dos colectivos. Los personajes son animales, plantas o elementos inanimados de la naturaleza. El ser humano aparece únicamente en el caso de “La ermitaña”.


“Las ranas y las estrellas” 

(Al-ḍafādi‘ wa-l-nuŷūm, pp. 21-22)

La rana gritó al ver alrededor,
en el agua, la sombra de los astros:
 — ¡Compañeras, mis tropas, concentraos!
 Los enemigos han cruzado
en la noche las fronteras.
 Expulsadlos, y expulsad con ellos a la noche,
 que también es injusta y criminal.
El eco de este grito viajó en las tinieblas.
La orilla se llenó de bultos y figuras.
Vibró la piel del agua febril con sus croares,
mientras la noche guardaba silencio.
Cuando rasgó la aurora los velos de la sombra,
y se desvanecieron sus vestigios de la faz de la tierra,
se fue pavoneándose
como un rey victorioso entre sus jefes.
 — ¡Alegraos conmigo —dijo luego—,
 ahora estamos a salvo de una trampa terrible!
 Si no hubiéramos vencido a estos luceros
 que nos han atacado, nos habrían
hecho sentir su ley inapelable;
 se habrían instalado en nuestra tierra,
 logrando un bienestar
 que entre las nubes no hallarían.
 ¡Oh, Historia: deja escrito que somos
una nación que ha vencido a las mismas estrellas!





“El asno disfrazado” 

(Al-‘ayr al-mutankar, p. 29)

Afirma el sabio que hubo una vez un asno
que estaba triste porque no lo llevaban a la plaza.
Y un día lo llevaron, le cortaron la cola con tijeras
y sus agudos filos le asaltaron las orejas.
a el domador montábase a sus lomos,
y aún sus flancos inspiraban sospechas al jinete.
Pero siguió dudando hasta que oyó
una voz que se alzaba, como la de los genios;
desenvainó el acero y cortó su cabeza,
y arrojó su cadáver a los cuervos.
Mientras a todo ser viviente le acompañe
su propia voz,
¡que no esconda al asno la piel del caballo!




“La piedra pequeña” 

(Al-ḥaŷar al-ṣagīr, pp. 37-38)

Oyó un gemido la noche estrellada
que envolvía la blanca ciudad.
Se inclinó sobre ella, como quien conteniendo
el aliento prolonga su escucha en silencio.
Vio a sus gentes dormir como a la Gente
de la Caverna, sin ruido ni alboroto.
Y vio detrás la presa de sólida estructura,
y el agua, que un desierto parecía.
Venía aquel gemido de una de sus piedras
que se estaba quejando de su ciego destino.
 — ¿Qué hago yo en este mundo,
 si en él no soy nada, ni siquiera polvo?
 No soy mármol para hacer estatuas,
 ni roca para edificar.
No soy tierra que absorba el agua,
 ni agua que riegue los ricos jardines.
 No soy perla por la que suspire
 la bella joven, llena de hermosura y de gracia.
 No soy una lágrima, ni un ojo,
ni un lunar, ni una rosada mejilla.
 Soy una piedra gris y diminuta,
 sin belleza, sin ciencia, sin ingenio.
 Dejaré esta existencia y me iré en paz,
porque me he hartado de seguir viviendo.
Y abandonó su sitio, quejándose
a la tierra y los astros, al cielo y las tinieblas.
Pero, cuando la aurora abrió sus párpados,
la inundación cubría la blanca ciudad.




“La higuera necia” 

(Al-tīna al-ḥamqā’, pp. 46-47)

Una higuera de tiernas ramas, alta,
dijo a sus compañeras al llegar el verano:
 — Maldito sea el destino que en la tierra me puso,
 que me dio a mí belleza para que otros la miren.
A mí misma concederé mis dones
 y los demás no verán ni rastro.
 ¡Es más de lo que puedo soportar,
 que sean para otros,
 no para mí, la sombra y el fruto!
Soy la meta de aves y de bestias,
 pero no veo qué meta tengo yo en la vida.
 Recortada mi sombra a la medida de mi cuerpo,
sin que sobre ni falte,
 no tendré fruto si no estoy segura
de que no se me acerque ni pájaro ni hombre.
Volvió la primavera, con su cortejo, al mundo,
se ornaron y vistieron de brocado los árboles.
Y siguió desnuda la higuera ignorante,
como piedra o estaca en la tierra.
El dueño del huerto no soportó verla
y la arrancó, y fue a consumirse en el fuego.
Quien no es generoso con lo que la vida le otorga
es un ignorante que por codicia se pierde.



“La hija de la noche” 

(Ibn al-layl, pp. 96-98)

La luna llena se erguía sobre el bosque 
una noche y vio al zorro pasar furtivo entre las viñas; 
cada vez que una sombra aparecía, 
temeroso de ella estremecíase.
Y vio un feroz león junto al estanque,
llenando de rugidos el valle, cada vez que advertía un murmullo,
mientras corría el agua entre las piedras, temerosa
y sombría.
Y un chacal vio a la luna columpiarse en el espacio,
como un rey rodeado de luceros, sus soldados y esclavas
y dijo: — Si fuera compañero de la luna, o la luna del cielo ,
 o su sombra,
 no me preocuparía la irrupción del pastor, ni el perro experto
 y sus ataques.
Pero el león, al ver a la luna burlona, le dijo:
— ¡Hija de la noche , sea lo que sea
lo que me apetezca, no me apeteces tú;
eres brillante pero seca, no hay caza en ti
 ni junto a ti!
Tuyo es este horizonte, pero es también de las estrellas.
Si fueses un león con colmillos y garras
no dañarían tu blanco rostro las miradas de los zorros.
 ¡Preserva tu belleza!



“La ermitaña” 

(Al-nāsika, pp. 124-126)

Vi en el campo, cerca del ocaso,
una espiga que, al pie de la colina,
se cimbreaba inclinando la cabeza, como adorando al sol,
o como recitando la oración de la tarde.
Me aburrí de la ermitaña del campo
y, sin esperar a mi sombra,
me puse a recoger y aventar el grano, a echarlo luego al fuego,
sacando de él para mi cuerpo alimento.
El sol se ocultaba detrás de las cimas,
callaron los pájaros que aún no dormían,
pero mi hoguera siguió creciendo, y seguí comiendo lo que se cocía.
¡Qué bueno el fuego, qué sabroso el asado!
Yo hacía mi gusto y me divertía.
Y hete aquí que una voz no esperada me grita:
— ¡No es grano ni espiga lo que el fuego consume, lo que consumes tú,
 sino tus ilustres antepasados!
Ni hombre ni pájaro había.
¡Cosa extraña: una voz y nadie hablaba!
¿De dónde llegaría la voz? No lo sé, pero la ermitaña del campo
levantó la cabeza hacia lo alto.




“El riachuelo ambicioso” 

(Al-gadīr al-ṭamūḥ, p. 138)

Decíase el riachuelo:
 — ¡Ojalá fuese un caudaloso río,
 como el Éufrates dulce
 o el Nilo, que abundante se desborda,
que los barcos navegan abrumados
de copiosas provisiones!
 Sólo quien es vulgar
 con los deseos vulgares se conforma.
Y hacía el río fluyó rápidamente,
sin entretenerse en el verde prado.
Mas, cuando allá llegó,
el bramido acalló su murmullo.



“El cuervo y el ruiseñor” 

(Al-gurāb wa-l-bulbul, pp. 201-202)

Dijo el cuervo al ver el afecto apasionado
de los hombres por el ruiseñor canoro:
 — ¿Por qué no me adoran a mí los oídos como a él,
 qué diferencia hay entre mis alas y las suyas?
Yo soy más fuerte y tengo las garras más agudas,
 ¿por qué la gente se olvida de alabarme?
 — ¿Es que separo a los que se aman
 o enturbio las delicias y alegrías?
 Hay muchos líquidos semejantes al vino,
¿por qué no se les venera como al vino?
 La suerte no es de los cuerpos y sus formas.
 Todo el misterio está en los espíritus.
 La voz es un don del cielo, y el cielo
 no se complace más que en el cantor.
El destino sentencia, y si criticas al destino
 te corta el cuello el cuchillo del ejecutor.




“Visión” 

(Ru’yā, pp. 512-513)

Visiones en el sueño... ¡Cuántas veces en sueños
se muestra la verdad de las cosas!
Yo soñé que pasaba
por un jardín de seductora opulencia.
Una alfombra de luz en sus senderos,
el perfume en las brisas y las sombras.
La hierba era un brocado ondulante;
el aire, luz y luz.
Y resonó una voz como un gañido en mis oídos,
y tras mí unos colmillos rechinaron.
Volví la vista, sorprendido, en busca
del sonido que escuchaba. No estaba en un desierto.
Detrás de mí, en el huerto, había un perro,
ávidos los ojos, resecas las entrañas,
a punto de asomar las venas en su piel,
y con ellas su ansia de mi sangre.
Temiendo que clavara sus colmillos en mi traje,
le di una patada, y voló mi zapato.
En él hincó los dientes
como si los hincara en el fénix,
se lo llevó a sus compañeros
y se lo repartieron, jubilosos,
pues era buena cena.
Nadie se extrañe si me ve descalzo:
me han roto los zapatos las lenguas de los necios.




“Segunda visión” 

(Ru’yā ṯāniya, pp. 514-516)

Volví a soñar, cuando aún no se habían marchado
del mundo las tinieblas.
Vi una langosta, con los miembros exhaustos,
echada en una ciénaga, mirar embelesada el horizonte
con pupilas heridas, insultando a las estrellas de Géminis.
— ¿Qué te ha pasado?, dije. Pero no respondió.
Pregunté a sus amigos y ellos me contestaron:
— Nuestra compañera es testimonio
de lo que es burlarse de los buenos consejos.
Cuando tenía hambre, un grano de mostaza le bastaba,
y una gota de agua cuando tenía sed.
Oyó hablar de un río en el cielo y de un paraíso
que no se secaba, que no perecía,
cuyos frutos tenían perfume,
sus ríos miel, y su rocío hechizo.
Y no quiso ya vivir en la tierra,
yaciendo en el polvo.
Echó a volar por el espacio,
hasta que se cansó y cayó a la tierra.
Volvió al mundo para el que fue creada,
pues no fueron creados los insectos para el aire.
Ésta es su historia: en ella hay un aviso
para los insensatos que son como esta necia.



“Un gusano y un ruiseñor” 

(Dūda wa-bulbul, p. 559)

Un gusano, que por la tierra andaba deslizándose,
miró hacia un ruiseñor que volaba cantando,
y se puso a quejarse, a las hojas caídas
en el campo, de que no tenía alas.
Una hormiga llegose a él y dijo:
 — Confórmate y calla, mejor es para ti.
 Si deseas ser pájaro, sólo deseas ser
 pájaro al que dan caza y sacrifican.
 Aférrate a la tierra, que ampara a los gusanos,
y deja las palabras, que el silencio es más grato.







BENJAMIN ZEPHANIAH [16.447]

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Benjamin Zephaniah

Benjamin Obadiah Iqbal Zephaniah (Nació el 15 de abril de 1958 en Birmingham) es un escritor, poeta dub y rastafari inglés. En 2008, fue incluido en la lista de los cincuenta mejores escritores británicos de posguerra de The Times.

Zephaniah nació y creció en Handsworth, distrito de Birmingham, una ciudad a la que él mismo llama "la capital jamaiquina de Europa". Es hijo de un cartero de Barbados y una enfermera jamaiquina. Debido a su dislexia, debió abandonar sus estudios secundarios a los trece años, ya que no podía leer ni escribir de manera correcta.

Carrera

Según Zephaniah, su poesía está fuertemente influenciada por la música y la poesía de Jamaica, y por lo que él denomina la "política de la calle". Su primera actuación fue en la iglesia, a los once años de edad, y a los quince sus poemas ya eran conocidos dentro de las comunidades afrocaribeñas y asiáticas de Handsworth. En su juventud, tuvo problemas con la policía y pasó un tiempo en prisión acusado de robo. Cansado de las limitaciones de ser un poeta de origen caribeño que solo se podía comunicar con otras personas de su mismo origen, decidió expandir su audiencia, y se mudó a Londres a los veintidós años de edad.

En Stratford, Londres, ingresó en una cooperativa de trabajadores, lo que le permitió publicar su primer libro de poesía, Pen Rhythm (Page One Books, 1980). Se publicaron tres ediciones de su libro. Zephaniah ha declarado que su misión es combatir la imagen de la poesía como un arte muerto y "llevarlo a todas partes", incluyendo a las personas que no suelen leer libros, por lo que transformó sus sesiones de lectura en público por conciertos donde cantaba sus poemas en forma de canciones.

Su segunda colección de poemas, The Dread Affair: Collected Poems (1985), incluyó varios dedicados a criticar el sistema legal británico. Rasta Time in Palestine (1990), un resumen de su visita a los territorios ocupados palestinos, contiene una mezcla de poesía y diario de viaje.

Su álbum Rasta de 1982, que contiene la primera grabación de The Wailers desde el fallecimiento de Bob Marley, fue un tributo a Nelson Mandela y le permitió adquirir prestigio internacional, alcanzando los primeros puestos en las listas musicales de pop de Yugoslavia. Gracias a este álbum tuvo la oportunidad de conocer al prisionero político y futuro presidente de Sudáfrica, y en 1996, Mandela solicitó que Zephaniah actuase en el Concierto de las Dos Naciones en el Royal Albert Hall, Londres. Zephaniah fue poeta en residencia en las cámaras de Michael Mansfield QC y fue uno de los testigos oficiales del Domingo Sangriento y de otros casos; plasmó estas experiencias en su colección de poemas Too Black, Too Strong de 2001. We Are Britain! (2002) es una colección de poemas en la que celebra la diversidad cultural de Gran Bretaña.

El primer libro de poesía para niños de Zephaniah, llamado Talking Turkeys, fue reimpreso seis semanas después de su lanzamiento. En 1999 escribió una novela para adolescentes, Face, la primera de las cuatro novelas que ha escrito hasta la fecha.

Ideología

Zephaniah es patrocinador honorífico de The Vegan Society, Viva! (Vegetarians International Voice for Animals),10 EVOLVE! Campaigns, la organización contra el racismo Newham Monitoring Project, con la que filmó un video en 2012 sobre el impacto de las políticas olímpicas sobre las comunidades de afroamericanos y Tower Hamlets Summer University; además, es un activista a favor de los derechos de los animales. En 2004, escribió el prefacio del libro From Dusk 'til Dawn: An insider's view of the growth of the Animal Liberation Movement de Keith Mann, que trata sobre la organización Animal Liberation Front. En agosto de 2007, anunció el lanzamiento de Animal Liberation Project, junto con la asociación People for the Ethical Treatment of Animals. Comenzó a ser vegano después de leer poemas sobre "peces brillantes flotando un paraíso subterráneo, y aves volando en libertad en el diáfano cielo azul".

Realizó una campaña en conjunto con Amnistía Internacional en contra de la homofobia en Jamaica, bajo el argumento de que "Jamaica, durante muchos años, fue famosa por sus luchadores por la libertad, y por este motivo me duele cuando veo que la patria de mis padres se conoce hoy en día por la persecución de las personas por su orientación sexual".

Zephaniah apoya el republicanismo británico y la abolición de la monarquía. Asimismo, se pronunció a favor de cambiar el sistema electoral británico del escrutinio mayoritario uninominal a la segunda vuelta instantánea para elegir a los miembros parlamentarios de la Cámara de los Comunes en el referéndum sobre la reforma electoral en el Reino Unido de 2011.

Zephaniah es un rastafari.

En 2003, el poeta rechazó públicamente la Orden del Imperio Británico. En un artículo posterior para The Guardian, explicó con detalle cómo fue su reacción después de enterarse de que había sido considerado para obtener la condecoración y cuáles fueron sus razones para rechazarla: "¿Yo? Pensé, ¿yo recibiré una OBE? Váyanse al infierno, pensé. Me enfurecí cuando escuché esa palabra, 'imperio'; me recuerda a la esclavitud, me recuerda miles de años de brutalidad, me recuerda cómo violaron a mis antepasadas y maltrataron a mis antepasados...Benjamin Zephaniah OBE: de ninguna manera, señor Blair, de ninguna manera, señora reina. Soy profundamente antimperialista."

Premios

Zephaniah ganó el premio al mejor dramaturgo joven otorgado por la BBC. Ha recibido doctorados honoríficos de la Universidad del Norte de Londres (en 1998), la Universidad de Inglaterra Central (en 1999), la Universidad de Staffordshire (en 2001), la Universidad del South Bank de Londres (en 2003), la Universidad de Exeter, la Universidad de Westminster (en 2006) y la Universidad de Birmingham (en 2008). The Times lo incluyó en su lista de los cincuenta mejores escritores de posguerra, donde ocupó el puesto 48.

Ha lanzado varios álbumes de música original. En Hancocks 2008 recibió el premio a la mejor canción original, seguido por un premio Talkawhile for Folk Music (tras ganar una votación en Talkawhile.co.uk) por su versión de Tam Lyn Retold, grabada junto a The Imagined Village. Recibió el premio en vivo en el Cambridge Folk Festival el 2 de agosto de 2008 y se describió a sí mismo como un "rastafari folkie".

Vida privada

Zephaniah vivió durante muchos años en el este de Londres, pero en 2008 comenzó a dividir su tiempo entre Beijing y un pueblo cercano a Spalding, Lincolnshire.

En 1989 contrajo matrimonio con Amina, una administradora teatral, de quien se divorció en 2001.

En 2011, Zephaniah aceptó un cargo como poeta en residencia en Keats House, Hampstead, Londres, que desempeñó durante un año.

Obras

Poesía

Pen Rhythm (1980)
The Dread Affair: Collected Poems (1985), Arena
City Psalms (1992), Bloodaxe Books
Inna Liverpool (1992), AK Press
Talking Turkeys (1995), Puffin Books
Propa Propaganda (1996), Bloodaxe Books
Funky Chickens (1997), Puffin
School's Out: Poems Not for School (1997), AK Press
Funky Turkeys (audiolibro) (1999), AB hntj
White Comedy (desconocido)
Wicked World! (2000), Puffin
Too Black, Too Strong (2001), Bloodaxe Books
The Little Book of Vegan Poems (2001), AK Press
Reggae Head (audiolibro), 57 Productions

Novelas

Face (1999), Bloomsbury (publicado en ediciones para niños y para adultos)
Refugee Boy (2001), Bloomsbury
Gangsta Rap (2004), Bloomsbury
Teacher's Dead (2007), Bloomsbury

Literatura infantil

We are Britain (2002), Frances Lincoln
Primary Rhyming Dictionary (2004), Chambers Harrap
J is for Jamaica (2006), Frances Lincoln
My Story (2011), Collins
When I Grow Up (2011), Frances Lincoln

Otros

Kung Fu Trip (2011), Bloomsbury

Obras de teatro

Playing the Right Tune (1985)
Job Rocking (1987). Publicado en Black Plays: 2, ed. Yvonne Brewster, Methuen Drama, 1989.
Delirium (1987)
Streetwise (1990)
Mickey Tekka (1991)
Listen to Your Parents (incluido en Theatre Centre: Plays for Young People – Celebrating 50 Years of Theatre Centre (2003) Aurora Metro, y publicado también por Longman, 2007)
Face: The Play (con Richard Conlon)

Filmografía

Didn't You Kill My Brother? (1987) – Rufus
Farendj (1989) – Moses
Dread Poets' Society (1992) - Andy Wilson
Truth or Dairy (1994) – The Vegan Society (UK)
Crucial Tales (1996) – Padre de Richard
Making the Connection (2010) – Environment Films / The Vegan Society (UK)
Peaky Blinders (2013) - Jeremiah Jesus

Discografía

Álbumes

Rasta (1982), Upright (relanzado en 1989), Workers Playtime (UK Indie #22)
Us An Dem (1990), Island
Back to Roots (1995), Acid Jazz Records
Belly of De Beast (1996), Ariwa
Naked (2005), One Little Indian Records
Naked & Mixed-Up (2006), One Little Indian (Benjamin Zephaniah Vs. Rodney-P)

Sencillos, EP

Dub Ranting EP (1982) Radical Wallpaper
"Big Boys Don't Make Girls Cry", sencillo de doce pulgadas (1984) Upright
"Free South Africa" (1986)
"Crisis" 12-inch single (1992), Workers Playtime

Participaciones especiales

"Empire" (1995) Bomb the Bass, por Zephaniah & Sinéad O'Connor
Heading for the Door, por Back to Base (2000) MPR Records
Open Wide (2004), Dubioza kolektiv (C) & (P) Gramofon
Rebel, por Toddla T (2009) 1965 Records
"Illegal" (2000), por "Himawari" y Swayzak
"Theatricks", por Kinobe (2000) 



Esta poesía

Esta poesía es un ritmo que cae
La lengua dispara ritmo, sale como una bala
Estos poemas son para gritarlos
Cuando bailas, para que los cante un bocazas,
Esta poesía nunca te duerme
Predicando sígueme
Como si fueras un borrego ciego
Estos poemas no hacen política de partido
No están diseñados para los críticos.

Estos poemas me acompañan cuando me meto en la cama
se enredan en mis rastas
me dan vueltas a la cabeza
Estos poemas viajan conmigo cuando pedaleo mi bicicleta.
He probado Shakespeare, con todo respeto,
Pero lo que me gusta es esto.

Esta poesía no tiene miedo de entrar en un libro,
Pero necesita oídos que la oigan y ojos que la vean
Esta poesía es ritmo verbal, no tiene palabras difíciles
Cuando tengo problemas rimo versos y los resuelvo,
He intentado ser más romántico, pero no me sale bien
Así que tomo un ritmo de reggae y construyo poemas,

Podría intentar escribir algo más personal
Pero tú ya lo has visto todo
Páginas llenas de palabras inútiles
El cerebro tiene muchas palabras guardadas
Tal vez esta poesía sea “dub” extravagante
La lengua marca el compás
El cuerpo comienza a moverse,

Esta poesía es rápida, infantil,
Es para los listos y los tontos,
Cualquiera puede usarla, es gratis,
Esta poesía es para ti y para mí,
No le des muchas vueltas
Esta poesía es buena para la nación,

Canta
Por la mañana

Yo canto
De noche
Canto
En la oscuridad

Bajo los reflectores,
Paso por la universidad
Paso por la sociología
Me dan un título horroroso
Un horrible título en guetología.


Esta poesía está conmigo cuanto corro cuando camino
Cuando hablo solo y hago poesía,
Esta poesía está conmigo
Encima, abajo,
Me sale de adentro
Y va hacia ti

CON AMOR.




Dis poetry 

Dis poetry is like a riddim dat drops
De tongue fires a riddim dat shoots like shots
Dis poetry is designed fe rantin
Dance hall style, big mouth chanting,
Dis poetry nar put yu to sleep
Preaching follow me
Like yu is blind sheep,
Dis poetry is not Party Political
Not designed fe dose who are critical.

Dis poetry is wid me when I gu to me bed
It gets into me dreadlocks
It lingers around me head
Dis poetry goes wid me as I pedal me bike
IÕve tried Shakespeare, respect due dere
But did is de stuff I like.

Dis poetry is not afraid of going ina book
Still dis poetry need ears fe hear an eyes fe hav a look
Dis poetry is Verbal Riddim, no big words involved
An if I hav a problem de riddim gets it solved,
IÕve tried to be more romantic, it does nu good for me
So I tek a Reggae Riddim an build me poetry,

I could try be more personal
But youÕve heard it all before,
Pages of written words not needed
Brain has many words in store,
Yu could call dis poetry Dub Ranting
De tongue plays a beat
De body starts skanking,

Dis poetry is quick an childish
Dis poetry is fe de wise an foolish,
Anybody can do it fe free,
Dis poetry is fe yu an me,
DonÕt stretch yu imagination
Dis poetry is fe de good of de Nation,

Chant,
In de morning

I chant
In de night
I chant
In de darkness

An under de spotlight,
I pass thru University
I pass thru Sociology
An den I got a dread degree
In Dreadfull Ghettology.

Dis poetry stays wid me when I run or walk
An when I am talking to meself in poetry I talk,
Dis poetry is wid me,
Below me an above,
Dis poetry’s from inside me
It goes to yu
WID LUV.


Traducción: Andrés Unger
http://www.andresunger.com/pagina-2b/







RAFAEL MORIEL [16.448]

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Rafael Moriel 

(Vitoria-Gasteiz, 1968)
Miembro fundador, director y redactor de «La Botica, revista literaria» desde el año 2000, con una tirada semestral de 3.500 ejemplares. Frecuenta la poesía y el relato corto. Premiado en certámenes literarios, ha publicado algunos de sus textos en «El más allá y otros relatos» (premio Ediciones Beta de Relato Corto), «Tene Lehiaketa 2000» (Editorial Elkarlanean, Premio de Relato Corto) y «Cinco Voces», de «Ediciones La Botica», publicando en solitario los libros «Relatos Para la Imaginación», «Accidente en la Fábrica de Chorizos», «Cartas a mi Amiga Muerta», «Poemas del Amor Loco», «Poemas Desde la Contemplación», y el libro de crecimiento personal «Eneagrama Fácil Para Gente de a Pie».



POEMAS



Ya lo sé

Ya sé
que me encierro
y ermito,
reniego de auxilio
e incluso puedo parecer menos asequible a cada momento.

Ya sé que en cuanto me enfocan
se me cambia el rostro y 
salgo mal en la foto.

Ya sé que soy
insobornable,
nada comercial…
me ultrajo en ocasiones
e incluso creo molestar.

Ya lo sé, aunque mantenga una cierta arrogancia
más digna de un 
genuino romanticismo
que de una histérica sobreestima.

Ya sé que no llamo y
olvido fechas, fiestas y cumpleaños.

Ya sé
de mi talante
arrollado y
circunspecto,
cabezota
y rumiante.

Ya sé
que tengo dificultades
para asumir el protagonismo
y estoy más guapo si
sonrío.

Ya lo sé, aunque mantenga una cierta arrogancia
más digna de un 
genuino romanticismo
que de una histérica sobreestima.

Ya sé
que mi rostro es un espejo
y busco
entre los ojos de la gente;
no miro al público
y
me muevo sin gracia
cuando recito.

Ya sé
que mi voz suena agradable
y me interesa más el fondo que la forma,
… que perdí
buenas oportunidades.

Ya sé,
que me quejo con frecuencia, 
salgo poco
y me esfumo.

Ya lo sé,
que soy frágil y sensible,
aposté con mujeres fatales
a las causas perdidas.

Ya sé
que odio el fútbol
y los cuarenta principales,
que muevo mis ojos
grandes
y contemplo,
hincando mi empeño escribiendo libros
que no publico.

Ya lo sé, aunque mantenga una cierta arrogancia
más digna de un 
genuino romanticismo
que de una histérica sobreestima.




Poesía de Niños Corriendo

Estuve en el parque,
frente al ocaso de una tarde soleada.

La fuente propulsaba su chorro,
que descendía en gruesas gotas, redondas y brillantes
entre el fulgor de los rayos solares.

Mi sobrina le había puesto un «churi» a mi perrita, Lola,
que correteaba, preciosa, entre un grupo de niñas
y dos muchachas se hicieron fotos
acariciando a un perro junto a la fuente.

Yo fumaba,
mirando descender el chorro
sobre la piscina, circular azulada.

Me dediqué un rato a jugar, «pillando» a mi sobrina y a las niñas,
entre los columpios.
Siempre me tocaba «pillar» a mí,
interpretando al payaso tonto
pues esa era la gracia.

Había un bocadillo en el suelo
y las niñas ofrecían sus pedazos a Lola,
forcejeando entre sí por guiarla de la correa.
Después se metieron en un túnel de arbustos y tupida vegetación
con diferentes accesos;
repitieron varias veces
asomando por cualquier lado...
Les gustaba atravesarlo con Lola de la correa,
riendo y vociferando la cogían entre varias,
mareándola,
con pedazos de bocadillo entre sus manos.

Y hubo un instante
retirado,  
observando el parque con su fuente, en el que creí entender que todo cuanto
englobara un poema,
su nobleza e intención reveladora,
delación y sentimiento,
la propia realidad humana
definitivamente se sucede en la risa de los niños correteando,
retozándose en el esplendor de la tarde.

Niños que como yo, dejarán de serlo,
observando el chorro de una fuente
fumando cigarrillos.



Chica Poco Culo

Chica poco culo
desconoces
que te adoro pues de niña
dabas saltitos todo el rato
de puro gozo y alegría.
Casi puedo verte antaño, tímida,
chillando enojada con voz de pito,
repitiéndote una y otra vez.
Entonces miro tu rostro y me reafirmo, aunque nadie
puede saber de qué hablo
y de eso sí estoy seguro.

Chica poco culo, al verte
me fijé en tu trasero
y me dije:
«No tiene culo, ésta es de los míos».

Chica poco culo, nuestras manos se acoplan
en gemelo destino,
idéntica longitud,
manos de chica y chico poco culo
y
mi cuerpo descansa en tu hueco,
y tu espacio se acopla en mi carne.

Chica poco culo...
porque dices abridores de apetito
a las banderillas en vinagre,
tomamos marianito rojo
como cuando críos el Sansón de las comidas,
chica poco culo,
pues conservas, intactas,
tus muñecas de plástico
y tu abuela era de los rojos y sus charlas coloradas,
chica poco culo,
porque conoces el desamparo
y a veces el cuerpo te pide saltar
y correr,
chica poco culo...

Has dormido esta noche
abrazada a mi pecho
y desvelado,
permanecí en silencio durante horas,
observándote bien quieto
para no quebrar tu aire,
mirando al techo,
sintiéndote,
intentando recordar
cuantas razones
pudiera conocer
para seguirte amando
... chica poco culo.









KIM CHI-HA [16.449]

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Kim Chi-ha

Kim Chi-ha (1941) es un poeta y dramaturgo surcoreano.

Nació con el nombre de Kim Yeongil el 4 de febrero de 1941 en Mokpo, provincia de Jeolla del Sur, Corea del Sur. En 1966 se graduó de Estética por la Universidad Nacional de Seúl. En marzo de 1963, bajo el sobrenombre de Kim Ji-ha, publicó el poema "Historia nocturna" (Jeonyeok iyagi) en la publicación Literatura de Mokpo.

Fue disidente bajo el régimen de Park Chung Hee y tomó el sobrenombre de Ji-ha porque en coreano significa subterráneo. Después de acusar al régimen de conseguir falsos testimonios con el uso de la tortura, fue sentenciado a muerte, pero se le conmutó por cadena perpetua. Finalmente fue puesto en libertad gracias al clamor popular. Cuando volvió a acusar al gobierno del uso de la tortura para conseguir confesiones en el caso del Partido Revolucionario del Pueblo en 1974, fue encarcelado y sentenciado a la pena de muerte de nuevo. Como católico, comparó el sufrimiento del pueblo coreano con el sufrimiento de Jesucristo.

Obra

De su primera recopilación de poemas La Tierra amarilla a su colección de poesía lírica Mirando el campo estrellado, Kim Chi-ha ha mostrado una gran variedad literaria, incluyendo poemas líricos y narrativos, baladas, teatro y prosa. Sus obras cubren toda la gama del pensamiento religioso y filosófico coreano, desde la tradición donghak a la católica, jeungsangyo, budista avatamska, zen y maitreya.

La mayoría de sus poemas también presentan críticas satíricas de la sociedad. En "La Tierra amarilla" y "Con una sed ardiente", el poeta ofrece una mordaz diatriba de la sociedad a través de la poesía lírica. En baladas como "Los cinco bandidos" (Ojeok) y "Rumores sin fundamento", usa el ritmo del pansori y en ocasiones caracteres chinos poco conocidos para satirizar la corrupción de la gente en el poder. El ritmo del pansori está presente de nuevo en Una nube de lluvia en estos días de sequía, una colección de poemas narrativos que analizan la vida y la muerte de Choi Jeu. Comparado con sus obras anteriores, Ama a tu vecino se centra de forma más directa en la idea de amor romántico, lo que supone un punto de inflexión en la temática del poeta. Mirando el campo estrellado y La agonía del centro reflejan este cambio de temática en su contenido lírico y el intento de relacionarlo con el monólogo interior. Estas obras también tiene un fuerte trasfondo de romanticismo, pues se centra más en la conexión con la naturaleza en vez de en su descontento con la sociedad.

Su poesía de los años ochenta sufrió otra transformación. Distanciándose de la lucha del movimiento obrero dominante por aquella época, fue capaz de desarrollar una nueva perspectiva de la vida.

En su obra de teatro El Jesús con su corona de oro, un leproso, la casta más despreciada de Corea, se encuentra con Jesús en prisión. Jesús le dice que lo ayudará a liberarse. Al ayudar al pobre, su corona de oro desaparece y sus labios pueden moverse de nuevo.

Premios y condecoraciones

1975 Premio Lotus de literatura
1981 'Premio gran poeta' en la conferencia de poetas internacionales.

Obras

La Tierra amarilla (Hwangto)
Con una sed ardiente (Taneun mokmareumeuro)
Sur (Nam)
Ama a tu vecino  (Aerin)
La montaña negra, la habitación blanca (Geomeun san hayan bang)
Una nube de lluvia en este día seco (I gamun nare bigureum)
Mi madre (Naui eomeoni)
Mirando el campo estrellado (Byeolbateul ureoreumyeo)
La agonía del centro (Jungsimui goeroum)
Arroz (Bap)
Canciones de los barcos del sur (Namnyeokttang baennorae)
Sustento (Sallim)




Kim Chi-ha (1941-:) fue el poeta crítico por antonomasia durante la era de la dictadura militar. En Cinco ladrones (1970), obra a la que califica de “romance”, Kim Chi-ha desarrollado una crítica contra la sociedad política contemporánea a la vez que experimenta con las formas poéticas. El poeta, que aporta al poema elementos orales tradicionales, como la gasa, el taryung y el pansori, prueba nuevas posibilidades híbridas. Por ejemplo, intervenciones apasionadas y sin control, aspecto de la narrativa oral que se contrapone con los valores estéticos modernos de control y tensión poética. Cinco ladrones combina una vivaz gama de géneros líricos y narrativos, así como matices jocosos con otros trágicamente bellos. Sus repeticiones, audaces omisiones y uso agresivos de jergas convierten al poema en un espacio de heteroglosia. Sin embargo, es su espíritu sátiro el que sirve como nexo de unión de los diferentes discursos para conformar un todo coherente. Poeta de conciencia crítica y agudo poder de observación, Chi-ha se centra en las contradicciones de la vida contemporánea y las examina sin piedad. El principal blanco de esta sátira es el autoritarismo político y la corrupción profundamente arraigada en la sociedad coreana. Los cinco ladrones son los chaebul (conglomerados empresariales), los diputados, los altos funcionarios, los generales militares y los ministros del Gobierno que, juntos, conforman el escalón más alto de la sociedad coreana. No obstante, para Chi-ha, no son más que un conjunto podrido que se nutre de la opresión y la corrupción. Cinco ladrones llevó a Kim Chi-ha a ingresar en prisión por haber violado la llamada Ley del anticomunismo, de la que el Gobierno coreano se sirvió para reprimir la disidencia política. Al mismo tiempo, le supuso un enorme reconocimiento internacional como intelectual crítico que luchaba contra la dictadura y como poeta cuya musa era la democracia, negada a Corea durante mucho tiempo.
La primera colección de Kim Chi-ha, Tierra amarilla (1970), es un lamento amargo por la historia de sufrimiento y vida estéril del pueblo coreano que acaba transformándose en un fuerte espíritu de resistencia. Su colección poética posterior, Sed ardiente (1970) supone una suerte de memorias que reflejan la década de 1970, que Chi-ha vivió entre rejas en su mayor parte. El denominador común de ambas colecciones es su conciencia crítica con la realidad social y su espíritu de protesta, como se revela en poema siguiente, donde la desesperación se transmite mediante la imagen de montaña vacía, en cuyo interior arde una llama de resistencia.




La montaña vacía

Ninguno
Sube la montaña vacía.
Jamás.

Sobre la desnuda montaña solitaria
El sol y el viento se chocan y lamentan.
Pero al morir,
Siquiera la carroza fúnebre puede llevarnos
De esta montaña vacía.

Demasiado fatigada y dura
Es la lucha del día.
Quién sabe
Si las ascuas de hoy se harán llama mañana,
Ardiendo ahora escondidas
En la profunda tierra de la montaña silenciosa.

Con un puñado de polvo en tu mano
Te lamentas
Junto a la montaña a la que volverás
Después de muchas muertes.
Mañana
Serás una llama
O un fresco pino verde.



La obra de Kim Chi-ha ofrece una extensa paleta de géneros, como la poesía lírica y épica, el romance, el teatro y el ensayo. En algunos poemas, como Amor vecino (1987), desarrollará su visión lírica, mientras que en otras obras desarrollará un género híbrido similar al de Cinco ladrones y las englobará en lo que llamó taesul (gran narrativa). En estos poemas tardíos, Kim Chi-ha muestra el movimiento del espíritu en rebelión y en confrontación con el problema sagrado del mundo y la forma poética. Chicha, que se mueve entre varias escuelas de pensamiento religioso y filosófico, incluyendo el catolicismo, las corrientes nativas de Tonghak y Cheungsan, o los budismos huayen, zen y maitreya, se centra en el concepto de vida como pilar de su filosofía. Este, lejos de ser místico, presta especial atención a la liberación de todo aquello que oprime la vida humana.

http://www.literaturacoreana.com/



MOON TAE-JUN [16.450]

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MOON TAE-JUN

Nacido en 1970 en Kimch'ŏn, Corea del Sur, es uno de los poetas más populares de su generación y es particularmente conocido por tratar con la naturaleza, la niñez y vidas frágiles en el límite entre la vida y muerte. Publicó cuatro libros de poesía.



Alguien vino a visitarme

La nieve que cayó en campanas toda la noche       se ha detenido
Estoy solo        mis pensamientos están lejos
Pequeña ave, ave de pecho rojo       en el sarmiento
Llegaste y lloraste                  tu partida fue súbita
Por qué te has ido tan pronto no me has dado tiempo de llamarte por tu nombre
Tu lamento es terso, terso      como luz de invierno al pasar por la                                                [puerta empapelada
Quién es el que extrae ese llanto      de mi oído
Alguna vez alguien vino a visitarme  dejó lágrimas
Teñidas de rojo                      en mi corazón
Que nadie puede ya   quitar  

Versión del inglés de Eduardo Padilla




Algún día

Las libélulas se han ido del cielo
Mis manos están vacías
Manos que se sujetaron del tiempo
Una vez más, abro lentamente mis ojos
Mis manos están vacías
Camino junto a la severa lápida
Cómo puedo yo, un hombre débil, escrutar el diamante en el Sutra del Diamante El día vendrá
Así como las libélulas se han ido del cielo
El día en que seré gentilmente liberado de este lugar
A dónde han ido
Acaso siguieron al fragor del verano
Acaso siguieron al fragor del verano
Aterrizaron en el clamor de las gotas sobre las hojas de hierba

Versión del inglés de Eduardo Padilla




Pez plano

En la habitación 302, Hospital Gimcheon, habitación para seis,
ella yace con su máscara de oxígeno, peleando contra el cáncer.
Ella yace cual pez plano bajo y plano sobre el piso del suelo oceánico.
Me tiendo paralelo a su lado, otro pez plano.
Al mirar un pez plano al otro súbitamente sus ojos se anegan de lágrimas.
Se lamenta, tan delgada que un ojo se ha ido rozando hacia el otro lado,
y mira fijamente a la muerte mientras yo contemplo el mar de su vida.
Recuerdo su vida de océano, oscilando de izquierda a derecha, en los mares acuosos,
su sendero arbolado, con su canción de cucú al mediodía,
cenas de fideo delgado, una familia apenas dueña de una pared de adobe.
Sus dos piernas se están rompiendo lentamente,
su espina dorsal se dobla como rama bajo el peso de una nieve súbita,
pienso en aquel día de invierno.
Su aliento se hace áspero como la corteza de un olmo.
Ahora sé que ella no puede ver el mundo más allá de la muerte,
un ojo es arrastrado hacia la oscuridad del otro.
Izquierda, derecha, me mezo hacia ella para yacer a su lado en el mar.
Ella me cubre suavemente con el agua que inhala con su máscara de oxígeno.

Versión del inglés de Eduardo Padilla







"First"& Other Poems

MOON TAE-JUN

These poems have been drawn from the translation portfolio in the May/June issue of the American Reader, available here . They were translated from Korean by Chae-Pyong Song and Darcy L. Brandel.


A Brief Nap 

When I wake from a nap 
I become a tree that has seen flowers off

Several times even in one day 
The spirit is abandoned in an unfamiliar place

Today I have dreamt again of frightened roe going backwards

Dream, a distancing dream of the day 
Like a sister prone to tears who returns after visiting her mother

Waking from a nap I rinse my mouth with cold water, 
I hear a pheasant crying in faraway vines, my fist clenched tight

In the afternoon I stand like a hollow tree


The Ibis 

Stepping in the mountain shadow on the rice paddy 
the old ibis 
stands still 
A deep thought lingers on her body and passes 
Like I once stared at an empty pond vacantly 
Is this how loneliness lingers? 
It was the evening when the mountain shadow fully wetted her ankles







His translations of Korean literature Chae-Pyong Song  



One Breath

The space between flowers blooming and falling
We might call it a breath
The tree's cry makes flowers bloom
With another cry flowers fall
The space between blooming and falling
We might call it a breath
Even trees have lungs spread like flatlands
One breath and an ebb tide flows in and out
One breath and trees shake once in the wind
Father completes one sixty-year cycle, a life like the measles
We might call it a breath





Extreme Emptiness

I planted young radishes
but being lazy I missed the roots and stems emerging
I barely caught the flowers
white radish flowers were everywhere in the space
Did you plant the flower garden in the vegetable garden?
Neighbors asked and I hesitated to answer
After this conversation, one butterfly
and another butterfly along with the first
a flock of butterflies like white radish flowers
landed on white radish flowers
setting down their fragile feet
briefly for three or five seconds or
perhaps an even longer time to them
folding their wings, calming the wind
sitting comfortably
they seemed to sleep a light sleep
This place I gave away so they could set their feet
this knee I gave away so they could sleep a light sleep
I did not have such a place while living
Though my radish garden is a flower garden
at last, I lost even the flowers to the butterflies





Silent Word

In the temple yard peonies bloom luxuriously
Who opens the flowers' doors?

With a silent word, the flowers open their petals

The moment I attempt to say,
"opening petals swept by rain all morning," my tongue is cut off by

the rain





Bare Foot

A clam at the fish store pushes a bare foot outside its mud hut
sticking out its bare foot
the way the dead Buddha reaches out for the disciple who cries sorrowfully
Immersed long in flatland and water the foot has wrinkled up
When I touch its bare foot with reverence the clam
slowly withdraws as if having the first thought, as if having the longest thought
At that speed even time, even the road might have flown
Anyone might have gone out or, separated, might have come back slowly like that
Always barefoot I guess
As the bird having lost its love endures the night with beak buried into chest
so might the clam have endured sorrow with foot buried into chest
When the house cried for food
he might have gone out to beg barefoot, blistered
After all day in the street
perhaps he returned to the hut reeking with poverty
the house content, full of food
its crying stopped, quiet as darkness





At a River Village at Dusk

Even in my insensitivity I come to think of you sometimes
Sorrow moves like a mountain shadow across your eyes

A bird cries like an echo in a glazed pot but the river, a bigger pot, contains her

In the distance between you and me
between the darkness of this place and that of the village beyond
the river like a big round wheel flows

A cow cries at the village across the river
I cannot help the cow whose cries dampen the cold river with drizzle
Perhaps she just lost her baby or her love
I cannot help the cow who cries till her voice gets hoarse
I cannot forget the crying cow's white round eyes

Even in my insensitivity I come to think of you sometimes






MOON CHUNG-HEE [16.456] Poeta de Corea del Sur

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Moon Chung-hee

Moon Chung-hee (25 de mayo de 1947) es una escritora, profesora y poetisa surcoreana.

Moon Chung-hee nació en Boseong, provincia de Jeolla del Sur, Corea del Sur, el 25 de mayo de 1947. Fue a la escuela secundaria femenina Jinmyeong, se graduó de literatura coreana en la Universidad Dongguk y realizó los estudios de posgrado en la misma universidad, en la que también fue profesora. Cuando todavía estaba en la escuela secundaria publicó su primera recopilación de poemas Respiración floral (Kkotsum)en 1965. En 1969 sus poemas "Insomnio" (Bulmyeon) y "Cielo" (Haneul) se publicaron en el número especial de nuevos poetas de la publicación Wolgan munhak

Obra

El núcleo de la poesía de Moon Chung-hee muestra una percepción claramente romántica, expresada con un lenguaje cristalino y dominada por una interacción de emociones y sensaciones vívidas. Un ejemplo de su excelente y en ocasiones sorprendente sensibilidad poética es el poema "La canción de Hwang Jini" (Hwangjiniui norae).

Los símiles y metáforas que usa son totalmente subjetivos. Su lenguaje figurativo registra su sensibilidad y trata de forma emotiva los temas del amor romántico, la desconfianza, el sufrimiento y la libertad. En algunos poemas como "Patatas" (Gamja), "A mi amado Samacheon" (Saranghaneun samacheon dangsinege) y "Contemplando el río Namhan" (Namhangangeul barabomyeo), hace uso de los elementos de la narrativa de cuentos de hadas para llegar a una síntesis alegórica de la realidad presente.

Obras

Esta es un lista parcial de las obras de Moon Chung-hee:

1965 Respiración floral (Kkotsum)
1973 Poemas de Moon Chung-hee (Moon Jeonghui Sijip)
1984 Las campanadas que se desploman solas (Honja muneojineun jongsori)
1986 El pájaro de Aunae
1987 Mi añorado hogar (Geuriun naui jip)
1990 Sáqueme al pájaro que vive en mí (Je momsoge salgo inneun saereul kkeonaeeo juseyo)

Premio

Premio de literatura contemporánea (1975)


MOON CHUNG-HEE

Boseong,  Corea del Sur, 1947
Una de las poetas de más renombre en el panorama lírico actual de Corea del Sur. Desde su debut ha sido galardonada con importantes distinciones, entre ellas el Premio de Literatura Contemporánea, el Premio Literario Sowôl y el Premio Literario Yuksa. También recibió, en 2008, el Premio de la Asociación de Críticos de Arte de Corea en la categoría de Literatura.
Sus obras son el apegado y vehemente reflejo de aspectos de ese proceso de cambio social, como el específico de la condición femenina, el de las relaciones y la conceptualización del “prójimo”. En cuanto a su estilo, la crítica ha destacado principalmente una cualidad de su lírica: la circunstancia de liberarse del lenguaje androcentrista para desarrollar un nuevo código poético más propio de la mujer.







La carta

–Para mi madre, que a sus setenta y ocho años, espera a solas la muerte en nuestro
     pueblo

Madre, ama una única cosa
Deshazte de lo demás.

Esa cosa
No es una vida
Sino una promesa.

Todos vamos en soledad,
Pero vamos al mismo lugar.
Madre, tú eres la bella promesa.

Has venido antes
Y antes partes hacia ese lugar

Nosotros llegamos más tarde
Y más tarde partiremos

Nosotros, nacidos sin promesas
Cumplimos una de ellas y nos vamos

No lo hacemos en soledad.

Madre, no llores.

Has sido una dulce hoja de otoño.

 Traducido por Sebastián Parodi




편지 

-고향에서 혼자 죽음을 바라보는 일흔여덟 어머니에게

하나만 사랑하시고
모두 버리셔요.

그 하나
그것은 생(生)이 아니라
약속이에요.

모두가 혼자 가지만
한곳으로 갑니다.
그것은 즐거운 약속입니다. 어머니

조금 먼저 오신 어머니는
조금 먼저 그곳에 가시고

조금 나중 온 우리들은
조금 나중 그곳에 갑니다.

약속도 없이 태어난 우리
약속 하나 지키며 가는 것
그것은 참으로 외롭지 않은 일입니다.

어머니 울지 마셔요

어머니는 좋은 낙엽이었읍니다.  





Canción de la mujer madura

Llegó una estación extraña
que no es primavera ni otoño.

Nos pusimos los zapatos de tacones puntiagudos
además andábamos levantando la nariz.

Aunque me ponga los zapatos sin tacones y cómodos
sin mucha importancia
llegó la estación donde puedo observar ágilmente el mundo.

Me molesta usar ropas caras y accesorios lujosos
estoy desnuda de mi pecho
por lo que me quité todo
a la añoranza y obstinación que me sentí nerviosa
llegó la estación buena donde nadie me mira
aunque yo iría al mar del Este o quizá no.

Está creciendo frondoso el cuento sobre hijos y dolencias
más grande que una fruta y más rojo que una hoja caída
cuando empezamos a hablar.

Llegó a esa estación gorda y fantástica.

Versión del coreano de Joung Kwon Tae y Jorge Orendáin
Del libro Cinco poetas contemporáneos de Corea (Aldus, México, 2006).





De su libro “Yo soy Moon“: 


“Siempre que digo estoLUNA
lloro un poco.
En tu vida usarás más palabras
que agua o fuego,
o aún más que dinero.  
Así que deberás reunir cuantas palabras puedas,
y darles un buen uso.”





Huerga y Fierro editores, Madrid, 2014. Por Mª Ángeles Maeso

La poeta Moon Chung-Hee (1947) nació al final de la dominación japonesa en península coreana, sufrió en su infancia la guerra y realizó sus estudios universitarios bajo las dictaduras militares. El supuesto esplendor reciente de la economía coreana, que ha transformado una sociedad agraria en una industrial, es contemplado por la poeta con desconfianza, no sólo por el derrumbe de tradiciones culturales, sino por la imposición de rigores laborales asentados en la precariedad y menosprecio de la vida humana. De las heridas de este proceso hacia la modernización dan cuenta sus poemas.
Desde una conciencia social y feminista, arroja su mirada asombrada y formula las preguntas como quién eres persona, quién eres gente, quién, si se es mujer, trabajadora, madre, hija, abuela, activista, intelectual, poeta.

Ella remite al cuerpo las preguntas y el cuerpo se configura como territorio de observación, (Manifiesto de la flor) espacio en el que excavar para extraer señas de identidad sin escisiones entre el yo y el mundo. El cuerpo, que tiene memoria, soledad, gratitud, cansancio, enfermedad, deseos  le da magníficos poemas, como Arroz frío, donde vemos a la poeta comer arroz atrasado recordando a las madres que se alimentaban de las sobras de la mesa; o en Cordón umbilical, cuyo tema, el nacimiento de un hijo, se nos presenta en un bellísimo canto de amor despojado de tópicos: 


“No lo llaméis momento más sagrado
Era un terror que te borraba el cielo. (…) 
En un ratito más
como un santo que se reintegra a la vida laica,
vacilantes salieron de la sala del parto, oliendo sangre
una madre y su cría”


Moon mantiene en vivo la mirada asombrada, incluso cuando asocia lo dramático a la ironía, un tono que caracteriza su obra, aunque sea difícil percibirlo en la traducción,  y que recuerda a veces la piadosa sonrisa de la poeta polaca Wislawa Szymborska.

Muestra de esto da el poema Paisaje con linterna fúnebre, que arranca del asombro que produce constatar la fuerza del cuerpo, aunque su reclamo suceda en el velatorio de la madre: “Mi mamá, aquellas lágrimas,/esa persona murió./Al anochecer ocurrió algo todavía más dramático: es que me dio hambre” Su lenguaje directo, materialista, procaz (“Les revelaré el secreto de que me salió una cola por mis nalgas”, Meneando la cola) consigue el milagro darnos instantes esencialmente líricos, en la línea del confesionalismo americano que tan bien conoce, para asentar una mirada propia, alejada del idealismo antropocentrista.

A fin de cuentas, dice ella: “La moralidad no es otra cosa que un amor que arde/ y no es distinta de vivir fiel al lenguaje del cuerpo,/ honesto y sin disimulos”. (En tono teatral)


Aunque sea una constante la imagen del desierto, las preguntas insisten: “Ningún lugar me sabe perfecto,/ Tampoco ha carecido de una puerta./Persona, ¿quién eres?/Mi amor, mi desierto.” (Para la persona); “Gente, que sabes respirar/          Con la serenidad del tacto de una estrella,/ Cuán fugaz eres para estar tan hermosa!” (A la gente).

Por debajo del silencio imprescindible, el cuerpo que muele café  nos deja un sueño:


Sueño con un país, un país como una casa,
donde  la gente de buen corazón,
vestida en blanco, como santos,
pero incapaz de leer una sola línea
de la Biblia o de las Escrituras Budistas,
labre en paz el campo.
Madre, yo aún sigo surcando la tierra seca” (Moliendo café)


Es una de las poetas de más renombre en el panorama lírico actual de Corea del Sur. Ha sido galardonada con importantes distinciones, entre ellas el Premio de Literatura Contemporánea, el Premio Literario Sowôl y el Premio Literario Yuksa. También recibió, en 2008, el Premio de la Asociación de Críticos de Arte de Corea en la categoría de Literatura. Suecia le entregó en 2010 el premio Cikada,  que se otorga a los más representativos poetas asiáticos. Ha sido poeta invitada en universidades (Iowa, Venecia, Berkeley…) y ha participado en numerosas ferias de poesía internacionales (México, Frankfurt, Irlanda, Israel, Japón, Francia, Cuba, Macedonia…) Yo soy Moon es su primer libro editado en nuestro país. Tuve la suerte de compartir mesa y lecturas en uno de los muchos actos de la reciente Noche de los libros madrileña.  Conocerla me hizo suscribir los versos finales de uno de los poemas de este libro que les recomiendo:


“Nunca la había conocido
mas me resulta tan conocida
esta mujer que son muchas”




SUZANNE LUMMIS [16.457]

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Suzanne Lummis 

Originaria de San Francisco, poeta, profesora influyente, organizadora artes y empresaria en Los Ángeles. A ella se la asocia con el noir poema, sensibilidad para la que es un exponente importante, una encarnación literaria de "poesía escénica," la poesía Stand-up de los años 80 y 90. También se agrupa con "Los Poetas Fresno."

Por parte de su padre, Suzanne es la nieta de Charles Fletcher Lummis primer Editor de The Los Angeles Times, cargo que asumió en 1885 después de atravesar todo el país desde Ohio. Saltó a la fama como activista de los derechos indios, conservacionista del patrimonio español del sur de California, y autor de varios libros que definen y describen la historia del suroeste de Estados Unidos.

Sus padres, Keith Lummis y Hazel McCausland, pertenecían a la oficina de San Francisco del Servicio Secreto de Estados Unidos, en la época en que la agencia estaba bajo los auspicios de la Secretaría de Hacienda. Keith era un agente del Servicio Secreto, y Hazel fue la tercera mujer en ser contratada en la oficina del Servicio Secreto con el cargo de secretaria. 

Suzanne, recibió su maestría de CSU Fresno, donde estudió con Philip Levine, Peter Everwine y Chuck Hanzlíček.

Suzanne Lummis, junto con Sherman Pearl, fundó el Festival de Poesía de Los Ángeles. Bajo su cargo de director del festival produjo nueve series en toda la ciudad de lecturas entre 1989 y 2011, que culminó con la serie de 25 eventos en toda la ciudad, "Noche en la ciudad: LA Noir en la poesía, ficción y cine", que contó con notables autores, académicos y conservacionistas de cine tales como Roberto Polito, James Ellroy, Eddie Muller y Alan Rode, y el crimen de ficción autor Gary Phillips, junto con muchos poetas regionales.

Desde 1991, ha impartido diversos niveles de talleres de poesía a través del Programa de Extensión de la UCLA los Escritores, incluyendo clases de enfoque especiales que desarrolló, "Explorando Otras Voces: Escribir el Poema Persona", "El Poeta completo: Vulnerabilidad, Sexualidad, sentido del humor, "" El arte de la artesanía, "y" Poesía Goes to the Movies: El Poema Noir ".

Su ensayo definiendo "El Poema Noir, demasiado oscuro para estar deprimido" aparecido en la edición de invierno 2012-13 del Malpaís de opinión de Nuevo México, para el que ella es corresponsal de California, y tiene poemas en el 2013 "Emisión Noir" de la revista literaria Contrappasso, desde Sydney, Australia, 2014 antología de ficción delincuencia y noir poemas, Noir Riot, publicado por NoirCon y Gutter Libros, y en la sección "Vers Noir" de la antología Knopf, Killer verso: Poemas de asesinato y mutilación, editado por Kurt Brown. En su columna KCET mostrando Abierto las 24 Horas con el título "Cuatro Libros icónicas en el Paisaje de La Letters," Mike Sønksen apodado su "una poética Raymond Chandler."

Sus completas colecciones de poesía incluyen idiosincrasias (Illuminati), En Peligro (California Poetry Series / Heyday Books), y Abierto las 24 Horas, que ganó el Premio de Poesía 2013 Blue Lynx y fue publicado en el otoño de 2014 por Lynx Casa de la Prensa. Poemas individuales han aparecido en The Antioch Review, Hotel Amerika, The Hudson Review, The New Ohio Review, The New Yorker, y Ploughshares.

En su entrada de mil palabras sobre ella por El Greenwood Enciclopedia de Poetas Americanos y Poesía, el crítico literario Richard Silberg escribió, "como poeta, actriz, editora, profesora y poeta empresaria, Suzanne Lummis ha sido, durante más de dos décadas, una de las poetas más distinguidas e influyente en Los Ángeles ".




Tenemos que largarnos de L.A. 

 De noche, la extensión de las calles iluminadas y las luces
de los minisúper emite un brillo ávido, matizado de sexo 
y descontento para que los aviones lo atraviesen.

De día, los hombres con los que nadie se casaría están de pie
muy cerca detrás de nosotros, en filas que serpentean
a través de Food 4 Less, Rite Aid Drugs.

Amigos, tenemos que largarnos de L.A.
En el piso de abajo una pareja aúlla su sórdido
magro amor, y luego pelean.

En el piso de arriba una mujer ensaya, una vez más,
la horrible canción que nadie creerá.
Su mensaje de no-tiene-suerte-con-los-hombres vibra

sobre la clientela de The Donut Inn:
tipos con ropa casual, en quiebra hasta el viernes,
sin suerte con las mujeres.

Tenemos que largarnos de L.A.
Está construida sobre arena con agua robada.
Una sed abrasadora nos fastidia.

Y estos toques de oasis, las reverencias
de las palmas como varitas mágicas sobre
las avenidas, traen a la memoria un remoto deseo.

Son las palmas y esa charla celular
las que cabalgan las olas. Creemos 
cosas. Se respiran, o sea, grandes planes en el aire.

Pero los codiciosos mordisquearon nuestra grandeza
y se empequeñeció. Nuestros agentes
nos desecharon y se mudaron. Los amantes

se fueron a casa en un autobús Greyhound.
El sueño del que no podemos despertar
se quejó de que el tiempo pasaba por él,

se fue y no dejó la renta.
Despertó de nosotros.
                          

Versión del inglés de Víctor Ortiz Partida



We Have Got to Get out of L.A. 

Nights, the expanse of lit streets and lights 
of mini—marts sends out an avid, sex—tinged and 
discontented glow for planes to drift through. 

Days, the men no one would marry stand 
too close behind us, in lines dangling 
through Food-4-Less, Rite Aid Drugs. 

Friends, we have got to get out of L.A. 
Downstairs a couple yelp their seedy 
bare-boned love, and then fight. 

Upstairs a woman rehearses, once again,  
the awful song no one will buy. 
Its unlucky—with—men news wobbles 

out over The Donut Inn’s clientele— 
guys dressed down and broke till Friday,  
unlucky with women. 

We have got to get out of L.A.  
It’s built on sand with stolen water. 
A burning thirst got under our skin. 

And these hints of oasis, the bowings 
of tall wand—like palms over 
the avenues, stir up far—fetched desire. 

It’s the palms and that cell talk 
riding the waves. We believe 
stuff. There’s, like, big plans in the air. 

But the greedy nibbled our greatness 
and it got small. Our agents  
dumped us and moved on. Lovers 

rode home on a Greyhound bus.  
The dream we can’t wake up from  
complained it’s not getting younger— 

and left without leaving the rent. 
It woke up from us.                          





How I Didn’t Get Myself to a Nunnery

That girl they found ensconced in mud and loam,
she wasn’t me. Small wonder, though, they jumped.
To a conclusion. Water puffs you up,
and we pale Slavic girls looked much alike—
back then. Deprivation smooths you out.
Yes, that was the season of self-drowned maids,
heart-to-hearts with skulls, great minds overthrown.
And minds that could be great if they could just
come up for air. Not in that town. Something stank.

But me, I drifted on. I like rivers.
And I’m all right with flowers. I floated
on a bed of roses—well, O.K., rue
and columbine. It bore me up not down.
That night I made a circle with my thumb
and finger, like a lens, and peered through it
at the moon—mine, all mine. My kissed-white moon.
“Moon River wider than a . . .” Mancini/
Mercer wrote that, sure, but I wrote it first.

You wonder where I’m going with all this?
Where water goes. It empties into sea.
Sold! I’d take it—the sea or a fresh life.
Some other life. A good man—good enough,
fair—fished me out. He’d come to quench his thirst.
No sun-god prince, of course, like him I’d loved,
still loved. (Some loves don’t die; not even murder
kills them.) I married his thatched hut, hatched chicks—
kids running underfoot. Don’t cry for me,

Denmark. I’d learned the art of compromise
back there, in the black castle—then came blood,
ghosts. Something in me burst. If not lover,
father, king, then whom can you trust? Alone,
I took up some playing cards. I played them
into skinny air. A voice said, Swim or drown.
It said: Your house caught fire, flood, caught fear—
it’s coming down. No one loves you now, here.
By land or water, girl, get outta town.








NORA ATALLA [16.458]

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Nora Atalla

Escritora y poeta de Quebec, Canadá, nacida en El Cairo en Egipto, Nora Atalla ha crecido y se educó en Montreal. Originalmente griega - libanesa y Franco - Georgiana,  sobrina del Dr. Joseph-Charles Mardrus, gran arabista.

Nora Atalla ha trabajado durante mucho tiempo en el campo de la publicidad y las comunicaciones. Sus frecuentes viajes al exterior la llevaron a vivir dos años en Honduras, dos años en la República Democrática del Congo, y dos años en Camerún. Ahora vive entre Quebec, Montreal y Rabat, Marruecos. Ganadora de varios premios y becas en Europa, fue finalista en el Premio de poesía Alain-Grandbois de la Académie des lettres du Québec (2014), Gran Premio Internacional Curtea de Arges (2011) y 2008 para 2009 Premios Literarios Radio-Canadá. Ha participado en varios proyectos literarios y ferias del libro y realiza regularmente en el escenario recitales poéticos y musicales. Además de sus novelas y colecciones de poemas y relatos y cuentos, Nora Atalla fue publicada en treinta antologías de poesía en Quebec y Senegal, en Francia, en Bélgica, en Italia, en Martinica y Rumania. Ella fue miembro de varios jurados literarios, incluyendo el Consejo de Canadá; conduce talleres de poesía y escritura y es mentor de la próxima generación ( primera medida Ovation, gestionado por el Instituto Canadiense de Quebec).
Sociedad de Hombres de Letras de Francia (SGLF) desde 2009

Obras 

Les ouragans intérieurs , poésie, Les Écrits des Forges, Trois-Rivières, 2014; ISBN 978-2-89645-275-0
Hommes de sable , poésie, Les Écrits des Forges, Trois-Rivières, 2013; ISBN 978-2-89645-237-8
La gestation de la peur , poésie, Les Écrits des Forges, Trois-Rivières, 2011; ISBN 978-2-89645-199-9
Traverses , 1 re partie, contes et nouvelles ( 2 e partie : Alix Renaud), Les Éditions GID, Québec, 2010; ISBN 978-2-89634-077-4
Lumière noire , poésie, Cornac, Québec, 2010; ISBN 978-2-89529-156-5
Les raidillons de la mémoire , poésie, Éditions du Sablier, Québec, 2009; ISBN 978-2-98082-607-8
Une escale à Kingsey Falls , roman, Les Éditions GID, Québec, 2008; ISBN 978-2-89634-034-7
Divagations bohémiennes , poésie, Éditions Chloé des Lys, Barry, Belgique, 2008; ISBN 978-2-87459-323-9
La couleur du sang , roman sur la République démocratique du Congo , Les Éditions GID, Québec, 2007, ISBN 978-2-89634-009-5




Hombre de arena [fragmentos] 


primero 
el infinito de la arena
de los corazones solares
de las lunas de azafrán

luego
la soledad de las cornalinas
el centelleo del horizonte
y el fuego de los besos

y entre tú y ellos
el filo de los cuchillos
y el rojo de la hematita

 

*


en el afilador
pulimento de navajas
ellas penetran la arcilla
y la blandura de las carnes
un guillotinazo
secciona los tendones

detrás de una lupa
cruce de cobras

en la herida de los cactus
se estrellan los ibis
largos picos quebrados
alas rotas

no hay oración
para callar los crujidos
no hay sol
en la apertura de persianas

 
Versiones del francés de Silvia Eugenia Castillero





d’abord 
l’infinité du sable  
des cœurs solaires 
des lunes de safran 

ensuite 
la solitude des cornalines 
l’étoilement de l’horizon 
et le feu des baisers 

et entre toi et eux  
le tranchant des couteaux  
et le rouge de l’hématite





sur l’affiloir 
polissage des lames  
elles pénètrent l’argile 
et la tendreté des chairs  
un coup de massicot  
sectionne les tendons 

derrière une loupe 
croisement des cobras 

au vif des cactus  
s’écrasent les ibis 
long bec cassé 
ailes brisées 

point d’oraison 
pour taire les grincements 
point de soleil 
à l’ouverture des persiennes

 

 







GÉRARD CARTIER [16.459]

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Gérard Cartier

Gérard Cartier es un poeta francés nacido en 1949 en Grenoble. 
Es ingeniero en proyectos de infraestructura. Fue ganador de Tristan Tzara, y el precio de Max Jacob.

Biografía

Un graduado de la et Ecole des Arts fabrica en 1972, ejerció hasta el año 2009 la carrera de ingeniería en ingeniería y infraestructura. Después de un período en una empresa, fue responsable de los estudios de terminales francesas del Eurotunnel y obra del Túnel del Canal, entonces director del departamento de Infraestructura de Transporte y de una gran firma consultora francesa; Por último, de 2001 a 2009, fue Director de Estudios de la sección internacional del enlace ferroviario Lyon-Turín.

Muchos de sus libros tienen su base en la historia reciente y dan testimonio de su "ambición de escribir un poema épico, la combinación de los enfrentamientos de la historia del nazismo en Argelia." El período de la Segunda Guerra Mundial, en particular, siempre y cuando el material para varios libros, con la deportación de Robert Desnos y trágica saga de Vercors, debajo de la que ha vivido durante mucho tiempo. Probabilidad viaja el último medio siglo, la guerra de Argelia a Palestina.

Sus últimos libros a menudo toman la forma de una "autobiografía fantástica, que no coincide con su propia existencia, pero es como la mítica imagen o proyección ideal": el azar; Greenwich; El seminario menor. Otro tema favorito es la Edad Media: Tristran se basa libremente en la leyenda de Tristán e Isolda.

Su último libro empresa, gabinete, en homenaje a los santos Lagarde y Michard, es una colección de historias que celebran los autores clásicos y modernos.

Gérard Cartier tradujo el poeta irlandés Seamus Heaney, Premio Nobel de Literatura 1995.

Fue miembro del comité literario de la revista de poesía Le Laurier Mash. Es desde 2010 el coordinador de la revista electrónica de literatura Shake en la que publica opiniones poesía.

Fue también, con Francis Combes, el iniciador y el artífice de la pantalla poemas en el metro de París, que continuó 1993-2007.

Obras 

Poesía 

Le montreur d'images , Saint-Germain-des-prés, 1978
Passage d'Orient , Temps Actuels, coll. Digraphe , 1984
La nature à Terezin , Europe Poésie, 1992 (Encres de Michel Harchin)
Alecto ! , Obsidiane, 1994
Introduction au désert , Obsidiane, 1996
Le désert et le monde , Flammarion, 1997 ( prix Tristan-Tzara , 1998)
Méridien de Greenwich , Obsidiane, 2000 ( prix Max-Jacob , 2001)
Le hasard , Obsidiane, 2004
Le petit séminaire , Flammarion, 2007
Tristran , Obsidiane, 2010
Le voyage de Bougainville , L'Amourier, 2015

Traducción 

La lanterne de l'aubépine de Seamus Heaney , Le Temps des cerises, 1996



POESÍA POR METRO

En mayo de 1993, el ingeniero francés Gérard Cartier trabajaba en el proyecto del Eurotúnel y tomó del subway de Londres la idea de poner poemas en las estaciones del metro de París. Con Francis Combes, editor y poeta, se lanzaron en un proyecto que contó con el apoyo de la compañía de transportes de París, la RATP. Inicialmente escogieron 25 poemas y los imprimieron en carteles de un metro por 62 centímetros, que comenzaron a invadir las estaciones del metro. Ahora, cada tres meses, un comité de seis lectores se reúne para lanzar 25 nuevos versos, que igual pueden ser de Sófocles o de un poeta contemporáneo.

La campaña se extenderá también a los autobuses y este año, en julio, el editor de Le Temps Des Sourieses publicará una antología con los 101 poemas que se han pegado en los muros del metro.

Para el 14 de julio, día en que los franceses conmemoran un aniversario más de la revolución, en la estación de Auber, el templo del metro parisino, se celebrará una noche de poesía. Poetas en vivo recitarán los poemas del metro. Además, en septiembre, se estrenarán seis video-clips sobre esta particular forma de difundir la poesía.







Los fragmentos

El día ya está alto y la luz es escasa. en el quicio de la ventana un jardín de arbustos. un sendero de cal choca contra el muro. su espíritu se evade. no le gusta esta fábula cruel, un amor salvaje desconocido aquí. cuenta y numera las líneas. tan larga aritmética antes de alcanzar esta lección que él no sabe formular. Yo no sé que decir…

Cuarenta líneas por columna, dos columnas por página. semana tras semana, la compañía de mirlos, luego el aguanieve que hace resplandecer los techos. larga pena al reinventar un sentimiento perdido. nombres inciertos, palabras medio olvidadas, tachadas una a una en la nomenclatura.

Luego el libro se pierde. devorado por las cucarachas. enmohecido por las tormentas. descuartizado debido a sus imágenes sanguíneas. recubierto por la epopeya de un casi santo de la campiña. arrastrado en el incendio de un seminario protestante.

Un día, en el encuadernado de un cartulario, encuentran un folleto cortado a la mitad. el cuchillo se llevó todo un borde: al anverso, el principio de los versos de la primera columna; al reverso, las rimas de la segunda. una estrofa está oculta en el encuadernado. el relato culmina en un verso cojo. Tan grande dicha tan gran[de]…

De 13 000 versos no quedan más que 3 000, a veces amputados de mitad. cinco fragmentos: la isla, la unión, el huerto, y la sala de imágenes. luego es el fin. sobre una viñeta, los amantes están sentados uno junto al otro. él toma su mano, ella inclina su frente hacia él. están envueltos en rojo como dentro de una hoguera.

Nosotros ajustamos fragmentos. calculamos. soñamos con una unidad perdida.






El frío crece la llovizna se filtra entre las tablas
La belleza pasó como una enfermedad
Tres colinas de ceniza bajo un cielo fugitivo
Bandadas de pájaros arrastrados hacia el sur
Dibujan a veces una letra efímera
No abandonan este planeta raso
Sus trazos limitados a un círculo estrecho
Un solo deseo Fingiendo no ver
La Tierra que se infla y llama a los cuerpos 
No sentir el viento que entra bajo la piel
Rechazando la congoja una malvada mosca
Ámame... Encerrados en un sueño
Que los preserva de la usura El desierto
Para siempre su voluptuosidad    Yo quisiera
No saberlo Y lo que no se puede absolver 
Prometerlo siempre perpetuando
Hasta mi última palabra este desvarío
Y cuando el sueño me vencerá dejar
A los amantes de los siglos futuros una alabanza
Sin estigma…






El segundo final

Tanto que repugné este instante. un cuarto gris y frío, una hamaca, 
un cielo lisiado en una persiana. tarde y mañana la sombra de la segunda Isé. una campana a lo lejos, a veces, entonando las lecciones comunes. acompañarla en sordina, una pareja de sanguijuelas pegada a la garganta.

Él sabe y no espera más. en ti yo bebí mi muerte… la piel se retrae. los 
tendones sobresalen. el vientre se hincha. un soplo espeso aspira sobre sus labios y caza el polvo. ¿para quién mantener el cuerpo con vida? la espera sin embargo, acostado sobre el muro húmedo. la muesca de los días se atenúa en el yeso.

Ysé solloza, un dedo sobre las líneas dudosas. se tira al mar, la tormenta retiene largamente su vela. luego aparece, choca con un cuerpo ciego, 
yo no soy… en un pedazo de cristal, fuera del alcance, el cielo recorre el meridiano. yo no soy Ysé si yo no sé seguirte… ella cumple sin temblar su destino. ruedan abrazados en el abismo.

La claridad que los envolvía, ¿no era más que una ilusión? los que estaban antes que nosotros se callaron. nos condujeron sin soledad, recorriendo las dos vías y considerando incorrecta la más deseable. el tiempo perfeccionó su obra: corrompiendo el placer indecible y preservando 
las últimas páginas.

Versiones del francés de Silvia Eugenia Castillero






Les fragments 

Le jour est déjà haut et la lumière est maigre. dans l’embrasure de la fenêtre un jardin de buis. une allée crayeuse bute sur un mur. son esprit s’évade. il n’aime pas cette fable cruelle, un amour sauvage inconnu ici. il compte et numérote les lignes. si longue arithmétique avant d’atteindre à cette leçon qu’il ne sait formuler. Je ne sais ce que j’en dis...

Quarante lignes par colonne, deux colonnes par page. semaine après semaine, la compagnie des merles, puis le grésil qui fait étinceler les toits. longue peine à réinventer un sentiment perdu. des noms incertains, des mots à demi oubliés, barrés un à un dans la nomenclature.

Puis le livre se perd. dévoré par les cafards. moisi par les orages. dépecé pour ses images à la sanguine. recouvert par l’épopée d’un demi-saint de campagne. emporté dans l’incendie d’un séminaire protestant.

Un jour, dans la reliure d’un cartulaire, on en retrouve un feuillet coupé en deux à mi-hauteur. le couteau a emporté tout un bord : au recto, le début des vers de la première colonne ; au verso, les rimes de la seconde. une strophe est cachée dans la reliure. le récit bute sur un vers boiteux. Si grande joie si gran[de]...

De 13 000 vers n’en restent que 3 000, parfois amputés de moitié. cinq fragments : l’île, l’union, le verger, et la salle aux images. puis c’est la fin. sur une vignette, les amants sont assis côte à côte. il tient sa main, elle penche le front vers lui. ils sont enveloppés dans le rouge comme dans un brasier.

Nous ajustons des bribes. nous calculons. nous rêvons d’une unité perdue.






Le froid grandit la bruine filtre entre les planches  
La beauté est passée comme une maladie 
Trois collines de cendre sous un ciel fugitif 
Des bandes d’oiseaux emportés vers le sud 
Dessinent parfois une lettre éphémère 
Eux ne quittent pas cette planète rase 
Leurs traces limitées à un cercle étroit 
Un unique vœu Feignant de ne pas voir 
La terre qui gonfle et appelle les corps 
Ne pas sentir le vent qui entre sous la peau 
Repoussant le chagrin une méchante mouche 
Aime-moi... Enfermés dans un songe 
Qui les préserve de l’usure Le désert 
À jamais leur volupté   Je voudrais 
Ne pas savoir Et ce qu’on ne peut acquitter  
Le promettre toujours perpétuant 
Jusqu’à mon dernier mot cet égarement 
Et quand le sommeil m’emportera laisser 
Aux amants des siècles futurs une louange 
Sans flétrissure...






La seconde fin 

J’ai tant repoussé cet instant. une chambre grise et froide, un lit picot, un ciel infirme dans un volet. soir et matin l’ombre de la seconde Isé. une cloche au loin, parfois, scandant les leçons communes. l’accompagner en sourdine, un couple de sangsues collé à la gorge.

Il sait et n’espère plus. en toi j’ai bu ma mort... la peau se rétracte. les tendons saillent. le ventre gonfle. un souffle épais sur ses lèvres aspire et chasse la poussière. pour qui maintenir le corps en vie ? il l’attend pourtant, couché contre le mur humide. l’encoche des jours s’émousse dans le plâtre.

Ysé sanglote, un doigt sur des lignes douteuses. elle se jette sur la mer, l’orage retient longuement sa voile. puis elle est là, elle bute sur un corps aveugle. je ne suis pas... dans un morceau de vitre, hors d’atteinte, le ciel parcourt le méridien. je ne suis pas Ysé si je ne sais te suivre... elle accomplit sans trembler son destin. ils roulent embrassés dans l’abîme.

La clarté qui les enveloppait, n’était-ce qu’une illusion ? ceux qui étaient avant nous se sont tus. ils nous ont menés sans sollicitude, parcourant les deux voies et disant mauvaise la plus désirable. le temps a parfait leur œuvre : corrompant l’indicible joie et épargnant les dernières pages.





TROIS-RIVIÈRES

Trois rivières au ciel Trois églises de cèdre
Et un fleuve au loin immense où orques et dauphins
Dérivent légers comme des alevins
Puis à table avec Gaston Des vers anciens
Et un poisson aux lèvres s’envoler La chair
Avec l’esprit Arrachée comme autrefois
Au Saint-Laurent d’un trou dans la glace
Dans l’éclat des harpons Âme flottante 
Rendue au monde sous les deux espèces 
Et je jure bientôt lui rendre la pareille
De quelque poisson de Seine délectable
Ont passé les années Sous le pont Mirabeau
Tanches et barbeaux Mais jamais comme mort
Je n’ai reparu Promesse de gascon
Ma dette accrue chaque printemps Dont m’acquitter
Aujourd’hui peut-être en offrant à Gaston
Du plus loin des trois rivières ce morceau
Difforme et écailleux comme les créatures
Du quai Malaquais…

(in Le banquet, à paraître,  chez Flammarion, en 2014)





GUSTAVO OGARRIO [16.460] Poeta de México

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Gustavo Ogarrio Badillo 

(Ciudad de México, 27 de mayo de 1970) es un poeta, periodista, narrador y profesor de nivel superior. Ha publicado ensayo y narrativa en revistas y suplementos como La Jornada Semanal, Tierra Adentro, Archipiélago, Letras del diario Cambio de Michoacán y Acento de La Voz de Michoacán. En 2005 obtuvo el XXXIV Premio Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés con Nunca seremos poetas y 2006, XXII Premio Nacional de Cuento Fantástico y Ciencia Ficción; y V Edición del Premio de Crónica Urbana Salvador Novo.

Gustavo Ogarrio Badillo nació el 27 de mayo de 1970, creció en el Barrio Santa Catarina en la Delegación Coyoacán, donde ha pasado gran parte de su vida. Entro a la edad de los seis años a la escuela primaria República de Guatemala, en 1976. En 1982 entró a la Escuela Secundaria No. 35, en la calle Vicente Guerrero en Coyoacán. Para 1985, ingresa a la Escuela Nacional Preparatoria 6 "Antonio Caso", perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México.

En 1992, ingresa a la Universidad Nacional Autónoma de México a estudiar la carrera de Filosofía, pero es hasta 1994 que se cambia a la carrera de Estudios Latinoamericanos, debido a que su principal interés consistía en estudiar la filosofía de América Latina. A su vez, fue en 1994 donde comienza su carrera de periodismo para agencias de noticias.

Finales de 1998 y principios de 1999 se muda a Morelia, Michoacán de Ocampo, invitado a ser profesor por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo donde estuvo un año. En 1999 inicia escribiendo para la Jornada Michoacán y a publicar en La Voz de Michoacán siendo reportero de varías áreas, un año después se convierte en editor general del periódico La Voz hasta 2002.

En 2003 regresa a Distrito Federal para hacer maestría y doctorado en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México. A finales de 2007 y principios de 2008, viaja a Salamanca, España. Se muda a Madrid durante su último año de doctorado.

Desde 2009 ha sido profesor de Estudios Latinoamericanos en UNAM, a partir de 2013 ha impartido talleres de literacidad y periodismo en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa. En 2014 inició como profesor de Historia de América Latina en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Cada año imparte un curso sobre Historia del Arte en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Ha sido profesor invitado en la Universidad Nacional de Costa Rica, Universidad Autónoma de Madrid, Museo de América y College of Charleston. En 2001 a 2008 y 2011 hasta hoy continua publicando cada semana temas sobre política y cultura en La Voz Michoacán. Desde 2012 ha sido columnista de La Jornada Michoacán.

Estilo literario

Poesía y política son dos palabras que caracterizan su obra, pero va más allá que un género literario y una ciencia de Estado. La influencia que ha tenido a lo largo de su vida tanto de filósofos domo literatos, experiencias personales y los acontecimientos socio-políticos estudiadas en libros y en carne propia, se ve marcado en sus letras. Su lírica tiene es creada en su mundo, donde nos cuenta en rimas de manera coloquial que hay que nosotros no vemos, aquello que se esconde y no se ve en un parpadeo, debe ser tomado con calma, con los pasos sobre la ciudad y escribirse. En sus crónicas, nos tropezamos con una escritura que habla de historia mexicana y la insignificancia de la cotidianidad que resalta con un poco de imaginación y creatividad. En cambio, sus notas periodísticas en suplemento La Jornada Semanal, Acento del diario La Voz de Michoacán y La Jornada Michoacán expone los acontecimientos del día a día ante una concientización ciudadana de nuestro país. La interpretación de Gustavo Ogarrio sobre el mundo es escrita sin la necesidad de amoldarse a un género literario, pero que inconscientemente quizá, crea un estilo diferente cada vez que comienza a redactar una crónica, un ensayo o poesía.

Poesía

En su poemario La mirada de los estropeados, se abre un mundo onírico, o quizá surrealista va brincando las barreras del realismo, sin dejar atrás sus experiencias cotidianas:

“Los monstruos y las bestias milenarias de este asfalto ultramarino aquietan su rencor largamente acumulado con la gran promesa del olvido, su eternidad enmascarada y colonizada crece sin remedio en la intimidad cósmica del sacrificio urbano.” 

Habla sobre el humano, sobre la ciudad y como es transformada en aquello que conocemos y como vamos cayendo:

“Con los años, la nómina de los estropeados se fue ampliando. Ya no solamente eran los indigentes que dormían en parques o que transformaban los desperdicios alimenticios en sus nutrientes ocasionales” 


En Épicas Menores encontramos transición, el final de la infancia, liberación y fascinación por el cambio geográfico:

“CANTO II

MORELIA Y EL ORIGEN

NO SÉ NADA DE TU ORIGEN. Me gustaría pensar que vienes de una bola de fuego, de un pentagrama desquiciado que te transforma cada mañana en este viejo rinoceronte blanco. Sin embargo, también presiento que vienes de alguna batalla siniestra, encubierta por delirantes historiografías; nacimientos y muertes de epopeya que crecen bajo el caramelo envenenado de nuestras épicas menores.” 


Sentimientos de inferioridad y rechazo:

“ÉPICA MENOR

A VECES ME SIENTO El dedo meñique del mar[…]

A veces me siento La garganta invisible de todos estos silencios” 



La madurez adulta:

“ MADUREZ TARDÍA

EN ALGÚN LUGAR De cierta infancia enemiga Está guardado Mi cadáver De araña espeluznante ” 



y su experiencia paternal:

“ NOTICIAS DE MI HIJA CAMILA 

EL GRAN ELEFANTE DE TROZO FIRME invencible y multicolor despojado de realismos innecesarios pasará su primera noche en la promesa imbatible de la página en blanco .” 


En Tres cantos desalmados contra la ciudad de piedra, se percibirse una frágil similitud a Declaración de amor y Declaración de odio de Efraín Huerta, poemas escritos para la Ciudad de México.”

Narrativa[editar]
La escritura invisible Antología de narradores introvertidos, es una breve antología con tres geografías diferentes: Guayaquil, ciudad ecuatoriana; ciudad de México y Morelia, Michoacán de Ocampo. Once cuentistas que tienen en común la narrativa latinoamericana y una propuesta creativa con expresiones a contracorriente de la realidad cultural en la que se vive y una política más opresora que se vive en el subconsciente.

En la presentación de este libro explica el porque ha seleccionado tres puntos geográficos distintos y cercanos al mismo tiempo: “Aquí entrego parte de mi experiencia como lector y también un intento de presentar textos literarios poco difundidos y que más bien aparecen al margen de esa canonización literaria dominante que se erige como deporte cultural. Si llamo manifiesto a esta introducción es porque el libro es al mismo tiempo un testimonio y una feroz presencia literaria, el asomo de voces solitarias que se presentan como lectores activos en la escritura. 

A continuación, breve fragmento de La autopsia dirá si ha muerto de Raúl Mejía, escritor mexicano.

“Todo empezó luego de una experiencia traumática: me da horror ver los ojos de los vagabundos, de los méndigos, los miserables. Me devuelven la imagen de lo posible de mi futuro. Son unos descarados. No venden disculpas: son lo que todos podemos ser a partir de un descuido o un ajuste. Me sumí en la desesperación. No es malo estar desesperad: es normal. Además tiene la ventaja de lo transitorio: luego de unas semanas en ese estado se abandona… ¡ahí está el problema! Porque si no tienen suficientes recursos se cae en la tristeza y esa experiencia de verdad es matadora… bueno, ya lo dije: estaba dispuesto a dar fin a esa circunstancia desagradable; en otras palabras, me iba a suicidar.” 

Los modales de los mellizos Urraza de Jorge Vargas Bohórquez, escritor de Guayaquil, Ecuador. “Te aclaro: la suerte es la cerne de las injusticias. Ahí estaban sin suerte Jonás, El tano y un mellizo muerto. Todos con los ojos abiertos como bocas de ahogados, de lado sobre las baldosas del baño, con los labios como si algo quedaran por decirse; aunque dijeras lo contrario, nadie ha muerto callado, ni mustio ni en paz.” 

El baile de Augusto de Gustavo Ogarrio, pertenece al libro de cuentos La vida improbable, inedito “Todo estaba perfectamente planeado, Augusto haría una visita a sus viejos profesores del colegio militar y pasaría por Guayaquil. Milton lo invitaría a “bailar” en un picadero de lujo que se encontraba cerca del malecón. Su tropa de anarquistas se había encargado de investigar la ruta, la parada del almuerzo y de un discreto brindis” 


En la Introducción de Narrar el instante Antología improbable: políticas y poéticas de la crónica, Ogarrio responde el por qué publicar un libro de crónicas: salir de los estereotipos para restablecer una crónica que los escritores contemporáneos redactan:

“La crónica representa hasta nuestros días un desafío para la historiografía y a crítica literarias, su percepción como una escritura irregular, poco convencional para narrar la historia, ha impedido su pleno reconocimiento como género literario o como textualidad de la interpretación y la memoria[…] La crónica ha sido estereotipada simplemente como el relato de lo cotidiano, como el testimonio a veces literario y la mayoría de las veces periodístico de lo inmediato.” 

Luis Tovar, escritor mexicano, forma parte de la antología con Quince días de Septiembre: “¿Cómo podría describirte Praga, corazón? Más que los daros históricos y arquitectónicos, preferiría empezar por preguntarme por qué calles entraron, cómo habrá sido ver la irrupción del ejército soviético en esta ciudad, hace cuarenta años. Cuántos muertos hubo, qué fachadas recibieron el impacto de las balas, qué pechos detuvieron la descarga de los fusiles de asalto.” 

Mario Cruz, poeta y cronista mexicano, con El palacio del burlesque: “Cuando termino de saciarme le sonrío agradecido y ella se retira, dispuesta a complacer más mamadores. La función termina con una coreografía en donde todas las exóticas bailan desnudas el can-can. Aplausos. Las luces se encienden y el público empieza a retirarse: jóvenes clasemedieros, hombres maduros de mirada furtiva, sardos en su día franco.” 

Antonio Monter Rodríguez, periodista y profesor universitario. Y la muerte me cerró mis párpados: “Alejandra calló, se fue, se fugó. La sentí dormir sobre mi cuerpo, recorrí un par de veces su espalda con cicatrices, cruces, veredas, breves centímetros de gracia, con el tacto de marihuana advertí la soledad que manaba sin descanso desde sus costilla. Supuse que yo también iba a dormir inmediatamente, pero estuve observando sin descanso un cuerpo inerte, lánguido, vencido, estrecho y seco.” 

Prosa poética

Manifiesto de Viaje Recreación lírica del viaje vital de este poeta, narrador, periodista y editor, quien hace de su biografía una declaración de amor hacia los otros, con fragmentos de la biografía de las fraternidades, de los amores y de los seres que marcaron su infancia y vocación literaria. Mezcla viñetas emocionales, nostalgia, pálpito presente, vena política, remembranza de los personajes del barrio que personificaron la tragedia humana, formación literaria, fragua compartida con sus afines y sus afanes existenciales: ciudades, libros, música y seres que dan cuerpo encendido a su bitácora.

Ensayo

Cartografías del poder y la imagen, por Horacio Cerutti Guldberg

“¿Cartografías? ¿Poder? ¿Trayectorias con referencias a la cultura?... Foucault -¿el último?- diría que son las dimensiones espaciales ineludibles e inocultables del tiempo y de la historia. Los textos que se presentan a continuación son la expresión de las inquietudes múltiples, cultas y complementarias entre sí de un joven de esta época, a través de cuyas palabras se puede atisbar la riqueza de una generación metida en el ajo de la cotidianidad a veces abrumadora de nuestros países.” 

En palabras del autor, su libros son inquietudes de su juventud y sus inquietudes durante su época de estudiante: “Este libro es la compilación de un esfuerzo por comprender los síntomas políticas y culturales de mi época, sus contradicciones visibles y ocultas, las rutas de sus procesos creativos y de su imaginación, la sinergia de su miseria y de sus sacrificiales promesas de transformación, de su poca rentabilidad en materia de esperanza[...]Dos son las obsesiones que cruzan los textos: la literatura y la política, dos maneras de ejercer la plenitud y el desencanto” 

Breve historia de la transición y el olvido, una lectura de la democratización en América Latina es un ensayo sobre la política en algunos países de América Latina, Reconstruye parte del proceso de formación del nuevo orden liberal, el que va de 1983 (año en el que termina la dictadura argentina) a 2006, momento en que se manifiesta la crisis de las transiciones. El concepto olvido se interpreta como parte del giro conservador que experimentaron muchos de los procesos de democratización en América Latina. Narrativa bélica que intenta plantear una interpretación cíclica desde una perspectiva latinoamericana, el crimen y sus consecuencias.

“La democracia se vuelve otra vez un concepto incierto y su evocación en no pocas ocasiones provoca una sensación de agotamiento; soy de la opinión que ahora más que nunca es necesario ensayar una interpretación” 

Obras

Poesía

La mirada de los estreopeados (2010) 
Épicas Menores (2011)

Narrativa

Manifiesto de viaje (2004)
La escritura invisible Antología de narradores introvertidos (2006)
Narrar el instante Antología improbable: políticas y poéticas de la crónica (2009)

Prosa poética

Manifiesto de Viaje

Ensayo

Cartografías del poder y la imagen (2007)
Breve historia de la transición y el olvido, una lectura de la democratización en América Latina (2013)

Publicaciones

Revistas

Seminario ETC…
La Gaceta del Fondo de Cultura Económica
Luvina
Tierra Adentro
Crítica
Archipiélago

Periódicos

La Voz de Michoacán
La Jornada Michoacán
La Jornada Semanal

Premios

XXXIV Premio Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés (2005)
XXII Premio Nacional de Cuento Fantástico y Ciencia Ficción (2006)
V Edición del Premio de Crónica Urbana Salvador Novo (2006)




ningún país es mi país 

mi país es ninguno cuando se abren consumados los pechos de ese dolor intrépido
que sale por la glándula de las metralletas y las granadas
que cruza como un dios enfermo por el malecón de los elefantes persas
ningún  país cabe en esta habilidad obscena de los muertos de barro que caminan
en parajes cósmicos de una desolación de aguacero
en bahías petroleras con espantapájaros baleados al sol
en desiertos bíblicos con mujeres de silicio boca abajo
quiero decir   la mantequilla del amor y del odio en tamaulipas
en juárez nueva italia la gavilla de tumbiscatío estudiantes pulverizados en guerrero
el amo de los besos de pistache en durango
el puerto de mazatlán con todo y sus peces de alambre 
perfume de coco en el cuello de los sicarios
treinta cuarenta cincuenta cien doscientos trescientos mil muertos 
palmados acribillados desollados diluidos en sosa cáustica borrados
los durmientes del horror que vigilan la noche de todos nuestros silencios
monosilábicos y despeñados 
fosforescentes en su camello del olvido    

mi ningún país siempre ha sido un sepulcro de músculos nuevos
sangres espeluznantes que hasta hace poco regalaban besos y sonrisas 
una sopa de fideos en la que olvidamos las plegarias de la abuela
una batalla naval contra las parábolas de la infancia
la mueca exterminadora de un gigante demente que nos aplasta antes de nacer
llámenle nación o país o cartilla militar o pasaporte o credencial para votar
llámenle canoas de brujos contemporáneos que cruzan el río de la noche y de la tormenta
llámenle campesinos sin mundo global    áspero y peludo   bestial y confortable
llámenle proletariado sin sus tres cabezas al borde del precipicio
llámenle futbolistas de caramelo en la memoria
llámenle amapolas divinas en el horizonte 
llámenle templo que agoniza 
después de haberle ofrecido la otra mejilla a la gran bofetada de la eternidad

es ninguno este país cuando las chimeneas de sus fábricas de la muerte
divulgan sus facultades adivinatorias 
y las anacondas de la vida se deslizan por las supercarreteras del amor y del miedo
antes de que llegue el ejército y despegue nuestra economía de ataúdes eléctricos
las almas en renta de prostitutas veloces 
los cuellos de carnero de empresarios sentimentales que huyen a texas
antes de que el frío y el hambre   el hambre como cascajo en las muelas
nos obliguen a la eyaculación precoz en la vitrina de los panes

tengo a ningún país atravesado en la garganta
con el viejo cuento de su amor ilimitado por el prójimo
con sus palabras ya difuntas en los mercados    en la televisión    en las iglesias
y sus arcos de metal que inauguran tristezas incomprensibles
con sus mujeres de acero inoxidable y sus niñas vacías de novedad en las axilas

qué país tan grave tan ninguno
me digo cuando el bostezo de las tres de la madrugada 
exhala las traiciones melodramáticas de los últimos días
qué país tan tuyo como de nadie
con su aliento carnívoro y su fantasía vegetal de afectos y virtudes
este no país del acoplamiento brutal entre vida y muerte
la orquesta de la nada que no para de tocar 
su vals del nunca más volveremos a vernos bajo la sombra del castaño

lo mejor sería romperlo por dentro y refundarlo con mujeres azabaches    
con hombres de plastilina con barcos de cerámica y con muñecas de trapo
con astillas de titanio en los huesos del tiempo
hacerlo desaparecer en las cañerías de universos paralelos
librarnos de él como quien se despierta de un mal sueño

voy a cantarles el último bolero de la noche
para jugarnos toda nuestra soledad de pájaros moribundos y sin entrañas 
en el horóscopo de mañana
en la declinación de las luciérnagas 
en la verdad de los audaces y de sus amaneceres púrpuras 
vamos a limpiarnos estas lagañas volcánicas para empezar a cavar la tumba del espanto

recuerden compañeras y compañeros que nos vamos sin país  
hermosos bagres que boquean su agonía sobre la charola de la vía láctea
con la grandeza de las tarántulas sin veneno
tiernos y viles en la danza ortopédica del águila sin serpiente

voy a clavar mi machete de sílabas escarlatas en esta tierra de espectros de nieve
para detener la tormenta de nuestras historias y leyendas quemadas 
para desviarnos hacia otra muerte en la que no esté cifrado únicamente el horror
o la navaja en el pescuezo que busca el badajo vibrante de miedo
o la amígdala hembra del silencio en la hora tartamuda de las ráfagas

voy a clavar mi machete de piedra encendida en el ojo mayor del dios del vacío
estoy hablando de buscar el refugio de los jabalíes y de los antílopes
de los trenes que en la madrugada salen hacia ningún país
de acabar de una vez por todas con el cíclope de la muerte sin combate 
estoy hablando del derrumbe del capitalismo financiero
y de ciertas algas metafísicas que retoñan en alta mar

pero también hablo de los relámpagos del fornicio    
de las caricias basálticas en los genitales y de los árboles que se ramifican en la nada
de policías mortíferos que fusilan a ciudadanas paralíticas
de la mutilación del viento y de los sueños
y de los que se arrastran ensangrentados buscando también su no país
hablo de garzas apátridas y de galeones fantasmas en aguas internacionales
de la quietud de los párpados en la penumbra
y del ocaso de los cuerpos en la galaxia de las banderas
hablo de mi madre y de mi padre y de mis hermanas y de mi hija 
y de las compañeras y compañeros
de nuestro manifiesto de semillas suaves
de nuestra muerte como la última refutación contra las estatuas
hablo ya sin dolor de ningún país   mi país


méxico distrito federal / morelia michoacán / octubre de dos mil catorce






Tres películas infames que vi cuando era niño 


Todas las leyendas, todas las mitologías 
y todos los mitos, todos los fundadores de religión, 
incluso todas las religiones… 
esperan su resurrección en la pantalla, 
y los héroes se apiñan ante los portones.
Abel Gance


operación dragón

todo está preparado, bruce
para que comience tu danza memorable con los espejos
y tu enemigo de la garra de acero gire sobre el epicentro de su propia
[muerte
crucificado por los latigazos que salen de tus puños y piernas

todo está listo
para que en esta oscuridad rota por los chispazos de luz que se filtran
por el techo de goteras y de tejas traicioneras
tu arte cinematográfico de gato invencible
conquiste de una vez por todas la penumbra del cine tlalpan

risas inoportunas, eructos con sabor a huevo que animan la espera
paredes quebradas, silencios de multitud
y esta atmósfera dominada por un tufillo a orines concentrados
todo dispuesto para escuchar de tu esqueleto trabado de músculos alguna
[revelación,
por ejemplo: «el arte de luchar sin luchar»

filosofía instantánea que se desprende del hachazo multicolor en los ojos
bruce lee, kato o el gran jefe de hong kong,
siempre tan solo en tus cruzadas contra el mal,
tan felino en la imagen monumental de la pantalla roída por los años
saltando y rugiendo en un mundo que todavía no empieza a derrumbarse
me refiero a este presente infinito que lánguido estalla
mientras tú cruzas en el barco de grillos astutos
hacia la isla de tinieblas y de esa mujer hermosa caminando por tu espalda

entierro de mitologías recién aprendidas
testamentos de palabras entusiasmadas por la fama y por las preguntas del [maestro shaolín:
«¿en qué piensas cuando te enfrentas al adversario? que no hay adversario
[¿por qué es así?
porque la palabra yo no existe»

cuánta razón de jueves por la tarde tenías, bruce
el yo no existe
y menos en esta nostalgia inservible que ya cansada
te refundirá en el centro del olvido
para traicionar tu final de dragón melodramático
de boxeador chino alabado por las masas
con la dama muerta y los peleadores inverosímiles
hartos ya de escenografías turbulentas

mientras te distraes en la culminación melancólica de tu gloria
y miras a los helicópteros que vienen al rescate
yo te digo, como una maldición, como una venganza sin combates
hasta nunca, entrañable bruce, cocina del estereotipo
dragón chino versus occidente, conspirador de multitudes estupefactas

déjame caminar por última vez de regreso a casa
para distorsionar con mis charlas infantiles tus escenas infames
y fumarme el primer cigarrillo de esta tarde imposible de jueves de 1983
donde sólo cabes tú y tus tristes batallas contra la muerte




mad max

hay pantallas que estallan mientras el desierto posterior al apocalipsis
[nuclear
es el paisaje en el que el viejo max ronronea con su herida pasajera en la
[pierna
hay pantallas que se abren como pétalos gigantescos al público estupefacto
pantallas casi metafísicas
que vienen de otras pantallas prehistóricas
y que alguna vez lo fueron todo en la oscuridad del cine jalisco

estoy hablando de tomar el pesero vacío al pie de los viveros de coyoacán
hasta la avenida revolución y entre risas, silencios e imberbes traiciones
bajar cerca del parque lira para caminar por las calles estrechas y puntiagudas
listas para que javier, el carranclán y el de la voz
simulen la mayoría de edad ante los cadeneros del gran recinto

todos sabemos que el jalisco deja en reposo su mirada disciplinaria
y los niños temerosos dan por hecho que esa tarde serán adultos ficticios
y ahí está max
joven, australiano y taciturno
envuelto en el cuero negro del heroísmo
volteando hacia nosotros
con su futuro de humanidad derrotada
de buscador de petróleo

él no sabe que estamos aquí congregados
para negarle todas nuestras simpatías
para entristecernos mejor cuando su amigo el ganso
muere carbonizado y nos regala su estampa última de ojos claros
poseídos por el amoniaco del más allá

no sabe que en esta asamblea de alfileres negros
desperdigados en la oscuridad al pie de la pantalla
hemos sido llamados para saber lo que es el tiempo
y entregarle al olvido esta tarde de función doble:
mad max i y mad max ii… mad max ix veces hablaremos de ti
de los ojos desorbitados del perro mohicano en moto
sacándose la flecha de la pierna
con el dolor domesticado por el grito

nunca más volveremos a creer que fuiste arrebatado
de un futuro de armonía familiar
no te hagas el inocente, el héroe sin compromiso, max
que tú también odiaste y creciste al ritmo de los venenos del mundo

te dejamos en tu desierto de acciones vertiginosas
y de persecuciones inverosímiles
te regalamos esta lápida de desolaciones milenarias
consumadas en la oscuridad del jalisco




los diez mandamientos

moisés nos quiere amarrar a la butaca
con sus cuatro horas de delirio bíblico
debería decir
charlton heston con sus barbas postizas y su inocultable furia
[norteamericana

envuelve los minutos, las horas y los siglos en palabras
que como halcones insaciables son dobladas al español
«no puedes quebrantar el fuego de dios»
«¡reúnan a sus familias y rebaños, debemos partir ya! ¿adónde?
¿a ahogarnos en el mar?..
¡mirad, ésta es la mano de dios!»
los vientos celestiales abren el mar rojo
la escena sagrada se desborda sobre las almas infantiles
y muchos siglos después sabremos que ramsés ii era yul brynner
«¿quién se opondrá al poder de dios?»
el mar rojo cayendo a mansalva sobre los caballos egipcios.


Tríptico de amor y de muerte
Gustavo Ogarrio


Edvard Munch, Hombre y mujer I, 1905

Febrero

Para Lily Beth y Antonio

Febrero es una grieta por la que se abre paso un tacto de ciegos, el susurro de los vendedores del amor incapaz de dar cuenta de esas piernas graciosas que se rompen como una marcha celestial de defunciones o del silencio mortecino en la nuca que jamás se propagará en las rosas melodramáticas, en los chocolates presos del moño insoportable, en las gardenias degradadas por el gesto de la repetición mercantil. Febrero es el torbellino de las murmuraciones cursis, su día preferido es el catorce. Amor, amistad, convulsión lacrimosa para toda la vida que se alimenta de ese mosto de besos de chocolate.

Millones de vitrinas exhiben el cadáver del amor, la subasta del paraíso, las tristes noticias del deseo. Febrero es la ceniza de aquellos árboles quemados que se acorazan en los murmullos al oído. Es la enfermedad de los pétalos que se impone por unas horas al dolor de los monstruos de barro. Es el desamor de los planetas, el sarcoma de Júpiter, el suicidio de Mercurio, la traición de Plutón, la agonía de la Tierra. Miles de palomas muertas vendrán desde el sueño a levantar el cuerpo herido de febrero. No habrá lecho consumado, ni muslos como telarañas; no habrá esa difusión maligna de las promesas ni el peligro de las lenguas blancas ondeando encima del pantano.

Febrero es una pantera que no se deja atrapar por el lápiz labial que escribe herejías a bajo precio en los cristales de los coches o que dibuja corazones rojos en los cuadernos de pasta blanda. Febrero es el final de los besos adolescentes, el apetito voraz de las mercancías que celebran el ocaso de las bocas bífidas. En febrero no caben las fracturas del oxígeno que acompañan a la inexactitud de los cuerpos relacionándose, porque febrero es también un gran almacén de almas fosilizadas en la esgrima de la compraventa.

He visto morir a dioses miserables que no soportaron el tamaño de esta grieta.



Ítaca

Para entrar a tu ciudad espeluznante debe evitarse la luz del día, el verano y la canícula, los calores matutinos con su precipicio de sudores diáfanos. Se debe ser cuidadoso con los taxistas, con su monólogo de retrovisor alerta por el que se filtran todas las lenguas. En cada templo, en cada palacio, en cada triángulo de piedra que simula su verdad pitagórica se esconden los secretos de la aparición de Polifemo: el ojo extraviado del cíclope, el banquete del forastero en la tierra prohibida, la borrachera de la muerte, la fuga vergonzosa de este Nadie que a todos nos habita.

Para entrar a tu ciudad espeluznante es preciso cubrirse con la sábana de noches frías y duras, con la certidumbre de los coches quemados al borde del camino, con la desesperación de los hombres que piden su lugar en esta guerra.

He regresado en tu nombre a esta ciudad de acentos marrones, de sirenas que cantan el fin de la especie para que mi navegación estalle contra los arrecifes de cantera. He vuelto, atraído por la fuerza del mástil, atado a lo que también llevo dentro y rogando que me liberen de esta prisión de insomnios hecha para ti. He venido para duplicar tu regreso, para engañar a los muertos que te esperan, para adorar y maldecir todos los rincones de este valle de viejas tristezas. En tu nombre también he soñado con caracoles, con insectos monumentales que destrozan mercados y avenidas; poemas breves, heridos, que tejen y destejen lo que todos sueñan.

Declinan las tardes en ráfagas de viento y en nubes negras cargadas de sílabas futuras. Las miradas en las calles se mezclan todavía con cierto rumor de vida. Ahora lo sé: esta ciudad fue inventada para que tú conocieras el dolor atroz del amor y la desolación de los seres humanos. Te susurro al oído mis fatales certezas: no regreses, lejos están los días en que este laberinto de sangre y fuego te esperaba, tu ciudad de luciérnagas moribundas ya no existe.



Manifiesto

Pasar como un diluvio por el silencio y mezclarse con ternura en las heridas ajenas para manchar de ceniza nuestro júbilo y evitar que la felicidad teja su nido en lo peor de nuestras almas. Cabalgar sin sombra y sin duelo durante las horas negras en las que escapamos de la risa y de las bromas desafortunadas que exigen de nosotros otra vida y otro rostro o ciertas mentiras amables y entonces curarse de la felicidad cabalgando y gastándose a todo pulmón en esas horas sin relámpagos de optimismo sin nostalgias de familia sin la solidaridad de los amigos sin los que defienden su prosperidad sin las nubes del atardecer que nos heredan algo de su calma.

Salir a la calle para arruinarse como cocodrilo entre los coches y los autobuses y los puestos de frutas tropicales y las calles sin dueño y los niños hermosos que estupefactos miran por primera vez a la humanidad sin advertir la raíz de este apocalipsis de la especie que también los envuelve y maldecir a esa multitud de acero que quiere atropellarnos a como dé lugar para seguir en la lucha de todos los días contra la ausencia y desaparecer sin alegría entre los alegres y ser una momia que cabalga por los siglos para despeñarse en el instante. Resguardarse como ese perro de luz en la precipitación de la lluvia y en el olor acre que va dejando esta melodía de mercurio que arrulla lo más vergonzoso de nosotros mismos.

Estoy hablando de una declaración de guerra contra las golondrinas y contra los espejos y contra los cuartos de baño en los que también se esconden los pequeños placeres. Estoy hablando de retorcerle la cola a todos los paraísos y de negarse al beso monstruoso de la esperanza. Estoy hablando de comenzar de nuevo y de ignorar ese canto cíclico de sirenas y abrirle paso a la caída y mirarla a los ojos para que nos hable de la amargura en su lengua y de los cables rotos en la azotea y que nos trague el mausoleo en el que nos vamos convirtiendo y el dolor que todos llevamos dentro y cerrar la boca para que de una vez por todas nos invada el tejido fino de nuestra verdadera sustancia.



Abril 

Aquí están las mañanas crueles y oxidadas de la infancia, las tardes en las que aspiramos el veneno de todos los arcángeles y las noches de las que salieron ilesas las llanuras del amor y del miedo. Había hombres y tíos y primos y hermanos y extraños que bebían como cosacos en las playas del asfalto y que reían como arañas peludas para luego escupir el incendio y terminar crucificados en un árbol enfermo de orines y también había abuelas y madres y tías endurecidas que tejían con dulzura un chaleco gris unos guantes verdes para mezclarse con la niebla y cruzar las plazas solitarias como fantasmas que marchaban a Jerusalén para volver con el pan caliente en la bolsa y repetir los nombres de sus hijos en la cena y así recalar en el café con leche y resguardarse de la hecatombe de todos los días y evitar el derrumbe de la época moderna y que las hijas fueran preñadas por los cowboys de aquellos días para quedarse al pie del zaguán con más hijos y con más gatos y perros y pañales de tela y tenedores y cucharas de plata heredadas para comer la sopa caliente y casas que cuidar y limpiar mientras los esposos volvían a beber y a reír y a decirse entre susurros que éste era el mejor de los mundos posibles. 
     
Nosotros quizás mirábamos el televisor y chupábamos caramelos o hacíamos caca en la bacinica sin dejar de admirar al comandante Alexander Fitzhugh y su batalla contra los gigantes mientras alguien moría —siempre alguien tiene que morir— y en los velorios se podía correr por el patio de la abuela y los sollozos y rezos arrullaban esa infancia sin poesía y con hormigas rojas que nadie veneraba y sin estrellas melancólicas ni viajes a Moscú. Por supuesto que había pestes negras y cataclismos y cuchillos que nos doblegaban el vientre y enfermedades mortales y casas de cartón que se desmoronaban con el viento y hambre y muchedumbres en los cines y en los estadios de futbol y leones insaciables y magníficos en las calles y cráneos que caían del cielo. Pero éstas eran otras historias.




Mayo
para Horacio Cerutti

Ustedes ya saben que mayo se dice en voz baja y que antes de que empezara su fluir de piedras dialécticas y esa borrachera de sombras que van a la raíz de lo que se escribe en las paredes Elisabeth Siefer ya había muerto en Barcelona con algunas frases de Goethe disueltas en esos dientes de abuela alemana y sin el dramatismo de las preguntas violetas que renacen en la escena final de los huesos.

Mayo hay que decirlo sin estridencias para no complicar el odio de los caracoles ciegos ni la huida feliz de los mamíferos ni las caricias basálticas de los antílopes ni la murmuración sagrada de los cangrejos. También digo que ya nadie advertirá el secreto bajo el cual se doblegan los que no serán fusilados esta tarde ni tampoco la ecuación que nos hace vibrar con la lengua cortada entre los escombros de nuestras alegrías. Seguramente existe otro mayo en este mayo que gotea célebres días y que tiene las uñas rotas de tanto venerar a la madre y los colmillos destrozados por la muerte de Elisabeth. 
     
Yo quiero un mayo de hazañas líricas o de palabras incomprensibles y de poemas cursis en las paredes o de espantosas tormentas de gorriones felices o de maldiciones fracasadas ante el ataque nocturno de los moscos o algo más simple como un cumpleaños sin la furia de las mañanitas y sin el chantillí de los policías amenazando a la multitud de velas y barcos y submarinos. Un mayo al revés que se sostenga del puro aliento de pésimos hombres que ya no pueden salir de la jaula del amor absoluto o de mujeres que estallan en los besos duros y huérfanos de la soledad. ¡Ay, Elisabeth, tú que te fuiste antes de que llegara mayo con todo y esos recuerdos de tu infancia en Hamburgo y que sentiste la agitación volcánica de las bombas aliadas en la Operación Gomorra mientras brincabas en la cama celebrando que no comprendías esa demencia senil de la humanidad! 
     
Esta sublevación contra mayo ahora se anida en mi garganta para gritar mejor su silencio.



Junio 

Alianza de ídolos silvestres que se preparan para jugar a la lotería a través de los árboles y las avenidas, sitiados en una humedad de naufragio que se parece mucho a la sangre de los grandes océanos. Quiero decir: gatos sentimentales en las ventanas, perros medievales sin una pata, mosquitos aerodinámicos, cucarachas ingobernables, lagartijas urbanas, tacos de médula, tortas venusinas, lombrices en los estómagos que arden de alcohol y de frustraciones metálicas, tambores africanos que extrañan su lugar de origen; alacranes navales que atacarán bajo las sábanas esa elegía de cuerpos afrutados. Un aguacero de cenizas va cubriendo la cama de cemento en la que morirán todas las gardenias. 
     
Porque junio es también una hoguera de sombras en la que se consumen los retratos de nadie, un desfile de nombres que brotan a contraluz de los relámpagos, el reposo final de la primavera. Junio está hecho para olvidar, en su caballo rojo y a veces enfurecido va desafiando el tráfico de almas que anuncia ya el verano; por las mañanas se le puede encontrar exhausto, al pie de cualquier fuente, bebiendo la resaca de la piedra o en las garras de aquellas sílabas oscuras sin infancia que fueron abandonadas por los vagabundos en los parques.
     
¡Qué tarde tan bella como para dejarse caer en las ramas del destino, para nombrar suavemente el color de los besos, para fundar la mentira del amor eterno, para lavar las tumbas del deseo y espiar a la eternidad y soñar con su llanura bucólica de promesas antiguas, para esperar la muerte al pie de las jacarandas! 
     
Aquí está junio, parado en cada esquina con un saxofón en sus manos callosas, viejas, liberadas ya del sol y del mercurio, a punto de tocar para nosotros la armonía secreta de la cópula morada que va borrando todos los caminos.




Julio 

Julio es un tronco que gira con su barba de lobo ensimismado sobre la tierra de las gotas que se precipitan. No es hijo del Capitán Grant, mucho menos una trompeta marina que sopla eternamente para recuperar a las estrellas que se han perdido en la Vía Láctea. Compra gritos sin palabras, batallas mudas, las muecas de falsos asombros para desaparecer en la niebla de la vida cotidiana. Julio se filtra por las cañerías y se emborracha de aguas turbias para asegurar la honestidad con la que aparece cada año. Es asombroso cómo ha logrado que los gatos sean sus aliados, el modo en que vigila los murmullos para que los muertos no vuelvan a morir de lo único que les queda, ese aullido sinfónico en el que se dan la mano los recuerdos más extravagantes con la renuencia felina a la caricia.
     
Julio charla con las montañas para asegurar la propiedad hidráulica de las ciudades. Es un tirano con las hormigas, las envuelve con su canto de dulce de leche en la mesa, las convoca para que organicen esa misión del deseo en la que morirán aplastadas. Bebe reflejos de luz cuando se siente cansado, come madrugadas amargas cuando es olvidado por el éxtasis veraniego, por esa lucha a muerte contra el calor y en la que los seres humanos se enlazan por las piernas para aniquilar sus orígenes de mármol. Julio se resiste a la tristeza definitiva pero en su estómago se reproducen esos mundos espeluznantes que descansan en las butacas de teatros abandonados. Julio vigila la soledad de los parques y lleva la cuenta de los pasos felices de niños que persiguen palomas moribundas o de los enamorados que conquistan con su lengua la trinchera de las bancas coloniales.
     
Licántropo de tiempo completo, alfiler en el sueño, es el hijo desvergonzado del verano, un profeta de esas fuerzas terrestres irreconciliables; cuando se aburre del granizo, cuida el sueño de los carteles destrozados en los muros públicos y de esos poemas empedrados que duermen de pie. Trae en los dientes una fiesta de caracoles marinos que escupe cuando agoniza. En su último día recita, en plazas y mercados, en los baños públicos, en los atrios de las iglesias, en los puentes peatonales, en avenidas que nunca terminan, palabras cursis y hermosas para preparar el eterno retorno de su ausencia. Sin embargo, desde tiempos inmemoriales, julio sabe muy bien que nadie lo escucha.




Septiembre

Dicen que este país no comenzó un día de septiembre, que su nacimiento verdadero se lo debemos a una mujer indígena que fue arrojada a los perros, en la guerra de Bacalar, deshonrada por otro varón que no era su marido, el capitán Alonso López de Ávila.

Se rumora que un día que no será de septiembre lloverán todos los comienzos, que por fin se extinguirán las entrañas invisibles del viejo reino de ultramar para que se abran paso las narraciones de nuestra oscuridad, la caligrafía de las aves que reclaman la respiración de los ancestros. También se dice: los seres humanos que el Almirante había descrito como árboles quemados que corren con sus raíces bajo tierra, cuya única herencia ha sido este granizo que borra los caminos, regresarán en forma de rascacielos de cristal y septiembre será, otra vez, una ventosa maligna prendida al cuerpo de ese gigante sin entrañas que es el destino.

Se dice que algunos todavía gritan en los balcones y enarbolan nombres que miden 1.80 de estatura, con bigotes de araña o con espadas libertarias que se mezclan con el sudor de tierra de los inmoderados realistas, y que de paso festejan el libre correr de las mercancías. Otros aseguran que no queda nada y aprovechan para ensayar sus amargas canciones, para recordar la casa de sus abuelos y recitar sus versos anacrónicos en los que siempre cabe la última batalla. Y el olvido.

Yo, hijo de venados que recalaron en cuevas luminosas, acostumbrado a huir de mis ancestros y huérfano de bestias en mis sueños. Yo, que más bien permanezco en las pesadillas de los búhos. Yo, que tantas vidas he dejado de ser, únicamente quiero pregonar de septiembre su magnífico delirio.




Octubre

Ya nadie estará a tiempo de recordar la mañana nublada que presagiaba cierta multitud de almas enterradas en la estepa de concreto, la agitación terrestre del silencio, los días que ya no ocurrirán por primera vez, el anochecer de luces de bengala en la que nacieron todos los olvidos. Ya nadie estará a tiempo de señalar el orden de la amnesia, el futuro de pantallas cromáticas y sus cantos de sirenas desalmadas, mucho menos la ceniza roja de la Plaza y su calma de siniestros kilómetros cuadrados.

Yo tampoco creo que exista octubre, no creo en sus amplias avenidas nocturnas que nos llevan sin remedio a la Luna, ese huevo prehistórico de indiferencia milenaria, ese ojo de luz que inventa la mirada andrógina del búho. No creo en sus latigazos de frío, en la agonía del cordonazo de San Francisco, derrotado por el avance silencioso del Apocalipsis y por la simplicidad de los automóviles que se baten en los extremos del progreso. Yo más bien creo que octubre es una postal del infierno, la planeación burocrática de un atardecer sin memoria, la risa grotesca de un anciano de dientes chuecos que nos murmura al oído la crueldad de los hombres. Octubre es la sífilis de la patria. Es el pequeño monstruo que todos llevamos dentro, el mensajero de la nada que nosotros mismos llamamos sin darnos cuenta, la curva glacial de la vida, el párpado caído del hambriento, un murmullo del fin de todos los mundos. Octubre es la cúspide de esa incomprensión sembrada siglos atrás por el Almirante. La suavidad perfecta de la batalla sin enemigo. Octubre cuenta las horas sentado en su año favorito, 1968, en el dócil gesto de los borrados, en la persistencia sin nombre de esos pájaros en guillotina.

Ninguna muchedumbre de cadáveres vendrá por octubre. Nadie puede deletrear su propia muerte.




Noviembre

Dicen que en noviembre caben todos los muertos. Los que murieron despacito, con lentitud inagotable como una gran vela en la oscuridad, sin pausa y sin causa; los que fueron felices sin darse cuenta, con la dulzura cauterizada en sus ojos abiertos de ceniza descompuesta; los que fueron arrancados de la vida por el torbellino del accidente, del balazo en la nuca, del instante milenario que los hizo morir de una vez y para siempre en nombre del apocalipsis de la especie; los que se fueron sin pagar la cuenta, aquellos cuya muerte fue la repetición inasible de la injusticia consumada; los que tuvieron raíz de eucalipto y de bandera. Pero también están los que tuvieron una muerte de manicomio, los que se extienden en el firmamento de tinieblas sin que nadie pueda dar cuenta de su olvido.

Yo quiero hablar de los que no tuvieron tumba, me refiero a los que se fueron envueltos en las alas del ángel negro que transita por esas calles en las que no hay ni un sólo juramento de eternidad, ninguna intriga contra el capitalismo, ni bruma de amores contrariados ni excesos de fidelidad hacia la Humanidad. Quiero decir en su nombre que noviembre no es el mes de los muertos, es tan sólo el parpadeo de su rigidez, el rictus de una soledad que espera romper el ataúd de los vivos para recriminarles, cara a cara, el por qué los dejaron morir tan deshabitados, en la sala de operaciones del hospital, en la atmosfera del cloroformo, en las avenidas y camellones desiertos, en los grandes basureros de desperdicios separados, en las madrugadas de placeres innombrables que contemplaron sin estremecerse la muerte ajena. Quiero decir, en su defensa, que esta modernidad de autopistas, centros comerciales, televisores de alta definición y de honores a la bandera será el sepulcro verdadero, el pantano de cuerpos y motores en el que se baten a muerte los aullidos de la vida.

Yo, que como todos ellos también soy lápida y epitafio anticipados, polvo de olores subterráneos que guardan el porvenir bajo la almohada, preparo mis belfos para el olvido y mi futura ausencia tiembla con el olor del cempasúchil y con la contemplación de las mariposas negras.



Diciembre

Dicen que aquí estaban resguardados los mejores días de la especie. Las noches eran un poco frías y colgadas de lunas que temblaban nimbadas de escarcha; el avance de las horas repetía cada año la manera en que diciembre conquistaba el escándalo de los escaparates, los regalos para el que vendría y la preparación para la llegada del bacalao y de los abrazos. Nacimientos de Jesús como miniaturas familiares sin lección posible para comenzar de nuevo. Rebaños de ovejas serenas, animales momificados en la escena de heno para felicidad de los infantes. Todas y todos eran, en ese entonces, peregrinos de barro que buscaban el pesebre donde darían a luz a algo parecido a la inmortalidad, a través del hijo esperado por los cielos; vidas miserables con destinos bíblicos atentas al televisor. Porque diciembre fue alguna vez un oficio de olvidos y promesas, una arteria por donde la eternidad irrigaba sombras amables, promesas inverosímiles que ensayaban el viejo arte de la purificación, aguinaldos que alegremente exprimían las últimas gotas de animosidad farisea.

Pero también cuentan que, en el año de Dios de 2012, el primer día de diciembre se anudó en otro destino de plomo y bandera, sollozos de caverna que rompieron los escaparates de los pastores luciferinos, incendios de metrópolis modernas con jóvenes que ya venían caminando como hormigas sin historia para patear y maldecir el tablero celestial de la miseria. Y surgió un dios grotesco que hizo retumbar su voz desde el oráculo en pantalla, que dejó caer sobre los peregrinos la dureza de su amor por ellos: “¡Yo conozco tus obras y tu pobreza. Tengo en mi mano las llaves de la muerte. Arrepiéntete o sellaré tu boca con la fusta del olvido!”.

Yo soy el que ha oído todas estas cosas en sueños y alucinaciones, el perro fosforescente  que camina al revés en busca del pasado.








DAVID ALBERTO FUKS [16.463]

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David Alberto Fuks

David Alberto Fuks (Rosario, 3 de febrero de 1950) es un psicólogo, ensayista, poeta, escritor , traductor, editor, investigador y artista plástico argentino. Se graduó en Psicología en la Universidad Nacional de Rosario (U.N.R.). Algunas de sus obras fueron traducidas al hebreo y al francés y otras se han difundido por España.

Es profesor titular de la U.N.R. y ex profesor en la Universidad Abierta Interamericana y en la Universidad de Concepción del Uruguay. Se desempeña profesionalmente como profesor de Teorías y Técnicas para la Creatividad y la Innovación en Postítulo de formación universitaria en diseño de comunicación visual con articulación al título de grado de licenciado en diseño de comunicación visual de la Facultad de Arquitectura de la U.N.R. y como miembro de la Junta de Evaluación para personas con discapacidad del Ministerio de Salud de Santa Fe.

Es conferencista asiduo en centros culturales y colaborador permanente de diferentes publicaciones culturales nacionales y extranjeras. Además dirige la revista Étimos. Fue miembro del equipo de investigación (método relatos de vida) sobre el tema: ”Huellas del campo teórico y clínico de la psicología a través de testimonios de actores de la red social de psicólogos y estudiantes de psicología víctimas del terrorismo de estado” (Foro por los DDHH del Colegio de Psicólogos).

Fue crítico de filosofía del Diario La Capital de Rosario. Ejerce la crítica y el ensayo en diferentes publicaciones nacionales y extranjeras. (El ojo mocho (Bs.As.), La Avispa, La Pecera (Mar del Plata), Cuadernos para el Diálogos (Madrid), etc. En 1994 fue co-fundador y co-director del Centro “Félix Guattari” de Estudios e Investigaciones de la Facultad de Humanidades y Artes de la U.N.R. y director de la revista Despliegos en sociedad y cultura.

Traducciones

Son suyas algunas versiones al castellano de poemas de Edmond Jabès autor al que le ha consagrado numerosos ensayos.

Distinciones

Primer Premio Internacional de Poesía "Nuria Villá" de la Universidad Nacional de Tucumán. (2009).

Publicaciones

Poesía

Diciembre cuando apuñala a traición, (Ed. La Lámpara Errante, Bs. As. 1991)
Codicia de Piélagos, (Rosario, Press Scripta Ed., Col. de Poesía 2008). ISBN 987-23330-0-9
Vita a cor, (Rosario, Press Scripta Ed., Col. de Poesía 2010). ISBN 978-987-23330-7-2
Ciclo –Antología de diez poetas y uno más, (Ed. Alfil, Tel Aviv, 1980)
Ensayos[editar]
Edmond Jabès: Entre el erotismo y el panerotismoen las márgenes de los archipiélagos en Cuerpo y literatura. Actas Coloquio de Literatura Francesa y Francófona (C.E.L.F/ FHYA, U.N.R, 1997)
Los niños y la pobreza: de la construcción de la infancia y el infanticidio social a los derechos humanos y la utopía en Nuestra pobreza. A.Firpo (comp.), Edit. Fund. Ross. 1997)  ISBN. 950-9472-50-6
Judaísmo de la miseria o miseria del judaísmo en Crecer en el Gueto. Crecer en el Mundo (M. Aguinis et alt.). ISBN 10: 9879491661 /ISBN 13: 9789879491669

Narrativa

Claubsurda gatillo (Mínima Inmoralia Ed., 2000)



RÍOPARANÁ

Bajo el puente que persevera
sobre la infinidad,
lo que la vida no nos da de modo azaroso:
deshechos de arcos y de flechas.
Rioparaná.
Pará. Rehé. Onavá.
No comprendo sus ríos en el río
ni sus ríos junto al río.
Solo acecho perplejo su pasar,
anoto los motes de mil buques,
me descamino descifrando sus banderas.
Ansío ansí por los días otoñales
en mitad del verano.
En su brocal se adormilan
-y luego fileteando cantan-
los jacintos y lirios rojos,
delirios rojos del camalotal.
Flujo de perennes ocasos,
taropé del firmamento
y abajo
atavían las aguas castañas
aquí y allá encarnadas.
¿Qué significa su hartura?
A quienquiera balbuceas
Rioparaná
el torrente de ninfas
en los deshechos
que expulsas hacia la orilla.
Ciertos peces amagan con encallar,
se desvanecen antes de atracar.
Por añoranza de la tierra firme,
afrentados , se entregan los maderos.
Simulan ser batracios fosilizados.
No lo entiendo Alparaná.
Bravía, la nación del Delta Superior.
Sustenta con magia
los infaustos agüeros predecibles.
Historias de cadáveres,
cadáveres con historia
que silabean haciendo la plancha:
-”Yo soy de la ciudad de Rosario.
Floto para encarnar la lucha cósmica”.
-”Y yo somnoliento y aterido, así reaparecido,
provengo del aire y de los suspiros sofocados”.
Damnatio memoriae
Yo soy judío urdido,
erial serial
con hebras de desierto animado,
nómada
como el río rosarino que me tangencia
y sediento de terra
donde asentarme y fugar,
oteando el poniente con suspicacia
para cerciorarme y discurrir
que al otro día…
¿ depondrá desolado el sol,
su color dilatado una vez más?
Reparto la partida,
repito la perdida.
Del color del cielo banderas blandí y rojas muy rojas.
Pero fui huí un ser con sed
del Mediterráneo,
meditando con coterráneos
y mucho antes
del Paraná bermudence fui huí
de las tierras de Juan Ortíz.
Y sin embargo,
el movimiento me embarca,
me embaraza,
me nada.
Ciego de infancia
he vadeado tantas veces
en pecinas, limolitas de sal…
briznas de cellisca y llovizna,
ante el rojo aguapé.
En noviembre del Sesentayocho
como un río junto al río
¿recuerda tu espuma amarillenta
la huelga de los obreros
de la empresa Electroclor?
No transige mi oh dolor,
sufro por la pérdida de las causas perdidas
o dilapidadas por disipación.
Aún los anzuelos
encarnan en mis dedos
y la casita orillera de los Santantino,
para el mate y la pesca de mojarras,
hace equilibrio en mi memoria,
histórica, en el barrancal vecino
a la fábrica de papel de celulosa
de madera de eucalipto.
Menos la arcilla todo está ausente.

Ah! tu olor Rioparaná y tu silencio.
Consanguíneo mar reo,
remolinos sin tempestades.
¿Adónde escondes el estruendo de tus ballenas
cuando me navegas?
¿Por que miserias no logro morarte?
Y yo, amor,
que repté a duelo tu cuerpo,
porque creí que sus aguas te saludaban
en nuestros ojos empañados…

(septiembre de 2009)




«Fucks, Fukman, Foox»

Reclinado, abrevia el kadish apresurado,
para ganarle la espantada a la asfixia,...
respira bestialidad, resopla aún en el fugaz estío,
pues el viento es fibroso allí y difícil de masticar.
Fukman, Fuksman, Fokse, Foox , Fux,
Fouks, Foks, Foukx, Foux, Fox, Fucas,
Fukx, Fusch, Fukss, Fuk, Fuksz,
Fuchs, Fucks, Fucs, Fuks.
Así se inscriben mis nombres
en las tablas de la ley interfecta,
y en el sonido de la sal,
olvida la savia su sabiduría en la cal,
se desgrana y pulveriza la simiente.
Corean mi nombre de rey,
destronado los espectros,
el rey que a Saúl aligeró
de sus pesares con el tañido de sus cuerdas.
Ahora, melodías antes de ingresar a las cámaras.
Asesinaron al David Fuks que nació en Vinnitsa,
y a otro Dawid en Szydlowiec.
¿Ya mencioné al David Fuks de Skerniewitz?
Caducó su expresión pero no agota su cuerpo las excretas.
Yo muero de amor y de odio
en estos otros de familiar extrañeza.

De su libro
Homónimos
(Inédito)





David Alberto Fuks

VITA A COR
(Press Scripta Editora 2010)





PAN CARTA

Pan carta
¿Cuál mapa trazar?
La rata que roe el resto de la hogaza
que por desdentados nadie nadie nada devora.
Las carpas oscuras sin pana,
allí acampan sin cine
sin costilla de ternera ni molleja,
sin city, sin dolce ni gabanna.
¿A quién acatan en el tablero del  juego
desesperado de protagonismos postergados?
En anca las niñas con sus niños en anca.
El humo de las cubiertas de goma,
arañan el exiguo oxígeno,
lagrimean  los ojos de la ciudad.
Expectantes: salvo la mujer
de la lista en la mano
nadie sabe a qué y su verdad calla.
Alguien se aparta, tararea
pero el cante de las consignas
ha sido lacerado treinta años ha,
no lo ha reemplazado
música sedante y fina alguna
de los ascensores.
Apenas un hueco de los suburbios,
eco hueco eco eco deslizado,
desliz de antes.




Una mujer se desespera,
ha perdido a su niña en la plaza,
instantes antes de la marcha
del veinticuatro de marzo,
por una pendencia cismática
entre quienes proclamaban
la unidad en la lucha.
Ignora con quienes vino,
o si por ventura
ha descaminado la historia.
Solo su miseria sabe,
su corazón late en su garganta.
(Aisladas ahora sin asilo,
sus vidas provisorias,
sin corazón de donde asirse)
Ha extraviado a su niña y a su calzado,
Con recelo mira hacia los costados
mientras vuelan,
infestan las piedras infaustas y los palos.
En las caras de las pancartas,
rastros de rostros y los astros en sus ojos.

Lunallena
Sufro por aquellos
que no te miran
por zozobrar ante la eterna espera
del pan cobijador que no arriba




CESÍA DE VERANO

El sol no sala,
les dispara refulgencias,
ensediento tras las luces,
y las vellas pubianas
depilanolapidadas
no asombran ni vislumbran
cortadas y longitudinales
dispuestas en el aire,
delatadas dilatadas
entre grano y grano de arena.
Solbrillean decoloradas
vocación de mamíferos deshidriotizados,
menesterosos de sodio,
suculentos en zodíaco,
y en registro de llamaradas perdidas.
¿Alguien se pregunta aquí
porqué océano porqué atlántico?





EN NOVIEMBRE

En noviembre
avariciando siestas florecidas
perfuman intrusos los tilos en calle Iriondo.
Llamador el ladrido de la perra,
sobre mis cordiales ascuas
preanuncia en la cancel
que desesperamos por tus pasos.





GORJEOS

La electrónica imita a la naturaleza
del último pájaro
cada vez que obturo la cámara fotográfica digital,
rehíla un gorjeo encuerda,
evoca la tutela de los Reyes Catódicos,
tañe y mágico,
me obsequia la memoria
de tortitas negras desmigajadas
al fondo del portafolios,
(uno precisa respirar en la niñez)
desentierra el nombre
de mi primer libro de lecturas.





LA PRIMAVERA ANIDA EN LA NARIZ.

Teníamos plátanos jóvenes
en la vereda sobre Rivadavia Nueve
y peleando pelábamos sus ramas bajas,
pulsábamos su savia
para forjar arcos y flechas rotas y sables corvos,
salvas,
al tronar de los tambores.
Ahora igual lo mismo casi
en la esquina de Gálvez y Paraguay,
enlaza violetas y cita
a las campanitas de la calle perdida,
el sosiego pasional del mburucuyá
en la enramada del ferrocarril,
el mismo olor distinta lluvia
destiñe el aire la primavera
anidan en la nariz
estrategias civiles para dar de baja
al paso marcial del tiempo.





ACERCA DE ESTA EXISTENCIA

¿Han visto a los muertos insurgentes
exhumar tropos
pintar grafittis a los resucitados disciplinados,
dedicatorias taimadas
en las paredes de los cementerios,
diarios de viajes astrales,
tachaduras, enmiendas, números de página,
en el cordón de granito junto a la acera,
acerca de esta fugitiva existencia
o de la posible existencia de  otra?.
(Cuenta dedos: “Había una vez un dedo”)
¡Ay! quien sufriera ésta fe axiomática,
éste retoñado y estremecido ardor de los
que abjuran y no sucumben.
Son tan apremiantes
en la multiplicación de los meses,
de las mieses.





IN ITINERE

Enlutada, núbil, fatigada, asciende.
Grácil su lengua lame, alienta los cristales.
Súbitamente, un pañuelo floreado brota,
pronuncia los pechos que principian.
Falsas aguamarinas aclaman sus fresas.
Desnuda el strass una oreja.
Etéreo, su índice pincela el labial bordó,
encarna las mejillas.
Ocultos mohines
incipientes escapan desde sus entrañas,
moderándose entre los dientes.
Ojos verdes dialogando indecentes
con la miniatura del lunar
vecino al filtrum,
reclinado en su piel terra cotta.
Travesía instantánea,
descubrimiento y resplandor,
esquina donde él aguarda
desvelado junto a la ochava,
sonriente,
no para sí, sino para ella,
como si cosquilleara su corazón al palpitar.





POR DONDE SE ESCURREN
LAS AGUAS DILUVIALES

-¿Por donde se escurren las aguas diluviales?
(-No…
-No, ahora escúchame tú)
-¿Por cuales grietas donde
destila la lluvia pródiga
que hasta ayer nos enjuagaba
y ahora malogra cruje?
No musites no.
Repone  tu juramento.
No me dejes caer en la autocompasión.
No te afirmes aún bajo la sombra
del árbol condescendiente.
¿Avizoras la aflicción de mi osamenta,
su lozana atrición,
mi importuna súplica de apego?
Cada vez precisaré devorar
de mi piedra un añico más
porque enjaezada de acedia
-non vita, non cor tañe-
atina hacia aquí mi muerte,
latemos
y la temo.





TEXTIL

Maniobran las manos la urdimbre
la harina con el agua y la sal, aceites,
se aman, amasijan  esos nudos
y anexan enlaces acercan parentescos.
Textos anudados con texturas desatadas
hebras hembras despatarrándose
en el lecho prenupcial palpita.
Estameñas que develan su hambre de sudor,
estambres del sudor, arrebatos cóncavos y
encaje entre las piernas,
convicciones en las convexidades.
Maniobran las manos, complotan en  la urdimbre
que trama intrigas y componendas,
conjuran para exorcizar la seda que no se hilacha.
En los pezones la yema de los dedos enredada
adjunta secuencias de notas al pie,
devana estrellitas hilvanadas en el cielo de las palabras
que con arrogancia suponemos claras
liando retales de contactos.

(Buscamos penetrar generosos,
latiendo extraviar nuestra luz
como un don dado al azar
para esplender bosques densos
mallados con hilos de bramante,
deshabitarlos de pesadillas).




HOSPITAL

En la dulce música reside tal poder,
que mata los cuidados, y los pesares del corazón
caen dormidos si, oyéndolas, mueren.
Enrique VIII, acto III, escena 1ª (W. Shakespeare)

Arrebujado del cielo fraudulento de agosto,
tentado de negar su historia,
mal nombrando sus estelas matutinas,
camino del hospital.
Hombres que visten con borrones de cemento
resistentes al fregado,
mujeres que huelen a frituras
y retornan caladas de lavandina,
briosa procesión  de ciclistas sudados.
Persiste la longitud de los pasillos,
insaciables en su apetencia
de bastones y de ruedas de sillas de ruedas,
ronda la hija que blande
la pierna fantasmal de su padre.
Apremia  el olor a sopa tierna,
agitan el martes de salsas domingueras de tomate
y de ají.
¿La memoria de qué moradas
sobrellevan la cortesía de esos sahumerios?
De regreso,
cabalgando en la Primavera de Antonio Vivaldi
todos los infortunios marchita 
esta bandada de sonidos.
Danzan  su epopeya  los postrados,
ceden, al honrado arrimo de las cuerdas.




EFEMÉRIDES

Dones intraterrestres
sobre la arena
se depositan a diario.
Antes de la irrupción del sol
-el sol desiguala el horizonte-,
caracoles sin  habitantes,
vasijas torneadas
yacen como esqueletos indolentes.
Playa ondulada que falsifica
la impronta ondeada del mar.
¿Por qué recogemos
objetos vacíos?:
nos cautiva la oquedad.
Conquistamos,
el aire que desalojamos,
con nuestros espacios extraviados:
plazas enaltecidas con barriletes
y árboles de sombras inabordables,
mercados embalsamados que gritan especias,
oportunas calles sin salida.
Los ensueños instantáneos
no necesariamente son solubles en vigilia.
El gesto sagaz, el empeño
de una mujer
fue capturado.







(La cápsula fue intitulada:
“mujer-que-pudo-ser”).
Torna y  retuerce cual efemérides,
aún cuando la necedad
viste el rostro de la heterodoxia,
desplegando
su perturbadora exposición.

(nos embarazamos
con nuestros alientos de café con leche)




PERO NO PUDE ESCRIBIR UN HIJO

He sembrado libros y he criado árboles
pero no pude escribir un hijo.
Anoté en él
apenas algunas estrías,
borroneé ciertas notas al pie
que consideré presuntuosamente necesarias,
hendeduras que en el futuro imperfecto
tal vez se leerán como tizne desechable.




LA CASA DE PLANTA ALTA CON DOS
SILLAS DE HIERRO EN EL  BALCÓN

Parecen abandonadas las dos sillas de hierro.
Alguien las puso allí como parte de un programa de vida:
”Ya verás, ella dijo,
desde esta modesta altura,
pacificaremos el bullicio de nuestros hijos,
imaginaremos el ocaso detrás de los edificios,
nos cebaremos mate o refresco de hierbas
y renegaremos de los vecinos molestos
que durante el verano vienen a pedirnos hielo”.
Estas apuestas arbitrarias a la felicidad
se pagan con una vida de apremios,
escasea la intimidad en la claridad del lecho,
se multiplica la oscuridad durante el atardecer
y  la indolencia por la naturaleza de nuestros desvelos.
Deseamos vagar sin rumbo aparente
pero erramos camino del trabajo asalariado
con un bando en la mano
que indica nuestro destino
y un pequeño detalle biográfico:
cuando derramamos la sal
no arrojamos el puñado debido
sobre los hombros.
Estos fraudes que nos ilusionan
con ofertas de amor eterno
lègis y timan nuestra vasta suspicacia.






En el aire que ventea,
se pasean jirones de tiempo,
hojas antiguas de roca liviana,
partículas pantonales de arena,
fragmentos de noche y mareas,
confusión de límites entre la mar y la tierra
mientras principia el diluvio.

¡Vaya vacilante connivencia  de género
al costado de la puerta que da al balcón!
pues sin más decimos
el abandono que culpa a los objetos
y desagravia a los hombres
en la simétrica disposición de las sillas.




BITÁCORA O
METHOD OF KEEPING A JOURNAL AT SEA

                                                   “Un diario marítimo 
                                                                            es el libro donde se registra
                                                                            con exactitud y regularidad
                                                                             apuntes sobre lo que ocurre
                                                                            a  bordo durante el viaje”.
                                                                            (J.W.Norie : A complete
                                                                         epitome of  practical navigation)

Antes de 1850 J.W.Norie
nos dejó instrucciones precisas
para escribir una bitácora,
sin embargo el marino Henry Ferguson
borroneó -a punta de lápiz sin afilar
y en la contracara de un grabado
acerca de las tangentes y de las secantes-
 su arribo a Rosario el 23 de abril de 1882.
Nada nos dice Norie sobre el terror al extra vía.
Nada acerca de salirse del curso de las aguas y
quedar entrampado en desatinadas corrientes marinas
que solo conducen al finis terra.
(¡Oh la ineficacia de las instrucciones!)
No el continente que se acaba
si no el sino, la certeza fatal.
El afinamiento del planeta
por inanición.
El desabastecimiento de los panes y de los vinos
y de las mesas desnudas de mujeres.
Ni de la resta que suma todo
-las bocas abiertas ante la anchura ingresando al Paraná,
el Paraná ingresando a sus bocas -
nada nos dice Ferguson.
¿Qué rezuma su piel y qué la piel del barco
y la de sus hombres?
Vita a cor.
Latidos irregulares.
Terrores como terrones inexactos.



PARALAJE

Es tan inverosímil el infinito
como la Epifanía de los Reyes Pagos.
Multiplicamos paralelas de yerros
que siempre se encontrarán,
indelebles cielos entreabiertos descubren
lunas gemelas que se agasajan descaradamente.
(No hemos hecho del lecho una arena)
Porque no soportan ser aguardados
todos los ulises se desbandan[6].





SOÑANTES

Numera la morena
muy guapa arroja cifras,
acomoda el auricular, guiña.
Se comen con hambre canina
su mundo con la vista
y ella mirando
se otorga al mundo soñadora y aliñada,
desliza su novela onírica.
Para defenderse de un golpe de fortuna,
arrullos murmura
a quien sabe quien por teléfono
acerca de sus sueños de la noche transcurrida,
estremecida por correr el albur.
Como un castillo de naides,
sobreviene la decepción
cuando alude a su mala estrella
para las apuestas clandestinas.
No hay en el corazón de esa mujer
espacio para el solaz del amor,
todo lo colma sin juergas
su juego impar de fullera compulsiva.
Sus suspiros no tienen más destinatario
que los formularios de la quiniela.
Fuma,
con algo no puede.
Ha enrocado azahares por azar.




HECHO BOLSA

Ha echado a bolsa su destino
en el húmedo cuerpo de arpillera.
Por esa espuerta se escurren sus líquidos
y sus sólidos.
Nadie ya cabe en esas cavidades,
salvo el sonido discordante
que persigue el día el diástole.




SE VENGARÁ LA PACHAMAMA

Agosto exhuma sus últimas lágrimas
de rocío helado
sobre los ventanales matinales y
La Pachamama sigue sin recibir su homenaje
en el fondo de la casa
de Erika y de Juan El Bombisto.
(El terreno al fondo
junto al gallinero abandonado,
la mesa generosa tendida
y el brazo del vaso cordial)
Que algún violinista se engripó,
que la lluvia y el frío,
que la fractura de muñeca del guitarrista.
¡Vaya convicción la de este puñado
de peregrinos en la urbe!
El demonio ciudadano
de la civilidad leve
los aleja del vino,
de la fraternidad
y del regocijo.
Se vengará La Pachamama,
de alguna forma se resarcirá.
La generosa Pachamama sin hospicio!...
la pera se le hizo
y ella ahora errabunda vaga
sin el cobijo de nuestro regazo.







TERESA COSTA-GRAMUNT [16.464]

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Teresa Costa-Gramunt

Teresa Costa-Gramunt (Barcelona, 13 de marzo de 1951) es escritora y diseñadora especializada en ex-libris.1 Vive en Villanueva y Geltrú desde 1993. De formación humanista, ha cursado estudios de psicología y grafología, animación sociocultural, italiano, culturas orientales y simbología. Graduada en diseño gráfico por la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Barcelona, a partir de 1977 se especializó en el diseño de ex-libris, con una producción que supera los 400 originales. Los ha mostrado en más de un centenar de exposiciones y algunos ex-libris se encuentran en museos y bibliotecas de todo el mundo. Colaboradora de la revista Ex-libris (portavoz de la Asociación Catalana de Exlibristas), ha impartido talleres de ex-libris, ha dado conferencias y escribe sobre este tema. Es fundadora y vicepresidenta de la Asociación Catalana de Exlibristas (1989), y presidenta de la Asociación de Mujeres Artistas Som 7, integrada por Concha Ibáñez, Adelaida Murillo, Maria Assumpció Raventós, Claude Collet, Lluïsa García-Muro i Núria Tortras.2

A partir de 1990 se ha dedicado básicamente a la creación literaria. Desde entonces ha publicado unos cuarenta libros entre ensayos, narraciones, poemas y prosa poética.

Narrativa

El vel d'Harmonia (El velo de Harmonía). Barcelona: Instituot Catalán de la Mujer, 19913
D'un sol traç (De un solo trazo). Barcelona, C.G.F, 1992
Alfa és omega (Alfa es omega). Barcelona, C.G.F., 1993
L'àngel incorruptible (El ángel incorruptible). Lérida: Pagès, 1997
Amor a càmera lenta (Amor a cámara lenta). Villanueva y Geltrú. Edicions Garraf, 2001
La crisàlide (La Crisálide). Lleida: Pagès, 2002
Sol ponent, sol ixent (Sol poniente, sol naciente). Barcelona: Comte d'Aure, 2004
L'ull de Polifem (El ojo de Polifemo). Tarragona: Arola, 2004
Com un despertar de la memòria (Como un despertar de la memoria). Barcelona: Comte d'Aure, 2006
El saber del cor (El saber del corazón). Barcelona: Meteora, 2008
Salou 6 pre-textos. Salou: Ajuntament, 2009
Tot el que perdem (Todo lo que perdemos). Barcelona: Comte d'Aure, 2012

Poesía

Llibre d'Unai (Libro de Unai). Lleida: Pagès, 19943
La Porta índia (La puerta india). Barcelona: Edi-Liber, 1997
Treball de camp (Trabajo de campo). Villanueva y Geltrú: El Cep i la Nansa, 1999
Addicte a la bellesa (Adicto a la belleza). Barcelona: Edi-Liber, 2000
El cantor sense llengua (El cantor sin lengua). Villanueva y Geltrú: Instituto de Estudios Penedesenses, 2000
La dansa dels orígens (La danza de los orígenes). Sitges, 2000
Temps, espai (Tiempo, espacio). Tarragona: Arola, 2001
Noviluni a Washington (Novilunio en Washington). Palma: Moll, 2001
El rostre del vent (El rostro del viento). Barcelona: Comte d'Aure, 2002
Santuari grec (Santuario griego). Palma de Mallorca: Moll, 2005
La memòria dels jardins (La memoria de los jardines). Barcelona: Comte d'Aure, 2005
Cinc visions (Cinco visiones). Lérida: Pagès, 2006.
Anno Domini. Barcelona: Comte d'Aure, 2006
Sojorn a Roma (Estancia en Roma). Sitges: Papers de Terramar, 2007
L'escala (La escalera). Badalona: Omicron, 2007
Lluernes al celobert. Antologia de poesia espiritual femenina (Luciérnagas a cielo abierto. Antología de poesía espiritual femenina) (March, 2007). Publicado con Yaratullah Monturiol.
El mirall de Circe (El espejo de Circe). Barcelona: Comte d'Aure, 2008
London (Londres). Tarragona: Arola, 2009
Alba i cendra a París (Alba y ceniza en París). Barcelona: Comte d'Aure, 2011
Blau de nit a Praga (Azul de noche en Praga). Valls: Cossetània, 2014

Descripción y viajes

Ex-libris al•legòrics a les 41 comarques de Catalunya (Ex-libris alegóricos a las 41 comarcas de Cataluña). Barcelona: Instituto Catalán de la Mujer, 19923
Estampes de Cuba (Estampas de Cuba). Barcelona: Proa, 2001

Biografías

Retrat d'Enric-Cristòfol Ricart i Nin (Retrato de Enric-Cristòfol Ricart i Nin). Villanueva y Geltrú: Ayuntamiento, 20033
Jordi Santacana. Calafell: Art Dama, 2005
Investigación y divulgación[editar]
Llibre de l'Amic (Libro del Amigo). Barcelona: La Busca, 20023
Flor a l'ombra. Reflexions sobre el femení (Flor en la sombra. Reflexiones sobre lo femenino). Valls: Cossetània, 2007
Dona i art o la dansa de Lilâ (Mujer y arte o la danza de Lilâ). Valls: Cossetània, 2010
Sota el signe de Francesc. Un jesuïta, bisbe de Roma (Bajo el signo de Francisco. Un jesuíta, obispo de Roma). Barcelona: Comte d'Aure, 2013. Publicado con Esther Maria Aure.

Infantil

L'Isaac (Isaac). Barcelona, Picazo, 1979

Premios literarios

Don-na de literatura (1990) por El vel d'Harmonia (El velo de Harmonía) 
Carles Grandó (1998) por Intermezzo portuguès (Intermezzo portugués)
Eugeni Molero de Periodismo (1998) por los artículos literarios y de opinión referidos al Garraf
Flor Natural en los Juegos Florales de la Ginesta de Oro, Perpiñán (2002) por L'ull de Polifem (El ojo de Polifemo)
Flor Natural en los Juegos Florales de la Ginesta de Oro, Perpiñán (2004) por Anno Domini
Josep Maria Benet i Caparà de Poesía (2006) por L'escala (La escalera) 

Honores

Es Maestra en Gai Saber por los Juegos Florales de la Ginesta de Oro de Perpiñán (2006)


Otros datos literarios

Ha traducido al catalán La veritable història de la Lídia de Cadaqués (La verdadera historia de Lídia de Cadaqués), de Eugeni d'Ors i Rovira (2002) con Oriol Pi de Cabanyes; Històries i llegendes (Historias y leyendas), de Víctor Balaguer i Cirera (2002); y Herba roja de tardor (Hierba roja de otoño). Cent estances del haiku japonès (Cien estancias del haiku japonés), de Vicente Haya (2009). También ha traducido al castellano Roca-Sastre, una vindicació del realisme (Roca-Sastre, una vindicación del realismo) (2004) y Enric C. Ricart i el Noucentisme, ambas obras de Oriol Pi de Cabanyes.

Colaboraciones

Colabora habitualmente en medios de comunicación y en revistas culturales: Diari de Vilanova, L'Eco de Sitges, El 3 de Vuit, Bonart, Núvol y Monvir. Tiene un blog de opinión en lEix Diari (antes, Vilanova Digital), donde comenta libros y exposiciones artísticas. Cultiva también un blog literario y personal. Está vinculada al Grupo Vèrtex del Ateneo Barcelonés y publica artículos de opinión en su web.

A lo largo de dos temporadas (1996-1997) presentó y dirigió en Canal Blau TV de Villanueva y Geltrú el programa "L'amic escriptor" (El amigo escritor), que trajo a Villanueva y Geltrú a muchos escritores, entre los cuales Baltasar Porcel, Jordi Llimona, Olga Xirinacs, Rosa Fabregat, Maria Mercè Marçal, Guillem Viladot, Biel Mesquida, Vinyet Panyella, Joaquim Molas, etc.

Participó activamente en el programa literario "L'Espurna" (la chispa)(Ràdio Vilafranca) y estuvo al cargo del Rincón poético (antes, Cafè dels dissabtes), primero correspondiente al mes de noviembre y luego al mes de abril (Centre Comarcal Lleidatà). Como miembro de la comisión literaria del Centro Artístico del Penedés, L'Agrícol, colabora en la organización de actos culturales en esta entidad de [Villafranca del Panadés]]. En Villanueva y Geltrú organiza una velada poética en FarambArt (Museo del Mar de Villanueva y Geltrú) y el ciclo poético Viatges i Hospitalitat (Museo del Ferrocarril de Villanueva y Geltrú).

Incluída en antologías poéticas y literarias, traducida a diversas lenguas como castellano, italiano, inglés y francés, es miembro del jurado de premios literarios, autora de prólogos y textos de presentación de exposiciones artísticas e imparte conferencias relacionadas con los temas que se encuentran con frecuencia en su obra.





Cosa cierta

Esta historia es cosa cierta.
La sed de verdad del poeta es cosa cierta.
Sentada en la escalera de la sinagoga
mi sed de justicia es cosa cierta.
En las paredes, por orden alfabético,
los nombres de los encerrados en Terezin,
de los ajusticiados en los campos de exterminio,
son cosa cierta.
Casas, jardines con perfume a mimosa
y establos llenos de paja fresca quedaron vacíos
cuando marcharon como corderos con una maleta en cada mano.
Los fardos se vertieron sin miramientos
a las puertas de la muerte,
miles de vestidos y zapatos quedaron por el suelo.
Nunca más los vestirían ni los calzarían.
Es cosa cierta.




         És cosa certa

Aquesta història és cosa certa.
La set de veritat del poeta és cosa certa.
Asseguda a les escales de la sinagoga
la meva set de justícia és cosa certa.
A les parets, per ordre alfabètic,
els noms dels tancats a Terezin,
dels ajusticiats als camps d’extermini,
són cosa certa.
Cases, jardins que flairaven mimosa
i estables plens de palla fresca restaren buits
quan van marxar com xais amb una maleta a cada mà.
Els fardells s’abocaren sense miraments
a les portes de la mort,
milers de vestits i sabates quedaren per terra.
Mai més no els vestirien ni les calçarien.
És cosa certa.


         De su libro
Blau de nit a Praga
Cossetània, 2014





La màndorla 

Encara pintes, li diu, perquè no sap què dir.
Una vegada li va regalar una samarreta amb un dibuix seu imprès.
Era com una màndorla.
Ell no va saber llegir el missatge.
L’ha telefonat a casa seva, s’hi ha posat la seva dona.
Ha hagut de fer un esforç per marcar el número.
Havia de fer l’esforç.
Dilluns m’operen, ja saps, cosa de dones.
No, ell no sap res.
I ho hauria de saber: la seva dona va passar pel mateix calvari.
Però ell no sap res perquè és un home com tants que miren
cap a una altra banda quan no dominen el terreny.
Per què ha trucat?
N’està enamorada.
Encara, tot i els anys que han passat.
Mai no hi ha hagut res entre ells.
No?
Aquesta no és una manera exacta de dir.
Ella l’estima i això és alguna cosa, no?
Dilluns entrarà al quiròfan.
No sap si en sortirà del quiròfan.
En tot cas, a la sortida del quiròfan asèptic serà una altra.
L’altra serà un immens buit asèptic.
Vine’m a veure a l’hospital, s’ha atrevit a dir-li.
Déu meu, les cames em tremolen.
Encara pintes, li ha dit ell, sense saber què dir.
Podrà pintar, l’altra, es pregunta ella quan no sigui ella?

(Poesia a la frontera)





Poemes de El mirall de Circe



Capsa de jade

No es perdrà, l’amor,
si el deses en una capseta de jade,
verda cristal.lització del primer brull.

Teníem vint anys, quan hi somiàvem.
Però van passar-ne vint més
abans l’arbre gemmat
no ablanís
els límits del cor





Colors

Aquell dia,
quan et cenyia
amb el braç,
t’imaginaves una illa,
una platja lluminosa,
un descans blau.

Pupil.les roges: has plorat.
El cos a l’ombra,
als ulls un morat.





Com espines

Em mossegues el cor
amb dents com espines.
Voldria tancar-lo amb pany i clau
per protegir-me del teu bocam.

Però tu -els braços com branquesrebregues
la carn de seda
i l’estripes
fins a obrir-hi una ferida mortal.





Despulles

Miro el terra d’un dormitori nu,
allà on abans hi havia hagut
un tauler d’escacs
i un sostre ple d’estrelles.
Les parets em retornen paraules
que ara em fan el buit,
que em resten.
Una llàgrima es desfà en el coixí,
tremolosa com un bes perdut.




Dominació

“No ploris,
no hi tens dret,
tens un sostre i l’armari ple.
No ploris
quan et senyalo el camí:

penso per tu,
hi tinc dret.
No ploris,
calla.
El que es pot dir
només jo ho puc dir”.




La mar de nit

S’ofega un plany en la mar de nit.
El cel s’omple de ganivets
que es claven al cervell
com agulles en un coixí de fer puntes.
Pagar amb plors una factura antiga
no eixuga el deute,
segons tu,
que me’l recordes a cada instant.




Edifici

Costa poc de tirar a terra.
Un atac d’ira
i cauen les parets que ens protegien.
No és contra mi,
que has de presentar batalla.
De res no et servirà trencar el mirall,
la lluna et retornarà la teva imatge.
Amago la cara.
T’agrada veure’m plorar:
és el teu triomf.





Abisme

Fa temps que en un trajecte inútil
caminem cap al no-res.
Tot t’amenaça,
fins la tendresa et fa por.
La teva única força:
empènyer-me fins als límits de la raó
i fer-me rodolar en la follia
com pedra llançada a l’abim.





Ets aquí

Sang a la cara,
els ulls enfonsats.
Estic parlant de mi
després de cada encontre.
Les llàgrimes couen als ulls.
No em penedeixo de res,
no em penedeixo d’haver compartit amb tu la vida.
Ets aquí, ben endins,
fins que el teu odi ens separi.










YÜAN HUNG-TAO [16.465]

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YÜAN HUNG-TAO 

(1568-1610) fue un poeta chino de la dinastía Ming, y uno de los Tres Hermanos Yuan. Su vida se extendió por casi la totalidad del periodo Wanli (1573-1620) en la historia china. Yuan era de Gong'an en Hukuang. Su familia había sido de funcionarios militares durante generaciones. Yuan mostró un interés por la literatura desde la juventud y formó su propio club literario a los quince años. A la edad de veinticuatro años en 1592 tomó el examen chin-shih y posteriormente recibió una posición oficial en 1595. Sin embargo renunció por aburrimiento después de un año. Yuan viajó y consultó con el filósofo radical Li Zhi. En otro viaje sus hermanos se unieron a él. El hermano mayor de Hu, fue un synchronist budista-confucionista. Sus viajes dieron lugar a su publicación en una recopilación de poesía Jietuo ji. Cuando uno de sus hermanos murió en 1600, Yuan se retiró a una pequeña isla en un lago para meditar y escribir poesía. El trabajo resultante es Xiaobi tangji [Jade-Green Bamboo Hall Collection].



PARTIENDO DE PO-HSIANG AL AMANECER

Salgo de la cama antes del alba
y, medio dormido, trepo a mi carruaje.
Estos viajes oficiales son como comida encajada en los dientes,
¡la nostalgia tiene tan mal sabor como las castañas de aguas podridas!
Una niña parada frente a una taberna, con el cabello despeinado.
Un monje budista hierve agua en una pequeña cabaña.
No ebrio, pero tampoco sobrio,
escucho como el tambor de la mañana suena a través del polvo.



ACERCA DE UN ENCUENTRO CON MI HERMANO MAYOR 
AL ARRIBAR A LA CAPITAL

Le has dado la espalda a las ocupadas multitudes del mundo
y cantas para tí mismo desde libros de segunda mano.
Tu puesto oficial no es importante-
tienes poco contacto con la gente;
una larga estadía en la capital ha traído nuevas arrugas a tu cara.
Sobre las agrietadas paredes hay retratos de monjes budistas;
arriba en las ventanas, pueden verse nidos de pájaros.
Editor en la Academia -no es la mejor de las ocupaciones,
pero aún así, ¡ten cuidado con el viento y con las olas!




SOÑANDO

El mundo de los sueños no puede ser hallado más allá de mi almohada
pero en ningún lugar de mi almohada puedo hallarlo.
Y cuando estoy en el mundo de los sueños
mi almohada puede muy bien no existir.
Despierto, siento que mis sueños están vacíos;
en el sueño, el mundo despierto ha desaparecido.
¿Puedo estar seguro de que el mundo despierto
no tiene una almohada debajo suyo?
Si el soñar y el estar despierto se alternan,
¿cuál es la fantasía, cuál es real?



EL PRIMER DÍA DE LA PRIMAVERA

Este es el día en que el labrador deja el arado,
la jovencta deja su telar,
el estudiante hace a un lado sus libros,
el funcionario deja de cobrar impuestos,
el comerciante cierra su negocio.
el pescador recoge sus redes...
¿Entonces porqué soy el único hombre
que camina por peligrosas laderas, bajo montañas inmensas?




LEVANTÁNDOSE POR LA MAÑANA DESPUÉS DE
PERNOCTAR EN EL TEMPLO DE HUAN-CHI

¡Eh, ahí, Yüan Hung-tao!
¿Porqué no levantarse cuando rompe el amanecer?
Cien mil universos han sido soplados por el viento
a un océano de nube.
Me echo encima la ropa,
salgo y miro a mi alrededor:
sin duda alguna, las nubes se estiran más abajo.
Todo el cielo está impregnado de formas cristalinas,
¡tal es el poder del dios de la montaña!




VIAJANDO A TRAVÉS DE HUAI-AN EN BOTE

Mil li a lo largo del canal;
diez mil ramas de sauce, mi corazón roto.
Viajar es la raiz de la pena, se le pega como cola;
la meditación -ése es el modo de controlar este sufrimiento.
Nostálgico, pienso acerca del pescado-en-arroz;
borracho, sueño con el sancocho de almejas...
Más y más, demasiado perezoso para estudiar los libros,
las telarañas cubren mi bastidor de pinceles.

[Li: medida de longitud china = medio kilómetro.]




DESPIDIENDO AL MONJE WU-NIEN

Cada cinco años nos encontramos,
luego sufrimos cuando debemos separarnos.
Ha llevado sólo tres despedidas
para que pasaran quince años.
Recuerdo cómo traté de estudiar meditación contigo
pero yo era como el álamo amarillo
que crece por un tiempo
y luego vuelve a encogerse.
Cien veces te escuché disertar
pero mi mente siguió siendo un nudo apretado.
Yo era un hombre ciego de nacimiento
que jamás ha visto el rojo o el púrpura-
trata de explicarle la diferencia
y cuanto más le hables
más confundido se pondrá.
No puedo soportar dejarte ahora
pero es imposible para nosotros
permanecer juntos.
Octubre- los vientos del río soplan con fuerza;
por favor deja que tu cabello vuelva a crecer
para proteger tu cabeza del frío.




IMPROVISADO EN EL CAMINO

En el segundo mes regresé a mi pueblo natal.
En el cuarto mes, de vuelta al camino.
Los niños me observan en los estrechos senderos;
a través del vapor, un escolar se ríe con ganas.




RINDIENDO HOMENAJE A LA MOMIA DEL MONJE
CH'ANG-ERH

La rueda del samsara ha llegado a un pacífico alto;
el brillo del cuepo laqueado-
¡tan fresco como un espejo lustrado!
Sé que su alma ha desaparecido hace rato,
pero- ¡asombroso! sus uñas y dientes aún están aquí.
Él es un Buda de la Era de las Galas,
una antigüedad humana, que ha durado mil años.
Aún los artefactos de bronce o de hierro
para este tiempo, ¡ellos se hubiesen convertido en polvo!

[Para más detalles acerca de la notable práctica de la momifi-
cación laqueada entre los budistas chinos, ver Joseph Need-
ham: "Science and Civilization in China", vol 5, part 2, Cam-
bridge 1974, p. 299.]




AL PASAR POR LAS FUENTES TERMALES DEL PALA-
CIO HUA-CH'ING

Montañas del este
y montañas del oeste;
tierra de Ch'in
y tierra de Han.
Leves, leves nubes
sobre la ciudad;
ondulantes, ondulantes aguas
atravesando el pasado y el presente.
Ruinas que se desmoronan,
excavadas por el arado en terrazas con pendiente;
leñadores charlando
mientras regresan al hogar al atardecer.
Aún en la declinación
hay "mejor" y "peor";
el rey Yu
fue el peor de todos.

(Este poema forma parte de un grupo de seis. En 723, el
Palacio de las Fuentes Termales (Wen-ch'ing kung) fue cons-
truído en el monte Li en Shensi; su nombre fue cambiado al
de Palacio de la Gloriosa Pureza (Hua-ch'ing kung) en 747.
El rey Yu (reinó de 781 a 771 a.C.) fue el 2° rey de la Dinas-
tía Chou. Fue asesinado y enterrado en el Monte Li.)




EN EL MANANTIAL DEL VENADO BLANCO

Un pequeño estanque, algo menor a un metro cuadrado,
y no demasiado profundo.
Un par de peces dorados nadan en él
tan libremente como si estuvieran en un lago.
Como huesos de montañas entre heladas nubes de otoño
pequeñas estalagmitas punzan la rizada superficie.
Para los peces, es una cuestión de estar vivos-
no se preocupan por la profundidad del agua.




DESPUES DE HABER LEÍDO LOS POEMAS DE CHI-
TIEN ACERCA DEL LAGO OCCIDENTAL

¿Cuántas veces he puesto,
solo, mi pie en el bote del lago Occidental?
El botero ya me conoce
y nunca me pide dinero.
Una nota cantada por un pájaro
quiebra el absoluto silencio-
proviene de la montaña
que se inclina
bajo el sol poniente.

(Chi-tien era probablemente Tao-chi (m. en 1209), un mon-
je budista de la dinastía Sung.)




VIVENCIAS

Las hojas verdes comienzan a marchitarse en los árboles;
olas blancas barren a través del río.
La gente murmura acerca de invasiones desde el este;
los rumores vuelan: "¡Hemos enviado naves desde el norte!"
Compro algunas naranjas Ch'u-chou, moteadas de escarcha;
escucho todo el día famosas cantantes.
Hay muchas ceremonias nupciales aquí en Yang-chou,
flautas y tambores baten con fuerza mientras avanza la noche.


(Yoshitaku Iriya considera que los versos 3 y 4 se refieren a
la invasión de Corea por Hideyoshi, en 1592. Los chinos ha-
bían, en efecto, despachado naves con tropas y alimentos para
ayudar a la causa coreana.)




ANOTANDO LO QUE VEO

El sol poniente trae palidez al rostro del otoño;
nubes flotantes se arraciman velozmente.
Se inclinan, velando los árboles,
sólo dos o tres montañas permanecen visibles en la niebla.
Mi caballo mira hacia atrás el río atravesado por el puente;
un grupo de monjes regresa a lo largo de un sendero de pinos.
La pendiente es demasiado alta- no veo ningún templo:
de pronto, a través de la neblina, oigo
las campanadas de uno.




POEMA ESCRITO EN LAGO DE LOS SAUCES

Al atardecer me acuesto a dormir una siesta-
las montañas parecen venir rodando a mi almohada.
El verde musgo se refleja en el agua;
vientos provenientes de los arrozales soplan a través de la ventana.
                                                                               
Disfruto aquí, colocando rocas y flores en el jardín,
escribiendo conjuros para espantar a cuervos e insectos.
Mis compañeros de bebida son en su mayoría monjes budistas;
                                                                                           
Aún cuando estamos ebrios, hablamos sobre el Vacío.




TREPANDO AL MONTE YANG

Rocas escarpadas, agazapándose como elefantes;
cortezas de pino marchitas, jaspeadas como escamas de pescado.
                                                                                         
¿Desde qué punto partió la Grulla Inmortal?
¿Está el Dragón Madre poseído de verdadero poder mágico?
Las cuevas de aquí tienen animales que hablan;
sobre los riscos viven personas que jamás pronuncian palabra.
El palacio de Wu se ha derrumbado hace rato-
¿dónde pueden encontrarse sus ruinas?

http://inutilesmisterios.blogspot.com.es/2012/04/los-poemas-de-yuan-hung-tao-1568-1610.html




THE CAPITAL

Bright are the city walls of the capital;
Red-robed officials shout on broad streets.
There is a white-headed destitute scholar;
Hanging from his mule's saddle, sheaves of poems.
Clasping his calling card, he knocks on doors for work;
The gate keepers smirk at one another.
Ten try and ten fail;
Walk the streets, his face is haggard.
Always fear in serving the rich;
Sorry your flattery isn't quick enough.
Over an eye a black eyepatch;
Half blind, the fellow is old!





A STRANGE PRIEST

Bought his mantle to escape draft and taxes;
Now he's the head priest amid his splendor.
Recites incantations, but sounds like a bird;
Writes Sanscrit that looks like twisted weeds.
With his begging bowl he distributes food of the spirit;
On his seat he faces the lamp of Buddha;
If you don't devote you whole body and soul,
How can there be anywhere Buddhism at all?






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