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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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JEAN RHYS [16.314] Poeta de Dominica

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Jean Rhys 

La escritora Ella Gwendolen Rees Williams, más conocida en el mundo de las letras como Jean Rhys, nació en Roseau, la capital de Dominica, el 24 de agosto de 1890 y falleció en la ciudad de Exeter, Inglaterra el 14 de mayo de 1979.

Al cumplir sus primeros dieciséis años de vida, esta descendiente de un hombre galés llamado William Rees y Minna Williams, una mujer de raíces escocesas decidió trasladarse a Inglaterra para ampliar sus conocimientos académicos y probar suerte como corista, pero no tuvo éxito y hasta llegó a ser ingresada en la prisión de Holloway acusada de robo.

Tiempo más tarde, la autora se instaló en París y trabajó como artista bohemia, aunque esta actividad tampoco le permitió obtener beneficios financieros, motivo por el cual Rhys llegó a vivir casi en la pobreza y a desarrollar malos hábitos que la acercaron al alcoholismo y la prostitución.

Impulsada por el novelista Ford Madox Ford, Jean Rhys se acercó a la literatura, un arte en el que llegaría a destacarse y le permitiría quedar en la historia de su país. Su primer libro, “Posturas” (rebautizado como “Cuarteto”), apareció en 1928. Después surgirían títulos como “Después de dejar al señor Mackenzie”, “Viaje a la oscuridad” y “Buenos días, medianoche” (los cuales no llegaron a tener demasiado éxito) pero en 1966, por fin, esta mujer disfrutaría del reconocimiento internacional gracias a “Ancho mar de los Sargazos”, novela que poco después de su lanzamiento fue distinguida con el prestigioso WH Smith Literary Award.

Esta autora que, a la hora de elaborar historias, se inspiraba con frecuencia en mujeres desplazadas de sus ámbitos naturales falleció en la ciudad de Exeter el 14 de mayo de 1979. Desde entonces, sus manuscritos y varios de sus objetos personales permanecen bajo custodia de la Universidad de Tulsa, institución que los ha dejado en su Departamento de Colecciones Especiales y Archivos.

Bibliografía:

The Left Bank and Other Stories , 1927
Postures , 1928 (released as Quartet, 1929)
After Leaving Mr. Mackenzie , 1931
Voyage in the Dark , 1934
Good Morning, Midnight , 1939
The Day They Burned the Books , 1960
Wide Sargasso Sea , 1966
Tigers Are Better-Looking : With a Selection from 'The Left Bank' , 1968
Penguin Modern Stories 1 , 1969 (with others)
My Day: Three Pieces , 1975
Sleep It Off Lady , 1976
Smile Please: An Unfinished Autobiography , 1979
Jean Rhys Letters 1931–1966 , 1984
Early Novels , 1984
The Complete Novels , 1985
Tales of the Wide Caribbean , 1985
The Collected Short Stories , 1987
Let Them Call it Jazz.





Nuestro jardinero 

Ken me parecía un buen hombre
era un buen amigo
Su otro nombre es Taylor
Sal es el mío

Esto ocurrió ayer
ahí estábamos los tres
la silla era muy grande
y me colgaban los pies

Papá preparaba su cámara
de espaldas a la luz
Ken cuidaba las plantas
sin ser visto aún

Papá llamó a Mamá
que cortaba flores bajo el sol
'¿Ya estás lista?', preguntó
'En un minuto', respondió

Ken se acercó sonriendo
con el machete en la mano
¿no es Ken fenomenal?
¡inventó un juego nuevo!

Después blandió su machete
la cabeza de Papá golpeó
la sangre roja a raudales
brotó, brotó, brotó

Con otro golpe más
Papá gimió y cayó
alzó la cabeza, me miró
y ya no se movió

Ma ni siquiera gritó
tampoco yo
por más que quise no pude
me quedé sin voz

Pero dejó caer las flores
la oí decir  'Oh no'
vi cómo las rosas
el viento esparció

Cuando Ken la golpeó
lanzó un grito agudo
gritó sin parar 
todavía la escucho

Al venir gente corriendo
Ken ni siquiera volteó
reía mientras golpeaba
a Mamá que tirada quedó

Reía sin parar
al tiempo que decía
'carne blanca, carne blanca'
a mi madre que moría

Esto ocurrió ayer
habla luz aún
antes de la noche
viene el atardecer.

Traducción de Gabriela Bayona



Our Gardener 

Ken a nice man
Ken was a pal
His other name's Taylor
My name's Sal

This happened yesterday
We were all there
I was sitting
In a grown-up chair

Dad had his camera
Back to the Iight
Ken was pottering
Out of sight

Dad called to Mummy
Picking flowers in the sun
Dad said 'ready?
'She said 'wait until I've done'

Ken carne softly smiling
Cutlass in his hand
I thought a new game
Isn 't he grand

Then he swung his cutlass
Struck Daddy's head
Blood carne pouring out
Red, red, red

Ken struck a second time
Dad groaned and fe
He raised his head and looked at me
Then feH back and lay still

Mum didn't scream at all
Nor did 
Couldn't if I'd wanted to
Throat too dry

But she let the flowers faJl
'Oh no' heard her say
saw the roses
Bl0wing away

She screamed when he hit her
Loud and shrill
Went on screaming
can, hear her still

People carne running
Ken didn't look round
He laughed as he was striking
Mum on the ground

Went on laughing
And this is what he said
'White flesh, white flesh'
Talking to my Mother, dead

This happened yesterday 
It was still Iight
 First comes sunset
Then comes night.






Jean Rhys and Mollie Stoner in the 1970s






Una sonrisa, por favor y El ancho mar de los Sargazos, de Jean Rhys

Por Javier Aparicio Maydeu

Ella Gwendolen Rees Williams (1890-1979), “una inglesa flaca y vestida de negro”, como ella misma se describe en su volumen de memorias fragmentadas Una sonrisa, por favor (que, en realidad, es un cahier de notes de tapas negras, un jugoso diario personal póstumo y hasta ahora inédito en España), fue otra inquilina de la Rive Gauche llegada al París de las plumas y las absentas de los felices veinte para aprender de Ezra Pound y Gertrude Stein, bailar en cabarets mediocres para llenar su estómago, leer Jane Eyre mientras se ensayan técnicas del modernism y beber sin continencia en cenáculos a los que acudían escritores norteamericanos de la Generación Perdida y británicos como Ford Madox Ford, que actuó de padrino de Ella: le prologó su primer libro, los relatos de The Left Bank (1927) y trató de mantenerla sobria para que en su lucha interior entre bohemia y talento ganara el talento, de modo que Ella pudiera seguir escribiendo sobre la identidad de la mujer, la liberación sexual, la marginación y el desarraigo en novelas como After Leaving Mr Mackenzie (1930) y Good Morning, Midnight (1939). El alcoholismo, su drama no superado de una niñez criolla en el Caribe del Imperio Británico, y el castigo de una vida errática y ansiosa en París y Londres, la sumieron en el anonimato y en la mera supervivencia durante casi treinta años, recluida en Cornualles como si hubiese querido alojarse con los Ramsay de la novela Al faro (1927) de la Woolf, dedicada a acumular borradores y notas de la novela que titularía El ancho mar de los Sargazos (y que concluyó al cabo de nada menos que nueve años de trabajo obsesivo). Ella ya se llamaba a sí misma Jean Rhys, pero no sería Jean Rhys realmente hasta la publicación de El ancho mar de los Sargazos (1966), la reescritura cómplice de la novela Jane Eyre de Charlotte Brontë que la elevó a los altares de la narrativa inglesa contemporánea, el mismo coqueteo narrativo con el estilo de la novela victoriana que veinte años más tarde consagró a A. S. Byatt con su novela Posesión. Rhys nació el mismo año que Katherine Anne Porter y fue coetánea de Dorothy Parker, pero si la segunda y la tercera alcanzaron el éxito social y literario muy temprano, convirtiéndose en celebrities del star system artístico del Nueva York de las tertulias del Algonquin en la década de los veinte y los treinta, a la primera el reconocimiento público le fue esquivo toda su vida; tal vez porque habló de forma prematura y sin ambages de aspectos sociales en torno a la mujer y las libertades individuales sobre los que su público natural no estaba aún dispuesto a transigir. Apenas alcanzó a saborear el éxito de ventas de El ancho mar de los Sargazos, su obra maestra, que casi no se encontraba en el mercado español porque la traducción de Andrés Bosch para Bruguera, de 1982, estaba agotada. La nueva traducción, que Lumen le ha encargado a Catalina Martínez Muñoz, hace brillar el estilo lírico y sumamente psicológico de Rhys, aprendido de la prosa a un tiempo psíquica y simbólica de D. H. Lawrence, y contribuye a atestiguar que el estilo de la autora británica es, en cierto modo, el resultado de trasladar el realismo victoriano de Brontë al marco exótico de Jamaica. De modo que la dramática trama de la novela, que mucho tiene de folletín porque las tribulaciones de Antoinette Cosway no parecen conocer la mesura –ruina física y moral, constantes fantasmas en el horizonte mental, padre adúltero y alcohólico, encierro conventual y sospechas de perversión que arruinan su matrimonio y la arrojan a la locura, a la misma locura que enajena a Antoinette Bertha Cosway de Rochester, la mujer criolla encerrada en el desván de Thornfield Hall, en Jane Eyre, con la que juega Rhys construyéndole un pasado en esta metaficción titulada El ancho mar de los Sargazos– aparece atemperada por la endulzada fragancia de la exuberante naturaleza caribeña: “Allí estábamos, cobijados del aguacero bajo un mango muy grande”, “un naranjo silvestre cargado de frutos”.



La historia visible aquí de Antoinette es la historia escondida de la Antoinette de Jane Eyre, la de una mujer desarraigada porque nació en la periferia del Imperio colonial y porque nació mujer, como la propia Jean Rhys. O como Elizabeth Smart, la escritora canadiense, de Ottawa, autora de En Grand Central Station me senté y lloré (1945), otra trotamundos intelectual de aquel tiempo pasado en que, siendo mujer, ser trotamundos y ser intelectual era sinónimo de ser excéntrico, y ser excéntrico el presagio de ser proscrito. El ancho mar de los Sargazos, una de las novelas más brillantes de la narrativa inglesa de la segunda mitad del XX, que influyó en Byatt tanto como en Lessing y en John Fowles cuando estaba ultimando la redacción de La mujer del teniente francés, trata, como la novela victoriana a la que mira de reojo, del matrimonio (se evoca y reescribe el del señor Rochester con la enajenada Bertha en Jane Eyre, trasladado de la campiña inglesa a las Indias) y de la condición femenina, de los prejuicios morales y del exilio a la vez geográfico e interior. Se asemeja a una gran novela del XIX, que es lo que pretende ser. En realidad juega a ser una gran novela del XIX, si bien el lector atento advertirá que, efectivamente, se trata de un juego: en primer lugar porque el narrador tradicional en tercera ha perdido autoridad, debido a que se ha visto escindido en dos narradores en primera persona (el punto de vista es el de Bertha en el primero y en el último capítulo, y el de Rochester en el resto) y ya va de vuelta de algunas de las convenciones narrativas; en segundo lugar porque el estilo ya no es natural, ha perdido ingenuidad para ganar en tácitos guiños a la novela victoriana, en jugosos sobrentendidos, y finalmente porque se diría que la narración urdida por Rhys pretende ser un ejercicio de estilo en forma de elaboradísimo pastiche, de modélico simulacro de novela decimonónica, con sus excesos melodramáticos, sí, pero narrados ahora desde una perspectiva teñida de ironía, nacida del juego con la tradición literaria –la narrativa victoriana observada desde la atalaya crítica del modernism en el que fraguó la autora su convulsa personalidad literaria–, y teñida al mismo tiempo de una sombría melancolía que nace de la inequívoca condición autobiográfica de la propia novela: Antoinette, como Ella, tuvo una infancia exótica y colonial pero infeliz, y vivió como desheredada y como víctima de la enajenación, la expatriación, el conflicto conyugal permanente y la soledad, como mujer atrapada en una jaula morbosa para el lector, insufrible para el personaje. ¿Por qué no releer Jane Eyre y comenzar a leer después El ancho mar de los Sargazos como si también hubiese sido escrita por Charlotte Brontë, eso sí, después de haberse quitado misteriosamente de encima los prejuicios sexuales y sociales de su tiempo? Borges, con ese impagable juego suyo de las atribuciones erróneas que nos propuso en Ficciones, sin duda nos empujaría a hacerlo. ~




La triste soledad del alma: Jean Rhys

«[La tía Jeanette] me abrazó, me besó y me dijo: “Pobrecita, pobrecita”. Tal vez supiera que yo estaba destinada a tener una vida tormentosa y a sentir una profunda y constante nostalgia.»

Una sonrisa, por  favor (1979)

Leyendo sus memorias, una se pregunta si hubo algún momento en que Jean Rhys fue feliz, siquiera en su infancia. Desde la primera página me viene a la mente la imagen de una niña seria, meditabunda, con los ojos hambrientos de lejanía. Es la marca de la casa, de su realidad y de su narrativa: la melancolía y una persistente sensación de soledad. 



La foto más conocida la muestra mirando fijamente a la cámara, con la barbilla reposando en los dedos entrecruzados de ambas manos. En realidad, hay dos fotografías en las que posa en idéntica postura pero separadas por algunos años. En la primera, se nota su juventud en las líneas redondeadas del rostro y en la limpieza de la mirada, mientras que en la segunda sus rasgos se han afilado y hay un toque irónico en la caída de los ojos. La sonrisa, en ambas, tiene el mismo aire enigmático, con un algo de Gioconda del siglo XX. Entre ellas, un ancho mar de infelicidad.




Un éxito tardío

Ella Gwendolen Reese nació en Roseau, en la isla Dominica,  y de esos orígenes antillanos de ascendencia criolla bebe la que sería su novela más famosa, “Ancho Mar de los Sargazos”. Publicada en 1966, daba una vuelta de tuerca a la clásica “Jane Eyre” para reconstruir el pasado de la misteriosa figura de la señora Rochester, desde su infancia hasta el matrimonio. La publicación de “El ancho Mar de los Sargazos” supuso, en su momento, el redescubrimiento de Jean Rhys y la recuperación de su obra anterior, escrita entre los años veinte y cuarenta y que, a pesar de su buena acogida entre la crítica, había tenido menos repercusión entre los lectores. 

Entre la Segunda Guerra Mundial y entonces, Rhys había guardado un silencio literario que hizo creer que había muerto. Tras aquel reencuentro con la autora, en 1974 se la llegó a calificar por parte del crítico estadounidense Albert Alvarez, como «una de las mejores escritoras británicas del siglo XX», todo un espaldarazo para su reconocimiento público. Un reconocimiento del que disfrutaría muy poco tiempo.
Exponente del modernismo europeo, con un estilo calificado de impresionista y un fuerte componente autobiográfico en su narrativa, se convirtió en autora de culto.

Identificación o aniquilación

La infancia de Gwendolen no fue trágica ni traumática, aunque leyendo sus memorias parece trascender una perpetua sensación de búsqueda de un lugar propio. Ascendencia galesa, escocesa y criolla y el aliento del vudú respirando cerca. Al hablar de su niñera negra, la recuerda como el terror de su vida. «Meta me había enseñado un mundo de miedo y desconfianza, y en ese mundo sigo.» Amaba los libros con la pasión de los solitarios, tendía a la introspección y a cuestionarse el mundo y soñaba con conocer el viejo hogar de sus antecesores.

«Pensaba mucho en Inglaterra, no en la Inglaterra real sino en lo que había leído de ese país. Lo imaginaba en invierno, cubierto de hielo y de nieve, pero con millones y millones de hogueras. […] Frío: yo no era capaz de imaginar el frío, aunque detestaba esa palabra.» Ese frío que parecía recorrerla por dentro, escalofriarle el alma.

Eso no significaba que odiara su propia tierra; al contrario, era como un pilar al que agarrarse. «[…] empecé a sentir el amor por la tierra y a saber que jamás podría olvidarlo. […] Yo quería identificarme con ese algo, perderme en ese algo. […] La tierra era como un imán que me atraía y a veces lograba acercarme a eso, a la identificación o a la aniquilación que tanto anhelaba.»

Finalmente, en 1907, abandonó su isla natal con dieciséis años para irse a vivir a Inglaterra a casa de una tía paterna.

Inestable como el agua

No se quedó mucho tiempo en casa de su tía. Después de unos meses interna en una escuela femenina en Cambridge, decidió ser actriz y se apuntó a la Academia de Arte Dramático, pasando a vivir en una pensión. A la muerte de su padre, la falta de dinero le hizo abandonar también la academia y buscar trabajo como corista en una comedia musical. Era un empleo fijo, aunque los ingresos eran escasos y las giras la tenían en continuos traslados. La seguridad en su vida era escasa, incluso en su relación con el que fue su primer amante.

Aquella relación no acabó bien. Embarazada, se le practicó un aborto ilegal y, aunque ya la había dejado, su amante continuó manteniéndola durante un tiempo. Aunque tenía la vaga conciencia de lo humillante de la situación, se dejó llevar por la situación ante su perpetua falta de dinero.

«Puedo abstraerme de mi cuerpo» dijo más tarde, según cuenta en sus memorias. «Eso es lo que hice durante mucho tiempo.» Tras el abandono, según sus propias palabras, se instaló en el dolor. Un dolor que parece haber sido su más constante compañía. «Nunca formaría parte de nada. Nunca pertenecería a nada de verdad y lo sabía; sabía que me pasaría la vida intentando pertenecer a algo, sin conseguirlo nunca.»

Trabajó de extra de cine pero no terminaba de sentirse a gusto, así que también lo dejó. «Hay algo en mí tan inestable como el agua y, cuando las cosas se ponen difíciles, me retiro.» La soledad la perseguía, incluso en compañía. Y la tristeza, siempre esa punzante tristeza.

Los diarios

Un día, en una especie de impulso, comenzó a escribir lo que definió como “su diario”, aunque no era un diario sino el recuerdo de su experiencia con el amor y el desamor. Escribió durante varios días, casi desaforadamente, hasta llenar tres cuadernos y medio. Hasta que sintió que no tenía nada más que decir. Luego guardó los cuadernos y, sin volver a mirarlos, cada vez que se trasladaba se los llevaba consigo.

Se casó en 1919 con Jean Lenglet, periodista holandés a quien había conocido dos años antes, y se fueron a vivir a París. Allí tuvieron un hijo, que murió antes de un mes, y luego se trasladaron a Viena y Budapest antes de volver a París. Cortos de dinero, Rhys se dedicó a traducir los artículos que escribía su marido para ofrecérselos a los periódicos ingleses. Eso tuvo consecuencias: le pidieron algo escrito por ella misma y ofreció los diarios guardados, que llegaron a manos de Ford Madox Ford, por entonces editor de una revista literaria.

Con su marido encarcelado por entrada ilegal en Francia y ciertos asuntos financieros algo turbios, Jean Rhys se enredó con Ford en una relación con el consentimiento de la esposa de este y empezó su carrera como escritora. Además de cuentos (reunidos en el volumen “La orilla izquierda”), plasmó su relación en la novela “Cuarteto” (inicialmente “Posturas”). Como traductora, buscó editor para una novela escrita con seudónimo por su marido en la que relataba su propia perspectiva de aquella relación. Tenía un fuerte sentido de lo justo.

Una sonrisa en la oscuridad

La obra de Rhys tiene una gran carga autobiográfica. En sus novelas hay un factor común: las protagonistas son mujeres frágiles, a la deriva, víctimas de sus sentimientos y de la hipocresía social del patriarcalismo de la época. «Estoy segura de que el sentimiento más profundo de la mujer es: “Pertenezco a este hombre. Quiero pertenecerle por completo.” Es humillante pero también emocionante.»

Aquel realismo argumental fue calificado de sórdido y de vulgar y, sin embargo, no son simples novelas confesionales: la dimensión personal es sólo una parte dentro del todo. Jean Rhys era exigente con su literatura, esmerada en las formas, con un estilo propio. Continuó esmerándose con sus siguientes novelas: “Después de dejar al señor Mackenzie” y “Viaje a la oscuridad”, esta última publicada tras su divorcio de Lenglet  y nacida de aquellos diarios que la empujaron hacia la escritura. De vuelta a Inglaterra y ahora casada con su agente literario, Leslie Tilden Smith escribió una nueva novela, “Buenos días, medianoche” y buena parte de su narrativa breve. Esta última novela, que en lo temático continuaba la estela de las anteriores,  supuso la cima de su técnica narrativa en aquel momento.

Reconocimiento final

En 1945 su esposo murió y dos años después se casó otra vez; otro matrimonio accidentado puesto que su nuevo marido también fue encarcelado, en este caso por fraude. Durante los años de silencio creativo posteriores, en los que Rhys se retiró del panorama literario, “Buenos días, medianoche” se adaptó al teatro, primero, y más tarde la BBC la llevó a la pantalla. Pero no fue hasta más de dos décadas después de su publicación que apareció “Ancho Mar de los Sargazos”.

Cuenta su editora que fue una novela de larga gestación, en parte por problemas de salud y también por su ánimo perfeccionista, que alargó su decisión de darla por terminada. Acogida con entusiasmo, obtuvo el premio W.H. Smith y el de la Royan Society of Literature. Se reeditaron, entonces, sus anteriores novelas y dos libros de relatos, “Los tigres son más hermosos” y “Que usted la duerma bien, señora”.

Revalorizada gracias a este éxito tardío, por fin había alcanzado una estabilidad económica pero ya no le quedaba mucho tiempo para disfrutarlo. En 1978 fue nombrada dama comandante de la Orden del Imperio Británico, por su aportación a la literatura, y murió en 1979. Ya de forma póstuma, se editó su autobiografía inconclusa, “Una sonrisa, por favor” memorias de corte fragmentario, como debió de ser su propio corazón, unos textos teñidos de un patetismo enternecedor. Cinco años más tarde, salieron a la luz sus cartas.


La obra de Jean Rhys en español:

“Cuarteto”. Grijalbo, 1991.
“Después de dejar al señor Mackenzie”. Anagrama, 1990.
“Viaje a la oscuridad”. Grijalbo, 1990.
“Buenos días, medianoche”. Noguer y Caralt, 1975.
“Ancho Mar de los Sargazos”. Bruguera, 1982. Anagrama, 1990; reedición en Compactos, 1998. Cátedra, 1998. Lumen, 2009; Debolsillo, 2011.
“Los tigres son más hermosos”. Anagrama, 1989.
“Que usted la duerma bien, señora”. Bruguera, 1985.
“Una sonrisa, por favor”. Debolsillo, 2011.
“Una vida sin ti” (edición conjunta de “Cuarteto”, “Después de dejar al señor Mackenzie”, “Viaje a la oscuridad” y “Buenos días, medianoche”). Lumen, 2009.









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FRANK COLLYMORE [16.315] Poeta de Barbados

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Frank Collymore

Poeta, narrador, actor y dibujante barbadiense, nacido en Woodville Cottage (en Chelsea Road, localidad de la isla antillana de Barbados, perteneciente entonces a la Corona británica) el 7 de enero de 1893, y fallecido en su lugar de origen el 17 de julio de 1980. Figura cimera de la cultura y la intelectualidad barbadienses del siglo XX, desplegó una intensa labor de promoción artística y literaria, lo que le granjeó en su país el título honorífico de "Barbadian Man of the Arts" ("El Hombre de las Artes de Barbados).

Vino al mundo en el seno de una familia afroamericana de clase media, formada por el empleado de aduanas Joseph Appleton Collymore y su esposa Rebeca. Pronto tomó consciencia de su pertenencia a un ámbito geográfico, una herencia cultural y unas formas de vida que jamás llegó a abandonar, pues durante toda su longeva existencia permaneció ligado a su isla natal, sin apenas moverse del paisaje en el que había transcurrido su infancia. Eventualmente, realizó algún viaje a Inglaterra y a los Estados Unidos de América, así como esporádicas visitas a otras islas caribeñas vecinas; pero su apego a la tierra que le había visto nacer le mantuvo firmemente unido al instituto de enseñanza media Combermere School, al que regresó en calidad de profesor de lengua inglesa y francesa, tras haber cursado allí sus estudios de bachillerato, para ejercer la docencia durante más de medio siglo.

En efecto, el joven Frank Collymore cursó sus estudios secundarios en dicho liceo masculino entre los diez y los diecisiete años de edad (1903-1910). Poco después, se incorporó a su plantilla de profesores para emprender una brillante trayectoria docente que fue decisiva en la formación de numerosas generaciones de humanistas barbadienses. Collymore llegó a ser director de dicho Centro, en el que impartió clases, oficialmente, hasta que se le obligó a jubilarse en 1958 (aunque, en realidad, continuó ejerciendo allí la docencia, en calidad de profesor emérito, hasta 1963).

Durante buena parte de su vida, Collymore compaginó esta intensa dedicación a la enseñanza con su excelente trabajo como actor. En esta faceta de su personalidad artística, brilló sobremanera en el escenario del Barbados Green Room Theatre, donde cosechó los aplausos del público y los elogios de la crítica durante dos décadas. Su afición al Arte de Talía era un legado que le había transmitido su padre, quien, cuando el futuro escritor era aún un muchacho, le llevó al Empire Theatre, donde quedó fascinado por el mundo de la escena. Consiguió un empleo como acomodador, y en calidad de empleado de la compañía de dicho teatro cruzó el Atlántico por vez primera en su vida y conoció, in situ, el trabajo de las grandes figuras de la dramaturgia inglesa. Años después, ya en Barbados, se incorporó al colectivo teatral del liceo donde daba clases (la "Combermere School's Dramatic Society"), y partir de entonces comenzó a desplegar una brillante campaña de actor amateur que acabaría convirtiéndole en uno de los intérpretes profesionales más aplaudidos de su país.

En la década de los años cuarenta, Frank Collymore se incorporó a la compañía teatral The Bridgetown Players, fundada en 1942 por el ciudadano inglés Miles Wood. Bajo la dirección de este experto conocedor de las artes escénicas, Collymore se reveló como un intérprete sumamente versátil, capaz de encarnar sobre las tablas los personajes más diversos. Veinte años después, el propio Collymore co-fundó, junto con Alfred Pragnell, la compañía The Green Room Theatre Club, con la que alcanzó algunos de sus mayores éxitos en los escenarios de Barbados. Ya en su vejez, tras casi cincuenta años como actor teatral y más de cuarenta actuaciones en otras tantas obras, Collymore abandonó el mundo de las tablas para pasarse a la televisión, donde volvió a alcanzar un relevante éxito nacional.

Pero la presencia relevante de Frank Collymore en el panorama cultural antillano de mediados del siglo XX fue mucho más allá de su meritoria carrera como actor. En 1942, sus amigos E. L. [Jimmy] Cozier, Hal Evelyn, W. Therold Barnes y Dick Stokes editaron la revista Bim, una publicación literaria de frecuencia semestral, que de inmediato se erigió en la revista cultural más importante del ámbito antillano. En 1943, tras la marcha de Jimmy Cozier a Trinidad, Frank Collymore se hizo cargo de la edición del número 3 de la revista, sin sospechar que su relevante papel al frente de este auténtico hito en la literatura anglófona del Caribe se habría de prolongar durante más de treinta años.

En efecto, Collymore editó Bim -cuyo nombre reproduce la denominación con que popularmente se conoce a los barbadienses dentro del entorno antillano- desde 1943 hasta 1975, circunstancia que le convirtió en uno de los principales impulsores y divulgadores de la literatura producida en su tierra natal y en otras islas antillanas en las que el inglés es lengua oficial. Gracias a su brillante labor editorial pudieron darse a conocer casi todos los autores barbadienses que habrían de desempeñar un papel destacado en las generaciones literarias posteriores a las de Collymore, como Edward Brathwaite, George Lamming, Clarke, Austin Chesterfield y, entre otros, Timothy Callender. Durante esa larga treintena de años, Collymore se enfrentó a numerosas dificultades para poder lanzar, cada semestre, el número correspondiente de Bim; y consiguió, gracias a su brillantez y tenacidad, traspasar las fronteras geográficas de su ámbito antillano para llegar hasta el Viejo Continente, donde su prestigiosa publicación suministró, durante mucho tiempo, abundante información literaria a lectores, editores, críticos y periodistas interesados en la literatura caribeña anglófona (la cadena televisiva BBC recurrió a Collymore y a Bim en decenas de ocasiones para preparar su espacio "Caribbean Voices" ["Voces caribeñas"]).

Frank Collymore se consagró, así, como el gran patriarca de las Letras barbadienses, a las que dio un impulso decisivo no sólo con su abnegada labor al frente de la revista Bim, sino también en sus clases de literatura. En esta su faceta docente, divulgó entre sus alumnos las obras más recientes de esos grandes autores que, como los ya citados Brathwaite, Lamming y Clarke, se dieron a conocer a partir de los años cincuenta; e hizo comparecer en sus aulas, en calidad de profesores y conferenciantes invitados, a casi todos estos escritores noveles, anticipándose así a su posterior consagración como figuras destacadas del panorama cultural antillano. Además, tanto en las páginas de Bim como en sus clases dio cabida o otras personalidades cimeras de la literatura caribeña escrita en lengua inglesa, como el genial poeta de Santa Lucía Derek Walcott -cuya obra habría de ser reconocida universalmente, en 1992, con el Premio Nobel de Literatura- y el no menos brillante novelista guyanés Edgar Mittelholzer.

Casado en dos ocasiones y padre de cuatro hijas, Frank Collymore falleció en su amada isla a mediados de 1980, cuando, ya casi nonagenario, continuaba siendo una de las figuras más respetadas e influyentes de la literatura anglófona antillana (téngase en cuenta que, a los ochenta y dos años de edad, aún había tenido ánimo y lucidez para poner en circulación el último número de Bim que editó).

Obra

Collymore reflejó, en su breve pero intensa producción poética, su particular forma de entender la vida desde la apacible quietud de su ámbito natural. Su innata curiosidad intelectual, plasmada en todas sus composiciones, se sirve de un lenguaje aparentemente sencillo para describir el mundo que rodea al poeta; pero, tras esta inicial sensación de calma y quietud -tan representativa, en cierto modo, de la idiosincrasia caribeña-, late una tensa agitación que el poeta ha sabido domeñar merced a esa naturalidad expresiva trabajosamente alcanzada.

En cierto modo, el Collymore poeta inicia el tránsito desde el romanticismo retórico de los autores barbadienses anteriores -herederos de la vieja tradición anglófona- hasta una poesía mucho más moderna y reflexiva, que indaga en el alma de la población caribeña sin omitir ciertos atisbos de preocupación social. La belleza inmarcesible del paisaje antillano -con la presencia recurrente del mar, símbolo omnipresente de la libertad- empuja al poeta hacia una acusada complacencia en el sentimiento amoroso, al que ensalza con gozo exultante; pero también contagia a veces un poso de amargura que algunos críticos han identificado con esa sensación de insularidad que se apodera de tantos poetas antillanos.

En cualquier caso, el apacible hedonismo del espíritu caribeño acaba triunfando en la mayor parte de los versos de Collymore, y especialmente en sus famosos poemas protagonizados por unos animales imaginarios a los que el poeta barbadiense denominó colly-beasts ("colly-bestias") o colly-creatures ("colly-criaturas"). Se trata de locuaces seres fantásticos, surgidos de su risueña y zumbona imaginación, que dan pie a unos poemas de extraordinaria belleza, dominados por la inseguridad evanescente de lo absurdo.

Collymore hizo gala de sus grandes dotes como artista plástico al publicar sus poemas sobre colly-beasts en la revista Bim, donde solía acompañarlos con expresivos dibujos realizados por él mismo, que ilustraban gráficamente sus criaturas fantásticas. El escritor barbadiense recogió sus poemas en una serie de colecciones de versos que fue publicando a lo largo de toda su larga trayectoria literaria; entre ellas, cabe recordar las tituladas Thirty Poems (Bridgetown, 1944), Flotsam: Poems 1942-1948 (Bridgetown, 1948), Collected Poems (Bridgetown, 1959) y Selected Poems (Bridgetown, 1971).

En su faceta de narrador, Frank Collymore se erigió como una de las figuras colosales de la prosa de ficción antillana en lengua inglesa, aunque el hecho de no haber escrito ninguna novela limitó notablemente su proyección internacional. Pero la perfección magistral de sus relatos le sitúa entre los grandes maestros universales del género cuentístico, al lado de algunas figuras colosales que, como el norteamericano Poe, el francés Maupassant, el británico Maugham, influyeron decisivamente -según confesiones del propio Collymore- en su dedicación al cultivo de la narrativa breve.

Sus relatos, escritos con un lenguaje de claridad y precisión extremas, revelan su perfecto domino de las técnicas constructivas más depuradas, con las que Collymore consigue crear un ritmo asombrosamente adecuado a la tensión de la situación insólita que, por lo común, sirve de base argumental. En muchas ocasiones, el escritor barbadiense explora en estos cuentos el lado más oscuro y misterioso de la mente humana, adentrándose en el mundo tortuoso de unos personajes psicópatas caracterizados por su rareza y su soledad -así, v. gr., en sus famosos relatos "Some people ara meant to live alone" ("Hay gente destinada a vivir sola" y "The man who loved attending funerals" ("El hombre al que le gustaba asistir a funerales")-; y otras veces, Collymore acentúa la personalidad psicótica y atormentada de sus personajes situándolos en un mundo sombrío y fantasmal -como ocurre en otro de sus relatos más conocidos, "Shadows" (Sombras"), donde las vanas y misteriosas presencias que vagan por la casa del protagonista se van apoderando de su mente hasta forzarle a cometer las mayores atrocidades.

Otra vertiente temática en la narrativa breve de Frank Collymore es la que explora ese ámbito caribeño que resultaba tan caro al escritor, en relación con el rico y sugerente mundo de la infancia -tal es el caso de sus cuentos "The sang" ("El obstáculo") y "Mark learns another lesson" ("Mark aprende otra lección"), ambos protagonizados por Mark, personaje representativo del muchacho criollo antillano-, o con los prejuicios sociales de la escasa población anglófila que aún se empecina en mantener residuos del pasado colonial en las Antillas -así, v. gr., en su relato "R.S.V.P. to Mrs. Bush-Hall" (R.S.V.P. a la señora Bush-Hall". Gran parte de estos relatos de Collymore, publicados originariamente en las páginas de la revista Bim, quedaron recopilados en un valioso libro póstumo titulado The Man who Loved Attending Funerals and Other Stories (Nueva York y Londres: Heinemann Educational, 1993).

Al margen de estas obras de ficción, Frank Collymore dio a la imprenta un interesantísimo estudio sobre el habla popular de Barbados, publicado bajo el título de Notes for a Glossary of Words and Phrases of Barbadian Dialect (Bridgetown, 1992). Otras obras suyas no citadas en parágrafos anteriores son las tituladas Beneath the Casuarinas (Bridgetown, 1945) y Rhymed Ruminations on the Fauna of Barbados (Bridgetown, 1968),


OBRAS:

BIM (1942–75)
Thirty Poems (1944)
Beneath the Casuarinas (1945)
Flotsam (1948)
Collected Poems (1959)
Rhymed Ruminations on the Fauna of Barbados (1968)
Notes for a Glossary of Words and Phrases of Barbadian Dialect (1970)
Selected Poems (1971)
The Man Who Loved Attending Funerals and Other Stories (1993) (published posthumously)
Day's End (year unknown)




Tríptico

Veo a estos antepasados nuestros:
mercaderes, aventureros, hijos de algún terrateniente,
saliendo de la ciudad, de los condados y de los puertos,
ansiosos de establecer un hogar temporal y hacer fortuna
en las nuevas tierras más allá del Oeste; quizás empeñando
la vieja finca familiar o su subsistencia asegurada;
tenaces, realistas, ansiosos de sacarle ganancias a esta isla de Barbados
y construir, comerciar, colonizar, rendirle pleitesía a su Rey
y cumplir con los ritos y doctrinas de la Iglesia anglicana.

Veo a estos antepasados nuestros
arrancados de las colinas y los valles de su tierra natal,
sollozando con la esperanza de algún día regresar
a las granjas y propiedades, al telar y a la lanzadera, regresar,
con nieve, lluvia o sol, a casas humildes, a sus propios hogares;
maldiciendo el día en que fueron engañados por estandartes rebeldes
o traicionados por el honor de su país; temerosos
de la tierra desconocida, de la fiebre y el huracán,
del pantano y la jungla: todo lo que cuentan los viajeros.

Los veo, veo a estos antepasados nuestros;
hijos de la tribu, ignorantes de su hado, inocentes
como ganado, vendidos, capturados, golpeados, herrados,
ganado en el barco de esclavos, peor que ganado;
subastados en la plaza al yugo de la servidumbre;
animales, heridos y doblegados, pero aún con fuerza suficiente para arar y
multiplicarse,
a quienes se les ha prometido el cielo de los blancos donde cantan,
llenan candiles con aceite y no sólo esperan la venida del Salvador;
sus voces se elevan al unísono en el himno de alabanza. 

Traducción de Leonardo Martínez Vega





Triptych

I see these ancestor of ours:
The merchants, the adventurers, the youngest son s of squires,
Leaving the city and the shires and the seaports,
Eager to establish a temporary home and make a fortune
In the new lands beyond the West, pawning perhaps
The old familiar acres or the assured competence;
Sturdy, realist, eager to wring wealth from these Barbadoes
And to build, trade, colonize, pay homage to their King,
And worship according to the doctrines of the Church of England.

I see these ancestors of ours
Torn from the hills and dales of their motherIand,
Weeping, hoping in the mercy oftime to return
To farm and holding, shuttle and 100m, to return
In snow or rain or shine to humble homes, their own;
Cursing the day they were cheated by rebel standard s,
Or betrayed for their country's honour; fearing
The unknown land, the fever and the hurricane,
The swamp and jungle-all the travellers' tales.

I see them, these ancestors of ours;
Children of the tribe, ignorant of their doom, innocent
As cattle, bartered for, captured, beaten, penned,
Cattle ofthe slave-ship, less than cattle;
Sold in the market-place, yoked to servitude;
Cattle, bruised and broken, but strong enough to plough and breed,
And promised white man's heaven where they sing,
Fill lamps with oil nor wait the Bridegroom 's coming;
Raise chorused voices in the hymn of praise. 





Days End 

Here in this remote corner, 
This neglected fringe of a fishing village, 
Bare with the sea-blast, where only 
Cactus flaunt their flagpoles in the sun, 
And the scorched grass seeks precarious tenure 
Of the sharp-toothed cliffs of clay, 
I saw her one evening: an old woman, 
An old peasant woman, barefooted, 
Clad in a faded gown, her head 
Wrapped in a dingy cloth. She walked 
Slowly up the hill; her face 
Shrivelled with age, skin and bone 
Only, the dark living skin 
Drawn taut upon the bone that soon 
Would claim identity with clay and rock. 
She walked with regal dignity, 
With stark unconscious pride that well 
A player-queen might envy, 
The dignity that springs from toil and age. 
Her face, moulded by poverty and resignation, 
Hoping for nothing, desiring nothing, 
A symbol of this bare and rocky fringe 
Carved on a human face, beyond 
Either the fears or cares of time. 
Yet deep within the budding skull 
Lingered the tenderness of eyes, 
Eyes to reflect the setting sun, 
To gaze across the darkening sea 
Beyond the memories of her womanhood 
To spy another lover, Death; 
The meeting sure. But unafraid 
And proud; proud and regal, unafraid, 
A queen waiting to greet her king, 
To grasp his hand and go with him 
Down to her marriage-bed within the earth 
Where bone shall bloom to everlastingness. 








PHILIP SHERLOCK [16.316] Poeta de Jamaica

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Philip Sherlock

Sir Philip Manderson Sherlock. Nacido en Jamaica el 25 de febrero 1902, murió con 98 años en Diciembre 2000.

Hijo de un ministro metodista, Sherlock era Jamaicano de nacimiento pero un hombre del Caribe por la opción que, según Maingot: `` pasó muchos años promoviendo la idea de unidad antillana. ''

Sherlock se graduó de la Universidad de Londres en 1927 con honores de primera clase, licenciatura en Inglés y literatura. Más tarde sirvió en el Consejo Legislativo de la preindependencia de Jamaica.

A fines de 1940, fue miembro de la comisión que recomendó el establecimiento del Colegio Universitario de las Indias Occidentales, adjunto a la Universidad de Londres, al que sirve como director y más tarde como vicecanciller cuando  se convirtió en la Universidad de las Indias Occidentales.

LAZOS DEL SUR DE LA FLORIDA

Después de retirarse a finales de 1960, Sherlock pasó varios años en el sur de la Florida como  el primer secretario general de la Asociación de Universidades del Caribe y Institutos de Investigación, que había fundado en 1968 con otros directores de universidades del Caribe, entre ellos Henry King Stanford, ex presidente de la Universidad de Miami.

Más tarde regresó a Jamaica, donde continuó su escritura prolífica. Coautor de La Historia del Pueblo de Jamaica en 1998 y hasta su muerte estuvo trabajando en otro libro con su hija, Hilary, acerca de la vida en Jamaica.

También le sobreviven dos hijos, John y Christopher.




Pocomanía    (2)

Long Mountain, despierta,
alza tu hombro, eclipsa la luna.
Apaga las estrellas, esconde los cielos,
Long Mountain despierta, pon tu hombro en alto.

De piel negra y túnica blanca
de noche negra y luz de vela
blanca contra los negros árboles
y contra las tinieblas blanca como un altar,
de montaña negra, allá en las alturas
Long Mountain despierta,
alza tu hombro, eclipsa la luna,
apaga las estrellas, oscurece el cielo.

África entre los árboles
Asia y sus misterios

De blanco tejido en túnica ondulante
negra Long Mountain mirando hacia abajo
mira al pastor y a su rebaño
bailar y cantar, burlarse de la sabiduría
bailar y cantar y caer al vacío
hoy todos los civilizados
bailan y cantan, sus temores liberan;
aquí los dioses antiguos que escogen
al hombre como víctima, al hombre para el odio
al hombre ofrenda para el destino
odio y temor y negra locura
bailan frente al blanco altar
el círculo se cierra aún más
pastor teje tu viejo patrón
África entre los árboles
Asia y sus misterios.

De negra noche y blanca túnica
de blanco altar, de negros árboles
"Abran de nuevo el círculo
caigan y Ilámenme hermana
dejen que el espíritu regrese
despójense de la carne y del hueso
dejen que el espíritu tenga un hogar."

Gruñido profundo y en la oscuridad
de túnica blanca y baile circular
se va el día y se pierde el control
ahora están al mando los muertos
el poder del pasado regresa
África entre los árboles
Asia y sus misterios

Oscurece las estrellas, esconde el cielo
Alza tu hombro, eclipsa la luna.
Long Mountain, despierta. 

2 La pocomania es una religión [algunos diccionarios y enciclopedias la registran como secta] que se practica en Jamaica. Es de origen africano y comparte algunas semejanzas con el rastafarismo. 

Traducción de Adela Ramos Marché



Pocomania

Long Mountain, rise,
Lift you' shoulder, blot the moon.
Black the stars, hide the ski es,
Long Mountain, rise, lift you' shoulder high.

Black of skin and white of gown
Black of night and candle light
White against the black of trees
And altar white against the gloom,
Black of mountain high up there
Long Mountain, rise,
Lift you' shoulrler, blot the moon,
Black the stars, black the sky.

Africa among the trees
Asia with her mysteries

Weaving white in flowing gown
Black Long Mountain looking down
Sees the shepherd and his flock
Dance and sing and wisdom mock,
Dance and sing and falls away
All the civilized today
Dance and sing and fears let loose;
Here the ancient gods that choose
Man for victim, man for hate
Man for sacrifice to fate
Hate and fear and madness black
Dance before the altar white
Comes the circle closer still
Shepherd weave your pattern old
Africa among the trees
Asia with her mysteries
Black of night and white of gown
White of altar, black of trees 

'Swing de circIe wide again
Fall and cry me sister now
Let de spirit come again
Fling away de flesh an' bone
Let de spirit have a home.'

Grunting low and in the dark
White of gown and circling dance
Gone today and all control
Now the dead are in control
Power of the past returns
Africa among the trees
Asia with her mysteries

Black the stars, hide the sky
Lift you' shoulder, blot the moon.
Long Mountain, rise. 





A J SEYMOUR [16.317] Poeta de Guyana

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A J Seymour

Arthur James Seymour (12 enero 1914 a 25 diciembre 1989), o AJ Seymour, fue un guyanés, poeta, ensayista, memorialista y editor fundador de la revista de literaria Kyk-Over-Al.

Nacido en Georgetown, Guayana Británica, hijo de James Tudor Seymour, un agrimensor, y de su esposa filipina, de soltera Dey, AJ Seymour asistió a la escuela y a la Academia de Guyana antes de entrar en la universidad de la Reina, la más prestigiosa escuela de chicos de la Guayana Británica, con una Beca Júnior del Gobierno, en 1928.

Se casó con Elma Editha Bryce, maestra, el 31 de julio de 1937. Tuvieron tres hijas y tres hijos.

En 1933, ingresó en el Servicio Civil de la Guayana Británica como voluntario no remunerado, trabajando en los departamentos de impuestos de correos y de ingresos antes de incorporarse a la Oficina de Publicidad e Información. En 1954, Seymour se había abierto camino hasta la posición de Jefe de Gobierno Servicios de Información. Este fue un momento preocupante para la Guayana; el Partido Progresista del Pueblo (PPP) del gobierno encabezado por Cheddi Jagan, que fue elegido en 1953, había sido destituido de su cargo por las autoridades coloniales después de sólo cuatro meses y medio, lo que desató una fase de agitación social y política que iba a durar más de diez años.

En 1962, Seymour salió de la administración pública y aceptó el cargo de Oficial de Información y Colaboración Cultural de la Organización del Caribe, con sede en Puerto Rico. Regresó a la Guayana en 1965, un año antes de la Independencia, y trabajó en el Demerara Bauxite Company (Demba), con sede en Mackenzie (la ciudad fue más tarde renombrado Linden) hasta 1971; primero como Director de Relaciones con la Comunidad, después como oficial de relaciones públicas. En 1972 se desempeñó como Literario Coordinador para el primer Festival de las Artes del Caribe (Carifesta), celebrada en Guyana; en 1973 se reincorporó a la función pública como Presidente Adjunto del Departamento de Cultura y Director de Escritura Creativa. Se retiró en 1979.

Poeta

En 1936, Seymour comenzó a escribir poemas. En 1937 había completado su primera colección, Verse; su segundo, More Poems, siguió en 1940.

Bibliografía seleccionada:

Verse (1937), Georgetown: Guyana Chronicle
More Poems (1940), Georgetown: Guyana Chronicle
Over Guiana, Clouds (1944), Georgetown: Guyana Standard
Suns in My Blood (1944), Georgetown: Guyana Standard
Poetry in These Sunny Lands (1945), Georgetown: Caribia
Six Songs (1946), Georgetown: Caribia
The Guiana Book (1948), Georgetown: Argosy
Leaves from the Trees (1951), Georgetown: Miniature Poets, Series A
Selected Poems (1965), Georgetown: Author
Monologue - Poems (1968), Georgetown: Author
Patterns (1970)
Images of Majority (1978)
Selected Poems (1983)
Collected Poems 1937-1989 (2000; with an Introduction by Ian McDonald, and edited by Ian McDonald and J. de Weever), New York: Blue Parrot Press.





Primero de agosto

Imagina
a un pueblo que por más de cien años
usa una librea natural bajo el sol
y brota por generaciones y muere
en una franja costera de Sudamérica.

Observa a un pueblo postrado
enderezar sus rodillas y erguirse
y con ojos oscuros desafiar al sol.

Mira cómo el poder oculto arquea el ceño
y añade profundidad a la visión de los ojos.

Imagina
a un pueblo que por más de cien años
trabaja contra el clima
lucha contra el prejuicio

y crece en un entorno ajeno
confinado, pero estirando sus miembros
y desafla al sol

A veces la sangre olvida los árboles en flor,
rojos flamboyanes en el sol intenso y claro
y despierta recuerdos de soles más calientes,
de otros árboles de verde brillante bajo un cíel
que quema un azul más profundo y vital.

La sangre regresa:

atravesando desde África
los vientos cerraban sus bocas, el mar se calmaba
y dejaba jadeando a las pequeñas barcas, después el Sol
desde lo alto, contemplaba la escena entre los mástiles. 

Los niflos muriendo por docenas bajo cubierta
las mujeres colgando en manojos de flores, los hombres
de pie, con la rabia esculpida en la frente.

Un navfo de infamia desde el corazón de África
ralces torcidas y sangrando desde su tierra natal,
una mancha de raza que se esparce por el océano.

Después la nueva vida de cadenas y pantanos punzantes
látigos destellando en el aire en oscilantes arabescos.

Imagina
a un pueblo que por más de cien aflos
usa una librea natural bajo el sol
y brota por generaciones y muere
en una franja costera de Sudamérica. 

Traducción de Claudia Eguiarte





First of August

Gather into the mind
Oyer a hundred years of a people
Wearing a naturalliyery in the sun
And budding up in generations and dying
Upon a strip of South American coastland.

See a prostrate people
Straighten its knees and stand erect
And stare dark eyes against the sun.

Watch hidden power dome the brow
And lend a depth of vision to the eyes.

Gather into the mind
Oyer a hundred years of a people
Toiling against climate
Working against prejudice

Growing within an alien framework
Cramped, but stretching its limbs
And staring against the sun.

Sometimes the blood forgets the flowering trees,
Red with flamboyants in the hard cIear sun
And traces memories from hotter suns,
Other green-brilliant trees beneath a sky
That burns a deeper and more vital blue.

The blood goes back

Coming across to land from Africa
The winds would close their mouths, the sea would smooth
And leave the little ships gasping, then the Sun
Would standabove and gaze right down the masts. 

Children dying in dozens below the decks
The women drooping in clumps of flowers, the men
Standing about, with anger carved upon their foreheads.

A ferry of infamy from the heart of Africa
Roots torn and bleeding from their native soil,
A stain of race spreading across the ocean.

Then the new life of chains and stinging swamps
Whips flickering in the air in curling arabesques.

Gather into the mind
Over a hundred years of a people
Wearing a natural livery in the sun
And budding up in generations and dying
Upon a strip of South American coastland. 






The Legend OF Kaieteur

1. Now Makonaima, the Great Spirit dwelt
In the huge mountain rock that throbbed and felt
The swift black waters of Potaro's race
Pause on the lip, commit themselves to space
And dive the half mile to the rocks beneath.
Black were the rocks with sharp and angry teeth
And on those rocks the eager waters died,
Above the gorge that seethed and foamed and hissed
Rose, resurrected into lovely mist.

The rock He lived in towered a half mile high
So that it seemed a rival to the sky
And over it this living mist He drew
To curtain off Divinity from view.
He gave it too the privilege to choose
To take the glory of the rainbow's hues
To wear at morning, and for changed delight
The marvelous sunsets of the tropic night.
From day to day, behind this rainbowed screen,
The Father, the inscrutable, unseen,
Would ponder on His domain of the earth
And all the nations He had given birth

And He caused flowers to weave upon the ground
Their rich embroideries, and He set around
The village where each tribe worked all day long
A veritable tapestry of song

2. From birds that in the branches built their bowers
And spent within the shade quick musical hours,
So every wind blew peace and fortune down
From the sweet heavens, and everywhere was sung
A song of praise to the Great spirit above
That fathered them in kindliness and love

And every moon each tribe would come and float
Upon the stream a sacrificial boat
New-carved and painted, laden with fish and fruit
And watch it gain speed as it neared and shoot
Over the rock into the gorge below.

And as the waters, so the centuries flow
Until the savage Caribishi came
And put the Patamona to the flame.
They came by night and took them in their sleep
Slaughtered the guards and drove away the sheep
Ravished the women, burnt their huts and shields,
A few, the merest remnant, took to flight
And under shelter of the friendly night
Escaped from the pursuing torches sent
To slay them in the caches where they went.
These took the terrible tidings of the raid
To the far camp their restless kin had made
On the Potaro-that the feud was awake
And counsel what defenses they could make

3. Old Kaie was chief in counsel.   He was wise
Over a hundred seasons had those eyes
See in their passage.   Time had made the dim
But with its wisdom compensated him.
He knew the cures for all men's ills and fears
And he had words for women in their tears
To comfort them.   He set all day and talked
Unto the tribe, for painfully he walked
On legs like rotten trunks wherein chigoes
Had nested and made caves of all his toes


Just now he counseled, "Since our arms are small
I and another to the mountain wall
Will go to question Makonaima's will
What He requires that we must fulfill
In sacrificial offerings.   He is kind
His orders will chase fear out of our mind."
Then someone murmured "But can Kaie's feet stand
The troublesome journey through steep, rocky land?"
Flame sprang to Kaie's eyes, "Will you never learn,
From what the mind wills, body will not turn?" 
So the next morning labored up the slope
Kaie and the one other with their ropes

4. Strapped round their backs, their bags of magic art
With all the stuff that in their spells had part.
Kaie's feet oft staggered and the westering sun
Was swallowed up by night, the day was done
Before they came upon the slab of stone
That ends the path to the Great Spirit's home Alone

They stood while the vast starry night was full
Of falling water.   Kaie felt his pull
His arm.   "Look there,""Yes, Makonaima's birds,
They are His messengers, they speak His words,
These small black cruiser birds, they fly in flocks
And feed on lana seed among the rocks.  " 
And now the birds made swoopings round the pair
And chattering, brushed Kaie's cheek and kissed his ear.

Twice, thrice, they did this.   Then with sudden flight
They wheeled and veered off through the seeing Night.
Then in a voice that swelled and sank and broke
With the great wealth of joy he felt, Kaie spoke
"Oh, great is Makonaima and the words
That he has spoken by message of his birds.
I must go down the passage of the river.

5. That I may sit before His face for ever
In His great house, the everlasting rock.
And He has promised that no harm, no shock
Shall bruise our people, for His Watch and ward
Shall circle us and He shall be our guard.
I am accounted for a sacrifice
For all the tribe.   You with your younger eyes
Shall see the offering that you may tell
How boldly Kaie clasped such a death, how well
He lost his life to save his threatened race
And shadow them with the eternal peace."

So in the morning, while the dim mist wrestled
And the fall thundered and the deep gorge seethed
That other sat at vantage by the wall
And scanned the river to the waterfall.
He saw the sun o'er-peep the world and throw
Tide after tide of golden ray and glow

6. Against the fall, flood full on its attire,
Its misty veil, and catch that mist afire.
Amazed, he stared.   The opalescent light
Deepened and sank and changed.   Then in his sight
Below the point that Kaie had bid him mark
He saw Kaie in a sacrificial bark.

The frail boat bobbed and bucked within the grip
Of the live waters that hurried it to the lip
Over the abyss.   Kaie then raised his tall
Huge bulk in the boat and towered over the fall,
A cruciform over the flaming mist.
Then with a force that nothing could resist
The boat rent all that misty veil in two,
Drawing a dark line down the rainbow hue.
But of Kaie's body never showed a trace,
He sat with Makonaima, before his face




BULAT OKUDZHÁVA [16.329]

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Bulat Okudzháva 

Un gran compositor, poeta, literato y prosista ruso, se considera uno de los mejores músicos y escritores de su generación (años 50-80 del siglo XX), conocido por sus llamativas interpretaciones de la canción de autor o música de los bardos. Su repertorio cuenta con más de 2 000 composiciones. Además, Bulat Okudzhava es el símbolo de los poetas de la época de los 60.

Bulat Shálvovich Okudzhava (ruso: Булат Шалвович Окуджава; georgiano: ბულატ ოკუჯავა; Moscú, 9 de mayo de 1924 – París, 12 de junio de 1997) fue un cantautor ruso de origen georgiano, uno de los fundadores del género ruso llamado «canción de autor» (ávtorskaya pesnya). Escribió unas 200 canciones, mezcla de la poesía y las tradiciones folclóricas rusas y el estilo chansonnier francés, representado por contemporáneos de Okudzhava tales como Georges Brassens.

Aunque sus canciones nunca fueron abiertamente políticas (en contraste con las de sus compañeros «bardos»), la frescura y la independencia del arte de Okudzhava representaron un desafío sutil a las autoridades culturales soviéticas, que durante muchos años se negaron a dar sanción oficial a sus canciones.

Obra literaria

Colecciones poéticas

1956: Лирика (lírica)
1959: Острова (islas)
1964: Веселый барабанщик (tamborilero jovial)
1964: По дороге к Тинатин (el camino a Tinatín)
1967: Март великодушный (el marzo generoso)
1976: Арбат, мой Арбат (Arbat, mi Arbat)
1984-1985: Стихотворения (versos)
1988: Посвящается вам (dedicado a vosotros)
1989: Избранное (obras seleccionadas)
1989: Песни (canciones)
1989: Песни и стихи (versos y canciones)
1991: Капли Датского короля (gotas del rey de Dinamarca)
1993: Милости судьбы (favores del destino)
1995: Песенка о моей жизни (la cancioncita de mi vida)
1996: Чаепитие на Арбате (el té en Arbat)
1996: Зал ожидания (sala de espera)

Prosa

1961: Будь здоров, школяр (¡que lo pases bien, escolar! En primera línea)
1967: Фронт приходит к нам (El frente viene a nosotros)
1970: Фотограф Жора (El fotógrafo Zhora)
1971: Бедный Авросимов (Глоток свободы) (El pobre Avrósimov)
1971-1993: Прелестные приключения (Las aventuras encantadoras; el agente de Tula)
1975-1992: Похождения Шипова, или Старинный водевиль (Las extraordinarias aventuras del agente secreto Shípov persiguiendo al conde León Tolstói en el año 1862).
1979: Избранная проза (prosa selecta)
1979: Путешествие дилетантов (El viaje de los diletantes)
1985: Свидание с Бонапартом (La cita con Bonaparte)
1988: Девушка моей мечты (la muchacha de mi ensueño)
1989: Избранные произведения (obras seleccionadas en 2 volúmenes)
1991: Приключения секретного баптиста (las aventuras del bautista secreto)
1992: Повести и рассказы (novelas cortas y relatos)
1993: Заезжий музыкант (el músico de paso)
1995: Упраздненный театр (Cerrar el tiempo, abrir los ojos. Crónica familiar)
Guiones de cine[editar]
1965: Верность (Fidelidad (con P. Todorovski))
1966: Частная жизнь Александра Сергеича, или Пушкин в Одессе (La vida privada de Pushkin, o Pushkin en Odesa (con su segunda esposa O. Artsimóvich)
1967: Женя, Женечка и катюша (Eugenio, Eugenita y katiusha (con V. Motyl)
1978: Мы любили Мельпомену… (Nosotros quieríamos a Melpómene… (con su segunda esposa O. Artsimóvich)



В ЗЕМНЫЕ СТРАСТИ ВОВЛЕЧЕННЫЙ

В земные страсти вовлеченный,                                       
я знаю, что из тьмы на свет                                                    
однажды выйдет ангел черный                                           
и крикнет, что спасенья нет.                                                   
Но простодушный и несмелый,                             
прекрасный, как благая весть,                                              
идущий следом ангел белый                                         
прошепчет, что надежда есть.                                     

<1989>      



ATRAÍDO POR LAS PASIONES TERRENALES
                                   
Atraído por las pasiones terrenales,                                            
sé que desde la oscuridad a la luz                                
saldrá, alguna vez, un ángel negro                                     
y gritará que no existe salvación.                   
Detrás de el, bienaventurado y temeroso,                                     
como una buena noticia precioso,                            
saldrá seguidamente un ángel blanco,                               
susurrará que sí, que existe esperanza.

<1989> 




ВОТ ТАК ОНА ЛЮБИТ МЕНЯ                             

Глаза, словно неба осеннего свод,           
и нет в этом небе огня,                                                                    
и давит меня это небо и гнет –                                            
вот так она любит меня.                                                                      

Прощай. Расстаемся. Пощады не жди!         
Всё явственней день ото дня,                            
что пусто в груди, что темно впереди –       
вот так она любит меня.                                                                      

Ах, мне бы уйти на дорогу свою,     
достоинство молча храня.                                                         
Но, старый солдат,  я стою,                                         
как в строю…                                                                                                                  
Вот так она любит меня.                                                                     

https://transruspoetry.wordpress.com/page/2/



ASÍ ES COMO ME QUIERE ELLA

Sus ojos son como una bóveda celestial de otoño,                                                              
pero carece el cielo del fuego,                                           
y me oprime este cielo y me dobla,                                                           
así es como me quiere ella.
     
Adiós. Nos despedimos. ¡No esperes perdón!                     
Día a día, siento más claramente que se abre  
el vacío en el pecho y se hace oscuro el futuro                                                                    
así es como me quiere ella.
                     
Cómo me gustaría irme por mi camino,                                                  
guardando la dignidad en silencio.                                  
Pero soy un viejo soldado, de pie estoy,                                                              
como en fila…                                                                 
Así es como me quiere ella.



ALEKSÉY APÚJTIN [16.330]

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Alekséy Apújtin 

(Rusia,  1840-1893)



«Mayo en San Petersburgo»

Ассоциация Косметологов-Эстетистов (г.Москва) ВКонтакте



МАЙ В ПЕТЕРБУРГЕ

Месяц вешний, ты ли это?
Ты, предвестник близкий лета,
Месяц песен соловья?
Май ли, жалуясь украдкой,
Ревматизмом, лихорадкой
В лазарете встретил я?

Скучно! Вечер темный длится –
Словно зимний! Печь дымится,
Крупный дождь в окно стучит;
Все попрятались от стужи,
Только слышно, как чрез лужи
Сонный ванька дребезжит.

А в краю, где протекали
Без забот и без печали
Первой юности года,
Потухает луч заката
И зажглась во тьме богато
Ночи мирная звезда.

Вдоль околицы мелькая,
Поселян толпа густая
С поля тянется домой;
Зеленеет пышно нива,
И под липою стыдливо
Зреет ландыш молодой.

27 мая 1855






MAYO EN SAN PETERSBURGO

¿El mes vernal, acaso eres tú?
¿El inminente presagio veraniego,
El mes del canto de ruiseñor?
¿Acaso eres tú, a escondites quejicoso
Del reuma y la fiebre,
Con quien me encontré en hospital de sangre?

¡Que aburrimiento! La tarde sombría se prolonga
Como si fuese invernal! Humea la chimenea,
Las gotas gigantescas llaman a la ventana;
Todos se escondieron del helor,
Tan solo se escucha como en los charcos
Tiembla el dominguillo soñoliento.

En la región donde corrían
Sin preocupación y sin tristezas
Los primeros años de juventud,
Se apaga el rayo de la puesta del sol
Y se enciende suntuosamente en la oscuridad
De la noche apacible estrella.

A lo largo de la cerca centellea
La muchedumbre de campesinos
Se arrastra del campo a casa;
Campea fastuosamente el trigal,
Y debajo del tilo madura
Pudorosamente el jovencito muguete.


https://transruspoetry.wordpress.com/page/3/








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IGOR SEVERYANIN [16.331]

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Igor Severyanin

Igor Severyanin (ruso: Игорь Северянин, seudónimo, nombre real Igor Vasilievich Lotaryov (Игорь Васильевич Лотарёв) (16 de mayo de 1887, Petersburgo - 20 de diciembre de 1941, Tallin) era un poeta ruso que presidió el círculo de los llamados Ego-futuristas.

Igor nació en St. Petersburgo en la familia de un ingeniero del ejército. A través de su madre, que estaba remotamente relacionada con Nikolai Karamzin y Afanasi Fet. En 1904 se fue a Manchuria con su padre, pero más tarde regresó a San Petersburgo a publicar primeros poemas a sus propias expensas. No fue sino hasta 1913 que, en palabras de DS Mirsky, "llegó el momento en la vulgaridad reclamó un lugar en el Parnaso y emitió su declaración de derechos en la estrofa de Igor Severyanin". Ese año, Severyanin (su seudónimo significa "norteño" en ruso) sacó una colección titulada "La Copa del trueno" (Громокипящий кубок), con un prefacio escrito por Fyodor Sologub .

En uno de sus poemas más famosos, Lotaryov presentó a los lectores con las siguientes palabras: "Yo soy Igor Severyanin, un genio!" Pronto se ganó un seguimiento de culto, especialmente en las provincias de la Rusia Imperial. El poeta "capturó la imaginación popular y alcanzó el estrellato con su pelo engominado pulido raya en medio, sus melancólicos ojos y un siempre presente lirio en sus manos". 

Después de la Revolución Rusa de 1917, Severyanin fue uno de los primeros poetas de abandonar Rusia. Habiéndose establecido en Estonia en 1918, trató de regresar a Rusia después, pero no podía, por diversas razones (es decir, la guerra civil, su matrimonio con una mujer de la localidad (Felissa Kruut), el clima literario poco receptivo en la Rusia soviética, etc.). Después de la ocupación soviética de Estonia, 1940 Severyanin continuó las actividades literarias, y más tarde murió de un ataque al corazón en el ocupado por los alemanes Tallin en 1941. Fue enterrado en el cementerio de Alexander Nevsky, Tallin.



Ноябрь 1908: «Вариация (Весна – и гул…)»
Noviembre 1908: «Glosa (Primavera: bullicio, brillo y aromas…)

Весна – и гул, и блеск, и аромат…
Зачем мороз снежинки посыпает?
Наряд весны нежданной стужей смят,
А сад еще весной благоухает!..

Но солнце вновь дробит лучистый звон
И лед в лучах певучих растопляет –
Опять весна взошла на пышный трон,
И снова сад весной благоухает!




Primavera: bullicio, brillo y aromas…
¿Por qué algaracean las copitas?
¡Su vestimenta arrugada por la helada fortuita
Y el jardín aún exhala primavera!

Pero el sol hace brotar el radioso repique,
Fundiendo en sus rayos musicales hielo
¡Vuelve a subir en su pomposo trono primavera
Y se vuelve aromado el jardín !

Апрель 1911 / Abril 1911: «Весенний день» / «Un día de primavera»





Дорогому К. М. Фофанову / Querido K. M. Fófanov

Весенний день горяч и золот,-
Весь город солнцем ослеплен!
Я снова – я: я снова молод!
Я снова весел и влюблен!

Душа поет и рвется в поле,
Я всех чужих зову на “ты”…
Какой простор! Какая воля!
Какие песни и цветы!

Скорей бы – в бричке по ухабам!
Скорей бы – в юные луга!
Смотреть в лицо румяным бабам,
Как друга, целовать врага!

Шумите, вешние дубравы!
Расти, трава! Цвети, сирень!
Виновных нет: все люди правы
В такой благословенный день!





Dorado y ardiendo se ve el día vernal
¡Y por el sol deslumbra toda la ciudad!
¡Yo soy Yo: soy de nuevo joven!
¡Una vez más alegre y enamorado!

Canta el alma y rabia por entrar en campo,
Me dirijo en «tú» a los desconocidos…
¡Eh, plena libertad! ¡Eh, volición!
¡Que flores y canciones!

¡En carretela cabecear por los baches, quiero ya!
¡Por las praderas juveniles!
¡Mirar la cara de las villanas sonrosadas,
Como al amigo besar al enemigo!

¡Más ruido os pido, robledas vernales!
¡Que crezcas más, la hierba! ¡Flores, lilas!
No hay culpables: todas las personas tienen la razón
Un día como este tan bendito!





1925: «И будет вскоре…» / «Vendrán pronto…»

Обзоры книг Книжный магазин в Петербурге И будет вскоре весенний день,
И мы поедем домой, в Россию…
Ты шляпу шелковую надень:
Ты в ней особенно красива…

И будет праздник… большой, большой,
Каких и не было, пожалуй,
С тех пор, как создан весь шар земной,
Такой смешной и обветшалый…

И ты прошепчешь: “Мы не во сне?..”
Тебя со смехом ущипну я
И зарыдаю, молясь весне
И землю русскую целуя!





Vendrán pronto los días de primavera,
E iremos de vuelta a casa, a Rusia…
No te olvides de tu sombrero de seda:
En el que te ves especialmente bella…

Y tendremos una fiesta… grande, grande,
Como no ha habido, quizá,
Desde que se haya creado el globo terrestre,
Tan gracioso y tan decrépito…

Y me susurrarás entonces: «¿Estamos soñando?»
Sin aguantar la risa, te voy a pellizcar
¡Y lloraré, orando a primavera
Y besando la tierra rusa!

https://transruspoetry.wordpress.com/page/3/





IGOR SEVERYANIN

And Do You Know? 

Do you know the region where 
everything in abundance breathes? 
Count AK Tolstoy


And do you know the region of modest hovels, 
where hunger forces people toward heavy sins, 
where it's always inhuman, faces are ever grim, 
where the sound of laughter had faded long ago, 
and where there are no doctors, books, or schools, 
but where there are – alcohol, murder, and shackles?

1907




A Little Elegy

She raised herself on her fingers 
and made me a gift of her lips. 
I kissed her a little tiredly 
in the moist autumn silence. 
Tears were dropping soundlessly 
in the moist autumn silence. 
The dreary day expired, we weary 
like everything that isn't in a dream. 

1909




Strange

We live just as in a dream impenetrable 
on one of the comfortable planets... 
There are so many things we don't need, 
and that which we want doesn't exist. 

1909




A Prelude

Moon shadows – shadows of sorrow – 
Stumble about as a quiet herd, 
Wearing black, like grief, earth's cover, 
Tramping a ghostly hidden path.

They lovingly and gently rocked many, 
And sensitively gave reflections back. 
Moon shadows, shadows of sorrow, 
Endlessly repeating my silhouette.

Links To Russian Originals.






MARIO GARCÍA [16.332]

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Mario García 

Nace en la ciudad de Montevideo, Uruguay el 25 de noviembre de 1922. Falleció el 5 de Diciembre 2014.  Recibe instrucción primaria en las escuelas José Pedro Varela de 2º Grado Nº 5 y Nº 66 de Villa Muñoz. Comienza a escribir en su adolescencia, sin tener otro apoyo que la sed de leer todos los libros que llegaban a sus manos. Intuitivamente se siente atraído por la poesía, la que hasta hoy no lo abandona.

En 1939 comienza a trabajar en la construcción, luego en las barracas de lanas y cueros, y termina su periplo de obrero en la industria gráfica. Actualmente es jubilado. Durante los años 40 y 60 sus poemas son publicados en Marcha y El Popular. En 1982 ingresa al taller literario de la narradora Sylvia Lago y el poeta Jorge Arbeleche, adquiriendo nociones básicas de teoría literaria y métodos de análisis. Permanece en el taller hasta el año 1992.

En 1996 orienta por primera vez un taller en el barrio del Padre Cacho. Asisten 20 talleristas con edades desde los 14 a los 20 años. Adolescentes y jóvenes que descubren junto a Mario García la belleza, los misterios y el amor por el significado de las palabras. Esta experiencia fue inédita y los resultados fueron valiosos para el orientador y el núcleo de talleristas.
En 1998 realiza un taller en el 3er. año de la maestra Ana Laura en la escuela Nº 224 de Pueblo Abayubá. Durante cuatro jueves los niños se integraron a Quiroga y sus Cuentos de la Selva, y a Liber Falco y sus Cometas sobre los muros. El balance fue favorable; tanto por la participación, como por la creación de los pequeños talleristas.

Actualmente orienta desde 2002 un taller en la ciudad de Las Piedras al que asisten vecinos de las ciudades de Progreso y La Paz.

La poesía de Mario García ha sido musicalizada por Manuel Capela, Julio Brum, Fernando Girard, Dardo Díaz, Hugo Esquivo y Esteban Klisich.

Obras

1983 – “El ojo de los candados” (Destabanda)
1987 – “Momentos” (Destabanda)
1991 – “De los días y los tiempos” (Signos)
1994 – “Transparencias” (Ed.Aut.)
1996 – “Pen(últimos) Ritmos – Partidas y Regresos – Los Tangos” (Ed.Aut.)
2002 – "Con flores a María con flores a porfía" (inédito)
2006 – "El Arpa Amarilla" (inédito)
En 2001 es publicada en Ciudad de Mëxico una agenda con poemas suyos y fotografías de Pablo Netto y Bettiana Rau.
En 2005 la artista plástica mexicana Paola Raigoza instala en la ciudad de Michigan (EE.UU.) una obra donde un poema suyo es la base para recrear con los más avanzados medios técnicos la conjunción de la plástica y la poesía.
(M.G.)






PEN(ÚLTIMOS) RITMOS II

todo es camino
andando
desandando
vuelto a andar
herrumbe y moho
en los goznes de las puertas
lágrimas brillantes entre luces
con el dolor de los peces
expuestos en los supermercados
góndolas de cristal
afiebrando avenidas
donde los esqueletos
juegan a las escondidas
y los veloces autos
devoran las alas
de los pájaros
ah ciudad ciudad
mi ciudad
donde la luna
es prisionera
de las cerraduras
y hay miedo
en los enrejados jardines
en las iglesias
de la muy fiel y reconquistadora
donde san felipe y santiago
tiemblan de amor
mudos de espanto.





PEN(ÚLTIMOS) RITMOS XI

se ha escrito tanto
sobre el amanecer
que desearía hallarlo
acostado a mi lado
azulado
compartir luceros
y el beso
de aquella muchacha
bajo el cielo perdido





EL OJO DE LOS CANDADOS

Damos vuelta la esquina
una estela de nafta
recoge a las estrellas
andamos por los días
contabilizando cornisas
balcones
azoteas
y en las baldosas
la escarcha del miedo
sobrecoge latidos
autos taxis ómnibus
una sirena ululante
se mueve en la noche
golpes de puertas
gritos
cayendo en las manos
los colores de los semáforos
y nos encontramos
que algo hemos perdido
en los años que huyeron
por el ojo de los candados.





ALGUIEN GIME

Alguien gime en la noche
estamos en una isla
de terror
circunscriptos
al abecedario de los muros.
Socavan las estrellas
los cipreses de la angustia
y hay en el cielo
un espanto
un relámpago
enrejado con cuchillos.





DERRUMBES

ha caído el muro de los muros
fui un ladrillo más en la pared
donde aerosoles pintaban palomas
siempre cansado mis ojos se velaban
entre tabaco sueño y palabras
palabras palabras palabras
que se agotaron de tanto utilizarlas
hoy masa ya no es masa sino gente
girnado sobre la tierra atrapada
por el agujero de ozono absorbida
por el hambre y el sida
ahora tendré que inventar al hombre
humano ante una humanidad
que me ignora.




AH LOS MIEDOS

Ah los miedos de los espejos
tratando de hallar
el acento para las palabras.
Los miedos contraídos
colgados como trapos
en los cercos de alambres.
Las palabras sin decir
flotando
entre moluscos de sombras
elevándose hacia la luz
en vorágines inconclusas.
Todo escrito en los diarios
en la boca de la gente
día tras día
con letras no escuchadas
por quienes tienen
en sus manos
el frío de las miradas

 "El ojo de los candados".








FRANCISCO ALVEZ FRANCESE [16.333]

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Francisco Alvez Francese 

Nació en 1992, Uruguay.   Estudia Letras en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República. Estudió cine, es colaborador habitual en la sección cultural de la diaria y ha colaborado en la revista Lento.  


Muerte de Carlos Martínez Moreno

a Pablo Rocca

I

El pozo de la noche
resulta de un absurdo laconismo.
Y, finalmente, Colonia no es otra cosa
que un gigantesco museo.
En las tristes ruinas del Real
pensás, Carlos Martínez Moreno,
tal vez en otros puertos.
No pensás, claro,
en aquél final.
Pensás, es posible que pensaras,
eso sí, en Buenos Aires, primero,
y en Montevideo, también,
incluso en Barcelona.
Pero no pensaste
en el desierto.
Y ¿cómo ibas a imaginarte
si en la luz crepuscular
Colonia se abría como un pájaro
aunque la dejabas?
¿Quién te iba a decir,
Carlos Martínez Moreno,
que el salto no era así,
que el salto era esperar parado
a la muerte y caerse?
Podrías haberlo leído
en las barrosas olas
que dejaban los barcos.
Pero mirabas el humo distante
y no podías ver
la claridad de tu fin.



II

Onetti les decía
los relojeros.
Con Emir sabían hacer
magníficos relojes.
Basta darle cuerda a uno
(tengo en mis manos tu reloj mejor,
de duras tapas negras)
para que vibre como antes,
y ponga en tiempo cada hora.



III

No sé si había agua
en tus zapatos aquél día.
Pero tal vez hubiera
el sonido de la procesión,
las calles adoquinadas,
la sombra de un álamo
contra una pared rosada,
la difusa luz de un farol
en la niebla.
Se apaga lentamente
otro cigarrillo,
la noche es toda hojas
y manchas en los dedos.
"Debo partir"
"They kicked me up",
dijo Emir casi riendo.
"Renuncio".
"No".
Y se cerró el puerto.



IV

Escribiendo en unas miserables cuartillas
o escribiendo.
No había alternativa.
Dejaste el laberinto de sombras
sin resolver sobre tu tumba.
¿Dónde estás ahora,
Carlos Martínez Moreno,
si ya no esperando aún
volver?




Segunda muerte

Vine a morir
en el lugar señalado, Carlos Martinez Moreno.
Vine porque me dijiste        Crlos Mrtinz Mno.
Que viniera a ver caer la nieve                                                sobre las aguas tristes del Miguelete.
                                               A dejarme calar
                                               sandía absurda
                                               los huesos.
A oir el rumor de los fusiles
y del titular: CLS MATZ MNO – MRTO ESPRND SR LBRE.

El pico del pájaro de la noche                    Debes recordarlo:   
                                                                       la noche-pájaro se abrió para vos
                                                                       el día aquél de la evasión
                                                                       y se cerró para darte en su espalda chorreante
                                                                       las calles y puertos de BCN, MVD, y la pánica llanura
                                                                       interminable.
tiene un hilito de sangre y de saliva (y semen y lágrimas, Idea dixit)
y ya no grita
                        en el patio cuadrado.

                        Los lentes me duelen, Cr Mr Mr,
                        ya dejé la noche afuera
                        (espera atada en el palenque y Carlos Reyles la mira, domándola: la noche ahora es una yegua)
                        todo mi cuerpo responde a un nombre: Dolor, CRL MRT MRN
un dolor de erres que me pierde.
                        Pero la soledad no tiene esa angustia, no,
la muerte se la reserva toda para sí, Carlos Martínez M
(y yo no puedo siquiera nombrarte).
                                               Vine a otra cosa, no ya a nombrarte en el dolor
                                               ni a leer ese libro que yo sé
                                               ni a esperar nada
                                               ni a buscar a nadie
                                               ni a buscarte
                                               vine a dejarme sobre las vías, sobre la escollera Sur, sobre la casilla de                                                      los perros muertosdhambre.
                                               Veo por fin la llama de mi exterminio.

            [la cosa era así: Fuimos con Pablo, Martina y Mateo a buscar el rastro de aquella muerte “casual en una esquina cualquiera” y encontramos la sombra del cuerpo que viste tantas veces cuando no-dormías. La sangre que no vimos, el tajo abierto. Vendían una cocina, algo más que no recuerdo. Una cocina sobre el cuerpo, sobre el lugar desesperado del cuerpo. Y que no vendieron.]

Son (recuerdo que decías) “Los muertos de antes”, RLS MTNZ NO. / Por ellos vine.
Por sus manos que insisten en tocar lo que no tiene nombre,
lo que se ha roto en el viento o en el río,
por sus manos que exánimes me empujan,
me clavan su amarillo dedo entre las costillas
y me llevan a beber la copa impura.
Por ellos vine: las sombras que dibujaste en una hojas
y que se llamaron “Paraísos” porque no las podías ver.

Y ahora gravita sobre mí
todo el arrobo del agua verde,
de los ojos misteriosos,
de los cuerpos que esperan
el contacto delicado con lo vivo.

http://alpialdelapalabra.blogspot.com.es/
Horacio Cavallo: Muestra de Poesía Uruguaya Contemporánea




Francisco Alvez Francese: Visiones de Josephine (1883-1968)
18 de febrero de 2015




Proemio

Jo. Déjate encerrar por el cuadro.
Sé buena, Jo. Déjate apresar por los duros marcos.
No es que yo quiera atraparte,
sólo ahí, ese instante. Esa luz que te golpea la mejilla
tan suavemente. Este minuto en que el sol va saliendo
o se oculta lejos, tras las montañas (si lo prefieres, Jo,
serán cerros). El tren es todo vértigo, pero no lo notas,
Jo, querida. Los libros no nos permiten estremecernos demasiado.
Siempre dentro de los márgenes de la hoja, ¿sabes?
Pero también soñamos, Jo. También caemos torpemente
sobre duras camas. Y para ver el día, así, desnudándote,
te cubres de una luz espesa.

Creo ver un lento armatoste rojo cubriendo el horizonte
y el cuadro luminoso sobre el verde parduzco.
Pero no sé, todo está en mi memoria, y tal vez me equivoque, Jo.
Yo no sabía que tus manos alguna vez serían mías,
pero ya te pintaba desde la infancia.
En alegres farolas, en los pliegues de un mantel,
en la sonrisa lastimera de una sombra.
Estabas conmigo, siempre en mi paleta, en mis pinceles o como un cristo sobre los lienzos.
Y te vi otro día esperar a que terminara la función.
El cine es también un paraíso, Jo,
me gustaría morir en un cine, en medio de una proyección.
No importa, esperabas, con la mano apenas apoyada
sobre el rostro. Esperabas con tu traje azul con una raya roja
de acomodadora. Y yo te vi al pasar,
difusa entre el humo. Pero cuando quise acordar
el humo no existía. Y la acomodadora no existías,
pero Jo, Jo. Sí que existías. Existías
en la sala de espera de un hotel. Mirabas a tu viejo marido
y en frente, existías leyendo, distraída, el tercer tomo
de aquella novela.
Bueno, eso lo digo ahora,
tal vez leyeras el catálogo
de una tienda, o la Guía Azul.
Creo, tímidamente, recordar que tu vestido era azul.
Yo no sabía que un día podría quitarte
de un tirón, todos los vestidos reales o imaginados.
Y que tendría por la mañana el sabor de tu sangre en mi boca herida.
Pero así, te pintaba en los cristales y en el miedo y en el sueño.
¿Estarías de luto? No lo recuerdo, pero el tren es un vértigo.
Claro, todo pasa tan de prisa cuando uno camina mirando
casi por el rabillo del ojo
a la gente. Pero siempre te tendré, Jo, para completar mis alucinadas vibraciones.
Me gustaría ahora, Jo, que te quedes un instante quieta
sentada desnuda, como estás, sobre la cama. Apoyada en la pared
blanca. Estira las piernas, así, con tus tacones. Con las manos
entrelazadas sobre las piernas. Da vuelta la página. Imaginemos
por un instante, este instante,
que el día termina. Y que el horizonte, cubierto de luces raras
es inalcanzable. Pero que no importe, no, Jo, no llores.
Que no importe, que todo lo que importe
sea la tarde precisa, las cuatro maderitas del marco.



1931

Lista para partir. O quizá recién llegada.
La soledad del viaje no se parece a la otra soledad,
la de la cama. Pero a veces son la misma.
La soledad de separarse y que todo termine
una vez terminado. El vestidito rosado ¿no quiere
romperse? Y el pelo ¿no quiere soltarse?
Y el libro ¿no anhela, en tus manos, su destrucción?
Todo tiende a la disolución, a la muerte.
El verde al azul, el marrón al rojo, el amarillo al gris.
Todo tiende a desvanecerse. Los sombreros también,
y las doradas bisagras de las maletas.
Por eso la cortina está entrecerrada.
Pero no sabía nada de esto, buscando algo en las líneas
continuas e insistentes de letras. Pero cuidado: el libro
está en blanco. Y la piel transparenta toda la habitación.
Ella no sabía nada, ni por qué ni cómo ni dónde ni quién
recorta arbitrariamente los muebles o los marcos
de la puerta. ¿La habrá dejado abierta? Es claro que la puerta
estaba cerrada. Ella nunca estuvo ahí. Quién sabe.
Ese sofá, la cama, la ropa levemente apoyada, la entrevista
sandalia. Quién sabe.
Sólo una puerta blanca
vista al pasar
por el corredor
vacío de un hotel.


1952

Claro que él nunca estuvo aquí.
Es un personaje de la literatura, o es aquél hombre
que en noches calurosas supo tirar las sábanas
lejos, acariciar los muslos y la espalda, besar
por incontables horas el mismo círculo.
Pero ahora está. El espejo no refleja nada.
Y ella no mira. Ser vieja es una incomodidad,
pero no hay vejez en ella. Un vestido rosado,
el mismo que compró con su esposo, Edward,
en New York, en 1928. Pero claro, el tiempo
se confunde. Se mezcla. Y entonces
una mano de 1931 y una mano de 1915,
y los ojos de 1949 y los senos de 1908.
No hay tiempo para la vida. Por eso se detiene
a cada instante a pensarse.
El tren vertiginoso está atrasado.
El fantasma triste lo espera, a punto de dejar,
esta vez para siempre, el cigarrillo.
Como si todo esto importara. Las tapas
negras del libro, los verticales poemas
delatan la existencia de un orden.
El simple hecho de esta constatación,
de la luz de sol entrando por la ventana,
debería alcanzar. Ella está levantando los ojos
lentamente, del libro al hombre.
No sé qué visión o qué silencio los puso allí juntos,
para siempre. A punto de desaparecer o de corporizarse
en esta habitación, de luz ambigua.


1941

La luz del reflector atraviesa la sala,
ojos ávidos, metal de saxofones.
Siempre quiso volar. No había forma, le dijo,
de volar, sin precipitarse al vuelo.
Sin alzarse, completamente abstraída,
sin alas, sin ropa, sin ojos que determinen
la ligazón con el mundo. Levantando apenas
los pies, impulsada por una extraña congoja
y por la vibrante música.
No basta el dorado, todo el dorado del mundo
ni toda la firme seguridad de las tablas así dispuestas.
El vuelo requiere otras disciplinas.
La luz no es necesaria. La boca sí. También
la caída.
Pero no va a volar, claro. Es sólo una imagen
en un cuadro. No iba a volar tampoco
en su club, no era siquiera así exactamente.
Fue más fácil recordar sus pechos,
sus brazos, su pelvis, su cintura, sus piernas,
que el recuerdo que llevaba, como una seda,
entre las manos. Fue más fácil completar
en otros borradores la imagen fiel.
No hay nada real aquí. Nada que no lo sea.


Epílogo

Ya no están las dos casitas sobre los blancos médanos,
se han ido los últimos parroquianos del bar y el frío
de las cañerías ha despoblado finalmente los hoteles,
las plazas, los cines y las avenidas.
Los perros, finalmente, se han diluido, como manchas,
en el trigo.
Ya no queda el payaso, ni el hombre feliz, ni aquel verso
que leímos una madrugada. Ya no queda la vida.
Vayámonos.
Pero queda.


Texto incluido en el poemario inédito
Troilo (2013)
http://patriciadamiano.blogspot.com.es/


GISELLA ARAMBURU [16.334]

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Gisella Aramburu 

Nace en Rocha, Uruguay  en 1986. Pasa la primera parte de su infancia viviendo en las escuelas rurales de distintas localidades del departamento, en las que su padre se desempeñaba como maestro residente. Desde chica devora libros, dibuja hedonistamente, y se interesa por distintas manifestaciones artísticas. El gusto de su hermano mayor por la Literatura Fantástica y el Rock marcarán sus intereses de forma definitiva, y desde antes de saber lo que era la Literatura afirmaba que enseñaría “a los niños a leer cuentos”. Escribe desde que sabe escribir, primero historias fantásticas (descarados plagios que fue emocionante perpetrar) y luego también poesía. Siguió su vocación y estudió Profesorado de Literatura en el Centro Regional de Profesores del Este, y desde su egreso practica la docencia en liceos públicos de distintas localidades de Maldonado, Lavalleja y posteriormente Rocha, donde vuelve a radicarse en el año 2011. Ese mismo año  su breve poemario “Grabadora de Viaje” resulta seleccionada en la antología “Urgente: Poesía Emergente”, surgida del concurso del mismo nombre convocada por el Centro Cultural de España, en la que se recogen diez poemas de diez poetas uruguayos de entre 20 y 30 años. Participa en diversas revistas literarias y Ciclos Poéticos, y en 2012 reincide publicando “Ritos Salas Limbos” con Trópico Sur. Actualmente escribe en confortable soledad y lleva adelante el proyecto editorial independiente Bestial Barracuda Babilónica. Sigue enseñando Literatura y lo seguirá haciendo.



Filosofía de bolsillo

nos soñamos galácticos
en extrañas y astrales dilataciones mercúreas
nos miramos dorados en el sol
y pálidos y azules en la luna
y en las luces verdes de viejos buses
vemos a la muerte sentada
como esa silenciosa pasajera
que corta la cuerda de los chelos
y aplasta con el puño a los mastines.

(Grabadora de viaje, incluida Urgente: Poesía Emergente (Antología), Centro Cultural de España, 2011)



Crítica a la lírica

“Los poemas son problemáticos
no sirven
se desahogan como prostitutas borrachas
en el hombro de los desconocidos
resultaría más lógico
delimitar más su círculo
al ámbito psicoanalítico”
Se lo dicen ante el muñón
y la sangre seca
ante los ojos arrancados se lo dicen.

(Grabadora de viaje, incluida Urgente: Poesía Emergente (Antología), Centro Cultural de España, 2011)




Ajusticiamientos (Poemas de comedor)

I

en la vertical sonora de la novena
la niña con el suave traje de conejo
sostiene firmemente la metralla
bumvae estrella
bum a quemarropa/ a pólvora
perfuma la noche las narinas
esfuerzo de materia en combustión
querida
lo sabemos
te mintieron que no duele
del dentista al cementerio
y los ojos rasgando el tiempo de las cosas
hasta que merezcan el alma del silencio.

(Ritos Salas Limbos, Trópico Sur, 2012)





los patios interiores


II

antigua sed mística/ carro lleno de llaves
tirado por papas tubérculos

frío de pez
por la piel
mordida
de la espalda
ojos resecos
rememoran
tibias cegueras prenatales
            las proyectan más azules en la muerte

y me detuve frente a mi lengua
para mirar con el cerebro los espinos
con las manos heladas/ doliendo
de limpiar el sembrado contra la tierra.

(Ritos Salas Limbos, Trópico Sur, 2012)






el baile del pez (L.J.)

en el diafragma siempre página cuenco
horizontal de morbilidad blanda
qué verterás hoy, señor
qué arderá en la caligrafía del nombre que me has escrito
lunas múltiples de bóveda prometida
y dentro la gotera del conjuro abecedario
en que careces de sangre/ señor

las luces que se tienden por llanuras nocturnas
no responden a la tierra o lo celeste
o las manchas de apretarse los párpados
en cuclillas ni a la carne que se siente
invertirse dolorosa desde el ombligo desde el sexo
hasta ser visión de orquídea de dolor
hediondo y ruido a tripas hasta que
me vieras –pero no-
ser signo al menos en la densa noche de la carne
una mancha inquietante en tus visiones
tan puras/señor/ y tan inútiles

(Del poemario inédito Los Transportes Nocturnos, 2014)






Censura

tu nombre todo cerrándose del centro a la altura perfecta de la noche

tu nombre todo desde oscuros descampados donde pastan los caballos como sombras

tu nombre en partes menores disuelto en un solo de guitarra que molesta
en su ausencia posterior
nervios anémonas abrazando la oscuridad submarina
los brazos intentando conceptos de cerca
aquí bajo el influjo vertical de su no cuerpo

tu nombre en un vaso más bajo, el costado ritual del tigre
que duerme junto al templo es el mismo
que su costado sagrado
una mentira con música de ojos
dejada en la boca tu hostia de horizonte

pero vives afuera
aunque atrapen por momentos aludes de ceniza
tu paso tú no vives de este lado de la noche

el pájaro y yo te conocemos

(Del poemario inédito Los Transportes Nocturnos, 2014)

http://alpialdelapalabra.blogspot.com.es/
Horacio Cavallo: Muestra de Poesía Uruguaya Contemporánea


GERARDO FERREIRA [16.335] Poeta de Uruguay

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Gerardo Ferreira

1981, Montevideo (Uruguay). Poeta, investigador y periodista cultural. Se ha desempeñado como colaborador en el diario la diaria y en revistas culturales como El Boulevard, Lento y Periódico de Poesía. Ha publicado Imagina el desierto (Chile, Simbiosis, 2009) y La sensación es un lugar (Montevideo, Irrupciones, 2013). A fines de 2014, en coautoría con Andrés González, publicó Horacio Quiroga: contexto de un crítico cinematográfico. Diálogos con Caras y Caretas y Fray Mocho (1918-1931), como parte de la colección “Cuadernos de Literatura” de la Biblioteca Nacional de Uruguay. Entre sus publicaciones colectivas se destacan los textos aparecidos en Río Grande Rewiew (University of Texas); Urgente: poesía emergente (CCE, Uruguay) y en la Revista Inéditos (Fundación Mario Benedetti). En 2013/14 obtuvo una de las becas Eduardo Víctor Haedo correspondientes al  Fondo de Estímulo a la Formación y Creación Artística (FEFCA) que otorga el MEC, para realizar en Chile su proyecto personal: “Seminario intensivo: Poesía chilena de la segunda mitad del siglo veinte. Tejidos al borde y sellos de Alianza”, bajo la tutoría del poeta Guido Arroyo.




I

Soy nuevo.
Una cáscara ida, una piel que muda entre los siglos
como algo tibio que emerge de la nada
como la tibia nada que abunda en el silencio de un llanto
nacer es también un acantilado

no me abotono el primero de la camisa
no me guardo en un cajón como algo que no usaré en invierno
no soy un llaverito
un arbusto que ha crecido débil en las afueras de Pekín
soy la onomatopeya del trueno
o me asemejo
el recuerdo fuerte que se oyó en algún momento
o ni siquiera eso
el sonido que hace el recuerdo al gatear bajo la mesa
el espesor de sus finas piernas.

(de Imagina el desierto, 2009)




II

Estar despiertos a esta hora es poco importante
a esta hora algunos escriben y otros leen
nadie mueve un músculo a esta hora
nadie es testigo de nada
los espejos se congelan
las imágenes son jóvenes de nuevo

a esta hora todos son lo que desearon
doctores, pasajeros de tranvía, albañiles, argonautas
todos son lo que son
duran lo que tienen que durar
no hay secretos a esta hora
no hay soberbios monumentos

a esta hora predomina la cresta de cualquier animal
a esta hora predomina la cresta de cualquier animal que no [sea un gallo
a esta hora predomina la cresta de los humanos
rojas, amplias, disimuladas por el pelo
todo tipo de crestas para ostentar en días festivos
tan larga es la vida y tan poco duramos.

(de Imagina el desierto, 2009)





Merodeos

            Volver a empezar, recomenzar algo. Verse otra vez como una hoja en la intemperie, y decime, te gustó la película. Estuvo buena. Reencontrarse con esa parte olvidada, dar con la parte nueva y llevarla a una confitería, a un salón. Bailar o no. Movéte despacio así te sigo.
             Pasear de nuevo por la rambla, encontrar una cadenita tirada entre las baldosas viejas. Ver mucha arena, ver muchas bolsas enganchadas a contrapelo en los arbustos. Todo de nuevo, solo que ahora no es la misma rambla, ni la misma cadenita, ni las bolsas sucias lo que me importa, sino vos. Bueno, muchas gracias, vení por este lado que no hay charcos.

(de La sensación es un lugar, 2013)





Eso que es tan obvio

            Tenía que ponerme aquel pantalón, aquel buzo peludo y azul, y lo hice. Tenía que pronunciar esas palabras y no otras, en fila, incluso los errores y sobresaltos de la voz cuando planea decir algo eficaz. La noche es el respaldo acolchonado de una silla, pensé, mientras iba a encontrarte. Ahora que lo escribo es claro, aparecen detalles, el cuidado que pusiste en colocar cada ondulín sobre tu pelo, la manera en que yo acomodaba el cuerpo, manos en los bolsillos  y torso derecho.
            Caminamos por la calle como dos extraños, pero sabiéndonos, el chiste fácil en la punta de los labios, el mutuo reconocimiento de virtudes que no habíamos encontrado en otros. Caras extrañas, ajenas de tan familiares. Caminamos y tropecé. Te reíste. Nos pechaba la gente y parecía abstraerse el mundo. Se iluminaron las baldosas al pisarlas como un teclado, como una versión apócrifa del Billie Jean de Jackson.
            Caminamos hacia un sitio al que no correspondía. Tenía que preguntarte algunas cosas. Cosas que había planeado decir para mantener lejos la conversación de aquello otro tan obvio entre nos. Pero me olvidé de la mitad. Las preguntas se fueron contestando solas, o al menos tuvieron un espacio en blanco para ser ocupado con símbolos y asociaciones, que nada tienen que ver con esas imágenes pero que sirven para responder. Porque buscamos una respuesta, y no se puede caminar mucho más de una cuadra sin saber a dónde se va y con quién.     
            Fuimos a comer luego del espectáculo, y dijiste que la lógica era cosa de la que no era momento para conversar, y no hablamos de la lógica, hablamos de qué podíamos comer mientras hablábamos. Y comimos, y hablamos, pero olvidando que nos habíamos encontrado para eso.
  
(de La sensación es un lugar, 2013)





la luz / la sombra

la palabra luz sobre la sombra
ejerce cierta educación
y la sombra austera rebelde
la distraída anárquica sombra resistente
esquiva, rencorosa, fútil
amiga del olvido del ayer y del silencio
no hace los deberes
no escribe nunca a los pies de ninguna palabra con penumbra
es decir la tarde o la luna

la sombra queda en pose cuando no hay objeto
sigue especulando cabizbaja en su forma
pluma cayendo de sí, perezosa, fofa inerte
pupila boba la sombra
repasa libros en la oscuridad
libros que discuten alfabetos que jamás entenderá sin la luz
(de la tarde o de la luna)

la sombra refunfuña, se suena los mocos
se clava en un bolsillo de pantalón ajeno
y como una moneda enojada piensa
no todo lo que brilla es luz.

(de Tiempo amarillo, inédito)






Cesura

la muerte es el eco que te nombra
aunque no hayas gritado

el espacio restante
entre pulmón y esófago la muerte.

El tiempo es la muerte diagramada en manecillas
lluvia:
                la presencia unísona del silencio
                su posible figura.

No tiene plan la muerte
la muerte no tiene plan
es la llaga
que en receso disimula su ardor

-no hay muerte más corpórea que el silencio-

la presencia unísona
el espacio restante.


La muerte somos todos, no tiene plan
o es la llaga diagramada en manecillas

entre pulmón y esófago los ecos
del tiempo

-no hay silencio más corpóreo que la muerte-






La correcta hondura

Muchas sogas atan a un hombre
y nadie lo libra de ese pleito,
muchos hombres son su propia soga
ofrecen pies y manos a la suerte

porfían abrazos estos hombres
cuestionan la trenza
y es el nudo al fin de cuentas quien elige ser el molde
la correcta hondura de sus cuellos magros

hay sogas sin cabos sueltos, sogas buenas
(estas sogas van felices a sujetar las cosas:
mantienen erguidos los adornos
amarran los navíos a la costa, son buenas sogas)

hay sogas que obedecen preceptos
sogas que danzan beatas
solo responden a un ritmo, dúctiles, domesticadas
atan a un hombre y lo crían para sí, lo acuñan
lo mandan a la calle a pedir limosna
a ganarse el día de cada pan.






solo el alma sabe

subir la escalera
como yendo a ningún sitio
amortiguado en el cemento que levita
debajo de ti y de mí
subirla, como si fuese un deseo

mirar atrás y ver
las manos suaves del pasado,
mirar atrás como solo el alma sabe
como si de ello dependiese vivir
lograr cosas, prometer felicidad y debatirse
entre escalones de sueños
entre cajones de piedra

pararme descalzo en su blanco centro
respirar y seguir
caminando en la ceniza oscura
como si fuese montaña 
como si yendo a ese grave sitio me purificase
cansado de la luz que rebota en el corazón de un prisma:
amar y dejarse

como si vagase el tiempo
encima de cada peldaño
como si de ello dependiese esta enfermedad de plantas:
llenarse los pies con el suelo
y contra la muerte subir
siempre subir.






Constelación

                    ¿de dónde ese salto oscuro que negaba,
                                                blanco y dormido,
                                              el lomo del sentido?
                                                 Roberto Appratto

va el animal
sabe que todo acaba
el pasto el agua
las ganas de aparearse con todas y cada una
de las estaciones

alejándose del resto en una loma se detiene
como en un aparte
habla con la noche
busca su idéntico constelado allá
en donde hay parpadeos

el animal y la noche van
la noche y la figura del animal que se proyecta en el cielo
dibujo, anatomía, posibilidad de cuerpo:
punta de estrella en donde comienza una cabeza
el Antares de su eternidad
luego torso y luego el sexo
en brillante cinturón pélvico,

piernas guerreras de Aldebarán en posición de calma
sandalias verdes como un pastizal

la noche el animal y la figura de un hombre que se proyecta en el cielo
el hombre el animal y la noche van
acá
trilogía sin relieves, trilogía sin un juego de contrarios
el hombre el animal y la noche
acá
el hombre el animal y la noche
allá.





Espacios

Las cosas nos rodean
a tal punto que parecen invadirnos: una mesa el suelo un poema
son cosas tangibles, cosas con raíz de aire
(o espacios que uno tendría para esparcirse en verano)

las cosas procuran estar en el momento justo
son el objeto hecho palabra,
y cada cosa rejuvenece al ser nombrada:
el suelo una mesa
tienen diez años menos cada vez

en la mente un poema, único espejo
y allí el deseo de la cosa se posterga
casi para siempre,
y se vuelve a perder espacio
y uno ríe al tener que compartirlo con las cosas: círculo de sangre

cuánto demora una montaña en nacer
cuánto un río una ensenada
son cosas tangibles, cosas que se gestan en el centro del mundo
y de repente uno las ve, rebosantes, sacrosantas, pero
quién inventó a la montaña
quién es la montaña.





KATE NEWMANN [16.350] Poeta de Irlanda del Norte

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Kate Newmann 

(Irlanda del Norte)
Nació en el Condado de Down, Irlanda del Norte, en 1965, donde  es una de las poetas más reconocidas de su generación. 
También es tallerista de escritura creativa y editora. 
Ha publicado, entre otros, los libros de poemas: Yo soy  (Con Joan Newmann, 1999); La ciega en la  casa azul, 2001, Pertenencias (Con Joan Newmann, 2007) y  Yo soy un caballo, 2011.

Igualmente publicó los libros: Diccionario biográfico de Ulster, 1993; Seguir adelante, Antología de poesía y prosa, 1998; y Recuerdos  de la Piedra, Estudios irlandeses en el Evergreen State Collage, 2004.

Ha obtenido, entre otros reconocimientos, el Premio de  Poesía Allingham y el Premio de Poesía Listowel.





LOS TOROS

for Cary Monreal

Me dicen 
que lo peor que le puede pasar a uno
en el campo es encontrarse con un toro solitario.

He visto un toro muerto
que yacía al lado de la carretera,
sus hombros como los de alguien en un sueño apacible.

Así como la piedra se memoriza al calor,
los arcos suaves de ladrillo
de una plaza de toros abandonada
suenan ecos de cascos, ecos de cascos.
Geranios rojos en las graderías
donde se sentaron generaciones.

Me cuentan como los toreros
asisten a los nacimientos de los teneros,
su único oportunidad de saber
lo que tienen que amar de lejos
hasta que se les ocurra algún daño.

Me cuentan como
los sitios intactos de la tierra
se reservan para criar toros;
preservados de la siembra y del calor horrendo
salvados de las indignidades de cuernos mal cortados
sanando pulposos, como cactus quebrada.

Me devuelven la culpa,
me recuerdan el estado maligno donde vivo,
su violencia compleja, su horrible simplicidad sacrificadora;

hasta que todas las palabras
gritan desde el sol
y desde la sombra,
estoy encerrada, traicionada
por lo desconocido,
forzada a honrar
iconografías de sangre.

Y lloro imperceptiblemente
como me han contado que lloran los toros;
tierra en mi nariz,
la constelación Tauro como texturas de cera
ahogándose en una inundación de noche,
la luna con cachos se ha ido
pero gira en alguna parte, esperando
para tumbarme con el cuerpo entero
de un cielo negro.

Traducción de G. Leogena 





LOS QUE QUEMAN CARBÓN EN MELIDONI CRETA

Sus días porosos y borrosos,
los que queman carbón nunca dejan
las pilas de madera antigua de olivo
amontonadas en montículos de rituales.

Escultores de lo que no se ha tocado,
de lo no visto, sus ojos miran
como si el lento arder ocurriera
dentro de sus cráneos. Leen el dulce hedor

del humo, abren huecos de aire en la ceniza,
cuidadosos como cantantes que controlan su respiración.
Y no puedes permanecer mucho tiempo
cerca de su piel negra del humo
en ese silencio carbonizado,
y no estarás ahí
cuando terminen esta liturgia de tizar
cuando solemnemente destapanel carbón – todo con la forma de secuela,
como todo lo que no te es permitido decir
vuelto a la luz
para una segunda oportunidad de arder.





EL HERMANO DE VAN GOGH, VINCENT 

El tejedor en el atardecer pastoso
Encorvando su espalda que labora
Para inclinarse hacia su telar de madera
Como si fuera un piano vertical
Bajo la laca del rayo melancólico de la ventana;
La lanzadera gastada un latido fuerte de corazón
A través de la urdimbre fresca, silencio de alcanfor:
El pulso hambriento del artista no puede competir
Por su canción desligada y firme.

Tener un hermano que muere antes de ti
Con tu nombre debe ser como
Sentarse en ese telar en la luz escasa
De tu propia imagen ignorada
Mientras tus dedos palpan el patrón
Que siempre estará presionando desde el otro lado.

Traducción de G. Leogena
25° FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/





The Wild Cattle of Swona Island, Orkney

They've lived there for years
Since the last inhabitants left them
With the island, casting off 
Into the fierce conflicting tides.

Two bulls, four calves and six cows
Roam the boggy fields,
Hoof-prints like runes
Across abandoned acres.

Once a year, a vet makes the journey.
He watches them from a distance,
The way a cow rests the bulk
Of her ribcage on the soggy earth

The way the last boat,
Bleached on the rucked shore
Arcs its empty ballast.
The days fall away like rust flakes

Off the useless gates.
The cattle's breath meets the mizzled air
In currents as unreadable
As the ocean's drowning pull.

Wind rough-tongues their eyes and ears
Like a calf being cleaned.
They are the part of us - warm breathing -
That will always return. That never left.








PAUL DE BRANCION [16.351] Poeta de Francia

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Paul de Brancion

Nació en Francia en 1951. Poeta y novelista. 
Realizó estudios de Filosofía y ha sido por mucho tiempo profesor de universitario de filología románica y literatura (Aarhus, Dinamarca, Estrasburgo).


Ha trabajado con compositores contemporáneos, entre ellos Gilles Dodger. Actualmente vive y trabaja en París. Es fundador y director de la revista literaria Sarrazine (desde 1993). Ha sido productor y conductor de radio (programas literarios en Estrasburgo y París).

Ha publicado, entre otros, los siguientes libros: El castillo de las estrellas, extraña historia de Tycho Brahe, astrónomo y noble, 1985; El niño de Cederfeld, 1991; Viento contrario, 2003; La cama de Alexander, 2005; El caminante del olvido, 2006; Tiempo de espera, 2010; Mi muerte está muerta, 2011.



5

A veces la echo de menos. Es extraña, esta sensación, porque era
mi temor, mi ausencia de consciencia y a veces es como un regreso,
 me sorprende. Sin más, está en mi mente, y me pone triste. 
La echo de menos en su vivacidad y por otra parte estoy contento 
de estar liberado de sus « estragos ». No añoro esta liberación, y sin embargo, no consigue consolarme.



8

No le he dicho adiós a mi Mor todavía, todavía no. Aunque lo he hecho.
Me ha dicho adiós. He recibido su adiós pero no he contestado, 
no he dicho nada, era imposible porque había sido tan dura.
Nunca la tome en serio, ni siquiera en su muerte. 
Era como una especie de monstruo. Ahora que está muerta, 
soy consciente de que después de todo estaba extremadamente viva, es imposible decirle adiós de espaldas. 
Con ella no había cara a cara, huía, insistía en su huida. Era una madre huidiza. Tenía la huida en ella, insistente, permanente, irreductible. 
Masiva. Mamá masiva e ida ya.  Esto no me consuela. 
Mi tarea esta frente a mí.  Estoy extremadamente sorprendido por mi emoción. Lloro casi. ¿Cómo puedo llorar así por esta mujer que con 
tanta furia destroza todo a su alrededor?




Paul de Brancion

Né en 1951, Paul de Brancion a longtemps enseigné la philologie romane et la littérature. Rédacteur en chef de la revue Sarrazine, il est l’auteur de plusieurs romans, dont Le château des étoiles : étrange histoire de Tycho Brahé (Phébus, 2005) et de recueils poétiques : Vent contraire (Dumerchez, 2003), Le Marcheur de l’oubli (LansKine, 2006) et Tu-rare (LansKine, 2008). Il partage son temps entre Paris et Nantes où il organise des rencontres consacrées à la littérature et à la poésie.


Le Marcheur de l’oubli

L’eau ne coule plus
dans la source du bas
et j’ai peur de ne plus
jamais la voir revenir.
Les éléments ont inversé le cours des choses
en haut de la montagne tout en haut
entre les rochers
érodés roulés d’absence
le ruisseau est revenu.
Il a rempli son lit
           de cailloux
asséché depuis tant d’années
Où va-t-elle ?
Où s’en va-t-elle
l’eau soudain réanimée
et le temps des choses révolues
s’éveille-t-il d’un vieux cauchemar
comme si l’envers incohérent
avait tari un instant le désespoir
de ce passage de l’eau claire qui descend mais se perd
           n’arrive pas.
           Il ne reste rien.
Alors j’ai saisi un
roseau plein de sève caduque
accroupi, je bats le sol tout doucement
en appelant la pluie. 





Paul de Brancion
     
Prozator şi Poet, Paul de Brancion s-a născut în 1951. După studii superioare de filosofie, a fost mult timp profesor universitar de filologie romanică şi de literatură la Universităţile din Aarhus (Danemarca) şi Strasbourg. După aceea se stabileşte în Paris. Este fondator şi, prin urmare, director, în 1993, al revistei literare Sarrazine, al cărei sediu se află în „Casa Asociaţiilor” din Saint Germain en Laye. A fost şi producător radio,  animator de emisiuni literare la Strasbourg şi Paris. Activităţile sale recente se derulează între Nantes şi Paris.
    
Colaborează, de asemenea, cu muzicieni contemporani, autori de cantate pentru ansambluri instrumentale şi vocale.
     
Debutul scriitorului are loc în 1985, sub pseudonim, cu o biografie romanţată: Castelul stelelor, pseudo-istorie a lui Tycho Brahé, astronom şi mare senior. 
     
În poezie debutează editorial târziu cu volumul Vânt potrivnic (Vent contraire) - 2003. Au urmat: Plimbăreţul Uitării (Le marcheur de l’oubli) - (2006), Ciudatul (Tu-rare) şi Atunci... muzică (Alors... musique) – 2008, Timp mort (Temps mort) – 2010, Moartea mea a murit (Ma Mor est morte) – 2011.

     


     
Pe neaşteptate

Pe neaşteptate toamna e aici alungată de vânători şi de soare la marginea nopţii de august fără să-i pese griul ia în stăpânire mari baldachine celeste arborii mărşăluiesc spre întuneric Doamne cât de frumoasă-i viaţa asta. 

    

     
* * *



     
de acum înainte
     
de acum înainte 
să asculţi ce se complotează
cu sentimentul cuvântului
„întâmplare”

     


şi

     
cum prin magie
te retragi ultragiat
pe malul murdar al apei
de a nu fi fost respectat
nici înţeles

disonanţa aspiraţiilor noastre
şi a situaţiei lumii

          
să te lupţi pentru dorinţele de fericire    
şi să tropăi sălbatec
multiplul, inutil, nenumărat    
adevăr     
a ceea ce nimeni nu înţelege   
dar percepe cu o acuitate neputincioasă
disponibilitatea
înfricoşătoare

     


     
"ar trebui” sparge elanul
împotriva moliciunii
întunecate
pentru echilibrul numărătorilor
pierderea face parte din profi   
armonia acestei existenţ
implică lupta contra dezolării
oricât ar costa

o datorie a vieţii de plătit
de transmis
care ne împiedică să dispărem

     
     
* * *

     
     
Mâine

Mâine
deja mâine

izolat în vânt
hotărât să pornesc războiul cu lumea
     
cu însuşi zgomotul vieţii
tuturor celorlalţi

complicaţii străine
aranjamente multiple
schimbări induse
unde atâtea lucruri se pierd
în valori dispărute pentru totdeauna

nu se vor şti număra 
atât sunt de numeroase

abundenţa decapitează
orice abilitate de-a rosti
cuvintele juste

deja mâine
se va revolta împotriva
imensităţii
dorinţa de-a fi mai important
de a spori
de a avea mai mult


să aibă plăcerea speranţei unui corp 
adaptându-se la cel mai mic 
dintre spaţiile vitale
la distanţa rezonabilă pe care s-o poată parcurge

să-şi retragă în fiecare zi puţin mai mult
barierele înspre interiorul său
să lase astfel pământul mai mare

Prezentare şi traducere: 
Viorel TĂUTAN

     

LARRY J. GONZÁLEZ [16.352] Poeta de Cuba

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Larry J. González 

(Los Palos, Cuba  1976). Graduado de Historia del Arte en la Universidad de La Habana. Miembro de la Uneac. Ha obtenido entre otros reconocimientos, mención en el Premio Nacional de Crítica de Artes Visuales Guy Pérez Cisneros, 2007; beca de Creación Prometeo, La Gaceta de Cuba, 2010; mención del Premio de Poesía La Gaceta de Cuba, 2011, así como el premio David 2011 por su libro La novela inconclusa de Bob Kippenberger. Su libro Osos obtuvo el premio Julián del Casal 2012.




Mi madre va echando a robar tubérculos.
Primero registra en los objetos alrededor del oso - *aquel oso lleno de
exantema en los*
*filos de* *Las Rocosas* - y encuentra mi componedor de primer grado.
Mi componedor mantiene algunas letras.
Puedo formar la palabra casa.
Hileras intactas de corduroy en el estuche.
Puedo formar la palabra *tara*.







RUDOLPH & RALPH

—Nunca experimenté la mínima atracción por animales de compañía. 
Jamás pensé tener un gato o un perro, hasta que me vi hablándole a dos gatos  sobre los ataques de otros gatos que merodeaban la hiedra —respondí a los que preguntaban acerca de la castración en  www.migato.net∕foro∕

(En el patio había dos gatos —Rudolph y Teda— abandonados por la madre. La madre paseaba oronda sobre la hiedra del muro. Teda era una gata enclenque, mientras Rudolph crecía y paseaba por la hiedra como la gata madre. Esa mañana Jorge le acercó a Teda unos mendrugos de picadillo, casi hielo. La gata entró en la casa y Rudolph quedó en el patio a sus anchas. —Los gatos son fuertes —dijo el veterinario ante la imagen tétrica de la gata. Nos turnábamos los viajes para desparasitarla. El veterinario,  después de la última inyección sobre el lomo de la gata, nos aseguró que había un error, 
que éramos dueños de un gato. Jorge cambió el nombre de Teda por el nombre de Rudolph. Me fue difícil subir el nombre del gato del patio encima de un gato enclenque. Rudolph no parecía nombre digno para un gato enclenque. Pero Jorge insistió: era cierto que el gato del patio no reaccionaba ante nombre alguno. Un día comencé a llamar Ralph al gato del patio. 
A veces le echaba comida. Ralph terminó acercándoseme a la mano. 
Lamió mi mano y entró en la casa. Vivimos con esos dos gatos hasta que apareció el salvoconducto que nos llevaría definitivamente a Toulouse. Fue en Toulouse donde el amor por animales de compañía mutó en dos visiones agrias: la sombra de mis gatos sobre todos los gatos del sur de Francia, 
sobre las pelambres disparejas en los torsos de Le Bear’s. Recuerdo la tarde que entré a Le Bear’s y me fijé en un travesti que arrullaba a un gato. 
El gato se llamaba Francesco y le colgaba del cuello una foto enmarcada en plata.
El travesti y el gato quedaban cerca de mí en la barra. 
Solo una banqueta por medio. Francesco vino caminando hasta mí sobre la barra. Le acaricie la cabeza y él la giró hacia un lado, como si se descoyuntara.)  




PREMIO DAVID DE POESÍA 2011

La novela inconclusa de Bob Kippenberger
Larry J. González (Mayabeque, 1976)


Las cartas que Bob le escribiera a Sylvia North


I

Hilera de perros entre las ruedas del Volkswagen.
Más allá del área que ocupan los perros: el equipo de audio con ocho altavoces deja escuhar un tema funky.
Tercer puente —según el conteo de Bob.
Hembras debajo del puente. Como si hubieran salido de la nada perras sarnosas a saludarnos. A rascarse insistentemente las orejas.
Bajar la ventanilla: contemplo vacas
Track  6 ―anuncia el equipo de audio con ocho altavoces del Volkswagen.

Paisaje. Alguna que otra vaca saltando por ahí.



II

Aruña —dice Bob en su perfecto español.
Recojo la blackberry sobre el butacón blanco.
El contraste entre el metal plateado de la blackberry y el butacón blanco hace que la blackberry parezca un hueco sobre el asiento.
La visita entra. Bob lee un artículo en DETAILS. Lee en alta voz la respuesta de Domenico Dolce:  Jewelry, like a gorgeous stone ring or crucifix, is fine on a man so long as it´s his individual style.
El artículo se llama: Dolce and Gabbana on what´s sexy.
Aruño una hora y cuarentaicinco minutos fuera del apartamento.
Me detengo a hablar solo un segundo.
La conversación se extiende un poco. Subo el zipper hasta desaparecer la nuez de Adán.
Frío a la hora de regreso. Arrastro una imagen fría hasta mediación de cuadra.
Al mirar los gansos en la alberca del parque dejo que la cabeza del ganso se aproxime al tintineo de las llaves.
Seguro debajo de los gansos hay algunos peces que te interesan ―hubiera soltado Bob camino a la alberca.

Al final Bob y el Perro Bob se ven felices: —Estábamos a punto de comer sin ti. 



III

Puerta con excrementos de comején del mismo gris que los sobretodos del Bazar.
Las hebillas plásticas ajustadas sobre las espaldas.
Algunos pliegues dispersos.
— ¿El frío? Hubo dos inviernos sin gota de frío. ¿Te acuerdas del perro? Ahí lo ves. En la foto más abajo. Estaba ladrándole a la nieve por la ventana. Esa es la última novela de Bob: Las cartas de Sylvia North. Puedes llevártela si quieres.
El balcón recibe sombra del edificio del frente.
Deslizo el pie adentro de la sombra. Mientras los dedos de él pasan hojas de la novela.

Poemas pertenecientes al volumen merecedor del Premio David de Poesía 2011





SHEN WEI [16.353] Poeta de China

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Shen Wei

Nació en Huzhou, provincia de ‪‎Zhejiang‬, China   en 1965. 
Es poeta, narrador, crítico, ensayista, dramaturgo y uno de los representativos poetas chinos de la generación del 60. Se graduó en el Departamento de Chino de la Universidad Normal de Zhejiang y se trasladó a Xinjiang en 1988. Es miembro del Comité de Escritura Poética de la Asociación China de Escritores, editor en jefe de Occidente, revista literaria de Xinjiang y profesor visitante de la Universidad de Xinjiang y la Universidad Shehezi.



Shen Wei

Born in 1965 in Huzhou, Zhejiang province, Shen Wei moved to Xinjiang in 1988 and is now Editor-in-Chief of the literary journal The West.

He has published the poetry collections, Linger an Instant, The Depth of the Heights, My Dust My Way Ahead, Piqan Piqan, and Xinjiang Poems, the collections of critical essays Noontime Poets, Rubaiyat: Daybreak on the Turret, as well as The Xinjiang Dictionary, Kashgar, The Wonder of Plants, and the handbook, A Feast of Xinjiang: Independent Travel in the Hinterland of Asia. He has won the Lu Xun Prize, among others.

Tuyugou Village, A Region, Three Women Collecting Trash, City of Mixed Blood, tr. Eleanor Goodman Pathlight: New Chinese Witing 1 (2012) 



Su obra incluye siete libros de poemas: Estadía instantánea, Abismo en un lugar alto, Mi polvo; Mis caminos fáciles; Poemas de Xinjiang; y Shanshan, Shanshan, Poemas de Shen Wei; y Poema cantante y bailarín. Editó igualmente los libros de ensayo: Diccionario de Xinjiang (Premio traducción literaria otorgado por la revista estadounidense Ninth Letter); Leyenda de Plantas; Kashigar; Erato de mediodía y Así sucesivamente. 
Poemas y ensayos suyos han sido traducidos a más de diez idiomas entre ellos inglés, francés, ruso, japonés, coreano, español, hebreo y rumano. Ha asistido a festivales de poesía en China. Corea, Israel, Francia y Venezuela. Obtuvo, entre otros reconocimientos, el Premio Lu Xun Literatura, el Premio de Literatura Octubre, el Premio de Poesía Lian Liu, el Premio de Poesía Rougang, el Premio de Poesía Anual y el Premio de Arte de Tianshan.



PASANDO UNA TARDE A ORILLAS DEL RÍO KAIDU CON UNA HORMIGA

Sobre la orilla del Río Kaidu, pasé la tarde con una hormiga.
Esta hormiga pequeñita tenía una barriga perfectamente redondeada.
Apurada, se montó una carga de comida en su camino a casa.
Tenía un color saludable, patas delgadas y vivaces;
en nada diferente a hormigas de otras partes.

Pero, quién está ahí para reparar en el esfuerzo de una hormiga.
Cuando está viva, no agrega nada a la felicidad del hombre.
Cuando muere, no se da ni el más simple funeral
que pueda interferir en el progreso del cosmos.

Me incliné y conversé con la hormiga
Y escuché con mucho cuidado su idea sobre el mundo
Así pasé una tarde en la orilla del río Kaidu con una hormiga
El sol distribuyendo indistintamente su luz sobre cada ser viviente.

Shen Wei




DIÁLOGO

-¿De dónde vienes?

“No soy un sureño
ni vengo del noroeste.
Por los momentos, soy de Urumqui.”

-¿Cuál es tu tristeza?

“No albergo tristezas propias,
ni cargo la angustia de la historia.
Sólo aquella de una ciudad abandonada.”

-¿Qué quieres decir?

“Una muralla con forma no asusta en lo absoluto,
puedes empujarla, estrellarte contra ella, tumbarla y reventarla.
Muros sin forma crecen mucho más alto…”

-¿De qué lado te paras?

“No me paro en este lado,
Ni me paro en aquél.
Me paro solamente del lado de los muertos”.

Shen Wei
25° FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/










MARTIN LANGFORD [16.354] Poeta de Australia

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Martin Langford

Nació en Plymouth, Devon, ‪Inglaterra‬, en 1952. 
Emigró a ‪‎Australia‬ a los 8 años. Es poeta, escritor para niños y gestor cultural. Ha publicado seis libros de poesía, entre ellos: Fallas geológicas, 1991; La gran muralla del instinto, 1993; Sé sincero conmigo, 2000; Isla, 2000; El proyecto humano: Poemas nuevos y selectos, 2009. Publicó también Microtextos, 2005 (Colección de aforismos sobre la poesía y las poéticas). En varias ocasiones ha dirigido el Festival de Poesía de Australia.

“Su obra, influenciada por los paisajes de Sydney, explora las formas en que podríamos imaginarnos a nosotros mismos más allá de nuestra herencia biológica y la evolución de nuestros espacios sociales e imaginativos”. Al decir de Judith Beveridge, la poesía de Martin Langford es “a la vez dura y musical… su mente puede pensar hasta el punto de la revelación dentro de sus figuras o imágenes elegidas". Y según Susan Wicks: “Sus poemas presentan lo equivalente a una cosmovisión poética con compromiso total a nivel moral, intelectual, emocional y lingüístico. Y el resultado es innegable autoridad”.



PESO

Miles y miles de años –
practicando, aprendiendo,
el peso de estas colinas:
rutas de peces, senderos de abejas
y estanques de sombras;
ciclos de pasos y encarnaciones
tensionados y apaciguados…

Ahora hay una nueva muchedumbre:

a menos que
nosotros, también,
pongamos el peso de este lugar
en nuestros cuerpos-mente: trabajar danzando
y musitar danzando sus texturas y ritmos –
se desvanecerá ante nuestra mirada
como la gruesa cola de la zorra.
Somos chapuceros, como los camaradas recientes.
Y estorbados por la parafernalia:
la razón – con la que no es fácil bailar;
un hábito de panoramas panópticos;
cuentos adolescentes de avances,
y progresos; profundos aislamientos
como casas, y carreras elegidas.
Sin embargo, si alguna vez bailáramos con –
no posarnos, cual cotorras, sobre
estas encrespadas colinas brillantes –
mejor retirarnos hábilmente:
para que los arroyuelos vuelvan a correr limpios;
para que regresen los reyezuelos y los pájaros cola-de-fuego;
para que florezca nuestro propio entendimiento –
específico, suelto.

(Traducción de Omar Pérez)





LA LENTA LLUVIA

La lenta lluvia 
descendiendo con su crepúsculo
puede ser tan desnuda
como cualquier antigua pregunta.

¿Qué es este cello de suspiros que no nos necesita
del cual estamos hechos
que vive como la sangre?

Los árboles tiemblan y tosen como bestias mudas.

Las cortinas de la oscuridad perseguida de nieblas
barren las curvas de la tierra.

Así como los astros se vuelven temporales, transparentes,
los suaves globos entran deslizándose:
íntimos, distantes,
despectivos de todo lo que un ser es –

esta dulzura que rezuma a través de nuestro polvo
como si nosotros fuéramos la sequía.


25° FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN
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ÁNGELA SUÁREZ [16.355]

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Ángela Suárez

Nació en Duitama, Boyacá, Colombia, el 29 de enero de 1979. Es arquitecta egresada de la Universidad Nacional de Colombia,sede Bogotá en 2003. Ganadora del encuentro local de escritores jóvenes Toma la palabra Universidad del Rosario, Bogotá en 2002 y 2003. Durante 2004 hizo parte deltaller de escritores Esperanza y Arena y en 2007 del taller de creación de la Casa de poesía Silva. Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Artes, Bogotá en 2012. En el mismo año obtiene la Beca de creación literaria dentro del marco del Programa nacional de estímulos del Ministerio de Cultura de Colombia, Residencias Artísticas Colombia – México. 

En 2013 La editorial El Quirófano publica algunos de sus poemas en la antología Sólo la herida- Veinte poetas jóvenes colombianos, Guayaquil, Ecuador. En este mismo año Obtiene la beca Conacyt para formarse como especialista en literatura mexicana del siglo XX en la Universidad Autónoma Metropolitana, sede Azcapotzalco, Ciudad de México; dentro de este período finaliza la tesis de investigación Palinuro estuvo aquí, un análisis de la construcción de espacios urbanos y arquitectónicos a través del lenguaje, dentro de la novela Palinuro de México del escritor Fernando del Paso. En 2014 es Invitada al VII festival Internacional de poesía de Guayaquil Ileana Espinel Cedeño. En 2015 la editorial Opera prima de la Universidad Nacional de Colombia publicará su primer libro de poemas: Parece que prefieres el tren a las plantas domésticas.



T R E N A V A P O R

La palabra t r e n indica una forma de desplazarse con ventanas dispuestas alrededor, para descubrir una tierra discreta desde la teoría de la rueda, desde la lógica de la proximidad. E l t r e n, en su oficio a favor del viento, recupera datos en el entorno de los ojos de algunos olvidadizos que nunca habían visto el rumor en la ventana o las montañas a gran velocidad. Cuando es a vapor, no sólo se utiliza para extraviarse, tiene otros usos menores como por ejemplo bifurcar los caminos, llevar, traer, pasar, reconstruir el vértigo, modificar la nieve y rodear los pueblos y las épocas como si para esto senecesitará un movimiento pendular, circular, envolvente, en caracol, oscilante; un movimiento desde adentro y hacia otra parte.




R E L A T O I T I N E R A N T E

Bailarina: Sustantivo. Dícese de la mujer que no sabe usar su voz, y sin embargo usa sus pies. Relativo a quien no sabe esperar y mucho menos atrás de la entrada de la casa. Se refiere al personaje de género femenino que baila y al mismo tiempo tiene miedo; comúnmente se mueve en redondo hasta las antiguas ciudades de arcilla y en algunos casos viste de falda. Apareció por primera vez en los vecindarios viejos y circulares que suelen sobrevivir desde la primera infancia. Se puede conjugar en tres tiempos: baila, bailaba, bailará.



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MARIA AUGUSTINA HÂNCU [16.356]

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Maria Augustina Hâncu 

Nació en Moldavia el 9 de agosto de 1981. Estudió en la Universidad de Provence de Francia, en la Universidad de Derecho de Barcelona y en el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de Chisinau, Moldavia.

Sus poemas y textos han sido publicados en Moldavia, Rumania, Francia, Bélgica, Panamá. Ha traducido al francés poetas y novelistas rumanos, al español la Antología de poesía rumana de Moldavia.

Ensayista y guionista, es miembro de la Unión de los Escritores de Moldavia y de la Sociedad de los Artistas, Compositores y Editores de Música de Francia.  

Entre sus obras se encuentran: En la sombra del destino, 1998; Grito de luz, 1999; La caída en la estrella, 2003; Las lágrimas rojas, 2009 y la Corona de la ceniza, 2012. Por su libro de poemas  y ensayos Las lágrimas rojas y su guión Extranjero en su casa, obtuvo el Premio Nacional de Moldavia para la Juventud en literatura en 2010.




FRÁGIL

No me preguntes dónde buscar la luz para elevarme,
los océanos vienen a renovar sus fuentes en mi alma 
y una gota de agua puede ahogarme. 
Quieres que sea fuerte pero las peñas más grandes caen primero
     el cristal más fino corta mejor.





LITURGIA DOMINICAL

      años largos,
   adolescente en exilio,
  cuando mi oído convertía
el mundo en silencios afilados
y casi no había sacado ninguna palabra
en los primeros años de exilio,

venía al amanecer al borde del Mediterráneo,
con el corazón lleno de trozos de vidrio

el mar, mi primera liturgia dominical
el mar, altar. Me inclinaba con piedad,
me quitaba los zapatos y la ropa
y me echaba al agua de las Calanques.

No existía ningún riesgo. El domingo al amanecer
No había salvamares para gritarme
No sobrepasaba la línea de seguridad
Cuando planeaba kilómetros y kilómetros en el túnel,
Más allá del acceso permitido, kilómetros y kilómetros

ningún riesgo. Sacudiendo los trozos
en  el agua nadie se cortaría al tocarlos,
en el agua todo llega a ser caricia,
las ilusiones, las armas

años largos la comida de mi casa en exilio
fue la carne del Mediterráneo
cuando las cartas de mi madre no llegaban
al destinatario
y no existía otra posibilidad de comunicar

ningún riesgo. En el agua no se ven las lágrimas
tampoco la sangre surgiendo desde heridas abiertas,
en el agua todo se hace un todo entero
las cicatrices las corrientes marinas

kilómetros y kilómetros en el túnel caliente
detrás de mí trozos de vidrio flotaban
sobre el agua del Mediterráneo
años largos 


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Un spațiu de zbor în trecut

                                                  celor deportați în Gulaguri

Când am văzut prima dată marea, mii de oameni pe apă
mă ţinteau în ochi, copil, aceasta mi s-a-ntâmplat.
Azi doar trăsăturile de pe chipuri sunt altele,
în rest nimic nu s-a schimbat.

Cu timpul tot mai greu cernem ochii de ceaţă,
chipurile de oameni se-nvăluie-n fum sferic.
Trec mereu sub apă printre aburi şi gheaţă
ca să ajustez imaginile mai simetric.

Drumuri de sare, lacrimi hrănindu-se cu alge,
degete răsfirând peşti şi lumină,
răni sângerii fâlfâind săţios prin catarge,
biodiversitate marină.

Cu timpul apa rămâne singurul spaţiu
unde pot zbura îndărăt ca pasărea colibri
ca să țin împreunate clipele de valuri-
cei plecaţi o dată  nu mai pot reveni liberi.
Cei plecaţi o dată nu mai revin la fel,
se-ntorc în bucăţi  sau nu se întorc nicicând.
Rămân spaţii albe și hărţi trasate rebel-
şi deportaţii credeau că se vor întoarce curând...

Memoria-i coroană-nşirată cu nuferi pe ape,
florile nu se ofilesc lângă maluri.
Când uitarea aruncă cercuri de lanţuri pe-aproape-
stropii memoriei sar răpăind între valuri.
Caut bunicii care n-au revenit, pe ape privesc.
Generaţii mai cercetează fotografii şi cărţi îndeaproape.
Nimic nu s-a schimbat, mii de oameni ochii-mi ţintesc,
sângele meu desenează hărţi albe pe ape. 





Scrânciob pe mare

Prolog

Am auzit de la mii de  kilometri foşnind un copac
mi-am făcut în grabă valiza
şi-am venit la copacul din apă
văzui un scrânciob pe mare

cu piciorul stâng îndoit de cel drept sprijinindu-mi barba
stau ca gânditorul lui Brâncuşi
pe scrânciobul legat de coloana infinitului 
încleiată de el ca un melc după ploaie de peretele umed

atârn sus şi freamăt în ritmul valurilor abrupte
vocile celor care au trecut pe-aici cu tot cu trup
vocile celor care au plecat şi nu s-au mai întors

atârn sus şi plâng c-a infinitului coloană nu mai sfârşeşte
iar iubirea este limitată

inima mea cristal milenar pe apa Mediteranei





Dedublare

Sunt născută pe un pământ
cu centrul în miezul periferiei
de când a fost tăiat în două
aisberg răzleţ pe Marea Neagră

unde libertatea a fost  scoasă la licitaţie
dreptul la cuvânt dat pe credit în sticluţe
iar stăpânii sticluţelor în lipsă de stropi
gândeau în locul nostru

cu cât trăgeam aer să-mi umplu suficient plămânii
cuvintele ca solzii s-au prins de trup astfel
la diferite etape ale vieţii ca să respir normal
am crescut cu mai multe limbi materne

născută pe un pământ cu aburi de frică
unde cuvintele rostite sunt
furuncule crescute în genunchi
ca să putem merge târându-ne

unde o rândunică aduce primăvara
tăcerea prelungeşte zilele
picăturile ploii adaugă apa potabilă
cuvintele „vise”şi „vize” sunt păsări identice

unde bărbaţi merg cu umerii legănaţi
de povara istoriei şi lipsa ei
iar femei ce gândesc interesează când nu sunt singure
fiindcă nu stârnesc întrebări

unde presiunile creează echilibrul
iar societatea pentru a rezista
caută să te creeze după chipul şi asemănarea ei

şi-atunci singura presiune pe care am acceptat să învăţ

e presiunea apei




Rece-i carnea revelaţiei

L-am zărit prima dată
de la zeci de metri depărtare
printre sutele de priviri studenţeşti

încurcată îmi grăbeam pasul fugeam
veneau din urmă ochii de foc  

firile de nisip pe plaja mediterană
piroane în tălpi printre sandale
şi nu puteam să mă uit înapoi
de flăcările ce-mi luau spatele picioarele

paşi alături ochii necunoscuţi
îmi rodeau până la sânge pielea

degetele-mi roşii căutau ceva în geantă
i-am întins o carte cum i-aş fi întins tigrului
scăpat din cuşcă o bucată de carne
să nu se ia după mine
Elogiul fugii lui Henri Laborit

îmi răspunse cu o scotocire în geantă
privirea mi s-a prelins pe tăişul unei cărţi
am intrat  în apă să-mi regăsesc echilibrul
m-a sprijinit de braţe să nu cad
după ce-mi întinse din geanta lui

Elogiul fugii lui Henri Laborit




Lacrimile căzute în Mediterană sunt umbre vii

Mării Mediterane îi datorez dreptul la memorie
din timpurile când  îmi începeam ziua
după pasajul citit în Biblie la întâmplare

marea mi-a scuturat praful peste care
se aşezase amintirea strămoşilor mei
ultimele zeci de decenii

apei îi datorez dreptul la viaţă legată de ea
până la venirea pe lume încă din burta mamei
Marea Neagră şi Marea Mediterană şi-au dat mâna
ca să vin

Pe malul mării am învăţat să tac
sarea cuvintelor aburii stărilor sufleteşti
de mă dor valurile când scot o vorbă
tulburând o rânduială a lucrurilor

am rădacini comune cu marea

lacrimile căzute ani în şir în apa Mediteranei 





Umbrele încrustate înfăşoară vertical

În fiecare clipă trebuie să fac faţă provocării
parcele nefuncţionale pe corp să le trec cu vederea
pete albe care apar la suprafaţă umbre definitiv încrustate
membrii familiei dispăruţi fără urmă generaţii în urmă

cum s-ar fi mişcat mâinile mele acum
dacă s-ar fi întors din siberii unchiul Iacob
cum ar reflecta ochii mei cerul
dacă mătuşii Marta nu i-ar fi murit copiii
la polul nord toţi unul după altul

umbrele îmi încolăcesc fiinţa se aşează
vertical în faţă la prânz în parc peste tot
privesc în ochi fac semne cu mâna
îşi cer insistent dreptul la viaţă

nu vei avea linişte nicăieri îmi spune îngerul
scapă de ele viaţa-i apă curgătoare 
totu-i pânză albă întinsă peste lume
intră-n apă scapă de ele

Nu eşti în toate minţile de ce dai atenţie umbrelor gândeşte-te
la lucruri serioase fii în rând cu lumea reuşita-i coloana societăţii
dar din 1940 altfel a fost croită lumea şi societăţile
şi de atunci trăiesc cu aşchii de sticlă sub inimă unii pot alţii nu 

eu tac fiindcă roua e un nou punct de plecare
iar stâncile milenare ale Orheiului Vechi
adăpostesc umbre încrustate ce-şi vestesc
revenirile generaţii înainte

bunicul Matei a supravieţuit fiindcă la plecare
şi-a luat un pumn de ţărână de sub prag
mângâia pământul de-acasă la polul nord în fiecare clipă
într-un colţ al buzunarelor pantalonilor uzaţi
ca pe nişte fire electrificate care-l ţineau conectat la viaţă

Nu pot respira integral petele albe zăngănesc pe corp
sunt ruptă fir cu fir dinăuntru cum rupt mi-a fost pământul
intru-n apă umbrele-rizomi în spate întind larg aripile peste lume

se-aştern pânze albe ciuruite de gloanţe kalaşnikov   





Crescând din muchia mării

Învăţ mereu să îmblânzesc marea
cum aş învăţa toanele unui cal nărăvaş
singura cale de supravieţuire
punctul meu de echilibru

fiindcă în fiecare clipă lunec altundeva
abrupt şi iremediabil ca o săgeată de foc
şi nimic nu mă poate opri
şi nimeni nu-mi poate întinde o mână de ajutor

mă pomenesc pe marginea unui hău
cerând cu disperare un semn
cu picioarele lunecându-mi mereu înainte
pe o argilă lucioasă

scriu ca să nu strig disperat după ajutor
şi să nu mă audă nimeni cerând ajutor
ca să-mi opresc tremurul mâinilor
care se zbat la orice mişcare a vieţii
ca un animal rănit înainte de a-şi da ultima suflare

ca să fii cu mine trebuie să-ţi asumi
fulgerele stările culorile
salturile mele de umor altele în fiecare clipă
rădăcinile de uscat şi scoicele mele de apă
ridurile tatei când copacii îşi pierd mai devreme frunzişul
şi lacrimile bunicii că nu a mai mers la şcoală
când au sosit sovieticii singura ei rezistenţă

nu tot ce vezi e umbra faptului împlinit
mi-a trebuit ani să înţeleg că în realitate zâmbetul e baraj
pentru  a ţine încuiată uşa de  la intrare
că lipsa lui însemna să spui ceva despre tine
când credeam naiv că zâmbetul e generozitate

că tăcerea-i scheletul valorii
iar braţele de flori sunt capcane deschise
că adevărata poezie nu se scrie în palate
iar unde şchiopătează justiţia
preoţii sunt în topurile oamenilor de afaceri
că libertatea-i discreţie iar unde-i sclavie
oropsiţii tac în timp ce avuţii strigă că n-au nimic...

punctul meu de echilibru marea
nu mi-a dat nici un răspuns mi-a adâncit întrebările

dar iubirea începe acolo unde încep îndoielile






Limitele nu-mi vor atinge niciodată tălpile

Limitele fixate în carne lăstăresc fisuri
aruncă difuz sângele în corp pentru oxigenare
trecem noi şi peste asta spune încrezut bunica
au fost vremuri mai grele şi-mi pune-n faţă alfabetul latin

limitele fixate în carne au cele mai zimţate tăişuri
lucrurile stabile puse în rând revoltă
aşa cum dezgustă moralitatea onctuoasă etalată
în creaţiile autorilor provinciali pentru greutate 

copilul ăsta nu prinde literele chirlice faceţi ceva
ce viitor fără limba principală de comunicare
pe-atunci nu ştiam de cuvintele interzise din casa bunicilor
nici că unchiul Lazăr a trecut Prutul în ’90
revenit în sat după 50 de ani s-a stins
cu mâna pe inimă câţiva paşi înainte
de-a ajunge la mormântul părinţilor

iubesc marea pentru că limitele apei
nu-mi vor atinge niciodată tălpile
şi voi putea să-mi împlânt trupul în infinit
şi voi învăţa să revărs litere şi voi învăţa să merg

iubesc marea pentru că te obligă s-o vezi
privind înainte lăsând totul în urmă 
lucrurile despre noi stau înşirate
în spatele nostru regretele eternul reînceput

limitele destramă imperii infinitul renaşte ruini
iau forma mării ca oasele în clipă
ţin în mâini urmele milioanelor de călători
lucind pe apă pulsul zilelor miilor de ani
zvâcnindu-mi la încheieturi urmele miilor de navire
trecute secole pe-aici ducând libertatea cu ele
pot zbura nelimitat pot merge fără oprire


http://maria-augustina-hancu.blogspot.com.es/search/label/Poezii%202014











MAGGIE NELSON [16.357]

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Maggie Nelson 

(Nacida en 1973) es una poeta estadounidense, crítico de arte, ensayista lírica y escritora de no ficción.
Nelson ha enseñado en el Programa de Escritura de Graduados de New School, Wesleyan University, y en la School of Art and Design at Pratt Institute; actualmente enseña en el CalArts MFA programa de escritura.

Bibliografía: 

Shiner (Hanging Loose Press, 2001)
The Latest Winter (Hanging Loose Press, 2003)
Jane: A Murder (Soft Skull, 2005)
Something Bright, Then Holes (Soft Skull, 2007)
Women, the New York School, and Other True Abstractions (University of Iowa Press, 2007)
Bluets (Wave Books, 2009)
The Art of Cruelty: A Reckoning (WW Norton & Company, 2011)
The Argonauts (Graywolf Press 2015)




Bluets (fragmentos)

1. Supongamos que empiezo diciendo que me he enamorado de un color. Supongamos que digo esto como si se tratara de una confesión; supongamos que rasgo mi servilleta mientras hablamos. Empezó lentamente. Una apreciación, una afinidad. Un día se volvió más seria. Luego (miro la taza vacía, al fondo una mancha café enroscada en forma de caballito de mar) se volvió, de algún modo, personal.



6. El semicírculo de océano turquesa que ciega es el escenario primordial de este amor. Que ese azul exista, el simple hecho de haberlo visto, hace a mi vida extraordinaria. Haber visto cosas tan hermosas. Encontrarse en esa niebla. Sin elección. Ayer regresé y me paré otra vez frente a la montaña.



7. ¿Pero qué tipo de amor es realmente? No te engañes llamándolo sublime. Admite que te has detenido frente a una pequeña pila de pigmento ultramarino en polvo dentro de un vaso de vidrio en un museo y has sentido un deseo punzante. ¿Pero un deseo de hacer qué? ¿De liberarlo? ¿De comprarlo? ¿De ingerirlo? Hay tan poca comida azul en la naturaleza –de hecho el azul tiende a marcar la comida que debe evitarse (moho, bayas venenosas)– que los asesores culinarios recomiendan no usar luz azul, pintura azul o platos azules al servir comida. Pero mientras el color puede, en el sentido más literal, minar el apetito, en otro sentido lo alimenta. Querrías alcanzar el pigmento para desordenarlo, por ejemplo, manchando primero tus dedos y luego al mundo. Querrías diluirlo y luego nadar en él, tallarte con él los pezones, querrías usarlo para pintar el manto de una virgen. Pero ni así accederías al azul del pigmento. No realmente.



36. Goethe describe al azul como un color vivo, pero desprovisto de alegría. “Diría que trastorna más de lo que alegra.” ¿Estar enamorada del azul es entonces estar enamorada de un trastorno? ¿O es el amor mismo un trastorno? Y de cualquier modo, ¿qué clase de locura es esa de enamorarse de algo constitucionalmente incapaz de amarte de vuelta?



98. Vincent van Gogh, cuya depresión, dicen algunos, se relacionaba con un padecimiento de epilepsia, vio y pintó célebremente al mundo en colores insoportables de tan vívidos. Tras su intento casi exitoso de quitarse la vida disparándose los intestinos, ante la pregunta de por qué no debía salvarse, respondió: “porque la tristeza no terminará nunca”. Yo creo que tenía razón.



229. Escribo esto en tinta azul para recordar que todas las palabras, no solamente algunas, se escriben en agua.



239. Pero ahora hablas como si el amor fuera una consolación. Simone Weil nos advirtió lo contrario: “el amor no es consuelo”, escribió. “Es luz.”



240. Entonces bien, permíteme tratar de reformularlo. Mientras estuve viva, aspiré a ser estudiante no de la nostalgia, sino de la luz. ~

________________

Versión de Isabel Zapata.





Bluets by Maggie Nelson
(Wave Books, 2009)



1. In May, in England, it is gray as often as it is blue. This year it was heavy gray. The thermometer stayed below 60° Fahrenheit. I was in the throes of a doctoral dissertation. If you had told me there were other things out there, beyond the weight and darkness of spring, I would not have believed. Enter, into this gray, Maggie Nelson’s book Bluets.

2. Bluets comprises 240 short poems or pieces of prose (the book is designated “essay/literature” in the back matter, but the writing could be a long poem or an essay in 240 pieces). As Lyn Hejinian writes, quoting Wittgenstein, “in the end, it is as philosophy — as the making and seeing of connections… that poetry participates in knowing what we can and can’t know about the world and how to live in it.” Whether essay or poem, philosophy or poetry, Bluets participates in the organization of the world and attempts to render it, if not known, at least bearable in the face of unpredictable loss.

3. Early in Bluets, Nelson writes “Above all, I want to stop missing you” (§8). Accumulation arises as a substitute for other kinds of obsession.

4. One thing Bluets taught me was to trust the form. I learned this as I read it — trusting the form to tell me things that the narrative avoided (about obsession and lack and neglect, but also about love and commitment and the pleasure of learning and even about truth). I am learning this again, as I write about the book. Trusting accumulation to carry meaning.

5. Bluets, I could say, is about blue. I would be both right and wrong. I am tempted to say it is about blue, but I want to convince you that you want to read this book, and I worry that there are those for whom blue is not an understandable way of being and who might be put off by a book about blue. In the words of the book, then, not blue, but hope, vision, philosophy, death, faith, sex, love, pharmakon, light. In the words of the book, that is, blue, meaning: hope, vision, philosophy, death, faith, sex, love, pharmakon, light.


6. Blue in a public, scientific, and historical sense, but also blue in the most personal sense; blue in the sense of can you see this? The things I see, feel, know — are those the things you see, feel, know? Does what I believe exist? The subject turning to the listener to affirm her own existence. The observer wondering whether her observations are — or ever can be — matched by anyone else’s. The outer world of blue — the presence of cyanometers and cyanosis and indigo turning blue in the air outside the dye vat and the writing of Goethe, Wittgenstein, Derrida. The inner world where “I would rather have had you by my side than all the blue in the world” (§238). Blue an instigation to collection (to accretion, in Nelson’s words).

7. We enter the book via Pascal (“we do not think all philosophy is worth one hour of pain”) and obsession and loneliness and Mallarmé’s struggles with God. The early sections, in particular, are a consideration of desire, and especially of desire for those things which will either do us no good or will harm us (“blue in the wild tends to mark food to avoid,” §7). In Nelson’s hands, things which are desired despite their danger are blue. Early in the book she tells us that this desire is not a choice, that we “don’t get to choose what or whom we love” (§13). Love for blue is as ungraspable as blue itself.

8. Nelson writes about blue that it “has no mind. It is not wise, nor does it promise any wisdom. It is beautiful, and despite what the poets and philosophers and theologians have said, I think beauty neither obscures truth nor reveals it. Likewise, it leads neither toward justice nor away from it. It is pharmakon. It radiates” (§164).

9. The question of what blue is is the center of Bluets. Blue becomes method and subject, a way of understanding the world and that which Nelson attempts to understand. In Bluets, blue is a process of accretion and a way to make sense of loss — an assemblage of connections, coincidences, references, notes that never pin blue down, but evoke and constellate it. Blue stands for the lack which brings about the writing of this work, but it is also the thing that flls that emptiness. Blue is both the lost relationship and the new correspondence to the world found by the writer, in the writing. Blue is also simply blue — a color, a feeling, something perpetually escaping the grasp of those who write about it, Nelson included.

10. Bluets themselves are cornfowers. Blue?

11. This, it seems to me, is an unresolvable question. In any case we do not emerge with an answer. Like light, blue is ungraspable. Transient. Also like relative time: moving, difficult to record.

12. In its 240 sections, Bluets records a period of suffering. These sections also record a search for
understanding (scientifc, philosophic, writerly, personal) of the fact of loss. Maggie Nelson relates her heartbreaking research to us, and her heartbreak to her research.

13. The accounting in Bluets is often personal, even private. At times it is melodramatic, but it is honest about its own melodrama: “Last night I wept in a way I haven’t wept in some time. I wept until I aged myself. I watched it happen in the mirror. I watched the lines arrive around my eyes like engraved sunbursts… I recognized this as a rite of decadence, but I did not know how to stop it” (§90).

14. Implicated in what Nelson relates is the body at its most vulnerable — unrecognizable in a hospital bed; mortifed at the sight of the broken or dying body; enraptured or frenzied in sex or the memory of sex. The body, the mouth, and the hand relate these stories.


15. To relate can mean to give an account of something, and certainly Bluets does this. As a testimonial to a period of personal loss, the book speaks like a still-shocked witness. In fragments, we receive the story of a lost relationship and of other loss (a friend in an accident; the more general fact of impermanence), but also, eventually of a kind of healing, or at least of possibility.

16. Possibility is one attribute of an accumulative form. Deprived of the causal relationships inherent to less fragmented forms, accretion does provide to the writer, to the reader as well, the refuge of possibility. Anything can happen next, because no one knows what goes on in the gaps.

17. Relate also means to connect. To be connected. As in the integration of other writers’ words within
Maggie Nelson’s text. As in her willingness to cram Goethe, Henry James, Emmylou Harris, Billie Holiday, Cézanne, Simone Weil, Isaac Newton, Schopenhauer, self-help books, Maurice Merleau-Ponty into one space. Her willingness to draw a slender line through all these works (and others), marking out where blue appears.

18. Nelson connects her loss, her experiences of what she calls blue, to a greater world of writing and thinking. She builds relationships between the things she fnds. Somewhere inside this construct she begins also to rebuild a world — one where she, along with her friend, is “asking, in this changed form, what makes a liveable life, and how she can live it” (§217). Working out what blue might be, making a collection of blues “in folders, in notebooks, in memory” and in “an imagined blue tome, an encyclopedic compendium of blue observations, thoughts, and facts” (§226) does not in fact lead to an absolute understanding of blue, but it does lead to “no longer counting the days” (§237). Connection — illumination — leading out of the darkness of loss.

19. “Love is not consolation,” Simone Weil wrote. “It is light.” Nelson, in the last pages of Bluets, takes care to remind us of this. She refuses to misrepresent the ongoing difficulty of living with loss and impermanence in their daily forms. She refuses love as a consolation and imagines it as light. She asserts the continuity of suffering even as she asserts the value of light and the possibility of change.

20. I sat in the dimness of the English evening and read Bluets. I could hear the muffled voices of my recent history somewhere outside the window. In the west, cracks let in some bright yellow rays. The last page, the last section: “All right then, let me try to rephrase,” writes Nelson. “When I was alive, I aimed to be a student not of longing but of light” (§240).

21. Irresistible, blue. But equally so that light.





Thanksgiving

Can beauty save us? Yesterday
I looked at the river and a sliver
of moon and knew the answer;

today I fell asleep in a spot of sun
behind a Vermont barn, woke to
darkness, a thin whistle of wind

and the answer changed. Inside the barn
the boys build bongs out of
copper piping, electrical tape, and

jars. All of the children here have
leaky brown eyes, and a certain precision
of gesture. Even the maple syrup

tastes like liquor. After dinner
I sit the cutest little boy on my knee
and read him a book about the history of cod

absentmindedly explaining overfishing,
the slave trade. People for rum? he asks,
incredulously. Yes, I nod. People for rum.



SHUJI TERAYAMA [16.358] Poeta de Japón

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Shūji Terayama

Shūji Terayama (寺山 修司? 1935-1983) fue poeta vanguardista japonés, dramaturgo, escritor, director de cine y fotógrafo, considerado como uno de los artistas más productivos y provocativos de la historia de Japón.

Nació el 10 de diciembre de 1935, como hijo único de Terayama Hachiro y Terayama Hatsu, en la ciudad de Hirosaki (Aomori). En 1945, su padre muere en plena guerra del pacífico, y su madre decide mudarse a Kyūshū, para trabajar en una base militar norteamericana, mientras él se queda a vivir con sus abuelos, en la ciudad de Misawa (también en Aomori). Durante este tiempo, Terayama vivió los bombardeos de Aomori, que mataron a más de 30000 personas.

Entró en el instituto de la prefectura de Aomori en 1951, y en 1954 ingresó en la prestigiosa Universidad de Waseda, donde comenzó a estudiar filología y literatura japonesa. Sin embargo, Terayama pronto cayó enfermo y dejó de ir a la universidad, por lo que terminó educándose trabajando en varios bares de Shinjuku. Este hecho marcó claramente su obra; en ella, él solía defender la idea de que "se aprendía más sobre la vida a través del boxeo y de las carreras de caballos que asistiendo a clases magistrales, o estudiando duramente". Esta forma de vida, le convirtió en una de las figuras más destacadas del movimiento "fugitivo", desarrollado en Japón a finales de los 60. El título de uno de sus libros más celebrados, resume la filosofía del movimiento: "¡Tira tus libros, y sal a la calle!".

En 1967, forma el Tenjo Sajiki, grupo de teatro cuyo nombre provenía de la traducción al japonés del título de la película de Marcel Carné, "Les Enfants du paradis" (1945). El grupo, pronto se orientó al arte vanguardista de crítica social; alguna de sus obras más conocidas de este contexto, son "Bluebeard", "Yes", y "The Crime of Fatso Oyama", entre otras. También estuvieron implicados en el grupo el artista Tadanori Yokoo, el cual diseñó muchos de los carteles de las obras, el compositor de música experimental J.A. Seazer y el músico folk Mikami Kan.

Terayama era también un original y apasionado poeta, campo en el que comenzó a destacar cuando tenía 18 años, cuando ganó el segundo premio de los Tanka Studies Award. Se dedicó con igual entusiasmo al cine, realizando más de 20 películas en las que se aprecia aún más que en el resto de su obra su particular (y polémico) punto de vista sobre la sociedad y los valores contemporáneos, y sobre todo, su afán por experimentar, tanto en la técnica como en el contenido de sus obras.

Se casó con Kyoko Kujo, confundadora del grupo Tenjo Sajiki, pero posteriormente se divorció; no obstante, continuó colaborando con ella hasta su muerte por cirrosis, ocurrida el 4 de mayo de 1983.


Doce Tanka
Por Shūji Terayama 



Tarde de habas,
revientan al unísono
todas las cáscaras:
ligado yo a mi madre,
soy parte del soneto.





Frente a una chica
que no conoce el mar
estoy plantado
con sombrero de paja,
extendiendo las manos.





Se va rodando
el sombrero de paja
y yo corriendo
para alcanzarlo vuelvo
acaso hasta mi pueblo.





Con el amigo
que ha perdido el dejillo
de nuestro pueblo,
qué amargo el café moka
de la conversación.





Como semilla
que se hubiera sembrado
dentro del sol
arden calladamente
tu mejilla y la mía.





Al escribir
que la vida no pasa
de ser tan solo
una pregunta, pasa
febrero en la gaviota.





Envejecí jugando
al escondite y aún
soy el que cuenta:
¿a quién voy a encontrar
en las fiestas del pueblo?





Vengo corriendo,
me detengo de golpe
y me adelantan
los vientos con su voz,
clamando por su tiempo.





Un girasol
de pétalos resecos
dado en ofrenda:
la tumba de mi padre
ya es más baja que yo.





Carga el cadáver
de una mariposa
una hormiguita:
no sé hasta dónde irá,
mas no proyecta sombra.





Mi apartamento
y la celda que habitas
en esa cárcel:
los unen bajo tierra
viejos tubos de gas.





Froto el cerillo
y, en un instante apenas,
niebla en el mar:
¿hay acaso una patria
por la cual arrojarse? ~

________________

Versión de Iván Díaz Sancho.






Histórico poema ‘Tanka’ surge de las cenizas nucleares de Japón


Encendiendo un fósforo / momentáneamente / Veo un nubloso océano – / ¿hay una madre patria / a la que pueda dedicarme?

[ La traducción al inglés de la cita de arriba fue realizada por Kozue Uzawa [en] y Amelia Fielden y mencionada en Kaleidoscope [en]: Tanka seleccionado de Shūji Terayama.]

Este famoso tanka, un tipo de poesía japonesa, pertenece a “Wareni Gogatsu wo” [en] la primera antología de Shūji Terayama [en], un poeta vanguardista japonés, dramaturgo, escritor, director de cine y fotógrafo.

Fue publicado en 1957 justo después de la Segunda Guerra Mundial, en un período de gran crecimiento económico. Kenshiro55,  bloguero que reseña poesía japonesa, explica el contexto histórico de este tanka:

Traducción Cita original

La imagen de un océano nubloso simboliza la incertidumbre o el vacío que se estaba esparciendo en la sociedad japonesa en ese tiempo. “¿hay una madre patria / a la que pueda dedicarme?”: el tono de esta pregunta suena tenso, veo los sentimientos de incertidumbre del autor: no hay nada en que creer de su vida, inclusive su propio país.

El 4 de noviembre del 2012, el bloguero kmirua [ja] adaptó el poema para expresar sus sentimientos en relación a los actuales temas que rodean la sociedad japonesa. Él incluyó una lista de palabras y términos como – evacuación, radiación, apagón y rumores – que se han convertido en jerga contemporánea en Japón después del desastre nuclear ocurrido el 2011:

Encendiendo un fósforo / momentáneamente / un aire denso llena el jardín

En la costa este de Gran Bretaña,
olvidé donde estaba

mojado
frío
húmedo

Abro la puerta con suavidad
En silencio salgo de la cocina

Una oscura nube estanca aún más el aire.
Parece estar frío
Siento una camisa mojada colgando.
siento un aire húmedo en mi pecho.
y sería mejor aún si me saco la camisa

El aire algo fresco,

arrollidándome ahí,
oliendo una brisa salada como el sedimento,
murallas mojadas,
moho,
desperdicios que yacen al lado,
y un aroma que ya no se aguanta,
Susurro esa canción.

Encendiendo un fósforo
momentáneamente veo el nubloso océano
¿hay una madre patria a la que pueda dedicarme?

Fenómeno explosivo [ja] [1]
Evacuación programada [en] [2]
Apagado frío [en]
Área de radiación controlada [ja] [3]
Rumores dañinos [en]
Cuestionario del manejo sanitario en Fukushima [en]
El secretario de la autoridad de regulación nuclear [en]
Democracia
Kenka no Iroha [el ABC de la lucha] [ja] [4]
Presupuesto de reconstrucción [en]

las vacías palabras llenaron al tren carguero
sentado en un otoño germano de fría llovizna,
Atrapo una fugaz sensación de un denso aire en Gran Bretaña

¿Hay palabras a las que pueda dedicarme?

A su muerte, yo apagaría el monitor cardíaco
y sin decirlo, el médico se acercó
intentando apagarlo

No por favor.

El médico bajó su mano con sorpresa y volteó hacia mi,
y dijo en voz baja,
No lucías como una máquina

Sacudí mi cabeza

Estoy acostumbrado a las cifras
Trato vidas con cifras
Ese es mi trabajo

No se detenga por favor

Incluso las vidas no tienen realidad.
¿Hay palabras a las que pueda dedicarme?

[nota: Los enlaces en el poema han sido agregado por el autor de este posteo, no por Kmiura.]
¿Qué es lo que ve en esta moderna pieza creada hace más de cincuenta años después del original?

Cuando contactamos al poeta para solicitar el permiso de publicar esta obra en Global Voices, nos pidió incluir referencias de dos de sus propios posteos para así agregar un contexto al poema. Una de ellas es “Discontinuidad y decepción” [ja] (1 de junio del 2012) la cual da una mirada dudosa a las operaciones que se llevan a cabo en una planta nuclear. La otra referencia es “Ella falleció” [ja] (7 de abril del 2009) en relación a la pérdida de su esposa.

Notas del traductor
[1] El “fenómeno explosivo” es una frase utilizada por Yukio Edano [en], Secretario en jefe del gabinete [eng] en una conferencia de prensa [ja] el 12 de marzo del 2011, cuando los reactores nucleares de la central eléctrica Fukushima I experimentaron una explosión de hidrógeno después de el Terremoto y tsunami.

[2] Tras el Desastre nuclear en Fukushima I en marzo del 2011, el gobierno japonés le pidió a la gente evacuar las áreas peligrosas [ja], ya que se definió como una región donde los residentes están en riesgo de exponerse a 20mSv (milisieverts) de radiación en un año, (una serie de normas establecidas internacionalmente por la Comisión Internacional de Protección Radiológica [en]) Aunque el gobierno nombro esta área una zona de evacuación programada, ha sido poco claro lo que en realidad estaba programado con la extensión gradual del área luego.

[3] El área de radiación controlada [ja] está definida por las leyes para mantener a la gente lejos de una exposición innecesaria a la radiación, donde no pueden entrar. En japonés, las palabras suenan como si la emisión radioactiva en sí estuviera controlada en el área.

[4] Kenka no Iroha: significa habilidades de sobrevivencia básica. Esta palabra se utilizó en un provocador comentario por Naoki Inose [en], el ex vicegobernador de Tokio (ahora gobernador), que comentó en Twitter en respuesta a la acción ilegal [ja] de los miembros de el Comité del movimiento Baodiao de Hong Kong [zh] que aterrizaron en la disputada Islas Senkaku (nótese que China se refiere a las islas como Diaoyu y Taiwan como Tiaoyutai). Su comentario aludía a que las habilidades básicas de combate que deberíamos utilizar es ahogar a la gente que nada por sobre el mar.

http://es.globalvoicesonline.org/2013/02/10/historico-poema-tanka-surge-de-las-cenizas-nucleares-de-japon/




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