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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ITZÍAR LÓPEZ GUIL [16.269]

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Itzíar López Guil 

(Madrid, 1968). En 1999 ganó el XXI Premio Internacional de Poesía "Ciudad de Melilla“ con Del laberinto al treinta (Madrid, Visor, 2000) y ha publicado los libros de poemas Asia (Madrid, Biblioteca Nueva, 2011) y Valores nominales, Ediciones de La Discreta, 2014. Reside en Zúrich, en cuya Universidad ejerce su labor docente e investigadora como Catedrática de Literatura Española.




Asia
Itzíar López Guil
Biblioteca Nueva
Madrid, 2011

Por Juan Carlos Abril


Sorprende este poemario* por su fuerza y su estructura sencilla y bien armada. Dividido en dos partes, Olas, de veintitrés poemas, y Asia, de cinco, el tono sostenido durante toda la entrega posee un remate impactante. Como reza en la solapa:

Itzíar López Guil (Madrid, 1968) es también autora de Del laberinto al treinta (2000), que fue galardonado en 1999 con el XXI Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla. Doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y la de Zúrich, es especialista en poesía española. En 2005 obtuvo la Cátedra de Literatura Española de la Universidad de Zúrich, Suiza, país en el que reside desde 1992.

Por tanto Asia es su segundo libro, y como tal viene a presentarnos a una poeta que ha medido y calibrado con extremada precisión esta segunda entrega. Con tan sólo veintiocho poemas, ninguno extenso, más bien ajustados a cierta brevedad y concisión, a cierta densidad narrativa, Asia es un libro sorprendente y altamente recomendable.

De lenguaje sencillo —y gramática accesible— con tonos intimistas, Asia permite establecer diversos contrapuntos en algunos de los temas que lo atraviesan. Sencillez frente a dureza, pero podríamos apreciar otros contrastes que llaman bastante la atención y que, en los asuntos que desarrollan, serán de lo que más destaque en el libro. Olas, en homenaje explícito a Raymond Carver, del que se citan unos versos que ejercen como pórtico del poemario, comienza con una suerte de poética de lo originario, lo primigenio, en el momento en que abrimos los ojos, ya sea metáfora de la creación o de la epifanía, ya sea de nuestra rutina más plena, en sentido guilleniano. Los ojos que se abren acabarán sinestésicamente oliendo y palpando, para ser: “más tarde/ un nombre en su memoria” (p. 15). Los ojos, por tanto, estarán en relación directa con el lenguaje, con los nombres y nuestra capacidad por ponerle un nombre a las cosas, en los diferentes procesos cognitivos y depurativos que van desde lo sentido a lo dicho, de lo pensado a lo escrito. Esta poética se concibe, por tanto, como una antesala que augura buenas vibraciones y que nos predispone para adentrarnos en un lugar que va y viene, como las olas, en un continuo juego de espejos en el que nada está donde debe estar, todo está moviéndose, mudando de apariencia y cambiando de rostro. Todo es escurridizo. De ahí el poema 6 (p. 20), en el que el personaje vuelve a Roma, una ciudad amada en otro tiempo, y se encuentra otro lugar desconocido, lleno de rencores y fantasmas.

Es sin duda un recorrido por varios lugares y personas, por varios momentos y recuerdos, salpicado de íntima emoción y que no deja al lector inmune. El poema 7, el 8 o el 11 son vivos ejemplos. Y en el 9 este fragmento nos ayuda a pensar el sentido que la autora da a sus textos, que son como olas u ondas incontenibles e inmarcesibles: “Es ceniza este bronco oleaje/ que muerde un instante tierra adentro/ y regresa después a sus espumas” (p. 23). A medio camino de esta primera sección, comienza a desdoblarse ese monólogo interior del que veníamos formando parte como lectores, y se proyecta hacia el diálogo con el otro. Hay una inflexión marcada por el poema 12 en el que el amor sublima el lenguaje, y viceversa, para convertirse en metáfora del propio diálogo entre dos que buscan —aun a riesgo de no poder entenderse en algunas ocasiones— comprenderse: “Parecen las palabras/ blandas siluetas/ que nos ponen en los labios al nacer […] Eso pienso ahora,/ en esta noche de febrero,/ cuando tomas mi mano entre las tuyas,/ sin más» (p. 26). El yo no sólo se desdobla hacia sí mismo sino que tiene virtualidad en el tú, es el tú el lugar donde se extiende con naturalidad y donde se desarrolla por necesidad. A partir de esta inflexión los poemas se enmarcarán en una imbricada relación dialógica, con sus ventajas y desventajas, con sus continuos riesgos y peligros, aunque también —afortunadamente— con sus luces y esperanzas, con su conciencia de finitud: “Vivo aquí,/ en este instante de luz/ que pronto será/ nada” (p. 31). El poema 23 es un intento de mantener la felicidad y el encuentro del diálogo —entendido en su punto más alto en clave amorosa—, pero también una conciencia clara de que todo se acaba. A través de la propia lectura, de lo que dicen las páginas, sin embargo, se podrá —se intentará— mantener el tipo en la radical verdad que destilan. Una lectura metapoética nos arrojaría, además, muchas y más ricas combinaciones acerca de esta escritura abarcadora, que tiene en cuenta más cosas de las que dice, y que se representa en esta caligrafía templada. O bien temperada.

En ese sentido no se puede desembocar a ningún espacio más atractivo y vertiginoso como lo que supone Asia, esos cinco poemas también breves, sin puntuación, que simbolizan todo lo salvaje y dionisiaco de nuestra naturaleza. Ya desde las tradiciones clásicas y antiguas así era. Por eso el primer texto se titula Dentro de mí: “ven/ arráncame los ojos/ tiende en mí tus pupilas/ ven” (p. 41), esas pupilas y ojos que se erigían en el primer poema  de Asia —la poética con la que comenzamos— como el elemento vehicular por el cual nos acercábamos al mundo, a la magia de la poesía, entregándose al amado para que nos ciegue; y el último Dentro de ti, que es: “palabra que palpita como fuego/ palabra en mi interior dentro de ti” (p. 45), un amado pertenece ineludiblemente al diálogo amoroso, pero también a la palabra poética (y viceversa), ya que forma parte del lenguaje y de lo que necesitamos para nombrar, pues debe estar ahí, dándole sentido al mundo y a nosotros mismos; y por eso hay también una suerte de entrega e intercambio que es lo que funda las relaciones, los fluidos, lo que no para. Amor y lenguaje unidos en un mismo sentido creativo, desde la conciencia poética pero también desde el sentido último humano… En cualquier caso Asia habla de la otredad, del otro, dándole prestigio al reconocerle su papel fundamental en nuestra propia supervivencia, hablando de nuestras necesidades. Y por esto y por otras muchas cosas, hay que leer Asia. Un libro apasionante.


1

Se abren las pupilas a la luz
y empiezan a adherirse
como larvas
al espacio que acoge su existencia:

sin saberlo,
le sorben el aroma y la textura,
oyen su murmullo amaneciente
en cada hierba,
en cada hoja,
desperezándose a la vida
con el fresco verdor de un bosque antiguo.

Y todo lo que huelen
y ahora palpan
será más tarde
un nombre en su memoria.


13

“Despierta”.
Voz del mundo que llama
midiendo tus minutos de trabajo.

“Despierta”.
Y tú obedeces y te apuras
frente al espejo triste del vivir.

Fuera, tras los cristales,
el sol dice con fuego el horizonte,
nombra suave los árboles,
las casas,
las personas.

Y su palabra sólida es ajena
al tiempo y a la muerte, alta sílaba
que inscribe en la ceniza tu existencia.
Sin dolor. Sin angustia.
Con la mano del dueño que acaricia
el lomo inquieto
y hace sentir la paz de su dominio.


21

No sé vivir
si no es al respirarte,
al dar contigo
en cada bocanada.

No hay paso
que no tenga apoyo en ti,
que no cumpla su fin
yendo a tu encuentro.

Los signos son silencio que te nombra
debajo de la piel, en la palabra
misma, dando tu voz a cada acto.

De aire o de metal,
todo eres tú
tendido en cada célula del día.

Y desde allí, siempre avizor,
acechas como lobo el universo.





`Valores nominales´
Ediciones de La Discreta, 2014

La obra: En este libro las alusiones económicas son guiños amargos que denuncian los sinsabores del abandono y la subalternidad. ¿Existe un mundo donde se reconocen los afectos? ¿Dónde habitan los mitos de la espiritualidad que trata de entender las realidades más dolorosas? En estos versos habitan personajes reales a los que humillan las leyes y obligan a inventarse vidas paralelas, a creerse un futuro feliz con un gesto fingido que promete el espejismo del amor si se paga lo necesario. Personajes que se imaginaron viviendo de otra forma mientras limpian las casas ajenas, y se reconocen en los destellos de luz que ilumina un espacio que no les pertenece, aunque brille como nunca bajo sus hechizos. En estos versos está el gesto vivo, el grito dichoso que aprende a volar con la esperanza de un mundo mejor, donde los niños aprendan a ser niños y se arranquen la costra de las guerras.

De la presentación de Ana Merino            

     

PERÍODO DE CANJE

La selva cede luz a cada noche, pero no vida: estómago insaciable, resuena y regurgita conteniéndonos indiferente.

Elisa pone un puntas en la mesa que todos celebramos. Nuestro guía mestizo le hace hablar y por la boca india vuelven tiempos de porteadora, de nieves y avalanchas. Y Don Luis, que, después de quedar viuda, le dio chamba y la trajo hasta el Oriente: con sus mismitos brazos, ella sola, levantó para él estas cabañas.

Su marido murió bajo el ripio, bajo una tonelada de gravilla: le aplastó la cabeza y le arrancó una mano. Una mano que nunca apareció. Una mano que, en sueños le reclama.

El guía tuerce el gesto y ella calla.

Mientras nos alejamos en silencio, palpita el intestino de Amazonia. Los dos lo esperan tras el desayuno. Y no logro dormir, pensando en eso y en Elisa.

No tengo ni la más remota idea.

No sé cómo tasar su historia en dólares.



CIERRE DE OPERACIÓN

Naces fuera del mapa y corres 
año y medio, como un loco, sur-
cando la malaria y la guerrilla,
hasta un punto con nombre y
con historia. No eres el primero
que se arriesga. Tampoco eres el
último en llegar. 

Por eso hay una valla y vigilancia. 

Por eso, cara a cámara enfrenta-
dos, se afilan el alambre y el
ingenio.

Nos dice el reportero en las noti-
cias que un salto es la medida de
tu fe. 

Y allí vas, soñador, por la pantalla,
con la tiza del hambre entre los
dientes, tratando de trazar tu cru-
cecita en la pizarra oscura del
progreso.

"Cierre de operación" está dedicado a los hombres y mujeres que saltaron la valla de Melilla en 2005 y 2006, y que el gobierno de Marruecos, con la complicidad del de España, deportó al desierto sin agua ni comida. A quienes han muerto en el intento. A quienes esperan ocultos en los bosques marroquíes.



CUSTODIA EN BÓVEDA 

Es primavera y vuelven los vence-
jos, en parda algarabía, a hacer
sus nidos. 

Tal vez ya no recuerden el cuartel
de invierno, en la lejana Uganda,
Tierra de los hombres, con cielos
infinitos que surcar y jamás posar-
se en Gulu, jamás una patita en
las cabañas donde duermen los
niños que no quieren ser soldados. 

"Svie-rié", gritan al verlos dirigir-
se tan juntos cada tarde al único
lugar donde no temen. 

"Svie-ríe", les saludan en su vuelo
sin pausa.

Luego ascienden por las nubes y
sueñan desde el aire, aleteando.

"Custodia en bóveda" está dedicado a los niños de Gulu (Uganda), caminantes de la noche. Y a todos los niños-soldado de Afganistán, Angola, Burundi, Camboya, Colombia, Filipinas, Guatemala, Guinea Bissau, Honduras, Irlanda del Norte, Kosovo, Liberia, Mozambique, Myanmar, Nepal, Chechenia, Nicaragua, El Salvador, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Sri Lanka, República Democrática del Congo y Uganda.

* Estos dos poemas forman parte del libro Valores nominales, Ediciones de la Discreta, Madrid, 2014. Prólogo de Ana Merino. Ilustraciones de Carlos López Cortezo.



Mal de altura

No es imposible subir al Cotopaxi, rumia nuestro guía, pero es mejor llegar solo al primer refugio.
Probar por una vez la altura rompiendo los pulmones, sentir la sal del corazón haciendo bulla en la garganta. Y luego regresar al pie, donde el sabor del aire es ya rancio y pausado.
No saber nunca de la boca que abrasa si se mira frente a frente.
No conocer sino los restos fríos, los labios silenciosos de la lava.










XAVIER RODRÍGUEZ RUERA [16.270]

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Xavier Rodríguez Ruera 

(Barcelona, 1975) cursó estudios de Filología Hispánica, Filosofía, Humanidades y Fotografía. Combina la creación literaria con los contratos temporales en la Administración Pública. Es autor del poemario Suburbio y Lejanía, publicado en 2012 por ed.Oblicuas, del poemario inédito en catalán Roc en dol, y del también inédito Los bíceps de Caronte. Reside en Barcelona.



Poema 

        Para los más desdichados, ya no servían las tablas
de la ley, sino la triste sábana de los anuncios clasificados
que publicaba domingo tras domingo aquel diario, y ante
la cual rezaban, sin demasiadas ganas.
Noche revuelta con las maletas a la puerta del dormitorio
en blanco, flechas de la ansiedad perforando la carne
insolidaria y sometida a la carcajada de una violencia
estructural, more rive gauche.
Los martes, la luz amanecía diferente, y en la mochila
cargaba con cervezas robadas que vaciaba una tras otra
en las hondas terrazas sobre las cuales dibujaban su extenso
laberinto las estrellas; cargada de veneno, brillaba Venus,
cercana y amarilla como un vientre de abeja.
En el bar donde trabajaba sin contrato, el hilo musical
reproducía la voz nasal de Dylan, gimiendo como un perro
mojado por la lluvia que corre tras el tren. ¿Qué tren? Era imposible
saberlo.
Sentía el peso de los ojos de los hombres oscuros que observaban
su cuerpo al caminar, calibrando en silencio la secreta pujanza
de sus nalgas.






Ciudad

En la deriva vespertina, convergían
oscuros cuerpos como fardos (la cobarde
noche del franquismo iba a ser larga), 
inundando meublés y cuartos alquilados.
Todo se compraba y se vendía, y a contraluz
del áspero tergal del estraperlo, manaba
sangre negra de las ingles de aquella
gangrenada Barcelona, más vieja
y más sabia, sin embargo, que el mar 
y que el amor.





Ceniza en la manga de un viejo

Ceniza en la manga de un viejo
es lo que dejan al arder las rosas.
                     T.S. Eliot
                              
Cruzarás el muro de cristal
de las puertas giratorias, con la firme
querencia que tienen los fantasmas
de regresar a su lugar de siempre,
y que entretanto aguardan en calles
retiradas, girando como fulgentes 
nimbos solitarios en torno a las farolas, 
o ven desde el alféizar cómo la madrugada
tiñe de perla las ventanas, llegando
desde el mar: errantes por la dulce
dimensión del tiempo que no logran
penetrar las rígidas espadas del sentido.
Cuando alguien muere, mueren
también los muertos que vivían
de él, con él, en él. Fumas haciendo
tiempo, apoyado en el vidrio
que refleja la sombra inaferrable 
de una vida, y la ciudad. La noche 
será larga. Pasa gimiendo una ambulancia.










JUAN FRANCISCO CASAS RUIZ [16.280]

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Juan Francisco Casas Ruiz 

Nació en La Carolina, Jaén, el 21 de septiembre de 1976) y se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Granada en 1999, como primero de su promoción y obteniendo el Premio Nacional de Fin de Carrera del Ministerio de Educación y Ciencia al mejor expediente universitario de España, galardón que le fue entregado por la Ministra de Cultura Pilar del Castillo.

En el año 2000 recibió la beca de Formación de Personal Docente e Investigador. Desde ese año hasta 2004 ejerció labor docente de dibujo y grabado en el Departamento de Dibujo de la Universidad de Granada mientras realizaba el doctorado en dicha institución. 

En 2002 fue seleccionado para la Muestra de Arte INJUVE, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y que posteriormente recorrió todas las capitales de iberoamérica. Desde ese año es representado por la Galería Fernando Pradilla (Madrid) y la Galería El Museo (Bogotá, Colombia), aunque ha realizado colaboraciones con la Galería Luis Adelantado (Valencia-Miami), la Galería Metta (Madrid), Galerie des Galeries (París), The White Square Gallery (Las Vegas, EEUU), la Galería Ferrán Cano (Barcelona-Palma de Mallorca) o la Galería Sandunga (Granada), entre otras.

En 2004 resultó ganador del prestigioso Premio de Pintura ABC, siendo presidente del jurado el artista Luis Gordillo, galardón que le fue entregado por la Ministra de Cultura Pilar del Castillo.
En 2005 fue el único representante español en la 2ª Bienal de Praga, (Prague Biennale 2, Expanded Painting / Acción Directa), organizada en dicha ciudad de la República Checa por la importante revista internacional de arte contemporáneo Flash Art Magazine y que contó entre otros con artistas internacionales de la relevancia de Damien Hirst, Maurizio Cattelan o Neo Rauch. 

En 2006, después de residir unos meses en Berlín,  participó en la exposición Catarsis - Rituales de Purificación en el Museo ARTIUM, Museo Vasco de Arte Contemporáneo, Vitoria, (junto con destacados artistas como Antoni Tapies, Antonio Saura, Miquel Barceló, Jorge Oteiza o Antoni Muntadas) y en The Sock Strategy. La Estrategia del Calcetín dentro de la  Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla.
Después de haber pasado unos meses en Brighton (Reino Unido), en 2007 recibió prestigiosa Beca de la Real Academia de España en Roma donde residió un año. En esa ciudad colaboró con el artista Joseph Kosuth, así como en el montaje de su exposición de La Casa Encendida en Madrid.

En 2008 expuso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), en la Real Academia de España en Roma y en Las Vegas (EEUU) en la colectiva The Joy of Sex.

En 2009, residiendo ya en Madrid, expuso en los Institutos Cervantes de Nueva York, Varsovia y Moscú, dentro de la exposición itinerante 10 Años de Arte en los Premios ABC.

En 2010 participó, junto con artistas de la talla de Gustave Courbet, Edward Hopper, Gerhard Richter,  Édouard Manet, Erwin Wurm, Robert Longo, Chuck Close, Philip-Lorca diCorcia, Rineke Dijkstra, Otto Dix, Richard Estes, Franz Gertsch, Julian Opie, Sam Taylor-Wood o Andreas Gursky, en la impresionante muestra Realismus. Das Abenteuer der Wirklichkeit (Realismo. La Aventura de la Realidad) en el museo Kunsthalle der Hypo-Kulturstiftung, Munich y en el Kunsthalle in Emden (Alemania), y en la colectiva After Post (más allá de la fotografía) con Vik Muniz, Gregory Crewdson, Helena Almeida, John Baldessari, Luis Gordillo y Sherrie Levine en Sevilla. Asimismo fue galardonado con la Beca del Colegio de España en París donde residió hasta fin de ese año. 

En 2011 participó junto con Alex Katz y Hans-Peter Feldmann en la colectiva Cover girl, en la Galerie des Galeries, Paris, y en 2012 realizó la exposición colectiva Alternative en la también parisina Galerie Seine 51.

En 2013 formó parte con Dalí, Picasso y Miró de la colectiva de arte español del siglo XX y XXI, "Hola! Spain - Spanish Modern and Contemporary Art" en el Cube Museum del Centro de Arte de Seongnam, (Corea del Sur) y en "De madonna a Madonna (De)construcciones de lo femenino en la sociedad contemporánea" en el museo Da2 Domus Artium 2002 de Salamanca.

En 2014 participó en la exposición Stranger than Fiction en la Galería Jonathan LeVine, Nueva York.

Ha realizado numerosas exposiciones individuales destacando Saturdaynigthbathroom, Bare(ly)there y Foreignaffairs, (A)utopic (Galería Fernando Pradilla, Madrid, 2005, 2008, 2010, 2014 respectivamente), After(h)ours (Galería El Museo, Bogotá, Colombia 2011), MyLovingNation (Galería Ferrán Cano, Palma de Mallorca, 2007), Sacrebleu! (Galería Sandunga, Granada, 2006), Mis(s)behave (Sala Rivadavia, Diputación provincial de Cádiz, 2006) y participado en las ferias de arte más importante del mundo, así como en casi todas las ediciones de ARCO desde el año 2002. Exposiciones en Nueva York, Miami o Chicago a Seúl, Singapur, Londres, París, México o Basilea, entre muchas otras, han contado con su obra y ha recibido numerosos premios y becas nacionales e internacionales.

Como labor paralela ha publicado numerosos libros entre los que destacan los poemarios Thesummerhaikus y A y otros poemas de relleno en Ediciones Alea Blanca. 

Su obra se encuentra representada en importantes colecciones como el Museo ARTIUM, el Museo ABC, la Colección del Ministerio de Asuntos Exteriores, la Colección de la Junta de Andalucía, la Colección de la Real Academia de España en Roma, así como en colecciones privadas de todo el mundo.





DETENERSE

Detenerse
Pausarse
Crecerse estático en los meandros
Infinitesimales y en las exploraciones
Interiores exhaustivas
Lentamente
Detenerse
De nuevo
Partir de una determinada trama
Ciertos motivos sintomáticos
Construir la narración
Desde la actual pérdida del sentido de realidad
Detenido
Descompuesto El colapso de lo real
La ambigüedad manifiesta
Vestirse aderezado de finísima ironía
De todo tipo de parafernalia postmoderna
Etiqueta requerida para la ocasión
Y desde aquí
Hegemónico
Transido
Descifrar el significado.

(de A y 69 poemas de relleno, Ediciones Alea Blanca, 2008







Nada de nada

Un animal moribundo eyacular
El deseo vehemente
Pura materia
Convocada por la disgregación la nausea
Elegíaco drama medieval
Los muslos a dentelladas arañazos sangrar como un cerdo sobre tu pubis rosa
O el peligro eréctil de pelar cebollas una sucesión de objetos afilados
Derivar instinto aquí y allí émbolo eternamente
El alcohol en la entrepierna chorrear
Instando a la brecha pornográfica
Y la boca llena de pelos
Y la cara desencajada
Y entonces
Decidimos que después de muertos
No nos quedan muchas esperanzas








Un flash y luego otro en una noche de marzo confirman sus más oscuras sospechas
Aquel acto de amor 
La posibilidad pretérita 
Y otras tantas cosas
Se le diluían entre las manos
Hubo sorpresa
Verdad misterio drama acción y todos los ingredientes básicos para
Un gran éxito de crítica y público








Eres
Como todas aquellas imágenes gentes fotografías
Que vagamente recordamos
Que un tiempo
Lejano impreciso
Parece ser que amamos








Los nuevos capítulos se escriben en los laboratorios
Tratan sobre el humo y las balas la palabra y el regreso
La mierda y el viento
Sobre el sueño y las sociedades constructoras sobre abogados y secretos cotidianos
El pasado y la adolescencia
Sobre la dicha y el regreso
Las verdades serán desde hoy universales
Observadas inducidas experimentadas
Falsables y reproducibles
Serán verdes y con estampados florales
De alegres colores
Y manchas de sangre
Salivazos
Y cicatrices en forma de corazón
Obtendremos así un delicioso cóctel de
Paradojas exhibicionismo y demás intimidades







Perseguimos fantasmagóricos esencialismos
Materia de tópicos paisajes
Y desde una estética derrotista nos cobijamos al calor de las estufas
El resplandor cálido y seguro que nos dan las certezas
O las ficticias seguridades que emanan los versos tremendamente predecibles resultantes repetidos como cartas de enamorados
Recorrer el mismo camino una y otra vez la estructura la conexión de sus partes recorrer si la memoria compartida instantes cotidianos para asumir la ausencia del otro el silencio trascendido los mismos instantes lo mismo de siempre el mismo camino lo mismo
Ida y vuelta
E ida otra vez
Constatar la vida urbana y moderna con sus taxis sus pérdidas farolas teléfonos y ropa sucia
Como el tremendo hastío línea a línea
Instando a falsos poetas
A que echen de una vez por todas un buen polvo en el suelo del pasillo para variar








Siéntate en mi cara y dime que me amas
Dime la brecha real el día que el mundo empezó a empequeñecer
Cartografiada nalga tensa y sudada
Ante la noticia de la muerte visible oscuridad erecta
El sueño escrito impreso
Instintivo recurso no fue fácil martes la pierna
Evácuame en el momento de preguntarse
Por la hora el dolor o mi teléfono
Anacronismos o estamos ya hablando de otras cosas
A ver
Cuestiónate la emoción que emana
Lo que se reconstruye y evoca
Y así dejándonos de procesos discursos y significaciones
Hoy ahora
Siéntate en mi cara y dime que me amas
Lo demás son estúpidas especulaciones






SEGUIR AQUÍ

Seguir aquí 

mas de otra manera 

tangencialmente se diría permanece 

como en el tiempo Toda un azar un cuerpo fragmentario se vislumbra 

ahora que las palabras deshacen tristes este tiempo nuestro ya pasado


He mirado 

por no existir no encontrar 

en los signos 

indescifrables la criptografía sexual 

signos de la luz 

hasta este cuerpo desde ese cuerpo 

piel de prodigios

Como contar que forma 

de narrar 

la blancura de ese cuello 
el perfume y el sudor 
el sufrimiento 
la piedad


Algunas fueron 

las palabras las miradas 

parcial conocimiento difuso 

apenas rozarla 

advertirla Escaso el contacto 

de la mujer que bajo 
mi sexo 

su cuerpo 

agita


Un cristal rajándose 

un verso 

al norte más norte 
la luna 
o un trozo apenas visible de ella 

tus labios 

y la piel 

que se estremece


Y es ahora una criatura dispersa toda ella 

fosforece 

con el último temblor de cada aliento 

la noche 

y poco más 

nada más 
se precisa Por voluntad propia pronunciando el color 

de cualquier sueño o circunstancia 

partirá para no nacer desde el destello del hielo y será muy clara 

lumínica 


apenas será


Y no desear 

el tormento 

de tus ojos el papel y el nitrato 

de plata tan sólo poco más 

y como poco a poco 

desaparece 

tu ausencia futura 

al fondo de su pupila no recordarla percibir 

tu nombre ignorar tus caderas 

la pálidez 

el colchón la noche 

de verano Ya no me queda 

nada pues nunca nada 
pudo haber 

mas aquello que habrá Ser todo dientes
todo carne
morder detenerme demorarme perderme entre tus piernas perpetuas
entre tus muslos líricos 
entre tu placer inagotable


Devorarte


Recorrer tus labios escarlata 



con el ansia del hambriento 

lamer 

tu níveo cuerpo labrado como en plata sediento 

saciarme en cada centímetro de tu piel 

esculpida en ámbar 

fosforecente
lúbrica 
salada 
luminosa 
húmeda


Hundirme en tí


Y así, desde dentro 

desde lo más profundo 

desde tu vulva ígnea, titánica, 

poder susurrarte 
gritarte

derramarte

una y otra vez 

hasta el fin 

todo esto que te escribo.








EBRIO

Quisiera ser todo dientes
todo carne 
morder detenerme demorarme 
perderme entre tus piernas perpetuas 
entre tus muslos líricos 
entre tu placer 
inagotable

Devorarte.

Recorrer tus labios escarlata 

con el ansia 
del hambriento 
lamer 
tu níveo cuerpo labrado como en plata 
sediento 
saciarme en cada centímetro de tu piel 
esculpida en ámbar 
fosforecente 
lúbrica 
salada 
luminosa 
húmeda

Hundirme en tí

Y así, desde dentro 
desde lo más profundo 
desde tu vulva ígnea, titánica 
poder susurrarte 
gritarte 
derramarte 
una y otra vez 
hasta el fin 
todo esto que te escribo.










MANUEL JOSÉ PÉREZ [16.281] Poeta de Panamá

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Manuel José Pérez

(1837-1895)
Nació el 13 de diciembre de 1837, en la ciudad de Panamá. Doctor en Derecho y Ciencias Políticas, fue abogado de profesión y tuvo una destacada carrera judicial. Vivió largas temporadas en la población de Chepo, donde tenía valiosas propiedades, e hizo frecuentes viajes al Sur. (Varios hermanos suyos, entre ellos Ramón, reputado filólogo, se habían radicado en Guayaquil.) Murió siendo Vicepresidente del Tribunal Superior del Departamento de Panamá, el 28 de septiembre de 1895.

Según Rodrigo Miró: “Entre nuestros románticos, Pérez se revela como el de más ancha ambición. Hombre de preocupaciones varias, espiga en muchos campos. Teoriza sobre política y sobre filosofía moral, al par que hace literatura. Como poeta, a juzgar por la cronología de su obra, es un caso de expresión tardía. Por lo mismo -ocurre con los que llegan tarde-, una entusiasta. Musset, Lamartine, Byron son parte de sus cariños poéticos. Y Espronceda y Núñez de Arce lo influyen claramente. Escribe poemas de intención filosófica y fáciles adocenados versos de album, o bien composiciones delirantes, hijas de una fértil fantasía. Es poeta impulsivo -lo confiesa-, no dado a corregir. Sin embargo, se mantiene dentro de un decoroso nivel, y alcanza a ratos calidad.”

El Doctor Pérez tenía dotes especiales de orador; y varias veces se le oyó en la tribuna expresando con elocuencia sus brillantes opiniones. Era colaborador obligado de todos los periódicos de la capital, pues conocidos como eran su genio poético y aptitudes para el periodismo, su colaboración era solicitada por doquier.

Rodolfo Aguilera, nos cuenta en su obra, que cuando murió el Doctor Pérez, el sepelio fue suntuoso y popular. El pueblo siempre noble, generoso siempre, concurrió hasta el cementerio; no ha despedir quizás al adversario político; sino al escritor connotado y al amigo verdadero.

Obras de Manuel José Pérez

Ensayos morales, políticos y literarios. Tipografía de M. R. de la Torre e Hijos, Panamá.1888
El último delirio de Lord Byron. Poema en prosa.1889
Las teorías. Imprenta y Encuadernación de Aquilino Aguirre, Panamá.1890
Sin nombre. Imprenta Florentino Mora, Panamá.




Deseo Sin Nombre

Yo busco entre las sombras de la noche,
un algo, un no sé qué;
de la flor el aroma en casto broche
buscándolo aspiré.

He libado la miel de los panales
tan dulce y perfumada,
y en lagos de purísimos cristales
mi sed quedó saciada.

Y en la mañana, al descorrer la aurora
sus puertas de zafiro,
he buscado en su luz arrobadora,
aquello en que delirio.

Mas ni la sombra, ni la flor, ni el día,
satisfacen mi ardor;
ni la miel de panales mi agonía,
ni el llanto mi dolor.

Falta a mi ser un algo, un no sé qué,
vida a mi corazón;
sueño que vivo y sueño que soñé,
y el sueño es ilusión.

¿Dónde, cómo llenar este vacío,
que siento dentro en mí?
Cálmate, corazón, para el hastío,
¡ay! , la tumba está allí...

Del libro: Ensayos morales, políticos y literarios



El Corazón

(Fragmento)

A mi amigo, Don Manuel Gamboa.

Viajaba yo por procelosos mares,
con vario viento y con fortuna varia,
unas veces alzando una plegaria,
otras, lanzando horrible maldición.

Buscaba lo imposible; era mi tema,
palpar la realidad de lo impalpable,
y escudriñar la víscera variable
en su modo de ser: —el corazón.
Yo quise examinar fibra por fibra
y latido a latido lo que encierra, 
esa ánfora divina, aunque es de tierra,
ora de vicio asiento ó de virtud;
Y audaz, cuál pocos, con mirada atenta,
el alma concretada en su ardimiento;
el vuelo desplegando al pensamiento,
la niñez estudié y la senectud.

Y osado pretendí de sus misterios
el secreto alcanzar que lo domina,
qué estrella lo dirige y lo encamina,
y á qué ley obedece el corazón.

¡Querer y no querer a un tiempo mismo,
amar hoy y aborrecer mañana,
asiento de grandeza soberana,
o esclavo de una mísera pasión!

Siempre es el centro a do converge todo,
fuente de todo bien, del mal sentina,
unas veces al cielo se encamina,
y del infierno esclavo en otras es;

Y henchido de soberbia, en ansia loca,
por el inmenso espacio tiende el vuelo,
o humillado se arrastra por el suelo
olvidando su orgullo y su altivez.

Y trémulo, jadeante, estremecido,
el velo levanté que lo cubría,
y la frente bajé triste y sombría
asustado ante tanta lobreguez

Y mi mano extendí por si pulsaba
palpando la materia, sus latidos;
pero salté de horror sobrecogido,
y en el llanto del alma me anegué.

¿Es esto el corazón? ¿aquí se anidan
el amor, la virtud, el bien o el mal?
este, el sitio será de la inmortal
aspiración eterna de la vida?

¿Es la materia vil arca divina,
y el bien y el mal la misma flor encierra?
y la hiel y el almíbar de la tierra
en mística redoma están reunidas?

....................................................................
....................................................................

Ya sobre el horizonte el sol asoma,
y de carmín y gualda y plata y oro,
ofrécenos espléndido un tesoro,
inmenso como es todo lo inmortal.

Veremos desplegar radiante el manto
al astro rey; su luz que reverbera
sobre la humanidad, que en esta esfera
sufre llorando con dolor fatal,

No penetra en el fondo de las almas,
no puede averiguar si hay un misterio
en cada corazón: allí su imperio
se estrella ante la horrenda oscuridad...

1881
Del libro: Ensayos morales, políticos y literarios



Fantasmagoría

(Inédita)

Vago ansioso por tu orilla
pintoresco “Mamoní”,
mirando el cristal de tu onda
y tu arena tan sutil.

Llego y trepo a la colina,
y distingo desde allí
cual tus aguas culebrean
pintoresco “Mamoní”.

Voy buscando en tus orillas
los amores que perdí,
y pregunto a la corriente
que murmura dulcemente
si mi Filis está allí;

Y los ecos me responden,
pintoresco “Mamoní”,
en tus ondas y torrentes,
y en la voz de tus corrientes:
“Ya tu Filis no está aquí”.

Del libro: Ensayos morales, políticos y literarios




Martirio

Canción
(Inédita)

Mi labio no murmura una palabra,
ni mis ojos te expresan mi dolor;
en el aire se pierden mis suspiros,
muda es la queja de mi ardiente amor.

Mi ardiente amor ¡Mi loco desvarío!
la esperanza se apaga ante el desdén;
tu alma de fuego para mí está helada,
ni tus ojos me quieren comprender.

Cúmplase, pues, de mi fatal estrella,
el signo maldecido, y sufra yo;
no eres tú la culpable si no logro
que tu alma vibre a impulso de mi amor.

Que sufra yo las penas del infierno
cuando el Cielo contemplo faz a faz!
y aunque desdeñes el amor de mi alma,
jamás te olvidaré, jamás, jamás.

Del libro: Ensayos morales, políticos y literarios





El Eco

Mis ojos con sus ojos se encontraron
y al suelo los bajamos todos dos,
nuestros labios acaso murmuraron
un voto, una plegaria, una oración.

Tímidas, nuestras manos se enlazaron,
mas, no miré su rostro encantador,
que a mis ojos las lágrimas velaron,
y romperse sentí mi corazón.

Y trémulos, sin voz permanecimos,
y el silencio tan sólo fue el que habló;
y así, un poema de amor nos repetimos,
desde el “te amo, mi bien”, hasta el “adiós”.

Y entonces nuestros ojos se encontraron,
y al imán de su aliento abrasador,
mis labios con sus labios se juntaron,
y a su seno, mi seno comprimido . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Del éxtasis aquel, cuando volvimos,
el silencio rompióse entre los dos;
“Nos amaremos siempre”, nos dijimos;
y un eco, “siempre, siempre”, repitió!

De su ser los efluvios me embriagaron,
mi mente en ilusiones se recreó;
el néctar que mis labios saborearon
en sus labios de miel, me enloqueció.

Delirios inefables que pasaron,
que envidiaran los ángeles de Dios;
promesas que los vientos se llevaron,
juramentos que el viento arrebató . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La vi después; sus ojos se inclinaron
como otra vez, al suelo, con rubor;
y mis labios entonces balbucearon
espantosa, tremenda maldición;

Nuestras manos entonces no enlazamos,
entonces su mirada no se alzó;
un “adiós” suspirando murmuramos,
y el eco repitió, “por siempre, adiós”.

Panamá, 1883
Del libro: Ensayos morales, políticos y literarios


Dos Sonetos: A Bolívar 
y Por Bolívar

___

A Bolívar
___
Por pedestal, los Andes: por diadema,
en fondo azul espléndido brillante:
“Su voz, el trueno”: llama rutilante,
de su mirada ignífera es emblema.

La América es su altar: pira sagrada
la gratitud le guarda inextinguible;
avívala y protéjela invisible,
de Colombia la gloria inmaculada.

Su nombre es talismán. Cinco Naciones
al pronunciarlo doblan la rodilla
que no inclinan jamás ante legiones;

Que es Bolívar..! el héroe sin mancilla
a quien colman de ardientes bendiciones,
y el mundo de Colón ante él se humilla.


___

Por Bolívar
___
Al que dio libertad a un Continente
y de seres abyectos hizo hermanos:
al que humillo el poder de los tiranos,
con Dios, y con su espada prepotente;

A Bolívar, en fin, dios de la guerra,
héroe en la lucha y en la paz un sabio;
al que no puede pronunciar el labio
sin bendecir su nombre acá en la tierra;

Al que fue de virtud y honra modelo,
una pluma mordaz y corrompida,
por escalar de la fortuna el cielo,

calumnia audaz, su fama esclarecida.
Mas, vil gusano que rastrea en el suelo,
¿Podrá alcanzar a la columna erguida?

1878
Del libro: Ensayos Morales, Políticos y Literarios

NOTA: Estos sonetos han sido escritos en desagravio
a la memoria del Libertador, atrozmente calumniada 
por el literato peruano don Ricardo Palma.




Resignación

Corazón, corazón!__ ¿Por qué palpitas
cual si quisieras reventarme el pecho?
¿Por qué en violenta convulsión te agitas?
¿En tu recinto, acaso estás estrecho?

¿Quieres la libertad para que acalle
de la ambición el ímpetu furioso,
y que en pedazos destrozado estalle
el seno que te abriga generoso?

¿Quieres amor y gloria y poderío,
y un débil muro opónese a tu anhelo?
ah! te engaña tu loco desvarío,
la dicha, corazón, está en el cielo.

Todo es fugaz y transitorio: __incierto,
es todo cuanto vemos y aún palpamos;
hasta arribar al suspirado puerto,
resignados callemos y suframos.

Del libro: Ensayos Morales, Políticos y Literarios




Adiós

Se vá mi sombra, pero yo me quedo.
Carolina Coronado.

Si en la mañana, al despuntar el día,
vieres mi sombra contemplarte leda,
acéptale su abrazo misterioso,
porque se vá mi sombra y mi alma queda.

Si en noche tempestuosa, entre sollozos,
de mí voz escuchares el remedo,
no temas acogerla con cariño,
te dirá adiós mi sombra y yo me quedo.

Y si del mar embravecido, la ola
a playa ignota mi cadáver lanza,
mi súplica postrera es que no olvides
que he cifrado en la muerte mi esperanza.

Si acaso entonce, en medio de tus triunfos,
vuelve mi sombra a contemplarte leda,
acéptale su abrazo misterioso,
que el cuerpo ha muerto, pero mi alma queda.

Del libro: Ensayos Morales, Políticos y Literarios




A Miguel Grau
__

Contra – Almirante de la Escuadra Peruana y
Comandante del "Huáscar".
__

SONETO

Surcas el mar en busca de enemigos:
Cual David a Goliat, audaz provocas;
Patria y Honor en el conflicto invocas,
que del duelo inmortal son tus testigos.

Dios es el juez; por premio, la Victoria:
Del combate, las olas son la arena,
y en tu frente gentil, noble y serena
luce el fulgor de inmarcesible gloria.

Caballero y cristiano, tú al vencido
le tiendes, digno, generosa mano,
y lloras junto al muerto y al herido;

Que bajo el noble pabellón peruano,
otra patria reclámate al olvido,
pues del Perú eres hijo; y _ _ _colombiano.

1879
Del libro: Ensayos Morales, Políticos y Literarios




Acróstico

[INÉDITA].

__

A GERÓNIMO DE LA OSSA.
__

Alma del alma mía, luz de mis ojos,
Numen divino, inspiración del bien,
Generosa criatura, a quien rendido
Estremécese y póstrase mi ser;
Luzca ya para mí una nueva aurora,
I al dulcísimo acento de tu voz,
Ciña mi mano con azahar tu frente
Ante el altar purísimo de Dios.

1878
Del libro: Ensayos Morales, Políticos y Literarios




28 de Noviembre de 1821

A LA AUGUSTA MEMORIA DE LOS PRÓCERES
DE LA INDEPENDENCIA.
__

Cayó el poder decrépito de España
antes el valor del rudo Americano;
para impedirlo, su furor y saña,
su riqueza y poder, fueron en vano.

Dióle Dios a la España el poderío,
de un Nuevo Mundo haciéndola Señora
y al través del inmenso mar bravío
de la América fue la protectora.

Y fue feliz, y en su extensión inmensa,
no vio noche total, siempre hubo día,
que al derramar el Sol su luz intensa,
sobre España por siempre relucía.

Mas, el Poder da vértigos: la Historia
ha consignado en páginas eternas;
los fulgores del astro de la gloria,
y el castigo también de su soberbia.

Abusó de la fuerza, y fue vencida,
y sus huestes, do quiera derrotadas,
no hallaron compasión en su caída:
Quien oprime al más débil, se degrada.

¿En dónde está, oh! España, esa pujanza,
dueña y señora tú, del Orbe un día,
cuando todo, implacable en tu venganza,
a tu orgullosa voluntad cedía?

¿Qué se hicieron, España, tus legiones
de Héroes, dignos del tiempo de Pelayo?
destrozadas las vistes por campeones,
como el sin par Bolívar; Páez, el rayo;

Y el que en Berruecos fue víctima santa
de la ambición que creara el coloniaje,
fatal origen de miseria tanta,
fruto del español, no del salvaje;

Y Santander, el hombre de las leyes;
y el sabio Cáldas, y Nariño, y Zea,
y mil otros y mil, que de los reyes
el cetro quebrantaron con la idea!_ _ _

Que por do quier la sangre generosa
fecundaba el terreno americano,
y víctima tras víctima, preciosas,
maldiciones lanzaban al hispano.

Sangre, que derramada hasta a torrentes,
ahogó, en justicia, al déspota español;
y en sus dominios vastos y potentes,
dejó de verse eternamente el sol.

Pues cada nueva frente que caía
al golpe del verdugo sacudida,
era una nueva estrella que ceñía
la diosa Libertad, enternecida,

E indignada también. __Ah! Cuánto luto,
sembraba el español do quier pisaba!
de lágrimas y sangre era el tributo
que la España a la América arrancaba.

Pueblo infeliz!__ la sangre de tus venas
savia de libertad por siempre fue;
y al romper del esclavo las cadenas
el mundo entero te admiró, de pié- - - -

Mas, ¿eres libre ya tras cruenta lucha,
tras el cadalso por la Patria alzado,
cuando aún la voz de mártires se escucha,
por hacerte feliz, sacrificados?

¿Gozas, pueblo infeliz, de los derechos
que conquistó el patriota denodado,
cuando los grillos en pedazos hechos,
al déspota le fueron arrojados?

¿Qué es hoy la libertad? __"Cuánto en su nombre,
se comete de crímenes horrendos!"
mírase al hombre víctima del hombre,
y al son de libertad, sangre vertiendo!

Ya no es uno el tirano que te oprime,
pues de tu seno surgen por do quiera;
la libertad augusta otra vez gime,
rota en girones su triunfal bandera.

Se derramó tu sangre, y Dios lo quiso,
para regar el germen de una idea;
mas, la ambición corrompe lo que El hizo,
y huye la luz porque la noche sea.

Porque, ay! del suelo fecundado brotan
tiranuelos más crueles que el hispano,
que mienten libertad, y que la invocan
para mengua del pueblo colombiano!

Oh! Libertad! __Levántate hoy erguida
pura y radiante como el almo Sol;
y a Colombia, que amparas con tu egida,
recuérdale tu credo bienhechor:

“Yo soy la Libertad,” di, estremecida;
“Yo del esclavo el hierro destrocé;
“Mis legiones no pueden ser vencidas,
“Si se inspiran en mí, si tienen fe.

“Yo soy la fuente de perenne gloria
“Que dignifica el corazón humano;
“No la licencia, despreciable escoria,
“Que hace surgir do quiera los tiranos.

“Y el ángel soy, que vengador, terrible,
Del pueblo imprimo en la feliz memoria,
Que es castigo del déspota temible,
El hierro enrojecido de la Historia,

“Y también, y también, ardiente inspiro
“Aliento de venganza al pueblo inerme,
“Y en furores convierto los suspiros
“Con que, infeliz! en su dolor se aduerme.

“Pueblo! __Escucha mi voz no desmentida:
“Licencia y Libertad truecan en vano,
“Que no arraiga en los crímenes la vida,
“Ni entre las olas fructifica el grano....

1881.
Los versos en bastardilla, son de NUÑEZ DE ARCE.

Del libro: Ensayos Morales, Políticos y Literarios





En un Álbum

(IMPROMPTU)

Has querido que cante, que aquí deje
un recuerdo y mi nombre; y aquí están:
el recuerdo será como una sombra;
y mi nombre….¿quién en él pensará?

Un recuerdo! __Las nubes purpurinas
que en alas del turbión se ven pasar,
las ondas que gimiendo se suceden,
y su espuma en la playa al espirar;

La titilante luz de las estrellas,
el susurro del agua en el gramal,
el arrugo de tórtola, doliente,
la duda y el dolor, el bien y el mal;

El suspiro y la queja, la inefable
dulzura del primer beso de amor;
el canto de las aves, el perfume
de la mujer amada o de una flor;

Y la lucha, el esfuerzo, la victoria,
y la derrota y término; la Cruz
que la Fé simboliza; y la Esperanza,
maga que nos engaña hasta el ataúd:

Todo es recuerdo; luz que ya se apaga,
brisa que pasa murmurando leda;
y aún del dolor en la enconada herida
fugitivo recuerdo en cuanto queda.

Todo es recuerdo; el Sol que amarillenta
las lejanas colinas cuando espira,
y el mismo Sol que entre arreboles nace,
y el aura que se queja y que suspira;

Y todo pasa; la onda silenciosa
bruñe el cristal rizado por la brisa:
Hoy el volcán vomita ardiente lava,
y mañana en su cráter hay ceniza.

Y mi nombre!. . .¿qué importa, qué es un nombre!
ruido que se alaga, acento que se pierde
del mundo egoísta en la infernal batahola;
pasará sin que nadie lo recuerde.

Será un eco perdido en un desierto;
un punto, en un espacio sin medida,
y ni un punto quizá marque mi estela,
que la estela se borra con la vida.

Y al referir su historia, ¿quién diría
que fue ayer más feliz que hoy desgraciado?
¿Quién, con mirada fría, alzando el velo,
va desangrar su corazón llagado,

Cuando el amor en él dejó su huella,
y la ambición sus garras hincó en él;
cuando la Gloria le infiltro un veneno,
y la Esperanza lo burló también?

¿Y quién entona melodiosos trinos,
y quién alienta cánticos de amores,
cuando todo es recuerdo en su alma triste,
si en el erial de su alma ya no hay flores?

Es el nombre la historia de una vida,
y es triste, al terminarse la jornada,
pasar como las ondas y las nubes;
nada en las aguas, y en el éter, nada.

Del libro: Ensayos Morales, Políticos y Literarios


BILL HICKS [16.282]

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Bill Hicks

William Melvin "Bill" Hicks (n. 16 de diciembre de 1961 - f. 26 de febrero de 1994) fue un comediante y monologuista de Stand-up estadounidense nacido en Valdosta, Georgia.

Influenciado por Richard Pryor, Johnny Carson, Woody Allen, y gracias a su amistad con Dwight Slade, entró en el circuito de comediantes de Stand-up a una edad muy temprana. En la década de los años 1970 hizo presentaciones en su ciudad natal Houston, Texas y fue muy popular en el Comedy Workshop. En ese club de comediantes conoció a Sam Kinison, con quien entablaría amistad.

Después de graduarse en la escuela secundaria Bill se mudó a Los Ángeles donde comenzó a presentarse junto a Jay Leno, Jerry Seinfeld y Gary Shandling.

Luego de dos años de frustraciones regresó a Houston. A pesar de esto siguió abocado a la comedia con entusiasmo. Comenzó a viajar sin descanso construyendo una pequeña fila de fieles seguidores.

En 1984, con el apoyo de Jay Leno apareció por primera vez en el show de David Letterman y comenzó a frecuentar salas más prestigiosas. Lentamente fue adquiriendo gran respeto por parte de sus colegas comediantes.

Se trasladó a Nueva York y nuevamente se integró en el mundo del espectáculo tradicional. Si bien asistió a reuniones de Alcohólicos Anónimos, nunca dejó de consumir drogas. En algunos de sus espectáculos solía decir que "algunos momentos son grandiosos con drogas". Esta sinceridad y postura se vieron reflejados claramente en sus espectáculos.

El tabaco, el alcohol, los opiáceos, y la televisión eran para él herramientas del sistema. Como tales eran utilizadas para disuadirnos a todos de crear un mundo mejor. Siempre trataba con cuestiones como vida, muerte, drogas, sexo y música, y es considerado por sus fanáticos el Nietzsche de la comedia. También fue censurado gravemente por sus detractores, en su mayoría estadounidenses. De esta manera, se ganó su prestigio como comediante en Inglaterra, donde los mensajes críticos con la política y sociedad capitalista y sus reflexiones tenían cabida. En 1988 fue lanzada su primera cinta en vídeo titulada "Sane Man". La misma fue grabada ante una multitud entusiasta en Austin, Texas. A éste le prosiguió el álbum Dangerous en 1990. Para ese entonces daba entre 250 y 300 shows por año. Le seguiría Ninja Bachelor Party en el año 1991. En el Just For Laughs Festival en Montreal, Bill fue un éxito de público y crítica.

En 1993 fue reverenciado por la revista Rolling Stone y fue nominado por tercera vez por la American Comedy Awards como "El hombre Stand Up del año".

Comenzó a trabajar en Counts of the Netherworld un concepto de programa de entrevistas, para la televisión británica. También escribió una columna para la revista Scallywag de ese mismo país y el periódico The Nation.

Diversas bandas de rock como Radiohead, Rage Against the Machine y Tool manifestaron su admiración y lo adoptaron como bandera. Se enteró que padecía cáncer de páncreas en junio de 1993, no obstante optó por mantenerlo en secreto y seguir con sus proyectos. Él había grabado Arizona Bay y Rant E-Mino r. Entre sus planes estaba mezclar dichas grabaciones con música. El marco conceptual de la primera de estas era según él su propio "The Dark Side of the Moon" haciendo alusión al famoso disco de Pink Floyd. Ese año Bill se sometió a quimioterapia una vez por semana y se mudó a la casa de sus padres.

En octubre grabó una nueva actuación para El Show de David Letterman, que se convirtió en uno de sus momentos más infames. De regreso a su hotel luego de la grabación Bill manifestó que habían censurado parte de su segmento. Como respuesta escribió una carta de 39 páginas a John Lahr de The New Yorker manifestando su descontento. Lo cierto es que dicha actuación había sido aprobada previamente dos veces por el canal. Fue su última aparición en la televisión. Sus últimos días los pasó tranquilamente en la casa de sus padres y con su círculo íntimo de amigos, a quienes llamó especialmente para leer a Tolkien.

El 26 de febrero de 1994, a los 32 años de edad, falleció en la ciudad de Little Rock, Arkansas. Hoy en día permanece en las memorias de sus seguidores mitificado, considerado como una persona que transmitió un mensaje necesario.



Bill Hicks, "el poeta oscuro" 

Fue sin duda alguna un cómico y pensador único. Un verdadero agente del conocimiento; su misión fue la de impulsar la evolución colectiva. En mí, como en tantos más, sembró una semilla que germinó en una mente libre. Es por eso que realicé este modesto homenaje a mi héroe personal. ¡¡Muchas gracias Bill!!



La Vida Es Solo un Viaje - Bill Hicks


El mundo se parece a un paseo en un parque de diversiones. 

Va de arriba abajo, da vueltas y vueltas. 

Esto tiene emociones y frialdad y es intensamente coloreado, 
es muy ruidoso y es divertido, por un rato. 

Algunas personas han estado en este paseo por un largo tiempo y empiezan a preguntarse, 
¿es esto real, o es sólo un viaje? 

Y otras personas han recordado, y se vuelven hacia nosotros, y dicen, 
"hey – no te preocupes, no tengas miedo, jamás, porque, esto es sólo un viaje..." 

Y nosotros... matamos a esas personas. Ha ha "Cállenlos." 

"Tenemos mucho invertido en este viaje. Cállalo. Mire mis arrugas de preocupación. 

Mira mi gran cuenta corriente y mi familia. Esto tiene que ser real." 

Es sólo un viaje. Pero nosotros matamos a esos buenos tipos que nos trataban de decir eso, 
¿te has dado cuenta? Y deje a los demonios volverse locos. 

Jesús asesinado; Martin Luther King asesinado; Malcolm X asesinado; 
Gandhi asesinado; John Lennon asesinado; Reagan... herido. 

Pero no importa porque: Es sólo un viaje. 

Y podemos cambiarlo cada vez que uno quiera. Es sólo una opción. 

Ni esfuerzo, ni trabajo, ni ahorros o dinero. 

Una opción, ahora mismo, entre el miedo y el amor.

Los ojos del miedo quieren que pongas cerraduras más grandes en tus puertas, 
que compres armas, que te cierres. 

Los ojos del amor, en cambio, nos ven a todos como uno. 

Esto es lo que podemos hacer para cambiar el mundo, ahora mismo, para un mejor viaje. 

Toma todo ese dinero que gastamos en armas y defensas todo el año, y en cambio, gástalo en alimentar, vestir y educar a los pobres del mundo, que muchas veces más, 
ningún ser humano será excluido, y podremos explorar el espacio, juntos, 
ambos exterior e interior, para siempre, en paz. 

Muchas gracias, han sido excelentes.

Efectos de sonido de tres disparos, Hicks pretende caer muerto, las luces bajan.

[“Revelations”, 1990's] 





Buenas tardes, mi nombre es Bill Hicks. He estado en esto de la comedia 12 años, así que, eh, acompáñenme mientras les muestro una sonrisa falsa y paso por esta mierda una vez más… Estoy algo cansado de viajar, algo cansado de hacer comedia, algo cansado de ver sus rostros inexpresivos mirándome, queriendo que llene sus vacías vidas con humor que posiblemente no pueden pensar por sí mismos.





La gente me dice: "Oh, Bill, qué tienes en contra de las estrellas pop, ellas son tan limpias y son una buena influencia para los niños, déjalas en paz". ¡Qué carajo! ¿Cuándo la mediocridad y la banalidad se convirtieron en una buena influencia para los niños? Quiero que mis hijos escuchen algo que los sacuda. No me importa si esas personas mueren ahogadas en su propio vómito, quiero escuchar a alguien que toque desde el puto corazón. "Mamá, este hombre Bill dice que escuche a ese músico que sangra por la nariz". ¡Cállate y escúchalo tocar! 


*


Me encantó cuando George H.W. Bush salió a decir, "Estamos perdiendo la guerra contra las drogas". ¿Saben lo que eso implica? Se está disputando una guerra y la gente drogada la está ganando.



*


Vivimos en un mundo donde John Lennon fue asesinado, mientras Barry Manilow continúa sacando álbumes. ¡Maldita sea! Si vas a matar a alguien, ten algo de buen gusto. Los llevaré a la casa de Kenny Rogers.


*


He notado cierto antiintelectualismo en este país, desde 1980. Estaba en Nashville, Tennessee, y después del show me dirigí a un restaurante de waffles. No estoy orgulloso de ello, pero tenía hambre. Y estoy sentado allí, comiendo y leyendo un libro. No conozco a nadie, estoy solo, así que estoy leyendo un libro. La mesera se acerca a mí masticando chicle y me dice:  "¿Para qué lees?". Nunca me habían preguntado eso. No "¿qué estoy leyendo?", sino "¿para qué estoy leyendo?" Oh, por Dios. ¿Por qué leo? Supongo que leo por muchas razones, una de las principales es para no terminar siendo un jodido “mesero”.


*


Han probado que si dejas de fumar, tu vida se prolongará. Lo que no han probado aún es que una vida prolongada sea algo bueno. No he visto las estadísticas de eso aún.


*



Pertenezco a un nuevo club: el grupo de las Personas Que Odian a las Personas. ¡Gente que odia a la gente! Estamos teniendo ciertos problemas reuniéndonos. ¡Ven a nuestra reunión! "¿Estarás allí?" Sí. "Entonces al carajo, no voy a ir."¡Pero eres nuestro mejor miembro! "¡Jódete!". De eso es de lo que estoy hablando. No hemos logrado tener ni una reunión. Es difícil reunir a mi gente.


*


¿Cuánto fuma usted, señor? "Dos paquetes al día". Marica. Yo fumo dos encendedores al día.


*


Dejé de fumar. Es realmente difícil, pero me alegra haberlo hecho. Les diré, esta Guerra contra las drogas en EE.UU es la razón por la cual dejé de fumar, estoy jodidamente cansado de estar en el lado equivocado. La guerra contra las drogas en realidad es una guerra contra los derechos civiles, no sean engañados de nuevo. Si realmente se preocuparan por nosotros se desharían de la droga número uno: los cigarrillos; mata más personas que el crack, la coca y la heroína combinadas, cien veces. Y es legal.


*

Estaba en un taxi en Nueva York. El taxi tenía una señal que decía: "Por favor, no fume; Cristo es nuestro invitado". Este individuo no entendía. Me imagino, si Él pudo soportar ser clavado a una cruz, no creo que unos Marlboro Light le hagan mucho frente



*


¿Por qué es ilegal la marihuana? No será porque cualquiera puede cultivarla, y de esa manera nadie podría obtener ganancias de ello, ¿o sí?


*


¿Por qué la marihuana va en contra de la ley? Crece naturalmente en nuestro planeta, cumple miles de diferentes funciones, todas ellas positivas. Hacer que la marihuana esté en contra de la ley es como decir que Dios cometió un error. Como, en el séptimo día Dios miró hacia abajo, “Allí está. Mi Creación; perfecta y santa en todo sentido. Ahora puedo descansar. ¡Oh, por Mí! Dejé marihuana en todos lados. Nunca debí haber fumado ese cachito el tercer día, ¿eh? Ese fue el día en el que creé al ornitorrinco. Pero si dejo toda esa marihuana les dará la impresión a las personas que pueden consumirla. Ahora debo crear a los Republicanos".



*


Nunca ves una historia de drogas que sea “positiva”. "Hoy, un chico drogado con ácido...pensó que podía volar...saltó de un edificio...¡qué tragedia!"¡Que estúpido! Es un idiota. Si pensó que podía volar ¿Por qué no despegó del suelo primero, para corroborarlo? No se ven gansos alineados para subirse a un ascensor y volar al sur; ellos despegan del suelo. Él es un idiota. Él está muerto. ¡Bien! ¿Perdimos un estúpido? Celebremos. Hay un estúpido menos en el mundo. ¿No les gustaría ver una historia de LSD positiva en las noticias? ¿Para basar su decisión en información en vez de tácticas de miedo y supersticiones?


*


Amigos, es tiempo de evolucionar. Esa es la razón por la que estamos en problemas. ¿Saben por qué nuestras instituciones nos fallan, la Iglesia, el Estado, todo está fallando? Es porque ya no son relevantes. Se supone que debemos seguir evolucionando. La evolución no acabo con la obtención de pulgares oponibles. Sabían eso, ¿verdad? Hay otro 90 por ciento de nuestros cerebros que debemos iluminar.


*


Vuelve a la cama, América. Tu gobierno hace funcionar todo. Vuelve a la cama, América. Tu gobierno está al mando de nuevo. Aquí está "Gladiadores Americanos". Vean esto, cállense. Vuelve a la cama, América. Aquí está "Gladiadores Americanos". ¡Aquí tienen 56 canales de lo mismo! Mira a estos retardados pituitarios aplastar sus putos cráneos juntos y felicitarte por vivir en la tierra de la libertad. ¡Ahí tienes, América! ¡Eres libre de hacer lo que te digamos! ¡Eres libre de hacer lo que te digamos!


*



Les mostraré a los políticos de América. Aquí están, aquí mismo. "Creo que la marioneta de la derecha comparte mis creencias". "Creo que la marioneta de la izquierda es más de mi gusto". Hey, espera un momento, ¡hay un tipo sosteniendo ambas marionetas!. "¡Cállate! Vuelve a la cama, América. El gobierno está al mando. Miren esto y vuélvanse gordos y estúpidos". Por cierto, sigan bebiendo cerveza, partida de imbéciles.


*


Me alegra que los hongos alucinógenos sean ilegales, porque alguna vez me comí unos, y ¿saben que me pasó? Me acosté en el campo por cuatro horas pensando: "¡Por Dios! Lo amo todo". Sí, eso es un peligro para el país…  ¿cómo vamos a seguir construyendo armas nucleares con un pensamiento como ese? ¿Entienden a lo que me refiero?


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Cualquiera puede ser un indigente; lo único que se necesita es la mujer correcta, el bar correcto y los amigos correctos.


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Nos dicen que el Rock’n’roll es la música de Satanás. Bueno, digamos que “sabemos” que el rock es la música del diablo, y sabemos que es así, seguramente… ¡Al menos es genial! Si es una elección entre el eterno infierno y buenos riff, o el cielo eterno y "New Kids on the Block"… Estaré surfeando en un lago de fuego, rockeando.


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Esto necesita ser dicho: nunca hubo una Guerra. "¿Cómo puedes decir eso, Bill?". Verán, una Guerra es cuando “dos” ejércitos se enfrentan. Así que pueden ver, allí mismo, nunca hubo una guerra.... La gente me dice, "Oye, Bill, la Guerra nos hizo sentir mejor con nosotros mismos."¿En serio? ¿Qué clase de personas son estas con la autoestima tan baja que necesitan una “guerra” para sentirse mejor con ellos mismos? Puedo sugerir, en vez de una guerra para sentirse mejor, tal vez… ¿ejercicios? ¿Tal vez un ensalada de frutas? ¿Ocho vasos de agua al día?


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¿Han notado alguna vez que aquellos que creen en el “creacionismo” se ven realmente involucionados? Los ojos realmente juntos, manos y pies grandes y peludos. "Yo pienso que Dios me creó en un día", dicen. Si, parece que se apresuró.


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Necesito dormir. Necesito como ocho horas al día, y alrededor de diez en la noche.


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Es la razón por la cual mi novia y yo terminamos: ella quería hijos, y yo … bueno, ella quería hijos. No tenía idea que su filosofía estuviese tan dañada. Ella me dice, "¿No sería lindo tener un hijo? Para tener a esta fresca, limpia pizarra que pudiéramos llenar. Un pequeño espíritu limpio, inocente, y llenarlo con buenas ideas." Sí, sí, mejor, ¿qué tal esto? Si eres tan jodidamente altruista, ¿por qué no dejas en paz al pequeño espíritu limpio donde quiera que esté en este momento? ¿Está bien? Acto horrible, nacimiento de un niño. Pesadilla. Nunca traería un niño a este jodido mundo.


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Entonces llega el policía: "Diga el alfabeto al revés". Bueno, qué le haremos, me atrapó. No estoy borracho, pero obviamente soy muy estúpido como para estar manejando. Maldición.


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Tengo una de esas expresiones faciales. La gente se me acerca y dice: "Consume más energía fruncir el ceño que sonreír". ¿Sí? ¿Sabías que consume más energía decirme eso que dejarme en paz?


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Todos están empezando la casa por el tejado con este tema de la pornografía. "Playboy" no causa pensamientos sexuales. Hay pensamientos sexuales y, por lo tanto, existe "Playboy". ¿Ven? … ¿Saben lo que causa pensamientos sexuales? Voy a aclararlo hoy. Terminaré este debate, espero que de una vez por todas en este planeta, así que déjenme seguir y aclarar este tema de una vez por todas y sigamos con cosas que realmente importan. ¿Podemos? Genial. Esto es lo que causa pensamientos sexuales: tener un pene.


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Verán, creo que las drogas han hecho cosas fantásticas por nosotros. Y si no creen que las drogas han hecho cosas buenas por nosotros, háganme un favor. Vayan a casa esta noche. Cojan todos sus álbumes, todas sus grabaciones y todos sus CDs y quémenlos. Porque saben que, los músicos que hicieron esa grandiosa música que ha realzado sus vidas a través de todos estos años estaban rrealmente drogados. "Los Beatles" estaban tan jodidamente drogados que dejaron que Ringo cantara algunas canciones.

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Por cierto, estoy disponible para fiestas de niños.







Frases Célebres Ateas. Bill Hicks.



“Las creencias son normales. Aprécialas, pero no las compartas como si fueran la verdad”

Bill Hicks



Estaba en Australia en Pascua, lo que fue bastante interesante. Saben, ellos celebran la fiesta de Pascua de la misma manera que nosotros, conmemorando la muerte y resurrección de Jesús diciéndolos a nuestros niños que un Conejo gigante … dejó huevos de chocolate por la noche. Ahora … Me pregunto por qué estamos tan jodidos como raza. He leído la Biblia. No he podido encontrar la palabra "conejo"ó "chocolate" en algún lado del puto libro.


*



¿Han notado alguna vez que aquellos que creen en el “creacionismo” se ven realmente involucionados? Los ojos realmente juntos, manos y pies grandes y peludos. 
"Yo pienso que Dios me creó en un día." 
Si, parece que se apresuró.


*


"¡Dios puso fósiles de dinosaurio para probar nuestra fe!"… Yo creo que Dios te puso aquí para probar mi fe, amigo. ¿Acaso eso no molesta a alguien más? ¿La idea de que Dios podría estar jugando con nosotros? Tengo problemas al dormir sabiendo eso, un dios bromista corriendo por todos lados [pantomima excavando] 
"Vamos a ver quien cree en mi ahora. 
Soy Dios bromista — ¡Me estoy matando!"


*


Estaba en un taxi en Nueva York. El taxi tenía una señal que decía: 
"Por favor, no fume; 
Cristo es nuestro invitado." 
Este individuo no entendía. 
Me imagino, si Él pudo soportar ser clavado a una cruz, 
no creo que unos Marlboro Light le hagan mucho frente.



*


No sé en qué creen ustedes, y realmente no me importa… pero tienen que admitir que las creencias son extrañas. 
Muchos cristianos llevan cruces alrededor de sus cuellos… ¿Realmente creen que cuando 
Jesús vuelva va a querer ver una puta cruz?



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Nos dicen que el Rock’n’roll es la música de Satanás. Bueno, digamos que “sabemos” que el rock es la música del diablo, y sabemos que es así, seguramente… ¡Al menos es genial! 
Si es una elección entre el eterno infierno y buenos riff, o el cielo eterno y New Kids on the Block… Estaré surfeando en un lago de fuego, rockeando.



*



“El nacimiento de un niño es un milagro. 
No, no lo es... 
Es una reacción química, eso es todo”



*



“Sólo hablo con hechos, 
esa es la razón por la que soy 
un puto presumido bastardo”


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Bill Hicks, quien fue uno de los comediantes más valientes y lúcidos de la historia, hizo de la comedia lo que Bob Dylan hizo del pop: tomar algo desprestigiado y tornarlo en un efectivo vehículo de la verdad. Tomó el rol del bufón (o juglar) quien, ya que lo dice en broma, es el único que se puede burlar del reino y poner el dedo sobre la llaga —un juglar que busca asesinar suavemente al rey, no ya con la revolución de las masas, sino con la del individuo. Por medio de su hilarante manera de subvertir las cosas, obligó a las personas a pensar por sí mismas y, a diferencia de tantos otros comediantes que coexistieron con él, nunca subestimó la capacidad intelectual de su público.

Tras un doble filtro casi holográfico, Hicks logró hacernos no solo reír sino entender los entretelones de nuestra existencia, aprender a burlar el control y escapar así del orden impuesto de las cosas. Su materia fue el humor catártico en temas como la programación mediática de la consciencia, el anti-intelectualismo patológico de los estadounidenses, la apología del cigarrillo, la evolución creativa, lo absurdo de la vida. La vida es solo un viaje, decía. Y podemos cambiarlo cada vez que queramos. Es sólo una opción. Ni esfuerzo, ni trabajo, ni ahorros o dinero. Una opción, ahora mismo, entre el miedo y el amor.

Para tener una probada de su genial metodología en el stand-up comedy, que él llama “la cosa más difícil del mundo” (y probablemente lo sea), compartimos esta lista que acaso pueda aplicarse a cualquier tipo de situación “preformativa” como dar una presentación, un concierto o una ponencia.



Los principios de la comedia de Bill Hicks:

 1. Si puedes ser tú mismo en el escenario nadie más puede ser tú y tienes la ley de oferta y demanda cubierta.

2. El acto en lo que te apoyas cuando no puedes pensar en nada más que decir.

3. Sólo haz lo que creas que es gracioso, nunca sólo lo que piensas que les gustará aunque no te parezca tan chistoso a ti.

4. Nunca les preguntes si es gracioso ––diles que es gracioso.

5. No estas casado con nada de esta mierda ––si algo sucede que te desvíe de una tangente, NUNCA regreses y termines un pedazo, solo continúa.

6. NUNCA le preguntes a la audiencia “¿Cómo están?” La gente que hace eso no puede pensar en una línea para abrir. Vinieron a verte a decirte cómo están ellos; hacer esa pregunta de entrada solo cava un hoyo. Este es el Error Más Común de los comediantes. Quiero irme al momento que dicen eso.

7. Escribe lo que te entretenga. Si no puedes ser gracioso sé interesante. No has perdido a la audiencia. Ten algo que decir y luego dilo de forma graciosa.

8. Cierro los ojos y camino hacia el escenario y allí es donde empiezo. Honestamente.

9. Escucha lo que estas diciendo, pregúntate, ¿Por qué estoy diciendo esto, es necesario? (Esto filtrará todo tu material y dejará fuera palabras innecesarias, economía de palabras)

10. Apela a la más alta inteligencia del lugar. No hay público malo, solo malas decisiones.

11. Recuerda que esto es la cosa más difícil del mundo. Si puedes hacer esto puedes hacer lo que sea.

12. Amo mis raíces locales. Tomate el tiempo de conocer a tu familia, hazte amigo de ellos.










JULIO VERNE [16.290]

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Julio Verne

Jules Gabriel Verne (Nantes, 8 de febrero de 1828 - Amiens, 24 de marzo de 1905), conocido en los países de lengua española como Julio Verne, fue un escritor, poeta y dramaturgo francés célebre por sus novelas de aventuras y por su profunda influencia en el género literario de la ciencia ficción.

Nacido en el seno de una familia burguesa en la ciudad portuaria de Nantes, Verne recibió formación para continuar los pasos de su padre como abogado, pero muy joven decidió abandonar ese camino para dedicarse a escribir. Su colaboración con el editor Pierre-Jules Hetzel dio como fruto la creación de Viajes extraordinarios, una popular serie de novelas de aventuras escrupulosamente documentadas y visionarias entre las que se incluían las famosas Viaje al centro de la Tierra, Veinte mil leguas de viaje submarino y La vuelta al mundo en ochenta días. Estas novelas, junto con las de Wells, fueron la inspiración del que sería considerado Padre de la NASA y de la Aeronáutica, Wernher von Braun.

Julio Verne es uno de los más importantes escritores de Francia y de toda Europa gracias a la evidente influencia de sus libros en la literatura vanguardista y el surrealismo, y desde 1979 es el segundo autor más traducido en el mundo, después de Agatha Christie. Es considerado, junto con H. G. Wells, el «padre de la ciencia ficción». Fue condecorado con la Legión de Honor por sus aportes a la educación y a la ciencia.

Nació en el barrio Île Feydeau de Nantes, Francia, el 8 de febrero de 1828. Era el mayor de los cinco hijos que tuvo el matrimonio formado por Pierre Verne, que procedía de una familia vinculada a la jurisprudencia (su abuelo fue consejero notario de Luis XV y presidente del Colegio de Abogados de Nantes), y de Sophie Allotte de la Fuÿe, perteneciente a una familia de militares. Su hermano Paul nació un año después de él, y sus tres hermanas, años más tarde: Anna, en 1837; Mathilde, en 1839, y Marie, en 1842. En 1839 ingresa en el colegio Saint-Stanislas donde demuestra su talento en geografía, griego, latín y canto. Cuando terminó su primer ciclo de estudios su padre, Pierre Verne, le regaló a él y a su hermano, Paul, un foque de vela con el que planearon descender por el Loira hasta el mar; sin embargo, Julio declinó al momento de emprender la aventura ya que no había sido suficiente la planificación del viaje.

Muchos biógrafos afirman que en 1839, a los once años, se escapó de casa para ser grumete en un mercante que viajaba a India llamado Coralie, con la intención de comprar un collar de perlas para su prima Caroline (de quien estaba enamorado), pero su padre alcanzó el barco y bajó a Julio. Y desde allí empezó a escribir historias, pero realmente el interés por escribir se le da cuando una maestra le cuenta anécdotas de su marido marinero. Verne estaba interesado en la poesía y la ciencia. Leía y coleccionaba artículos científicos, demostrando una curiosidad casi enfermiza que le duraría toda la vida. En 1846 regresa del Liceo Real de Nantes con un alto promedio; probablemente gana un premio de geografía. Comienza a escribir prosa.

En 1847 comenzó sus estudios de derecho en París. Su prima Caroline se compromete. Escribe una obra de teatro: Alejandro VI. En 1848 fue introducido por su tío Châteaubourg en los círculos literarios, donde conoció a los Dumas, padre e hijo; el primero tendrá gran influencia personal y literaria en Verne. En 1849 se recibe de abogado y su padre le permite permanecer en París. Sigue escribiendo teatro. Su padre quiso que se dedicara a su carrera de abogacía, pero él no estaba por la labor y su padre, enfadado con él, dejó de financiarle. Además, todos sus ahorros los gastó en libros y pasó largas horas en las bibliotecas de París queriendo saberlo todo. A Verne apenas le alcanzaba para comer, lo que le ocasionó tantos trastornos digestivos (ocasionándole desarreglos estomacales e incontinencia fecal) como trastornos nerviosos que acabarían por desfigurarle la cara y parálisis facial.

Trabajo de la mañana a la noche sin parar, y así todos los días (...) El estómago sigue bien, pero los tirones de la cara me molestan mucho; además, como tengo que tomar siempre algo, ya no duermo absolutamente nada. (...) Todas estas molestias proceden de los nervios que tengo siempre en extrema tensión.
Mayor Orguillés, David, Grandes Biografías: Jules Verne

Así escribe, pues, una carta a su madre, hablando de los problemas surgidos por la falta de alimentación:

Una vida que limita al norte con el estreñimiento, al sur con la descomposición, al este con las lavativas exageradas, al oeste con las lavativas astringentes (...) Es probable que estés enterada, mi querida madre, de que existe un hiato que separa a ambas posaderas y no es sino el remate del intestino. (...) Ahora bien, en mi caso el recto, presa de una impaciencia muy natural, tiene tendencia a salirse y, por consiguiente, a no retener tan herméticamente como sería deseable su gratísimo contenido. (...) graves inconvenientes para un joven cuya intención es alternar en sociedad y no en suciedad. ¿Por qué por decirlo de una vez?

Mayor Orguillés, David, 'Grandes Biografías: Jules Verne'

En 1850, a los 22 años de edad, escribe una comedia ligera, Las pajas rotas que logra estrenar en París gracias a Dumas, con modesto éxito. Al año siguiente publica en la revista ilustrada El museo de las Familias dos relatos: «Martín Paz» (una fantasía inspirada en las pinturas del artista peruano Ignacio Merino) y «Un drama en México» (un cuento histórico inspirado por el Viaje al equinoccio americano, del naturalista y explorador alemán Alexander von Humboldt) y varias obras teatrales, libretos para operetas de moda y novelas cortas. Durante esta época es secretario del Teatro Nacional de París, recomendado por Dumas. El poco dinero que puede reunir lo invierte en un piano.

En mayo de 1856 conoce a quien será su futura esposa, una mujer llamada Honorine Deviane Morel, que es viuda de Morel y madre de dos hijas (Valentine y Suzanne). Se casa (traicionando la causa de su misógino grupo de amigos Los once sin mujer) con Honorine el 10 de enero de 1857, creyendo que encontrará la estabilidad emocional que le falta. Le pide a su padre 50 000 francos para invertir en la bolsa y su padre accede tras una larga discusión.

El matrimonio le desespera rápidamente en vez de ayudarle. Cada vez que se le presentaba la oportunidad escapaba de sus deberes de cónyuge. Una vez que fueron a Esomes a pasar un tiempo con la hermana de Honorine, toma un barco a Escocia, obligando a su mujer a regresar sola a París sin saber nada de Julio hasta que regresa del viaje (ésta fue la primera vez que viajó en barco). Después emprende otro viaje hacia Noruega y Dinamarca.

Cuatro años después de contraer matrimonio, Julio planea un viaje, que se traduciría después en abandonar a Honorine mientras daba a luz al único hijo fruto del matrimonio, Michel Verne.

Los Viajes extraordinarios

En 1859 viaja a Escocia con su amigo Hignard. Su primera obra de ficción científica es también la primera novela que escribió, París en el siglo XX, y una de las pocas que no publicó en vida —se imprimió en 1994—; Pierre-Jules Hetzel, su editor, rechazó la novela por el pesimismo que encerraba, pues presagiaba una sociedad en que la gente vive obsesionada con el dinero y con los faxes. Julio Verne publicó en 1863 el primero de sus 60 Viajes extraordinarios, Cinco semanas en globo. La serie, prolongada durante casi 40 años, habría de incluir entregas de la talla de Viaje al centro de la Tierra (1864), De la Tierra a la Luna (1865), Los hijos del capitán Grant (1867). En el año 1869 aparece publicada en España —antes incluso que en Francia, posiblemente debido a la amistad entre Hetzel y V. Guimerá —el traductor español de algunas de sus obras— Veinte mil leguas de viaje submarino (1869) a la que seguirían La isla misteriosa (1874), La vuelta al mundo en 80 días (1873), Miguel Strogoff (1876) —la mejor coartada para quienes le consideran un reaccionario—, La esfinge de los hielos, (1897) o El soberbio Orinoco, (1898). Trabajador infatigable, paralelamente a sus viajes, cultivó su primera vocación, el teatro, escribiendo y adaptando algunas piezas para la escena.

En 1861 logra juntar el suficiente dinero para viajar a Noruega e Islandia con su mujer, pero ella no puede viajar por encontrarse embarazada. A su vuelta le recibe con su recién nacido hijo Michel Verne, único fruto del matrimonio.

En 1863 traba amistad con el aventurero, periodista y fotógrafo Felix Tournachon. Con él investiga los adelantos que se les podría hacer a estos aparatos volantes, los que describe en Cinco semanas en globo. Nadar lo recomienda a Hetzel, dueño del Magasin d’Éducation et de Récréation (’magazín de ilustración y recreo’), quien le publica la primera entrega del folletín. Debido al éxito de esta obra el dueño de la revista le ofrece un contrato por veinte años a veinte mil francos anuales (una pequeña fortuna para esa época). En 1863, a raíz del éxito de su tercera novela, viaja a Estados Unidos en un ciclo de conferencias con su hermano Paul Verne. Dos años después publica la historia de un viaje a la Luna en dos partes: De la Tierra a la Luna y Alrededor de la Luna. Uno de los personajes, el intrépido francés Michel Ardán —anagrama de Nadar— es un vivo retrato de su querido amigo. El otro, Impey Barbicane, está basado en el carácter del presidente estadounidense Abraham Lincoln, asesinado a principios de ese mismo año.

Existen varios parecidos con el primer verdadero viaje a la Luna, del Apolo 8 en 1968: en la nave viajan tres astronautas, Estados Unidos es el promotor y productor de la hazaña, despegan desde el estado de Florida, escapan de la gravedad terrestre a 11 km por segundo, requieren de 150 horas de viaje para llegar a la Luna, no aterrizan allí sino que dan varias órbitas alrededor y regresan a la Tierra.

El día del estreno de su adaptación al teatro de La vuelta al mundo en ochenta días, Verne vivió la única experiencia de su existencia digna de sus personajes: insistió en revisar personalmente la canastilla que conduciría a Phileas Fogg y a su inseparable Passepartout a grupas de un elefante verdadero. La caída de una parte del escenario asustó al animal, que salió despavorido del teatro con el autor a cuestas, para recorrer el Boulevard des Capuchins hasta que el domador los alcanzó en las Tullerías.

Verne poseyó tres barcos, el Saint Michel, el Saint Michel II y el Saint Michel III. De 1868 a 1886 realizó muchos viajes navegando conociendo diversas ciudades.

En 1869 publica Veinte mil leguas de viaje submarino. En dicha novela se menciona en un momento dado a la ría de Vigo, en concreto a la Batalla de Rande, librada entre españoles e ingleses durante la Guerra de Sucesión en el siglo XVIII. En 1878 Julio Verne quiso conocer en persona este lugar y, a bordo de su yate Saint Michel III, puso rumbo a Vigo, donde estuvo del 1 al 4 de junio. Durante su estancia acudió a la procesión de la Victoria y a las fiestas de la Reconquista.

Tras visitar esta ciudad gallega se dirigió a Lisboa. En una carta a su amigo y editor Jules Hetzer escribió:

ya hablaré con usted de los lugares que visitamos: todo es verdaderamente hermoso. Vigo y Lisboa muy hermosas, de verdad, y nos acogieron muy bien en todas partes

Tras visitar Lisboa hará escala en Cádiz, en Tánger, en Gibraltar, en Málaga, en Tetuán y en Argel.

A su regreso marcha a residir a la ciudad de Amiens. Durante los dos años siguientes continúa viajando: recorre Irlanda, Escocia y Noruega (1880) Inglaterra, el Mar del Norte y el Báltico (1881).

Verne volvería a visitar Vigo en mayo de 1884 y reparó su yate en el puerto.

Su hijo Michel Verne fue muy rebelde y fue recluido en un manicomio a petición de Julio. Después de algunos años Michel salió, pero llevó siempre muy mal que su padre hubiera hecho esto con él. De pequeño, Michel también estuvo en un correccional.

Sus últimos años

El 9 de marzo de 1886, a la edad de 58 años, caminando de regreso a su casa, su sobrino Gastón, de 25 años, con quien llevaba una cordial relación, le disparó con un revólver, sin razones claras. La primera bala le erró, pero la segunda le hirió en la pierna izquierda, provocándole una cojera de la que no se recuperaría. El incidente fue ocultado por la prensa y Gastón pasó el resto de su vida en un manicomio.

Tras las muertes de Hetzel y de su madre en 1887, Julio comenzó a escribir obras más sombrías. En parte esto pudo deberse a cambios en su personalidad, pero un factor importante es el hecho de que el hijo de Hetzel, que continuó la empresa de su padre, no era tan riguroso en las correcciones como lo había sido aquel. Se dice que algunas veces, de tantas horas trabajando para sus obras, tuvo parálisis faciales. En 1888 Verne ingresó en la política y fue elegido concejal de Amiens, donde abogó por una serie de mejoras en la ciudad, labor que desarrolló durante quince años.

Dos años antes de su muerte, Verne aceptó la presidencia del grupo de esperanto de Amiens y se comprometió a escribir un libro, en el que este idioma jugara un papel importante. El libro en cuestión, La impresionante aventura de la misión Barsac, no pudo ser terminado por él y cuando se publicó, se había eliminado toda referencia al esperanto.

El 24 de marzo de 1905, enfermo de diabetes desde hacía años, Verne murió en su hogar, sita en el bulevar Longueville 44 (actualmente bulevar Julio Verne). Fue enterrado en el cementerio de La Madeleine, ubicado al noroeste de Amiens, en cuya tumba se representa a Verne emergiendo del sepulcro, obra del escultor Albert Roze. Su hijo Michel Verne supervisó la publicación de sus últimas novelas La invasión del mar y El faro del fin del mundo. La serie Viajes extraordinarios continuó durante un lapso prolongado al mismo ritmo de dos volúmenes al año. Posteriormente se descubrió que Michel había realizado extensos cambios (El secreto de Wilhelm Storitz, Los náufragos del Jonathan) o versiones completamente nuevas de estas historias (El eterno Adán (1910) y La impresionante aventura de la misión Barsac (1919)), cuyas versiones originales no se publicaron sino a finales del siglo XX.

En 1863, Verne había escrito una novela llamada París en el siglo XX acerca de un joven que vive en un mundo de rascacielos de cristal, trenes de alta velocidad, automóviles de gas, calculadores y una red mundial de comunicaciones, pero que no puede alcanzar la felicidad y se dirige a un trágico fin. Hetzel pensó que el pesimismo de esta novela dañaría la promisoria carrera de Verne y sugirió que esperase veinte años para publicarla. Éste puso el manuscrito en una caja fuerte, donde fue «descubierta» por su bisnieto en 1989 y publicada en 1994.

Obra

Fue precursor de la ciencia ficción y de la moderna novela de aventuras. Fue un estudioso de la ciencia y la tecnología de su época, lo que —unido a su gran imaginación y a su capacidad de anticipación lógica— le permitió adelantarse a su tiempo, describiendo entre otras cosas los submarinos (el «Nautilus» del capitán Nemo, de su famosa Veinte mil leguas de viaje submarino), el helicóptero (un yate que en la punta de sus mástiles tiene hélices que lo sostienen, en Robur el conquistador).

Sus personajes siempre fueron héroes, hombres buenos en la escala social. Frente al Verne conservador impuesto por su editor Hetzel y por su educación como hijo de un abogado católico y de un tiempo en que el antiguo régimen se tambalea, no es de extrañar su inicial defensa del statu quo, postura que con el tiempo se irá atemperando hasta dar paso a concepciones radicalmente opuestas a las sugeridas en sus primeras páginas, merced a sus contactos con círculos socialistas y anarquistas. El Verne filorevolucionario se deja ver en una de sus obras menos difundidas, quizás por su simpatía por la causa revolucionaria, Matías Sandorf (1885), donde narra la experiencia de un rebelde ante la tiranía austrohúngara.

Además de sus novelas y sus obras de teatro, realizó veinte relatos cortos.

Clasificación de su obra

Las obras de Verne suelen dividirse en tres partes: Descubrimientos, Madurez y Desencanto.

Descubrimiento

La pluma de Verne presenta rasgos de innovación, con ideas frescas y héroes progresistas que sueñan con descubrir nuevos mundos y llegar a donde nadie ha llegado en beneficio de la humanidad, desde los polos en Las aventuras del capitán Hatteras, el centro de la Tierra (Viaje al centro de la tierra) e incluso hasta la Luna (De la Tierra a la Luna).

Madurez

Verne comienza a escribir de una manera más seria, con héroes más humanos (Strogoff, Sinclair, Fogg), siendo capaz de escribir su mayor éxito literario en una novela llena de vida como La vuelta al mundo en 80 días, pero también parece que algunas ideas se agotan retomando las anteriores (El país de las pieles) e incluso llevándolo a escribir (quizá por presión de sus editores) obras no del todo propias (Los quinientos millones de la begún).

Desencanto

Los problemas en la vida del autor (su nunca feliz matrimonio, la enfermedad de su sobrino, su mala relación con su hijo), la derrota de Francia en la Guerra franco-prusiana, la Comuna de Paris y el imperialismo francés llevan a un Verne cansado, a escribir relatos fríos y sombríos, cambiando su idea de que el ser humano iba a progresar con base en la ciencia, a una donde ve a los seres humanos consumidos por ella y por el capitalismo, como en El eterno Adán, criticando fuertemente el imperialismo (La impresionante aventura de la misión Barsac) y llegando incluso a exponer fuertemente sus ideas políticas en Los náufragos del Jonathan, se dio tiempo también de reflejar su desencanto por las riquezas de nueva cuenta en El volcán de oro. En este periodo tiene su inclusión más de lleno en la ciencia ficción con El secreto de Wilhelm Storitz, y también tiene tiempo de escribir agradables continuaciones de sus historias El secreto de Maston y las de otros autores La esfinge de los hielos, continuación de Las aventuras de Arthur Gordon Pym de Edgar Allan Poe.

Anticipaciones

Aunque muchos consideran a Julio Verne como el padre de la ciencia ficción, realmente Verne nunca quiso escribir en este género, más bien Verne era un escritor de literatura científica, que deseaba acercar los conocimientos recién descubiertos a la juventud; sin embargo, ese conocimiento lo llevó a anticipar muchos de los inventos que asombrarían al mundo posteriormente. Estas son algunas de las anticipaciones de Verne en algunos de sus libros:

Ante la bandera, Los quinientos millones de la Begún: armas de destrucción masiva.
Robur el Conquistador: helicóptero.
De la Tierra a la Luna, Alrededor de la Luna: naves espaciales.
Una ciudad flotante: grandes transatlánticos, muñecas parlantes.
París en el siglo XX: internet, motores de explosión.
20.000 leguas de viaje submarino, La isla misteriosa: submarino, motores eléctricos.
La isla misteriosa: ascensor.
En En el siglo XXIX: La jornada de un periodista americano en el 2889, Julio Verne habló de cosas a las que todavía no ha llegado nuestra tecnología,15 como por ejemplo, medios para transportarse a 1500 kilómetros por hora.

También se reconoce su visión de anticipar futuros descubrimientos y eventos históricos, como por ejemplo:

El descubrimiento de las fuentes del Nilo (Cinco semanas en globo)
La conquista de los polos (Las aventuras del capitán Hatteras, La esfinge de los hielos, 20.000 leguas de viaje submarino)
Gobiernos totalitarios (Los quinientos millones de la Begún).
Viaje a la Luna (De la Tierra a la Luna, Alrededor de la Luna)

Adaptaciones

De las novelas de Julio Verne, 33 han sido llevadas al cine, dando lugar a un total de 95 películas, sin contar las series de televisión. La obra más veces adaptada ha sido Miguel Strogoff (16 veces), seguida de Veinte mil leguas de viaje submarino (9 veces) y Viaje al centro de la Tierra (6 veces).

Principales películas

El fotograma más famoso de Viaje a la luna (1902), dirigida por Georges Méliès. Este filme se realizó aún en vida del escritor.
Viaje a la luna de 1902, dirigida por Georges Méliès.
La isla misteriosa de 1951, dirigida por Spencer Gordon Benet y protagonizada por Richard Crane.
20.000 leguas de viaje submarino de 1954, dirigida por Richard Fleischer con Kirk Douglas en el papel de Ned y James Mason como el capitán Nemo.
Miguel Strogoff de 1956, dirigida por Carmine Gallone y con Curd Jurgens como Miguel Strogoff.
La vuelta al mundo en 80 días de 1956, dirigida por Michael Anderson con David Niven como Phileas Fogg y Cantinflas como Picaporte.
De la Tierra a la Luna de 1958, dirigida por Byron Haskin con Joseph Cotten, Debra Paget y George Sanders.
Viaje al centro de la Tierra de 1959, dirigida por Henry Levin y protagonizada por James Mason.
Dueño del mundo de 1961, dirigida por William Witney y protagonizada por Vincent Price.
La isla misteriosa de 1961, dirigida por Cy Endfield con Michael Craig como protagonista.
Los hijos del capitán Grant de 1962, dirigida por Robert Stevenson y con Maurice Chevalier, George Sanders y Hayley Mills como protagonistas.
Cinco semanas en globo de 1962, dirigida por Irwin Allen con Red Buttons.
La luz del fin del mundo de 1971, dirigida por Kevin Billington e interpretada por Kirk Douglas, Yul Brynner y Fernando Rey.
20.000 leguas de viaje submarino de 1997, dirigida por Rod Hardy e interpretada por Michael Caine, Bryan Brown, Patrick Dempsey y Mía Sara.
La vuelta al mundo en 80 días de 2004, dirigida por Frank Coraci, producida por Disney con Jackie Chan.
La isla misteriosa de Julio Verne de 2005, dirigida por Russell Mulcahy e interpretada por Kyle MacLachlan, Patrick Stewart y Gabrielle Anwar.
Viaje al Centro de la Tierra de 2008, dirigida por Eric Brevig e interpretada por Brendan Fraser, Josh Hutcherson y Anita Briem.
La isla misteriosa de 2012, dirigida por Brad Peyton y protagonizada por Dwayne Johnson, Josh Hutcherson y Vanessa Hudgens.

Tributos y homenajes

Monumento en Redondela, Pontevedra que muestra al capitán Nemo y a dos buzos. Fue realizado en 2004 por Sergio Portela.
En 1870, Ferdinand de Lesseps, en la cúspide de la fama por la reciente inauguración del Canal de Suez, llevado de su entusiasmo por la obra verniana, había pedido para Verne la condecoración de caballero de Legión de Honor, la cual recibe finalmente en 1892.
Desde la difusión de su obra, se pueden contar por cientos la lista de personajes célebres que, de una manera u otra, han reconocido la impronta que la obra de Verne dejó en sus vidas (por ejemplo, Yuri Gagarin dijo: «Fue Julio Verne quien me decidió a la astronáutica»).
La Unión Soviética rindió homenaje al escritor al dar el nombre de Verne a una de las montañas de la faz oculta de la Luna.
En honor a este escritor, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó el domingo 9 de marzo de 2008 desde el puerto espacial de Kourou (Guayana Francesa), con el cohete Ariane, un carguero espacial con su nombre (Jules Verne), un cilindro de 4,5 metros de diámetro y 9,8 metros de altura y con un peso de una veintena de toneladas con destino a la Estación Espacial Internacional (ISS).
La universidad pública de la región Picardía, en donde habitó durante más de 25 años, recibió su nombre como homenaje en 1991.




La Muerte

Soneto, diciembre de 1847

En esta pobre aldea donde la vida es amarga,
El triste campo de muerte, de aspecto maldito,
Viene a mostrar las lágrimas del ciprés y del tejo
¡Al alma del caminante que palidece y se oprime!
Allá, a la vista de esas tumbas, en el lastimoso capitel,
Donde los ricos se duermen bajo la engañosa gloria,
Pero en frágiles cruces, indicación tan natural
¡Del sitio donde el pobre ha terminado la miseria!
En la ciudad donde siempre se desborda el placer,
Donde la abundancia suple el deseo más simple,
¡La muerte no es el fin de la esclavitud!
Pero en la triste aldea, donde duerme el desánimo,
¡Oh! ¡la muerte no sabría cómo venir tan rápidamente!...
¡Y por tanto en la ciudad, se muere como en la aldea!


                                                         
Vacilación
                                   
Esa que amo tiene grandes ojos                                     
bajo las castañas pupilas;                                  
Esa que amo bajo los Cielos
es bella entre las bellas.
Ella brilla, embellece mis días,                                       
¡Oh! si estuviera allá,
mi Dios, me gustaría verla siempre                                   
Esa que amo.
                                  
Esa que amo, es muy dulce verla,                                 
es dulce escucharla;                             
Su mirada fija en el corazón la esperanza                                   
que su voz hace comprender.                                 
¿Será para mi todo su amor,                                 
para mi solo, para mi mismo?                                  
Si amo, es que la veo                                  
esa que amo.                          
                                 
Cerca de ella, ¡ay! siento                               
una dulce emoción                                
Ausente, hacia ella en mis sentidos                                 
algo me empuja.                                
Para mi en el fondo de su corazón                                
si fuese de la misma manera                               
¿Le daría una mirada extraviada?                              
Esa que amo
                              
Esa que amo, ¡ay! ¡ay!                          
cuando sea su turno, ¿me amará?                           
No lo sé; no le he dicho                           
que su ojo brilla.                       
¿Es para mi que brilla así?                         
¡Felicidad suprema!...                        
Además, ¿lo enciende ella también?                         
Esa que amo                      
si burlando mi inocencia                       
por su hipocresía,                     
¡Se sirve de su belleza                      
Para quitarme mi vida!                    
¿Su corazón podrá ser así de negro?                       
¡Oh! ¡no, esa es una blasfemia                     
¡Un blasfemo!... no hace falta más que ver                     
Esa que amo.
                     
No, no, amor, amor en nosotros                     
porque al hacerte mujer,                       
Dios, le doy mi agradecimiento de rodillas,                    
te di mi alma.                   
¡Corre! me uno a tus pasos                    
En mi extremo ardor...                   
Quizás, no me ame,                     
Esa que amo.
                                           
Traducido: © Ariel Pérez

                                                        

La espera
                                                              
Estoy en la dulce espera                                                       
en la cita nocturna                                                    
observo a mi bella amante
                                                         
La Luna amorosa argenta                                                       
el césped flexible y dulce                                                         
Estoy en la dulce espera.
                                                        
La sombra tibia y temblorosa                                                      
se prepara para nosotros                                                      
observo a mi bella amante.

De su belleza encantadora
ya me siento celoso
Estoy en la dulce espera.

¡Será necesario abandonar a tía,
padre, madre, hermana, esposo!
Observo a mi bella amante.

Bien cubierta con su manta,
debe engañarlos a todos
Estoy en la dulce espera.

En este bosquecillo de amaranto,
¡No hace falta cerrojos!
Observo a mi bella amante.

¡Ella llega diligente!...
¡La contemplo de rodillas!
En una bien dulce espera

¡He observado a mi bella amante!

Traducido: © Ariel Pérez



Tempestad y calma

La sombra
sigue
sombría
noche;
una
luna
clara
destella.
Tranquila
el aire puro
destila
el azul celeste;
el sabio
alquila
viaje
¡Por supuesto!
La atmósfera
de la flor
regenera
el olor,
se incorpora,
evapora
para la aurora
su olor.
En ocasiones la brisa
De los verdes olmos
Pasa y se estrella
En las dulces ramas
En el fondo del alma
Que la reclama
¡Es un remedio
Para todos los males!

Un punto se declara
Lejos de la casa
Se convierte en una vara;
Es una confusión;
Larga, negra, rápida
Nada más la doma
Ella se agranda, sube,
Cubre el horizonte.

La oscuridad avanza
Y dobla su negrura;
¡Su funesta apariencia
Toma y sobrecoge el corazón!
Y temblando presagia
Que esa oscura nube
Encierra una gran tormenta
En su enorme horror.

En el cielo, no hay más estrellas
La nube cubre todo
Con sus glaciales velas
Esta allí, solo y de pie.
El viento lo empuja, lo excita,
Su inmensidad se irrita;
¡Al ver su flanco que se agita,
Se comprende que esta en el límite!

Se repliega y se agrupa,
Aprieta sus vastos harapos;
Apenas contiene los centelleos
Que le vienen de sus vientos norteños;
La nube en fin se dilata,
Se entreabre, se rasga, explota,
Como un matiz escarlata
Las corrientes de sus negros torbellinos.

El relámpago resplandece; luz brillante
Que os ciega y os quema los ojos,
No se desvanece, la tormenta silbante
Lo hace brillar, encenderse mucho mejor;
Vuela; en su curso mudo y rápido
El horrible viento lo conduce y lo aviva;
El rápido relámpago, en su fugitiva marcha
Por sus zigzags une la Tierra a los Cielos.

El rayo parte instantáneamente; tempestea, truena
Y el aire se llena de sus largo ruido;
En el fondo de los ecos, el inmenso ruido zumba,
Envuelve, presiona todos de sus resquebrajados crujidos.
Triplica sus esfuerzos; el relámpago como la bomba,
Se lanza y rebota sobre el tejado que sucumbe,
Y el trueno estalla, y se repite, y cae,
Prolonga hasta los Cielos sus aterramientos.

Un poco más lejos, pero tembloroso todavía
En el negro cielo la tormenta continúa,
Y de sus fuegos ensombrece y colorea
La oscuridad de la silbante noche.
Entonces por instantes los vientos del norte la mueven
Se calma un poco, el trueno se esparce,
Y después se acalla, y en la lejanía rueda
Como un eco solamente que fue.

El relámpago también es cada vez más raro
De vez en cuando muestra sus fuegos
No es más la cruenta lucha
Donde los vientos combatían entre ellos;
Llevando a otras partes su sombría cabeza,
El horror, el estampido de la tempestad
Un poco más tarde, se detiene,
Finalmente huyen sus bulliciosos juegos.

En el cielo la última nube
Es barrida por el viento;
En el horizonte esa gran tempestad
Ha cambiado muy rápidamente;
No se ve a lo lejos en la sombra
Más que una espesura larga, sombría,
Que se va, se tiñe de negro, oscuridad
Toda en su desplazamiento.

La naturaleza está tranquila,
Ha perdido su miedo;
Es dulce y dócil
Y se regocija el corazón;
Si el trueno ruge
Y con su profunda voz
Allá preocupa al mundo,
Aquí no se le teme más.

En el cielo la estrella
Con un luz más pura
Brilla y se devela
En el seno del azul celeste;
La noche en la tregua,
Que toma y sueña,
Y que se levanta,
No tiene más oscuridad.

El agradable aliento
Del dulce hálito
Que camina
Como un suspiro,
silenciosamente,
la hoja inclina,
la zalamería,
y provoca placer.

La naturaleza
es aún
mucho más pura,
y se duerme;
en la embriaguez
la señora,
así junta
una cama de oro.

Toda alegre,
La flor
Se calma;
Su corazón
Tranquilo
Destila
El útil
Olor.

Ella
Huye,
Bella
Noche;
Una
Luna
Clara
Destella.

Traducido: © Ariel Pérez





Condena

¿Condena?,
a mi pesar ruego que escuchen
las palabras eternas,
que perdonan mi osadía;
me basta la sonrisa ajena,
la destreza
y la monotonía,
con lo que nombrar 
“el arte de robar”.
Si hay daño entremedias,
la propia mía conciencia,
ordenara de traje
lo acontecido,
visto un puzzle
en esta vida
clamo al hecho futuro,
haciendo perpleja la ausencia,
de lo bueno de esta escritura.




Amo esos dulces pájaros

Amo esos dulces pájaros, que se pasean en el aire
Su vida y su amor, y más rápidos que el relampago
¡Que vuelan todos juntos!
Amo la flor de los campos, que se recoge en la mañana,
Y que en la tarde, en el baile, se posa sobre su seno
¡Que de embriaguez se estremece!
Amo los torbellinos de los bailes, de los placeres,
Las fiestas, el atavío, y los tiernos deseos
¡Que se despiertan en el alma!
Amo al angel guardián que dirige mis pasos,
Que me aprieta la mano, y me da en voz baja
¡Para las dolores un dictamen!
Amo al triste sauce, en la muda tarde del día,
La cabeza aún caliente, llena de sombra y de amor,
¡Que se inclina y que piensa!
Amo la mano de Dios, puesta sobre nuestro corazón
Dejar caer sonriendo esa amorosa flor
¡Que se nombra esperanza!
Amo la dulce orquesta, en lágrimas, lamentándose
Que vierte sobre mi alma un lánguido acento,
¡Una triste armonía!
Amo sólo escuchar el lenguaje de los Cielos
Que hablan a la Tierra, y la llenan de fuegos
De Sol y de vida.
Amo a las orillas del mar, contemplar el cielo azul
Que encierra en su seno el poder de Dios,
¡Sentarme pensativamente!
Amo seguir en ocasiones en los sueños dorados
Mi alma que va a perderse en las corrientes azules
¡Su pensamiento inactivo!
Amo el secreto esfuerzo del corazón, que dulcemente
Se agita, el pensamiento de dulce principio
¡Que se siente en sí mismo!
Mejor que el árbol, el pájaro, la flor que complace a los ojos,
El sauce envuelto en lágrimas, la esperanza de los Cielos...
Amo lo que me ame.

Traducido: © Ariel Pérez







WENCESLAO VARELA [16.291] Poeta de Uruguay

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Wenceslao Varela

Wenceslao Varela Cabrera (San José de Mayo, San José, 25 de mayo de 1908 – 25 de enero de 1997) fue un poeta y narrador gauchesco de Uruguay.

Nació el 25 de mayo de 1908 en el departamento de San José, en una finca ubicada sobre la margen izquierda del Río San José. Desde pequeño trabajó en estancias desempeñándose en distintas labores del medio rural, donde fue adquiriendo de primera mano las costumbres de su gente. Su único vínculo con la educación formal fue la asistencia por espacio de seis meses a una escuela rural cuando tenía nueve años. Las continuas inasistencias debido a sus condiciones de vida y la pobreza de sus padres le impidieron tener un contacto asiduo con el aula escolar. Esto marcó que parte de su aprendizaje lo desarrollara en forma autodidacta. A los 15 años ya se desempeñaba como peón de tropa, y a los 18 le eran confiadas por parte de estancias tropillas enteras para que domara.

Comienzos literarios

Varela describe en una publicación argentina de 1980 sus primeros pasos como poeta:

Mis primeros versos nacieron borroneados sobre las caronas. Así no más, a golpes de corazón, sin tiempo para correcciones ni artificios. En un pastoreo de tropas cerca del Colorado o del Mataojo, escuché mis versos en otros labios, los oí en otras bocas. Como no los había firmado, tampoco podía decir que eras míos.
Revista «Rincón del payador», n. 4. Septiembre 1980. Argentina.

Obra

Poesía

El nativo (1930)
Candiles: versos crioyos (1943)
Vinchas (1.ª edición. 1946)
Vinchas: poemas del terruño (Editorial Cumbre. 2.ª edición corregida y ampliada. 1956)
D'entre caronas: versos gauchescos y nativistas (Editorial Cumbre. 1963)
Candiles: versos gauchescos (Editorial Cumbre. 5.ª edición)
De mis yuyos (Editorial Ibana. 1968)
Trote chasquero (1968)
Diez años sobre el recao (Ediciones Vanguardia. 1978)
Frontera norte (1984)
De cuero crudo: versos gauchos (Editorial Cisplatina de Chile. 2.ª edición. s/f.)
Dos poetas orientales: versos camperos por Wenceslao Varela y Osiris Rodríguez Castillos (s/f)
Boleadoras de piedra (1989)

Narrativa

Nazarenas de hierro. Cuentos criollos (1974)
Albardones (2.ª edición corregida y aumentada. 1996)





Modestia aparte

Como vanguardia aguerrida
traigo mi poco saber,
aprendido al recorrer
los caminos de la vida.
De humilde cuna, mecida
bajo techo de humildá,
que aguantó la tempestá,
los años y la pobreza,
traigo: valor, entereza,
y amor a la libertá.

Y soy, de poncho y espuela
sobre cualquier redomón,
uno más de mi nación
con la vida por escuela,
el que a versos y vigüela
con nudos y disonancias
en poblados o en estancias
se cortó solo, a lo entero,
con modestia o altanero
asegún las circunstancias.

Cuando encuentro un reserváo
d’esos que ninguno ensilla,
es, pa’mi, cosa sencilla
dejarlo, a espuela, charquito.
Cuando topo un mal habláo
con fama de aguantador,
le hablo a solas “con amor”
qu’es bueno pa’dominar,
y, si no quiere aflojar,
lo sé llamar al rigor.

En rueda’e “monte”, prefiero
apuntar a la menor,
y si salgo ganador
rescato cuando yo quiero.
En la taba soy certero
y muy cebao a ganar,
durísimo de aguantar
cuando el güeso es de mi gusto.
De ver plata, no me asusto,
cuando me afirmo a “clavar”.

Jamás, con mi moro, arrollo
si d’entro en una carrera;
con “rastras” no armo cuadrera
porque teng’orgullo criollo.
Salir “de abajo” es un “bollo”,
cuando quiero corto luz,
“fiador”, “pescuezo”, “testuz”
los saco justo, pues no!
siempre que lo corra yo,
que me hago un ñudo en la cruz.

Y pialando a medio lazo
en un rodeo parao
soy seguro pa’l “volcáo”
y pa’l “revés” segurazo!
En elogios a mi brazo
se ha gastáo gente campera,
pues pa’guampiar campo ajuera
soy cosa que “ni d’encargo”,
aunque tengo un lazo largo
como legua brasilera.

En ruedas de pericón,
como en versos, no me achico;
echo, apenas abro el pico,
pa’mi láo un corazón.
La endulzo a conversación
porque mi labia no es poca,
y si una “taura” me toca,
d’esas que andan coqueteando,
me l’arrincono bailando
hasta que “le copo en boca”.

En amores, nunca dejo
que naides me pida cuenta;
que los “quince a los cuarenta”
me dio por remedio un viejo.
Voy ‘end’entonces parejo
sin faltar a mis deberes,
pues en cuestión de quereres,
da más la fama qu’el oro…
He dejáo “lunanco” el moro
de tanto cargar mujeres!

A todo el mundo respeto,
dende chico he respetáo,
pero cuando estoy mamáo
mejor que me dejen quieto.
Ande me apretan, aprieto,
y soy duro p’apretar.
Van a tener que aguantar,
y es maña vieja que tengo:
a malas ni voy ni vengo
ni me dejo “coroniar”.

Que se abra cancha el caudillo
con las púas como gallo
y los baguales con callo
Del bocáo sobr’el colmillo…
Le saco el cuerpo al cuchillo,
tranquilo paro el “hachazo”,
a las mujeres… a abrazos
–hijo de bárbara escuela-
a los baguales… a espuela,
y a los malos… a ponchazos!




Mi rancho

Él, es güeno de adentro hasta la puerta, 
humanitario de la puerta adentro;
ajuera es otra cosa; punta y filo;
hurañez madurada a sol e invierno

Y no es tan chico que se diga; 
alcanza pa formar una cruz de trafogueros
pa tender el recao, y queda cancha,
pa’algun gaucho sin pago y pa mi perro

Como en espera de los cuatro rumbos
su puerta tiene requintao el cuero.
Lo rayan nazarenas sin querencia
y le dentran ventiscas y luceros.

No tiene nada que envidiarle a naides;
es puro como el niño Nazareno.
Duermen en él, con pichonada y todo,
cuanto vicho hay que escarva por los cerros.

Pa  que no se me juera con los pájaros,
le planté cerca el patio un tronco seco
que volvieron palenque mis baguales
de tanto zamarriarlo del cabresto.

Jamás, en la tirada que llevamos
hermanaos, él y yo, cubrió su techo,
la vergüenza de un robo; una mentira,
el amor lujurioso, envidia o miedo.

Nada que pueda avergonzarlo mancha
la divina pobreza que hay adentro:
y a él no le gusta que la luna vea
las gastadas cacharpas de su dueño.

Tiene a un costao del lomo una bastera
de tanto y tanto jinetearlo el tiempo
y por ella se cuela, cuando esparce
la luna sus plumones dende el cielo.

Y a él, no le gusta. Se le va ladiando
como quien a un mirón le saca el cuerpo;
amontona la sombra en los rincones,
y pa mancharla se  la pasa al ceibo.

Yo soy un convencido que mi rancho
es güeno y manso, de la puerta adentro;
ajuera es otra cosa - como digo -:
nunca ha podido basuriarlo el viento.

Y siempre con mis cosas de muchacho,
cuando un negro vellón ensucéa el cielo
y escriben las centellas sus mensajes;
apuntalo el palenque y lo contemplo.

Si lo llena de luz un rejucilo,
al ver todo chorriao el firmamento
del oro redetido en las alturas, 
tranquilo espera el sacudón del trueno.

Y adonde vea balancearse el monte,
sacude las plumitas del alero:
se eriza todo, se estremece, tiembla,
si le silban las clines al pampero.

Y ansí feo como es, tiene hasta música:
si a chicharra por flor se luce el ceibo
en durante la siesta, por la noche,
a grillo por terrón canta su alero.

Con sus tacuaras fabricaron quenas
zumbones mangangaces, barreneros,
pa que la brisa musiquera cante
en las horas de paz, sus tristes ecos.

Endulza su amargura cimarrona
una pera de miel de un esquinero,
y en espirales las avispas bravas
le cuelgan sus violines al silencio.

Alzó con la testuz de la cumbrera
la constancia redonda de un hornero,
pa que no se le queme la techumbre
si posa la luz mala su desvelo.

De tanto carroñarme las desgracias
me auyentaron del pago: me juí lejos,
a ver si le ponían las distancias
una venda de olvido a los recuerdos.

Cuando volví, me lo encontré como antes;
con menos quincha, pero más agujeros.
Desdentada la puerta, cáido el tuce,
de guampiarlo los toros y entrar tiempo.

Cuando el camino los acerque, hermanos,
lleguen nomás si necesitan techo;
que él, es huraño de la puerta ajuera,
pero es un santo de la puerta adentro.



ME VISITÓ LA VIRGEN

Me visitó la Virgen, gracias a Dios.
Mi rancho que se despluma y tiembla al paso de los tiempos
y lo sacude un largo destino de tapera
se me ha llenado de flores, de niños, y de rezos

Yo vivo pa los negros misterios de la tierra
y en las alturas solo mi pensamiento elevo
cuando desvelos hondos me embargan y procuro
estrellas o relámpagos pa’ iluminar mis versos.

Cuando se fueron todos y me quedé con ella,
me puse pa’ adorarla el chiripá más nuevo
y viejo por afuera y por adentro niño
la contemplé con todo mi proverbial respeto.

¡Que linda estaba llena de celestial belleza!
Tan pura como el agua del manantial que tengo
pa' que en las noches bajen los astros a mi rancho
o apaguen en las siestas sus ansias los Viajeros.

Por una herida vieja que la techumbre tiene
se derramó la luna pa humedecerle el pelo
y pálida luciérnaga que floreció en la noche
le puso en la diadema su pulsación de fuego.

Sutil la araña, como desvelo del crepúsculo
hilando luna y seda se descolgó del techo
y le tejió paciente un manto a su pobreza
que asujetó a los altos horcones del silencio.

Cuando se fueron todas y me quedé con ella
me puse pa' almirarla el chiripá más nuevo
Y hoy tengo los altares del alma florecidos
Y sin saber la causa me siento más contento.



ME VOY

Me pienso dir aparcero
a buscar lo que me falta,
con la frente limpia y alta…
Echao p’atrás el sombrero.

Pa qué viá quedarme ¿a qué?
si al fin de tanto luchar
no tengo ni qué ensillar
y ando a la vejez a pié.

En cualquier estancia pido
algún “cebao a voltear”
preparo con qué ensillar
estribo y me hago el perdido.

Porque an’que no me lo creo,
seá redomón o bagual,
si no quiero un animal,
conmigo no bellaquea.

Me voy an’que sea un bagual
con dolor dejo mi tierra
pero le hacen mucha guerra
al paisanaje oriental.

Ende chiquito de pión
y hace tiempo que no agarro
ni yerba pa’un cigarro
ni yerba pa’un cimarrón.

No sé cuanto hace hermanito,
an’que a veces lo deseo,
que ni pa’remedio veo
en el juego un churrasquito.

Yo, que me he criado en la estancia,
-claro que siempre de pión-
con yerba en el cimarrón
y la carne en abundancia.

de “Boleadoras de piedra”




Wenceslao Varela y los poetas (*)

La obra de Wenceslao Varela se compone de un corpus diverso, heterogéneo en lo formal y de variada apertura temática, lo que la vuelven más compleja y decididamente polisémica. Los poemas que habitan sus libros ofrecen una mirada profunda del interior uruguayo, de la idiosincrasia de los habitantes de la campaña y se detienen en aspectos poco frecuentados por las plumas ilustres del Parnaso. Varela puede escribir sobre los detalles que componen un amanecer campesino, la delicadeza de dos manos femeninas que alcanzan un mate o las peripecias de un duelo criollo con su correspondiente carga de rencor y violencia.

Un subtema o categoría mínima que puede desprenderse de la totalidad de su obra, la componen un conjunto de poemas dedicados a exaltar, homenajear o simplemente describir a otros poetas que, como él, hicieron del ámbito criollo su forma de arte y de vida. Sin jamás caer en la retórica celebratoria y vacía ni la adjetivación pomposa (en la que este artículo corre el peligro de caer), Wenceslao Varela le escribe – le canta – a sus colegas apelando a formas muy personales de evocación y celebración de la amistad. A continuación, presentaré tres ejemplos sobre el particular.


UNA CARTA A LUIS ALBERTO MARTÍNEZ

En su libro Trote chasquero, Wenceslao Varela incluyó el poema “Carta abierta”, una composición de ocho estrofas décimas (de diez versos) dedicada al payador y poeta coloniense Luis Alberto Martínez. La obra es presentada, justamente, bajo la forma de una larga carta que el maragato le envía a su colega convaleciente para interiorizarse de su estado de salud, reforzar su amistad y ponerse a su disposición para lo que sea:

Me lo contó una luz mala
al cruzar mis esterales
que están tristes sus zorzales
los que anidaban sus talas;
dice, que encogió las alas
de cóndor y de caudillo
que perdió vigor y brillo
y acampó como el trovero
del “PANZÓN LERDO Y MAÑERO
QUE ERA DE PELO TORDILLO”


En las ocho estrofas del poema, Varela utiliza un recurso que ha sido empleado por varios autores y que consiste en incluir, dentro de la obra propia, una cita del poema de otro autor (en este caso del propio homenajeado, a quien va dirigida la carta), de tal forma que los versos injertados se adapten a la métrica y el desarrollo propio de lo que el poeta viene diciendo. La gravedad de la salud de Martínez queda reflejada por los dos versos que Varela cita en la primera estrofa, versos que provienes de “La cruz del viejo cantor”, una milonga de Martínez en la que se narra la última noche de un payador que, ante la cercanía de su muerte, le pide al pulpero donde para que cuide de sus pertenencias y lo entierre junto a su guitarra. Para reforzar aún más el efecto de la cita, Wenceslao Varela las incorpora al final de cada estrofa y en mayúsculas.

La preocupación inicial demostrada por la salud de su amigo y colega, muta a continuación en la exposición de sanos consejos para que logre la mejoría. Al hacerlo, Varela no cae en las frases comunes que suelen dirigírsele al convaleciente y que no son otra cosa que fórmulas prosaicas de buena voluntad. Los consejos que Varela le dirige al bardo enfermo parten de su hondo conocimiento de la vida del otro:



El invierno se avecina
son sus vanguardias heladas
previniendo trasnochadas
a fogón grande y cocina;
busque calor en la china
que su hondo amor entibió
cuando fría su alma vio
y lleve el poncho consigo,
aquel poncho, “QUE UN AMIGO
POR UN VERSO SE LO DIO”



Ya sobre el final, Varela hace aflorar otro rasgo propio del alma del paisanaje: la hermandad en la pobreza y el gesto de compartir sus pertenencias por pocas y deslucidas que sean. Así, con la promesa de una pronta visita al enfermo, entrega su amistad junto a todo lo que tiene:



Voy a cair a su ranchada
en cuanto pueda ensillar
pa abrazarlo y pa rezar
bajo esa quincha sagrada
llegaré de madrugada
cuando el silencio se entrega
hondo en quietud, con la nueva
claridá que el alba apunta…
sé, que su “OMBÚ NO PREGUNTA
QUE PÁJARO ES EL QUE LLEGA”

Yo le ofrezco dende aquí
-si se ve necesitao-
Los restos de aquel chapiao
Que ante mis novias lucí;
Vale más que un Potosí
Cuanto más el tiempo pasa
Como soy criollo de raza
Hasta “en Dios dirá” me atengo
“TODO LO OFREZCO AUNQUE TENGO
UNA POBREZA MACHAZA”




“PÓSTUMAS” O UN ÍNTIMO OBITUARIO

“Póstumas” es un poema de nueve estrofas décimas que integra el libro De cuero crudo y que está dedicado a su coterráneo, el poeta y payador Florentino Callejas. Como su nombre lo indica, la obra fue escrita tras la muerte de Callejas y es, de los tres textos analizados aquí, el más solemne. La solemnidad se expresa en el propio tema de la obra y en el lenguaje empleado por el autor. A diferencia de “Carta abierta”, Wenceslao Varela abandona en “Póstumas” el lenguaje más coloquial y los giros propios del habla campesina en detrimento de expresiones más universales; se regodea en el empleo de vocablos trascendentes y el poema se termina convirtiendo en un gran encadenamiento de imágenes destinadas a resaltar a la figura del difunto (supongo que, en definitiva, esa es la función de un obituario). Al igual que hiciera con su poema dedicado a Luis Alberto Martínez, Varela emplea en esta obra la segunda persona del singular (representada por el pronombre “tú”), lo que dota a la obra de un carácter más intimista y que acerca más al homenajeado con quien le escribe. El inicio es una muestra precisa del dominio que Varela alcanzaba al pasar de la jerga paisana a un lenguaje más refinado y, en el trasunto puramente idiomático, nada tiene que ver con el léxico empleado en el poema analizado anteriormente.



Pájaro gaucho, sombrío,
emisario del pasado
tiene tu lira un pesado
silencio de muerte y frío.
Te traigo con fe y con brío
mis versos en vez de llanto
porque es el silencio tanto,
tan hondo, tan sepulcral;
que no parece el final
de una existencia de canto.



Las estrofas que siguen son una superposición de imágenes en las que se produce una suerte de transformación; el poeta Florentino Callejas, abandonado ya el mundo de los vivos, se convierte en un ser etéreo cuya presencia puede ser encontrada en todas las personas, los animales y los seres vivos que pueblan la campaña.



A tu nombre Florentino
lo musitará el pampero
en el nido del hornero
-lunar que ostenta el camino-
el poblador campesino
te cuenta entre los poetas
y bajo sus noches quietas
hondas de sombra o de luz,
ha de rezarte en la cruz
del altar de las carretas.



En la séptima estrofa, el proceso de consustanciación entre la estela dejada por el vate muerto y las imágenes que los reflejan, amenazan con llegar al paroxismo como si en la rápida suma de elementos se buscara fijar la idea de omnipresencia de los muertos por sobre los vivos.



Tuviste claror de aurora,
dulzura de camoatí…
fuiste el nudo guaraní
que acorta la boleadora.
Palenque, jaguel, totora,
bocado de cuero duro;
botón, con patrio seguro;
amargo de desprender;
eras un poco de ayer
que iba buscando el futuro.



Pese al intento encomiable de Wenceslao Varela por celebrar la obra de Florentino Callejas, el tiempo demostró ser más fuerte y, hoy en día, el nombre del autor de “Cimarroneando” o “El molle” ha caído en un injusto olvido.


SERAFÍN J. GARCÍA, PERSONA Y PERSONAJE

También en su libro De cuero crudo, se encuentra el poema “Milico gaucho…!”, dedicado al poeta oriundo de Treinta y Tres, Serafín José García. En esta oportunidad, Wenceslao Varela abandona el tono coloquial o solemne de los otros textos y narra una suerte de cuento protagonizado por el autor del famoso “Orejano”. Para ello, echa mano a la biografía de Serafín J. García y se concentra en los años en que este se desempeñó como policía en la ciudad de Treinta y Tres. Las veintidós cuartetas que componen “Milico gaucho…!” imaginan una situación que tiene a García como protagonista. Para darle mayor profundidad al asunto, es la supuesta voz de García la que narra el “caso”.

Escondidos en las penumbras de la noche, diez policías de a caballo aguardan el paso de unos contrabandistas por la frontera con el propósito de arrestarlos. Varela inicia el poema con una descripción del nocturno paisaje desolado; los hombres son presentados como intrusos.



En cuanto acampó, quedaron
todos los charcos despiertos;
y la primer virazón
los hizo temblar de miedo.

Salió la luna con frío
y unas estrellas con sueño,
mientras hacían las ranas
gorgoritos de silencio.



Cuando el protagonista entra en escena, descubrimos que se trata de uno de los “milicos” a cargo del operativo. A través de sus ojos descubrimos a sus compañeros de armas y, por allí cerca, marchando en la oscuridad, con la complicidad de una luna que se ha ocultado, atravesando el campo, a los “cargueros” o contrabandistas:



“Yo era la “guardia avanzada”
y en mi confiaron el sueño
diez hombres llenos de orgullo
servidores del gobierno.

¡Audaces! Marchar con luna
bajo la comba del cielo
honda de azul infinito
ancha de campo y silencio…!

Y haberme tocao la guardia
por desgracia a mí, que quiero
economizar las balas
pa no fundir al gobierno.



Unos pocos versos, le alcanzan a Varela para definir la personalidad de ese milico gaucho que está de guardia, mientras sus compañeros duermen. Y será él, desde su puesto de vigía, el que divisará a los contrabandistas que cruzan el paso y el que, contrariamente a lo que los estatutos de la Fuerza mandan, se apiadará de aquellos hombres desgraciados que sólo tienen el contrabando como forma de vida.



¡Venir marchando con luna
y con un frío tremendo
que ha endurecido los pastos
y me ha torcido los dedos…!

Ellos no saben que allí
hay diez milcios con rémitos.
pero sí, saben que allá
están sus hijos hambrientos.



Cuando la luna, finalmente, asoma entre las nubes para descubrir ante la guardia policial la presencia de los infractores, el milico gaucho en que se inspira y se convierte Serafín J. García, no hace lo que haría cualquiera de sus compañeros, esto es, despertar al resto y salir al cruce a los delincuentes. Su humanidad, que aflora en su piel y en su sangre, lo hace abandonar el puesto y aventurarse en el camino para alertar a los contrabandistas y dejarlos marchar. La estrofa con la que cierra el poema incluye la ironía del milico que ha visto su deber cumplido aunque no para el lado que se esperaba. Wenceslao Varela revela aquí su propia visión de las injusticias sociales y le hace decir a su personaje, cuando los pobres contrabandistas se alejan del peligro:

¡Yo cuido lo del estao!
pa eso me paga el gobierno.
¡Vaya a saber cuántas balas
le economizo con esto…!
______________

(*) - Publicado originalmente en La Onda Digital (Nº 447) del 28/07/2009.
http://asuntoliterario.blogspot.com.es/2009/07/wenceslao-varela-y-los-poetas.html






Wenceslao Varela / Poeta oriental

Poeta de tierra adentro
por Martín Bentancor   
FUENTE: LA ONDA® DIGITAL

Wenceslao Varela  un antiguo peón de estancia que, como nadie, describió en sus versos la realidad del hombre de campo, los vastos paisajes del interior uruguayo y, por sobretodo, la misteriosa relación que une al ser humano con la tierra que pisa y las estrellas que contempla.

Wenceslao Varela sabía de miserias y privaciones forjadas en los ranchos de terrón y en los galpones de estancia pero, también, conocía el encanto de esas mansas lluvias de enero cayendo sobre los campos o la sensación de inmensidad que trasmite un cielo profundamente estrellado. Se valió de su pluma para convertir tales sensaciones en versos que sobreviven en el repertorio de eso que algunos llaman “poesía nativa” o “folklore”, rótulos por demás vagos e incapaces de definir una obra. Su condición de hombre del interior, su escasa instrucción y su probada bohemia, lo mantuvieron- y lo mantienen – relegado del canon literario uruguayo. Sus textos no integran antologías de poetas nacionales, sus obras son imposibles de conseguir en librerías céntricas y  su nombre suena extraño para los medios de prensa o la Academia. El parnaso local prefiere destacar la obra de poetas más universales y “comprometidos” (hay algunos, cuyos libros expuestos en vidrieras, semejan la exhibición de productos en serie) y, por vía del merchandasing y la sobreexposición, elevar una obra relegando a otras. Esto, que puede sonar a queja, no es más que una mera constatación de una realidad; el propio derrotero bibliográfico de Wenceslao Varela sirve para ilustrarlo sin lugar a dudas.

Los años que Wenceslao Varela le dedicó a la doma de potros y la conducción de bovinos por tortuosos caminos de tropas, no le impidieron forjar una obra tan personal y tan vasta como inútiles fueron los intentos contemporáneos de imitarla. Varela perfeccionó una técnica derivada de los payadores (expuesta en la pluma de bardos como Juan Pedro López, Pelegrino Torres o Héctor Umpiérrez) que consiste en, mediante la narración de una anécdota o relato, describir y analizar el carácter del ser humano. Sus herramientas son las de un narrador (en el sentido literal del término) aunque opte por la composición lírica para desarrollar su creación. Como poeta, Wenceslao Varela abordó desde la décima (composición en diez versos con rima consonante) hasta el soneto (composición de origen italiano distribuida en dos cuartetos y dos tercetos), como es el caso de su obra Noche de Reyes:



Era noche de Reyes, serenatas;
del rastrojo brotaba calor de fuego.
“Si usted me da permiso, patrón, mas luego
Voy a dejar afuera las alpargatas”.
Y al abrirse la aurora del día siguiente
el niño que en la noche soñara tanto,
enjugando en sus ojos tímido llanto,
las levantó vacías, tímidamente,
Y habló el torvo labriego sin ilusiones,
que había arado una vida sin camellones
“Andá, muchacho bobo, traime los gueyes,
que aquí cain comisarios por mas galones
y estancieros que buscan pionas y piones
pero no he visto nunca los santos Reyes”



La difusión que ha tenido su obra (en formato musical) se debe, en gran parte, a la labor de Santiago Chalar (1941-1994) quien supo musicalizar e interpretar varias de sus composiciones(1). La comunión de Wenceslao Varela con el hombre de campo (sus dichos, costumbres, virtudes y defectos) debe ser leída como una suerte de veneración forjada en la cercanía existencial y física a su realidad y no como un rito patriótico y de carácter nacionalista(2). Varela construyó en sus libros (Diez años sobre el recado, Candiles, De mis yuyos, etc) una poética tan personal como imposible de rastrear en la obra de sus predecesores; hurgó en los sentimientos de sus personajes para describirlos en todas sus contradicciones y elaboró detalladas estampas que, tras una aparente economía de recursos, describen toda una vida. Como ilustración de esta cualidad, valga la siguiente estrofa de su extenso poema Una carrera:



Si el diablo hubiera venido
luciendo el poncho escarlata,
pa´ pararlo al pago a plata,
al diablo me hubiera vendido.
Jugador de talla he sido
y no pierdo la cabeza;
y aunque con mucha entereza
soporté muchas topadas,
nunca sentí tan pesada
sobre el alma la pobreza.



La variedad de temas y situaciones que fue construyendo en su obra constituyen originales argumentos de carácter cinematográfico. En Ida, el paisano que viaja al pueblo con la misión de comprar medicamentos para un hijo enfermo, es distraído por un local de apuestas o “timba”, donde apostará hasta el dinero para los remedios. En Fidel, el narrador nos cuenta su tragedia: al despertarse de madrugada sintiendo el ladrido de los perros, descubre  a su amigo robando carne y, ante el susto de este, no le queda otra opción que defenderse de su ataque y darle muerte. En Cardozo, Varela describe las proporciones de un incendio que se ha apoderado del campo y al que sólo el coraje de un hombre (considerado un cobarde en la zona) le hará frente. En este poema, como en muchos otros, Wenceslao Varela se vale de una figura constante en su obra: la descripción de fenómenos naturales o entes materiales (vientos, corrientes de agua, ranchos, montes) a través de características humanas; como si en la simbiosis de ambos elementos, el propio concepto de hombre se desdibujara volviéndose aún más extraño al posicionarse sobre la tierra. Un ejemplo de lo anterior es un pasaje de su obra Mi rancho:


Él es bueno de adentro hasta la puerta,
humanitario de la puerta adentro.
Ajuera es otra cosa: punta y filo;
hurañez madurada a sol de invierno.



La vida de Wenceslao Varela refleja una constante evidenciada en varios creadores; el silencio que pareció cubrir su obra tras su muerte (ocurrida el 25 de enero de 1997, exactamente cincuenta y dos años después que otro poeta olvidado, Juan Pedro López) ha sido roto este año en que, su San José natal, lo celebra con recitales, exposiciones y un intento por volver a colocarlo en el mapa del arte y la cultura uruguaya.

*Martín Bentancor   

FUENTE: LA ONDA® DIGITAL

(1) – En 1990, Santiago Chalar y Wenceslao Varela grabaron el disco El fogón de Wenceslao Varela, un repaso por varios puntos destacados de la obra del poeta maragato donde, el propio Varela, recita sus versos con envidiable memoria (superaba los ochenta años) mientras que Chalar, con su guitarra, le brinda el marco musical.
(2) – La figura del gaucho se ha prestado a toda suerte de lecturas que van desde la mera caricaturización hasta la conversión de su estampa en una especie de figura legendaria. Así como la burla permite su reducción a un bruto que habla mal y se viste con un ropaje ridículo (visión torpe y por demás ignorante de la moda gauchesca), la elevación mítica lo convierte en una suerte de personaje tradicional. Ambas visiones son peligrosas y terminan desdibujando al fenómeno real: surgido en los albores de la Banda Oriental, el gaucho desaparece con el alambramiento de los campos en las últimas décadas del siglo XlX. Aunque su estirpe sigue viva en el interior del Uruguay (particularmente en la vestimenta, ciertas costumbres campesinas y en la Semana Criolla de la Rural del Prado de Montevideo), nada tienen que ver algunos personajes que visten como gauchos (bombacha, chiripá, rastra y sombrero) pero que llevan celular en el cinto y toman mate auxiliados por un termo. El aggioramiento también tiene sus límites.

FUENTE: LA ONDA® DIGITAL
http://vientosdeplata.blogspot.com.es/2011/03/wenceslao-varela-poeta-oriental.html






Diez años sobre el recao, Wenceslao Varela


La lectura de este libro coloca a quien la acomete ante una realidad de alguna forma intermedia entre los grandes relatos gauchescos de mediados y fines del S. XIX y el mundo criollo en decadencia de mediados del S. XX. En este sentido, la diégesis misma de la obra refleja este proceso de evolución-involución, que en un aspecto histórico-sociológico es la consabida evolución-involución de un modo de vida que, lentamente, se encuentra en vías de desaparecer de forma definitiva. Lamentablemente, con ese mundo que se va, es posible que se vayan también los gustadores de una obra poética de las características que esta posee.

Diez años sobre el recao narra con estructura lírica (décimas octosílabas de rima consonante perfectamente elaboradas) las peripecias de un tropero y peón itinerante, que es el yo lírico narrativo cuya voz nos llega, y de su amigo Iyazuiré. La acción transcurre en los campos, estancias y pulperías del litoral del río Uruguay, tanto de un lado como del otro. Allí surgen oídas de algún contrabando de ganado, de alguna timba, de algún baile improvisado, que se constituyen en el escenario material de fondo para un drama que es todavía más profundo y existencial: el drama de la pobreza, del sojuzgamiento, del padecimiento, de la naturaleza en contra del individuo, de la muerte contra la vida y, en ocasiones, del amor contra la amistad.

Con toda esta exuberancia temática a su disposición, uno de las tantas fortalezas de este libro es la construcción de sus personajes. Están allí los dos protagonistas mencionados con sus miserias y sus glorias, pero acompañan un coro de peones ladinos (como decía Borges aunque refiriéndose a otros peones), pulperos que buscan ventaja, borrachos cantores y mujeres que hasta podrían encarnar un ideal de belleza relacionado más que nada a su escasez en tan brutal escenario.

La pobreza, el abuso y el honor llegan entonces a constituirse en los problemas existenciales de esta obra que aquí, a modo de reseña, sólo pueden esbozarse, pero que deberían ser objeto de un mejor y pormenorizado análisis por parte de la crítica literaria actual. Sobre el primero de los temas de este tríptico, dice Wenceslao:

Por eso ha de ser que allá / a´nde´l hambre está arraigada
se redame en marejadas / la fiebre y la enfermedá;
pena al qu´es güeno le da / ver desnuda una mujer
cuando es largo el padecer / acaba con la razón…
Parece que la extensión / se nutriera en cada ser.

Presa del abuso de los patrones y a veces de los que comparten su misma condición más baja, el honor del peón se ve resentido. La enseñanza moral termina siendo un triste descubrimiento de la soledad:

Yo he visto que la amistá / tiene valor y no tiene…
y a ocasiones no conviene / darle a ciegas con lealtá;
es una temeridá / sondar de un alma el abismo.
Amo virtú y heroísmo / aunque ya pa´nada valgo,
conviene tener fe´n algo / y especialmente en sí mismo.

No quiero dejar de mencionar la siempre triste constatación de estos personajes: viven, con conciencia, en un mundo que se termina, un mundo sin esperanza, amargo y mancillado por la miseria y el rencor. Los estancieros contratan gente miserable para vigilar sus campos y asustar a los que lleguen a robar. El asunto usualmente termina con los “ladrones”, gente sumida en la pobreza rural, muertos tras la redada. Recién entonces llegan los milicos, con los que se encuentra el protagonista:

Junto a los muertos pasé / sin dormir y sin rezar,
en escondido llorar / con mi amigo Iyazuiré.
Con los milicos hablé / de pobrezas y de penas
Y desdechas en cadenas / que hacen malo al pobrerío
Y tantas cosas …  ¡Dios mío! / qu´hirve la sangre en las venas.

Porque Wenceslao, que tropeó y estuvo sometido a los rigores de la naturaleza y la escasez, siempre toma el partido de los más desprotegidos, en una actitud nunca impostada, porque, tengo entendido de acuerdo a ciertos testimonios, era su propia vivencia la que entraba a tallar.

En fin, un libro entrañable, hermoso en su aspecto formal, con bellos tropos y bellos pensamientos, y muy entretenido. Eso sí… creo que con cada vez menos lectores…

Edición: Intendencia de San José – CETP – UTU
Año de la primera edición: 1978



SANTOS INZAURRALDE RODRIGO [16.292] Poeta de Uruguay

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Santos Inzaurralde Rodrigo

(Minas, Uruguay 5 de junio de 1925 - Ib., 1 de marzo de 2013) fue un poeta y político uruguayo.

Algunos de sus textos fueron grabados por el músico Santiago Chalar, destacándose los que se refieren a su ciudad natal, como "Minas y abril" o "Vengo de Minas".

Su infancia transcurrió cerca de la plaza Rivera y concurrió a la Escuela nº 8, al igual que el escritor Guillermo Cuadri.

De origen vasco, es conocido como el “Poeta de la Sierra”. Su obra fue dedicada esencialmente a la tierra que lo vio nacer, su querido Lavalleja. Gran parte de sus poemas, centrados en temas folclóricos, han sido musicalizados por Santiago Chalar (1938-1994). Entre sus poemas más conocidos se encuentran: Vengo de Minas y Minas y abril .

Fue creador, junto a su amigo Carlos Paravis, del Festival Minas y Abril. Este evento cultural convoca año tras año a miles de personas en el Parque Rodó de la ciudad de Minas. Los fondos que se recaudan en esta celebración son destinados al Hospital Público Dr. Alfredo Vidal y Fuentes.

Santos Inzaurralde fue reconocido por su obra en múltiples oportunidades, tanto a nivel nacional como internacional. Entre los premios que recibió se destacan el Disco de Oro junto a Santiago Chalar y el Premio Morosoli de Oro (2010) en reconocimiento a su trayectoria. Asimismo, fue reconocido Ciudadano Ilustre por el Pueblo de Lavalleja (2011).

También desarrolló una intensa actividad política como integrante del Partido Nacional; ocupó cargos de relevancia como edil departamental, director de la Casa de la Cultura de Lavalleja, secretario general de la Intendencia de Lavalleja y representante Nacional (entre 1995 y 2000).

Falleció en la ciudad que le vió nacer el 1 de marzo de 2013 a causa de una dolencia cardíaca, siendo enterrado en el cementerio Central de la ciudad de Minas.

 Con el músico montevideano Santiago Chalar (1938 -1994)  grabó tres discos: “Minas y abril” (1978), “Desde el mangrullo” (1982) y “Es mi tierra” (1988), todos publicados por el sello Sondor. Chalar también colaboró con Santos Inzaurralde en la creación del festival “Semana Minas y Abril”, realizado en el Parque Rodó de la ciudad de Minas.

Inzaurralde ha sido edil y diputado por el Partido Nacional de Lavalleja. Se desempeñó como director de la Casa de Cultura de Lavalleja entre 1999 y 2000.

Su canción más conocida, que también da nombre al festival citado, dice en sus primeros versos:

Soy fruto de los cerros
mi cuna fue de piedra
y mi tumba será también sin dudas
algun rincón soleado de la sierra
Nací, crecí como el clavel del aire
prendido entre las grietas
de esas piedras pizarras de mi pago
de aquel bravo y arisco Lavalleja....






MINAS Y ABRIL 

Soy fruto de los cerros
mi cuna fue de piedra
y mi tumba sera también sin dudas
algún rincon soleado de la sierra.
Nací, crecí como el clavel del aire
prendido entre las grietas
de esas piedras pizarras de mi pago
de aquel bravo y arisco Lavalleja….

Minuano donde tu vayas
no te canses de decir
que si Dios baja a la tierra
por el altar de la sierra
baja en minas y en abril.
Negra tierra labrantìa
naranja nubes de abril
verde luz de los sauzales
y en las cañadas añil

Por las calles oro viejo
los cerros pizarra y gris
si te gustan los colores
mira el prisma de esas flores
cuando las florece abril.

Nunca mas limpios los aires
atardecer de jazmín
ven que la luna creciente
con aguas del Penitente
llena su copa en abril

Me adormecí con cantos de chicharras
volé en las tijeretas
y le corté a la noche de mi pago,
para el recuerdo,su mejor estrella
Bajé y trepé los espinazos duros
de las quebradas nuestras
y entre las medias luces de la tarde
recorte de horizonte mi silueta.

Nunca mas limpios los aires
nunca mas claro el perfil
y ese temblor de horizontes
y amarillo de esos montes
cuando los madura abril

De ennoviarla en el otoño
no te vas a arrepentir
la hizo novia el Arequita
Minas por siempre bonita
pero más linda en abril.





ALGUNA VEZ

No he escrito aun
el canto que yo quiero;
tal vez cuando mi voz
se nutra de silencios;
cuando en polvo tan sòlo
se conviertan mis sueños;
tal vez, en esa hora
serena y sin apremios,
ha de mover la pluma de algun pajaro, 
la escritura total de mis desvelos.



¡CELOS!
                                                           
  Dedico esta pobre
pero sincera composición,
 a mi estimado condiscípulo
 y amigo: Angel Gianola


¡Celoso estoy del espejo
que besan tus ojos bellos!
¡Celoso estoy de la luna
que se anida en tus cabellos!

¡Celoso estoy del teclado
marfileño de tu piano,
que me roba las caricias
deleitantes de tus manos!

¡Celoso yo estoy del agua
que bebe tu roja boca!
¡Celoso yo estoy del agua
que al pasar tus labios toca!

¡Celoso estoy de los rayos
dorados que Febo envía
a besar tu blanca frente
apenas renace el día!

¡De las estrellas celoso
estoy muñequita mía,
porque en tus ojos se duermen,
apenas fenece el día!

         



Lejos de ti

En apariencia, estoy lejos de ti,
Y sin embargo, como me vas por dentro,
Cuando tengo un minuto solitario
Se me aparece un cerro,
O me corre un arroyo por las venas,
O una puesta de sol desangra un verso.
El Minuano es así; nadie lo dude;
El paisaje va con él, como los huesos.
Y andará en acuarelas que se empinan
Como buscando cielos,
O de pronto, penetran en los montes
Y enhebrando silencios,
Se siembran de Pitangas,
De refrescan de Helechos,
Se trenzan en las pieles de la Envira
O en Coronillas viejos,
Crucifican de espinas al camino
Que se arrastra a sus pies, como un bostezo.
Yo soy en mi mismo tu paisaje;
Me transformo en carrero
Cuando en silbidos cortos y angustiosos
Me doy en pensamientos.
A veces, tan sólo un transhumante
Que recuenta sus sueños:
Ser el blanco y humilde caserío
De aquel calagualero
Que repinta sube y baja de colores
A las calles del pueblo.
Ser salto en Penitente;
Ser sauce en Campanero;
Ser piedra en Arequita en tu tierra paniega ser un sueño,
Y ser Verdún, también, cuando la tarde,
De forma de oración a mis recuerdos.

Extraído del libro :Vengo de Minas 








JOHANNES LUIS GONZÁLEZ GUEVARA [16.300] Poeta de Cuba

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Johannes Luis González Guevara 

(Ciudad de La Habana, Cuba 1976). Doctor en Química y poeta. Ha obtenido importantes menciones y premios de poesía, entre ellos el Premio Especial en el I Concurso Iberoamericano de Décima "Villa Azul 2001", Premio "Casa de La Poesía", Premio "Caimán Barbudo" y I Mención de Poesía en el XXIV Encuentro Nacional de Talleres Literarios 2002, Mención David 2002, Premio en el IV Concurso Nacional "Félix Pita Rodríguez" 2002, Premio en el VIII Concurso Nacional Ala Décima en Marzo 2008 y accésit de poesía en el XXX Certamen Literario Pluma de Oro de Alcorcón 2008 (España). Textos suyos han sido publicados en las revistas Caimán Barbudo (2002), Habáname (2003-2005) y en las antologías "Bienaventurado el Árbol Que Camina" (Ed Extramuros 2007) y "El árbol en la cumbre" (Ed Letras Cubanas 2015). Tiene publicados los libros "Como La Brisa Que Insiste En Borrarnos" (Ed Unicornio 2003, La Habana) y "Desde La Extraña Sinfonía Del Ojo" (Ed Catauro 2014, Miami). Tiene inéditos el libro "El Riesgo De La Existencia" y el libro de décimas "Apoptosis". Ha realizado lecturas en La Habana y Barcelona. Actualmente vive y trabaja en Barcelona.



INTERREGNO

A―sombrarse
Qué terrible esta forma de refugiarnos con la intemperie,
la de las cuatro innombrables paredes,
no saber dónde ubicar los ojos
cuando un dedo sorpresivo
alumbra y ciega,
cuando el nombre se convierte
en un pretexto de no existencia.

En el patio de mi patio crecen ramas,
nacen brazos de su corteza
como frutos que maduran inside
bajo las moscas que se extienden
a través de un silencio subterráneo:
cuadro desolador:
evolución de manos:
manipulación que deletrea el peligro
                                                 y su dolencia,
                                                                                        dilatándose.

Frag―men―tar―se
trabajo. espero. trabajo.
amputo un dedo de mi lógica.
sudo sin lógica y sin dedo,
con sangre,
lejos del estómago.
me olvido del estómago.
absorbo aire,
me absorben cuerpo.
nace otro dedo (ilógico).
transmuto. callo. aíslo.
me quedo. trabajo. me quedo.

Re―integrarse
El hombre se delata
cuando bebe la distancia y el regreso
de una muchedumbre expandida en el cansancio,
hiere en su pupila al semejante.

Así crezco soñando mi propio reino,        y camino
penetro en los secretos del hambre
como un triunfo                        y tropiezo
para sellar la anatomía de esta fisura                y caigo
que me deja colgando                y no muero
la pérdida de todo:
el desnudo: la semilla: un átomo en silencio.

Una mirada no basta,
la salvación consiste en levantar la muerte del ojo.




A―GOTA―MIENTO

Cuando penden luz y gota,
de la vida en brote lento
se establece un pensa―miento,
una discordia que azota
la balandra como rota
travesía. El raro viaje
de caer es duro encaje
de lo eterno. Repetida-
mente soporto la herida
que llega a manchar mi traje.

Son las voces mi equipaje
sombrío, la siempre oída
compuerta de lo suicida
que penetra en el paisaje
su secreto. Fin del viaje.
La techumbre ojival flota
o soy yo quien tras derrota
piensa boca arriba el viento
que revierte mi tormento
cuando penden luz y gota.




Del libro "Como la brisa que insiste en borrarnos" Ed. Unicornio 2003



será la suerte una manera de temerle al gesto,
cuando el dado crepite en el rostro las disímiles formas
que atrapan al aire escurridizo,
y repetidamente se pose en la oreja
como una brisa que insiste en borrarnos
la primera palabra,
y se tuerza contra la nada
en el sitio donde el pájaro detiene
la desconocida estrategia del tiempo,
imagen que se escapa tras la sombra rutilante.

será la suerte una manera de temer, cuando
apenas el dado detenga la sorpresa a palmadas
y nos burle con bromas retorcidas, como la
muerte al espejo sonríe, como el gesto que
nunca nos dirá si existe.



Cuando roce la sombra

No es oscuridad el muro que enfrentan mis esquinas,
aturdidas por todo viento aglutinador del susurro,
de la carencia acostumbrada a asomarme,
a golpearme el pecho como un latido unísono,
externo,
esternón astillado,
o tal vez más abajo
donde la gravedad me une a su penuria.

Mi vestidura se expande hacia una existencia distinta.
Callado espero otros cuerpos que ocupen el vacío,
la oquedad desesperada entre dos materias:
una creciente,
otra girando torpemente hacia el reverso.

La luz es un caos de partículas insoportables.
La sombra una insoportable escasez de partículas.

Soy simplemente partícula entre luz y sombra.




Del libro "Desde la extraña sinfonía del ojo" Ed. Catauro 2014



Un momento de calma (eso pienso)

Quizás deba elogiar un tormento dentro de tu desgracia prolongada, como un suspiro, antes de marchar, antes que la gota decida su trasgresión y crepite en el vacío o la gloria inventada. El orgullo que sostienes, inútil, bajo el eco doloroso del barrote, te ha mencionado, recuerdas, el no-sitio y el no-habito para cuando pienses en el viaje de hombre sin culpa, regreses la mirada al derredor y describas esos cuatro golpes en la frente:


1- Hombre mirando al espejo

Entre la ceja clara y el arco de mi asombro
una irreverencia del aire,
el pecho alargado por un corazón que desciende
mientras pateo el hueso que glorifica al hombre
y me entrego a la fiesta de los canes hambrientos.

Me piensas, luego existo.
Te miro,
y no pareces habitar en la mirada extraña.
Eres lo real, lo incorpóreo,
el inasible tacto cuando pincho mi ojo.
El dolor es cierto, tú lo inventas.

Mi mano en el pecho del otro,
que es él mismo, quizás yo mejorado,
anuncia la nueva versión de perderme.

Me desnudo para mirarme desnudo,
me desnudo para mirarte,
me desnuda la simplésima parte de mi ser.

(risas en el público)


2- Hombre mirando el reloj de pared

8:55. El tiempo abandona el oficio,
se sienta a mi lado a gastar las horas,
para no ser más la fisura dejada en el labio
del que aprisa pinta la noche como luto del día,
como abrazo que se adueña del instante.

Somos dos para un sólo momento de calma. Me conversas de tu aventura en el hombre, sin padecer la palabra que nos iguala. No pienso detener el tiempo con el tiempo. Somos inevitables, y no entiendes que marchar es la costumbre.

(8:56. murmullos)


3- Hombre mirando un cuadro en blanco

Celebro nuevamente el egoísmo de ser o no ser.
Trazo en el aire una figura, como el delirio,
y de trasfondo el blanco
que precipita el desciframiento de la vida.

Qué más da caer o no caer, ya no hay preguntas, tan sólo una tos ecológica, siempre sana, que interrumpe la paz de los atrios.

De quién será mi muerte podría ser una variante, ahora que el grito se ha agotado y de paso está la queja, el soliloquio.

Soy el autorretrato del encierro,
un punto en el enorme-blanco de este cuadro.

(algunas lágrimas)


4- Hombre mirando...

No sabré la parte sana de mí,
Ustedes han herido todo.
La osamenta golpeada tendré
cuando hayan partido los pájaros
en mi último gesto.

Dónde llevar la existencia sino en lo callado,
en la pátina que golpea la sombra.

No seré el juego de las paredes que se entrecruzan
y continúan su derrumbe
bajo la circunstancia de un goteo.

Seré el destino como incesante mano mutilada.
Seré la angustia.

(aplausos)






Del libro inédito "El riesgo de la existencia" (2004-2012)

II

Esto no se escribe a pensamiento,
se deja caer.

Escuchemos el ruido de la palabra.
No apaguen la luz, que pienso el miedo.

Mi cabeza quiere el nombre, pero no.
Mi cabeza se asusta porque le ha
nacido otro botón de sombra.
Yo la marchito, olvidándome.
No pienso detenerme en ella.
Es más, no pienso.
De lo contrario la luz
se detiene ayer de mí,
mañana de otro, o
quizás hoy indefinido,
indefinible,
in-de-fin.

Esto no se escribe a pensamiento,
se deja caer,
como la manzana en los ojos de Newton.




Primer indicio

Entro en el psico-espacio
sin tratamiento humano,
inhibo el hipo cristalino del dolor,
cubro con mantas ajadas
la fuerza color oscuro.

Ah, mi mente inconclusa,
la claridad no está en el amanecer
sino en el líquido amnios
de aquel primer día materno
donde la madre yacía
cuando la criatura lloraba su miedo.

Es antiquísimo el espacio psico,
el espacio luto, la tontería
de una dimensión tan extraña
como la palabra misma.

Ah, esta historia mal puesta,
que no hay río que la sonría,
que no hay lluvia que la lleve,
que no hay mar que la mueva.

Regreso al punto de inicio,
adonde siempre se retorna,
del síntoma al espacio psico-flexible,
tartamudeando en lo puro,
en la sonrisa redonda como la pena.




Del libro de décimas "Apoptosis" (2002-2010)


a CÉSAR VALLEJO,
como un intento de glosar la distancia
que su gusto dejó
entre afirmación y pregunta.


Un hombre pasa con un pan al hombro,
arrastra la mentira que le pesa
tan fuerte clavada en el ijar, esa
cruz de hincarse los días de un asombro,
las semanas sin tiempo, breve escombro
azorándole las manos. La noble
sombra que fiel decía ser al roble
–doliendo fuerte, cerca la costilla–
gotea el derrumbe en su triste orilla.
¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño,
ya no es el hombro, sostener el pan,
es tejer el sitio donde se dan
la mano pequeña, el abrazo en guiño,
como lluvia al desierto desaliño,
alado pensamiento, ensoñación.
Nadie cede la mano a su perdón,
infinito es el traje de otra acera:
va un pájaro sin brazos. Nadie espera.
¿Voy, después, a leer a André Breton?

Un albañil cae de un techo, muere
y ya no almuerza. Aquel niño derrama
la voz en alarido que lo cansa,
y contempla esa forma de la muerte
atorada en el aire; cómo duele
su infancia perder la vida, dejándola
crepitar contra el cemento. Del áncora
parte su risa, inclina hasta la sangre
y bebe el silencio en paz de su padre.
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un banquero falsea su balance,
repite la farsa en toda mirada
que nunca supo mentir la mañana,
y deja la herida para que sane
en el abrigo del cojo –delante,
la silueta del niño. De qué salto
proviene el hombre si apenas atado
por el oro, no sabe el duro friso
que traduce su rostro al descosido.
¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda,
ese pie extraviado que anduvo lejos,
tras el mundo, enumerando alimentos
para cegar la culpa que desarma,
en su cojera de intemperie falsa.
Ya se castiga las mientes, aislado,
ya la ceniza retoza en su plato.
La mano puesta en el fuego es la cena,
corazón un tiempo, su boca ceja.
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Alguien va a un entierro sollozando
con la frente cruzada a paso lento.
Llovizna del llanto. Lloroso viento.
Como quien llega de caer, callando
repetidas luces en la voz. Cuándo
detiene la caída su epidemia,
qué cuerpos dehiscentes, cuál endemia
le devora en los ojos toda fuerza.
El niño no sabe. Padre no almuerza.
¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina.
Alguien de pie más corto que el otoño
ha puesto la risa a dar un retoño,
donde la muerte brota cual encina
que anuncia el duro polvo en una esquina
del brocal apagado. No vendrá
la luz a callar la sombra, quizá
una pierna y un aire más humanos.
El fusil ya resbala de sus manos.
¿Con qué valor hablar del más allá?

Alguien pasa contando con sus dedos
los anuncios finales de la vida.
Queda un mundo por delante: sufrida
copla para el niño que entre remedos
se oculta, huesuda piel junto a credos
que la soledad destina. El delito
no fue contar con los dedos: el mito
no-sueña, no-existe. Cómo llevar
así, la cruz izada en el ijar,
¿Cómo hablar del no-yo sin dar un grito?







BRÍGIDA AGÜERO Y AGÜERO [16.301] Poeta de Cuba

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Brígida Agüero y Agüero

Brígida Agüero y Agüero. Poetisa camagüeyana que tuvo como mentor a su padre Francisco Agüero Duque Estrada, apodado “El Solitario”, entre él y su esposa doña María Agüero y Varona forjaron su alma y sus sentimientos.

Nace en Puerto Príncipe, Camagüey, Cuba el 12 de mayo de 1837. Hija del poeta Francisco Agüero y Estrada. Pasó la niñez en una finca cerca de su natal Puerto Príncipe, en la que recibió de sus padres la primera educación. Con el movimiento revolucionario de Narciso López, su padre, que se había dado a conocer por sus ideas políticas, fue desterrado y eso hizo que Brígida dejase el campo para vivir en la ciudad, donde dio a conocer sus poemas. En 1861 amplió su educación en la academia que sostenía la Sociedad Filarmónica de Camagüey. Más tarde llegó a ser socia de mérito de dicha sociedad.

A los diecisiete años se dedicó por completo al cultivo de las letras y a laborar por la cultura de su ciudad natal. En 1861 se establecieron en la Sociedad Filarmónica de Puerto Príncipe unas clases de literatura y en ellas estudió con asiduidad demostrando sus condiciones excepcionales, al poco tiempo era nombrada Socia Facultativa de la sección de literatura. Fue en esa época en que escribió su oda "Las Artes y la Gloria, que dedicó a los socios del liceo camagüeyano y que leyó en uno de los muchos actos culturales que ofrecía a la sociedad tan prestigiosa institución. 

Todo lo feliz que fuera en sus primeros años, lo fue de desgraciada en su juventud. La familia se vio perseguida por sus ideas revolucionarias, y ella, pronto se vio atacada por la tuberculosis que hizo grandes estragos en su delicado organismo. Nunca ignoró su estado. 

Murió en Puerto Príncipe un 26 de junio de 1865, a los veintinueve años dejando una basta obra.

Escritos

Sus poemas aparecen recogidos por José Manuel Carbonell en el tomo tercero de su Evolución de la cultura cubana. 1608-1927. (La poesía lírica en Cuba. T. 3. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 365-367.)
Retrato de una señorita, 1858; Ecos del alma, 1859; Inspiración, 1859; La Fe Cristiana, 1859; Flores del alma, 1859; Lo Bello, 1860; A la señora doña Gertrudis Gómez de Avellaneda, 1860; A la Virgen, 1860; El encuentro, 1860; Las Artes y la Gloria, 1860; Desencanto, A..., 1860; A Puerto Príncipe, 1860; Adiós a B..., 1860; Esperanza, 1860; A un retrato, 1860; Desde el campo, 1864; A la simpática niña doña Ana de Varona y Varona, 1864; A la Primavera, 1864; La noche y el día, 1865; Resignación, 1866. A su memoria ofrendaron numerosos poetas, escritores y admiradores suyos una Corona Fúnebre en sentidos versos.

Alcanzó a vivir Brígida Agüero apenas 28 años. La tuberculosis minó su cuerpo y ella conoció esa condición, mortal entonces. Por tanto, las referencias que de ella quedan la mostrarán siempre joven y bella. Un soneto, “Resignación”, es su grito de dolor y suerte de epitafio. Todavía hoy lo leemos conmovidos:




Resignación

¡Soberano Señor Omnipotente,
por quien el Sol espléndido fulgura,
el ave canta, el céfiro murmura,
y vierte sus raudales el torrente!,

Oye mi voz: el alma reverente
implora tu piedad en su amargura; 
mitiga un tanto mi letal tristura,
mi cruel angustia, mi ansiedad creciente.

Al través de una triste perspectiva,
miro tan solo un porvenir sombrío,
y más mi pena sin cesar se aviva.

Un mal terrible me atormenta impío...
mas si place que muriendo viva,
“cúmplase en mí tu voluntad, Dios mío”.




MUJERES DEL CAMAGÜEY, BRIGIDA AGÜERO

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“… el Camagüey, tierra de Cuba donde las mujeres son trigueñas y todos los son humanos”, (Revista Universal de México, seis de junio de 1895).

José Martí, que bien conoció el alma de la mujer camagüeyana, contrajo nupcias con una hija de esta tierra, Carmen Zayas Bazán, no solo apreció la belleza en ellas, sino también los valores, éticos, patrióticos y revolucionario que las convierten en seres humanos especiales.

Desde Ana Betancourt de Mora, quien elevó su voz en reclamo de los derechos de la mujer en la Asamblea de Guáimaro en 18969, hasta las madres, hijas hermanas, compañeras y amigas de estos tiempos, siempre han estado dispuesta a sacrificar sueños, esperanzas y la propia vida, si Cuba se lo pide.

Junto a la devoción por los ideales de libertad, independencia y soberanía, también las mujeres del Puerto príncipe han hecho de la cultura una trinchera infranqueable, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Aurelia del Castillo, Eloisa de agüero en el siglo XIX fueron parte de esa vanguardia en una sociedad que las discriminaba por el único hecho de ser mujeres.

Quizás menos renombradas resulta Brígida Agüero y Agüero, quien abrazó por igual las ansias de independencia como el gusto por la literatura, ambos dones heredados en los genes de su padre Francisco Agüero Duque Estrada, quien influyó de manera muy positiva en ella.

Temprano en su niñez, Brígida Agüero residió largo tiempo en el campo aunque no por estar alejada de la ciudad dejó de recibir una esmerada educación complementada ya en su adolescencia y juventud en la Academia Filarmónica de Puerto Príncipe.

El doctor Roberto Méndez Martínez dijo en una ocasión de la poetisa camagüeyana:

“La vida de Brígida parecía marcada por la fatalidad romántica: vivió las persecuciones de fue víctima su padre por sus simpatías con el independentismo, lo cuidó mientras tuvo fuerzas y vio morir en la miseria a varios de sus hermanos, mientras ella misma sufría los estragos de la tisis. Eso explica que su poesía tenga habitualmente un tono triste, resignado, como era su vida cotidiana. Aunque tuvo éxitos en las veladas de la Sociedad Filarmónica donde leyó poemas que fueron aclamados por los asistentes como (…), las circunstancias jamás le permitieron publicar un libro”.

Uno de sus poemas compilado años después por su sobrina Josefina Agüero Poveda el soneto titulado “Resignación” escribía en una de sus partes:

Un mal me atormenta impío…
mas si te place que muriendo viva
“cumpla en mi tu voluntad, Dios mío”.

Brígida Agüero y Agüero falleció victima de la tuberculosis el 26 de junio de 1866 cuando aún no había llegado a los 30 años de edad, pero dejando una huella en el camino de la poesía del Camagüey










ESTEBAN BORRERO ECHEVERRÍA [16.302] Poeta de Cuba

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Esteban Borrero Echeverría

Esteban Borrero Echeverría. Profesor, médico y poeta camagüeyano, es uno de los grandes intelectuales de la historia de Cuba; su pensamiento y acción constituyeron valiosas ofrendas en beneficio de la Patria. Además, es reconocido como autor de la primera concepción moderna del libro de cuentos en Cuba: Lectura de Pascuas y se le considera uno de los precursores del Modernismo latinoamericano.

Esteban Borrero Echeverría, nació en Camagüey, Cuba el 26 de junio de 1849. Su padre, Esteban de Jesús, fue un poeta destacado y también un simpatizante de la libertad de su patria, razón por la cual las autoridades del colonialismo español lo acusan de separatista. Así, tuvo que emigrar y dejar en una situación incómoda a la familia.Ante el panorama sombrío, la madre de Esteban Borrero, nombrada Ana María, se dedica a la enseñanza para escapar de las penurias.

Educador

En esta empresa, el hijo no deja sola a su mamá, y da sus primeros pasos en torno al magisterio. Con catorce años, Borrero Echeverría es ayudante en la Comandancia de Ingenieros de Puerto Príncipe. Por su buen desempeño, se hace acreedor de una beca para estudiar Ingeniería en Madrid. Sin embargo, su mal estado de salud en ese momento, le impide el acceso a una carrera universitaria.

No obstante, funda una escuela nocturna para adultos a la que asisten personas blancas y negras. Ello constituye un elemento que permite comprender cómo tempranamente se vislumbra en Esteban Borrero su inclinación hacia la libertad humana.

Participación en la lucha

Con los fundamentos anteriores, Esteban Borrero Echeverría no tarda en incorporarse a la gesta independentista iniciada en 1868. En unión de su progenitora, quien le acompaña en la manigua redentora, crea dos escuelas para la superación de los insurrectos.

En estos trajines, es secundado por discípulos suyos incorporados a la Guerra de los Diez Años. En la contienda que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, Borrero paulatinamente se fue destacando.

Sus heridas en combate avalaron su ascenso al grado de Comandante del Ejército Libertador. “Fui soldado de convicción patriótica” —manifestó por aquel entonces. Pero enfermó, cayó prisionero y lo confinaron a su ciudad natal.

Las autoridades españolas prohíben que Borrero ejerza como maestro y deciden enviarlo a la Isla de Pino. Mas, Esteban logra quedarse en La Habana, donde comienza otra importante etapa de su vida.

Médico

Su vocación por la medicina hace que se convierta en licenciado en esta rama del saber, así como en cirujano. Por sus méritos, obtiene una plaza de médico municipal en Puente Grande, donde pasó a residir con su esposa Consuelo Piedra Agüero. Entretanto, al concluir la Guerra Grande en 1878, se devela como poeta, herencia de su padre.

Debe subrayarse que, a pesar de su buena reputación como galeno, Borrero quiere más la libertad de su patria. Así, aunque no se pudo incorporar físicamente a la guerra preparada por José Martí, parte a La Florida como exiliado y desde allí continúa aportando a la independencia de Cuba.

En el destierro, su familia contribuye a la causa independentista cosiendo ropa para los mambises y recopilando fondos para la Revolución del `95, al tiempo que Esteban Borrero revalidó su título de médico, ejerció como maestro y tributó a la causa de la libertad de Cuba.

Sin embargo, la desgracia rondaba a Borrero y los suyos: a la pérdida de sus hermanos Manuel y Elena, antes del levantamiento del 24 de febrero, se sumó el fallecimiento de su hija menor nombrada Juana y el dolor llega a abrumarlo.

Poeta

Su poesía “De lo más íntimo”, da fé de sus convicciones. En ella consta este verso: “Y hasta el fin seguiré/ no se vuelve al deber la espalda/ Cuando ya se ha empeñado la lucha/ hasta el fin se aguarda”.

Esteban Borrero Echeverría es nombrado delegado extraordinario de la República de Cuba en Armas en Costa Rica y El Salvador, y ministro del Gobierno Revolucionario en Centroamérica. Simultáneamente, es catedrático en San José de Costa Rica.

Después de finalizada la guerra, en 1899 ve la luz su libro “Lecturas de Pascuas” y luego publica otros trabajos de marcada valía ética. Con la emergencia de la Neocolonia, divulga “El ciervo encantado”, en el que se asoma a Cuba amenazada por el imperialismo yanqui.

Además, junto a Enrique José Varona, Esteban Borrero se enfrasca en el mejoramiento de la enseñanza pública. A la sazón, logra su libro “El amigo de los niños”, que durante mucho tiempo fue texto de lectura de la Enseñanza Primaria.

Allí, escribió: “Es necesario educar instruyendo. En otras palabras, es necesario despertar, fomentar y dirigir por modo simultáneo las capacidades intelectuales, y las que arrancan de la sensibilidad moral”. Alcanzó la condición de profesor en la Escuela de Pedagogía de la Universidad de La Habana, destacándose como docente de nivel superior.

Fundó y dirigió «El Colibrí» y fue redactor de «El Oriente» y «El Triunfo». Colaboró en la «Revista Cubana», «El Fígaro», «La Habana Elegante» y la «Revista de Cuba». También contribuyó en diversas publicaciones periódicas científicas, como la «Crónica Médico-Quirúrgica de la Isla de Cuba» el «Boletín de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba» y la «Revista de Ciencias Médicas de La Habana». Fue redactor y además ocupó cargos de dirección.

Ya en el ocaso de su vida –a los 68 años de edad–, decidió privarse de la vida, posiblemente abrumado por el dolor de pérdidas familiares. Sin embargo, por derecho propio, por ser un sobresaliente patriota y educador, médico y poeta, Esteban Borrero Echeverría se encuentra en la lista de los mejores hijos de Cuba.

Dejó inconclusa su novela «Aventuras de las hormigas», un tomo de poemas, trabajos de medicina y pedagogía. Su autobiografía fue publicada en la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias (La Habana, 3: 59-71, 1906) de la Universidad de La Habana.

Muerte
Ya en el ocaso de su vida, dos años antes de su setenta cumpleaños, decidió privarse de la vida el 29 de marzo de 1906, en San Diego de los Baños, provincia Pinar del Río. Sin embargo, por derecho propio, por ser un sobresaliente patriota y educador, médico y poeta, Esteban Borrero Echeverría se encuentra en la lista de los mejores hijos de Cuba.

Bibliografía activa

Poesía (1877)

Arpas amigas (1878)
Alrededor del Quijote (1905) [serie de estudios cervantinos]
Lectura de Pascuas (1899)
"Calófilo" en la Revista de Cuba, 1879.




Imaginarios: Esteban Borrero Echeverría

Médico, poeta, narrador, educador, revolucionario, el camagüeyano Esteban Borrero Echeverría, cuyo aniversario 160 conmemoramos este mes de junio (26.6.1849), es una de las personalidades más conmovedoras de la Literatura Cubana.

Sobre él escribieron, entre otros, autores tan diversos como Julián del Casal, Juan J. Remos, Renée Méndez Capote, Salvador Bueno y Lezama Lima, hoy reunidos en este homenaje de Librínsula. 



Esteban Borrero Echeverría

Por Julián del Casal

Es uno de los hombres que más valen y del que menos se oye hablar. Si pedís noticias de él, se os dirá que es un médico que ejerce fuera de la capital. Después el interrogado, más bien por ignorancia que por malquerencia, dará una vuelta a la conversación, fijándola al punto en otro tema. Y si no habéis leído un artículo de Varona, inserto ya en volumen, o un cromito de Manuel de la Cruz, publicado hace poco, donde resaltan magistralmente los rasgos característicos de la brillante personalidad de quien me propongo hablar, no podréis conocer, a menos de no haber leído sus producciones, las facultades excepcionales de este hombre tan grande como obscurecido que parece haber tenido por divisa, en su gloriosa carrera, aquellas palabras de la Imitación, amargamente verdaderas: Si quieres saber y aprender algo con provecho, haz que no te conozcan ni te estimen.

La causa de su escasa nombradía, fuera de algún círculo literario, tiene fácil explicación. El vulgo, entendiendo por esta frase la inmensa mayoría de los habitantes de cualquier país, sólo glorifica a los artistas que mendigan sus favores. Es una especie de viejo monarca, desheredado de raciocinio e ignorante en grado sumo, a quien la fuerza sostiene en el trono. En su espíritu no hay más que egoísmo, ignorancia y vanidad. Por eso nunca va hacia nadie y exige que todos vayan hacia él. Una vez en su presencia, hay que prosternarse a sus plantas, besarle la diestra, halagarle los gustos seniles y hasta enjugarle la baba que se desprende de su boca desdentada. Dentro de su cerebro, como gusanos en fruto podrido, bullen los prejuicios que le han legado sus antecesores. ¡Ay del que ose combatirlos! A veces no basta presentarse, por iniciativa propia, ante su inviolable Majestad. Es un atrevimiento que tiene señalado un correctivo en los artículos de su Constitución. La etiqueta de su corte requiere que algún cortesano solicite su permiso para introducir al desconocido en los salones palaciegos. Así es que cuando el artista, por grandioso que sea, no tiene la flexibilidad dorsal que el caso requiere, ni mano firme que le preste su apoyo, se queda a las puertas de palacio, viendo entrar a los que le son inferiores, pero que saben rebajarse bastante para pasar, mientras él se queda en la calle desierta, donde la sombra ondea, el frío impera y fermentan las inmundicias de los lodazales.

Perteneciendo Borrero, tanto por su temperamento como por su inteligencia, a la categoría de los artistas independientes, es decir, a la de los que si no pretenden imponerse al público, nunca consienten que éste se imponga a ellos, fácilmente se explica que no sea conocido del modo que merece más que en algunos círculos literarios. Pero esta injusticia debe ser para él poderoso estimulante moral. El dolor del desdén sólo ataca a los espíritus débiles. El león necesita sentir a veces la picadura del insecto para desperezar sus miembros. Además de su organización que le impide solicitar las mercedes de la popularidad, no se ha visto obligado, como otros artistas de temperamento análogo, a luchar por la existencia a la luz del sol. Los combates que sostuvo en sus primeros tiempos, no por más ignorados menos dolorosos, no han sido vistos más que por la noche. Cuando vino el día, la aurora doró los laureles que la victoria colocara en sus sienes. Nadie supo, al verlos en su frente, a costa de cuánta sangre ni de cuántas lágrimas los había llegado a alcanzar. Mientras tanto sus compañeros, desde las columnas de la prensa diaria, luchaban incesantemente, lo mismo por la existencia que por el nombre, a la vista del vulgo, siendo al fin más conocidos, aunque no mejor apreciados que él.

Después de la guerra, en aquellos días en que los ánimos debían sentirse únicamente dispuestos al reposo, no sólo por las fuerzas perdidas en diez años de lucha, sino por el desencanto que sigue a las derrotas, hasta a las más honrosas, Borrero llegó de su provincia natal, donde la riqueza había cedido el puesto a la miseria, con objeto de ganarse la subsistencia propia y la de su familia. No traía consigo más que la confianza en sus fuerzas, engendrada por la grandeza de su misión. El triunfo definitivo, más que por sí mismo, lo ambicionaba por los suyos. Y a menos de no tener un alma excepcional, no se lucha generosamente por nadie, ni aunque la victoria redunde a la larga en beneficio propio, sobre todo después que el combatiente ha recibido una lección tan amarga como la que éste acababa de recibir. Para entrar de nuevo en la lid, necesitó hacer esfuerzos de cíclope. Sintiendo deseos de gemir Miserere me, tuvo que gritar: ¡Excelsior!



De todos los medios que se encontraban a su alcance en aquella época, para llegar a la realización de su ideal, ninguno sonreía a sus esperanzas. Los frutos de su inteligencia, sazonados ya por sólida cultura, no podían ser avalorados, por deficiencias del medio, en el mercado intelectual. El libro, donde hubiera podido ofrecerlos, tenía entonces, como lo sigue teniendo, escaso valor. Quedaba el periódico. Pero su temperamento no lo hacía adaptable a ninguno. Un diario político, único género que aquí se conoce, suele ser el órgano de cierto número de hombres agrupados a la sombra de una bandera, por las mismas ideas, los mismos sentimientos y las mismas aspiraciones. Es un monasterio abierto a los cuatro vientos. Desde el instante en que el profano traspase el dintel, tiene que someterse a las reglas de la cofradía, dejando a la puerta su individualidad. Los que tienen, como Borrero, la suya propia, distinta a la de los demás, si no en absoluto en partes esenciales, podrán modificarla en alguna ocasión, pero al fin concluyen por romper el hábito en que se comenzaban a asfixiar.

Entonces, desoyendo su vocación y contrariando sus gustos, eligió una carrera por medio de la cual, a la vez que conservar su independencia, pudiera salir triunfante en la lucha por la vida. Comenzó a estudiar la Medicina. Los que hayan tenido que hacer un sacrificio semejante comprenderán el valor de este acto en que el heroísmo moral llegó a sus últimos límites. Su temperamento lo arrastraba al ensueño y la realidad lo condujo a la acción. Su mano, hecha para la pluma, tuvo que esgrimir el escalpelo. Su pensamiento anhelaba ascender en pos de las águilas hacia el sol y tuvo que marchar tras los reptiles hacia el lodazal. Y como hombre de conciencia, al elegir una carrera tenía que consagrarle todas sus facultades, desviándolas de la esfera en que habían comenzado a girar. Así lo hizo, de una manera que no alcanzo a concebir, sino fervientemente a admirar. Durante los entreactos de esa tragedia shakespereana, escrita por él y representada por él, sin más espectador que su propia conciencia, se dedicó al estudio de otros ramos de la sabiduría humana, llegando a poseer una cultura superior, tanto científica como artística, que se descubre fácilmente en sus obras magistrales y en su imponderable conversación.

De todos los conversantes a quienes he oído hablar, en los días de mi vida, éste es el que me ha asombrado más. Oyéndolo la primera vez, creí encontrarme en presencia de Barbey d' Aurevilly o de Villiers de L'Isle-Adam. Así me imaginé que debían haber hablado estos genios. Las palabras, al salir de los labios de Borrero, imitan las ondas de un torrente. Unas veces son serenas, azules, luminosas, reflejando el estado de su cerebro, donde las ideas, como estrellas, se complacen en alumbrar. Pero al instante el viento sopla, el cielo se ennegrece y las ondas del torrente comienzan a hervir. Entonces saltan, espumantes y obscuras, por encima de la ribera, arrasando las plantas, destruyendo los diques y desarraigando los árboles, hasta que el arcoiris aparece en el espacio y lo hace retroceder desde el punto más lejano que se podía concebir y adonde había llegado en su curso raudo, sonoro y devastador. Empero los rayos de sus cóleras, fulgurantes en su conversación, nunca van dirigidos, como pudiera creerse, contra determinadas individualidades sino contra el que las ha hecho imperfectas, contra la naturaleza, contra el destino, contra yo no sé quién. Más que odio, la humanidad despierta su compasión. Palpando las llagas purulentas que, como dones eternos, le fueron inoculadas al nacer, quizás haya apartado la vista con asco, pero antes de arrojar sobre ella su maldición, se ha refugiado a compadecerla en la soledad.

Antes de salir victorioso de la lucha por la existencia, tuvo que encontrar, en cada encrucijada, por lo exquisito de su naturaleza, al hada malhechora de la Desilusión. Donde soñó amor, encontró perfidia; donde amistad, egoísmo; donde ciencia, vanidad; donde abnegación, interés. De esos encuentros se resintió su sensibilidad. Luego se propuso internar en el laberinto de la sabiduría y exclamó con el mejor de sus amigos:

“Suma Razón: en la vedada lumbre
Voy a encender tus lámparas divinas,
Aunque en velado resplandor alumbre
Una inmensa necrópolis de ruinas”,

consignando en sus obras, más tarde, las impresiones que recogiera en ese viaje a través de los espíritus humanos de todos los tiempos y de todos los países.

Todo escritor hace, en algunas de sus obras, una confesión general. Hasta los más impersonales, como Gustavo Flaubert, no han podido dejar de hacer algunas revelaciones íntimas. Leyendo la correspondencia de este hombre superior, se le reconoce después, si se han leído sus obras, en el Federico de La educación sentimental y en muchos pasajes de Bouvard et Pécuchet. Los que en nada estiman las falsas convenciones sociales, como son los poetas, sobre todo los que han aparecido últimamente en los países civilizados, cada vez más subjetivos, vacían en los moldes de las rimas, sin ocuparse para nada de la opinión de los extraños, sus más recónditas sensaciones personales.

Si Borrero ha hecho en alguna de sus obras una confesión general, creo que ha sido indudablemente en una novela corta que, con el título de Calófilo, publicó hace algunos años. Allí está explicada, mucho mejor de lo que pudiera yo hacerlo, su crisis espiritual, que ya se ha resuelto favorablemente para él. Calófilo no es un soñador, sino el soñador. La historia de ese personaje real, escrita por Borrero, es un modelo de nouvelle psicológica que supera a otras muchas que se han escrito en el extranjero y que gozan ya de fama universal. Aquí la han leído muy pocos. Pero su obra maestra en prosa, tanto por la forma como por el fondo, me parece que es La aventura de las Hormigas, de la cual se han publicado muchos capítulos en la Revista Cubana. Es una obra satírica superior a L' Inmortel de Alfonso Daudet, por la amplitud del asunto, por la manera de desarrollarlo y por los conocimientos revelados en sus páginas. Cervantes o Voltaire hubieran puesto su firma al pie de algunos pasajes de este libro profundo, amargo y original.


Bustos y Rimas, Editorial Cubana, Miami,1993

Si el prosista es admirable, el poeta también lo es. El sentimiento predomina en todas  sus composiciones. Calófilo resucita en ellas. Todas las heridas que su alma recibiera en el mundo sangran en sus rimas. A veces se encuentran en ellas los gritos desesperados de Enrique Heine o el pesimismo resignado de Sully Prudhomme. Bajo el peplo de su musa, semejando a una Cleopatra moderna, está el áspid de la duda destilando su veneno que se filtra interiormente como un ácido disuelto en el seno de un mármol. De todas las cualidades que embellecen a esa musa, la más sobresaliente, mejor dicho, la que me agrada más, es la de que para ella sólo existe el mundo interior. Vive concentrada en sí misma, como la perla en su concha, sin preocuparse nunca de lo que preocupa a los demás. Y, sin embargo, es muy moderna. Lleva siempre la nostalgia de algo grande, de algo que no sabe lo que es, pero que de seguro no está dentro de la creación. Tampoco la risa entreabre jamás el arco lívido de sus labios, en lo cual se parece a las musas de los grandes poetas contemporáneos que no saben reír jamás, pues como ha dicho Verlaine, que es indudablemente uno de ellos,

en ce temps létthargique,
sans gaiete comme sans remords,
le seul rire encore logique
est celui des tetes de morts!

Hay una novela de Dostoievski en la que uno de los personajes se echa de rodillas ante una doncella que acaba de venderse para alimentar a su familia. La muchacha, al sentir que le besa los pies, creyendo habérselas con un loco, retrocede algunos pasos. Pero Raskolnikov, que así se llama el personaje, le dice al punto: —“No, no me levanto, porque no me he prosternado ante ti, sino ante todo el sufrimiento de la humanidad”. Modificando esta idea, si alguno dijera que, al hablar de Borrero, he querido rendir público homenaje al amigo, yo le diría que sólo he querido al triunfo del esfuerzo individual, secundado por una inteligencia superior. ¿Quién lo ha obtenido con más heroísmo que él?

Tomado de: “Esteban Borrero”, en: Bustos y Rimas, de Julián del Casal, 1893, pp. 61-73



El genio de Esteban Borrero Echeverría en la vida, la ciencia y el arte (Fragmentos)

Por Juan J. Remos

Hace mucho tiempo, cuando comenzaba mis estudios de bachillerato, escuché, en más de una ocasión, de labios de un preclaro intelecto de nuestras letras, que me trazó rutas en la vida y orientó mis inclinaciones, referencias interesantes y sugestivas sobre Esteban Borrero Echeverría, de quien aquél había sido dilecto amigo.

La palabra emotiva y vehemente de mi Proteo descubría ante mí, como a golpe de cincel, la personalidad de un hombre excepcional, de una voluntad férrea, de un ingenio luminoso, de un temperamento selecto y poderoso, todo ello empeñado, en una existencia fecunda, en holocausto de la patria, de las ciencias y de las letras.

La impresión que en mí había dejado tan cálido encarecimiento, me llevó más tarde a leer sus obras, y la simpatía hacia el hombre que merece por su ejemplaridad el homenaje eterno de un capítulo de Plutarco, se trocó en admiración fervorosa y devota al hablista impecable, al erudito maravilloso, al investigador infatigable, al forjador meduloso y sincero de patrios ideales, al educador avisado y entusiasta, y al gran promotor de cultura, que dejó correr a raudales la fuente inagotable de su saber pasmoso.

El nombre de Borrero quedó grabado en mi conciencia como el de uno de los más altos valores de nuestro pensamiento. El néctar de sus ideas se brindó siempre a mi juicio como regalo imponderable de la gloria humana; su carácter y su entereza como tema sin rival para las biografías ejemplares que forman en la escuela la pepsina de las voluntades trascendentales; y su patriotismo sin claudicaciones, como una deuda de gratitud constante de todos los cubanos hacia quien dio alientos y sacrificó su propio bienestar por Cuba irredenta, y gozó de los privilegios de una enérgica euforia, que le puso a recaudo de las febriles concupiscencias y las endemias traidoras a los intereses nacionales.

Animado por este culto a la memoria de aquel cubano excelso, he buscado con avidez, en libros y periódicos, noticias de su vida y justiprecio de su obra; y cuando pensé hallar riqueza de aportes a una ejecutoria tan brillante, himnos y aquilatamientos a una labor de tan sólida enjundia como resplandeciente belleza, hallé sólo aisladas referencias, ligeras notas impresionistas, y en la opinión que pulsé, un olvido, incomprensible y condenable, para quien no tuvo más oriente que la Verdad y el Arte, ni más aspiración que el engrandecimiento de Cuba.

¿A qué se debe el olvido de Borrero? ¿Por qué no ha habido más responso sobre su tumba que aquel Elogio sentido y magnífico que a su muerte trazó la palabra directriz de Enrique José Varona, ni hay en la bibliografía cubana otro juicio, aunque impresionista y de conjunto, que el que entraña un artículo de los que forman los Cromitos Cubanos, de Manuel de la Cruz? Sanguily le cita en su libro Oradores de Cuba; Mitjans le recuerda ligeramente; y después de su muerte, salvo la Bibliografía, de Trelles; la Evolución de la Cultura Cubana, de Carbonell; Las Cien Mejores Poesías Cubanas, de Chacón, y alguna que otra referencia exigua, nada hay digno de su vida y de su producción; y aún los textos citados ofrecen, por su propia índole, breves noticias solamente y somera crítica.

Ni un mármol ni un bronce ni un libro se han levantado o escrito a su memoria, aquí donde se prodiga el homenaje como flor de enredadera. Una tarja con su nombre en una escuela de Camagüey, es todo cuanto perpetúa hoy su memoria ante el conocimiento de las nuevas generaciones, y eso que a pocos puede deber más la escuela pública que a Esteban Borrero.

Este prócer ha sido olvidado, sencillamente, por la excesiva modestia de sus descendientes. Es un fenómeno muy característico que se ha producido con los valores cubanos desaparecidos después de la independencia: ha sido preciso que sus deudos se hayan preocupado de hacer resaltar sus méritos y recordar la deuda de gratitud que tiene la patria contraída con ellos, para que sus nombres no queden sepultados en la indiferencia y en la ingratitud.

Tras la muerte de Borrero, sus hijos no supieron cultivar la emoción y explotar el recuerdo, y sin mendigar estatuas ni gestionar el nombre de una calle ni reclamar los derechos de una pensión bien merecida, se consagraron a dignificar su memoria, cosechando frutos en el viñedo del arte y de la educación; pero este culto íntimo y sublime no trasciende adonde debe, como ejemplo vigorizador, para las hornadas que se preparan y que han de calorizar el futuro.

Y como vi siempre con dolor intenso el perdido recuerdo de Borrero, y estimé injusta y censurable la indiferencia de las generaciones republicanas para ese incansable sembrador que nos legó las mieses de su saber y escribió con su sangre varias páginas en la manigua revolucionaria; por eso, al venir a ocupar este sitial, que, enalteciéndome, me ofrece la Academia Nacional de Artes y Letras, he querido que sea la personalidad fuerte y fecunda de aquel trabajador extraordinario la que dé motivos a este discurso de recepción, que no ha de ser, porque no puede serlo, la reparación que hace lustros espera el genio creador y el corazón proteico de Esteban Borrero, sino simplemente una contribución al reverdecimiento del amor a la función social que cumplió en la gesta heroica y en el alba de la paz, y a la cenia de su mente prodigiosa, por cuyas irradiaciones quedaron plasmadas ideas y formas de arte, que han de ser, en el decurso de los siglos, el canto imperecedero de su gloria inmortal.

Tomado de: El genio de Esteban Borrero Echeverría en la vida, la ciencia y el arte. Discurso de ingreso como miembro de número de la Sección de Literatura de la Academia Nacional de Artes y Letras, del doctor Juan J. Remos, La Habana, 1930, pp. 6-9.



Esteban  Borrero

Por Renée Méndez Capote


Superior a Varela Zequeira en genio, en fogosidad, en vehemencia apasionada. Más tiene del tribuno que del conferencista, y si hubiera cultivado la oratoria política hubiera sido seguramente un émulo de Figueroa. "Pocos, muy pocos de los cubanos modernos están dotados de tan vigorosas y variadas aptitudes como ese médico y poeta, escritor originalísimo, pensador severo y profundo, docto en conocimientos antitéticos, artista consumado, causeur ingenioso, ameno y elocuente y satírico sin par".—Cromitos Cubanos; página 148.

Es todo nervio, fibra, médula. —Es el hombre lleno de potencia intelectual y de exquisita sensibilidad.

"Tiene el estilo oratorio abundante, lleno de majestad y pompa, que está en la índole de nuestra sonora e hidalga habla, armonizando la sobriedad de una inteligencia habituada a las disciplinas de las ciencias de observación, con las galas, arabescos y penachos de una fantasía próvida, discreta, que es siempre auxiliar oportuno y exquisito, nunca intruso relamido, desgreñado y agua-fiestas". —Obra citada, página 150.

Espíritu de artista, observador, inteligencia verdaderamente privilegiada ha cultivado la sátira como verdadero maestro: "No conozco en el pasado ni en el presente, ningún satírico cubano de la talla y la fuerza de Borrero. —Es una figura única, aislada, soberana. —Viene de esa cepa que dio a Cervantes y a Voltaire, a Quevedo y a Swift", dice Manuel de la Cruz, y ahí está su "Aventura de las hormigas" que es la obra cumbre de la ironía cubana.

Esteban Borrero, fue además, un hombre excepcionalmente simpático, agradabilísimo y de un trato encantador.—Un hombre hecho por sí mismo, por su propio esfuerzo, luchando contra un ambiente demasiado estrecho para su talla de gigante, y que no pudo llegar nunca a comprender cuánto de excelso había en aquel cerebro, en aquel corazón privilegiado.—Pero él pudo más que el ambiente estrecho, sus pulmones eran fuertes y supieron mantenerse sanos a pesar del aire enrarecido, y a medida que los valores cubanos, evocados por plumas ungidas de veneración, vayan ocupando el puesto que les corresponde a la luz de nuestro Sol poderoso, Esteban Borrero irá afirmándose y creciendo como esas maravillosas torres, cuya arquitectura ha sido perfectamente calculada, y que dan idea exacta de su grandeza cuando nos encontramos junto a ellas y vemos cuán alto tenemos que mirar para abarcar toda su soberana belleza.

"Toda idea, todo sentimiento representa, en el orden psíquico como en el fisiológico, un gasto vital para nosotros. —Sentir, pensar, es pues, en cierto modo, desgastarse, desintegrarse. . . Pero en el orden artístico, es recrear por la emoción estética las energías invertidas en producir una obra de esa índole: como amar es reintegrar totalmente la vida; acrecentarla, acaso, por la suma de fruiciones espirituales de la pasión.

"Haced si sois artistas, que vuestra emoción se propague a un gran número, el mayor número posible de personas, y tendréis reproducido en ellas y en la conciencia colectiva el fenómeno de que fue teatro nuestra conciencia en lo individual: así podréis poner de relieve el parentesco moral oculto en las almas de la multitud, hasta un momento antes fría o indiferente, y desligada en sus elementos sociales: así en el instante en que culmine en ellos la emoción que le sugerís, tendrán una sola alma; serán una sola y misma cosa. . . Así es fecundo el arte; así ejerce su gran función social; bajo este concepto, la función moral del artista, es una función realmente religiosa."—Esteban Borrero.

"La sensibilidad humana ha sabido responder a los estímulos del mundo exterior, a las deformidades mismas de la realidad, con otra creación no menos espléndida, ni menos real acaso.


"Su obra ha sido el arte; el arte en todas sus manifestaciones; hijo predilecto de la idealidad humana; expresión viva de las aspiraciones todas de las almas delicadamente sensibles, el Arte, mundo donde todo es belleza y armonía; en donde encuentra copia, idealizándose, la belleza externa; en donde halla vida la belleza soñada; en donde, por una acción moral trascendente y no bien estudiada todavía, señalan los inspirados a la naturaleza nuevo y mejor rumbo a sus creaciones en lo humano; influyen sobre ella, ofrécenle moldes más puros en que vaciar sus concepciones futuras, y oblíganla, tal vez, a vaciarlas en sus moldes.

"Solo él, el Arte, es el creador; el único creador después de Dios. —Solo él es el Mago; solo él posee el secreto de la inmortalidad sobre la tierra. Obra exclusiva del hombre, el mundo que el arte crea, lleva en sus producciones todas, el sello del artífice; y, reflejo o no de lo creado, se hace entender y sentir mejor de la inteligencia y del corazón humano; interpreta o descubre la belleza para hacerla perceptible y sensible; o la produce para maravillarnos con las manifestaciones de una facultad realmente superior y trascendente.—Al monte erguido y peñascoso ha respondido el arte de la arquitectura con  la pirámide y el monolito; con la pirámide que tenía y tiene todavía un alma en sus entrañas de piedra; que había de cumplir y cumple, a través de los siglos, un profundo designio humano.—Al tronco cilíndrico del árbol con que armó su frágil choza de un día, sustituyó la columna esbelta y marmórea que había de alcanzar el sumum de su belleza en el Partenón; a la perfección del hombre, tal como la produjo la raza helénica en la tierra clásica de la belleza plástica,  opuso el Apolo del Belvedere; a la seducción de la forma femenina, obra refinada de una naturaleza casi consciente, opuso, para mejorarla y vencerla, la incomparable belleza y la perfección insuperable de la Venus de Milo.—Soñó, acaso, una mujer más pura y menos terrena que aquella que inspiró irresistible voluptuosidad, y creó la Venus Urania, casta e inmaculada, como existió entonces sólo en la mente del artista, y como había de existir más tarde, por virtud de aquella voluntad, que es también fuerza moral creadora, en la realidad tangible y adorable, en medio de la familia humana.

"Labró el arte el informe, abrupto bloque de mármol y lo hizo estatua, o lo hizo templo; reprodujo con los colores en la piedra, en el muro o en el lienzo, mejorándolos, los seres todos de la naturaleza; dio forma y color también a su quimera; al hombre y al bruto; al árbol pomposo y a la flor delicada y frágil.—Él idealizó los sentimientos todos del alma, y cantó sus emociones y sus pasiones todas, y la vida humana en todos sus aspectos lastimosos y trágicos; y los dio al mundo en formas inmortales.

 "Solo el arte sabe, por los infinitos resortes que en el corazón humano toca y dispara, confundir a los hombres en una sola emoción; aproximarlos, hermanarlos; hacer que cuaje simultáneamente el llanto en sus ojos, o que por igual modo, estalle en santa indignación el pecho. —El Arte como la Religión, une, estrecha esos vínculos, (acaso posea también el secreto de forjarlos) mejora, perfecciona, civiliza en toda la amplitud social del concepto.

"En el mundo del sentimiento y de sus obras, uno es el hombre, una sola su historia, una la Religión, una la Iglesia.—El Dante, Shakespeare, Cervantes, Miguel Ángel, el mismo Goethe, han hecho comulgar a centenares de millares de almas con la hostia divina que dividen entre sí al tiempo mismo hombres de todos los climas, de todas las sectas religiosas y de todo los tiempos, en una suerte de comunión universal, de magnífica, de inconcebible grandeza.—En esa comunión asiste pasmado el mundo a la transfiguración del alma humana, por el sentimiento; fuente y origen único de toda verdad y de todo bien.

"Alguno reclamará, acaso, para las ciencias puras estas preeminencias. ... No, no son suyas, —La ciencia fue intuición, fue adivinación, fue presciencia, fue Arte también, antes, y primero que otra cosa.

"Cuando Platón estudiaba las secciones cónicas, y determinaba (por intuición realmente artística) los elementos de la elipse estaba muy lejos de suponer que suministraba con su hallazgo a Klepero y a Newton la clave del gran problema que habían de resolver más tarde descubriendo el arcano del curso de los astros. Cuando Leucípo presentía la teoría atómica, echaba por adivinación hipotética la base de una teoría que en nuestros días, casi, habían de confirmar Dulong y Petit, y así, de cien hechos científicos, más; no es esta la ocasión de insistir en ello. —Esos hombres de ciencia, como Arquímedes, como Colón fueron sencillamente adivinos, grandes adivinos, artistas, grandes  artistas, y nada más. —Ni necesitaron para su gloria ser otra cosa..."

Y dice refiriéndose a la música.

"Pueblos hay como el pueblo chino, insensible a la armonía, incapaces de producirla, a pesar de su larga vida histórica, y que tienen un oído melódico rudimentario. —Otros, como los negros de África, a pesar de su atraso en otro orden de aptitudes, tienen marcada capacidad artística musical: pueblo niño tan sensible a la música que durante su larga y dura esclavitud en las Antillas supo encontrar en el canto y en el baile lenitivo a sus horribles sufrimientos.

"Antes de ahora, y haciendo un estudio de la aptitud de esa raza para la vida civilizada, señalé esa capacidad como la mejor garantía de la educación y progreso del negro.—Yo he visto aquí a esos hombres, casi simianos, al poner el pie en Cuba, modificarse y cambiar intelectualmente, hasta alcanzar, casi, el nivel del hombre blanco; aventajándole a las veces bajo el punto de vista restricto del arte musical.—Entre las razas salvajes no eran extraños al sentimiento de la música algunas de las que poblaban la Isla y el continente americano.—Si se ha extinguido en Cuba la raza autóctona aún puede el viajero, en las noches calladas, escuchar conmovido, de Colombia al Ecuador, (como pudiera oír el lamento de una naturaleza enferma y agonizante) "el triste son del Yarabí amoroso", de que nos habla el primero de los poetas de América.

"En Cuba también ¡ay! (perdóneseme éste recuerdo en estos instantes) en mi tierra se escuchaba también por doquiera, en los campos, como si fuera el gemido de todos los corazones enfermos, el eco de canciones plañideras, de ritmo singular; pero no era la voz del indio, era la voz del hombre de campo de Cuba, del guajiro; la voz de los eternos dolores de la Patria, de la patria esclava que le dictaba al oído la trova campestre, original y lastimera, en que parecía llorar las amarguras todas del país en que nació; y en el cual, en la incomparable nostalgia de su alma soñadora, sentíase extraño y como desterrado y vivía bajo el sol fulgurante de la patria, como si lo envolviesen las sombras de una eterna noche de eterno e infinito dolor!. .. ¡Oh! la esclavitud!. . .

"Al vago dolor de esos corazones hasta ayer enfermos, servían de adecuada expresión y de consuelo las notas de su canto.

"Y ésta es la gran función moral de ese arte."

Y ahora, los párrafos finales de esta exquisita conferencia que pronunció la noche del 23 de Noviembre de 1899, en el Teatro Yrijoa, en una velada artística que celebraban los facultativos pertenecientes a la Asociación de Socorros Mutuos, de Médicos de la Isla de Cuba.                  

"Contemplad conmigo por un instante el camino recorrido por la sensibilidad humana, desde su primera manifestación,  hasta su refinamiento actual, y habremos terminado.—Con las alas que los sentimientos morales y artísticos prestaron al espíritu ha recorrido el hombre "todo el espacio que media entre la tierra y el Cielo".—Estoy seguro de que se sabrá lo que quiere decir esto.

"Contemplóse un instante aislado sobre la tierra, huérfano por su propia flaqueza; desarmado frente a la naturaleza que le era hostil, y oyó en lo íntimo del alma una voz que le llamaba de lo alto; y sintió a Dios; y tuvo un padre próvido en el Cielo; y fue en la tierra su sacerdote y su pontífice.

"Era deforme el mundo; el alma, (ya capaz de percepciones delicadas) sufría con el roce de la realidad; y elaboró muy luego, acaso bajo la presión del dolor, su numen más fecundo, otro mundo mejor donde espaciarse; y fue artista, y fue "creador", y se "deleitó" también en su obra, que le hacía gozar, por anticipado, en el mundo del sentimiento, las fruiciones de la inmortalidad que ya se había asegurado ultratumba.

"Sin la fe religiosa; sin el sentimiento artístico, sería imposible o bestial la vida humana; el hombre, como hirsuta fiera; y su conciencia, iluminada hoy por la antorcha de la ciencia y los fulgores del misticismo y del arte, sería, en noche eterna, guarida única del terror y de la muerte. . .

"¡Cultivad las artes y haréis mejor al hombre!

"Unámonos en el sentimiento de la misma belleza, y nos sentiremos capaces de realizar el bien; más capaces de comprender la vida y de hacerla fecunda dentro del concepto de la universal y definitiva confraternidad de las sociedades humanas."

En la palabra de Esteban Borrero hay algo del genio creador. — El esparce la divina inquietud que estremece las almas y engendra y hace nacer a los hijos del espíritu. —Su palabra es como el soplo fecundante que viene de la tierra cargando, intangible pero real, el polen que lanza a los cálices abiertos.—El soplo de la tierra, turbador y tan lleno de evocaciones que, para la mente pronta al influjo del genio, se convierten en espléndidas posibilidades.

¡Mentes privilegiadas la de estos hombres que habiendo hurgado  en la miseria de la carne podrida, de las pobres entrañas humanas lastimadas y heridas por la mano de todos los dolores, desfiguradas por la fealdad de todos los pecados, no perdieron el hálito divino que el Arte puso en sus almas!

Tomado de: Renée Méndez Capote, Oratoria cubana: Ensayos, Ed. Hermes, La Habana, pp. 227-233




Esteban Borrero Echeverría, médico, poeta y educador

Por Salvador Bueno




Camagüey se encuentra solitaria en medio de la verde campiña. La ciudad mediterránea, aislada y sin vías fáciles de comunicación se hallaba, a mediados del siglo pasado, encerrada en la vida apartada y tradicional que era común en las ciudades interiores de la Isla. Existencia patriarcal y sosegada, donde las noticias del mundo exterior repercutían cuando ya habían perdido estridencia y escándalo. Allí no existía el tráfico intelectual que se percibía en la capital de la Colonia, allí lo moderno, en todos sus aspectos, llegaba con años de retraso. Sin embargo, Domingo Delmonte, en sus escritos, podía hablar del “movimiento intelectual en Puerto Príncipe”. En esas páginas, dadas a conocer en El Plantel, reseñaba los esfuerzos que realizaban en aquella ciudad por levantar el nivel de su cultura.

Muchos principeños de aquellos tiempos se sintieron molestos por algunos conceptos que el crítico, desde La Habana, exponía. Los tomaron a insulto e injuria. Pero no ocurrió igual con Gaspar Betancourt Cisneros. En la Gaceta de Puerto Príncipe, el 23 de febrero de 1839 aceptaba algunas de las opiniones de Delmonte. Decía “El Lugareño” que él se sentía “con mi dosis muy regular de provincialismo”. Y salió en defensa de Delmonte aportando datos y arguyendo razones. Ahora bien, era verdad que los camagüeyanos estaban escasos de progreso y que de La Habana le llevaban los impulsos de superación y avance. Pero, si estos eran tan pocos debía ser porque algo escasos de “luces” estaban los habaneros cuando eran escasas las luces que traían a “Puerto Príncipe”.

Por el aporte de los de “dentro” y de los de “fuera”, como apuntaba Betancourt Cisneros, lo cierto es que la región camagüeyana fue adelantando por aquellos años. Con el esfuerzo de habaneros y dominicanos venidos  de fuera, y de principeños animosos como Gaspar Betancourt Cisneros, los progresos materiales y culturales de la ciudad y de la región fueron incrementándose en los años posteriores. No es de extrañar que poco tiempo después nacieran y se prepararan en Puerto Príncipe, la antañona ciudad donde Silvestre de Balboa y sus amigos sonetistas se dedicaron a escribir poesía en el siglo XVII, tres hombres que en lo intelectual y en lo científico colocarían muy alto el nombre de su ciudad natal. Nos referimos a José Varela Zequeira, Enrique José Varona y Esteban Borrero Echeverría.

Si apartamos la mirada de esta ciudad prócer, y la ampliamos por toda la Isla en aquellos instantes de mediados del siglo XIX, no mejorará la visión ni obtendremos ejemplos muy edificantes y animosos. Durante más de diez años la desdichada colonia había vivido tiempos de crueldad y terror bajo los gobiernos de Tacón y O'Donnell. Las intentonas revolucionarias habían creado entre los gobernadores españoles una atmósfera de desconfianza y de temor continuos que los hacía ver en todo movimiento propiciado por cubanos un ataque a la soberanía española, y en cada criollo un enemigo declarado. Todo aquello se oponía a sus ansias de enriquecimiento rápido. Vislumbraban a lo lejos el ejemplo aterrador de Haití. La llamada conspiración de la “escalera” mostró, sobre todo, el estado de excitación en que vivían los capitanes generales que, alucinados, mezclaban en supuestas conspiraciones a poetas populares como Plácido y a maestros distinguidos como Luz y Caballero.

El ambiente cultural no se había liberado del estado empobrecedor, ahogador, que distinguía al campo político. Entre 1845 y 1855, coincidiendo con los gobiernos más absolutos, la literatura cubana había atravesado su peor época: tiempos en que parecía que la tradición inaugurada por Varela, Saco, Luz y Delmonte habíase perdido. La poesía, gárrula y ramplona, no tenía acentos de elevación y sinceridad: se apreciaba ante todo el repentismo y la facilidad de la rima. Desde 1855, un movimiento renovador comienza a ofrecer esperanzas en el campo de las letras. De esa manera podría superarse aquella etapa de mal gusto y romanticismo lacrimoso.

En aquel Camagüey que parecía dispuesto para formas contemplativas y tradicionales, nació Esteban Borrero Echeverría, hombre de acción y de progreso, el 26 de junio de 1849. Su familia, de cierta holgada posición económica, quedó sin amparo al tener que emigrar su padre. Era éste un poeta notable. Esteban de Jesús Borrero, acusado de ideas separatistas. La emigración del padre sumió a la familia en la pobreza. Pero la madre, doña Ana María Echeverría, no se arredró ante la desgracia. Se dedicó a la enseñanza. Era todavía un niño Esteban Borrero y ya ayudaba a su madre en estas tareas pedagógicas.

No eran aquellos tiempos propicios para que pudiera estudiar un niño que carecía de bienes de fortuna. Pero la madre le ofrece lecciones. Un profesor llamado José Colille le orienta en sus primeros tanteos de aprendizaje. Y llega después a la Escuela Municipal de Varones, dirigida por Gabriel Romas, donde logra concluir la enseñanza primaria. No tenía más de catorce años y Esteban Echeverría ofrecía clases y conseguía una plaza como ayudante en la Comandancia de Ingenieros de Puerto Príncipe.

La vocación de maestro se perfila en todas sus actividades. Sus estudios personales no le separaban del magisterio: su primer discípulo había sido su propio hermano. Es durante esta etapa de lucha y estudio cuando le ofrecen una beca para estudiar ingeniería allá, en Madrid. Pero una dolencia repentina le obliga a renunciar. Seguirá de maestro. Inicia sus estudios secundarios en el Instituto de Aplicación, recién fundado. Allí se reúne con jóvenes de la misma edad, con las mismas apetencias de saber, con iguales deseos de discutir hasta el máximo todas las ideas del momento, de comentar libros e incubar esperanzas e ilusiones.



Funda Esteban Borrero una escuela nocturna para adultos. En sus aulas reunía discípulos blancos y negros: señal que aquel joven maestro no hacía distinciones raciales. Junto al trabajo como maestro busca horas para entregarse a la lectura. Eran lecturas copiosas de autores clásicos, griegos, romanos y españoles. Años después citaba entre ellos a Juvenal y a Horacio, al Arcipreste de Hita y a Cervantes. Pero también lee a los escritores franceses que encendieron la Revolución: Voltaire, Condillac, Diderot; y a los autores de fama universal como Goethe y Shakespeare. Si en la capital de la Colonia los jóvenes poetas se entregaban con unción al cultivo de los autores románticos, en las ciudades del interior, como en Camagüey, lo clásico conservaba toda su fuerza y su pureza: de ahí la gran influencia que ejercía sobre Borrero y sobre sus compañeros de generación como Enrique José Varona.

Estalla la guerra de independencia en 1868. Los camagüeyanos se incorporan a la lucha. Tienen en el corazón el recuerdo de Joaquín de Agüero y de otros camagüeyanos que habían ofrendado su sangre por la patria. Borrero Echeverría no puede olvidar su deber de cubano: parte para la manigua. La madre, compenetrada con los ideales del hijo y con las aspiraciones del pueblo cubano, lo acompaña.

Allí en el monte, con las partidas insurrectas, aquellos dos amores, el filial y el patriótico, podrán florecer. Los discípulos de Borrero siguen a su joven maestro. Y en la manigua, con la ayuda de su madre, con el empeño magisterial que le sigue siempre, Borrero Echeverría funda dos escuelas.

En el curso de la lucha el joven Borrero se distingue en varios combates y cae herido. Se le otorga el grado de comandante. El maestro no tenía impulsos bélicos, pero debía combatir por su patria. “Nunca me ocupé de grados, ni tuve en realidad la vocación militar que era común en los hombres de mi familia”, escribirá más tarde. Y añadía: “Fui soldado por devoción patriótica”. Pero el joven mambí cae enfermo, y poco después tropas españolas lo toman prisionero. Se le confina en el propio Camagüey, se le vigila estrechamente, aunque le impiden que continúe ejerciendo la enseñanza. Tiene entonces que dedicarse a los oficios más diversos. Para ganar algo será repartidor de pan. Un buen día llega a una casa. En ella encuentra a un joven dedicado al estudio. Es Enrique José Varona. Tienen la misma edad, similares apetencias de estudio. Se hacen amigos. Poco después Borrero es enviado a la Isla de Pinos. Era imposible que estuviera libre en su ciudad natal este insurrecto. Con otros cubanos se le envía a donde no pueda realizar campaña separatista. Pero, al pasar por La Habana, consigue que le permitan quedar en la capital. Y en La Habana se encuentra el joven camagüeyano solo, desconocido, en medio de la pobreza. ¿Qué podrá hacer? ¿Qué le permitirán las autoridades españolas? Por lo pronto, debe ganarse el sustento, debe enviar algún dinero a su familia que ha quedado desamparada en la ciudad natal. No pasa mucho tiempo y ya lo encontramos trabajando como maestro. Y pronto también reanuda sus estudios. Comienza a estudiar agrimensura. Cuando, al fin, tiene ya a su lado a la familia, y logra algún respiro en sus necesidades económicas, Borrero ingresa en la Escuela de Medicina.

En plena juventud, ¡cuánto ha padecido este hombre! Perdió al padre, tuvo que ayudar, aún niño, a la madre hacendosa, estudió y enseñó a un tiempo, en años que otros dedican al juego o al ocio. Fue combatiente en la manigua cuando apenas había rebasado los veinte años. “Muchos de los incidentes de este período de su vida —escribe José María Chacón y Calvo—, tragedia que se representaba por dentro, como decía Casal, se desconocen, aún por aquellos que tuvieron algún acceso a la intimidad de aquel espíritu exquisito; pocas veces he sentido mayor emoción que cuando los oí referir a un insigne amigo de Borrero que lo trató íntimamente en sus días de formación”.

A los treinta años, a pesar de las dificultades que ha afrontado, Borrero Echeverría es licenciado en Medicina y Cirugía. El doctor Borrero es también poeta. En 1878 publica un tomo de versos. Al año siguiente, en unión de José Victoriano Betancourt, Diego Vicente Tejera, Francisco y Antonio Sellén, Enrique José Varona, José Varela Zequeira, es colaborador de un tomo de poesías: Arpas amigas. Este volumen permite conocer el estado de la poesía cubana antes de la renovación del movimiento modernista. Estos poetas están influidos por la poesía post-romántica inglesa, norteamericana y alemana, cultivan la balada y el lied alemán, y traducen a los autores nórdicos, como Francisco Sellén que pone en verso castellano el Intermezzo de Enrique Heine. Tejera escribe “En la hamaca”, poema de la indolencia tropical. Con estos poetas el romanticismo ha completado su evolución en nuestras letras y se abre el camino a las innovaciones formales y a la sensibilidad de los modernistas posteriores.

El doctor Borrero Echeverría trabaja incesantemente. Obtiene una plaza de médico municipal en Puentes Grandes. El médico acaba de casar con Consuelo Piedra y Agüero. Allí en Puentes Grandes se instala el médico. “Puentes Grandes —como comenta la profesora Onelia Roldán en su biografía del prócer— es un retiro apacible, un quieto pueblecito cercano al Almendares, rodeado de verdes campos y cubierto de cielo azul. Una vieja casona, semioculta entre los árboles y cubierta de enredaderas, es el hogar de los Borrero”.

Allí crecen las hijas del médico, poeta y pedagogo. En el hogar todos dedican horas al estudio y a la poesía. Y al hogar llegan los amigos, profesores y artistas, poetas y escritores. “Por esos años —dice su biógrafa, la doctora Roldán— conoce a Julián del Casal, que ya arrastra la derrota en cuerpo y espíritu. Le acoge en su casa, donde el pobre Casal se siente colmado de atenciones y de halagos cada vez que acude en busca de consuelo para su alma atribulada o para disfrutar de la gracia excepcional que como conversador poseía Borrero, al decir entusiasmado de cuantos le conocieron”. Y junto a Casal está también Carlos Pío Urhbach, que enlazó un noviazgo con la más pequeña de las hijas de Borrero, Juana, la poetisa adolescente.

Esos años son de enorme actividad intelectual para el ilustre camagüeyano. Cuida a sus enfermos. Participa en la fundación de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana y de la Sociedad Antropológica. Publica colaboraciones de temas científicos en revistas nacionales y extranjeras, entre ellas la Revista de Medicina y Farmacia de París. Además da a conocer trabajos literarios en la Revista de Cuba y en la Revista Cubana. Porque siempre en este hombre se unen las facetas del maestro, del escritor y del médico en una amalgama de ricos matices y radiaciones. Y al lado de la labor externa, la íntima faena dentro del hogar, donde el padre amado es también orientador de lecturas y afinador de sensibilidades poéticas.

Los años de preparación y entrega, de laboriosa actividad, entre 1878 y 1895, llegaban a su término. La insurrección volvía a estallar en Oriente, en Matanzas, en toda la isla. Borrero, poco antes del estallido de la guerra de independencia, había perdido a sus dos únicos hermanos, Manuel y Elena. Esta muerte simultánea, que le sumió en el dolor más profundo, le inspiró la poesía “De lo más íntimo” que Chacón y Calvo incluye en su antología Las cien mejores poesías cubanas. Esta poesía concluye con la siguiente estrofa:

“Y hasta el fin seguiré; no se vuelve
al deber la espalda;
cuando ya se ha empeñado la lucha,
hasta el fin se aguarda;
¡hasta el fin!... ¡Cuánta pena recóndita
y nunca llorada,
cuánto amargo dolor sin consuelo
el término ansían!
¡Hasta el fin! ¡Cuando llegue, el sudario
es paño de lágrimas,
y la tabla del féretro, duro,
mullida almohada!”

Borrero no pudo empuñar las armas como en la anterior guerra de independencia. Y con dolor inmenso, con la familia a su lado, con sus hijas amadas, parte hacia la Florida. Difícil, muy difícil existencia tendría que llevar la familia Borrero en el destierro. En Cayo Hueso las mujeres de su casa cosían ropas para los insurrectos. Las  muchachas recogían fondos para la revolución cubana. El espíritu incansable, enérgico y combativo de Borrero hizo que pudiera sobrevivir a sus desdichas. Revalidó su título de médico y comenzó a ejercer su profesión. Trabajaba también como maestro. En estos días, cuando por todas partes le acechan dificultades, cuando ha de atender los gastos de la familia numerosa, sufre un nuevo golpe. Muere la madre, aquella mujer abnegada que le dio con el ser el conocimiento de los libros, que estuvo a su lado en la ciudad y en la manigua. Y poco después muere Juana, la más pequeña, la más querida de sus hijas. La familia Borrero había sido atacada por el tifus. Juana murió sin volver a ver los paisajes de su patria. Moría una joven poetisa. Borrero Echeverría le escribía a Tomás Estrada Palma:

“En medio de las angustias de la hora presente, en tierra extraña, sin recursos de vida, lleno como estaba yo de entusiasmo por la patria cubana, amándonos mis hijas y yo, resignadas ellas a todo; no temí un golpe tan fiero: creí que era bastante con lo que sufríamos; creía y sentía que estábamos como en sagrado, a cubierto de mayor injuria de la suerte, y vino el golpe traicionero a arrancarme con ella lo que más amaba en el mundo y a cortar para siempre el hilo de mi vida. ¡Y yo que la amaba tanto! Era el consuelo de mis horas tristes; mi promesa de felicidad para el porvenir, mi único consuelo en esta trabajada existencia: nuestros corazones habían entretejido sus fibras una a una, nos queríamos como dos enamorados; yo le besaba muchas veces las manos al día, y no durmió nunca sin que mis labios sellasen con un beso último su frente. Me complacía en mis caprichos, yo no soñaba ya; y ella soñaba y escribía por mí versos admirables: era muy buena, muy ideal y muy inteligente”.

Borrero Echeverría es nombrado delegado extraordinario de la República de Cuba en armas en Costa Rica y El Salvador. Será ministro del gobierno revolucionario en Centro América. Allí no sólo trabaja en la representación de la Revolución, sino también dicta clases en San José de Costa Rica en la cátedra de Física y Química. Cuando concluye la dominación española en su tierra natal, vuelve a la patria.



En 1899 aparecía editado en La Habana un breve tomo Lecturas de Pascuas, con tres cuentos de Borrero ilustrados por sus hijas, las poetisas Dulce María y Juana Borrero. En ellos parece aproximarse al ensayo moral o a la parábola, que pocos años después José Enrique Rodó pondría de moda en las letras hispanoamericanas. Borrero había publicado anteriormente en la Revista Cubana una narración “Aventura de las hormigas”, que ha sido calificada de “gran poema satírico”. En la Revista de Cuba dio a conocer su cuento “Calófilo” donde revela sus preocupaciones filosóficas y patrióticas, envueltas en un manto de sátira e ironía muy peculiares. Después, en plena República publicará “El ciervo encantado”, narración satírica donde simboliza a Cuba bajo el nombre de “Nauta”.

Borrero Echeverría colaboró en los intentos realizados en los primeros años de la República en favor del mejoramiento de la enseñanza. Estuvo al lado de su amigo Enrique José Varona en sus trabajos encaminados a la reforma de la educación. De esta etapa de su vida es el libro “El amigo de los niños” que durante mucho tiempo fue utilizado como texto de lectura en nuestras escuelas. En el prólogo de esa obra afirma: “Es necesario educar instruyendo. En otras palabras, es necesario despertar, fomentar y dirigir por modo simultáneo las capacidades intelectuales, y las que arrancan de la sensibilidad moral, haciendo que, al nacer, se compenetren de una vez para siempre y se asocien dentro de la mente del niño en una suerte de solidaridad anímica esencial, cuya trascendencia a los fines sociales ulteriores de la vida, no necesito encarecer aquí, y es obvia de suyo”. Y su pensamiento se revela ampliamente cuando dice a los niños: “Importa saber, desde luego, pero importa más ser bueno. Todo el saber del mundo no vale lo que vale un sentimiento generoso: la virtud es más sana y mejor que la ciencia; pero ambas cosas pueden andar juntas, y la una completa las más de las veces a la otra”.

De ese libro, testimonio de una etapa de la vida de Borrero y de un afán pedagógico que fue siempre eje central de su existencia, diría Medardo Vitier: “Ese texto revela casi toda la hechura mental de Borrero, a la vez que registra las palpitaciones de su ternura. Nos impresiona allí el encanto de la comunicación, la gracia del mensaje, la virtud, en fin, de aquel hombre, para señalar las armonías del mundo, las ansiedades del espíritu”.

Cuando queda renovada la Escuela de Pedagogía de la Universidad de La Habana, a ella llaman al doctor Borrero, y se le designa profesor de Psicología Pedagógica, Historia de la Pedagogía e Higiene Escolar. Ha vuelto con su familia a levantar su hogar, en el barrio de La Ceiba, donde, como antaño, acuden los amigos para disfrutar de amables tertulias. Las figuras más destacadas de la vida intelectual cubana de la época reúnense en casa de Borrero. Allí concurren Manuel Sanguily, Carlos de la Torre, Enrique José Varona, Juan Gualberto Gómez y muchos otros que harían interminable la enumeración. Aun en estos años, su actividad fue incesante. Había ocupado la subsecretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, sustituyó al pedagogo norteamericano Mr. Frye en la Superintendencia General de Escuelas, ocupó la cátedra de Anatomía Comparada en la Escuela de Medicina. Después sólo se dedicaba a sus materias pedagógicas. La muerte de su hija Juana, y más tarde, la de su esposa, habían ido socavando la ecuanimidad y fortaleza de este hombre. Enfermo, desengañado, medio demente, se privó de la vida en San Diego de los Baños, en 1906. Diría Enrique José Varona: “Fue el amigo que más quise”. Y opinaba que: “era necesario haber vivido en su trato, haber logrado oír aquella palabra caldeada por el más profundo sentimiento, para tener alguna idea de cómo puede bullir en la palabra y brillar en los ojos el alma humana”.

Su vida fue ejemplar en el esfuerzo continuado, en el magisterio perpetuo que ejerció, en su labor patriótica. Como otros cubanos de su tiempo, su saber fue enciclopédico, los diversos campos en que diversificó su actividad intelectual prueban sus méritos. “Por el vigor de su intelecto, por su variadísimo saber, por sus servicios a la educación y por la calidad de su obra literaria —exponía Medardo Vitier al hacer síntesis y balance de esta existencia— alcanza Borrero un relieve que le sitúa junto a nuestros mejores hombres. Pero lo que emerge dominante de su vida y sus escritos es una actitud enamorada de lo puro y lo grandioso. La emoción trémula le penetra el sereno pensamiento, en no pocas páginas. Aún leyéndole, no más, sentimos los que nunca pudimos oír su palabra, el aura personal que lo envolvía y hacía de él una fuerza atrayente. Sus contemporáneos, y otros más jóvenes que tuvieron la fortuna de escucharle, cuentan que su plática era fascinadora”. Fue uno de los fundadores de la nacionalidad y puso todos sus empeños en superar las deficiencias de nuestra instrucción pública. Por todos estos conceptos merece que recordemos a Esteban Borrero Echeverría, médico, poeta y educador.

Tomado de: Salvador Bueno: Figuras cubanas, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, La Habana, 1964, pp.326-336






Esteban Borrero Echeverría (Fragmentos)

Por José Lezama Lima


Publicó El amigo del niño, excelente libro de lecturas, que revela la fibra de notable maestro que existía en Borrero Echeverría. En 1879, publicó con Enrique J. Varona, Tejera, Varela Zequeira, Francisco y Antonio Sellen, el libro de poesías Arpas amigas. Fue colaborador de la Revista de Cuba y de la Revista Cubana. En esta última publicó Las aventuras de las hormigas.

Murió, por su propia determinación, en San Diego de los Baños, Pinar del Río, el 29 de marzo de 1906.

Borrero fue un excepcional ejemplar de aquel energetismo intelectual, que hemos  señalado en algunos románticos como Teurbe Tolón; fue combatiente en 1868, estudiante, causeur, médico, pedagogo, emigrado revolucionario y fundador de un hogar donde la poesía se mostraba extraña y fascinante. Su actividad intelectual era incesante y del más variado registro.

No fue el verso la modalidad donde su expresión logró su plenitud. El prosista de La aventura de las hormigas, no se iguala con su labor poética, no obstante, su excepcional temperamento, imbuido, como el de Varona, de un hondo pesimismo, logra en algunas de sus poesías una expresión atormentada y potente.

Tomado de: José Lezama Lima: Antología de la poesía cubana, La Habana, Editora del Consejo Nacional de Cultura, tomo III, 1965, pp. 370-371






MARTINA PIERRA Y AGÜERO [16.303] Poeta de Cuba

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Martina Pierra y Agüero

Martina Pierra y Agüero o Martina Pierra de Poo, por su matrimonio con don José Desiderio de Poo y Álvarez.
Poeta, actriz de teatro y revolucionaria cubana a favor de la causa mambisa.
Martina Pierra de Agüero. Poeta, actriz de teatro y revolucionaria cubana a favor de la causa mambisa. Prima de don José Joaquín de Agüero y Agüero. Protectora fiel de lo mejor de nuestras letras. Colaboró en diversas publicaciones literarias de la época, como Brisas de Cuba y El Fígaro, entre otras.

Comenzó a escribir desde muy joven: su primer poema fue “Una Noche de Luna”, publicado en 1847. A los quince años publicó un poema en El Fanal. Poco antes del levantamiento del 4 de Julio 1851, escribió el soneto "A los camagüeyanos al entregarles su Bandera", que envió junto con la bandera mambisa al grupo de conspiradores que acaudillaba en Puerto Príncipe, Camagüey, a su primo don José Joaquín de Agüero y Agüero. Estos versos tienen indudable valor como documento histórico. Ese día, 4 de Julio de 1851, se levantó en armas con los demás insurrectos, hecha la Proclamación de Independencia de Cuba.

Posteriormente, fue sentenciada a destierro de Cuba, pena que le fue conmutada por la de destierro de Camagüey, y aplazada, quedando, entre tanto, bajo arresto y la responsabilidad de su progenitor. Su poema "A la muerte de Joaquín de Agüero" alcanzó gran popularidad entre los cubanos independentistas. Confiscados todos los bienes a su familia, se trasladó a La Habana en 1859, donde cumple la sentencia de destierro y debuta, al año siguiente como actriz dramática, en el Liceo Artístico y Literario. Se casó en 1860 con don José Desiderio de Poo y Álvarez, con quien tuvo cinco hijos.

Actuó como protagonista en los dramas La trenza de sus cabellos y Borrascas del corazón, de Rodríguez Rubí, representados en el Liceo de La Habana. En el Liceo de Guanabacoa y en la Sociedad del Pilar trabajó también como actriz y como declamadora. Continuó sus actividades en pro de la Independencia de Cuba, junto con todos sus hijos, y los del primer matrimonio de don José de Poo. En 1898 muere su esposo a causa de gravísimas heridas ocasionadas por una bomba, lo cual dejó a la poetisa sumida en la más profunda agonía. Doña Martina enmudeció casi absolutamente, y al año siguiente, murió sumida en la más irremediable tristeza. Colaboró en Brisas de Cuba, El Fígaro, La Familia, La Ilustración Cubana, Álbum cubano de lo bueno y lo bello, El Hogar, Cuba y América, entre otras publicaciones. En Enero de 1866 improvisó un soneto al Liceo de Guanabacoa, que había premiado su mérito artístico con una pluma de oro.

Obra lírica

“A Manuel de Nápoles y Fajardo”, 1855.
“El viajero”, 1865.
“El numen”, 1848.
“Desaliento”, 1852.
“El amor”, 1860.
“Improvisación al pasar el entierro de don José de la Luz y Caballero”, 1862.
“Lucrecia”, 1878.
“El león y el esclavo”, 1878.
“A Italia”, 1883.
“Al Bélico”, 1883.
“A María de la Concepción Chacón y Calderón”, 1883.
“El Camagüey y la Habana”.



Lucrecia
                          
De patrio ardor el corazón se inflama,
y lucha en la batalla, Colatino;
mientras el hijo del feroz Tarquino,
urde contra su honor, horrible trama.

   Vuela aquel do su esposa le reclama,
y oye su acento, noble y argentino,
que le dice -morir es mi destino-
manché mi honor, pero salvé tu fama.

   Perdona, pues, si a nuestro amor esquiva,
y de vergüenza y de dolor cubierta
un puñal en mi seno clave altiva.

   Ya la existencia es para mí desierta...
y antes que intentes perdonarme, viva,
honrada quiero que me llores muerta!

1879




A los Camagüeyanos al entregarles su Bandera 

De libertad sublime y glorïoso, 
El pendón recibid, camagüeyanos; 
Con entusiasmo desplegadlo ufanos, 
Que ha llegado el momento venturoso. 

Hacedlo que tremole siempre hermoso 
En vuestras firmes y valientes manos, 
Y el que ostentan los déspotas hispanos 
Destruid con su influjo portentoso. 

Valientes, combatid, mientras al cielo 
Una plegaria alzamos fervorosa 
Para que Dios nos dé pronto el consuelo 

De libre ver a nuestra Patria hermosa. 
Combatid, combatid, que la victoria 
Risueña os muestra el campo de la gloria. 




Joaquín de Agüero y Agüero 

En lugar de la Victoria 
Que ansiaba con tal delirio, 
Fue la Palma del martirio 
La que lo cubrió de gloria. 
Pero la cubana Historia, 
Que a toda fama coadyuva, 
Hará que hasta el cielo suba 
El nombre que nos legó, 
¡El primero que murió 
Por la Libertad de Cuba! 



Una Noche de Luna 

Está la noche serena, 
Murmurar se oye la fuente, 
Rueda el aura mansamente 
Besando la tierna flor. 
La luna desde su trono 
Al mundo su luz envía 
Llena de melancolía, 
De ilusiones y de amor. 

Astros miles la rodean, 
Y las blancas nubecillas 
Vaporosas y sencillas 
Cruzando la esfera van. 
Del suelo en la verde alfombra 
Se ven las gotas brillantes 
De rocío, cual diamantes 
Que entre esmeraldas están. 

Todo está tranquilo y bello, 
Tan sólo se escucha el ruido 
De algún insecto escondido 
Que entre las yerbas está; 
O el melancólico canto 
De nocturna y triste ave, 
O el suspiro dulce y suave 
De fresca brisa al pasar. 

¡Con cuánta gala se ostenta 
En mi patria la natura! 
¡Qué noche tan bella y pura...! 
Parece un sueño de amor... 
Pero de un amor divino; 
De una amor casto, inocente, 
Cual lo concibe mi mente, 
Como de un ángel a Dios. 





Martina Pierra de Agüero.

“De libertad, sublime y glorioso el perdón recibid, amagüeyanos; con entusiasmo desplegado, ufanos, que ha llegado el momento victorioso”.
Martina Pierra (1851)

 por Perla Cartaya COTTA
El patriotismo y la rebeldía ante la injusticia ya caracterizaban, a los 18 años, a la joven Martina Pierra.


“Y en ti se realizaron mis sueños seductores, viviendo venturosa tras tanto padecer; pues miro ante mis ojos brotar de nuevo flores y gratas impresiones encuentro 
por doquier.”


La mujer que, en esta ocasión, engalana nuestra galería de cubanos ilustres, es una camagüeyana cuyo nombre –como el de tantos otros compatriotas– es desconocido por una buena parte del pueblo.

Nació el 8 de febrero de 1833 en el hogar constituido por don Simón Pierra y del Canto, natural de la Florida, y doña Francisca de Agüero y Varona, miembro de una antigua y noble familia de Puerto Príncipe, vinculada directamente a los esfuerzos más nobles de los criollos de aquellos años.

Martina creció cerca de la naturaleza y, como suele ocurrir a las personas sensibles, muy pronto sintió la influencia de su belleza, de modo que a los 15 años dedica a la Luna sus primeros versos. Signaron con fuerza la personalidad y el carácter de la niña las narraciones de Panchita, que así llamaban a su mamá, sobre un doloroso hecho familiar acaecido el 16 de marzo de 1826: su tío don Francisco Agüero Velasco y don Andrés Manuel Sánchez, fueron ahorcados en la otrora Plaza de Armas (después parque de Agramonte), por tener fama de revolucionarios liberales.

El patriotismo y la rebeldía ante la injusticia ya caracterizaban, a los 18 años, a la joven de tez clara y negros ojos, de hablar pausado y firme; aseveración que fundamenta en lo ocurrido el 4 de julio de 1851, fecha en que otro miembro de la familia materna, Joaquín de Agüero y Agüero, rodeado de varias decenas de partidarios, en la hacienda San Francisco del Jucaral, del partido de Cascorro, firmó una declaración de independencia; lo acompañaban una bandera confeccionada por Martina y el Soneto del cual forma parte la estrofa que encabeza estas cuartillas, prendas que le llegaron por medio del hermano de la joven, Adolfo Pierra.

Agüero era un hombre muy odiado por los españoles, pues desde muy joven había demostrado el temple de su carácter: en 1843 dio libertad a los esclavos que heredara, sin temor a la reacción que su actitud pudiera provocar en los negreros que dominaban en la Isla. Tras esfuerzos infructuosos para proveerse de armas, ganar adeptos y rodear de prestigio la revolución naciente, comprendiendo que era imposible organizar la resistencia hasta la llegada de ayudar del exterior, dejó en libertad a los que le seguían de acogerse al indulto ofrecido a quienes se presentasen a las autoridades, y se dirigió él –y quienes resolvieron seguirlo hasta el final– hacia la costa para tratar de salir de Cuba. Pero fue traicionado por un individuo que ofreció embarcarlos: Agüero y sus compañeros cayeron en poder del enemigo. Conducidos a Puerto Príncipe fueron juzgados y condenados a garrote Joaquín de Agüero, Fernando de Zayas, José Tomás Betancourt y Miguel Benavides; pero la forma de ejecución tuvo que cambiarse por fusilamiento debido a que manos desconocidas envenenaron al verdugo el día anterior al señalado para que se cumpliera la sentencia, con la intención de alargar la vida a los condenados y preparar la fuga. El día 12 de agosto los cuatros patriotas demostraron ejemplar entrega tanto al enfrentarse con el tribunal que los juzgó, como al ser llevados al suplicio. En cuanto a Adolfo Pierra, por ser menos de edad, se le condenó a presidio en Ceuta, junto a otros prisioneros, y a Martina le impusieron el destierro, aunque la familia logró que fuese en La Habana por residir en ella un tío paterno de la joven.

Es fama que los hijos de Puerto Príncipe llevaron luto por la muerte de aquellos patriotas. Entre las mujeres el sentimiento se manifestó con el sacrificio de las trenzas; la consigna para hacerlo circuló mediante la siguiente cuartera:



“Aquella camagüeyana / que no se cortase el pelo / no es digna que en nuestro suelo / la miremos como hermana”.


Lejos del hogar, mucho debió sufrir Martina: su tristeza por todo lo que había ocurrido se acentuaba por la ausencia de los suyos y su primer desengaño amoroso; consecuencia de su actitud revolucionaria.

Pero el Señor la compensaría: en el colegio para niñas en el que daba clases, conoció al doctor don José Poo, abogado habanero, hombre de letras de reconocido prestigio, quien fue a presidir los exámenes del plantel como miembro de la Junta de Educación. 

La vida de la desterrada renacería a partir de ese día: él, que conocía su historia, quedó prendado por su serena belleza y la inteligencia de su palabra, por las numerosas virtudes que la adornaban. La petición de manos no demoraría. Orgulloso de ella, se las ingenió para abrirle caminos a su talento. La presentaron en el Liceo de La Habana: aquí reveló sus facultades dramáticas en el papel protagónico de la obra La trenza de sus cabellos, drama de Rodríguez Rubí, y obtuvo un rotundo éxito. Pocos días después, allí mismo, volvió a ser ovacionada en la obra del propio autor: Borrascas del corazón. Fue aplaudida en el Liceo de Guanabacoa, donde le obsequiaron una pluma de oro, fineza que ella agradeció con versos; en la sociedad del Pilar (se desempeñaba en la sección de Declamación y en la Literaria); y en el Ateneo, al que llamaba templo a las artes y a las ciencias.

El noviazgo de Martina y José culminó en el matrimonio, que se produjo en abril de 1861, unión que fue bendecida por los hijos que a su tiempo nacerían. Amó a su esposo profundamente y por sus versos percibo que a su lado fue feliz. A él dedicó El viajero, versos en los que ella relata la historia de su vida, en cuya última estrofa dice:



 “Y comparando con el bien presente
el pasado rigor de mi destino,
yo bendigo tu nombre dulcemente,
y gracias doy al Ser Omnipotente
¡que te puso en mitad de mi camino!” 



Martina pudo disfrutar durante 37 años del profundo gozo que su familia le proporcionaba, pero el 23 de febrero de 1898 falleció el esposo debido a una potente bomba que estalló en el Teatro Irijoa (Martí más adelante), cuando junto al joven Gonzalo Jarrín y Varona presenciaba una función. Ella sobrevivió a este golpe poco tiempo: viajaría a su encuentro el 31 de mayo de 1900.

Martina Pierra de Poo dedicó preciosos versos a “el Camagüey” –así llamaba a su patria chica– y a la villa que la acogió y logró que cicatrizaran sus heridas:



 “Y en ti se realizaron mis sueños seductores,
viviendo venturosa tras tanto padecer;
pues miro ante mis ojos brotar de nuevo flores
y gratas impresiones encuentro por doquier.”
Por eso dirá, en la última estrofa de La Habana y el Camagüey:
“Y solo pido al cielo que cuando yo sucumba,
a ellos (los hijos) pueda darles mi santa bendición
y a ti, mi hermosa Habana, te ruego que mi tumba
encierre para siempre tu fúnebre panteón.” 



Su voluntad fue cumplida, aquí reposan sus restos. Y acercándonos al 106 aniversario de su deceso, le ofrezco simbólicamente a su memoria una ramita de jazmín: la flor cuyo aroma tanto le agradaba.






LOUISE BENNETT-COVERLEY [16.305] Poeta de Jamaica

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Louise Bennett-Coverley

Louise Simone Bennett-Coverley o señorita Lou, OM, DO, MBE (Nació en White Town, Jamaica el 7 septiembre 1919 - Falleció el 26 julio 2006), fue una poeta jamaicana, folclorista, escritora y educadora. Escribió sus poemas en patois jamaiquino o criolla. 

Se encuentra en el corazón de la tradición poética de Jamaica, y ha influido en otros poetas caribeños populares, incluyendo Mutabaruka, Linton Kwesi Johnson y Paul Keens-Douglas.



Colonización al revés 

Qué buena noticia, Miss Mattie,
siento que me estalla el corazón
a Inglaterra le estamos
revirtiendo la colonización.

Por cientos, por miles
del campo y la ciudad,
por aire y por mar
Jamaica a Inglaterra va.

Salen de Jamaica por montones,
y todos tienen este plan:
conseguir un buen trabajo
ya la madre patria colonizar.

¡Vaya isla! ¡Vaya gente!
Hombres, mujeres, niños y viejos
ponen la historia de cabeza
con sólo juntar sus trebejos.

Algunos no quieren viajar,
mas para mostrar su lealtad
ofrecen boletos baratos
para Inglaterra alcanzar.

Cada semana los mandan
con rápido improperio
para emigrar y poblar
la cuna del Imperio. 

¿Veees qué chistosa es la vida?
¿Veees las vueltas que da? 
Ahora Jamaica ya puede
a los ingleses quitar el pan.

Pues cuando llegan a Inglaterra
a cumplir con su función 
unos deciden trabajar
y otros prefieren la pensión.

Jane dice que la pensión no es mala
y que va bien con su dignidad:
por buscar trabajo le pagan
hasta dos libras a la semana.

Para mi que no va a hallar trabajo
ya sé bien cómo lo busca:
se acuesta a leer sus novelillas
en el sillón de la tía Tuca.

¡Qué desgracia! ¡Oh Inglaterra!
pudo con la guerra y cosas peores,
pero cómo irá a soportar
que seamos sus colonizadores.

Traducción de Adriana Santovefla




Colonization in Reverse 

Wat ajoyful news, Miss Mattie,
1 feel like me heart gwine burs
Jamaica people colonizin
Englan in reverse.

By de hundred, by de tousan
From country and from town,
By de ship-load, by de plane-load
Jamaica is Englan boun.

Dem a pour out a Jamaica,
Everybody future plan
Is fe get a big-time job
An settle in de mother lan.

What an islan! What a people!
Man an woman, old an young
Jus a pack dem bag an baggage
An tun history upside dung!

Sorne people doan like travel,
But fe show dem loyalty
Demall a open up cheap-fare-
To-Englan agency.

An week by week dem shippin off
Dem countryman like tire,
Fe immigrate an populate
De seat a de Empire.

Oonoo see how life is funny,
Oonoo see de tunabout?
Jamaica live fe box bread
Out a English people mout'.

For wen dem ketch a Englan,
An start play dem different role,
Sorne will settle down to work
An sorne will settle fe de dole.

Jane say de dole is not too bad
Because dey payin she
Two pounds a week fe seek a job
Dat suit her dignity.

Me say Jane will never fine work
At de rate how she dah look,
For all day she stay pon Aunt Fan couch
An read love-story book.

Wat a devilrnent a Englan!
Dern face war an brave de worse,
But me wonderin how dern gwine stan
Colonizin in reverse.















OLIVE SENIOR [16.306] Poeta de Jamaica

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Olive Senior 

Nació en 1941 en  Trelawny en Jamaica en una familia de granjeros de condición modesta. Luego de una visita de cortesía a un tío político y a una tía no regresa más a vivir a casa de sus padres. Desde entonces, tiene una infancia más bien solitaria que se retranscribe a través de relatos impregnados de una autobiografía más emocional que factual. Es la  autora de numerosos  relatos, poemas y obras sobre la cultura caribeña.

Bibliografía seleccionada 

Poesía

Talking of Trees, Calabash, 1986.
Gardening in the Tropics , McClelland & Stewart, 1994.
Over the Roofs of the World , Insomniac Press, 2005
Shell, Insomniac Press, 2007

Historias Cortas

Summer Lightning and Other Stories, Longman, 1986. ISBN 978-0582786271
Arrival of the Snake-Woman, Longman, 1989. ISBN 978-0582031708
Discerner of Hearts, McClelland & Stewart, 1995. ISBN 978-0771080548

Novelas

Dancing Lessons, Cormorant Books, 2011. ISBN 978-1770860476

Literatura Infantil y Juvenil

Birthday Suit, Annick Press, 2012
Anna Carries Water, Tradewind, 2013

No ficción

The Message Is Change: A Perspective on the 1972 General Elections, Kingston Publishers, 1972.
Pop Story Gi Mi (four booklets on Jamaican heritage for schools), Ministry of Education (Kingston, Jamaica), 1973.
AZ of Jamaican Heritage, Heinemann and Gleaner Company Ltd, 1984.
Working Miracles: Women's Lives in the English-Speaking Caribbean, Indiana University Press, 1991.
Encyclopedia of Jamaican Heritage, Twin Guinep, 2004.
Dying To Better Themselves: West Indians and the Building of the Panama Canal, University of the West Indies Press, 2014. ISBN 978-9766404574





Poema ancestral 

Mis ancestros están más cerca
que álbumes de fotos


I

camino sobre talones que a fuerza
meto en maltratadas chinelas 


II 

El vientre de mi madre 
Perpetuamente impulsó cosechas. Respiró
profundo aire del campo
cuando me parió.


III

El patrón que tejían
las manos de mi padre me
arrulló. Ciertas acciones
me conmovían tanto: mi padre
sembrando.

Cuando mi padre sembraba
sus pensamientos despegaban.
No necesitaba pensar.
El ritual impregnado
en la sangre, soterrado
bajo sus uñas
en los siglos de tierra
encajonado en los recuerdos
de su raza.

(Pero el latigazo de
la ira de mi padre rever-
beraba días en mi
mente con la inten-
sidad de un diapasón.
Él no pensaba.
Mi madre trastornada lloraba 
y rezaba Padre
perdónalos sin saber
para qué rezaba.)

Un día, no recé.
Un brillo de sol a través
de las hojas me delató
me sustrajo de los rituales.
y las oraciones desechadas y
los mitos refutados
me confirmaron mi libertad.


IV

Ahora en contrapunto con los ritmos
de trenes subterráneos mi
corazón aún late
al compás de los cantos de labranza.
Algunas ruedas
entonan libertad, las otras:
hogar.

Mas, si podía equilibrar
agua sobre mi cabeza, puedo
malabarear mundos
sobre mis hombros.

Traducción de Adela Ramos Marché





Ancestral 

My ancestors are nearer
than albums of pictures


I

tread on heels thrust
into broken-down slippers 


II

My mothe(s womb impulsed
harvests perpetually. She
deeply breathed country air
when s~e laboured me. 


III 

The pattern woven by my
father's hands lulled me
to sleep. Certain actions
moved me so: my father
planting.

When my father planted
his thoughts too k flight.
He did not need to think.
The ritual was ingrained
in the blood, embedded
in the centuries of dirt
beneath his fingernails
encased in the memories
ofhis race.

(Yet the whiplash of my
father's wrath rever-
berated days in my
mind with the inten-
sity' of tunning forks.
He did not think.
My mother stunned wept
and prayed Father
Forgive Them knowing not
what she prayed for.)

One day I did not pray.
A gloss of sunlight through
the leaves betrayed me so
abstracted me from rituals.
And discarded prayers and
disproven myths
confirmed me freedom.



IV

Now against the rhythms
of subway trains my
heartbeats still drum
worksongs. Sorne wheels
sing freedom, the others:
home.

StilI, if I could balance
water on my head 1 can
juggle world
son my shoulders.




MARTIN CARTER [16.307] Poeta de Guyana

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Martin Carter

Martin Wylde Carter (Georgetown, Guyana 7 de junio de 1927 - Ib., 13 de diciembre de 1997) fue un poeta guyanés.

Sus orígenes mestizos incluyen antepasados europeos, hindúes y africanos. Empezó a publicar en 1950 en Thunder (órgano del Partido progresista Popular y en el diario literario de A.J. Seymour, Kyk-over-Al.

Su obra Poemas de Resistencia (1954) lo consagró como una de las voces políticamente comprometidas más importantes del panorama mundial. A finales de los años 1950 rompe con el PPP y se une al nuevo partido de Forbes Burnham, el Congreso Nacional Popular. Ocupará el cargo de Ministro de Información entre 1964 y 1970. A finales de la década pasará a militar en la Alianza Popular de los Trabajadores (Working People's Alliance, WPA) que dirigen Eusi Kwayana y Walter Rodney.

Aunque en sus inicios su poesía estaba muy comprometida con los movimientos sociales, su obra fue evolucionando hacia una lírica más personal. Es conocido sin embargo sobre todo por un poderoso poema de protesta de los años 1960: «I come from the nigger yard of yesterday».

En el Concierto en directo en el Lincoln Center en beneficio de las víctimas del Huracán Katrina, Danny Glover leyó algunos poemas de Carter, difundiendo así por primera vez en el Siglo XXI la obra de este poeta.

Traducciones al español[editar]
Hay dos volúmenes con traducciones de poemas de Martin Carter al español:

Poesías escogidas/Selected Poems, en texto bilingüe. David Dabydeen (ed.), Salvador Ortiz-Carboneres (trad.), Gemma Robinson (intro.), Leeds, Peepal Tree Press, 2005, 155 pp.

Poemas de afinidad y resistencia, en texto bilingüe (recoge los libros Poems of Affinity 1978-1980 y Poems of Resistance from British Guiana). Traducción e introducción de Luis Ingelmo, Zamora, El sinsonte en el patio vecino, 2009, 170 pp.




Martin Wylde Carter (poeta-activista de Guyana, 1927-1997)

Ahora es el tiempo oscuro, mi Corazón

Ahora es el tiempo oscuro, mi Corazón.
Mayates castaños están gateandos por todo el país.
Se esconde dentro del cielo el sol brillante.
Flores rojas se doblan en una tremenda pena.

Sí, Corazón – el tiempo oscuro…
Es la estación de tiranía, de metal negro, y de lágrimas.
Hay un festival de armas, un carnaval de miseria.
En todas partes, la cara de la gente está tenso, inquieto.

¿Quién está viniendo, caminando en la negrura de la noche?
¿De quién esa bota de acero que pisotea el fino césped?
Es el hombre de la muerte, mi Corazón,
el invasor extraño que te mira en tu reposo –
y él está apuntando a tu sueño.




Estás involucrado

Éso yo he aprendido:
hoy eres una mota, y
mañana – un héroe.
Pero…
héroe o monstruo – ¡estás devorado!

Como tiembla el telar la plantilla,
como teje un adorno la telaraña.
Estamos todos implicados – enredados –
¡todos están tomados!





Dicen que yo soy…

Dicen que soy un poeta escribiendo para ellos:
a veces yo río, a veces asiento con la cabeza – solemnemente.
No quiero mirarles a los ojos
no sea que chillaran pues escabullirse de mí.

No puede escribir el poeta para ellos que no piden su ser honrado – sino mentiras.
Porque los poemas están escritos para los moribundos o para los niños no nacidos
– no importa lo que digamos.

Pero su audiencia no existe, remota en una matriz o en algún lecho de agonía.
Solo quiere decir ésto:
nosotros que desean poemas de honradez,
tienen que volverse nacido de nuevo, y morir primero para hacer eso.





Para un hombre que andaba de soslayo

Orgulloso, descalzo, doy zancadas por la calle,
y él que quiere mi camisa – pues aggárela.
Solo recibe el dador.
El indeseado desea el mundo, y
el talón moreteado de su pie patea como un metéoro.
La oscuridad sombría atrás de la ilusión azul
se para como un altar en un templo de una tierra renunciada.
Ellos fracasaron como morir, entonces perecen desgarbadamente.
(Al menos Laocoonte, aún con todas las culebras, luchó bien…)




BOSQUE TROPICAL

Cada gota clara de lluvia sirve para oscurecer
las torres verdes; cada grano
de arena blanca, las partículas
de oro brillante. Estas son del recuerdo
como lo son las noches de amor, dentro
de nuestra selva humana de perdición.
Es lo mismo en todas partes.
Las hormigas destruyen a las hormigas.
El peligro está vagamente al acecho,
como hace siempre,
en los menos y más fértiles
propósitos de las obras
del ánimo humano. Las ciénagas
son traicioneras. Las rápidas cañadas
de agua idéntica son hermosas
y tranquilas, un grito, un solo grito humano,
como quiera empezado, lo abarca todo.






PARA ÁNGELA DAVIS

La lluvia se inflama en ese hemisferio
de mi mente
donde casi nada sucede,
ni la claridad del sol ni el chaparrón
y mucho menos el florecimiento
del poder del amor que tú alimentas
y al cual tanto abruma mi lengua,
tan proclive al discurso
en esos esenciales centros de trabajo
donde la libertad es algo indecente.

Y desde una monótona ventana cae
la feliz consecuencia de las nubes,
que las raíces de impetuosos árboles
reciben con magnífica gratitud,
y que bien puede que vuelva a nosotros,
 toda en su momento
y a través de sus formas particulares,
encadenando la mano al fruto
y el fruto a la promesa de nuestra
piadosa esperanza y al amor
y al triunfo del esfuerzo
del siempre impaciente pulso
de ese artífice que organiza
las guerras.

Pienso en ti,
Ángela Davis.
Pienso en ti
y lo que deseo hacer
es ordenar a los secos estanques
de la lluvia
que humedezcan tus cansados pies
y a ti que alces tu rostro
al obsequio de ese inmenso techo
de nubes que te debemos

Martin Carter (Traducción: Romualdo Santos)





Martin Carter (a la derecha) con el poeta-compañero 
Ernest Perry, Georgetown, Guyana





This Is The Dark Time, My Love 

This is the dark time, my love, 
All round the land brown beetles crawl about
The shining sun is hidden in the sky
Red flowers bend their heads in awful sorrow
This is the dark time, my love, 
It is the season of oppression, dark metal, and tears.
It is the festival of guns, the carnival of misery
Everywhere the faces of men are strained and anxious
Who comes walking in the dark night time? 
Whose boot of steel tramps down the slender grass
It is the man of death, my love, the stranger invader
Watching you sleep and aiming at your dream. 





I Come From The Nigger Yard 

I come from the nigger yard of yesterday
leaping from the oppressors' hate
and the scorn of myself; 
from the agony of the dark hut in the shadow
and the hurt of things; 
from the long days of cruelty and the long nights of pain
down to the wide streets of to-morrow, of the next day
leaping I come, who cannot see will hear.


In the nigger yard I was naked like the new born
naked like a stone or a star.
It was a cradle of blind days rocking in time
torn like the skin from the back of a slave.
It was an aching floor on which I crept
on my hands and my knees
searching the dust for the trace of a root
or the mark of a leaf or the shape of a flower.

It was me always walking with bare feet
meeting strange faces like those in dreams or fever
when the whole world turns upside down
and no one knows which is the sky or the land
which heart is among the torn or the wounded
which face is his among the strange and the terrible
walking about, groaning between the wind.

And there was always sad music somewhere in the land
like a bugle and a drum between the houses
voices of women singing far away
pauses of silence, then a flood fo sound.
But these were things like ghosts or spirits of wind.
It was only a big world spinning outside
and men, born in agony, torn in torture, twisted and broken like a leaf, 
and the uncomfortable morning, the beds of hunger stained and sordid
like the world, big and cruel, spinning outside.

Sitting sometimes in the twillight near the forest
where all the light is gone and every bird
I notice a tiny star neighbouring a leaf
a little dropp of light a piece of glass
straining over heaven tiny bright
like a spark seed in the destiny of gloom.
O it was the heart like this tiny star near to the sorrows
straining against the whole world and the long twilight
spark of man's dream conquering the night
moving in darkness and fierce
till leaves of sunset change from green to blue
and shadows grow like giants everywhere.

So I was born again stubborn and fierce
screaming in a slum.
It was a city and a coffin space for home
a river running, prisons and hospitals
men drunk and dying, judges full of scorn
priets and parsons fooling gods with words
and me, like dog tangled in rags
spotted with sores powdered with dust
screaming with hunger, angry with life and men.

It was a child born from a mother full of her blood
weaving her features bleeding her life in clots.
It was pain lasting from hours to months and to years
weaving a pattern telling a tale leaving a mark
on the face and the brow
Until there came the iron days cast in a foundry
Where men make hammers things that cannot break
and anvils heavy hard and cold like ice.

And so again I become one of the ten thousands
one of the uncountable miseries owning the land.
When the moon rose up only the whores could dance
the brazen jazz of music throbbed and groaned
filling the night air full of rhythmic questions.
It was the husk and the seed challenging fire
birth and the grave challenging life.

Until to-day in the middle of the tumult
when the land changes and the world's all convulsed
when different voices join to say the same
and different hearts beat out in unison
where the aching floor of where I live
the shifting earth is twisting into shape
I take again my nigger life, my scorn
and fling it in the face of those who hate me.
It is me the nigger boy turning to manhood
linking my fingers, welding my flesh to freedom.

I come from the nigger yard of yesterday
leaping from the oppessors' hate
and the scorn of myself
I come to the world with scars upon my soul
wounds on my body, fury in my hands
I turn to the histories of men and the lives of peoples.
I examine the shower of sparks the wealth of the dreams.
I am pleased with the glories and sad with the sorrows
rich with the riches, poor with the loss.
From the nigger yard of yesterday I come with my burden.
To the world of to-morrow I turn with my strength. 




Do Not Stare At Me 

Do not stare at me from your window, lady
do not stare and wonder where I came from
Born in this city was I, lady, 
hearing the beetles at six o'clock

and the noisy cocks in the morning
when your hands rumple the bed sheet
and night is locked up the wardrobe.
My hands are full of lines

like your breast with veins, lady -
So do not stare and wonder where I came from
My hands are full of lines
like your breast with viens, lady -

and one must rear, while one must suckle life...
Do not stare at me from your window, lady.
Stare at the wagon of prisoners! 
Stare at the hearse passing by your gate! 

Stare at the slums in the south of the city! 
Stare hard and reason, lady, where I came from
and where I go.
My hand is full of lines

like your breast with veins, lady, 
and one must rear, while one must suckle life. 






STANLEY GREAVES [16.308] Poeta de Guyana

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Stanley Greaves

(Nacido en Georgetown, Guyana en 1935), guyanés pintor y escritor, es uno de los artistas caribeños más distinguidos. 

Su colección de poemas Horizons, editado por Peepal Tree Press en 2002, ganó el Premio de Literatura de Guyana, categoría de poemas. Su más reciente colección es The Poems Man (Peepal Tree Press, 2009). Es co-autor, con Anne Walmsley, de Art in the Caribbean: An Introduction, publicado en 2010, by New Beacon Books.





Infancia

Camino por la avenida de mi infancia,
como siempre el viento guía mis pasos.
En la sombra de árboles suaves
observo las gotas de lluvia
transformarse en pájaros de luz.
 
Qué alto es el clamor
de recuerdos espontáneos
sobre la serenidad implacable
de un horizonte neutro.
 
Imágenes de un tiempo pasado
guardadas tras un espejo mágico
caen sobre mi conciencia
como hojas de un libro prohibido.
 
Aún no es tristeza,
sino una extraña y fatigada
alegría del destino
que camina conmigo
por la avenida de mi infancia.
 


Amigos

Yemas de dedos y flores
mínimas plumas
pájaros dulces
diálogos espaciados.
 
El baile cortés de los amigos
es como un iris sorprendente,
palabras amables
y sentimientos cómplices.
 
En el cordial festejo,
manos, música, memorias
que translucen el viejo
rostro de una verdad eterna.
 
El sueño desafiante al que voló
la mariposa nocturna roza
mis labios como los dedos alarmados
de un niño jugando con el miedo.
 
Avanzo entre la lluvia
por un alfombra de recuerdos,
el color de tus ojos siguiéndome
y tu gracia.










PRISCILA UPPAL [16.309] Poeta de Canadá

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Photo of Priscila Uppal taken by Daniel Ehrenworth




Priscila Uppal 

(Nació en 1974, Ottawa, Canadá) es una poeta, novelista y dramaturga canadiense. Es también profesora de literatura en la Universidad de York (York University, Toronto). Su poemario, Ontological Necessities, fue nominado por El Premio Griffin en 2007.

Bibliografía 

Poesía 

How to Draw Blood From a Stone . Exile Editions, Ltd. 1998. ISBN 978-1-55096-230-7 .
Confessions of a Fertility Expert . Exile Editions, Ltd. 1999. ISBN 978-1-55096-550-6 .
Pretending to Die . Exile Editions, Ltd. 2001. ISBN 978-1-55096-519-3 .
Live Coverage . Exile Editions, Ltd. 2003. ISBN 978-1-55096-571-1 .
Cover Before Striking , Lyricalmyrical Press, 2004, ISBN 978-0-9736588-4-2
Holocaust Dream , MacLaren Arts Centre, 2005, ISBN 978-0-9693555-9-5 (photographs by Daniel Ehrenworth)
Ontological Necessities . Exile Editions, Ltd. 2006. ISBN 978-1-55096-045-7 . (shortlisted for the 2007 Canadian Griffin Poetry Prize )
Traumatology , Exile Editions, 2010, ISBN 978-1-55096-139-3
Winter Sport: Poems , Mansfield Press, 2010, ISBN 978-1-894469-49-4
Successful Tragedies , Bloodaxe Books, 2010, ISBN 978-1-85224-860-4

Ficción 

The Divine Economy of Salvation , Algonquin Books of Chapel Hill, 2002, ISBN 978-1-56512-365-6 ; Doubleday Canada, 2003, ISBN 978-0-385-65805-8
To Whom It May Concern , Doubleday Canada, 2009, ISBN 978-0-385-65993-2
Cover Before Striking , Dundurn Press , 2015, ISBN 978-1-459-72952-0

No Ficción 

We Are What We Mourn . McGill-Queen's Press - MQUP. 2009. ISBN 978-0-7735-3456-8 .
Projection , Dundurn Press , 2013, ISBN 978-1-77102-274-3





Priscila Uppal: “Necesidades Ontológicas”
Translator: Alexander Best 


Sámaras o frutos del árbol arce al fin de mayo. Los niños canadienses dicen helicópteros de arce.

Lo lamento – olvidé hacer la limpieza

Lo lamento – Damas y Caballeros – pero olvidé hacer la limpieza
después de los incidentes desafortunados del siglo anterior.

¡Qué embarazoso! Por favor acepten mis disculpas.
Mi consejo es que ustedes no dan un paseo en este lugar sin llevar puesto gafas de protección.
Entren bajo su propia responsabilidad – tengo que insistir en eso.
Pueden dejar los paraguas por la puerta, si ustedes quieran, pero guarden el boleto.

Habíamos esperado que Todo Esto fuera despejado y organizado antes de su llegada.
Mi meta era presentar a ustedes unos monitores azules y verdes, y mostradores blanqueados.

Circunstancias imprevistas.
Trámites burocráticos.
Tan difícil encontrar a los buenos ayudantes en estos días.

Excusas pobres, ay de mí.
Quizás valoren los impedimentos que yo enfrentaba para proveer borrón y cuenta nueva.
Damas y Caballeros, si se meten en un bache, deben aceptar la pérdida de un zapato o dos.
Pero: no aflojen hasta conseguirlo.

El progreso es la madre de ingenio.
Aquí tienen, tomen mi mano – sí, éso es.
Pueden que devolverla cuando salen.






El gato macho negro de Bulgakov le dispararon cuantiosas veces
o
Lo que ansiamos al fin de la Guerra contra Terrorismo

El gato macho negro que sembró el caos en Moscú
fue tirado por unos oficiales de la ley
pero ningunas balas penetraron su piel (o pelaje, si quieres ser preciso.)

Ese gato negro disfrutaba jugar al ajedrez,
bebiendo un trago de coñac,
comiendo el escabeche de aceitunas (sorbido de un palillo de plata),
y llevando una corbata negra raída.
Un maestro de hipnosis – que podía zurcido la lana con sorprendente velocidad –
aunque un poco descuidado con el detallar del exposé.

Durante un año, nos preguntaban conciliar el propósito a los medios,
los hechos con el resultado, y las consecuencias al motivo.
Y nadie se presentó con una alternativa.
En cualquier caso, quemaron los archivos
(¿En el caso de quién? diga el Maestro del gato.)

Sin embargo, el gato macho negro aborrecía fracasar.
Como durante el largo del siglo, se fiaba del compañerismo del Diablo.
Supuso que nadie no habrá preguntado ningunos asuntos serios
– y entendió éso correctamente.






¡Don Quixote, puedes aguantar un infierno de palizas!

¡Don Quixote, puedes aguantar un infierno de palizas!
Aún en este siglo, cuando molinos se transforman en centrales nucleares,
y municipios se convierten en trustes
(una cabeza magullado y morada con moretones, ahora con forma de un cuenco;
un ojo en compota y embadurnado en cuajadas)
permanecen todavía como vistas raras a contemplar.

En hecho – de veras – hay pocos niños que te conocen (o que pueden articular tu nombre) 

pero, de todas formas,
esas canillas lustrosas
y barbillas dislocadas
son cosas loables.
Y tratarían acertar tu panza, también,
si les permitirás.

Los renegados pendencieros, con sus alarmas de carro y su malestar de bolsa bursátil,
aquéllos nunca se lanzan en aventuras llevando puesto sus pantalones
(tienen retiros en La Naturaleza, con solo los básicos – ¿para sacarse la lotería?)

Pero, en primer lugar:
¡A la iglesia! – con rosas y un coche fúnebre.
Tu gobernanta – y tu sobrina – están ensayando;
el camino es corto y el canto es peor.

Noble errante,
de rodillas en esta vida

Ojalá qué eludamos esta lucha.

Pero tu fama te precede
– y te necesitamos, sin duda –
para someterte los golpes por cada sueño tonto que hemos sonado.






El Fin del Párrafo

La heroína ha informado a su argumento que ella se escapará.
Sus cosas están en orden:
los adjetivos han sido entregarlos,
los sustantivos han entregado sus carnetes de residencia,
y los verbos – esas piedras preciosas – han sido cosidos en sus pantaletas, elegantemente.
Mientras tanto, cuenta cupones de comida y trenza su cabello en cuerdas.
Su amante – que duerme en el intercambio equivocado –
ella fantasea que él está cantando unas baladas medievales en una tren de diésel.
Pues ella tiene que asearse ella misma de eso,
y tiene que seguir por donde guía la palabra,
tirar hacia arriba de las medias,
configurar su gorro gallardo,
fruncir sus labios contra los alambres eléctricos de nuestra perspicacia,
pues brincar, brincar, al fin de

Versiones en español: Alexander Best

Poemas del poemario Ontological Necessities (Necesidades Ontológicas) por Priscila Uppal © 2006 (Exile Editions, Holstein, Ontario)
http://zocalopoets.com/




Sorry, I Forgot to Clean Up After Myself

Sorry, Sirs and Madams, I forgot to clean up after myself
after the unfortunate incidents of the previous century.

How embarrassing; my apologies. I wouldn’t advise you
to stroll around here without safety goggles, and I must insist
that you enter at your own risk. You may, however, leave
your umbrella at the door. Just keep your ticket.

We expected, of course, to have this all cleared away by the time
you arrived. The goal was to present you
with blue and green screens, whitewashed counters.

Unforeseen expenses.
Red tape.
So hard to find good help these days.

But, alas, excuses. Perhaps you will appreciate
the difficulties I’ve faced in providing you a clean slate.
If you step into a hole, Sirs and Madams, accept the loss
of a shoe or two. Stay the course.

Progress is the mother of invention. Here: take my hand.
Yes, that’s right. You can return it on the way back.

From Ontological Necessities, by Priscila Uppal







My Father’s South-Asian Canadian Dictionary

includes the names of Canadian Prime Ministers and MPPs.
(We are from a government town, a government attitude on ice.)

I know what it means to lodge a complaint, submit a form,
participate in the census, just as I know that being Canadian

is the greatest pride on earth. My poetry comes out of 
my father’s chest, tough and wholehearted, half-paralyzed

but brave. We believe in pronunciation, adjudication, and
all for the nation. We believe in universal health care, 

teddy bears, and all-you-can-eat buffets. In my father’s
knuckles are the bare bones of a family he practically invented.

What does it mean to be an Uppal? It means diligence, 
excellence. It means humility and finding your own ways

in and out. Before me, it meant business school, medicine,
looking carefully and effectively at all financial options.

It meant buying insurance and thinking about the future,
and marrying into a stable family with moral values.

Institutional language is ours: hypotheses, liabilities, 
rent or lease. Yet, hockey too: boarding, hooking,

right wing, five-hole. I know little Punjabi, and we 
always eat far more chicken à la king than curry, and

cheer loud for Queen Elizabeth and the Pope, but 
my brother and I can both mimic a South-Asian accent 

when we say: Mahatma Ghandi, River Ganges, or 
You are such a smarty pants. In my father’s eyes, we 

are ragamuffins, gallivanting around the neighbourhood, 
while others are clowns, or con-men with sweetheart deals.

And when we come home to visit, he says please and
thank you. And when he’s lying scared in hospital beds

we say our dad, a quadriplegic, who knows what it 
means to be alive, fellow citizens, more than anyone.







WILLIAM HENRY DAVIES [16.310] Poeta de Gales

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WH Davies

William Henry Davies o WH Davies (Newport, 03 de julio 1871 - Nailsworth, 26 de septiembre 1940) fue un poeta galés y escritor. 

Poeta y novelista. De origen humilde, empezó a trabajar desde muy joven. Abandonó Inglaterra en 1893 y, durante algunos años, vivió vagabundeando entre Estados Unidos y Canadá, pero se vio obligado a poner fin a esta vida de aventurero tras un accidente que le costó la amputación de un pie. Regresó a su país y se estableció en Londres, donde, por un tiempo, se ganó la vida como vendedor ambulante.

Durante ese período inició su actividad como poeta. Gracias a la ayuda y al apoyo de G. B. Shaw y de E. Thomas, en 1905 consiguió publicar su primera colección de poemas, Soul's Destroyer and Other Poems, que obtuvo un éxito notable.

William Henry Davies forma parte del movimiento de los "Georgian Poets", quienes, contraponiéndose a la artificiosidad estetizante de la literatura inglesa de finales del siglo XIX, proclamaban la necesidad de un retorno a la naturaleza y a la sencillez de la vida campestre. La lírica de Davies es simple y sugestiva. Describe la naturaleza y logra plasmar, sin afectación, de una manera sincera y espontánea, las emociones que despiertan un paisaje, el encuentro con un niño o con un pájaro, la aparición del arco iris. Sus temas son escasos, pero la autenticidad de su inspiración y la sencilla musicalidad del lenguaje es, precisamente, lo que confiere a su poesía una fuerza y una vitalidad especiales.

Davies no es únicamente un poeta de la naturaleza; en su lírica sobre Londres logra retratar, con la misma eficacia, la vida urbana, y pinta con unos pocos trazos, pequeños cuadros repletos de cosas, de personajes, de sentimientos. Su fama está ligada fundamentalmente a sus poesías, en especial a las breves, mientras que entre sus obras en prosa adquirió una notable popularidad la novela La autobiografía de un supervagabundo publicada en 1907, con una introducción de G. B. Shaw, y que por su atmósfera picaresca y su estilo descarnado recuerda, en algunos fragmentos, a Defoe.


OBRA:

The Soul's Destroyer and Other Poems (of the author, The Farmhouse, 1905) (also Alston Rivers , 1907), (Jonathan Cape, 1921)
New Poems (Elkin Mathews, 1907)
Nature Poems (Fifield, 1908)
The Autobiography of a Super-Tramp (Fifield, 1908) (autobiographical)
How It Feels To Be Out of Work ( The English Review , 1 Dec 1908)
Beggars (Duckworth, 1909) (autobiographical)
Farewell to Poesy (Fifield, 1910)
Songs of Joy and Others (Fifield, 1911)
A Weak Woman (Duckworth, 1911)
The True Traveller (Duckworth, 1912) (autobiographical)
Foliage: Various Poems (Elkin Mathews, 1913)
Nature (Batsford, 1914) (autobiographical)
The Bird of Paradise (Methuen, 1914)
Child Lovers (Fifield, 1916)
Collected Poems (Fifield, 1916)
A Poet's Pilgrimage (or A Pilgrimage In Wales ) (Melrose, 1918) (autobiographical)
Forty New Poems (Fifield, 1918)
Raptures (Beaumont Press, 1918)
The Song of Life (Fifield, 1920)
The Captive Lion and Other Poems ( Yale University Press , on the Kinglsey Trust Association Publication Fund, 1921)
Form (ed Davies and Austin O Spare, Vol 1, Numbers 1, 2 & 3, 1921/1922)
The Hour of Magic (illustrated by Sir William Nicholson , Jonathan Cape, 1922)
Más cortos Letras del siglo XX, 1900-1922 (ed Davies, Bodley Head, 1922) (antología)
Los verdaderos viajeros. Ópera de A Tramp en tres actos (ilustrado por Sir William Nicholson, Jonathan Cape, 1923)
Collected Poems, primera serie (Jonathan Cape, 1923)
Collected Poems, segunda serie (Jonathan Cape, 1923)
Selected Poems (ilustrados con xilografías de Stephen Bone, Jonathan Cape, 1923)
`Los poetas y críticos '- New Statesman , 21, (08 de septiembre 1923)
Lo que ganó y perdió por no quedarse en la escuela (profesores Mundial 29, junio de 1923)
Secretos (Jonathan Cape, 1924)
Moll Flanders , la introducción por Davies (Simpkin, Marshall, Hamilton, Kent y Co, 1924)
Alfabeto de un poeta (Jonathan Cape, 1925)
Días más tarde (Jonathan Cape, 1925) (autobiográfica)
Augusto Libro de Poesía: Treinta Selected Poems ( Benn , 1925)
La Canción de Amor (Jonathan Cape, 1926)
Las aventuras de Johnny Walker, Tramp (Jonathan Cape, 1926) (autobiográfica)
Calendario de Un Poeta (Jonathan Cape, 1927)
Mad Bailar (Jonathan Cape, 1927)
Los poemas recogidos de WH Davies (Jonathan Cape, 1928)
Moss y pluma ( Faber y Gwyer (Nº 10 en las Faber poemas Ariel Serie de folletos, 1928) (ilustrado por Sir William Nicholson)
Cuarenta Nine Poems (seleccionados e ilustrados por Jacynth Parsons (hija de Karl Parsons ), Medici Sociedad, 1928)
Selected Poems (arreglados por Edward Garnett , introducción por Davies, Gregynog Press, 1928)
Ambición y otros poemas (Jonathan Cape, 1929)
Joyas de la canción (ed., antología, Jonathan Cape, 1930)
En invierno ( Fytton Armstrong , 1931) (edición limitada de 290, ilustrado por Eduardo Carrick; edición especial limitada de 15 sobre papel hecho a mano también a mano de color)
Poemas 1930-1931 (ilustrado por Elizabeth Montgomery, Jonathan Cape, 1931)
Canción libro del amante (Gregynog Press, 1933)
Mis Aves (con grabados de Hilda M. Quick, Jonathan Cape, 1933)
Mi jardín (con ilustraciones de Hilda M. Quick, Jonathan Cape, 1933)
`Memorias '- Escuela , (1, noviembre 1933)
Los poemas de WH Davies: A Complete Collection (Jonathan Cape, 1934)
Poemas de amor (Jonathan Cape, 1935)
El nacimiento de la Canción (Jonathan Cape, 1936)
`Epílogo 'de El Romance de la Madera Haciéndose eco , (un cuento galés por WJT Collins, RH Johns Ltd, 1937)
Una antología de cortos poemas (ed., antología, Jonathan Cape, 1938)
La montaña más solo (Jonathan Cape, 1939)
Los poemas de WH Davies (Jonathan Cape, 1940)
Alegrías y Otros Poemas ( Faber and Faber , 1941)
Collected Poems de WH Davies (con introducción de Osbert Sitwell , Jonathan Cape, 1943)
Poemas completos de WH Davies (con prólogo de Daniel George e Introducción por Osbert Sitwell, Jonathan Cape, 1963)
Joven Emma (Jonathan Cape, escrito 1924, publicado 1980) (autobiográfica)




Tormentas

Agarra mi mente a las tormentas
que se inquietan para horas pesadas.
Hasta que me “llueven” con palabras,
Mis ideas son flores caídas o
Bichos mudos y hoscos.

Pero acérquense, tormentas oscuras,
Para inquietarse esas horas arduas…
Porque cuando me “llueven” con palabras,
Vienen ideas florecientes que bailan, y
Pájaros dichosos que cantan.





Thunderstorms

My mind has thunderstorms,
That brood for heavy hours;
Until they rain me words,
My thoughts are drooping flowers
And sulking, silent birds.

Yet come, dark thunderstorms,
And brood your heavy hours;
For when you rain me words,
My thoughts are dancing flowers
And joyful, singing birds.



LEISURE

Qué es la vida si, llenos de cautela,
no tenemos tiempo de pararnos y contemplar.
Ni tiempo para permanecer bajo las ramas
y contemplar tan largamente como ovejas y vacas.
Ni tiempo para ver entre la hierva, cuando atravesamos bosques,
dónde las ardillas esconden sus nueces .
ni tiempo para ver, a la amplia luz del día,
arroyos llenos de estrellas, como cielos nocturnos.
Ni tiempo para volvernos a cruzar nuestra mirada con la Belleza
y ver sus pies y el modo en que bailan.
Ni tiempo para esperar a que su boca pueda
engrandecer la sonrisa que su ojos empezaran.
Pobre esta vida si, llenos de cautela,
no tenemos tiempo de pararnos y contemplar.

(Traducción de Ricardo Díez Pellejero)




LEISURE

What is this life if, full of care,
We have no time to stand and stare.
No time to stand beneath the boughs
And stare as long as sheep or cows.
No time to see, when woods we pass,
Where squirrels hide their nuts in grass.
No time to see, in broad daylight,
Streams full of stars, like skies at night.
No time to turn at Beauty's glance,
And watch her feet, how they can dance.
No time to wait till her mouth can
Enrich that smile her eyes began.
A poor life this if, full of care,
We have no time to stand and stare.










EGBERT MARTIN [16.311] Poeta de Guyana

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Egbert Martin

El Guayanés-británico Egbert Martin (c. 1861-1890), que escribió bajo el seudónimo de "Leo", fue "el primer poeta antillano nativo... lisiado a una edad temprana, Martin superó las privaciones de la existencia colonial y publicar, en Londres, en 1883, su poética Works, un volumen sustancial que admiraba Lord Tennyson. 

En 1886, apareció Leo's Local Lyrics, el ​​primer volumen de poesía que se publicará en la colonia, su colección de cuentos cortos, Scriptology, fue publicado en 1885. 




Himno Nacional 

Y, cual ave en su amplio nido
cuando se dispone al descanso,
que repliegue el Reino Unido
sus alas extendidas como fuerte remanso
sobre su multitud de colonias
y, por largo tiempo, las guarde, proteja
y de todos sus enemigos defienda.

Mientras que hasta los confines del Imperio
el Sol hará su ronda,
iluminando sereno
una vasta concordia
que abarca de un mar a otro
libre gobierno y súbditos libres:
Dios salve a la Reina

Traducción de Carlos Roberto Ramírez Fuentes




National Anthem

And, Iike a bird at rest
In her own ample nest,
Let Britain close
Far-reaching wings and strong
O'er her colonial throng,
Guard, keep and shield them long
From all their foes.

While o'er the Empire's bound
The Sun shall skirt his round,
Shining sereneOn one broad amity
Holding from sea to sea
Free rule and subjects free:
God save the Queen



Thanksgiving

Up comes the sun,
And lifts the vapours wide,
As the bridegroom lifts the veil
To kiss his blushing bride.

From wold, and wood,
A whisper of content rolls by,
Through the umbrageous° brotherhood, shady
Beneath the purple sky.

Alone, and sad,
I catch the pleasant light,
And bless the Lord, in looking,
For the refreshing sight.




Looking Back

It is good, on gaining every station
In life’s progressive day,
To pause a little while in contemplation,
And mark the travelled way;
Look backward o’er the pathway in the distance,
And view each stumbling stone;
To gather fresh experience for resistance
Of griefs we knew alone.

’Tis looking back that gives the future colour,
Because, in life, we find
The past analogizes all the future
Upon the plastic mind;
Foreshadowing what “will be”, as what “had been”,
A mingled repetition
Of words and deeds, events, and many a scene,
And fantasy and vision.

Like Ezekiel’s dry bones in the valley
These scattered thoughts will meet
Each joint to each, and build to rare perfection
Their histories complete —
Their histories, that after careful reading
May cause the reflective heart
A secret pang, or bitter pain and bleeding,
Or joyous tears to start.

It is good to use experience rightly,
To guard ourselves withal;
And not to pass o’er circumstances lightly,
Forget them as they fall.
Life is too serious for a vapid wasting,
Too deep for hurried speed;
Too much prophetic of an after lasting
Effect from word and deed.





Sky Pictures

One sweep of blue
Framing many a picture rare;
Fantastic clouds of varied hue,
Devices quaint and queer.
Pillared columns,
Antique works of art and skill,
Piles of continents infused
With deep and hill.

Bastions fringed with fire,
Hooded heads of agèd men
Roll serenely onward, higher,
And lose their shape again.
Purple minarets,
Relieved in coloured gold,
Cloaks of sombre, sober grey
In sparkling borders rolled.

Ruined towers
Lift their battered arches wide,
As if to free the passage for
A rich, prismatic tide.
Slender spires cleave,
And twinkling flash and gleam.
Who may deny the thought,
This is a waking dream?

A dream indeed!
Where light is weaved in skeins,
Then twined in thick and braided cords,
And then in widest veins;
Where change is king,
And works its own infinite will,
To bless the charmed eyes that gaze
With pictures, pictured sweeter still.

Who lifts his sight,
And looks no farther than the sky,
Discerning not the Deity,
Deserves our fervent pity.
One sweep of blue,
Fashioned to a million ends,
Must be the great provision
Of the master-mind it blends.




The Unfolding Rose

I saw a rose unfold,
Leaf by leaf, leaf by leaf,
Its tints of yellow gold
In exquisite relief.

First from the bud uncurled
A tiny velvet wing,
Like a fairy banner furled
Upon a silken string.

Then slowly came the rest
In order’s quiet walk;
Till in perfection drest
The rose adorned its stalk.

How like the soul, I thought,
Might this unfolding seem;
Through quiet stages wrought
Unto the perfect beam;

The light that owes its birth,
All brilliant and divine,
Unto the shores of earth,
At first to faintly shine;

Till crust by crust of age
Unfolds its gradual way
Upon the upward stage
To full and perfect day.





Disappointment

I found a little bud one day,
A floweret wondrous fair;
Far brighter than a diamond’s ray,
And unto me more rare.

I hid it where we hide fair things,
Beside a thankful heart;
And thought to taste the joy that springs
From such a simple art.

But ‘tween the velvet leaves there lay
A viper hidden low,
That did mine ecstacy repay
With an envenomed blow:

A blow that, in its wealth of pain,
The while it did endure,
Exceeded all the pleasure-gain
I haply knew before.

With hasty hand I tore the flower
And flung it from its place;
And since that agonizing hour,
For me it lost all grace.

Anon I thought, in pensive mood,
How, ‘midst a gem so fair,
In hidden ambuscade there should
Repose a viper’s lair.





The River

The river is cool as it gladdens along,
Gladdens along with a bubbling song;
’Tis dark but its dimples are bright as they mould,
For a shower of sunbeams transforms them to gold;
Transforms them to brilliants that glow, flash, and quiver,
Along in the song of the gladdening river.

There where the oar falls a soft surf of white
Lifts, bursts,and sparkles in opals of light,
Where dips the sea-bird, the volatile spray
Cleaves to its lithe wings, then glimmers away.
Where the swift keel passes glidingly on,
Great lines of amber appear then are gone,
Rise, fall, rise, darkle, rise, sparkle, and fall,
Oh! a bright spell of beauty is over it all.

The river in childhood was ever to me
A mystery whereby no greater could be.
How wild was my joy as the swift current swirled,
‘Twixt its own and the wind’s power adversely hurled;
While the crest and the hollow of each sporting wave
Seemed a hill curving into a watery cave.
How great was my wonder — how often I’d try
To solve the great puzzle while still flowing by,
The waters would rise, overlap, and then cover,
Like great curls of gold rolling over and over.

To fancy the sky dropping curtains of blue,
Seemed shutting in distance the river from view.
And dreams that defy every measure of truth,
When fairly at play in the green heart of youth,
Would weave beyond there, where the azure was bent,
A heaven of love and a world of content.

Oh! river so rapidly glinting along,
Along in thy rapture of sparkle and song
Flows out with its waves and its caves flowing wide,
Those dreams have flown outward and left me today,
As barren as yon sterile granite-stone gray;
While I long with a longing, which God only knows,
To have my life flow as thy far water flows,
Beyond the dim curtains that shut from my sight
Those worlds where the duty of life lives in light;
To be spent, and to end all the sighing and grieving
In a land ‘yond the blue where no thoughts are deceiving.






A Shaded Spot

The sunlight fiercely burns
From ‘mid the vivid whiteness of our tropic day;
And every flower and leaf its parched bosom turns,
In languid mood away.
The palm-frond’s graceful spray
Droops moveless, ruffled by no breath of air,
There is a sense of rest, but such as flare
In flames that dazzle with a steady glare.

The heavy plantain-leaves,
Broad-fashioned, throw their shadows on the dusty ground,
And from each hanging ridge the rustic cottage eaves
Also in shade are bound.
No bird voice trills a sound.
Heat; clear white heat, that seems to rest with weight,
Falls on the window panes, upon the roofs of slate,
And sparkles on the low, white palings of each gate.

Here is a shaded spot;
A little calm, cool island in a world of light.
Now may the weary “eyelids close in rest”, and blot
The silent swirl from sight;
While half a-doze, sweet thoughts in flight
Pass and repass, like mental music flowing,
Or echoes that rise and fall, now coming and now going
Over the border-land, between knowing and unknowing.


MORIANA DELGADO [16.313] Poeta de México

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Moriana Delgado 

(Distrito Federal México, 1993). Actualmente estudia Lengua y Literatura Inglesa en la UNAM. Fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas y en el curso de creación literaria Xalapa 2012 en la categoría de narrativa.



Un mal túmulo

Diez palabras caen
caen sigilosas.
En una fracción el gallo cantará,
en dos oraciones, yo clamo mi deseo de infante:
ahogar en un patio salado las higueras de la casa,
oler las yagas mal zurcidas;
debí amarrarlas (mecate que arde con las manos)
No sabemos de dónde viene,
quién limpia las yagas que brotaron de la nada.
En un centeno: hombre viejo sin país para morar.

Nací enfermo,
nací siendo un perro en la acera sulfura.
Déjame alabar lo nauseabundo
hazlo tú mismo, si quieres;
dime qué has perdido
¿un anillo de ámbar?
¿el coloso?
Lo más obvio en ti es carne
de morada hambrienta.
Lo más obvio en ti somos nosotros,
desgastados por este mundo desecho
brindando por la casa sin retorno,
por los decoros que no poseemos.

Si los cielos pidieran una herejía, se las daríamos.
Si la hierba pidiera flama, fuego, se lo daríamos.
Pero no quiero sofocarte,
no bajo un agujero de diatribas
no bajo mis manos quemadas.
Cuéntame, en lugar, los pecados de herencia:
una gota fría de desidia
para hombres que deciden no morar.
Cuéntame las ofensas de la cara mal usada
de quien pide un sermón
sin pronunciar amen al morir.
La cara sucia,
tierra entre los ojos
es una mal túmulo;
entre colmenas de hierro,
déjame darte mi vida a cambio.
Es la carne de un pagano fiel,
Un gentil desvencijado.
Déjame contarte mi sacramento
uno nunca arreglado,
enterrado bajo los establos;
un ornamento de mi propia banalidad.
Afila lo que tengas,
sólo entonces seré la necia sepultura a tus ojos
llévame al inferno
déjame ser esa crónica oración,
ese malestar del subsuelo.



La sangre es difícil de lavar

Sus manos quieren desteñirse
esas manos sucias que no pintan las cañerías de lo que buscan deshacer
esas manos que retienen y retienen.
Pues es la memoria un atajo para las encrucijadas
a donde nadie llega de cierto
donde la sangre es difícil de lavar
donde se yerguen proezas a antiguas leyendas
en el agua espesa de un recuerdo tardío.

Y caminamos hondo
sobre cordilleras apagadas
donde la bigornia se golpea con la ira de la soledad
y las voces nos cantan a oscuras.

Ahí, donde la llaga de la noche se hunde más allá de la mirada derrotada
hacia el golpeteo del pico sobre la roca
en las minas del corazón;
pero esas manos no terminan de desmoronarse,
esas manos de pantomima y mentira,
de quienes edifican sombras grises sobre paredes desalojadas.



Hombre de ámbar

Es la tarde de las gotas ámbar
bajo estas escamas que me conforman
y estos versos demenciales que me contienen.
No hay jugarretas, no hay dolores
no hay nadie bajo estas inmensas laceraciones.

Es la tarde de la insulsa piel
donde se mecen mis ánimas
y me frustra mi lengua corta
mis manos inhábiles
mi voz queda.

Es la noche que me retendrás bajo esta ciudad
de bálsamos imperiales
y de dinastías inexistentes,
donde la sangre es difícil de lavar
y las manos, hostiles de apaciguar.

Qué queda bajo esta daga que me encierra,
bajo este frío prólogo de piedra
que es mi cuerpo,

Sólo un cruel fantasma de hiedra.




Corazón de ébano

-La suerte está echada- me respondió,
mientras mis propias distancias subterráneas
discurrían por inmensas pendientes,
mientras me ataban los tobillos a los fríos rieles de metal,
mientras el sonido de la máquina aumentaba.

Ahora veo que los amores vendados son ya obsoletos
y las decisiones que nos marca el olvido han sido impuestas.
Qué queda bajo estas palabras que nos han entrecruzado,
bajo el amplio mundo de la condensada figura inhumana.
Comencé pensando en los escrúpulos que nos siguen,
en las cumbres de desesperación que nadie escucha,
en embarcaciones y treguas acordadas para siempre y por siempre.
Soy el retroceso de los años,
la antepenumbra del acantilado,
la puerta del comienzo y el umbral del final.
Soy lo que nunca fui,
fui todo lo que quise ser,
soy la fantasía del precipicio
y el hedor de una caída prevista.
Soy culpable, soy culpable.




Sé por qué me acomplejan las tardes

La cuenca de estos ojos ha caído muerta,
guarda aguas grises, encajadas bajo la iris
Vive la misma imagen de tela y cubre el cuerpo adolorido:
Piensa lo mismo, abre la boca, mantente quieta.
Sólo quiero escribir como hombre.
Ser suficiente, desentrañar esos motivos que no vuelven.
Quiero un minuto a solas con la lluvia
pensar que un día dejaré esta cama,
sucia, de tus harapos impuestos.

Todos te dicen usa jazmín en la estela,
azula las paredes, cúbrete las manos, abre la boca
y elonga este tiempo.
Quiero pensar. Quiero pensar
en primogénitos condescendientes,
hombres que encasillan tus pasos,
decisiones dementes, de mentes encajonadas.
Sé por qué me acompleja la tarde,
por qué las culpas me cantan rezagadas.
No puedo pararme. He caído muerta,
Cansada a voces bajo el suelo.
Con mis ojos de resina, y tu fría caja de metal.
Córtame para que pueda entrar.
Tus espuelas me rasguñan la piel.
No escuché tu plegaria, no escuché tus pasos al entrar.
Tal vez nunca entraste y no puedo reclamarte.
Aún no doblan las campanas. Puedes estar feliz.
Escribir uno al día no es fácil.
Quiero muchas cosas,
quiero que el camino te queme y te cubra
y te vuelva a quemar.
Quiero pensar. Quiero pensar
en las costas de mis bravas memorias,
donde ningún nombre me vuela a nombrar.
Quiero pensar
tendré mi pasaporte al otro lado de esta frontera
donde no llueve nunca,
y no estoy enferma.




En el lago

Es la tarde de las gotas ámbar
Es la tarde en la que tú y yo vayamos a mirar el lago
Es la tarde para hablar del suicidio,
para hablar de botánica y tónicos sórdidos.
Es la noche en la que las paredes se derrumban
La noche en la que el lago nos dejará ir
La noche que me retengas bajo esta ciudad.
La noche que me hables de nosotros
La noche que traicione mi ansia
Y carcoma mi gracia.
La noche que me embarca, me abraza y me malgasta
La noche en la que sé,
nada es verdad.




Matrimonio

Desperté y me di cuenta que llovía.
todos éramos un juego
mamá no quería entrar al cuarto,
estábamos dolidos.
La tarde no era tarde,
el matrimonio era un café frío,
las horcas allá afuera había dado el tirón
alguna vez en el pasado.
Mis manos no eran manos,
eran un tiempo de tu tiempo.
Estábamos todos reunidos,
para una demencia mal lograda,
para ver a papá regocijarse en el vestido,
en el mirador de los encuentros.
Éramos todos un pescado,
afuera de sus entrañas, nadando en el tragaluz oscurecido.
Desperté y me di cuenta que llovía.
La luz estaba apagada.
La ficción rondaba ausente.
Soñé con ser un bisonte
un árbol dislocado,
pequeñas gotas de luz,
y pensé:
No hay nada más triste
que querer estar mejor.



Imagen desde la ventana de un segundo piso

No sé
No hay hasta luego
No hay historia que dure.
Mi patio es un bosque derrumbado
Pero los hombres abandonaron las ramas.
Si las tardes se acortan,
Mi consigna queda inconclusa y las hojas desganadas.

Las etapas se entierran con la hierba seca
Las espinas se encajan en mi piel,
Aun sin grietas ni abismos.
Yo soy mi única compañía,
Soy mi entonación y mi testigo,
Mi voz quebrada y el único hastío.

Las cortadas se tiñen de negro, se gangrenan.
El hedor hace una pausa.
Siempre escribimos sobre la lavanda
Y no sabemos qué lo causa.
Simplemente las cosas nos pasan por encima.
Donde están las ramas está mi abrigo.
no hay fondo ni principio,
soy patriarca de esta niebla,
donde las espigas cubren colmenas oscurecidas.



Homenaje

Para la mujer «más autónoma que la Universidad», Pita Amor.


Diosa y hemorragia te adjudicaste,
viejas raíces de tu palabra conquistada;
tú, poetisa inquieta,
maga de dolores volátiles,
Y de Lorca biznieta.
Pita, somos de un páramo cerrado,
Donde polvos acogen la piel que no tenemos.
La brecha se abre y tú, episcopal, me encierras.

¿Eres saga o monja inaudita?
¿Eres hada o bruja maldita?
¿Una extraña reina de belleza
un amor, una cara conscripta?
-Eres, sobre todo, regente invicta
de círculos polares; el énfasis del rímel azul
en los ojos grises y palabras de abedul amortiguadas,
todo en esta coctelera vertido.
Eres cabaret y vestido
un labial rojo y un lunar invertido.
Y tus viejas tribulaciones de amor
son las mías ahora;
te escucho en mis sienes, Amor.
Eras la extranjera que ahora yo soy
en la frontera que lleva tu nombre,
donde ambas fuimos un diente color rubor.

http://circulodepoesia.com/2015/06/dossier-de-poesia-finimilenar-moriana-delgado/




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