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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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MARTA ROYO [16.244] Poeta de Costa Rica

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Marta Royo 

(Costa Rica)
Nació en San José el 2 de julio de 1942. Su vida ha transcurrido en Curridabat. Se graduó de Filología Española y Estudios Clásicos en la Universidad de Costa Rica. Por un largo período fue profesora de lengua española en el Liceo Rodrigo Facio. Su primer libro de poesía fue Recobrando la vos, 1992, formó parte de la antología de Opera Prima (Madrid, España, 1997). Publicó Frutos Dormidos, con el cual ganó el Premio Nacional de Poesía Aquileo Echeverría. También ha publicado Espejos para Safo, 2004 y Tras el manto, 2008.



Soledad
Me aturde el abandono
de la canción que golpea las celosías
mientras tú duermes.
Me siento impenetrable
bajo el vestido de tatuajes
con que me cubrieron tus caricias.
Laten con una tristeza en celo y sin aliento
como la de las mujeres solas en la guerra.
Las mujeres que cuando hablan
dejan coágulos de un rocío vivo en las vidrieras.




Silueta
El pájaro no sabe que eres de papel
y te pica y te rodea en su vuelo.
El pájaro te siente lo más deshabitado,
una mancha de abandono que cruje con el viento.
En alguna forma
está el vacío de tus ojos,
tu silencio ocultando que las fresas enrojecen.





Tarde innombrada

¿Será que esta tarde se llama 
Emma o Desideria o Elisa? 
¡Ah! Quiero llamar a esta tarde 
que me desviste y me lleva 
hasta un pozo sin golondrinas. 
Estoy yéndome en un galpón andante 
en el que los nombres se desmenuzan 
antes de hacerme señales de despedida. 
Tengo un espejo íntimo 
porque la soledad me derrama susurros 
yéndose a deambular a oscuras. 
Ella me pide que guarde su muerte 
que la preceda en la tarde innombrada 
tan liviana desde aquí sobre la yerba 
como un inconsciente suave.

Quisiera oír repicar campanas 
para escucharlas bañándome en el líquido 
inescrutable del pozo.

¿Cómo ponerle entonces nombre a esta tarde 
que lo aborda todo? 
Si hubiera remolinos de hojas repasando Evangelios 
podría llamarse Fermina. 
Desde el galpón hundido avistaría los sueños.





Con Penélope

Algunas veces estoy con Penélope 
que ahora tiene los ojos con colinas azules. 
Me gusta estar con alguien que haya esperado tanto 
hasta que la lengua se le escondiera 
como un valle seco. 
Tiene las manos hinchadas 
y los pies arqueados entre espumas. 
El corazón se le hizo una madeja 
del único color de la angustia.

Hay días en que nos sentamos 
al lado de una mujer como ésta 
que se quedó en el mundo sola con su nombre 
y con una cabellera larga 
de hilos cortados y unidos 
que se extienden por el aire.

A las mujeres 
se nos van herrumbrando los cabellos 
como a las embarcaciones 
aunque no nos vayamos al mar. 
Sólo nos quedan las mejillas agridulces 
la cercanía de las palabras con nuestros labios 
y el roce del viento más antiguo 
atravesándonos los ojos.





Para irme

Ayúdame a escapar. 
Se llenaron mis sitios como de muerte 
y quiero hallar una puerta hacia la isla ajena 
que anoche soñé. 
Me persigue mi propia sombra 
que no quiere repetirse en este pueblo. 
Me estoy volviendo misteriosa 
y mi sangre se empoza 
en la punta de mis dedos.

Por eso debo irme 
a caminar 
a conversarle a los hombres 
con aromas de manzanas en la boca.





JOSÉ GARCÍA PRADAS [16.245]

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José García Pradas

Nació el 10 de diciembre de 1910 en Quincoces de Yuso (Burgos, Castilla, España). El 26 de marzo de 1988 muere en Londres (Inglaterra).

Tras las primeras letras en el pueblo sus padres le pudieron enviar a estudiar Bachillerato a Burgos y a Vitoria. No solo eso sino que pasó a Zaragoza a estudiar la carrera de Derecho que no terminó.

En 1930 reside en Valencia, donde trabaja como oficinista y comienza a introducirse en la política y la literatura. Esto le permitirá conocer a escritores como Max Aub y Martín Civera Martínez. Ideológicamente, rechazó a Lenin y se acercó a la CNT afiliándose a ella con 23 años.




En 1933 trabajó como corresponsal del diario "La Tierra" (30/12/1930-30/03/1935) que abandonaría, según algunos por diferencias ideológicas, otros dicen que después de la suspensión del periódico por las autoridades y, podría llegar a sospecharse, por problemas económicos de su editor Cánovas Cervantes. Esto le pilló ya como redactor de este medio en Madrid. Tras esta caída trabajaría de albañil.

Formó parte de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en el grupo de Melchor Rodríguez y Celedonio Pérez. Esperará hasta febrero de 1936 para darse de alta en la CNT. El golpe de estado le coge en Barcelona de donde parte a Madrid para desarrollar su carrera político-periodistica.

Alocución radiada de los miembros del recién creado Consejo Nacional de Defensa. Ministerio de Hacienda. 5 de febrero de 1939. Habla Cipriano Mera. 
A su izquierda el coronel Casado. Al fondo García Pradas y Manuel Salgado



En la Villa y Corte se convertirá en un pilar de la CNT castellana: dirige "CNT" y participa en "Castilla" y "Frente Libertario"; su influencia política se nota al ser miembro del "Comité de Defensa del Centro", con Val y Salgado que son el núcleo de la CNT madrileña; combate en Guadalajara y los alrededores de Madrid; Durante estos años escribió muy a favor de la unión con la socialista Unión General de Trabajadores (UGT) y sobre el frentepopulismo antifascista, textos que le aportaron cierto prestigio. En 1938 prologó el libro de Eduardo de Guzmán "Madrid rojo y negro". Colabora en la preparación de la maniobra antiestalinista contra Negrín de marzo de 1939, el llamado Asunto Casado (oponerse a las unidades comunistas que querían continuar la guerra después de la caída de Cataluña).

Parémonos un poco en el periódico CNT, por el cual es recordado. Partió de una idea surgida en el III Congreso de Madrid (1931) siendo un 16 de abril de 1932 cuando en un Pleno Nacional de Regionales decidió que la anarcosindical poseería un órgano de propaganda. El primer número vería la luz el 14 de noviembre de ese mismo año. Llegó a alcanzar los 35.000 ejemplares diarios durante la guerra. Y nuestro hijo de Las Merindades fue su director durante la guerra civil (1936-1939).



Artículo de la revista CRÓNICA
15/05/1938



Su fuga de Madrid, el 28 de Marzo de 1939, se hizo desde un aeródromo de Algete. Un aeroplano oculto en la finca "Soto de Algete" o "Soto heredad de la torre", tras un arroyo que debieron salvar, llevó a García Pradas, Segismundo Casado (Miembro del Consejo Nacional de Defensa) y otros destacados derrotados como Eduardo Val:

"... Cuando nuestros coches subían por el paseo de la Castellana, pequeños grupos obreros se fijaban en los tricolores banderines de mando. Callados, ambiguos, irresolutos, tenían el gesto propio de quien todo lo ha perdido. -Si entonces -me ha dicho Casado en Londres- llega a producirse la menor protesta, yo no salgo de Madrid. ¡Mejor la muerte que el odio de aquel pueblo sin par! Pasando por Chamartín, llegamos a la carretera de Aragón, cubierta de automóviles ligeros y camiones. Riada humana hacia Valencia; torrente de derrotados... Por Barajas fuimos al aeródromo de Algete, y desde allí, Casado y Val hablaron varias veces por teléfono con diversas Unidades. Cuando Mera y Verardini dijeron que ya había empezado la desmovilización ordenada y rápida del cuarto Cuerpo de Ejército, fuimos a tomar el avión que nos llevaría a Valencia. Los soldados del aeródromo formaron militarmente sin orden previa. Casado les habló con voz velada de congoja. Matallana conversó con varios de ellos. Salimos, y a ambos lados del avión, en tierra, quedaba un triste saludo de puños altos... Elevóse el "Douglas" sobre los pardos calveros de aquella Castilla dura y hosca, campamental; quedaba "nuestro" Madrid a la derecha, y a la vista de su abigarrada arquitectura, de sus ásperos sotos de tejados y torres, Salgado, que iba de aquel lado, se echó a llorar; llanto sobre el roto corazón de España, sobre la Meca -perdida- de todos los que sintieron afanes de libertad." ("La Traición de Stalin. Cómo terminó la guerra de España", (Nueva York 1939)




El 30 de Marzo de 1939 llega a Francia, pasando por Marsella, París y Dieppe, para, finalmente, asentarse en Reino Unido. En Londres trabajó de albañil, camarero y luego como redactor de la radio británica BBC y traductor de Shakespeare al castellano. Mantuvo famosas polémicas con Leval, Carbón y Peirats, y críticas muy duras hacia Horacio Martínez Prieto.




Hacia 1950 defendía un anarquismo sin Bakunin y parece que en 1951 se dio de baja de la CNT. Colaboró en "14ª División", " Ação Direta" (Brasil), "CNT", "Construcción", "Cultura Proletaria" (NY), "España Libre", "Frente Libertario", "Libertad", "Ruta", "Solidaridad Obrera", "Tierra y Libertad", "Umbral", etc.

Radicalizado en el exilio y ferviente anticomunista, romperá con el movimiento anarquista o más concrétamente con la CNT, y escribirá libros como el famoso: "¡Teníamos que perder!" que junto con el de Abad de Santillán "Por qué perdimos la guerra" y las memorias de Mera forman el trío exculpatorio del anarquismo español en guerra. Por lo demás, la producción literario-política de García Pradas fue monumental, incluyendo su afición a los romances.




Escribió obras como: "Balada de Nochebuena", "Con el sudor de apoyo frente", "En el portal de Belén", "El Estado es una clase", "Fabulillas de tablado", "Fray Tomás de San Martín", "Leyenda del Pucará", "Meditaciones Independientes", "Nuestro señor el centauro", "Pasado y presente del movimiento obrero español", "Resuena la Araucana", "Romance del conde Alarcos", "Los rusos Vuelven", "La saeta arbolada de traición", "El terror de Soso Khan", "Tierra de lobos", "Tributo de sangre", "Antifascismo proletario" (1938), "Bandera de libertad" (1938), "Milicias confederales"(1938), "Después de la guerra"(1938), "Frente popular antifascista y alianza obrera revolucionaria" (1938), "La traición de Stalin" (1939), "Cómo terminaste la guerra de España" (1940), "Tres epístolas a Horacio" (1946), "La revolución y el Estado" (1947), "España, colonia de su Ejército" (1947), "La crisis del socialismo" (1947), "Guerra civil" (1947), "Cuatro cartas a Carbó" (1948), "Origen, esencia y fin de la sociedad de clases" (1948), "Rusia y España" (1948), "¿Revolución proletaria?" (1951), "Al pie de la Vera Cruz" (1963), "¡Teníamos que perder!" (1974), etc. En 1978 participó en la película "¿Por qué perdimos la guerra?", de Francisco Galindo y Diego Abad de Santillán.

José García Pradas murió en Londres el 26 de marzo de 1988. No volvió a España.

Fuentes:

AERÓDROMODE ALGETE 1936 AL 39
Anarquismo
Periódico Crónica (Madrid. 1929).
Periódico El Heraldo de Madrid.
http://lacntenelexilio.blogspot.com.es/
S.B.H.A.C.
Periódico ABC
Periódico LA VOZ
Bicel

http://sietemerindades.blogspot.com.es/2014/12/jose-garcia-pradas-teniamos-que-perder.html





MILICIAS CONFEDERALES

¡Madrid de julio a noviembre,
y en las tierras castellanas,
aquel turbión de heroísmo
de las huestes libertarias!...
Milicias confederales
por campos de Historia pasan...

¡De pie a su paso, que son
trabajadores en armas!
Sobre sus frentes, un cielo
de banderas desplegadas
rojinegros tonos tiene
de tormenta y de batalla;
negrura de duelos hondos
hecha clamor de venganza
porque la pone bermeja
roja sangre proletaria...

Si no sabéis de su origen,
pensad que no sabéis nada,
que en julio del treinta y seis
fue todo cuanto es: España;
pero atended a mi voz,
que mi voz emocionada
parece ser que buscase
la fuente de sus hazañas...

Norte, Sur, Este y Oeste,
cuatro vientos a una llama;
crepita Madrid en ella
y en sus barrios arde el hacha.
De Vallecas a Tetuán,
los obreros se levantan;
del Manzanares al Ventas,
un torbellino de alarmas.

El Estado, por el suelo;
lumbre viva en las miradas;
anuncia sangre el sudor
y aturden estas palabras: 

-¿Qué hay de la huelga, 
huelguistas? 
-¡La CNT la rebasa! 
-¿Ya dónde vais? 
-¡A tomar
el Cuartel de la Montaña! 

-¿Qué dices, Teodoro Mora
con el trueno por palabra? 
-¡Que asalta el pueblo las cárceles,
en vez de pedir que se abran! 
-¿De dónde venís? -¡Venimos
del taller y de la fábrica! 

-¿Ya dónde vais anarquistas? 
-¡Al Campamento, que hay zambra! 
-¿De dónde saliste, preso? 
-¡Preso en la cárcel estaba! 
-¿Ya dónde vas? 
-¡Piden hombres,
Alcalá y Guadalajara! 
-¿De dónde venís? 
-¡De dónde silban las balas! 
-¿Ya dónde vais? 
-¡A Toledo,
cantando <<A las barricadas>>...! 

-¿Traéis botín? 
-No, traemos
victoria y sangre en la cara! 
-¿Ya dónde vais? 
-¡Los fascistas
están en el Guadarrama! 
-¿De dónde venís? 
-¡Del frente,
buscando lo que nos falta! 

-¿Y a dónde iréis?
-¡Volveremos
al frente, pero con armas!...
¡Milicias Confederales
de la región castellana!

Nacieron en julio, así,
y así por la Historia pasan.

José García Pradas
(En Romancero de la defensa de Madrid)







AKL AWIT [16.246] Poeta de Líbano

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AKL AWIT

Akl Awit (árabe : عقل العويط nacido 1952, Bziza) es un poeta libanés, crítico, periodista literario y profesor académico. Es el director de la edición de la Mulhak, el suplemento cultural semanal del periódico diario libanés An Nahar. Ha publicado ocho libros de poesía en Beirut, y una antología de su obra ha aparecido en El Cairo en 2002. Sus poemas han sido traducidos del árabe a muchas lenguas extranjeras, y han sido publicados en diversas revistas y antologías de Francia, Inglaterra, Italia, España y Alemania.

Akl Awit tiene un doctorado en literatura árabe moderna, y enseña poesía moderna y periodismo en la Universidad Saint Joseph de Beirut.

Algunos de sus artículos literarios, socio-culturales y políticos causan polémica. Su carta dirigida a Dios, un editorial que apareció en la primera plana del periódico en la víspera de la guerra de Estados Unidos contra Irak, provocó muchas reacciones. Acusado de blasfemia, fue llevado ante los tribunales.

Bibliografía en árabe 

Erasing the exile of water - Beirut 1981
Leaning on the flower of the body - Beirut 1985
Reading the obscurity - Beirut 1986
Under the sun of the inner body - Beirut 1991
I invited no one - Beirut 1994
Domain of the cypress - Beirut 1996
Open the days so that I disappear behind them - Beirut 1998
Setting the dead free - Beirut 2001
Another sky (anthology) - Cairo 2002


LAS ESTRELLAS DEL CAMINO

No desesperé de la tempestad cuando sembró el desorden
Y selló el verano
Aunque gasté mis manos para inventarle formas
Y para rodearla de seducciones turbias
En invierno, tejí con mis miradas abrigos
Para protegerla del frío
Y estrellas para guiarla

No desesperé cuando se imaginó formas no logradas
No desesperé cuando el amor la turbó
Y la dotó de instintos fabulosos.
Por ella hendí las montañas
Los árboles se encargaron de abrirle camino hacia mi imaginación
Los soles cantaron su gloria 
Y aunque no pedí al pueblo celebrar su venida
Mi tierra la acogió
Y mis brazos se llenaron de obsequios
No desesperé
Porque la tempestad vivía en mi amor.



SOLITARIO Y SIN MIEDO

Esta es la historia.
Antaño quise inventar el pasado
Y liberarlo de su ceguera
Pero no supe huir ni protegerme
Decidí no compartir nada con nadie
"La arena será toda mía", dije,
"Jugaré solo sin miedo
Mi locura es inmensa y el precipicio me conoce bien
Tengo más de cinco sentidos
Mi vuelo parte el sol en dos frutas
Y la aurora en días profundos"

No quise pues que invadieran mi cuerpo aunque estaba listo
Y no invité a nadie a mi festín.



Máscara

Grita fuerte, Máscara, estás delante del precipicio
Separa ligeramente tus labios para que florezcan las rayas de la pared
y para que se borre tu color de grisalla.
Dame tus bufonadas y algunas lágrimas
Dame tus ojos sonrientes
y tus heridas
destinadas para que los otros te crean el funámbulo.

La máscara responde con el silencio,
y a través de sus lágrimas de vidrio ella contempla el mundo:

Sigo mi día vacío de sentido
y a veces, con miradas sin blanco,
llevo lo que creen ser una ropa elegante.
No obstante no soy ni siquiera una risa loca.
Me habría gustado poder cruzar este cielo
para reconciliarme con la danza de la nada.

Habría preferido nacer luz en la oscuridad
o roca suspendida sobre el sueño
para esquivar el atractivo del desamparo y el despotismo de la piedad.
Pero la fragilidad no basta para que la palabra se termine,
ni la roca basta cuando está atravesada por una brizna de hierba o asaltada por una pluma de pájaro.

Habría preferido nacer en la China septentrional,
o en una tribu africana,
para hablar unos dialectos que no entiendo,
y hacer gestos que no expresan ideas claras
clamando mi impotencia a gritar de amor.

Habría preferido ser una toga llevada por los cuerpos que se retiran,
un simple libro hojeado por el calor de las manos,
o una hoja blanca que los lápices llenan,
y quizás vivir el resto de mis días desmayado sobre los estantes.

Habría sido más elocuente que la crueldad encontrarse entre los hombres
y menos desesperante que estos pensamientos que sucumben.

¡Mírame, Máscara!

Retira este velo de mis ojos
¡Para que pueda ver mis sentimientos!
¡Abre la puerta!
Para que se libere el aire retenido en mi garganta. 

¿Quién te liberará de mí, Máscara?



Estruendo huidizo

Doloroso es el estruendo que brota de mi cabeza
mis hojas lo ignoran
y grito.
Sonrío a mis manos sorprendidas en flagrante delito de pensar
en el momento en que recogen el estruendo huidizo por el sombrero.
Y cuando mis manos dejan la idea escaparse
el ruido corre entre mis dedos.
Los pensamientos afirman los significados que tienen las mujeres.
Sin ellas el amor no tiene finalmente mucha importancia.
Mis manos sorprendidas en flagrante delito de pensar se acercan.
Y el mundo se desmaya.

Traducción del árabe: Joumana Haddad



Unter der Sonne des verborgenen Leibes

(Auszüge)

Ich hätte die Stühle aufräumen sollen
damit sich auf ihnen die Schatten eurer Stimmen
ausruhen
ich hätte etwas für die Toten tun sollen
die vor Sonnenuntergang schlafen gehen
und hätte sie aufwecken sollen
hätte handeln sollen
als ihre Erinnerungen uns vermißten
ich hätte die Betten machen sollen
damit sie sich ausruhen können
nachdem die Laken von ihrer Weiße geträumt hatten
ich hätte schreien sollen
um die beklemmende Stille zu vertreiben.

[...]

Ich habe nur Chaos angerichtet
und was ich getan habe, tat ich
um den Passanten die Illusion zu vermitteln
ich versteckte eine Blume, die ihre
Abwesenheit verrinnen läßt.

Das Chaos war immer dann Sprachtrieb
wenn der Zaun um meine Liebe zerbrach
und meine Blicke in einen Abgrund stürzten

Wir haben nur Chaos angerichtet
und seine Schatten waren kein Abklatsch
sondern echt.
Auf den Dingen lag die Leere des Schattens
und bittere Träume drangen in unsere Poren
und unsern Leibern entstieg ein blinder Engel
um sich auf den Boden des Zimmers zu setzen.

Ich tat dies, weil das Zimmer mein Café war
und sein langes Schweigen meine Freunde
und die andern, die sich zu ihren Händen schlafen
legten
mit der Müdigkeit von Toten
ihre Stühle verzweifelten nicht an der Langeweile
sondern betrachteten den Einfall des Lichts in die Trümmerwüste.

[...]

Es gibt nichts
wirklich nichts
was die Vertiefung des Unterschieds
zwischen Baum und Wald
zwischen Wald und Labyrinth
und zwischen Schlaf und Tod
so festhält wie du, Traum, wie du, wahrer Traum.
Es gibt nichts
was das Elend des Sehens übertrifft
und das Versiegen des Flusses, der in den Wolken
der Erinnerung anwesend ist.

So genügt einem Baum die Luft
und langes Schweigen verdient es
Gast der Jahreszeiten und der anderen Bücher zu sein
so auch
schließt sich die Blume
und es bleibt nur der Abend.

(aus dem Arabischen von Khalid Al Maaly)



Geneigter Himmel

Meine Augen täuschten sich nicht
als der Regen mich hinderte, hinaus auf die Straße
zu gehen
und meine Hände sich in einem imaginären Gedränge
verirrten.
Die Szene war schmerzlich
und die Zeit verlor sich wie ziellose Blicke.
Die Wolken, die da regneten
löschten nicht den Brand, der in einem Café ausbrach
und auch jene Berührungen, die sich auf dem Tische
türmten, richteten nichts aus.
Der geneigte Himmel
schickte uns abends keinen Mond.
Ratlos standen wir vor den Fensterscheiben
dasselbe taten unsre Hände.
Auch das Reden war schmerzhaft
drum ersetzten wir es durch die Gespräche derer
die neben uns saßen
und durch Gedanken, die aufstiegen in den Raum
des Cafés.
Der Kellner, der mich aus dem Winkel seiner
Zuneigung ansah
wandte seine Augen ein wenig ab
um die zerbrochenen Blicke in neuen Tassen
aufzusammeln
und dem Brand ein Murmeln hinzuzufügen
das nicht über die Lippen drang.
Die Musik, die im Innern erklang
zog die Tränen der Frau zur Terrasse
dort blieben wir lange
denn der Regen draußen
riß das Leben mit sich bis tief in die Nacht
und als wir dann gingen
sah mich der Kellner noch immer mit all seiner
Zuneigung an
und er sammelte in anderen Tassen
riesige Scherben ein
und das gleiche tat ich mit den Tränen der Frau.

(aus dem Arabischen von Khalid Al Maaly)



Eines Tages

Dürftig sind die Gedanken, die wir kennen
weil wir uns an Dinge erinnern, die
in Wirklichkeit gar nicht geschehen sind.
Dennoch erinnern wir uns an sie, so als würden sie
erst morgen geschehen.
Dann wählt das Wort sich seine Geliebten
und sieht sie an, vor Begierde brennend
und das Gedicht wird zu Erinnerungen an Gefühle
und Situationen
zu denen es vielleicht einmal kommen wird
und wir leben für sie in Häusern, die immer
beleuchtet sind von ihren blinden Gedanken.

(aus dem Arabischen von Khalid Al Maaly)



Le clown  

Je suis le clown.
L'arc tendre, le séquestré dispersé dans les miroirs.
J'attends à l'intérieur d'une pomme,
Et dans la surprise, je ménage mon entrée.
Je suis le poète, l'envoûtement,
Feuille verte transpercée par une tragédie mais qui n'exhale aucun soupir
Je succombe à l'égarement et me perds entre moi-même et mon masque.
De moi on ne connaît que la silhouette.
Mes habits sont les ancêtres des contes et mon histoire un arbre grandissant.
Deux bouquets de regards et une grande discrétion.
Le visage est mien mais non le masque, entre eux une lutte sourde, un abîme.
Et pour que s'ouvre la scène, le masque triomphe du visage.
J'écarte le rideau avec un rire fracassant et des mains victimes
Je raconte, je divague et vous applaudissez.
Comme un seigneur, j'accueille d'abord les spectateurs
Mais j'abandonne ensuite.
Les enfants n'ont pas peur de moi car je suis l'ange aux ailes légères.
Je vous livre ma sueur,
Le rythme du masque et les gestes du funambule.
La victime, par contre, se retire dans son coin.
Je suis l'eau meurtrie qui distille le mirage et le voile,
Je suis le caméléon, je louvoie avec mon ironie.
Par la surprise, je confirme ma performance pour cacher un autre rire.
Entre nous, il y a une âme qui s'enfonce dans la destruction,
Et dans mon sang, des générations d'ivrognes, de blessés.
Me déplaçant sur la corde, je vacille avec des frissons meurtriers
Je titube comme un pommier.
Sur mon visage, il y a la familiarité de la douleur et de la rancune
La distance de la peur. 
La salle est intime et ses lumières aveuglantes.
Entre nous, il y a un espace proche et une tragédie implicite,
J'enfile les vêtements qui m'emporteraient sur la montagne
Et pourtant je fais le clown.
La nuit vous masque avec un surplus de pensées,
Une forêt de souvenirs me protège et me délivre,
Je monte vers vous pour dissiper le besoin, la tristesse.
Et, à l'instant meurtrier, une flèche me transperce, je m'écroule sur scène,
Puis me relève, titubant, je tire ma révérence.
Un dernier gémissement s'exhale, une étoile s'élance. 
Une fois
Une multitude de larmes a jailli, ainsi qu'une forêt de fleurs.
Je me suis déplacé sur la corde, du précipice vers le précipice.
Et lorsque j'ai failli tomber,
Un vent m'a soutenu et m'a porté jusqu'au bout de la scène. 
Seuls me connaissent mes pareils, ceux qui ne sont pas apprivoisés.
Je fais le clown pour apaiser la détresse de ma mort,
Et je trace la frontière pour que n'advienne pas ce qui pourrait advenir. 
Je suis le clown
Lorsque je me dégage de mon corps, je livre mon âme comme un noble qui se retire.
Lorsque je me lave le visage, seules les plaies demeurent.
Un ciel lointain me surveille,
Et un autre m'envoie le masque pour que je subsiste. 

Traduit par Antoine Roumanous  



La vie du côté de la mort  

Il me fallait aller regarder la vie du côté de la mort
Je veux dire du côté de l'amour
Plus dénué que le désert, j'y suis allé et j'ai vu
Le réveil me couronne, il m'installe dans l'incertitude
J'ai été frappé par le soleil
Pétrifié par le cycle de la lune,
Envoûté par le dieu de la solitude.
La déroute ne m'a pas épargné
Emporté par le flux, dévoré par le regard
J'ai resserré ma peur, j'ai renoncé à mon règne
J'ai aimé l'imprudence, je me suis jeté dans le puits.
J'ai souscrit à ce que tu dis, ô page blanche :
« Nul ciel n'est plus élevé que mon imagination »
Mais qu'y a-t-il de plus atroce que d'être avec toi
Et de plus difficile que d'être en vie ?
Je suis l'assassiné, voici ce qui se répand de moi
Peu m'importe que tu me crois ou pas
Ô vie du côté de la mort
A présent, rien ne serait plus simple que de reculer
Mais l'extérieur est si peu de chose, je suis si peu de chose à l'extérieur
Ne sachant pas m'enfuir et refusant les certitudes
Donne-moi la grâce de pouvoir donner
De maudire ce que je ne connais pas.


***


Quand je suis monté au sommet d'un arbre
Je ne prétendais pas rester dans l'immensité des cimes
Spoliateur, spolié, je m'attends à l'erreur de mon assassin
Pour comprendre comment approche l'heure des rendez-vous
Pour arriver assez tôt dans le temps
Pour que le temps m'ignore
Rien de plus beau ni de plus agréable
Je pose ma main droite sur les pages pour t'écrire
Avec familiarité, avec respect mais non avec habitude
Avec la férocité de l'instinct, avec l'intuition dont je dispose
Je rassemble mes éparpillements sans pouvoir arrêter l'hémorragie
Souffrant, je libère les sources sans pouvoir guérir les passions.
L'amour est merveilleux, la solitude aussi


***


Dans les ruches de l'enfer, tu produis ton miel, ô page blanche
Alors accorde-lui la grâce d'être mangé.
Depuis mon obscurité et ma lassitude, je te regarde
Délivre-moi ! Aide-moi à passer d'une tutelle à l'autre
Sous le toit de tes nuages, j'attends
Pour désaltérer mon visage et mon cœur
Le temps ne me tue pas, toi seule me tues
Ta blancheur m'apprête et me prépare
Je pars à l'assaut
Sous la braise sous les mots
D'avoir tant reçu et de t'avoir tant donné
Accorde-moi la violente douceur du passage
Pour ne pas démériter
Je t'invoque, non par ennui, mais pour que s'accomplissent les saisons
Ton enfer me rend malade et ma braise n'en peut plus.
J'ai fait subir à mon ombre toutes les cruautés
Je suis devenu mon propre tortionnaire, mon propre assassin
Pour ne plus être victime, pour devenir sacrifice
J'ai déposé ma vie en gage pour qu'elle cesse d'être à ma portée
Je l'ai conduite dans la vallée pour en cicatriser le fond
On m'a tué, j'ai tué le monde autour de moi
Pour qu'il vive loin de moi
Le loup du silence m'a dévoré et m'a abandonné, ployant sous les secrets
J'ai fait ce que j'ai fait pour que le grand chant ne recouvre pas le timbre du petit
Dans l'obscurité du fleuve j'ai logé mon langage, mon corps et mes pensées
J'ai négligé la prose et l'apologie de la vie pour ne pas révéler mon essence
Et chaque fois que je m'approchais de toi, ô feuille blanche !
J'étais parcouru par l'envie de la peur par l'instinct de la paresse
Au point d'effacer toute poésie qui me souriait.
Tu possèdes la blancheur et la nuit de mon imagination
Fais donc comme il te plaira avec la sagesse des contraires
Unis-moi à la densité des morts quand ils voient
Libère la source
Fais de mes contradictions le fruit de la vie écrite
N'oublie jamais que ton encre est la mémoire de mes propres infortunes.  

Traduit par Antoine Roumanous  



Les étoiles du chemin  

Je n'ai pas désespéré de la tempête qui a semé le désordre
Et qui a mis les scellés sur l'été.
J'avais pourtant usé mes mains à lui inventer des formes
Et à l'enserrer dans de troubles séductions.
L'hiver, j'ai prélevé dans mon regard des manteaux
Pour la protéger du froid,
Et des étoiles pour la guider. 
Je n'ai pas désespéré quand elle s'est imaginé des formes sans les réaliser,
Je n'ai pas désespéré quand l'amour l'a troublée
Et lui a préparé de fabuleux instincts.
Pour elle j'ai fendu les montagnes,
Les arbres se sont chargés de lui frayer un passage vers l'imaginaire,
Les soleils ont chanté sa gloire
Et sans avoir prévu des populations pour célébrer son arrivée
Ma terre l'a accueillie,
Et mes bras étaient chargés de présents. 
Je n'ai pas désespéré
Parce que la tempête habitait mon amour. 

Traduit par Antoine Roumanous  



Le tumulte des pensées  

Le tumulte des pensées
Ce couteau de la vie, ce guide de la parole vers les identités détruites,
Descend de la tête en y laissant ses stigmates. 
Le tumulte des pensées aiguise l'instinct de la tête
Il aiguise l'instant où l'on approche de la fenêtre.
Voilà pourquoi j'escalade la parole pour blesser son tumulte
Ou pour me suicider,
Ce qui revient au même.
Pourtant,
Personne n'est au courant de mon suicide,
Parce que je suis toujours en vie.

Traduit par Antoine Roumanous  





SULAFA HIYYAWI [16.247] Poeta de Palestina

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Sulafa Hiyyawi 

(Nacida en 1936), palestina de Nablus exiliada en Iraq, donde se licencia. 
Entre las obras de destaca Canciones palestinas, en cuyos versos se dirige al pueblo palestino y a la humanidad. En “A un fida’í” critica a los que no participan en la resistencia, sea dentro o fuera de Palestina, frente a su elogio al fedayín, con el que hasta la propia tierra se siente cómplice; en “El retorno” señala que, cuando se produzca el ansiado regreso a Palestina tras el largo exilio, hallarán la tierra cubierta de sangre, el precio pagado durante la lucha de resistencia; y el poema “El viejo y la tierra” es un diálogo con su tierra palestina de un anciano cuyos hijos luchan por la patria, y al morir en ella serán simiente de futuro.



EL VIEJO Y LA TIERRA

 En los caminos de nuestra aldea,
entre sus olivos tiernos,
le dice el viejo a la tierra:
“Te consagré diez muchachos queridos.
No suspires,
no llores,
los consagré a la Patria...”.
Caminan los diez seres queridos en la oscuridad, 
los oculta la marcha de una nube,
palpita la tierra en su corazón prendado
para besar sus pasos,
amortigua la sombra sus impacientes suspiros.
En los caminos de nuestra aldea, 
junto a al-Lidda y ar-Ramla,
allí regresaron nueve;
habían terminado su marcha.
“Pero, ¿y vuestro décimo hermano?”
pregunta el viejo, mientras la luna entristecida, 
contemplando, permanece en vela.
“Allí lo sembramos, padre. 
Allí lo sembramos” 

Traducción: Ingrid Bejarano, en Hiyyawi, 1998: 43-44).



La palestina Sulafa Hiyyawi, exiliada en Iraq, también critica, en “A un fida’i”, a los que no participan en la resistencia, sea dentro o fuera de Palestina, frente a la figura del fedayín, esperanza de un mejor futuro:



Me sentaré de noche a tejer los calcetines
para arroparte los pies,
porque, tú, el de la combatiente frente, vives el sufrimiento.
Mientras otros muchos, en sus juegos
y sus bares, son a tu exilio indiferentes,
tú arropas el fusil
con el fuego de tu corazón,
te sumerges profundamente
conociendo muy bien tu sendero,
tiñes tu tierra,
mi tierra, con tu amor
para aglomerar sus motas de nuevo
en la palma del recién nacido.

(Hiyyawi, 1998: 45-46).




Y en “El retorno” señala que, cuando se produzca el ansiado regreso a Palestina tras 20 años de exilio, hallarán la tierra cubierta de sangre, el precio pagado durante la lucha de resistencia.




Calma, entraréis en ella,
y, cuando entréis,
acariciad el polvo.
Cada palmo de su lozana tierra estará rebosante de sangre.
Veinte años tendréis que pagarlos...
Saludos del corazón a la fidelidad,
a un encuentro estrepitoso con bullicio de canciones...
y la vida
y la muerte
y la alegría y el llanto....
El latido que en las venas esparce su eco,
la nostalgia que al salir el sol
propaga su quimera,
la luz que altiva se eleva...
Tened calma,
tened calma, amigos queridos,
la cita esplendorosa se aproxima
y, cuando entréis en ella, acariciad el polvo.

(Hiyyawi, 1998: 39)






AMAL YARRAH [16.248]

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Amal Yarrah

Poetisa siria. Ha publicado hasta la fecha dos divanes: Cartas de una mujer damasquina a un fedayín palestino, 1969, y Gritó un ruiseñor en el bosque, 1978.

Es autora, asimismo, de una novela, Cógeme entre tus brazos. Su poesía se configura, claramente, como el estallido de una emoción, y ello puede explicar en buena parte la escasa atención que presta a los aspectos formales.

En sus últimos escritos se muestra decidida protagonista del 'poema en prosa', género que considera especialmente adecuado para abarcar por entero el drama del poeta, en toda su profunda dimensión.




Amal Yarrah incluye el poema “Apuntes de la guerra de Junio” en el diván Las cartas de una mujer damasquina a un fedayín palestino; en él dibuja la esperanza y el miedo de una sociedad solidaria en el trascurso de la guerra, la amargura y la vergüenza por la derrota de 1967 y el orgullo por el fedayín mártir, que no regresa con los derrotados:


1. 

El estanque estaba lleno de patos.
El niño tiró una piedra, y el estanque se transformó en blancas alas.
Las ondas de la esperanza perdida se queman bajo el sauce.
El jardín está lleno de mujeres y niños,
pero los hombres no volvieron aún de la guerra.


2. 

Estoy desesperada.
Vivo en uno de los viejos barrios de la ciudad.
Las gentes de todas las casas forman una sola familia
que se prestan unos a otros el pan de la tarde
y se reúnen por la noche junto al que tiene televisión.
Y que todos los jueves
preparan una fiesta en la que bailan las niñas.
Empezó la guerra,
y hoy no ha venido aún el que quiere mi alma.
Empezó la guerra:
Ayer despedimos a un mozo del barrio,
Y hoy no vino mi amado todavía.
Yo estoy desesperada:
Lloran todas las cosas.
El cielo arde. La tierra arde.
Y en los ojos de los niños anida un terror loco.


3. 

La guerra continúa todavía,
y tú sigues aún lejos de la familia blanca.
Mi melena siente nostalgia de tus dedos,
y mis cejas calientes,
de tus labios.
Me quedo mirando fija, temerosa, en un rincón del cuarto.
Y en mi oído resuenan solamente explosiones.
También yo estoy a punto de estallar
de lo que te deseo


4. 

Lloraron las mujeres
en el barrio, los viejos y los niños.
Con las cabezas bajas, y una horrible vergüenza en los ojos.
retornaron los hombres, algunos.
Retornaron los hombres:
Con la escopeta a rastras,
las ropas desgarradas,
sin suelas los zapatos.
¡Y cuánto me alegré, cómo canté,
porque en la larga fila no volvía
mi amado,
para vivir por siempre aquella vil derrota!


5. 

Y todas las mañanas
visitaré tu tumba.
Te dejaré un clavel.
¡Te gustaban tantísimo, amor mío, los claveles! 






HANAN ASHRAWI [16.249] Poeta de Palestina

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Hanan Ashrawi

Hanan Ashrawi (en árabe: حنان داوود خليل عشراوي) nació el 8 de octubre de 1946, en Nablus, su nombre completo es Hanan Daoud Khalil Ashrawi. Es una legisladora cristiana palestina, activista y académica. Ella era amiga y colega del famoso escritor Edward Said. Ashrawi fue una líder importante durante la Primera Intifada, fue portavoz oficial de la delegación palestina en el proceso de paz para Oriente Medio, y ha sido elegida varias veces para el Consejo Legislativo Palestino. Ella es miembro del partido del primer ministro palestino, Salam Fayyad.

Ashrawi es miembro del Consejo Asesor de varias organizaciones internacionales y locales, incluyendo el Banco Mundial de Medio Oriente y África del Norte (MENA), el Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD) y el Consejo de Derechos Humanos del Organismo Internacional.

Recibió su licenciatura y maestría en literatura, en el Departamento de Inglés de la Universidad Estadounidense de Beirut. Ashrawi también tiene un doctorado en Literatura Medieval de la Universidad de Virginia.

Premios

Premio de la Amistad franco árabe en 1996.
Premio Olof Palme en 2002.



Algunos poemas de la conocida líder política Hanan al-‘Ashrawi. En “Metamorfosis” describe la reacción de unas madres ante la muerte de sus hijos, tiroteados por los ocupantes:



Metamorfosis

El día en que Yasir fue tiroteado, su madre se convirtió en piedra.
Envuelta en la bandera, su provisional mortaja,
se tendió en la desierta plaza de la ciudad.
Cada fría madrugada agarraba un puñado de modestas flores
-jazmines, margaritas y rosas de su jardínmientras
soldados perplejos que por allí pasaban,
de vuelta de su turno de noche, se asombraban
ante esa aparición vestida de niebla
que vagamente recordaba a alguna estatua.
La noche en que Rayà fue tiroteada, las luces se apagaron.
Mas su madre encendió una mortecina lámpara
enojada por su miedo supersticioso a los presagios (…)

(Jayyusi, 1992: 335; trad. de C. Mª Thomas).




En una estrofa de “Mujeres y cosas” señala cómo puede actuar con frialdad o calidez según las circunstancias:



Mujeres y cosas

Las mujeres hacen que las cosas sean frías,
punzantes y duras
como un argumento legal lanzado
ante la amenaza de registro o detención.
O cálidas y suaves
como la justicia en un poema,
como la evocación de la imagen de la libertad,
como un baño caliente
y un largo remojo en una casa sin demoler

(Jayyusi, 1992: 336; trad. de C. Mª Thomas).




Cuando en febrero de 1988 los soldados israelíes entierran vivos a cuatro jóvenes de una aldea cerca de Nablus -que los campesinos rescatan al irse los soldados-, escribe “Muerte por enterramiento”, sintiendo que algo de ella ha quedado enterrado con esos chicos:




Muerte por enterramiento

Este terreno no es
apto para plantar.
Aquí la tierra es
dura, áspera, seca.
Las uñas de un muerto
dejan arañazos.
Cierro los ojos. El polvo
obstruye mi garganta.
Yo no sabía que la tierra
pudiera ser tan pesada.
Quizás, si levantara
un brazo, alguien podría
pasar por mi tumba un día
y, como en las películas de terror
nocturnas, ver una mano sin vida,
una mano abierta, unos dedos
semi-encrespados…
y gritar.
Yo no he muerto hoy.
Pero algo de mí sí lo ha hecho.
Y aún sigue yaciendo
en esa pútrida tumba,
fermentado su conocimiento de la oscuridad

(Jayyusi, 1992: 339; trad. de C. Mª Thomas).





MORTE POR ENTERRAMENTO

Este local não é
Próprio para plantar.
Aqui a terra é
Dura, seca, irritante -
Agulhas de folhas mortas
Arranham.
Fecho os olhos, o pó
Sufoca-me a garganta,
Nunca pensei que a terra
Pudesse ser tão pesada,
Talvez se eu
Levantar um braço
Alguém venha atravessar
Um dia a minha sepultura e,
Como nas noites dos filmes de terror,
Veja uma mão sem vida, uma palma aberta.
Dedos meio enrolados...
E grite.

Eu não morri nesse dia -
Outra coisa sucedeu
E ainda permanece
Na sepultura pútrida
Fermentando o conhecimento das trevas.










LAYLA ALLUSH [16.250] Poeta de Palestina

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Layla Allush

La poeta Layla Allush, nació en 1948, en Jerusalén, nacida el mismo año de la creación del Estado de Israel, siempre ha vivido en su tierra bajo ocupación, y su poesía está iluminada por una tenue fe en un resurgimiento y una victoria inevitables. Editora de al-Bayadir. 

Su primera colección fue Buhar ‘ala al-Jurh al-Maftuh (Spices on the Open Wound, 1971), seguida por Years of Drought, My Heart (1972), & Awaal al-Mawwal Ah (The song starts out with Ah, 1975). Poems inc 'The Path of Affection' (on a trip from Jerusalem to Haifa, watching the efficient working of alien technologies such as fertiliser & sprinklers, & feeling inner turmoil: the recent nature of the Zionists' conquest, in comparison to her own rootedness), ‘A New Creation’ (her birth was the time of death, so awaits the dawn).



En “Senda de afecto” Laylà camina hacia Hayf~, ahora israelí, destacando la pervivencia de Palestina en su tierra usurpada por los judíos; y, a pesar de los cambios, del deslumbrante progreso aparente, la tierra palestina sigue sonriendo al paso de esta mujer árabe, su auténtica heredera, mientras que a los judíos siempre los siente como extranjeros:



Senda de afecto

En la sorprendida calle, cogida por la garganta con las nuevas noticias.
En la sorprendida calle, cogida por los aretes de este siglo
que llegan hasta el cuello ensangrentado.
En la sorprendida calle, cogida por mi viejo Jerusalén,
y a pesar de la alienación de los rótulos, las tiendas y los cementerios,
reúno los fragmentos de mi ser
para encontrarme con mis parientes en la nueva Hayf~.
Los que me acompañan en nuestro calmo viaje en minibús
no saben nada de mi sufrimiento.
Pero yo tengo un rostro bien arraigado, auténtico,
mientras sus siete rostros son extraños, ajenos.
Esta tierra aún es la vieja tierra,
a pesar de los árboles de las laderas, confiscados,
a pesar de las nubes verdes y las plantas fertilizadas
y los aspersores de agua que tan eficazmente giran.
En la sorprendida calle, cogida por la garganta con las nuevas noticias,
los árboles me iban sonriendo con afecto árabe.
En la tierra sentía una disculpa por las heridas de mi padre,
y en todos los puentes
la forma de mi rostro árabe
tenía un eco, allí, en los altos álamos,
en las espirales de anillos de humo.
Todo es aún árabe, a pesar del cambio de la lengua,
a pesar de los enormes camiones, de los tractores extranjeros.
Cada alameda y naranjal de mis ancestros
reía para mí, Dios mío, con afecto árabe.
A pesar de los cambios, despidos y revisiones,
a pesar de las modernas canciones,
aspectos comerciales para impactar a los visitantes,
a pesar de los mares de luz desbordante, a pesar de la tecnología,
de los muchos salmos, de los muchos clavos,
y de todo el ir y venir de pueblos extranjeros,
la tierra sigue cantando una afectuosa melodía árabe.
Incluso con propaganda ondeando en el aire
en lenguas que se multiplican y mezclan
en torno a extrañas excrecencias
de edificios modernos,
la tierra lo desafiaba todo, suavemente.
(Oh, abuelos! Incluso a la poderosa luz de la luna,
brillaba la tierra roja
con modestia árabe,
y cantaba, creedme,
con afecto.

(Jayyusi, 1992: 106-107; trad. de C. Mª Thomas).




En “Una nueva creación”, escrito tras la derrota de junio de 1967, evoca su nacimiento en 1948, confiando en que, a pesar de la opresión del presente, la ocupación acabará y la tierra volverá a los palestinos. La derrota no ha hecho sino despertar sus ansias de resistir:




Una nueva creación

Nací en Junio.
Y por eso mi frente está marcada con espinas.
Y por eso estoy a la espera de una aurora
que despeje la penosa noche de mis ojos.
Nací en Junio.
Y por eso el verdugo aguarda,
tratando de cambiar mi nombre.
Atusa sus mostachos y refuerza
las rendijas de mi prisión
dejando libre el campo abierto para las bestias
que anhelan mi carne.
Nací en Junio.
Y por eso ellos construyeron un centenar
de espantapájaros que clavaron
en mis vestidos robados,
en mis zapatos,
en mi abrigo
empalándolos con flechas envenenadas
en mi tierra,
ocultando la espada de mi abuelo
vendiendo sus despojos
ante mis ojos.
En Junio nací yo.
En Junio volví a la vida de nuevo.
Y por eso espero el alba
con nervio,
carne
y ojos.
Y por eso
aún engendro hijos.
Para defender mi hogaza de la bolsa de la bestia
en la noche tortuosa,
es por lo que
mi antigua rama de olivo
ha despertado, al cabo de veinte años,
con estremecimiento de creación, y se ha tornado
en látigo de fuego en mi mano.

(Jayyusi, 1992: 107-108; trad. de C. Mª Thomas).




The Path of Affection

Along the amazing road seized from the throat of recent dates. . .
by the amazing road drawn from this century's earrings
reaching the bloodied neck,
on the startling road seized from my old Jerusalem
and despite the hybrid signs, shops and graveyards,
I gather my fragmented self together to meet the kin of New Haifa.

My companions on our smooth trip in the minibus
know nothing of my suffering.
But I am an authentic face, well-rooted,
while their seven faces are alien.

This land is still the old land,
despite the mortgaged trees on the hillsides,
despite green clouds and fertilized plants
and water sprinklers spinning so efficiently.
On the startling road seized from the throat of new accounts,
the trees were smiling at me with Arab affection.
In the land I felt an apology for my father's wounds
and on all the bridges,
the shape of my Arab face
echoed there in the tall poplar trees,
in the winding rings of smoke.
Everything is Arab still, despite the change of tongue,
despite the huge trucks and foreign tractors.
Each poplar and my ancestors' solemn orange grove
were smiling at me, I swear, with Arab affection.

Despite all that had been dismissed and revised, 
despite the modern tunes, 
the flooding seas of light, despite technology,
the many psalms, the many nails
and the goings and comings of foreign peoples, 
the land continued to sing an affectionate Arab song.

Even with propaganda wavering in the air,
languages mingling, multiplying,
around the strange outgrowths of modern buildings,
the land was gently defying it all.
Oh my grandparents, even in the stark light of noon,
the red soil was shining
with Arab modesty
And singing, believe me,
with affection.



RUDY ALFONZO GÓMEZ RIVAS [16.251]

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Rudy Alfonzo Gomez Rivas 

(Aguacatán, Huehuetenango, Guatemala. Nació el 2 de julio de 1977) es docente, editor, escritor y  poeta. Es autor de los libros de poesía: Aves de papel, La fría hoguera de las palabras (Editorial Chuleta de Cerdo, 2011), El silencio como invento (Editorial Letra Negra, 2012) y de la novela Desheredados inquilinos (Editorial Letra Negra, 2011). Ha participado en congresos, encuentros y festivales a nivel nacional e internacional, entre los que se destacan: XV Festival Internacional de Poesía de la Habana, Cuba 2010 y en el IX Simposio Internacional Rubén Darío: Esperanza y Solidaridad, León, Nicaragua, 2011.  Es director de la Revista Literaria Voces Convergentes de alcance internacional. Su Producción Literaria ha sido publicada en Guatemala, Estados Unidos, México, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Perú, Argentina, España y Francia.



1.
Los geranios incultivados de mis manos,
mis ojos apagados con ausencia de barro,
el tiempo desdibujado en mis labios
que aja los besos,
El viento ensangrentado carcomiendo mis labios
cuenta entre pozas desamparando lunas
la ruta de mi epitafio. 




2.
La noche dormita en los aquietados trigales.
En el claroscuro que forma la luna
sobre objetos muertos
me va mostrando tu ausencia,
y las sábanas del sereno me cubren abruptamente.
Desde entonces,
tengo silencios prolongados detrás de la puerta. 





3.
Las sombras y sus pirañas
me comen la lengua,
las tijeras del tiempo
cortan mis pies,
el viento como látigo airado
bofetea mis mejillas
y ciento un manos
esparcen pétalos de rosas blancas
sobre mi tumba. 





4.
Surgen surcos de flores blancas
que opacan la hojarasca
– y quizá viejos recuerdos-,
surge el rayo de sol
que tenuemente desaparece el horizonte agrisado.
Surge tu mirada que radiografía mi alma,
surgen tus pechos que sin leche me alimentan,
surge tu vientre donde anidas mariposas,
surge el nudo que ata nuestras manos… se prolonga la noche. 





5.
Es tu silencio insonoro puntos suspensivos
tu mirada paréntesis en el tiempo,
mientras eso pasa inevitablemente
descansa mi voz en la piedra
fría de tu recuerdo
y la luz caída de tus ojos
suicida las horas de mi vida. 





¿Qué es la soledad entonces?

En la habitación un solo inquilino
un cielo falso sin estrellas
en el lecho sábanas compañías
la almohada muda de monólogos,
en la habitación contigua
la música escuchándose sola...
en la habitación:
Un solo paraguas, una sola silla,
un solo par de zapatos,
una sola pregunta:
¿Qué es la soledad entonces? 





Alas rotas

Me he buscado
dentro de los mares,
después de ti,
descubro que tuyas
son las aguas,
mías son las sales.
Me he buscado
a lo largo y ancho de inmensos cielos,
después de ti,
descubro que te acompañan otras aves,
en mi quedaron alas rotas. 




Postergado silencio

En estos días 
el silencio se posterga 
los cláxones revientan en las sienes 
tan cierto 
que en las calles 
un niño improvisa un circo.




Asilenciando cosas 

Da tristeza ya no tener 
como flor posada en los labios una sonrisa. 
Ha cambiado la receta 
la sonrisa de estos tiempos sin tiempos 
pero si llenos de lamentos 
es mecánica 
robótica 
ensayada 
tétrica. 
Yo en cambio sonrió para liberar fantasmas 
para entregarlo todo y quedarme sin memoria 
para hermanarnos un poquito más 
para cincelar mezquindades 
¡enfáticamente para asilenciar algunas cosas estúpidas!




Causa justa 

Emerjo desde la tumba 
de mis días muertos 
callado 
con los ojos cerrados 
trato de encontrar 
en medio de esta agonía que me circunda 
rasgos de una causa justa.



Viaje eterno

Por un instante
me adentré en las entrañas
de la tierra
y averiguar así
como será mi condición de muerto.
Recordé que no te tengo
y el viaje se hizo eterno. 




Ésta noche no es la misma de otras noches

aquellas tenían juguetones claroscuros,
ésta tiene sombras,
aquellas tenían serenidad
musitada con el cantar rutinarios de los grillos,
ésta tiene miedos,
ésta noche no es la misma de otras noches
aquellas tenían el tiritar de estrellas
y hasta sus propias estrellas -tus ojos-
ésta tiene nervios locos compañía
y sus estrellas se han vuelto fugaces,
ésta noche no es la misma de otras noches
aquellas tenían sonrisas, besos, miradas…
ésta solo tiene pedazos empañados de cristal,
ésta noche no es la misma
ésta noche no es la misma,
porque sus horas lentamente se quiebran.



Soledad Porfía

¿Qué pena me atormenta
en esta noche vacía?
¿Es la soledad porfía
o es tu mirada que se quiebra lenta?

Como taladro perforan
tus palabras mi alegría,
suspiros largos que te añoran
me hunden en fatal melancolía.

Este estupor sombrío
que como fiera me acecha,
no es más que la cosecha
de tu ausencia hecha frío.



A veces

A veces me he sentido
como universo sombrío, frío y distante,
a veces me he sentido
como ala rota
que ya nunca más abrazará el viento,
a veces me he sentido
como horizonte, temeroso
porque está condenado a penumbra,
a veces me he sentido
como voces que yacen ausentes en los recuerdos;
pero... como hoy me siento
todo eso queda reducido. 




CHARLY GRADIN [16.253]

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Charly Gradin

Charly Gradín nace en 1980, en la Ciudad de Buenos Aires. Graduado en Letras de la UBA. Fue editor de revista Planta, actualmente forma parte del consejo editorial de revista Mancilla Ambas con una rica y profusa actividad crítica. En 2011 publica Spam, libro de poesía experimental que hace converger sentido y tecnología haciendo uso de las herramientas disponibles en la Web. Los textos de este libro fueron creados a partir de búsquedas en Google. Compilados y editados en forma de poemas o tomados como punto de partida para escribir textos en prosa, han encontrado no poca notoriedad en el medio literario local sobre todo con su poema Peronismo Spam, poema que ha sido presentado en lugares de renombre; la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el Museo Nacional de Bellas Artes, son algunos de ellos. Compiló y tradujo la antología Internet, Hackers y Software Libres., publicado por Editora Fantasma. Es uno de los autores de Tecnopoéticas argentinas. Archivo blanco de arte y tecnología, publicado el 2012 por Caja Negra. Compiló y tradujo la antología Internet, hackers y software libre, publicado por Editora Fantasma (2004). Integrante de Ludión (“exploratorio [que] dirige su mirada hacia las políticas entramadas en los cruces entre arte y técnica con especial foco en Latinoamérica”) El 2011 recibe el premio Blatt&Ríos que entrega anualmente la editorial del mismo nombre.
En 2012 participó del libro Tecnopoéticas argentinas, un glosario de arte y tecnología en Argentina desarrollado por el grupo Ludión del Instituto Gino Germani. Está terminando su doctorado sobre un tema relacionado, y trabaja en ACUMAR, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo.

Integra la antología 1.000 millones. Poesía en lengua española del siglo XXI, publicada por EMR, CCPE/AECID y Espacio Santafesino para el Festival de poesía de Rosario.




* Un saludo *

a m. g.

Un saludo a las estrellas, a las artes,
a las sombras. Un saludo a los gloriosos
caídos por Dios y por España. A los obreros
de Ucrania. A los escritores de vanguardia,
a los etarras Portu y Sarasola, un saludo
para vosotros, los que estáis presos. Os hemos
visto tras las rejas, magníficamente desgreñados,
astrosos, como las gentes de los Tercios, pero cantando
a España. A las Huestes de Medina Yarca, a las tierras
valencianas de Xátiva, a los fotógrafos, mineros, ferroviarios,
aviadores, a los heroicos constructores del Socialismo,
a los obreros, un saludo. Un saludo a los presos sociales,
a los dioses, cristianos o paganos, a los pueblos del Istmo
Centroamericano, los aguerridos combatientes de la llanura,
emocionada y entusiasta. A los socialistas de Iquique,
a los que leen y a los que escriben, a los que dan
su tiempo para el arte, a las madrecitas en Chiapas,
a las tropas zapatistas, a las alumnas y alumnos
de Fernando Checa, a las madres que en Guatemala
están preocupadas, a las hermanas del Sagrado Corazón
de Jesús en la Habana, a las víctimas de la moda,
a las personas que viven en la Dehesa,
y a las cybercomadres, cybercompadres,
A LOS LEPROSOS, CANALLAS, a los barcelonautas,
a las tribus del mundo y a los descendientes de Chinos
nacidos en Nasca, a los cristianos de Medio Oriente,
a los amigos de “El quite de Calasparra”. Un saludo.
A los pueblos de Tacna, Moquegua, Torata, Chilligua,
Cambrune, Callapa, a los amigos blogueros, a los raposeños,
a los peregrinos y peregrinas, a los linuxeros, a los buitreros
del chat de patriaquemera, a los Reggetoneros,
A LOS DJ_S SUREÑOS, a los hermanos de Bucaramanga.
Un saludo a los pequeños colonos de Artek y a todos los niños de la Unión Soviética.
Un saludo a los trolls de Internet, a las madres de las víctimas de Tianamen, a las FARC
EP
lamentando la muerte de Marulanda, un saludo a los filatelistas de Guatemala,
a los indígenas que se revelaron en los Altos y la selva chiapaneca, a los usuarios de Facebook, a los que andais por Francia, un saludo a las comunidades online y offline de todo el mundo. A las bandas de hardcore antiguas, a los miembros de la Logia,
a los Peruanos, los cátaros, los periodistas rumanos y a los ciudadanos
del país Utopía, un saludo, personas reales de este mundo. Compañeras, exiliadas,
a las seis con cuarenta minutos de este viernes, va un saludo, mis hermanas,
chicas bloggers de El Salvador, almas perdidas, traigo del borde del Rimac,
desde el salar de Uyuni, desde Veracruz, Valparaiso y desde TRIANA, un saludo.





Voy buscando

Marinero, busco el mar
desde el aire y no lo veo…
Mi destino voy buscando
cabalgando en mi rocín,
manejando, manejando
como un colectivero,
manejando con su mente
de asesino, con su mente de demente,
manejando, llevo risas
y alegrías y cuando de noche,
á solas, doy fe, de verdad sediento
en mar de brillantes olas
navega mi pensamiento, en el piélago
profundo voy buscando,
manejando como un colectivero
entre destellos de un sol fecundo,
albores en la sierra adusta,
ansioso, y la peña
en que estrellarme
con loco frenesí,
como un colectivero
el tedio abandonando,
tras una esperanza
sin fin.
Soy de Torrevieja,
entre las estrellas voy
buscando una ilusión
en la sombra y la noche,
entre el cielo y el mar,
por toda la ciudad, pateando basura
buscando la felicidad,
rumbo a Mc Allen
simplemente voy,
a cruzar la frontera
porque allá tengo trabajo
por eso sigo cruzando,
buscando pan pa’
mis hijos, vengo
y voy siempre
buscando
libertad, un lugar
perdido en el mar,
un oasis, un amor,
el palacio del «Rey que dormirá,
y no despertará hasta la mañanita
del Señor San Juan. “-Hija mía,
no sé donde está”.
Marinero, voy buscando
todo aquello que ahora habita
bajo el mar. Sé
que encima está el cielo
y son días inciertos, y recuerdo
la primera parodia musical
de la canción de Leo Dan, “Sé que te amaré”.
(“Soy un muchacho firme,/ nadie me juna,
y voy buscando bollos/ por no morguear.
Si algún tira me chapa/ yo me barajo,
me le hago el plato,/ no me deschapo”, etc.)
Y por las tardes hay algo
que en los labios me besa, es
el eterno fuego de los versos
y con ellos voy clamando,
pues mi sangre, Valiente Argolán,
en el callejón he de vengar.
No voy buscando perdones,
voy buscando un rincón de soledad
y amparo, como me pierdo en el corazón
de algunos niños, y me he perdido
muchas veces por el mar.
Entre esa melancólica e ingrata
exhibición de andrajos
y desechos, voy
buscando viejas voces,
el olvido y una prenda
tan resobada como las restantes
y que no puede faltar.
Me refiero á la antigua
guasa bohemia de no tener
más que un frac para tres…
un lavadero, para lavarle
la ropa a este pobre
majadero, voy buscando, a Consuelo,
a Lupita, los sueños de madrugá,
algún sendero, las palabras,
el agua viva, los pedazos
de un pasado, un amor que no existió.
Me voy, Marinero,
buscando el mar
y una ola inmensa donde pueda
olvidar. El mañana
es una forma vaga,
vestida de tristeza, y
no voy buscando nada. Con cachaza
por los senderos huyo de los
pasteleros y al fin me encuentro la plaza
plagada de turroneros. (Mil voces
en confusion me horripilan al instante.
— ¡Turrón! ¡Quién quiere turrón!
¡Al buen turrón de Alicante, de Gijona y Gijón!)
No voy buscando nada
en particular.
No voy buscando cibersexo.
Voy buscando el mar, Marinero,
para poder nadar.







Spam by Charly.gr

Publicado por Ediciones Staton, Buenos Aires, 2011.




“cae la tarde y" (spam)

"sé que en Iowa ahora deben estar llorando
los niños en la tierra donde se deja a los niños
llorar" Jack Kerouac


Cae la tarde y vos no estás,
cae la tarde y dan ganas
de llamarte.
Se termina el día.
Cae la tarde y es hora
de abandonar la playa.
Caen gotas, y la luz 
es más tenue.
Los turistas se cansan
y los habitantes comienzan
a abrigarse más.
Cae la tarde y las sombras
de la noche
se apoderan de la ciudad.
Cae la tarde y una fina
lluvia apaga las hogueras
de la noche; a su paso
el vapor escupe hollín
y abate
su penacho largo y negro. (Th. Gaultier)
Antes de sumergirnos
en la marea incesante de Benarés,
cuando cae la tarde y miles
de criaturas se acercan
a mojarse al río y
a expresar su devoción por seguir latiendo,
hicimos un pacto:
nada de flash-backs,
cada quien tenía
su pasado,
superestresante.
Cae la tarde y con ella la esperanza.
Cae la tarde y aparecen los aviones de la RAF,
cae la tarde y llega la noche
en la Costa del Sol.
La ciudad se dibuja tranquila
y solitaria sobre el cielo
azul, con edificios de balconadas
graciosas, pintadas de amarillo.
Cae la tarde y Gilberto Gil
guitarrea en la terraza de su departamento,
en uno de los edificios
de la colorida Vila do Farol.

Cae la tarde y el mundo sigue,
algunos árboles se tuercen,
aún no sabemos dónde
vamos a dormir.
Cae la tarde, y Anahí debe marcharse.
La caravana avanza. 
Se desata la tempestad.
Tu hija te ruega para que la lleves al desfile de la rambla.
En el altiplano una vaca da de mamar a su ternero, 
junto al lago Titicaca.
La arista de roca, un pañal tendido,
y, encima de todo, el aliento de la anchura,
el vaho de sal y de miel
del verano levantino
cuando cae la tarde.
Y entonces Sigüenza
percibe el grito interior sobrecogido: 
“¡Campo mío!” (Gabriel Miró)
Cae la tarde, y la verdades que hipnotiza.
Cae la tarde y el sol impiadoso de febrero.
Cae la tarde y el viento arrecia,
y esperás paciente.
Cae la tarde, y Christopher tiene
mucho ánimo para desvelarse
esta noche.
Desde las escaleras de una escuela
de medios audiovisuales
en la Pcia. de Buenos Aires,
se vislumbra la silueta de un hombre
de estatura mediana.
A la hora en punto de la cita,
Viggo Cormanti -las manos le tiemblan,
el cabello rubio destella
humedecido por la lluvia, (...)
- está al fin ante mí. (*** ??)
La tierra compacta de la Sierra de Juárez,
al pie de la Rumorosa, entre Mexicali
y Tijuana, se ilumina por el tono
rojizo de un sol que parece
llorar sobre el imponente y mágico
desierto de la Laguna Salada.
Cae la tarde, y en la trágica esquina
de avenida Rivadavia y Cabral,
es arrollada por un camión
Isabel Elisa Martínez de Ibarreta.
En ese inmenso silencio de los templos
tibetanos,el buda reencarnado va
durmiéndose.
Cae la tarde y el mundo sigue,
y la luna se asoma.
Hoy probamos otro misil de largo alcance.

En la Plaza Italia comienzan
a juntarse los que celebran
la muerte de Pinochet.
Cae la tarde y Boca pierde 2 a 1.
Cae la tarde, y en el cielo de Madrid.
Cae la tarde, y cae la noche,
me llama el Carlos
pa un güen derroche.
Peppermint abre el armario
de espejo de su cuarto.
Me hacen señas
de que el séquito
comienza a impacientarse.
Cae la tarde y no estás,
y el mundo sigue.
Todos se dedican a tomar mate
en las lejanías,
los obreros se han quedado
hasta casi las siete, y ahora
atardece. 
Después pongo algo en el tocadiscos.
En el Quadrado,la plaza central de Trancoso,
se reúnen los jóvenes del lugar para disputar su partida
diaria de fútbol.
La centuria romana
que acompañaba a la cofradía
se va abriendo paso. El trono
sale a la calle
y era la historia de una Semana Santa.
Son recuerdos.
Cae la tarde y pienso en Cortázar,
en la lucidez abismal de Pizarnik,
en todos ellos
(y en todos nosotros).
Cuando cae la tarde
y llega el momento
de recoger el ganado,
acaba el canto de Sileno.
Cae la tarde y también cae el siglo. (??)
Sí, la fuente del Bicentenario.
Esa agua que te empapa lento,
sentado en una banca,
mientras cae la tarde,
y anochece.
Cae la tarde y los antimineros
posan para la foto. Eligieron
la ruta 23
como escenario.
Cae la tarde y yo duermo.
Cae la tarde y el teatro se despierta.
En el patio de Morgan

cae la tarde y alcanza
a verse el cielo enrojecido
a través de las ramas del toronjal.
Juan Cobos Wilkins recuerda
camino del hotel Los Godos,
donde pernoctó Paquirri antes
de su cogida mortal.
Una luz tostada tiñe
de ocre-rojizo ese inmenso y árido
territorio cedido por Argelia,[(...) 
250.000 personas
en jaimas y pequeñas
construcciones de adobe.]
Cae la tarde y los lirios mueren
y anochece sobre el Mar Menor.
A la salida del cementerio me despido
de mis compañeros de tour.
Platico con el Capitán Meda
sobre los viajes pasados y futuros
del Orión a la Antártida;
me señala una familia de delfines
Turciops trucantus que juegan en la proa.
Y sin ningún efecto de interrupción
se lee un pasaje que describe la belleza
de esta hora del día, con sus escenas
caseras y típicas, y la evocación
de los ruidos del lugar y de la hora
en que regresan a casa
los lugareños (Martha E. Allen).
Cae la tarde y sigue sin haber rastro
de tierra. Los chicos tienen hambre, lloran...
Cae la tarde y con ella un disparo,
cae la tarde y el calor pone a sudar a Caracas.
Cae la tarde y Quasimodo no da signos de vida,
y cae la tarde y atracamos frente a Qasr Ibrim,
el único monumento que permanece
en su sitio original. Estaba en lo alto
de un acantilado, dominando el Nilo; hoy,
las aguas lamen sus cimientos.
Cae la tarde y se iluminan uno a uno
los puestos de comida callejera,
los corros de los cuenta cuentos,
encantadores de serpientes, tragafuegos
y demás. El sonido del bullicio
y la música de la plaza te llega
entremezclado con los olores de los puestos
callejeros de especias y comidas.
Cae la tarde y la ciudad se dibuja
tranquila y solitaria sobre el cielo
azul, con edificios de balconadas
graciosas pintadas de amarillo.
Las últimas luces del día cubren
con su manto gris cobalto
el horizonte marino. Cae
la tarde y volvemos a casa
caminando, lentamente. Y el tiempo refresca,
nos vamos a los merenderos
a comer y beber con la familia o
con los amigos, sin restricciones.
Y los álamos modifican
las estrellas. Llena un grito
todo en torno
a este observatorio.
Estamos de nuevo en Puerto Natales.
Indudablemente, Salto del río Serrano.
Cae la tarde y los pescadores
salen a dejar sus redes
que recogerán al día siguiente. (Oneidaw)
Y Angelique está muy deprimida,
no ha parado de llorar y eso pone mal a Dulce...
La terraza de este café comienza
a llenarse cuando cae la tarde
y es punto de encuentro
de muchas caras conocidas.
Dos tequilas en un garito,
este veneno que no mata.
Cae la tarde y los monos de Sumatra
se mecen impasibles ante la boca
estática de un caimán.
Ya cae la tarde y descansamos en Fuente Bermeja,
al sur del Navalperal,
suena una banda holandesa de nombre escandinavo 
–Igdrassil- en el CD-player.
Los turistas se cansan
del asedio de los vendedores
de puros y ron,
luego cae la tarde y van
como corderitos a contar sus provisiones.
Cae la tarde y se cierra el santuario,
Cae la tarde y los feganuhés se disponen a cenar.
Cae la tarde y el paisaje se abre
y el calor cedió unos grados.
Cae la tarde y el tren se acerca a Malang.


y veo…

Sentada junto al ventanal,
cae la lluvia, madre, sobre el mar.
Una avenida grande se abre ante mis ojos
y veo a las gaviotas volar,
veo a las luces irse y a las turistas
tumbarse sobre la arena, y pienso
que podrías estar aquí
conmigo en las comarcas,
mientras escucho un poco de Ramones
y veo a las personas,
veo el inmenso mar
y a los perros tumbados a la sombra.
Llevo semanas sin beber,
afuera cae la lluvia, madre, sobre el mar,
y me preocupa mi destino.
Abro el balcón y veo a los griegos,
sentados en su café hasta las dos de la mañana,
oigo la música y veo la roca de la Acrópolis
que surge como una sombra,
vuelvo la cabeza
y veo a los viajeros,
las putas muriéndose de frío,
paso por encima de todo,
de las ciudades, de los árboles
y de los bosques cenicientos,
veo a los pájaros sobre las piedras,
y viene a mí el recuerdo
de este gran amigo;
apenas he encendido la luz
y desde mi sitial de cenizas
piso antiguas veredas
y veo a los muchachos robando
tablones en el aserradero.
Estoy en Milán,
cierro los ojos y veo
a los camisas negras
y a los punks batiéndose a cuchillo,
mientras cae la lluvia, madre, sobre el mar,
y a la entrada del edificio,
veo a los niños pequeños en la puerta.
Se entremezclan
los sonidos de violín y la dulce voz
de Romeo Gavioli, el clarinete
de Santiago Luz que ponía el alma,
las mulatas bailando en la pista,
las estrellas de los medios,
Gabilondo o Pedro J.
haciéndole el “paripe” al cejas.
Son más de las dos de la mañana;
Tero no regresa,
Bibiana está borracha,
llego hasta el Puente de San Telmo
y “veo a los dioses,
a lo lejos, perderse
como un galope de caballos”
y a los obreros sumidos en el odio.
(“Soy un forastero,
y no hay quien conozca
una sola palabra
del lenguaje de mi alma.”
-Khalil Gibrán-),
veo a las muchedumbres y a los Marines
y oigo los pífanos y veo
a los abanderados de las causas reales
al recibirnos en Barcelona
donde los hombres
preparan su futuro -ahí dormimos,
Pigafetta y yo-, y las Cigarreras
no saben qué les depara el destino
ni a sus hijos.
No hemos tenido luna llena.
Voy viendo y soñando
y me sale la idea,
algún día llevaré esta hermosa visión
a un poema
de gran significado.
Voy al supermercado,
y veo a las madres
con sus looks renovados
cargando comidas para sus hijos.
Me siento libre de mí misma,
no tengo callana,
soy blanca,
y con el corazón helado, cierro los ojos
y recorro los parajes desiertos
y veo a los arroyos
sentada junto al ventanal,
mientras cae la lluvia, madre, sobre el mar.
Y si al apartar la vista la dirijo a la Historia,
veo a los adolescentes en sombra
de esta primavera madrileña, revivo
aquel pasado,
y veo a los cruzados, a los conquistadores,
a El Cano, Felipe II, Cisneros,
y a los primeros hombres
primitivos, usando el sonido,
manifestando a todo el mundo
su dolor. Y de repente
“veo a las negras falashas parientas
de la reina de Saba y a los caraítas judíos
parientes de Mahoma, y veo a los judíos
de turbante y túnicas blancas del Sahara” (Fina Warschaver)
y veo a las aves abrirse vuelo,
a los líderes, a los comerciantes, a los Estados Unidos
desplomarse, y “a los campesinos judíos de Entre Ríos
y a los curtidores judíos de los Cárpatos. Veo
las altas frentes del saber y de la muerte y a Rosa Luxemburgo
y a un ropavejero” (F. W.).
Veo todas las cosas del mundo,
y veo mis lágrimas mientras ojeo los periódicos de ese inicio de siglo y me veo
sentada junto al ventanal,
y aunque creo en la Evolución
Theilerdiana del Hombre, las noches
ya no me pertenecen,
cae la lluvia, madre, sobre el mar,
y por la Lungara veo a Pasquino
-salgo a la calle y
veo a las gaviotas planear-.
Me dice que tiene ganas de una cerveza,
y se borran las nubes,
y me siento morir de una tristeza
que no sé si es de Marrakech o mía,
y cierro los ojos y retiro
las yemas del teclado, y otra vez
“veo la puerta ojival del ghetto de Viena y la jaula en que se balancea el judío Süss,
veo la sinagoga gótica de Ratisbona y la sinagoga de palmeras de Abisinia,
veo a los sacerdotes falashas con sus tambores negros y a los rabinos
de Varsovia con sus togas de pieles. Y veo las carabelas
de judíos desembarcando en América” (F. W.).




CATERINA SCICCHITANO [16.254] Poeta de Argentina

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Caterina Scicchitano 

(Mar del Plata, Buenos Aires, 1992). Actualmente estudia Diseño Gráfico, antes estudiaba Profesorado de Ingles y Prof. de Artes visuales (2011-2013), no terminó ninguna de las dos. Manejaba un Blogspot donde describía intakes y cosas por el estilo. A través de esos primeros pasos se encontró, inevitablemente, con la literatura alternativa, también gracias a Lolita Copacabana, aunque ella no lo sabe, hasta ahora. El nombre de su página yournaughtybits, es un guiño a esa influencia. Allí Comenzó a publicar historias cortas y poemas. Uno de sus poemas salió publicado en Grils Get Busy #20 y en el tumblr Tenían veinte años y estaban locos (estabanlocos.tumblr.com, 2014).
Integra la antología 1.000 millones. Poesía en lengua española del siglo XXI, publicada por EMR, CCPE/AECID y Espacio Santafesino para este Festival.



una modelo celiaca con el pelo pintado de arcoris.
creo que me hicieron mal y la vena cava me la unieron directamente con mi útero.
mi ombligo se hundió junto con todas mis responsabilidades.
estoy en la bañera pensando.
yo solo quería ser parte de las mujeres en bikini
rodeada de flores.
pero ceno todos los días en un recipiente gigante de avena
absolutamente todo lo que no puedo digerir.
le hablo, llegamos a un acuerdo.
denotamos que todas las píldoras del día después que tome
bloquearon algo en mi sistema nervioso y no puedo llorar mas.
solo inflarme.
varias actividades dejaron de funcionar desde que tengo relaciones.
las partes mas oscuras en la tonalidad de mi cuerpo son las mas dolorosas.
me las toco y todo sigue igual.
la avena se convirtió en una persona y los dos frotamos nuestras narices comiéndonos,
pero me hace doler la panza en minúscula.
hasta el día que no este mas.






Usa malla de nylon bien apretada y viaja a algún lugar.
una mujer robusta trabaja en la oficina postal de tres a siete de la mañana
solo en el mes de junio.

el resto de los días sale con tipos y menos en las festividades, se siente normal con su cuerpo.

cuando està en la cama observa como duermen, y les busca alguna simetría en las pecas de la espalda.
tiene frió, se da vuelta para ver qué es lo que está haciendo mal.

llendo por la ruta se le hincha la cara cuando mira por el retrovisor, eso de alguna manera hace que se sienta insegura. poco mujer.

por eso su cabello es más corto cuando el marido le habla y no le puede comunicar, ni siquiera con un gesto de ojeras llenas en la cara, que le está costando salir de la casa.

amamanta personas que no quiere amamantar. pero cuidar de alguien le da un propósito.
posiblemente si va a la ciudad se pierde.

y el pulso se le acelera.





Un tipo rudo y peludo de la calle mirando un partido de fútbol a través de la ventana de un hotel.
un tipo rudo y peludo de la calle mirando un partido de fútbol
a través de la ventana de un hotel con las manos
en su jean celeste
imponiendo alguna clase de respeto
a cualquiera que se le acerque en un radio de dos metros
a preguntarle que es lo que esta haciendo parado ahí.

un tipo rudo y peludo de la calle mirando un partido de fútbol
a través de la ventana de un hotel con las manos
en su jean celeste
tratando de de ver un partido de fútbol.

un tipo rudo y peludo de la calle mirando un partido de fútbol
a través de la ventana de un hotel
sacando una bebida alcohólica
del bolsillo de su chaqueta oscura y mirando de re ojo
al hombre que se encuentra dentro.

un tipo rudo y peludo de la calle no pudiendo disfrutar
de un partido de fútbol a través de la ventana de un hotel
por la idea de una sirena de policía
aproximándose o luces que lo engañan y lo hacen sentir paranoico.

un tipo rudo que por primera vez se retiro sin tratar de descargarse
con algún otro tipo tratando de romper una botella para asustarlo
y sentirse agresivamente correcto con respecto a sus derechos.

durmio en un almacén abandonado y se sintió algo ansioso
porque no sabia que iba a hacer en ese momento.




Be a body, de Caterina Scicchitano
BY SUB25 · 17 NOVIEMBRE, 2014


be a body
Be a Body/ Caterina Scicchitano (Gigante. 2014. Argentina).

De cuando me sentí desesperado en un aeropuerto porque el sabor del chicle que comía me había abandonado
Frescura. Indie. Un disco de una banda de indie en un sótano con veinte personas escuchándolos y siendo felices. Un disco de indie que podría ser un disco de Grimes quien es la que le pone el título al libro. Be a Body, el primer poemario de Scicchitano es una confirmación de los sorprendentes poemas que había publicado la autora a través de su Tumblr. Influenciada por la alt lit americana, el estilo depurado/ directo/ sencillo está presente en los poemas de Scicchitano quien además nos habla sobre los problemas de comunicación/ la depresión / la inocencia destrozada y una vaga alegría por la aventura en medio de la ráfaga de meteoritos: empezar siendo un cuerpo para adquirir luego distintas cualidades frente a los ojos ajenos.

Be a Body invoca a cantantes, poetas, transcribe letras de canciones, diálogos de películas, es decir; llena de referencias a la cultura pop que nutren sus poemas de agilidad al no cargarse de sentido en el texto en sí sino desfogarse hacia estos referentes. Regular casi en toda su extensión, es un primer paso muy prometedor. Dentro de las voces en español que siguen este estilo depurado y fresco (autores como García Sierra, Berta García Faet o Ana Carrete) probablemente Scicchitano se encuentre un paso adelante. Sin caer en la retórica del yoísmo en la que se hunden algunos autores alt lit, Scicchitano entrega un poemario cohesionado, una temática clara que es la de estar al borde del abismo estando al borde del sillón o al borde del teclado de una laptop.

La poesía es, refleja su tiempo, y contrario a una propuesta recargada (porque no son acaso bandas como Libertines las que captaron los 2000’s mejor que las bandas de metal sinfónicas?)  Scicchitano capta nuestro tiempo que es el de no poder decirlo todo, la ansiedad de estar vivo y tener que realizarse. Hay enfermedad pero también hay un entusiasmo a buscar en ser joven y poder hacer cosas. Be a body es en todo caso la imagen de un orador con una ostra succionándole el rostro.

Reseña por Roberto Valdivia




nuestra palabra clave es aeropuerto, 
triste aeropuerto

existe una casa donde las ventanas se ven espectaculares
para romper, crear un nido ahí con la computadora y ver
pasar todo lo que nos perdemos del mundo exterior.

salir de la zona de confort se siente tan suave y simple que
preferiría vivir en las rayas geométricas del sweater de un
amigo que aquí.

nos ven caminar por la bahía tan tristes y desearían ser
nosotros en los noventa.

lo hemos grabado todo cruzando las inmensas peatonales.
complicándonos la existencia con carteles burdos de tipografías
exageradas delante de una lata de gaseosa.

estoy en complicidad con alguien que lleva tiempo dentro de
una piscina esperando que le saquen una instantánea.

nos queman los rayos y nos salen pecas. el olor a humo al que
nos acostumbramos se volvió perfume en la memoria.

lo que sea que nos atrae del otro es algo pequeño que se
esconde en la batería del celular.

los días en los que el concepto de familia esta cagado nos
sentamos como indios imaginando kilómetros hacia lo
que no esperábamos nunca.

esto se siente como una meca. se siente como todo lo que
debería sentir.

quiero que lleves tu cara sudada al aeropuerto y el logo de
una pipa en tu gorra mientras escuchas esto.

hay mas de una marca en lo que sea que estamos haciendo.
pero nos gusta así.



escucho audios y es como coger con aplicaciones

aveces cierro los ojos y pienso que soy el amor imposible de
alguien.

que esa persona sufre porque vio algo en mí que le pareció
diferente y decidió usarme como algo improbable que nunca
tendrá, sólo para sentirse mal.

algo así como falta de atención en la infancia.

si saldríamos probablemente me mantendría fría pero le pediría
que por favor me golpee en la cola.

o le diría que si me da sus drogas podría ser su princesa.

a los caballos de carrera se les estimula con una varilla para
que continúen andando.

debe existir al menos un animal que disfrute de la satura del
corte.

hoy el cielo esta gris y todo particularmente tranquilo.

en un test que me dio el psicólogo había que marcar con una
tilde si “en ciertas ocasiones observabas todo tu alrededor
como si estuvieras en medio de una neblina”.

quisiera nunca poder salir con alguien que me desee. de manera
que ambos podamos obtener satisfacción de esto.








KATJA PERAT [16.255] Poeta de Eslovenia

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Katja Perat 

Nació el 7 de enero de 1988 en Ljubljana, Eslovenia. Se licenció en Filosofía y Literatura Comparada de la Facultad de Artes de Ljubljana en 2012, y actualmente cursa estudios de doctorado en Ciencias Literarias. Ella es el co-fundadora y miembra del consejo editorial de la Idiota revista literaria, y ella también contribuye en la edición de la revista literaria eslovena Literatura y AirBeletrina, el portal de internet de la Študentska založba editorial. Ella escribe como crítica literaria y publicista de la semi-mensual culturales esloveno Pogledi . Su primer libro de poesía, Najboljši tan Padli (El Mejor ha caído) , fue publicado en 2011 por Študentska založba (Beletrina colección). En el mismo año recibió el premio al mejor autor publicado por primera vez en la Feria del Libro de Eslovenia, y en 2012 también el libro del año de adjudicación presentado por la Asociación de Críticos Literarios esloveno. El libro también fue nominado a los dos grandes premios de poesía eslovena: el Premio Jenko y el Premio Veronika.

Ha publicado sus poemas en España (en Mil novecientos violeta, de El Gaviero Ediciones), así como en revistas y antologías de Estados Unidos, Bélgica o Rumanía. 


Y YO SIGO HACIENDO ARTE

Se dice que, en silencio, las personas
se esfuerzan por morir, porque todo lo orgánico
lucha por convertirse en inorgánico
y todo movimiento avanza y lucha
para dejar de serlo.
Las cosas se derrumban porque quieren
que se las deje en paz.
Los tristes se rinden;
un pueblo medieval se rinde
tras un asedio interminable, a duras penas,
bajo sus propias condiciones.
No pueden soportar la carga;
la culpa y la tristeza se comparten
entre todos los presentes.
El rechazo no ayuda,
ser insensible es útil,
aunque aseguren los psicoanalistas
que renunciar al deseo es una muerte anticipada.
Me resulta difícil plantarme ante el espejo. Me obliga
a enfrentarme a mi cara y a odiarla sin piedad.
Eso me aleja de las niñas de papá,
que pueden permitirse la maldad y la ira
sin nada que perder, pues se las ama y asegura por adelantado.
Existe gente honrada, gente que sabe gestionar la transparecia
sin recordarse a sí misma todo el tiempo
que jamás algo falso ha sido hermoso.
Gente que nunca esquiva su tristeza y que, al afrontar
sus errores, dice, con cierta calma:
«Soy consciente de que me has abandonado. Estás
fuera de mi alcance. Insistir
carece de sentido; nadie ama cuando está
obligado a hacerlo».
Esa gente ha aprendido cosas
que yo no soy capaz de aprender. Estamos separados
por la debilidad, que se disfraza de sentido del honor
y convierte en teoría todo lo que toca.
Cuando se vuelve insoportable de verdad,
solo puedo, con mi delicadeza exagerada,
esperar una lluvia que equipare el tiempo con mi humor.
Existe cierto encanto en emplear el arte
para liberarse. Encanto en lo que dices
cuando estás libre de las restricciones de un único punto de vista,
encanto que previene el habla y que evidencia la incapacidad,
encanto que no eludes nunca,
pues estás débil como para sobrevivir
al nivel de exposición que exige el ser humano.
El encanto y el afecto requieren esfuerzo,
y es verdad que, para mí, nada es sencillo.
«Es irrelevante»,
dijo alguien que conozco.
«Tus poemas son irrelevantes;
el arte necesita otras cosas».
El arte no necesita nada,
me gustaría añadirlo.

Traducción de Juan Fernández Rivero



Destellos y silencio, pequeña antología de la poesía joven europea, y lo hago con Katja Perat (Liubliana, Eslovenia, 1988), una joven graduada en Filosofía y Literatura Comparada, autora del libro de poesía The Best Have Fallen (2011) que recibió un premio al mejor debut literario de la Slovenian Book Fair, y además ha sido nominado a otros cuantos premios literarios de su país. Conocí a Katja hace unos meses, gracias al festival Transpoesie de Bruselas, al que asistí hace un año.

La poesía de Katja es muy potente: íntima al tiempo que política, plagada de referentes literarios y filosóficos, que en ocasiones me recuerdan a lo que hace en España la poeta Berta García Faet. Sus versos, su voz, y hasta su presencia, son imponentes (ver aquí). Su poesía ha sido traducida a varios idiomas, entre ellos el inglés y el francés, lenguas desde las cuales yo me he atrevido a traducir uno de mis poemas preferidos de la autora. Hay humor en Katja. Hay un tono generacional muy bruto. Una energía que merece ser leída más allá de todas las fronteras. 

Y ahora, por favor, silencio. Aquí vienen unos cuantos destellos:



Deconstrúyeme

Yo
(con mi libertina actitud hacia realidad)
Soy casi perfecta.

Sueños dorados vanguardistas,
Identidad desmantelada,
Victoria de una complicación inútil,
Una niña que se convierte en lavadora,
El cuerpo cortado,
Esparcido por el desierto-

Esto es por cuanto luchamos,
Este es el reino,
Que prevaleció sobre el fascismo,
Soy vuestra victoria,
Gracias.

No necesito atención,
No pido amor,
Somos justos y honestos con el universo,
No se me debe ningún favor.

Yo soy la perfección inventada,
Yo soy la infinidad de perfecciones inventadas,
Que precisan infinito cuidado,
Yo soy, lo que soy
Yo soy, lo que sé
Yo soy, lo que he luchado
Yo soy, lo que quiero dejar atrás
Yo soy, lo que vislumbro
Yo soy, lo que se me ha asignado
Yo soy, lo que pasó desapercibido

Decosnstrúyeme,
Es lo más íntimo que puedo pedir
Deconstrúyeme,
Sácame de la Literatura
Y prepárame para el amor.

La traducción al español la ha realizado Luna Miguel.
http://www.lunamiguel.com/2013/12/destellos-y-silencio-pequena-antologia_8.html




In delam umetnost 

Govori se, da si ljudje po tihem 
prizadevamo za smrt, ker vse organsko 
teži k temu, da bi spet postalo anorgansko 
in vsako gibanje teži k temu, 
da ne bi bilo več gibanje. 
Stvari razpadejo, ker si želijo, 
da bi se jih pustilo pri miru. 

Žalostni ljudje se predajajo, 
kot se predaja srednjeveška mesta. 
Po dolgih obleganjih. Stežka. 
Samo pod lastnimi pogoji. 
Ne zdržijo bremena. Krivda in žalost 
se pravično razdelita 
med vse, ki so zraven. 

Da odklanjaš, ne pomaga, 
če si brez srca, je koristno, 
čeprav psihoanalitiki pravijo, da vnaprej umre, 
kdor se odreče želji. Težko se srečujem 
v ogledalih, ki me silijo v soočenje 
in neusmiljeno sovraštvo do svojega obraza. 
To me loči od lepih ljudi, ki si lahko privoščijo 
objestnost in togoto, ne da bi s tem kaj 
izgubili; zavarovani in ljubljeni vnaprej. 

So resnicoljubni ljudje, ki zmorejo jasnost, 
ne da bi se nenehno opominjali, 
da še nobena neresnična reč ni bila lepa. 
Ne izogibajo se svoji žalosti in v soočenjih 
s svojimi porazi z določeno mirnostjo rečejo:
Zavedam se, da sem bil zapuščen. Zunaj 
mojega dosega si. Nobenega smisla ni v 
prepričevanju. Nihče ne ljubi, kadar se od njega zahteva.




Rudarji 

Blagor rudarjem. 
Njim ni treba pisat pesmi.





Miners 

Blessed are the miners. 
They don't need to write poems.






Smrt ljudi brez ljubezni 

Kdor ima čas in zna opazovati, 
Lahko v romantičnih februarskih večerih gleda, 
Kako prazna telesa padajo ob tlakovce, 
Kako slovanska duša 
S pregovorno partijsko odločnostjo 
Zavrže vse, čemur se je odrekla ljubezen, 
Tudi povsem koristna, zdrava telesa, 
Ki jih mogoče kdo pobira, ko odslužijo, 
In jih nalaga enega na drugi v kleti, 
Če bo kdaj nuja. 
Ne bi verjeli, kako hitro padejo ljudje, 
Kadar ne vejo, na čem naj bi se utemeljevali





CAROLINA TORRES [16.256] Poeta de Honduras

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Carolina Torres

Tegucigalpa, Honduras (1989). Estudia Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Su poesía ha sido incluida en Honduras: Golpe y Pluma, Antología de poesía resistente escrita por mujeres (2009-2013) Miembra del Movimiento poético Las de Hoy. Miembra activa de la Asociación Nacional de Escritoras de Honduras, ANDEH. Ha participado en Festivales internacionales de Poesía de Centroamérica.





Amanecer

La luz no alcanza
a atravesar las paredes,
el celular tiene media hora
avisando que sí, sí amaneció
(en algún lugar menos acá),
los zopilotes ladrones del canto
revolotean las láminas
y yo me lleno de espanto,
el espanto de respirar;
sus alas de fuego
llenan mi cama de cenizas
y yo me apago, me apago.
¿Quién acaso podría no pudrirse
en esta ciudad, en este cuarto, en estos huesos?




Declaración

En este desastre
de huesos corroídos y carne putrefacta,
me resisto
a olvidar los sueños
que nacieron
en un país
de desconsuelo,
acá
donde el primer signo de vida
muchas veces no llega.






REFLEXIÓN A LAS 2:49

Empecé a ser yo
no sé cuándo, no sé dónde
me invadió mi propia presencia, no más mascaras, solo yo
ni tu recuerdo, ni las memorias de nada y de nadie
solo yo y esta tan extraña ausencia propia.

Comencé a extrañarme sin conocerme
a pensarme sin reglas, a jugarme la vida
¿será esto vivir?
tomar conciencia de que no sé que soy.
Me importa más el mundo cada día más podrido
que mi propia existencia.
Soy capaz de entregarme a una causa pero no me amo lo suficiente para
guardarme de las heridas, de los peligros, de mi, de vos.
Me perdí, no me encuentro
no sé qué hago, qué quiero, qué sueño
me invade la angustia de saberme perdida
de no buscarme porque no quiero encontrarme
en esta situación de desnudo de la energía interna
del espacio sin nadie, ese espacio solo mío
donde el juez y el juzgado son el mismo personaje -soy yo-






10:50

Vivo en un país
donde la gente
no aprendió a volar.
No saben caminar,
están quietos,
vacíos.

No disfrutan salir
al patio de madrugada
con los pies descalzos,
escuchar a Sui Generis,
fumarse las tristezas,
perderse en estrellas
y pensamientos,
enterrar fantasmas,
invocar gatos,
reconocerse inertes
ni aprender
a construir alas de cartón.

Me he convertido en una patria de extranjeros e imbéciles.
Niego la tierra,
el asfalto
y me reconstruyo.
No voy a quedarme
quieta,
no voy a convertirme
en mis miedos.





Nudo

Hoy te gritaré
con la desesperación
de 43 voces
hasta que incontables puños
encendamos los cerillos
que desaten la esperanza,
arderá el amor
y no necesitaremos más carteles
con fotografías
empapadas en llanto de madres,
nunca más será domingo
así no tendrás permiso de muerte,
ni bala,
ni fuego,
ni fosas,
no, no habrá verde olivo
con pestilencia de Estado
capaz de atravesarte,
hoy correrás a los brazos
de la ternura
y ya no tendremos que clamar
por vivir o morirnos,
hoy 
desaparecemos los dinosaurios.



YASMÍN C. MORENO [16.257]

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Yasmín C. Moreno

Nací en Madrid en 1993, ciudad en la que vivo. Estudio Psicología en la UAM. He publicado la novela breve Los días verdes en formato digital (Plataforma Editorial, 2014) y el poemario El beneficio de la enfermedad (Ártese quien pueda, 2014). También han aparecido poemas en las antologías digitales Ciudades esqueleto, Animalario y Tenían veinte años y estaban locos.



PARÍS 

II 

Cuando mueras iré a París me llevaré a nuestros hijos los ahogaré en el Sena. 

París olerá
a mantequilla
como siempre
comeré
o no comeré.

Luego declararé mi naufragio. 



*


Serie 27

Todo empieza en los ojos
y acaba en

cuántas ruinas pequeñas los hicieron polvo

(El miope dice NO a sus gafas)

 

*

 

La profecía dice que ella nacerá vieja, morirá joven.
Evapórate, como en 1984,
ese ha de ser para vosotros el castigo.

 

*

 

La humanidad se reconoce a sí misma como en un espejo.  Mientras
el cáncer corroe la sociedad como metáfora del desgaste.

 

*

 

Volver a la superficie del Mar Muerto.
Al contacto de las partículas sodio- potasio que nos dieron la vida.

- Ahora la tierra vieja es el producto de la erección social de la avaricia-

 

*

 

Una estampida de pequeñas locas hacia los baños.
Por qué
no aprendieron
en su día
a contener fluidos en la tráquea

 

*

 

Ellos naufragan en mí, como de vuelta al barro.
El barro, el barro.
Cama de tantos.

 

*

 

En la orgía de las rebajas de Oxford Street
los cuerpos callan y se buscan como nunca, conscientes de haberse devorado
                                                                       
27 de enero, 2013

 



Al principio no hay nada tras los ojos
Arritmias de palabra
Con un vacío de vulva
 
Luego brotó como una flor
todo corola y pistilos
 
O no brotó
 
Mi vientre
raíces resecas retorcidas.

 


*

 


Nacer
ese verbo luminoso que consiste en
 
engancharse y desgarrarse

de pececillos al útero
como anclas

El tajo necesario el terciopelo del moho unas
cuantas ramas en los pulmones
cómo se ahuecó mi pecho
la primera vez que oí decirlo,
 
madre.

 

*

 

Ahora
que no tengo miedo de la vejez
-aunque sí de los muertos-
igual que no se tiene miedo a ser
más viejo que el padre
igual que sabemos que llega el punto
en que no es posible envejecer más cuando
no hay espacio para más arrugas
Entonces uno crece para atrás y la edad no cuenta

 

*

 

en la humedad de dos esponjas crecen
dos gusanos
trepando raíces arrancadas
para poder
respirar me acorralaba
fuerte
la tráquea

 


*
 

Tenías la nostalgia de los cantos árabes en la garganta. 
Decías
vas a ser una mujer muy desgraciada, hija.

Pero qué fue de mí
Padre
A tu muerte envejecí pronto y rápido.




*



Abrió los ojos negros por primera vez
como quien nace reptando del intestino

y dijo

Yo,
que tenía la capacidad de traspasar umbrales
                                                                         
                         y no romper

que te esperé con la paciencia erosiva del viento
así 
así

ciega de luz
los ojos oscuramente claros los ojos
y la ternura primera del parto. 










Ártese quien pueda publica El bene­fi­cio de la enfer­me­dad, el pri­mer poe­ma­rio de la joven poeta Yas­mín C. Moreno

Por María Mercromina

Escri­bir sobre la enfer­me­dad y el pro­pio cuerpo es algo que han hecho muchí­si­mos auto­res. Escri­bir, estar enferma, ser cons­ciente del cuerpo y de los cam­bios que irán acon­te­ciendo en él y recrearse en ello a los veinte años, es dife­rente. Tener veinte años y saber que pode­mos usar nues­tro cuerpo para hacer daño, dar ori­gen y recrear el dolor desde el poema de manera inten­cio­nada, tam­bién es algo que han inten­tado pero no con­se­guido, a veces, muchos autores.

Yas­mín C. Moreno tiene veinte años y un libro-cuerpo que duele y se des­me­nuza al pasar una a una sus pági­nas. Un cuerpo que la con­tiene pero que no le impide, desde la cons­cien­cia, hacer daño. Un cuerpo roto de ani­mal y niña con útero de mujer vieja, como ella escribe, “nacer vieja chica de quince con útero de mujer mayor, como una mujer con leche en los pechos y el parto de aire”, al que le llega el cam­bio a mujer de golpe, como si la ado­les­cen­cia lle­gara una vez dor­mi­dos y al des­per­tar, frente al espejo, con­tem­plá­ra­mos el cuerpo salu­da­ble como un pai­saje nuevo que pode­mos ero­sio­nar noso­tros mis­mos: “¿es esto la salud, exci­tarse mirán­dose al espejo?”

En El bene­fi­cio de la enfer­me­dad, des­cu­bri­mos el anhelo de la infan­cia, la año­ranza por el cuerpo que nos meció en su vien­tre y al que no vol­ve­re­mos nunca. La autora en más de una oca­sión a lo largo del poe­ma­rio insiste en la dife­ren­cia y sepa­ra­ción entre el hogar y la casa, y lamenta su no-significado como sinó­ni­mos en su caso. Des­cribe de prin­ci­pio a fin la elec­ción de la escri­tura frente a la enfer­me­dad y el cuerpo. A veces Yas­mín parece una niña, y siente ver­güenza cerrando los ojos al escri­bir, como en el sexo. Pero esa ver­güenza des­a­pa­rece y Yas­mín tam­bién es mujer y con­fiesa, aquí la enfer­me­dad tiene nom­bre propio.



Pri­mero hay que llenarse
para vaciarse por den­tro. El silencio
puri­fica la gar­ganta, como el ham­bre lo hace
con los hue­sos.

Callar mucho tiempo es otra forma de ayuno,
no abrir la boca para vaciarse hasta el fondo.




En las últi­mas pági­nas del libro, la autora deja vis­lum­brar la rela­ción con su padre, y esto, en mi opi­nión, es lo que rompe la línea con­ti­nua y uni­dad con el resto de poe­mas. Una rela­ción rota con un mar de por medio y con una huida con­tada en poe­mas como Matar al padre: “para poder sobre­vi­vir he tenido que matarte”.



mi padre
decía que la luna de Madrid
no podía ser la misma que la de
Damasco.

¿Por eso entonces
yo habito el hogar
en el sen­tido antiguo?

¿Por eso huyó de mí,
por lle­var el nom­bre de una tierra
bom­bar­deada?




Este pri­mer poe­ma­rio de Yas­mín C. Moreno bien podría ser un paseo por la gené­tica de la enfer­me­dad y del dolor.  Una mul­ti­tud de voces, aún, que con el paso de los años y de los poe­mas ganará fuerza y per­so­na­li­dad. Por­que Yas­mín, como ella escribe, quiere ser trans­pa­rente y cruda como una lec­ción de anato­mía, y créanme, lo conseguirá.

Foto: Nadia Tosi– Fotocrónica
 






IRATI ITURRITZA ERREA [16.258]

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Irati Iturritza Errea 

(Pamplona, 1997) no nació de ninguna boca, a pesar de dedicarse a gestar bocas y voces que la reinventan cada día. A veces es un niño que no recuerda por qué llora, otras veces sólo intenta gritar más alto. Escupe palabras rotas y le gusta decirse blablabla esta soy yo frente al espejo antes de salir a la carrera hacia el instituto. También le gusta leer, quejarse, escribir y hacer galletas.




Dice Laia López Manrique en La mujer cíclica (La Garúa, 2014) que escribir ha sido a veces el modo de expulsar lo que en su cuerpo hace madeja y crece, resguardado, oculto como un tumor. Del mismo modo, la poesía de Irati Iturritza Errea, una de las voces más interesantes con las que me he topado últimamente, se nutre del tumor, de la náusea, del vómito que se enreda en las cuerdas vocales de estos poemas y generan niños-madeja, semáforos, manos izquierdas que se convierten en zapatos minúsculos y no significan nada o eso dice la voz poética: ynosignificanada.

Pero en realidad, dentro de esa caja hermética en las que las palabras con las que juega al ynosignificanada, Irati agita los versos como una prestidigitadora e inventa un mundo repleto de monstruos, anclas, animales en bruto que se extinguen con cada explicación, niños con brazos cortos que corren, que corren y corren pero no llegan a abarcar aquello que siempre escapa de. Es por eso que hay algo que está a punto de explotar en estos poemas, hay uñas que se clavan en el brazo de quien pregunta por los significados que se esconden en el filo del verso, hay una voz que cava y cava, que inventa palabras para disimular el barro que queda entre los dedos, hay una voz que acecha agazapada en el silencio previo a la palabra que está a punto de nacer (antes de que yo pudiera decir árbol). Hay una boca llena de tierra, una garganta anegada en lodo, que balbucea, que apenas pueda emitir un sonido inteligible. Sin embargo, henchida de tierra, antes de olvidar cómo se respira, vomita niños, perros y semáforos y, desde el fondo, sale a la superficie y como una bocanada de aire fresco, se deshace en grito, en poema.

Descubrir a Irati ha sido como volver a respirar en mitad de un bosque repleto de animales, niños y otros seres diminutos, porque estos poemas son un horizonte abierto a la posibilidad que ofrece el acto de crear.

Y con la cara sucia y las manos extendidas hacia nada (Natalia Litvinova), perfila la belleza de lo oculto que subyace al poema. Y ríe, porque Irati es una escritora que conoce el arte subversivo de la risa y se ríe mucho, de todo.



POEMAS

Mi madre me regañó por llevarme un puñado de tierra a la boca
David Meza



Mi madre me regañó por llevarme un puñado de tierra a la boca,
pero la tierra ya estaba aquí,
en mi garganta,
antes de que yo llegara,
antes de que yo pudiera decir árbol,
pie, ocho de la mañana.

La tierra era tierra y 
antes de que yo olvidara cómo se respira.

La tierra de mi garganta no me deja respirar.

También es quien me recuerda
que el grito
es posible.



*



Este poema existe
porque cuando ando por la calle no pienso
niño, semáforo, perro,
no pienso sueño, miedo, vergüenza o mentira.
Cuando ando por la calle pienso vómito,
y si alguna vez pienso en el niño,
en el perro o el semáforo,
es porque quiero vomitar al niño,
al perro, al semáforo.

Este poema existe
porque eso es imposible
y qué hacer
entonces
con la náusea.



*



Abro los ojos y te digo que mi nombre no existe
y que no importa,
que algunas noches dibujo en mi espalda un símbolo que nadie conoce
y lo llamo cada vez de otra forma.
Te digo que mi mano derecha es
un niño que corre y significa
verde, lluvia o dedo sobre el cristal
y que mi mano izquierda es un zapato minúsculo
y no significa nada.

Clavo mi uña en tu brazo hasta que preguntas
qué significa.



*



Yo cavo así: sin uñas,
con la cara sucia y las manos extendidas
hacia nada.

Cavo aunque sé que esta tierra no tiene fondo.
Cavo porque sé que esta tierra no tiene fondo.

Cuando me canso, salgo a la superficie,
sacudo mi ropa
e invento una historia que explique
el barro que queda entre mis dedos.



CHRISTIAN VERA OSSINA [16.259]

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CHRISTIAN VERA OSSINA

Nací en 1977 y vivo en La Paz. Tengo estudios literarios, licenciatura en literatura en La Paz, Maestría en teoría literaria Buenos Aires. 

El 2008 publiqué Ciudad Trilce (Premio Nacional de poesía). 

El 2012 publiqué una novela Click (editorial El Cuervo), que la editorial española Caballo de Troya publicó en 2014 como El profesor de literatura.




POEMAS


1

A mitad del camino de Ciudad Trilce/ en medio de una oscura selva letrada/ se había extraviado de su ruta. Con el punzante borde de una X el aHsesino se traslada por la cornisa más alta de un verso vallejeano incrustado en las arenas abismadas que un día transitó el joven Rimbaud. El aHsesino aborda la escalinata espiralada que conduce al invisible tuétano de una pantanosa ficción. Abre la tapa del libro. Siente como el polvo del infierno se traspapela en la caballera y en los engranajes de la existencia del personaje. Ironiza con la dedicatoria. Olfatea las primeras palabras. Intenta robar la letra capitular para subastarla en la salita donde se encuentran los interpretadores que imposibilitan el tránsito en Ciudad Trilce. Forcejea furioso con la superficie del texto. Afila la punta de la X en el lomo poroso del significante árbol. Extrae de su ramaje un brillante plátano, fruto de una macabra erudición. Busca en un diccionario de antónimos las palabras que como trapos de greda limpiarán el futuro espesor laberíntico que depositan el terror de sus huellas. Carcome un plátano mientras cree recordar la textura transparente del cuerpo alado y reptilíneo de la víctima. Su pegajoso olor a sangre viva no le deja respirar. Suda. El aHsesino repite muy suave la palabra cuerpo cuando la incontrolable fuerza de su mano izquierda impulsada por la oscuridad y el huracán de un extraño deseo aplasta, comprime y asfixia la vida inocente de la flemosa cáscara de plátano viejo. El fétido olor de la cáscara se hace nube, se esparce como la hediondez de un charco donde los cadáveres sanan las heridas que supuran azules de su piel. El aHsesino no se arrepiente de nada, ni de las reincidentes termitas que un día carcomieron enormes trozos de sus vertebras, ni de su obsesión por aquellos monosílabos que dibujan en una risible isotopía la tristeza de las orquídeas. Apoya su enorme espalda de monstruo sobre la blancura de una pequeña hoja en blanco buscando un pretexto para arribar al meollo de este ámbito. Sabe que los guías virgileanos han hecho de esta geografía textual un vulgar intertexto donde copulan las hipérboles con el alicaído hipérbaton. Bosteza sabiendo que la sangre de la cáscara de plátano no es más que un cebo ardiente. Cebo que le permitirá deslizarse con más certeza por los intersticios del mundo siniestro de las letras, tal cual un forense que destripa y se desliza por la superficie del muerto. La azúcar compulsiva, el olor siniestro que gotea de la cáscara del plátano despierta en Ciudad Trilce las fobias, los odios. Las palabras en este territorio se alzan como enormes torres que obscurecen el lenguaje, lo real, tu voz, tu palabra… El aHsesino en esta red no quiere distraerse con todas las marañas y nudos de hirientes metáforas que le acechan y que al mismo tiempo contienen el intrincado escenario del crimen.









JORGE FOLCH I RUSIÑOL [16.260]

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Jorge Folch i Rusiñol 

(Barcelona, 1926 - ibīdem., 29 de marzo de 1948) fue un poeta español, catalán en lengua castellana, compañero de estudios y amigo de algunos de los vates que acabarían formando parte de la denominada Generación del 50 o Escuela de Barcelona.

Siendo hijo del importante industrial catalán Joaquín Folch i Girona, hermano del químico y empresario Alberto Folch y Rusiñol, y sobrino-nieto del polifacético artista Santiago Rusiñol. Vivió su infancia en el seno de una típica familia burguesa de la ciudad condal de principios del siglo XX.

Cursó los estudios primarios en la escuela de los Jesuitas situada en la calle Caspe, en la que trabó amistad con Carlos Barral, miembro destacado de la Escuela de Barcelona. En las memorias del susodicho tituladas Años de penitencia encontramos la fuente más extensa sobre la vida del joven y bisoño Folch. En estas páginas son descritas desde su afición a la alquimia de cuando era niño, hasta su obsesión por los cementerios y el subsuelo de la urbe centenaria. El mismo Barral habla de Folch como un joven mitómano e histriónico.

Terminada la educación secundaria se matriculó en la carrera de Derecho en la Universidad de Barcelona junto con el citado y Alberto Oliart, aunque su peculiar personalidad le llevó a dejar de lado muy pronto los estudios para dedicarse a la creación literaria y la inmersión en los bajos fondos de la ciudad.   Incómodo con su condición aburguesada, y por influencia de las estancias en Las Vueltas, segunda residencia de la familia situada en la costa tarraconense, acabó creando un alter ego poético, aristócrata y romano. Creso Livio era su nombre, y dió título al único libro de poemas que publicó en vida. Esta edición, que tuvo lugar en 1947, fue autofinanciada y no venal.

Los últimos meses de su vida estuvieron marcados por rituales que hacía en contacto con la naturaleza y la creciente obsesión por el alcantarillado y los sitios subterráneos. Esta manía la acabaría llevando a la muerte el 29 de marzo de 1948, lunes de Pascua, con sólo 22 años. La versión oficial de la muerte fue que murió nadando a un estanco situado en la calle Panamá. 

Después se ha desvelado que realmente murió en una cisterna donde solía zambullirse y nadar.   

La poesía de Jorge Folch

Podemos describir su obra poética como prematura y breve, debido a su precipitada muerte, pero muy intensa. Su temática se mueve entre la identificación con el mundo clásico romano del Creso Livio o la Salutación a Venus, en los que hay una intensa relación con la naturaleza, el paganismo y el rechazo a la burguesía, y el romanticismo intenso como era la parte más oscura y rechazada de la ciudad la que más le apasionaba.

Jaime Ferrán habla de la poesía de Folch de la siguiente manera:

«Una voluntad de Expresión plástica, servida por una dicción acerada y precisa, nada ha perdido de super intensidad con el paso de los años. La adscripción a un paisaje: el tarraconense, visto con una óptica romana, era el soporte de un mundo trabado, la base de una congruente estructura en cuyo Servicio vemos crecer un endecasílabo preciso y vemos desarrollarse una serie de Procedimientos - como la aliteración - que conferían una interior plasticidad a super poesía.»

Después de la muerte= Dos eventos, llevados a cabo por sus compañeros de vida y estudios, son los que podemos destacar como homenajes al ya difunto poeta. En primer lugar el 13 de mayo de 1948, al cabo de un mes y medio de la muerte de Folch, se le realizó un homenaje a la facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, ​​organizado por el seminario de literatura Juan Boscán del Asociación Cultural Iberoamericana. En este acto se leyeron poemas del propio Folch y Carlos Barral, Alberto Oliart y Jaime Ferrán leyeron composiciones propias dedicadas al ya desaparecido compañero. Este acto fue reseñado por La Vanguardia en las publicaciones de los dos días posteriores al homenaje. 

Por otra parte, los mismos Barral y Oliart se encargaron de publicar en 1950 la totalidad de la producción literaria de Folch que actualmente se conoce. Bajo el título de Poemas, ambos poetas reunieron la obra de su compañero, escribieron cada uno de ellos un emotivo prólogo y añadieron unos grabados que Capmany hizo para la ocasión, además de un soneto dedicado a Folch de Joaquín Montaner. La Vanguardia publicó una espléndida reseña el 28 de diciembre del mismo año. 

En los últimos 70 años sólo en dos ediciones han sido publicadas las poesías Folch, y de forma parcial. La primera vez fue en la Antología Parcial que editó Jaime Ferrán en 1976. Enrique Badosa, responsable editorial que hizo posible la Antología de Ferrán en Plaza & Janés, 1999 editó una Antología poética de Jorge Folch. Esta edición fue reseñada por Juan Antonio González-Iglesias en el suplemento cultural del ABC el 31 de diciembre de 1999.  Que se haya dedicado tan poca atención a este poeta, a diferencia de sus compañeros como Carlos Barral o Jaime Gil de Biedma, seguramente se debe a su prematura muerte ya las extrañas circunstancias en que ocurrió. Las palabras de Alberto Oliart en el prólogo de Poemas podían hacer pensar que Folch tendría una repercusión mayor:

«Cuando un poeta muere joven, se dice que es un poeta malogrado. Distingamos. Malogrado en cuanto a su obra posible, en cuanto a lo que pudo dar.  Nunca malogrado en cuanto a poeta. Poeta nació y poeta muere. »

 ==Ediciones donde aparece la obra de Jorge Folch==  Creso Livio. Publicación privada 1947.  Poemas. Editada por Alberto Oliart y Carlos Barral. Barcelona: Ariel 1950.  Antología parcial. Editada por Jaime Ferrán. Barcelona: Plaza & Janés 1976.  Antología poética. Selección y prólogo de Enrique Badosa. Barcelona: Café Central 1999.


        Ilustración de Ramón de Capmany en el libro Poemas (1950)

Mientras se bañaba en el estanque del merendero sito en la, calle de Panamá, número 1, murió asfixiado el joven Jorge Folch Rusiñol, de 21 años de edad.

Con esta escueta nota  La Vanguardia informaba el 30 de marzo de 1948 de la muerte de Jorge Folch.  

Antes de su muerte sólo había publicado un pequeño volumen de poemas titulado 'Creso Livio' en una edición privada. Dos años después de su muerte Alberto Oliart y Carlos Barral publicaron una recopilación de todos su textos en un libro llamado 'Poemas' (con notable prólogo de los propios Oliart y Barral, y con un soneto de quien consideraba maestro literario, Joaquín Montaner). En 1999 otro poeta barcelonés, Enrique Badosa, publica una antología tratando de rescatar del olvido la obra de Folch.

La personalidad de Folch fue tan interesante como su obra. De él se cuentan su interés por los cementerios, por los barrios bajos y las tabernas sórdidas, por las alcantarillas de Barcelona que visitó asiduamente durante un tiempo, por las aguas residuales, los pozos, su mitomanía y fascinación por el mundo clásico... Algunas de las personas que lo conocieron reconocen todo éso, pero también su incapacidad de discernir en las excentricidades de Folch qué parte pertenecía a la persona y qué parte al personaje (si es que realmente esa distinción puede hacerse en ningún caso).

"Folch practicaba ritos lustrales. Ofrecía a los dioses zarzas ardiendo o corría desnudo hacia el bosque próximo imitando gestos de bajorrelieve. Y es curioso que nunca nos preocupara a los otros dos [Oliart y Barral] el averiguar hasta qué punto tomaba en serio aquellos mimos".

Años de penitencia. Carlos Barral (Alianza Editorial)

A través de las memorias de Barral descubrimos a un hombre que mezcla la sensibilidad artística y el desprecio por la mediocridad de los Rusiñol y quizás, específicamente, el sarcasmo atroz y el gusto por la belleza plástica de Don Santiago; con una parte pragmática y de mentalidad científica que le transmitió su admirado padre y su también admirado hermano. En Jorge Folch se mezclaron todos estos ingredientes ... y su genio hizo el resto.

En aquella piscina (estanque, pozo o lo que fuera) de Pedralbes un hombre que no conoció la mediocridad perdió su vida y una carrera literaria probablemente brillante quedó abortada.

A los neuróticos. Jorge Folch.

Vedme: tengo ajustadas las mandíbulas,
y recta la nariz entre los ojos
de acero azul. Me llamo Creso Livio;
mi padre fue pretor de Tarragona
y era romana la robusta virgen
que le dió el mediodía de su vientre
y a mí la sangre blanca de sus pechos.
Superviviente soy de la patricia
raza de los felices; de la muerte
sé nada más que es, y sólo pido,
a su llegada, un buen telón de fondo.
Hay suficientes parras en mis párpados
para dormir al sol, si me parece.
Y no falta al afán de mi colmillo
- de mujer, de caballo o de ternera -
un pedazo de carne cada día.

http://estanoesmivida.blogspot.com.es/2012/01/jorge-folch-1926-1948.html


***

Santiago Montobbio: Jorge Folch: a los neuróticos, o de cómo devolverle a un poeta sus poemas (El Ciervo, Noviembre 1987)

Publicado por María García Esperón 

En el primer libro de Santiago Montobbio, Hospital de Inocentes, se incluye el poema “Jorge Folch”, dedicado a la memoria de este poeta, que, como indica el título del poema bajo su nombre, nació en 1926 y murió en 1948, a los 21 años. María Luisa Ordóñez en la lectura que ha publicado de este libro en el número 26 de Tonos Digital se refiere a este poema de Santiago Montobbio y al poeta al que lo dedica, Jorge Folch.

Cabe señalar que Santiago Montobbio realizó una edición de la obra de Jorge Folch, ya que publicó una selección de la misma, con presentación también a su cargo, en la sección pliego de poesía del número 441 de la barcelonesa revista El Ciervo, en noviembre de 1987. El fondo bibliográfico de El Ciervo está digitalizado en Estados Unidos, en JSTOR, y puede por ello accederse a esta presentación y selección de la obra de Jorge Folch que realizó Santiago Montobbio en el pliego de poesía de este número.

Santiago Montobbio escribió el poema “Jorge Folch”, incluido en Hospital de Inocentes, de cuya publicación se cumplen ahora 25 años, de modo contemporáneo a la realización de esta edición de su obra, en otoño de 1987, como los demás poemas de la última sección de su primer libro, “Dramatis Personae”, en la que está incluido. Lo reproducimos aquí de la página 52 del mismo, tal y como en él se editó.


Jorge Folch
(1926-1948)

Había suficientes parras en tus párpados
para dormir al sol, si así te parecía:
yo sé que sabías eso y también que yo recorro
las mismas calles que cruzaste intentando
convertirlas en múltiple escenario de ti mismo,
las noches que volviste mosaico de ocios o de sueños,
antiguas piezas únicas hechas de alcantarillas dominadas,
de cementerios asaltados, un solo desierto o arco
tensado para extremar, para extremar en lo posible
y hasta el fin la vida. Y yo sé, yo te acompaño
o te conozco sabiendo sobre todo que quisiste
ser hijo de un pretor de Tarragona,
llamarte Creso Livio, nacer de una uva azul
y ser el sátiro y el mago y varios faunos
y que a través de extraños poemas sólo tuyos
conseguiste serlo antes que el agua
a los veintiún años te negara
la vida y las palabras. (No sabes cuántas veces
he repasado tus ojos y tus manos mientras
inútilmente buscaban salir de la cisterna
ni cómo he maldecido el por qué no pensaste
que había llovido demasiado).
Y aunque cuarenta años pasan como nada
cuarenta forman el estúpido espacio
que nos separa -cuarenta de tu alumbramiento
al mío, casi cuarenta de tu muerte a ahora.
Pero mentirá quien diga que no nos hemos conocido.
Porque más allá de las ciudades y la sangre,
de verso en verso alguna vez
se anula el tiempo -o quizá soy yo, que te recuerdo.


(C) Santiago Montobbio
Hospital de inocentes







IVÁN GARCÍA [16.261]

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IVÁN GARCÍA 

(Valencia, 1979). Estudiante de Comunicación, es autor del libro de poesía Calle Porvenir y otros poemas (Losers, 2014). 


Ida y vuelta a Barcelona No. 1

Sudando cafeína,
Los mares hundidos
De los dos
Lados,
Cielos y cables

De alta tensión, sostenidos
Por monstruos de brazos caídos
De acero, una procesión
De camiones de luz
Roja.



Ida y vuelta a Barcelona No. 2

Triste o cansado.
No lo distingo,
Ha llovido
Y desllovido.
He ocultado al radar la velocidad
De mi cerebro,
Te he traído

Zigzagueando
Los coches grises en silencio,
Dormida como un vaso
De agua,
Yo soy,
Ese mar
Roto de las orillas.



Cafeína

Cada mañana he removido
El mismo sueño.
Pequeños diamantes
De azúcar. Mezclados,
Disueltos como el
Universo, en un remolino
De silencio. Las agujas
Atravesaban nerviosas
El hemisferio norte. Me señalaban
Los relojes unánimes,
Sus manecillas
Histéricas.



Su timidez

Acercaba las palabras al límite
De la boca, las empujaba
Y caían casi
En silencio. Apenas

Se quejaban, arrojadas

Al mundo, se derrumbaban
De su cuerpo los huesos, los cabellos
Incandescentes. Se prendían

En el techo de la noche antártica. Nadie
Miraba ese cielo.
Las estrellas salpicaban
Su pequeño significado

Coagulado en un copo de nieve, desaparecía
Callado en el asfalto. Ennegrecía
Mis pensamientos. Me fundían en un invierno
Sus ojos, dos

Globos alejados que habían visto
Demasiado del cielo
Azorado -huía hacia los vértices
Oscuros de la habitación.


Matrioska

De afuera hacia adentro
Todo se ve negro y salpicado.
Con luz
Se escribe la oscuridad.
El sol se diluye en el cielo,
El cielo que envuelve el mundo,
El mundo mantel de ciudades,
Las ciudades repletas
De dolor y edificios aguja.
Este edificio que nos articula,
Sinovial, como una rodilla.
Resquebrajado de pasillos,
Agujereado de habitaciones.
La habitación que nos tiene
Como un estómago.
Cada uno dentro de su propia piel.
Bolsas de mundos, contienen
Carne y tendones pero también
Los átomos desmantelados,
El alma eucariota.
En mi autopsia encontraron
Tu nombre, callado
Como una perla.









JOHANNES EDFELT [16.266] Poeta de Suecia

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Johannes Edfelt

Nacimiento: 21 de diciembre de 1904. Muerte: 27 de agosto de 1997.
Fue un escritor sueco, poeta, traductor y crítico literario.
Edfelt tradujo obras de Nelly Sachs, Georg Trakl, Novalis, Andreas Gryphius, TS Eliot y Ezra Pound.

En 1923, Edfelt hizo su debut con el poemario Gryningsröster (Dawn Voces) de 1923, cuando tenía sólo 19 años de edad. Luego siguieron las colecciones Unga Dagar (Young Días) 1925 y Ansikten (Faces) 1929. Excepto los clásicos, fue influenciado por Franz Werfel, Bertolt Brecht, Erich Kästner, Vilhelm Ekelund, Harriet Löwenhielm och Birger Sjöberg. 

La poesía madura de Edfelt podría describirse como tradicionalista en forma pero modernista en las imágenes. Consiguió su gran avance en 1934 con Högmassa (Misa Mayor), que fue publicada en muchos diarios suecos. En ese momento, Edfelt fue influenciado por poetas suecos como Bertil Malmberg, Birger Sjöberg, Bo Bergman y Erik Axel Karlfeldt sino también por celebridades internacionales como Charles Baudelaire, Bert Brecht y TS Eliot. 

Otro rasgo característico de la poesía de Edfelt desde la década de 1930 son alusiones innumerables a la literatura, desde la Biblia y antiguos dramaturgos trágicos a psicoanálisis y el Modernismo. A veces Edfelt incluso re-utiliza una parte de la estructura métrica de los poetas suecos mayores con el fin de crear un cierto estado de ánimo.

Aftonunderhållning (Evening Entertainment) 1932, Denna Natt (esta misma noche) 1936, Vintern Är Lång (el invierno es largo) 1939 y canto para Reskamrater (Canción para Compañeros de camino), 1941. Todas pertenecen al mismo período creativo como Högmässa. El contraste entre el sufrimiento humano y la llama del amor redentor distingue estos libros. 



IMAGEN ARCAICA

¿Hacia qué sonríe? Oh, ¿es la luz del mito
la que encendió la sonrisa en esos labios?
Desde el silencio de las edades se ríe ella -¿sentía
un resplandor frente al que el del sol es una sombra?
¿Era su día como rocío y diamante?
Como ámbar han tenido que ser sus tardes.
-Hazaña de salvamento de luz en el mar de las tupidas sombras:
así es el día de la mayoría. Guía mia,
oh, haber sido cegados ambos en una noche heladora
por el mensaje de tus labios escrito en fuego misterioso:
hay una fuente, y su rubor es paz,
hay una sonrisa, que nunca se apaga.

Elden och klyftan, 1943.

Traducción Francisco J. Uriz




ROJO ORÍN SE YERGUE EL ARCE

Rojo orín se yergue el arce. Habla, di la palabra, la única que ayuda,
antes de que el bloque de silencio abovede su noche ártica.
Rojo orín se yergue el arce. Oh, antes de que el corazón y la lengua
  se paralicen. 
dime la palabra que abre una brecha profunda en el muro
  de nuestro cautiverio.

Insyn, 1962.

Traducción Francisco J. Uriz




Johannes Edfelt, 1904–1997

Johannes Edfelt föddes i Kyrkefalla, Skaraborgs län. Fadern var underofficer. Fil.mag. i Uppsala 1930, fil.lic. i ämnet litteraturhistoria vid Stockholms högskola 1952. Gift 1938 med Brita Edfelt, född Silfversparre. Ordförande i Svenska PEN-klubben 1957–1967, Hjalmar Bergmansamfundet 1958–1970, ledamot av Svenska Akademien från 1969. Filosofie hedersdoktor vid Stockholms universitet 1970.

Edfelts författarskap spänner över större delen av 1900-talet från debuten med Gryningsröster 1923 till den sista diktsamlingen Brännpunkter 1996. Han skriver som en skarpsynt iakttagare och engagerad poet om människans ensamhet och sökande efter mening i en grym verklighet. Hans kärleksdikter är genomlysta av en stark tro på människans värde. Horace Engdahl, som övertog hans stol nr 17 i Svenska Akademien, yttrade att han var ”en hemlig trotsare, en vildman verkningsfullt förklädd till kulturdiktare, lidelsefull och vanvördig bakom den roll av gammalmodig humanist med vilken han lugnade sin publik och kanske också sig själv”.

Edfelt redigerade de stora samlingsupplagorna av Maksim Gorkijs, Agnes von Krusenstjernas och Hjalmar Bergmans skrifter och var kritiker i Bonniers Litterära Magasin, Dagens Nyheter och Svenska Dagbladet. Han introducerade utländska poeter och redigerade en lång rad klassiker- och lyrikantologier under mer än sextio år. Letterstedtska priset för översättningar fick han 1947. De Nios pris 1949, Bellmanspriset två gånger, 1954 och 1971, Litteraturfrämjandets stora pris 1962 och Elsa Thulin-priset 1972.

Johannes Edfelt skrev om en av de många poeter han tolkade till svenska: ”Att dikta var för honom att underordna sig de strängaste formkrav, det var ’en obarmhärtig affär’” (företal till Gottfried Benn, Dikter, 1966). Han valde för sina tolkningar poeter och dikter med liknande krav. I efterskriften till tolkningsvolymen Votivtavlor (1967) framhåller Edfelt att det skenbart heterogena urvalet är baserat

på det personliga engagemangets urvalsprincip, den för mig enda giltiga. Vid mina strövtåg i den utländska lyrikens marker har jag stannat inför det som uppväckt genklang inom mig och som jag trott vara tekniskt möjligt för mig att överföra till svensk vers, bunden eller obunden av metriska regler.

Bengt Holmqvist skriver i efterskriften till Följeslagare (1989) – ett urval ur tidigare tolkningsvolymer – om Edfelts sätt att gå förbi välkända antologinummer och, trogen ”det personliga engagemangets urvalsprincip”, stanna inför det som, ibland i det lilla formatet, ger glimtar av stora författarskap:

Om nycker är det förstås aldrig fråga. Men ibland kan man kanske tala om en lyckosam slump: ett oanat möte med någon sida hos en annars väsensfrämmande diktare, ett glimmande fynd i en avvisande terräng. Edfelt låtsas aldrig förståelse utöver vad han anser sig kunna stå för. Å andra sidan är han fri från fördomar: vidöppen. Det han söker kan dyka upp var som helst.

På så vis har han, utan att ”målmedvetet” sträva till det, blivit en stor upptäcktsresande. Sina gamla grundläggande valfrändskaper – en Hölderlin, en Rilke, en Hesse – sviker han aldrig. Men samtidigt tar han oavbrutet upp nya spår.

Den tyskspråkiga poesin var Edfelts stora intresse. I den sammanfattande Följeslagare upptar tolkningarna från tyska två tredjedelar av utrymmet, fransk, engelsk och amerikansk poesi utgör tillsammans den resterande tredjedelen. Bland de nya spår som Edfelt tog upp mycket tidigt nämner Bengt Holmqvist särskilt Nelly Sachs (1942), men även Ezra Pound och T.S. Eliot (1940). Edfelt översatte alltid mycket nära originaltexterna och underkastade sig konsekvent deras – ofta mycket olika – formkrav. ”Den kanske skickligaste hantverkaren bland våra poeter” (Holmqvist) ställde alltid frågan om vad som, med hans egna ord, var möjligt att överföra ”till svensk vers, bunden eller obunden av metriska regler”. Ett tidigt exempel på att Edfelt, som i de egna dikterna alltid höll sig till den bundna formen, var en minst lika skicklig tolkare av fri vers var enligt Holmqvist det stora urvalet av T.S. Eliots dikter i Tolkningar av tysk, engelsk och amerikansk lyrik (1940).

Johannes Edfelt återkom flera gånger till tanken på översättningen som bygger broar. I en sen volym med lyriska tolkningar, Broar (1987), där han tänjer på gränserna för sina stränga formkrav, finns en dikt som tydligt stämmer med hans egen formkänsla, ”Hågkomst” av Günter Eich:



Mossarna, där vi ville gå, är torrlagda.
Torven har värmt våra kvällar.
Svart damm virvlar vinden upp.
Den blåser bort namnen från gravstenarna
och skriver in oss
med denna dag.



Men Edfelt vände sig också till det nya och ännu på våra breddgrader okända när han med Derek Walcotts dikt ”Mörk augusti” (1977) åter ville utsätta sig själv för ”en obarmhärtig affär”:



Så mycket regn, så mycket liv likt den svullna skyn
denna svarta augusti. Solen, min syster,
ruvar i sitt gula rum och vill inte komma ut.
Allting går åt helvete; bergen ryker
som en kittel; floder svämmar över; men
solen vill inte stiga och stänga av regnet.
[---]



Genom åren gav Johannes Edfelt nästan alltid ut sina översättningar i separata volymer. Det blev sammanlagt över tjugo stycken. Efter sammanfattningen av tolkningar från sex decennier, Följeslagare, kom ytterligare en volym, Mötesplatser (1992).

Carl Magnus von  Seth



ISMAEL BELDA [16.267]

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Ismael Belda

Ismael Belda nació en Valencia en 1977 y a los cuatro años se mudó a Madrid, donde ha vivido hasta hoy. Cursó estudios de Filología Hispánica e Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid y comenzó a escribir crítica literaria para la revista Artes Hoy. Ha pasado los últimos diez años escribiendo una larga y ambiciosa novela llamada Vesperal. Actualmente es un colaborador habitual en Revista de Libros.

La Universidad Blanca es un libro que gira en torno a su pieza central: un largo poema narrativo que le da título y que habla de un lugar de aprendizaje perteneciente al mundo de los sueños y de los misterios. El poema está escrito en pareados alejandrinos, un metro anticuado y flexible, y oscila entre el prosaísmo intencionado y el más alto vuelo lírico. Varias presencias sobrevuelan el texto: los heroic couplets de Browning o del gran poema de John Shade (incluido en Pálido fuego, de Nabokov); los largos poemas narrativos posmodernos de Kenneth Koch, James Merrill y John Ashbery; la Epístola (a la señora de Leopoldo Lugones), de Rubén Darío, y la ciencia ficción clásica. Las otras dos partes las forman: una novela en verso fragmentada sobre las andanzas de un autómata de apariencia humana que viaja por California, conversa con los fantasmas del marqués de Sade y de Vlad Tepes y se adentra en las últimas eras del universo; y una especie de cancionero perdido de una tierra olvidada: breves piezas líricas imbuidas de una nostalgia imposible.



Partida de caza

El lago en invierno
ofrecía sólo un perfil
bajo sólo este sol
amarillo. En la página
el plegado caimán del pulgar,
diligente, transparentando
antiguos paseos en tílburi.

Todos los gansos del cielo
eran un solo ganso espejeante.
Entre las cañas escuchábamos
una fija vibración, légamo
de humo de tabaco, manantiales.

Los cambios de la luz
sobre el lago amarillo.
El ciego perfil terciado
de un rostro perdido, perdido.
Una mujer junto a un caballo
en una ciudad de invierno,
seria como la muerte, que espera.

Una voz raspa capa tras capa. Sueños
que descienden en giros, en máscaras.
Altas bandadas al alba pasan.
La escarcha calladamente florece.
Aún hay luz en la vieja cabaña.






“Sopesé la locura
y las cosas que rompen la intricada textura
del mundo, intrusos mudos, remotas avanzadas.
Pensé en Tlön, y en los ínfimos zapatos de las hadas.”




`La Universidad blanca´, de Ismael Belda
Poesía. Ediciones La Palma, 2014. 88 páginas




EL AUTÓMATA TOMA HABITACIÓN

El autómata toma habitación
en un hotel de California. Pregunta en recepción
por Rosamunda. No se aloja aquí, le dicen 
dos muchachas gordas y felices; una de ellas
enormemente inteligente, piensa él. Se fue hace varios días, lamentan.
Ojalá que tengas suerte, le dice la otra.
En los pasillos, sus pasos no se escuchan. Sólo un rumor
de máquinas al fondo de la mente hace
temblar un poco las paredes en la yema de los dedos.

En la piscina, parejas de ancianos perfectos sonríen
a las pequeñas sombrillas de sus daiquiris. Nadie
habla en voz muy alta. El cielo de Los Ángeles,
a la tarde, tiene la suave precisión que uno espera siempre de los cielos.
(Uno siempre queda defraudado. Pero no aquí, no aquí, aquí no, Rosamunda).

Es de noche. Las reverberaciones de la piscina
se entrecruzan en los rostros, en los muros,
danzan una danza que el autómata conoce, e interpreta.
Hablan de los caminos del país del tiempo, hablan
de los vientos que eternamente soplan y soplan, cantan y cantan,
empujan figuras minúsculas a las landas del otro lado.
Las ondas de luz de la piscina saben estas cosas,
y algunos ancianos, que beben mai tais y piñas coladas,
lo saben también. Buena gente, piensa el pobre autómata adolescente.

Su habitación es roja y tiene una pintura enmarcada
de una gigantesca ola en el mar. En la cresta de la ola,
un hombre diminuto en una tabla de surf. El autómata se acerca. 
La cabeza del hombre está al revés, o eso parece. Tan sólo hay pelo
donde debería estar su rostro. En la televisión
el autómata ve varias obras maestras del cine.

Nuestro amigo espera días, semanas, bebiendo él también
vesper martinis, mojitos, manhattans, mai tais, margaritas.
Conversa con ancianos de infinita sabiduría.
El alcohol, tristemente, no le vuela su pobre cabeza de plástico.
Si acaso le pone más sobrio, le hace ver la realidad:
un humo estroboscópico que asciende de todas las cosas.
Cuando se acuesta, sueña con el hombre cuyo rostro es una nuca.

Pasea por Sunset en crepúsculos interminables. En el cielo, a veces,
se libran batallas carmesíes entre ejércitos secretos. Todo el mundo
lo ve. Todos hablan de ello.
De lo más alto de una palmera muy delgada
un pájaro mecánico alza un vuelo rutilante y se funde
con la estela de un avión. Todo hace señales.
Las delicadas hierbas que rompen el asfalto al pie de las verjas dobladas
son de una inexpresable belleza, y el autómata 
piensa que querría hacer música con ellas, para ellas, si pudiera.

Una niña, en Pico con La Brea, le dice tú no eres de verdad.
El autómata no sabe qué decir. Para disimular
le saca medio dólar del oído a la niña.
Ella lo coge y se lo guarda de nuevo en la oreja.
Es rubia. Se llama Venetia. Lleva puesta una camiseta
con el rostro de Captain Beefheart en magenta y amarillo. Le pregunta
¿vivirás eternamente, autómata? ¿O te apagarás un día
y estarás solo? ¿Estarás solo, pobre autómata 
solitario? ¿Estarás solo si vives para siempre?

A la mañana siguiente,
el autómata alquila un hermoso Chevrolet Impala azul, y piensa
en su otro coche, su maniático y eufórico coche blanco europeo,
piensa en la ternura de las máquinas, en el amor lancinante, descuartizador, de 
         las máquinas.
Salen de Los Ángeles, él y su coche, y cruzan el valle de San Joaquín.
Hay ríos perezosos, vestidos de barro, que se demoran en curvas a cuyas orillas
crecen inmensos árboles y carretas abandonadas. Hay campos de trigo
de donde vuelan pájaros negros con las alas rojas.
En el aire fresco hay humedad que alegra el rostro
y una música de Rosamunda, una música desnuda y delicada
que el autómata no entiende
pero que con delicia y desgarro ama,
ama con vergüenza y odio de sí mismo y con grandeza,
y con felicidad tranquila y éxtasis. Amor humano casi.
En el Norte empiezan las secuoyas y la bruma, y el olor a mar. Amar, amar,
piensa el demencial autómata.
El coche, poco a poco, se hace invisible.
Desaparece en mitad de una larga recta junto a las olas.




LOS MUERTOS

“Soy un clérigo andrajoso que se desliza por las paredes”,
dice el niño al acabar el puzle. En el cielo, tras las ventanas,
aviones plateados trazan líneas de vapor y de cristales de hielo.
“En Plutón. Allí han vivido en la oscuridad y el frío.
Para cada uno que llega, la misma noche en fuga hacia el espacio exterior.
No podemos imaginar el horror, el rechinar de dientes.
O quizá sí podemos”.
La Coca-Cola del niño se retuerce en lentos hilos translúcidos entre los hielos.
Tiene el pelo húmedo y pegado a las sienes
y la venda que cubre el muñón de su mano
está levemente manchada de sangre.
“Han construido naves. Han construido ciudades flotantes.
Quieren tomar posesión de lo que es suyo. Del azul, del verde, del hondísimo amarillo.
Vienen del final del sistema solar”.
Mientras el niño habla yo observo a dos muchachas de una mesa cercana
que se besan y que juegan por debajo de la mesa.
El contacto entre sus lenguas recuerda al oleaje del mar, recuerda a nubarrones de tormenta.
“Yo oficio en una tarea sagrada.
Salvo grandes trozos del mundo y los pongo fuera de su alcance.
Al menos por el momento, retraso su venida”.
Las dos muchachas sonríen maliciosamente sin dejar de besarse
(algo ha ocurrido bajo la mesa).
El niño susurra una palabra: “Venetia”.
“¿Qué pasará cuando vengan?”, pregunto.
“No lo sé”, responde el niño. “Todo cambiará.
Quizá todo será demasiado distinto. Quizá es imposible que sea malo”.
El puzle, contra lo que pudiera pensarse, no es El triunfo de la Muerte,
sino una reproducción de la segunda Torre de Babel,
esa que parece quemarse desde dentro con una llama inacabable.




Ismael Belda: nace un escritor

Por ANDRÉS IBÁÑEZ 

Ismael Belda firma «La Universidad Blanca», una obra innovadora tanto en el terreno lírico como en el narrativo. Un libro importante que debería ser leído con asombro por los poetas y por los narradores.

Este es, sin duda, el sueño de un crítico literario: tener la ocasión de descubrir, en el curso de su vida natural, a un nuevo escritor, señalarlo al mundo y hacer sonar trompetas (dentro de sus más que modestas posibilidades) para llamar la atención, en medio del bosque de títulos anodinos que llenan las librerías, sobre la aparición de un libro genial. Ya que eso es La Universidad Blanca, de Ismael Belda, un libro de poesía que es también un libro narrativo y que abre los cielos de la poesía española y los de la narrativa española como un meteoro.

Imaginemos a un poeta que reúne en una voz de insólito virtuosismo y brillantez la herencia de nombres como Yeats, Wallace Stevens, Lezama Lima o Rubén Darío, a los que habría que añadir otros como Leopoldo María Panero, y además al poeta Roberto Bolaño y además al poeta Vladimir Nabokov, especialmente el del genial poema Pálido fuego. Imaginemos a un poeta que reúne todas estas cosas en una paleta donde aparecen colores traídos por Rilke, por Kleist, por Hölderlin, el recuerdo de la «isla donde los cantos son verdad» de las Lamentaciones de Menón por Diótima o la fascinación de las rosas místicas de Rubén Darío junto con los colores salvajes y deslustrados de la ciencia ficción.

No creo que en 2015 se publique en español un libro más importante
Imaginemos un poeta para que el que, ¡por fin!, la poesía es la lengua total, la que permite la lírica, la épica, la narración, el diálogo, el raro embrujo, las visiones, el ingenio, el virtuosismo formal, el humor, la alta especulación filosófica. Imaginemos a un poeta que avanza en todas direcciones, que cultiva una singular libertad rítmica y practica metros raros y difíciles (la sextina, la villanela), que pretende maravillarnos y deslumbrarnos pero también contarnos historias, y todo al mismo tiempo.

Atrevida belleza

Veo La Universidad Blanca como el heraldo posible de una nueva época de nuestra literatura. Los temas que se reúnen en este libro minúsculo pero de alcance incalculable son de esos que harán fruncir el ceño a las mentes retrógradas: la poesía, la narración, la ciencia ficción, la especulación metafísica, pero sobre todo la posibilidad asombrosa e inevitable de reunir todos esos elementos en una construcción artística tan intensamente original como hermosa.

Sería imposible dar una idea de la atrevida belleza de estos poemas
Este libro no sólo debería ser leído con asombro por los poetas, sino también por los narradores, especialmente los interesados en el género clave de nuestra época (me refiero a la ciencia ficción), porque tan asombroso es como obra innovadora en el terreno de la lírica española como en el de la narrativa. «Fragmentos del autómata» es una maravillosa narración en poemas que cuenta la vida y amores de un «autómata» con diversas mujeres y en diversos países, pero es «La Universidad Blanca» la pieza central del libro.
Sería imposible dar siquiera una idea de la riqueza de ideas, de la intensa y atrevida belleza de estos poemas, de su rabiosa originalidad, de la fascinación de la nube de nanomáquinas doradas que crea mundos paralelos en los cuales vivimos vidas reales, del asombroso currículo de la Universidad Blanca en la que los estudiantes aprenden asignaturas maravillosas y sobrenaturales. Todo un curso de estudios para crear una nueva humanidad, para inventar un nuevo mundo, para inventar un nuevo arte, una nueva poesía y un nuevo arte narrativo. No creo que en lo que queda de año se publique, en español al menos, un libro más importante que este.

La Universidad Blanca
ISMAEL BELDA








MANUEL JULIÁ [16.268]

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Manuel Juliá 

(Puertollano, Ciudad Real  1954) 

Premio Nacional Clarín de Cuentos 2011 y ex alcalde de Puertollano, publica artículos en distintos medios españoles, como el diario Marca y La Tribuna de Ciudad Real o www.diariocrítico.com. Es escritor de títulos como ‘La gloria al rojo vivo’, una crónica personal sobre el Mundial de Sudáfrica, con 50.000 ejemplares ya vendidos, ‘Cuarenta Latidos’ o ‘Dioses de fuego y aire’.

Asimismo, ha publicado dos libros de poemas, ‘De Umbría’ (1988), y ‘Sobre el volcán la flor’ (2008), antes de esta trilogía, "El sueño de la vida". Poesía Hiperión (2015), "El sueño del amor". Poesía Hiperión (2014)  y  "El sueño de la muerte". Poesía Hiperión (2013), así como ‘Intemporal, entre dos siglos heridos’ (1999), que recoge artículos publicados en Diario 16 y El Mundo, 

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
Doctorado sobre política comunitaria en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Castilla la Mancha, Departamento de Economía y Empresa.

Publicaciones y colaboraciones

"El sueño de la vida". Poesía Hiperión (2015)
"El sueño del amor". Poesía Hiperión (2014)
"El sueño de la muerte". Poesía Hiperión (2013)
"Dioses de fuego y aire". Editorial Eneida (2012)
"Cuarenta latidos. Una fábula sobre la vida y la muerte". 2ª Edición. Endymion Narrativa (2011)
"La gloria al rojo vivo. Diario sobre una proeza" Editorial Eneida (2010).
Sobre el volcán la flor", poemas. Biblioteca de Autores Manchegos (2009).
"Cuarenta latidos". Primera edición. Almud Ediciones de Castilla la-Mancha (2009).
"Castilla La-Mancha, la luz del Quijote", en colaboración con Dionisio Cañas, Antonio Pérez Henares y con fotografías de Nardo Villaboy. Unión Fenosa (2009)
"Intemporal. Entre dos siglos heridos". Selección de artículos publicados en el diario El Mundo y Diario 16. Ediciones Soubriet (2003).
"De umbría", poemas. Biblioteca de Autores Manchegos (1998).
"Narraciones manchegas". Editorial Intuición (1998).

Columnista del Diario Marca, desde el año 2008.
Columnista Diariocrítico.com, desde el año 2012.
Columnista de La Tribuna de Ciudad Real desde el año 1997.
Columnista del Diario El Mundo, en su edición de Andalucía, desde el año 1997 hasta 2006.
Columnista de Diario 16 (Nacional, Andalucía y Castilla-La Mancha (1981, 1994-1996).
Colaborador habitual de La Gaceta de los Negocios, durante el año 1991, 1992 y 1993.
Crítico de cine y de libros en el Diario de Caracas entre 1981-1982.
Colaborador en la revista Triunfo entre 1976-1977.
Redactor en prácticas del El Diario Vasco durante 1975.
Colaborador de la revista "Poesía Hispánica" entre 1972-1974.
Articulista de Radio Popular de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha entre 1999-2001.
Colaborador en el libro "Lecciones de Desarrollo Rural", editado por la Universidad de Castilla-La Mancha, con dos extensos trabajos titulados "Los nuevos reglamentos de la Política Regional Comunitaria" y "Programas del Marco Comunitario en Castilla La-Mancha" (2000).
Colaborador de la Associacao Portuguesa para o Desenvolvimento Regional, en diversos trabajos de carácter comunitario (1998-1999).
Colaborador en el Boletín Situación del BBV (Banco Bilbao Vizcaya), en diversos trabajos de carácter comunitario (1996-1998).
Colaborador de la revista "Boletín ICE Económico", editada por el Ministerio de Economía y Hacienda (1996-1997).
Columnista del Diario Lanza de Ciudad Real (1987, 1991, 1993-1995).
Director Adjunto del semanario El Manchego (1979-1980).




(De: “Sobre el volcán la flor”, 
Diputación Provincial de Ciudad Real, 2009)



HERÁCLITO VERSUS DANTE

Nunca tendremos
otra oportunidad, como dice el viejo Heráclito.
Jamás volveré a ver aquellos ojos de entonces
ni serás otra vez la cantante de baladas en un bar viejo
con el neón más sucio del puerto. Esa manera
de fumar el cigarro apresurada, de última aspiración
no volveré a mirarla dentro de una penumbra azul
al lado de unos cuadros que representan monstruos marinos
y frente a una ventana ilícita de un bar de hachís

pero no me importa, estuve contigo
más por vicio que por amor infinito
y dejé de estarlo cuando fue imposible inventar nuevas pasiones
o conseguir que la historia estuviese siempre segura
de que no habría futuro. En todo caso

de aquello me ha quedado un ansia de recuperar viejas cosas
por ejemplo la ignorancia que expresaba tu belleza
o ese puñado de poemas sin acabar
que se quedaron tirados en la cuneta
del cammin di nostra vita…





de "EL SUEÑO DE LA MUERTE"
Poesía Hiperión (2013)


YA NO HAY VIENTO

Hace mucho que no nos miramos a los ojos
o nos sentamos juntos en un banco
y comentamos que ya no hay viento,
que estamos al final pero algo puede ser un comienzo,
hace mucho que ya no me abrigas
en una noche fresca que aguanta sus luces todavía,
que suelta un vapor de nicotina y niebla
y me siento como un pájaro desnudo
o como un pobre cachorro de sombra futura
que se hiere con las voces lejanas,
y ya no hay viento, 
el día se queda sin poderse mover, preguntándose
por qué nadie sabe la hora de irse de la vida
o de salir al aire después de morir un rato
con el latido de tus cabellos en mis manos,
hace mucho que no nos sentamos
sobre un banco que tengo escondido en la maleza
de un jardín construido con el viento de las arañas
y la luz de las heridas del vacío
ya se está olvidando de nosotros,
hace mucho que no hablamos de tú a tú, como amigos
que desconocen que el futuro está en el pasado
y que el amor en sus labios
sigue existiendo sin que sus labios lo nombren.




NUEVOS OJOS

La ternura de tu esqueleto en mis manos
ahora, resplandeciendo, cuando levantas el rostro
todavía a mi lado, dentro o fuera de la iglesia,
cerca o lejos de todo, mientras mi brazos tiemblan
al rozar tu boca empapada en lluvia y barro
o rozar tu sortija de piedra, y la cabellera negra
que permanece tierna o recién nacida
puede comenzar a existir como una yerba húmeda
que rebosa por la tierra,
limpio tu rostro lleno de puñados de humo
con mis manos, un simple roce que quita la niebla
y te acaricio y tus mejillas se iluminan tan blancas
mientras estás abriendo un libro que escribí sin ti,
que no pudiste leer, del que ni siquiera
tuviste la más mínima noticia,
y mientras lo lees estoy al lado de tus ojos viejos,
sobre tu mejilla que se quiebra de gozo
con la primera lágrima que te sale, ahora lees
lo que no pude escribirte, quizá este poema
que quiere recordar la nicotina de tus uñas, las bicicletas
que no quieren devolver su alma destrozada
porque son el primer momento
de una tarde de domingo, fría,
con tu aliento abrigándome, ahora
la ternura de tu mirada se queda
en la ventana de muchas noches calurosas
y estarás leyendo este poema todo el futuro posible, 
un esqueleto leyendo un libro 
en la orilla de un río muerto, 
y los colores de la tarde resucitan
en el nuevo brillo de sus ojos…




MIRADA

Puedo con todo lo que envuelve tu ausencia, 
con la resina que está en el frío 
de los pinos y con el corazón 
que avanza por la noche detrás de nadie
y ya no necesita luces
para ver toda la llanura llena de pozos vacíos,
puedo con los túneles abandonados 
que ayer tuvieron heridas 
y sonidos desarmados
que sólo decían dolor, dolor, dolor,
puedo con el silencio manipulado en la oscuridad
como historia escrita que mancha
el corazón de negro, y puedo con tus ojos negros
que ahora observo con mi nueva tristeza,
y puedo regresar al día en el que dormí contigo
envolviéndome en tu cuerpo, 
escondiéndome en tu pecho,
puedo con todo lo que ya no es nuestro
porque ya no hay palabras y no hay oscuridades
solo una desolación que no quiere despertarse
por si acaso se pierde tu mirada
y ya no queda ni el dolor,
mientras la ausencia sube llevándose
las palabras que pueden nombrarte.




`El sueño del amor´
Poesía Hiperión (2014) 



V

Cuando me abrazas todo es sereno en mi cabeza dolida
y la angustia se cae de la almohada
al recipiente donde hierve la luz de la ropa sucia,

cuando me abrazas se pierden los voraces pensamientos
y siento que estoy tan dentro de ti amor 
que te consumo a oscuras
mientras se disuelve la nada en la luz que creamos,

y el silencio de nuestros labios encendidos
es un ruido que jamás molesta, 
crea una alianza que es dueña de mi vida,
el corazón permanece latiendo sin aurora
porque en la noche brilla el sol en tus ojos,

cuando me abrazas en la oscuridad
mis palabras cruzan tu cuerpo como una verdad 
despertando un silencio reflexivo,

solo tengo letras para escribir tu nombre sin letras
y mi perenne ocupación es ofrecerte mi ternura
para que consumas la que necesites
y mis elementos fluyan poco a poco por tu sangre
como siervos felices de tu mirada,

cuando me abrazas empujas tu resplandor hacia el mío
y estoy tan dentro de ti amor que ya no dudo de nosotros 
y solo sé amarte para siempre
quizá en un segundo que duerme congelándose
o en un recuerdo definitivo
que descansa sobre tus costillas milenarias
donde encuentro el hambre de la vida saciado

y miro la arena gris del mar que espera las palabras
aturdida porque tus huellas ya no se borran
y los labios de la marea dicen lo eterno.




XXXVII

Me sonreíste con tu cara rosada llena de espinillas
como si supieras qué nueva soledad
comenzaba a moverse por el alambre del vacío
antes de llegar al alma del espacio,

me ofreciste tu fresca mejilla, pusiste tu mano
sobre el cercado de mi corazón,
rompiste el muro que el ultraje de la vida
guardaba dentro de mi carne,
me devolviste los sueños que se desangraban
rechazando el miedo que se acercaba por el vestíbulo
para meterse en mi cama
como una fiera cuya ambición era dominarme,

cuando mi angustia de ciénaga a nadie le importaba
dormiste a mi lado desnuda,

todos los días y todas las noches que se agitaban
con el dolor de un pájaro mojado en mi corazón
fuiste el consuelo que estaba deseando,

me amaste con las últimas frases
que habían sido el remedio a mi negación absoluta
y cuando me quedé a solas con la muerte
aunque no pudiera verte, sabía,
que estabas a mi lado con tus labios ardientes
susurrándome al oído que las hojas marchitas
permanecen serenas en el paladar del universo,

siempre comprendías mi angustia
y el escozor oscuro que los parásitos del vacío 
producían en mis manos

como si hubieses sido tú
quien hubiese creado el amor más grande

que me esperaba al final del túnel más oscuro.



XI

Acaricio tu piel hasta que abandone sus tejidos
y en un relámpago de lucidez
sientas el movimiento del alma entre las sábanas
diciendo un lenguaje de silencio inmortal,

quiero volver alado el espacio con la convicción
de tu naturaleza volátil,

abro tu sostén con la delicadeza del alba que nieva,

con un gesto de amor que en el silencio refleja 
la luz de tus senos apretándome las manos
deseo vivir contigo lejos de los años,

cada beso está plasmado con alma de lluvia
en el papel de tu rostro
como un poema dispuesto a la prueba del mundo,

mis manos rompen la muralla de carne
y mis dedos suenan dentro como un violín
creando belleza en el abismo profundo,

me enamoro de tus deseos que nadie conoce
y consigo que se vuelvan luces de luna, 

abro la puerta más cerrada de tu niebla ennegrecida
para que te vuelvas conmigo al origen
y las serpientes que aman tus muslos
se envenenen con tu belleza. 




El día que me dejaste

…Soy un viejo que mira el reloj a las doce
por si te vuelves un hada dentro de la colonia
de sombras del mundo acabado que me rodea, 
Pero sobe todo, encontré mi poema, 
no lo podía haber descrito mejor:
El día que me dejaste vi el mundo
como una casa imposible de habitar,
vi las nubes como países en los que no amanecería
y los árboles como seres atormentados que hablaban
con nuestras palabras perdidas,

sentí que ya no tenía ninguna vida para dar a nadie
y que tampoco tenía una vida para mí
porque me envolvía una piel de acero
que apretaba mi corazón contra los huesos,

sentí que jamás podría volver a encontrar mi mirada
en el huerto alegre, donde el humo callado
habla con el agua verde de tu corazón misterioso,

el día que me dejaste vi la luz morir en mi puerta
como un papel vacío
que no encuentra su uniforme de mentiras o sombras,
vi los pensamientos detrás de la derrota
como paredes grises que no tienen realidad,

el día que me dejaste me quedé lleno de límites
confusos, con un dolor de espalda
y un estatus de sombra
que espera una cita en un café desierto,
ahora amor soy el epílogo de un libro
al que han robado sus páginas y busca su estantería
para poder morir en paz.





"El sueño de la vida". Poesía Hiperión (2015)


LA ARBOLEDA DE LA VIDA


COCODRILOS

Los dientes se clavan en la carne sin descanso,
hay tanta violencia que los peces huyen por el barro
y el tierno animal se golpea contra las piedras,
ve su sombra abordada por un monstruo desconocido,
el agresor tiene los ojos cerrados, las uñas clavadas
en la piel mojada del ciervo adolescente que tiembla
por un miedo desconocido que se comprime
en la estupefacción de sus grandes ojos castaños,
las gigantescas mandíbulas mueven la presa con fuerza
creando un remolino que convierte 
la sangre en delicia para la especie devoradora,
estoy sentado cómodo en un sofá que me ahoga,
tengo los ojos doloridos por ver tanta sangre
y observo la derrota de la ternura en la selva,
mi corazón quiere esconderse en la maleza de la vida
para huir del dolor que espera agazapado en los ríos,
observo el cuerpo marrón que está sufriendo mojado
lleno de un barro negro que se le mete por los ojos,
no se puede mover, levanta la cabeza hacia el cielo
sin tener otra esperanza que la muerte, me pregunto
si su mirada sorprendida podrá dormir también
donde la aurora no vuelve, los nenúfares
llenos de sangre se revuelven por el barro
arrugándose por la fuerza brutal de las aguas,
ya no son hermosos en la pantalla de color,
un rastro de muerte joven se pierde por el agua,
la angustia de los árboles paragua está clavada
en el largo remolino que sabe a tumba,
siento que algún día yo también cruzaré el río 
como el ciervo desvalido, y que encontraré
en el agua dentelladas que emergen y abren
una visión que primero es roja y luego se vuelve negra,
siento que algún día un remolino de olas sucias
se tragará mis sueños en un temblor de dientes,
al compás del barro, del clamor de una huida, 
del enigma del dolor, del enigma de la vida.




CALLES SOLITARIAS

Recuerdo que hacía muchísimo frío, y una íntima
lujuria exaltaba el manoseo debajo de los abrigos,
hacía muchísimo frío y las farolas inventaban poemas
que cuando se llenaban con el vapor de la niebla
parecían caer del cielo como copos de nieve,
recuerdo una esquina muerta y los balcones solitarios
sobre la plaza helada, las farolas arrastrando
la memoria por los soportales de una plaza blanca
y bandadas de mineros avanzando en la oscuridad
con sus bicicletas musgosas 
para cumplir los turnos de su mundo enterrado,
recuerdo el olor adolescente de su ropa interior,
los labios blancos abriéndose iluminados
por el destello oscuro de los parpadeantes neones,
hacía mucho frío, los bares se recogían en sus esquinas
como niños que han de volver a las caricias,
los parroquianos perdidos que la mina había expulsado
jugaban a las cartas con las últimas sombras
que esperaban un autobús camino del desierto,
recuerdo tu mano masajeando mis mejillas heladas,
los dedos expulsando fuego azul de las ropas,
tu cabeza en mi pecho metida hasta los huesos,
recuerdo un beso abriendo el corazón en plena calle
y un amor que allí había nacido y quería
llevarme desde aquellas calles solitarias
al más hermoso lugar del pensamiento.




PUERTO OSCURO


MIENTRAS DIGO TU NOMBRE

El cielo mira las chimeneas negras del pueblo callado
y las imagina como una madreselva de cemento
que se hiere con su primer espíritu
en los umbrales de la tarde, el cielo es una vida
que pasa por las montañas transportando una llave
de luz que abre las palabras que han amanecido
como una respuesta abrazada a los labios del tiempo,
el cielo abre sus puertas pálidas y enseña una mirada
que ya no es de aquí, porque la muerte está saciada
y los ojos solo miran el camino que sigue esperando
aparecer de regreso en el alba, cuando se ha callado
el rugido del tiempo en la oscuridad, 
el cielo suelta sus secretos como el agua de lluvia
y moja los tejados con silencios que hablan del amor
rodeando las chimeneas negras del pasado
hasta que el aire del ayer sueñe con ellas,
el cielo entrega su calma y levanta la voz de los ríos,
abre el corazón de los árboles para que llenen
con su sangre verde todas las flores pisadas
y los pétalos rotos, para recomponerlos con una luz
que solo nace si los recuerdos ganan su batalla perdida,
el cielo me habla con sus palabras secretas
y lo entiendo mientras digo tu nombre, y el silencio
que me responde dice tu nombre
y todos los colores de la vida, en un instante
vencen lo mortal y lo inmortal con tu nombre,
con una esperanza que no se pierde por las nubes,
el cielo habla de amor cuando la muerte está saciada
y triunfa una vida silente y los manzanos del patio
ya no son de aquí ni de ninguna parte,
porque lugar y sombra son labios
que han aprendido a entender el silencio.




PARTES DE UNA SOLEDAD

Adónde voy en la oscuridad entre los muertos y los vivos, 
bajo el destello de farolas que no son de ningún lado,
con las camisas blancas de domingo que aman el rocío
y los pantalones pegados a un calor que se esconde,
adónde voy mientras esta música que se está muriendo
no sabe si quiere llegar al final del viaje, o quiere seguir
atravesando la ciudad, el campo, las montañas, los ríos,
y todas las rocas muertas que hablan en las cunetas
un lenguaje que quiere acercarse a la belleza,
adónde voy mientras la vida se aleja del principio
y una soledad se acerca para explorar el silencio, 
no quiero terminar el camino que me agota, no quiero
saber que hay al final detrás de esa montaña
o quizá sí quiero para perderme en el mar cautivo
de un barreño que hay en un patio lleno de árboles,
adónde voy dando vueltas por el puerto de la noche,
hablando con el dolor que se esconde debajo
de aquellos adoquines que atrapan su misterio
reflejando en el espejo mojado de una noche,
adónde voy hasta el fondo del aire azul, escuchando 
las canciones de los marineros que me acompañan
en el viaje de un sueño por el mar más amado
mientras van los obreros metiéndose en la tierra
para encontrar la sala de máquinas del tiempo,
también voy con ellos adonde ya no hay nadie,
adónde voy dentro del mar que habita mi edificio,
siento su movimiento adentro y ya no puedo dormir,
solo mirar y mirar la llanura que está dormida
en la hermosura del viento, callada en el horizonte
mientras la vieja patria de la infancia vuelve
para acompañarme en el viaje del que ya no se vuelve, 
adónde voy luchando por entender
si comenzó la luz entonces, o comenzó la oscuridad.




EL SUEÑO DEL REGRESO 
(en memoria de mi madre, que se fue hacia lo más lejos mientras escribía este libro)


BRUMA DE GERANIOS

Ya no quedan padres hermano y cuando la noche cae
unos niños se levantan por todas partes errabundos
y encuentran pasillos vacíos, ventanas cerradas, 
puertas llenas de telarañas que forman un velo áspero
que se va solidificando hasta formar un muro de niebla,
ya no queda tarta de yogurt en la nevera hermano, 
ni discos viejos con su carátula pálida, los juguetes ciegos
andan por los pasillos como viejos abandonados
buscando la puerta que se aleja del calabozo de la vida,
ya no quedan padres hermano solo hay un escenario
en el que se vierte la vida como un actor sin fuerza,
como un torrente de soledad y abandono,
el tiempo se borra del deseo y forja su hueco
con la arena de aquel castillo que hicimos en el mar,
ya no quedan padres hermano y el aire huele
a gasas de penumbra, a geranios oscuros 
que parpadean en la sombra como ojos heridos
buscando su cuerpo y su vital caricia,
el ruido monótono del respirador sigue invadiendo
los umbrales de la angustia, las luces de emergencia
se clavan en el corazón como dardos que traen
una distancia que no se puede alcanzar, 
ya no quedan padres hermano y las legumbres del mediodía
miran el hueco del fuego y saben que se secarán
en una alacena que se devora de ausencia,
los rosquillos son cenizas blancas de relámpago
tirados en una fuente que se va desconchando
como un hule que una agria penumbra destroza,
el merengue deslinda su agonía sin esperanza hermano
y el rostro del chocolate se va endureciendo
en una vasta soledad, los melocotones se pudren
oscureciendo su corazón amarillo,
ya no quedan padres hermano y el dolor
es una cuchilla que raja los ojos 
y la mañana no puede despertarse tranquila,
los caminos de la ciudad se quedan pegados a sus zapatos, 
se van con ella como luces de la memoria
que parpadean por un pasillo que vive sin aire,
ya no quedan padres y los geranios descastados
no tienen el olor de sus dedos, el amor de su mirada,
están helados en su veneno, miran al sur con nostalgia
y siguen llorando debajo de la almohada.



EL OLMO DEL PATIO

Cuando pienso en ti los árboles se adueñan de todo
lo que tiene un lenguaje azul agazapado adentro
solo por imaginar tus canas, y verlas brillando
bajo el agua de la lluvia que atiende a la memoria
y baja desde el alma, cuando pienso en ti,
en tus dedos siempre helados, en tu pequeña nariz,
en tus ojos redondos, cuando pienso en ti,
en tu falda de pespuntes grises que se mueve
como un mar verdísimo por la casa
los juguetes huyen de la muerte malvada
deshaciéndose en el suelo áspero para ser
imagen en la memoria que habla con tu imagen,
cuando pienso en ti las viejas bicicletas
y la alberca helada salen al mar amando la vida,
salen del baúl enterrado que hay en los escombros,
y las moreras vuelven a subir por los muros
agarrándose a la humedad recobrada del río seco,
y las mariposas se desprenden del álbum corroído
para respirar en la noche,
cuando pienso en ti creo, ya para siempre
que estamos juntos otra vez, mirando un vacío,
y sé que no podemos despeñarnos
porque hay una luz rigurosa a nuestro lado
que nos agarra por la cintura y nos sostiene en el aire,
cuando pienso en ti el algodón de los vestidos habla
y recuerda tu dulzura habitando el calor
de los hierros candentes que alisan sus vértebras,
y un silencio duerme encima de la cama
traspasando mi piel con sueños y caminos,
cuando pienso en ti se marcha la niebla de mis uñas,
y el polvo que crece en su propia jaula
canta como un pájaro lleno de voces de la infancia,
y me quitas el ruido áspero de la vida que está cosido
en el jersey de humo que me envuelve, 
cuando pienso en ti otra luz niega la luz que muere
y todo se acerca a mi lado, atendiendo mi dolor,
calmando mi mente para que pueda dormir tranquilo
bajo el olmo del patio.




ESCONDITE

No quiero salir a la calle que hace mucho frío,
quiero seguir oyendo tus pasos acercándose a mi lado,
buscándome en el salón mientras estoy escondido
debajo de la cama y siento que nada puede asustarme,
no quiero salir a la calle, no quiero que el viento
me despierte del sueño de la vida que siento a tu lado,
mientras te veo acercándote a mi escondite,
unos zapatos blancos que tocan suave las baldosas
y una voz que dice mi nombre con su gracia andaluza,
no quiero salir a la calle, y ahora que te has ido
hacia la muerte quiero quedarme toda la mañana
o toda la tarde o toda la noche o toda la vida
oyendo la canción hermosa que tarareas
para que rompa la angustia seca de la casa,
tu voz detiene los termómetros y las sombras nuevas,
recobra las burbujas de las viejas fotografías,
no quiero salir a la ciudad, quiero inventarme vidas,
quedarme en este sillón mirando las paredes,
presentir tus ojos invisibles bañados de horizonte,
quiero complacer el recuerdo de las enredaderas
que huelen el vacío de tus manos
y se angustian en un polvoriento silencio,
no quiero salir afuera, quiero recordarte una y otra vez
y acoger todos los olvidos que viven a oscuras,
sentir mi vida ascendiendo hasta tus cabellos blancos
para dormirse en tus ojos como en una cuna,
no quiero salir a la calle, me da miedo la niebla,
me da miedo el frío, me da miedo la iglesia, me da
miedo una plaza que aún desea verte llegar,
quiero quedarme aquí y devolver su soledad tranquila
al cuerpo desesperado de la nevera,
y mirar las huellas perdidas del rocío que regresa
para que vuelvas a limpiarlo en el escalón amargo,
no quiero salir a la calle, deseo que sigas hablándome
de ángeles, y que me digas que jugaré con ellos,
que seré de su estirpe cuando regrese a tu lado 
sin días que me detengan, cuando al fin solo sea
un trago de humo que sale a dar una vuelta por el patio.







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