Estatua de Milarepa, Pango Chorten, Gyantse, Tíbet.
Milarepa
Jetsun Milarepa, (1052-1135) es considerado generalmente uno de los más famosos yogis y poetas del Tíbet, fue un estudiante de Marpa Lotsawa, y una de las grandes figuras de la escuela Kagyu del Budismo Tibetano. Milarepa fue el primer tibetano que alcanzó la iluminación.
Los hechos de su vida son popularmente conocidos gracias al romanticismo con que se expone su biografía en el Mi-la-rnam-thar de Gtsang-smyon he-ru-ka rus-pa'i-rgyan-can (1452-1507), los detalles biográficos dados en este artículo están basados en esta biografía o sus derivados.
Nació en el valle de Kya, Ngatsa en Tíbet de una próspera familia denominada Mila Thöpaga (Thos-pa-dga'), que significa "Disfrute para los oídos". Cuando su padre murió los tíos de Milarepa tomaron todas las riquezas de la familia. A petición de su madre Milarepa dejó su hogar para estudiar la Magia Negra de la tradición Bön, a la que pertenecía. Mientras los tíos estaban celebrando el matrimonio de su hijo, se vengó enviando un escorpión gigante a demoler su casa, matando a 35 personas, aunque se dice que los tíos sobrevivieron. Los vecinos estaban furiosos con Milarepa, y como Milarepa le había dado su palabra de venganza a su madre, envió una tormenta a destruir sus cultivos.
Bajo la tutela de Marpa
Sabiendo que su venganza estaba mal, Milarepa partió para encontrar a un lama y encontró a Marpa el traductor. Marpa era conocido como un maestro exigente, y antes de comenzar a darle enseñanzas hizo que Milarepa construyera y demoliera tres torres seguidas. Como Marpa seguía negándose a enseñar a Milarepa, este fue a visitar a la esposa de Marpa, quien se apiadó de él. Ella falsificó una carta de presentación para otro maestro, Lama Ngogdun Chudor, y bajo su tutela comenzó a practicar meditación. Cuando se dio cuenta que no había progresos confesó la falsificación de la carta y Ngogdun Chudor dijo que era en vano esperar obtener un crecimiento espiritual sin la aprobación del Maestro. Milarepa regresó con Marpa, y luego de practicar diligentemente por doce años Milarepa obtuvo el estado de Vajradhara (la completa iluminación). Se dice que fue el primero en alcanzar este estado en una sola vida. Entonces comenzó a ser conocido como Milarepa, que significa "Mila, el de ropa de algodón" (el sufijo "repa" es dado a muchos yogis tántricos ya que llevan trajes blancos). A la edad de 45 años comenzó a practicar en la cueva de Drakar Taso (Roca Blanca del Diente de Caballo) - 'Cueva de Milarepa', asimismo se convirtió en un maestro errante. Subsistió a base de hojas de ortiga, lo cual le dio a su piel una coloración verdosa con la cual es a menudo representado en las imágenes y esculturas.
El monasterio de Pyenzhangling, también conocido como la Gompa Pelgye Ling, es un pequeño monasterio en un villa llamada Zhonggang en Tíbet que ha sido consagrado a Milarepa. Está construido alrededor de la cueva de Milarepa, donde una vez vivió. "Fue destruido pero ha sido restaurado y redecorado por artesanos Nepalíes. Esta es una de muchas cuevas asociadas con Milarepa entre Langtang y Jomolungma."
Linaje
Milarepa es famoso por los varios poemas y canciones, en los cuales expresa la profundidad de su realización del Dharma con extraordinaria claridad y belleza. También tuvo muchos discípulos incluyendo a Rechung Dorje Drakpa (Ras-chung Rdo-rje Grags-pa), Gampopa (Sgam-po-pa) o Dhakpo Lhaje. Fue Gampopa quien se volvió su sucesor espiritual, el cual continuó su linaje y se convirtió en uno los principales maestros de la tradición de Milarepa.
Carrera sobrenatural
De acuerdo al libro Magic and Mystery in Tibet por la exploradora francesa Alexandra David-Néel, Milarepa “cruzó en pocos días, una distancia la cual, antes de su entrenamiento en magia negra, le habría tomado más de un mes. Él atribuye esta cualidad al control de sus 'vientos internos'.” David-Néel comenta “en la casa donde vivía el maestro que le enseñó magia negra vivía un monje que era más ágil que un caballo”
Milarepa, tempera sobre el algodón, 21x30 cm, 2008 Otgonbayar Ershuu
CANTOS DE MILAREPA
VIDA Y ENSEÑANZA DEL MÁS NOTABLE SANTO-POETA BUDISTA
A la memoria de mi gurú Su Santidad el Lama Kong Ka A mi esposa Hsiang-hsiang y A mi hermano en el dharma Peter Gruber
LA CANCIÓN DE TILOPA
(Esta es la Canción del yoga del Gran Símbolo que el excepcional maestro indio Tilopa entregó a su discípulo Naropa a orillas de Ganges, según la versión de Simón Mundy y Ramiro Calle.)
Mahamudra está más allá de las palabras,
Mahamudra está más allá de todos los símbolos,
pero para ti, Naropa, de tan buena fe y leal,
esto hay que decir: El vacío no necesita soporte;
Mahamudra reposa en la nada.
Sin hacer esfuerzo alguno,
sino permaneciendo suelto y natural,
uno puede romper el yugo,
logrando así la libertad.
Si al fijar la mirada en el espacio uno no ve nada,
si entonces con la mente se observa la mente,
uno destruye las diferencias y alcanza el estado del Buda.
Las nubes que vagan por el cielo
no tienen raíces, no tienen hogar;
tampoco los tienen los diferentes pensamientos
que flotan en la mente.
Una vez que se ve la Esencia de la Mente,
cesa toda distinción.
Se forman en el espacio contornos y matices de color,
pero éste no es teñido ni por el negro, ni por el blanco.
De la Esencia de la Mente surgen todas las cosas,
pero esta Esencia no se mancha ni con virtudes ni con vicios.
La oscuridad de siglos es incapaz
de velar el sol radiante;
importantes son los largos kalpas del Samsara
de ocultar la luz brillante de la Mente misma.
Aunque se empleen palabras para explicar el Vacío,
su verdadera naturaleza nunca puede expresarse.
Aunque decimos «la Mente es una luz brillante»,
está más allá de todas las palabras y símbolos.
Aunque la mente sea vacía en esencia,
abarca y contiene todas las cosas.
No hagas nada con el cuerpo excepto relajarte;
cierra firme la boca y observa silencio;
vacía tú mente y no pienses en nada.
Afloja tu cuerpo como un bambú hueco y desahógate.
Ni dando ni tomando, haz que tu mente también descanse.
Mahamudra es como una mente que no se apega a nada.
Practicando de esta manera, en el curso del tiempo,
alcanzarás el nirvana de los Budas.
La práctica de manirá y paramita,
la instrucción de los su tras y preceptos,
y la enseñanza de las escuelas y escrituras,
no aportarán la realización de la Verdad innata.
Pues si la mente al perseguir una meta
se llena de algún deseo,
esto sólo oculta la luz.
Aquel que observa los preceptos tántricos pero discrimina,
está traicionando el espíritu de samaya.
Detén toda actividad, abandona todo deseo,
deja que los pensamientos surjan y se desvanezcan,
cosa que harán como quieran, como las olas del mar.
Aquel que nunca lucha en contra de la impermanencia
y no viola el principio de la discriminación,
éste mantiene puros los preceptos tántricos.
Aquel que abandona la avidez y no se aferra a esto ni aquello,
él percibe el verdadero significado de las escrituras.
En Mahamudra todos los errores de la ignorancia son quemados;
en Mahamudra uno se libera de la cárcel de este mundo.
Esta es la suprema antorcha del Dharma.
Aquellos que no lo creen, se equivocan
siempre girando en la rueda de la pena y la tristeza.
Para esforzarse en el camino de la liberación
uno debe confiar en un gurú.
Cuando tu mente recibe su bendición,
la emancipación está al alcance de la mano.
¡Ay!, todas las cosas en este mundo carecen de significado;
no son más que semillas de dolor.
Las pequeñas enseñanzas conducen a actos;
uno debe seguir únicamente las grandes enseñanzas.
Trascender la dualidad es la noble perspectiva.
Conquistar las distracciones es la práctica soberana.
El sendero de la no práctica es el camino de todos los lindas.
El que camina por este sendero llega a ser un Buda.
Efímero es este mundo; sustancia no tiene alguna;
es igual que las sombras y los sueños.
Renuncia a él y abandona tus vínculos,
zanja tus ataduras de avidez y aversión
y medita en los bosques y montañas. Si sin esfuerzo alguno,
permaneces descansando en el estado natural,
pronto conquistarás Mahamudra, y alcanzarás lo inalcanzable.
Corta la raíz de un árbol y las hojas se marchitarán;
corta la raíz de tu mente y el samsara caerá.
La luz de cualquier lámpara aleja en un instante
las tinieblas de largos kalas;
con sólo un destello, la potente luz de la Mente
fundirá el velo de la ignorancia.
Todo aquel que se apega a la mente
no vé la verdad de lo que está más allá de la mente.
El que se esfuerza en practicar el Dharma,
no descubre la verdad más allá de la práctica.
Para conocer lo que está
más allá de la mente y la práctica
uno debe cortar limpiamente a través de la raíz de la mente
y mirar al desnudo.
De esta manera uno debe zanjar todas las diferencias
y quedarse completamente tranquilo.
Uno no debe aceptar ni rechazar,
sino permanecer en el estado natural, pues Mahamudra
está más allá de (oda aceptación o rechazo.
Como quiera que Alaya no es nacido,
nadie puede obstruirlo ni mancharlo;
afincándote en el terreno del no nacido,
todas las apariencias se disolverán dentro del Dharmata
y la voluntad egoísta y el orgullo se reducirán a nada.
El supremo entendimiento
trasciende todo esto o aquello
la acción suprema
comprende grandes recursos sin apego.
El supremo logro
consiste en realizar la inmanencia sin expectativas.
Al principio un yogui siente que su mente
se desploma como una catarata;
a medio camino, igual que el río Ganges,
fluye lento y pausado;
al final es como un inmenso océano
donde las luces de hijo y madre se funden en uno
HISTORIA DEL CUERNO DE YAK
Reverencia a todos los gurús
Habiendo ayudado a Sahle Aui, la yoguini prominente, en el desarrollo de su devoción, Milarepa fuese a Balkhu para recibir al hijo de su corazón, Rechungpa, quien regresaba de la India. De camino se detuvo en Betze Duyundzon (Tierra del Placer) por algún tiempo. A medida que Rechungpa se acercaba desde Gung Tang, el Jetsun vio en una visión que sufría de orgullo. Con este conocimiento en su mente, llegó el Jetsun para darle la bienvenida. Cuando, en medio de la llanura de Balkhu, se encontraron padre e hijo, Rechungpa pensó:
"Con ésta son dos las veces que voy a la India a estudiar. Por lo tanto, he seguido las instrucciones de mi gurú para servir al dharma y a las criaturas de sentimiento. La compasión y gracia de mi gurú son en verdad grandes, pero soy mucho más hábil en lógica budista que él. Ahora ha venido a darme la bienvenida; espero que me devolverá la reverencia cuando yo me incline ante él". Con esto en mente, Rechungpa se postró ante Milarepa y le ofreció el bastón de ahkaru que Dipupa le enviaba, pero Milarepa no dio la menor señal de que pensaba devolver la cortesía. Rechungpa se sintió desairado. Sin embargo, dijo: "Querido gurú, ¿dónde estuviste mientras fui a la India? ¿Cómo está tu salud, cómo están mis hermanos Repa; adonde iremos ahora?". El Jetsun pensó: "¿Cómo es esto, que Rechungpa se haya vuelto tan orgulloso? Debe estar poseído por demonios, o tal vez es la influencia de los paganos. No importa cuál sea la causa, ¡debo rescatarlo de ese obstáculo del orgullo!". Así pues, sonrió y contestó las preguntas de Rechungpa con el siguiente canto:
Soy un yogui que vive en el pico de una montaña nevada.
Con un cuerpo sano glorifico la mandala del Todo.
Limpio de la vanidad de los cinco venenos
no soy desgraciado o infeliz;
¡nada que no sea gozo siento yo!
Renunciando a todo alboroto y gusto por la diversión
resido solo en holganza perfecta.
Abjurando del bullicio de este mundo
permanezco gozoso en la tierra de la soledad.
Como he renunciado a la vida familiar
ya no tengo que seguir ganando y ahorrando;
como no deseo libros no intento ser un letrado.
Practico actos virtuosos y
no siento vergüenza en mi corazón;
como no tengo orgullo ni vanidad
renuncio gozoso a los debates que salpican salivazos.
No tengo hipocresía ni presunción;
vivo feliz y con naturalidad
sin prevenciones ni arreglos;
como no deseo fama ni gloria,
desaparecen los rumores y las acusaciones.
Doquiera voy, soy feliz.
Estoy contento con lo que llevo,
y satisfecho con lo que como;
siempre estoy feliz.
Mediante la gracia de Marpa
he realizado samsara y nirvana;
el yoga del gozo llena mi ermita.
Tus hermanos Repa están bien,
hacen progresos en sus meditaciones, en las colinas remotas;
oh, hijo mío, Rechungpa Dorje Draugpa,
has regresado de la India.
¿Te sientes cansado y fastidiado del viaje?
¿Tu mente se ha agudizado y refrescado?
/Tu voz fue buena para el canto?
¿Practicaste y seguiste las instrucciones de tu gurú?
¿Obtuviste las enseñanzas que deseabas?
¿Obtuviste las diversas instrucciones?
¿Ganaste mucho conocimiento y erudición?
¿Has reparado en tu orgullo y egoísmo?
¿Has sido altruista en tus pensamientos y acciones?
Éste es mi canto de bienvenida a tu regreso.
En respuesta. Rechungpa cantó:
Fui a la India obedeciendo a mi gurú;
mi viaje fue azaroso y lleno de temores,
padecí gran pena y fatiga,
pero el viaje en general fue muy útil.
Vi a Dipupa, el gran maestro tántrico;
encontré a Magi, la gran yoguini,
también vi al maravilloso Buda protector,
y atestigüé el cumplimiento
de la profecía de las dakinis.
He cumplido, indudablemente,
el deseo vehemente de la instrucción medular.
También obtuve la instrucción de la sabiduría iluminadora cómo lámpara.
La red giratoria de prana y nadis,
el espejo universal de la igualdad,
la linterna del mandato del gran gozo,
las palabras verdaderas del espejo de la propia mente,
la forma suprema de la realización solar
y la autoliberación del mahamudra.
He bebido néctar-esencia de la inmortalidad,
he recibido instrucción sobre el bardo,
la instrucción medular de la práctica de dhyana,
en las cinco gemas del árbol simbólico
fui enseñado sobre cómo practicar los seis yogas
y sobre cómo ganar lo que desee en el mundo.
Las madres y dakinis reunieron para mí
todas estas instrucciones maravillosas.
Las deidades y gurús, todos, estuvieron muy complacidos.
Y mi mente se unió a ellos.
Como lluvia de flores cayeron sobre mí las realizaciones,
alimento celestial nutrió mi boca,
la instrucción medular fue puesta en mi mano,
como despedida las deidades me desearon buena suerte.
Mis deseos se cumplieron y alcancé el éxito.
Como sol naciente está mi corazón lleno de gozo.
¡Ahora estoy de regreso, mi gurú Jetsun!
¡Ahora te doy las enseñanzas de las dakinis!
Te ruego las observes, te pido las sirvas,
son los dharmas sagrados
que me han traído estos logros.
Y así diciendo, Rechungpa entregó los libros (adquiridos en la India) al Jetsun. Para limpiar a Rechungpa de orgullo y arrogancia, Milarepa cantó:
No seas orgulloso ni pomposo,
mi pequeño hijo Rechungpa,
a quien he nutrido por diez años.
En voz afinada canto para ti un canto
como un rosario de oro con profundo sentido.
Guárdalo en tu mente, si estás de acuerdo con él.
Diosas queridas son las dakinis del dharma sin forma,
pero quien tiende a volverse muy grande
está expuesto a ser asesinado por villanos.
El cúmulo de bienes de los hombres ricos
es provisión de entretenimiento para sus enemigos;
ser complaciente con la lujuria y los placeres
es la causa de la pobreza y de la muerte.
Quien no conoce su límite y actúa más, arriba de su alcance
es estúpido como un loco cualquiera.
Si un oficial trata mal a sus sirvientes daña a su país.
Si un sirviente no respeta a su amo, perderá su mente
trayéndose contra sí mismo la desventura.
Si un sostenedor de la doctrina no puede comportarse
destruirá el dharma.
Quien no mantiene en secreto las enseñanzas de las dakinis
las desvirtúa y ofende.
Oh hijo mío, tu orgullo acerca de lo aprendido
te conducirá por caminos errados.
Predicar mucho con palabras vacías
arruina tu buena experiencia y meditación;
estar inflado de orgullo y arrogancia
prueba que has descuidado los preceptos de tu gurú.
Nada propicia tanto el volver atrás
como la desobediencia al gurú.
¡Ninguno estará tan confuso y distraído
como aquel que deja de meditar en soledad
¡Nada es más infructuoso
que un budista que no renuncia a su parentela!
¡Nada es más vergonzoso
que un budista erudito que descuida su meditación!
¡Nada es más desgraciado
que un monje que viola las reglas!
Hijo mío, Rechungpa, si estás de acuerdo con lo dicho
debes llevarlo a tu corazón;
si estás en. desacuerdo haz lo que te plazca.
Soy un viejo que enfrenta la muerte
y que no tiene tiempo para habladurías y chismes.
Eres un joven pagado de ti mismo,
A quien quiera que te amoneste, lo condenarás.
¡Oh mi agraciado gurú Marpa el Traductor,
ayúdame, por favor, a mí, pobre mendigo,
que he abjurado por siempre de los deseos mundanos!
Recogiendo los libros y el cetro de ahkaru, Milarepa corrió hacia adelante a gran velocidad por medio de su poder milagroso. Rechungpa no podía alcanzarlo. Corrió jadeando y resollando tras su gurú mientras cantaba así:
¡Oh mi padre Jetsun! Por favor escúchame;
¿Cómo puede nunca ofender un hijo a su padre?
Sólo te pedía recibir las enseñanzas que yo he obtenido;
he recibido sin ninguna duda ni posible error
todas las instrucciones del dharma de las dakinis sin forma.
Desde lo profundo de las más profundas doctrinas
he recibido la convicción.
¡Te ruego entiendas esto, querido gurú!
Además, obtuve el yoga de la longevidad,
las palabras secretas simbólicas de las dakinis,
los principios del cuerpo vajra
y las instrucciones de la Madre Buda;
ahora te las ofrezco todas a ti, oh mi gurú Jetsun.
También alcancé la profunda protección del tigre,
la cura de toda enfermedad
y la enseñanza para dispersar demonios;
todas estas valiosas instrucciones te las ofrezco.
Sobre mis hombros traigo
la medicina de los seis méritos
y el elíxir de dioses y diosas;
ahora te los ofrezco, oh mi gurú agraciado;
este cetro maravilloso hecho del supremo árbol ahkaru
fue usado por las dakinis para apoyarse en él,
es cosa inapreciable y maravillosa,
simboliza las enseñanzas tántricas de Dipupa;
te lo ofrezco ahora, oh mi gurú Jetsun.
Te ruego aprecies estas enseñanzas excelentes
y tengas piedad -de mí; el apesadumbrado Rechungpa.
¡Por favor, ten conmiseración y dame ocasión
de parar de correr y jadear!
Si quieres hacerlo, por favor hazlo,
sería la mejor caridad.
Si uno puede satisfacer la sed y el hambre
de otros, es de gran mérito,
consolar a la gente que sufre es la mejor dádiva,
servir a los otros con amabilidad y mostrarles
el sendero correcto
es obligación de los seguidores del dharma,
tal como lo enseña el Buda, Nuestro Señor.
El Jetsun escuchaba el canto de Rechungpa mientras éste corría tras él. Cuando finalizó el canto, el Jetsun se detuvo. Sentóse luego sobre el suelo y respondió a Rechungpa cantando:
Es muy bueno que padre e hijo estén en armonía;
mantener la armonía con la gente es un gran mérito;
pero el mayor de todos los méritos
es mantener la armonía con nuestro padre.
Si uno está en discordia con todos los demás
se sabrá que esta persona es ominosa y detestable,
pero aún más ominosa es la discordia entre padre e hijo.
Bueno es mantener, mediante actos correctos,
la armonía con nuestro propio padre,
bueno es alabar los cariños de nuestra madre
así como su generosidad;
bueno es actuar en concordia con todos.
Nuestro deseo puede satisfacerse
si se está en buenos términos con los hermanos;
agradar a nuestro gurú
es obtener sus bendiciones,
Ser humilde es triunfar;
un buen budista es aquel que aniquila
todas las malas disposiciones.
Bondad es tolerancia de la calumnia,
ser modesto es ganar fama y popularidad,
mantener una disciplina pura
es echar a un lado toda pretensión y disimulo,
vivir con un sabio es progresar,
ser indiferente es acabar todo chismorreo,
ser bueno y compasivo es avanzar
con nuestra mente bodhi;
éstas son las cosas que debe hacer un sabio,
pero un tonto no distingue entre amigo o loco.
En lo concerniente a la práctica actual del sendero,
los dharmas de dakinis con forma no significan mucho;
mi relación contigo es más profunda y más importante
que el cetro tántrico de Dipupa,
no hay mejor discípulo
de la realizada madre Magi que yo;
si las dakinis guardaran el secreto
de sus enseñanzas con respecto a mí,
¿a quién se lo impartirían?
En la mandala de oro
he disfrutado de muchas fiestas sacramentales;
con el Buda protector Dorje Paumo
he tenido una amistad más larga que tú;
no hay tierra de dakinis o de Bha Wo (Vira)
que me sea poco familiar;
Más que tú estoy enterado de las cosas que haces.
¡Oh Rechungpa, no seas orgulloso, no te alejes!
Vayamos a las montañas y meditemos en soledad.
Entonces el Jetsun y Rechungpa se fueron juntos. Éste es el primer capítulo sobre el encuentro de Rechungpa con el Jetsun en Yang Ru.
Mientras el Jetsun y Rechungpa caminaban a lo largo del camino, Rechungpa pensó de nuevo:
"Si éste fuera otro gurú, yo habría tenido una buena recepción y habría sido tratado con más hospitalidad a mi regreso de la India. Pero mi gurú vive en tan pobres condiciones, que naturalmente sería imposible expresar alguna comodidad o placer por parte de él. ¡He estado en la India y he aprendido tanto de las enseñanzas tántricas! Un hombre como yo no debe practicar su devoción como un asceta sino con placer y disfrute". Con estas ideas arrogantes y malsanas en su mente surgieron pensamientos poderosos, llenos de infidelidad hacia el Jetsun.
Milarepa, de inmediato, leyó la mente de Rechungpa. Y señaló un cuerno de yak que estaba tirado junto al camino diciendo: "Recoge ese cuerno de yak y llévalo". Rechungpa pensó:
"Algunas veces mi gurú, tal como dice, no desea nada, pero otras su odio es más fuerte que el de un perro viejo y su codicia es mayor que la de un pordiosero viejo, como dice el proverbio.
¿Después de todo, ¿cuál puede ser la utilidad de este cuerno de yak inservible?" Luego dijo al Jetsun: "¿Qué uso podemos darle a este cuerno que para nada sirve? ¡Déjalo allí! El Jetsun replicó: "Tomar una cosita como ésta no aumentará nuestra codicia y algunas veces estas cosas despreciadas son muy útiles". Así diciendo, recogió el cuerno y él mismo lo cargó.
Cuando llegaron a Ha parte central de la llanura de Bahuo Baltang, donde no hay sitio alguno donde guarecerse ni siquiera para un ratoncito, el cielo claro se oscureció repentinamente por
nubes que se reunían en tropel. Luego cayó un gran vendaval acompañado de una granizada
violenta. En medio de esta embestida, Rechungpa se cubría la cabeza con tal desesperación y confusión que olvidó por completo hasta mirar a su gurú. Después de un rato, cuando ya la granizada disminuía, Rechungpa comenzó a buscar a Milarepa, pero no podía encontrarlo. Se sentó pues en el suelo y esperó un rato. Luego le pareció escuchar la voz de Milarepa que salía del cuerno, que estaba a un lado del camino. Caminó hacia él y vio que era el mismo cuerno de yak que poco antes había recogido el Jetsun; trató de levantarlo pero estaba tan pesado que ni siquiera pudo moverlo ni una pulgada. Se tiró al suelo y miró dentro; allí vio a Milarepa sentado confortablemente dentro de un amplio cuarto; su cuerpo no era más chico, ni el cuerno era más grande que antes, era como el reflejo de una imagen grande vista en un espejo. Oyó cantar así al Jetsun:
La gracia de mi gurú ha entrado en mi cuerpo;
si el propio cuerpo permanece como es comúnmente,
no se es un gran yogui;
Rechungpa, debes rendir homenaje
a mi cuerpo milagroso.
La gracia de mi gurú ha entrado en mi boca;
si uno señala cosas sin sentido no es un gran yogui;
toda la instrucción medular está en mi canto,
debes llevarlo en tu corazón, Rechungpa.
La gracia de mi gurú ha entrado en mi mente;
si algún pensamiento contra la fe surge en nuestra mente,
no se es un gran yogui;
Rechungpa, debes rendir homenaje a mi
poder telepático.
Oh hijo mío, Rechungpa, tu mente es como un pájaro raudo,
ya vuela alto o baja al ras;
debes observar estos cambios inestables,
deja de pensar tanto
y hazte devoto de las prácticas Repa.
Si piensas que puedes alcanzar a tu gurú,
debes venirte ya a este cuerno;
ven enseguida,
¡aquí hay una casa espaciosa y confortable!
Rechungpa, tu iluminación es como el sol y la luna,
algunas veces brillan radiantes y otras
están oscurecidos por las nubes.
Debes observar la inestabilidad del cambio;
deja de pensar tanto
y dedícate a la práctica Repa.
Si crees que puedes alcanzar a tu gurú,
debes venirte a este cuerno;
ven enseguida,
aquí hay casa espaciosa y confortable.
¡Hijo Rechungpa! Tu comportamiento
es como el del viento en las montañas;
tan pronto sopla rápido y violento
como es gentil y calmado.
Debes observar la inestabilidad del cambio;
deja de pensar tanto
y dedícate a la práctica Repa.
Si crees que puedes alcanzar a tu gurú,
debes venirte a este cuerno;
ven enseguida, aquí hay casa espaciosa y confortable.
¡Hijo Rechungpa! Tus realizaciones son
como la semilla en el campo,
a veces crece mal y otras bien,
debes observar lo inestable de este cambio;
deja de pensar tanto
y dedícate a las prácticas Repa!
Si crees que puedes alcanzar a tu gurú,
debes venirte a este cuerno;
ven enseguida,
aquí hay casa confortable y espaciosa.
Si nuestra mente domina el espacio
podrá entrar de inmediato en este cuerno y disfrutarlo;
¡ven enseguida, hija mío, te llama tu padre!
No sería amable que un hijo rehusara
entrar a la casa de su padre.
Soy un hombre enfermo y acabado
que nunca en su vida ha estado en la India;
su cuerpo insignificante está temeroso
del camino que, lleno de peligros, lleva al otro lado;
por eso permanece dentro de este cuerno.
Hijo Rechungpa, eres joven y has estado en la India.
También has estudiado con muchos gurús
realizados y eruditos,
debes pues pasar a este cuerno
con tu cuerpo espléndido y prominente.
Este cuerno carroñoso de yak es de poca utilidad,
con seguridad no podrá inflar nuestro egoísmo
ni nuestros deseos;
¡Entra pues, Rechungpa,
entra y únete a tu padre aquí dentro!
Rechungpa pensó: "Parece que hay bastante espacio allí dentro; ¿podré entrar yo?" Y así pensando trató de entrar al cuerno pero no pudo ni siquiera pasar su mano mi su cabeza, menos aún ru cuerpo. Luego pensó: "Puede que el poder milagroso del Jetsun sea o no genuino, pero lo más probable es que él mismo haya producido el granizo". Poniendo su boca cerca del cuerno, Rechungpa cantó con voz queda:
Oh padre mío Jetsun, escúchame,
aunque la visión, la práctica, la acción y la realización
de tu siervo e hijo Rechungpa Dor Draug
sea alta o baja, brillante u opaca, grande o pequeña,
él continuará implorándote;
aunque sus ropas de algodón estén mojadas o secas,
él continuará implorándote;
él podrá alcanzar o no a su padre,
pero continuará implorándote.
Milarepa salió del cuerno. Hizo un gesto al cielo y enseguida cesó el vendaval, se dispersaron las nubes y brilló el sol. De inmediato se hizo tibio el aire y pronto los vestidos de Rechungpa estuvieron secos.
Después de reposar un rato dijo el Jetsun: "Rechungpa, desde un principio supe que era innecesario tu viaje a la India. Satisfecho con la enseñanza del Mahamudra y los seis yogas, yo no fui allá. Estoy muy contento de que hayas regresado con las enseñanzas que querías".
"Querido Lama —dijo Rechungpa—, estoy hambriento y frío, vayamos a esas tiendas y pidamos algo de comer".
Milarepa replicó: "No es éste el tiempo de pedir limosnas". "No sé si sea o no tiempo de pedir limosnas, pero estoy a punto de morirme de hambre; sea como fuere, te ruego que vayamos".
"Muy bien, vamos. Pienso que sería mejor ir a la primera tienda". "Pero es que para pedir limosna, no hay que mirar sólo a los ricos y despreciar a los pobres —dijo Rechungpa—. Vayamos mejor a la pequeña tienda color café cerca de la parte inferior de la terraza".
Fueron pues hacia la tienda chica. Cuando llegaron a la entrada en busca de la dueña que les daría limosna, salió una mujer que asustaba y dijo: "Un yogui debe andar todo el tiempo tras la pobreza. Los buenos yoguis rehúsan nuestros ofrecimientos, aun cuando se los traigamos, pero gente codiciosa como ustedes nunca se contenta con lo que tiene, sino que viene tras lo que otros tienen. Todas las cosas que tenía para hacer caridad las di a unes mendigos esta mañana. No hay nada ahora. Mejor se van a pedir a otro lado". Al oír estas maliciosas palabras, el Jetsun dijo: "Ya se va a poner el sol, no hay diferencia si pedimos alimento hoy o mañana, busquemos pues un sitio donde dormir".
Esa noche el Jetsun y Rechungpa durmieron por allí cerca, y a eso de la medianoche escucharon ruido en la tienda. Luego cesó el ruido y todo volvió a ser silencio. A la mañana siguiente, cuando salió el sol, el Jetsun dijo a Rechungpa: "Ve a la tienda y echa un vistazo dentro". Así lo hizo Rechungpa, pero nada pudo hallar salvo el cadáver de la vieja que les había negado limosna. Rechungpa informó a Milarepa lo que vio. El Jetsun dijo: "La comida
y otras cosas deben hallarse escondidas bajo tierra", y volvieron juntos hasta la tienda.
El hecho fue que la hora le llegó a la vieja sin cuidarse de su charla maliciosa —estaba esa región llena de epidemia—. Encontraron que sus joyas habían sido robadas por los nómadas.
Bajo la tierra sólo quedaba una bolsa chica de mantequilla, un poco de queso y de harina de cebada y una paila de yogurt. El Jetsun dijo a Rechungpa: "Hijo, así son todas las cosas. La tarde anterior esta vieja estaba llena de tacañería y preocupación y ahora ya está muerta. Oh, en verdad que debemos dar limosna a quien lo necesita". Por lo tanto, Milarepa y Rechungpa prepararon una ofrenda sacramental para la vieja muerta con las cosas que dejó.
Rechungpa empaquetó luego las sobras de comestibles, y se los llevaba ya cuando el Jetsun le dijo: "No es bueno para uno comer el alimento de quien ha muerto sin beneficiarlo. Dice el proverbio: «El anciano comerá el alimento y el joven lo llevará». Carga pues con el cadáver sobre tus hombros, que yo iré adelante señalando el camino".
Con excusas de que podría contaminarse con lo putrefacto del cadáver, Rechungpa, infeliz, cargó el cuerpo sobre sus hombros, mientras el Jetsun se adelantaba señalando el camino.
Cuando llegaron a una ciénega, el Jetsun dijo: "Echa, ahora el cadáver abajo". Luego puso la punta de su bastón sobre el corazón del cadáver y dijo: "Rechungpa, así como esta mujer, toda criatura de sentimiento cota destinada a morir, pero son muy escasos los que piensan en este hecho; por ello pierden muchas oportunidades de practicar el dharma; ambos, tú y yo, hemos de recordar este incidente y aprender la lección que nos da". Enseguida entonó el "Canto de lo transitorio e ilusorio", el cual tiene seis parábolas:
¡Oh, la gracia de los gurús está más allá
de nuestra imaginación!
Cuando lo transitorio de la vida nos golpea fuerte el corazón,
los pensamientos y los actos se acoplan al dharma.
Si repetida y continuamente pensamos en la muerte
podremos fácilmente eliminar el demonio de la pereza;
nadie sabe cuándo le llega la muerte,
tal como a esta mujer llegó anoche.
Rechungpa, no seas necio y escucha a tu gurú;
atiende: toda manifestación del mundo exterior
es tan efímera como el sueño de anoche;
uno se siente terriblemente triste
cuando piensa en este sueño pasajero.
Rechungpa, ¿estás del todo conciente
acerca de este gran enredo?
Oh, mientras más pienso
en esto más aspiro al Buda y al dharma.
El cuerpo anhelante de placer
es un ingrato acreedor;
sea cual fuere el bien que le hagas
siempre plantará la semilla de la pena;
este cuerpo humano es una bolsa de poder y mugre.
Escucha mi canto.
Cuando reparo en mi cuerpo
lo veo como una ciudad de espejismo;
aunque por un rato debo sustentarlo,
está condenado a extinción.
Cuando pienso en esto
se me llena de pena el corazón.
Rechungpa, ¿no cortarás el samsara?
Mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y al dharma.
Una persona viciosa nunca puede alcanzar la felicidad;
los pensamientos vagabundos son la causa del retorno,
las malas disposiciones son la causa de toda miseria;
no seas nunca avaricioso, Rechungpa,
sino escucha mi canto.
Cuando miro hacia atrás a mi mente apegada
me parece como un gorrión de vida corta en el bosque,
sin hogar ni sitio para dormir;
cuando pienso en esto se me llena de pena el corazón.
Rechungpa, ¿te dejarás a ti mismo,
consentirás en ti la mala voluntad?
Oh, mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y al dharma.
La vida humana es tan precaria
como un mechón de pelo de la cola de un caballo,
colgando, al borde de quebrarse,
puede extinguirse a cualquier momento,
como esta vieja, anoche.
No te sujetes a esa vida, Rechungpa,
sino escucha mi canto.
Cuando observo dentro mi aliento,
veo que es volátil como la niebla,
a cada momento puede desvanecerse en nada,
cuando pienso en esto mi corazón se llena de pena.
Rechungpa ¿no quieres dominar ahora
esta inseguridad?
Oh, mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y al dharma.
Estar cerca de los parientes débiles
sólo causa odios;
el caso de esta anciana es una muy buena lección.
Rechungpa, deja de creer lo que deseas
y escucha mi canto.
Cuando observo a amigos y matrimonios
me parecen como mirones de bazar;
el encuentro con ellos es sólo temporal,
pero la separación será para siempre.
Cuando pienso en esto mi corazón se llena de pena.
Rechungpa, ¿no deseas apartar de ti
todas las asociaciones mundanas?
Oh, mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y al dharma.
Un rico escasamente disfruta
el dinero que ha ahorrado;
ésta es la ironía del karma y del samsara
dinero y joyas obtenidas por cicatería y afán
son como la bolsa de comida de esta anciana.
No codicies, Rechungpa,
sino escucha mi canto.
Cuando miro la fortuna del rico
me parece la miel de las abejas;
el trabajo afanoso sólo sirve para disfrute de otros,
ése es el fruto de este laborar.
Rechungpa, ¿no deseas abrir
el tesoro que está dentro de tu mente?
Oh, mientras más pienso en esto
más aspiro al Buda y a sus enseñanzas.
El cadáver de la anciana fue sumergido en el suampo y su alma fue liberada al Dharmadhatu. Luego el Jetsun y Rechungpa tomaron consigo los comestibles y partieron hacia Betze Duyundzon. Éste es el segundo capítulo de la historia del cuerno de yak. Más tarde, cuando el padre Jetsun y el hijo Rechungpa residían en Betze, este último obtuvo grandes progresos en su meditación-En una experiencia de gran júbilo aparecieron numerosos pensamientos en su mente. Conciente de esto, el Jetsun dijo: "Rechungpa, ¿qué has aprendido en tus experiencias últimamente?". Para relatarlas Rechungpa cantó:
Viviendo con mi gurú, he tenido
una experiencia poderosa como cuchillo afilado;
con ella he cortado las decepciones internas y externas,
Debido a esto soy feliz y estoy contento.
En medio de las diversas manifestaciones
sentí que yo era una lámpara radiante;
entonces todas las instrucciones se tornaron
claras como nunca.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.
Cuando me sentí en el pico de la montaña nevada
fui como una leona blanca
predominando y sobrepasando a todos en el mundo.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.
Cuando moraba en la ladera de la colina de la Roca Roja
me sentí como águila majestuosa;
por siempre he conquistado
la terrible expansión del mar.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.
Cuando deambulaba de región en región
me sentía como cachorro de tigre o como abeja,
sin ataduras a cosa alguna, extremadamente libre.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.
Cuando me mezclo con la gente en las calles
siento como si yo fuera un loto inmaculado
erguido sobre el lodo y podredumbre.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.
Cuando me siento entre la turba en el pueblo
siento que soy como el mercurio que rueda
y toca todo pero a nada se adhiere.
Debido a esto soy feliz y estoy contento.
Cuando tomo asiento entre discípulos fervientes
siento como si yo fuera el Jetsun Milarepa,
con cariño y felicidad doy instrucciones cantando;
ésta es la bendición de mi gurú
que me trae este gozo;
el estado búdico se realiza
descansando la propia mente a sus anchas.
El Jetsun comentó: "Si no es surgida del orgullo, esta experiencia en buena y has recibido en verdad las bendiciones de tu gurú. Sin embargo, se necesita algún entendimiento más acerca de esas experiencias, que parece que tú descuidas. Escucha pues mi canto":
Desde el fondo de mi corazón, donde surge
la gran compasión,
siento que todos los seres en los tres reinos
están esclavizados en una prisión de fuego.
Cuando la instrucción del linaje
fue embebida en mi corazón,
como sal que se disolviera en el agua,
experimenté absorción.
Cuando la sabiduría brilló radiante desde dentro
sentí como si despertara de un gran sueño;
desperté de ambos samadhis (el principal y el inferido),
desperté de ambas ideas, "sí" y "no".
Cuando se asegura el gran gozo mediante la visión,
se sienten todos los dharmas espontáneamente libres,
como bruma de lluvia que se desvanece en el aire.
Cuando uno llega a la escuela del ser
la sabiduría radiante de la realidad
ilumina todo como un cielo sin nubes.
Cuando ambos pensamientos —lo impuro y lo puro—
se aclaran, como en espejo de plata
la sabiduría inmanente brilla hacia afuera.
Cuando se disuelve la conciencia alaya
en el dharmakaya,
siento que mi alma y mi cuerpo brotan
como huevo aplastado.
Cuando el cordel del apego se corta,
siento que desaparece la existencia en el bardo,
como el desenrollarse de una serpiente.
Cuando actúa sin tomar ni dejar
mi mente está tan cómoda como si no actuara,
siento como si fuera un león
con el poder de las tres perfecciones.
El vacío iluminativo, la sabiduría iluminativa
y las manifestaciones iluminativas
son mis tres amigos inseparables;
como el sol brillando en un cielo despejado
siempre estoy en la gran iluminación.
Como separar caballos de yaks,
el mundo exterior y los sentidos son
claramente distintos a los interiores.
Los cordajes de la mente y de los skandhas
están rotos para siempre;
habiendo utilizado plenamente esta forma humana
he completado todos los asuntos del yoga.
¿Has tenido, Rechungpa, estas experiencias?
Oh, hijo mío, no te envanezcas ni seas presuntuoso.
Al oír este canto, se enderezó la mente de Rechungpa. Luego dijo Milarepa: "Vayamos ahora, padre e hijo, a Di Se o Lashi, montañas remotas, para meditar". Rechungpa dijo: "Estoy muy cansado, mis fuerzas físicas están exhaustas. Creo que mejor voy a un monasterio cercano para descansar y reponer mis fuerzas, de otro modo no seré capaz de meditar ni de viajar". "Si desde lo más hondo del corazón se toma una determinación, podrá uno practicar su devoción en cualquier circunstancia y cualquier tiempo", contestó el Jetsun. Luego cantó el canto llamado "Las seis experiencias".
Oh hijo, nuestro propio cuerpo basta
como un buen templo,
el paraíso celestial está en los puntos
vitales internos,
nuestra propia mente basta como gurú,
ya que todo entendimiento verdadero
proviene de ella,
el fenómeno externo basta como sutra,
porque todo allí es símbolo del sendero de liberación,
el alimento del samadhi basta para sustentarnos,
porque los padres Budas vendrán y bendecirán,
el calor de Tunmo (Dumo) basta como vestido,
es el traje tibio y bendito de las dakinis.
La mejor compañía es cortar todo apego,
vivir solo es ser amigo de los dioses,
considerar pasajeros a los enemigos
es evitar el odio,
el mejor remedio contra todo obstáculo
es meditar en el vacío,
porque todo es un juego mágico de la mente.
Éste es el modo correcto a seguir,
si vas en contrario, te perderás.
Soy un anciano próximo a la muerte
que ya no tiene tiempo de chacharear.
Tú eres joven, vigoroso y sano
y podrás no escuchar mi advertencia útil;
hablar con honestidad y rectitud
a las personas orgullosos y codiciosas
es un desperdicio completo.
Si quieres meditar, ven conmigo,
si no, haz lo que quieras.
El Jetsun ya se iba andando cuando Rechungpa, jalándolo del vestido, lo detuvo y cantó el canto llamado "Las ocho necesidades".
Aunque el mejor templo es nuestro cuerpo
necesitamos lugar dónde cobijarnos para dormir,
la lluvia y el viento atacan todo sin compasión.
Por esto necesitamos un templo.
Aunque el mejor gurú es la propia mente
necesitamos un maestro para ilustrar la mente esencial,
no podemos descuidar un momento el rogarle.
Por esto siempre necesitamos un gurú-
Aunque el fenómeno externo sustituye al Sutra,
los obstáculos y las dudas surgen en cada caso;
piara aclararlos es necesario
una referencia lúcida a los Sutras.
Por eso siempre necesitamos el Sutra.
Aunque el alimento del samadhi sea suficiente,
las provisiones son necesarias;
este cuerpo subsiste de alimentos.
Debido a eso siempre necesitamos comida.
Aunque el mejor vestido es el calor del Tunmo
es necesario algo que cubra al cuerpo,
pues, ¿quién no siente vergüenza e infelicidad?
Debido a esto necesitamos ropa.
Aunque lo mejor es cortar con toda amistad
es necesario conseguir soporte y ayuda;
bueno o malo, ¿quién no tiene un amigo?
Por esto necesitamos siempre a los amigos.
Aunque evitar al enemigo baste,
algunas veces lo topamos en el camino,
pues ¿quién es inmune a la hostilidad?
Debido a esto siempre necesitamos protección.
Aunque el mejor remedio sea ver todo obstáculo
como un vacío,
les demonios y fantasmas son poderosos y malignos;
conquistar el demonio del ego es aún más difícil.
Debido a esto siempre necesitamos salvaguarda.
Estar con un gurú trae felicidad,
retornar contigo trae alegría,
donde vayas yo iré,
pero te ruego por todos los medios
que permanezcas un tiempo en el valle.
Milarepa respondió: "Si tú tienes confianza, seguir mi método será suficiente; de otro modo siempre habrá necesidad de algo. Bien, si de todos modos estás incapacitado de ir a la tierra de la soledad en las montañas, vayamos a Bouto a predicar el Dharma". Entonces el Jetsun y Rechungpa fueron a Bouto de la Roca Roja.
Éste es el último capítulo de la historia del cuerno de yak.
CANTO A LA ALEGRÍA DEL YOGUI
Reverencia a todos los gurús
El maestro de Yoga, el Jetsun Milarepa, acatando las órdenes de su gurú, fue de Junpan a las colinas nevadas de Yolmo. Allí vivió en la "Cueva del Tigre de Senge Tson", situada en los bosques de Singalin. La diosa de Yolmo apareció en forma agraciada y, obedeciendo las órdenes del Jetsun, le prestó sus mejores servicios.
Milarepa permaneció allí por algún tiempo con ánimo profundamente inspirado.
Un día llegaron a visitarlo cinco monjas que procedían de Mon, las cuales se dirigieron a él de esta manera: "Se dice que este lugar es terrorífico y que es un sitio ideal para obtener gran progreso en la meditación. ¿Será esto cierto? ¿Opinas que es así?" Milarepa cantó alabanzas al sitio:
Reverencia a ti, ¡gurú mío!
Te hallé después de hacer grandes méritos
y ahora estoy en el lugar que profetizaste.
Éste es un sitio delicioso, lugar de colinas y florestas.
En las praderas de las montañas florecen las plantas.
Danzan ondulantes los árboles en el bosque.
Para los monos éste es sitio de recreo.
Cantan armoniosamente los pájaros,
revolotean zumbando las abejas,
y del día a la noche arco iris vienen y van.
En verano e invierno cae dulcemente la lluvia
y brumas y neblinas se acumulan en otoño y primavera.
En este grato lugar, yo, Milarepa,
resido en soledad y felicidad,
meditando sobre la mente de vacío iluminante.
¡Cuan felices son las miríadas de manifestaciones!
Mientras más altibajos hay, más alegre me siento.
Feliz el cuerpo sin karma ominoso,
¡en verdad, la interminable confusión es una dicha!
A mayor temor, mayor es mi alegría.
¡Dichosa la muerte de las sensaciones y pasiones!
¡Mientras mayores sean la angustia y la pasión,
mayores serán el gozo y la alegría!
¡Qué felicidad no sentir achaques ni enfermedades,
qué felicidad: dicha y sufrimiento son uno;
qué felicidad jugar con el movimiento corporal
gracias al poder que surge de la yoga!
Saltar y correr, danzar y columpiarse
es aún más gozoso.
¡Qué felicidad cantar el canto de la victoria,
qué felicidad cantar y tararear;
aún más gozoso es hablar y cantar en voz alta!
Feliz es la mente —poderosa y segura—
que se ha empapado del reino de la totalidad.
Extrema felicidad
es la autoemanación del autopoder;
felices son las miríadas de formas, las multitudes de revelaciones.
Como obsequio de bienvenida a mis fervientes discípulos,
canto esta felicidad yóguica.
Luego, Milarepa inició a las cinco jóvenes monjas novicias y les dio instrucción verbal. Después de practicar sus enseñanzas por algún tiempo, nació en ellas la luz de la realización interior. Milarepa estaba muy dichoso, y cantó el Néctar de la Instrucción.
¡Oh, mi gurú, que muestras
el inconfundible sendero de la liberación;
oh tú, el salvador perfecto, el gran compasivo,
te ruego no me dejes nunca, permanece por siempre
sobre mi cabeza
como corona de joyas!
Escuchen, seguidoras del dharma,
meditabundas aquí sentadas,
¡aunque las enseñanzas del Buda son muy numerosas,
quien pueda practicar este profundo sendero
será en verdad bien dotado!
Si ustedes desean llegar a ser Buda en una sola existencia,
no deben codiciar las cosas de esta vida
ni aumentar el propio anhelo,
no sea que se embrollen entre el bien y el mal
y caigan en reinos de miseria.
Cuando presten servicios a su gurú,
guárdense de pensar "yo soy quien trabaja y él quien disfruta".
Si tienen este tipo de pensamiento,
con seguridad padecerán disputas y discordia,
y nunca podrán alcanzar lo que desean.
Cuando observen los preceptos tántricos,
cesen su asociación con los malvados,
no sea que se contaminen de influencias dañinas
y corran el riesgo de quebrantar dichos preceptos.
Cuando se ocupen del estudio y aprendizaje,
no se apeguen con orgullo a las palabras,
no sea que el fuego dormido de las Cinco Pasiones Venenosas 6
levante llama y consuma los pensamientos y actos virtuosos.
Cuando en retiro mediten con sus amigos,
no ambicionen demasiadas cosas,
no sea que cesen sus actos virtuosos
y se pierda su devoción.
Cuando practiquen el Sendero con Forma
de la Transmisión Susurrada,
no exorcicen demonios ni imprequen a los fantasmas para otros,
no sea que surjan demonios de vuestra propia mente
y arda,, en anhelos por bienes mundanos.
Cuando hayan adquirido experiencia y realización,
no desplieguen vuestros poderes milagrosos ni profeticen,
no sea que las palabras secretas y los símbolos se escapen,
disminuyendo los méritos y la espiritualidad interior.
Cuídense y eviten caer en ese precipicio.
No cometan actos malos. No coman alimentos seductores.
No carguen con el cadáver
ni usen palabras dulces para complacer a otros.
Sean humildes y modestas, y hallarán su camino.
Las monjas preguntaron luego a Milarepa cómo hallarían su propio camino y le pidieron más instrucción. En respuesta Milarepa cantó:
Rindo homenaje a mi gurú misericordioso.
Te ruego me otorgues tus ondas de gracia;
ayúdame a mí, el mendigo gozoso de meditar.
Aunque ustedes, hijas de la nueva generación,
vivan en poblados infestados de karma dañino,
el vínculo del dharma aún perdura.
Vienen ahora a mí
porque escucharon las enseñanzas del Buda
y esto evitará que se descarrilen.
Por la práctica constante de la acumulación de méritos
desarrollarán aptitud para la devoción
y entrarán en ustedes las ondas de gracia,
mientras crezca la realización verdadera.
Pero aun si hacen todo esto, de poco servirá
si no pueden alcanzar el dominio total.
Por compasión hacia ustedes les doy esta instrucción.
Escuchen con atención, ¡oh, jóvenes amigas mías!
Cuando vivan en soledad,
no piensen en las diversiones del pueblo,
no sea que el maligno surja en vuestro corazón;
vuelvan su mente hacia adentro
y hallarán su camino.
Cuando mediten con perseverancia y determinación,
piensen en los males del samsara
y en lo incierto de la muerte;
rehuyan el anhelo de placeres mundanos;
entonces crecerá en ustedes el valor y la paciencia,
y hallarán su camino.
Cuando soliciten la profunda enseñanza de la práctica,
no aspiren a la erudición ni a llegar a ser doctas,
no sea que las dominen las acciones mundanas y los deseos;
si así fuere, esta misma vida seria malgastada.
Sean humildes y modestas,
y hallarán su camino.
Cuando les lleguen en la meditación diferentes experiencias,
no estén orgullosos ni ansiosas de contarlas,
no sea que disturben a las diosas y madres.
Mediten sin distracción
y hallarán su camino.
Cuando acompañen a su gurú,
no presten atención a sus méritos o deméritos,
no sea que encuentren montañas de faltas.
Sólo con fe y lealtad
hallarán su camino.
Cuando asistan a reuniones devotas
con hermanos y hermanas en el dharma,
no piensen en dirigir el grupo o encabezar la fila,
no sea que despierten odio y deseos,
y ofendan así los preceptos.
Adáptense, compréndanse mutuamente
y hallarán su camino.
Cuando pidan limosna en la villa,
no utilicen el dharma como trampa o modo de explotación,
no sea que se fuercen a sí mismas a caer al sendero más bajo.
Sean honestas y sinceras,
y hallarán su camino.
Antes que nada, recuerden en todo tiempo y lugar:
nunca sean arrogantes ni orgullosos de sí mismas,
no sea que se sobrepasen en la propia estimación
y se sobrecarguen de hipocresía.
Si abandonan la pretensión y el engaño
hallarán su camino.
Quien ha encontrado el camino
puede pasar sus enseñanzas misericordiosas a los otros; ,
así se ayuda a sí mismo y también a los demás.
Entonces, el único pensamiento que guarda su corazón es el de dar.
Las discípulas estaban muy inspiradas con la determinación de efectuar diligentemente la práctica y de renunciar al mundo. En ellas se estableció una inalterable fe en el Jetsun y dijeron:
"Queremos ofrecerte una mandala de oro.
Por favor acéptala y danos la enseñanza
empírica de la visión, la práctica y la acción".
Milarepa replicó:
"Yo no necesito el oro, pueden usarlo ustedes para mantenerse durante su meditación. Y con respecto a la enseñanza de la visión, la práctica y la acción, les diré lo siguiente. Por favor presten atención a mi canto:
¡Oh, mi gurú! Ejemplo de visión, práctica y acción,
te ruego me otorgues tu gracia y me capacites
para estar absorto en el reino de la propia naturaleza
y otras.
Para la visión, la práctica y la acción
hay tres puntos claves que deben conocer:
Toda manifestación, el universo mismo, está contenido en la mente;
la naturaleza de la mente es el reino de la iluminación,
el cual no puede ser ni concebido ni tocado.
Éstos son los puntos claves de la visión.
Los pensamientos errantes se liberan en el Dharmakaya;
la conciencia —que es la iluminación— siempre es gozosa;
mediten de modo que no haya esfuerzo ni acción.
Éstos son los puntos claves de la práctica.
En la acción natural
crecen espontáneamente las Diez Virtudes
y se purifican los Diez Vicios.
El Vacío Iluminante no se disturba
con correcciones ni remedios.
Éstos son los puntos claves de la acción.
No hay ningún nirvana que obtener más allá,
no hay ningún samsara al cual renunciar;
en verdad, conocer la propia mente
es ser el mismo Buda.
Éstos son los puntos claves del logro o realización.
Reduzcan interiormente los tres puntos claves a uno.
Este uno es la naturaleza vacía del ser,
la cual sólo un gurú insigne
podrá ilustrar claramente.
Mucha actividad no sirve de nada;
si alguno ve la sabiduría que nace simultáneamente,
habrá alcanzado la meta.
Para todos los practicantes del dharma
esta prédica es como una joya,
es mi experiencia directa de la meditación yóguica.
Reflexionen con atención y guárdenla en la memoria,
oh, hijas mías y discípulas.
Las discípulas preguntaron a continuación a Milarepa: "Según hemos entendido, la guía inconfundible a lo largo del sendero de la práctica es orar a nuestro gurú con toda sinceridad.
¿Hay algo más allá de esto?" Milarepa sonrió y contestó: "El Árbol Guía también tiene muchas ramas". Y para explicar esto cantó:
El gurú, el discípulo y las enseñanzas secretas;
paciencia, perseverancia y fe;
sabiduría, compasión y forma humana.
Éstas son las guías de siempre a lo largo del camino.
Soledad sin conmoción ni disturbio
es guía que protege la meditación.
El gurú realizado, el Jetsun,
es guía que dispersa ignorancia y oscuridad.
Fe sin pena ni hastío
es guía que los conducirá a una felicidad segura.
Las sensaciones de los cinco órganos
son guías que conducen a la liberación del "contacto".
Las enseñanzas verbales del linaje de los gurús
son guías que ilustran los tres Cuerpos del Buda.
Los protectores, los Tres Inmaculados
son guías sin tacha ni error.
Conducido por esos seis guías,
uno alcanzará el feliz nivel de yoga,
residiendo en el reino de la no diferenciación,
donde ya no hay más visiones ni sofismas.
Permanecer en el reino del autoconocimiento y
la autoliberación
es en verdad una felicidad y una dicha;
morar en el valle donde no vive ningún hombre,
lleno de confianza y conocimiento,
permite vivir según el propio modo.
Con voz de trueno
uno entona el feliz canto de yoga.
Hacia las diez direcciones cae la lluvia de la fama;
a punto de florecer están hojas y flores de compasión.
La empresa de bodhi abarca todo el Universo.
El fruto puro del corazón-bodhi obtiene así la perfección.
Las discípulas pensaron: "Como ahora al Jetsun ya no le afecta el lugar donde viva, invitémosle a nuestro pueblo". De tal modo, dijeron a Milarepa:
"Reverendo señor, como ahora tu mente es inmutable, ya no necesitas practicar meditación. Así pues, en bien de las criaturas sensibles, ven por favor a nuestro pueblo y predícanos el dharma". Milarepa replicó:
"Practicar la meditación en soledad ya es un servicio a la gente. Aunque mi mente no cambie, es buena costumbre de un yogui seguir la tradición y permanecer en soledad".
Luego, Milarepa cantó:
Mediante la práctica de la meditación,
yo demuestro gratitud a mi gurú.
Te ruego me otorgues tu gracia,
haciendo que yo madure y me libere.
Ustedes, discípulos dotadas, seguidoras del dharma,
escuchen cuidadosamente y con atención
mientras canto sobre las profundas enseñanzas esenciales.
La gran leona de la alta montaña nevada,
orgullosa se aposenta en la cumbre del pico; no teme.
Morar en la montaña orgullosamente
es costumbre del león de las nieves.
La reina buitre de la Roca Roja
extiende sus alas sobre el ancho cielo; no teme caer.
Costumbre del buitre es volar en el firmamento.
En lo profundo del gran océano
brilla Darts, reina de los peces; ella no teme.
Costumbre del pez es nadar.
En las ramas de los encinos
los monos ágiles saltan y se columpian; no temen caer.
Tal es la costumbre del mono salvaje.
Bajo el dosel frondoso del bosque espeso
ruge y corre veloz la tigresa listada, no porque tema o se preocupe,
sino porque ésta es la manera en que, majestuosa,
muestra su arrogante orgullo.
En el bosque de la montaña Singa
yo, Milarepa, medito en el Vacío,
no porque tema perder mi entendimiento,
sino porque la constante meditación
es el modo de ser de un yogui.
Sin distracción, absorto, medita el yogui
sobre la mandala pura del Dharmadhatu,
no porque tema descarriarse,
sino porque es costumbre del yogui
mantener la autoquintaesencia.
Cuando él trabaja sobre nadis, prana y bindu,
suprime los obstáculos y errores;
no porque la enseñanza tenga en sí fallas,
sino porque es un buen modo de progresar en la realización.
Con comportamiento natural y espontáneo,
seguramente sufrirá uno altibajos incontables,
no porque haya discriminación y pensamiento dualístico,
sino porque la naturaleza causal tiende a manifestarse en todo.
Cuando el yogui mejora a otros seres
mediante demostraciones del poder del karma,
aunque aparentemente vea como reales el bien y el mal,
no se debe a que se haya descarriado en su práctica,
sino a que la verdad debe explicarse a las diversas personas
con ilustraciones apropiadas.
Aquellos grandes yoguis que han dominado la práctica,
nunca desean nada de este mundo.
Si permanecen en soledad
no es porque deseen fama,
sino porque brota naturalmente de sus corazones esa necesidad,
como señal del sentimiento verdadero
de desapego y renunciación.
Los yoguis que practican las enseñanzas del profundo sendero
siempre moran en cuevas y montañas,
no porque sean cínicos u ostentosos,
sino porque concentrarse en la meditación
es su voluntad propia.
Yo, el vestido de algodón, he entonado muchos cantos
no para entretenerme en sofismas,
sino por la salvación de ustedes, seguidoras fervientes aquí reunidas.
Desde mi corazón he dicho palabras útiles y profundas.
Entonces, las discípulas dijeron a Milarepa: "Uno puede vivir en soledad, pero es necesario tener suficiente comida y una morada adecuada donde se pueda meditar en forma apropiada".
El Jetsun replicó: "Tengo mi propio alimento y morada, acerca de los cuales daré una explicación a ustedes".
Me inclino a los pies del gurú que satisface todo deseo.
Te ruego me concedas la gracia de obtener alimento benéfico
y de que pueda tener conciencia de que mi cuerpo
es la casa del Buda.
Te ruego me otorgues este seguro conocimiento.
Construí la casa por temor,
la casa de Sunyata, la vacía naturaleza del ser;
ahora ya no temo que se derrumbe.
Yo, el yogui, con la joya que satisface todo deseo,
siento alegría y felicidad doquiera que esté.
Por temor al frío, busqué abrigo;
el abrigo que he encontrado
es el Ah Shea, el calor vital.
Ahora ya no temo al frío.
Por temor a la pobreza, busqué riquezas;
la riqueza que he hallado
son las inextinguibles Siete Joyas Sagradas.
Ahora ya no temo a la pobreza.
Por temor al hambre, busqué alimento;
el alimento que he hallado es el Samadhi de Esoidad.
Ahora ya no temo al hambre.
Por temor a la sed, busqué bebida;
la bebida celestial que he hallado
es el vino de una mente atenta.
Ahora ya no temo a la sed.
Por temor a la soledad, busqué un amigo;
el amigo que he encontrado
es el goza del perpetuo Sunyata.
Ahora ya no temo a la soledad.
Por temor a descarriarme,
busqué un sendero recto a seguir;
el ancho sendero que he hallado es el Sendero de Dos en Uno.
Ahora ya no temo perder mi camino.
Soy un yogui con todas las posesiones deseables,
un hombre feliz doquiera que esté.
Aquí, en Yolmo Tagpu Senge Tson,
la tigresa lanza rugidos patéticos y trémulos,
recordándome que sus indefensos cachorros juegan inocentemente.
No puedo evitar el sentir gran compasión por ellos.
no puedo evitar el practicar con más diligencia,
no puedo evitar el incremento de esta mente-bodhi.
El emocionante grito de los monos,
tan impresionante y conmovedor,
inevitablemente hace que surja en mí profunda piedad.
El parloteo de los monitos es divertido y patético;
cuando lo escucho no puedo evitar pensamientos de compasión.
La voz del cuco es tan enternecedora,
y tan afinado el dulce canto de la alondra,
que cuando los oigo no puedo dejar de escucharlos,
y escuchándolos no puedo evitar las lágrimas.
Hasta los diversos gritos y graznidos del cuervo
son buenos amigos y auxiliares de un yogui.
Aun cuando no tenga ni un solo amigo,
es un placer permanecer aquí.
Con la alegría que brota del corazón entono este canto gozoso;
que la sombra oscura de las penas de todos los hombres
sea disipada por mi canto gozoso.
Las discípulas estaban profundamente conmovidas y un sentimiento de hastío del samsara las invadió. Juraron ante Milarepa que nunca dejarían la montaña. Al final, mediante la práctica de la meditación, todas alcanzaron el estado de perfección. Un día, el Buda protector de Milarepa le dijo que había llegado el tiempo en que debía irse al propio Tíbet y meditar en soledad para ayudar a las criaturas sensibles. Además, el Buda protector le profetizó los éxitos de su carrera como auxiliador de la gente y divulgador del dharma. Por lo tanto, Milarepa decidió irse al Tíbet.
Ésta es la historia de la montaña nevada de Yolmo.