Quantcast
Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
Viewing all 7276 articles
Browse latest View live

SELEN CATALINA ARANGO RODRÍGUEZ [15.374] Poeta de Colombia

$
0
0

Selen Catalina Arango Rodríguez

(Medellín, Colombia, 1983) Primer premio del Concurso Ediciones Embalaje, Colombia, 2009. Sus poemas han sido publicados en México en Trajín Literario (Sept-Oct.2011) y en Paisajes interiores. Anuario de Poesía/México 2010. En Colombia en Piedraluna (2010), y en Memoria del VI Encuentro Mujeres Poetas de Antioquia (2008). En la actualidad estudia en la Universidad Nacional Autónoma de México el doctorado en Pedagogía y es Magíster en Educación y Licenciada en Lengua Castellana de la Universidad de Antioquia (Colombia).

Soy poeta y en el año 2009 obtuve el Primer premio del Concurso Ediciones Embalaje del XXV Encuentro de Mujeres Poetas Colombianas con el poemario “Prestidigitaciones y otros juegos de memoria”.

En la actualidad estudio mi Doctorado en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Soy Licenciada en Lengua Castellana, Magíster en Educación con tesis meritoria, e investigadora adscrita al Grupo de Investigación FORMAPH, Grupo sobre Formación y Antropología Pedagógica e Histórica de la Facultad de Educación, Universidad de Antioquia (UdeA). Cursé estudios sobre Corrección y Publicación de Textos (2009) en la Facultad de Comunicaciones, y sobre Edición y coordinación de proyectos para publicación (2003) en el CISH (Centro de Investigaciones Sociales y Humanas) de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, ambos en la UdeA. Soy diplomada en Herramientas orientadas a la investigación (2008) del Tecnológico de Antioquia. Institución Universitaria.

Tengo una sólida formación en investigación educativa, pedagógica y literaria, resultado de mi participación en semilleros de investigación y en cinco proyectos de investigación. Creadora y docente del Diploma La escritura orientada a la investigación del Tecnológico de Antioquia. Institución Universitaria, correctora de textos del área de investigaciones de la misma Institución y de textos de profesores/as de la Facultad de Educación de la UdeA, donde también fui catedrática en el área de pedagogía.





De Prestidigitaciones y otros juegos de memoria, 2014


El hombre de la mayoría de edad

Pareciera que una noche sobre tus ojos hubieran puesto la claridad de las sábanas ocupadas por ella. Hoy, dibujas con las puntas de tus dedos el lugar de su cabeza y abres tu mano para precisar el tamaño de sus pechos. Su piel fue marcada por las líneas de tu vida resuelta.

Hoy, vuelves a mirar tus manos en su ausencia, las abres frente a un espejo y ves cómo tu cuerpo recibe las dobleces del alma y la corriente de tus venas impide el corazón cercano a la muerte. Y solo alcanzas a lanzarte contra el espejo, golpearlo para luego sumergirte en su olvido. Esa mujer ya está en pedazos y, como ya has vivido ese momento, piensas recogerla y tirarla.

Ese espejo te ha dicho que la fragua del tiempo te volverá arena para un reloj con forma de mujer.



La gravedad de la araña

La gravedad dibuja su casa:

Descubre un hilo que sostiene
las preguntas de mi piel
y un gusano bajo la tensión de la araña.

La gravedad responde cuando el viento se lleva sus hojas entre los árboles.



Somos tres

La imagen que atraviesa las calles.
La ambición de transitar por los caminos del otro.
El otro de mi esquina más odiada.





El infinito

Una mano que cerrándose no puede abarcar el aire.
Entre sus líneas, las huellas de ese intento.






Las postales de la barbarie




La muerte de la abuela

Noventa y seis años de respiraciones se juntaron en la noche de la muerte de la abuela.

Su última respiración nació de las entrañas que vieron crecer a doce hijos.

Su última mirada recogió su reflejo en la ventana.

Su última respiración vino desde el océano: pertenece a una ballena con pieles que han rozado el frío de dos continentes.




La infancia

La infancia es un líquido
que se escurre entre las calles
donde seguimos corriendo
para ganarle a nuestro asesino.

Pedí dejarla atrás,
con todas sus insignias y perfiles.

Pedí seguir queriéndola
a pesar de su interminable fatiga.

Su aire me hizo sangrar la nariz
y a pesar de ello
cada mañana levanto mi pie izquierdo
para seguir dejándola atrás.





Demolida

Demolida. No escuchará voces, sólo esquinas donde el viento termina de gritar lo que sus noches condenan. Una tortuga desfila con su cárcel adentro, cuadros en forma de círculo por donde se sale la pausa frente al lago.

Esa cárcel que sabe ella cargar la esconde de los restos de una casa sin descanso para visitantes.

Esa casa expulsa, no tiene sonrisa, ni mucho menos un café: tiene la aridez del cemento y de los vidrios de las ventanas para que cuando alguien los camine derrame un poco de sí.

Esta casa demolida no tendrá lugar porque la tortuga no cumple años, sino soledades para estar con ella misma.





Las postales de la barbarie


1

El desierto tiene las marcas de los cuerpos que lo regaron con su sangre.
Ellos se unen para ser grito en noches de sed y frío.
Ellos siguen huyendo de la sombra del sol.


2

Estos pensamientos fueron lanzados como una rueda que debía seguir bajando por las montañas de arena de Juárez.

Las ideas de estas postales trataron de ser un columpio en donde una niña se imaginaba tocando el cielo cada vez más cercano al miedo del pájaro que huye del árbol.


3

Estos pensamientos no son una flor con el rostro de una niña acabada de nacer y abierta para el sol.

Estas postales no tienen espacio entre los desechos que cada día son separados por las manos generosas de un hombre que sonríe al recibirlos y que ahora son cadáveres de mujeres.


4

Posiblemente, estas razones sean las del débil:

tienen lugar en la tragedia donde una hermana pide sepultura para su otra hermana antes de que sea comida por los pájaros de la carroña.




El lector del regreso

El centauro soñó que leía junto a otro.
Dos voces, las líneas de la sal que se disuelve en el mar,
hilos perennes del vestido de Ariadna.

Dos en una hoja de labios,
en la gota de sangre,
en las migas de la última doncella que había comido.

Miró hacia la fuente de la luz que aparecía sobre su libro.
y recordó que un niño impertinente quebró una de las tejas de su lecho,
y recordó que en la noche reía como la última vez que vio a una hormiga cargar con una hoja más grande que ella misma.

El centauro esta mañana sintió la sombra de otro en su espacio.

Dijo estas palabras:
  —ya vivo en mi sueño y sólo perseguiré al dueño de esa sombra.



La sombra es azul,
con ojos que no temen a los laberintos,
a casas de versos,
ni a zanjas hechas por la luna.

Entonces, miró sobre su hombro y entendió que esa sombra,
azul,
amará estar detrás de un animal capaz de devorar sus propias entrañas.










SHARIF S. ELMUSA [15.375] Poeta de Palestina

$
0
0

Sharif S. Elmusa

Sharif S. Elmusa  es un poeta palestino, erudito y traductor. Además de sus publicaciones académicas, es el autor de Paisaje Flawed : Poemas 1987-2008 y co-editor de la antología, Grape Leaves: A Century of Arab-American Poetry. Sus poemas han aparecido en muchas publicaciones impresas y online, y sus artículos han aparecido en los principales periódicos de los EE.UU. y Egipto. Elmusa, quien posee un doctorado del MIT, es actualmente investigador visitante en la Universidad de Georgetown. Enseñó durante muchos años en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Americana de El Cairo. Enseñó también en la Universidad de Georgetown en Qatar, y en Yale. Él es palestino por nacimiento, americano por ciudadanía, y se mueve entre los Estados Unidos y el Medio Oriente. 





De vuelta a casa

Quedándome dormido en el tardío tren de la noche,
pierdo mi parada. Estoy cansado
y apenas puedo caminar escaleras arriba
al otro lado.
Pienso en el anciano que me contaba
cómo solía caminar por tres o cuatro horas
en el campo, luego se tomaba las pantorrillas
y nos preguntaba a cada uno si podíamos hacer más.
Mis piernas sienten sus piernas mientras suben.
Deambulo alrededor de la plataforma gris.
Un hombre inspecciona una colilla de cigarro
casi con actitud de estar admirado
y luego la aplasta suavemente bajo su zapato.
Un hombre y una mujer hablan de hacer
un largo viaje al Sur, tal vez inspirado
por la luna llena del desierto.
En esta estación lejana del centro
no hay atónitas estatuas 
de los Antiguos Egipcios
recordándote cómo todo está marchando mal.
Tratando de caminar por una pared
veo una fila de hormigas corriendo ferozmente
arriba y abajo a lo largo de una grieta en el cemento.
Las que se arrastran hacia abajo acarrean pequeñas piezas
de paja; las que suben apuntan a la tienda.
Sus oscuros cuerpos, brillantes bajo una luz fuerte,
se tocan mientras corren. Ninguna se aparta o se detiene.
¿Qué las impulsa, la paciencia o la esperanza?
¿No se resisten sus piernas?
El cuerpo le da un toque a la entrometida mente 
para que se ocupe de sus propios asuntos. Aguzan
sus oídos para escuchar el dulce rumor
del tren. Se anhela la cama amplia,
y la mujer ausente
para arrastrarse a su lado.

Versión de Juan Carlos Villavicencio



El poeta palestino y profesor de Ciencias Políticas, Sharif S. Elmusa, escribió el poema "Sobreviviente", en homenaje a los presos de las cárceles israelíes:


Sopravvissuto

Quando sono entrato nella cella
ho guardato il soffitto
si muoveva
stava venendo giù
tormentandomi
ho fumato una sigaretta
e con un'altra
mi sono toccato il naso
come per ricordare a me stesso perché fumavo
mi giravo e rigiravo il mozzicone ancora in bocca
come qualcuno che passa al setaccio i suoi pensieri vaghi
certi giorni ne ho aspirate quattro pacchetti
e ho buttato fuori una dozzina di demoni
Ho tenuto un secchio d'acqua accanto a me
per inumidire la mia bocca secca
raffreddare le mie budella in subbuglio
e tenere bassa la mia pressione
quando ho mangiato i miei occhi hanno fissato un punto distante
lontano dal cibo marcito
ho cantato canzoni per ricordare
il bagliore della luna
frutto maturo dell'estate
ho ascoltato la sua voce di Sirena
due toni sotto
la voce della donna diurna
ho sentito che ero il marinaio predestinato
prima che giungesse la mia ora
Uno che è dentro mi ha confidato
che quando il suo compagno di cella ha perso la testa
lui ha chiesto alla guardia
di dargli solo un momento
in cui si è inginocchiato al cospetto della testa persa
l'ha baciata
l'ha tenuta a sé contro il suo petto
e ha detto alla guardia
di fare ciò che era pagato per fare
Quando sono ritornato al mio buco
ho sentito i passi della guardia
avvicinarsi alla porta d'acciaio
ho alzato la testa
e ho guardato l'insinuarsi del soffitto.





"Flawed Landscape" (Interlink Books, 2008).


The Little Prince and the Air Force Pilot

“You should have seen the imploded children
you have killed in your last air raid,”
said the little prince to the air force pilot
he had chanced on planet F52.

 “I did not mean to kill children,
when I dropped the bombs,”
answered the pilot.

“If you had not meant to kill them
why, then, did you let your bombs fall
on a tall building, full of apartments?
Apartments are where children live
like bees live in beehives
and birds live in nests on the trees,
and ants in anthills.
What a lethal life you lead.”

Unfazed, the pilot retorted,
“I was after the monsters
who hid in the building.”

“May I point out,”
said the little prince,
pointing his forefinger at the pilot,
“children are children,
they spend their time bonding 
with important toys and ball games;
they cannot be responsible
for who lives with them in the building.”

Still, deeply upset, the little prince turned
to the small fox lying by his feet;
and, without preface, he said,
“the logic of grown-ups is odd, isn’t it?”



This poem originally appeared in the collection "Flawed Landscape" (Interlink Books, 2008). It is dedicated to the children of Gaza and all children in war zones.


CRISTINA GRISOLÍA [15.376]

$
0
0

Cristina Grisolía

Cristina Grisolía (Rosario, Argentina, 1946), viajó a Europa en 1972 con la intención de regresar pronto a su país, pero vivió en París, en Madrid y largos años en Viena hasta establecer finalmente su residencia en Vilanova i la Geltrú, Barcelona.
En Rosario fue cofundadora de la revista 'Cronopios' y estuvo vinculada a la revista 'El escarabajo de oro', Buenos Aires. Publicó relatos y poemas (Relojes de agua) en 'Cuadernos Hispanoamericanos' y colaboró en 'Nueva estafeta'. El poeta italiano Giovanni Nadiani tradujo cuentos y poemas suyos, que se dieron a conocer en la revista 'Tratti' (Faenza). También parte de su poesía fue traducida al húngaro con motivo de su participación en un encuentro de poesía internacional celebrado en el Museo Literario Petöfi de Budapest. En Barcelona participa en lecturas y ediciones de “Café central” y en diversos foros de escritores y publicaciones colectivas.
En Madrid, Cuadernos Hispanoamericanos, publicó sus cuentos y parte de su  poemario “Relojes de Agua” y la revista  Nueva Estafeta, dirigida por entonces por el poeta Luis Rosales, destaca su prosa.
En los últimos años, ha participado en lecturas  y  en 2004 presentó su libro de poesía “Donde el progreso no existe y gozo”, prologado por el escritor Feliu Formosa (Editorial El Cep i la Nansa) y "Galope y canto" publicado por Olifante ediciones de poesía. Está presente en de la antología poética “Desde los parques” (Diputación de Barcelona, 2006).



Donde el progreso no existe
               y gozo* 


No quiero contemplar el mundo racionalmente
para que me devuelva la mirada racional;
no quiero ningún equilibrio.
Imre Kértesz

I

ARÁNDANOS ESDRÚJULOS

          Arándanos inútiles en tanto
desconozco forma color
sabor del apetito originario
tronco, raíz y temporada.

          Jugosos en mis manos que pronuncian
y en mi lengua hundida en la radiante imaginación del sexo.
Arándanos inútiles
a botánicas plantas.

          Floridos en el centro del azul
cuya embriaguez me consta.







VISITA

          Viene otra vez y desconozco el color de la hora
lo propicio.
          Viene
no trae fragancia ni sabor consigo.

          El tacto es mi mano y mi alma
secreto roce en donde yo me aparto
me excluyo
hasta estrellar esta deriva en una roca
y esperar su partida.







COMO UNA VIEJA ALGA EN UNA ROCA*

          o es el fin del dolor
o inicia el tiempo
de dejarse agitar por la intemperie.

*Cita textual de Virginia Woof, Diarios, 1939.





ALTERNATIVA AL SILENCIO

          Pongo en la voz
ni más ni menos que el silencio.
          Pongo en la voz
oír la transcripción de la mirada
de aquel que estando solo se inventa los paisajes.

          Pongo en la voz
la parquedad del adjetivo.





LAVORE STANCA

          Vuelve el insomnio durante la hora del regreso
camino a casa se vacían las manos, ya no hay sueño.
          Cansancio y sin sentido
cuando el amor no basta
no justifica el hueco acurrucado del alma.

          Como pueriles molinillos
en el balcón de una casa abandonada
giran los ojos en la hora del regreso
sin proponer reposo ni locura.





GEOMETRÍA

          Como sujeto a un instrumento de tortura
el hombre diagonal de espacio y tiempo
centra el círculo.
          Propuesto al espectáculo
el arco inmediato tensa su perfección.

          Al hombre se le impide
abrazar sus rodillas:
la rueda humanista se echó a rodar
y es imparable.


II

ESTA MUJER

          Esta mujer que nada ocupa y hace y dice
y calla para llenar de aire los pulmones
esta mujer pequeña
ignorante de verbos definidos
descriptores precisos de una verdad pasada
y masculina.

          Esta mujer
ni bíblica, ni estética
pegada a mi alma
transparente
se me muere a diario
apenas sola, apenas deja de respirar
y resucita.





CURIOSIDADES

          Yo que busqué la prosa con afán masculino,
disciplinada hija de postguerra
siempre un paso más atrás de la vida,
característica infalible del rigor,
me encuentro entre poesías
fluidas como el desliz de una media de seda.





MI PIE URBANO

          Ciego
el pie por la mañana busca
un cielo de rayuela donde iniciar el día.

          Privado de la benevolente lentitud
mi pie salta
sortea sin rozar los límites reales
arrastra empuja un tejo imantado
y se planta eurfórico de rabia en el infierno.





ABATIDA

          Por qué camina, esa, tan curvada
piensa acaso despedregarle a la calle
un pensamiento.





CUENCOS

          Me han leído las manos, las arrugas,
el cuenco de la espera.

          Como un escarabajo panza arriba
no pude renegar del infortunio.





INEFICACIA

          No acabaré de insinuar lo suficiente mi sonrisa
detrás de los paisajes mutantes de los trenes.

          No la perfilaré finita entre los troncos
y los tejados ambulantes:
seguierá siendo un croquis sobre el vidrio
y pasarán de largo los viajeros.





ESCENAS

          Las posibles sonrisas y los posibles llantos
ausentes prematuros
hacen de mí un transeúnte.
          No hay dolor
el vínculo de vida es tenue.
          No hay deseo
la seda del cordón deshilachado
no retiene ni une ni ahoga.

          El actor aumenta su figura
en un a contraluz que lo devora.
          Esto es melancolía:
no me toques las manos.





III

SALA DIEZ*

          Andamios de placer contemplados en la sala
aquella sala visitada por la miseria de mi necesidad.
          Y me dirás que mi poema es mi pequeño cuento,
mi historia fragmentada de modo deshonesto y arbitrario.

          Como ya nada importa, te daré la razón.
Y treparé al andamio, a la pintura arquitectual de las ideas.
          Sería capaz de viajar, incluso con mi cuerpo,
por sentarme en el sillón raído y viejo de la sala.
Allí donde el progreso no existe y yo gozo.


* Sala del Kunsthiostorisches Museum de Viena dedicada a Pieter Brueghel el Viejo.



LA PIRA

          Voy al prado
al prado americano
con mi vaso de whisky de centeno
y una espiga alta que me araña la cara.

          Voy al prado y permito a la náusea
salir por mis agujeros.
          Me calmo con el grito, el silencio, el color amarillo
me voy calmando en el susurro horizontal del paisaje.

          De a poco
la basura del hombre y su progreso se acumula en mi oído,
en la sin importancia taquicardia puntual de las mañanas
se junta
se amontona.

          Enciendo una cerilla, la de fumar tranquila,
y se hace pira
es rápida en arder tanta inmundicia.
          Le doy la esplada al fuego
ni su humo me interesa
me alejo de su olor
me desentiendo...

          En mi boca
el centeno me cura como un buche,
la palabra centeno
me viste, me desnuda
hace girar mi cuerpo 
como la ancha mano de un amante.





HABRÁS LLEGADO YA

          Habrás llegado ya.
Detrás de todas las puertas
en los prismas de todos los rincones
tendrás espacio para dejar caer
una palabra una prenda una duda un gesto
una sospecha.
          No soy tu prisionera
pero habrás llegado ya cuando yo aún
no haya acabado de saltar las bisagras
y de elegir el trozo de memoria más decente.

          Habrás llegado ya.
Desde el cristal de la ventana
una hormiga me mira y me sonríe.





NÁUFRAGO

          En la orilla sin diluir del paraíso
el náufrago, figura vertical, sostiene el horizonte.
          Es el guardián del tiempo detenido
él ordena las piedras
en su valor de olvido y de memoria.

          No es nadie importante, es necesario:
cuando la luz se va y entre ellos,
paraíso y naufragio, el ángulo se forma
cualquiera de nosotros puede buscar su compañía
burlarse de sus pies nostálgicos de arena
o añadir una piedra al derrumbe.





DESTREZAS

          Tal vez mi madre o la hermana de mi madre
pintarían de mis visión insomne un retrato,
bordarían las líneas principales de mis sueños.

          Transformación, domésticos milagros
de flores, de lámparas azules, de ríos detenidos
donde guardar pañuelos.

          Ellas serían capaces de modelar mi incierto,
del dolor de mi pecho hacer un nido
con pájaro de yeso con plumas de algodón
y ojos brillantes
para poder mirarnos ya pasadas las muertes
para poder mirarnos.





LLANURA

          Culpable de habitar la abrigada solapa de las cosas
mira la amarilla llanura.
          El viento la desprende
la deja sin raíces
sin bóvedas, sin puertas.

          Qué deuda de desasosiego
esconde la tímida plenitud de la contemplación.






LAS MÍNIMAS CIRCUNSTANCIAS



EL NARRADOR

          El hombre se equivoca de lector. El mismo lee y sobre todo escribe. Pero tiene una marcada incapacidad para el acierto; aquello que le piden, ese deseo momentáneo y caprichos no ha llegado nunca a coicidir con su palabra.
Equivocarse de lector, piensa el hombre, es como equivocarse de destino. "Mi vida es un error", se dice, pero no se resigna y narra su tragedia bajo la vigilante espera del deseo del otro.


EL PERFECCIONISTA

          Era la primera vez que el hombre paseaba con ella por la playa. Se inclinó, recogió una concha. El hombre sabía, tenía el deber de guardar pruebas del recuerdo. La concha estaba rota y no la quiso, volvió a incrustarla en la arena, y en ese momento de no quererla el hombre se sometió a su presente. Ella le destrozó la vida.


EL CONFERENCISTA

          Mientras el hombre preparaba su conferencia sobre las variadísimas maneras de "Pasear por los parques", llegó a la conclusión que un exhibicioista es alguien rápido, astuto y parecido a un boxeador. De manera secreta y anacrónica, él amaba el box: es ágil y hace daño, pensó.
En su conferencia propondría itinerarios olvidados, senderos húmedos, diagonales directas, colores cambiantes, recovecos en donde lo prohibido se hace atemporal e íntimo. No sólo se trataba de transferir un saber, el tema exigía el punto de emoción para que el encuentro se hiciera real. Pero a pesar de todos los caminos, el hombre o progresaba en su texto; las palabras eran insuficientes para expulsar la esquiva figura avanzando nítida desde el escondite crepuscular de los parques, desde la blanca y nebulosa luz del cuadrilátero, hasta llegar al auditorio en donde el hombre, por fin, abriría de par en par su gabardina de seda.

*Selección extraída de Donde el progreso no existe y gozo, El Cep i la Nansa, 2004.


VÍCTOR ANGULO LAS HERAS [15.382]

$
0
0


Víctor Angulo Las Heras 

Víctor Angulo nació en Soria en 1978 y es profesor de Lengua y  Literatura de Enseñanza Secundaria en Tudela (Navarra). 

Ha publicado el libro de poesía 'Materia prima', que obtuvo el II Premio de Poesía Joven  'Ildefonso-Manuel Gil', publicado en Zaragoza en 2003. El poemario Cierra despacio al salir (Premio Nacional de Poesía “Fundación Cultural Miguel Hernández” 2012). Nos vemos en noviembre, Edita: Millán Las Heras Ediciones, Agosto 2012.
En 2015 ha publicado "Son airadas las cigüeñas, Editorial: EDICIONES CARENA.

Ha ganado otros certámenes juveniles de literatura en Madrid y Salamanca. Igualmente, ha sido incluido en varias publicaciones colectivas y ha colaborado en diferentes revistas literarias, como 'Riff-Raff'. 






LOS PASOS DEL CARTERO

Cuando al alejarme pienso en las pequeñas ciudades del norte,
pienso:
aquiescencia.
Pienso: espacio.
Pienso en la luz que atraviesa la noche y que alumbra el rostro ignorado de las cosas,
y a menudo en los pabellones terminados en punta en busca de cualquier intento de ternura.
Me enfrento así al domingo que termina por si después nadie me espera.
Pienso en ciudades con dependientas que imponen respeto; que constatan, con asombro, mi edad.
Mi talla de pantalón.
El silencio que hay en las cajas del almacén y que aventuran detalles de perfección.
Me enfrento así al escuadrón de los barrenderos por la mañana.
A la hipocresía, a las parejas que se besan por los pasillos,
a tantos pliegues perdidos en los ascensores,
a las caricias regaladas con entusiasmo y desgarramiento, con la mirada hecha de horizontes y lontananzas,
como un extraño para ciudades con guía y sin cuartel, sombrías,
como las frases que se dibujan en sus torres tan sólo a intervalos, a capricho del viento.
Cuando tan duras son por aquí las escarchas y vuela el avefría.




A CEPILLO

No puedo creer que de nuevo me encuentre en la peluquería, que hayan pasado tres meses desde la última vez y que la peluquera (una gorda amable que siempre me cuenta la misma historia y acaba hablándome de la nieve aunque sea agosto) esté a punto de meterme las tijeras. Me pregunto si con todos hace lo mismo, si a todos les cuenta la misma película, si siempre las mujeres que hay allí tienen que hablar del ¡Hola! También de sus cosas, de cómo se va a llevar el pelo este otoño y cuáles son los productos mejores para que no se reseque ni se caiga. Con una media de 60, año arriba, han empezado a rendirle culto excéntrico al cuerpo, ahora que pueden, ahora que una peluquería no es tanto un sitio de reunión como un supermercado. Tienen todo tipo de cremas para la piel, mil productos para el cabello y no sé cuantas cosas más que me pierden. Una vía descubierta por el mercado de las franquicias, al igual que las tiendas de ropa, los bares, aunque sean vascos y una contradicción, pues en todos cuecen las mismas habas y a veces, cuando no les quedan, ponen pochas. Por eso no me gustan estos sitios. Porque allí las manos de las peluqueras no irradian una ternura comprensiva ni dejan unos pelos más largos que otros. Cuando al fin ha acabado, no parezco el mismo; casi otro. A veces, según la postura, muy distinto, sin embargo.




AFIRMACIÓN DE CONFIANZA

Puedo y no quiero evitar los ojos de Imre Kertész,
su punto preciso de observación que se hiciera añoranza de matriz en otro tiempo,
aunque a veces no alcance a comprender el sentido último de su mirada,
su ademán,
o esa sonrisa contenida, oblicua, como de sospecha.
Como el cuerpo de esos niños que se ovillan con gestos felinos ante el sufrimiento o el frío.
Como si ya intuyeran,
por ejemplo,
que el dolor no les abandonará nunca,
ni siquiera un instante.
Que les habitará sin ensombrecerles,
incluso cuando en apariencia dé a la melancolía solamente un fundamento;
incluso cuando les parezca presentir que cada cual llora a su modo el tiempo que pasa,
que los ojos han de tener la melancólica contemplación de lo acostumbrado,
sabedores de su indiferencia hacia con la primavera y el verano,
aunque los retoños de los robles, lo quiera o no,
son una afirmación de confianza.
Rechazan el patetismo.




LA PRIMAVERA LO HACE TODO

Cuando no se te ocurra nada más que añadir, aíslate.
Camina por el monte.
Por las orillas de las pistas forestales.
Piensa en Adam Zagajewski, en Richard Ford.
Piensa en Nordbrandt cuando nieve sobre las copas de los árboles.
Dirán que perdiste el rumbo,
pero sabes que no has venido a vencer el hastío incurable que derrama la costumbre.
Piensa en Roberto Bolaño. Mira el retrato de Houellebecq.
El de Amis, más joven, elegantemente vestido.
Prolonga el paseo toda la tarde hasta que la noche se eche como tirada a cordel.
Piensa en Andrei Makine.
Observa los tejados llenos de melancolía.
Las tejas apretadas cual celdillas de colmena. La luz resbalando gris y adversativa.
Verás que hace tiempo que todo ha dejado de ser como al principio.
Hace tiempo que tu opacidad es tu silencio.
El silencio no es lo peor. Las palabras gratuitas son más terribles.
Hay que cruzarlas. Hay que acometer la tarea de cruzarlas. Hay que desengañarse.
Piensa si no en Juan Rulfo.
Observa si no el temprano cada día que te ofrece la primavera.
Las magarzas sobre los ribazos. El adusto cardo floreciendo malva.
Y finalmente, el ababol en supervivencia.







FERNANDO DE LAS HERAS [15.383]

$
0
0

FERNANDO DE LAS HERAS

Nací en Badajoz en 1981, donde actualmente resido. Licenciado en Filología Hispánica en la Universidad de Extremadura. Viví un año en Lisboa y otro en Lieja, donde continué mis estudios. En 2002 realicé un taller de literatura con el poeta y traductor Ángel Campos Pampano.
Dirigí la revista Luar (2004), y junto a Cesare Tedesco realicé la exposición Imaginario Colectivo (2005). Algunos poemas míos aparecieron en la antología El vuelo de la Palabra (2003) o la revista lisboeta Callema (2006). Como finalista, algunas obras han aparecido en el catálogo del Premio de Poesía Experimental, (Diputación de Badajoz, 2009, 2010, 2011).
He escrito las plaquettes La luz indecible u Oporto velado, ganando algunos premios de poesía.
Entre sus libros, destaca el poemario Cerca del origen (Editora Regional de Extremadura, 2013) y Hablar en sueños (De la Luna libros, 2014).
http://fernandodelasheras.blogspot.com.es/




Cerca del origen (Editora Regional de Extremadura, 2013)     

                                              
LA LEY DEL CIELO
                                                                   
Mis antepasados inventaron la vía láctea                                                                                                                                                                                             
Juan Carlos Mestre



              Contempla el cielo como quien lee un libro antiguo.
Como quien repite la fábula nocturna
de la que está hecho el mundo.
Ver muy lejos en él es mirar hacia atrás,
retroceder en el tiempo. Observarnos
tal como éramos.

Hay palabras que se forman en la oscuridad
para hacer ilimitado el cielo
en cada uno de nosotros. Un ceremonial
que se resiste a olvidar su germinación
bajo tanta luz invadiendo a deshora.
Y ahí están las elegantes señales del pasado,
el vasto territorio como un cráneo vacío,
la humilde narración de los hechos.
La imposibilidad del cielo como lo único posible,
sin que nada nos divida aún.

Y así decimos, ya llegan las estrellas,
bajo el secreto del largo camino
que nos trajo hasta aquí
mientras se precipita sobre nosotros
como si la lluvia nos sorprendiese
hablando en la calle.   




                                                              
UN DÍA IGUAL A OTRO

            Tal vez llegará  el día
en el que los memorables triunfos literarios
se los lleve el agua,
y sean los libros gastados liquen para las piedras.
El día en el que no sabremos nombrar nada
de lo que existe ante nosotros. Y debamos esperar pacientes
el deslumbramiento de las primeras palabras.
Ya sabemos que aún hay tiempo
para que todo vuelva a girar. Para que de nuevo
el orden y el desorden coincidan,
para despertar sin el contacto con los dioses.
Bien sabéis
que los últimos ciudadanos al marcharse
no podrán mirar atrás,
que un día apenas seremos la canción entonada
por las niñas en el patio del colegio.
Para entonces,
llamaremos sacrificio
a los desamparados hijos sin padre
que continúan soñando,
y ofreceremos las últimas provisiones
a todo aquel que profane ferozmente la vida,
ese delicado minuto
donde todo parece tender a la destrucción.

Uno tras otro llegarán como la noche
en que desaparezca la oscuridad en los libros futuros,
los hombres engullidos por la sensación de lo eterno.
Y será un día igual a otro. No más especial, ni más nuestro,
en el que los recuerdos cabrán en una caja de zapatos,
de la misma manera que el día de hoy
se cierra en un poema con estas mismas palabras,
pudiéndolas olvidar para siempre.


                                                         
                                                                 
CELEBRACIÓN

No pesa el mundo más que la palabra.
Que su peso invisible. Y no contiene más luz
que su misma luz de hoy.
Vino desde el tiempo del sueño. Antenatal e informe.
Para mostrarnos su vibración en el vacío,
su doblez
en el origen de las cosas.
De algún modo que no logro comprender,
ella es igual a la belleza indiscriminada
del aire, igual a la desgastada suma de sumas
sin resultado alguno.
No habrá teoría que la muestre como una ínsula
procurando su tiempo, ni teórico que la compare
con el fuego inédito que nos envuelve
y empuja a su centro,
para dormir en él, abstraídos
mirando su llama.
Sus términos aún sobreviven a los seis mil millones
que exceden con nosotros el mundo.
A los miles de años que laten bajo el cosmos.
Camina sola y distraída.
Debemos celebrarlo.


                             

                                                        
EL DON DE HABITAR

                                                                                 
Si el espacio es infinito                                                              
estamos en cualquier punto del espacio.
                                                                                                                                                                               J.L. Borges

             

Las estrellas se alejan de nosotros. No cabe duda. 
Los astrofísicos dedicaron la fuerza de mil hombres  
a constatar que el universo 
se quiebra como una botella vacía. 
Que su violencia es elemental, 
armoniosa. Ineludible. 
De este modo, formulo 
que existe un don difícil de comprender  
cuando busca el pájaro ocupar 
su término exacto 
entre la tierra y aquella distancia inasible, 
cuando el hombre establece, sin drama alguno,  
su demérita medida. Un don 
al margen del designio de cálculos y dioses  
aún por llegar. 
Mientras, nos vamos deshaciendo  
en esta dulce incertidumbre de avanzar en la nada. 
Frágiles, sin importancia alguna. 
El viaje será largo. 
Tenemos el único propósito  
de aprender a ser mortales.



Hablar en sueños (De la Luna libros, 2014)



ÚLTIMOS DÍAS DE LLUVIA

Crecen en secreto los niños.
Eugenio de Andrade.

Cruza en manada la tormenta.
Lo que no hemos atado a la tierra
será coceado por el viento,
la ropa henchida en los balcones, las antenas de televisión,
la basura como el vestido de las novias en domingo.

Cae en cascada la electricidad
que alumbra los retratos de familia,
el pecho de los niños que ya no corren a esconderse
sin tropezar con los muebles, sin pegar sus ojos al cristal
mientras imaginan al relámpago como la crin
de un potro que enloquece con la lluvia.

Cuando termine de chasquear sus dedos el tiempo
cesará para ellos el suceso extraordinario,
se estirará por última vez
la tierra que rodea a la ciudad, las historias
que rodean a la tierra.
Dejarán de crecerles los brazos
bajo la ropa del invierno.

Pudieran ser sus últimos días de lluvia.
Lo que no hemos anudado siquiera al corazón
se lo llevará el futuro del frío.




BEATRIZ MIRALLES [15.384]

$
0
0

BEATRIZ MIRALLES 

(Madrid, España, 1985). Poeta y editora. Autora de la plaquette Y todo es silencio (Murcia, 2013) y de los micropoemarios en volúmenes colectivos La soledad del hombre-isla (2010) y 500 micrometros: El lugar de cuerpo en vano (2008). Sus poemas han sido publicados en diversas antologías: Ni pena ni miedo: Poesía 3.0 (Universidad de Alicante, 2015), Desdoblando (Editum, 2014), Anónimos 2.1 (El dispensario, 2013). Ha participado con poemas y artículos en revistas: La Galla Ciencia, Tonos Digitales, Josefina La Cantante, Obituario o Seconal. Impulsa el proyecto ad minimum microediciones. Es colaboradora en el suplemento cultural de la revista Détour. Escribe menos de lo que quisiera en el blog Cuaderno portátil.



dentro de las manos
el tacto de tu piel
sólo sabe morir.




cose a mi piel tu tacto
extiende en mis manos
el lugar de las desapariciones.





engendro vacíos
dentro de las manos
me hago abismo
subrayo los límites de las cosas

siempre termino rodeado de nada





desciendo
del eco a la sombra
así es la desaparición:
raspar el lenguaje
hasta hacer silencio




eres el animal pálido que tiembla / aún
escucha su oscura transparencia
sola 
solo 
     el miedo





doy de comer a mi sombra
la ofrenda que soy
un cuerpo
roto





de tantos desgarros
voy a coserme otro cuerpo
para dar de comer
           a mi sombra.
también fuera de las venas hace sangre.







las islas más breves

                           yacemos como lagartos al sol,                                                   
                           aplazando indefinidamente nuestras vidas.
                                     E. Smart
                                                                                                                                    
Aquí,
tumbados en mitad del verano,
en los márgenes de arena
de la orilla, hemos ido deshaciéndonos
como pequeños pedazos del hielo
en los refrescos pronto a desaparecer
en el agua. Sólo quedan nombres
                                  flotando,
las islas más breves.






dime
cuántas veces cae
la tarde que cae
dime
la tarde
tierra abajo
como un animal enfermo
tierra abajo
envejece:
vacía su desaparición
dime
su metástasis transparente
cuántas veces cae
extiende su cuerpo
la oscuridad en nosotros.





JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ ORTEGA [15.385]

$
0
0

José María González Ortega

José María González Ortega (Ciudad Real, 1958) es un poeta, antólogo y crítico ciudarrealeño.

José María escribe poemas desde 1977. Dirigió el programa “Palabras al viento” (Radiocadena, 1979/81) y colaboró en grupos literarios y teatrales: Guadiana, Cálamo, Arlequín, Renfe y La Fragua, participando en tertulias, recitales, centenarios, homenajes, jornadas poéticas y representando obras de Antonio Martínez, García Lorca, etc., en Almagro (Corral de Comedias), Ciudad Real y provincia, Castilla-La Mancha y Madrid.

Tiene publicados los libros La voz de las raíces (volumen colectivo “Hacia la luz”, Ciudad Real, 1979), Testimonio del ansia (Colección Ojo de Pez, nº XLIV. Ciudad Real, 1998) y Hablar con el silencio (Ídem, nº LXXII. 2008). Seleccionó y coordinó la Antología Ciudad Real: Poesía Última (1983 y 1984 segunda edición, corregida y aumentada), que inauguró la Biblioteca de Autores Manchegos creada por la Diputación Provincial de Ciudad Real, y Detrás de las palabras (Postguerra y Transición en la Poesía de Ciudad Real) que publica en la Biblioteca Añil de la Editorial Almud en 2009 y que reúne a grandes voces poéticas vivas y representativas de los diferentes estilos cultivados por los autores de la provincia de Ciudad Real.
Ha sido incluido en varias antologías y colabora en el diario Lanza y revistas culturales.



A Celso Emilio Ferreiro, dormido en Celanova

Dedicado a ser Miño,
hechos alba tus labios
que cantaron con sangre
de las gaitas la soledad
ardiente de Galicia:
Tierra del hórreo,
rica en emigraciones,
con el pecho de verde
y de caballos y verdad
campesina; Celanova de lana,
de paz y leñadores, de pastos,
de pescadores con bruma
por los ojos, con sombras,
con la desesperanza
por los bombros desde el día
que nacen, nubes, que vienen
a morir, a hacer historia, grumos
dulces que ven morir las rosas
y los pájaros libres
donde las horas muestran
cicatrices de olvidos.

Niño eterno de bosques, de frescos  
aires, de arroyos y de musgos;
hombre de pan, palomo
allá en la altura; abierta  
a cada instante la luz
de tu palabra como de vino
hecha, de arcilla y primavera
y resplandores puros.
Niño de Celanova, poeta,
gallego, dormido en Celanova.










JOSÉ MARÍA ORTEGA GONZÁLEZ [15.386]

$
0
0

JOSÉ MARÍA ORTEGA GONZÁLEZ

JOSÉ MARÍA ORTEGA GONZÁLEZ (Bullas, Murcia). Profesor de Servicios a la Comunidad en la Conserjería de Educación. Activista político y medioambiental. Su afición a la literatura viene de su amor al teatro. Su obra literaria publicada hasta la fecha, que sepamos, se esparce por diferentes blogs, como Obras de Teatro Cortas, de México.





MORIR POR PRUSIA

Los barrizales, 
los eriales,
los desiertos sin música
están llenos de huesos de arena,
de restos de vidas convertidas en ceniza
por orden del Estado Mayor.

De las reservas,
de los suburbios,
de los guetos aceitosos
al campo de batalla
a defender una patria,
la misma, urdida por los que nunca van al barro
y que desconocen la acidez de la metralla
o el  rayo con silenciador que desmigaja los cráneos.

La decisión del gabinete se toma en un cálido recinto
donde no falta el té con pastas.
Hay que asegurar este territorio,
aquel  yacimiento o este dominio.
Hay que castigar al enemigo 
o tomar una ciudad para gloria del IMPERIO.

¡Hágase la leva entre los despojados de este mismo mundo!
Que los negritos del arrabal defiendan la bandera
y los indios de la reserva 
cambien la botella de alcohol barato
por las barras y estrellas.

Y, eso sí, entre tanta desgracia que se avecina
dispongamos un tratamiento especial para los oficiales, 
por si alguno de nuestros amados hijos de largos apellidos,
formados en la mejor academia militar, 
se ve atrapado en la batalla.

Los hospitales tienen serruchos oxidados 
para talar los miembros inservibles y las lenguas procaces.
Las madres han parido con dolor
hijos que sólo vivirán por veinte años.

El desertor será ejecutado de modo sumario
y sin anestesia
porque tolerar dicha conducta 
emponzoñaría los engranajes de la patria.

En 1914, como en tantas y tantas ocasiones, 
unos cuantos millones de obreros desdentados
y jóvenes e ingenuos voluntarios 
cubrieron de tiernos cadáveres los campos planos de Europa,
todo para resolver una pelea de primos aristócratas.

No veas, no mires las tenazas del amo,
no cuestiones el linaje de sangre,
simplemente ve a morir por Prusia
o por el zar o Austria-Hungría.

Un monumento te honrará solemne,
allí prenderán una hoguera incombustible
aneja al palacio restaurado
de los que decidieron, sumando y restando,
cuántos súbditos aportarían al puchero de sangre.

Cuando vayas a morir por Prusia
nunca, nunca, rompas la formación en la batalla,
aunque veas venir hacia ti las cadenas de los carros de combate.
Que sigan sonando el tambor y la corneta.

No es gas lo que degüella las últimas flores 
y cubre de gritos la llanura belga, 
es la grandeza de morir por la patria,
la expiación de nuestras culpas,
posible sólo si cada pieza ocupa su lugar en el tablero.

Al páramo de la muerte se llega por miles de caminos,
todos igual de equivocados.
Un día estás escuchando el swing de la emisora de Los Ángeles
y al día siguiente vas en un avión 
a rociar de megatones Hiroshima.
Empiezas en una taberna cálida de Berlín 
que huele a orines de cerveza
y terminas abriendo la llave del gas
en la tarde de Nochebuena 
un poco antes de cenar con los camaradas.

Soldado,
cuando veas el escupitajo de metralla
viniendo hacia ti,
sigue las instrucciones
y despídete de la vida 
de forma ordenada,
como te enseñaron los pulcros oficiales.

Te quedarás para siempre
tras la niebla infinita,
una niebla voraz de campo de batalla,
de huesos de paria,
de olor a tripas calientes derramadas
y bendecidas por un sacerdote.
Te quedarás para siempre tras las niebla infinita,
aquella que jamás traspasa
los muros de palacio
porque sólo existe en la imaginación 
de los que se duermen al calor del brasero.

Un día, soldado, decidiste que serías capaz de morir
por una noble causa,
pero sólo has muerto por Prusia,
vocablo ya borrado de los mapas.












CONSTANTINO MOLINA MONTEAGUDO [15.387]

$
0
0

CONSTANTINO MOLINA MONTEAGUDO 

(Albacete, 1985). Abandonó los estudios de Licenciatura en Humanidades en el año 2006 y desde entonces ha trabajado en muy diferentes puestos de empleo que nada tienen que ver con la labor literaria. Actualmente está desempleado. Algunas de sus obras han sido galardonadas con premios como el Premio Jóvenes Artistas de Castilla-La Mancha (2011) y el Premio Nacional de Poesía Joven Ciudad de Albacete (2012). Ha sido recogido en las antologías El llano en llamas (Fractal, 2011) y Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia), 2011. Y en las revistas Barcarola y La Galla Ciencia.
Finalista en diversos premios de poesía - Loewe, Adonáis, Alegría, Fundación Monteleón, Martín G. Ramos- durante los últimos dos años.


Las ramas del azar, con el que acaba de adjudicarse el prestigioso Adonáis.




EL CORAZÓN DEL MÁRMOL

                                                 El rapto de Proserpina, G. Bernini

Este trozo de mármol que ahora observo
descansaba en el sueño soterrado
de unas colinas próximas a Roma.

Ya entonces, muchos siglos
antes de que naciera su escultor,
en la entraña del monte,
Plutón y Proserpina se enzarzaban
en su lucha insistente.

Las manos de su autor
no eran de hueso y carne todavía,
y el corazón del mármol ya tomaba
la forma de los cuerpos.
Ya los dedos se hincaban en el muslo
y ondulaba el cabello en movimiento.

Fue al pasar cientos de años
cuando alguien acabó por escuchar
el corazón del mármol:
allí donde la piedra se hace carne
y, al contrario, la carne se hace piedra.

Y fue entonces así
que un pequeño cincel siguió el dictado
latente de la roca,
que vieron luz los miembros y los gestos
ya para siempre eternos de aquel mito,
y que el pulso dinámico del tiempo,
mientras todo seguía siendo bello y cruel,
se llevaba de nuevo las manos de Bernini
hacia el polvo infinito de la nada.   




DE LA SERVIDUMBRE

El pájaro doméstico,
en su pequeña celda,
nunca conocerá temblor de rama
que sostenga el encanto de su trino.

Canta, 
tan orgulloso como acostumbrado,
la villanía
de renombrar su servidumbre.





LAS RAMAS DEL AZAR
Constantino Molina Monteagudo
Rialp Ediciones, 2015,
Premio Adonáis, 2014


por Manuel Quiroga Clérigo


 “Con Sócrates, la vida humana se transforma sustancialmente al tornarse vida filosófica, reflexiva, y se altera de igual modo la filosofía al convertirse, antes que nada, en manera de vivir”, escribelas ramas del azar la maestra de filósofos Juliana González, y los poetas, antes que nada los poetas, hacen de esa reflexión una, verdadera, forma de vida, de todo punto ajena al universo de perdiciones que son las sociedades, siempre en crisis, adulteradas por el disvalor del trabajo y por el aplastante oprobio del capital egoísta, embaucador y esclavizante. El que de esa reflexión puedan surgir obras hermosas tiene, si, un especial valor, digamos, cultural, pues es bien sabido que ni los grandes editores al uso ni, por supuesto, las fuerzas vidas que se dicen o son directoras de ese conjunto de entes u organizaciones que forman, conforman, la existencia de estas sociedades, llamadas, occidentales o civilizadas, permanecen ajenos a la creación literaria y a la ilusión de los creadores. Ya. Lejos de las teorías de Jacques Monod, es decir más cercana y líricamente, la poesía se adentra en la naturaleza y hace de ella su principal objeto de indagación, de experimentación, de observación. Ello nos llevaría al poemario que ha obtenido el Premio Adonáis de Poesía 2014, “Las ramas del azar” del autor albacetense, nacido en 1985, Constantino Molina Montenegro. Pero, aquí, es la mirada atenta al mundo circundante, la eternidad del horizonte o/y el devenir de una naturaleza en perpetua transformación lo que, de cualquier manera, va a revolucionar la propia mente del poeta y, acto seguido, la de quienes se acerquen a sus versos.  En esa revolución está el ser humano, el árido protagonista de una extensa soledad que, sin embargo, puede ser capaz de modificar todo un entorno, a veces, maléfico y en arbitrario desorden y, además, disfrutar de sus sorprendentes maravillas.

“Si alguna vez callásemos/como callan los árboles, las nubes/y las piedras, podrían escucharse/los árboles, las nubes y las piedras”, escribe Constantino Molina Monteagudo en este libro intenso, bucólico, inquisitivo, vital animándonos, además, a ver el silencio como motor de la sabiduría, del entendimiento y la razón, según las concepciones kantianas. En “Canción del mundo”, de la que forman parte estos versos iniciales, el hombre se abre a esa perseverancia en la contemplación de una vecindad, siempre bella, en la que existen nubes, y aves, árboles y fieras, todo evolucionando hacia primaveras y arroyos, por ejemplo y, donde, lo natural se transforma en eterno, en simbólico, en habitual. Por eso, seguimos, “El mundo nos entona su canción”. Y ese es el canto que hace posible la itinerancia de los ríos, la evaporación de las aguas de los océanos, la superación de las angustias o la creencia, siempre inédita, en la posibilidad del amor.”Basta callar, dejar cantar al mundo/y oír su voz fugaz para entenderlo”. Es, de nuevo, el silencio, tal vez la solitaria contemplación de las esferas lo que, puede, permitirnos entender ese mundo, tan cercano, y, a veces, tan extraño.

¡Entender el mundo!, esa es la cuestión, no el ser o no ser shakesperiano, seguramente más literario pero escasamente original. Federico Engels (uy, qué miedo, ahora que se avecinan corrientes marxistas-leninistas más acá de Albacete) escribió que “Con el hombre entramos en la historia”. Y aquí es la, lógicamente perfectible, voz del poeta que, desde su atalaya, observa el devenir de su entorno y lo muestra, con la agilidad, de un filósofo y la energía de un periodista: “Respirar como el ritmo/respira en un poema”, leemos. Y esa respiración nos lleva a una especial indagación del hombre como formando parte de tanta naturaleza difícil, exasperada, siempre cambiante que, al penetrar en la historia con el bagaje de la cultura, que no poseían los individuos estudiados por Darwin, se hace realidad ante nuestra limitación percepción de lo humano. Del poema que titula el libro elegimos unos versos, casi bíblicos, que recuerdan bíblicas enseñanzas o atesoran clementes consignas para comprender, desde alguna superación de la adolescencia, un planeta al que acompaña la vida casi sin necesidad de más cuidados que su, permanente, contemplación: 


“Qué bellos se mantienen
viviendo sin cuidados, sin podar,
estos almendros
que el olvido ha cargado
de nuevas ramas”. 


Enseguida aparece el azar, esa capacidad de la naturaleza para tomar de las raíces del planeta, o de extensos resortes de lo cotidiano, sean lluvias o vientos, y muchas veces sin más atención que la mirada del hombre, y es posible ver alzarse los álamos, brotar las delicadas flores del almendro o el cerezo, o recoger las generosas cosechas de los frutales. 


“Van creciendo al azar,
desatendidas
de la mano del hombre.
Crecen en el desorden armonioso
de la naturaleza,
en búsqueda perpetua tras la vida
y nunca cesan. Crecen
y crecen estas ramas
sembradas como están de alados pájaros,
y la hoja quiere ser ala que vuela
con el aire metido entre sus pliegues,
y con él se deja en el otoño”. 


El poeta sigue con su andadura en medio de unas geografías histéricas y, donde, la sorpresa, irónicamente, se manifiesta día a día al poder contemplar el nacimiento de una flor, el desarrollo de un trébol o, también, la nidificación de las aves que, seguramente, llegaron de lejos. 


“Qué bellos se mantienen
estos almendros.
Y, sin embargo,
qué inquietante saber que la belleza
que ahora se les concede
es también la condena
de entregarse a una vida más efímera”:


los momentos en que nos es dado observar ese universo natural y hermoso, no es más que un motivo, extenso e intenso, para la inspiración del poeta y, por lo tanto, al contemplar esa buena disposición del azar para mantener los soportes de la existencia surge la plena alegría, la conciencia de reflexionar en torno a  esos dones que, ineludiblemente, nos están siendo regalados cada minuto

Constantino Molina Monteagudo ha visto algunos de sus versos en las antologías “El llano en llamas”, precioso recuerdo del libro de Juan Rulfo, editada por Fractal Poesía 2011, Albacete) y “Tenían veinte años y estaban locos” (La Bella Varsovia, Córdoba, 2011) además de haber colaborado en revistas como Barcarola ó La galla ciencia. Habitante de una Castilla que muchos consideran residual y de una Mancha que, además de albergar el legado histórico de Miguel de Cervantes y su loco genial, el poeta parece que anda con pies de plomo para no descubrir el abandono de tan hermosos paisajes, tan delicados lagos, tan inquietantes colinas, su desconocidos volcanes o los tan afamados y productivos viñedos. Y ahí está el poema “Elogio del llano” donde 
“Es la tierra vértigo lineal” o “Agua del valle” “Tan recogida/en su verdor/como estrella que brilla/en brazos de la noche”. Lo propio sale a la palestra como en las, no tan, visionarias certidumbres de Benjamín Palencia o en los poemas de los grandes líricos manchegos como Juan Alcaide, Félix Grande, Eladio Cabañero, Ángel Crespo o la conquense Acacia Uceta, de la cual acaba de editarse una magnífica y muy completa antología (Ediciones Vitrubio). Tal vez la preocupación de los poetas por su entorno, por sus aficiones, por sus formas de vida impregnen de continuo sus creaciones lírica. En “El vino” leemos: 


“Sin hacer resistencia
cede al fuego el sarmiento su materia.
Apenas dura en ascua
su delgada madera,
que vuela convertida en mínimas pavesas” 


que daría paso a la degustación del divino mosto, como hacen en Valdepeñas a finales de noviembre, hasta conseguir la dulce embriaguez de la vida conservada, al menos, mientras dure tan feliz libación.
También hay en este poemario otros motivos, otras preferencias. Memorable “Esta música”, con briznas de Monteverdi: 


“En sus acordes vibra
la melodía eterna de los tiempos,
la voz siempre pretérita y futura
del alma humana”, 


analítico ese “Berlín, tratado de urbanismo”: 


“Mira de qué manera
alzan su cuello
los cisnes del canal.
Parecen preguntarse,
en su interrogación estilizada,
por cuanto les rodea” 


y esa leve queja que aparece en “Nocturno”:  “¿Cómo ladran los perros esta noche?”. De todas formas, a lo largo de esta completa y ordenada colección de versos, aparecen los estímulos del buen gusto, la persistencia en la memoria de los viajes al centro de uno mismo y, como no circunstancial añadido, cierta lamentación ante lo incierto, irremediable, lo que está fuera de nuestro alcance.
Poesía repleta de ritmo, escrita en versos libres pero con una suave medida musical y cadencioso, la de este libro es, también la muestra de una visión del misterio de lo que, por aparentemente, sencillo tenemos tan a nuestra mano que, por ello, parece, puede, escapársenos. El azar, lo circunstancial, lo sobrevenido, lo fortuito, lo  imprevisto, aquello que puede forman parte de algún desorden pende, según expresión del poeta, de una naturaleza donde el asombro, cierto misterio y, unas, distintas connotaciones literarias pueden llevarnos a comprender, a interpretar la observación del ser humano desde su atalaya de indagar preocupado por su futuro y el de los demás habitantes del planeta. La escritora leridana Cristina Lacasa ha dado a la imprenta muy interesante títulos en los cuales, con acertada inspiración, ha denunciado el abuso que, constantemente, hacemos de este universo regalado. Otra vez las aves en “Vencejos en la noche”: 


“De noche,
bajo la luz azul de unas farolas,
te sobresalta un grito vertical
que vuela entre tejados y azoteas”. 


Es como ver iluminadas las conciencias, sentir el sobresalto de lo externo, habitar el territorio de las especies aladas para sentirnos, algo al menos, protegidos o amparados en nuestro cubil de héroes del domingo. Pero, de todas formas, ya dijo Tomás Segovia que “La poesía es la única manera de decir la verdad” y, en poemas como “Exilios”, el poeta albacetense recupera la identidad de su espacio, la exacta descripción de un paisaje concreto, la necesaria identificación de la soledad: 


“Tras el verano
van quedando vacías
las casas del pueblo.
Hay demasiada noche en sus inviernos
y las familias
escapan por las rutas de levante,
hacia un clima más cálido,
o de la ciudad, lejos
de esta intemperie cruel”. 


Ese sería el cometido del poeta, como testigo efectivo, del mundo real, de las geografías propias, de la irresoluble circunstancia de la soledad. La poesía, ciertamente, dice la verdad, retrata los territorio de la ignominia o alerta ante el tímido espectáculo de la comprensión, la concordia, el amor: escuchemos el elegante erotismo de “No me acostumbro”: 


“Semejante a un arroyo
tu cuerpo adquiere
un nuevo brillo a cada instante”. 


Los senderos de la fabulación son inmensos, la capacidad de inventar leyendas permanentes es inagotable. En todo ello está la hábil instigación del poeta, la necesaria descripción de sus intimidades o la explícita reacción ante la belleza o más allá de los momentos de tristeza. Tal vez por eso Molina Monteagudo deja versos como los que componen el poema titulado “Luciérnagas”: 


“Escribir en la noche
y sin saber.
Ir encendiendo
palabras
como luciérnagas
en roca árida.
Y sorprendernos,
y no saber
para admirar, así,
cada vez más
su interrogante maravilla”. 


Esta lectura y la de otros versos nos permite apreciar un trabajo completo, incisivo, engrandecido por la profundidad de una reflexión constante y nos permite, a la vez, esperar nuevas entregas de ese autor que, como digno representante, de una excelente tierra de poetas observa la realidad para contarla y, justamente, planifica sus pasos para conocer los escenarios en que, todavía, es posible la vida y la solidaridad.

Glorioso es el “Epitafio” que cierra el poemario 

“Ni buscó la verdad, ni mendigó saberes.
En la noche escuchó cantar al ruiseñor,
y con su canto dentro, ignorando, vivió”. 

Esta preciosa descripción de la escasa vida sobre la tierra, esa certeza de hallar una eternidad serena, nos podrían dar la clave de una existencia abocada a la referida concordia, a la exigencia de tener los sentidos atentos y, al final y por encima de todo, de ignorar las vilezas, y los seres infames, que nos rodean. Vivir así, posiblemente, es la mejor manera de huir de tanta iniquidad, oscuridad y desastre como, sin ningún reposo, nos atenazan.






DAVID MARTÍNEZ GARRIDO [15.388]

$
0
0

DAVID MARTÍNEZ GARRIDO 

(Madrid, España, 1981). Licenciado en Farmacia, desde pequeño empezó a escribir algunos relatos y poemas inspirándose en el matadero, lugar donde trabajaba su padre. Ha publicado en las revistas Letralia y Entropía, y en 2009 ganó el primer concurso de relatos Stilnox con ‘Horizontalmente en vela’, formando su texto parte del libro Una noche de insomnio.



EL TEMPLO DE LAS DELICIAS

Retrepados en una sala neoclásica
Con un pianista estrambótico
Que interpreta a Satie y otros clásicos 
(En esto consiste la felicidad, poco más)
Mientras ella, blanquísima de malicia
Mueve su  manecita helada
Para jugar con mi oreja como escayola.
De repente, se levanta  y pregunta al oído del pianista 
Si puede tocar ‘My way’ de Frank Sinatra
Y él contesta: vamos a intentarlo.



DORMIDA

Mientras ella duerme
Pasan cosas. 
Paseo entre árboles retorcidos
Observo los pájaros del tendido eléctrico
Hablo de política con la vecina
Compro mangos en el supermercado
Pienso en mis cosas. 
Y cuando vuelvo
Entro en la casa, iluminada
Ella sigue durmiendo.





Cuanto te miro

Cuando te miro
asesinas cualquier razonamiento posible
y sólo percibo
que mientras taconeas por la acera,
se paran las manecillas de todos los relojes
y cortas el aire, que huye
temeroso
al contactar contigo
y no se atreve a lamerte



Tigres cansados

Quien busca en la oscuridad
no busca solo
Ni espera
como tigres cansados en ascensores de hospital.
Ni se pierde
como botones mal cosidos
en paisajes helados.
Quien pretende
ser
        algo
                distinto
desgasta muchos caminos
que no son distintos.
Quien conoce el color de sus manos
no es un artista
ni se odia a sí mismo.
Quien escapa de cartas marcadas
o de caballos cojos
tal vez
necesite algo de
a
i
r
e



En la cama

Observo cómo giras
Lentamente
Silenciosamente
encerrada en un cuerpo de muñeca
eres contorneo de movimientos eléctricos
Tu cuerpo de cera
se estira y se encoge
como una luz
y se va
Toco tu espalda
y suena como un arpa
moldeo tus cabellos de fuego
que se encrespan en contacto con la almohada
están vivos y salvajes
Te miro
y sólo veo amor
Espero
Y de repente, te tengo
Entre mis brazos de koala
Te mantengo
y no me lo creo
Estoy
a la distancia de una palabra
o un mordisco
(cont.)
Inspiro
Me encuentro a la altura de los sueños
en mi sueño
De nuevo, te alejas
y el deseo, se acerca
Tú te duermes
Yo apenas parpadeo



Ondina

No sé exactamente cómo ni por qué
terminé siendo buscador
no necesariamente de algo
y me perdí
y aparecí en el interior de un bosque
azulado, húmedo, distinto
y cuando me acercaba al desfallecimiento,
los sentidos me abandonaban
Y mientras el sol
caía a plomo sobre mis hombros
las aguas de un lago se abrieron ante mí
y se alzaron, verdosas
hirviendo salvajes
arremolinándose y rugiendo violentamente
y un ser mágico emergió entre la espuma
con forma de ondina
y ojos acuáticos
y sólo yo pude observar su perfil
su mandíbula y pómulo empíreos
líneas de pureza deliciosa
de origen abisal


De medianoche en adelante

llegas con media hora de retraso
y vienes con unos zapatos rojos
y un vestido negrísimo
de tejido fino y elástico
que deja asomar un escote generoso
salpicado por mechones de pelo
que parecen tener vida propia

Nada más
No pintura de labios
No maquillaje
No bolso
No medias

y sin embargo
moviéndote como un insecto
señoreas en la noche
y me ofreces tu mano
como si fuera un premio
para cabalgar juntos
hacia la risa perfecta



Magia

y ahora, ¿qué?
has desaparecido
tan de repente
que me he quedado
como este poema:

inacabado



El arte de la percepción

Observo mis manos
las he mirado tanto
que ya no parecen mías

Comienzan a irradiar energía
y su resplandor se vuelve irresistible
ahora son luminiscentes y prosperan
hasta formar un espejo
de plata líquida,
como el tiempo y tus ojos:
                                      líquidos

El brillo sigue creciendo
posee una extraña atracción
que no busco comprender
y me absorbe

Me traslada a través de
túneles hambrientos
Conductos vertiginosos
sin confines

En ellos no tengo control
y me dejo llevar
lentamente
y me dejo caer
sobre tu cuerpo
translúcido
con forma de esfinge

Viene y va
como un fantasma
regado de llamas
por tus ojos de nagual
Ventanas sibilinas
a otros mundos

Mi percepción no tiene medida
ni límites



Insomnio

son las cuatro de la mañana
(tal vez las cinco)
en alguna parte
oigo mi alma gotear
sobre el papel:

        gloc
        gloc
        gloc

y mientras la ciudad agoniza
los pájaros se encienden
y silban, agitados
su dócil sinfonía
que se cuela en mi cabeza
y entonces
                 dejo de pensar
y tengo
la extraña sensación
de que el mundo se ha parado
en un instante
de lucidez absoluta



Haikús dispersos

Lluvia asesina
En el techo solar
Besos violentos


*


Luna pinchada
En la pequeña antena
Mi piruleta


*


Cambia el papel
Ahora soy Pinocho
Antes fui Cyrano


*


Se oye una espera
Las musas no me besan
Cierran su boca


*


Ruidos en sueños
Pigmalión cincelando
Tus largas piernas


JUANA C. CASCARDO [15.389] Poeta de Argentina

$
0
0

JUANA CATALINA CASCARDO

Nació en Salto, Provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1943. Segunda Hija del Profesor Alfredo Cascardo y la Prof. María Elena Kenny –Con su nombre abreviado Juana C. Cascardo,  comenzó a publicar su obra literaria en el año 1977; siendo sus títulos: 

Voces de mi Silencio, Sonar de Lluvia, Caminemos...poemas para acompañarte,  Amor y Rosas: poemas de amor nostálgico, Cuentos para Recorrer la Vida Vol. I; Tras los Opacos Cristales del Otoño, Vol. I., El Equilibrio Utópico - poesía (Ni más...ni menos)  y nov. breve (Siembra de Otoño), A Flor de Piel...ó eso que llamamos amor -poesía, prosa y dibujos. Sueños con Sabor a Sal y  Las Sombras del Futuro, cuentos – La Mujer Dragón –Novell.- Idem-Tikit, el Mist Bumerang de los S.S. Vaticanos y  La Ultima Quimera  -nov. cortas- El Regreso  de los Cosmosidosos- ensayo novelado e historieta, Con los Ojos Poblados de Escarcha- poesía; Historia de un día cualquiera – Unipersonal -  Apuntes de Infancia –prosa autobiográfica, fotografía y poesía.  Somos Tiempo, poemas homenaje y otros poemas; Suelta de Prosas, CD-ROM y e-Book; Amor y Rosas, poemas de Amor nostálgico, Vol. I, CD-ROM., Pepita y sus amiguitos… cuentos infantiles.

Expositora en Congresos Nacionales (S.A.D.E.) y Pcia. de San Luis  e Internacionales (Chile y Perú), de Literatura y Poesía. Participó de los Encuentros Nacionales e Internacionales de Poetas y Narradores, de Villa Dolores y Alta Gracia, Córdoba, Argentina.

Reconocimientos: Ha obtenido premios y distinciones tanto por sus libros publicados como por su trayectoria literaria.
Su Obra fragmentada ha sido publicada en más de 50 ediciones antológicas, diarios, revistas especializadas del país y del exterior; en revistas literarias virtuales como Pluma y Tintero, que dirige Juana Castillo – Madrid, España. Así como en Diccionarios de Escritores. Incluida en programas radiales tales como: Una Noche Inolvidable, conducido por Carlos Fernández para “Ondalatina”, entre otras.

Mujer del Año 2004, MEDALLA DE PLATA, otorgada por la Comisión Permanente de Homenaje a la Mujer, Honorable Cámara de Diputados Prov.  de Bs.As. “por su trayectoria”. En prensa: CUENTOS PARA RECORRER LA VIDA, Edición ampliada.
Entre sus libros inéditos: Poesía Crítica y Otros Poemas, Fantalucinantes poemas y dibujos, Desde mi origen – poesía- etc.

Actualmente se encuentra recopilando “MIS OBRAS COMPLETAS” en su  página web y blogs como: galaxiatiempo.blogspot.com,  revoltijeriavirtual.blogspot.com, cartasajuana.blogspot.com. Reside en La Plata, Buenos Aires, Argentina. 




POESÍA CRÍTICA  Y OTROS POEMAS



¡ANDA!

¡No te dejes extorsionar!
¿Quién te corre?
No seas maratonista
En el tiempo de vida
Que tienes sobre la Tierra.
Si el Tiempo es eterno.
Es el TODO
Que relaciona las partes
Las ensambla
Sin que nos demos cuenta.




¡FELIZ DÍA DE LA PATRIA!

¡Qué huecas me suenan hoy las palabras
Feliz Día de la Patria!
Cuando vivimos entregándola
Cada surco
Cada napa
Cada curso de río
Cada metro cuadrado
De la Tierra que guarda
Nuestro patrimonio 
Nuestras reservas de futuro y esperanza.
Cuando jugamos a las escondidas
Con el pueblo 
¡Que quiere saber de lo que se trata!
A sus espaldas
Con imágenes distorsionadas
De la realidad que nos va cercando
Que estruja las entrañas.
¡Qué vacías  me parecen hoy las palabras
Feliz Día de la Patria!
Cuando la niñez crece desamparada
Desnutrida, carenciada
Ante nuestra indiferente calma.
Cuando la juventud pierde el rumbo
porque la prefieren ausente de ideales.
Cuando unos pocos 
Que se piensan sabios
Nos estafan, corrompen en pos de ambiciones personales.
Cuando escuchamos promesas falsas
De amor, de solidaridad,
De defensa de los derechos humanos
De la Soberanía , de la Justicia,
De la  Equidad social
La libertad de expresión 
La verdad como emblema de unión
En la diversidad de culturas, de cultos y de razas.
¡Qué tristeza profunda
Me produce el saber
Que la verdadera  Patria ¡Calla!...
Cuánta  zozobra, cuánto temor  encierran hoy  las palabras
¡Feliz Día de la Patria!...

En La Plata, 25 de Mayo de 2012




ANTE  LA DEVASTACIÓN

La bolsa
Frío y ciego
Indicador
De incertidumbre
Bajó seis puntos
Luego de que la enfurecida
Naturaleza devastara
Territorio de Japón.
Derrumbe moral,
Económico,
Espiritual
Pérdida  de la confianza
En la tecnología,
En el conocimiento.
Toma brutal de conciencia
De la irracionalidad del hombre
Frente al Cosmos.
La Tierra es móvil
Cambiante, insegura
Dentro de un sistema cósmico
En movimiento y transformación
Constante.
Somos un punto infinitesimal
En un sistema cósmico infinito.
Sometido a fuerzas
“ultraterrestres”
A tormentas solares,
Cataclismos inevitables.
Y seguimos tozudamente
Insistiendo
En inaugurar más plantas,
Más reactores nucleares
En desarrollar más armas
De destrucción masiva
Pensando
Que sólo existe la Tierra
Que no pertenecemos a sistemas
Que no dependemos
De avatares cósmicos que apenas
Conocemos…
A  todo esto, le agregamos
La cuota de irresponsabilidad
Que poco a poco nos lleva
Hacia la auto destrucción.


La Plata, Argentina, 14 de Marzo de 2011
Avatares: usado en el poema, según su significado en español, o sea: “vicisitudes, cambios, fases”.
Ultraterrestres. Interprétese como referidas, al espacio que comienza adonde se desvanece la atmósfera terrestres.




DILUVIO EN LA PLATA

Hoy siento
Desazón
Tristeza
Y estoy sorprendida
Ante el fenómeno
que imprevistamente 
asoló barrios enteros
sin piedad durante horas
de manera ininterrumpida. 
Por la solidaridad espontánea
frente a la catástrofe.
Gente, 
que arriesgando su vida
salvó vidas. 
Gente que abrió
las puertas de sus casas
para alojar a sus vecinos. 
Familias que donaron
y se prestaron
a socorrer a semejantes
que quedaron sin viviendas
o perdieron pertenencias
o  seres queridos.
Jóvenes que acudieron
de inmediato
a donar su tiempo 
dejando de lado 
intereses mezquinos. 

Pero  siento indignación
por la ausencia
mayúscula
de Planes de Emergencia
de decisiones rápidas y eficaces
de las autoridades responsables
frente a la angustia, al pánico
que vivían pobladores abandonados
a su suerte,  
a la asistencia fortuita.

Los fenómenos naturales recientes
Debieran
Ponernos en guardia.
Comenzar a preocuparnos 
De una vez por todas
Por acontecimientos previsibles. 
Tomar nota
de  cuanto vienen informando
-pronosticando-
desde la ciencia
o la tecnología, 
quienes  estudian y analizan 
y  proponen 
formas de planificar el futuro; 
si  es  que  pretendemos
sobrevivir como especie
en el Planeta Tierra, 
que nos está desafiando
-como civilización- 
a cambiar el rumbo. 

En La Plata, Ciudad devastada por la inundación, 5 de Abril de 2013





JUVENTICIDIO

No es sólo con misiles
como eliminan a los jóvenes.
Hay sofisticados mecanismos
de eliminación progresiva:
el hambre
la desnutrición
el abismo cultural
el aislamiento social
las adicciones
Todo estructurado
para que no logren
transponer las fronteras
ingresar a la edad
con que nosotros 
modificamos costumbres
asumimos responsabilidades
nos hicimos adultos.
Todo preparado
programa nefasto, oscuro
que no puede detenerse.
Está montado
por cerebros desquiciados
retorcidos criminales
que buscan saciar
en nuevos holocaustos
sus apetencias desmedidas.





LA COSTUMBRE

Como si fueran
Un enjambre* de gaviotas
Arremeten
Contra los residuos.
La vida de generaciones
Depende
De esas montañas de desperdicios
Que la ciudad
Acumula en alejados sitios
Para quitar de su conciencia
Colectiva
El peso de su consumismo.
Y nada hay –hasta ahora-
Que pueda modificar
La costumbre.
Tampoco hay salida
Posible
Para esas familias
Que se alimentan y sostienen
Gracias a esas montañas hediondas
Que son su refugio,
Su seguridad
Su futuro.
¡Siempre hallarán algo
Que pueda servirles
Para sobrevivir!...
No necesitan trabajar
Ni conocimientos
Tan sólo, la costumbre
Transmitida por sus mayores
Quienes resignan
Otras formas de vida.
Como enjambres de gaviotas
Tras los surcos de un arado
Que siembra residuos
Allí están
Arriesgando sus misérrimas vidas
Como hábito  natural
Que la sociedad 
Ofrece sin pedirles
A cambio nada más que el riesgo
De sobrevivir a pestes, infecciones,
¡Hambre saciada con la inmundicia!....





MERECIDA MUERTE

¿Ha muerto el proxeneta?
¿Se murió el gran rufián?
Sí.
Se murió de un viento frío
Que congeló sus genitales.
¿Ha muerdo para siempre?
¿O sólo se ha cambiado la máscara?
Quisiera verlo tieso, abandonado,
En termiteros con tarántulas gigantes
Adonde su carroña sirviese
De alimento a los coyotes y chacales.

Así debieran morir
Los explotadores
Los vividores
¡Que alimentan con menores indefensos
Prostíbulos que espantan!

(Nota: un jueves, en Café Literario Radio Imprenta, escuché  un relato dramático sobre un secuestro de dos jóvenes seguido de muerte.
Ello me quedó trabajando en la mente y dio origen a este poema
En La Veneciana, La Plata, 21.02.2011 –omitir en caso de publicarse-)







ME DUELE ESTE PAÍS.

Me duele este país
Que tengo
Me duele que los jóvenes
-No todos, sí una mayoría-
Que debieran
Ser la fuerza motriz
Del futuro
Deambulen solitarios
-Consumidos-
Por calles, plazas, 
Andenes,
Vías férreas, 
Centros de Rehabilitación,
Comisarías
Como zombis,
Que no recuerdan su nombre
Quienes son –su historia-
Su lenguaje, 
O proyectos de vida.

Me duele mi país
Y el mundo que se avecina
Aunque, en ese incierto futuro
Ya seré etérea, transmutada,
O vacía de contenido.

Me duele mi país
Me duele la Tierra nuestra
Sumida 
En horrores, tragedias, suicidios,
Una suerte de locura colectiva.
Adonde la sangre correrá por sus ríos
En vez de agua cristalina;
Adonde la simiente será estéril
Y el hombre, un recuerdo lejano
Para los que sobrevivan
¡Sin dejar huellas!...

La Plata, 24/03/2012

La palabra zombi está tomada  en su sentido figurado; usado en el lenguaje común para designar a esas personas que hacen las cosas mediante automatismos como si carecieran
de su voluntad o capacidad de decisión; y faltos de memoria.
Transmutada: (o trasmutada) está usada en este poema para significar “transformada  o mutada”. 







ME DUELEN

Me duelen tus ojos
Sobre mi cuerpo yermo.

Me duelen tus manos
Sobre mi piel reseca.

Me duelen tus labios
Sobre antiguas heridas latentes
Que crujen cual hojarasca
Con tus caricias suaves.

¡Me duele todo!
Hasta el aire…

(inédito) 
En La Plata, 18/12/12
Significados  del término yermo:    
adj. Inhabitado. Terreno o campo erial o no cultivado.
Que está sin cultivar o es estéril.  Despoblado o sin habitar.
“En el poema está usado como adjetivo, y en el sentido de cuerpo que no puede engendrar  ni ser cultivado”.





ANDANDO  MI  PAÍS

Y andando mi País
De Sur a Norte
Sólo encuentro
Rostros tristes
Cabezas gachas
Pasos lentos.

Y andando mi País
De Este a Oeste
Sólo encuentro
Ancianos desesperados
Hombres y mujeres
Que deambulan
Su miseria por las calles.

Y andando mi País
De lado a lado
Sólo veo
El rostro del hambre
A cada paso.

Febrero de 1990





¿CUESTIONES HUMANAS??

Qué daño
Qué designio
Pudo haber cercenado
La vida joven
Que ingenuamente
Se asomaba a la vida adulta?
Qué motivo
Qué embrión traumado
Pudo haber llevado a un Ser
A cometer un crimen
Aberrante
Para luego ocultar
-masacrando sin piedad-
Un cuerpo
Que se abría cual capullo
De inocente pureza a la adolescencia
plena de futuro?

Hay acciones inexplicables
En Seres humanos
Que en un instante
Actúan cual bestias
Desprovistas de límites.
¿Es que estamos todos
En peligro?
¿Es que la muerte 
Nos acecha
A cada paso
Disfrazada
Cual máscara fatídica
Dentro de personas
Aparentemente  sanas, 
Correctas,
Dignas
Insospechadas; 
Mas, dominadas por fuerzas
Extrañas
Que expulsan furia
Cargas emocionales
Cuando creen no ser vistas?
¡Cómo imaginar
Tamaña transformación
Antes del ataque imprevisto!
¿Qué sistemas de defensa
Permitirían
Quitar la máscara en el instante preciso?

La Plata, 28 de Junio de 2013

*Este poema fue motivado por el asesinato de la adolescente Ángeles Rawson, Por un hombre insospechado.  Cada vez que encendía la televisión, en todos los canales estaban hablando del mismo tema y mostrando fotografías o evidencias del crimen.
Acaecido el 10/06/2013 aún sin condena y sin resolver.





BLANQUEO

Con el blanqueado dinero
De quienes trafican con la muerte,
Construirán  bóvedas faraónicas
¡Que serán, a no dudarlo,  tumbas!...

La Plata, 17 de mayo de 2013





¿CASUALIDADES?  

Accidente en el Ramal Sarmiento
Buenos Aires, Argentina.
Accidente en San Francisco
Estados Unidos de América.
Accidente en el Metro
Francia, París.
Accidente en Androis
Santiago de Compostela, España
Y la gente que sube confiada
Para hallarse cara a cara con la muerte.
Es la muerte globalizada
Como fatalidad
Organizada, previsible
Para  los gestadores  del caos
Ocultos  tras la máscara
De la corrupción, la ambición, la codicia
Del Poder deshumanizado
Que avanza, que domina,
Que estremece al mundo de espanto.
¡Oh! Casualidad accidental
Que se repite a intervalos regulares
Como nefasto ciclo.
¡Oh! Humanidad amenazada
Por  guerras, pestes, crisis.
¡Hombre Siglo XXI que padece
Hambre, maltratos, violencia, abusos!
Sin  una luz que se vislumbre 
Sin un camino hacia la unión en paz
Entre los seres humanos.   
Que salve de la autodestrucción,  el exterminio. 

15 de julio 2013-




¡CUÁN DISTINTO SERÍA EL MUNDO!

¡Cuán distinto sería el mundo!
Si tomásemos como modelos
A los espíritus nobles
A los Mandela, Gandhi,
Schweitzer , Luther King,  
Y tantos otros que dieron
Sus energías por el bienestar
De sus congéneres.
Y no a los líderes de barro
A los falsos modelos engendrados
Para destruir valores morales
Y sumir a la humanidad en la impotencia,
En la miseria y la desesperanza.
¡Cuán distinto sería el mundo!
Si pudiésemos vivir en plenitud
El “Imagine” de John Lennon;
Dentro de una realidad cotidiana
Y no como Himno que se canta en recitales.
Si pudiésemos cambiar
Al hombre en su codicia de poder.
En su ambición desmedida.
Cuán felices serían los niños
Que hoy deambulan
Gritando su dolor a solas
Sin que el mundo escuche ni reflexione.
Sordo mundo que se hunde
En masacres violentas,
En tormentosos mares de exterminio y dominación.
¡Cuán distinta sería nuestra humanidad!
Si en vez de futbolistas, traficantes de la muerte,
Políticos corruptos, empresarios indecentes,
Imitásemos a los médicos sin fronteras,
A Maradona, el médico de la selva formoseña;
A Pérez Esquivel  y su  defensa
De los Derechos Humanos.
A las madres del dolor que luchan
Para que “el paco” no consuma 
No destruya las neuronas de sus hijos,
A los sacerdotes de las villas que se atreven
A vivir y educar en ellas.
A las maestras rurales
Que hacen de madres y de hermanas
A los niños desnutridos del interior profundo.
Cuando: “El miedo reina sobre la vida”  
-Como dijera Albert Schweitzer –
Cuando nos acobarda la violencia  de los poderosos
Allí es donde aparecen los conquistadores
Los aniquiladores de la verdad y la justicia.
Y se apoderan  del  futuro
¡Cuán distinto sería el mundo!
Si en la escala de valores
En la cúspide estuviera el ser humano
Y no, el hacer fortuna
Si  confluyéramos  los seres inteligentes 
Para desterrar de la pantalla las imágenes
De la  necedad, la avaricia, el lucro desmedido
Y educáramos en la solidaridad, el altruismo,
La amistad, la palabra empeñada  y  los derechos
De los indefensos, los perseguidos,
Los hambrientos de alimentación y de cariño.
¡Cuán distinto sería el mundo!
¡Sería el Nuevo Mundo que soñaran nuestros mayores!
El renacer del espíritu sano y libre.

 “El Himno de la Alegría” *
Un canto a la paz  entre los pueblos  amigos.

*En referencia a “El Himno de la alegría,” o variaciones parecidas, a las composiciones artísticas:
«Oda a la Alegría», poema alemán del siglo XVIII; Cuarto movimiento de la Sinfonía nº 9 de Beethoven;
«Himno Europeo», himno de la Unión Europea y el Consejo de Europa; «Himno a la Alegría», canción de Miguel Ríos.


OTROS POEMAS


AMOR DE LA MADUREZ

Fogonazo de vida
Latiendo en los surcos
De la sangre estrechos
Carcomidos por el tiempo
Y las vivencias.

Candidez tardía
De soñar despiertos.
Éxtasis, elevación, ensueño
En aras de un amor sin límites precisos.  
Desdibujado.

Sucesión de momentos
Compartidos de nostalgia y fantasía
Que atesoran 
La vida que se apaga…






APRENDÍ  DE  MI  MADRE

Aprendí de mi madre
Que el amor verdadero
Incluye sacrificios.

Aprendí de mi madre
Que los hijos,
Son para toda la vida
Aunque crezcan,
Se independicen
Y formen su propia familia.

Aprendí de mi madre
Que el renunciar a metas propias
Es parte de la vida,
Y el hacerlo, fortalece al espíritu.

Aprendí de mi madre
Que siempre, en toda circunstancia,
Se defiende a los hijos;
Y por ellos  adquiere  la vida sentido.

Aprendí de mi madre
Que hasta su último aliento
Nos llevó consigo;
Amándonos en todo instante
Por sobre todos sus amores
Por sobre sus desdichas
Por sobre sus logros personales
Por sobre desavenencias, aspiraciones
Ideales no compartidos; 
Que el enorme vacío
Que me dejara su partida
Sólo se llena, brindándole
A los hijos;
A los hijos,  de los hijos… 
El mismo amor incondicional
Hasta el momento de la despedida.

Próximo al Día de la Madre, 2012



MI SENTIR A ESTA EDAD Y EN MIS CIRCUNSTANCIAS ACTUALES

INFINITAS SOLEDADES

Eso siento.
En este “Día de la Madre”.
La que soy, o quizá, la que fui.
Infinitas soledades
Soledad de ausencias
Soledad de distancias
Soledad de indiferencias
Incomprensión
Silencios…

Ausencia de quien transformara
A una adolescente ingenua, crédula
En una mujer compleja
Transfigurada
Por la maternidad soñada
De felicidad inigualable, única;
Pero creadora de inquietudes,
Ansiedades, miedos
Ante seres indefensos
Puestos en un mundo trastornado
De conflictos, incertidumbres,
Problemas insolubles.

Ausencia de quienes me procrearon.
Del vientre que me contuvo.
Del lazo que me trajo a la vida.

Soledad de distancias
Que desvelan, que angustian,
Que atrapan en inexplicables mutismos.
Soledad de indiferencias
Que se traducen
En gestos hostiles
En horas de hastío.
Soledad de incomprensión
Frente a realidades irreversibles
Que el tiempo trae consigo.
Silencios prolongados, profundos,
Que se extienden sobre recuerdos
Vivencias compartidas.

El “Día de la Madre”, en este instante
De mi vida
Es apariencia, cultura, costumbre, 
Publicidad, consumismo, ceremonia, rito. 
Una cáscara vacía de contenidos
Que sin embargo llena
Aunque más no sea de lágrimas
Mis mejillas curtidas
Por racional consuelo, 
Adaptación al mundo moderno
Espera…

En La Plata, 12 de Octubre de 2010



Arritmia
Soledad
Fuego.
Fuego en el pecho
En la garganta
Y luego
Cenizas de olvido
Oscuridad
Vacío
Desprendimiento 
Del  tiempo en energía
Niveles atómicos
Un juego.
Cadencia infinita
Del Cosmos
En expresión diminuta
Espectros de luz
En el silencio
De la noche sin día.
Abismo sideral
Letargo
Núcleo
¡Estallido!
Fluir
         Ciclo vital
Ser
La nada y el todo
En un punto de eternidad.

Inédito – 11.11.2011-





AVISTAJE

Se los avista
Habitantes de la ciudad
De cemento y tránsito incesante
Como una novedad
Como un regalo
Entre tanta calamidad
De miseria y llanto.
¡Bienvenidas sean las voces
De las aves canoras!
¡Bienvenidas sean las voces
-de la naturaleza-
Que a pesar del maltrato
Le entregan al hombre
La alegría
De sus ingenuos cantos!…






DESPEDIDA     DEL   I.D.E.I.

En este día
Que es de alegría
Por haber realizado un sueño postergado
Y también de tristeza
Porque es la despedida
Del  “I.D.E.I. Instituto de Enseñanza Integral”
Que me diera cabida
Desde mis primeros vacilantes pasos
En un mundo de programas, códigos, 
De lenguajes desconocidos;
Hasta culminar con éxito
El tercer año de estudios,
Quiero expresar mi más cálido
Agradecimiento a su Director
Prof. Julio César Ibánez Aldecoa,
Al cuerpo de profesores 
y a todos los jóvenes
presentes en este asado,
Que acompañaron mis inquietudes,
Por haberme brindado 
Conocimientos, respeto, amistad,
Y también momentos inolvidables
De regocijo
De aspiraciones compartidas.
Que ocuparán un espacio de preferencia
En mi memoria,
Al haber sabido compatibilizar
Generaciones  con visiones 
Diferentes del mundo; 
Pero con el mismo mensaje hacia el futuro:
“Sólo se logran realizar los sueños
Con esfuerzo, perseverancia
Y  formando   equipos de trabajo, no competitivos”

En La Plata, 4 de Diciembre de 2012





EN LA PRIMAVERA 2011

Hay una pareja de calandrias
Que me regala
Sus bellos trinos de mañana.
Qué armonía
Qué notas sostenidas
Qué intensa emoción me embarga.
Y pensar
Que en la ciudad que despierta
Con el smog, la neblina, el tránsito,
A mí me despierte
El encendido trinar de las calandrias.
Pareciera una utopía
Un deleite imaginario.
Durante años
Me despertaba con el estridente
Sonido de mi reloj alarma
Carecía de tiempo de ocio
Como para escuchar
A estas maravillosas aves
O quizá
En esta ciudad las hondas
Habían hecho desaparecer los pájaros.
Ahora, los niños no andan
A la hora de la siesta
Persiguiéndolos…
Están en el mundo virtual
Del cyber espacio.
O compartiendo su tiempo  de miseria y hambre
Dopados con pegamento  o paco.
Aparecen nuevamente
En las ramas de los árboles
Los nidos de los pájaros
Horneros, calandrias, zorzales, mirtos
Y al amanecer se escuchan
Millares de cantos.





LAS MAMAS CAMBIARON…
LOS REGALOS TAMBIEN

Y..."Las mamas cambiaron
los regalos también"…
¡Y claro! que han cambiado
las mamas ya no son
glándulas mamarias
que las mamás usan
para amamantar a sus críos
¡Claro que no!

Ahora son mínimas mamas
armadas  con siliconas
y ni siquiera los pezones
son el chupete cálido
de un recién nacido.
¡Ni qué hablar! . . .

Y...han cambiado los soutiens
Y...han cambiado los regalos
Ya no son fuertes
Ya no sostienen nada
Ya ni por asomo
se impregnan con leche de mamá...

Ahora a la madre
se le regala una cirugía estética
un tratamiento de piel
un casting para la Te Ve.
¡Y pensar que otrora
nos acomplejábamos
al no poder lucir glándulas
a lo Sofía Loren
a lo Brigitte Bardot!

¿Qué si han cambiado
las mamas?
¿Qué si las mamás también?
Que los tiempos han cambiado
Las costumbres también...

¡Ya  las mamás no amamantan
la estética pasó a  primer plano
la salud no importa demasiado
en bebés  de cesáreas programadas
que se conciben asistidos
por bancos de esperma
con vientres de madres en alquiler!

Es cierto, las mamas han cambiado
y los regalos también
como dice el aviso de  “mustio mundo”
en Diario Metropolitano, del día de ayer.

En el Petit Café 
14/10/05
C. Pellegrini y Corrientes, Buenos Aires. 
(*Poema  inspirado por la lectura de un aviso en el  Diario Metropolitano día 14/10/2005 - omitir en caso de publicarse)




SUEÑO  INCUMPLIDO

Te soñé de madrugada
Con un salto de cama azul
Con rayas blancas.
Te incorporaste luego
De la noche que entrelazaba
Nuestros universos fantásticos.
Te metías dentro
Dibujabas un nudo con tus manos
Para después evaporarte…

Me desperté de pronto
Y sólo atiné a dar un salto
De espanto en mi cama.
A mi lado nadie.
Sólo el vacío alucinante
Un sueño erótico incumplido
Y  Tú quizá a esas horas
Haciendo el amor a otra
O soñando mi cuerpo distante.
Relatividad de la mente
Que se desplaza
Por la concavidad del tiempo
Hasta crear imágenes que
Se desvanecen 
Al no hallar su propio espacio







Si  cuando
Te necesito
Sólo encuentro tu ausencia…

Si me persigues
Con tu presencia
Cuando
Sólo soy indiferencia…

¿Qué quieres que haga?
¿Qué quieres que diga?

Si  entre  los  dos
Hay un abismo
Un desajuste de tiempos
En el deseo
En la fantasía…

Mis urgencias
Deben ser atendidas
En el preciso instante
Antes que duerman el sueño
De lo postergado
De lo incumplido
De lo minimizado
Frente a otros problemas
De la existencia
Que parecieran mayúsculos.

Por eso es que
Si no entiendes esto,
Jamás podrás estar  junto a mí
Más que en reclamos imposibles.







Me esfumaré de ti
Calladamente…

Hallarás mi ausencia
En el oscuro confín
De tu fantasía
¡Inerte!...






Yo sólo escucho
El ruido
De mis propios pasos
Y el sonido
De mi propia voz…






Te he sentido
Junto a mí
Toda la tarde.

Y he percibido tu olor
A hombre
Toda vez que apoyaba
Mi cabeza en la almohada.

Y he imaginado
Tus manos recorriendo mi piel
Mis muslos, mis caderas…

Y en sueños he escuchado
Tu acento peculiar
Diciéndome: -Quiero tenerte aquí conmigo
Amarte a mi modo
Estrujarte
En un abrazo interminable…








Cuando tú no estás
Siento un vacío enorme.

Cuando tú no estás
Me invade una soledad
Que en silencio se transforma.

Cuando tú no estás
Una angustia tensa
Acompaña mis horas.

Cuando tú no estás
Se apaga mi vida toda.







Suavemente reposan
Sobre la media luna de encaje
Cual estambre de aterciopelada rosa
Que aguarda
¡Vaya a saber qué cosas!
Quizá una mirada
El contacto de una piel delicada
La caricia de la brisa
Que atraviesa la tela en la tarde
O tal vez tan sólo
El perfume que ellas mismas exhalan…




LA AMISTAD… ESA BURBUJA

La amistad es la burbuja
Que contiene afectos  profundos
Que se mantienen en el tiempo
Sin  depender de circunstancias, lejanía.

La amistad es la burbuja
Que cobija, que protege
De la adversidad, la traición, el desamor, 
La falsedad, el  engaño,  la calumnia.                  

La amistad es la burbuja
Que permite la comprensión,
Compartir alegrías y tristezas
Inquietudes, emociones, sueños.


La amistad es la burbuja
Luminosa, que filtra sentimientos negativos
Que dañan, desmerecen, humillan,
Para transformarlos en vivencias positivas.

La amistad es la burbuja
Tenue,  pero firme
Amplia y generosa,
Dúctil y flexible
Que se extiende, adapta sus formas
A las vicisitudes de la vida;
Y que brinda,  nutrientes espirituales
Que sostienen con firmeza la mano;
Y…, acompañan en todo momento
¡Hasta el último aliento al Ser AMIGO!

La amistad es la burbuja
Que nos guarda en la memoria
Una vez que hayamos partido…                          

La Plata, 20 de Julio de 2011





“PARA MI PEQUEÑA NIETA CON AMOR”
 (Con motivo de su nacimiento)

Cuánto me gusta
La pureza de su mirada
La alegría cálida
De su sonrisa,
Y el gesto de descubrimiento
Con el que pregunta:
¿Qué son esos ruidos
Esos sonidos
De notas armoniosas,
De voces
De risas que escucho?
¿Qué son esos mágicos colores
Esas imágenes  que se mueven
Y esos ojos que me miran tiernos
Silenciosos?
¿Y esa emoción,
Esa ternura
Salobre que se desliza
Por mis mejillas?
¿Y esas manos que me acarician
Me sostienen?
¡¿Qué es todo esto?!

Cuanto me rodea que aún no conozco…

Vengo de acuoso líquido
De oscura cápsula
Que me protege y alimenta
Y siento miedo, frío
Aunque me cuiden
Me abriguen con cariño
Me atiendan solícitos
Porque desconozco
Este aire que respiro
Que abre y llena de pronto
Mis pulmones
Y este medio ambiente
Tan distinto…

¡Ah! Me lastima
Esa luz que me enceguece
Y me obliga a cerrar
Nuevamente mis ojitos.

¡Tengo hambre!
Y sólo encuentro unas gotitas
(de calostro) que no alcanzan
A saciarme
Me cansa, me fatiga
Succionar estos pezones.
¡Por favor no me dejen solita!
Abrácenme fuerte y llévenme
Junto a ustedes cuando duermo.
¡Lloro, lloro y grito!
Porque aún no pertenezco
Al mundo aeróbico
Adonde habitan…





LA SUPER LUNA

¡Bellísima!
La Luna
Ella sola
Dueña absoluta
Del  Cielo nocturno.
Su resplandor
Distante
Encandilaba
Mis ojos
Con reflejos plateados.
Y el frío
Adormecía mis labios
Inundaba mi boca
Se introducía en mi cuerpo
Tiritaba
Tozudez
Insistencia
Ganas
De ver a la gigante luna
Que de mí
No sabía
¡Nada! 

La Plata, domingo 23/06  - 23hs





Cultiva
En altura
Una rosa furtiva
Con pétalos de cultura
Con perfume tenue cautivante
Como la poesía
Mundo agonizante
Profecía.







METÁFORA Y PARADOJA

Soy una metáfora
Que con su imaginación
Vuela
Por el espacio infinito.
Y soy una paradoja
Que tan sólo conoce
El mínimo espacio de la tierra
Donde habita...
Soy una metáfora
Que riega
Con su prosa y su poesía
Mundos desconocidos
Etéreas fantasías
Y soy una paradoja
Que por las noches
Se desvela
Porque su mente despierta
Se acelera de pánico
En este Siglo XXI
Que arrasa con valores
Humanos
Y transforma la vida
En suerte
El futuro en nubarrones
De incertidumbre.
Soy una metáfora 
Que al amanecer
Se eleva
Cual pájaro encantado
Por espacios desconocidos…
Y soy una paradoja
Que cual gusano
Se arrastra por sobre
El mínimo desértico universo de su cuerpo.

Madrugada 22/07/2013






¿Cuál es la lengua?
¿Cuál el lenguaje?
¿Es acaso la materna
La que aprendimos –en nuestros hogares-
Siendo bebés o niños
Transmitida por padres
Abuelos, maestros de infancia,
La ancestral
De nuestros antepasados
O es la lengua que aprendieron
Los migrantes, la adoptada,
La aprendida por repetición,
La escuchada,
O son ambas:
La materna casi olvidada
La adoptada enriquecida
La estudiada en las aulas
O es aquella impuesta
Por quienes ejercen el predominio
-económico, político, cultural?

Lo importante pienso Yo
Es poder comunicarse
En este Siglo XXI
En el cual el lenguaje
Ya no es exclusivo del humano
Adonde las máquinas tienen el propio
Que es universal de múltiples versiones
Y confluye en el mundo virtual
Al que acudimos
Del cual dependemos
En nuestras vidas cotidianas
Para relaciones de cualquier tipo.

¿Es acaso un lenguaje en permanente
Transformación
Que bien pudiera integrarse
En un futuro “meta-lenguaje”
Que incluyera los sonidos, expresiones,
Símbolos conocidos existentes
En el mundo globalizado
Por las comunicaciones sin límites?

¿O será quizá el lenguaje cibernético
El que primará por sobre el humano?

Ya nuestros nietos oyen
Ven, leen, interpretan muchas lenguas
A través de Internet, de los juegos electrónicos,
De los videos o las películas.
Sin haber estudiado siquiera un lenguaje
Interpretan símbolos, figuras, situaciones, gestos
Y aprehenden vocabularios multilingües.

¿Cuál será el futuro lenguaje humano?
La suma de todos los lenguajes existentes
Como forma de asimilación
De integración de lo humano y lo cibernético
Un lenguaje reducido a imágenes y símbolos
Que no incluya  a  la palabra.
¡¿?! No lo sé. 
La incógnita queda suspendida en el Tiempo.

La Plata, 02 de Julio de 2014














JESÚS MONTIEL LÓPEZ [15.390]

$
0
0

Jesús Montiel López

Poeta y pintor español. Nació en Granada (España) en 1984. Está casado y tiene cuatro hijos. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. En 2013 obtiene el título de Doctor con la tesis titulada Los personajes de Walker Percy: peregrinaje o viaje existencial. Trabaja como profesor de Lengua y Literatura en la Escuela de Magisterio La Inmaculada. En 2011 ganó el Premio Nacional de Poesía Universidad Complutense por su libro Placer adámico, (Editorial Universidad Complutense, 2012)en 2012 el Premio de Poesía Leopoldo de Luis por Díptico otoñal, y en 2013 el Premio internacional de Poesía Alegría por Insectario (Editorial Rialp, S.A, Colección Adonáis n.637, 2013). Compagina la escritura con la pintura, concretamente el aprendizaje de la iconografía bizantina.

Obra poética

Placer adámico (Premio de Poesía UCM, Madrid, Editorial Complutense, 2012). 64 páginas, ISBN 978-84-9938-152-7.
Díptico otoñal(Premio de Poesía Leopoldo de Luis.
Insectario (Premio Internacional de Poesía Alegría; Madrid, Rialp, S.A;Colección Adonáis, n.637, 2013). 48 páginas, ISBN 978-8432143229.




—Un poema de Placer adámico (Servicio de Publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid, 2012).


LA VERTICALIDAD DEL BESO

Los estudiosos dicen
que nuestra mano abandonó la tierra
para avistar mejor al enemigo,
que mi sombra se irguió como defensa
frente al diente o la garra salvaje.

Están equivocados.

La verticalidad propone el beso,
invita al ensamblaje de la carne
y entrega nuestras manos al abrazo.






Insectario, Premio Alegría 2013, es un "Poemario abierto a experiencias emocionales (la tristeza, el anhelo de alegría, la ausencia, la costumbre…) y biográficas (la madre y los hermanos, la esposa…). Montiel desarrolla una poesía reflexiva en la que se entrecruzan existencia cotidiana y escritura lírica, tarea en perfecta correlación con la del entomólogo cuando estudia y disecciona los insectos. Es un auténtico ejercicio de lucidez formal, variado en la disposición espacial de los versos, rico en imágenes y con un ritmo magníficamente resuelto, atento siempre a apresar «la luz» de cada instante." [Carmelo Guillén Acosta]


MATEMÁTICA AMOROSA

                                Pequeña matemática de amarnos
                                                   ANDRÉS NEUMAN

VOLVIENDO de tu carne hasta la cama,
el 2 que conocemos dónde ha ido:
el 2 que de costumbre nos divide
                       nublando tu expresión hasta la lluvia.

Concluido el combate de los cuerpos,
formada esta curiosa
criatura que respira a cuatro patas,
resulta una increíble solución
de sumarnos sudados bajo el cielo nocturno:

reducidos a 1,
restados de repente a la unidad,
no consigo encontrarme
sin orillas que digan dónde acabo
                     y en dónde tú comienzas.

En esto del amor que procuramos
                    no siempre suman 2 1+1.
                                        
(De Insectario, Ed. Rialp)





MUSEO DE LA TORTURA

HIJO mío: te invito a no fiarte
de la extraña criatura que camina
          a punto de caerse en cada paso.

Su apariencia carnosa y delicada
-sin ninguna dureza protectora
producto del proceso evolutivo-
         es su mejor ardid en la contienda.

El mamífero que habla a todas horas,
el mismo que sospecha su muerte una frontera,
capaz de la sonrisa y el abrazo,
         ingenia la tortura en esta sala que recorro.

Algunos de sus nombres son Gulag,
Iscariote o Mathausen.

Hazme caso: sospecha de ti siempre que puedas.

P.D: de tu padre (de quien nunca has de fiarte).

(De Insectario, Ed. Rialp)




LEPIDÓPTERO

“(…) COGIÓ de la canasta de su esposa un manojo de hilos de colores y cerrando su puño unos momentos,

al abrirlo surgieron de repente brillantes mariposas(…)”.


       Con esta explicación, Carl Sandburg sostenía que la
vida son hebras de colores que el poeta convierte en
mariposa.
Yo prefiero opinar –disculpen la osadía– justamente lo
contrario:
               la vida es mariposa
                     que el hastío reduce a filamentos que
     se anudan perdidos. 

     Detenido en las horas, el poeta la distingue posada
entre las cosas.
     Rescata su acrobacia perforando la red de la costumbre.
                                      
                   (Poema del libro INSECTARIO, Rialp 2013)





Poesía y admiración en el poeta Jesús Montiel: Contemplata aliis tradere
Artículo y entrevista


Por Pablo Ortiz Soto



Castillo de Blarney -Irlanda- 2012. Por Pablo Ortiz Soto
FUENTE: Pablo Ortiz Soto

Pensábamos que el desarrollo y total implantación de la técnica durante el siglo XX podría optimizar nuestro bienestar. Y así ha sido. Sin embargo no presagiamos que, a pesar de este extraordinario avance, viviendo en la más actualizada época tecnológica de la historia, el hombre no ha conseguido alcanzar aquella premisa de plenitud existencial, que también habíamos augurado, como consecuencia del bienestar conseguido. El análisis que viene a continuación, a través de una entrevista sobre el poemario Placer adámico del poeta granadino Jesús Montiel López, tiene la pretensión de inquirir en esta inquietante observación, donde los versos del joven poeta ahondarán en la hipótesis anterior.

Jesús Montiel es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, y doctor por la Universidad Complutense de Madrid con su tesis Los personajes de Walker Percy: peregrinaje o viaje existencial. En la actualidad es profesor de Lengua y Literatura en la Escuela Universitaria de Magisterio La Inmaculada de Granada, y ostenta, además de ser finalista en el Premio Adonáis 2013, tres premios nacionales de poesía: Placer adámico (2012), Díptico otoñal (2012) e Insectario (2013).


Jesús Montiel
FUENTE: Jesús Montiel

El libro Placer adámico propone renacer, de la zozobra y del tedio existencial del hombre posmoderno, su condición primigenia de homo contemplativus. Para ello sus versos recuerdan, y profundizan, en la connatural admiración del hombre grecolatino que hacía transcender la cotidianidad. En sus poemas, Montiel refleja aquella lúcida reflexión que nos compartió un eximio científico del siglo pasado. Albert Einstein decía que «un hombre que ha perdido la capacidad de asombro y veneración, está muerto. Saber que existe una Realidad arcana que se nos descubre como Belleza sublime, saber esto y percibirlo es el núcleo de la verdadera religiosidad»[1]. El presente análisis es una invitación, como así dicta parte del lema aquiniano que rotula esta reflexión, a compartir, urbi et orbi, nuestra contemplación por el maravilloso mysterium de la existencia, porque podríamos no existir y, sin embargo, existimos. Esta percepción, que Montiel define como «Asombro», es el leitmotiv del poemario.


Poemario Placer adámico

No obstante, a mi parecer y a diferencia del término acuñado por el poeta, sería más propio y racional utilizar, por su origen etimológico, el término «admiración». Ya que el sustantivo «asombro» procede del verbo «asombrar» y, este término a su vez, proviene de «sombra» que, etimológicamente, encontramos su origen en el vocablo latino umbra. En cambio, la palabra «admiración» procede del sustantivo latino admiratio que se segmenta en la preposición ad (hacia) y el verbo miror (mirar)[2]. Realizo este breve análisis etimológico para hacer entender que, el asombro, tal y como lo entiende el poeta, no es —como así nos formula la primera acepción del Diccionario de la Real Academia Española— «susto o espanto»[3]. Más acorde al significado conceptual, tradicional, sería su segunda acepción, “gran admiración”. No obstante, dejando a un lado otro de los efectos de la posmodernidad, la reducción del lenguaje, durante la entrevista-análisis respetaré el término «Asombro» que el poeta utiliza. Si bien, fijémonos en el detalle de la mayúscula que Montiel acuña al término que flota en el verso final del poema «Visita al museo». Una metafórica letra capital que denota, no «susto o espanto», sino más bien aquella tradicional transcendencia conceptual, enraizada en el término griego thaumazein[4], y que evoca a la inherente y primitiva percepción del hombre ante la Creación. A la transcendencia de lo cotidiano, como así nos explica Montiel.

P. O. S. ¿Qué es el Asombro?

J. M. L. El asombro, bajo mi punto de vista, es el resorte con el que empieza toda actividad artística. No me refiero, quede claro, a un asombro infantil o rusoniano. Quiero decir estar frente a la realidad acostumbrada y, de pronto, tomar conciencia de las antiguas preguntas filosóficas: «¿quién soy?», «¿qué hago aquí?», «¿por qué me parece bello ese árbol?», «¿existe Dios o no existe?» El hombre que llega a estas preguntas y que consigue salir de la costumbre se vuelve un extraño, y en esa su extrañeza, lógicamente, todo cuanto ve a su alrededor cobra el interés de lo novedoso. Este es el asombro del que hablo en el poemario. Para ello, establezco una analogía con el asombro que el primer hombre, Adán, tuvo que sentir frente a las cosas creadas. De ahí el título.


Mirad un hombre de hace nueve siglos
absorto en la visión de unas montañas.

−¿Qué fulge en su mirada? ¿Qué luz hay en sus ojos?−

Es lo que los antiguos llamaban el Asombro…
Los versos precedentes son ecos del poema «Visita al museo»[5]. Aquí, el poeta imagina la extrañeza de unos niños del futuro ante la descripción de un paisaje que desconocen, por la destrucción de la naturaleza. El retrato poético, de las nemorosas montañas, provoca en los niños la admiración ante un mundo bello. Resalto los últimos versos porque sugieren, lo que en otro momento del estudio analizaré, el olvido del «Asombro». Este último verso es un elogio al homo contemplativus; aquel hombre que, maravillado y extrañado, buscaba una respuesta. De esa experiencia, por ejemplo, nacería la filosofía[6].


Sierra de Parapanda -Granada- 2002. Por Carlos Ortiz González
FUENTE: Pablo Ortiz Soto.

P. O. S.  Hemos dicho que el Asombro es connatural al hombre pero, ¿crees que la educación es un factor importante para su transmisión?

 J. M. L. Sí. Yo creo que todos los hombres tienen esta capacidad, otra cosa es que haya o no elementos exteriores que la alimenten. Lo he comprobado con mis alumnos. Todos ellos tienen un deseo de plenitud, lo que ocurre es que por las amistades, entorno familiar, mundo en el que viven, muchas veces apagan esa urgencia. No obstante, yo estoy seguro que todo hombre, en determinadas circunstancias, sufre un acontecimiento que tambalea la costumbre y lo coloca frente a las antiguas preguntas. En el caso del artista es diferente porque ha desarrollado su sensibilidad, y lógicamente, se hace la pregunta de otra forma: la desarrolla intelectualmente, haciendo abstracciones, mediante conceptos. Está más habituado a la extrañeza, que es parte de su oficio.


en un instante así como el de ahora,
obligarme a salir
del santuario gris de la costumbre
para asomar el corazón sediento

[…]

y nuestros ojos son los de un turista
que mira cada espacio sorprendido
y desempolva el mármol de la vida
salvándola del tedio y la costumbre


El primer cómputo de versos pertenece al poema «Nocturno»[7]. Aquí Montiel, elogiando la noche estrellada, nos invita a salir de la rutina y participar en la fiesta de la existencia, donde el corazón late de gratitud hacia un Algo. Este reconocimiento es lo que permite, haciendo un símil con los turistas, quitarse las gafas opacas y observar con admiración, con Asombro, todo cuanto te rodea. De esta manera, el imprevisto se convierte en gratitud y así, dice Montiel, el sufrimiento o el dolor pueden ser elogiados. Este último cómputo de versos procede del poema «Elogio de dolor (Por qué no)»[8]. A continuación, Montiel, prosigue con su respuesta a la pregunta anteriormente formulada y que, como veremos, impregna su literatura:

J. M. L. En mi caso está claro que la influencia de mi padre y de su biblioteca han tenido un papel decisivo. En mi opinión hay dos tipos de bibliotecas: las formadas por libros salvajes y las formadas por libros amaestrados. En la feria del libro, por ejemplo, etiquetan el conocimiento: la caseta de los ‹‹marxistas››, la de los ‹‹católicos››, es decir, es como etiquetar a los hombres que te han precedido, lo cual es terrible. En este caso son libros, por así decir, amaestrados. En la biblioteca de mi padre, por el contrario, Santa Teresa de Ávila convive al lado del Marqués de Sade; y esa libertad, ese caos aparente de voces, es algo maravilloso. Los libros han crecido en libertad y no ha sido fruto de una criba ideológica. El contacto con esos libros, lógicamente, te invita a la curiosidad y, esa educación y experiencia que he tenido, a lo mejor en el futuro los niños no la van a tener.


Niños terrícolas del siglo treinta:
mirad lo que llamaban los antiguos un bosque.
Entonces las especies vegetales
brotaban a su antojo de la tierra
se hermanaban formando laberintos
rebosantes de vida.
Los árboles crecían, se estiraban
como sueños borrachos de tormenta
y en sus copas el viento cantaba con el pájaro.
-La extrañeza les abre la boca y la mirada-





Amazonas ahora
Situación actual de la deforestación. En verde, bosque selvático. En marrón, sabana. En amarillo, terreno deforestado. (Imagen: Claudia Stickler)

FUENTE: http://noticiasdelaciencia.com/




Deforestación Amazonas
Situación de la deforestación calculada para el año 2050, si la situación sigue el curso actual. En verde, bosque selvático. En marrón, sabana. En amarillo, terreno deforestado. (Imagen: Claudia Stickler)
FUENTE: http://noticiasdelaciencia.com/

Ante la respuesta de Montiel, en esta ocasión, vuelvo a hacer referencia al poema «Visita al museo»[9]. En estos versos observamos a unos niños del futuro que se extrañan. Brota en ellos aquella connatural admiración ante la naturaleza que sus antepasados más cercanos (no aquellos primitivos a los que Chesterton tanto admiraba como analizaremos a continuación), destrozaron, como la deforestación actual del Amazonas. Aquella naturaleza que, de una manera monstruosa, fue arrancada de sus raíces y cuyos últimos vestigios se encuentra en la melodía de un poema, el museo.

P. O. S. ¿En qué autor encuentras la idea del Asombro?

J. M. L. El primer autor que me dio la pista fue Chesterton. Resulta que hace cinco años me llamó un amigo para escribir una conferencia. Me pidió que hablara sobre la figura del sacerdote en la literatura. Entonces escogí los relatos del Padre Brown, de Chesterton. Y leyendo la vida del autor me enteré que pasó una etapa de su vida, cuando comenzó la universidad con sus amigos decadentes, en la que tuvo muchos problemas imaginativos, de tentaciones morbosas que lo asustaron. Chesterton decía: ‹‹era capaz de imaginarme los crímenes más terribles en mi cabeza, yo haciéndolos, y sin embargo en la realidad era incapaz de pegar a alguien››. Como a Dostoievski, se le pasaban por la cabeza cosas terribles. Chesterton lo pasó muy mal, estuvo metido en temas de espiritismo y fue escéptico hasta que finalmente descubrió a Dios. Entonces, para salir del agujero donde había caído, dice que decidió elaborar una teoría rudimentaria, que consiste en mirar la realidad como nueva, y dar gracias por todo, incluso por las piedras del camino, a las que llegará a dedicar uno de sus poemas. A mí me llamó la atención. Toda la  literatura de Chesterton es luminosa, y esa luz proviene de ese mismo ejercicio: ‹‹mirar el mundo como un niño››.


Entonces me estremece un sentimiento 
poderoso de chocante gratitud,
como si el mundo fuera una gran fiesta
a la que todos somos invitados
y su anfitrión un Dios que nos seduce.



La estrofa anterior, del poema «Nocturno»[10], evoca a aquella experiencia transcendental que Chesterton sintió. El Asombro es un «sentimiento» inherente a nuestra humanidad y que, en especial, el niño percibe inconscientemente al significado de la mirabilia que contempla. La mirada del niño, que tanta importancia da Chesterton[11], es la puerta que da paso a la fiesta de la Creación, como dice Montiel. De esta manera, esta pasión, que diría Descartes[12], nos transmite además aquel latido primitivo del hombre de las cavernas que Chesterton defendía como un artista y no, como un bruto[13].

P. O. S. ¿No te parece curioso que, viviendo en la más actualizada época tecnológica de la historia, nuestro contemporáneo sea más intranscendente que el hombre primitivo, como decía Chesterton?

J. M. L. Ciertamente. Nunca es bueno generalizar, porque hay hombres y hombres, pero sí es cierto que hay un rechazo a lo trascendente. Hace siglos, por ejemplo, cuando no había farolas, la noche era una negrura total. Entonces un miedo ancestral a la oscuridad se adueñaba de los hombres porque había cosas que no podía controlar, fuera de su alcance. El espacio era desconocido y, lógicamente, ante esos interrogantes surgían los dioses antiguos y las supersticiones. Hoy en día, por la enorme influencia de la ciencia y la tecnología, nos creemos poseedores de una explicación plausible para todo.

P. O. S. Podría decirse, entonces, que la tecnología ha creado un caparazón donde, paradójicamente, la luminosidad de las ciudades nos ciega la contemplación del firmamento; y, por ende, nubla la inquietud ante la existencia.

J. M. L. Yo tengo la impresión de que estamos en una burbuja en la que creemos que lo conocemos absolutamente todo. Pienso que la industrialización, el progresivo fortalecimiento de los medios de comunicación y otros factores, han determinado en gran medida esta situación. Aun así, Walker Percy dice algo interesante: ¿por qué nos interesa más si hay vida en Marte que nuestra propia naturaleza, cuando lo más desconocido todavía son los abismos que alberga el hombre?[14] Walker Percy dice: antes había un consenso tácito, un consenso, es decir, uno leía la Odisea o Balzac… y se identificaba con el código en el que se desenvuelven sus personajes, pero ahora se ha desmoronado el consenso y ha surgido la relatividad, y entonces cada uno tiene su propia verdad. Ninguna opinión es más válida que otra. ¡Todo es subjetivo!

Pues bien, en esta neurosis colectiva, dice Percy, el hombre tiene que volver a ser como Robinson Crusoe en su isla, es decir, el habitante de un entorno vacío de significado. Tiene que ir recolectando pistas con esa extrañeza de la que hablaba, porque ahora, roto el consenso, hay que partir de cero… O sea, Dios ya no existe, se han abolido o se quieren abolir todas las premisas antiguas, y el hombre tiene otra oportunidad para el descubrimiento, o mejor, para el redescubrimiento. Por eso pienso que esta situación es buena para volver con frescura a los orígenes, a lo esencial. 


No tengo nada en contra de la ciencia. 

Convivo con la radio o el teléfono, […]
No seré yo quien niegue las ventajas 
que avances como estos nos otorgan
y los arroje en bloque al anatema […]

No se trata de huir de la ciudad
buscando la caricia de lo exótico o
movido por afanes naturalistas.
Se trata de habitar un escenario 
que propicie el asombro que nos niega 
esta ciudad donde los hombres sólo 
adquieren un valor establecido
en función de sus salarios.


Wendell Berry, perspicaz y prolífico escritor norteamericano, señala que «tratar la vida como algo mecánico o predecible o comprensible, es reducirla»[15]. Esta reflexión es la que Montiel, tanto en los versos precedentes así como en su respuesta, quiere hacernos comprender. Pero no se trata, como ya comentaba en la introducción, de estar en contra de la técnica, ni de su desarrollo, ni de prescindir del cuenco de Diógenes para aislarse en la comunidad de los amish. No podemos obviar los logros y los avances que hemos alcanzado gracias al progreso técnico. Por ejemplo, el poder compartir el presente estudio a través de una revista digital por medio de Internet o, como expresa Montiel en el mismo poema[16]:


Convivo con la radio o el teléfono,
mi vida es desplazada por un coche
muchas horas al día y escribo en un portátil.


Ahora bien, la crítica que tanto Montiel y Berry realizan a la técnica es por la dominante superstición moderna que la enaltece por encima del hombre. Es decir, la técnica ha dejado de ser un medio para hacer creer que es un fin. Sin embargo, la raíz de esta superstición, que rápidamente la podríamos enmarcar en la posmodernidad consultando los estudios de los ensayistas franceses (F. Lyotard, G. Lipovetsky, A. Finkielkraut, P.Muray, J. Baudrillard o J. Pascal Bruckner)[17], el rumano Emil Cioran[18] o a través del norteamericano W. Berry, la podríamos intuir ya, como también advierte Montiel, en la industrialización.



Los comedores de patatas. V. van Gogh
FUENTE: Wikipedia

Al igual que ocurre en nuestra época, el proceso de industrialización, entendiéndolo como un medio, supuso un gran salto y transformación de la estructura económica y sociopolítica. Si bien, algunos intelectuales y artistas decimonónicos, como los posimpresionistas Vincent van Gogh o Paul Gauguin, comenzaron a pincelar el resultado de la incitación industrial a instigar la dignidad de sus contemporáneos. Como paradigma, Los comedores de patatas de van Gogh. Aquí Vincent, mediante una paleta sombría, la estética del feísmo como la deformación de la fisonomía de los rostros y unos personajes anónimos, quiso representar el realismo social de sus contemporáneos. Un pueblo agotado, cosificado y neutralizado tras un largo día de trabajo y sin una digna remuneración, como así muestra la vestimenta y la alimentación representada.



Hong Kong
Contaminación lumínica en Hong Kong.
FUENTE: http://www-revista.iaa.es

Pues bien, Montiel también refleja esta crítica mecanicista en los siguientes versos, anteriormente mencionados: «esta ciudad donde los hombres sólo/adquieren un valor establecido/en función de sus salarios». Así, en este egocentrismo donde se ha construido los cimientos de la apatía y desidia contemporánea, del realismo «del qué-más-da»[19] como diría Lyotard, o de las ilusorias apariencias y de la anestesia vital, la riqueza, que utilizada virtuosamente al igual que la técnica no debería de ser perniciosa y sí subsidiaria, se convierte en un vicioso metal que cosifica a la persona. Esta neutralización, sumado a unos mass media como recordaba Montiel alejados de la honestidad, de la ética y de la virtud, no solo estimulan al Homo Videns de Sartori, sino que le pervierte la percepción, y el tomar conciencia de la transcendencia de lo cotidiano. Asimismo lo plantea Montiel en algunos versos de su poema «Niños perdidos»[20]:


Y DE PRONTO nacidos en una edad sin guerras

arrojados al tiempo y al asfalto
nos llenaron de ropa y golosinas
y en cada habitación una pantalla
quitándonos la risa del columpio […]

no pudimos emplear la magia de otros niños
que convierten los parques en veleros
y hacen del charco un mar embravecido
con ahogados y cantos de sirena.

Obligados a estar agradecidos 
por tener todo el mundo fabricado
a nuestro alcance hicieron de nosotros
compradores de tiempo y de futuro.


Sin embargo, como también el poeta nos recuerda en otros de sus versos[21], en nuestra época, la posnáusea, donde la reducción, La (des)educación que diría Chomsky, y otras aberrantes tergiversaciones que son los pilares de la sutil desubicación existencial, del «sucediendo» sin transcender, de la desintegración del Hombre… es una ocasión para, como decía Montiel anteriormente, «volver con frescura a los orígenes, a lo esencial». Una oportunidad para renacer al homo contemplativus.


Radica la misión en rescatar
al hombre y enfrentarlo a su destino
de criatura capaz de sorprenderse.


P. O. S. ¿Por qué transcender lo cotidiano?

J. M. L. El asombro hace transcender cualquier elemento de la realidad, hasta lo más cotidiano. La poesía toma un elemento, cualquiera, y lo rescata de la normalidad. Es lo que dice Ángel Crespo en uno de sus aforismos: “el poeta toca una flor y la convierte en flor. Y no hay metamorfosis más profunda”. Yo creo que la realidad es altamente simbólica, desde las señales de tráfico, la grafía, los colores, los semáforos… Vivimos empleando símbolos, cosas que significan, que nos trasportan a un significado. La poesía no es un truco que torna lo horrible en algo hermoso. Es justamente lo contrario: descubre que lo que parece cotidiano es milagroso.


[…] Consiste en aferrarse a lo fugaz,
Trocar lo cotidiano
en amorosa permanencia,
predisponer los ojos al asombro.


Los versos precedentes y posteriores pertenecen al poema «Alquimia de las horas»[22] donde Montiel, al igual que transmite uno de sus haikus «Cazar la risa./Trocar lo cotidiano/en milagroso»[23], expresa aquel aforismo de Ángel Crespo que Montiel nos compartía. La naturaleza no transciende porque nosotros nos percatemos de su belleza. La naturaleza es en sí, transcendente. Uno no hace el esfuerzo para que transcienda porque, como dice Montiel, «descubre que lo que parece cotidiano es milagroso».


No hace falta escapar de la ciudad
y habitar con el viento las montañas.
[…]
La santidad se encuentra en este plato
que enjabono para que coman otros,
en este viejo libro que me gusta
y que abandono para poner la lavadora,
en el camino hacia el supermercado
para que tú descanses.


P. O. S. Para finalizar, ¿crees que el compartir el Asombro, a través de este poemario, puede hacerlo recobrar en nuestro contemporáneo?

J. M. L. No puedo pretender que la lectura de mis poemas genere una única respuesta. Pueden que el lector diga: “oye, pues es verdad lo de las preguntas de antes, de dónde soy y de dónde vengo”… pero la respuesta yo no se la puedo dar, porque muchas veces ni siquiera la tengo yo. Me contento con que el texto genere una inquietud interior.

Los versos anteriores pertenecen al poema “Terror del hombre asombrado”[24] y muestran la inquietud del poeta ante la muerte, “Ella”, y el peligro de olvidarse de la maravillosa locura de ser ciertos; de olvidarse del Asombro por el milagro de existir. Por eso, los versos posteriores, a la simbólica muerte, recuerdan lo que en otro momento de este análisis se ha hecho hincapié. La situación actual de nuestro contemporáneo es una oportunidad para renacer la admiración, para no lamentar “las horas que aburrí”.


Mi único temor
-y aquello que sería un auténtico infierno-
consiste en presentarme frente a Ella
el día en que se acerque a entrevistarme
con los ojos vacíos de extrañeza
saber que traté como trivial lo sorprendente
querer volver atrás
para asombrar las horas que aburrí




Rachel Carson
FUENTE: http://www.usgs.gov/

Para finalizar, me gustaría recordar, en este marco de Placer adámico que el poeta granadino nos ha compartido, a la bióloga y conservacionista norteamericana Rachel Carson. Carson, en su pequeño pero profundo ensayo El sentido del asombro se pregunta: «¿cuál es el valor de conservar y fortalecer este sentido de sobrecogimiento y de asombro, este reconocer algo más allá de las fronteras de la existencia humana?, ¿es explorar la naturaleza solo una manera agradable de pasar las horas doradas de la niñez o hay algo más profundo? Yo estoy segura de que hay algo más profundo, algo que perdura y tiene significado. Aquellos que moran, tanto científicos como profanos, entre las bellezas y misterios de la tierra nunca están solos o hastiados de la vida. Cualquiera que sean las contrariedades o preocupaciones de sus vidas, sus pensamientos pueden encontrar el camino que lleve a la alegría interior y a un renovado entusiasmo por vivir»[25]. Por eso, para concluir y como diría Chesterton, “necesitamos, pues, considerar el mundo de tal suerte que podamos fundir la idea del asombro con la idea del bienestar; que, en suma, necesitamos ser plenamente felices en esta tierra de las maravillas, con pasarlo medianamente”[26]. Que así sea.




Gougane Barra -Irlanda- 2012. Por Pablo Ortiz Soto
FUENTE: Pablo Ortiz Soto


[1] H. Alfeyev: El misterio de la fe. Una introducción a la teología ortodoxa. Granada, Nuevo Inicio, 2014, p. 82.
[2] Para comprender, aún mejor, la metafórica idea de trascendencia que subyace en el concepto de admiración, atendamos al estudio que Valentina Atturo nos comparte: “The Latin noun ad-miratio, which is root of the  Italian ammirazione, indicates a specific kind of gaze that if ‘fixed and directed toward’ an object of longing. By tracing linguistic Indo-European roots, we can attest to the fact that a conceptual and semantic bond links the emotion of admiration to the experience of seeing”. […] “Less Obvious, perhaps, is the origin of the upward inclination of sight, which figuratively implies height. The idea of a soaring gaze is connected to the image of transcendence, which from a visual anthropological point of view. This upward vision transmits the metaphorical idea of elevated thought lifting the subject to higher and broader mental horizons”. Atturo, V.: “Contemplating Wonder: ‹‹Ad-miratio›› in Richard of St. Victor and Dante”, en Lansing. R. (ed.): Dante Studies. Nueva York, Fordham University, 2011, pp. 102 – 103.
[3] DRAE. En Rae.es. Disponible en http://lema.rae.es/drae/?val=asombro [consultado el 25.03.2014].
[4]El término thaumazein, en griego antiguo Θαυμάζειν, significa “admirar a, quedar atónito, maravillado o suspenso ante…”. J. M., Pabón S. de Urbina: Diccionario manual Griego-Español. Barcelona, Biblograf, 1970, p. 291.
[5] J. Montiel López: Placer adámico. Madrid, UCM, 2012, pp. 15 – 16.
[6] Aristóteles comentaba, en su Metafísica, que “los hombres –ahora y desde el principio– comenzaron a filosofar al quedarse maravillados ante algo, maravillándose en un primer momento ante lo que comúnmente causa extrañeza y después, al progresar poco a poco, sintiéndose perplejos también ante cosas de mayor importancia, por ejemplo, ante peculiaridades de la luna, y las del sol y los astros, y ante el origen del Todo”. Aristóteles. Metafísica. Calvo Martínez, T. (ed.). Madrid, Gredos, 2000, p. 64.
[7] J. Montiel López: op.cit., p. 17.
[8] Ibídem, pp. 22 – 23.
[9] Ibídem, pp. 15 – 16.
[10] Ibídem, p. 17.
[11] “Se trata de algo muy superior y más simple, tan superior y tan simple que cuando lo exponga por primera vez sonará infantil. Y, en efecto, es infantil en el sentido más elevado de la palabra y es la razón por la que en cierto sentido, he tratado de ver esta apología a través de los ojos de un niño”. G. K. Chesterton: El hombre eterno. Madrid, Ediciones Cristiandad, 2009, p. 43.
[12] El filósofo francés Fabrice Hadjadj explica, en su ensayo El paraíso en la puerta, la postura cartesiana de la admiración, como pasión, en la obra Las pasiones del alma de René Descartes: “Las Pasiones se sitúan más en el orden existencial y comienzan por la admiración. Se trata, para Descartes, el primer pathos del alma: antes de captarlas como cogito, primero soy sorprendido por las cosas. Sin esa admiración que me hace experimentar el orden misterioso y radiante de los seres – espléndidos efectos cuyas causas se me ocultan – yo no me pondría en busca de la verdad, no revocaría como dudosas las opiniones vacilantes. Esas opiniones, sin duda, las he recibido ‘desde mis primeros años’, dice Descartes, y el cartesiano podría sospechar, por lo tanto, de todo lo que procede de la infancia y de su debilidad. Pero esa crítica de la infancia se hace partiendo de una energía recibida en esa misma infancia – la energía de la admiración”. F. Hadjadj: El paraíso en la puerta. Ensayo sobre una alegría que perturba. Granada, Nuevo Inicio, 2011, p. 166.
[13] Dice Chesterton que “continuamente se arguye, sin ningún tipo de explicación o autoridad, que el hombre primitivo agarraba un palo y golpeaba a la mujer antes de llevarla consigo. (…) La cueva no era la cámara de ningún sanguinario pirata, llena de esqueletos de esposas asesinadas, o abarrotada de cráneos femeninos, alineados y resquebrajados como si fueran huevos. (…) El personaje que se presenta a nuestros ojos es un personaje muy humano e incluso humanizado. No se trata ciertamente de un personaje inhumano, como la idea que defiende la ciencia popular”. El arte de las cuevas “son dibujos o pinturas de animales; realizados no sólo por la mano de un hombre, sino por la de un artista”. G. K. Chesterton: op.cit., pp. 39 – 45.
[14] Montiel López comenta en su artículo “Walker Percy o la novela como diagnóstico” que “Toda la obra de Percy se sostiene sobre esta afirmación: Algo falla en el hombre de nuestro tiempo. ¿Por qué se siente tan triste en el siglo veinte?, ¿por qué se siente tan mal en la misma era en la que, más que en ninguna otra, ha conseguido satisfacer sus necesidades y utilizar el mundo en su provecho?, o ¿Por qué ha entrado en una orgía de guerras, asesinatos, torturas y autodestrucción incomparable en la historia en el mismo siglo donde esperaba ver la paz universal y la fraternidad?”. Montiel López, J. “Walker Percy o la novela como diagnóstico”. Ibi Oculus 6 (2013).
[15] W. Berry: La vida es un milagro. Un ensayo contra la superstición moderna. Granada, Nuevo Inicio, 2013, p. 19. Asimismo, el filósofo canadiense G. P. Grant defiende que “todas las afirmaciones teóricas modernas, especialmente las de las ciencias humanas, puede mostrarse que son meras expresiones de ese olvido de la eternidad que ha caracterizado el advenimiento de la tecnología”. W. T. Cavanaugh. Ser consumidos. Granada, Nuevo Inicio, 2011, p. 14.
[16] J. Montiel López: op.cit., pp. 31 – 32.
[17] Cf.: La condición postmoderna, de F. Lyotard; La era del vacío, de G. Lipovetsky; La derrota del pensamiento, de A. Finkielkraut; El imperio del bien, de P. Muray; Cultura y simulacro, de J. Baudrillard, La euforia perpetua, de P. Bruckner, et al.
[18] Emil Cioran comenta que el hombre, “se aleja todos los días un poco más de su antigua inocencia, pierde sin cesar la eternidad”. De esta manera, prosigue Cioran, “inadaptado y extenuado y, sin embargo, infatigable, sin raíces, conquistador precisamente por estar desarraigado, nómada aterrado e indómito a un tiempo […] en lugar de limitarse al sílex y, en materia de refinamientos técnicos, a la carretilla, inventa y maneja con una destreza de demonio herramientas que proclaman la extraña supremacía de un deficiente, de un espécimen biológicamente desclasado, cuya elevación hasta una nocividad tan ingeniosa nadie habría podido adivinar”. E. M. Cioran: La caída en el tiempo. Barcelona, Tusquets, 1993, pp. 15 – 16.
[19] J. F. Lyotard: La posmodernidad (explicada a los niños). Barcelona, Gedisa, 2008, p. 18.
[20] J. Montiel López: op.cit., pp. 24 – 25.
[21] Ibídem, p. 32.
[22] Ibídem, p. 21.
[23] Ibídem, p. 40.
[24] Ibídem, p. 43.
[25] R. Carson: El sentido del asombro. Madrid, Encuentro, 2012, p. 44.
[26] G. K. Chesterton: Ortodoxia. Madrid, Alta Fulla, 2005, p. 5.



RAÚL MORALES GARCÍA [15.391]

$
0
0


Raúl Morales García 

(Madrid, 1973) Poeta. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense. Ha recopilado y traducido, junto al pintor Yurihito Otsuki, la obra del poeta japonés Makoto Ooka en la antología Memoria y presente (Vitruvio, 2012). En 2013 apareció el audiolibro Tierra y Anatomía, que recogía por primera vez en este formato una antología de su obra (Dom and Loy Audiolibros). Los poemas aquí recogidos pertenecen a su libro Pájaro visitador, de próxima aparición en. En la actualidad mantiene el blog Luz en la ventana (http://luzenlaventana.net) 

Ha publicado:

-Del nombre de las cosas (Pre-Textos, 1998), con el que obtuvo el Premio Cantabria de Poesía
-Casa (Vitrubio. Madrid. 2010.) 
-Pájaro visitador   (El Gaviero Ediciones, 2014)




-Del nombre de las cosas (Pre-Textos, 1998), 
con el que obtuvo el Premio Cantabria de Poesía





En la enfermedad de las flores blancas, en su muerte
por agua me aferro al suelo; a la lucha entre
la Tierra y el Mundo; al año segador; a la antigüedad
de las raíces buscando el miedo latido.
a la danza en que las niñas morenas
se envuelven, 
a la injusticia de mi nombre

decir yo no te salva

Del nombre de las cosas




-Casa (Vitrubio. Madrid. 2010.) 

Por TÚA BLESA
Casi al final del libro y a modo de poética se lee “Extraer lo de dentro de / lo profundo” y no es una declaración postiza. En la escritura de Raúl Morales García (Madrid, 1973) se da efectivamente, si no esa extracción, sí la búsqueda de una intensidad de la palabra y Casa, un título que podría señalar hacia lo cerrado y propio, es en realidad, como hace saber una cita inicial, la casa del lenguaje, una casa que habitan tanto una mujer en la cocina o unos niños como un ciervo, un corzo o las muchas aves que pueblan los versos, unas aves que, por otra parte, se confunden por momentos con los poemas mismos. 



Faltaba el decir…

Faltaba el decir
de la pieza abatida. Es
una herida cruda, un círculo.
Faltaba verle el buche
encarnado, duele más
–en invierno, el plomo,
su cortecito recto en cada hueso,
se le escapa el aliento,
se precipita
el pájaro





El poema comienza con un pájaro.
Envejece sobre la empalizada
–el arco, la serpiente y el punto
en la longitud del año.
Detrás de sus ojos brotan adormideras
que se extienden por los brazos de mi hermana;
y casi en invierno
ese blanco se adueña también de su pelo y del ángel
dentro de su estómago.
El poema se ha hecho temible: tensado
por la edad, su pico
confunde la carne granada
con la sutura de una madre.
Pero el pájaro no muere en esa confusión
sino al entrar en mí
–piel, músculos e himen
antes de echarse a volar





No es intenso el decir para
la luz que entra y se deposita en el fondo
de las ollas, en los pulmones
o en la estirpe
de la mujer que habita esta cocina.
No es intenso después de tres años a la espera,
cubierto por la misma luz que ilumina
también el final del pasillo y el olor
que nos hacía temblar.
Pero si lo recorro despacio,
en la baldosa catorce
comienza el jardín echado a perder
-con frutos y azufre
la silla arrastrada,
la alfombra rota.
No es intenso este lenguaje para
las cosas que son
para el hombre que soy al final del pasillo.

(De Casa)





Pájaro visitador   (El Gaviero Ediciones, 2014)

"Pájaro visitador", de Raúl Morales

POR ÁLVARO VALVERDE

Raúl Morales, madrileño del 73, publica en la exquisita editorial El Gaviero su tercer libro, Pájaro visitador; un libro, sin duda, anómalo. Por lo de extraño, digo. Irregular no es, por descartar la otra acepción del diccionario. Al revés. Estamos ante una obra unitaria, ante un poema fragmentado. La ausencia de títulos o números nos da la pista. Eso y que hay continuidad en el discurso que adopta, indistintamente, la prosa (poética) y el verso para expresarse. Dije "anómalo" y acaso deba explicarlo con más detalle. Más allá de lo singular de la apuesta, alejada de las maneras de hacer de la mayoría de sus contemporáneos, ya en uno de los epígrafes iniciales se habla de "sentido oculto" y es evidente que lo hay. El lector disfruta de este sutil y hasta frágil sucederse de símbolos y metáforas en torno al vuelo y al pájaro por el que transitan grullas, mirlos, estorninos, golondrinas, perdices, tordos, etc. También otros animales como corzos, ciervos, jabalíes y abejas. El lector, sí, se deja llevar. El vuelo es canto: "canta, pájaro púrpura". Con tonos de cuento o de leyenda (donde no faltan pastores, bosques, príncipes, brujas, reyes o pescadores), intempestivo, por más que parezca medieval, siquiera sea por sus maneras de bestiario y su aire entre fantástico y ornitológico, Morales nos traslada a un tiempo y a un espacio mágicos y el viaje se convierte, según propósito, en una canción "anterior a toda palabra", sostenida en la "simple vibración" del pájaro. "No una idea de luz, sino la luz". Este lector se confiesa tan embelesado como perdido en medio de esta poesía simbólica y hasta, digamos, hermética (otro rasgo de época, digamos) que da fe de una aventura espiritual donde la literatura (y sus referencias clásicas) tiene tanta importancia como la vida emboscada que allí vuela y alienta. 





la primera noche ya le dio un nombre,
Pájaro púrpura se llega
entre cénit y nadir
rasgándolo todo, se posa
en el poste de la luz, canta

la primera noche marcó con un diamante
lo que la oscuridad impregna: en cada cosa,
dos líneas de plata brillan
antes de cualquier pensamiento:
el brote sin hacer, topera sin topos,
el músculo, el espinazo aún en paz, el gato no brincó
sobre el hada, no enterró ni al tordo,
la tierra de la lombriz, virgen,
la higuera, sin vitral y sin leche.
Así, hasta el amanecer,
Cuando lo real,
cuando el secreto ya no,
ni la sombra es,
ni el límite

la segunda noche cantó casi a las cuatro;
el rey acortó su nombre,
Es un mirlo, debe haber luna llena.
Sabía que menguaba, porque el cerezo dijo,
Voy sangrando

la tercera noche soltó el diamante,
se asomó y me habló, Desde lo oscuro
busco mi reflejo dentro de ti,
veo el pliegue, el hígado
al calor y el nido viejo, despacio
el ámbar que el rencor ilumina,
lo que la luz no dice






Sobra toda palabra,
se dice la cierva al beber,
oscurece, piensa en
la pequeñez de su pupila, ve
el gran vórtice de Júpiter
azotando el trópico hacia el sur,
piensa, Soy pequeña,
en la pequeñez del ojo veo
el territorio, recorro
de la cola al pico
la espalda púrpura y dorada de Simorgh,
el valle a lo lejos,
donde la luz, donde todo se puede,
dice la cierva,
Me sobran las palabras;
nada tengo ni sé







es solo en el silencio que nace,
en la hechura blanca,
en la pleura.
Es al anochecer
que abandona el nido,
tapa con átomos dorados
heridas, alfileres
por donde escapa, aliento,
lo que somos







se recoge, como si
no hubiera conquista alguna,
como dejar de ser, dejar de hacer
tras arriar con el pico todo lo sido,
de células y alas y aire (…)
no ser otra cosa, salvo
este punto, previo a vivir.
Recogerse, cesar vuelo
o dejar de ser un hombre, mientras
la uña cosecha, escarba
hacia atrás los años, como si
el cuerpo no hubiera de recordar ni
presentir, salvo
este latido







morir como
cae el Palacio del tordo; ser
el hueco en la rama, merma, o
saber retirarse; no apretar
con todo el amor es
dulzura.
Dejar los hilos
al aire, sostén del mentón,
elevarse hacia ese astro, anzuelo,
ser lo que somos.
Saber morir en
la mano oreada no aprieta,
corta red, protege el fruto,
nos abandona
al vuelo







y renacer, como
el sonido. El estruendo
de la yerba a ras,
de la noche blanca, como si
aparecer en esta linde y no en otra
fuera rozar
la vida,
sin rastro que seguir,
un estar siempre, un roce
y peligrar después
en la alameda,
por donde el río corre el jabalí es
latente y rojo.
Saberse ahora
lo frágil del cordel, como
saber los huesos bien cuajados,
a dentelladas, pero
prendidos a la tierra







no sepas más, púrpura,
no seas tan grande
que la noche,
que olvides,
no intentes, no des
más sombra que hilo,
busca dentro, blande
sin herida,
sé ese punto
hacia la aurora






canta, pájaro púrpura,
encaramado a la estrella matutina,
con tu pico de titanio, una canción
sin principio ni fin,
anterior a toda palabra, hombre, miedo o dolor,
cae, arrastra, lento
lo que no es ni corresponde,
déjanos escuchar tu simple vibración



CARMEN TRUCHADO [15.392]

$
0
0

Mª Carmen Truchado Pascual

Es segoviana. Es maestra de Educación Primaria. Escribe poesía y relato breve. En 2005 publicó Tu nombre: Amor, su primer libro de poemas y Canción de Amanda (Ediciones Vitruvio, 2014).

Para los pequeños ha escrito otros dos libros de poemas aún inéditos. Colaboradora como poeta y crítica en distintas revistas de poesía y literatura de Castilla y León y en la edición de los Cuadernos de Profesores Poetas del IES Giner de los Ríos de Segovia. Ganadora del primer certamen de Poesía José de Espronceda organizado por el Ayuntamiento de Cuéllar como acto de conmemoración en el bicentenario del nacimiento del escritor en el año 2008.
Ha conseguido varios premios en certámenes de poesía. Ha participado en diferentes antologías de poesía y relato. Realiza sesiones de animación a la lectura en los colegios y para adultos.




QUERCUS PYRENAICA 

Herido de vacío en esta tarde 
te allegas a mi sombra como entonces. 
Pero antes eras joven. Hoy otoño. 
Apenas somos tiempo, a duras penas. 
Ya sólo soledad, mirada antigua, 
que abraza un horizonte inabarcable. 
Retomas la memoria de lo eterno, 
la rueda del pasado que, infinito, 
gestó mi corazón y mi enramada. 
Posada del amor, yo te recuerdo 
y a aquellos que a despecho de mis hojas 
hallaron a mis pies un muelle lecho. 
Mi copa guarda aún el reverbero 
de cuerpos enlazados en un sueño 
de efímera armonía o contrapunto, 
combate del amor contra la muerte, 
el eco de los labios que besaron 
las manos que tocaron y no tocan 
los pies que no caminan ya y tan sólo 
son polvo del camino. 
Te sientas esperando y gritas nada 
Y el aire no responde. Sólo escuchas. 
Descansas tu nostalgia en mi latido, 
rescatas del olvido las palabras, 
las voces del silencio, 
los besos que son labios y descubres 
deseos que despiertan. 
Corre aún por mi savia el elemento 
nutricio de los versos del poeta; 
su voz, su luz, la música que asciende 
del arca del ayer. Omnipresente: 
“Gocémonos, amado, 
y vámonos a ver en tu hermosura 
al monte y al collado 
do mana el agua pura: 
entremos más adentro en la espesura” 





GLOSA A MACHADO 

“Tengo dentro de un herbario
Una tarde disecada
Lila, violeta y morada,
Caprichos de solitario”
                 A. Machado


Tengo dentro de un herbario 
de tiempo, memoria y verso 
las briznas de hierba y alma 
de una tarde de paseo. 
Por Segovia, la Alameda, 
al Alcázar, un sendero 
para el amor imposible 
del poeta de los sueños. 

Una tarde disecada 
de esperanzas y de encuentro. 
Machado y Guiomar caminan. 
El aire tibio y el cielo 
cuajado de astros. La luna 
-testigo de aquel momento- 
cómplice firma en el agua 
del Eresma su secreto. 

Lila, violeta y morada, 
suave seda de un pañuelo, 
que filtra el tiempo y envuelve 
la estampa para un recuerdo 
con que colmar de caricias 
las ausencias y el incierto 
futuro de los amantes: 
su “Tercer mundo” de ensueño. 

Caprichos de solitario, 
ironías de amor ciego. 
En la noria de la vida 
juntos dolor y deseo; 
afanes de risa nueva, 
presagios de un tiempo huero. 
El cangilón de la espera 
mueve el agua del correo. 

Guarda Segovia en el aire 
luces y sombras, los ecos 
de las palabras que fueron 
muerte y vida y agua y fuego, 
tarde y alba enamoradas. 
Poema, voz en el Tiempo, 
fuera del tiempo el amor 
que fue posible en el sueño. 




POÉTICA

“El objeto verdadero de la poesía es el imperio infinito del espíritu”.
N. Boileau

Escribo:
A ti, a quien tanto debo
Ante todo, incluido mi propio deseo en ocasiones
Bajo el cielo que arropa la desnuda verdad de la existencia
Con amor. O voluntad de amar si es que el amor no existe
Contra el mundo real cuando este mundo me cercena las alas

De raíz −imposible extirparla−
Desde siempre, pues niego un principio anterior a este sueño. Desde antes, creo
En cualquier ocasión
Entre alguna otra opción que juzgué menos propicia
Hacia ningún lugar, destino o esperanza
Hasta el fin de los tiempos −los míos, por supuesto−
Para el bien, para el mal y poder revelarme aun en ausencia de la luz de las musas
Por una obstinación irrevocable

Según mis mandamientos, mis cánones, la manifestación de mi busca y mi albedrío
Sin más contribución que la renuncia a unas horas de sueño y poco más
Sobre otra posible contingencia y desmemoria
Tras de ti, dulce bien que entraste en mí como un tsunami.






Canción de Amanda (Ediciones Vitruvio, 2014).


HAIKUS DEL NO Y EL SÍ   
Segovia, mar de mies
   


A la deriva    
como barca sin remos
la vida pasa.

*


Tiene la joven
una cita en la calle
del desengaño.

*


Hija del aire,
cuando muevas las alas
madre del viento.

*


Busca la llave;
puertas tiene la mar,
puertas el aire.                          







FRANCISCO JOSÉ NAJARRO LANCHAZO [15.393]

$
0
0

FRANCISCO JOSÉ NAJARRO LANCHAZO    

Dicen que me llamo Francisco José Najarro Lanchazo, pero en realidad sólo respondo al nombre de Paco. Nací en Zafra (Badajoz) en 1987, aunque lo correcto sería decir que nací en mi madre, único lugar al que siempre quiero regresar. Mi fascinación por las piernas femeninas viene desde entonces, quizás por ser lo primero que vi. Y fueron las piernas - y demás componentes - de una mujer las que me hicieron llegar a Barcelona, donde estuve viviendo y creciendo hasta hace poco. Antes también crecí, en Madrid, donde estudié las licenciaturas de derecho y periodismo. Tengo dos libros de poemas publicados, La Vespa amarilla y El extraño que come en tu vajilla, aunque pronto habrá más. Soy editor de Ártese quien pueda Ediciones. Resido y vivo y crezco en Santiago de Chile. Continuará ...






DE niño enterré a mi canario muerto en una pequeña caja de pastillas donde se leía: Alivio sintomático del dolor, como si el dolor tuviese circunstancias o lógica, o fuese una espina clavada en un pie o una jaqueca.



GUÍA TURÍSTICO

El hombre que no entendía que la materia no es la complicidad entre dos cuerpos, recogía piedras en la calle y las paseaba, invitaba a cenar o llevaba al cine, con la intención de sentarlas después frente a la lápida de su mujer para iniciar así la conversación, el espectáculo.




PASTILLA DE JABÓN

La diferencia entre ciudad y casa
eres tú; si distingo
el agua de la ducha
de la lluvia que empapa a los viandantes,
la toalla de olor a suavizante
del sol que seca hasta el hedor sus cuerpos,
es decir, la alegría de vivir
del dolor de vivir,
es porque tu piel pura, si la froto,
me limpia de otras vidas.








La Vespa amarilla



LA DUCHA
                
La ducha, sin  nosotros, no es la misma.
Escucho su tic-tac de reloj de agua,
impaciente como el despertador
que me grita porque he dormido solo,
y las sábanas pesan como un mundo,
y fuera hace un frío de desagüe…

Ya te digo que la ducha no ha vuelto
a ser la misma desde que te fuiste,
que sólo acuden a ella viejos verdes
como musgo sobre tu piel de piedra,
de sirena de cloro y agua de grifo,
vaso para mis labios y su sed.

Y yo tampoco soy el mismo sin ti,
y hasta la factura del agua cambia,
haciéndose más pequeña en tu ausencia,
como todo. No sé si aguantaré
más tiempo sin ducharme, con olor
a esposo abandonado. Vuelve pronto.



SEMANA

Dos árboles se están amando en este
parque, yo los observo en su tristeza.
Lejos uno del otro van muriendo
(en una parsimonia que los mata)
esperando a la lluvia que los una
con su don maternal en un abrazo
de ramas encontradas con urgencia.

Aquel de allí, el de la silueta frágil,
bien podría llamarse como tú,
probarse los vestidos que te pruebas
(sola, de mil en mil frente al espejo)
para que antes del día que no llega
sepas que llegará como imaginas.

¿Qué jardinero pudo ser tan cruel?
¿Quién es el arquitecto sin entrañas
que nos edificó en urbes antípodas?
Aquel de allí, el de la corteza dura
bien podría llamarse como yo.

Con mi nombre y mi voz (que son lo mismo)
preguntaría qué hay de diferente
entre dos árboles que se aman cerca
y dos personas que se quieren lejos.

Mueve el viento sus ramas, no se tocan,
no existe la esperanza sin su roce,
se me astillan los ojos de mirarlos.

Dos árboles se están amando cerca.
Dos árboles se están amando lejos.

Nosotros esperamos igual que árboles.




El extraño que come en tu vajilla


POE(MI)CA

Si apago la televisión me veo,
si le bajo el volumen a la radio
me escucho respirar.

Soy una noticia terrible.
Debería hacer lo que la gente hace,


hablar sobre las penas de los otros.



IMAGEN Y SEMEJANZA

La cara de mi padre tiene boca
y demás utensilios para el gesto,
pero igual que la mano que acaricia
pasa a ser mano del acariciado,
su rostro frente al mío es también mío.

Y es que tiene razón nuestra vecina
cuando dice que el tiempo venidero
-que como todo tiempo
no viene sino vacolocará
mi ficha en su casilla.

Pero no se refiere al jaque mate,
ella habla del parchís,
de mis pies vendimiando muchos días
hasta alcanzar otro color, su boca,
de mi padre obligado a estar en casa.

No escribo este poema por mi miedo
a tocar las arrugas sin tenerlas,
pienso en la angustia de mi padre al verme,
tan joven, tan idéntico a él, ocupando
la edad que ya tuvo, quizás su cuerpo.




VACACIONES

Tengo la cara blanca
y me preguntas si amo algún lugar.
Te extraña mi pensar en cementerios,
tú hablabas de museos,
del clima y del idioma.
Digo piedra tallada, mucha lluvia
y citas en latín.

Amo la tumba muerta de mi abuela,
las ruinas vegetales de mi infancia,
la vida aburguesada en los difuntos,
como aman los turistas
las ciudades de sus fotografías,
con la certeza de que no hay seísmo
capaz contra la calma que no existe.




LO QUE CUENTAN MIS HERMANAS







MIGUEL FLORIANO TRASEIRA [15.394]

$
0
0

Miguel Floriano Traseira 

(Oviedo, 1992). Es estudiante de Filología Hispánica en la Universidad de Oviedo y joven poeta. 

Ha publicado el volumen de relatos 'Cuentos para adornar los sueños', ganador de un certamen literario, y los libros de poemas 'Diablos y virtudes' y 'Tratado de identidad'. 

Varios de sus poemas han sido incluidos en la I Antología Internacional de Poesía Contemporánea, promovida por la Asociación de Estudios Universitarios. Es colaborador en la revista literaria Anáfora, dirigida por los poetas asturianos Cristian David López y Pablo Núñez, además de irreductible púgil en las filas del Patarrealismo Salvaje, una secta oculta fundada por varios poetas y narradores ovetenses. 

También ejerce esporádicamente la crítica literaria para la revista VozEd, liderada por Humberto Bedolla. Recientemente, acaba de fundar 'El país de Ammyt', un proyecto de antología poética similar al que creara Agustín Calvo, 'Las afinidades electivas', pero de poetas jóvenes nacidos entre 1985 y 1995. Reside en Oviedo.



Yo, mi psiquiatra (y dos aforismos)

- Toda paradoja es trama, suspense y resolución al mismo tiempo.

***** 

- ''Una de las cosas más graves que le suele ocurrir al que padece un exceso de inteligencia analítica, como en su caso, es confundir la sencillez de todo acto con la complejidad de su motivo''.

*****  

- Solo quiero sobrevivir. Y el precio que habré de pagar por tal anhelo es la poesía.






De Diablos y virtudes, 2013



[En la noche que quiere acabarse,...]

En la noche que quiere acabarse,
la soledad se recubre
con plástico aleatorio
y los dedos se enamoran
de la cascada clara.

Recorrer un cuerpo nuevo clausurando
el amor, qué rara la suplencia

llorando a tu sombra pegada, apretando
los dientes,

mordiéndome los ojos por haber amado.


[Poeta estupefacto, magnitud...]

Poeta estupefacto, magnitud
de signos acotados por la boca,
costurero de la piel y del instante
detenido, vaga enjundia
incompetente, relevo, residuo,
jardín templado
y erecto en sus raíces.


 Tratado de identidad, Ediciones Oblicuas, 2015


La herida

Es vuestra nuestra obra, vuestro el vano
rastro de fe que a lágrimas pervive
en el camino. Vuestro es el anciano
silencio que al poema sobrevive,
y vuestro su color, su espejo hermano:
el destello que ofrece quien convive
a ciegas con lo fieramente humano.
Es vuestra la emoción del que recibe
las sobrias peticiones de la muerte
o de la vida, su voz, su siniestro
y pálido augurio. Con vil porfía
reúno estas palabras si su suerte
os pertenece toda. Es todo vuestro
su destino. Solo la herida es mía.



Molina

Si nos hubiesen abierto la maldita puerta
hubiera sido más bonito. No sé,
habríamos hablado, seguro, de
algún millón de cosas, por ejemplo
de lo fatal que soporto el indie rock,
o de cierto poeta que nos gusta o
de este terco invierno, que no acaba
de espantarse de una vez, o de las páginas
de un antiguo amor (es decir,
que el azar se habría jugado sus sospechas
al póker de un extraño paraíso y
yo hubiese planeado igual que un torpe
nómada el trayecto hacia tu beso).


Poema de los malos paratextos

                                                                         
                                    S.R. Levin

Cuánto se llevará de mí cada espejo involuntario,
cuánto cada embestida, cuánto
cada soplo revelador, cada secreto o pequeñez.
Y en la fatiga, de ti qué queda. Y qué hay
del talento de los pecados nuevos.

O acaso es un error y fue ternura.

Euterpe, aun así, llora.




Obertura platónica

Ni realidad convicta ni estupor
que luego trae palabras. Ni consigna
amparada por el tiempo, ni paraje
donde citarse con la eternidad.
Ni siquiera este ahora y su partir.

El arte es devolver a cada objeto su desorden
o alejar toda intención de su ritmo.



RAQUEL VÁZQUEZ DÍAZ [15.395]

$
0
0

RAQUEL VÁZQUEZ DÍAZ

(Lugo, 1990) es licenciada en Filología Hispánica. En narrativa, ha sido ganadora de varios concursos de microrrelatos («Concurso de Microrrelatos Etnosur», «Microrrelato gótico americano» de la FNAC), además de aparecer en diversas antologías de este género breve, entre ellas PervertiDos (2012). En poesía, aparte de distinciones en diferentes certámenes, ha publicado Por el envés del tiempo (2011), Premio Poeta Juan Calderón Matador, Pinacoteca de los sueños rotos (2012),  Luna turbia (2013), Premio de Poesía Joven Gloria Fuertes y  Lied de lluvia para una piel ausente (Editorial Alhulia, 2014).
Tiene un blog personal:
Niebla eterna (http://nieblaeterna.blogspot.com), y colabora en Documenta mínima.




-Por el envés del tiempo, Cardeñoso, Vigo, 2011, 65 páxinas.

POR EL ENVÉS DEL TIEMPO Autora: Raquel Vázquez Editorial: Ediciones Cardeñoso. Colección: Raíces de Papel-PoesíaGénero: Poesía

Muy acertadamente, nos dice Blas Muñoz Pizarro en el extenso prólogo quededica a la obra que “Al leer estos poemas, se tiene la impresión de estar ante la obra dealguien que ha vivido lo suficiente como para decantar en ellos, con voz precisa ycontenida, una experiencia personal intensa y dilatada… “Pero la autora, a pesar de ser una joven de dieciocho años, ha sabido poner inteligencia y sensibilidad y presentarnos el sustrato conceptual de su mundo y de sutiempo de una manera personal, trenzando a la vez fantasía y reflexión, a lo largo desus versos meditados y no por eso carentes de la emoción que compromete a toda la poesía.


“Según brotan las huellas en la tierra,  
el sendero se vuelve más angosto,  
y hallar el equilibrio es imposible  
cuando todo camina hacia delante.”


Es éste un ejemplo de cómo la poeta trasluce su pensamiento con el ropaje poético que logra a lo largo del libro, en un ambiente de intimidad, 


“Porque aquí hay 
demasiado silencio
para hacer algo”.


El poemario está dividido en cuatro partes que dan entrada a citas de diferentesautores, como Felipe Benítez Reyes o Ángel González, y las cuatro engarzadas en eldiscurso que Raquel Vázquez nos ha querido introducir, con un lenguaje directo y preciso, a través de sus poemas.Pero “No todo es devenir”, dice en su último título, “…a veces, hasta el tiempo/ se encuentra / con muros infranqueables.” Y se cierra el círculo, como señala MuñozPizarro, haciendo más evidente la unidad de intención del libro.Un poemario, una bella aventura que inicia su recorrido poético, que desde aquíqueremos señalar, felicitando a la autora y la los lectores que se acerquen a Por el envés del tiempo.



ARMONÍA NATURAL

Lloran los árboles
cuando se ven desnudos
frente al invierno.





-Pinacoteca de los sueños rotos Isla Varia, Salobreña, 2012,(2012)


AUTORRETRATO
         
[Jean-Michel Basquiat]
         

Mis ojos son la noche
y mi piel es ceniza.
         
Creía portar una flecha para
asestársela al mundo
pero es un pararrayos
que me regala todas las tormentas
del cielo
               y del infierno
del vacío
               y del aire.
         
Y mientras la ciudad
sigue su curso
         
yo
       me ilumino
                         tiemblo
                                       me ennegrezco
             y me deshago.

Pinacoteca de los sueños rotos




FLOR DE MÁRMOL

Con sus hojas de máscara de hielo
blanca como la muerte
que chapotea en el lienzo del mundo

no habrá retorno ni viaje ni huida.

Apenas la constatación del frío
como guarida eterna
del choque artificial de nuestros cuerpos.

Pinacoteca de los sueños rotos
  




-Luna turbia, Torremozas, Madrid, 2013


PROBLEMA DEL MÉTODO

Es lo único que tengo de verdad en mi vida: paredes.
MICHEL HOUELLEBECQ

No hay manual de instrucciones
para intentar reparar viejos sueños.

Qué hacer: prenderles fuego por la espalda,
atropellarlos con un coche azul,
plantar en una maceta su llanto.

Antes de compartir nuestros relojes
en la cuna que asoma detrás de la madera.


CÁMARA

Detrás de un maquillaje
de pájaros afónicos
cuánto nos hemos soñado, tú y yo,
quebrados cómplices, testigos mudos
de cómo se desangra este silencio.
Apenas quedarán unas manos manchadas
por la caja de música
que en la niebla ninguno de los dos acertó a abrir.
Y el diafragma se cierra
y se encuentran nuestros ojos,
pero esta luz ya duerme en la humedad
y su página rota.
Con la mordaza sonreímos dolor.
El flash nos compadece, y de qué sirve.
No sé qué haremos con tanto recuerdo
muerto en líquido amniótico.



TRAS LA INDOLENCIA

I focus on the pain, the only thing that's real
Trent Reznor («Hurt»)

Mejor callar preguntas
que podrían hacer sangrar el aire
—tan peligroso su semblante herido:
desgarra oxígeno y pronuncia muerte.

Edificar en el silencio no violará a la quietud.
Pero cualquier ladrillo arrebatado
a la patria que invoca el más excelso llanto del faquir
socavará detrás de los cristales
una cama de hierro
donde aprender a soñar con el frío,
donde aprender a amar
las piedras que —ellas sí— podrán corresponderme
en esta tierra yerma prometida.





Lied de lluvia para una piel ausente, 
Alhulia, Salobreña, 2014
    


[Lloverte y recordarte]

pues sé que lo atraviesa para siempre
lo sé como se sabe la verdad más profunda
que se engarza al oxígeno
y acaricia el final de la piel y los pulmones
es la misma verdad
que viaja en estas notas
tan quebradas a veces disonantes
jugando a camaleones
en la cadencia negra de la lluvia
que cae cae y no
se cansa este metal desafinado

el ruido ya me pinta
de su color la sangre
el color de que tú no estés conmigo
creando este horizonte 
que se guarda callado
la ruta que me lleve hasta tu cuerpo
y que arrojó en la niebla
partido y sin retorno
el punto inalcanzable
en donde dejarías de dolerme

no existe ese lugar
como tampoco podría medirse
en herzios el sonido
que me arrastre a olvidarte
apenas queda en mí lo que te sueño
tu piel hecha de música y de mimbre
y tú debajo tan dentro tan siempre
maltrecho en mis palabras
hasta que un día la voz se me rompa

y tú estarás colmando ese silencio

cuando ya sólo sepa
lloverte y recordarte








PABLO FLORES CHÁVEZ [15.396] Poeta de Ecuador

$
0
0

PABLO FLORES CHÁVEZ

(Quito, Ecuador  1988)
Estudia Lenguaje y literatura en la Universidad Central del Ecuador. Ha publicado los libros de poesía Bandada (Deidad y Suplicio) (2013), Cesado el nombre (2013) y un libro tratado: Silicone Baby (2012). Ganador del primer premio nacional de  poesía emergente Desembarco 2013, El premio único nacional de Poesía en Paralelo 0, el II premio de poesía  Día del libro y la rosa organizado por la UNESCO, y el I premio de poesía Poeta vs Poeta. Consta en varias antologías como: Muestra dinámica de poesía latinoamericana ¨Tea party¨ (Chile, 2013), Poesía en paralelo cero 2013, y Anthology of poetry by Young Americans.




Mainländer:

Esperando aquel resquebrajamiento que sentencia el refugio propio.

La postergación del diluvio permanece en el abandono:
quietud de las piedras
labradas por el mar.

La inminencia de la oquedad en el llanto
como un cuchillo siendo afilado antes de penetrar la carne,
reitera la iluminación de una insignia:

los brazos ascienden y exploran los garfios que tiemblan.

Cesado el nombre, El Ángel Editor,  Quito, 2013




CUSTODIADO POR LA VIGILIA

Pasada la marchitez del agua sobre este furor saciado del perenne cauce, 
devendrá el dominio de mi voz para sucumbir la brevedad del cristal custodiado.

Como altar sin nombre,
la ausencia pasará por forma de retorno.

Cavar
no será nuestra respuesta
sin la premonición del tacto al fuego.

Cesado el nombre, El Ángel Editor,  Quito, 2013




La Raíz Invertida - Revista Virtual De Poesía
Nota y selección por Jorge Valbuena

Un secreto embrujo se instala entre la ceniza del mundo, licor de humo que golpea los cristales del canto, resquebrajados sentidos que invierten el cauce de su filo y hacen vértigo a la levedad. Así es la poesía de Pablo Flores Chavez, un urgente incendio que alista la pira que crecerá mientras busca una espina en el fuego. En sus palabras se agolpa, desde la levedad, el rumor de un estruendo de cántaros; la sequía apacible de una noche agujereada, una huella que huye, rostros de ecos no pronunciados y algarabía de cosas que caen sin haber estado en su sitio. Algazara mimética.

La exploración que aquí se desata va más allá de la simple y cacareada condición de ruptura. Algunas cosas, sencillamente, merecen ser pronunciadas guardando su espejismo o su secreto; esta poesía no quiere revelar la luz sino sus ramas; sentir el diapasón que desveló a la razón, ver por entre las rendijas del pensamiento lo sublime de sus temblores, la irrigación de las ondas remotas que nombraron el orden del mundo, devolverle lo sutil al vértigo, ser un armisticio en las voces que creemos callar, medir, dominar, cuando sentimos.


De Silicone Baby (2012)


[Canción en un escafandra alejado del mundo real]

Y así vi el desquebrajado derrame de lava, esperando
menguar el encierro que se confundió con la claridad del
aullido de alrededor, así vi parir, la trinchera que había de
anunciarse como el blanco perfecto entre nosotros:
finalmente plasma e incineración de nuestros cuerpos
hilvanan el descanso de la agnición amedrentada por un
cultivo artificial:
¡Sí!
Un cultivo artificial de parásitos artificiales a penas echados
a perder en la restitución de la muerte, como si fuera posible
la idolatría del marsupial beat electrónico. Sumando las
hilachas de un cuerpo incubado. Mejor que eso; las hilachas
de un cuerpo incubado intentando preceder su sacramento
hereje contra un tercer ojo leído por la causalidad que
implica un espacio temporal a tientas del nirvana pasado de
moda.



[Di que un estudio sobre las proporciones de la luz y la sombra perecen en su cadencia de enganchar el rezo de madres implorando rejuvenecer la densidad de su cuerpo, di que te cuenten cómo el sentido de la imposibilidad insinúa el logro estético de una cucaracha montada sobre otra en una gigantografía haciéndonos saber la presencia de las artes gráficas publicitarias modernas como adorno de la intersubjetividad]



El tumulto brilla alrededor de una fiebre ya desgastada,
respondiéndose con la luz de un fanal.

O

las moscas alrededor de la tinta fresca

Ο

No tengo música alta para la proclamación de luz en la
leche derramada sobre las flores. Hacia la ruina delatan
las murallas el vacío de bordear la carne recobrada, poco
vivimos para ser padres precoces y para aprender que el
centro de la tierra, también podía ser el centro del ombligo.
Con el ojo partido te fui diciendo que el incinerarnos en
una ladrillera nos volvería invencibles a la proximidad de la
marea en sus fragmentos. Que la voluntad humana se forjo
a palazos en las marcas de sol, que el retorcer la culebra
de los campos con otra abriría nuevos caminos, ante la
inmovilidad de los coágulos en la mirada fija demostrando
las costillas rotas; tú tendrás en cuenta el libre santuario
que cuelga de estos cuerpos en el lago de sangre, la batalla
liberada, el mástil recobrado. Tú que vives y reinas por la
imploración de la sequedad en el fenecer de los días, tonifica
está naturaleza muerta a tus pies.


›‹•›‹

Y así llegó la mimesis de devorar plástico en toneladas para
así inflamar las prótesis
que cautivan la vanidad del júbilo falso de pertenencia a algo
o a nada:
Las sacudidas del hueso descompuesto, las sectas de mar
abierto, el amansamiento de
la tierra sumergida; todo queda al amparo de la orfandad
encendida por un cañón.
El mundo es nuestro:
Todo el mundo baila desnudo.





DECAPITACIÓN DE UN ASTRONAUTA A 33,000 METROS  DE ALTURA

(Fragmento)

60mts.

Perdóname la vida símbolo patrio que has enajenado la
fetidez de este nido de árbol vaciado, siempre yo y los
demás, yo y el singular calor del látigo después de ser
removido de la piel, yo y el acto de una decapitación
llevada a cabo a pesar del discurso de charlatanes
predicando la palabra de un ser fuera del espacio,
traducido a los orgasmos de los animales y la velocidad de
la luz.
Mi decapitación como astronauta en el espacio a 33
000 metros de altura no sirve sin la premonición del
desfallecimiento en un estado hidrostático de espera.
Aquí aguardo; el relieve de esta altura haga sarna con la
voracidad de las estrellas superbrillantes.

30000 a 33000mts.

Sí, deslizo la dialéctica cuantificada hacia el sintético humo
negro que sobresale a lo lejos del torbellino y la mácula de
fuegos artificiales dando premiación y preámbulo al baile
contorsionado como doble glotonería de su majestad: la
piel sellada.

Decapita mi cabeza una vez más, la inteligencia artificial
del fósforo encendido concentra la pudibundez del abolir el
ánima de mis movimientos.

El ánima de mi amor.

El ánima de un mundo sin cabeza.



De Cesado el nombre (2013)


SIN NOMBRE

Descubres otra muerte
en el pasado:
es tu espina y tu fuego:
-nihil novi sub sole-

Al cesar el nombre
proclama tu nacimiento
palpado en una cruz.



KANT:

¿Qué escritura advierte el predominio de la tempestad
sobre la lengua cortada?

Ser es llamar.

Epístolas de cornamenta:
tu mano en la mía.

El comienzo,
siempre es un pedazo de res colgada
bajo una paz de zurcir el descanso que envanece.



FONTENELLE:

El deshielo todavía posee el brillo de la lepra.

Me aferro a él interiormente
como una evidencia de que la lucidez absoluta
también delimita el transcurso de la salvación.

No hay nada yacente sobre la perplejidad encarnada del vértigo.

Nada quedará
tras la decrepitud cambiante.

¿Algún rito perfeccionará el reposo de la llama?





INTERMEZZO DE LOS NOMBRES NOMBRADOS

1

De la estancia de la sombra al refugio de su levedad,
permanece el redimir de la sinfonía de la distancia
como la luz ascendida hacia el peso de los cuerpos en premura
de su extinción.

Por eso tuyo
es el llamado a postergar la fragilidad del silencio
entre las letanías
de nuestra sangre sobre la sangre de otros:

todo no cambia todo.
Morir es suficiente.



2

El furor de la desolación que entrecorta el aire
Atestigua el eco de la rama que se quiebra.

El olvido impone su embate.



VEHEMENCIA Y NEGACIÓN DEL OBJETO SAGRADO

5

Promulgada esta pérdida del gemido y su ebriedad que nos fue sagrada.
El instante precautorio del silencio adueña la procesión día y noche

como si una mediación fuera para siempre:

Al vedado crujir del vidrio
perpetúa el amor su amor.

Alguien apabulla la desfachatez con la sinuosidad
que oculta al sol con un dedo.

La palidez se reconstruye a sí misma.

Cansar el desvío del rastro
impregna la floración en el silente atropello de la sima.

La voz
vuelve siendo lo descifrable a lo lejos de la hoguera
para revertir su candor de deseo.

El trueno ya no perturba una vez bifurcada la tierra.

Somos otros bajo la piel aljofarada del señuelo.




LA FE INSISTE EN LA PÉRDIDA

Ya el principio del fuego extinto reafirma la tempestad sin
sospechar el numen que lo cubre.

Sobre el retorno de las ánimas
contra la costilla lustrada de un cristo multiplicado en miles,
la palabra desciende como un rezo.

Ahora trasiegan los ojos de tu primer hijo
los pétalos que un día enamorados escanciarán
un deseo sobre el de los demás:

ser de la materia la escritura, el naipe de oro en mi frente que cae por su
propio peso.
Este porvenir siempre nos antecede.
Yo soy la ablación.




De Bandada – Deidad y suplicio (2013)

I

Sabemos cómo la redención es palpable por el titubeo de otros en la avanzada tan grande llamada cuerpo, por más leve sea la herrumbre que su vientre conjura, olvidamos un templo sin dios y su insignia tatuada en sus paredes: desmadejar de la noche ajusticiada por el empellón de dos cauces su desvelo. Escapamos de nuestras predicaciones y las formas de luz que aglutinan una ruptura tediosa en el andarivel que ahora toman todos los súbditos en su camino de retorno al enrojecido embate de dos cráneos aguardando la piedra que los desgaje de una vez por todas. Nuestro mecimiento ante la espera es el deseo que desvanece entre las vidas de personas que jamás conoceremos. Un florecer de bruma seca atisba el origen de la corriente congelada de los ríos aumentando su sed de caballos salvajes.


V

Poco vivimos para envejecer tan prematuramente ante la fealdad de una triturada hostia repartida entre las libaciones de pordioseros asumiendo su culpa de fatuos vientres, colmados por las ondas expansivas que afiebra el agua que los bebe. Dinos culpables del trazado fumigado de la aldea en llamas pero cada uno condena su propio encuentro. Tenemos miedo a perder todo por voluntad propia. Tenemos miedo a la mácula exhibiéndose a cien años de aquí como un tentáculo que pueda ensombrecer la luz.


VIII

Encallado el pájaro siempre murió. Ahora trasiegan nuestros ojos de multitud en deshonra al nuevo tuétano envolviéndose en el vientre de la madre; que nos vio nacer que nos verá parir que nos verá morir y resurgir del transido vocerío de hembrajes gritando a la aurora de todas las cabezas decapitadas que ahora flotan sobre el mar. Ahora y siempre la permeancia condiciona el reflejo tardío de la encina dentro de su fruto como si prevería su mutilación.


VIII

El fin del engendro que tiene por pena la vastedad de las preseas lustradas en su pujamiento fuera del disco que gira perpetuamente; decide finalmente llamarnos hijas. Seremos libres algún día. Seguiremos hurgando la estirpe de la eyaculación bajo el ascua de la luz recobrada en su presencia.


IX

Precipitar la ceguera con la rama más frágil que siempre ha sido la noche. Desencadenar la fuerza del tártaro: todos los nombres por existir intentando concederse el don de la piedra en el estanque. Nosotras fuimos alguien más del montón: de la larga vida del movimiento que enturbia al alcohol en su cauce final purificante, como la tentación que perdura más allá de la zozobra y no es re­conocible su fin. Sabemos que de nada sirve el eslabón demiurgo naciendo alrededor de la presa acorralada: un sueño calla a otro sueño. El navío, su perdición.


XIII

El mundo es un animal hambriento frente al espejo. Nada repudia el vuelco de las estaciones a pesar de haber estampidas en la raíz sexual de una estrella todavía sin brillar. Del otro lado de la vida: la vida misma. Nuestra beatitud: un ascenso órfico en la sucesión de gritos que son monos que en algún punto son humanos que en algún punto son plantas que en algún punto son el cebo que nos enceguece.


XVII

Sabemos que si la mutilación del dominio de las especies es la verdadera liberación del movimiento de la tierra, también el vacío será la apuñalada del coito sobre una estampida llena de asfixia. Antes de envejecer como una bestia rumiante se removerán las sobras de carne del bronceado excesivo, como una venganza antigua y llena de afirmaciones fijadas en el ocaso. Aquí, la sepultura de la lumbre se confundirá con el óxido de la anestesia inyectada sobre el rostro. Un ejercicio de alineamiento antes de convertirnos en profecía.












MARÍA ASUNCIÓN CABALLERO -MASCAB- [15.397]

$
0
0

María Asunción Caballero Muñoz-Reja (MASCAB)

Extremeña afincada en Madrid. Es una profesional de la Educación Infantil  y ése mundo, entre la realidad y la magia de las niñas/os, le hacen intentar cambiar la realidad social que nos envuelve. Como escritora, es autora de narraciones infantiles, poemas y relatos. Ha participado con sus versos en recitales como el IV y V Festival Internacional de Poesía y Arte Grito de Mujer (Cehegín-2014 y 2015); II Recital de Poesía Erótica de Bullas (Bullas); I Recital de Poesía por el día Internacional de Palestina celebrado en el Ateneo de Madrid (Noviembre-2014). Ha organizado, co-presentado y participado en el  I y II certamen del V Festival Internacional de Poesía y Arte Grito de Mujer en Madrid (2015), celebrados en la Universidad Rey Juan Carlos y en la Biblioteca Pública de Retiro. 
Ha coordinado junto con Chelo de la Torre la Antología poética virtual “Voces contra la violencia y por la igualdad de género”, editada por la Biblioteca de las Grandes Naciones y publicada en Calameo.es por el editor Xabier Susperregui.  Sus trabajos han sido publicados en 8 antologías impresas tanto de poesía como de narrativa,  así como en numerosas antologías virtuales en apoyo a la causa Palestina, la violencia de género, el pueblo saharaui y los feminicios de Ciudad Juarez; editadas por La Biblioteca de las Grandes Naciones. Parte de su obra ha sido traducida al Inglés y al Portugués. 
https://www.facebook.com/larebeldiademascab?ref=hl


ESCRIBO

A veces, cuando no sé lo que me pasa, 
escribo. Sin saber qué es lo que voy a contar 
ni si me saldrá un relato o un mal poema. 
Por eso, yo los llamo pretextos. 
nunca sé lo que mi mente trama, 
incluso creo, que son mis dedos 
quienes se adelantan al pensamiento 
y bailan sobre un teclado que no crea música, 
aunque a veces lo parezca. 
Lo cierto es que escribo, 
para acunar el abismo de mi estómago 
o simplemente, para templar los nervios. 
Escribo y hay quien dice que hago poesía, 
también, existe quien piensa 
que mis renglones son torcidos versos. 
Y yo, escribo. Sin intención de molestar a nadie 
con el deseo de realizar un vuelo, 
aunque solo sea bajo la arena del profundo mar. 



OTRA VEZ EL INVIERNO

Cuando las nubes están guerreras
el cielo se cubre de asfalto
lágrimas de hielo mojan la ciudad
y el ocre de las hojas, 
cubren los adoquines de la plaza.

La vida es un reflejo en grisnegro
asomada a mí balcón,
me mira con ojos de águila
y las alas de una ardilla.

Debo limpiar mi estancia,
desempolvar la sonrisa 
cosida de telarañas,
desenmohecer los corredores,
cicatrizar los rancajos de los cristales,
podar el árbol de Navidad…

Algo me atrae a la ventana
me distrae, me llena de vacío.
Observo sin ver, mientras trenzo los hilos
que se desmadejaron en la cama.
Nadie pasea por las calles ni la plaza,
sólo la soledad avanza sin paraguas.
Se vuelve despacio, 
con los pies en las nubes
y en un cofre, el corazón.

Hasta que de pronto, 
vuelve todo a su sitio
y en la piel
y en la mirada, 
se fijan las ausencias.



TALIBANES

Animales de las profundas cavernas
monstruos ciegos y sordos 
sádicos hambrientos de sufrimiento
sanguinarios disfrazados
con túnicas y turbantes…
Los hay peores y sin disfraz
se sientan en mesas de caoba
sobre sillones de piel de ganso.
Visten sin salero, trajes de  Armani
se anudan sedas al cuello
y se calzan a las ovejas.
No sienten por lo ajeno
se apoderan de ello,
da igual si es una vida 
o son sus riquezas 
da igual si son dos 
o doscientos mil.
Viven para llenar sus arcas
no importa el color del botín,
estrujan a quienes les votan
sin compasión les amordazan
y algo más lejos de donde viven,
mueven los hilos 
que ajustician cabezas.



EGODIOSA

El aire se hace astillas,
sus partículas pincharon las palabras
y se desangran por sus púas las calles.
Una diosa anda suelta,
con vestido de inocente amapola
sus tacones hollaron las nubes.
Se baña en el lago de las alabanzas
y acrecenta con saliva rancia
su reinado altísimo.
Consiente beneplácita,
que los mosquitos laman su ego.
Cuando  la noche estalla,
copula con la sangre rastrera de las orugas
y  pare escombros al amanecer.



PERFIDIA

Que me llene la noche de escarcha
y la mañana de cuchillos.
Que me olviden en el monte de tu hueco
y me lleven pan de ángel al talud.
Que me encierren en el aire de tu boca
y me pongan alas en la lengua.
¡Qué más me da todo ello!
Si presiento que en tu mano la perfidia
ciñe severos nudos en mi cuello.



GAZAPO

Esta noche quiero gritar
necesito echar fuera el ardor
que hierve en mis adentros.
No es la televisión, ni las cosas
de ama de casa -que tanto aburren-,
las que me tienen así.
Es una sombra que se apodera
de los muros de la habitación
hasta teñir de hiel el zagúan
donde esperan los enojos.
 Si cruzamos la tortuosa jamba 
esta rabia que nace a golpes
se convierte  en amarillenta bilis 
y escupimos a los cristales
desgarrados gazapos
que llenan sin quererlo
la oscuridad de luz
y despertamos por la mañana
sin haber dormido.



LABIOS DE NUBE

A ras de la arena
sobrevuelo lágrimas.
Los susurros de las gaviotas
me prenden en los cordeles
de un columpio
sostenido por el epicentro rey
-cuando en ocaso-,
se sumerge en el ángulo 
exacto del cielo,
donde las olas danzantes
se levantan en  su magnitud
para besar con pico de espuma,
los labios abiertos de una nube.



ALGA

Me he quedado viviendo a la orilla de tu nombre,
colgadas mis entrañas al vértice de tu sonrisa
pendiente de ser descubierta un solo instante, por tus palabras
y como la noche se entrega a la mar,
soy alga y habito enredada, en las olas de tu melena.



LOS ARCONES

A veces, una se pierde entre bambalinas,
quiere desocupar los armarios
y llenarlos a la vez, ¡aunque sea de trastos!.
A veces, el viaje se debe hacer hacia dentro
y antes de tirar nada,
revivir lo que guardan los arcones
de todo aquello que ya, parece muerto.



EL SILENCIO

Cuando el silencio vista sus cicatrices
y la luna calce de luto.
Cuando el sol fallezca sobre el asfalto
y la oscuridad clave espuelas en los rebeldes.
Cuando los relámpagos irradien cubos de hielo,
ya no habrá ladridos que preocupen a los villanos.
En el corral, nadie protege a los corderos.



VENAS

El estío arde en la brisa,
espirales de sofocos
con frenesí galopan al palpito,
rasgan la piel de mercurio
y muestran el desconcho
en el blanco de los huesos.
Levanta su manto la noche,
para descubrir bajo el asfalto
la arena de los vidrios.
El teléfono desgarra las entrañas,
a timbrazos cruje los latidos,
y las voces, boicotean las venas.



ABRIL

Hoy llega con estallido de aromas
a dibujar los largos días de luz
y pintar de sonrisas la noche.
Ha llegado para que el mar,
vierta vida en el asfalto
y el nácar de las caracolas
tomen el sol en la gran vía.
Ha venido al fin,
le esperaba impaciente
para que el runrún de su arrullo
habite –con permiso-, mi cintura
y con la habilidad del buen maestro,
resucite mi pasión del coma
y enmarañe con su aire
las hélices de mi melena.
Ha llegado Abril,
para tachar la oscuridad.



CARIÑO APÓSTATA

Es posible que el tiempo,
haya expandido el barniz 
que cubre la herrumbre.
Es posible.
Sólo recuerdo haber sido
una niña triste,
que lloraba cada noche
abrazada a las ruinas
y soñando que una madrugada
podría escapar  del  escombro.
Nunca tuve reproches,
intenté comprender motivos
hasta que, de nuevo el tiempo,
cubrió mi infancia con asfalto.
Y me quedé con tu sonrisa
y este cariño apóstata,
con que velo tu eternidad.





JOSÉ PIO TAMAYO [15.398] Poeta de Venezuela

$
0
0

JOSÉ PIO TAMAYO

Nació en El Tocuyo, Venezuela el 4 de Marzo de 1898
Muere en el barrio Namur, Barquisimeto el 5 de Octubre de 1935
Escritor, poeta, comerciante, luchador social. Victima de la dictadura gomecista. Tamayo nació en El Tocuyo el 4 de Marzo de 1898, es el mayor de 11 hijos de una familia que se dedicaba al cultivo de la caña y al comercio, fueron sus padres José Antonio Tamayo Pérez y Sofía Rodríguez. Hizo escolaridad en su lar nativo, aprendió las primeras letras bajo la dirección de su tía la maestra tocuyana Juana Francisca Rodríguez. Continuó estudios en el liceo Bolívar y en el colegio La Concordia de El Tocuyo.
Desde muy joven muestra inclinación por las letras, ya a los 11 años se escapaba de la escuela para ir a la biblioteca de Bartolomé Losada a leer y descubrir otros horizontes.
En 1912, cuando solo cuenta con 14 años de edad, su padre se traslada a Barquisimeto, para inscribirlo en el Colegio “ La Salle ”. Allí funda una imprenta con el nombre de GIL-BLAS y alterna su tiempo realizando labores de tipografía con los hermanos Juan y Joaquín Falcón. En ese tiempo escribe artículos que publica en varios periódicos.
Al morir su padre, debe regresar a El Tocuyo para encargarse de la hacienda familiar. Allí abre un cinematógrafo, una línea de automóviles y el “Botiquín Júpiter”. Luego Intentó vanamente fundar un Gran Central Azucarero, que le ocasionó grandes pérdidas materiales a la familia.
Bardo de inspirado lirismo al lado de Roberto Montesinos funda la revista lírica "Renacimiento", luego con el mismo Montesinos y sus amigos Rafael Elías Rodríguez, los hermanos Losada, (Hedilio y Alcides), Jesús García, entre otros funda el centro cultural "El tonel de Diógenes". Escribe la novela "El dolor de los Granujas" cuyo contenido contra el orden establecido lo hace sospechoso ante el General Gómez. Todas estas actividades despertaron la suspicacia del gomecismo y el mensaje del presidente del Estado Lara, general Velasco fue claro: Pío debe salir de Venezuela o será detenido porque tiene ideas subversivas y comunistas. Allí comienza su exilio-peregrinaje. Salió de El Tocuyo el 11 de julio de 1922. Pasó por Puerto Rico, donde funda la revista “Bohemia” y colabora en la revista "Puerto Rico y Gráfica". En julio de 1923 se traslada a Nueva York donde trabaja en una imprenta. Allí entra en contacto con grupos de oposición al gobierno del general Juan Vicente Gómez, colabora en el periódico Venezuela Libre que dirige Francisco Laguado Jaime, al mismo tiempo que escribe en la Revista Universitaria. Allí también se familiariza con los postulados del marxismo, y en septiembre del mismo año, emigra hacia La Habana. participa en la fundación del Partido Comunista Cubano, así como en la formación de un grupo venezolano de lucha contra Gómez, de matiz socialista. En mayo de 1924, viaja a Barranquilla, donde funda la organización revolucionaria marxista Unión Obrera Venezolana.
En septiembre de 1925 acude a Panamá como delegado a un congreso de estudiantes bolivarianos y participa como organizador y dirigente de una huelga de inquilinos desarrollada allí en septiembre del mismo año. Es detenido y enviado a Colón en calidad de prisionero, luego expulsado, junto con otros dirigentes extranjeros de la huelga. Viaja a Guatemala de donde sale expulsado, casi inmediatamente, por el gobierno del presidente José María Orellana. De allí pasa El Salvador. Y tras muchas dificultades y peripecias En diciembre de 1925, llega San José de Costa Rica; colabora en la revista Siluetas de la cual llega a ser director y en los periódicos Avispas y Nueva Prensa, donde permanece hasta su regreso a Venezuela, en octubre de 1926, aprovechando una “amnistía” concedida por Juan Vicente Gómez.
Aparece en Caracas en diciembre de 1927 y se incorpora al plantel de la revista Élite; colabora también en el diario Mundial, allí continúa sus actividades políticas, periodísticas y literarias. Su experiencia como itinerante le sirvió a Pío para afianzar su formación revolucionaria y establecer contactos con las luchas populares planteadas a lo largo del continente.
Pío se instala en Barquisimeto y viaja a Caracas a operarse de la sinusitis que lo aquejaba y a participar en la Semana del Estudiante. El año 1927, realiza actividades clandestinas. Y en febrero de 1928, participa en la coronación de Beatriz I, Reina de los Estudiantes, en el Teatro Municipal de Caracas, acto en el cual lee su Homenaje y demanda del Indio , documento que hemos considerado el Primer Manifiesto Antigomecista, que culminaba con una invocación a reconquistar la libertad perdida.
Es detenido el 13 de marzo y enviado, junto con otros dirigentes estudiantiles, al castillo de Puerto Cabello; por encima de la represión reinante funda la ‘Carpa Roja'. Escuela de Idealidad Avanzada, y dicta para sus compañeros de cautiverio clases de formación política y los inicia en la filosofía marxista del materialismo histórico, ; entre sus alumnos, estaban entre otros, Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva, Fernando Key Sánchez, Miguel Acosta Saignes, Rodolfo Quintero, Kotepa Delgado, Iván Darío Maldonado, Angel “ La Bruja ” Márquez, Juan Bautista Fuenmayor, Rómulo Betancourt etc. En esta Escuela, ( La Carpa Roja ) se echan las bases para la creación del movimiento comunista en el país que Tamayo entendió en la perspectiva de una Idealidad Avanzada que hasta el presente no ha sido desarrollada. Sus alumnos saldrían del castillo a fundar el Partido Comunista de Venezuela, “Leniniano” de cómo entender el marxismo, Pío era profundamente progresista y humanista.
Su prisión dura seis años, materialmente hasta su extinción física. Durante su detención en el castillo, se le agudiza una sinusitis crónica y contrae una grave enfermedad pulmonar.
Es entregado a sus familiares el 15 de diciembre de 1934, cuando se tiene seguridad de su imposible curación. Sin embargo, sobrevive diez meses. Muere en el barrio Namur, Barquisimeto el 5 de Octubre de 1935
Pío Tamayo puede ser considerado entre los pioneros del movimiento literario vanguardista, se le puede considerar también como precursor de las doctrinas marxistas en Venezuela. Su obra, dispersa en periódicos y revistas, ha sido parcialmente recogida en antología. Una cátedra libre de la Universidad Central de Venezuela, fundada en 1983 para el estudio de la historia de las ideas políticas en Venezuela, lleva su nombre.
Trazó las grandes líneas para una nueva concepción de la historia, la educación, el arte, la vida misma. Acusó el grado de complicidad y comprendió que cuando un país llega al horror del gomecismo, todos tenemos responsabilidad. Al reingresar a Venezuela su misión revolucionaria era organizar un movimiento capaz de derrocar al tirano. Pronto se dio cuenta que no había condiciones para impulsar verdaderos cambios, sino una lucha entre aspirantes a caudillos.
De allí su sacrificio de febrero de 1928. Ante la imposibilidad de avanzar colectivamente en las tareas de futuro, dejó su lección individual, en espera de un despertar que aún hoy no ha llegado. Sus trabajos, cartas, documentos son el testimonio de esta batalla. Un combate por la vida, la justicia, la belleza y el amor. En recuerdo de su memoria su nombre se ha inmortalizado en numerosos e incontables sitios e instituciones del país. En lo que respecta al Municipio Urdaneta y muy especialmente en Aguada Grande, La Unidad Educativa “Pío Tamayo”, lleva el honroso nombre de este combatiente que teniéndolo todo, ofrendo su vida a causa de la Libertad.

El Nombre de la Escuela de Aguada Grande es el de un insigne combatiente Tocuyano, que teniéndolo todo, ofrendo su vida a causa de la Libertad. 



PIO TAMAYO - AMANECER DEL ESTUDIANTE

La noche, mala madre,
abandonó, estudiante,
como expósito en quicios incluseros,
a su hija desnudita.

Estudiante:
la mañana, transida de ternuras y temores
te espera en el balcón.
Te trae el beso fresco de la aurora;
el canto de los pájaros lejanos e insurgentes, 
su pureza
y el nuncio tormentoso de dolor.

Recíbela estudiante
y bríndale su amor,
Piensa que la persigue
la saña cruel del día,
tirano obeso y sucio
deseoso de violencias.

Su alegría –blancura de abstracción-
y su brillo –ternura de cristal-
guárdalos en tu pecho.
Después cuando seas viejo 
llevarás la mañana escondida en el alma
y en la espuma lunar de tus cabellos 
un orgullo de ensueño y bondad.

¡Oh mocedad de batalla,
estudiantil mocedad, 
que lleva sus venas henchidas
de auroras! 

Yo canto en mi amanecer,
vuestro amanecer de boinas
que han ganado su linaje
en la cabeza truncada y en la jaula
de la Puerta de Caracas
y son como el gorro frigio 
sobre el fuego desgreñado
del nuevo universitario. 
Ser estudiante que es ser
renovadora urgencia de romper derroteros,
ansiedad juvenil de los pueblos que nacen,
grito rojo de Méjico y Moscú,
guitarra bordoneando las protestas del pobre
presentimiento bello de triunfo y de catástrofe.

Ser muchacho claro y rico
de sol y de pasión.
Baile nuevo,
moda nueva,
arte henchido de amor y de verdad, 
placer musical de la metáfora, 
necesidad arcaica de pecar
y moderna indulgencia en perdonar.

Lámpara viva y ardiente, 
manos que sean amenazas
y que prodiguen caricia, 
promesa al libre vivir;
himno y raudal de canciones,
torbellino arrebatado 
para la revolución;
ardor eléctrico, chispa,
sed de hoguera y de infinito.
Todo has serlo, estudiante,
para que puedan mirarte
ojos en contemplación. 

Pavor de ley y de castigos 
bajo la tela y gruesa del casimir burgués
prende la luz de tu sonrisa
y sea tu dicho guillotina
que decapite conciencias
bajo el rojo de sangre de un ocaso.

Llena con tu cariño de niño
el Universo.
Ama a Cristo y al Diablo;
-los dos son necesarios-
Apóstrate en Juliano
por lo bello y lo altivo
y no viajes con Pablo.
Admira el arte trunco de Samotracia
y ante todas las mujeres
medita en el enigma de Mona Lisa.

Lee a Platón y a Esquilo
y a los autores rusos,
al santo de Romaín
en la pensión, descanse tu pan
sobre Quijano.
Lee a Marx y a Lenin
y en verso a Nazariantz,
a Esenin y a Hidalgo.
Duda un poco de Spengler
y de todo filósofo. 

Ama al indio, al ilota;
enlístate en los fieros y ardientes sindicatos
en dónde los obreros fabrican el futuro.
No olvides a Simón
y domina con él
tus ansias ambiciosas por tu ambición de ser.

Sé siempre Tú,
y piensa como Herzog,
que si un día te levantas poeta, 
“conducirás la Retórica
al Museo de Historia Natural
a estudiar Ciencias Biológicas,
un poco de Mecánica
y mucha Economía Social”
para después cantar
con voces de agua fuerte, 
el valor roji-negro
“de este momento histórico
roído de inquietud”.

Estudiante:
la mañana transida de temores y ternuras
te espera en el balcón.
Recíbela, estudiante
y ábrele tu corazón.
Y al dejarte su lumbre
encerrada en el pecho 
vivirán inquietando
con la misma inquietud 
de un poema empezado.

Yo quisiera, estudiante,
lucir tu boina azul
aunque me exponga así
a no ser hombre serio
y a recibir un día
-nuevo abate Coignard-
el apóstrofe horrible del palatino ujier:
“Veo con pena, mi señor,
que os contenta marchar con la canalla”.

(1928)





HOMENAJE Y DEMANDA DEL INDIO

A su Majestad Beatriz I
Reina de los Estudiantes.

Sangre en sangres dispersa
almagre oscuro y fuerte
estirpe Jirajara,
cacique Totonó,
-baile de piaches, rezo de quemas-
Soy un indio Tocuyo
Yo.

Meseta brava y bella
que abre su arcada a los llanos
y sus patios a la luna;
patíbulo de Carvajal,
espina de cardonales,
polvo y sol.
Altiplano tocuyano
que nutre su carne en jugos
blancos de cañamelar.
Y los hace sangre roja
en la flor del cafetal;
bueno y santo
por la madre,
y porque me enlaza hermano
del de la selva en oriente
y del de la sierra al sur.

Yo llegué de este altiplano
A avivarme en mis hermanos
Los de la universidad,
-savia en afanes quemada,
delirio del roble erguido-
y a rendirte mi homenaje
de indio triste,
Majestad.
Fracasa entre mi canto y mi altivez indígena
La intención en hinojos.
Humo leve de inciensos
como el que ardió en las aras de Tenochtitlán,
quemo en mi corazón,
y humillo el desgreñado orgullo de los vientos
con agua de remansos,
cenizas de volcanes
y cánticos de amor.
-Así en la tierra antigua donde voló el faisán
usaba la liturgia de la proclamación-.

Los miles de estudiantes,
cada estudiante, reina,
en un mundo en promesas y un trajín de tormentas-
han abierto hoy sus pechos sobre más infinitos,
al ver que oraculiza en tus manos llaneras
el tripartito escudo de su federación.
Mañana, anhelo, pueblo,
Mirandinos colores de la emancipación.

Beatriz del estudiante,
cetro de rebeldías,
corona de futuros;
bajo el patio de auroras de nuestro trono eres
la juvenil canción de amanecer.
El ensueño durmiente al amparo del alma
jubilosa y dinámica de la Federación,
hecho viva esperanza
en tu luz de mujer.

Y digan con mis voces palabras de tus súbditos
que es tu reinado, Reina, el único que no hace
cesarismo anacrónico,
en esta nutrida selva de Guaicaipuro,
de Mara y Yaracuy,
y del equino trueno
de los cien mil corceles,
sobre el que galoparon libertadas naciones.

Fugitivo perfil de la garza morena,
¡Oh, perfume caliente de las mazorcas tempranas!
Durazno de oro en rama;
Cosa dulce y romántica cuando se dice ‘amada’;
Ternura inacabable de la venezolana;
Orgullo de nosotros.
Reina en cuya belleza
riman nobles y claras mis palabras agrestes,
divinizo tu boca
tan ingenua y traviesa
diciendo la dulzura que oí yo ayer.

“Cuando yo sea abuelita
luciré mis trofeos y le diré a mis nietos
que fui Reina una vez”.
¡Nuncio cándido y bello que sube a vuestros labios
la ternura sagrada que hará de vuestro ocaso
epílogo adorable de un cuento de Perrault!
Os verán esos nietos luciendo edades regias
y sonreirán con vos.
El mejor cortesano
-tendrá una voz mimada de Delfín- sonriente exclamará:
Abuelita: Santa Isabel de Portugal,
que convirtiera en rosas en pan de su bondad,
una noche de Reyes se entretuvo en decirme
que tú eras heredera de su linaje real.
Abuelita: desde aquel día te he visto
de reina el corazón.
Oyéndolo, el más pícaro de ellos
Vencerá en pugilatos:
¿desde aquel día? ¡Si ella nació con él!
Santa Isabel tenía muchísima razón.

Y ahora, Majestad,
con el sollozo esclavo de un jacaney rendido
el súbdito presenta su demanda ante vos
descarnado de insomnios
se consume mi rostro
y los tiempos incrustan sus cauces en mis sienes.
Retornan a romper las obras de los montes
baladros caquetíos.
Se desatan los ecos de vencidos lamentos
y corren sobre el área salvaje de los llanos
o se extinguen muriendo en los senos intactos
de un Pacaraima hermético.
¡Me han quitado mi novia!
La novia que me quiso: ¡mi novia enamorada!
Palabras que se dicen con la pena infinita
de quien ya no podrá volverlas a cambiar...

Qué bien decirte tú,
como a mi novia, Reina.
En ti la miro a ella
Y al mirarte me acuerdo...
Era de sol su carne y de un frágil metal.
El eco de sus voces era de acero azul.
Estaba hecha de alturas. A ti se parecía.

Yo fui su novio niño,
-ya lo hemos sido tantos-,
cantar, correr, soñar,
en el soleado campo, en la vega porosa,
junto al lirio morado,
al laurel
y al signo rojo de las rosas.

Se adornaron mis labios con su nombre armonios,
con su nombre que es música de banderas y estrellas.
Se miraron mis ojos en el ópalo grande
de sus ojos
iguales al fanal de los tuyos.
¡Y el abrazo materno que de la tierra avanza
la confiaba amorosa sobre mi corazón!

¡Como me acuerdo, Reina!
Temblando bajo sombras la amaba con angustias.
En mis venas corrieron los miedos por su vida.
Y un día me la raptaron.
Un día se la llevaron.

Desde los horizontes,
allá donde hace señas de adioses el crepúsculo,
vi encenderse los últimos luceros de sus besos.

Aprestarse a la andanza, porque la hemos perdido
¡y salir a buscarla!
¡Mirar cómo levantan asfixias hasta el cielo
las crestas de los cerros!

Agotarse llamándola en los senderos mudos.
Oscurecerse en noches, solitario y rendido,
¡y sentirla que sufre y que se está muriendo!
¡Ah! Ya no puedo más, reina Beatriz. ¡No puedo!
Vuelve a llorar el indio con su llanto agorero...

Pero no, Majestad
que he llegado hasta hoy,
y el nombre de esa novia se me parece a vos
Se llama: ¡LIBERTAD!
Decidle a vuestros súbditos
-tan jóvenes que aún no pueden conocerla-
que salgan a buscarla, que la miren en vos,
¡vos, sonriente promesa de escondidos anhelos!
Vuestra justicia ordene.
Y yo, enhiesto otra vez,
-alegre el junco en silbo de indígena romero-
armado de esperanzas como la antigua raza,
proseguiré en marcha.
Pues con vos, Reina nuestra,
juvenil, en su trono, ¡se instala el porvenir!




Viewing all 7276 articles
Browse latest View live


<script src="https://jsc.adskeeper.com/r/s/rssing.com.1596347.js" async> </script>