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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ANTÓN DE MONTORO [14.880]

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Antón de Montoro 

(Montoro, Córdoba, c. 1404 - Córdoba, c. 1483), fue un poeta satírico judeoconverso del siglo XV perteneciente a la lírica cancioneril.
Vivió durante los reinados de Juan II y Enrique IV y, aunque hay quien dice que falleció en 1477, alcanzó a ver los primeros años del reinado de los Reyes Católicos. Hijo de un judío orfebre ambulante, era aljabibe o ropero , esto es, sastre, humilde oficio que no dejaron de recordarle los poetas rivales tan asiduamente como su estirpe judaica y ser converso él mismo; incluso se burlaron de ello otros poetas judeoconversos, como Juan de Valladolid, Rodrigo Cota, el comendador Román o Juan Agraz, a los que respondió violenta y jocosamente. Por el contrario, otro converso, el gran Juan Álvarez Gato, lo elogia. Fue protegido por Pedro Fernández de Córdoba, señor de Aguilar, más conocido como Pedro de Aguilar. Tras la muerte de este, su hijo Alonso de Aguilar, hermano del futuro Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba y alcalde de Córdoba, Antequera y Alcalá la Real, le dispensó una protección similar. Tuvo relación con grandes poetas nobles de la Escuela alegórico-dantesca, como el marqués de Santillana y Gómez Manrique, e imitó incluso al más grande de todos ellos, Juan de Mena, en unos pocos poemas de arte mayor. Vivió buena parte de su vida en Córdoba, donde ejerció su profesión, y residió en los barrios de San Andrés y Santo Domingo, conocidos núcleos conversos de dicha ciudad.
Formó parte de los poetas de cancionero y, en las 164 composiciones que nos han quedado de él, cultivó todos los temas (lírica de amor cortés, de burlas -en la que destacó especialmente-, satírico, obsceno, de elogios, de circunstancias, devotas) e intervino en polémicas poéticas, por ejemplo defendiendo a las mujeres de los dicterios que contra ellas escribió Pere Torrellas. Sus primeras composiciones datables se remontan a 1448, cuando redacta "Oh cama, de nuevos de ver girifaltes", un complejo poema de arte mayor donde denuncia a los responsables de la muerte de los dos hermanos comendadores. Los últimos poemas, también de tema político, son las tres extensas composiciones que produce entre 1473 y 1474 tras los motines anticonversos o pogromos de Córdoba y Carmona en los que protesta ante Enrique IV, Isabel la Católica y Alfonso de Aguilar, por las persecuciones de que es víctima su grupo. Solicitó piedad a los Reyes Católicos durante las persecuciones de judíos producidas a finales de siglo y se obsesionó profundamente con la situación de los judíos y judeoconversos. En su composición "Montoro a don Alonso, cuando la destrucción de los conversos en Córdoba" refiere los hechos reales sucedidos en Córdoba durante la Semana Santa de 1473, cuando durante tres días se produjo un pogrom de judíos y conversos del que él pudo escapar. No sería su única composición inspirada en hechos reales, ya que en 1448 había escrito el poema "A la muerte de los dos hermanos Comendadores", una elegía acerca del asesinato por parte de Fernán Alonso, Veinticuatro de Córdoba, de su esposa Beatriz de Fiñestrosa, dos de sus criadas y dos Comendadores de la ciudad.
Otorgó testamento en 1477, pero murió entre 1483 y 1484 en la época de Isabel y Fernando, después que Sixto IV firmara la Bula de la Inquisición y el Tribunal del Santo Oficio se instaurara en Córdoba.







A Una Señora Muy Hermosa

No lo consiente firmeza
ni lo sufre la piedad:
combida con la belleza
y despedir con la bondad.

Como los descaminados
siguen a tino de lumbre,
así ban los livertados
a vos dar su servidumbre;
y apenas vuestra belleza
les ha dicho: "Reposad”,
cuando les dice nobleza:
"Andad, amigos, andad.”









Al Ropero De Córdoba

¡O, Ropero amargo, triste
que no sientes tu dolor!
Setenta años que naciste
y en todos siempre dixiste:
«ynviolata permansiste»
y nunca juré al Criador.
Hize el Credo y adorar
ollas de tocino grueso,
torreznos a medio asar,
oyr misas y reçar,
santiguar y persinar,
y nunca pude matar
este rastro de confeso.







Amor Que Yo Vi

Amor que yo vi
por mi pesar
quiero olvidar.

Mi coraçón se fue a perder
amando a quien no pudo aver.
Se lo pedí
mi mal buscar,
¿dó lo hiré fallar?

Por se perder cuitas le dan,
et puso a mí en tal afán,
que bivo así
sin le cobrar
por le contentar.

Allí do piensa bevir
faze a mi solo morir.
Mas pues allí
piensa durar,
débolo dexar.









Canción a una mujer que traía grandes caderas
Antón de Montoro

Gentil dama singular,
(…) mesuráos en vuestro amblar,
que por mucho madrugar
no amanece más aína.
Las nalgas baxas, terreras,
mecedlas por lindo modo,
poco a poco, y no del todo
el traer de las caderas;
y al tiempo del desgranar
que el hombre se desatina,
mesuráos en vuestro amblar
que por mucho madrugar…







   Epigramas

   A Miguel Durán 

Enfermó Miguel Durán 
De bever tinajas llenas, 
Sin potajes ni sin pan: 
Por el barvero le van 
Que le sangre de las venas 
Con sus malos apetitos, 
Hállanle las venas duras; 
Cuexcos de uvas y mosquitos 
Sallen por las sangraduras.


Respuesta a la invitación del corregidor Dávila para que jugase cañas.


¿No jugais, buen cavallero? 
—Dias ha que non jugué, 
Si querés saber por qué; 
Porque só muy lastimero. 
Todo lo tengo e non feo, 
Que non me falta pedaço, 
Salvo cavallo e arreo, 
Piernas, coraçon et braço.


Habiéndole prometido D. Pedro de Aguilar un prisionero que no quiso entregarle el alcaide que lo tenía, sin que pagara Montoro el carcelaje, presentóse éste a D. Pedro, diciéndole:


Non vos vengo con querellas 
Nin las rescibais de mí; 
Mas las gracias que vos dí, 
Buen señor, vengo por ellas.
[p. 87] Vencedor el mismo D. Pedro del Castillo de Ortexicar, entró en Córdoba muy secreto: súpolo el Ropero y le dirigió estos versos:
Nunca vi tal en mi vida!... 
Otros, e quiça fengido, 
Façen un grande sonido 
Vispera de su venida. 
E vos, digno de honorosa 
Fama, ¿avés tal deleite? 
Mas despues pienso otra cosa: 
Que para dama fermosa 
¿Qué necesario es afeite?


Más picante y sarcástico, más despiadado e incisivo con Juan de Valladolid «que fingía de coplear e traia un saco de colores» lanzaba contra él los siguientes:

Desid, amigo, ¿soys flor, 
Obra morisca de esparto, 
O carbanque o ruiseñor, 
Gallo, o martin pescador, 
O mariposa o lagarto?...


Blanco do sus burlas fué también el trovador Juan de Marmolejo; tildándole de borracho, decía:



Guardas puestas por Conçejo, 
Dexadle passar e que entre 
Un cuero de vino añejo 
Que lleva Johan Marmolejo 
Metido dentro en su vientre: 
E pasito, non reviente.


Condenando el mismo vicio en una viuda, su vecina, escribía:


La viña muda su foxa 
E la col, nabo e lechuga, 
E la tierra, que se moxa, 
Al otro día se enxuga. 
E vos todo el año entero 
Por tirarme allá essa paxa, 
A la noche sóes un cuero, 
E en la mañana tinaxa.


[p. 88] De sí propio decía, aludiendo a su oficio de sastre:


Pues non cresce mi caudal 
El trobar, nin da más puja, 
Adorémoste, dedal, 
Gracias fagámoste, ahuja.



Entre los poetas festivos y burlescos que en tanto número florecieron en tiempo de Enrique IV y de los Reyes Católicos, merece sin disputa la palma Antón de Montoro, así por su fecunda vena como por el donaire y sal epigramática de sus coplas. [1] Su persona interesa tanto como sus escritos; y no sin razón ha sido considerado [2] como prototipo de aquellos versificadores semi-artísticos, semi-populares, que, salidos de las filas del vulgo, conservan siempre muchos rastros de su origen; lo cual, a cambio de otros defectos, les salva del amaneramiento de los trovadores cortesanos, y da a su poesía un valor histórico y social que la de éstos generalmente no tiene.

Antón de Montoro, que en una composición dirigida a la Reina Católica en 1474 declara haber cumplido setenta años, hubo de nacer, por consiguiente, hacia 1404; y su actividad [p. 304] poética abarca el largo espacio de tres reinados, aunque nunca fuese tan intensa y original como en su vejez. Fué su patria el reino de Córdoba: probablemente la villa de Montoro, de donde tomó apellido, que usaron también otros dos trovadores de aquel siglo, Juan y Alonso, autor este último de la extraña e irreverente parodia que lleva por título Misa y epístola de amor.

Antón de Montoro, lo mismo que Rodrigo de Cota, Juan de Valladolid y otros muchos poetas de su laya, pertenecía a la numerosa grey de los judíos conversos. [1] No dudamos de la [p. 305] sinceridad con que abrazó el Cristianismo, y hay versos suyos que tienen cierta unción religiosa; por ejemplo, éstos que compuso con motivo de la peste de Córdoba:


       Eterna gloria, que dura, 
       ¿En cuáles montes e valles, 
       En cuál soberana altura, 
       En cuál secreta fondura 
       Me porné do no me falles? 
       Por tu sancta sanctidat, 
       Non mirando mis zozobras, 
       Si non te vencen mis obras 
       Vénzate la tu piedat,

Pero al mismo tiempo tenía el valor de no renegar de su origen, como hacían, por temor o por interés, muchos de los neófitos. Entre burlas y veras, en tono entre compungido y picaresco, exclamaba en 1474, y nada menos que en una composición dedicada a la Reina Católica:


       ¡Oh, Ropero, amargo, triste, 
       Que non sientes tu dolor!... 
       Setenta años que naciste 
       Y en todos ellos disixte: 
& nbsp;      Inviolata permansiste... 
        Nunca juré al Criador, 
       Fize el Credo, e adorar; 
       Ollas de tocino grueso, 
       Torreznos a medio asar, 
       Oír misas e rezar, 
       Sanctiguar e persinar, 
       E nunca pude matar 
       Este rastro de confeso... 
       Los hinojos encorvados, 
       Y con muy gran devoción 
       En los días señalados 
       Con gran devoción contados, 
       Y rezados 
       Los ñudos de la Pasión. 
       Adorando a Dios y Hombre 
       Por muy alto Señor mío 
       Por do mi culpa se escombre, 
       No pude perder el nombre 
       De viejo puto, judío... 
       ..............................

[p. 306] No pertenecía en verdad al número de aquellos conversos acaudalados que con su opulencia y granjerías excitaban la codicia de los cristianos viejos, disimulada con máscara de piedad. La condición social de Montoro era para aquellos tiempos de las más ínfimas y abatidas: su oficio, el de sastre o ropero, al cual no renunció ni aun después de sus éxitos poéticos, que no parecen haber contribuido mucho a mejorar su precaria existencia. Un menestral poeta era caso tan raro en la antigua literatura española, que no es de admirar que pululen las alusiones sobre este punto en los versos de los émulos de Montoro y aun de sus amigos. Mientras los primeros, tales como Guevara, Hernán Mexía y el Comendador Román, [1] le aconsejaban irónicamente que se [p. 307] despidiese del trato de las Musas y se limitase a empuñar la vara de su remendería, Alfonso Velasco, que pertenecía al número de los segundos, se lamentaba de que Montoro no abandonase tan [p. 308] humilde oficio, el cual era causa de que no se apreciasen bien todos los quilates de su valer poético:


           Como los ricos tesoros 
       Puestos so la ruda tierra 
       Non labrada son perdidos, 
       Y los cantos muy sonoros 
       Con que la Serena aterra, 
           Poco oídos: 
       Así vuestro muy polido 
       Estilo de consonar, 
           Todo entero, 
       Es en vos como perdido, 
       Por vos non querer dexar 
           De ser ropero.

Pero Antón de Montoro tuvo el buen sentido y hasta el buen gusto de no hacer caso de tales amonestaciones, y persuadido con mucha razón de que la poesía no enriquece a nadie, jamás quiso salir de su tienda de alfayate:


           Pues non cresce mi caudal 
       El trobar, nin da más puja, 
       Adorémoste, dedal, 
       Gracias fagamos te, aguja.

[p. 309] No por eso dejaba de practicar la mendicidad poética, aunque al parecer con poca fortuna. Al Conde de Cabra, porque le demandó e non le dió nada, es el rótulo de una de sus composiciones. Al alcaide de Andújar persiguió también con peticiones inútiles, no obstante que invocaba en ellas el nombre del Contador Diego Arias, propicio siempre a favorecer a los de su raza. Más suerte tuvo cuando acudió al Corregidor de Córdoba, el discreto y muy polido Gómez Dávila, demandándole ayuda para casar a una hija suya, de la cual decía con cínico desenfado:


       Si vuestro buen remediar 
       Non viene con manos llenas, 
       Habrá de ir acompañar 
       A las que Dios faga buenas. [1]

El Corregidor se allanó a sus ruegos, y le mandó que ficiese un albalá, por valor de trescientos maravedís, que había de abonarle Juan Habís, cambiante del Cabildo de la Ciudad. El albalá está en verso:


       Buen amigo Juan Habís, 
       Fe de mi poco tesoro, 
       Daréis a Antón de Montoro 
       Trescientos maravedís, 
       Y con esta soy contento 
       De lo que aquí se promete: 
       Fecha en amor verdadero, 
       A veinte y cinco de Enero, 
       Año de cuarenta y siete.

No sólo pedía dinero, sino que se abatía hasta pedir comestibles al mismo cambiante Juan Habís y a otros:


       Señor de quien yo presumo 
       Ser mis Pascuas mejoradas, 
       De cosillas olvidadas 
       Puestas de tiempos al humo, 
       Mi fambre les porná el zumo.

Su festivo humor sólo llegaba a alterarse cuando veía llover mercedes sobre otros copleros de merecimiento inferior al suyo. [p. 310] Especialmente el llamado Juan Poeta o Juan de Valladolid era continuo blanco de sus iras y vituperios. El Juan Poeta tampoco se mordía la lengua y entre los dos se entabló un pugilato de desvergüenzas, en que Montoro llevó la palma, así del ingenio como del cinismo. Mientras que su émulo desahogaba sus iras con llamarle


       Hombre de poca familia, 
       De linaje de David, 
       Ropero de obra sencilla, 
       Mas no Roldán en la lid...

Montero empezaba por acusarle de haber hurtado una canción suya y presentádola a la Reina Católica como propia; [1] y añadía, motejándole repetidas veces de ladrón:

        [p. 311] Alta Reina de Castilla, 
       Pimpollo de noble vid, 
       Esconded vuestra baxilla 
       De Juan de Valladolid. 
       .............................. 
       Que quien furta lo invisible, 
       Robará lo que paresce.

Y cuando el pobre Juan de Valladolid se quejaba de esta lluvia de improperios, replicaba Montoro con singular frescura:


           Al que azotan en la calle, 
       Que ge lo digan en casa 
       Non peresce deshonrralle.

Pero todavía es mis violenta e infamatoria la sátira que fulminó contra el mismo Juan Poeta, porque pidió dinero al Cabildo de los Abades de Córdoba. Pedir dinero en coplas, y al parecer conseguirlo, en la misma ciudad donde Montoro tenía abiertos juntamente su chiribitil de sastre remendón y su tienda de vate famélico, debió de ser a sus ojos el crimen más inexpiable. Nada escribió más grosero e injurioso en su vida que algunos versos de esta sátira, en la cual, no obstante, hay datos útiles para la historia de la poesía y música populares:


           Non lo digo por envidia 
       Nin porque soy enemigo; 
       Mas he sentido mortal, 
       Porque sois de noble ardid, 
       Que queréis facer caudal 
       De Juan de Valladolid: 
           Disiendo que es relicario 
       De las invenciones buenas 
       Pues sabet que es sermonario 
       De las fábricas agenas; 
        De arte de ciego juglar 
       Que canta viejas fazañas 
       Que con un solo cantar 
       Cala todas las Españas. 
              Es la causa donde peno 
       Muriendo sin entrevalo, 
       Quien tanto sabe de bueno 
       Haber por bueno lo malo: 
       Para niños que non han 
       Más saber que desir tayta, 
        [p. 312] Es oír los que se van 
       Tras los coros de la gaita. 
       .............................. 
       ¿ Pues sabéis quién es su padre? 
       Un verdugo y pregonero; 
       ¿Y queréis reír? Su madre 
       Criada de un mesonero... 
       .............................. 
       Su padre de pie y de pierna 
       Sin camisa y desbrochado, 
       Es su casa la taberna, 
       Su lonja el mal-cosinado... 
       ..............................

Apresurémonos a advertir que no siempre Montoro prostituía su musa en tan bajos términos; y por otra parte, los ensanches y desafueros de la licencia satírica eran tales en aquellos tiempos, que no parece que estas brutales polémicas enajenasen al Ropero el aprecio que desde su primera juventud le habían mostrado los más claros ingenios de la corte, comenzando por Juan de Mena y D. Íñigo López de Mendoza. [1] Por uno y otro sentía Montoro admiración que le honra, y a la cual ellos correspondían con pruebas inequívocas de afecto. El Marqués de Santillana le pedía el Cancionero de sus obras, y Montoro se excusaba con tanta delicadeza como modestia, que hacen agradable contraste con el estilo general de sus versos:


       ¡Qué obra tan de excusar 
       Vender miel al colmenero, 
       Y pensar crecer el mar 
       Con las gotillas del Duero, 
       Y con blanca flor de lis 
       Cotejar simientes prietas, 
       Y ante el son de las trompetas, 
       Tañer trompa de París, 
       Y a blanca lisa pared 
       Cobrilla con negro techo, 
       Y ante la vuestra merced 
       Assayar ningund buen fecho!

[p. 313] A Juan de Mena le defendió contra la osadía de Juan Agraz, que había intentado rehacer pobremente el episodio del Conde de Niebla; le tomó por modelo en la más extensa de sus composiciones, y en la que más quiso levantar el tono; y, finalmente, deploró su muerte con nobles acentos, en que se trasluce su entusiasmo por la común patria cordobesa


       Séneca, folgarás ya: 
       Gosa de gloria sin pena: 
       Fuelga, pues tienes allá 
       Tu primogénito Mena: 
       Jura Córdoba tu madre 
       .......................... 
       Que la pérdida del padre 
       Fué ganar con la del fijo.

No son muchas, ni en general de gran valor, las poesías serias del Ropero. Su condición apicarada le arrastraba invenciblemente a la sátira. No había nacido ni para el idealismo amoroso ni para embocar la trompa épica. Una sola vez quiso hacerlo: en las coplas de arte mayor que dedicó al Duque de Medina-Sidonia, memorando la perdición de cierto alcaide llamado Urdiales, que murió peleando contra moros. En esta composición larga y pedantesca, hizo el bueno del sastre andaluz impertinente ostentación de sus lecturas en la Crónica Troyana, sacando a relucir muy fuera de propósito a la Reina Hécuba [1] y a su fijo Don Hector; y no [p. 314] alcanzó a seguir sino muy de lejos las huellas del modelo que indudablemente tenía delante de los ojos, y era Juan de Mena en el episodio bellísimo del llanto de la madre de Lorenzo Dávalos. No falta, sin embargo, algún toque poético y vigoroso:


       Que Reynas y dueñas amargas que paren 
       Iguales se pueden llamar en dolores...

O esta linda comparación, a propósito del cuidado con que criaba su madre, la triste Remira, al joven Urdiales:


       Que como la leche que está so la nata, 
       Assí lo guardaba del toque del viento. [1]

Versos de amor, propiamente dichos, no los escribió el Ropero, pero alguna vez trató con agudeza y soltura cuestiones de casuística amorosa, al modo de los antiguos trovadores. Como muestra de esta fase poco conocida de su ingenio, vamos a transcribir íntegra (ya que no lo hicimos en el texto de la Antología) la Pregunta sobre dos doncellas, donde se presenta el mismo conflicto que sirve de tema a la comedia de Calderón, Amado y aborrecido:


       PREGUNTA SOBRE DOS DONCELLAS 

           Un escudero andava 
       Por el grand Occeano, 
       Y pasado el verano 
       Contra Norte navegaba; 
       El susodicho levava 
       En su guarda dos Donsellas; 
       Él yendo ansy con ellas 
       Tormenta los afincaba. 
           Destas donsellas la una 
       Amaba al Escudero 
       Con amor bien verdadero 
       Muy más firme que colupna: 
       El más que cosa alguna 
       A la segunda quería, 
       Y por ella padescía 
       Grandes penas, y fortuna. 
        [p. 315] La tormenta non cesava 
       Nin los sus vientos contrarios, 
       Antes andavan tan varios, 
       Que a muerte los allegava: 
       Que las ovas arrancava, 
       Y las arenas bolvía, 
       Y la vela les rompía, 
       El entena ya quebrava. 
           Non quedó el papafigo 
       Nin quedaron las bonetas: 
       Muy más resias que saetas 
       Las levó el viento consigo, 
       Ya non tenían abrigo 
       De la fusta, que traían; 
       E de coraçón desían: 
       Señor, líbranos contigo. 
            En esta prosecución 
       Y tormenta peligrosa 
       Una vos muy pavorosa 
       Oyeron a la sasón 
       Como en revelación, 
       Que dix: conviene lançar 
       Una destas a la mar, 
       Si quieres consolaçión. 

                    CABO 

           Señor, pues vos he contado 
       Toda la mi intención, 
       De vuestra grand discreción 
       Sea esto declarado: 
       Este tal enamorado, 
       Segund rasón y derecho, 
       ¿Cual deve lançar de fecho 
       Para conplir lo mandado? 

                RESPUESTA 

           El Fidalgo que singlava 
       De peligro bien cercano 
       Al Dios grande soberano 
       Devotamente llamaba; 
       Cuando el pavor lo espantava 
       Con sus esquivas centellas, 
       El vigor de las estrellas 
       Muy poco los confortava. 
        [p. 316] Desís vos que la tribuna, 
       En que iba el Marinero 
       Con el mastel todo entero 
       Andava bien como cuna, 
       Y dos más claras que luna 
        Donsellas de grand valía 
       Iban en su compañía 
       Sin otra persona alguna. 
           Y de mientra que endurava 
       Los tiempos tan adversarios 
       Que todos los governarios 
       Fortuna desordenava: 
       Una de ellas lo amaba 
       Sin error nin villanía, 
       Él a la otra servía 
       E lealmente adoraba. 
           Deste argumento antigo, 
       Silogismo de Poetas 
       Por dos rasones discretas 
       Devemos tomar castigo: 
       Que tened, señor y amigo, 
       Que muchos lo contendían, 
       Pero non lo distinguían: 
       Ciertamente vos lo digo. 
           Entendida la questión 
       Sin faser más luenga prosa, 
       A la Doncella fermosa 
       Quel amaba en perfección 
       Aquella debe guardar, 
       Y la otra condepnar 
       A qualquier tribulación. 

                    CABO 

           Mas cuanto al seso dado, 
       Non vale la conclusión; 
       Que Dios ama con rasón 
       Aquel de quien es amado: 
       Y quien le tiene olvidado 
        Con entendimiento estrecho, 
       Non le quita su despecho 
       Nin le perdona el pecado.

La mayor y mejor parte de las poesías de Montoro pertenece a la clase de obras de burlas. Muchas son breves epigramas, en que no abunda ciertamente la sal ática, pero que no carecen de [p. 317] otra más gruesa, y que, valgan por lo que valieren, deben citarse como las más antiguas muestras castellanas de este género tan español, en que vive siempre la tradición de Marcial, renovada en diversos tiempos por Baltasar del Alcázar, Quevedo e Iglesias. Los de Montoro presentan ciertamente poca variedad y cuadros nada apacibles, siendo el vicio de la embriaguez uno de sus principales tópicos:


       «El cuero de vino añejo 
       Que lleva Juan Marmolejo 
       Metido dentro del vientre»;

los mosquitos que salen de las sangraduras de Miguel Durán, «que enfermó por beber tinajas llenas».

Preciándose de discípulo de Juan de Mena aun en lo jocoso y festivo, escribió el Ropero largas composiciones de donaire, a imitación de las celebradas coplas de aquel ingenio sobre un macho que compró de un Arcipreste. Y ciertamente que los Quexos o lamentaciones que pone Montoro en boca de una mula que avía empeñado Juan Muñiz a D. Pedro de Aguilar e después ge la desempeñó, no son muy inferiores en picante desenvoltura a la composición de su maestro, aunque tengan menos fuerza satírica y apunten mucho más bajo. Véase alguna estrofa:


       Cuando sus talones dan 
       En mis muy rotas ijadas, 
       Suenan sus carcañaladas 
       Como mazos de batán; 
       Como yo non sé cautelas 
       De agudesas nin las vi, 
       Menos siento las espuelas 
       Que ellas me sienten a mí. [1]

[p. 318] No siempre fueron tan inofensivas las burlas del Ropero. Conocemos ya sus horribles diatribas contra Juan Poeta; y en el Cancionero de Burlas hay otras no menos quemantes e injuriosas contra el escudero Juvera (el del famoso Aposentamiento), contra Diego el Tañedor, contra el rey de armas Toledo. Hay quien atribuye al alfayate de Córdoba la parte más escandalosa de dicho Cancionero, incluso el Pleito del Manto, y aquella Comedia cuyo título entero no podemos estampar aquí; pero, a nuestro juicio, las alusiones personales que una y otra composición, especialmente la segunda, contienen, las traen a tiempos algo posteriores a la muerte de Antón de Montoro; y aun por lo que toca al Pleito del Manto, bien se infiere de su contexto que fué obra de diversos trovadores reunidos para apurar su ingenio en competencia sobre tan feo y nauseabundo tema. Baste para castigo del Ropero el que se pueda creer de él que si no escribió tales torpezas, ni tampoco las Coplas del Provincial, fué muy capaz de escribirlas.

Apresurémonos a advertir que si su musa descocada, maldiciente y libertina se revolcó en estos lodazales con dolorosa frecuencia, el fondo de su carácter moral valía más que su educación y sus versos, y nunca llegó a ser totalmente estragado por aquel medio, no sanamente popular, sino plebeyo v tabernario, en que habitualmente vivía. Hay un hecho de su vejez que redime muchas faltas y vilipendios de sus mocedades. Cuando en 1474 rugía feroz en Castilla y en Andalucía la tormenta contra los conversos, y los más elevados de entre ellos renegaban de su origen y hacían causa común con los degolladores de su grey; y en el templo de [p. 319] Jaén, sacrílegamente profanado, caía bajo el puñal de los asesinos el condestable Miguel Lucas de Iranzo, y en Córdoba era impotente el noble esfuerzo de D. Alonso de Aguilar para contener la matanza, una sola voz subió hasta las gradas del trono pidiendo justicia en nombre de los míseros neófitos, inmolados más por la codicia y por el odio de sangre que por el fanatismo; la voz de un pobre anciano de setenta años, de estirpe judía y de oficio sastre. [1] y al dirigirse entonces a los Reyes Católicos, estuvo conmovedor y hasta elocuente, porque al fin hablaba en causa propia, y aquellas quejas salían de lo más íntimo de su alma.


           Si quisierdes perdonarme, 
       Seguiredes la vía usada; 
       E si a pena condenarme, 
       ¿Qué muerte podéis vos darme 
       Que yo non tenga pasada? 
       ............................ 
           ¡Si vierais el sacomano 
       De la villa de Carmona, 
       E non, señor, una vara 
       Que dijese: «sossegad...!» 
       ¡Si Vuestra Alteza mirara, 
       El corazón vos manara 
       Lágrimas de gran piedad! 
       ............................. 
           ¡E si tal tema e recelo 
       Les mostrasen, sin amor, 
       Por vengar al rey del cielo!... 
       Pero fácenlo con celo 
       De roballes el sudor. 
           Pues, Rey, do virtud se cata, 
       Do las destrezas están, 
       Castigat quien los maltrata; 
       Que un monteruelo se mata 
       Con quien le fiere su can...

En aquella explosión de afectos de piedad, fué más poeta que en todas sus sátiras; y las fibras del alma heroica de la Reina Católica debieron de palpitar compasivas cuando el Ropero le [p. 320] mostraba la llaga abierta del costado de Cristo, pidiendo por sus verdugos perdón al Eterno Padre. Verdad es que el poeta, según su pícara costumbre de gracejar a todo propósito, echa a perder el efecto de tan sentida deprecación, con este rasgo de formidable humorismo que pone al final.


       Pues, Reyna de autoridad, 
       Esta muerte sin sosiego 
       Cese ya por tu piedad 
       Y bondad, 
        Hasta allá por Navidad, 
       Cuando sabe bien el fuego. [1]

[p. 303]. [1] . Lope de Vega, que era muy aficionado a la poesía de los Cancioneros, decía de los agudos epigramas del Ropero, que «tienen tantos donaires y agudezas, que no les hace ventaja Marcial en las suyas». (Introducción a la Justa poética de San Isidro.)

[p. 303]. [2] . Don Pedro J. Pidal, en su introducción al Cancionero de Baena (páginas XXXIII a XXXVIII), y don J. Amador de los Ríos (tomo VI de la Historia de la literatura española, págs. 150 a 160), han tratado extensa y atinadamente de la vida y poesías de Antón de Montoro.

[p. 304]. [1] . Su origen está declarado a cada momento, y sin ambajes, en sus versos, donde no se recata de decir que tenía próximos parientes no bautizados. Por ejemplo, en el donoso diálogo que en el Cancionero de Burlas (página 93) lleva la rúbrica de Obra del Ropero a su caballo porque D. Alonso de Aguilar le mandó trigo para él y cebada para el caballo, y el dicho Ropero suplicóle que se lo mandase dar en trigo todo, dice el caballo quejándose de su amo, y aludiendo a don Alonso de Aguilar:


           Aquel de pobres abrigo * 
       De los más lindos que vi, ** 
       De los moros enemigo, 
       Para vos libró buen trigo 
       Y cebada para mí. 
           Y vos malvado cohén, 
       Judío, zafio, logrero, 
       Por tenerme en rehén 
       Y que nunca hobiese bien, 
       Dixistes que no lo quiero.

Y replica Montoro, disculpándose de la avaricia que su caballo le imputa:


       Que tengo hijos y nietos 
       Y padre pobre y muy viejo 
       Y madre dona Jamila, 
        Y hija moza y hermana 
       Que nunca entraron en pila.

Y el diálogo termina con esta desvergüenza que el poeta se dirige a sí mismo por boca de su caballo:


       Agora, señor Antón, 
       Yo vos otorgo perdón 
        Por honra de la pasión 
       De aquel que crucificastes...

* Verso parodiado de las coplas de Jorge Manrique:


       Aquel de buenos abrigo.

** Parodia del segundo verso de la canción de La bella mal maridada.


       De las más lindas que vi.

[p. 306]. [1] De este Comendador hay en el Cancionero de Burlas (87 a 92), unas espantosas coplas contra el Ropero, interesantes porque contienen una pintura muy animada de varios usos y ritos judaicos, y dan de paso algunas noticias de Antón de Montoro:


       Trobad también en guardar 
       Sábado con vuestros tíos 
       En las fiestas por los ríos. 
           Trobad redonda mesilla: 
       Trobad olla que no quiebre: 
       Trobad nunca con anguilla 
       Ni mucho menos con liebre: 
       Trobad en ser carnicero 
       Como la ley ordenó; 
       Trobad en comer carnero 
       Degollado cara el dío 
       Cual vuestro padre comió. 
           Trobad en pláticas buenas 
       Por estas tales pasadas, 
       En culantro y berengenas 
       Y castañas adobadas: 
       Trobad en lindo sosiego 
       En estos tales guisados, 
       En bellotas tras el huego, 
       Y también huevos asados, 
       Vos y vuestros allegados. 
           Trobad en estilos sanos 
       La oración de San Manguil; 
       Trobad en lavar las manos 
       Por pico de aguamanil; 
       Trobad no comer tocino

        Pues la ley os lo devieda: 
       Trobad dezir sobre el vino 
       Vuestra santa Barahá 
       Como aquel que la sabrá. 
           Trobad en rábanos buenos, 
       Porque nadie n'os reproche: 
       Trobad papillos rellenos 
       En los viernes en la noche: 
           Trobad en sangre coger 
       De lo que habeys degollado: 
       Trobad en nunca comer 
       Lo del rabí devedado, 
       Sino manjar trasnochado. 
       .............................. 
           Trobad en ser zahareño, 
       En correr con las mozuelas: 
       Trobad en comer cenceño 
        La fiesta de Cavañuelas: * 
             Trobad en ser denodado 
       Con los de suerte menor: 
       Trobad estar encerrado 
       El buen ayuno mayor ** 
        Con lágrimas y dolor. 
           Trobad en corte de rey, 
       En jubones remendar: 
       Trobad en ir a meldar, 
       Trobad en saber la ley: 
       Trobad en alzar las greñas 
       Sin ningún medio ni tiento: 
       Trobad en dar buenas señas 
       Del arca del Testamento 
       Y no del advenimiento. 
        .............................. 
           Vuestro trobar ha de ser 
       Ropa larga no hendida: 
       Trobad la beca cumplida 
       Y capirote traer. 
       Trobad señal colorosa... 
       ....................................

* De los Tabernáculos.

** El día llamado por los judíos Yom Kipur.

  
       Trobad con calzas abiertas 
       Y con botas derribadas, 
       Y de flojas, abajadas. 
           Vos trobareys con placer 
       Veinte cestos de retal: 
       Trobad en bien conocer 
       Buena aguja y buen dedal. 
           Trobad cantar con gritillo, 
       Vos sentado en vuestras gradas, 
       Y menudillo el puntillo, 
       Dando veinte cabezadas 
       Al echar de las puntadas. 
           Trobad linda faltriquera, 
       En ella jubón y broca: 
       Trobad en torcer la boca 
       Al cortar de la tijera. 
       ............................. 
           Trobá en hacer caperuza 
       De seyscientas colores, 
       Y vendérsela a pastores.

[p. 309]. [1] . Es decir, a las de la mancebía o casa llana, si no parece demasiado maliciosa la interpretación.
[p. 310]. [1] . Sería, por ventura, aquélla de tan extravagante y sacrílega adulación, que comienza:


       Alta Reina soberana, 
       Si fuérades ante vos 
       Que la fija de Santa Ana, 
       De vos el fijo de Dios 
       Rescibiera carne humana?

Muchos trovadores se desataron contra Montoro en esta ocasión. De los castellanos recuerdo a Francisco Vaca. Entre los portugueses fué de los más violentos Álvaro de Brito (Cancionero de Resende, fol. 32), que llama a Montoro hereje, alude de mil maneras a su judaísmo, y pide contra él nada menos que las llamas del Santo Oficio:


       Crerdes pouco en Ihesu Cristo 
       Menos en Santa María 
       .............................. 
       Mas se vos diseréis tal 
       Nos rreynos de Portugal, 
       Logo foreys, dom rroupeiro, 
       C' um baraço d' aseyteyro 
       Ho-o fugo de sam Barçal 
       .............................. 
       Vos na ley soes omen velho, 
       Da cabeça ate os pees, 
       Muy amyguo de Mousees, 
       Et novo no evangelho. 
       .............................. 
       Sendo doutor na synogua, 
       Sabees pouco da ygreja.

[p. 312]. [1] . Pueden añadirse otros nombres. El Comendador Román (Cancionero de Burlas, pág. 101) llama a Antón de Montoro «hombre muy famoso y poeta muy copioso». Álvarez Gato, en las coplas que compuso en defensa del mozo de espuelas Mondragón, cuyo valor poético querían rebajar algunos por la humildad de su oficio, invoca el ejemplo del Ropero:

       Aunque pobre de tesoro 
       Ténganle por rico mucho.

El mismo Francisco Vaca, que le atacó duramente, y no sin razón, por sus adulatorios versos a la Reina Católica, comparándola con la Santísima Virgen (núm. 127 del Cancionero general), confiesa que era «gentil trovador», «hombre de autoridad», y «prima de los trovadores»; pondera su «discreción y seso», la «dulzura y sabor de sus versos», sin perjuicio de llamarle «traidor», «maldito« y «loco» por su blasfemia.
[p. 313]. [1] .     

   ¡O tú Reina Ecuba, doquiera que yases, 
       Levanta y despierta del sueño inviviente, 
        Alegra y escombra y adorna tus fases, 
       Y vuélvete al mundo contenta e plasiente...

[p. 314]. [1] . En un extraño periódico, que con el título de El Trovador y el Bibliotecario, semanario de escritos inéditos, veía la luz pública en 1841, bajo la dirección de don Basilio Sebastián Castellanos de Losada, se imprimieron, aunque a la verdad con muy poca corrección, ésta y otras poesías de Montoro.
[p. 317]. [1] . Del mismo género es el ya citado Diálogo con su caballo, de que puede formarse idea por estos versos:


       Ya sabéis que por mis daños, 
       Por mancillada mancilla, 
       Recibiendo mil engaños 
       Hoy habrá cerca dos años 
       Me marcastes en Sevilla: 
       Que era de verme deleyte 
       Redondo como una bola, 
       Como novia con afeyte, 
       Que con dos gotas de azeyte 
       Me untárades cabo y cola. 
           A Córdoba me trujistes 
       Do vuestros gatos se atan, 
       De hambre me despedistes, 
       Como a los clérigos tristes 
       Que por justicia los matan. 
       .............................. 
       De tal guisa me tratastes 
       Que en tres días me tornastes 
       A los días que nací...

[p. 319]. [1] . De los versos llenos de amargura y cruelmente sarcásticos que en esta ocasión compuso contra su antiguo correligionario Rodrigo de Cota, hablaremos al tratar de este otro poeta neófito.
[p. 320]. [1] . Nunca han sido impresas en colección las poesías de Antón de Montoro, aunque lo merecían más que muchas otras. El códice que contiene mayor número de ellas es el de la Biblioteca de la catedral de Sevilla (vulgarmente llamada Biblioteca Colombina). De él se sacó en el siglo pasado la copia muy incorrecta que se halla en el ms. Dd-61 (folios 123 y siguientes) de la Biblioteca Nacional. De otra copia más exacta que nos ha facilitado el Marqués de Jerez de los Caballeros, nos hemos valido para el presente estudio. Pero aunque el códice de la Colombina sea del siglo XV, o a lo sumo de los primeros años del siguiente, no está exento de errores del copista, y además no contiene todas las poesías de Montoro, faltando en él, entre otras muchas, las notabilísimas que compuso con motivo de la matanza de los conversos. Una edición completa de las obras del Ropero exigiría, por consiguiente, un estudio comparativo de los diversos cancioneros manuscritos, especialmente de dos de la Biblioteca de Palacio y uno de la Nacional de París (586 del catálogo de Morel Fatio), así como también del Cancionero impreso de obras de burlas, y de las diversas ediciones del General.



__________________________________________
Fuente Autor:
Menéndez y Pelayo, Marcelino, 1856-1912. Antología de poetas líricos castellanos. 


JESÚS RAMÓN IBARRA [14.884] Poeta de México

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Jesús Ramón Ibarra

Nació en Culiacán, Sinaloa, México el 29 de julio de 1965. Poeta. Colaborador de Blanco Móvil, La Jornada Semanal, y Tierra Adentro. Premio Estatal de Poesía Inés Arredondo 1989 por Poemas dispersos. Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura 1994 por Barcos para armar y 1997 por Amigo de las islas. Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2006, en poesía, por Crónicas del Minton’Playhouse.

Obra publicada

Poesía: Paraíso disperso, DIFOCUR, 1991. || Defensa del viento, FONCA/Toque de Poesía, 1994. || Barcos para armar, CONACULTA, Tierra Adentro, núm. 171, 1998. || Heroicas. Andraval ediciones (Punto luminoso), 2013.


Solo de Clifford Brown en una habitación de hotel*

I

Al silencio de la habitación corresponde el silencio de la sangre:
Sólo el latir del pulso como un pájaro errado 
Entre los hilos del pentagrama.

A la temperatura de la habitación corresponde la temperatura del 
    tiempo: 
Sólo el incendio de la trompeta, al fondo de un impostado mar de 
    avispas.



II

Clifford Brown toca The Shadow of Your Smile mientras la habitación reproduce un bosque de signos ineludibles: el cigarrillo en el cenicero, la sábana que alienta su oleaje en el piso, la ventana como una hoja de aire donde, de memoria, diciembre escribe una carta de desarraigo.

De este sonido nace el polvo y se instala en la luz, como un habitante condenado a su quemante sosiego. De este sonido, también, nacen mujeres destinadas al abrazo duro de la noche, a sus armas, a la especulación de su infortunio.
Al silencio de la habitación

*Este poema forma parte del libro Crónicas del Minton's Playhouse, que obtuvo el Premio Gilberto Owen 2007.





ANTONIN PANENKA EJECUTA SU PENALTY

Por hoy doma las renegadas bestias
que conminan tu sangre a su derrumbe
por hoy aniquila el corazón acerado
que transporta su labia
su lengua magnética
su garra de ácidos exactos
a la gravedad de tu pulso
al visible temblor de tus rodillas

Por hoy concéntrate en dibujar tu territorio
tu patria chica –no más de doce pasos-
y toma el aire  de los asesinos
a punto de dar
el golpe que los manda
a ese ignoto  -y necesario-
país donde los impíos
celebran.



DE HEROICAS

Se nos fueron los trenes
nos dejaron
su imperio de zozobra
la velocidad de la luz
autos de iridiscente rabia
nichos
donde van a morir
los ácidos metales
Se nos fueron los trenes
y de pronto aparecieron
clubes de polizontes desterrados
un puñado de historias de suicidio

Se nos fueron los trenes
sin embargo
entre sueños de dura carne
sexo
premeditados crímenes
luz incierta
al fondo de un pasillo
alguien sueña con trenes que vendrán
a cruzar el jardín
de alguna casa
que asaltarán el campo de pelota
donde pastan hambrientos
los sueños de la tribu.




LEV YASHIN A SUS DISCÍPULOS

No es necesario
el resorte
      preciso
de la fieras
y sí
      en cambio
la certeza
de un paraíso
      concentrado
inalcanzable

No es necesario
      el magnetismo
de la mano
ni el músculo
      abastecido
como un trozo de silencio
donde llegan sílabas
      letras
pacientes oraciones
      conjuradas
elipsis

Se necesita la impronta
      de un vuelo
que altere
      la gravedad
se necesita
la ligereza
      sibilina
del dardo
      cuando alcanza
el pecho

Volar es la victoria
      de los ángeles
más no
de los audaces
      que pulen
sus hallazgos aéreos
rescatan
      tesoros
flotan en su potestad
      y ahí
en esa imagen
de animal
      captado en su caza
eternamente
      perduran.







OFELIA PÉREZ-SEPÚLVEDA [14.885] Poeta de México

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Ofelia Pérez-Sepúlveda 

Nació en Ciudad Guadalupe, Nuevo León, en 1970. Poeta. Escritora, investigadora y productora multidisciplinaria. Me he desempeñado en la administración cultural, la docencia y el periodismo en prensa y radio, coordinando instituciones culturales, programas culturales y actividades diversas como Diplomados, Ciclos de Cine y Congresos académicos. Soy especialista en los temas de Cultura del Noreste de México y Educación y Gerontología. Como escritora he publicado los siguientes libros: Doménico (1993), De Todos los Santos: Herejes (1995), Cuartos Privados (1997), La Inmóvil Percepción de la Memoria (2000) y De las Tantas Voces (2006). Como investigadora he desarrollado los siguientes proyectos: Literatura en Nuevo León 1965-1995 (1995), Escritores y Ciudades del Noreste, 1999 y Voz del Nuevo Santander: Fonoteca del Noreste (2005). Como productora multidisciplinaria he presentado la temporada: De Sor Juana a Frida, en el Festival Internacional Santa Lucía 2011 y el espectáculo: Silent, en el Festival Internacional San Pedro Arte Fest 2012.

Entre otras distinciones he sido becaria de la Fundación Rockefeller/Guadalupe Cultural Arts Center, en el área de Letras. (1999), becaria del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en el género de poesía (2004) y Medalla al Mérito Ciudadano por Trayectoria Cultural, otorgado por el Ayuntamiento de Guadalupe, Nuevo León (2009).

Obra publicada

Poesía: Doménico, Presidencia Municipal de Guadalupe, Abrapalabra, Nuevo León, 1993. || De todos los santos: herejes, Toque, Poesía, 1995. || Cuartos privados, FOECA-Nuevo León, 1997. || La inmóvil percepción de la memoria, FOECA-Nuevo León/Verdehalago, Los Ojos del Secreto, 2000. || De las tantas voces, CONACULTA, Tierra Adentro, 2006.




DE TANTAS VOCES
Ofelia Pérez Sepúlveda,
Fondo Editorial Tierra Adentro, México, 2006



Balada del dibujante III 

Ni siquiera el padre 
ni antes de éste 
su padre, 
caciques venerados 
lo mismo en Carricitos que en la Florida 
que en California, 
lo mismo en las Anacuas 
y en otros ejidos no menos agrietados 
donde la única batlla que ganaron 
los aquellos 
fue ayuntarse con hembras, 
anónimas cierto 
pero fértiles, 
tierra negra 
donde crecen los frutos 
del padre 
y nada sabe 
aún 
del hijo que escribió te quiero 
para irse a morir a la frontera 
y volar 
en los vientres 
de los buitres que habitan el Río Bravo. 

Ni siquiera el padre 
podrá contra el desierto 
concentrado en minúsculas revueltas 
de azufre entrando por los labios 
y los párpados del hijo.




Balada del 2 de Abril

¿Tú que sabes del amor si nunca has besado a un perro?
      me dice la mujer en el 2 de Abril
y yo le sonrío a fuerzas,
porque eso de ir de pueblo en pueblo
y no tener respeto
por una mujer alcoholizada
no es algo muy bien visto en estos días.


¿Tú que sabes de la vida si no te ha mordido un burro?
y le contesto que no,
que es verdad,
que vivir es difícil,
que la culpa es del agave
y le acerco el caballo y le sonrío.


Ella traga,
ríe,
se despeina
y me cuenta quién entra y quién sale del Cielo
—que así se llama el motel donde la rubia trabaja—
sobre la línea imaginaria que lleva de Toluca hasta el DF


¿Tú qué sabes?, insiste,
si nunca has perdido un diente a las tres de la mañana.
Y sonrío de mirarla
tan pulcra.


Y como a vírgen en retablo
le prendo aún las veladoras
en noches de alcohol y de vendimias.


Porque nunca falta quien hable
de amor y de traiciones.
Porque viaja la voz más de corrido,
porque nunca faltan diosas ni oferentes,
a todo el que ensaya los versitos
en honor a la rubia
de alcohol
y venerable,
no falta la hora en que rezonga
mi alma de devota y primitiva,
de foránea en casi todas las cantinas:
¿Tú qué sabes del amor y de mordidas? 





DE TANTAS VOCES
Por Jorge Fernández Granados

De las tantas voces convoca, en principio, ciertos recuerdos, ciertas historias y ciertos personajes que, como marineros que llegan o parten de un puerto, visitan una cantina. El lugar, aquí, no es lo de menos. Precisamente aquel espacio que suele desdoblarse en espontáneas dimensiones de la soledad compartida —o de la fraternidad efímera— al que en México llamamos con una palabra que algo tiene quizás de canto: cantina. Por supuesto no me refiero a la etimología sino a los usos y costumbres que entre nosotros le damos a semejante reducto. Sin duda la cantina es un lugar que propicia, entre otras cosas, el canto. Sin ese punto de partida, sin ese espacio a un tiempo de tregua y de comunión, no sería probablemente comprensible por qué esas tantas voces están ahí, juntas en un libro. Voces rotundas aunque espectrales, hieráticas y errantes, llenas de vida pero heridas de muerte. La cantina les otorga el privilegio de la atención por un rato y también su turno de cantar. Por ello cada uno de los poemas de este libro es una balada, lo anuncian sus títulos pero sobre todo el oído lo percibe. Estas voces se levantan, una por una, sobre el murmullo de las mesas y el tintineo de las copas, para hacerse escuchar.
A grandes rasgos, esta es la anatomía del libro. Podemos detenernos luego por aquí o por allá en algunos subrayados. Ya se sabe, es cuestión de resonancias o de gustos —o de intereses—. A mí me encantan, por ejemplo, estos hondísimos versos del poema Balada para no héroes:

No lo serás.
No envolverán tu cuerpo banderas ni guirnaldas.
No dormirás.
Harto de sol y servidumbre
floreciente de la paila
otro llano aún te es reservado.

 [...]

Tú sólo respira,
sin prisas y sin miedo
y deja que se incendie el cielo
de dulcísima sonrisa,
padre mío,
y abraza los frutos
que rozan con sus hebras
tus manos proveedoras.

Pero es el contrapunto con otras voces lo que hace complejo e inquietante este libro. Voces que, sin más ni más, toman las riendas del poema para cantar y contar sus andanzas.  El uso de un lenguaje coloquial, libérrimo pero certero, es un acierto en varios momentos. La intensidad de las pasiones deja su huella en no pocos episodios de humor, sarcasmo y hasta violencia. Nótese la fuerza sin eufemismos, directa y vital, de estas líneas de la Balada del despechado:

Que le den en toda su madre.
Que le vacíen esa méndiga sonrisa.
Que la dejen una noche en despoblado
a ver si es cierto que se habla con la luna.

Que le quiten de a poco la soberbia
y se la lleve la chingada
Sí, que se la lleve la chingada.
A ver si sigue tan campante frente a los muertos de hambre.
que,
sabe bien
la muy jodida,
aún la veneramos.

Así, con esta frontalidad emotiva y desgarrada como suelen darse y recibirse las palabras en el diálogo de las cantinas, la autora logra conmover y trazar esos dominios de la existencia que por contradictorios, no acertamos a definir, más que a veces, con un suspiro, un grito o una carcajada. Inolvidable resulta para mí, a este respecto, "Balada del 2 de abril", un poema que nos permite valorar en su agridulce sapiencia, su dura raíz y fresca ironía el talento de Ofelia Pérez Sepúlveda.

Sin embargo, y no quiero finalizar la presente nota sin hacer esta advertencia, no es De las tantas voces un libro de poemas de cantina. No es tampoco una apología a la ebriedad ni un anecdotario más o menos folklórico de lo que en un lugar semejante puede conocerse. Su sentido va mucho más lejos. Ofelia Pérez Sepúlveda comprende, como Edgar Lee Masters en su conocido Spoon river anthology, que las presencias se convierten en evocaciones y las evocaciones poseen cada una, su propia voz. Trátese de un cementerio o de una cantina, no es el lugar lo que se narra, el lugar es el pretexto para lo narrado. El cementerio de Edgar Lee Masters o la cantina de Ofelia Pérez Sepúlveda son en realidad, pretextos o, mejor, hilos conductores para inventar un lugar sin lugar, un foro donde el devenir puede detenerse o disolverse por un momento para “permitir a las almas hablar desde el exterior del tiempo”.

En fin, he aquí el verdadero tema del libro; almas en pena o sólo almas al desnudo. Viajeros sin alma o almas extraviadas en un viaje dentro de sí mismas. Personajes intemporales que encuentran una estación y se detienen para calmar su sed. Historias que se levantan con el polvo de la memoria o que simplemente están ahí, aguardando la voz que las recoja.



BRENDA GALLEGOS [14.886] Poeta de El Salvador

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Brenda Gallegos 

Nació el 7 de Febrero de 1972, en Sensuntepeque, Cabañas, El Salvador; se graduó de Nutricionista y como Maestra en Didáctica y Formación del Profesorado en la Universidad de El Salvador. Realizó estudios de pos grado sobre Educación del Consumidor en la Universidad de Valladolid, España.

En el campo literario, ha participado en diferentes recitales nacionales organizados por las universidades: Luterana, Tecnológica, Don Bosco, Universidad de El Salvador; radios participativas de Victoria-Cabañas y YSUCA, así como eventos internacionales celebrados en la Ciudad de Oaxaca y en el Teatro de Bellas Artes  de  México. Además, ha escrito para las revistas: Huellas, Nueva Era y Carballeda de Zamora-España, el boletín La Facultad Informa y periódico El Universitario de la Universidad de El Salvador.

Algunos de sus poemas se han traducido al francés y aparecen en  la Antología Poética Salvadoreña recopilada por la literata Maria Poumier.

En 1998 obtuvo el XVII Premio Hispanoamericano de Poesía Diego de Losada, con el poema “Nunca te dije te quiero” En el 2004, obtuvo la mención honorífica de los Juegos Florales de la Casa de la Cultura de San Vicente, con colección de 30 poemas de Renacer.




VERSOS SOCIALMENTE PROHIBIDOS


I

Me gusta tu estirpe desafiante
Con talla alta
Y ese alarde extenuante
Tu compleja mirada
Esquiva
Sórdida
Indiferente
Cuando apareces desapercibido
Me doy cuenta que tu esfera
Constituye un objetivo no negociable.


II

Pienso tocarte tu manía de atrevido
Enseñarte a provocar con imaginación
Con profundidad del desacuerdo
Bailando con café y azúcar
Ignorando a la dependiente de la mañana
Fija tus dedos en mis mejillas
Ahuyenta el miedo que me cobija
Regálame cada aroma que desprendes
Hasta cuando al final digas: “adiós”
Sigámosle poniendo piezas a este rompecabezas
Termina el proyecto que aún no comienzas
Pero bajo el pudor que me queda
Debes saber que hago el amor en tu presencia


III

Me entregaste mí poesía
Perfumaste mi impertinencia
Con tus proteínas
Me embrujaste enseguida
Con tu insistencia
Me sentí tan triste
Con tu desconfianza de cuatro paredes
Aceleraste el paso
Al filo de mí presencia
En verdad te recuerdo
Por tus palabras pequeñas.


IV

Si tú supieras
Cuanto absorbo la nostalgia
De risas, abrazos y besos
Si tú supieras
Como extraño tu aroma
Tu gracia y movimientos perversos
Si tú supieras
Del derrame de lágrimas
De liberarte, de encadenarte
Con la fortaleza que me enseñaste
Si lo supieras
Me bastara…


V

He cubierto mis carnes con tu aroma
Me azoto a diario el alma con lo cotidiano
Abusan de mi cuerpo
Más no de mi espíritu
Me enajeno de este mundo
Deseosa al menos
De sentirte
De tocarte
De explorarte
De imaginarte
De volverme pequeña a tu costado
Pasar desapercibido los 365 del año
Estirar los 60 segundos a tu lado
Sin importar las reglas efímeras
Haciendo nudo ciego con mis ansias
Anímate ven a mi encuentro



VI

Tu él prohibido
Yo la atrevida
Tu él más experimentado
Yo la inmadura
Tu el lineal
Yo la curva
Tu el molesto
Yo la indiferente
Tu el profesor
Yo la alumna
Tu el sensible
Yo la dama de hierro
Tu el serio
Yo la sonriente
Tu la poesía
Yo la poeta
Tu él hombre
Yo la mujer
Tu el provocado
Yo la provocadora
La pre juiciosa, la acelerada, la deseosa, la arrepentida, la desconfianza, la hereje, la mala…la única que está viva


VII

Estoy ausente en mi distancia
En la eterna lumbre que no acaba
Y dejaré de brillar energía etérea
Con palabras determinantes
Que obligan las circunstancias
Converso con tu ausencia
Revolotean mis entrañas
Se estremecen mis deseos y humores rebeldes
Ocupo un lugar en tu circunstancia


VIII

Y tengo la esperanza de volver a encontrar
Tu frígida flaqueza enmarañando dudas
Hombre divino en todas tus esferas
Me estremeces, llegando al punto de liberarte
Para que te quedes donde quieras
Te fijas en mi vida
Como el fruto prohibido
Como un reto
Como una alegría
Con dolor del desacuerdo
Con duda de doble moral
…entierro…
Tu cálida fragancia en mis senos
Cada gota derramada en mi gracia
Tú pobre retórica en mis zonas más erógenas
Cada heroica hormona juntito a la mía
La ironía que te fastidia día a día
Tus palabras en el morbo de mi boca
La lejanía en el aula más cercana
…libero…
Tu angustia tormentosa del deber
La norma de la vida cotidiana
El reconcilio del Dios padre
…devuélveme…
Lo única, maravillosa e intensa que alguna vez experimenté!!!!


IX

Con tu e-mail tengo para el domingo
Con furia dosificada
Que sin querer o desearlo
Al rato me contengo
Y como si fuera poco
Menoscabo los celos
Incrementando más los instintos
Para que al final asfixie este sofoco
Y es que tu ausencia me desespera
Y oculto sigilosamente este alboroto
Te añoro tanto
Extraño tu presencia
Quiero percibirte
Enlentecer tu esfuerzo
aparécete…acércate
porque ya acaba el domingo



Eres ese buen y costoso postre
Que deleita y no empalaga
Se saborea con tu compañía
Con problemas y café amargo
O si se quiere con agua para diluir las penas
Eres ese buen postre
Que no hará perder la línea
Mucho menos ganar calorías


XI

Nunca me has preguntado:
Por qué te gusto?
Por tu seguridad
Por tu experiencia
Por esos ojos
Por tus decisiones a medias
Por tu carisma de padre
Por ser maestro
Por despertarme el eros
Por ser amigo
Por tu compañía tranquila
Por la costumbre amena
Por la serenidad que expresas
Por tu búsqueda insaciable
Por estar ausente
Por reflejarme apoyo
Por equivocarte
Por arrepentirte continuamente
Por jugar este juego
Por ser como eres!!!


XII

Si me pidieras uno de los 7 pecados capitales
Insistiría en fornicar
Lo traduciría en hacerte el amor
Y que en un instante me pidieras más
Que me encarnaras tus uñas al son del compás
Que no lo pensaras
Que me exigieras más
Con convicción serena pagaría mi culpa
Pero en la horca
Gritaría libertad


XIII

Eres como esa fruta jugosa
La saboreo
La digiero
Y sacia mi necesidad
Muerdo hasta sus semillas
Absorbo el néctar
Y toda su bondad
Con sabor agridulce
La rozo entre mis labios
Llegando al punto de …..de terminar


XIV

Estoy entretejiendo el final de mi existencia
Porque no llegas por llegar
Sete acabó el tiempo al despertar
Si no llegas igual me da
Entre sueños desmedidos de espera
Se desvaneció en oscurana
En un túnel que no tiene fin
Pero pude volar, me hiciste volar
Y sin ataduras me dejaste escapar
Comencé mi vida coloquial
Sin el matiz de tu gracia
Tú elocuencia se perdió por azar
De igual manera lo quisiste
Pero no te hare de rogar
Al final, al final , el amor es tan libre
Que te tuve
Te bese
Te pensé
Te toque
Te olí
Te saboree
Te di mi aroma de mujer


V

Me siento feliz por tener la fuerza de dejarte
De ahora en adelante a pesar de lo que me digan
No les voy a creer
Porque tu me enseñaste a escuchar por segunda vez tríos
Me dijiste mis errores
Volvió a trabajar la química en mi cuerpo
Pusiste atención a mis inmadureces
Me recomendaste no beber o decir palabras groseras
En fin… me enseñaste a ser una dama


XVI

Eres toda inspiración permanente que revuelve esta creación
Cuándo estarás presente????
Para apreciar tu tímido porte y alborotarlo enseguida
Volver a la disculpa
Frecuentar la larga espera hasta cruzar la línea
Hombre amoroso, sentimental
Estruja mi ser fatigado por la soledad
Ayúdame a pensar que guardo un sorbo de libertad
Eres prohibido
Pero con la rebeldía de mujer la he de afrontar
Con incierta insistencia he de esperar
Tras la distancia perpetua el tiempo será nuestro aliado
Espérame en el andén de tu ser y hasta acompañar de la esperanza


XVII

Te comparto mi música para que te recrees
Con el contacto efímero de nuestras ansias
En cada sonido
En cada pausa
Escribes una sensación impredecible
En un tiempo sin tiempo
Qué cuando al menos vivirá!!!


XVIII

Ahí estas guardadito desde el punto donde iniciamos
Sólo fue un capricho hermoso y liberado
Al poner en alto el no se debe
Dando triunfo al sí lo quiero
Fue una forma de burlarnos de esta burda organización de reglas mal jerarquizadas
Pues para que hay albedrío, sino para escoger, experimentar y concluir!!!


XIX

Que te parece hacernos acompañar de la lejanía
A qué estarás jugando en ésta inexorable vida?
Nos queda por practicar el conformismo, cosa que no acepto con mucho agrado
Pero más fiel como lo he sido en este momento
Ninguno….
Por mis convicciones
A pesar del hostigamiento social
Y traigo a cuenta
Qué sólo tengo esta vida
Este cachito de circunstancias para hacerlo
No por soledad, despecho o comprobación
Lo hago por un capricho que ciertamente vale más que el amor
Ves como esta poeta juega con tus palabras
Tú eres inspiración, sublimación, estimulación y reacción
En fin, el maravilloso poema de esta causa!!!


XX

Quiero amarte
En silencio
Y con apresto
Tenerte sin ataduras
Saborear todas tus dudas
Amarte sin medida
Sin reglas establecidas
Alcanzar las caricias pequeñas
En nocturna oler tu esperma
Amarte y encadenarme derecha
Amarte y soltarte en seguida
Amarte y agarrarte tus muñecas
Tu cintura, tus nalgas
Tu lengua que me estremezca
Amarte en suburbios prohibidos
Meter mis garras en tu cabello, pantalón
Y en tus costados perversos
Hacer lo que hacemos
Sin prefijos Sex, amo, espir, riesg…
Sólo con el sufijo


XXI

Hombre eres mi locura
Mi entusiasmo
Mi sueño silenciado
Atrapado en esta lejanía

Hombre eres bello
Con música de guacalchillas
Sos un rayito entre neblinas

Hombre, eres el oxígeno que me faltaba
Me basta con tu aroma de 15 minutos
Y el contacto efímero de tus labios ricos
Tus toques eléctricos en pugna con mis ataques dialécticos

Me gustas más sin más….

VILMA OSORIO [14.887] Poeta de El Salvador

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VILMA OSORIO

Nace en 1981. Ha pertenecido al Taller Literario La Casa del Escritor.Sus poemas aparecen publicados en la página web “Voces Amigas” de la poeta argentina Graciela Kiriadre, 

También ha sido publicados en el Suplemento Cultural Tres Mil de Colatino. 

Participó en V Festival Internacional de Poesía de El Salvador.

Fijación De la Costumbre edición I fue lanzada a Latinoamérica en el 2013 ,Actualmente Vilma Osorio , está trabajando en la segunda edición de su poemario.











Esta noche huele a pasado,
pasado en frasco pequeño.
Las historias frotan el pecho
El aceite de mirra es escaso,
porque los detalles están gastados
y han perdido la fragancia.
El por qué se ha evaporado
y solo queda la etiqueta.
Esta noche brilla el sol
y es hora de embalsamar las historias



***


Un silencio ensordecedor
perturba los laberintos
que inundan la crisis de ignorar
por qué existo.
Y si no existo, quién escribe en este
momento
molinos de insurrección
contra todos y todo
y a la vez, pasiva.
Sin voz.



***


Sin identidad.
Sin ningún reflejo en el espejo.
Con huella digital transparente.
Carente de latidos,
colmada de fantasmas que atraviesan la
espalda
y se mofan de mi aspecto borroso,
de mi risa forzada.



***


Amanezco, encarno a la luna.
El menguante no perturba.
El creciente invade
el espacio
saturado de negrura,
negrura teñida de verde
de verde pálido,
de pálido cielo.
Y soy la inexistencia viviente,
viviente leyenda, leyenda ceniza.
En el espejo se congelan los reflejos.
Los reflejos de madrugada
meditabunda.



***


Quiero:
un eco
una mano
un roce
un destello
quiero



***



Hoy desperté dormida:
con el velo del sol y la cara ensombrecida de pájaros rapaces

ayer todo era verde
(y sigue siendo verde)

el beso de la nube desintegra el aliento
no existe calma, solo delirios ciegos
obscenos
que despojan de lunas la noche

las preguntas, la furia, el pan
saturan de veneno la garganta

los amantes son cadáveres
ruidos
sonrisas que duelen en exceso
y el sol está desnudo
(los pájaros desistieron)



***


[Ayer, trituré las raíces de tu imagen
y la piel reclamó tus manos tétricas]

[Mis labios recobraron la memoria]

La boca seca
el recuerdo musgo
de tu voz muerta

Regresaste del misterio verde y estabas llorando
tu vientre salpicó un rostro
(eran muchos quizá)

Seguiste llorando, me acerqué
tus brazos desaparecieron
el espejo estaba sucio, demasiado borroso
Respiraste
tu aliento explotó los cristales
deseaba limpiar los vestigios y aparecieron mariposas aplastadas

Ahora entiendo tu locura por las mariposas
tu obsesión por el vino
el rencor de tus dientes
Te convertiste en niña y tenías brazos, un antifaz, una camisa de fuerza.
gritaste.
Hoy, eres la veterana de la esquina
de un lugar desconocido
rindes tributo a las mariposas
ya no las aplastas. Te cansaste, se cansaron.

Cada tarde buscas un espejo
en el reflejo miras el cielo
la luna se apodera del espejo

Te fuiste, no estás. No hay cielo, no hay mariposas, no hay reflejo.

02/03/06



***


Carnadas valientes se resisten
se retuercen, se encogen
Los gritos, las señales de humo:
se deslizan.
La corriente no parpadea
Un efecto, ¿un triunfo?
No
Hay burbujas
Aguijoneadas por algas osadas

No importa la metáfora ni la denominación
Pero, ¿quién les sacia la sed, alivia los vacíos o, por lo menos,
tapa la boca de los anhelos?

¿quién calma los rugidos de sus estómagos?
Ni siquiera jugar a los dragones,
ni siquiera recoger latas huecas

¿qué necesitan?
Todo
¿qué reciben?
Lo único que tienen

Niños cometa, ojitos carrousell
Un chocolate es el tesoro, una moneda el mapa; pero no lo encuentran,
se les deshace con un no
Comen grillos, piensan que son camarones
Y qué más da

qué más da.

02/02/2004



***


Las lentejuelas parpadean
y las quejas se evaporan
cerca del manto negro.

Los meteoritos
cantan, queman, barren
los recuerdos
cerca del manto negro

El ayer escabroso,
el presente de polvo

cerca del manto negro.



***


Flor obsesiva que recuenta sus pétalos caídos
y enjuga el rocío
que la acompaña en sus madrugadas.



***


Quiero que los recuerdos se estampen en la médula.
Sueños, no se estrujen,
páginas, no se despedacen.

El espíritu férreo se oxida.



***


El viento huye, el sol da la espalda.
Las arenas discurren nómadas, sin mochila.
Suplico que llegue la noche,
que las estrellas se opaquen
y se desprendan las sombras de los cactus.



***


Roca, te conviertes en arena.
Abro la mano, esperanza en flor.
Te desvaneces.



***


Laberinto, cárcel, cueva.
Caricatura, isla, cavernícola.
Coloreo la imagen.
Ahí estoy.


***


Hay escasez de arena en esta playa.
La sal es débil y carece de un cielo que cubra las lágrimas del sol

La lengua del mar está seca,
el estómago de los peces rompe las rocas
y los partos de las tortugas son aterradores.

No existe calle que nos lleve a la calma
Las olas son lentas
Despierto.


***

A veces piensas que tocar fondo es la solución.
Pero bajas
y bajas
tocando el ahogo

y te asfixias en el descenso.



***

Los rincones de esta casa están quebrados, carcomidos
Las hormigas escapan sin equipaje, con los ánimos rotos

El olor a pasto despierta las ganas, los pies dudan, los ojos deciden.
Las ardillas y la velocidad: asustan, asustan

Inundan el estómago de miedos.

La madera está húmeda y ennegrecida:
No hay reparación que valga.



***



Una aurora tatuada en el hombro izquierdo anuncia el sol.
El calor germina gota a gota amaneceres rojos-naranja.
Las gotas sacian la sed y los viajes sin retorno
son un círculo donde el inicio es el fin,
donde el fin es un latido, una sonrisa, un abrazo.
Un abrazo de lino fino, de lino blanco y perfumado.
Perfumado de brisa, de orquídeas.

Lleno de música
de riachuelos
de riachuelos coloreados de peces
de peces que son besos:
besos de madres
de niños dulces
de dulces ecos.
Ecos de libertad
de fulgor
y de Dios que renace de un botón de rosa.
De rosa roja
de rojas risas
que anuncian de nuevo
más vida.





MARIELA BENÍTEZ [14.888] Poeta de El Salvador

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Mariela Benítez

Poeta. El Salvador

Mariela Benítez, poeta salvadoreña, dice: “La función social del poeta estriba en la sensibilización de la sociedad, a través de la poesía, generando conciencia que responda a un cambio de actitud de los seres humanos” 

Para ella, la poesía es un libro abierto, en donde se plasma la subjetividad poética del autor, en cuanto a la realidad. Mediante la poesía, las sociedades latinoamericanas, pueden tomar partido, en cada uno de los problemas que aquejan sus realidades: Problemas ecológicos, de salud, de transporte, etc.




...Su infante voz convierte los lugares,
ausencia en esencia que pide como prócer,
como mártir del poema
no sabe el descanso, no lo conoce
su felicidad esta en el vuelo, no en la flor,
no sabe regalarse a si misma, MEZQUINA
vive de lo que ven sus ojos, llora por el sueño.
La segundera se vuelve más lenta que sus pies
Ya que corre sobre aguas poco profundas sin tocarlas,
vive del día al contado, resuelve su existencia en el paso, 
como si supiera que no hay mañana...

...Su brevespacio es un eterno colibrí que se escapa de sus manos
por un brevespacio sintió que iría a México y fue feliz, 
por un brevespacio creyó que Dios la había visto,
por un brevespacio el muelle y la luna fueron suyos,
fue un brevespacio la habitación 21, 
un brevespacio la sandía con sus semillas, 
un brevespacio que comenzaba en la ventana de altas defensas
coloniales, con un final de respaldo español...





Sus Escritos (Del poemario Inédito Sombra Desnuda)

I

Mis alas son cortas, fueron usadas por la ausencia 
Aplaudiré mi servilismo durante algunos segundos 
Y la lluvia marcará el mapa al silencio 
No debes sentir su abrazo
derrocharé y besaré tus hijos muertos 
duele, no tiene sentido.

Humecté tu cuerpo siguiendo tu línea inestable 
ríes sobre mi presencia 
comparándote con un perro caliente. 

Desde el techo veía tu desnudez vestida 
la timidez era un buen atuendo 
sin intención de entrega nuestro espesor
inconscientemente ambientamos la almohada

Deje huella de sangre en el cuarto sin luz
y la mente perturbada de violencia
cerramos con un pequeño candado 
y nos despedimos con nubes vistiendo montañas 
Y rostros deseosos de volver.

(Escrito 38)



II

Postrada, dibujo tu imagen,
aliando la oscuridad con aquellos zapatos viejos olvidados en las rejas, de la chica que usa el cabello suelto.

A pesar de mi noveno sentido,
no presiento lo postrero,
la botella azul que conseguí en los almacenes exclusivos del centro de la capital,
dice algo, desea decirme algo,
pero no logro distinguir el camino.

Postrada,
decido entrar a una ciudad amarga, llena de ruinas y sombras que aún están desnudas, en una de las grietas olí el pasto fresco dejado por ellos,
una extraña forma presumió estar viva,
acercándome pregunte por la ciudad y cual era el camino a la salida

Nunca escuche la respuesta

Postrada bajo el árbol testigo del tiempo,
busque a mi alrededor, a la NADA, con susurros suave,
y también con susurros suaves ella se acerco y acaricio el botón de encendido
Moje a las flores, escuchando entre ellas un susurro de virginidad enmarcada,
los ojos cruzados despertaron avisando que limpiara de inmediato el olor atrayente de dormidos y muertos.


De dormidos y muertos, de dormidos y muertos, ahí voy otra vez.

(Escrito 37)



III

Bohemio

Tus costumbres liberales y desordenadas
se cruzaron con la ¨m¨ y el pelirojo en la banca
Invocando espíritus risueños 
Murmure tu irregularidad
frente a sombras de aguas no cristalinas
rodando peces de colores extranjeros 

Entre risas, necesidad y pulcritud
Veías el escapulario de ella
Transpirando el amor silencioso
Con el sello de un beso archivado 

El tiempo decidió plasmar la fotografía en el espesor
cuatro días
con valentía de asesinar lo femenino
uniendo géneros, oliendo géneros 
recibimos la piedra dorada de amanecer.

(Escrito 35)




IV

Quise romper a besos el negro labio,
dormir en el hueco caliente de sus manos,
desnudarme en dirección opuesta al rayo,
y asistir juntos a la derramada vela.

Ese momento no será de respuestas,
Pues el último cuarto fue alquilado por la ausencia
y los deseos enormes de cortarme el cabello del hubiera.

(Escrito 34)



V

¿Qué paso?

No lograras que firme la libertad de mi culpa,
lo acepto, esa noche tatué tu sangre,
pero ojo, no utilicé mis manos, así que no deje rastros de lo que esa noche tome. ¿Qué pasa?
¿Por qué me miras así?
créeme, no deje rastros, y nadie puede verlo, menos tú. 

(Escrito 22)



VI

Guión

Cierra el telón,
La función ha terminado, escucho los aplausos
Y mis lágrimas no secan una vez más, el éxito.

Matando mi talento seco mi llanto
Comienzo a capturar la fortaleza que no me acompañaba.

Entierro las habilidades y poco a poco voy muriendo.
Finalizo este sentimiento que me fatiga

Cierro el telón
La función ha terminado

Autógrafos de la maestra del deseo
y la prisionera de libertades
Aquella que buscará seguramente
Mata su carnalidad.

(Escrito 17)



VII

Retirada

Partiré sin aviso,
Sencillamente sin reclamar lo entregado
Mis alas activaran el impulso al vuelo
y sufrirán
Nuevamente el largo camino casi olvidado.

(Escrito 16)




VIII

Mar

Cada ola del pacífico pretendió llegar a mí,
Su blancura quiso manchar su nombre con mi cuerpo,
y acariciar mi alma con su suave brisa,

Al saber que llegaría preparó una piedra dorada de amanecer
y me llenó de brillantes para asumir mi tristeza.
Una fuerte calma toco mi cuerpo
Finalmente abrazó mi deseo
y me aferré al silencio.

(Escrito 7)




IX

Alfa-Omega

En Génesis, tu voz se convierte en una hibernación de días, imposible para que pensaras en experiencias vividas y en las chispas de alegrías que ocasionaron el llanto causado por la cizaña e impulsada por una constante lluvia. , pero eso no deja a un lado que retomemos la poesía utilizando imágenes de trovadores infieles, infieles trovadores de banca pero goleadores.

Los días no terminaron, aparecen las canciones ejecutadas por tu dulce zampoña, desafinada pero dulce, disfrutó dibujos credos por tus laboriosas manos  y compartimos mañanas blancoscuras que nunca explicaste  y yo por supuesto no entiendo.

Falsamente nos gustaba ver en aquel final la luna, la gigante luna que siempre nos acompaña y que me hará recordar nuestros 22 días,  Solamente 22 días bastó para  ver tu tienda de muñecas apocalípticas.  

(Escrito 1)


X

Espera

Mi cuerpo se llenó de huellas,
Seguiré marcándome,
Hasta encontrarte.

(Escrito 42)






MUTABARUKA [14.889] Poeta de Jamaica

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Mutabaruka

Nacido en Kingston, Jamaica, en 1952. Mutabaruka - Poeta Dub
Su nombre de pila es Allan Hope. Empezó trabajando como técnico para la compañía de teléfono pero sus lecturas de libertadores negros como Malcom X y Eldridge Cleaver y su contacto con el prominente movimiento Rastafari lo condujeron a buscar alternativas a los estilos de vida convencionales. Sus primeros poemas aparecieron en la revista de música de Jamaica Swing en 1971. Pronto se dedicó completamente al rastafari como un estilo de vida, dejó atrás su trabajo convencional, y se llevó a su familia a vivir a una casa en el bosque en la montaña detrás de la Bahía de Montego para vivir sin agua potable y sin luz. Ha publicado tres libros de poemas : Outcry (1973), Sun and Moon (1976), y The Blook: Primeros Poemas (1981). Su primer esfuerzo por combinar la poesía con la música vino en 1973 con la banda de percusión Larry McDonald Truth, con quien grabó Wey Mi Belong. Siguieron más experimentos musicales, junto con el maestro guitarrista de reggae China Smith y su High Times Band. Hasta la fecha Mutabaruka ha realizado cuatro grabaciones a través de la Shanachie Records (Outcry, The Mystery Unfolds, Any Which Way Freedom, y Blakk Wi Blak).

Mutabaruka es el nombre elegido por Allan Hope para representar su enorme cambio: su conversión del catolicismo a la religión rastafari de su Jamaica natal; su abandono del "mundo civilizado" y su retiro a la montaña; su trueque de un puesto en un banco a la aspereza de ser un poeta dub. Check it! es un disco en el que el raggae y otros sonidos caribeños fluyen para armar un discurso de un alto contenido político, rico en matices musicales, con un desempeño vocal que causa sorpresa y cuya música es usada, de un modo militante, como un arma tan efectiva (punto de extensión para discutir el concepto de efectividad) como la poesía. El discurso contra el dominador blanco hace que muchos blancos que gustan del reggae desconfíen de este radical militante de la palabra. Así como Cassius Clay devino en Mohamed Alí, Allan Hope devino en Mutabaruka para aplicar el golpe de la minoría en el oído del blanco opresor.





Este Poema

este poema hablará del mar maldito
que trajo a estas playas las naves
hablará de madres que lloran por sus hijos
tragados por el mar
este poema no dirá nada nuevo
este poema hablará del tiempo
del tiempo sin fin del tiempo indefinido
este poema citará nombres
nombres como lumumba kenyatta nkrumah
hannibal akenaton malcolm garvey
haile selassie
este poema desprecia al apartheid al racismo al fascismo
los motínes klu klux klan en Brixton y Atlanta
jim jones
este poema se rebela contra la división primer mundo segundo mundo
tercer mundo: decisión del hombre
este poema es un poema cualquiera
este poema no tendrá lugar entre las obras maestras
no será recitado por entusiastas
no será citado por políticos ni religiosos
este poema es puñal bomba arma fuego
arde por la libertad
si, este poema es tambor
ashanti mau mau ibo yoruba nyahbingi guerrero
uhruru uhruru
uhruru namibia
uhruru soweto
uhruru áfrica

este poema no cambiará nada
a este poema le faltan unos cambios
este poema es el renacimiento de un pueblo
que se levanta se despierta entiende
este poema habla está hablando habló
este poema seguirá aún cuando dejen de escribir los poetas
este poema sobrevivirá a mi
a tí permanecerá en la historia
en tu cabeza
en el tiempo y para siempre
este poema con el tiempo el tiempo dirá
este poema aún no ha sido escrito
este poema no tiene autor
este poema es solo parte del cuento
de su... historia nuestra... historia la historia sin narrar
este poema ya timbra habla molesta
lo quieres detener y no puedes
porque este poema no se detiene
este poema es largo no es corto
este poema no se domina ni se culpa
la historia de este poema no se ha contado
este poema es viejo nuevo
este poema se tomó de la biblia del devocionario
de playboy el new york times readers digest
de los archivos Cia de los archivos Kgb
este poema no guarda secretos
de este poema dirán pendejada estupidez sinsentido
este poema te observa tratando de buscar el hilo
este poema te revuelve los sesos
quieres dejar de escuchar este poema
pero este poema no te deja
necesitas saber qué te dirá ahora este poema
pero este poema te quedará mal porque
este poema continúa en tu mente en tu mente

Traducción: Claire Pye




La poesía dub de Mutabaruka

Mutabaruka es uno de los principales representantes de la llamada poesía dub, una forma de interpretación poética consistente en el recitado o declamación de versos sobre una base de música dub y reggae. Este estilo musical apareció en Jamaica a finales de la década de 1970, con la grabación de una serie de álbumes considerados piedras fundacionales del estilo: Dread, Beat an’ Blood de Linton Kwesi Johnson en 1977, Reflection In Red de Oku Onuora en 1979 o Rasta de Benjamin Zephaniah en 1980. Otro cantante y poeta importante dentro de este género es al que dedicamos este programa, Mutabaruka, que alcanzó gran relevancia con su álbum "Check It" de 1983. La explosión de la poesía dub tuvo lugar en los 80 y continuó en los 90, ya que muchos de los primeros artistas continúan con vida. Las letras (o poemas) tratan habitualmente de aspectos de la vida política y social, con una fuerte carga militante, aunque también existen canciones de amor o elegías. La poesía puede, a veces, transformarse en una suerte de crónica que testimonia el crecimiento de un escritor, como poeta y como ser humano. Éste es el caso de la poesía dub de Mutabaruka, que después de más de treinta años ha sido develada en una compilación titulada: Mutabaruka: the first poems/the next poems. Es un libro que reúne lo mejor de Mutabaruka. Su fructífera carrera como poeta surgió en un contexto en el que el despertar de la conciencia social era primordial y eso es lo que ha perseguido Mutabaruka a lo largo de su trayectoria.

Es interesante leer y a su vez escuchar una obra como The first poems/the next poems, los primeros poemas, los próximos poemas, pues conjuga la belleza y osadía de los jóvenes inicios con la madurez poética que se alza por sí misma y sobrevive al paso del tiempo. Ambas obras dicen entre líneas que el desfallecer no es una opción, porque las luchas sociales no se acaban y Muta, MUTABARUKA, lo demuestra con cada verso, pues parecen tener vida propia; cada poema lucha por siempre, porque la poesía nunca muere, mucho menos aquella que ha sido concebida con la convicción de que un cambio efectivo puede surgir.



LIFE AND DEBT

Dem an' dem economical plan
Still cant find a solution
Borrowing money fe lend
World bank a nuh wi fr'en

Is life na' debt all a wi a fret
Life an' debt freedom not yet

Farmers get a blow
Foreign food suh an' suh
Amerikan farmer get a upper hand
W'ile our farmer goin' one be one
Bank crash..pay slash news flash
Big bway hide 'im stash
Nuh money nuh job
Borrowing money fi lend...

Capitalism a nuh wi fren 
(Mutabaruka, 2002)



VIDA E DÉBITO


Danem-se e dane-se o plano econômico
Não se encontrou uma solução
Tomando dinheiro emprestado
O banco mundial põe a mão

Vida e débito nunca finda
Liberdade não veio ainda

Fazendeiros falindo
Alimento estrangeiro aqui e ali
Fazendeiro americano recebe algum
Enquanto os nossos explodem um a um
Bancos falidos...pagamento cortado, notícias em flash
Bem longe, a grana desaparece
Nem dinheiro nem emprego
Tomando dinheiro emprestado...

Nesse capitalismo afundado 





MICHAEL BAILEY MBALA [14.890] Poeta de Jamaica

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Michael Bailey Mbala 

Mbala

Mbala nació en Jamaica y es un joven poeta que ha participado en eventos internacionales realizados en Centroamérica, Alemania y el Caribe, destacándose por su profundización a través de su poesía, en las áreas del medio ambiente, justicia, la paz y la guerra. Es Vicepresidente de la Asociación de Poesía de Jamaica y dicta talleres de poesía en la Universidad de West Indies. Su trabajo poético, ligado al aspecto visual de la poesía, al dub-poetry, está asociado también a la música (jazz, reggae y ritmos tradicionales) y al teatro.



tren

abordo el tren 
que borrará 
todas las líneas 
los muros y vallas 
las interrupciones alfabéticas 
con las que nosotros 
entintamos el papel de
nuestra con 
partí 
mental 
izadas 
vidas

borraré
incluso este poema 
cuando arribe a aquel
ignoto país 
donde ustedes
todos 
puedan oír
mi voz






no seré

yo
no seré el esclavo 
no seré el traficante de esclavos
no seré el esclavo 
no seré el capataz de esclavos

la mesa gira 
las tazas de veneno cambian de lugar
una mesa redonda en la noche
tejiendo una cruzada
en medio de los idólatras 
su sombra como un demonio
en el corazón de los virtuosos

y yo 
no seré el idólatra 
no seré el virtuoso 
no seré el esclavo 
no seré el capataz de esclavos

banderas ondean y tremolan
frente a todos los pares de ojos
recobrando arreos de bandera
cada dedo solícito 
presbíteros entonando oraciones
sobre la bandera del enemigo

y yo 
no seré el patriota 
no seré el traidor 
no seré el villano 
no seré el héroe 
no seré el esclavo 
no seré el traficante de esclavos
no seré el esclavo 
no seré el capataz de esclavos 

Traducciones de Rafael Patiño




ALEJANDRO MALLADA [14.905]

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Alejandro Mallada

Mi nombre es Alejandro Mallada, nací y resido en Gijón (Asturias).
Ni me considero un poeta, ni un escritor, ni me considero nada.



HAY QUE ABRIRLOS

Lleno la bañera
y como un contorsionista
me meto
buscando la postura
(hay una)
en que entro lo más posible
y es además cómoda
como para mantenerla
unos minutos.

Divido el baño
en dos partes:
primero será mi tronco
el que quede fuera,
después lo sumergiré
y con mis piernas
colgando de la bañera
podré hundir
la cabeza.

Aguanto
con ella sumergida
y escucho
el silencio y el ruido
a través del agua,
que empieza
a colarse
por entre 
los apretados
párpados.

Pienso en abrirlos,
algo me dice
que dolerá
pero los abro,
tengo que abrirlos,
hay que abrirlos
aunque
duela.





COMPAÑEROS

Ya iba notando
con el pasar de los años
que la espalda se resentía,
que me dolía
punzantemente,
donde más duele,
con el simple gesto
de intentar dormir.

Aguanté a base
de tranquilizantes adulterados
que apuntaban con saña
a un hígado
saturado de trabajo.

¿Que qué pasó?

Tuve que parar en mitad de la calle
sacar las pesadas piedras de la mochila
y dejarlas
allí mismo.

Las pesadas piedras
en las que se había
convertido
el pan.

DE su poemario inédito 33.




EL AFINADOR

Mi padre tiene un afinador digital. 
Me ha enseñado como se usa 
para utilizarlo yo 
con la guitarra 
con la que me pagó 
un colega una deuda. 

El afinador muestra en la pantalla 
una aguja 
y tal como un velocímetro 
al tocar cada cuerda 
se mueve de izquierda a derecha. 

En el medio del arco, 
digital como la aguja, 
hay una marca, 
si se para ahí 
la pantalla destella en verde, 
la cuerda esta afinada. 

Ahí, ahí está afinada, 
justo ahí. 
Y esto es lo que hay que hacer 
siempre antes de nada,
afinarla. 

Eso intento hacer, 
afinarla, 
aunque en mis manos 
la guitarra 
apenas escupe notas. 

Voy a buscar el afinador 
y pienso: 
que aunque como mi padre 
no sea de oído, 
no se me olvide 
nunca 
afinarla.




Lotería

"Que no. Que no quiero lotería, señora."
Kutxi Romero.

Yo no juego a la lotería,

no seré rico

pero tampoco venderé
mi esperanza,
ni me gastaré el dinero
manchado de sangre,

la transparente sangre

de las ilusiones.




El espejo del alma

Tengo un dolor
en mitad de la cara,
es lo primero
que me encuentro
al despertarme.

Ayer fue un buen golpe,
una buena hostia,

ahora lo noto.

Mi nariz esta algo torcida,
quizás es demasiado larga,
no es la más bonita,
pero eso es así
desde hace mucho.

Hoy me duele,
esta algo roja,
algo hinchada,
me duele.

Ayer fue una buena hostia,

no la peor
pero otra.

El caso es que
mi nariz y yo
tardamos en darnos cuenta
de las hostias
y nunca volvemos
a ser los mismos
después.




Gasoil en las manos

"... los adultos aceptan la monotonía,
el tedio, la frustración"
Edward Bunker.

Aquel trabajo
era para tres meses,
en una gasolinera,
un verano,
a jornada completa.

Ocho horas,
dos turnos,
mañana y tarde,
que acabó
siendo uno:
tarde.

Entonces
en un calendario
empecé a tachar
los días que quedaban
de contrato.

Los jefes
se portaron
y el curro:
Simple,
no requería esfuerzo:
echar chofa*
y cobrar,
un montón de tiempo muerto,
fregar, barrer
y alguna chorrada más.

Ya lo quisiera yo, ese curro
¡Vaya chollo!

Pero yo
al llegar a casa
tachaba días,
semanas,
meses.

Me llevaban
y me traían
y yo,
al llegar:
tachaba
de uno en uno
lo días,
porque tachar
de dos en dos
no iba a servir
de nada.

Me daba vergüenza
la verdad,
un poco,
era un buen currelo:
Ocho horas,
de 3 a 11,
de lunes a viernes,
novecientos pavos*.

Y yo era un tío digno,
con curro
y pasta,

pero
al llegar:

tachaba,

tachaba
y contaba
los días
para dejar
de serlo.
                  
* Gasolina.
* Euros.





Yo no voy a ir

¡Ven! ¡Ven aquí!
¡Ven aquí hijo de puta!
Me gritan al pasar,
no voy.
Son las tres,
es lunes,
es de noche,
vuelvo a casa.

¡Ven me cago en tu raza!
¡Ven aquí!
Me persuade,
me quiere,
dar el palo claro.

No quieres que vaya
hazme caso,
no llevo nada
y además no quieres que vaya,
porque en un bolsillo
si que llevo algo
¿Sabes?
Unas ganas terribles,
terribles,
de echarlo todo.
No me importaría
dejar de lado al papel
esta vez
y que cayera sobre ti,
que cayera
sobre mi.

No vengas,
no vengas te digo,
yo no voy a ir.
Por favor
tu no vengas.
Hazme el favor,
deja que caiga
sobre el papel.





Bestias desatadas

Una mala contestación
o la nada en ella.
Y el enfado,
el enfado de la gente.
No lo siento,
no se retuerce en mi nada,
no se agarrotan mis intestinos de ira,
no se me anudan los interiores,
la voz no salta hasta elevarse
y caer desde lo alto y morir,
no se inundan los vasos
de mi piel con sangre,
no se desata la bestia
y desatada anda.
Solo, de vez en cuando,
hace algún aspaviento.
Después se queda ahí,
babeante,
con los serrados secándose,
sin hacer demasiado.
Y yo enfadado,
por ella.
Y confuso,
por las demás.




Ambidiestro

De niño, al colegio,
llevaba mis tijeras,
mis tijeras de zurdo.
Hasta que las perdí.
Entonces cada vez
que tenia que recortar
me prestaban unas.
Y la tijera y yo
discutíamos como
confundidos de Babel*,
con el papel por medio.
Harto,
después de la batalla,
cogía las tijeras con
la otra mano.
Derrotado,
resignado.

Ahora de mayor
sigue la terca discusión
en mi mismo,
de cuando debo usar
la mano izquierda
y cuando aprender a usar
la derecha.
                  
* Hago referencia a la ciudad de Babel. Ciudad donde se levantó la «Torre de Babel» para intentar llegar al cielo. Dios entonces confundió a los hombres haciéndoles hablar lenguas diferentes, según el relato bíblico del Génesis.





No te confundas

"Si me hubiera hecho payaso, o incluso
animador de variedades, habría sido famoso.
La gente me habría apreciado precisamente
porque no me habría entendido: pero habría
entendido que no había que entenderme. Eso
habría sido un alivio, como mínimo."
Henrry Miller.

Una vez
y alguna más,
estuve ahí arriba:
encima de los escenarios,
blanco de los focos
y los ojos que los siguen
allá donde señalen.
Hasta salí por la tele.

Una vez
y algún más,
allí arriba:
encima de un escenario;
conocí a mucha gente
y muchas cosas,
ninguna me gusto demasiado.

No es resquemor, no,
no te confundas,
pues triunfe.
No es prepotencia,
pues también fracase.

No me gusto demasiado digo,
pues desde arriba:
encima de un escenario,
camino a un escenario,
del escenario a la barra,
del escenario a casa;
a pesar de las luces
cegadoras,
de las miradas
mareantes por su número,
del humo y la oscuridad
hecha de sombras
por otros que no son capaces
ni de subir ni de vivir abajo,
yo: pude ver muchas cosas
que no me gustaron.
Una sobre todo:

Una confusión,
la confusión de todos,
del todo,
que me hace hasta dudar...
Pero no,

yo no quería ser cómico,
hacía reír

y ahora no soy un poeta
solo te lo cuento.





Brújula

Te admiro si es que lo tienes todo claro
desde un principio.
Te admiro que no envidio,
aunque
      a veces
              también.
Porque cada día
estoy más seguro
que a mí me abrieron la cabeza
en algún momento.
Cogieron la brújula,
ya sabes,
la que nos guía.
¿No has oído lo de perder el Norte?
Y la tiraron al suelo
         y la pisaron
y cuando era una con el asfalto
y ya no sabía que señalaba,
la cogieron y me la pusieron.

Y ahora qué, eres poeta, escritor.
Me dirán.

No sé. Llámame como quieras.
Pero no te aseguro nada.
Les contesto yo.

La puta brújula... 





ALEX SIMÕES [14.906] Poeta de Brasil

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Alex  Simões

Brasil. Nacido 03 de mayo 1965 
Poeta, escritor, profesor, traductor de poesía, intérprete y ciberartivista . Es el autor de "Catados Cuarenta y Un Sonetos " y zine "(HAI) céufies". Tiene poemas publicados en diversas revistas literarias como "La poesía siempre" y los "Palmares" de la revista (de próxima publicación) y participa en algunas antologías, como el de la colección Poesía Ogun Tonos negros y "Escribir las Paredes Down" (EE.UU., en prensa). También promueve talleres de poesía, actuaciones y hace intervenciones urbanas, produce eventos literarios y culturales. Se encuentra actualmente en el proceso de edición de su libro "toobitornottoobit", mientras que se traduce "entonces Daniela" (por Ignacio Uranga), co-edición con edición Ederval Fernandes de la Oficina de la revista Bahía Literatura. Ya está escribiendo el tercer y cuarto libros, y pensando en el quinto. Mantiene el blog toobitornottoobit.blogspot.com.br. 
Foto de Lissandra Pereira.




Cierra los ojos para la poesía 

Cierra los ojos para la poesía 
Ponla en las copas de vino 
vierte a lo largo del camino 
el poema nuestro de cada día

por ironía dale la vuelta al dolor
imprime la belleza en pergamino 
denuncia todo el dolor de estar solo 
 cuenta también todo el gozo

Permaneced de rodillas para la poesía 
y pregunta sin pudor al firmamento 
No es que es que este vacío este momento

Busca en la palabra armonía 
pero no te dejes, que a la vida se le olvida
ni que las polillas se te suban a la cabeza

Alex Simões, traducido por Marta Quiñonez
http://toobitornottoobit.blogspot.com.es/





Fechai os Olhos para a Poesia

fechai os olhos para a Poesia,
colocai-a em cálices de vinho,
derramai ao longo do caminho
o poema nosso de cada dia.

afastai vossa dor da ironia,
imprimi a beleza em pergaminhos,
deletai toda a dor de ser sozinho
mas também relatai toda alegria.

ficai de joelhos para a Poesia
e pedi, sem pudor, ao firmamento
que não vos seja vão cada momento

de busca, na palavra, da harmonia.
mas não deixeis que a vida vos esqueça,
nem que as traças vos subam às cabeças.




Desatino (duas leituras)

Como si no bastara tu locura,
las manos dilacerando mis partes,
boca chupando boca, ese arte
que permite jodernos con dulzura

Porque también en el gozo hay tesitura.
y sombra y luz y aroma y desatino
del tiempo y la falta de él, lo femenino
y lo masculino, el encuentro y la búsqueda.

Sin embargo, somos clandestinos, nuestro amor
es de aquellos que huyen al rigor
de los días tormentosos y de luto.

He aquí la cena excitante para los canallas:
Nuestro amor, un banquete para los putos,
una ofrenda para exus y ángeles.

Traducido por, Ángela Hernández




A meio da noite

No meio da noite meia alegria
No meio do escuro meia tristeza
No meio da vida tanta incerteza
Nessa noite eu vi essa meia alegria
Do amigo que há tanto tempo não via
Ofertei o meu incenso, doei a minha mirra
Dividi o meu ouro por aquele que chegou
Suspeitei da lágrima, segurei o sorriso
Contemplei o meu sonho como um perfeito narciso
E as palmas e os aplausos e os abraços
Os sorrisos, as mãos apertadas…
Essa meia alegria foi tanta que encheu
O meio escuro dessa vida que sou eu.
No meio da noite, brilharam fortes
Os olhos acesos do luar que não apareceu.





Todo poeta

para Kátia Borges e Marcus Vinícius Rodrigues

Todo poeta é experimental
Ou não é poeta
É pagador de hipoteca
É arremedo de pateta
É batedor de punheta
É artistinha de proveta
É obcecado por buceta
Seja a sua seja a alheia
Ou dador comedor de cu
Todo poeta anda nu
Pra provar que em sendo nu
Todo poeta e toda poeta é
Transgênero por vocação
Híbrido por definição
Todo poeta é ladrão
Nem sabe o que é palavrão
E fala cu & xoxota pra caralho
Renovando as  listas do diário
Dos  vícios em ordem de predileção
Ou, senão, não tem o que pôr na mesa
Ou o poeta é fundado na incerteza
Ou já não sei o que é poeta, não.




mendiga trans

apesar de tudo,
sorria muito
e até cantava.

desde que lhe furaram um olho
numa noite em que dormia
sonhando que dublava Maria Callas,
sorri menos.

mas deu a volta por cima:

casou com outro mendigo,
mais jovem e bonito,
e  vivem no Campo Grande,
um cuidando do outro.

para comemorar as bodas de papelão,
deu luzes no cabelo
e arrasou.





se Ocidente, rapaz


(para uirá e gilberto gil)

"Podemos
(não importa
que o império do medo)..."
(Carlos Anísio Melhor - colagem. In: ___Canto Agônico)


se podemos sorrir, e se mais livres
nós estamos, não sei, porque ruindo
o palácio e a festa, a gente vive
menos feliz, nossos irmãos caindo,

se do leste ou do oeste, ainda irmãos,
caindo como bombas, kamikases
(in)voluntários, bombas que em vão
vão caindo e anunciando a nova fase:

nossa história tão digna e tão rica (?)
não acabou ainda, virão mais
novas formas de dizer que quem fica

tem de ser mais forte, mais rico, mais
claro, mais seco, mais primeiro mundo:
se Oriente, tem petróleo, no fundo.

Salvador, 20 de Setembro de 2001






NGUYEN PHAN QUE MAI [14.907] Poeta de Vietnam

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Nguyen Phan Que Mai  

Poeta y traductora, nació en un pequeño pueblo en el norte de Vietnam, en 1973. Mereció tres de los premios literarios más prestigiosos de su país en 2010, otorgados por Hanoi Writers Association, Hanoi Union of Literature and Arts Associations, y el Premio de Poesía con motivo de los 1.000 años de Hanoi. Es autora de tres libros de poesía (Forbidden Fruit, Freeing Myself y Stars in the Shape of Carrying Poles), así como de un libro de viajes y una novela para niños. Su obra abraza las tradiciones culturales y poéticas de su tierra. Sus poemas han sido publicados en conocidas revistas literarias como The American Poetry Review, Red Wheel Barrowy Poetry Ireland Review, entre otras. Nguyen Phan Que Mai ha dado voz a las personas desfavorecidas de Vietnam, vendedores ambulantes, víctimas de la guerra o agricultores de arroz de los rincones más remotos. Según Bruce Weilg “La poesía de Nguyen Phan Que Mai nos enseña cómo vivir más plenamente en el mundo, y reafirma el poder de la lucidez y de la escritura directa para convertir incluso nuestras horas más oscuras en lecciones profundamente respetuosas de las complejidades de la historia, el tiempo y el amor”
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/




El poema que aún no puedo nombrar

Mis manos elevan a lo alto un tazón de arroz, granos cosechados
en el campo donde enterraron a mi abuela.
Cada grano de arroz sabe dulce como la canción de cuna
de la abuela que nunca conocí.          
Imagino su rostro suave mientras la extendían bajo tierra,
sus ropas raídas, su piel pegada a los huesos;
en la gran hambruna de 1945*, mi pueblo
tenía hambre de tumbas para enterrar a todos sus muertos.
Nadie podía encontrar la tumba de mi abuela,
entonces a mi padre el arroz le supo amargo durante sesenta y cinco años.

Después de sesenta y cinco años, nos paramos mi padre y yo 
Frente a la tumba de mi abuela.
Escuché a mi padre llamar "Mamá" por vez primera;
temblaba el arrozal a sus espaldas.


----


Mis pies se aferran al barro.
Escucho en el ardiente incienso la expansión del alma de mi abuela, uniéndose profundamente a la tierra, arraigando en el campo,
en voz baja canta canciones de cuna, llamando a las espigas de arroz  a florecer.

Alzando el tazón de arroz en mis manos, cuento cada semilla,
cada una brilla con el sudor de mis parientes,
sus espaldas encorvadas en los arrozales,
la fragancia de la canción de cuna de mi abuela emana en cada uno.

 * La Hambruna vietnamita de 1945 ocurrió al norte del país, de octubre de 1944 a mayo de 1945, durante la ocupación japonesa de la Indochina francesa en la Segunda Guerra Mundial. Entre 400.000 y 2 millones de personas se estima que murieron de hambre durante este tiempo.





Mi madre

Cruzo el río Lam para volver a mi patria
donde mi madre abraza la tumba de mi abuela en la lluvia,
al suelo de Nghe An, tan seco que las plantas de arroz se aferran a las rocas.
Mi madre mastica maíz seco; hambrienta, trata de olvidar.

Cruzo los campos de juncos para volver a Ninh Binh.
Justo después de mi nacimiento, la guerra dejó caer allí muchas bombas.
Para protegerme de aquellas tormentas, mi madre extendió sus alas,
Su camisa desteñida perfumada con las flores del gao.

Cruzo el río Mekong para volver a Bac Lieu,
la sombra flaca de mi madre 
impresa contra la luz de la tarde,
cada gota de sudor a cambio de una semilla de arroz;
pero a pesar de esta dificultad, ella siempre sonríe.

Cruzo a tiempo de volver al pasado.
Mi madre me envía lejos entre gotas de lluvia.
Enciende el fuego de la estufa, se sienta allí, esperándome.
Empiezo a caminar, cada paso la distancia de un vasto mar.

Cruzo la distancia para volver a Saigón.
Oh mi madre, su cabello tornándose blanco.
Siempre como era antes, ella es gentil, cariñosa y amable.
Ahora que por fin puedo ver su amor, el tiempo ha pasado.

Siempre estoy muy lejos, y culpable de no estar allí.
No sé si pueda pagarte lo que has hecho, mi querida madre.
Trabajaste tan duro en tu vida, y era tan fuerte
la forma en que abrazaste tantas tormentas en soledad.

Me sobrepongo a mi timidez para abrazar a mi madre por vez primera.
Me encantaría quedarme a su lado.
Inciertos, mis pies avanzan por el polvoriento camino de la vida.
Escucho sollozar a mi corazón. Un mar de mil cuerdas me retiene.





Hogar Tierra 

Los caminos sangran su sangre verde hasta quedar pálidos.
El verano entierra el sonido de la cigarra;
el invierno sepulta las hojas.
Estoy desolada sobre el pavimento, el cementerio de hierba,
y la tristeza no encuentra dónde colgarse.

Concreto, sobresaliente acero,
polvo, humo que se espesa.
De una sola engullida, la bulla se traga el sol.
Llevo las manos a mi rostro, no me reconozco.

Los ríos fluyen desde bosques que han muerto demasiado jóvenes,
halos de sangre de nubes rojas;
la humanidad se ahoga con inundaciones
precipitándose por montañas desoladas
donde árboles, alguna vez orgullosos
se aferran a sus raíces, llorando su destino.

Cuando las plantas de arroz eran verdes,
Las chimeneas de las fábricas punzaban las costillas de la luz.
Un cáncer desciende, crece y se riega desde la codicia humana.
¿Dónde me oculto cuando me persigo?

El jardinero en la ciudadela real
Para la gente de Hue, antigua ciudadela de Vietnam





El trueno inclina los troncos de los árboles

El jardinero se cautiva en sembrar cada semilla de hierba.
Tempestades hunden la ciudad.
El jardinero se cautiva en sembrar cada semilla de hierba.

Las flores de la plumeria son blancas alrededor de su cabello gris.
Vistosas flores rojas sobre su camisa desteñida.
Flores de loto de color rosa, bajo sus manos ajadas.

Las cortes reales decaen.
El jardinero se cautiva en sembrar cada semilla de hierba

sobre reales dinastías derrumbadas.
El sudor de los humanos, sube desde sus cenizas.


Traducciones de Arturo Fuentes





Nguyen Phan Que Mai

Nguyen Phan Que Mai was born in 1973 in a small village in northern Vietnam, and grew up in the Mekong Delta, in southern Vietnam. She studied in Australia under a development scholarship from the Australian Government.  Nguyen currently lives in Hanoi and works with UN organizations to promote communications for sustainable development. She is the author of two poetry collections and the translator of six books of poetry., For her poetry she has received many honors, including an award from the youth newspaper Story about My Life in a writing competition (2007), an award from the Vietnamese Writers Association for outstanding contribution to the advancement of Vietnamese literature overseas (2010), the Poetry of the Year Award from the Hanoi Writers Association (2010), first prize in a poetry competition about Hanoi from the Vietnam Writers Association, Literature Newspaper, and Hanoi Television (2010), and an award from the Vietnam Writers Association, Literature Newspaper. and Hanoi Television for the translation of the poem “In Hanoi, Again,” by J. Fossenbell (2010).


Selections of Poems
Nguyen Phan Que Mai
Translated from Vietnamese to English by the author together with Professor Bruce Weigl



FREEING MYSELF

One day the wind lifts me high,
so I look down and see an ant imprisoned in an e-mail inbox,
in a mobile phone, ringing from time to time.

One day the wind lifts me high,
so I look down and see a bird imprisoned 
in the praises of his flock, in the limits of a sense
of beauty, pre-arranged.

One day the wind lifts me high;
the wind hands me a pair of wings
and tells me to free myself from wings,
and fly above my thoughts.




BABYLIFT*

Lifted high, thrown into another world,
another country, another embrace,
this was the fate of the bewildered children,
their skin still fuming from the fire of their evacuation.

They come home, their hair not blond, their skin not white,
their tongues without Vietnamese,
but no diet of milk and butter can answer the thirty-five year old question
Who am I?

No adopted arms can replace the parents’ embrace.
No DNA test can link them to their origin,
and black hair cannot think in Vietnamese.
Babylift. Over twelve thousand days of tears.
Over thirty-five years of pain,
and still the questions have their eyes wide open.



*”Operation Babylift” was carried out during the last days of the American War in Vietnam. According to information from the American side, more than 3,300 children considered to be orphans were airlifted from the South of Vietnam in 1975, and were adopted in the US and several other countries such as Australia, France, and Canada. However, some of those children were not orphans and many have returned to Vietnam to find their birth parents, with very little hope. 




STARS IN THE SHAPE OF CARRYING POLES

For the street sellers of Hanoi


The women carry the seasons of guava, mango and plum to me,
the seasons of lotus, green young sticky rice on their shoulders,
bringing me the enlightened sunrise, the blue sunset,
dragging their sandal footsteps on the road.

With such little money, I can buy the seasons of guava and lotus,
the small bills silently
soaked with dew, soaked with sweat.

Behind these women’s backs, from orphaned village fields,
the wind howls endlessly.
They open their embrace:
empty lullabies, swollen with milk.
They carry countless virgin seasons to me
that I would have forgotten without them.

The aroma of Hung Yen just coming into being,
the lotus of West Lake
just coming into blood, Vong village
restless to produce
the green young sticky rice.

They carry and present to me the fresh breeze from their village
where their mothers, children, and husbands stand waiting,
where dreams are thirsty, and struggle.

I hear their faint singing
In difficulty, the poles press heavy on my shoulder
but I find ways to feed my mother, ignoring people’s laughs *

They are my stars,
carrying their difficult fates on their shoulders,
unknown in life,
gazing burning questions into my eyes.

* Vietnamese folk poetry





THE POEM I CAN’T YET NAME

For my grandmother



My hands lift high a bowl of rice, the seeds harvested
 in the field where my grandmother was laid to rest.
Each rice seed tastes sweet as the sound of lullaby
from the grandmother I never knew.

I imagine her soft face as they laid her down into the earth,
her clothes battered, her skin stuck to her bones;
in the great hunger of 1945, my village
was hungry for graves to bury all the dead.

Nobody could find my grandmother’s grave,
so my father tasted bitter rice for sixty-five years.
After sixty-five years, my father and I stood
in front of my grandmother’s grave.

I heard my father call “Mum,” for the first time;
the rice field behind his back trembled.

----

My two feet cling to the mud.

I listen in the burning incense to my grandmother’s soul spread;
uniting deep with the earth, taking root in the field,
she quietly sings lullabies, calling rice plants to blossom.

Lifting the bowl of rice in my hands, I count every seed,
each one glistening with the sweat of my relatives,
their backs bent in the rice fields,
the fragrance of my grandmother’s lullaby alive on each one.






CARLOS CIRO [14.908] Poeta de Colombia

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Carlos Ciro

Nació en Medellín, Colombia en 1974 y tiene formación en Filosofía e Ingeniería de Sistemas. Ha traducido poetas de lenguas portuguesa, francesa, alemana, italiana e inglesa para el Festival Internacional de Poesía de Medellín. En el año 2010, coordinó el curso “Pensar y poetizar” de la Escuela Permanente de Poesía de Medellín.
Fue cofundador y miembro del equipo editorial de la revista de filosofía Euphorion, en la que han aparecido traducciones suyas. Ha dedicado varios años de su vida al estudio sistemático y a la traducción de las obras de Fernando Pessoa, difundidos a través de diversos espacios virtuales bajo el nombre de “Pessoas de Pessoa” desde 1996.
Sobre el hecho de la escritura manifiesta: «El escribir está hecho de tiempo. Escribir es custodiar el fuego engendrado por el rayo, su llama en la médula del segundo, el anhelo. Pensar y poetizar, sabiéndose simples tránsitos, pasajeridad encarnada, se aferran al borde de la grieta marcada por el rayo con sus imágenes hechas palabra que se amotinan al borde del abismo para entregarse a un nuevo giro del olvido. El olvido es aquello que brota en la palabra, la sangre que mana de su herida glaciar.»
«Poetizar y pensar asumen la esencia errante de la palabra que, volcada en su intimidad, designa el espacio abierto, distendido, exterior que sólo tiene lugar dentro de ella, en el vacío de su centro enclavado entre muros de silencio donde un eco anticipado guarda cual baza elátomo del tiempo, su temblor huidizo.»
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/




Huella


                                              A mi padre

Huella soy de un paso más firme
                                              sobre la ígnea arena
son sus surcos mis venas
sus bordes, mi coraza de silencio
                                              ante el bullicio del mundo.

Huella soy de un paso más firme
                                              sobre la ígnea arena
sus oquedades acunan mi llanto
las puntas de sus dedos
                                              señalan mis caminos.

Huella soy de un paso más firme
                                              sobre la ígnea arena
el humo de su ustión
es la tinta de estas letras
                                              su temblor huidizo.

Huella soy de un paso más firme
                                              sobre la ígnea arena
el hielo de su pie
vibra en el fuego de mi voz
                                              canta en mí su tierna mudez.

Huella soy de un paso más firme   
                                              sobre la ígnea arena.




Grieta

Desde los bordes el polvillo solar cae eternamente cubriéndolo todo; otorgando infinita su patina. Nada fructifica en la arena que pisotean
nuestros desesperos: las plantas se secan con la sal de nuestras lágrimas y las paredes continúan sin desgaste a pesar del incesante roce. Sigue
floreciendo el vacío.




Gruta

Piedras que con el vértigo de lo eterno amenazan con perforarnos el cráneo, proyectan sus lenguas frías queriendo lamer el suelo que
extiende sus brazos lustrales: lenguas y brazos se buscan en la oscuridad para intercalar sus silencios en el estrépito de quebrarse. Un eco sin voz serpentea entre montículos de sal: lágrima en la hoja.




Caverna

En sus oquedades guarda la piedra su sueño. Dormida, espera nuevamente al agua que habrá de poseerla, de penetrarla para alcanzar el éxtasis de la luz cavando en las tinieblas. Gota a gota el agua ha buscado en ella su rumbo; sombra tras sombra hemos querido develar en ella el camino. En ella recorremos el cauce de la inagotada espera del signo: la senda de la luz es la de lo oscuro.







VŨ HOÀNG CHƯƠNG [14.909] Poeta de Vietnam

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VŨ HOÀNG CHƯƠNG 

(5 de mayo 1916 - 06 de septiembre 1976 ) es un famoso poeta de Vietnam. Nació en Nam Dinh, Phu Ung su pueblo natal, distrito Hao Tang, Hong Thuong, provincia de Hung Yen.

Su estilo se dice que es un lujo, con la nostalgia del pasado, rico en musicalidad, con muchos tonos orientales.

OBRA 

POEMAS:

Thơ say (1940)
Mây (1943)
Thơ lửa (cùng Đoàn Văn Cừ, 1948)
Rừng phong (1954)
Hoa đăng (1959)
Tâm sự kẻ sang Tần (1961)
Lửa từ bi (1963)
Ta đợi em từ 30 năm (1970)
Đời vắng em rồi say với ai (1971)
Chúng ta mất hết chỉ còn nhau (1973)

DRAMAS:

Trương Chi (1944)
Vân muội (1944)
Hồng diệp (1944)




En el corazón arde el fuego las palabras - "Compasión de fuego" de Vũ Hoàng Chương

POR Carlos Ciro

Hoy, en Twitter, Liz Lemon (@cucharitadepalo) recordó esta imagen que en 1963 sacudió los medios y le agenció un premio Pulitzer a Malcolm Browne, quien accionó el obturador e hizo que el presidente norteamericano Kennedy dijera, con la simpleza y desinterés de cualquier orador efectista: "No news picture in history has generated so much emotion around the world as that one." En días pasados, el poeta Carlos Vásquez, atestiguaba con su columna "Calidoso" en el portal de noticias de la Universidad de Antioquia, el espantoso caso de un hombre que fuera quemado vivo en Bogotá. Así creció hoy este recuerdo.




Fotografía de Malcolm Browne, 11-6-1963. Auto-inmolación de Thích Quảng Đức



A comienzos de los años noventa conocí el poema que hoy presento aquí. Lo conocí en una traducción francesa que fotocopié entonces de una revista y que acompañaba la foto que hoy me hizo recordarlo. Vanamente intentaría reencontrar esa fotocopia y mi versión en español del poema garabateada en ella, pero he logrado encontrar la foto en mucho mejor calidad que la de entonces y el poema en su lengua original y, echando mano de herramientas del siglo XXI y algún latido tenue en mi memoria de aquella remota lectura, me atrevo hoy a intentar de nuevo una versión para acompañar, nuevamente, la impactante fotografía.

En la dimensión tal vez mítica y por eso irrefutable que ha cobrado la historia detrás de esta imagen, no sólo se reconoce al hombre, Thích Quảng Đức, monje budista vietnamita nacido en 1897 quien se inmoló en Saigón el 11 de junio de 1963 en protesta por la persecusión de la que eran objeto los budistas por el gobierno de Vietnam del Sur en cabeza entonces de Ngô Đình Diệm; sino también, la presencia indefinible del misterio. Tras la auto-inmolación de Thích Quảng Đức, y la posterior cremación de su cuerpo durante horas, sorprendió a todos el hecho de que su corazón no se hubiera transformado en cenizas; y la incredulidad incluso de quienes estuvieron presentes en el ritual, propagó el mito que cobró, rápidamente, la dimensión que le corresponde. El propio Thích Quảng Đức, habría anunciado a uno de sus discípulos que la reliquia que dejaría para ellos sería su corazón.  Thích Quảng Đức, se inmoló en la intersección de las calles Phan dinh Phung y Le van Duyet a las once de la mañana y su cuerpo incinerado fue transportado al templo Xa Loi donde permaneció cinco días siendo reverenciado antes se ser transportado al crematorio de Phu Lam para los rituales postreros. En la mañana del 16 de junio, uno joven monje del crematorio de Phu Lam informó a sus superiores que el corazón no se había convertido en cenizas. Los patriarcas ordenaron prolongar seis horas más el proceso de cremación. A la mañana siguiente, el corazón duro como una roca de Thích Quảng Đức, fue llevado nuevamente al templo Xa Loi de Saigón, después de 10 horas más de cremación.

La tradición budista habla de un fuego interior llamado Samadhi (Lửa Tam Muội, la imperturbable fortaleza interior del fuego) alcanzado o desencadenado por la meditación y que podría haber sido usado por Thích Quảng Đức para transformar su corazón en cuarzo antes de que el fuego ordinario de su inmolación lo alcanzase. En su nota (poema) de autoinmolación, Thích Quảng Đức habría escrito algo como: «Hoy quiero inmolarme para ser la luz que ilumine las ignorancias».

                           El corazón que no pudo consumir el fuego 


La historia, una especie de cuento Zen del siglo XX, tiene todos los rasgos del acontecimiento poético, de la poiésis en la que el no-ser hace el tránsito al ser; y el poeta vietnamita Vũ Hoàng Chương, conmovido por la visión del coraje y la fortaleza del monje en llamas en su posición de loto, compuso el poema que intento verter a continuación en nuestra lengua, aún teniendo que pasar por otras lenguas y sentires, pero pudiendo adivinar en esa imagen algo de la carga de sentidos que pudo haber en su génesis. El resultado tal vez diste enormemente del poema original, incluso, tal vez, lo tergiverse, pero es también, a un tiempo, la auto-inmolación permanente e inevitable del traductor entregarse al fuego de las palabras para arder en él con la esperanza de que, en medio de las cenizas, transformado en piedra incorruptible, permanezca al menos un latido:



Compasión de fuego

                        Vũ Hoàng Chương  (Vietnam, 1916-1976)


¡Fuego!, fuego en el Trono de Loto,
desde todos lados, espíritu y corazón-en-carne-viva
            transformados en poesía, postrados están allí.
Dos brillantes halos ambarinos de lágrimas que ascienden:
oriente y occidente consternados lloran
y entrelazan sus manos hacia un nuevo amanecer.
La brillante religión amarilla
            refulge y se eleva...

¡Oh, es verdad! Hoy el sol está presente.
Es el tiempo glorioso de la brillante religión amarilla.
Desaparece la oprobiosa carga de angustia y desesperación,
la gente abre sus ojos
y se miran unos a otros, la hermandad es inmensurable.
¿Dónde acaso volará
el Ganges más allá que la arena?

Por el amor de los seres que sienten
en el mar del sufrimiento
él —resquebrajando la nocturna sombra de la oscuridad—,
mirando hacia el Oriente, sentado, totalmente absorto,
llamando al fuego: ven, ven... El cuerpo se abre dispuesto
El Dharma — sus manos firmemente contienen
los seis reinos del Samsara— en algún lugar
tan agitado, silenciando toda inhalación
para cada hálito tras las ruedas que hacen rodar
el aire arremolinado, llorando con el viento que crece
más allá de la iluminación... la tormenta amaina,
nueve capas de blancas nubes. Él se ha erguido
bajo el Árbol Bodhi a través de la sombra fría.

Cristal de cuarzo o roca, ¿quién habrá de esculpirte?
Lienzo u hoja de bambú, ¿quién escribirá sobre ti?
Allí donde él se sentó —indescriptible obra maestra
invisible— con resplandor refulge, su compasión...

Aquí y ahora, ¿y después?
Piedras de Jade y cenizas,
            seda de bambú que se deshace,
tiempo y espacio que en la sangre fluyen
para siempre, ¡corazón!, Bodhisatva
que de entre las llamas surges.

¡Oh flamas legendarias!
instante del tercer milenio del mundo
del desconocido Avidya[1]
que conduce al Sukhavati.[2]
Esta rima es sólo paja
y sólo una oración es esta paja
Poesía que es plegaria incendiada
por la paz humana
a la que seguirá la esta hermandad.

Quejoso corazón por la tierra escuchado
anhelando la ofrenda de los árboles.
Buda Sakiamuni[3]
compañero nuestro
aferrando nuestras manos entre lágrimas
en la torre de amor de nueve pisos.

(Comenzado a escribir el 11-6-1963 y terminado el 15-7-1963 en Saigón)



                                                 Vũ Hoàng Chương



El poema original, dice así:



Lửa Từ Bi Lửa, lửa cháy ngất tòa sen,
Tám chín phương nhục thể trần tâm
            hiện thành thơ, quỳ cả xuống
Hai vầng sáng rưng rưng
Đông Tây nhòa lệ ngọc
Chắp tay đón một mặt trời mới mọc
Ánh Đạo vàng phơi phới
            đang bừng lên, dâng lên
 Ô đích thực hôm nay trời có mặt
Giờ là hoàng đạo nguy nga
Muôn vạn khối sân si vừa mở mắt
Nhìn nhau: tình huynh đệ bao la
Nam mô Đức Phật Di Đà
Sông Hằng kia bởi đâu mà cát bay.
 Thương chúng sinh trầm luân bể khổ
Người rẽ phăng đêm tối đất dày
Bước ra ngồi nhập định về hướng Tây
Gọi hết lửa vào xương da bỏ ngỏ
Phật Pháp chẳng rời tay
Sáu ngã luân hồi đâu đó
Mang mang cùng nín thở
Tiếng nấc lên từng nhịp báng xe quay
Không khí vặn mình theo, khóc òa lên nổi gió
Người siêu thăng… giông bảo lắng từ đây
Bóng người vượt chín tầng mây
Nhân gian mát rượi bóng cây Bồ đề.
 Ngọc hay đá, tượng chẳng cần ai tạc
Lụa hay tre, nào khiến bút ai ghi
Chỗ người ngồi: một thiên thu tuyệt tác
Trong vô hình sáng chói nét từ bi.
  Rồi đây…rồi mai sau…còn chi ?
Ngọc đá cũng thành tro, lụa tre dần mục nát
Với thời gian, lê vết máu qua đi
Còn mãi chứ, còn trái tim Bồ tát
Dội hào quang xuống chốn A tì
O? ngọn lửa huyền vi…
 Thế giới ba nghìn, phút giây ngơ ngác
Từ cõi vô minh
Hướng về cực lạc
Vần điệu thi nhân chỉ còn là rơm rác
Và cũng chỉ nguyện được là rơm rác
Thơ cháy lên theo với lời kinh
Tụng cho nhân loại hòa bình
Trước sau bền vững tình huynh đệ này
Thổn thức nghe lòng trái đất
Mong thành quả phúc về Cây
Nam Mô Thích ca Mưu Ni Phật
Đồng loại chúng con nắm tay nhau tràn nước mắt
Tình thương hiện tháp chín tầng xây.
 Thi sĩ Vũ Hoàng Chương
 (viết tại Sàigòn ngày 15 tháng 7 năm 1963, để tưởng niệm Hòa Thượng Bồ Tát Thích Quảng Đức).

[1] Avidya puede significar "ignorancia" o "engaño" o, más propiamente "delusión".
[2] La tierra pura occidental del Buda, el Sukhavati se puede traducir como "tierra de la dicha" o "tierra de la felicidad suprema".
[3] Buda Sakiamuni, el sabio de los Sakia, la dinastía solar; el conocedor de los misterios de la dinastía solar.







PABLO NÚÑEZ DÍAZ [14.910]

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Pablo Núñez Díaz

Nació en Langreo en 1980 y actualmente reside en Gijón. Licenciado en Periodismo y doctor en Filología Hispánica, ejerce como profesor-tutor de literatura en la UNED. Asimismo, forma parte de la Oficina de Comunicación de la Universidad de Oviedo y es uno de los coordinadores de la revista literaria Anáfora. Lo que dejan los días obtuvo el Premio de Poesía Dionisia García – Universidad de Murcia en 2013 y ha sido editado por Editum, la editorial de dicha Universidad.






Vidas

Nace un hombre y comienza a nacer el mundo.
Mundos naciendo y muriendo a cada instante.
Todo son visiones, todo amanecer y anochecer
de imágenes del día nuevo o ya pasado.

Un camino que contiene todos los caminos.
Un hombre que es todos los hombres.
Una palabra en el bosque más silencioso
que se haya conocido nunca.

Es decir, la mar que vuelve y vuelve sin dejar de irse.
La prolongación perpetua de nosotros mismos.





 de Lo que dejan los días 


CERTEZA 

La conclusión después de todo este comienzo, 
tras escuchar historias y proyectos, 
quejas, opiniones; 
después de haber leído lo posible  
—el tiempo ha sido breve todavía— 
después de haber estado solo ante la sombra y el regreso.


Una vez que me paro ante el espejo 
—las voces en la calle anuncian el verano— 
y comprendo que ya tengo la certeza, 
entonces —digo, después de todo esto— 
puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, 
que es difícil saberlo. 





EL RUMOR DEL TIEMPO

por JOSÉ LUIS MORANTE 

    
El discurrir del tiempo constituye la veta central en la primera propuesta lírica de Pablo Núñez (Langreo, Asturias, 1980). No resulta extraño que el único anticipo de su trabajo literario se titulara precisamente Tempos fugit, una propuesta coral del Círculo Cultural de Valdediós. Licenciado en Periodismo y Doctor en Filología Hispánica, Pablo Núñez consiguió con su carta auroral, Lo que dejan los días, el XII Premio de Poesía Dionisia García, en cuyo jurado estaba el poeta Eloy Sánchez Rosillo, uno de los magisterios más notorios de esta colección poemática. Vislumbramos además otros aportes de la tradición; también resultan próximas las incursiones en los itinerarios de Luis Cernuda, Jaime Gil de Biedma, Ángel González y Francisco Brines, estaciones relevantes de la lírica elegíaca.

A Pablo Núñez no le asusta tan amplio tratamiento del motivo, sabe que el topos admite un rastro plural de idearios estéticos y él mismo ha organizado el avance poemático  con encuadres diferenciados, aunque las tres secciones del libro comparten  un discurso diáfano e intimista que adquiere un cierto aire de solemnidad en las citas prologales de T. S. Eliot y Jorge Luis Borges. La sección de inicio, “El reflejo de los siglos” aglutina una decena de composiciones; conecta el ser individual con un devenir común, como si alentara bajo la dermis de cada sujeto un arquetipo mensurable, hecho para perdurar en el acontecer, aun cuando el cauce del verso desarrolle una historia biográfica concreta. Cuánto sugiere  el verso “Para que yo me llame Ángel González” este primer poema de Pablo Núñez: “Nace un hombre y comienza a nacer el mundo. / Mundos naciendo y muriendo a cada instante.”; un ciclo vital renovado y continuo, una interminable sucesión de causas y efectos conceden a cada eslabón de la cadena  justificación y sentido y hacen que la finitud y el ser temporal se prolonguen y adquieran consistencia perdurable. El tiempo se concibe así no como fragmentos aislados sino como paréntesis vitales que se solapan y conexionan, que se expresan con la misma voz y dejan entre las manos indicios similares. Lo que se ha perdido, permanece, está en el aire como un eco difuso, como un rumor audible, como un vago reflejo.

En “Conversación” adquiere un enfoque relevante la voz de la memoria. Retorna el primer recuerdo y las formas que habitaron ciudades y pasos, esos pasos en que también habitan en los libros. Hay claves que remiten a Julio Cortázar y a su literatura. Pienso, por ejemplo, en el verso “todos los fuegos el fuego”, o en el título “Visión breve de los parques”. El tema de la luna en alguna composición recuerda núcleos argumentales de la poesía de Eloy Sánchez Rosillo o de Giacomo Leopardi.

El conjunto de cierre aglutina el binomio tiempo y conciencias del lenguaje. En sus poemas el acontecer se hace punto de reflexión. Las palabras funcionan como testigos fieles de lo mutable; en su nombrar conceden existencia, habla de sueños y experiencias, formula intuiciones y atrapan fugazmente lo que mañana será solo ceniza, unos rasgos perdidos en la sombra.

Con el libro Lo que dejan los días inicia rumbo Pablo Núñez. Este umbral busca senda con palabras de todos, con verbo claro y transparente que evidencia su empeño de convivir con las preocupaciones del lector, sin piruetas arriesgadas ni experimentales, pero con la certeza de que esta meditación esclarece cualquier andadura existencial: la suya y la de todos.



JOHN WILMOT [14.924] Poeta de Inglaterra

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John Wilmot

John Wilmot, segundo Conde de Rochester (Oxfordshire, Inglaterra, 1 de abril de 1647 – 26 de julio de 1680) fue un poeta y escritor libertino inglés.

Su madre fue partidaria de los parlamentarios en el curso de la primera revolución inglesa e inclinada a un cierto puritanismo; su padre, Henry Wilmot, realista de origen angloirlandés y notorio alcohólico, había sido nombrado Conde de Rochester en 1652 como recompensa a sus servicios militares a Carlos II de Inglaterra durante el exilio de este a causa de Oliver Cromwell. El hijo se matriculó a los 12 años en el Wadham College de Oxford, donde dos años después recibió el grado de Maestro en Artes gracias a su tío Edward Hyde, Conde de Clarendon y canciller de la escuela; viajó después extensamente por Francia e Italia. En 1667 se casó con la rica heredera Elizabeth Malet, de la que tuvo seis hijos, aunque tuvo numerosas y numerosos amantes, entre ellas la actriz Elizabeth Barry. Discípulo nihilista de Thomas Hobbes y de libertinos franceses como Théophile de Viau o Claude Le Petit, seguidores modernos de Epicuro, llevó una vida de aventuras galantes con uno u otro sexo en la senda de un hedonismo descreído, como un Conde de Villamediana. Amigo del Rey Carlos II de Inglaterra, en una pintura coronó de laurel a su mono para significar la tonta vanidad humana. Escribió que sus únicos principios eran "el violento amor por el placer" y su "buena disposición para el gozo extravagante".

Cantó a la Nada:

"Después de la muerte, nada; y nada es la muerte"

y a la sensualidad:

"Que me den salud, riqueza, vino y alegría / y si el revoltoso amor os asedia / conozco a un hermoso paje / que al caso es mejor que cuarenta fregonas".

Murió de sífilis, alcoholismo y depresión, pero sólo (y según sus biógrafos piadosos) aceptó a un pastor en sus últimos momentos. Por eso dijo Horace Walpole que debía "estar quemándose en el Paraíso". Graham Greene escribió su biografía, Lord Rochester's monkey (El mono del conde de Rochester), publicada en 1974, en inglés. Su importante poesía, que sólo fue publicada tras su muerte, aunque tuvo bastante difusión manuscrita, aún no ha sido traducida al castellano. Bern Dietz ha dedicado a este escritor un estudio en castellano. Se le atribuye el primer opúsculo pornográfico de la literatura inglesa, Sodom, or the Quintessence of Debauchery, redactado a mediados de 1670, pero publicado, perseguido por obscenidad y quemado también tras su muerte. El libro se centra en la decisión hecha por un lujurioso rey de "establecer la libertad de la nación" permitiendo que la "sodomía" fuera usada "en todo su territorio" y luego detalla las consecuencias calamitosas. Sólo se conoce un ejemplar de esta obra.

Como poeta se muestra seguidor del metafísico John Donne. Daniel Defoe le citaba a menudo y Voltaire apreciaba sus sátiras por la "energía y fuego" que contenían y tradujo algunas en francés. Goethe citó a veces a Rochester y William Hazlitt estimó el brillo diamantino de sus versos, y apercibió que «su desprecio por todo lo que los otros respetan tenía algo de sublime". Entre sus poemas de amor destacan Absent from thee I languish, The Platonic Lady, A Woman's Honour, An age in her Embraces passed, I cannot change as others do, To this moment a rebel, All my past life, Ancient person from whom I y Give me leave to rail at you. Entre los satíricos, The Imperfect Enjoyment, Quoth the Duchess, A Satyre on Charles II, A Satire against Mankind, Signior Dildo, By all Love's Soft, The Disabled Debauchee. también tradujo un fragmento de Séneca.



La Dama platónica

Podría amarte hasta morir,
Me amarías con modestia,
Y nunca forzara mientras viva,
Puesto que te daría con gusto:
Lo que es prueba suficiente
De que entiendo del arte de amar
Odio esa cosa llamada goce:
Que es, sin duda, oficio rutinario,
que acaba con la vida y el ardor
de lo que llaman deseo,
como una abeja sin aguijón,
convierte al dueño en un zángano.
Amo a un joven que me tenderá
Sus brazos para entrelazarlos,
Que suavemente me atará y besará;
Me verá con ojos que desean
Aquello que cuando lo obtenga,
Con desdén será tratado.
Le daría la libertad de jugar
Y de hacerme, alegre, su juguete.
Nuestra libertad sería completa
Y nada deseado sino ese hecho.
Practiquemos, entonces y probemos
Que sólo estas son las impares dulzuras del amor




The Platonic Lady

I could love thee till I die,
Would'st thou love me modestly,
And ne'er press, whilst I live,
For more than willingly I would give:
Which should sufficient be to prove
I'd understand the art of love.

I hate the thing is called enjoyment:
Besides it is a dull employment,
It cuts off all that's life and fire
From that which may be termed desire;
Just like the bee whose sting is gone
Converts the owner to a drone.

I love a youth will give me leave
His body in my arms to wreathe;
To press him gently, and to kiss;
To sigh, and look with eyes that wish
For what, if I could once obtain,
I would neglect with flat disdain.

I'd give him liberty to toy
And play with me, and count it joy.
Our freedom should be full complete,
And nothing wanting but the feat.
Let's practice, then, and we shall prove
These are the only sweets of love.






Amor y vida: una canción

Mi vida pasada no es ya mía,
Las horas que vuelan se han ido,
Transitorios sueños terminados,
Cuyos recuerdos son guardados
Tan solo en la memoria.

El tiempo por venir no está;
¿Y cómo habría de ser mío?
El presente es todo mi señorío;
El instante que llega y se va,
Filis, es sólo el tuyo.

Entonces no me hables de votos,
Corazones falsos o juramentos rotos;
Si, por milagro, contigo puedo estar
Estos instantes fugaces, pero ciertos,
Eso es todo lo que el Cielo nos da.

Poems on Several Occasions, 1680
Versión de Angel Faretta



Love and Life: A Song

All my past life is mine no more
The flying hours are gone
Like transitory dreams giv’n o’er
Whose images are kept in store
By memory alone.

The time that is to come is not
How can it then be mine?
The present moment’s all my lot
And that as fast as it is got
Philis, in only thine.

Then talk not of inconstancy
False hearts and broken vows;
If I, by miracle, can be
This live-long minute true to thee,
‘Tis all that Heav’n Allows.




EL LIBERTINO Y DECADENTE JOHN WILMOT

Publicat per Leopold Estapé

Llamarle a alguien libertino o decadente es un hecho que siempre me ha llamado la atención, pues en muchas ocasiones esconde otro tipo de realidades que se ignoran voluntariamente. Este es el caso de John Wilmot, segundo Conde de Rochester ( 1647-1680), calificado habitualmente con estos términos. Entre su interesante producción poética podemos encontrar poemas como éste:

""Que me den salud, riqueza, vino y alegría
y si el revoltoso amor os asedia
conozco a un hermoso paje
que al caso es mejor que cuarenta fregonas".

O en un poema sobre la impotencia habla de la conducta de su propio pene:

"Resueltamente rígido, sin cuidado invade
mujer u hombre, y nada su furia resiste:
allá donde penetra, un coño encuentra o hace"

Retrato elaborado por Jacob Huysmans, Galeria Nacional Londres.
Son dos ejemplos de la forma de pensar de este noble inglés hijo del primer conde de Rochester cuyo mayor mérito conocido era ser un alcohólico militante. Se educó en el conocimiento de los clásicos griegos y romanos, pero ya de bien joven le encantó montar fiestas en las que se vivía la sexualidad de forma abierta. Allí  él y sus amigos practicaban la bisexualidad.

Esto le llevó a ser detenido, pero poseedor del favor real, fue liberado, casándose inmediatamente después. Un matrimonio de apariencia feliz y cuatro hijos. Pero fue una tapadera para sus actividades mas "libertinas". Compartió juegas y amantes con el propio rey Carlos II, le daba al alcohol y al opio y formó un grupo de amigos llamados los "Ballers", que acostumbraban a montarse orgías ellos solos y con mujeres. Todo indica que el propio Duque de Buckingham (los Tres Mosqueteros) y sus pajes participaban en estas fiestas. Una corrosiva sátira en la que se narraba la vida privada del Rey le hizo perder el favor de la Corte.



Su producción literaria fue muy importante, Daniel Defoe, Voltaire o Goethe lo citan en su obra. Su obra mas conocida fue una sátira titulada " Sodoma, o la quintaesencia del libertinaje (1684)", publicada anónimamente, habla de consoladores, masturbación, orgías de todo tipo, etc. El libro se centra en la decisión hecha por un lujurioso rey de "establecer la libertad de la nación" permitiendo que la "sodomía" fuera usada "en todo su territorio" y luego detalla las consecuencias calamitosas 

En sus poemas aparecen tanto las relaciones heterosexuales, como homosexuales, dando a entender un comportamiento bisexual.
Entonces dame la salud, la riqueza, la alegría, y el vino,
Y, si el amor entrometido aparece,
Tengo un dulce, suave y tierno paje 
Que sabe hacerlo mejor que cuarenta mozas 

Su filosofía de vivir el instante no le salvó de la ruina, la sífilis y el alcoholismo. Murió a la edad de 33 años.Antes su familia le obligó a confesar todos sus pecados. Su obra empezó a publicarse tras su muerte.





El gozo imperfecto

Desnuda yacía en mis brazos anhelantes;
yo estaba lleno de amor, ella rebosante de encantos,
ambos inspirados por ávido fuego,
derritiéndonos en caricias, ardiendo de deseo
con brazos, piernas, labios estrechamente ligados;
ella me aprieta contra el pecho y me succiona con el rostro;
su ágil lengua, rayo menor del amor, jugaba
con mi boca, y a mis pensamientos impartía
rápidas órdenes para que yo me dispusiera
a arrojar abajo la disolvente centella.
mi alma palpitante, impulsada por el filoso beso,
cuelga suspendida sobre balsámicos abismos de júbilo,
pero mientras su atareada mano guía esa parte
que debía llevar mi alma hasta su corazón,
en líquido embeleso me disuelvo, 
me derrito en esperma, la derrocho en cada poro.
El toque de sus partes lo habían hecho:
sus manos, sus pies, aun su rostro era una vulva.

Sonriente, ella murmuraba un amable reproche
y se limpia del cuerpo mi pegajosa dicha,
a la vez que recorriendo con mil besos
mi pecho jadeante, pregunta si no hay más.
“¿Sólo este tributo al amor y al embeleso?
¿Y no saldaremos nuestra deuda con el placer?”

Pero yo, hombre consternado y perdido,
procuro en vano mostrar mi afán de obedecer.
Suspiro, ay, y beso, mas copular no puedo.
Ávidos deseos frustran mi primer intento,
la consiguiente vergüenza impide nuevos triunfos,
y la furia al fin confirma mi impotencia.
Aún su bella mano, que podría calentar
la escarchada vejez, e unflamar a fríos ermitaños,
aplicada a mi brasa extinguida no enciende
más fuego que si acercáramos llama a las cenizas.
Trémulo, confuso, angustiado, flojo, seco,
yazgo como un guiñapo ansioso, débil, inmóvil.
Este dardo de amor cuya filosa punta, bien probada,
con sangre virgen ha teñido a diez mil doncellas, 
el cual Natura con tanto arte dirigía
que llegaba por el coño al corazón
(con rígida firmeza, invadida por igual
hombres o mujeres, y nada detenía su furia:
donde penetraba, encontraba o creaba un coño)
yace lánguido en esta hora infeliz,
encogido, sin savia, como una flor marchita.

Desertor, ruin traidor de mi lumbre,
infiel a mi pasión, fatal para mi fama,
¿por qué errada magia te revelas
tan leal a la lascivia, tan desleal al amor?
¿A qué ramera vulgar de baja estofa
alguna vez le has fallado en tu vida?
Si te guían el vicio, la enfermedad y el escándalo,
obedeces con oficiosa prisa,
como un bravucón que en las calles
provoca y empuja a los que encuentra;
mas si el rey o la patria reclaman su ayuda
el ruin traidor se encoge y oculta la cabeza;
tu coraje es igualmente indigno:
irrumpe en el burdel, invade a cada puta,
mas si el gran Amor tus embates solicita,
vil traidor a tu príncipe, no osas levantarte.

Peor para mí, y por tanto más odiada,
en toda la ciudad un poste célebre
donde cada ramera alivia la picazón de su coño
como los cerdos gruñones que se frotan contra las puertas:
que seas presa de voraces infecciones,
o te consumas en llanto agotador;
que la estranguria y el cálculo sean tu compañía,
que nunca orines, ya que te negaste a actuar
cuando mi alegría, impostor, dependía de ti.
Y que diez mil vergas más capaces reparen
el mal que infligiste a la ultrajada Corina.

Publicado por Mario García Stipancich 




CAYETANO JOSÉ RODRÍGUEZ [14.925] Poeta de Argentina

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Cayetano José Rodríguez

Estatua de Fray Cayetano Rodríguez en la localidad bonaerense de San Pedro.
Cayetano José Rodríguez (San Pedro, Río de la Plata, Perú, 1761 - 21 de enero de 1823) fue un clérigo,independentista y poeta argentino. Fue diputado en el Congreso de Tucumán del 9 de julio de 1816, el cual declaró la Independencia Argentina. Como poeta fue autor del primer Himno Nacional de 1812; escribiendo, también, las Odas en honor de Carlos María de Alvear, del Cruce de los Andes y la Victoria de Chacabuco y el panegírico en honor del General Manuel Belgrano, fallecido en 1820. Como religioso defendió los derechos de la Iglesia contra el secularismo de Rivadavia y sus reformas eclesiásticas durante su etapa como ministro de Buenos Aires.

Biografía

Rodríguez nació en San Pedro, gobernación del Río de la Plata y estudió en el Colegio del Convento de los Padres Franciscanos, uniéndose a la orden a la edad de 16 años; recibiendo las órdenes menores y mayores en Córdoba de La Nueva Andalucía en 1778; y transformándose en sacerdote en 1783. Ingresó en la Universidad de Córdoba, donde tuvo a su cargo las cátedras de Teología y Filosofía entre 1783 y 1790. En 1790 retornó a Buenos Aires, donde enseñó teología, filosofía, Hermenéutica y Física en el Convento Franciscano de la Capital del Virreinato. Sus enseñanzas se conservan en el convento de San Francisco en Jujuy.

Rodríguez quedó impresionado por los patriotas y revolucionarios de comienzos del siglo XIX, convirtiéndose en un patriota y escribiendo un poema en 1807 dedicado a los esclavos que defendieron la ciudad durante las Invasiones inglesas. Se hizo amigo y maestro de Mariano Moreno. En 1810 participó activamente de los procesos independentistas y fue nombrado director de la Biblioteca Pública de Buenos Aires (actual Biblioteca Nacional) cargo que desempeño hasta 1814. También fue nombrado como Superior Provincial de la orden Franciscana.

En 1811 fue elegido ministro provincial; y en 1813 se lo designó como miembro de la Asamblea General Constituyente de 1813, encargándose de redactar los diarios de las sesiones hasta la disolución de la asamblea en 1815. Fue elegido como representante de Buenos Aires para el Congreso de Tucumán de 1816.

Después del Congreso, Rodríguez volvió a sus responsabilidades religiosas y públicas. En 1822 fundó el periódico El oficial del día, en el cual defendía a la Iglesia ante las reformas impulsadas por Rivadavia, (entre las que se cuentan la abolición del fuero eclesiástico y el diezmo, supresión de algunas órdenes religiosas, etc.), las cuales eran defendidas por el periódico El Centinela. Luego de la promulgación de las leyes de Rivadavia se retiró de la vida pública, dedicándose a sus deberes religiosos.

Falleció el 21 de enero de 1823 en el Convento Franciscano de Buenos Aires, a los 62 años de edad.

En 1903 se inauguró un monumento de bronce en la plaza que lleva su nombre, en la localidad bonaerense de San Pedro.




Poema que un Amante de 
la Patria
(1761-1823) 

Fray Cayetano Rodríguez



Poema que un amante de la patria,

Consagra al solemne Sorteo celebrado en la plaza mayor de Buenos-Ayres, para la libertad de los Esclavos, que pelearon en su defensa

Con licencia: En Buenos Aires. En la Real Imprenta de Niños Expósitos.
Año de 1807.


Llegó el felice día,
¡Oh! pueblo a todas luces venturoso
en que la musa mía,
(Cediendo sus temores a su gozo)
Puede cantar tu triunfo, tu victoria,
tú más heroica acción, tu mayor gloria.

Para ceñir tus sienes
esta piedra faltaba a tu corona.
¡Oh! pueblo, ya la tienes,
y ella es sin duda la que más te abona;
pues al nombre de fiel y valeroso
el dictado te añade de piadoso.

Disfrutabas contento
de dulce paz, efecto de tu brazo,
tu victorioso aliento
te preparó morada en su regazo:
Pero esta gloria fuera muy menguada,
si tu piedad quedase desairada.

Tú, sin par generoso,
por un rasgo de honor inimitable,
realzando lo piadoso,
te prestas a favor del miserable,
dejando de algún modo satisfechos
de libre condición justos derechos.

Más humano que aquella
antigua Roma, la ciudad del mundo,
tu honor piedades sella
que te hacen el primero sin segundo,
pues si Roma forjó cadenas tantas,
tú, vencedor con gloria, las quebrantas.

No dicta sabia Atenas
dictámenes más bellos. Tú has formado,
de amor y piedad llenas,
leyes que al oprimido ha sublevado,
consagrado a su alivio y su consuelo,
tu gratitud, tu bienes y tu celo.

El secreto has hallado
de aumentarte celosos defensores,
pues también has pagado
de su inculto valor raros primores.
ni saben cual es más al mejorarlos,
si haberte libertado, o libertarlos.

No gima ya la triste
humilde condición del miserable,
pues que desde hoy ya viste
librea nueva de honor más respetable.
A su heroico valor se lo ha debido,
y a tu piedad ¡oh! ¡pueblo agradecido!

Jamás te ha amanecido,
buenos Aires feliz, más claro día,
que aquel en que has sabido
los llantos convertir en alegría,
a tantos redimiendo del pesado
yugo de esclavitud que habían cargado.

Esta acción te coloca
al lado de Mentor, del sabio Minos:
como a ellos dar te toca
de gobierno dictámenes divinos:
pues es menos vencer, puesto en partido,
que premios saber dar al que ha vencido.

Doquiera que el sol luce,
y de esta noble acción se haga memoria,
al punto se trasluce,
tu fama, tu piedad, tu honor, tu gloria;
y envueltas quedan en conceptos vagos
las Espartas, las Romas, las Cartagos.

No ya solemnes vivas
escuches de los pueblos más lejanos,
ni plácemes recibas,
porque heroico venciste a los Britanos:
Que más gloria te da lo generoso,
que la nota de invicto o victorioso.

En tu intrépido aliento
de Sagunto y Numancia copia fuiste,
y quizá algún momento,
tan valientes excesos excediste;
mas, en premiar del pobre el heroísmo,
eres ejemplo y copia de ti mismo.

Aunque te son debidas,
están demás columnas e inscripciones:
Que están bien esculpidas
en el alma de todas tus acciones;
pero ésta sólo erige un monumento,
que por único y raro es un portento.

Si a la par de tu anhelo
acreciera tu haber hasta lo inmenso,
ejercicio tu celo
hallara en tus piedades más extenso.
¡Y qué fuera, tu tesoro
el encantado vellocino de oro!

Tanta piedad consuela
a quien el hado barajó la suerte,
y fino se desvela
por motivo más noble en defenderte;
reputando quizá yugo suave
el que antes soportó molesto y grave.

Esto hace tu decoro,
¡Oh! ¡pueblo fiel! y acción de tanto grado
Es la manzana de oro,
Que te hará en ambos mundos envidiado;
Ni será la discordia por ganarte,
Si, por tener la gloria de imitarte.

Del Argentino Río
las aguas publicaron tu victoria;
pero a esta acción le fío
que eternice en el globo tu memoria:
Así resonará de polo a polo
con crédito inmortal tu nombre solo.
  
¡Oh! quiera grato el cielo
impartir premios con benigna mano,
dando a tu heroico celo
guirnalda eterna, premio soberano,
porque una acción que en sí todas encierra,
recompensa no tiene acá en la tierra.

Entretanto, recibe
el aplauso común, pues él te aclama:
Feliz, descansa y vive
en brazos del honor y de la fama,
y sea tu nombre célebre y famoso,
el pueblo fiel, valiente y generoso.







MARÍA ELENA SOLÓRZANO [14.926] Poeta de México

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María Elena Solórzano

Escritora mexicana (Delicias, Chihuahua, 1941). Licenciada en educación primaria, es profesora de biología. Tiene estudios de letras hispánicas, inglés y náhuatl. Asiste al taller de poesía de Oscar Wong. 

19 poemarios publicados. Ecos, Piscis, 1980. México. Poema inconcluso SOCE, México, 1985. Arco iris de papel, Autor, México 1996. Sirimiris, Pluma del ganso, 1997. Eterna amante, O.M, México,  1997. En un rincón… Pluma del ganso, México 1998.Trueque al alba, Praxis, México  del ayer. Miradas del ayer DIF, México, 1999, Viento de obsidiana aBrace2000 Vestigios de luz (2002).  Círculo de Poesía (colectivo), aBrace, Uruguay, 2003. Gruta de espejos, Papuras, México, 2004.. Los cánticos del ángel, Urdimbre, México, 2005. Salmo de luz, Arde editoras, México, 2006. Los secretos del enebro, Premio Nacional de Poesía 2007, Tintanueva, México 2007.Fridamariposa, Tintanueva, México 2007 Arena luminosa, Colectivo Morelia, México, 2007. Los transtextuales en México, Urdimbre de conjuros. Editorial Letralia, México 2009. Incluída en diversas antologías de México y el extranjero. Traducidos algunos poemas al inglés, portugués, italiano y náhuatl.


LA MUJER DE CRUDEN

Soy la mujer de Cruden.
Sentada junto a la leña que todavía no crepita,
enciendo el fuego con un rezo.
Tomo la harina y la mezclo con suspiros,
la amaso con arándanos y nueces.
Esa noche reparto pan entre los ciegos.

Ordeño la cabra y guardo la leche
para que fermente con la luna.

Cubro el sagrado fuego con la frescura de la noche.

Cruden me mira y me toma por esposa.
Dice: “Ha llegado la bienaventuranza,
mi mujer es una gacela,
corre más que todos los venados”.

Daré a luz y no quiero que me miren,
pero me obligan a correr con los caballos,
con los animales de ojos enlutados
y crines de plata.

Los miro en mis noches de insomnio,
froto mi cara en su pelambre
y beso sus cálidos belfos.

Ganaré la carrera,
llegaré con el viento del Norte a mis espaldas.

Al final del trayecto daré a luz a los gemelos,
quedaré con las pupilas nubladas de gardenias
y las manos pletóricas de cantos.

El rey vio el derrame del parto,
todos sintieron el desmadejamiento
y quedaron débiles,
como una novia enferma de nostalgia.



FIMN Y LA CIERVA

Corre la cierva entre los trazos de la grama,
los perros van tras ese pelambre que refulge,
rabiosos mastines la olfatean,
estremecida ante el acoso se detiene.
Fimn la vida le perdona,
ella lo sigue mansamente,
con el espejo del sudor sobre sus carnes.
Se recuesta sobre sus pies de lirio y azucena.
En sus pupilas todos los turbiones.
Acurrucada entre las guedejas del cordero,
con la piel sembrada de temblores,
una bella mujer lo aguarda
con los senos como dos caracolas de espuma
y en los ojos todas las violetas del destino.
Tierna como la melodía que entona la calandria
durante la canícula acitronada del verano.
Dócil como una torcaz de quebradas alas.
“Soy Saba, tu mujer, estoy aquí
para guardar tu semilla y ofrendarte mis granadas,
para que rieles mi piel y bebas en el cuenco de mi mano”.

Él partió a buscar los damascos más preciados,
a derribar los muros de la sangre.
Cruzó los páramos donde viven los leprosos
y fue a buscar el diamante oculto en el romero.
La volvieron a tocar con una rama de avellano.
Cuando regresó,
Saba era otra vez la cierva,
la que comía en el pesebre
y cohabitaba con las bestias.
Ella huyó y se refugió entre los helechos
con su locura de pájaro extraviado,
con su piel desgarrada,
con el corazón cubierto de calina.
Fimn buscó a Saba durante siete años,
siete años en húmedas cañadas,
siete años con la muerte en el carcaj,
siete años con la lengua llena de salitre
y las manos vacías de mar.

Al pie del árbol que perfuma perdices y trasuda miel
encontró a un niño sin vestido ni sandalias,
con el pelo alborotado pero lleno de estrellas.
En sus pupilas se habían arracimado todas las violetas
y en su piel medraba el alba.
“Yo no conozco padre o madre,
sólo sé que fui amamantado por una cierva
con los ojos claros como un descubrimiento
y el aliento tibio como la leche que mana de las diosas.
Ella me cuidó entre las setas rojas del bosque
y me calentó con su vaho durante el invierno”




DREIDE Y NAISI

Deidre escapó con Naisi
hasta la tierra de todas las congojas.

Hasta ella tres pájaros llegaron
con las plumas teñidas con vetas de agua,
con tres gotas de miel entre los picos,
con un aleteo que parecía un rumor de soles,
con un temblor de venado en agonía.

Los ojos engañan,
los ojos miran girasoles,
los ojos se deslumbran con las sirenas
y los oídos se abren a las notas
de su canto colmado de amarillos.

Otra vez corre la sangre,
esa noche decapitan a sus hijos
y ella se convierte en la más humilde de las hierbas,
trastoca en ceniza, verde brizna,
amarga pócima de ortigas.

Vuelve a ser mujer,
obligada por oxidados crucifijos,
por leyes como gorriones ciegos.

Vive con el asesino de sus hijos,
entre los torbellinos de su mente,
en una cueva llena de tarántulas.

Con las uñas macera la carne de sus pechos,
bebe ponzoña de alacranes,
de alimañas venenosas se alimenta
para que la semilla no germine
en su vientre que antes fue latido.

Hace tiempo Naisi duerme
entre las larvas obcecadas.

Ella muere en su tumba,
le ofrenda la amapola de su carne.

Florecen en dos álamos de nácar
junto a la breva que cercena los contornos.



Gruta de espejos



I

Linfa con palpitación de orquídea
mi ofrenda es un requerimiento
para que mis ansias encamines.

Hiere efervescencias la pezuña.
Arrastra la arena con unción
(detiene al centauro en su galope).

En el despeñadero se demora.
Se posa en mi clavícula,
me sojuzga lentamente.

Beber, yacer en el venero.

El momento se derrama.



II

Tus manos develan mis caderas,
enjugan los derrames de mi sexo.

Bálsamo que aguardo,
tus besos recorren mi silueta,
electrizan todos los instantes.

Fauce de obsidiana,
soy la urgencia de tus dedos;
(el candor por siempre me perturba).

Sobre mi frente trazas signos de vida.

Me entrego a las manos de la tarde
(detrás de la cortina el naranja se desgaja).

Tu deseo, cilicio que rodea mi cintura,
devela los secretos de mis senos.



III

Tus manos desecan la nostalgia,
en la transparencia del alba se revuelven.

Saben de mis hambres, de mi urgencia.

Conocen el sacro espacio de mi pubis.



IV

Tus brazos recogen mi ternura,
intentan como siempre sosegarme.

Inscritos en la hoja del marrubio,
instalados en el aire de la alcoba,
alimentan mi deseo.

Se confiesan los rumores,
bajo la piel se mueven
sorprendidos peces.

Tus brazos me saben a canela,
a siempreviva huelen.
Me impacta su dureza
aunque a veces son tan suaves
como nota de fa en violonchelo.



V

Trazo signos y vivencias.
En tu torso dejo mi extravío,
los enigmas de la esfinge.

Mi pecho yace en tu costado,
lo dulce de mi lengua te enardece.
Florecen mis pezones.



VI

El dedo índice dibuja
el nacimiento de un lunar
junto a tu ombligo.

Desciendo.
Un caracol se ahoga en la marisma.



VII

Me atraen tus axilas.
Acurruco mi cara en su oquedad,
aspiro su lavanda,
su vello enmarañado
tibieza de solsticio me trasmite.

Me enervan tus emanaciones
mientras en santidad descansas.

Atravieso tu mutismo.
Rescato del trance tu mirada.



VIII

Tu ombligo es un enigma,
la mitad de tu bella geografía,
el punto nodal de tu epidermis.

Buscando una moneda lo recorro,
encuentro la llave clandestina
que al centro de tu vientre me conduce.
Allí trasciende la semilla.
Allí los advenimientos nacen
y se ocultan los azogues.

Instante de abiertos tulipanes.

Tu ombligo es alborozo de la tierra
y no me importan nubarrones
ni murallas en los cerros
ni los hirientes guijarros de la calle
ni el trueno que rumia la tormenta.



IX

Madura panoja que subyuga,
tus labios buscan en mi vientre
palabras que jamás se han pronunciado.

Para siempre herida
en el fondo de mi piel y de mi espacio
con mis zumos anhelas bautizarte
y juntos recorremos la distancia
que de nosotros mismos nos separa.

Ni vértigos
ni sombras ni palabras:
tan sólo hay tocamientos.

Tu boca deambula por mi cuerpo,
se extravía en el zarzal de mis urgencias.
Tu boca, vertedero de amatistas,
donde ciegos parlotean los gorriones.

Se esconden las quimeras,
murmuran los fantasmas
sobre el desahucio de la vida.



X

En la serena espera
del aire descubro el fino pulimento,
el estigma cubierto de violetas.

Tu voz resuena como pozo limpio,
ocupa en mi vigilia el último reducto
y el primer escalón del sueño.

Tú me llamas
y sólo soy inocente halo de luna,
amargo polvo de alumbre.

Me llamas para unir palabras rotas,
vaticinios y cánticos nocturnos.

Otra vez naceré en la flama,
otra vez seré lúbrica cigarra.



XI

El centauro trota en la orilla del mar,
su cabellera brama con el viento,
refulge su pelambre,
sus cascos se manchan de azul.

Bebo esencia de caléndula,
prende el fuego en mis entrañas.

Mis pupilas lo acosan,
me requiere,
al galope nos perdemos
en la gruta del acantilado
donde humean los siglos
y salpica licores el verano.



XII

En las brasas te contemplo.

Tus ojos como hogueras me protegen,
de cobre los secretos entrelazan.

Tu mirada converge con la mía,
gozo los destellos con la pupila abierta.

Tus ojos son abismos,
                                       ataduras,
                                                        fragmento de mi vida.
Trasminan inquietudes.
Fecundan mis senos con su luz.
El azar ha puesto
ante mí tu iris de gaviota.



XIII

En tu espalda, atavíos de agua.
Escurre intemperancia, serpenteo,
exequias de aburrimiento,
sortilegios, los caprichos.

A la trasgresión su curva invita.

Como loba al acecho
mi nombre gruño en tus muslos de marino.

Pulso el tacto desbocado,
me embriago con el agua de tu espalda.

Ninguna contención,
la resistencia se derrite.

En tu piel decanta
humedad de musgo.



XIV

Para reptar sobre tus hombros
en larva me convierto.

Conozco de tu sal y su destello.
Te cubro con mis polvos y carmines.
Alborozada lluvia de centellas
mi trópico atraviesa.



XV

Si me convirtiera en Luna
la noche rastrearía tu silueta.

Me posaría en tu frente
si tu mirada fuera llama.
Cegaría tus ojos con blancura.
En el lago te ungiría.

La espiga de mi vientre
tendría por fin tu palpitar
entre tus piernas.



XVI

Panes de amaranto mis pezones.
Cuando la primavera
vislumbra los brotes del durazno
y la jacaranda se astilla en el morado
tejo contigo redes de lascivia.



XVII

Por la calle se esparcen los geranios
(el verde retrocede).

Una mariposa azul
galantea en el bifurque de caminos.

Nace un manantial, los líquenes se abren.



XVIII

Esconde su canto la cigarra,
en las hojas se envuelve
para soñar en la copulación
de la libélula.

Te ofrezco el sabor de mi granada.



XIX

Cuándo vendrá
a mi gruta de espejos
el centauro.

Cuándo yacerá sobre mis muslos
y cuándo vendrá a ofrendarme
la savia de sus brevas.



XX

Daga de luz
separa los breñales.
Me brinda su esencia luminosa.

En medio de mi vientre duerme
con los párpados sedientos
y al ritmo de mi pulso.
danza el germen transparente.

El centauro penetra como un ángel
en la gruta y las hogueras.
Surca efervescencias,
arrastra con unción la arena.




TIEMPO DE HIGOS 



XIV

 Mi canto ya no hechiza a los marinos
ni a los hombres que caminan por la playa.
Ya no se enredan las algas en mis dedos
ni se pegan las medusas a mi piel.

La sal me seduce.
Cuando cierro los ojos en tardes de estaño,
la degusto en el centro de mi lengua.

Su sabor excita mis neuronas.
Bebo tu cuerpo de agua y sal.


XIX

Albas paredes,
- fulgurante lámpara – el quirófano.
A través de mi inflamado vientre
el médico aún escucha sus latidos.

Me paraliza el frío.
Ahora soy agua y quiero desbocarme,
ser árbol o granizo,
la corza que huye del tormento.

El parto se avecina,
Pero, ya no late su corazón de tierna hierba,
daré a luz entumecida carne.
Los jugos coagulados,
tulipanes rojos en su piel.

Mañana, vestida irá de blanco
Para ofrendarlo a los labios sedientos de la tierra.  


XXX

El último santuario de la lluvia,
El último reducto de esta lágrima.

La misma huella líquida en la hoja.

La frescura seduce a los insectos,
brota de la piedra el borbotón,
la sed en la montaña se apacigua
(un vaho sacro penetra los ovarios,
culminan en estrellas las semillas).



XXVI

Los varones mis pócimas tomaron,
locos van por caminos cercados de alacranes,
a buscar el amor en cada puerta.

Durante tres años caminaron sin rumbo
con las piernas rotas y el corazón enfermo.






LAURA CÁRDENAS [14.927] Poeta de México

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Laura Cárdenas 

Escritora nacida en Ciudad de México en el año 1942. Se licenció en Historia del Arte y actualmente se dedica a dictar clases de Estética e Historia del Arte en diversas instituciones. A su vez, compagina estas labores con la escritura, que es su gran pasión.
Entre sus obras publicadas se encuentran los títulos "Puerta entreabierta", "El cáliz del alumbramiento" y "Perseguido olor a casa". Como poetisa, goza de una profunda sensibilidad y utiliza a menudo elementos sensoriales, tales como como aromas y sabores, para construir a través de ellos una experiencia muy particular. Cabe mencionar que el suyo es un estilo sumamente intimista pero que aborda situaciones y sentimientos con los que muchas personas podrían sentirse identificadas.
A continuación, es posible leer el poema "Reflexiones"; en él, la autora expresa los conflictos que en ella genera la necesidad de decidirse entre ser una mujer socialmente normal y dejarse llevar por su deseo de vivir lejos de las estructuras impuestas por la sociedad y cultivando esa ambición profunda de escribir. Es un grito de auxilio que emerge desde su interior, su propio yo, su verdadera esencia, que desea imponerse y liberarse. En la poesía, esta mujer encuentra el espacio para explotar ante lo políticamente correcto.

LIBROS DE POESÍA: El cáliz del alumbramiento (1989), Puerta entreabierta (¿?) y Perseguido olor a casa (¿?).






Desenterraste el recuerdo
mientras aromas y sabores
a miel
se desintegraban
tu cuerpo se encogía
inmensamente caído
y rodabas.

Atrás 
un sol brillante.
y lunas perfectamente redondas se burlaban
cuando tu entendías
incorporándote al fin.



:

Nunca me has querido
la acuso
mientras ella
acostada
me ordena
regresar
al templo
de mi padre.



:

Cuentas de rosario
el nombre de mi madre
acariciado lentamente entre mis manos.

Útero sin pulsaciones
cuentas de rosario
muralla de proximidades
sellamiento de vaginas
superficie aislada de mis dedos
el nombre de mi madre.




:

Cuando quiero volar 
y comprendo que al fin conoceré 
a Dios
el esperado
que el fin
seré yo misma
Contemplo el tabernáculo de mi padre
mi madre ríe
grotescamente
y Dios me abandona.




:

Mis hermanas han creado
hijos
en sus cabellos.




:

Cuando callé
mi cuerpo se convirtió
en esfera
y explotó.
Los otros usaron mis pedazos para cubrirse.




:

Verdaderamente sorprendida
de encontrarme techada todavía
después de haber perdido mis muros.




:

Estoy abriendo mis miedos
dejando penetrar
orgasmos y eclipses.




Reflexiones
               
No, yo no puedo echarle la culpa a él. 
Si cuando nos casamos hubiera entendido
que no había necesidad de tants cosas,
que no iba a pasar nada, que el suelo no se iba a resquebrajar
ni caer uuna gran tormenta cuando yo bajara y oyera mi voz.
Pero me forcé, quise ser una mujer como todas,
dulce ama de casa, lavadora de ropa automática, hacedora de sexo...
Ahora todo se rompe en mil pedazos y los cristales no están en el suelo
están en mi carne y me sangran; los cristales me sangran.
Mi único recurso es escribir, allí me encuentro a mí misma.
Las palabras son yo. Sólo escribiendo puedo verme.
Después y antes yo no sabía quien era. Ratona, marciana, lunática,
pero no un ser de este mundo, quizá el eslabón que no embona;
la pieza perdida de un rompecabezas que ya no importa.
Para concretar algo hay que perder algo,
yo estoy licuándome, deshaciéndome para encontrar eso de adentro,
eso que soy inmensamente. La contenedora, la Coatlicue,
la dueña de todo y dueña de nada, la inmersa en el aire,
la mariposa, la bruja, la esposa, la madre frustada, eso soy,
tejedora de sueños, adaptada a los sueños de todos.
Araña lunar. Envidiosa de estrellas. Eso soy.
Ahora que se rompe todo, no puedo echarle la culpa a él.
Quizá... recuerdo entonces. La casa inmensa. cuando niña. El huerto.
Laura, oía, escondida detrás de un árbol con un libro robado.
Laura, y yo no respodía.
Desde allí el mundo no existe, solo una niña sentada, sola...
Gritos
Mi rebelión
¿Por qué soy diferente?
Maldita diferencia, maldita, y tú devoradora de libros,
de pinturas, eterna visitadora de museos, de cuevas, de profundidades.
Odiadora de superficies. Maldita seas, ¿sabes? maldita seas.
Sí, te duelen las texturas lisas, tu superficie es agrietada,
poblada de monículos, llena de sombras.
Y no puedes tocar, no tocas. Aislada, no te aceptas,
no te integras, quieres el pene exacto para tu vagina, el exacto.
Y tu vagina crece, y tu vientre crece y te vuelves absurdamente esférica,
mujer esferea hueca, hueca.
La sangre te corre, te corre y te vuelves roja
como la luna tocada por un sol que se va.
Se va...
Vienes tú, mariposa preñada de ti misma, dadora de ti misma.
Dime ¿Dónde inventaste tus sueños?
Tus sueños globos rojos semejantes a la vida.
Dime también ¿Por qué te detienes, por qué te amarras?
Agarrada de pensamientos como torres. ¿Que esperas?
derriba las torres. No, las ventanas no bastan,
hay que tirar las torres, limpiar los vómitos, 
ver cara a cara a sol.
Encantadora de serpientes ¿qué esperas? Tú rastreadora de luz,
incinerada de noche, lúcida estrella, títere de Dios.
¿Qué esperas?
Las torres caen.
Emerges del terremoto, del agua, del sismo;
bañada por el viento, inmensamente rota, unida, cicatrizada,
convaleciente, monolítica. MUJER.




PALOMA CASTRO LEAL [14.928] Poeta de México

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Paloma Castro Leal 

(1942-2009)
Ciudad de México. Poeta. 

LIBROS DE POESÍA: A la sombra de Dios (1958), Ecos del silencio (1989) y Entre la tierra y el cielo (1996).







De el libro Ecos del silencio de Paloma Castro Leal 
In memoriam



Poemas de mi madre

Estoy ya por salir
y no te veo
y sin embargo
es como si estuvieras
más aquí que nunca.

Te siento como una oleada
de viento fresco
que con cariño me hiciera descansar.

La vida mia
la tengo para amarte
con más que palabras
y silencio
con esta alma
que no pudiendo contenerte toda entera
se estremece por ti
y en tu distancia.

Pienso en tu perfil excelente
que como medallón me ha robado el alma
tu perfil de mujer
en que se aúnan la belleza y la calma.

Pronto lo miraré
completaré en él
tu cordura y tu sabiduría
y su sombra será mi nido
y mi refugio.

El amor que te tengo
es como una ola
que va creciendo
hasta llegar al cielo de mi dicha
por tenerte
y esta ausencia
que parte mis sentidos
no es distancia
porque te tengo dentro
en mi corazón
que es la corola de tu perfume.

Contemplo tu recuerdo
como un día
en el que no anochece,
cuyo sol eres tú.

Y ese sol tan cercano
calienta el frío
de mis noches en las que sola
pienso en él
y en tu figura excelsa.

Quisiera yo escribir
con mil latidos
que todos te repitan,
susurrantes,
para que estés aquí.

¡Madre!
De tus entrañas salí
y vuelvo a tus entrañas
en esta oscura noche
de Nueva York.

Ya todo está tranquilo
menos mi corazón
que palpita por ti
con la esperanza
de verte
y de tenerte cerca.

Toda esta oscuridad
es como un camino
que me lleva hacia ti.

Pronto, muy pronto
para estar contigo
cerca de tu largueza
y hermosura.

¡Ya no tengo palabras!
y te extraño
y ya mi corazón está contigo.







No en vano

No en vano
te he llamado desde mi recuerdo,
linderos vastos dond epasta tu alma
-siempre gemela-.

No en vano
te perfilas
en este horizonte
donde las llamas
de mi amor te cercan.

No en vano
te he esperado
fantasma enamorado
de tu aquí
que confirmo
y persevero.

No me deje
tu nombre,
no me dejen tus huellas
no me deje tu sombra
incalculable,
oasis temblorosos de silencio.

Perdúrenme tus quejas,
tus dolencias,
tus ausencias
los gemidos de tu alma que nos une.

Sobreviva tu voz
en estos cantos
tu porte
en estos versos
tu amor
que nunca es ido.

En los límites
ciertos de mi dicha
estás tú.
Ausencia inenarrable.
cerca de este sendero
en que me asomo
corre el caudal
de tus aguas solemnes.

Es un sueño
que te has ido,
es una pesadilla
el que no volverás.

Pero te ciñe
el anillo impertérrito
de mi anhelo infinito
de mi intensa ternura
disecada.

Cerca de mí estarás
hasta la muerte
mi muerte
que también será la tuya,
nuestra muerte
conjunta.

Y mientras viva
exaltará mi seno
su dolencia,
sensata y plañidera,
como canciones buenas.

Difúndese tu eco,
tu aureola de santo,
vio la luz en mí,
¡estoy transida!







OLIMPIA BADILLO [14.929] Poeta de México

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Olimpia Badillo

Nació en Ciudad Fernández, San Luis Potosí, México el 5 de julio de 1943. Poeta. Estudió la maestría en lengua y literatura españolas en la Escuela Normal Superior de la Ciudad de México y un diplomado en estudios literarios en la UIA. Ha sido catedrática en la Escuela Normal de San Luis Potosí; coordinadora del taller literario en el Museo Nacional de la Máscara; integrante del comité directivo de la Red Nacional Autónoma de Talleres Literarios. Primer lugar en el Concurso Estatal de Poesía 1991 por De memoria y piel.


Obra publicada

Poesía: Vidrio color de nube, (plaquette), UAZ/Boldó i Clement, 1990. || De memoria y piel, Ponciano Arriaga, El que Escribe, 1997. || A cadena perfecta, Armadillo, 1998.





En el pórtico del sueño

Sería bueno despertar corriendo las cortinas
abrir la boca
y soltar la carcajada maloliente
del ayuno
hacerlo con urgencia y decir
que me han brotado de pronto tres hermanos
que aparte del incesto
y del pecado
tres políticos se bañan en el charco de erecciones
dialécticas y niñas.

Desellar con llanto los postigos
por donde silba la sangre de las rejas,
restar todo el acero de los ojos
para llevarnos los párpados corriendo
hacia el trabajo
extender más la sed de cada brazo
e inesperar la religión
la que pinta las paredes con heces
y arranca los cascajos de gobiernos
papelosos.

Sería bueno gritar los tragaluces 
todos
y ponerlos enfrente de nosotros
hacerlos engordar nuestra figura
radiografiar el pensamiento
deformarle
traspasarle
las ideas
quedarnos en medio de sus vidrios
como carne inmordible
y nadar en su gruesa trasparencia 
sin temor de ahogarnos.

Sería bueno mirarnos al espejo
al nuestro
y al de otros
romper uno por uno
hasta dejarlos hechos miles y ver en ellos
nuestros ojos
cientos de ojos
cientos y cientos de cuerpos desenteros
cientos y cientos de reflejos incompletos
de miradas trozadas
de caras y brazos en astillas
de imágenes totales
que se deshicieron con la sola mirada
del destiempo
en un múltiplo de azogue
derretido.

Sería bueno aventurar por el espacio
de las moscas
parasitar con ellas el sueño inexistente
los recuerdos
las lepras silenciosas bajo el sol de cada
invierno
las costras maquilladas
las viandas y el vómito después de cada éxito
las caras inmortales de los muertos
que se crecen
al beso de un pie resquebrajado de tristeza
alcohólico de sol
y regresar con ellas al sepulcro abierto
echar una impureza
frotar las manos repetidas veces
hasta quedar ligeras
para volar de nuevo.

Sería bueno llegar puntual a la fiesta
del último silencio
alistar el traje nuevo
que nunca quisimos ponernos
ensayar la entrada
de cuerpos que se extienden a dar la bienvenida
acompasar el paso
ritualizar la voz de los porteros
serenarnos con la ausencia de luces
que habrán de esconderse a nuestro arribo
tomar de la mano al polígamo padre
que revisa la naturalidad de los papeles
en el pórtico del sueño
-que nunca supimos si logró realizar-
pero antes
mucho antes
chistarle al conductor que a veces lleva prisa
por dejarnos
gritarle con el pensamiento que desacelere 
recordar su nombre
y tocar la altura de su espalda
y con la mejor de nuestras voces al oído decirle:
despacio
más despacio.






Para morir adentro

Mi conciencia habita poco a poco
esta falsedad
el nombre que me han puesto sirvió de pronto
para llenar el requisito
y decir que es propia
la casa donde vivo;

Sin embargo
aquí no están mi polvo ni mis pasos
han sido triturados por el código
infalible
y cada muro es un papel ajeno
en el que no puedo escribir.

Mi sangre se ha untado a los tapices
que chorrean preguntas
y al cerrar las ventanas 
el aire me recuerda que también es otra boca
que me come
con una inhalación de sed eterna.

Voy odiando tener hambre dentro de estas paredes
donde habre de tomar una moneda
que tampoco es mia
con la que iré redondeando la calle
al gritar la canción
que crece en el ultraje de las posesiones
que tiene el viento
que tienen los papeles
los que siempre mienten
con renglones fabricados de fechas
nombres
y
lugares.

Nada se parece al tiempo que me sabía
a sueño
y
a tristeza
en la casa niña.
Sobre este piso donde la música
de cada árbol se mancha de silencio
no he podid0 trazar el aeroplano
ni jugar a la rayuela
o brincar sobre un pie para ganar
y llegar al desván de aquella abuela quenunca conocí.

Con este cansancio
habré de sentrame otra vez -como cada tercer tarde-
en quel sillón playero
donde mis ojos no existieron
ni siquiera mis brazos
nada
donde mi cuerpo sólo fue las franjas de cotin
que se adentraron
por caderas y espalda 
haciéndome cárcel
de independiente espacio
por donde se paseaban las hormigas negras
subiendo y bajando entre macetas
con pedazos de espejos
entre botes con flores de colores
hasta meterse al hueco de mis ojos
trazando los renglones
spultándome
quedando sólo
para morir adentro
en otra falsedad de hogar prestado.




Mariposas Monarcas

Qué harán con tanto olor a lluvia entre las piernas
con tanta humedad en celo, dispuesta al viento
a la mordedura de los árboles recién cortados
horadados en la mirada santa
de una mano que mendiga sus muslos.

Duelen las adormideras de sus lechos
Y no hay arrullos
Se les cansan los senos de tanto mirar arriba
buscando troncos en el cielo
que les enderecen el alba,
que caminen con ellas,
erectos
cosquillándoles el borde de las alas,
oliéndoles la savia virgen de su triángulo,
el verdor del tiempo que llevan parpadeando
en el deseo
con la misma pregunta.

Cómo se les carga el ansia en el bulto
de la oruga
cuánta falta les hace el esqueleto
se abren y se cierran de abajo arriba
abrazándose solas
llenando la corteza con el cristal que les brota
despacio para mojar la pared
donde sostienen su quehacer resbaladizo
y multiplican los altos
y los bajos de la única música
que no daña el movimiento
Cometas de espaldas amarillas que sólo se abrazan
se besan
se ahogan
apoyan su piel en invierno
recargan su noche encima de todas
copulan dormidas vírgenes anuarias que no llenan de amar
que se untan una con la otra
desnudan su viaje
gotean la abertura de otra miel que yace despierta
en la hoz de sus ansias viajeras
El encierro les grita,
las mancha
les deja ruidos color manzana en los ojos
les abre de oriente a poniente las puertas
y otra vez se acercan se buscan se huelen,
se abrigan los pies la cabeza
los brazos el pubis el tiempo
se ungen los sexos se suben se bajan
(se aprietan)
la prisa de siete segundo las hace ligeras
lunares nocturnos en papel de china
pintados de hierba.

Cómo no se infartan junto a las estrellas
cómo Dios les ruega que pierdan el tiempo
asidas al verbo de esa sed sin pena
ni freno
cómo no regresan secas por donde vinieron
cómo no les ajustan ni éste ni otro invierno
cómo no les espanta la cárcel que vuela sobre sus cabezas
ni los alfileres que las atraviesan
o los vidrios del escaparate
donde mueve el polvo sus alas de fiesta
cómo no les cansa ese amor en cada ala
cómo esa felicidad no les perturba el ruido
que sueltan:
pajas peregrinas
hermanas cada año
cortesanas de viento
meretrices
monarcas.






Reptar en cruz

AQUÍ
bajo el mármol
escucho nuestro temor como ritual nocturno
y vuelven mis torturas
tragándose el revés de mi piel con el grito esperanzado
de tu mano

Esta angustia es mentira de larvas
que defienden la huella del destierro.

Es viento que viene hollar con tu cabalgadura
todos mis cráteres
mis trastocadas redondeles
vestidas hoy de luto blanco.

Es diámetro que existe entre tú y yo
en un intento de ser cárcel.

Aún así, voy:
Vamos:
presagiemos la búsqueda
desmadejemos el movimiento final
articulando nuestras voces
para reptar en cruz
sobre otro cuerpo






Con el viento a favor

VIAJO en cuerpo
ola encendida donde mi boca muere
y resucita
noche temprana de volcán abierto
que se lleva a refugiar mi vientre para saciar a Dios
otra vez en octubre

Viajo en tu cuerpo
me basta el espacio húmedo en tu presencia
y te recorro
abro mis tempestades
se inundo
primero las manos que gritan el camino
para heredar tu piel
con mi reflejo
luego mis poros buscan a los tuyos
y se abren
se abren
como ojos navegando oscuridad
como boca que recibe la cascada
la lluvia
o la muerte.

De proa a popa repaso los meridianos cero
de tu sombra
nocturna mariposa que yace a mi costado
en aliento permanente
pálida contraluz y ansia de veinticuatro arenas
sin reloj
de veinticuatro orgasmos libres e infinitos
Voy despacio
presiento un mínimo de luz un tu silencio
y me dejo llevar
te llevo
a mi modo te llevo
a intervalos te gasto
me consumo
te consumes
me sumas a este territorio de humedad
que brota de los barcos sin anclar que somos
y te pierdes
dentro de mi viaje te pierdes
hasta prender tu ritmo a mi cintura
y correr por tu agonía mi agonía.

Somos el mismo potro, la misma grupa
galopando hacia todas las vidas moribundas
con el viento a favor
Somos el mismo viaje
las mismas manos recogiendo el ritmo de los árboles
respirando agua a contraviento
somos tú y yo
sólo tú y yo.





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