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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ANTONIA HUERTA SÁNCHEZ [14.250]

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ANTONIA HUERTA SÁNCHEZ 

(Almansa, Albacete: España, 1973).
Poeta, profesora y traductora. Autora del poemario Clepsidra de invierno (Torremozas, 2013), su obra ha aparecido en diversas revistas como Círculo de Poesía, Almiar-Margen Cero, Palabras diversas, El Laberinto de Ariadna o Letralia y en el volumen colectivo Antología Internacional de Mujeres Poetas, compilación en homenaje al Festival Internacional de Poesía “Grito de Mujer” de la Fundación Mujeres Poeta Internacional y Biblioteca de las Grandes Naciones en la primavera de 2014. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, en Filología Hispánica por la UNED, Especialista Universitario en Fundamentos de Didáctica para la Enseñanza del Español L2/LE por la Fundación de la Universidad de la Rioja y DEA en Filología española y Teoría de la Literatura, es investigadora en el campo de las relaciones entre la poesía moderna y la fenomenología, así como en las cuestiones de la poesía de género y el surrealismo. Ha sido becaria del MAE-AECID y traductora de Alki Zei e Irini Marra en el marco del Proyecto Only Connect Comenius de cooperación transnacional griego-español. Es miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES).




DESAHUCIO EXPRÉS

Deshoja el colchón donde amaste,
las tazas del desayuno y los platos
rómpelos,
no dejes que se nos caigan a la noche
nauseabunda de una caja,
no dejes que se los lleve alguien
que nunca nos besó.
Doma el dolor de lo que nos quitan,
pues las horas que vivimos 
serán siempre nuestras,
no les dejes que marchiten las páginas
del último libro que leíste,
sería triste que ya no floreciera.
Dame tu mano y cuelga una sábana
que grite con la luz de la amanecida,
no te asustes si lo saben todos,
es necesario, incluso imprescindible
que el dolor recorra ya las venas.






Al final del verano

Hay muchos otoños en el malvís que llega
desde el Norte,
al final del verano.
Quizá no sienta falaz este sol
que chorrean las hojas.
En la infancia había que lanzarlas una a una,
mojándonos la cabeza de otoño.
Sobre la sumisión del tiempo tan cíclico y oscuro,
era como vendar la savia a nuestros brazos,
injertarnos un tibio resplandor amarillo,
seco, definitivo e insaciable.
Cualquier refugio que recordase al verano,
las camisetitas cortas, los tirantes,
el sorbete de limón,
algunas veces el mar,
se alejaba en el silencio de la noche.
¿Dónde estaban las cigarras?
El amor inexplorado no sabía de tragedias,
ni de los tórax exhaustos de tanta música,
ni de la miseria del después.






Markou Mpotsari, 21

Cuando vuelvo con la quietud propia
de los que refrendan los días extintos
sobre aquella calle, estrecha y lúcida
en mi recuerdo,
sobre sus naranjos amargos que férreos
estiraban las lindes de mi mundo,
que dejaban rodar sus frutos por el suelo,
que esparcían a la ligera el dibujo
del ocaso y enmendaban las heridas
del invierno,
ya no dudo del amor que nos dimos,
de lo excesivo y banal en las despedidas.

Mientras el barrio de Dafne amanecía
en la terraza se abría el mar como un bostezo
deshelando los límites de la noche,
agitando las ropas recién tendidas,
elevadas sobre mástiles invisibles
como si expuestas al Levante tuvieran
que ofrendar ya su blancura a la carne
ignorante y fúnebre de las sombras.

Luego un paseo por el bullicio de Vouliagmenis,
una barra de pan con sésamo y dos besos,
en la plaza Kalogeiron acechaba la boca
del metro, los ladridos de muchos perros
que vivían en sus calles, ocupando su sitio
entre las mesas y las sillas de Dioniso.

Era ese paréntesis de motocicletas y coches
el que rompíamos volviendo a Markou Mpotsari,
al azahar suspendido cuando abril escribía
sobre los naranjos verdes
y era obligado correr a su encuentro,
asida a tu mano al principio del día,
sin más destino que el amarte siempre.





[DEL LIBRO INÉDITO IMPLUVIO]

Es como la tierra la casa del pobre:
esquirla de un venidero cristal,
ya claro, ya oscuro, en su huidiza caída;
pobre cual la cálida pobreza de un establo, -
y no obstante están los anocheceres: en ellos ella es todo,
y de ella vienen todas las estrellas.
R. M. RILKE



Toda la noche mi carne ha buscado su cauce.
Sobre hombros y manos invisibles anhelando su senda,
como el viento que erguidísimo en poniente
se estrecha entre las playas,
como naves de odiseas
cuya fragancia hiere hasta la muerte.
Manos me crecen y se abren con esfuerzo,
manos de aquellos que se levantan
con bosques de sangre por cansancio,
y protestas que látigos mediáticos anudan a la tierra.
¡Qué especie monstruosa es ésta, la del hombre!
Sobre lo que nunca ama escancia el agua.

Soy una voz con afán de savia,
he filtrado ya las sombras, alimentando
con sus despojos el mar entero.
Para salir a la dicha, para resolver
el enigma de los espejos
me he dado toda.
Nada ha quedado para mí.
Se desgarra el vacío, generoso y húmedo.
Se retira la lluvia con el tacto del hijo.
Se hilan las brisas sobre el jazmín.
Ya no hay nadie que estire su ramaje
sobre mi mundo.

Ondas o cadenas son lo mismo.
En todas partes alguien huye mientras amanece.
Alguien deja su casa, sus cosas
hasta asfixiarse, hasta extinguirse,
hasta que un ribazo lejos, muy lejos
le dicta una verdad.
En medio de la vida no basta,
no basta habitar el camino,
no basta bordear las puertas mientras crece
sin descanso, como la mala hierba,
como brozas ebrias en las vastas sombras
lo que fuimos.

Un álamo triste y miserable es el centinela de esta noche.
Allí dejarán caer sus brazos como piedras,
sus nombres escondidos, los vínculos que antaño
abrazaron poderosos los abandonarán.
Como légamo que sale al mar sin voz con la sospecha
de remotos dientes dispuestos a roer
se detendrán elegidos por el ocaso.
Se harán fuertes, decididos, se arrojarán sobre promesas
inhospitalarias hasta sentir su cuerpo diezmado.









SANDRO LUNA [14.251]

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Sandro Luna 

(L’Hospitalet de Llobregat, 1978) es licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona y con estudios complementarios de Filología Hispánica, Filología Catalana e Historia del Arte, cursados todos ellos en la misma universidad.

Es profesor de secundaria en l’Escola UTMAR d’Esplugues de Llobregat (Barcelona) donde imparte clases de Lengua y Literatura catalana e Historia del Arte.

En el año 2007 fue ganador del Premio de poesía que el diario La Vanguardia concede a un único poema (Atardecer).

En el año 2010 fue ganador del XXXI Premio de poesía Arcipreste de Hita con la obra ¿Estamos todos muertos? (Pretextos, 2010).

Su libro Eva tendiendo la ropa ha resultado ganador del XXVIII Premio Internacional de poesía Antonio Oliver Belmás que convoca la Universidad Popular de Cartagena (Diciembre de 2014).

En la actualidad trabaja en un ensayo sobre filosofía de la naturaleza que lleva por título Los filósofos mendigos.






¿Estamos todos muertos?: 
Premio de Poesía Arcipreste de Hita, 2009. 


En “¿Estamos todos muertos?” de Sandro Luna (L'Hospitalet de Llobregat, 1978) se nos muestra poéticamente el rito exequial, el escenario simbólico y accidental de la muerte, ese tiempo muerto en el que tanto las flores como los cantos son el trapantojo  que quiere disimular la certeza final: 



“ Recogí pétalos del suelo
y al juntarme en su piel me fui sumando, 
con mis cuatro cadáveres de lirios…”  

“ Le llevan las canéforas 
sus elevadas flores, todo vuela alrededor del muerto.”



Polvo

De todo cuanto tengo tengo el polvo,
una suerte de polvo
que mirado al trasluz
da el milagro: el silencio. Porque he negado todo cuanto tuve,
porque has dado mis ojos al asombro.

¿Qué flores plantaré en este jardín?

Estoy ardiendo aquí,
sin consumirme,
en el mismo sepulcro de las flores.








TABULA RASA

I

(Girasoles)


¿Quién toma esta cicuta?

¿Quién se inmola por dentro
como hacen los jazmines?

¿Quién se atreve a mirarse
en la carne humillada?



II

(Toma tu sitio)


No me escuches
y deja que me aparte.

¿Qué sol por mi ventana?

¿Qué ráfaga de trigo?

Este aire verdadero.




III

(Noche)


A Ana Luna

Perla viva,
callada.

Hágase la intemperie
en tu noche de luz.



IV

(Quién)


¿Quién da la luz aquí?

Habla,
para que yo te conozca.

Y deja que te siga.



V

(Paz)


A la memoria de Miguel Ángel Velasco

Seco,
como una aguja,
mi corazón de pino.

¿Qué sombra nos cobija en este ahora?

Esta paz de luciérnagas,
¿qué me canta?




VI

(Donde no mira nadie)


Esta arañando el cielo una pestaña,
¿acaso no lo veis?

Donde no mira nadie,
tan al claro de todo,
tan salvaje.

En el mismo aposento de la luz.



VII

(Ser salvaje)


Regalarse es volver
a ese sitio de nadie.

Cuántos pájaros juntos en la mesa
de una brizna de hierba.



VIII

(No preguntes)


Como las gotas,
todo
ocupa su lugar en este sitio.

Así que toma asiento para verte
cuando caigas sin más.

Y no preguntes.








SERAFÍN DELMAR [14.252] Poeta de Perú

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Serafín Delmar
Reynaldo Bolaños Díaz

Reynaldo Bolaños Díaz, más conocido como Serafín Delmar (Huancayo, Perú, 1901-Santiago de Chile, 8 de agosto de 1980), fue un poeta, escritor y periodista peruano, de tendencia vanguardista. Es considerado como el precursor de la literatura social en el Perú.

Nació en el seno de un hogar humilde, en Huancayo, aunque otra versión señala a Huancavelica como su cuna. También hay dudas sobre el año de su nacimiento. Tuvo dos hermanos, que también fueron escritores: Federico (el mayor) y Óscar (el menor); éste último usaría el seudónimo de Julián Petrovick.

Tenía 3 o 4 años cuando falleció su padre; su madre, que era maestra de escuela, debió dedicarse a diversas actividades para sustentar el hogar. Vivió en el campo y solía escaparse para recorrer las comarcas aledañas, hasta que su madre lo encontraba, tal como lo cuenta en sus relatos. En su temprana juventud se dedicó al contrabando de alcohol en las zonas de Chanchamayo (actual distrito de Tarma) y Parihuanca (actual distrito de Huancayo). También trabajó como empleado de la Hacienda Ronatullo, de propiedad de la Sociedad Ganadera de Junín.

Fue a la edad de 20 años cuando empezó su labor de escritor al lado de sus hermanos Federico y Óscar, que conformaban un grupo literario de inspiración ultraísta que publicaba la revista Hélice, en Huancayo. Fue entonces cuando adoptó el pseudónimo de Serafín Delmar (1921).

No se sabe la fecha exacta en que llegó a Lima, pero lo cierto es que para 1924, ya se hallaba instalado allí, prosiguiendo su inquietud literaria. Dirigió la revista Flechas, junto con su hermano Federico, iniciándose entonces su producción poética, orientada hacia el vanguardismo. Conoció por entonces a la poeta Magda Portal, que era la pareja de su hermano, pero tras su divorcio, ella se convirtió en su compañera sentimental.

En 1925, junto con Magda Portal viajó a La Paz, Bolivia, donde dictó conferencias y editó el periódico Bandera Roja, escribiendo artículos contra el gobierno de Augusto B. Leguía. Publicó, además, en colaboración con Magda Portal, un libro de cuentos titulado El derecho de matar, en 1926. De ese año data también su primer poemario, Los espejos envenenados.

De nuevo en el Perú, fue apresado. Al ser liberado, se relacionó con el grupo que lideraba José Carlos Mariátegui, colaborando con la revista Amauta y en la revista Sierra. El gobierno de Leguía le implicó en el supuesto "complot comunista" de 1927, y debió partir nuevamente al destierro.

Célula de desterrados apristas en México, 1929. De izquierda a derecha: Pavletich, Carlos Manuel Cox, Magda Portal, Serafín Delmar, Haya de la Torre, Enríquez y Vásquez Díaz.

Siempre acompañado de Magda Portal, pasó a Cuba, donde las autoridades lo acusaron de tramar un complot comunista, siendo apresado y deportado. Pasó a México, donde residió cerca de dos años. Participó activamente en la Célula Aprista conformada en dicha ciudad y se alineó con Víctor Raúl Haya de la Torre en la polémica que éste mantuvo con Mariátegui. Luego realizó una gira por las Antillas y Colombia, para dar a conocer las iniciales orientaciones del aprismo. Pasó después a La Paz (1929) y a Santiago de Chile (1930), siempre en permanente ajetreo intelectual y político. Serafín Delmar y Magda Portal se hicieron conocido por ser una pareja de poetas, de prédica revolucionaria y obrerista.

Caído el régimen de Leguía, regresó a Lima y formó parte del primer Comité del Partido Aprista Peruano fundado en la capital peruana, en septiembre de 1930, incorporándose de lleno al trabajo político de dicha organización, que lideraba Haya de la Torre. Fundó y dirigió la revista APRA, primer órgano oficial del partido aprista, así como el diario La Tribuna.

Cuando el joven aprista José Melgar Márquez atentó contra la vida del presidente Luis M. Sánchez Cerro en la iglesia matriz de Miraflores, el 6 de marzo de 1932, Serafín Delmar fue implicado en el intento de magnicidio, junto con Juan Seoane y otros personajes. En realidad, no existía prueba en su contra. Al parecer, solo el hecho de ser el más conspicuo representante de lo que se puede calificar como la extrema izquierda aprista, fue lo que motivó esta acusación. Apresado y llevado a la Penitenciaría, fue condenado a 20 años de prisión, pero solo cumplió la mitad de su condena, al ser indultado por el gobierno de turno, presionado por la intelectualidad continental.

Salió de prisión el 28 de enero de 1942. Poco después se desafilió del Partido Aprista y se separó de Magda Portal (con quien tuvo una hija, llamada Gloria). Se trasladó a Chile y se apartó definitivamente de la vida política, dedicándose al comercio. También contrajo matrimonio. Luego de publicar algunas obras en Santiago de Chile y Buenos Aires, entre 1941 y 1942, no volvió, que se sepa, a incursionar en las letras. Falleció en Santiago de Chile en 1980, completamente olvidado por el mundo literario.

Crítica

Serafín Delmar fue un poeta de acento vanguardista, con cierto tono de la palabra revolucionaria y prismática. Por eso Guillén escribió: “Un viento lírico de protesta brota de este canto empinado y arisco. Puño rojo de alborada que avienta canciones insurgentes. Grito humano y tumultuario”.

César Toro Montalvo


Es de los escritores serranos tal vez el más recio, que convierte la tierra en puño rojo y la protesta en bandera. La poesía de esta especie, que se reclama vinculada a un “compromiso” con la comunidad y el pueblo, con la denuncia y el gesto, a veces agresivo, por una causa humana, ha brindado en Serafín Delmar una voz necesaria en la literatura, como presencia del hombre en las letras, como testimonio de su actitud frente a los hechos de la historia que, de otro modo, pasarían como cosas normales…

Diccionario Literario del Perú.


Delmar es un escritor lírico y misional. Sus personajes son indios o mestizos; su escenario la serranía; los conflictos que le interesan son los surgidos entre la policía y los campesinos pobres, o entre los gamonales y sus pongos. Taracea sus páginas de vocablos quechuas. La cárcel, con su pavorosa sombra, aparece a menudo en su obra. La tierra es el hombre contiene todos estos elementos y una constante alusión a los sucesos políticos inherentes a la tiranía de 1932-33. Delmar trata de ser un narrador realista. En el vence el militante. De ahí que su novela, debiendo haber sido una expresión regional de gran fuerza, a ratos se diluya en ciertos episodios.

Luis Alberto Sánchez



Publicaciones

Poesía

Los espejos envenenados (1926)
Radiogramas del Pacífico (1927)
El hombre de estos años (México, 1929)
Cantos de la revolución (1934)
El año trágico (1940)
Tiempos de odio (Santiago de Chile, 1946)

Cuento

El derecho de matar (La Paz, 1926; en colaboración con Magda Portal)
Los campesinos y otros condenados (Santiago de Chile, 1943)

Novela

Sol, están destruyendo a tus hijos (Buenos Aires, 1941)
La tierra es el hombre (Buenos Aires, 1942)

Crónica

Diario íntimo de un condenado (1940)





POEMA BOLCHEVIQUE 

[Serafín Delmar fue uno de los directores de trampolín-hangar-rascacielos-timonel, revista poética de la vanguardia peruana, entre 1926 y 1927. Fue desterrado de Perú junto a su compañera Magda Portal, otra figura destacable de la vanguardia del país andino, y viajó por Centroamérica México y Chile. A su regreso en Perú en 1930 dirige Apra, la primera revista aprista (socialista) peruana. Debido a su actividad política fue condenado en 1932 a 20 años de cárcel. Su poesía combina las preocupaciones sociales y la experimentación de corte futurista. Algunos títulos destacados: Los espejos envenenados (1926), Radiogramas del Pacífico (1927), El hombre de estos años (1929).]



en la ciudad
suenan los pitos de las fábricas
i los obtreros manchados de acero
proyectan sus sombras miserables
a la rústica cabaña de HAMBRE

los tranvías
por las calles escoltando los edificios
se llevan nuestra esperanza
i los automóviles persiguen nuestras
vidas trizadas de obreros incendiados
en el fuego de los motores eléctricos

los hilos
del pensamiento transmiten las ideas
del dinero a los bancos donde
nos vendieron los MAYORES

en las calles
vestidas de polvo se deshace el sol
i gritan los diarios en el bolsillo
de los transeúntes como apaches recién
desembarcados de grandes trasatlánticos

ciudad de acero
ciudad de fuerza donde golpeamos los años
con el fierro pavonado del futuro en las
calles abiertas de miseria para nuestros
ojos enfermos de tragedia

ciudad de los music's halls
donde la lujuria resbala por la bocas
cementerio de vida -por donde lame
la sombra de nuestra tumba
el lujo de los monarcas- la extravagancia
de los tiranos -la fiebre del militarismo
que nos pagan sangrando el corazón
con la misma espada que hicimos

CIUDAD
yo también soy obrero de dios
i que no se apague la lámpara de mi
camino
JUVENTUD
para el gran abrazo universal
que traerá sobre nuestros hombros
seis continentes con r u s i a






Hermana

La luna se paseaba en tus ojos
frente a la media noche
de donde saltó la mañana
eras un pedazo
de cielo caído en el campo

en tus brazos azules agitaba
un pájaro su canto desnudo
que fresca vino la vaquera
a ordeñar una estrella que
se dormía hasta la madrugada

el sol lamiendo la hierba recién
despierta
en la acequia se estiró como un silbido

cuando fuimos corriendo por la
mañana con los dedos mojados de
escarcha
un niño pastaba el canto de los jilgueros.





***



Por las trincheras rojas de Trujillo
hoy la mañana ha extendido su llanto,
y el valle palpita como un corazón tatuado.

44 corazones silenciosos, silenciosamente
fríos como los volcanes de las cordilleras,
yacen en tierra con la vida sumergida en sangre.

Los hombres no olvidamos… ¡27 de julio!
Como la imagen de la madre grabada en los ojos
los compañeros fusilados están enterrados en nosotros.

1934.

[Poema en recuerdo de los 44 revolucionarios apristas sentenciados a la pena de fusilamiento por la Corte Marcial instalada en Trujillo. Antes ya habían sufrido esa pena ante los muros de Chan Chan, por orden directa del dictador Sánchez Cerro, centenas y centenas de combatientes sin juicio alguno de por medio]









CARMELA ABAD MENDIETA [14.253] Poeta de Perú

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Pampas(Tayacaja)



Carmela Abad Mendieta

Carmela Abad Mendieta (* Pampas, Perú 1948 - ) es una escritora peruana.

Nació en Pampas, Provincia de Tayacaja, Huacavelica, Perú, el 20 de mayo de 1948. Estudió primaria y secundaria en la ciudad de Huancayo y sus estudios superiores los hizo en la Universidad Nacional del Centro. Es profesora de lengua y literatura. Ha trabajado en varios colegios de educación secundaria, en la Universidad Nacional de Educación y en el Instituto Superior Pedagógico San Marcos. Es autora de textos poéticos, históricos y didácticos.

Catálogo

Bajo la sombra en flor

Poemario de intensa ternura donde la subjetividad deja traslucir un arte de mucha sensibilidad. De lo que se colige que cuando la fuerza creativa es el motor fundamental de la literatura los recursos expresivos se amoldan solos para redondear una comunicación intensa de belleza y poesía.


Dile al trigal que silencie
el rumor de nuestros besos
y guarde en la hierba tendida
tus caricias.


Bajo la sombra en flor ciertamente es un libro de poemas que asombra por la delicada filigrana que sus versos nos transfieren enriquecidas por el sello lírico, cuya imagen de sencilla modernidad sugerente la coloca como una de las mejores poetisas de acento andino de la actualidad.


Luna lunera

Al bagrecito
el pez más viejo del río
que en noches de luna llena
navegaba rumbo al mar.
Al bagrecito
lleno de cartas y encargos
de peces del caserío.
Al bagrecito
que llegó al mar,
dedico este canto mío.


Canto dedicado al Bagrecito de Francisco Izquierdo Ríos, maestro y pionero de la literatura infantil.
Es un poemario elaborado con la canción de los niños y el juego de la fantasía. A través de la palabra, personajes y acciones avivan entusiasmos, donde la frescura y limpieza de estilo nos llevan al encanto de la literatura infantil.

La poeta, a la misma vez maestra, redondea versos de una creación muy exquisita conservando siempre su esencia creativa y la naturaleza artística de la poesía

Silbo de alondra

Este poemario consta de tres partes: danza con el ritmo de mi corazón, Caramelos de anís y Tres harauis y redondea su mensaje teniendo como fuente fundamental la vida y el buen uso de la palabra artística. En él se dan textos de mucha intensidad creativa que demuestran que la poesía va unida a la vida y que para expresarla están la imagen, el símbolo y la metáfora, no como un medio, sino como una cuestión esencial.



Chicha de jora
con aroma a cedrón
a ternura
a hierba luisa
vendía
Adelinda linda
con sus peinetas de nácar
y sus trenzas
de mestiza,
vendía en las tardes
y en sus ojos
descansaba verde
la hierba de los caminos.
Chicha de jora
Es emoción y estremecimiento estético lo que ocurre en cada poema de Silbo de alondra.


Cómo aprenden poesía los niños

Es una antología poética con una introducción didáctica donde se dan pautas para el ejercicio creativo del verso. En la selección prima la naturaleza artística de los textos para que los pequeños lectores se enfrenten con la belleza de la palabra y están presentes los más genuinos representantes de la poesía infantil peruana y universal.



Coautoría con Félix Huamán Cabrera

Junín y sus lecturas

Es un libro basado en diferentes y diversos textos, propios y ajenos, de la cultura del departamento de Junín. Elaborado y estructurado con el fin educativo de la lectura; de ahí la variabilidad de formas expresivas y los módulos que sirven para conducir un proceso de enseñanza- aprendizaje de la comunicación escrita. Está organizado en base de ocho unidades donde se da una rica combinación de textos apropiados para la recepción y comprensión de la lectura del nivel primario.

Wankamayo

La literatura de Junín, ensayos, estudios históricos, geográficos, sociológicos, folklóricos y otros se reúnen en torno a este texto con una intención didáctica de la enseñanza- aprendizaje de la comunicación escrita en sus niveles de producción de texto y comprensión lectora para la educación secundaria. Esta selección se hace con un objetivo eminentemente educativo donde el criterio pedagógico es lo predominante, por ello se estructura en base de ocho unidades y cada una de ellas, aparte de los textos, se ven reforzadas por la formulación de módulos educativos e instructivos, útiles para el aprendizaje de lengua como una práctica individual y social, y para la literatura como creación y comunicación analítica.


Historia de la literatura peruana, 3 ts.

Estos tres tomos son estudios de la literatura peruana que tienen un fin didáctico y pretenden ser útiles en la enseñanza- aprendizaje de la comunicación literaria en el nivel secundario y superior. Para ello se hace una periodificación del proceso literario teniendo en cuenta la naturaleza cultural del arte de la palabra como principio determinante, y lo histórico y social como características condicionantes. Por ello el proceso de la literatura peruana está caracterizado, con todo un fundamento de afirmación, de la siguiente manera:

Origen y desarrollo;
Supervivencia y resistencia;
Etapa de transición;
Resurgimiento;
Revaloración y expresión andina;
Identificación y actualidad.

En los libros se presentan periodos y autores teniendo en cuenta como prioridad los textos de los escritores, luego las caracterizaciones, fundamentos y descripciones de los hechos, como también ensayos de estudio y crítica de las diferentes etapas de la literatura peruana y de los autores. Algunas unidades y obras se completan con la formulación de módulos para la mejor aprehensión de las manifestaciones literarias.




Trigueñas con ojos de tiempo

En el pueblo la gente avanza
Sin prisa de viento
Camina con una sonrisa
En el pueblo
hay trigueñas con ojos de tiempo
y mestizas que calzan el tiempo
en una sonrisa,
el mediodía destila ternura de muña
y la tarde color malva rosa
envuelve en dulzuras
mis sueños de niña






Seis

Nací en mayo
y la cosecha del maíz
se quedó en mis ojos
mis manos que arrancaban
palomas a las tardes
se agitaron cansadas
por no encontrar sus nidos
en el quishuar
que daba sombra a nuestra casa







ISABEL BERNARDO FERNÁNDEZ [14.254]

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ISABEL BERNARDO FERNÁNDEZ

(Salamanca, 1963)

Escritora. Poeta.
Cursó estudios de Medicina en la Facultad de Salamanca. Se formó en Oratoria y Retórica en la Universidad Pontificia de Salamanca. Durante unos años ejerció como empresaria autónoma.
En la actualidad es escritora, columnista de prensa y poeta.
Miembro de diferentes tertulias literarias (Papeles del Martes, Ateneo, Papeles del Novelty, Atril…), ha coordinado clubes de lectura, encuentros literarios, homenajes taurinos y recitales poéticos en diferentes instituciones culturales, y presentaciones de libros de distintos autores. Dirigió también el taller de narrativa Tricot de Letras.
Colabora con la Casa de la Iglesia (Pastoral de la carretera) en diferentes actos.
Ha sido pregonera de diferentes municipios y festividades: La fiesta de la cereza, Corpus Christie, Centro Castellano Leonés de Barcelona, Exaltación de la Navidad de la Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de las Vestiduras, Bolsín Taurino Mirobrigense, y Los toros a escena.
Ingresó en la Academia de Gastronomía de Castilla y León en el año 2005 con el discurso de ingreso “La cocina romántica del XIX, con G de Galdós”. En la actualidad ocupa el cargo de Secretaria en la Academia de Gastronomía de Salamanca.
Del 2007 al 2009, fue Concejal delegado de Cultura del Ayuntamiento de Salamanca y Vicepresidenta de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura.
Es columnista del diario La Gaceta Regional de Salamanca (Esto son lentejas), y tertuliana en el programa de CyL8, Al pan, pan, y al vino, vino.
Es conferenciante en diferentes instituciones y foros de Cultura sobre temas fundamentalmente de gastronomía, taurinos o culturales. Caben destacar: Claveles para un Papa (Juan Pablo II); La semiótica del toro: Carmen; Miguel Torga: A dor do mundo criado; Mutato Nomine; Cultura y migración: el conflicto natural de los antónimos; La metáfora del Sur; Tráfico, cine y literatura; Mujer y Literatura; Permítanme que les cuente un cuento; Apuntes culturales de la Gastronomía Salmantina; La Heroica de la Cocina en la Guerra Peninsular; Los toros en Cataluña: historia, crisis y esperanza; Con el valor de La Pajuelera; La mujer en el cristianismo actual…

Como escritora de género infantil tiene publicados los libros: El burro Serafín (2001), El cuento de los duendes (2001), Cuentos de Mariseca para todos los públicos (2010) y Nomellamesbobamellamobaba.com (2011).

Su poesía ha aparecido publicada en diferentes revistas (Papeles del Martes, El cielo de Salamanca, Papeles del Novelty, Salamanca Médica, Bolsín taurino mirobrigense: 50 años de historia, Revista Álamo, Pasión en Salamanca, Viernes del Sarmiento…), antologías y libros colectivos (Encuentros y palabras: Crear en Salamanca, Invitación al hombre: poetas contra lo droga, IV Centenario Santísimo Sacramento, Desde un preciso lugar del mundo, Palabras del inocente…).

Tiene publicados los libros de poesía: Sur (2009) y Tiempo de Migraciones (2014). Ya
en editorial, está el poemario Caballos sobre el viento.
En ensayo ha publicado: A la mesa con Don Pío (Baroja).

Primer premio relato Ministerio de Cultura, Delegación Provincial, Salamanca (1980). Premio Internacional Literario 2005 de la Academia Internacional de Gastronomía, por la idea y coordinación de la obra literario-gastronómica presentada por la AG de Salamanca: “Cocina, Arte y Literatura; degustación castellano leonesa de la A a la Z”.
Premio Internacional Literario de Poesía Flor del Almendro, 2010.
Premio Internacional de Poesía Carmen Montero Medina 2012.
Insignia de plata de la institución Casino de Salamanca, por su implicación en programas culturales.


Ganadora del XXXIV Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, 2014.

Del poemario: “Para que calle el viento” de Isabel Bernardo ha resaltado el jurado lo siguiente: la poetisa sabe transmitir, con lenguaje expresivo y recursos eficaces, la huella de la presencia divina en todas las cosas, que solo puede encontrarse en la purificación, en el dolor del amor.

Una muestra de algunos de los poemas del poemario ganador.

  
Cántame, alma, 
en dorados cimbalillos 
canta a este ya mi atardecer. 
Canta 
para que calle el viento 
y, desnudos, queden en el aire, 
los fecundos silencios.




ME DUELE, PADRE, 

cantar la desnudez, arrancarle
el alma
a esta intemperie cruda
donde no se atreven a asomarse
cantando, los pájaros. 

Me duele, padre, la sangre, la desheredad, la lágrima;
la orfandad del trigo
que se agosta amarillo en los tirsos
sin hijuelo. 

Y me duele la palabra muda, el pensamiento yerto,
y esa pena plomiza que luce el árbol
en la soledad ardida de sus ramas. 

Y es que no sabemos vivir desnudos, Padre,
no sabemos vivir muertos. 

Y tú sin embargo, ahí,
en el silencio de la noche oscura,
sin ropas,
tan cerca. 




¡POBRES CRIATURAS SIN DIOS!

alguien nos dijo por el camino.
Y entonces temimos la muerte
como se teme la vida.
Y olvidamos los campos, y los pájaros,
 y las rosas.
Y le negamos los ojos a la vida,
 y en las sombras,
silenciamos la muerte, y aprisa corrimo
s hacia ninguna parte
 en busca de cobijo,
sin saber que no hay lugar
donde pueda alojarse tanta desposesión, tanta negación
 del Padre.  







POÉTICAS.-por Isabel Bernardo Fernández


Ayer estuve robando peras azules para mi libro de cuentos. Fueron algo más de cincuenta. La cincuenta y uno era una pera amarilla como el otoño, y como los niños no la querían, la guardé en una bolsa de papel para hechizarla.


He rescatado la pera amarilla del armario donde guardo los hurtos. Tiene pedazos de papel adheridos a la piel y han adelgazado considerablemente sus carnes. Sólo el rabito se mantiene tieso. El resto del cuerpo parece morir lentamente de hambre de pera.


Los niños quieren devolverme las peras que recogieron en los cuentos. Ya no son azules, ni humildes, ni familiares. Ahora de tanto relumbrón como tienen, parecen haber sido recogidas en un bodegón de reyes. Por eso los niños ya no las quieren y vienen a traérmelas. Son los únicos seres que se atreven a hacerlo.


A las peras que eran azules y ya no lo son, les cuesta habituarse al reducido cajón donde están todos los trastos de mi trabajo. Presiento que tienen dificultades de relación con las herramientas oxidadas y viejas. De vez en cuando pongo un poco de orden y esto parece mejorar su humor. Pero sólo lo parece.


Esta mañana fui a buscar unas cuantas voces plomizas al cajón de aperos. Allí continuaban las peras, coexistiendo entre un montón de puntas peligrosas y escollos comprados al peso. Aún conservan su soberbia belleza bajo la herrumbre. Sé que no morirán y un día renacerán de entre los amasijos. Pena. Plúmbeo. Humo. Gris. Saturno. Sombra. Soledad. Ceniza. Duelo. Sur.


Mi casa del sur es un pequeño cuarto donde he de entrar hecha pedazos de casquería. Aunque hace mucho tiempo que acostumbro a otoñar en ella, sigo temiendo sus caminos y, sin embargo, cada vez alargo más mis permanencias en ella por todo lo poco que allí dentro necesito.


Al sur llegan cada tarde en postas toda suerte de atardeceres, no se engordan con hormonas los ocasos y las noches revientan de negros puros que salpican las ventanas cerradas. Aún buscando el mediodía, en los balcones no crecen las sardonias. Todo es ínfimo y verdadero. Una migaja de carne de mí misma.


... Gris. Saturno. Sombra. Soledad. Ceniza. Duelo. Sur. Como era predecible han acabado por oxidarse las peras y ahora parecen hongos letales. El fin del cuento se acerca a la velocidad de la vida de la pera.






LUIS CRUZ-VILLALOBOS [14.255] Poeta de Chile

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Luis Cruz-Villalobos 

(Santiago de Chile, 1976), es poeta, psicólogo clínico y Ministro presbiteriano. Se ha dedicado a la labor literaria desde su adolescencia y tiene publicados una veintena de poemarios, tanto digitales (la mayoría) como en papel (‘Breve-mente’, Vid, Santiago, 2011 y ‘Dios Mendigo. Teografías’, Hebel, Santiago, 2012). También variados artículos y ensayos académicos sobre Psicología y Teología. Cuenta con un Magíster en Psicología Clínica de la Universidad de Chile y es candidato a PhD en la Vrije Universiteit Amsterdam. En la actualidad es director de la red internacional de investigación sobre resiliencia y espiritualidad CIRES; secretario regional para el Cono Sur de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y reciente coordinador del Grupo Temático sobre Psicología y Espiritualidad.


HAIKUS AL CIELO

HAIKUS A YHWH


Sólo a Ti, YHWH 
Amorosamente santo
Santamente amoroso



1

Luz por la ventana
Y Tú entras galopando
Hasta mi pecho


2

Las nubes grises
De este triste otoño
Mienten que te vas



3

Al oír tu voz
Llega un viento tibio
Sobre mi escarcha


4

Anoche la lluvia
Hoy mis oraciones a Ti
Limpian el aire


5

Tu bella música
Alegra mi corazón
Como arrebol



6

Fresco aire puro
Que irrumpe en torrente
Hoy son tus besos


7

Déjame libre
Para correr y danzar 
En nuestro jardín


8

Tu suave rocío
Anoche calló en mi flor 
Y allí quedará



9

Bajo un sauce
Entre tu tierno ramaje
Estoy en soledad



10

Nada te aleja
Ni esa gris tormenta
Que tiró mis hojas



11

A tu hondo pozo
Lanzo mis piedras oscuras
Y no vuelven más



12

Un abrazo tuyo
Me basta como la nieve
Al río sediento



13

Eres mi padre
Que ordena mi lecho
Mientras duermo



14

Tú haz sido fiel
Como casa de roble
En el invierno



15

Yo te amo
En medio del otoño
Con amor en flor 



16

Tu abrazo
Es manta tibia y suave
En mi fría noche



17

Cuando bebo
De tu arroyo tan claro
Soy arroyo claro



18

Nube luminosa
Hoy es tu santo amor 
Sobre mi sien



19

Yo soy gorrión
Tú eres árbol y nido
Y también cielo



20

Quiero besarte
Con mis alas frágiles
De colibrí 



21

Quiero cantarte
En la tierna mañana
Con mi rocío



22

El viento feroz
Se sabe débil y niño
Ante tu soplo



23

Tus palabras
Son pan tibio y blando
Que me nutre



Siete poemas para empezar los días



“Luis Cruz-Villalobos pre-siente aquello que queda por venir, y escribe sintiendo, para todos sus prójimos, sea aquel que no escucha las llamadas de alerta, sea el otro que se niega a ver el fulgor del Cetro donde se asienta la creación entera. Su fe poética es indesligable de su fe cristiana, y eso le honra, y eso le hace respetar el corazón de la palabra, del Verbo primero, el Amor siempre presente y los homenajes necesarios (a la propia Poesía, a Huidobro, a su esposa, a Dios…). Aquí he seleccionado Siete textos de sus cuatro primeros libros: La Carpeta Roja (1996), Versos Perdidos (1996), Dibujos Propios (1997) y Poesía Pequeña y en Poemas (1997). Léanlos y compártanlos”.

Por Alfredo Pérez Alencart (Universidad de Salamanca)



HAY QUE ESCRIBIR

Hay que escribir como así de repente
Así como entre dudas 
¡jamás!

Hay que escribir 
como entre silencios
Así como entre melodías invisibles

Hay que escribir 
como entre nubes pequeñas
Así como entre polvo y tierra seca

Hay que escribir 
como entre sueños
Así como entre realidad precaria

Hay que escribir 
como saltando
Así como jugando dentro de un niño

Hay que escribir 
como con los ojos
Así como sobre un papel flotante

Hay que escribir 
como entre atardeceres
Así como entre la batalla del Sol y la Luna

Hay que escribir 
como con sangre
Así como soldado que cumple

Hay que escribir 
como entre fantasmas
Así como entre imágenes que dicen algo

Hay que escribir 
como cualquier loco
Así como creyendo en lo que se escribe

Hay que escribir como así de repente




CUANDO LAS LLUVIAS TENGAN OTRO COLOR

Aquí seremos uno

Aquí en este oscuro lugar luminoso
Seremos niños risueños
Seremos amigos que todo comparten
y mucho más que eso
Seremos pequeños dueños
Tú de mí y yo de ti

En esta noche tibia
En esta noche como miles otras
danzaremos al ritmo del corazón
y nadie dirá nada
Ni las puertas
ni las ventanas frías

Gritaremos desde los tejados
que la blanca amiga llegará
Y aunque el temor aparezca
nadie nos opacará las miradas
-nadie que nazca y muera-

Seremos el hogar simple y dulce
y las lluvias tendrán otro color.




HUIDOBRO

Aquel narciso celeste
Aquel náufrago 
que se elevó tan alto como pudo
y luego calló a un ataúd 
perdido entre la yerba
Aquel 
no me cautiva con sus versos
Con su soberbia 
enamorada de sí misma
ni con sus cantos vertidos hacia dentro

Aquel monseaur poeta-pequeño dios 
Caballero lleno de lunas 
Lleno de dudas almidonadas
Lleno de noches
Aquel gemelo de su propia sombra
no me atrapa con su flores
ni con sus neologismos obtusos

Aquel poeta-creador calló del Olimpo 
con su pluma creacionista
Pero no a la tierra 
sino a la tierra de la tierra
y ya sin arcabuces sonoros 
Volantines léxicos
Paracaídas y parasubidas 
Golondrinas y aeroplanos
se durmió bajo una lápida
que prometió esconder el mar 
y quizás lo hizo.




LA POESÍA

La poesía escapa 
de la punta de mis dedos
De mis yemas sutiles

La poesía escapa
y yo no la detengo
Sólo la dejo florecer
sobre los campos 
de mis hojas
y de vez en cuando
cosecho sus frutos
en las miradas 
y en las palabras
de los que la oyen

La poesía escapa
de mis ojos
y yo la dejo ser
lo que es

No pienso en su rostro
Sólo lo miro y lo amo

No juzgo su simpleza
Sólo la respiro
y me oxigena los días

Yo jamás peso su cuerpo
ni lo mido
ni trato de cubrirlo
con ropas 
que no sean las suyas

La poesía brota
de mis puños
De mis labios profundos
De mi sol y mi luna

La poesía aparece
Yo la abrazo 
y la beso
y le declaro todo mi amor
Ella muy alagada
se me entrega suavemente
y yo la invito a vivir
para siempre
dentro de todos mis poemas




IMAGINA

I

Imagina las mañanas infinitas
El sol dibujado sobre las ventanas 
como amigo
Un saludo al nuevo día 
que no es saludo sino alimento
Todos los pajaritos 
cantando sobre el aromo
Y un abrazo 
que traspasa las almas y el tiempo
Y mil suspiros 
sobre los húmedos pétalos
Y millones de danzas 
sin suspenso
Y nuestro matutino diálogo-divino
Y un desayuno modesto 
pero de la mano con la paz


II

Imagina los días infinitos
El sol dibujado sobre nuestras cabezas
como amigo
Una permanencia juntos
que no es permanencia sino alimento
Todos los hijos 
jugando sobre el aromo
Y una caminata juntos 
que traspasa los muros y el tiempo
Y mil suspiros
sobre los pétalos húmedos
Y millones de danzas 
sin suspenso
Y nuestro diario diálogo-divino
Y un almuerzo modesto 
Pero de la mano con la paz


III

Imagina las tardes infinitas
El sol dibujado sobre nuestras espaldas
como amigo
Una despedida al viejo día 
que no es despedida sino alimento
Todos los hijos bajando del aromo
Y un retorno al hogar
que traspasa el cansancio y el tiempo
Y mil suspiros 
sobre los húmedos pétalos
Y millones de danzas 
sin suspenso
Y nuestro vespertino diálogo-divino
Y una once modesta 
pero de la mano con la paz

IV

Imagina las noches infinitas
El sol dibujado en el recuerdo 
como amigo
Una permanencia juntos
que no es permanencia sino alimento
Todos los pajaritos durmiendo en el aromo
Y un abrazo 
que traspasa las almas y el tiempo
Y mil suspiros 
sobre los pétalos húmedos
Y millones de danzas 
sin suspenso
Y nuestro nocturno diálogo-divino
Y un café modesto
pero de la mano con la paz.




EL CIELO Y LA TIERRA

I

Camino sobre los techos
Contemplo en el cielo un suceso

Respiro el aire y la vida
Busco en ellos un todo

Entran palomas y truenos
junto con nubes perdidas

La soledad también penetra
y se forma un mundo 
y se forma un nuevo planeta
denso en población flotante

Las aves vuelan siempre
y se posan en el hombro de Dios
y le preguntan por la vida

Él les contesta
y se trasforman en estrellas

También a éstas las respiro
y son parte de mi aire
Las nubes me bañan por completo
y me remecen sin paz
cuando pienso sólo en el mar


II

Camino sobre los techos 
Contemplo en el suelo un suceso

Respiro la tierra y la muerte
Busco en ellos un todo

Entran serpientes y rocas
junto con hienas perdidas

La soledad también penetra
y se forma un mundo
y se forma un nuevo planeta
denso en población terrestre

Las serpientes reptan siempre
y se posan a los pies de Satanás
y le preguntan sobre la muerte

Él les contesta
y se transforman en agujeros negros

También a estos los respiro
y son parte de mi aire

Las hienas me muerden por completo
y me remecen sin paz
cuando pienso sólo en el mar.





MI MUJER

Mi mujer es muy niña

Es niña de columpios
De cancioncitas y besos

Es alta y pequeña
y es dueña de dos lunas

Mi mujer tiene un nombre

Tiene muchas flores
y tiene un beso tibio

Mi mujer es profunda

Es blanca y morena
Es de falda y pañuelos

No busca joyas
ni tiene aros de plata

Mi mujer me pertenece

Es mi cuerpo fino
Es mi valle y yo el pionero

Es mi brazo y mis piernas
Es mi cuerpo distinto

Mi mujer es anciana
y tiene alma de abuela

Es dueña y señora

Tiene cadenas y lazos
Tiene hojas y un balcón

Mi mujer es amiga
y es árbol milenario

Tiene flores y frutos dulces
Tiene sombra y pajaritos

Es mi nido
y yo el suyo

Mi mujer tiene cielo

Tiene noche en sus ojos
Tiene lunas menguantes

Tiene islas oscuras
y en ocasiones rocío

Mi mujer es gitana

Es bruja sin maleficios
Es hada y guitarra

Es bailarina perfecta
Es bailarina nocturna

Tiene alas blancas
Tiene voz y silencio

Mi mujer es muy niña

Es niña de columpios
De cancioncitas y besos

Mi mujer es mi amada.












CAROLINA FREYRE DE JAIMES [14.260] Poeta de Perú

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Carolina Freyre de Jaimes

Carolina Freyre Arias, también conocida como Carolina Freyre de Jaimes (4 de enero, Tacna, Perú, 1844 – 29 de mayo Buenos Aires, Argentina, 1916) fue una poeta, dramaturga y novelista peruana.

Obra

Poesía

La bella tacneña,1860
Amigo Federico,1887

Novela

El regalo de boda,1887

Teatro

María de Bellido,1877
Blanca de Silva,1879
Pizarro (s.f.)






La negra melancolía. 

Cuando la vejez ingrata,
arranca nuestros cabellos 
y va colocando entre ellos
débiles hilos de plata,
hay un instante !hija mía!
en que se pierde la calma,
y brota dentro del alma
la negra melancolía.



La negra melancolía de Carolina Freyre
Por Daniel González Gómez-Acebo

Cuenta la leyenda que Carolina Freyre fue una de las mujeres más bellas y arrogantes que pisó suelo boliviano. Más conocida por ser la esposa de Julio Lucas Jaimes "Brocha Gorda" y la madre de los poetas modernistas Ricardo y Raúl Jaimes Freyre, dejando de lado los chismes legendarios, Carolina Freyre fue una reconocida periodista, profesora, escritora y dramaturga. De hecho tiene el mérito de ser la primera mujer en escribir teatro en Bolivia. Ésta es la historia de una mujer injustamente olvidada en el tiempo, como la gran mayoría de los dramaturgos bolivianos.

Elsa Paredes de Salazar, en su Diccionario biográfico de la mujer boliviana (Ediciones Isla. La Paz, 1965. Págs. 120-121) nos ofrece un singular retrato de su figura:

"Escritora y poetisa; boliviana por matrimonio y por amor a esta tierra; nació en Tacna el año 1849. Hija de don Andrés Freyre de Andrade y doña Juana Arias. Contrajo matrimonio en 1863 con don Julio Lucas Jaimes, famoso tradicionalista potosino conocido por el pseudónimo de Brocha Gorda. Su gran actividad cultural y literaria realizada en Bolivia, el hecho de ser madre de los poetas bolivianos Ricardo y Raúl Jaimes Freyre, la hacen acreedora a considerarla boliviana por derecho. Publicó varios libros, unos en prosa y otros en verso. Tiene dos dramas: Pizarro y Carmen Silva (¿?), obteniendo con el primero medalla de oro en Lima. Colaboró en el periódico "El Tacora" que dirigía su padre; "Anillo de Bodas", novela publicada por la Municipalidad de Lima; "Ameno y útil", publicado en Buenos Aires, donde dio una serie de conferencias y colaboró en la revista femenina "La Mujer". Muy bella, de aspecto arrogante, fue la elegida en un concurso de belleza; mimada por la sociedad fue celebrada a la par por su talento y belleza. Muy amiga de Juana Manuela Gorriti, cuando murió ésta en Salta, ella viajó hasta allí y habló muy sentidamente en el entierro de su grata amiga. Madre cariñosa y amante, casi enloqueció de pena cuando murió su hijo Federico a la edad de 13 años. Escribió un libro íntegro de versos dedicado a él".

De acuerdo a los datos de Elías Blanco Mamani, en su "Enciclopedia Gesta de autores de la literatura boliviana" (Agencia Gesta de Servicio Informativo Cultural - Editorial Plural. La Paz, 2005. Segunda Edición. Pág. 81), Carolina Freyre de Jaimes nació en Tacna (Perú) en 1844 y falleció en Buenos Aires (Argentina) en 1916. En Bolivia dirigió un Colegio de Educandas (1866-1870) y, junto a Juana Manuela Gorriti, publicó El Álbum (1874) y colaboró en distintos medios de Bolivia y Perú. Entre su bibliografía destacan la novela El regalo de boda (1887); las poesías La bella tacneña (1860) y Amigo Federico (1887); y entre su teatro María de Bellido (1877), Blanca de Silva (1879) y Pizarro (sin fecha).

Los literatos Nicolás Fernández Naranjo y Dora Gómez de Fernández ya nos ofrecen unos someros datos sobre esta ilustre dama, de pasada, en su obra "Los géneros literarios" (Librería Editorial Juventud. La Paz, 1967):

"Otros autores sobresalientes de fines del siglo pasado fueron: (...) Carolina Freyre de Jaimes, madre de los ilustres poetas Ricardo y Raúl Jaimes Freyre, produjo los dramas María de Bellido (1878) y Blanca de Silva (1883), bellos dramas románticos". (pág. 150)

El cruceño Enrique Finot, en su "Historia de la Literatura Boliviana" (Gisbert & Cía. Libreros Editores. La Paz, 1964. Pág. 177), dice de ella que "... aunque peruana de nacimiento, por su residencia y su entronque familiar, en Bolivia no puede ser excluida cuando se trata de la literatura de su patria adoptiva. Fue autora de los dramas Blanca de Silva y María de Bellido. Su esposo produjo a su vez un drama y una comedia: Morir por la patria (1882) y Un hombre en apuros (1885)".

El paceño Abel Alarcón es uno de los primeros en reconocer la valía de esta escritora en su obra "La literatura boliviana (1545-1916)" (Extrait de la Revue Hispanique, tomo XLI. New York, París, 1917. Páginas 31 a 33) ya nos ofrece una primera lectura crítica de su obra. La cita es larga pero merece transcribirse íntegramente por la dificultad de encontrar este estudio del teórico boliviano:

"Carolina Freire de Jaimes tiene los (dramas) de María de Bellido (1878) y Blanca de Silva (1879). La acción del primero pasa en Huamanga (Perú), en el año 1822. La fecha solamente ya es reveladora de que se trata de una obra inspirada en la lucha de emancipación de las colonias hispano-americanas, que a los escritores de todas éstas ha proporcionado argumentos del mismo jaez. El amor de una criolla y un español, en esos tiempos de fogosa contienda; el sentimiento patrio que se opone a los dos y, al final, el sacrificio de uno i (sic) de ambos, motivos fueron de la mayor parte de los trabajos del teatro naciente en una y otra nación independizada de la metrópoli española. María de Bellido tiene tal fondo; pero sobresale en fuerza de la limpieza de su verso. El segundo, Blanca de Silva, es de porte caballeresco; tiene por escena Lima, en aquella luciente y romántica época del virreinato, cuya crónica ¡qué de lances no registra, qué de graciosas aventuras y qué de hondas y de grandes pasiones! Es un cuadro de Lima fastuosa y alegre, en el que cruzan damas, galanes y tapadas de saya y manto; y en el que gallardo virrey aparece cortejando a una de éstas en una clara noche de Viernes Santo. El idilio comienza con la casual caída del manto de la hermosa tapada, que pugna por asegurarlo y encubrirse con él nuevamente el rostro, mientras el virrey le insinúa delicadamente:


"Dejadle... la primavera,
se muestra al sol con más brillo,
los astros por no eclipsarse
de noche andan fugitivos,
y a las perlas porque luzcan
se las saca del abismo..."


Lejos de ellos vese pasar una procesión. Alumbran cirios, hachas y faroles; los monjes encapuchados mascullan largos rezos, y el pueblo fiel se arremolina detrás de las gruesas andas del santo sepulcro.
Al idilio de esa noche sucede el amor; pues la tapada había sido noble y honesta dama, y al amor sucede la seducción, que cuesta al virrey una puñalada. Esto es Blanca de Silva; pero tan discretamente manejado está el asunto; hay tanta gracia interpretadora de medio, y cierta facilidad y elegancia en el verso, que hacen conceptuar esta pieza como de las buenas y la mejor que ha escrito Carolina Freire de Jaimes".




Fusilamiento de María Parado de Bellido, heroína peruana cuya vida es reflejada en una de las obras teatrales de Carolina Freyre: "María de Bellido".


La segunda obra teatral de Carolina Freyre, María de Bellido (1877 o 1878), efectivamente se basa en la historia real de María Parado de Bellido (1761-1822), heroína y mártir de la independencia peruana, una mujer de raza indígena y quechua-hablante, que exponiendo su bienestar y el de su familia, sacrificó su vida antes de delatar a otros patriotas que como ella, servían a la causa de la libertad.


Según los datos de Wikipedia, "se afirma que nació en Huamanga, probablemente a principios de los años 1760, y que se casó, a la edad de 15 años, con Mariano Bellido, de oficio negociante, y quien hacia 1820 trabajaba en la sección de correos del distrito de Paras en la provincia de Cangallo, donde la familia tenía su residencia, aunque radicaban temporalmente en Huamanga. De esa unión tuvo siete hijos: Gregoria, Andrea, Mariano, Tomás, María, Leandra y Bartola. Tomás se enroló en las filas patriotas del general Juan Antonio Álvarez de Arenales cuando éste pasó por Huamanga (1820), y luego se sumó a los montoneros patriotas acaudillados por Quiroz Lazón, que se hallaban en actividad en Cangallo (1820). Su esposo y su otro hijo varón, Mariano, empezaron también a colaborar con aquellos montoneros, que actuaban en coordinación con las fuerzas regulares del general don José de San Martín. Mientras que en Huamanga estaba acantonada una división del ejército española órdenes del general José Carratalá, con órdenes de reprimir a los rebeldes.

Seguramente fue el ejemplo del esposo y sus hijos lo que impulsó a María a trabajar también por la causa libertadora. Como ella no sabía escribir, le dictaba a un amigo de confianza llamado Matías Madrid, las cartas que remitía a su marido con la finalidad de informarles de los movimientos y los planes del enemigo; información que Mariano comunicaba de inmediato al patriota Quiroz. Así, por ejemplo, los patriotas pudieron abandonar el pueblo de Quilcamachay, el 29 de marzo de 1822; al día siguiente el pueblo fue ocupado por los realistas, y allí se encontró una de esas misivas, olvidada por descuido en la chamarra de un guerrillero. Descubierta entonces, María fue apresada el 30 de marzo en Huamanga y conminada a delatar a sus colaboradores. Pero ella se mantuvo en heroico silencio. Finalmente, Carratalá ordenó su fusilamiento.

Custodiada por fuerzas de la guarnición realista, María fue llevada en procesión en torno a la plaza huamanguina y en cada esquina un oficial leyó el bando de la sentencia dictada por Carratalá, justificando su acción “para escarmiento y ejemplo de los posteriores por haberse rebelado contra el rey y señor del Perú”. Luego fue conducida a la pampa o plazuela del Arco donde le esperaba el pelotón de fusilamiento. Después de ser amonestada por última vez, para que revelara el secreto, prometiéndosele la vida, rechazó la proposición sin vacilar. Y resignada a sufrir el último suplicio, se arrodilló y esperó la muerte con la mirada dirigida al cielo.

Se cuenta que su cadáver fue sepultado de limosna por los frailes mercedarios en su templo, a pocas cuadras del lugar de fusilamiento, mientras sus hijas quedaron abandonadas a su suerte y hallaron refugio en una iglesia. Luego surgieron varias versiones confusas sobre su familia. Lo único verificable es que Simón Bolívar estableció una pensión de gracia para las hijas sobrevivientes de la heroína, pero no se sabe la suerte que corrieron su esposo y sus hijos que participaron en las montoneras".



A la poetisa Carolina Freire de Jaimes

 por Ricardo Palma


En una de las representaciones del Pizarro

Paz te dé el cielo benigno,
y así tu musa galana
de la escena peruviana
será el ornamento digno.
No de crítico maligno
la injuria aleve te hiera,
que ella es cual nube ligera
que, entre raudo torbellino,
turbar pretende el camino
que sigue el sol por la esfera,
    Tu pluma, con el vigor
que sólo al talento es dado,
nos ha muy bien retratado
al Marqués conquistador.
Cuadros de entusiasta amor
nos ofreces palpitantes,
con formas tan elegantes
y con tanta bizarría,
que nacidos se diría
de la pluma de Cervantes.
    En tus dulces versos gimen
castas vírgenes del sol;
del arrogante español
los desmanes se redimen.
Si de Cajamarca el crimen
tanta y tan heroica hazaña
con torpe borrón empaña,
tú, execrando al criminal,
revelas que crimen tal
fue de un hombre y no de España.
    Y esa grey, desventurada
que, de dicha desprovista,
al carro de la conquista
vivió tres siglos atada,
un día alzose irritada
con la cólera del rayo,
rompió su letal desmayo,
tuvo vida, tuvo historia,
y la inmarcesible gloria
de Ayacucho y Dos de Mayo.
    Más tiempo es de dar sanción
a una fraterna amistad
cese la rivalidad
entre nación y nación:
no más odiosa pasión
nos abrume con su peso:
dando a la concordia acceso
juntos vayan, como hermanos,
españoles y peruanos
por la senda del progreso.
    Ya la nacional escena,
inspirada poetisa,
de un gran porvenir divisa
grata alborada serena.
De tu poética vena
la feliz inspiración,
nos prueba con profusión
que, en el peruano vergel,
puede brotar el laurel
de Lope y de Calderón.







DIANA TABORGA [14.261] Poeta de Bolivia

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Diana Taborga M.

Nace en La Paz- Bolivia, un 26 de Febrero de 1980, es pedagoga. Cada poema suyo es un viaje que husmea las islas de la memoria, reconociendo sus cambios y momentos. En busca de una reconciliación con el tiempo y con sus deseos, Diana persigue el misterio de su identidad en cada verso. Tiene hasta el momento una sola publicación, Dhyana (2010).




       Para Manu

Un canto que atraviesa montañas
retorna al origen. 
Caricia que sumerge su mano
en la distante creación de las formas. 
La memoria renace,
la memoria se hace,
se pinta de flores,
cambia de tamaño y de lugares…
Se transforma.

De  Dhyana (2010)





Locura indomable de los tiempos sin tiempos, 
de la cabellera al viento de una doncella de tres ojos
que se perdió en un bosque…
que se comió todas las cerezas,
que resbaló y cayó en un río innombrable
y olvidó una cesta repleta de miedos.

De  Dhyana (2010)






Territorio marcado por grandes
masas de esqueletos y martillos.
Labradores ocultando sus mandíbulas.
Poder mimetizado por los escombros,
avanza dando golpes en el oído.

De  Dhyana (2010)






He venerado tus pasos 
de arlequín intrépido
de mofa histriónica
De burla gigante
que arruga honores en su andar
Sombra venenosa, esponja llorona
Voy a dedicar mis horas a vaciarme de ti.

De  Dhyana (2010)







MANUEL JOSE CORTÉS [14.262] Poeta de Bolivia

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MANUEL JOSE CORTÉS

(Cotagaita, Potosí, Bolivia, 1815 - Sucre, Bolivia, 1865).- Poeta, pensador e historiador. Abogado. Cancelario de la UMSFX de Sucre. De activa vida política: Ministro de Culto e Instrucción (1861-1862), Diputado y presidente del Congreso. Su ensayo sobre la historia de Bolivia fue considerada como “la primera historia del país” según cita Mario Chacón.
El historiador Gabriel René Moreno se ha referido al autor a afirmar: “El señor Cortés es sin disputa uno de esos hombres superiores, digno por muchos títulos del respeto y admiración de todos. Sus acciones se encaminan principalmente al bien de su patria; en sus meditaciones jamás pierde de vista los grandes intereses hispano-americanos, y sus votos más fervientes son para la gloria y libertad de América”.

El escritor Gustavo Adolfo Otero anotó en 1926: "Es un poeta esencialmente lírico e ingenuo. Unas veces  su discreto y suave lirismo se traduce por la estrofa grávida de melancolía y otras por el gesto irónico en poesías de índole satírica y crítica".

En 1982 el también escritor Augusto Guzmán comentó: "Como poeta, si bien se le considera el más antiguo entre los románticos, no se le puede recordar entre los mejores, ni entre los simplemente buenos. Sus poemas están olvidados, aunque todavía figura en algunas antologías de floja selección. Hizo muchas poesías, pero no produjo aquella que particularmente, por algún mérito de su factura, suele quedar en la memoria de las edades a fin de vencer la indiferencia de los tiempos".

Su poema titulado ‘El Justo’, en su primer párrafo dice: "Al borde del abismo, / el roble erguido, / del huracán resiste al recio embate, / y su lozana copa no se abate / ni aun al golpe  del rayo que lo ha herido".

LIBROS Poesía: Poesías (1852). Historia: Bosquejo de los progresos de Hispanoamérica (1858); Ensayo sobre la historia de Bolivia (1861).




El justo

Al borde del abismo, el roble erguido,
del huracán resiste al recio embate,
y su lozana copa no se abate
ni aun al golpe del rayo que lo ha herido.

Así, la condición que le ha cabido
sufre el justo, en su vida de combate:
exento de temor su pecho late,
y el dolor no le arranca ni un gemido.

El odio inmerecido no le espanta;
de sus contrarios el ultraje olvida;
el rencor en su pecho nunca impera.

Del deber acatando la ley santa
ve, imperturbable, el drama de la vida,
y el desenlace en otra Vida espera.






El zorro y el perico-ligero (Fábula)

Es necedad de marca
tragarnos el elogio
mentido de algún pillo
que después dice «!tonto!»
y ríe en nuestras barbas:
Vaya al caso un apólogo:

A un perico-ligero
así le dijo un zorro:
«Tu agilidad, perico,
excita grande asombro:
dicen que bien mereces
el epíteto honroso
de LIGERO; que corres
mas que el galgo y el potro;
que saltas mas que el tigre;
que brincas mas que el mono.
Haz que tu ligereza
yo admire, y este arroyo
salva, y en cambio te hago
el mas cumplido encomio».

El pobre animalejo
da un salto, y en el lodo
se mete hasta las cejas.
El pillastrón del zorro
se ríe a carcajadas y le dice «Molondro»,
si ya has vuelto a tu juicio,
sabe que por apodo
se te llama LIGERO:
tu nombre es PEREZOSO.




MONSERRAT FERNÁNDEZ MURILLO [14.263] Poeta de Bolivia

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Monserrat Fernández Murillo 

(La Paz, Bolivia 1984). Poeta y crítica literaria. Ha publicado Crisálida Andina (2008) y Warmi (2011). Es coautora de la colección de libros de ensayo La crítica y el poeta (2011-2013).

Fue ganadora del “Concurso de Poesía para Jóvenes Poetas Bolivianos”, convocado por la Cámara del Libro y la Fundación Pablo Neruda, con el poemario Crisálida Andina (2008). En 2011 publicó su segundo libro, Warmi, un poema extenso que cuenta el duelo de la esposa del pescador muerto, rito que sucede a orillas del lago Titicaca.

Su producción intelectual en el campo de la investigación y la crítica literaria ha sido publicada en las revistas “Nuestra América”, “La lagartija emplumada” y “T’inkazos”, y también en la colección de libros de ensayo “La crítica y el poeta” (2011-2014).

Fue docente en la carrera de Literatura de la Universidad Mayor de San Andrés, y actualmente ejerce la docencia en la Universidad Católica Boliviana.



Hielo

Mañana, yo y tus primeras visiones seremos ceniza.

Hoy
pienso como consuelo que podrías tener el origen en el error.
En el dolor hay tanto, te digo
y veo tu voz escabullirse, pero vacila ante el vacío de una puerta abierta.
La creencia, pienso, pero no lo digo.

Resonarás en sufrimiento, digo, y piensas que no soy buena,
pero en verdad soy bella.
Una mujer buena no es nunca bella.
Vuelvo a pensarte: creencia.

Simularás ser voz indulgente: – Me sucede que eres tú, dirás
y pensaré en la lluvia
porque hay que distinguir dos cosas:
el miedo que se filtra gota a gota
y el sudor pálido de tu mentira.
Simularé ser voz indulgente: – Lo sé, diré
y pensaré que el próximo rompimiento es el del cascarón, no del círculo.
Nunca pasará, pienso: Nunca seremos dos y no seremos más sencillos.

Tu renunciamiento es miedo y yo no sé de qué.
Esta es una salvación, te digo.
No me entiendes, no quieres…
Entonces permanezco en los estampados
a ti esto te avergüenza,
a mí me enoja.

¿Qué te importa a ti si yo te amo?
Tu inclinación a la soledad me asombra y me conmueve como un espejo
reposo en el fondo de tu imagen
sólo así sales del escondite, pero no dices nada.

Pienso: hay una distancia mínima y absoluta:
siempre me imagino tal cosa, libre y oscura
siempre te imaginas tal cosa, cauta y soleada

Las cosas que nos oprimen tienen dulces ecos.
Eso es: creer en un ser que oprime el aire libre.
Eso es: no crees en mí.

Terminará con lluvia como debe ser,
pero antes sólo pido un tiempo
de capricho, de pausa, (de miedo),
hagamos hielo.

De Revista de Estudios Bolivianos





Los siguientes versos corresponden a Warmi:


El hombre ha muerto, no sobre bote en tierra
fuera y encima de la totora, con pies remojados
ha muerto.

Otro tiempo fue una figura de paja vacilando
guardando el puerto
sin entender que la tierra se recoge en las manos.
Antes
ha rellenado, masillado y pintado las olas
y no ha escuchado de las orillas.

Ahora
aislado
tan pronto su mano fuerte afloja
un camino tan sencillo se hace lluvia
y es el frío en todo lo que alcanza.





(la esposa del pescador muerto)

1

Te has muerto con el designio de hacerme llover
las penas caen y el viento se aísla de ellas
soy una gota de cuerpo que llora sobre mí,

 en medio del sendero.

 Goteo

Goteo de la partida y el barro de los pies
no estoy en el color de tus manos
ni en el agua de mis flores.
Lo poco que soy es seco.

Mira este abajo, cae el incienso
y en mis pasos hojas y cortezas
telas negras bordadas
y una oquedad que no amanece.





Hilos tristes enredados me deja la noche
corta caricia del tiempo
 lento despertar de la piel
hilos quietos con hondas costumbres
ojos vitales que te resurgen.

Hablo con este fuego
que será el mismo en aguas
que alzará una piedra
y hará una piedra mucho más profunda.
Hablo algún tiempo aquí, en la tumba oleada
y lavo mis dedos sin tus cenizas.

Miro...
y para volver
me ato a cada instante.






Aún la solitaria orilla espera
fuerzas encunadas me retienen
pasará seguramente el momento
pasará un gota prolongando la vida
y volverás con el relámpago de caerse una nube.






No
no creo que una rana sea un encantamiento
y termine la noche y sea la noche para siempre;
que con un lazo al sol, el corazón se me hunda
y sea el frío en todo lo que alcanza.





He vuelto

mi único bien es la ausencia de mí
mas la ausencia de ti
es la canción cerrada
la niebla absoluta que camina
tejidos soles, sólo pájaros que se balancean
sombra agujero
pájaros hambrientos
de movimiento
de soledad,
y no hay nadie
duermo ahora y estallo embellecida. 







Quienes dicen que murió se equivocan
todos los muertos llevan detalles, nimios dibujos
y aquí
no hay memoria bajo el sol
y asombra la ausencia abreviada de su cuerpo.
No hay en el norte otra noche tan fiera
con pupilas más encendidas
por miedo de no ver.

Aquí
 la tierra es algo que tenemos próximo
debes buscarla
para encontrarnos en el eterno ojo de la vicuña…






(el lago)
Él fue para siempre con ella
de ella brotaron las aguas
 y pasaron los años con el rumor de llover.
Claro queda el amor
y no se oculta
cuando cae la noche y me han visto
hecho de luz y de belleza. 





Warmi
mantener tus manos pegadas al cuerpo te hace vela
tus pies dejando cortezas te hace árbol.
Es cierto que será largo
y no tendrá el encanto
de arrancar las ramas con la mirada,
pero haz nidos
haz otros
con hojas caídas
y recuérdate bajo la forma de lluvia
y nutre.

No
no unjas el cuerpo durante su ausencia
abrígate tan pronto sea la noche
–la vela sea noche para pernoctar–
en el tejido tócate la frente y los ojos
pisa esa piedra y no te hundas
ábrete y florece.

Lo sé
sin ojos el miedo llegó por primera vez, pero haz nido
los árboles hacen lo mismo
mira hacia atrás
los árboles hacen lo mismo.

Warmi
cuando vayas a bordar
deja la tierra pasando por la puerta
frota las telas con las hojas caídas y
 no caigas
sé verde en la mañana para ayudar al sol,
baña primero con agua un poco de oro
un poco de plata
y combina la cosecha con tela blanca.

Cuando vayas a bordar
dale más canto a las ranas
dale un oeste ancho
dos alas en la tierra desnuda
 un conjuro sencillo
 un rayo
y más pronto lloverá.

Borda solamente por sus ojos
un trozo de tela negra
una parte de tu alma
un trozo de tela negra. 




Ella se nubla los ojos y toca la corriente
es una manta que anochece las miradas
sella la piel con pesadumbres
limpia las manos y los tobillos
confina el aliento y te deja.

 Ella desteje el torso de la serpiente
 de sus manos caen hilos
 devuelve la blancura
 y marca la tierra
 y cae la nieve.

Ella
te encuentra y llueve
cuelga una mañana de sus pies
 y vuelve
 y es sed
y no puede acariciar más tiempos
ni levantar lámparas.









LOURDES SAAVEDRA BERBETTY [14.264] Poeta de Bolivia

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LOURDES IRMA SAAVEDRA BERBETTY

(Cochabamba, Bolivia, 1976).- Poeta.
Es escritora, socióloga y docente de la Universidad Central UNICEN / Universidad Mayor de San Simón. Ha publicado "Memorias de un Walkman" de Editorial Yerba Mala Cartonera (2008), "Las Adelas", Antología Poética de Editorial Yerba Mala Cartonera (2008) y “Lo más profundo la piel”, Antología Femenina de Cuentos (2010). Obtuvo importantes premios y menciones en concursos literarios. También se destacó como co-guionista y guionista de documentales.



Declaración Jurada

Traficante de objetos inútiles
Coleccionista de esperanzas maduras
Practicante del surf emocionaL
Aficionada a los libros extremos
Levemente autista




MANDALA

El puente de las horas
camina en la ceniza de tus dedos 
dibujando 
lunares de piel astral. 

La ceguera compartida
de inventar el sol juntos

¿Podrá un arco iris entender 
la circunferencia
que encierra 

mi mano 
tomando 
tu mano?




LOS COLUMPIOS

En memoria de F.Morabito

Simples como un beso
metálicos como un trueno.

Documentos de vacaciones
y primeros estados de ausencia
esqueletos de la memoria
en la espiral del recuerdo.

No existen manuales
para subir columpios
tampoco maestrías
ni políticas del vaivén
Solo buscamos
con instinto el vértigo
vivir el impulso
del momento.

Hasta que un día
con la violencia de un reptil
pisamos la tierra y
perdemos la inocencia.





OPHELIA

Contemplo tu rostro
bajo el agua
tus ojos...
congelados

silenciosos

hurgan

sueños de tierra
y gusanos de zinc

Queda...
un beso arsénico
flotando tieso
contra corriente.

Este poema lo escribi desde tres obsesiones personales: el agua, lo femenino y la muerte





CORTOMETRAJE

Queda el silencio 
de las caricias
en el camino 
de serpientes
y ceniza.

Sonrisas fatuas
acuñando
estigmas de silencios
horadando recuerdos de
abismos recíprocos.

Nudos de sal
en el cielo infinito
nubes de perlas
estados de hastío. 

En tu mirada
(aún busco)
íconos de-lirios.





LLUVIA

Cae la lluvia 
sobre el pantano de los días
gimen las nubes 
lágrimas anfibias

gota 
a
gota

naufraga el silencio

Cae la lluvia
horadando esquinas
mándalas de luces
diluyendo avenidas 

gota 
a
gota

Cae la lluvia 
golpeando ventanas 
galopando veranos
incitando amantes

gota
a
gota 

Cae la lluvia
sobre el desierto de mis huesos
inundando a los peces ciegos
del olvido







VERÓNICA DELGADILLO VARGAS [14.265] Poeta de Bolivia

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Verónica Delgadillo Vargas 

Nació el 16 de agosto de 1977 en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Reside en La Paz desde 2007


Alada

Baja por la calle
la mujer del cielo.
Sin gestos.
Su andar va más allá
de las normas,
incluso del sueño.

Las palabras son huérfanas
de su tiempo
de su calma
de sus paredes vacías
de su vocación despoblada
sin memoria
sin sombra...

Baja por la calle
la mujer del cielo.
Toda desnuda como el ayer,
sin treguas...

Pero es ahora cuando canta.
No ayer, no mañana.
Ahora.





Boulevard y Linares

Está todo aquí.
Vos, el mundo que desamo,
todo lo que huyo,
lo que busco, lo que espero,
el desorden de la soledad.

Pero vos, entre todo ello, vos...
irrumpes con tus ojos;
y este todo, al final es nada.
Pájaros que vuelan. Otoño.
La grandeza, la distancia,
el resistir, el quedarse.
Tus ojos lejos de mí,
de vos,
del alma,
el vivir.

No sé por qué ando triste,
el verano estalla en mi piel;
pero estas calles de a pie,
estos balcones que se abrazan
como si fueran recuerdos,
no son vos,
hace tanto frío en este pedazo del país;
no puedo alzar las manos
para tocar las estrellas,
tus ojos lentos asesinan la ternura,
rostro de amor...

Todo ahora, otra vez.
Intacto, inmortal.
Arrepentido.
Gira. Duerme.
Arde, en mí.





Des pies

Puedo quererte
sin ser la misma
en cada amanecer.
Quererte
con el calor de muchas,
de las todas que hay en mí.
Tórrida lluvia
de infinitas gotas
Arcoiris
              Harén
                           Yo
                                  Mujer





De vos III

Tu boca es augurio de días buenos
de días dóciles y mansos
de descanso, consuelo
de oasis, de luz...

¡Qué fuera de tu cuerpo sin tu boca!
Fuera penurias
vacío
desgana
fuera congoja.
No habría
sonidos
canto 
besos
dulzura de palabras...
No habría música, ni tu risa.

¿Qué traición podría yo jugarle a tu boca?
Si al perderla el mundo se haría
hornacina, flagelo...
¿A qué placeres renunciaría en su ausencia? 
Si así no habría más que abandonar 
el destello
el camino
la huella
de los besos de tu boca
y el sol.

Me pasa esta noche en que no estás,
tu boca se convierte
en mi molino
y mi necedad.





De vos VI

Tu voz,
la de ideas claras
la de huellas firmes y realidades divinas
eco de retamas
la que hace esta noche en mí,
que la hace tuya de mí.

Tu voz,  
soplo de aurora
espuma de nubes
cenizas de cielo
arena
maravilla
pan del día
molino
horizonte.

Tu voz,
cómplice de la vida
en el delirio,
debajo de la noche a contraluz.

Tu voz,
sobre hojas leídas,
sobre hojas en blanco,
desposadas,
papel
nieve.

Sobre mis piernas torpes,
entre dibujos familiares
y mi cama vacía,
con labios atentos 
y manos extendidas,
en el silencio,
he convertido tu voz en letras
te escribo,
con el poder de una palabra:

Vos.





1.

La ciudad apacible
las ventanas cubiertas
esta extraña casa
la desidia entre el sueño y la obra

Yo, que soy nada

Los recuerdos que se abrigan solos
tantos ojos
el encierro
el susurro que canta el regreso
la indolencia de mis manos
las palabras ocultas,
calladas
el despertar silencioso
la contemplación
el encuentro
la distracción
una boca sosegada

Yo, que soy nada
me busco, me escondo
no me veo
espero...




2.

No hay fuerzas que aúne la vida para aquel que ha nacido muerto. La muerte es la vida ciega cuya música es el hastío.



3.

Caminan mi noche los pasos de la ausencia, pesan el mundo sobre mi alma. Mi alma es un soldado perdido que se desarma ante tus sonidos.




4.

Tu letra es un río sinuoso
que corre la tinta de
este papel que somos vos.
No es que la historia nos cuente.
No, ella nos escribe.




5.

La llave, la lluvia
¡tanta fisura, amor!
¿cómo podré?





Verónica Delgadillo Vargas  ha titulado su primer libro de poemas Las tejas de Job, una alusión a la santa paciencia del personaje bíblico y a las tejas con las que se rascaba los incómodos males con lo que el buen Dios premiaba su fidelidad. Los poemas de Delgadillo serían, entonces, como esas tejas de Job: palabras para una herida.  

El breve poema con el que se abre el libro lo dice claramente: 

“no soy nadie 
no tengo casa 
estoy sentada sobre mis cenizas 
me miro al espejo 
sólo soy angustia”.

El poeta Humberto Quino abunda sobre estos rasgos de la escritura de Delgadillo en el prólogo del libro al que ha titulado “Cada poema es una mariposa negra que huye”. Dice el bardo paceño:

“Las tejas de Job nos sitúa en un destierro (el reino de la palabra como un escenario alterno), en el que cada instante fluye agónico, desgarrador, agudo, un monólogo que balbucea en el centro de una herida. En el texto, los versos nos remiten a muchas resonancias, algunas nombradas, otras invisibles en su contundencia (Pizarnik, verbigracia); mas, también señalan a la palabra como un menoscabo: una voz fracturada por la vida”.

“Este libro de oraciones a la nada —continúa el poeta Quino— nos seduce por el brío y el rigor que encara su escritura, esa variable que va desde el desasosiego hasta la esperanza (esa quimera que encierra a la resignación); desde este espacio del desamparo, indaga y horada la mudez del poeta, su extravío y su conformismo”.

Con este libro, Verónica Delgadillo Vargas obtuvo una mención de honor en el Concurso Nacional de Poesía Yolanda Bedregal correspondiente al año  2012. La autora también ha publicado colaboraciones en revistas y suplementos culturales de periódicos de circulación nacional.



Caminan                    
                  mi  
                            noche         
                                       los     pasos     de        
                                                                                                                         la ausencia 
                    pesan 
                                     el mundo        
                                                                                       sobre mi alma. 

        Mi alma es un soldado perdido que se desarma ante tus sonidos.

Las tejas de Job, pp26. Veronica Delgadillo Vargas







EUFEMIA SÁNCHEZ BORJA [14.266] Poeta de Bolivia

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Iglesia San Francisco - Sucre, Bolivia




EUFEMIA SÁNCHEZ BORJA

(Sucre, Bolivia, 1981).- Poeta y ensayista.
Cultiva la literatura desde su infancia. Ha escrito varios ensayos que fueron premiados en distintos concursos. Colaboró con el suplemento ‘Puño y letra’ de diario ‘Correo del Sur’ y fue redactora del periódico ‘La letra viva’.

Uno de sus versos dice: 

“Las arrugas profundas de tu faz 
una lágrima 
El rosario entre tus manos y: 
no distingo sus cuentas 
de tu piel
cristal de murano 
Tus ojos cerrados 
el olor de los narcisos 
Un tango lejano 
otra lágrima”.


LIBRO

Poesía: Anaquel de sombra (2005). Sus poemas constan en algunas antologías de poesía de su país, entre ellas: Letras de La Plata (Sucre, 2008) y Cambio climático (La Paz, 2009).




Hoy les hago llegar versos de Eufemia Sánchez Borja. Nació en Sucre (Chuquisaca) en noviembre de 1981. Escribe poesía desde su niñez. En 1994 recibió el Diploma al Mérito otorgado por la Editorial “Proinsa” en el Primer Concurso Nacional de Cuentos Infantiles. En 2003, gracias al ensayo histórico La Catedral Metropolitana de La Plata, representó a su ciudad natal en el Primer Forum Mundial de Jóvenes de Ciudades Patrimonio del Mundo, realizado en Grecia. En 2004 fue galardonada por la Universidad Andina, sede Quito, con la Tercera Mención en el Concurso Andino de Ensayo Manuela Saenz. Escribió como colaboradora para el suplemento cultural Puño y Letra del periódico Correo del Sur y fue redactora del periódico La Letra Viva desde su fundación hasta septiembre de 2005. Ha participado en el Taller de Poesía de Fundación Cultural “La Plata”. Su único poemario publicado hasta ahora es Anaquel de Sombra (2005).
Van seis poemas de esta joven autora, extraídos todos de Anaquel de Sombra (Ediciones Agua del Inisterio, Sucre), opúsculo organizado en tres secciones: Años hilvanados, Anaquel de sombra y Palabra suspendida.




Ponte este dedal*

Ponte este dedal
Roído de tiempo
Vamos a zurcir la media
el calcetín agujero
a reparar los años
a inventar un dedo
Cose esta media
rota de tiempo
vamos a remallar la media
usando fina hebra
de tu cabello castaño
–dice, mientras hace otra,
otra lazada
tomando el hilo con el índice
y sellándola con el crochet
suspende la cabeza y
toma el más largo
de mis cabellos – ayer rubios
hoy castaños.
Ensarta,
me enseña.
Levanta su índice y:
una argolla, dos lazadas
cierra el punto.
Complicado telegrama mecánico
para el invierno.
La media está lista
y el cabello se mimetiza
parte perfecta de ella.
Revisa,
agradece.
Ahora, quisiera yo
zurcir mis prendas blancas
¿me regalas, también
un cabello tuyo?

*: Sin título en el original. Cual se estila, itero el verso primo. Esto ocurre con todos los poemas del presente envío. Este poema pertenece a la primera sección, Años hilvanados.






Soledad, muerte*

Soledad, muerte
belleza, dolor
ausencia:
plena existencia
Luna quebrada
arrebatado pabilo
aullido te llama
te busca mano en llamas
tacto frío
sueño frustrado
existencia:
plena ausencia.
Una docena de narcisos
media de gladiolos
El mausoleo
quieto
espera.

*: Incluido en la primera sección, Años hilvanados.





Anaquel de sombras*

Anaquel de sombras
sobras,
tiempo des-usado
Polvo,
traje:
terciopelo
sombra engalanada
Anaquel
danzante
recuerdo.
Cuerpos aullantes
urgidos
Escapadas burbujas
saliva
Pieles,
sombras rasgadas
pelos,
gritos arrancados
huidos

*: Pertenece a la segunda sección, Anaquel de sombra.






Mis dedos*

Mis dedos
huestes armadas
irrumpen tus caries
Mi lengua
comandante de batalla
invade tu campo
tu deseo
Mi mente
guerra despiadada
vence
Mi sí, mi más.

*: Incluido en la segunda sección, Anaquel de sombra.






Raya tu mano*

Raya tu mano
mi espalda
Ralla tu barba
mi ombligo
Retiene tu cuerpo
mi ansia
Llama que libera
Brasa
preñada tu sangre
Incandescente
queda
Sangre sin cría
piedra inflamada
Volcán sofocado
Sombra naciente,
sol apenas encogido
Atardecer primero
el dolor del mar
te guarda en un cajón
tímido
púber
huyente.

*: De la segunda sección, Anaquel de sombra.






Me siento cerca a la ventana*

Me siento cerca a la ventana
mientras mis ojos se quedaron cerrados en tu
almohada
Tu vientre descubierto no deja de latir
Tu corazón de estar,
tus ojeras alcanzan tu mejilla
Cristo eterno
los brazos suspendidos,
sus plegarias:
por ti,
por mí.
Tu aliento denso
se mezcla con el viento que me peina.
Tus pies descalzos trenzados con la sábana,
tu sábana;
la puesta en escena,
la almohada ¿se hizo yo?
Sin piernas, de vestido largo
yace ahora sudada en tu mismo lecho.
Aún tiemblo, el deseo te yergue de nuevo;
tus piernas
hilos
que tejen y destejen
en él mientras
la saliva eterna de un beso.
Mis ojos cerrados sobre tu hombro,
yo frente a otra ventana, otro piso
tu mano trata de corregir mi espalda,
respiras en mi oído y otra vez te tengo.
Te tengo.

*: Pertenece a la segunda sección, Anaquel de sombra.







RODNY MONTOYA ROJAS [14.267] Poetas de Bolivia

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RODNY MONTOYA ROJAS

(La Paz, Bolivia, 1981).- Poeta, fotógrafo y realizador audiovisual independiente.

Ha producido varios cortos de animación y más de una veintena de mini documentales sobre artistas bolivianos, entre los que se destacan: Sólo Agnès,sobre la pintora Agnes Ovando Sanz de Frank (2008), Bolivia, los Caminos de la Escultura, veinte mini documentales sobre artistas plásticos bolivianos, (2009).Cultura en Libertad, Pepe Ballón: Naira en el Corazón,(2010), Arriba el telón, homenaje a la actriz Agar Delós, (2010), Betshabé Salmón, Precursora del Pensamiento Femenino en Bolivia,(2010), El Rincón de las Rosas, Homenaje a la actriz Rosa Ríos, (2011), La Alegría de Vivir, Homenaje a Norah Claros. (2012), Poesía en Escena, Homenaje a la actriz Zenobia Azogue, (2012).

El 2006 su video Ser Urbano obtuvo el primer lugar como mejor documental universitario en el III Festival Nacional e Internacional de Cortometrajes Cuzco, Perú.

Ha pasado talleres de cine con realizadores como Rodrigo Bellot (Bolivia) y Jurguen Ureña (Costa Rica). Llevó a cabo, gracias al apoyo de la Fundación Compa, el Festival de Video Miradas Juveniles, un espacio de difusión para cortos y documentales de jóvenes realizadores de la ciudad de El Alto. Ha dirigido y editado el programa de televisión Mal de Altura, una agenda dedicada a la actividad cultural de la urbe alteña. Formó parte del grupo literario “Los Nadies”.

En poesía sus textos se encuentran publicados en varias revistas nacionales y extranjeras y en antologías de poesía boliviana. El 2013 publicó de manera independiente su opera prima Toda Sombra es un Abismo y otros poemas, al respecto Mónica Velásquez dice: Abismo, sombra y palabra es un triángulo frecuente en la poesía contemporánea. En esta escritura, sin embargo, dicha tradición toma sus singularidades y lenguaje propios. Si el abismo es lo innombrable, radica justamente en su latencia, a punto de abordar o revertir cualquier significante. Mientras, la sombra se disfraza de tradición o de inquietudes, pero en todo caso suele estar a la vera del sujeto poético. La palabra se sitúa “al filo de la vida”, su nacimiento es dificultoso, pasa “por el ojo de una aguja” o por los acosos de la invisibilidad o por repeticiones que, a manera de una oración o un conjuro intentan, por fin, nominar.

Junto con MichellaPentimalli, Teresa Gisberth, Valeria Paz y Jaqueline Calatayud es co-autor del libro Bolivia, los Caminos de la Escultura (ed. Patiño 2010).

LIBROS

Poesía: Toda Sombra es un Abismo y otros poemas (2013).
Arte: Bolivia, los caminos de la escultura (coautor, 2010).







Rodny Montoya Rojas. Es carnívoro y poeta. Cree en ovnis y no en la iglesia. Tiene la locura quemada por el sol y sufre de mal de altura. Ha publicado: "Toda sombra es abismo"




1.

Cuerpo invisible
Haciéndole sombra al viento
Pensamiento redimido
Entre las ruinas de los cuerpos.
Mi alma sin cielo
Y mi vuelo sin alas
Imantados a la tierra por la gravedad de los hechos.
Muerte alrededor.
Agonías predecesoras
De la sangre y del silencio.
Redención
Octubre Revolución
Sacrificio Liberación.
Ves como me devuelvo hacia ti
Dos veces incompleto
Invisible pero con sombra
Innombrable
Pero con un signo




I.

Yo era feliz escuchando
Esta radio en A.M.
Que sólo Ofrece interferencia.
Nada se iguala
Al sonido del olvido.
Cuando me levanto
Para apagar su voz
El silencio se convierte
En su arrullo tímido.




II.

En otro tiempo
En otra vida
En otro olvido
Yo fui seguramente
Un cuervo
Que vivió disecado
Escuchando
Una vieja vitrola 
Mi cuerpo
Es un péndulo
(Oscila en silencio)
Y desde el centro
De su eje
El tiempo
Pálido y frío
Lentamente
Se desmorona
Para morir
En mi garganta
(Al fin soy libre
Del aire
Que me enjaulaba) 
Mi sombra
Muere como yo 
Lentamente asfixiada
Pudiste haber sobrevivido
A la noche eterna
Del vientre del gran pez
Pudiste haber sido dueño de tu 
Voluntad / y de tu castillo flotante
De huesos
Pero Jonás
Huiste al primer bostezo
Para llenar tus pies
De ampollas
Y Escupir la verdad
En tierra de demonios.
Hoy
Veo los mares
Sucios de modernidad
Y vacíos de recuerdos
No creo que haya servido para nada
Tu sacrificio
Pero te envidio
Al menos tú
Conociste lo que fue
Una ballena. 
Adán 1
Vagare desnudo
Y nombrare las cosas
(Bautizare
A las sombras
Que habitan este jardín).
Mañana
Sonriéndole al ocaso
Lanzare
La roca eterna al silencio
Así como se lanza
Una blasfemia a un espejo
E iré en busca
De una manzana.
Tengo ganas de condenar
Mi humanidad
A los abismos innombrables
De esta ciudad




[Una hoja de coca]

Una hoja de coca
Mal pijchada
Me dijo sobre la muerte:
"Es como sombra en la boca, 
Ya no necesitas
Mordisquear las uñas
De los muertos
Para saber más…"
Mi abuela
Que estaba en todo
Y también sabía de estas cosas
Me decía:
Toda sombra es un abismo
Es una boca a la medida
Como la de la muerte
Donde caben todas las palabras,
Pero no se pronuncia
Ninguna…"



La sombra,
La palabra,
El abismo,
Así diciendo…




Ciudad 1

Eres reino circular
Árida selva
Sin nombre,
Eres tiempo desbordado de su cauce
Habito en ti
Y soy un cadáver
Que devora panes sucios. 





Mi cuerpo
Es un péndulo
(Oscila en silencio)
Y desde el centro
De su eje
El tiempo
Pálido y frío
Lentamente
Se desmorona
Para morir en mi garganta
(Al fin soy libre
Del aire
Que me enjaulaba)
Mi espíritu
Muere como yo
Lentamente asfixiado.





[Me quito los ojos]

Me quito los ojos
Y quedo en la noche
Me quito el corazón
Y no veo
Me quito la palabra
Y se ven mis huesos
Me quito cualquier deseo
Y me arrepiento
Me quito el aire
Y quedo solo
Me quito el mundo
Y apareces tú
Tan tranquila que asustas
Dispuesta a llevarte
Las sobras
De mi muerte. 





Adán 1

Vagaré desnudo
Y nombraré las cosas
(Bautizaré 
A las sombras
Que habitan este jardín)
Mañana
Sonriéndole al ocaso
Lanzaré
La roca eterna al silencio
Así como se lanza
Una blasfemia al espejo
E iré en busca
De una manzana.




Tengo ganas de condenar
Mi humanidad
A los abismos innombrables
De esta ciudad.




Adán 2

Y terminé repitiendo
Mi nombre
Al desandar
Paso a paso
La nada





[Soy feliz]

Soy feliz
(Lo justo nomás)
Hoy he caminado
Y he leído
Tengo tierra entre los dientes
Y la locura quemada por el sol
He caído en lo obvio
Y en lo cierto
Aquí
Todo mi cuerpo es un absurdo
El pelo que se cae
Las uñas que no paran de crecer
El hambre que se repite
La piel que cuelga…

Un nido de avispas es mi cráneo
Y con mi lengua lavo mis heridas.

En el fondo de esta comedia (absurda)
¿Lo ves? Soy un pobre perro espectral. 




[Confieso]

Confieso que al filo de la vela
Arde la voz de un mendigo
Al filo del precipicio
Están mis niños confesándose
Al filo de la vida
Por el ojo de una aguja
Un poema tratando de nacer
Al filo del filo
Mi garganta evitando tragar saliva
Es igual

Para escupir al cielo
Sin que te caiga en la cara
Para rezar al revés
Y cantar un himno estúpido
Con el dedo de otro en la boca
Para tener el valor de elegir entre
La horca o la sombra
Deberías dar un paso al vacío
Y jurarte que no existes.





JULIO NELSON MONTERO [14.268] Poeta de Perú

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Julio Nelson Montero 

(Iquitos, Perú 1943) hizo estudios de Literatura en Lima, Múnich y París, allí lee a José María Arguedas y a los indigenistas, es por eso que, cuando retorna al Perú en 1970, maravillado por la naturaleza y la humanidad que encuentra en los relatos de estos escritores, decide vivir en la cordillera de los Andes del departamento de Ancash, donde forma familia. En 1980 se traslada a Lima. Cuando era estudiante en la Universidad de San Marcos publicó, en 1964, sus primeros poemas en las revistas Haraui y Piélago. Cuatro años más tarde la prestigiosa revista Amaru publicó otros de sus poemas. Su primer poemario integral Caminos de la Montaña (Lima: Editorial La Escena Contemporánea, 1982), está conformado por poemas escritos durante su estadía en los Andes, y otros escritos en Lima, pero siempre inspirados en el mundo andino. Estos poemas comprenden el lapso 1965-1981. La crítica especializada lo señaló como la más brillante poetización del universo andino. Luego publica su segundo poemario El otro universo (Lima: Arteidea Editores, 1994), y reúne su obra poética integral en Summa poética (Lima: Arteidea Editores, 2002). También cultiva el cuento y ha publicado el volumen La tierra del sol (1998). Juan Ojeda le dedica su poema «Elogio de la infancia».



EN LA LUZ DE LA IGNOTA ALDEA

Jugabas en el sol
con los muchachos
de harapos, la gélida brisa
zumbaba en los árboles
del huerto escolar
y batía como hojas
los harapos,
la tarde azulaba
los flancos de los cerros
pero era aún el sol
en el huerto y tú
prodigándote
en la luz
de la ignota aldea.
Cómo imaginar
entonces que apenas
ese instante
cambiaría mi vida
para siempre




LA MADRE VIVA

Yo no la conocía, su imagen en la adolescencia
me llegó, en unas líneas, unas páginas,
magistralmente retratada.
Vivía en mi imaginación, feérica, como
la imagen de la madre viva que no conoces.
En la juventud fui trémulo a su encuentro.
Me envolvió su luz y quise morir
del gozo y quise decirle (¡se lo dije!):
“Aquí no nací, mi cuna aquí no se meció,
pero cómo quisiera que cuando
un día me muera aquí mi tumba quede”. (1)
Y le dije, todavía más estremecido: “Vivir
contigo es lo que quiero”, “madre, madrecita sierra”

(1) Paráfrasis de los versos finales del poema La llanura, de Petroffi.




SOBRE EL PUENTE VIEJO DE HUANUCO

Todos, en un momento dado, nos preguntamos por el sentido
de la vida. Una vez, varias o infinitas veces.
Pero tan solo conoced el pueblo. Y contemplad las aguas.
Las aguas fluir y veréis lo anónimo, el torrente
y no las gotas, la unidad en lo diverso, la fuerza
armónica que se dirige al mar (que evoca la libertad);
ningún obstáculo es invencible, el torrente
es irresistible.




EN TODOS LOS VALLES DEL PLANETA

En líneas cortadas
-unas pocas, breves líneas-
al caer el día, de noche
o en la luminosa mañana
el hombre en todos los valles del planeta
-¡ignorándolo, o maravilla!-
escribió o simplemente dijo a otros
sus emociones
en forma condensada
con extraña belleza.
Todas las emociones de los vivos.

¿Podría saberse qué de común hay
en esos versos, cuál es la esencia de todos ellos?
Son tantos los versos, las canciones, los poemas.
Pero acercándose uno a los más nobles
escucha un aleteo, un como murmullo,
un clamor
Libertad
Libertad
Libertad




ANTE EL AMAZONAS

“A orillas del Lehman me senté y lloré”.
Este verso del poeta inglés llena de extraña
emoción a quien lo lee. Manrique y Machado
tienen también versos hermosos, sugerentes sobre el río.
El río evoca mucho el misterio de la vida, y nadie
puede con indiferencia mirar el fluir majestuoso de un río
hacia al atardecer o en la mañana. De noche,
seguro de noche dijo el gran poeta checo:
“El Voltaba canta su canción sin palabras”.

¿No se imaginaron en el río los sabios para descifrar
el enigma del devenir, de lo que pasa y permanece?
Los hombres marchan en la historia igual que las naves
contra la corriente del río (Homero nos llamó “navegantes”.)
Y así escribió el nuevo poeta: “Recuerda: en medio de la corriente,
el viento, las olas ¿detenían acaso el vuelo de la barca?”

De: Caminos a la montaña. Poemas 1965-1981




YAWAR MAYU


I

Cuando duermes, sin que lo sepas me asomo
a verte, me acerco y miro tus mejillas oscuras
y rosadas, tus cabellos negros y castaños
y veo tus arterias del cuello palpitando
e imagino: brilla allí tu sangre
como los ríos densos del verano en los valles
profundos de los Andes, ¡yawar mayu!, entre las peñas
los molles y las lambras. Yawar mayu la sangre
de tu corazón, hija mía. No como mi sangre
sino la sangre de las inabarcables montañas,
de los límpidos cielos, de las cálidas tierras
del maíz dulce, del pacae de corazón
suave: ¡la sangre de tu madre, hija mía!


II

Cuando seas mayor y en la gravedad
de los años con orgullo te preguntes
porqué viste la luz
en esta aldea
de señoras que hablan en la lengua pura
de los gentiles, y los hombres
en el castellano de Guamán Poma; adonde
los altos dignatarios del Estado rehúsan llegar;
sabe que fue porque un día
tu padre llegó “siguiendo la vereda del venado
y la estela del halcón”, con el pecho
henchido en busca de su patria ¡oh hija mía!



CORDILLERA DEL HUAYHUASH (II)

Cordillera del Huayhuash, en el amanecer tus cumbres
resplandecen, y en el ocaso aparecen aún más níveas.
Así desde millones de años. De millones de años tus nieves
están incólumes. ¿Qué edad tiene el tarugo que bebe
de tus aguas, qué edad el cóndor que te sobrevuela?
Millares de tus hijos fueron extinguidos
         aquellos que educaron tus valles.
Cordillera del Huayhuash, las tormentas a menudo
te envuelven, pero no mellan tu esplendor y poderío.
Yo recuerdo en la diáfana mañana de mayo a Exaltación
Huaynacanqui y Severiano Ocrospuma descendiendo tus cerros
a la asamblea de la Federación
y a los comuneros agitando los brazos en la pampa.




EPITAFIO PARA EZRA POUND

“La enorme tragedia del sueño sobre las doblegadas espaldas
del campesino”

Así cantaba Loomis, poeta
de los mares de Occidente.
Con un gastado laúd, con ritmo
provenzal, compuso algunos aires según
las ideas de los cremadores de hombres.

“Teme a Dios y a la estupidez de la plebe”, entonaba.

Ahora sus cenizas han vuelto a la tierra. Duerme
junto al Duce. Sus cantos y sus sueños recorren
el mundo. Inspiran a poetas y emperadores. Buscan
vanamente arraigar donde sólo puede crecer la libertad.
Desconfiad de quienes evocan sus aires o su metro.
Ninguno que odie a Auschwitz o My Lai exhalará
un suspiro. Ninguno que sufre, ninguno que espera.
Nadie que anhele un mundo mejor.




CUESTIÓN DE TALENTO

“Lector, tú, eximio intelectual, no desdeñes
al gran Cicerón. Míralo con piedad y no
con reproche. Si aspiras, también tú
—como te es lícito— al Poder y la gloria
no sólo brillo sino también veleidad necesitas”.
Estas palabras laten, se insinúan en los prólogos
el admirable orador, retórico insuperado, político
hábil. Y si la edición es moderna y del Perú
entre líneas dirá: “Duro es luchar contra lo establecido.
¿Vale la pena empeñar talento en sindicatos,
aldeas o barrios marginales sin que de ti
comente la gran prensa, ni de ti sepan cultas
y encantadoras damas, ni de ti se hable en los cafés
más eruditos? Mira: parte del talento es comprender
que también desde una cátedra o un buffet puedes
bregar por los oprimidos. ¿Qué de malo hay en reprobar
la miseria y morar cerca de El Olivar, pasear
de tarde en tarde por avenidas con aromas de Long Island,
explorar almacenes? Fuerza es reconocer que Marx,
por su excesivo genio, carecía de cierto sentido
de la realidad, de la elegancia, de las proporciones”.




OH VIAJEROS

En Provenza hay una ciudad de piedra, Les Baux,
derruida sobre un acantilado; los hugonotes
allí se parapetaron; Luis XIII la demolió para rendirlos.
El viento del mar ulula y brama en las desiertas torres.
Y también en esa región de poesía, en las ciénagas
del sur, hay una breve urbe amurallada
donde se juntaban los cruzados para abordar las naves.
Cree uno oír la algazara, maldiciones, murmullo
de oraciones y ruido de sables, Más al norte está Verdún,
entre colinas; la hondonada de Douamont
todavía hiede a muerte —es un amasijo de cráneos,
fusiles y botas claveteadas. Unas máquinas escarbando
debajo de cascos y morteros allí desenterraron
broncíneos escudos, lanzas, unos versos en piedra:
“Soy la lanza victoriosa que combate
Soy el viento en el océano
Soy el halcón en lo alto de la roca”
Y de haber proseguido las máquinas su labor
exhumaban osamentas mezcladas a mazas, puntas
de hueso y sílex, renegrida tierra, sin
término, hasta el cansancio.
Las hondonadas, las depresiones de los campos
de Europa fueron cavadas por obuses (la hierba
lo disimula); sus monumentos, puentes y edificios
están punteados de metralla, aún sus cementerios:
las lozas y los muros del Pere Lachaise.
   Hablo de Europa y Francia
al acaso; un país, una región cualquiera.
Bien puede ser las mesetas del Pleiku, el valle de Urubamba.
Por doquier es igual
         como una ley
(En la sierra de Ancash hay un risco
con restos de guerreros Willkas e infantes
andaluces —unas macanas, una cabellera castaña,
una honda de color lana, girones de una braga
bombacha—. En una honda grieta de la montaña
agolpadas yacen carcazas de montoneros. Al borde
contra Gamarra. Y allí mismo, escudado en las troneras,
repelió Cáceres un asalto por retaguardia.
A orillas del río hay cuatro tumbas anónimas
de comuneros y una inscripción en una peña:
“Caieron por su pueblo”.)
Por doquier ahora, en cualquier punto
de la tierra, bate el picor de la pólvora,
se agolpan los muertos en grietas y tumbas anónimas.
No nos lamentamos
         (Ellos no se lamentaron)
Es la ley. Pero una ley
distinta a esa que rige la colisión
inexorable de los cuerpos en el espacio sideral,
diversa a esa que dice que la muerte
palpita en nuestros corazones.
En el mundo de los hombres
tal parece que mayor es el bramido del viento
y el rugido del trueno, conforme avanzamos a la cima
de paz de la gran montaña.
Por eso el grito del comandante cuando exhortó
a su haraposa columna al avecinarse el combate:
     “¡Adelante, oh viajeros!”.

De Caminos de la Montaña




EL OTRO UNIVERSO

J’ai l’envie d’ habitar chez vous
S.J. Perse

Se avecinaban las lluvias. Con mi carga de remoto dolor
y de esperanza —puras como el agua de nieve fundida—
tomé el sendero que dejaba la ciudad. En la más lejana
montaña —más allá de la cual se presiente otro universo—
serenas yacían la nieve y las sementeras. Mis esperanzas
quemaban como el fuego de los valles profundos. Llegué
sudoroso y dije: “Tengo el deseo de vivir entre vosotros”
Las sonrisas no fueron menos cálidas que los sueños.
Y se precipitó la primera lluvia de la temporada.




LAS CAPIRONAS

Me tendí una tarde de vacaciones
a orillas del vasto río, entre los gramalotes.
Era tiempo de lluvias. Crecido, turbio y sombrío
bajaba el Marañón, cargado de espuma y animales muertos.
En medio de las aguas un islote resplandecía
bajo la luz estival, con sus miles de lozanas capironas.
Pero el gran río lamía obsesivamente sus bordes;
olas coronadas de espuma lo azotaban.
En el aire blancas aves zancudas piaban agitadas.
Mas la selva estaba extrañamente callada.
Con mis apenas siete años yo presentí
algo grave y también callé, sobrecogido.
De pronto un estruendo estremeció la soleada tarde:
el Marañón desbarataba el islote
       devorándolo implacable.
Las enhiestas capironas sucumbían estoicas,
y ya muertas, con sus tallos robustos,
sus lozanas hojas y sus flores, eran arrastradas
resplandeciendo en la luz.
El piar de las aves se había vuelto chillidos
impotentes por sus nidos en las capironas,
que como muertos venerables flotaban en las turbias aguas
entre animales pútridos, la espuma y
el grito de los pájaros.
El vasto río fluía raudo hacia el mar.




LA INSONDABLE NOCHE

Me preguntan por qué habito la verde montaña.
Sonriente, me callo, tranquilo el corazón.
Cuando las flores caigan, cuando el agua pase,
mi universo ya no será el de los hombres
Li Po


Algunos amigos urbanos (“varones áticos, elocuentes
y urbanos”) se consternan de que yo haya vivido
tantos años en una remota aldea. Y me inquieren.
Pero es imposible expresar la dicha de manejar el azadón
entre doscientos braceros en una faena comunal.
El brío del universo en tu cuerpo húmedo.
Las bromas cristalinas del almuerzo bajo el azur
y el aroma de los montes en la gélida brisa.
Nuevamente el fuego del cosmos con el azadón en tus manos.
Y más tarde el retorno en el sosiego del ocaso
(en la intensa y dolorosa paz que precede a la noche
en una aldea). La insondable noche
bajo las estrellas y la vigilia de los montes.
Y los sueños con los montes de antaño.
Por eso yo no respondo a esos amigos; sonrío,
me hago el desentendido y les hablo de los mares,
los puertos, los navíos.

De El otro universo
http://sol-negro.blogspot.com.es/2014/12/ocho-poemas-de-julio-nelson.html






MARIANA RUIZ ROMERO [14.269] Poeta de Bolivia

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Mariana Ruiz Romero 

Nació en Tarija-Bolivia, en 1982.
Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Católica de Cochabamba, Bolivia. Magister en Relaciones Internacionales por el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Ha cursado gastronomía en Azafrán y escrito un libro culinario-poético: 
Los Secretos de Rosalía (Editorial Nuevo Milenio, 2006) y el libro infantil Uma y el círculo Mágico (Editorial La Hoguera, 2009, http://venenolundico.blogspot.com/2009/06/uma-y-el-circulo-magico-el-nuevo-libro.html). 
Es parte de la antología joven poesía boliviana "Cambio Climático" (Espacio Simón I. Patiño, 2009). 
Ganadora del Concurso de Cuento Breve “AXS” 2007       (http://venenolundico.blogspot.com/2007/08/mariana-ruz-romero-gana-concurso-de.html). 
Ha colaborado en diversos suplementos literarios en su país, actualmente escribe para Fondo Negro en la Prensa. Asimismo publica sin regularidad en su bitácora http://mardesierto.blogspot.com/. 

En este enlace pueden acceder a una reciente entrevista que la hicieron: http://educamposv.lacoctelera.net/post/2009/08/30/mariana-ruiz-romero-la-lectura-es-pasion. Su obra en poesía permanece inédita.




Cinco poemas en prosa de esta autora, extraídos todos de Cambio Climático.



Cualquier apetitoso contenido

Una redonda gota de materia se desliza en mi interior, pequeña y metálica. Las cavidades rugosas de mi ser la dejan pasar, balanceándola gentilmente de un extremo a otro de mi cuerpo. No hay nada más. Ella sola rueda a través del silencio, resonándolo. La imagino sin brillo, quizás porque su recorrido se me representa en tonos apagados: gira alrededor de murmullos rojos como la madera antigua, atraviesa huecos cálidos, oscuros como las sombras de la tarde. Duda entre un rumbo y los otros. Sin esa gota, esa dureza ajena a mi cuerpo, yo apenas soy una vulva vacía. Una torpe envoltura hueca, carente de cualquier apetitoso contenido.




En el jardín

Tiniebla, entre velo de sangre y otros tonos del sueño. Tocan a mi puerta y estoy dormida, no atino a responder. Envuelta en amarillo tibio, en rosado y gris, espero, detenida. ¿Tocan a mi puerta? Inmersa en mi cuerpo, dada vuelta, mis párpados en el fondo de mí misma, no puedo abrirlos. Mis pies cuelgan dentro, levantarme es algo que no puedo. Respiro líquido, mi boca ha olvidado el roce anaranjado de tu boca.
Tocan, rozan con los dedos la madera de mi puerta, y yo, doblada entre penumbras, no puedo ofrecer mi piel a la tibieza de esas manos que insisten a mi vera. Cesan, y el ruido de esa ausencia deviene insoportable. Cuando despierto, ojos abiertos atravesando esferas, agua corriendo derramando puentes, vidrios de luz, ya no están al otro lado. Exploto al respirar. En el jardín, otro capullo cae abierto.




Suspendida

Dentro de mí no puedo respirar. Algo se me envuelve y atraganta entre el vientre y el estómago. Gira, pesado, me fatiga el habla y la respiración, me hace lenta. A veces intenta salir todo de golpe, como un mareo, otras, parece aposentarse, decidido, en el fondo del estómago. Al final, regurgito una hebra fina, delicada, por la comisura de mi boca: está hecha de palabras. Con ella tejo mis mañanas, y equilibro, cuidadosa, cada uno de mis puentes, ésos que me conducen de un sueño a otro, sin caer, sin retenerme. Como Clarice, la otra araña, construyo, urdo mi tela. Concibo cada una de sus frases. Sus perladas esquinas. Sus estructuras sólidas. Camino, así, sobre mí misma, falta de aire, en los ocho ojos todo comprendido. Como Lispector, la otra que teje, suspendida.




Mariposas

Me mira, los ojos le brillan como si ya me tuvieran dentro. Me quedo quieta, como cazada, sin atreverme a corresponder ni moverme, de súbito envuelta en la cristalina pared de esa mirada; como una criatura frágil o alborotada, detenida de pronto. Mi mundo confinado al cerrado entorno de ese instante, sólo me resta observar: quién sabe por cuanto tiempo mi alma sabrá mantener su pausa, yo-sobre-grava-sobre-verde, antes de desesperar y agitarme toda, reaccionando ante ésa, la soberana percepción de quien me embarga. La temporada ha empezado.




Recuerdos incluidos

Tengo que irme. No estoy donde debería estar y la urgencia de partir me remueve entera. Escribo, porque-no-queda-más-que-escribir, porque-no-sabría-hacer-otra-cosa, antes de mandarme a mudar, de hacerme aire, de huir con mi nombre y mi piel a cuestas. Es tan lindo estar en otra parte, ser una desconocida de pelo negro y ojos distraídos. Sonreír y pensar, ah, nadie sabe a quién me parezco cuando sonrío, ni quienes son mis padres. Nadie sospecha con quien duermo abrazada, ni se lo inventa si no sabe. A nadie, y este es el alivio más profundo, le afecta mi soledad, mis cambios de humor, mis desalientos. Puedo, sin chistar ni ofrecer explicaciones, desnudarme en una plaza, besar las esquinas de sombra, bailar al son de música en balcones. Puedo atracarme de galletas, no comer una semana, beber sólo agua y no doblar mis pantalones por la línea del medio. Puedo puedo puedo. Y este sol, y cielo azul, y ésta cerveza fría, no alcanzan a convencerme de lo contrario. Todos ellos, diferentes, se pueden hallar en otras partes, los dioses saben que lo particular es universal, sólo que está en un lugar distinto al anterior. Así, disfrazada, parto pronto. Las faldas recogidas, los senos escondidos, temprano una mañana. Aunque mi pasado me persiga, da lo mismo. Toda forastera lleva a cuestas lo suyo. Recuerdos incluidos. 




CAROLINA HOZ DE VILA [14.270] Poeta de Bolivia

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Carolina Delia Hoz de Vila Guzmán

Nace en La Paz - Bolivia un 23 de Julio de 1983. Poeta.
Es parte de la joven poesía boliviana así registrada en el libro Cambio climático, en que se reproduce su poema ‘Viudas sonámbulas’, que dice en un fragmento: “El loto siembra un pajar en nuestro cuerpo / cremando vidas por la arena del día, / vidas que iremos recogiendo al destiempo, / viudas sonámbulas, / en rotas vasijas… / Cangrejos recostados a la orilla de un delirio / amor brujo adormeciéndose en las vasijas / belladonas del suicidio / polvos musicales descubriéndose vírgenes en su gloria / y llamándonos cada vez aún y más allá de las cosas”.

LIBRO

Poesía: El monstruo del armario, 2010.



Pomada

Mi corazón es una pomada
tantas heridas vienen a él para ser consoladas
Mi corazón: un batallón de caídos
injerto hilvanando la guerra y el frío
fascinando a turistas con sueños de agujas en un hilo
tiñe sus miedos con un grito de materia disecada
desde la matriz…
cada vez
latiendo…
un trozo de carne al final de la noche:
es mi sello de emperatriz, cubriendo de gusanos y lombrices cada puerta.

Así es mi corazón
una pomada de rimeros auxilios para quemaduras en primer grado
naturaleza muerta
lo buscan, al menos, los discapacitados
resbalan y hunden sus cráneos en un motel de caridad 
para ciegos y sordos
aves de paso,
buscando la habitación ideal para encerrarse,
sembrar sus huevos y marcharse…
sin dejar postales.

(Del libro: “Monstruo del armario” – 2010)



Amas de casa desesperadas 

El miedo guarda un secreto en nuestro cuerpo
es un viejo amuleto
gastando las horas que son como píldoras
adormeciéndonos en rotas vasijas…

El día avanza lento…

Cangrejos retostados a la orilla de un delirio
son los pecados que amanecieron con nosotras
se cocinan inhumanos en el cuerpo
como amores brujos que inventamos

Polvos musicales con aroma a cementerio
son nuestro apetito codiciado
nos seducen de tan distintas formas
abreviando el espacio de nuestras horas.

Siempre al borde del precipicio
nacemos viejas
enamoradas
de un instinto asesino como de un último antídoto

Amas de casa
somos bullicios ajenos en alcobas de lino
dormimos junto a un enemigo
guardando centímetros de distancia
escondiendo un arma de alto calibre bajo la almohada.

A nadie pertenecemos, bien lo sabemos
a ningún dios que nos de confianza
o el amor pueda devolvernos.

Girando en un tocadiscos, conocemos el futuro,
porque siempre somos y hacemos lo mismo,
hasta cansarnos y aborrecer nuestra fisonomía en un espejo.

Criamos nuestro infierno
descargándolo como un revólver lento
un baño de negra lucidez por día
confabulamos en secreto.
Balas veloces, como el instinto, atraviesan nuestra carne
se acomodas felices en nuestras costillas
y nos vuelven con la muerte pacientes y amables.




Juana la loca

Soy una princesa enamorada
Una rosa deshojando su olor de niña tierna
En el mármol de tu cuerpo indiferente.

Soy una princesa mimada
Como todas las doncellas de revistas
Agonizo una novela de portada,
Soy la principal protagonista
En el deporte de llorar
Y ser abandonada.

Soy una princesa enamorada
tan frágil que me puedo quebrar
soy un cristal en la finura de tus manos
haciendo cosquillitas a tus nervios de metal
Soy un tallo de flor preciosa
de luz sangrante
Cubierto de pétalos que arrugas como a todas las cosas
Que desfiguras,
sintiéndote dueño y señor de lo que no creaste.

No me importa ya,
Estoy hecha de encajes
de mentiras y chantajes
Cubierta de joyas en el corazón, joyas baratas de televisión,
que tus palabras bonitas
Y coqueteos a la vista
me enseñaron a adornar con un rozón.

Soy una princesa enamorada
Llevo un diario de secretos bajo mi cojín
Una lista de hechizos y de amantes tuyas
una navaja corta- venas, por si tú me haces sufrir
Sé cuando llorar
Sé cuando fingir
Sé cuando gritar
Y hacer de cuenta que estoy perdiendo el juicio frente a ti
Desmoronándome en el piso con ataques de epilepsia
Calculados y concisos, que te roben el aliento
Y hacerte desistir de tu deseo de escapar
Y abandonarme una vez más
Como a otra actriz de “Mujer: casos de la vida real”.

Inédito (2011)




Adiós

Cada día es exactamente lo mismo
No hay amor aquí, no hay dolor aquí

(Nine inch Nails) ♪ ♫ ♪


No me confundas con una jeringa.
No soy como tú
No me confundas con esa aguja, inyectando veneno en el oído
No soy como tú
No me confundas con lo que tú eres, cuando bebes más vodka y pierdes control
No soy como tú
No me confundas con la ira que explota en tu anatomía de príncipe azul
No soy como tú
No me confundas con esas neuronas de cerebro cavernícola que en ti viven sin luz
No soy como tú
No me confundas con voces que oyes en tu coctel de aspirinas,
No soy como tú

No me gustan los rituales que se viven en secreto
No me gustan los amores que parecen un secuestro
con historias de hemorragia y ficción de mala muerte
con sonidos a pistolas del Oeste
Descargándose en el baño o en la sala de estar
Con los gritos de un crimen pasional.

Por eso te dejo…mi vaquero,
Te dejo con tus historias del “Bueno, el Malo y el Feo”1
Cruzo esta puerta, mientras sueltas el arma
buscas la calma, paras de llorar
llamo a una ambulancia
y no vuelvo por aquí nunca más!!!




Winnie y Willy 2

Las palabras también nos abandonan.
(Samuel Becket)

La tinta de un volcán, secándose en el lienzo de un tatuaje,
se apaga en esa piel que nos une y abre a una oscuridad sin traje
haciendo de las horas ojales de botones, en rincones de la carne,
crepúsculos ardiendo en un sol que nos deshace
cuando todo nos arruga y compadece
cuando nada es instantáneo…
y sólo vamos siendo latidos electrodomésticos
año tras año
en esta casa de silencio y cansancio en alta voz
donde todo lo que habla es un televisor.


(Del libro: “Monstruo del armario” - 2010)

1 (1966) Película de vaqueros protagonizada por Clint Eastwood.

2 Personajes de la obra teatral escrita por Samuel Becket, “Happy Days” (1961). El cansancio de los años destruye lentamente un matrimonio, a medida que envejece. Winnie, la esposa, en un intento desesperado por recuperar la felicidad de los buenos tiempos, a través de recuerdos, procura llamar la atención de Willie, su esposo, quién por su parte repite monosílabos y no la escucha, totalmente indiferente a lo que habla. Tratando de ser optimista, Winnie hace lo que puede…canta, ríe, intenta burlar a la muerte y al tiempo, con sus reflexiones y memorias. Pero todo es vano y la tierra va tragando su cuerpo, sus mejores años, sin obtener respuesta alguna de Willie, ni del mundo…


  




ÁNGEL LÓPEZ SANTIZO [14.271] Poeta de Guatemala

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Ángel López Santizo 

Nace en la ciudad de Antigua Guatemala en el año 1.976, desde el ´94 incursiona en la poesía, como posteriormente lo haría en la narrativa, en octubre de 2.002 publica el libro Secuencias Para Un Sueño Oxidado , poesía, en la extinta Editorial X, ha publicado en diversos diarios y revistas tanto literarias como de música Rock de México, El Salvador, Colombia, Argentina y España, país este último donde en Noviembre de 2.002 ganó el premio Relato Subjetivo de la revista Cáñamo




 
 
ESTÁTICO

como la aves
que se pierden al fondo del vaso,
como la mirada
que se pierde más allá de la luz apagada,
como el periódico
que transcurrido su día
jamás se leerá,
fui relegando con cada vez
mis palabras inusuales

se acumularon
hasta ser incontables,
hasta menguar considerablemente
lo que hasta ahora
había sido nuestro lenguaje,
guardé el silencio
y prendí la radio,
cualquier cosa, a veces,
es mejor que el silencio,
repetirnos que no
y deambular
por las cosas efímeras,
nos conforma lo que sea

como las aves
que se alejaron por correo,
como la mirada
que naufragó en una botella,
como yo y como nada,
las palabras anónimas,
las palabras inusuales,
se esconden
tras nuestras diarias fatigas

lo que cansa
debe partir,
lo que hastía
debe partir,
cuando cansamos y hastiamos
debemos partir
aun de las palabras
que antaño con tanto sigilo
supimos compartir,
pero sólo atraviesa la línea
quien de antemano
estuvo al otro lado

con la llegada de este día
supe una vez más
que soy de esos,
de los que nunca
estuvieron al otro lado,
de los que nunca
cruzaremos la línea,
que nos aferramos, neciamente quizá,
a lo que sea,
incluso a lo que ya se fue

y como las palabras
terminaremos por relegarnos
aun a nosotros mismos,
a pesar de cansar,
a pesar de hastiar,
nunca nos alejamos demasiado
del insolvente oficio de escribir
lo que a nadie importa,
siempre terminamos
por reincidir sin una justificación plena,
para muchos una palabra
es tan sólo un enser,
para mi en cambio
es una razón

VII.II.MMV






Reapertura

cuelgo mis contradicciones
en un delgado lazo,
hoy las abandonaré
a los escasos vínculos
entre lo ya lejano
y lo por alejarse,
luego, haré lo mismo
con todas mis certezas,
más tarde lo haré
con lo que no me es
ni certeza ni contradicción

hay una estación
en que cada ser,
como un anacoreta
común y corriente,
debe saber que es tiempo
de desprenderse
de todo cuanto fue,
abandonar las propias ruinas,
olvidar las propias esperanzas
y dejarse a la deriva
de lo desconocido

para qué reandar
lo antes andado,
para qué justificar
lo que se fue
y ya no se es,
para qué conservar el boleto
del viaje que nunca se realizó

recorro las paginas del diario,
de una de sus ilustraciones
se fugan inusuales aves celestes
que saben refugiarse
al este de mis estanterías,
las escucho susurrar
confesiones que no comprendo,
además no me interesa
que nadie se confiese
y me veo una vez más
solo como siempre,
pensando en todo
cuanto se debe abandonar,
en reabrir
las infranqueables cerraduras
de lo que no he visto,
en que todos debemos dejarlo todo,
es tan fácil,
tan simple
y tan lógico
como hacer que las horas
caminen el reloj
a contracorriente

pero persisto impasiblemente
en la misma vieja silla,
en el mismo enmohecido patio,
bajo el mismo sucio cielo,
incapaz de claudicar
la persistente ansiedad
por rehabitar espacios
que no existen más

vuelvo a descolgar
mis contradicciones,
mis certezas
y todo lo que no me es
ni una ni otra,
las guardo pacientemente
bajo mi silla,
busco en mis papeles
el viejo boleto,
aliviado descubro
que aún está,
continuo siendo
el extraño artilugio
que siempre fui…





una tarde + lejos de tus ojos

a Daniela Suárez Naranjo


cómo los fragmentos de la tarde
van cayendo
sobre nuestros hombros
agotados de esperar,
cómo el último espacio de luz
va desvaneciéndose
tras el quebrado florero,
que refleja tan sólo
lo que hemos dicho ser,
ocultando
entre secas hojas y falsa escarcha
lo que aún
no nos hemos podido decir

como esta, las demás tardes
irán muriendo,
dejando entre nuestras manos
tan sólo el quedo rasguño
de lo que no tocaron
con su paso,
sobre la mesa iremos
recolectando el elixir
de todas esas tardes
perdidas, marchitas,
que no fueron nuestras,
porque estuvimos lejos
el uno del otro

en algún instante
del porvenir
iremos clavando en cada espina,
que posee esa muerta corona
que es el pasado,
cada brebaje de tarde
que vivimos separados,
construyendo con ellos
el sortilegio que propiciará
esa tarde en que nos encontraremos

hoy estamos tan lejos,
creo que eso no importa,
pues bajo tu almohada y la mía
hemos guardado
con sibilina paciencia
tantos fragmentos
de atardecer,
dormiremos separados
con la certeza de nuestros conjuros,
con la certeza de nuestro encuentro
que está inscrita con sangre hirviente
en las líneas de nuestras manos
mucho antes de nacer

XVII.VIII.MMVI






funeral

a una araña que desterré de mi boca
y la vendí disfrazada de poema clásico

una araña se suicida
en el tejado de un delgado rascacielos
invertebrado por el pasar de la tormenta,
el mundo, indiferente, continúa su marcha,
sus últimas palabras fueron:
“el problema no es
cuanto tiempo la vida nos dé,
sino cuanto tiempo
nosotros la soportemos a ella…”

una mosca fue la única
que veló sus lúgubres escombros,
vestida de funeral
la sepultó públicamente
en el Père Lachaise
frío como viento muerto,
rodeada de escritores,
rockeros, borrachos y prostitutas
sobre la marchita tumba
un símbolo de anarquía
a falta de una cruz convencional

la mosca emitió su discurso:
“efímera como el viento
a veces fábula y destiempo
otras embriaguez y pensamiento,
misántropa del universo
proscrita de las pestañas
de una sociedad famélica
despreciadora de su poesía,
desterradora de su fealdad
delito aun mayor que la estupidez
(en una sociedad como ésta)
pero quizá en el fondo
su alma no era
tan horrible como su rostro”

XXV.III.MMI



AQUARELA DEL SOL PADILLA [14.272] Poeta de Venezuela

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AQUARELA DEL SOL PADILLA
 
Nace en 1988 (Caracas-Venezuela). Estudió en el conservatorio de música Vicente Emilio  Sojo. Realizó  taller  de  fotografía  en  la Escuela Cristóbal Rojas. En el 2004 quedó seleccionada como ganadora del concurso Monteavila  editores mención  poesía.  Finalista  en  el XIX Concurso Nacional de  poesía  para  liceístas  2004 Casa Nacional  de  las  Letras Andrés Bello. Integrante en el 2005 del Circuito Liceísta de  las Letras. En el 2005 el certamen mayor de  las  letras publica  su poemario  “Acordes  del mañana”. Presente en la antología de poetas liceístas 2006 “Voces jóvenes en la mirada del mañana” editado por Nadie nos Edita editores. Invitada a  la Feria Internacional de La Habana y La Paz. Ha realizado diversos talleres en el área de escritura de guión literario. Participante del Festival Mundial de Poesía, Venezuela 2006.

Aquarela del Sol; un nombre armónico para ser poeta. Da vértigo asomarse a la reseña que sentencia que esta escritora venezolana nació en 1988. Y ahí está ella; resuelta, con el término sincero, lejos del arreglo floral. De frente a su tiempo, ahuyentando el balido de los escritores de moda, emergiendo de la marea que dictamina que no hay nada que decir, desoyendo el berreo afectado que baja de los salones. Ahí, justo ahí: mezclada entre la gente, Acuarela del Sol Padilla con un puñado de semillas en una mano y restos de tierra en la otra; cantando: que hay aún Evas que no agachan la cabeza.




Eva sale a buscar semilla

Algo de guerra tiene la golpiza en la casa
el no entender ese trozo de tierra que nos viste
agua marina nos recorre adentro

Algo de guerra tiene
embadurnarnos de plástico en vidrieras
recortarnos la piel como papeles
juzgar nuestra pequeñez morena y pobre

Algo de guerra tiene
matarnos la carne de los hijos
prohibirnos el pan que amasamos
la tierra que ancestralmente es nuestra

Algo de guerra tiene
convertir nuestra desnudez en pornografía
vendernos en portadas de revistas
tildarnos de bellas y pasivas
como intentando callar nuestra rabia de siglos
nuestra bronca de ahora

Algo de guerra tiene declararnos musas
a estas manos no les hace falta tinta para hacer poesía

Algo de guerra tiene
acostarnos al parir nuestros hijos
soledad en medio del llanto de ese niño que sólo es añoranza
de su nido

Algo de guerra tiene
la faldita de la escuela
la muñeca anoréxica
la cocinita de plástico, el lacito rosado
cerrar las piernas, no hablar en público, pedir permiso
siempre bajar la cabeza

Algo de guerra tiene
no tener nombre sino ser hija o madre o esposa de un hombre
ser el apellido

Algo de guerra tiene
no reconocerse en el espejo
imitar otras voces, otros cuerpos

Algo de guerra tiene este occidente de Evas esclavas
de dios y progreso

Mordemos la manzana
Pachamama tiene nombre de mujer

(En Festival Mundial de Poesía Venezuela 2006; 2006)







Me detuve a esperarte en los andenes
me puse las medias
abracé la almohada
y aún así no llegabas a mi lado...
 
Maña de inventarme nuevas formas de soledad.
 
 



Llegar a casa
 
Después de tanto recorrido
llegar a casa es un alivio
abrir la puerta
encontrar todo igual
como esperando mi regreso
recoger pasos no dados
transitar descalza
sobre la ausencia
ponerme el pijama guardado
encontrarme triste
abrazar la almohada
saberme triste
A veces llegar a casa
Suele ser un abismo…





Sin Contemplaciones / o de la esperanza
 
Generación amnésica
La tele nos enseñó cómo hacer el amor
Cuánto debía medir un cuerpo para ser deseado
 
Con nosotros hicieron el experimento vivo de los Pin y Pon
Convirtieron el amor en cursis corazoncitos de chocolate
Nos prohibieron odiar porque era malo
Crecimos creyendo que la vida es una pantalla gigante
Una vidriera sin ofertas
Realmente nos comimos el cuento de la cajita feliz
 
Patética generación de mamis y reclutas
Hemos visto tanta película gringa que ya no nos conmueve la muerte
Ayer un soldado inglés destrozaba un niño a patadas
No hubo game over nadie lo lamentó
 
Nuestros dioses ya no son de lluvia
Son representaciones móviles de la estupidez
El vacío nos da forma en cada paso que damos hacia la muerte absurda
Generación que nunca supo qué era verdaderamente estar vivo





El Gran Mordisco
 
Ir a comerme una manzana con Eva y plantarme indecente, poco refinada, frente a su cuerpo marino, rondarle su cabellera líquida y azul, rescatarla de ese viejo egoísta que se hace llamar todopoderoso. Sentarnos toda la tarde a comer manzanas, las más rojas, las más blandas y jugosas manzanas del supuesto pecado; comilonas, acostarnos frente al sol y celebrar la fiesta rebelde, de seguro Adán andará buscando hojas para taparse la desnudez, tan cobarde como siempre. Hablar en otro idioma nunca impuesto, quizás como los pájaros, como los peces o culebras, un idioma vegetal como esta tarde. Sacarle la lengua al mundo y reírnos eternamente, danzando como lluvia, empapando todo lo que sabe a flores. Plantarle otro árbol a la noche para que venga a recoger sus lunas redondas como naranjas. Las monjas arrugadas, tediosas, todas despavoridas huyendo de los conventos, gritando el fin del mundo ¡Eva planta árboles prohibidos con otra mujer desnuda! Adán se tapa los ojos, ¡Qué horror! El Papa seguro morirá de un infarto. No verá la rebelión desnuda y sin costilla de Adán. Eva y yo, descalzas entre las líneas de un libro bien aburrido, decidimos escapar con la mochila cargada de manzanas, para todas las Evas que esperan ansiosas el gran mordisco jugoso de la libertad.
Amén.
 
 


A confesión de pájaros…o un poema panfletario para Kobane

El vientre de las mujeres kurdas
preñado de la humanidad entera
no es de pan
ni de maíz

sus sexos son el comienzo del hombre
linaje de senos de carne poblaron la nación prohibida
sus bocas de arroz nacidas para morir de hambre

Ellas gritan un idioma que se perdió en las formas del tiempo para retornar
los campos naranjas vieron venir el ruido de la guerra necesaria

Los vientres en Kobane son de fuego
a plomo se hacen las tierras que poblarán sus hijos libres
no más llorar la ausencia del hombre de la guerra
estando abiertas todas las sombras de la muerte
será bienvenida cada mano que sepa llevar un fusil
será bienvenido cada aliento entregado al cultivo del mundo

La llenura de la luna está en la guerra desde ahora
y el canto hondo al amanecer
el mismo con que se siembra el suelo
las palabras con que nombraremos lo que vendrá
la libertad que por desconocida se desea

El vientre de las mujeres kurdas
llevan dentro la sangre como un volcán
han decidió cerrar las puertas de casa para volver a ella abriendo las ventanas para siempre
en cada vigilia asoman el pronunciamiento de la rabia
la anatomía circular del aire
verticalidad del árbol
y los himnos de la garganta hembra
espectadoras de dolor por siglos de líneas fronterizas

las generaciones de cadáveres en el vientre de las mujeres kurdas

ser la carne
ser la clase
ser el sexo
en nombre de la libertad

Los vientres de las mujeres kurdas
han abierto un hoyo sobre la tierra
quebrándola
a confesión de pájaros
han dejado tronar sobre los pies su canto










CLAUDIA VACA [14.273] Poeta de Bolivia

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CLAUDIA VACA FLORES

(Santa Cruz, Bolivia, 1984).- Poeta.
Claudia Cecilia Vaca Flores salió de su casa-agua, para llegar a Santa Cruz de la Sierra un torrencial 16 de diciembre del 1984.
Es filoloca y gestora cultural, cree en un ser que no ven sus ojos ni tocan sus manos, ni besan sus labios, pero que como el aire abraza y oxigena su vida. Solo sabe lo que busca y eso le permite ver lo que encuentra. Tiene preguntas en sus ojos cuándo algo o alguien la inquieta y respuestas en sus manos cuando algo o alguien la despierta.
Su labor diaria ocurre entre los actos poéticos de leer-amar-educar.
Publicó el poemario Versos de Agua (2008), ha participado en las antologías: Breve poesía desde Santa Cruz (2009), Los tres cielos (2013).


Fastidio 

Desnuda la estatua temerosa. 
El sueño profundo en sus ojos. 
Aletean las palomas sobre ella. 
Se duermen en su vientre mariposas.  
¡Ah, silenciosa! 
me cansé de hablarte.



Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad NUR, fue becaria del programa de emprendimientos culturales de Relaciones Exteriores de Israel y la OEA el 2008.
El 2009 fue nombrada Embajadora Cultural por el nodo Santa Cruz, de la red Bolivia Emprendedora FTE.

Su obra:

-Versos de Agua (2008)
-Como vuelan las mariposas (Puraletra, 2013)






-Versos de Agua (2008)



INCUBADORA

Vuelvo...
...de incubar los versos.

Descanso
en la bendita palabra
que crea lo innombrable.

Reaprendo
en la bendita palabra
de apacible aroma,
de viajes majestuosos,
de seres loables,
de sueños realizables.

¡Bendita palabra!
Incuba la acción,
urdiendo el mañana.




EMBARGO

Secuestrar el alma,
en estos días
es un riesgo
de virginidades solitarias,
de decencias simuladas.
Confiscar el alma
es un hobbie
de castidades revueltas
en cuerpos de porcelana.




-Como vuelan las mariposas (Puraletra, 2013)




ESPEJISMOS

 En primavera
quiero abrir todas las puertas
de tu maravilloso ser.                                                                                     
¿Me das las llaves?
… o entro por la ventana.




FARFALLA

 A vos,
la querida,
la que impregna con su vida
el aire que respiro,
la que perfuma las calles
de la ciudad que camino.

A vos,
la querida,
la que evoca borboletas,
en el vientre y en la mente.

A vos,
la querida,
la que desbaraja el día,
entre palmera y palmera,
entre libros releídos,
entre dibujos-excusas,
entre aleteos-sonrisas,
entre el sueño y el ensueño,
para caer al vacío que me permita decirte,
«¡cuánta luz ha dado tu risa a mi ser!,
¡cuánta salud ha dado tu pupila a mi pulso!,
¡cuántos latidos dicen tu nombre!».

A vos, la querida,
te digo,
«¡salud!,
por devolverle a mis días
la luz de la juventud,
reposando en la noche
del abrazo revoltoso».




CONTINENTES HABITADOS

 Al mirarte en mi ensoñación
bailé en las llanuras de la Amazonia,
nadé en las aguas del Mediterráneo,
ahí cerquita del río Jordán,
bauticé la memoria
del alma que espera mi vuelo.

Al mirarte recordé el sueño
en el que habitas mis entrañas
recitándome a Quevedo en el Siglo de Oro.
«¡Me cuesta entenderte!».
Y me dices:
«No hay nada que entender,
solo vuélvete conmigo
el mismo río que transita estos caminos».

Al mirarte vislumbré
nuestras vidas volando
sobre las serranías de Santiago
convertidas desde un rito
en pirámide de Egipto
que narra los mitos
de dos continentes
que resultamos ser
vos y yo.
           
Al mirarte acepté
que cuando arrecien vientos
de arenas desérticas
y la crisis de no saber
cómo lidiar con la cotidianidad,
el ceño cansado y renegón,
en lugar de amarrarnos a la ira
decidiríamos dar
un borboleteo anacoreta
en el Tíbet,Monte Carmelo, Jerusalén
o en alguna serranía de la Chiquitanía,
con la manía de conversar pacíficamente
sobre nuestros demonios.

Al mirarte
afiancé en mis alas
la esencia del atardecer en Chochís,
empujando mi vuelo
con la furia de sus vientos.




LA NOCHE QUE NO ME SUICIDÉ

Bailabas en el canto de Watteau,
pintándome un carnaval
de engañosas mariposas
que regalan odiseas.

La noche que no me suicidé
caminabas en las rieles
de mi infancia
cual serpentín viajero

La noche que no me suicidé
tomabas mi mano
y nadaba mi loto en tus aguas.
Despertabas mi boca
cual mujer extasiada
en«El Beso» de Klimt.

La noche que no me suicidé
zambullí mi existencia en el fondo del mar,
para nadar
con alas y sin cabeza,
cual Victoria de Samotracia,
en todas esas noches que no me suicidé.

La noche que no me suicidé
me habló tu sonrisa
desde la escritura de Baudelaire.
Me abrazaron tus brazos
desde la «risa y el olvido» de Milan Kundera.
Me mojaron las aguas
de«El mismo mar» de Amos Oz,
para mecerme cual «Hija amada»
en la escritura de Toni Morrison.

La noche que no me suicidé
me visitó la orilla encastillada
en el río de Rubens
y mis jardines de pereza
me pintaron Girasola,
matando a la curiosidad por saber
qué hay en el vientre de la muerte
la noche que me suicidé.




AYÚDEME A ESCRIBIR

Siga las pautas y obtenga su propio poema, ayúdeme a encontrarme y suélteme.

Para no ser un pobre misterio,
para no ser olvido
y encontrarme,
pregunto en mi letanía, luego de la noche en que no me suicidé:

¿Hacia dónde va la luz cuando se apaga?
Responda con los ojos vendados.

¿Por qué lo sagrado es huérfano?
Recite una oración antes de responder.

¿Por qué la luz oculta más que las tinieblas?
Responda su mentira con las verdades de otros y encienda su propia luz.

¿Por qué no leí tu silencio?
Grite hasta la afonía de sus sentimientos y trague un puñado de tierra rociada a las cinco de la mañana.

¿Por qué no hallaste mis palabras?
Traduzca el idioma de sus latidos antes del amanecer.





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