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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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CAROLINA CÁRDENAS JIMÉNEZ [14.183] Poeta de Colombia

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Carolina Cárdenas Jiménez

Escritora y Pintora
Escritora Colombiana. Especialista de Creación Narrativa de la Universidad Central. Licenciada en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad Distrital. Egresada del Diplomado de Escritores de la Universidad Central (TEUC) en el año 2006 gracias a una beca que ganó. Experiencia como directora y editora de la revista literaria “Gavia” de la Universidad Distrital, la cual fundó en el año 2005.  Ha publicado su obra en revistas universitarias. Ganó el segundo puesto de cuento (2006) de Estímulos a la Creación Artística de la localidad de Kennedy con el libro Parajes inesperados. Publicó el cuento Un desconocido en la antología de cuento Cenizas en el andén (2009). Ganó el segundo puesto en el II Concurso Nacional de cuento El Túnel y cámara de comercio Montería (2011) con el texto A la deriva. El poema La danza de las moscas fue seleccionado para ser publicado en la antología realizada por el taller de poesía del Colegio Gimnasio Moderno en el 2012. Quedó entre los veintidós finalistas de Cuento del Concurso Nacional de Cuento La Cueva con el texto Mañana será otro día. Publicó Somos náufragos (2013). Pintora desde hace doce años. Entre sus técnicas más usadas se encuentra el acrílico, el pastel, el carboncillo y la tinta. Sus dibujos han servido para ilustrar algunos de sus cuentos. Ha expuesto en salones de fundaciones culturales. Libros inéditos Cuentos de hambre y nada, Instantes, La vida es un baile y las novelas Un encuentro de amor en la pintura y La tempestad. Ha participado en diversos Encuentros de Escritores, que se han dado en: Tabio, Facatativá, Venezuela y Bogotá.



LA DANZA DE LAS MOSCAS

En el jardín
la infancia perdida columpia sus temores,
golpea con desfallecido aliento
telarañas del olvido
y  tripulantes recurrentes del espacio.

Las moscas desvanecen recuerdos,
los mudan en raíces muertas,
cubren  los sueños de
un vendaval deshojador.

La infancia perdida,
soporta el zumbido
persistente de las moscas,
tira su última carta:
juegos circulares, secretos prohibidos
galope de mariposas innombrables.

El devenir,
asesino de tardes luminosas,
se posa en los párpados
de los niños recordados
que luchan contra el peso del tiempo.

Sin poder huir se marchitan,

cuando son memoria y pronto olvido.




SELECCIÓN DE POEMAS DEL LIBRO 
SOMOS NÁUFRAGOS (2013)


DESAHOGO

Sola,
           navega  en el mar de la vida
                                                           hacia un lugar desconocido.
 Intenta llegar a la orilla,
                                         pero no divisa un puerto.
Temiendo nunca llegar
                                        en este trasegar a tierra firme
su cuerpo dibuja una criatura desamparada:
hombros caídos, pies que se arrastran.

Al fondo, los otros al verla
                                             en la tarima,
             tienen ojos retorcidos de tanto reír,
                                                         labios tensionados,
                                                                          hacen la pantomima de la mueca
                                                                                          alargada.       
 Ella, mientras tanto ha decidido ser un objeto más,
                                                                       un sofá, un cuadro o un alfiler.
No aguanta más ser observada
                                                  como trapecista con zapatos de payaso.
Quiere desaparecer.
Representar cualquier cosa
                                               antes de ser despojada  de sí misma.

Sin embargo, los otros seguirán sacando sus colmillos.




Advenimiento

 La muerte ruge al oído de Cancerbero,
                                                                  al filo del abismo.
Dando largos pasos parece cabalgar
                                                             y con su voz quejumbrosa:
criatura maltrecha, trasiega por el hades.
Se extiende a través de sus pasos,
                                                          que son gritos.
Ella, parte inherente de la existencia.
Susurra su retorno sin que nadie perciba su advenimiento.
Es quietud y pendular de los cuerpos en el vacío.


  


EL ÚLTIMO CANTO

Entre las ramas un pájaro canta
                                                     sus últimas notas.
Un viento columpia su cuerpo.
El cielo púrpura
                           anuncia su caída.
Un ventarrón lo arroja al suelo.
La muerte deja ver sus primeros indicios:
unas heridas abiertas
                                     y las plumas rodean en el piso su cuerpo.
El frío anticipa el esténtor del ave:
                                                              es una hoja que aletea débilmente
y busca la profundidad de la tierra.





Sepultura

Siempre la rutina,
el alba en retorno perpetuo,
la tierra desértica, muda,  palpita.

Pica, pala, grito,
abajo, bien debajo de mis pies
siento la tierra temblar
con el movimiento de la ciudad despierta.

Pica, pala, grito.
Hombres y mujeres
se preparan para un nuevo día
de vaguedades, de horas muertas,
suscitadas por:
la máquina, la pica, la pala, el grito,
la fila, las horas en punto, el grito,
la producción, la pica,  la pala,
el agotamiento, los ojos pegados al techo.

El retorno
fija en el pecho de la mujer y el hombre
una mañana con horas en punto,
máquina,  gritos, pala, pica.
Sigue, sigue estando…
la tierra desértica, muda, palpitando.




INTROSPECCIÓN

Soy agua
que resbala por las grietas del mundo.
Soy árbol, raíz anclada a la tierra, al tiempo.
Soy sonido que vuela por los campos escuchándose,
y silencio que aletarga atardeceres.

Sin embargo, a veces, no quiero ser agua
que viaje por el caudal de la existencia,
sino tumbarme en el césped,
desprenderme de mí misma en la noche.
Intentar ser invisible,
navegar en mis oídos. 
Convertirme en ráfaga de tiempo
que al final se hundirá
en las profundidades de los sueños
inventados por la muerte.  





JAIDITH SOTO CARABALLO [14.184] Poeta de Colombia

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Jaidith Soto Caraballo 

Poeta colombiana, gestora cultural y tallerista. Ha publicado el poemario “Desde la sombra” (2006). Poemas suyos aparecen en antologías poéticas de Colombia. Es miembro fundadora y organizadora del encuentro de mujeres poetas de Cereté - Córdoba y asesora cultural para la fundación Atrapasueños en Riohacha - Guajira. Coordinadora del taller Manuel Zapata Olivella de la Universidad de Córdoba. Actualmente reside en Lima y trabaja en Kimochi Gestión Cultural como coordinadora y productora artística de las ferias de libros de la Cámara Peruana del Libro.





PASARÉ PERDIDA

Pasaré perdida 
Entre palabras que no son mías
Y después cuando no pueda controlarme,
Más allá de pensar y actuar
Estaré esperándote,
Calmada,
Mientras las horas recurren a mí 
Lentas bajo el puente
Que nos separa





QUISIERA PODER REPONERME A LOS AUSENTES

Quisiera poder reponerme a los ausentes,
girar como lo hace la vida
cuando intenta escapar de las manos 
hasta que mi pequeño dolor pase.

Poder beber la culpa de los errores
hasta que nuevamente mi yo me rescate,
producir olvido
en esta barrera tan corta de mi mente
y creerme camino
por donde recorran 
miles de pequeños pasos.

Quisiera llamarme como me llamo 
y gustarme como te gusto
distante,
sibilina…
Encontrarte,
que me encuentres
que me esperes,
como me espera la tarde.
Que me involucres en tus días
y que fueras tú 
quien quisiera hablarme.
Quisiera tanto de ti 
como los días de los días
y las palabras del aire,
y querer como se quieren
la noche y los amantes.




RELOJERO

Anda relojero 
Que camina con un tic tac mi reloj de silencios.
Apresúrate a las horas,
A los minutos,
A los segundos 
Antes que marque tu ausencia este reloj hechicero.
Ven a mi mano
Como llega la mañana y la tarde
En un mismo día,
Acompáñame en los deseos de llegar más rápido a las salidas.
Camina relojero
Como lo hace mi reloj hechicero,
Acomódate a mi vida
Como se acomodan 
Los silencios,
El tic tac,
El minutero,
A mi secreto.

Jaidith Soto Caraballo
Cereté



DORA ISABEL BERDUGO [14.185] Poeta de Colombia

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Dora Isabel Berdugo Iriarte

Nació en Cartagena de indias. Abogada. Poeta y teatrito. Técnica en Diseños de Modas y Especialista en Comunicación y Desarrollo

Trabajo Artístico: Grupo de Teatro, Universidad de Cartagena, 1989-1992. Grupo de Teatro La Polilla, Cartagena, 1992-1995. El Alela, Directora Fundadora, Cartagena, 1994-1996, con el cual obtuvo, premios a la mejor obra, en varios Festivales de Teatro, con las obras G.B. y la Muerte toca dos veces Adaptación para teatro del Cuento de Juan Rulfo Diles que no me maten con el que obtuvo como directora, premio a la mejor actriz, Feria Artesanal de Cartagena y premio a la mejor obra, los premios a mejor trabajo en los festivales de la zona sur occidental, con las obras GB  y la Muerte toca dos veces, con esta obra ganó el premio a la convocatoria CREA, para representar a Bolívar. 

Invitada al festival del monólogo organizado por Ditiranbo Teatro (Bogotá 2008)  y   a la Semana europea en Cartagena con la obra Una habitación de mujer basada en la obra de Botho Straus El tiempo y la habitación (2008). Recitales en Bogotá, Montería, Cereté, Riohacha, Cartagena, Barranquilla, Roldanillo y otros. Invitada a la Feria Internacional del Libro de Bogotá (2009). Invitada al II Festival Internacional de Poesía Poemario (Barranquilla 2009). Invitada al VII Encuentro Internacional de Arte y Poesía del Mercosur Puente de Palabras (Buenos Aires y Rosario Argentina, 2013). Invitada  al IV Encuentro Internacional  de Poetas  «José Ma. Gálvez Barzallo " En  Bambamarca, Cajamarca, Perú del 24 al 28 de Septiembre del 2013. Invitada al XX Encuentro Internacional de poesía en Cereté Córdova- 2013.Invitada al XVII, Festival Internacional de Poesía de Cartagena. Diciembre del 2013.

Sus poemas han sido publicados en revistas, periódicos, Antologías, comentarios y ensayos sobre artistas de la costa Caribe colombiana y  en revistas impresa y virtuales.

Premios y Obras: Obtuvo el Segundo Premio compartido en el Primer Concurso Nacional de Poesía Jorge Artel, con su libro: Mutaciones (publicado en julio del 2013). Primer Premio Nacional, sin edición, a su libro: Por el Agujero que se Filtran las Vivencias, XVIII Concurso de Poesía Ediciones Embalaje, Museo Rayo Roldanillo, Valle del Cauca (2008, publicado en 2013). Octavo Premio Internacional de Poesía del Ciclo de Narradores y Poetas del Mercosur 2013. Encintando Sucesos (2013, poemas inéditos)  El Rostro de la Sangre (2014).




Mutaciones

Presiento que la danza del amor
Es un juego de equilibrios insospechados
Algo así como una mujer
Que muta entre mariposa águila
O un monstruo angelical
Que camina danzando aferrada al vacío
Hacia un lugar no muy limpio
No muy lúgubre

Sin sospechar
Que ni el espejo refleja
La bestia que la habita mientras ama




Reflexiones de un dios caído en la ignominia

Jugando al creador
Creé a mi victimario

Atravesando el abismo de las sombras

Comprendí

Que desde el principio
Todo se dio para hacerme infeliz

Antes de revelarme su belleza
La vida me impondría un lado oscuro

Hoy
Sin luz
Entre sombras
Sin alientos y en silencio

Todavía recuerdo sonreír




Principio de la exclusión

Una mujer un hombre un vacío
Son uno y están solos

Un dios ese vacío que los contiene
Es uno y está solo

La memoria les da la rara sensación de  ser el uno y el otro al mismo tiempo

En su ignorancia
Ninguno sospecha
Que tres vacíos se excluyen al contenerse





Entre la memoria y el tiempo

Como ha cambiado todo y en un día
Como ha cambiado todo en mi memoria
Ernesto Palacios


No es prudente separarse
Cuando la memoria no detiene
El abismo del tiempo

Otros sueños serán nuestra realidad

No todas las memorias resisten la distancia y el vértigo

No es prudente
Vivir ignorando
Que el vacío cambia los sueños
Y que es producto de la distancia entre los cuerpos

Ahora no quiero recordarte
Ni encontrarte 

No me busques





Encuentros I

En el lugar donde convergen los tiempos
Ya estabas
¿Quién eres Señor?

Vine a conversar contigo entre las sombras

Descubrí el sudor de tu mirada

Quise percibir tu piel
En el silencio
Advertí la amargura de tu aliento

¿Qué ocultó tu rostro si presiento
Que tu cuerpo lo olvidaste en otro espacio?





Empezaron a escasearme las palabras

Empezaron a escasearme las palabras
No me es grato aceptar que la vida
Se  disuelve entre lugares que no nos pertenecen

Con gusto leería a Rimbaud
Imitaría a Sócrates
Comería un rábano
O simplemente me tiraría a un carro

Fue fácil unir nuestras vidas y casi imposible
Separar nuestros sueños

No es prudente ignorar tu presencia
Pero tu recuerdo sirve solo para torturarme

Sé que un día encontraré mi espacio
Y lo habitaré contigo

Sin olvidar que aun así seremos diferentes




Autorretrato poblado de murmullos

Me celebro y me canto a mí mismo
Walt Whitman

Inventarié mi ser es un montón de rizos
Una sonrisa constante que no le queda a este rostro
Tres o cuatro sueños perdidos
Y un andar presuroso hacia ninguna parte

Estoy presa
La música me excita de otra forma
Camino solo porque ando
Sonrío solo por no llorar me precipito con la lluvia
E indefectiblemente me repito en el tiempo

La noche trajo al ser que tejí en la madrugada
Pero él  se escapa con el alba

Soy un sutil juego de palabras
Proyectos y programas
Que pretenden racionalizar al yo que desconozco
Equivoqué mi rumbo
Perdí mi vida
No puedo retractarme
...y  de Dora  solo puedo  decir que se fue de mí
Y  ahora se llama Isabel





Otras poesías de Dora Isabel Berdugo Iriarte


Ir y venir entre actos cotidianos

Este Amor
Tiene la validez de un grato reencuentro
Y de un sin fin de promesas rotas

Es preciso  replegarme
Limpiar las alas, arreglar el nido y levantar el vuelo.

Lo tuyo me es indiferente
No acepto, ni quiero  explicaciones promesas o disculpas

No hay prisa
Todos los caminos que intentes nos conducen irreversiblemente
Más lejos del corazón o más cerca del cerebro
Donde presumimos ingenuamente

Que estaremos siempre a salvo de eso que llamas amor





Temores

Oculta entre las sábanas
Me paseo titubeante  
Por esta habitación
De hotel barato
Escondiendo  mis temores

Todo aparenta ser igual
Pero nada es lo mismo

Declino mi ser hacia ti

Intuyo en  tu voz,
Que he sido la sonrisa una tarde,
Una ilusión ya superada,

El olvido de otros cuerpos





Poema de amor al final de la lluvia

He venido a narrarte en el espejo de mis miedos
Sin embargo no te sorprenda que mañana pueda olvidarte

Contigo supe que el día tiene forma de cono
Y que la luna solo aparece para ahuyentar a los lobos

Hilvanaste tus garras con los hilos de la muerte
Y  yo soy el costurero que cortó tu historia

Lástima debería darnos que tus pesares lleguen al lugar de mis tristezas

Vano es imaginar que otro día será mejor para ambos

No tengo nada que pensar
Nada que decir, no tengo presente,
Futuro, ni nada.
Y estamos nuevamente en la puerta del abismo

Y lo peor... aún guardo la esperanza


De  engendrar en ti el deseo de quererme




Aproximaciones

Transitamos por un camino de luz y sombras
Sabes mis pasos
Y no olvidas que aprendí
A adivinar los tuyos

Sé que no debería preocuparme
Por no tener un corazón
Para brindarlo a quienes desean destrozarlo

También presiento
Que si lo tuviera
Estarías con los otros
Disfrutando el placer de destruirme

Algo nos une. Y todo nos separa
Un día reconstruiré mi historia
Y mi corazón será tan amplio

Que habitaremos en él sin tropezarnos





Dices que te abandono

Dices que te abandono
Y que sin mí
Eres  solo pensamiento distraído
Y sombra de mis sombras

Recuerda

Ocupaste el lugar de Dios
Y no hiciste sus milagros





Respuestas

No me preguntes
Porque
No tengo certezas
Ni fe  en ti   en mí
Ni  en lo nuestro
Ni en nada
Solo una vez
Se ama y se cree
Con fe y con certeza
Las demás
Son solo promesas
Destinadas implícitamente
A ser incumplidas





Estaciones

Al  amanecer
En  las estaciones del tren
Se  observa a lo lejos
La entrada de los pueblos
En medio de la bruma
La gente se entrecruza en el camino
El tren se detiene
Los pasajeros se suben
Se bajan se pierden
En las estaciones del tren
En Madrid un 11 de Marzo
A las siete y media de la mañana
La gente
Desapareció al impacto de la luz




Reveses

Hay en ti
Una falsa dulzura
Una mezquindad sin límites
Y una capacidad infinita de ocultar tu maldad

Te aproximas con sigilo
Dices lo justo y sonríes
Piensas que puedes atraparme
Y quedarás preso de tu propia trampa
No acudiré en tu auxilio
No soy ingenua
No te temo
Sólo quiero asegurarme



Aciertos

La prudencia impone distancia
Sueños, vocaciones comunes y lugares
Apuntan a mirarnos de frente
Es preciso dejar de evitarnos
Y empezar a vivir
Con la paz
De quien
No tiene culpas



Las razones del silencio

No preguntes
Por qué no acudo cuando me llamas
Hace tiempo la memoria
Abandonó mi cuerpo
Y sólo tu olor permanece
Aquí donde la luz no me llega
Donde soy llamada extraña.



IRINA HENRÍQUEZ [14.186] Poeta de Colombia

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Irina Henríquez

Irina Henríquez, San Juan Nepomuceno (Bolívar, Colombia), 1988. Estudiante de español y literatura de la Universidad Córdoba, Minería. 
Autora del libro de poemas "A riesgo de caer" (Ed. Corazón de Mango, Col. 2012). Coordinadora del Taller Literario Manuel Zapata Olivella la Universidad de Córdoba-Montería (miembro de la Red Escritura Creativa- RELATA). Sus poemas han sido publicados en periódicos, revistas y antologías colombianas como El Meridiano Cultural, Labra Palabra, La Casa de Asterión, Puesto de Combate, Cincuenta poetas colombianos y una antología (Ed. Caza de Libros,2011), Silencio en el Jardín de la Poesía (UIS, 2012), La Palabra Contra la Violencia (Ed. Corazón de Mango, 2012). Co-organizadora del Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté que este año llega a su XX versión. Productora del cortometraje "Tierra Escarlata" (Realización de Cortometrajes FDC 2011; Nominado Grand Prix Clermont Ferrand, Francia 2012, Panorama Court-métrage Toulusse, Francia 2012) y de los proyectos en desarrollo Genaro y Gaia.



Trece poemas
a riesgo de caer

Irina Henríquez


“El destino, como se dice, nos retiene prisioneros en el 
círculo de lo imposible,
Giramos en derredor del pozo, en cuyo fondo permanece encerrada,
enigma sombrío e insoluble, nuestra cara.”

Yannis Ritsos, “Ismenia”.


Sólo un destino poseo

—y la certeza

de que resbala de mis manos
y será absurdo reclamarlo—.

Sólo una contracción espiritual
ante este espejo que nada dice.
—Como la certidumbre
de que la araña existe 
a pesar  de su belleza inútil—.

Estas manos de líneas precursoras,
estos ojos temerosos de la noche
y unas cuantas vidas aplazadas 
tan sólo poseo.


                                                                  A Lucía Estrada.


La hora de las campanas

La tarde se fuga entre los pinos
y la vanagloria de quienes 
gimen de rodillas en el templo
para glorificar al sol que se coagula 
                                           en noche.

Es la hora de los purgatorios.

Por un instante arrojo 
esta máscara vulnerada
y los cuchillos de la oscuridad
difuminan mis párpados
y mi cuerpo adquiere la virtud 
de los creados en la noche antigua.

Es la sal de todos los mares 
                                           ardiendo en mi garganta.

Aguardo cada día esta hora
para venerar la eterna mirada de la luna
sobre un río de ojos vivos y muertas almas,
para celebrar este rito
hasta en la sombra de mis huesos.




La negación de la locura

Cae sin tregua la lluvia.
Una lluvia áspera de invierno del Trópico.
Burbujas aparentemente inútiles se mojan en la intemperie.
Dentro de una estoy yo, 
seca de agua empapándome de miedo.

Alrededor de esta burbuja, 
los sueños del pasado reanudan la noticia 
de mi lucidez temprana:
ratas del bosque
puerco espinos de agua
aves monstruosas regresan a roer la piedra del destino
que he escogido para esta vida.

Entonces de regreso a mis visiones
me doy cuenta de que este bosque
por el cual he transitado tiene orejas y ojos 
que lanzan miradas de hambre sobre mí
y a través de la burbuja
un sapo me es arrojado al pecho desnudo
para que el grito condensado de todas las noches anteriores
me despierte
seca de lluvia
ahogada en un poema.




Confines del vórtice de la noche

Escucha el rumor de la tarde que se aproxima con todo su vértigo hacia tu sombra. 
El silencioso andar de las hormigas a tus pies. El gorjeo de las aves que se encuentran justo donde el árbol deja de serlo.

Confina tu tristeza en el temblor de esta habitación, luego, da la espalda 
y sé la que observa y nombra al mundo. Pisa con tu mirada las hojas caídas 
al pie del mango, marcha hacia las rocas ajuntadas por el tiempo y descalza, 
húndete en el dolor de sentirlas bajo tus pies.
Ten presente que la luz del poniente es vaga y que la brisa no recuerda los cuerpos 
que ha rozado. Que la noche es tu hora de volver al temblor de las paredes, 
de abrir la página y reanudar la tela con que te cubrirás hasta que el gallo vuelva a ahuyentar a los demonios nocturnos con su canto. 




Abstracto con peces a blanco y negro

Un río con peces habituados a estar muertos
ha sido estampado en un lienzo 
en el pasillo de mis miedos.

Acostumbro recorrerlo sin levantar los ojos
siempre de prisa,
sin rozar las estrechas paredes
avanzo hasta una puerta
y giro la perilla con el misterio de los niños a la hora del juego.

Al abrir,
sólo hallo mi asombro al saberme diestra
en el arriesgado oficio de tentarme las entrañas.
¿Y si me río de los peces muertos?
Quizá conjure algunas trampas.
Tal vez me acostumbre a los gajes de mi oficio.




Poemas 
de un libro en preparación



Este bosque tiene orejas, 
este campo tiene ojos.

Avanza
y a veces retrocede
en esta marcha dispuesta desde siempre
por caminos de fábula 
                        ensueño
                        y horror.

Y el bosque tiene trampas:
piedras preciosas colgadas de telarañas.
Hermosas imágenes para embaucar al entendimiento.

Este bosque además tiene orejas
que escuchan su pensar.
Así que frecuenta palabras mínimas
mientras se arrastra por el sendero de robles.

Y avanza.

Este campo tiene ojos
que observan cada uno de sus pasos:
finge no sentir el peso de las pupilas
mientras camina sobre las hojas muertas.

Y a veces retrocede.

En esta marcha dispuesta desde siempre
sin más brújula que una intuición 
diluida en su sangre.





No me ha sido dado comprender
el vuelo con que atraviesa el tiempo
el cielo de mis días.
Menos aún cuando, vertiginoso,
tuerce caminos para girar inesperado
hacia el estupor.

Aún así, insisto en avanzar a donde no sé,
entre piedras,
ya cautelosa,
ya temeraria:
pedazo de criatura relativamente repetida
desde antiguo en sí misma
creyendo ir a parte alguna.

No.
Aún el tiempo no se decide a revelarme
el porqué del vuelo.
Sólo su ojo de cuervo logro atisbar desde mi cerradura.




La preponderancia de lo pequeño

I

Eso que escucho no es un pájaro
que canta en esta tarde
sino el recuerdo de otro que cantó 
aquella mañana en que desperté
tan escindida como un árbol
al que el rayo dividió.

Y aún aquél canto fue el recuerdo
de otro que creí escuchar
una tarde como ésta bajo un árbol
que le sirvió de sombra 
a una tumba olvidada.

El tiempo es ese pájaro encerrado
que no cesa de cantar.


II

El pájaro hiende velozmente
el aire denso de este día.
Y conduce mi visión por pasajes en donde es lícito callar
para que el viento y las copas ebrias de los árboles
hablen.

¿De qué hablarán?
No sabría descifrarlo.

Musitan suavemente una canción antigua
camuflada de rama en rama
como los pequeños animales.

Al llegar a la más alta
un lejano trueno ensordece la canción
y precipita al vacío su silenciosa muerte
justo antes de que el pájaro hienda de nuevo 
la ebria densidad del mundo.





Héctor Rojas Herazo

Ahora soy quien convoca a las formas
a que me muestren los orígenes
del azul misterioso de cielo y mar.

Anduvo mi antepasado
por desiertos de arena y nieve
colmado de incertidumbre
por la lumbre vegetal
que le pudrió las sienes.

Hasta la muerte misma interrogó luz y sombra
abrumado por el polvo de las alas
que pesaron en su espalda.

Ahora
la misma lumbre vegetal ciega mis párpados,
ahora soy quien convoca a las formas
a que me muestren los orígenes.








KENIA MARTÍNEZ GÓMEZ [14.187] Poeta de Colombia

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Kenia Martínez Gómez

Nació en Cereté, Córdoba. Licenciada en Español y Literatura de la Universidad de Córdoba, 2003. Sus textos han sido publicados en diferentes revistas y periódicos culturales de la región Caribe colombiana. Ha participado en los Encuentros de Mujeres Poetas, Centro Cultural Raúl Gómez Jattin, Cereté, Córdoba. Actualmente se desempeña como docente en Español y literatura en Caucasia, Antioquia. Cuenta con varios libros de poesía inéditos.
Claramente, Kenia Martínez Gómez, en este poema, que juega con una doble visión del yo y la otra, tiene un marcado ritmo de tambor africano. Comienza por dos trocaicos (TA ta), pero inmediatamente se introduce el ritmo del anfíbraco (ta TA ta), que se acentúa con el golpe agudo (TA) del comienzo de la segunda línea.
La segunda estrofa comienza con un yámbico (ta TA), pero en su totalidad contiene trece anfíbracos, cortos y largos, matizados con dos trocaicos y los dos golpes agudos del espondeo (TA TA), con los cuales comienza el verso final, que termina con dos anfíbracos.




1

Nunca tuvo un hijo.                             TA ta/ TA ta/ ta TA ta/
No sembré un árbol.                           TA/ ta TA/ ta TA ta/
Sus dedos escarbaban la tierra.       Ta TA ta/ ta-ta TA ta/ ta TA ta/
La herían,                                             ta TA ta/
brotaba llanto.                                     ta TA ta/ TA ta

Trató de escribir un libro                    ta TA/ ta-ta TA ta/ ta TA ta/
y solo nacieron estos versos.             ta TA ta/ ta TA ta/ TA ta
Anduve por caminos y mares,           ta TA ta/ ta-ta TA ta/ ta TA ta/
vi ríos de sangre y de risa.                 ta TA ta/ ta TA ta/ ta-ta TA ta/
Di una mano,                                        ta TA ta/ TA ta
y me negaron la otra.                         TA TA/ ta TA ta/ ta TA ta/




Poemas de otros días


I

Nunca tuvo un hijo.
No sembré un árbol.
Sus dedos escarbaban la tierra.
La herían,
brotaba llanto.

Trató de escribir un libro
y solo nacieron estos versos.
Anduve por caminos y mares,
vi ríos de sangre y de risa.
Di una mano,
y me negaron la otra.


II

Me paso las horas persiguiendo sueños.
Tratando de encontrar el amor en cada paso.
En cada canción,
en cada beso.
Soy.


III

De todos los hombres que van por la calle,
espero encontrar uno para mi alegría.
Uno que huela a flores,
a tierra.
Uno que sea real,
corpóreo.

Que sepa reír y maldecir si lo amerita
y mienta sin remordimientos.
Y un día cualquiera me abandone sin palabras
y regrese sin promesas.

Un hombre planta,
pez,
un hombre gorrión.



IV

Los pájaros han dejado de cantar.
Como signo de venganza
han decretado el silencio.



V

Lo sabía,
Eva lo presintió desde el mismo instante
en que abrió los ojos al mundo.
La verdad habitaba en ella,
se había quedado en ella
en el momento de la separación.

Eva no fue imprudente,
guardó silencio.
Por eso culpó a la serpiente.



VI

Mi cama está vacía,
sin vida.
Sin despojos de amores
o raptos furtivos.
Soy una ocupante sin gracia,
un cuerpo inerte
que no sabe qué hacer con sus miembros,
una boca llena de rutina,
un nombre que no tiene esencia,
ni ganas.

Una muerta anticipada



VII

Cuando la mano extendió los dedos,
no encontró el rostro,
y no supo qué hacer con las caricias.
La mano volvió a ser puño.
Asestó el golpe.



VIII

Cuando los sueños se apagan,
el día se oscurece.
La noche
se hace insomnio.
Y los pies
y las manos se vuelven pesadas.

Encuentras excusas en todas las esquinas,
pierdes los dientes y el cabello.
Te haces triste.
Sin saberlo
mueres.



IX

Dormir con un hombre que no nos pertenece
suele ser doloroso.
Encuentras otros olores,
acaricias otras caricias,
su boca se confunde de nombres.

No puedes decir mi amor sin que te duela,
sin que se quiebre la palabra entre tus labios.
Miras sus zapatos
con ojos de adiós.

Sus manos,
pájaros de otro nido,
te recorren,
te hacen
mar,
lluvia,
y luego agua quieta

Abandonada para siempre sin su barca.



X

El rostro del mundo ahora es una máscara,
una calamidad larga y silenciosa.
Un niño defraudado.
Solitario.
Que perdió la cuerda de su trompo.



XI

La escoba duerme intranquila
agobiada por el caer de las hojas.



XII

Mientras te espero,
mi cuerpo se cansa de fugarse,
de lacerarse,
de las pequeñas cosas,
de las citas trasnochadas,
del humo de los bares.

Mi sexo
se hace quieto,
pierde licencia,
caduca.

La noche es una enemiga insaciable,
no te reconoce
y pide sus derechos.



XIV

Una mujer puede ser cualquier cosa.
Una cena bien servida a las cinco de la tarde.
Unos zapatos olvidados.
La leche que se derramó en la estufa
porque nadie llegó a tiempo.

¡Tantas cosas puede ser una mujer!

El hombre que perdió la cabeza
y se tiró al fondo del lago.
Un farsante que duerme sin su miembro.
La serpiente que mató al caballo.
Un hijo olvidado en un cesto de basura.
Una gota de sangre detrás de la puerta.

Una mujer casi siempre puede ser cualquier cosa.

Pero no casi siempre
cualquier cosa puede ser una mujer.



XVII

Soy la dama solitaria
que no tuvo apellido
ni sangre azul
que la respaldara.

La hija de un soñador de miseria
que maldijo mi nombre para siempre.
La que surcó los caminos
y aprendió tres versos
para protegerse del mundo y sus cuchillos.

La que vio la luz y se ocultó tras de una soledad mal fabricada.
La que espera de ti lo mismo que espera de los otros,
un poco de tiempo,
un falso amor.

Cualquier cosa para engañar a la desdicha.



XXX

Por qué se quedarán en silencio
los que deben tomar la palabra.
Qué impostura falaz les selló la boca.

Es hora de que algún grito
nos despierte en la noche.

No temo a la tragedia,
la quietud es la que me espanta.

Cuando los pájaros no cantan
la fiera siempre está cerca.



XXXI

De todas las palabras solo las vivas me habitan.

Nunca quise ser árbol,
ni hoja,
mucho menos pájaro.

Mi lugar siempre fue la tierra.
Su oscura profundidad me produce paz.

Entonces,
¿qué hago ahora levantando este vuelo?



XXXII

Del vientre de la tierra
ha de venir mi paz.

Entre su lecho oscuro
encontraré el reposo.

No se puede vivir siempre
de espalda a la verdad.

No se puede estar eternamente de mala racha,
todo el trabajo del mundo
no me purificaría.

Quiero ir al vientre de la tierra.
Todo lo que en ella reposa nace nuevo,
limpio.

No se puede repetir dos veces el mismo designio.



XXXIII

Qué hago ahora subiendo y bajando ascensores,
repitiendo cotidianidades.
Mirando largo como la tarde devora el día.

Qué especie de letargo es este,
donde la Luna solo inspira el aullido de los perros.

¡No!
El sueño tampoco me salva.
Es hora de que vuelva al pasado,
es hora de ir tras lo mío,
de espantar los cuervos a pedradas
y sembrar nostalgias como un capullo nuevo.




XXXIV

El rostro del mundo ahora es una máscara,
una calamidad larga y silenciosa.
Un niño defraudado.
Solitario.
Que perdió la cuerda de su trompo.

Cuando la mano extendió los dedos,
no encontró el rostro,
y no supo qué hacer con las caricias.
La mano volvió a ser puño.
Asestó el golpe.

Mi cama está vacía,
sin vida.
Sin despojos de amores
o raptos furtivos.

Soy una ocupante sin gracia,
un cuerpo inerte
que no sabe qué hacer con sus miembros,
una boca llena de rutinas,
un nombre que no tiene esencia,
ni ganas.
Una muerta anticipada.



XXXV

Estamos cansados
de tantas palabras,
de tanta letra muerta
que consume el papel
y lo debilita.
Tenemos que ser grito,
convocación de lo perdido.
Es hora de que el hombre enfrente sus culpas,
que abandone el capullo
y decida ser algo,
aunque muera en el primer vuelo




ANA TERESA MINA DÍAZ [14.191] Poeta de Colombia

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Ana Teresa Mina Díaz

Nació en Caloto, Cauca, Colombia. Vive en Bogotá. Integrante de una familia numerosa que tuvo que sufrir el desplazamiento forzado, por razones políticas relacionadas con las actividades de su su padre, radicándose posteriormente en Santander de Quilichao, donde vivió su infancia y adolescencia. Enfermera egresada de la Universidad Nacional de Colombia, donde trabajó como docente en la Facultad de Enfermería, con estudiantes de cuarto y quinto semestre, de 1986 a 1990.
Durante su paso por la Carrera de Enfermería, escribió canciones didácticas en salud y guiones encaminados a su promoción y prevención. 
Compuso también rondas y canciones infantiles y folclóricas.
Ha realizado talleres de literatura, cuento y poesía en la Escuela de Formación Artística y Literaria, de la localidad de Puente Aranda, en Bogotá, 2007.
Integró desde 1994 hasta el 2000, el coro oficial de la Universidad Nacional de Colombia. En la actualidad, integra el Coro de Integración de la Universidad Nacional de Colombia, bajo la dirección del profesor Rubén Darío González. Y el coro de la Fundación Música en los Templos, bajo la dirección del profesor Ramón González




Canto a la niña

Cantó la niña sones de tamboras,
ritmos de salsas al compás de jotas,
sus cuerpos se quedaron como cestas
cual bejuco sus piernas danzadoras.

Sonaron flautas al cantar las loras,
entonaron cadencias y con notas
tocaron en la calle guitarristas
como el viento cantando entre las horas.

Percutieron tamboras con el paso,
el eco se fijó por las ventanas
como el verde estelar en el ocaso.

Se oyeron los violines en el campo
recorriendo los trinos de las dianas
que viajaban con la sombra del tiempo.




Negro colorao

Negro que negro viene negro que negro va.

Negro que negro viene negro que negro va
por andar haciendo apuesta le quitaron el guardao,
por andar haciendo apuesta le quitaron el guardao.

En un pueblito del Cauca vivió un negro colorao
por andar haciendo apuesta le quitaron el guardao.

Este negro colorao parrandero y jugador apostaba
lo que fuera, apostaba lo que fuera que a su mujer la jugó.

Negro que negro viene negro que negro va
por andar haciendo apuesta le quitaron el guardao.

Negro que negro viene negro que negro va
por andar haciendo apuesta le quitaron el guardao.

Este negro colorao tenía un cuño escondido
donde fabricó monedas de tamaño indefinido,
cuando llegó la justicia el negro palideció y el
cuño que poseía en un guadual lo escondió.

Negro que negro viene negro que negro va
por andar haciendo apuesta le quitaron el guardao.

Negro que negro viene negro que negro va
por andar haciendo apuesta le quitaron el guardao.

Le quitaron el guardao, le quitaron el guardao,
le quitaron el guardao, le quitaron el guardao
por andar haciendo apuesta, por andar haciendo
apuesta le quitaron el guardao, al negro colorao.




Cuerpo erótico

El aliento de tus manos flameantes
sopla el abanico de mi aureola,
resuenan los timbales de mis labios
al contacto de tu piel humedecida.

Brota el manantial de tus oquedades
como fragancia que emerge de las rosas
y el envolvente hilo de tus brazos
se enreda en telaraña entre mis piernas.

La tibieza de tu piel color canela
sacude la sutileza silvestre de mi vientre,
se estremece el cortejo de mis labios
libando el polvillo de las flores.

Tu cuerpo se perdió dentro del mío
como las sendas que extinguió el rocío,
nuestras mentes fundidas se envolvieron
igual a las olas que se llevó el viento.






Oh rosal hermoso

Oh rosal hermoso
que en tu savia llevas el color a la rosa
y que das al alma ternura y amor.

En tus verdes tallos cubiertos de espina
nos das a entender
que duros caminos existe en la vida
cubiertos de abrojos
cubiertos de espinas.





Cuando mi padre llamaba

Cuando mi padre llamaba,
a alguno de sus diez hijos,
y si uno respondía: «¡Que…!»
¡Mi padre se enfurecía!
Y por lo tanto decía:

«¡Traigan esa consumada!»
o «¡traigan ese consumado!
que me respondió tan mal».

El resto de los hermanos,
sobre todo los mayores,
sin perder tiempo
al respondón agarraban.

Poniendo o no resistencia,
ante mi padre llevaban
y aplicando la justicia
hacía el interrogante.

«¿Cómo me has contestado?
¡Pues así no te he enseñado!
Recuerda decir: Señor,
un momento ahora voy.

Que no vuelva a repetirse,
responderle mal a nadie
ni a tu madre, ni al abuelo,
ni a tíos ancianos ni viejos,
porque cueriza tendrás.

No lo repitas jamás,
responderle mal a nadie,
recuerda que respeto humano
es lo mejor que se tiene,
cuando se vive entre hermanos».







HIMELDA CHAVARRÍA LONDOÑO [14.192] Poeta de Colombia

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Himelda Chavarría Londoño

San Andrés de Cuerquia, Antioquia, Colombia. Vive en Medellín. Licenciada en Español y Literatura, y en Idiomas Extranjeros, en la Universidad de Antioquia. Pedagoga y gestora cultural, esta última labor la inició a muy temprana edad. Es educadora de profesión, ha prestado sus servicios en Andagoya, Chocó, en el departamento de Arauca, y en otros municipios antioqueños, a los cuales ha llevado el folclor colombiano, la poesía, el teatro, entre otras artes.

Autora del libro de poemas Veleros en el viento, el cual fue presentado en la Habana, Cuba, en el Congreso Pedagogía 99. Evento que se reúne cada dos años, con la participación de más de cuarenta y ocho países de habla hispana. Cuenta con varios libros de poesía inéditos: Viaje hacia la nada, Tiempos maduros, Huellas perdidas y Leyes de la naturaleza. Pertenece a varias tertulias literarias en la ciudad de Medellín, a saber: Tertulia Cultural del Cuarto Piso, Centro Literario de Antioquia, Magia del Verso y Corporación de Mujeres Poetas de Antioquia.




¿Qué esperas?

Mientras huye la paz, muere la tierra,
contaminan los mares y el plantío,
se debate la vida en loco hastío
y el malvado tan solo sueña en guerra.

El avaro que guarda, no se aterra
del que muere sin pan o por el frío,
solo importa su afán de poderío
y la puerta al hermano siempre cierra.

¡Se deshielan los polos, qué tormento!…
La hecatombe muy pronto llegará
y el planeta profiere su lamento.

¡Despertemos! Pues todo acabará
y en tus manos se encuentra el linimento
que del mundo, los odios sanará.





Vendavales

Era un árbol que amaba la llanura
y temblaba de júbilo en el viento,
pero un día, celoso el firmamento
desató una tormenta de locura.

Y su tronco tan lleno de dulzura
lanzó un grito de trágico lamento,
porque un rayo con todo su portento
con su daga mortal tronchó su albura.

Y quedé junto al árbol confundida,
preguntándole al cielo por mi suerte:
¡si de barro yo soy, vana es mi vida!

Y sentí el vendaval mucho más fuerte
que helaba mi sangre enardecida
y apagó mis antorchas con la muerte.






Hiedra

Los efímeros sueños se quedaron dormidos
en la tibia hondonada que cubría la hiedra,
olvidados quedaron entre penas y olvidos
en la faz misteriosa de la impávida piedra.

Y la hiedra trepaba por mis locas quimeras,
encubriendo a mi pecho de terribles dolores,
envolvió mis suspiros en ignotas esferas
y llenó mi existencia de infinitos temores.

La mudez de la noche se fundió en la pradera,
y la hiedra angustiada que cansada te espera,
me recuerda que fuiste el poema no escrito.

Moribunda entre gritos voy bajando la frente,
sobre lúgubres ramas de la hiedra indolente
que inyectó en mis entrañas el veneno maldito.






Cobardía

Yo te amé sin medida, no sé cuánto,
y hoy tan solo morir es lo que quiero
y no ser del amor el pordiosero
que mendiga tus besos y tu encanto.

Es por esa razón que sufro tanto
y maldigo mi sino traicionero,
que llenó de silencio mi sendero
y a mis horas de horrible desencanto.

Mientras cargo la cruz de mi destino,
por mi trágica senda sin alarde,
tú dirás que mi amor es desatino

Y al sentir la agonía de la tarde,
en tu rostro apacible yo adivino,
que perdí tu cariño por cobarde.






Pasión eterna

En el tálamo ardiente de tu pecho
voy contando mis besos con locura,
y tus manos me acunan con ternura,
entre sábanas blancas de tu lecho.

Son tus ojos palomas al acecho,
tus caricias se roban la dulzura,
de los versos henchidos de hermosura
que deshojo en tu pecho trecho a trecho.

Embriagada y orate por tu amor
como dos golondrinas sin aliento,
anidamos con trinos de candor…

Eres tú mi ilusión y mi portento,
me regalas perfumes sin temor
y te quedas prendido al pensamiento.






Alegría navideña

Todo exhala perfumes de ambrosía,
en las almas de todos, esperanza;
de un mañana mejor de gran bonanza,
Navidad, expresión de la alegría.

Villancicos se escuchan a porfía,
en las calles y hogares hay confianza,
el labriego se afana en la labranza
y la gente trabaja en armonía.

Navidad mensajera de valores,
cuando nace la dicha de vivir
y el pesebre se llena de colores.

La familia con fe va a compartir,
se terminan las penas y dolores.
¡Nace Dios que es ejemplo de servir!






Mi horario de clase

Rutinario vaivén de mis zapatos,
escalando con prisa los salones,
mientras subo, contemplo los balcones,
adornados con palmas y agapantos.

Cual hormiga dibujo garabatos
cuando amarro de un niño sus cordones,
o recorro por todos los rincones
explicando del mundo sus encantos.

Ese horario que a diario se repite,
desde el lunes a viernes me desvela,
y a mi frágil cerebro lo derrite.

Pero nada detiene mi novela;
ni el horario que excusas nunca admite,
ni esta dura faena que me yela…






Maletica viajera

Maletica con magia en tus entrañas,
donde siempre guardé mis relicarios,
cartas, hojas y viejos calendarios,
los cuadernos que cuentan mis hazañas.

Allí moran hormigas con arañas,
vigilando los viejos diccionarios,
y que son los eternos presidiarios,
que testigos serán de horas extrañas.

Sin reproches amaste mis caminos,
y guardaste en tu seno mis secretos;
cuando sola vagué sin un destino.

Fuiste huésped de hoteles y conventos,
portadora de tules y de linos,
de mis logros, de penas y contentos.





Añoranza de un gran amor

Desde puertos lejanos zarpé un día,
todo en busca de nuevas emociones
y plasmé muchos sueños e ilusiones
que se llevan latentes todavía.

Aún canto la dulce melodía,
que dejaste en mi alma sin presiones
y hoy recuerdo al rumor de las canciones,
tus palabras de amor, dulce alma mía.

Sola voy con mi pena por el mundo
añorando que vuelvas a mimarme
mientras sufro sin ti, dolor profundo.

Bien lo sé que no puedes olvidarme,
pues sin ti yo seré cual vagabundo
y tus labios jamás podrán nombrarme.






Grito de independencia

Es el veinte de julio magna fecha
que nos llena de orgullo al recordar,
que los criollos pudieron escapar,
del tirano que a muerte los acecha.

Hoy la patria se muere, está maltrecha,
y la guerra se ufana en arrasar.
Ya la gente no sabe perdonar
y la paz anhelada está deshecha.

Cuántos veinte de julio añoraremos
sin fusiles ni bombas destructoras
y así todos con fe nos abracemos.

¡Colombianos con almas soñadoras,
con trabajo y justicia venceremos
y serán más tranquilas las auroras!






Sin libertad

Secuestrado, tu vida la han minado,
y vulneran a diario tus derechos,
hoy tu cuerpo y tus pasos van maltrechos,
por atajos y montes, desolado.

Lejos vas de los seres que has amado;
quienes llevan dolores en sus pechos,
si supieras que todos van desechos
y que vives por siempre recordado.

Vas muriendo sin paz y libertad,
desvelado, con penas y dolores
en tu lecho de horror y en orfandad.

Cuántas noches rumiando sinsabores,
sin un pan que mitigue tu ansiedad;
que provocan tus crueles opresores.







LYA SIERRA GONZÁLEZ [14.193] Poeta de Colombia

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Lya Sierra González

Lya Damaris Sierra nació en Barranquilla, Colombia   en 1956. Es licenciada en Ciencias Sociales y Económicas en la Universidad del Atlántico, y egresada de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la misma universidad.

En 1988 obtuvo la beca del Ministerio de Cultura y del Fondo Mixto de Cultura del Atlántico con el trabajo Meira Delmar y otras voces femeninas del Caribe colombiano, modalidad ensayo. Logró el segundo premio en el Primer Concurso de Poesía Universitaria Latinoamericana, convocado por la Universidad Externado de Colombia.

También obtuvo el segundo lugar en el Concurso de Minicuentos, organizado por la Asociación de Educadores del Atlántico en 1992. Fue incluida en la Antología Poetas en Abril, 1985. Poemas suyos han sido publicados en Suecia, Argentina, Venezuela y en revistas de distintas ciudades del país. Desde muy niña escribe en la prensa cultural y tiene varios libros de poesía, Baladas para nombrar este tiempo de sombras (1986), y la novela Esa gordita sí baila (2003), que ha sido estudiada en las universidades. Perteneció, como miembro fundador, al grupo Escarabajo. También escribe cuentos y ensayo. Prepara un estudio extenso sobre la poesía caribeña escrita por mujeres




Silvia Castro habla de su Joaquín

silvia castro
habla de su joaquín
como una colegiala de antaño
hablaría de su amor inicial
la picardía le patina por el cuerpo
de cañabrava en reposo
en sus ojos se atropellan
los días de otro siglo
en el que se quedó su hombre
enredado en un laberinto
de tiempos

vuelve al día en que lo vio
vestido con la elegancia
propia de los veinte
y sucumbió a su estampa
de carpintero serio
que hacía los mejores muebles
de toda la comarca

fue en el primer baile de ella
que ahora danza en sus pupilas
de bisabuela inconforme
dibuja el vestido
hecho por las manos
de la tía solterona
la que anduvo recogiendo sobrinos
por los pueblos olvidados
los frutos que fueron dando
los ímpetus de manuel
el que fue músico de banda

silvia cuenta del abrazo
en que la encerró joaquín
para protegerla del trueno
que paralizó a la orquesta
que molía sus cadencias
en el rincón del agua fresca

con memoria juiciosa
revive la salida por las calles
donde la lluvia trazaba
charcos de impaciencia
y el cochero esperaba
para llevarla a la curiosidad
de la tía
por saber las impresiones
de la primera salida

habla de su noviazgo
que siempre fueron
visitas controladas
por toda la parentela
de gómez de risa corta
a la caza de un descuido
para que hablaran las manos
que por supuesto no lo hicieron
cuenta de los consejos de tía
sobre cómo enfrentar
las malas mañas
que todos los hombres adquieren
sentenciaba solemne
con la certeza que daban
las experiencias ajenas

el vientre de silvia
se ensanchó
por quince veces seguidas
y ya el amor fue otra cosa
pero aún cuando habla
de las mujeres sonsacadoras
que asediaban a su joaquín
de las borracheras
que restaban el pan
y de las iras que menguaban
su paciencia de señora
de su señor
los ojos de silvia castro
son los de una quinceañera
aunque lleva veinte años
sin su bello parejo de vida




Onírico

esta mañana de octubre
bien despierto
salvador dalí
se pasea por veinte de julio
luce una desfachatez
de piyama y de sus
infaltables bigotes
que son un desafío
al caos de las aceras
esta arrogante criatura
que con una pirueta galante
me ha cedido el paso
¿de qué sueño habrá salido?
aclaro que de ninguno de los míos.





Al olmo de Guizors

también el árbol sabe
de misterios y de cábalas
por algo sus hojas son
los oídos del tiempo.





Un triste brindis por la Medialuna

Dejad las lámparas
no hay amanecer
entre los muertos.

omar khayyam

ese rojo que enluta las arenas
no es el de las rosas ni el del sol
que nos entrega al esperado
abrazo con la noche
es el rojo que alimenta
al águila insaciable
que parte mezquitas y plegarias

el odio se bebe todo el cielo
de bagdad la ciudad dada por dios
el mismo cielo al que scheherazada
conjuró para alargar sus días
con un vuelo de alfombras
con aquel árbol que canta
con las buenas trampas de aladino
con genios seducidos
por la picardía de las amantes
con caderas que son lunas opulentas

los dátiles reciben
todas las apuestas de la muerte
sangra la memoria del profeta
gime el cubo

sin que el grito del muecín lo anuncie
bagdad ya no es la ciudad dada por dios
sino la devorada por legiones
de llamas codiciosas.




Ocurre que me pierdo

ocurre que me pierdo
cuando intento acercarme a mí
conocer mis desatinos
mis pobrísimos aciertos
ocurre que a veces muchas veces
la brújula secreta se enloquece
y mi norte es una enloquecida referencia
puede ser un claroscuro
donde la luna instala su miedo
(con leñador y todo)
suele ser por contraste la noción
de un inminente optimismo
que al no encontrar mis cardinales
cómodamente instalados
se confunde con los ángeles feroces
que el filósofo de atenas no advirtió
cuando ingenuamente quiso
que viajáramos adentro de nosotros.





De vez en cuando

de vez en cuando provoca
darle un pellizco a la luna
para arrancar un respingo
al leñador sentado
sobre todos los milenios

de vez en cuando conviene
alterar el compás
de los insoportables relojes
que nos acortan el tiempo
del amor
y con ello el de la vida

de vez en cuando es muy bueno
tirar de las barbas del día
para que no se repita mañana
con los mismos desafueros

de vez en cuando es muy útil
revolver nuestra memoria
separar con cuidado
los claroscuros vividos
inventariar luces y sombras
ocasos y amaneceres
osadías e inhibiciones
y tirar por el olvido
los necesarios fracasos
que hemos acumulado
por las edades de la vida.





Del presente que no es efímero

en este país mi país
yo vivo de conjuros
y me invento una casa
de todos los encuentros
con ventanas abiertas a otro suelo

en este país tu país
tú eres mago
y a falta de palomas
que otros desprestigian
en una algarabía sosa de campanas
tienes lluvias de colores
y ese árbol tierno
que además de cantar
siempre ofrece sueños
que entran por mi piel
desde todas las distancias

en este país su país
él saca imprecaciones
de la rabia
es su recurso preferido
cuando mira lánguidas canastas
donde el pan es menos que los circos

en este país nuestro país
nosotros oscilamos
como péndulo oxidado
de la verdad a la mentira
y muchas veces no sabemos
si nuestra orilla es verdadera
o una amenaza de arena movediza

en este país vuestro país
la segunda persona del plural
no se conjuga como no se conjugan
muchas cosas

en este país el de ellos
pocos muy pocos hacen el país
mi país tu país el de él
el de nosotros el de los muchos.




Cuando a veces la primera encrucijada

a veces la primera encrucijada nos asalta
suele venir detrás de la figura de aladino
o de aquel árbol parlanchín
separado de ariadna por otros meridianos
pero confundidos en una misma
visita de noviembre que nos trajo
el primer luto de familia
por el controvertido amigo del azúcar
o tío sin segundas intenciones
pero en primera línea del afecto

la inicial encrucijada
con una primavera ajena por supuesto
y por añadidura rota
con un mayo bien extraño
girando en las noticias
y tantas preguntas merodeando en los descansos
muchos nudos al acecho del asombro
el perfil de la puta más santa de los tiempos
las primeras barbas que barrieron el desahucio
limpiaron las infamias de la nieve
y le inventaron canciones al futuro
también la obligada confidencia 4 p. m.
de todos los bullicios
suele asaltarnos
pero claro
sin la suerte de aladino.




Adivina, advivinador

sin ser peter pan
yo vivo en el país
del nunca jamás
no voy a decir por qué
al igual que francisco urondo
yo también creo
"que la vida es lo mejor
que conozco."





Amantes del siglo pasado

Es de noche: a esta hora despiertan
las canciones de los amantes, y también
mi alma es la canción de un amante.

friedrich nietzsche

con este afán de tiempo
que todos tienen
pronto tú y yo seremos
amantes del siglo pasado
y eso tiene sus ventajas
a pesar de que los astros
seguirán presagiando
(es su vieja costumbre)
que con tu tierra y con mi aire
somos un torbellino en seco

tú seguirás siendo
mi incansable seductor
que por instantes olvida
su talante cartesiano
y se desboca como un corcel
conducido por dionisio
(diría aquel inocente
que oyó hablar a zaratustra)
yo seguiré viviendo
con la medida exacta
del menos común de los sentidos
con mis frecuentes equívocos
para la vida práctica
con mi difícil adaptación
a otras circunstancias
y otras gentes
y seguiré soñando
que vivo en otros días
quizá muy peligrosos
pero seguramente más humanos
viviremos amándonos
con todas nuestras claves
esas que nos inventamos
y los demás nunca tendrán
con su inútil afán de tiempo
en fin para eso ya casi somos
amantes del siglo pasado.












EDELMA ZAPATA PÉREZ [14.194] Poeta de Colombia

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Edelma Zapata Pérez

Falleció, a los 56 años en noviembre de 2010 .
Nació en La Paz, Cesar, Colombia. Sus primeros poemas datan de los años setenta, con una clara intención de justicia social e identidad étnica. Realizó estudios de antropología, literatura y lingüística.
Trabajó el tema de la cultura popular y la tradición oral, para la Fundación Colombiana de Investigaciones Folclóricas. Dirigió los programas Identidad Colombiana y Afrocolombia, a través de la Radiodifusora Nacional de Colombia.

Posteriormente, en el año 1999, publica un corto libro de poemas:
Ritual con mi sombra, en cuyo prólogo, escrito por la poetisa colombiana Meira del Mar, leemos: «Las primeras palabras de Edelma anuncian el tono de su obra: vengo de miedos ancestrales, símbolos metálicos me aprisionan. Con ello explica su viva vocación poética, alimentada desde siempre por sus ancestros».

Ha tenido la oportunidad de publicar algunas reflexiones poéticas de orden étnico, y algunos de sus poemas, en revistas como Parlara, Afro-Hiaspanic Review, en el ámbito universitario norteamericano, y en América Negra, publicación de la Universidad Javeriana de Bogotá. Igualmente en La palabra poética del afrocolombiano, libro publicado por la profesora de la Universidad de Popayán, Hortensia Alaix de Valencia.

Ha colaborado en algunas investigaciones y documentales sobre la obra y vida de su padre, el escritor Manuel Zapata Olivella. Tiene dos obras inéditas: La otra cara de la Luna y Rumores de melancolía.
Actualmente, debido a una artritis reumatoide, enfermedad que padece desde los catorce años, la cual ha dejado en su vida una huella indeleble, se dedica a trabajos esporádicos y a la literatura.


Afrocolombianidad

Murió la poeta Edelma Zapata Pérez, hija de Manuel Zapata Olivella. 
Sentido adiós

Falleció, a los 56 años, este viernes en Valledupar. Luchó 41 años contra una enfermedad crónica. “Una mujer de instintos guerreros”, fue el último reportaje sobre ella, en Vanguardia de Valledupar, el 29 de agosto. Lo publicamos como un primer homenaje. A comienzos de este año, publicamos aquí su testimonio “Mientras agonizo”.


Edelma Zapata Pérez, una mujer de instintos guerreros

Por MARÍA RUTH MOSQUERA



“Vengo de miedos ancestrales
símbolos metálicos me aprisionan
en la vasta soledad de ensoñaciones
escucho la voz de los tambores
dialogando con el vuelo de los muertos

Os convoco
Dioses
Tótems
Al mundo visible e invisible
Todos venid con vuestros rayos fulminantes a libertar mi tribu”.
Ritual con mi sombra (Editorial El Astillero – 1999)



Sentada en una de las mecedoras del pasillo la sorprendió la lluvia de la tarde. En silencio vio caer las gotas sobre las palmeras y el pino del jardín que llenan el patio y contempló un rato las piedras coralinas mojadas.

Evocó años remotos en que ella corría por las calles del pueblo… Eran épocas en las que su anatomía era libre y podía ir de aquí a allá sin limitaciones.

Ahí la encontró una amiga que desde Valledupar fue a visitarla y se regocijó porque la vio mejorada. “Ve, Edelma, pero si tú estás es gorda”, le dijo al momento de fundirse en un abrazo de paisanas que se reencuentran y tratan, en unos minutos, de ‘ponerse al día’ con los acontecimientos de los años.

“Ayer me gocé el día, la pasé bien… hoy sí ya han vuelto esos dolores”, expresó Edelma Za-pata, una guerrera de 56 años, que cuando se asomó a la edad de quince años fue asaltada por una artritis reumatoidea que viró el rumbo de su vida, dejándole marcas indelebles que se evidencian en su físico y le contristan el alma.

Una brisa fría y tímida se metió en todas las casas de La Paz, acentuando el color gris que toda la tarde cubrió el cielo del Cesar.

Apoyada en los brazos de su madre y de su amiga, Edelma atravesó el patio y llegó al kiosco; ahí se sentó en una poltrona y habló de sus poemas, de su infancia, de literatura, de su padre Manuel Zapata Olivella, de sus hijos y sus dolores.

La suya ha sido una vida llena de transformaciones, pues a sus siete años su entorno cálido y pueblerino en La Paz fue mudado en uno frío y citadino en la capital del país.

Cambiaron entonces los cuidados de su madre: María Pérez de Canales, nativa de La Paz, por los de una española: Rosa María Bosch, que la cuidó a ella y a su hermana Harlym como hijas propias.

Creció con calor de hogar, con un padre: Manuel Zapata Olivella, que lo daba todo por sus hijas, del que por cuestión de genes Edelma heredó el amor por la lectura y el arte de la creación literaria, inspirada en las escenas cotidianas que veían en su entorno.

Esa tarde en el kiosco rememoró los episodios de infancia cuando debían llamarla una y otra vez para que soltara por un momento los libros y se sentara a la mesa a cenar. “Me gustaba leer cuentos; recuerdo que Manuel y María me premiaban, cuando hacía algo muy bien, llevándome a una librería para que escogiera los libros que quisiera”.

En su adolescencia escribía pensamientos en cuadernos, a modo de diario, que se traspapelaron en algún recoveco del tiempo y que aparecieron hace poco, después de la muerte de su padre (2004). Rosa, su madrastra, los había guardado. Fue bonito leerlos, recordar y sorprenderse con su la inspiración pueril.

Al evocar esos momentos, el rostro de Edelma adquiere un brillo especial, sus poros ‘hablan’ de felicidad, de tiempos hermosos, con sueños y libertad.

De pronto el fulgor se va desvaneciendo y en el teatro de los recuerdos entran a escena los inicios de la enfermedad que le robó la autonomía física y hace que hoy no tenga potestad sobre su cuerpo, el cual ha sufrido muchas transformaciones, porque su padecimiento es degenerativo y se hizo presente desde cuando ella tenía sólo quince años.

“No había mucha consciencia de parte mía, todavía era una adolescente; me casé joven, a los 21 años. Cuando nació mi primer hijo se desarrolló la enfermedad, bajaron las defensas y empezaron las deformaciones, los dolores casi todo el tiempo”. De cierta época hacia acá nunca más la abandonaron los dolores.

Algunos días son llevaderos, “como ayer”. Cuando tenía esos días, hace años, Edelma aprovechaba para salir y hasta bailar. Con una sonrisa cuenta que a veces, cuando no podía moverse bien “me soltaba con dos aguardientes y se me olvidaba el dolor”.

“Tengo muchas cirugías encima, cosas con prótesis que ya no han podido volver a funcionar y una enfermedad muy destructiva, muy dolorosa”.

De regreso a la literatura como tópico central regresa también la expresión de regocijo en el rostro de Edelma, que habla de su obra ‘Ritual con mi sombra, poemas inspirados en el dolor de sus ancestros esclavos, en la correspondencia entre la vida y la muerte, entre el ser y la naturaleza.

Habla también de dos obras inéditas: ‘La otra cara de la luna’, en la que invita a imaginar, a crear, a viajar al interior, a esa parte que no se ve, que está detrás y en la que se captan muchos rasgos de ella misma; y ‘Rumores de melancolía’ que contiene un ciclo de poemas a los secuestrados y habla de temas sociales que de alguna manera la ‘tocan’.

“Hace rato que no escribo”, dice y se lamenta de que por primera vez la enfermedad la ha separado de la creación.

Ya es bien entrada la noche y de nuevo Edelma regresa a la mecedora del pasillo, apoyada en su madre, quien le acaricia las mejillas y le dice: “ya, mi amor”.

“MIENTRAS AGONIZO”

“Huyéndole al dolor y después de haber bañado de lágrimas la almohada, me he levantado. He prendido la com-putadora y aquí estoy: los que vamos a morir pedimos nuestro derecho a hablar y a ser escuchados”.

Fue una madrugada de febrero pasado. Edelma estaba agotada y adolorida, no sólo en su cuerpo sino en su esencia de ser humano al que se le vulneran sus derechos, que experimentan la sensación de estar sentenciados a desaparecer. 

Hizo un escrito que tituló ‘Mientras agonizo’, en el cual habló acerca de sus luchas como paciente (de la Nueva EPS) para acceder a los medicamentos, en tiempos tan cruciales como estos, de reformas a la salud y de ‘paseos de la muerte’.

Debido a la reforma, durante el segundo semestre del año pasado no recibió los medicamentos esenciales para sobrellevar sus padecimientos “y este año todavía estoy en la tarea de conseguir una cita… Mi estado físico y emocional se ha deteriorado rápidamente por esta abstinencia de droga obligatoria”, escribió.

A este panorama gris se suma la fría atención médica. “El médico dedica a cada paciente cinco minutos y apenas tiene el tiempo de escribir como un autómata la fórmula, mientras de vez en cuando, alza sus ojos cansados y te echa una miradita por sobre la computadora; no pone un dedo encima del paciente, no hay tiempo”.

ORGULLOSA DE SU PADRE

“Yo sí me siento verdaderamente orgullosa de mi padre”. El orgullo se le nota y no es para menos, pues el nombre de Manuel Zapata Olivella está escrito en la historia del país como uno de los grandes pioneros de la cultura popular y de la identidad.

En 1975, Edelma acompañó a su padre en una investigación sobre tradición oral, en la que recogieron abundante información oral sobre leyendas, cuentos, tradiciones; “un archivo como de unas mil horas de grabación sobre tradición oral en analfabetos e iletrados mayores de 80 años. En el año 72, un archivo de una importancia porque todos esos ancianos se mueren y su conocimiento se va con ellos”, dice Edelma.

Durante casi 20 años Edelma Zapata se dedicó a la investigación de la cultura popular y la tradición oral; tuvo dos programas en la radio nacional, el cual alimentaba con la información que había recopilado con su padre.

“Venimos de una raza guerrera”, dice, mientras recuerda la sentencia de su padre: pronto van a salir los grandes guerreros negros, van a estar en las más altas cumbres de las áreas disciplinarias “y fíjate que a cinco años de su muerte eso es una realidad”.

Manuel Zapata Olivella nació en Lorica, Córdoba, en 1920 y murió en Bogotá en el 2004.
  
9 cirugías le han practicado a Edelma, entre las que se cuentan reemplazo de caderas, columna, rodillas, cervicales y dedos de los pies en forma de gatillo. Aún le faltan cinco, entre estas: manos, pies y de nuevo la columna… “”pero yo creo que hasta aquí me trajo el río porque también la vida de los hospitales es muy triste”.

2 hijos tiene Edelma Zapata: Karib (abogado), nombre con el que su abuelo quiso rendir homenaje al Caribe, lo que materializó con una ceremonia simbólica de un bautismo africano; y Manuela del Mar (socióloga), cuyo nombre rinde homenaje a su abuelo y a una relación misteriosa con el mar.

¿Sabía usted que…

pese al padecimiento crítico que viven los pa-cientes con artritis reumatoidea, ésta no es considerada una enfermedad catastrófica?

Esta mujer es una guerrera que por 41 años ha luchado no sólo contra una enfermedad crónica, sino con las dificultades para acceder a la atención médica y a los medicamentos.

Hace ya varios meses, Edelma dejó el frío capitalino y se sumergió en el entorno de su infancia, en los cuidados de su madre María Pérez de Canales, en la casona de amplios pasillos y un hermoso jardín, en La Paz, Cesar.





Viento salino

Un demonio de máscaras
burlonas me hace trampas.
Sudado rosario de desgracias
memoriza mi cuerpo.

Días y noches de un mismo amanecer.

Hay una sola y triste tarde,
sentada en un banquillo.
Desde aquella huidiza tarde
en que otras tardes
prodigaron su olvido.

Hoy, he guiado sus ojos ciegos,
su noche oscura, entre pinos y ramas
de garras gigantes.

Aprisiona mi brazo taciturno su cintura.
Tiembla su cuerpo, y tiembla mi miedo.
Tarde querida, ya te alejas
entre las grietas del crepúsculo.

Como cae en ti el ocaso, cae en mí la pena.





Plaza

Sobre la plaza un rayo de sol
camina tenue el ala de un sombrero,
lánguido acaricia la piel de una niña,
y cae como pluma en su boca.

Desde la sombra, en los tendidos,
de emociones urden los corazones.
De vino caliente, de boñiga y corrales.

La tarde repite los espejos.

Como un dios que irrumpe con su trueno
el toro cimarrón de feroz instinto.

¡Gloria da al rito!

El torero tenso en la piel de luz,
suspendido el aliento, desafía la muerte.
Y en el ruedo su cuerpo de asombro
y de deseo estremece los senos.

Lo sacro, lo profano;
un suspiro de vida, de muerte,
cierne grave sobre la bestia,
que crece y decrece en conmociones.

¡Gime la ansiedad atesorada en las espadas!




Tierra

Entro vacilante en la manigua verde,
por entre manglares de oscuras aguas,
bajo tu cielo de estrellas, ¡patria te invoco!
Coqueteas conmigo en las alas del viento,
en esta brisa loca que enreda mi falda
desde la cintura hasta mis tiernas bragas.

Sobre la playa se arrastra la verdolaga,
entre el agua y la tierra crece la flor morada.
Antes de que la tumben, cantaré mi canción.

Lentos amaneceres retrasan tu luz
propicios al rito y al amor.

Ondeante movimiento de unas caderas negras.





Dolor viviente

Siguen estos vientos álgidos y sombríos.
Llevando dolosos años, fantasmas invisibles,
a la sombra de una noche alterna.

Tierra polvorienta nutrida de sangre,
de viudas gimientes, de niños huérfanos.

Los abuelos y los padres de ellos,
generaciones y siglos sentados a tu vera.

Amor querido
que cicatrice tu cuerpo, no cese tu canto,
ni calle tu eco.

Disuelta la bruma deje ver la luz.
Mi preciosa estrella en el firmamento.






Frida

Pincelada de sangre en la nieve.

Los ríos de la vida siempre regresan,
secreto de vida, paloma, secreto de muerte.

He leído muchas veces
en noches pálidas de luna, el libro de tus días:

tu mágico viaje, tus momentos ciegos, tu útero vacío.
Cuenta la historia, la pena ya borrada.

Tu coja pata que sostuvo el mundo, tu parto de luces,
momentos de tu vida que trenzo en la oscuridad,
en el sabor amargo y húmedo de cárcel.

Arenas movedizas, tus noches y las mías.

Todas ellas de sed y de locura.

Los últimos escarceos me dejan rota
el cuerpo fragmentado, la mente huidiza.

Asunto del montón:

un corazón que late calladamente la pena
ruidosamente el dolor, se abre a la vida.

xocolat

Mi noche espera, mi noche tiene nombre:
Frida.

¡Qué vainas tiene la vida!

Cuando la muerte te alcanzaba,
yo nacía. Horror claro del día, horror sagrado.

Para mí, la lanza destinada.

Hoy te daré mi canto y la alegría,
no hablaremos de tu noche ni la mía.

Bordaremos un vestido en honor a Coatlicue:

le pondrás clavos de tu corazón de luna,
yo derramaré al viento una lluvia de plumas.

Miraremos volar su falda en los jardines.

Frágil hija de corazón fuerte,
tú que alguna vez dijiste:

todo me duele, todo me penetra,
el alba está siempre demasiado lejos.

Déjame mirar tu espejo, en ese otro espejo
que es mi vida.

Déjame prender con fuego las cadenas del cuerpo.
Préstame tus dientes para roer la sal de la carne.

Su presa soy y en mi destino, presa rebelde,
pero presa sin duda.

Aguda amiga mía, de espinas, de hierro forjado,
vas en mi corazón clavada. Óyeme decir contigo:

Pies para que los quiero si tengo alas para volar,
espero alegre la salida y espero no volver jamás.





Canción de esperanza

Ahora, alma mía,
recoge en esta canción de amor
las lágrimas del amanecer,
la algarabía de los pájaros.

¿Y por quién
esa canción purificada?

Por los pobres del mundo,
desnudos de todas las cosas
menos del alma…

Que en el tumulto de los años duros,
ahogan la fe, la esperanza.

¡Oráculos de bocas ciegas!
Su espíritu sagrado
perece en tenebrosas aguas.

Un corazón alguna vez tierno, se derrite.

¡Desechables! Anuncia el clarín público
la disolución de un hombre.

Nuestro amor que desconoce el frío,
en su pecho permanece en silencio.






Somos raíz

Los que pasan, los que vendrán.

Polvo de esta tierra. Savia de esta tierra.

Sudor, ramas, fibras, semilla.

Tiempos de guerra, a su vez,
sueños de esperanza.

En sangre derramamos la vida,
las gargantas abiertas beben el sol.

Saludamos el alba con los ojos callados.

El impulso llega con los guerreros,
no los detiene el abandono,
los lentos, ni los cobardes.

No tiene voz la indiferencia.

De regreso,
una nación abre el camino.

Al amanecer arrastrará la oscuridad.

Vendrán los besos que perduren en ella.

Cicatrices viejas, promesas nuevas
Afro América, las tantas caras de África.

Alma a alma para cientos de almas.

El poema va, en tonos altos y ecos bajos.





Cicatrices viejas y promesas frescas.

No cabe duda. Los soles mancillaron
las púrpuras espaldas
que a látigo maduraron los frutos.

Los días, los años, los siglos.

Es tu océano, mi océano que
suavemente llega.

A algunos les conviene nos miremos
de orilla a orilla, fácil así confundirnos.

No te conozco, tampoco me conoces.

Si, tu piel es opuesta a la mía,
en la diferencia el encuentro.
Suficiente el gesto,
la transparencia que invita.

Un corazón abriendo brechas.





Una rosa se abre

El alma,
cuando un dolor la apena
se abandona.

Una persiana que al pasar los días
permanece cerrada.
Pero,

cuando al pasar
otra alma su pena alcanza,
al tocarla la ternura, florece.

La alborada anuncia la mañana,
en los confines amanece
la plenitud, un alma.

Detrás de la ventana
una rosa esparce la fragancia,
desde la tierra sube al cielo
un suave olor a primavera.

Todo es quietud ahora.

La lluvia disipa la tormenta.

En el árbol, por la dicha contagiada,
una luciérnaga titila.





Habla el cautivo:

Solos el carcelero y yo.

Las sombras del crepúsculo,
conocen quién es él y quién soy yo.

Yo, el que silencia su voz para no enlutar
de blasfemias el aire.

Él, quien sienta su rifle para la libertad
sobre el altar de la mía.

A veces conversamos él y yo.

A la conversación se unen los sapos.

Dos sapos croando bajo la luna llena.

Tan cerca, tan cerca,
que su aliento calienta mi aliento.

Los latidos pulsan la sangre,
y al mezclarse los alientos solitarios
son un solo aliento, un solo pulso lento…

No me confundo cuando, vencido,
lo siento vulnerable.

Juntos desafiamos las trampas del tiempo.
El abandono y el cansancio.

Él tiene la atención del animal que acecha,
yo, la paciencia de la presa.

Rumores de melancolía.





YVONNE AMÉRICA TRUQUE [14.195] Poeta de Colombia

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Yvonne América Truque

Nació en Bogotá, Colombia en 1955, su familia es de Buenaventura, Valle del Cauca. Murió en Montreal, Canadá, 2001.

Yvonne América Truque comenzó a escribir poesía desde muy joven. A partir de 1982, da a conocer su obra al leerla en diversos auditorios. Realizó, antes de lanzar su primer libro, cuarenta lecturas en salas culturales y universidades colombianas. La primera edición de su libro Proyección de los silencios, se hizo en Bogotá, en 1983 (Árbol de Tinta). Ya en Canadá, se publicó en Montreal, en 1986, una edición bilingüe francés-castellano (Centre d’Etudes et de Difusión des Ameriques Hispanophones). Textos suyos figuran en varias antologías, como Poetas en abril (Luis E. Sierra, recopilador. Bogotá: 1982), Integrarte. Poesía colombiana contemporánea (José Luis Días Granados, compilador. Bogotá: Cámara de Comercio, 1984), Momentos de poesía nueva colombiana (Orlando Barbosa, compilador. Bogotá: Alianza Colombia-rda, 1984). Poemas suyos han aparecido en diferentes revistas, tanto en Colombia como en Canadá y Estados Unidos.

Como dice José Luis Díaz Granados en la presentación de su libro:
Yvonne Truque demuestra […] una constante preocupación por encontrar la palabra precisa […] Conoce el secreto de la construcción poética y […] va armando el juego, las imágenes, la rueda […] Su dimensión urbana, cruda […] honda y dramática […] la hermana con Whitman y la emparenta con Baudelaire […].





Poema 4

Éramos tan frágiles y livianos
como una gaviota en el aire
o como la hoja que en otoño
el viento arrastra… y cae.




Mujer batalla

Era ella. La vi un día
parecía la misma y yo…
y yo no la conocía.

Venía de los años
desnudándose los pasos.

Su vientre inflado como mundo,
era un ¡tan! ¡Tan! de Libertad
ausente
y un entonar su iracunda rebeldía.

Venía del tiempo y en sus ojos
se habían instalado el sol,
la luna, el cielo
en un infinito desear vivir su vida.

Entonces, la vi correr las calles
con la rabia albergada en sus entrañas
rompiendo Silencio-Ataduras,
Institución-Hogar.





De esta maraña que nos ha atrapado

Camino
solitaria, paso perdido
por las entruncadas calles
de la ciudad dormida.

Respiro
aire de bocinas y coches,
humos nauseabundos,
pestilencia de canecas.

En un viejo bar de esquina
se escucha un tango.

Portales
acunando niños, vagos y borrachos.

Un hombre oculto como lobo hambriento
acecha el paso de su presa.

¡¡¡Alguien acaba de ser acuchillado!!!

Prostitutas
maleantes y señores
todos confundidos en la noche.

Semáforos, calles,
calles, ruidos,
ruidos, bares,
bares, militares.

¡Balas!
Sigo
caminando silenciosa
pisando asfalto húmedo,
reloj del tiempo detenido.

Mañana
leeré los diarios y en página primera
a gran titular veré:

«elegida la reina del café».




Hasta desgarrarme

Me pregunto,
os pregunto a vosotros,
parte de mí.

Todos, cristales rotos
subterráneos sin salida,
engranajes no encajados.

Mundo cárcel.

Cárcel mundo:

dónde hay un sol
que a nuestros ojos brille.

Que a nuestra pupila asome
camino sin cadenas.

Dónde el viento
levantando polvaredas
pueda llevar mis sueños
de vida infinita,
a verdes campiñas florecidas
a domingos de risas y alegrías.

Me pregunto, os pregunto,
es mi vida este interrogante.





Poema 5

Navegar… siempre navegar
el mar abierto de la vida.
Y cuando llegue la tormenta
encallar plácido en la muerte.




Tu rostro

Tu rostro, en mi recuerdo
niebla densa que figura
un vago amanecer.

La caricia
de un horizonte perdido
se dibuja en la transparencia
de una mirada que insinúa
posiblemente el equívoco
del instante repetido
a un silenciado corazón.

… la noche se aparea con el mar…

La sombra que proyecta
cada estrella
deja escapar su luz acuosa
de llanto tragado en los latidos
y la tremulés de un presentimiento.

Tu rostro en mi soledad
se desdibuja y no es.

… tus ojos apareados con la noche…

figuran profundidad marina
y qué envidia del mar,
¡tengo miedo a navegar!



“Hojas de Sol”: Yvonne América Truque, poetisa afrocolombiana.


Por Luis Ibarra Wharton


“Hoy”, escribió la poeta, “sera un ayer en mi camino”. Yvonne América Truque nació en Colombia en 1955, llegó Montreal en 1984 y vivió en esa misma ciudad hasta el 2001, año de su fallecimiento”. Hija de Nelly, activista social del movimiento sindical colombiano y de Carlos Arturo Truque, conocido escritor afrocolombiano.

Un fragrmento de su poema Espejo de Luna (1982) nos dice:

Pero si fueras luna y yo espejo
Si fuéramos espuma y un solo cuerpo
Astros silenciosos en una noche de enero
Entonces…tranquilos, serenos
Podriamos decir al mundo:
Todos nuestros momentos pueden ser eternos

En el texto que presentamos Hojas de sol y Recorriendo las distancias, los cuarenta poemas escritos originariamente en Español, son inéditos. Según su costumbre, había organizado el contenido en dos partes: Hojas del sol y Recorriendo las distancia.

Confió los poemas a su amigo Jean-Pierre Pelletier, que realiza una traducción al francés acertada y sensible.  Este poemario bilingüe nos advierte de lo maravilloso, humano y profundo de la poesía de Yvonne América Truque. Este suceso editorial contó con la experiencia en el campo editorial del Profesor Hugh Hazelton de Concordia University a través de la editorial Enana Blanca, así como de Adage; ambas editoriales localizadas en Montreal.

Hazelton poeta, académico y editor ha conocido la obra de Yvonne América Truque por mucho tiempo. Ha promovido la obra de la poetisa, no solo en Montreal y Toronto, a través de círculos literarios, sino también ha publicado sobre la vida y la obra de Truque en su libro Latino Canada: A Critical Study of Ten Latin American Writers in Canada.

SABE MÁS QUIEN LEE MÁS

En Marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) y el Día Internacional de Lucha contra la Discrimación Racial (21 de marzo). Ambos fechas me traen a la memoria la obra de justicia social y literaria de la poetisa afrocolombiana Yvonne América Truque. Aquí los dejo con uno de sus poemas recogidos en Hojas de sol y Recorriendo las distancias, y escrito en Bogotá, Colombia, el 6 de noviembre de 1982.

Nada está vedado

…Nada está vedado
Cada sueño es un poro en la piel
Cada piel es un camino largo a recorrer
Cada ser lleva oculta su tragedia
Tras una mirada limpia
Abierta al porvenir
En las noches la magia se abre al pensamiento
El corazón vuela hacia claridades insospechadas
Y las flechas del anhelo apuntan sus dardos
Al horizonte del sol que emerge radiante
A sosegar día tras día las batallas



RUTH PATRICIA DIAGO [14.196] Poeta de Colombia

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Ruth Patricia Diago

Nació en Cartagena de Indias, Colombia. Fiera cotidiana que al tiempo que cría tres hijos, decide experimentar en la poesía, dándole a la suya el metal de sus ollas y la mugre de sus telarañas, para lograr textos arrinconados en los ambientes y estancias que a diario transita.

Ha participado en talleres de creación literaria, crónica periodística, poesía y narrativa. Dos de sus textos fueron seleccionados para formar parte de la antología Nuevas voces de fin de siglo. Miembro activo de los talleres de poesía Siembra, Mundo Alterno y Bestiario. Actualmente forma parte del colectivo Generación Fallida y del Taller La Urraca.

Cuenta con dos poemarios inéditos:

Despertares
Los muebles hierven
El mapalé y la cumbia son los ritmos que tienden a prevalecer en
la dicción de Ruth Patricia Diago. 





Puertas abiertas

La mañana estalla en los ojos
como en una ventana de burdel
abierta a destiempo
en la desolación del primer café.

Una grieta cambia de sitio
el hacinamiento,
con tantos muebles odiados
origina su tisis de madera.

Particular escombro, el último saldo de fe
junto con las paredes
que se deshacen al paso de la escoba
y el pivotear continuo
de cara a los días
flotando apenas
en un caldo de miserias.




I

Odio esa manía
que me une a los estragos
causados por la costumbre,
el desaliño de los despertares,
el caos matutino,
la incógnita del almuerzo,
la soledad de las estancias,
la certidumbre asustada del regreso,
que convierten la existencia
en un blando andar
sobre lodos inciertos,
en el que no es permitido
el privilegio audaz de avanzar
sin recibir una lección de miedo.



II

La trinitaria vuelca sus colores sobre el jardín
en ramos copiosos.

Vencidos por el tiempo
van desgranándose como frutos ligeros.

Entonces un aliento nocturno los disemina
dándole a la terraza
el aspecto de un lugar
dispuesto para los cuerpos.



III

Se han callado el mar,
las aves,
el agua se recoge
en hilos delgados enfriando la casa,
un teatro verde se agita
más allá de los anjeos
y desde su trinchera tras el espejo
un salamanquejido se manifiesta.

Pienso ahora en ese cuerpo
que no me he podido lavar,
en aquellos episodios lentos
de sus manos.

Y este mutismo sin colores
termina por calarme a martillo
un ropaje que me viste
con papel de lija.





Depredadores

Seguiremos así
enquistados el uno en el otro
lastimándonos, disparándonos certeras ofensas
con lenguaje maltrecho.

No dejaré de molestarme
cada vez que le agregues agua al chocolate,
por esa indiferencia,
por cada gesto o palabra tuyos.

Trascenderás el tiempo dosificado del aguante
con esa terca fidelidad del polvo sobre los muebles,
llenando tu medio espacio en la cama
de forma abandonada como si esta desgracia
te fuera ajena.

Continuarás de manera irremediable
soportándome y queriéndome a ratos
con ese cariño estrecho
y esa ternura de escorpión
que se gesta en las mentes simples
significando el estorbo inocultable,
la molestia irresuelta
hasta que uno de los dos reviente
y la naturaleza por fin,
¡resuelva liberarnos!





Rescoldos

Solo resta el desencanto
irrefrenable de tantos años.

Una casa, una habitación y una cama,
que se comparten irremediablemente
con furia agazapada.

Algunos sueños adobados por décadas.
Esos graznidos que sueltas a menudo,
pese a que ya no me intimidan.

El permanente reclamo
por la falta de fósforos
y las bolsas para la basura.

El silencio circundante,
las ideas que me reprochan
en el pesado quehacer de las mañanas.

Y alguna que otra vez
nuestras prendas interiores
que coinciden en la cuerda
para colgar la ropa.






El alfabeto de la casa

Se estira el lavaplatos,
su eco metálico
se reparte en el silencio de las seis.

La salva que dispara la nevera
es artillería resfriada,
la protesta atrincherada de las salamanquejas
se apodera de los cuadros.

El jabón se precipita desde su soporte,
escapa de las manos,
entretanto la regadera
descarga su agua ajena
y un ojo nos observa
desde cada baldosín.

Un titubeo en la energía
pone a los números del reloj
a danzar en rojo.

Uñas de iguana fastidian el cielorraso.
La casa insiste en manifestarse
y su costumbre agrietada
ya no aterroriza a nadie.






Proyecciones

Hay que empezar a entrenar el pulso
para que la aplicación del lápiz
no trascienda la frontera labial.

La última ilusión
ha sido devastada por un golpe frontal.

Se han destrabado los sueños del cabello
para situarse en la enésima dimensión,
es preciso entonces cambiar de objetivo,
cuidar que siempre
quede un fósforo para encender la estufa
o que no falte el papel higiénico,
muy importante que el inodoro funcione bien
y que reste algo de crema dental
para una posterior cepillada.

Desaguar el espíritu por rutina
y no cejar en el empeño:
lavar concienzudamente el ombligo
por si acaso…





Monstruo de tres letras

No se cansa de repetir las olas,
vecino de temer
cuando los alisios le alteran el talante
y asalta la avenida sin disculpas,
entonces su voz es un lamento bronco
saturado de escombros,
cuando la lluvia lo somete
termina por retirarse unos metros de la playa
tronándose indulgente con los pájaros.

Y en las noches limpias
a los hombres
que le hurgan su interior con el trapiche
les regala sus huellas
llenas de luna humedecida.




Bien por estos huesos

A mí, fiera cotidiana,
experta en amansar dolores,
excomulgada por una monja
desde los siete años.

Yo que de continuo
me desempeño contra los meses,
sabiéndome mujer impar,
luego de haber liberado
el área hipotecada de la cama
sobre la que ya no se sacude ningún pez.

Porque me valgo de las chanclas y el trapero
para justificar el baile diario
y convencida de que soy ajena
a los sueños de Dios,
busco entre desperdicios
lo necesario para recomponer la sonrisa
porque en mi sala han transcurrido los diciembres
con la precipitud de los desastres,
porque tu madera me es afín
de forma extraña y ruda
aun si quiero creer que eres parte de esa luz
que encandila hasta las piedras.

A mí, a quien un prontuario
de sillas destruidas señala,
pues si algo me sobra
es culo para aguantar,
capacitada para armar un almuerzo
a partir de dos tomates,
y vestida de verde
soy el cactus de púas adormecidas.

Por la columna con cicatrices de hormiga
que se burla de este llanto temeroso
que mana hacia adentro.

A mí, todas estas alas que contemplo,
confinada en este cuerpo incómodo
y el aplauso permanente
entre el océano y la roca.




Conspirador

Orbita cercano
carente de tiempo o sitio
difundiendo ese dolor sin volumen
en su andamiaje
de historias custodiadas.

Tal es la estética del espíritu
y en aquella barahúnda de acertijos,
el amor, con vocación de arma blanca,
siempre dispuesto a mutilarlo.











MITE STEFOSKI [14.197]

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Mite Stefoski 

Nació en 1975 en Struga, REPÚBLICA OF MACEDONIA (FYROM). Dirige el festival internacional de poesía "Struga Poetry Tardes" (Struski večeri na poezijata), el festival de poesía más antiguo de su tipo, que se celebra anualmente desde 1962 en Struga. 

Es poeta, cuentista, crítico y editor. Estudió literatura en la Universidad - Facultad de Filología "Blazhe Konieski" en la Universidad "Cirilo y Metodio" en Skopje, Macedonia. 




Presentamos, en versión de Marija Petrovska, una muestra de la obra lírica del poeta Mite Stefoski (Macedonia, 1975). Ha publicado ensayos sobre poesía contemporánea y teoría de la ficción. Dirige el festival internacional de Macedonia: Struga Poetry Evenings. Recientemente participó en el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México 2014, organizado por Círculo de Poesía.



Las cosas ya no son las mismas

¿Debería pasar todo esta mañana?
Los periódicos escriben:
Apareció un nuevo mar.
En alguna parte de África el sol
pasó demasiado bajo
y quemó todos los árboles botella.
Los profetas no saben quién anunciar primero.
Los santos anoche vinieron varias veces en vano.

Las televisiones anunciaron:
Desde anoche hubo varios continentes inundados.
El sol se quemó en incendio.
Está descubierto un remedio por una enfermedad no descubierta.
Los dioses visitan el país de nuevo
Lucrecia viola por los parques de nuevo.

Todo pasa antes de que despierte.
Uno no debe levantarse tan tarde.

diciembre 2001





Un poema sobre la repetición

Una nube de dudas se acerca desde la distancia
y empieza a llover sin parar.
Arriba el cielo ya no tiene nombre.
Abajo la tierra que no tiene nombre,
cansada de parir, desolada como la blancura
sube arriba hacia el cielo que se está cayendo.
En el crepúsculo las cosas descalzan las palabras
como calzados desgastados.
Vagan así,
hasta encontrar un nuevo refugio, escondite,
salida desde la que van a poblar el mundo de nuevo.
La red ajena de alguien está esperando un poco más lejos
para pescarlas, enyugarlas.
Para encontrarles un hogar nuevo.
Un cielo nuevo y tierra nueva.
Y otra vez el mismo juego.
Mientras alguien
allí detrás
se ríe a la repetición
del error.
A pesar del aviso de la promesa,
está esparcido por el cielo azul
como esta tinta
que contiene todas las anteriores
y las noticias anuncian una nueva inundación.





UN TIEMPO NUEVO

una llave perdida
de la alcoba de los sueños
algunas fotografías
de difuntos que se están riendo
una calle
que recuerda mis pasos
el pensamiento
antes de recurrir al cuchillo
el vuelo
de ese mismo pájaro
algún río
que inundó mi sueño
silencio
separado del sonido de la salida
dos manzanas
que pudrieron en la alacena
una nave de papel
que zarpó para no regresar
la bestia
que ruge en la noche larga
la garza
que pica la mañana
el tiempo
leía
mientras yo escribía






FRASE

me asombra la anguila
como encuentra su camino
por el agua
sombras cercanas y blancura distante
rasgada
se abre como suspiro
y se derrama en el silencio

me asombra la anguila
pescada en esta frase
que se derrama en el silencio

(5 septiembre, 2000)







ANOTACIÓN DE UN POEMA

Aquí está ese poema:


El poema desaparecido



Una casa de piedra y ladrillos rojos mano que alcanza
había en esta calle, una región llena de risa
ventanas con arcos quebradiza e inconstante como reflejo
y pino que crece sobre ellos. dibujo en el agua
Avenida con acacias que florecían pared que escucha conversaciones ajenas
lagartos, horizontes, dibujos y nombres
como si cayera nieve oscuridadque se derrite en el cuenco oval
cuyas aromas tintineo de la moneda metal
se mezclaron con las aromas de las lilas bolsillos llenos de pequeñeces
había en la calle. gatos que pasan desinteresados
Un adoquín desgastado y liso neumáticos que ruedan
que revelaba aquellos compresas de codos y rodillas heridos
que pasaban por aquí en la noche cicadas
cubría esta calle lluvias de verano, aleros que golpetean
Niños que jugaban a escondite hasta tarde calcetines rotos
estaban en esta calle ojos llenos de polvo
Dos gran cerezos en el patio desde los que
caían las cerezas pachuchas e inalcanzables
en la calle que una vez existía. silencio
Tal vez hubo alguien que caminó por esa calle.

25 agosto, 2002 completado en 30 agosto, 2004





Este poema no es un gran logro, seguramente no encontrará su lugar en las antologías, no es poema de programa, no es auto poético, ni siquiera está publicado. Todavía está escondido dentro de mis anotaciones, no leído por ningún otro; a veces lo encuentro por allí y sin falta lo leo. Lo veo especial, aunque no lo es. Sin embargo, digo sin embargo, porque tengo la intención de continuar como si algo me hace regresar a este poema. Entonces ¿qué hay en este poema?

Hay una calle, y esa no es una calle infinita, interminable, sino tiene exactamente 373 pasos – medidos con los pasos de un niño de 10 años, con una mochila escolar en la espalda, bastante pesada, ya que el niño la lleva encorvado, encontrando el justo punto de gravedad – desde el principio, donde termina el asfalto y empieza el adoquín viejo, desgastado y en algunas partes desnivelado, donde las lluvias hacen charcos, 373 pasos desde el callejón inclinado que cubre el adoquín viejo hasta la otra calle, hasta el asfalto nuevo. Esa calle no es espaciosa, ancha y llana con aceras bonitas, con filas de árboles ordenadas y candeleros, sino es un callejón desnivelado, curvado, y se parece más a una callejuela, con casas viejas, con ventanas mirador que resaltan sobre ella; con tejas que se pusieron verdes y oscuras de musgo y liquen; con aleros sin desagüe, que gotean en la calle cuando llueve, y se hacen filas de largos carámbanos en invierno, y cuando hace más calor, de improviso se caen en la tierra como si se rompiera un florero de vidrio, ventanas que miran una hacia la otra, patios con vallas y cercas de todo tipo, árboles viejos con copas irregulares, y una cosa más. Ni siquiera es especial por el hecho de que una persona conocida e importante vive allí; no hay monumento de mármol o bronce que indica que en tal y tal casa pasó eso y eso, y por esta razón se levanta ese monumento en memoria de ese evento.

En la calle del poema hay una casa hecha de piedra hasta cierta altura, y arriba está construida de ladrillos, que se asoman detrás de algunos lugares donde el revoque se cayó de las paredes; tiene ventanas con arcos, rajadas, divididas en varias pequeñas partes de vidrio, bordeadas de marrón, que daban la ilusión que eran más grandes, una puerta de madera con candado viejo, valla de ladrillo cubierta de tejas semicirculares, sobre las que se asoma un pino alto que esconde la casa un poquito, cuyas ramas se tocan con las ramas de uno de los dos cerezos del patio vecino. Por la otra parte una fila de acacias que emblanquecen en la primavera y que recogen las abejas venidas de quién sabe dónde, invitan a las manos infantiles estiradas arriba hacia las flores para que las prueben. Aromas que sólo pueden prevalecer sobre las lilas enflorecidas en los rincones de los patios y el alboroto de los niños que hasta tarde juegan al escondite durante la noche de verano en esa pequeña calle con sólo 4 postes de luz, de los que sólo dos tienen bombillas. Entonces ¿qué es tan importante en esa calle para que se escriba un poema?

Esa es mi calle, yo le doy nombre y la dejo sin nombre, yo pongo números en las casas, yo la pueblo y la despueblo, yo construyo y derrumbo las casas, yo hago madurar las cerezas, yo rompo los calcetines, me daño mucho las rodillas y los codos, yo empujo llantas en el adoquín, invito a los amantes que susurren dulcemente apoyados en un muro escondido, yo dirijo al cartero en rumbo correcto para que distribuya las cartas.

Esa calle no existe fuera de mí. Ahora mi memoria se esfuerza mucho para llenarla de objetos. A pesar de mí, hay una prueba más de la existencia de esa calle – mi poema. Todavía no está publicado, sin embargo existe. Si desaparece, desaparecerá la calle. Cada regreso la extiende, la hace más real, más pintoresca a pesar de las cosas comunes que pueblan esa calle. Ésa es mi fabricación, sólo mía. Nadie la puede encontrar en los planes de ninguna ciudad y nadie puede caminar por esa calle.

Esa casa en la calle es mía. Yo no vivo en ella, pero ella vive en mí. Con cada regreso es más acogedora, más clara, más cercana. Unos detalles más, unas pequeñeces más aparecen en esa calle, una novedad que desde siempre ha sido presente allí, emerge y se asoma, como si fuera la primera vez, a veces tan maravillosa y detalladamente hecha, como si hubiera necesitado meses y días para hacerla, y ahora, aquí aparece toda y brillantemente hecha; de repente, la encuentro en ese lugar enrejado con mi fabricación.

Un día probablemente sabrán que yo inventé ese poema, pero nadie sabrá con certeza que también inventé la calle, con todo lo que hay allí. Supondrán, sin embargo, convencidos que esta es una calle de mi infancia, una calle real, una calle diferente, que por alguna razón merece que se escriba un poema sobre ella. Algunos a lo mejor la buscarán. Algunos no leerán ese poema, sobre la calle estrecha y adoquinada. Algunos intentarán caminar por allí. ¿Será mi calle en su imaginación la misma que yo inventé? ¿Caminaré yo por mi calle o caminaré por sus calles desconocidas? Construirán una ciudad con calles parecidas, así, y sin embargo, diferentes, ajenas, sombrías, siniestras. Sin embargo, mi calle remanecerá una y única en esa ciudad única. O tal vez,¿desaparecerá el poema?

Es de noche y yo estoy soñando a un Borges que sueña con tigres. Ese tigre ardiente de Blake, ese tigre de Hugo, el malo Shere Khan del Libro de la selva, finalmente se mueven sus tigres también, de color azul oscuro, diversos. Ya no existe ese Borges que de vez en cuando sueña con algún tigre, pero en el futuro también, aparte de todos los remanentes tigres en las selvas, sus tigres soñados, tigres de sueños no terminados, caminan por las bibliotecas, desde allí en los libros, los versos, las palabras. Todos los tigres pasan por los jardines de Borges. Sólo a veces, muy tarde en la noche los dejo pasar por mi calle. ¿Sigue allí Borges, ese otro Borges, que sueña con Borges que no está y envía a los tigres en mi calle?

A veces pienso que yo soy más irreal que esa calle, casa, árboles, objetos. Como si hubiera escapado o como si fuera expulsado de allí. Como Chuang Tze yo vacilo entre cuál de las dos cosas es más real. Vacilo si mi calle es como el tigre de Borges, una forma de sueño o eso soy yo? Cuyos pasos escucho ahora en mi calle…

18 diciembre, 2010





Mite Stefoski was born in 1975 in Struga, Republic of Macedonia. He works as Director of the Struga Poetry Evenings, the oldest international poetry festival which annually every August since 1962 is held in Struga. He is poet, writer of short stories, critics and publisher. He graduated from Faculty of Philology "Blaze Koneski" at University "Ss. Cyril and Methodius" in Skopje on the Department for Comparative Literature and Literary Theory. He published essays about genology (lyrical novel), contemporary poetry, and theory of fiction (adaptation of novel into film).


Schon sind die Dinge nicht mehr dieselben 

Sollte sich etwa all das vor heute Mittag zugetragen haben? 
Die Zeitungen schreiben: 
Neues Meer erschienen. 
Irgendwo in Afrika zog die Sonne 
sehr niedrig vorüber 
und entzündete Flammen in jedem Affenbrotbaum. 
Die Propheten wissen nicht, wen sie zuerst ankündigen sollen. 
Die Heiligen nahten vergangene Nacht oftmals vergeblich. 

Aus den Fernsehapparaten wird gemeldet: 
Seit heute Nacht sind etliche Kontinente überflutet. 
Die Sonne verloderte in einem Feuer. 
Medikament entdeckt für eine unentdeckte Krankheit. 
Die Götter besuchen noch einmal die Erde. 
Lucretia erneut in den Parks vergewaltigt. 

Alles geschieht, bevor ich erwache. 
Es ist eben nicht gut, so spät aufzustehen. 

Dezember 2001 

( Aus dem Mazedonischen von Cornelia Marks ) 



DER SATZ 

ich bewundere den Aal 
wie er seinen Weg findet 
durchs Wasser 
zwischen nahen Schatten und ferner Weiße 
hin und her gerissen 
öffnet er sich einem Seufzer gleich 
und ergießt sich ins Schweigen 

ich bewundere den Aal 
gefangen in diesem Satz 
der sich ins Schweigen ergießt 

(5.9.2000) 

( Aus dem Mazedonischen von Cornelia Marks ) 





Things Are not the Same Anymore

Is everything supposed to happen this morning?
The newspapers say,
          A new sea appeared.
         Somewhere in Africa the sun
                  Passed very low
                       and set on fire all the baobabs.
The prophets don't know who to announce first.
The saints arrived several times in vain last night.

Television sets announced,
        There are several flooded continents since last night.
        The sun burnt down in a fire.
        Cure found for an undiscovered disease.
        The gods revisit the earth
        Lucrece rapes around the parks again.

Everything happens before I wake up.
One shouldn't get up so late.

                                                     December 2001

Translator: Ana Topencarova





ANOTHER TIME

A lost key
from the chamber of dreams
Several photos
of dead people who smile
A street
which remembers my steps
The thought 
Before reaching for the knife
The flight 
Precisely of that bird
A certain river
which flooded my dream
Silence
Preceded by the sound of departure
Two apples
which rotted in the cupboard
Paper boat
which sailed to a place of no return
The beast
which roars in the long night
The heron
which pecks the morning
The time
While I was writing
and you were reading.

Translator: Ana Topencarova





SENTENCE

I marvel at the eel
How it finds its way
                    through the water
Near shadows and distant whiteness
Torn
                 It opens like a sigh
And the silence issues forth

I marvel at the eel
Caught in this sentence
Which issues forth in the silence

                                        (5.9.2000)

Translator: Ana Topencarova





A poem for the repetition

From the distance a cloud of doubts approaches
and starts to rain without stop.
The sky up already has no name.
The earth down that has no name,
tired of labour, barren like the whiteness
is shifting upwards towards the falling sky.
In the twilight things take off the words
like worn-out shoes.
They wander about,
until they find a new port, a shelter,
a haven where they would populate the world again.
Somebody else's net is waiting over there
to catch them, to harness.
To find them a new home.
New sky and new earth.
And the same game again.
Yet somebody
at the back
is giggling at the repetition
of the mistake.
Despite the reminder of the promise,
spilled over the blue sky
like this ink
containing all the previous ones
and hinting at a new flood.

                            Translator: Ana Topencarova




JENNY DE LA TORRE CÓRDOBA [14.198] Poeta de Colombia

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Jenny de la Torre Córdoba

Nació en Barranquilla, Colombia. Vive en Bogotá. Se crió en Cartagena, pero sus raíces más profundas están en Quibdó, lugar al cual se siente profundamente ligada por sus ancestros. Es licenciada en Derecho y Ciencias Políticas, de la Universidad de Cartagena de Indias. Diplomada en Resolución de Conflictos de la Universidad de los Andes, Bogotá. Es máster en Género, Mujer y Desarrollo, Universidad Nacional de Colombia, Centro de Estudios Sociales, Bogotá. Está doctorada en Perspectiva de Género en las Ciencias Sociales, Universidad Complutense, Facultad de Sociología y Ciencias Políticas, Madrid, España. Participó en la ii Cumbre Mundial en Europa de Africanos y Afrodescendientes, 2007-2008, Bruselas, 2007, como presidenta de la Fundación Génesis, una de las organizaciones de la diáspora africana en Europa, coordinadora de la actividad en Austria.

Actualmente es la presidenta del Alto Consejo de Comunidades Negras de España. Escritora de Génesis Producciones, Madrid, España. Corresponsal permanente de la revista mia, Madrid, España.
Consultora externa de la Secretaría de Estado y Cooperación Española
para elaboración del diagnóstico-estrategia del Plan Director, 2005- 2008, para pueblos indígenas y afrodescendientes de América Latina y el Caribe. Conferencista del módulo: América Latina, un Rostro Humano, Madrid, Ginebra y Estados Unidos. Catedrática del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación, Universidad Complutense de Madrid. Corresponsal de la revista Interviú, España.
Locutora de tv Hispana en programas académicos y de autoayuda, Miami, Estados Unidos. Programas: Padre Alberto, Infinito: mujeres_afrocolombianas.indb 276 14/5/10 12:30:52 Antología de mujeres poetas afrocolombianas 277 la vida y la muerte, Dr. Kanoche, Caminos de Israel. Ha participado en programas de formación y académicos en la televisión nacional de Colombia. Es catedrática de la Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Es directora general de comunidades negras y otras colectividades étnicas del Ministerio del Interior en Colombia. Es asesora para comunidades étnicas del Congreso de la República de Colombia. Es presidenta de la Fundación Mujeres del Futuro en el Pacífico, Quibdó, Chocó. Además, es investigadora social de la Universidad Autónoma de Colombia en Estados Unidos y en España en asuntos de género y el género en la inmigración.

Ha publicado un libro de poemas: Sonata en exilio (Bogotá: Apidama,
2007). Cuenta con otras publicaciones en distintos campos, entre estas, las que corresponden al estudio de las leyes que rigen la vida de los afrodescendientes colombianos.




Ña caderona

Despierto a mi taita
dormio desde ayer,
vino cansao
de tanto mazamorreá.

Lo tiento y lo tiento
muy frío él etá,
parece más frío que
el río en la madrugá.

Ña caderona…
Ña caderona…
Ña caderona…
Mi viejo no ta frío.

Mi viejo se lo llevó
la patasola.

Se murió mi viejo.
Padre nuestro que etás
en el cielo,
¿a quién cocino,
Chere, ahora?
Ña caderona vení.

Ña caderona no me deje sola.
Cantemos alabaos
en casa de Ña Pastora.






África mía

Oscuro pozo de luz.

Tambor de hojalata
rasgado por mil voces,
que al unísono entonamos,
una oda a la libertad.

Escucha el eco
de nuestras cadenas ocultas,
desde esta orilla.
El tirano desapareció
pero dejó su látigo
y
esclavos aún,
nos arrullan
madres de arena.

Ya no somos Nabumba,
Umbanda ni Ilele.

Ahora somos López
González
y Pérez.




Nosotros, los de la otra orilla

Nosotros
somos briznas de sal
diluidos en labios ajenos.

Y fundidos, sin reconocimiento
ni gestos heroicos,
nosotros,
habitantes venidos de la otra orilla,
sumamos fuerza,
restamos olvidos.

Nosotros
somos los mendigos,
cosechamos sus campos,
aramos sus sequías.
Nos niegan sus raíces
y nos quedamos.

Nosotros
morimos en tumba ajena.



Mi abuelo negro

Mi abuelo nació cimarrón,
en un lugar dulce,
con nombre de flor.

Creció acunado por un río caudaloso,
arropado con un manto tejido
en selva virgen.

El sol de este pueblito tostaba distinto.
A los negros color marfil.

A los blancos color de duda.

Curaba mal de ojo,
caminaba sobre el agua.

Era cómplice de la lluvia,
detenía las tempestades.

Enderezaba cojos,
amansaba serpientes,
ayudaba a todos.

Su embrión era puro.

Creía en un mundo nuevo.

Mi abuelo nunca murió
–entre alabaos y gualis–
se fundió con el río Atrato.




Otra en mí

Mis ojos tienen agua escondida,
de tanto buscar la otra en mí.

Busco la compañera que no envejece,
que cuida mis desvelos, no me juzga,
y sonríe ante mis penas.

Busco la que conoce mi alegría,
la que acompaña mis errores,
la que lima mis asperezas.

Busco la que encontró a Dios
en el arroyo y lo convirtió en garza.

Busco la que sueña
con ciudades de cristal
y jardines encantados.

Busco la que espera sin prisa,
la inocente que duerme en un urna
para que no le roben su luz.

Busco la otra en mí,
la que pinta ángeles negros
y siembra la brisa en primavera.

Busco la mujer que hay en mí,
hecha de hilos de oro,
leve y ágil para el vuelo.





Mi negritudla Ley de negritudes de Colombia (Ley 70 de 1993

Mi negritud es de un rojo acrisolado.

Camina desnuda por mi cuerpo de ébano.

Se pasea con sombrero de ala
y zapatos de tacón alto.

Mi negritud es blanca como la pureza.

Añeja como el buen vino
y astuta como la comadreja.

Mi negritud no se doblega,
impetuosa como un huracán,
insiste y penetra, no deja espacio
para la pena.

Mi negritud es un mar azul verdoso,
su red de marfil ata mi pasado,
me invade, no me deja ser.

Mi negritud es huérfana.

Sin casa, sin vecinos, sin amigos.

La sacaron de paseo y no la regresaron.
Mi negritud se viste de coral y seda.

Toca tambor, danza ante la diosa.

Exige redención de ese holocausto
que le arrancó el corazón.

Mi negritud perdona y ama.







Trilogía épica

Le escribo a las tres Américas.

A la del Norte,
arrogante, invasiva,
domina con bengalas
continentes de papel,
dictadores de cera.

Te coronan jardines de cristal
y chimeneas con hollín ardiente.
Sabana multicolor.
Tierra de todos, suelo de nadie.
Tus ubres lechosas y afelpadas
emanan pólvora, canela y clavo.
Tus soldaditos de plomo
disparan balas de amapola
y llenas el planeta de polen y cenizas.

A la del Centro,
postrada, invisible, delgada, mestiza.
Oquedad, llanto hecho sudor.
Tejes tus redes con hilos de cobre.
Atrapas peces de colores,
orugas y gusanillos.
Conserva tu inocencia,
crisálida sin alas,
espera tu parto sagrado
arrullada por madreselvas
y flautas encantadas.

A la del Sur.
Salvaje, vegetal y desangrada;
custodiada por silencios,
guerras, desapariciones.
Arrastras el pasado,
convertido en río de hiedras.
Sollozan tus cabellos
trenzados sin sendero.
Sobreviven la tierra y tu tez canela.
Cierras tus heridas con arcilla,
esperas la resurrección amasando metales
en medio de bosques y mares




ANGELINA MUÑIZ-HUBERMAN [14.227] Poeta de México

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Angelina Muñiz-Huberman

Angelina Muñiz-Huberman (29 de diciembre, 1936) es una escritora y poeta mexicana.

Nació en Hyères en Francia de padres españoles que habían huido de la guerra civil española.

Se convirtió al judaísmo después de descubrir su ascendencia sefardí. Después de vivir brevemente en Cuba, en 1942, la familia Muñiz se trasladó a la ciudad de México. Estudió en la Universidad de la Ciudad de Nueva York y en la Universidad Nacional Autónoma de México y tiene un doctorado en literatura. Ella es profesora de literatura comparada en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Muñiz-Huberman ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1985 por su cuento "Huerto Cerrado, Huerto Sellado". En 1993, ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz con Dulcinea Encantada.

Bibliografía

El siglo del desencanto (2002)
El mercader de Tudela (1998)
The Confidantes (1997)
Las raíces y las ramas: fuentes y derivaciones de la Cábala hispanohebrea (1993)
Dulcinea Encantada (1992)
La lengua florida: antología sefardí (1989)
De magias y prodigios: transmutaciones (1987)
Huerto Cerrado, Huerto Sellado (1985)
Tierra adentro (1977)
Morada interior (1972)




El ganso piensa

El ganso piensa:
ridículo ejército de paso de hombre.

El ganso piensa:
marcha forzada, marcha forzada.

El ganso piensa:
negro uniforme y casco de acero.

El ganso piensa:
cuadrilátero de muerte ordenada.

El ganso piensa:
feroz chimenea de humo sagrado.

El ganso piensa:
¿es eso un hombre obediente?

El ganso piensa:
viva mi libre albedrío,
mis blancas y bien colocadas plumas
y mi paso que nunca será de soldado. 






Protagonistas

en Sitges, casa de la familia
habitaciones para todos
espuma de fondo

rincones que se agregan
terrazas al mar y al jardín volante

lugar de infancia, lugar adulto,
refugio en la guerra, mesa para escribir,
la gran palma sobre las tumbas

grandes fiestas de antaño al sol que nace
grandes ilusiones de un mundo que se apaga

abandono, hojas que crecieron despavoridas
retorno y recorte de la naturaleza
el orden se instaura, un humilde orden
cuando todo se ha perdido y los hijos crecieron

¿quién regresa al cabo de medio siglo?

ese gran hueco dejado por el exilio
esa prohibición de contemplar el mar propio
piedras rodantes y gotas de salina
el regreso fue sólo el pretexto de una fotografía

ahora todo ha muerto, ellos, los protagonistas
cerraron la página del libro sin despedirse
no hubo tiempo, era eterno el mar que separaba

sólo el ladrido del perro
y la pata del gato sobre el cristal de la ventana

ellos, los protagonistas, me dieron la palabra
para contar su historia la mañana de su muerte. 



El ‘Rompeolas’ de Angelina Muñiz-Huberman 

AUTOR Leopoldo Cervantes-Ortiz 

Habiendo perdido la tierra propia, me aferré a la tierra de las palabras. Que se me convirtió en sagrada.[1]A.M.-H. 

No es muy frecuente encontrar a Muñiz-Huberman en las antologías de poesía mexicana, pero tampoco en las de poesía española, pues su pertenencia a ambos lados del océano, como sucedió también con Tomás Segovia, la instala más bien en esa patria mayor que es el idioma. “Grupo poético hispano-mexicano” le han llamado algunos a ese conjunto de escritores/as desterrados o transterrados que han creado obra a contracorriente de su estatus migratorio, como escribió Segovia: 

“Mis raíces prefiero que estén en el viento y que se puedan hundir en cualquier tierra”.[2] 

Angelina Muñiz es de las integrantes más jóvenes de esta generación hispano-mexicana, junto a Ramón Xirau, Manuel Durán, Carlos Blanco Aguinaga, Jomi García Ascot, Luis Rius, César Rodríguez Chicharro, Enrique de Rivas, José Pascual Buxó, Gerardo Deniz y Francisca Perujo. El hecho de pertenecer a generaciones poéticas bien definidas, la del “medio siglo” en España (Caballero Bonald, Gamoneda, Goytisolo, Hierro, Martín Gaite), y la de los 50 en México (Juan Bañuelos, Gabriel Zaid, José Emilio Pacheco), no ha bastado para ubicarla fehacientemente en un lugar específico, lo que no obsta para que tenga lugar bien definido en las letras en español. Adolfo Castañón la sitúa en la estirpe que va desde Sor Juana hasta Elsa Cross, pasando por Concha Méndez, Concha Urquiza, Olga Orozco y otros nombres igualmente relevantes. 

Su linaje no es el de la “poesía femenina” de otros tiempos: iba a decir “poesía a secas”, pero tampoco es así, porque las fibras que la producen no pueden ser ignoradas. Esta palabra poética trabajada durante más de 30 años, este canto desdoblado ya en diez ejercicios constantes y sonantes, viene de donde surge toda verdadera poesía: del manantial sonoro de un lenguaje aprendido y apropiado apasionadamente. 

No de otra manera sino con las obligatorias referencias bíblicas abre la poesía de Angelina Muñiz-Huberman en Vilano al viento. Poemas del amor y del exilio (1982, título homónimo del publicado por Enrique González Martínez en 1948). Y allí están para comprobarlo el Génesis y el Éxodo, estaciones espirituales pero sobre todo existenciales para una poesía que, moviéndose siempre entre el amor, el exilio, la noche y lo sueños (temas de siempre), ha ido creciendo con los años y con nuevos y siempre reveladores instantes y hallazgos. Y allí está el viento en el título referido, adjunto al vilano que lo invade y se dispersa en él, con esas raíces maleables, pero nunca irreconocibles. El “caminante” y “la vida marinera” se funden en palabras que traducen las noches en brújula, en “chispa de estrella”, en milagro: 


Marinero en medio del mundo, 
en lejano barco aventurero, 
a solas en tu soledad, 
entero en tu integridad, 
qué pocos entienden que el mar lo llevas contigo 

Porque el camino del mar es diferente, 
“de pescador curtido”.


La voz poética, ya en el lenguaje del exilio, llora “por Dios olvidado/ desoído, maltratado/ en medio del camino”. Unce su palabra al viento (espíritu) que roza el tiempo con un hilo finísimo y en él fluye hasta casi desaparecer. El rompeolas que nombra ahora toda su poesía aparece ya en el segundo verso de su primer poema publicado, el ya aludido “Génesis”, en donde los versos se desdoblan y caminan hasta el oído del lector como frutos de un peregrinaje intenso y lleno de preguntas: 


“El molde del amor se ha roto
Cada amanecer rompeolas 
La creación en el fuego
La tierra recibiendo la semilla”. 


El exilio es un centro, recuerdo de tragedias y masacres (“Gotas de sangre que se escapa”). El éxodo es para la poeta “fatiga de polvos”, de desiertos andados, de “montañas que se vinieron abajo”: hasta el recuerdo se ha ido. Y entonces, desde la imagen del vilano, del diente de león, viene el verso a decir su verdad: 



Como no tengo raíces 
no me entierro. 

Ser errante, 
ser sin polvo, 
ser que no es ser. 


Eduardo Mateo Gambarte se ha referido al estilo y las características de este primer poemario, acentuando su carácter de búsqueda pero también de la manera en que la referencialidad no se estanca en un solo asunto, sino que gira y reverbera. Su análisis bien podría aplicarse al resto de su poesía: Sólo los elementos primarios del mundo natural están presentes: tierra, semilla, piedra, cielo, mar, caminos. […] Poesía con pocos retoricismos, sin imágenes que distraigan ni metáforas que entretengan; puro fluir del sentimiento anudado a una concepción del mundo. Derramarse en cascada limpia, casi sin adjetivos, a veces como agua que llora al salirse de la corriente, otras como canto rodado que va limándose y perdiendo las esquinas, también parte de sí mismo. […] Para ello, con una reiteración “jobiana” acumula anáforas y paralelismos, fórmulas de contención, de reposo, que se resquebrajan con la misma meticulosidad, traspasados por ese verso corto e incisivo, esa casi ausencia de adjetivos, esa persecución verso abajo que se llevan entre sí los verbos con los sustantivos y éstos con aquellos, obligados muchas veces por los encabalgamientos sirrémicos, cuando no por las propias anáforas o por la presencia del verbo solitario, la acción pura.[3] 

Federico Patán va más allá y señala que el verso libre es “un modo adicional de manejar el exilio […] [pues] la autora mortifica ese verso libre, lo tortura dividiendo abruptamente, aislando (en cierta medida) cada verso, obligándolos a que cumplan su función mediante acumulación, no por medio de la continuidad”.[4] 

Inmediatamente después, Mateo Gambarte cita las palabras de Muñiz-Huberman sobre la importancia de este volumen en su labor poética: “Hay en Vilano al viento un poema que se llama ‘Reconciliación’, donde me reconcilio con el paisaje, con la realidad mexicana; trato de definirme ya más exactamente”. El libro de Míriam o los cien días (1990) es un conjunto de poemas breves dedicados a su hija. En El ojo de la creación (1992) se desarrollan “los atributos perdidos”, las palabras se juntan “y en la suma de la creación uno es el nombre del dolor”. El lenguaje de los pájaros y los seres iluminados coinciden en el espacio de la página, y los alquimistas conspiran para alcanzar sus respectivos fines, no sin ser “perseguidos”, “incrustados” “desangrados”. 

Los cabalistas, depositarios de “la voz divina”, en “el entorno de la exégesis”, “lanzan una piedra al punto equidistante/ y los círculos concéntricos/ van expurgando las vías del conocimiento”. 

Los iniciados no tienen “cielo a que aspirar”. “Las nuevas cualidades de Dios” lo definen a él “de cuerpo entero” y las palabras lo pintan exacto mediante una suerte de “teología fermentada”: 


Orondo en su redondez 
Círculo en su soledad 

Estático. 
Inconmovible. 
Lo que hizo, hizo 
Ni bien ni mal 
No tenía el conocimiento 
Sólo la capacidad. 
No tenía la voluntad 
Sólo ruedas para engranar. 

Ni una cualidad tenía. 
Le dejó la ética al hombre la pregunta y el misterio. 
Él en la nada 
Absoluto indiferente 
Punto muerto en el espacio 
Energía necesaria para crear al azar 
Y sin embargo hubo cierto orden en su vacío: 

la carcajada de lo perecedero 



En la poesía mexicana sólo un poeta creyente, Gabriel Zaid, se ha atrevido a hablar así. Porque tal vez la familiaridad con el Dios de la tradición bíblica lleva a sus herederos a tratarlo de igual a igual, como también lo han hecho Juan Gelman y Santiago Kovadloff. Injustamente, Susana Rivera califica a Muñiz-Huberman sólo como novelista, sin dejar de decir que debió ser incluida en esa antología que abre con Manuel Durán y cierra con Federico Patán.[5] 

Nuria Parés es la única mujer considerada allí, con lo que deja de verse el panorama más amplio. La memoria del aire (1995) es un vuelo donde reaparecen la afición marina, los abordajes a la melancolía (“El ángel de la melancolía”, nuevo acercamiento a Durero, es particularmente digno de señalarse), las inmersiones en la memoria (“Hija pródiga” es una confesión sin par: 

“Cuando he querido retornar, como hija pródiga,
el umbral traspasado era depósito de cenizas […] 
el llanto recuperado, lágrima a lágrima,
río tranquilo, transparente cordón umbilical
de la hija pródiga que ha encontrado al retornar
el espacio habitado de sus muertos amados”.

Pero el amor también tiene su lugar en “Post coitum”: 


Este dormir más allá del dormir 
ojos cerrados en alma abierta: 
la gota que esplende
la fuente que acoge […] 
placentero descenso
de muerte en muerte
de abismo en abismo”.


La sal en el rostro (1997) es la suma del exilio, un gran monólogo abierto en donde ella nos invita a acompañarla por su pasaje interior: “Recogí en el abismo de la memoria/ y en el hueco de la mano/ el peso del exilio” (p. 15). Las voces del exilio en el camino de una poesía constante que se desdobla todo el tiempo en sí misma. Un exilio en palabras que no se doblega ente el silencio aunque se sirve de él. El Rompeolas que ahora nos convoca ha enfrentado el océano del lenguaje desde las varias orillas de la poesía. El sabor del exilio se palpa, se siente, se adivina en cada verso. Angelina Muñiz ha vivido en varias patrias pero la única suya es el idioma de la poesía: “Sumé en mí los exilios”. “Di: ¿de qué sirvió el exilio,/ además de darte materia para escribir?”. Como Juan Gelman, José Kozer o Gloria Gervitz, la palabra judía se retuerce siempre y vuelve a decir lo que la sinrazón obligó a proclamar como verdad. Estricta contemporánea de Alejandra Pizarnik, en quien el exilio familiar se transformó en una voz peculiar, Muñiz-Huberman lleva a de la mano a su acompañante no a una endecha interminable o a un coro de lamentos, aunque no deje de expresar el sabor del desarraigo. Porque fue ella quien pedía en 1985 una desmitificación del exilio, ella, quien ha bebido de él y lo ha vuelto toda una poética, quizá únicamente comparable con la de León Felipe: 

“Fuimos una minoría elegida y no deberíamos tener por qué quejarnos. La aureola se ceñía sobre nuestras cabezas. Nos autohalagamos: fuimos diferentes, únicos, originales…”.[6] 

Después escribió, sin que haya la más mínima contradicción: El exilio es un fenómeno consustancial con el ser humano. Desde el primer exilio, que lo fue de carácter divino (la expulsión del Edén) hasta los que le siguieron, de carácter histórico, han sido la piedra de toque de pueblos y personas. Se ha considerado un castigo más refinadamente cruel que la prisión o la muerte. Ha acentuado la temporalidad del hombre al negarle un espacio propio. Adán y Eva adquieren la muerte al perder el paraíso. Quien sale al exilio, sale en busca de una muerte sin tierra. La condena es el eterno vagabundeo y la con­ciencia precisa del paso del tiempo. A la vez, adquiere una esperanza inviolable: el anhelo del retorno. De lo que se trata, entonces, es de llenar el tiempo, un tiempo que no vale, en un espacio ajeno, para recuperar el verdadero tiempo. Y he aquí que la manera perfecta de llenar ese tiempo y ese espacio es por la preservación de la memoria. Y quienes son especialistas en esto, el poeta y el filósofo, se dan la mano.[7] Hay un diálogo continuo, puentes muy claros, entre la poesía del exilio que alcanza sus mayores alturas en La sal en el rostro, auténtico tour-de-force en donde lo narrativo se confunde con el verso y el fluir lingüístico se enreda también con la trama discursiva en la que el yo poético nunca se esconde puesto que más bien opta por exhibirse, y El canto del peregrino (1999), sesuda reflexión que no se detiene en extraer todo el jugo al asunto, dejándose guiar por sus nombres tutelares: Cioran, Zambrano, Jabès, Brodsky, Kozer, Kristeva, Gombrowicz. (Su sección sobre la shejiná es un modelo de profundidad interpretativa.) “Se puede vivir de cualquier modo./ La cicatriz será el exilio”. Y hasta hay momentos en que la voz se vuelve teología, el verso reflexiona en voz alta y se detiene ante las situaciones límite, no de la fe, porque ella grita con su ausencia, sino de la observación de lo sagrado en la vida humana: 

“Dios no castiga.

Si dices que Dios castiga es mentira.

Dios ni castiga ni premia.
El hombre inventa que Dios castiga y premia.

Pequeño hombre sólo atento a la feria de vanidades. 

El hombre sigue sin comprender a Dios.

Dios es algo más.

El hombre no sabe lo que es Dios. 

El hombre no sabe lo que es el hombre.

El hombre no sabe lo que es una rosa
ni cómo se envuelven sus pétalos concéntricos”. 



“La historia de mi pueblo/ 
es la de los exilios/ 
y los amores de Dios”. 


La confesión histórico-personal, luego de tantos sondeos, por fin se desata: 


En el exilio hay que ser obsesivo. 

Para sobrevivir hay que ser obsesivo. 

Para sobrevivir en un campo de concentración 
hay que ser todavía más obsesivo. 
Para ser judío hay que ser obsesivo. 

Obsesivo por la vida. 
Para que aún en la muerte triunfe la vida. […] 

Luego del exilio de Dios 
y luego del exilio de la Tierra Sagrada. 
Luego del exilio de pueblo en pueblo, 
de ciudad en ciudad. 
(De Zaragoza a Guadalajara, 
al Casar de Talamanca, 
a Madrid, a Valencia, a Hyères, 
a París, a La Pallice, al océano Atlántico, 
a La Habana, a Caimito del Guayabal, 
a Mérida, a la Ciudad de México.) 
Vendrá el Gran Exilio Final. […] 

Mi historia se cuenta 
de muchas maneras. 
Como la historia de mi pueblo. 


Antes de este último (vaya manera de referirse a la muerte) …yo agregaría la calle de Cádiz, como “coincidencia providencial”. ¡Cien páginas exactas las de este gran poema personal! En Conato de extranjería (1999) se dan cita la esfera, el cuenco, el hálito y una amplia galería de objetos, circunstancias y lugares, de manera similar que en La tregua de la inocencia (2003), como si la poeta trabajara un inventario permanente del alma en la que cada realidad pide un lugar por separado. Así, en “Santuario” se deja vaciar el rescoldo de la fe ya ida, extranjera también: 


“en lo alto del monte reside el silencio del aire, 
aire callado entre siete columnas elevado

al fondo el altar, desnudo altar de brazos siete:
al aire se cuela y agita labios de rezos impensados

impronunciable palabra sin eco en el santuario”. 


Este poema me recuerda la sinagoga de Kovadloff y los ensalmos de Gloria Gervitz, siempre pendientes del hilo de la religiosidad heredada. Cantos treinta de otoño (2005) es una bitácora de vida y, siguiendo con el juego de las contigüidades aleatorias, en la que destaca el canto XIII, “Jerusalén en marzo”. La pausa figurada (2006), pletórico de alejandrinos, está marcado nuevamente por el espíritu de recontar, de sustantivar (a la manera del Gelman de Si dulcemente, por ejemplo), de rencontrarse en ese repaso con realidades cotidianas, materiales y simbólicas, pero siempre dispuestas para ser revelación. Enumero versos sintomáticos al azar en los que me atrapan mis propias obsesiones: 


“en una cabeza de alfiler labras tu nombre 
porque sabes que el dedo de la muerte ha pasado” (“Pausa”); 

“y ese insistente son del alfiler sobre el tambor” (“Alfiler); 

“en cada columna cuelga el caracol del rezo
el que nunca entoné pero que guarda el consuelo” (“Atrio”); 

“entre ellos, confundida, recito mi alfabeto 
y doblo la punta del blanco manto del cielo” (“Atrio”); 

“ante los pronósticos el cielo abre su herida” (“Luz”); 

“es sólo la carcajada del Hacedor” (“Muerte”) 


Finalmente, Rompeolas (2011) es también el título de un poemario inédito con el que se cierra el volumen. Allí, se reúnen ceremonias y latidos, circunstancias, recuerdos y homenajes (a su madre, a un amigo común: Manuel Ulacia) (“por si no lo sabías la oquedad no se anuncia”, un tema que comparte con su amigo José Kozer). 
Tomo el titulado “Sábado”, resumen de obsesiones, para concluir: 


día consagrado a la luz de los tiempos 
todos concurren al claro de los llamados 

día que tiene su método y limpio olor a jabón 
el agua salpica en la regadera poco 

a poco manteles frescos y copas de vino dulce 
el color de las flores inunda la habitación 

en el suelo ha caído una gota de dolor 
que ya no es día de la infancia con los padres 

tampoco es el día en que venías, amiga, 
que te has entretenido para siempre, bajo el mar 

el candelabro apagado te llama sin llama. 

Y nos anuncia: “…mañana regreso a escribir poesía”. 




[1] Cit. por Sílvia Jofresa Marquès, “La herencia de un exilio”, en A. Muñiz-Huberman, El canto del peregrino. Hacia una poética del exilio.México-Barcelona, UNAM-Gexel, 1999, p. 17. 
[2]Cit. por Susana Rivera en el prólogo a Última voz del exilio. El grupo poético hispano-mexicano. Madrid, Hiperión, 1990 (Poesía, 156), p. 25. [3]E. Mateo Gambarte, “Angelina Muñiz-Huberman: escritora hispano-mexicana”, en Cuadernos de Investigación Filológica, XVIII, 1992, fascículos 1 y 2, pp. 76-77. 
[4]F. Patán, conferencia inédita sobre Vilano al viento, cit. por E. Mateo Gambarte, op. cit., p. 76. Énfasis agregado. 
[5]Ibid., p. 24. 
[6]Cit. por S. Rivera, op. cit., p. 24. 
[7]A. Muñiz, El canto del peregrino, p. 127.






MIGUEL GONZÁLEZ AVELAR [14.228]

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Miguel González Avelar

José Miguel González Avelar (Victoria de Durango, Durango; 19 de marzo de 1937 - 22 de noviembre de 2011, México) fue un escritor, abogado y político mexicano, miembro del Partido Revolucionario Institucional, que fue senador y secretario de Educación Pública.

Fue electo Diputado Federal y senador por el estado de Durango, y durante este cargo, de 1982 a 1985, fue presidente del Senado de México. En 1985, el presidente Miguel de la Madrid lo nombró titular de la Secretaría de Educación Pública, y en 1987 fue uno de los seis distinguidos priistas, como se denominó a los seis presuntos aspirantes del Partido Revolucionario Institucional a la presidencia de la República, junto con Ramón Aguirre Velázquez, Manuel Bartlett Díaz, Alfredo del Mazo González, Sergio García Ramírez y Carlos Salinas de Gortari, quien finalmente sería el candidato.

Obras publicadas

Varona. 1971
México en el umbral de la reforma. 1972
La Constitución de Apatzingán. 1973
La muerte de Adelita. 1973
Palíndromas. 1984
La Suprema Corte y la política. 1994
Clipperton, isla mexicana. 1997
La educación del entusiasmo". 1999
Versos hospitalarios". 2004




Halterofilia

De un paralelogramo de músculos y coraje sobresalen dos poderosos brazos. He aquí lo que se llama un hombre bien aplomado.
       
El levantamiento de las pesas contradice todo lo que persigue el salto. En éste el objetivo es separarse de la tierra cuanto sea posible, en tanto que el pesista, si pudiera, querría echarse la tierra sobre la cabeza. Allí está la representación del Hércules antiguo que lo consiguió. ¿No podría ocurrir cualquier día de éstos algo parecido?
    
El verdadero riesgo del pesista es hundirse en el terreno con todo y su impedimenta; perforar el suelo yquedar colgado de las pesas adentro de ese agujero. Entonces se convertiría en un alado gimnasta de la barra fija, aunque sólo pudieran disfrutarlo los gusanos. Por cierto, ¿no acaba pasándonos a todos tan indeseable accidente? -



PALINDROMIA


Poner al descubierto recovecos del idioma castellano
Interesantes y reveladores juegos de palabras
No es ociosidad, todo requiere de una cuota de ingenio
Palíndromos, verdaderas gemas

Por Cuauhtémoc Morgan



Tuve el privilegio de tener en mis manos, al menos temporalmente, una edición agotada del libro de Miguel González Avelar titulado “Palindromia”, donde aplicando una gran cuota de ingenio, el autor nos entrega maravillosas frases y palabras que pueden ser leídas en un sentido u otro, esto es, al derecho y al revés.
    
Estas frases se conocen como palíndromos, que según describe el Diccionario Enciclopédico de Selecciones del Reader’s Digest, “se leen igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda”, por ejemplo anilina o más amplio aún: dábale arroz a la zorra el abad.

Y poner al descubierto estos recovecos del idioma castellano requiere de mucha observación. Al respecto, Miguel González Avelar, ex secretario de Educación Pública en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, dice que para armar un palíndromo: “se toma una expresión, se le da vuelta, se calibra, y hay un gozo especial cuando advertimos que toda,  o parte de ella, nos entrega graciosamente un doble significado”.

En la lengua inglesa también existen obras donde esmerados poetas han descubierto palíndromos. En el idioma castellano, destacados hombres como Juan José Arreola y Ulalume González de León han observado en esa rendija donde se descubren los misterios del lenguaje.

Pero veamos algunos de los ejemplos del destacado libro de Miguel González Avelar, que nos da prueba de su ingenio en este interesante diálogo:

—Adán: ¿sómos o no somos nada?

—Ave somos Eva.

—¿Sólo? —Sí, y solos.

—Adán y Eva, ave y nada…

—¿Amor, broma?

—Amor al aroma…


Hay decenas de palíndromos que nos entrega el autor, unos cortos, otros que son frases enteras que, parecen que fueron descubiertas con una “visión de rayos X”. Veamos:


Allí, rama amarilla.

Oso de seda, jade sedoso.

Soy de mero remedios.

Luz Azul.

¿La tela? ¿Letal?

¡Esa gorda, drógase!

Aires y mala miseria.

Soy romano con amoríos.

¡A remar ramera!



González Avelar escribe en la presentación de este libro, que sobre esta afición a los palíndromos un médico le dijo que tenía un aire de esquizofrenia… “Esta advertencia me hizo aplazar por mucho tiempo el llamado de las palabras circulares, y hasta considerar su manejo como un feo vicio del alma.

Sin embargo, en una opinión muy personal, que posiblemente compartan las personas que a diferencia mía se precien de ser amantes de la lectura y constructores de poemas, por su rareza consideraría a los palíndromos como verdaderas gemas del idioma castellano, o si no es así, observen las siguientes frases:

—Amo la paloma.

—Se va la vida. ¿La vez? Se va la diva. ¿La ves?

—Sé ver; la naca oyó Coyoacán al revés…

—¿Yo soy?

—Eso no se…


Alta cuota de ingenio, profundo sentido de la observación, amor a la lectura, capacidad para concentrarse y gran creatividad, son parte de las cualidades que se requieren para crear palíndromos. Quien esto escribe nada de eso tiene. Sólo como despedida diría: Ni fin… ni fin… ni fin…

PALINDROMIA
Miguel González Avelar
Ed. Grijalbo - 1984






Miguel González Avelar (1937-2011) In memoriam

Por Gilberto Prado Galán 



Miguel

Debo a Miguel González Avelar mis primeros pasos en el terreno ludoverbalista. Su libro Palindromía fue motivación y acicate. Allí descubrí perlas que pensé (pensamos) que eran de mi autoría. El ejemplo más nítido fue “La ruta natural”. Creíamos Julián Ríos y yo ser los autores paralelos, simultáneos. Envié un correo a Ríos y me dijo que en Larva aparecía ese palíndromo, pero la novela del gallego se publicó después que el libro de González Avelar. Los palíndromos breves admiten coautoría; los largos hacen o tornan imposible la coincidencia. Nadie pudo haber inventado el palíndromo 1969 de Georges Perec. Por lo demás, “la ruta natural” admite elongaciones o variantes: “La ruta no natural” (Adán Rubalcava) o “Adán: o la ruta natural o nada” o “La ruta nos aportó otro paso natural” (Víctor Carbajo). Aquí van diez muestras de quien, además, escribió una obra de teatro troquelada con palíndromos. González Avelar dice: “se toma una expresión, se la da vuelta, se calibra, y hay un gozo especial cuando advertimos que toda, o parte de ella, nos entrega graciosamente un doble significado”.


1.Allí ves Sevilla.
2.Aman a Panamá.
3.Aries se irá.
4.Dícele Cid.
5.La ruta natural.
6.¿La tela? ¿Letal?
7.No erró Torreón.
8.No repara Perón.
9.¿Oír Aída diario?
10.Oso de seda, jade sedoso.
11.Salta Atlas.
12.Seda de comodino sonido: Mocedades.
13.Soy de mero remedios.
14.Soy romano con amoríos.

Miguel González Avelar fue palindromista y palindrólogo: reflexionó sobre el ingenioso quehacer de quienes escriben frases que se pueden leer a contracorriente. Su libro Palindromía fue, a un tiempo, pionero y vanguardia del arte de los janos retóricos en nuestro país. González Avelar fue uno de los más avispados palindromistas del idioma español. Algunas de las muestras aquí incluidas poseen una belleza incontestable: “Adán: ¿somos o no somos nada?”, “La ruta natural” o “Soy romano con amoríos”. Por eso cuando me enteré de su muerte mi espíritu se lleno de sombras. Y desconcertado pregunté: ¿Oí rumor o murió? Descanse en paz el gran palindromista mexicano.


Gilberto Prado Galán. Escritor. Su más reciente libro es A la gorda drógala (el mundo de los palíndromos).


ALI KHADAOUI [14.229] Poeta de Marruecos

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Ali Khadaoui 

Nació en el Atlas Medio (Marruecos) en 1953. Su lengua materna es el tamazight (berebere). Autor de varios libros de poemas en esa lengua y en francés, es embajador de los Poetas de Tamazgha (África del norte) en la organización Poetas del Mundo. Obtuvo el primer premio de poesía de la provincia de Kenitra (1984) y el Premio Internacional de Poesía de la asociación La Porte des Poètes (París, 2009). Desde 2010 es miembro de la Académie Européenne des Sciences, des Arts et des Lettres, y lo fue del Consejo de Administración del IRCAM (Institut Royal de la Culture Amazighe). Trabajó también como investigador en el Centro de Antropología del mismo instituto. Actualmente, jubilado, se dedica por entero a la escritura y la defensa de los derechos humanos, en particular a los del pueblo amazigh.





FLAUTA AHOGADA

Todos mis poemas nocturnos
le temen al día
se retiran de puntillas
cuando apunta el alba
Esta noche silenciosa y húmeda
una flauta ahogada
se debate
dolorosamente
al borde de una boca arrugada
que ya ni siquiera
sabe cantar
llorar
Contra el paladar maltratado por la ausencia
con leves sobresaltos la lengua se queja recelosa
reacia al canto
Hombres y mujeres empiezan a gritar
imitando a los gallos
imitando a los perros
imitando a los cláxones
¿Dónde estoy?
¿En qué país?





LOS ANCESTROS

En la tienda que me vio nacer
Encontré a una mujer anciana
demasiado anciana
para enriquecer mis conocimientos
Me contó algunas historias
en su dulce y bella lengua
sin principio ni final
tan profundo era su olvido que confundía
dioses con santos
«Eso es lo que nos dijeron nuestros ancestros»
aseguraba
Una mañana
aquella anciana
mi anciana se fue
Desde entonces
soy un hombre errabundo en busca
de alguna historia
que ella hubiera podido contarme


Versión del original tamazight (berebere) al castellano por el autor y ALBERT LÁZARO-TINAUT. De la plaquette Imzwura - Los ancestros, Carmina in minima re, 43 (Barcelona, 2014), dirigida por Albert Lázaro-Tinaut




La letra yaz del alfabeto tifinagh, que representa al hombre libre, es el símbolo de la nación amazigh.

Los imazighen, rehenes 
de las leyes orgánicas marroquíes

Por Ali Khadaoui 

Durante más de medio siglo, el pueblo amazigh y su cultura, en todas sus manifestaciones, no sólo ha sufrido la incomprensible negación de su reconocimiento, sino también una marginación que tenía mucho de desprecio y no poco de muerte programada. Esta situación de claro apartheid tuvo como consecuencia el surgimiento del Movimiento Amazigh, social y político, que se inscribía a la vez en una continuidad identitaria del norte de África y en la modernidad a través de los valores de la democracia, la ciudadanía y los derechos humanos.

La lucha de ese movimiento, que conoció momentos difíciles cuando no desesperados bajo el régimen de Hasán II (1961-1999), encontró por primera vez una respuesta en el discurso que el nuevo rey, Mohamed VI, pronunció en Ajdir en 2001. En efecto, aquel discurso que entonces se consideró histórico y que dio pie a la creación del IRCAM (Institut Royal de la Culture Amazighe), alimentó enormes esperanzas con respecto a la resolución definitiva y equitativa de la cuestión amazigh en Marruecos. No se tuvieron en cuenta, sin embargo, los privilegios de quienes se beneficiaron a costa de la resistencia amazigh a la colonización francesa: así, todas las medidas tomadas por las más altas instancias del Estado han tardado diez años en materializarse mediante la oficialización de la lengua y la identidad de los imazighen, recogida en la Constitución marroquí de 2011. Ocultada durante mucho tiempo por el pensamiento dominante árabo-islámico, la cultura, la lengua y las tradiciones del pueblo amazigh eran reconocidas en su territorio histórico.



Manifestantes imazighen mostrando su bandera.
(Fuente: http://tamazirte.net.)

Sin embargo, la oficialización efectiva está sometida a unas leyes orgánicas que aún ha de redactar el gobierno y aprobar el Parlamento. El problema radica en que ni el gobierno ni el Parlamento son democráticos, y se muestran hostiles a los derechos del pueblo amazigh, lo cual supone que, de hecho, éste, su lengua y lo que ella implica son rehenes de las instituciones de un Estado que se proclama de derecho, en las que no pueden integrarse; al contrario, los derechos de los ciudadanos autóctonos imazighen son burlados permanentemente.

Al cabo de dos años de la “aprobación” por el pueblo marroquí de la Constitución de 2011, las leyes orgánicas correspondientes no han sido sometidas al Parlamento. El 2 de julio de 2013 se celebró en la capital del país, Rabat, una conferencia nacional sobre esta cuestión. En ella estuvieron presentes e hicieron uso de la palabra, sucesivamente, el Consejero del Rey, el Primer Ministro, el Presidente del Parlamento, los ministros de Comunicación y de Cultura, y después de haber escuchado los discursos de todos esos dignatarios del régimen, todos los afectados por la cuestión replicaron unánimemente que el gobierno ni tan siquiera ha empezado a reflexionar sobre ninguna iniciativa que permitiera iniciar el proceso de redacción de las leyes orgánicas que han de presentarse al Parlamento. En otras palabras, y contrariamente a lo que afirmaron unos y otros responsables, la traducción de la oficialización de la lengua tamazight en hechos no es, ahora mismo, una prioridad del gobierno; algunos llegaron incluso a mencionar que la intención del gobierno presidido desde noviembre de 2011 por Abdelilah Benkirán no tenía el propósito de presentar esas leyes orgánicas al Parlamento hasta el último año de la legislatura, con el claro propósito de ganar tiempo.



El rey Mohamed VI anunciando solemnemente la nueva Constitución 
marroquí en Rabat, el 17 de junio de 2011.
(Foto © AFP/Azzouz Boukallouch)

Por otra parte, todos los altos cargos presentes en la mencionada conferencia repitieron los mismos conceptos, que los militantes imazighen consideran bombas de efecto retardado: “la cuestión amazigh afecta a todos los marroquíes”, es decir, también a quienes la combaten por todos los medios; “supone, por consiguiente, una responsabilidad de todos” (entiéndase de nadie); “no debe utilizarse políticamente”, lo cual significa que es el pueblo amazigh quien no debe utilizarla, ya que, de hecho, todos los partidos políticos la utilizan, igual que lo hace el poder, para sacar todo el provecho político de ello.

Lo más grave es que se constata la puesta en cuarentena, de facto, de las promesas escuchadas en el discurso real de Ajdir y la creación del IRCAM con el pretexto de que previamente es necesaria la aprobación de las leyes orgánicas. Así pues, nueve años de enseñanza de la lengua tamazight se retrasan ad calendas graecas. La programación televisiva limita a un 20 % los programas folklóricos dedicados a la comunidad amazigh, mientras que el 80 % de la misma se destina a programas de variedades y propagandísticos de la arabicidad. Añádase a eso que todavía están prohibidos por el Registro Civil los nombres en tamazight, que muchos militantes imazighen permanecen en prisión y que las actividades de las asociaciones imazighen están sometidas a limitaciones, cuando no a prohibiciones administrativas. Por si fuera poco, no se concede ninguna subvención a las asociaciones consideradas independientes de los partidos legalizados y del poder establecido.

Está claro que el objetivo del poder y sus aliados consiste únicamente en ganar tiempo y más tiempo para que el proceso de arabización de la sociedad amazigh, iniciado desde lo que en Marruecos se denomina “la independencia”, prosiga y se consolide, ya que en los últimos cincuenta años una política criminal de arabización ha destruido gran parte del patrimonio inmaterial amazigh. Cuando nadie sepa hablar la lengua tamazight llegará el momento de reconocer los derechos de los imazighen, que ya no podrán disfrutarlos. Varias generaciones de imazighen arabizados ni siquiera entienden lo que dicen sus parientes que han conservado la lengua autóctona. En las ciudades, e incluso en el medio rural, la comunicación familiar ya resulta más que paradójica: los padres hablan tamazight con sus hijos y éstos les responden en darija, el árabe coloquial marroquí.

De todo lo dicho se puede sacar una conclusión: la gestión marroquí de la cuestión amazigh –una gestión presentada como ejemplo en todo el norte de África por los medios de comunicación, a veces bienintencionados–, es de lo más maquiavélico: todo lo que se dice de cara a la opinión pública extranjera es fantástico y nada tiene que ver con la realidad, como se explica en esta denuncia. Ante las instancias internacionales que inquieren sobre la situación en el Estado marroquí, éste se presenta como paladín los derechos humanos, culturales y lingüísticos y proclama el ejemplo de la comunidad amazigh como pueblo autóctono respetado; la propaganda oficial se refiere a los progresos registrados al respecto en el reino, aludiendo a la Constitución, el IRCAM, el supuesto pluralismo, etc.




La sede del IRCAM (Institut Royal de la Culture Amazighe) en Rabat.

(Fuente: http://www.leregional.ma)
Hace pocos meses, una de las escasas diputadas que tienen la valentía de referirse a la lengua tamazight en el Parlamento marroquí fue llamada al orden, y su audacia dio como resultado la prohibición del uso del tamazight “oficial”, incluso oralmente, en dicho Parlamento con el pretexto de que la representación del pueblo (sic!) no dispone de medios de traducción, cuando es bien sabido que al reino le satisface enormemente organizar coloquios, encuentros en la cumbre y reuniones de diversos foros internacionales, que explota como tribunas propagandísticas, y en tales ocasiones sí que dispone de traductores y de los materiales necesarios en cualquier lengua del mundo. Los responsables estatales saben perfectamente que hay centenares de personas imazighen perfectamente capacitadas para traducir instantáneamente la lengua realmente autóctona del país a todas y cada una de las lenguas presentes en Marruecos: el árabe, el francés, el español e incluso el inglés.

Es evidente, pues, que la voluntad política de revalorizar la lengua y la cultura del pueblo amazigh, de integrarla realmente en las instituciones del Estado, no existe en absoluto en el reino cherifiano. Esa falta de voluntad, no obstante, queda camuflada tras un discurso aterciopelado que, curiosamente, siempre ha admirado a las elites imazighen, tan ingenuas e incrédulas ante el maquiavelismo de un majzén [1] que suele manejar con soltura las riendas del poder mediante la demagogia y basándose en la corrupción, del mismo modo que el pueblo llano no ve más que lo aparentemente positivo de una política que ni siquiera los politólogos mejor informados acaban de comprender.

Ante ese maquiavelismo heredado de los tiempos de Hasán II, que muchos de los responsables políticos de aquella época han conservado, el Movimiento Amazigh debe revisar su estrategia, sus tácticas e incluso su organización.

Como se ha dicho, parece evidente que los dirigentes marroquíes se amparan en la Constitución para conseguir que algunos asuntos se prolonguen en el tiempo y vayan pasando los años sin que se resuelvan. Mientras tanto, los ancianos que sobrevivan habrán ido desapareciendo juntamente con un importante patrimonio; lo mismo irá ocurriendo con quienes todavía hablan tamazight. Quedarán aquellos que no hablen ni comprendan esa vieja lengua, los darijófonos dispuestos a proclamarse “árabes”, aunque un decenio antes sus familias hablaran tamazight.

La política cultural genocida iniciada hace medio siglo ha dado, sin duda, los resultados que se deseaban, y continúa dándolos. Pero esta constatación no hace más que confirmar la tesis de que han sido los propios imazighen quienes han favorecido esa política: hay muchos instrumentos que permiten a los diferentes poderes del norte de África llevar a cabo una política suicida que aún no ha encontrado su lugar, en el pensamiento psicoanalítico, en su acepción de “suicidio colectivo” de un pueblo que tiene tras de sí una historia milenaria.

Traducción del francés: Albert Lázaro-Tinaut

[1] Palabra árabe (المخزن) que antiguamente designaba al Estado marroquí y que ahora se aplica corrientemente a la oligarquía y la elite dirigente –e influyente– e intelectual del país, cercana al rey y a la familia real de Marruecos. [N. del T.]


SIMY ZERRAD CHOCRON [14.230]

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SIMY ZERRAD CHOCRON

SIMY ZERRAD CHOCRON, poeta sefardí nacida en Tetuán (1956), reside en Buenos Aires desde 1968. De niña, fue alumna en una de las escuelas que componían la célebre Alliance Israélite Universelle. Es miembro de la Asociación de Amistad Argentino-Marroquí y ha publicado "Entre hierbabuena y azahares… Nostalgia Mora", 2014 . El reconocido poeta tetuaní Ahmed Mgara le incluyó un poema en su libro Marruecos en español. Simy ha participado en el III Encuentro Hispano-Marroquí celebrado en marzo en Tetuán, ciudad que es su verdadera fuente de inspiración.




RÍO MARTIL

Sencilla y majestuosa
Vive en mi recuerdo.
Alfombra de arena blanca.
Mar de los ensueños.
Acuarelas de azules y verdes.
Cielo de estrellas doradas.
Atardecer de verano.
Eco de niños y pájaros.
Hoy quisiera vivir la frescura
De tus olas rompiendo en mi alma.
Caminar tus templadas arenas,
Espejos de sombras de nácar.
Río Martil siete colores.
Cielo de estrellas doradas.
Alfombra de arena blanca.
¡Recíbeme en tus brazos!
Olas de encaje esmeralda,
¡que despertar no quisiera
De un sueño tantas veces soñado!
Río Martil siete colores.
Horizonte línea de plata.
Cruzaré mares, ríos.
Para que sepas
Cuánto te extraño. 




TETÚAN BLANCA Y SERENA

Musa inspiradora, desde  balcones, de mis recuerdos,
a ti te canto, al son de violines y panderetas,
que acompañan mis canciones en esta mañana serena.
En el silencio, que me rodea con emoción y alegría,
acaricio tus montañas desde, mis más profundos heridas.
Hasta mi llega el perfume, que derrama tu presencia,
en la distancia, que llora, el  tenerte, Tan lejos!!!!!!!!!!
Tetuán , tierra bonita, tan blanca y tan mía,
a quien canto, mis canciones con el alma de una niña .
Hoy he vuelto a recorrerte, en el mayor de los   secretos .
Secretos , que revelare al decirte , que como tú , no hay misterio!!!!!!!!
Pasaran , ya muchos años y en los jardines más bellos ,
en la música infinita y en el portal de mi vida ,
te seguiré sintiendo como  pájaro en vuelo.



SENTIMIENTOS

Quisiera poder acariciar mi infancia, en las calles de Tetuán.
Sentir olor a castaña asada
y contemplar mi figura en el mar.
Ver montañas, todas nevadas
desde ventanas de aquel lugar,
donde transcurrían mis días
de niña buena,
en aquel colegio de cristal.
Tocar paredes, vivir el suelo,
sentir el viento sin respirar.
¡Cómo quisiera!
Caminar sobre recuerdos
sin tener que recordar.
cruzar la calle, y por los aromas,
darme cuenta que es Ramadán.
Pasear mercados de colores,
perfume a cuero sin igual.
Oír la voz del aguatero
vendiendo agua de Wanán,
y el canto del Somahanero
que anuncia: es tiempo de rezar.
Sabor de té en plaza España
con hierba buena tan especial.
Y sentada en la plaza Primo
Ver los moros de shilaba
Con esa calma que da la paz
¡Ay!  Mi Marruecos querido
¿Cuándo tu suelo podré pisar?
Para con lágrimas de emociones
abrazarme a mi ciudad
gritando con todas mis fuerzas: 
¡Soy yo! ¡Y he vuelto Tetuán!



ABUELO

Abuelo , que te pienso 
Abuelo , que te sueño 
abuelo que al nombrarte 
no podría detener 
en un suspiro 
lo mucho que te quiero .
Abuelo de mi infancia ,
recuerdo los domingos 
en el parque de los patos,
nos llevabas como se lleva dos tesoros 
orgulloso , feliz,  guapo.
Tus caricias se posan en mi cara .
De tus suaves manos 
enlazadas en las mías-
Tengo solos recuerdos 
dulces y tiernos 
momentos inolvidables-
Tu sonrisa derramaba alegría 
en mis sueños de muñecas 
que contigo yo jugaba 
en mi ratos solitarios-
También recuerdo tu tristeza 
al dejar tu Tetuán , tu vida.
Estabas  de mi mano- 
Solo yo te veía!!
Recorrimos todos los lugares 
de mi infancia tan bonita.
sintiendo, que reías .
Abuelo!! volviste de mi mano
 a tu Tetuán querida!!



Mi abuelo tenía un almacén por mayor en el Mesdah y era muy querido por todos nuestros paisanos, se llamaba David Chocron, nosotras, mi mama mi hermana y yo vivíamos con mis abuelos en la calle Falange de Marruecos número 19. Mi abuelo nos llevaba de paseo y los domingos eran una fiesta porque nos llevaba al parque de los enamorados a ver a los patos y les llevábamos en una bolsa el pan. Disfrutábamos mucho, y lo más hermoso fue que cuando entre a facebook muchos paisanos que viven en Tetuán me preguntaba si Don David Chocron era mi abuelo y todos lo recordaban como una gran persona.  Cuando fui a Tetuán en el 2011, un amigo marroquí me llevó a la tienda de mi abuelo y el nuevo dueño me dijo” yo cuando era chico venía a comprar con mi madre, era la tienda de Don David”.  Para mi fue algo muy emocionante.



ESTHER TRUJILLO GARCÍA [14.231] Poeta de Cuba

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Esther Trujillo García

Escritora, investigadora, creadora, ensayista y poeta profesional, se destaca en sus escritos el valor que le da al rescate de las tradiciones culturales.

Nace el 7 de enero de 1934 en el municipio de Madruga, antigua provincia La Habana, actual provincia Mayabeque, en el seno de una familia campesina con tradiciones poético-campesinas.

Desde muy joven dio señales de su apego por la canción romántica y a la vez patriótica, que es la décima. Se comienza a vincular con la literatura escrita e improvisada, o lo que se puede llamar literatura oral. Muchas son sus acciones en cuanto a la versatilidad y la improvisación, llegando a hacerse poeta profesional; y con diferentes poetas de la época, improvisa en serenatas y en los llamados por aquellos tiempos, conciertos campesinos.

Trayectoria laboral

Por situaciones de trabajo se desvincula un tanto de esta tarea, pues trabaja en centros asignados por la Revolución, pero siempre participando en cuanto le fuera posible acercarse a la décima y a la literatura. Ya en el año 1972 se evalúa y pasa a formar parte de la empresa Antonio M. Romeu. Sin que dejara su responsabilidad de dirigente, simultanea en ambas cosas. Escritora, investigadora, creadora, ensayista y poeta profesional desde el año 1992, se destaca en sus escritos el valor que le da al rescate de las tradiciones culturales, mediante diferentes proyectos.

Promotora Natural de la Casa de Cultura y de la Dirección de Cultura del municipio San José de las Lajas en el que radica desde el año 1991, comienza a desarrollar desde ese entonces un amplio trabajo en organizaciones políticas y de masas, en comunidades, durante su participación en Talleres Literarios en escuelas primarias y secundarias, Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores municipal y provincial, planes agropecuarios y Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, galas culturales, tribunas abiertas y batalla de ideas; tanto por su trabajo como poeta y declamadora en la comunidad, como por sus proyectos de Investigación con escuelas e Instituciones Culturales, en el rescate de tradiciones.

Proyectos culturales

Desde el año 2003 en la biblioteca se encuentra trabajando a favor de la lectura, con varios proyectos, entre ellos, “Vida y Obra de Nicolás Guillén” con el que ha incentivado, en las escuelas secundarias del municipio, el interés de los alumnos por la obra del Poeta Nacional obteniendo mediante talleres la inserción de estos niños y jóvenes en el proyecto. Habiendo promovido diferentes concursos de participación inter-escuelas y finalmente el concurso municipal en el año 2005, en saludo a la fecha de su nacimiento con una participación importantísima. La escritora dijo: “…Nicolás Guillén, poeta nacional, fue el precursor de esta materialización. Por su fácil y sensible modo de penetrar hondo en el gusto general del pueblo. Poeta innato, cubanísimo, que entre toda su responsabilidad tuvo el cuidado de destacar en su poesía la entrega a la Revolución Cubana, a su país, a su familia, a la humanidad”.

A partir del año 2005, y mediante el proyecto “Con el Pueblo” esta logrando un acercamiento e interés marcado en los lectores con la realización de diferentes peñas o tertulias fijas en nuestra sala. En el mes de enero de 2006, en la peña dedicada a la obra escrita de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí se entregaron diplomas a los 10 mejores lectores del año 2005, entre ellos 4 niños de primaria y un Reconocimiento al Periódico el habanero por el aniversario de su fundación 28 de enero.

Ha tratado diferentes obras, entre ellas lo que se ha escrito sobre el deporte. A las mismas son invitados los lectores inscriptos a la biblioteca y a los estudiantes de primaria y secundaria logrando incentivar su afición por la lectura.

Mediante el proyecto “Encuentro Internacional, Mujer y Poesía”, patrocinado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba Provincial, y que ha propiciado una hermosa experiencia entre los años 2005 – 2010, difundido desde la prensa. Donde se discuten las obras escritas de diferentes poetas, con una favorable participación nacional e internacional.

Labor como escritora

De igual forma se registra en su excelente vida artística cultural la edición de varios libros entre ellos:

1954 - En Co-Autoría con el Poeta Víctor Fernández. Edita “Aurora y Ocaso•”
1998.- De Madruga viene el Canto.
2000.- Donde el Amor Perdura.
2003.- Fragmentos de “Allá en el Techo una Gata” en México.
2004.- Allá en el Techo una Gata. Editorial Unicornio.
Actualmente cuenta se publicarán sus dos últimas novelas escritas en décimas.

Premios y reconocimientos

Nacionales

Ha sido su vida todo un torrente acumulado de valores, premios y reconocimientos que en apretada síntesis se exponen:

2000 - RECONOCIMIENTO entregado en Congreso Mundial de la Poesía en Santiago de Cuba.
2001 - Premio de Cultura Comunitaria Municipal.
Enero - 2001 - DIPLOMA, otorgado por la biblioteca municipal por su activa participación en el Taller provincial de Información Científico Técnico.
2001 - RECONOCIMIENTO por haber obtenido la Condición de Colaborador Destacado
2002 - DIPLOMA, entregado por la Dirección de Cultura y Desarrollo por haber participado como ponente en el 2do Congreso de Cultura y Desarrollo en el Palacio de las Convenciones donde asiste con el proyecto Rescate de Costumbres y Tradiciones presentado por ella, en la Casa de Cultura Municipal en el año 1998.
2002 – 2003 – 2004 Nominada al Premio de Cultura Comunitaria Provincial.
2005 - RECONOCIMIENTO, del Comité Organizador del X Festival Internacional de Poesía de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba Nacional, y de la Primera Junta Mundial de Poetas en Defensa de la Humanidad realizada en la Academia de Ciencias de Cuba en Ciudad de la Habana.

Internacionales

Su obra ha sido publicada en diferentes Revistas y Antologías de Cuba y de otros países, tales como: España, México, Argentina, Estados Unidos, Ecuador, Chile, Puerto Rico, El Salvador, Perú y otros.

En uno de sus viajes a México a un encuentro de poesía, le fue posible visitar diferentes estados, entre ellos, Oaxaca, donde hiciera contactos con la biblioteca provincial de ese lugar. Otro viaje a este país lo hizo acompañada de la poetisa matancera Carilda Oliver Labra, Premio Nacional de Literatura, invitadas por la Dirección del Frente de Afirmación Hispanista de México, habiendo visitado la casa natal de Morelos en el estado de Morelia, participando en un conversatorio sobre la obra de la poeta Yumurina.

En el año 2007 viaja a España a impartir una conferencia sobre los sueños del poeta presentando un trabajo de 55 décimas en viaje imaginario a los Picos de Europa, Potes, Cantabria y Santander.

Además de recibir invitaciones representando a Cuba, siempre con la poesía, viajó a países como:

Argentina en el año 2001 y 2002.
México en 2003 y 2004.
España – 2007.
Ecuador– 2008.
El Salvador– 2009.




Solidaridad… 

Con optimismo y razón
Alimenten el semblante,
Y hagan que su voz levante
Los muros de la prisión.
Junto a la revolución
Fabrican un patrimonio
Que sirva de testimonio
A quienes viven luchando,
Por la paz, Ramón, Fernando,
Gerardo, René y Antonio.

15 años de dolores
Llevando la “P” de preso,
Mientras esperan el beso
Filial, derroche de amores.
Son Héroes, son gladiadores
Por la Paz y la Justicia,
Ya en nuestra Patria se inicia
Este proceso rotundo,
Con el respaldo del Mundo
Tendrá fin, esta injusticia.

¡! Son muchos años de horror!
Injusticia y prepotencia,
Terrorismo sin conciencia
Bombardeando hasta el dolor.
Y sin embargo, el honor
De estos Héroes, no varía.
¡! Ay. . . cuanto duele cada día
Que se nos rompe en las manos,
Liberad, nuestros Hermanos
Si hay conciencia todavía……!




Mi recuerdo infantil

Un piso de tierra blanca.
Un taburete virado.
Un saco de yute sucio
Al que estaba acostumbrada.
Mi madre con una tabla
Y driles almidonados.
Los secaba con la plancha
De carbón… y con la espalda.

En un fogón de madera
Y de cocó apisonado,
Humeaba una caldera
De un potaje delicioso,
Que luego en tantas raciones
Los repartía mi madre,
Cuando mi padre cansado
Regresaba del trabajo.

El ceño cansado y triste…
Las manos llenas de callos…
La frente ardiente de sol…
No es mentira, lo que hablo.
Un cansancio, que el sombrero
Lo traía retratado,…
Como su mejor testigo
De aquel dolor tan callado…

Dolor, de manos heridas,
Por trabajos sin cobrar.
Era un dolor que mataba
Su tristísima alegría.
Silencio y dolor que amargan
Las paredes del hogar.
Dolor, porque la esperanza
Era solo una ironía.

Y yo, mirando su pena,
La de mi madre, también…
Mi madre, que había parido
Sin que se sintiera bien.
Para después, la miseria
Dividirla en mil pedazos…
Y el llanto que se le oyera
Junto al dolor de sus brazos…





Sabor a beso

Muerde mi boca; que muero
de soñar, constantemente.
Quizás mi sangre caliente
me devuelva lo que quiero.
No frenes el desespero
de tu furia contenida,
que mi desvelo a la vida
dice lo viva que estoy,
y así comprendo que soy
la dueña de tu mordida.




Mi décima

Mi décima es luz, camisa
obrera, frente sudada;
es la blancura pelada
del lirio de una sonrisa.

Es el frescor de la brisa
pura que viene del monte;
aleteo del sinsonte
que se pierde en el palmar,
cuando empieza a dorar
el arco del horizonte.




Claridad

Con la tanta transparencia
De tu vida en mi recuerdo,
Así has vivido en mi pecho,
toda la vida.
Pero… te has ido
Y es triste, la despedida.

Sigues conmigo
Si me duermo
para acompañarme si me levanto.

Te asomas a mí desde una rosa.
Cuando destejo mis pasos
Y la tristeza
En mis ojos reposa.

Cuando escribo una carta
Y el silencio
Como una paloma blanca
En mis hombros se posa
Estás conmigo
Cuando una perla redonda
De mis ojos brota…





Sola

Sola… en mi cuarto. La ausencia
Del hombre que tanto amé.
No quiero decir, se fue
porque noto, su presencia.
La música. Su cadencia.
Restos de ron en el vaso.
El sonido de su paso.
Su palabra. Su sonrisa.
Aquel perfume. Y la prisa
del amor, con que me abraso.

Mas que horno, era fogata…
Ambos ardiendo de hambre…
Era suavidad de estambre…
Desvelo de serenata…

¡”Allá en el Techo una gata”
con quejumbroso alarido!.
El, a mi cuerpo adherido…
Pero… se ha marchado?...Cuando?
Y aquella almohada sobrando.
!!!Si el mismo, la había pedido ¡¡¡

Fue un amor de esos amores
que aún presintiendo un final,
Te hacen entrega total
de diferentes licores.
Música. Trinos. Sabores
de la penúltima entrega.
Es el romance que llega.
Hora cóncavo o convexo.
Y repitiendo aquel sexo
Que nos enardece.. y riega…

De felicidad sollozo
Y con tristezas sonrío.
Ya no está. Y fue tan mío
Que solo el recuerdo, gozo.
Un interior alborozo
Hinca, lo que me desola.
¡Cuanta verdad acrisola
lo cierto de mi temblor!
Soy la dueña de este amor…
y sin embargo… Estoy Sola.





DÉJAME LLEGAR O APROXIMARME A TU CIMA


I

Tu VERSO es un manantial
que brota por cada poro,
por cuyo cauce sonoro
corren azúcar y sal.
Complementa el ideal
de un mágico encantamiento.
Tu VERSO en este momento
sobrepasa esa frontera,
para que el mío no muera
de estas tres cosas sediento.


II

Desde el carro donde llevas
esa fuente de cultura,
por tanta LITERATURA
es natural que me lluevas.
Quiero conocer las cuevas
donde duermen tus lebreles,
arroparme con sus pieles
en un invierno precoz
y hacer mi palabra y voz,
de tus cultos, los más fieles.



III

Hoy pienso que crezco un poco
porque tus versos me besan,
y en la balanza que pesan
a los grandes, me coloco.
Con tu optimismo sofoco
las llamas de mi interior,
crecidas junto al temor
de mi ignorancia callada,
hasta que al final mi almohada
se emborrache de dulzor.



IV

El agua de la AMISTAD
-de sabor tan codiciado ahora
tal lo he saboreado
que abrazo su realidad.
Gracias. Por esa verdad
donde a efectos me desgrana.
Hoy mi rostro se engalana
-porque a MIEL real me supo el
agua fresca del Grupo
transparente del Guadiana.







CECILIA NORIEGA-BOZOVICH [14.248] Poeta de Perú

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©Antonio Gómez Ribelles, 2013



CECILIA NORIEGA-BOZOVICH 

(Chimbote, Perú, 1954)
Su principal actividad artística como pintora era principal; pero en un momento de su vida sintió que la libertad de manejar colores necesitaba salirse de los marcos de los lienzos, algo la impelía a usar otros materiales, más comunes, pero más universales, las palabras y al principio oscuramente, y luego de manera resuelta, se transformó en poeta sin dejar de ser artista. Así, ha publicado los poemarios Palos secos (2004) y La noche será manzana (2008); también ha intervenido en antologías como Un lugar donde vivir (2005), Apenas unos minutos (2007) y Jonás y las palabras difíciles (2010).




EL SOL acostumbra lavarse 
cada tarde
y encalla sobre mis zapatos
a los pies de la cama
en busca de blando horizonte

Al alba parte el navegante
libre
dejando páginas blancas 
que se leerán sobre los tejados
por la noche

Volverá a su puerto
al mar de fuelles y respiros
porque él no sabe estar solo

Como tú
Sí, como cuando te zambulles en mí
O en tu café 
cada mañana
 y antes mordisqueas mi kiwi
de pelusa y pulpa







La luz es negra, es magia iluminada
Tal vez sean versos luminosos
O poemas escritos  desde el oscuro rectángulo,
Liso, sin matices
Pero son versos que se acaban
En la palabra
Cuando el silencio habla.
Mentira, ¡grita!





Cecilia Noriega-Bozovich: "Tout est fétichiste / Tout est politique"

















SUMITAKU KENSHIN [14.249] Poeta de Japón

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SUMITAKU KENSHIN


(Okayama, Japón, 1961 – 1987) fue un monje budista y un malogrado poeta de haikus. De corta existencia por culpa de una prolongada enfermedad, que le obligó a pasar largas temporadas en hospitales, su nombre era Harumi Sumitaku, pero ha trascendido por el sobrenombre Kenshin. Los últimos dos años de su vida, conocedor de su cercano final, los dedicó a escribir haikus, dejándonos, a modo de herencia, auténticas joyas de la corona. En su país se le conoce como el poeta del haiku del alma. Como suele suceder en estos casos, su reconocimiento fue posterior a su deceso. 

Muchas de sus composiciones hacen referencia a ese tiempo residiendo entre hospitales. Algunos de los que presentamos hoy, también.



El invierno regresa.
Incluso en las gélidas palabras
De los que me visitan.

  

¡Feliz año nuevo!
Solo la televisión
Me lo desea.



Comienza la lluvia a caer,
Latido
Del corazón de la noche.



Mi corazón solitario,
Perseguido
Por los rayos X.



Sol matinal,
Sello rojo
En el formulario de la operación.



Esa cara hinchada
En el espejo,
La que acaricio.

Traducción del original: Corinne Atlan y Zéno Bianu
Traducción del francés: Ángel Manuel Gómez Espada






El cuerpo quebrado 
Aún vivo 
Atravieso el verano 



Sufro. 
El grito de las cigarras 
viene de días lejanos 



Suspendida en la noche 
la bolsa de suero 
y la blanca luna 



Más y aún más frío. 
El teléfono negro 
de la noche 

Morse por la noche. 
El viento 
envía un SOS 



Quitando la cáscara 
Del huevo duro 
Mis dedos de enfermo 



Este fuego 
que me quema. 
La voluntad suicida 



Mi rostro deformado 
lo hundo 
en la cubeta 

Una selección de Alejandro Lavergne



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