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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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GREGORIO ANGELCOS [14.024]

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GREGORIO ANGELCOS 

(Santiago de Chile, 1953)
Narrador, ensayista, poeta y  periodista, fue editor de cultura de la revista “Cauce”, en la década de los ochenta. Integró el directorio de la Editorial Documentas de Santiago. Durante la década del noventa fue Director de Cultura de la Municipalidad de Renca en la región Metropolitana de Santiago. Actualmente dirige la revista cultural “Causa Cero”, y es editor de columnas del diario electrónico: www.elclarin.cl. Es autor, entre otros libros de Dios necesita un psiquiatra, Chile, una democracia de oligarquías, apuntes para otra izquierda (en colaboración con Carlos Díaz) y Sueño que el tiempo.  Reside en Santiago de Chile. 



ORÍGENES DE LA CREACIÓN

Dios
      creó
        el universo
          en siete días...
luego
vino
el
hombre
e
inició
la
transformación.



Poemas extraídos de la revista chilena LA PATA DE LIEBRE, dirigida por el poeta Aristoteles España: www.lapatadeliebre.cl    



IMAGINARIO DE UN AMOR

El piano transfiere sus sonidos en la noche a las
Palomas,
Y se escucha entre el viento tu voz, que nace de
La nada,
Y conversa con las flores.

Yo siento la presencia de tu aliento alrededor de
Mi conciencia,
Y pienso durante largos siglos;
Para saber si tu halo
Trae alguna esencia de amor.

El mar se mete entre mis sueños
Y se confunden tus palabras
Con la brisa que proviene del silencio.

Camino,
Entre espacios
Sumergidos en la  memoria de un concierto.

Parece que la sensibilidad quiere volver a nacer,
Pero un caracol detenido en el último milenio
Separa el tiempo del contacto.

Podrías decirme, tal vez enviarme un rato de tus
Emociones,
Desnudar el amor, reinventarlo si estuviese muerto.

El piano transfiere sus sonidos en la noche a las
Estrellas
Y las estrellas desencadenan una lluvia de mitos.
Es música que penetra entre las rocas y el agua,
Y todo se desvanece y vuelve a  aparecer.

Cuando la verdad no existe
Y las formas son imágenes iluminadas
Por una razón en desvarío,
El sueño se proyecta en el cielo y se pierde.

El sentido de la vida es volverlo a encontrar.




CALLE

La calle es una fotografía de archivo
Donde se registra invisible
El paso del hombre.

Se presume
El tránsito de Dios en citroneta.

La calle es un disparo imaginado
Que proyecta
La razón de los destinos
Hasta el próximo semáforo.

Aquí se detiene la memoria,
A observar
Como transitan los pájaros
Desde la niebla,
Iluminando con su breve inteligencia
Las luces de un farol
Que continúa anclado en las sombras.




ARTE POÉTICA

La poesía es una conversación
Entre el silencio del que habla,
Y la creatividad del que escribe.

Un vacío en la conciencia
Para descifrar el misterio
De un concepto
E iluminarlo con el sol.

Una vertiente que asimila
El lenguaje de los pájaros,
De los peces,
Y las voces que provienen de la muerte.





"FOTOGRAFIADO ANTE UN ESPEJO", 
MICROCUENTO DE GREGORIO ANGELCOS (CHILE)


 Heredó de su padre dos cualidades esenciales:
 su adicción al alcohol y las drogas, solo le 
 faltaba escribir poesía y destaparse los sesos 
de un balazo, para alcanzar una nota de 
prensa en la crónica roja del pasquín más 
sórdido de la ciudad.

(Del libro de microcuentos: Terremoto 8.9)



Dios necesita un siquiatra

Víctima de un fuerte estado depresivo, ingresó Dios a una clínica siquiátrica. Canceló por anticipado el valor de la consulta y se sentó en la sala con su rostro congestionado y sombrío. Una hora después, escuchó la voz de una mujer que en forma mecá­nica comenzó a interrogarlo para hacer una ficha clínica, según dijo.

- ¿Nombre? – Dios

La mujer sonrió. - ¿Edad?
- No tengo, para mí el tiempo no existe. La mujer lo miró con sospecha.
-¿Dónde vive?

En el cielo, en la tierra y en todo lugar.
-¿Actividad?
- Poeta de actitud.

Suicida potencial, murmuró la mujer
- ¿De qué vive?
- Me nutro de mi condición espiritual.
- Místico - comentó la mujer y se fue.

Nuevamente un lapso de espera y se encontró frente a un su­jeto de gafas redondas y barba puntiaguda que lo observaba con un aire indagatorio. "¿Cómo te llamas?", le preguntó. "Dios". Sin darle importancia respondió: "Freud, Simón Freud para servir-
¿Cuál es tu consulta?

"Nadie cree que existo - contestó Dios -; cuando se lo comento a alguien piensa que estoy loco. He comenzado a dudar de mi pro­pia identidad". "No es tan grave -respondió Freud, se trata de un síntoma común del mundo contemporáneo. La clave del asunto consiste en recuperar tu credibilidad. Para iniciar un nuevo ciclo dejarás de llamarte Dios. Serás Vicente y en vez de poeta, cantante de rock, un poco heavy metal. No realizarás milagros, es tiempo de marketing y no de magia. Punto final a la contemplación, un poco más de hedonismo y sensualidad", fue su sentencia.

Después de algunas sesiones de terapia, Dios fue apropián­dose de su otro yo. En el in-tertanto, pudo departir con Marx, el rey Pelé, Mijail Gorvachov y Madonna, entre otros. Finalmente se despidió del personal y partió de la tierra rumbo a su lugar de origen. Ya podía considerarse parte del mundo concreto.

Su llegada al paraíso sorprendió a un coro de ángeles que ensa­yaban una serie de cantos litúrgicos. "¿ Dios ?", preguntó un santo. "Vi­cente, contestó con una sonrisa Dios, me llamo Vicente y soy heavy".

Al poco tiempo Vicente modificó las costumbres del paraí­so, y un gran movimiento evasivo y lúdico se fue gestando, la música adquirió formas de la nueva atmósfera. El carácter de la reflexión varió de lo sagrado a lo cotidiano. La autoridad divina develó su naturaleza imperfecta. Los espacios eternos se fueron haciendo creíbles y cada vez menos aburridos. Transcurrido un cierto tiempo, el movimiento comenzó a trizarse, y surgieron otras formas y expresiones culturales. "¡Basta de hegemonía heavy!", dijo el Arcángel San Gabriel, y basándose en las orientaciones de una revista pop latinoamericana, fundó el movimiento Punk. Un cartel gigante fue desplegado por sus adeptos que rezaba: "El po­der de Vicente ha muerto, 500 milenios han sido suficientes".

Se inició un enfrentamiento de juicios y actitudes. Penetró la moda y la publicidad. Ahora Vicente bebía Coca - Cola y fumaba Viceroy. Por su parte, el Arcángel se mostró partidario del Pisco y los habanos, acusando, de paso, a Vicente y a sus seguidores de "cartu­chos".

Hubo riñas, contusos y heridos en ambos bandos. En medio de esa confusión, hicieron su aparición "LosTecnos" y otras variables del post - modernismo. La crisis era vital.

Entonces, Vicente cayó en un nuevo estado depresivo y deci­dió regresar a la tierra para conversar con Freud. En su recorrido ha­cia la clínica pudo apreciar la fuerte religiosidad y misticismo del pueblo, y los contrastes experimentados entre la tierra y el paraíso. Le pareció por un instante que éste era su reino y que Vicente no existía, simplemente, había sido un producto ideado por Freud para mejorar un momento anímico de su existencia.

Al ingresar a la clínica, cansado y deprimido, se encontró con Nietzche, quien al verlo en ese estado sonrió con ironía y gritó hacia el interior del recinto: ¡Dios necesita un siquiatra!; pero Freud había dejado de existir hace millones de años.


ANA LUCÍA DE BASTOS [14.025]

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Ana Lucía De Bastos 

(Caracas, Venezuela, 1983) es licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela; obtuvo el título de magister en EstudosLiterários, Culturais e Interartes en Literatura Portuguesa, de la Universidade de Porto con una tesis sobre poesía venezolana y portuguesa; posteriormente cursó el master en edición de la Universidad Autónoma de Barcelona, desenvolviéndose en esa área; ha publicado ensayos y poemas en distintas revistas y plaquettes; "Y ahora, extiéndeme al sol" es su primer libro.



Sedentaria

Mi cuerpo de ávidas raíces
se impacienta por agarrarse de algo

–construyo casa puente palabras
dejo notas, delimito mi zona, arribo a un olor–

se expande en brazos de ramas abiertas
y siente, con envidia, al aire libre que lo cruza.

–voy dejando casas por el camino
llevo en mí la maleta del abuelo–

Viajo, en mi ventana, con las nubes
sueño, en mi cama, con un largo camino.

Escucho en la noche el paso de los trenes,
me atraviesan en cardumen los manteros del Sahara.





Nostalgia

Te irías con el sol de frente por caminos infinitos
y no llevarías nada.
Nacerías con cada nuevo paisaje
y quien te llamara
no tendría nada en mente.

Poseerías todos los nombres
y podrías ser cada valle
cada calle
cada montaña y nuevo cielo
que fueses encontrando.

Al menos eso soñabas cuando ensillaste tu caballo

Huyendo sin huir, pues nadie te seguía,
abriste la puerta de tu pecho
y desangraste sin firma
todas las piedras que tenías.

El caballo que te lleva no te deja estar en ningún lado.
Eres, tienes todos los nombres
pero no estás.
Nadie puede saber el verdadero
el que escondes en el fondo de tus venas.
Apenas pasas como un reflejo
pues la luz también te ha abandonado.
Cuando quieras bajarte ya no podrás;
un caballo azul galopa en ti,
contigo.

Se alejan juntos
no tienes donde amarrarlo.




Las mujeres crecen
En los árboles

Algunos hombres esperan a que echen frutos para bajarlas,
otros las agarran cuando se caen,
otros las prefieren verdecitas.

Y se las comen






Universidad de Porto

Cuando use un abrigo largo
y no consiga donde meter mis manos azules
mis manos moradas, grises, verdes
Cuando camine por las avenidas
de la ciudad invicta
sin nadie a quien visitar,
escribiré en mis tardes silenciosas
mil poemas.

Escribiré también
una novela
y tres cuentos largos
en donde una joven usa un abrigo
y las manos no sabe ya de qué color las tiene
de tanto vérselas y pensar

Asomada en las ventanas del tren
todo me parecerá ajeno:
Caras
Corazones
Manos
Sonrisas
Abrazos
Saludos

Pues
no hay allí un solo cabello que haya tocado
ni un recuerdo de mí en ninguna memoria

Aquella gente no me espera

No sabe que nací un día de lluvia
y que de niña le pedía perdón a Dios
por creer
o por pensar,
sin querer
que el Cielo podía resultar un sitio muy aburrido,
a la larga.

(oh, Dios, perdona si todavía lo pienso. Si reflexionas y ríes
-que de seguro lo haces, no lo pongo en duda-
te darás cuenta de que es una idea muy graciosa.)

Entonces ahí
én la ciudad de Porto
me convertiré en palabras.
Caminaré de la mano con los párrafos
que se irán formando en mi cabeza.
Me sentaré en los bancos de la plaza
con el ritmo de unos versos
que sabrán a saudade
y, con nostalgia de lo que no he tenido,
lloraré al saberme lejos de todo
y cerca de mí.

Les escribiré a mis amigos,
a mis padres
a mi novio
¡Cuánto los extraño!
Y en la libreta que lleve conmigo
escribiré mil veces
¡Oh, soledad!
Para entonces agregar
Oh solidão!
Pues tendrá dos nombres
uno en castellano, que me tocará la lengua y el paladar
e outro em portugués, que me lambera os ouvidos.

Será por lo tanto dos veces más grande
Mi soledad
y también,
dos veces más hermosa.

Abriré un día los ojos
y se habrá convertido en todo.
Será la taza de café en la mañana
La silla vacía del bus
El piso de piedras de las aceras
Cada acera
Cada piedra.

Tan repartida y múltiple
a minha solidão
que se sentirá acompañada.

Oiré la conversación bilingüe
entre ambas
y transcribiré en mis cuadernos sus palabras.

Haré la novela del hijo,
que le prometí al catalán
y los poemas del cuerpo
que le prometí a mi cuerpo.
Haré un cuento de todo lo que ya no soy
y otro
de todo lo que nunca he sido.
Rellenaré las hojas de todo lo que me faltará
de todo lo que dejé al irme a esa ciudad.

Pero un día
Alguien me tocará el hombro
Me tropezará
sin querer quizá me empujen
O me estornuden
O me sonrían
Y poco a poco todo me será familiar.

Porto me atravesará.

Gritará más duro que todo el vacío que me acompañe
y se convertirá
luego de tomarme la mano
en una nueva ausencia

Oh, Porto
escribiré luego
¡Cuánto te extraño!
pues todo lo que veré en el tren de regreso
Manos
Corazones
Sonrisas
Abrazos
Saludos
Me pertenecerá.



A Luis Miguel Navas lo cortaron en pedacitos

Cuando llegamos a casa había unos hombres en el techo del edificio. Não é teto, é telhado, dijo mi tío corrigiéndome. Así, la palabra se convierte en frontera, lo que es cara no es sello, porque tiene otro nombre. La sombrilla, al contrario, es sombrilla por abajo y por arriba, como también lo es la alfombra: el lado que roza el piso y el que roza mis pies. El techo y el tejado son inseparables pero diferentes, la otredad encontrada de espaldas. Lo que tapa mi cabeza é teto, lo que aguanta el sol y la lluvia, é telhado.

¿Y cómo se llama el reverso de la piel? Meto mi dedo en la boca, donde ya no es mejilla sino teto: todo tan a carne viva. Muerdo el carrillo, que no encía ni labios. Es húmedo y contiene el aliento, un túnel con entrada de luz antes de llegar a ser garganta, que no cuello, y sumergirnos en la oscuridad recubierta del dorso, aquella que soporta sangre, vísceras y huesos.









Ana Lucía De BASTOS: "La poesía es, en el fondo, forma"
Por Daniel FERMÍN

La escritora venezolana publicó "Y ahora, extiéndeme al sol"

A Ana Lucía De Bastos (Caracas, 1983) le regalaron una versión ilustrada deMargarita, el poema de Rubén Darío, cuando sólo tenía cinco años. El libro le gustó tanto que empezó a recitarlo de memoria en cualquier parte (en el colegio, en casas de familiares). Fue el primer acercamiento a la poesía de la escritora, que ayer presentó en El Buscón Y ahora, extiéndeme al sol (publicado por Bid&co).

El primer poemario de la autora caraqueña es una recopilación de sus viejos textos. De Bastos reunió poemas que tenía desperdigados en las libretas, cuadernos y correos. Hasta que se dio cuenta de que había familiaridad en ellos. El cuerpo, la piel, el espíritu, la palabra, el verbo, el amor. De Bastos explora en varios temas en su ópera prima.

Y ahora, extiéndeme al sol tiene intenciones narrativas. Hay poemas en los que la autora cuenta alguna situación. De Bastos cree que la poesía siempre puede hacer uso de otros géneros literarios. "La anécdota me sirve como el vehículo que lleva el sentimiento, la emoción que quiera transmitir con el texto. Los poemas son, en el fondo, forma", dijo la Licenciada en Letras por la Universidad central de Venezuela (UCV).

El poemario de De Bastos tiene menciones a otros autores. Eugenio Montejo, Roberto Calasso, Hanni Ossott, Herberto Helder, entre otros ("todos tenemos padres y madres en la literatura", dijo). También hay textos en los que se hace referencia a las voces, a decirlo todo en la escritura. "Hay quienes escriben porque la realidad no les basta. Yo lo hago porque a mí me la realidad me abruma, lo hago como una forma de afrontarla", agregó De Bastos, que hizo un máster de edición en la Universidad de Barcelona. 

La pasión de De Bastos por los libros va más allá de la escritura y/o de la lectura. La poeta también está al frente de un proyecto de corte artesanal (Alhilo editorial), que de momento sólo ha publicado un título en su catálogo (Días raros, de Sara Fratini). "Lo hago como un ancla al país, para tener algo al volver", concluyó la autora, que hoy está residenciada en España. Allá, mientras, le da forma a su primera novela.


MARTÍN CÁLIX [14.034]

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Martín Cálix

(Honduras, 1984)
Soy parte del sello editorial independiente, subVersiva.
Ha sido publicado en la revista Tercer mundo (1ra. Edición, 2011), en la revista Mera V (3ra. Edición Febrero, 2012), en la 1ra Antología de cuento y poesía de La fonola cartonera, Chile (2013), en el Dossier de poesía centroamericana comprometida de la Revista hispanoamericana de cultura OtroLunes, España (2013) y en la Revista Umbigo, México (2014).

Obra publicada:

Partiendo a la locura (Ñ Editores|2011) (segunda edición para Casasola Editores |2012)
45° (Ñ Editores|2013)




Eleanor Rigby

Siempre Eleanor, siempre tus discos, siempre los perdidos y enfadados misterios de tu piel. Siempre Eleanor, nunca otra, vos nada más. La vida no es larga, sólo dura lo que dura el brillo de tus ojos en el termómetro de la distancia.

Eleanor, pequeña, cansada y descalza.
Eleanor, tus manos inquietas y tu tambor de hojalata
habitas en una casa vacía encima de la lluvia
donde las ventanas están rotas por la esquina que conectan al sur de tus labios.

«Señorita Rigby,
¿quiere té para aliviar su corazón?»

Encendes un cigarro con la misma ternura con la que escapas del sueño. Eleanor, nunca viste la guerra, nunca soñaste la oscuridad, siempre vos Eleanor. La llave que abría el mar era tus dientes.

Ahora toda la gente está sola, Eleanor, como a vos te gusta.
Como a vos te gusta
como a vos te gusta
como a vos te gusta

[…]

all the lonely people
where do they all come from?

Vienen del terror de la oscuridad que la guerra nos heredó.


Hay instrucciones
puestas en la lista para ir al mercado
letreros que hablan
de cómo llegar a vos
de cómo encontrarte
convertida en árbol
en sed de los transeúntes
convertida
en otra vida
que se encuentra lejana
de todos los tiempos
lejana como el mar
y su furia de dios
lejana como la inquieta luz que no guía a nadie
que no tiene futuro
porque no le interesa verse fotocopiada
archivada
doblada en mil cuerpos inertes.





Toma 7

Los trapecistas se quitan la piel y la ponen al revés
doblada sobre la cama
porque amaneció triste la ciudad.
Los trapecistas
son almas con cierto nivel de sarcasmo
los viernes por la noche
después de las 10.

Beben cerveza y les encanta llorar una vez al día.

Los trapecistas alguna vez tuvieron alas
y es por eso que bailan en la cuerda del tendedero de ropa.
En la terraza de mi habitación
vienen a celebrar sus cumpleaños
y se enamoran para toda la vida una vez al mes.

Ayer por la tarde mandaron un satélite al espacio
creen que dios les contestará
creen que cuando no está en el cielo
dios habita en el techo de casa
escondido
porque le tiene miedo al gato.

Una voz les contestó:

…atrévete a acompañarme, vamos a andar por los cables.

Desde entonces no se les puede borrar la sonrisa del rostro.






|17|

Lenín Bladimir Dubón Monje, de 19 años, fue asesinado ayer en horas de la tarde cuando estaba en la parada de un bus del barrio Cabañas y delincuentes le robaron un maletín en el que creyeron que andaba alguna computadora.

El hecho se produjo en la 13 avenida y 15 calle del barrio Cabañas a eso de las 2:10 de la tarde.
Los delincuentes lo sorprendieron en una parada de la ruta 7 y tras robarle el maletín
que portaba le infirieron un balazo.

Tiempo.hn – agosto 6 de 2013

Decirte que no hay imágenes posibles para esta noche. Que hoy decido no escribir poesía, que siempre me sale mal y que eso no le gusta a dios. Decirte que ya no leerás, que en los vagos recuerdos estás ahí esperando a que yo deje de hablar con ella, que ella ya no me habla y que yo no puedo culparla. Decirte que te pondrán en una camiseta, que has sido elevado a categoría de súper héroe rockstar, con capa y antifaz, dulce porno para el comic revolucionario, los restos que dejaste son sólo tuyos, nadie puede comprender sus signos.

Decirte que la gente seguirá angustiada por salvar la vida de los gatos y los perros, que alguna tortuga hoy se salvó de ser la cena de una familia pobre en la Mosquitia porque unos investigadores militares gringos la salvaron, decirte que las calles seguirán llenándose de copias tuyas, más livianas, menos dolorosas.

Decirte que no hay mayor silencio que el epitafio de tu risa, que tus camaradas hoy habrán llorado no por tu partida sino porque se les olvidó decirte que te querían. Decirte que los cables del tendedero de mi casa son anónimos como los ojos de tu amor.

Decirte que no te escuché nunca la voz, que los ásperos acordes de la lluvia son sólo una idea, que los libros envejecieron de pronto esta tarde cuando escucharon caer tu sueño de astronauta. Decirte que todas están cansadas de ir a enterrarte cada mañana y prepararte el desayuno todas las noches. Decirte que si de mí dependiera las hormigas de mi cocina fueran declaradas embajadoras de la buena voluntad en Brasil para el 2014.

Decirte cualquier otra cosa como lo que ya dije y lo que callé, siempre estará de más.







MIRIAM GARCÍA [14.035]

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Miriam García

Nace en septiembre de 1991, en San Salvador, El Salvador; pero toda su vida ha transcurrido en Soyapango. Escribe desde los 13 años, pero lee desde mucho antes. Actualmente estudia Licenciatura en Periodismo en la Universidad de El Salvador.
Ha publicado algunos de sus poemas en la antología “Retornos” del taller literario “Serpientemplumada”, de Soyapango en 2009. Ha ganado pequeños certámenenes de poesía y narrativa en 2008, 2009 y 2012. También colabora con la revista cultural “Contracultura”.





Usted

Usted y sus ojos de infante,
su risa combustible
que siempre hace encender la mía.
Usted que vive en un mundo de volutas...
donde las luces son juguetonas luciérnagas,
y conciertos de carcajadas...

Le diría decir lo mucho que lo necesito,
lo imprescindible que se ha vuelto,
o que las mariposas se convierten en fuegos artificiales en mis manos
cuando usted se acerca...
Pero no.
No me atrevo a frenar su travesía sideral
con trillados temas de adultos.

Usted siempre será un niño,
nada más que un niño
dispuesto a regalar su mejor sonrisa
a esta niña que juega a escribirle una poesía.






Imaginantes

Imaginemos que soy  franca
deslizando la pluma de un nombre
al tuyo;
las letras cambiando el  orden
y de secuencia las ideas.
Ahora, que las miradas bajaron su intensidad en una dirección
para aumentar en otras,
me confesaré con tu sonrisa:

Renunciaré a los escudos,
dejaré los acertijos en los bolsillos,
la pluma en el tintero
y las páginas para después;
me plantaré frente a ti
admitiendo sin ceremonias
como desde hace mucho 
te volviste imprescindible.

Así, Imaginante mío,
mi única patria serán tus brazos
y la miel de tu mirada mi estandarte.






Memoria

¿Quién es la víctima?
¿Soy yo,
con la tierra entre mis dedos,
la sangre palpitante y viva,
con los ojos llenos de tus ojos,
yo que me multiplico por cientos,
que voy a morir mil veces,
para nacer mil veces más,
o vos, al otro lado del fusil;
con el miedo en la pupila,
con el odio sin rostro comiéndote las venas,
vos que me vas a encontrar en cada vuelta del tiempo
sin entenderme nunca,
porque soy polvo y vuelvo al polvo,
porque mi sangre le pertenece al maíz y a él vuelve,
pero tu cuerpo es pólvora efímera,
tu alma es volátil y finita,
¿Quién es la víctima?
¿Yo, que le pertenezco a la tierra que me pertenece
o vos, que vendiste tu alma por la plata que nunca fue tuya?







RUTH VAIDES [14.036]

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RUTH VAIDES

Nací en Ciudad de Guatemala, y escribo desde que tengo memoria. He colaborado en distintos medios escritos como en el catálogo “Verte por Ultima Vez” de la fotógrafa Andrea Aragón por Jóvenes Creadores (2001); revista “Rock y Alma” (2003); revista “El Universo de las Letras” (2007); antología “Literatas que Dan Lata” (2013); Rincón Poético del Suplemento Cultural del Diario “La Hora” (2014). También en medios virtuales, por ejemplo en “Te prometo Anarquía” (Revista Virtual); en “Prensa Libre” para el Día Internacional de la Poesía; en antologías virtuales como “100 mil Poetas por el Cambio” (2013); “Grito de Mujer” (2014); “Ecos del Grito” (2014). Me han invitado a programas de radio como “Metropolis Contemporánea” en radio Faro Cultural, “Ingenieria con Sentimiento” en Radio Universidad. He participado en muchos festivales de poesía y eventos, por ejemplo en las Muestras de Poesía “Kadejo”(2003), “Barrilete”(2004), “Industrial”(2005); festivales de “ManifestArte”(2003 al 2010), Festival del Centro Histórico (varios años), Feria Internacional del Libro FILGUA (2013-2014); actividades de “Arte para Vivir”(2012-2013), festival “Ixchel”(2013), festivales “100 Mil Poetas por el Cambio”(2012-2013), “Grito de Mujer”(2012-2013-2014), actividades del “Poetry Slam Guatemala”(2012-2014), etc., y en distintas lecturas de poesía en varios lugares. Participo en los blogs “Literatas que dan Lata”, “Chorro de Letras del Taller de Narrativa del Centro Histórico”, “Elogio de Nuestros Cuerpos” y “Dejarse Morir”.




¿ES USTED?

¿Es usted, ella, la que lo espera, la que sueña con sus brazos,
la que soporta, la que no sabe si volverá cada día a su lado? 
¿Es usted, ella, la que vive con el corazón angustiado? 
La que aún no sabe que en su camino
él se ha topado con diecisiete balazos. 
Perdone usted, la que lo sigue esperando, 
debe presentarse a reconocer a ese hombre 
que tanto amó y que ya no está respirando.




YA NO MÁS

Soy la hija del dolor, 
de la sangre derramada
y de los crímenes de guerra. 
Mi ombligo nació en la tierra
cortado por el puñal 
que me marcó la existencia. 
El temor cambió mi esperanza de paz 
por una nota roja 
en la primera plana
de cualquier periódico. 
Mis pies rendidos 
tropiezan sin parar 
en los miles de trozos 
de cuerpos partidos 
de mujeres que no han nacido 
de niños aún sin nombre 
de madres de hijos perdidos 
y hombres que no son hombres. 
Y les abunda el trabajo 
a los sepultureros 
pues ellos recogen el fruto 
que deja el presente negro. 
Ahora que nuestra vida 
ya no vale como excusa 
para que te dejen 
seguirla sólo espero recostarme 
y ser enterrada viva.

Aquí empieza la miseria; 
aquí se acaba el mañana.




SICARIO INCONFORME CON LA IMAGEN

¡Mierda! 
Esta mancha de sangre 
se ve muy fea 
en el teclado de mi nuevo celular.
  



EL PUENTE

Las casas se ven tan lejos
justo donde terminan los pies
que cuelgan,
meciéndose despacio
con la brisa que agita
el cabello.
 
Di que lo de ayer fue mentira
y, cerrando los ojos,
me dejaré caer.

 



TEMBLOR

No en vano te estremeces
ya que por medio de mis caricias
localicé tu epicentro.




 

CONTRARREQUIEM

Yo busco la muerte
más allá de la versión escarlata
del Angel Caído,
más allá del vulgo,
más allá de la mentira
el delirio me envuelve y derrota la mustia
y fría pasión que me empuja al vacío.
Siempre soy así:
voy tras el feroz secreto
que esconde la locura gris del horizonte
y me volví a perder ayer
en el lado oscuro de la luna
donde la sombra
acaricia el alma
y la posee
donde no existe vida
ni mañana.
En la copa del cráneo bebe
un espectro la sangre maldita
disfrutando el brindis se duerme
esperando tener pesadillas.
Y la daga brilla
y el ingenio se pudre
y el enigma se encierra
y la risa perece
y no encontré nada más
que los restos del vientre.
El silencio no sabe
quien digiere la vida
y la vida no sabe
que empezó su partida.
 


ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Aquí estoy yo
única e irrepetible
irreemplazable
e, inevitablemente,
sola.

 



EL ALMA QUE DUELE

La soledad, de cristal opaco, oscuro y siniestro,
se raja despacio,
se quiebra y derrama su sangre,
su esencia,
su contenido.
La mente, deprimida,
se esfuerza en el sueño buscando pedazos,
las piezas perdidas del alma vacía.
La encuentra enloquecida,
maniatada,
presa.
La encuentra encerrada en camisa de fuerza,
destruida,
desterrada.
El cerebro se calla,
se duerme,
se inmoviliza.
Empieza el recuento e, inerte,
la soledad se llena de alma muerta.
De alma podrida,
de alma fantasma,
de alma de espectro de sombra caída.
Y el dolor no responde en directo,
solamente grita, gime,
se enfrenta al mundo,
se retuerce al viento.
No sólo para mí.
Y el alma hecha trizas,
el alma que hiere,
el alma que muere encerrada en silencio.
El alma se agota,
el alma no aguanta.
El alma que busca consuelo y no encuentra.
El alma se acaba,
el alma se pierde………..
                           ……….el alma me duele………

 



SIN ORDEN DE ALLANAMIENTO

Me metí en tu cabeza
te requisé todo el cerebro
decomisé un par de pensamientos piratas
te pedí “mordida”
te dejé algunas palabras que te iba a incautar.

 



VENÍ, PLATIQUEMOS

Quería encontrarte, Muerte,
en la cómoda cama
de una suite
de un hotel de 5 estrellas.
Quería encontrarte
en una clínica privada
así, con el suero
saturado de morfina,
dormida,
suave,
sutilmente.
Quería encontrarte
en mi casa,
en mi dormitorio,
acurrucada entre las sábanas,
en mi almohada.
Pero no fue así.
Te encontré disfrazada
en la calle
vestida de navaja
vestida de bala
vestida de chofer
imprudente y borracho.
Te encontré perdida
deambulando en la banqueta
vagando como si nada
lastimando a cualquiera.
Te encontré disimulando
escondiéndote en SIDA
escondiéndote en cólera
escondiéndote en gripe porcina.
No seas tan mala;
no me empujes,
no me hagas a un lado,
que ya me haces falta.
Te busqué, Muerte,
en la orilla del puente,
en un lazo colgado de un árbol,
en el cañón de una pistola,
en un frasco repleto de píldoras
y de veneno.
Y huiste de mí.
Vos también me abandonaste.

«de los ídolos quedarán los cimientos pidiendo clemencia ante miradas que azuzan y desintegran el aire y el tiempoentre madrugadas y mañanas se concentra el temblor de un cuerpo expuesto, a merced de la intemperie, cuando la voz es casi ofrenda»






ALLAN BARRERA [14.037]

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Allan Barrera 

El Salvador. Licenciado en letras por la Universidad de El Salvador y actual estudiante de la Maestría en Estudios Culturales Centroamericanos de la UES. También fue editor y compilador de la antología titulada Piedra y siglo: la persistencia del compromiso (2013) que el FMLN publicó en homenaje al histórico grupo literario Piedra y siglo.





NADA QUE PERDER

Poeta:

San Salvador es un destino terrible

Incluso para los muertos que habitan el silencio de nuestros sueños.

Incluso para vos o para mí
que ya no tenemos nada que perder
ni siquiera la angustia

nada.





FRENTE AL POEMA

Ahí estoy yo
mirándome de frente en el poema que escribí hace siglos
desde antes de nacer,
parado en el centro de la desgarradura
desde donde inventé mi voz para llamarme del otro lado del fuego
sin que nadie me encuentre, sin que nadie me mire.
Ahí estoy, en la altura de mi mano,
cayendo en el poema desde mi ser más profundo, más antiguo
como la noche en la que se inventó la sed y el frío de los muertos
como la mañana que se quebró en mi rostro frente al espejo,
buscando una razón que justifique
la temperatura de mi muerte y el líquido de mis ojos.
Ahí estoy al principio de mi voz
entre mil imágenes labradas por el silencio
buscando una palabra desde la cual partir hacia el lugar del canto
sin verdugos o testigos para la noche de este verso
heredero invisible de un fuego increíble, milenario
soy mi único sueño
y también mi único llanto.




DIALOGANDO CON LA FOTOGRAFÍA DE RIMBAUD

Tu fotografía de niño se hizo carne entre nosotros.
No vuelvas te lo pido del África adulto
sin una ráfaga de pólvora quemada entre los dientes
sin ningún trozo de penumbra en la mirada inmaculada de tu rostro.
Te queremos ver joven
hermoso, disoluto y vagabundo,
lleno de flores y de antorchas en el corazón helado
fuera de los contornos del cristianismo
y la racionalización de los espejos de este siglo
y de todos los silencios venideros.
Te queremos embriagado en ajenjo y hachís
para que vengas a nosotros
y a nuestra biografía de podredumbre
con un cartel en el pecho de “muera Dios” en las calles
de Charleville, San Salvador o Antigua Guatemala.
Quédate por favor entre nosotros reunido
¡querida gran alma terrible! quédate en la noche
como la aurora negra que se derrama en el fuego
o en el vértigo más alto del corazón,
o como la poesía que brota de las veredas del apocalipsis
más allá de la muerte y del humos de nuestros cráneos sinceros.







VENUS IXCHEL MEJÍA [14.038]

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Venus Ixchel Mejía

Tegucigalpa, Honduras. Maestra de Educación Musical, Escuela Nacional de Música, 1997. Licenciada en Letras con orientación en Literatura, UNAH, 2006. Docente de la cátedra de español y literatura. Desde muy joven ha participado en actividades culturales y artísticas, recitales de poesía como Los Juegos Florales de Olanchito, Yoro, I Primer Festival Internacional de Poesía en Tierra Nahuat Pipil, Nahuizalco, El Salvador, 2013 y II encuentro de mujeres poetas en la cuenca del Papaloapan, Tuxtepec, México, 2014; además de otros encuentros a nivel nacional. Fue productora y conductora del programa radial cultural de índole literario “Molinos de Viento” de Radio Nacional de Honduras desde el 2005 hasta el 2006. Ha trabajado en proyectos de apoyo a la juventud en las artes literarias como el Taller Artístico “Barrio Lindo” del despacho presidencial, entre otros. Actualmente es editora en la Editorial Ixchel donde continúa promoviendo el quehacer artístico y cultural del país.

Publicaciones:

Ad Líbitum, libro de poesía. Editorial Ixchel, 2012.
Antología poética: Lírica de Vida. Signum Editors, 2012.
Soles de Media Noche: Antología del II encuentro de mujeres poetas en la cuenca del Papaloapan, 2014.





Concierto en Sol Mayor para Poesía y Orquesta

¡Silencio!
Quiero hacerte el amor
en una clave de sol,
extraer de tu figura
un contrapunto de arpegios a granel.
Curvear tu talle
oprimir tus líneas
despertar juntos en una partitura.

Trasladarte de tonalidad con la caricia
de un violonchelo;
sin barras dobles,
penetrando en el centro
de tu eje astral,
ensortijando
la armadura de tu abdomen.

Estremecerte con la minúscula alteración
de un gemido SOStenido.
Agitarte hasta
rasgar las cuerdas del allegro de una guitarra,
vibrar entre trémulos y trinos
(temblorosos trinos tiritantes).
Lastimarte con un s–ta- ca–to
enloquecerte con un crescendo
colapsar en la cadencia de un beso…

¡Shhh!
Te cubriré con una melodía.




Prelude

Abre la boca
llena de eufemismos
como un sol sumergido
y cae del fondo de los
labios
una bomba
inerte
esquiva al paladar del sentido
una bomba
de verdad
y muerte.

No se detona aún
y parece que el poeta
no quiere correr
con esa suerte
embalada de verdad
contagiada de muerte
puesta en nuestras manos
puesta en nuestra mirada
latente.

Parece que el poeta
no se atreve
a deshojar el destino
a mutilar la suerte
y la verdad es una invitada
escurridiza
que cuando por fin aparece
descarnada
sus suaves dedos
son esquirlas
dilatadas
en nuestras manos
en nuestra mirada
conmovida.

Llora el poeta
porque a veces
y solo a veces
la verdad trae consigo
un poco
de su propia muerte.




       Emulando a Ezra Pound

Diosas 

Como diosas
emergen  de la sombra
desmantelando
la realidad
ajenas al olvido
diosas
fuertes como gemidos
absolutas
irreales
con sus cuerpos de cisne
como diosas
sirenas de marineros
circes de cerdos
de odiseos
con sus cuerpos de morsa
en celo
diosas
como ecos de narcisos
en un prisma enmudecido
se revelan ante
nuestros ojos
cómplices de la derrota
diosas
de azafrán y tomillo
de copal y candela
fogón encendido
arena
de reló de trigo
diosas
Ixchel de lunas
de canciones de cuna
mar en pleno
naufragio
presagio
de una herida mortal
dichosas
mientras levantan con sus cuerpos
los altares de las deidades
que las han oprimido
diosas
clítoris temerarios de la razón
de la sinrazón
del dolor
parto perenne
sus vidas
multiplicadas
ocultas en el anonimato
del engaño
sus frentes altas
como diosas
nos están mirando
nos siguen iluminando
el porvenir.





Tarde

"Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche"
Octavio Paz



Vine tarde a mí misma.

Las estrellas 
habían colisionado 
desde el principio 
del verbo.

Llevo a cuestas 
demasiadas ventanas 
sin lugar para ninguna puerta.
Mi angustia no es el abismo
– agujero negro,
vía láctea de mi pecho –
son los pináculos 
atravesados en mis manos.

Algún día he de soltarme 
de este cilicio,
esta cobardía 
que me ata los tobillos.
Mientras tanto
veo las horas irrevocables
en el paso del gemido,
mi verdugo camuflado
en las caricias de la dicha,
el flagelo de tu boca
en el frenesí de la poesía.





Fronteras

¿Qué sentido tienen las distancias?
la conminución de mis huesos
siguen germinando en las fronteras.

Parece que mi vida
es esta zona indefinida;
fragmentos del origen del tiempo,
átomos de luz,
pedazos de Dios,
bordean mi destino.

En el fruto del amanecer
tal vez está el delirio.
Te hice mío en un sueño,
atisbé tu anatómico vuelo
cuando tus alas rozaron
el anquilosado verso.

Si pudiera verme en tus pupilas
sostenida,
olvidar el bemol del equipaje, 
lastre hecho canción.

¿Acaso no es eso
la vida,
un puñado de tierra 
dividida
que busca
unir sus pedazos?





GEORG CHRISTOPH LICHTENBERG [14.039]

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Georg Christoph Lichtenberg

Georg Christoph Lichtenberg (1 de julio de 1742, Ober-Ramstadt - † 24 de febrero de 1799, Gotinga) fue un científico y escritor alemán. Fue profesor de la Universidad de Gotinga, donde a su vez en su juventud tuvo en su misma función a Gotthelf Kästner. Dirigió misiones astronómicas en Hannover y en Osnabrück. Como científico fue el primer profesor de física experimental de Alemania.

Durante sus estancias en Inglaterra (1770, 1774-1775) frecuentó a la familia real y también todos los ambientes científicos. Estaba en contra de todo espíritu religioso y conservador, además de oponerse a los jóvenes pertenecientes al Sturm und Drang. En sus Aforismos, publicados de forma póstuma desde 1800 a 1806, se puede notar su contundente escepticismo, satírico, anglófilo y con una distinguida ironía. A los Aforismos se refería el autor como "waste books", usando la terminología inglesa.

Vida

Lichtenbrg fue el más joven de 17 hermanos, hijo de un pastor protestante de idéntico nombre que fue ascendiendo en la jerarquía eclesiástica hasta convertirse en superintendentente de Darmstadt. Al contrario de lo habitual en un religioso de la época, su padre disponía de grandes conocimientos científicos. Georg Christoph Lichtenberg fue educado en la casa de sus padres hasta la edad de 10 años en que ingresó en la escuela latina de Darmstadt. Su inteligencia se puso rápidamente en evidencia. Pretendía estudiar matemáticas pero su familia no alcanzaba a pagar los estudios por lo que en 1762 su madre, Katharina Henriette Lichtenberg, nacida en Eckhard (1696-1764) se dirigió a Ludwig VIII. que le concedió a Lichtenberg una beca anual de 200 Gulden. En mayo de 1763 dejó Darmstadt para estudiar hasta 1766 en la Universidad de Gotinga; matemáticas, historia natural y astronomía.

Su minusvalía física (escoliosis) y su propensión a padecer enfermedades probablemente hicieron de él una persona extremadamente curiosa y observadora.

Tras sus estudios realizó dos largos viajes a Inglaterra, el primero en 1770 como tutor de dos estudiantes ingleses en que causó una gran impresión al Rey Jorge III de Inglaterra y Hannover que lo recomendó para ocupar una plaza de profesor de filosofía. En los años siguientes hasta 1774 realizó observaciones astronómicas en el antiguo Observatorio de Gotinga. En el segundo de sus viajes de 1774 a 1775 conoció a integrantes de la expedición que dio la segunda vuelta al mundo de Cook y a otras personalidades de la época como James Watt o Joseph Priestley. En 1777 realizó experimentos fotográficos con alta tensión, esparciendo licopodio en polvo sobre una placa altamente electrizada, que posteriormente esas figuras en las imágenes se llamaron Lichtemberg.

En 1770 había obtenido plaza de profesor de física, matemáticas y astronomía en la Universidad de Gotinga, aunque no impartió clases hasta 1776.

En 1777 estuvo relacionado con Maria Dorothea Stechardt (1765-1782). Desde 1780 hasta su fallecimiento fue profesor (Ordinarius) de física. En 1782 conoce a Margarethe Elisabeth Kellner con quien comienza otra relación análoga a la matrimonial. En 1793 fue nombrado miembro de la Royal Society de Londres.

Obras literarias

Desde 1764 Lichtenberg fue anotando en libretas una innumerable cantidad de apuntes, aforismos o ideas rápidas, que fueron objeto de publicación mucho tiempo después de su fallecimiento. En ellos se descubre su tendencia al escépticismo y su ironía.

Ejemplos:

El americano que descubrió a Colón hizo un pésimo descubrimiento.

Quien sólo entiende de química, tampoco la entiende.



Aforismos: Georg Christoph LICHTENBERG

Dijo Goethe: detrás de cada broma de Lichtenberg, se oculta un enorme problema. Georg Christoph Lichtenberg (Alemania, 1742-1799) fue sobre todo un científico, pero sus “Aforismos” son considerados una obra capital del género.

Si tengo que elegir una función que ya han elegido mil personas antes que yo, con seguridad no será la de escribir manuales.

Soy mucho más compasivo en mis sueños que cuando estoy despierto.

L. era un hombre bueno en el fondo, sólo que no se ha tomado la molestia de parecerlo. Mi mayor error, el motivo de todos mis disgustos.

Leer saltando de un punto a otro es en cualquier momento mi gran diversión.

Él me desprecia porque no me conoce y yo desprecio sus acusaciones porque me conozco.

A veces he sido censurado por errores cometidos que mi censurador nunca tuvo ni la fuerza ni el ingenio suficientes para cometer.

Ambición violenta y desconfianza las he visto siempre juntas.

Hay que investigar si, por encima de todo, es posible hacer algo sin tener siempre ante los ojos lo mejor de uno mismo.

Nada puede contribuir tanto a la tranquilidad del alma como no tener ninguna opinión.

Una virtud premeditada no sirve para mucho. Sentimiento o hábito, esa es la cuestión.

Yo creo que el hombre al fin es un ser tan libre que no se le puede disputar el derecho a ser lo que él cree que es.

El ingenio y el humor, como todas las sustancias corrosivas, tiene que ser utilizados con cuidado.

Si pensáramos más por cuenta propia tendríamos muchos más libros malos y muchos más buenos.

¿Acaso reflexionar es una cosa distinta a consultar un libro, e inventar es algo más que transformar?

¿Cuán cerca pueden a veces nuestros pensamientos pasar rozando un gran descubrimiento?

La duda no debe ser nada más que atenta vigilancia, de lo contrario puede ser peligrosa.

La inteligencia de una persona puede medirse por el cuidado con que meditalo futuro o el final. Respicefinem

En realidad hay muchísima gente que lee simplemente para no necesitar pensar.

Ciertamente no es de otro modo: la mayoría de los hombres viven más según la moda que según la razón.

Meditar y pensar medrosamente lo que se podría haber hecho, es lo peor que se puede hacer.

La condena presuroso es la mayoría de las veces imputable al instinto de pereza de los hombres.

Tiene que haber en todo un cierto espíritu, una mirada, que, como un alma, dirija todo el conjunto.

Para determinadas personas, un hombre con inteligencia es una criatura más funesta que el más declarado rufián.

Lo mismo que el oído mide proporciones, quizá la lengua calcule superficies de cuerpos.

Hay gente que cree que es razonable todo lo que se hace con un rostro serio.

La superficie más entretenida de la tierra es para nosotros la del rostro humano.

Lo he notado muy claramente: cuando estoy tumbado tengo una opinión, y cuando estoy de pie otra, sobre todo si he comido poco y estoy fatigado.

Aunque caminar a dos piernas no sea una cosa natural en el hombre, es, ciertamente, un invento que le honra.

Articulo: http://www.el-nacional.com 15/06/2014


“Aforismos” – George Christoph Lichtenberg. Pp 321. Ed. Sudamericana. 1990. Traducción por Juan del Solar 

2: Está por ver si en las ciencias y en las artes es posible alcanzar un punto óptimo más allá del cual no pueda ir nuestro intelecto. Tal vez dicho punto se halle a una distancia infinita, aunque a medida que nos acerquemos tengamos siempre menos camino ante nosotros. 

9: […] Si tan difícil resulta precisar el origen de las cosas que ocurren en nuestro interior, ¿qué pasaría si quisiéramos intentar algo parecido con las que se hallan fuera de nosotros? 

17: […] La naturaleza no crea genera ni species, sino individua, y nuestra mipía ha de buscar similitudes para poder retener muchas cosas a la vez. Estos conceptos se vuelven tanto más inexactos cuanto mayores son los géneros que inventamos. 

31: El caracol no construye su casa, sino que esta le crece del cuerpo. 

32: Se podría llamar a la costumbre una fricción moral, algo que no deja al espíritu sobrevolar, ligero, por encima de las cosas, sino que lo ata a ellas de manera tal que le resulta difícil liberarse. 

35: El 4 de Julio de 1765, día en que un cielo despejado alternaba con nubes, estaba en mi cama leyendo un libro cuyas letras podía distinguir con toda claridad; de pronto, sin que yo sintiera nada, se me giró la mano en la que sostenía el libro, inesperadamente, y como debido al movimiento fui privado de un poco de luz, deduje que una gran nube debía de haber tapado el sol y todo me pareció oscuro, aunque la luz no hubiera sufrido merma alguna en la habitación. Así ocurre muchas veces con nuestras conclusiones: buscamos en la lejanía causas que suelen estar muy cerca, en nosotros mismos. 

40: El miedo a la muerte que se inculca a los hombres es a la vez un gran medio del que se vale el Cielo para impedirles cometer muchas fechorías. Muchas cosas no se realizan por miedo a perder la vida o contraer enfermedades. 

43: […] Quién sabe si no debemos la bomba de aire a un buen cocido [una buena comida] y, muchas veces, la guerra a uno malo… 

82: En su Comedia, Dante Alighieri llama a Virgilio, con gran respeto, su maestro, y, sin embargo, como observa el señor Meinhard, hace un pésimo uso de él; una prueba evidente de que ya por entonces se elogiaba a los antiguos sin sabes por qué. Elogiarlos y hacer otra cosa, este respeto hacia ciertos poetas que uno no entiende y, no obstante, quiere alcanzar, es la fuente de nuestros malos escritos. 

130: El campesino que cree que la Luna no es más grande que una rueda de arado, jamás piensa que, a una distancia de pocas millas, una iglesia entera se ve sólo como una mancha blanca y, en cambio, la Luna aparece siempre del mismo tamaño. ¿Qué le impide asociar estas ideas, ya que, por separado, las tiene todas? Quizás en su vida cotidiana asocie realmente ideas mediante lazos más artificiales que éstos. Esta observación debería llamar la atención del filósofo, que acaso aún sea como el campesino a la hora de hacer ciertas asociaciones. 
Empezamos a pensar bastante pronto, mas no sabemos que pensamos, como tampoco sabemos que crecemos o digerimos; muchos, entre el común de las gentes, nunca llegan a saberlo. Una observación precisa de las cosas exteriores nos devuelve con facilidad al punto que observa, es decir a nosotros mismos, y viceversa: quien se ha percibido alguna vez a sí mismo, es fácilmente proclive a observar las cosas que lo rodean. Permanece atento, no sientas nada en vano, mide y compara: tal es toda la ley de la filosofía. 

137: […] Precaución en el juicio es lo que habría que recomendar hoy en día a todos y cada uno. Si cada diez años obtuviéramos tan sólo una verdad incontestable de cada autor filosófico, nuestra cosecha sería ya suficientemente rica. 

139: […] es una lástima que a las fogosas doncellas no se les deje escribir [poesía] sobre los jóvenes bellos como podrían hacerlo si estuviera permitido. Así pues, la belleza masculina aún no ha sido dibujada por las únicas manos capaces de dibujarla con auténtico fuego. Es probable que la espiritualidad que un par de ojos embelesados descubra en el cuerpo que los haya embelesado se manifieste de manera totalmente distinta a las muchachas en los cuerpos masculinos que a los jóvenes en los cuerpos femeninos. 


-KA Κέρας άμαλθειας [1765-1772] – 

165: Hay que hacer que la gente se sienta obligada a cumplir con nosotros a su manera, no a la nuestra. 

178: En Holanda, un príncipe elector de Baviera tuvo que pagar una vez 50 ducados por un plato de tocino y huevos, pese a haber llevado consigo su propio vino. “¿Qué diablos ocurre? –preguntó al tabernero- ¿Son los huevos aquí tan raros?” “No –replicó éste en tono seco-, los huevos no, pero sí los príncipes electores.” 

231: Hay un refrán inglés que dice: es demasiado necio para ser loco. En él hay una observación muy fina. 

262: Lo ha aprendido todo, no para mostrarlo, sino para utilizarlo. 

286: La forma más bella de la ironía es defender una causa totalmente indefendible con argumentos cargados de amargura satírica, citando y comentando a menudo pasajes diversos. 
filosofia

pensamientos
- B Jocoseria [1768 - 1771] – 

67: Solía llamar a las facultades superiores e inferiores de su alma la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, y muy a menudo la primera aprobaba un bill que la segunda rechazaba. 

81: Semblanza de una persona a la que conozco. 
Su cuerpo está hecho de tal manera que hasta un mal dibujante lo dibujaría mejor a oscuras y, si estuviera en su poder modificarlo, daría menos relieve a algunas de sus partes. Con su salud, que dista mucho de ser óptima, este hombre diría que ha estado casi siempre contento; posee el don de aprovechar debidamente sus días de buena salud. Su imaginación, que es su más fiel compañera, jamás lo abandona. Él se instala detrás de la ventana, la cabeza apoyada en ambas manos, y mientras quienes pasan a su lado sólo ven un personaje cabizbajo y melancólico, él suele confesarse en silencio que, una vez más, se ha entregado a divagaciones muy placenteras. No tiene más que unos pocos amigos; a decir verdad, su corazón está siempre abierto a uno solo, presente, y a varios ausentes; su afabilidad hace que muchos lo crean amigo suyo, y lo cierto es que él los sirve también por ambición y amor al prójimo, mas no por ese impulso que lo lleva a servir a sus amigos de verdad. Ha amado tan sólo una o dos veces; la primera, con un amor no desgraciado, la segunda, con uno muy feliz; conquistó un buen corazón únicamente a fuerza de jovialidad y de ligereza, y aunque ahora suele olvidar ambas cosas, siempre venerará la jovialidad y la ligereza como los atributos espirituales que le han deparado las horas más placenteras de su vida. Y si tuviera la posibilidad de volver a elegir un alma y una vida, no sé si elegiría otras de poder recuperar una vez más las suyas. Ya en su adolescencia pensaba muy libremente sobre la religión, aunque nunca ha considerado un honor ser librepensador, ni tampoco creer sin excepción en todo. Es capaz de rezar con fervor, y nunca ha podido leer el Salmo 90 sin que lo embargara un sentimiento sublime e indescriptible. Antes de ser engendrados los montes, etc., significa para él infinitamente más que Canta, alma inmortal, etc. No sabe qué odia más, si a los jóvenes oficiales o a los jóvenes predicadores, con ninguno de los cuales podría vivir mucho tiempo. Su cuerpo y su indumentaria raramente han sido aptos, y sus convicciones raramente… suficientes para las reuniones sociales. Espera no pasar nunca de tres platos al mediodía y dos por la noche, con un poco de vino, ni quedarse por debajo de algunas patatas, manzanas y algo de pan y también de vino diario: en ambos casos se sentiría infeliz. Ha caído enfermo siempre que ha vivido unos días fuera de estos límites. Leer y escribir son para él ocupaciones tan necesarias como comer y beber, y espera que jamás le falten libros. En la muerte piensa a menudo y nunca con horror; le gustaría poder pensar en todo con tanta serenidad y espera que algún día su Creador le reclame dulcemente una vida de la que él no fue un propietario demasiado avaro, aunque tampoco dilapidador. 

95*: en Alemania “… se aprendía lo que habían pensado los antiguos, en vez de pensar como ellos, y se aprendía la lengua en la que habían hablado, en vez de aprender a hablar como ellos.” – Herder. 

143: A veces me paso ocho días sin salir de casa y vivo muy contento. Si tuviera que permanecer el mismo tiempo bajo arresto domiciliario, caería enfermo. Donde hay libertad de pensamiento, uno se mueve con facilidad en su propio círculo; donde se reprimen las ideas, hasta las permitidas se asoman con expresión tímida. 

262: […] Para entender debidamente a un hombre habría que ser, a veces, el hombre mismo al cual se quiere entender. Quien comprenda lo que es un sistema de ideas, aprobará mis palabras. Estar a menudo a solar, reflexionar sobre sí mismo y hacer de uno mismo su propio mundo puede procurarnos un gran placer, aunque de este modo, y sin darnos cuenta, vayamos cimentando una filosofía que admite y aprueba el suicidio. De ahí que sea bueno aferrarse de nuevo al mundo a través de alguna chica o un amigo, a fin de no derrumbarse del todo. 

365: ¿De qué le sirve leer a los antiguos a un hombre que ha perdido el estado de inocencia y, donde quiera que mire, vuelve a ver su propio sistema?... 

387: Todo no puede funcionar a la perfección en el mundo, pues a los hombres aún hay que gobernarlos con engaños. 
Aforismos

Lichtenberg
- C The whole man must move toghether [1772 - 1773] – 

32: Algo que se mueva de un extremo a otro de un granito de arena con la velocidad de un rayo o de la luz, nos parecerá estar en reposo. 

57: No quiero hacerte sombra, animalito (era una araña), el sol es tan tuyo como mío. 

194: Muy a menudo he meditado sobre lo que realmente distingue al gran genio del común de las gentes. He aquí algunas de mis observaciones. El hombre común está siempre conforme con la opinión y la moda imperantes, considera el estado en que todo se encuentra ahora mismo como el único posible, y se comporta pasivamente en cualquier orden de cosas. No se le ocurre pensar que todo, desde la forma de los muebles hasta la más sutil de las hipótesis, se decide en el gran consenso de los hombres, del que él mismo forma parte. Usa zapatos de suela fina aunque las piedras puntiagudas le lastimen los pies, y, por seguir la moda, se hace correr las hebillas hasta la altura de los dedos del pie, aunque el zapato se le salga con frecuencia al caminar. No piensa que la forma del zapato depende tanto de él como del loco que por vez primera usó suela delgada sobre un empedrado miserable. El gran genio se pregunta siempre: “¿No podrá ser falso esto también?”. Nunca da su voto sin reflexionar. He conocido a un hombre talentosísimo cuyo sistema de opiniones, no menos que su mobiliario, se distinguían por un orden y funcionalidad muy especiales. En su casa no aceptaba nada de cuya utilidad no estuviera seguro; resultábale imposible adquirir algo tan sólo porque los otros lo tuvieran. Pensaba: sin mí han decidido que esto debe ser así, pero quizás hubieran decidido otra cosa de haber estado yo presentado. Demos gracias a estos hombres que al menos son capaces de desaprobar con la cabeza cuando se quiere imponer algo para lo que nuestro mundo es aún demasiado joven… 

253: Paraguas con forma de sombrero. 

267: Con qué facilidad puede ser el egoísmo –sin que lo advirtamos- el móvil de muchas acciones que nos parecen totalmente independientes de él, nos lo demuestra el hecho de que la gente pueda querer el dinero como tal, aunque jamás lo utilice. 

272: Si en el mundo sólo hubiera patatas y zanahorias, no faltaría alguien que dijese: ¡Lástima que las plantas crezcan al revés! 
Georg Christoph Lichtenberg - Aforismos

filosofia
- D [1773 - 1775] – 

55: Si yo no hubiera escrito este libro, dentro de mil años, entre las 6 y las 7 de la tarde, por ejemplo, en varias ciudades de Alemania se hablaría de cosas totalmente distintas de las que, en efecto, se hablará. Si en Vardöhus hubiera yo arrojado al mar una pepita de cereza, la gota de agua de mar que Myn Heer se enjugó de la nariz en el Cabo de Buena Esperanza no habría estado exactamente en el mismo sitio. 

61: Había participado en muchas batallas sin recibir una sola herida, y al final lo mató una botella de Winser Breihan sumamente difícil de descorchar. La pipa que pensaba fumarse mientras bebía, estaba ya encendida. 

130: Los habitantes de Otaheite comen cada cual por separado y no logran comprender cómo es posible comer en grupo, sobre todo con las mujeres. Asombrado, Banks les preguntó por qué comían solos, y ellos respondieron que porque era correcto, aunque no querían ni podían decir por qué era correcto. 

137: Encontrar un pensamiento que haga morir de risa a todo aquel que lo oiga. 

201: Dios creó al hombre a su imagen significa, probablemente, que el hombre creó a Dios a la suya. 

234: Un inglés ha descubierto a orillas del río Ohio una colonia de judíos de los que hasta ahora no se habían tenido noticias. Afirman descender de la tribu de Neftalí y haber vivido allí desde los primeros tiempos del primer Templo. Nada saben de sus otros correligionarios ni de la destrucción del Templo. 

235: Un invento medianamente nuevo con un nombre totalmente nuevo. 

264: Apenas si tenemos derecho a hablar de filósofos. Difícilmente encontraríamos una docena en Europa; los demás son magistri, doctores y profesores de filosofía. Los antiguos son, sin duda, superiores a nosotros: I) porque no imitaban todo el tiempo; II) porque no tenían un espíritu sistemático, III) porque aprendían más cosas que palabras, IV) porque eran más libres, V) porque no escribían tanto para ganarse el pan, VI) porque observaban más la naturaleza. No veo por qué alguien que, hoy en día, tomara estas precauciones, no podría igualar a los antiguos, ni por qué forma la naturaleza podría haberse agotado. 

329: Nuestro mundo ha de llegar aún a tal grado de sutileza que será tan ridículo creer en un Dios como lo es hoy creer en fantasmas. 

436: Y así se burlarán de nosotros el primo ángel y el primo mono. 

451: El hombre era tan inteligente que casi no se lo podía utilizar para nada en el mundo. 
pensamientos

Aforismos
-E [1775 - 1776] – 

79: Quien tenga dos pares de pantalones, que venda uno y se compre este libro. 

93: Su propio personaje se burla de él. 

131: […] todo el mundo sabe que, exceptuando a los grandes señores, el ser humano no posee absolutamente nada más allá de su epidermis… 

215: Un libro es un espejo; si un mono se mira en él, el reflejado no podrá ser un apóstol. No tenemos palabras para hablar de sabiduría con el necio. Ya es sabio quien entiende al sabio. 

310: Escribe de tal modo que hasta a los ángeles se les paraliza el entendimiento. 

385: “¿Cómo va?”, preguntó un ciego a un paralítico. “¡Pues ya lo ve!”, replicó el paralítico. 

507: Es una excelente observación del señor Hartley la de que la variedad de idiomas permite rectificar los juicios falsos. Porque pensamos en palabras. Es algo que merece una profunda reflexión, a saber en qué medida el aprendizaje de otras lenguas nos aclara conceptos en nuestro propio idioma. Un buen tema. 
Lichtenberg

Georg Christoph Lichtenberg - Aforismos
-F [1776 - 1779] – 

38: Valdría la pena investigar si no resulta perjudicial pulir en exceso la educación de los niños. Aún no conocemos suficientemente al hombre como para eximir por completo al azar, si me es lícito hablar así, de la ejecución de esta tarea. Creo que si nuestros pedagogos llevan a buen fin sus intenciones, vale decir si logran que los niños se formen por entero bajo su influencia, nunca más tendremos un hombre auténticamente grande. Lo más aprovechable de nuestra vida no nos lo ha enseñado, normalmente, nadie. En las escuelas públicas, donde muchos niños no sólo estudian juntos, sino que también hacen travesuras, no se forman, es verdad, muchos gandules mojigatos y más de uno se pierde del todo, pero a la mayoría se les nota la superioridad. Dios no quiera que el hombre, cuya maestra es la naturaleza entera, acabe convirtiéndose en un trozo de cera en el que cualquier profesor imprima su sublime imagen. 

241: Agrandar tanto el mundo que las partículas luminosas parezcan balas de cañón de 24 libras. 

342: Aquello fue cuando el tiempo aún no tenía barba. 

413: No es que los oráculos hayan dejado de hablar, sino que los hombres han dejado de escucharlos. 
filosofia

pensamientos
- G [1779 - 1789] – 

18: Quien se conoce bien a sí mismo, tarda muy poco en conocer a todos los demás hombres. Todo es reflejo. 

79: Hay gente capaz de creer en todo lo que quiere: ¡Son criaturas felices! 

183: El americano que primero descubrió a Colón, hizo un mal descubrimiento. 

222: Si a un hombre juicioso se le puede dar un golpe y atontarlo, no veo por qué a un tonto no se le podría dar otro y volverlo inteligente. 




ANDRÉS ORTIZ-OSÉS [14.040]

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Andrés Ortiz-Osés

Andrés Ortiz-Osés (Tardienta, Huesca, 1943) es un filósofo español.

Estudió teología en la Universidad Pontificia Comillas y posteriormente filosofía en la Universidad Gregoriana de Roma. Más tarde se trasladó a la Universidad de Innsbruck (Austria) donde se doctoró en filosofía hermenéutica. En Innsbruck asistió a las clases de Gadamer, Emerich Coreth y Franz-Karl Mayr. Ha colaborado con el Círculo de Eranos (Suiza), inspirado por Carl Gustav Jung y del que han formado parte Karl Kerenyi, Mircea Eliade, Erich Neumann, Gilbert Durand y James Hillman entre otros.

Es fundador de la hermenéutica simbólica. De ella se ha dicho que proporciona un giro a la disciplina originaria de Alemania, por el que "la razón clásica se convierte en razón-sentido, una razón sensible o sensual propia de una filosofia sudista, latino-mediterránea e hispano-americana, caracterizada por una razón afectiva".

La aportación de Ortiz Osés que más difusión ha tenido entre el gran público es posiblemente la dedicada el estudio de la mitología vasca, así como al llamado matriarcalismo vasco. La Universidad Nacional Autónoma de México ha publicado una obra sobre su pensamiento antropológico, coordinada por Blanca Solares, con el título El dios andrógino.

La revista Anthropos le ha dedicado un número monográfico. Es miembro de honor de la Sociedad Española de Psicología Analítica. Es director de la colección Hermeneusis de la editorial Anthropos Ha sido profesor de las universidades de Zaragoza, Pontificia de Salamanca y Deusto, donde es catedrático de filosofía.

En su trayectoria ha realizado la intersección entre la escuela de Heidegger (hermenéutica) y la escuela de Jung (Círculo Eranos). El resultado es una Filosofía del sentido.

Obra

Su obra se extiende a lo largo de tres decenios y ha publicado más de treinta libros. Pueden organizarse en cuatro grupos:

Tratados hermenéuticos

Antropología hermenéutica. Editorial Ricardo Aguilera, 1973. ISBN 84-7005-123-7
Mundo, hombre y lenguaje crítico. Sígueme, 1976.
Comunicación y experiencia interhumana. Descleé, 1977. ISBN 84-330-0383-6
La nueva filosofía hermenéutica. Anthropos, 1986. ISBN 84-7658-017-7
El Círculo de Eranos. Una Hermenéutica Simbólica del Sentido. Anthropos, 1994. ISSN 0211-5611
Análisis y lectura del almacenamiento simbólico de Eranos. Anthropos, 1994. ISSN 0211-5611
Claves de hermenéutica: para la filosofía, la cultura y la sociedad. Bilbao: Universidad de Deusto. Departamento de Publicaciones, 2005. ISBN 978-84-7485-479-4
Diccionario de la existencia. Asuntos relevantes para la vida humana. En colaboración con Patxi Lanceros. Anthropos, 2006. ISBN 978-84-7658-799-7
Diccionario de hermeneútica: una obra interdisciplinar para las ciencias humanas. Bilbao: Universidad de Deusto. Departamento de Publicaciones, 2006. ISBN 978-84-7485-917-1
Hermenéutica de Eranos. Las estructuras simbólicas del mundo. Proemio Eugenio Trías. Apéndice de Gilbert Durand. Barcelona: Anthropos Editorial, 2012. ISBN 9788415260363

Estudios mitosimbólicos

El matriarcalismo vasco. Universidad de Deusto, 1980. ISBN 84-7485-011-8
El inconsciente colectivo vasco. Txertoa, 1982. ISBN 84-7148-107-3
Antropología simbólica vasca. Anthropos, 1985. ISBN 84-85887-84-0
C. G. Jung: Arquetipos y Sentido. Universidad de Deusto, 1988. ISBN 84-7485-086-X
La identidad cultural aragonesa. Centro de Estudios Bajoaragoneses, 1992. ISBN 84-86982-33-2
El sentido de la cultura vasca. Cultura popular vasca y deporte. Annals of Foreign Studies XLIII 1-31. Universidad de Kobe (Japón), 1998.
Juego y simbolismo. Investigación de la cultura vasca. Universidad de Kobe (Japón), 1999. (Español-japonés)
La diosa madre. Trotta, 1996. ISBN 84-8164-099-9
Las claves simbólicas de nuestra cultura. Anthropos, 1992. ISBN 84-7658-307-9
Cuestiones fronterizas. Anthropos, 1999. ISBN 84-7658-560-8

Filosofía del sentido de la vida

Metafísica del sentido. Universidad de Deusto, 1989. ISBN 84-7485-108-4
La razón afectiva, 2000. ISBN 84-8260-073-7
Amor y Sentido, 2003. ISBN 84-7658-652-3.
Razón y sentido. Aufsätze zur symbolischen Hermeneutik der Kultur. 2006. Iberoromania. Volume 62, Issue 2, Pages 150–152, ISSN (Print) 0019-0993, DOI: 10.1515/IBER.2005.150
El sentido de la existencia. Posmodernidad y nihilismo (con G. Vattimo). Universidad de Deusto, 2007. ISBN 9788498300758
The Sense of the World. 2008. ISBN 978-1-888570-34-2 (Traducción inglesa de David Sumares)
La herida romántica. Anthropos, 2008. ISBN 978-84-7658-878-9
Heidegger y el ser-sentido. Universidad de Deusto, 2009. ISBN 978-84-9830-966-9
Nietzsche: La disonancia encarnada. Libros del Innombrable. Zaragoza, (en prensa).

Aforismos

Co-Razón. MRA, 1996. ISBN 84-88865-82-1
Experiencia / Existencia. March Editor, 2006. ISBN 84-95608-77-4
Filosofía de la experiencia. Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2006. ISBN 84-8127-176-4
Meditación del existir. ISBN 9788495399984
El enigma de existir. Diputación de Valencia, 2008. ISBN 84-7822-529-3




Posiblemente Andrés Ortiz-Osés (1943) es uno de los más persistentes y profundos cultores del aforismo en nuestra lengua.  Del sentido de vivir y otros sinsentidos, puede considerarse una obra admirable del género. Los aquí seleccionados pertenecen a un conjunto de 550 aforismos, incluidos en el Diccionario de la existencia.

Nietzsche sabe que no existe salvación del dolor de existir, por eso lo afirma desesperadamente.

Como quien busca un mar y encuentra una piscina.

El auténtico héroe no debe liquidar al monstruo sino licuarlo: hacerlo líquido, des-cosificarlo o desreificarlo, metabolizarlo o transformarlo.

De viejo cualquier tiempo pasado fue menos pesado.

El otro es lo que nos falta y sobra: por eso lo tememos y, al mismo tiempo, lo deseamos.

El héroe auténtico debe asumir la vida (extroversión) y la muerte (introversión): expansión e impansión.

La aforística busca lo certero: no lo cierto sino el concierto.

Oh infinitud, acoge mi finitud en tu seno.

Amar es modelar y ser modelado.

La música es la suspensión de los sonidos y la lucha por su concordancia.

Conocer es ver espacialmente: comprender es oír especialmente, o sea, escuchar temporalmente.

El sentido no es la replicación sino la coimplicación.

Como decía Simmel, no hay relación social sin mentira: la mentira es la carne de la verdad descarnada y el abrigo de la verdad desnuda.

Patria o muerte: entonces se trata de una patria mortífera.

Debemos estar del lado de las víctimas: pero no podemos ser sus rehenes cerrando puertas al diálogo.

Mi rebeldía no tiene que ver con la muerte de Dios sino con la de mi madre en la adolescencia: pero ambas muertes vienen a significar en el fondo lo mismo.
No rendirse: rendir.

A río revuelto ganancia de pecadores.

Era una persona tan preclara que nunca llegó a aclararse.

Más saber, más dolor: dice el Eclesiastés.

Querer es querer ayudar.

El fin comienza en el principio: y el principio se libera en el final.

El ser trasciende a la nada: y la nada trasciende al ser.

Los excesos se pagan con recesos.

El ser es heleno, el acontecer es hebreo y el estar es iberoamericano.

Dios es a veces lo único que tengo que no tengan los demás.

No hay hechos puros sino impuros: hechos interpretados.

Felices hay muchos: feliz no hay nadie.

Si te dan en una mejilla, pon la otra mejilla: la mejilla del otro.

No hay acción desinteresada: toda acción está interesada en uno mismo o en el otro, en esto o lo otro, en lo de más acá o más allá.

Cuánto se tarda en ser feliz: y qué poco dura.

Cada felicidad es distinta: cada infelicidad es igual.

En la solución tiene que estar contenido el problema: de lo contrario hay disolución.

Si Dios no puede hacer lo imposible no es omnipotente: y si puede hacerlo puede hacer que Dios no sea.

El problema no es a dónde vamos a llegar, sino a dónde no vamos a llegar.

Dios mío, debo cuidar mis ojos: para poder aún verte en algunos otros.

El hombre honesto, según Montaigne, es un hombre mezclado.

Ni estamos tan solos cuando lo estamos ni estamos tan acompañados cuando lo estamos.

Hay cosas que no tienen ni principio ni fin: hay personas que no tienen ni principios ni fines.

Cuando la vida se pone cruda acudimos al aforismo: pues sólo permanece el aforismo como un epitafio.

Un día dúctil, dócil, sutil quiero: deletéreo y lábil, ondulante: evanescente, frágil, untuoso: flotante, concertante y espumoso.

La virtud es contención y concentración: el vicio es exceso y dispersión.

Sólo se siente la tensión del dolor: el gozo se disiente sin tensión.

La felicidad es un estado irrisorio que consiste en sonreírse de sí mismo y reírse con el otro u otra.

No exigir tanto. Contentarse.

Responsable es el que responde.

La melodía expresa el sentimiento: la armonía el consentimiento.

Quien quiera respuestas que guarde silencio, dijo Heidegger: pues la respuesta flota en el aire.

Que la muerte nos coja ya medio muertos.

Llamamos estar en coma a estar en punto y aparte.

Cuantos más y mejores amigos, más y peores enemigos.

Sin enemigos no obtendríamos el equilibrio del contrapunto.

Articulo: http://www.el-nacional.com 13/04/2014



Cien aforismos lúdico-lúcidos
Andrés Ortíz-Osés

(Preámbulo) Ofrecemos aquí cien aforismos lúdico-lúcidos, los cuales trasparentan un cierto sentimiento tragicómico de la existencia del hombre en este mundo: a través de la clave simbólica del humor, la ironía y la melancolía.

Vida: brutal esfuerzo del ser por arribar al borde de la (la) nada.

Amor: gran festín que nos deja más hambrientos.

Nada: el paraíso trasterrenal del ser.

Saber: cuanto más sabes, más sabes que no sabes.

Dinero: cuanto más tienes, más sabes lo que no tienes.

Dios es amor: pero el amor es diablesco.

Dios es la eternidad, el hombre el tiempo y el diablo el contratiempo.

El mar relaja la mar.

El hombre es un animal eximio: ex-simio.

Vida: lo que le pasa a los muertos.

Muerte: lo que le pasa a los vivos.

Esperando a Jodot.

Dios: el creador de todo.

Creyente: el creador de Dios.

Felicidad: palabra dicha con facilidad.

Falicidad: palabra dicha con felicidad.

Libro hispano: libro vano o en vano.

Escolástica: filosofía con la cual y sin la cual todo se queda tal cual.

Catolicismo: cristianismo en conserva.

Protestantismo: cristianismo en comida-rápida.

Moral sexual: minusturbación.

Maestro: el que enseña lo escondido.

Discípulo: el que esconde lo enseñado

Divinidad: Ser Supremo al que rezamos tras una catástrofe que al parecer podría haber evitado (te rogamos acláranos).

Razón: lo que tenemos en común nosotros.

Sinrazón: lo que tienen en común los otros.

Revolución: evolución con revólver.

Mujer: hembra.

Hombre: hembro.

Heterosexual: heterodoxo sexual que prefiere la otredad.

Homosexual: patriota sexual que prefiere lo propio.

Fe: Dios está en las nubes.

Era un pobre hombre: valga la redundancia.

Seriedad: tomar la realidad como no es.

Cachondeo: tomar la realidad como es.

Justicia: virtud simbolizada por la ceguera.

Sacerdote: liturgo taumaturgo.

Psicoanalista: liturgo traumaturgo.

Sirviente: el que sirve porque no sirve.

España: país de (ex)combatientes.

Expaña: país de (ex)combatidos.

Iglesia: lugar de encuentro de curas a oscuras.

Ejército: castro de castrenses a menudo castrantes.

Führer: homo furiosus.

Nacionalismo: nazi-onanismo.

Boina: funda mental a menudo fundamentalista.

Terrorista: redentor irredento.

Papa: pontífice cuyo papado suele acabar con papada.

Franco: generalísimo.

Aznar: singularísimo.

Heterosexualidad: sexualidad a priori.

Homosexualidad: sexualidad a posteriori.

Sexo: fricción sin ficción.

Amor platónico: ficción sin fricción (amor aplatanado).

Eros: fricción y ficción.

Amor plutónico: aquí te hallo aquí te hollo.

Latino: ladino.

Occidental: mal oriental/orientado.

Sudista: el que suda el/al sur.

Europeo: (N)eurótico.

Germano: hermano áspero.

Yugoslavo; esclavo bajo yugo

Oriental: aval oval.

Japonés: niquita nipón.

Catalán: cuotaland.

Aragonesa: maña con fuerza.

Aforismo: el fuero de lo desaforado.

Mito: es Aquello que nos creemos tanto que no creemos que nos lo creemos (R. Panikkar).

Ateo: creyente en la increencia.

Cura: crustáceo curiáceo.

Bush: hombre-mata (bosquimano) que no está bien del capitolio.

Sadam: Satán.

Armas de destrucción masiva: armas de destrucción más IVA (americano).

Nombre para un cura trabucaire con donaire: Trabucodonosor.

Posmodernidad: época posepocal (apocada).

Opio del pueblo: con la iglesia hemos dopado.

Loco: ido.

Cuerdo: vuelto (revenido).

Tontos: tantos.

Tontón: tonto que va al tun-tún.

Matrimonio: unión heterosexual.

Fratrimonio: unión homosexual.

Patrimonio: unión bancaria.

Placer: lo que calma pero no colma.

Desganado: por falta de ganado.

La nación es la matria, el Estado es la patria, la ciudadanía es la fratria.

Canonizan al Escriba de Balaguer: rezaré por él

Antes los alumnos eran marxianos (que ya es decir): ahora los alumnos son marcianos (que ya es no decir).

El remedio está en el medio: y la remediación está en la mediación.

El sentido de la vida: la asunción del sinsentido (muerte).

Castigar es castrar (castum-agere).

Sentido: sutura surreal de la fisura real.

Dios mío, Dios mío, por qué no me has abandonado.

Hagas lo que hagas: lo q´agas.

La peste aviar nos puede aviar.

La verdad os hará libres: y el sentido os librará de la verdad.

Ama y haz lo que puedas.

Mi epitafio: Aquí yazgo y yazgo bien, yo descanso y vosotros también.

Reunión en Césaraugusta de antiguos compañeros de estudios en Innsbruck: gozo y melancolía pues todo sigue igual y diferente (entonces comenzábamos a tener futuro y ahora comenzamos a tener pasado).


EPIGRAMA (HOMENAJE A E. CARDENAL)

Al amarte yo a ti
Tú y yo hemos ganado:
Yo porque tú eres
Lo que yo más estimo
Tú porque yo soy
Al que tú estimas más.
Pero de nosotros dos
Yo estimo más que vos:
Porque tú puedes amar a otros
Como me amas a mí
Mas yo no podré amar a otras
Después de amarte a ti:
Después de amarte así.







JÁNOS SZENTMÁRTONI [14.049]

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JÁNOS SZENTMÁRTONI

(Budapest, Hungría 1975) Después de terminar sus estudios en la Universidad Eötvös Loránt, se desempeña como redactor de Magyar Napló (Diario Húngaro), revista de la Asociación de Escritores Húngaros.
Ha publicado los volúmenes de poesía Soledad ancha, como el camino (Ediciones Stádium, 1995), El oráculo (Ediciones Tevan, 1998), Aquí, en el papel blanco (Ediciones Szépszalon, 2001), El otro padre (Ediciones Stadium, 2005), El helicóptero de Ulises (Ediciones Parnasszus, 2008) y Balada con bastidores banales, poesías escogidas (Ediciones Stádium, 2010) y el libro de ensayos Barca viva (Ediciones Magyar Napló, 2004)
Sus versos han sido traducidos a varios idiomas. En español, figura en la antología Tendré un helicóptero (Ediciones Isla Negra, 2006. Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional József Attila, en el año 2007. Es desde el año 2004 presidente de la Sección Lírica, y desde el 2010 presidente de la Asociación de Escritores Húngaros.

OBRA:

Kötetei

Útszéles magány (versek), Stádium Kiadó, Budapest, 1995.
Madárjós (versek), Tevan Kiadó, Békéscsaba, 1998.
Itt a papíron (versek), Széphalom Könyvműhely, Budapest, 2001.
Eleven csónak (esszék, kritikák, tanulmányok), Magyar Napló Kiadó, Budapest, 2004.
A másik apa (versek), Stádium Kiadó, Budapest, 2005.
Ulysses helikoptere (versek), Tipp-Cult - Parnasszus, Budapest, 2008.
Ballada hétköznapi díszletekkel (válogatott versek), Stádium Kiadó, Budapest, 2010.
El perro (A kutya, válogatott versek spanyolul) BlueBird Kiadó, Miami, 2010.
Calul lacurilor (Ló a tavon, válogatott versek románul és magyarul) Proema Kiadó, Nagybánya, 2011.




EL PERRO (y otros poemas) 
János Szentmártoni


EL PERRO

(A kutya)


Ascienden las llamas, clavan en mí sus dientes.
Mis ladridos se detienen ante la reja.
Iluminado por la luna –mis ojos anegados de espanto−,
centellea mi sangre de lobo enjaulado.
Aúllo, escaparía, tensos los músculos.
¡A mi cuello ataron mi casa en llamas!





EXTRANJERO

(Idegen)


Se sienta en una esquina de la taberna,
no le gusta que le hablen;
sus ruidosos sorbos remueven
montañas enormes, febrilmente.
Mientras escribe estos versos, fuera
se escucha el ruido de un carretón fúnebre;
teme que pueda arrastrarle
y no se detiene hasta olvidarlo.
Cabalgando o sobre un montón de heno
volverá, aplazará su regreso
hasta que todo se haga tan denso
como la tinta en el papel.
Si canta, se estremecen las puertas,
el viento arranca arboles de raíz;
si se apresura, tropieza con una piedra
y ráfagas polvorientas le agreden.





CONSEJO

(Jó tanács)

Si yo desapareciera y nadie supiese donde estoy,
no interroguen niños, objetos ni seres vivos,
escuchen el viento, crecer la hierba, las esencias
que mezcla el tiempo cuando ya estamos congelados.

No escrutes el cielo y no hociques la tierra,
el cielo te da vértigo y la tierra te desnuda.
Cuida las palabras nuestras del pasado
que flotan todavía en las nubes de tu vestido.

http://laprimerapalabraque.blogspot.com.es/




El Perro, de Szentmártoni

Pocas veces tenemos en Latinoamérica la posibilidad de estar en contacto con lo último que se hace en poesía en los países de Europa del este. Y si hablamos de Hungría, apenas recordamos los nombres de Attila Josef, Sandor Weöres y... Por eso es tan valioso que el poeta cubano Heriberto Hernández Medina –traductor, asimismo, del húngaro- me haga llegar vía correo físico estos “Valgatott versek” o poemas elegidos, de János Szentmártoni (Budapest, 1975), con ilustraciones de Eduardo Sarmiento.

Dado que poco o nada conocemos actualmente de esta poesía, me limito, por ahora, a reproducir uno de los poemas de la antología, titulada El Perro, seguro de que llegará bien a vuestros oídos su oscuro ritmo:



DISTRIBUCIÓN DEL TÉ EN LA PLAZA

Hedor penetrante: ácido,
como olor de vino dañado
en el fondo de la garrafa.
Las barbillas arden como braza.
Está nevando.
En los ojos, la sumisión
de las fieras en la trampa.
La nieve se pega al pelo
blanca como la gasa,
manos cruzadas
en los vasos humeantes.
La nuca, húmeda como las cloacas.
Como joyas caídas al agua,
se pierde una lágrima
en el abismo del vaso.











YANIRA MARIMÓN [14.050]

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Yanira Marimón Rodríguez 


Nació en Matanzas, Cuba; en el año 1971. Poeta y narradora. Miembro de la UNEAC y editora de la revista Matanzas.

Es una poeta y narradora matancera. Ha obtenido distintos reconocimientos como el Premio del I Encuentro de la Joven Poesía (Camagüey, 2004) y el Premio nacional de poesía José Jacinto Milanés que convoca la UNEAC de Matanzas en el 2010 con el poemario Contemplación vs. Acto y también obtuvo con este título en ese mismo año el Premio Nacional de la Crítica.

Bibliografía 

La sombra infinita de los vencidos, poemario (Ediciones Aldabón, 2005).
Donde van a morir las mariposas, noveleta (Casa Editora Abril, 2006).
Contemplación vs. acto, poemario (Editorial Capiro, 2009).

Premios y Distinciones

Premio Calendario 2010.
La Rosa Blanca, 2006.
Premio del I Encuentro de la Joven Poesía (Camagüey, 2004).
Mención en el Premio de poesía de La Gaceta de Cuba, 2007.
Beca de creación Juan Francisco Manzano, 2008 por el proyecto de libro Tocar las puertas del cielo (novela para jóvenes).
Primer Premio en el Concurso Extraordinario de poesía por el Bicentenario de Plácido, El Peregrino, 2009.
Premio nacional de poesía José Jacinto Milanés que convoca la UNEAC de Matanzas en el 2010 con el poemario Contemplación vs. Acto y también obtuvo con este título en ese mismo año el Premio Nacional de la Crítica.




CONTEMPLACIÓN VS. ACTO (y otros poemas) / Yanira Marimón

Poemas del libro Contemplación vs. Acto, Premio José Jacinto Milanés, 2008 y Premio de la Crítica 2009.



Yanira Marimón, niña aún, en una linda foto junto a su padre, el poeta Luis Marimón



CONTEMPLACIÓN VS. ACTO

                                              a Gaudencio

También es la vida
aquello que sin pasar pasa y
nos revuelve y cansa
lo que apenas percibimos
la muerte que llega despacio
para hacer lo suyo:
horadar huesos carne alma.
La escena rural que vemos
desde la ventanilla de un tren
en la que un hombre se despide
(quizás por última vez)
de su mujer y de sus hijos.
La fatiga por lo que hacemos
y por aquello que no alcanzamos a hacer
(nosotros, soldaditos tambaleantes)
Las palmas deliciosas que a lo lejos
parecen decirnos también
de su cansancio.
Todo se repite
como en el ciclo del agua
(pero de forma más sintética)
Contemplación vs. acto
Acto vs. contemplación.
Vida cíclica esta
donde nos ha tocado ser
los contemplativos:
José
Raúl
Ángel
Luis
esos nombres
esos desconocidos de ojos enormes
y expectantes.
(muertos siempre vivos)
Es simple amor:
en esta orilla sólo sobrevivimos
como la mala hierba
o estatuas de mármol
sitiadas por el agua.






LA MADRE

Antes de nacer el hijo, la madre preparó su casa delicadamente. Cuidó de colocar en las paredes reproducciones de los más grandes pintores: Rembrandt, Van Gogh, Miguel Ángel…Compró pinceles de todas las clases y tamaños, los más refinados óleos, lienzos blancos que recordaban los sepulcros.
Murió sin ver cumplido su sueño. Los pinceles, lienzos y pinturas permanecen intactos, cubiertos por el polvo y el olvido.
El hijo no llegó a pintar ni un cuadro. Fue sólo asesino.
Ahora, en las noches, intenta dibujar un rostro en las húmedas paredes de la cárcel.
Pero siempre le parece imperfecto, inacabado.




HORROR AL VACÍO…

                                           para Z., para mí

Vamos llenando el espacio con objetos
colocamos en las paredes pinturas
de amigos o enemigos
reproducciones
fotos donde aparentamos ser felices
en las que cambiamos el rostro
(momentáneamente)
por otro más cándido.
Colgamos blasones
espadas
máscaras
objetos robados
o comprados a contrabando.
Ponemos mesas a nuestro alrededor
tapices
cosas de plástico hierro madera cristal
nos creamos un mundo denso
de materia que va desviando
nuestra razón de la caída
de la soledad irremediable
que nos ronda.
De cierta manera los objetos cantan en silencio
danzan armoniosamente
bajo nuestro mismo techo.
Sería mejor huir al monte
a la soledad de los árboles
al frío de las madrugadas.
Tendrán que perdonarnos estas fugas
esta manía de rodearnos de cosas vanas.
No es el proyecto que Dios tenía
para el hombre,
pero al menos es una forma viable
de no caer
de no caer del todo..





DESDE LA ETERNIDAD, CÉLINE OBSERVA PARÍS.

Louis Férdinan Céline observa París desde la eternidad. Sabe que su ciudad no es una fiesta. Lo sabe y llora con sincera agonía. De forma cíclica ve pasar su vida: su niñez y adolescencia en el pasaje Choiseul, la pobreza extrema, sostenida.
A su madre inválida reparando encajes viejos, la escalera de caracol que debían subir una y otra vez, eternamente.
Los fideos y las gachas en su plato, la guerra.
Céline busca, pero no logra ver los Campos Elíseos, sólo suburbios donde debía haber luces, oscuridad, medios locos, hombres con heridas, historias clínicas abiertas de él mismo, pacientes pobres, sacerdotes agonizantes trepando las ventanas.
Louis Férdinan Céline observa París desde la eternidad. Y cambia la vista..





RICARDO PAU-LLOSA [14.051]

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Ricardo Pau-Llosa

Ricardo Pau-Llosa (* 17 de mayo de 1954, La Habana, Cuba, vive en Estados Unidos desde 1960). Escritor, poeta y crítico de arte cubano-americano, uno de los pioneros de la crítica de artes visuales latinoamericanos en Estados Unidos y Europa.

Emigró a Miami después de la Revolución Cubana donde se graduó en la Belén Jesuit Preparatory High School prosiguiendo estudios en diversas universidades americanas como Florida International University (BA, 1974), Florida Atlantic University (MA, 1976), y la University of Florida (1978-1981).

Bibliografía

Bain, Carol E., Jerome Beaty and J. Paul Hunter, eds. The Norton Introduction to Literature. 6th edition. New York: W. W. Norton, 1995.
Chávez Rivera, Armando, Cuba Per Se: Cartas de la Diáspora, Spanish-language interviews with Cuban writers, Miami: Ed. Universal, 2009.
Collins, Billy, ed. 180 More Extraordinary Poems for Every Day. New York: Random House, 2005.
Dick, Bruce Allen, ed. A Poet's Truth: Conversations with Latino and Latina Poets. Tucson, Arizona: U Arizona Press, 2003.
Frank, Patrick, ed. Readings in Latin American Modern Art. New Haven, Connecticut & London: Yale University Press, 2004.
Hernández Cruz, Víctor, Leroy V. Quintana and Virgil Suárez, eds. Paper Dance. New York: Persea Books, 1995.
Luís, William. Dance Between Two Cultures: Latino Caribbean Literature Written in the United States. Nashville: Vanderbilt U Press, 1997.
Milián, Alberto. “Defying Time and History: Ricardo Pau-Llosa." Interview, Manoa, 15.1 (2003).
Pau-Llosa, Ricardo. Clarence Holbrook Carter. New York: Rizzoli, 1989. With Frank Trapp and Douglas Dreishpoon.
________. Rafael Soriano: The Poetics of Light. Miami: Ediciones Habana Vieja, 1998.
________. “To Dwell in Passing: The Art of Hugo Consuegra" in Hugo Consuegra. Miami: Ediciones Universal, 2006.
________. “The Music of the Eye, or the Emergence of the Thaumaturgical Object" in Olga de Amaral: el manto de la memoria (Olga de Amaral: The Mantle of Memory). Bogotá: Ediciones Zona & Seguros Bolívar, 2000.
Pérez, Rolando,“Ricardo Pau-Llosa (1954-).” The Encyclopedia of Caribbean Literature. Vol. 2: M-Z. Ed. D.H. Figueredo. Westport, CT: Greenwood Press, 2006.
Shapard, Robert and James Thomas, eds. Sudden Fiction International (Continued). New York: W. W. Norton, 1996.
Viera, Joseph M. Entry on Ricardo Pau-Llosa. The Continuum Encyclopedia of American Literature. Steven R. Serafin, ed. New York & London: Continuum, 2003.




OBJETO DE AMOR

Langosta no podía creerlo, floridana
y a pura antena: Cangrejo a la orilla del mar

como una moneda. Y esas tenazas, se decía
Langosta a sí misma, y ese carapacho.

Ya no me río más de la ballena
embelesada por los aviones que se pierden en nubes.

Ya le entiendo. Hay hombres en el mundo de arriba
que nos secuestran el alma, se decía Langosta.

A todas estas, Cangrejo nunca se enteró,
aunque Langosta cambió para siempre.

Dejó de ser arisca y precavida. Sorprendió al pulpo 
agazapado con un diálogo cordial. Deslumbró

la estrella de mar con una ofrenda de amistad.
Qué suave la música de la anémone, se decía Langosta,

no hay rumbo para el veneno en su vaivén.
Y a la sombra burbujeante con cara de vidrio 

que la cogió con una mano al final de un largo
y destellante brazo, empezó a hablarle de amor.

Es como una tenaza, se decía Langosta. Es una tenaza. 
Más bella que la de Cangrejo. Y está conmigo.

Publicado en Review: Literature and Arts of the Americas (Americas Society, New York, NY), No.67, Otoño 2003.




AUXILIO

Vengan.  Se acaba la paciencia
del que se ahoga, a buches.  Siempre

es así, a pedazos, que se logran
o se deshacen las cosas.  La silla

de aluminio que suelta sus cuerdas plásticas
hilo por hilo.  El pez muerto arrojado

en la arena, y por lo tanto no es pescado,
suelta lentejuelas, vidrios, filigranas.

Vengan pronto.  Se acaba la sorpresa que prepara
su mesa para nosotros, que prendía la última vela

que le quedaba.  La repisa fue la pista
donde aterrizó el polvo cansado de girar.





RUMORES

He oído decir que hay una playa, la más hermosa,
la más azucarada.  La playa del más.

Y en ella viven cangrejos también. No me lo han dicho,
pero se sobrentiende, porque de no ser así, no

me hubieran hecho el cuento de la playa del más.
Me hubiese herido el que me pintaran ese cuadrito de cocoteros

curveados y oleaje turquesa, de caracoles estrafalarios
y piernas tostadas. Tiene que haber cangrejos también.

Aclaro: estoy contento aquí.  Esta playa, de piedra
y uva caleta, no está mal. Está, al menos, limpia de cuentos.




NADIE LO CONOCE

Abridor de cartas.  Lo oí perfectamente
aquí en mi hueco, al lado de la cerveza.

La mujer de la bikini roja piensa
que yo sería un magnífico abridor de cartas.

Chik chik chik y a leer se ha dicho.
Cuentas y revisticas.  Y la nota de despedida

que el tipo que vino la semana pasada con ella
bostezando le va dejar sobre la coqueta

cualquier mañana de éstas.  Por poco me aplasta
cuando se tiró en la arena y ya era tarde,

y como ya no había nadie, la agarró y se dio banquete. 
Chik chik chik, pero ninguno de los dos —muertos de risa—-

se enteró que aquí abajo estaba Cangrejo, con miedo
y hundiéndose.  Por suerte la arena me acomoda.

Se parece al lenguaje.  Lo único que no hay que abrir
nada para leerla.  Nadie te la tiene que dejar.






TRAPO

Cuando se le cayó esta camisa al hombre
que salía de la playa con novia y cerveza,

no se podía imaginar lo que yo haría
con este trapo.  Casita, laberinto suave.

Tienda de campaña, mono de nubes.
Naipe sin número, signo, o cara—

naipe en el tablero de mi playa,
porque el que hace de sus encuentros

pertenencia soñada, se hace el único dueño,
el que tiende trampas a los trapos.


CAMILO VENEGAS YERO [14.052]

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                                                                                © Maglio Pérez


Camilo Venegas Yero 

(Paradero de Camarones, CUBA 1967) es escritor y comunicador. Estudió teatro en la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán, en La Habana. En Cuba, fue editor de las revistas El Caimán Barbudo y La Gaceta de Cuba. Luego dirigió el Fondo Editorial Casa, de Casa de las Américas.
Desde el año 2000 reside en Santo Domingo, República Dominicana, donde ha sido editor y colaborador de periódicos y revistas (El Caribe, Pasiones, Hoy, Diario Libre, Estilos y Listín Diario). Además, ha laborado en compañías y agencias internacionales como consultor en comunicaciones estratégicas.
En 2002, uno de los números de Pasiones, la revista cultural de la cual era editor en el diario El Caribe, recibió el Award of Excellence que otorga la Society for News Design, de Estados Unidos. Como editor, ha coordinado la publicación de anuarios y volúmenes conmemorativos de importantes instituciones y corporaciones.
Entre sus libros publicados se encuentran Las canciones se olvidan (1992), Los trenes no vuelven (1994), Itinerario (2003), Irlanda está después del puente (premio Internacional Casa de Teatro 2004), Afuera (2007) y ¿Por qué decimos adiós cuando pasan los trenes? (2012).
Su libro La vuelta a Cuba (2013), sobre el viaje de regreso a su país después de 10 años, se encuentra en preparación por Capital Books.
  


POEMAS



ORDEN DE VÍA

Siempre me gustó leer lo que decían las hojas de papel carbón. Mi abuelo era jefe de estación y sobre la mesa del telegrafista había muchas de varios tamaños. Si una de aquellas hojas negras o azules se ponía a contraluz,  quedaban al descubierto órdenes para los trenes, envíos a lejanos destinatarios, nombres de viajeros y lugares que yo desconocía.
Seguir escribiendo poesía es, de alguna manera, tratar de leer lo que dice un pliego muy usado de papel carbón. En algún momento, de la forma que sea, ya casi todo se dijo, ya casi todo se volvió a repetir. A estas alturas no sólo es difícil saber cuáles son las copias, también los originales están en duda.
Ya no podría contar los calcos que hay en esta antología, donde se reúnen, cuaderno por cuaderno, poemas escritos entre 1984 y 2010. No se sigue un orden cronológico y casi ningún texto aparece en su versión original. Los más lejanos, incluso, han sido reconstruidos de memoria, después de haberlos dejado perder a propósito, para tratar de disimular sus errores y sus horrores.
Dice José Emilio Pacheco que Paul Valéry dijo que “reescribir es negarse a capitular ante la avasalladora imperfección”. Estas versiones, como las órdenes de vía que mi abuelo le daba a los trenes, anulan todas las anteriores. Quedan las primeras como un work in progress, como un ejercicio que tampoco se acaba aquí. Dejo las correcciones por venir a cuenta y riesgo del que lea.




BYE AND BYE

Ésta es la primera línea de nuestras vidas. El mundo acaba de fundarse de este lado del Paso de los Vientos. Trazado el margen, puesta la fecha al pie, todo comenzará a partir de este renglón. El día es radiante, casi perfecto, y el ocaso está por empezar con un cielo despejado y henchido de estrellas. Éstas son las palabras preliminares, las que hablarán de lo que somos ahora, de esa extraña caducidad que nos acompaña a todas partes y que responde por nosotros cada vez que alguien se acerca y pregunta. Manicaragua, Hanabanilla, Marianao, Cruces y Santa Clara tienen ahora otro significado, son términos que sólo sirven para decir lo que fuimos o lo que ya no podremos seguir siendo.
Ahora, cuando quiero oír un aguacero, lo sintonizo en la radio. Es estúpido, pero la tierra huele como si en verdad estuviera húmeda y un escalofrío atraviesa mi cuerpo. No importa lo ficticio, lo que cuenta es el aproximado, esa increíble similitud con aquellas tormentas que cruzaban el Paradero de Camarones de este a oeste, llevándose consigo todo lo que teníamos y lo que pensábamos tener cuando llegara el mediodía en el anhelado tren de las once.
Encima de nuestras cabezas gira un ventilador chino. Bob Dylan, vestido de tahúr, acaba de componer “Bye And Bye” y en las bocinas aún se escucha “You were my first love and you will be my last”. Una tap tap* llena de flores pasa a toda velocidad sobre un brazalete rojo y negro del Frente Norte de Las Villas. Combatientes del Ejército Rebelde, alzados, milicianos y clandestinos cuelgan por las ventanillas con una expresión de júbilo en las manos. Ese viaje es todo lo que nos queda del país que miramos en los retratos de familia. Su ida es nuestro regreso, por eso desciende junto a la tarde en que corrimos desnudos por las guardarrayas de La Flora.
Aunque las noticias que nos llegan tienen apenas un día de retraso, nunca logramos saber a ciencia cierta cuál es su verdadera vinculación con la realidad, qué hubo de cierto en ese pasado al que se refieren. Como de este lado todo es circunstancia, de nada sirve el haberse aprendido los mapas de memoria, menos aún tratar de actualizarlos con un lápiz bicolor. En su lugar ahora desplegamos las cartas de la familia y de algunos pocos allegados. Nunca dicen nada nuevo, jamás responden lo que preguntamos, pero gracias a ellas sabe mejor este café que Lérida hizo después de sus lágrimas.
Vivir en otra parte es no volver a tener paz con uno mismo. En cualquier momento empezará a llover y la tarde impoluta caerá sobre esta faz de la tierra. Otros, en nuestra situación, se han declarado prisioneros de guerra, lisiados, eximidos o cualquier cosa que valga para justificar su aversión, ese postrer silencio que nunca les permite llegar hasta el fin de la hoja, dar borrón y cuenta nueva. Pero nosotros no haremos nada, no nos moveremos del lugar. El sueño, tal como lo dijo en su manual un poeta, es lo que nos hace invulnerables. Sentados aquí, a la sombra de este jardín que ya hemos plantado flor a flor, palabra a palabra, dejaremos que nos coja la noche.
(2000)
* Autobús haitiano. La silueta en latón de las tap tap es una de las artesanías más populares en los mercados de Puerto Príncipe. (N. del A.)




BANDA MUNICIPAL

En el medio del parque desolado,
en la mitad del día sin ruido,
en el centro del pueblo vacío.
La banda municipal toca
lo que ya nadie recuerda,
ese mundo que se termina
en el hoyo negro
de una tuba,
en el estruendo abisal
de todos los tambores juntos.
(1991)




EL TREN QUE PASA

Nunca haré un gran poema.
No tengo paciencia para escribir
esos ríos de versos
que transcurren en la memoria.
Las obras rotundas
me producen alergia.
Jamás lograría encontrar
la medida unitaria
de las cosas que trascienden.

El tren que pasa es mi único testimonio,
lo único que quisiera contar
de todo lo que está sucediendo.
(1987)




LUGARES COMUNES

El parque de Ranchuelo es un verso
del mejor poeta de tu generación.
La iglesia de Manicaragua
es el capítulo final de una historia
donde no se distinguen
los buenos de los malos.
El cine de Cienfuegos
es una selva tropical
donde Sandokan vence,
uno por uno,
a todos los villanos de tu infancia.

No dejes que se te olviden
los nombres de esos lugares
que perderás de vista
cuando alguien apague
la luz impredecible del sueño.
(1987)




SO IN LOVE

Por la tarde de lluvia, en espera del viento
y las cosas que trae esa onda tropical
que han dibujado en el mapa,
Caetano Veloso hilvana violines
de Cole Porter
y tú,
ya sin una gota de paciencia,
abres el balcón y le dices al agua
todas las cosas que te habías tragado,
esa crispación que produce
lo que se ha perdido,
lo que ya nadie podrá redimir.
(2010)




LUJO

Ya no voy a ser todas las cosas que quise de niño.
No se me ocurrirán palabras
ni sueños
ni nada
que otros no hayan dicho antes
con mayor elegancia, con increíble soltura.
Pocas nociones cambiarán a mí alrededor.
No zanjaré ni siquiera aquellos malentendidos
que me figuraba simples,
casi resueltos.
Cuando creí ver un río crecido, era una nube
que alguien describió como un narval
hundido en el océano del horizonte.
Ese error de cálculo es la suma de muchos otros.
Por eso creo que sería demasiado dichoso
si consigo llegar a la vejez
lúcido y solvente,
con lo indispensable para no ser una carga.

Siempre he sido el trueno de lejanos relámpagos,
el eco de las voces que lo definieron todo,
el inquilino adeudado
que esperaba por el niño que quiso ser
el hombre que no soy,
el impostor que se da el lujo de envejecer en mi ausencia.
(2010)




MI GRAN PASIÓN

(Tocado por Gonzalo Rubalcaba)

Cualquier noche de este país cabe en un solo de piano.

He visto las manos del pianista
cuando doblan los bordes del mar
para dividirlo en partes iguales;
las he visto retroceder hasta el filo del blanco,
hasta ese punto donde empiezan y se acaban los círculos del baile.
Un país es también ese abrir y cerrar de ojos,
esas palabras que estuvimos buscando
en el reverso de los vidrios,
en el fondo de un mapa donde nadie ve al océano.

Los viejos amigos, aquellos que bailaban a nuestro alrededor, 
se fueron sin hacer ruido, sin dar la espalda.
Apenas hay luz y va a empezar a llover,
esta ciudad ahora tendrá los nombres del verano;
pero nosotros no queremos cruzar el agua,
preferimos alumbrarnos con el silencio,
dibujar una larga extensión de tierra firme
entre los bordes del mar y el filo del blanco,
un sitio donde se pueda volver a bailar
esta larga simetría,
este vacío que nos han dejado en la palma de la mano del pianista.
(1995)




ANTIGÜEDADES

La poesía es el pasado, una flor seca, un animal que pastó por aquí alguna vez.
Las palabras rimadas son un invento en desuso,
como lo eran ya, desde hace algún tiempo, el telégrafo,
la ópera, los sellos de correo, 
o el sonido de los cencerros
mientras los mulos sorteaban en nombre de Dios las fajas del mundo.
La poesía es un náufrago,
una mujer vieja y sucia que se desnuda en la multitud.
Nadie ha visto a la poesía en los últimos tiempos,
no se le oye,
acabó por convertirse en una costumbre:
como los golpes que daba el pico sobre la tierra,
cuando Aurelio tumbaba los árboles de aroma
para sembrar el arroz que comeríamos durante el año.
(1998)



PEQUEÑO INVENTARIO DE COSAS 
QUE NUNCA EXISTIERON

El tranvía que iba a pasar por las afueras de mi pueblo en 1930.
Sólo quedaron las altas columnas donde las nubes se ofrecen
y seis o siete viajeros que miran al horizonte sin aliento,
tapándose el sol con los cuerpos en forma de cruz.

La muchacha que se encerraba conmigo todas las noches
para besarnos y decir palabras que nadie más conocía,
versos que duraran hasta el amanecer.
Tenía los senos más hermosos que he visto
pero nunca pude hallarle las piernas,
la revista era muy vieja y le faltaban algunos pedazos.

El pozo artesiano que divide los jardines en la Parroquia del Vedado.
Noches enteras estuvieron perforando sin encontrar agua.
Después de abandonado sólo sirve a las parejas
que buscan un lugar oscuro donde desnudarse.

La Paloma que alguna vez nos prometió Picasso.
El pintor la crió en una buhardilla de París
hasta que aprendió a valerse por sí sola.
Entonces ya era demasiado tarde,
un pájaro de esa índole,
no se acostumbraría jamás a volar en el trópico
y mucho menos en una ciudad cercada por la sal y el estío.

La jirafa del Zoológico de El Vedado.
Todo el mundo jura haberla visto,
incluso yo guardo una foto donde mi hija le da de comer.
Todavía no entiendo cómo una jaula pudo equivocarse tanto,
como hicieron para que le viéramos
en un sitio donde sólo había algunos leones, dos o tres ciervos
y un cóndor que ya no sabe volar.

La fortuna de mi madre,
esa luz que le negaron para que su hermosa mirada
se pusiera triste y densa con el paso de los años.
La aparición de aquel comandante que voló como Matías,
pero en una avioneta que aun parece invulnerable.
Los diez millones de la Zafra del 70.
Los trenes subterráneos de La Habana.
El puente que cruzaría sobre lo más oscuro del Golfo
para unir una costa con la otra,
las puntas de ese duro color donde siempre nos detenemos.
Aquel país que alguien pasó prometiendo.
Aquella Isla que nos hizo abrir los brazos
al dejarnos en las manos el ascenso de sus playas,
el fervor de sus árboles al mediodía;
para después írsenos como la arena, entre los dedos.
(1995)




SEXTETO NACIONAL

1. ORIENTE

En Moa el sol es lo primero que se pierde.
Pero antes, hay que soportar una lluvia con sabor a vinagre
y una tarde donde sucumben hasta las flores más resistentes.
Siempre he querido volver a Moa.
Siempre he deseado caminar otra vez por aquellas lagunas de tierra oxidada
y hundir los pies descalzos en el polvo que ya no será níquel
(que ningún barco de aspas internas cargará por las planicies de Kazajstán,
para de ahí levantarlo con el fuego efímero de una Soyuz).

Aquel río que se despeña entre enero y marzo de1987,
aún desemboca en una mina donde los fantasmas dicen ser de Lousiana.
Heráclito no fue del todo exacto,
ese cauce sigue siendo el mismo, sus aguas no cambian,
su corriente no varía entre los diluvios y la seca,
permanece intacta;
como la hermosa bailarina que se levantó el vestido para mí
mientras hundía las piernas en la bahía de Nipe.

Siempre he querido volver a Moa,
pero ya no lo encuentro en los mapas;
se ha podrido en mis recuerdos,
como los brazos de aquella muchacha que decía ser Ochún
y se untaba la miel de la marea entre sus pechos desnudos.

2. CAMAGÜEY

Tuve una novia que vivía en Florida.
Cada vez que contaba algo de su pueblo
parecía referirse a un lugar inmenso con las calles llenas de luces.
Jamás habló de tener hijos.
En una libreta llevaba apuntados los personajes que iba a representar
y el nombre de los países por los que viajaría
(la lista incluía horarios de trenes, el punto exacto para los trasbordos
y los lugares donde podría pernotar sin riesgo alguno).
Cuando lloraba citaba textos de Tennessee Williams,
solía reírse entre versos de Moliere.
Siempre nos vimos en La Habana,
nos besábamos en las más oscuras posadas y en las humedades del Country Club.
Cuando por fin pasé por Florida ella se había ido para Daytona Beach.
La ciudad estaba sin luz y en uno de sus bares, sentados alrededor de una mecha,
dos borrachos contaban esta historia con una ranchera de fondo:
“Ella vende ropa de uso en un trailer abandonado”.
“Lo que estudió aquí no sirve para levantar cabeza”.
“El marido maneja una rastra y en uno de esos viajes se perdió”.
“Los padres dicen que ya no les manda nada”.
“Tiene cinco hijos y cuatro intentos suicidas”.

3. LAS VILLAS

El primer amor es una mentira necesaria.
Es una mercancía
con la que tendremos que lucrar por el resto de nuestras vidas.
Ni siquiera precisa de nombre,
no hace falta decir cuándo y dónde se acabó el misterio.
Lo que importa son las circunstancias en las que sucedieron las cosas,
el sabor de su saliva,
el olor que tuvo su cuerpo cuando empezó a sudar,
el color de su piel entera y desnuda,
el tormento, toda la lujuria.

Por eso Juana, Nancy, Matilde, Mercedes y Betsy,
perdonen lo que se ha inventado,
absuelvan ese entresijo donde ustedes siempre salen a relucir.

4. MATANZAS

Este poema se perdió a finales de agosto.
Llegamos a Matanzas en el último tren de la noche
y nadie nos esperaba.
En la calle Medio,
José Jacinto repetía de memoria un par de estrofas de Gastón
(quien a su vez tarareaba
cancioncillas de los tiempos de Shakespeare).

La luna llena nos siguió por el filo de los muros de piedra húmeda
y se perdió en ellos cuando ya no hizo falta.
Creo que en el poema
se veían pasar estos peces que ahora pongo a pelear en tu regazo.
Murieron mientras el gallo de Gastón cantaba debajo del agua,
atado de una pata al báculo de José Jacinto.

He buscado este poema por todas partes y no aparece,
se perdió como el último tren de la noche.
Sus vagones llenos de luz ahora sólo pasan por la palma de tus manos,
mientras repaso en un itinerario nuestro viaje de bodas:
la soledad de la primera noche.

5. LA HABANA

No tengo recuerdos claros de La Habana,
a fin de cuentas fue muy poco el tiempo que pasé allí.

Una mujer, un par de calles oscuras,
una bicicleta china cuesta arriba
y una casa con ventanas a los vidrios de otras ventanas
que daban a los vidrios de la mía.

La Habana,
como ese pájaro que rompe frutas en la mañana,
es un ave de paso,
algo que puede desaparecer de vista con facilidad.

La Habana es un viaje que jamás se llevó a cabo,
un punto inexplicable en un mapa que apareció dentro de una botella.
La Habana nunca existió: invéntala tú cuando vuelvas, niña mía.

6. PINAR DEL RÍO

Cada noche que atravesamos el arrozal, camino del rancho de tu abuela,
nos acompañaba la sombra de un árbol que de día nunca vimos.
Entonces el porvenir era una palabra que no nos hacía falta.
Por lo regular,
era suficiente con leer a Faulkner y dormir la siesta en la casa de tabaco.
Estuvimos allí cerca de un mes.
A la luz de las chismosas nos contaron las historias de las crecidas del río,
de la mambisa que pasaba al galope por la neblina
y del ciclón que un día de noviembre cambió las cosas de lugar.
Con los dedos llenos de saliva medimos la dirección del viento
y averiguamos el camino a seguir por una bandada de pájaros.

Siempre nos bastó con el sustento de aquellas personas.
Una vega en el fin de Isabel Rubio
era el lugar más lejano del mundo que queríamos conocer.
Ni siquiera el mar nos hacía falta.
(2000)




YURI GAGARIN QUE ESTÁS EN LOS CIELOS

Y dijo el maestro:
«En el cielo del Paradero de Camarones se acabaron los ángeles,
ya no hay modo de que aparezca Dios entre sus celajes.
Allá arriba sólo suceden eclipses, equinoccios, ciclones y mangas de viento.
Toda luz que sea vista de ahora en adelante,
por muy rara que parezca, será asociada con la física o la química,
un fenómeno al que los científicos en Moscú le hallarán explicación en cuestión de días.
No hay arcángeles, ni espíritus, ni caballos alados y muchos menos Paraíso o Infierno.
El futuro pertenece por entero a la materia, la cual no se crea ni se destruye».

Luego, haciendo una gran nube de polvo,
borró todo lo que había escrito en la pizarra durante 45 minutos de Astronomía.
Era el 12 de abril de 1971 y en el mural pusieron un retrato de Yuri Gagarin.
El cosmonauta sonreía, atado con un hilo de yute,
colgando entre la silueta de Gómez y el alazán en dos patas de Maceo.
Diez años después de que el primer hombre subiera al espacio,
el maestro celebró semejante hazaña levantando en silencio sus brazos.
Aunque después tuviera que cruzar los dedos y persignarse,
de frente a la pared, cuando creyó que ninguno de nosotros le veía.
(1998)




ALMENDRA

Son de almendra, guayaba no.
Condenadas a bailar su perfecta letanía,
estas bellas cubanas mantienen el compás desde tiempos remotos.
Cada vez que ponemos el disco,
ellas se levantan de sus sillas de tijera
y pasan de medio lado,
para que el tiempo se lea en sus espaldas semidesnudas.

Son de almendra, guayaba no.
Pero nunca hemos podido probarlas,
su sabor es cerrado, abstracto y su olor el de cosas guardadas.
Condenadas a bailar su eterna letanía
y a moverse en cámara lenta,
dan la vuelta otra vez y abren sus brazos.
Sólo entonces podemos deducirlas mejor,
entre el polvo de la república y el scratch del acetato.
(1996)




ITINERARIO

Salí de Cuba el 30 de noviembre de 2000.
Estaba nublado y apenas distinguí el primer trecho de costa norte.
Intuyo que una mancha azul Prusia
–estancada por un rato en el borde del ala izquierda–
era la bahía de Cienfuegos.
Los contornos de la isla se veían grises
y pronto se perdieron entre el océano y la nubosidad.

Ya sobre Haití todo se aclaró.
Pasamos justo por encima de La Citadelle
y poco después las continuas aldeas eran perfectamente visibles.
Un grupo de hombres ínfimos decía adiós sin moverse,
sus brazos extendidos semejaban el muñón de Mackandal.
Es muy probable que entre todos aullaran sus conjuros desconocidos
(con alas, con agallas, galopando o reptando).

Pondré aquí la fecha del regreso.
Aunque lleguemos debajo de un aguacero torrencial
y en el aire de Camarones
esté flotando el arcaico olor de la caña quemada,
seré estricto:
el día, el mes, el año
y el ruido monótono del mar que me sale al paso por todas partes.
(2001)




LOS POETAS TAMBIÉN TRAICIONAN

Ya nada nos protege contra el agua
y la noche
HEBERTO PADILLA

Todos los poetas escriben un primer verso para celebrarse y cantarse a sí mismos;
es la única manera que tienen de hablar de los demás,
de contarle al futuro los días y las noches que sucedieron a su alrededor.
Todos aprenden a escribir diciendo que son vagabundos o desvalidos,
herejes, errantes o marinos de la peor calaña.

«¿Qué es la hierba?» ¬Preguntó un niño con las manos hundidas en lo verde.
El poeta tampoco lo sabía y prefirió no responderle,
por eso dio la espalda y subió a lo más seco del campo para limpiarse los zapatos.
Los poetas siempre saben lo que es la épica
y conocen al dedillo los tiempos en que se libraron horrendas batallas,
pero algo tan sencillo como las manos de un niño hundidas en la hierba
no tiene explicación para ellos.

Todos los poetas empiezan queriendo ser héroes y terminan siendo traidores.
Si un país,
el hermoso país al que le han cantado hasta quedarse mudos, los traiciona
¿por qué ellos, pobres, indefensos,
sin nada ya que los proteja contra el agua y la noche, no han de hacer lo mismo?
(2001)




EL POETA MUERTO

Dejó cientos de objetos que de nada servían.
La hoz que usaba su abuelo
para cortar los cereales de invierno,
un farol con el rostro de Cristo en el lugar de la llama,
un plano general en el que su pueblo aparece de espaldas
y con otro nombre,
una estampa de la Virgen del Carmen
donde se ve venir el caballo de vidrio de Emiliano Zapata
y más de cinco relojes que nunca coinciden a las doce en punto.

El poeta salió a caminar y lo encontraron muerto.
«Los hormigas le habían comido los ojos
y la sombra de sus manos le tapaba el rostro»,
dijo el anciano
que levantó la hierba
y deshizo sin querer sus últimas palabras.
Esas que puso en la arena
a la altura de su frente,
cuando el sol parecía una roca
a punto de caer sobre la costa enorme,
sobre el límite estricto que siempre han tenido las cosas.

Paradero de Camarones, 16 de julio de 1997


CARLOS BARRUNTO [14.053]

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CARLOS BARRUNTO

(Holguín, Cuba 1952). Terminó estudios superiores de Pedagogía y Dramaturgia a fines de la década del setenta, y a partir de entonces alternó la docencia con la realización de programas radiales. Sus poemas se han visto publicados en diversas revistas literarias de Cuba y el mundo. Recientemente vio la luz en Miami su poemario Como casi nadie sabe (Editorial Silueta, 2008). Desde 1992 radica en los Estados Unidos.



Poética

Esquiva con elegancia
las tertulias al uso,
y escapa veloz, casi invisible,
del que está siempre a punto
de citar a Pound.

Mucho antes que eso,
prefiere el paso de los perros perdidos
y las muchachas tibias en sus ventanas,
tan cerca de los albañales
y tan hermosas.





Derecho de confesión

Románticos guardianes de una vida,
dulces detectives,
temerarias cortesanas en servicio.
Nadie estuvo conmigo
aquella tarde en los acantilados.
Siempre he muerto solo
Incendiadas barcazas junto al mar
y nada más.
Nadie al partir
y nunca nadie al regreso.
Sólo el crepúsculo aplastando mi sombra
y aquella infausta belleza
que aún me busca -toda ella-
con su vasto gemido azul





Cinema Paradiso

Bajo el polvo de los años
descubrí que extrañamente 
la vida 
fue tan sólo
mirar junto a ti
aquella película interminable.





Una brizna de alegría

En la noche eterna de Anain
yo te amo. Beso tu boca
y tu saliva es dulce como la miel,
aunque liviana
como la lluvia que en mayo
canta en los aljibes.
Beso tus pechos, tus tibios
y queridos pechos,
y la tierra de tu aliento brama
sobre mí
con todo el fervor de la primavera.

Mientras la luna alumbra la senda encantada de Anain,
el amor de los muertos esta noche en nosotros perdura,
y nuestra casa es como si fuera entonces
una brizna de alegría que entregamos al mundo.




Otoño Gourmet

El otoño es la canción
donde se tienden los amigos.
De fino algodón las almohadas
y suaves colores las guitarras.
Amigos para siempre;
novias de inmensos ojos de luna.
Las paredes son espejos
donde la luz se vuelve
cansada ya de las praderas.
-Silencio final de las heridas-

Otoño es lejano brindis,
feliz momento de abrazarnos
en esta fiesta perdida.



Delfines

Bajo el polvo de los años
descubrí que extrañamente la vida
fue tan sólo
mirar junto a ti
aquella película interminable.







Por las calles de Anain

Esta noche pongo cielo,
tierra, corazón,
me la llevo en una niebla
de José Antonio a Portillo
y te busco arrullándola
como si de veras perdiera
-sibilino y tardo en tus calles-
un desorden, mi bella,
un insecto,
y araño de nuevo tus cristales.





Aquella oscura seda

Llegué con las botas destrozadas
y abrí la verja.
Ante mí,
el jardín con las adelfas,
el corredor, la puerta suave,
tan al fondo: un camino
infinito.
Y aquella
oscura seda
negándose en mis labios.
Adentro,
la casa iluminada,
los blandos cristales
murmurantes,
y el sahumerio de tus pasos
-esparcido.
No había
nada más
en el mundo.
(Sonó lejanamente un piano
despertaron los monstruos,
y tú me dejaste entrar).




Como casi nadie sabe

El poeta Carlos Barrunto (Holguín, 1952), alternó durante años la labor docente con el trabajo en la radio. Su obra, que ha merecido diversos reconocimientos, ha sido publicada también en revistas literarias no sólo de Cuba sino de España y de otros países de América Latina. Vive en los Estados Unidos desde 1992. Desde allá me ha hecho llegar su poemario Como casi nadie sabe (Editorial Silueta, 2007). Acerca del mismo, ha escrito el poeta Manuel García Verdecia:
“En lenguaje desnudo pero certero, con construcciones breves, directas, sin rebuscamientos ni oropeles, pero con la belleza del que llega a la médula de las cosas, nos da un puñado de versos que, de cierta manera reedifican aquellos que le conocía. No es casual que en su “Poética” rechace la pose, la pedante literaturización de la vida y prefiera esta en su desnudez y verdad, en su movimiento y criaturas más palpitantes. Poesía no es adornar ni bonitizar. Es ver con ojos limpios la médula más exacta y perdurable de la existencia. Aquí están muchos de los molinos de viento y obsesiones que nos hechizaron de jóvenes. [...] En sus textos es el eros galante el que predomina. El poeta una y otra vez enaltece al objeto de su devoción y goce. Poesía del fervor amoroso más que del acto en su cumplimiento sensual. Es el cuerpo de la amada el aleph donde se realiza todo sacramento y toda poesía, la más exacta certeza. [...]En fin, no hay poema que no someta al lector a un temblor, a una tensión, a una revelación de un destino golpeado pero sentido.”
De Como casi nadie sabe son estos hermosos, impecables poemas:

Bajo una luna altísima

Por las calles de mi país
anda mi camisa ardiendo.
Aún no encontré el modo de apagarla.
No sé como decirle
basta
cuando se pierde en los zaguanes de la noche,
bajo una luna altísima.
Talla M, ni más ni menos;
amable, romántica, liberal,
mi camisa
enemiga del safari y la guayabera moderna,
mi camisa
como una flor ciega atravesando el yerbazal.
Tú la has visto:
el cuello suelto y la espalda rota.
La misma camisa
sobre la cual bailaste Here, There, and Everywhere,
mientras soñabas que seríamos eternos.

Conmigo partió de casa una mañana,
muy sola,
y nunca pudo volver.




Parque San José

Los amantes pulsan sus dagas
y se hieren para siempre
sobre un banco que el destino devora.
Dos copas, puras
como los ojos de Dios,
se vierten en la antigua madera.
Una gota de sangre empaña la luz,
y el arpa que escuchas es tan sólo
un niño perdido entre sus brazos.

Amantes, desperdicios
que la ciudad lanza al viento eterno
como si nunca hubieran sido
carne, ruego y pasión.

Acaso ellos mismos aún no sepan
que hasta aquí volverán cierto día,
procurando un pañuelo de oro,
alguna esmeralda oculta en los laureles.



Foto de José Luis Tassende (26-07-53)

Yo he visto fotografías deslumbrantes.
Fotos de pájaros y de selvas soñadas,
de hombres que partieron como pájaros
y de fabulosas batallas;
pero nunca una fotografía como ésta.
Ella me sobrevive
y se burla de mí en cada una de las edades que padezco.
Por ejemplo, antes, cuando apenas
me levantaba una braza del suelo,
él era mi padre o tal vez el tío predilecto.
Ahora, cuando mis manos crecieron
y tengo ya unos cuantos saltos mortales,
prefiero que sea mi hermano,
el quimérico, audaz, incorregible hermano
que no tuve.
Mañana supongo que entonces podrá ser mi hijo.
Como quiera,
no hay dudas de que se trata de una foto importante.
Cuando la miro a veces
un viento muy suave desordena mis papeles
y entonces yo amanezco boca arriba,
feliz,
tendido sobre la tierra tibia.




Tienda de ilusiones

He levantado una tienda
para vender ilusiones.
Tengo mariposas, corales,
aromas de Bizancio,
increíbles insectos devorados por la dicha.

Del otro lado del mundo
tú miras los relojes,
abres un libro en la luz
y me recuerdas.

Yo vendo fantasías
y de algún modo soy feliz con mi suerte.
Ya nada me sujeta bajo los toldos lejanos.
Ya nada me juzga entre las hojas perdidas.





ARMANDO SUÁREZ COBIÁN [14.054]

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ARMANDO SUÁREZ COBIÁN 

(Antilla, Cuba, 1957) Cursó estudios de pedagogía en la especialidad de español y literatura en el instituto superior pedagógico “Enrique José Varona”, y de edición de cine en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC). En 1986 publicó un cuaderno de poesía titulado Corre ve y dile (Habana, Ediciones Extramuros, 1986). En 1987 su poemario Naranjas en la boca del tigre recibió mención de poesía en el concurso "David" y Nueva York no eres tú (Torre de Letras, La Habana, 2013). Sus poemas han sido traducidos al francés, inglés, italiano y alemán y han sido incluidos en las siguientes antologías: Poesía viva (Habana, Ediciones Extramuros 1987) y Retrato de grupo (Habana, Editorial Letras Cubanas 1989).
Ha colaborado además en varias películas incluyendo The Modern Method (Juan Carlos Alom, 1998), y Before Night Falls (Julian Schnabel, 1999), Sin Embargo (Judith Grey, 2000), Semana Santa (Pepé Danquart, 2000) y Guerrilla (Steven Soderbergh, 2008). The Cuban Artist Fund le otorgó una beca en 2004 por la novela Nueva York no eres tú y en 2002 por la novela Las mujeres que he sido. Reside en Brooklyn, Nueva York, donde además de escribir trabaja como traductor y editor freelance.




NOTA SOBRE ELLA
dice que no es la sombra sino
un ser oscuro que la sigue y la sigue y la
          obsesiona
que no es el cuerpo sino ese mismo ser
que la posee y la hace temblar y desnudarse
tenderse como un puente para que la
           transiten.
dice que no es la luz
que cuando está escondida y no hay sombra
el mismo ser la sigue y la hace temblar y
          desnudarse
y tenderse como un puente para que la
          transiten.

los caminos se abren con los ojos
los ciegos lo hacen con las manos
con los ojos crean la noche.
mis caminos se hacen cuando sueño
no en la noche creada por los ciegos
sino en la noche creada
para que los ciegos hicieran el camino con las manos.
yo trato de pintar los sueños del camino
que se abre ante tus ojos. con mis manos.
con las manos del ciego toco tu cuerpo
con mis ojos sueño otros caminos
que se abren cuando te toco
no con las manos del ciego
sino ciego ante tu cuerpo
en la noche creada por nosotros.






PSICALGIA.  calor y nada más. es el verano continuo.
una mirada que se vuelve te aproxima.
esto se alarga y se alarga
y yo me identifico menos con el mejor.
calor y nada más. es el verano continuo.
mis amigos corren se le vuelven los ojos
pero ninguno me aproxima.
esto se alarga y se alarga
y yo me identifico menos con el mejor.
aquí abajo. calor y nada más. es el verano continuo.
mis amigos se dilatan. se caen? se le mueren los ojos? se delatan
yo me vuelvo pero nada me aproxima
cada vez me identifico menos con el mejor






EILYN LOMBARD CABRERA [14.064]

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Eilyn Lombard Cabrera

Cienfuegos, Cuba 1978. Poetisa y editora. Licenciada en Letras. . Cursa la Maestría en Estudios Lingüístico-Editoriales Hispánicos. Miembro de la AHS. Editora principal de la casa Reina del Mar Editores. Tiene publicados los cuadernos de poesía Suelen ser frágiles las muchachas sobre el puente (Reina del Mar Editores, 2005) y Todas las diosas fatigadas (Ediciones La Luz, 2012). Por su poemario Las tierras rojas obtuvo Mención en el Premio Reina del Mar Editores, 2008. Textos suyos han sido incluidos en las antologías Los Parques (Editorial Mecenas y Reina del Mar Editores, 2001); La isla en versos. Cien poetas cubanos (Ediciones La Luz, 2011); Papeles de la Mancuspia (México, 2011) y El libro verde. Ha publicado poemas, crítica y ensayo en numerosas revistas, periódicos, suplementos culturales y sitios web.




DE: Todas las diosas fatigadas 
(Ediciones La Luz, 2012).



Soy todas las diosas fatigadas

Nuevas marcas desfiguran mi belleza
sunday morning
vamos a soñar con esta música
todas las lágrimas conozco
sin embargo
cantando estoy
lisamente observo la bruma de tus ojos
cómo mostrarme
soy todas las diosas fatigadas
vamos y no sé a dónde
estos ritmos adornan los campos, oscuros,
puedo inventar palabras
cantando
¿y alguien oye?
Reverdezco, me cosecho,
soy mi propio alimento
todas las lágrimas conozco
y la música salvará mis recuerdos
¿dejaré algo a los otros?
cada vez menos bella,
¿era feliz?
letras, palabras, música
¿era eso?
esposo, hijos, casa
soy todas las diosas fatigadas
quiero cantar de nuevo
sunday morning
no entiendo tus canciones
puedo inventar palabras
inventar palabras
cantar
cantando estoy
esta música me salva
viene de otro tiempo, mi propio tiempo,
guardará también mis recuerdos
vamos
sin embargo
conozco todas las lágrimas
soy todas las diosas fatigadas
me decías
¿dónde estás?
sunday morning
termina
y yo reverdezco
recojo minuciosamente mis propios frutos
me recojo
mi canto
¿era feliz?
cantando estoy
puedo decir lo mismo muchas veces
¿y alguien oye?
o me ahogo en las palabras de los otros
todas las lágrimas conozco
sin embargo
cómo mostrarme
la canción empieza en el final
último acorde
tu sonrisa, tus ojos
tratando de salvarme
mis manos ya no son
nuevas marcas desfiguran mi belleza
áurea decías
tratando de salvarme
vamos a soñar
esta es mi nueva voz
agradecida
y tu canción
sunday morning
ya termina
soy todas las diosas fatigadas
todas las lágrimas conozco
cantando.



Todas las piedras luminosas

Y Emily dijo:
puedo ver cada trozo de piedra en el cielo
sin necesidad de abandonar estas paredes.
Ver cada piedra,
sentir sus luces entre mis lágrimas.
Él las puso aquí,
todas las piedras luminosas dentro
y hasta otras luces trajo
para poder apagarme después,
a mí, vuelta luz desde entonces.
Hoy veo las piedras encendidas,
lejos,
mientras muero.



Kiss, kass, Katherine

Primer disfraz
Llevo relucientes cachetes,
vestidos blancos de niña feliz,
mis padres me quieren mucho.
Me casaré con este prometedor joven,
tendremos hijos.

Segundo disfraz
El colegio es maravilloso,
tengo dulces amigas    acaricio sus pechos,
son blancos    aletean.
Les hago historias muy raras
mi vida es fascinante.

Tercer disfraz
Oh, yes, I’m Mrs. Beauchamp,
coqueteo con todos      con todas
y me aman por igual
voy a Londres,
donde podré vivir otros sueños.
seré rica, famosa.
Voy …voy a Londres.

Cuarto disfraz
Vivo en amores diversos y convulsos
pero me casaré
y seré libre.
Ella,
la que me ama cuidará de que así sea
tendré aventuras,
y, sí,
me enfermaré para toda la vida.

Quinto disfraz
Ahora  publico lo que escribo,
he elegido a un joven prometedor,
muestro mis ropas llamativas …
mis poses
tengo amigos     ellos me protegen
también  un sombrío amante,
de quien no podré ya separarme. 

Sexto disfraz
Esto sí es un auténtico “pájaro negro”
nada ya será igual,
viajo,
me caso,
viajo,
y escribo cartas y cuentos.
Quiero que todo sea primavera,
para nosotros.

Séptimo disfraz
Mi flamante esposo se olvida
abandona  mis dolores,
mi esposa los cuida tiernamente.
He ido rompiéndome
y todo duele,
pero,
“en primer lugar, soy una escritora”.

Octavo disfraz
Apenas unos pasos hasta el tilo,
dos libros que me cuesta leer
y sí,
tal vez la última taza de té.
La última carta,
les dejo todo lo que escribí,
es lo que soy.

Noveno y último disfraz
Este, el sitio definitivo,
puedo afanarme con leña y vegetales,
La Prieuré ocultará mis vestidos.
Ya viene el último acto.
Ya muero.
Este es un buen lugar,
todos están en él y lo desconocen
este es un buen lugar
tranquilo              oscuro

Ya he muerto… antes.




Del cuaderno Suelen ser frágiles las muchachas sobre el puente (Reina del Mar Editores, 2005)


ELENA, COMO EL MAR

Elena sabe del mar y de peces tan rojos como velas de un barco. Elena tiene canciones, marineras suaves para la playa en las mañanas, lentas en el verano.
Sabe reírse con las olas, pero asustan los peces su tristeza. Y ella no comprende: demasiada dulce soledad para la playa.
Se le escapa la arena y ella sólo sonríe: el mar no ha sido nunca sólo el mar. Elena sabe de él, —lo prueba todo, es suficiente—. Pero el mar parpadea, se abre y se cierra. Y Elena no dice que lo sabe.
Peces rojos que duelen porque el mar no es de agua, sino de agua terrible. Peces para conjurar los días con los sueños de Elena.
Elena, el mar la lleva a ningún sitio, pero la guarda siempre. Irreal como el tiempo, los peces y las velas.
Elena, como el mar. Prefiere el mar.




SUELEN SER FRÁGILES LAS MUCHACHAS SOBRE EL PUENTE

Suelen ser frágiles las muchachas sobre el puente, son dueñas de todo lo impreciso: las tenues malvas, las líneas del artista, su reflejo en el agua. Acaso en otro tiempo ya no estén detenidas, pero esta noche son gotas olvidadas, caprichosa leyenda con el color del vino, malva como flores de nadie. El puente engaña sólo a los vecinos, que tiemblan de la historia, que lloran… Las muchachas no engañan, sólo deben quedarse sobre el puente, tranquilas, lentas como la tarde, las flores. Con sombreros de paja y esperando la risa. Ellas lo cuidan todo, hasta la piedra que sabe de los días el mensaje callado. Suelen ser frágiles las muchachas en el tiempo, el puente las guarda desde entonces.




SOY TODAS LAS DIOSAS FATIGADAS

Nuevas marcas desfiguran mi belleza sunday morning vamos a soñar con esta música todas las lágrimas conozco sin embargo cantando estoy lisamente observo la bruma de tus ojos cómo mostrarme soy todas las diosas fatigadas vamos y no sé a dónde estos ritmos adornan los campos, oscuros, puedo inventar palabras cantando ¿y alguien oye? Reverdezco, me cosecho, soy mi propio alimento todas las lágrimas conozco y la música salvará mis recuerdos ¿dejaré algo a los otros? cada vez menos bella, ¿era feliz? letras, palabras, música ¿era eso? esposo, hijos, casa soy todas las diosas fatigadas quiero cantar de nuevo sunday morning no entiendo tus canciones puedo inventar palabras inventar palabras cantar cantando estoy esta música me salva viene de otro tiempo, mi propio tiempo, guardará también mis recuerdos vamos sin embargo conozco todas las lágrimas soy todas las diosas fatigadas me decías ¿dónde estás? sunday morning termina y yo reverdezco recojo minuciosamente mis propios frutos me recojo mi canto ¿era feliz? cantando estoy puedo decir lo mismo muchas veces ¿y alguien oye? o me ahogo en las palabras de los otros todas las lágrimas conozco sin embargo cómo mostrarme la canción empieza en el final último acorde tu sonrisa, tus ojos tratando de salvarme mis manos ya no son nuevas marcas desfiguran mi belleza áurea decías tratando de salvarme vamos a soñar esta es mi nueva voz agradecida y tu canción sunday morning ya termina soy todas las diosas fatigadas todas las lágrimas conozco cantando.

Del cuaderno Todas las diosas fatigadas (Ediciones La Luz, 2012)




TODAS LAS PIEDRAS LUMINOSAS

Y Emily dijo: puedo ver cada trozo de piedra en el cielo sin necesidad de abandonar estas paredes. Ver cada piedra, sentir sus luces entre mis lágrimas. Él las puso aquí, todas las piedras luminosas dentro y hasta otras luces trajo para poder apagarme después, a mí, vuelta luz desde entonces. Hoy veo las piedras encendidas, lejos, mientras muero.




LA NOCHE DE ALEJANDRA PIZARNIK

Esta es la noche de Alejandra: algo menos oscura que el silencio la noche soy, debió susurrarme en algún momento (un momento antes) dice ella. Alejandra está lejos y no entiende que yo lea su historia, menos oscura que el tiempo. Con miedo y desmesura me creo ella cada vez familiar       dolorosa.
Yo estoy lejos de aquellos que maldicen, su tristeza no es mía, soy yo enferma de islas de palabras dichas al azar, de actos consumándose absurdos ¿dónde está la noche? dóndedónde dónde todos habitamos, una vez, la casa del vacío.
Estar a oscuras casi siempre gratifica, ennoblece. El dolor no es un pájaro agrio retorciéndose, convoca suavidad, cierta dulzura. Nos tendemos a encontrar dolores pájaros vértigos. Alejandra respira se ahoga gime Mis ojos ya no ven.





SUICIDAS       CRIMINALES DIOSAS

Una muchacha de ojos grises descubre a Monet entre mis dedos, refiere comer  su propia carne las manos rotas toda la piel sus vísceras humeantes deseos y beber sangre escarbada del fondo de sí misma fluidos demenciales, excrecencias líquidos profundos fracturando historias de mujeres suicidas criminales diosas.
Recorta papeles y florilegios diversos: siluetas, recorta escribe juega con todos los nombres de mujeres me recuerdas a Monet, dice, y de su propio cuerpo se alimenta enferma muere claro, coquetea desde sus ojos grises y vacíos.

Textos inéditos especialmente cedidos a Isliada




DIOS DE AGUJAS 

rascando con finísimas agujas invisibles casi un poco de piel diminutos trozos mezclándose con el polvo cósmico de los astros sangre y agua de piedras tutelares este dios de agujas poderosas funde tiempo y prohibiciones desmenuza la piel y las costumbres y yo ofrezco mis formas le permito descubrir mis secretos y tatuarlos.




LAS HORAS

pitonisa perdida de misterios borrosos conozco la belleza de la lucidez
guardo todas las horas son horas del hastío
lúcida y sucia encendidos abiertos como nunca los ojos tibios que puedes mirar y mi piel blanquísima de dudas de verdad alerta yo expectante bella
sé detenerme en cada hora en el misterio, enfrentarlas destruirlas recogerlas otra vez ellas son quienes absolutamente te definen las horas vencidas viciosas añoradas.




ANTES DEL ÚLTIMO CÍRCULO

he visto la piel de la muerte la piel amarilleando detrás del cristal abyecciones detenidas o el eco de la maldad en tu piel en mí.
creo que nací mirando el cristal iluminado de  la muerte crecí desgarrándome los dedos con materiales diversos hilo alambres papel rugoso para mis ojos limpios todos los dolores desgarrándome.
creo que aprendí a cortar los mejores trozos de piel tela hombres y mujeres que estuvieron palabras corté y recorté lastimando mis manos en la oscuridad rompiéndome los ojos contra la luz.
finalmente desde lejos puedo ver los círculos donde habité que me habitaron caminar por sus bordes deshacerme de ellos esperar otra vez las horas únicas que definan mi lucidez.




MARIANA ENRIQUETA PÉREZ PÉREZ [14.065]

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Mariana Enriqueta Pérez Pérez 

Poeta, narradora, investigadora y promotora cultural cubana. Nació en Santa Clara, el 15 de julio de 1951. Licenciada en Letras por la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas.  Pertenece a la Uneac. Poemarios  publicados: La  nostalgia  domina los  rincones (1992);  Cierta  llama (2001);  La  desnudez oculta (2005); La flecha inesperada (2012), todos por la Editorial Capiro. Compiladora de la antología Búscame en el horizonte, de Leoncio Yanes (Sed de Belleza, 2008). Colaboradora del  Diccionario de la música villaclareña (Editorial Capiro, 2004). Textos suyos aparecen en antologías y publicaciones seriadas, tanto impresas como digitales. Ha obtenido premios y menciones, entre ellos: Mención en el Premio Anual de  Investigaciones  (Centro «Juan Marinello», 2003); Premio Internacional «Poesía de Amor Varadero» (2009), Mención de Honor de Poesía Hiperbreve para Niñas y Niños (España, 2009),  Mención Particular —modalidad  Canción de  autor—  en  el XXVII  Premio Mundial de Poesía Nósside (Italia, 2011) y Mención (2012 y 2013).



Niño en el alba

Las aguas del alba pueden jugar con un niño roto,
con los huesos de un caballo en la llanura.
Soledad, por los árboles de oro,
por un cielo de nubes recorrido.
Samuel Feijóo. Camarada celeste


Hay un niño en el alba y en el juego
de las aguas que fluyen con las horas,
un niño que ilumina las auroras
cuando saltan caballos hacia el fuego.
La llanura, los huesos, el trasiego
de hojas, no distinguen su alboroto
y hay lagos como nubes en ignoto
paisaje, donde un oro de leyenda
toca la soledad con esa ofrenda
que deja bajo el alba un niño roto.



Una carrera de añiles

Colgada de la nube
baja la mañana
a la meseta hirsuta
para una carrera de añiles.
Samuel Feijóo. «Matinal»

Se abre un flechero en el viento
el surtidor le desgaja
la tristeza con que saja
la noche su filamento.
Un dardo, como sustento
del fuego dócil, le ofrece
briznas al orto. Amanece
blanda nube en los cantiles:
una carrera de añiles
con luz hirsuta florece.



Amanecer de abril con Feijóo

Con su raya de color
un alma se queda abierta,
detenida por las danzas
de su temblante destino.
Samuel Feijóo.  «Juego»

Rueda el silencio. Gentil,
sobre un lirio, parpadeas
todo luz y te recreas
con los capullos de abril.
Caen las flechas de mil
ángeles y el cundiamor
atrapa bajo su flor
a lagartos que en el monte
miran fijo al horizonte
con su raya de color.

La cima, arroyo jadeante,
despeja su lomerío
si amanece con el brío
de tu carrera distante.
Llegas de un juego añorante,
respiras frente a mi puerta,
tomo tu mano: la muerta
noche llora en la ceniza.
En el sol y en tu camisa
un alma se queda abierta.

Te buscan las mariposas
por el letargo que un rizo
salva en el polen; tu aviso
llega, insomne, hasta las rosas.
Buscan tu nombre las cosas
y el rocío con que afianzas
el sendero; por sus lanzas
tu alba contemplo en la mía
con la imagen de otro día
detenida por las danzas.

Hoy andas y el cancionero
crece libre en la arboleda,
su voz al eco remeda
—llama de un silbo agorero—.
Ya no eres el prisionero
de la noche: en el camino
velan mis gallos. Cansino
se arropa el miedo en las frondas
(mejor será que te escondas
de su temblante destino).



Caballo escarlata en el alba

Un alba de crin y casco
Viene a recibir  las nubes.
Samuel Feijóo. «Caballos»

Escucha la tempranera
canción que arrastran los vientos
con manada de violentos
corceles. La cordillera
borran —como volandera
aspersión— torpes chubascos.
Y en su raíz, los peñascos
soportarán la embestida
cuando vuelva, en estampida,
un alba de crin y cascos.

Hay un ocaso que estruja
las hojuelas, el retoño,
¿quién nos protege, en otoño,
del ocaso que lo empuja?
El ocaso no es burbuja,
en tu sangre no lo incubes.
Cuando por el alba  subes
al resplandor que desata,
algún caballo escarlata
viene a recibir las nubes.



Desnudo en blanco

Las albas vienen corriendo
Y se zambullen con prisa.
¡Cuánto blanco! [1]
Samuel Feijóo. Sin título (1937)

Pasa la sombra, se niega
a sollozar con la luna
—esa hoz, como fortuna,
sobre los techos—. La ciega
mirada ya no despliega
el himno, que lleva estruendo
de soledad. Su remiendo
se deshilacha en el brillo
cuando, a lomo de potrillo,
las albas vienen corriendo.

Albas, cristales y blanco,
piedras que mares disuelven
y entre sus goces envuelven
tanta raíz. El barranco
sorbe al agua; con su flanco
descarga el eco y, en liza,
como un juego, se desliza
por nubes que, en el albor,
se desnudan sin pudor
y se zambullen con prisa.



Amor

Para los siglos que no me vieron
para las mañanas no hechas aún:
este amor.
Samuel Feijóo.  «Legado» (1942)

«¿Los siglos nunca pasaron?»
—dice el ser a quien preguntas
y, al preguntarlo, trasuntas
el pretexto que olvidaron—.
«El tiempo es de los que amaron,
de quien dobló su campana».
Cuando se escucha en la diana
un gesto sobre el dolor,
llega el siglo de tu amor
y alguien hace la mañana.



Matinal con paloma

Auroral mensajera
Ya te buscan mis manos.
Samuel Feijóo.  «Paloma»

A la mañana, meces
un arpa con primicia
de vuelo. Me acaricia
el rocío que ofreces.
¿Y lograré que empieces
a volar en mi hoguera?
Baja la primavera,
brota un aliento mudo:
con tus alas me escudo,
auroral mensajera.

No te alcanzo en la malva
porque el cielo es tu espejo,
un tronco de humo añejo
que en espuma te salva.
No has de quebrar el alba
de los ríos  lejanos,
que en andares ufanos
corean tu mensaje,
si al centro del ramaje
ya te buscan mis manos.



Luz

Esta luz
Manejada por ángeles en juego.
Samuel Feijóo.  Las albas

En luz y mariposa constante se calcina
la yerba que recaudan, soñolientos, mis ojos.
La luz —gusto de un bosque donde cayeran rojos
flechazos y botones—, abrigo que domina,
húmedo en el silencio, mi árbol, mi colina.
¿Qué matiz me transforma? El capullo y el fuego
enredan bajo el alba otro júbilo ciego,
y el verano que prende la candidez alerta
tiene un sabor inmóvil cuando abre la puerta
esta luz
manejada por ángeles en juego.


[1] Junto al texto, Samuel FEIJÓO expresa: «Recojo esta exclamación ante el mar castaño, lleno de espuma, visto desde la aurora. (…) Una sencillez. Un ejercicio de sencillez».



VARIACIONES PARA UNA SOLA NOTA 


Duró más que nosotros aquella rosa muerta. 
[...] 
Como un arco que tiembla sobre el aire encendido. 
[...] 
Veo alargarse al sol mi sombra en julio. 
PER GIMFERRER 


Solo, llega vibrando por el aire 
como arco que tiembla en un chasquido, 
el poeta, me asalta, lo recibo 
junto a la rosa muerta de su tarde. 

Mi sombra no es alegre ni se esparce 
por las ramas. La flecha se le aguza 
en paraísos turbios. Nadie escucha. 

Con un desmayo incierto, la resaca 
de la nota que el viento me arrebata, 
nos toma de la mano y se hace pura. 

De: Niño en el alba [Inédito] 






ANDRÓMACA LLORA ANTE HÉCTOR 

No basta con el templo de Atenea 
si tu aridez destroza la confianza 
de esa mujer que rinde la muralla 
y, truncando su amor, te desconcierta. 

El sollozo de Andrómaca golpea 
la costa por la punta de una lanza; 
del mar sube la diosa, que descarga 
la fibra de sus dones en tu guerra. 

(El héroe no se apiada. La vehemencia 
de una mujer que sufre le fatiga, 
frente a ella su escudo no doblega).

El seno de mujer te reconcilia 
con la paz. No depongas la entereza, 
mas vuelve por amor. Hoy es el día. 





CIUDAD ENTRE LAS AGUAS 

Se sujeta a las crines. 
Mujer con su caballo, 
ligeros, 
por el ocre de la sabana sin arbustos, 
rebasan ese rastro que jamás emprendieran.

Encuentran la ciudad atenazada por sus ríos. 
Escalas y maderos les detienen. 
Ya no es parda la tierra, 
sino el agua. 
Debajo, el escenario 
con muchachas que cantan 
los versos del poeta que parece tan vivo. 

Esa mujer sobre su bestia 
será la prisionera de un islote 
con canales y puentes engañosos 
(nadie romperá los acertijos 
que el agua ha dibujado en sus barandas). 

¡Es tan nocturna esta ciudad 
a pesar de las olas! 
Quienes la habitan como niebla 
–abúlicos o alegres– 
se conforman con una melodía. 

Vadearán las corrientes, amazona y caballo; 
él, con belfos alertas, adivina cantiles. 
Debe haber otra orilla, 
debe existir algún recodo. 
Nuevos ríos, con furia, paralizan su viaje. 
Sobre puentes de húmedas traviesas, 
o escalones que caen a su paso, 
un corcel, su amazona, 
al pelo 
y hasta nunca, 
truncados por el agua. 




ARMAND GARNET RUFFO [14.066]

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Armand Garnet Ruffo 

Nació en Chapleau, Ontario, Canadá, en 1955. Es poeta, dramaturgo, profesor universitario y realizador de talleres de escritura creativa. Pertenece a la Nación Ojibway. Ha publicado los libros de poesía: Grieta en el cielo, 1994; Lechuza gris: el misterio de Archie Belaney, 1997 y En la tumba de Jerónimo, 2001. Obras de dramaturgia: Fantasma mujer; Un cuento de Windigo y Retrato de un artista como indígena. Ha recibido, entre otros, el Premio de la Sociedad de Autores de Canadá, 2000 y el Premio Lampman-Scott, 2002.




LA TORMENTA

Sentado detrás de un vidrio
veo el revuelo del cielo
mientras por la radio llega el aviso
de permanecer en casa: viento, lluvia y granizo.
Una nube negra borra temporalmente el sol.

Ahí en algún lugar hay más poder que el que jamás
entenderé. La capacidad de crear y destruir
en un barrido final. Llámalo Dios. Llámalo naturaleza.
Llámalo como creas. No importa
ahí está, ahí, ante mí, vaciando las calles.

Si salgo de esta habitación, en la tormenta
¿Me sentiré más cerca de esta precipitación?
¿Me sentiré como mis ancestros?
¿Seré simplemente el extraño moderno
confundido, mojado y solo?

Sé que no hablo la lengua del trueno
y la radio intenta persuadirme
de cualquier movimiento innecesario.
Sin embargo, tengo que moverme desde el fondo de la ciudad
por la puerta principal. Para empapar y llenar mi cabeza,
hasta estar dentro de la tormenta.





VIEJA HISTORIA

La historia que ella cuenta, esparce en espiral un tiempo antes de
tu nacimiento, incluso antes de su nacimiento.
Una vieja historia que suena nueva, elevándose
como el vapor de tus ambas tazas,
y no tiene nada que ver con tazas rotas,
platos inigualables, medias botellas de whisky,
en la letrina,
moscas entrándose a través de los huecos de la malla,
madera recogida al borde de la carretera y
pegada a golpes, botellas de cerveza,
y ceniceros repletos de colillas.
Nada que ver con eso, la cosa
que se eleva como la noche, como el agua
desde lo profundo de la tierra recordada,
desde la memoria olvidada.
Lo que suena como lluvia que se acerca
y hace que los ojos parpadeen alrededor cuando el viento cruje
a través de casas y madera vieja habla
de una vida mayor, camino bordeado por pinos
y abedules que conducen a Misshipeshu, el del lago,
ojos de esmeralda y piel de escamas de oro, un camino
a la serpiente roja, el lucio negro y la familia.

Ven. Bajo este manto de la estrella, astilla de luna,
su voz guía sus pasos a lo largo de islas
de tierra sólida. ¿Adónde vas?
Ella dice, al sueño, ¿dónde más?. Al sitio
que hay que descubrir, donde un día
puedas volver por tu cuenta.
(¿Ella realmente dice esto
o sólo tú lo sueñas ahora?)
Y casi tan pronto que ella empieza tú estás de vuelta
en la mesa de la cocina, la mano
agarrada a una fría taza de té, el reloj
señalando la hora de cenar.





EN EL LAGO TITICACA

Entre Bolivia y Perú olvido quién soy
y los guías siguen guardando el curso. Aquí
las olas contra el barco y el viejo
apoyado contra el timón son importantes.
Me volteo y lo miro
directamente. Ni una palabra sale de sus labios
y pienso en la profundidad del lago,
elixir de la rítmica tradición.
Estamos fuera más allá de islas de juncos
más allá de los pescadores
las aves
Afuera entre uno y el otro, adentro
un camino profundo y azul como una oración.

El compañero del anciano luce una capucha
de lana brillante y suéter, manipula un viejo motor de aceite
que de alguna forma mantiene prendido. Al igual que el viejo,
su vida indígena está tallada en su rostro
y define su presencia, y como el viejo, sabe que
me lleva a algún lugar en el que nunca he estado;
más allá de todo sólo nosotros mismos
sobre esta agua bajo este cielo.

Poetas indígenas del mundo: Armand Garnet Ruffo (Nación Ojibway, Canadá)
http://www.wpm2011.org/node/636




Armand Garnet Ruffo was born in Chapleau, Ontario, Canada in 1955. He is a poet, playwright, university professor and director of creative writing workshops. He belongs to the Ojibway Nation. He has published the following books of poetry: Opening in the Sky, 1994; Grey Owl: the Mystery of Archie Belaney, 1997; At Geronimo's Grave, 2001. Plays: Ghost Woman; A Windigo Tale and Portrait of the Artist as Indian. He obtained the Canadian Authors' Association Prize for Poetry, 2000 and Lampman-Scott Prize, 2002, among other recognitions.




THE STORM

Sitting behind glass
I can see the sky stir
while over the radio comes a warning
to stay indoors: wind, rain and hail.
A black cloud temporarily blots out the sun.

Somewhere there is more power than I will ever
understand. The ability to create and destroy
in one final sweep. Call it God. Call it Nature.
Call it whatever you Believe. No matter
there it is, there in front of me, emptying the streets.

If I step out of this room and into the storm
Will I feel any closer to this suddenness?
Will l feel like my ancestors?
Will I simply be the modern stranger
confused, wet and alone?

I know that I do not speak the language of thunder
and the radio attempts to persuade me
against making any unnecessary moves.
Yet move I must from deep in the city
out the front door. To get my head soaked and filled
until I am inside the storm.




OLD STORY

The story she tells spirals out a time before
your birth, before even hers.
An old story that sounds new, that rises
like the steam from both your cups,
yet has nothing to do with cracked cups,
unmatched plates, half bottles of rye,
in the outhouse,
flies sneaking in through holes in the screen,
lumber picked up along the roadside and
banged together, beer bottles,
and ashtrays full of butts.
Nothing to do with that, the thing
that rises like night, like water
from deep in remembered earth
out of forgotten memory.
The thing that sounds like coming rain
and makes eyes blink round when wind creaks
through houses and old timber tells
of an older life, a path bordered by jackpine
and birch leading down to Misshipeshu of the lake,
emerald eyes and skin of gold scales, a path
to red snake, black pike and family.

Come. Under this star blanket, splinter of moon,
her voice guides your footsteps along islands
of solid earth. Where are you going?
She says to the dream where else. To the part
that must be found out, where one day
you can return on your own.
(Does she actually say this
or are you now just dreaming?)
And almost as soon as she begins you are back
at the kitchen table, your hand
gripped to a cold cup of tea, the clock
hitting suppertime.





ON LAKE TITICACA

Between Bolivia and Peru I forget who I am
and the guides continue to keep course. Here
the waves against the boat and the old man
braced against the tiller are important.
I turn and look directly
at him. Not a word parts his lips
and I think of the depth of the lake
the elixir of rhythm tradition.
We are out past the reed islands
past the fishermen
the birds
out among one another inside
a path deep and blue as a prayer.

The old man's companion decked out in bright wool
cap and sweater fiddles with an old oily motor
he somehow keeps going. Like the old man
his Indian life is carved into his face
and defines his presence and like the old man he knows
he is taking me somewhere I have never been
past everything except ourselves
on this water under this sky.






GAIL TREMBLAY [14.067]

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Gail Tremblay 

Nació en Buffalo, Estado de Nueva York, Estados Unidos, en 1945. Pertenece a la Nación Mi'kmaq-Onondaga. Es poeta, dramaturga, profesora y artista plástica. Ha recibido muchos premios por su poesía. Autora, entre otros, de los libros de poesía: La noche le da a las mujeres la palabra, 1979; Cerca al hogar, 1981 y Canto indígena en la América del Siglo 20, 1990. “Mezclando estilos modernos y tradicionales, tanto en sus escritos como en sus obras de arte, Tremblay yuxtapone su experiencia de nativa americana moderna con la tradición, poniendo énfasis en los encuentros entre pasado y presente. Su poesía explora el aislamiento que acompaña a la incomprensión cultural y a siglos de opresión”.



MEDITACIÓN SOBRE EL DIQUE DE DALLES

para Lillian Pitt

Electricidad zumba en una telaraña de cables
en forma de aislados alambres de cobre que cruzan la tierra;
¿Qué tristeza se acumula en este sonido que sólo chilla

donde el trueno de agua ya no combina
con la salvaje prisa del salmón tan a mano?
Electricidad zumba en una telaraña de cables.

Donde los sitios de pesca eran numerosos, todo declina.
Nadie se explica cómo un cuerpo puede soportar
La tristeza que se acumula en este sonido que sólo chilla

Pescadores en andamios entre rocosas pendientes pronunciadas;
agua espumaba antes que el flujo se represara
para que la electricidad pudiera resonar en una telaraña de cables.

Rocas observaban mientras hombres hacían diseños extraños
Para acrecentar el río hasta lugares sin corriente de agua prevista.
¿Qué tristeza se acumula cuando el nuevo sonido sólo chilla?

El agua desaloja los cadáveres de nuestros ancianos desde antiguos santuarios—
¿cómo pueden los espíritus de los muertos aprender a entender
la electricidad que resuena en una telaraña de cables?
¿Qué tristeza se acumula en este sonido que sólo chilla?





CANTO INDÍGENA
EN LA AMÉRICA DEL SIGLO 20

Despertamos; despertamos el día,
la luz se levanta en nosotros como el sol -
nuestra respiración, una oración
rozando plumajes en nuestras manos.
Nos tambaleamos en las calles;
patrones de alambre inventados por extraños
han sido colgados entre ojo y cielo,
y bailamos en dos mundos,
inevitables como las estaciones en uno,
curiosidades exóticas en el otro
que se precipitan de cabeza por carreteras,
nos miran desde las ventanas del automóvil, nos explican
a sus hijos en palabras
que nadie podría jamás encontrarles
sentido. Las imágenes oscurece
la visión, y nos preguntamos
si alguien alguna vez escuchará
nuestros propios nombres para las cosas
que hacemos. La luz baila en el cuerpo,
rodea todo lo viviente:
hasta las piedras cantan
aunque sus canciones son infinitamente

más bajas que las que aprendemos
de los árboles. Ninguna voz humana dura
lo suficiente para producir tal sonido musical.
La respiración de la Tierra se arremolina entre fábricas
y edificios de oficinas, acaricia la superficie
de nuestra piel; vamos al trabajo, el jefe
observa siempre el reloj a ver
si estamos a tiempo. Trata de
bloquear la magia y espera que cometamos
errores o desaparezcamos. Trabajamos
rápido y sin cesar y recordamos
que cada respiración altera la composición
del aire. El cambio se mueve implacable,
la forma emerge a pesar de su previsión-
estamos siempre ahí –Entonando juntos
canciones de la danza, recordando lo que apoya
nuestra vida -imposible de ignorar.





SIN RAZÓN

La lengua forma y moldea el sonido. El habla
se vuelve sensación en la boca que vibra
en el paladar y los dientes -- tacto
hecho con más que las yemas, se transmuta
en ritmo en el oído. Palabras sobrepasan
su significado y se convierten en una forma de moverse.
Hablamos los nombres en los que los objetos se convertirán.
La voz despierta la luz, y empezamos a ver
Las sombras que las hojas pueden hacer contra la madera.
Decimos la Tierra gira, y de repente las nubes
se mueven como los fantasmas de los antiguos, trayendo lluvia
que ama las cosas que crecen sobre la tierra.
Escucho tu respiración contra mi piel
y espero que nombres la forma en que sientes,
que me digas dónde has estado y adónde vas,
hasta encontrar la forma de las cosas que compartimos y tener
la belleza que veo estando contigo.
Mi lengua se desliza ágilmente más allá de mis dientes
y encuentra labios dispuestos a acariciar
la línea de pequeñas cicatrices redondas que marcan
tu mejilla. Nada hace imperfecta la superficie
de tu piel; lo que tiene gracia, las palabras
no podrían verlo de otra manera. Observo con sentidos
más perceptivos que mis ojos, y dejo que me toques
más de una o dos veces. Tu voz dice poco;
el sonido hace eco en mis sentidos como el viento.
Llenas los oscuros pasajes de la forma con susurros
que me habitan hasta que aprendo que es sonido sin razón
que colma al mundo y me mantiene cálida.

Poetas indígenas del mundo: Gail Tremblay (Nación Mi'kmaq-Onondaga, Estados Unidos)
http://www.wpm2011.org/es/node/611




Gail Tremblay was born in Buffalo, New York, USA, in 1945. She belongs to the Mi'kmaq-Onondaga Nation. She is a poet, playwright, teacher and artist. She has received many awards for her poetry. She is the autor of the following books of poetry: Night Gives Women the Word, 1979; Close to Home, 1981, and Indian Singing in 20th Century America, 1990. “Blending modern and traditional styles in both her writing and her artwork, Tremblay juxtaposes the modern Native American experience with tradition, placing emphasis on the encounters between past and present. Her poetry explores the isolation that accompanies cultural misunderstanding and centuries of oppression.”




MEDITATION ON THE DALLES DAM

for Lillian Pitt

Electricity is humming in a spider web of lines
as copper wires cased in rubber cross the land;
what sorrow builds in this sound that only whines

where the thunder of water no longer combines
with a wild rush of salmon so close at hand?
Electricity is humming in a spider web of lines.

Where fish runs were rich, everything declines.
No one explains how a body can withstand
The sorrow that builds in this sound that only whines.

Fishermen stood on scaffolds amid the steep inclines
of rock; water foamed before the flow was dammed
so electricity could hum in a spider web of lines.

Rocks watched while men made strange designs
To swell the river to places no rush of water planned.
What sorrow grows when the new sound only whines?

The bodies of old ones wash out of ancient shrines—
how can the spirits of the dead learn to understand
the electricity that hums in a spider web of lines.
What sorrow builds in this sound that only whines?




INDIAN SINGING
IN 20TH CENTURY AMERICA

We wake; we wake the day,
the light rising in us like sun –
our breath a prayer brushing
against the feathers in our hands.
We stumble out into streets;
patterns of wires invented by strangers
are strung between eye and sky,
and we dance in two worlds,
inevitable as seasons in one,
exotic curiosities in the other
which rushes headlong down highways,
watches us from car windows, explains
us to its children in words
that no one could ever make
sense of. The images obscures
the vision, and we wonder
whether anyone will ever hear
our own names for the things
we do. Light dances in the body,
surrounds all living things-
even the stones sing
although their songs are infinitely

lower than the ones we learn
from trees. No human voice lasts
lomf enough to make such music sound.
Earth breath eddies between factories
and office buildings, caresses the surface
of our skin; we go to jobs, the boss
always watching the clock to see
that we’re on time. He tries to shut
out magic and hopes we’ll make
mistakes or dissapear. We work
fast and steady and remember
each breath alters the composition
of the air. Change moves relentless,
the pattern unfolding despite their planning-
we’re always there –singing round dance
songs, remembering what supports
our life –impossible to ignore.




NOT SENSE

The tongue shapes and mold sound. Speech
becomes sensation in the mouth vibrating
on the palate and the teeth-- touch
done with more than fingertips transmutes
itself to rhythm in the ear. Words outleap
meaning and turn into a way to move.
We speak the names that objects will become.
Voice wakes the light, and we begin to see
the shadows leaves can make against the wood.
We say Earth spins, and suddenly the clouds
move like ghosts of old ones bringing rain
that loves the growing things upon the ground.
I listen to your breath against my skin
and wait for you to name the way you feel,
to tell me where you've been and where you go,
to find the shape of things we share and have
the beauty that I watch when I'm with you.
My tongue slips nimbly past my teeth
and finds lips ready to caress
the line of small round scars that mark
your cheek. Nothing mars the surface
of your skin; what is is graceful and words
could never see it any other way. I watch with senses
more perceptive than my eyes, and let you touch me
more than once or twice. Your voice says little;
sound echoes in my senses like the wind.
You fill the dark passages of form with murmurs
that inhabit me until I learn it's sound not sense
that fills the world, that keeps me warm.









CARLOS MIGUEL TILLET [14.068]

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Carlos Miguel TILLET

Nació un 21 de enero de 1954 en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Su padre era un próspero comerciante ganadero –feriante- en la zona. Primaria y secundaria las hizo en el colegio San Patricio de aquella localidad bonaerense regido por sacerdotes palotinos. 

Su gran afinidad por la música lo lleva a ser compositor musical. Y su gran sensibilidad por la suerte de los marginados en nuestra patria lo llevó a ocuparse por tratar de mejorar sus suertes. 

En tal sentido militó en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en tanto era estudiante de Abogacía. 

Fue secuestrado-desaparecido el 3 de diciembre de 1976 en Capital Federal. 


Memoria de Carlos Miguel Tillet

Extraído del libro “Aquellas semillas rojas”, docentes y alumnos del Instituto Santa María, Mercedes (B), Jóvenes y Memoria 2009.

En su libro sobre el dictador Jorge Rafael Videla, María Seoane y Vicente Muleiro escriben el siguiente episodio sobre la desaparición de un amigo de la familia Videla, ocurrida en 1976:

“[...] Marta, hermana de Jorge Rafael, se casó con el dirigente conservador Juan Espil, quien era admirador del jefe del conservadurismo popular Vicente Solano Lima. Esa admiración hizo que a uno de sus hijos varones le pusiera de nombre Solano. El 3 de diciembre de 1976, un compañero de juegos de la infancia de Solano, ‘de esos que iban a la casa desde que jugaban a la bolita’, Carlos Miguel Tillet, pasó a integrar la lista de desaparecidos. 

Hugo Bonafina relató que Videla no permitía que desde su familia le llegaran pedidos por ciudadanos desaparecidos, aunque formaran parte del mundo afectivo de sus parientes más cercanos. Enterada de la desaparición del amigo de la infancia de su hijo, Marta no se movilizó a favor del muchacho. María Olga [madre de Jorge Rafael] también fue informada de esa desaparición pero no pidió por Tillet a su hijo el dictador [...]. Mientras tanto, el amigo de su nieto fue descendido a las catacumbas de la dictadura, lacerado su cuerpo, tronchada su vida y desaparecido su cadáver. [...]”

Pero no todos los amigos de Carlos Miguel eran como ese. La prueba es este testimonio obtenido vía correo electrónico desde Madrid, España, escrito por Mónica Mehaudy, quien fuera una gran amiga de Carlitos desde épocas de su adolescencia. Dice así:

“Carlos Miguel

La amistad adolescente es la que marca ciertos valores que nos acompañan toda la vida. Quizá porque en esa época el tiempo para el debate y la curiosidad son infinitos. Los adolescentes exploran la vida desde la perspectiva de la inmunidad, el riesgo y la inmortalidad... Mi amistad con Carlos Miguel (a pesar que nos conocíamos desde siempre) comenzó cuando yo tenía 13 y él 14 o 15 años. No terminó nunca...
Fue el tercero de cinco hermanos varones en la familia Tillet. Inquieto, curioso, algo travieso, delgado, con el pelo rizado y mirada profunda. Si cierro los ojos y me sitúo frente a su casa recuerdo una puerta grande hermosa que daba a un hall en los que cabíamos todos, los amigos de Carlos Miguel, de Marcelito, de Luis, Eduardo y el pequeño Rodolfo, las novias, las primas... todos.

– Pasá Mónica – decía mamá Tillet (mi querida ‘negrita’). – Vení, sentate, contame cómo estás... Y en el patio lleno de flores que da a la cocina con Eva sirviendo refrescos sentía el placer de estar allí.

En esa casa, en ese clima de amor, respeto y bienestar creció Carlos. Estudió en San Patricio, le interesaba la historia y la filosofía y escribía poesías en su cuaderno Gloria, seguramente en las clases de matemáticas o biología.

Siempre tuvimos largas e improductivas charlas sobre la fe, el dinero, el poder, la codicia, la bondad... Los sueños, la gente.

Se enamoraba muchas veces, tenía éxito con las chicas. Disfrutaba de su barra de amigos, era divertido y tranquilo. No recuerdo verlo implicado en broncas y peleas de la edad. Solía vestir vaqueros ajustados que enfundaban sus largas piernas, camisas o remeras de muy buen gusto, mocasines o zapatillas, siempre muy cuidado. Detestaba su pelo rizado...recuerdo una noche en la que mi hermana Myrtha y yo le estiramos el pelo con la plancha sobre la mesa de la cocina de nuestra casa con un trapo húmedo ¡jajaja! Normalmente lo llevaba largo y engominado para estirarlo.

En esa época leyó a Cortázar, Mafalda, Fromm y algo de Borges de quien polemizamos muchas veces. Íbamos al cine club y a los conciertos y conferencias del Colegio Nacional. Era romántico, creo, ya que su película favorita era El Graduado con Dustin Hoffman. Le impresionó el momento en el cual ‘el chico’ va por la carretera en su descapotable velozmente para rescatar a su amada a punto de casarse con otro, la escena está envuelta en un etéreo impresionante del tema “Mrs. Robinson” de Simon y Garfunkel.

Pero tengo que reconocer que nuestra influencia más feroz fueron Los Beatles. Carlos amaba la música de Los Beatles. Sabía pelos y señales de la vida de cada integrante. Sus favoritos eran John y George naturalmente.

La rutina de los sábados era la siguiente: él salía con sus amigos o novia del momento y yo hacía lo propio (muchas veces coincidíamos). A una hora determinada nos encontrábamos en la Plaza San Martín para ir a mi casa, en el momento en que mi hermano Jorge se había ido (salía más tarde) para tomar posesión de su magnífico equipo de música y su colección de Los Beatles. La velada duraba hasta las tantas... Muchas veces con Pancho (Francisco Heredia) también. Escribíamos las letras, las cantábamos y a veces las traducíamos. Su álbum favorito era Abbey Road. Le fascinaba “Eleanor Rigby” se reía mucho, mucho de la frase: “El padre McKenzie escribe un sermón que nadie oirá”. “Here comes the sun” nos ponía los pelos de punta.

Carlos escribía para hacer canciones, tocaba la guitarra y a veces improvisaba con Edu al piano. Sus letras son profundas y llenas de contenido para un chico de su edad, casi melancólicas diría ahora.

Compartimos una hermosa amistad durante toda la secundaria... Al irnos a la universidad coincidíamos menos en Mercedes, pero siempre supimos las cosas importantes uno del otro.

Soñaba con viajar y conocer el mundo, soñaba con casarse y tener hijos, soñaba con producir sus canciones, siempre lleno de energía, alegría y esperanza pero sobre todo soñaba con un mundo más justo y tolerante.

Fue un amigo inteligente, fiel y entrañable. El tiempo nunca sanará su ausencia... Esté donde esté seguirá siendo mi querido amigo Carlitos”.


Los siguientes son poemas/canciones de Carlos Miguel Tillet, publicados en 1985 en el libro: Desde el silencio, escritos de jóvenes secuestrados desaparecidos durante la dictadura, con prólogo de Ernesto Sábato.



“Muchacha de otoño”

Sólo se ve la figura
cuando el árbol se desnuda
formando para tus pies
un camino dorado.
El cielo gris ha quedado
puesto que tu has llegado,
tu tristeza es alegría
para todos los que aman.
Muchacha de otoño
regresa ya...
Que los pájaros te extrañan.
El viento trae un canto,
un canto de alegría,
parece que estás por llegar
en estos días.
Muchacha de otoño
regresa ya...
Que los pájaros te extrañan.





“Qué solos quedan”

Qué solos quedan
los que quedan en la tierra,
si no tienen amor
de un padre, mujer o amigo.
Nunca odies,
aunque seas odiado,
siempre ama,
aunque seas pisoteado.
Qué solos quedan
Los que se van sin haber amado
aunque sea, aunque sea
solamente a su hermano.
Conserva siempre el amigo
con el que has crecido,
reflejo tuyo será
de lo que has querido.
Qué solos quedan
los que quedan en la tierra,
si no tienen amor
de un padre, mujer o amigo.





“Pídele piedad al sol”

Recuerdas aquel lugar
de gran claridad,
mirar allí era soñar,
era volar y no sé qué más.
Sin calles, sin veredas,
sin cordones de electricidad.
Más todo oscureció,
fue la noche que llegó
y la tiniebla nos atrapó.
Pídele piedad al sol,
pídele un rato más,
que se quede en este lugar
para que vuelva la claridad.
La gente a tropiezos va,
el tiempo no sabe dónde pisar,
las flores no tienen color,
ya no hay día en este lugar.
Pues todo oscureció,
fue la noche que llegó
y la tiniebla nos atrapó.
Pídele piedad al sol,
pídele un rato más,
que se quede en este lugar,
para que vuelva la claridad.



Carlos Miguel Tillet había nacido en Mercedes el 21 de enero de 1956. Cursó sus estudios en el Colegio San Patricio y los continuó luego en la Facultad de Derecho, mientras trabajaba en Tribunales. Le gustaba la música y escribía letras y canciones. Su gran sensibilidad lo acercó a los necesitados de las villas, a quienes visitaba y ayudaba en lo que podía. Concurrió con amigos a cursos sobre el Concilio Vaticano II en Mar del Plata. Desapareció el 3 de diciembre de 1976 en Capital, alrededor de las 19.00 horas.

En su prólogo, Ernesto Sábato dice lo siguiente sobre los poemas publicados en Desde el silencio:

“Más acá o más allá de valores literarios, se manifiesta la alta calidad de los desdichados que los escribieron, su devoción hacia los padres y a la tierra que los vio nacer, una sensibilidad en ocasiones evangélica hacia los desamparados y olvidados por los poderes de la Tierra. Es una siniestra paradoja que el exterminio de miles de seres de este valor haya sido perpetrado en nombre de Dios, la patria y la familia. Hay motivos para desgarrantes reflexiones sobre el destino de una juventud que fue parte de la mejor juventud argentina, cuyo único delito fue soñar con un mundo más humano”.













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