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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ANA FRANCISCA ABARCA DE BOLEA [12.353]

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Ana Francisca Abarca de Bolea

Ana Francisca Abarca de Bolea. Poeta y escritora española nacida en Zaragoza (Zaragoza) el 19 de abril de 1602 y fallecida en Casbas (Huesca) hacia 1685.

Nacida en una familia de noble linaje, los Bolea (uno de cuyos descendientes sería el Conde de Aranda), hija del humanista Martín Abarca de Bolea y Castro y de doña Ana de Mur, tras ser bautizada en la zaragozana Parroquia de San Felipe, vivió desde los tres años en el Real Monasterio de Santa María de la villa de Casbas, del que ya no habría de salir y en el que adquirió una profunda formación religiosa y humanística. En su clausura se enriqueció con lecturas muy diversas, hasta el punto de aprender latín clásico. Profesa como religiosa el día 4 de junio de 1624. En 1655 era maestra de novicias y llegó a desempeñar el cargo de abadesa en 1672. Se carteó con importantes eruditos y escritores de los círculos literarios aragoneses, en particular con el que gozaba del mecenazgo de Vincencio Juan de Lastanosa, como el Conde de Salinas, Juan Francisco Andrés de Uztarroz y muy probablemente, con Gracián, quien la elogia y recoge poemas suyos en su Agudeza y arte de ingenio.

La poesía de Ana Francisca Abarca de Bolea se encuentra inserta en el libro misceláneo titulado Vigilia y octavario de San Juan Bautista (Zaragoza, 1679), que reúne además una novela corta o apólogo (La ventura en la desdicha) y una novela (El fin bueno en mal principio). Se trata de un género, el de las misceláneas, muy conocido en la época, donde en el marco de un diálogo heredero del humanismo, se intercala literatura de muy variados géneros. En este caso, el marco recuerda al de la novela pastoril, puesto que un grupo de ricos y refinados pastores se reúnen en un paraje del Moncayo, donde se alza una ermita dedicada a San Juan, para celebrar la vigilia y octavario de la fiesta del Santo durante nueve días, divirtiéndose en sus ratos de ociocon variados entretenimientos y banquetes, donde se producen debates, se cuentan anécdotas y se cantan o recitan romances y canciones.

La temática de su poesía tiene en su mayor parte un carácter sacro y popular. En alguno de ellos emplea la lengua aragonesa, uno de los escasos testimonios de literatura con rasgos lingüísticos de aragonés del siglo XVII. Ejemplo de ello es la "Albada al nacimiento" que consta de veinte coplas arromanzadas y es de tema navideño, y delata costumbres del folklore («cantada por Ginés y Pascual al uso de su aldea y son de la gaita»). El comentario de la autora, «notable gusto dio la letra y admiraron la inventiva y que se conserve tanto aquella antigua lengua que se usaba en España», indica que no era consciente de la utilización de la lengua aragonesa. Estos poemas fueron estudiados por los filólogos Manuel Alvar, Francho Nagore, M.ª Ángeles Campo o José Manuel Blecua. He aquí un ejemplo de su "Albada del nacimiento":

Media noche era por filos
las doce daba el reloch
cuando ha nagido en Belén
un mozardet como un sol.
(...)

Obras de Ana Francisca Abarca de Bolea

Obra en aragonés de Ana Francisca Abarca de Bolea, en Publicazións d´o Consello d´a Fabla Aragonesa, Huesca, 1980.
Catorce vidas de Santas de la Orden del Císter, Zaragoza, Herederos de Pedro Lanaja y Lamarca, 1655.
Historia del aparecimiento y milagros de Nuestra Señora de Gloria, venerada en el Real Monasterio Cisterciense de Casbas (manuscrita).
Vida de la Gloriosa Santa Susana, Virgen y Mártir, Princesa de Hungría y Patrona de la villa de Maella, en el Reino de Aragón, lugar del Marqués de Torres, Zaragoza, Herederos de Pedro Lanaja y Lamarca, 1671.
Vida de San Félix Cantalicio (manuscrita).
Vigilia y Octavario de San Juan Bautista, Zaragoza, Pascual Bueno, 1679.
Poesía suelta[editar]
«Octavas», en Palestra numerosa austriaca Huesca, 1650.
«Dos sonetos a la muerte del Príncipe Don Baltasar», en Obelisco histórico y literario que la Imperial ciudad de Zaragoza erigió al Serenísimo Señor Don Baltasar Carlos de Austria, Príncipe de las Españas, Zaragoza, 1646.
«Al libro que escribió Don Francisco de La Torre, intitulado Baraja nueva de versos. Décima», en Entretenimiento de las Musas, Zaragoza, 1654.
«Soneto a la Virgen de Gloria, Patrona del Monasterio de Casbas», edición de Manuel Serrano Sanz en Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde el año 1401 a 1833, Madrid, 1903.




Vísperas de aquel my hombre

Vísperas de aquel my hombre
que, sin hilar, murió aspando
la más sazonada vida
para el tejido mas alto.





Por qué aún no me detienes

Por qué aún no me detienes, sombra
callada al borde de esta hora.
Mi curva es tan pequeña,
tan corto el aire que a mi paso quiebro.
Tan solo el esqueleto
que en lenta marcha se acomoda al suelo.
Sería tan sencillo
dejarme resbalar por la pendiente
del polvo de tus eras,
dejarme descansar donde los templos
de siglos acumulan
pasiones que ya fueron.
De mi prisión quisiera
sacarme, destruir la permanencia
sin nombre que bascula.
Perdí la llave, se olvidó la muerte
de colocar en mí su cerradura.





La Mitología

La Mitología
baja en tropel la escalera.
Van quedando limpios los desvanes.
Los inocentes abundan más que los niños.
Inocentes terribles.
Inocentes callados, y dolorosos, muertos.
Yo no soy uno de ellos.
Ser un testigo es poco valimiento.
Tener remansos es una vergüenza.

“Todo animal se busca su cobijo”.
Algo más que animal. Pero no es cueva
ni cobijo, ni choza,
ni bastaría celda.

Ni la palabra basta, nunca basta
frente al pedazo celular inerte.
Justicia y sinrazón pasan de vuelo.






De que estimes tan humana

De que estimes tan humana
el librito de El Discreto
mi voluntad te prometo
que ha quedado muy ufana.
Tu décima soberana
parto de tu discreción,
es pasmo a todo varon,
tal que el mundo viene a creer
que debe de descender
del cielo tal perfección.





DÉCIMA A UN JAZMÍN

Estrella entre verdes hojas
naciste radiante y bella,
errante en tu misma estrella
pues te ocasiona congojas.
De los alientos que arrojas
por ese candor nevado,
a presumir he llegado
que hurtó tu mano sutil
si la blancura al marfil
la fragancia a todo el prado.






SONETO A LA MUERTE 
DEL PRINCIPE BALTASAR 

Lapidario sagaz, duro diamante 
labra, resiste firme al golpe fiero, 
tíñelo en sangre y pierde aquel primero 
rigor a la labor menos constante. 

Contra Carlos el mal no era bastante, 
que queda al golpe cual diamante entero, 
tíñelo en sangre amor, y el mal severo, 
sujeta con amor aun hijo amante. 

El mal lo agrava y el amor lo aflige, 
aquél pide remedio, éste no tiene, 
y quien conoce aquél a éste no alcanza. 

No rige el mal, que amor de madre rige, 
y Carlos por amor a perder viene 
la vida en flor, y España la esperanza. 







SONETO A UNA PENITENCIA 

A Fenisa aplicaba el labio y boca 
al párpado siniestro con cariño, 
Anarda, y acechándola el dios niño, 
a envidia fiera el caso le provoca. 

Las flechas arrojó y con furia loca 
dijo: “Piérdanse ya las que yo ciño, 
pues con pena mortal el pecho tiño 
en rabia tal que en ansias le sofoca” 

Apellida venganza el dios alado, 
nuevas armas previene en su defensa, 
ostenta su poder y rabia ardiente 

y dice: “Pues Fenisa me ha abrasado, 
Anarda misma vengará mi ofensa 
lastimándola el párpado su diente” 








SONETO CONTRA LAS MUJERES 

Soberbio el huracán y embravecido 
se muestra con las nubes justiciero. 
Altivo, con sus olas, el mar fiero 
riquezas y valor ha sumergido. 

Del voraz elemento esclarecido 
es cruel el fulgor más lisonjero. 
Y de Telus lo grave y lo severo, 
por inconstante, viene a ser temido. 

Iras ostenta, si feroz, altiva, 
con su saña, la fiera venenosa 
(tal muriendo porque nadie viva). 

Pero furia más fiera y ponzoñosa 
es la ira de la mujer esquiva 
que es sierpe, es furia y amistad dañosa. 







SONETO 

Atlante fuiste, ¡oh dichoso mozo!, 
del mismo cielo, bajo blanco velo, 
que, a letra vista, pagará tu celo 
aunque ahora se viste de rebozo. 

Si al querub inflamado le es gran gozo 
el servirle de solio allá en su cielo, 
tú, que remontas más tu ufano vuelo, 
¡cuánto mayor les debes alborozo! 

Canten tu dicha desde el Indo a España pues, 
por ti, gloria adquiere Zaragoza, 
donde el cielo ha vertido perla tanta, 

donde pre vió gozoso tanta hazaña, 
y que del Sol es poca la carroza, 
con la tuya, que a triunfos te levanta. 







SONETO A UN RETRATO DE LA REINA 
NUESTRA SEÑORA 

Retóricos pretenden los colores 
persuadir a los ojos su fineza, 
ícaros siendo a la mayor alteza, 
que del arte aniquila los primores. 

Peor al amor acuden por favores 
para poder copiar una belleza 
temiendo de lo hermoso la grandeza, 
que, aunque anima, fulmina mil rigores. 

De Mariana mirando el candor puro 
el Cuarto Sol de España en el traslado, 
reverberando en sí las luces bellas 

de la que es de su amor puerto seguro 
(y con ser mucho menos lo pintado), 
no han de ser más seguro las estrellas. 






SONETO FÚNEBRE 

Canten tu amor, ¡oh príncipe glorioso!, 
en los remotos términos de España, 
pues tu cariño y tu fineza extraña 
te previenen aplausos de dichoso. 

Timbre será que te haga más famoso 
porque el materno amor que te acompaña 
turismo ser ilustra en tanta hazaña 
como es morir de amor tan cariñoso. 

Tu muerte fue de amar, como se ha visto. 
Tanto puede en tu pecho una memoria 
que aún no te libra del amor previsto. 

¡Oh príncipe leal!, tu fe notoria, 
prémiela de su mano el mismo Cristo 
dándote la corona de su gloria. 



MARÍA ESTER CHAPP [12.354]

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MARÍA ESTER CHAPP

Poeta y ensayista argentina, nacida en Buenos Aires. Socióloga. Entre los diversos premios cuenta con el Tercer premio municipal de la Legislatura Porteña, mención en el Concurso Nacional de Tres de Febrero. Desde sus primeros años, casi adolescente, partió a Estados Unidos por intercambio estudiantil. Desde entonces “Hojas de Hierba” de Whitman, en inglés, ocupa un lugar preferencial en su mesa de noche. Su vida reúne magníficas experiencias de viaje por Occidente y Oriente. Todo es sabiduría que apreciamos en sus melodiosos poemas que tienen una raíz espiritual  intensa y espontánea. Organizadora de grupos de lectura como el excelente Voces Latinoamericanas. Es un orgullo para nosotros contar con los poemas de María  en nuestra ciudad literaria.
“La Sed” por María Ester Chapp (Ediciones El Mono Armado, Buenos Aires,2004, 72 págs.)
-“El Ojo Peregrino” por MARÍA Ester Chapp ( Ediciones El Mono Armado, Buenos Aires, Argentina, 2008.)



Ojo peregrino

el parpadeo purifica
limpia los ojos del pasado
guía a lo más íntimo
donde alguien espera

en la alta frente un manantial

el parpadeo purifica
sudores     confusión
inquietud de los cuerpos
el llanto lava cicatrices
tormentos de la especie

travesía del ojo peregrino
hasta que soporte la luz




Un ojo ve

un ojo ve
el revés de la trama
vislumbra eternos saberes
      el oráculo libro
a orillas
              del tiempo
irradia en la densidad

                terrestre





N A G A S A K I

                                     A  Akira Kurosawa

un olor acre despedía el pájaro  muerto
 tú dijiste
                    ”dad de beber a los sedientos”
antorchas de piel sublevaron el amanecer
                nadie  gritó          sólo  gemidos
sólo el deseo de agua
quizás tú sepas cómo es desear agua
mientras  
la otra  mejilla de Dios
todavía  arde
                    y dice

“lavarás con luz y con silencio”

                                   (La Sed)





LÁZARO

yacer en la sombra
              zozobrar
breves pulsos de luz
           en lo invisible

Lázaro       Lázaro

los sedientos de estrellas
los que tejen solsticios en el fuego    
hijos del sollozo
al borde de la copa fisurada
¿jamás morderán aquel manjar?

a pesar de todo yacen
en la huella abierta al infinito
huella que es destino
evocación del nombre sacro

a pesar de nosotros
         por nosotros

Lázaro       Lázaro

yacemos como vos
en el centro de la noche



cuajados de espanto y luz

                              (La Sed)





VÉRTIGO AZUL

el alma teje en el cuerpo
un tapiz con hilitos de luz
veloces hebras blanquecinas

casi agua fresca
el vidente ve en el laúd

agua fresca corre entre las piedras

el cuerpo    este cuerpo tiembla
los huesos te amarran a la costa
             la coronilla duele

un ave escribe     alguien le dicta
         desde el espacio
vuela hacia el líquido
con tintas de colores dibuja
señales en las manos


ángeles tejen con tu cabellera
       ritos del vértigo azul
tejen y tejen con tu respiración
los secretos telares del mundo







O J O    M A N S O      

                                     a Daniel Baremboim
                                     a Horacio Hidrovo Peñaherrera
                                                                       
I                
                                               
latitud cero       anillo ecuatorial
aquí se puede girar como un derviche
por el vórtice ir hacia la esencia
pasear por los hemisferios
tejer un puente entre las músicas                                                                                                                                                                                                                                                     
tramas de brillantes dendritas
me siento en la silla
de la mitad del mundo
pienso en Ramallah      Jerusalén
el desierto de Gobi     
              el verde sur de América
cierro mis ojos blandamente
para que el mundo entero
           entre en la mirada
con el ojo manso
veo criaturas
             danzar su danza
la delicada membrana

                              que nos une

(El ojo peregrino)




II

temblar en la mitad del mundo
en la casa de la humanidad
temblar como tembló
           Guayasamín
como tembló  Nagasaki
como tiemblan Irak y Perú
como temblaron los labios
             del crucificado

una oración en el centro del mundo
                   una flor  
en el centro de la capilla
en el centro del corazón

traspasa los abismos
una espada de luz

                         (El ojo peregrino)




P U E N T E

cada mirada deshoja su objeto
lo curva      lo acaricia
devora la lejanía  y lo abandona
necesito un puente
entre el ojo
y la flor de mil pétalos
el estrecho canal del río en lo alto
donde el ibis renueva su plumaje
                       y canta
para encontrar el poema
trazado desde siempre
en el espacio del fruto perfecto
la ribera este del Nilo

                   donde todo nace





A  R  G  O  N  A  U  T  A

en el ocaso del sentido
arena      manos precarias  
oscuridad sin preguntas
donde habito y no
mientras mi río interior baila
vastas coreografías
       apenas vislumbro
el gran laberinto    
                     la gran obra
ser a la vez vacío y fuente
ya no ser
              y estar a salvo
mientras entrego estallidos
a la esfera azul
                     eterna balanza
donde todo perece alguien late
central       transparente brilla

                   un sol en el crepúsculo







MANOLO CHINATO [12.406]

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Manolo Chinato

Manuel Muñoz Sánchez (Puerto de Béjar, 31 de diciembre de 1952), conocido como Manolo Chinato, es un poeta español natural de Puerto de Béjar, aunque dice sentirse extremeño.1 Sus poesías tratan principalmente temas bucólicos, sentimentales y sociales y parte de su obra ha sido publicada en un libro titulado Amor, rebeldía, libertad y sangre. Es conocido por haber colaborado con varios grupos de rock, como Extremoduro, Platero y Tú, Inconscientes, La Fuga o Marea.

Poesía Básica

Extrechinato y Tú fue un proyecto con el que Roberto Iniesta, vocalista, guitarrista y líder de Extremoduro, quiso homenajear a Chinato grabando un disco con sus poemas. La relación entre ambos se remonta a 1989, y de hecho la letra de uno de sus más conocidos temas (Ama, ama, ama y ensancha el alma, del disco Deltoya) está inspirada en unos versos de Chinato, que él mismo recita en la grabación de estudio de dicho tema y en casi todas las giras de la banda desde entonces. De esta relación y la admiración que el propio Robe siente por el poeta surge la idea de grabar un disco con las poesías de Manolillo.

El proyecto, ideado en 1996 durante la gira del disco Agíla de los extremeños, vio la luz en 2001 bajo el título de Poesía básica, y llegó a disco de oro unos meses después. Desde el primer momento contaron con la colaboración de Iñaki "Uoho" Antón, entonces guitarrista de Extremoduro y Platero y Tú; y Adolfo "Fito" Cabrales, vocalista y guitarrista por entonces de Fito & Fitipaldis y Platero y Tú. Además de sus respectivas guitarras, Uoho grabó el bajo de cada tema y produjo el conjunto, mientras que Fito compartió las labores de vocalista con Robe y aportó tres composiciones propias. Para la grabación se contó también con miembros de Extremoduro y Platero y Tú (José Ignacio Cantera y Jesús García Castilla respectivamente, quienes compartieron labores de batería) y Fito & Fitipaldis (José Alberto Batiz a la guitarra, Javier Alzola al saxo y Gino Pavone en percusiones), así como diversos músicos del ámbito de estos grupos.

El álbum consta de 9 cortes de rock melódico y elaborado, con una identidad claramente distinta de la de las bandas de los miembros implicados y fuertemente marcada por los versos del poeta. Éstos son recitados por él mismo (aunque en el tema "Tres Puertas" es Robe el que recita), y cantados por Robe y Fito en la mayoría de ocasiones, con distintas formas de alternancia. El disco se cierra con un décimo corte (llamado "Manolillo Chinato") en el que las grabaciones del poeta recitando cada letra del disco se superponen en cuatro voces simultáneas, a modo de despedida de este inusual proyecto, cuya posible continuidad en sucesivos discos ha sido repetidamente negada por los implicados.

Pocos meses después de la publicación de este álbum, Platero y Tú se disolvían y Fito y Uoho pasaban a dedicarse a sus propios grupos respectivos, quedando Chinato en la esfera de Extremoduro en sus colaboraciones posteriores, y recientemente, Uoho ha iniciado un nuevo grupo (Inconscientes) junto a otros miembros de Extremoduro, en cuya gira de presentación Manolo Chinato ha colaborado en cada concierto como invitado, unas veces ofreciendo un recital de apertura previo al concierto, y otras subiendo al escenario a interpretar con la banda varios temas de Poesía básica.

Obra literaria

Amor, rebeldía, libertad y sangre. Artes Gráficas Bretón, S.L. (2003)

Obra musical

Con Extrechinato y Tú

Poesía básica. DRO (2001)

Colaboraciones

Ama, ama, ama y ensancha el alma - Versión 2004 (Extremoduro), 2004.
Como los trileros (Marea), 2004.
Redentor (Azido Sulfúrico), 2006.
Corazón de kinki (Aztor Sekundario), 2007.
La ciudad de los vampiros (Kaxta), 2009.
Pájaros de hierro (La Dama y Los Vagabundos), 2013.




SIN SENTIRLO

Es bueno que el tiempo vuele,
que no se estanque acenagado.
Es bueno que el tiempo vuele,
que se vaya sin sentirlo
porque está lleno de añoranzas
o de coincidencias sublimes.
Es bueno que el tiempo vuele
y, tú con él, te vayas sin sentirlo.




SEGUIRÉ CAMINANDO

Seguiré caminando por el quebrajoso
camino de estos sueños mios.
Pararé de vez en cuando para sacarme
de las albarcas chinas y guijarros.
Limpiaré con mi manga desilusionada
el rojo sudor de mi frente ilusionada.
Apartaré las zarzas del camino, sacaré
alguna espina clavada en mi carne y
comeré negras zarzamoras para aliviar mi alma.
Siempre iré soñando que tus ojos
y el ondear de tus cabellos están a la vuelta del camino.
Tras una loma habrá otra loma y,
tras un valle, una montaña, otros pequeños valles
y más montañas.
Alimentaré mi cansado cuerpo
de los infinitos y dulces sueños de mi alma
e irá quedando en el viento
un maravilloso, triste e ilusionado camino
de indefinibles suspiros.





¡QUÉ MIERDA!

Qué mierda,
qué mierda mas gorda!
Qué asco de idealismos sociales,
qué asco de conformismos sólo llenos
de falsas esperanzas!
¿Dónde están las sinceras realidades?
¿Dónde están los puros pensamientos
y las puras verdades?
Por aquí no andan...
Sólo como tormentas de verano
pasan a veces por mi pensamiento





QUE NO QUIERO SER TANTO

Que no quiero ser tanto.
Quiero vivir en mi tierra
agrietada de manantiales cristalinos,
andar un poco más lejos que las fronteras
por la sublime añoranza del regreso.

Que no quiero ser tanto.
Quiero ser un poco de sol y un poco de noche,
quiero ser viento y calma,
tormenta, lluvia y olor de tierra mojada.




AUNQUE TU NO ME DES NADA

Mi amor por ti es como el sol,
grande y redondo.
Tu amor por mì como la luna,
pequeña y preciosa.
Mi amor por ti es como el cielo,
siempre infinito.
Tu amor por mì como la tierra,
más pequeñito.
Mas, como mi libertad
no te puede exigir nada,
yo te lo daré a ti todo
aunque tú no me des nada.




ANOCHE PASÉ FRÍO

Anoche pasé frío, y me desenamoré un poco.
Anoche pasé frío y fui poeta.
Anoche mientras mi carne se helaba
y mi alma en mi cuerpo se escondía,
vi, como mi amor para ti,
era un juguete ya pasado de moda
que ya nada valía.

Cualquier amanecer echarán 
al viejo juguete de mi amor a un carro de basura
y, alejándose en la amarga soledad,
oirá al carretero dar palos a su mula,
que todo se lo da por un poco de paja
y a veces pochas uvas.

Y estaré allí donde ya nada vale nada
hasta que algún día una dulce gitanilla
con mocon y pecas en la cara,
limpie con su manga grasienta
la suciedad que la sociedad pegó a mi alma.
Y volveré a ser un juguete reluciente de amor y de alegría.

Qué importa que me engañes y luego me sonrías.
Que importa ser poeta o ser basura.
Anoche pasé frío en el cuerpo y en el alma.
Anoche pasé frío y quedo mi libertad de amor... helada.





BUSCÁNDOME

Qué asco me da no ser todavía no ser yo mismo.
Cuántas veces tendré que escurirme aún en el espejo.

Ya estoy hasta los "guevos"
de seguir aguantándome a mi mismo.

Quiera la luna y quiera el silencio 
que choque contra la ridícula costumbre, 
aunque en ellos queden desparramados 
mis preciosos sesos.

Y salga el sol por donde salga 
y la luna se esconda apenas sin sentirlo, 
después de las estrellas, en silencio,
he de seguir luchando "pa" morirme 
con la tenue sonrisa de mi mismo.





MÁS QUE COJONES

Tengo el alma agobiada de tanto
amarte en silencio.
Tengo el corazón cansado
de caminar en soledad.
Ahora no me basto conmigo
para alimentar mi cuerpo y saciar de amor mi alma.
Ya no encuentro ni en las flores ni en el campo.
mis suspiros.
Ya no me apetece ni ser pájaro, ni viento, 
ni sol, ni agua;
apenas tengo ilusión de ser blanca mariposa.
Camino con mi alma triste por el campo, 
sin flores en las manos, sin besos y sin lágrimas.
Mas que cojones, ¡viva la libertad,
la rebeldía y la esperanza!

Estos son algunos de sus poemas sacados de su libro Amor, rebeldía, libertad y sangre.




JUAN JOSÉ CUADROS PÉREZ [12.407]

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JuanJoseCuadros-r.jpg

Juan José Cuadros Pérez 

(Palencia, 9 de octubre de 1926 - Madrid, 27 de mayo de 1990) fue un poeta y escritor español. 

Su padre, Juan José Cuadros, natural de Beas de Segura (Jaén) trabajó de funcionario técnico de Correos. En la década de 1920 estuvo destinado en Palencia y allí conoció a Josefa Pérez, palentina, de profesión maestra nacional. Se casó con ella y tuvieron cuatro hijos de los cuales Juan José sería el primogénito. Cuando Juan José tenía tres años de edad sus padres retornaron a Beas de Segura, municipio perteneciente a la sierra de Segura en Andalucía. Sus primeros estudios los comenzó en Beas hasta primero de bachillerato y en 1941 se trasladó a Baeza para continuar sus estudios en el mismo instituto donde años antes impartió clases el poeta Antonio Machado, que influyó en cierta medida en Juan José por su inclinación a la literatura.2 De joven fue buen observador, apasionado por el paisaje y el paisanaje, y pronto comenzó a dar sus primeros pasos en la poesía.
En 1945 partió para Madrid y empezó a estudiar ciencias exactas en la facultad de ciencias. Luego tuvo que dejar los estudios, se presentó como opositor al cuerpo de topógrafos y sacó plaza en el Instituto Geográfico Nacional lo que le obligó a instalarse definitivamente en Madrid donde compaginaba su trabajo de topógrafo con su afición a la prosa y la poesía. En Madrid conoció a la farmacéutica Maruja Fernández de Ayala con quien se casó y fruto del matrimonio nació su única hija, Almudena. Gracias al trabajo de su mujer conoció a otros poetas vinculados con la rama de farmacia como Federico Muelas y Rafael Palma. Estos organizaban en sus respectivas reboticas tertulias con la asistencia entre otros de: José García Nieto, Santiago Amón, Ramón de Garciasol, etc. También fueron frecuentes sus visitas a las tertulias del Café Gijón y del Café Comercial.
Tras la muerte de su madre en 1958 sintió una especial nostalgia por su tierra natal y desde entonces realizó frecuentes visitas a Palencia. Allí conoció a otros poetas y pronto se compenetró con ellos integrándose en el grupo de la revista Rocamador. A partir de esa fecha inició una intensa etapa de publicaciones en diferentes diarios y revistas y participó en distintas tertulias literarias. Su trabajo de topógrafo también le brindó la oportunidad de visitar prácticamente la totalidad de la geografía española.

Infancia

Nació en Palencia en la calle Barrio y Mier y muy pronto, con solo tres años de edad, la familia retornó a las raíces paternas en la localidad de Beas de Segura. Allí pasó la primera década de su vida, conoció a su familia paterna y convivió durante esos años con ellos pero su abuelo Antonio, panadero de profesión, no estaba muy conforme con el nombre del nieto y le llamaba «Toñín». De él aprendió las costumbres, los lugares, el trato con la gente y todo el entorno que rodeaba al abuelo.
De niño era rubio y de ojos azules por lo que en el pueblo llamaba la atención. Trascurrieron esos años de la niñez y conoció a nuevos amigos e hizo de las calles y plazas del pueblo su escenario de juegos y correrías como el callejón del Repullete, la calle de Enmedio, o la barbacana del Paseo con su amigo Miguel Ojeda, el tío Pepe o Antonio Llavero al que le dedicó el librillo, Aquí se dice de un Pueblo. Esa etapa de su vida le quedó marcada en sus recuerdos y años más tarde la reflejó en sus poemas.
En Beas de Segura vivió esos fatídicos años de la guerra civil española, y aquellos recuerdos vividos se le quedaron grabados para siempre en la memoria. Uno de ellos en el año 1939 con el traslado de su padre a Barcelona y al año siguiente tuvo que salir exiliado de España al sur de Francia y de allí a París, y de nuevo volvió al sur francés donde se instaló para estar más cerca de España hasta su retorno en 1948. Ese vacío paternal en su adolescencia marcó una triste etapa que superó con entereza y en esos años tuvo que ser su madre la encargada de su cuidado y educación. El otro acontecimiento fue la pérdida de dos de sus hermanos, Carlos y Alfonso, en edades muy tempranas y solo quedó Germán que se instaló en Cuenca.
De Beas le quedó un buen recuerdo de su maestro D. Luis Ardoy al que luego le dedicó un poema en el libro Niño sin amigos y le escribió otro en Aquí se dice de un Pueblo. En este librito de poemas dejó bien reflejado lo más representativo del pueblo: la patrona, la profesión de su abuelo, los pineros, la lluvia y lo cierra con el aceite, principal riqueza económica de Beas y exteriorizó todo lo vivido en Beas en su libro Tiempo rescatado con minuciosos detalles de esos años de su niñez.

Estudios





Dibujo a carboncillo de Juan José Cuadros 
hecho por Rafael Oliva en el año 1986.

Desde muy joven dio muestras de buena inteligencia, carácter, buen observador e imaginativo. Sus primeros estudios los realizó en Beas de Segura hasta primero de bachillerato y de esta época le quedaron grabados los recuerdos de esos dos místicos universales: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz que también los dejaron en su día en el pueblo7 Una vez finalizada la guerra civil se trasladó a estudiar a Baeza (Jaén) en el curso 1941-1942 donde concluyó el bachillerato en el mismo instituto que años antes ejerció de profesor de francés Antonio Machado. Aquellos recuerdos de Machado le influyeron para decidirse por la literatura y en especial por la poesía.
Después de su marcha a Baeza y sus vueltas a Beas en fines de semana, fiestas y vacaciones de verano participó en unos campamentos de verano que se organizaban para jóvenes de entre 14 y 17 años. Asistió a uno de ellos en la zona de Morciguillinas en la sierra de Segura y por sus dotes literarias los superiores lo nombraron cronista del campamento, por lo que empezó a escribir el diario con todos los sucesos de relevancia acontecidos.8 9 Allí conoció a jóvenes de municipios de la comarca de la sierra de Segura con los que trabó muy buena amistad y a los que, años más tarde, vio con alguna visita esporádica que aprovechaba para recoger datos a modo de bosquejos de todos los pueblos de la sierra. Los compañeros del servicio de publicaciones del instituto le ofrecieron publicar un trabajo suyo de la sierra de Segura que fue su primer libro en prosa y que, casualmente, salió a la luz tres días antes de su muerte: Viaje a la Sierra de Segura.

En 1945 acabó el bachillerato en Baeza, pasó la reválida en la universidad de Granada y se trasladó a Madrid para proseguir sus estudios en la Real Academia. Había decidido estudiar ciencias exactas pero en aquellos años de posguerra, los recursos económicos eran bien escasos por lo que se vio obligado a alternar los estudios con el trabajo y tuvo que desistir de ello. Como eran imposibles sus objetivos se marcó otros derroteros y se presentó a las oposiciones al Cuerpo de Topógrafos que sacó con gran esfuerzo por lo que pudo empezar a trabajar en el Instituto Geográfico Nacional de España hasta sus últimos días. Desde que se instaló en Madrid no dejó de visitar su tierra.6 7 En Madrid conoció a Maruja Fernández de Ayala con quien se casó y tuvieron una hija, Almudena. Maruja y Almudena siempre estuvieron presentes en su obra literaria a través de sus dedicatorias a ellas.


File:Palencia Calle Mayor 001.jpg
Calle Mayor de Palencia
cerca de la calle Barrio y Mier, donde nació el poeta.


                                          Vista panorámica Beas de Segura (Jaén)


Trabajo de topógrafo

Su trabajo de topógrafo le brindó la oportunidad de viajar y conocer prácticamente casi la totalidad de la geografía española y observar de primera mano las ciudades y pueblos, el mundo urbano y rural, sus monumentos, calles y plazas. También en ese recorrido entró en contacto con sus gentes, sus raíces, etc. lo que le motivó para dedicar algunos de sus versos a diversas ciudades y monumentos emblemáticos.
En Madrid tuvo la oportunidad de acceder a las fuentes y fondos del IGN, tanto de cartografía y libros de viajes como a los diccionarios geográficos que se editaron en el siglo XIX por Sebastián Miñano, Pascual Madoz y Rafael del Castillo entre otros, lo que le posibilitó una visión de conjunto de la España de aquel siglo y que luego la contrastó con la de su época, especialmente en esos retratos de sus entrañables tierras, aquellas que más conoció, primero la provincia de Jaén y más tarde la de Palencia. En ellas hizo un recorrido minucioso por sus tierras, sus pueblos y sus gentes en busca de lo añejo, lo rural, con una definición de la historia, las tradiciones y las costumbres al más puro estilo castizo.

Movimiento literario

A Juan José Cuadros le tocó vivir en una etapa dura: primero la república aunque por su corta edad le pasó desapercibida. Luego, con la guerra civil, todavía muy joven, fue realmente cuando tomó conciencia de lo que sucedía a su alrededor tanto por los motivos familiares por el exilio de su padre a Francia como por los acontecimientos que vivió en el pequeño pueblecito andaluz donde residió, como en el ámbito nacional. Todo ello influyó en su obra pero Juan José no quedó encasillado en ningún movimiento literario de la época, ni con la poesía social característica de la generación del 50 también llamada de los «niños de la guerra», ni en ninguna otra. Por todo esto la obra de Juan José Cuadros pasó desapercibida y muy poco conocida.

Dedicación


Río Guadalquivir a su paso por la Sierra de Segura, 
(Pantano del Tranco).


Barrio de Salamanca en Madrid, donde vivió y se inspiró para El libro de La Guindalera.
Alternó el trabajo con su afición a la poesía y la prosa. Para ello tuvo como marco ideal su ciudad natal, Palencia, la adoptiva Beas de Segura y la cultural Baeza y por banderas Tierra de Campos en Castilla y el Guadalquivir en Andalucía. En 1948 comenzó a hacer sus primeras ediciones en prensa. Sus primeros poemas los publicó en el diario Jaén. Se citan a continuación algunos de los más importantes:

Año 1948: Alto Jaén, los pueblos: Baeza en mi recuerdo, Linares, Andújar, El Guadalquivir, Villanueva, etc.
Año 1957: Poesía Andaluza.
Romance a Baeza.
Romance del navío de piedra.
19 de abril de 1959: Guadalquivir: río con vocación giennense. 1.ª parte.
12 de mayo de 1959: Guadalquivir: río con vocación giennense. 2.ª parte.
Año 1960: Cervantes, Antonio Machado y Baeza.

No tardaron en dar fruto sus publicaciones ya que el 20 de junio de 1960 se llevó el premio de «Flor Natural» otorgado por la Dirección General de Primera Enseñanza, dotado con 5000 pesetas, para el mejor trabajo sobre el tema «La virgen y el magisterio» en los Juegos Florales del Magisterio con su trabajo «El juglar», premio que compartió con Rafael Palma.15 Al llegar a Madrid no tardó mucho en entrar en el mundo literario pues asistió a tertulias, conferencias, cafés, etc. Pronto conoció a Federico Muelas que le prologó su primer libro, Niño sin amigos, también a Gerardo Diego, José Hierro, Vicente Aleixandre o a Ramón de Garciasol, al que le unió una entrañable amistad y dio muy buenos consejos como la motivación por el gusto a los clásicos.

Cuando en 1948 regresó su padre de Francia lo destinaron a Villanueva del Arzobispo, (Jaén), y se instaló allí definitivamente con la familia. Aunque Juan José vivía en Madrid fueron muy frecuentes sus viajes a Villanueva y a Beas. Por esa fecha aparecieron sus primeras poesías en el diario Jaén y, tras la fama obtenida, fue pregonero de las fiestas de Villanueva del Arzobispo el 6 de septiembre de 1960. En el santuario de la Fuensanta de Villanueva, en la entrada junto a la puerta principal, hay grabados unos poemas suyos junto a otros de José María Pemán.

Tras el fallecimiento de su madre Josefina Pérez Ceinos, en febrero de 1958, sintió nostalgia por visitar sus raíces maternas y a partir del año siguiente —1959— entró en contacto de forma asidua con las tierras palentinas. Allí, de la mano de un familiar, pronto hizo amistad con personas de sus mismas inquietudes y así conoció a José María Fernández Nieto y a Marcelino García Velasco que en 1955 crearon la revista Rocamador de la que eran director y subdirector respectivamente. También mantuvo una gran amistad con Manuel Carrión que fue trasladado a Madrid en 1962 para desempeñar el cargo de subdirector de la Biblioteca Nacional. Empezó a publicar poemas en el número 15 de la revista Rocamador con uno titulado Poema de nunca. Estas composiciones eran del más puro estilo castellano salpicado con tinte andaluz. Supo conjugar esa esencia con la visión de aquellos años y con ello creó una rara mezcla que le dio un toque inconfundible. A partir del número 33 pasó a formar parte de la redacción de la revista y en noviembre de 1959 se hizo cargo de la corresponsalía desde Madrid. Daba novedades de los acontecimientos literarios que se manifestaban en la capital y dejaba constancia de ellos en unas cartas con el seudónimo de Martín de Fromista.16
Muerto fue el curso e de sus exequias habla a Vuestra Merced, que buenas honras se le hicieron con los versos de algunos, mangüer los de otros fuéranle ponzoña para llevarle con los pies para delante, que curandericos hay con títulos de veneno quienes, a falta de recetas, escriben sonetos con la mesma mala intención.

— Carta de D. Martín
En realidad esas cartas fueron una crítica literaria de los propios movimientos literarios madrileños y de las novedades que salían por esas fechas en la capital. Estaban relatadas en un castellano antiguo con un toque muy personal y para ello contó con la estimable ayuda de Manuel Carrión desde su cargo en la Biblioteca Nacional. La colección Rocamador se inició con su primera publicación en el verano de 1961, con el título Navanunca. A partir de ahí fueron continuas las publicaciones junto a los más destacados poetas de aquella época.

Tuvo que venir, pues, el elemento vivicador, el empuje juvenil de Marcelino Velasco García, la inquietud pictórica de Rafael Oliva y, posteriormente la sabiduría poética de Manuel Carrión para que mis inquietudes resucitaran sintiéndose regeneradas con la nueva sabia... El grupo... estuvo integrado por los ya citados, aunque muy pronto le dieron calor desde fuera Juan José Cuadros, Rafael Palma y Justo Guedeja Marrón, como una trilogía de entusiastas poetas que desde Madrid prolongaron el eco y la proyección poética de la revista.

Josá María Fernández Nieto.

La farmacia

Maruja, su mujer, regentaba una farmacia en la calle Pilar de Zaragoza de Madrid donde tenían lugar numerosas tertulias. Otros poetas también eran farmacéuticos y así compaginaban su trabajo con la poesía como Federico Muelas que tenía una farmacia en la calle Gravina de Madrid. En su rebotica —a la que llamaba el Ateneo— se daban cita, entre otros, Camilo José Cela, Gerardo Diego, etc y Rafael Palma tenía otra en la calle Gaztambide de Madrid donde se reunían también en tertulias. El mismo José María Fernández Nieto era farmacéutico en Palencia y tal cantidad de farmacéuticos-literatos fue el motivo por el que en 1974 se creó una «Asociación Española de Farmacéuticos de Letras y Artes» (AEFLA) que se inscribió el 15 de abril de 1974 y nombraron presidente Federico Muelas y vicepresidente Rafael Palma.

...Y poesía, cada día

En la década de 1970 aparecen sus poemas en el periódico ABC, en la sección ...Y poesía, cada día, con variados poemas como: Soria, Palencia, o dos poemas, uno en relación al corral de comedias de Almagro y el otro en alusión a los cómicos. A los grandes poetas como Quevedo, a Lope de Vega Homenaje al Marqués de Santillana titulado Razón para el Marqués. Homenaje a Góngora Glosa a Don Luis, Fusilamientos de la Moncloa.
A finales de la década de 1950 formó un círculo cultural con poetas palentinos que le aportaron fulgor en su vida poética. Colaboró incesantemente en la revista Rocamador pues su director José María Fernández Nieto animó a Juan José Cuadros para escribir sus poemas, pensamientos y críticas en la que fue la revista con mayor estimación de los años 1960. Con el libro Navanunca nació la colección Rocamador.

Obra

Influencia

El traslado a Baeza en 1941 pronto resultó objeto de admiración al seguir viva la figura de Antonio Machado tanto que se recitaban semanalmente poemas suyos y algunos de ellos se le quedaron grabados en la memoria. Machado sería la base o el inicio de esa afición por la poesía.
Juan José se sintió muy identificado con Jorge Manrique y la similitud de coincidencias entre ambos poetas se hace palpable como él mismo advertía. Comparaba sus primeros años en la Sierra de Segura y su traslado a la prisión de Baeza con su internado en el instituto de esa ciudad. Por otro lado, el apellido materno su mujer y el Guiomar, esposa de Jorge Manrique eran Ayala.

Evolución

Su evolución poética se desarrolló paulatinamente y buscó la perfección en las letras por lo que recurría a una abundante lectura de los clásicos y al casticismo del castellano del que sacaba su pureza y dejaba de lado los modernismos propios de la evolución del lenguaje. Con la publicación de Navanunca en el número uno de la colección Rocamador y más tarde El Asedio empezó a despegar literariamente, dándole otro realce y visión a su obra que transformó las que publicó posteriormente.
Su llegada a Madrid significó el inicio de esa maduración poética en su obra. Esto se debió fundamentalmente a los grandes recursos que ofrecía la capital y a las amistades y relaciones con otros poetas, una de ellas era Ramón de Garciasol, gran amigo suyo y de la familia del cual tuvo un buen aprendizaje con su experiencia e innumerables consejos que le dio. Pronto entró en contacto con poetas madrileños y en especial palentinos y al formar parte de la revista Rocamador fue el momento en que alcanzó esa madurez.11 En su ambiente fue considerado como un poeta de la segunda generación de la postguerra. Sus obras se reparten entre la poesía y la prosa.

Poesía

Su poesía es original, con un estilo personal muy logrado, expresando sus sentimientos que trasmite con gran soltura. Es indeciso en los principios de su etapa poética pero poco a poco perfeccionó su cualidad, calidad y habilidad en sus escritos en los que manejaba un lenguaje culto y rico, a la vez sencillo y ameno. Dejó marcada una trayectoria aparejada a una técnica cada vez más admirable.
Ramón de Garciasol lo describe como «una rama andaluza salida del tronco manriqueño».

Niño sin amigos (Colección Ababol. Madrid, 1959). Prólogo Federico Muelas.
Aquí se dice de un Pueblo (Colección Ababol. Madrid, 1960).
Navanunca (Colección Rocamador. Palencia, 1961).
El Asedio (Colección Rocamador. Palencia, 1963).
Recado de buen amor (Editora Nacional. Madrid, 1968).
Memoria del camino (Colección “Provincia”, de poesía. León, 1975) Premio Antonio González de Lama, 1974.
Vuelta al Sur (Colección Adonais. Madrid, 1977).
Los últimos caminos (Hisperión. Madrid, 1984). Premio de poesía Antonio Camuñas, 1983.
El único camino (Ediciones Endymion. Madrid, 1991).
Caminos (Antología poética) (Ediciones Endymion. Madrid, 1993). Es una obra póstuma editada con motivo del homenaje que se le rindió en Palencia el 16 y 17 de abril de 1993 por parte del grupo de poesía Astrolabio, Rocamador y el ayuntamiento de Palencia. Introducción y selección de César Augusto Ayuso.

Prosa

Su trabajo como topógrafo le llevó a conocer de primera mano la geografía española, por lo que muchas de sus obras versan sobre lugares de toda España y con especial interés sobre las provincias de Palencia y Jaén. Su prosa es de lectura amena, tan expresiva que envuelve al lector en el espacio en que la describe dándole luz al paisaje y al paisanaje. Es considerado por algunos como el «poeta de los caminos» que, con su mochila al hombro, no deja de asombrar con los más mínimos detalles. Era un andariego infatigable y su lento caminar le brindaba la ocasión de conocer la historia de los pueblos, de sus gentes y de los lugares más recónditos por donde pasaba. En sus relatos siempre aparece su amigo de caminos D. Martín, «que es un viejo amigo del andariego, y con el que se ha encontrado más de tres o cuatro veces a lo largo de sus andanzas y peregrinaciones».

La intrahistoria, voz introducida por Miguel de Unamuno, está muy presente en la obra de Juan José Cuadros y de ese modo quiso revivir aquella historia perdida de los pueblos donde solo quedan algunos resquicios en los más ancianos.36 César Augusto Ayuso define así su prosa:

«jugosa, desinhibida, muy creativa en su léxico, nada severa y erudita, más bien conversacional, distendida, hasta pintoresca a veces».

Se han publicados cinco libros suyos de este género y, al menos, otras cuatro o cinco obras de bosquejos y borradores a la espera de ser publicados.
Viaje a la Sierra de Segura (MOPU. IGN. Madrid, 1990).10
El libro de La Guindalera (Ediciones Endymion. Vda. de J. J. Cuadros. Madrid, 1992).
Por los cerros de Úbeda (Universidad de Jaén. Jaén ,1998). Prólogo de Vicente Oya Rodríguez.
Tiempo rescatado (Ediciones Endymion. Madrid, 1999).
Por tierra de pan amar (Ediciones Cálamo. Palencia, 2000). Introducción de César Augusto Ayuso.
En proyecto de publicación
Nuevo andar palentino.

Otras publicaciones:

En torno a una elegía: verte o no verte, de Rafael Alberti (Cuadernos hispanoamericanos. n.º 202 - octubre de 1966).
Claro favor (Editorial Club de Prensa. Barcelona, 1966). Varios autores.
Castilla en la poesía (Asociación de amigos del Real Coliseo de Carlos III. Primer acto cultural. San Lorenzo del Escorial, Madrid, 9 de marzo de 1980).
Unas cuantas palabras para hablar de Miguel («Tertulia Literaria. Confesión de Autor», San Lorenzo de El Escorial, 4 de agosto de 1989). Homenaje a Miguel Alonso Calvo, con el seudónimo de Ramón de Garciasol.
Inéditos (publicado el 16 de abril de 1993 en Palencia, homenaje al poeta).
Árbol del Paraíso (segunda publicación de la serie Cuatro Cantones, que edita la Fundación Juan Manuel Díaz-Caneja bajo la dirección de Julián Alonso. Dedicada a Juan José Cuadros. Palencia, febrero de 2008. Prólogo de Eugenio Cobo.
Al amor de los clásicos (Diputación de Palencia, Palencia, 2008). Edición y prólogo de César Augusto Ayuso.

Tertulias literarias

El 11 de noviembre de 1961, Juan José Cuadros hizo lectura del libro La ciudad dormida en la casa de Córdoba en Madrid, sita en la calle Víctor de la Serna n.º 30.
El 19 de febrero de 1964, en el Círculo Mercantil de Madrid, hizo lectura de En torno a una elegía sobre Verte y no verte de Rafael Alberti.
El 9 de abril de 1975, presentó en el aula de poesía del Ateneo de Madrid el libro Memoria del camino.
En septiembre de 1987, participó en una tertulia en San Lorenzo del Escorial en homenaje a Gerardo Diego con la presencia además de Carlos Rodríguez-Spiteri, Ramón de Garciasol y la coordinación de Manuel Andújar y Manuel Sánchez.






“Si loco van a decirme 
porque sembré avena loca  
en la orilla de este río,  
que vengan a mí, a decirme  
quien no sembró avena loca
 en las riberas de un río.”

Juan José Cuadros.






EXPLICACIÓN EN LA SIERRA DE SEGURA

Aquí no somos dados
al taconeo, la alpargata
nunca lleva tacón, y, en cuanto a flores
tenemos la amapola
rabiosa como un beso último
y la flor chica del olivo,
pues esta tierra es dura
como una madre en guerra
y no se puede padrearla en balde.





ESTE AMOR NO ES LO QUE ERA

Entonces tenía más claros
los ojos, el talle de lirio silvestre,
la frente más alta, su largo
cabello de oro
dejaba en la piel de los labios
un recuerdo de miel de romero
y flor de granado.












LUIS DE OTEYZA [12.408]

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Luis de Oteyza

Luis de Oteyza (Zafra (Badajoz) 30 de junio de 1883 – Caracas, 11 de marzo de 1961) fue un periodista, escritor y poeta del Modernismo español.

Es un poeta intimista adscrito al Modernismo español. Escribió su obra poética en su juventud.
Practicó un periodismo combativo que le hizo famoso y polémico. En 1904, pasó a dirigir Madrid Cómico. Colaboró en numerosas publicaciones periódicas, El Globo, La Nación, Madrid, El Liberal, Heraldo de Madrid.
Primer director del periódico La Libertad, fundado en 1919. Con él colaboraron Antonio de Lezama, Antonio Zozaya, Eduardo Ortega y Gasset, Luis de Zulueta, Augusto Barcia, Pedro de Répide, Manuel Machado y Luis Salado entre otros.
Enviado por su periódico a Marruecos para entrevistarse con Abd el-Krim publicó su famoso artículo “Caudillo del Rif”, el 8 de agosto de 1922
Pionero de la radiodifusión en España, fue presidente de la Asociación de Radioaficionados de España (ARE) y fundó una de las primeras emisoras de radio que emitieron en Madrid. Fue en 1921, cuando dirigía el periódico, cuando fundó , Radio Libertad.
Republicano de izquierdas, anticlerical, hizo propaganda por la proclamación de la República española. En 1933 fue nombrado embajador en Caracas.
Al estallar la Guerra Civil española, se exilió.
Viajero incansable, escribió numerosas novelas de aventuras, ambientadas en los lugares exóticos que había visitado, muy populares en los años veinte y treinta.

Obra

Poesía

Flores de Almendro, 1903.
Brumas, 1905.
Baladas, 1908
Versos de los veinte años. 1923
Luis de Oteyza, sus mejores versos, 1929

Novela y ensayo

Calabazas: politiquillos, escribidores, criticastros, pintamonas… 1904
En tal día: efemérides históricas, 1915
Galería de obras famosas, 1916
Las mujeres de la literatura, 1917
Anécdotas picantes, 1918
Frases históricas, 1918
Animales célebres, 1919
En tal día: efemérides humorísticas, 1919
Abd-el-Krim y los prisioneros, 1924
La edificante aventura de Garín, 1927
De España a Japón. Itinerario impresionista, 1927
Una aventura de viaje: novela, 1928
El pícaro mundo. Cuentos de diversos países, 1928
Al Senegal en avión: reportaje aéreo. 1928
¡Viva el rey!, 1929
Los dioses que se fueron. Mitología, 1929
El tapiz mágico: reportajes mundiales, 1929
El hombre que tuvo harén, 1931
El diablo blanco, 1932
Río revuelto, 1932
El tesoro de Cuauahtémoc, 1930
Anticípolis, 1931
López de Ayala, o el figurón político-literario, 1932
La tierra es redonda, 1933
La historia en anécdotas, 1957




La vuelta de los Vencidos

"Por la estepa solitaria, cual fantasmas vagarosos,
abatidos, vacilantes, cabizbajos, andrajosos,
se encaminan lentamente los vencidos a su hogar,
y al mirar la antigua torre de la ermita de su aldea,
a la luz opalescente que en los cielos alborea,
van el paso retardando, temerosos de llegar.

Son los hijos de los héroes que, en los brazos de la gloria,
tremolando entre sus filas el pendón de la victoria,
regresaron otras veces coronados de laurel.

Son los hijos, la esperanza de esa raza poderosa
que, los campos fecundando con su sangre valerosa,
arrastraba siempre el triunfo amarrado a su corcel.

Son los mismos que partieron entre vivas y clamores,
son los mismos que exclamaron: ¡Volveremos vencedores!…
Son los mismos que juraban al contrario derrotar,
son los mismos, son los mismos, sus caballos sudorosos
son los potros impacientes que piafaban ardorosos
de los parches y clarines al estruendo militar.

Han sufrido estos soldados los horrores de la guerra,
el alud en la llanura y las nieves en la sierra,
el ardor del rojo día, de las noches la traición;
del combate sanguinario el disparo, la lanzada
—el acero congelado y la bala caldeada—
y el empuje del caballo y el aliento del cañón.

Pero más que esos dolores sienten hoy su triste suerte,
y recuerdan envidiosos el destino del que muerte
encontró en lejanas tierras.

Es mejor, mejor morir,
que volver a los hogares con las frentes abatidas,
sin espadas, sin banderas y ocultando las heridas,
las heridas que en la espalda recibieron al huir.

A lo lejos el poblado ya percibe su mirada:
¿Qué dirá la pobre madre? Qué dirá la enamorada
que soñaba entre sus brazos estrecharle vencedor?
¿Qué dirá el anciano padre, el glorioso veterano,
vencedor en cien combates? ¿Y el amigo? ¿Y el hermano?
¡Callarán avergonzados, si no mueren de dolor!…

Y después, cuando a la lumbre se refiera aquella historia
del soldado, que al contrario disputando la victoria,
en los campos de batalla noble muerte recibió;
y los viejos sus hazañas cuenten luego, entusiasmados,
se dirán los pobres hijos del vencido, avergonzados:
¡Los valientes sucumbieron y mi padre regresó!…

Tales cosas van pensando los vencidos pesarosos,
que, abatidos, vacilantes, cabizbajos y andrajosos,
caminando lentamente, se dirigen a su hogar;
y al mirar la antigua torre de la ermita de su aldea,
a la luz opalescente que en los cielos albores
van el paso retardando, temerosos de llegar."




                                       Luis de Oteyza entrevista a Abd-el-Krim




Crepuscular

Cada tarde, cuando muere,
alguna ilusión me arranca;
por eso al caer el Sol
siempre hay en mis ojos lágrimas.

Las negruras de la noche
tras la luz de la mañana…
tras la ilusión venturosa
la desilusión amarga…

Hay, cuando agoniza el día,
una agonía en mi alma;
cada tarde, cuando muere,
alguna ilusión me arranca.






La pena blanca

Dicen que la pena es negra…
Aquella pena fue blanca.

Eran de marfil sus manos,
era de nieve su cara;
blanca pureza su cuerpo,
blanca inocencia su alma.

Eran nardos y azucenas
las flores que la adornaban;
era blanco el ataúd;
era blanca la mortaja…

Dicen que la pena es negra…
Aquella pena fue blanca.

("Versos de los veinte años")

(Luis de Oteyza, "Las mujeres de la literatura",
Obras selectas. Edit. UCAB / Ex Libris, 2000)





NILO MARÍA FABRA [12.409]

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Nilo María Fabra


Nilo María Fabra Delàs, Nil Maria Fabra i Delàs en catalán (Blanes, La Selva 1843 - Madrid 1903) fue un periodista, escritor y político español. Corresponsal del Diario de Barcelona en Madrid y en las guerras austroprusiana y francoprusiana. Padre del poeta Nilo Fabra, autor de Interior (1905).
Era aficionado a la ciencia y a la tecnología y escribió tres libros de relatos de ciencia ficción y de ucronía política (historia alternativa) entre 1885 y 1897, como la obra Cuatrocientos Años de Buen Gobierno, editado en Barcelona en 1895.
En 1865 fundó una organización de corresponsales dedicada a suministrar de noticias a los periódicos de provincias, que se convertiría, tiempo más tarde, en la agencia de noticias Fabra, primera agencia de noticias en España. Dicha agencia, fue desde 1870 la corresponsal de las agencias Havas y Reuters.
Miembro del Partido Liberal, fue candidato en las Elecciones al Senado de España del 15 de febrero de 1891 por Alicante y salió elegido el tercero.
Su labor en la Cámara alta fue decisivo para sacar adelante el proyecto de la Nueva Cárcel que impulsó el alcalde de Alicante Manuel Gómiz. Formó parte de la Comisión en el Senado encargada de su estudio presidida por Emilio Alcalá Galiano, conde de Casa-Valencia; Secretario, el jurisconsulto alicantino José Manresa; Fabié; Isidoro de Hoyos y de la Torre, II marqués de Hoyos; Emilio Cánovas del Castillo y Ramón de Campoamor en 1892.

Obras

Ciencia ficción y ucronía política

Por los espacios imaginarios (con escalas en la Tierra) (Madrid 1885): incluye los relatos El desastre de Inglaterra de 1910, “El triunfo de la igualdad”, Cuatro siglos de buen gobierno, Diálogos en el espacio, La taza de leche, El hombre único, Del cielo a España, Dos naciones hermanas y La verdad desnuda
Cuentos ilustrados (Barcelona 1995): incluye los relatos Cuatro siglos de buen gobierno, Lo presente juzgado por lo porvenir, El planeta Marte, Un Viaje a la República Argentina en el año 2003, La locura del anarquismo, Las tijeras, El dragón de Montesa o los rectos juicios de la posteridad y El fin de Barcelona.
Presente y futuro: nuevos cuentos (Barcelona, 1897): Con los relatos La guerra de España contra los Estados Unidos. Páginas de la historia de lo porvenir, Recuerdos de otra vida, El futuro ayuntamiento de Madrid, Teitán el soberbio, cuento de lo porvenir y El premio grande.
Lo presente juzgado por lo porvenir, El planeta Marte, Un Viaje a la República Argentina en el año 2003, La locura del anarquismo, o El fin de Barcelona 

Poesía

Poesías de D. Nilo María Fabra, Madrid, Librería Alfonso de Durán, 1860



Un poeta olvidado, Nilo Fabra, y una poesía desconocida a Valle-Inclán 

por Jordi Doménech


Poco o casi nada se sabe del olvidadísimo poeta Nilo Fabra  1. Parafraseando a Antonio Machado, ni siquiera lo mencionó Sainz de Robles en su Diccionario de la literatura. Y para colmo suele confundírsele con su padre, Nilo María Fabra, insigne prohombre del siglo XIX 2 . El escaso puñado de noticias que tenemos de él nos han llegado por medio de sus contemporáneos, que le mencionan aquí y allá, pero siempre muy de paso, en alguna carta, artículo, o en sus recuerdos y memorias.

Nilo Fabra (Madrid, 1882-1923) fue hijo de Nilo María Fabra (Blanes, Gerona, 1843 - Madrid, 1903), fundador de la Agencia Fabra en 1867, la primera agencia de noticias de España. Nilo María Fabra se trasladó a Madrid a sus 17 años, «sin más bagaje que un tomo de versos publicado en Barcelona  3 y un “Canto épico a la batalla de Pavía”, premiado en unos Juegos Florales»  4. Actuó como corresponsal en la guerra entre Austria y Prusia (1866), instalándose luego definitivamente en Madrid. En 1870 la Agencia Fabra se integró como sucursal de la francesa Havas, vinculándose así a la federación de grandes agencias telegráficas 5 . Diputado en 1876 y senador en 1890, escritor de temas sociales, geográficos y políticos, dramaturgo, novelista, poeta, autor de libros de viajes, y, sobre todo, periodista, fue asiduo colaborador de La Ilustración Española y Americana, artículos que recogió en parte en El problema social (1890)  6. Recientemente ha sido reivindicado por los amantes de la literatura fantástica, que lo consideran el pionero del cuento de ciencia-ficción en España  7. Gente Vieja no dudó en incluirlo entre los 47 valores literarios del siglo XIX que, bajo el título de «Lista, por orden alfabético, de los mozos viejos que escriben Gente Vieja ...», publicó en la primera página de su n.º 1 de 10 de diciembre de 1900  8. 


Los amigos poetas: Rubén Darío, Manuel y Antonio Machado

A la muerte de su padre en 1903, Nilo Fabra, licenciado en Derecho, pasó a dirigir la agencia de prensa  9. Pero en esas fechas el joven e inquieto Nilo Fabra era ya un ferviente admirador de Rubén Darío. En su Autobiografía (1915), Rubén Darío había de mencionarle entre sus amigos madrileños tras su segundo viaje a España en 1899, calificando a Fabra de «sutil poeta de sentimiento y de arte»  10. 

Sin embargo, la primera mención de Fabra como poeta en las revistas de la época quizá se deba a Emilia Pardo Bazán, en un artículo publicado en La Revue Hispanique, y que debido a la premura de tiempo desgraciadamente no he podido consultar. Según Juan Ramón Jiménez: 

Esta desorientación respecto de los verdaderos poetas de la época se refleja muy bien en el artículo que doña Emilia Pardo Bazán dedicó a la nueva poesía, en La Revue Hispanique, donde decía que los grandes poetas nuevos eran Luis de Oteyza y Nilo Fabra, y hablaba de mí diciendo que pertenecía a la firma Jiménez-Lamotle, de Jerez de la Frontera . 11

Que Nilo Fabra andaba en la órbita de Rubén Darío, no hay duda. En sus memorias noveladas, Rafael Cansinos Assens enlazó el nombre de Darío con los de Manuel Machado y Nilo Fabra:
Villaespesa me saluda con su efusión habitual, me coge del brazo y tira de mí: 
—Venga usted con nosotros... Vamos a ver a Darío... [...] 

Venciendo mi timidez, los acompaño a la cervecería [...]. Allí, sentado a una mesita, en un rincón, con la copa delante, hay un hombre silencioso, con la cabeza beethoveniana en las manos, todo rasurado y con las melenas alborotadas. Junto a él, Manuel Machado, Nilo Fabra y algunos otros jóvenes devotos del poeta. Todos guardan un silencio reverente, y hasta Villaespesa baja su voz demasiado vibrante y murmura un saludo, apenas contestado por un gesto de la mano fina y pálida. Están callados y expectantes ante el gran poeta pontífice del modernismo, que acaso en su embriaguez taciturna está incubando algún maravilloso poema. [...] 

Pero la inspiración no acude al poeta por más que menudee las libaciones. Al final, cae en un estado comatoso. Su cabeza resbala de sus manos y rueda sobre la mesa, como al cesto de la guillotina. Machado y Fabra lo incorporan [...]. El poeta se levanta pesadamente, lanza gruñidos, bostezos, eruptos... Machado y Fabra lo conducen hacia la puerta  12

Darío no dedicó ninguna poesía a Nilo Fabra, pero sí que lo mencionó en «Nuevos poetas de España» (1906): «Nilo Fabra, que ha expresado sus quereres y soñares con modos refinados, dando a veces un tono menor que traduce sus prematuras melancolías contagiosamente»  13. Tan cerca estaba Fabra de Rubén Darío que incluso le facilitaba libros, como se desprende de una carta de José Santos Chocano a Rubén Darío de 5 de septiembre de 1905: «Le decía a usted en mi tarjeta que si no cumplí con enviarle el libro de Lugones, fue porque Nilo Fabra lo tomó a su cargo y me aseguró que se lo remitiría en el acto. Hoy ya sé que está en su poder» 14 .

No menos generoso fue Manuel Machado, que mencionó a Nilo Fabra en la «Enquête sobre el modernismo» publicada en El Nuevo Mercurio (1907): «Díez-Canedo, Mesa y Fabra, tres admirables dilettantis. El último, original y descuidado, canta su propia vida con una ingenuidad amable»  15. Y le dedicó las poesías «Mutis», publicada en Helios (1904) y luego recogida en Caprichos (1905), y «L’Indifférent» en Apolo (Teatro pictórico) (1911) 16 . Del anterior comentario de Machado, siempre tan ecuánime y preciso a su modo, merece la pena retener el calificativo de «diletante» —no necesariamente peyorativo—, matizado, además, por lo de «admirable»  17.

Antonio Machado abogó tempranamente por Nilo Fabra en una carta a Juan Ramón Jiménez, sin fecha, pero de marzo-abril de 1904: «¿Recibió V. los versos de Fabra? Yo creo que pueden publicarse. Este Fabra es un muchacho discreto y no exento de sentimiento»  18. Los «versos» eran sin duda para la revista Helios, aunque no se publicaron allí, lo cual no tiene nada de extraño: es posible que Juan Ramón Jiménez aún estuviera releyendo el artículo de Emilia Pardo Bazán y que no quisiese ni oír hablar de Nilo Fabra. 

En 1923 Antonio Machado aún se acuerda de Nilo Fabra. Lo menciona en el «Cancionero apócrifo» (en Los complementarios , 105R) al hablar de Jorge Menéndez, poeta apócrifo autor de «Saludando a los modernistas», fechada en 1901: «Jorge Menéndez. Nació en Chipiona en 1828. Murió en Madrid en 1904. Empleado de hacienda y autor dramático. Colaboró con Retes. Murió de apoplejía. La composición que se copia fue enviada como anónimo a Francisco Villaespesa y se atribuyó a don Manuel Valcárcel. Su verdadero autor fue descubierto por Nilo Fabra 19 .» 


Protesta contra Echegaray. El Ateneo. Benavente, El Gato Negro 
y el «teatro para niños». Valle-Inclán.

    Nilo Fabra fue uno de los firmantes, en marzo de 1905, del famoso manifiesto de protesta contra el homenaje a Echegaray, que el año anterior había recibido el premio Nobel de Literatura. También figura su firma entre el centenar largo de personalidades que invitaron a Unamuno para que hablara en Madrid sobre la polémica ley de jurisdicciones (ABC, 17 febrero 1906), iniciativa al parecer también promovida por Azorín  20. 

    Por las mismas fechas Fabra frecuentaba el Ateneo de Madrid, como secretario que fue de la institución. Rafael Cansinos Assens lo recordó en el capitulillo «Los ateneístas»: «Mis amistades literarias se acrecían diariamente. [...] Nilo Fabra, Nilito , alto, delgado, con indicios de tuberculoso, el autor de Interior [...]» 21 . Semblanza muy similar a la de Víctor Ruiz Albéniz, que menciona a Fabra entre los asiduos a la «Cacharrería» del Ateneo:

    Nilo Fabra, largo y cimbreante como un látigo, tumultuoso y demasiado «hidráulico» en el hablar, nervioso hasta la exageración, y escudero sempiterno de don Jacinto Benavente, que por entonces tuvo largas épocas de asistencia diaria al Ateneo para escuchar a los teósofos de la «Cacharrería» y luego hacer un poco burla de ellos y de los masones y espiritistas  22.

    «Escudero» inseparable de Jacinto Benavente, Fabra era asiduo a la tertulia de aquél en el café El Gato Negro, en la calle del Príncipe, junto al teatro de la Comedia. Diego San José recordó a Fabra en aquella tertulia, en los primeros años del siglo: «Acostumbraba [Pedro Mata] a ir a la tertulia de Benavente en El Gato Negro, de la que formaban parte Pedro Zorrilla, Manolo González, Bonafé, Tirso Escudero y Nilo Fabra»  23. Más adelante da la nómina completa de asiduos:

    A El Gato Negro diole tono literario, que aún disfruta, aunque en decadencia, la tertulia de Benavente, compuesta por los actores del teatro y algunos amigos de la casa, entre los que solían concurrir más asiduamente Manolo González, Pedro Zorrilla, Juan Espantaléon, Martínez Sierra, Antonio Palomero, Jurado de la Parra, Antonio Paso, Joaquin Abati, Pedro Mata, Nilo Fabra y Enrique Amado [...]. Aquel café, sin su dueño —que también era el primer cliente—, ya no parece El Gato Negro, porque al morir don Tirso el 29 de septiembre de 1950 ha perdido su carácter y el último superviviente de aquel parnasillo de principios de siglo  24.

También Felipe Sassone, hablando de la tertulia de El Gato Negro , aludió a Nilo Fabra:

    Los demás asiduos éramos: un caballero anciano, meloso y redicho, de quien sólo recuerdo un apellido, Mazas, y era un Greco con barbas de plata; el poeta Nilo Fabra, el único que tuteaba a Benavente, ansioso bebedor de cerveza, y se le quedaba la espuma haciendo burbujas en el crespo azafrán de sus grandes bigotes  25.



Tertulia de Jacinto Benavente en El Gato Negro (1905).


    Una caricatura de 1905 (véase la ilustración adjunta) muestra a Benavente en su tertulia de El Gato Negro (sentado a la mesa, en el centro), acompañado de otros dos contertulios. El caballero de la izquierda, alto y delgado, de «grandes bigotes» y con un bock de cerveza en la mano, es Nilo Fabra  26.

    En diciembre de 1909 Jacinto Benavente puso en marcha su «teatro para niños», para el cual escribió tres pequeñas comedias que fueron estrenadas en el teatrito Príncipe Alfonso: Ganarse la vida, El príncipe que todo lo aprendió en los libros (ambas estrenadas el 20 de diciembre) y El nietecito (el 27 de enero de 1910). Nilo Fabra, junto a otros escritores, participó en ese «teatro para niños» con la lectura de diversas poesías —de Catarineu, Marquina, Campoamor...— como complemento de las representaciones:

    Te voy a contar un cuento, de Rubén Darío (que leyó muy bien Nilo Fabra), tiene todo el preciosismo, toda la armonía y todo el ritmo de la musa principesca y fantasista del exquisito vate americano. [...] 

    Porredón, que hubo dado lectura a la composición de Catarineu, lo hizo de la de Campoamor El buen consejo, para digna coronación de esta parte de la fiesta, que acogió el público con calurosos aplausos y demanda de repeticiones. Fabra y Marquina leyeron dos veces.  27

    Sin embargo, no parece que la experiencia tuviera demasiado éxito. Apunta Ángel Lázaro: «Asistieron a la inauguración del teatro infantil muchas más personas mayores que niños. El público estaba formado en su mayor parte por literatos, actrices y actores»  28. Felipe Sassone, que también colaboró en el «teatro para niños» en enero de 1910, en sus memorias hizo un balance de la experiencia, en el que se alude a Nilo Fabra:

    Vuelvo a reanudar el hilo de mi memoria. Aquella temporada del teatro de los niños fue languideciendo. El repertorio era escaso, por la índole especial que requerían las obras, y su más firme mantenedor tenía que distraerse muchas veces, y su distracción era trabajo, para atender a las obras grandes y serias que solicitaban de él otros empresarios. Recurrimos a atracciones para poder mantener más tiempo la temporada, y las atracciones, claro, no podían fundarse en la presentación de cupleteras y bailarinas, que aunque lo hicieran muy bien no interesarían a los niños, y si lo hicieren mal, los corrompería. Dimos algunos recitales de versos clásicos y modernos, y los declamadores más asiduos éramos el poeta Nilo Fabra y yo; pero nos hacían muy poco caso.  29

    No fue la de Benavente la única tertulia que frecuentaba Nilo Fabra. Rafael Cansinos Assens lo recordó también en la de Valle-Inclán: «Valle-Inclán tenía allí [en el café Nuevo Levante] su tertulia con Bargiela, Nilito, el crítico de arte Balsa de la Vega y los Baroja»  30. 



Interior (1905) y una poesía desconocida a Valle-Inclán.Portada de Interior (1905) de Nilo Fabra

    Lo que más sorprende de Nilo Fabra es su práctica ausencia en las revistas de la época  31. Ello nos hace pensar en alguien de posición económica relativamente desahogada que, aunque amigo y admirador de Rubén Darío, Benavente, Valle-Inclán y Manuel Machado, se mantuvo sin embargo alejado de los fregados literarios de la época (la «guerra literaria» de la que hablaría Manuel Machado) 32. También eso explicaría las escasas menciones por parte de sus contemporáneos. Sea como fuere, toda su poesía —salvo la que pudiera haber publicado en periódicos— está reunida en sus dos únicos libros consecutivos: Interior (1905) e Ingenuamente (1906). Sin embargo, sí fue incluido en las dos principales antologías del modernismo, la de Emilio Carrere, La corte de los poetas (1906), y la más tardía de José Brissa, Parnaso español contemporáneo (1914)  33.

    Interior (1905)  34 lleva poesías significativamente dedicadas a Francisco Villaespesa, Juan R. Jiménez, Antonio de Hoyos, Félix Lorenzo, Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Rubén Darío («Ideal»), Manuel Machado, Jacinto Benavente, Ramón del Valle-Inclán, Ricardo Calvo, Ramiro de Maeztu, Antonio de Zayas, Alfonso Danvila y Antonio Palomero. Fue reseñado en La Lectura, julio 1905  35. 


Reproduzco a continuación la poesía, al parecer desconocida, dedicada a Valle-Inclán (pp. 115-120):



DON JUAN


          A Ramón del Valle-Inclán


Don Juan, ese canalla cuya sublime historia 
los poetas y el pueblo fijan en su memoria
—ese preclaro espíritu, ese héroe de leyenda, 
que recorre nostálgico de la vida la senda

en busca de inefables, aromosos placeres 
que otorgan a las almas el vino y las mujeres—,

está aspirando flores de la amada alegría 
en medio del tumulto febril de loca orgía.

Las verdades eternas —lo real y el acaso— 
las halla en el confuso misterio de su vaso;

un misterio atrayente en que el dolor se hunde, 
donde todo se olvida y todo se confunde.

Y Don Juan, voluptuoso, gozando las delicias 
de todos sus deseos, recibe las caricias

del sueño. —Ya no existe el presente, y la pena 
se convierte en amores.— Toda su alma llena

de añoranzas fragantes en su interior se vierte, 
y recuerda la muerte de los que fue su suerte...

Velada se aparece la visión de mujer 
que le dijo el recóndito secreto de querer 
—esperanza perdida que nunca ha de volver—.

Cubierta se ha mostrado con una blanca túnica, 
pero él la reconoce. Es ella, es la única

que a su duro y malvado corazón de perverso 
le cantó el canto joven de un armonioso verso.

Extático la admira en riente penumbra 
subjetiva. Una luz bienhechora la alumbra.

(¿Es vida que se esfuma entre la dicha erótica, 
o flor que se recoge en una planta exótica?)

El fuego de su espíritu se aumenta. No adormece 
su valor el cansancio ni el sopor. Siempre crece

el orgullo en sí mismo. La triste realidad 
a su alma no le dice deprimente verdad, 
y él la ofrenda gozoso toda su voluntad.

Don Juan se encuentra libre. Es de su vida dueño 
y nada le atormenta. Ha poseído el sueño

que busca. Ya pasaron los incruentos martirios. 
Puede gozar el fruto de fugaces delirios,

puede gozar de nuevo la perdida hermosura 
que en su amor confiada encontró sepultura.

En su pecho revive, y su imagen sagrada 
cobra aquella figura que un día la hizo amada,

sus divinos contornos, su vaporosa forma. 
Don Juan descansa. Posee la nueva norma

de vida. Oculta norma que fue desconocida 
a su alma. ¿La muestra como soñada vida

ya perdida, la cándida y albísima visión? 
¿Sus secretos le cuenta al triste corazón? 
¿Hará nacer benigna placentera ilusión?

Don Juan, por sus promesas y arrullos se extasía 
en medio del tumulto febril de loca orgía...

Pero un torpe importuno interrumpe su sueño. 
Háblale en son de burla... Don Juan ya se ha hecho dueño

de su temple. Altanero, bizarro y arrogante 
arroja al importuno, con desprecio, su guante.

Luego, galán y altivo, desenvaina la espada... 
Lo que fue un importuno, ahora ya no es nada.


    Dejo a los valleinclanistas el análisis de esta poesía, pero sin duda es una de las más tempranas dedicadas a Valle-Inclán, después de las dedicatorias de Manuel Machado (1902), Antonio Machado (1903) y Rubén Darío (1904)  36. «Don Juan», como es obvio, es un homenaje al marqués de Bradomín —aquel don Juan «feo, católico y sentimental»— y a las Sonatas (1902-1905) de Valle-Inclán. 

    Su segundo libro de poesías, publicado al año siguiente, Ingenuamente 37, lleva la dedicatoria «A Rubén Darío, el gran poeta. Testimonio de sincera admiración».

«Rubén Darío, íntimo»

    A partir de los años diez del siglo, Nilo Fabra se esfumina hasta casi desaparecer. Sólo asoma en contadas ocasiones, pero una de ellas de notable importancia: me refiero a su extraordinaria necrológica «Rubén Darío, íntimo», publicada en El Imparcial el 10 de febrero de 1916, a los cuatro días de la muerte del poeta (reproducida en Juan González Olmedilla, La ofrenda de España a Rubén Darío, 1916, con el título «El íntimo»). Reproduzco el escrito de Nilo Fabra por su indudable valor testimonial y emotivo:

EL ÍNTIMO

    Tenía yo diez y ocho o diez y nueve años [1900 o 1901] cuando conocí a Rubén Darío. En aquella época empezó también mi amistad con otros dos grandes artistas, mimados hoy por la fortuna y desdeñados entonces: Jacinto Benavente y Ramón del Valle-Inclán. 

    Antes de ser presentado al insigne poeta conocía ya algunas de sus principales composiciones: las primordiales de sus maravillosas Prosas profanas. En las fantásticas revistas de Paco Villaespesa se dieron al público, a un público que podría contarse con los dedos de una sola mano. 

    Rubén Darío tuvo por mí desde el primer momento un cariño fraternal. La diferencia de edad entre nosotros parecía quedar compensada, para hacer firme la amistad, por una mutua comprensión... pero siendo yo, naturalmente, el admirador y él el admirado. 

    Era yo entonces casi un niño; pero Rubén fue un niño toda su vida, y como niño, dotado de un maravilloso instinto para advertir quién era su amigo leal, quién buscaba su compañía sin ánimo de medro, quién sabía admirarle sinceramente en todo cuanto valía, y hasta censurarle en ocasiones por alguna de sus obras o por alguno de sus actos. 

    La vida cosmopolita, agitada, turbulenta, de continua peregrinación, no sirvió para crearle una experiencia práctica. Fue Rubén explotado de muchos, víctima de bastantes y hasta juguete de algunos, que quisieron divertirse con él como Sansón Carrasco con Don Quijote. 

    Pero siempre estuvo por encima de todas estas miserias. Al sentirse burlado o explotado supo oponer siempre con orgullo santo el gesto despectivo de quien tiene confianza en sí mismo y está seguro de su propio valer. 

    —Ladran; señal de que cabalgamos. 

    Ésta era su contestación cada vez que se enteraba de una befa o de una injuria. 

    Recuerdo a muchos de aquellos perros ladradores. Unos han muerto en el más completo olvido. La mayor parte se han obscurecido. Algunos intentaban todavía, aunque débilmente, lanzar su estridente e inútil ladrido a la luna. 

    Durante los cuarenta y nueve años que duró su vida, recorrió Darío casi toda América y parte de Europa. Audaz, cosmopolita, como se llamó a sí mismo, peregrinaba incansable y siempre contra su voluntad. 

    —Yo estoy enfermo, muy enfermo —decía constantemente—, y es la bohemia, la «inquerida» bohemia. ¡Ah! Cuando pueda establecerme definitivamente en España... pasar largas temporadas en mi Madrid, la ciudad de confianza, con mis amigos madrileños, que son los mejores del mundo. 

    Porque Rubén era español de corazón. Amaba a España con toda su alma; su entusiasmo de poeta, sus amores de hombre, sus ilusiones de vida plácida, todo lo quería para esta tierra y para los hombres de esta tierra, que fueron los que más sinceramente le han admirado y comprendido. 

    —Pero, ¿y París, Darío? —se le objetaba cuando con mayor hipérbole cantaba las excelencias españolas—. ¿Y París? A la ville lumière debéis vuestras mejores poesías. 

    —No lo niego, no. París me gusta, me encanta. En París he gozado la vida intensamente. Pero París es la querida; la mujer propia está en España. 

    Y el amor de Darío a la patria española era tan intenso y tan noble, que protestaba airado contra los propios españoles que —¡oh, eterno vicio nacional!— lo encuentran todo malo en su propia casa, sin haber salido nunca de ella, y que creen es cosa de la más refinada elegancia sacar a la vergüenza los propios defectos. 

    Muchos fueron los amigos que en Madrid tuvo Rubén Darío. Entre ellos, y de los más íntimos, el maestro Cavia, Benavente (que hace quince años impuso a la empresa de Madrid Cómico la publicación de «Sinfonía en gris menor» y otras poesías), Alejandro Sawa, Manuel y Antonio Machado, Juan R. Jiménez, Pedro González Blanco, Ricardo Calvo... Todos ellos le han querido como a un hermano y hasta en ocasiones le han mimado como a un niño. Amaron y admiraron su arte —ese arte maravilloso que introdujo modificaciones en la métrica castellana y que unas veces fue castizo, otras revolucionario y siempre inquieto, y diferente, y propio, como su vida— y quisieron al hombre, al hombre bueno, honrado, leal, como lo es todo grande artista... aunque él mismo muchas veces pretenda —inútilmente— convencernos de lo contrario. 
Los amigos de Rubén Darío sabíamos desde hace algún tiempo que su salud era muy delicada. De vez en cuando teníamos alguna noticia de él, siempre pesimista. 

—He sabido de Rubén —me dijo hace cuatro meses Manuel Machado—. Está en Nueva York, muy malo. Creo que no volveremos a verle.

—¿Sabe usted, Fabra, lo de Darío? —me preguntó hará unos veinte días Valle-Inclán—. Lo han llevado a Managua; se halla muy enfermo. Se desconfía en salvarle. 

Yo callaba. Poco a poco nos íbamos acostumbrando a la idea. Ella —como siempre llamó Rubén a la muerte— se le acercaba. No íbamos a volverle a ver más. No leeríamos tampoco ninguna nueva poesía suya. 

Y cuando yo repetía a otros amigos las tristes noticias comunicadas por Valle-Inclán y Machado, ellos callaban también, con la elocuencia del silencio ante lo irremediable.  38

    En abril de 1919 la Agencia Fabra se convirtió en sociedad anónima (dependiente de Havas, propietaria del 90 % del capital social), y fue nombrado director de la agencia Maximino Esteban y subdirector Luis Amato  39. Al año siguiente Nilo Fabra entraba en la redacción de La Voz, periódico fundado en 1920 y dirigido por Fabián Vidal  40. Allí se ocupó de la crónica de tribunales, firmando con el seudónimo de El Espectador 41. Ese mismo año aparece una traducción suya de la novela de Mérimée, Crónica del reinado de Carlos IX, publicada en la colección Universal de Calpe  42. 

    Y el 1 de abril de 1922 asiste a un banquete en homenaje a Valle-Inclán ofrecido por el entonces secretario del Ateneo, Victoriano García Martí. Entre los asistentes: Unamuno, Pérez de Ayala, Díez-Canedo, Ramón Gómez de la Serna, Manuel Machado, Ramiro de Maeztu y Azaña  43. 

    Nilo Fabra Herrero moría al año siguiente, en 1923, a la edad de 41 años.
Jordi Doménech 

    Diciembre 2002
  


NOTAS
1. Agradezco encarecidamente a Maria del Carme Alerm su entusiasta y eficaz colaboración en este pequeño artículo. La profesora Maria del Carme Alerm fue quien se fijó en la poesía desconocida de Nilo Fabra dedicada a Valle-Inclán, y me pidió que escribiera sobre ello.

2. Esta confusión es en parte disculpable: los propios contemporáneos de Nilo María Fabra se refieren con frecuencia a él simplemente como «Nilo Fabra»; incluso dentro de una misma obra emplean indistintamente ambos nombres. La confusión es generalizada: como curiosidad, baste mencionar que en un catálogo de 1909 de la Librería Nacional y Extranjera de E. Dossat, de Madrid, bajo la rúbrica «Nilo María Fabra» se relacionan todos los libros de éste..., más los dos libros de poesías de Nilo Fabra.
3. En realidad fue publicado en Madrid: Poesías de D. Nilo María Fabra, Madrid, Librería Alfonso de Durán, 1860.

4. Pedro Gómez Aparicio, Historia del periodismo español (Desde la «Gaceta de Madrid», 1661, hasta el destronamiento de Isabel II), Madrid, Editora Nacional, 1967, p. 555.

5. «Desde 1893 Havas se convirtió en dueña absoluta de Fabra, al haber ido comprando paulatinamente todos sus derechos al fundador, Nilo María Fabra, que permaneció como director hasta su muerte en 1903» (María Cruz Seoane y María Dolores Saiz, Historia del periodismo en España. 3. El siglo XX: 1898-1936, Madrid, Alianza, 1996, p. 42). Sobre las agencias de prensa en España es imprescindible el estudio de María Antonia Paz Rebollo, El colonialismo informativo de la Agencia Havas en España (1870-1940) (tesis doctoral), Madrid, Universidad Complutense, 1987.

6. Nilo María Fabra, El problema social (Artículos publicados en «La Ilustración Española y Americana») , Madrid, Librería de Fernando Fe, 1890; 2.ª ed. precedida de un estudio sobre el socialismo por D. Emilio Castelar, Madrid, Suc. de Rivadeneyra, 1892.

7. La mayor parte de sus cuentos están recogidos en Por los espacios imaginarios (Con escalas en tierra) (Madrid, Librería de Fernando Fe, 1885), Cuentos ilustrados (Barcelona, Imp. de Henrich y Cía., 1895) y Presente y futuro (Nuevos cuentos) (Barcelona, Juan Gili, 1897).

8. Pedro Gómez Aparicio, Historia del periodismo español (De las guerras coloniales a la Dictadura), Madrid, Editora Nacional, 1974, p. 110.

9. «A comienzos del siglo XX, la Agencia Fabra tiene una plantilla de 19 personas, entre redactores y personal técnico y administrativo; utiliza para la distribución de sus informaciones el correo, el telégrafo, el teléfono y los mensajeros, y es la fuente de información internacional más importante para todos los medios de comunicación españoles de la época. 
    »Un total de 45 diarios españoles, repartidos por todo el país, están abonados a su servicio informativo, servicio que también reciben una docena de entidades, entre las que destaca el Banco de España, y varios particulares, a la cabeza de los cuales había figurado, en 1893, su majestad la reina regente María Cristina» (Víctor Olmos, Historia de la Agencia EFE. El mundo en español, Madrid, Espasa Calpe, 1997, pp. 64-65, que sigue en este apartado la tesis doctoral citada de María Antonia Paz Rebollo).

10. Rubén Darío, Vida de Rubén Darío contada por él mismo, Barcelona, Maucci, 1915; apud Rubén Darío, Autobiografía. Oro de Mallorca, introducción de Antonio Piedra, Madrid, Mondadori, 1990, p. 101.

11. Juan Guerrero Ruiz, Juan Ramón de viva voz. I: 1913-1931 , Valencia, Pre-Textos, 1998, p. 220. Este artículo de Pardo Bazán en La Revue Hispanique quizá sea el publicado luego con el título «La nueva generación de novelistas y cuentistas en España», Helios, n.º XII, marzo 1904, pp. 257-70.

12. Rafael Cansinos-Assens, La novela de un literato. 1. 1882-1914 , Madrid, Alianza, 1996, pp. 185-186  y 188.

13. Rubén Darío, «Nuevos poetas de España», en Opiniones, Madrid, Librería de Fernando Fe, 1906; apud Madrid, Mundo Latino, 1920, p. 196.

14. Alberto Ghiraldo, El archivo de Rubén Darío , Buenos Aires, Losada, 1943, p. 232.

15. «Enquête sobre el modernismo», El Nuevo Mercurio, n.º 3, marzo 1907; apud Manuel Machado, Impresiones . El modernismo (Artículos, crónicas y reseñas, 1899-1909) , edición de Rafael Alarcón Sierra, Valencia, Pre-Textos, 2000, p. 423.

16. Manuel Machado, «Mutis» («A Nilo Fabra»), Helios, n.º XIV, mayo 1904; recogida en Caprichos (1905), en la sección «El mal poema» (en la segunda edición del libro, 1908, se mantuvo la poesía y la dedicatoria). Manuel Machado, «L’Indifférent» («A Nilo Fabra»), en Apolo . Teatro pictórico (1911), donde es una de las dos poesías sobre Watteau. Cf. Luisa Cotoner Cerdó, Génesis y evolución de los libros modernistas de Manuel Machado, Barcelona, EUB, 1996.

17. Pío Baroja dio una buena definición del «diletante» en sus Memorias: «En la mitad y a fines del siglo XIX, en nuestro país, el joven dedicado a una profesión liberal tenía una cultura incompleta, formada por lecturas variadas y un poco caprichosas y por datos cogidos al azar; es decir, era un dilettante, un aficionado» (Pío Baroja, Desde la última vuelta del camino. Memorias , I, en Obras completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 1949, VII, p. 816). Ni que decir tiene que Baroja prefiere el diletante al «especialista» («El dilettante podrá fallar en detalles, el especialista falla en lo fundamental», ibídem).

18. Antonio Machado, Prosas dispersas (1893-1936), edición de Jordi Doménech, Madrid, Páginas de Espuma, 2001, p. 194.

19. Antonio Machado, Los complementarios, edición crítica por Domingo Ynduráin, 2 vols., Madrid, Taurus, 1971, I (Facsímil ): 105R, II (Transcripción): p. 132.

20. Otros firmantes de esa invitación a Unamuno fueron Manuel y Antonio Machado y Pío Baroja. Cecilio Alonso, Intelectuales en crisis (Pío Baroja, militante radical, 1905-1911), Alicante, Instituto de Estudios Juan Gil-Albert, 1985, pp. 78-79.

21. Rafael Cansinos-Assens, La novela de un literato. 1. 1882-1914 , Madrid, Alianza, 1996, «Los ateneístas», p. 127.

22. Víctor Ruiz Albéniz («Chispero»), ¡Aquel Madrid...! (1900-1914), Madrid, Artes Gráficas Municipales, 1944, estampa IX: «Sabios y pedantes (La «Docta Casa» y sus moradores»), p. 137.

23. Diego San José de la Torre, Gente de ayer (Retablillo de los comienzos del siglo), Madrid, Instituto Editorial Reus, 1952, p. 233.

24. Ibídem, pp. 264 y 268.

25. Felipe Sassone, La rueda de mi fortuna (Memorias ), Madrid, Aguilar, 1958, p. 348. Agradezco a Maria del Carme Alerm la información.

26. Santiago Riopérez y Milá, en Azorín íntegro , confunde a Nilo Fabra con su padre, pero proporciona un dato interesante a este respecto: «Una de las pocas fotografías que hemos podido contemplar del poeta Nilo Fabra, en su juventud, aparece publicada en el raro libro de Enrique González Fiol, Domadores del éxito —mayo de 1915, p. 53—, sentado junto a Jacinto Benavente, en el salón de una vieja tertulia madrileña» (Santiago Riopérez y Milá, Azorín íntegro, Madrid, Biblioteca Nueva, 1979, p. 472 n. 75).

27. Amado Nervo, La lengua y la literatura, Madrid, Biblioteca Nueva, 1921; apud Obras completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 1928, vol. XXII-XXXIII: 2.ª parte, cap. XIX, «Inauguración del teatro para los niños».

28. Ángel Lázaro, Vida y obra de Benavente, Madrid, Afrodisio Aguado, 1964, p. 67.

29. Felipe Sassone, La rueda de mi fortuna )(Memorias) , Madrid, Aguilar, 1958, p. 354.

30. Rafael Cansinos-Assens, La novela de un literato. 1. 1882-1914 , Madrid, Alianza, 1996, p. 140.

31. Sólo he hallado una poesía de Nilo Fabra en las revistas de comienzos de siglo: «Carlos IV y María Luisa (El rey cazador y la reina alegre)», La República de las Letras , n.º 5, 3 junio 1905, p. 1.

32. Rafael Cansinos Assens, en su recientemente publicada novela autobiográfica Bohemia —ambientada en el Madrid de 1900-1905—, hablando de Valle-Inclán, califica a Bernardo G. de Candamo y a Nilo Fabra de «señoritos burgueses»: «El muchacho [Rafael Florido, es decir, Rafael Cansinos Assens] recordaba todo eso, y su timidez y su pobreza reaccionaban en forma de orgullo y rebeldía. ¡No, a él no le dirigiría ninguna insolencia aquel hombre irascible!... Después de todo, ¿quién era Valle-Inclán? Desde luego no era Cervantes... ¡Y aunque lo fuese!... Y los que le rodeaban, quitando a Villaespesa y los Machado..., aquellos Candamo y Nilito Fabra, etc., qué eran sino señoritos burgueses, con sus chalecos de fantasía y sus botines grises. ¡Bah! También el marqués de Bradomín usaba botitos... y chalecos de fantasía... Se las daba de dandy... Qué diferencia del gran Sawa...» (Rafael Cansinos Assens, Bohemia (novela póstuma), edición de Rafael M. Cansinos, Madrid, Fundación Rafael Cansinos Assens, 2002, p. 170).

33. Emilio Carrere, La corte de los poetas (Florilegio de rimas modernas), Madrid, Pueyo, 1906; José Brissa, Parnaso español contemporáneo (Antología completa de los mejores poetas) , Barcelona, Maucci, 1914, pp. 145-47. Posteriormente también fue incluido en una Antología de poetas madrileños, prólogo de Carlos Bonet, Madrid, Los Poetas, n.º 43, 1929.

34. Nilo Fabra, Interior, Madrid, Tip. de la Revista de Archivos, 1905, 148 p. El libro está dedicado «A la memoria de mi padre».

35. Bernardo G. de Candamo, «Libros. La ruta de Don Quijote , por Azorín. Interior, por Nilo Fabra», La Lectura, julio 1905, pp. 282-84. Anteriormente a esa reseña el libro había sido ya anunciado en la lista de «Libros recibidos» de Renacimiento Latino, n.º 2, mayo 1905, p. 128, junto a Cantos de vida y esperanza de Rubén Darío, Caprichos de Manuel Machado, Rapsodias de Villaespesa, Noches blancas de Antonio de Zayas, Brumas de Luis de Oteyza y Teatro de ensueño de Gregorio Martínez Sierra, entre otros. Todo un manifiesto.

36. Manuel Machado, «Flores» («A Ramón del Valle-Inclán»), en Alma (Poesías) (1902); poesía publicada anteriormente en Vida Galante, n.º 134, 24 mayo 1901, con el título «Cleopatra / Flores envenenadas» (cf. Manuel Machado, Alma. Caprichos. El mal poema, edición de Rafael Alarcón Sierra, Madrid, Castalia, 2000, p. 136). 
    Antonio Machado le dedicó la sección «Salmodias de Abril» de Soledades (1903): «A D. Ramón del Valle-Inclán». Y posteriormente el soneto «Elogios», en Soledades. Galerías. Otros poemas (1907), bajo el epígrafe: «Flor de santidad. Novela milenaria, por don Ramón del Valle-Inclán»; luego recogido al frente de la segunda edición de Flor de santidad (1913) de Valle-Inclán (el soneto de Machado es la composición CXLVI de sus Poesías completas, 1936). Ahora bien, es posible que este soneto estuviera destinado a la primera edición del libro de Valle, en 1904, y que por alguna razón u otra —quizá porque Machado se lo envió tarde— no se publicó entonces y Valle-Inclán lo guardaría para la segunda edición del libro: así parece indicarlo que en la segunda edición de Poesías completas (1928) de Machado, el soneto lleve al pie la fecha «1904» (cf. también Allen W. Phillips, «Algo más sobre Antonio Machado y Valle-Inclán», Cuadernos Hispanoamericanos, n.º 186, junio 1965, pp. 557-64). 
    Rubén Darío le dedicó el «Soneto autumnal al marqués de Bradomín», publicado al frente de Sonata de primavera (1904); y posteriormente el «Soneto / Para el señor don Ramón del Valle-Inclán», como prólogo a Aromas de leyenda (1907), y la «Balada laudatoria que envía, al autor, el alto poeta Rubén», al frente de Voces de gesta (1911) de Valle-Inclán (cf. Rubén Darío, Poesías completas, edición, introducción y notas de Alfonso Méndez Plancarte, Madrid, Aguilar, 1967).

37. Nilo Fabra, Ingenuamente, Madrid, Imp. de la Revista de Archivos, 1906, 166 p.

38. Nilo Fabra, «El íntimo», en Juan González Olmedilla, La ofrenda de España a Rubén Darío , liminar de R. Blanco-Fombona, Madrid, Editorial-América, s.f. (1916), pp. 40-46.

39. En 1924 El Sol y La Voz fundaron la agencia Febus para contrarrestar una Fabra excesivamente dependiente de la francesa Havas. Poco antes de finalizar la guerra civil, en enero de 1939 se constituyó en Burgos la agencia EFE, con la participación de antiguos directivos (Luis Amato) y accionistas de Fabra, que fue disuelta, más la absorción poco después de la agencia Febus. Cf. María Cruz Seoane y María Dolores Saiz, Historia del periodismo en España. 3. El siglo XX: 1898-1936, Madrid, Alianza, 1996, pp. 41-43.

40. Periódico de Nicolás M.ª de Urgoiti, paralelo a El Sol. Cf. Gonzalo Redondo, Las empresas políticas de José Ortega y Gasset («El Sol», «Crisol», «Luz». 1917-1934), 2 vols., Madrid, Rialp, 1970.

41. Pedro Gómez Aparicio, Historia del periodismo español (De las guerras coloniales a la Dictadura), Madrid, Editora Nacional, 1974, p. 583.

42. Prosper Mérimée, Crónica del reinado de Carlos IX, traducción de Nilo Fabra, Madrid, Calpe, 1920, Colección Universal.

43. Crónica del acto en La Voz, 3 abril 1922. Cf. Ramón María del Valle-Inclán, Entrevistas, conferencias y cartas , edición de Joaquín y Javier del Valle-Inclán, Valencia, Pre-Textos, 1994, pp. 229-31.









HAMUTAL BAR-YOSEF [12.415]

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Hamutal Bar-Yosef

Nacida en 1940 en el kibutz Tel Yosef, ISRAEL  cerca del Mar de Galilea, Hamutal Bar Yosef explora el dolor y la pérdida en su poesía, que abarca ya cinco décadas de publicación activa. Catedrática, y ahora Profesora Emérita en la Universidad Ben Gurion, y residente de Jerusalén, Bar Yosef explora también el costo humano y el sufrimiento inherentes al interminable conflicto entre israelíes y palestinos.
Ha publicado 14 poemarios, numerosos relatos, un libro de literatura infantil y 12 títulos de investigación académica, y ha merecido más de una docena de premios, incluyendo el Premio Akum (1978), el Premio Tel-Aviv (1984), el Premio Jerusalén de Poesía (1997), el Premio WIZO (1999), el Premio Presidente de Israel de Poesía (2002) y el Premio Brenner de Poesía (2005).
También traductora, ha llevado al hebreo obras de autores de lengua inglesa, francesa y rusa, y sus propias obras han sido traducidas al inglés, francés, alemán, ruso, ucraniano, árabe y yiddish, pero hasta ahora no había sido traducida al español.
Agradeciendo a la poeta, traductora y editora Jeannette L. Clariond por la cesión, presentamos seis poemas de Hamutal Bar-Yosef que forman parte del volumen El lugar donde duele, traducido por Mario Wainstein y Florinda F. Goldberg, y de próxima aparición en Vaso Roto Ediciones.


Hamutal Bar-Yosef
Poetess Hamutal Bar-Yosef was born in Kibbutz Tel Yosef in 1940. She received her Ph.D in Hebrew Literature from the Hebrew University of Jerusalem in 1985. She taught Hebrew literature at Ben-Gurion University of the Negev until 2003, and is now Professor Emeritus. She has also been a visiting professor in Paris, Moscow and Columbia University in New York. Bar-Yosef has published many collections of poetry as well as academic books and articles on Hebrew literature. She also translates poetry from English, French and Russian. Among other awards, Bar-Yosef has received the Tel Aviv Prize (1987), the ACUM Prize (1987), the Jerusalem Prize for Poetry (1990), the WIZO Prize for the Creative Woman (1999), the President's Prize (2002), the Brenner Prize for Poetry (2005), the Yehuda Amichai Prize for Poetry (2011), the Ramat Gan Prize for Poetry (2012) and the ACUM Prize for Lifetime Achievement (2013).



El tiempo

¡El tiempo! El tiempo que te lleva entender
que eso sucedió.
Que no hay, que no está, que estuvo y ya no está.
¡Está muerto, muerto! Y no resucitará.
No reaparecerá por descuido.
No retornará de improviso.
Tiempo de veneno
por dentro y por fuera.
Tiempo de venganza. De odio.
Tiempo de incendiarlo todo
por dentro y por fuera.
Tiempo de morir todo el tiempo.
Tiempo en que todo se vuelve piedra
grande, gris, sospechosa, acechante.
Tiempo de estar ciego frente a las diferencias
entre los matices rosados,
tiempo de estar sordo ante el aullido del gatito callejero
y el gemido de un pichón agonizante.
Tiempo en que hace falta sobrevivir.
Con los dientes. Con las uñas.
Tiempo del grito acallado. Tiempo de sangre.
¿Cuánto? ¿Un año? ¿Diez? ¿Cien? ¿Mil?
A mí me llevó treinta.
La segunda vez sólo diez.
Después comencé a vivir,
a amar, a escuchar.





Si escalas la montaña

Si logras escalar la montaña
y te preguntas ¿por qué?
Si extiendes tu mano hacia las montañas
durante largo tiempo,
durante largo tiempo aguardarás la respuesta
inmóvil.
Sólo correrán lágrimas.
Entonces verás un pajarillo
remar por el cielo con una rama pequeñita
hasta posarse en la palma de tu mano.
En tu mano dejará la pequeña rama
y sobre ella un huevo.
Quédate allí en la montaña del desierto,
quédate en el frío y el calor
durante largo tiempo.
No te muevas
hasta que nazca en tu mano
el tierno pajarillo que pide tu amor.






Goma de mascar

Nadie vio lo que me ocurrió con una niña árabe
en el verano de 1948, junto a la alambrada en Jaffa.
La gente transportaba alfombras y pianos ajenos,
hervían agua para beber.
Otros marchaban con los brazos en alto.
No fue un sueño. Tengo la boca reseca y el agua aún hierve;
entonces, a través de la cerca le sugiero con gestos
trocar su goma de mascar de boca mojada a boca seca
por mi rebanada con mantequilla de los envíos que llegaban de Norteamérica.
Yo la miro y ella a mí, ambas mascamos sin sonreir.
Moscas que comieron pus de sus ojos se posan en los míos.
El agua hervida ya se ha entibiado.
Eso ocurrió en julio del 48,
cuando evacuaban a grandes y chicos desde el sur a Jaffa
y a ambos lados de la alambrada marchaban refugiados de todo el mundo.






Cuando me quedo sola

Cuando me quedo sola me siento exhausta y quiero morir,
arroparme con el edredón en la oscuridad
hundirme en él como un submarino despedazado
y encerrarme a dormir.
Cuando me quedo sola mis fuerzas se derraman
por todos los orificios de mi cuerpo y caen a tierra,
me ahuecan, vaciada, aterrada,
me arrastra un viento implacable, como una pelusa.
Cuando me quedo sola me quedo sin yo,
tengo sólo un no hay esto
y un no hay aquello ni lo otro,
todas las ausencias sobre mí como una piedra.







A las cuatro y media

A las cuatro y media de la tarde incluso el árbol
se despereza, como niño de guardería cuyos padres se demoran
dispuesto a cobijarse en regazos ajenos,
y extiende las ramas con todas sus fuerzas
atraído por cualquier nube pasajera:
Apresúrate, llévame en tus fingidas alas,
no me dejes ennegrecer en el crepúsculo.
A las cuatro y media incluso el árbol,
cuanto más necesitadas las personas de amor.








Obsequio

A los nueve años decidí hacerle un regalo a mamá en su cumpleaños,
sola y a escondidas, algo que yo pudiera fabricar,
algo que hubiera hecho yo misma, darle una sorpresa
que le gustara, que la pusiera aunque fuera un poco más contenta.
A escondidas cosí un pañuelo, una servilleta, un repasador, una especie de bolso.
A escondidas corté la manta de mi muñeca en tiras multicolores
y las uní con hilvanes y pespuntes como me enseñaron en la escuela.
Mamá recibió de papá un broche de plata de Betzalel,
una filigrana en forma de montañas gemelas,
y lo abrochó entre sus senos, sobre el vestido azul.
De mi regalo dijo: “Mejor hubieses hecho una sola cosa grande”.
Más de cincuenta años me duró el impacto. No supe qué responder.
“Mejor hubieses hecho una sola cosa grande”… fui entendiendo poco a poco.
Ella murió hace unos años sin que lo hubiésemos hablado.
Pero hoy me enteré que dentro de poco me reuniré con ella, y le diré:
“Mamá, eso es lo que hice. Lo que pude”.
Un pañuelo, una servilleta, un repasador, una especie de bolso.






Cuando estás aquí

Cuando estás aquí
peso menos.
Cuando comes conmigo
me saben mejor la frutilla y las palomitas de maíz.
Cuando vienes a mí
Mozart suena en la radio
sin interferencias
y los viernes
el mercado peligroso
el mercado del centro del mundo
grita rie bosteza resplandece
como un manto de sol sobre el lago
cuando estás aquí.





Si logras recordar

Si logras recordar cómo me dabas de comer
cerezas partidas boca a boca
con la habilidad de un actor de cine
y cómo al cabo de un año te propuse probar
la tibia leche que manaba de mis duros pechos
y cuál fue la expresión de tu rostro cuando lo hiciste...
y cómo comiste y elogiaste el primer arroz mal cocido
y el pollo que guisé con sus vísceras el primer otoño
para nuestra cena antes del Yom Kipur
y cómo me compraste con tu primer sueldo
un vestido de gamuza gris y guantes de gamuza violeta
y cómo a escondidas y a plazos te compré
la bata de lana con el cuello chino
y si logras recordar mi chaqueta de cuero
y tu pantalón pijama celeste
que tendimos en el jardín del hospital entre los arbustos
la noche que te visité a escondidas
porque me llamaste para decir que me necesitabas
y yo ya era madre de cuatro hijos
y cómo volviste a casa del cuartel en plena noche
y qué feliz y orgullosa estaba yo de que fueses mío
y si logras recordar cómo reclinaste tu cabeza en mi regazo
y cerraste bien los ojos frente al lago que brillaba entre los árboles
en el banco de la avenida tras firmar aquel contrato
y entendí que ahora eres realmente feliz
y si logras recordar cómo te retuve con todas las fuerzas
que pude reunir en mis débiles brazos
mientras gemías en la bañera con llanto de oso herido
y cómo aferrabas mi hombro y mi vientre preñado en el funeral de mi padre
cuando me había puesto el vestido al revés y no podía dejar de llorar
y me perdonaste heroicamente las mentiras y las actitudes rencorosas
y si logras recordar la espinosa mata de zarzamora
que se empeñó en crecer pese a que los obreros la cubrieron de cemento,
entonces recuérdamelo, por favor,
porque últimamente tiendo a olvidar las cosas.




La poesía de Bar-Yosef

POR ÁLVARO VALVERDE


El lugar donde duele. Antología poética (1970-2010), de Hamutal Bar-Yosef ha sido todo un descubrimiento. Un feliz hallazgo que uno debe a Vaso Roto, la editorial que lo ha publicado, y a sus traductores, Mario Wainstein y Florinda F. Goldberg (aunque ella haya escrito: "El poema se ofende cuando lo traducen"). Pero ante todo a esta poeta nacida en Kibbutz Tel Yosef en 1940, hija de judíos europeos (los mismos de los que hablaba Oz) que se trasladaron a Israel para fundar un Estado. Lo judío es omnipresente en la obra de Bar-Yosef. A uno ese mundo le atrae. En su vertiente religiosa y cultural, preciso, no en lo que contiene de terrible. Sí, una debilidad. Lo autobiográfico, en consecuencia, es la base sobre la que se asienta este edificio de sonido y sentido que nos llega nítido desde el hebreo original. Hay mucha verdad en estos poemas y no poca luz, por más que la sombra del dolor sea lo que predomine en este lugar. El tono -cercano, confidencial a veces-, el carácter o modo particular de la expresión y del estilo de este texto, es de una sencillez engañosa: hay mucho más detrás de las apariencias, de esa claridad a que aludo. 
El lenguaje es a menudo metafórico. Dátiles, palomas, maná, ángeles... Flores y frutos. Animales. Fiestas (Yom Kipur, Shabat, Rosh Hashaná), comidas. Y lugares: el lago Tiberíades (donde se baña), las alturas del Golán, Mar de Sal (para nosotros, Mar Muerto), Tel Aviv... Palabras que remiten a una tradición pero que aquí se universalizan.
La infancia ("En una cama negra") y la memoria son el centro de este microcosmos. Al fondo, el problema judío-palestino (pero el real, el del día a día), la constitución de ese Estado... "Negociación" se titula un poema.
Al fondo, los antepasados: "Así sonaban las conversaciones de mis padres con sus paisanos / acerca de lo que fue". La familia, otra presencia ineludible. En poemas como "Si logras recordar" (donde se mencionan las palabras Holocausto y Varsovia). Y un hecho luctuoso que marca esta escritura: la muerte del hermano, un suceso trágico que Bar-Yosef aborda sin patetismo, con la serenidad de quien se enfrenta cara a cara al dolor. "Lo necesario es poder soportar el sufrimiento", dijo Franz Jalics, como recordaba Pablo D'Ors en su reciente felicitación navideña. Ella parece hacer suya esa frase. A esa circunstancia -ella tenía siete años- que ha condicionado su vida y la de los suyos, dedica un poema memorable, el que da título al libro. No es el único; así, "El sepelio de mi hermano", con un final... 
Frente a la crudeza y al desgarro, que al lector le produce escalofríos, encontramos poemas placenteros dedicados al amor: "Que sus labios", "Me casaré contigo", "Había dicho", "Al hombre": "Bajo tu camisa / aleteo". O a los hijos ("Ah, el luminoso sueño de los hijos", se lee en un verso): "La mesa que coloqué en la cocina", por ejemplo. Y otros que no lo son tanto, como los que aluden a la vejez ("la vejez es un espacio") y a la muerte ("El fin llegará, / no pedirá permiso a nadie").
Dije antes poema memorable y debo añadir otros: "Tiempo" ("Tiempo de morir todo el tiempo"), "Así como la renuncia", "Sobre la cerca", "La sonrisa", "Fascinada", "Poema de las manos", "Una torre en Tebes", "A los lectores", "Cita con una poeta", etc.
No podían haber elegido mejor sus editores el poema que cierra el libro, "Obsequio", que nos deja una extraña mezcla de alegría y tristeza, como casi todo en esta luminosa poesía. 





RUBEM ALVES [12.416]

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Rubem Alves

Hoy ha muerto Rubem Alves, padre intelectual de la teología de la Liberación

Rubem Alves (Boa Esperança, BRASIL   15 de septiembre de 1933 - Campinas, 19 de julio de 2014) fue un psicoanalista, educador, teólogo, poeta y escritor brasileño, autor de libros y artículos abordando temas religiosos, pedagógicos y existenciales, además de una serie de libros infantiles.

Entre 1953 y 1957 estudió Teología en el Seminario Presbiteriano de Campinas. Entre 1958 y 1963 fue profesor del Instituto Presbiteriano Gammon y pastor en la ciudad de Lavras (Minas Gerais). Viajó a Estados Unidos, donde obtuvo la maestría en Teología en el Union Theological Seminary de Nueva York y luego el doctorado en Filosofia, en el Seminario Teológico de Princeton, en 1969, con la tesis de grado Una teología de la esperanza humana.

Profesor y Escritor

De regreso a Brasil, fue nombrado profesor de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de Rio Claro. Luego enseñó en el Seminario Presbiteriano de Campinas y desde 1979 en la Universidad Estatal de Campinas, donde recibió el título de Profesor Emérito.3 Publicó numerosas crónicas, ensayos y cuentos, además de ser su propio pensamiento el o tema de diversas tesis, artículos y monografías. Muchos de sus libros han sido publicados en diferentes idiomas.
Con formación múltiple, ha transitado por la teología, el psicoanálisis, la sociología, a filosofía y la educación. Después de ser profesor universitario, ahora tiene un restaurante (la culinaria es una de suas pasiones y tema de algunos de sus textos). Vive en Campinas, donde anima un grupo llamado Canoeiros, que se reúne semanalmente para leer poesías.
Su mensaje es directo y a veces romántico, explorando la esencia del hombre y el alma del ser. Es algo así como un contrapunto de la visión actual del homo globalizadus que busca satisfacer deseos, muchas veces más allá de sus reales necesidades. En varios de sus textos cita pasajes da la Biblia, valiéndose de metáforas.
Es ciudadano honorario de Campinas, donde recibió la Medalla Carlos Gomes de contribución a la cultura.

Teología

Autor del libro Teologia de la Esperanza Humana, Rubem Alves es considerado por muchos estudiosos como una de las personalidades más relevantes en el escenario teológico brasilero, propició la reflexión sobre una teología liberadora, la luego llamada Teología de la Liberación. Con la concepción humanista de un mesianismo restaurador, desde los anos 60 participó del movimiento latinoamericano de renovación de la teología.
Su posición liberal le ocasionó graves problemas en sus relaciones con el protestantismo histórico y específicamente con los presbiterianos. Fue cuestionado por sus ideas y tuvo de abandonar el pastorado. Fue de esa experiencia que surgió su libro Protestantismo e Represión, que busca dilucidar los laberintos del recorrido histórico de este movimiento religioso.
Le fue prohibido de predicar en los púlpitos de a Iglesia Presbiteriana, lo que no impidió que fuera invitado a predicar en la Iglesia Presbiteriana de Copacabana, en Río de Janeiro, en 2003, con ocasión de las conmemoraciones de la Reforma Protestante.4
Escribió un libro sobre el futuro de la humanidad, Hijos del Mañana, donde trató de como un futuro libertador dependía de categorías que la ciencia occidental ha despreciado. Lanzó además un libro titulado Variaciones sobre la vida y la muerte, en el cual trata de construir uma teología poética, preocupada por el cuerpo y por la vida en su real dimensión.

Educación

"Enseñar" es descrito por Alves como un acto de alegría, un oficio que debe ser ejercido con pasión y arte. Es como la vida de un payaso que se presenta todos los días con a misión renovada de divertir. Enseñar es hacer de aquel momento único e especial. Ridendo dicere severum: riendo, decir cosas serias5 Mostrando que verdaderamente esta es a forma más eficaz y cierta de transmitir conocimiento. Como mago, pero no como ilusionista. No como alguien que ilusiona y sí como quien cree y hace creer en lo que debe pasar.3
Psicoanálisis[editar]
A comienzos de la década de los 80 se hizo psicoanalista de la Sociedad Paulista de Psicoanálisis. Ha desarrollado su teoría y práctica psicoanalítica en torno a a idea de que el inconsciente es la fuente del arte y la belleza, rompiendo con la tradición psicoanalítica que describe el inconsciente como un subuniverso, con un repertorio de traumas, represiones y negaciones, juntamente con impulsos animales destructivos. Alves se enfoca en la visión de belleza de la persona, por ella misma, impulsándola a luchar contra lo que la oprime y subyuga. Afirma además que el psicoanálisis se debe se liberar de dogmatismos cientifizados y que "parte de nuestra neurosis proviene del deseo omnipotente de tener nuestros bolsillos llenos de verdades y certezas".

Obra

Filosofía de la religión

O Enigma da Religião
O que é Religião?
Protestantismo e Repressão
Dogmatismo e Tolerância
O Suspiro dos Oprimidos

Teología

Da Esperança
Creio na Ressurreição do corpo
Variações sobre a vida e a morte
Poesia, Profecia e Magia
Pai Nosso
O Poeta, o Guerreiro e o Profeta

Biografía

Gandhi: A magia dos gestos poéticos
Filosofía de la ciencia y de la educación[editar]
Conversas com quem gosta de ensinar
Histórias de quem gosta de ensinar
A alegria de ensinar
Por uma educação romântica
Entre a ciência e a sapiência: o dilema da educação
Filosofia da Ciência
Conversas sobre Educação
Meditaciones y crónicas[editar]
Tempus Fugit (livro)
O Retorno e Terno
O Quarto do Mistério
Sobre o tempo e a eterna idade
As contas de vidro e o fio de nylon
Concerto para corpo e alma
O amor que acende a lua
Literatura infantil y juvenil[editar]
A árvore e a aranha
A história dos três porquinhos
A libélula e a tartaruga
A menina, a gaiola e a bicicleta
A menina e o pássaro encantado
A operação de Lili
A Pipa e a Flor
A volta do pássaro encantado
Como nasceu a alegria
Histórias de bichos
O patinho que não aprendeu a voar
Os morangos
Su más reciente obra, Poesia do encontro fue escrita en conjunto con Elisa Lucinda.



Oda a la belleza

La belleza es infinita;
ella nunca se satisface con su forma final.
Cada experiencia de belleza es el inicio de un universo.
El mismo tema debe ser repetido,
cada vez, de una forma diferente.
Cada repetición es una resurrección,
un eterno retorno de una experiencia pasada
que debe permanecer viva.
El mismo poema, la misma música, la misma historia...
Y, mientras tanto, nunca es la misma cosa.
Pues, con cada repetición, la belleza renace nueva y fresca
como el agua que brota del manantial...




Revivir

De repente me pongo a pensar
(Volví a pensar)
Preguntas cuestionan los hechos,
los momentos vividos,
no vividos,
perdidos,
por vivir (tal vez)... 
Entonces la pregunta
más frecuente:
¿Por que un Ángel
que hace mi vida
ser vida,
mi sueño
ser sueño...
se empeña en hacer
el poeta surgir,
resurgir,
existir?
¿Por qué el amor?
¿No sería suficiente
existir en tus ojos
el brillo de las estrellas?
¿en tu cuerpo
la belleza de las flores?
¿En tus labios
la sonrisa de la ternura?
En fin
La fragancia de un ángel
el aura de una Diosa
bastarían para que el poeta
pudiese soñar,
componer
quien sabe un poema
del más sublime amor...




Silencio (1985)

...conocimiento del habla mas no del silencio,
conocimiento de las palabras e ignorancia de la Palabra...
T.S. ELIOT

Una burbuja sube desde el fondo del mar...
Una palabra sube desde las profundidades de nuestro silencio
inesperada,
impensada,
emisaria de un mundo olvidado,
perdido:
suspiro,
nuestro misterio,
nuestra verdad,
oración.

Hay palabras que decimos porque nos acordamos de ellas.
Poseídas, guardadas, permanecen allá, a la espera,
y vienen, obedientes, como animales
domésticos...

Pero hay palabras que no decimos: ellas se dicen,
a pesar de estar olvidadas.
No son nuestras:
viven en nosotros, sin permiso, intrusas
y no le hacen caso a nuestra voz.
Son como el Viento,
que sopla por donde quiere
y no sabemos ni cómo vino ni hacia dónde va.
Sólo escuchamos el soplo.
Nos decimos: sólo escuchamos.
Así son las palabras de la oración, olvidadas:
ellas se dicen.
Surge así la sorpresa de que un pájaro salvaje como ése
more en nosotros sin que lo sepamos.

La palabra que dice nuestra verdad no habita en nuestro saber.
Fue expulsada de la morada de los pensamientos.
Su apariencia era extraña, daba miedo.
Ahora habita en poros,
pero en el fondo:
lejos de lo que sabemos,
allí, donde no pensamos,
al abrigo de la luz diurna,
en el lugar de los sueños,
suspiros sin palabras.

Ellas son tímidas.
No se mezclan.
Hablan una lengua extraña:
Babel,
que no entendemos,
y hablan del aire frío de las montañas
y de la oscuridad de los abismos.
Pero somos habitantes de las planicies
donde todos hablan para no escuchar...

Tenemos miedo de las palabras que viven en las burbujas submarinas.
Por eso hablamos.
Matracas: hierro en la madera;
crac/crac/crac/crac/crac,
palabras
contra la
Palabra.
Horror al silencio: en él habitan las palabras de que huimos:
Suben desde el fondo del mar cuando se saben solas...

Enséñanos a orar porque ya no sabemos...

Cuando ores
no seas como los artistas de palco:
hablan palabras que no son suyas, son de otros,
decoradas,
y sus rostros no son rostros,
son máscaras.
No quieren escuchar sus propias palabras
(porque están huecos, no las tienen...).
Sus oídos sólo escuchan los aplausos:
son moscas, prisioneros de telas ajenas...

Entra en el silencio,
lejos de los demás
y escucha las palabras que se dirán
después de una larga espera...
¿Tendrías el valor de exhibir tu desnudez frente a los extraños?
Se reirán de ti...
¿Cómo, entonces, podrías orar delante de ellos?
Oración, desnudez total,
palabra que sube desde el fondo oscuro
y revela...

En presencia de Dios...
Sólo él tiene ojos lo bastante mansos para
contemplar nuestra desnudez y luego decir:
"Qué bueno que existes..."
Ni siquiera nosotros...

Entra en el silencio
lejos de las muchas palabras
y escucha la única Palabra
que subirá desde el fondo del mar.
Una Palabra única y más poderosa que muchas:
la pureza de corazón es desear una sola cosa...
Una Palabra única:
aquella que dirías
si fuese la última por decir.
Basta con escuchar una vez y, entonces,
el silencio...
Como Venus, brillante,
en la inmensidad azul del sol poniente...
Antes que tú la escuches,
su suspiro ya reverberaba por la eternidad...
Mientras ella habitaba en tu olvido,
Dios ya la escuchaba
y temía...

Hace silencio...
Escucha...

Versión de L. Cervantes-Ortiz




A veces... (1985)


Versión de L. Cervantes-Ortiz

A veces me siento como un niño sin madre,
a veces me siento como un niño sin madre,
muy lejos de casa,
muy lejos de casa.

Frecuentemente me encuentro a mí mismo cantando en silencio las palabras de este spiritual. Las repito: tienen el poder de apelar, por su nombre, un sentimiento que, de vez en cuando, me invade: un sentimiento de nostalgia del hogar, la ansiedad por alguien que tenga el rostro de la Pietá... Sí, hay palabras que son mágicas como las melodías del flautista de Hamelin...
Mis fantasías me dicen cómo estas palabras se vuelven poesía (y no importa si es o no así): una mujer esclava, negra, con un bebé en sus brazos, que no es suyo, porque la madre murió durante la noche, y ella lo arrulla y piensa que no hay mucha diferencia entre ella y el niño, ambos son huérfanos, sin hogar. Pero no hay nadie que la abrace, nadie que le cante canciones tiernas en su soledad. La canción que le canta al bebé, se la canta a sí misma: ella es él...
"Tan lejos", se dice en lengua zulu, cuando quieren señalar una distancia muy lejana, más allá del horizonte, y se vuelven poetas al agregar una simple palabra que, traducida literalmente, quiere decir: "Allá donde alguien dice: 'Mamá, estoy perdido...'"
Soledad sin hogar: todos los quejidos son inútiles; los únicos sonidos, de los pájaros, el viento, el latido de un corazón, el silencio. Y aunque alguien susurre el nombre mágico, como si sus oídos pudieran escuchar el tenue suspiro del niño perdido, muy lejos del hogar: Mamá...
Extraño y hermoso: el mismo nombre, el nombre que marca la absoluta exclusividad de un rostro, y sin embargo, es invocado para marcar una Ausencia universal, un misterio que nos rodea a todos: el rostro se convierte en uni/verso...

Madre: ninguna palabra lo hará.
Qué niño, en la oscuridad nocturna, gritaría:
"¡Oh padre (parent) mío, ayúdame!"

Parece que "padre" (de familia) es mejor palabra que "mamá". Es más inclusivo. Dos son mejor que uno.
Pero las palabras inclusivas son pobres hogares para el amor (aun cuando sean instrumentos eficientes de poder). El amor suspira por un rostro, aquellos ojos, esa voz, esas manos. Excluyen todas los demás rostros, los demás ojos, las demás voces, todas las demás manos del mundo. "Padre" (Parent) es una imagen borrosa, dos siluetas sobrepuestas, una y otra, dos melodías tocadas al mismo tiempo, una u otra, sin diferencia, sin que importe... ¿Puedes dibujar un padre (parent)? ¿Cómo puedes, entonces, amar a esta entidad fantasmal?
Me siento mal. "Madre" es un nombre que nunca invocará mi rostro. Soy padre. Estoy excluido. Y con razón: no soy dios, para incluirlo todo. Yo sé que cuando es escuchado este nombre no me toca a mí. Revela un anhelo, la verdad de alguien que, quizás, se siente como un niño sin madre... Sentir eso excluye a todos los demás. Mi nombre será proferido por alguien cuando mi tiempo llegue, cuando alguien me anhele. Seré recordado por diferentes nombres que sólo pocos saben: nombres secretos, sacramentos exclusivos de aquellos con los cuales compartí mi carne. Es sólo por causa de la exclusividad de estos nombres que mi rostro será recordado.

Sentimientos: como el viento.
Soplan en una dirección, después soplarán en otra...
A veces, las canciones maternales...
A veces, las historias paternas...
A veces, los rostros de niños...
A veces, la sonrisa de los amigos...
Para todo hay tiempo:
tiempo de nacer y tiempo de morir,
tiempo de plantar y tiempo de arrancar,
tiempo de matar y tiempo de sanar...

Aun las palabras tienen su tiempo (excepto aquellas inclusivas y quieren ser omnipresentes):
las palabras exclusivas le pertenecen al tiempo del anhelo, del cuerpo, al de los poemas y la oración;
las palabras inclusivas pertenecen al tiempo helado de la intemporalidad, donde el deseo ha desertado del cuerpo que se ha vuelto hielo y ceniza...




El amor siempre es exclusivo. Y también las palabras que lo expresan: poemas, oraciones, nombres. Los demonios, sin embargo, tienen nombres inclusivos: "Legión..."
El amor siempre es exclusivo porque es algo vital: placer y dolor, mi cuerpo en la absoluta exclusividad de su momento.
Los dentistas hablan inclusivamente de los dolores de muelas. Pero mi dolor es absolutamente particular, que excluye todos los demás, es el centro de mi mundo.
Los militares hablan inclusivamente acerca de los soldados asesinados en la guerra. Los rostros se vuelven números. Pero mi hijo es mi hijo... Aún conservo su osito Teddy, de cuando era bebé...
El amor canta para lo concreto: ese árbol, esa canción, ese rostro, esa casa, ese paisaje. Y cuando el amor encuentra el objeto de su deseo, olvida todo lo demás (aunque sólo sea por un momento). Otros objetos pueden ser llamados e incluidos, cuando llega su tiempo.
El poder, por el contrario, siempre es inclusivo. El deseo de dominar nunca se satisface con algo; ambiciona todo, siempre. Nada (no/thing) queda fuera de su anillo de hierro: todas las mujeres, todos los hombres, él y ella, ellos, todos los compradores, todos los soldados, todos los enemigos.
El poder tiene un proyecto totalitario: quiere dominar todo. Es porque odia las diferencias y desea abolirlas. Hay torres, alfiles, caballos, peones: pero todos bailan de acuerdo a la misma e inclusiva melodía.
El amor tiene que ver con la búsqueda, con el cuidado, el abrazo, el dejarse ir... El objeto permanece.
El poder es una boca omnívora que todo lo quiere morder, devorar, destruir, asimilar. Asimilar: hacerlo similar a uno. Para hacer algo similar a uno hay que destruirlo primero. La variedad exclusiva de los objetos de amor es transformada en la igualdad inclusiva de la masa asimilada.
La incapacidad para convivir con la diferencia es el signo de Thánatos, la muerte. Hay que ver la lógica de los establecimientos militares: sin diferencia por fuera ni por dentro.
"¡Fuego!": los dedos jalan los gatillos.
"¡Marchen!": los cuerpos comienzan a marchar.
Órdenes inclusivas, obediencia inclusiva.
¿Qué sucede cuando alguien se rehusa a obedecer?
Pregúntenle a Hungría y Checoslovaquia,
a Salvador Allende y a Nicaragua...

Mi cuerpo no sabe nada de la comida en general.
Todo depende de hacia dónde sopla el viento...

Si deseo sidra de manzana, mi deseo es totalmente diferente al tuyo. En mi país no existe el otoño, y es algo que amo. Muchos recuerdos: cielos azules, la brisa vigorosa, helada, yo era joven, hijos pequeños, la nostalgia que llega con las tardes, los colores de las hojas. Y, en una granja específica (exclusiva, ¡aún la veo!), manzanas en el campo, por todas partes, un bello recuerdo, parte de mi cuerpo, que no puedo perder. Y no permitiré que se pierda en la inclusividad de las experiencias otoñales en general. Tú sabes, soy un ser particular, no una entidad general. Los Generales son generales... La ganancia en expansión podría significar la pérdida de la vida. Sólo la muerte es totalmente inclusiva: la oscuridad donde desaparecen todas las diferencias.
Mi cuerpo ignora también todo sobre la música en general.
Hay momentos en los que me siento arrullado por las viejas canciones gospel. En otras ocasiones entro al extraño y místico mundo de Boulez, donde la música se vuelve escultura, como si los objetos pudieran estar hechos con sonidos. Pero entonces el viento sopla en otra dirección y me atrapan las variaciones Goldberg de Bach.
Cada uno en su tiempo. Solitario. Exclusivo. Sé muy bien que un popurrí sería más inclusivo. ¿Pero qué le sucedería a la pureza del momento? "La pureza de corazón es desear una sola cosa" (Kierkegaard): ¿Recuerdan? Y yo no sería sincero con el deseo de mi cuerpo, en ese momento: la música no sería una oración.
El amor demanda pureza. Rechaza aquellas masas inclusivas que uno consigue al agregar una cosa a otra: papayas y naranjas y plátanos y manzanas y fresas y duraznos y mangos. La y es el fin (and, end): un mezclador que destruye cada cosa. ¿Podría un mango ser comparado con una fresa? Sólo si uno no se ha subido a un árbol de mangos o nunca ha oído la historia zen acerca de la fresa roja, en el muro del abismo. Los recuerdos del mango no tienen nada que ver con las de la fresa. Las masas inclusivas sólo son buenas para la gente que se ha olvidado de los jardines y los huertos, de sus olores, de los pájaros, de las abejas. ¿Se pueden mezclar las flores?
Cada elección en un menú es un acto de amor.
Cuando alguien nombra un platillo es porque su cuerpo ha sido seducido por él. Y ese nombre es exclusivo. Todos los demás se quedan en silencio: uno necesita ese platillo y no otro. Ninguna comida es inclusiva. A menos que usted ponga un poco de todo en la mezcladora y se coma la masa...
El amor usa palillos chinos: elección, selección, una a la vez, exclusión, objetos precisos.
Amo la Pietá de Miguel Angel. No sé por qué. Quizá porque anhelo una madre-amante, como Edipo, un cuerpo femenino que no preguntaría todo por mí, grávida de ternura aún si yo estuviera muerto. Miro a la Pietá: el mundo, por un momento, se detiene. Todo, en ese momento de amor, es excluido. Sus nombres expresan la verdad de ese sagrado momento mío.
Pero también amo el David de Miguel Ángel. Por razones totalmente distintas. Envidia: juventud, fortaleza, pureza, nada que esconder. Me gustaría ser como él.
La Pietá es una metáfora de cómo me gustaría que fuera el mundo: como una madre-amante. El David es una metáfora de cómo me gustaría ser. Cuando estoy enamorado de la Pietá me olvido del David, como cuando estoy enamorado del mundo pierdo la conciencia de mí mismo. Y cuando estoy enamorado del David, me olvido de la Pietá. El mundo se hunde en una especie de crepúsculo. Soy Narciso, aunque pido disculpas por la belleza que no tengo.
¿No sería maravilloso que pudiera tener las dos cosas al mismo tiempo? La Pietá y el David, ella y él... Y: mezcladoras. Ellas producen aquellas imágenes inclusivas, confusas, las cuales es imposible amar. La y es un síntoma de la enfermedad del deseo: no sabe a qué nombre llamar... Las y no agregan. La experiencia no se enriquece. Sombras sobrepuestas: una belleza sensual que fue asesinada por la abstracción.
Lo que más puede mover a la exclusividad, lo que más puede introducir al mundo sagrado del Tú: la Encarnación.
Lo que más puede mover a la inclusividad, lo que más puede introducir al mundo de lo neutro: la Abstracción.

El encuentro siempre es exclusivo.
Qué hermosa eres,
amiga mía,
oh, qué hermosa:
tus ojos son como palomas...
Alguien escucha, alguien siente.

La distancia y la manipulación siempre son inclusivas: son neutras, "ellos", los soldados, los trabajadores, hombres y mujeres perdidos en la multitud...
La oración y la poesía siempre son exclusivas. Son momentos como ningunos: únicos, irrepetibles.
Pero hay lenguajes que son como batidoras. Todo lo que es único e irrepetible desaparece. Son los lenguajes de la ciencia, de la economía, de la guerra.
Esta es la razón por la que el Dios conocido por medio del lenguaje de la oración/poesía no es el que se conoce a través del lenguaje de la ciencia, aun cuando el lenguaje de la ciencia se llame a sí mismo teología.
El Dios de la oración/poesía habita en mis deseos y ocupa los nombres de ellos:
A veces, cuando el niño sin madre llora dentro de mí, Madre...
A veces, cuando el niño quiere jugar, Padre...
Cuando anhelo una Madre, Dios es Ella, sólo Ella. Cualquier y agregada a ella sería el fin de mi nostalgia.
Cuando deseo un Padre, Dios es Él, sólo Él: este es el nombre de mi nostalgia, en ese preciso momento...
Si Dios no es llamado por el nombre de nuestra nostalgia más profunda, no hay respuesta. El nombre proferido sin pasión sería una mentira, una blasfemia...

Yo sé... Los filósofos y los teólogos frecuentemente se sienten desconcertados con las palabras de los poetas. No saben qué hacer con ellas. Dicen que están más allá de la verdad, y la verdad (como todos saben) debe ser universal. Y no hay nada más lejos de la universalidad que incluye todo, que un poema: la verdad del deseo, el cuerpo que se hace palabra, palabras en busca de cuerpos. Recuerdo a Kant. Él también amaba la universalidad y la inclusividad. De ahí su desprecio por el placer y la inclinación de su moral. ¿Hay algo más vacío, más inclusivo y más represivo que su imperativo categórico?
En vez de "a veces" el nombre del Padre,
"a veces" el nombre de la Madre,
los dos todo el tiempo.
El Padre no sentiría el dolor de ser olvidado, cuando sea llamada la Madre;
y la Madre no se sentiría discriminada de nuevo, cuando es proferido el nombre del Padre.
Mi cerebro comprende el argumento.
Pero mi cuerpo es obstinado.
Va con el latido, da vueltas con el viento, baila, a merced de las nostalgias que yacen dormidas dentro del misterio de su carne...
A veces Bach, a veces Boulez,
a veces recuerdos de mango, a veces de fresa,
a veces la palabra, a veces el silencio,
a veces soy grande y abarco el mundo,
a veces soy pequeño y quiero esconderme dentro de una gota de lluvia,
a veces el deseo de las Ausencias sugeridas por la metáfora Mujer,
a veces los ecos lejanos que uno escucha cuando se pronuncia el nombre del Hombre...
Dios, muchos nombres, los nombres de mis deseos...

¿Cómo podría yo destruir la pureza y la simplicidad de tal encuentro por poner todo junto en una batidora?



Uno podría escribir la historia del mundo moderno como una transición del lenguaje exclusivo al inclusivo.
Del amor a las matemáticas...
Kepler nació en 1571 y murió en 1630.
Galileo nació en 1564 y murió en 1642.
Ellos se movieron en el mismo mundo; pero vivieron en universos diferentes.

Recuerdo lo que dice Thomas Mann, en José en Egipto:

El mundo tiene muchos centros,
uno para cada ser creado,
y cada uno yace en su propio círculo.
Tú te encuentras muy cerca de mí,
aunque yaces en un universo cuyo centro
no soy yo sino tú.

Kepler amaba la sensualidad concreta del universo. Si el hubiera podido, habría hecho el amor con las estrellas. Pero como no era posible, se contentó sólo con escuchar la música mágica y mística que cantan los cuerpos celestiales, el himno de Dios, en coro. Usó las matemáticas con el fin de llegar al éxtasis de la armonía. Esto explica el título de su gran obra, Harmonice Mundi, algo que pertenece a la biblioteca de los músicos... La astronomía hizo a su cuerpo temblar.
Pero él era ciudadano de un mundo moribundo.
Galileo, por el contrario, era el profeta de lo que estaba naciendo: la ciencia: se hallaba en el frío silencio de la vaciedad universal de las fórmulas matemáticas.
Todo: un lenguaje que incluye todo (every-body), cada-cosa (every/thing). Pero para que todo (every/body) y cada-cosa sea incluida debe ser disuelta primero en la gran batidora. Así se convierten en nadie (no/body), en nada (no/thing). Esta es la mentira de la inclusividad: cuando se dice todo, lo que realmente se dice es su contrario...
Siempre: Todos los momentos... Sin ritmo, sin música, sin pausa, sin ausencia, sin espera, sin hambre, sin oración, sin vida... Cada momento es como todos los demás: no más tazas mágicas, llenas hasta el tope con vino o veneno. Conchas vacías: adentro, vacío, forma, pura abstracción. La diferencia desaparece: "Todo esto te daré...""Un asunto obtuso, sin sonido, sin esencia, sin color; meramente el estruendo de materia interminable, sin significado" (Whitehead). Leyes científicas: el último horizonte de la inclusividad...
María, Elizabeth, Juan y Pedro: son todos diferentes historias, diferentes poemas, diferentes sueños... Si estoy enamorado de uno de ellos, entonces su nombre se vuelve sagrado, una oración. No puedo cambiar este nombre por cualquier otro: no puedo decir María o Pedro. La o es la marca de la indiferencia, de la mismidad. No puedo decir María y Pedro tampoco. La y es la marca de la adición. Pero si estoy enamorado de María, Pedro no se agrega: está fuera, lo estropea, rompe la magia... Pero sucede que todos ellos son secretarios: realizan la misma función. Sus cuerpos fueron entrenados como partes de una máquina. Y yo, como sociólogo, podría hablar acerca de ellos al mismo tiempo, a causa de su identidad funcional: María o Elizabeth o Juan o Pedro. ¿A quién vas a contratar? No importa. Son todos lo mismo: funcionan de la misma manera. María y Elizabeth y Juan y Pedro: y así podrían agregarse todos los secretarios del mundo: la ciencia sobre ellos permanece igual... Él y Ella, Él o Ella: esta forma de hablar anuncia el fin del amor y el triunfo de la función.



El marxismo es una crítica del lenguaje inclusivo del capitalismo.


Es extraño hablar del capitalismo como una forma de lenguaje -yo conozco esto. Pero el lenguaje tiene un poder mágico. Las matemáticas le dan a la física el poder para crear un mundo: de ahí nació la bomba atómica: E = mc2. El dinero es el diccionario del capitalismo. Y la forma en que lo usamos revela su gramática. Las matemáticas son a la física lo que el dinero al capitalismo. En ambos casos triunfa el lenguaje inclusivo.

Tengo un violín, un martillo y una manzana.
Si deseo música, tomo el violín.
Si quiero pegar un clavo en la pared, tomo el martillo.
Si tengo hambre, me como una manzana.

El violín, el martillo, la manzana: no son intercambiables. Se relacionan con deseos diferentes. Tienen "valores de cambio" precisos, como dicen los marxistas. Son extensiones de mi cuerpo. Y mi cuerpo es muy selectivo, muy exclusivo cuando sus deseos están en juego.
Cuando escucho la "Chaconne" de Bach, interpretada por Heifetz, el mundo se detiene. Me olvido incluso del clavo y de mi hambre. La manzana, en su turno, cosquillea mi interior con sabores otoñales, y me dejo capturar por los recuerdos de las hojas, rojas y amarillas, la naturaleza diciéndole adiós a la vida. Pero ahora quiero colgar este cartel sobre la pared y el violín y la manzana no me sirven, el martillo sí.
Cuando los deseos y la vida están en juego, mi cuerpo se mueve de acuerdo a la lógica de los palillos chinos: selección, exclusión.
El hecho económico, sin embargo, es que ellos son intercambiables: 50 manzanas por 1 martillo, 200 martillos por 1 violín, 10,000 manzanas por 1 violín.
Como la sustancia del deseo, los violines, las manzanas y los martillos son únicos y no pueden ser intercambiados. El engaño puede llevarse a cabo sólo si la sustancia es transformada de algún modo en función.
El dinero es el lenguaje mágico que lo consigue: vacía a todas las cosas de su "valor de uso", despojándolas de sus cualidades sensuales y transformándolas en comodidades. El capitalismo, verdaderamente, no sabe nada acerca de violines, martillos y manzanas. Sólo le importa el dinero.
Si alguien va a invertir en el mercado de la madera. ¿Dónde colocará su dinero? ¿En violines, martillos, manzanas (o rifles)? Esto no viene al caso. Cuando se juega el juego de la ganancia se tiene que olvidar uno de estas cosas: si son hermosas, si son buenas para vivir... Lo que importa es el lucro: este es el único mensaje que se puede hallar en la lógica de este sistema lingüístico llamado capitalismo. El dinero, pura abstracción, que lo incluye todo, incluso la muerte y la guerra: ellos son buenos para invertir y ganar.



El lenguaje militar también es inclusivo.
Los soldados son todos iguales: funciones.
Cierto, hay generales y sargentos.
Aun las funciones tienen diferencias de grado.
Las bombillas eléctricas: 60 watts, 120 watts.
Los billetes: 10,000, 20, 1...
¿Un general: 10,000 dólares? ¿Un sargento: 20?

Todo se hace abstracto en este mundo dominado por la muerte. En la muerte todas las diferencias desaparecen, ustedes saben...
El teniente Calley (¿recuerdan My Lai...?). Él nunca usó la palabra "matar", porque es exclusiva: uno ve rostros, escucha los gemidos de dolor. Él usaba "borrar" (waste) en su lugar. El ejército ha descubierto que esta palabra es mucho más efectiva: más inclusiva y abstracta. No produce sentimientos sino que indica simplemente una función limpiadora por realizarse.
¿Existe algo más inclusivo que el holocausto nuclear como el que se está preparando? Los que lo planearon nunca pensaron en rostros. Rostros = heces = basura = excremento universal. En vez de rostros, hay solamente figuras universales/vacías...
La tumba del Soldado Desconocido: el culto a la abstracción: los sin nombre, sin rostro, es todo... La muerte es siempre así: inclusiva y anónima, el culto de la muerte: locura.
Eros es siempre exclusivo. Desea un objeto concreto, aquél que trae gozo, breve no obstante: un poema, un jardín, una casa, un cuerpo, un recuerdo...
Thánatos siempre es inclusivo. Incluye con el fin de disolver: así intenta meter a la vida en la gran mezcladora: la inclusión parece ser el método del más grande poder, la vida eterna, cercana a los dioses... Razón pura...



¿Cómo hablaremos acerca de Dios?
Todo depende del ritmo de la vida,
del misterio del deseo,
del secreto anhelo que habita en las escondidas
entrañas de mi cuerpo...
Este es el secreto de la Encarnación: a veces...
A veces un hombre,
a veces una mujer,
a veces un niño,
a veces el viento,
a veces el arco iris,
a veces el pan y el vino:
burbujas que emergen de las profundidades de mi mar sin palabras.

Es extraño: nosotros los protestantes les tememos a las metáforas femeninas. Los católicos son más afortunados: ellos tienen a la Pietá...
Mi lengua, el portugués, es graciosa: en ella no existe el neutro (it). Todo es masculino o femenino.
La noche, la brisa, El día, los vientos,
nubes y montañas, cielos y abismos,
árboles y fuentes, arbustos y ríos,
luz y oscuridad, sonrisa y temor,
canciones y nostalgias, poemas y besos,
son todos femeninos. son todos masculinos.

Yo defraudo al ascetismo del lenguaje protestante al usar estos nombres. Dios viene a mí o yo voy a ella en las metáforas de la brisa, de la tormenta, de las montañas, de los ríos. Y por la magia de las palabras que vienen de mis deseos, mi mundo asume una sonrisa femenina o un toque masculino, en su absoluta exclusividad. Ustedes saben: un poema siempre es exclusivo.
¿Politeísmo? ¿Divinización de la naturaleza?
No se espanten. Dios es un misterio. Los nombres que uso para Dios, son los nombres de mis deseos. La religión, ese "solemne desvelamiento de nuestros tesoros escondidos, la revelación de nuestros pensamientos íntimos, la confesión abierta de nuestros amores secretos..." (Feuerbach).
Sí, yo sé: el it es mucho más inclusivo. Pero esto es precisamente lo que evita el amor. El it incluye debido a que borra las diferencias: para que uno entre a su mundo tiene que arrancarse sus genitales primero y prohibir sus deseos. It: un árbol desnudo y estéril: bajo su sombra no se pueden encontrar un hombre y una mujer. En ese sitio inclusivo no hay varón ni mujer, sólo la mismidad de las funciones idénticas.
¿Qué diferencia a un hombre? ¿Qué a una mujer?
La sexualidad no consiste en accidentes anatómicos de nuestro cuerpo; proceden del misterio del deseo. Es mi deseo lo que revela mi secreto.
Dios: hemos aprendido a llamarlo Padre, un nombre masculino.
Él, Padre: me pregunto si estas palabras son realmente masculinas, si están llenas de deseos masculinos... ¿Contienen la Ausencia delo femenino? Si no, no son del todo masculinas: conchas vacías, una forma disfrazada del it. No es sexismo, sino asexismo, lo cual es mucho más irremediable.
Hay indiferencia e impotencia en estas conchas vacías: un hombre que no desea más: un eunuco... Existen palabras que son anatómicamente masculinas pero están desprovistas de deseos masculinos: son impotentes para invocar, impotentes para provocar: el deseo ha sido asesinado. Pero permanecen como capullos, aun cuando las mariposas hayan volado lejos...
Él, Padre:
capullos vacíos, máscaras donde se esconde el it.

Dios no será deseado como la Pietá: esto es lo que me ha dicho, desde su máscara masculina, el it.
Pero ¿por qué hemos de temer nuestros deseos femeninos? Nuestro silencio acerca de lo femenino en Dios es un silencio sobre lo femenino en nosotros mismos.
La sexualidad no tenía que ver con la diferencia.
Mujer y hombre: objetos diferentes del deseo: Pietá y David, madre y padre. Pero, como les dije, hay un ritmo en el deseo (y paciencia): no puedo cantar dos canciones al mismo tiempo...
Pero esta diferencia que atañe al deseo podría ser reducida a la mismidad:
es lo que el lenguaje inclusivo de la ciencia le hizo a la variedad infinita de la vida;
es lo que el lenguaje inclusivo de la economía le hizo a las manzanas, los violines, los martillos, los rifles, los venenos, los cigarrillos;
es lo que el lenguaje inclusivo de la guerra le ha hecho a todos los seres humanos.



Hombre y mujer:
¿cómo puede negarse su diferencia?
¿cómo pueden ser destruidos como objetos de amor?
¿cómo pueden ser capturados por la magia diabólica del it?
Él y Ella: uno ha olvidado el nombre de su deseo. Canto dos canciones al mismo tiempo... Pero, ¿no es un sonido divertido?
Él o Ella: no hay diferencia: son funcionalmente lo mismo. El hombre no sabe ya el nombre de la Ausencia que habita en su corazón. Igual la mujer...
En ambos casos la mujer y el hombre están perdidos; la asexualidad triunfa.
Ser capaces de nombrar nuestros deseos olvidados,
no avergonzarse de su exclusividad:
este nombre, el nombre de nuestra verdad, en ese momento...
Cantar: "A veces me siento como un niño sin madre",
si anhelo a la Pietá...
Cantar: "A veces me siento como un niño sin padre",
si anhelo un rostro masculino fuerte y tierno...
Ser capaces de nombrar nuestros deseos olvidados: este es el principio de la verdad,
el comienzo de cada batalla, el comienzo de la salvación...
¿Y qué deseos pueden ser más profundos que esos dos, expresados en estos dos
nombres?
Padre,
Madre,
Hombre,
Mujer...
A veces me siento...
A veces me siento como un niño sin madre...




POEMA 

Compreendi, então, que a vida não é uma sonata que, para realizar a sua beleza, tem de ser tocada até o fim.

Dei-me conta, ao contrário, de que a vida é um álbum de mini-sonatas.

Cada momento de beleza vivido e amado, por efêmero que seja, é uma experiência completa que está destinada à eternidade.

Um único momento de beleza e amor justifica a vida inteira.






MARTA COMELLI [12.417]

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MARTA COMELLI

Poeta de Córdoba (Argentina). 
Acuariana, de febrero del 47.  Marta Comelli es además de Profesora y Perito Traductora de inglés, un ser sensible en contínua búsqueda. Marta recepta todas las señales. La vida no le pasa desapercibida y procura que todo lo que vuelca en el papel logre la profundidad necesaria  para que su decir no sea en vano. Y voy a sus palabras, a su cumbre: "Nacemos, vivimos / a tiempo estamos solos / en esta soledad de muchos, / en esta multitud invertida, / que gime / que llora cuando nace / que gime/ que llora cuando vive/ que soporta el don de ser/que busca el resguardo de aquel mar tibio/Que quiere volver ". Podemos encontrar la obra de Marta Comelli, en revistas literarias virtuales y en papel, en antologías como:  La boca por asalto  o La piel del humo , pero está en deuda con sus lectores, con quienes la conocemos y descubrimos en su poesía un lugar donde maravillarnos.



EL HOMBRE REPETIDO

La vanidad los elige.
dioses de la tierra se cubren los ojos, simulan no ver.
Desde el aire, nubes negras y grisáceas cubren la pradera.
Sí, se tapan los ojos e insisten
inundan las aguas de putrefactos vicios
y los aires.
El aire puro se ha ido. El canto se ha ido.
Queda el repudio al semejante, la mentira, las palabras
groseras.
En la ciudad desierta todos se refugian
de sus propios abandonos.
Como otrora los incas, los mayas, los mapuches,
huyen de la ciudad sin agua
camino a una muerte segura
aquí y lejos.




El MURO

‘’Algo pide redención
algo marca el límite
y necesita en verdad bandera blanca’’

Sonia Rabinovich


Sus heridas abiertas a una franja.
Cerradas a presión, sangran. Piden con papeles paz,
papeles blancos.
Algunos no se sostienen ante el murmullo interior
y lloran o danzan.
El muro se fortalece ante la música del hombre, sus rezos, sus distancias.
Llegarán en hordas necesarias a pedir salvación.
Un cristo judío deambula entre los danzarines
que ahora se desplazan como una caravana de lamentos
yendo hacia la disolución.
El cristo igual a esos seres, ruega paz.
Los demás lloran o danzan.
Todos saben.
Yo bailo. También bailo.




 Mis mitades evaporadas


"Me falta un lado de mí /para cruzar sin socorro"

                      Dolores Etchecopar 

Estabas allí sentada, y yo. Mi piel agotada sin consuelo, el último toque de luz celeste borrando parte de tu rostro. Sé que alguien intentó iluminarte hasta el fracaso. Lo percibo en el grito que te guardas, en el dolor de mis yemas, en la tinta que corre desleída e imparable hasta estallar en esta calma aparente. Siamesa de mí casi incorpórea, taconeo de muertos y de vivos los colores estallados, frágil, la atroz boca que alumbra las espaldas quietas. Llegará la noche, sé. Colgarán nuestras pieles, restos desamparados de luz, desamparados de fuego y, como una granada el odio del pintor anochecido estrellará en nuestros cuerpos.No habrá poeta o pintor, que pueda recuperarnos tal cual fuimos, cuando solo reste una mancha, sobre la que recomenzar nuevamente, la obra del artista.





Grieta

De cuando rompió el silencio
alentado de dudas.
De cuando descubrió una isla en su interior
arrollada por los miedos.
De cuando miró alrededor
y comenzó a construir su débil fortaleza.
De cuando recuperó los pedazos añicos,
de cuando volvió al silencio
para no nombrarla,
para deshabitar el regreso.
De cuando desordenado
y sin pausa
eligió el sonido inútil, quieto.
En la trinchera de su palabra
guarda una flor
crecida en una grieta




Buenos Aires, Huecos De Colección 

''...metro a metro    el mundo.../ encerrado en un ritmo de abismos...''
Andrés Sánchez Robayna


EL vuelo negro frente a mí,  sobre un edificio histórico, retro.
Lona ondulando, trapo sobre la fachada europea, recordando tiempos de gloria e influencias.
Huecos.
Tras el vidrio en la ventana
una mujer cuelga sobre el respaldo de una silla un ramito de flores secas.
Se seca una lágrima.
Es la ciudad, así.
Seca almas,
 ansias,
 esperas.





HUECOS similares proliferan.
 Tras ellos, sus ventanas viven seres humanos.
Otros observamos esas vidas.

Hoy me perturba ese gajo tan alto de la buganvilla que crece en el balcón,
 se extiende como una telaraña, se enreda en la mujer hasta la asfixia.
La flor estalla,  a pesar de las fisuras,
 de mi ojo seco.
Tapa el gajo a la mujer, su rostro de lejanía y cera,
tapa parte de su adormecida luz tras el hueco,
parte de su vida.





ESTA mañana las flores no duermen en de la silla
ella las puso en un jarrón violeta en el borde externo de la ventana.
 Perfuman un aroma seco que me alcanza.
El hueco de la media-sombra se agranda,
sugiere formas extrañas.
Se parece a un milagroso animal redimido de un mar violento
y cansado, se recuesta sobre la ventana en búsqueda de aromas.

La mujer evanescida
está presente, en el silencio que simula la ventana,
     entreabierta.






EL vacío que sugiere la tela no debilita los muros alisados
ni la mano del hombre alisándolos,
o su cuerpo en balanceo sobre el andamio.
Baila el hombre una danza suave que lo lleva y trae sobre la pared curada.
Baila la mujer tras el hueco.
La ventana la atrae y danza en amarillos círculos, seca su lágrima seca.
El hueco, movilizado por el viento, se extiende, infla, aleja.
Ignora al equilibrista.
Ignora a la mujer,
su ojo seco,
 las flores secas,
 el vaso lila.
Ignora,
su dibujada forma de serpiente ahora girando en el aire,
envolviéndose.





RETENGO la vulnerabilidad de esa mujer y su ventana en la mirada,
la mujer de lágrima seca,
colgada en el hueco floreado,
volando en un aire abismal,
atravesando el quiebre de la tela,
desliéndose en el espacio libre, puro.
Ella.
Yo, seco mis ojos rojos.





MI mano elevada  dibuja desde la ventana en piso doce
un saludo al niño allá abajo.
 Frota su cuerpo, su cabeza rasca con furor.
Solo,  nadie lo mira.
A un costado del quiosco de las veinticinco horas,
una mujer duerme entre trapos y cartones,
como ayer,
como la semana pasada.

El niño extiende la mano que flota  en el aire formando imágenes
como la media sombra.
Encerrado en su propio abismo sucumbe ante la ciudad.
La mujer duerme sobre la desidia,
temblorosa  como un relámpago.





LA mujer sola. Y el niño.
El equilibrista solo.
Yo sola en este hotel, atalaya de observación humana.
Este, que no me protege de tus huecos Buenos Aires.


El baño de agua tibia,
las sábanas blancas, ¿me resguardan?.
¿Me salvarán?





SALGO.
Salgo de mi hueco
compro un café, un chocolate, en el quiosco de las veinticinco horas.
El chocolate para el niño de desorbitados ojos,
intento decirle algo, y no encuentro.
 El café para la mujer joven
pretendo decirle algo, y no encuentro.
Me escurro dentro de mis propias sombras.
En el pasaje del Obelisco respiro un aire viciado,
compro un pasaje a no sé dónde,
voy hasta el final,
me digo,
a respirar otros aires.





UNA muñeca para ellas. La aprieto fuerte sobre mi pecho,
un libro para esfumarme entre sus hojas.
Buscaré sol,
buscaré  engañarlos,
alejarme de los desoladores huecos.
Vulnerable, reflejada en la ventana de las imágenes secas
voy  hacia donde ellos cedan intersticios a la luz, el verde, el agua.
Voy hasta donde las manos no me alcancen,
 Buenos Aires.                                                                 





VENANCIO SERRANO CLAVERO [12.418]

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Venancio Serrano Clavero

Venancio Serrano Clavero (Requena, 1 de abril de 1870 - Valencia, 15 de abril de 1926) es un escritor, periodista y poeta español.

Nació en Requena, en la calle Olivas, en el año 1870, hijo de Simón Serrano, que tenía una barbería en Requena, y Francisca Clavero. En su infancia se tuvo que dedicar a trabajar en la barbería de su padre debido a los altos precios de los estudios y a las limitaciones económicas que tenía su familia.

Literatura

Posteriormente, Venancio quiso cambiar de vida por su vocación de dedicarse a la escritura y el periodismo, trasladándose a trabajar a Valencia, donde formó parte de la redacción del diario Las Provincias que estaba dirigido por Teodoro Llorente Olivares y, más tarde, de El Pueblo, dirigido por Vicente Blasco Ibáñez. Después, en el año 1907, a sus 37 años, emigró a América, donde residió durante muchos años en Argentina y comenzó siendo el redactor jefe del Diario Español de Buenos Aires. Allí también dirigió el semanario El Correo de España. El día 5 de enero de 1924 regresó a Requena, donde fue recibido con una gran bienvenida en la estación que acabó en una recepción en el ayuntamiento.

Venancio Serrano Clavero es considerado uno de los mejores escritores y poetas de la Comunidad Valenciana y llegó a alcanzar fama a nivel nacional y a nivel internacional, sobre todo americano. Entre sus numerosas obras, destacan sus obras poéticas, obras teatrales y las zarzuelas. Su primer trabajo teatral trataba de su pueblo Su título era Requena por dentro, o el sueño de un desdichado y fue estrenado en el Teatro Jordá y, posteriormente, en el Teatro Romea en el año 1894. También se llegó a representar principalmente en Argentina, siendo interpretada por actores y actrices famosos.

Fallecimiento

En el año 1924, realizó un viaje a España, que fue su último viaje. Dos años más adelante enfermó muy grave, atacado por fuertes neuralgias, y fue ingresado en la Casa de Salud de Valencia hasta que falleció a sus 56 años de edad, el día 15 de abril de 1926, justo cuando se disponía a regresar a Argentina. El Ayuntamiento de Requena reclamó el cadáver, y la capilla ardiente se instaló en el salón de plenos del Ayuntamiento y fue enterrado en el cementerio de Requena.

Teodoro Llorente Falcó publicó un artículo en Las Provincias donde daba una completa información de los últimos días de Serrano Clavero, acompañado del poema que Venancio había escrito, llamado "Mi novia":

Yo tengo una novia
¡Qué novia más guapa! ... ¡De fijo de todos la habéis conocido!
¡Mi novia es España!

Venancio Serrano Clavero

Obras

Requena por dentro o el sueño de un desdichado (1894).
La Estudiantina (1914).
El Cristo de la Vega (1914).
El convento de La Rábida (1918).
El príncipe Cañamón (1924).
Flor de Olvido (1926)
Cañas y barro.

Libros

¡Patria! (1896).
Obra poética: Cantor de la raza (1896), junto a Rafael Bernabeu López.
¡En secreto!: Monólogo en verso (1987).
Cosas del otro mundo (1902).
Rosal de España (1925).
Docena de fraile.
Berzas en vinagre: [poesías] (1907).

Reconocimientos

En Requena, el día que regresó a España en el año 1924, se le puso una calle con su nombre, llamada Calle de Serrano Clavero.
En Valencia también se le puso una calle a su nombre, llamada Calle del Poeta Serrano Clavero.
En Requena, se le puso su nombre a uno de los colegios públicos, llamado C.P Serrano Clavero.

Libros sobre Venancio Serrano Clavero

La cruz del olvido (2000), homenaje al poeta Venancio Serrano Clavero, 130 aniversario de su nacimiento.




LUCHA MACABRA 

La misma tapia cercaba 
los cementerios rivales, 
y un mismo azadón cavaba 
aquel suelo que tragaba 
ateos y clericales. 
Otra tapia recia y fuerte, 
ambos campos dividía... 
¡Libertad y tiranía, 
ni en presencia de la muerte 
cejaban en su porfía. 
La iglesia, en el paredón 
de su fúnebre mansión, 
puso la cruz nazarena, 
mientras el otro frontón 
mostraba un reloj de arena. 
Y en la augusta soledad 
de los que en la eternidad 
yacían en hondo sueño, 
reñía la Humanidad 
su psicológico empeño. 
Sobre losas sepulcrales 
y entre galas funerales, 
la tradición y la duda, 
-fieros y eternos rivales,- 
proseguían su lid ruda. 
En el católico osario 
los nichos, en largas filas 
fingían al visionarío 
quietos ojos sin pupilas 
mirando al campo contrarío. 
Así, buscando motivos, 
hasta en los despojos yertos, 
siempre fieros,siempre esquivos, 
se amanazan los vivos 
sobre el polvo de los muertos. 
En aquel combate vano, 
con escrúpulo servil, 
cuidaba el rencor humano 
el cementerio cristiano 
y el cementerio civil. 
Mas en su torpe ceguera, 
los combatientes no ven 
que, mientras en lucha fiera 
sucumben por su quimera 
y por su mutuo desdén, 
subiendo de opuesto lado, 
sobre ese muro elevado 
que divide a los rivales, 
con amor se han abrazado 
las ramas de dos rosales. 
Y que sus entrañas puras 
a todos abre la tierra, 
y desde azules alturas 
el sol alumbra su guerra 
y besa su sepultura. 





Mi novia

Tengo yo una novia
que novia más guapa!
No encuentro en el mundo ni diosa ni reina
con que compararla.
Es de sangre noble
y de ilustre raza;
lleva a todas horas
la frente muy alta,
que en ella no ha habido ni estigma de afrenta
ni sombra de infamia.
Está siempre hermosa
mi novia del alma:
unas veces viste las tocas severas
de la castellana;
otras veces luce
el traje de charra
con largos collares y cintas de seda
cayendo a su espalda.
En los barrios bajos
la he visto gallarda
ir a la verbena con mantón de flores,
crugiente la falda,
los claveles rojos sobre el negro pelo,
los brazos en jarras
y con un pasito menudo y ligero
que el pie en las baldosas repiqueteaba.
La vi en Barcelona
salir de la fábrica,
meterse en un corro de mozos y mozas,
bailar la sardana,
cimbreando su talle, mostrando sus manos
de obrera y honrada.
Y la he visto en Murcia
nenica simpática!
ciñendo su busto pañuelo de encaje,
cortica la saya,
Los pies como almendras, aprisionaicos
en las alpargatas,
Llevando en las ropas el aroma sano
de los azadares y las albahacas.
Vicente Medina
sabía cantarla!
La he visto en Galicia
ruborosa y cándida,
cruzando los valles, cantando cariños
al son de la gaita.
Bajo los manzanos
me ofreció otras veces la sidra dorada
en la noble Asturias,
cuna de Pelayo, mural de la patria.
Bailé con mi novia sentidos auurreskus
en la tierra vasca,
Y a la sombra augusta del viejo Guernica
cantóme aquel himno que es voz de su raza.
Después, junto al Ebro,
al pié del Moncayo, de cumbres nevadas, 
crucé con mi novia las fértiles tierras
donde perdió antaño sus plumas el águila.
Hasta Zaragoza
me llevó mi maña
Y mirando juntos la puerta del Carmen,
me dijo -Repara
Si son esas piedras seguras y fuertes.
Más es mi palabra!
que llevo en mis venas sangre aragonesa
Y Aragón no engaña!
Con ella otras veces crucé la fragante
huerta valenciana
donde entre naranjos y cañaverales
alza, siendo mora, su cruz la barraca,
Qué hermosa mi novia con aquel vestido
de flores de grana,
hundida en sus bucles la peineta de oro, 
collares de perlas sobre su garganta,
puesto en las orejas el regio prestigio
de las arracadas,
ofreciendo pródigas sus manos de nieve
claveles y rosas para la batalla!
Y he visto a mi novia
juncal y gitana
en tarde de toros
salir de la plaza,
los sedosos rizos sombreando su frente,
orlando su rostro la mantilla blanca
y entre el fino encaje, los claveles rojos,
que amores y celos, sangrientos, proclaman
la red de madroños
rodeando su claro vestido de maja
del breve zapato
surgía el encanto de la media blanca.
Detrás de la reja
por cuyos barrotes las rosas trepaban,
mi reina andaluza
oía en la esquina puntear la guitarra
Y las hondas notas de una malagueña
reproche de amores,
canción de esperanza,
rugido de fiera,
resbalar de lágrimas
algo que en la dulce quietud de la noche
de los idos moros parecía el alma.

Yo tengo una novia
que novia más guapa!
Reina y labradora, señorita y chula,
obrera y manola, creyente y gitana.
De fijo que todos la habéis conocido!
Mi novia es España! 







La noble vid se sentía 
gozosa de que su fuerza, 
trocada en ríos de vino 
y en montones de moneda, 
fuera la dicha del amo, 
el placer de su vivienda, 
el lujo de los vestidos, 
el viaje, el brillo y la fiesta, 
los gastos estudiantiles 
y el decoro de la mesa. 

Era una tarde que pasamos 
entre copas de vino; 
al descender, el sol 
unía su mejilla con la tierra, 
alzaba el céfiro los mantos de las colinas 
y el cielo era una espada refulgente. 
¡Qué buen lugar para beber, 
donde sólo nos ven esas palomas, 
las aves que gorjean 
y una rama cimbreante, 
mientras la oscuridad se bebe 
el licor rojo del crepúsculo.







FÉLIX DUARTE PÉREZ [12.427]

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Félix Duarte Pérez

Félix Duarte Pérez fue un poeta y escritor canario nacido en Breña Baja (La Palma) en 1895. Muere en 1990. 
Emigra a Venezuela, publicando sus primeros poemas en la prensa caraqueña. En estos primeros poemas se identifica con los poetas de la independencia americana.

El poema del año.

Con posteridad se traslada a Cuba, donde funda la revista Cuba y Canarias, de la cual será su director. En 1923 colabora en la fundación del Liceo Canario de Cuba, siendo elegido presidente de la sección de Literatura. En 1938 envió a la Revista Cúspide cuatro sonetos que forman parte de "El poema del año".

En 1930 regresa a Canarias y colabora escribiendo artículos en el periódico La Tarde y en las revista Mensaje y Hespérides. En 1945 obtiene en los Juegos Florales de Santa Cruz de La Palma el primer premio por el relato Tanausú.

En 1960 publica el carro alegórico Amor eterno y en 1965 Poemas del Atlántico.




Con el soneto MADRE, dedicado a su hermano Carmelo, rubrica el esfuerzo y la finalización de una obra:


                        Plasmó Dios, en tu rostro, tal portento
                      de belleza, de gracia y de ternura,
                      que aunque la vida es corta, en ti perdura
                      como en el arte humano el sentimiento.
                        Con el amor, la fe y el sufrimiento,
                      transformas en placer la desventura,
                      y nada hay comparable a tu dulzura
                      bajo la majestad del firmamento.
                        Símbolo de sublimes esperanzas,
                      tus caricias, sepultan desconfianzas
                      y engrandecen las rutas de la Historia.
                        Tu fervor es tan sólido y profundo
                      ¡que no se cansa de envidiarte el mundo
                      porque no cabe en él toda tu gloria!...



 «La patria canaria» y dedicado a su amigo Luis Felipe Gómez Wanguemert así lo demuestran:


Si no queréis que vuestras vidas nuble
de sus volcanes la candente lava.
Esas islas sabrán morir con honra
antes que a otra nación ser entregadas.

Porque heredaron los altivos gestos
de la extinguida guanchinesca raza,
y el ímpetu, al arrojo y el orgullo
de los célebres hijos de Numancia...

En esas islas no se hablará nunca
más lengua que la lengua castellana
en la cual escribió su libro entero
el gentil caballero de la Mancha...

Noble tierra de artistas, tierra isleña
donde mi madre me arrulló en la infancia:
¡Sólo suspiro por volver a verte!
¡Patria del corazón, tierra Canaria!



BREÑA BAJA,
LAS MADRES Y LA POESÍA
Por Julio M. Marante Díaz
Cronista Oficial de Breña Baja


Félix se refería al músico y poeta Gumersindo Galván en estos términos: 


“Nadie como él las glorias ha cantado
del terruño insular, por el que siente
profunda admiración que le ha inspirado
una inquietud de loa permanente.
Elixir de ternura es su lenguaje.
En sus versos el alma del paisaje
se hace flor gentil de arrobamiento.
Yo, para honrar sus rimas fervorosas,
pongo en sus manos, con el pensamiento,
¡la Isla entera, transformada en rosas!”


El 20 de noviembre de 1895, a Breña Baja le cupo el honor de ser la cuna de uno de los grandes poetas del Archipiélago Canario. Nació en esta tierra que hoy canta sus versos, en el más merecido de los homenajes:


“Niño escuché el murmullo de tus aguas
y hundí en ellas mis pies,
sintiendo el suave roce de tus arenas
bruñidas por la espuma de las olas,
que con salvajes ímpetus, parecen sonreír
mientras el sol extiende sus destellos
sobre el pulmón de tus azules límites.
Un horizonte de esperanzas contemplaron mis ojos
en la vasta amplitud donde la tierra dialoga con el cielo.
A tu lado sentí las emociones
que surgen de la humana condición.
Me enamoré de ti como un artista del pincel
que le nutre de entusiasmos.
Al evocar las huellas del tiempo
que ya nunca ha de volver,
todos los sinsabores olvido junto a ti,
bello mar mío, cuya supervivencia
no habrá de arrebatarte la opresión
de los tiranos déspotas del mundo…”


Archipiélago Canario, en el que el poeta vive su niñez y realiza sus estudios de Educación Primaria, y goza, como cualquier otro niño de su Isla natal de San Miguel de La Palma, de juegos, aventuras y travesuras propias de la infancia. Dieciséis años tenía el poeta cuando hizo realidad su sueño de conocer otros mundos, de viajar más allá del mar, lejos, muy lejos de la tierra que lo vio nacer. Y se lanzó al mundo como una canción y un acertijo, con la alegría de su pujante juventud y haciéndose mil preguntas ante lo desconocido...


“¡Madre: un sueño, un sueño! ¡Cómo estoy de júbilo!
¡Qué temblor de preces hay en mi garganta!
¡Ya no soy el niño de los rizos de oro
y la tersa frente, como un lirio, pálida,
a quien tu besabas en la cuna, ebria de divinos éxtasis,
en difuntas horas ceñidas de gracias!
¡Hay en mí un tesoro de ternuras hondas!
¡Me asedian mil ansias de recorrer mundos!
¡Buscan mis pupilas nuevos horizontes!
¡La vida es un grito que ante mí se alegra!
¡Soy joven! ¡Soy joven! Palpitan mis músculos,
y, evocando frágiles pasiones lejanas,
una perceptible voz, plena de alientos
me dice al oído: ¡Más alas, más alas!
¡Qué espléndidas rutas de paz y de estímulos
vislumbro en los vértices azules del agua!



Su voz era ya un eco perpetuo sobre las olas del Atlántico. Pero no resutaba fácil desprenderse de los amigos, de las cosas, de la paz del hogar, del calor de la familia. No era fácil lanzarse a la aventura, dejando atrás el cariño de los suyos… especialmente el de su madre:



“¡Hijo: un sentimiento recóndito y firme,
mi espíritu embarga! ¡Al oírte, un cúmulo de tribulaciones
siento en la serena plenitud del alma!
Tu sueño me roba tronos de ventura. ¡
Qué espinas me hieren! ¡Calla! ¡Calla! ¡Calla!
No pienses en viajes de posibles penas.
¡Nos ronda, cual negro búho, la desgracia!
¿Para qué otros mundos buscar, sin sosiego,
si no hay sol más bello que el sol de La Patria?
¡Piensa! ¡Resucita! ¡Sufre! ¡Vive! ¡Crea!
¡Trabaja! ¡Trabaja!, y llegará un día
en el que se estremezcan de placer
tus músculos a la luz del alba.



En este poema, Félix Duarte refleja el presagio de la madre que se ve en el solar de sus adentros, sola… y sin el hijo. A la madre que clama, en graves ayes de deseo, el ansia de que su hijo no abandone el hogar. ¡Cuántos emigrantes palmeros en Cuba y Venezuela vivieron una situación parecida, antes de romper el cordón umbilical de sus orígenes! ¡Cuántos alababan antes de partir, sólo por referencias, la tierra prometida que les esperaba al otro lado del mar!



“¡Madre: no te aflijas! ¡Alégrate! ¡Reza!
Si me voy, ¿Qué importa? La ausencia nos ata
con sus invisibles lazos amorosos.
Volveré mañana a besar tus labios,
murchos por las huellas seguras del tiempo
con recién nacido candor de esperanzas.
Existe una tierra gentil, libre, próspera,
que es, para el que emigra, cual feliz Arcadia
donde repercute, como una promesa de alegría,
el verbo triunfal de la fabla…
¡Bajo sus refugios el hombre es más hombre
y se extiende el árbol viril de la raza!”



El 12 de abril de 1912, Félix Duarte emigra a Venezuela. El mar océano le arrojó a aquellas playas como una ola más de sus olas… Y se fue, sacudiéndose el polvo de todos sus desvelos… Y caminó por el mundo oliendo a tierra y a tinta. La tinta que le permitió hacer el amor sobre una página en blanco, pulsando la profunda tristeza de su alma de emigrante, y trasponer los umbrales de un paisaje distinto al de su Isla, amarrando los recuerdos del ayer en la distancia. Venezuela, país en el que alternó el trabajo con la lectura. Durante cinco años se interesó por conocer todos los pormenores de la historia venezolana, incluyendo los principales literatos de aquella nación.



“¡Llanuras! ¡Llanuras! ¡Palmeras! ¡Maniguas!
¡Ríos! ¡Cumbres vírgenes! ¡Cóndores! ¡Nostalgias…!
El joven risueño de encendidos pómulos
con febril impulso cultiva las plantas
y, en tardes lluviosas, va por los caminos
guiando carretas a las “guardarrayas”
con la piel curtida por el sol del Trópico,
pensando en las Islas que el mar
unge siempre con hilos de plata.
Le atraen los surcos del bien pregoneros;
las yuntas que labran; los bosques;
las sierras, el cielo desnudo;
las lomas vestidas de gracias;
las urbes que vieron parir a los héroes
en pos de las dulces victorias lejanas;
pero en las urdimbres de su pensamiento
no había más que un culto de amor a Canarias.”



El eco de su voz fue nexo entre dos tierras hermanas. Félix Duarte publicó su primer poema en el periódico “La Religión” de Caracas, cuando apenas contaba dieciocho años. Desde allí colabora con la prensa palmera. Durante cinco años estuvo presente su condición de errante, pero no perdió el rumbo de sus recuerdos, que fueron brújula y guía para el retorno. Félix regresa a su Isla natal en agosto de 1917. La Isla arcangélica le recibe en todo su esplendor:



Hay en tus cumbres, que el pastor venera,
un eco de lejanos cataclismos,
y se presiente en todos tus abismos
el paso gris de una difunta Era.
Un delicioso porvenir te esperaCrónicas de Canarias
–liberada de absurdos egoísmos–
porque en audaz empresa de heroísmos
¡Tanausú está presente en tu Caldera!



En la Isla de La Palma, Félix Duarte se dedica a la enseñanza privada.
Varios poemas suyos ven la luz en los periódicos isleños, y, aunque como cuando era niño, sigue suspirando por el mar y su horizonte, canta a la patria chica, al archipiélago que parece dormido en medio del Atlántico sonoro, haciendo florecer la rima de sus versos, cual gigantescos capullos a la sombra de los pinos.




“Para admirarte como yo te admiro,
hay que sentir y amar con gentileza,
la divina pasión en que me inspiro
tributándole culto a tu nobleza.
Mucho más me deslumbra, si te miro,
la inquietud de quererte con firmeza,
como quien aprisiona en un suspiro,
el imperio inmortal de la belleza.
Crisol de inexplicables emociones
donde se pulen bien los corazones
que el amor, con sus besos, transfigura.
Cada hogar que en ti vibra es un sagrario
en el cual cabe toda la ternura
del precioso Archipiélago Canario”.



Doce años estuvo Duarte en Cuba. En 1930 regresa el poeta a Canarias y un año después, por poco tiempo, vuelve a la Perla de las Antillas. Su regreso definitivo se produce en 1932:


“Al fin llegó, en una gris tarde de invierno
como el hijo pródigo, con hambre, a la casa natal,
el indiano, que ya no era joven;
y evocando el sueño de su dicha náufraga
contempló a su madre que hilaba en la rueca,
los copos de lino con sus manos puras
como rosas blancas.
Ante su alegría se sintió más fuerte
cuando, con cariño filial, la besaba…
Silenció la rueca.
Tenían la efigies más nimbos de gloria,
y hubo en sus pupilas maduras de pena
un temblor de lágrimas…
Ella era un tesoro más bello y sublime
que los que en América, con pasión buscaba:
la mujer sencilla, noble y virtuosa,
pulcra y abnegada,
que de amor se muere por darnos la vida
y entre los misterios de la muerte ama.
La que nunca olvida cumplir sus promesas
y sólo en labores de emoción descansa;
la que los enfermos cuida con estímulo,
y al deber sus horas de inquietud consagra;
la que ve en sus hijos, que en el hogar juegan,
un caudal precioso de joyas humanas,
la que en sus ternuras a todos ofrenda
y se siente rica cuando distribuye
cariños y dádivas;
¡La madre más tierna que en el mundo existe!
¡La Madre Canaria!”



GUMERSINDO GALVÁN DE LAS CASAS [12.428]

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GUMERSINDO GALVÁN DE LAS CASAS 

Nacido en Breña Alta, Canarias el 31 de diciembre de 1885, falleció en 1981.
Gumersindo Galván de las Casas, el otro cantor de Las Madres


“¿Quién era aquel señor, alto y enlutado,
de ronca voz y sonrisa leve? 
Es un poeta -me dijeron-
y sus remotas manos 
acarician la Villa, desde siempre…”



BREÑA BAJA,
LAS MADRES Y LA POESÍA

Julio M. Marante Díaz
Cronista Oficial de Breña Baja


Nacido en Breña Alta el 31 de diciembre de 1885, Gumersindo Galván de Las Casas cursó sus estudios de Bachillerato y Magisterio en el Instituto General de Canarias, en La Laguna. En 1909 fue nombrado Secretario del Ayuntamiento de Breña Baja, en el que prestaría sus servicios hasta la jubilación, habiendo sido consejero, tanto de la Corporación como de los vecinos que acudían a consultarle sobre los más variados temas, abriendo su oficina incluso los domingos para atenderles. Fue poeta, músico y compositor, tanto en Breña Baja, como en Breña Alta, municipio este último donde dirigió la Banda de Música “La Esperanza” durante más de sesenta años. Escribió centenares de poesías, publicando muchas de ellas en la prensa o en el libro titulado Como el cáliz de una flor, que se editó en 1959; otras han permanecido inéditas: sonetos, loas, romances… En ellos, su lenguaje y el nuestro se entroncan en la misma alianza de tierra y sentimiento:



“…Llega la noche sin luna
sin rutilantes luceros,
con su cortejo de sombras
con su imponente misterio.
Estalla la tempestad
con el fragor de los truenos,
con la luz de los relámpagos
y su fugaz centelleo.
De pronto se oye el rumor
del caudal de agua corriendo,
con sus montones de escombros
y piedras de enorme peso.
Se destrozan los sembrados
con las paredes rompiendo,
y va dejando a los lados
la ruina y el desconcierto”.



Podemos señalar, sin temor a equivocarnos, que Gumersindo amasó y comió el pan de la poesía popular. El anterior es un fragmento dedicado a la noche trágica del 15 al 16 de enero de 1957, cuando se desbordó el barranco de Amargavinos, a consecuencia de un aluvión que provocó una treintena de muertos en la comarca de las Breñas y cuantiosos daños materiales.
Se da la circunstancia de que su amigo poeta Félix Duarte fue hospitalizado a causa de las heridas. Su madre perdió la vida en el siniestro. Un hecho del que se hizo eco la prensa canaria. “Félix Duarte y su madre se encontraban en su casa de Las Breñas cuando se inició el temporal de lluvias que degeneró en espantosa catástrofe. La fuerza del agua rompió las paredes; cuando la impetuosa corriente penetró en la estancia, el poeta tenía sujeta a su madre para que no fuera arrastrada por el aluvión. Pero el agua buscó salida derrumbando otros muros y, al caer él herido, la corriente se la llevó sin que pudiera asirla de nuevo”.

No podemos ahuyentar el dramático dolor de aquel momento, en el que el agua despertó el eco que dormía entre las rocas y, saliendo de su cauce, su grito fue chillido clavado en el silencio.


“…Fue tan triste el despertar
y tan grande la tragedia,
que desde entonces está
llorando la Isla entera…”


Viviendo y trabajando en Breña Baja, Gumersindo Galván de Las Casas no pudo sustraerse a la efemérides del “Día de las Madres”. “La madre en su bondad todo lo llena; por eso, en esta hora le cantamos desde la cumbre altiva hasta la arena…” Como Secretario del Ayuntamiento había iniciado el Expediente que en 1947 supuso a este pueblo el Título de “Muy Noble y Honorable Villa”, tras la argumentación de ese homenaje. Un reconocimiento de que la verdad desnuda de los hombres empieza en el nacer. Esa es la forma: nacer de madre y ser hijo. En estas dos realidades se concentran la historia y el futuro: dos ideas confundidas en la amorosa materia de la vida.
Los conocimientos musicales del poeta y sus vivencias en tan señalada fecha le llevan a componer, con la inestimable colaboración del músico Felipe López, el Himno a las Madres, al que había puesto letra:


“Cantemos con emoción,
un himno de amor filial
a la que nos dio la vida
en su regazo inmortal.
Madre mía, ser bendito,
por Gracia de Dios creada,
sean todos nuestros besos
para tu frente adorada.
Eres símbolo de amor;
de sacrificio y de fe;
de abnegación y cariño:
esencia de nuestro ser”.



El día 2 de junio de 1961 se aprueba, por unanimidad del Consistorio de Breña Baja, el nombramiento de Hijo Adoptivo a favor de Gumersindo Galván de Las Casas: 

“Considerando que, al margen de su labor profesional, don Gumesindo Galván de Las Casas colaboró siempre con entusiasmo en cuantas actividades literarias, artísticas y culturales pudieran contribuir al fomento de los intereses espirituales del vecindario en general. El Ayuntamiento en Pleno acordó por unanimidad: Primero. Nombrar a don Gumersindo Galván de Las Casas, Secretario Jubilado de este Ayuntamiento, Hijo Adoptivo y Miembro Honorario de la Corporación. Segundo. Entregarle en acto público de homenaje y en la fecha que oportunamente se fijará, un artístico pergamino en el que consten tales nombramientos”.

Podemos asegurar que Gumersindo Galván cantó en sus versos a la mayoría de las fiestas populares de la Isla. Su temática poética estuvo siempre llena de contrastes: ayer las notas doloridas del romance, hoy los versos festivos y sonoros, luego las loas y poemas religiosos…   


“…Pero al ver a ese Cristo tan roto
después del tormento,
una pena humedece los ojos
y da sentimiento.
¡Qué no puede olvidarse
al que tuvo sus brazos abiertos
cuando vino el dolor a nosotros
con todos sus hierros
y alivió, con amores de Padre,
los males del duelo!
Al que un día ofreciera a los pobres
la paz de su Reino,
con igual caridad para todos:
grandes y pequeños…”


Gumersindo Galván de Las Casas, poeta de fácil y fecunda inspiración; autor de composiciones y marchas procesionales; colaborador habitual en fiestas y actos culturales; director del grupo teatral “Amigos del Arte”. Trabajador incansable, que se hizo viejo entre homenajes. Cantor siempre… Cantor del lodo y del azul; conocedor de nuestros húmedos y fragantes caminos, puso su mirada, ahora en la montaña y más tarde en la frontera de la ola, en ese mar que fue reflejo de su vida. El hombre que cambió su vocación de maestro de niños para ser maestro de vida y consejero de todos. Gumersindo Galván de Las Casas murió el 11 de noviembre de 1981… 



“No me paro a contar en la carrera.
Resignado a vivir lo que Dios quiera,
suplicando mesura en mis dolores.
Y al final de mis días, ya sin luz,
descansar a la sombra de una cruz,
bajo el tibio consuelo de unas flores…”



A la muerte de Gumersindo, y así sucedió también cuando la muerte de Félix, callaron Las Breñas y la brisa se hizo más honda… El sol pareció huir temeroso y las nubes ligeras mojaron las calles y los campos. La plaza de “Las Madres” quedó en silencio, pero el rocío de la noche abrió los pétalos de las rosas, sin distinguir si eran blancas o rojas, en señal de homenaje. Todavía hoy la imagen de los poetas nos llega a través de sus escritos y nos parece que están vivos, gravitando inmortales en sus versos.




NICOLÁS ESTÉVANEZ MURPHY [12.429]

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Nicolás Estévanez Murphy

Nicolás Estévanez Murphy (Las Palmas de Gran Canaria, 17 de febrero de 1838 - París, 1914) fue un poeta, militar y político español.

Nació en Las Palmas de Gran Canaria, en el edificio donde se hallaba instalada la Inquisición, en el seno de una familia burguesa que tenía su residencia habitual en la isla de Tenerife. Su padre, Francisco de Paula Estévanez, era un militar progresista de origen malagueño y su madre, Isabel Murphy y Meade, procedía de una familia de comerciantes de origen irlandés. Desde niño se trasladó con su familia al barrio lagunero de Santa María de Gracia (Tenerife), en donde transcurriría su infancia.

Muy joven, en 1852, ingresó en la Academia de Infantería de Toledo y luego participó en la guerra de África de 1859-60 donde sirvió con distinción por lo que le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando.

En 27 de noviembre de 1871, estando destinado en Cuba como capitán, en situación de remplazo, se enteró que la sentencia contra ocho estudiantes que habían sido condenados en consejo de guerra se había cumplido, Nicolás Estévanez se indignó y manifestó con ira su desacuerdo contra el fusilamiento de los jóvenes cubanos, diciendo que “antes que la patria están la humanidad y la justicia”. Por este motivo, solicitó su baja en el ejército español, porque no podía permanecer ni un día más. Todos los años, desde 27 de noviembre de 1937, fecha en la que se instaló una placa en fachada del Hotel Inglaterra en La Habana, en la acera del Louvre. los cubanos celebran el aniversario con marchas juveniles y diversos actos y conferencias, y también se acuerdan este día de la valiente actitud de Nicolás Estévanez, que como consecuencia de la experiencia vivida, abandona definitivamente el ejército español, indignado y avergonzado ante semejante injusticia y afrenta.

Participó en la revolución de septiembre de 1868, y se unió a la insurrección republicana de 1869 y fue encarcelado. Posteriormente llegó a ser diputado en el parlamento y ministro del gobierno bajo Pi y Margall, durante la Primera República Española. De militancia republicana (de las facciones más revolucionarias del Partido Republicano Federal), llegó a defender la autonomía para Cuba y Canarias, llegando a visitar a la cárcel a Secundino Delgado. Con la Restauración parte al exilio y reside en Portugal, Cuba y Francia.

Según narra en sus memorias, en noviembre de 1872 encabezó la revuelta republicana que dio lugar a la proclamación en febrero de 1873 de la república española. Estos hechos tuvieron como eje central la toma del puente de Vadollano, en la vía férrea Madrid-Sevilla, y la proclamación de la República en el municipio de Linares, considerándose de este modo el inicio del estado republicano en esta localidad.

Es autor de varios poemas, en los que encontramos un fuerte sentimiento nacionalista canario. También es autor de los libros Fragmentos de mis memorias y Diccionario militar.

El anarquista Mateo Morral tuvo en Nicolás Estévanez uno de sus principales mentores ideológicos, y escribió una obra titulada Pensamientos revolucionarios de Nicolás Estévanez. Pío Baroja, en sus Memorias dice que pudo ser Nicolás Estévanez el encargado de transportar desde Francia a Barcelona, envuelta en una bandera francesa, la bomba con la que diez días después Mateo Morral intentó acabar con la vida de Alfonso XIII, el 31 de mayo de 1906 en un atentado del que los Reyes salieron indemnes pero que costó la vida a treinta espectadores.

Murió el 19 de agosto de 1914 en París.




"EL OBRERO"

Surcan su rostro que el dolor anubla
Gruesas gotas de liquido cristal,
Un recuerdo lo anima:
Sus hijos que desnudos piden pan.
NAVARRETE.


Templos, palacios, parques y jardines,
y góndolas, y coches,
y tapices, y alfombras, y divanes,
y manjares, y vinos, y licores ;

Los modernos milagros de la industria,
que pulimenta el roble,
que trabaja la piedra y los cristales,
que ablanda el hierro, que maneja el bronce;

Sedas, encajes, blondas, terciopelos,
del lujo los primores,
cuanto embellece la existencia humana,
cuanto excita y halaga las pasiones,

Todo sale de manos del obrero
para que ufanos gocen
los que llamando vil á su trabajo
se burlan de sus necias privaciones.

Y cuando el rico la miseria insulta
del jornalero pobre
en la atmósfera tibia y perfumada
de sus grandes y espléndidos salones,

El jornalero á la intemperie suda
para que el rico explote
su despreciable condición de siervo,
de su negra ignorancia los horrores.

Mientras el rico nada en la opulencia,
se desespera el pobre,
y envidia las perreras del magnate
para su hambrienta, su desnuda prole;

Instrumento de ilusos, de guerreros,
de frailes y de dioses,
el ha sido escabel de los tiranos,
pedestal de siniestras ambiciones;

El ha dado la sangre en todo tiempo
que por sus venas corre,
vertiéndola en los campos de batalla
generosa y ardiente á borbotones,

Lo mismo á los estúpidos cruzados
y á indignos sacerdotes,
que á soberanos príncipes, á reyes,
del negro feudalismo á los señores,

A todos los sectarios de infecundas
perdidas religiones,
y á la mezquina patria que les niega
albergue y tumba, dignidad y nombre.

El ha sido explotado por los ricos
de cien generaciones
y ha combatido y trabajado siempre
para que luzcan vanidad y honores.

Y si reclama su derecho un día
contestan los cañones;
cañones para afrenta manejados
por los mismos obreros de uniforme.

Obreros miserables y plebeyos
los hombres superiores,
fueron menospreciados en su siglo
y expuestos al escarnio de otros hombres.

Cervantes y Colón y Galileo
gimieron en prisiones;
y mientras dieron sabios de la ciencia
los réprobos, los míseros, los pobres,

Dieron los ricos á la iglesia santos,
lacayos á las cortes,
y á las encrucijadas asesinos
cuando no dieran al poder bufones.

El obrero infeliz no debe nada
por mucho que le cobren,
a los viles, infames usureros,
a los ricos, los reyes y los nobles.

Si le roban sus hijos, y en la guerra
se baten cual leones,
recibirán por premio á su bravura
nuevos caudillos que su espalda azoten.

Las religiones que en su fe se aniden
con todos sus errores,
producirán al fin para escarmiento
miserables y viles Iscariotes.

El obrero no siente de la vida
las dulces expansiones;
amarrado á su potro de tormento
no puede disfrutar de sus amores.

Entre penas, angustias, y fatigas,
y llanto, y maldiciones,
ve morir a sus hijos de miseria,
y de la madre los lamentos oye.

Su esperanza es la fosa de los muertos,
su vida larga noche;
pero noche sin luna, sin estrellas,
sin plácido trinar de ruiseñores.

Y si en la tumba el opulento yace
cubierto de crespones,
entre epitafios, mármoles y luces
pendientes de los sauces lloradores,

El obrero no sabe de sus hijos
en qué lugar se esconden
los huesos carcomidos, que en la tierra
entre humedad y estiércol se corrompen.

Y tal vez de sus hijos y sus padres
un mercader explote,
los huesos arrancados al sepulcro
para con ellos fabricar botones.

¿Pero no habrá remedio á tantos males
Y a tantos sinsabores?
¿Reinará eternamente la injusticia
En nuestra raza fementida y torpe?

¡Ancho es el mundo! Huyamos los obreros
de tantas aflicciones,
libremos á esta Europa miserable
de tanto peligroso, inútil pobre.

Corramos a Ios puertos concurridos
de rápidos transportes,
llevemos nuestros hijos y mujeres
donde no haya fronteras ni naciones.

Inundemos los barcos de miseria
hasta los mismos topes,
huyamos de este mundo de monarcas,
de usureros, de ricos y de pobres.

Quédense con su lujo los tiranos,
verdugos y señores,
y que se mueran de hambre en sus parterres
ó que ellos mismos entre sí se exploten.

En los campos de América fecundos,
en sus inmensos bosques,
si no podemos ser afortunados
libres seremos y seremos hombres.

Desde los Andes de nevadas cumbres
hasta la mar salobre,
encontraremos vírgenes comarcas
donde corren las aguas entre flores.

La del trabajo, religión sublime
que aquí se desconoce,
nos dará por albergue la que hagamos
cabaña humilde o culminante torre.

Pero si el siglo y sus bastardas leyes
un muro nos oponen,
y nos cierran las puertas de esta cárcel,
y nos privan de nuevos horizontes,

No perdamos por eso la esperanza
de vislumbrar un norte
que empiezan á vibrar sobre la tierra
misteriosos y súbitos rumores.

Cuando olviden los pobres explotados
sus mil preocupaciones
y en presencia de nobles o de ricos
no se afrenten, humillen ni destoquen;

Cuando todos conozcan el absurdo
que denominan orden,
y a los tiranos del opreso paria
de sus altares para siempre arrojen;

Cuando no teman la dichosa muerte
que esparcen los cañones,
y comprendan que el oro hace imposibles
la concordia y la paz entre los hombres;

Cuando á su vez exploten la ignorancia
de sus explotadores;
cuando en el mundo caiga sobre el crimen
de los obreros la pesada mole,

Otra será la vida de los seres
que en el planeta moren,
libres de leyes ruines ó inhumanas
y de falsas y absurdas religiones.

El obrero será dueño del mundo
cuando la muerte afronte:
luchando sin cesar por la justicia
puede el obrero trastornar el orbe.





CANARIAS

Un barranco profundo y pedregoso,
una senda torcida entre zarzales,
un valle pintoresco y silencioso, 
de una playa los secos arenales;

Un cabrero en la cumbre que silbaba,
una bella pastora que corría,
una rústica flauta que llenaba
los riscos y las grutas de armonía;

En el aire reflejos y cambiantes,
en el cielo colores transparentes,
en la noche luceros rutilantes,
crepúsculos dorados y esplendentes; 

Un gallardo mancebo en la montaña
que las cabras monteses perseguía,
en la cima del monte una cabaña,
y un torrente que al valle descendía;

Tales fueron los goces fugitivos
de cien generaciones ignoradas;
estos fueron los cuadros primitivos
de las risueñas islas Fortunadas.




Canarias VII

La patria es una peña,
la patria es una roca,
la patria es una fuente,
la patria es una senda y una choza. 

Mi patria no es el mundo;
mi patria no es Europa;
mi patria es de un almendro
la dulce, fresca, inolvidable sombra. 

A veces por el mundo
con mi dolor a solas
recuerdo de mi patria
las rosadas, espléndidas auroras. 

A veces con delicia
mi corazón evoca,
mi almendro de la infancia,
de mi patria las peñas y las rocas. 

Y olvido muchas veces
del mundo las zozobras,
pensando de las islas
en los montes, las playas y las olas. 

A mí no me entusiasman
ridículas utópias,
ni hazañas infecundas
de la razón afrenta, y de la Historia. 

Ni en los Estados pienso
que duran breves horas,
cual duran en la vida
de los mortales las mezquinas obras. 

A mí no me conmueven
inútiles memorias,
de pueblos que pasaron
en épocas sangrientas y remotas. 

La sangre de mis venas,
a mí no se me importa 
que venga del Egipto
o de la razas célticas y godas. 

Mi espíritu es isleño
como las patrias rocas,
y vivirá cual ellas
hasta que el mar inunde aquellas costas. 

La patria es una fuente,
la patria es una roca,
la patria es una cumbre,
la patria es una senda y una choza. 

La patria es el espíritu,
la patria es la memoria,
la patria es una cuna,
la patria es una ermita y una fosa. 

Mi espíritu es isleño
como las patrias costas,
donde la mar se estrella
en espumas rompiéndose y en notas. 

Mi patria es una isla,
mi patria es una roca,
mi espíritu es isleño
como los riscos donde vi la aurora.





"SOLIDARIDAD"

El papel en que escribo estos renglones,
y la pluma, la tinta y el tintero,
representan la vida y el trabajo
de muchos hombres y de varios pueblos.

Mis colaboradores son los siglos;
ni yo ni nadie escribiría sin ellos,
porque Ios hombres somos solidarios
sin distinción de razas ni de tiempos.

Lo que yo escribo en fatigada prosa
o en desigual y atropellado verso,
no lo escribiera sin aquel fenicio
que para mi compuso el alfabeto.

Como tampoco se escribiera nunca
lo mediano, lo malo ni lo bueno,
sin el trabajo de los labradores,
sin el santo sudor de los mineros.

Tienen parte en mis obras fugitivas,
y en las obras de sabios y maestros,
el fabricante de papel barato
y el que las plumas inventó de acero.

Los químicos también, que de la tinta
la fórmula encontraron y nos dieron,
y artesanos de todos los oficios,
y marinos, doctores, cocineros...

Si, cocineros; porque sin las salsas
que dan jugo y vigor á mi cerebro,
de poco me sirvieran ni la pluma
ni el papel ni la tinta ni el tintero.

¡Pero cómo extrañar que me auxilien
los artesanos de ambos hemisferios,
los que arrancan el hierro de la mina,
los que impulsan las artes y el comercio,

Si lo hacen esos astros infinitos
que en lo más hondo del abismo etéreo
dibujan trayectorias ajustadas
a las leyes eternas... de Keplero!

La luna en las moléculas influye
de este globo macizo en que nacemos,
y por lo tanto en nuestros organismos,
y por lo mismo en nuestros pensamientos.

Como los hombres somos solidarios,
igualmente lo son mundos sidéreos
que ejercen un influjo poderoso
en nuestro mundo, y nuestro mundo en ellos.

¿ Qué importan las distancias? ¿qué los siglos?
¿Qué los abismos de la mar y el cielo?
¿No existe la atracción entre los mundos?
¿No se extiende á las almas y á los cuerpos?

El magnate depende del artista,
depende el pensador del cocinero,
y los astros sin fin, unos de otros
en esa inmensidad del firmamento.

¿Y aun hay guerras de clase entre los hombres?
¿Y aun se lanzan los hombres al degüello
siendo todos los seres solidarios
en la inmensa extensión del Universo?...

Pues vencerán al fin los que combaten
por la Federación, que es el derecho,
que es la atracción recíproca, y el lazo
que ha de unir á los hombres venideros.

Y si la lucha dura largos siglos,
si dejamos sembrados nuestros muertos
en ciudades y valles y colinas,
¡mejor para los cuervos!





"PROTESTA"

En las razas decadentes,
en las antiguas naciones.
sólo cantan los poetas
del pasado los errores.

Se entusiasman con los viejos
carcomidos torreones
de los feudales castillos
que recuerdan mil horrores:
con los ruinosos lugares
de lúgubres callejones
y con las encrucijadas
de sus ciudades informes;
con los candiles que alumbran
a cuatro santos varones
que los chicos apedrean
y la polilla se come,
y con las torpes delicias
y los negros eslabones
de las pesadas cadenas
que arrastraron sus mayores.

Y nunca la dulce lira
de celestiales acordes
con que cien vates pudieran
inmortalizar sus nombres,
ha cantado los prodigios
ni los nuevos horizontes
que ya las ciencias descubren
poniendo en manos del hombre
los espacios, los abismos,
los átomos y los orbes.

¿Por qué miran al pasado
los poetas españoles,
los inspirados artistas,
los celebrados pintores
que asombran a todo el mundo
con sus bellas creaciones?
¿Por qué lloran y suspiran
los modernos trovadores?

¿Acaso tiene el pasado
más dichas, más ilusiones,
más glorias, más esperanzas,
más bellezas, más primores,
que el presente y el futuro
de infinitos horizontes?

¿Son tristes las nueve musas,
negros los siete colores,
y el humano pensamiento
oscuro como la noche?

Enhorabuena suspiren
y se enternezcan y lloren
porque hay sobrados vestigios
de tantos siglos de horrores;
mas no porque se derrumben
las viejas instituciones,
los templos de la ignorancia,
los altares y los dioses.

Tuviera yo la sublime
paleta de mil colores
con que otros pintan sus santos,
sus reyes, sus concepciones;
tuviera yo el arpa insigne
de los modernos cantores
que la pulsan inspirados
por rancias preocupaciones;
tuviera yo el genio ilustre
de Bellini o de Beethoven,
y asombrara al universo
y conmoviera los orbes
con cien himnos entusiastas
en mil manifestaciones
de cadencias, de armonías,
de palabras, de colores,
al porvenir de los mundos,
a la paz entre los hombres,
a la conciencia sin nubes
de los librepensadores,
a las artes, a las ciencias,
al espíritu sin noche
y a la Libertad, que brilla
con fúlgidos resplandores.





"EN LA SIERRA"

Es la tarde: el sol se pone
y brilla un lucero ya,
y se escuchan las esquilas
y los pastores se van;
pronto el agua del torrente
la luna iluminará:
¡Bendita sea la sierra
y maldita la ciudad!

Yo me acuerdo de mi casa
con el más hondo pesar:
¡Me separan de mis hijos
porque digo la verdad!
pero en esta libre altura
no me privan de cantar
himnos á la democracia,
trovas a la libertad.

Mi patria debe ser libre
y libre y feliz será,
que los tiranos sucumben
pero los pueblos ¡jamás!
y en tanto que llega el triunfo
de la idea federal,
¡Bendita sea la sierra
y maldita la ciudad!

El sosiego de mi casa,
las delicias del hogar,
los goces de la familia.
todo me lo quitarán;
pero que vengan al monte
si me quieren arrancar
el derecho de llamarme
socialista y federal.
Ya me conoce la sierra
y yo la conozco ya:
aunque vengan los civiles
y la fuerza militar.
ni pólvora, ni veredas.
ni alturas me faltarán:
¡Bendita sea la sierra
y maldita la ciudad!

Si en el valle combatimos
sin ceder ni vacilar,
sí Almuradiel atacamos
con empuje sin igual,
si en San Andrés los batimos,
lo mismo sucederá
cuando del espeso bosque
nos quieran desalojar.
Más no vienen, y yo canto
orillas del manantial,
arrullado por la brisa.
del arroyuelo al compás
y arañando mi bandurria
con las cuerdas rotas ya:
¡Bendita sea la sierra
y maldita la ciudad!

¿Qué me importan las calumnias
de un enemigo falaz?
Mis valientes camaradas
pronto las desmentirán.
pasará la tiranía,
mucha sangre correrá,
mas no vendrán á la sierra
los lobos de la ciudad.

Pasarán las monarquías.
la República será,
y aunque la olvide la historia,
los buenos recordarán
la canción del guerrillero
socialista-federal:
¡Bendita sea la sierra
y maldita la ciudad!

Siempre están mis compañeros
ganosos de pelear
a la luz del mediodía
y en la negra oscuridad;
ni los fatiga la lluvia
ni los rinde el vendaval
y todos darán su vida,
pero no su libertad.

En la cumbre de la sierra
establezco mi vivac,
y á su roja ardiente llama
que el nordeste hace temblar
el brumaje se ilumina
que bajo mis pies está:
¡Bendita sea la sierra
y maldita la ciudad!

Desde estos riscos abruptos
desde esta sierra inmortal,
saludo á todos los hombres
que en insurrección están.
en todas las latitudes
los rebeldes vencerán;
la justicia es de los menos
si la fuerza es de los más.

Desde la selva sombría
donde las fieras están
hasta la nevada cumbre
que cruza el águila audaz,
el eco de las montañas
sólo repercutirá
la canción del guerrillero
socialista-federal.
Y cuando los tiempos corran
y nadie se acuerde ya
ni del viejo partidario
ni de su triste cantar,
el desbordado torrente
y la paloma torcaz,
el arruinado castillo
del tiranuelo feudal
y la confusas veredas
del perdido colmenar,
los linderos del cortijo,
la sombra del castañar
y los troncos horadados
por el plomo federal,
un siglo tras otro siglo
por siempre repetirán:
¡Bendita sea la sierra!
¡Maldita sea la ciudad! 




RACHEL WETZSTEON [12.430]

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Rachel Wetzsteon

Rachel Todd Wetzsteon (25 de Noviembre 1967 - 24 ó 25 de Diciembre, 2009) Fue una poeta estadounidense.

Nacida en la ciudad de Nueva York, hija del editor Ross Wetzsteon, se graduó en la Universidad de Yale en 1989, donde estudió con Marie Borroff y John Hollander. Se graduó además en la Universidad Johns Hopkins, con una maestría, y en la Universidad de Columbia con un Ph.D. Fue profesora en la universidad de Barnard.

Vivía en Manhattan y pasó a enseñar en la Universidad William Paterson y en el Poetry Center of the Ninety-Second Street Y. 

Su trabajo apareció en muchas publicaciones como The New Yorker, The Paris Review, The New Republic, La Nación, y The Village Voice. Era editora de poesía de The New Republic.

Se quitó la vida el día de Navidad o la víspera de 2009. Desde 2010, un premio de escritura se ha ofrecido en su memoria en el Departamento de Inglés de la Universidad de Columbia. 

Premios

2001 Witter Bynner Poetry Prize from the American Academy of Arts and Letters
Ingram Merrill grant
1993 National Poetry Series, for Other Stars

OBRA:

"Gold Leaves"; "Five-Finger Exercise", THE CORTLAND REVIEW , ISSUE 32, June 2006
"At the Zen Mountain Monastery", Very Like a Whale , September 7, 2006
"Pemberley" . The Nation . October 3, 2002.
"Manhattan Triptych"; "Sakura Park", Poetry Daily

Poesía:

The Other Stars (Penguin, 1994) ISBN 978-0-14-058728-9
Home and Away (Penguin, 1998) ISBN 978-0-14-058892-7
Sakura Park (Persea, 2006) ISBN 978-0-89255-324-2
Silver Roses (Persea, 2010)

Antologías:

Mark Jarman and David Mason, eds. (1996). Rebel Angels: 25 Poets of the New Formalism. Story Line Press. ISBN 1-885266-30-8
Gerald Costanzo and Jim Daniels, eds. (2000). American Poetry: The Next Generation. Carnegie Mellon University Press. ISBN 978-0-88748-337-0
JD McClatchy, ed. (2001). "Commands for the End of Summer; Blue Octavo Haiku; And This Time I Mean It" . Bright pages: Yale writers 1701-2001 . Yale University Press. ISBN 978-0-300-08944-8 .

Crítica:

"Some Reflections on Eliot's "Reflections on Vers Libre": on Verse and Free Verse" . poets.org.
"Rachel Wetzsteon on Auden", NEWSLETTER 21 , The WH Auden Society, February 2001
Influential Ghosts: A Study of Auden's Sources . Routledge. 2005. ISBN 978-0-415-97546-9 . (reprint CRC Press, 2007)
"Ruskin's Whip" . Parnassus . January 1, 2005.
"Marvellous Sapphics", Poetry Society: "Crossroads" , Fall 1999

Edición:

Virginia Woolf, Night and Day (Barnes and Noble Classics, 2005)
The Collected Poems of Emily Dickinson . Barnes and Noble Classics. 2003. ISBN 978-1-56619-030-5.


En versión del poeta nicaragüense Francisco Larios, tres textos de la poeta norteamericana Rachel Wetzsteon, (1967-2009).  Fue editora de poesía de The New Republic. En 2001 mereció el Witter Bynner Prize for Poetry from the American Academy of Arts and Letters.   http://circulodepoesia.com/




Sakura Park

El parque recibe al viento
los pétalos se alzan y dispersan

como versiones de mí misma que estuve
a punto de ser; y diez años más tarde

y diez cuadras después aún no decido
si esa diáspora parece

un puño que se abre o un adiós.
Mas los pétalos se apuran a volar en

busca de la rosa, del vendedor de cigarros,
y al menos yo tengo por corazón

reglas de conducta: niégate a escoger
entre llamar la atención y pasar la página

aunque el terco cene solitario. Supera
“sobreponerte”: Las nubes oscuras no se destiñen

más bien se alejan a colores más profundos.
Renuncia a una felicidad con raíces

(¡El árbol impasible se quema!) y una dulce prórroga
(un parque pobre, pero mío) vendrá después.

Todavía es posible que el quiosco vacío
atraiga las multitudes del mundo

Y mientras tanto, mientras-tanto ya es bastante:
El momento que tararea, el susurro de los cerezos.




Sakura Park

The park admits the wind,
the petals lift and scatter

like versions of myself I was on the verge
of becoming; and ten years on

and ten blocks down I still can’t tell
whether this dispersal resembles

a fist unclenching or waving goodbye.
But the petals scatter faster,

seeking the rose, the cigarette vendor,
and at least I’ve got by pumping heart

some rules of conduct: refuse to choose
between turning pages and turning heads

though the stubborn dine alone. Get over
“getting over”: dark clouds don’t fade

but drift with ever deeper colors.
Give up on rooted happiness

(the stolid trees on fire!) and sweet reprieve
(a poor park but my own) will follow.

There is still a chance the empty gazebo
will draw crowds from the greater world.

And meanwhile, meanwhile’s far from nothing:
the humming moment, the rustle of cherry trees.





El momento preciso

Merodeé maliciosa cuando el sol escapaba
y cuando nada conseguí de esa manera, merodeé
en una nube de apatía por el amanecer.
Los días pasaron como locos sedados—
agradables, benignos, pero sin aquel mirar
esquivo en los ojos que avisa
que en cualquier momento podría ocurrir cualquier cosa.
Todas las horas eran iguales y ninguna hora importaba,
lo cual es señal inequívoca de que
la democracia es buena para el mundo
pero es la ruina del corazón: cuando uno mira
el reloj sin la urgencia furiosa
de mover la aguja hacia atrás o hacia delante,
más le valdría firmar su testamento;
a lo mejor sus pies corren, mas su pulso se detiene.


II

No que lo haya sabido en su momento.
Hizo falta una aparición para mostrarme
las horas que había malgastado
pensando que todas las horas eran iguales;
todavía estaría dormida si no hubiese visto
el rostro que sostenía el futuro mientras convocaba el pasado.
Estaba tachando días cuando el momento explotó.


III

Las miradas se tocaron, volaron chispas, los relojes se derritieron,
las estridentes campanas tañeron de nuevo,
por toda la ciudad su arenga nos enviaba a casa
antes de tiempo.
Pero ahora que tengo una noche para recordar
y otra para esperar, cuán extraño parece
que hace un minuto estaba apenas viva,
y si pudiera ubicar las horas en una rueda de reconocimiento
diría que esa fue inocua, esa fue lista,
esa fue amable pero nada especial,
pero esa ahí, la alta con anteojos,
a esa la recuerdo muy bien:
se acercó sigilosa y rápida, partió demasiado pronto,
y hasta que regrese a la escena del crimen
la cara del reloj será mi carcelero,
el viento mudo mi mejor amigo;
pasaré mis días visitando de nuevo
las calles que para mí fueron siempre grises,
pasaré mis noches imaginando
los placeres que vendrán hacia mí en el momento preciso.




About Time

I loitered with intent as the sun went down
and when that got me nowhere, I loitered
in a cloud of apathy as it came up again.
Days passed like sedated madmen—
pleasant, benign, but without that shifty
look in the eyes that lets you know
that at any moment anything might happen.
All times were alike and no times mattered,
all of which was a sure sign that
democracy is good for the world
but ruinous to the heart: when you look
at a clock without the furious urge
to set the hour hand forward or back,
you might as well be signing your will;
your feet may be running, but your pulse is standing still.


II

Not that I knew it at the time.
It took a sudden entrance to show me
the hours I had wasted
thinking all hours were the same;
I’d still be sleeping if I hadn’t seen
the face that held the future
as it summoned up the past.
I was crossing off the days when the moment imploded.


III

Eyes met, sparks flew, watches melted,
and then the shrill bells rang again,
their citywide harangue
sending us home before our time.
But now that I have a night to recall
and another to await, how strange it seems
that a minute ago I was barely alive,
and if I could place the hours in a line-up
I’d say that one was harmless, that one was clever,
that one was friendly but nothing special,
but that one there, the tall one with glasses,
that one I remember well:
it crept up fast and departed too soon
and until it returns to the scene of the crime
the clock face is my jailer,
the voiceless wind my best friend;
I’ll spend my days revisiting
the streets I always thought were gray,
I’ll spend my nights imagining
the pleasures that will come to me in good time.




Después del Edén

En algún lugar sonreía Zeno, los viles
duendes de la paradoja vestían
sus mejores prendas. Mi Cena
con una Guillotina, podría haberse llamado
la noche; y cuando un trago de más causó
escasez de cordura, “¡Estoy tratando
de romper contigo!” gritó él mientras
medias y escrúpulos volaban; y lo que había
terminado no terminaba; actos brutales
eran más dulces que caricias; la emoción
de que ocurrieran y el horror
de que fuesen errores terribles
chocaron como cuerpos sudados en
la sucia, oscura habitación. Así que esto
es marcharse, pensó ella cuando
él salió. ¿Pero qué era marchar? No una
línea recta y brillante sino un viento tan
convulso como las gentes que arrastraba
al desamparo, atravesando aldeas congeladas
y en llamas, alentando su avance pero
impidiendo que olvidaran ni un segundo
su incesante exploración de lo perdido,
su triste semejanza con las tercas y
veloces flechas que nunca llegan.




After Eden

Somewhere Zeno was smiling, the foul
goblins of paradox were wearing
their fairest clothes that night. My Dinner
with a Chainsaw, the evening could have
been called; and when one too many led
to wise judgements too few, “I’m trying
to break up with you!” he shouted as
stockings and scruples flew; and what was
over wasn’t; the brutal doings
were sweeter than a caress; the thrill
of it happening and the horror
of it being an awful mistake
collided like sweaty bodies in
the dark, disheveled room. So this is
moving on, she reflected after
he left. But what was motion? No straight
bright line but a wind every bit as
stormy as the people it carried
away from safety, through towns that froze
and burned, helping them forward but not
letting them forget for a second
their ceaseless looking for what is lost,
their sad resemblance to the quick and
stubborn arrows that never arrive.





PAUL-JEAN TOULET [12.459]

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Paul-Jean Toulet

Paul-Jean Toulet (Pau, Francia  1867 - Guéthary, 1920) fue un poeta francés. Es también autor de obra narrativa, teatral y miscelánea. Debe su lugar en las letras francesas a su obra poética, reunida bajo el título de Les Contrerimes (1921).

Toulet pasó su infancia y adolescencia en su Béarn natal. De 1885 a 1888 residió en Isla Mauricio, donde su familia tenía negocios. De vuelta de Mauricio pasó un año en Argel. En 1889 se instaló en París. En la capital francesa frecuentó los medios literarios, donde su figura, descreída y mordaz, nunca encajó. De noviembre de 1902 a mayo de 1903 viajó a Indochina. En 1912 dejó definitivamente París y se instaló en la provincia francesa. Su vida estuvo marcada por la pérdida de una juventud dorada, la experiencia colonial, el opio y el alcohol. Fue amigo del gastrónomo y periodista Curnonsky y del compositor Claude Debussy, con el que trabajó en un proyecto de ópera inacabado.

Obra poética

Ante todo, Toulet es el autor de Les Contrerimes (Contrarrimas), una de las obras maestras de la poesía francesa. La contrarrima es una estrofa de su invención, que sigue el siguiente esquema de versos franceses: 8a 6b 8a 6b. Con ella compuso el grueso de su obra poética.

Toulet es un poeta que sobre un molde expositivo y lingüístico clásico opera fisuras elípticas, irónicas y argóticas. Su sintaxis sinuosa y refinada es una de sus principales características. Su visión es melancólica y descreída, a ratos indolente, a ratos provocadora.

Poeta teóricamente “frío” y “perfecto”, su visión de la poesía queda resumida en una de sus frases:

No es cierto que la valía de los poetas esté en proporción a su sensibilidad. La mueca sobrepasa al sentimiento, y la felicidad de la forma a todos los gritos de la pasión.

Obra en español

Contrarrimas, Edición y traducción de Jorge Gimeno, Valencia, Pre-Textos, 1998
“Las tres imposturas”, Presentación y traducción de Jorge Gimeno, Revista de Occidente, nº 198, noviembre de 1997

Bibliografía en español

Jorge Gimeno: “Notas al margen de una traducción de las Contrerimes de Paul-Jean Toulet”, Revista de Filología Románica, nº 14, vol. II, 1997, Universidad Complutense



Notas al margen de una traducción 
de las Contrerimes de Paul-Jean Toulet

Por JORGE GIMENO


Ce n‘est pas drôle de mourir
Et d'aimer tant de choses:
La nuit bleue et les matins roses,
Les fruits lents á mûrir

Paul-Jean Toulet




No existen, ni en España ni en Hispanoamérica, traducciones de la obra de Paul-Jean Toulet (1867-1920). Apenas tres contrarrimas vertidas por Jorge Guillén y cuatro por Enrique Díez-Canedo. Guillén, intenta la rima en una de sus versiones, y no malversa demasiado el tono del original; Díez-Canedo en todas, con resultados retorizantes y poco ajustados a la poética de Toulet. Así traduce Díez-Canedo las contrarrimas IX y LXI (ofrezco más adelante el texto francés y mi traducción de estas y de otras cinco contrarrimas):



IX

Mar, en la hueca noche, siento
tu temblor anhelante
como el pecho de una amante
que no durmió un momento;

Da el viento en la roca, sin tino...
¿Qué sirena un burlón
cantar alza en mi corazón?...
¡Oh malestar divino!

Y no más llanto, y no tener
quien piedad dé a tu vida...
La lluvia, sangre de una herida,
suave, empieza a caer.



LXI

Mañanita gris de febrero,
color de tortolilla,
ven y aplaca nuestra rencilla:
grité; me desespero.

Harto fue mi pluma cuchilla,
para ella, del tintero...
mañanita gris de febrero,
color de tortolilla.



En Toulet, como en Max Jacob o en Wallace Stevens, la rima está al servicio de esa intensificación semántica del significante propia de buena parte de la poesía moderna.
Ofrezco a continuación una selección traducida de 7 de las 70 Contrerimes. 
Traduzco los versos franceses de 8 y 6 sílabas por eneasílabos y heptasílabos castellanos.




IX

Nocturne

O mer, toi que sens frémir
A travers la nuit creuse.
Comme le sein d'une amoureuse
Qui ne peut pas dormir:

Le vent lourd frappe la falaise...
Quoi! si le chant mon coueur
D'une sírene est dans mon coeur 
O coeur, divin malaise.


Quoi, plus de larmes, ni d'avoir
Personne qui vous plaigne...
Tout bas, comme d'un flanc qui saigne,
II c’est mis á pleuvoir.




IX

Nocturno.

Oh mar, que oigo bullir
Tras la noche y su nada.
Como seno de enamorada
Que no puede dormir;

Grave, el viento tunde el cantil...
¿Que hay un canto burlón
De sirena en mi corazón?-
Corazón, diosa vil.

No más lágrimas, ni querer
Ser de nadie consolado...
Quedo, como sangra un costado.
Se ha puesto a llover.




X

Fó ha dicho...

“Ese tapiz que urdimos tal
"Gusano su sudario,
“En que sólo el haz es palmario:
‘‘Es el sino fatal.

‘‘Mas tal vez a otra mirada
“El otro lado regala
‘El sueño, las flores, la gala
“De una pintura hadada.”

Del negro oro de tisanas
Borracho, y de su arte.
Tal canta Fó, y al zig zag parte
Entre dos cortesanas.





XXXIX

“—Abrázame pequeña Emilia.
Sí, juntos... Lo celebro.
¿Has dado al fin con el cerebro
Que falta a tu familia?

Di, ¿es cierto que el capellán
Está a mal con Correos?
¿Y qué tal Fulano... Loréos.
El que va con Mailland?’’

En la penumbra, con apuro,
Te quitabas las medias,
Gorrión: alentabas a medias,
El cuarto estaba oscuro..






XLIV

Los que retornáis de Cathai
Con las Mensajerías,
Acunados en las folías
O del opio o del shai.

En palacio de venturina
Do el día dice abr,
¿Habéis visto a Boudroulboudour,
Princesa de la China.


En su panlalón negro clara,
Nácar en concha bruna?
Jean Chicaille, al claro de luna,
¿A veros se acercara.

Como asfódelo lacrimoso
De las islas Ouac-Waco,
Jurando coser en un saco,
A su esposa, el celoso,

Tal y como de la corriente
Del mar sobre la orilla
Un pavo virgen se alza y brilla
En el sol naciente?





LV

A Bella, en Londres, conocí.
Princesa más cercana
Que un marido en nao capitana
Que nunca estaba allí.

Acaso le gustaba el mango.
A Bella, el buen francés
De boca en boca: que asaz es
Comer lengua de rango.
Y la tuya vale un talego.
Bella, mas tan reacia...
Sí. Y eso que ganas en gracia
Con el baño y su juego.







LXI

Pálida aurora de febrero.
De tórtola el matiz,
Ven, apacigua nuestra lid
Me harté de desespero.

De sangrar para la infeliz
Más de un negro tintero...
Pálida aurora de febrero.
De tórtola el matiz.







LXX

La vida, más vano un fracaso
Que la sombra en el muro,
Aunque el jeroglífico obscuro
Que en él traza tu paso

Me encanta, y tu risa pareja
De las armas al Oro;
E incluso ese tu falso lloro
En que el sol se refleja,

Morir, apenas sombra vana.
De noche, cuando el miedo,
No te asuste latir tan quedo:
Es la triste desgana.







ANDRÉ SALMON [12.460]

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André Salmon

André Salmon (4 de octubre de 1881, París - 12 de marzo de 1969 Sanary-sur-Mer). Poeta, crítico de arte y escritor francés. Fue uno de los defensores del cubismo con Guillaume Apollinaire y Maurice Raynal.

André Salmon nació en París, en el hogar de Julie Cattiaux y el grabador Emilio Federico Salmon.

En 1896 se trasladó a San Petersburgo, con su padre y su abuelo paterno, Federico Salmon, también aguafuertista. Allí permaneció hasta 1902, luego de servir como asistente en la cancillería del consulado francés. Ese año regresó a Francia para prestar el servicio militar, pero por su débil condición física fue despedido pocos meses después.

A partir de ese momento se relacionó con los círculos literarios del Barrio Latino de París. Allí conoció al joven poeta Guillaume Apollinaire, entonces desconocido. Con Apollinaire y un grupo de jóvenes formaron un grupo artístico.

En 1904 se trasladó al Bateau-Lavoir, junto con artistas como Picasso, Max Jacob, y Apollinaire. Con ellos fundó la revista El Festín de Esopo, convirtiéndose en uno de los principales promotores del cubismo y las nuevas tendencias pictóricas.




Amadeo Modigliani, Pablo Picasso y André Salmon, 1916, frente al Café de la Rotonde

El día de su matrimonio con la parisina Jeanne Blazy-Escarpette, el 13 de julio de 1909, Apollinaire le dedicó el que es considerado uno de los más bellos poemas al amor: Poème lu au mariage d’André Salmon.1 El pintor Moise Kisling hizo el retrato de la Señora Salmón, obra que será rematada por la casa Christie´s en el año 2013.


Poema leído en la boda de André Salmón el 13 de Julio de 1909, compuesto por su amigo  Apollinaire.


El 13 de julio de 1909

Esta mañana al ver banderas no me dije 
He aquí la rica indumentaria de los pobres  
Ni  el pudor democrático  quiere ocultarme su dolor 
Ni la preciada libertad hace que se imite ahora 
A las hojas oh libertad vegetal oh única libertad terrestre 
Ni  las casas arden porque nos marcharemos para no volver 
Ni esas manos agitadas trabajarán mañana para todos nosotros 
Ni siquiera se ha colgado a los que no sabían gozar de la vida 
Ni siquiera se renueva el mundo retomando la Bastilla 
Sé que sólo lo renuevan los que están fundados en la poesía 
Se ha engalanado París porque mi amigo André Salmon 
Allí se casa

Nos conocimos en una bodega maldita 
En tiempos de nuestra juventud 
Fumando los dos y mal vestidos esperando el alba 
Apasionados apasionados los dos por las mismas palabras 
    cuyo sentido habrá que cambiar 
Engañados engañados pobrecitos sin saber aún reír 
La mesa y los dos vasos se transformaron en un moribundo 
    que nos echó la última mirada de Orfeo

Los vasos cayeron se rompieron 
Y aprendimos a reír 
Partimos entonces peregrinos de la perdición 
Cruzando calles cruzando comarcas cruzando la razón 
Lo volví a ver a orillas del río donde flotaba Ofelia 
Blanca flota aún entre los nenúfares 
Él iba en medio de pálidos Hamlets 
Tocando con su flauta tocando los aires de la locura 
Lo volví a ver junto a un mujik moribundo contando las bienaventuranzas 
Admirando la nieve semejante a las mujeres desnudas 
Volví a verle haciendo esto o aquello en honor de las mismas palabras 
Que cambian el rostro  de los niños y digo todas estas cosas 
Recuerdo y Porvenir porque mi amigo André Salmon se casa

Regocijémonos no porque nuestra amistad ha sido el río que nos fertilizó 
Terrenos ribereños cuya abundancia es el alimento que todos esperan 
Ni porque nuestras copas nos echan una vez más la mirada de Orfeo moribundo 
Ni porque tanto hemos crecido que muchos podrían confundir nuestros ojos y las estrellas 
Ni porque las banderas ondean en las ventanas de los ciudadanos que están contentos 
    desde hace cien años de tener la vida y cosas menudas para defender 
Ni porque fundados en la poesía tengamos derechos sobre las palabras que forman y 
    deshacen el Universo 
Ni porque podemos llorar sin temor al ridículo y  sabemos reír 
Ni porque fumamos y bebemos como antaño 
Regocijémonos porque el director del fuego y de los poetas 
El amor que como la luz llena 
Todo el espacio sólido entre  las estrellas y los planetas 
El amor quiere que hoy mi amigo André Salmon se case.

GUILLAUME APOLLINAIRE
De " Alcoholes"

Traducción: Claire Deloupy




André Salmon, Max Jacob, Amedeo Modigliani y Manuel Ortiz de Zárate en una calle de Montparnasse, 1916


Obra

Entre las numerosas obras de Salmón se destacan:

Ensayo

El arte vivo, 1920;
Cézanne, 1923;
El vagabundo de Montparnasse: vida y muerte del pintor A. Modigliani, 1939.

Poesía

Poemas, 1905;
Fantasías, 1907;
El libro y la botella, 1919;
Prikaz, 1919;
La edad de la humanidad, 1922)

Novela:

La negra del Sagrado Corazón, 1920

Memorias

Recuerdos sin fin, 1955-1961

Teatro

Natchalo (con René Saunier),puesta en escena por Henri Burguet, en el Théâtre des Arts, el 7 de abril de 1922
Dos hombres, una mujer (con R. Saunier)
Sangre de España (con R. Saunier)
La Academia Francesa le otorgó el Gran Premio de poesía en 1964.






 Parti en guerre au coeur de l'été
         Vainqueur au déclin de automne
          Titubant d'avoir culbuté des tonnes
          Et des tonnes
          D'explosifs sur le vieil univers patiemment saboté,
          Tu vas avoir quarante ans,
          Tu as fait la guerre
          Tu n'es plus l'homme de naguère
          Et tu ne seras jamais l'homme que fut à cet âge ton père.





  L'Art, c'est la pierre un jour jaillie
          D'un bloc de feu
          Qui ne tombe jamais, qui jamais ne se fixe, froide et qui s'irradie,
          Si tu crois la saisir au compas de tes yeux.
          Alors tes yeux seront la pierre
          Froide jusqu'à ce que d'autres yeux
          La saisissent pour mieux prolonger l'infini de sa course.
          Que de génies éteints dans les foyers de la Grande Ourse!





   En foi de quoi j’ai bien l’honneur   
          Monseigneur 
          D’être votre rebelle obéissant 
          Lui-même n’a plus de foi qu’en la poésie
          À tout un univers libre d’horribles liens           
          Le verbe ouvre la porte. 




La Marchande d’Images

C’est la vieille qui fume la pipe, 
Elle est de Bruxelles en Brabant
Et vend l’Histoire du Juif-Errant, 
La légende tendre et terrible 
Du Petit-Poucet qui semait des cailloux 
Sur son chemin ainsi que font les fous
Et les poètes qui vont semant des étoiles 
Sans se douter qu’ils sont sur des vaissseaux sans voiles ; 
Elle vend des chansons bleues et des romans noirs, 
Elle a le Messager Boiteux de Strasbourg et l’Histoire 
De la Dame du Lac et du beau Lancelot, 
Elle vend du tumulte, du rire et des sanglots, 
Des contes très pervers parfumés de morale 
Et l’Histoire en couleurs du Petit Caporal. 
Dans son vieux sac, il y a de petites choses qui brillent, 
Elle porte, dit-on, des messages aux filles, 
Mais je crois qu’on la calomnie. 
Je l’ai vue souvent dans les champs, 
Elle n’avait pas l’air méchant, 
Sa jupe rouge dans l’herbe verte 
Semblait flamber sur son échine 
Et dans sa bouche entrouverte 
Deux dents souillées de nicotine 
Frémissaient comme ses narines. 
Je crois qu’elle a toujours vécu 
Et le Juif-Errant la connaît 
Et peut-être a-t-elle tenu 
Sur les marches du palais 
Le beau manteau d’or sur fond blanc 
De Geneviève de Brabant. 
Vieux poète en jupon! viens donc, lorsqu’il fait soir 
Dans mon cœur, m’enseigner tes plus belles histoires 
Pour que mon âme épouse l’âme des amoureuses Qu’emporte la fumée de ta pipe crasseuse. 





L’Aube Rue Saint-Vincent 

Le jour doré s’accroche à l’aile 
D’un moulin qui ne tourne plus Et l’on sent bouillonner le zèle 
De Paris, moi je suis perclus. 
Voici, beautés d’apothéose, 
Merveilles du soleil levant, 
Traînés par un jument rose 
Des choux bleus et des coucous blancs. 
La fontaine laborieuse 
Redit, inutile leçon, 
Une chanson d’esclave heureuse 
Au ruisseau libre et vagabond. 
On ouvre et l’on ferme des portes 
Et des mains lèvent des miroirs 
Lourds de lumière, que m’importe 
Si je suis parfumé de soir ? 
La lune a bu toutes mes larmes ; 
Partageant mon vin, des filous 
M’ont laissé caresser leur armes ; 
Ma nuit fut belle.  Couchons-nous. 








Chanson marine 

Si la mulâtresse qui peigne
Ses crins, de nuit, sous les thuyas
Aime le marin, c'est qu'il a
Le poil solaire quand il baigne
Sa chair forte dans le delta.

Et si l'enfant blanc de l'Europe
Aime l'amante de couleur
C'est pour sa nouvelle saveur,
Comme il aima le fils d'un pope
Et l'épouse d'un grand seigneur.

Ce soir, dans la case fleurie,
Chacun apaisera sa faim;
Sur des peaux aux rauques parfums
Ils connaîtront en des féeries
Selsibil et Paris lointain.

Debout sur le Sirath tragique
Il se reverra petit gars
Dévorant de vieux almanachs,
S'essayant à mordre la chique
Au clair de lune, hors des draps.

Et plus tard il conservera
"Son portrait"à l'encre de Chine
Entre une boussole, un compas
Et "Le passage de la ligne"
Par un copain resté là-bas.








RAYMOND ROUSSEL [12.461]

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Raymond Roussel

Raymond Roussel (París, 20 de enero de 1877 - Palermo, 14 de julio de 1933) fue un poeta, novelista, dramaturgo, músico y ajedrecista francés. Con sus novelas y obras ejerció una fuerte influencia sobre algunos grupos del Siglo XX, como los surrealistas, OuLiPo y los autores de la nouveau roman.

Roussel fue el tercero y último hijo de su familia. En 1893, a los 15 años de edad, fue admitido en el Conservatorio de París como pianista. Un año más tarde heredó una sustanciosa fortuna al fallecer su padre y empezó a escribir poesía para acompañar sus composiciones musicales. A los 17 escribió Mon Âme, un largo poema publicado tres años más tarde en Le Gaulois. En 1896 ya había empezado a escribir su poema La Doblure cuando sufrió una crisis mental. Tras la publicación del poema el 10 de junio de 1897, que fue un completo fracaso, Roussel empezó a visitar al psiquiatra Pierre Janet. En los años siguientes su herencia le permitió publicar sus obras y producir sus obras sin reparar en gastos. Escribió y publicó parte de su obra más importante entre 1900 y 1914, y de 1920 a 1921 viajó a lo largo del mundo. Siguió escribiendo en las décadas siguientes, pero cuando su fortuna finalmente se acabó se encaminó a un hotel en Palermo, donde murió de una sobredosis de barbitúricos en 1933, hecho cuestionado por Leonardo Sciascia en su obra Actas relativas a la muerte de Raymond Roussel. Está enterrado en el cementerio Père-Lachaise de París.

Obra

Las obras más conocidas de Roussel son Impresiones de África y Locus Solus, ambas escritas de acuerdo a restricciones formales basadas en juegos de palabras. Roussel mantuvo su método de escritura en secreto hasta la publicación póstuma de un texto en el que lo describe de la siguiente forma «Elijo dos palabras similares. Por ejemplo “billiards” y “pilliards”. Entonces les añadía palabras similares tomadas en dos direcciones diferentes y obtenía dos frases casi idénticas. Halladas las dos frases, era cuestión de escribir un relato que pudiese empezar con la primera y acabar con la segunda. Amplificando el proceso buscaba nuevas palabras que llevaran a la palabra billiards, tomándolas siempre en una dirección diferente de la que se presentó al principio de todo, y esto me proporcionaba cada vez una creación. El proceso evolucionaba/se movía y acababa tomando una frase que obtenía de la dislocación de las imágenes, un poco como si fuera cuestión de extraer algo de un jeroglífico». Por ejemplo Les lettres du blanc sur les bandes du vieux billard/Las letras blancas escritas en las bandas de la vieja mesa de billar… debe alcanzar de alguna forma …les lettres du blanc sur les bandes du vieux pillard/Cartas [escritas por] un hombre blanco sobre las bandas del viejo bandido. El resultado era una serie de transformaciones y retruécanos en las que la realidad aparecía totalmente dislocada. En sus propias palabras:

...una obra literaria no tiene que contener nada real, ninguna observación acerca del mundo, nada salvo combinaciones de objetos totalmente imaginarios

En Impresiones de África un barco naufraga en África y es capturada por los indígenas. Allí distraen a los que les custodian con parodias y juegos. Estas distracciones están basadas en juegos verbales. Por ejemplo, uno habla de un tal Lelgouach que toca una flauta hecha a partir del hueso de su tibia—la idea de una tibia sonora la sacó Roussel de un anuncio de una grabadora llamada Phonotypia. Todo repleto de máquinas fantásticas, retruécanos, elementos que contradicen las leyes de la física, procesos absurdos descritos con seriedad...

John Ashbery resume Locus Solus de esta forma en su introducción al ensayo de Michel Foucault Raymond Roussel: «Un científico e investigador importante, Martial Canterel, ha invitado a un grupo de colegas a visitar el parque de su finca, Locus Solus. Cuando el grupo visita la finca, Canterel les muestra invenciones de una complejidad y rareza cada vez mayores. De nuevo, a la exposición le sigue la explicación, la histeria fría de la primera dando paso a las innumerables ramificaciones de la segunda. Tras un martinete áreo formado por un mosaico de dientes y un enorme diamante de cristal relleno de agua en la que flota una chica que baila, un gato sin pelo y la cabeza conservada de Danton, llegamos al pasaje central: la descripción de ocho curiosos tableaux vivants que tienen lugar en una enorme jaula de cristal. Aprendemos que los actores son en realidad gente muerta que Canterel ha resucitado con resurrectine, un fluido de su invención que si se inyecta a un cadáver reciente hace que represente el incidente más importante de su vida».

Nuevas impresiones de África es un poema de 1 274 líneas que consiste en cuatro largos cantos de alejandrinos rimados, en el que cada frase viene acompañada de notas laterales de hasta cinco niveles. De vez en cuando una nota al pie se refiere a un poema anterior que contiene sus propios niveles de paréntesis.

Roussel fue impopular en su época y los críticos de su tiempo le dispensaron comentarios casi unánimemente negativos. Sin embargo, fue admirado por los surrealistas y otros artistas de vanguardia, como Michel Leiris y Marcel Duchamp. A finales de los 50 le redescubrió el Oulipo y Alain Robbe-Grillet. Sus influencia más directa en el mundo anglosajón fue la nueva escuela de Nueva York: John Ashbery, Harry Mathews, James Schuyler y Kenneth Koch editaron una revista efímera llamada Locus Solus. El filósofo francés Michel Foucault escribió el único libro sobre su obra.

En 2011 el Museo Reina Sofía organizó la exposición Locus Solus, Impresiones de Raymond Roussel (del 26 de octubre al 27 de febrero de 2012), con más de 300 obras, sobre la gran influencia de este autor en las artes plásticas.

Obras seleccionadas

1897 Mon âme, poema.
1897 La Doublure, novela en verso.
1900 La Seine, novela en verso.
1904 La vue, Le concert y La source, poemas.
1910 Impressions d’Afrique (Impresiones de África), novela, más tarde una obra de teatro.
1914 Locus Solus, novela (Ed. española: Locus Solus, trd. Marcelo Cohen, col. Polifonías, ed. Capitán Swing, Madrid, diciembre 2011, ISBN 978-84-93827).
1925 L'étoile au front, obra de teatro.
1926 La Poussière de soleil, obra de teatro.
1932 Nouvelles Impressions d’Afrique (Nuevas impresiones de África), poema de cuatro cantos con 59 dibujos.
1935 Comment j'ai écrit certain de mes livres (Como escribí algunos libros míos, 1995, ISBN 1-878972-14-6).
1935 Parmi les noirs (Entre los negros), un relato publicado por primera vez en Comment j'ai écrit certain de mes livres.



APASIONANTE RAYMOND ROUSSEL

Algunos fragmentos de su obra



Raymond Roussel      Por  Michel Foucault

Traducido por Patricio Canto  Siglo XXI, Buenos Aires, 1976


Ya es tiempo de volver a leer Mon âme, el poema que Roussel escribió a los diecisiete años (en 1894) y que publicó inmediatamente después de La Doublure con el título cambiado de L’Ame de Victor Hugo.: 

“Mi alma es una raíz extraña, en donde combaten el fuego, las aguas...

”Resulta curioso comparar esta maquinaria precoz con otra más tardía, en la cual se componen, de acuerdo con una unidad semejante, el agua y el fuego. En el jardín de Canterel, en el extremo de una elevada explanada, un gigantesco pozo hace refulgir como un diamante la mezcla maravillosa que contiene: un agua en la cual cada partícula, por obra de una luminosidad que le es interior, brilla como la mica al sol: íntima fusión de la fluidez y del esplendor, del secreto y del relámpago, dado que, desde lejos, sólo se la puede divisar como un chisporroteo que atrae la mirada pero también la encandila, mientras que de cerca se la ve sin dificultad,como si estuviera dotada de una transparencia que nada oculta. En ese recinto de cristal descubrimos el microcosmos delas invenciones de Roussel: una humanidad instrumental, con la cabellera sonora de Faustina, la animalidad domesticada de los hipocampos corredores, la resurrección mecánica de los muertos con la cabeza habladora de Danton, las escenas que se abren como flores japonesas, el elemento de la supervivencia sin término con el aqua micans, y por último la figura donde el aparato se simboliza a sí mismo: el licor amarillo que se solidifica como un sol. La usina del Alma, por su parte, es un curioso subterráneo que permanece a cielo abierto. Con todo un pueblo de admiradores, Roussel se asoma en el borde de ese pozo gigantesco, y mira así, por debajo de sí, a sus pies, el hueco abierto e incendiado de su cabeza, su cerebro:



Sobre el fondo del abismo
mi cuerpo vuelve a asomarse,
lamido por la sublime llama
que se eleva de mi cerebro




De esta cabeza cortada (como lo será la de Gaizduh o la de Danton), de ese cerebro abierto (como lo será el diamante de Canterel), pero que sigue a sus pies, Roussel ve ascender todo un lenguaje líquido e incandescente, que los obreros forjan sin descanso, en esas tierras altas en donde se abre la boca de la mina. Allí el metal se enfría, toma forma entre las manos ágiles; el hierro se convierte en verso; la ebullición se pone a rimar.



Con los reflejos sobre sus rostros
del hogar amarillo, rojo y verde,
apresan en la superficie
los versos ya casi formados.

Penosamente recoge cada uno
el suyo con su pinza de hierro
y lo remata sobre el borde del pozo
golpeando con infernal estruendo.



En el fondo duermen las imágenes que habrán de nacer, serenos paisajes sin mundo: 



Un bello atardecer se apacigua
sobre un lago de reflejos granates,
una pareja joven, bajo el follaje,
se sonroja a la puesta del sol.


Un gesto, una silueta, una expresión no revelan nada menos que una naturaleza y esa forma en donde el ser y el tiempo se estabilizan uno al otro. He aquí, por ejemplo, lo que se ve sobre la etiqueta rosada del agua mineral:



Una mujer alta,
de una frialdad prudente en el trato;
por suerte para ella, tiene una idea elevada
de sí misma y nunca se intimida.
Cree saberlo casi todo: una marisabidilla.
Los que leen poco no existen para ella.
Dictamina al hablar de literatura.
Sus cartas sin vulgaridades, sin tachaduras,
sólo florecen tras laboriosos borradores.





De esas figuras, diseñadas con un trazo, se eleva un piar tan límpido como sus siluetas fijas, sus dedos inmóviles; y nunca se interrumpe esta charla en el aljibe de vidrio en donde La Vue la tiene encerrada, como una caracola encierra el rumor de las olas.
Veamos cómo hablan los gestos mudos de este hombre:




Que se adelanta entre dos mujeres bastante bonitas;
cada una, con deferencia jocosa,
le ha tomado un brazo...
Para apoyar con fuerza lo que él pretende
se esfuerza y hace todo lo posible; utiliza
la libertad breve, incierta y confusa
que tan sólo conservan sus manos y sus muñecas...
Tiene interés en que crean su versión,
sobre todo que no digan que exagera,
que trata el tema desde arriba, a la ligera,
cuando en verdad ciñe de muy cerca
la más estricta verdad; tiene éxito;
lo escuchan con oído atento; provoca
el buen humor; gracias a las escenas que evoca,
locas carcajadas sacuden los hombros




Y, sin embargo, ese mundo del lenguaje absoluto es, en cierto sentido, profundamente silencioso. Se tiene la impresión de que todo está dicho, pero en el fondo de ese lenguaje hay algo que calla. Los rostros, los movimientos, los gestos, hasta los pensamientos, los hábitos secretos y las inclinaciones del corazón se dan como signos mudos sobre un fondo de noche.




Se oye relinchar un caballo inmóvil,
también lejos, por allá. Él sin prevenirla,
para hacerla volver completamente la empuja
con el brazo derecho, lentamente, con una presión suave,
pero, tomándola con la mano izquierda, la retiene,
siempre sin palabras, mirándola. Acaba
de detenerse ahí, sin que ella comprenda
lo que él quiere; ahora, él la lleva
con más fuerza, la hace girar a su alrededor,
dándole siempre el brazo como punto de apoyo y casi sin saber
qué siente ella en el lado opuesto. Él, largamente, la envuelve
en su mirada, sin hablar, siempre con el mismo aspecto.
Se van. A la izquierda está el mar.



Pero es posible retroceder aun más en la mañana del lenguaje y de las cosas: hasta ese primer resplandor que se percibe al principio de La Doublure, resplandor que, aún antes de ofrecer las cosas en su plenitud, las desdobla subrepticiamente y las desgarra desde el interior. Ese relámpago primero es el que se ve brillar un instante cuando el actor, al iniciar un parlamento, trata con una actitud solemne e irrisoria, de introducir la hoja de una espada en su vaina:




Con un gran gesto
exagerado, levantando en el aire la mano enguantada,
baja la hoja, lanzando un destello,
y después trata de envainarla, pero se agita y tiembla,
sus manos no pueden tocar
con la punta la vaina negra de cuero,
y las dos giran como si se huyeran.





LA LENTE VACÍA

Verdad es que la arquitectura de esta obra es tan evidente como la de las primeras. Fácil de captar, difícil tan sólo de explicar.


A ras del Nilo, veo huir dos riberas cubiertas
De flores, de alas, de relámpagos, de suntuosas plantas verdes.
Una sola bastaría a veinte de nuestros salones,
De follajes opacos, de frutas y de rayos.





Un dedal
brilla en su dedo; con la extremidad del pulgar
ella lo aparta con una leve presión
y lo levanta un poco, sólo para dejar
que el aire nuevo, más vivo, más fresco, pueda entrar.
la aguja que tiene al mismo tiempo traza
sobre la labor su sombra apreciable y fina,
con bordes atenuados y desbordantes; el hilo
muy corto, no pudiendo durar más, está en peligro
de separación súbita; para que salga
de la aguja, el mínimo impulso demasiado fuerte
bastaría; la labor se hace sobre un hermoso lino fino;
el hilo parte de un ovillo flojo que está por agotarse;
la tela se pliega, obediente y flexible,
frecuentemente manipulada...







Poemas de las imposibles confusiones:

— Algún caimán intruso cerca de un parasol fijo 
para un lagarto contra una seta. — Cuando sobre ellos, sin borrasca, 
empezó a nevar huevos rojos amasados
para fresas que se azucaran. 
— Para una pestaña, 
curva, evadida de un ojo dulce, un asta negra
de gamuza.
— Un tubo de agua para un hombro de inmortal 
por el que trepa un cabello largo.





Poemas de encuentros sin lugar: 




La bola acuática y desnuda
de un dentario, aterrador rincón 
— Una araña ociosa que explora una red barredera.
— La odalisca a quien arrojaron el extractor de jugos.
— Un cigarro reducido al estado de pucho, 
el disco del sol en el cielo de Neptuno. 
— Prometeo encadenado en el Cáucaso, 
el gato mimado y después cocinado de la comadre Michel 
— Dedos desnudos de colegial, 
una viga con decorados fúnebres.






GERMAIN NOUVEAU [12.462]

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Germain Nouveau

Germain Marie Bernard Nouveau (31 de julio de 1851 - 4 de abril de 1920) fue un poeta francés del movimiento simbolista. Célebre por su amistad con Arthur Rimbaud y Paul Verlaine.

Fue el mayor de los cuatro hijos de Félicien Nouveau (1826-1884) y Marie Silvy (1832-1858). Germain Nouveau perdió a su madre cuando tenía siete años, por lo que fue criado por su abuelo.

Después de pasar su infancia en Aix-en-Provence y de sus estudios primarios, pensó en hacerse sacerdote. Dio clases en un colegio de Marsella entre 1871 y 1872. Finalmente se instaló en París en el otoño de 1872.

Publicó su primer poema, Soneto de verano, en la revista literaria La Renaissance artistique et littéraire de Émile Blémont y conoció a Mallarmé y a Jean Richepin, que por ese entonces se reunían en el café Tabourey.

Comenzó a frecuentar el Círculo de los poetas Zúticos, donde conoció a Charles Cros, con quien colaboró en la redacción de Dixains réalistes, un libro en el que se burlaban de los parnasianos. Gracias a Cros, descubrió los poemas que Paul Verlaine y Arthur Rimbaud habían escrito en el Álbum Zútico, y también se enteró de que los dos poetas habían abandonado París desde julio de 1872.


Dibujo de Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, Germain Nouveau, Ernest Delahaye.


A finales de 1873, se encontró con Rimbaud en el café Tabourey y, en marzo de 1874, partieron juntos a Inglaterra, hospedándose en Londres, en el 178 de la calle Stamford. Nouveau ayudó a Rimbaud en la transcripción de las Iluminaciones, pero finalmente regresó solo a París en junio del mismo año.

Luego viajó a Bélgica y a los Países Bajos. En 1875, en Bruselas, recibió de Verlaine el manuscrito de las Iluminaciones que Rimbaud, entonces en Stuttgart, envió a Nouveau para que los publicara. Nouveau regresó a Londres, donde entabló amistad con Verlaine, permaneciendo los dos como amigos por mucho tiempo.

Se convirtió en profesor de dibujo en la Universidad Bourgoin en el departamento de Isère, luego en el colegio Janson de Sailly en París, donde fue víctima, en plena clase, de una crisis de locura en 1891. A causa de esto tuvo que ser internado en el hospital Bicêtre, del que salió luego de varios meses de encierro. Atravesó después varias crisis más de locura cercana a la alienación, lo que lo llevó a emprender una vida de peregrino, inspirándose en san Benito Labre.

Luego de varios años de errar, donde hizo dos perigrinaciones a Roma y una al Camino de Santiago, regresó en 1911 a su ciudad natal, donde murió entre el viernes santo y el domingo de pascua de 1920.

Sus poesías fueron publicadas en su gran mayoría luego de su muerte, puesto que Nouveau siempre se opuso a su publicación mientras estaba con vida —llegó incluso a poner una demanda cuando se publicó su libro Saber amar, primera versión de su Doctrina del Amor—.

Ejerció una gran influencia sobre el surrealismo, en especial sobre Louis Aragon, quien dijo que Nouveau «no es un poeta menor. No es un imitador de Rimbaud: pues se le compara».

Obras

Primeros versos (1872-1878)
Dixains réalistes
Notes parisiennes
La Doctrine de l’amour
Sonnets du Liban
Valentines
Ave Maris Stella
Últimos versos versos (1885–1918)


AMOR

No temo a los reveses del destino, 
a nada temo, ni a la tortura, 
ni a las mordeduras de serpiente, 
ni a los cálices de veneno, 
ni a los ladrones que huyen del día 
o a sus subordinados cómplices, 
si amo.
Me río estruendosamente, 
no me importa la magia, 
ni el florecimiento del odio, 
pero de las caricias podría 
hacer mi deleite, el ruido 
de guerra en el tambor, 
las espada en los fuegos artificiales, 
si amo.
Odio mirar al gato que duerme 
sin desearme mal alguno; 
espero la muerte, la desgracia, 
el sufrimiento y los malos tratos; 
soy valiente, sin vicios, rey al 
frente de mi palacio, 
líder de las milicias, 
si amo.
Concédeme el amor hasta que 
mi pelo negro se torne lacio, 
y ningún dios pueda hacerme paliceder, 
si amo. 




El peine

La toalla es una sierva,
El jabón es un servidor, 
y la esponja es una sabia;
Pero el peine es un gran señor.
Sí, es un gran señor, Señora,
De los más nobles por la alteza
y por la limpieza del alma,
¡Sí, el peine es un gran señor! 
¿Cómo?, se atreve a decir en voz alta
Sucio como un ... ¡De todo corazón, 
Responda!, ¿quién tiene la culpa? 
¡ Pero el peine es un gran señal'! 
Sí, si no está limpio, el peine, 
¿Quién tiene la culpa?, ¿su autor?
¡No es más bien de la tiña! 
Pues ... el peine es un gran señor.
La culpa, es de quien le deja 
Desarrollarse en su horror. 
Es la culpa ... de nuestra pereza. 
Él, el peine es un gran señor. 
Sí, nuestra mano es su vasalla,
y si está sucia, por desgracia, 
El se coñ ... ríe un poco de estar sucio,
Pues el peine es un gran señor. 
Sólo quiere limpiar la cabeza 
Si la mano de su cepillador 
Le limpia los dientes, repito, 
Si el peine es un gran señor. 
Sí, es un gran señor, el peine,
Sin ser arrogante ni burlón,
Su divisa sería: «no me digno» 
Pues el peine es un gran señor.
Gran señor su desdén nos azota,
Portador de espada, él es reídor,
Pues, esta espada es una aguja,
Si el peine es un gran señor. 
Esta aguja, hábil y amable,
La devuelve limpia como una flor,
En los dedos de la chiquilla
Donde el peine es un gran señor.
Pues que yo diga o que tú digas
Que es sucio, pico de oro,
Él no hace caso de las tonterías,
Pues el peine es un gran señor.
En cuanto a mí, no quiero decirlo:
Eso carecería ... de sabor 
y además haría sonreír; 
No ... , el peine es un gran señor.
Sobre tus dientes finos y sin roña,
Cada mañana yo tengo ese honor,
Mi bello peine, yo te beso,
y soy tu servidor.





Las palomas

El oscuro negro y el esperanzador verde
nunca aguardan la flor que baten las palomas
y a las tumbas agrada.

Ellas irrumpen desde el cielo,
cargadas de fruta, desnudas
y perdidas sus plumas en
en el viento y en los
antiguos caminos.

Esclarece el día
desde lo alto del árbol
en hermoso equilibrio.

La delicia de sus ojos
atrapa un trozo de cielo,
incuba la madrugada
en el lecho inferior del
cementerio.

Y cada árbol ahuyenta la
desesperación más enfermiza,
bajo la multitud de plumas blancas,
en medio de sus arrullos.

Estas aves, cuyas voces son hermanas,
son, obviamente, las almas
de niñas y mujeres

Cuya tumba suave brilla
en la luna de cada noche y
escribe sus gélidos epitafios. 



SONNET D'ETÉ

Nous habiterons un discret boudoir, 
Toujours saturé d'une odeur divine, 
Ne laissant entrer, comme on le devine, 
Qu'un jour faible et doux ressemblant au soir.

Une blonde frêle en mignon peignoir 
Tirera des sons d'une mandoline, 
Et les blancs rideaux tout en mousseline 
Seront réfléchis par un grand miroir.

Quand nous aurons faim, pour toute cuisine 
Nous grignoterons des fruits de la Chine, 
Et nous ne boirons que dans du vermeil ;

Pour nous endormir, ainsi que des chattes 
Nous nous étendrons sur de fraîches nattes ; 
Nous oublirons tout, - même le soleil !




LE BAISER (II)

Comme une ville qui s’allume 
Et que le vent vient d’embraser, 
Tout mon cœur brûle et se consume, 
J’ai soif, oh ! j’ai soif d’un baiser. 

Baiser de la bouche et des lèvres 
Où notre amour vient se poser, 
Plein de délices et de fièvres, 
Ah ! j’ai soif, j’ai soif d’un baiser ! 

Baiser multiplié que l’homme 
Ne pourra jamais épuiser, 
Ô toi, que tout mon être nomme, 
J’ai soif, oui, j’ai soif d’un baiser. 

Fruit doux où la lèvre s’amuse, 
Beau fruit qui rit de s’écraser, 
Qu’il se donne ou qu’il se refuse, 
Je veux vivre pour ce baiser. 

Baiser d’amour qui règne et sonne 
Au cœur battant à se briser, 
Qu’il se refuse ou qu’il se donne, 
Je veux mourir de ce baiser. 

(Valentines, 1887)





LUIS ÁNGEL LOBATO VALDÉS [12.463]

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LUIS ÁNGEL LOBATO VALDÉS 

(Medina de Rioseco –Valladolid -España– (1958).  Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Valladolid. 

Sus inicios como escritor se remontan a finales de los años setenta del siglo XX. Y es en 1981 cuando inicia la escritura de su primer poemario.

Toda su poesía –el lugar donde se cumplen o se destruyen los sueños de los hombres–, dominada por los temas del sentido de la pérdida, del paso del tiempo, del amor, de la soledad y de los sueños, que oprimen a un nihilista y desesperado yo poético, es de base irracionalista y abstracta, aunque sin aislarse de la estricta materia autobiográfica.  

Si tuviese que elegir a un puñado de maestros de la literatura universal, entre ellos estarían, sin ninguna duda, Edgar Allan Poe, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, T. S. Eliot y Ray Bradbury.  

Y entre las películas –el cine es su gran pasión– que han conmovido su vida aparecerían títulos como Carta de una desconocida, La noche del cazador, El bazar de las sorpresas, Los sobornados, El increíble hombre menguante, Encadenados, Raíces profundas, Blade Runner, Collateral…

La literatura fantástica, el cine clásico americano y la música rock  son, pues, referentes  en su obra.

Fue colaborador desde 1989 a 1995 del diario El Norte de Castilla, en el suplemento cultural “Artes y Letras” como ensayista y crítico literario. 

PREMIOS

 -III Premio Nacional de Poesía  Ángel González, Oviedo, en 1987.   
 -II Premio de Ensayo Argaya, Diputación de Valladolid, en 1991. 
 -Finalista del premio nacional de poesía Ana de Valle, Avilés, en 1982. 
 -Finalista del premio internacional de poesía  Leonor, Soria, en 2007.  
 -Finalista del premio internacional de poesía Jaime Gil de Biedma, Segovia, en 2008.

ESTUDIOS

-Miguel Casado: De los ojos ajenos. Lecturas de Castilla, León y Portugal; Junta de Castilla y León, Valladolid,  1999.
-César Augusto Ayuso: Amor en blanco y gris; La sombra del ciprés, El norte de Castilla, Valladolid, 26 de febrero de 2011.
-Antonio Piedra: Introducción y nota bio-bibliográfica de la antología poética Sentados o de pie, 9 poetas en su sitio,  Fundación Jorge Guillén, Valladolid, 2013.
Jorge del Arco: El peso del desamparo; Suplemento La Sombra del Ciprés, del diario El Norte de Castilla, Valladolid, 24-5-2014.

OBRA PUBLICADA HASTA 2014

 POESÍA

-Galería de la Fiebre (1984-1990); Fundación Jorge Guillén (Colección Cortalaire), Valladolid, 1992.  I. S. B. N. 84-7852-062-7
-Pabellones de Invierno (1991-1995); Diputación Provincial de Granada (Colección Genil de Literatura), Granada, 1997. Prólogo de Jesús Torbado. I. S. B. N. 84-7807-208-X  
-Regreso al Tiempo (1996-2000); L. F. Ediciones (El Árbol Espiral), Béjar, 2002. Prólogo de Gustavo Martín Garzo. I. S. B. N. 84-95327-09-0
-Lámparas (2006-2007); Ediciones Tansonville, Valladolid, 2010. I. S. B. N. 978-84-614-3338-4
-Sentados o de pie, 9 poetas en su sitio (Antología Poética); Fundación Jorge Guillén, Valladolid, 2013. I. S. B. N. 978-84-15046-17-2
-¿Dónde estabas el día del fin del mundo? (2009-2010). Editorial Cálamo, Palencia, 2014.  I. S. B. N. 978-84-96932-85-2 
-La mirada del lobo (Antología Poética Digital)                                    http://andresvara.blogspot.com.es/2014/06/luis-angel-lobato.html 

PROSA

-Páginas de Humo -Ensayos y relatos- (1989-1995) Suplemento  “Artes y Letras” del diario El Norte de Castilla.  

Poemas, ensayos y relatos suyos han aparecido en distintas revistas literarias nacionales e internacionales como Los Infolios, Cuadernos del Matemático, El Signo del Gorrión, La Torre del Virrey, Veneno, Caracteres Literarios, Milenrama, Llanuras… así como en catálogos pictóricos (del pintor Jesús Capa), en libros colectivos (Cuadernos del Sornabique, Libro del Premio Ángel González de poesía, Libro del Premio Ana de Valle de poesía) y en las antologías de poesía española actual Píntalo de Verde o las ya mencionadas Sentados o de Pie, 9 Poetas en su Sitio y La mirada del lobo. 

OBRA INÉDITA

-Ritual de Náufragos (1981-1983).     
-Cambio Disperso -Colección de poemas- (1983-2010).   
-Brillante (2001-2005).  
-Insólitos Recuerdos (2007-2009) –Novela-


ANTOLOGÍA DE LIBROS PUBLICADOS



DE GALERÍA DE LA FIEBRE


Detrás de todo esto llegan pata ti
los azules copos de la fiebre, el sueño
de lo que nunca fue
seguro 
en tu mirada,
la gratitud de la nieve intensa y el verdor
del aire,
el viento oeste que tendido entre las nubes
abre todo aquello que nos trajo la locura.





Una horca incandescente, un trozo de cielo varado
desgastando matorrales. Aún había bronce en la campiña
y en mis manos se segaba
un remolino inconsciente de libélulas: gavilán, trasluz de presa,
cóncavo plumaje para disfrazar los símbolos. Una lágrima
ampollaba los espejos, una lágrima de azufre,
un panteón de sal. 






DE PABELLONES DE INVIERNO

Aquel invierno usurpado, el enfermizo panorama del humo, algo
como la alergia de un arañazo en el yeso
o un mapa de humedad al sur de las grietas. Las lámparas.
El desván aún con el olor
de las uvas pasas y los granos de trigo. El sol momificado de diciembre
rojizo en los ventanales. La persistencia del polvo. El marco de un espejo
decorado con tinta venenosa. Los disuasivos sudarios
de los muebles más antiguos. Aquello que mis ojos estancados buscaban
donde una vez imaginé la silueta del mar: la nieve atardecida 
que quemaba las manos, esa invasión de confusos aguijones
que se arquean lejanos en la inconsciencia.






Como la temperatura de un sueño hecho para recordar: la luz mestiza del amanecer, el volumen 
rayado de un cerro, el silencio de otro tiempo que habitaba 
estancado a mi alrededor. Ascendía con miedo la prolongada ondulación de los campos 
sin conocer el destino que colgaba 
tras aquella ilusoria frontera. Detenido en la ansiedad de aquel límite, al otro lado 
de un confuso panorama, los ojos abiertos de la duda, el vértigo del pulsante vacío.




DE REGRESO AL TIEMPO

Burbujas azules, regreso de cristal. Cielo mellado sobre una galería donde una vez se remansó el trigo, cobre y negro en el fluido de la calle al atardecer.
Reconstruía el retorno cuando los primeros copos se oxidaban en la hierba y la palabra lumbre crecía silenciosa en el interior de los comercios.
Soplo de vapor en el párpado de los balcones, esquirlas pegajosas junto al murmullo de los escaparates. Anochecía.
Una materia indestructible paralizaba mis ojos y arrojaba fragmentos de un letargo hacia el zumbido final de la memoria.
Pisaba el dolor de la nieve, las siluetas de un resplandor calcinado.





Por la electricidad de mis ojos, la corriente de una ciudad malva, el trayecto de su cielo agujereado de instantes movedizos.
Observaba la médula del pasto, la carbonería imantada bajo el transmitir de los puentes, una consigna invertida por ti junto al luminoso ritmo más allá de este río.
De mutuo acuerdo, la marcha flotante hacia la combinatoria nocturna.
Un efecto en azul sobre el curso del pensamiento, levitación umbilical entre toneladas de existencia.




DE LÁMPARAS


“Si muero, piensa tan solo en mí”.
Se carbonizaron 
hace tiempo las trincheras.
No es una ficción.
Ayer imaginé  
que tú nunca exististe 
pero al término
de la palabra 
diciembre 
el lacre de la escritura 
continuaba anexionándote. 
Pienso tan solo en ti.
Parece que el frío
repercute
en el latente metal 
de estas tardes.
Los ascensores
y las grúas se fraccionan.
Como en un trozo 
de descanso, 
pienso tan solo en ti.







Viene hacia nosotros
el oxidado amanecer.
El resplandor es opaco.
Se posa 
como resina en el reguero.
Tú sueñas.
Ha dejado de nevar.
Es triste
ese silencio comprimido
entre el enfoque
de dos pendientes 
y el enigma
de una pulsera.
Se han roto 
unos sabores.
Otros traspasan
su dicción.
Uno
a uno.
Son arenas movedizas.






DE DÓNDE ESTABAS EL DÍA DEL FIN DEL MUNDO


Es abandono: estanque
de la fobia,
techumbre.
Pero ¿a quién pedir auxilio 
si la arritmia
bautismal
se ha desplomado
sobre el mundo?
Mi amor: el polvo  
desgastó las fotografías 
esparciendo tu belleza 
a través de los meses.  
Y no hace falta sentirse
irremediablemente 
loco
para entender 
que en estas fábricas 
de insomnio
se forjan
incensarios
donde trasladar
las osamentas de los dioses, 
sus limaduras.
Voltaje de estrellas polares  
para dormir
sin ti.  
Alucinación de laca.
Filamento 
norte
hacia la Osa Menor.







Resolver
con términos abstractos 
las esquirlas de tu causa, su depredación
colateral, las tachaduras.
Sin embargo, en mi mirada 
solo crece
la parálisis 
de las avenidas zombis,  
la propiedad
confusa
de idearte cerca de mí. 
“Ven, amor, y acuéstate
a mi lado” me digo 
mientras cae 
de nuevo la nieve 
y por el daño
de la carretera,
entre máscaras nómadas
y candiles
de mercurio,
tenebrosos
arcángeles psíquicos
acarrean 
el espíritu de Dios
al crematorio.
Y su esqueleto
reinará sobre los desagües.



ALEXANDRE SOUMET [12.464]

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Alexandre Soumet

Louis-Antoine-Alexandre Soumet (8 de febrero de 1786 - 30 de marzo de 1845) fue un poeta y dramaturgo francés nacido en Castelnaudary (Aude) y fallecido en París.

Poeta florido escribió versos en honor de Napoleón Bonaparte que le valen ser nombrado auditor en el Consejo de Estado de Francia en 1810. Adquirió popularidad en 1814 gracias a una elegía exitosa, La Pauvre Fille. Más tarde, en 1815, la Academia Francesa reconoció y premió dos de sus poemas: La Découverte de la vaccine y Les Derniers moments de Bayard. Entonces fue electo mantenedor de la Academia de los Juegos Florales en 1819.

Durante la Restauración fue nombrado bibliotecario del rey en el castillo de Saint-Cloud. En 1822, publicó dos tragedias exitosas, Clitemnestra y Saúl. Con este triunfo fue electo miembro de la Academia Francesa el 29 de julio de 1824 reemplazando a Étienne Aignan. Cleopatra (1824) y Juana de Arco (1825) también resultaron apreciadas del público y la crítica. Elisabeth de Francia (1828), adaptación de Don Carlos de Schiller, contribuyó a dar a conocer al poeta alemán en Francia.

Después de la revolución de 1830, Soumet se alineó a la monarquía de julio. Fue nombrado bibliotecario del rey Luis Felipe I en el castillo de Compiegne. En 1831, su obra Norma o la infanticida triunfó en el teatro del Odeón, en parte gracias a la interpretación de Mademoiselle George; la obra fue usada poco después como libreto de la célebre ópera de Vincenzo Bellini.

Obra

Obra dramática

Clytemnestre, tragedia, representada en la Comédie-Française el 7 de noviembre de 1822
Saül, tragedia, representada en el théâtre de l'Odéon el 9 de niviembre de 1822
Cléopâtre, 1824
Jeanne d'Arc, 1825
Pharamond, ópera en 3 actos escrita en colaboración con Jacques Ancelot y Alexandre Guiraud, música de François-Adrien Boieldieu, representada en la Opéra de Paris el 1o de junio de 1825.
Le Siège de Corinthe, tragedia lírica en 3 actos, en colaboración con Luigi Balocchi, música de Gioachino Rossini, 1826
Emilia, drama, 1827 : inspirada en la novela Kenilworth de Walter Scott
Elisabeth de France (título inicial:Le Secret de la confession), tragedia, 1828
Une fête de Néron, con Louis Belmontet, 1829 : suite romántica de Britannicus de Jean Racine
Norma ou l'infanticide, tragedia en 5 actos, en verso, representada en el théâtre de l'Odéon el 16 de abril de 1831 (texto en la base Gallica de la Bibliothèque Nationale de France)
Le Gladiateur, Tragedia, en colaboración con su hija Gabriela, representada en la Comédie-Française el 24 de abril de 1841
Le Chêne du roi, comedia, en colaboración con su hija, representada en la Comédie-Française el 24 de abril de 1841
Jane Grey, tragedia, en colaboración con su hija, 1844
David, ópera, 1846
Monseigneur se marie, comedia.

Obra poética

Le Fanatisme, 1808
L'Incrédulité, 1810
Les Embellissements de Paris, 1812
La Divine épopée, poema en 12 cantos, 1841: El tema de este poema en el estilo de la Divina Comedia del Dante, es la redención del infierno por el Cristo.
Jeanne d'Arc, epopeya en 3 partes, 1845

Obra diversa

Les Scrupules littéraires de Mme de Staël, ou Réflexions sur le livre De l'Allemagne, 1814
Oraison funèbre de Louis XVI, 1817




El cielo

La contemplación de un himen lleno de misterio,
de estrellas que encantan las flores de nuestra tierra,
de una noche en la que la sílfide Ariel parece
haber derramado la miel de su aliento.
Constelaciones radiantes
que aspiran la primavera,
ocultando el ardor de Géminis
en el temblor y la modestia de un beso.
La galaxia se ve clara y feliz
en medio de una columna florida
y aterciopelada, en nombre
de la gran gloria del mundo.
El hermoso cisne etéreo
se mezcla en la noche de la primavera
con su ligero perfume místico,
dulce e invisible y sus encantos
de celoso ruiseñor.
Los ojos de la estrella se esconden
en la rosa, Adonis es deslumbrado
por el sol, el amanecer se niega
a sonrojar al dormido valle con las
caricias del amante celestial
y, cómplice, la tierra abandonada
sin velas, desprecia al sol. 





Infierno

En un sufrimiento vago y terrible que adopta todas las formas, 
como brazos desnudos o la niebla de un olmo viejo,
se levanta y se expande en estos campos del dolor,
siendo el fantasma y el ser del mismo color.
El ojo cerrado por el miedo, en la sombra expiatoria
halla una visión más oscura.
Tal como una montaña de bronce, a veces para siempre
maldice la inmovilidad de los seres;
y a veces la ira imprime sus tormentos en un círculo de terror.
Bajo el vértigo del rayo pálido,
los amantes de la noche huyen
de sus dudosas sombras, rasgando
el aire en un ángulo espinoso.
Cada demonio persigue un grupo
de condenados, de cuerpos en torno
al contorno hiriente del azufre,
un lugar desolado, de dolor distante
y confuso.
La muerte es como una arena negra
que arruina todo en el laberinto
del Minotauro, donde crece la sombra
infernal de Satanás.
Los viajeros difieren en la
inmensidad de su eternidad y giran
sobre sí mismos en el eje de la 
rueda del infinito infierno. 





Norma (fragmento)

NORMA

Vete, sí, abandóname, indigno;
abandona a tus hijos, tus promesas, tu honor.
Maldito por mi ira
no gozarás de un amor impío.
Día y noche mi venganza
tronará a tu alrededor.


POLLIONE
Brama cuanto quieras, y que tu furor
conjure contra mí la angustia eterna!
Este amor que me gobierna,
es más fuerte que tú y que yo.


ADALGISA
¡Ah! No permitas que yo cause
a tu corazón un dolor tan cruel.
¡Ah! Interpónganse mares y montañas
entre el traidor y yo para toda la eternidad. 



Norma antes de Bellini: el drama de Soumet

En abril de 1831 se estrenaba en París un drama en cinco actos, Norma ou l'infanticide, de Alexandre Soumet (que podéis encontrar por esos mundos de Internet gracias a Google Books), que sería meses más tarde la inspiración del libreto de Romani para la Norma belliniana. Su autor nació en Castelnaudy en 1788 y murió en París en 1845. Su padre habría preferido a un militar antes que a un poeta, pero tuvo que rendirse a la evidencia; admirador de Schiller, en 1810 publicó algunos poemas en honor a Napoleón que le valieron un empleo (curiosa forma de otorgar los puestos de trabajo). Su popularidad se dispara en 1814 con una elegía titulada La pauvre fille. Después de la Restauración, Soumet volvió a publicar poemas en honor a sus soberanos (aunque esta vez fueran de la casa de Borbón), y el éxito de las tragedias Clitemnestra y Saul (1822) acabarían por abrirle las puertas de la Academia Francesa. A estas dos obras siguieron más de temática histórica, como Cleopatra (1824) , Juana de Arco (1825) o Isabel de Francia (libremente adaptada por Soumet del Don Carlos de su admiradísimo Schiller), estrenada en 1828. Con la llegada de la Revolución de 1830 y el nuevo destronamiento (esta vez definitivo) de la dinastía borbónica, Soumet se adaptó nuevamente a las circunstancias y fue nombrado del rey Luis Felipe.


Frontispicio de la tragedia de Soumet que inspiraría a
Bellini y Romani: Norma ou l'Infanticide


Soumet escribió Norma para una mujer que había sido la protagonista de algunos de los dramas arriba citados (concretamente de Saul, Cleopatra y Juana de Arco): Marguerite-Josephine Weimer, más conocida en los escenarios como Mademoiselle George (o Georges, según las fuentes), una gran trágica (según los testimonios de los contemporáneos, y en estos testigos podemos incluir a Hugo o a Dumas padre), nacida en 1787. Desde los cinco años anduvo por los escenarios, hasta su debut en la Comédie Française en 1802. Los aficionados al cotilleo histórico conocerán su nombre por haber sido amante de Napoleón durante el Consulado (Me habría dejado matar por él, decía la George). La propia actriz contaría con detalle la relación en sus Memorias, publicadas muchos años más tarde. En aquel entonces, se desató una feroz rivalidad entre sus seguidores y los de otra diva de la época, Mademoiselle Duchesnois. Partidarios de una y de otra llegaban a las manos y se arrojaban cuanto tuvieran a su alcance (asientos incluídos) si las dos coincidían en una representación.



La primera Norma de Soumet, Mademoiselle George (o Georges)

Después de la caída del Imperio, Mademoiselle Georges fue "represaliada" por bonapartista durante algún tiempo. Finalmente pudo volver a París. Para cuando tuvo lugar el estreno de Norma, la actriz había reconquistado todo el terreno perdido. Según testimonios de la época, en la escena de locura del Acto V (después de haber retratado todos los aspectos de Norma a lo largo de los cuatro actos precedentes) "alcanzó lo sublime" y enloqueció al público, asegurando el éxito de la tragedia de Soumet. El argumento varia en bastantes aspectos del de la ópera belliniana, aunque las líneas generales se conservan. Norma, hija de Orovèse, jefe de los galos, ha quebrantado su voto de castidad al convertirse en amante del procónsul Pollion, con el que ha tenido dos hijos, Agénor y Clodomir. Pero Pollion no piensa en la fidelidad y se siente atraído hacia Adalgise, una joven gala que sirve en el templo. Al contrario que en Bellini/Romani, la Norma de Soumet transcurre ya en la era cristiana. Clotilde, la confidente de la sacerdotisa, tiene aquí un mayor peso y es precisamente el único personaje de esa religión. Con frecuencia alecciona a Norma y a los hijos de ésta al respecto, sobre todo al que tiene mayor peso en el drama, Agénor, cuyas premoniciones sobre la muerte (la visión de Pollione, el de Bellini, en el Acto I, se corresponde con un sueño del muchacho en el drama original) acaban cumpliéndose. Y es que al contrario que en Bellini, Norma, que pierde la razón tras el abandono de Pollione, consumará el asesinato de sus hijos. Después de esto, invitará irónicamente al procónsul a casarse con Adalgisa antes de arrojarse al vacío, en una escena final que parece calcada (como muchas otras cosas en esta tragedia) de Medea. La última palabra del drama queda para Oroveso, que anuncia a Pollione que es entonces cuando comienzan sus sufrimientos, mientras que los de Norma han acabado con el suicidio.



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