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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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MIGUEL MORENO ORDÓÑEZ [12.173]

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Miguel Moreno Ordóñez

Notable poeta nacido en la hacienda Tutupali, en las cercanías de Cuenca, ECUADOR el 3 de marzo de 1851; hijo primogénito de don Manuel Moreno Aguirre y de doña Carmen Ordóñez y Veintimilla.

Sus primeros estudios los realizó en una pequeña escuela cuencana, y la secundaria en el Colegio Seminario donde terminó su bachillerato; finalmente ingresó a la Universidad de Cuenca, donde en 1876 obtuvo el título de Doctor en Medicina.

Ya desde su época de estudiante había empezado a desarrollar su gran inspiración poética, y para 1872 ya había escrito su célebre poema «Sábados de Mayo», en el que «hizo las leyendas de la tierra, glosó los sentimientos del pueblo, rimó los motivos campestres y cantó las coplas del barrio y las serenatas a la luz de la luna»; obra que fue publicada junto a Honorato Vásquez en un libro que bajo el mismo título recopilaba una selecta colección de versos de los dos amigos y poetas. La primera edición de esta obra fue publicada en 1877, la segunda en 1907 y una tercera en 1977.

Luego de obtener el título de Doctor viajó al Perú donde ejerció su profesión de médico hasta 1882, en que volvió a Cuenca para iniciar una intensa y abnegada vida dedicada a servir a sus semejantes con caridad y patriotismo. Emprendió entonces la ímproba hazaña de reedificar templos, levantar nuevos altares y dar esplendor al culto, e hizo suya la empresa de erigir el templo del Santo Cenáculo, como un acto de amor y reparación a la Santísima Eucaristía.

En su labor de caridad se entregó todo entero al amor de los demás: Sació el hambre de los niños desvalidos y alimentó y vistió a los desheredados; curó las heridas ajenas, y como si esto fuera poco, a las víctimas de la venganza partidista las devolvió con piedad al seno de la tierra, tal cual hizo con el Crnel. Luis Vargas Torres, fusilado en Cuenca en el año 1886.

En 1892 fue elegido Diputado por la provincia del Azuay al Congreso Nacional y Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cuenca; y un año después, junto a su amigo de siempre, Honorato Vásquez, y con Cornelio y Remigio Crespo Toral, fundó la revista «La Unión Literaria», en la que colaboraron además las más notables y brillantes plumas del país.

Muertos tres de sus hijos, su esposa, y finalmente su padre, se entregó por largas horas a cultivar su inmensa pena, y fruto de esas horas de tragedia y de dolorosa inspiración escribió «El Libro del Corazón», que fue publicado en Madrid en 1907.

«Para hacerme comprender -dice Moreno- que no está aquí la ventura, Dios comenzó la obra de mi redención. Me quitó a tres de mis hijos, luego a mi amada compañera, cuya muerte fue como la mía misma, y a mi padre, el venerado maestro de mi vida; y me los quitó en breve tiempo, sin duda por caridad, para abreviar los días de mi martirio, compendiar el dolor en un solo trance supremo y demostrar cómo puede vivir hasta el árbol herido por el rayo...»

Por su imponderable acción social y religiosa, Su Santidad el Papa Pío X le concedió en 1907 la condecoración pontificia de Caballero de San Gregorio Magno. Dos años más tarde, para despedirse de la poesía publicó su libro «Morayma», escrito en unión de su hijo Miguel Angel Moreno Serrano.

Víctima de un trágico accidente, el Dr. Dn. Miguel Moreno Ordóñez murió en la ciudad de Cuenca, el 30 de agosto de 1910.





CANTARES DE ELINA


Crié una paloma hermosa, 
mi esperanza y mi ilusión, 
mas, ella huyó veleidosa ... 
¡ay, paloma... ! ¡ay, corazón!


Palomita de mi huerto,
de ojos de dulce mirar,
¿conque es cierto, conque es cierto 
que huíste del palomar ... ?
Yo formé del pecho mío 
un nido para ti, fiel,
y ahora lo dejas vacío: 
¡palomita, eres muy cruel!

¡Quién me diera en mi tormento 
arrancar del corazón
tu imagen o el sentimiento 
de esta horrible decepción!

Aprende: esas dos palomas; 
Van juntas en pos de ti,
y aunque transpasan las lomas, 
juntas vuelven hacia mí ...
Y me dicen: ¿Hasta cuándo 
te ha prometido volver ... ? 
Y les contesto llorando: 
-Mañana al amanecer ...!
Y de mañana en mañana 
va creciendo mi dolor,
y como él ¡Suerte inhumana! 
¡también se aumenta mi amor! 
Vuelve, palomita ausente,
mi pecho es tu palomar; 
como supe amar ardiente, 
¡así sé yo perdonar!
¡Ay! ¿Por qué dar al olvido, 
que te ofrecí con amor, 
para que tejas tu nido
rosas y malvas de olor. . . ?

Como un inocente niño 
cuando tuve te ofrecí,
aun de mi madre el cariño 
lo sustraje para ti ...

..........................................

Y creció en el pecho mío, 
por instantes, mi pasión, 
¡y ahora lloro mi desvío, 
ay paloma, ay corazón. . . !

Vuelve, palomita ausente, 
mi pecho es tu palomar; 
como supe amar ardiente 
así sé yo perdonar...

Vuelve, vuelve, te lo ruego 
por nuestro soñado edén, 
por mi amor ardiente y ciego 
y por el tuyo también.
Mas ya no tendrán su día 
tanto amor, tanta ilusión; 
¡adiós esperanza mía... !
¡queda muerto el corazón...!





LA GARZA DEL ALISAR

Tendido sobre una roca, 
orillas del Macará,
caída el ala del sombrero, 
melancólica la faz, 
macilento y pensativo
un bello joven está,
que, así le dice a un correo 
de Cuenca, lleno de afán:
- Correo que vas y vuelves 
por caminos del Azuay,
a donde triste y proscrito 
ya no he de volver jamás; 
di ¿qué viste de mi Cuenca 
en el último arrabal,
en una casita blanca 
que orillas del río está, 
rodeada por un molino, 
perdida entre un alisar? 
Y le responde el correo, 
lleno de amabilidad: 
-Diez días ha que salí 
de los valles del Azuay,
y vi del río a la margen 
la casa de que me habláis, 
rodeada por un molino, 
perdida entre un alisar. 
-Está bien, pero no viste 
en ese sitio algo más ... ?

-Te contaré, pobre joven 
que vi una tarde al pasar, 
una niña de ojos negros
y belleza angelical, 
toda vestida de blanco, 
paseando entre el alisar. 
-¡Ay! no te vayas, correo, 
por Dios suspende tu afán; 
tú que dichoso visitas
las calles de mi ciudad, 
aunque estés de prisa, dime 
de esa joven algo más!
-Caballero, cual los vuestros, 
cual los vuestros eran ¡ay! 
los ojos encantadores
de esa niña del Azuay:
tras de unas negras pestañas, 
como el sol que va a expirar 
velado por densas nubes 
que enlutan el cielo ya; 
melancólicos, a veces, 
miraban con grande afán
a todos los caminantes 
que entraban a la ciudad. 
¡Pobre niña, pobre niña! 
Cubierta su hermosa faz 
con las sombras de la muerte 
y una palidez mortal,
otras veces contemplaba 
las hojas del alisar
que, arrastradas río abajo, 
no habían de volver jamás: 
pobre niña, ni lo dudo, 
estaba enferma y quizás
ese momento se hallaba 
pensando en la eternidad! 
-¡ay! mi correo, correo 
tan veloz en caminar; 
tú que dichoso transitas 
por donde mi amor está, 
dime, por Dios si supiste 
de esa joven algo más! 
-Cuando una vez de mañana 
paseábame en la ciudad,
vi esparcidos por el suelo 
rosas, ciprés y azahar 
que formaban un camino 
que, yendo desde el umbral 
de una iglesia, terminaba 
en la casa de que habláis; 
luego escuché en su recinto 
el tañido funeral
de una campanilla, y luego 
de la salmodia el compás,
y olor del incienso me trajo 
el ambiente matinal ... ! 
-Dime, poi Dios, ¿no supiste 
quién se iba a sacramentar? 
-Una niña a quien llamaban 
por su hermosa, y triste faz, 
y por que vestía de blanco,
¡la Garza del alisar!

-oh basta, basta, ¡Dios mío! 
¡es ella... suerte fatal... !
¿Y habrá muerto... ? -Era de noche 
cuando dejé la ciudad,
olor a cera y a tumba 
percibí en el alisar ... 
-¡Valor! no tiembles, termina 
mi suplicio es sin igual! 
-Infeliz, yo vi las puertas 
de la casa. . . -¡acaba ya! 
-Con un cortinaje negro
y abiertas de par en par. . . !

-Bendito seas, Dios mío, 
acato su voluntad ... !
Ella muerta, yo entretanto 
proscrito, enfermo jamás, 
jamás veré ya esos ojos 
que empezaban a alumbrar 
mi camino ... Nunca, nunca 
sino allá en la eternidad ... !

Crié una paloma hermosa, 
mi esperanza y mi ilusión, 
mas, ella huyó veleidosa ... 






FEDERICO PONCE CEVALLOS [12.174]

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FEDERICO PONCE CEVALLOS 

(Quito, ECUADOR  1947)







POEMAMOR (Fragmento) 

Redescubro el milenario amor 
en la innata claridez de tu sexo. 
Nuevamente soy'
hombre de río 
espuma límpida 
de humedad, de selva. 

La razón suspensa 
pervive al tomar el fruto
reandar la floración 
el sendero.
Me siento pequeño
como un arañal, una corteza, un navío. 
Sé que apenas soy
un silencio más entre las hojas 
un respiro más de la cascada. 
Unicamente hombre
en este vegetal.
Sin espacio para el viento 
la idea, el rumbo.

Y el rayo de sol 
agobioso
nos renueva.

El Puyo (De Poemamor)






BALTRA ESPEJISMO
CANTO CONTINUO (Fragmento) 

Brilla el pulso de la arena
ala atada a la distancia.
¡vibra en su temblor de viento!
cofres pandos a donde las aves se posan a beber el vuelo. 
El primer pájaro, punto ajeno, nos vigila.
Momentos de roca navegan en la mano azul 
amamantadas de quietud y siglo entero.
Un pajarillo escondido el azul en el lomo 
nos saluda desde su mansura virgen.
El ala desciende apenas al tiento
como queriendo perpetuarse en la mansura. 

El barco, a la par, está manso.
El agua anda quieta, desde su alba. 
Y el agua zarpa, en verde y calma. 
Caballos de frío y sal
va despertando la barca.

Blonda tela de agua larga 
corcovea en la lanzada 
Plenilunio, pleniespuma. 
Islotes de monstruo y nombre 
van acechando en la ruta.
La gaviota recoge en el lomo 
un brillo de sol marino. 
Ancla el agua en la paciencia 
su densura de colmena.

El delfín tiende en el lomo 
su nostalgia brava,
caballo que bate y siente 
su potencia de alga. 
Tibio cuerpo timonero 
derrama en ola su verso. 

(De Canto continuo)






EL EROS DEL VIENTO (Fragmento) 

Febril estibadora
de los resquicios del polvo. 
El insecto humilde 
emborracha su trajín de surco 
descarriada su blandura
en la pulida duela 
y regresa
tarde o temprano
al rincón de lo muerto. 
Destierro que agigantas 
Hada febril de la limpieza. 

Cotidiana mujer,
tejedora del amor. 
Continuo es tu oficio. 
Calmo destino
tu mano lavandera.

Y te miro desde el hijo.

(De Eros del viento)




JUAN ANDRADE HEYMAN [12.175]

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JUAN ANDRADE HEYMAN 

(Quito, ECUADOR  1945)
Narrador, poeta y dramaturgo. El novelista Francisco Proaño Arandi plantea: "Si algún nombre pudiera calificarse de clave para el desarrollo del relato ecuatoriano contemporáneo, sería, no cabe duda, el de Juan Andrade Heyman. Dos libros, uno publicado en plena adolescencia, Cuentos extraños (1961), y el otro, El lagarto en la mano (1965), ejercieron el sortilegio de marcar un definitivo viraje en la evolución de nuestro cuento y de nuestra novela..."

BIBLIOGRAFÍA

Novela: El lagarto en la mano (Quito, 1965); La erección de San Fernandito -en colaboración con Sócrates Ulloa- (Quito, 1975); Alerta roja (Quito, 1995). Cuento: Cuentos extraños (Quito, 1961); Las nueve novelas no ejemplares de la señorita Hincapié (Quito, 1971); Cuentos del día siguiente (Quito, 1972); Anécdotas de vuelta y media (Quito, 1973); Solo por esta noche (Montevideo, 1985); Veintiseis años de vacaciones -antología personal- (Quito, 1985); Las tertulias de San Li Tun (Quito, 1993). Teatro: Campoverde -en colaboración con Mario Muller L.-; El General de Plomo y La respuesta -coautor- (1972). Poesía: Coros (Quito, 1964); Acto (1975); Furores concretos (1980); Recuento de poemas (Montevideo, 1985). Consta en las antologías: Así en la tierra como en los sueños (Quito, 1991); Cuento contigo (Guayaquil, 1993); Antología básica del cuento ecuatoriano (Quito, 2001); Cuento ecuatoriano contemporáneo (México, 2001).




JUAN ANDRADE HEYMANN 
(1945)

INTERLUDIO

No interpretes como soberbia lo que te diré: 
mi gran error, involuntario,
ha sido trasladar mi odio 
a este orden injusto,
mi odio de clase, hacia individuos, hacia personas. 
corroyéndome con ello, rebajándome con ello, 
atormentándome estúpidamente con ello.
Lo peor ha sido que conocía y conozco 
las causas de la injusticia y del oprobio,
y de algún modo he contribuido a combatirlas, 
pero, en mi orgullo y aislamiento,
al sentirme vejado y traicionado 
por aquellos que renegaron, 
descendí lamentablemente a su nivel, 
equivoqué totalmente de mira el objetivo.
"El hombre aislado puede equivocarse y se equivoca, 
es víctima frecuente de sus propios fantasmas
que nacen en el clima de la desolación". escribió un poeta. 
He ahí lo ocurrido:
la explicación no
la justificación.






UN GERMANO

Su obra magna. así pienso. 
es "Narciso y Goldmundo . 
No hay eternas verdades: 
fragor, contradicciones,
amor, eyaculaciones, alegría y voluntades 
Narciso es aquel contemplativo. 
Goldmundo, copulativo.






IRONÍA JUDIA

Quiso que sus libros fueran quemados 
(o por lo menos su albacea
dijo que él dijo así sea),
sin embargo, están todos editados. 
El suceso encierra paradoja
y aparece de repente
un Franz Kafka inexistente,
lo que puede producir congoja.







UN GAÉLICO

Leer poemas de Dylan Thomas 
y recordar vellos de mujeres 
es mejor que lo que quieres, 
pues mujeres bellas hilan poemas.

¿Cómo pudo hacer del cachorro 
un caso digno de confianza?
Lo hizo, y ninguna desesperanza 
le causó el menor engorro.

Nadie en cara le eche
el haber tomado tanto y aprisa, 
ya que, entre tragos y risa, 
escribió "Bajo el bosque de leche".

Poeta de Gales, Dylan Thomas,
sí que vales!





UNA SE DIVIDE EN DOS

Dentro de ti, mujer,
Hay una prisionera
Tan bien guardada, tan vigilada,
que es casi imposible saber quién es.
Muy raras veces he podido sentir
Ciertos atisbos de cómo es ella
Nunca la he podido ver, menos oír.
Aparentemente ella hace lo mismo que tú:
Si tu caminas o escribes o callas, ella también.
Si tú te acuestas o lees o duermes, ella también.
Pero en contadas ocasiones, percibo una diferencia, 
Como si tú y tu prisionera descompensaran:
Si tú te ríes alegremente, ella suspira a lo lejos.
Si tú me miras de frente, sibn ambigüedades,
Ella parece tener una mirada dubitativa, hasta huidiza.
Si tú das una opinión contundente, firme, ella vacila…

(El tiempo tiene color, 2010)



FRANKLIN BARRIGA LÓPEZ [12.176]

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FRANKLIN BARRIGA LÓPEZ 

Escritor, historiador y poeta nacido en Latacunga, ECUADOR el 10 de junio de 1945, hijo del Sr. Jorge Barriga León y de la Sra. Dolores López.
Ha desarrollado una labor muy importante en el campo de la educación, el periodismo y las letras, y en el desempeño de relevantes cargos en diferentes instituciones culturales.
Durante doce años estuvo vinculado estrechamente con la Casa de la Cultura, núcleo de Cotopaxi, de la que fue Director de Sección, Vocal y Presidente; ha sido Director del Departamento de Cultura del Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo y Becas; y pertenece, en calidad de Miembro Correspondiente, de mérito u honorario, a diferentes instituciones literarias del país y del extranjero.
“Barriga López nació para el arte y las letras. Su juventud inquieta está consagrada a las hermosas siembras del talento. Largo quehacer literario, casi una treintena de libros, aplaudido por la crítica contemporánea. Un exponente de excelencias morales que han despertado con justicia el aplauso y la admiración” (Nicolás Rubio Vásquez.- El Comercio, Quito, VII, IV, 79).
Entre sus obras publicadas, en prosa y en verso, se encuentran: “Yermo”, “Canción del Labrador”, “Romería a la Luz”, “Poemas del Camino”, “Israel: consideraciones sobre el pueblo judío”, “Entre la Niebla y el Sol”, “Cantos a la Patria”, “Problemas del Mundo Contemporáneo” y muchas más.
En el campo de la investigación histórica aparecen “Algunas Consideraciones sobre América Precolombina”, “Motivos Latacungueños”, y otras.
Junto con su hermano Leonardo publicó su importantísimo “Diccionario de la Literatura Ecuatoriana”, pero su trabajo más notable es, sin duda, su “Monografía de la Provincia de Cotopaxi”, monumental obra de 1.750 páginas integrada en 10 tomos.




A SANCHO

Qué filosofía más cómoda 
la tuya:
quedarte
ya no escudando 
el ideal,
convertido 
en nuevo rico 
ahora.
Qué pueden importarte
el dolor que deambula por las calles,
la falta de hospitales, 
la carencia de trigo
y el resplandor de la cadena, 
la ausencia del agua,
la no presencia de la balanza,
En tu mundo no hay flores ni gorriones, 
ni el mar,
ni el surco,
ni la frescura del rocío.

A ti no llega el clamor de los asilos, 
ni la voz del hombre,
ni el hielo de las sociedades. 
Qué pueden significarte
un niño residiendo en los portales, 
el fantasma de la guerra,
la sonoridad del río. 
Alguna vez
una onda
venida de alguna parte 
quebrará tu rudeza
y te humanizará, 
una onda
dará a tu mente claridad. 

Sí,
Sancho,
qué puede importarte
el cohete que va hurgando 
moradas siderales
o el artefacto 
que escruta 
en detalle
los adentros del océano.
Nada los huérfanos sin orfelinato, 
nada el soldado
que cayó en su trinchera 
queriendo aprisionar su estrella 
que no la entregaron,
nada 
absolutamente 
la suerte del desheredado.

Tú perteneces 
a ese marco 
que va resquebrajándose. 
Sancho:
tu estatura 
en realidad 
no alcanza la de Rocinante 
y crees
al sólo alzarse de tus brazos 
que puedes agarrar del cielo 
los astros.
Tu estatura no es más grande 
que la de un arbusto enano, 
guijarro que te crees roca, 
muñón que te crees mano.

¿Cuándo decrecerá tu vanidad 
y tu torpeza
Sancho? 
¿Cuándo 
al Quijote 
en verdad 
le permitirán
conducir la humanidad? 
Cuándo,
¡cuándo! 
Sancho. 

(De Entre la niebla y el sol)






PREGÓN EN EL MUELLE 

Ah... esos cantos
de ritmo inescuchado 
vengan a cubrir el corazón 
de los inválidos,
el paso de los fugitivos, 
a iluminar la residencia 
de los encarcelados. 
Libertad de océano.
Extensa columna de aves agoreras 
en la vida.
El poeta inmortaliza el rastro 
de la estrella fugaz
y vuela
detenido en la tierra 
con la vista hacia arriba. 
Mientras tanto
en nombre de la paz 
la paz está perdida. 

(De Entre la niebla y el sol)







LOS MUERTOS VIVOS 

¿Y esos?
¿qué hacen,
qué tratan de hacer, 
o qué hicieron? 
¿Y esos?
Vuelve el rostro 
y mírales
están en tu huerto
queriendo dinamitar los surcos, 
enlodar las flores,
podrir los frutos, 
destruir
pálido laberinto
la brújula de los veleros. 
Son esos
que lanzan la piedra 
ocultando la mano,
que quieren hacer de la mañana noche, 
esos
que envenenan el aire
y siembran cadenas en el viento.

(De Romería a la luz)







LAS CIRCUNSTANCIAS 

De repente
sin saber nadar
nos lanzamos al torrente. 
De repente
sin aprender a navegar 
queremos conducir la barca. 
De repente
nos ahoga la creciente. 
Buenos peces,
de repente;
pulpos y tiburones, 
casi siempre.

(De Romería a la luz)







LO ETERNO

El principio de todos los principios 
y el fin de todos los fines
os dice
este anacoreta del silencio 
y pastor de símiles
es lo eterno: 
la tea
que no apagarán las ventiscas 
ni las lluvias no llamadas, 
las cadenas
ni las ergástulas,
ni el tableteo de las metrallas.
Lo eterno es lo que no tiene valla: 
el llanto de un niño de brazos, 
el resplandor de los ojos
de la mujer amada,
el trigo desbordando parvas.
Lo eterno es el espíritu del agua, 
la espontaneidad de un manantial, 
la presencia de una campana,
el regreso de las golondrinas 
rebeldes de distancias.
Lo eterno es la antorcha 
que guía nuestros pasos 
hacia el alba.

(De Romería a la luz)






VICENTE RODRÍGUEZ LÁZARO [12.177]

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Vicente Rodríguez Lázaro

Nació el 6-05-1953 en Cáceres (España)
Integrante del Taller Literario de la Universidad Popular y el Taller de Escritura “Dulce Chacón” del Ateneo, ambos de Cáceres. Alterna en sus escritos la narrativa con la poesía y el teatro. Colaborador en las revistas Aljibe en su sección poética, Ateneo de Cáceres y Ars et Sapientia.

Además del X Certamen de Cuentos de Navidad “Ciudad de Béjar” (2004) ha ganado el premio “Ruta de la Plata” de Cáceres (2002), en su versión de poesía religiosa, y ha sido finalista en el Premio “Ruta de la Plata” (2001 y 2004), en tres ocasiones en el premio “Ciudad de Coria” de cuentos, en los premios de la prensa de Badajoz (narraciones), en el V Certamen de Hiperbreves Acumán (Toledo) (2004), en el I y III Certamen de Poesía “Antonia Pérez Alegre”, de Viladecans (2004) en el Premio de Novela Corta (Ciudad de Tíjola” (Almería) (2005) y en el IV Certamen Nacional de Cuentos “Gran Café” de Cáceres (2006).

Ha publicado poemas y cuentos en las revistas “Aljibe” y “Ateneo”, en la obra colectiva “32 maneras de escribir un viaje” (Grafein ediciones- julio 2002), en “Oficio de Brevezas” (Edit. Acumán – Toledo, 2004), en la Antología “Taller de la poesía y el relato”, de la Red Regional de Talleres Literarios (2005 y 2006) y en la obra “Al abrigo del aire” (Universidad Popular- 2005 y 2006), en la antología portuguesa “O silencio da gaveta “ y en la obra editada por Rumorvisual “La Niña Bonita”(2011). Con la misma editorial ha publicado en 2012 el libro de poemas “Treinta y tres”. También ha publicado en la revista internacional de fantasía y ciencia-ficción Ubikverso el cuento titulado “El hombre del dado” y en las publicaciones literarias Norbania y La Conserva, de las editoriales cacereñas Norbanova y Asociación Letras Cascabeleras, en la revista Ombligo, de Méjico, y en la revista Kundra, de Buenos Aires. Ha participado en la antología Artistas con Haití, publicada por la Asociación Cultural MIGAS, de Badajoz y en Letras para crecer, editada por la Asociación Cultural Norbanova como proyecto solidario para la ONG Extremayuda. En 2013 ha publicado la novela corta “El intercambio” con la Asociación Cultural Letras Cascabeleras de Cáceres de cuyo grupo editorial es miembro. 
En 2014 ha publicado la novela “La dama hechizada” a través de la Asociación Cultural Norbanova. 
También en este mismo año ha salido a la luz su poemario “Llamamientos”, con la Asociación Letras Cascabeleras, en su colección “La bolsa”. Es participante activo de recitales y eventos literarios. Forma parte de la tertulia literaria “La croqueta”, de Cáceres.



El puente

Con pasos vacilantes
recorremos el puente de esta vida.
Desde el pretil miramos
el turbio discurrir de la corriente,
su avance y retroceso
nos previene de los traidores lances
que forman remolinos
ocultando las zarpas de las sombras.

Sentimos la llamada,
ampliada por los ojos que soportan
el azote bravío del caudal,
de recios avatares
sumergidos en fondos cenagosos,
cavernas del destino.

Las aguas ya se expanden lujuriosas
por los cañaverales
y dibujan caminos imprevistos
tejiendo las orillas
de sucesos plagados de recuerdos
en islas remansados.

El puente traza un frágil recorrido
sinuoso y persistente
de un futuro sumido en lejanía.
Y todos deseamos
avistar las paredes desgastadas
por el viaje final
de tantos peregrinos de la vida
en la ciudad del tránsito.
Sabedores incluso de que algunos,
bañados de infortunio,
caerán atraídos por el río.
Desaparecerán
en un cauce de fríos contratiempos
y solo el triste olvido
acallará los gritos y los llantos
de tantos ahogados.

El Hada de las Sombras
se pasea muy hermosa entre nosotros,
exhibe sus reclamos,
nos mira con sus ojos de tinieblas,
se adentra en el paseo.
La miramos envueltos por su hechizo
dudando entre seguir
sus pasos cadenciosos
o completar la senda irregular
que hostiga nuestros pies.

El puente no pretende abandonarnos.
Seguimos los viajeros
trazando sobre piedras ancestrales
los múltiples sucesos
que expanden su universo ya infinito;
pero en el otro extremo,
arropada por firmes sensaciones,
nos aguarda la cita
con la Dama terrible y poderosa
que espera con paciencia
trenzando su cabello en la ribera.

( De Análisis de espacios abiertos )




El desierto

Nuestros pasos se alejan
por unos momentos de las plazas
que acogen con paciencia
nuestras vidas sosegadas.
De pronto, la desolación
se enfrenta a nuestros ojos.
Vemos la cruda hermandad
de la arena con la piedra.
Sus continuos actos de amor
solo dan frutos infecundos,
humildes matorrales
que desafían las leyes de la vida
afirmando su presencia
al abrigo de las rocas.
Y el agua, reina del paisaje
allá donde se muestra,
permite que el oasis
ocupe su mínimo reducto.
Hombres, mujeres y niños
nos ofrecen generosos
la acogida de sus tiendas intimadas.
No hay dos con los mismos adornos.
En sus rostros curtidos por el viento,
labrados por la arena en rebeldía,
siempre habita la sonrisa
abierta a los viajeros.
El lamento de un camello
les anuncia que otro ser
ampliará el rebaño en crecimiento.
Una nueva esperanza
que correrá sobre la arena estéril
para completar el ciclo del milagro.
En las caras de nuestros anfitriones
brilla con luz propia
el fulgor del alma del desierto,
resistente, sufrida, invencible
ante la opresión del día y de la noche,
siempre dispuesta a devorar
las semillas de una existencia precaria.
En sus ojos de miradas alargadas,
como el horizonte lineal
de infinitas extensiones,
la Naturaleza ha escrito con fervor
sus nobles reglas de misterio
y ellos, sabios ignorados por nosotros,
las integran en sus diarios quehaceres
y aceptan sin reserva
sus dictados más ocultos,

Tras el regreso
a los hogares confortables
observamos a nuestro alrededor
y no conseguimos ver nada
que iguale la armonía
de aquellos parajes desolados.
Hay más verdad aposentada
en aquel imperio de silencios
que en los abigarrados fragores
de nuestros superficiales edenes.
Hay más vida
en aquellos panoramas solitarios
que en la crispación insana
de las urbes
ocupadas por la sinrazón
en la mayoría de sus rincones.

( De Análisis de espacios abiertos )



GUSTAVO TATIS GUERRA [12.178]

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GUSTAVO TATIS GUERRA 

Escritor colombiano, nacido en Sahagún, Córdoba. Ha publicado cuatro poemarios: Conjuros del navegante (1988), El edén encendido (1994), Con el perdón de los pájaros (1996) y He venido a ver las nubes (2008). Hizo una antología de la obra poética de Ibarra Merlano y un ensayo denominado Un humanista frente al mar. También es autor de La ciudad amurallada (crónicas de Cartagena de Indias, 2002), Alejandro vino a salvar los peces (Premio Nacional de Cuento Infantil Comfamiliar del Atlántico, 2002), del ensayo sobre Virginia Wolf Bailaré sobre las piedras incendiadas (2004). Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés y al alemán. Es Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, 1992; y nominado en tres oportunidades: 1993, 1995 y 1997. Ganó en 2003 el Premio de Periodismo “Álvaro Cepeda Samudio”. Es editor cultural del diario El Universal, de Cartagena.
He venido a ver las nubes, su última obra poética hasta el momento, es un libro profundamente religioso, un conjunto de oraciones para abrir la mañana, para entrar descalzos en la luz o sumergirnos desnudos en las bendiciones del agua. No se trata sólo un libro de poemas sino de las invocaciones de un hombre que conoce bien el uso de las palabras y responde por sus consecuencias. De un hombre a quien se acude no para consultar las razones del más allá sino para confirmar los prodigiosos de esta vida.
     Un manual de paisajes, además de un atado de resplandores. Si hay una sola palabra para definir estas páginas de Gustavo Tatis Guerra, sería “resplandor”, y más que un hombre de carne y hueso, su autor sería el alma, el mismo espíritu de los textos sagrados. La edición es bella, además, con pinturas de Heriberto Cogollo, nacidas de la luz y el temblor de los poetas y consagradas a la exuberancia y la voluptuosidad de las mujeres de Cartagena de Indias, el mar, los caballos y otros misterios. Bella y pulcra edición, por supuesto, una prueba palpable del exquisito gusto de Común Presencia Editores.
     Libro espiritual y, a la vez, vegetal. De hojas verdes y plátanos maduros, de animales, de aguas invisibles y alfabetos para iniciados, de corazones sembrados en los patios del arco iris, de hombres efímeros y bosques eternos. Un libro de su tierra y sus antepasados, de asuntos concretos: el padre del poeta y su pueblo, Sahagún, el palenque y el abuelo wayúu, hombres a caballo y perros de presa. Tal vez el libro debe su hechizo a esta sabia amalgama de metafísica y asuntos cotidianos.
     La magia está ahí, invisible, y el poeta la señala con el dedo. La luz está ahí y el poeta unta en ella la yema de sus dedos y la reparte como bálsamo, con la venia de los dioses.
     Un libro para beber más que para leer. Poeta y lector se confunden en este hombre breve, efímero y agradecido, un hombre que se ha regodeado con el aroma del jardín, la caída de las hojas, el brillo de las aguas, la lección de las nubes, un hombre que exclama con fervor:

     “¿Qué otro paraíso tengo
     si no esta breve
     temporada
     en la tierra?”

Como poeta, Tatis es un santo, pero como pintor es un absoluto lujurioso. Los extremos no sólo se tocan sino se alimentan. Creo que precisamente la santidad del poeta alimenta la lujuria del pintor, esta desbordada voracidad por el color y la luz.
La pintura era el as bajo la manga de Tatis. En mi último viaje a Cartagena de Indias tuve la suerte y el regocijo de contemplar la obra pictórica de Gustavo Tatis  en su propia casa. Su mujer, Mary Serrano, es una maravilla en la cocina. Gustavo trata de igualarla en el resto de la casa. Según se sabe, ha pintado hasta la tapa del inodoro. Ya no es la casa de paredes desnudas donde nació su primogénito, Leonardo, que ahora es un músico que se abre paso en Nueva York.
Tatis cuenta la historia muerto de risa. Cuando nació Leonardo, en 1986, la familia vivía en la calle de La Factoría, en el casco histórico de Cartagena, y no había una sola pintura en la casa. Tatis le envió una carta a Alejandro Obregón para  solicitarle una de sus preciosas obras. Obregón no contestó. Pero no importaba porque Tatis había decidido hacerse pintor, clandestino pero pintor al fin y al cabo. En todas partes y a cualquier hora, en secreto, pintaba. El reverso de las tarjetas de invitación que llegaron al periódico durante este último cuarto de siglo fueron sus lienzos. También y el cartón y la madera, en pequeño y mediano formato.  Ahora su casa es tan bonita que debería cobrar la entrada.
Peces, cangrejos, monstruos del agua y de la tierra, bestias sin nombre, se han hecho ciudadanos de este universo recién inaugurado, concretando en Tatis el profundo y antiguo deseo de pintar. Confiesa en una entrevista reciente: “He visto muchas veces pintar a algunos de los artistas que he entrevistado. Además, pintar es una experiencia familiar porque en mi casa los fines de semana comprábamos cartones y todos nos poníamos a pintar en el suelo”.
Ahora pinta de madrugada, cuando todo mundo duerme, y lo hace con el sigilo de un amante, hasta cuando la casa se despierta. Entonces todo está impecable, no hay una sola mancha en el piso ni rastros de la magia en los pinceles, y el pintor se va en el cuerpo del escritor al periódico a enfrentar los afanes cotidianos y ese asunto de ganarse la vida.  
El 23 de marzo de 2011, en el Hotel Hilton, de Cartagena de Indias, Tatis inauguró “Ofrenda”, una muestra de 40 acrílicos en diverso formato, y esa misma noche vendió la mitad. El éxito ha sorprendido al mismo pintor. Sobre esta exposición dice el poeta John Jairo Junieles: “Parece que Gustavo Tatis Guerra pintara a escondidas de Dios. En sus pinturas, uno siente el latido de figuras encarnándose, vemos germinar un universo repentino. El mar no es el mismo mar, los árboles son otra cosa, las camisas en los alambres alcanzan su cielo profundo. Lo que vemos está vivo como nuestros pensamientos: un ciego puede paladear el bullicio de estos peces, olfatear las crines que lleva el viento. Se advierten palpitaciones, gracias a extraños sentidos. La aguja de nuestra brújula se mueve, opera esa magia que guía las aves en sus largas migraciones. La poesía que antes representaba en palabras, este fogueado escritor y periodista, resucita, tiene un nuevo pulso en esos colores estremecidos. Nuestra sed llega a estas orillas, limpia el polvo de sus alas, se arrodilla, y vislumbra el temblor de las estrellas allá arriba".
         La pintura de Tatis ha sido una sorpresa para todo el mundo. Si en mi próximo viaje a Cartagena, Tatis me confiesa que asalta bancos, y con todo éxito, no lo dudaré por un segundo.

Por Triunfo Arciniegas



Violín del diablo

Es sabido que el diablo tiene
un violín oculto.
Un violín que cruza el océano en
mitad de la noche.
Quien escuche la voz del agua, la
finura de esos violines
puede salvarse o perderse.
Giusepe Tartini escuchó el violín
y todo fue como la primera noche
del universo.
En duermevela deslizó sus manos
sobre la hoja en blanco como si
alguien le dictara la partitura de su 
trino en sol menor.
Gracias al demonio la música sigue
allí fresca y bella en el tiempo.

Siempre habrá un ángel perverso,
un ángel provocador
con un violín en mitad de la
noche.




He venido a ver las nubes
Bogotá, Editorial Presencia, Los conjurados, 2008



EPIFANÍA

Como una flor efímera,
como un relámpago,
en un jardín,
como una nube dorada
que ilumina la noche,

así la vida.




El cabalista

Cada vez que observo los caballos,
pienso que Dios descansó el séptimo día
y en su sueño se vio a sí mismo,
despertó, pero olvidó los rasgos y los pormenores.
Quedaba, eso sí, una vaga imagen del sueño:
¿Una constelación, una ecuación,
una bestia olvidada?

Entonces creó al caballo, a partir de su recuerdo,
y vio que era bueno y hermoso,
casi tanto como él mismo.




Emily cuida el jardín

¿Quién soy yo para contar el bello secreto de la mariposa?
Emily Dickinson


No puedo estar sola.
Me visitan huestes.
Pájaros que han perdido su casa.
Lluvias incesantes solas
que vienen a refugiarse en mi cabello.
Ha perdido las hojas ese árbol
Donde yo veía los ojos de un ángel.
Mi alma quiere apostar al cielo.
No seré fiel sino al misterio.





Marcelino Bertel

Qué puedo ofrecerte
Señor
yo que soy de la raza
de los que nada piden
y todo lo dan.
Hombre montuno
encantador de los silencios
sinuanos sobre la sabana dormida.
Yo que despierto a los dioses
guardados con un pito de caña de flecha
no aprendí a leer sino la música
de los pájaros y la mirada de las doncellas.
Yo que crucé las montañas
y los pueblos perdidos del mapa
con el solo sortilegio de la adivinanza.
No tuve otro tesoro que tu tierra baldía
la melodía de tu soledad
desperdigada en estas lejanías.

Tengo mi ombligo enterrado
en el caserío de El Cocuelo,
muy cerca de Montería,
y la voz de los ojos del agua
y el murmullo de los árboles más viejos
conocen el secreto de mi ofrenda.
No tengo nada que ofrecerte,
Señor,
sólo esta sinfonía de pájaros antiguos.




Una mujer entra al palenque

Dentro de mi pelo duro
como nido de pájaros
guardo estas semillas
de árboles que crecieron
conmigo en los días y las noches
de la esclavitud
de todo lo perdido
es lo único que pude traer
mientras huía de los hombres a caballo
y los perros de presa.

Ahora
sacudiré mi pelo sobre la tierra llovida.
Un bosque ha empezado a crecer dentro de mí.





Paraíso

¿Qué otro paraíso tengo
si no esta breve
temporada
en la tierra?
Tus manos me
recuerdan
que estoy vivo,
bendigo la flor
que me regalan
tus piernas.

¿Qué otro esplendor tengo?

Cada día me acuerdo
que también
la muerte es bella.




Oración

Dame, oh señor.
La inocencia de las bestias.
El corazón salvaje de las ballenas.
La mirada clara y antigua de
los caballos. La intuición de los
delfines. El amor de los tigres.

Soy demasiado pequeña
para que me toques
con la yema de tus dedos.

El pequeño tesoro
El pequeño tesoro
está debajo de las piedras
en mitad de la noche
en los restos de un naufragio
en la divinidad que alumbra
una tierra sola y amarilla
como una naranja
desolada
y flotante

El pequeño tesoro está
debajo de sus párpados
en la luna de un espejo
sin brillo
en el resplandor
que se desvanece
así el pequeño tesoro
que esplende
como una palabra perdida.







CLÍMACO SOTO BORDA [12.179]

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CLÍMACO SOTO BORDA

Bogotá (1870-1919), integrante de la Gruta Simbólica. Aprendió a tocar instrumentos de cuerdas para amenizar las tertulias bohémicas. De bigote grande y espeso, nariz firme y corva, ojos lánguidos, voz apagada.

Periodista, novelista, versificador, cuentista, improvisador, comentarista cotidiano, buen conversador y animador de intelectuales. Autodidacta.

Era tan díscolo, humorísticamente hablando, que se creía que no asistió a ningún colegio porque le era difícil conservar disciplina alguna.

Se inicia como periodista en los diarios como La Esfinge, El Telegrama, El Porvenir, Rayos X, Oriente, el Sol y la Barra; algunos fundados por iniciativa de el mismo

En 1897 se publica “Siluetas Parlamentarias”: Colección de anécdotas, chistes y sátiras de la política y políticos capitalinos; en 1898 “Chispazos de Cástor y Pólux”: Ocurrencias de Clímaco y Jorge Pombo; se publicó en Medellín colección de poemas “Polvo y Ceniza” en 1906; “Salpique de Versos” en Bogotá en 1912 por Enrique Alvarez Henao.

Durante la guerra de los mil días, escribe la novela “Diana Cazadora” y se publica en 1915 en Bogotá. Es la historia dramática de un joven aristocrático que es aniquilado moral y físicamente por una prostituta. Drama irónico y burlesco, como lo sabe hacer Clímaco que era crítico social.

Tan excelente en su vida de vate y tan olvidado en la literatura Colombiana. Recordémosle:



Poesía republicana

Si pública es la mujer
que por puta es conocida,
república viene a ser
la puta más corrompida.

Y siguiendo el parecer
de esta lógica absoluta,
todo aquel que se reputa
de la República un hijo,
debe ser, a punto fijo,
un grandísimo hijueputa.




EL ÚLTIMO AMIGO

A la luz de una vela lee el anciano
Su querido Quijote, aquel testigo
De sus años alegres y el amigo
De su vejez más firme y más cercano.

Vuelve las hojas con temblorosa mano
Que saca de los pliegues de su abrigo,
Y al entrar juguetón por el postigo
Retoza el aire en su cabello cano.

En la sumida boca, sin un diente,
Una infantil sonrisa se remeda.
Inclina el viejo la rugosa frente…

Se le cierran los párpados… Se queda
Dormido… y por sus piernas, lentamente,
La carcajada de los siglos rueda.





Soneto profético

Esto pasa en el año tres del siglo presente:
de una nevada esteárica a los rubios reflejos,
en descifrar se empeña sonetos suyos viejos
y cojos, de tres años, un bardo decadente.

¡Nada! ¡Ni él mismo sabe lo que soñó su mente!
Está perplejo el que antes a otros dejó perplejos.
Como olvidó los símbolos y ve las claves lejos...,
no entiende nada..., nada..., nada absolutamente.

Vuelve el antiguo oráculo por la explicable cifra...,
mas tampoco el oráculo sus enredos descifra
y ordénale que a estrofas claras su afán consagre.

¡Oh, poetas! Del numen el jugo cristalino
verted en limpias ánforas, y así del genio el vino
sin mistificaciones nunca será vinagre.




A Clímaco Soto Borda la apariencia física, el talante a la medida y la inspiración desbordante lo perfilan como el poeta insignia de esta generación. No figura entre los fundadores de la tertulia, pero su cultura literaria y su aptitud para el verso festivo lo consagraron como el orientador de sus contemporáneos. Dejó una obra de singular perfección y simpatía que perdura. Los excesos de la bohemia transformaron al cachaco bien vestido en cliente moroso de fondas y cantinas, y su vida se agotó a los 49 años: nacido en 1870, murió en 1919. Fue cronista, periodista, co-fundador de El Rayo X, primer diario liberal de Bogotá; autor de la novela Diana cazadora y del libro de cuentos Polvo y ceniza. Era un repentista imbatible, que podía desplegar la mayor gracia sin salirse de la forma:


Esos tres lunares son
las tres piedras del fogón
donde calentar quisiera,
vida mía,
la olla fría
de mi amante corazón.


Su auto-retrato es una joya, en nueve versos de arte menor con rima de pareados en consonante, excepto el primer verso que rima con cuarto y quinto. Es rara composición en la rima castellana. Puede verse también como una redondilla y una quintilla unidas:


Este soy, un pobre diablo
que a tragos pasa la vida
en verso y prosa, perdida
en el juego del vocablo.
El alma, como un venablo,
me hirió el amor enemigo,
más no importa: sumo y sigo,
que aún me queda corazón
para darlo con pasión.


Sobre Soto Borda escribió Armando Solano: “Él santificó con el prestigio de interminables veladas –en las que la gracia y el buen gusto se vertían pródigamente, cual los demás licores– el rótulo desteñido de muchos bodegones románticos. Él fue con sereno valor, con la conciencia de su alto mérito y de su talento inimitable, algo así como el pobre Lelián de este medio raquítico y conventual”. (Pauvre Lelian, anagrama de Paul Verlaine).
Con epigramas de esta factura los poetas de la Gruta Simbólica impresionaron a las gentes de principios del siglo XX y de épocas posteriores, con tal extensión y profundidad que dieron origen a una endemia nacional del verso festivo, que todavía tiene focos de propagación y produce frecuentes ediciones. El perfil romántico del versificador marginado también se ha propagado y cada generación hace su aporte de poetas con desigual aptitud para el verso, el humor, la ironía y la crítica social. En cada ciudad y provincia queda alguien, en actitud bohemia, para ejercer el derecho a la poesía menor.



Carta de Clímaco Soto Borda para Jorge Pombo en celebración de su cumpleaños.



Obtuvo el premio el siguiente, obra de Soto Borda, que lo constituye una misiva dirigida por la lezna de Gallissot, un popular francés fabricante de calzado cuyos zapatos y botas tenían en ese entonces gran aceptación, a la célebre lezna del doctor Mora:


Bella es tu suerte, hermana. Mi destino, qué ingrato.
Tú, vibras en la diestra del poeta-guerrero;
yo, en puros cueros vivo, metida entre un zapato,
de punta con la aguja y en manos de un obrero ...

Ninguna vaina tienes encima; no tu olfato
insultan la vil tinta y el maloliente cuero;
tú en el día descansas ... Yo, solamente un rato,
mientras está sobando la pita el zapatero.

Dile a Mora que bote el corcho. Que contigo
le dé un piquete máximo a todo el gremio amigo
y que forme una péñola con tu acero después.

El ave conductora serás del pensamiento,
y a la cabeza entonces servirás de instrumento
mientras que yo les sirvo de instrumento a los pies.






914

Carne de aventureros y malsines,
carne a la vez del 9, el 1, el 4;
pronto serás del mundo en el teatro
Colombina de muchos Arlequines.
Ave errante de cenas y de cines,
tendrás, futura carne de anfiteatro,
entre un vaso y un beso un "te idolatro"
y en el auto . . . chalinas y chelines.
¡Qué tos!, qué lividez, sin voz, sin pelo,
los ojos como túneles; el fuerte
ris-ras que da al rajar el escalpelo ...
¿Quién es aquella trágica vencida?
-¿Aquélla? Es ella . . y va para la muerte
a dormir los insomnios de la vida.





PATRICIO HENRÍQUEZ LORCA [12.181]

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Patricio Henríquez Lorca 

Nació en 1981 en Santiago de Chile. Es Licenciado en Lengua y Literatura hispánicas en la Universidad de Chile, y Magíster en Literatura con mención en Literatura Española. Ha publicado poemas en la Revista “Pájaro Verde”, y el libro virtual Cabeza trizada (Canadá: Editorial Muza, 2009). 




Barrancón

Cuantas veces has lanzado al estanque una moneda con tus dedos fríos y sin huesos
observando dos rostros,  dos órbitas, dos dentaduras arrancadas y simétricas




Una moneda que cae sin ruido sobre tu sueño,
Una liebre que corre sobre pastizales de tripas que se corroen en silencio,
Una liebre metamorfoseada en niebla
lanza una moneda que nunca alcanzaste rescatar de su presidio






Escuela y desaparición

Lavas tus utensilios cada mañana
Careces de huella en tus dedos
Careces de sombra en tu pared
Y das de comer a los barrotes con tu canción

Tus uñas anteanoche quebradas desentierran un caballo,
Un caballo amenazado antes de nuestro pavimento
Con su cabeza arrancada por sus propios pies






San José

Piedras y pavimento desmembrado:
Unos ancianos se quitan las encías,
 siguen un sol dentro de sus cuencas,

Sombra de cal en el musgo:
unos perros de vidrios quebrados comen sus propios restos,
unos niños se burlan de una serpiente decapitada en su camino




El Acacio

Una vez te di un niño sentado en un tronco roto
un niño que no envejecía

Sentando al final de un bosque con sus manos en las rodillas

sin un mínimo movimiento

Un niño con rostro de cal







Leña de mi vencido esqueleto soy, fe en tu manto de cálida grasa,
en tu rostro me arrancó los ojos y venero estrellas que orbitan en tus espaldas.
 no quiero oír más ladridos sin cuerpo que vigilan cazadores y silencios,
no quiero más que tu palabra de hielo y sueño,
Pues esos vientres de vacas mutiladas y esos cauces abrigados de basura
no me dan la quietud de tu soplo:
Avispa que engendra barro en la música de unas acequias








Atraviesa calles cortas, se acuesta en la cancha
Junto a su ofrenda; cierra sus peladas orejas

Seis de la tarde en el arco de Los Bajos:
 perro descansa, no hay moscas

Los bajos: caverna desdentada
Seis de la tarde: no es breve aquella luz

una sombra se mueve al viento
está recién ahorcada





FRAGMENTOS DE "ESTELARES" 


Entrevista a Arturo Lorca, Suplemento de Espectáculos, 1989
( las preguntas y el nombre de la publicación han sido borrados)




Hemos perdido en elegancia,
La sensualidad  aristocrática de nuestras canciones
Será borrada parcialmente y con alevosía
Por el coloquialismo comercial comprometido
De los Serratines, los Milaneses, y los Silviciosos.
Verá ud. que vendrán grupetes de rock por docenas
Neomarxistas con letras no las entiende ni Dios.
Serán peores que los Cabezas y los Gonzales 
Caudillos de esta década que fenece
Con los falsetes del emblema de la futura alegría.
¿ Es que nosotros no lo fuimos?
¿Cuántas gentes fueron felices por mi voz,
Y la delicadeza de nuestros arreglos?
Tantas son que no los puedo contar.




El hecho de escribir canciones de amor
No me vuelve un ser sensible.
No tengo musa y realmente no creo haber amado
A alguna mujer de las tantas que me endosan.
Cuando empecé en el negocio
Había una chica de ojos tristes
Y carácter militante.
Pensé que no se me olvidaría,
Y la llame J, la J de mis primeros discos,
Encriptada, alegórica, inefable,
Y ahora….
¿ Cree ud. que yo creo en la J?
¿Quién cree en la J hoy en día?



Sólo el Sol ha de superar mi legado,
Y será Rey, ese que no fue niño ni viejo,
Subsiste en su propio limbo.



El concepto de Bach sobre el concierto
He de utilizar en mi próximo espectáculo
El público ( de todas las clases y naciones)
En el centro, y alrededor, nosotros los músicos,

No obstante, de una divina manera
SIEMPRE EN EL CENTRO HE ESTADO
YO





1973, 11 de septiembre. Chile

¿ Quieren que Dios le aprete la tuerca?
¿Quieren que Dios le aprete la tuerca?
Hijos de puta,  se lo buscaron.
Conchesumadres, lo encontraron.
SI VIS PACEM, PARA BELLUM

  



Al rey

Primavera de 1988 :
Paseo en los Jardines Reales:
Naranjas en las manos, naranjas:

“ No llores como una mujer
lo que no supiste defender como un hombre”




La Familia Chilena

La estulticia es el dogma que habita en la piedra del dogma
del óvulo perfecto que en que la lacra española se une con la miseria indígena,
el perro muerto que se come la verga hermafrodita y purulenta de los niños que habrá que formar,
es que es la prueba evidente de que los alacráneos habitan en el maricorazón de todos los criadores,
y escriben en la piedra y escriben en la mierda que La Faimilia Chilena es la base de todos los microbios que la microhabitan.
Una vez que todos los leprosos somos impugnados e insiliados,
Viene la Asociación Nacional de la Gangrena a cagarse en la madre y en el padre.
Me dirán los contrarreformistas de siempre que al cachorro no se le pega ni aunque bestia fuese,
Pero bien les dicen desde la cuna de oro, de mimbre o de fibra óptica, justo cuando entrarán en sus primeros sueños:

“ no tienes dedos para el piano y la lira está muy podrida
sé un digno miserable que roba monedas a los vagos
sé un digno miserable: preserva mi sangre”

Qué bien se siente ser un papito corazón de cuchillo carnicero
Que nunca le ha dado placer a su mujer, sino sólo mocosos de mierda
Para que la muy puta los abandone mirando lacradas estrellas , o en sobregiros de amores venéreos.
Como te maldigo, Familia de cabrones, de delincuentes, de egoístas patas de perro tiesas,
Cortados por las mismas sierras eléctricas,
Mantenedores de toda estas mariconería que llaman principios.
Hay que tomar el fusil otra vez y echarlos de mesa,
Como se echa a los mercaderes del templo,
Y si se vuelven hay que renovarles la muerte cada 24 horas,
Y arrancarse toda la carne frente al cielo de huesos y hacer la revolución de la lepra,
Y renacer lleno de sangre y tripas mirando por primera vez este mundo de culebrazos y babosastres.





MÚSICA DE CÁMARA

No creas, señora, que por las galas que me brindas
y que por el oro y las especias con que me sustentas
soy yo vuestro, como un ácaro en vuestro Monte de Venus.

Tuyos serán los males venéreos del alma

No pienses, amiga, que venero la mano
con que me lanzas algún título menor,
algo que justifique la condición de mis ropas
y la lozanía de mi rostro, el brillo de mis cabellos.

no es que tú me tengas aquí,
es que estoy porque quiero
y hago lo que quiero.

Jamás me pienses esclavo,
que aunque soy Henríquez y Lorca,
 y tú más nombres y feriados que un calendario,
eres  puta de cualquier taberna,
ya sea del Viejo o Nuevo Mundo.
Una zorra carroñera y arribista,
“Una amante de las buenas letras y el progreso”.


 Nada más y mucho menos.

Así que mujerona
deja de joder con eso
de que haremos la eternidad,
sí, a fin de cuentas, la eternidad
y me cuelga de dos velludos pedazos de carne.
Yo, la eternidad se la reparto a viejas y mozas,
cortesanas y reales y extranjeras:
Siembro la mala hierba,
la que se fuma buena.

Señora, yo te insisto,
no es que tú me tengas aquí,
es que estoy porque quiero
y hago lo que quiero.

Y el día que más no quiera
te degüello todos tus perros
te quiebro las costillas
y me hago un collar con tus ovarios,
recuerdo y homenaje de nuestros amores.
ejemplo para todas las que me pretenden:

Sepan que siempre “me estoy yendo y acabando”.






Crematorio

                                                             A Andrés Morales Milohnic

No basta haber vivido el triunfo o la derrota total.
una sola vez frente al espejo,
en la desnudez o lleno de galas.
Es haber desaprovechado la vida propia y ajena,
y haber afrentado a Dios con toda su nada.
Es lo mismo que reírse de la desgracia del verdugo,
puesto que dicho corazón que se vanagloria de su “humanidad”
y el cerebro portentoso y laureado
no son más que juegos de muñecas rusas
y la última de ella, la de arena
nunca pudo ver que el triunfo y la derrota
se reflejan en un espiral de espejos


y en todos los espejos hay un necesario derramamiento de sangre.


Nunca ha valido la pena luchar por los pobres,
nunca ha valido la pena el enriquecimiento honesto y esforzado,
y da exactamente lo mismo al alma y al cuerpo
haber recorrido todo el mundo
o haber quedado en un sólo lugar
desempeñando cualquier oficio bien o malpagado
y asar carnes y bromas groseras junto amigos y familiares
de todos los linajes y calidades existentes


La lepra llega a todos y es merecida,
porque los actos honestos se desmiembran
por el egoísmo, el prejuicio y la insana tendencia al sacrificio.
Le das tu cetro de oro a los pordioseros,
le enseñas también a tocar la lira,
pero le niegas condición y figura humana al verdugo



niegas tu crueldad con crueldad,
te niegas a ti mismo,
cortas la mano que con gusto desuella lentamente al prójimo,
y aquello te granjea tu lepra de hielo,
aquello te condena a la necedad absoluta.


Y te lo mereces,
te lo expreso yo desde la hoguera
a la que me mandaste por crímenes de lesa humanidad
y me llamaste inhumano cuando estaba en la brasas.


No lo niego, no puedo ni quiero hacerlo:
me cambié de chaqueta y me enorgullezco,
goce de hacer daño a hombres, mujeres y niños,
y a todo lo que se arrastra por la Tierra,
desfloré  Vírgenes y las abandoné con gloria,
y cuando fui Rey mandé a matar a mis enemigos,
y cuando fui pobre maté a mis propios amigos
y no tengo arrepentimiento


aquí en el fuego que me dejaste, me rio
y me rio de ti, me la paso en grande
porque tuviste un sólo espejo en tu casa
y yo tengo miles en este espiral de azules y rojos


Aunque no sea profeta
y aunque goces cuello, rostro, labio,
te harás de hielo y como hielo seguirás


Prefiero siempre el fuego,
porque el fuego es impredecible y vago,
porque en el lloro y río,
gozo padeciendo de todos los placeres crueles
y no sufro las bondades obligatorias.


El fuego es libre y a ti no corresponde,
te lo digo aquí como ceniza de la ceniza
pero que siempre tendrá sentido


para ti es el hielo,
para ti no hay trasformación,
sólo hay una ascéptica continuidad
y aquello que no cambia es lo único que realmente muere.






Exequias

La noche que quiero ser Rocky Balboa
solo me da para ser Jake LaMotta
practicando un monólogo frente al espejo
del camarín de bar,
y miro, y lo que veo es mi mala vida
en un bar de mala muerte.
Hacer la burda imitación de Marlon Brando,
para los yonkis y los borrachos de rigor.
Después beber y fumar y comer a destajo.

Ya dejé de golpear los muros
de mi habitación de abandonado.
Ya sé que soy un animal y algo peor,
algo así como un aborto mitológico
que lo dejaron salir.

No me malinterpreten: 
voy a seguir mi comedia,
después de todo 
es lo que merezco.

http://paginadeandresmorales.blogspot.com.es/













SEBASTIÁN OLASO [12.182]

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SEBASTIÁN OLASO 

Nació en San Nicolás (Provincia de Buenos Aires) en 1968. Desde 1986 reside en la ciudad de Buenos Aires. Estudió Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y periodismo en el Taller Escuela Agencia (TEA). Concurrió a los talleres literarios de Ana María Rodríguez Francia, Pablo Ingberg, Nicolás Bratosevich y Liliana Heker, al taller de periodismo de Vicente Zito Lema y al taller de teatro de Lorenzo Quinteros. Integró los grupos literarios nicoleños ANJE y Disámara. Trabaja como corrector literario, editor y corrector de estilo de traducciones y material pedagógico. También coordina talleres de poesía, de narrativa y de lectura y análisis literario. En 2007 dictó seminarios sobre creatividad en la literatura argentina en el Lateinamerika - Forum de Berlín (Alemania), en la Librería Hispanoamericana La Rayuela, también de Berlín, y en la Maison de l´Amérique Latine de Estrasburgo (Francia). Participó en la antología Animales distintos. Muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesentas (Ediciones Arlequín, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes -FONCA-, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes -CONACULTA-, Sigma Servicios Editoriales, México, 2008).  Publicó en colaboración el libro de cuentos “El segundo cuento de la historia de la humanidad” (Cangrejal Ediciones, 1993). Ha publicado dos libros de poesía: “Control sobre mis ojos” (Yaguarón Ediciones, 2006) y "Tiranía del desborde" (Editorial Vinciguerra, 2009).





 Poemas de CONTROL SOBRE MIS OJOS
(Libro primero: Para sangrar o volver)


I

Hay aguas que son luz en la sangre
y su gorjeo
me despierta, me desnuda, me despide, me destruye
me desea
y yo me detengo a vivir,
bajo la lágrima del pecho que se sabe envejecida.
Ya no será temprano en esos acuarios prometidos
donde mis padres soñaron lo que soy
y donde ser lo que han soñado es apenas un fraude,
una galaxia triste y diminuta
sin más que un cuerpo donde girar
o recostarse
o reconocer impensables cadenas
de ajeno rojo amor.
En estas aguas he aprendido a serenar los ocasos invisibles
que con solamente tres palabras
me permiten morir, o matar o viajar
hacia otros corazones
que en este silencio, son la misma cosa.
Como un peldaño lanzado al viento
escalo
vibro
nado en estas aguas que son luz en la sangre
con la tarea despiadada de ubicarme en mi osamenta,
de acostumbrar mis contornos a la gris estructura
de este habitante feliz, que tiembla por mis dedos
y deshace valijas.


II

A veces me lamento de contar
con tan pocas palabras, con tan pocos gestos,
de sentir apenas lo que siento,
de no poder diseñar otro destino
con otra fuerza, otra dimensión,
que se prolongue un poco, tan sólo un poco más allá.
Me lamento de estos límites
de estas desgraciadas cadenas
que me atan como si mataran,
que me ajustan al talle de lo que soy
sin dejarme empujar mis miserias un poco,
tan sólo un poco más allá.
¿Cómo desgarrar este entramado,
cómo seducir las amplitudes de la ausencia,
cómo revolver esta ecuación de sumar y sumar
tantos puñados de pobreza que nunca serán otra cosa
que uno, que la unidad de uno mismo:
el esfuerzo más el dolor más el coraje
el amor, más el futuro más el verbo, la osadía
más el hambre, el miedo  más la música?
Sumarse por completo es casi como no sumar nada,
es casi lo mismo que arrastrarse por los gastados papeles de la tierra
dejándose vencer antes de dar el  primer paso,
antes de dar el primer beso, la estocada más feroz.
Es casi lo mismo llorar que desnudarse
mentir que gritar, dormir que mirar fijo,
que mirar fijamente a los ojos para afirmar las pasiones,
que mirar fijamente los ojos para no escuchar.
A veces me lamento de que tanto mundo por delante
se escape irremediablemente de mi paso por el mundo.






DEL LIBRO "TIRANÍA DEL DESBORDE" (2009):


I

Apoyado en lo improbable, adormecido, viendo pasar lo que no llega, viéndome afuera, lejos, preso en el afuera, preso en la distancia, dejo que el desierto me mienta el vaso de agua. Creo en sus promesas. Me entrego. Me dejo llevar por esos ríos que quiero crear, creyendo sin descanso. Creo que no y siento que no espero, pienso que mejor, sé que nunca, intuyo que mañana, deseo que, y sin embargo, cada amanecer me repite el hoy, me unta y me sofoca de presente, absorbe la pena de ayer para embarrarme de otra pena. Enfermos todos los milímetros que piso. Moribundo el oxígeno. Me digo, me impongo y me juro que soy dueño de un dónde. Que los pasos son progreso. Que en la sangre, que aquí, que en siempre hay una fiesta. Me digo, me impongo y me juro, pero sintiéndome afuera, lejos, preso en el afuera, preso en la distancia, apoyado en lo improbable, adormecido.




II

El huésped
revolvió entre los secretos
que yo escondía en mis cajas.
Los manchó de ajenidad.
Y después de llevarse
lo que nadie debió ver
me dejó
vacío de misterios.
Desnudo.
Delatado.




III

Gira, pero no sólo gira. También ofrece, castiga, rompe, mata. También muestra, sana, libera, sopla. El mundo se recuesta sobre uno, sobre los hilos de uno. Los hilos tejen un futuro cuando destejen un sueño. Arman una piel cuando desarman un pliegue de codicia. Muestran el amor mientras esconden un miedo. Y otro miedo, y otro miedo más, pero el amor siempre es uno, es el mismo, es apenas una mancha en un paisaje de arena. Y entonces otro se aprieta contra uno, un universo hecho de hilos misteriosos acomoda los latidos cuando desacomoda la historia, dibuja una guirnalda y desdibuja las brújulas, los mapas salvadores, los pentagramas lúcidos. Y los hilos, los ovillos, las cuerdas se enraciman. Para salir del estanque entran en el mar. Para prenderse en el viento se desprenden de la fuerza. Siempre hay otro lejos, otro salpicado de arte enfurecida, otro que urde, que imagina, que impone la imagen de ninguna soledad. La ilusión de ninguna soledad. Siempre hay un otro, un dictador, un remanso, un fetiche irrenunciable. Un mundo que jura que gira. Que solamente gira. Un hilo que jura que no se enredará.




IV

Pero cuando algo sucede,
lo más importante es lo que sucede
detrás.
Detrás de una guerra
sucede que los pueblos
recuperan la caverna.
Detrás de un nacimiento
sucede que los pueblos
reconstruyen la caverna.
Detrás de un olvido
sucede
que los pueblos
reclaman
la caverna.





V

Debería avergonzarme y me avergüenzo. Debería alejarme y los kilómetros me niegan. Sé que no hay haber, pero tanta mañana renovando pertenencia en domicilio equivocado se me ha vuelto tumor. Sólo sé respirar en este infierno. Los miedos han dejado su lugar a la miseria. No temo ya. Sólo duelo. Duelo sin pausa. Sin puertas y sin tránsito. La mirada es un veneno. La memoria, un enemigo. Salgo de mí sólo para estirar las piernas rotas. Me he sorprendido enredado en mis espinas cada vez que logré hospedarme en otros mundos. He erosionado todas las promesas de sosiego. Si son tantos los mundos que se arruinan en mi historia, será cierto entonces que conservo algo de fuerza: Revelaciones malditas para un hombre que avanzaba digno y sin malicia y que hoy, claramente sin malicia, contamina los trabajos de Dios.




VI

el hombre
lucha por su gente
y su gente
pide más
entonces
el hombre
lucha por su mundo
y su mundo
se resiste
entonces el hombre
lucha por dejar de luchar
y las ratas
encuentran
un alimento
extraordinario




VII

Me callo cuando la palabra es lo único. La palabra es la moneda que sobrevive al vacío. Golpea con los huesos, en los huesos se corrige, entre los huesos se modela la moneda y su eco de huecos es la imagen del terror. Yo gritaría la palabra para decir que la palabra no es el hueso, no es el hueco, no es el eco. Y ya no sé si en el grito hay fortuna, si en el silencio hay fortuna. Si hay fortuna.




VIII

El huésped
cuidó cada detalle.
Barrió los pisos.
Estiró las sábanas.
Quitó las migas.
Ahora
su pulcritud
barniza,
destruye,
despoja
mis huellas digitales,
mi aliento,
mis títulos de propiedad.
Mi poder soberano.




IX

El cuerpo se arrepiente. Se estaciona. Es el rincón más alejado del placer. Toda la energía trabaja sin errores para madurar el dolor. Madurarlo para hundirlo. Para hacerlo carne. Encarnarlo para no vivir ya otro minuto, para evitar la próxima lágrima. Son poderosas las heridas que convocan más heridas. Terminar con el dolor revolcándose en hogueras. Basta ya de comodines y amuletos: estas trampas son cultivos de tristeza. Adentrarnos en la nada para que los azotes de la nada si no nos calman, al menos, al menos qué.




X

Sucede
que salvarse es doloroso
y complicado.
Sucede
que vivir es doloroso
y complicado. 
Sucede
que entre la muerte sin rival
y cada muerte
elegimos
conservar el veneno que tenemos.





ELENA DE LATORRE [12.183]

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Elena de Latorre 

Concepción - Chile, tiene a su haber una valiosa obra literaria, en la que destacan: Desde la Soledad, 1985. De la sangre a la Luz, 1987. Envejecida y rota la noche avanza,1989. Juegos entre Darío y Leandra, 1990. Pájaros de ceniza,1993. El último invierno de los bastardos, 1997. Bajo el follaje; relatos campesinos basados en la vida real, premio FAICC. Ilustre Municipalidad de Concepción, 2003. Todo el azul es tuyo, 2008. Un fragmento de Pájaros de ceniza fue traducido al alemán en la Antología "Der Rhythmus des Regens" (El ritmo de la lluvia) Ha sido antologada en México por la revista "Norte" e "Image Craft, en Canadá.




ALERCE

Una pincelada de sol
y el alerce sobrevivió siglos,
su alta cosmogonía
se desprende de sí mismo
en los bosques del sur.

Su roja savia recorre 
por el anillado cuerpo de este
heraldo del alba, 

que espía los confines de la tierra.

Mientras las flores se impregnan

de luna y de romeros
tornasolado

centellea el picaflor.

Soñemos con la paz de la llanura.

Se han oscurecido las auroras
lloran las tortolitas.
los habitantes de los bosques huyen
de las hachas de sangre

Aúlla la montaña con dolor de universo
La mortal belleza de tu carne, 
en otros continentes
se transforma en tiempo de sedas 
y de vértigos.

El Alerce
es leyenda astillada
que ya nadie recuerda.

La imagen de la pradera se torna pálida,
los fantasmas de los árboles
olvidaron su lenguaje.








LOS GUERREROS

Sublimes voces anuncian
el sueño de los poetas;
emergiendo entre el desastre
defienden la amada tierra.
Sus árboles saturados
llevan  savias encendidas,
flores pujantes de aromas
y el misterio de la vida.

Dispensadores de estrellas,
magnífica luz creadora,
las potestades rescatan
las selvas fatigadas,
la agonía de los mares,
la transparencia del aire.
Sus divulgaciones de gloria
cual vasta voz de los amantes
donde el amor es combate;
defienden con tinta y  pluma
a los bulliciosos pájaros
y antílopes de piel suave.

Guerreros de tinta y pluma
de perfil estremecido
ojos de larga mirada;
defensores de la vida
hermanos de la palabra.






UNIVA

Madre,
            sobre tu hermoso seno
echado tiernamente, déjame decirte
el secreto de mi vida.
A tí que con profunda sabiduría
me sostienes.
Con la borrasca preñada de hedores
me sostienes.
Con el vacío de Dios en mi carne
me sostienes.

Donde el mundo alzado
se destruye.
Cuando el hombre al resplandor del oro
se destruye.
Con la confusión de relámpagos morados
se destruye.

Yo ví dibujarse en la frente
la esperanza.
La arruga luminosa
de esperanza.
Entre tus manos el mar de
la esperanza.
Sobre  pálidas ondas
la esperanza.
Desde la soledad absoluta
la esperanza.

En las mismas estrellas
la frente se ilumina
En los pálidos días
la frente se ilumina
En el ocaso sin barreras
la frente se ilumina .

Es UNIVA abriendo alegres pentagramas
y penetra la luz en la palabra dicha.
El canto de la alondra en la palabra escrita.
Y la pluma dibuja la idea en la palabra.

Es atalaya UNIVA, más allá de las nieblas,
de los labios quebrados, el carbón, la plata rápida
  el ruidoso llanto de ciudades cansadas.

Largos brazos  alcanzan  la
sangre-sol de otros mundos que
sin límites  oprimen
la arcilla de la tierra en el umbrío  verdor
de las selvas marchitas.

Madre-tierra, violada.
Tierra-hija, aterida.
Tierra-miseria de calientes tinieblas.

UNIVA, vasto mar sin cansancio.

Pensamiento sagrado, rescata
a Prometeo para los hombres todavía
Cuerpo puro;
para el alma fatigada,
esparce la fragancia
de los sueños que escapan.





GIOVANNI ASTENGO [12.184]

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Giovanni Astengo 

(Poeta) 1972. Santiago de Chile. Ha publicado los libros de poesía ·Anteayeres (autoedición, 1999), La Morada Irreal (Alianza editorial periódico Carajo y Mago editores, 2006) Cuartos de motel (MAGO editores, 2008) y Sección de objetos perdidos (2014). Incluido en la antología Lecturas de Onomatopeya (2009) realizadas en Off the records, junto a autores como Raúl Zurita, Carmen Berenguer, Teresa Calderón, Damaris Calderón, José Angel Cuevas y otros.



La silla

A quién espera esa silla,
a quién sueñan los libros a qué manos?
Pasan los días y a los días sólo lo alumbran dos velas.
No vendrá Gougin y a cambio de él
los cuervos silentes auguran
algo de eternidad en los fragmentos y detalles,
donde quisiera estar soñando
sentado sobre una espera:
En la visión de los visiones.

(De La morada irreal, Alianza ed Carajo-Mago ed.)




Los moteles son como puzzles,
laberintos también.
Aquí un narciso en una celada,
observando entre libros,
buscándose entre piezas,
donde hay muchos cuartos
que recorrer,
para buscar finalmente una cama, la suya.




4. Esferas luminosas


–Motel Giralda–

Himen, himeneo, himen
el curso sexual que atrasa –que otrora sí–,
la velocidad real de lo que se pierde
X un segundo, algo de capullos rotos y pétalos,
pero al otro lado de la vereda
donde jugábamos a ser grandes resplandece
la belleza de unas cuantas esferas al azar
–algo como un aerolito
ocupa este espacio– para leernos tatuados
en los cuerpos: el hueco, el obstáculo,
la pequeñez que somos.
:pero la palabra es otra cosa
esconde un mundo
hálito de obscuras posibilidades
para abrirse poco-a- po-co -a- otro.





7. Artes amatorias de una chica cristiana


–Motel Esperanza–
a Carmen

Y hay algo que te empuja a frotarte y frotarte
Entre los muslos húmedos.
Oscar Hahn

Otra vez se introyecta en mí,
pistilo a pistilo, órganos inoperantes sobre la bañera
se abren labios sobre un espejo quebrado donde
dos labios que se besan a sí mismos –un poco de Freud–
hablan en quiebros –como los terribles
niños de La pieza oscura de Lihn– ¿Lo has leído?
Mi medusa que parasitando en mí y fuera también
me das golpes de corriente en la ducha
y lo peor te mascullas eso de
el consejillo de ancianas o un tratado medieval
que disocia carne y alma, por eso
has manipulado tu cuerpo al punto de lo ficticio
para que no crezcan como dos naranjas jugosas
tus pechos/ por esa necesidad del padre
y por miedo –y como medio eficaz también– abortar todo
/Incesto
pero has visto cómo crecen las caderas pletóricas
eso un poco reluce –como enviste–
para los foráneos, esos te asaltan en los espacios públicos
–también púdicos–
y la volátil estocada advierte
lo grácil, lo efímero, lo torpe de tu cristiana impostura
respetando
cierto brillo que emerge de tu rostro
angelical que acicalas y ensayas en tu espejo
los domingos para el corpus
la receta/ el folletín/ el kamasutra ilustrado
los aderezos.






8. Lengua astral

–Motel Marín–

I
… esa es la figura de la sacerdotisa
la que ya no lee porque lee para dentro
la que tiene el libro en la mano
no la que besa o se deja besar, sino la que espera con el libro
/ en la sien…

_Es un poco de Tarot_

Otra vez se introyecta en mí
pétalo a pétalo
desordena el cause aleatorio de las cosas
/ se espuma –estalla como río/ la (Muy) rompiente–
/ y se vuelve tráfico de influencias
Incienso aroma sándalo y café de granos: Narrar su bitácora
/ sería
hundirme de mismisidad, besar –valga la repetición–
/ mis labios
y en el espejo ella en su doble vida de gata
lamiéndose el pelaje, contorsiona el ámbito de intriga
/ y seduce
citando a Perec, Millán y algo de estallidos, los pistilos
/ para las flores
como la lengua para nosotros son órganos inoperantes,
/ trampas en los puzzles
exequias del verbo y del barro/ cartas de desalojo y embargo.





III

La lengua dista mucho de ser órgano de consumo
–de hecho las prostitutas no besan–
la lengua reviste un bien raíz devaluado
una verdadera lengua entra húmeda a otra boca
y sale verdaderamente seca como un reptil.
Ora/ versifica/ habla en quiebros la pedestre
Lengua viva o muerta.
/ Pero el beso es otra cosa:
El beso asume un lenguaje de ciegos
/ Palpando apenas la oscuridad que somos.

(De Cuartos de motel)





El pozo

Tengo un pozo en mí.
Me ha tragado el alma
y los pájaros que de allí salen
devoran mi psiquis
Hay un pozo dentro
lo único que deja salir - de lo que queda de mí-
son estas letras.
me pudro en mi pozo, ardo en mil infiernos.

al fondo- del pozo sin fondo- un niño me salva.




Fijación

Sólo porque ella existe
a la misma hora hay santos en las parroquias
y bebedores en las tabernas
Sólo porque ella existe
se puede amar a más de una a la vez
sólo porque ella existe
todo se corresponde y se afinan los detalles
sólo porque ella existe
bañarse dos veces en el mismo río no basta
sólo porque ella existe
todo lo que existe aún sigue existiendo en la retina
y el mar es inmenso y una flor intrusa en tu boca me llena de
/de todos los éxtasis
sólo porque ella, la tufosa, existe
está ahora mirándome afilando sus dientes
mientras escribo. Oh!“Monótono oficio”





Sección de objetos perdidos

Los ves soñando un sitio donde encontrarse?
Como en un espejo las cosas que perdimos
en lugares públicos ya no son nuestras
sólo algo que dos empleados archivan y clasifican
por ejemplo, la idea del amor se quedó
allí en un anillo un reloj o un mapa de Santiago
y nadie jamás reclamará por ellas

Así la muerte siempre avanza unos pasos por anticipado.





Ellos sintieron lo fugaz

A la manera de Pound – y a su manera-.


Los empleados de la sección aquella vez lloraron
no había nombres no había marcas ni lugares
fue como tener el amor entre sus manos
-el amor que para ellos había sido esquivo-
donde hubo piel hubo amor –pensaron-
aunque eso dure un instante y nevermore.
Lo olieron, lo rozaron, lo vivieron
sin importar las cámaras de seguridad
lamieron el calzón de la muchacha
el aroma de su sexo pasó / como pasa todo
después lo guardaron y archivaron
y nadie hizo reclamo.




Últimos objetos

Perdieron su propia alma ese día
los infames de la sección
pensaron: donde ponemos esto.
Qué hacemos?
Pues clasificaciones de orden místico
no se registran.
Salieron a la calle a fumar un cigarrillo
Mover las piernas respirar un poco.

Salir, fumar, mover, respirar:
Reflejos automáticos de cuerpos sin alma.




(V.


Cantaremos a mitad
de los cielos y la tierra.

Gabriela Mistral.

Hubo algo más, lo sé? Pero la fuente no es la misma.
como si fuese de un grial bebo cerveza hasta el amanecer.
Mi hijo reza el Padre nuestro por mí y por nosotros
de esa forma me siento a salvo de la furia de Apolo
y del amor de las sirenas.
Metástasis el alma cuando el cuerpo se cree rey y señor.
Has pensado en mí? le pregunto a una muchacha
que divisé en el metro.
Te desvela la patria y esas cosas?
Te hace sentido este poema en tu oído,
llegará algún Mesías a salvarnos?

Si echaron abajo todas las puertas.


                Y las fábulas





VII)

Somos la fiesta y la ceniza,
espacios de luz que se debaten entre tinieblas
o el anhelo de pertenecer a algún lugar.

Francisco Véjar.



Sincronías que aún nos pertenecen.
Las gotas de rocío o el lugar de origen embarrado
aunque la lluvia sea la música de una pianola
de otro mundo sobre los tejados del barrio,
continuamos siendo tristes.
He vuelto) Lo has notado?
O será que ya nada importa
cuando escribir es un deporte más.
Tengo treinta y algo y he perdido la fe en todo.
Porque al fondo de todo canto se esconde
/un gran silencio.

                                     Para escucharlo.



- Un fado-

Sucia la palabra sucia
de estos lamentos de maricón enfermo
¡nunca creces, nunca creces, Giovanni – ni adivinas
la forma en que el tiempo te transforma en otro-
la caricatura de alguien que brilló en los bares
eso ya no es divertido y es más cruel que el juego
de dados lanzados al azar de las mesas y los abismos.


                                  Un fado a mal traer


(de Los poemas y los días)









SEBASTIÁN PEDROZO [12.185]

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Sebastián Pedrozo 

(Montevideo, Uruguay 8 de noviembre de 1977) es un maestro y escritor uruguayo de literatura infantil y literatura juvenil.
Sus obras se han inspirado en las novelas de la escritora uruguaya Magdalena Helguera y del escritor inglés Roald Dahl las cuales han influenciado su escritura. Comenzó a escribir casi al mismo tiempo en que recibió su título de maestro, desempeñándose como docente y escritor en forma simultánea, y narrando a sus alumnos las primeras historias que redactó. Además de la labor docente, comenta libros en una revista para educadores y en un diario capitalino, donde combina ambas actividades, la lectura y la escritura. Realiza también visitas a instituciones educativas del Uruguay para presentar sus obras y relatar su experiencia como escritor.

Reside en la Ciudad de la Costa, Departamento de Canelones.

Obras

Cómo hacer reír a una vieja sin que pierda la dentadura (2013); Editorial Alfaguara Infantil.
Terror en la ciudad (2012); Editorial Alfaguara Infantil.
Gato con guantes (2012); Editorial Sudamericana.
Cómo molestar viejas (2011); Editorial Alfaguara Infantil.
La piel del miedo (2010); Editorial Alfaguara Infantil.
Terror en el campamento (2009); Editorial Alfaguara Infantil.
Insectos al rescate (2008); Editorial S.M.
Historia de un beso (2007) ; Editorial Alfaguara Infantil.
Cualquier niño del norte (2007); Editorial Comunicarte.
Abejas y flores marchitas (2007); Editorial Alfaguara Juvenil.
Capítulo cero (2004); Editorial Banda Oriental.
Las moscas también tenemos sentimientos (2003), Editorial S.M.

Premios

Mención en el Concurso Anual de Literatura del Ministerio de Educación y Cultura por Las moscas también tenemos sentimientos. La misma fue publicada en Buenos Aires por la editorial SM, bajo el título Insectos al rescate (2008).
Segundo Premio en el Concurso Los niños del Mercosur por Cualquier niño del norte.
luego fue editado en Córdoba, Argentina y traducido al idioma portugués (2007).





Estufa

Cuando tenía diez años
Nos mudamos a una casa con estufa a leña
Yo no sabía qué era el fuego
Hasta que mi padre me llevó a cortar leña
Nos metimos en el monte
Él tenía un machete
Yo una bolsa de arpillera
Cortó ramas altas de una acacia
La mejor brasa, dijo
Volvimos cansados y sucios
Encendimos el fuego.
Allí se hizo la cena
Y no me despegué más
De las llamas
De la madera
Del calor
Mi primer invierno
Lo pasé quemando cosas
Soldados de plástico
Las muñecas de mi hermana
Pan viejo
Insectos
El pelo acumulado en el cepillo de mi madre
Aceite de moto
Las cuerdas con que ataban a los pollos de las patas
Un reloj de pulsera
Un cuaderno doble raya
Con un poema de Constancio C. Vigil
Hasta una medalla que había ganado en karate en el 86

Todo era vencido por el amarillo
Todo mudaba de forma
Derretido
A la mañana
Buscaba en los restos del incendio
Los objetos incinerados
Es curioso lo que le hace el fuego
A la gente
La vuelve silenciosa
Y lenta
Nada me detuvo
Salía a buscar más y más leña
Hasta que un día tosí
Y un dolor horrendo me cruzó la espalda
Caí rendido en una cama
Y la fiebre me devoró
Sentía la congestión
El agua en los pulmones
Golpetear sin tregua
Siempre
Por las noches

Una vez vino a verme
Mi maestra de quinto año
Ahí supe que era grave
Que la vida es frágil si uno se aferra
Con desesperación a la fe

Los excesos
Dijo mi padre
Te matan de a poco
Pero hacen los detalles
Por los que te recuerda la gente.




Sebastián Pedrozo.

Selección y comentarios de Diego Recoba. Foto Nicolás Der Agopián.



La poesía de barrio, qué gran problema. En los últimos años, dentro del ambiente uruguayo, quienes han intentado relacionarse a través de su poesía con lo barrial se han ido a extremos en que no han sabido moverse. Por un lado, quienes abominan de todo lo que sea barrial, llegando a la parodia o la burla de los rasgos más románticos y folclóricos de la mala literatura barrial evocativa y nostalgiosa. No han tenido el talento para lograr con su crítica a ese tipo de poesía deconstruir lo barrial, bombardearlo. En la vereda de enfrente, quienes realizan exaltaciones lacrimosas sobre el barrio; la pérdida de los viejos valores, el adoquín y la esquina, sin ningún tipo de conexión genuina con ese mundo. Sólo repitiendo viejas fórmulas de malos tangos, haciendo una y otra vez las mismas cosas, como un calco de lo que ya venía funcionando mal desde hace tiempo.

Por qué será tan difícil acercarse a la realidad de los barrios, esos lugares alejados del centro turístico y de servicios de una ciudad, donde las leyes, los adelantos tecnológicos y las modas parecen llegar un poco más tarde, donde el tiempo corre más lento, donde las relaciones humanas y los vínculos, para bien o para mal, son más personales e intensos. Quizás se trate de la equivocada búsqueda de transformarse en la voz de los que no tienen voz, ser el poeta entre los vecinos, el aedo que va a contar la epopeya de esa comunidad, el elegido. Quizás por eso se caiga en la exaltación elevada, eso de “cuento tu mundo pero con el lenguaje y las reglas de otros”.

En la poesía uruguaya de los últimos años, los intentos de hacer una poesía desde el barrio o conectados con esa vida, con sus calles y sus tiempos, con su diferente forma de concebir el mundo, han fracasado o quedado a mitad de camino. Salvo excepciones como la de la poesía de Elder Silva. Unos pocos poetas han enfocado sus creaciones al barrio de dónde provienen, han intentado conectarse con su presente o su pasado en barrios alejados del centro, han intentado que el barrio esté en su poesía, sin la más mínima intención de hacer poesía barrial. Uno de ellos es Sebastián Pedrozo, quien ya venía con esa búsqueda de un pasado barrial en sus nouvelles Hotel Cabildo y Malas tierras y lo plasmó en su primer poemario, After shave.

En la obra de Pedrozo (Montevideo,1977), el poeta que enuncia es un ser que intenta unir con hilos todas las partes que lo forman, que lo conectan a su entorno, que lo ubican en el tiempo y el espacio, que lo hacen vivir. Más que como una necesidad de poner todo bajo su ala como una mamá gallina, o dentro de su sistema operativo para intentar comprender por qué pasan las cosas, la búsqueda del poeta parece ser la de establecer vínculos con todo lo que lo vuelve un ser en diálogo con el universo, como forma de no quedarse solo, de no aislarse, de ser un ser social, en comunidad, la parte de un todo. En este sentido se puede decir que la búsqueda poética de Pedrozo es un intento de reconocerse como parte de algo mucho más grande, más largo en el tiempo, pero no remarcando lo gigante de todo, lo inabarcable de la eternidad sino justamente la incapacidad de conocer más allá de lo inmediato y cercano. Claro que el poeta sabe que más allá de lo cercano hay otra cosa, pero primero que nada parece querer conocer y rendir cuentas con lo más cercano: su historia, su entorno, su ascendencia, sus vínculos, su cuerpo, sus lecturas, el sexo. Como si antes de emprender una gran expedición hacia tierras más desconocidas y lejanas, quisiera dejar las cuentas saldadas, decir lo dicho, no irse con nada pendiente, libre, pero atado con pequeños hilos casi transparentes a las cosas que lo forman como ser, esos hilos que son su poesía.

A través de su poesía intenta recuperar su infancia, dejar constancia de ese mundo que fue y ya no podrá volver a ser, de su barrio, de los vínculos y vivencias que lo forjaron. Pero sin nostalgia zonza ni romanticismo barato, sino viviendo esos mundos como otra dimensión que puede volver a visitar cuando quiera, como lo hacían los personajes de About time cerrando los puños, pero sólo que escribiendo y viviendo, cuidando esos hilos y tratando de que no le impidan avanzar a nuevos territorios.



Artes y oficios

hacer algo con el dolor
volverlo ligero
desplazarlo
como a una roca
transparente.







Choripán con todo 

Por lo general
Los odio a todos
A cada uno de ellos
Sin excepción

A los cantantes con chaleco verde agua
A los marineros hiperactivos
A los publicistas filántropos
A los ferreteros que venden cosas chinas.
A los curas simpáticos.
A las ex que me saludan de la mano de su novio.
Al delivery y su moto sin caño de escape.
Al los novios de mis ex.

Por lo general
Es lo que me pasa.

Pero hay días
Extraños y retorcidos
Donde entra algo de luz
Y levanta el polvo acumulado
En todo el cuarto.
Y me dejo llevar
Y compro en tiendas de diseño
Pegotines con forma de corazón
Para la heladera.
Y bebo cerveza mexicana con turistas holandeses
En la Ciudad Vieja.
Y pido un choripán con todo.
Y grito que Montevideo no es tan espantoso.
Y me digo a mi mismo que la fachada de la catedral de dios-es-amor.
Ha levantado el valor inmobiliario en esa parte de la ciudad.







DANIELE PICCINI [12.186]

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Daniele Piccini

(Città di Castello, Italia   15 de abril de 1972) es un filólogo y poeta italiano. Profesor universitario y crítico literario, es autor de varios libros de poesía.

Daniele Piccini nació en Città di Castello, en 1972. Vive en Sansepolcro, Milán y Nápoles. Después de colaborar con la  Universidad Católica de Milán, donde también obtuvo una licenciatura en Humanidades en 2011, es profesor asociado de la Segunda Universidad de Nápoles. Desde 2007 es presidente Institución Cultural "Museo - Biblioteca - Archivo Histórico de la ciudad de Sansepolcro." El 25 de noviembre de 2008 recibió el Premio de las Academias Pontificias, durante una sesión solemne y pública de las Academias Pontificias, presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano.

Actividades Científicas y Bibliografía

Como crítico literario, centró sus reflexiones sobre la poesía italiana contemporánea: Antología de la poesía italiana desde 1960 (Rizzoli, 2005). Entre sus publicaciones se encuentra la cura delle Rime di Sennucio del Bene (Antenore 2004) e delle Laudi del folle amore di Iacopone da Todi ( Baldini e Castoldi 2006) e il volume Sinibaldo da Perugia: un poeta del Trecento e la sua opera (Deputazione di Storia Patria per l'Umbria 2008).

Producción poética 

Como poeta, publicó le raccolte “Terra dei voti” (Crocetti, 2003), “Canzoniere scritto solo per amore” (Jaka Book, 2005) e “Altra Stagione” (Nino Aragno, 2006).





Y cuántas habitaciones Dios tiene en la mente
para llorar y vigilar
las especies innumerables,
las destinadas a morir,
las salvajes y rápidas, las reales.
Y cuántas cosas la naturaleza muele
que me parece imposible
recordarlas, enjambres y enjambres de astros,
constelaciones, bestias numerosas
como el impulso cardiaco del mundo.
Nada ni nadie, nada tranquiliza
respecto a tu omnisciencia,
más bien te ruego, ten
apenas piedad del pequeño perdido:
quizá te reconozca en aquel punto.

Daniele Piccini, Traducción de Emilio Coco




I muri della patria sono miele
che lega la tua sorte e forma il mondo,
nulla vi è conosciuto: in questo lago
avvenne forse l’Odissea, vicino
la nascita della specie, le guerre
che hanno lasciato torri smozzicate.
Non anni, ma millenni nelle arterie
del bambino che apprende il tempo cavo
e prova orrore sacro a ritornare
dove è iniziato il film, e lampi e bestie
che visitano la memoria, eterna.
Non generare figli che dovranno
pagare questo prezzo, ma una bolla,
un soffio nel creato, che ci liberi.


GLAUCE BALDOVIN [12.200]

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Glauce Baldovin 

(1928 / 1995, Río Cuarto, Provincia de Córdoba, Argentina)
Sufrió y vivió, como tantos otros, los años de dictadura que acosaron a nuestro país. El secuestro de uno de sus hijos la convirtió en sobreviviente. Y permanecer, ser ella la que escarbara, "en el vientre de la tierra", "tratando de encontrar sus huesos,su ultima lágrima, su corazón de acero"
Su poesía , signo del dolor, furiosa llena de vértigo, de pronto parece estallar en nuestras manos, dejando nos una brasa incandescente. Cuando el arte nace del sufrimiento tiende a volverse grito, necesidad de expresar lo que brota desde la hondura del desasociego, romper los limites, librandoce asi de los padecimientos. Glauce Baldovin hundida en su aislamiento nos grita, pero a la vez parece susurrarnos, acerca su boca a nuestros oídos y musita frases ininteligibles casi aparejadas al silencio, porque para ella El silencio es la violencia

En 1972 obtuvo el premio Casa de las americas por su libro La Militancia.
De su voluminosa obra se publicaron hasta el momento:

Poemas (1986) Libro de la soledad (1989) De los poetas (1991) Libro del amor (1993) Con los Gatos el Silencio (1994) Nuestra casa en el tercer mundo (1995) Poemas crueles (1996) Libro de maría- Libro de Isidro (1997) Yo Seclaud (1999) El rostro en la mano (2006) Promesa postergada- Huésped en el Laberinto (2009)



Libro de la Soledad (1989)

Aun no se como llego a pesar de todos los años transcurridos.
Se sentó frente a mi.
yo tejía una bufanda con agujas de metal blanco
o de un gris casi blando
y me pidió que siguiera tejiendo.
Quería ver como movía las manos.
Nunca le pregunte por temor quizá a la respuesta
o porque estando con ella era tanto lo que teníamos que hablar
tan sugestivo el silencio,
que ese detalle el por qué, el como
perdía importancia.
Lo único que recuerdo
y que se repite a diario
entre esfumado
entre nebuloso
es que las anémonas violetas que llenaban la jarra de plata
se marchitaron de pronto
y los pétalos blanquecinos lilas de ceniza
cayeron a la mesa 
al suelo.
Se levanto el velo
que le cubría el rostro
y sus ojos azules, negro de tan azules,
se clavaron en mis ojos.
Nunca mas hablamos de ello
pero cuando me dijo
después de haber recorrido toda la casa
de haberse detenido en los rincones, en las colchas, en los espejos
"Yo soy tu soledad"
nos abrazamos entre llorando y riendo
nos acariciamos la cabeza
y fue el momento mas tierno del que tengo memoria.

Libro de la soledad (1989)






Vuelvo temprano
Ella me aguarda leyendo el destino en las hojas de te
bordando paneles con pájaros rosados.
A veces calla
y espera que sea yo quien hable de las ultimas lluvias
de la revolución que avanza.
A veces habla.
Como una bruja que dice que hice en el día
en la noche
y por que lo hice
Aveces callamos las dos
descorremos las cortinas
y miramos en el horizonte no se si el pasado o el futuro.

Libro de la soledad (1989)





Y nosotras
esta pléyade de madres deambulando por las plazas
removiendo los cimientos del orden
hilvanando a golpes de silencio
los barrotes de una cárcel ávida que espera
bordando con palomas la mortaja que el asesino prepara
para cubrir la esperanza.
Nosotras ...prodigiosamente unidas
dando los ojos a las que quedaron ciegas
las piernas a las sin rodillas
el corazón a la abandonada
¿que fuerza pudiera arrasar nuestra fuerza?
¿que dolor que tortura lograra apaciguarnos?
Nada pudieron las amenazas
Nada el criminal silencio.

(Del libro)
De los poetas





No es necesario envenenar el agua
cortarse las venas
ahorcarse
El recuerdo de lo que quisimos ser
el acto heroico
ante el cual retrocedimos
la muralla que no derrumbamos
la fortaleza que no construimos
el fuego que dejamos apagar
son suficientes...

(De poemas crueles 1996 )




La esperanza

Creo en la esperanza de los pueblos.
En la gran naranja jugosa del mañana,

mas no en la esperanza individual
cruel
prostituida
emponzoñada
sabedora de todos los disfraces: tórtola mensajera del amor
gallo de veleta que gira según las brisas arbotantes

un no me olvides brotando en la nuca una mano en espigas y mares

La esperanza es tan solo una araña sabia en las mas oscuras cárcavas
mejor fortificadas
y en el veneno elaborado controlada con tal maestría
que sin matar perpetra la gran agonía:
inventa el milagro de la muerte y la resurrección cada vez con mas dolor
con menos fuerzas
en un delirio que avanza en linea recta y se transforma en espiral
sin dirección.
Enloquecida.






El miedo

Lo conozco.
Escorpión dorado
hongo venenoso
brebaje emponzoñado.
Me lo dieron de beber una tarde de agosto
en taza verde con filigrana de plata.
Dosificado al principio
enmascarado con almendras y jalea de durazno
mezclado con poemas en inglés
"It's many and many years ago in a country
be the sea..."
Lo conozco.
Lentamente me lo hicieron beber porque yo amaba
por entonces
las palabras.
Escorpión dorado.
Nadie sabe que si incendio fuego a mi alrededor
me clavarás la cola justo en el centro del corazón
y moriremos los dos
tan juntos como hemos vivido.

De: Poemas crueles, 1996)






II

El silencio cura mis heridas por ensalmo
y de un devastado corazón
de una carne abierta en llagas
hoy se desprende la fragancia de antiguas
                                                             primaveras
y se abre la rosa
no la elegida por el ruiseñor
no la cantada por el poeta.
La rosa que ese paciente jardinero
oh gatos
ha hecho florecer bajo la escarcha.





VI

Sus movimientos me incitan
me vuelven a la vida.
Tiemblo. 
Palpito.
Y me urge ser mujer
amar sobre la hierba   los paredones     el asfalto
los puentes que unen a la muerte con la vida.





XII

¿Qué son las heridas
gatos
sino este rasgarse el corazón por dentro
este sangrar aromas y recuerdos
esta necesidad de olvidar
y tener la memoria como espejo?





XIII

Quiero apostar al tres
rojo
enero
y los naipes saltan pares:
dos     cuatro      seis
marrones como las lombrices
como un garabato estructurado
anteojos
compás
sillas.

Apuesto al siete
amarillo
y tengo los girasoles de Van Gogh en las rodillas.





XV

Amaneceres grises.
Nuevamente la tragedia.

Esquilo      Sófocles           Eurípides en mis venas.


Alguien 
los asesinos
golpean a  mi puerta.
Abran    gatos
dejen que ellos se encuentren con mis ojos
y por el espanto de tanto dolor
mueran.
Jamás serán llorados
guitados
aullados
como los que tantas madres tuvimos que aullar. 

Con los gatos el silencio, Ediciones Argos, 1994.



BASHIR SAKHAWARZ [12.201]

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Bashir Sakhawarz 

(1960, Kabul Afganistán)
Bashir Sakhawarz es un galardonado poeta, escritor de novela y cuento. Ha vivido en Europa, Asia, África y América Central y ha trabajado para varias organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, la Unión Europea, el Banco Asiático de Desarrollo, la Cruz Roja Internacional y organizaciones no gubernamentales. Vive con su familia en Ginebra, Suiza. 

Bashir Sakhawarz es autor de siete libros en persa. His English works appeared in Language for a New Century, WW Norton & Company (2008), Images of Afghanistan, Oxford University Press (2010), and Proceeding of the Ninth Conference of the European Society for Central Asia, Cambridge Scholars Publishing (Nov. 2010).

"Maargir El encantador de serpientes", "Maargir The Snake Charmer" es su primera novela publicada en Inglés





Kabul, tras la ventana

Días, pensamientos que se evaporan en la llanura polvorienta
Noches caravanas de kuthbah desde las mezquitas
Kabul
una piel mudada
que visten los niños en los vertederos
que visten el silencio y el ruido
el silencio de vivir
el ruido de la muerte.

Montañas traducción de tolerancia
hombros de desiertos secos
madre de ríos
cumbre de tragedia
tras mi ventana
polvo, grito y el mulá como un gusano
por los altavoces
la vida es otra ablución
otro culo limpio.

Llego tarde
las montañas se han movido
Kabul se empapa de dolor
está aquí
no está aquí
como una magia
como un sueño
la carretera a Kabul
desaparece.

Traducción: Jesús Moreno.
*kuthbah: Sermón dado en una mezquita, generalmente los viernes
*mulá: persona conocedora del Corán



KABUL BEHIND MY WINDOW

Days, evaporation of thoughts in the dusty plane
Nights caravans of khutbeh from mosques
Kabul
a changed skin
worn by children in rubbish tips
worn by silence and noise
silence of living
noise of death.

Mountains translation of tolerance
shoulders of dry deserts
mother of rivers
height of tragedy
behind my window
dust, shout and the mullah like a worm
through the loudspeakers
life is another ablution
another clean bottom.

I am late
mountains have moved
Kabul soaks in pain
here it is
here it is not
like a magic
like a dream
the road to Kabul
disappears.

Found at his website.









STEFAN DAMIAN [12.218]

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Ştefan Damian

Poeta de Rumanía.
Debuta en la poesía, en el volumen colectivo Eu port aceastá fiinfá (Yo llevo este ser), 1972. 

Autor de novelas, relatos, ensayos, traducciones del y al italiano. 
Ha publicado, entre otros: 

Portrete de famillie (Retratos de familia), 1977; Nunta (La 
boda), 1980; Prisma (El prisma), 1982; Sfársit de vara (Final de verano), 1985; Pisica de Eritreea (La gata de Eritrea), 1986; Racconti di Transilvania, 1996. 

Volúmenes de ensayo: Federigo Tozzi - Una lezione contestuale, 2000; Versioni romene del Cántico di frote Solé, 2001; Biografié si poezie in Renasterea italiana (Biografía y poesía en el Renacimiento italiano), 2004; Metamorfozele naratiunii in opera lui Federigo Tozzi (Las metamorfosis de la narración en la obra de Federigo Tozzi), 2004; Lettere dai tempi di guerra, 2005. Ha traducido del y ha publicado en italiano, más de 50 volúmenes de versos, novelas, crítica literaria, historia, cinematografía, filosofía, antropología, etc. 


UN ÁRBOL DE SONIDOS 
Poesía rumana contemporánea 

Traducción de Catalina Iliescu Gheorghiu 



España 

Fui Don Quijote sin haber conocido a Don Quijote. 
Luché contra el viento en los molinos 
cuando ya no quedaba ni un molino 
excepto el de un tiempo 
en el que no tenía sitio. 
Miré a los demás de reojo 
y ellos a mí 
cuando creía que la verdad era única 
y se podía poseer. 
Sólo cuando salió de mi pecho 
la penúltima exhalación 
comprendí que nunca la verdad es única 
y que se pega a los dedos 
como un polvo fino, 
mena de humo casi traslúcido 
que te irrita el ojo. 
Así estando las cosas en España, 
vemos que están igual que aquí. 
Y aún sin haber conocido a Don Quijote, 
Luchar es de una inutilidad sin fin.




España 

Am fost Don Quijote fará sá-1 fí cunoscut pe Don Quijote. 
Am luptat cu vántul din morí 
cánd nu mai era nici o moará 
ín afará de cea a unui timp 
ín care nu incápeam. 
M-am uitat pisiceste la al|ii 
si altii la mine 
cánd credeam cá adevárul e unic 
si poate fí al cuiva. 
Numai cánd din cosul pieptului 
s-a dus penúltima respiratíe 
am priceput cá adevárul nu este niciodatá unul 
si cá se lipeste de pielea degetelor 
ca o pulbere fina, 
un fel de fum aproape transparent 
care iji usturá ochii. 
Asa stand lucrurile, ín España, 
ele stau ca la noi. 
§i fará sá-1 fí cunoscut pe Don Quijote 
zádárnicia luptei e fará hotar. 





Observación 

La noche tiene celos del día 
y lo ahuyenta. 
El día tiene celos de la noche 
y la ahuyenta. 

Nunca supe a quién 
darle la manzana de orol. 





Observafie 

Noaptea este geloasá pe zi 
si o alungá. 
Ziua este geloasá pe noapte 
si o alungá. 

Niciodatá nu am stiut 
cui sá-i dau márul de aur



nota del traductor: "manzana de oro" en algunos cuentos tradicionales rumanos es el encargo-trofeo que permite a los más valientes y sabios alcanzar su ideal. 




El eje principal 

El eje principal del corazón 
igual que esta vida de cosas aplazadas. 
De mí, 
ya no te acuerdas. Quizás sólo cuando esté nevando 
y la buhardilla 
se derrumbe en mitad del parque. Entonces 
otra ventana, ciega, de las que dan a los tejados 
sin horizonte 
y una estela de luz, te mostrará 
cosa malsana 
el camino, como los rastros de los caracoles.






O cardinala 

O cardinala a inimii, asa 
precum viaja aceasta de lucruri amánate. 
De mine, 
aminte nu-fi aduci. Poate numai cánd ninge 
si mansarda 
se prábuseste-n pare. Arunci 
o alta fereastrá, oarbá, ce dá-n acoperise 
fárá zare 
si-o dará de luminá, nesánátos 
i|i aratá 
drumul, ca urmele de melci. 





Cómo honrar a una amiga

¿Cómo honrar a una amiga 
con la que se comparte casi todo? 
No hay canción tan silenciosa 
para sus oídos y los tuyos, 
no hay música desentonada 
para su corazón y el tuyo. 
¿Y cómo honrar el día que se escapa 
sin lamentar todos sus ratos 
como otras tantas gotas de veneno en la sangre, 
y como creer y no creer 
en ti y en ella, 
dos mecanismos que esperan 
el alma la más verdadera entre las almas 
de un mundo cada vez más falto 
de alma? 





Cum sá onorezi o prietená

Cum sá onorezi o prietená 
cu care se impártáseste-aproape totul? 
Destul de tácut nu e nici un cantee 
pentru urechile ei si-ale tale, 
nu e nici o muzicá falsa 
pentru inima ei si a ta. 
§i cum sá onorezi ziua ce trece 
fará a-i deplánge clipele 
ca pe tot atátea picáturi de otravá in sange, 
si cum sá crezi sá nu crezi 
in tine si-n ea, 
douá mecanisme ce asteaptá 
sufletul cel mai adevárat dintre sufletele 
unei lumi tot mai lipsitá 
de suflet?






Los aduaneros 

Mucho ha aumentado el cuerpo de aduaneros 
dispuestos a ponerle aduana a nuestras vidas. 
Vas por la calle, como el más común de los mortales 
delante se te para un aduanero 
dispuesto a hurgar entre tus sentimientos. 
Es una especie de dios local 
si bien mucho más insistente que los otros 
ya que no sabe lo que busca 
pero sí sabe que ha de buscar: 
se lo exige su conciencia de aduanero 
que escudriña en tu vida. 
Lo mismo hicieron con las vidas de los que se han ido. 

Te toca a ti ahora, 
estás a su alcance 
mas no por mucho tiempo. 
No quedarán en todo caso sin trabajo 
aún si desaparecieran las fronteras 
políticas. Quedan las otras. 
Los hijos que han de venir 
al mundo, que nazcan sin recelo, 
lo dicen ellos mismos, los aduaneros, 
porque habrá quien hurgue en sus vidas. 





Vamegü 

Prea s-au inmultit vamesii 
gata sá ne vámuiascá viaja. 
Treci pe stradá, asa, ca omul obisnuit 
si-n fatá ti se pune un vames 
gata sá-ti caute prin sentimente. 
Este un fel de zeu local 
dar mult mai insistent decát ceilalti 
fíindcá el nu stie ce cauta, 
dar stie cá trebuie sá caute: 
i-o cere constiinta lui de vames 
care iti frunzáreste viata. 
Asa au facut si cu vietile celor care s-au dus. 

Acum e rándul táu, 
le stai la indemaná 
dar nu pentru prea multa vreme. 
Oricum, nu vor rámáne fará lucra 
chiar dacá vor dispare frontierele 
politice. Ráman celelalte. 
Copiii care vin trebuie sá se nascá fará griji, 
ne-o spun chiar ei, vamesii, 
cá are cine sá le frunzáreascá viefile.






El teléfono 

El teléfono está siempre bloqueado 
con demasiados problemas vitales. 
Los escasos intentos de desbloqueo 
se han perdido ya al viento 
de una noche de noviembre 
en la que sobre sombras amontonándose en rincones 
pasaba la guadaña de oro 
de la luna. 

Nadie sabía escoger 
las líneas verdaderas 
de las falsas. Y se hablaba 
por la línea directa 
de una historia reciente 
sí, demasiado reciente 
para ser historia. 






Telefonul 

Telefonul e intotdeauna blocat 
cu prea multe probleme de viatá. 
Rarele incercári de deblocare 
s-au si pierdut in vántul 
unei seri de noiembrie 
cánd peste umbrele care se-nghesuiau prin colturi 
trecea coasa de aur 
a lunii.

Nimeni nu putea sá aleagá 
firele adevárate 
de cele false. §i se vorbea 
pe firul scurt 
al unei istorii recente 
da, mult prea recente 
pentru a fi ístorie. 

VASILE GEORGE DÂNCU [12.219]

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Vasile George Dâncu

Poeta y publicista de Rumanía. 
Ha publicado el volumen de poemas Biografía secreta, 2003 (Premio al mejor escritor novel de la Unión de Escritores de Rumania -Filial de Cluj). 
Participa en diversas antologías.




UN ÁRBOL DE SONIDOS 
Poesía rumana contemporánea 

Traducción de Catalina Iliescu Gheorghiu 



El camino que pasa por Runc...

El camino que pasa por Runc 
Lleva hacia Tibies. 

El camino que recorre la Tierra 
Lleva hacia el Cielo. 

Algunos ancianos dicen que, de hecho, 
Se trata siempre del mismo Camino. 




Drumul care trece prin Runc. 

Drumul care trece prin Runc 
Duce catre Tibie?. 

Drumul ce strábate Pámántul 
Duce catre Cer. 

Unii bátráni spun cá, de fapt, 
Ar fi unul si acelasi Drum. 





Plañido 

El dios es el dios 
Y el hombre no es hombre. 

El cielo es el cielo 
Y la tierra no es tierra. 

El silencio es el silencio 
Y la voz no es voz. 

La muerte es la muerte 
y la vida no es vida. 



Bocet 

Zeul este zeu 
§i omul nu este om. 

Cerul este cer 
§i pámántul nu este pámánt.

Tácerea este tácere 
§i glasul nu este glas. 

Moartea este moarte 
§i viaja nu este viaja. 






La vida y la muerte del caballero tracio 

No os contaré 
La muerte 
Del valiente tracio. 
Os digo únicamente: 
Él existió bajo el signo del Sol. 

En cuanto a su vida: 
Ella existió bajo el signo de la Muerte. 

¡Os he contado ya demasiado 
Sobre el valiente tracio! 




Viata §i moartea cavaleruluí trac 

Nu vá voi povesti 
Despre moartea 
Viteazului trac. 
Atáta doar vá pot spune: 
Ea a stat sub semnul Soarelui. 

Cát despre viata lui: 
Ea a stat sub semnul Mortii. 

V-am spus deja prea mult 
Despre viteazul trac! 






Una plegaria de Napoleón Bonaparte 

Soy fuerte, Señor, 
Ayuda mi debilidad. 

¡Puesto que tengo 
La más dolorosa 
De las debilidades! 

Yo sólo puedo ser vencido 
Por mí mismo.





O rugáciune de-a lui Napoleón Bonaparte 

Sunt puternic, Doamne, 
Ajutá slábiciunii melé. 

Deoarece eu am 
Cea mai dureroasá 
Dintre slábiciuni! 

Eu pot fi ínvins 
Numai de mine insumí.







Una plegaria de Hegel 

Te odio, Señor, 
Cuando piensas mis pensamientos. 

Te amo, Señor, 
Cuando pienso tus pensamientos. 

Ayúdame, Señor, 
A pensar tus pensamientos, 
Odiándote. 

Amén. 





O rugaciune de-a lui Hegel 

Te urásc, Doamne, 
Cánd imi gándesti gándurile. 

Te iubesc, Doamne, 
Cánd i|i gándesc gándurile. 

Ajutá-má, Doamne, 
Sá-|i gándesc gándurile, 
Urándu-te. 

Amin. 







El jersey tejido con metáforas 

La mujer del poeta se hizo un jersey 
Con metáforas de poemas escritos por él. 

Son buenas las metáforas, abrigan, 
Y el jersey es muy bonito, 
Lo único que pasa es que a veces 
De él gotean lágrimas. 

"Son muy sensibles las metáforas de mi marido, 
Al ver como se hielan 
los que viven en la calle, lloran" 
Relata a sus vecinas, la esposa del poeta.





Puloverul fácuí din metafore 

Sofia poetului si-a fácut un pulover 
Din metaforele poemelor scrise de el. 

Sunt bune metaforele, tin de cald, 
lar puloverul este tare frumos, 
Numai cá se-ntámplá cáteodatá 
Sá curgá lacrimi din el. 

„Metaforele sotului meu sunt sensibile, 
Vázándu-i pe cei de pe stradá, 
Inghetati de frig, lácrimeazá." 
Le spune sojia poetului, vecinelor sale.





Iván, el sol y los americanos 

a Vasile Mititean 

Todas las noches Iván vende el sol a cambio de bebida 
Lo compran los americanos otras tantas veces. 

Iván lo vende porque ama la bebida, 
Y los americanos compran 
Por la costumbre de comprar. 

Y cada vez, el sol huye de los americanos 
Para esconderse en la copa de vodka de Iván. 
"El sol no aguanta América", se ríe achispado Iván. 





Ivan, soarele si americanii 

lui Vasile Mititean 

Ivan vinde ín flecare seará soarele pe báuturá 
§i americanii il cumpárá tot de atatea orí. 

Ivan íl vinde deoarece íi place báuturá, 
lar americanii il cumpárá din 
Obisnuinta de a cumpárá. 

Dar, de flecare data, soarele fuge de la americani 
Si se ascunde ín paharul de votcá al lui Ivan. 
„Soarele nu suporta America!" ráde Ivan cherchelit. 









Encuentro con la Historia 

Es verdad, 
No quise ser un héroe. 

Tenía muchas otras 
Cosas buenas que hacer. 

Dio la casualidad empero 
Que me encontrara con la Historia. 

Y esto 
Lo cambió todo. 





Intalnirea cu Istoria 

E adevárat, 
N-am vrut sá fíu un erou. 

Aveam mult mai multe 
Lucruri bune de fácut. 

S-a intámplat insá 
Sá má intálnesc cu Istoria. 

Si acest lucra 
A schimbat totul. 





Biografía 

Nació 
Vivió 
Y murió. 

A veces deseaba olvidar haber nacido, 
Otras, se olvidaba que vivía 
Pero la mayoría de las veces olvidaba, 
Que moriría 



Biografié 

S-a náscut 
A tráit 
Si a murit. 

Uneori vroia sá uite cá s-a náscut, 
Alteori uita cá tráieste 
Si, de cele mai multe ori, 
Cá va muri. 







DINU FLAMAND [12.220]

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Dinu Flămând 

(Transilvania, Rumanía  1947) 

Poeta y crítico literario, traductor. Ha publicado, entre otros, los siguientes volúmenes: 

Poesía: Apeiron, 1971; Poezü (Poesías), 1974; Altoiuri (Injertos), 1976; Stare de asediu (Estado de sitio), 1983; Estado do sitio, 1984; Viatá de proba (La vida ensayo), 1998; Dincolo/De l'autre cote (Al otro lado), 2000; Migrapa pietrelor (La migración de las piedras), 2000; Circular/Circulaire, 2002; Tags, 2002; Poémes en apnée, 2004; Grádini/ Jardins (Jardines), 2005; Frigul intermediar (El frío intermedio), 2006; Opera poética (Obra poética), 2007. 

Crítica: Introducere in opera lui G. Bacovia (Introducción a la obra de G. Bacovia), 1981; Intimitatea textului (La intimidad del texto), 1985. 

Traducciones: Fernando Pessoa, Cartea nelinistirii (Libro do desassossego / Libro del desasosiego), 2000; Fernando Pessoa, Oda marítima si alte poeme (Ode marítima / Oda marítima y otros poemas), 2002; Philippe Sollers, Rázboiul gustului (La guerre du góut / La guerra del gusto), 2002; Jorge Semprún, Mortul care trebuie (Le mort qu'il faut / El muerto que hace falta), 2002; Samuel Beckett, Poémes/Poeme (Poemas), 2004. 


Dinu Flămând es uno de los poetas rumanos más interesantes de las últimas décadas. Sus versos hablan de la asfixia del régimen totalitario que le tocó vivir en su país, de las ansias de libertad, de la vida en el exilio y de la libertad alcanzada por él y su pueblo. En la cuerda de tender. Antología 1983-2002, publicada en edición bilingüe por Linteo se aprecia su mirada crítica y llena de sensibilidad e imágenes terrenales y abstractas. Angustia, terror  y anhelos de felicidad en una misma semilla. En la introducción de este volumen su traductora, Catalina Iliescu Gheorghiu, recuerda que el poeta rumano Ion Negoitescu decía que la poesía de Flamand es "impresionante por la gravedad del tono y el peso de la ideación, por el rigor ejemplar de la vivencia y el incisivo poder de expresión". Una pequeña muestra es el siguiente poema:





A MÍ NO

La luz nos habita a todos, pero de espaldas
a su propio resplandor a veces
con su lado oscuro
como la hoja plateada a merced del viento

de la penumbra el pavor asoma tres dedos
y esboza en su sustancia el ademán fallido
del resignar que se santigua

y sin embargo la secreta euforia se mofa
en la oscuridad como la tonta del pueblo
y estira una piel con cada vez más manchas
por el óxido de los años

no tengo motivo alguno para sentirme eterno
y sí los tengo todos
 a mí no
a mí no...

* En la cuerda de tender. Dinu Flamand. Traducción e introducción de Catalina Iliescu Gheorghiu. Editorial Linteo. 138 páginas.






UN ÁRBOL DE SONIDOS 
Poesía rumana contemporánea 

Traducción de Catalina Iliescu Gheorghiu 



La vida ensayo 

Nada de lo vivido nos daba derecho 
a vivir, 
la vida apelmazada nos moraba cautiva, 
detrás de unas puertas que 
ni la muerte se atrevía a empujar... Éramos ya 
estado de clandestinidad 
del letargo. La vida ensayo... 
Sólo las viejas bombas impulsaban 
por el circuito de nuestra biografía 
el aire, el alimento, y la sangre... 

Y ahora, al recordar que no hay nada que transcurra 
sin consecuencias, entre humanos, al pronunciarse en vano 
el nombre Libertad, 
me tengo un odio sofocado por cuanto he vivido sin vivir. Y, 
como en un despiojar constante, trato, 
noche tras noche de raspar de quemaduras 
las paredes de mi alma. 

Espero el advenimiento del ángel enviado 
a exigir 
rescate por este secuestro... 





Viatá de proba 

Nimic din ceea ce tráiam nu ne índreptájea 
sá tráim, 
viaja se inghesuia in noi, captiva, 
in spatele unor usi pe care 
si moartea ezita sá le-mpingá... Deveniserám 
starea de clandestinitate 
a letargiei. Viaja de proba... 
Doar vechile pompe mai impingeau 
pe circuitul biografíei 
aerul, aliméntele, sángele... 

lar acum, gándindu-má cá nimic nu rámáne 
rara urmári, íntre oameni, cand numele Libertájii 
a fost luat in derádere, 
má urásc mocnit pentru cát am tráit netráind. §i, 
ca la o nesfarsitá despáduchere, incerc, 
noapte de noapte sá rázuiesc arsura 
de pe peretii sufletului.

Astept aparijia ingerului trimis 
sá ceará 
plata pentru acest sechestru... 





Los parásitos del sufrimiento 

"11 nome sapevi, non la 
realtá del dolore " 
Saba 


Desde que comenzamos a entender que ni palabras, 
ni nadie ni nada podrán ya 
quitar del aire este dolor arácnido con el que nos tejemos 
entre domingos en los que no podemos evitarnos, 

miramos, cada uno a través del otro, con esa insistencia 
opaca, adivinada en todo cuanto nos rodea, 
en los libros que tratan las entrañas de la psique, en la fruta 
podrida 
en la que se ha posado la soledad fosforescente. 

Parasitamos el dolor, según se ve en la tele 
imágenes de África, un reportaje que están pasando: 
el cocodrilo de fauces abiertas, aguardando 
a que las aves picoteen su encía... 







Parazitii suferintei

"II nome sapevi, non 
la realta deldolore" 
Saba 


De cánd am inceput sá stim cá nici un cuvánt, 
cá nimeni si nimic nu va mai putea 
lúa din aer páienjenoasa durere in care ne tesem 
prin duminicile in care nu ne putem evita, 

privim, flecare prin celálalt, cu acea insistenfá 
opaca, bánuitá in lucrurile ce ne-nconjoará, 
in cártile despre intestinele psihicului, in fructele putrezite 
pe care se depune singurátatea fosforescentá. 

Parazitám suferinta, cum tocmai se vede 
secventa din África, in reportaj, la televizor: 
crocodilul cu fálcile larg deschise, asteptánd 
pásárile sá-i ciuguleascá gingiile... 






Si hasta la eternidad...

Si hasta la eternidad va a ser color ceniza 
igual que estos días que amontonan 
sus blandos huesos unos contra otros, 
creo que habré de aceptar vuestra sonrisa, 
pero en la comisura, la gota de saliva también, 
y aceptar esa virtud con la que, amor mío, te embalsamas, 
pero tu santa disipación también 
ramera hogareña, 
y aceptar mis ráfagas de desespero 
donde el compadecerme de mí mismo halla cobijo... 

Qué música tan fría llevan las nubes hacia el sol, 
podrías dibujar sobre la luz caminos de ceniza... 

Yo ni siquiera hoy, en mi postuma juventud, 
no atino a manejar los reactivos de la explosión 
en la cámara que hay bajo el esternón: 
la fusión de la semilla de tristeza 
con la alegría que ella misma encierra... 
de pronto, una llama tenue! 

Luego la noche me coloca sobre el rostro 
la máscara de oro de los faraones; puedo ver 
en árboles de mi infancia, nidos de primaveras 
de antaño, 
con pájaros llegados de otro mundo... 

Tiendo la mano y encuentro a la serpiente... 
Me baño en el río de la sierra y salgo sin mojar... 
Y por encima de montañas floto, pero el aire 
me rechaza... 
Alcanzo el puerto de partida, y es demasiado tarde... 
Demasiado tarde, demasiado tarde en todo. 
Los buitres cubren las estrellas...




Dacá §i eternitatea... 

Dacá si eternitatea va fí cenusie 
asemeni acestor zile ce-si inghesuie 
unele-ntr-altele oasele moi, 
cred cá va trebui sá va accept zámbetul, 
dar si saliva prelinsá ín colful gurii, 
sá accept virtutea in care te imbálsámezi tu, iubito, 
insá si sfanta-fi destrábálare 
de hierodulá casnicá, 
si sá-mi accept rafalele melé de deznádejde 
in care stá la cald índuiosarea de mine insumí... 

Ce muzicá rece duc norii spre soare, 
ai putea desena pe luminá un drum de cenusá... 

Nici páná astázi, ín tineretea postuma, 
nu stiu mánui reactivii exploziei 
in camera de sub stern: 
fuziunea gráuntelui de tristete 
cu bucuria ce o exprima... 
si dintr-o data o flácáruie! 

Apoi, noaptea imi aseazá pe fa|á 
masca de aur a faraonului; pot vedea 
in copacii copiláriei cuiburile unei primáveri 
de demult, 
cu pásári venite din alta lume... 

íntind mana si dau de sarpe... 
Má scald in rául de munte, dar ies uscat... 
Plutesc deasupra muntilor, insá aerul má 
respinge... 






Orín 

Desde que me entretengo al filo de las cosas 
queda pendiente una pregunta 
que ondea en el espejo del ocaso 
como el cabello de las piedras en el lecho del río. 

Es una forma de dejar que te pregunten 
sobre los otros, los que nunca preguntan 
aunque en tu pregunta habitan, como los corazones 
que llenan con silencio, las nueces, en otoño. 

Su modo de mirarte, cerniéndose en esa distancia 
que sus ojos divisan en lo hondo, muy cercana; 
exhalación de un pasado que se posa 
con el rocío del orín en lo inoxidable. 

Y es como el vacío que siempre ha llenado 
tus días suspendidos en torno a la noche: 
luciérnagas de espera y paciencia, minúsculas apenas 
para que las tinieblas no teman la oscuridad...




Ruginá 

De cánd imi tot fac de lucru prin preajma lucrurilor 
rámáne amánatá o intrebare 
fluturánd pe oglinda asfinfiturilor de soare 
ca párul pietrelor ín albia ráurilor. 

Este un fel de a te lasa intrebat 
de cineva de dincolo, care nu intreabá 
desi locuieste in intrebarea ta, ca miejii 
ce umplu cu tácerea lor, toamna, nucile. 

§i are un fel de a te privi asternándu-se peste depártanle 
pe care ochii tai le záresc in adánc, aproape; 
adiere a trecutului depunándu-se 
cu roua ruginii pe lucruri inoxidabile. 

§i este asemeni golului ce umple dintotdeauna 
zilele tale tinute in preajma noptii: 
licurici ai rábdárii si asteptárii, lumini|:á doar cát 
sá nu se sperie beznele de intunecime... 






Vino derramado 

Mientras otros hallan buscando, tú hallas hallando 
una fisura en la fibra del tiempo para escondernos 
de esta ciudad en la que no conviene ser 
advenedizo universal, en el fin del milenio. 

Apenas partes de mi lado, te veo regresar 
con las migraciones de las piedras rodadas por las nubes 
en los caminos que también nos condujeron, 
antaño, hasta el centro de este extremo. 

Tu soledad me enferma pues no tiene cura 
ni engullida por mi soledad caníbal siquiera; 
al verte en la más cercana lejanía 
eres igual que el vino derramado y atrapado en su caída 
por el guante de sombra de mi mano... 





Vin vársat 

ín vreme ce altii gásesc cáutánd, tu gásesti gásind 
o fisura in fibra timpului, sá ne ascundem 
de acest oras unde nu e bine sá fii 
metecul universal, la sfársitul mileniului. 

Abia plecatá de langa mine, te vád sosind 
cu migratia pietrelor rostogolite de nori 
pe drumurile ce ne-au adus si pe noi, 
cándva, in centrul acestei margini. 

Mi-e ráu de singurátatea ta care nu se vindecá 
nici inghititá de singurátatea mea canibalá; 
cum stai in depártarea apropiatá 
esti ca vinul vársat dar prins in cádere 
de mánusa de umbrá a máinii melé...




MIRCEA MALUT [12.221]

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Mircea Malut  

(Nació el 09.07.1963, en Rumanía)
Seudónimo literario de Marcel Seserman. Nació el 9 de julio de 1963, en el pueblo de Málut. 
Se licenció por la Universidad Babes-Bolyai, Facultad de Matemáticas de Cluj-Napoca (1987). 
Es jefe de servicio en la Biblioteca Provincial de Bistrita-Násáud. 
Ha publicado los volúmenes: Exilul lacrimii (El exilio de la lágrima), Editorial Clusium, Cluj, 1992. Fragmente din monografíile imperiului 
(Fragmentos de monografías del imperio), Editura Limes, Cluj, 2002. Topografii critice (Topografías críticas), Editorial Eikon, Cluj, 2004. Fragmente din monografíile imperiului (Fragmentos de monografías del imperio), Editorial Limes, 2006, Cluj-Napoca, versión francesa de Tudor Ionescu. 
Han escrito sobre sus libros: Gheorghe Grigurcu, Al. Cistelecan, Antón Horvath, Mircea 
Petean, Teodor Tanco, loan Pintea, Virgil Ratiu, Simona Konradi y otros. 

Es miembro de la Unión de Escritores de Rumania




UN ÁRBOL DE SONIDOS 
Poesía rumana contemporánea 

Traducción de Catalina Iliescu Gheorghiu 




prefacio 

éste fue nuestro sino 
nacer entre las dos caídas 
presentes en los expedientes de los verdugos siempre 
víctimas necesarias para el equilibrio 

son nuestros sueños 
los insomnios del foso 

sombra del ángel 
y confidentes somos de la negación 
de un tiempo para acá sólo anocheceres 

presentes en la hora 
cuando se vierte muerte en las cosas




prefatá 

asa ne-a fost dat nouá 
sá ne nastem intre douá cáderi 
aflati totdeauna in dosarele cáláilor 
victímele necesare echilibrului 

visurile noastre 
sunt insomniile gropii 

umbra íngerului 
si confidenfii negatiei suntem 
de la o vreme numai asfinjituri 

prezenti la ora aceea 
cánd se toarná moartea in lucruri 






desprevenidos ante este equinoccio 

el escriba (9,1)

me enteré que tus coartadas 
no convencieron a los jueces ascetas 
tenían en verdad noticia sobre los manuscritos de la sombra 

en algún sitio en las provincias del imperio 
los fetos rezan en el vientre de sus madres 
para no nacer nunca 
y lloran olvidados al margen de los mundos 
desprevenidos ante este equinoccio 

y ahora pasa el que golpea 
en los cimientos de este mundo con su diapasón(4) y escucha 
muy atento cómo se estremecen las extremidades. 




nepregátiti pentru acest echinox 

scribul (9,1) 

am auzit cá alibiurile tale 
nu i-au convins pe judecátorii ascetici 
ín fapt ei stiau de manuscrísele umbrei 

undeva in provinciile imperiului 
se roagá fefii ín pántecele femeilor 
sá nu se mai nascá 
si pláng neauziti la marginea lumilor 
nepregátiti pentru acest echinox 

trece acum cel ce da 
cu diapazonul(4) ín temeliile lumii ascultánd 
foarte atent la tulburarea extremitajilor





entre dos verticales de oscuridad 

el testigo (9,19) 

vayas por donde vayas 
seguirás en el borde 
entre dos verticales de oscuridad 

te dices: un eco truncado se acordará 
de lo que tal vez piensen las sombras de las cosas 
en una noche como ésta que se cierne 
sobre el mundo como una fosa común. 

sientas al lado a tu castigo 
como a un vecino viejo y entrañable 
junto al ajuar hecho de restos 

vives en una triste provincia imperial 
miras la noche al caer 
como un misterio medieval 
y sabes que en alguna parte ellos 
miran tus calendarios 
sin festivos 





intre douá verticale de intuneric 

martorul (9,19) 

oricum ai merge 
tot pe-o margine te afli 
íntre douá verticale de intuneric 

iti zici un ecou fránt isi aduce aminte 
ce gándesc oare umbrele despre lucruri 
íntr-o noapte ca asta ce se lasa 
peste lume ca o groapá comuna 

iti asezi pedeapsa aláturi 
ca pe un vechi si bun vecin 
langa zestrea resturilor 

stai íntr-o provincie trista a imperiului 
privesti cum vine noaptea 
ca o taina medievalá 
si stii cá undeva ei 
prívese in calendarele tale 
ce n-au sárbátori 





con una zanja y en los brazos un alud de tierra, 
estamos listos 

el viajero (9,21) 

somos el eco de este leve fallo imperial 
y el miedo se descama en largas tiras 
cuando en pan ázimo se vierte el atardecer 

dejad ya de medir los muertos 
cuando el instante se arrodilla en el crepúsculo del ala 
ya no podemos oponernos 
a la señal del que se fue 

prestadnos un cencerro para el camino 
dejamos el conjuro hendido en tierra(7) 
con una zanja y en los brazos 
un alud de tierra estamos listos 





cu un sant si un val depámant 
in brate suntem gata 

cálátorul (9,21) 

suntem ecoul acestei mici erori imperiale 
si se desfoliazá frica in fasii lungi 
cánd se toarná seara in azimi 

nu mai másurati mortii 
cánd clipa ingenuncheazá-n inserarea aripii 
nu ne mai putem impotrivi 
semnului celui plecat 

imprumutafi-ne un clopot de drum 
lásám descántecul despicat ín fáráná(7) 
cu un sanf si un val de pámánt 
ín brate suntem gata 






el futuro como incesto del destino 

el viajero (13,3) 

tras nueve meses 
una mujer dio a luz la maldición 
aquella que rehusa 
pasarse al pasado 

sois hijos de las ciénagas(9) 

si las raíces se han extraviado es tarde 
si habéis aparecido tiritando 
en sueños de encubridores(lO) 

os digo 
que fue acogida con 
rechazo por las semillas 

aquí, al margen del imperio 
el futuro es como un incesto del destino 




viitorul ca un incest al destinuluí 

cálátorul(13,3) 

dupa nouá luni 
o femeie a náscut blestemul 
acela care refiízá 
sá treacá-n trecut 

voi sunteji fíii mlastinilor(9) 

este tárziu daca rádácinile s-au rátácit 
si-aji apárut tremuránd 
in visurile táinuitorilor(lO) 

váspun 
cá 1-a íntámpinat 
un refuz al seminfelor 

aici la marginea imperiului 
viitorul e ca un incest al destinului 






ALFONSO MORENO MORA [12.239]

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ALFONSO MORENO MORA

Ecuador, 1890 - 1940.
Poeta cuencano nacido el 21 de abril de 1890, hijo del Sr. Domingo Moreno Ordóñez y de la Sra. Bárbara Mora López.
Perteneció a una familia de destacados escritores, pero su nombre, a pesar de la importancia de su obra, no ha tenido la trascendencia merecida en el panorama lírico nacional.
Sobresalió como una figura del modernismo y perteneció a la que el escritor Raúl Andrade bautizó como la «Generación Decapitada».
«Fue la máxima expresión de la poesía delicada y sensitiva, y quiso en este Siglo Maquinaria y de inventos cantar desde la torre de su soledad, a la belleza, el arte, la espiritualidad, la gran naturaleza, mientras afuera y muy abajo, la materialización crecía, la agigantaban, imperaban» (Lucio Salazar Tamariz.- Una Comarca y sus Destellos, p. 219).
«Tuvo el poeta noches alucinadas: su bohemia, su melancolía, el desencanto. Y con estos dones del espíritu todas las canciones al amor, al recuerdo y a la muerte. Y claro el pronto desobligo por la vida, como todos los simbolistas... Por eso estuvo en la que se llamó «Generación Decapitada», con un mensaje semejante al de los poetas Borja, Noboa Caamaño, Silva y Fierro: el mensaje del tedio, el pesimismo, la vida...» (Antonio Lloret Bastidas.- Antología de la Poesía Cuencana, tomo III, p. 185).
Entre sus obras más notables se destacan: «Epístola a Luis Felipe de la Rosa», su «Autobiografía», sus «Jardines de Invierno», los tercetos de su «Visión Lírica», sus «Elegías», etc...
A los cincuenta años de edad, el «Caballero del Verso y de la Melancolía» murió en su ciudad natal, el 1 de abril de 1940.



Autobiografía

Mi vida: una mariposa.
El vidrio de una ventana.
Afuera el jardín, la rosa,
la gracia de la mañana.

Ver y no gozar la vida,
corta para tanto anhelo,
y sentirla cohibida
con dos alas para el vuelo.

Afuera la primavera
revuela, canta, perfuma; 
la luz del sol reverbera,
se va en el agua la espuma.

Todo es tálamo, amorío,
amor, pasión y locura.
De volar, sería mío 
el jardín de la hermosura.

Adentro... nada hay adentro,
que estoy afuera y no estoy;
y sobre el cristal me encuentro
y tras el cristal me voy. 

¡Pobre vida! Mariposa...
Vida que no realicé,
vida de vivir ansiosa
y que, ansiando, la anulé.

Copo de espuma en la arena,
mientras el río se va;
vida con angustia y pena
de lo que nunca será...

Suave vellón en la zarza
deja la oveja prendido;
dentro del nido lo engarza
el ave, al hacer su nido.

La linfa que deja el río
ablanda a la dura roca;
se evapora y de rocío 
ser refrigerio le toca...

Pobre vida, vida mía,
mariposa en la ventana.
Pasa un día y otro día,
una noche, ¡una mañana!

Pasan... y siempre es lo mismo:
afuera todo, y adentro
nada, sino el fatalismo
de no haber hallado el centro.

Quiere volar y porfía... 
quiere salir, y no acierta...
hasta que han de verla un día
al pie de los vidrios, muerta...

  



De Jardines de invierno

Atardece lentamente,
muere la luz poco a poco;
esta tarde ha sido larga
de recuerdos dolorosos.

¡Cómo se va uno cambiando!
¡Cómo le llega el otoño!
Tenía entonces veinte años.
¡Qué lejos se queda todo!

Novia que pasas la tarde
mano a mano con tu novio,
la vida se va, se acaba
en un verano tan corto.

Cigarras que ayer cantaban
yacen hoy día en el polvo.
¡Ay! ¡cuántas torres azules
se pierden en los recodos!

A veces vuelvo la vista,
y en vano buscan los ojos
el jardín, el huerto, el valle
que alumbró el sol en su orto.

Ah, las cosas que se piensan
acodado en la ventana,
mientras se muere la tarde
luminosa y resignada.

Huele el jardín. En la fuente
debe estarse oliendo el agua.
Un vago perfume aroma
el pañuelo de mis lágrimas.

¿Quién va a venir? ¿Por qué estoy
acodado en la ventana?
¿A quién espero? ¿Qué buscan
mis ojos a la distancia?

El río pasa llorando
por la sombría encañada.
Duermen los sauces. La niebla
se cuelga en la azul montaña.

Ha anochecido. En su alcoba
se enrojecen las ventanas.
Hay luz. Una sombra leve
el rojo cristal empaña.

Tengo miedo de la noche:
voy a cerrar la ventana.
Yo no debiera estar solo
teniendo tan sola el alma.

Su boca me sonreía...
Discurren mis pensamientos
como un enjambre de abejas
en la paz del cementerio.

Flota un aroma impreciso
de nardos recién abiertos.
La brisa nocturna trae
olor de junco. ¡Ah, los perros

que ladran bajo la luna.
A veces, me muerde el miedo...
Quiero llamar, y la carne
tiembla de frío y silencio.

Su boca me sonreía...
Cuando se armiñe el sendero
con las flores del naranjo
quedará desnudo el huerto.

Al rubio sol, los azahares
se marchitarán y, luego,
a lo largo del camino
irán rodando en el viento.

Las noches, cuando descorra
la ventana que da al huerto,
no habrá un aroma en la brisa
que desgreñe mi cabello.

Y me estaré horas y horas
pensativo y en silencio,
con las pupilas clavadas
del jardín en lo más negro.

Después... La sombra, los árboles...
Tendré frío... Tendré miedo...
Entornaré la ventana
por no ver el duro cielo

que estará blanco de estrellas.
Iré a meterme en el lecho
viendo mi jardín sin rosas...
Y me dormiré sin sueño.

  



Idilio rústico

Una casa de campo, con ventanas azules,
que enfoquen los caminos, los árboles, las chozas;
una casa de campo, cercada de abedules,
fresca de agua y alegre de pájaros y rosas.

Una casa de campo, en un campo aldeaniego, 
con vecinos que sean primitivos y rudos:
gente humilde y amiga de la paz y el sosiego,
buenos hombres barbudos...

En el pórtico blanco, tallado en piedra, al fondo
de una hornacina, el Santo protector de la granja, 
San Isidro... y suspensa del hastial una esquila.

Feliz me llamaría, y más al ver tu blondo
cabello sobre mi hombro, bajo el cielo naranja
de una tarde de agosto, luminosa y tranquila.






Elegía del amor que había muerto

Ven a escuchar el canto tedioso de las ranas...
Su voz no sé qué tiene para mecer la pena;
trae acá la butaca, corre bien las ventanas
y estaremos sentados en la noche serena.

A veces se oye un pájaro cantar entre las ramas;
si en esta noche canta, dime tú lo que quieras
que el canto signifique... ¿Preguntaré si me amas...?
¿Si he de morir primero, antes que tú...? ¿Quisieras...?

-Mejor que sea eso lo que el canto nos diga;
mas, sabe estoy seguro de tu amor, yo no dudo; 
entre todas has sido tú mi mejor amiga,

la única, la única que me ama y que me alegra..,
y pasamos sentados frente a la noche negra,
y el pájaro en las ramas pasó esa noche mudo...

   



Mi madre

¡Mi madre!... Daban luz los ventanales;
una canción de cuna; otra devota;
mimo su voz, que del silencio brota,
caricia sus miradas maternales.

La primera palabra aprendí de ella, 
di a su amparo de amor el primer paso;
cuántas veces, dormido en su regazo,
¡recibí de sus manos una estrella!

De una gruta de amor, estalagmitas
sus manos... Sí, me acuerdo, pequeñitas, 
blancas y con hoyuelos claroscuros.

Un día ha de mirarla mi alma, pienso,
entre rayos de luz, nubes de incienso,
rodeada de los ángeles más puros...

  




Sol de tarde

Las cinco... De una orilla a la otra orilla
ha tendido su sombra la alameda;
en el camino la hojarasca brilla
y en ella el viento, tal un aro, rueda.

Del recodo, al final de la avenida,
sale una larga fila de jumentos;
viene de la ciudad, triste y rendida,
la piara de borricos cenicientos.

Sobre la tierra luminosa y tersa
la sombra de los árboles conversa
de las cosas del campo en tierno idilio.

Y allí la dicha del que oculto vive,
verso tras verso con amor, escribe,
con el amor de Jammes o Virgilio.

  



Elegía del caballo

Las moscas ponen un temblor intermitente
en la piel laxa y dura, las moscas le atormentan;
con la tristeza enorme de su vejez doliente
quisiera estarse en calma, pera ellas le impacientan.

La desmayada cola bate pesadamente,
las moscas se levantan y de nuevo se sientan;
hiere el suelo golpeando las manos fuertemente,
las moscas vanse y tornan y su fastidio aumenta.

Inmóvil, taciturno, con la cola en el anca,
es, en el llano verde, la sola mancha blanca; 
pobre viejo caballo, quizá añora el pasado

viril, cuando los ríos cruzaba en lo más fuerte
de la creciente magna, desafiando a la muerte,
y era el padre de todos los potros del poblado.




Ensueño póstumo

Carpintero, la caja en que me encierren
hazla suave de un árbol de esta senda:
¡así podré soñar, cuando me entierren,
que estoy de vacaciones en la hacienda!

Este árbol diome sombra cuando niño, 
a su abrigo pasé días enteros;
en el hogar fue todo de cariño
el resinoso olor de los gomeros.

En sus bosques vagué, de adolescente,
oyendo los lamentos casi humanos 
que lanzan con el viento, de repente.

¡Cuántas horas de ensueño y de locura!
¡Cuántos nombres grabados con mi mano,
en su corteza sonrosada y dura!








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