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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ÓSCAR JARA AZÓCAR [12.028]

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Óscar Jara Azócar

Óscar Jara Azócar (Viña del mar, 1906 - 1988). Poeta y profesor. Publicó trece libros, entre los que se cuentan: "Canciones de juventud" (1929),  "Viña del mar" (1937), "Mis mejores versos para niños" (1965). Fuente: "Óscar Jara, poeta de la infancia". Por José Vargas Badilla (Acanthus. Talca, Año 7 - Nº73 - Oct./Nov. 2002)



DAR

Dar
con la serenidad de las estrellas, 
con la discreta gracia de la flor,
con la ardiente vehemencia de la llama, 
con todo el corazón.

Dar 
sin la encumbrada frente del orgullo,
sin la pupila seca del testigo,
sin la voz de piedad reblandecida, 
sin alma vestida de egoísmo.

Dar
en la honda tortura de la duda, 
en el pobre camino de la verdad,
en la noche total del abandono,
en la hora sin paz.

Dar ni con ansias de grata recompensa,
ni con el corazón envanecido, 
ni esperando en el eco la alabanza, 
ni que aunque después de dar, te hayan herido.

Dar
como el río celeste se da en gozo,
como el árbol en fuego y en canción,
como la tierra toda en pan y en oro, 
como Dios en amor.







Los siete días

Hay en la escuela
siete niñitos:

Primero el Lunes,
flojo y dormido.

Segundo el Martes,
bueno y activo.

Tercero el Miércoles,
pasa jugando.

Cuarto es el Jueves,
serio y callado.

Quinto es el Viernes,
tranquilo y tímido.

Sexto es el Sábado,
¡el más lucido!

Por fin, Domingo,
¡bello y querido!




Viña del mar
Autor: Óscar Jara Azócar
1937

CRÍTICA APARECIDA EN EL MERCURIO EL DÍA 1937-11-21. AUTOR: ANÓNIMO
¿Cómo tomar este libro que tiene tanto de folleto de propaganda como de obra de creación poética? Frente a cada poesía hay una ilustración que muestra aspectos, por cierto muy hermosos, del balneario chileno, y las fotografías calzan tan adecuadamente al comentario lírico, que llega a pensarse que el autor escribió sus poemas frente a las ilustraciones y solo para darles una compañía más grata que la de las leyendas propias de Baedeker. El señor Jara Azócar ensaya en su breve libro varios ritmos y diferentes combinaciones de estrofas para cantar las bellezas de Viña del Mar. Suele encadenar cierta gracia al verso de arte mayor.


“Como un perfil en éxtasis, bajo el palio del cielo
ve caer las estrellas en sus claros jardines;
cuando la besa el alba, frente al mar, suavemente,
es toda la belleza despierta entre jazmines”.


Eso es Viña de Mar vista por un poeta de inspiración fugitiva, que no sostiene su tono y que rima lo menos que puede, para no contraer con el lector compromisos que luego le resultaría enfadoso mantener. También busca los metros cortos, y obtiene en ellos una ligera y rápida fortuna:


“¡Mar del alba,
mar de rosa,
Primavera
de las olas!
La luna desmenuzada
cayó al agua, levemente,
como un ala fatigada,
cuando la aurora encendía
sus primeras rosas de oro
sobre la frente del día”.



Pero después de estos momentos en que se muestra artista, sobreviene la languidez de la inspiración y el verso se hace un poco duro y no se pliega con la deseada morbidez al ansia del poeta.

“Viento del mar. En Caleta Abarca” es un poema frustrado, donde a trechos asoma una increpación robusta y bien entonada:



“Viento del mar, violenta bandera de mi orgullo
un maravilloso grito de mis altanerías,
patria de mis rebeldes y enfermas soledades,
en esta noche negra ¡tu libertad es mía!”



que el autor diluye entre versos de menor importancia, desprovistos de encanto musical y que no logran formar un todo armónico.

Apuntan en los versos del señor Jara algunas reminiscencias de poetas chilenos muy leídos. ¿Quién no recuerda “El espino” de Gabriela Mistral al leer esta “Hora de Ausencia”:


“El sol no quema el musgo suave
que es un encaje en las laderas…”


También hay versos influidos por Pablo Neruda y otros poetas de nuestro tiempo. Si seguir a otros cantores indica algo en el poeta, ese algo no puede ser otra cosa que cierta indecisión sobre sus fuerzas propias, nacida por cierto de la no confesada debilidad del numen personal. En el señor Jara, poeta joven, esta debilidad no será grave mientras le queden ánimos para dominarla y poner en su lugar una visión suya, de la cual, para ser justos, debemos confesar que hallamos pocas muestras en “Viña del Mar”.

Firmado como S.


CRÍTICA APARECIDA EN EL MERCURIO EL DÍA 1937-12-19. AUTOR: AUGUSTO CASTELLANOS
Los poetas de hoy no gozan de esa paz propicia, de ese ocio tan caro a las musas. Nuestro tiempo es tiempo de lucha, de trabajo intenso y difícil. Las urbes tentaculares lo invaden todo y hasta el espíritu se retuerce en espasmos angustiosos. Vivimos horas de dramatismo doloroso. Para los que no se resuelven y definen en esta contienda, la vida es heroica y cruel.

Para los poetas no hay espacio y se les considera casi como un anacronismo. Sin embargo, desde la “República” de Platón, hasta la “Utopía” de Tomás Moro, los poetas gobiernan el mundo y se les encuentra en los palacios de los reyes y en las antesalas de los grandes hombres de Estado.

Se ha cantado no solo por inspiración, sino también como una exigencia del medio y del momento. En épocas pasadas se cantaba a la verde campiña, al silencio de las ciudades, como hoy se canta a la máquina, al avión y a la electricidad. Otros tiempos, dice la gente. Y otros poetas, decimos nosotros.

Y he aquí un poeta que se ha ido al mar en alta tensión espiritual. Podríamos decir que ha querido pulsearlo y medir su calibre poético. Playas, caminos, rocas, viento, todo desemboca en el mar en alocado atropellamiento. Y allá, como un romero ha ido el poeta:



“Sobre la negra playa
que ciñe el mar con suavidad materna
se derraman los gajos:
se enlazan y se amarran en guirnalda,
como una larga y jubilosa ronda
que languidece y muere en un abrazo…”



Jara Azócar siente que el mar lo invade y envuelve como una túnica imperial:

“Único confidente de mi ansiedad maldita”.

Exclama en dura confesión.

El mar ha sido refugio de amargados y desesperados irreductibles. Ante su inmensidad se dulcifican los atribulados, los endemoniados, en sereno reposo. Nada hay que no mitigue el arcano del mar:



“¡Oh, mar, tú solo tienes
esa gran luz serena
del valor que jamás ardió en un alma,
el nervio de la voz que ha de ser grito,
el ritmo de la onda fascinante,
el símbolo más puro de los símbolos,
el plinto ultraterreno
de la columna inmensa:
para este verso dulce como un hijo
que le vas a dar vida, contra el hombre!”



El poeta ha encontrado que el mar contesta a su llamado y en mutua comprensión, dialogan sobre un amor extraño, ambiguo, y por fin se confunden en un morboso abrazo libro y radiante al mismo tiempo:



“Dueño mío, ya es la hora
y entre el pliegue más profundo de las sombras
de esta noche,
en tus brazos infinitos,
para siempre
soñaré”.



“Viña del Mar”, es un rosario de belleza desgranado en cada página. Lejos estamos, sí, de esos versos retorcidos y difíciles. El viento parece haber aventado cuanto perjudicara a la diafanidad y a la sencillez, para dejar al desnudo una alta sensibilidad.

“Viña del Mar” resulta, pues, un libro logrado en todos sus aspectos. El verso ha podido ceñir los motivos tan diversos que, como tema, ofrecen el mar y las bellezas de ese balneario. Exornado con hermosos grabados alusivos, de todas sus playas, jardines, paseos y con un sugerente prólogo de Augusto D’Halmar, además de la esmerada presentación tipográfica, “Viña del Mar” es un libro de lujo, fácil de estimar y valorizar en medio de tanta abundancia editorial donde la cantidad ahoga a la calidad.








JOSÉ ANTONIO CAVALCANTI [12.029]

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José Antônio Cavalcanti 

(Río de Janeiro, BRASIL   1952)
Poeta carioca. Autor dos livros Anarquipélago, poemas, pela Ibis Libris e Palavra desmedida: a prosa ficcional de Hilda Hilst, tese de doutorado em Ciência da Literatura, pela Annablume, a ser lançado. Alguns textos publicados em Cronópios, Cult, Zunái, Mallarmargens, Germina, Eutomia, Periódico de Poesía, entre outros sites e revistas. Publica seus textos no blog Caosgraphia - http://caosgraphia.blogspot.com





Los poemas perdieron sus palabras.
Han caído, como dientes cariados,
en agujeros negros,
sórdidas rutinas,
fallas tectónicas.

Las palabras murieron ahogadas
en dosis letales de sonoridad,
se han convertido en fantasmas en el  aire,
aves volatizadas,
despedazadas sílabas muertas.

El poeta es mímico y malabarista de lenguas
que ya nadie puede escuchar.

El arte se volvió en álgebra invisible
en estos días de solombra.
No hay más invención ni proyecto;
sonríe la estética de la midia
sob el cielo de acetato.

El tiempo fue expurgado
de cualquier temporalidad,
y alguien ha hurtado lo real
y sus márgenes de sueños:
nadamos en charcos de lama y plástico
en la ciudad sin metáforas.

Quizás ahora, que no hay más poemas,
podamos escribir un poema imposible.







Patria migrante

Nación de nómadas apátridas
fugitivos
exiliados
en  vuelos clandestinos
balsas
túneles bajo lo  destino.

Mapa de las minas 
donde el oro sangra la América
— Eldorado Eldolores Eldólares —
la money-Canaán del siglo  XXI.

Cholos, criollos, chicanos
en lo  desierto o en aguas  norteamericanas,
entre  perros,  coyotes y tiburones, 
animales o humanos,
bajo las luces de una noche sin nombre
expuestos a patrullas de fronteras
o  a la siniestra persecución de la Guardia Costera.

Riesgo de cárcel a los  indeseables,
riesgo de muerte y su  hermana,
la invisibilidad,
riesgo de crucifixón en un muro,
espejo  de lo cinismo
que nos dibuja como bandas latinas.

Quedó  atrás lo país de la infancia,
la morada ancestral
y las palabras de asombro y alegría.

Si civilizarmos la América,
si le enseñarmos la  risa, la danza, el amor,
cómo ella tendrá fuerzas para invadir otras tierras
y inundar el mundo de codicia, bombas y rencores?





GALÉS   

                      remos          remos
                    raros              leves 
                 braços                  penas
             riscando                      traçando
             marcas                          rotas
        nas águas                              com asas



                      remos          remos
                   verdes              duros
                  ramos                  cortes
            flutuando                      desafiando
             portos                          mortos
         nas vagas                             com facas



                      remos          remos
                    puros              novos
                 letras                  rumos
           inventando                      navegando
              mares                          mundos
        no futuro                              com procuras



                      remos          remos
                  tristes              largos
                 ritmos                  risos
             talhando                      amanhecendo
              rugas                          cantos
   nas travessias                              com profecias









I (palavras)

em curso
as correntes
áureas algemas
no pulso
taquicardia
taquigrafia
fluxo
em curto
a energia vaza

para o caos
bastam 10%.





II (salvação)

Para o fundo
o ferro fundido
em Cremona,
o ver de olhos livres,
das meninas da gare,
a máquina do mundo
dos irmãos Dante & Drummond,
o concreto
entre design e divino,
clowns e espectros de Shakespeare,
o anjo Gabriel bêbado
no Cabaré Voltaire.

Não há mais reservas
para o Paraíso.





III (império)

Os ratos robustos
em seus turvos discursos
de tungstênio e medida milimétrica.
Vetustos sacripantas da onipotência
em ilusões de ética
para répteis.
Lixocracia,
o mal hálito do poder
arrota democracia
com tropa de choque,
estatísticas falsificadas,
demagogia.

Fezes e vermes,
a gosma de Leviatã.





IV (sentidos)

Carne sem tecido
ideias
no oco de ossos
sombras
no balé das ruínas
de signos fixados
simulacros
crucificados
nos objetos perdidos
entre a estação central
e a borda
do abismo
onde tudo desaba.

Sem noção,
tudo sem noção.





V (verdade)

Tratados teológicos,
cartas de princípio,
documentos secretos,
agendas,
certidões negativas,
ordens de despejo,
intimações da justiça,
cadernetas de vacina,
listas de compras.
declarações de fé,
relações de bens,
declarações de imposto de renda,
históricos escolares.

Em nenhum arquivo
vive a verdade.





VI (tempo)

Dez mil amigos virtuais,
um novo mausoléu flutuante
para embalsamar o tempo
em saquinhos de saquê ou de sacolé.
Nenhum espaço
sem preenchimento,
todos os mil itens obrigatórios.
Não esquecer sorriso permanente
frases  de vencedor,
expressões de triunfo.
Acúmulo de bolsas
e acessórios.

Os vírus hackearam nosso fígado.
Os vírus apagaram os relógios.





VII (amor)

Só me lembro de Eros
quando o computador
dá pau
e aparece error
no monitor.
Os grandes amores
gosmentos
congelados no freezer
para toda a vida
sempre haverá outra
saída.

O amor morreu de retórica
pouco antes do almoço.





VIII (inimigo interno)

Há algo comigo
que não assimilo.
Em mim
o mais distante
horizonte
rasga o umbigo
e segue adiante
indiferente
ao meu pânico,
um afluente
inverso
- rio de matéria escura-
corre em refluxo constante,
ilegível verbo evasivo
inconjugável
conjura a falência dos sentidos.
Entre pleura e pneuma
o trânsito de inessência
intratável,
um lance
sempre fora de alcance.

E se eu for
somente aquilo que me escapa?





XIX (corpo)

Parafusos de titânio
no maxilar
para que as palavras
fora de fuso
soçobrem horizonte
eviscerado.

Da carne em ganchos
e febre
no frigorífico
pingos de suor
desgastam frágil guarda-volumes.

O rosto
profano sudário
fora de uso
trêmulo desenho
inconcluso.

Movimento peristáltico
do corpo
nuvem difusa
suicida
no vaivém
das cordas vocais.

Extirpar do rosto
todas as cidades perdidas.





X (horizonte)

Prestar atenção
ao excesso
não para podá-lo
mas ampliá-lo
até o limite
insuportável
do palco
onde ondas
desabam
círculos
em debandada.

espreitar
o que se acumula
como pus
nas palavras
extremas
espremê-las
em linhas
no sentido anti-horário
até não mais
alcançá-las.

Todo excesso
também é um deserto.



CHRIS HERRMANN [12.030]

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Chris Herrmann 

(Río de Janeiro, Brasil, 1963). Christina Herrmann estudio Artes en la Universidad Federal de Río de Janeiro, Marketing y Publicidad en la Escuela Superior de Propaganda y Marketing de Río de Janeiro, Administración Básica de la Fundación Getúlio Vargas, música y piano en el Conservatorio Brasileño de Música de Río de Janeiro. Además de estudios de webdesign y de idiomas como alemán, inglés, italiano, castellano y esperanto. Ha participado en antologias en Brasil, España y los Estados Unidos. Entre ellos, 5 libros en colaboración con Ademir Bacca, fundador y director del Congreso Brasileño de Poesía, en la ciudad de Bento Gonçalves, en el Estado Rio Grande do Sul, Brasil, los años 2006 y 2007. Ha publicado el libro: Voos de Borboleta (Vuelos de Mariposa), una colección con 178 haikus en portugués, Italiano y esperanto, publicado por la editora Protexto en Brasil, el que será presentado este año en Alemania. Su obra ha sido traducida parcialmente al alemán, castellano, italiano, inglés y esperanto. La presente selección y traducción de Leo Lobos de haikus de Chris Herrmann, ha sido preparada especialmente a solicitud del multi-artista brasileño Jiddu Saldanha, para la preparación de un proyecto audiovisual bajo su dirección y producción ejecutiva. El libro de Chris Herrmann se puede adquirir a través de esta dirección de la editorial Protexto: http://www.protexto.com.br




Haikus

Por Chris Herrmann

Traducción al castellano por Leo Lobos


Abrazando las aguas,
el volcán se distrae con el cielo
apunta la acuarela.



Silencio en el árbol
la alegoría de los colores
emplumando el paisaje.



Barquito revela
sus deseos más profundos
en las olas del mar.



Un cocotero cae.
Cae sonriendo al duro suelo
es haiku maduro.



La araña teje
su red de sueños
luego duerme.



Una garza blanca
vino al sueño del niño
balanceando el cielo.



La luz de tu fuego
anochece al demonio,
amanece a dios.



La semilla cae.
Olvidándose del dolor
vuelve a disfrutar.



Y recae una gota
de sol en su corazón:
haiku de verano.



La nostalgia corta
la luna llena en dos
: mitades vacías.


Chris Herrmann (Christina Magalhães Herrmann) nasceu no Rio de Janeiro, estudou Literatura na Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), Música e Piano no Conservatório Brasileiro de Música (CBM). Desde muito jovem começou a escrever poemas e compor músicas, como Em Busca do Paraíso (para Piano), Voo Celeste e Viking III (as duas últimas em parceria com Roberto Oliveira Costa), entre outras. Em parceria com Byafra e Paulo Ciranda teve vários poemas musicados como Diga-me, O Homem que não Chora, Teu Beijo e Do Jeito que Você me Olha. Em livro publicou Voos de Borboleta - Coletânea de Haicais, prefaciado por Leila Míccolis - Editora Protexto – 2009. Participou de antologias e coletâneas como Poetas pela Paz e Justiça Social - Antologia Poética - Editora Alcance – 2007, Poetas do Café Volumes 1, 2 e Haicais, Poetas do Café Vol.3, Pássaros-Poetas e Trovadores - 3 obras em 1, Antologia Poética - Espanha, 2007, Poesia do Brasil - Vols. 5 e 7,antologia oficial do XV Congresso Brasileiro de Poesia, Saciedade dos Poetas Vivos Digital - Vol. 1 e 4 - Blocos Online.

Vivendo com sua família na Alemanha desde 1996, ela também trabalhou como web designer e tradutora do Inglês e Alemão para o Português.. Em Novembro de 2007 foi nomeada Consulesa do Movimento Poetas del Mundo em Dusseldorf, Alemanha.  Desde 2009 dedica-se ao trabalho social na Alemanha junto a idosos e deficientes físicos utilizando a música. Em 30 de novembro de 2012 a Sra. Herrmann formou-se na pós-graduação ´Musikgeragogik´ (pedagogia musical no trabalho social com idosos) pela Universidade de Münster, Alemanha. Home Page: www.christinaherrmann.com






Sopro da vida
traz uma folha caída
: verde-amarela.



Feminina entoa
corpo que se abre em flor
- borboleta voa



Lua minguante
esconde-se em suas sombras
: sol, lua de mel



Pousa devagar.
Embalando a brisa
a passarada.



Rouba a cena:
Flor beija borboleta
- sonha divagar



A aranha tece
a sua rede de sonhos
: depois adormece



A tardinha cai.
Juntando-se a ela
o sonho se esvai.



Os olhos do gato -
Hipnotizam a paisagem
até desbotá-la.

Haikais de Voos de Borboleta (Editora Protexto)





Até me perdi
naquele papo cabeça.
Até me encontrei.



Alma passarada
Vejo e ouço você
em tom arco-íris




Um haikai guilhermino...

Seus lábios me contam
silêncios e mais compêndios.
Sorrisos apontam.



Dusseldorf

O espelho diz-me sorridente
Da poesia doce e veemente
Que tu trazes no peito
Refletindo-o direito
Tua face contente
Sob o céu quente
Saudade mente
Dor mente
Do seu
Dorf
Dor
D+
+



Espelho de mulher

Atravessa
o outro lado
sem príncipe,
nem consorte.
Apreende
a vida,
luta, briga,
e a devolve
sem suporte.
É nascente
refletida
de dores,
amores
e glórias.
Amadurecida,
pura-mente
sorridente,
que com
ou sem sorte,
aprendeu
por si só ser
mais forte.



JUAN ANSELMO LEGUIZAMÓN [12.031]

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Juan Anselmo Leguizamón 

(Santiago del Estero, Argentina    1971)
Forma parte de la primera camada de egresados de la Carrera de Comunicación Social de la UCSE. En Buenos Aires realizó una maestría en Sociología de la Cultura y análisis cultural en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín (UNSAM). 
Actualmente es director de Cultura de la Provincia y en el plano académico es profesor adjunto en la cátedra Seminario taller de trabajo final en la Carrera de Comunicación Social de la UCSE. 
“¿De quién son estos zapatos?” se publicó en la colección “Pez Náufrago” (Ediciones del Dock) que dirige el prestigioso poeta salteño Santiago Sylvester. Esta colección reúne libros inéditos de poetas vivos y reediciones de clásicos argentinos del siglo XX. 




Cuidado

Yo pongo toda mi furia asesina
al cuidado de mis plantas:
día tras día las riego apretando los dientes
por no estallar y a balazos cocinarles
y con maza y punzón crucificarles
a pura garra y pezuña desvaciarles
y con noble sevillana neta la tapa
de sus canezas descorcharles.







A mis amigos no les gusta la poesía

A mis amigos no les gusta la poesía
lo bien que hacen: no saben del temblor de las mañanas
ni que el mundo ya lleva muerto mil años
No derraman una sola lágrima
ante la manada en celo que cada día arrasa
con millones de gigabytes en banda ancha
Me importa un pito la poesía me dijo Julián
aquella noche mientras bajábamos del taxi
No me vengas con Neruda ponémelo a Nirvana
No me versees con Spinetta ni "te encontraré una mañana..."
Salvo esa vez cuando en la Fiesta del Reencuentro
la aparición de aquella compañera nueva
que seguía tan alegre y perturbadora como antes
que se vino espléndida tan bien acabada
con su espíritu indemne y aún más pujante sangre
Cuando terminamos al amanecer borrachos en comunión
unidos en la oración por el amor verdadero
que diríase es sencillo, básico, austero.

¿De quién son estos zapatos?, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2011






NO TE QUEDA SEXY EL TAUNUS

No te queda sexy el taunus, amor, no
Dejálo para los mecánicos de la old skool
Aunque gustes de ponerte en esa pose divertida, no es no
Aunque te desparrames echada en el capot, no da
Creéme, no te queda sexy el taunus
Y no te me vayas por las ramas ni nada
Dejáte llevar por mi lada bien tuneado, así
´cause it´s full of beats baby, the nonstop groovin´
Aunque rojo furioso igual el taunus no
Salí de ahí, salí, corréte, no sigas, aléjate de mí
Perdonáme que insista pero ¿tanto te gusta el taunus?
¡Jesus no! ¡Basta! Que no te queda sexy
Mi lada es más pulenta aunque te parezca irrisorio raro e inofensivo
Que pueda venir algo sexy de la Togliatti rusa, de la Berlín oriental, pero
Ahora lo ves, puedes sentirlo, can you feel it?
El lada pega mejor con tus zapatos funky tu pelo celeste cielo
El dulce rosa de tu boca tus pantis agujereados esa ideología opalescente
Olvídate del taunus y trépate a mi lada que tuyo es el volante china hermosa. 





GARABATOS DIVINOS EN TU REMERA

Hay garabatos divinos en tu remera
Gritan algo, cantan, o corren, o bailan
Oí que no tienes gel y que por eso
Te dejabas el pelo suelto
Que gastas toda tu plata en diversiones
Y que te gusta bailar en el palier con tu mp3
Dale sitúate en los pies del otro el rojo ése
Y hazlo bailar con tu candor
Debes toda esa magia a la siesta de insomnio
Secretamente pergeñada con tus primas
Y literalmente sacada de un tirón al estrellato
Con el noble Pegaso haciéndote la corte calmado
Hermoso como siempre y mirando un poco para otro lado
Muy acostumbrado él a llevar por siglos princesas al Paraíso del Pop. 








DIEGO FORMÍA [12.032]

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Diego Formía 

Nació en 1970 en La Palestina, Provincia de Córdoba, Argentina. Coordina una página de narrativa local y coedita un suplemento cultural regional en el diario Puntal de Río Cuarto, además de tener una destacada actividad, desde hace años, como animador cultural y dirigir la muy interesante revista literaria y artística Vuelo Digital (http://www.vuelodigital.com.ar). Entre sus libros encontramos: Un velero en el vacío (1999), Sonajeros (2002), Crol en el invierno líquido (2006) y El pez del ojo (2010).







De: El Pez Del Ojo (2010). 



Un pez iris boquea / escupe monedas en el minishop 
- son seis con cincuenta            

el ojo boqueador pertenece a nadie detrás 
del delantal vuelto
de la paga del día.






Entra un ojo caverna subido a limusín  
afuera junta granos y llagas en la pecera 
su imagen de dios  
lo asegura contra el granizo.







De la comisura de otro / ojo 
cuelga una estalactita 

ese pez / se mueve como buscando algo
perdido en los ojos

espera dedos como rayos 
para que se lo coma el deshielo / sobre la mesa.







En otra mesa
ante la tierna mirada de una botella
el cansancio de un ojo se deja caer
en el vaso de cerveza

su pez coletea regocijado en la espuma que lo mece.






Un ojo se cierra suave / suave 
como necesidad de beso en el párpado 
cierra

abre y su pez 
coletea un frente de lluvia / fresca 

traga / traga y convierte la rabia 
en ternura guapa / guacha de época 

lanza miradas como caballitos de mar
para un cruce de pirañas 

el tajo le viene de ojal
para su flor que confiesa obscena 
el mal de ojo con legaña vieja

el guacho de época boquea con fe / darwin estaba equivocado 
el mundo será de los débiles / ay todos estos ojos que odio por amarlos tanto. 








Más / más / si así / más sexo como drenaje 
de la violencia en venta / en todos los kioscos 

más pero menos 
placer libre / de mercado

se reproduce la sed
como esperma en aguarrás 

como juego de mesa / el goce oral de un ojo 
que cuenta una historia 
que no cuenta el fondo 

qué tristeza esta diversión 
la desolación acumulada en edificios 

departamento propio que se levanta / se levanta / se levanta como tufo
del pensar cómo 
pasarla mejor en este mundo.






Un pez dice de la libertad
de la suya
de su ir y venir por el ojo / en la pecera

entonces otro / que en la escena hace de imagen 
auditiva 
lo besa / lo acaricia 
lo cura de palabra / de silencio 
la soledad.







Se mueve / se mueve el cardumen 

cada pez en su iris / nudo 
de la red invisible 
que se proyecta en las miradas

la libertad perdida / echada a la suerte 
del coleteo en la superficie / del minishop

todo pez de pecera / es un pescado vivo.


La lengua lame el ojo 
para limpiar de imágenes basura

del ruidario basural /no del silencio
se saca a retazos / imagen / auditiva. El pez del ojo 
consume / consume / boquea poco 
poco y nada / boquea vacío 
lo virginal.






Hacia lo mínimo / mínimo / se mueve el pez 
del ojo 

sus coleteos excluyen / adrede 
la tele del minishop

un filtro / al saturarse global / donde el pez se mueve menos 
por contaminación mirar

sacarse un poco el ojo / al que dilata el paisaje  
fundirse en negro la imagen 

de la invasión.
El pez se mueve / se mueve / saca de raíz
no es agua firme la poesía del humor vítreo
para meter la cabeza abajo

el pez del ojo te viaja
te avecita / te levanta el ala la tormenta

en la tierra blanca / oblicua / del globo ocular
el pez a los golpes de timón te deja fuera 
del lujo de la inocencia / al mismo tiempo anima 
como a un dibujito
japonés.

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ALICIA MOREL [12.040]

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Alicia Morel

Alicia Morel Chaigneau (Santiago de Chile, 26 de julio de 1921) es una dramaturga, escritora, poetisa y ensayista chilena, más conocida por su trabajo en el campo de la literatura infantil y del teatro para niños y de marionetas. Inició su trabajo literario en 1938 con una autoedición familiar titulada En el campo y la ciudad, y desde esa primera publicación ha incursionado en varios géneros como la novela, poesía, relato, leyendas chilenas y cuentos infantiles; además, ha colaborado con otros escritores, como por ejemplo con Marcela Paz en Perico trepa por Chile, que en 2012 se adaptó al teatro.

Durante la década de 1950 nacen dos de sus personajes más conocidos, La Hormiguita Cantora y el Duende Melodía, cuyas historias «desde 1954 a 1957 se transmiten [como] audiciones radioteatralizadas para los niños en Radio Chilena y Radio Cooperativa Vitalicia, (...) aventuras que se publican en 1956 y 1957».

Fue una de las fundadoras del International Board on Books for Young People-Chile en 1964 —junto a las escritoras Lucía Gevert Parada , Marcela Paz y Maite Allamand, entre otras—, institución en la que fue su vicepresidenta durante los primeros años.

Durante su trayectoria profesional ha recibido varios reconocimientos, entre ellos la Orden al mérito del Consejo Mundial de Educación en 1989 y dos homenajes por su trayectoria en la 21º Feria internacional del libro infantil y juvenil en 2007 y en el Congreso iberoamericano de lengua y literatura infantil y juvenil (CILELJ) en 2010; durante este mismo año fue seleccionada para representar a Chile en el Premio Hans Christian Andersen.


                                                   Manuscrito de Alicia Morel. 



Obras

Poesía

1938: En el campo y la ciudad.
1951: Como una raíz de agua.
1990: El árbol de los cielos.
2007: Color del tiempo.

Novela

1940: Juanilla, Juanillo y la Abuela.
1965: El jardín de Dionisio.
1978: Perico trepa por Chile en coautoría con Marcela Paz.
1988: El viaje de los duendes al otro lado del mundo.
2001: El fabricante de risas.
2001: La conquista del rocío.
2002: El viaje de los invisibles.
2010: Espejos Paralelos.

Cuento

1973: Cuentos de la Pícara Polita.
1978: Nuestros cuentos (antología de autores chilenos).
1983: Cuentos Araucanos, La gente de la Tierra.
1983: La noche en la ventana.
1985: Polita va a la escuela.
1996: Polita en el bosque.
1999: Las manchas de Vinca.
2004: Mozart cuenta la Flauta Mágica, cuento.
2007: Travesuras de Polita.
2008: El Cururo incomprendido.
2010: El secreto del caracol.
1991: Polita aprende el mundo.
1991: La Hoja Viajera.
1991: Cuentos de tesoros y monedas de oro.
1992: Una aguja y un dedal.
1993: Cuentos de la lluvia.
1994: Aventuras del Duende Melodía.
1994: El baile de los cantaritos.
1994: La cartera azul y Amigos del bosque.
1977:El Increíble Mundo de Llanca.
1995: El cururo incomprendido.

Traducción

1990: Traducción de cristian y los dauw de John Ruskin.
1981: Traducción de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.
1982: Traducción de La fiesta en el Jardín de Katherine Mansfield.

Otros

1956: La Hormiguita Cantora y el Duende Melodía.
1977: ¿Quién soy? (ensayo).
1984: Los viajes misteriosos de María (ensayo).
1986: La flauta encantada. Títeres y teatro para niños.
1990: Variaciones Literarias (ensayos sobre Virginia Woolf y Katherine Mansfield).
1991: Hagamos títeres. Texto de enseñanza y cinco obras para títeres.
1995: La Era del Sueño (ensayo).
1996: Leyendas bajo la Cruz del Sur.
2004: La Biblia contada para ti en coautoría con Jacqueline Balcells.
2005: La última polilla del otoño.
2006: Una mariposa en apuros, El baile del Picaflor.
2007: Polita en el bosque.
2009: El Paraguas mágico.
2009: Polita Aprende el mundo y Polita va a la escuela.







Como una raíz de agua
Autor: Alicia Morel
Santiago de Chile: Del Pacífico, 1951


CRÍTICA APARECIDA EN EL DIARIO ILUSTRADO EL DÍA 1952-08-17. AUTOR: MISAEL CORREA PASTENE

Digamos que este es el tiempo primaveral de la mujer. Escriben versos y miles habrán que los sueñan y modulan sin escribirlos y menos sin darlos a la imprenta. El tiempo pesa, la mujer se aliviana; el tiempo es triste, la mujer se alegra; el tiempo llora, la mujer canta.

O acaso como todo está claro, y mayormente los libros, ¿la mujer los halla baratos? Está ya acostumbrada a pagar caro, porque las tiendas venden más caro las elegancias femeninas que las de hombres; o acaso, porque no las pagan ellas sino los hombres, sus padres o maridos.

Sea por lo que fuere, la producción impresa de mujeres es mayor que la de los hombres, aunque sus libros sean más pequeños y remononos que los masculinos. Sobre todo, poesías.

Sentimiento e imaginación son los componentes de la poesía. Los poetas intelectualizados después del siglo pasado aceptaban la definición de Núñez de Arce de que la poesía era música de las ideas y como tal, raciocinaban con imágenes y discurrían aladamente, deleitando la inteligencia y removiendo sentimientos en los lectores. Las poetisas hacían arrumacos a las flores y lloraban o reían sobre los niños. Las unas combinaban la razón con la imaginación; las otras escribían con el corazón destilando por las puntas de la pluma.

¿Han cambiado en este medio siglo veinte? Sin duda. Los hombres han inventado escuelas, que amontonamos con el título de Modernismo y en el cual la imaginación corre sin riendas como un loco que discurriera sobre el mundo, trastornando el orden de las cosas y construyendo imágenes descabelladas, mezclando en ellas lo divino y lo humano, lo racional y lo irracional, lo correcto y lo desaforado, en una mezcolanza que asombra a los espíritus lógicos y los desarticula. Y de tal modo los desordena que para muchos, la mejor poesía es la más ininteligible.

Pero dejemos esto.

El libro de poesías de Alicia Morel es la expresión sencilla de un estado moral aislado del mundo, individualista y solitario. Es el grito apagado de un alma contemplativa que se expande sobre las cosas con tristeza y desencanto, hurgando en su raíz los fenómenos vitales.

En “Helechos”:


“Después de la lluvia
Crecieron los helechos
En silencio.

Delicados
Se irguieron
Sobre sus tallos negros.

Llenaron el aire
Y cerraron sus ventanas.

Se adhirieron a mis ojos
Como manos heladas.

Al respirar
Los sentí en mi sangre
Como hierbas de agua.

Se ha secado el aire
Como un niño
Y están los helechos
Pegados a los vidrios
Como encajes muertos”.



El agua es su tema. En “Música de Otoño”:



“Oigo una música
Dulce y triste.
Son las hojas secas
Que cantan
Es el aire cansado
Que canta
Son los frutos abiertos
Que cantan.

En las granadas
Ríe la granada
Una risa colorada
En las higueras
Ríen los higos
Una risa arrugada.

Oigo una música
Dulce y triste.
Es el otoño que canta”.



Es poesía sencilla y tierna. Es coloquio de un alma solitaria que mira el mundo con ojo melancólico.



***

He recibido varios libros de política. La mayoría es propaganda a favor de un candidato. No vale la pena hablar de ellos. Seguramente no conquistaríamos un voto para el de nuestra elección.

Los cuatro candidatos muestran la dispersión del pensamiento de los hombres. Se trata de buscar –a mi juicio- no un político sino un administrador que gobierne la república y nos devuelva el orden y la economía que doce años de gobierno izquierdizante nos han quitado; se busca un hombre que sin teorías ni inclinaciones a grupos o partidos, gobierne el país y lo haga producir pan, que es lo que hace falta.

Me contento con los sueños de una poetisa que mira el reflejo del agua como un espejo que reproduce dulcificado el bosque.


                                      Dibujo de Alicia Morel en lápices de colores. 


CRÍTICA APARECIDA EN EL DIARIO ILUSTRADO EL DÍA 1952-04-06. AUTOR: CARLOS RENÉ CORREA

La joven poetisa Alicia Morel ha realizado en este libro una síntesis armoniosa de su sensibilidad femenina, embellecida por el color y la forma de un verso breve, a veces imperceptible. Delicadas imágenes, orfebrería poética, se derraman en estos cantos mitad infantiles, mitad maternales. Se refleja, ante todo, una profunda sinceridad consigo misma, un deseo de cantar lo que verdaderamente la emociona. El paisaje, especialmente el otoñal, incita la pluma de la poetisa. En versos breves, musicales, de sedosas asonancias, Alicia Moral pinta su mundo interior. En el primer poema ya insinúa sus ambiciones:


“Si yo fuera la lluvia,
lloraría en los jardines despojados
larga, monótona, triste,
hasta deshacer el alma fría de los árboles”.



Al leer estos breves poemas recordamos algunos de Juan Ramón Jiménez, no porque Alicia Moral lo imite, sino por el ambiente de intimidad, de cierta contemplación lírica y suave de las cosas. Para ella “Las cosas se van – como si no existieran”. Ha ido penetrando en ese velado mundo de la intimidad y su espíritu profundamente cristiano se eleva a Dios desde la creatura. Así en su poema “Cada instante” nos dice:



“Un ángel invisible y radiante
se yergue en el silencio
y cuida la existencia
de cada cosa.
Hay un instante misterioso
en que todo existe
solo para Dios”.



Sus poemas suelen humanizarse demasiado y entonces la poetisa se entrega en diálogos y reflexiones que se tocan con la prosa. Si no hubiese sido tan explícita, ciertamente que el poema habría ganado en profundidad. Hay elementos que habitan en casi todas las páginas de este libro: el agua, los árboles; Alicia Morel, que se revela en esta como cuna poetisa de indiscutibles calidades, deberá en poemas futuros buscar nuevos caminos a su inspiración, robustecer el canto, ir tras una originalidad que la defina como una escritora que no ha despreciado su talento en versos intrascendentes. Este libro es ya un paso seguro en el camino de una labor depurada, auténtica.



                                                      Manuscrito de Alicia Morel



CRÍTICA APARECIDA EN LAS ÚLTIMAS NOTICIAS EL DÍA 1952-02-02. AUTOR: ELEAZAR HUERTA
Delicada, de finos matices, es la poesía de Alicia Morel.

No podría decirse que se trata de una poesía perfecta. Hay asonancias inoportunas en varios poemas. El verso, tenazmente corto, deriva en ocasiones en la monotonía. Pero estos mismos hechos, coincidiendo con la ingenuidad expresiva, se tornan en cualidades de primitivismo sencillo, a la par refinado. Se resumen en un hieratismo que aroma de lejanía las visiones más concretas.

La hermosura triste del mundo es un ir y venir del agua, que cae en la lluvia, empapa finamente la tierra y, en movimiento opuesto, sube por las raíces, se disfraza y hermosea luego y nos da flores y aromas.

Este ir y venir monótono de lanzadera queda reforzado –y no contradicho, según previne antes- por el verso corto, de telar, que corta la derivación hacia el sentido lógico de la frase y nos mantiene siempre en la verdad intuitiva.

Ascender ilusoriamente para volver a caer y caer siempre, sentir que este flujo y reflujo es nada más y nada menos que el vivir resulta bello y triste, puro. En cambio, a la poetisa le inquieta la sangre, torrente oscuro que circula sin comunión con el mundo, recluido, sin arriba ni abajo, y la charca, inmóvil. La posibilidad de un existir eterno, sin tiempo, sin el ritmo del agua, preocupa más que alegra a Alicia Morel:



“Y habrá que existir,
solo existir,
inmóvil desesperación…”
En cambio,
“La lluvia es hermosa,
y la melancolía
abrigada en la pieza”.



Sin rechazar por completo a ninguno, prefiero los poemas: “Si yo fuera la lluvia”, “Jardín”, en espacial su imagen final sobre la araucaria, “La noche”, “Helechos”, donde las impresiones infantiles se cortan inesperadamente con una oscura frase psicoanalítica sobre las madres, “Cada instante”, que devuelve frescura a un tema viejo: “La desolación” y “Ciclo del agua”, sobre todo el segundo tiempo, en que presente y pretérito están jugados con la tierna y eterna sapiencia del Romancero.

Al final de su libro, algunos poemas acusan su tono infantil. En esta ruta peligrosa se destacan “La música del otoño” con esa doble risa roja de la granada y la “risita arrugada” del higo, y los árboles.


“¿qué piensan los árboles?
Piensan
grandes sombras
en el suelo”.


Otros de los poemas infantiles apenas se elevan sobre lo siempre dicho y la poesía de circunstancias.





ROBERTO VINCE [12.041]

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ROBERTO VINCE 

Es un poeta argentino nacido en Paraná el 14 de febrero 1969, pero creció en San Nicolás (Pcia de Bs.As.); actualmente reside en Rosario desde hace más de veinte años. Ha publicado poemas en las revistas Boga y En Voz Alta y poemas suyos fueron seleccionados para una antología de poetas rosarinos.





FUMADORAS

Ana ocupa un escritorio
en la oficina de personal
de una repartición pública.
A media mañana
baja dos pisos con Stella para fumar.
Stella es una compañera de trabajo.
Ni un encuentro casual
en el supermercado
o en la cola de un banco.
Stella habla de comida macrobiótica.
Ana dice algo sobre su madre,
una mujer grande con la cadera rota.
Ana la cuidará hasta el final,
como cuidó a su marido.
No tiene hijos.
Stella comenta acerca del nuevo perfume
de una actriz norteamericana.
Ana recuerda una vieja película,
una historia de amor entre
un alcohólico y una prostituta.
Él sólo quiere una cosa de ella
que nunca le pida que deje de tomar.
Stella cuenta sobre una serie
de televisión: Sex and  The City,
A Stella le gusta hablar de Hollywood.
Ana es capaz de sostener una conversación sin escucharla.
¿Era ése el argumento?
Piensa en recuerdos deformados por el tiempo.
Apagan los cigarrillos en la tierra
de un ficus espeso abonado con colillas.
Suben las escaleras que las devolverán al trabajo.
Se agitan. Dicen algo acerca de dejar de fumar.
Ana se acomoda en su escritorio.
Llenará planillas, revisará contratos
ordenará archivos.
Hasta el próximo cigarrillo.






BEDFORD

Ocupábamos una pieza
en la hilera de cinco.
Compartíamos el baño,
la pileta de lavar,
la soga para colgar la ropa.
Y nada más.
Los hombres siempre estaban trabajando
durmiendo o en el bar.
Los chicos del inquilinato
jugábamos a la pelota
en un baldío  que daba al fondo.
Todos hijos de provincianos
que escapaban del hambre y veían
 futuro en ciudades con fábricas.
Se jugaban fuerte los partidos 
que terminaban siempre en pelea.
Entonces las madres se metían
y nos usaban como excusa
para zanjar cuestiones personales,
cosas pendientes: alguna que ocupaba
demasiado lugar en la soga,
otra que demoraba en el baño,
ruidos, gritos,  discusiones a deshora.
Por las tardes salíamos a cazar con gomeras
en zonas arboladas entre el barrio incipiente.
Nos daba lo mismo matar pájaros,
el estruendo de las puertas de chapa,
la iluminación de las bocacalles.
Algunas siestas llegábamos hasta el arroyo
para nadar un rato y esperar
arriba del puente de hierro
el paso del tren
para sentir la vibración
en las cajas metálicas de la estructura.
Pero lo que más me gustaba
era pasar las horas en el bar de  Martínez.
El viejo era el dueño de la pensión
y del veintidós
que nunca se le caía de la cintura.
El bodegón era una construcción alta y maciza 
con paredes de treinta sin revocar
enclavada delante de la fila de piezas.
Los hijos no me salieron buenos, decía
y me revolvía el pelo y hablaba de la vida
como si de alguna manera apostara
 por mi, como si lo pasado pudiera
 deshacerse o reparar.
Por unas monedas le daba una mano.
Gancia con capuchón!
y me acercaba el vaso con el aperitivo
y yo le ponía un toque de Fernet.
Un Paraná con boya!
y yo servía un vaso de agua con hielo
para el viejo Roque
que era lo que siempre pedía
antes del primer whisky.
Un día
por alguna razón
nos mudamos. Bien temprano
cargamos las cosas en un Bedford
y nos fuimos
con la noche todavía encima
atrás de algo prometedor.







CÍRCULO DE SAL

Una babosa encerrada en un círculo de sal
a la sombra de cuatro chicos
bajo el sol de enero
esperando que la presa sienta el cerco.

Cuando el bicho estuvo quieto, el  líder esparció
 una lluvia de sal sobre el cuerpo tieso.
Por reacción química empezó a retorcerse,
una combustión  ardiendo en la carne viva.

Aún se movía,
cuando alguna otra cosa
les despertó interés.






TAPIALES

Tenía cuatro, cinco años.

Su padre cambió el alambrado
que separaba el patio de la casa
de los fondos vecinos
por un tapial de ladrillos.
Sacó el tejido y lo envolvió,
formando un rollo abultado.

Una tarde jugaba con un auto de plástico,
lo iba deslizando por las superficies del patio.
Cuando llegó al  tejido de alambre envuelto,
se le soltó el auto y se metió dentro del rollo.
Intentaba sacarlo cada día pero lo empujaba más
hacia el centro. Cuando se  hizo imposible
alcanzarlo se limitó a observar.
Se quedaba horas.

Con el tiempo perdió el interés. Y saltó el tapial.





LAS HORAS

Veía caer las horas muertas de la noche, a través de la ventana de la habitación  del sanatorio. Desde allí1 podía observar cómo el reloj inglés de la torre de la estación de trenes casi en desuso le daba forma al tiempo. La verdad que el tiempo es relativo, pensó, una hora puede resultar días para el que espera. Al lado de él, su esposa dormía un profundo sueño de calmantes para el dolor y de sedantes. La cirugía estaba programada para las diez de la mañana. Él ya había firmado los papeles de rigor que deslindaban responsabilidades a los médicos, por si sucedía lo que nadie esperaba que pase.

Había pedido unos días de licencia en el trabajo, para poder acompañarla durante el post operatorio. No hubo problemas por eso. Se trataba de un trabajo de ventas por comisión No vende, no cobra. 

Acá el sueldo se lo hace uno, no hay techo para ganar, le había dicho el gerente.

Comenzaron los primeros colores de la mañana. Era una suerte que la ventana diera al amanecer. Dios me tiró un hueso, dijo en voz baja. En verdad, nunca había creído demasiado en Dios, pero en ese 

momento optó por la fe. No hay mucho a qué aferrarse en lugares como esos.

Con precisión quirúrgica la llevaron  a las diez a la sala de operaciones. Sería una cirugía larga y difícil. No llevaría menos de cinco horas, según lo previsto.

El cirujano salió antes de lo pensado. Le explicó que el tumor se extendía hasta una zona vital, lo que hacía imposible extirparlo. Algo que no había salido en los estudios. La llevarían unas horas a terapia. Después la bajarían a la sala. En breve, le darían el alta.

Volvió a la habitación. Le cambió el agua al florero y humedeció las siemprevivas. Después fue hasta la ventana. Apoyó la frente en el vidrio y clavó la vista en algún punto de la nada.

Afuera el sol caía de lleno sobre la ciudad, con la fuerza perpendicular del mediodía.

En el reloj inglés, daban las doce. 

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FAUSTO LARRAGUÍVEL [12.042]

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FAUSTO LARRAGUÍVEL 

Nació en Guadalajara, México, en 1971. Estudió Filosofía, Docencia de la Lengua Inglesa y una maestría en Sexualidad Humana – orientador enfocado principalmente hacia la adolescencia. Desde hace 18 años se dedica también a la docencia. Ha impartido cursos en Universidad, Bachillerato, Escuelas de Idiomas y Talleres Literarios. Es actualmente director de un Centro Escolar Bilingüe, donde sigue fungiendo como docente. Ha publicado los poemarios: Cuéntame entre los muertos  y En menguante. Ha publicado también poemas, relatos y ensayos en revistas universitarias, hojas literarias, sitios de internet, periódicos publicitarios y publicaciones marginales. Traduce poemas del inglés (Paul Muldoon, Harold Pinter, Dorothy Parker, W.S. Graham), francés (René Guy Cadou), italiano (Eros Alesi), catalán (Miquel Martí i Pol) y portugués (José Saramago).





Dádivas largamente contempladas
Poemas



LA IMPRECISIÓN DEL SILENCIO ES LA SOLIDEZ DE LA PALABRA

Llueve, pasos leves, rumor de sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan
lo que fuimos y somos,
los días y los años, este instante
Octavio Paz. Como quien oye llover.
Aprieto un puñado de palabras,
de esas que asoman a otras latitudes.
Esta danza del fuego
consume los papeles en que escribo.
Las voces marchan en procesión,
devastan la soledad de sus márgenes.
Ojalá pudiese grabarlas en piedra,
rodar lunas por el jardín del otoño.
Aguardo hasta que mis breves palabras
conforten a los desamparados
y agobien a quienes envuelve el júbilo.
Construyan con madera firme
                             subir
escaleras para      y de nosotros mismos,
                            descender
                   se
            brar
    cum
en
                          y
                                   de
                                       rri
                                            bar
                                                   se,
acercarnos y                  a l e j a r n o s.

Con ellas me apuro a fabricar
sillas,
camas
y féretros;
para sentar a la espera y ofrecerle un café,
dormir a los miedos y amar sin mesura,
morir, a pesar de no haberlo visto todo.
Entonces olvidarlas.
Prolongarme
en un silencio plenario,
así, sin provocaciones ni lamentos.




SERMÓN DEL AGUA AQUIETADA

Campo que no olvidas una primavera.
Rainer María Rilke

Eres un puerto en medio del despoblado.
Poco te importan el silencio
y sus hipotecas agrandadas por la noche.
Cuando el agua aventuró a mirarte,
los peces del estanque prefirieron ahogarse;
fue entonces que levantaste la piel de las charcas
y las desnudaste de modorras
para vestirte de rocío y aguacero.





CASA DE RELENTE Y NIXTAMAL

¿Quiénes son las nubes
para discutir con ella acerca de cimientos?
Mi casa es de adobes y tejas amontonadas,
rodeada entre guayabos y briznas de hierba.
El río serpentea tímidamente
hasta visitarla durante el temporal.
A la casa no le importan las caídas
ni las ascensiones aparentes,
es sólo un refugio
para descansar del día y sus faenas.
Hay un rumor de polvareda sobre el caserío.
Cierro las ventanas y apago la olla del café
Ella rechina sus postigos
ante los pasos de todo forastero
que tropieza ante su zaguán de madera.
Nada la alegra más,
ni siquiera las cosquillas que hacen los pájaros
cuando ensayan uno que otro nido sobre los tejabanes.
Luego conversa con la luna
y ambas hablan con nostalgia del invierno.
La casa huele a relente en las madrugadas
y a nixtamal al mediodía.
A linterna que se enciende a deshoras,
a cigarras que ensayan sus tonadas cada noche.




EL AGUA Y SUS PRIVILEGIOS DISPERSOS

El agua y sus privilegios dispersos por la Tierra. La frescura que agota los malabares de la lengua, sedienta y vaporosa. La noche y sus brebajes repentinos: las tisanas lunares, el caldo tibio del vacío exprimido en el sereno, las pócimas que exudan niebla, las infusiones amargas y umbrosas. El potaje del silencio encalado de los pájaros que aún dormitan en otro cielo suspendido. Los destilados del vendaval que apenas comienza y los fermentos de charcos anegados por el reflejo de luciérnagas asustadas. Los menjurjes que aliña el celaje del páramo y sus dialectos indecibles. El hervor de una terma en pleno invierno. Los ejercicios suicidas de un géiser que percute la hondura del valle. Humo de extrañas coreografías salidas de una olla que, resignada, se abandona en las brasas del fogón.




GRAN RECUENTO DE PEQUEÑOS PRODIGIOS

Amo a la lluvia que cae sin darse por advertida, los niños que se maravillan con una pelota, el perro que persigue su cola insistentemente, los libros destartalados que reparo a la luz de una vela consumida. Amo la alegría del ratero que camina por la acera después de desvalijar a otro nuevo cliente. El silencio de los amantes que se despiden largamente y sin quererlo, sin saber que no volverán a verse. Amo la ciudad sitiada el domingo por las noches - sedimento de somnolencia - y la esperanza de no volver a trabajar mientras los párpados forcejean en la madrugada del lunes. Amo las loterías en las que no se gana nada y uno termina siendo un tanto más pobre que antes. Amo el polvo que remueven tus ojos al detenerse sobre estas líneas remolonas.





NUBLAJES RASOS

Las nubes eran voces extrañas de la espera
que se demoraba en los andenes
por nadie
Había dedos en llamas
que asían las orillas del libro en que nadie desea leerse
libro-espejo que conspira contra el rostro
y lo lanza al vacío
Mañana buscaba una palabra que florecería en la sangre
la que hierve en los pasos dados y los remendados también
mi nube se desmorona en el suelo
como silencio mullido sobre el caserío.
Hay algo de muerte en esos sueños
pero de esas muertes breves que no duelen
las que descorren las cortinas con sus augurios de luz
aquellas novias de pie asomando el rostro para mirar al prometido
unas que ponen gardenias en nuestras manos
y que se desnudaban frente al espejo
las que sonreían a los niños desde el pozo
donde caían irremediablemente los juguetes
y los invitaban a tocarles los senos azucarados
de las que bailan solas un vals prorrogado con su sombra
las que lloraban cuando nacimos
Recuérdalas
lámparas que apenas encendimos anoche
Al deshablar de tu propio cansancio
ya no te esmeres en ensordecer
alguien surgió de las ciénagas adelgazadas
entre calles repletas de sonámbulos
y no para saldar cuentas pendientes con el agua diáfana
sino con el fuego
- Me dijeron que vivir es una promesa que nunca se cumple
Nadie busca rescuchar el rumor de invierno
porque la bajamar
porque el olvido.






MADRUGADA DE DOMINGO

«el pájaro con el zapato vagabundo,
el corazón con la escalera de agua»
Paul Celan

Cantan los pájaros
sólo para mis oídos.
De la noche queda
una breve marejada de ecos apagados
o tal vez nada.
La sed de abrevar en un estuario
y también en un manantial recién descubierto entre la floresta.
Me demoran una espina al paso
y el aroma del naranjo que escampa.

Puedo callarlo todo
o bien, puedo garabatear su nombre en la neblina.
Me quedó esa presencia luminosa,
su cálido rastro sobre la nieve sembrada por los caminos,
desciende a mi mano de aguacero.
Esa transparencia que transfigura todos
los pájaros extraviados en el horizonte.
Una voz que resuena
y arrulla las cabriolas de la luna
que se desvive en vano por cobijarse de estrellas.
Aquella tonada que aún no he escuchado
y sin embargo hace que se aviven los círculos
al arrojar una piedra al estanque del alma.
Lleva el rostro incandescente de mi inocencia,
el linde que no he atrevido a imaginar.
No soy el mismo,
esta noche alguien ha caminado sobre mis aguas.





MILFLORES

Un salmo monótono reverbera entre la arboleda. La miel es la calma decantada en el vientre de un panal, un sol derretido que se enreda en nuestra lengua. Las abejas son hadas en miniatura que, a golpe de desvelos, realizan el milagro de atrapar la luz demorándose en las entrañas de la colmena. Queda el remanente del polen martillado por el silencio que se anega, dádiva de flores que se desentienden y sólo buscan el pretexto de una brizna de lumbre para sahumar el estero. Nada queda al azar, ni siquiera una miríada de celdas que almacenan el hallazgo, ámbar que endulza hasta el aire que uno respira en esta tarde moribunda.






A LA ZAGA

Lunas, marfiles, instrumentos, rosas (…)
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú mi desventura
Y mi ventura, inagotable y pura.
J. L. Borges

Es mirar la noche desde los guardapolvos,
un amasijo de voces que se apretujan
y me buscan, incansables.
El palacio negro de un territorio inexistente,
contar números hasta desmayarse
y seguir la tarea en la aturdida lucidez de pupilas dilatadas.
En el centro del desierto la escultura de un deseo hecha terrones,
me quedan las estrellas anegadas de olvido.
Un imperio de muñones alzados
contra la grisura de un cielo sin alcázares para el aliento.
Me arrebata el suspiro en el puente,
también la carta que nunca llegó al puerto de otros ojos convulsos.
He pedido a los hombres que no desistieran,
que siguieran amontonando epopeyas de papel y sangre,
de hierro oxidado y pellejo,
que edificaran catedrales inmensas para nuestro insomnio,
que soñaran un refugio dónde el mar por fin se hincase ante la Atlántida.

El niño vio tras las rendijas
el ascua en la espalda de Ulises al huir de Caribdis,
el milagro de unos panes repartidos y un árbol iluminado,
los leones de un coliseo y una enorme piedra negra
gastada levemente por el roce de manos encallecidas,
holocaustos que se ofrecían a la saliente de la tarde.
Hablaré de versos que se acantilan en mis labios
y atraen la llovizna entre párpados afligidos,
esos amores que ya no vimos al abrir el Libro de Apolonio
y las maravillas que hay enterradas en la piel del levante.
Soñé tres hombres negros que cazaban una cierva
y no regresarían de la sabana,
el fusil amartillado contra el miedo,
aquel lienzo nupcial para envolver un sabino,
las guerras floridas para un dios endeble que sangre implora,
una mujer alunada que busca a sus hijos entre gritos atroces
y un viejo que aprieta su temblorosa copa de veneno ante la ventana.
Todas las mañanas el siete será un nueve disminuido
y nadie creerá lo contrario.
El navío que naufraga en la claridad de septiembre
arroja la botella que encierra los garabatos insoportables
de un mensaje velado
- ése que nadie se aprestará a leer.
Una celda llena de heces y lamentos,
el látigo sobre la espalda del inocente,
emerge un cadalso al que no se atreven a trepar las enredaderas.
Que no se acabe la madeja con que hila el silencio,
que no acabe.
Varios saben que los objetos comunes:
la marmita, el peine, el salero,
el abanico, los trapos y las agujas;
son los bártulos más apreciados en otras tierras,
y en las noches sin luna vienen a sustraerlos,
envueltos en seda, los manilargos de Samarcanda.
Ignoran mis ancestros la paradoja zanjada por un sabio delirante,
eremita que no se atreve a revelar su cifrado,
pues atesora del misterio sus frutos sibilinos,
y no desea que el hombre se prive del enigma
por la tristeza de perder uno a uno todos los asombros.
Hoy viene el otoño en que los venablos deslumbran
los pechos sin proferir palabra alguna,
polvareda de corceles y vísceras al galope
- Héctor y Aquiles no volvieron a buscarse.
La pólvora y el fuego,
la embriaguez del vino del exilio y sus resacas incomprensibles.
Ante una voz que se quiebra en las colinas,
la mujer que desfallece en pleno alumbramiento,
placenta ajada por la esperanza.
El salmo del hombre desesperado que se estrella
contra las paredes de la mezquita.
La algazara de los gusanos en los cementerios
que siempre desoímos por hervir el potaje de la rutina,
para acallar toda postrimería inútil.
Esa puerta falsa que no se atreve a cerrarse, ¿para qué?
Entonces no quedará más que reconocer, calladamente,
que tú, mujer de silencios torvos,
tú estás detrás de todo.

http://letradecambiogeneracionveintiuno.blogspot.com.es/






MARÍA JOSÉ VIDAL PRADO [12.043]

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Mª José Vidal Prado 

Nació en Ferrol en 1967, y actualmente reside en Las Palmas de Gran Canaria. Es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Santiago de Compostela. Ha publicado artículos y relatos en "El Correo Gallego" y en "El País". Fue finalista del Concurso de relatos de viajes de El País-Aguilar en 2006, y ganadora del concurso de relatos de ciencia-ficción del Museo Elder en 2010. Algunos de sus poemas están incluidos en la antología "Hotel Madrid. Poemas".




EL RÍO

Ellos aman el río
no a ti
ese río que corre
y en el que cantan pájaros los niños
ese río que es el amante  azul de la montaña
ese río en el que una niña mira asombrada su primera sangre
ese río que nunca se detiene y en el que tú te bañas desnuda
entregándole a todos tu esplendor
como si no supieras que al final de todo espera el mar
como si no te importara que al final de todo espere el mar
como si anticiparas
el deseo del mar en sus colmillos
como si te sobrara
el agua que te inunda y te rebosa como si fueras madre de gatos y de niños
y también de asesinos
como si derrocharas la alegría
y no fueras jamás la casa solitaria
que se recorta en la ladera del corazón.
Tú te escapas te escapas
bajas por el barranco de sus bocas
tú les das de beber y te ríes
ríes como reía Leopoldo
cuando decía que
no hay más emperador
que el emperador de los helados.
Ríes porque dijo Wallace Stevens
que la casa estaba en silencio y el mundo en calma.





ELECTRODOMÉSTICO

La lavadora reflexionando sobre nuestras manchas
agitando jabones y adeenes
puede que consiga 
extraer conclusiones
sacar algo en limpio
de las confusas decisiones que dieron paso a nuestros desordenados actos
puede que centrifugue nuestras melancolías
los efímeros restos biológicos
de nuestra soledad o compañía
Puede que tenga un logaritmo
que nos  explique
esa electricidad
que no supimos nunca
domesticar.





EL TUERTO

Le falta un ojo
al gato que vive junto al mar.
Es del color
de las rocas.
Sabe que pertenezco
a la extraña especie.
Lo veo cuando cruzo el túnel,
llevando sobre mi cabeza
el estruendo del mundo,
el olor del orín condensado en la oscuridad.
Cruzo muy rápido.





SUEÑOS DE UN CALCETÍN

Un calcetín... Uno de esos, desparejo, 
abandonado al azaroso armario
sin saber de dónde vino
desea
volver a entrar otra vez
en la cosa redonda
que daba tantas vueltas
donde el agua era misericordiosa
y el jabón se diluía
dulcemente.
Un calcetín no es solo
un adorno del pie.





CÁRCEL DE LOS TRISTES

Con pijamas azules, por los pasillos blancos,
algo olvidaron que ya nadie recuerda,
no son las llaves de un palacio
ni la cofia de una nodriza,
si acaso,
lo que falta
es la leche de los pechos.
Puede ser que un camión haya destrozado a las madres,
puede que en alguna radiografía
no se viera la sombra del tornillo
que atormentaba al niño.
Ahora, fantasmales,
me dan un tierno abrazo.
Yo tiemblo por la ausencia de flores
y por mi propia cobardía.






GIROS

Estrellas me cortaban la memoria,
planetas me caían de los dedos.
Yo era un oscuro espacio, realmente
lleno de gravedades.







IVAN JUNQUEIRA [12.044]

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Ivan Junqueira 

( Río de Janeiro, 3 de noviembre de 1934 ) es un periodista , poeta y crítico literario brasileño. Miembro de la Academia Brasileña de Letras.

Premios recibidos: 
Ivan Junqueira ha recibido numerosos premios literarios:

Prêmio Nacional de Poesia, do INL (1981);
Prêmio Assis Chateaubriand, da ABL (1985);
Prêmio Nacional de Ensaísmo Literário, do INL (1985);
Prêmio da Associação Paulista de Críticos de Arte (1991);
Prêmio da Biblioteca Nacional (1992);
Prêmio José Sarney de poesia inédita, do Memorial José Sarney (1994);
Prêmio Jabuti, da Câmara Brasileira do Livro (1995);
Prêmio Luísa Cláudio de Sousa, do PEN Clube do Brasil (1995);
Prêmio Oliveira Lima, da UBE (1999);
Prêmio Jorge de Lima, da UBE (2000).
Em 1998 recebeu a Medalha Cruz e Sousa, da municipalidade de Florianópolis, e, em 1999, a Medalha Paul Claudel, da UBE. Em 2002 foi patrono do IV Concurso Nacional de Poesia Viva, patrocinado pelo jornal Poesia Viva.

Bibliografía:

Poesía:

Os Mortos. Rio de Janeiro: Atelier de Arte, 1964. Menção honrosa no Concurso Jorge de Lima, 1965.
Três Meditações na Corda Lírica. Rio de Janeiro: Lós, 1977.
A Rainha Arcaica. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1980. Prêmio Nacional de Poesia, do Instituto Nacional do Livro, 1981. Ed. portuguesa: Fundação das Casas de Fronteira e Alorna, Lisboa, 1994.
Cinco Movimentos. Rio de Janeiro: Gastão de Holanda Editor, 1982. Estes poemas foram musicados por Denise Emmer no CD Cinco movimentos & um soneto (Rio de Janeiro: Leblon Records, 1997).
O Grifo. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1987. Menção honrosa do Prêmio Jabuti, da Câmara Brasileira do Livro, 1988. Trad. dinamarquesa, Griffen. Copenhague: Husets Forlag, 1994.
A Sagração dos Ossos. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 1994. Prêmio Jabuti, da Câmara Brasileira do Livro, 1995. Prêmio Luísa Cláudio de Sousa, do PEN Club do Brasil, 1995.
Poemas Reunidos. Rio de Janeiro: Record, 1999. Prêmio Jorge de Lima, da UBE, 2000.
Os Melhores Poemas de Ivan Junqueira. Organização e introdução de Ricardo Thomé. São Paulo: Global, 2003.
Poesia Reunida. São Paulo: A Girafa, 2005. Finalista do Prêmio Jabuti 2006.
O Tempo além do Tempo (antologia). Vila Nova de Falamicão: Edições Quase, 2007.
O Outro Lado. Rio de Janeiro: Record:2007. Prêmio Jabuti da Câmara Brasileira do Livro, 2008.

En antologías:

A Novíssima Poesia Brasileira, II. Org. Walmir Ayala. Rio de Janeiro: Cadernos Brasileiros, 1965.
Antologia da Poesia Brasileira Contemporânea. Org. Carlos Nejar. Lisboa: Imprensa Nacional / Casa da Moeda, Col. Escritores dos Países de Língua Portuguesa, n.º 6, 1986.
Palavra de Poeta. Org. Denira Rozário. Rio de Janeiro: José Olympio, 1989.
Antologia da Poesia Brasileira. Org. Antônio Carlos Secchin, trad. Zhao Reming. Pequim: Embaixada do Brasil / Fundação Biblioteca Nacional, 1994.
Sincretismo. A Poesia da Geração 60. Introd. e antologia de Pedra Lyra. Rio de Janeiro: Topbooks/Fundação Cultural de Fortaleza/Fundação RioArte, 1995.
Modernismo Brasileiro und die Brasilianische Lyric Gegenwart. Org. e trad. Curt Meyer-Clason. Berlim: Druckhaus Galrev, 1997.
Poesia Fluminense do Século XX. Org. Francisco Assis Brasil. Rio de Janeiro: Imago / Fundação Biblioteca Nacional / Universidade de Mogi das Cruzes, 1998.
41 Poetas do Rio. Org. Moacyr Félix. Rio de Janeiro: Funarte, 1998.
Antologia de Poetas Brasileiros. Org. Mariazinha Congílio. Lisboa: Universitária Editora, 2000.
Literatura Portuguesa e Brasileira. Org. João Almino e Arnaldo Saraiva. Porto: Fundação Calouste Gulbenkian, 2000.
Antologia da Poesia Brasileira Contemporânea. Org. Álvaro Alves de Faria. Coimbra: Alma Azul, 2000.
Santa Poesia. Org. Cleide Barcelar. Rio de Janeiro: Casarão Hermê / MM Rio, 2001.
Poesia Brasileira. Org. Floriano Martins e trad. Eduardo Langagne. Cidade do México: Alforja, XIX, Invierno, 2001.
Os Cem Melhores Poemas Brasileiros do Século. Org. Ítalo Moriconi. Rio de Janeiro: Objetiva, 2001.
Os Cem Melhores Poetas Brasileiros do Século. Org. José Nêumanne Pinto. São Paulo: Geração Editorial, 2001.
Cem Anos de Poesia. Org. Claufe Rodrigues e Alexandra Maia, 2 vols. Rio de Janeiro: O Verso Edições, 2001.
Poesia Brasileira do Século XX.  Dos Modernos à Actualidade. Org. Jorge Henrique Bastos. Lisboa: Antígona, 2002.
Scrittori Brasiliani, a cura di Giovanni Ricciardi. Napoli: Tullio Pironti Editore, 2003.
Perfil da Grécia em Poetas do Brasil. Seleção de Stella Leonardos. Org. e notas bibliográficas de Teresa Cristina Meireles. Rio de Janeiro: Consulado Geral da Grécia / Francisco Alves, 2004.
Pescando Peixes Graúdos em Águas Brasileiras. Org. Geraldo Pereira. Goiânia: s/ed., 2004.
Poesia Viva em  Revista. Rio de Janeiro: Uapê, 2008.

Ensayos:

Testamento de Pasárgada (antologia crítica da poesia de Manuel Bandeira). Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1980. 2.ª ed. revista. Rio de Janeiro: Nova Fronteira/ABL, 2003.
Dias Idos e Vividos (antologia crítica da prosa de não-ficção de José Lins do Rego). Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1981.
À Sombra de Orfeu. Rio de Janeiro: Nórdica / INL, 1984. Prêmio Assis Chateaubriand, da Academia Brasileira de Letras, 1985.
O Encantador de Serpentes. Rio de Janeiro: Alhambra, 1987. Prêmio Nacional de Ensaísmo Literário, do Instituto Nacional do Livro, 1985.
Prosa Dispersa. Rio de Janeiro: Topbooks, 1991.
O Signo e a Sibila. Rio de Janeiro: Topbooks, 1993.
O Fio de Dédalo. Rio de Janeiro: Record, 1998. Prêmio Oliveira Lima, da UBE, 1999.
Baudelaire, Eliot, Dylan Thomas: Três Visões da Modernidade. Rio de Janeiro: Record, 2000.
Escolas Literárias no Brasil(coord.) Rio de Janeiro: ABL/ Coleção Autregésilo de Athayde,2t.,2004.
Ensaios Escolhidos. São Paulo: A Girafa, 2005. 2 v.
Roteiro da Poesia Brasileira. Anos 30 (seleção e prefácio). São Paulo: Global, 2008.
Cinzas do Espólio. Rio de Janeiro: Record, 2009. Prêmio Jabuti 2010.
João Cabral de Melo Neto. Rio de Janeiro: ABL/ série Essencial, 2010.

Traducciones:

Quatro Quartetos, de T. S. Eliot (com introdução e notas). Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 1967.
T. S. Eliot. Poesia (com introdução e notas). Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1981. 8.ª edição.
A Obra em Negro, de Marguerite Yourcenar. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1981. 6.ª edição.
Como Água que Corre, de Marguerite Yourcenar. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1982.
Prólogos. Com um Prólogo dos Prólogos, de Jorge Luis Borges. Rio de Janeiro: Rocco, 1985.
As Flores do Mal, de Charles Baudelaire (com introdução e notas). Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1985. 10.ª edição.
Albertina Desaparecida, de Marcel Proust. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1988.
Ensaios, de T. S. Eliot (com introdução e notas). São Paulo: Art Editora, 1989. Menção honrosa do Prêmio Jabuti, 1990.
De Poesia e Poetas, de T. S. Eliot (com introdução e notas). São Paulo: Brasiliense, 1991.
Poemas Reunidos 1934-1953, de Dylan Thomas (com introdução e notas). Rio de Janeiro: José Olympio, 1991. Prêmio da Associação Paulista de Críticos de Arte (1991) e da Biblioteca Nacional (1992). 2.ª ed., revista, Rio de Janeiro: José Olympio, 2003.
Doze Tipos, de G. K. Chesterton (com introdução e notas). Rio de Janeiro: Topbooks, 1993.
Poesia Completa. T.S. Eliot (com introdução e notas). Ed. bilíngüe. São Paulo: Arx, 2004. Prêmio Jabuti, da Câmara Brasileira do Livro, 2005.
Suas traduções dos poemas de Baudelaire e de Leopardi constam das edições das obras reunidas desses dois autores, publicadas, respectivamente, em 1995 e 1996 pela Nova Aguilar.



Traducciones de Francisco Hernández Avilés

Tal vez el viento sepa

Tal vez el viento sepa de mis pasos,
de las sendas que mis pies ya no transitan,
de las olas cuyas crestas no desbordan
más que la sal que escurre de mis brazos.
Las sirenas que escuché no despiertan más
la cálida pasión de mis abrazos,
y lo que la infancia tejió entre sargazos
las agujas del tiempo ya no bordan.
Sólo veo sobre la arena vagos trazos
de todo lo que mis ojos mal recuerdan
y los dientes,  por inútiles, no aceptan
siquiera masticar ni los bagazos.
Tal vez se acuerde el viento de esos lazos
que la dura mano de Dios hizo pedazos.




La consolación de los huesos

Vi a mi padre en las fajas de neblina.
Estaban tan frías sus manos difuntas,
estaban terribles sus cuencas vacías.
Vi  a mi padre, su voz casi inaudible,
llamándome a su desvalido regazo
y la frente ciñéndome con una aureola
de flores y de ramos ya marchitos.
Vi a mi padre. Y sonreía.
Sus labios se entreabrían como lirios
desde alguna extinta y lívida hondonada.
Sus pies inmensos recorrían la distancia,
y lo que entre nosotros fue conflicto y abismo
ahora se fundía en íntima convivencia.
Vi a mi padre. Le vi su locura, las piernas
finas, su carraspera, su edema, la hipocondría.
Y los caballos, los naipes, el vino.
Era él, no a quien yo había visto un día
inútil y seráfico en el ataúd,
adornado con llamas y espinas.
Vi a mi padre. Era un prodigio
que encantaba a damas y niños,
y en una esfera aprisionara un grito.
Vi a mi padre. Era un dandy y un mendigo.
Partió veloz al atardecer. El cielo
se deshacía en púrpura y agonía.
Se ha ido. Ahora es lágrima y delirio.


Extraído de BLANCO MÓVIL, n. 75. México, DF, Primavera de 1998. “Poetas de Brasil”.






Eu sou apenas um poeta
a quem Deus deu voz e verso.
Na infância, quando fui relva,
sentia os pés dos efebos
a calcar-me as frágeis vértebras
e colhia das donzelas
o frêmito que, venéreo,
era um augúrio da queda.

Depois, quando fui cipreste,
vi como o vento, em seus dédalos,
cingia-me a áspera testa
e tangia-me as idéias
que nos ramos, vãs quimeras,
pousavam como uma névoa,
úmidas ainda das trevas
e do abismo de que vieram.

Quando fui córrego, as pedras
me ensinaram que o critério
do que em tudo permanece
nunca está nelas, inertes,
mas nas águas que se mexem
com vário e distinto aspecto,
de modo que não repetem
o que antes foi ( e era breve).

Quando enfim galguei o vértice
de alguém que eu mesmo não era,
compreendi que esse processo
de sermos outros (e até
termos em nós outro sexo)
nada em si tinha de inédito:
já se lia no evangelho
de um deus ambíguo e pretérito.

E assim fui sendo esse leque
de coisas fluidas e inquietas,
jamais levianas, bem certo,
mas antes, em seu trajeto,
vertentes as mais diversas
de um só e única célula:
a da matriz que não é
senão seu próprio reverso.

Espelho de meus espectros,
urna de engodo e miséria,
alma sôfrega e sem tréguas,
osso escasso no deserto
onde jejua um profeta,
solidão, infâmia e tédio
- eu sou apenas um poeta
a quem Deus deu voz e verso.






Não vês, meu pai, que estou ardendo,
e ardendo é que entro no teu sonho
em busca do que em mim suponho
ser essa luz que vou perdendo?

Não vês que ao pé de ti me ponho
para que saibas como é horrendo
na chama lúbrica ir lambendo
enquanto às trevas me disponho?

Não vês que, morto, estou vivendo
em meio às névoas do teu sonho,
onde sem dor me recomponho
e com teu sangue afim me entendo?

Não vês, meu pai, que a vida é sonho
e que só nele foi se erguendo
da morte quem a teve, ardendo,
e enfim triunfou sobre o medonho?






Na manhã fria e nevoenta,
inesperada dádiva neste verão que calcina
até mesmo a áspera pele das pedras,
pergunto-me afinal se valeu a pena
a aposta que fiz no infinito e na beleza,
em Deus e na eternidade, na poesia
que me abandona agora à própria sorte
na extrema fronteira entre a vida e a morte.
E um pássaro pousado em meu ombro
responde: não há vida nem morte, mas apenas
o sonho de alguém que, numa viagem,
julgou estar em busca do eterno,
sem saber que o que nos cabe
( e o que somos, tão fugazes)
é, se tanto, uma escassa chama que arde
e se apaga ao fim da tarde.







A tênue luz vai-se apagando
em meio à branda lã dos ramos.
Um pássaro, súbito, canta
uma canção de desencanto
que se dissipa na distância
e ecoa no ermo das montanhas
como a inaudível voz da infância.

A tênua luz em que pulsamos
nas águas sombrias de um pântano
e que não dura mais que o instante
que é a nossa vida, sempre diante
da morte, na estrita esperança
de uma outra luz que nos alcance,
pura e soberana. Mas quando?








E caem sobre ti as folhas mortas
nesta pálida tarde em que navegam
vozes sem dono, brisas que carregam
o eco fugaz de antigas ruas tortas,
onde duentes e espíritos se apegam
ao que resta de luz por sob as portas
de pardieiros em cujas ermas hortas
crescem apenas cardos que nos cegam.
Tudo sucumbe ao teu domínio. Cortas,
de um golpe, as raras vênulas que regam
esses despojos com que não te importas
e que ao deserto a sua sorte entregam.
Confessas que a ninguém jamais confortas,
pois caem sobre ti as folhas mortas.







E então fui ver-te neste dia escuro,
de céu nevoento e chuva pesarosa,
de ninguém pelas ruas, de uma rosa
que se inclinava, seca, sobre o muro.
Apenas tu e a morte, mote e glosa,
ali, no pátio nu, onde o futuro,
o teu, fosse talvez algo mais duro
do que a infância que te coube, anfractuosa.
O mar em tuas veias se entrelaça
à espuma em que, tritão, és como a inquieta
e atormentada alma que tens, de poeta,
de alguém que à morte um dia argueu a taça,
quando tudo era vórtice e presságio
 - e agora é só lembrança do naufrágio.







Eu te amo tanto que não pode o peito
conter dentro de si amor tão vasto.
E te amo há tanto que do amor me basto,
sem fêmea alguma que arda no meu leito
ou lembrança que ali sirva de pasto
às larvas de um desejo satisfeito
e que, farto de si, seja perfeito,
como perfeito é o vértice onde o engasto.
Eu te amo desde aquele agudo instante
em que tudo se faz irreal e eterno,
pouco importa se o céu ou o duro inferno,
posto que um nunca do outro está distante.
E assim é porque a mim tocou-me a sina
deste amor que me cega e me ilumina.






O que é a imortalidade?
Um sopro que nos carrega
para os confins da orfandade,

onde o espírito se nega
e de si já não recorda
após a última entrega?

Que luz é a que nos acorda
quando a morte, em dada hora,
bate à porta e chega à borda

do ser que se vai embora,
mas crê que não vai de todo,
pois do invólucro que fora

algo fica em meio ao lodo
que lhe veste o corpo morto
com a púrpura do engodo?

E o que cabe ao que foi tordo
e nunca exigiu conserto?
Irá chegar a algum porto?

Será que na alma um aperto
não lhe purgou a maldade
quando do fim se viu perto?

O que é a imortalidade?
Uma insígnia, uma medalha
com que se louva a vaidade?

Ou não será a mortalha
que te poupa só a cara
escanhoada a navalha?

Será talvez a mais rara
das obras que publicaste
ou da crítica a mais cara?

Será isso, já pensaste,
a herança em que se resume
o que aos amigos deixaste?

Esquece. Sente o perfume
de algo que se fez distante:
alguém que já foste, o gume
de teu olhar relutante
quando viste, no ermo cais,
que o tempo que segue adiante

é o mesmo que volta atrás
e embaralha a realidade,
e a desmantela, e a refaz.

É isto a imortalidade:
esse eterno e estranho rio
que corre em ti e te invade.

E o mais é só o pavio
de um lívido círio que arde
no insuportável vazio

que enche toda a tua tarde.




RÓBINSON SAAVEDRA GÓMEZ [12.059]

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Róbinson Saavedra Gómez

Róbinson Saavedra Gómez (Temuco, CHILE  1907 - 1992). Poeta, profesor. Autor de los libros “Poesías: selección para niños” (1934), “Cancionero” (1938), “Cantata” (1947), entre otros.






[Alameda de las Delicias]

El alto campanario se deshoja en palomas
al alba, al mediodía, al atardecer. 
Haciendo un hueco tal un nido fragante
la ciudad ha puesto aquí su corazón a florecer.
Desde la cordillera, como el sol que la empuja, 
la Avenida de las Delicias corre hacia el mar.
Dobla el recodo de San Francisco, y como un remanso, 
se detiene un instante para cantar.
Es aquí que se hermanaron hace ya mucho tiempo
la campana, la flor, la paloma, el perfume y el sol...





Cantata
Autor: Róbinson Saavedra Gómez
1947

CRÍTICA APARECIDA EN EL SIGLO EL DÍA 1947-08-03. AUTOR: ALFONSO RAMOS
Nada hay más difícil en nuestra existencia, que el ser conserve su alma de niño.

Lo recordamos una vez más, al cerrar la última página de “Cantata”, libro de versos de Róbinson Saavedra Gómez, el profesor-poeta que cuando dejó de ser niño, conservó el alma de niño para cantarle a los niños.

La actual sociedad no le concede ninguna importancia a los versos para los niños, porque ni siquiera la tienen los niños mismos.

Hay un interés común para que siembre trigo; los gobiernos ayudan a los agricultores desde todos los ángulos: bonificaciones, técnicas y semillas, a fin de que el fruto de la tierra sea siempre mejor y…se le pueda sacar mejor precio.

Pero el fruto del hombre y de la mujer, el fruto del amor, queda sujeto, únicamente, al cuidado particular de sus creadores.

Los niños, esencia y razón de existencia de una nación y responsabilidad de latidos, que constituyen una tarea superior para los más fuertes hombros y voluntades del pueblo, nacen, viven y se desarrollan, prácticamente, al margen del Estado.



EL POETA Y LOS NIÑOS

El poeta es quien comprende mejor que nadie el valor de los niños. El médico es un buen consejero, los literatos burgueses han hecho las mejores frases, y sobre los niños opinan ingenieros, pintores, confesores y toda la gama que forma el conjunto de la sociedad actual.

Pero solo es el poeta, el verdadero poeta, quien ve claramente el valor de un niño. Sabe que junto a los sufrimientos de su espíritu, está el material tangible de su cuerpo. Y que ese cuerpo necesita junto a las palabras, todo lo material que en la flor es el agua y la tierra y que en el niño es el pan y hogar.

Sobran las frases sobre los niños y falta el pan y hogar para los niños.

¡Es necesario repetir lo que, por repetido, pierde hasta el sentido de su significado? ¿Es necesario describir las escuelas y los libros frente a niños descalzos y desnutridos? No hay necesidad de decir todos los días que el sol alumbra, pero sí es necesario a veces pensar por qué alumbra el sol…



LA CONTRIBUCIÓN DEL POETA

Cuando el poeta con alma de niño es hombre que ha sido la torre de marfil, quisiera tomar una ametralladora y escribir hasta la última bala, la respuesta de su alma en el libro de las injusticias sociales.

Pero la lucha tiene una disciplina y se llama Partido Comunista.

La rebeldía que nace anárquica, toma su causa en razón de sus filas.

Y entonces el poeta contribuye a esta lucha con todo lo que tiene: sus palabras, materialización de su espíritu.

Y ya que no le puede dar castillos –porque los niños debieran vivir en castillos, servidos por príncipes de leyendas- le proporciona alimento en versos, para que el espíritu encuentre en las palabras toda la poesía de aquello que más tarde será común a su existencia: el martillo o el compás; la tierra o los libros; la música o los motores.

El profesor poeta, Saavedra Gómez, ha dado esto a los niños de Chile.



EL POETA TUVO UNA HIJA

Pero de todos sus libros, ninguno fue más apreciado que el que produjo el amor junto a la mujer. Nació la página más bella de su creación.

Era carne de su propia poesía a la que cada año le agregaba una estrofa de tiempo, para hacerla más sutil y más útil.

Y un día, el libro que no tenía copia, cerró para siempre de pronto la última página, cuando el primer capítulo de la niñez no se había terminado.

Se murió como se mueren todos los seres humanos. Y el poeta sintió el dolor, como lo sienten todos los seres humanos. Pero reaccionó distintamente.

No le hizo el mausoleo de las siete maravillas del mundo antiguo. No invirtió todos los préstamos en todas las flores del universo. No pudo su pobreza contratar la carroza tirada por una cuadra de caballos. No puso los grandes anuncios de fallecimientos.

Se recogió en sí mismo y levantó su monumento estrujando el último aliento y la última lágrima de esto que llaman cuerpo, de esto que llaman vida.



Y HE AQUÍ “CANTATA”

"…Me dijeron que te habías ido.
Me dijeron que te habías muerto.
Entonces salía a buscarte
con mis ojos vencidos y llorando.
Entonces salía a llamarte
con mis voces caídas y sangrando.

Pero no había nada sino las lágrimas
y mi derrotado corazón viviente
frente a la flor profunda de la muerte".



Es la rápida vacilación junto al abismo desconocido. Pero luego el poeta se repone. Ya no llora, está comenzando a construir sobre el recuerdo:



"No volveré a dejarte como esa obscura y larga
noche de mi existencia en que extravié tu ritmo.
Me tenderé a la sombra de tu perfil sin lágrimas
o volveré contigo hacia el polen del día.

Ha vuelto el tiempo ausente. El siempre igual amor
la mariposa ciega abre su luz y canta.
La estrella retorna vencedora. Tu nombre recobra su flor.
Salgamos ya de la lágrima
y acerquémonos a la dorada espiga".



No: es distinto. Los poetas sienten la muerte distintamente. Y cuando es poeta es un hombre con alma de niño, la muerte, oscura y negra, insondable y misteriosa, junta a los “Sonetos de la Muerte” de Gabriela, paralelamente esta “Cantata” de Róbinson Saavedra Gómez.

Niños de América: nuestro poeta está de duelo. El libro de su alma, ahora lo escribe el tiempo.




Poesía del tiempo
Autor: Róbinson Saavedra Gómez
Santiago de Chile: Esc. Nac. Artes Gráficas, 1959

CRÍTICA APARECIDA EN EL SIGLO EL DÍA 1959-08-09. AUTOR: YERKO MORETIC
La “difícil sencillez” ha sido obtenida por Róbinson Saavedra a través de un proceso que puede advertirse en el camino trazado por algunos de sus poemas anteriores no dedicados a los niños. Inclusive, la inserción en el presente libro de dos composiciones (“Sonata” y “Melancolía”), que datan de 1945 y 1947, proporciona una pauta parcial de dicho proceso. No se trata, por supuesto, sólo de una clarificación formal. Ella está estrechamente unida a la afirmación de una actitud cada vez más definida frente a la vida y la sociedad, sobre todo frente a los sucesos cotidianos pequeños que integran el devenir del hombre.

La diafanidad de la poesía de Róbinson Saavedra no implica en ningún caso impotencia imaginativa. Se origina en una revalorización fecunda de las mínima emociones y alegrías que van jalonando, segundo tras segundo, la gran emoción y la gran alegría del vivir.

No estamos tampoco ante un optimismo fácil, construido de espaladas a los dolores colectivos o individuales; ni es Saavedra algún insólito ser impermeable a los sufrimientos que, inevitablemente, aportan su cuota al subsistir humano. Ni siquiera la propia expresión poética deja de conllevar dolores específicos:



“Duele a veces, al corazón,
-en este tiempo que vivimos-
exponer a flor de piel y labios lo que se ama,
lo que se ha construido con lágrimas y sudores.
Quisiéramos esconder muy adentro lo que amamos
lo que sentimos más profundamente nuestro.
Sin embargo, el hombre sólo puede vivir
dentro de los hombres
y el amor no crece en el vacío,
sino en comuniones sucesivas
y en repetidas y compartidas transmutaciones…”



Dicho a manera de resumen, una noble y generosa comprensión del amor lleva a Róbinson Saavedra a comunicar a los demás sus límpidos sentimientos. Eso es, en esencia, su poesía: limpidez y generosidad.



Viaje hacia el prójimo
Autor: Róbinson Saavedra Gómez
Santiago de Chile: Arancibia Hnos., 1966

CRÍTICA APARECIDA EN EL MERCURIO EL DÍA 1966-12-24. AUTOR: HERNÁN DEL SOLAR
Poemas coloquiales. Acercarse al prójimo es, desde luego, hablarle en su idioma acostumbrado, o sea, el que a todo sirve, cada día, para la comunicación. El poeta quiere comunica aquí –lográndolo- un generoso repertorio de sentimientos dignos, de esos que elevan al hombre por sobre las flaquezas de su vida. Un poema nítidamente representativo del espíritu de la obra expresa que Saavedra Gómez, en su diálogo con lo mejor de su alma y con el prójimo, habla, con humildad, desde su poesía, que es en él “la sustancia y la forma de la ternura”.






NADINA TAHUIL [12.060]

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Nadina Tauhil 

Nació en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina  en 1984. Es médica y se dedica a la psiquiatría. Desde 2009 participa en los talleres literarios de Siempre de Viaje. 
En diciembre de 2011 editó ranamadre, su primer libro que reúne poemas y prosas poéticas por Viajera Editorial.




tengo los huesos huecos
y piedras en el útero

los que alguna vez fueron mis hijos
tomaron de mi sangre
se pusieron rígidos
uno a uno
enquistados
volvieron a mi útero
(a mí)
un muro
imposible atravesar
mis hijos intentan escaparse
llegar al hueco
llenarlo
pero mi útero amurado
los niega

atrás de mis hijos petrificados
no queda nada
algo había por llenar
ya no

mi útero empedrado
me niega una grieta
sin hueco no hay nada
qué llenar







el cuerpo no entiende
quiere ya
ahora mismo
algo de comer
devorar otro cuerpo

se fusiona
otro cuerpo
se reproduce
se repite
uno dentro de otro
y adentro
uno más chiquito
una mamuschka
cuerpos que crecen

el cuerpo no escucha
caprichoso
grita
un poco de sangre
y de piel
de calor
para calmar a la muñeca

                                                ¿qué pasa con la última?
la más chiquita
la vacía
la que no tiene nada

¿dónde dejé la nada?
¿en que parte del cuerpo?
no la encuentro
¿en qué grieta la escondí esta vez?

                                                        nadie quiere a la mamuschka chiquita
                                                                            no puede abrirse
                                                                            adentro
                                                                            no tiene
                                                                            nada
                                                                            no tiene
                                                                            adentro

y afuera son todas iguales








el cuerpo de mujer no tiene forma
el cuerpo no tiene forma de mujer
ni de hombre
no tiene
forma un monigote
tres palitos
una figura
el cuerpo desfigura

empecemos de cero
¿cómo se arma un cuerpo?

tres palitos y un círculo
(para la cabeza)
no me sale, soy chiquita
sólo el círculo
o los palitos

el cuerpo necesita boca
nariz y sonrisa
tres puntitos
ponele un vestido
(o una camisa)
hacele manos
-siempre me falta un dedo-
es muy feo un nene sin manos
(o una nena)
pintalo de azul
-si es nene-
y si es nena: rosa
con colitas y vestido
curvas
las mujeres tienen caderas
(redondas como la cabeza)
como la panza de mamá cuando te tenía adentro
¿y papá? ¿papá que hizo?
papá puso la semillita
como los árboles
¿y la panza?
cuando como mucho mucho
puso la semillita
creció la panza y naciste
-se me infla como un globo y después vomito-
¿dolió vomitar algo tan grande?
dolió
un poco
(mucho)
pero no tanto

cuando te vi ahí
chiquita
fui tan feliz
que ya no importó









¿sos toda toda mía?

me encantaría decirte sí
toda tuya
podés llevarte un pedazo de mi lengua y dos capitas de epidermis
guardarlas en una frasco
y tocarme
hacerme hablar cuando más lo necesites
yo hablaría y te diría
soy toda toda tuya
pero no
no puedo darte algo que no tengo
soy de mamá
de papá
de mi hermano y la abuela

me divido y nazco
me divido
para seguir naciendo
y nada queda para mí
no puedo darte
algo que no tengo
no soy
toda tuya
ni toda mía
ni toda de nadie
soy un cuerpo desmembrado
un cuerpo demasiado partido
(vivido)

de mano en mano
parte de la misma cadena
no puedo salirme
y aunque fueras el último
último eslabón de la cadena
vendrían los hijos
los nietos
yo
madre, abuela
ellos  también tendrían un pedazo
y yo sería cada vez
más chiquita
menos tuya







Sin útero mi cuerpo se seca
todo lo que queda entre el hueco y yo
desaparece
me vuelvo amorfa
sin límite
me vuelvo una piel que se da vuelta
buscando el hueco
que me contenga
contenedor vacío
que necesita
pide a gritos
ser llenado
mi útero se rehúsa
se va con el huevo
el monstruo se enoja conmigo
una mujer deshuecada
mujer sólida
sin vacío
se enoja
me hiere
me grita
pone todo contra mí
la mujer dejó que el hueco se escondiera
quiero explicarle
no me pertenece
tendría que ponerle correa
atarlo
detrás de la vejiga
con el corazón 
pero no
ya es tarde
juega a las escondidas
el monstruo quiere desterrarme
no hay mujer sin vacío

cierro los ojos
a mi útero le rezo
que vuelva
que me haga otra vez
mujer
quiero evitar el destierro






la última vez
cuando me vi al espejo y todavía era
tuve sed
bebí lo que de humana quedaba en mí
y supe
mujer no fui nunca
una mujer lleva hijos en la sangre
sangre en los huesos
y yo
soy un monstruovampiro


ranamadre. Viajera Editorial. 2011.



NAVIT BAREL [12.061]

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Navit Barel

La poeta israelí Navit Barel nació en Ashkelon en 1977. Es hija de inmigrantes libios. Sus padres, ya fallecidos, habían perdido un hijo en la guerra de Iom Kipur, en 1973. Es egresada sobresaliente de la Facultad de Letras de la Universidad de Tel Aviv. Editó los poemarios Roshem (Impresión) en 2005 y Mamash (En concreto) en 2011.




Promo

Tengo - para cada día del año - de un  tipo especial. Corto o largo.
Llegan hasta lo más recóndito de tu alma. Según cada necesidad.
Ningún ojo quedará seco; llenaremos cada plato.
Recordarás, sin duda, que te prometieron el paraíso:
cómo llegarías allí y bajo qué condiciones. Yo te doy todo gratis;
no es algo muy común en estos días.
Y te perseguirán noche tras noche,
exactamente en ese orden. 
Puedes confiar en que el tiempo no se confundirá
entre esperanza y concreción.

Ahora permite que te lleve de la mano,
que te saque las palabras de la boca, 
que pulverice los anhelos de tu corazón.

Te lo juro por Dios: esto es es algo que no querrías desaprovechar.


Traducción: Gerardo Lewin






BLESSING

After Ezekiel
Only good things. Best wishes roll off your forked tongue
surrounding me, limp, to do me good.
Your evil eye sways the walls. There’s no
current from the fire. The world will end in this room.
I’ll still hear from you. I won’t escape. Then with a bang
mountains crumble, stairs collapse, every wall will
fall to the ground.

© Translation: 2013, Adam Seelig
First published on Poetry International, 2013







ZALI GUREVITCH [12.062]

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Zali Gurevitch

Poeta y antropólogo, nació en 1949 en Berkeley, California. Sus padres eran israelíes y llegó a Israel a las seis semanas de nacer. Ha publicado diez poemarios y tres libros de ensayos: uno acerca de la noción y concepción judía e israelí de lugar, una lectura del Eclesiastés y el un estudio acerca de la antropología de la conversación. En 2012 se publicará su nuevo libro sobre El Cantar de los Cantares.

Gurevitch ha escrito ensayos acerca del arte israelí y la poesía hebrea, y ha traducido poesía del inglés (John Ashbery, Charles Olson, W.B. Yeats) y el francés (Francis Ponge). Es profesor emérito de antropología en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Reside en Tel Aviv.

Bibliografía:

Poesía en Hebreo:

Excerpts from an open dream, Jerusalem, Ahshav, 1980
Broken line, Jerusalem, Keter, 1984
Land, Tel Aviv, Am Oved, 1989
Book of the voice, Tel Aviv, Hakibbutz Hameuchad, 1990
This and that, Tel Aviv, Hakibbutz Hameuchad, 1996
The book of the moon, Tel Aviv, Helicon, 1999
Days, Tel Aviv, Am Oved, 2002
Time baba, Tel Aviv, Am Oved, 2005
Double click, Tel Aviv, Am Oved, 2008
Verses, Tel Aviv, Helicon, 2009 

Poesía traducida al inglés desde el Hebreo:

John Ashbery, Self-portrait in a convex mirror, Jerusalem, Ahshav, 1982
Rachel Zvia Back, Azimuth, Tel Aviv, Hakibbutz Hameuchad, 2000

No ficción en Hebreo:

Al Hamakom (On place/God), Tel Aviv, Am Oved, 2007
Heshbono shel Kohelet (On Kohelet/Ecclesiastes), Tel Aviv, Babel, 2008
Seeha (A conversation), Tel Aviv, Babel, 2011

Ensayos en Inglés:

‘Poetry Conversation and Culture’ in Studies in Symbolic Interaction, ed. N. Denzin, Vol. 14 (1993), pp. 91–94
‘The Symposium: Culture as Daimonic Conversation’ in Human Studies, Vol. 21 (1998), pp. 437–454
‘The Tongue’s Break Dance: Theory, Poetry and the Critical Body’ in Sociological Quarterly, Vol. 40 (1999), 525–540
‘Eternal Loss: An Afterword’, in Revealment and Concealment: Essays by H. N. Bialik, Ibis Editions, Jerusalem, 2000
‘The Serious Play of Writing’ in Qualitative Inquiry, Vol. 6 (2000), pp. 3–8
‘What is a Field?’ in Cultural Studies: Critical Methodologies, Vol. 2 (2002), pp. 300–308
‘Writing Through: The Poetics of Transfiguration’ in Cultural Studies: Critical Methodologies, Vol. 2 (2002), pp. 403–413



La poesía está en los márgenes

Ayer - por la tele - rock.

Decenas de miles de personas en el público
¿y dónde está la poesía?

En los márgenes,
más y más en los márgenes.

A trasmano, en una pequeña sala 
de Jerusalén.

Han llegado unos pocos amigos
y ellos - en verdad - casi ni vienen.

La poesía está en el margen
de los márgenes

y yo en el margen de la poesía.

Es asunto de uno solo, a lo sumo de dos
y a veces soy yo mismo el otro

incluso si no hay alaridos
ni aplausos.

Traducción: Gerardo Lewin





POETRY IS ON THE MARGINS

On television yesterday
Rock

Tens of thousands in the audience
And where is poetry?

On the margins,
More and more 

In a small hall
In Jerusalem

A few friends gather
Hardly more than a few

Poetry is on the margins
Of the margins

And I
Am on the margins of poetry

A matter of one
Or two

Sometimes 
I myself am two

© Translation: 2012, Lisa Katz





EXCERPTS FROM TIME BABA

everyone wants their feet 
on the ground; but what about 
being in the air; on the ground 
in the air; 20:46
 . . .
air-poetry; 20:48

the back on the chair, 
the ass in the air, 
the legs (crossed left over right) 
on the table; 21:03

 . . .
baba – the full in the empty [what 
remains after everything is emptied, 
the maximum of the minimum]. 
Piano keys flying 
in dispersion; 22:55

 . . .
for tonight
the exercise is as follows
stand for a moment
spread your arms from your sides
now slowly slowly begin
in movements of wings not of 
an airplane but of a bird until you feel 
you are light and elevating don't 
stop the movement 
you can go a bit faster now 
and start looking for a direction 
don’t force your body let it 
just think high 
and your body will fly; 00:00

 . . .
the moderns and more so 
the postmoderns don’t like depth, 
depth is an illusion, the depth 
of things, deep people, deep thought, the depth of landscape, 
of perspective, because depth invites digging, 
penetration, sneaking in, entrance, 
arrival, coming, as if there’s where 
to come, where to come from, 
someone to come to, and there is none, 
no depth, no secret, the deep of the sea, yes, ’cause it 
can be mapped, measured, 
stretched out. Not in depth is their interest, then, 
but on surface, 
the breadth of planes, the folds of the brain, 
the open-ended fields, the faces of the page, 
let scientists have the outside, 
and poets the inside, that is their field; 12:49

 . . .
the curtain is rising: poetry is just 
a magic word to raise the 
curtain; 18:22

© Translation: 2012, Gina Franco and Zali Gurevitch





HOME & CAMP

I’m not in any camp
I live at home
Not in a camp
But even at home I’ve made myself a sort of camp
The rooms are spread out like tents
And we move about between them 
Sit in a tent
Especially in the kitchen tent
And at night sleep each in a tent of his own 
D in his and H and I in ours
At my desk too
What is this if not a camp
It’s quiet now 
But like headquarters
The telephone works
The computer works
The printer works
Full of papers and books, and files
And letters
And drafts, and what not
And everything jumbled and ordered in equal measure
This morning for some reason
The pile scattered 
There’s no other way
All day I tried to pile it up again
(It turned cold
I lit the stove in the room)
I sat by the fire

© Translation: 2002, Zali Gurevitch with Peter Cole and Gabriel Levin





DORY MANOR [12.063]

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Dory Manor 

Nació en Tel Aviv. Es poeta, traductor y editor. 

Ha publicado tres poemarios: 
Mi´ut (Minoría) en 2001, Alpha ve Omega (Alfa y Omega) en 2001 - que fue la base de un libretto operístico - y Bariton (Barítono) en 2005.

Ha traducido del francés al hebreo "Las flores del mal" y "Los paraísos artificiales" de Baudelaire; las "Meditaciones metafísicas" de Descartes; las "Cartas a Louis Colet" de Flaubert; "Cándido" de Voltaire y "Bonjour tristesse" de Francoise Sagan.

Obtuvo los premios Primer Ministro en 2007, el premio Tchernichovsky a la excelencia en traducción en 2008 y el premio a editores del Ministerio de Educación en 2011.





Des(a)nudarse

¿Cómo puede alguien cantarse a sí mismo una canción de cuna?
¿Cómo puede creer en su propia soledad?
Uno se desata de la infancia como quien deshila una trama
y no existe ya nada que pueda adormecerlo.

Hay quien viaja en su mente a Vilna o a Madrid
- al norte de algún tiempo, al este de sí mismo.
Hay quien construye góndolas y navega, de una arteria a la otra,
y no existe ya nada que pueda adormecerlo.

Se cubre con una blanca manta y siente cómo
su madre se inclina sobre su cama y lo arrebuja.
Canta para sí una canción de cuna, oye su propia voz
y no existe ya nada que pueda adormecerlo.

Traducción: Gerardo Lewin





Pour en découdre

Chante pour toi / chante tout seul / chante le chant qui berce
Chante pour croire / et sans plus voir / que tu chantes tout seul
File l’enfance / et de son fil / fabrique le Linceul
De la nature / à tout jamais / éteinte au chant qui berce

Dedans ton âme / en juif errant / de Madrid à Vilnius
L’aiguille au Nord / au nord du temps / à l’ouest où tu te perces
Dans tes vaisseaux / en gondolier / tu fuis vers les Sinus
De la nature / à tout jamais / éteinte au chant qui berce

Sous ton duvet / ton duvet blanc / tu crois sentir maman
Maman qui vient / pour te border / mais ce n’est pas maman
Que tu entends / sous ton duvet / c’est ta voix qui te berce
Pour la nature / à tout jamais / éteinte au chant qui berce

Traduit de l’hébreu par Shaul (Paul) Benjamin





אודות

דורי מנור, יליד תל אביב, הוא משורר, מתרגם ועורך.

פרסם עד כה שלושה קובצי שירה: “מיעוט” (הקיבוץ המאוחד, 2001), “אלפא ואומגה“, לִבְרית שכָּתב עם אנה הרמן לאופרה, שהועלתה על במת האופרה הישראלית (הקיבוץ המאוחד, 2001)  בהלחנתו של גיל שוחט ובניצוחו של גארי ברתיני, ו”בריטוֹן” (אחוזת בית, 2005).

בין תרגומיו: “פרחי הרע“, “הסְפְּלין של פריז, שירים קטנים בפרוזה” ו”גני העדן המלאכותיים” מאת שארל בודלר, “הגיונות מטפיזיים” מאת רנה דקארט, “מכתבים ללואיז קולֶה” מאת גוסטב פלובר, “קנדיד” מאת וולטר  ו”שלום לך, עצבות” מאת פרנסואז סגאן. עורך כתב העת לסִפרות “הו!”. עורך ראשי בהוצאה לאור של “סל תרבות ארצי”.

חתן פרס ראש הממשלה ליוצרים עבריים לשנת 2007, פרס טשרניחובסקי לתרגומי מופת לשנת 2008 ופרס העריכה של משרד התרבות לשנת 2011.

ב-2012 יראה אור מבחר מקיף משיריו, בעריכת פרופ’ דן מירון, בהוצאת מוסד ביאליק והקיבוץ המאוחד.  עוד יראו אור בקרוב מבחר שירי סטפאן מלארמה בתרגומו בהוצאת הקיבוץ המאוחד, וכן “תרגום כפול” – שירי ומילולי – לפואמה “בית הקברות הימי” של פול ואלרי, בהוצאת נהר ספרים.

בשנים האחרונות מרבה לעבוד עם אמנים בתחום המוזיקה, ובין השאר שיתף פעולה כיועץ אמנותי, ככותב וכמתרגם עם שלומי שבן, רונה קינן, מאור כהן, אסף אמדורסקי, רם אוריון וערן צור. עורך ומגיש את התכנית “ציפורי לילה מתפייטות” מדי יום שני בגלי צה”ל עם רונה קינן.






LUIS RAM DE VÍU [12.064]

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LUIS RAM DE VÍU 

Luis RAM DE VÍU Y QUINTO (BARÓN DE HERVÉS),  Rubielos de Mora (Teruel), 10-04-1864 / Rubielos de Mora (Teruel), 18-10-1906
Seudónimos: Rafael Sánchez

Perteneciente a una familia de abolengo carlista, estudió en Zaragoza Derecho y Filosofía y Letras. Ram de Víu, Luis003Trabó relación con el bullente ambiente literario zaragozano en esa época de la Universidad, la Academia Jurídico-Literaria y el Ateneo. Su primera publicación se inscribe en la onda de la poesía campoamorina, que admiraba, y al poeta asturiano está dedicado dicho librito. Desde muy joven se vio afectado por una grave dolencia cardiaca y, tal vez por ello, su poesía tomara el tono sombrío que hizo relativamente popular sus Flores de muerto. Ese recorrido poético por las tumbas del camposanto zaragozano, donde Bécquer y un sentimiento postromántico matizado de cierto regusto maldito planean sobre los bien concebidos versos, hizo que Cossío considerara al malogrado vate como el más dotado de los poetas aragoneses del siglo XIX. De parejo perfil es El desván, presentado en el Ateneo madrileño y de tono algo más popular, aunque teñidas con un deje sentimental, son las coplas que firmó con Luis Royo Villanova.

Como sucedió con otros poetas coetáneos, con el tiempo se acentuó su catolicismo militante, que se manifiesta claramente en Horas de luz, con un prólogo en el que repudia lo editado hasta entonces y da a conocer sus nuevos rumbos. Si antes Ram de Víu podía inscribirse en un cristianismo culto y algo distanciado, desde ese momento religión y tradición se convierten en los principales focos a los que apunta. ¡Viva España! se escribe al rebufo patriótico de los acontecimientos que depararon la pérdida colonial y parecida urdimbre debió de sostener la desconocida ópera Página goda, estrenada con muy escasa aceptación pública en el zaragozano teatro Principal durante el mes de enero de 1899. Víctima de sus problemas cardiacos, falleció antes de ver publicada su última obra, Del fondo del alma, de línea similar a Horas de luz.

Conocido como “el poeta de los muertos”, en su biografía sí que sorprenden notas necrófilas, como su gusto por pasear por el cementerio y asistir a las inhumaciones. Sin embargo, cultivó también la poesía satírica y la copla. Sus versos aparecieron con alguna frecuencia en las publicaciones españolas más populares de su época y su obra fue recogida en varias antologías



Colgados de la percha, amedrentaban
los vestidos del muerto;
detrás de aquellas telas elegantes
palpitaban las formas de su cuerpo
y su cara siniestra sonreía
debajo del sombrero;
yo vi la ropa aquella
agitarse un momento
como si aún respirase
la vida de su dueño;
¡pobre miseria humana!
¡Allá en el cementerio,
el vestido de su alma se pudría
mucho antes que el vestido de su cuerpo!

(Flores de muerto, XXXI) 

                                                                          OBRAS

-Amparo, Zaragoza, Ramón Miedes, 1884.
-Flores de muerto y Poemas mínimos, Zaragoza, Ramón Miedes, 1887. / París, Garnier Hnos., 1890. / Huesca, La Val de Onsera, 1996.
-El desván, Madrid, Ricardo Fe, 1889. / Zaragoza, La Cadiera, 1983.
-Dos guitarras. Cantares -con Luis Royo Villanova-, Zaragoza, Tip. La Derecha, 1892.
-Horas de luz, Madrid, Los Huérfanos, 1894.
-¡Viva España!, Zaragoza, Comas Hnos., 1898.
-Página goda (ópera) -con música de Eduardo Viscasillas-, estr. en 1899.
-Del fondo del alma, Zaragoza, Mariano Escar, 1908.

http://javierbarreiro.wordpress.com/






EL BESO ROTO

Yo guardaba encerrado en el alma 
un beso tan grande 
que quería romper las paredes 
de su estrecha cárcel; 
era el beso que nace tendiendo 
al cielo las alas, 
casto y limpio, sin mezcla ninguna 
de cosa manchada; 
ese beso que fingen a veces 
en sus labios tímidos, 
cuando sueñan con ángeles rubios 
los niños dormidos. 
Una noche de invierno, mi madre, 
herida de muerte, 
me pidió el beso aquél, en sus vagos 
afanes de fiebre; 
cuando trémulo quise de cerca 
contemplar su rostro, 
ya tenía el silencio en los labios 
y el frío en los ojos. 
La besé con delirio, juntando su boca y la mía, 
por cerrarle el camino a aquella alma 
imán de mi vida. 
¡Oh, qué lucha entablaron entonces 
el alma y el beso!... 
¡Todo inútil!...El alma en las sombras 
burlaba su encuentro; 
Un instante de angustia; un momento 
de mortal congoja, 
y aquel beso tan grande caía 
con las alas rotas. 
¡Madre mía: los besos que han dado 
mis labios después, 
sólo han sido pedazos de beso, 
pedazos de aquél !.






FLORES DE MUERTO 
(fragmento)

" Debajo de esos panteones 
de piedra dura y labrada, 
las ánimas de los muertos 
están haciendo gimnasia; 
ya en verdad la necesitan, 
porque si no se ensayaran 
en levantar grandes pesos 
y en remover grandes masas, 
cuando la triste trompeta 
del juicio final sonara 
¡ni Sansón sale del nicho 
por no levantar la tapa! 

Vi allá en un nicho escondido 
un venerable esqueleto 
y le pregunté qué vida 
llevaba en el cementerio: 
-Muy buena-me respondió-, 
en las noches del invierno 
en los mismos fuegos fatuos 
nos calentamos los huesos. 
A la luz de las estrellas 
formamos corros, y en medio 
a contar cuentos de vivos 
se pone algún compañero, 
y cuando el verano llega 
gozamos más que queremos; 
porque, en verdad, nuestro traje… 
ya no puede ser más fresco. "





A tus ojos

Ojos grandes, dulces ojos;
ojos de casta mirada
brillando como la estrella
primera de la mañana
serenos como la paz
y hermosos como su alma;
quered un poco a mis ojos;
tened de mis ojos lástima;
de estos tristes ojos míos
que han llorado tantas ansias
y a Dios le piden llorando
solamente la esperanza
de ayudaros a llorar
en este valle de lágrimas.
                              










PABLO DE JÉRICA [12.065]

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Pablo de Jérica

Pablo de Jérica (o Xérica) y Corta (Vitoria, 15 de enero de 1781 - Cagnotte, Francia, 1841), poeta y periodista afrancesado español.

Primogénito de una familia de comerciantes. Estudió filosofía en el convento de dominicos de su ciudad natal. Mientras se preparaba para cursar leyes en la Universidad de Oñate, hizo una traducción en romance endecasílabo de las Heroidas de Ovidio. En 1804 imprime sus Cuentos jocosos en diferentes versos castellanos (Valencia, 1804) y se traslada a Cádiz para dirigir los negocios familiares; allí da a luz una traducción dramática del francés Picard, Los títeres o lo que puede el interés (Cádiz, imprenta de Quintana, 1807), y aprende italiano, inglés y portugués. Colaboró en El Redactor General dando a conocer sus opiniones de liberal exaltado y anticlerical. Frecuenta la tertulia del Café de la Esperanza y, entre 1811 y 1813, redacta el Diario Mercantil bajo las iniciales P. J. y C.; las escasas colaboraciones de 1813 derivan de su viaje a La Coruña, donde había algunos amigos suyos refugiados como Valentín de Foronda y Marcelino Calero, o intelectuales como Manuel Pardo de Andrade, con quien coincidió en la redacción de El Ciudadano por la Constitución, donde este colaboraba desde 1812. En sus páginas, como en la de los diarios de Cádiz, Jérica apostó por una poesía de combate ideológico que cambiara la mentalidad tradicional del pueblo; ataca el servilismo y a la Inquisición. En La Coruña, Jérica se convierte en secretario de la Junta de Censura y Protección de la Libertad de Imprenta desde noviembre de 1813. A principios de marzo del año siguiente volvió a su ciudad natal y escribe en el Correo de Vitoria.

La persecución a los liberales que desató el Manifiesto de los Persas le acarreó un primer proceso por sus actividades en La Coruña, sentenciado con un destierro en Melilla por diez años y un día. Un segundo proceso, incoado por la publicación de algunos artículos en el Correo de Vitoria, lo sentenció a seis años de presidio en Pamplona. No obstante, pudo escapar de ambas sentencias ocultándose en Deva y exiliándose después a Dax (Francia); también sus Ensayos poéticos (Valencia, 1814), contenían algunos cuentos que había publicado en 1804 y fueron prohibidos por la Inquisición. El Reino de España cursa constantes peticiones de devolución en 1814, pues lo considera un reo de estado; la propia policía francesa lo reclama en 1817, cuando residía en Bayona (Francia); fue encarcelado en varias ocasiones y finalmente puesto en libertad en Pau.

De vuelta a su ciudad natal cuando lo hizo posible el Trienio Liberal (1820-1823), fue comandante de los Voluntarios Constitucionales, miembro de la Junta de Censura, de la Diputación provincial de Álava y finalmente, en 1823, alcalde constitucional de Vitoria, lo que, a la invasión de los «Cien mil hijos de San Luis» (1823) le supuso un nuevo arresto y exilio a Francia. Naturalizado francés, casado con la francesa Victoria de Caubotte, hija de la baronesa de Castelnau, con quien tendrá cuatro hijos, y establecido en Dax, no dejó por ello de ocuparse en escribir: publicó una Colección de cuentos, fábulas, descripciones, anécdotas, diálogos selectos (Burdeos, 1831), entresacados de diversas comedias barrocas, así como una Miscelánea instructiva y entretenida (Burdeos, 1836) y unas Letrillas y fábulas (Burdeos, 1837) donde reúne la labor satírica realizada en verso durante su etapa como periodista.

Jérica utiliza la ironía, la sátira y una gran habilidad para la caricatura, así como la final pincelada costumbrista, no ya para entretener a un lector que no tiene otra exigencia que la de llenar sus ratos de ocio, sino para introducir de tapadillo su mensaje de revolucionario liberal; de ahí su aparente inclinación a la literatura festiva. Está a sus anchas en el género del epigrama en verso:

Aquí Fray Diego reposa;
en su vida hizo otra cosa.


Obra

Cuentos jocosos en diferentes metros castellanos, (Valencia, 1804).
Ensayos poéticos (Valencia, 1814 y París, 1817).
Poesías (Vitoria, 1822)
Poesías (Burdeos, 1831)
Colección de cuentos, fábulas, descripciones, anécdotas, diálogos selectos (Burdeos, 1831)
Miscelánea instructiva y entretenida (Burdeos, 1836)
Letrillas y fábulas (Burdeos, 1837)
Los títeres, o Lo que puede el interés (Cádiz, 1807), comedia en prosa en cinco actos. traducida del francés.
Los serviles o El nuevo periódico. Cádiz, 1811. Comedia original en un acto.






De un loco 

Tirando de cierta reja,
gritaba un loco altamente: 
«Ha de salir, no hay remedio; 
hasta que en ello me empeñe». 
A las voces se asomaron doce personas o trece; 
y le decían: 
«En vano sacar la reja pretendes». 
En esto, al verse mi loco notado de tanta gente, 
tiró un gran pedo, diciendo: 
«¡Si era fuerza que saliese!» 





De un poeta y un impresor 

Doscientos reales 
debía un impresor a un poeta,
y, no sé por qué etiqueta
pagárselos no quería. 
Citole el alcalde un día, 
y le dijo, con parleta
muy comedida y discreta,
que la justicia le haría. 

El alcalde al ingenioso
tenía grande aversión
por ciertos chismosos cuentos, 
y más que un tigre furioso, 
dijo en viendo la ocasión: 
«Mando que le den doscientos».




          

De un gallego 

Cuando Cádiz padecía
aquella epidemia fiera 
en que a lo menos perdiera
ochenta hombres cada día, 
llevando cierto gallego,
no de los menos expertos, 
un carro lleno de muertos, 
con muchísimo sosiego, 
uno de ellos que era tuerto,
se levantó y le decía: 
«No me lleves todavía, 
pues todavía no he muerto», 
«Yo no te puedo dejar»
——dijo el gallego—. 
«Revienta. Hanme entrejado pur cuenta, 
e pur cuenta he de entrejar».




Epigrama 

Esa representación 
parto del bando servil, 
en que pedís más de mil 
renazca la Inquisición,
hay patriota que promete, 
si se las das a firmar, 
que te la ha de rubricar...
con un puñal de Albacete 

(Diario mercantil, 25-V-1812)




AI Sr. Cardenal de Borbón, 
con motivo de haber rehusado firmar la representación 
en favor del Santo Oficio 

El cardenal de Borbón 
se ha resistido a firmar 
vuestro servil papelón: 
¿sabéis por qué? 
Por no echar en su púrpura un borrón 

(Diario mercantil, 6-V-1812).






A ¿a Scinta 

Décima 

No te quiere el italiano 
el alemán, el inglés,
el prusiano, el portugués,
el ruso, ni el siciliano: 
en todo el género humano 
ninguno ya te desea
Inquisición. que no sea
un servil como tu ser;
pero, ¿quién te ha de querer
‘si eres tan negra y tan fea? 

P. J. y C. (Diario mercantil, 12-V-1812),





De la Inquisición 

¿Quién ama la lnquisición?
¿quién la quiere renovar? 
los que, contra su opinión, 
han tenido que tragar 
la sabia Constitución... 
Callad, pues, no chilléis más;
que en este asunto, atrevidos, 
a pesar de barrabás
saldréis tan poco lucidos 
como en todos los demás.
Tenéis harta inquisición
vosotros ya, los serviies;
la envidia, infernal pasión,
en esos pechos tan viles
tiene encendido un tizón. 

(Diario mercantil, 20«V1—l812)





Epigrama 

Ya no siente, no señor,
el no vender los millares 
que almacena de ejemplares
en los puestos el Censor.
Pero roe el corazón deste 
y los demás serviles 
que se vendan tantos miles 
de nuestra Constitución. 

(Diario mercantil, 6-V-1812). 






Al autor del Diccionario crítico-burlesco.

Epigrama 

Infinitas crueldades 
ha concitado tu escrito: 
y no por sus falsedades...
¿No sabes porqué, maldito? 
Porque dices las verdades. 

(Diario mercantil, 12-V-1812).”






¡En Cádiz estás Marqués
y metido a cortesano! 
(dijo un quidam jerezano 
a nuestro invicto Panés) 
En vivir aquí, buen hijo,
que estás engañado siento:
no es aqueste tu elemento:
esto es Corte, no es Cortijo. 

P. J. y C. (Diario mercantil, 27—Xll-1812).





Anacreótíca primera 

De Panés 

Cantar quiero de Mina 
los hechos esforzados,
las ínclitas hazañas 
del héroe Empecinado, 
y el valeroso arrojo
de los del dos de mayo;
mas ¡ah! el numen mío
por Siempre se ha negado
del furibundo Marte 
al horroroso estrago, 
y solo cantar quiere 
con metro alegre y blando
las gracias y los triunfos
del Noble Jerez Ano. 

P. J. y C. (Diario mercantil, 19-11-1813)





Contra el cansado Redactor general. 

El lelégrafo murió,
y el Semanario también: 
si no hay epidemia 
¿quién
la muerte de ambos causó? 
¿por ventura los pulsó F... M... 
o el doctor? 
No por cierto, no señor: 
Á los dos quitó la vida 
El atroz papelicida
Que se llama Redactor. 

P. J. y C. (Diario mercantil, 29-lll-1812)







El club de los animales. 

Fábula 

Si al león destronas en 
Un día sus vasallos, 
¿Quién para sucederle 
Sería más del caso? 
Por modo de problema 
La cosa examinaron 
En un club jacobino, 
Los brutos más bellacos. 
Uno quería al Tigre, 
Otros al Dromedario, 
Otros al Elefante, 
Y algunos al Caballo.
Llegó su tumo al Perro; 
Y habiendo perorado, 
Dijo: padres conscriptos,
¿Para qué nos cansamos?
Si el poder del monarca 
Ha de ser arbitrario; 
Si ha de regir diciendo: 
Yo lo quiero y lo mando; 
Si han de ser sus ministros, 
Su dama o su lacayo,
Como han sido hasta ahora,
Los solos soberanos; 
Para Rey de los brutos 
Cualquiera es bueno; 
el Asno.






El suscriptor arrepentido 

Arrepentido voime a confesar:
jamás a delinquir he de volver:
¡O buen Jesús! 
¿querrásme perdonar?
De culpa tanta 
¿quién me ha de absolver?
Pues, si ningún pecado he de ocultar, 
Decir al confesor he menester, 
¡O Dios mío! 
que soy un suscriptor

Al Diario de la tarde y al Censor.






El Ratón Dentro del Queso (Fábula)

Mientras en guerras
se destrozaban
los animales,
con justa causa,
un ratoncillo,
¡qué bueno es eso!,
estaba siempre
dentro de un queso.
Juntaban gente,
buscaban armas,
formaban tropas,
daban batallas:
y el ratoncillo,
¡Qué bueno es eso!,
siempre metido
dentro del queso.
Pasaban hambres
en las jornadas,
y malas noches
en malas camas;
y el ratoncillo,
¡qué bueno es eso!,
siempre metido
dentro del queso.
Ya el enemigo
se ve en campaña;
al arma todos;
todos al arma;
y el ratoncillo,
¡qué bueno es eso!,
siempre metido
dentro del queso.
A uno le híeren,
a otro le atrapan,
a otro le dejan
en la estacada;
y el ratoncillo,
¡qué bueno es eso!,
metido siempre
dentro del queso.
Por fin lograron,
con la constancia,
sin enemigos
ver la comarca;
y el ratoncillo.
¡qué bueno es eso!,
metido siempre
dentro del queso.
Mas ¿quién entonces
lograr alcanza
el premio y fruto
de tanta hazaña?
El ratoncillo,
¡qué bueno es eso!,
que siempre estuvo
dentro del queso.





Canción patriótica

Coro
                    
Acallemos las torpes calumnias
Que funesto difunde el Error:
Rey queremos, mas no tiranía:
Leyes justas, república no.
   En las lides el pecho opusimos
A las muertes que arroja el cañón;
Y con brío constante vencimos,
Y salvamos la opresa nación.
   Acallemos etc.
   En cadenas la patria gemía,
Y acorriendo con nuevo valor
La libramos de la tiranía
De un sistema servil y opresor.
   Acallemos etc.
   Cuando Laci y Porlier sucumbieron
Por librarnos de vil opresión,
Los deseos del bien no murieron;
Los seguimos con fuerza y unión.
   Acallemos etc.
   En Quiroga, y en Riego, y en Baños,
Arco-Agüero y el célebre Espoz
Hoy admiran los propios y extraños
Un proyecto, un deseo, una voz.
   Acallemos etc.
   Libertamos la España oprimida
Ya cubierta de oprobio y baldón,
Y elevamos su gente abatida
A la esfera de heroica nación.
   Acallemos etc.
   Las cadenas y grillos rompimos
Que aherrojaban al pueblo fiel;
Y un Monarca querido le dimos
Por un déspota, ingrato y cruel.
   Acallemos etc.
   En las Cortes, la ley y Fernando
Nuestra noble ambición se cifró:
Esto sólo seguimos amando;
Pero ideas quiméricas no.
   Acallemos etc.
   Almas necias, cobardes y viles,
Que el averno arrojó con horror,
Disistid, disistid ya, serviles,
De los planes que os dicta el rencor.
   Acallemos las torpes calumnias
Que funesto difunde el Error:
Rey queremos, mas no tiranía:
Leyes justas, república no.




LÉLIA COELHO FROTA [12.083]

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LÉLIA COELHO FROTA

(Rio de Janeiro, BRASIL  1937-2010)
Escritora, , poeta, antropóloga y crítica de arte. Miembro de la Unión Brasileña de Escritores, de la Asociación Brasileña de Antropología y la Asociación Brasileña de Críticos de Arte. Es autora de libros sobre el arte y la cultura brasileña, incluyendo 
Mitopoética de 9 Artistas Brasileiros (Rio de Janeiro, Funarte, 1978), Ataíde (São Paulo, Editora Nova Fronteira, 1983), Mestre Vitalino (Editora Massangana, 1986) e Burle Marx: Paisagismo no Brasil (Câmara Brasileira do Livro/Brasiliana de Frankfurt, 1994).

Fue responsable de las representaciones brasileñas en la Bienal de Venecia en 1978 y 1988 y comisaria de Brasil en Art Contemporain Populaire, el Grand Palais (París, 1987). Recibió los premios Jabuti (Câmara Brasileira do Livro) e Olavo Bilac (Academia Brasileira de Letras) pelo livro Menino Deitado em Alfa (Editora Quíron, 1978).




TRADUCCIÓN DE
ADOVALDO FERNANDES SAMPAIO


IDILIO DE NUBES

Él hablaba de torres;
ella pensaba en nubes.
Él cruzaba los ríos,
Los fieros altiplanos,
los sabios pensamientos.
Ella, arpillera y seda,
tejía los pañales,
inicio de promesa
del que nace de un sí.
En días tan azules
la fuente deslumbrada
murmura derramando su luz
— era la brisa
Desmayada en la brisa.
Morir, morir de amor.


Extraído de la obra
VOCES FEMENINAS DE LA POESÍA BRASILEÑA
Goiânia: Editora Oriente, s.d.






ANTOLOGÍA DE POESÍA BRASILEÑA. Preparación, traducción y prólogo de Gabriel Rodríguez. Caracas: Fundación Editorial Popular de la Cultura; Fundación Editorial  El Perro y  la Rana, 2008.   437 p.  Col.  Poesía del Mundo.  Série Antologías.     Col. A.M. 


HIPÓTESIS DE MAYO

Sobre la mesa el reloj
anuncia mi tiempo
que se deshace en huecos
de afligido pensamiento.
De qué jardines me evado
de qué amores provengo
de qué enredo impreciso
se arma lo que estoy siendo
entre mis diccionarios
fragmentos de retratos
canarios resplandecientes
cortinas henchidas.
Los amigos inquietos
el silencio que aumenta
concéntrico, severo
en torno de las conversas
más allá de la ausencia
y los constantes afectos.
Residuos de paseos
por paisajes ajenos
apilados en gavetas—
cartas de amor en sus
suaves envoltorios
risas y conchillas
la voz que siempre habla
al fondo de la sonata
poemas diletantes
todos en concordancia
citando al Corazón
flanqueado de flores
céfiros sonrientes
(y los tordos lastimeros).
Las gavetas se hinchan,
lo que en ellas había
adquiere vida propia,
un sitiado encanto
y expulsa de la memoria
de la que participaba
con escasa competencia
yo, que apenas lo recuerdo.
El contenido humano
de ese dichoso espolio
palpita, y entretanto
-ojos entornados
agitar de liencillos-
invencible el sueño
se atasca en el dolor.
Sueño mayor que lo oscuro
para corromper la luz
perdurable nostalgia
de un sueño, ya no sé
por cierto, lo que sería.
Coágulo sombrío
abultándose en zona
cerrada, donde me duelo
en este mes-de-María
pensando lo que sería
de mí, en el disuelto
rumo que me puebla
sin conducir el habla
de la siempre poesía
sin revelar lo mucho
de amar que pretendía
antes de antes, no sé
por cierto lo que sería.
Más bien que completa
un circuito profundo
donde la primera imagen
(principio y acta concluida)
que todavía se refleje
es la de la joven corriendo
por la campiña, sueltos
los cabellos, y las glicinas
bajándole por los hombros
prendiéndose en la boca
primavera garrida
por el azul florentino.
En la mano derecha tenía
un rosal vivo
avecillas entonaban
campestres letanías
y por la transparencia
de su carnación
se le veía el corazón
con un solo nombre grabado
a fuego, núcleo intacto.
Corría por la campiña
fantástica, y todavía
puedo recordar que en fuga
amaba siempre, y reía.





CANCIONCILLA LIVIANA

No trates de tejer con huecos
metafísicos nuestro amor.
Él es lúdico. Y no precisa
de tu floreo sin calor.

Y ni sugieras más a tu dama,
alejandrinos con disculpa:
sólo tu perfil, incisivo y breve,
ya destruirá si queda, alguna culpa.

Yo no espero ni desespero.
Para amarte, urdiré una esquela
de más amar, que disuelva
los sinsabores de tu seducción.

Sutil es la vida, rudo el juicio
que determina mi pasaje—
enternecerme con tus indicios
mientras habitas otros paisajes.

                    (Caprichoso Desacerto)






João Sebastião
É cruzamento da linha.
Adeus verões, perfil humano,
monólitos, élitros, verdores.
A dinamite do concreto aqui
se realiza.
Bach pulveriza
todo contato terra.
Polifonicamente o órgão mói
todo humano cuidado:
aquilo que exulta e aquilo que dói.
Cuidado!
Sob o sopro ardente do arcanjo
Deixamos sem reticência o qualquer pó
para a nudez maior da claridade.





CARNAVAL

O caminhão do trio elétrico
teve que vir da Bahia
para animar as arquibancadas de aço.

Brilha
Cometa
anúncio de cigarro intergalático.

Os corações espectadores.

Frenesi, pula o trio
sob a chuva
na avenida
vazia à espera da escola
que corta
rio de luz
a massa do público paralisado
na sombra.

Turistas de nós mesmos.

Mas ainda há ainda tem
O Bloco do Barril da Rua Estela
estrela proletária do Jardim Botânico
sambando à beira das inacessíveis moradas.

         (Rio, 1970)






3. LIBERDADE

Passo pelo fio
de pérolas do Rossio:
não quero comprar flores
quero ver o rio.






8.  AMOR TIRANO

Invejável clausura
Tem o fauno da fonte
da Avenida da Liberdade.
Não sabe o que é saudade:
ele dura.






9.  PROJETO

Sim, iremos para a América do Sul
para as quadras de tênis vazias
para os parques de diversão silenciosos
movidos pelos anúncios luminosos.

         (do livro Menino deita em alfa, 1978)





UMA DOR

1.

O vento soprava árvores da esquerda.
Ao fundo, o menino tocava o violão
preso no ombro, como um pequeno navio adernado.
Uma dor
no mundo
rachava tudo fino e longe,
cinema mudo.


2.

Acordar é fechar as pálpebras.
Nossos olhos só escrevem
por cima, muito por cima.
E quando abrimos as janelas
É só o vento que está ali.

Existe uma dor
                   solta no mundo.

E eu quero deixar meu emprego, meus cabelos
                   minha família
para ir atrás dela
                   bicho com fome.
                   (do livro Brio, 1996)


Extraídos da obra FELIX, Moacir.  41 Poetas do Rio. Rio de Janeiro:  Funarte, 1998.







AMAROAMAR

Montemuro, serra,
vai, coração, erra,
esfacela-te em mágoa
nostálgica de Mozart
no antiqüíssimo quarto
de outra alta paixão
para aumentar a sede
de Deus, e seu falcão.
preza ao céu conceder-te
uma alforria leve
a resvalar na sorte
desta que se quis  pura
desta que se quis casta
e cada vez mais se afasta
da seráfica altura.
Pode ser que no escuro
se rompa a trasmontana
porta do puro amor
aorta que me leva
— sangue derramadíssimo —
ao horto felicíssimo
onde um bater de pálpebra
uma treva minúscula
seja morrer: cidade
da afinal claridade.







COMPASSO DE NERVAL

Porque sempre princesa desterrada
a viúva, a quebradiça, a desolada
a esperar a mão que me levante
e me leve e me liberte e me incorpore
a uma feudal jurisdição
onde amada, eu seja sujigada
a pesadas correntes de paixão
que liguem e me larguem
que generosamente domestiquem
minha arredia vontade de fundir-me
num amplo levantamento acompanhado —
ave ditosa que só voe no compasso
da certeza do solo do seu dono.

            (De Alma & Pétalas 1972-1974 (Onze poemas portugueses)
            parte do livro MENINO DEITADO EM ALFA (São Paulo: Edições
            Quíron; Brasília: INL, 1978).








HIPÓTESE DE MAIO

Sobre a mesa o relógio
anuncia meu tempo
que se desfaz em crivo
de aflito pensamento.
De que jardins me evado
de que amores provenho
de que enredo impreciso
se armara o que estou sendo
entre meus dicionários
fragmentos de retratos
os rútilos canários
enfunadas cortinas.
Os amigos inquietos
o silêncio a aumentar
concêntrico, severo
em torno das conversas
além da ausência,
além dos constantes afetos.
Resíduos de passeios
em paisagens alheias
empinham-se em gavetas —
cartas de amor nos seus
macios envelopes
risadas e conchinhas
a voz que fala sempre
no fundo da sonata
diletantes poemas
todos concordemente
citando o  coração
ladeado de flores
zéfiros sorridentes
(e os sabia chorosos).
As gavetas estufam
o que nelas se havia
adquire vida própria
um sitiado encanto
e expulsa da memória
de que participava
com escassa competência
eu, que leve o lembrava.
O conteúdo humano
desse ditoso espólio
palpita, e entretanto
— semicerrados olhos
agitar de cambraia —
invencível o sono
se engolfa na dolência.
Sono maior que o escuro
a corromper a luz
diuturna nostalgia
de um sonho, não sei mais
ao certo o que seria.
Coágulo sombrio
adensando-se em zona
fechada, onde me perco
neste mês-de-maria
pensando o que seria
de mim, no dissolvido
rumor que me povoa
sem conduzir à fala
da sempre poesia
sem revelar o muito
de amar que pretendia
antes de antes, não sei
ao certo o que seria.
Mas bem que perfazia
um circuito profundo
onde a primeira imagem
(início e ata finda)
que ainda se reflete
é a da jovem correndo
pela campina, soltos
cabelos, e as glicínias
a descer pelos ombros
prendendo-se na boca
primavera garrida
pelo azul florentino.
Na mão direita tinha
uma roseira viva
juritis entoavam
campestres ladainhas
e pela transparência
de sua carnação
via-se-lhe o coração
com um só nome gravado
a rubro, fulcro infenso.
Corria na campina
fantástica, e ainda
posso lembrar que em fuga
amava sempre, e ria.








FROTA, Lélia Coelho.  Brio.  Prefácio: Benedito Nunes.  Rio de Janeiro: Sette Letras, 1996. 100 p.   Ilustrações: Maria Leontina.  ISBN 85-85625-42-2   Col. A.M.



KAIPE

     a Walmir

Entrou
no hiperespaço
Alto de onda
          armou o salto.

Já não cabia
em camisa, carro, lençol, sala nem quarto.

Fiel
          à misericórdia
do jantar, da ópera, da mão escrevendo, de Cristo.

Emparedado por dentro
já não cabia no isto.

Fora, fora do filme
onde a vida
tentação estóica
pinga a conta-gotas do relógio.

Acelerava todo dia
as quatro pontes do coração
longe, longe do esbarro
que o rosto amado faz e desfaz ali
perto-da-pétala, onde respira.

Sem querer, viveu-se,
derramou-se do sangue. Preferiu
a estrela-guia do menino à sua frente
surfando entre baleias, alegria.



 
FROTA, Lélia Cordeiro.  Poesia Reunida   1956-2006.  Rio de Janeiro: Bem-Te-Vi, 2012.  526 p. 14,5x22,5 cm.  ISBN  978-85-88747-42-5  Prefácio geral de Heloisa Buarque de Holanda.  Poesia Lembrada, por Henriqueta Lisboa. Inclui: Quinze Poemas; Alados idílios; Caprichosos desacerto; Um Cordeiro, uma pomba  e uma fonte, Romance de Dom Beltrão; MENINO DEITADO EM ALFA: Apresentação Luiz Paulo Horta, Joia sofrida, por Otto Lara Resende  - Ar da alma (1975-1976), Alma e Pétalas (1972-1974). BRIO:  Ascese da linguagem, por Benedito Nunes – Brio. A pétala trincada, Dois até breves, Veneza de vista e ouvido, Duas palavras, por Alexandre Eulálio; POSFÁCIO: Improviso para Lélia, Armando Freits Filho, Bibliografia e Índice.  Capa dura revestida de tecido. Miolo em papel Polen Bold 90 g.  Design gráfico, capa e diagramação: Lúcia Nemer e Martuse Fornaciari.  Col. A.M.



AD USUM

O meu ofício é de palavras
que só estremecem ao rumor
do amor.

O meu ofício é de missão
secreta, sob a capa do ar:
lembrar.

O meu ofício desconhece
qualquer das formas de folgar:
sonhar?

No meu ofício é que se aprende
por dentro - terra e ultramar -
a olhar.

Sua alegria é de um minuto
e nada a pode compensar:
cantar.

Entre um minuto e outro perpassam
nuvens de tamanho esperar:
durar.

O meu ofício é de saber
morrer, de nas pedras gravar:
passar.

          (De Um Cordeiro, uma Pomba e uma Fonte)







ILDÁSIO TAVARES [12.084]

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Ildásio Tavares

Ildásio Tavares (Gongogi, 25 de enero de 1940 - Salvador, 31 de octubre de 2010) fue un poeta, novelista, dramaturgo, ensayista y compositor de Brasil. 

Bibliografía 

Poesía:

Somente um Canto (1968)
Imago, (1972)
Ditado, (1974)
O Canto do Homem Cotidiano, (1977)
Poemas Seletos, (1977)
Tapete do Tempo (1980)
A Ninfa (1993)
Odes brasileiras (1998)
Nove sonetos da Inconfidência (1999)
Flores do Caos, sonetos, (2008)

Traducción:

Jonathan Swift:O amor é um pássaro selvagem - 2004)

Novelas, cuentos y crónicas:

O Domador de Mulheres, Romance, (2003)
O amor é um pássaro selvagem, Contos, (2004)
Até que a morte os una, Novela, (2004)
Lídia de Oxum, Teatro, (2005)

Ensayos:

A Arte de Traduzir (1994)
Nossos colonizadores africanos, (1995)
Candomblés na Bahia (2000)




Extraídos de la
ANTOLOGÍA DE LA POESÍA BRASILEÑA
Org. y traducción de Xosé Lois García
Santiago de Compostela: Ediciones Laiovento, 2001



TU DUNA

arqueo de miel
         sobre lo blanco
coaduna
         este ardor que me brota
                            em el flanco
que provoca en mi cuerpo el arranque
el vibrar del pincel
em esta tela de miel,
caracol de papel
(allá en el fondo el anillo)
mar y cielo.

Tu duna.

Luz Oblíqua (1982-1988)






ESTAMOS

no somos,
               estamos;
                            tumulto-hongo

a la orilla del sol,
rasgo de espanto,
                            meta,
desespero—
                   estamos
no cumplimos,
                   no amamos,
                                      no criamos.
Ditado (1973)






TERCETOS

El deseo continúa
en el seno de otro deseo
uno es el otro, el otro es uno.

En el seno de otro deseo
el deseo se conforma
tigre es presa; presa es tigre.

Mi deseo permanece
en el seno de tu deseo
yo soy tú; tú eres yo.

Por el filo del deseo
es por lo que somos y no somos
sueño de todo en nada.







                        FP BRASIL 88

                   Navidad, en las calles calor.
                   En los hogares destrozados,
                   una frialdad sin color
                   congela dulces pasados.

                   Corazón sal al mundo.
                   ¡cómo ser solo es verdad!
                   En mí mismo me redundo:
                   de nada sirve la nostalgia.

                   Y cómo atrae y fascina
                   el presente que no sé,
                   visto detrás de la vitrina
                   de la tienda en que no entré.

                               Breviário (1988-1995)






TUA DUNA

arqueio de mel
         sobre o branco
coaduna
     este ardor que me brota
                            no flanco
que provoca em meu corpo o arranco—
o vibrar do pincel
nesta tela de mel,
caracol de papel
(lá no fundo o anel)
mar e céu.

Tua duna. 

            Luz Oblíqua (1982-1988)





ESTAMOS

não somos,
               estamos;
                            tumulto-cogumelo

à beira-sol,
rasgo de espanto,
                            meta,
desespero—
                   estamos
não cumprimos,
                   não amamos,
                                      não criamos.
         Ditado (1973)





TERCETOS

O desejo continua
no seio de outro desejo
um é o outro; o outro é um.

No seio de outro desejo
o desejo se conforma—
tigre é presa; presa é tigre.

Meu desejo permanece
no seio do teu desejo—
eu sou tu; e tu és eu.

Pelo gume do desejo
é que somos e não somos—
sonho de tudo em um nada.





FB BRASIL 88

Natal, nas ruas calor.
nos lares despedaçados,
uma frieza sem cor
congela doces passados.

Coração sai pelo mundo.
Como ser só é verdade!
Em mim mesmo me redundo:
de nada serve a saudade.

E como atrai e fascina
o presente que não sei,
visto detrás da vitrina
da loja em que não entrei. 

            Breviário (1988-1995)





Quando eu nasci, já recebi a cruz,
   plantada no caminho á minha espera,
   a projetar a sua sombra austera
   onde eu busquei sedento paz e luz

Quando eu nasci, já recebi Jesus
   como anúncio de dor e primavera.
   Mas era uma outra luz; uma outra esfera —
   meu caminho, não sei onde conduz.

Resta-me a cruz e a dura provação
   dos espinhos da vida, triste dança
   de enganos, dissabores, ilusão.

que penetram-me o peito feito lança
   e afastam a luz que a vista não alcança —
   numa só chaga pulsa o coração.





Canto de azul e de verde

Canto
        de azul e de verde e de verde e de azul
abertos ao deslumbre
                  dos olhos, 
        regaço
                 ao deslize do corpo.


Canto Leste, 
                 mais forte, 
Sudoeste, 
         meiguice
                 em salpico de ilhas
         e clareza de sol
Canto Leste, no entanto, leva os ventos à fonte, 
         da magia e mistério.
Sudoeste, cercado
                  de antigos tesouros, 
                                   dorme paz de almadias
                  caravelas saveiros, 
        e desperta em tumulto;
                                   motores e máquinas
                gargalhando ao passado —
Canto azul, verde azul, esteirado
                                  de branco, 
                espumado em silêncio
                                            ao fermoso das quilhas.





Canto do homem cotidiano

Eu canto o homem vulgar, desconhecido
Da imprensa, do sucesso, da evidência
O herói da rotina,
O rei do pijama,
O magnata
Do décimo terceiro mês,
O play-boy das mariposas
O imperador da contabilidade.

Esse que passa por mim
Que nunca vi outro assim.

Esse que toma cerveja
E cheira mal quando beija.

Esse que nunca é elegante
E fede a desodorante.

Esse que compra fiado
E paga sempre atrasado.

Esse que joga no bicho
E atira a pule no lixo.

Esse que sai no jornal
Por atropelo fatal.

Esse que vai ao cinema
Para esquecer seu problema.

Esse que tem aventuras
Dentro do beco às escuras.

Esse que ensina na escola
E sempre sofre da bola.

Esse que joga pelada
E é craque da canelada.

Esse que luta e se humilha
Pra casar bem sua filha.

Esse que agüenta o rojão
Pro filho ter instrução.

Esse que só se aposenta
Quando tem mais de setenta.

Esse que vejo na rua
Falando da ida a lua.

Eu canto esse mesmo, exatamente
Esse que sonhou em, mas nunca vai
Ser:
Acrobata,
Magnata,
Psiquiatra,
Diplomata,
Astronauta,
Aristocrata.
(É simplesmente democrata)
Almirante,
Traficante,
Viajante,
Caçador de
Elefante
(Vive só como aspirante)
Pintor, compositor
Senador, sabotador
Escritor ou Diretor
(É apenas sonhador)
Pistoleiro,
Costureiro,
Terrorista,
Vigarista
Delegado,
Deputado,
Galã na tela
Ou mesmo em telenovela, 
Marechal,
Industrial,
Presidente,
Onipotente,
(Ele é simplesmente gente) 
E, inconsciente marcha pela vida 
buscando no seu bairro
Na cidade lá do interior,
No escritório, consultório
No ginásio,
Na repartição,
Na rua, no mercado, em toda a parte 
Somente uma razão
Para poder dormir com a esperança 
E de manhã, na hora do encontro 
Com o espelho, ao fazer a barba, 
Ver o reflexo do campeão,

Mas que, na frustração cotidiana,
Vai encontrando aos poucos sua glória
Por isso eu canto a luta sem memória
Desse homem que perde, e não se ufana
De no rosário de derrotas várias
E de omissões, e condições precárias
Poder contar com uma só vitória
Que não se exprime nas mentiras tantas
Espirradas sem medo das gargantas
Mas sim no que ele vence sem saber
E não se orgulha, campeão na história
Da eterna luta de sobreviver.





CLÁUDIO MURILO LEAL [12.085]

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CLÁUDIO MURILO LEAL 

Nacido en Río de Janeiro, Brasil en 1937. Doctor en Letras y Maestría en Literatura Brasileña UFRJ. Fue profesor de la UFRJ; Universidad de Essex, Inglaterra; de la Universidad de Toulouse-Le Mirail-, Francia; Universidad de Brasilia (1971-1979, durante el cual colaboró ​​con periódicos y diario Correio Braziliense GMT); director del "Colegio Mayor Universitario" Casa de Brasil en Madrid. Presidente del PEN Club de Brasil.

Bibliografía:

Poemas;  Poemas; Novos Poemas; Fonte; Gesto Solidário; As Doze Horas; A Rosa Prática; A Musa Alienada; Poemas de Amor; Caderno de Proust (Prêmio Nacional de Poesia do Instituto Nacional do Livro, 1981); A Velhice de Ezra Pound; O Poeta Versus Maniqueu; Escrito en la Carne; Reflets; As Quatro Estações; Catarse; As Guerras Púnicas; Treze Bilhetes Suicidas; Módulos (antologia, Sette Letras); e Cinelândia. Tradutor da Antologia Poética, Carlos Drummond de Andrade, Espanha (1986); e organizador de Toda a Poesia de Machado de Assis, Record (2008).

“C.M. como o verdadeiro jovem poeta de que fala W. H. Auden “gosta de vagabundear com as palavras e ficar escutando o que elas dizem”. As principais qualidades  positivas de C.M. são esse genuíno encantamento pelas palavras e conotações e, mais, uma certa saúde, uma certa coragem, um certa alegria criadoras que são raras nos poetas de agora”. Mário Faustino

“A dicção poética de C.M. que já nos espantara em outro pequeno e anterior volume, se confirma em economia e vigor nos poemas de Novos Poemas.” Walmir Ayala





LLANTO POR MI PATRIA

         Traducción de Saúl Ibargoyen
         y Jorge Boccanera

Tierra del apocalipsis,
almas calcinadas,
venas abiertas y desesperación,
aliento perdido en los caminos,

Noches negras y niebla
de los días deshechos.
¿Dónde está la luz,
los cielos luminosos?

Sólo te resta sufrir
mi país desvalido,
Y a los poetas les resta el canto
estéril, la queja inútil.









FEDERICO GARCÍA LORCA

Água com farolitos
a água
Federico.

Lua nos olivais
a lua
Federico.

Laranjas de ouro
laranjas
Federico.

Gitanos que cantan
gitanos
Federico.

Tua alma traída
a tua alma
Federico.


II

Federico, aonde vais?
-— a Granada.

E a tua voz de jasmins?
— amordaçada
E tua fronte cigana
— assassinada.


III

Ante a lua comovida,
cobre-se a cela de nardos,
sexta-feira da Paixão,
véspera de teu Calvário.
Um tremor de inquietos pássaros
paira em teus olhos cerrados
e um lençol de pesadelos
sobre teu corpo deitado.
O pensamento repousa
num romanceiro gitano
mas nas ruas de Granada
percorre um frêmito estranho.

Um sino sem esperança
anuncia a madrugada.
Uma hora
(angústias e solidão)
duas horas
(as estrelas se escondem)
três horas
(cravos martirizados)
quatro horas
(a Morte afia os seus punhais)
cinco horas
(chora o regato e o rouxinol).
Levam-te por uma estrada
de espinhos e crocodilos
como uma pomba aprisionada,
às cinco horas da madrugada.
As Bestas galopando
às cinco horas da madrugada
em seu tropel de espantos
às cinco horas da madrugada.
E quando por ti perpassa
às cinco horas da madrugada
um calafrio de lâminas,
descerram-se todos os sudários
e os lírios se enrubescem
às cinco horas da madrugada.
Às cinco horas da madrugada!
Eram as cinco em todos relógios!
Eram as cinco nos campos de Granada!


VI

Federico assassinado
na branca arei de Espanha
é uma rosa andaluza
sobre lençóis de Holanda.
Seu sangue espalha no ar
Um leve olor de lavanda,
seus ossos se pulverizam
em estrelinhas de nácar
e um pranto entre os ciprestes,
poesia inacabada,
soluça os versos mozárabes
de um romance fantasma.
La guardia civil caminera
a Federico levava:
ela, fome de pantera,
ele, orgulho de prata,
ela, veias insensíveis
e olhos frios, sem alma,
apaga a luz das estrelas
no sangue da madrugada.
Mil pandeirinhos sossegam
os seus murmúrios de água.
Um anjo deita a cabeça
sobre uma alva almofada
e a Morte com dedos finos
toca a sua velha guitarra.
Por Málaga ou Córdoba,
ou por Sevilha ou Granada,

vagueia como sonâmbula
uma voz assassinada.


Extraídos da antologia 41 POETAS DO RIO, org. de Moacyr Félix. Rio de Janeiro: Funarte, 1998.  512 p. 





VAMPIROS

Asas de vampiro que morcegais
docemente meus negros ais,
vós, juntos, os dentes jamais

libertaram minh’alma da amargura,
o meu coração, a selva escura
em que ele vive. Sei que dura

pouco sermos, assim, humanos,
mas não é com o passar dos anos
que se apagam vozes e desenganos.

O consolo vem do verso antigo,
que me lambe como um cão amigo
e parece querer dialogar comigo.

Ainda bem há cães e morcegos,
uns velam-me os sonhos e os sossegos,
outros são inimigos: alados e cegos.






ETERNIDADE

Passem os anos, os dias, os minutos,
os segundos, os terceiros, os quartos,
cães, poetas, reis, madres e putos,
os planetas de gelo, lavas e quartzos.
Passem milagres de cristos, os escorbutos,
que limparam e mancharam os corpos fartos
de tanto pecar, comer, lançar eructos
na mesa redonda para mortes e partos.
Passem as paixões, as artes, os esconjuros,
e fique no pó dos incunábulos, lácteo,
apenas o pacto das promessas e dos juros
eternos, assim como o inferno e o látego.
Para todos os hojes, sempres e futuros,
a eternidade espera a ordem: “mateo-o”.







INFINITO

Algo que fosse essencial e íntimo,
o âmago, o cerne, a medula:
o sidéreo campo, imenso e ínfimo.
Filósofo que cria e especula
o sentir e os saberes, lídimo
representante do Gênio e da Azêmola.
Uns riem e dançam, acompanham o ritmo
do Teatro do Mundo, onde espetacula
a trupe de anões, sacristãos e cambonos.
Outros lêem Nobre e Anjos, Só e Eu,
feitos de ácido amniótico e carbonos.
Infinita ascese, recolhido gineceu,
mantido com drágeas e sonos,
espaço uterino sem o meu e o seu.







LOUCURA

O pão que o diabo amassou também se come,
nem tudo é hóstia, carne ou peixe;
o jejum alegra o faquir sempre que deixe
em suas entranhas o frenesi da fome;
quando seu corpo se torna um magro feixe
de ossos, uma louca vertigem consome
o sonho que vem e volta, vai e some,
sem que o peripatético quixote se queixe
do seu destino de cavaleiro andante.
O farnel é parco, a utopia é farta,
as visões simbólicas são as de Dante.
Na viagem, sem astrolábio ou carta,
o que era depois passa a ser antes
e o naipe do desvario não se descarta.







ANGÚSTIA

A floresta que na sibéria arde,
combustão expontânea, lenta agonia,
é o carvão com que escreve kirkegaard
a página cotidiana que vangloria
a vitória do sol negro, naquela tarde,
em que a angústia veio, e ele não sabia.
Veio do pó, pé ante pé, sem alarde,
e apagou o texto que se imprimia
no livro noruego. Os necrológios,
últimos remorsos e quimeras,
revertem as hastes de vãos relógios,
buscando as frias, subterrâneas eras,
onde estão guardados os despojos
que resistiram ao sortilégio e às feras.]





De
Cláudio Murilo Leal
As guerras púnicas.  
Prefácio de Carlos Nejar.
São Paulo: Massao  Ohno Editor, 1990.   
111 p.  Capa de Arcâgelo Ianelli.




SONETO ATLÂNTICO

A vulva de mar que me envolve,
válvula maré que mexe e goza,
leva meu sémen limpo e devolve
detritos de água ferruginosa.

No ventre atlântico se dissolve
o ritmo vai-e-vem de nossas vidas,
amor que sempre foge e sempre volve
às mesmas chegadas e partidas.

Beber, beber, beber, fel oceânico,
em meu corpo de volúpia e pânico,
sorver tuas espumas de ressaca.

Onda. Linfa. Aquática hemorragia.
Engolfas  meu corpo, suja baía:
e sou o braço de mar que te ataca.





CORPO E ALMA

Como uma pevide,
áspera matéria.
Mas seu duplo é luz,
forma única e etérea.

O corpo vai tranquilo,
a alma com medo.
Um terá seu asilo
a outra o segredo.

Incógnito cemitério
dúvida de fogo e céu.
Sou aquele que vai.
O que fica: sou eu?





De
A ROSA PRÁTICA
Rio: Aldeia, 1966


ESTE POEMA

Este poema é solidão,
É um vôo de ave no azul.
Este poema é saudade
Mansa, e corre pra o nada

Este poema é a lembrança
De um amor feito de bruma
E de tudo que resta dele:
 Um trigal de cinzas desoladas.

Este poema não é feito
De alegria, nem de aleluias.
Esse poema é um noturno canto:
Perde na manhã o seu encanto.





ANTIPOEMA DO ESQUECIMENTO

O longe se refrata
No espelho.

Um estilhaço
Rompe a bruma.

O esquecimento
É límpida manhã.






MÓBILE

Nas nuvens — desejos — 
Pássaros outonais
Azuis azulejos
Em finos metais

No vento o mistério
Caminha mais e mais
Alguém leva a sério
Os meus madrigais?

Na rosa dos ventos
Nos pontos cardiais
Meus pobres inventos
São seres reais.





LUDUS DO AMOR IMPOSSÍVEL

Este amor
Não e sim
Enterrou-se 
No jardim

Este amor
Sim e não
Abre em flor
De ilusão

Este amor
Não e não
Como chuva
De verão.






POETA, CANTA

O poema é ócio?
Perdida e puma
Em mar no cio?
Ou será alguma

Flor inodora,
Sonho, fastio?
Ou será agora
A fome e o frio?

Poeta, canta
O estrito mundo
Que te espanta,
Mesmo imundo.

O poema hoje
É guerra e grito.
Prepara na forja
Um canto infinito.




De
Cláudio Murilo Leal
13 bilhetes suicidas.  2 ed.  
Rio de Janeiro: Batel, 2009.   
47 p. ilus.  


“De um ponto de vista estritamente formal ou mesmo estilístico, os 13 bilhetes relevam por sua economia e concisão seja do prisma da linguagem, seja do ângulo das imagens e metáforas, às quais o autor recorre com notável parcimônia e senso de propriedade. Não há sobra nem abuso nesses poemas que se pretendem, acima de tudo, austeros e talvez algo lacônicos.” IVAN JUNQUEIRA



I

Riscar o fósforo:
o banho de gasolina
         sob chuveiro fatal.
Recordar a palavra,
flor de espinhos preservada
         entre recibos e entradas
de teatro.
Recordar o exato momento
         quando o telefone tocou
o minuto estagnado
         sem ponteiros no relógio.
Ninguém impede
a mão que acende o fogo;.
Depois, a notícia no jornal.



II

O áspero fio da faca
         não serve
para os seus desígnios.
Será gilete, estilete,
         o frio das agulhas.
Resgatar com o suicídio
         a palavra de cânfora
que oxidou todos os sóis
         da infância.
É preciso executar
         o rito terminal.
A luz, a lâmina,
nuvens sonolentas de mercúrio,
a pia, a privada, o bidê,
a banheira ensanguentada.

(...)


Os 13 bilhetes de Cláudio Murilo Leal formam um continuum dramático, dilacerante, numa economia de palavras contradizendo a vertiginosa profusão de imagens e sensações que levam o leitor ao (próprio) suicídio. Emocionante. Quem não suicidou alguma vez?”  ANTONIO MIRANDA



De
Cláudio Murilo Leal
MÓDULOS  
Rio de Janeiro: Sette Letras, 1998.  299 p



20 de abril

No princípio, a vida, o pólen,
espermatozóides kamikazes,
corações ao alto, orai, orai.
Aqui, no asfalto, as fezes.

Renascer das cinzas, da droga,
dos chopes elétricos, fénix.
Sair desse hospício, da noite,
sol em catarse, em zênit.

Ver a luz, a folha, Sábado
de Aleluia, céu ( vermelho).
Subir como um zeppelin,
longe do alcance das baterias
antiaéreas. A vida: primavera.
Gérmens, bactérias, genes
embalsamam o Corpo.





Vida morta

Alameda sem fim,
beco sem saída,
caminho de mim a mim
mas não descubro a vida.

Apesar de querer, não consigo,
o presente já é passado
e nunca encontro comigo
na esquina, no espelho quebrado.

Se fujo, carrego-me junto,
se enfrento, me abandono,
a ficção não serve de assunto,
a realidade morre de sono.



De
Cláudio Murilo Leal
Cinelândia
Rio de Janeiro: Sette Letras, 2002. 61 p.  


De Antonio Miranda para Cláudio Murilo Leal:       
a Cinelândia foi também o cenário de boa parte de minha juventude. Antes e depois da demolição do Monroe, e de minhas crenças e convicções políticas... Comecei meus estudos universitários nos porões da Biblioteca Nacional e voltei a ela, na condição de assessor, depois de andar, tal como você, meu caro poeta, por muitos países. Antes de recolher-me, uma vez mais, nas alturas planaltinas de Brasília.

Agradeço o envio de seus livros, e celebro esta peça onírica e memorialista, entre verdades e invenções, com personagens que assistimos nos escombros. E aqui vai um fragmento de seu livro para os nossos internautas:



GRAN FINALE

 O dia vinha chegando  ao seu ocaso de cores,
a púrpura do sol em tons de aquarela
se esvaía, como veias abertas, nas dores
das lâminas rubras e amarelas.
Os cadáveres desafiavam a eternidade,
esperando que alguém viesse recolhê-los.
Fevereiro incendiava o vento
que fustigava as fantasias, as armas, os cabelos
ensanguentados dos pretendentes.
                            Memento moris.

Alguns foliões vão se aproximando
e espiam, curiosos, pela porta,
enquanto os ritmistas estão chorando,
despedindo-se da quarta-feira morta.



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