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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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RUBÉN SADA [19.862]

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RUBÉN SADA

Escritor de poesía en castellano. Editor y redactor, fundó en enero del año 2010 su propio emprendimiento editorial que denominó "EDICIONES INDEPENDIENTES RUBÉN SADA".

Nació en la Rep. Argentina, el 16/09/1960. Reside actualmente en su lugar nativo, Quilmes. De personalidad romántico, decidido, emprendedor, culto, muy trabajador e hiperactivo, comenzó a escribir poesía a los 11 años de edad en la escuela primaria de Quilmes Oeste, en 1971. Aunque no posee estudios terciarios que avalen su carrera literaria, asegura que escribe desde el corazón, desde los sentimientos, utilizando vivencias cotidianas que transmite a los demás mediante versos. A la edad de 17 años escribió varios poemas de amor romántico (1977).

Luego a los 18 años de edad fue detenido y puesto en prisión durante casi 4 años por negarse a rendir el servicio militar obligatorio, (argumentando la objeción de conciencia por convicción religioso-pacifista) en medio de los preparativos argentinos para lo que sería la guerra contra Chile por las 3 islas del Canal de Beagle, situación que nunca se llegó a concretar. En esos casi 4 años de prisión aprovechó su tiempo libre para escribir y leer mucho. Allí mismo, dentro de la Prisión Militar, compuso poesías que guardó celosamente durante 25 años y que hace un tiempo ha decidido sacar a la luz, publicando estos escritos en Internet. La respuesta obtenida así por sus lectores, lo alienta hoy a seguir compartiendo esta pasión por las letras y el arte de la poesía con ellos, a quienes está muy agradecido. Sus poemas dan la vuelta al mundo como consecuencia de esta difusión, mediante su sitio Web “POEMAS POESÍAS VERSOS RIMAS” , que continúa en constante crecimiento. Todos sus trabajos están registrados legalmente en la Dirección Nacional de Derechos del Autor. 

Es socio de la SADE, Sociedad Argentina de Escritores. 

Expresa sus ideas respetuosamente mediante la poesía, siendo su único compromiso innegociable con la vida, la paz, la justicia y la verdad.

En Noviembre de 2008 ha producido, auspiciado y conducido el PRIMER RECITAL DE POESÍA ECOLÓGICA DE ARGENTINA, en QUILMES, con la participación de una treintena de escritores y poetas de la zona, además del apoyo de la Dirección del Medio Ambiente de la Municipalidad de Quilmes, y la ONG ambientalista Conciencia Solidaria, un evento sin precedentes en la historia de la poesía en Quilmes, que se tituló RECITANDO POR UN SUEÑO ECOLÓGICO. 

En el mismo, ha entregado cuantiosos premios como estímulo al talento de los participantes, además de plantar un árbol como corolario del evento, junto al poeta y cantor ecologista Oscar Tacho Soto, también de Quilmes.

En el género de la poesía, ha participado en numerosas comunidades de escritores en Internet y en infinidad de Encuentros Literarios de Capital Federal y Gran Buenos Aires, difundiendo  desinteresadamente sus trabajos, con el objetivo de dar a conocer su poesía, por lo que agradece haber recibido ya más de 100 premios de diversas categorías en cuantiosas entidades literarias.

En la actualidad está participando activamente en varios Encuentros Culturales de los partidos de Quilmes, Avellaneda, Berazategui, Lanús, Florencio Varela y Capital Federal, y está siendo invitado a varias audiciones de radios de la zona, para difundir su obra, que también se ha leído en una televisora privada de España. Es ampliamente conocida su vocación por la poesía ecológica, llegando a estar uno de sus famosos poemas ambientalistas titulado LLAMAMIENTO INTERNACIONAL A PLANTAR UN ÁRBOL, en la página del Control del Medio Ambiente de las Naciones Unidas. 

OBRAS LITERARIAS:

Abril de 2008 : Presentó un Compact Disk de promoción, con 22 poemas recitados, combinados con música de fondo, titulado "INCREÍBLEMENTE BELLA."
Noviembre de 2008 : Productor y conductor del 1º RECITAL DE POESÍA ECOLÓGICA DE ARGENTINA.
Diciembre de 2008 : Publicación en la Antología de Poetas titulada "COMPENETRADOS," (ISBN 978-987-24545-2-4) de Editorial Jarmat, coordinada por la poeta de Avellaneda Elba Regina García con sus obras tituladas "Calefacción a cariño", "El prisma del enamorado", "Lo que el viento nunca me llevó" y "Por qué escribo". 
Enero de 2009 : Presentó su primer libro de poesías impreso, titulado "INCREÍBLEMENTE BELLA," (ISBN 978-987-05-5692-3) una colección de 104 poemas de varios géneros, auto editados en un hermoso ejemplar de 128 páginas, y confeccionado por él mismo, en materiales económicos, logrando así un abaratamiento de costos y la omisión de intermediarios.  De esta manera, se convirtió también en autoeditor de libros de bajo precio y tirada, encuadernados en papel. 
Marzo de 2009 : Autoeditó su segundo libro, de poesía erótica, titulado "SENSUALMENTE ATRACTIVA" (ISBN 978-987-05-6245-0) con 59 poesías del género erotismo y sensualidad, nuevamente logrando un hermoso ejemplar de 128 páginas, para llegar con facilidad y economía a sus lectores. 
Marzo de 2009 : Publicación en la Antología de Poetas de Avellaneda titulada "CON PLUMA DE POETA" (ISBN 978-987-24545-5-5) de Editorial Jarmat, coordinada por la escritora LILIANA ELISA GARCÍA MOJARDÍN. 
Abril de 2009 : Participó en la "ANTOLOGÍA DE CUENTO CORTO 2009" del V ENCUENTRO NACIONAL DE NARRATIVA en BIALETT MASSÉ, a cargo de la escritora Daniela Selene Lorenzini, de Córdoba, con su primer cuento titulado "El Hueso." En la presentación de dicha antología, realizó un mini-recital de 7 canciones en las sierras cordobesas.
Abril de 2009 : Intervino por primera vez en la FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BUENOS AIRES, con sus dos primeros títulos publicados. 
Mayo de 2009 : Participó en la Antología "ARTE POR EL ESPÍRITU" publicada por la Editorial de la Municipalidad de Florencio Varela, que organizaron: ECA - Espacio de Cultura y Arte de Florencio Varela, AMOA - Amigos de Mokichi Okada Asociación de Florencio Varela, y CLV - Círculo Literario Varelense, bajo la coordinación de Cris Vazquez, quienes reunieron a unos 47 artistas, entre poetas y pintores, para crear un fantástico libro de poesía visual que combinó el arte, la poesía, y la espiritualidad. Allí se incluyó su obra "La multiplicación del paraíso".
Septiembre de 2009 : Publicó su tercer libro impreso titulado "ASOMBROSAMENTE HERMOSA", (ISBN 978-987-05-6759-2) nuevamente una auto-edición de 160 páginas con 117 poemas, entre las que se encuentran unos 20 trabajos de poesía ecológica, completando así la trilogía de literatura en homenaje a la poesía y la mujer, y lo presentó oficialmente en la Feria del Libro LIBRARTE 2009 del Municipio de Berazategui. 
Octubre de 2009 : Participó en la Antología de Poetas de Avellaneda titulada "VER CON CLARIDAD" de Editorial Jarmat, iniciativa de Elba Regina García que reunió a unos 40 escritores de Avellaneda y alrededores, mediante la poesía y la narrativa.
Diciembre de 2009 : Participó en la Antología "POR QUÉ ESCRIBO" de los escritores de SADE Lanús y alrededores, autoeditando un hermoso ejemplar ilustrado de trabajos que reunieron a 31 escritores de destacada trayectoria, a cargo de Felisa Fernández Alberté, destacada líder cultural de Lanús.
Enero de 2010 : Participó en la Antología "FLORES NEGRAS EN CONTACTO" - de LEO Ediciones Artesanales, iniciativa de la poeta María Rosa León, de Carmen de Patagones, Buenos Aires.
Enero de 2010 : Su poema RECITANDO POR UN SUEÑO (ECOLÓGICO) fue publicado en un libro escolar de Chile, de 3º grado primario. Ver aquí.
Febrero de 2010 : Fue votado por el público y un jurado, resultando en la posición Nº 24 entre 10.000 que se postularon para estar entre los "Mejores y más Populares Artistas Creativos de 2009" en el Rubro LITERATURA FILOSOFÍA Y PERIODISMO por la Plataforma Multicultural TALENT SEEKERS, como claramente se puede ver en el LISTADO DE GANADORES que se halla en EL SITIO WEB.
Marzo de 2010 : Publicó su cuarto libro impreso titulado "EL LIBRO DE ORO DE RUBÉN SADA", un compendio en 160 páginas, de todos sus trabajos de poesía social, política, psicológica, bizarra, ecológica, y humorística, intentando manifestar que se puede hablar de cualquier tema, con la maravillosa forma de la poesía rimada. ISBN 978-987-25625-4-0
Marzo de 2010 : Participación y edición de la Antología I "SABOR ARTÍSTICO," una obra de altísima calidad y con cuadros en colores, que reunió a 22 escritores de varios países, como Argentina, España, México, Italia y Uruguay, todos pertenecientes al foro del mismo nombre que lidera Eduardo Cortese de Buenos Aires. 
Marzo de 2010 : Recibió el Segundo Premio en el CONCURSO MICRORELATOS del portal MINIFICCIONES por su relato en 200 palabras "ELISA", una conmovedora historia basada en un hecho real.
Julio de 2010 : Publicó la “ANTOLOGÍA SUEÑO ECOLÓGICO”, un libro de 192 páginas ilustradas a todo color, coordinando la publicación de las obras literarias ecologistas de 58 autores de 6 países, a favor del cuidado del medio ambiente y la ecología. El libro constituyó el punto de partida de una trilogía de libros ecologistas que se publicarían en los próximos años, llevando un mensaje de vida,  esperanza y acción ecológica al mundo. Además, contuvo las obras literarias presentadas en el Primer Recital de Poesía Ecológica de Argentina, ocurrido el 15/11/2008. ISBN 978-987-1748-01-3.
Julio de 2010 : Participó con su poema titulado "Mea culpa compartida" en la Antología "UNA LUZ EN LA OSCURIDAD" iniciativa de Elba Regina García, de Avellaneda. ISBN 978-987-1705-02-3
Octubre de 2010 : Participó en la Antología Nº4 del GRUPO LITERARIO ALMAFUERTE, en el certamen de poesía Almafuerte 2008 (Partido de Berazategui-Prov. de Buenos Aires) con su poema de amor erótico titulado "Escaner".
Noviembre de 2010 : Participó en la Antología "EL SABOR DE LAS PALABRAS" con sus obras "La muerte no me divierte", "El hombre embarazado", "Atardeceres eternos" y "Papá del corazón", libro autoeditado por el Foro "Sabor artístico".
Febrero de 2011 : Intervino en la Antología de escritores de MIRAMAR, titulada "FIESTA DE LAS LETRAS", presentada en dicha ciudad costera junto a destacados artistas plásticos y escritores de la provincia de Buenos Aires, participando como invitado por la coordinadora y líder escritora María Felisa Fernández Alberté, en el DESCANSO DEL ESCRITOR de MIRAMAR.
Abril de 2011 : El último domingo, recibió con gratitud otro premio, en el 6º Certamen de Poesía del Grupo Almafuerte en Berazategui, por su poema "EL ALPINISTA" siendo galardonado con el 3º Premio, diploma y medalla, por el jurado interviniente, presente en el evento.
Mayo de 2011 : Publicó su quinto libro, titulado "SÓLO PARA ELLA", siendo el primer libro de poesías con imágenes en 3D - (3ª Dimensión o "Anaglifos"), colección de 120 de sus poesías, hermosamente ilustradas con 50 imágenes que dan la sensación de profundidad al verlas con un par de gafas 3D, que además vienieron incluidas con ese libro. ISBN 978-987-1748-25-9
Junio de 2011 : Participó en la Antología "MISIÓN CUMPLIDA", la 10ª que organizó la poeta Elba Regina García de Avellaneda, Buenos Aires, mediante Editorial Jarmat, junto a destacados escritores y poetas de Buenos Aires, con su obra "El frontón del amor". ISBN 978-987-1705-07-8
Julio de 2011 : Participación en la Antología "JUNTOS POR UN CAMINO" coordinada por el Círculo Literario Varelense, junto a 70 escritores. Fue presentada el 21/07/2011 en la Casa de la Cultura de Florencio Varela. ISBN 978-987-1748-35-8.
Septiembre de 2011 : Publicación en la Antología Nº5 del GRUPO LITERARIO ALMAFUERTE, por su "3º Premio" en el certamen de poesía Almafuerte 2009 (Municipio de Berazategui-Prov. de Buenos Aires) con su poema erótico titulado "El alpinista". Además, en este mismo libro se publicaron sus obras tituladas "La cigüeña está en París", "Remedio para el insomnio" y "El sincericidio". ISBN 978-987-26352-2-0
Octubre de 2011 : Coordinó la Antología "Despertar Ecológico", un libro en el que 50 escritores de varias partes del mundo, declamaron su reclamo en cuanto a la defensa del medio ambiente. El libro, hermosamente ilustrado, contiene 124 páginas repletas de obras en defensa de la ecología y las obras presentadas en el I RECITAL DE POESÍA ECOLÓGICA de 2008.
Diciembre de 2011 : Fue premiado por la SADE LANÚS (Sociedad Argentina de Escritores, Filial Lanús) por su poema "El sincericidio" con una hermosa medalla de bronce, que logra que los premios recibidos por poemas, se eleven a más de 90 a través de su trayectoria literaria.
Diciembre de 2011 : Publicación de su poema titulado "Camino de los cerezos" en la Antología "Apostando a la vida" , la 11ª que organizó la poeta Elba Regina García de Avellaneda, Buenos Aires, mediante Editorial Jarmat, junto a destacados escritores y poetas del conurbano de bonaerense. ISBN 978-987-1705-10-8 .
Enero de 2012 : Participación en la Antología "Literatura del silencio" (ISBN 978-987-1748-57-0) publicada por SADE Lanús, dirigida por Felisa Fernández Alberté, con sus poemas: "Todo acaba", "Necesito tu palabra", "El silencio, melodía de las tragedias", "Utópica paz", "Ruidos molestos", "Moriré al lado del teléfono", "El piano solo" y "El sincericidio", poema premiado en dicha institución".  
Abril de 2012 : Publicó su sexto libro impreso titulado "OCTONARIOS " , siendo el primer libro de poemas en castellano en el mundo, al que se le incorporó el CÓDIGO QR, con el objetivo de que fácilmente se pudieran copiar y reenviar los poemas y así difundirlos. El libro contiene 64 poemas hexadecasílabos de su autoría. http://octonarios.com  ISBN 978-987-1748-66-2
Agosto de 2012 : Publicó tres de sus obras referidas a la libertad tituladas "Santa puerta", "El paredón" y su célebre "Libre" en la Antología 2012 del Círculo Literario Varelense en homenaje a Guillermo Enrique Hudson que se llamó "La tranquera está abierta", junto a 70 escritores de Buenos Aires. ISBN 978-987-1748-88-4 .
Septiembre de 2012 : Publicó su séptimo libro impreso titulado " DESOPILANCIA SONRISADA " escribiendo como coautor junto al escritor Carlos A. Sorini, de Quilmes. El libro de 136 páginas está repleto de textos humorísticos, dando énfasis en el valor terapéutico del humor sano y la risa.  ISBN 978-987-1748-87-7
Octubre de 2012 : Premio "Mención de honor" en el Concurso de Verano 2012 del Grupo Literario Almafuerte de Berazategui, recibiendo en la Feria del Libro "LIBRARTE 2012" dicho galardón por su obra poética "Eulogia Tapia, una mujer" que fuera dedicada a todas las mujeres en su día, en marzo del citado año.
Octubre de 2012 : Participación en la "Antología homenaje a Carlitos Montenegro" coordinada por Marga Mangione de Berazategui, con el soneto "A Carlitos Montenegro". ISBN 978-987-1748-93-8
Octubre de 2012 : Participación en la "Antología VI Duendes del sur" del Grupo Literario Almafuerte Berazategui (ISBN 978-987-26352-7-5) con sus obras "Libre", "El final de mi carrera" y "Déjame hacerte click".
Noviembre de 2012 : Participó en la Antología "LOS CINCO SENTIDOS" (ISBN 978-987-1748-97-6) coordinada por Leticia Corsiforti, en Quilmes Oeste, Buenos Aires, sumando así más de 20 libros en los que co-participó como autor. Los poemas publicados allí fueron: "A puertas cerradas", "Ahora que volviste", "No me apuntes con tu F.A.L., soldado", "Lee" y "La poesía es arte y cultura".
Diciembre de 2012 : Publicó su canción "Sólo un momento". http://www.goear.com/listen/eb1dd5a/solo-un-momento-ruben-sada-markus-schroder
Abril de 2013 : Cofundador del Primer Congreso Internacional Ecológico Literario de Pehuajó, junto a los conductores  del multitudinario evento y fundadores del programa "Y volverán a ser árboles", Sr. Esteban Fauret y Sra. Isabel Daibes.
Abril de 2013 : Presentó su tercera Antología Ecológica titulada "QUEHACER ECOLÓGICO" donde participaron 58 autores bajo la cosigna "qué hacer" para frenar la contaminación del medio ambiente y ayudar a la Tierra a purificarse de los daños de la depredación actual. Tapa del libro QUEHACER ECOLÓGICO: Clik aquí.
28 de Abril de 2013 : Su poema "Y de repente" fue premiado en el Concurso de  Poesía y Narrativa 2013 de la Sociedad Argentina de Escritores - SADE Filial Bernal Quilmes.
Septiembre de 2013 : Publicó nuevamente en la Antología Nº VII del Grupo Almafuerte de Berazategui, una obra literaria anual en la que ya había participado en cuatro años consecutivos, compartiendo páginas con destacados autores zonales, con sus sonetos titulados "En defensa de la rima" y "¡Cuánto agradezco el saber", además del poema "Todos los días uno". ISBN 978-987-29961-6-1.
14 de Octubre de 2013 : Obtuvo dos premios importantes en el Certamen de Verano del Grupo Almafuerte, Secretaría de Cultura y Educación del Municipio de Berazategui. Se trata de los poemas "Cómo le habremos de pedir perdón" a Gaia y su "Apóstrofe al dictador".  http://premios-rubensada.blogspot.com.ar/
Diciembre de 2013 : Recibió el "2º Premio" en el Concurso de Cuentos 2013 del BANFIELD TEATRO ENSAMBLE, publicándose así su cuento corto titulado "Escalones del medio" en la "Antología V" de esta entidad. ISBN 978-987-1991-12-9 
Diciembre de 2013 : Publicó su octavo libro titulado: "POESÍA ANTISISTEMA". Fue una colección de 95 poemas de fuerte tono político y social, reunidos en 144 páginas y su tapa está ilustrada por Delia Arjona. ISBN 978-987-704-014-2
Febrero de 2014 : Su soneto "El piano solo" fue leído en un programa de televisión de Colombia. (Vídeo y letra aquí: http://rubensada.blogspot.com.ar/2009/02/el-piano-solo.html
Marzo de 2014 : Participó en la "Antología Soplos del Sur 2014" coordinada por la escritora Graciela Lerici, para la SADE SUR BONAERENSE DELEGACIÓN BERNAL-QUILMES. En la misma se publicó su poema "Y de repente" ganador del premio MENCIÓN ESPECIAL en el "Concurso El Primer Amor" de poesía y narrativa 2014, entregado por la SOCIEDAD ARGENTINA DE ESCRITORES. ISBN 978-987-1705-40-5
Marzo de 2014 : Su poema titulado "Pacto fallido" fue premiado con la publicación sin costo, en la "Antología Letras del Face 4" por Editorial Dunken, de Buenos Aires. ISBN 978-987-02-7362-2
Abril de 2014 : Participó en la "ANTOLOGÍA SINFONÍA OTOÑAL" coordinada por la poeta Natacha Mell para la  Sociedad Argentina de Escritores SADE SURBONAERENSE, e impresa en tiempo récord por la CASA DE LA MONEDA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA, con su poema "Pacto fallido".
Abril de 2014 : Participó en la "ANTOLOGÍA DE CUENTOS Y RELATOS - TOMO 2" publicada por la Sociedad Argentina de Escritores SADE Central, con su cuento "Escalones del medio".
Septiembre de 2014 : Publicó la SEGUNDA EDICIÓN de su octavo libro "POESÍA ANTISISTEMA". (ISBN 978-987-704-037-1) con 117 poemas y 176 páginas, agregando material a la primera edición.
Noviembre de 2014 : Publicación de su noveno libro titulado "EN 14 VERSOS - SONETOS",  (ISBN 978-987-704-048-7) en el que se incluyeron 115 sonetos luego de una breve reseña histórica de este género lírico que viene cautivando al mundo literario desde hace 8 siglos. 
Su poema AL HOMBRE DE CAMPO fue publicado en un libro escolar del Ministerio de Educación de Chile, con tareas escolares didácticas. Ver aquí la tapa. Ver aquí la pág. 98.
Octubre de 2015 : Participación en la Antología "Como una flor" (ISBN 978-987-704-083-8) publicada por SADE Lanús, con sus obras poéticas "Como una flor" y "Polinización". 
Noviembre de 2015: Publicación de su décimo libro titulado: "De diez: Floreos, contrapuntos y décimas enriquecidas" (ISBN 978-987-704-085-2) 
Diciembre de 2015: Antologado en el libro "Nuevos horizontes", Antología de la Sociedad Argentina de Escritores SADE SURBONAERENSE 2015, ISBN 978-987-3718-16-8.





INCREÍBLEMENTE BELLA

Ella es increíblemente bella, 
qué inmensamente feliz me hace tenerla,
te la voy a describir porque es perfecta,
lee atentamente si quieres conocerla.

Ella se inspira con la primavera, 
en mí ha dejado gruesas huellas,
no aguanto mucho tiempo su ausencia
y conozco su más profunda esencia.

Ella rompió de mi mente las cadenas, 
y al mismo tiempo la tengo presa.
Sus grilletes mis manos encadenan.
Hace mucho estoy confinado a su celda.

Cuando mis sueños despegan de la tierra, 
mi mente todo el día en ella piensa.
Estoy sentado a su lado en la mesa,
y de noche conmigo se acuesta.

Su inocencia es la de una doncella, 
su enseñanza es la mejor maestra.
Ella es armoniosa, de sabias letras,
empieza suavecita, termina con fuerza.

Ella es valiente como una guerrera, 
puede expresar alegrías y penas,
y su música es la de una sirena;
ella es sublime como las estrellas.

Cuando estoy muy nervioso me serena, 
imprescindible en mi vida su presencia.
¿Cómo haré si no puedo tenerla?
Si es como la sangre que corre por mis venas.

Ella estará aquí cuando yo deje la tierra, 
y hasta mi cuerpo quizás desaparezca,
pero mi corazón quedará con ella,
y cuidará de mis hijos como herencia.

Ella es increíblemente bella 
ya te habrás dado cuenta quién es ella,
no haría falta decirte, amigo poeta,
que LA POESÍA es increíblemente bella.



SOY EL FRUTO DE TU FLOR 

(Décimas honrando a la madre)

En mi verso se aglutina
mi más sensible homenaje,
para ti, madre coraje,
fuerte, bella y cristalina.
Madre tierna, flor divina,
en diestro hogar, la mejor,
aquí te brindo mi amor
sin disfraz falso ni máscara,
pues debajo de mi cáscara
soy el fruto de tu flor.

Recibe, madre, mi afecto
que desde mi esencia brota,
con la más sincera nota
de mi canto predilecto.
Perdóname algún defecto,
te lo pido, por favor,
que este fruto y su dulzor
te haga en el alma cosquillas,
porque tengo en mí semillas
de tu fructífera flor.

Para ti, madre columna
de un templo en el que soy prole,
ejemplo que es una mole,
del que mi senda es alumna.
Mi camino se encolumna
en tu sembrar mostrador,
y quiero ser sembrador
imitando así tu aporte,
porque me has marcado el norte:
¡Soy semilla de tu flor!

Que este homenaje circule
por tus genes subcutáneos,
mi respeto es espontáneo
y hace que yo lo formule.
Tal vez, madre, te titule
con todo mi gran fervor:
“Alborada de mi albor”,
“Creadora de mi legajo”,
pues soy de tu planta un gajo:
“¡Yo soy fruto de tu flor!”

Homenaje a mi madre, a 39 años de su partida.



TE LLEVO EN MÍ

Tu olor llevo impregnado en mi garganta
y tu sabor se infiltra hasta en mis poros.
Tus cabellos me entonan dulces coros,
tu sonrisa es la vida que me canta.

Llevo el sol de tu néctar, que me encanta,
y el sopor de tus sueños tan sonoros,
Y es el cielo, tu pecho que enamoro
y tus manos, que abrigan como manta.

Este inmenso amor, hoy se agiganta,
transitando el camino de la vida
cada mañana en que el sol se levanta.

Y en el centro de mi alma en la que anidas
hay toneladas de tu esencia, tanta,
que alcanzan para el resto de mis días. 



EL ALPINISTA

Si logro “escalar” hasta tu ser
llegando a tu mente allá en la cima,
serás mi premio a recoger,
mi amado galardón, y prima.

Comienzo aferrándome a tus pies,
besando hasta su huella con cosquillas.
Tu alma se moja de placer,
de abajo hasta tu pantorrilla.

Esculpo tus piernas con cincel,
columnas de marfi l, que maravillan,
con roces que envuelven cual dosel,
y manos que abrochan como hebillas.

Tu vientre es un panal de miel
que gota a gota sorbo en cucharillas.
Tu ombligo, un perfecto redondel
que espera impaciente la semilla.

Tu espalda, llanura de oropel,
pista donde mi vuelo aterriza.
Tus pechos, cojines del Edén,
asoman de tu torso, cual cornisa.

Y sigo escalándote después...
el bello corazón que te palpita,
y galopa en respuesta a tu placer,
siguiendo a la meta que me incita.

Ya llego a tu cuello en desnudez,
y brota de él piel de gallina.
Tu boca clama a gritos con sed,
y auxilio esas ansias con la mía.

Color de atardecer hay en tu tez,
tu olfato poro a poro me respira,
y ruego a tus ojos que me den
miradas que a los míos encandilan.

Si llego a tu mente de mujer,
serás mi premio y mi conquista.
Mi mástil en tu sima clavaré,
y seré sólo por ti “el alpinista.”

Publicado en el libro “Sólo para ella – Poesía en 3D”
Premiado en 6º Concurso de Poesía del Grupo Almafuerte de Berazategui Año 2011.



AHORA QUE VOLVISTE

“No sé si ya lo sabrás, lloré cuando vos te fuiste,
 no sé para qué volviste, qué mal me hace recordar.”
Zamba para olvidar - Facundo Toro.

Ahora que tú volviste con este amor reciclado,
tal vez ni cuenta te diste que yo seguí enamorado
de ti, mas cuando te fuiste mi mundo se vino abajo,
y mi corazón heriste, partiendo mi alma en pedazos.

Por ti mi alma se desviste hasta quedar en andrajos,
y mis ojos cabizbajos no pudieron ver el cielo,
esperando que este duelo sea una falsa quimera,
¡pero hoy terminó el invierno y volvió la primavera!

Ahora que has vuelto, amor, todo el tiempo que perdiste
puso mi espíritu triste y me he sentido tan solo,
congelado hasta los huesos por el crudo frío del polo
de la falta de tus besos y de todo lo que en ti existe.

¿Cómo es que pensar pudiste que yo me alzaría en vuelo?
Si al caminar en tu suelo nunca aprendí a usar las alas,
y al anclarme en esta jaula existí preso del miedo,
y acompañé tus desvelos aún en épocas malas.

Ahora que regresaste y se me hace hermosa la vida,
se cicatriza la herida causada por el desgaste.
De tus caricias yo bebo degustando sorbo a sorbo,
resucitando este morbo de tocarte con mis dedos. 

Gracias, amor, que volviste al bastión de nuestra playa,
luego de andar volando sin rumbo en un mar canalla.
Ha vuelto tu golondrina al nido que es nuestro mundo
y nuestro amor más fecundo revivirá entre las ruinas.

Ahora que has vuelto, mujer, y no es mentira mi queja,
que la poesía que inspiras tiene el más grato sabor
de pasión inconfundible, que entre las manos proclama
que es verdad cuando se ama y el amor es invencible.

Y ahora que has regresado fija en mis ojos tu vista,
y el síndrome masoquista de no estar entre mis brazos
del paso se nos retira para nunca más dejarnos,
y nunca más alejarnos el resto de nuestras vidas.

Publicado en el libro “Octonarios“





PASEANDO SOLO EN EL DELTA

Es otoño, pero el día destila la primavera
recordando a la musa que se fue de mi planeta.
Está ideal compartir momentos bellos, vivencias,
disfrutar el viaje al sol es magnífica experiencia.

Entonces decido hacer un paseo por el Delta
desenchufarme los números y poder escribir letras.
Y es mi gran inspiración este paisaje de vuelta,
y mientras voy disfrutando me inspiro en este poema.

Los sauces lloran a orillas, a ambos costados del río,
como lloro yo este día en que extraño a mi amorío.
La corriente que me impulsa en una cruel dirección,
mi insociable corazón, adonde va ya no pulsa.

El sol resplandece y hace brillo en el cauce del agua
haciendo honor a su nombre: el gran “Río de la Plata.”
Las olas mecen de un lado a otro lado esta barca
y una emoción maravillosa me invade el alma, me atrapa.

¡Qué hermoso es el recorrido! Puedo la vida disfrutar,
y de este paisaje magnífico desde aquí, del catamarán.
Gente amable me saluda desde otro barco al pasar
pues estas islas conforman un pequeño mundo de paz.

Admirar esto tan bello me hace expresar gratitud...
¡esto sí que es buena vida, natural en plenitud!...
Disfruté un bello día de esplendor y juventud,

Hoy lo tuve casi todo... sólo me faltaste tú.



DÉJAME HACERTE CLICK

Quiero ser el que haga click en tu vida y en tu alma,
déjame hacerte feliz, darle mi mano a tu palma.
Soy como el software que entiende tu QR y tus barras
y tus códigos ocultos en tus gestos y palabras.

Quiero hacer click en tus labios, en tu sonrisa de hada 
el que se traga el sabor de tus besos cuando amas,
descodificar tus piernas y caderas cuando andas,
descifrar qué es lo que sientes cuando te sientes amada.

Quiero ser el que interprete las lunas de tu mirada,
porque me gustas así, femenina y agraciada.
¡Cuánto quiero deducir lo que tu deseo guarda,
traducir a sentimientos el vaivén hasta que ardas!

Déjame seleccionar con ‘Control E’ tu programa,
y con ‘Control C’ copiar tu superficie curvada.
Pegaré con ‘Control V’ una simiente en tu hardware,
una réplica de mí que será efecto a tu causa.

Quiero ser el que hace click en tu cuerpo y en tu alma,
en el ‘punto exe’ exacto en el que explota tu calma.
Y el brillo de mil estrellas te alumbrará en la mañana,
cuando te haga doble click hasta que tú digas ‘basta’.

Publicado en el libro "Octonarios - poesía en código QR"




LA ECUACIÓN DEL AMOR

¡Qué compleja es la ecuación del amor!
Es más difícil que componer un poema.
Mucho más arduo que hallar valiosa gema.
¿Por qué razón uno más uno, no es dos?

¿Por qué no puedo encontrar la solución,
ni tampoco resolver este teorema?
Muy complicado resolver este dilema:
No se resuelve ni con ordenador.

Es una hipótesis sin tesis el amor,
y no se pueden redactar sus lemas.
Su teoría rompe todos los esquemas,
y no se puede obtener por deducción.

¡Cómo encegueces cuando ves el sol!
Y con su fuego, tus neuronas quemas.
¡Qué fácil es, en cambio, hacer las cuentas!
Pero éstas no funcionan con amor.

¿Por qué no puedo descifrar esta ecuación?
¿Y por qué en el afecto no hay reglas?
¿Cómo se hace para sumar dos letras,
y que el resultado no me tire error?

No lo sé, no hay común denominador,
creo, ni Pitágoras me resuelve ésta.
Estoy cansado ya de andar a tientas,
sin hallar cómo resolver esta ecuación.



ARDIENTES CANDILEJAS

Entre ardientes candilejas
y un desborde de pasión,
nuestra vida de pareja
tiene el más fogoso amor.

Enredados cual madeja
con colores tornasol,
en esta noche bermeja
nuestra alcoba es un crisol.

La tormenta ya despeja,
¡Esto es una bendición!
Se evaporaron las quejas,
Ha vuelto a brillar el sol.

Me pides que te proteja,
y te doy mi protección.
Por tu dulce miel de abeja,
me haces perder la razón.

Relucen bajo tus cejas
tus ojos como un farol;
destellan, y en ti reflejan
brillo hermoso de charol.

¡Qué circunstancia compleja!
Los dos perdiendo el control,
ambos presos entre rejas
en la cárcel del amor.

Entre ardientes candilejas,
¡qué dulce es nuestra fusión!
De ti ya nada me aleja,
ha retornado la unión.



SERENATA A LA LUZ DE LA LUNA

Esta luna que por cierto no es dibujo
me hace cantarte esta serenata.
Tu y yo solos, ardiendo cual fogata
abrazados entre el son que nos sedujo.

¡Maravilla lo que la luna nos produjo,
mientras dedico a vos esta cantata!
Miro tus labios de color rojo escarlata,
¡y me atrapan tu cariño y dulce embrujo!

Durante nuestra velada todo es lujo:
este bosque, nuestro río color plata,
hasta Diana en el cielo está sensata
y nos regala su casto y blanco flujo.

Esta dulce melodía nos condujo
a una bella conexión bastante grata.
Bajo arboledas, hermosa caminata,
a cantarte mi cariño, sí me indujo.

Te amaré por siempre, y sin tapujos,
admiraré mujer, tu ternura innata.
Y cuando concluya esta bella serenata
nuestra luna nos derramará su influjo.





PRESENTÁNDOME

Me dispongo a presentarme
y lo hago de esta manera,
con la décima campera
los invito a acompañarme.
Gracias, pues, por escucharme
lo que les voy a brindar,
con la alegría del dar
y les pido aquí también, 
llámenme nomás Rubén,
pa’ lo que gusten mandar.

Este libro es una fiesta 
porque es mi número diez,
traigo especial interés,
traigo espinelas a cuesta.
En las páginas que restan
a amigos voy presentando,
porque es algo bueno cuando
tiene amistad el trovador,
y la lira del cantor,
lo acompaña musicando.

Mi acorde tendrá el latido
del alma de un gran amor,
y aunque no brille en fulgor
tiene un honesto sentido.
En mi sueño está prendido
y le agradezco al maestro,
Emanuel, payador diestro,
que en cada clase nos guía
para hacer buena poesía
con raíces de lo nuestro.

Transito lo que he elegido
con mi esposa, bien criolla,
más valiosa que una joya,
me inspira versos floridos.
Compañeros muy queridos,
me brindan siempre el respeto,
y por eso les prometo
que nunca habré de cansarlos
y jamás voy a engañarlos
y en esto, me comprometo.

No traiciono a mi bandera 
pregonando la verdad,
soy juglar en libertad
de la república entera.
Si digo frases sinceras
pobladas de sentimiento,
gritando mi descontento
pues soy honesto y genuino,
aquí canta un argentino
soltando su voz al viento.

Mi homenaje al que trabaja
y construir es su consigna,
que quiere una patria digna,
sin vagancia que la ultraja.
No hay bolsillo en la mortaja
y en dedicado preludio,
tiro fiscal interludio
por quien roba en peculado
los erarios del estado:
¡para ellos va mi repudio!

Canto a la gente mayor
padre, madre, tío, abuelo,
con el canto de mi suelo
que da alabanza y amor.
Cada uno fue el autor
de la patria en fundamento,
y pido le den aumento
a todos los jubilados,
que cumplan lo que han firmado:
el ochenta y dos por ciento.

Luego elogio al estudiante
que el porvenir hoy se labra,
esgrimiendo la palabra
con sentimiento vibrante. 
Con un rumbo palpitante
dedica tiempo y virtud
demostrando su inquietud,
toda persona que estudia,
y que de a poco preludia
su ilusión de juventud.

Le canto a la paisanada,
dicéndole a voz en cuello,
que mi estrofa tiene el sello
de promisoria alborada.
Un destino de avanzada
tendrá el país si se une,
si el delito no es impune
triunfaremos, lo aseguro,
mi verso alumbra el futuro
lamento, quizá importune.

Por eso quiero dejarle
estas décimas cantadas,
lean siempre a Rubén Sada
y atención habrán de darle.
Si a alguien no ha de gustarle
y cree mi verso dañino,
que sepa: ¡soy argentino!
Yo sigo el paso de Fierro,
y aunque me larguen los perros
denunciaré al asesino.

Seguiré en este camino
aunque me chillen los teros,
pues sigo en el derrotero
de Betinotti y Gabino.
Este ha sido mi destino,
el miedo no me atormenta,
peor es llevar la afrenta
de ser cómplice del mal,
y a la enseña nacional
agujerearla fraudulenta.  

Bueno, aquí ya presenté
flores fragancia de rosas
y algunas muy espinosas
de las que luego hablaré.
Con esperanza y con fe,
como un diestro sembrador,
siembro semillas de amor
y con un noble motivo
defiendo el canto nativo:
¡el canto del payador!

(Décimas pertenecientes al libro DE DIEZ)



EN APENAS UN METRO DE TIERRA

"La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en [poder] hacer lo que se debe".
(Ramón de Campoamor, poeta español. 1817-1901).

En apenas un metro de tierra
puedo hacer que florezca la vida,
que del tosco terrón inmovible
asome la rosa que en su vientre anida.

En apenas un metro de tierra
puedo un brote plantar, o semilla,
que en mil años se transforme en bosque
que dé inspiración a la aves que trinan.

Puedo echar al descanso mi espalda
o aunque pesen mis piernas heridas,
puedo dar el intrépido paso
de un largo camino hasta hallar la salida.

En apenas un metro de tierra
que se precie de ser productiva,
puedo hacer un agujero y que brote
tanta agua que calme la sed del que pida.

Puedo hacer que mi sombra proyecte
los fantasmas que a mi cuerpo erizan,
y que el peso del tiempo haga un sello
igual a las huellas que mis plantas pisan.

En apenas un metro de tierra
la esperanza del sol me acaricia,
y al enfoque del prístino cielo
las aves que pasan me alegran el día.

Puedo ser aguijón del equino ([1])
y luchar contra la pus maldita,
o esgrimir la curación estoica
blandiendo mi arma: la palabra escrita.

¿Qué es un mísero metro de tierra
sino un grano de polvo en el cosmos?
¿De qué vale el orgullo del hombre
si por su codicia lo destruye todo?

Es tan sólo este metro de tierra
que a mi carne caliente cobija...
¿Para qué ser el dueño del mundo?
¡Si en un sólo metro mis huesos se enfrían!

Sólo quiero mi metro de tierra,
¡cuán pequeña en verdad es mi porfía!
¡Déjenme que yo siga soñando…
que el metro de tierra lo tendré algún día!

([1])  En una de las más famosas alocuciones de Sócrates en su defensa, (relatada por Platón en el siglo V A.C.), Sócrates metaforizó ser un tábano y el Estado un gran caballo perezoso que necesitaba ser despertado. Se consideraba a sí mismo como un tábano, un pequeño insecto que con su aguijón se podía convertir en una verdadera molestia para animales de mayor tamaño. Decía que la divinidad lo había colocado junto a un caballo grande y noble, pero un poco lento por su tamaño y con la necesidad de ser aguijoneado para despabilarse. El animal no era otro que el Estado griego, con sus políticos e intelectuales.




(DÉCIMAS CONTRA LOS CORRUPTOS)

"La corrupción es la mayor amenaza a las democracias de América latina".(Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010,  Príncipe de Asturias de las Letras 1986)


Cada 4 de junio, en Argentina, es el "Día de la Lucha contra la Corrupción", en homenaje a Alfredo Pochat, funcionario de la ANSES que murió asesinado intentando combatirla. Cada 9 de diciembre es el "Día Internacional de la Lucha contra la Corrupción".

Perdónenme el exabrupto,
voy a decir lo que pienso,
de un modo brutal, intenso,
denunciando al que es corrupto.
Mis versos serán abruptos
gritando a la corrupción,
que depreda a la nación
escondiendo plata en Suiza,
rapiñando las divisas
con las garras de un halcón.

La política es un asco
porque a ellos se confía
cuidar la soberanía
y nos mandan al peñasco.
Sus promesas son un fiasco,
mienten antes de elecciones,
y en todas las votaciones
da lo mismo el resultado,
no importa quién ha ganado
el saqueo es de a millones.

Una vez que ya subieron
empiezan los negociados,
y tendrán mucho cuidado
ocultando lo que urdieron.
A sus parientes pusieron
en brillantes puestos claves,
y les brindaron las llaves
de blindadas cajas fuertes,
que les dieron “buena suerte”
a amigos y familiares.

Disculpen si les soy franco,
yo en mis décimas no le erro,
también lo decía Fierro
y por eso no me estanco.
La patria irá hacia el barranco
si eliminan la justicia,
por causa de su codicia
compran a jueces con plata,
y la ley en la fogata
queman con saña y malicia.

La patria tiene enemigos
que están aquí entre nosotros,
no los busquemos en otros,
pues se disfrazan de amigos.
Esto es el peor castigo
que invade a nuestra nación,
las lacras, la perdición
pues generan odio y muerte,
librarse sería suerte,
librarse una bendición.

Juran lealtad a la bandera
mas, viven de la traición,
su meta es un gran bolsón
con mucha plata extranjera.
Con la muerte se adineran
y en conducta fratricida,
su propósito en la vida
es acumular dinero
asociándose a banqueros
de codicia desmedida.

El pueblo no reacciona,
parece que está dormido,
no protesta ni hace ruido
contra quienes más traicionan.
La justicia no funciona
y el juez, por unos morlacos,
permite grandes atracos
a las arcas, ya vacías,
que son la vil alcancía
de ladrones y bellacos.

Por eso, ¡pueblo argentino,
límpiate de la inmundicia!
Erradica la avaricia
y al codicioso dañino.
Que el tenebroso camino
que hunde al país en ruinas
se transforme en luz divina
erradicando al oscuro,
para que brille el futuro
de argentinos y argentinas.



NO SEAS IDIOTA ÚTIL DE LA ELITE

(Soneto con estrambote)

Ante la orden que “por tu patria mueras”
no le obedezcas como simple idiota. 
La “elite” que manda, al mismo tiempo azota
con sus saqueos a la patria entera.

Vociferan lealtad a una bandera,
que a sus “cuentas bancarias” es devota.
Sus robos catalogan de “patriotas”
liberando a los narcos las fronteras.

No seas nunca “usado” por la “elite”,
ellos no envían sus hijos a las guerras.
Su amor es al dinero, no a la tierra.

Te mandan a morir, desde una “suite”,
festejan en la elite, a ti te aterra.
La elite se enriquece, a ti te entierran.

¡No mueras por tu patria!
¡Mejor, defiéndela, y vive por ella!
La antipatria elite, manda y atropella.

Soneto publicado en el libro EN 14 VERSOS



DESEMPLEADO

Él se siente un paria, un inservible,
él se piensa un inútil, imperfecto.
Peor que una larva, o que un insecto,
él se siente un parásito terrible.

Su vida ha cambiado, y será horrible
que nadie valorice su intelecto.
Le da el cruel desempleo, mal aspecto,
y el quebranto de su fuerza es visible.

La firma de un jefe asomó siniestra
al final de una contrata burlona.
Y tumbado quedó, frío en la lona.

Su amputado valor de mano diestra
lo enjaula al desahucio de la calle,
mientras espera que el sistema estalle.




LA INFLACIÓN: IMPUESTO A LA DIGNIDAD

Un impuesto de cobro compulsivo,
un gravamen lo aplasta. Él padece.
Cada vez compra menos. Precios crecen,
y acortan su poder adquisitivo.

Sueldo exiguo. Sus gastos, excesivos.
La canasta esencial se le encarece.
De atuendo y alimento ya carece,
y de remedios, para seguir vivo.

El gobierno es bastante irresoluto,
recaudan más, mas la inflación no baja.
Y cuanto más dinero haya en la caja

más aumentos serán nuevos tributos.
El pobre y quien trabaja están de luto.
Su dignidad se agrieta y resquebraja.




EL CALIFATO BILDERBERG

Desde Bilderberg rige un califato
que desprecia a las gentes que los votan.
Aunque son dictadura, no se nota
pues disfrazan de "libre" su mandato.

Su Dios Capita'listo' es su relato,
deciden quién les sirve y a quién botan.
No conciben la mínima derrota
ni entregar su poder en arrebato.

Mientras mengua tu sueldo aumenta el de ellos,
ladrones de corbata y blancos cuellos.
Allí Alá y el Corán son los mercados.

Cuando los pueblos despierten, airados,
y se den cuenta el engaño de aquéllos,
se tendrán que enfrentar a sus soldados.





REFUGIO

Un pájaro asustado metiose en una casa, 
lugar desconocido, huyendo de un tifón,
colérica inclemencia, su vida en amenaza,
y abierta una ventana, entró por el balcón.

Un vendaval violento, tupida lluvia arrasa,
su nido habrá caído del fuerte ventarrón.
Atrás quedó el paisaje, su hogar, su bella plaza,
adentro hay buen refugio de calma y bendición.

Tan sólo una criatura, un pájaro pequeño,
buscó sobrevivir y emprendió rápida acción.
Entonces, ¿por qué insisten los hombres con empeño

en contra de la vida, con guerra y destrucción?
El sabio pajarillo se refugió en su sueño,
y huir de la tormenta logró su salvación.




DISFRAZ DE PALOMA

Vestidos de palomas, tus halcones
han rapiñado la esperanza cierta,
embargando ilusiones que hoy son muertas
nos defraudaste en miles de millones.

Peste fue tu corrupción, aunque encubierta,
y derramaba sangre a borbotones,
tus socios jueces besan a bribones
con lenguas mentirosas muy expertas.

¿Por qué estúpida causa enriqueciste?
¡Si no tendrán bolsillos tus mortajas!
¿Por qué robaste y lo guardaste en cajas?

¿Por qué en negocios turbios te envolviste?
¡Sol de una nueva república se asoma
y hoy se ve bien tu disfraz de paloma!



SIRIA

Desparramaste genes por el mundo,
brotó en suelo fecundo tu semilla.
¿Por qué estás en estado moribundo
quebrándote en masacres que te astillan?

Un dolor me acongoja muy profundo,
con pesar que desborda a mis mejillas.
Un vano hedor a muerte, insano, inmundo,
está gritando “¡Paz!” desde tu arcilla.

Pide Abel: “¡Valorícese la vida!
¡No más muertos, en guerras fratricidas!
¡No más odio, ni manos homicidas!”

"Salam", Siria, tierra de mi abuela Lilia.
Que un sol de paz alumbre tus vigilias,
y a los niños, felicidad en familia.



DELIA

Tu nombre con “de” empieza, de dulzura,
y dejaste en mí, tu hermosa huella.
Por siempre te amaré, preciosa Delia,
tus ojos me iluminan de luz pura.

Mi simiente incubaste en tu cintura,
cinco veces, por nueve lunas bellas.
Tan sublime, que todas las estrellas
se postran a los pies de tu hermosura.

Por ti he vuelto a tener fe nuevamente
en la invencible fuerza del amor,
y florece en otoño nuestra flor

con el frescor del agua de vertiente.
Porcelana es tu piel, Delia, delicia,
amo hasta el céfiro que te acaricia.





-

RICARDO SILVESTRIN [19.863]

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Ricardo Silvestrin

Ricardo Silvestrin (Porto Alegre, 17 de mayo de 1963) es un escritor y músico brasileño. 

Graduado en Artes por la UFRGS, en 1985. En el mismo año publicó su primer libro de poemas, "Viagem dos olhos", por Coolírica editora. Desde entonces, otras 15 obras de poesía ha publicado. Ganado 5 veces el Prêmio Açorianos de Literatura, como poeta (1995 y 2007), como autor de un libro para niños (1998), como editor (Ameopoema editor, 2005) y el más destacado de medios (el programa de radio  "Transmissão de pensamento""La transmisión del pensamiento", 2008). Su libro de 2004,  "É tudo invenção" fue seleccionada para representar a Brasil en la 41ª Feria de Literatura Bolonia e integra la base de la Biblioteca del Estudiante brasileña, el FNLIJ, además de formar parte de los programas de PNBE y aptitud de lectura en  Idade Certa.

Ha participado en varias antologías, entre ellas la revista "Frogpond" antología mundo del haiku, publicado en 2000 por la Sociedad de Haiku de América en Nueva York. En 2008 se publicó su primer libro de cuentos, "PLAY". Al año siguiente, su primera novela, "O Videogame do rei".

En 2001, con los poetas Alexandre Britto y Ronald Augusto creó el grupo musical: os poETs. Acompañado de músicos invitados, los poetas han actuado en Sao Paulo, Río de Janeiro, Manaos, Brasilia y Curitiba, además de varias ciudades de Rio Grande do Sul y Santa Catarina    cantando sus propias composiciones, y ya han grabado dos CDs: "Música legal com letra bacana" (YB Gravadora, 2004) e "os poETs 2" (Loop Reclame, 2009). En 2013, os poETs ao vivo, DVD para mostrar en Mario Quintana, Casa de la Cultura. 

De 2003 a 2009, Ricardo Silvestrin escribió una columna quincenal en el diario Segundo Caderno do jornal Zero Hora. De 2008 a 2011, dio clases de guión y dramaturgia en Curso de Realização Audiovisual da Unisinos.

En diciembre de 2010, fue designado para hacerse cargo del Instituto Estatal del libro, una posición que mantuvo hasta mayo de 2012.

Es columnista del sitio de la revista Musa Rara e da revista Lamás Medula, da Argentina.

WEB: http://www.ricardosilvestrin.com.br/

Libros publicados:

2013: "Metal" (poesia, Artes e Ofícios Editora)
2013: "Los Seres Trock" (poesia infantil, Montevideo, Topito Ediciones)
2009: "O videogame do rei" (romance, ed. Record )
2009: "A moda genética" (poesia infantil, ed. Ática )
2008: "Transpoemas" (poesia infantil, ed. Cosac Naify )
2008: "Play" (contos, ed. Record)
2006: "O menos vendido" (poesia, ed. Nankin)
2005: "Mmmmmonstros!" (poesia infantil, ed. Salamandra)
2004: "ex, Peri, mental" (poesia, ed. Ameopoema)
2003: "É tudo invenção (poesia infantil, ed. Ática)
1998: "Pequenas observações sobre a vida em outros planetas" (poesia infantil, ed. Projeto) (reed. em 2004 pela ed. Salamandra)
1995: "Palavra mágica" (poesia, Ed. Massao Ohno)
1992: "Quase eu" (poesia, coleção Petit Poa, SMC)
1988: "O Baú do Gogó" (poesia infantil, ed. Sulina)
1988: "Bashô um santo em mim" (haicais, ed. Tchê)
1985: "Viagem dos olhos" (poesia, ed. Coolírica)




Poemas do livro Typographo (2016), de Ricardo Silvestrin:


CORO

Máscara do riso,
máscara do choro.
- A vida é improviso,
comenta o coro.

Máscara do choro,
máscara do riso.
- Com dente de ouro,
vale mais o sorriso?

Máscara do riso,
máscara do choro.
- Viver é só isso,
o nada é o tesouro.

Máscara do choro,
máscara do riso.
- Coroa de louro
na chuva de granizo.




EQUILÍBRIO

Carrossel de estrelas
gira sobre nossa cabeça.
É impossível retê-las.

Pelo lado de dentro,
acompanha o pensamento,
feito do que se faz o infinito.

E, no entanto, um eu
tenta encontrar o equilíbrio,
andando no céu como um ébrio.

Nuvem se desfaz em fumaça,
roda o relógio na torre,
avisando que a vida passa,

que o tempo escorre.
E, no entanto, um eu
vive sóbrio de porre.

O que se vê está fora de foco,
é só a luz sobre as coisas,
consumidas na dança do fogo.

O oceano trama com a lua
a tormenta, a bonança, enquanto 
um eu, com os pés no chão, flutua.




PRODUÇÃO

Não deixe ninguém ver o morto
antes que esteja arrumado.
Nem de lado, nem de bruços,
na sua caixa nova
à prova de soluços.

Não o mostrem ainda,
enquanto se acostuma
com a morte que chega,
com a vida que finda
na moldura de flores.

Guarde pra depois todas dores,
condolências, pêsames
e expressões esquisitas.
O morto está se preparando
pra receber as visitas.




METRO

Se o poeta conta sílabas,
o caos todo se ordena,
o dinheiro não acaba,
ou tudo é alheio, vento, vário,
e o poeta perde a conta,
perde o prazo, paga juros?

Se o coitado conta sílabas,
a incerteza se conforma,
as respostas andam em fila,
inconsciente se decifra
no meio da rua, dia claro?

Pois assim parecia ser
quando o poeta, quando o mundo
eram um número pequeno,
fácil de contar nos dedos.




OVO

É fácil vender armas
a quem vive em guerra,
a um cérebro preguiçoso
vender a nova novela,

viciar um beija-flor
com água e açúcar,
a você e a mim mesmo
com a eterna desculpa.

É fácil ser o herói
que nunca entra na luta,
obrigar mais um filósofo
a ter que beber cicuta,

por em pé o ovo óbvio
a uma plateia obtusa.




LABIRINTO

Felicitar a felicidade dos outros.
Hoje o sol vai brilhar para todos.
Mesmo quem vive só e no escuro
vai se aquecer e retomar a vida.

Está escrito com letra ilegível
que uma alegria invisível e teimosa
se oculta no labirinto da rosa.

Felicitar a felicidade alheia, remota,
quase uma ideia numa língua morta.




VARIANTES

Não haverá mais rascunho
escrito de próprio punho.
Os erros e acertos somem
deletados em redemunho.

Jamais saberão as variantes.
O depois apagou o antes.
Pra sempre, até o infinito,
vale o que está escrito.

Estudiosos estudantes,
curiosos professores,
mestres e doutores,
bolsistas, doravante,

o texto é este e pronto.
Poema, romance, conto,
está feita a escritura.
Aberta continua a leitura.




SEGURO

Ninguém pode viver numa canção
como no útero protegido da mãe.
Uma hora vai sair,
a canção tem que acabar.

Há músicas dissonantes e inacabadas,
partituras para executar o silêncio,
baquetas quebradas,
cordas rompidas.

Sobra a melodia da fala,
linear e rala.

Ninguém,
se alguém não for assim,
me diga.
Ninguém fez seguro
contra infelicidade.



  
O VELHO ILUSIONISTA

O velho ilusionista na tarde de madeira
e pouca luz.

E como está distraído,
quase sem existir por inteiro,
vamos entrar na sua aura de fumaça.

Atrás do pano surrado da sua alma,
baralhos marcados, cartuchos com panos coloridos,
nada disso se encontra.

Apenas um silêncio.
Silêncio não:
se escutar bem,

apenas imagens, pontos, linhas,
se virar tem barba,
se virar tem cabelo.

E um suspiro profundo,
cansado
por repetir os mesmos truques.

Mas, antes que pergunte
se quer largar tudo,
uma explosão de espoleta o projeta.

Para onde?




DANÇA

Sim, existe a dança:
o corpo solto avança
e recua leve nos passos
matemáticos, um, dois, um,
como se fosse mais fácil
viver num tempo menor,
brincadeira de criança
que sabe de cor o roteiro
e ri na hora marcada.

Fora da dança, o infinito
nos convida, nos seduz
com passos improváveis,
mas temos dois olhos,
apenas duas pernas,
e, sobretudo, duas mãos
onde só cabe um punhado
de estrelas.



CONTAGEM REGRESSIVA

Você já tem todo este tesouro
e ainda quer mais.
Se o mundo findasse hoje,
estava de bom tamanho.
Ouro fundido por séculos,
o sol feito à mão,
erguido a cada dia.

Você já tem toda a riqueza
e reclama que falta um pedaço
na fatia que você mesmo comeu.

Você queria que o gozo
durasse pra sempre,
que o corpo seguisse rijo
e acha que sai perdendo
quando troca cada dia da juventude
por outro novo da velhice.

Você tem toda a razão,
você agora queria ser deus,
mas não dá mais tempo.




(do livro Metal, Ricardo Silvestrin, Artes e Ofícios Editora, 2013)


Nada garante que esta noite
se apague no claro do dia
só porque um dia antes
era assim que acontecia.
Dorme teu sono, acorda dissonante,
sem saber se eras tu
ou tua sombra
que do sonho emergia.
Lava teus olhos, cospe na pia.
Enquanto dormias,
o espelho estava acordado.
Abre a janela, espia:
quem sabe o mundo
ainda está do outro lado.


*


a gente é metade mãe
metade pai,
mas só no momento
da fecundação

depois, metade gesto
metade pensamento

gestos como os do pai
ou da mãe
feitos sem perceber

pensamentos alguns livres
outros herdados

a casa é ampla
cabem mais metades

palavras dos amigos
novos gestos aprendidos
na admiração



Tela 1

Um homem azul anda de bicicleta.
Velho, velho e nu.
Seu rosto riscado
de quem não tem
mais nada a perder.
Seus pés no pedal
em direção ao prazer.
Prazer de quê? De viver.
Mesmo sabendo que vai morrer.
E morrer logo, pra ontem,
cada hora uma vitória.
Um passeio no azul,
o moribundo nos convida a viver.
Mas estamos muito vivos pra viver como ele,
sem nenhum segundo de morte.
Nossos rostos ainda não estão riscados
nem pintados de azul.




Tela 20

A bailarina, tão suave,
quase não existe.
O vestido verde
se dilui no verde
da luz,
mas ela,

que é cor de pele,
quase some,
na ponta dos pés,
a um palmo do chão.
Se a jogarem pra cima,
e sempre jogam,
não volta.




Tela 24

A mulher está dizendo
para o marido
que cortar tantas árvores
não presta.
Ele disse que refloresta.
Ela falou que é o mesmo
que matar pessoas
e fazer filhos.




Tela 28

Ele está metade inteiro
e metade em decomposição.
Metade morreu primeiro,
metade não.




(do livro O Menos Vendido, Ricardo Silvestrin, Nankin Editorial,, 2006)


Uma música não precisa mais que três minutos.
Um haicai, alguns segundos.
Mas podem durar a vida inteira.
Um filme, duas horas no escuro.
Um romance, muitas noites em claro.
Um quadro o tempo todo.
Até que se canse,
ponha outro em seu lugar.
Uma escultura numa praça,
mesmo com chuva,
mesmo que se mude de cidade,
ela está lá


*


Este poema 
é uma boa chance 
pra você ficar calado. 
Nada soa 
além do silêncio 
desta partitura. 
Uma palavra 
como esta 
dançando 
na sua cabeça. 
Nenhuma outra lei 
além da leitura.




EU

Véu que revela
e oculta
conforme a vontade
do vento.
Sombra do som,
senda no sonho,
aqui se esconde um eu
livre de mim e de você.

Aonde ele vai,
por que ele é assim,
ninguém pode saber.
Um eu em terceira pessoa.
Senhor absoluto
da sua casa de papel.


*


o corpo nomeado e dissecado pelo anatomista
o sexo com luvas de borracha do ginecologista
o corpo loteado e tabelado pela prostituta
o sexo à espera no banco de espermas
o corpo sem o dono no sono
o sexo sem nexo do sonho
o corpo sem sentido do morto
o sexo solitário do rato no laboratório






o que nasce
da terra
o que nasce
do bicho
o que nasce 
da cabeça do homem

o que vem e floresce
o que nasce, chora, cresce
o que nasce de ferro, de plástico, de cobre, de borracha, de papel
o que nasce do pincel
o que não é ave e voa no céu
o que ainda não nasceu
mais leão que o leão
mais flor que a flor
mais homem que o homem
o que nasce da cabeça do homem



Sobre o Livro de Ricardo Silvestrin: “O Menos Vendido”(Poemas).

Por Armindo Trevisan

Um dos maiores prazeres literários consiste em descobrir um verdadeiro poeta e, de quebra, um poeta verdadeiro.

Verdadeiro poeta é quem escreve poemas que são poesia.

Tal descoberta, hoje em dia, é rara. Já era rara no tempo de Homero e Virgílio! Com o surgimento da mídia, tornou raríssima.

Compor poemas virou algo tão insólito como formular a Teoria da Relatividade na bagunça de um comício, ou apertar a mão de Fernando Pessoa no interior de uma discoteca praiana.

Pode-se, porém, indagar:

- Quem deve ser qualificado de Poeta verdadeiro?

A resposta é uma só: quem escreve poemas, a partir de si mesmo, e da nação, ou povo, com o qual está identificado - poemas que possuam autêntico conteúdo existencial, e uma forma poética não só não decalcada em modelos ultrapassados, como também criativa.

Poeta verdadeiro é quem se esforça por chegar ao homem - o homem concreto que subjaz a qualquer animal racional.       

Que o homem seja um substantivo concreto, basta vê-lo comendo um cachorro-quente, na rua, a mostarda a cair-lhe pela boca. Que a natureza humana seja, em geral, substantivo abstrato, basta deter-se num dos tantos discursos demagógicos, ou numa efusão televisiva, na qual é exaltada como detentora de Direitos Humanos (“desde a Revolução Francesa.”, acrescentam os mais cultos).

Ricardo Silvestrin é, inegavelmente, um verdadeiro poeta.

Um verdadeiro poeta contemporâneo, com suas qualidades e, às vezes, suas idiossincrasias.

É natural, pois, que, na condição de poeta contemporâneo, principie seus versos, perguntando-se: O que é a Poesia?

No início de O Mais Vendido topamos com essa questão.

Para deleite do leitor, o poeta não tergiversa, nem se aproveita da situação para dizer que a poesia não é um sorvete, passando a descrever o último sorvete que comeu.

O poeta aborda a questão a peito descoberto:

Este poema
é uma boa chance
pra você ficar calado.
        Nada soa
além do silêncio
desta partitura.
Uma palavra como esta
dançando
na sua cabeça.
Nenhuma outra lei
além de leitura.(p. 12).

Convenhamos: é uma aproximação honesta, e competente, da Poesia.

Um pouco adiante, o poeta retoma o mesmo tema, como um grand seigneur:

Cansei de abrir
o murro a murros

estendo as mãos
     esfoladas
pra quem me leva
a um lugar mais seguro

cansei de ir sozinho
achando os interruptores
             no escuro

      aguardo, paciente
pra voar com um bando
             de gente.

Tudo isso, com rimas!


Sem aporrinhar o leitor com triviais aliterações.

O ponto mais alto, porém, Silvestrin o atinge no seguinte poema, que nos compensa de tantos pseudo-poemas a respeito da fatigada Poesia:


Não vá esquecer este poema
como se esquecem os nomes
um encontro
o número de telefone
não vá esquecer
e tudo é esquecimento
(exceto o que pulsa
o que impulsiona pra frente)
leve este poema consigo
guarde na carteira
cole no espelho
a gente nunca sabe
quando vai precisar de um poema.


Quase teria preferido que o poeta ficasse apenas com o contundente fecho desse poema, de uma veracidade memorável:

A gente nunca sabe
quando vai precisar de um poema.

Está tudo dito.


Um poeta, capaz de refletir com tal profundidade e agudeza, e que também sente o que refletiu, como um arranhão na pele, é verdadeiro poeta, na mais rigorosa acepção da palavra.

Mas onde fica o poeta verdadeiro?

O poeta verdadeiro não trapaceia sobre si mesmo, nem usa máscaras, nem mesmo contra os gases da publicidade. Tampouco se embriaga com os elogios falsos de amigos e, principalmente, de seus inimigos.
Um poeta verdadeiro é quem se olha no espelho, e faz a pergunta que Cecília Meireles, há muito tempo, e que deverá ser feita sempre:

Em que espelho ficou perdida
      a minha face?

      (Poema “Retrato”. In: Viagem. 1938).

Supõe-se que, após essa pergunta, o poeta saia ao encalço de sua face, ou, de suas faces, em todos os espelhos do mundo.

É aqui que o respeito e a admiração, que dedicamos ao poeta Silvestrin, impõem-nos a obrigação de chamar a atenção dos leitores para uma bipolaridade que existe em sua obra:

1. Na primeira parte do livro: Manchas, que vai até à página 156, onde se encontra o poema Teixeira, existe “um” poeta. Chamemos-lhe o poeta essencial.

Depois da página 157, onde o leitor encontra o seguinte poema:


- Muito bem, confessa!
      Quem é esse Manuel Bandeira?
      Faz avião no Morro da Cruz?
      Aos costumes, Teixeira!


encontramos  o outro poeta, o poeta que se dispõe a pagar pedágio a Osvald de Andrade, e aos que cultivaram, e cultivam ainda hoje, o poema-piada.

Explico-me:

A partir de Quieto no meu Canto, II Parte do Livro, Ricardo Silvestrin torna-se um poeta versátil.

Que me seja perdoada esta objeção.

Vou mais longe: até então, o poeta apresentava-se como uma espécie de discípulo de Sócrates. Alguém que não receava jogar água fria no próprio rosto, para poder despertar melhor, alguém que, para chegar à total lucidez, alijava de si todas as máscaras, que a sociedade e a própria linguagem atam ao rosto de cada um de nós. Um gaúcho urbano, enfim, sem poncho, mas de faca na bota diante da Morte que, como dizia Albert Camus, transforma a vida de um homem em destino.

A partir da segunda parte, porém, embora não se desfaça a identidade do poeta, ei-lo que surge com outro rosto (ou outra máscara?). É alguém que se despe para ser uma espécie de Diógenes contemporâneo, exposto à geada de uma metrópole estadual no inverno, ou ao esturricante sol de um verão em Capão da Canoa.

Silvestrin assume-se - e quer ser - um cínico, no melhor sentido da palavra.

Um cínico?

Sim, um filósofo transbordante de ironia e sátira.

O poeta se converte no que a maioria dos poetas contemporâneos aparentam ser, ou até desejam ser: porta-vozes das gerações mais novas, mais rebeldes, mais-pós-Maio-de 68.

Os poetas acabam tornando-se ironistas, denunciadores de todas as hipocrisias, mestres na arte do debocha elegante.

Será bom isso?
Será menos poético?
Não sei.

Silvestrin é um poeta das novas gerações, e estas têm os seus valores, suas referências, seus gurus.

São poetas que, até certo ponto, adotaram o “Plano-Piloto para Poesia Concreta”, do qual derivaram várias correntes, os promotores da Poesia-Práxis, ao qual se juntaram, com o tempo, membros de diferentes grupos, como Tendência, Ptyx , Vereda, entre os quais, Noigrandes, e a Geração da Poesia do Mimeógrafo.

Ninguém está proibido de gostar desses poetas. Pelo contrário. Não deixamos de apreciar determinados praticantes de todo tipo de haikais, e modalidades verbi-voco-visuais.

Para dizer a verdade, também respeitamos o Concretismo, e correntes assemelhadas, mais por aquilo que se propuseram a realizar, do que pelo que realizaram. Seus estímulos à construção do poema, sua maior atenção à elaboração do verso, ao aproveitamento do espaço gráfico do poema, merecem ser revistos, e retomados.

Mas não estamos aqui para discutir teorias, e sim para valorizar um poeta excepcionalmente talentoso.

Sigamos.

Se, na primeira parte de O Menos Vendido, o autor abordava questões relativas à sua condição intransferível de poeta, à sua metafísica ou existencialidade, no restante do livro, ele preferiu adotar variados pontos-de-vista, e até outro tom, o da flagelação dos lugares-comuns, dos mitos sociais, das niñerias e naderías do cotidiano, aos desmandos do universo do Consumo, enfim, uma destruição em regra das falsas coroas da Globalização.

O lirismo introspectivo, que predominava na primeira parte, passa a ser um divertissement à moda beatnik, um jogo, meio-sério, meio-jocoso, de esgrima com a própria Morte.

Antes, porém, de penetrarmos nesse território, fixemo-nos nalguns poemas notáveis da primeira parte:


Um poema sobre a contingência, ou sobre a efemeridade da existência:

A rocha é frágil diante do raio
A cidade, diante do terremoto
O corpo diante da bala
      A pessoa diante da fala
O amor diante da morte

A rocha é forte diante do corpo
A pessoa, diante da avenca,
      O amor diante de tudo
Menos da morte

A morte é forte diante da vida
A vida é frágil do elefante à formiga.

(Ibid. p.37).

O poema recém-citado pode ser associado a outro poema, que parece ser sua origem:

Um gato morto na rua de chão batido
           as moscas entram e saem
           pelos seus ouvidos
     estou ali olhando
     desde criança.

(Ibid. p. 44).

Vejamos outras composições sobre a mesma temática:

A morte sempre foi assim
só não tinham contado para mim.

também nem precisava:
era só olhar a folha suicida,
o assassinato das formigas,
              o sol todo dia
ensinando a despedida.

O médico balança a cabeça,
o armador faz o seu preço,
o coveiro espera por outro.

    A morte sempre foi o fim.
    Eu é que me fingia de morto.

(Ibid. p. 54).

Não raro, o poeta oculta as unhas, como um felino cansado. Mostra-se delicadíssimo:

Esta música
me leva a um bar
de dez anos atrás.
Lá vou eu girando,
       dançando
com as roupas da moda
de dez anos atrás.
Túnel do tempo,
vida no além,
o que foi continua pulsando
mesmo depois de morto.

Se a alma é música
quem precisa de corpo?

(Ib. p. 41).

Viremos a página.

É já hora de cumprimentarmos esse mini-Diógenes de nossa poesia.

Não há dúvida, de que o espírito de Leminski continua vivo, saçaricando por aí, em todos os bares onde se reúnem os poetas irritados com o bom-comportamento da literatura tradicional, ou simplesmente, da literatura oficial e oficiosa.

Demos um exemplo da veia desse poeta remanchador (Cf. p. 161), de sua lixa, de sua pedra-de-amolar (p. 163) do você disse uma coisa, você entendeu outra (p. 173):

Já está claro
a tecnologia
não cria um novo homem
nem a política
nem a utopia
é tudo quinquilharia
a preços promocionais
o novo homem
é um papo furado
de um século atrás,

(p. 178).


Se o Homem do Tonel passasse por Porto Alegre, iria, sem dúvida, convidar o Silvestrin para tomar um chope com ele!

O seguinte, que vamos reproduzir, seria aplaudido pelo corrosivo filósofo de Atenas, talvez num café da Rua Padre Chagas, ou num botequim da Vila Restinga:


Caiu o muro de Berlim
E o socialismo veio abaixo
Caíram as torres gêmeas
E o capitalismo foi pra cima

(p. 179).

Dando um passo à frente, o poeta cai no deboche. Vejam:


Em síntese
só a tese
e a antítese.

(Ibid. p. 180).


Prestem atenção:

o poema unilinear, que vocês vão ler agora, poderia servir de mote a algumas oficinas :


Escrevendo, escreouvindo, escrelendo

(Ib. p. 185)

Em passant, Silvestrin menciona alguns de seus inspiradores, como Paul McCartney, e outros. Tiremos-lhe o chapéu: merecem seus cumprimentos!

De repente, porém, ele resolve montar uma bomba-relógio (do mais elegante estilo), a ser explodida num happy-hour de executivos e publicitários porto-alegrenses, em legítima defesa de férias:


Macacos agradam
mas não venham bancar o ancestral

são bichos que pulam
      com cara risonha
mas devem conservar o ar de idiota

se alguém veio deles
foi o próprio Darwin

(Ib. p. 196).


A caçoada tem sua razão de ser, ainda mais numa época de best-sellers de cientistas e pseudo-cientistas. Quanto a nós, não endossamos totalmente essa convicção do divertido poeta. Um puxão de orelhas à sobranceria dos top-models da sobranceria científica bastaria para tornar recomendável o poema de Silvestrin!

Que dizer, porém, do poeta quando, não só dá um beliscão nos convencionalismos roçagantes de nossa Society-Fashion, mas os esfrega com um pouco de bombril?


Estamos rodeados de gente chata
para quem temos que dizer
sim ,claro, pois não

(p. 199);


Não pensem que o Ricardo Silvestrin põe banca, tem pose, ou parece olha as pessoas por cima do ombro!

Nada disso!

Ele anda de havaianas, como todo o mundo, e é capaz de auto-poetizar-se com o rigor de um faquir:


Auto-biografia precoce

Minha vida
é uma obra
de ficção
qualquer semelhança
comigo mesmo
terá sido mera coincidência.

(Ib. p. 202).


Agora, porém, rogo-lhes a máxima atenção.

Em dois momentos, em que a mordacidade de Silvestrin cede lugar à ternura, o poeta atinge as culminâncias do lirismo, um lirismo primoroso, excepcional, ainda que exija dos leitores quase um paroxismo de finesse:


A)

Essa mulher tem tudo
tem forma e conteúdo
       não é flor
     a flor é frágil
falta à flor a fala
não é princesa
          nem rainha
essa mulher é minha.

B)

Xangri-lá é o paraíso.
Um hotel, uma cama de casal,
eu e minha esposa.
Chegamos de improviso,
Sem malas.
O porteiro não disse,
mas pensou que éramos amantes.
Acertou.


Concluamos esse breve ensaio, transcrevendo um poema (que, de resto, assinalei com três asteriscos já na minha primeira leitura):


Ninguém está a salvo da tristeza
no horizonte nuvens negras
ventos anunciam confusão
mesmo na alma mais ensolarada
nem o rei do que quer que seja
do alto do seu trono de alegria
           servos devotados
em fazê-lo sorrir cinco vezes por dia
   nem o mestre mais desapegado
            quando vê está triste
como um corvo num galho seco
           contra o céu cinza

(p. 217).


Caros amigos:

enquanto - no Rio Grande do Sul e no Brasil - surgirem poetas que escrevam assim, a poesia continuará a rir-se nos páramos celestes, e também cá embaixo, em nossos pampas batidos pelo minuano, ou em nossas cidades atravancadas de carros, na companhia da Beatriz de Dante, da Laura de Petrarca, e até da Mãe-Menininha do Gantois.



(do livro Palavra Mágica,  Ricardo Silvestrin, IEL/Massao Ohno, 1995, reeditado em e-book pela Dublinense em 2015)



não quero mais de um poeta
que a sua letra
palavra presa na página
borboleta
nem quero saber da sua vida
da verdade que nunca foi dita
mesmo por ele
que tudo que viveu duvida
não revirem a sua cova
o seu arquivo
é no seu livro que o poeta está enterrado
vivo


*


palavra não é coisa
que se diga
quem toma a palavra
pela coisa
diz palavra com palavra
mas não diz coisa com coisa
a palavra pode ser pesada
a coisa, leve
e vice-versa não é coisa alguma
a palavra coisa
não é a coisa palavra
palavra e coisa
jamais serão a mesma coisa



*


velhinha na janela
todo mundo que passa
é visita pra ela



*


um dia o espelho
me devolverá um velho
tomara que eu valha
o tempo que o tempo
levou no trabalho
de esculpir a minha cara

um dia o espelho
me devolverá o vazio
quem sabe eu já esteja
morrendo de frio
e quem chegar perto
pra ver se respiro
vai ver pelas marcas
que virei um vampiro




(do livro Quase eu,  Ricardo Silvestrin, SMC/Poa, 1992, reeditado em e-book pela Dublinense em 2015)



o goleiro vê o jogo ao contrário
o número um que ele carrega
não é de primeiro, mas de solitário

o gol que não houve, a bola na trave
ou presa entre as asas do seu vôo de ave
são pontos a mais no seu placar tonto

seu companheiro, o goleiro adversário
com quem trama o escore ideal
zero a zero do começo ao final



*


sonho que é sonho
não é bonito nem feio
sonho começa e termina
no meio
quem entra em cena
não tem compromisso
é trocado por outro
toma chá de sumiço
o que acontece
logo se esquece
e o sonho muda de assunto
mata quem é vivo
rescussita defunto
sonho é obra de arte
sem cópia, aberta
e na melhor parte se desperta
sonho é prosa de vanguarda
multi-história
que só se guarda
na precária memória



*


algo que mora
entre o aqui
e o agora

cosa ciosa 
das suas coisas
silenciosa

alguma alma
um quase eu
que não demora




*

não mais que a beleza de um artista
que faz o que quer porque sabe fazer
o que quer

não mais que a indiferença do tempo
transformando tudo em passado
até a grandeza

não mais que o afeto por coisas
idéias bichos pessoas
dado de graça

não mais que o ficar em silêncio
na beira da praia
com os olhos abertos

não mais que o respeito pela palavra
mesmo que ela seja usada contra você
e é



*



a fera do tempo nunca se sacia
tudo se perde, se cria
e nada muda o seu movimento
almas, ânimos, sinas
da minha cara ao que ninguém imagina
o que sobra é esse momento
joguem-se os relógios ao vento
queimem-se os calendários
o tempo não mais se conta
a fera que ande às tontas




De  ex,Peri,mental  (Porto Alegre: Editora ameopoema, 2004)



Uma concepção leiga do amor.
Tesão
é febre,
a fúria do corpo,
pedagogia da expressão.
Previsões para hoje:
aventuras,
ofertas,
andar po aí,
abraçar e acariciar todas as pessoas.
Vida íntima:
onde termina avagina?
o que mantém úmida a vagina?
Uma relação madura e equilibrada,
o último homem,
perfil de um gigante.
Orgasmo da mulher:
a estupenda noite de catch-as-catch-can.
Frases.
Cigarro.
Sexualidade:
o único pecado que existe.
Aqui pra vocês, ó!


*


É o seguinte:
falar ou não falar.
Tudo o que fizemos,
espaço para nanicos,
a biografia como gênero,
a grafia de um nome,
esconde-esconde,
arte abstrata,
símbolo,
aparas do tempo,
poesia da dispersão.
A nossa voz,
conceito de preservação,
pensava que fosse um chapéu.
Balanço final:
leves sinais de vida,
ainda é tempo,
eu tenho vontade


*


E ele diz:
Tudo é história.
Idéia de uma história universal
de um ponto de vista cosmopolita.
Põe na conta.
Agora é que são elas:
sobre a poesia,
origem do drama,
amor sublime:
com os meus olhos de cão,
o azul do céu
só tem novidades.


*


Que horas são?
No cenário da cidade
a lâmpada, corcundas, o cisne afogado.
A primeira experiência muitas vezes
rompendo com o drama do homem.
A gente ainda não sabia o baú,
a origem, a biblioteca.
O menino.
O flautista.
E vice-versa.


*


Lição de anatomia.
Trancados à chave,
A paixão é a pior armadilha.
Não é à toa que todo mundo quer.
Como remar contra a maré.
O sol e as sombras,
O tudo-ou-nada,
Voar sem escalas,
Memórias sob as asas.
Céu azul. A polícia,
Cadê a polícia?
Com tanto riso e tanta alegria toda a cidade vai cair na folia.
Norte e sul são dois antípodas.




Bashô um santo em mim (haicais) (Ed. Tchê, 1988)


sol no seu rosto
a ave da dúvida
manchas de sol


*


céu nublado
o letreiro pisca
pra nenhuma estrela


*


oswald
pôs o pau
brasil pra fora



*


porta da escola
eu sentado
dentro de mim


*


banco da praça
os seios
e os receios da namorada





LOS SERES TROCK
(Topito Ediciones,Montevidéu, 2013, Prêmio do Fundo Nacional de Cultura do MEC/Uruguai, edição bilingue, ilustração de Gonzalo Firpo, tradução de Ignacio Fernández)



Dagastrock y las gomitas de pelo

Cuidado, gurisa,
nunca dejes una gomita de pelo
abandonada por ahí.
Encima del armario,
sobre la cama,
en la pileta.
Dagastrock vive sólo
de comer gomitas de pelo.
¿Dónde está aquella roja
con rayas blancas?
¿Y la color de rosa
con una bola en la punta?
Que no te tomen por tonta.


Dagatrock e os rabicós 

Cuidado, menina,
nunca deixe um rabicó
dando sopa.
Em cima do armário,
sobre a cama,
na pia.
Dagastrock vive só
de comer rabicó.
Cadê aquele vermelho
com listras brancas?
E o cor-de-rosa
com uma bola na ponta?
Não banque mais a tonta.








.

CRISTINA ELENA PARDO [19.864]

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Cristina Elena Pardo

(Caracas, Venezuela, 1993).  

fotografío espejos rotos,
pero lo que me trastorna y me sacude es la literatura.

algo me sacó de mi casa en el año 2011 y ahora vivo exiliada (o no. o en tránsito. o en) en lugares: antes madrid, ahora nueva york. estudié filología hispánica (2011-2015) en la universidad complutense de madrid.  y en el año 2015 estudié un máster en estudios avanzados en literatura hispanoamericana en la misma universidad.

actualmente estudio un doctorado en hispanic and luso-brazilian literatures and languages en the graduate center –  the city university of new york,
donde (aun no sé muy bien qué) investigo sobre poesía.
y sus géneros, y cuerpos, y afectos, e imágenes.

desde el año 2015 edito Fanzine CALIGRAMA y coordino la sección de poesía.

algunos de mis poemas han aparecido en revistas, fanzines y portales web como Revista Temporales (nyc, eeuu, 2016), Transtierros (lima, perú, 2016) Revista Kokoro (barcelona, españa, 2016),  Cráneo de Pangea (quito, ecuador, 2016), Estación Poesía N° 9 (en prensa. sevilla, españa, 2016), Revista Teluria N° 1 (ucm, madrid, españa, 2016), Fanzine CALIGRAMA N°2 Heroica (madrid, españa, 2016), Fanzine Mordistritus Silves-3 (mérida, españa, 2016)  Revista Canibalismos (tomo 14, tomo 5, tomo 9 (caracas, venezuela, 2015, 2016)), Fueron Cosmoanónimos (córdoba, españa, 2015), Fanzine Mordistritus Grapa Dos (mérida, españa, 2015), Fanzine CALIGRAMA N°1 Zoológico (madrid, españa, 2015), Fanzine Palabracadabra (méxico D.F., méxico, 2015), Cosmoanónimos 2.2 (córdoba, españa 2014).

estudié fotografía profesional digital en EFTI-Madrid (2011-2013).
y usualmente trabajo como fotógrafa para el estado mental
y para jot down magazine (españa).

algunas de mis fotos han aparecido en Revista Teluria N° 1 (ucm, madrid, 2016),
en la portada de Fanzine CALIGRAMA n°2 Heroica (madrid, españa, 2015)
y N°1 Zoológico  (madrid, españa, 2014).

he expuesto la serie Doñas Nacionales para EFTI-Madrid en el marco de Photo España 2013.

he ganado el primer premio de poesía con el poemario Doler primero (inédito) en el II Certamen Literario CM-UCM en el marco de la IV Semana Complutense de las letras (madrid, españa, 2014).

he colaborado en Revista PICTOGRAMA durante el año 2014 (sevilla, españa).

he editado Revista Teluria durante los años 2015-2016 (ucm, madrid, españa).

he editado el LLJournal durante los años 2016-2017 (gc-cuny, new york, eeuu).


¿Quién caerá primero?
¿Quién estará solo
primero?
Susana Thénon

un convulso transparente en su des-
caída un derrame de claridad en el ángulo oblicuo al pie
de la cama un espejo un despojo hecho 
acto acción derrame una lógica 
a partir de un sonido 

cantan poemas secretos al otro lado en el ángulo oblicuo al pie
de la cama poemas inconfesables un florero
una cadena aleatoria de voces         
en alto 

todo es mentira 

si vienen 

si vienen y nos llevan recordaremos bien los pasos el arrastre el crujido 

si vienen y alguien se mueve recordaremos bien el reflejo el barrido  

si vienen 

te equivocas 

todo es real al otro lado 

recuerda un convulso transparente unas cuantas macetas 
un florero rotundo unas cuantas pepitas 
de carne unánime la mansa
presencia si vienen 

recuerda la des-
caída si vienen no
temas cantan poemas secretos al otro lado 
poemas inconfesables en el ángulo oblicuo al pie
de la cama 

si vienen 

todo es posible 

si vienen y te hacen señas en una pared del cuarto en que habitas 

si vienen y te hacen señas recordaremos bien un lenguaje el motivo distinto 

si vienen y te llaman recordaremos bien la pregunta el sonido 

si vienen
una presencia muy joven una aparición unos pasos inquietos 
un momento deslumbre en el ángulo oblicuo al pie 
de la cama 

si vienen 
y convocan el nombre un nombre 
nuestro nombre dócil verbal 
en la imagen 

caen y dejan caer 

si vienen 

antes la tierra escasa unas orquídeas
mustias ya desmoronadas en tu rostro y sobre
la edad creada unas voces
en alto 

si vienen 




un desliz de la carne que me viste allá
donde convoco
la pose un desdecir-
se
en grito       allá
hay algo
que apunta
y desenfoca
un cuerpo                  un                  un recorrido el
fragmento un desliz de

cicatriz

humeando

contra la prisión del símbolo                  la         la carne
que me viste

allá

donde dónde la         convocada

releva

el saber de lo evidente         esa
pose

restituida

al cuerpo un

desliz un des-
decirse que me devuelve
en grito
en no saber dónde         en

carne

proyectada





del equilibrio no me preguntes quién descansa o el margen        que descansa

sobre mi cuerpo                         no me preguntes cómo                         poco a poco

una
voz                      sostén del instante del silencio o de la gravedad de la

página no                      me                         preguntes cómo descanso después de re-

conocerme

sobre mi cuerpo                         no me preguntes sobre el sonido que rasga el
sonido que rasga las paredes incluso el espejo que rasga dos veces sobre

la hendidura no me

preguntes

cómo como no lo sostengo del equilibrio                      no

insistas    ,,                      ,                      de la presencia una voz que nunca

apaga nunca contradice                      no como no cómo tiempo nunca de re-

conocerme





quién ejecuta la máscara del transparente          quién un
tiempo
atrás
cuando apareciste
tan
cuando entraste en la tela

tan

finísima al segundo
cuando entraste          cuando al aparecido
mito
intransferible          entraste ¿quién

sobre mi cuerpo

espera
la máscara la tela la pose
ensayada
de la que escribe

q u i én          una          la          incalculable

mímica
cuando apareciste

tan

al borde

del transparente

quién ejecuta la máscara la
tela una capa

tan

finísima al segundo de l a q u e

escribe

la que

aleja la mirada          l a

mirada de          qui é n

el transparente la

máscara cuándo

apareciste

¿




la masa luego               mi
estómago vientre
recordándose desollado o un pensamiento tambaleando
de vacío                              una
masa/               deforme

cuando se pasea               una
masa

luego///

llena luego

de

vocal

encarnada o sed

/
/
/

del frágil               la instantánea               recordándose desollado mis entrañas un

estremecerse que

luego

des/arma o masa

paseando

un contorno de luz un pensamiento

deforme
luego

/

luego

mi estómago mi vientre líquido que se desborda o sed

entre las

líneas




el eco la duda protegida el nacimiento de una grieta

eres

la única una pared
eres

un cuerpo
que tiene las marcas
ensayadas una pared una
tan pesada
la herida           agachándose la dirección contraria
no avanzando
eres

un cuerpo        hacia
el lado lento el lado

regresa
un cuerpo        la vía hacia el derrumbe la pared su eco          eres la

protegida el nacimiento

eres




en el centro del tiempo me contaste   querer corrupto hasta
dónde nos alcanzarán  las agujas una la
palabra rasa          una historia me contaste cuando desde
abajo
miraba    en el

centro

me contaste      desde dónde    nos alcanzará la textura una palabra
rasa      querer corrupto desde dónde
la estampa

devengo

madeja tejido         el minuto intransigente en el centro me

contaste cercana cuidadosa-
mente  una historia

una

historia la de quienes     cuándo           desde
abajo

miraba

la de quienes

lentos deshacen la
maraña




tal vez el cuerpo tenga que ver          la razón    un toque inevitable tenga que         estoy

escribiendo con              como un cuerpo una herida constitutiva       un justo
fragmento prosodia un relato   un justo
golpe en tu forma

la razón

porque la pregunta
porque el rechazo orgánico la respuesta la máscara
porque escribes

la razón un

motivo

porque el cuerpo/imagen o imagen su espacio la captura
porque el cuerpo/texto o texto en tu imagen a-
bandono ilusión control sobre       estoy escribiendo      sí mismo en la forma

tal vez el cuerpo tenga que ver

tal vez lo más esencial tenga que ver   tal
vez con                como un cuerpo que escriba la razón sin
peso     (estoy               tenga que ver         acepto la osadía no te gires
escribiendo)                                                     una mano al hombro el

centro de una palabra en tu imagen tal

vez

porque escribes            ESTOY                        tal

vez una estampa una fisura piel ácida porque en la silueta profunda tonal



Reconocimiento

¿Cómo escapar a mi imagen?
-Octavio Paz


Te supe,
              entorpecedora.

Todo se detiene. No solo está
en la rapidez
la trampa del tiempo.

Tu ceniza deviene
materia,          entorpecedora.

Tiendo mi mano
para arrastrarte conmigo. Pero
cómo se resbala.

Quiero que todo se detenga
una vez más.
                        Pero, ayúdame,
                        entorpecedora
pues también hay
en el descenso
una única velocidad

distinta.

No es así cómo         entorpecedora.  

Sin embargo
ya es hora. Ya es la hora para que  tu
me tiendas el

fuego.

Cómo.
No sé si quiero llegar. Pero.

Una vez más. 
                   Sí.

¿Lo supe?






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IVÁN CORONA CALCAÑO [19.865]

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IVÁN CORONA CALCAÑO

Iván Corona Calcaño (Caracas, Venezuela 1986). Licenciado por la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Ha publicado en la antología Voces nuevas del CELARG y en la Revista Nacional de Cultura. En el año 2012 ganó la segunda Bienal de Poesía Cruz Salmerón Acosta.



“La muralla constelada” (2012), de Iván Corona Calcaño


I

CARTOGRAFÍA DEL IMPERIO

Los perdidos
Por orden del emperador, la siguiente inscripción debe
estar visible a lo largo de todos los caminos del imperio:

Estos son los caminos del imperio, vastos como los
cuatro ríos.
Para el viajante que no los conoce bien, todos tienen
una dirección precisa e inequívoca, pero quien los recorre
todos los días sabe que estos caminos se confunden y
llevan hacia rumbos desconocidos e inesperados.

Así, mucho se han perdido felizmente en los caminos
del imperio.

Este homenaje para ellos.

(Pág.11)




El gesto

Cuál es el gesto único
por el cual ella entregará su amor

he ensayado con suficiencia la pose fiera del guerrero
los delicados acentos del poeta
e incluso el laborioso desdén del artesano

mas esta muchacha no se entregará
ni a las hazañas de guerra
ni al canto más dulce
ni a la inigualables joyas que fabrica con maestría el mejor orfebre

sino solo a ese gesto desconocido y fortuito
elegido caprichosamente
que no depende de mérito o sacrificio alguno
y que ni siquiera el mismo príncipe podría
fingir o forzar.

(Pág. 13)




La espera

En tiempos de sequía se ha dispuesto la siguiente inscripción.

Soltar el arado. Abandonar los campos. Retirarse a sus
viviendas. Atender con fruición los detalles de la vida
cotidiana y el amor filial y conyugal.
Entonces las lluvias volverán a caer sobre el imperio.

Así el hombre confía que caiga sobre él la bendición de
su amante, como las gotas de lluvia que el soberano cielo
derrama sobre los campos del imperio.

(Pág.14)




La dinastía olvidada

Para conmemorar los tiempos de paz y prosperidad se
encomendó en tiempos ancestrales la siguiente inscripción:

Las lluvias han caído.
La tierra ha dado frutos.
Las estrellas han seguido su curso.
El emperador no ha tenido que hacerse visible, ni nadie
le ha solicitado audiencia.

El pueblo, en medio de su contento, ha olvidado su nombre
y el de su dinastía.

(Pág. 22)



La oración

Aquí, en esta piedra, he escrito mis deseos compasivos.

Yo me habré extinguido ya o perdido en regiones lejanas,
pero en ella persiste mi fe, al margen de los caminos.

El viajero piadoso que se atreva a moverla de sitio o lle-
varla consigo, como una prenda o un recordatorio, estará
acallando estas oraciones y estos deseos para siempre,
como quien profana una tumba.

(Pág. 28)



II

EL REINO SIN MARCA

Puedes negar el canto
y aún tu corazón
ese tambor dolorido e incesante
tocaría   traicionándote   la alabanza.

(Pág.34)



Sin conocer el extremo
de tu pobreza
has querido ser parte
has querido cantar
en la fiesta más opulenta: solo se pedía
que encendieras la hoguera
que escanciaras el vino
tu papel es de sirviente.

(Pág.36)




Absurda
parece la generosidad
en la tierra de la abundancia
mezquinas todas las dádivas.

Busco un resquicio de pobreza en ti, país iluminado.

(Pág.38)




Quisiste apuntar el nombre de la llama
que te desposeía, del muro de fuego
que te apartaba de tu heredad

pero siempre conseguiste el mismo efecto:
otra quemadura en tu piel de errante.

(Pág.43)




No hemos dejado atrás al que somos, lo encontramos
siempre por delante
en algún recodo inesperado del camino.

Como una superstición, queremos pensar que somos
muchos,
que arrastramos una multitud, una lujosa procesión de
caracteres insólitos,
pero solo somos uno, el más pobre, el que negamos.

(Pág.54)



Entumecido en las alturas, desacostumbrado al movimiento,
por cuanto en las cimas todas las agitaciones son
innecesarias, todos los gestos, superfluos, inicio en este
instante un entrenamiento insólito y arduo: aprendo a
respirar el aire sobrecargado de las planicies, me deslizo
en el filo de las regiones habitables, ensayo, uno a uno,
los actos y rituales necesarios del día a día hasta alcanzar
una falsa y pasmosa impresión de seguridad.

(Pág.56)




III   

LA LLAMA FATUA DEL TRÓPICO

Casa
Que el poema sea
como la casa y su hechizo
espacio ganado a la intemperie
y al incendio

que sea como la pobre llama que enciende el hombre
contra la rica llama del país

que tiembla    que vacila

como el hielo de los amantes
hilo roto en el milagro.

(Pág. 66)




Tierra de gracia

En la tierra de gracia
ninguna ofrenda es requerida
qué puede el hombre
ante la evidencia tórrida del milagro, en el reino virgen:
y sin embargo
justo ahí tú te empeñaste en construir en consagrar
tu oficio menesteroso.

(Pág. 68)



Desgraciado el pueblo
al construir su casa en el lugar mismo del resplandor y el incendio perpetuo
conocedor de la palidez de sus hogueras
de la pobreza exacta de sus ofrendas.

Buscan aún los amantes de ese pueblo
una sombra más propicia.

(Pág.72)



Huyamos a sombras más propicias
donde el resplandor no sea incendio
y tu rostro amante me sea al fin descubierto y no obliterado
por la llama fatua del trópico.

(Pág. 78)





-

BEATRIZ CALCAÑO EIZAGA [19.866]

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Beatriz Calcaño Eizaga

(Caracas, Venezuela 1956) Poeta, maestra especialista en dificultades del aprendizaje y traductora venezolana.
Maestra especialista en dificultades del aprendizaje por Avepane. Obtuvo el título de traductora del idioma inglés en la Newwport University-Nels. Ha participado en diversos talleres de Escritura Creativa en Caracas. Además de su libro "Expediciones", ha publicado el libro de textos poéticos "Pequeños mandamientos" (Publicarte, 2013).



HOGAR DE LA MEMORIA

Vivimos en un tiempo
pero habitamos en una memoria
JOSÉ SARAMAGO

     Armo rompecabezas de piezas intranquilas
     recojo trozos perdidos de la memoria
     reconstruyo el hogar de la infancia
     me aferro a imágenes huidizas
     otras acaso permanentes
     como el tecleo constante de una vieja Underwood
     o las manos curtidas de mi madre
     no hay puertas ventanas
     no hay patio jardín
     hay sonidos        aromas        libros
     trazo coordenadas imaginarias
     con ellas reconstruyo
     el lugar de mi infancia




de su libro "Expediciones"



EXPEDICIONES

Cuando los recuerdos inquietan el sueño
las sábanas trazan formas extrañas
los ruidos de la ciudad llegan
filtrados y diluidos

comienza entonces mi expedición
el viaje hacia laberintos
del pasado y del presente

me esperan puentes que creí haber cruzado
discusiones que quedaron colgadas
miedos que no pude conquistar
lo bueno y lo malo de cada día

regreso siempre
                            más sabia
                                              a veces arrepentida





REGALO

No lleva etiquetas ni instrucciones de uso
de exiguo inventario

no está en tiendas opulentas
ni humildes

de encontrarse
sería imposible envolverlo
en floridos papeles
ni lazos de oro y plata

lo hallé bajo las sábanas
mis manos heladas sostenían un libro
un desacostumbrado silencio
ocupaba el cuarto
invadido por un frío forastero
y allí presente estaba

el regalo de encontrarme.





GLADIADORES

a Eduardo Corona
por gladiador

No es poema
de guirnaldas de flores
ni corazones atravesados

es uno que canta
una travesía con vaivenes
de excursiones por mares tormentosos
y territorios de inquietante calma

sus protagonistas
casi gladiadores
permanecen imperturbables
ante el mal estado del tiempo

sus manos
todavía
se entrelazan
aún sus cuerpos
se guardan misterios por descubrir

a pesar de todo
parece que para siempre




IMPOSIBLE EQUILIBRIO

¿Por qué no me dijiste antes que
la luz del infierno puede ser buena para los ojos?
¿Por qué no me dijiste antes que
no era pecado estar cansada?
PATRICIA GUZMÁN

Una vacaciones forzadas
me he tomado

no será un paisaje esmeralda
con árboles sabios
el que recree mi vista

ni reposaré
en suaves pliegues
de arena

el mínimo equipaje
consistirá en pocas fotos
una arrugada estampita
                      un libro que no leeré

hablaré con el Mago de Oz
recordaré los mejores momentos
haré quizá viajes astrales
escucharé what a wonderful world
-por centésima vez-

estaré topless
frente al gran Rá
su enorme cabeza
me cubrirá
sus rayos sanadores
bañarán partes de mi

querré regresar
purificada
a dormir profundo
a sanar heridas

y nunca olvidar
la sabiduría que puede
encontrarse en el horror

de este cuerpo que lucha por volver
al imposible equilibrio de la vida





ÁLBUM

para Antonio Simón y Carmen
mis padres


De los días sin compromiso
guardo cierta memoria
un desierto que parece
                           y no es
un matrimonio de azules
                                  que persiste en conmoverme
competir con Van Gogh
cazando estrellas fugaces

tierra de secretos prehistóricos
custodia de mis raíces
aprendí a mirar hondo
                                 en tu vastedad
a encontrar la belleza
aún en la aridez




-





MARTA DEL POZO [19.867]

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MARTA DEL POZO

Marta del Pozo (Avilés, 1980) estudió filología inglesa en la Universidad de Oviedo y es doctora de literatura española por la Universidad de Massachusetts-Amherst con su tesis Hacia un reencantamiento posthumanista: ciencia, poesía y nuevas tecnologías. También realizó la Maestría de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Nueva York donde escribió Escuela de Geómetras, libro que publica ediciones Devenir formado por dos poemarios: el que lleva el mismo título y Deus Ex Machina. Este segundo tiene su extensión virtual en la página www.maquinadedeusex.com. Ha traducido al español la antología poética La belleza de las armas de Robert Bringhurst y el poemario Resonancia de Richard Jackson (ambos publicados en Kriller71, Barcelona) y al inglés Viento de Fuego/ Firewind de Yván Yauri  (Ugly Duckling Presse, NY) y La caída del equilibrista / The Fall of the Tighrope Walker de Czar Gutiérrez. 

Como poeta, ha recibido el premio de poesía de la Fundación Jorge Guillén por su poemario La memoria del pez (2008) y ha sido galardonada con el premio Internacional Antonio Gala con su otro poemario Hambre de Imágenes (2015). 
DEUS EX MACHINA, nació en Massachusetts. El segundo poemario que compone este libro y que le da título, ESCUELA DE GEÓMETRAS, empezó a cobrar forma en pleno Chinatown, Escuela de geómetras. Editorial Devenir, 2015.

Actualmente, es profesora de literatura y cultura española en la Universidad de Massachusetts-Darmouth y cofundadora y directora editorial  de Quantum Prose, una organización sin ánimo de lucro con sede en Nueva York que tiene como fin realizar puentes entre ciencia y literatura.

Extensión virtual de Marta del Pozo, con imágenes y videos: http://www.maquinadedeusex.com/


OJO DE PEZ

      A Xabi

Una fotografía del desierto
concentra todas las horas
[Tú y tu cámara lo habéis sabido]

Mira bien con tu ojo de pez
enfoca el cristalino                  lame
el sabor a mate de la toma y dime

si un párpado contiene toda su sal
si en una serpiente encantada
se esconde la plaza Jamáa El Fna
o la mano de Fátima que obró el milagro:

Porque aún guardo entre los dedos
el olor a menta y a hafa, a la shiva del Atlas
o el de tu barba,
la que a los cuarenta días susurró:

No todo lo bello es susceptible de ser fotografiado

Por ejemplo: el verano
la hena en mi piel
o aquel oasis de fresa y palmera

No aparecen ¿ves?
a no ser que hagas zoom en las pupilas
y vuelvas a soñar





SOBRE ESCUELA DE GEÓMETRAS



Por Alvaro Muñoz Robledano 

En el momento en que empieza a escribir un poema, cada cual debe asumir todos los riesgos posibles; entre otros, el riesgo de que el poema se escriba al fin. Un poema escrito (en cualquiera de las formas en que un poema pueda ser escrito) supone una demostración de desnudez, de insolencia y de arrojo. En un poema no hay formas de ocultar la piel, tampoco la invisibilidad. Piel e invisibilidad que son la inteligencia del poeta; su capacidad y su enemigo. No me atraen los poemas en los que no presiento la pelea entre la estructura y la inteligibilidad, entre las pautas de construcción y los mecanismos de deconstrucción, entre el lenguaje meramente emitido y el lenguaje expoliado del tintero mitológico del sentido (tan mitológico como el de la sensibilidad, puestos a parafrasear). No me interesan los poemas que no atienden al desarrollo de su tecnología, si entiendo como tal la imbricación en ellos de los recursos que quien los escribe encuentra tanto en el campo de la producción y la reproducción como en el campo de la sensación. Tampoco me interesan los poemas que no se atreven a la exploración, a cualquiera de las muchas exploraciones que la posibilidad de un poema ofrece, desde la de las urdimbres expresivas a la de las tramas alógicas.

Pues bien. Escuela de geómetras, de Marta del Pozo, me ha atraído y me ha interesado, y siempre que ha querido me ha atrapado en sus recovecos vitales y en sus declaraciones acerca del presente, tan valientes como lúcidas. Leer sus poemas es sumergirse en una indagación fiera acerca de las formas en que la realidad se nos presenta y acerca de la realidad que las formas soportan. Leer sus poemas es también compartir dudas y certezas acerca de los órganos sensibles con que recogemos tanta información, sobre todo la que no reconocemos como tal. Ningún factor es aceptado pasivamente por la poeta, ni consiente a quien lee que los considere así. Este libro está escrito en acción y para la acción. Es acción, que, por cierto, es lo que significa la palabra “poesía” en el griego de su origen.

A.M.R.





BANDA ANCHA

La asimetría que caracteriza a los sistemas ADSL
supone que ofrece una mayor capacidad de
transmisión en el llamado “sentido descendente”
(de la red de telecomunicaciones al usuario) que en
“sentido ascendente” (del usuario a la red).

<http://adsl.interbusca.com/que-es-adsl.html>
                                                                                                                

New Method has a machine that purifies everything
White on White, Eve Sussman



El objetivo es preservar cualquier forma de vida:
estas plantas enmarcadas en una blanca pared
acentos que atraviesan aparatos de sonido análogos
espejos y taladros resonando
en torno a este paisaje mecánico
donde una valla publicitaria nos comunica
el gran mensaje: LIVE HEALTHY LIVE WELL

Porque hoy hemos descubierto un Nuevo Método
en un desierto de Kazajistán

– “A hiatus in the code that runs in the head” –

que cada cual se rinda
a la inminencia de su instrumental:
uni-ball Vision NEEDLE – Grosor 6 –
o haga su truco para desaparecer
detrás de su objetivo: captar
un aumento de la saturación
en este éter azulado

Porque también hemos bebido un brebaje
que purifica las almas de la ciudadanía
y esa voz que nos dirige ha emitido
su sentencia:

-“Every car in town is a taxi” –
-“No one questions how long the day is”-
Y es que hace tiempo que este reloj

marca las tres
antenas giratorias en la azotea
de un edificio piramidal, cómo buscan sintonizar
el río con tu estación con el gran ojo del atleta
que continúa suspicaz su escrutinio urbano. Y sin embargo,
habremos de creer:
            Welcome to Highline…

retransmiten las violetas que se abren paso
a través de las vías- adioses
lanzados a un viejo tren- gusano de la evolución
de este paisaje
que nos sigue transportando de estación en estación,
purificando
algo que se nos escapa
-“Are you aware of the psychoactive effects of lithium?”-
Pero seguimos en línea
y tenemos un objetivo: seguir observando
la pared en blanco, distinguir
dentro del marco
dos cactus que se besan las espinas,

conservando
alguna forma de amor

In a Perfect World











-

CZAR GUTIÉRREZ [19.868]

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CZAR GUTIÉRREZ

Czar Gutiérrez - César Gutiérrez - (Arequipa, Perú 21 de Octubre 1966 - Trafalmadore 2855) Poeta, Periodista, 80M83R, Narrador, Padre de todos los hijos y Dios. Ha escrito La Caída del Equilibrista y 80MB4RD3R0. Ha conducido el programa cultural Lectonauta. Ha escrito en diarios y portales del Perú y de toda la galaxia y tiene una canción hermosa hecha por una banda hermosa que dice: “yo quiero ser como césar gutiérrez / ver el pavimento partirse en dos / quiero tener cuarenta mujeres / en menos de un mes como manda dios”.

Se dice que pronto saldrá un Documental sobre su vida llamado 80M84RD3R0, Los días y las noches de Czar Gutiérrez.






Fragmentos de 80M84RD3R0 de Czar Gutiérrez

LITERATURA PERUANA NARRATIVA 

Czar Gutierrez Bombardero


Dios, César Gutiérrez es Dios y vino desde el piso 6´684,586 para dejarnos sus mandamientos y sus visiones del futuro y del pasado y del amor y de la música + drogas + artefáctos eléctricos (que también son el amor) a través de un libro hermoso y alucinante llamado 80M84RD3R0 o Bombardero o El Libro que Todo Lo Puede y Todo lo Sabe o LABIBLIA para que nosotros los humanos podamos entender lo que él entendió y vio y nos traduce en todos los lenguajes del futuro con la única intención de que seamos buenos siempre buenos y le compremos flores y creemos divinidades de barro con su nombre y el nombre de todos los hombres y visitemos la luna y vivamos en un mundo dirigido por dirigibles de fuego de torres que caen de velocidades que traspasan la luz y el sonido, etc.


Portada de la Primera edición de 80M84RD3R0 de Czar Gutiérrez

CONTINUO DE NYC
ATERRIZO EN MI DEPARTAMENTO, vomito un poco, busco el sueño, corto todos los caminos con un Dormex y luego me acuesto y en perfecta paz y armonía con el universo empiezo a soñar:

1.- Es una ciudad inspirada en METRÓPOLIS o THINGS TO COME o en la tapa del disco RELEASE ascendiendo hacia nubes perfectas, nubes de diseño flotan sobre muelles para c4z4b●mb4rd3r●s→ y delirantes lanzadores de neón que se yerguen trazando castillos estriados de luz en medio de la brillante sucesión de rascacielos: los edificios parten desde los 1045.0 pies de la CRHYSLER en un degradé que alcanza los 1571.7 de Woolwoorth2, 1785.9 de Two Liberty Plaza y 2005.3 del templo cromado de Carnegie, donde es posible esconder dos Empires. Carreteras de cristal suben entre las agujas, atravesadas y vueltas a atravesar por suaves formas plateadas y lisas que se derraman en una suave danza de gotas de mercurio. El aire está preñado de naves: aviones de alas gigantescas, cosas pequeñas, plateadas, velocísimas, a veces una de las formas de cromo de los puentes celestes se eleva con gracia para sumarse a la danza: dirigibles de más de un kilómetro de longitud, cosas con forma de libélula que parecen autogiros, b0m8Ard3r0s de la Primera Guerra Mundial volando hacia el Downtown y luego el cenicero está lleno de colillas aplastadas, como edificios.

EN EL SEGUNDO SUEÑO (corto) tengo una camisa azul y estoy pasando los controles del aeropuerto con mi maletín y mi cuchillo hacia mi avión con mi cuchillo.

EN EL TERCER SUEÑO (veloz) estoy en una plaza, estoy mirando la imponente cristalería de una estación de ferrocarriles, la dinamita ha llegado a la ciudad en un VOLKSWAGEN Golf, el minero es un confidente de la policía pero el minero también es el que ha facilitado la metralla y la dinamita y luego carga el VW-Golf con clavos y fulminantes, ese maldito minero soy yo o acaso ya no soy yo sino Dante, sí, así es efectivamente: ahora soy Dante y estoy llamando al celular que enciende los detonadores de cobre, la carga no es TITADINE, es Goma2Eco, estoy llamando a Goma2Eco, ¿alo? ¿Goma2Eco?, sí, Goma2Eco contesta mi llamada y ahora obsevo el baile de las ambulancias: el convoy está abierto pero no se ha descarrilado, es como si lo hubieran atravesado dos misiles Scud o un solo Tomahawk. Luego dejo de ser Dante para ser el Ser colgado en la cruz, estoy cubierto de dolor y eternidad, los clavos entran por las palmas de mis manos, los clavos describen un rojo ángulo descendente y salen entre los huesos de la muñeca, ahora viene alguien y me dice que estoy Muerto y que estuve en la cruz durante veinticuatro horas, las lágrimas de mi madre y de la mujer que ama Mi Carne le sacan brillo a la colina, razón por la cual sospecho que estuve Colgado más tiempo del que tiene el universo: soy un Ser Sin Tiempo y entonces cada momento es para siempre, cada boquerón en cada vagón tiene ocho metros de ancho, dos clavos se están oxidando en la palma de Mis manos, un amasijo de hierros se abre contra el cielo como una rosa negra que florece violentamente, como si una chimenea gigante hubiera explotado vomitando acero, el golpe seco (el ay que salta), ahora los muertos están ahí, encima de la mesa, las luces se apagan y luego todo se quema o se corta o naufraga como mis sueños líquidos cuando dan en el filo del rompeolas: sabor a sangre quemada y a carne impía. Pero Me descuelgan o Me descuelgo o navego en el mar del tiempo y llego a una Era de Acuario con aviones en el aire:
–Los aviones son más rápidos que los trenes, las ambulancias y las neveras de plasma.

EN EL CUARTO SUEÑO (químico) estoy flotando en medio de una nata aceitosa, floto o fluyo con la mente en negro y los ojos en blanco, soy sensible al pulso frío y seco y eléctrico del celular, me deslizo a través de lo que parece un tube que conecta durmientes, ratas y estaciones, la luz que brilla al final del túnel es la luz de El Clemente y Misericordioso, Alabado sea Él cuya promesa se cumple y auxilia a sus siervos, mi mochila es de hidrógeno y mi libro es El Libro, los perfumes y las aftershaves son de marca, Alguien me ha dicho que los frascos de ARMANI, Fahrenheit, GAULTIER y BOSS diseñan las mejores explosiones, hermosos arcos azules y fosforescencias de peróxido elevándose con la gracia del Napalm, esta es una mañana fresca y rica en ácido cítrico y Napalm Fashion y plegarias que caen en forma de frase bombardero, mi celular empolla Su Ira entre detonadores de cobre, mi celular es paciente como las arañas, mi mochila de hidrógeno recombina el dímero C6H12O4 + monómero para formar un trímero cíclico en presencia de un ácido fuerte y catalizador, ven me dice el Bendito, ven al martirio en la tierra de Tarek Ben Ziyad, mi Dios es rojo y ha escrito un verso en mi torso: la peroxiacetona / jamás detona / sin su acetona, El Bendito es bendito y bueno y ha dispuesto nuestra ascensión por escaleras de calcio, somos 3 pakis + 1 jamaiquino + 10 botes de peroxiacetona + formula bombardero+sazonadores de cobre + sal al gusto + oxidación + ardor en carriles de miedo, ahora sueño que sueño fuera del sueño, ahora memorizo una fórmula:   2 C9H18O6 + 21 O2 → 18 H2O + 18 CO2 esa es la fórmula que usan las serpientes para poner sus huevos en los trenes, para que las sustancias tejan circunstancias angostas y sin luz, saturadas de gases, polvos y ratas ralentizando las operaciones de rescate, los cuellos rotos como las ramas secas de los árboles en Kensington Gardens, trabajo en condiciones tenebrosas para que todo sea nada y el día se desplome junto al crocante crujir del túnel porque El Bendito ya tiene las manos en mi mochila y recombina tres moléculas de acetona y una de ozono y ordena las pilas moleculares en fila india formando bloques que luego libera para que las moléculas vecinas estrellen recíprocamente sus cabezas y se desplomen en cadena y en pavorosa reacción quemen las tierras de Tarek Ben Ziyad, cosa que ocurre supersónicamente ahora en la hora de la descomposición de los ángeles y de mi fluir en un arco sideral sin luz, ruido blanco y flash denso sin amor porque solo soy un flash sin luz ni amor.

EN EL QUINTO SUEÑO (sálmico) veo al cordero de Dios, ese manso, pastando en las Granjas de Cheba. Luego llueven cohetes Katyusha, lue-go el eclipse, luego los prados pintados de rojo violento: desaparece.

EN EL SEXTO SUEÑO (dantesco) soy un delirante escriba del Apocalipsis, soy el amado apóstol Juan dibujando a nuestro Señor con una corona de oro y una hoz brillante que Este nuestro Señor ha afilado para que tenga hambre de carne: no es la misma hoz que llevan los ángeles a su servicio: es una hoz diseñada para hacer llover llamas sobre Arabia, recolectar las viñas de la Tierra e introducirlas en la prensa de la Ira de Dios.

EN EL SEPTIMO SUEÑO ya no sueño porque ya son demasiados sueños para tan pocas páginas y porque además…

HAY AVIONES EN EL AIRE
LOS AVIONES ESTÁN en el aire.

LOS AVIONES SON MÁS RÁPIDOS que los trenes y que los misiles de la Ira de Dios y que las ambulancias y que las neveras de plasma.

ENTONCES DESPIERTO Y EMPIEZO a mirar la tele y veo que allí todo está a punto de convertirse en un rectángulo de catástrofes condensadas, cuatro mil funerales simultáneos sin cuerpo presente y con féretro ausente: la batalla por el paraíso ha terminado y la batalla por el infierno está comenzando, ¿la muerte se abre camino?, ¿qué es la vida?,¿somos como las ratas que abandonan el barco que va a hundirse y luego el barco se hunde?, las noches más cortas preceden a los días más largos y los días más largos convocan a las nubes más espesas: si el sabor de las lágrimas te parece tan salado es porque no las saboreas muy a menudo pero tus uñas van a venir con carne si te pones más nervioso.


¿ESTÁN BOMBARDEANDO NY?
GRACIAS. Vuelo a la cocina sin saber que sin pedir permiso ya está en el aire el temible 765-200ER, vuelo 175 de UNITED que cubre la ruta Boston-Twin Towers, esa nave despegó a las 7:59 y todo parece indicar que irá a disolverse limpiamente en vivo y en directo y exactamente a las 9:05, en estos momentos son las 9:00, una botella de cocacola helada y un tubo de PRINGLES o’clock, siempre es bueno tener PRINGLES en tiempos de guerra, siempre es bueno vivir en una pradera eléctrica en la que consigues dormir como un sparrer de peso pluma y despiertas como Mike Tyson con seis motores a reacción en los oídos y una oreja en tu boca, es muy saludable y recomendable criar ovejas eléctricas y saber tirar la toalla cuando algo así como un puño o un martillo o un clavo marca LOCKHEED viaja hacia tu rostro, la acción precisa en el momento preciso y mejor si con la invalorable agilidad del control remoto para las manos y con los ojos y las orejas para CNN fn, CBS, DW, TV5, TVE, Antena 3, NBC, SUR, todos los transeúntes de NY miran hacia arriba, mandíbula arrastrándose por el asfalto, dicen ou nou y luego todos corren hacia las cámaras de televisión, corren y corren y se estrellan contra el lente del camarógrafo que es mi OjO catódico y plano, ya son tantos los ciudadanos que se estrellan en mi rostro que mi pobre rostro empieza a flamear como una furiosa bandera verde azotada por muhaydines, como las ropas de un niño suicida de Hezbollah que acaba de estallar y cae de los cielos, estamos en el aire, estamos mordiendo PRINGLES y estamos presionando el control remoto que es el mejor amigo del hombre porque parece que tenemos una serie de actividades que comentar y muchísimo más que lamentar que esa avioneta que se posara accidentalmente como una paloma extraviada en la primera torre porque aquí viene, aquí llega y ya está, señoras y señores: he aquí la silueta oscura de una nave que aparece y desaparece y a continuación es humo y gracias al hermano humo estamos en condiciones de informar que tenemos un nuevo impacto, un impacto que repica en lo alto de templos y catedrales, noviciados y beaterios, cartujas y claustros, retiros y abadías, conventos y conventillos, casas de oración, recogimiento e intercambio de parejas, un impacto especialmente visible en las pantallas de todos los televisores del mundo y en todas las pulgadas + surround: 56 pasajeros, 7 auxiliares de vuelo y 2 pilotos se acaban de clavar en las Ventanas del Mundo, felizmente conseguí cocacola helada en esos preciosos 18 minutos de intermedio entre el 765-200ER y este vibrante, poderoso e imponente American que ingresa en la segunda torre que es la Torre Sur en una inmejorable toma proyectada desde Long Island: he allí a la alta torre en vivo y en directo y sin atenuantes exhibiendo al mundo su flamante perfil de espigado edificio con avión empotrado y larga cabellera de humo que los vientos de oriente comienzan a peinar hacia las riberas del Hudson, este avión se ha filtrado entre mis labios y baja y se derrama a través de mi tráquea dejando un sabor salobre y platinado a snack y yodo.

LA LATA VACÍA DE CERVEZA sobre el televisor ha comenzado a humear.



La-Caída-de-la-Equilibrista
UN CANTO EN 11 TIEMPOS

1.-SU CUERPO HA ESTADO dos segundos en el satélite pero la memoria vertical de los teleobjetivos y de los grandes angulares congelan la luz para que esa sea La Luz Que Flota Para Siempre En El Mar Del Tiempo: ella es una brizna de estática, una pestaña digital del satélite, un milímetro saturado de éter en la soledad del cosmos.

2.-AHORA ELLA ES una chispa cargada de electricidad volando en paralelo contra las intermitentes barras de acero que dibujan su perspectiva: cabellos atizados por el humo, labios laminándose en cenizas, conos de magneto que entran y salen a través de su cuerpo de traductora del señor CANTOR Fitzgerald y show room model del señor SalvatoreFerragamo que ahora cae como la luz de una estrella que ha viajado millones de años para agruparse en este cono –en este cono donde se afila un relámpago–.

3.- SON LAS 9:38 A.M. hora del este en WTC2 / Hora 0 en los bordes del Planeta Infierno: bañada en física pura, Rachel corta las cortinas de aire mientras Battery Park se desdibuja en el fuera de foco de un obturador drenando por nubes de gas y vahos de petróleo y brújulas sin norte:
3.1.- hacia abajo la profundidad del desgarro en su corto viaje de ventanas rápidas,
3.2.- hacia arriba la espantosa presión de un cráneo que se aprieta demasiado entre las tenazas de sus sienes y
3.3.- hacia adentro, oh, hacia adentro: las arterias conectadas a la órbita celeste, hacia la estela ya invisible de un avión empotrado, hacia el ruido muerto de un motor y el sonido blanco de mi grito:
—el amor es la piel de un planeta en expansión —pienso.
—el amor es una lenta ruptura de simetrías —digo.
—el amor es el dramático vértice de una estrella que colapsa —escribo.

4.- EL AMOR ES LA VERTICAL que me rasga mientras caes (así viviré).

5.- FLASHES DE CIELO FILTRÁNDOSE por o acaso atravesando su piel (que se abre): se abre o se desnuda invirtiéndose como las praderas rojas de Arizona contra los cielos de fiebre de Hiroshima.

6.- ¿MIS OJOS O SE CIERRAN o se ensombrecen o se llenan de vidrio?

7.- SERÁ UNA BRIZNA DE ESTÁTICA, una pestaña digital del satélite, un milímetro saturado de éter en la soledad del cosmos, pero una descarga de sus labios es el rastro luminoso que dibuja la anaranjada curvatura del espacio.

8.- CAE PROFUNDA, INFINITA como una lluvia silenciosa: sus pechos arqueados para romper las olas, los brazos abiertos midiendo la longitud del vacío, midiendo la atracción de la onda, la boca abierta hacia el firmamento, la boca helada buscando un beso incandescente, la boca helada viajando en busca de un beso largo y generoso, en busca de un beso que cubra el mundo, en busca de un beso enorme y prodigioso, la boca helada buscando un Beso Azul.

9.- LA PARED OESTE encuentra su base: un puño de cemento:
9.1.- el crujido del árbol de sus venas al doblarse,
9.2.- el brillo de su cerebro, silencio contra abismo y un rosario de latidos que nace y que crece y se eleva,
9.3.- un rosario de latidos constelando el oleaje espacial para que —entre auras y claroscuros— mansamente el Ser repose.

10.- QUIERO TEJER UNA RED con mis huesos pero termino convertido en un casquete polar deforme, en un poema cubierto de musgo, aplastado en sus bordes, quemado en su centro, bañado por la lluvia silenciosa y espectral
y catódica de un televisor sin clima que, así como me alimenta, me convierte en plasma.

11S.- PARA siempre.



Retrato de Czar Gutiérrez, por Susana Bouroncle (Exposición TDVORO, Lima 2011 )

80M84RD3R0, la novela cinética de Czar Gutiérrez

Por Anouk Guiné

De trapos     de mi saxofón
De terciopelo azul     de mi clarinete
Que sube y baja como el sol
Hasta alcanzar la divina incandescencia
Del tambor y la trompeta. Hay además
Un piano de fieltro violeta
Cuyas notas cubren la orquesta
Como la marea. Así la música
No se oye     el silencio se dibuja
En la retina     y el ritmo
El ritmo     el ritmo
Es siempre atroz y soberano
Como el océano

“Hoy quisiera hablar de mi concierto”, Eielson

Bombardero,1 que no es libro sino “artefacto”, como dice su autor, es un verdadero derroche poético cyberpunk y biopunk, un arma de desconstrucción masiva del lenguaje y un acelerador de partículas.

Mi lectura de esta novela —que no es novela, sino síntesis, cristalización y paradigma de todos los géneros literarios que conocemos— empezó, porque así lo quise, encima de las nubes: exactamente a 9.500 metros de altitud, 967 Km/h y faltando 10.210 kilómetros para alcanzar mi lugar de destino. Bombardero y yo hemos cruzado los cielos y las noches de mil amparos desde Nubegris (que así se llama Lima en el libro) hasta París, vía Ámsterdam, a bordo de un Boeing 747-400. Una música árabe del Medio Oriente, la que propone KLM a bordo de sus aviones, inundó y nutrió mi lectura por más de 9 horas. No podía imaginar empezar Bombardero sin música árabe, el perfecto soundtrack para una historia que se basa en los ataques de las Twin Towers de NYC, el 11/09/2001.

No quería dejar de volar hasta llegar a la última página. Porque una vez que se entra en este papel, en este texto y en esta maquinaria y mecánica de flujos, fluidos y fragmentos, no se vuelve a ver el mundo, la belleza y la poesía como antes. Y desafío a cualquiera a desmentir el hecho de que existe y existirá un antes y un después de Bombardero en la historia de la literatura latinoamericana.

Citando a Mircea Eliade, el escritor y jurista Kadel Sabir escribe:

Ground Zero se ha vuelto un Axis mundi, un lugar hierofánico por excelencia donde “lo sagrado se manifiesta”; esta irrupción de lo sagrado crea un punto fijo donde gravitan todos los valores. Así como se piensa que el sol gira alrededor de la tierra, se piensa hoy que la moral gira alrededor de Ground Zero.

Pienso que de la misma forma que Bombardero tiene su eje en Ground Zero, la historia de la novela, su sentido sagrado y sus valores, tendrán que girar en torno a Bombardero.

Las palabras milimétricas, quirúrgicas y corrosivas del poeta peruano Czar Gutiérrez, el lenguaje, jamás agresivo y de una gran elegancia, la gráfica, los códigos, los símbolos, los dolores, los circuitos internos —electrónicos, mecánicos, químicos y humanos— y las redes virtuales explorados de manera continua, el movimiento que el autor da a las naves aéreas, a los cuerpos, a los metales, a los cristales, al plasma, al mercurio, a los goces, a los cerebros, a la luz, a la velocidad, a los sentimientos y a la muerte, son increíbles por inéditos y altamente innovadores.

Digo “movimiento” porque considero que Czar Gutiérrez ha inaugurado la era cinética de la novela. Y digo “electrónico” porque considero que también ha inaugurado la era cibernética de la novela latinoamericana. Estamos ante una escritura que conoce el arte de paralizar un avión en pleno vuelo y de estrellarlo con el infinito y la eternidad contenida en la poesía más alta, que hace transpirar de goce en goce.

Estamos de lleno en la lógica de Roland Barthes cuando, en El placer del texto (Le plaisir du texte, 1973), afirma:

La escritura es eso: la ciencia de los goces del lenguaje, su kamasutra (de esta ciencia, hay un solo tratado: la escritura en sí)... Iré hasta gozar de una desfiguración de la lengua, y la opinión dará altos gritos, porque no quiere que “se desfigure la naturaleza”.

Y para desfigurar el lenguaje, como lo hace Czar Gutiérrez, no solo se requiere amar y sufrir en todos los sentidos de la palabra, sino también ponerse a sí mismo en peligro constante a través del lenguaje, de su estructura y de su goce. Porque de esto se trata aquí, es decir, reitero, de los goces del lenguaje y de gozar de una desfiguración de la lengua.

Devórame, defórmame a tu imagen, escribe Marguerite Duras en Hiroshima mon amour, en medio de un lugar desfigurado por la guerra y donde el goce amoroso llega también hasta el deseo de desfiguración de los cuerpos. De hecho, desde el inicio del primer capítulo, Reset, Czar Gutiérrez nos dice: Alguien se dispone a desfigurar la geometría del globo, alguien quiere borrar las coordenadas, alguien quiere, alguien busca, alguien planea.

Lo que aún no sabemos es que el autor se dispone a desfigurar la geometría del lenguaje y de los cuerpos en una suerte de fragmentación que remite a la poesía de J. E. Eielson, en particular a Noche oscura del cuerpo. Desde el polvo y hacia el polvo, Czar Gutiérrez opera estas desfiguraciones construyendo una nueva arquitectura de la novela y de los mecanismos de escritura, inaugurando también una nueva relación entre las comunidades estructurales que conectan lo escrito hecho de “letras” y lo escrito hecho de “imágenes”, como lo plantea la “téxtica”, que pretende establecer una teoría que unifica las estructuras de lo escrito.

La obra de Czar Gutiérrez pertenece, además, a las artes plásticas, en cuanto mueve nuestros sentidos a partir de una dimensión táctil, visual y musical, hasta el punto de inspirar a artistas como Tito Domínguez (frontman del dueto electrónico trujillano Jardín Solar), que trabaja desde las artes visuales y la música electrónica (2009); Sophie Canal (escritora) y Gabriel Gargurevich (músico), quienes compusieron una canción producida por Jonni Chiappe (2010), o Susana Bouroncle, quien dedicó al autor una exposición de pintura, instalaciones y murales (2011). Y más: junto a los homenajes de los electricistas arequipeños Delay Tambor, o de los bonaerenses Plan Quinquenal, entre múltiples remixes.

“Gutiérrez convirtió las ruinas (del 11S) en un taller de escritura y ha hecho de su libro un peregrinaje literario que lo ha convertido en el producto de su propia novela, la que ha seguido transformando en el Internet, el videoarte, la lectura high-tech; y, al final, en un acto de fe literaria sólo paralelo al de Joyce en el ‘Work in progress’, al de Julián Ríos en Larva, a la novela desvelada bajo las de Perec”, como escribió muy justamente Julio Ortega en “Imaginario 9-11”.

La estética plástica de Bombardero resulta ser una experiencia sensual —lograda también con frecuencia por el humor— donde cada página y cada frase, hasta la más irreverente, resulta fascinante. Sin duda alguna, es un texto que transforma nuestra relación a lo escrito, a la lectura, a los géneros literarios, al objeto libro, a la escritura computacional, a la poesía y a la prosa. De hecho, he leído Bombardero como escucho la música celestial de Philip Glass. Como obra fundamentalmente musical, esta novela nos hace penetrar un minimalismo y unas estructuras repetitivas dignas de obras como Dance 8.

Glass es maestro de los circuitos electrónicos que fueron alimento del rock progresivo, género del cual siempre se nutrió el autor en cuanto ex dj. En su “caja negra”, escribe que ritma su novela con cancionero popular, acústico, retro, pop, punk, postpunk, new wave, acid, sicodelia, emo, house, indie, jungle, latino, lo-fi, dance, noise, singer, trance, trip-hop... Y cuando leo:

el puño de acero martilla y martilla y martilla la arena hasta que el desierto sangra de negro... me sobra el tiempo para ametrallarte y ver tu cara destrozada, 48 Scuds acaban de ser despedidos con bombos y platillos y acaban de no ser interceptados... es una delicia el olor del Verbo, es una delicia el olor del Ébola, ojo con los Scuds, ojo con los satélites, ojo con el Astra y el Eutelsat, la muerte ya no existe si me miras a los ojos, amor, el puño martilla el acero y los ruiseñores de la guerra cantan: himno aéreo / himno a-e-e-é-reo

siento la adrenalina futurepop y synthpop que da Apoptygma Berzek (APOP).

Puede decirse que Bombardero es un gran himno a la Electronic Body Music (EBM).

Ocurre también que David Bowie, uno de los personajes de esta novela, era gran admirador de P. Glass desde su performance en el Royal College of Art en Londres en 1970. Bowie compuso después la obra minimalista y abstracta Low, elogiada por Glass en 1992. Cuatro años más tarde, grabaron juntos Symphony No. 4 ‘Heroes’ en 26 Mixes for Cash (Aphex Twin). Czar Gutiérrez celebra la versión original de Heroes (1978), hasta el punto de ofrecernos parte de su partitura sagrada en medio del libro y de poetizar magistralmente obras no menos magistrales como Neuköln:

ahora el saxo de b0W1e comienza a salir como una mano solitaria desde una estación de trenes cubierta por nubes de estroncio, el saxo se despliega en espacios de orfandad y vacío donde nunca termina de caer, el saxo rebota y se duele y se desploma otra vez para terminar naufragando en un mar de espirales y aullidos primorosos y soledades que solo pueden dibujar el camino de un hombre que se dirige hacia el polvo bajo la atenta mirada de las estrellas en forma de canción que muere de muerte dulce y violenta y subyugante y brutal, rip.

Por su complejidad creativa, Czar Gutiérrez, heredero, entre otros, de Glass, de Bowie y de Eielson, pertenece, como ellos, a los innovadores y a los transgresores que marcan la historia.


Nota

Edición príncipe de casi 600 páginas, fue publicada por el autor en 2008 y replicada en tres partes [Ground Zero (2009), Estamos en el aire (2010) e Himno aéreo (2011)] por el Grupo Editorial Norma. Su traducción al francés y al inglés está en curso.





La Caída del Equilibrista 

A Marcy y Julio César
(que son el origen)


He arrastrado todos los sí por el barro y no adapto mejor al mundo que el anillo al dedo del esqueleto. 
E.M. Cioran

Todo lo sólido se esfuma.
Virus

Fraternidad sobre el vacío.
Octavio Paz


ACTO
[primero]

ABRIÓ
LOS OJOS
COMO CUALQUIER HOMBRE
QUE ABRE
VIOLENTAMENTE
UNA
VENTANA 


AZUL CASI TRANSPARENTE

Sumergió los ojos en la larga herida,
arrojando la cabeza hacia el accidente blando

enorme y ovalado
el Gran Cráneo flameó en la espesa marea del dulce cobertizo
presionando lentamente el manto azul que lo envolvía
Y sus órbitas rozaron el borde neblinoso
Rodaron hacia el fondo del abismo
Hacia el oscuro rincón donde duermen las pupilas
Y el filo dentado
quedó suspendido
sobre la envoltura azul-gelatinosa

—Ya estoy aquí, Señor —dijo

- con el vientre dorado y la milagrosa electricidad
- con el precioso resplandor que chispea en mis pestañas
Se abrieron los cielos y los mares
y
las aguas empezaron a crecer sobre sus tiernas mejillas
Después
la pavorosa fricción entre paredes líquidas
De ola dulce
de vidrio
Y el Gran Ojo se alzó diagramando su longilíneo cuello

2

Agudo
sucesivo
violento ocurre el desgarro
El ay que salta
Y el Universo entero que contempla el instante cuando aparece deslumbrante

El instante exacto cuando sale envuelto en luz
&
la celeste esfera hiere con su intensa coloración el cristalino

Azul
casi transparente


3

EL CIELO:

Limpio
y
acerado
muestra la esplendorosa claridad del manto

La claridad del haz que besa el prisma

Lo besa
revienta en abanico
y
mancha
el ojo rápìdo
que revolotea en su centro

Por un territorio poblado de estrías
flota

La piel tersa
—húmeda y hormonada—
se esponja
vaporosa

Y la razón, a causa de tanto asombro, se nubla


4

(PERO SU CUERPO SE DESPLOMÓ EN UNA ESPANTOSA LLANURA)

En rojizas
y
polvorientas regiones
el esbelto esqueleto se expuso
:
-a la luz cruda
-a la sagrada erosión (que delínea)
-a la inclemente acción de millones de criaturas
generando el comportamiento de sus nervios motores

De su intermitente dentadura sembrando clavos en su frente

En la frente del que muere

Sólido
Óseo y puntiagudo
¿No fue esta una Especie de Amor —preguntó

-las cuencas vacías apuntando al infinito
-el eco rotundo explotando sobre El Dueño del Clamoroso Misterio

“Parece que entonces fue”, pensamos todos, de rodillas

Sí:
fue entonces cuando se instaló esa horrible sonrisa para quebrar eternamente su semblante

Pues el rostro del que cae se desgaja en estruendo y paroxismo.



GLOBO OCULAR

Abrió los ojos como cualquier hombre que abre violentamente una ventana

—Tras el follaje engullí un manzano
entre sus pechos
junto al racimo

Hunde una uña sobre la Esfera
para que estalle como un globo de aire
mientras la santa pianola se dilata sobre las muchedumbres

Y una hoguera diluye el tronco de un cirio ensangrentado

Y las muchedumbres que crepitan
que se entregan

(Pues la cúpula de acero los abrasa)

—¿Y yo?
Yo que siempre me arrastré, escalo la espalda del Padre
(que será una llanura o algo así)
y aleteo, suspendido

Suspendido muerde esa manzana en el espacio para que estalle como su Esfera.


ACTO
[segundo]

B
A
J
O
L
A
S
O
M
B
R
A
LUNAR
(QUE ONDULA)




TENUE EL BRILLO DE LAS AGUAS

Sobre aquel ojo de agua hace gotear su belleza

Entona con dulzura bajo la sombra lunar que ondula, plateando

(Describe la trayectoria de una pluma
que suavemente cae sobre un nido)

ELLA

-dos finísimos trazos y uno breve
- la piel brillante

A veces, su delgada lengua sale y deja un beso

ese brillo intenso en ambos labios

Le extendí una cerveza
—Bebe —le dije

Acerqué el cristal y me doblé para recibir sus labios

Y en la delgada filigrana (que pulveriza)
yo me balanceo
Navego en cada pliegue y me balanceo

—Quiero ser boca fresca,
agua mansa
A veces solo ritmo

(La brisa extrae el néctar del amanecer)

—¿Ves? Por la boca del volcán asoma el rojísimo del sol

(Sumerge sus ojos en la esplendente luminosidad del Universo)

—Clavemos un punto fijo que sea el centro de rotación de los planetas

&
—entre el cuarto claro y el secreto—
huyen bajo la sombra lunar que ondula
plateando.




ALTO DE LA LUNA

La luna avanza hacia el aro azul

Sumergida en sus cabellos amarillos, enrojece

Deshoja su piel y enrojece

Recibe al astro que resbala

Ella
(dulce crisálida que en cada explosión florece)
toca el celeste anillo
y
en la yema de sus dedos crece una luz

Una luz como una espada que se abre y brilla y jugosa se derrama
Libera su bellísima onda expansiva

Y una delgada película de cera
—la fiebre—
recubre esa débil linea que separa el borde de su piel y el Universo

Azul
Espumante y molecular
Ella era espacial

de nieve.



(ORACION)
Hoy me he tendido bajo la luna y un grave ritmo me recorre
Hoy he vuelto a sumergirme bajo su tersa luz
ambarina o delicada
—superficie de claridades en cuyo centro un haz se aplasta
estalla
o
gime—
Hoy
enorme
Como un animal que se abre el vientre y hace crecer el fuego
Pero ya envuelto en llamas
miro su alta imagen poblada de estrellas
Siento el trozo de vidrio que bajo mi piel viaja
—oh temible diáspora que explora—
y una potencia
como una arteria
o
un cable
que en profunda tensión remueve
y
el sangriento ámbito despliega

escribo
Te escribo hembra líquida
Relámpago cautivo
flecha que guía mi mano izquierda
y
la diluye
Y mira
cómo es la vida

yo que anduve suspendido describiendo la elipsis
el movimiento ondulante de nuestros cuerpos
—un enorme fluido que cabalga sostenido y azulea—
yo que he elevado todo hacia un alto símbolo, lejos del hielo y la tormenta
—en la estrella que de fuego se licúa—
hoy arqueándome
y
ya cubierto de relámpago y locura
percibo tu retorno

desde una nube de cristal
—que se desgaja—
un fragmento azul se precipita
Amor mío

acaricio la luna que brilla entre mis dedos mientras despido la garra de oro que cruza tu corazón.


ACTO
[tercero]
E
L
TEMIBLE
C O R A Z Ó N


POEMA
Observé su pelo dorado
Extraje su corazón
Sobre un velero nacarado
Coloqué su corazón sobre la plataforma
Coloqué su corazón en una copa celeste
Mirando la luna refractada en el agua
Una débil luz sobre la espuma
Y el beso enfurecido de las olas
El viento sopla fuerte y con violencia
Será conveniente mantener la calma
Mi posición es peligrosa
Con los cabellos mojados y el vientre dorado
Con la luna sobre la espuma
Con toda la violencia y en cada impacto
Un barco fantasma navegando en la niebla
Navegando con el vientre mojado
Un corazón en el agua
Y en el cielo la luna nacarada
Tiene frío
Un corazón azotado por el viento
Completamente dorado y con violencia
Desnudo
Enorme y generoso
Abriéndose rojo en cada impacto.


POEMA
Así como el corazón se derrumba despedazadooscureciendo la sangre,
así cierro los ojos para colorearte de colores negros,
negros, negros
y
luego
sumamente negros
y
brillantes
que brillan
brillan
brillan
y
brillantemente
se disuelven en la nebulosa lluvia que horada el pómulo
Así
igual
las formas en que te recuerdo oscurecen mi cerebro
Pero en tu profunda oscuridad
—de gris licuado—
ni una chispa dejas escapar de tus manos pétreas.


(ORACIÓN)
Yo que atravieso lo extenso
Con los labios partidos
Y un agujero fijo en el pecho
En mi fluidez
Al cielo,
Bello manto ardiente y estrellado
En vuelo celeste elevo
Mi corazón
Sumido en todo lo impecable
De sombras y caricias
Pulido.


ACTO
[cuarto]
LA
DELICADA
PRESIÓN



POEMA
Separa lentamente los labios

La brillante configuración de pliegues templándose bajo la marea líquida
(que se curva)

Su boca exhala un nido blanco-espumoso que la atmósfera dispersa

Veloz como el proyectil que se aloja, que se envuelve

Hiere como un proyectil que se instala en la fisura

En su lengua púrpura
la airada electricidad concentra

Los astros se desintegran tras el último destello

Y los reptiles se desploman a causa del flechazo

Y tan solo una gota azul
fosforece
serpentea
y
lentamente
en espiral
se estrella

Y un hermoso resplandor ilumina
el Túnel Madre
el Templo

—¡Oh Dios, oh Dios —aplasta los labios contra el cuello en movimiento

El curvado Universo muere entre el brillo de sus labios.



POEMA
Fluye
ingresa veloz
directo a la matriz
Hollando la núbil madriguera
bebe el jugo salitroso de la carne
débil
Débil
—claro—
pero bastante dulce en su humedad
Le habla con dulcedumbre

—Revuelve tu dulce herida y muere de vez en cuando, hermana
(PROCEDIMIENTO)

Primero orbita, suspendido
Luego
en círculos concéntricos
el vertebrado envuelve a su presa
—Centellea,roja y siempre azul

Herida
Bajo la fuerza
caen perpetuando

-un sonido carmesí,
-una forma asesina,
un cuchillo perlado
(La cuerda templada en la profundidad)
Se estremece
dispara hacia el cono de luz
(que se inclina)

Perfora
Se sacude
Va y viene
Llega
Timbra!
...
Cae de bruces
—fosilizado—
para finalmenterenacer transparente.



POEMA

Todo en su superficie vulnerable

El estallido de su carne junto al estallido de mi carne y un poema en cada esquirla

O
el estallido de su carne
y como un hilo blanco que se revuelve girando veloz bajo mi superficie de gusano de seda que besa una herida y retorna reptando

Así yo muerdo el instante supremo
—sublime—
como un fusil imantado en su centro.


ACTO
[quinto]

EL
ITINERARIO
DEL
CRIMEN

CRONICA ESCAPISTA

Arqueaba tenuemente el torso bajo las farolas que poblaban debilmente la extensión

Sumergía
la cabeza
(que se perdería inevitablemente
entre ambos hombros mullidos)
mientras el viento se filtraba
a través de aquel cuerpo poroso

Y con la carne abierta
—como un ojo—
torcía el cuello contra la realidad

la cuerda tirante estrangulando en espiral

Hasta que al fin pudo ingresar a una estrecha habitación de aire comprimido,
escaso

Helado y firme como los labios de un muerto

Expulsó un bramido

—Siempre escupo
—dijo
mis palabras estrelladas contra el viento

Cerró la puerta con un chasquido
y apretó
(play)

La
tenebrosa voz
de un oscuro vocalista*
se levanta sobre esa montaña eléctrica
que estremece el hipotálamo

* Ese vocalista es Robert Smith: Cayendo por el cielo/ Por el cristal de la bóveda / Por la bóveda de tu boca/ Por la boca de tu ojo/ Por el ojo de la aguja/ Es más fácil para mí acercarme al cielo/ Que volver a sentirme entero.


2

Observa lentamente el panorama

(Una banderola negra ondeando en el sector)
(El grave roer de los motores)

Y
desde la compacta aglomeración de sombras
se descuelga una voz
—que podría ser una campana—

—Los héroes nacen con una bala entre las cejas

Giró en el aire como unas cortinas que caen oscilando
y
oscilando en remolino
llegó a besar un anillo oscuro
—que pudo ser la boca de un cañón—

A continuación redoblaron los tambores

(Se abre las venas)

Alzó las manos y las extendió

-tres membranas distendidas
-los huesos blancos


3

Y una violenta sucesión multiplicándose en la sangre


4

Entonces quiso poner al mundo entre sus muslos y apretar bastante

Encendió un cigarrillo
—porque siempre tiene que ser así—
y
los delgados labios del revólver temblaron

Y
él también logró temblar como un mortero herido

[Esperando un eclipse me quedaré/
persiguiendo un enigma al compás de las horas/
dibujando una elipse (me quedaré)/
entre el sol y mi corazón]* —pensó

Hasta que al fin todo oscureció, como estaba previsto

(Su cabeza sonaba como una campana que repica en lo alto de su propia estructura)

* Radio Futura.


5

Y una plegaria rebotó contra el durmiente

5.0.
UN AMOR DE NECESIDAD MORTAL

Curvilínea
de piel lisa y bruñido pelo
imprimió un beso sobre la negra recámara giratoria

Cierto dolor le fue lamiendo

el nervio
al trenzarse
le dobló una vena

Los labios helados

—Deja que tu boca helada me toque

La piel pálida
extremadamente radiante y pálida

Una lágrima suicida aventurándose al vacío

—El peso de mis sienes
la daga que me dobla
la espuela que me araña
por tu aliento primoroso —declamó
ya oscuro

Se relamió la que fue suya
Y mordiendo sus inflamados labios inferiores

ya no existes


5.1.
LA TORSIÓN 

Ella mira las ruedas girar
y
—en su propio eje—
descomponerse
ondeando

Abatida por la fuerza que el riguroso mecanismo imprime
vacía las enormes bolsas de lluvia que se inflan bajo sus párpados

-hincha el lóbulo
-revienta el pectoral

Y con la emoción que huye
—adiós—
un tenue brillo alveolado se pierde bajo el rouge

—Disuelve dos trozos de sal
que se derramen

Él viaja con las esferas en blanco
Él se filtra enfriando su médula espinal

Ella se reclinó pero continuó exhalando
Ella vio rebotar su plegaria en el durmiente

Y con la fuerza que proclaman las trompetas estalló la danza
:
ella se ladea dejando escapar cicatrices
y él gira, se retuerce
levanta vuelo y aligera (V. cortejo fúnebre)

Es, pues,
muy tarde

el acuoso prisma descompone su mirada,
cae,
y en forma de un beso líquido queda extendido sobre el durmiente

5.2.
RECRUDECE
—Emboque,
apunte bien diestra señora
(Firme el candelabro
tenso el miocardio)
VUELA

Ajena al pulso asincopado
Al canto azul del petirrojo
Al llanto extremo del sexo opuesto
(Lenta la ruptura
cortos los balbuceos)
Entre tañidos
le arrancó una astillay expiró en su pecho
5.3.
EL ALOCADO GIRAR DE LOS SENSORES
(Cortejo Fúnebre)*
Negros pájaros culebrean picando las nubes

Un rayo elástico azota la plomiza loma

Anchas son las gotas que los cielos en gruesas gotas de cristal descuelgan

Anchos los cielos que caen sobre su cuerpo borroso y fragmentado

Con el rostro borroso, disgregado, elevó una pregunta

¿Escuchas, allá en las alturas, el cuchillo que penetra?

Y luego otra:
¿Alojas, Padre, algún Santo Dolor en el pecho?

(Colapsa):
¿Abrió los ojos alguna rosa roja en tu costado?
¿Es tu celeste soledad tan bestial como la mía?
¿También eres así rojizo cuando amas?
¿Te pones gélido, recrudeces?
¿Realmente tiemblas?

Oye tú

¿Oro derraman tus ojos cuando, postrado, me ves en el piso?

Proyectó los labios y oró

Sólo abre en la galaxia un agujero para coagular, lejos de tu espantosa mirada
Señor de los Temblores

Proyectó los labios y una granada floreció en la punta de su lengua.


*(Un saludo a Los dados eternos del Cholo Vallejo) 




OTRO ACTO
[de amor]

AMÁNDOTE
ENTRE
DETONADORES


HEROES

I-I can remember / Standing-by the wall / And the guns-shot above our heads / And we kissed as though nothing could fall/ And the shame was on the other side / Oh we can beat them-forever and ever / Then we could be heroes just for one day / We can be heroes We can be heroes / We can be heroes Just for one day
Bowie


Alimentaba su cuerpo con mi cuerpo

Bebía el transparente manantial
y sus labios en una curva insinuante germinaban
(El duelo de su piel friccionando entre el follaje)

A lo lejos una silueta tembló en la mira
El vuelo de un arpón florece en cada pecho —dije
mordiendo suavemente su largo cuello de marfil
Ella dijo ven
presionando el percutor

Y
enlazando nuestros dedos
emprendimos veloz carrera sobre los arbustos

Así era

Nuestros labios muy libremente se deslizaban sembrando brillos bajo la piel
O cuando rodábamos en la velocidad del follaje
(la luciérnaga abrió un ojo para espiar)

Pero la doblé

el prisma de una lágrima descompuso su mirada e hizo fuego
(y
mientras hacía fuego
un enjambre de nubes precipitó la lluvia de proyectiles

cayó

Cayó también una voz
—que pudo ser otra campana—
para redoblar en mi cerebro

te amo)


2

La miré
bella y brillante ondeando bajo las tonalidades de su piel

Al llegar los tambores extraje sus mejores movimientos
Ella se agitaba
gemía
y
hasta emitía resplandores mientras yo giraba

En realidad
la cintura del orbe giraba dulcemente mientras nos inyectábamos combustible

—Oh, podemos ser héroes, podemos ser héroes —recitó al desdoblarse, exangüe

E imploró: Remezcla los pliegues, drogando el Océano perdido en mí

Entonces dejé que se tendiera entre mis brazos
y
que el viento desnudara su frente

Sus cabellos se abrían como piernas
y
yo
peinaba
su
cabellera
con
mis
dedos

Pero fui perdiendo ritmo en la perspectiva
(perdiéndome en la curva de su boca)

Hasta que
sus labios
dejaron de temblar
bajo mis labios
e
—inexorable—
me contraje en una torsión

extendí mi lengua hasta su corazón y le clavé un beso
(La explosión eficaz de unos labios sobre otros significaría el triunfo)*

Pero la realidad ya estaba haciéndose pedazos

una sola detonación

* B. Varela


3

Y después del rito,
¿qué fue?
¿dónde anclaste?

—Fue el grito
El golpe seco,
la piel que se abre
y el corte igual
aunque profundo
y
bien dispuesto
entre las certeras cápsulas de fierro
y
las bronceadas láminas de carne

Luego —¿recuerdas?— resbalé en la humedad de tu boca

(La piel tensada, ciertamente, era mía)

—¿Y aquellas barras de metal que soplaban fuertemente sobre nuestras ropas hasta elevarnos
y
caer blandamente como dos plumas que caen sobre un nido?

—Un nido de ametralladoras, cenizas sobre rosas. El altar del sacrificio envuelto en terciopelo

Sí pues

cuando al fin pude zafarme
tu mirada turbia
y
llena de heroísmo
fue delineando mi silueta
(que terminó viajando en el mismo par de lágrimas suicidas
aventurándose al vacío)


4

"¡Ah, tiempos del gravísimo resplandor!"
pienso hoy
mientras clavo un destello entre sus ojos

Entonando una triste copla en su honor*

Mirando su piel fría
y
pálida
pero hermosa

Mirando un transparente vaso de vidrio en el centro neblinoso de un bar
viejo y tormentoso**

Batiéndome en retirada hacia regiones más violentas.


*Un remolino mezcla los besos y la ausencia / imágenes paganas s desnudan en sueños (Federico Moura).
** Ese bar es El Búho, a 32 escalones sobre el nivel de la Tierra.


ACTO
[regresivo]

OR
I
GEN


ORIGEN DE LA FLECHA

a la Angelita

1.- TRAYECTORIA DE LA LUZ EN EL HORIZONTE DE
SUCESOS

El costado herido de su cuerpo
desprende un cono
de luz
que retorciéndose
y
en su brillar girando
toca el punto final de la galaxia
(que es el punto más sublime de lo amado)
Cae de manera profunda

Infinita
como una lluvia silenciosa bañando el aposento azul
donde
—entre auras y claroscuros—
mansamente
el Ser
reposa

El Hombre
transporta trabajosamente su recóndito rostro
rojo-arrugado
y
—aunque profundamente ensangrentado en su imperfección—
una descarga de sus labios
es un rastro luminoso
dibujando la anaranjada curvatura del espacio

Pero los pequeños ojos de la muchacha
profundos
y
alargados
conteniendo
la expansión de sus pupilas
rasgados y bajo la piel amada sumergidos
—digamos que mira el Universo desde allí—
...
sus ojos
—digo—
desprenden fragmentos plateados
como lánguidas dentelladas
abriendo surcos en su mejilla

Y esos fragmentos
y esas grietas encrespadas
se desprenden
reptando
hacia la marea líquida
que el manto de la cristalina Vía Láctea besa

—Creo que a causa de tanto amor
a causa de tanto amar
tengo uñas y dientes
—le dijo
tocando
tentando
la humedad
la profundidad de la herida

—Te amo —le dijo
—De rodillas, así te amo

—Yo no quiero que mi amor se muera*—dijo entonces
colocando su corazón en la órbita celeste

Dijo eso mientras flotaba
Lo dijo lanzándole el cuchillo
Repitió eso lanzándose al abismo

* Raúl Zurita.


2.-

LA FLECHA DEL TIEMPO*

Las anclas se elevan
y
—de pronto—
la nave espacial sólo es una estela metálica que
—viajando hacia el cenit—
se desintegra

Los faros de luz se desploman de los postes
y los amantes se disponen
se aproximan
La ciudad se apaga bajo una luna
que abre un ojo
y lo vuelve a cerrar

Entonces
suspendidos en el hermoso fluir de un temblor
ambas pieles se abren
invirtiéndose
como se abren las rojas praderas sobre los cielos de fiebre
clamando

(Y una vena de neón se alarga bajo la luna)

(Y un rosario de latidos se eleva configurando el oleaje espacial)

—Nunca me falte la presión
la serena bendición
de tus labios en mi sien —oró

Pero sus enrojecidos ojos se cierran
se ensombrecen

Y los acerados recuerdos danzan en la base del cráneo

Danzan solos

Danzan en desorden

-el amor es la piel de un planeta en expansión
-el amor es una lenta ruptura de simetrías
-es el dramático vértice de una estrella que colapsa rompiendo nuestros desollados cuerpos desnudos

(Ahora piensa en ella
como si la tuviera volando en la inexorable flecha)
:
-y una lágrima es un surco que germina en su mejilla
-su mejilla es la grieta que sepulta a la galaxia
-el amor es la mejilla constelada de mi amor

* Stephen Hawking


3.-

SIEMPRE HAY ALGO AZUL QUE NOS PENETRA

Y mientras abandonaba el nido
(finísima es la niebla
que envuelve a nuestra pequeña y celeste esfera)
sintió
cómo
el árbol de sus venas se doblaba

Y que una herida enorme crecía en su costado herido
como si la estrangulada pasión hablara
emergiendo

Como si en aquel costado se afilara un relámpago
para quedar tatuado en la otra sangre

Y los acerados recuerdos se juntan en un punto exacto

En un punto que se destruye en el horizonte de sucesos

Entonces quebrado
el insólito humano
—otra vez
otra vez—
tensó la mandíbula
alargó el cuello
tragó saliva
(o vidrio)
etc.
etc.
y
elevando la boca hacia el firmamento
buscó un beso incandescente

Alzó los labios en busca de un beso largo y prodigioso
que cubra el mundo

(Envió sus labios en busca de un beso azul)

Y el labio, al encresparse para el beso /
se partirá en cien pétalos sagrados*

Entonces
las vértebras de su cráneo se trenzaron
hasta aplastar la idea
el germen
la matriz
inflando la enorme bola de acero que rueda aplastando todo lo extremado
(incluso el estallido)

Y su cerebro brilló al desprenderse

Y la lluvia ensangrentando sus pupilas

Y su mirada enrojeciendo en el reflejo

Y sus pechos arqueados para romper las olas

"Elevo contra el cielo esta hoja filuda y la clavo en el centro de sus ojos rasgados"
—pensó

Pensó también en la estrella que colapsa en su mejilla y en la cintura de la muchacha
De la criatura

Mas no dijo nada
:
boqueaba.


De Los heraldos negros



ACTO
[de colofón]


CUATRO
(4)
SITUACIONES
INVEROSÍMILES


[1]

Y me he callado porque el silencio pone más cerca los labios
Westphalen


[2]

No podemos callar porque no existe
más acá de la luz nada sino esto
de ir buscándole tonos al silencio

Pepe Ruiz Rosas


[3]

EXAMEN DEL REPTIL

El filo de un rayo ilumina su frente púrpura
Lengüetea
Acaricia sus labios rojos
Sus garras adherentes en forma de raíz

Su hermoso cráneo se enciende
explota
(una tormenta eléctrica lo sacude)
y
se derrama como una tinta negra
o
tortuosa
o
largamente en el declive

—¿Sigue un rastro?, ¿un flujo?, ¿el signo?
—Nada: resbala

Oh bella criatura que sumerge en azúcar las delicadas láminas de su piel
y
se hiere

esa sensación de hierro que le cuela y le vulnera

Duplica sus texturas
e inocula

resuelve

Yace laxo
pero aún chispea

el labio de un revólver sombrea su frente de Poeta.



[4]

PASION Y MUERTE DEL EQUILIBRISTA

Érase el delgado equilibrista trepando la silenciosa escalera hasta envolverse entre las nubes
Las celestiales nubes que hIerven su rostro evaporan

El equilibrista sin rostro abre las puertas del cielo
y levanta un dedo

gobierna

Cactáceas en la frente
un crucifijo en el pecho
diademas
y un hermoso traje de luces envuelven la espigada silueta del equilibrista
dulce y brillante como una estrella solar violeta

A ambos costados de la cuerda
dos ángeles sobrevuelan tensando su ancho camino
(ese metálico sendero rodeado de árboles frondosos
de troncos amarillos
y
escamosos

De troncos permanentemente atravesados por las filudas dentelladas de las fieras)

A los costados de esa polvorienta carretera crece

-el peligro
-la lengua de alambre
-el vértigo tienta y desintegra:
derrama frío

2

El Hombre
delgado
silencioso
y
sumamente débil en la aproximación
tan solo camina

Pero los ágiles dedos del tamborillero
convocan a los cielos de recargadas nubes para que
—abajo—
la red inexistente sólo sea una negra trama hermanada con el terrible sortilegio de los cielos abriendo su generoso cuerpo azul e infinito sobre el retumbante acero del redoble

Entonces un filo
—rápido como un destello o una mariposa cruza el metálico-invisible—
:
en ese instante preciso
precioso
—el del toque sutil—
el hombrecillo de la cuerda
el temerario
el divino
El Poeta
s
e
d
e
s
c
u
e
l
g
a

Y de cara a una vibrante caída agita desesperadamente sus músculos
diseminando
(desordenando)
sus delgados huesos a lo largo de su frágil cuerpecillo


3

Suave
profunda
y
hermosa fue
l a c a í d a d e l e q u i l i b r i s t a

Pero a escasos metros de tierra firme
aceleró violentamente para que la estela o la arena dorada
—que también caía adornando su hermosa trayectoria—
lo sepulte como la última lluvia sobre el desierto

El delicado equilibrista murió en el acto

Cayó aflojando los dedos

La perfecta indiferencia de los tambores
—ese silencio—
contra la espuela clavándose en el centro de su aullido

Su cuerpo de caracol ensortijándose en la arena


4

Entonces
—esbelta, luminosa, extenuante—
emergió La Dama

Curvándose astillosa para clavetear

Pero el sereno equilibrista
relamiéndose entre sus pechos
—entre los pechos de La Virgen—
extrajo el puñal
trazó una cruz en su boca
y persignándose ante Ella
la besó
...
Y amarrando el pesado crucifijo sobre su quebrada espina
extendió los brazos
proyectando el largo cuello


5

(Y la ensangrentada gónada se inflama)


6

Y tragando saliva
—o vidrio—
el heróico alambrista de labios rojos
tuerce horriblemente el rostro
y
se desprende del suelo
para iniciar un lento proceso de flotación
Proceso preñado de eléctricos estertores
que sacuden su cuerpo
exangüe

Su cuerpo coronado
por una sonrisa ovalada
(¡Oh siniestra sonrisa que desnuda el brillo de un diente de oro
sobre el más pálido de los rostros de El Hombre!)

Y el ejército de dolientes
—esos seres
esa muchedumbre—
deja caer la temblorosa mandíbula
alzando la aterrada mirada
con dirección
a
El Artista en ascención

Dirigiendo sus afiladas pestañas contra el elevado Poeta

Y el delicado
—el alado—
espíritu
se eleva entre la muchedumbre

Fue así como
—envuelto en una nube sulfurosa—
inexorablemente leve
y dulce
y pleno
(y otra vez aéreo)
ganó los aires el esbelto equilibrista

El equilibrista que ata las miradas del pavor.


ACTO
[final]
DULZURA DEL ABISMO


TAN DULCE ES EL VÉRTIGO

Para don Emile Mihail Cioran
(en estas tinieblas)


Miras tus ojos
Sigues mirando el vuelo concéntrico de tus dos ojos
con sus enormes órbitas rojas
que caen
que declinan
Que se curvan lentamente
sobre el enorme charco de sangre que crece al final de tu cama

Eres
(vives)
como un tornillo que gira empecinado en su centro
Atenazado en su acero
Girando lentamente como un clavo que avanza
-con la cabeza astillada
-con el cuerpo filudo
-y las piernas dobladas
-extremadamente dobladas
-y extremadamente delgadas para correr

Y tu cerebro es un planeta informe
pesado

Un cráter abierto repleto de agujeros cuyo núcleo atrae

Cuyo núcleo se rompe
Se rompe a causa de cada martillo que llega atravesando el infinito

A veces
eres la punta de un proyectil
que vuela mordiendo el aire
y
abre una flor
(parecida a una rosa)
en el pecho del guerrero
Eres
sólo eres un cráneo
que cae
y
se va llenando de agujeros a causa del estallido

A causa de los millones de estallidos
que acompañan tu inexorable viaje por el Universo
(A veces
se te despierta el alma
y entonces tiembla tu cuerpo
afiebrado)

(Por eso no puedes levantar la cabeza para mirarme)

Porque sólo eres un planeta desvastado
Un campo minado

[OREMOS]

Es bastante curioso
que exista vida
en algunas regiones del Universo
(bajo el clima helado y seco de tu cama, por ejemplo)

Por eso
cada vez que apago La Luz
y
a través de las diáfanas
y
delicadas cortinas de La Verdad
examino tu cuerpo
veo que tu cuerpo es un oscuro coágulo
No
no deja de extrañarme tu existencia

Y te observo
hijo mío
como un coágulo
Un perfecto coágulo en mi costado perfecto
Y te canto
oh, hermoso coágulo de mi corazón.


_

KIRILL KORKONÓSENKO [19.869]

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KIRILL KORKONÓSENKO

Poeta. Hispanista. Traductor. Investigador del Instituto de Literatura Rusa, San Petersburgo. Secretario de la Fundación Cervantes de San Petersburgo.



TRAVESÍA DE EXTRAMARES
Unos poemas del hispanista Kirill Korkonósenko


Alfrdo Pérez Alencart da a conocer tres textos del reconocido investigador sobre las relaciones entre Unamuno y la cultura rusa

Hace unos dos lustros que conozco a Kirill Korkonósenko. Fue en la sala de investigadores de la Casa-Museo Unamuno que dirige Ana Chaguaceda y, desde entonces, mantenemos una cordial relación a través de correos electrónicos y noticias que intercambiamos. Experto en Unamuno y la cultura rusa (su tesis doctoral ahonda sobre ello), lo cierto que sus ejes de atención investigadora también abarcan a otros autores (Quevedo, entre ellos) o a la propia recepción que ha tenido en Rusia la literatura española del siglo XX.

Precisamente, hace unos días me llegó un mensaje suyo, que, entre otras preguntas, decía: “¿Qué dice Armando Palacio Valdés en la última frase de su carta a la traductora rusa Maria Watson?”. Lo cierto es que se trataba de unas abreviaturas que la inmensa mayoría, incluyéndome yo, no utiliza ni les suena de lejos. Al final pude descifrarlas, para alivio de este destacado investigador del Instituto de literatura rusa de la Academia de Ciencias de Rusia, con sede en San Petersburgo, y uno de los traductores más reputados  de  escritores en lengua castellana, como lo testimonian sus quince traducciones de obras de Unamuno, Vargas Llosa, Ganivet, García Márquez, Rosalía de Castro, Cortázar, Juan José Arreola, Adolfo Bioy Casares…

También, por esa confianza, quiso que desde Salamanca diera a conocer algunos de sus poemas escritos en español, los cuales nunca había expuesto fuera de su entorno íntimo. El pasado jueves publiqué tres de ellos, que giraban en torno a la mujer, en El Norte de Castilla. Ahora, para los lectores de SALAMANCArtv AL DÍA, expongo otros tres textos inéditos.



CÓMO VIAJÉ POR ESPAÑA
O EL MUNDO AL REVÉS

Me atravesaban las ciudades,
fui cifrado en un mapa de constelaciones,
me perseguían buenas intenciones
pero para huir no tuve dificultades.

Eran los autobuses que me pagaban billetes
mas yo no anunciaba sus paradas,
con maniobras de ajedrez, sofisticadas,
mi reino por el caballo daba mil veces.

Eran los idiomas que me manejaban
mientras balbuceaba palabras de despedida,
pero las fórmulas de ida y venida
no cabían en mi mochila, y las dejaba.

Y si el mundo es así de grande,
ante su grandeza no pienso resignarme.





EN AQUEL ENTONCES…

En aquel entonces
todavía era yo buen mozo,
me gustaba leer a Jacques Prévert
y podía almorzar en cualquier panadería
con media barra de pan tierno.

En aquel entonces
todavía no sabía tratar con gente mala,
mis besos eran ridículos
y estaba completamente satisfecho
con mi arte de tocar la guitarra.

Parece que yo era un tipo poco simpático
pero creía que todo el mundo me amaba
y, casi seguro, así era de veras.

Y ahora pienso:
¿tal vez no haya cambiado nada
desde aquel entonces?





MI VIRUS

Ahora lo veo:
soy un ordenador que no funciona bien,
pues mi memoria
contiene demasiados recuerdos de ti –
espontáneos, desordenados, imborrables.
Parece que has sido una especie de virus,
no sé si curable
y, lo peor,
no estoy seguro de que quiera curarme del todo.
Necesito algún programa de defragmentación total
porque he sido ideado
como un multimedia
y ahora sólo sé hacer cosas muy sencillas.
Eso sí: no funciono bien
            no funciono bien
            no funciono bien

ESTE PROGRAMA HA COMETIDO
UNA OPERACIÓN INCORRECTA. SE CERRARÁ





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MONIA BOULILA [19.870]

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MONIA BOULILA

Monia Boulila (Sfakes, Túnez, 1961). Es poeta y traductora. Trabaja como activista cultural, especialmente en muchas asociaciones por el derecho de la mujer y la paz en el mundo. Participó en varios festivales dentro y fuera de su país como los festivales mundiales de poesía en París y Rumania en 2010. Publicó gran parte de su poesía en francés, entre ellos los poemarios Mon joyau (2007), Souffles inédits (2008), Ailes et frissons (2010). También el poemario en árabe Llena de ti (2011).


Es la primera vez que se traduce su poesía y se publica en lengua española. Y es mérito del poeta y traductor iraquí Abdul Hadi Sadoun, recientemente reconocido con el Diploma de Huésped Distinguido de Salamanca.



RESURRECCIÓN

En cada día
echo en tu boca
una gota de mi lluvia
para acabar de aquí
y desaguarme en tu oleaje.

Cada Noche
mando a tu luna
la luz de mi estrella
para apagar aquí
y lucirme en tu ojos.

En cada sueño
siembro en tu pecho
latidos de mi corazón
para morir aquí
y renacerme en tu tierra.



انبعاث

في كل يوم
أسكب في ثغرك
قطرة من مطري
كي أنتهي هنا وأفيضُ في مَدِّك
في كل ليل
أبعث لقمرِكَ
نورا من نجمي
كي أنطفئ هنا وأضيء في عينيك
في كل حلم
أزرع في صدرك
نبضة من قلبي
لأموت هنا وأولد في أرضك…



OLVIDO

Nube soy…
te avisa
de la llegada de la lluvia
o una llovizna mojando una tierra seca,
te alegras y me abrazos
y disfrutas del sabor de la lluvia.

Desaparece la nube,
yo también.

Alegre estás
en la claridad de tu cielo y tu sol.

Y me olvidas,
¿pero quien puede olvidar la lluvia?




نسيان


سحابة أنا… تنبؤك
بقدوم المطر
أو بغيث يبلل أرضا جفت
تفرح بي وتهلل لي
وتلتذ بطعم المطر
و تمضي السحابة
وأمضي أنا
وتفرح بصفاء سماءك وبشمسك
وتنساني
ومن ينسى المطر؟





¿DÓNDE ESTOY?

Me plantaste en una espiga
y prohibiste su cosecha,
me plantaste en el sueño
y renunciaste sus valles,
me plantaste en un poema
Y cambiaste su significado.



أين أنا…؟

زرعتني في سنبلة
ومنعت موسم الحصاد
زرعتني في حلم
وهجرت براري النوم
زرعتني في قصيدة
وأقفلت كل المعاني…


http://www.crearensalamanca.com/tres-poemas-de-la-tunecina-monia-boulila-traduccion-de-abdul-hadi-sadoum/





Monia Boulila est née le 21 septembre 1961 à Sfax, en Tunisie. Elle est issue d’une famille où les femmes, tout comme les hommes, ont lutté héroïquement contre le colonialisme 

De par son histoire familiale Monia est une femme tunisienne à la fois militante et émancipée en un mot une citoyenne du monde […] C’est par mail, depuis sa Tunisie natale chérie, que la poétesse Monia Boulila nous a sollicité pour prendre part, à Paris, au Printemps des Poètes des Afriques et d’Ailleurs. Ce mail nous a autant agréablement surpris que vivement enchanté,  car il nous parvenait au moment où le peuple de Tunisie avait courageusement inauguré le Printemps des peuples arabes du XXIe siècle. En tant que poètes engagés et épris de Liberté nous ne pouvions qu’être solidaires avec ces revendications populaires pacifiques se levant pour réclamer un changement radical pour une Tunisie nouvelle, construite sur le socle de l’équité et d’une justice sociale et économique.[…] Lorsque nous avons accueilli la poétesse Monia Boulila  au 9e Printemps des Poètes des Afriques et d’Ailleurs nous lui avons réservé à la Librairie Orphie  –   sise en plein cœur du Quartier Latin à  l’angle du Panthéon et de la Sorbonne –   un hommage fraternel par des applaudissements soutenus, avant de découvrir enfin sa poésie. C’est porté par cette vague de soutiens chaleureux que Monia a lu, avec grand bonheur, ses poèmes, avant d’échanger des cartes de visite avec les membres de notre cercle poétique fort heureux de cette rencontre humaine et littéraire.  »

P. 465, Thierry Sinda, Anthologie des poèmes d’amour des Afriques et d’ Ailleurs (Orphie, 2013)


Sur les marches de l’Opéra !

Dans ton baiser,
Encore chaud et sonore, sur ma joue ;
Je cherchais ma mélodie,
Quand soudain cet air indéfini,
Qui transforme le chant en Dieu,
Est venu  embrasser la note native
L’Opéra de Paris a frémi
Sur les marches de l’Opéra
Symphonie je suis devenue
Et dans le refrain de l’amour
Fillette j’ai couru
Derrière les papillons
Escaladant les marches, m’envolant vers les cieux
J’ai embrassé la main de Dieu
Le nuage dans la main
J’ai coloré en rose la pluie
Sur les marches de l’Opéra
J’ai retrouvé Monia…. la poésie ! 

Monia Boulila in Anthologie des poèmes d’amour des Afriques et d’ Ailleurs par Thierry Sinda (Orphie, 2013)






-

RENÉ ARTURO CRUZ MAYORGA [19.871]

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René Arturo Cruz Mayorga 

El Salvador

René Arturo Cruz Mayorga. Escritor y profesor salvadoreño.

Nació el 17 de agosto de 1959 en la ciudad de Ozatlán departamento de Usulután, El Salvador. Sus padres, Juan Cruz y Juana Mayorga. Su preparación académica la realizó en la ciudad de Ozatlán.

Estudios realizados

Entró al Seminario Menor Santiago Apóstol de la Diócesis de Santiago de María en 1977 y en 1980 al Seminario Mayor San José de la Montaña hasta 1981 en que abandona la institución.

En 1996 alcanzó su licenciatura en Ciencias de la Educación en la Universidad Andrés Bello.

Actualmente ocupa el cargo de Director del Instituto Nacional de Ozatlán, Ana Silvia Parada.

Fundador del “Museo Lenca”, inaugurado en marzo de 2006 y radica en un aula del Instituto Nacional de Ozatlán, en Usulután.

Libros publicados

Poesía

Al pie del volcán nacen los héroes, 1996
Por los caminos de la patria, 1997
Poemas de la montaña, 1999
Del recuerdo a la redención, 2000
Trigales de esperanza, 2001
Nido entre valles, 2004

Premios

Tercer lugar a nivel nacional con el libro de poesía “Caminos de rectitud” Concurso promovido por caja mutual de El Salvador.
Primer lugar en los juegos florales de la ciudad de Usulután con el libro de poesía “Bajo el mismo cielo”, 2005
Miembro de la agrupación Poetas del Mundo y es integrado a la Unión de Poetas Hispanoamericanos, 2008
Formó parte de la Antología de poetas latinoamericanos “Proyecto Letras y Voces 2009” organizado por la Editorial Nuevo Ser de Argentina.
Integró la Antología de poetas hispanoamericanos con el título “Palabras al viento”, organizado por la Editorial Centro Poético de Madrid España, 2009.
Mención honorífica en el concurso mundial de poesía Doctor Andrés Bello de Venezuela con el Libro Sueño de Morazán, 200



LLANTO EN EL CORAZÓN

Como duele el alma cuando hay tristeza y llanto en el corazón.
Cuando las gaviotas rompen con sus alas los cristales de la noche.
Cuando la tristeza cruza la calle para morir en las garras del silencio.
Cuando los violines de agua dejan de cantar en las paredes húmedas del tiempo.
El hilo de la vida se rompe y se desangra hasta vaciar el mundo.
Cuando la travesía de la noche es larga y a veces eterna.




VERSOS AL TIEMPO

Desde mi ventana
dejaré que el tiempo
cobije mis años
y me enseñe
el rostro hermoso de la vida.

Que la noche me presente
el secreto de los astros
y la mirada penetrante
del cielo.

Que los días cobijados por el sol
me ayuden a encontrarle sentido
a este mundo vacío de sueños.

Dejaré que el tiempo
me hable desde el armario
de los recuerdos
y me entregue en mis manos
la llave de la victoria.




NUESTROS OJOS

 A veces necesitamos
  nuestros ojos
para llorar,
 para sostener
 nuestras lágrimas
y no dejar que se
 derrame el llanto.

Son nuestros ojos
los que reclaman el día
sembrando entre
 la hierba del campo
 la dulce esperanza.

Nuestra alma cruje
recostada  en el silencio
buscando en el corazón del mundo
el verdadero sentido de la vida.

Esta tierra  está  llena
 de misterios envejecidos
donde la palabra se enmudece
y se diluye con el olvido.

A veces quisiera empujar el dolor
al igual que el mar  empuja las olas
y  hablar con el  creador
como lo hace el viento a solas.



PALABRAS AL UNIVERSO

Me bañaré en la luz
gloriosa de tus ojos,
en el sol maduro
de tus sueños,
en el crisol
sagrado
de tu piel.
Me bañaré en el silencio
misterioso de tus labios,
en el horizonte cálido
de tus lágrimas,
en las piedras
misteriosas
de los siglos
cobijadas por
el tiempo.

*Ozatlán, El Salvador. Ganador del cuarto lugar en la categoría de Poesía en el Concurso Anual de Cuento y Poesía de la Librería Mediática, El Salvador.




CANTO AL CHE

El che vive
en el corazón
del pueblo cubano.

Su memoria está
en todas partes,
su palabra se multiplica
como las flores del campo.

Su sangre sigue
fermentando
la justicia y la paz
de esta tierra.

Su testimonio
continúa
recorriendo,
los confines
del mundo.

El Che sigue
caminando con su pueblo,
levantando al débil
y consolando al afligido. 




EL PENSAMIENTO DEL CHE

Tenemos que
 recoger tu voz,
tu pensamiento,
tu recuerdo,
tu gloria,
para que el  mundo
conozca tu historia.

Tenemos que ser palabra
a donde falten tus labios,
y poesía a donde falten
tus versos.

Porque a ti
te pudieron llamar
comunista
guerrillero,
pero jamás ladrón.

Tenemos que imitar
tu ejemplo,
para estar seguros
que avanzamos 
por el camino recto.

Tu delito fue creer
en los  pobres,
y vivir en la verdad.

Luchar para que América
fuera el paraíso
de la justicia y la paz..




SUEÑOS DEL CHE

Se  esforzó
para que América
fuera la casa de todos
y su techo fuera de justicia
de amor y libertad.

Luchó por una tierra
comunal,
para que los hombres
ganaran el sustento
con dignidad.

Luchó porque
 América fuera
un gran Árbol
donde todos se
pudieran cobijar.

Que fuera
un río de justicia,
donde el pueblo
pudieran pescar.




RECORDANDO AL CHE

Recordarte es la mejor
manera
de mantenerte vivo.

Los hombres
cuando son dueños
de la verdad
no se lloran,
porque se vuelven
eternos.

Lo que edificaste
en cuba
aún sigue de pie
y se  multiplica
como maíz maduro
en  la tierra.

El Che no ha muerto
vive en cada uno
de los latinoamericanos,
cada día recordamos su nombre
su sonrisa y sus sueños.

Tu corazón era tan grande
que no pudiste subir
con él al cielo.
 y se lo dejaste América
para que se llenara
de valor y consuelo.




CAMINOS DEL CHE

Ahí viene el Che Guevara
 bajando de la sierra maestra
trayendo sobre sus hombros
el sol de la esperanza.

Viene bajando los valles
con su pipa encendida
contemplando  el horizonte
azul de la libertad.

viene bajando junto a las
golondrinas del invierno
que surcan con sus alas
el espacio sideral.

viene bajando entre
 las catedrales
de los cerros,
que cubren en silencio
el dolor del pueblo.

viene bajando de la sierra
para echar raíces
en Canta Clara
y de volverle la paz
al pueblo cubano.



RECUERDOS DE INFANCIA

Recuerdo cuando 
mi tierra se llenaba 
de jazmines, 
de nubes y pájaros. 

Cuando paseaba 
por los caminos 
azules de los cerros, 
con mi carita sucia.
y mi pantalón remendado.

Cuando las palomas 
tendidas en el llano,
llenaban de plumas 
la noche.

Cuando el viento 
travieso 
jugaba con la montaña, 
enredando estrellas 
en el bosque.

Ahora te veo llorar 
y temblar
con tus ríos enfermos 
de paludismo,
y tu cuerpo cubierto 
de aceite de plomo
y pesticidas




MIS TEMORES 

Tengo miedo 
de caminar,
por un mundo 
sin nombre 
y sin mañana.

Por un mundo 
ausente de sueños
y de ilusiones.

Tengo miedo de caminar
por un mundo, 
atado al odio 
y a la mentira.

Miedo de caminar 
por los recintos 
tristes de la vida,
sin encontrar la huella 
del amor. 

Miedo de caminar 
por un mundo 
vacío y olvidado.



Las manos abiertas de América Latina

América Latina.
Ya no es aquella
América sumisa.
La que no sabe nada,
la que nunca discute
y siempre se arrodilla.
América latina
levantará sus puños
con dignidad,
para gritarle al imperio
¡basta ya! 
Será una niña
libre y soñadora,
con la esperanza
que los hombres
escriban su propia historia.

Una América
justa y colosal,
donde el pueblo
tenga la oportunidad
de participar.
La misma América de Morazán,
de Sandino y Farabundo,
capaz de unir a todos
los pueblos del mundo.
La América del Che
de Bolívar y Allende,
diciéndoles a los Yanquis
que América Latina
no se vende. 







SEBASTIÁN GONZÁLEZ [19.872]

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Sebastián González

Nació en 1978 en General Roca, Río Negro, Argentina donde vive. Poeta y músico. 

Ha publicado Criaturas (Libros Celebrios, Neuquén, 2004), Confortablemente adormecido (Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2009), inclinación corporal (Arte al acecho ediciones, Gral. Roca, 2012) y Chico Vudú (Arte al acecho ediciones, 2014). 

Integró el grupo Celebriedades (2003/2007), con el que recorrió gran parte de la Patagonia Argentina ofreciendo su espectáculo poético humorístico musical y coeditó la revista cultural Hay animales ahí/Arte al acecho (2012/2014). Fue becario de la Fundación Antorchas (Lago Puelo, 2004) e integró las antologías Última poesía argentina (Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2008), Desorbitados. Poetas novísimos del sur de la Argentina (Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2009), Si Hamlet duda le daremos muerte. Antología de poesía salvaje (Libros de la talita dorada, City Bell, 2010), Poesía. Río Negro, Vol. II (Fondo Editorial Rionegrino, Viedma, 2015) y 53/70, poesía argentina del Siglo XXI (Editorial Municipal de Rosario, Rosario, 2015).
de inclinación corporal (2012):


chamán

podés seguir disponiendo de todo tu arsenal en contra mío
pero quiero que sepas
que logré el equilibrio
y la armonía total.
vibré en otra cuerda y me limpié entero

si te callaras un poco y miraras hacia el cielo
verías que la noche es negra
y profunda
y las estrellas son muchas.
el viento es fresco
viento de la costa

podés disparar directamente acá
mirá mi dedo
acá

me dejé fluir y percibí un hecho energético
acepté
una verdad irreductible

ahora soy pura mística
una endemoniada máquina recicladora de mierda.
lo convierto todo en amor

en amor
la noche es negra
es profunda
la estrellas son muchas…
esa cosa que se erige monumental y blanca junto a la puerta
lo enfría todo

shhh
escuchá
escuchá el motor

mirá esas botellas de plástico colgando del peral
mirá la parra
cartones en el piso
escombros
glamour

puedo quedarme sentado acá afuera durante horas
puedo matar un mosquito en plena oscuridad.
me valí de un elemento externo con el fin de obtener
ooooooouna percepción peculiar
y alcancé un estado de realidad no ordinaria

escuchá la chapa enfriándose
las hojas
escuchá el viento pasándote información
datos sensoriales

ahora estos son mis dominios
mi reino particular

escuchá

por acá los animales andan todos sueltos, mujer
todos sueltos

ahhh… soy un romántico

vi la dilatación en progreso, la joya marmolada
la iluminación celeste y fría…
en este momento podría recorrer toda china caminando
y ofrecer mis servicios por una jarra de vino
un cuenco de arroz
opio

yo te propondría que te calmes un poco
que escuches el flujo de los acontecimientos

shhh
silencio

podés llamarlo como quieras:
llamalo reacomodamiento íntegro de los esquemas vitales
supervivencia porque fumé colillas y robé sobrecitos de sal

mirá mi dedo:
tengo tanto para dar

esto es dialéctica nómade, mujer
la explosión del elemento y mis desperdicios yéndose para siempre

la noche es negra
es profunda
viento
viento de la costa

shhh

escuchá

escuchá



un relámpago te cegó

un relámpago te cegó
y estás sentado en el piso del baño
con las piernas cruzadas.
te estás vaciando

te acordás que soñabas.
soñabas que al tacto preciso de tu mano por sobre una zona erógena
             femenina obtenías respuestas óptimas para con tu accionar

ahora tu mano está bien adentro en la garganta
activando la zona sensible:
te estás vaciando

no tenés nada interesante para decir salvo que te acordaste de un corto
             noruego de trasnoche y te bajaron las defensas

todo es relativo

ves tu nombre impreso en una boleta de servicio y no pensás nada.
te despertó la vejiga y perdiste la serenidad
te temblaron las piernas

sos tan inofensivo…

soñabas cómo poder cambiar la representación mental de lo que te rodea
              ya que habías concluido que no tenés doble fondo

los vómitos tienen sentido:
expeler
trabajar la zona hepática

la culpa no existe

soñabas con restos diurnos y en el sueño ella te hablaba
pero ahora ni siquiera podés mantener firme la mano.
la mente te hizo paf

el secador de piso te cruza el omóplato derecho
y ves delante tuyo los granos de arroz blanco, la pulpa
toda la riqueza latente de tus entrañas

estás tirado.
hay que llamar
y avisar que no vas

a ver: hondo

aaahhh

exhala lo malo, aspira lo bueno
exhala lo malo, aspira lo bueno
exhala lo malo, aspira lo bueno



de Yashin (inédito):

I

Un estado mental, la revolución
es un estado mental, la historia
colectiva de la causa
la estructura de acero blindado que hiela la sangre roja
de Yashin el rojo, la araña negra tejiendo su propio mito
dando la vida por el Partido

Señores, de pie:
Lev Ivanovich Yashin sueña que es un rompehielos nuclear
un submarino atómico
un prototipo increíble que cambiará la historia del arco para siempre

Yashin vio el Acorazado Potemkin y cree que, además de su innegable sentido partidario y propagandístico, la película contiene altas dosis de excelencia cinematográfica

Yashin ama los habanos y el vodka helado en espesura de aceite, de color diamante

Yashin sabe que la patria es el otro, que la pertenencia al partido potencia sus capacidades

Yashin piensa que no ha tenido una educación plena y esto, en el fondo, lo avergüenza bastante

Hay que tener en cuenta lo siguiente:
el delantero que enfrenta a Yashin
está condicionado por el terror

Yashin se autoexige en el ejercicio intelectual y le comenta a su camarada Albert Shesterniov que Einsestein “desafió las convenciones narrativas y el lenguaje visual de la época”

Yashin no es un cosaco en el puerto de Odesa en 1905
Yashin nunca tuvo en sus manos un huevo Fabergé
Yashin está politizado como su condición de clase y su época lo exigen

¿Sabe de la carga simbólica de su posición en la cancha, de los colores que defiende? ¿Se pregunta por la enorme extensión de la República y de la intención de aglutinar dinamismos sin nada en común salvo la cercanía territorial?

Yashin envejece como un dios y es enorme
y en la extensión infinita de la Unión
lo saben todos

¿Comprende Yashin que absolutamente todos los niños de la República quieren ser como él? ¿Cae en la cuenta que es un héroe moderno, un romántico, que tipos como Maiacovsky no le llegan ni a los talones?

En los pasillos donde se decide el destino de la nación se ensaya el concepto de “impenetrabilidad”, se habla de una puesta a punto en un astillero de San Petesburgo, de una nueva forma de hacer política

Sí, una estatua en pleno corazón de Moscú
Sí, más grande que todo el Ejército Rojo en pleno combate
Un estado mental, señores, la historia
colectiva de la causa, un arquetipo
el arquero favorito del sindicato de metalúrgicos

Yashin leyó el Manifiesto Comunista pero eso no quiere decir nada
Yashin trata de no repetir demasiado la palabra “proletariado”
            porque eso sería demagogia
Yashin vuela abajo a la izquierda y desaparece el peligro
Yashin vuela abajo
a la derecha
y desaparece el peligro



IV

La espesura del humo se recorta sobre un fondo vacío
y hay un disparo, una mano que tiembla
olor a pólvora.
Yashin fuma un habano en el vestuario del Dínamo de Moscú
mientras afuera la República escupe sangre,
pura vibración orgánica

A pocos metros del estadio, su amigo de la infancia, Aleksei Ivanov,
balbucea sonidos inentendibles, completamente borracho
frente a un televisor de fabricación nacional

La república se desangra, literalmente: en los surcos,
en los espacios vacíos. Sangre todavía caliente
brotando de un origen roto,
de un dolor

Lev Ivanovich está solo, sentado en una banqueta de hierro en un vestuario vacío y helado y lleno de humo en la noche fría moscovita porque es el arquero más grande del universo y nadie puede hacer nada al respecto

Afuera se oye una descarga, el vacío
abalanzándose sobre la nada.
Aleksei Ivanov tiene una botella de vodka barato en la mano
y es como si el muro se hubiese caído veinte años antes

Bocanada de humo espeso. La repetición de una frase,
una arenga mental. Ni siquiera una idea política
puede igualar a Yashin con el resto de los mortales

Está convencido de algo:
si uno busca bien el lo profundo,
en la función inmediata de la médula,
hay un poco de blues
ahí



V

Biblioteca Nacional Vladimir Lenin.
Yashin está sentado bajo una lámpara verde
en una de las salas dedicadas a la historia de la República,
los ojos bien abiertos.
Lee con los botines puestos

El arquero más grande del universo ejercita su intelecto
e investiga sobre el origen mismo de su propia génesis
ya que no quiere que su imagen sea usada políticamente
(al menos sin su consentimiento)

Se convence que la aplicación del comunismo ortodoxo es irrealizable si no se tiene en cuenta la coyuntura específica de cada momento histórico.
Lee sobre los eslavos de Oriente y sobre extensiones territoriales monumentales,
la guerra, el hambre y la revolución,
campesinos, banderas rojas,
milagros en la nieve…

Se sabe que Yashin es Yashin gracias a la disciplina,
que Yashin es Yashin gracias al esfuerzo, a la exigencia límite del músculo,
a cientos y cientos de ejercicios de reacción.
Hay que aguantar el dolor y quemar el muslo, piensa,
aguantar el dolor
y quemar el muslo

Sino pregúntenle a Tom Finney, delantero británico. Pregúntenle qué sintió mientras caminaba hacia el área para patearle un penal a esa bestia de acero vestida toda de negro en el Mundial del ‘58

Lee sobre astilleros descomunales
que sólo existen en la mente de un desquiciado,
estallidos y la muerte, temperaturas extremas y la muerte,
naufragios, incursiones militares suicidas,
carne humana quemada por la nieve y el hielo,

siempre el hielo…
Se sabe que Yashin es Yashin gracias a su temperamento prendido fuego,
a su excelencia atlética,
al armado de lo posible
a la realización y puesta en práctica de lo posible

¿Qué es una abstracción ideológica? ¿Cuáles son los riesgos de una resistencia a la adaptación de un condicionamiento partidario?

Aguantar el dolor y quemar el muslo, piensa Lev Ivanovich,
los ojos bien abiertos,
aguantar el dolor
y quemar el muslo



VII

A la distancia, Yashin vislumbra los movimientos del contrario como un todo armonioso en donde ningún músculo carece de disciplina.
Imagina la vista panorámica de un golfo, vías de tren,
cadáveres sepultados por la nieve.
Desde casi cuarenta metros el mediocampista alemán dispara de zurda,
tres dedos, fuerte al segundo palo

Se mentaliza principalmente en esto:
Franz Beckenbauer no tiene la culpa de que haya existido Hitler

En su mente la pelota viaja más lento
que lo que podría llegar a discernir el ojo humano común.
Su instinto le ordena pivotear una porción indivisible de tiempo,
               luego contraer,
después estirar como un resorte ambas piernas hacia su derecha

En pleno desplazamiento aéreo piensa en un pantano congelado
               y en trabajos forzados,
en él mismo analizando la estructura hexagonal de una
               molécula de hielo,
en el aire helado que penetra la médula, en la guerra
y en el miedo a la guerra, en el silencio que representa un estadio vacío

Nuevas fuentes de energía y la producción de bienes a gran escala,
cosas de este tipo lee en esta etapa de su vida, ahora con
               los botines puestos
y a punto de llevar a cabo una atajada que el mundo del fútbol
recordará para siempre. El concepto de “invencibilidad”,
la indecisión como calamidad extrema, todo eso da vueltas en su cabeza mientras sus manos como tentáculos se preparan para estirarse hasta lo imposible buscando desviar el misil alemán de una vez por todas

La pelota se desplaza por el aire a una velocidad que sólo él
              puede configurar;
la araña negra teje su propio mito e inventa el arquero-líbero,
              el stop-motion…
Piensa en cómo un avión de caza alemán puede llegar a marcar para siempre una infancia feliz, cómo una biblioteca ardiendo durante la noche puede lograr que el lenguaje no sirva para nada

Goodison Park, Liverpool. 25 de Julio de 1966.
Observen su cintura: torsión de metal noble y base sustancial del pecho oscuro y profundo como la República misma, origen del arqueamiento hacia atrás que comienza a dibujar en el aire la gloria en suspenso, el enorme Yashin a punto de pasar a la historia, un sueño gris atravesando la niebla




X

Nikolai Dementiev camina lentamente hacia el punto penal.
Cuando apoya la pelota en la marca de cal que delimita los once pasos,
siente que una presencia descomunal le hace sombra
y que luego apoya una enorme mano enguantada sobre su
               hombro izquierdo.
Escucha una voz:

“Soy demasiado inaccesible, lo suficiente como para que el normal funcionamiento de tu sistema nervioso esté siendo modificado en este mismo momento.
Me gustaría saber qué hiciste durante la guerra,
si escuchaste el término circulación restringida,
si viste gente amontonada en cuartos clandestinos fabricando
                bombas caseras,
gente muerta…
El pecado y el éxtasis, astilleros con nombres imposibles y troncos balanceándose suavemente sobre la espuma…
Te habrás dado cuenta que esto no es una pose,
que mi amplitud épica no necesita ningún tipo de exageración.
Aunque te parezca extraño te admiro:
para venir a patearme un penal se necesita un estado mental cercano
                a la inconsciencia,
una confianza casi obscena

Quisiera saber tu opinión acerca de las victorias parciales y el ejército rojo creando la unidad en lo múltiple, si realmente creés que tu nación te representa

A veces, en medio de un partido,
puedo ver a mi madre sacudiendo una alfombra en un patio de tierra
(me acuerdo claramente de eso), un sombrero de ala corta,
una escalera y un desván,
tabaco de mascar…
También veo cajones con repollos, remolachas, tubérculos…
Sobre un mantel increíblemente blanco crema de manteca
y masas rociadas con azúcar, limonada fresca

Mi madre llevándome al circo, también, acrobacias,
animales fantásticos y desfiles, concentraciones de gente con antorchas,
banderas ondulándose al viento

Quiero que pienses en toda la gente encerrada a la espera de una condena,
en instrumentos de tortura exhibidos con vergüenza en algún museo,
en un pasado revisitado hasta el cansancio,
en una marea roja, sí
una marea de color rojo,
una ciudad sitiada y gente que come gente,
supervivencia de manual

El mundo es un sueño increíble
y en algún momento todo cobra sentido.
Mirame a los ojos:
soy Lev Ivanovich Yashin,
espero que sepas lo que estás haciendo”


de Chico Vudú (Arte al acecho ediciones, 2014). 

Chico Vudú

El endurecimiento, la pérdida del estado inicial.
En el umbral de la expansión el Chico Vudú es una pieza móvil, sin el alta médica y con prospectos tirados junto a la cama, frascos vacíos, la esquizofrenia todavía sin catalogar.
El escenario en llamas: el Chico Vudú y la euforia,
el Chico Vudú y el Flower Power

Los datos del muerto: 38 años, tez morena, ojos verdes. Uno imagina el desarrollo químico y después el milagro, ese susurro que es como un pinchazo que busca el torrente sanguíneo y entonces la parálisis, la revolución que es un ritual extraño.
El Chico Vudú, el Chico Vudú…

Uno también imagina fotos y la pericia científica,
el voltaje y la excitación.
Una Fender stratocaster prendida fuego, la palabra “tumba”

El sonido de una cuerda de acero estirada hasta la médula y una luna de color rojo. El Chico Vudú semidesnudo sobre un catre de hierro y el equipo forense a su alrededor analizando el fundamento que debería explicarlo todo, buscando la huella que finalmente armará una hipótesis falsa. El delirio, el viaje, caer rendido sobre un colchón viejo en una
pensión olvidada al fondo de un pasillo por el que ya no transita nadie

Los datos del muerto: alucinación, el componente mágico… Una intensidad fuera de lo normal y el misterio que no va a aclararse nunca. El Chico Vudú y los derechos civiles, el Chico Vudú y el Black Power

La rigidez de la carne, la gota que humedece el iris.
Un arrebato estimuló el lóbulo temporal y al Chico Vudú la manía depresiva le llegó hasta
los huesos. Tocó fondo.
Algo terrible: la huella digital, la controversia médica

El Chico vudú, el Chico vudú

el sueño
la profecía

un círculo de flores blancas





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NATALIA MASSEI [19.873]

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NATALIA MASSEI

Natalia Massei. Nació en Rosario en 1979. Publicó Maraña (Baltasara, Rosario, 2014; mención en el Primer Concurso de Narrativa Río Ancho Ediciones) y la novela colectiva Las chicas de Adriana (Homosapiens, Rosario, 2014). Integra las antologías Nada que ver (Caballo Negro /Recovecos, Córdoba, 2012) y Rosario: Ficciones para una nueva narrativa (Baltasara, 2012). Relatos suyos han sido publicados en los diarios Rosario/12, Página/12, La Capital y en la revista literaria Maten al mensajero. Es escritora y profesora de Francés. Desde 2008 coordina un Café Literario en Francés.



de Teoría de la deriva (inédito):

I.

Desmenuza los detalles del crimen
con la pericia de un especialista.
Una nariz arquitectónica le divide la cara en dos.
Revuelvo el café, aspiro el perfume.
La Virginia Blend Italiano, no lo tienen en todos lados.
Doy vuelta a la página. La culpa es de los bancos.

Las chicas de la mesa de al lado no miran Todo Noticias,
una está mal porque quiso enganchar al tipo con un embarazo
pero él se quedó con otra.
¿Qué computadora me podrá completar en el trabajo?
Negocio digital. 611. Bienvenido.
Pulsá el número de la opción deseada.
Pronóstico del tiempo: una locutora rubia
delante de un vidrio llovido.
Paso una, dos, tres hojas de un tirón
Chapelco-Ski-Resort.
Dice azul y pienso en el cielo y el agua unidos,
dice nieve y pienso en el blanco envolviendo todo.
Para denunciar robo, hurto o extravío de tu teléfono
y solicitar reposición, presioná uno.
Nena de diez años falleció en un centro de ski,
estaba de vacaciones con su madre y hermano.
Baja un licuado de frutas
por la garganta espesa de un hombre.

Reciclar y renovar. Por cambio de equipo,
presioná dos. Lo bajó del colectivo y murió.
Mercado Tableta en expansión.
Un chofer de la línea 115 atropelló
a un joven de 20 que según testigos
había subido sin monedas y molestaba.

Empezá la mañana con alegría.
Para solicitar reenvío de factura,
realizar o informar pagos,
presioná tres. Qué linda la primavera,
las flores, el aire, los pájaros.

Suplemento Taller literario:
arranco la página y guardo en el bolso.
Amarillo: taxi y Peugeot cruzan.
Una chica cargada de carpetas avanza y retrocede.
Verde: el pibe sube al bondi. Se llamaba
Mariano, tenía veinte años esta mañana.

¿Me tirás unas cuadras, maestro?
Para conocer todo sobre números free,
presioná cuatro.
No puedo, bajá.
Pará que pongo moneda. Pará.
Amarillo: ¿Una moneda, señora?
¿Una monedita, caballero?
Rojo: Bajate loco.
No seá bonete. ¿Qué te cuesta?
Bajá, no te lo digo más.

Para consultar tu saldo presioná cinco. Es necesario
concentrarse en lo importante, la historia es lineal.

Un canoso piel curtida al lado del semáforo
revuelve caramelo para hacer praliné.
Sostiene el pucho con los dedos amarillos.
Da pitadas largas a intervalos regulares.
Nunca deja de revolver.
En el blanco se unen todos los colores.

¡Bájelo chofer!
¡Pará loco, qué hacés!
Bajá porque te re cago a trompada.
Rojo. Empuja.
Verde. Arranca.
No da tiempo de pensar. Arranca.
Para obtener información, presioná seis.

El hombre canoso escucha
un ruido que no conocía.
Un cuerpo se quiebra por encima del motor,
la frenada, las bocinas,
la caja de cambio desgarrada.
El silencio de los pasajeros mirando,
música de espera. Para ser atendido por uno
de nuestros representantes, presioná siete.
Pájaros blancos, quietos suspendidos en un cable de alta tensión.



Afuera

Dos mujeres guardianas sentadas en sillones
de lona y caño oxidado, a ambos lados de la puerta.
Más que puerta, el espacio que ha dejado al abrirse.
Dos mujeres en los bordes de la luz. Un pasillo
eyectado hacia el corazón de la manzana.
Quietas, como leonas de piedra
en una fachada antigua y grotesca,
alerta. Redondas y desalineadas
desde los cabellos hasta las pantuflas,
labios pesados, ojos vidriosos.
Las manos apoyadas sobre las faldas
de lienzo duro hasta las rodillas.

En el centro, la luz insoportable que las separa.

Al alrededor, Forum se levanta.
Instalaciones del ferrocarril recicladas en edificios de lujo:
DEPARTAMENTOS DE CATEGORÍA
LOFTS
OFICINAS,
LOCALES COMERCIALES.
La señora y su hija
tienen la mirada clavada hacia adelante,
ajenas al inminente riesgo de derrumbe a sus espaldas.
Desde sus sillones de domingo, sobre la vereda, custodian
el corredor de luz justo en la intersección de tiempos,
son parte de un paisaje que muta.



Intersecciones

Un par de escarpines rosas caben en la palma de mi mano,
huelen a jabón blanco. Luci quiere usarlos
para vestir a su muñeca.
Los acomodo y los reservo en un cajón vacío,
son parte de un paisaje que muta.

Sobre el tejido de lana rosa, se apoyaran
tus pies minúsculos, Clara.

Las mujeres del pasillo
permanecen en el medio del tiempo
absorbidas por la luz.

El último resplandor del día
se ha posado sobre los objetos,
como una manta liviana,
los ha cubierto para que reposen.
Todo parece quieto aquí.





de Usted no es una persona real (inédito):

Puntos muertos

Desde hace tiempo cuando hay mucha luz,
sobre todo si es blanca
sin límites abierta a la perspectiva
sin fin del cielo,
veo puntos negros
volando delante de los ojos.
Me pasa con la hoja en blanco
la pantalla,
la mañana también.

El oculista dice que son restos
de piel o células muertas.
Está estudiado -aseguró-
son inofensivos:
están muertos.
Sin embargo, se mueven
cuando el ojo está quieto.




Spleen

Sudor en la nuca
Split
Brisa helada a través del pelo suelto
resistir, calar hondo
un cigarrillo que hace años no toco
Slim
Virginia
Minnesota
Oklahoma
Paisajes en las películas,
cigarros que nunca fumé
Ardor
tos que se irá como el humo
Silencio inusual en esta casa
Sudar
permaneciendo quieta

Qué voz agita las palabras
Que no diré



Ejercicios

Mi oculista le partió dos costillas en la calle
a un tipo. Hago ejercicios mientras me cuenta
la crisis, el momento poco claro.
Debo fundir dos imágenes disociadas en una:
un niño con un balde en la mano derecha,
un niño con una caña de pescar en la mano izquierda.
Girar la perilla hasta que se unan
el relato, la paliza, la guerra,
la palabra
excombatiente.
El niño es uno todo el tiempo
pero yo lo veo así, dislocado.




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HÉCTOR A. PICCOLI [19.874]

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Héctor A. Piccoli

Héctor Aldo Piccoli (Rosario, 1951), poeta y traductor argentino.

Egresado de la Universidad Nacional de Rosario, en la que posteriormente ejerce como docente en el Departamento de Idiomas Modernos. Ha realizado investigaciones sobre los problemas del lenguaje poético, la lírica del barroco español y alemán, la literatura del romanticismo alemán, y la influencia de la informática en la producción, publicación y recepción literarias.

Es director del instituto privado de lengua y la literatura alemanas Georg Trakl Sprachwerkstatt.

Fundó la Biblioteca eLe (editorial del libro electrónico).

Obras

Permutaciones, con E. M. Olivay, Ed. La Cachimba, Rosario, 1975;
Si no a enhestar el oro oído, Ed. La Cachimba, Rosario, 1983;
Filiación del rumor, Armando Vites Editor, Rosario, 1993;
Fractales, Ciberpoesía eLe, 2002;
Obras completas de Sor Juana Inés de la Cruz, en CD-ROM (con la colaboración de Ailén Delmonte, Guadalupe Correa y Tadeo Stein). Ediciones Nueva Hélade, Rosario, 2004;
Antología poética (selección y estudio preliminar de Claudio J. Sguro; con notas del autor), editorial Serapis, Rosario, 2006;
Transgrama – Una poesía y una poética de la contemporaneidad, con Claudio J. Sguro, Ciberpoesía eLe, 2011.
La nube vulnerada. Prólogo de Tadeo P. Stein. Editorial Serapis, 2016.


El hombre de Tollund[1]

Sobre un lecho de lodo tu cuerpo se agazapa
y aminora la nada el retraimiento fetal
con que fugas a un fin distinto, a un principio igual
al de todos, hierático y humilde, en la etapa
que el pantano cifró entre dos eternidades
como enigma ofrendado en los surcos de tu frente
a inteligencia vana, a nuestro asombro eficiente
ante el mutismo con que te muestras y te evades.

¿Es de resignación, en tus ojos, la clausura?

¿Vindicó en ti el poder algún delito?

¿O fuiste, simplemente, escogido para un rito
vincular con un dios, doble nuestro que apresura,
surgido apenas, siempre entrega, ley, condena,
por mor siempre de cierta identidad,
por que sigamos siendo los mismos, en verdad,
cada uno el fulgor que a un fénix encadena?

Con rasgos escultóricos y austeros,
severa y sinuosa la línea de los labios,
aquilino y ascético, admites el agravio
del cordel, la superflua tenacidad del cuero,
y hiere la modestia de tu gorro,
e inquiere la runa unívoca en tu piel,
y nos confina tu ardua calma tras el cancel
de nuestra desnudez sin amparo y sin socorro.



Para Laura, oyendo un cuento que le dedicara 
su padre, siendo niña.

De libélula el ala, ilegible palidez
que cifra el desamparo y abisma a la criatura
en la envidia del par, escala el aire y procura
encuadernar rumor a un viso, una y otra vez;
ebria de entrega se alza hacia el fanal y sola,
que no la abrasa y hunde en monótona esmeralda
–de medrar, la osadía no siempre así se salda–,
sino que con color la engalana y tornasola.

Te irisa así el fulgor del alba imaginada,
estremece los párpados, enciende el prieto
enjambre de la seda en cabellos y mirada;
porque ya, donde creces, nada está sujeto
más que ese amor raigal, conque un mundo acude en cada
mera onda, a la hondura que imana y acometo.

[1] El «hombre de Tollund» es un cadáver descubierto el 8 de mayo de 1950 en un pantano ubicado 10 Km al oeste de Silkeborg (Dinamarca); se estima que procede de 292 ± 82 a. C.



Dominica

La cestería en la rotonda pretérita cada oquedal práctico,
cada colado jardín que manuscribe
y deslavaza el mimbre reticente.

Felino norte ambula,
pierde pelo en estera e intersticio
que procnes no avalúan; atenacea abajo
escápula la albura
si ballesta sedente y dosel de nieve dura.

Trinca así la primavera, cándido choteo
cuclilla criolla bajo hilachas de flor fría,
implosiva umbría que constela el botalón con tacha fértil;
mientras otra hacia el este de bosque lasca cóncava,
no por cautivas de anfión amurallada,
por ondas almenada,
a enjaezado yantar payol procura,
podio estría a planta desnudada.

Del cenit abomba el caparacho un copo ápodo,
sutiliza ejido a resguardado yaraví;
y en las manitos rezonga,
reverbera el momo copto al acidular trocha velera,
masca su ostracismo con fúnebre molar, si ebúrneo,
en boca de milonga.



Si no a enhestar el oro oído
                                                                       a   ANA   MARÍA

Por esta claraboya, permanece en el cuarto lo callado y siguiente.
La castidad del muro, se deshoja en un lento fluir
de agua suspensa; nadie
demora
la joya dispersa del cielo que pasa.

Derramaría un alféizar esta banda sin deseo que una sola frase
anega
en qué otra voluntad de agua más que el actual azul de sí,
en que la frase puede, -única-,
encarnar toda su lengua?

O es, esposa, quizá el martirizado lema
del vano hecho escollera
para un gas que ingresa, ingresa
-marejada sin rumor y sin rompiente-, a qué espesor?
la exhausta
sangría a la que vuelve, el cielo en movimiento?

Un efímero ganado pace ahora, y nada guarda
ni forma obsta, a este moroso acontecimiento.
Acierta un oro vago a legitimar la prescindencia
de vos, e infringir así la tarde abstracta.
Qué serena insistencia, esposa, es estar muerta!

Entreabierta en lo alto, la claraboya es una
anagogía
perpleja en los batientes ante la ilegibilidad extensa, ardida:
la luz en la ventalla
total, del cielo indehiscente.

La manera del agua estuvo siempre
ya
en el contorno de este cántaro;
la del aire
en el velamen fracto del sauzal:
                                  tu sed es el ventalle
que reitera, la coextensiva referencia de las cosas.

Y el deshojado índice en la pantalla cinérea?
La mano gualda
y múltiple, del pronombre rupestre?
En la soflama del zócalo
una mano (o una venatoria) deviene yacimiento, estética.

No se escinden así las geminadas alas,
el palimpsesto del cielo.

Una cintura, -sin embargo-, se quiebra en el brocal
hacia la estrella querellante;

y el denuedo de la forma
enfrenta el primer peligro del reflejo.

Pero el vórtice, el vórtice que la presa acosada
ha galopado hasta fuera de sí misma
no se ve, se conjetura;
es ésta la muerte? –Una vaharada de mundo

florece en la lisura del instante no significado
Tu alma, como la irretractilidad de la letra.

Deniega hacia el crepúsculo la muerte otro desguace
de sillería acongojada,
laminada en el bermejo por un agua, ya,
de ilustración?

La prisión sí, la noche írrita.

Del espejo aún no declinado, sólo la fruitiva,
la reflexiva superficie. Labora allí tu ausencia.
Véspero, el azul
diacrítico, entre la vegetación ya íntima
Y la obra viva de ese azul, tendida
a la aherrojada florescencia, de qué sueño
anterior?

- La hondura, en que el reflejo aquí nos verticila
El alba de la jarra, alrededor
de una arbitrariedad sanguínea:
lo cóncavo se imbrica allí, o almena su mismo
ejercicio cenital, de simular un alma.

La volatinería gradúa también así lo intersticial,
una palabra, la ensoñación del reciario.

Vuelve la figura entonces al recuerdo,
a gravar el aire enrarecido y cofrade,
a grabar la aleda sonora y sutilísima
de la tarde increada.

Y alucina sus visos, se encuaderna
en inútil prevención del ardimiento,
del desorden que demora
la madera del sicómoro:

el tríptico, donde un mismo pétalo lentamente se calcina…
                                       




El éxtasis de la palabra, el éxtasis de la forma

¿Insiste así la forma, en un grano de mundo?

La obra de Héctor Aldo Piccoli se eleva sobre un finísimo trazo de auténtica coherencia, pues su letra se proyecta, desde los comienzos, sobre un horizonte ulterior pero ya conocido, como iluminando el misterio que cela toda obra trascendente, a saber, cierta univocidad sostenida, capaz de franquear los avatares del tiempo, una voz que posee la virtud de columbrarse a sí misma en su acontecer futuro. Se debe a un trabajo llevado a cabo con inexorable consecuencia, igualable al de un paciente y sigiloso orfebre, bajo el amparo de una matriz ponderada con celo pero siempre en espontánea y constante recreación, conciliando la libertad inventiva con un ceñimiento poético consustancial. En la celebración embargada de la forma, en un lirismo persistente y ascensional –«Sobreviene después, como un sumergimiento en lo radiante / acabada toda forma» se nos dice en «El lagar agostado es de noviembre; y es la abrumadora»–, allí reside la unidad que caracteriza a los poemas que dibujan este irisado abanico, todos con singularidad propia. En cada uno de ellos avizoramos una nota excepcional que participa, sin embargo, de una composición consonante en cada uno de sus registros. Se trata, precisamente, de una pieza cabal en tanto y en cuanto no es sino el resultado de la inscripción minuciosa de un mismo stillus, aquél que nos otorga la posibilidad de vislumbrar, en ella, su faz proteica, es decir, manifestándose única y varia a la vez.

Fruto de una genuina labor artesanal, Permutaciones (1975), primer poemario de Piccoli, parece revelarnos una dualidad constitutiva. Nace de la conjugación íntima de su letra con la de Enrique Marcelo Olivay. Confluyen ambas, en efecto, en una sección central, homónima del libro, volviéndose casi indistintas, como si cada una de ellas, para empuñar y develar la unidad consigo misma, su rasgo distintivo, su flexión singular, divisara el más allá de sí en la otra, propiciando, de este modo, un intencionado intercambio de voces, una indeterminación sustantiva, un crecimiento y una plenitud ineludibles. Empero, es insoslayable la relación existente entre esa peculiar comunión con un eje arquitectónico rector. Las lenguas que bordean y abrazan esa islilla unitiva, justamente, no son sino los poemas de Piccoli, que la anteceden, reunidos bajo el título de Nikon, y los de Olivay, bajo el de Baza, que la suceden. Semejante a un cauce subterráneo que baña cada una de sus napas, es ese mismo rigor dialéctico el que subyace a los escritos liminares que, por fuera de toda contingencia, se inauguran con «Matrices», poema de expansión y repliegue, tal como lo esgrime su configuración material, la de página desplegable, que torna recurrentemente en este facetado escenario.

Como evocando una antigua y variopinta tradición en que remanecen las prodigiosas peripecias de Mallarmé, con Un coup de dés, las de Apollinaire, con sus Caligrammes, y las del concretismo, con sus incesantes búsquedas visuales, en el espacio tiembla la alianza entrañable entre escritura e imagen. Allí, fuente de diminutos y frágiles tropos en cuya belleza, concentración, precisión y sagacidad se deja divisar la herencia fecunda del imaginismo, el plectro se transforma en pincel para contornearlos sobre la hoja, consagrando la jerarquía del significante, evidenciando una afinidad enunciada ya por el lema que abre el muestrario poético. Se nos exhibe, de esta manera, un texto modelado a partir de un «esquema matemático de multiplicación de matrices […]»[1] que patentiza, ya tempranamente, la pasión por la hechura reflexiva del quehacer literario. A través de un como miniado, de una taracea tipográfica que recuerda aquélla consumada por E. E. Cummings, allí se disponen, en filas y columnas, divididas en fonemas (o grafemas), las palabras que, así desgranadas, en su interrelación momentáneamente enigmática, conforman no sólo un poema sino dos. Y no son aceptables, como tampoco lo eran para los hallazgos del poeta estadounidense, las conjeturas de Borges: «[…] el lector se indigna (o se entusiasma) con esos accidentes y se distrae de la poesía […]».[2] ¿Cómo sería posible desatenderla si aquellos nos impelen, justamente, a la más lenta de sus delectaciones, a un rallentando forzoso? A la vez que dan cuenta, por ello, de la morosa vocación de miniaturista que reverbera en la esmerada faena de Piccoli, destacan ese inusual pergeño lingüístico en el que atisbamos el peso específico del significante poético, objeto de una conciencia artística que sabe hallar en él, aún, cierta hondura próvida, un venero feraz.

Desenvuelven los colores de los caracteres, aquí, un cometido especial. Instauran, por un lado, la noción de relieve y, por otro, tienden a congregar los términos que acentúan. Por ello «( con.si.de.ras )» se alía, súbitamente, a «la noch / e», prohijando el primer tejido mínimo que, en este conjunto de expresiones originalmente organizadas, se inscribe. En esta nimia filigrana están albergados los albores del comienzo, aquellos que preceden la conformación de un cosmos que surge con un como silabeo moroso, de tenue crescendo, propio de quien pondera la prístina, inmensa magnitud del mundo que se abre frente a sus ojos. Se asiste, de esta manera, a la vigilia, al inminente advenimiento de la creación, a su infancia, realizada en un deletreo embriagado que se posa, sesgada, analíticamente, sobre los perfiles de una escena vestigial. Cada una de las sílabas del inciso parentético se corresponde, ordenadamente, con cada una de las cuatro columnas superiores para desintegrar minuciosamente el acontecimiento. De esta suerte, la partícula «con» se anuda a «una rama de este / árb / ol / recoge la tard / e desde el a / gua / y muer / e»; así sucesivamente, hasta el develamiento exhaustivo del segundo poema, debajo de la línea horizontal que coordina las hileras de la cuadrícula, como el resultado de la suma de las series. De la diferente combinación de una cantidad reducida de elementos, que denota ya el valor de la economía como una de las normas de escritura, dada a patentizar, ineludiblemente, su sutil potencia expansiva pero también sus límites esenciales, de esa delicada prestidigitación sustentada en disyunciones y conjunciones, nace un texto y otro, su autonomía y dependencia recíprocas, enfatizando, al mismo tiempo, el concepto de un orden que no renuncia a su secreta maleabilidad. Consiguientemente, por medio de la segmentación calculada de los vocablos, se revelan, a través de un trato escrupuloso, sus múltiples resonancias, sus casi inaudibles correspondencias. Lejos de toda arbitrariedad, el aislamiento provisorio de los fragmentos tiende, a la sazón, no sólo a mostrar la ubicuidad de los mismos, su común pertenencia, sino también a descubrir su inmanente calidad eufónica, sus íntimas vibraciones, sus tonos, como postulara Rimbaud en «Alchimie du verbe», aludiendo, por lo tanto, al caudal de sentido, a aquel vasto valor expresivo que reluce en una sencillez extrema. La diseminada presencia de las vocales ‹e› y ‹o› traza, precisamente, una estela alusiva, un grácil eco anticipatorio que, persistente, remite al sustantivo «noch / e» como un discreto indicio de congruencia en esta ceñida dispersión, dispersión cuyo emblema podría condensarse, tal vez, en la figura del ventalle, en su distensión y contracción alternas. No es sino ejemplar, a este propósito, «o / si ( os», donde el silencio, motivo central del texto, merced a una suerte de armonía imitativa, cristaliza su asordinada elasticidad en la trama aliterante que hilan los fonemas ‹o, s, c, i, l› que, por su suavidad intrínseca, mitigan la estridencia del sonido, hallando en el espacio, asimismo, una distribución que prodiga la imagen cadenciosa, la opacidad suspendida de la ‹o› que rehíla al conjurarse esa pausa casi inefable, como si la vocal, despojada, fuera el epicentro a partir del cual, en ondas concéntricas, el intervalo sonoro se propagara.

En esa disposición razonadamente elaborada atisbamos el anhelo de una quimera asequible: la conquista de un arcano, el poder dehiscente del lenguaje, no oculto ya en su faz polisémica sino en un entramado segundo, el de una grafía artificiosa en la que tornasola la simultaneidad. De esta suerte, la escisión de la palabra, la miríada de enlaces que en su entorno anima, descubren tanto una sorprendente plasticidad como la urgencia de una dimensión compuesta, su esencia a la vez sintagmática y paradigmática, sabiamente restaurada en «u / N gor» no sólo gracias al estricto diseño de los tipos sino también al empleo de un pulcro ingenio ablativo, una puntuación que, transportada, yendo más allá de su habitual destino, lo excede sin traicionarlo, mostrando su original eficacia informativa, exaltando ese inusual desdoblamiento que conmueve agudamente el plano sintáctico consuetudinario. Puesto que la linealidad sintagmática a la que solemos atenernos se ha desvanecido, florece otra dimensión en la que la sintaxis se comprime, es decir, deja de ser regular y extensible para ajustarse a la intimidad disociada del vocablo. Leemos entonces: «u / N gor / (:rió;) N / en / la sat / i (nada) / m (ampara) / de / su dicha (;) / nubla / parda hu (ella) / a que el ciel / o se a (tiene) (.) / u / N gor / (:rió;) N».

Si el reto que propala Nikon I estriba en la lectura de un concentuoso contrapunto, como una melodía etérea cuyos inmaculados instrumentos «– ser / án seis / ángel – / E / s ( la mú ) s i  ca / E», nos desvela aún más cuando la lengua materna desnuda su alteridad absoluta, su otra alma. En «„Früh», como un lacónico anuncio premonitorio, percibimos el diálogo, según lo afirmaba Martin Heidegger, en tanto máxima expresión del habla. Aquello que en superficie germina no es sino la primicia de una coexistencia cardinal y fundante, la del alemán, la otra lengua, «li ) vian / a sa / ng ) re», que, con el español, constituye al poeta. Hablamos de aquello que logra alumbrar un coloquio con las esencias propias, tal como lo pregonaba Rainer María Rilke en Cartas a un joven poeta, un retraimiento que libra al creador a su interioridad mayúscula. Por ello el idioma natal bordea, amalgamándose a ellas, las palabras de Georg Trakl para distinguir, allí, su imprescindible análogo, su otro rostro, su integridad definitiva.

Nikon II, de este modo, podría concebirse como la inevitable gemación de los ‹mili-metros› precedentes que cobran, ahora, un aliento mayor. Tienden a ejecutarse diversamente sobre la página, pues avanzan sostenidos sobre una sintaxis que empieza como a desdevanarse paulatinamente. Vemos trasladarse a «que nadie entonan su», por ejemplo, una alquimia verbal que puede abrevar del acervo retórico para labrar una malla expresiva que permanece, todavía, en estado de crisálida. En efecto, desestabiliza, por un lado, la recta ilación discursiva a través del anacoluto, figura de construcción que tensa la sintaxis hasta los bordes de su inconsecuencia y, por otro, la concordancia gramatical a través de la silepsis, engendrando, de esta suerte, una como aleación de secuencias que parecen proceder o de un monólogo interior o de voces heterogéneas reunidas, no obstante, alrededor de un centro común. Presenciamos un ensayo en el que la gramática misma tiende a desafiar sus umbrales, si bien el sentido se remansa nuevamente cuando la norma, en esa leve agitación, es finalmente reinstaurada: «[…] para que / mejor vendamos / al llover aquellas joyas / torrenciales / en las / ferias / de un viento / anterior: […]».

Mas este manantial poético no cesa de inventarse; se alimenta, de hecho, de aquello que juzgamos, comúnmente, foráneo al ámbito lírico. Aludimos a ese caudal léxico que, virgen, la tradición no ha consagrado aún. Así, medidamente dosificados, encontramos, como muestras de ese suelo intacto, «bloks», en «que nadie entonan su», «staff», en «neuma», donde, enlazado el soplo creador a la esfera musical y retórica, se liga la palabra al número cuando, sobre la huella del vitalismo tan integrador como perturbador del Vallejo de Trilce, el poema se vertebra sobre una gradación numérica descendente. Como invocando la concepción pitagórica según la cual el cosmos inhala sus propiedades de otro inconmensurable que lo envuelve, se nos ofrece el costado de un universo poético inclusivo que, aun en su lirismo vehemente, puede expandirse hasta acoger en sí el registro de una oralidad que deflagra en el final de «Nikon»: «dispara, socio…)». Pero apreciamos un ascenso sublime cuando Héctor Aldo Piccoli nos promete, gracias a un instrumento ya inexorablemente refinado, la forma, el argumento y el tono de su canto, ése que oímos en el «izar así las jilguerías / de un silencio / de puntillas», alto «en la luz / indispensable» donde ya despunta y rutila su morada siguiente.

 Si no a enhestar el oro oído (1983), desde su título prominentemente sintáctico –tramado con los versos 29 y 30 del poema «Lucio», con una imperceptible variación, el ‹sino› originario por el ‹si no› último–, demarca la imbricación del trabajo y la materia; implica, imperativamente, la exaltación de ese elemento puro, precioso, noble y dúctil, cincelado y puesto a ganar una elevación literalmente cenital, un modelado que prospera en una «fábrica escrupulosa, y aunque incierta, / siempre murada, pero siempre abierta.»

[3] El epígrafe del libro, cita de la «Soledad Segunda» de Don Luis de Góngora y Argote, su obra más célebre y consumada, hito impar de la lírica universal, nos ofrenda una deslumbrante metáfora, una de las más ingeniosas que pueda habernos legado el Siglo de Oro español, una de las más refinadas estaciones que la lengua haya alcanzado, según lo entendía la intelligentia de la época, según fuera ratificado por la historia posterior. ¿No nos otorga aquel penetrante giro, acaso, la idea más acabada de texto cuando vislumbramos, en la humilde red de los pescadores, en el cáñamo solícitamente trenzado, cuya confección «[…] no tolera la menor negligencia […]»,[4] según asevera Robert Jammes, el tejido de la palabra recíproca y celosamente concertada, una prolija malla que, tendida, nos cautiva, puesto que es una filigrana que llama, curiosa, sinestésicamente, a ser auscultada? Efectivamente, en la sintaxis del verso libre, con respecto a la atomización precedente ya distendida hacia un más allá de sí, podemos oír el engarce puntilloso de esos dijes, la taracea con que se eslabona la línea prosódica, el «[…] cuerpo sonoro del verso […]», como el mismo poeta alega en Poética de Aldo Oliva:

[…] la aliteración, las asonancias, la modulación vocálica, todo aquello que los alemanes llaman »Lautsymbolik«, ‹simbolismo fonético›, factura y acabado, orfebrería, en una palabra, en la densidad facetada y esplendente del poema como joya.

[5]

Y aquilatamos esta presea resplandeciendo en una imagen signada, de suyo, por la noción de claroscuro, manifiesta en ese fuego que pincela pequeños ojitos en la tenacidad de la sombra, aquellos industriosos grabados del misterioso arte natural que encontramos en las alas de los insectos y de las aves, en la piel, en «el fulgor del lomo de las fieras, […]»: «Una hoguera ensimismada ocela la constancia de la sombra». Éste, el exordio del primer poema en el que dos sustantivos, de tres, el único adjetivo y el único verbo insisten sobre el fonema ‹s›, sobre la ‹c›. ¿Puede considerarse fortuita, tal vez, la reiteración de aquélla última, en la estrofa tercera, cuando las palabras que ocupan la posición inicial, final y central de cada verso, respectivamente, son todas ellas verbos que crean una sola resonancia rítmica, que es la de la luz, «la joya dispersa del cielo que pasa», la de la nación irradiándose en la proliferación de la ‹n› en la que se confunden? «Cuelga aquí la luz, como una prenda / antigua y compartida. A ella acudes / y en ella cunde la nación finísima /que es tu subterfugio».

Advertimos, en el calado desde el que va soltándose esa ilación conjuntiva, la emergencia de una estructura ineluctable, de una conciencia arquitectónica, tal como lo demuestra su mismo glosario: «dovela», «intradós», «alféizar», «vano», «dintornado», «cariátide». Hay en la nueva justipreciación del espacio, ahora moderada, diversamente estilizado, puesto que el sintagma fluye por un lecho más alargado –recordemos, en Nikon II, la asunción de la palabra orticiana, en «de ella, señor», dedicado al poeta entrerriano–, un innegable anhelo de ensanchamiento del confín sintáctico, como si aquella tensión de verticalidad se hubiera derramado hacia sus márgenes: «La castidad del muro, se deshoja en un lento fluir / de agua suspensa; […]». No es en absoluto aleatoria, entonces, la aparición del verso libre que lleva consigo, aquí, una fluencia rebosante pero rigurosamente escandida. Si bien aquél, según arguye Tomás Navarro Tomás, «[…] se impone voluntariamente una atenuación del ritmo y musicalidad del verso métrico», no es menos cierto que «la sensación de ritmo se mantiene […] mientras el efecto de esa regularidad no es oscurecido por la excesiva desproporción de las medidas silábicas.»[6] Comprobamos la exactitud con la que se cata el tenor rítmico de la palabra, la severidad incisiva con la que el artesano la devuelve a su esfera musical, la sujeción recíproca, esa interna periodicidad de intervalos con que marca su acompasamiento, la cohesión que evita cualquier deriva indeliberada, magia ancestral que reside en el arte mínimo de la acentuación y, por ende, en la coordinación cavilada de un término con otro. Una levísima, lánguida melodía traspasa la primera estrofa del segundo poema: «Por esta claraboya, permanece en el cuarto lo callado y siguiente. / La castidad del muro, se deshoja en un lento fluir / de agua suspensa; nadie / demora / la joya dispersa del cielo que pasa.» En el primer verso el paréntesis acentual es de 4-3-4-3; en el segundo, es de 6-6-3-3, abreviado cadenciosamente hacia el final para asistir a esa líquida morosidad; en el tercero es de 3-2, puesto que en una menor extensión se incrementan las pausas con el fin de subrayar aquella misma dilación, coronada en el cuarto con un solo término, para recuperar, en el quinto, una ya equilibrada dinámica de 3-3-3. Es éste el valor expresivo de la conmensuración silábica puesta a prender la agudeza de la palabra. Y no menos palmar es el de la frase interrogativa, en su movimiento de elevación continua, aquélla que nos recuerda, una vez más, «[…] esa alma suspensiva / que fue la que más se inclinó al curso mayor…»:



        […] una pregunta polifónica que no reverbera a veces, sino a partir de su confín. Interrogación retroactiva entonces, que asevera no haber límites nítidos entre afirmar y preguntar; […].

[7]


«El lagar agostado es de noviembre; y es la abrumadora / claridad, o tan sólo la pericia / del ardor, en los asombros contiguos / bajo la marquesina pálida, hecha briznas / sobre una opalescencia siempre al lado de sí misma, la luz?» No hay, por cierto, mejor asiento que el de la cima de la entonación en la que pende, cenital, aquella luz que penetra por una claire-voie, una luz contemplada y escrutada en la pureza de su ser, una ráfaga de enajenamiento que representa la quintaesencia de la altura, allí donde la palabra está transida de diafanidad, como lo ilustra la acuidad vocálica con la que aquélla se atavía: «Entreabierta en lo alto, la claraboya es una / anagogía / perpleja en los batientes ante la ilegibilidad extensa, ardida: / la luz en la ventalla / total, del cielo indehiscente.»

En esta lengua exhaustiva, en el acendramiento estético de su estrato significante, el espesor surgente muestra, sin embargo, su paradoja, la paradoja del sentido: «en qué otra voluntad de agua más que el actual azul de sí, / en que la frase puede, –única–, / encarnar toda su lengua?» Nos abismamos, pues, en las honduras de la veta, en las capas tectónicas del lenguaje donde se cela el origen remoto del significante y del significado; historiamos el étimo en su crecimiento, sus mudanzas, y volvemos, posteriormente, a colmarlo de su riqueza, de aquel brillo inaugural y postergado que disgrega la opacidad a la que la substancia lexical nos somete en primera instancia. Puesto que «El oro está aún aquí», es exhumado, reelaborado en la copela de Piccoli y vertido en la creación: «En la soflama del zócalo / una mano (o una venatoria) deviene yacimiento, estética.» Se suceden así «ocelo», «aladar», «hypnos», «cenefa», «gualdo», «buido», «tafilete», «transfijo», «moharra», «péñola», «cálamo», entre otros. A esa manifestación auroral, adensada en «Tres sonetos», se añade la terminología de la heráldica, esa antigua disciplina dedicada a la historia y a la descripción detallada de los escudos de armas que no hace sino eclipsar aún más nuestro deseo de comprensión inmediata: «sable», «gules», «cantón» nos invitan no sólo a sopesar la alianza entre el color y el metal sino también a demorarnos sobre el desposamiento de la figura con la letra, desposamiento que nos recuerda el emblema, uno de los géneros más sugestivos de la antigüedad. De arreglo más complejo que el del escudo, constaba de una imagen (pictura, icon, imago, symbolon), de un título (inscriptio, titulus, motto, lemma), acompañados de una leyenda o texto explicativo (subscriptio, epigramma, declaratio) para fijar una remitencia mutua dada al desciframiento del sentido moral que, a modo de enigma, propalaban. Se trataba, entonces, de una trabazón que no hacía sino enfatizar la figurabilidad del lenguaje, según el dictamen de Horacio ut pictura poiesis. Lo afirmaba Antonio Palomino al postular, en palabras de Aurora Egido, que «[…] el emblema, el jeroglífico y la empresa son distintas especies de lenguaje metafórico.»

[8] Si creemos que la poesía es capaz de hacer cita con lo inefable, si ésa es su búsqueda auténtica, ¿cómo lo logra sino mediante la disolución y condensación alternas de un sentido que pugna siempre por medrar en un campo de sutiles imantaciones en el que no se nombra, en el que no se dibuja solamente lo que es sino lo que no es, aquello que podría ser? La metáfora, letra ahíta de imagen, procura ofrecernos una vastedad ceñida por la analogía, el trenzado de correspondencias sobre el que el universo poético se sostiene, su invisible arquitectura, la revelación de lo uno en lo vario, el modelado de la forma del sentido. De cuño arquitectónico, el tropo supone una translación calculada del significado del verbum propium, de sentido recto, al que lo sustituye, análogos en función de la similitudo y comulgantes en ese lúcido puente que la imaginación instaura cuando capta la relación encubierta que los lía, el rasgo unitivo, el tertium comparationis, la acutezza recondita del mantuano Baldassare Castiglione. Palpamos, en esta «fábrica elusiva», entonces, el otro semblante de las islas como una irradiación gramatical, como su aposición metafórica, «[…] el embanderillado / albergue, físil ante las bardas del agua». Asistimos, en cierta escena piscatoria, en el instante irresoluto que tercia entre la vida y la muerte, «Entre la planicie del ser / y la planicie del no ser», a la angustiante agonía del pez indefenso, arrebatado a su elemento: «como la inocencia que se oye sordamente golpear / en el payol, cenceña / con su cota y con sus óleos, // aunque inerme, sin embargo, ante los alfileres de la asfixia».

Es éste un crisol que clama por la apoteosis de la forma, aquélla que «[…] en el corazón y en el centro, tres sonetos barrocos como forma enigmática del Libro […]»[9] exhiben, tal como lo designa oportunamente Nicolás Rosa en «Arte facto». El poeta ha encontrado en aquella composición clásica, predilecta del Barroco, su «[…] métrica armonía»,[10] su dimensión nítidamente musical gracias al constante apoyo de metro y rima –basta recordar la etimología de ‹soneto›, derivado del italiano sonetto que, a su vez, proviene del latino sonus: sonido–, confluencia en la que la sintaxis se ciñe y cobra su ondulación barroca, antes ya deslizada: «por cariátide ubicua deshojado»; «vuelve y crece inútil vulneraria // para el vano por efectiva llaga vivo»; «[…] la pira entre cálamos no dada / sino a enhestar // el oro oído […]». Hace ahora suyas, en efecto, ciertas fórmulas estilísticas caras al Siglo de Oro como, por ejemplo, la bimembración de «(hermética sutura, herida abierta)», de un equilibrado acompasamiento que el endecasílabo permite. Asimismo, se enarbola, como complemento de una implacable constricción, el máximo del sentido, el de la condición humana compendiada en el fabulario: la del canto último, en la figura de Cycnus y en la de Narciso, emblemas ambos de la extinción de amor que avistamos, también, en el comienzo de la tríada. ¿Qué mentan los poemas sino nuestro crepúsculo, la entrega, la hora en que se nos revela la forma final, perfecta, ese limen sobre el cual la escritura se erige?

Es éste, entonces, el ensimismamiento del fluir, el auge de la configuración de una lengua poética que no puede sino apelar a la forma por antonomasia, la del Barroco clásico, momento crucial en el que la palabra, objeto de labor indefinida, de sobrepujamiento, se hace depositaria de cierta trascendencia. La reconcentración de la palabra, propia del siglo XVII, de aquélla que exige ser labrada con el enérgico e infatigable cincel del orfebre, es el horizonte poético de Héctor Aldo Piccoli; «[…] la laboriosidad del artificio», su singular, entrañable estilización, el correlato que la consiente; su cosmovisión, la que le otorga coherencia.

Empero, si hay un diálogo con una lengua áurea que aspira al ensanchamiento de su seno, tal como lo proclamaban los exégetas de la época («[…] porque va descubriendo las ocultas minas y linderos de nuestra lengua, que, como hija de la latina, es capaz de admitir en sí anchuras y licencias de ésta»,[11] decía Pedro Díaz de Rivas a propósito de Góngora), si lo hay con otras lenguas, con la voz de otros poetas, porque esta poesía sabe nutrirse de las primicias de la tradición –explícita, por lo menos, la de T. S. Eliot, en «Lucio»–, lo hay también con aquélla inequívocamente paradigmática. Fruto de la asimilación, de la conquista incipiente por la cual bregaba Permutaciones, »Kleines Lied der Abendstunde« representa la florescencia plenaria de aquel germen. Así, en un «[…] orden sin margen…», ambas lenguas confluyen en una alta mar que demarca la misma insistencia de ser en la letra, de una letra que tiene la virtud de interrogar a la otra en su contundente alteridad, en su categórica autonomía, aludiendo, sin embargo, a una integración indefectible: «„rolle, ja rolle / rolle Schifflein hin und her, / tanze, ja tanze / auf dem weltbewegten Meer“ // El nombre de un navío no leído / hace a lo lejos más instable la ambigüedad del muelle. / Cinco, –cinco letras? para insistir en ser, sobre la mar.»

Hay, en esta linde, una misma afluencia hacia un más allá, un flujo hacia igual destello, el que la misma voz fecunda. Pues todo se inclina a segar su forma inexorable, dolada, cuando sale de sí. En el hálito emotivo, vibrantemente conmovedor que crispa cada hebra poemática, aquél que no puede manar sino de una sensibilidad aguzadísima, de una ultrasensibilidad que tiembla al evocar la «[…] serena insistencia […]» de la esposa muerta, la montera devorada por «[…] la cachorrita del juguete cruento» o la caída del carancho escoltado en el «[…] cedazo decisivo» por la compañera, vemos abrirse «el concesivo crepúsculo del límite / entre el hueso y la piedra», la «transgresión / –del hálito, huido, o hacia el hálito, hostil?– / no ahora, pero siempre, // apenas la forma ha transigido. // Quién, no transige así? declina / o se estremece, sin bordes, sin bordes, en lo liso del hálito?» En este sentido, es éste «[…] un arte que avía / para la disolución y el infinito» y, a través de él, de esa dilución, un anhelo de reintegración, de retorno a la integridad, se refracta en la imagen del animal en su perenne condición ante lo abierto, la que diera a conocer Rilke en «La octava elegía»: «y cuando va, va hacia la eternidad, / del mismo modo en que van las fuentes»,[12] testimonio de permanencia en el seno de su primera patria, aquélla que parece convertirse en el ámbito unitivo de los reinos, allí donde «Túmulo, empero, la barranquita misma, / al socaire suyo no atiplado, la arcilla / se ha abierto // exhumando el iris inclusivo del reino en los reinos…» Se nos habla, con la muerte, del sitio donde se restituye el todo a la unidad. ¿No es éste el regreso a una «[…] nación extensa», aquélla que se manifiesta en el rostro, en la mirada profunda, enigmática, opaca del animal, imperturbable en su ensimismamiento, inentendible ya para el hombre, el más fiel reflejo de una naturaleza que ha abandonado definitivamente? En el dramatismo, en el extremo lirismo de «Sacra Privata» en el que la conversación del hijo con la madre y con el padre extracta lo más íntimo de una morada abierta, de intemperie, hallamos la realización más intensa, tal vez, de aquella preocupación poética nodal, la de la animalidad: «Otro borde, intangible, nos ciñe por la izquierda / en los ojos del ganado que ha bajado a beber: // ése es nuestro segundo horizonte; // la mirada que refiere la criatura al sacrificio; / la mirada que espesa a la criatura / en el número crecido para el ara. // Somos ratificados en la nación extensa / por cada animal al padecer, / por su opacidad de retraimiento… // El dolor en que se abisma un animal / es el lema que arde, / el lugar por donde se rasga una bandera común / y denegada.»

Con Filiación del rumor (1993) asistimos a la inscripción renovada de una cifra, es decir, de un término reiterado obstinadamente, el sedimento substancial sobre el que se enarbola el decir. En efecto, una vez que la forma ha sido concebida, se inquiere por su continuidad, por su decidido crecimiento. Cimbra, título de la primera sección del libro, liga a su significación arquitectónica un matiz temporal. Es, justamente, el armazón provisional que sustenta las dovelas hasta la instalación de la clave en el centro de un arco o de una bóveda. Así, porque ciertos fragmentos del poema están impregnados de su imagen, porque la reproducen en escalas menores, se hace casi ubicua para presagiar la curvatura de «la duna reciente», «la demora de onda en el aliento que constela / un yermo mínimo», aquélla que «alabea el nacimiento furtivo de la duna», para vaticinar, a la vez, una nueva a realizarse en el porvenir. En la intemperie absoluta, en la microscopía en la que trepida la estructura del mundo, el grano de arena arrecia en su forma: «¿Insiste así la forma, en un grano de mundo?» En el arqueo al que aquélla está dada, puntea también, metafórico, el entero cuerpo de la amada, atomizando, en cada una de sus facciones, la gracia de lo curvilíneo. La boca: «La paradoja de una línea biselada / y estricta, / raja de púrpura». Los aladares: «y otros dos gajos gemelos de penumbra, / amiga mía, / laten a ambos lados, / para la concentración y el sueño». El seno: «Del volumen el manjar parejo / surge más abajo, / donde el eje sazonado de la sombra / –valle, si ubérrimo, sin río– / opone monte a monte igual.» En esta paráfrasis del canto erótico por excelencia, el Cantar de los cantares, la figura de la mujer es «“Fuente cerrada, fuente sellada.”» La forma primigenia se alía, entonces, a la duración, a una duración arraigada en el recogimiento, en la cerrazón, ese reposo en sí que no es sino el tiempo de ensimismamiento prístino, el del «[…] capullo de asiduidad», el de la crisálida. Es advenimiento esperado en vigilia, promesa de unidad y copia, preservación de la continuidad, augurio de linaje y, por ello, «Falla de finitud […]». Nada más atinado que la imagen de la sierpe, ciertamente reminiscencia de la gongorina «[…] sierpe de cristal […]»,

[13] símbolo, para los antiguos, de la eternidad y perfección, para sugerir la idea de extensión y eslabonamiento a la que se le suma el filo del siseo, el eco aliterante de voces aglutinándose, el rumor derivado: «[…] la sierpe iza / la filiación secreta del rumor», ésa que «insiste en seda y celdas de rüido». Nacida del «[…] temblor del límite […]», florece de la unidad a la variedad: «varia se yergue, yace indivisa / revierte desde sí a fracción mayor». Vislumbramos, aquí, el eje medular del cosmos poético de Piccoli, cada fragmento comulgando con la totalidad a la que coadyuva, aquélla que, en cuanto tal, no puede sino elongarse entre los márgenes de una misma agua, entre el esplendor del alba y las sombras del ocaso.

Ya en el escenario inaugurado por «Sacra Privata» –el culto privado a los dioses del hogar–, en la esfera de la devoción por lo más íntimo, en «[…] el engaste de nuestro goce del halo grupal», en la patria indeclinable, como cuentas de un mismo rosario, se engarzan las formas del lar, la ternura de «Romancillo de Lucio niño», en el que repercute cierto tono infantil que afloraba en «ven» de Permutaciones. En la letanía constante que brota del ritornello de este primer romance, de esa pequeña marea, flujo y reflujo en el que se mecen las estrofas, se traza un confín que demarca la distancia que media entre la comunión maravillosa de todo aquello que puebla la realidad, la imaginación del niño, entre su aprendizaje iniciático –«tu voz, sumergida, / el arrullo yermo / con que el mundo imbrica / tu forma a la forma, / al rumor, medida»– y su madurez –«allí adonde arribas»–, edad irremediablemente inalcanzable para quien lo ha engendrado. En las alternancias del imperativo que encabeza el estribillo y mima las octavillas, progresa, entonces, una exhortación patética. «Álzala», «álzalas», «llámalos», «guárdalo», «háblame» señalan los pasajes de una memoria dada a custodiar un presente vertiginoso que no vacila en transformarse en pasado, un susurro con el cual se quiere entablar un diálogo adelantado, pues «naciendo después, / todo lo anticipas». ¿No es ésta la conciencia de la caducidad, de la fugacidad del tiempo, la frontera fatal e irrefutable? Impregnado de una pasión de lejanía, el clímax, la cresta de la rompiente de esta pleamar, se solidifica en la conjugación gramatical, en el verbo y en el pronombre, allí donde se cristaliza el yo lírico pero también donde se deslíe, donde flota y se disuelve en aguas lustrales siendo uno y otro, zaleado por el fin, desprendido ya de sí: «Volverá a la margen / la antigua primicia / y será ella y otra / mi alma desprendida // olvídame, olita / que el confín me agita.»

La cesación que comporta la asunción del límite sobre el que la forma postrera se yergue no es antitética con respecto a su reverso, antes bien, encuentra en él su plenitud, la frescura de este ciclo casi estacional que corresponde a una siguiente eclosión: «“Lo que se rompe, / lo que se pierde, […] es semillita / que cae a tierra, / para que el árbol / crezca otra vez”». Se dilata entonces, en tono y versatilidad, la pujanza de una palabra lúdica en las estrofas de tres, cuatro, cinco y seis pentasílabos de «Rimaquelarre – Canción para armar una sonrisa» y pulsa, como sucedía en Permutaciones, un empeño de simultaneidad, de variación que ya no se pliega a la interioridad del vocablo sino a una más libre relación que la sintaxis ahora dominante permite. Hablamos de una vinculación interestrófica que agilizan los bordes simples, dobles, oscuros y los diversos troquelados que hacen a la factura visual de este singular juego de palabras: «Paloma al ramo / pintiparada, /pinturruteada, / pintarrajeada, / rime un reclamo». Hay, de esta suerte, un habla plural, una barahúnda de rimas, un aquelarre portador de cierta cadencia que semeja al vocerío de las «[…] brujas / en la montaña», cercado por la algarabía de una zoología fantástica –animales que oficiaban de ayudantes en los rituales diabólicos–, trazado por una leyenda antigua que se desgrana en caracteres góticos, de aspecto arcaico y misterioso, fascinante a los ojos del niño: »Walpurgisnacht«. Pero es ésta también una lengua bífida, traslaticia en su conjunción idiomática y lo es, asimismo, en su intricación anagramática. Con la sola sustitución de la ‹W› por la ‹V›, se ilumina, como extraído de un añoso cofre cuya contextura parece remedar la diagramación espacial del poema, el nombre de la dedicatoria que, ya terso, aparece en el segundo cuadro más destacado de la canción: «Holanda grande, / China chiquita, / duerme Virginia, / cierra los ojos / ve chiribitas». Una ocurrente «trama, tramoya» escenifica el «mundo al revés», los mitos folklóricos que habitan el alma infantil, la carnavalización briosa, el revés de la historia que, en su parsimonioso ejercicio de transcurrir encantado, «[…] tiene el río / en la memoria».

Si así se nos manifiesta la extraordinaria belleza que cunde en los albores de la vida, ¿cómo reanudar el contacto con lo ido sino por medio de la elegía, de esa entonación que inunda «Liras del árbol sobre el azul»? Embebida de una posibilidad que se dirime entre incompletud y consumación, entre el modo subjuntivo del deseo y el potencial del futuro aún incierto, a saber, el dilema gramatical del tiempo que pugna por desmentir los asertos de la mera voluntad, en la prótasis, los restos cenicientos del árbol del paraíso reflectan, en la apódosis, especular, su cuerpo y su persistencia nuevos, apurados sobre la arista precisa que divide las aguas de la tierra, abiertos entre un reino y otro, en ese instante rielante y completivo de suspensión inextinguible, una duración que titila sin extensión: «carne sería enclave / de criatura total en avenida, / morar, frecuencia suave / en la onda detenida, / eternidad de adviento y despedida.»

Sólo con la unción de quien posee la rara virtud de abandonarse, de quien se somete como a ciertos ejercicios espirituales con los cuales se entrega al olvido de sí, de todo lo superfluo que lo rodea, sofrenando el paso presuroso del tiempo, se alcanza un estado de desasimiento cardinal en el que se compendia la clave ética de la poesía de Héctor Aldo Piccoli: la «[…] huida hacia el todo», «[…] el retorno / a la claridad […]» que leemos en «Zéjel del ejercitante» y que tiene su mejor síntesis en la estrofa tercera: «¿Siendo se está en soledad / desasido de unidad, / o volviendo a la heredad, / y es doble el desasimiento?» Se nos habla, por lo tanto, del regreso a la sede unívoca del ser, al núcleo de gravedad, a la nación –aquélla que parece estatuirse morfológicamente sobre la misma raíz de nacimiento–, a la matriz abismal, al recinto doméstico más tibio donde borbotean las voces ya arredradas, apenas audibles, sumergidas en los visos de «un quehacer continuo del murmullo», la palabra primigenia, constitutiva, nutricia, sahumada por los aromas de las confituras, que, porque pretérita, nos mueve «hacia ultramar de la pregunta?» En ruego, en conjuro de patencia aquélla se transforma, posteriormente, para principiar un diálogo con la ausencia decisiva, un coloquio resuelto en canto, en sagrada forma. Como resumiendo el halo diseminado que palpamos en las diferentes referencias bíblicas a lo largo de Si no a enhestar el oro oído y Filiación del rumor, «Aquí sobre la mesa, junto a la ventana», único en cuanto representa por sí solo la segunda sección del libro, Pange, lingua –el «Canta, lengua» del himno religioso de Santo Tomás de Aquino–, alude al misterio de la transubstanciación en ese triángulo cuyos tres vértices calcan los tres versos de la estrofa: «Aldo: su filo troncha aún / la corteza, y separa del pan / para tu ausencia una rodaja». Se satura el doloroso vacío, así, con el pan de los ángeles, con el pan supersubstancial por medio del cual se evoca, se asume el cuerpo que sólo reaparece bajo el aire de un nombre. De este modo, donde el pan se troza, allí, en la mesa familiar que la luz baña, se comulga con el padre que lo ha recogido, padre que ha sido pan, que lo es aún; comunión con la patria (Vaterland) a la que también se vuelve, tierra donde aquél ha frutecido, trigo del que resta «[…] el cascabillo / de la espiga que fuiste». Pero la muerte, como el vuelco de aquel manjar hacia su centro, es la apoteosis de toda existencia: «iluminarse así en la crisálida de ser, // medrar y soflamarse, / hasta abstraerse por fin y derivarse…» En medio de las sombras del sueño, de un letargo menor, ya no solamente se ve, sino que se oye la propiedad distintiva de un sonido, la del habla, ése, el atributo mayor que, redivivo, se siente musical, cromática, aromáticamente, absoluto: «[…] el encordado / vivo de tu voz, y el timbre / juvenece, el timbre hiere y embalsama / como el color de los ciclámenes, / sin hálito, como una pura / patencia, […]». He aquí, entonces, el sopesamiento de una presencia superlativa, la de la palabra desasida, claridad y evidencia meridianas con las que se naufraga amorosamente en el otro para imprimirle forma: filiación, materia prima de filigrana que no es sino consecuencia de desprendimiento, desprendimiento recitado por un vasto hilado lexical que lo constela: demora, detención, distracción, desasimiento, desatención, abstracción, entre otras tantas dicciones, en sus conjugaciones o declinaciones alternas. Y como imitando el sentido de esta estela múltiple, los poemas en alemán toman, asimismo, cohesión y anchura propias, si bien enlazados al resto delicadamente ya sea gracias a la inserción de citas –el verso de »Brot und Wein«, del autor de Hyperion, por ejemplo–, ya sea gracias a los epígrafes que entretejen ambas bandas y que pertenecen, curiosamente, como puede observarse en «La ventana» y en Rosenkrone, a Hölderlin. Así, en esa última sección, aquella otra lengua, culminante, como la mies falcada por la hoz y arrojada por el sembrador a la claridad, cribada, para que el grano limpio se desasga del tamo, como una corona de rosas, logra su sazón, su buido espesor.

Fruto de una morosa faena, como si fuera el tiempo lima purificadora –casi una década separa un libro de otro–, como si la penumbra de la celdilla del artesano esmerilara incansablemente su obra, Héctor Aldo Piccoli nos entrega su pieza última bajo el singular título de Fractales (2002-), aquélla que lo sitúa, al igual que las anteriores, en la pista de quienes conciben la gema poética como conjunción de epifanía y labor. En ella, como resultado no de evolución sino de sostenido crecimiento, amalgama de continuidad y mudanza, lejos de divisar una clausura se celebra un inextinguible inicio, un preludio de permanente inminencia: Obra en progresión, según la define el primer subtítulo. Puesto que, in abstracto, todo poema puede añadirse sin fin, excediendo las perspectivas de los formatos habituales, cada vez más numeroso, también en su sentido estrictamente métrico, musical, el de verso, podría equiparase a «[…] un curso que en sí mismo se derrama», esparciéndose siempre indetenida pero escrupulosamente. Lo corrobora el subtítulo segundo cuando hace converger en sí las primicias que, entre otras, aquí se nos anuncian: Fundamentos de una ciberpoética.

Por asumir otro soporte, ya no consagrada a desplegarse sobre el papel del libro tradicional, la letra lo hace admirablemente sobre la pantalla del ordenador, puesto que está dada a una búsqueda de incesante desarrollo, a ese desarrollo tanto estructural como semántico que perseguía el plectro de Piccoli desde sus inicios, y es precisamente eso lo que es capaz de brindarle la herramienta moderna por antonomasia, a saber, una invalorable suma de dispositivos que brindan una versatilidad sin par destinados a procesarla. Hablamos de un procesamiento textual inasequible, ilusorio en la práctica escrituraria usual, que estriba en la potencia transformadora del poema, la cual no cela ya sólo el poeta sino que, antes bien, comparte el lector quien, honrado aquí, renuncia a su condición de mero destinatario –si es que la poesía puede permitirlo en su naturaleza conmovedoramente vocativa– para investirse con el don creador, con la palabra del artifex, tal como lo querían, en el Barroco, los procedimientos que apelaban a la participación del receptor. Empero, es ésta una comunión exigente que, lejos de toda condescendencia, exalta la noción de trabajo. Así lo confirman los mecanismos que prodiga el ingenio electrónico: por un lado, los módulos instrumentales –entre los que se cuentan los analizadores de endecasílabos y alejandrinos– miran a escrutar la morfología silábica, es decir, la complexión métrica y rítmica del verso; por otro, los modelos poéticos proponen una escritura interactiva, la posibilidad no sólo de sumirse en la lectura de un poema, transitoriamente acabado, sino de injerir cambios sustantivos en él merced a las opciones que exhibe el contexto, instancia que antecede a otra indudablemente crucial, la creación de un texto íntegramente nuevo. Una escala de ascenso, entonces, va esbozándose gradualmente, porque repasamos una vía que se explaya desde el meticuloso sopesamiento de las unidades mínimas de la palabra hasta su amplitud máxima, la de texto. Remedan esa misma sucesión aquellos arquetipos textuales que muestran, descerrado, un variopinto abanico. «Palimpsesto» consiente la generación de poemas a partir de la descomposición grafemática del vocablo «Primavera»; los cibersonetos presentan una combinatoria de versos con posibilidades de variación rímica y prerrímica; los cibersonetos generativos asisten en la composición de un soneto a partir de un esquema sintáctico y retórico sugerido; «Multiacróstico», sobre el telón de fondo de «Parque Sur» y del acróstico que le da origen –«g / r / a / v / e d / a / d / e / s / d / u / d / a / o / r / e / n / c / o / r / d / e / l / a / i / r / e?»–, como una orla nimia y fértil, patentiza, gracias a series alternativas de heptasílabos asonantes, la multiplicidad de aleaciones; «Rimaquelarre – Canción para armar una sonrisa» asoma nuevamente para apoteosis de su fin primero, es decir, para exhibir en acto un corolario de conjunciones interestróficas; «Quiasmos», sobre la horma de «Tres quiasmos en homenaje a Don Luis de Góngora», manifiesta, como expresión ya nítida de un quehacer que resueltamente ahonda sus trazos en el saber retórico, y más aún, en el del Barroco del ‹Homero Español›, las variantes de aquella figura de dicción; «Lluvia sinfónica» reúne y concierta sutilmente, como poema visual, las diversas formas métricas que hacen de ella una itinerante constelación. Delinean, de esta suerte, un gesto envolvente, circular, por cierto coherente en su totalidad con respecto a Permutaciones, pues Fractales dinamiza por completo –porque en él el impulso dinámico es clave– el propósito que allá, por vez primera, se adivinaba. Su apetencia de simultaneidad, la dialéctica que lo estriaba se cataliza aquí para ser restituida flagrante y acrecentada. Si para cada verso de «Parque Sur», por ejemplo, disponemos de cuatro variantes de septisílabos que hacen sentido perfecto con el resto de los que no han sido conmutados, su actualización cíclica, su pluralidad es fehaciente. Pero, como prueba de equilibrio, subsiste y restaña con toda su fijeza, sin embargo, la noción de estructura que, si en Si no a enhestar el oro oído y en Filiación del Rumor principiaba y atravesaba su período de gestación, aquí eclosiona en su fulgor espigado. Se trata, precisamente, de formas canónicas que denuncian la asunción plenaria de un límite, de aquél que convierte la palabra de Héctor Aldo Piccoli en palabra transida de profunda austeridad y, por lo tanto, preñada de sentido. Es éste, con exactitud, el umbral poético en el que la poesía puede espejarse a sí misma, y es el mismo que enfatiza, lejos de toda frivolidad o precipitación, Manifiesto Fractal, desenlace tangible de una Weltanschauung conceptual que, si bien tácita pero largamente meditada, surca, desde sus comienzos, cada una de las fibras de estos escritos. Un aserto inequívoco, que desnuda la sensitiva conciencia histórica del poeta, así lo declara:


        El hecho es que este estado de cosas ha llevado a la poesía hasta un límite sin precedentes: precisamente, el de la carencia de cualquier tipo de límite dentro del cual reconocer su identidad. No existe en este momento un arte más absolutamente falto de identidad que la poesía.

[14]

¿Cómo asirlo sin volver a considerar la índole específica, la índole rítmico-musical del verso, piedra angular de una ancestral fragua poética que evidentemente hemos proscrito, que erróneamente, ya sin reservas, experimentamos con una injustificable extrañeza? En vistas de que «[…] el nuevo arte ha de construir ordenando […]»,

[15] es forzoso acariciar los tesoros de la tradición, allí donde se custodian los ejemplares de la artesanía poética. Y entre ellos el Barroco da las señales de haber tocado el momento supremo de la forma, a saber, de haber logrado concebir, contundentemente, el texto como estructura, como sistema de planos conexos en el que cada uno cobra un excelso espesor en su indeclinable interrelación:

        […] la coherencia arquitectónica de la cosmovisión barroca, por ejemplo –por paradójica que esta afirmación pueda resultar–, tenga quizás más que ofrecer a nuestra mirada que la de cualquier otro período histórico.

[16]

No obstante, no se trata ni de un intento de simple homologación ni de una pretensión emuladora, antes bien, de la constatación de la existencia de un valioso paradigma de alcances promisorios. Por esta razón, la mención de José Lezama Lima en Si no a enhestar el oro oído no solamente establecía un puente con el Barroco sino también una divisoria de aguas. El cuño de contemporaneidad, aquello que inexcusablemente debe anclar el artista a su época, imperativo del arte genuino y preocupación substancial, inconmovible de Héctor Aldo Piccoli, sostiene que aquél puede sí abrevar del patrimonio heredado pero sólo para posteriormente trascenderlo. Por ende, esa mirada contemplativa, retrospectiva –¿cómo aprender sin modelo, sin lectura histórica de los maestros?– lo que perquiere y vaticina es el retorno a una morada de la que hemos abdicado, a la morada de la poesía, a su raigambre musical, a su diapasón metafórico. Y otra lección tan magistral como elemental del siglo XVII es la que versa justamente sobre el arte de modelar la materia, el lenguaje. Es imposible, en efecto, tallarla sin ciencia, sin técnica. De aquí la urgencia de una nueva poética entendida como «[…] corpus de técnicas transmisibles y condicionantes, absolutamente necesarias para la creación […]».

[17] En estos términos, la ciberpoética, conciliación de modernidad y tradición, el conjunto de esos rudimentos y procedimientos aliados a la tecnología, en su libre apertura, arrellana un sendero para su práctica y difusión. ¿Qué más pertinente, entonces, que la congruencia de teoría, instrumental y fruto lírico hermanándose? Fractales, por ello, desde el radical ‹fracto›, desde su propia morfología, a la vez que invoca esa cifra que percute, insistente, desde temprano como indisoluble inquietud poética –«en el velamen fracto del sauzal» de Si no a enhestar el oro oído; «revierte desde sí a fracción mayor» de Filiación del rumor; «en la fracción y diferencia», «Del cielo la fracción cunde en la queja» de este último libro– invoca también esa otra acepción de neta extracción matemática, en este caso, el uso de los fractales en el portentoso territorio de la informática. Si esta opera aperta se desgrana como una minuciosa colección de medidas métricas canónicas, la tensión entre estatismo y celeridad no deja de insinuar que tal recursividad, tal isomorfismo profesa, como complemento, una profusa variedad, el ventalle irisado del sentido, pues «nos devuelve al flujo su fijeza». Al igual que el Barroco, aquella misma irradiación busca replegarse siempre a la unidad que la determina, en su estructura profunda, la forma que aquí la ciñe:

        […] el momento determinante en la arquitectura poética del barroco: el de la sujeción, la constricción estricta de la variedad desplegada a una unidad, a un orden en el que ningún elemento puede quedar desasido o en constelación, a una economía sistemática, en fin, que, signada por la sobredeterminación y la oblicuidad, funda precisamente gracias a esa antítesis entre lo plural y lo singular, entre el despliegue de lo múltiple y la remisión a lo único, su gesto de infinito y representa del modo más acabado la idea de texto.

[18]

Es ése el sortilegio de este verbo complejo que, en su expansión extrema, logra univocidad siendo, en su intermitencia, uno y otro. ¿No es la realidad última de la metáfora, con su inflexible trasfondo conceptual, como lo quería Gracián, o la del poema en toda su despejada magnitud que busca diafanizarse, resolverse, a veces, en el cañamazo del epígrafe, en las notas del autor que lo acompañan?

[19] Es por ello, la de Héctor Aldo Piccoli, palabra abierta y desprendida en los dioramas que frisa, allí donde, en su éxtasis perdurable, nos muestra su cabal escisión y reconcentración sucesiva; es diamantina, limada y lamida –en la conjunción horacio-virgiliana que Góngora acuñara para denotar la disciplina y el amor con que se alumbra el número–; es vastedad y detalle, como la isla es unidad y delta en el horizonte, como la nube que se deslíe en halos jironados y luego vira a nuevo ceñimiento, propalando «[…] el arte sencillo / de abrirse al gran raudal», como la mariposa que, crisálida y cumplimiento, en su rielante levitación, nos revela «ser una y ser manojos / en la noche cïega y en sus ojos.» La estética de Héctor Aldo Piccoli reside, indudablemente, en la belleza de la forma.

Claudio J. Sguro

Febrero de 2006


[1] Cf. nota del autor al poema «Matrices».
[2] BORGES, Jorge L.— «E. E. Cummigs», en Textos Cautivos. Madrid, Alianza Editorial, 1998, p. 105-106.
[3] GÓNGORA Y ARGOTE, Don Luis de.— «Soledad Segunda», en Obras completas de don Luis de Góngora en CD-Rom. Rosario, Ediciones Nueva Hélade, 1999.
[4] GÓNGORA, Luis de.— Soledades. Madrid, Editorial Castalia, 1994, p. 430.
[5] PICCOLI, Héctor A.— Poética de Aldo Oliva. Inédito, 2002.
[6] NAVARRO TOMÁS, Tomás.— «Observaciones preliminares», en Métrica española. Barcelona, Editorial Labor, 1995, p. 31-29.
[7] PICCOLI, Héctor A.— Juanele (texto leído en la Facultad de Humanidades y Artes –U.N.R.–, durante el acto de homenaje a Juan L. Ortiz, organizado por la Escuela de Graduados en octubre de 1987). Inédito, 1987.
[8] EGIDO, Aurora.— «La página y el lienzo: sobre las relaciones entre poesía y pintura», en Fronteras de la poesía en el Barroco. Barcelona, Editorial Crítica, 1990, p. 176.
[9] ROSA, Nicolás.— «Arte facto», en Si no a enhestar el oro oído. Rosario, Ediciones La Cachimba, 1983, p. 6.
[10] GÓNGORA Y ARGOTE, Don Luis de.— «Soledad Primera», en Obras completas de don Luis de Góngora en CD-Rom. Rosario, Ediciones Nueva Hélade, 1999.
[11] DÍAZ DE RIVAS, Pedro.— «Discursos apologéticos», en Documentos gongorinos. México, El Colegio de México, 1960, p. 105-106.
[12] RILKE, Rainer M.— «La octava elegía» [en línea]. Traducción de Héctor A. Piccoli. http://www.bibliele.com/CILHT/panther.html [Consulta: 15 enero 2006].
[13] GÓNGORA Y ARGOTE, Don Luis de.— «Soledad Primera», en Obras completas de don Luis de Góngora en CD-Rom. Rosario, Ediciones Nueva Hélade, 1999.
[14] PICCOLI, Héctor A.— «Manifiesto fractal» [en línea], en Fractales, Biblioteca eLe, Rosario, 2002.
http://www.bibliele.com/ciberpoesia/fractales/fractal.htm [Consulta: 15 enero 2006].
[15] PICCOLI, Héctor A.— «Manifiesto…»
[16] PICCOLI, Héctor A.— «Manifiesto…»
[17] PICCOLI, Héctor A.— «Manifiesto…»
[18] PICCOLI, Héctor A.— «Poesía del barroco alemán», en Poesía de Rosario. N° 7 (1998), pp. 3-16.
[19] Las notas del autor a los poemas están señaladas por medio de un asterisco. En lo que concierne a su cometido, Cf., en «Notas», «Sobre las notas de autor a los poemas».



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CORINA OPROAE [19.875]

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CORINA OPROAE

Corina Oproae, nació en Făgăraş (Transilvania, Rumania) en 1973. Se licenció en filología inglesa e hispánica en la Universidad Babeş-Bolyai de Cluj-Napoca, donde inició su actividad docente al finalizar la carrera, en el departamento de filología hispánica. Desde 1998 reside en Cataluña. Escribe poesía en español, traduce del rumano y del inglés al catalán y al español, y da clases de inglés en un instituto de enseñanza secundaria. En Rumania publicó poemas en las revistas literarias transilvanas Tribuna y Echinox. En 2016 publicó su primer libro de poemas Mil y una muertes en la editorial La Garúa. Ha traducido al catalán Per entre els dies, una antología en co-traducción de la poesía del poeta rumano Marin Sorescu (Premio Cavall Verd de Traducción Poética Rafel Jaume 2013 y Premio Marin Sorescu 2014) y La Meva Pàtria A4  de la poeta rumana Ana Blandiana (Premio Jordi Domènech de Traducción Poética 2015) y Els poemes de la llum de Lucian Blaga. http://circulodepoesia.com/2017/01/poesia-rumana-corina-oproae/


Anástasis

Murió de noche.
La lloré tres días
y luego me senté paciente a su lado
esperando que resucitase.

Me habían explicado
que alguien de entre nosotros,
que era santo,
había resucitado
al tercer día
y había subido al cielo.

Ella también era santa, pensé,
y mientras esperaba,
tenía el corazón encogido
por si en vez de quedarse
subiría al cielo
ella también.



Adicciones

Hay adicciones a todas las cosas
que han sido inventadas hasta ahora,
me dijeron.
Hay adictos a sí mismos,
adictos al fondo del mar o a la cima de las montañas,
adictos a la cercana lejanía del sexo,
adictos a la combinatoria de la mente,
adictos al chocolate, al té negro o al café,
adictos a la luz de luna,
adictos al jabón en pastilla,
adictos a las frases sin acabar,
adictos a la enfermedad.

Durante un tiempo los expertos me incluyeron
en esta última categoría.

Hace poco han descubierto
que mi adicción es a la muerte.
Además, según parece,
es ella la que me ha inventado
a mí.

Desde que lo sé
me sorprendo cada día anhelando su compañía
y procuro no morirme
para poder embriagarme
día tras día.



Coincidencias

Ayer
llegué a tu casa
y me encontré a la muerte
enganchada a tu rostro.

Supe disimular la sorpresa a la perfección
y conseguí que nuestra cita fuese bien,
como siempre.

No era la primera vez,
he de reconocerlo.
De ahí mi ensayado disimulo.
Nos habíamos visto
en diversas ocasiones,
en varios escenarios.

Recuerdo la primera.
Agazapada contra el cuerpo de un desconocido.
Me escondí apresurada
dentro del corazón o del cerebro
de un pájaro en vuelo
y milagrosamente, al salir,
todo siguió como si nada hubiese sucedido.

También recuerdo la segunda.
Se había subido al mismo tren
que yo cogía en el andén de mis sueños
y perseguía a todos los que la reconocían.
Hice como si nunca la hubiese visto
y aquella vez coló también.

Hoy,
inmóvil,
espero delante del espejo,
pero no me atrevo a mirarme.



Diálogo con Wislawa Szymborska

—¿Qué son los grandes acontecimientos?

—¡Una magnífica pregunta!
Los grandes acontecimientos
son las sonrisas,
nuestros cuerpos levitando tras el alma
en un concierto de Bach
el repicar de la lluvia sobre la consciencia…

—¿Estás segura?
¿Y las guerras y las catástrofes?
—Ah, sí, son aquello que ya no conseguimos recordar
aunque en su momento
hayamos jurado y perjurado
no olvidarlo jamás.



Después II

Llevo un tiempo
calzando mi alma
con un millón cien mil pares de zapatos.

Empecé por los zapatitos de niño.
Parecía imposible a primera vista
deslizarla toda ahí, en esos sitios tan diminutos.
De hecho,
tuve que hacer algún arreglo.
Pedí que me cortaran un retazo
y lo guardé cuidadosamente en un tallo de lirio.
Tuve que repetir la operación
unas cuantas veces,
pero lo conseguí finalmente
y  fui llevando cada día los zapatitos de niño
uno a uno,
par a par.

No puedo explicar lo que sentí.
¡Que cada uno se lo imagine!
Os puedo decir sin embargo que fue
un breve estremecer entre nacer y morir,
pero si esperáis que os hable de miedo,
yo,
no soy vuestro hombre.

Solamente soy aquel que lleva un tiempo
calzando su alma con un millón cien mil pares de zapatos.

¡Pero continuemos!
Después de los zapatitos de niño
me remendaron el alma de alguna forma
—según parece la dejaron reposar
en un campo de amapolas azoradas por el viento.
Y así comencé a llevar los zapatos de señora.

Habían pertenecido a amas de casa,
a maestras, a jóvenes, a enamoradas,
a mujeres mayores,
a mujeres poetas incluso.
Con el alma calzada en sus zapatos
grises y enmohecidos,
conseguí pasar por sus vidas.
¡No penséis que fue fácil!
Cada vez que tocaba cambiar de zapatos
el alma tenía que hacer de tripas corazón
y seguir adelante
hasta que llevé todos los zapatos de señora
uno a uno,
par a par.

Y si esta vez me preguntarais
qué fue lo que sentí, os diría
que fue un interminable estremecer entre nacer y morir,
pero si esperáis que os hable de miedo y de dolor
yo,
no soy vuestro hombre.

Solamente soy aquel que lleva un tiempo
calzando su alma con un millón cien mil pares de zapatos.

¡Continuemos!
Después de los zapatos de señora
mi alma necesitó un largo reposo
en la cima de una montaña
antes de hacer acopio de todas sus fuerzas
y calzar, por último, todos los zapatos de caballero.

Había de todo tipo,
grandes, pequeños, medianos
puntiagudos y redondeados
de gala y de andar por casa,
todos ellos descoloridos y polvorientos,
entraban en la vida en seguida
y pisaban con tanta fuerza
que mi alma se robustecía
y continuaba su particular periplo
hasta que llevé todos los zapatos de caballero
uno a uno,
par a par.

Como ya sé que me preguntaréis
qué fue lo que sentí, os digo
que fue un arduo estremecer entre nacer y morir.
Si esperáis que os hable de rabia, de miedo o de dolor
yo,
no soy vuestro hombre.

Solamente soy aquel que lleva un tiempo
calzando su alma con un millón cien mil pares de zapatos.

Ahora mi alma está en estado muy grave.
Solamente espera poder cerrar los ojos
un día de estos,
antes de que sea demasiado tarde para morir.


Porque no es tuyo      

No sabes acabar este poema
porque no es tuyo.

Te llegó un día lleno de amapolas
calladas, exangües y ausentes.
Se te posó sobre los ojos
como una mariposa despistada
y te cegó,
pero sentías sus alas
tambaleantes, aturdidas, lejanas.

Hoy, su aleteo ilumina tu ceguera.
Te habla en una lengua extraña
hecha de un silencio infinito
como un campo de trigo verde
dormido bajo el sol.

Te confiesa que hay muertos jóvenes
que aún pueden oler la tierra húmeda,
muertos que viven abrazos en la hierba,
felicidades amargas que palpitan
bajo la piel del olvido,
últimos y sagrados deseos de inocentes
desaparecidos en alguna de tantas guerras,
o un hambre atávico que se filtra raíces abajo
junto al olor a pan recién hecho.

También te confiesa que hay muertos viejos
que ya no pueden oler ni recordar olores,
muertos que se han vuelto materia
en descenso hacia el centro de la tierra
donde toda la vida que hemos sido
se reduce a un punto ínfimo
que todo lo contiene.

No sabes acabar este poema
porque no es tuyo.

Es el poema de todos los que han vivido
muerte y vida voluptuosamente,
los que saben que la tumba
es el único espejo que siempre
te devuelve el mismo rostro.
Un poema que sube desde las entrañas de la tierra,
desanda tiempo y espacio,
se posa sobre tus ojos
—efímera mariposa cegadora,
y te pide desesperadamente que lo continúes.


X.

somos cuerpos que llenan espacios. milagros en vida. nos volvemos densos, muy densos y llega la muerte y nos trae el vacío de antes del cuerpo. el vacío ahuyenta el espíritu y deja que nos crezcan alas hacia adentro, alas que se doblan pacientes a la espera de un vuelo posible. el vacío desvía las lágrimas, las desliza hacia adentro, hacia valles imperceptibles, lágrimas que inundan en su camino las piedras rugosas de la memoria, el inconfesable vacío de antes anuncia el tangible vacío de después y en medio, en la densidad, somos la contundente premonición del final.

antes              vacío vacío                      después


XI.

somos palabras que llenan vacíos. sin antes y sin después. hemos dejado fuera toda esperanza. nos volvemos pájaros, pájaros con alas de cristal que se desploman sobre la tierra mojada de miedo y de desesperanza, pájaros que nacen muertos y no pueden recordar la lengua de antes de nacer, pájaros pesados con ojos de plomo que sin embargo ansían volverse a ahogar en nuestro interior, desplegar alas infinitas y hacernos volar hacia lo efímero, que disuelve la densidad en un solo instante y nos deja libres. somos la etérea continuación del principio.

antes              vacío vacío                       después


XII.

deja que irrumpan volcanes en tu interior. deja que las palabras se intercambien letras, sílabas y que así te nazcan dentro mutantes, monstruos, maravillas, milagros. luego apágalos con la tristeza de una ausencia infinita o con alguna felicidad instantánea, con el recuerdo diáfano que guardas en aquel cáliz de lirio o con el futuro esquivo que descifrarás en aquella mirada. brotará después la palabra, nítida y llena de sentido. la palabra que nunca viene de la nada. la palabra que permea el vacío. la palabra que es la sangre del espíritu.

antes              vacío vacío                       después







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GUILLERMO ARIEL SEMINARA [19.876]

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Guillermo Ariel Seminara

Guillermo Ariel Seminara nació en La Plata, Argentina en 1965. Estudió en la Universidad Nacional de dicha ciudad (UNLP). Es Licenciado y Profesor en Comunicación Social. Su área de especialización es la semiótica. Ejerce la docencia y la investigación. También escribe cuentos y poemas; mucho de éstos se hallan dispersos en páginas virtuales. “Apuntes sublunares” es el título de su primer poemario, que aún permanece inédito. Desde 2002 reside en Barcelona. Para leer más textos de su autoría pinchar el siguiente enlace: https://www.facebook.com/ApuntesSublunares/


Presentación

Ningún signo remite
a lo que somos,
lo que más nos nombra
en realidad es esa dispersión
que inauguran las palabras.


Autorretrato

Nuevamente yo
sin más
y sin menos.
Nuevamente mi mirada triste
que resiste a esta tarde persistente
de enero.
Vacío y necio recorro
los umbrales
más remotos de mi risa
y me hago inútilmente fuerte
en un paulatino adiós,
sin Dios
y me sobran los dedos
de una mano
para contarme.


Arrendatario

(Barcelona, junio de 2002)

Tengo ahora donde
caerme muerto.
El contrato no lo dice
pero he podido con su firma
dotar a la muerte de cierta
seguridad proxémica.
Lo del tiempo,
en cambio,
es algo que aún
resta por discutir
y hasta donde sé
los propietarios
suelen tener
sobre el asunto
criterios más bien
dispares.


Guía

Lo curioso
ante las ruinas
es que el pasado
lo aporta
siempre
el visitante.


Matemáticas

Si tres por tres es nueve
y nadie a estas alturas dice nada
es sólo porque nos sigue
proporcionando un gran placer
poder controlar
cierto futuro del tres
aunque sea en esta escala
tan modesta.


Noche

I

Abro la ventana
para que entre un poco la noche,
esa exterioridad
que por comodidad ubicamos,
sobre todo,
en el cielo.
Lozanea la ingravidez del silencio
y todo parece ahora sostenerse a sí mismo.
Debería encender un cigarro
de una buena vez
y celebrar lo tácito de casi todas las cosas,
y también de paso ignorar la muerte
y su sorpresa.
Pero no lo hago,
no fumo más.

II

(A Charles S. Peirce)

Constato:
No es infrecuente
en el mundo sublunar,
que ciertos resultados
se nos presenten como casos
de un conjunto de reglas que ignoramos.
De ahí que pueda decirse:
“Todas las piedras de la playa pertenecen al olvido.
Esta piedra que adorna mi escritorio proviene del olvido.
Esta piedra es de la playa”.

III

Lo blanco ya viene con la hoja,
es el color que adquiere a veces
el vacío interiorizado.
Sólo resta quitar ahora el silencio
adherido en el papel,
lograr que falte lo que digo
e indicar posibles recorridos
que guíen hasta dar,
por fin,
con esa ausencia
que me nombre.

IV

Cerraré los ojos
hasta mañana,
y una vez alejado lo suficiente
del existir sin tregua
esperaré a que sea la noche
la que me sorprenda,
detrás, quizá, de mis propias huellas,
y recogiendo
algunos restos de olvidos
de la playa.


Productividad

Pierdo el tiempo.
Siempre me pasa.
Y es que suelo dedicarme a cosas
que a cambio no dan tiempo,
sino más cosas.
Si se lo piensa,
nos pertenece más la eternidad
que el tiempo,
que en verdad es pura pérdida.
Y si se lo sigue pensando,
allí está la nada imponiendo su no cesación
sobre la nuestra.
Como una melodía
que dura más que
los músicos,
como un principio
que siempre antecede a lo principiado.
Y así,
en lo sucesivo,
uno se muere.
Guardando distancia,
respetuosos de un orden
callado y célibe,
que nos regresa al silencio;
el que resulta del tiempo
coincidiendo,
por fin,
consigo mismo;
justo en ese segundo
que dura toda
la eternidad.


Muerte

La muerte está en todos lados
menos en ella misma.
En ella no hay oscuridad,
ni soledad.
Tampoco allí descansa nadie.
No existen días grises
ni caracoles
lentos.
Ni hablar de la desgracia
que es la ausencia de gracia.
En la muerte nunca llueve
ni deja de llover.
No está Hugo.
Etcétera.
No, la muerte no es la morada final
de todas esas vidas
y nada nos aleja más
de ella
que su propio
nombre.


Destinos

Llego a la esquina
y me detengo ante
un grupo humano benigno.
Conversan.
Arriba las nubes
dibujan formas olvidables.
Creo entender que intercambian
algunas ideas de cómo llegar
a un sitio de la manera más efectiva
y al cabo de unos minutos
logran ubicar la representación
de su júbilo
en un mapa.
Prosigo.
No tengo ese problema,
soy, a diferencia de las nubes,
pupilo en mis propias
redundancias.


Hallazgo

Hallan indicios de la existencia
de la tarde de ayer.
Según han afirmado
la tarde de ayer pudo
haber existido “tranquilamente”
y luego haberse extinguido
paulatinamente hasta
desaparecer por completo.
El fenómeno
–dijeron–,
en apariencia imperceptible,
ha sido
especialmente verificable
desde la playa y
desde los balcones,
incluso con los ojos cerrados,
así como también
dentro del silencio
que en ocasiones impone
la habitual incomodidad
de uno mismo.


Ortodoxia

Dos calandrias merodeaban
desde hacía algún tiempo
en mi cabeza.
Una tarde más silvestre que común
decidí hacer algo con ellas
y las imaginé posadas
sobre una parra repleta de uvas
y de sol.
Luego,
por fin,
las dejé volar
y entonces apenas
si lograron estas aves
en mi vuelo
desenvolver algo del orden
de su concepto.


Confites

Me pregunto por qué
nunca di con su tan
particular versión
de la felicidad.


Principio

Definitivamente,
las cosas son y
no son.

Fuente: Apuntes sublunares, libro inédito. Gentileza de Guillermo Ariel Seminara.

http://lospoetasnovanalcielo.blogspot.com.es/2016/08/guillermo-ariel-seminara.html



Guillermo Ariel Seminara - La disolución de los semblantes


6:17 A.M

Hay mañanas que admiten, por así decir, pequeñas digresiones. Se distinguen de las otras porque en el aire forman hendiduras que entreabren al peatón la posibilidad de la hondura y de lo plural. Una epojé que del día conserva para sí cierto discurrir de lo infrecuente y la mirada de alguien, que hasta ese momento no existía. Un universo, posiblemente verde, inhabitado, donde todo está por verse. Nuevísimo, tanto que el silencio todavía no se adhirió a las cosas, pues es la costumbre la que aún no ha comenzado. Y si uno osa (yo nunca lo hago) se va de excursión hasta la noche de otros días, y al regresar, luego, a recoger todo aquello de nosotros que hemos olvidado, descubrimos que, en verdad, no hemos viajado; que la quietud aún más quieta se ha quedado; que no estuvimos allí, ni en ningún lado.


I

Aguardaba sentado en la estación Paral-lel al metro y a las muchas otras cosas que normalmente aguardo al comenzar el día. De un lado, una señora sentada; del otro, un papel doblado en dos que juzgué resultado de algún reciente olvido. Lo cogí sin más. Una chica de azul, y su adolescencia, fueron testigos de la pequeña escena, pero, inmediatamente (supongo que por las urgencias mismas de nuestras propias determinaciones), ambos nos restamos importancia. Después busqué, sin éxito, al ratoncito que en ocasiones suele dejarse ver por las vías oscuras haciendo no sé qué cosas entre tren y tren y, cuando llegó el mío, simplemente subí. Durante el viaje avancé también sobre el contenido del papel. Este fragmento de azar que el relato puso ahora en mis manos –pienso- no pudo sino haber nacido de la infortunada relación entre un anhelo y un impedimento; algo así como el melancólico señalamiento de un posible desvío en el curso habitual de las cosas, pero que no acabará nunca por suceder. Al fin y al cabo una nueva evocación de lo perdido. Pero me doy cuenta que es muy temprano, que estoy medio dormido aún y que las ideas en mí cabeza no tienen mayor desarrollo, que tan solo son ensoñaciones heredadas de una noche que aún resiste, oscura, en algún lugar del día.
Regreso al texto nuevamente e, inmediatamente después, inicio un recorrido visual de todos los rostros de quienes están conmigo en el vagón, con el vano propósito de encontrarle uno al escrito; pero todos los rostros son uno y ninguno a la vez y al cabo de unos segundos me doy por vencido. Últimamente noto que me doy por vencido muy seguido. A todo esto: ¿qué diablos querrá decir epojé?


II

En “Objetos Perdidos” me dicen, con una lógica inapelable, que lo perdido en este caso parece ser un escritor y que, en consecuencia, lamentan no poder ayudarme.
-Quizá el autor fingió un olvido para que alguien interesado en la historia inicie su búsqueda- digo sin mucha convicción.
-Quizá- repite compasivamente la empleada. Y ahora el respeto adquiere en ella la forma del silencio.
Soy consciente de que hay algo desmedido en mi accionar, mientras camino nuevamente en dirección a mí mismo y mientras, del fondo del pasillo me llega una melodía de acordeón, que simula una felicidad que no tiene. En según qué circunstancias, pienso, las primeras víctimas son los semblantes: se nos van. No sé por qué esa idea me vuelve. Ahora estoy en la línea roja, cap a la meva feina y noto que el mundo se ha reorganizado en su variante habitual. En Mercat Nou * la luz se abre paso a la oscuridad del tiempo fragmentado que separa las morosas estaciones y es una prueba cabal de que el día existe.

* En la estación de Mercat Nou, en Barcelona, el metro sube a la superficie.
Apuntes sublunares
http://patriciadamiano.blogspot.com/2011/05/guillermo-ariel-seminara-la-disolucion.html






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MARTÍN BUSTAMANTE [19.877]

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Martín Bustamante

(Landeta-Santa Fe-Argentina-1963). Desde 2014, co-docente en los talleres de poesía y narración oral de la Unidad penal 48. San Martín. Participó en TEDxRíodelaPlata en Tecnópolis frente a 10.000 personas leyendo su poesía en 2014. Publicó El personaje de mi barrio y otros cuentos (2014).

En 2016, ha publicado el libro de poesía "Agua Quemada" es el nombre del primer libro de la colección “Para la libertad”, de ediciones Lamás Médula. Un oxímoron. El resultante de una lucha entre opuestos. De un lado, la sed de la energía vital. Del otro, el fuego ardiente. Esta antología es la precisa conjunción de dos elementos dando nacimiento a un tercero: una poesía en estado de ebullición.


Mas si muere el amor, no queda libre el hombre del amor. Queda su sombra.
Luis Cernuda.

Deambula perdido
Se ilusiona e imagina
aquel gesto único
y el instinto revive
en pasos lujuriosos 

Te busco y te espero
y sigo en penurias
con el encierro intacto.




LAS CÁRCELES DEL SISTEMA

Martín Bustamante: “El encierro es tan doloroso que solo escribir me salvó de la locura”

El interno y codocente en la Unidad 48 de San Martín acaba de publicar su poemario Agua Quemada. Desafiar al sistema desde las letras, dice, para narrar “desde los bordes del inframundo”.

Por Julián Maradeo. Periodista

El preso forma parte de una cadena que reproduce hasta en lo más ínfimo la violenta y excluyente desigualdad del sistema. El preso que se anima a enfrentar la inercia, aunque el cansancio lo termine acobardando o matando, deja impresa una marca, en muchas ocasiones, indeleble. El protagonista de esta historia es uno de ellos.

El lugar era inmenso, como inmensa y abisal es la soledad dentro de la cárcel. Era 2014. Transcurría una nueva y multitudinaria jornada de TEDxRío de la Plata. Sobre el escenario, la profesora de filosofía Cristina Domenech fue narrando cómo nació el taller de escritura que dio en la Unidad 48 de San Martín, donde el lenguaje se convirtió en un instrumento de liberación. Es decir, en una herramienta que ayudase a voltear los muros materiales y simbólicos.

"Dicen que para ser poeta hay que bajar alguna vez al infierno. La primera vez que entré en la cárcel no me sorprendió ni el ruido de los candados, ni las puertas que se iban cerrando, ni las rejas, ni nada de todo lo que yo me había imaginado", soltó sosteniendo la mirada en el público. El silencio había ganado la sala. Se encontraba perfectamente erguida, hablando en sintonía con los movimientos acompasados de su mano izquierda.

Domenech reconstruyó la conversación inicial con los internos: “La primera vez que me reuní con los presos, les pregunté por qué estaban pidiendo un taller de escritura y me dijeron que ellos querían poder poner en un papel todo lo que no podían decir y lo que no podían hacer". Pero aunque ninguno de los presentes lo supiese, uno de ellos estaba ahí. Porque nada se compara con escuchar al poeta, esa persona que con un juego de palabras crea ataduras invisibles entre la experiencia y la idea.

Domenech hizo silencio y dirigió a la multitud hacia Martín Bustamante, que estaba sentado entre todos. Algo tembloroso y sin levantar la vista, con los anteojos que se habían deslizado hacia el centro de su tabique, leyó:



“El corazón mastica lágrimas de tiempo
ciego de ver esa luz
oculta la velocidad de la existencia
donde reman las imágenes
lucha,
no se deja ir.
El corazón se agrieta bajo miradas tristes,
cabalga en tormentas que riegan fuego,
levanta pechos aminorizados de vergüenza,
sabe que el método no es solo leer y seguir
también desea ver el infinito azul.
El corazón se sienta a pensar las cosas,
lucha por no caer en lo común,
intenta aprender a amar sin herir,
respira el sol dándose coraje,
se entrega,
viaja a la razón.
El corazón pelea entre ciénagas,
bordea la línea del inframundo,
cae sin fuerzas y no se entrega a lo fácil
mientras pasos desparejos de embriaguez despiertan,
despiertan la quietud

Soy Martín Bustamante, estoy preso en la Unidad 48 de San Martín, hoy es mi día de salidas transitorias. Y a mí la poesía y la literatura me cambiaron la vida.”



Dos años después, el pasado 6 de mayo, el día en que gozaba de salida transitoria, Bustamante presentaba su libro de poemas Agua quemada (editorial Lamás Médula) en la Biblioteca Nacional.

A la semana siguiente, cuando pudo acceder a una computadora, dejó un mensaje desafiante en su cuenta de Facebook: “Gracias a todos los que hicieron posible un hermoso sueño y los invito a continuar esta lucha tan desigual para intentar llegar antes que la cárcel a los barrios más humildes. Gracias...”.

Desde los bordes

¿Cómo es el proceso de creación en contexto de encierro? 

- No sé bien cómo o cuál es el proceso. En los talleres ingresás a un estado como mágico y uno sólo escribe.

¿Qué encontraste en la poesía?

- Un mundo para mostrar otro desde los bordes del inframundo.

Para que surjan muchos Martín Bustamante en condiciones tan adversas, ¿qué es necesario?

- Dedicación, me imagino, y hacer ver al otro que es posible. Creo, amigo, que el encierro es tan doloroso que la escritura es lo que en mi caso me salvo de la locura. En un sistema tan excluyente, tener una herramienta donde poder construir una identidad diferente a la única que tuvimos es todo un desafío, pero el camino comenzó y hay que empezar a golpear puertas.




Empiezo a escribir en sombras
donde calles y pasillos son torturados
con olvido.
Veo un horizonte entrecortado
que el tiempo encierra
con perversidad y tormentos.
Escribo
Me abrigo en ese rayo de sol
que atraviesa mi nicho
Intento respirar
intento engañar a la muerte
que oculta espera
mientras un sueño viaja en mis venas.



El libro del hombre libre

Por Sol Giles.

Agua Quemada es el nombre del primer libro de la colección “Para la libertad”, de ediciones Lamás Médula. Un oxímoron. El resultante de una lucha entre opuestos. De un lado, la sed de la energía vital. Del otro, el fuego ardiente. Esta antología es la precisa conjunción de dos elementos dando nacimiento a un tercero: una poesía en estado de ebullición.

No es casual. El autor de esta obra, Martín Bustamante, considera que él no es escritor ni poeta, sino un hombre que escribe. Pero no lo hace como cualquier otro, en un bar o mirando la lluvia caer en plena madrugada. Lo hace desde el penal de máxima seguridad de la Unidad N° 48 de San Martín.

Martín Bustamante es Agua Quemada. Es la fusión entre un mundo violento y corrompido, y ése pájaro que deja que se infiltre por la ventana.

Eso es lo que caracteriza esta nueva colección dirigida por Cristina Domenech, quien desde hace años dicta talleres literarios en cárceles e ideó esta posibilidad de impulsar publicaciones de personas presas, facilitando la impresión de su obra y otorgándoles el cincuenta por ciento de lo recaudado.

Hace unos días se presentó en la Biblioteca Nacional ante un auditorio repleto que reunió compañeros de celda, docentes de talleres literarios, guardiacárceles, lectores, amigos. El hombre que escribe estaba visiblemente emocionado. A diferencia de su primer libro, El personaje de mi barrio y otros cuentos, esta publicación es un compendio de poemas que relatan los crudos días de encierro en los que el autor vive hace ya veinte años.

En el panel de presentación, junto a Bustamante y Domenech, estuvieron la poeta María Malusardi y el editor y director de la editorial, Ture Salvatore. A su vez, el encuentro estuvo musicalizado en vivo por el flautista Vicente Graziano. “No puedo hablar mucho porque estoy muy emocionada”, expresó Domenech al tiempo que convocó a todos para que “corran la voz y compartan” esta herramienta que permitirá que otras personas en condiciones similares puedan publicar sus obras. “Hoy más que nunca hay que ayudar a abrir puertas, nuestra única condición es que haya poesía”, agregó al respecto.




El Premio Nobel de Literatura sudafricano 2003, J.M. Coetzee, visita la cárcel y presenta a Martín Bustamante.



“Su carrera como escritor demuestra que el espíritu, como una flor, puede crecer y florecer en el suelo más improbable.” – J.M. Coetzee, Premio Nobel de Literatura 2003

A continuación, Domenech sorprendió al autor al anunciar que el sudafricano John Coetzee, premio Nobel de Literatura, le había dedicado unas palabras para la ocasión, en las que confesaba: “He leído y admirado el libro anterior de Martín Bustamante. Le deseo mucho éxito con el nuevo. Su carrera como escritor demuestra que el espíritu, como una flor, puede crecer y florecer en el suelo más improbable”.

Por su parte, Malusardi –quien escribió la contratapa del libro- hizo referencia a la importancia del arte como salvación del ser y leyó “Mineros”, el famoso texto de John Berger. Allí el artista y escritor describe los dramas y miserias del hombre moderno y concluye afirmando que “los poderosos le temen al arte cualquiera sea su forma, y esa forma de arte corre entre la gente como un rumor y una leyenda porque encuentra un sentido que las atrocidades no encuentran, un sentido que nos une (…) El arte, cuando obra de ese modo, se vuelve un espacio de encuentro de lo invisible, lo irreductible, lo imperecedero, del valor y del honor.”

Para finalizar, Martín Bustamante tomó el micrófono, extendió su mirada en los presentes, dejó que transcurran los segundos y como susurrando, con una media sonrisa, dijo: “Y el mundo sigue vivo…”.

Ante el aplauso y la emoción que revoloteaba por la sala, Bustamante recordó que –paradójicamente- fue una mujer del Servicio Penitenciario la que le insistió para que escribiera. Luego conoció a su maestra, Cristina Domenech, y “las palabras empezaron a salir solas”.

“En un sólo lugar encontré la libertad, y era donde la policía no lograba entrar y yo encontraba nuevos amigos”, expresó refiriéndose a cómo transformó su vida la literatura. “El encierro es tan doloroso que escribir me salvó de la locura. Por eso de lunes a viernes voy a estudiar a la universidad. Así le llamo yo, ésa es la figura que me construí para no volverme loco”, agregó.

En ese sentido, contextualizó el drama vivido por “quienes no tuvimos la posibilidad de elegir, pero hoy sí sabemos cuál es nuestro lugar”. “La cárcel es una mierda y te hacen mierda. Algunos estamos más que locos porque queremos empezar un laburo, a pesar del viento, por eso acá estamos”, dijo y contó que durante sus salidas transitorias también colabora para que “no haya un pibe más en cana”.




“El encierro es tan doloroso que escribir me salvó de la locura.”

Este hombre de pocas pero filosas palabras da la sensación de haber encontrado el exacto equilibrio entre el silencio y la poesía. Quién pudiera acaso encontrar la belleza en medio del dolor, siendo cobarde el que de su realidad escapa y valiente quien la enfrenta y construye algo distinto. Ése es Bustamante: capaz de describir sus días entre roedores, pasillos y lejanos silbidos, el silencio y los fantasmas, el hambre y el abismo, la soledad y los pájaros, el desgarro y los sueños, el tiempo y la distancia, el frío, la locura y los verdugos.

La poesía de Agua Quemada es el relato en primera persona de una realidad única y concreta a la que el lector puede acercarse percibiendo el laberinto material y simbólico de una cárcel, pero también descubrir sus propios encierros y carceleros, comprendiendo que nadie es completamente libre. A tal punto que es posible inmiscuirse en una asfixia existencial y rozar algo así como el calabozo de quienes en teoría gozan de libertad.

En esa búsqueda Martín es libre. Y en la provocación, su poesía se vuelve pájaro.

“Darle vida al encierro” escribe en el último párrafo de uno de sus poemas, sin saber que en esa brevísima frase se encuentra la síntesis del libro de un hombre verdaderamente libre.








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KAREN SALAZAR [19.878]

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KAREN SALAZAR

Karen Salazar (Zacatecas, México 1993). Egresada de la Licenciatura en Letras por la Universidad Autónoma de Zacatecas. Ha publicado en suplementos y revistas culturales. Ha pertenecido a talleres literarios, entre ellos el del poeta Javier Acosta. Fue becaria del Festival Interfaz-ISSSTE, Chihuahua 2016.


Plegaria de la escafandra

Que no se me permita observar el paso de mi vida
sin acariciar las suavidades y las asperezas
sólo el cristal de un ferrocarril que está vacío.
Quiero ser con mis manos
respirar a través del paso de mis pies
medir el tiempo con el sonido del caballo que galopa
con el undívago movimiento de las olas.
No se me castigue:
existir en un cuerpo muerto
entre telarañas y musgo.
Anhelo prender mis propias veladoras.



El grande

A Armando

A media voz el nombre
de entre todos uno
el sustantivo propio.

La terrible finitud de un cuerpo
congoja del adiós en el semidesierto
madre huérfana, piedra angular.

Madera incierta navegante: yo
y mis pies espumosos
yo y la sonata del mar.

Alta figura rupestre de un pueblo
el nombre y un gerundio en una lápida
el humo que sale de un pulmón perforado.

¿Queda algo? Odio-adiós/Odio-a-dios
la injusticia en las manos
el nombre cerrado en el expediente.



Cambio de domicilio

Ayer la carta que te envié se extravió
el cartero ha llorado
hace años que no veía los nombres
dos enamorados en un mismo sobre.
Destinatario, remitente.
Murió a causa de amor ajeno:
mi carta no tocó tus manos
y se perdió mi secreto
también lo he olvidado.

En su recuerdo busco tu nombre
la propaganda que llega a mi puerta
el recibo de luz
los carteles pegados de cosas encontradas.
Mas se esconde
sólo las líneas de una letra
no hay sonido, no hay significado.
¿Cuál es el secreto?
¿Hablaba de un viaje?
Castillos y bosques
las espinas son insuficientes para el misticismo
no tengo puntas suficientes en mi carne.

La respuesta
líneas cursivas en casa del cartero
la creencia de un rito
la certeza, un sacrificio. 




Al filo de una puerta en invierno

Tengo un pedazo de cielo, todo mío
cambia cada noche, es constante
hoy Orión y Pléyades, movimiento
mañana de luna cuarto menguante.

Lugares sin espacio donde me miran las estrellas
muertas centenares de años atrás
ya fenecidas cuando Hécate sacerdotisa
ahora mi diosa nocturna  renacida
en un cúmulo de años, yo, diosa de las diosas futuras.

Borrasca, frío:
¿Dónde está el techo de los niños
que andan como palomas
en busca de maíz en las principales plazas?
¿Dónde las caricias de los perros con hambre,
más hambre de cariño que de alimento?

Arrecia el viento del desierto
en mi lecho el calor de mil cabellos blancos
pienso en el padre que habita en los olimpos
tiene un pedazo de cielo
quizá mira por dentro un féretro.

Miguel Ángel de mis noches diurnas
hombre en La Sixtina que toca al padre
que deja de ser Dios, inexistente
toco la deidad con el meñique: gélido, frío infinito.

Llueven rosas, no hay agua
para quienes han llenado de lágrimas sus vidas
rosas y leche emanando entre nopales
leche que busca águilas que funden naciones.

Cada minuto un paisaje nuevo
humo sosegado aguardando una boca
¿cuál, sino la mía: consumo de tabaco?
consciente ser ceniza del rey Cronos.

Tengo un pedazo de cielo
trueque postrero de tierra
siembro flores y tunas
¿cosecharé? lápidas y cruces.




I.

Soy el ave que me ve por la ventana
cualquiera de los seis, dos huevos
no soy sus alas, su vuelo, su canto
sólo errante que emigra para volver a casa.

No soy el río que marcha hacia la máter
sí la salinidad que besa el agua, movimiento
¿acaso mañana metamorfosis de ballena
encallada entre cabezas de pescado?
Soy la opacidad de mi reflejo
otro cuando miro mis pies que se mueven disonantes
los padres que emblandecen el pan con lágrimas para la familia
las rodillas encharcadas por la fe ante una iglesia.

Otro cuando canto, yo, cenzontle de la abuela
y me riego aunque nenúfar
que camina sobre el mar en forma de sirena
cuando me toco el pubis con la frialdad del espejo envanecido.



II.

Dentro del mar mi madre
mar caliente a fuerza de persistencia, el sol
yo afuera asiéndome al ombligo
líquido amniótico mi primer llanto.

Soy joven,  tengo 96 años
aún duermo en la cama de mi madre
que me abraza, que me abrasa.
Al inicio el mar, mi madre
al ocaso yo en la madre que ya es tierra
el calor del pañuelo:  el calor de la mortaja.



MIS RECUERDOS SON UNA RUINA

Piedras que se desvanecen en el tiempo
al transcurrir las mil huellas
por el sendero de las sacerdotisas.

Las ruinas que han visto el vuelo de los halcones
y los ríos cubiertos de cuerpos fragmentados.
Los cuadernos con las medidas de los edificios nuevos.
La lista de las drogas diarias para el Zeus de la familia.

Me levanto con la nariz hinchada de polen,
las botas boleadas de barro y plomo,
la pesadez como cortinas de una bodega
cerrando mis ojos.

Mis recuerdos son una ruina
que persiste
que se postra en la presencia del adiós 
al final
sólo se fija en el diálogo interno de una niña.

Me levanto.
Apenas comienzo a destensar los músculos
me acuesto otra vez.
Mi cuerpo es el sacrificio perpetuo de la ruina.






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MARÍA PAULINA BRIONES [19.879]

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MARÍA PAULINA BRIONES

María Paulina Briones es una escritora, periodista y docente guayaquileña (Ecuador). En el 2013 publicó la novela corta Extrañas y en 2014 el libro de cuentos El árbol negro. Dirige La casa morada desde el 2009, es directora del sello editorial Cadáver Exquisito y, actualmente, se desempeña como profesora en la Universidad de las Artes.

Después de 20 años de haber sido suspendido, el Concurso Nacional de Poesía Ismael Pérez Pazmiño ha declarado ganadora del primer premio a María Paulina Briones con su poemario titulado Tratado de los bordes o la cercenación del estero.
Tratado de los bordes o la cercenación del estero es su primer libro de poesía. Sin embargo, confiesa que siempre ha estado cercana al lenguaje poético: “Si tu lees, por ejemplo, Extrañas, hay episodios que son muy líricos. Hay gente que decía: ¿y esto de aquí qué es? ¿es un texto poético o un texto narrativo? Incluso hay un texto poético que es anterior a todo y está publicado en la revista el Guaraguao”. Para Paulina, la poesía es el género que propone un mayor juego con el lenguaje, por lo que es posible introducirla en la narrativa y así jugar con los géneros literarios que, según ella misma cree, no deben caer en categorías estáticas.



De Tratado de los bordes o cercenación del estero, de María Paulina Briones:


Teoría de la cercenación con 
diferentes utensilios

Puñales, dagas, cuchillos, flechas, agujas, bisturíes, hachas. Elementos cortopunzantes les
dicen. Introducirlas en la carne es una ciencia
y el puñal dispuesto que aguarda la mano que no tiembla

Objetos cortopunzantes, los hay.

“El filo o la punta que concentra la fuerza viva en una superficie limitada”

¿A dónde va el residuo?
única medida vigente en la memoria,
reducto indefinido.


Instrucciones para usar objetos 
cortopunzantes

El cuchillo tiene que tener filo. El filo es sublime.
Los guantes tienen que ser negros. La tortura se ejerce en negro y con guantes.
Hay que ser hábil en el manejo de los objetos, en el tamaño de los cortes, en la profundidad 
        de la penetración constante,

Como el calvo hundiéndose en la madera joven. 

Ni una sola gota vertida fuera de ese pozo,
ningún derrame externo que permita la germinación de posibles selvas y bosques.

La fecundación tiene que ser hacia dentro, es ahí donde nacerá el universo futuro.
          Confluirán ríos y montañas, los animales verán nuevamente la luz, la vida se 
          perpetuará incansablemente. 

No puede haber riego.
Lo único que habrá son gemidos, tal vez un poco de llanto.
El torturador sabe que no es cuestión de tiempo sino de estrategia.
Otras carnes nobles recibirán este trozo de brazo arrancado de mi cuerpo.

Noble es la carne que me alimenta; también la que me envenena.

Pronóstico: la muerte.


ESCRIBIR CON EL CUERPO

[Sobre el poemario Tratado de los bordes de la poeta María Paulina Briones]

Por Ernesto Carrión


Escribir sobre Tratado de los bordes, el primer poemario de María Paulina Briones, es un asunto corporal. O, mejor dicho, un asunto corporal sobre un cuerpo que ha desaparecido, que ha sido herido, cortado, acuchillado por un victimario, por su torturador. Y este torturador lo ha hecho (ha herido la carne de quien habla en estos poemas) de un montón de formas, contadas aquí de manera ordenada y hasta sádicamente educativa, equilibradas en líneas bellas y duras cuya única meta es la liberación de esta historia.

Es un poemario escrito desde un cuerpo desaparecido. La poeta sabe que sólo se puede escribir desde un cuerpo, un cuerpo que no puede hacer otra cosa que contar la historia parcial de una vida. Porque un cuerpo también miente. Un cuerpo también se desorganiza a través de sus experiencias. Pero un cuerpo es todo lo que tenemos para construir la realidad.

¿Importa descifrar la historia del torturador y su víctima? ¿Importa reconocer al amante victimario y a la víctima en estos poemas? No lo creo. Si bien estos poemas tratan sobre un cuerpo desaparecido, destrozado por alguna inocencia, importa más lo que ha logrado María Paulina Briones trabajando con estos elementos: a) una apuesta poderosa desde el cuerpo herido;  b) una danza macabra que sucede después de que se ha terminado el escarnio; c) un manoseo dramático que únicamente la victima realiza a solas en la profundidad de su habitación. Porque toda historia de amor es la historia de un cuerpo que ha perdido. De un cuerpo que ha perdido su identidad en las manos de otro.

Tratado de los bordes está lejos de parecer el primer libro de un poeta. Exhibe una enorme destreza en cada uno de sus versos y párrafos que construyen este único poema sobre la soledad, el dolor y la inocencia que experimentan un cuerpo. La voz nos explica cuáles son los objetos corto punzantes con los que su torturador ejecuta su trabajo, nos explica la desaparición de la memoria antes que el cuerpo, nos indica, casi pedagógicamente (por momentos la voz asume una distancia tan teórica que aquello solamente me impulsa a pensar en lo íntimo de este discurso) sobre cómo fecunda el victimario hasta dejar la otra piel desaparecida. Dice María Paulina:



La fecundación tiene que ser hacia dentro, es ahí en
donde nacerá el universo futuro. Confluirán ríos y
montañas, los animales verán nuevamente la luz, la
vida se perpetuará incansablemente.
No puede haber riego.
Lo único que habrá son gemidos, tal vez un poco de llanto.
El torturador sabe que no es cuestión de tiempo sino
de estrategia.
Otras carnes nobles recibirán este trozo de brazo
arrancado de mi cuerpo.



Todo el tiempo un cuerpo está perdiendo su identidad en las manos de otro. O amenazando en perderse. Pero conviene entender que ese mismo cuerpo revivirá con fuerza para exigir, amén de nuestra fascinación por la muerte, otra nueva muerte. Una, quizás, más amable.

Tratado de los bordes es un libro que, aunque breve, construye una mirada larga sobre el amor y el sexo desde su revés; y representa, dentro de la poesía contemporánea, el surgimiento de una voz que ha llegado para quedarse, para ubicarse junto a otras voces, como las de Mónica Ojeda, Andrea Crespo Granda, María Auxiliadora Balladares, Ana Minga, la fallecida Dina Bellrham, Gabriela Ruiz Agila y Rocío Soria, organizando una nueva época para la poesía escrita por mujeres en el Ecuador. Autoras que trabajan sin miedo, reventando el lenguaje, y en un completo conocimiento de que la poesía está para relatar la sangre derramada, los pedazos infectos de la piel caída, los temores blindados de preguntas, los huesos rotos y esos dolores que se acumulan como serpientes dentro del cerebro.

Santiago de Guayaquil, noviembre de 2016



Extrañas en el Puerto
diario de un folletín

(Fragmento de la novela homónima)

MARÍA PAULINA BRIONES


Enero

Mi cuerpo no me pertenece; supongo que he de recuperarlo cuando me haya comido tu corazón. Y así, con esa hambre de recu­peración, me acosté a dormir, o debería de­cir a soñar. Soñé en sepia. Era un solo ojo, medio labio y una sola mano. Iba corriendo montaña abajo tratando de alcanzar mi mi­tad que era mucho más rápida; ¿Cómo sa­ber si debía alcanzar primero a ese otro ojo maldito, o a la boca de línea más parecida a un papel liso sin imprimir? El aire me faltó para llegar.

Al final, un gran mar de leche en donde mojé mis pies mientras desaparecían la mitad de mi labio, el ojo, y la mano que me faltaba. Parecía que los había perdido para siempre, pero  ninguna pérdida es definitiva. La circularidad determina los matices, hace que  cambien de nombres, de caras, de corazones. El mar de leche se convirtió en un algodón de azúcar y el cielo se tornó gris; cayó la nieve y mi sola mano, mi solo labio y mi ojo quieto quedaron cubiertos por los copos. La música lo embargó todo.


No me gusta despertar con un espacio
entre las piernas.

 


Febrero

Será el peor invierno y el calor trae una nue­va historia. Así la ha catalogado Extraña que empezó a buscar un trabajo nocturno y no lo encontró; por eso aceptó que el Destino le ha deparado una computadora comparti­da y cuatro moretones en la pierna derecha, por el momento.

El puerto ha empezado a descubrirse. Por las madrugadas la bruma descansa sobre las aguas del rio y se difumina por el efecto de la luz del sol. De la misma manera Extra­ña se revela; ya no se llamará Extraña sino Morelia.

Esta es una Morelia cálida, no fría ni amortajada, sino tropical y porteña.

Morelia aceptó que es una escritora, y ade­más a punto de publicar un libro o un bo­drio, eso es lo de menos. La cuestión es dar a luz un hijo de papel con pocas hojas, a ve­ces espesas, que condense el universo de las búsquedas en el Puerto.

Los moretones son secretos ¿Quién mar­ca el cuerpo de Morelia de ese modo? Sí, es cierto que Morelia lo permitió. Todas la mañanas cuando se va a bañar observa que los colores que al principio eran verde os­curo van mutando hacia un morado rosa, tan particular, tan extraño, que no sabe to­davía si en realidad dentro de los moretones hay dibujos, unos mapas que hablan de un principio accidentado, incierto, placentero.

Morelia planteará a su compañero que basta de moretones, que una mujer decente no puede andar marcada como prostituta. Lo que Morelia no le dirá al compañero sen­timental es que secretamente la idea de ser una prostitutilla, mezcla de puta y frutilla le viene bien, de momento.

Esto del inconsciente la está matando, digo, nos está matando



Marzo

No hay plan. La bomba debe estallar; esa fue la única precisión de los contratistas. Su negocio ha florecido como ninguno. Se encargan de eliminar los edificios viejos de la ciudad. Yo sólo coloco los explosivos, la cantidad precisa y luego fotografío el mo­mento, lo capturo para volver a vivirlo an­tes de dormir.

Mi habitación tiene pegadas las fotos de las explosiones en el techo. Son estrellas fuga­ces, unas rojas, otras doradas. Cuando sue­ño veo las llamas de mi cama de fuego. Mi cama se incendia todas las noches, y por las mañanas, yo apago todo con los desagües de mi cuerpo.









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LUCY OPORTO VALENCIA [19.880]

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LUCY OPORTO VALENCIA   

Lucy Oporto Valencia (Viña del Mar, Chile 1966). Autora, entre otros trabajos, de: Una arqueología del alma. Ciencia, metafísica y religión en Carl Gustav Jung. Editorial USACH, 2012. El Diablo en la música. La muerte del amor en El gavilán, de Violeta Parra. 1ª edición, Altazor, Viña del Mar, 2008. 2ª edición, corregida y aumentada, Editorial USACH, 2013. “El sonido, el amor y la muerte. Violeta Parra y la Nueva Canción Chilena”, en Palimpsestos sonoros. Reflexiones sobre la Nueva Canción Chilena. Eileen Karmy y Martín Farías, Eds., Ceibo, Santiago de Chile, 2014. Los perros andan sueltos. Imágenes del postfascismo. Editorial USACH, 2015 y La inteligencia se acrecienta en la Nada, Ediciones Inubicalistas, Valparaíso, agosto 2016.



NADA. ELLO DIRÁ

Notas para una metafísica de la memoria y la Ausencia de Dios

Presentación de La inteligencia se acrecienta en la Nada, por su autora. 
Ediciones Inubicalistas, Valparaíso, agosto 2016

Por Lucy Oporto Valencia
oportolucy@gmail.com

1

La memoria como persistencia fundamental del ser, es la irradiación póstuma subyacente a los esfuerzos de una conciencia enfrentada, por un lado, al peso de la realidad, al sufrimiento provocado por la inconsistencia y disolución de su núcleo, y a la siniestra continuidad de ese movimiento regresivo y maligno, no siempre manifiesto, pero sí latente a través de crímenes imperceptibles. Y enfrentada, por otro, a los simulacros y apariencias construidos calculadamente para negar ese horror, esa barbarie y esa traición, encubiertos aquéllos por un cinismo e ironía ofrecidos en esta época como transgresión, marginalidad, alternatividad, subversión, o espurias y rentables “danzas sobre el abismo”, en medio de la consolidación y apoteosis de la sociedad de consumo y su hedonismo nivelador, con pretensiones triunfalistas transformadoras e, incluso, revolucionarias.

Publicar casi veinte años después estos ejercicios en prosa y verso, que buscaban una conexión con alguna forma de pensamiento capaz de dar cuenta de una realidad, o de una dimensión de ésta, se inscribe en dicho entendimiento de la memoria, en cuanto proceso, camino, registro, huella, antecedente y cifra de un mundo desconocido, un interior hermético y un sentir abismal, sumidos en la precariedad y la miseria de la carencia de forma, cauce y expresión, cuyo horizonte fuese la autoconciencia: el más alto valor, superior a cualquier esteticismo indolente y narcisista e, incluso, a la vida misma y su crueldad constitutiva, repetitiva, autorreferente, mecánica y fascistoide. Así, dichos ejercicios se convirtieron en la plasmación de una energía afectiva que contenía irradiaciones y ramificaciones abiertas al futuro, las cuales se realizaron en obras posteriores, de modo insólito.

Ahora bien, examinado en retrospectiva, el registro de una memoria y su entrega en una forma inteligible, capaz de preservar esa irradiación y crispación experiencial, inicial e individual, constituyen tardíamente un trasunto de la conciencia de la inevitabilidad de la muerte; del transcurso del tiempo; de la caducidad, finitud y decadencia; de la precariedad y fracaso de los sentimientos; de los sueños perdidos; del crepúsculo de una vida, una forma de vida, un pensamiento, un mundo de valores y afectos. Constituyen, en suma, un trasunto de la conciencia de la extinción de un entendimiento de lo humano que hubiese hecho posible el amor, la verdad, la bondad, la revelación del Espíritu en toda su insondable e inconcebible profundidad.

Esa conciencia forjada penosamente se precipita ahora en una violencia soterrada, enfrentándose a los falsos prestigios de la seducción demoníaca y sus estrategias de “empoderamiento” -como se dice ahora-; del progreso y sus mecanismos autónomos e impersonales, en que los sentimientos, la vida interior, el conocimiento de sí y lo humano ya no tienen lugar. Así se configura la duración y el antilugar de una inminencia y una urgencia invisibles, para las que tal vez no llegue a existir una imagen, ni una forma, ni una conclusión cerrada.


2

La destructividad presentada por Francisco de Goya (1746-1828) en Los desastres de la guerra, serie de grabados realizada entre 1810 y 1820, en el marco de la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), trasciende el horror mismo de la guerra como experiencia límite de una humanidad perdida en y para sí misma. El descarnado realismo de Goya, testigo de los hechos, apunta, no obstante, a una dimensión de la realidad más vasta, un trasfondo común a toda catástrofe colectiva e histórica, en mayor o menor grado, desde los desastres naturales hasta los golpes de Estado: la extinción de lo humano mismo, en cuanto proyecto, cultura y conciencia de sí; la muerte y vacío del alma; la creciente incompatibilidad entre la conciencia y la vida; y el advenimiento e instalación del fascismo como perversión autocomplaciente y corrupción humana límite.

“Nada. Ello dirá” es el título del grabado que ilustra la portada de este libro, extraído de los Desastres. La imagen muestra un cadáver descompuesto, rodeado de acechanzas y presencias siniestras, detenido en un movimiento definitivo, a modo de testimonio: un hombre moribundo que ha dejado registrada una palabra, como manifestación de una última lucidez, en medio del horror y la inminencia de la muerte: “Nada”. Sin embargo, Goya registra y da una forma todavía humana a esa pérdida y destructividad radicales, que contrasta con las modernas tecnologías al servicio de la guerra y sus negocios -como las cámaras satelitales señaladas por el documentalista alemán Harun Farocki (1944-2014)-, donde lo humano deviene superfluo, siendo sustituido por la referencia indirecta a su aniquilación, contenida en el eufemismo militar “daño colateral”. Goya, en cambio, registra y da forma no sólo a los horrores, carnicerías y miserias de la guerra y su expansión demencial, sino también a la extinción de un mundo de valores, como la verdad, la conciencia, la compasión, la solidaridad, la memoria misma. A ese proceso de extinción y aniquilación total pareciera referirse la enigmática inscripción del moribundo: “Nada”, aunque cargada de una significación entregada al futuro: “Nada. Ello dirá”.

El dramaturgo chileno Juan Radrigán (1937-2016), recientemente fallecido, constata la insuficiencia del lenguaje para comprender el golpe de Estado y la dictadura en Chile. El “nacimiento del triunfo rotundo del mal”, la ferocidad inusitada con que se desplegó el “odio militar, (...) de alguien cuya única razón de existir es la de matar”, sólo le ofrecen una única certeza: la exclusión de cualquier posibilidad de comprensión, perdón y olvido. Mientras que la impunidad excluye per se la felicidad como horizonte. Pues ella adquiere aquí necesariamente los atroces rasgos de una afrenta, aun cuando la vida indiferenciada continúe con sus sórdidos mecanismos de sacrificio, reproducción y reinicio, favorecidos por el estado de inconsciencia y su maldad constitutiva.

Ésta es la siniestra relación que Radrigán observa lúcidamente entre impunidad y felicidad, en 2002, a partir del sustrato arcaico y universal de la tragedia griega:

Entonces recuerdo que hace más de dos mil quinientos años, Eurípides se refirió al “negro carro de la felicidad”. Es una frase extraña que nunca logré desentrañar. Ahora sospecho que se refiere a la negra felicidad de los que logran olvidar[1].


3

La inteligencia se acrecienta en la Nada registra la observación y constatación experiencial de la terrorífica persistencia de esa inconsistencia y disolución del ser, en cuanto movimiento regresivo, voluntad autónoma de destrucción y eje del mal, nadificación y hundimiento en una última oscuridad, encarnados histórica, individual y anónimamente.

La inteligencia y el conocimiento crecen y esplenden como un último sol, cuya forma es la de una memoria, una donación y una amalgama de sentimientos para los que ya no existe, ni existirá lugar. De ahí, el Yo Póstumo surgido en dichos registros: esa luz lejana, perdida, ese rastro de la negatividad de Dios ido y su Ausencia irradiante, de la traumatización perpetua infligida por la realidad y su sangre obscena y sacrificial, su núcleo infernal, y sus despojos y deformaciones humanos sin conciencia ni alma, de los que la postmoderna reducción de las relaciones del lenguaje consigo mismo, el celebrado fin del sujeto, las filosofías de la disolución, y el espiritualismo exitista y consumista en boga,  jamás serán capaces de dar cuenta.


*

Mis agradecimientos a Ediciones Inubicalistas por haber acogido esta obra y otorgarle un espacio de dignidad. A Felipe Moncada, a cargo de su edición, junto con Patricio Serey y Rodrigo Arroyo. A Rodrigo y a Jorge Polanco, por sus lecturas y comentarios en esta ocasión. A Jorge, en particular, por este reencuentro, que rememora nuestra época como estudiantes de filosofía, cuando compartíamos reflexiones, sentimientos y otros testimonios del espíritu de la época.

Valparaíso, 16-24 noviembre 2016 / 11 enero 2017





Presentación de La inteligencia se acrecienta en la Nada, de Lucy Oporto Valencia. Ediciones Inubicalistas, Valparaíso, agosto 2016. Realizada el 25 de noviembre de 2016, en el hall del Edificio de las Artes. Serrano Nº 591, Valparaíso. Participaron Jorge Polanco y Rodrigo Arroyo como presentadores, y Felipe Moncada en su calidad de editor. Esta actividad fue realizada en el marco de la presentación del catálogo e inauguración del nuevo taller de Ediciones Inubicalistas, en el Edificio de las Artes, que también incluyó la presentación de La voz de aliento, de Jorge Polanco. Contó con interpretaciones de Violeta Parra, a cargo de Alejandra Lavín, Felipe Moncada y Cristián Olivos.


*



EL YO PÓSTUMO II        
        
Líneas difusas en un pozo de dientes. Invisibles desprendimientos. El fuego es la lejanía que acusa los laberintos de abajo, el envés obsceno de las palabras, la oscuridad de un canto enfermizo. Como rostros fugaces y quijadas bebiendo la memoria, el fondo de los días, el sol, el mármol partido.
         
El Yo Póstumo es el tardío lugar de la derrota. Un silencio de asesinos y cuerpos, donde las líneas cercenan el abrazo, y la luz se parte como una quijada o un cerebro enorme, en la raíz del ojo y la palabra.
         
Pues en ese significado vacío ha de mostrarse el dolor crepuscular de los extraños, la vida extinguiéndose en el relato del Yo Póstumo: el naufragio del sonido y la palabra.

Es la tarde de todas las promesas, un camino trazado sin medida. Sólo el hundimiento, el cerebro de abajo: otredad, desolación y pérdida.
         
Mas yo era la vida.
         
Escombros. Cuerpos de fastidio y cortes. El alto linaje vulnerado. La mirada se vuelve sobre sí misma en lúgubres cantos y tendones. Los pozos exhiben la entraña corroída del destierro.
         
Sólo el rechinar de las quijadas. El cristalino silencio de los altos días, disolviéndose.
         
El Yo Póstumo es el abrazo de Dios. 

Pero Dios devino la quijada, un nombre roto contra sí mismo y contra el mundo: mil trompas resonando en una profundidad imposible, abierta como un cadáver vacío.
         
Es la luz de abajo que irradia en el asedio, el devoramiento y el asco.

5 de septiembre de 1996


HORROR METAFÍSICO 
Epílogo

I

Horizonte quebrado
a contraluz,
sin voz, 
sin apertura frontal.

Sólo un abismo de cristal negro,
refugio en llamas,
dolor inmaterial 
de un espasmódico desfondamiento.

La altura.
La planicie.
El estertor marmóreo del alma que cae.

Caminos bifurcados 
en preguntas inconcebibles.
Alaridos bajo el follaje de otoño.

Un rumor de sangre.

Ya no habla la unidad.
Se ha vuelto transparente.
Pues la demencia de Dios 
es la exhibición
de su Creación fisurada.

Declinarán los niveles 
en la fantasmal abstracción
del florecimiento y de la muerte.
Allí corren las doncellas de luz,
como un despertar que se disolviera
entre las raíces 
de un olvido sacrificial y tardío.

Súplica e inocencia.
Crispación y silencio.
Umbrales y nombres evanescentes.
Pues la respuesta era el despeño 
del alma sutil,
el cielo fragmentado 
del interior último.
Como pozos en descenso 
concentrando los signos 
de la pérdida esencial.

Ahora el ojo se expande hasta la muerte.

30 de mayo de 2003


II

Despojamiento iluminado.
Transparencia mortal.

Era Dios
en una senda de estertores descendentes.
La piedra que sangra voces,
desde un pasado especular,
disolviéndose bajo 
la inexorable agonía del sol.

Póstumas determinaciones.

Del otro lado 
están los árboles, 
los pozos invertidos:
conciencias inorgánicas presenciando 
el devenir de la caída.

La cifra del silencio pende
en diseminados abismos, 
como ojos y bocas mortales.

Abstracciones transmutadas
en objetos parlantes.
Hojas secas y aullidos.
Cofres y escaleras bajo el agua estéril
del Espíritu extrañado,
sin habla.

Mas el alma era de las cosas.

Son las desgarraduras, 
separadas de Dios.
Chillidos autónomos,
como arcaicas mutilaciones.

Un devenir olvidado de súplicas 
y signos desperdiciados.


El fondo.
El fuego.
La desolada representación 
de una Ausencia proliferante.

3 de junio de 2003


[1] Juan Radrigán, “Memorias del olvido”. Bayona (Francia), 18 de octubre de 2002.



Lucy Oporto, La Inteligencia se Acrecienta en la Nada
Ediciones Inubicalistas, Valparaíso, 2016

Por Jorge Polanco Salinas 

“Dos justos hay, mas su virtud no halaga;
Soberbia, envidia y lucro codicioso
Son los tres males de Florencia plaga”


La Divina Comedia, Infierno, Canto VI

En el Bosco no pareciera existir piedad. El infierno se vive como una lucha de todos contra todos. El carácter monstruoso no solo se cristaliza en las figuras deformes, sino en cómo llegaron a ser lo que son. En Los desastres de la guerra de Goya, el espesor de las imágenes se encuentra tanto en la bestialidad como en la miseria humana. En su caso, no es necesaria la exacerbación casi onírica de la deformación; basta con la acritud de los rostros. A pesar de las diferencias, en sus pinturas la carencia de piedad conforma el testimonio de la oscuridad infernal del mundo. Y la piedad, como muestra un bello texto de Didi-Hubermann, guarda relación con el duelo; esto es, con la escena de la madre velando al hijo asesinado. Generalmente, este oscuro luto —trabajado por Nicole Loraux en sus estudios sobre la Grecia clásica— proviene del hijo que va a la guerra, mientras las mujeres deben hacer el duelo, alterando el orden de la ciudad. La inteligencia se acrecienta en la nada que presentamos de Lucy Oporto Valencia alude a estos referentes visuales, a los que habría que agregar La Divina Comedia de Dante. La persistencia de la monstruosidad indica en este nuevo libro el síntoma de un mundo vivido ya como síntoma; es decir, la “deformación” de una experiencia que no tiene una forma plena o mesiánica, aunque la añora. 

La inteligencia se acrecienta en la Nada transita tres planos. Primero, el ámbito biográfico de los acontecimientos personales que no se limitan a un lenguaje confesional o anecdótico, sino más bien manifiestan sucesos que rebasan al sujeto de la escritura (eventos históricos, esperanzas truncas, desilusiones humanas, sueños arquetípicos, etc.). Segundo, una dimensión histórica que remite a la vida de las últimas décadas en Chile, primordialmente durante la postdictadura. Tercero, un ámbito global que condice con una interpretación filosófica sobre la muerte de dios. Estos niveles del libro se conjugan; y, a mi modo de ver, evocan la constatación de un duelo. Todo el libro podría leerse a partir de un llevar a cabo el luto, de hacer el luto a través de la escritura.
En lo que sigue me remitiré a estas esferas del duelo y tomaré como excusa el murmullo de tres frases que confluyen en la prosa y los versos. Digo “murmullo”, porque no se trata de un comentario explícito, sino que barruntan su impronta bajo la lectura. 


1.- “El hundimiento de la noche es el nudo que se parte desnudando el tiempo”. El Yo Póstumo I

La primera dimensión; me permitiré contar una historia personal de mi relación con Lucy. Cuando comencé a leer el libro, me conmovió que los primeros textos fueran datados meses antes que la conociera:

30 de octubre de 1994.

A Lucy la vi por primera vez en la universidad, el año 1995, cuando estudiábamos el pregrado de filosofía. Con su voz grave y adusta, se sentaba al final de la sala y planteaba sus preguntas que siempre fueron genuinas, en el sentido de interrogar lo que realmente la acuciaba y sorprendía. Lucy era la estudiante más grande de mi generación, y la más brillante que pasó por esos años en la universidad. Ocupo la palabra “conmover” vinculada a “conmoción” no solo por el tiempo que ha pasado, sino también por el pensamiento que ha desplegado desde ese entonces.

La primera vez que fui a su casa y me mostró estos “ejercicios de concentración” —como los llamó y lo sigue haciendo— se notaba que estos textos desplegaban el inicio del susurro del pensamiento, aquella zona en que el lenguaje se perfila hacia un argumento o discurso. Combinan la redacción de los sueños, los “mensajes” indescifrables que estos traen consigo, las obsesiones existenciales y, por ende, lo inefable que asoma en el arribo a la conciencia. De ahí que las escasas veces que Lucy mostró sus textos en clases, algunos profesores se vieran sobrepasados.

En una zona anterior a la superficie de la lógica, estas escrituras de contemplación de la psique (en griego quiere decir “aliento”) se vuelcan, posteriormente, a los arquetipos que Lucy detecta en el mundo. Es preciso destacar que se graduó con una tesis de licenciatura sobre Jung, que fue publicada hace algunos años por la Universidad de Santiago. Estos ejercicios del alma en el sentido fuerte del término —recuérdese que los antiguos practicaban igualmente la gimnasia espiritual— condicen con la esfera musical: tanto en los poemas y prosas que presentamos, su libro El Diablo en la música, dedicado a Violeta Parra, como sus estudios de guitarra. Pero aquello se percibe paradójicamente en que Lucy desarrolla la música desde lo inefable, a partir de la conjunción que permite hacer emerger desde los sonidos aquello difícil de contar. Justamente porque estamos rodeados constantemente de ruido, lo más complejo es llegar a estar capacitados para comprender el sonido.

En “La imposibilidad tonal”, Lucy escribe sobre esta emancipación llevada a cabo por Arnold Schönberg, que da cuenta no solo de la “ampliación del material sonoro a zonas del espectro armónico rechazadas hasta entonces”, sino también del derrumbe de la figura del hombre “en el progreso ilimitado, cuya cifra es la acumulación de desechos y cadáveres”: “La imposibilidad tonal, como imposibilidad humana fundamental”. Aquí psique y música se unen: conforman una compañía más antigua que el amanecer del día. Esa conformación inenarrable que el sol y el nacimiento dejan en las sombras.

Como observa Pascal Quignard, el primer aliento va unido a la voz de la madre que se transforma pronto en lengua materna; es “esa voz perdida que regresa, esa ligazón que sobrevive a la extraordinaria metamorfosis animal y que apacigua su violencia y suspende su traumatismo. De allí el lazo indivisible entre la música y el pensamiento”. En esta anterioridad de la noche, en su ritmo recóndito y secreto, la relación conmocionada entre el nacimiento del lenguaje y la perturbación de la vida hacen preguntarnos por “los límites de la profundidad”. ¿Cuál es la morada que esta escritura busca? ¿De dónde proceden estas imágenes y estos sueños? ¿Qué olvidamos en el amanecer de nuestra conciencia?

En la enigmática figura del “Yo póstumo”, la fragmentación guarda relación con un susurro, con el hundimiento en percepciones larvarias de una destrucción. No se sabe de qué; dónde ocurrió la batalla. Pero sí es posible adivinar un caos que prevalece, y como el quiebre final de las formas de dios y de los hombres, la armonía se despedaza en el extravío de un tiempo desnudo.

Quizás por esto “Adiós a la música” sea el texto más complejo y el que más duele leer. “Los goznes del precipicio”. Escrito, por lo demás, en el año de ingreso a los estudios de filosofía.


2.- “Testigo es aquel que se queda a presenciar la muerte”. La muerte de la muerte

La segunda dimensión es el plano histórico. “Los genios no tienen memoria”, dice en “El desprendimiento de la eternidad”. Si Lucy emplea términos cargadamente metafísicos, guardan relación con una necesidad de unión, amor y espesura. Frente a este requerimiento se impone, por el contrario, una marcada ulceración y escarnio que emparenta su trabajo con Antonin Artaud y los grabados de Goya, incluidos en el libro. Estas invocaciones de lo descarnado están relacionadas con la historia de Chile, con un alma desprovista de justicia.

“Romo” es el texto que patentiza la índole abyecta de estos acontecimientos. Aborda la encarnación del mal en Osvaldo Romo luego de las entrevistas que aparecieron del torturador en esos años. Parafrasea sus intervenciones y las relaciona con la filosofía. Es decir, cuestiona su quehacer y el vínculo de su “modo de preguntar” con la angustia, la cicatriz, el padecimiento de las torturas.

Esta relación tiene una historia situada, por cierto. ¿Qué ha hecho la filosofía en Chile con estos “materiales”? ¿Cómo pensar a este torturador? ¿En qué sentido la instauración de definiciones, los métodos de conocimiento y la búsqueda de saber se diferencian del ejercicio de interrogar la verdad que persigue el verdugo? Por un lado, hayamos en Romo una figura no pensada. Por otro, se intuye una deuda secreta entre la institución y la carencia de exigencia moral, esto es, el hacerse cargo de la historia y sopesar su significado. Así como Levinás escribió sus apuntes sobre la “filosofía del hitlerismo”, en Chile podría hacerse algo similar con el pinochetismo. Sin embargo, para cumplir aquella tarea es preciso exigirse al nivel del compromiso, de estar a la altura de “la herida, que es la única y última pregunta”.

En términos de estilo, que no significa mera “estilística”, Lucy emplea alegorías a la usanza de La Divina Comedia (citada en otro de sus libros: Los perros andan sueltos. Imágenes del postfascismo), en el sentido de marcar una señal de devastación. El uso de las figuras de la enumeración y el oxímoron no consiste en una apertura surrealista a lo extraordinario, sino en dar cuenta de los deshechos. “Constatar la repetición tediosa, transparente e inane”. Poco importa que estas prosas puedan caber dentro de géneros en crisis como “poesía” o “narrativa”; precisamente al rebasar la preocupación por su denominación, el libro se vuelve relevante. Prevalece una pulsión anterior –y primordial— en los textos. Al reiterar imágenes de podredumbre y enfatizar el deterioro, se quiere adjetivar las secuelas de una historia en que, luego de una lucha entre el bien y el mal, ganaron los de siempre: los sagaces en el abismo.

“La inteligencia se opone al amor”, “más allá del amor, estuvo el vacío”, “la muerte es el correlato de su inteligencia”, “La inteligencia se devora a sí misma”. 

¿Es decir, a sus hijos, como Saturno? Si es así, las generaciones devoradas y amputadas de la historia son los hijos de la dictadura, más larga por cierto que los años de Pinochet. En estas alegorías dantescas, en el sentido que dan cuenta del mal ominoso encarnado en el mundo, abundan órganos, cuerpos, úlceras, pedazos espurios, y al mismo tiempo ira, tedio, muerte; vale decir, los fragmentos de una lucha perdida que podríamos llamar con una palabra benevolente: “postdictadura”. 


3.- “La mano temblorosa extendida hacia la Nada. La plegaria sin respuesta”. Mysterium Tremendum

El tercer ámbito del duelo, es la muerte de dios. Tal vez todo el libro sea la constatación de esta defunción; la mirada dolorosa de su descomposición que abarca los aspectos anteriores. Para referirme a este dios “hecho pedazos” e invocado en su necesidad, es preciso quizás ofrecer algunas pistas. En una historia que puede remontarse a Hölderlin y la huida de lo sagrado, pasando por las rupturas de las imágenes que la modernidad había forjado en torno a una cierta comprensión del progreso y la racionalidad (instrumental o calculadora, como suele caracterizarse), siguiendo con las advertencias del nihilismo tanto en Dostoievsky como en Nietzsche, y, por cierto, con la crisis de la metafísica en el siglo veinte; esta muerte de dios ha tenido diversos rostros y máscaras.

En este panorama en que “La muerte de Dios es el juguete de la muerte del hombre”, “¿Qué morada he de construir para mi duelo?”, pregunta Lucy; cuestionamiento fundamental porque el carácter “nadificante” de lo humano —verbalización reiterada en el libro— estriba en una búsqueda por yacer, pertenecer, guarecerse en un espacio amable y, por supuesto, amoroso. Las imprecaciones ante el mundo, asimilado a la “antimorada” del demonio, hace de Lucy una escritora “arcaica”, en el sentido riguroso del término; esto es, una pensadora que desea encontrar una arjé (un principio fundamental), y desde allí surge la potencia de su escritura que desencadena el enfado y el horror metafísico.

De este libro podría llevarse a cabo una lectura apocalíptica, pero no a la manera usual como se entiende este término. Tal como resalta Jacob Taubes, los apocalípticos no son necesariamente supramundanos, es decir, despreocupados de lo que sucede en el mundo, sino que están en contra de él, de su tedio y banalidad, buscando una redención; palabra —esta última— que en Lucy puede sopesarse como la persecución de una comunión vital y espiritual. Los apocalípticos son generalmente los transformadores del orden vigente. No se conforman con lo que sucede, ni tampoco creen en el progreso en la medida de lo posible; prefieren una interpretación espesa de la historia que le rinda justicia. ¿No es esto, acaso, lo que asoma como apremio en las prosas y versos?

Sin embargo, ¿desde qué lugar perfilarse, sin dios y resquebrajados los goznes? “¿Dónde está la morada del Padre?”, interroga Lucy.  El desquicio. Los amputados. La mirada que ha visto la muerte. El tedio del devenir. El yo póstumo. Todas figuras alegóricas de una destrucción, pero que quizás puedan sintetizarse en esta última que aludimos: el yo póstumo. Compleja y extraña imagen. Intentaré explorar algo de su significado.

El yo póstumo es al mismo tiempo el abrazo de dios y el lugar de la derrota. Creo que en esta figura se concentra la potencia de lo inesperado, lo inadvertido, lo inenarrable que mencionamos al comienzo respecto de la música; aquello que se prolonga más allá del sujeto —vencido con la muerte de dios—y que permite pensar en una historia que, ante el caos, perdura en el extraño legado del duelo. Para explicarme mejor volveré al comienzo.

30 de octubre de 1994.


Fecha del primer texto. ¿Por qué estos ejercicios de concentración requieren ser datados? ¿De dónde proviene este afán de archivo? La fecha inscrita consiste, implícitamente, en una forma de pensar la historia, en una posta al futuro porque el duelo conjuga paradójica con el porvenir. “El hundimiento de la noche es el nudo que se parte desnudando el tiempo”, “Testigo es aquél que se queda a presenciar la muerte” y “La mano temblorosa extendida hacia la Nada. La plegaria sin respuesta”. Estas tres frases escogidas corresponden a imágenes de un duelo, en que el tiempo no nos da respuesta desde hoy. Sin ya confianza en el progreso, ni una garantía de la historia, solo queda esperar la fragilidad de una promesa: aquello impensado que se deposita en las palabras y le entrega su carácter póstumo.

La consistencia inusual de una imagen, una letra, una voz, que en una fecha recóndita vuelve a repetirse en nosotros, como testimonio de aquello imposible de domesticar, ¿esto es en definitiva el poema?, ¿de aquí viene su precaria potencia? ¿De la madre, del aliento, de la noche, de lo inadvertido?

“Todos los mundos del mundo se perderán –señala Lucy en ‘El Yo Póstumo I’, conversando inconscientemente con Violeta-, como las membranas flotantes de Dios a la deriva, entre retinas y pozos desprendidos.

Leer la espesura es amar”

Valdivia/Valparaíso, 24 de noviembre de 2016









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IGLIKA PEEVA - Иглика Пеева [19.881]

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IGLIKA PEEVA  - Иглика Пеева 

Nacida en Pyce (Bulgaria). Periodista, poeta y dramaturga.

18.09.1956г. Русе.
Журналист, поетеса, драматург.
„Съвременен американски театър”– 2013 г. проф. Дж. Стайн 
Основи на „Комедия дел~Арте”, проф. Серджо Костола- 2010г.
Международна театрална лаборатория „Леон Кац” – 2007г.
Институт по международен туризъм, гр. Варна, 1978г.

Автор на 12 книги ( поезия, фентъзи, нумерология) и 15 пиеси. Превеждана е на английски, френски, немски, сръбски, турски, унгарски и полски. Участие в Световна ангология на поезията „Михай Еминеску” – 2015г.; Антология на дунавските държави „Дунавски мечтания” – 2013г. Член на Славянска литературна и артистична академия. Председател на Дружеството на писатели – Русе. Създател на Театър-школа „АРТИСТИСИМО”.
                                             

 Иглика Пеева              Iglika Peeva


               

Рисувам музика насън 
и в дните ми трепти стаена
жар-птица цветно оперена
със глас като камбанен звън.
Рисувам музика насън
и във съня щастливо дишам,
и в дните си щастливо пиша
кончерто за камбанен звън.
Насън си мисля, че наяве
живота пъстър изживявам,
а през деня все тъй оставам
в главата със камбанен звън.

            

I portray music in my dream
And my days are a cherished shelter
Where a bird of dazzling feathers
Will raise her chime-like voice to sing.
I portray music in my dream
And in my sleep my breath is blithe.
My days are blithe for I can write
A chime concerto, bliss to bring.
My dream’s so bright that I believe
It’s real fascinating life,
While in my day I know: my mind
Reiterates the chime-like ting.


               


Ти беше с ризата на мрака,
но утрин  светеше в лицето.
И чух, кълна се, как шептяха
стаени допири в ръцете.
Аз много исках да забравя,
защото исках да запомня.
Един табун с лудешки тропот
препускаше в нощта огромна.
Ти носеше палитра пъстра -
видях цвета на цветовете
по мостче, опнато несръчно
между душата и сърцето.
Аз много исках да запомня,
защото исках да забравя.
В мистично-хипнотичен ритъм
тромпет флиртуваше с китара.

А после изсветля небето
и от строшената му чаша
кристалчетата на звездите
в живота прашен се изляха.


               


The robe of darkness was on you
Yet dawn was streaming from your eyes
And I can swear I heard subdued
The subtle tune of touching hands.
I was so willing to forget
Since I was willing to remember
The thunder raised by untamed horses
Far in the night so deep and tender.
You held a palette bright with paints - 
I could perceive the colour of colours
Stretched on a bridge of unskilled make
The gap from soul to heart to cover.
I was so willing to forget
Since I was willing to remember.
In enigmatic magic rhythms
A sax was luring a guitar.
The sky then started wearing out,
And, poured from its broken glass,
The dust of life simply devoured
The crystal pieces of  bright stars.





Циганино със фенер от диня,
не откривай моята пара.
Сто щурци ще пратя да ти свирят,
кон вземи от нашата черда,
на баща ми - деветте му щерки.
Моята пара ми остави!
Дявол мери друмищата черни,
броди дяволът с фенер красив.
Билето ми циганско обърка.
Как да скрия моята пара?
В ореол от залез дявол хвърка.
Сляп слепец гадае на ръка:
- На баща ти деветте му щерки -
осем ситни наниза синци
и една парÁ на тънка върва.
Дявол ще я скъса във зори.

       
        


You old gypsy, drop that jack’o’lantern,
Leave my coin concealed for strangers’ eyes.
Scores of crickets I will ask to charm you,
I will let you keep the horse I love;
You can have the nine girls of my father,
Just don’t touch my precious coin of gold!
There a devil tramps curved roads of blackness,
Roams the devil, lovely light he holds...
Scattered is my bunch of gypsy simples,
Where shall I hide my precious coin?
In a crown of sunset a devil lingers,
Sightless, reads a blind man on my hand:
“There has your father nine young daughters,
Eight strings of adorable fine beads
And a gold coin on a cord: at sunrise
A devil’ll rip it; that’s what comes to it.”


*



Искам да затропа
на дъжда жена му
с тънки, ситни токчета
по старите плочници,
та да лъснат старците
погледи желания,
а пък той ревнивецът
да се пука в локвите.
Бял от яд, несвестен
да се скрий зад ъгъла.
Там да я причака,
да я сграбчи яростно.
Изотзад  да впие
в кръста й сто пръста.
С гръм да я заплаши,
с вечната светкавица.
А на светлината
да изгрей тя тръпнеща.
Той да онемее
заслепен, омаян.
И от гръм сразени,
огън да задъхат.
И в нощта, 
през цялата,
да гасят пожара си.

               


Let me hear her high heels:
The wife of the rain,
Tapping brisk and cheerful
On the grey wet lane,
Brightening up the lusty
Glances of aged men,
Making him, the jealous one,
Burst in pools with rage.
Furious, off balance,
Hide behind the corner,
Waylaying to seize her,
Mad with love-borne anger.
Dig a hundred fingers
Into her abruptly,
Threaten her with thunder,
With the timeless lightning.
Let her beam in that light,
Thrilled with youth and passion,
Dazzle him, enchant him,
Blind him with her glamour.
Stricken with white thunder,
Let them breathe out fire
And the whole,
The whole night
Quench the flames of wild love.




Дъждът
изпепели
до корен
страстите
и като гръмотевица
се свлече.
Обсеби ни във своето всевластие,
превърна ни в безкрайности далечни,
оголи ни като антенни жици -
трептящи, преизпълнени със ток.  
 … А всъщност
беше начин за обичане,
предаден ни 
в един 
блестящ 
урок.

                 


The rain
Incinerated
Passions
To the root
And like
A shattering thunder
Slipped.
Obsessed by its
Immeasurable might
We turned into immensities most distant
Exposed like uncovered TV wires
Transmitting current of a hundred volts.....

And actually
It was kind of love
Just shown to us
By teachers close to God.


               


Ходя 
по зрялата
сламка
на лятото,
стискайки в зъби
зимна висулка.
Някога,
много отдавна
и в бъдеще,
зная,
ще ходя
от зима прегърбена
и ще почуквам
с подпора тояжка -
моята златна сламка от лятото.
А покрай мен
ще свистят мисли кратки:
- Старо  момиче
с весела патерица.

                     


Walking
Along the ripe
Thin straw
Of my summer,
I clutch in my teeth
Winter icicles.
In due time
Far back in the past
And hereafter,
I gather,
I’ll flounder,
With bitter winter bent down,
Giving dull taps
With the stick that I lean on -
My golden thin precious straw from the summer.
Pointing at me,
Mocking thoughts will fly whizzing:
“An old little girl
With a crutch wrapped in laughter”.


*


Една цигулка окачи луната -
луна несретна за души несретни.
И стоплени от бледото й злато,
два силуета вплетоха пътеки.
Отнякъде ги следваше тангото
със ритуалния си древен ритъм,
извайвайки за тях единствен остров,
където времената се пресичаха,
където сенките на минали животи
люлееха в хамаците си ласката,
която двамата едва-едва докосваха,
препълнени от плътното й щастие.
Морето на града с изнервен плисък
щурмуваше ги с клаксони и крясъци,
стоварвайки по лунната обител
моторен рев и писък на спирачки.
Но те недосегаеми потръпваха,
пленени от мига си на безвремие…

А после цигуларят просто смъкна
с лъка луната. И отпуши времето.


                


A violin drew in the sky the moon:
A forlorn moon for souls forlorn.
Warmed by its meagre golden glow,
Two shadows merged their paths in one.
The distant mystic sound of ancient tango
Was covering their steps with ritual beats
To sculpture their very own island
Where past old times and future moments meet,
Where memories of previous gone lives
Are cradling tenderness on their lap;
And overwhelmed by happiness and love,
They had no notion of the world without it.
The frenzied splash of hectic city sea
Was rushing at them with its horns and row
Discharging over the moonlit abode
The roar of engines, thundering and shrill.
Beyond that reach, they would only shiver
Seized by their moment fully void of time,

Until the violin-player just removed
The moon, using his bow: gave vent to time.


*


Господи,
как ли живеят тия,
дето орисал си
със орисия
обезболени
в света да ходят,
без да усещат
до кокал ножа?
Не проумявам
как оцеляват -
цял живот вземат,
нищо не дават.

               


Jesus, 
I wonder how can
People whom you have doomed
With the doom
To be senseless to pain
Live in this world,
Not feeling 
The knife
Touch the bone?
I cannot believe 
They survive:
Taking everything all their lives,
Giving nothing.




Какво ще сложим на масата?
Куп бягащи погледи,
два-три сълзливи
и едно извинение,
добър вечер ненужно
и ненужно обичам те,
и безкрайно ненужно
среднощно звънене.
Ще спестим от показване
акварелните думи,
побледнелите утрини,
оглушалото чакане,
закъснелите вечери
и дъха на безумие,
изхабеното вярвам ти
плюс мечтата за лятото.
Твойта сянка ще стисне
неми устни на стола ти,
мойта, ъглесто-нервна, ще потрепери,
а панелът ще зъзне безкрайно сиротно,
отразен в двете чаши  недопито доверие.

               



What 
Shall we lay on the table?
A couple of wayward glances,
Some of them full of tears,
And a clumsy excuse,
An indifferent “Good evening”
And “I love you” of kindness,
An immensely depressing
Midnight call of no use.
We will skip the display
Of the speech of faint colour,
Of the pale cloudy mornings,
Of the wait deaf to sounds,
Of the lonely late evenings
And the breath of lunatics,
Of the worn-out “Trust me”
Plus the dream for the summer.
Your hostile silent  shadow
Will not move from the chair,
Mine - all jagged and nervous - will burst with emotions
And the thin wall, forsaken, will tremble with cold
In the world of two glasses
Of unfinished devotion.


*


Може би
в някой следващ живот,
както във някой минал,
нашият двойно проходил миг
ще бъде реализиран.
Може би
точно тогава,
а не сега,
в полунощ
или по пладне
моята странно дошла тъга
на рамото ти ще падне.
Ти ще си много друг,
не такъв,
по-сигурен
и по-ярък.
Аз ще витая като насън
и ще те чувствам подарък.
Няма да има “ако” и “защо”,
няма да има критици,
само съдбата и твойте ръце,
страстно шептящи в косите ми…
Някога, сигурно, ала не днес,
въпреки че се срещнахме.

По разминаване
пиша ни шест.
И мерси
за усещането!

               



Probably
In some future life,
Like in some former one,
Our moment of twice-made first steps
Will have a real start.
I believe It will be then, 
Not just right now,
Either at noon 
Or at midnight:
My mystical, queer, irrational woe  
Will end on your shoulder its flight.
You will be different,
Not the same,
More confident
And more beaming.
In my bliss I’ll be close to heaven
And will think you’re a gift, very pleasing.
We will have neither “if..” nor “Why is that....”,
We will give no food to critics,
Only our destiny will be around,
And your hands, and passion, and whispers.
Some day, no doubt, yet not today,
Although we seem to have met.

We’ve passed each other 
in a brilliant way;
And thanks for the feeling,
It’s great!


*



Хайде стига!
Достатъчно се поглезихме.
Достатъчно
си сверявахме душите.
Аз всеки случай
нямам амнезия,
въпреки че не ритам,
макар че око за око не вадя,
а вие ми боднахте двете -
и го правя не от синдром “ослепяване”,
а от духовна етика.
Впрочем, простете
за последния израз
и сбогом,
освободете вратата!
Знам, че е точно
насред действие,
че никак не е по автор,
само че аз си сменям пиесата -
в тази, уви, съм грешка.

Вие обаче
добре изглеждате -
играйте, не му мислете!

                



I’ll have no more of that!
We’ve indulged ourselves just enough.
Just enough
We’ve been matching the makes of our souls.
Anyway,
I can still recollect everything
Yet you’ll never provoke me throw stones,
And I’ll never gouge my foes’ eyes for my eyes
Though you’ve managed to screw out mine:
It’s not that I suffer from “loss of sight”,
It is simply my moral design.
Please excuse me
For mentioning that to you
And farewell,
Let me leave through the gate!
Yes, I know
That I break the act
And it’s not what we have in the play
Yet I’m getting a role in another one
Since in this I have been a mistake.

I can see that
You seem pretty relevant:
Play then, don’t break your game!


*


Ден за поезия,
Вятър
като съдба свиреп.
Обърната е земята
с корените напред.
Необуздани пориви
търсят в небето покой.
Бомбардировка от спомени.
Сова просвирва отбой.
Ден за поезия.
В бурята
проси душата мир.

С неподходяща ирония
прелита духът на Крал Лир.

                



A good day for poetry.
Strong wind
Like the shrewd point of fate.
Roots curved and all turned outwards
Give the ground an awkward new place.
Untamed outbursts of wild passion
Searching the sky for relief.
A raid of memories, dashing.
A barn owl sounds retreat.
A good day for poetry.
In the tempest
The soul bends, begging for peace.

Mocking, completely irrelevant
Emerges the ghost of King Leer.





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