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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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DANIEL ULLOA [18.844]

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Daniel Ulloa

Matagalpa, 1973. Poeta nicaragüense que vive en Alemania. Ha ofrecido recitales en distintas ciudades de Europa y para universidades como la Freie Universität de Berlin, la Bergische Universität de Wuppertal y los centros del Instituto Cervantes de Frankfurt y Berlín. En Colonia es miembro activo de la Tertulia Literaria la Ambulante. En Nicaragua fundó el grupo literario Tarantela y la revista que lleva el mismo nombre, ha sido publicado en la revista literaria nicaragüense el Hilo Azul, así como también en la memoria poética Poetas pequeños dioses (Leteo 2006), en la antología Cruce de Poesía Nicaragua - El Salvador (400 Elefantes 2006) y en Poesía: invocada Antología de poesía joven nicaragüense, (Hispamerica: Latin American Studies Center -University of Maryland- USA 2008). Ha publicado en los suplementos literarios de los periódicos más importantes de su país. Ulloa cuenta con los poemarios La música nos mece e Inpúribus.


El marinero

El marinero se hace a la mar
como el amante se hace al cuerpo,
de tu cuerpo que se hace mar
yo me hago su más hábil
y enamorado
marinero.


No sé Borges

No sé Borges,
no sé cuánto pesa el universo,
mi rostro es un alma sin espejos
y mi tiempo un relámpago
en la boca de la noche.

Cifro mis palabras y las pongo
como flores de papel en un jarrón,
sin temer a los harapos que cubren mi conciencia,
amando el temor de quienes promueven mi temor,
amando a quienes roen la raigambre
en los labios de una hormiga,
y advierten al último
astronauta que se vio reflejado
en las pupilas de esa constructora de imposibles.

No sé cuánto pesa el universo
ni el resumen de mis huesos
en este salto mortal y breve.

Vibra la noche
y descansaré cuando ya no pueda preguntar,
cuando el sol olvide traer sus crepúsculos
apagándose a la medida de mis nostalgias,
cuando ya no pueda ir de la mano
de aquella hormiga que me dijo:
El cielo está encerrado
en una bolsa de golosinas.

No sé Borges,
no sé cuánto pesa la mujer que juró amarme,
desconozco la verdad
que en su oleaje se desvanece,
desconozco los misterios de cada guijarro,
de cada estrella,
que ella recogió de mi mar.


Requiem para un pájaro azul

Cierto día Neruda
apareció con un gorrión entre los dientes.
Aurelia se puso como loca.
Así que intervine,
entre la humanidad
bien intencionada de mi mujer
y el instinto indomable
del felino macabro.
Se escuchaban alaridos, gruñidos y escobazos,
que al final terminé recibiendo
también yo.

—!Si sos poeta, defendé al pájaro!— dijo Aurelia,
como último recurso.
—!Andá y buscá a Garcín en otro lado
y dejá al animal en paz!— dije,
la palabra “paz”
fue un martillazo,
fin de la discusión:

La noche es la patria de los gatos,
el silencio
y la soledad
son sus mejores estrategias.

La exactitud
de su poesía
se agudiza
en el filo de sus garras
y en la frialdad de sus pupilas.

Millones de años
refinaron a este felino
en el calculado arte de cazar,
su vida y su belleza
está diametralmente en concordancia
a las muertes que,
en un acto de acrobacia letal,
ocasiona como un crimen perfecto.

El gato continuó gruñendo,
agazapado con su presa entre los colmillos,
de la cual devoró sólo la cabeza
y dejó el resto
del cuerpecito emplumado,
como una ofrenda,
para disputar
entre Aurelia y yo.



Ars poética

Había una vez
una metáfora extraordinaria,
que se deprimió mucho
al enterarse
de que no la entendía nadie.

Así que decidió visitar al psicoanalista,
quien a su vez le explicó
que su padre había abusado de ella,
cosa que la deprimió aún más.

Con mucho esfuerzo,
la insólita metáfora realizó terapias de grupo,
se alejó de los cafés,
de los círculos intelectuales de la ciudad
y consiguió, con ayuda del tiempo,
rehacer su vida;
sin embargo su padre continuó delinquiendo,
hasta que fue descubierto
por un par de críticos literarios muy influyentes
y se suicidó.

Selección de poemas de Daniel Ulloa enviada a Aurora Boreal® por Daniel Ulloa.





De su poemario, Desde el espinazo de la noche, seleccionado por el Centro Nicaragüense de Escritores.



Prestidigitador

Los poetas hacen malabares
con palabras que lanzan al aire,
algunas caen por su propio peso,
otras salen volando de par en par
y hacen nido en la imaginación
de quien las lee.
Las que caen
se atontan por el golpe en tierra,
el poeta las recoge,
se las acerca al oído,
las agita un poco,
las limpia con las yemas de los dedos
y se las guarda de nuevo
con los demás juguetes,
las que se fueron
no vuelven más
y esas que se guarda
agujerean sus bolsillos
y le hacen perder
su escaso dinero
por la calle.



Un eterno resplandor en medio 
de tanta oscuridad

En la eterna existencia
de lo que nunca ha sucedido,
allí me espera
un amor gigante.
Anoto estos versos en una servilleta,
despreocupado la doblo
y la guardo entre otros papeles
en mi billetera,
no sin antes haber pagado mi taza de café.



Calabacitas tiernas

I

Mi madre,
ajena a la política social mayoritaria,
con aire de músico sombrío,
sin héroes contemporáneos,
enguirnaldada con logros inútiles,
estremecida por la agonía del porvenir,
se hunde en el lodo.
De ella
conservo una fotografía en sepia,
donde me carga en brazos
y parecemos solos,
está engrapada a un pasaporte viejo y amarillo,
que utilizamos para cruzar la frontera,
para que mi padre supiera de mí
y nos dejara
más solos que antes.
Triste cabecita en aprietos,
frágil como su madre fue incauta.
Mi madre perdió la razón
en una escuela,
enseñando a otros niños
a vivir.
No guardo ninguna expectación,
la quiero a pesar de toda su injusticia,
que es la misma hierba extendida
en la confusión tropical
de este país
sin faro
ni lámparas.


II

del siglo pasado,
en este país del que soy natural,
los jóvenes
soltaron un puñado de pájaros,
pero olvidaron
soltar con ellos
también sus sombras,
ahora resulta que hay un montón
de sombras sin pájaros,
revoloteando en los edificios públicos
y en las cúpulas de las catedrales,
hacen nidos
en las escuelas
y en los burdeles,
en los hospitales
y en los mataderos,
en la quimera capitalista
de partir la patria en
dos.
Amedrentan a los transeúntes
en la oscurana de la noche,
en los parques, avenidas, callejuelas
y en los 19 de julio de todos los años,
de estos años arduos y hostiles
que nos tocan.



El principio del fin

La lluvia
con su letanía de rostros
cae.
Una gota no se parece a otra —decía el abuelo—
solo la multitud opina lo contrario.
Mientras tomaba su guitarra
y entonaba canciones
que versaban sobre tormentas
naufragios
y
llanto.



Tus manos

Tus manos atesoran los colores
del idioma con que más deseo hablarte.
La mañana es apropiada
para encerrar entre tus manos
mis temores,
para hallarlas
como dos claras respuestas
ante el fragor inoportuno de la gente,
para no separarme de este incendio
que corre entre mis manos,
con la infancia de encontrar las tuyas
de nuevo en cada flor.





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MARINA TESTA PEDERSEN [18.845]

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MARINA TESTA PEDERSEN

Marina Testa Pedersen (Argentina, 1947). Escribe poesía en español y danés mezclando diferentes formas de expresión en el lenguaje. Ha escrito artículos para periódicos y revistas. Es co-autora del libro En fandens bestilling - kan vi slippe for det ubevidste, (2006, Frydenlund), con el capítulo  "Det fremmede" (Lo extranjero) " que proporciona un ángulo poco convencional de la integración y la experiencia de pérdida. También es psicoanalista y forma parte del grupo "Ágora de Freud" de Copenhague, Dinamarca. Ofrece conferencias sobre psicoanálisis y las cuestiones culturales, psicológicas y sociales desde una perspectiva psicoanalítica. En el 2006 realizó una interpretación libre de un cuento de hadas de Hans Christian Andersen para la película Der er forskel (Kram Film). Además de lectura de poemas en un evento organizado por D.F.H. con motivo del centenario de H.C.A. Los poemas, aquí publicados, salvo el último, son una selección de la muestra itineraria Ritmo, Espacio y Dirección realizada conjuntamente con las pintoras argentinas Clementina Looms y Ester Lopez (Argentina - Dinamarca).


Aquí falta el aire

Me ahogo
mangler luft
mangler plads
para moverse
mangler
entradas
salidas

                                                    Me ahogo
                                                    aquí falta el aire
                                                    no hay lugar
                                                    para moverse
                                                    faltan
                                                    entradas
                                                    salidas

Jeg kvæles
mangler luft
mangler plads
bevægelses rum
indgange
udgange



El Otro

Den anden
me molesta
me irrita
me anula
skygger for mig
jeg kan ikke holde
el otro
ud
mejor lo expulso

Problemet er                                                 Den anden
que siempre                                                  forstyrrer mig
findes en anden                                            irriterer mig
på det næste                                                 tilintetgør mig
gadehjørne                                                    Jeg kan ikke holde den ud
                                                                         Jeg smider den på porten
                                                                         Jeg udviser den

El otro                                                              Problemet er
me molesta                                                     at
me irrita                                                           rundt om hjørnet
me anula                                                         dukker endnu
me hace sombra                                            en anden op.
No lo aguanto
mejor lo expulso

El problema
es que siempre
en alguna esquina
aparecerá algún otro



La lengua maternal

La lengua materna es una
prostituta
som sælger hvad hun ikke
har
la lengua materna nos ata
til en måde at tænke og tale
La lengua materna
nos da variaciones del
mismo tema
La lengua materna
es la condición
for eksistensen
si nos quitan la lengua
materna
farer vi vild
porque es aquí
hvor moderen mistes

La lengua materna es una                             Modersmålet er en luder
prostituta                                                          som sælger hvad hun ikke
que vende lo que no tiene                              har
La lengua materna nos ata                            Modersmålet binder os
a una manera                                                   til en måde at tænke og tale
de decir y de pensar                                       på
nos da variaciones del                                   Det giver os variationer
mismo tema                                                     over det samme tema
                                                                            Modersmålet
La lengua materna                                          er betingelsen for
es la condición para existir                            eksistensen
y si nos quitan la lengua
materna                                                              Hvis vi frarøves
nos perdemos                                                   modersmålet
porque aquí                                                       mister vi retning
es donde la madre se                                       For det er i modersmålet
pierde                                                                  at moderen skal mistes





På den gamle
læsesal
(CPH JAZZ på Det Kgl. Bibliotek 9/7-°©‐12
med Solborg, Anker, Halle & Filipsen)


Este es un espacio casi
helligt
Espacio de lectura
De fordybelse
Espacio iluminado de
verde
Las pantallas parecen
Gorritas de duendes
traviesos
que guiñan el ojo al lector
tonerne på spadseretur

Este es un espacio casi
sagrado                                                    Dette rum
espacio de lectura                                  er et helligt rum
que profundiza                                       et rum for læsning
espacio iluminado de                            for fordybelse
verde                                                        rummet lyses op
las pantallitas parecen                         i grønt
gorritas de duendes                              små skærme som ligner
traviesos                                                  frække nisser blinker
que guiñan el ojo al lector                   til læseren
los sonidos se pasean                           tonerne på spadseretur



En el tren

Sentada en el tren
la pequeña mujer
måske fra Pakistan
un chal sobre la cabeza
deja entreveer
el pelo negro
hånden for munden
hvilken historie
kunne du fortælle
sonrisa humillada
knuste drømme
En Dinamarca                                 

En el tren                                           Siddende i toget
la pequeña mujer                             en lille kvinde
tal vez Pakistana                              måske fra Pakistan
un chal sobre la cabeza                  et løst tørklæde over hovedet
deja entrever                                    giver os lov til at se
el negro pelo                                     det sorte hår
la mano sobre la boca                    hånden for munden
que historia                                      hvilken historie
nos podrías contar                         kunne du fortælle 
sonrisa humillada                           ydmygt smil
sueños rotos                                     brudte drømme
en Dinamarca                                 i Danmark
                                                             
Rubia que te quiero rubia              
hvid hud
solo mía
hvid uden pletter
ni una mancha en el
inmaculado
verden
indelukket
en una caja de marfil
som hverken kan lukkes
ni abrirse
                                                                  
Rubia que te quiero rubia                    Lyst hår begærer jeg
solo blanca                                              hvid hud
solo mia                                                   kun min
ni una mancha en el blanco                hvid uden pletter
de este mundo encerrado                    i en verden
en una caja de marfil                           indelukket
sin salida                                                 i en låst
                                                                  elfenbens æske

Verde                                                           Grøn
fulgurante verde                                       lysende grøn
baja del tren                                               stiger af toget
el pañuelo forma un nudo                      tørklædet former en knude
en la nuca                                                   i nakken

el contorno apretado de los muslos     stramme bukseben
calzados en botas negras                        i sorte støvler
invitando                                                   inviterer
hun går på perronen                               går på perronen
taler i mobilen                                          taler i mobilen
verde musulmán                                     forførende grøn
joven musulmana                                  ung muslimsk kvinde
en Dinamarca                                          i Danmark

el contorno apretado
de los muslos
calzados en botas
negras
invitando
camina por el anden
habla por teléfono
verde seductor                                        
joven musulmana                                  
en Dinamarca                                       
                                                                                                            
Dos desconocidos
hun
rasgos obscuros
rammet ind i et brunt
tørklæde
tán marrón como su piel
él
bleg, lyshåret
todo de negro
korrekt klædt
con sandalias incorrectas
sorte
aislado del mundo
og det fremmede

ella
beskyttet
por el silencio
correcto

Dos desconocidos                                     To fremmede
Ella                                                               hun
rasgos obscuros                                         mørke ansigts træk
en un marco de pañuelo                          rammet ind i et brunt
tan marrón como su piel.                        tørklæde
                                                                      ligeså mørk som huden
Él palido, rubio                                          han
todo de negro                                             bleg, lyshåret
correcto                                                       helt i sort
con sandalias incorrectas                        korrekt klædt
negras                                                          med ukorrekte sorte
aislado del mundo                                     sandaler
de lo extranjero                                          han
                                                                       afsondret fra verden
ella                                                                 og det fremmede
protegida por el silencio
correcto.                                                       hun
                                                                       beskyttet
                                                                       af den korrekte
                                                                       tavshed




Lille Danmark

Lille Danmark
er bange
tænk hvis vi
skal dele med de andre.

Tænk hvis det koster os noget
At fattigdom bliver mindre
Og at vi skal undvære
Lidt af vores luksus.
For at give andre
En smule glæde.

Lille Danmark
Der forskanser sig
Bag nye love og regler
Og prøver at bilde os ind
At det er nødvendigt.

For en flygtning
Er en beskeden bolig
Meget bedre end ingenting.
Vi tilbyder hvad vi kan
Og vi gør fælles sag
Når det er nødvendigt.



Pequeña Dinamarca

pequeña Dinamarca
tiene miedo
¡Que barbaridad!
si tenemos que compartir con otros.
¡Que te cuesta!
Y aunque te cueste
para que la pobreza
no sea tanta
les daremos
un poquito
de nuestro lujo
y esparciremos
un poquito de alegría

Pequeña Dinamarca
que se esconde detrás de un muro
de nuevas leyes
Y nos quiere hacer creer
que son imprescindibles.
Para un refugiado
es un humilde hogar
mejor que nada.
Ofrecemos
lo que podemos
Y hacemos causa común
cuando
es necesario


Selección de poemas para Aurora Boreal® por Marina Testa. 






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FRANCISCO MANUEL CIENFUEGOS [18.846]

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FRANCISCO MANUEL CIENFUEGOS

Francisco Manuel Cienfuegos. Fecha y lugar de nacimiento: 14.05.1963, Isla Cristina (Huelva). Doctor en Ciencias de la Educación, profesor de pedagogía y psicología en Francfort (Alemania). Miembro del grupo literario “Poesía y prosa española en la emigración” (1982-1986), fomentado por el Estado español. Redacción y realización de una obra de teatro en homenaje a León Felipe (financiada por la Casa de España en Francfort). Numerosos recitales de poesías en diversas ciudades alemanas (Munich, Hannover, Bonn, Francfort) y exposiciones (poemas y fotografías). Publicaciones tanto en revistas como en foros españoles y alemanes.

Ha publicado Interdisziplinäre Kooperation und schulische Integration in Spanien (Cooperación Interdisciplinar e Integración Escolar en España), Peter Lang Verlag, 1999 y Viaje al fin del recuerdo (prosa lírica y poesía), Editorial Carena, 2015.


WENN DAS WORT BRENNT  (Cuando arde la palabra)

arde la palabra
en el seno
del silencio explotado
cuando se calma
la sed de ansiar
en un grito
nítido de rocíos
que brotan
bajo mis uñas
y se inundan
en la ceniza
que la penúltima batalla
en mi cabello sembró 



UNA PLAYA BUSCA LA TARDE

Cuando la vida
rompe orillas
                   estalla

en lo más profundo del amanecer
la luna vagabunda

Y más allá
de lo más profundo
se derrama
mi piel

sobre la             transparencia

que nace  y muere
entre los labios del silencio presente

Cuando el camino
es sendero sin cesar
quieta corriente
y anhelo sin pensar

Cuando la esperanza
desenterrada
cada dia
se va escurriendo
y se agota en la imagen
de unos  zapatos viejos
   rompe la ola
   y estalla
                 fundiéndose
en el íntimo
universo
de un instante

que muere y nace
en un cangrejo
sumergiéndose

En la arena



MIRANDO MAR  (en Huelva, sanguínea)

Furtivos céfiros
Se comprometen
A ilusionar
El versículo fútilmente
Conspirado de la calina
Cérea y viable

Mientras la conseja
Fúlgida de la Cresa
Y el celaje
Vertebrado
Coinciden con
La marea de
Sal y mimbre

Mirando puerto
La barca cerúlea
Y estricta
Es cálamo
Es copla
Fábula cerril
De mares

Pero después
De mirar puerto
El ensalmo épico
Del oleaje
Convierte al levante
En marinero
Y agua febril
Cual
Ni es cizaña
Ni olvido
Que es cadencia
Y caz sonante
De seda
Y cidro
Ese puerto isleño
Que agarra
Regresos umbríos
Y trémulos vientos




TUS MANOS

Lecho
Y paz
La  piel
De tus manos
                 Suave latido
                 Preñado de caricias

Mi patria fundo
En tus manos
Y en ellas pinto
Con un torrente            
          De besos
   Mi bandera

y en cada poro
resucitan senderos
que me llevan
al centro del universo

Y Mis manos
Anidándose
Entre tus dedos
                       Íntimo refugio
                       De sal y miel

Ahora mis manos
Gritan soledad
                       Huérfanas

Ahogándose en ciego silencio
Le cantan ahora
A la incertidumbre
Que ha dejado la huella de tu gesto

Añoranza
          Salpicando
                       Recuerdos

Y mi corazón
En la palma
De tu mano
Enraizado



ISLA CRISTINA: RAÍCES VOLADORAS

Coloreando
Un pensamiento

Saboreando tu nombre
de agua y cielo

Así pronuncio tu piel
de cálida brisa
con mi aliento

Me pierdo
me deshago
desbaratando recuerdos
ocultos
en una palabra
sembrada
en tu pecho ardiendo
de arena reluciente

En tus labios de sal
resucito
mordiendo tu sudor
de aroma a flores

En mis ojos
resplandecen temblores
quemándose en tu boca
de ola naciente

des
cubrién   dome
des     ent     errándome
en tí

Nace la luz en tu
mirada
engendrada en el aire
de mañana reciente

Siempre ahora

Me fundo y confundo
con la sombra de un pino
derritiéndose
en un beso de luz
                           bajo
                                                          un sol atlántico
                                                          que le canta 
                                                          al horizonte
                                                          ardiente
                       una infinita
                       acuarela
                       de fandango y saetas

callando penumbras

Siempreahora
sihoraemprea
emprehorasia
rumbo a casa



REMOJÁNDOME
(boceto sobre un regreso)

Rozo la temblura

Sepo a grito

Y se me va
se me va

El verso
que nunca
que nunca brotó
ni siquiera entre reposo
y secreta herida.

Hallazgo repentino
de gotas insoleadas,
cristalinas

Ahora quiebro el pensamiento
sonoro, distante

Y se me va
se me va
el silencio que nunca
mordió
lo invisible

Y no escarmiento

Continúo empapándome
chorreando

La lluvia me quema

Ni soy humo
ni soy charco

Un peregrino fugaz
entre orillas
desbaratando arena



DE VEZ EN CUANDO
(viaje en tren, entre fronteras)

De vez en cuando
Pero como de inmediato
El vello del cuerpo escrito
Entristece de madrugada
En madrugada

                                                  Y si los números
                                                  Interrogantes
                                                  De las aguas
                                                  Y azúles indescifrables
                                                  Sujetan el cenicero
                                                  De lento humo ondulado
                                                  En la supervivencia fracasada
                                                  De varios cigarros estripados
                                                  Y sujetan
                                                  El vaso marino
                                                  De media alma inclinada,

                         Y si
                         Así
                         De pronto

                         El gesto penetra
                         Con ruta de charco seco
                         Y estrella consumida

                         En algún instante
                         Subsistente de una
                         Mesa recién puesta

¿Qué es entonces
un paso hacia delante

                                              o simplemente sentarse?



UNFERTIG (Incompleto)

Amaneciendo
Cien fuegos
Arde la palabra
Y sigue ardiendo

Tiernamente quiero
Y destruyo

Tiernamente deshago
Y creo             
                                 Si busco
                                 Me pierdo
                                 Y me reencuentro

                                Dibujando un oído
                                En la tempestad
                                Descubro el sonido
                                De yerba sonámbula

Como verbo naciendo
Eternamente


Y aún no cesa de acabar




Viaje al fin del recuerdo, Editorial Carena, 2015.


CÚSPIDES (Alfa y Omega)

Aceras de abril y yerba
Acurrucadas, Descubiertas
Al sol entre llamas de hiedra
Arrinconan una espera

Algún niño juega al calor
De estrellas de papel y leña
Inventando una nube en flor
Repleta de nidos de cigüeña

Una puerta entreabierta
Y una terraza extendida
Bajo cielo de tez hambrienta
Y misterio de luz rendida

Un almendro de temblor rancio
Sumergiéndose en el astro
Confuso de hogar y barrio
En fechas del trigo alto

Dibujándose cúspides de mar
Creciente, poniente, ahogando
Nieve cenicienta al pintar
Contra levante un beso blanco

Ramas dentro de viento veloz
Cuyas corrientes ignoran
La paciencia del hielo feroz
Que desnuda la piel ahora

De inmediato la pupila
Es galaxia, azul retornado
Incendio de lluvia y risa
Al ver marisma de rio saciado

Y se besan las lagartas

Cuando llegan las tardes
De las postales y las cartas

Onduladas, eternamente locas que
Omitidas en un puño de olvido relatan
Ocal de abril, aceras
O un viaje
O una espera



AGRIDULCE

En esta despedida
Ni me voy
Ni te vas

Permaneceremos
En el silencio
De un adiós
              De sombra alargada
Hasta que mi cielo
              Se tiña de luna callada
Anhelando auroras

Ahora
              El instante
No es nada
                            Nadanoes y Des Aparece
              Y se confunde
Con la eternidad

              Y yo
Me pierdo en ella
Para encontrarte quizás
              Para encontrarte acaso
Entre palabras
Que aún resplandecen

No sé si volveré
Porque ni
Siquiera sé
Si podría partir
Algún día
                           Pero
Es que si regreso
Jamás te supe amar
Y si me quedo
Seguir cómo amarte
No sabría

No me queda nada más
Que balancear
Equilibrando la duda

Preciso momento convertido
En mar inmenso
De lo que pudo ser
Y ahora es olvido
Tejiendo amargura

Soñándote
En el beso único
Que estalla
Quebrándose la noche

Acariciándote
En una palabra
Hecha ola
Cantando tu nombre



AZUL CANDENTE

La infinidad persiste
En el segundo:

Corren sangres
Una vez
Sobre terciopelo
De brillo pardo
Y deslizándose
En el regreso
De golondrinas
             En vuelo

Otra vez
Elevándose
Como serpientes
Bailando, flotando
Al ritmo
Del rotundo tacto
             Del tiempo

Que se rompe
A las espaldas
Del agua incinerada

En un torrente
             De estelas amaranto

Candente
                           Ausente
                           De azul alma azul
                           En la ventana
De par en par
Abierta



OTRA PATRIA

Sugiere calma
el retorno diario
de un incendio
entre los residuos
de un reflejo
digerido por
murmullos burbujeantes
que nunca adquieren
ni forma ni cuerpo

Sugiere calma espantosa
el corazón desterrado
clamando una patria
donde
las raíces se preñan
de horizonte sin escudo
y el himno sin bandera
es el canto rizado
             de olas en un mar de lenguas
             estremeciéndose
             en una sola conchena

El hogar del alma
es un sueño sin patria
             amapolado
             mariposeante
tendido
soleado
en la hierba
             caracoleándose incrédulo
             en mi crepúscula esperanza
             sin signos de guerra




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MARINA IZQUIERDO [18.847]

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MARINA IZQUIERDO

(Valencia, España)
Licenciada en Filología y en Ciencias de la Información, estudió literatura en la Queen Mary University of London. Periodista cultural con una extensa trayectoria, ha sido profesora de lengua y literatura en la Universidad de Columbia, Manhattanville, Instituto Cervantes, Queen Sophia Institute (Nueva York) y en la Universidad de Malta (Literatura y mujer). Finalista del III Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador con el poemario “La mitad silenciada”, obtuvo el XVIII Premio de Poesía Voces Nuevas. Cuenta con poemas y relatos en diversas antologías y fue finalista del XVII Premio Ana María Matute de Narrativa de Mujeres y del XIII Certamen de Narrativa Breve de Igualdad del Ayuntamiento de Valencia. Es socia fundadora y miembro de la junta directiva de la Plataforma de Mujeres Escritoras del Mediterráneo.


IMAGINARNOS FUE SUFICIENTE

Tejes los días
que bordo cada noche
en el banco de una estación
que soñé para nosotros.
Sin agujas ni raíles.
Sin partida ni destino.
En el traqueteo de los años
que nos robaron.

¿Te acuerdas de cómo
nos añorábamos
sin sabernos?

Imaginarnos fue suficiente
para regresarnos hacia
donde nunca pertenecimos.


EL ALIENTO DE UN PENSAMIENTO

Cada día muero un poco.
Cada noche vivo un rato.
Tanto muero como vivo,
vivo tanto como muero.

Porque se es inmortal hasta que la muerte
te lame la nuca en escalofrío
para recordarte, que tus días
tienen sus noches hilvanadas.

Porque se es mortal hasta que la vida
te sopla en una primavera perenne
que no hay otoño ni invierno ni verano.
Tan solo el aliento de un pensamiento.


TODAS LAS MADRES

Me dueles adentro
en el futuro de un tropiezo
mientras las sombras
agachan su voz.
Una mujer me cede su asiento.
Podría ser mi madre, tu madre.
Todas las madres.


ES TU AUSENCIA

A ti, papá, que te fuiste y me volví verso

La Ausencia es alargada, incorpórea y sigilosa.
No pregunta, siempre en vela, pegada cual segunda piel.
Del alba al ocaso, casi impertinente mientras duermes.
Vigilando qué respiras hasta clavarse en el suelo
como el niño que fue entre aristas adoquinadas.

La Ausencia gris, de barro, marmórea.
Negra y malva, de madera.
Atemporal, sincronizada.
Tejida de gestos, palabras y momentos que tintinean,
cual campanilla en el oído de lo cotidiano, ahora ya recuerdo.

De un amor que duele.
De un dolor que ama.
De un Duelo que cercena sin piedad sus últimos alientos.
Que acoraza su Vida de gris, de barro, marmórea,
De negro y malva. De la madera muerta.

Aunque esconda una Alborada que quizá,
dicen que Sí,
nos devuelva el color de todos sus días,
las gafas caídas sobre la sonrisa de media luna,
el placebo de los nietos,
la radio de domingo alegre en la mesita,
la tertulia de vino, café, querencias y hasta ausencias
ya dulces, moscatel de otras viñas ya dolidas.

La Ausencia es alargada, incorpórea y sigilosa.
Gris, de barro, marmórea, negra y malva, de madera.
De un amor que duele.
De un dolor que ama.
De un Duelo que cercena y acoraza la Vida.
De vino agrio. De café quemado.
¿De Alborada? Dicen que Sí.
Quizá en otra añada.

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Donde se cosen los silencios

Desnuda
Sin oros ni platas
Con los azabaches prendidos en el cuarzo rosado.

Herida
Gotero de esperanza
En el pasillo verde donde se cosen los silencios.

Incierta
En el abrazo que apaga la luz
Sin querer saber aún a qué sabe el último sueño.

Sola
Tan llena y tan sola
En la carrera de imágenes de esa que es mi vida
Mientras afuera, esperan, sobre la baldosa incierta
los relojes de Dalí.
Y las abejas se detienen en la miel donde se hilvana
   la esperanza.


Soy Mujer

Soy mujer y me distraigo,
me distraes, nos distraemos.
Tu comida, su examen,
nuestro huerto.

Soy mujer y me pierdo.
Me pierdes, nos perdemos.
Tus luchas, sus guerras.
La revolución que finges
            hacer
                        también
                                   mía.

Soy mujer y me despierto.
Atrás, el sueño
            atávico
                        de tus milenios.

Ni banderas ni logos.
                        Ya no me atraparás en el fogón de las trincheras.
Ni consignas ni promesas.
                        Ya no coseré tu disfraz de patriarcado.

Soy mujer y árbol.
Malinche sin Cortés.
                        Savia de madre, de abuela
                        y de hermana.
                        Copa de hija, de nieta tal vez.
Ni rama ni costilla.
O juntos Tronco, o la Nada.





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LUIS FELIPE GONZÁLEZ [18.848]

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Luis Felipe González Gutiérrez 

(Bogotá, Colombia  1975). Psicólogo, Magister en literatura, con experiencia en análisis del discurso literario y estudios sociales y culturales. Interés en los procesos de construcción de conocimiento interdisciplinar y manejo de discursos socioculturales y críticos de la literatura, con énfasis en la teoría de la deconstrucción y la teoría del hipertexto. Experiencia en trabajo colaborativo en medios audiovisuales y tecnologías de la información y la comunicación. En poesía ha publicado el libro Canto Árbol (2011), editado por Común Presencia Editores. Trabaja como profesor en la Facultad de Psicología y Maestría de Estudios Literarios, Universidad Santo Tomás, en Bogotá, Colombia.



CONCIENCIA

Me arruiné al pronunciarte.
Te creí tan cierta, tanta piel
por mis dedos, tanta
luz en tus venas.

Fui otro silencio.

Deshice tu cuerpo a punta
de palabras malogradas
y cavé ese pozo
que luego llamé conciencia.



CANTO ÁRBOL

Yace estrecha a las alturas, informe,
mujer árbol. Delicia, puesta y sol que inflama
voces de otros sabios menos arbustos,
menos parásitos.
Prueba de ello las manos hoja. Corteza
y savia en ascendentes por los labios
que culminan en raros destellos
de plata, de cielo y oro enredados.
Rica humus. Verde asueto. Adornada en escombros
la risa aletea por los espasmos
de cal, de estaño, de infierno cielo
adherido a mis manos secas, de raíz
indómita, tras pasos no contados
por geólogos en países solitarios.

Cierro el silencio y aparece el viento.

Traigo recuerdos remendados a este, mi espejo.



DECLARACIÓN

La noche espera a los duendes del sueño
los meses aletean la nostalgia
el hombre en su escritorio esgrima
una lágrima
los días reclaman su porción de alegría
el sueño gime en los brazos de su
hermana, la muerte.
Los labios no dejan de pensar en la
posibilidad de la caricia
las manos se hacen más lentas
para respirar
su luz
de estrellas.



CEREMONIA

Sacrifico estas manos de antorchas extintas
por el golpe místico de un murmullo,
por la palabra rota, aquejada,
y su mísero encanto en
limbos corrientes.

Sacrifico y es esto otro espasmo.
Otro rito.
Un suspiro inhábil derrotado,
suspiro
o canto
estrellado frente al químico perpetuo,
a la razón de un cuerpo
cansado de mirarse en el espejo.

Sacrificio. Voz derretida.
Cielo inundado
a un último y soterrado
epitafio.



DILEMA

¿Y si fuera suficiente un poco de asombro,
un pequeño asomo de curiosidad
para sortear los espejos?

Habría algo de calma.

No tendría que correr despavorido,
en busca de mi otro yo, ese aniquilado,
esa masa de recuerdos
e historias,
sostenidas por un olvido a medias
o un murmullo o lo que sea.

Pero es cuestión de instantes
para verme, por contagio, en esa
piel de plata que devuelve
mi mirada.

Todo acaba al instante.
Me hundo en mis ojos vacíos,
la ruina se instala en mis párpados
y el grito interno
contagia los huesos.

No hay escapatoria a ese
sendero que inevitable
se instala en mis neuronas.



POEMA ESPERA

A Daniela Maldonado

Soy tu olvido,
eres la espera
cruel, el sacrificio
autoinfligido
cuando pienso
en tus instantes
ajenos.

Congelado de ti
mis temblores aumentan
con tu silencio
aturdidor.

Nada puedo hacer
sino convertirme
en roca,
y quedarme
viendo
tu pantalla
vacía.



HIPÓTESIS

¿Dónde he quedado ante tu murmullo
innombrable?
Por ahora, en el suspenso,
como una lámpara en leve tic tac del
viento,
como un premio sin destinatario,
como esta larga ciudad sin ley, ni reparo.

Un poco he quedado en silencio,
en estribillos mal contados,
con la voz en el cuello
y un sonsonete obtuso,
casi demoníaco.

En suspenso he quedado por un rato
y no vienes a salvarme.

Quedo mirando mi sombra
y no me dice nada.

Quedo con la voz en el bolsillo
y una suerte de acoso
por salir corriendo
a cualquier parte.



CONFESIÓN

Mira que estas manos
ahora rojas de rencor
por la distancia
rasgan vestidos,
clavan cuchillos,
juegan al horror
de los paridos,
imitan el canto de los cuervos,
sacan los ojos,
gimen el deseo,
arrancan de su cuerpo
las raíces del miedo.


http://www.crearensalamanca.com/poemas-del-colombiano-luis-felipe-gonzalez


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EMILCE STRUCCHI [18.849]

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EMILCE STRUCCHI

Emilce Strucchi (Florida, Provincia de Buenos Aires, Argentina 1956). Entre otras distinciones, obtuvo el Primer Premio en género poesía, Concurso Refugio de poetas (Madrid, España, 2002); el Segundo Premio en género poesía, en el Concurso Leopoldo Marechal (Buenos Aires, Argentina, 2003); y el Primer Premio en el Concurso Internacional de Poesía Raúl Rivero (Cuba, 2004). Fue finalista del Concurso Internacional de poesía Ciudad de Melilla (2003), y también en el Concurso Internacional de Novela Territorio de la Mancha (España, 2006) con su primer novela, Andar ligero. Ha publicado los poemarios: Pleno de ausencia (2001), Los trofeos del abandono (2003), La luz es otra cosa (2004); los poemarios El tamaño del abismo y Poseemos lo irremediable son libros inéditos. La siguiente selección pertenece a Amansalva (2006). Además de poeta, es psicóloga clínica y laboral.


Emilce, palabra con que el resto del mundo suele identificarla, fue operada en el Instituto Fleming en diciembre de 2003. Éste es el tercer año del argumento de su experiencia.


I

como quien sale al mundo por vez primera
ella extiende límite a su llanto:
la ronca huella
no su calor

y busca el rostro con los puños cerrados
se acerca a ciegas a su boca
y a ciegas
se aproxima a conocer el pecho
hasta olvidarse el cuerpo en los brazos del hijo

para ser murmullo
el olor gutural
y un estallido que asesine la región del simulacro
ese bocado de humanidad que le arrancaron a un hueco del destino
por donde un ala sangra su parte de fracaso
y no hay quien tenga recuerdo de su origen:
ninguna foto
para testificar tantos preludios
abrazados a heridas implacables
(o ciertas)
cuando era alondra y desbordaba el canto
como quien regresa con mi fe intacta
para reconstruir su muerte en paz
curvándose sobre estos pies difusos…

a mis espaldas se alzan las voces

susurran
un delito anterior


II

amansalva
en las inmediaciones
fuera de mí
delatora
y a sabiendas
lentamente
a favor de la furia
con todo, contra todos

sobra fervor:
la exponen y la esculpen
consumen su ternura, la mastican
ella traga violencias

amansalva
se soporta
se apunta
se ametralla

con todo, contra todos

se enjoya de vestigios
se sostiene
me goza sin temor

ella absorbe el placer,
se babea
el grito la arrodilla
liberado se amansa, salvador de su nombre
con todo, contra todos
ella mira y llora lo que ve:
su cuerpo es un allanamiento compasivo

entonces la resisto
y ensayo una danza alrededor de la ira

escupo con calma
y un talismán dorado se me desliza sobre el pecho

ella se desnuda
la aman al fin

a la hora de escribir la reconocen
arrastrada y sensual
a apedrean
la derrumban
la doblegan, la rompen
¿o la muelen?

(se resguardan)

ni una huella le queda
después de mutilar su mansedumbre


IV

Cada vez hay menos territorio para perpetuarse agua.
La fura de mi carne bebió de un trago su hendidura densa

Anochece.
El vacío me abruma los párpados.

A media luz
presiento lo que nunca acaricié
¿o lo que no seré capaz de dar?

Hambrienta
ella me confía que me mantendrá impura.

Entonces
la mujer
insiste
anónima.

Arrasa
con voracidad.


VII

Sigue de pie.
No hay culpables ni castigos pendientes.

Indefensa, ella aguarda absolución.

Desde los hombros la cubre un negromanto.
Y en las profundidades,
discípulas promesas
arrasan
hasta las balas.

La toman de rehén.

Yo exijo que le restituyan
la libertad que defendía.


XVI

La mujer oculta sus cicatrices,
lamenta las sobras de su hambre.
Ella descubre que la poesía es un pantano
y siempre la emboscada
con su olor a muerte.
Una ilusión de nombre.

Yo alcanzaré mi aldea en lo callado.

Sentenciada a fiesta y a dolor
me ofreceré
para esta ceremonia.


XXI

Habrá que tolerar esta parte cotidiana de muerte
que protege respiraciones de luna
a latigazos de claridad.

¿Quién la coronó de índigo azabache?
¿Quién le confió su vicio feroz de centinela
que me reitera noches como lanzas?

Aquí sus labios incumplidos.

Y aquí su desnudez:
el ritual de un hechizo.
Es sitio donde vislumbra sin piedad
la conspiración
que urde su reflejo.



XXVII

Si soy la verduga ella es mi rehén
amordazada
bocabajo
omóplatos abruptos
a picahielo
nacen ensueños bajo el cuerpo

contra la anestesiada, conspiración
en un baile de látex
tentáculos extremos
máxima pulcritud, percusiones
metal y olor a muerte limpia

minúscula seguridad
de sol sobre la espalda
¿cabeza en agujero de camilla?
¿o es contra aquella pared de su infancia?

están alrededor
desgajan
meten
se entrometen
allanan y cobaltan
usurpadores
buscan
rebuscan
más, rehúnden manos en la orgía

ella vomita madre

yo
la protejo del deseo.


XXVIII

Digo lo que no fue el amor.
Edifiqué los laberintos
para conmemorar brutalidades.

Ella cinceló agua sobre hielo
hasta arrancarme las mejillas,
hasta triunfar sobre mis ojos.

Digo lo que no fue de amor
porque poblé mi pesadilla para todas las noches
en que me regresaba.

Ella cedió el vacío
a las palabras,
al filo de la servidumbre.
Todavía
mastico su oscuridad.


XXX

Este desamparo de habitaciones me da miedo.
En las proximidades
no hay sonido que guíe
la persecución de mis difuntos.

¿Será que las voces se enduelen más al aire?

Mis hondos artesanos insisten en las fosas
cuando soy la criatura
animal humano
errante
que rehúye
que escribe con furia de cautiva.


XXXVII

Acecha a contra rayo.
Una fuerza final
mueve su mano después de la pregaria.

ya conquistó la noche.
Grabó en su cuerpo rojo
agasajos de estafas que no se merecía.

Digna dueña de opacidades
ella me escucha
Jungla o Puñal
Locura Desapego.

Por eso implora el fervor de la sed:
para recuperar el sol y ajusticiar mis párpados.
Agusanar las horas
calmamente
hasta inventar
mi pretensión de oscuro.


XLIII

La muerte es muerte porque nos separa
John Done

Regresar a casa.

Regresar a la casa
es una sucesión de fresnos
amapolas piezas abandonadas
saber que no habrá ceguera
para los zapatos vacíos
sobre el pasto y la humedad de la tierra
que se despiden de los pasos
–los ruidos de sus pasos–
del crujido posterior al ruido de tus pasos
la madera estridente

regresar a la casa
es la sucesión de flores silvestres y tréboles y juncos
sacrificio de cuadros de familia
colgando en las paredes
el acto de tantear habitaciones
una a una
habitaciones que son un caos
mudo
de orden perfecto
puntiagudocortante
y en cada lugar al que entramos
nos espera la nueva despedida
una ausencia rotunda de su voz
que busco y busco te busco sorda muda
por todos los rincones
escaleras peldaños
debajo de las mesas
puede ser juego inofensivo
perverso peligroso
tal vez detrás de algún aromo…
fijarse darse vuelta
buscarle las pupilas
el perfume
el pañuelo de acuerdo con el traje

seguir
las casuarinas los sauces los alerces
y no

colores de luto o los otros
primos hermanos o lejanos
tías ellas oscuras
que cuentan las anécdotas

¿pared o paredón el muro?

después coro cantos canciones
la perseverancia de las canciones los chillidos
las luces los ramos de azucenas
los frenos no funcionan
que me trague la tierra el campo
el horizonte que esta vez termina
la ruta que concluye en otra ruta

se destrozan los pies

los frenos no funcionan
te tragan los maizales
el trigo los sembrados
los hierros retorcidos

la puta muerte que te trae
te lleva.


                                      Homenaje a mi amigo Carlos






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GIORGIO LUZZI [18.850]

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Giorgio Luzzi 

Nació en 1940 en Rogolo, en Valtellina, y desde 1972 vive en Turín.
Poeta, traductor, novelista y crítico literario en numerosas revistas culturales, incluyendo L'Indice dei Libri del Mese (es miembro del consejo de redacción),  L'immaginazione, Istmi, Italian Poetry Review, Poesia Rinascita, Bollettario, Il Giornale del popolo di Lugano, ha esordito nella poesia con Nove poesie di Giorgio Luzzi, undici disegni di Eugenio Comencini, edito da Ideal nel 1976. 

Bibliografia:

Poesia:

Nove poesie di Giorgio Luzzi, undici disegni di Eugenio Comencini , Ideal, 1976
Coblas. Tredici poesie (1977-1980) , L'Arzanà, 1980
Ventitrè ipotesi per il vino , Il Bagatto, 1980
Luce e altri tatti. Ventitrè poesie (1976-1981) , L'Arzanà, 1981
Piccola serie inglese , con cinque disegni di Egle Scroppo, L'Arzanà, 1983
Le mura di Glorenza. Sette poesie, sei disegni , con disegni di Valerio Righini, L'Arzanà, 1984
Corniche , disegni di Eugenio Comencini, Cens, 1985
Geldwesen. Poesie di Giorgio Luzzi , immagini di Marco Seveso, L'Arzanà, 1987
Epilogo occitano (1976-1987) , L'Arzanà, 1990
Mosaico dei rifugi , Crocetti, 1990
Allegretto e dipinto , Galleria Pegaso, 1994
Predario , Marsilio, 1997
In un bordo d'eclissi. Tre poesie di Giorgio Luzzi , una incisione di Francesco Franco, Mugnaini, 1997
Talìa per pietà , Scheiwiller, 2003
Commosso dai suoi occhi blu , con incisioni di Athos Sanchini, Grafiche Fioroni, 2003
Leporello , poesie e collage di Giorgio Luzzi, Mugnaini, 2004
Sciame di Pietra , Donzelli, 2009

Novela:

La traversata , L'Epos, 2005
Saggi:
Poesia in Piemonte nel secondo Novecento , Forum, 1983
David Maria Turoldo , a cura di A. Giacomini, con un saggio di Giorgio Luzzi, GEI, 1984
L' iridato paesaggio. 1984-85 , di Camillo Pennati, con un saggio di Giorgio Luzzi, L'Arzanà, 1985
Poeti della linea lombarda. 1952-1985 , Cens, 1987
L'altissima allegria. Saggi e prose per Turoldo , Servitium, 2002
Per una storia della poesia di Paolo Valesio , Gedit, 2008

Antologías:

Poeti del Piemonte , Forum, 1983
La via lombarda. Diciannove poeti contemporanei , Marcos y Marcos, 1989
Traduzioni, curatele e edizioni critiche:
Umana sorte. Liriche, di Balilla Pinchetti , con Bruno Ciapponi, Centro iniziativa giovanile, 1975
Entrebescar , di Roberto Precerutti, nota critica di Giorgio Luzzi, Forum, 1982
Poesie (1938-1986) , di Andrea Zanzotto, L'Arzanà, 1987
La vita di Maria , di Rainer Maria Rilke, con Antonio M. Santini, Cens, 1993
Le più belle poesie di Guillaume Apollinaire , Crocetti, 1994
Le più belle poesie di Jacques Prevert , Crocetti, 1995
L' Angelus di Jammes. Una traduzione e la sua storia , Galleria Pegaso, 1996
All'alta memoria di Howard , di Johann Wolfgang Goethe, traduzione e nota di Giorgio Luzzi, con sei riproduzioni di acquaforti di Francesco Franco, El Peilo, 1999
Nel lucido buio, di David Maria Turoldo, Bur, 2002
La sponda occidentale, di Volker Braun, con Anna Chiarloni, Donzelli, 2009

Edizioni d'arte:

Renzo Sala al Circolo del giovedi , pieghevole della mostra inaugurata il 31 maggio 1966 a Milano, testi di Jo Collarcho, Giorgio Luzzi e Ermanno G.Re, 1966
Ambienti e corpi da viaggiare. Grafiche, olii, sculture, di Valerio Righini , testi di Wolfgang Hildesheimer, Giorgio Luzzi e antologia critica, Poletti, 1988
Estampidas , Severgnini Stamperia d'arte, 1989
Angelo Maggia. Luminescenze , testi di Giorgio Luzzi e AAVV, Lito Helio Servizio, 1991
Eugenio Comencini. Opere dal 1972 al 1991. Omaggio a Cipro , catalogo della mostra tenutasi da 25 febbraio al 16 marzo 1991 al Palazzo della Giunta Regionale di Torino, a cura di Francesco Poli, antologia della critica a cura di Giorgio Luzzi, Regione Piemonte, 1991
Eugenio Comencini. Disegni, acquerelli e tempere dal 1962 al 1993 , a cura di Franco Fanelli, con un testo di Giorgio Luzzi e versi di Roberto Rossi Precerutti, SGT, 1993
Bruno Rinaldi. Gli scaffali della memoria , testi di Floriano De Santi e Giorgio Luzzi, volume pubblicato in occasione della mostra tenuta presso la Galleria Lo Spazio di Brescia nel 1996, Edizioni Vannini, 1996
L' isola. Pastelli e acquerelli di Francesco Franco e Lea Gyarmati , catalogo della mostra tenuta a Cuneo dal 22 novembre all'8 dicembre 2001, con un testo di Giorgio Luzzi, Autori, 2001
Athos Sanchini. Memoria del tempo e del confine , catalogo con incisioni, a cura di Eugenio De Sigbnoribus, testo critico Roberto Budassi, interpretazione e poesie Giorgio Luzzi, Grafiche Fioroni, 2003



Nubes de luto en via Emilia

Cuando entre bostezos los falsamente antiguos
castilluelos emilianos irrumpieron en la marcha del tren,
a lo lejos, mucho más al norte, en un cuarto y una estufa
de ladrillos mi padre se estaba desmoronando.
Un feroz burgués hojeaba un periódico en el tren.
Volando hacia el mar adivinaba mi orfandad
puse sobre el asiento el tesoro ya corrupto,
el luto artificial, una ruina impronunciada
dentro de mi persuasión sin fundamentos.
Abrí con insolencia un simulacro de comida
me quitaba las migajas de los dedos. Y la canción
"Sálvate fugitivo, sálvate si estás vivo;
te espera ahora lo peor: la madurez".

XI Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires, 2016
Traducción de Pablo Lombó Mulliert



Nubi di lutto in via Emilia

Quando tra gli sbadigli i fintamente antichi
castellucci emiliani irruppero nel treno in corsa,
lassù, tanto più a nord, in una stanza a stufa
di mattone mio padre si stava sgretolando.
Sul treno un borghese feroce sfogliava un giornalaccio.
Volando incontro al mare anticipavo la mia orfanità
posavo sul sedile il tesoro ormai corrotto,
il lutto artificiale, un rudere inespresso
dentro la mia inedificabile persuasione.
Sfrontato scartocciavo un simulacro di cibo.
Me ne scrollavo i resti dalle dita. E la canzone:
"Salvati fuggitivo, salvati se sei vivo:
ciò che ti attende è il peggio, è la maturità".


Poemas inéditos de Giorgio Luzzi


Chicago neoclassica

Mentre le lenti si infammano al sole
e sulla soglia accesa di Dearborn Street
sotto torri a carciofo cola il fiume,
il padre minerale. E sul Michigan

nell’ arido polo dell’alba si diradano
ponti di legno rullante, fessure
tagliano abissi sull’acqua. Poi
escono uno a uno uomini d’ampie falde

e cigli lisi, di ricci spenti lungo
le tempie, occhi fissi al lago. E tu
tu che mi ascolti qualche volta e parti

e voli e torni. E il mondo resta uguale
se tutto si trasforma sulle sponde
come nel nostro idioma una vocale. 


Andar per musici nell’Europa mediorientale

1

ma per quanto vi affondasse le mani, per quanto
i nervi delle dita si tendessero, non gli riusci
di mettere assieme un inizio simile a quello
che avrebbe incantato una borghesia lacustre
agostana e tendenzialmente infedele:
da quella cassa di forme femminili
e pochi pfennig di rame nel cappello
nientr’altro che ritmi proletari
sorrisi amatoriali
ma intanto l’altro
già lontano, il cello arioso e lustro,
volava via per altre
ceremonie e arie
altro non raccontando che se stesso
altro non dicendo
non benedicendo
che il proprio infinitamente enfiato
perfettamente enfatico budello


2

già, quell’odore si sugna portuale
di tabacco e di birra
il padre al sesto piano barcollava
tenet me nunc Vindobona
tutto è purtroppo avvenuto a spese del fegato
i lavori di testa si espandono a carico del corpo
e a tratti la mano lesta
cade sopra un budello di speranza 




Osculario 

Dentro l’albero tutto d’improvviso
smise di ondeggiare. Si vedevano
di là dai cupi fortilizi
le campane di Osculario, i sacchi di mangime
abbandonati alle volpi. Verso le undici
di sera, dopo un lungo flagello, ricomparvero
ma sperduti, storditi
quei coleotteri tinti
di un blu da acque fonde
tardi e testardi, gli insaziabili
abitatori della colonia fino al mese scorso.
Erano spariti dopo l’estinzione dei fiori. Ricomparvero
a tentoni, frugarono tra le foglie, cadevano
come piccoli velivoli nel buio.
In casa non c’era nessuno. Divagai
da Catullo a Bataille
come accade a chi si disperi di un ozio troppo ansioso.
Tentai di addormentarmi con Heimito
e le sue brulicanti mascherine
della feine Gesellschaft di Vienna.
Per tutta notte non fu tregua ai vetri.
Ora ti scrivo dalla città, c’è un tavolino instabile
sotto i fili del tram, quando il tram passa
tutto sobbalza nella mano. Scrivo
scalpello malamente felice finalmente. 


Frammenti da un sisma

Uno addita una nuvola prima di sera
spessa di piombo, pesante di un suo fiato di carbone.
È come se la sostanza fosse divorata dalla propria ombra.

Quando avevamo la storia non c’era tempo
per queste vanità: si cercava tra le pieghe della terra
l’ossame immaturo e immortali dei cesari. Poi
i poveri, uno a uno, tornarono a cadere come spini.
Si videro le putrelle premere con precisione sugli sterni.

In fondo era questo che volevamo:
una resa senza mediazioni
una fine oltre ogni deduzione. 



Buona, baby!

Per intanto la piccola coreana singhiozza veramente,
estrema a una tavola di afflitti
un banchetto misto di apostoli orientali
senza cibo né vino. Le Tigri Asiatiche,
ecco il modello universale. “Quando la famiglia
di mia zia, non molto tempo fa, perse ogni fortuna alle corse
dei cavalli…”. E via così, senza una logica, soltanto
quel fiume salato e benifico
quella cascata in pubblico di ghiandole e contagi. Smettete,
individui, di piangere da soli. Rivolgetevi a noi. 



Orogenesi

Ci sono storie sommarie sul nostro conto:
“Dove un tempo l’orniello e il càrpine chiaro
e il pàmpino austero…”. Su un irreale come questo
non può che calare la notte. Il paesaggio scivola nel sonno
nel folto zuccherino ronza la macroglossa
nella sua pompa incatramata e oscena.
Ma se sali più in alto i prati si sollevano
distrutti dalla rasatura delle frane. È lì
che nasce la vite, dentro una poltiglia di pietrisco
la colata di colla sulla gola quando i grappoli
pendono all’aria tesi e trionfali 
e qualcosa finalmente si stacca
precipitando tra camicia e pelle
e sembra un’anima inseguita nel buco del vulcano. 



Banchetto

Stavamo, tutti quanti, intenti alla spoliazione
dell’ampio loup de mer, sbalorditi e accaniti
su quelle fragili once, immersi nei bicchieri
di vini d’oro, nelle spezie, nei rossori del convito.

Era un inverno di travature e stufe, mareggiate
accompagnavano da lontano quei bagliori di polpe
distrutte dentro il loro sarcofago di sale
scricchiolante e spuntato dall’urto dei runcigli

nel rumine osceno dei famigli dalle cucine. Una
si alzò, presa da un tu improvviso, bianca
di una fortuna intravista e tramontata, una

tramortita dalle sue insonnie spettacolari.
Misurò una dozzina di gocce dentro la tazza.
Ci alzammo a malapena, trafitti da quel vino. 

Fuggendo lungo un’acqua scarmigliata
dove gli scoiattoli fremono sogni di castrazione e stasi
lui rivide il proprio ego scrutare tra i rami
lei fu scaraventata a terra da un fuggitivo.
In capo a ogni vivo ferveva la guerra.
Non c’era stata una pace se non una tregua signorile
su un prato di fiori d’aprile, un capretto alle brace
il taglio di zigomi e di occhi di una dinastia
di democratici, cauta con i sonniferi e l’alcol.
Lei tentò ancora una volta la fuga, l’altro recitava
la sua dottrina del corpo illusorio, affiatato
al mantice universale, l’ego immateriale. 



Zapping

göttlich, divinamente sto così
come diversamente non si potrebbe stare, così
come un lavabo smesso, una tranquilla
dichiarazione di impotenza, ora il nemico
scruta bonariamente, a propria volta
maldestramente si cimenta all’alba
con prove elementari, un po’ di muschio
cosparso di saliva, infine aspetta
che io stacchi i gomiti dal davanzale
faccia ala all’orecchio con la mano
spinga la lingua nel palato, ordini
ai miei mummificati servitori
di armare le mura, gettare cibo ai cani
e intanto göttlich, divinamente
gioca a carte il nemico, strofina le corazze
espelle peti, affranca fibbie, scrive
una domanda di soggiorno, si riaddormenta







.




PEDRO DAMIÁN BAUTISTA [18.851]

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Pedro Damián Bautista 

(México, 1953). Poeta infrarrealista.




El último poema

(Fragmento)

–No trabajo. Ya no trabajo; de hecho nunca he trabajado.
Soy ratero…
dije en la comisaría
en un reciente apañón
–Ya no tengo familia; de hecho nunca he tenido familia…
ya no tengo domicilio…
ni plato para las hojuelas de maíz




POR QUÉ NO PUEDO SER UN OJETE 
CONTRA USTED, Y POR QUÉ SUFRO POR ELLO

Adelántateles, perro, muérdelos
Cuando se acerquen, ládrales 
Bájales el corazón.  
Que sepan quien eres;
Si tratan de mentirte, 
Desnúdalos
ábreles sus verdades 
en dos 
contradicciones 
destrózales 
sus paquetes de leyes. Caválos garra,
húndete, manicomio,
colmillos colgantes finalmente huye, no regreses 




NEAL CASSADY EN WHITE SANDS, 
NUEVO MÉXICO

Madre: si tú me hubieras abandonado en una canasta a las puertas de la iglesia del condado
yo te lo perdonaría
te lo hubiera perdonado… por Dios
Madre: si yo regresara de la guerra y tú no me abrieses la puerta
yo te lo hubiera perdonado;
si ebrio te buscara para derramar sobre tu falda roja mis lágrimas
de lobo
y tú huyeras asustada corriendo por la orilla del río,
yo te lo perdonaría
–mi pandilla me iba a abandonar y yo regresaría a mi cuadra solo
y desangrándome–
Si no fueras a mi boda yo te lo perdonaría;

Te perdonaría también si me entregaras a la policía –un acierto
en tu ofuscamiento–
yo me subiría a la panel con mis zapatones de doblesuela
manchados de barro y con la camisa que tú me hiciste y que
yo estrené el veinticuatro de mayo de mil novecientos sesentaycinco...

madre: he andado perdido todos estos años,
perdóname tú ahora





Pedro Damián Bautista
en El último ciclista,
La Ratona Cartonera, 2016 (2da ed.)


I

El llanto de las patrullas. Fighters by day. Lovers by night.
Drunkards by choice.
Del mismo modo, acabada la tarde y después de haber
comprado un Sauza, tomó éste entre sus santas y
venerables manos y lo ofreció a sus discípulos diciendo:
“tomad y bebed todos de él, porque este es mi pomo”...



II

“Nada existe aparte de átomos y vacío”: Demócrito.



III

Las cuatro nobles verdades:
El dolor es universal
El deseo es la semilla del dolor
El dolor cesa cuando se sofoca el fuego del deseo
El camino del medio, en esencia, el sendero de las ocho
ramas, conduce a la extinción del deseo
El sendero de las ocho ramas:
El conocimiento perfecto
La intención perfecta
La palabra perfecta
La manera de obrar perfecta
La manera de vivir perfecta
La aspiración perfecta a la salvación
La memoria perfecta
La concentración perfecta



IV

Weisskopf y los diez pasos para una descripción selectiva
de la visión científica del mundo:
Unificación de las mecánicas terrestre y celeste
Existencia de especies atómicas
El calor como movimiento atómico aleatorio
La raíz común de la electricidad, el magnetismo y la óptica:
el campo electromagnético
La evolución de las especies vivientes
La relatividad
Teoría cuántica
Biología molecular
Escala cuántica
El universo...



V

La teoría de los quanta de Planck (1900) afirma que la
energía de radiación, al igual que la de la materia, tiene una
estructura discontinua (la base de la física). El quantum
es la cantidad mínima de energía que puede emitirse,
propagarse o ser absorbida.



VI

El universo... ¿cuán extenso es? ¿cómo están distribuidos
los enjambres de galaxias? ¿cuál es la estructura espacial
y temporal del universo? ¿cómo se puede representar al
universo, con una geometría finita o infinita? ¿es necesario
desarrollar una geometría discontinua para estudiar el
universo? ¿cuáles son las leyes de la evolución estelar? ¿la
evolución de las galaxias es homogénea o es discordante?
¿el universo tuvo un origen finito en el pasado o ha existido
siempre? ¿qué significado tiene atribuirle una edad?... de
existir siempre ¿su estructura habrá variado?



VII

El pasado ¿es?









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DRAUPADÍ DE MORA [18.852]

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DRAUPADÍ DE MORA

Draupadí de Mora (Ciudad de México, 1984) Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, donde también hizo la maestría en Literatura comparada. Se dedica a la traducción del portugués y ha publicado el libro capicúa de poesía Yo ya/El jardín de los violadores amables con Martín Cinzano, Go Ediciones, Santiago, Chile, 2016.



LO MERECEMOS TODO 

lo merecemos todo
el diente y la uña y el hongo olvidado
el halo del sol más allá de nuestra felicidad
pero secándonos las camisas pegadas al cuerpo
mojadas con la sal merecida
del sudor merecido
de la carrera a través de la fuente danzarina

perder pie en la bastilla
y no comprender wyoming ni el far far west
y mereceríamos el corredor de la muerte
o la misma muerte alcanzándonos en la estrada malamente vacía

vivir en pelotas
y morir en el salvador
y no morir jamás
y no haber nacido
y escribir acerca de las constelaciones
para que no falten en los pseudopoemas
de lo merecido malos poetas que también
of course
somos

merecemos el brillo diminuto del ardid del manco de jicacal
y la mismísima muerte que del brazo muerto se lo llevó
la vendetta del mar
y las pulgas trepadoras de su perro anciano
merecemos revolcarnos en celo
beber nuestra sangre de vampiros enanos
y hacer que los últimos pervertidos lloren / como niños
en medio del cine porno
el día de todos los santos
          el celibato eterno
y la sodomía de los antiguos rastros
la saliva espumosa del borracho que somos en las pulquerías
el pan ázimo
y la rinoplastia
la circuncisión
la ablación
pasar sin dejar de pasar
alcanzar el desgarro del zombi
y el vuelo negro del murciélago
que le rasca las orejas a las hojas secas
y cruza el silencio del fruto a punto de caer

morir, como dicen que andan los de saltillo
encobijados
que nos ladren los perros y se nos hunda el paladar
bajo un mar de lodo
y una vida de polvo y pelos
creciendo tiernamente en el refrigerador

el gobierno que no tenemos
y el que tenemos, como una muerte violenta, lo merecemos.
la soledad hirsuta contemplando desde el borde de la esquina
y el desierto de mirar los ojos sorprendidos de tantas chicas
operadas por un doctor mengele del centro de la ciudad de méxico
creador de cuerpos inimaginables
para las fantasías de sus machos amamantados de solvente y sol
siempre pegados a la ubre de caña que los abrasa amorosamente

merecemos de la esfinge la nariz derruida
de tanto esnifar coca comprada en cualquier esquina de tlalpan
ojos abiertos   bogando más allá de sus órbitas
orejas que miran con sorpresa interminable
ser ancianos
y un día dejarlo todo
todo lo merecido xxx
como quien abre la mano alrededor de la soga
en un pequeño
e invisible
gesto de generosidad




No

no buscar incesantemente nada
no mirar las costras de la escenografía
ni hacer comentarios de ningún tipo acerca de ningún tipo de agujero
no tardar demasiado en el baño
no pasar el día en cama esperando el atardecer
no beber los restos de los vasos
no sentir pena por la pelusa
no creer que pelusa debería escribirse con zeta
no burlarse de los conejos
no tener la boca hacia abajo durante el sueño
no comer buscando formas de nubes en las rosetas
no llorar con la cebolla y el cuchillo en la mano
no despanzurrar el supuesto silencio
no divulgar su locura transitoria que no pasa ni deja de pasar
no saltar las líneas del pavimento
no buscar la mano de su camarada en la noche temible
no temer a la noche temible
no amar demasiado
no amar en absoluto
no escanciar la vida como si de mal vino se tratase
no derramar la sal en goterones sucesivos
ni relampaguear
ni tener la vanidad de escribir versitos
no no alcanzar la mayoría de edad
no sí sentirse un bicho de ocho o más cabezas
un argos cegado y paralítico

No agregar espacio entre párrafos del mismo estilo

Inédito, 2016




DE: En El jardín de los violadores amables
(G0 Ediciones), 2016



Consejo

Dijo:

El único crimen
que nos es dado cometer
del único crimen
que no te debes arrepentir
si un día cometes un crimen,
hija,
que sea político





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SIN SÔK-CHÔNG [18.853]

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Sin Sôk-chông 

(Corea, 1907-1974). Poeta.



Cuando me llames

Cuando me llames 
vendré a ti 
como las hojas de ginkgo amarillentas
flotan en el viento del otoño.

Cuando me llames 
vendré a ti 
como la luna nueva hundiéndose
en silencio desaparece en la noche, 
mientras la niebla desciende sobre el lago.

Cuando me llames 
vendré a ti 
como el sol en la temprana primavera penetra en la hierba 
cuando cantan las garzas blancas en el cielo azul.

Traducción: Germain Droogenbroodt – Rafael Carcelén






WHEN YOU CALL ME

When you call me

When you call me I will come to you
like yellowed ginkgo leaves float in the autumn wind.

When you call me I will come to you
like the new moon silently sinks away at night,
when the mist descends above the lake.

When you call me I will come to you
like the sun of an early spring penetrates the grass
when white herons sing in the azure sky.

Translation: Germain Droogenbroodt


http://www.point-editions.com/new/es/cuando-me-llames/




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LO CH' ING [18.854]

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Lo Ch'ing 

(Taiwán 1948). Poeta y artista.
Lo Ch'ing (羅 青, también: Luo Qing) es uno de los más importantes poetas-pintores contemporáneos de Taiwan. Su poesía es un ejemplo de la evolución hacia nuevas concepciones, postmodernas de la lengua de la literatura china, y su práctica de la pintura sintetiza hábilmente una vasta y compleja franja de pintura de los literatos chinos bajo los auspicios de las preocupaciones contemporáneas con la naturaleza, la sociedad, y los efectos de la modernidad. Tanto en estilo y contenido, el arte de Lo Ching trabaja constantemente en los bordes de las tradiciones establecidas, la construcción de un puente innovador, entre la teoría posmoderna europea y la historia del pensamiento estético chino y la práctica.




ROCÍO

Dicen
que no debería habitar
las montañas tan altas.

Dicen
que no debería quedarme
aislado en mi habitación
pintando nubes blancas, fantasías oníricas
por todo el suelo y las paredes.

Pero ellos no saben
de dónde vengo
cuando vuelve la oscuridad.

Muchas nubes esplendorosas
alzarán el vuelo en silencio
hacía tierras áridas y desoladas
donde serán el sonido
de periódicos chubascos.

Traducción: Germain Droogenbroodt – Rafa Carcelén
editorial POINT http://www.point-editions.com



DEW

They say
I should not dwell
In cold mountains so high
I should not work in the scorching gorges so deep.

They say
I should not hide
Secluded in my many different rooms
With my dead branches, fingers alike
Painting white clouds, dream fantasies
All over the floor, the walls.

But they don’t know
When darkness returns
From where I come.

Those many splendored clouds
Will silently float out
Hovering above the driest places
Transforming into sounds
Of intermittent showers.

Translation: Nancy Ing
From: “China China“, Modern poetry from Taiwan
POINT Editions





PINTURAS DE LO CH' ING 









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MATTHIAS POLITYCKI [18.855]

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Matthias Politycki 

(Nacido el 20 de mayo de 1955 en Karlsruhe, Alemania) es un escritor y poeta alemán. Ha publicado novelas, cuentos, poemas, ensayos y libros de audio y es conocido como el autor alemán trotamundos. Su salto a la fama se debió principalmente a su novela Weiberroman y su sátira en 180 Tagen um die Welt. 

Obras

Los libros de Politycki han sido traducidos al Inglés, francés e italiano. Disponible en Inglés:

Next World Novella (= Jenseitsnovelle). Translator: Anthea Bell, Peirene Press Ltd, London 2011, ISBN 978-0-9562840-3-7
Sphärenmusik - Music of the Spheres - Ceol na Sféar. Ausgewählte Gedichte - Selected Poems - Rogha Dánta. Translator: Hans-Christian Oeser (English) agus Gabriel Rosenstock (Gaeilge/Irish). Coiscéim, Dublin 2011

En alemán

Novelas y volúmenes de cuentos 

Samarkand, Hoffmann und Campe, Hamburgo 2013, ISBN 978-3-455-40443-2 .
Freischwimmer. Drei Erzählungen, Svato Verlag, Hamburgo 2011. Mit 11 farbigen Linolschnitten von Svato Zapletal.
Jenseitsnovelle, Hoffmann und Campe, Hamburgo 2009, ISBN 978-3-455-40194-3 .
En 180 Tagen um die Welt. Das Logbuch des Herrn Johann Gottlieb Fichtl, marebuchverlag, Hamburgo 2008
Herr der Horner. Romano, Hoffmann und Campe, Hamburgo 2005
Das Schweigen am Ende des andern Russels, Hoffmann und Campe, Hamburgo 2001
Ein Mann von vierzig Jahren, Luchterhand Literaturverlag , München 2000
Weiberroman, Luchterhand Literaturverlag, München 1997
Der böse Einfluss der Bifi-Wurst. Ein End-und ein Nachspiel, Ulrich Verlag Keicher (= Roter Faden 44), Warmbronn 1996
Taifun über Kyoto, Luchterhand Literaturverlag, Hamburgo 1993
Sonnenbaden en Sibirien. Dreiseitige Geschichten, Ulrich Verlag Keicher (= Roter Faden 30), Warmbronn 1991
Aus Fälle / Zerlegung des Regenbogens. Ein Entwickelungsroman, Weismann Verlag, München 1987

Los volúmenes de Poesía 

Dieser Schwule Nachmittag damals. Cuatro Sorten Schmerz. Dreizehn Gedichte mit dreizehn Knipsels ( "Schokoküsse") von Felix Droese , limitierter Privatdruck Carl-Walter Kottnik, Hamburgo 2015
Londres für Helden. El Ale Trail - Expedición ins Bierreich, Hoffmann und Campe, Hamburgo 2011, ISBN 978-3-455-40323-7
Die danach segundos. 88 Gedichte, Hoffmann und Campe, Hamburgo 2009, ISBN 978-3-455-40145-5
Ratschlag zum Verzehr der Seidenraupe. 66 Gedichte, Hoffmann und Campe, Hamburgo 2003
Die zwei Arten, den Caipirinha zu bestellen. Ein Gedicht, Ulrich Verlag Keicher (limitierter Sonderdruck), Warmbronn 2000
Jenseits von und Wurst el queso. 44 Gedichte, Luchterhand Literaturverlag, Hamburgo 1995
Die Wahrheit über Kaffeetrinker. Ein Gedicht, Ulrich Verlag Keicher (limitierter Sonderdruck), Warmbronn 1993
Im Schatten der Schrift hier. 22 Gedichte, Weismann Verlag, München 1988

Volúmenes de ensayos 

42.195. Warum Wir Maratón Laufen und era Wir dabei denken. Hoffmann und Campe, Hamburgo 2015
Vom Verschwinden der Dinge in der Zukunft. Bestimmte Artikel 2006-1998. Hoffmann und Campe, Hamburgo 2007
Marietta - die Idee, der Datensatz und der Sombrero de paja. Schreiben und Schreiben-Lassen im Internet. Franz Steiner Verlag (= Akademie der Wissenschaften und der Literatur Mainz, Abhandlung Nr.1 ​​/ 2000 der Klasse der Literatur), Stuttgart 2000
Die Farbe der Vokale. Von der Literatur, den 78ern und dem Gequake Satter Frösche. Luchterhand Literaturverlag, München 1998

Libros especializados

Umwertung aller Werte? Deutsche Literatur im Urteil Nietzsche, De Gruyter, Berlin [ua] 1989
Der FRUHE Nietzsche und die deutsche Klassik. Studien zu Problemen Literarischer Wertung, Münchner Hochschulschriften, Straubing [ua] 1981

Los libros de audio 

Londres Für Helden. El Ale Trail (MIT Peter Lohmeyer und Colin Soleman), Verlag Antje Kunstmann, München 2011
Jenseitsnovelle, (mit Nina Petri), Radioropa / Technisat, Daun 2009
Das Schiff. Erlebnisse einer mit Weltreise Matthias Politycki, Hörbuch von Wolfgang Stockmann, Logbuchtexte und Erzähler: Matthias Politycki, Antje Kunstmann Verlag, München 2008
Des Teufels Amulett, MünchnerFrühlingVerlag (in der Reihe "einmaleingedicht"), München 2007
Frauen. Naja. Schwierig, (mit Hellmuth Opitz und Steffen Jacobs), Hoffmann und Campe, Hamburgo 2005
Das Schweigen am Ende des andern Russels, Hoffmann und Campe, Hamburgo 2001
Ein Mann von vierzig Jahren, Hörbuch Hamburgo / DeutschlandRadio, Hamburgo 2000


VELADA

Parecías toda la tarde de hoy
tan preciosa y tan frágil,
en medio de la gente bien,
que festejaban con todo lujo 

 Ibas estrechándote, aterradora por fin,
y a tu alrededor la lujuria por la vida, tan llena
y nunca saturada, ¡qué algarabía!
Tuve miedo de que inevitablemente

 te hicieses cada vez más delgada, más
transparente cada vez, hasta desvanecerte
ante mis ojos para, tras el último destello,
silenciosa y suavemente abandonar el mundo,
lugar al que obviamente no pertenecías.
Y quedará desgarrado 
el arrullo de las damas, el
                                          murmullo
de los señores, como si nada hubiese sucedido.

Traducción Germain Droogenbroodt – Rafael Carcelén


EVENING SOCIETY

This evening you appeared
so precious and vulnerable
amongst all those well off people,
celebrating a luxurious life.

You were so tiny, so frightfully finite,
while around you, seekers of pleasure, preposterous 
and never satisfied, what a commotion!
I feared that you would irreversibly

become even smaller, ever
more transparent, if only to fade finally
out of sight like a last glimmer,
till you quit silently this world
since obviously you did not fit in.
And what would remain instead,
if not the cunning talk of women,
and the boisterous noise 
made by men, as if nothing happened just now.

Translation Hatto Fischer



ABENDGESELLSCHAFT

Du sahst den ganzen Abend heute
so kostbar und zerbrechlich aus,
inmitten wohlgenähten Leute,
die feierten in Saus und Braus

So schmal warst du, erschreckend endlich,
und um dich Lebenslust, so prall
und nimmersatt, welch ein Krawall!
Ich hatte Angst, du würdest unabwendlich

Nur immer schmaler werden, immer
noch transparenter, bald verblassen
vor meinem Aug‘ 
um letzten Schimmer
und still und leis die Welt verlassen,
in der du offensichtlich deplaziert.
Und das gerissene Gegirre
der Damen würde bleiben, das
Drumrumgeschwirre
der Herren, als wär‘ gerade nichts passiert.










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GEORGE DILLON [18.856]

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George Hill Dillon

Noviembre 12, 1906 – Mayo 9, 1968)
Poeta estadounidense, nacido en Jacksonville (Florida) en 1906 y muerto en 1968. Fue editor de la revista Poesía entre los años 1937 y 1949. Tradujo al inglés, junto con Edna Millay, las obras de Baudelaire, entre las que destacó la edición de 1935 de Las flores del mal.

PREMIOS:

1932 Guggenheim Fellowship
1932 Pulitzer Prize for Poetry, for The Flowering Stone.

OBRA:

Boy in the Wind, The Viking Press, 1927
The Flowering Stone, The Viking press, 1931
Flowers of Evil Charles Baudelaire, Translator George Dillon, Edna St. Vincent Millay, Harper & Brothers, 1936
Three plays of Racine. University of Chicago Press, 1961



Presentamos, como parte de nuestro dossier de Poetas Pulitzer, presentamos a George Dillon (1906-1968). Hoy en día un poeta recordado más por su amorío con Edna St. Vincent Millay, Dillon fue editor de la Poetry Magazine mientras prestó servicio durante la Segunda Guerra Mundial, eventualmente anunciando la libertad de París desde lo alto de la Torre Eiffel. Aunque se retiró de la poesía después de su segundo libro, el resto de sus días habría de dedicarlos a la crítica académica y a la traducción, produciendo una celebrada versión al inglés de Les Fleurs du Mal. Traducciones de Esteban López Arciga (1994)

http://circulodepoesia.com/2016/06/100-pulitzer-poets-george-dillon-1932/


Salutación al alba

Cautiva consciencia ven ya:
Hambrienta a esta hora
Quien dio al fruto terrenal
Altas y bajas regiones.

Mortal y soberbio pasto
Retina cruel al rayo de sol,
Cualquier milagro pasado
Hoy habrás de repetirlo.

No aún, deseo (breve copa)
Pensar en tener el todo
Tus cinco sentidos he puesto
Como tamiz en mi alma.

Belleza que en cuerpo y alma
El sol inmortal ha sido,
Que en la muerte encontró
Ojo para el paso de luz,

¡Atiéndeme! Se tangible
Quién nunca dejó el sueño,
En el cielo, en el infierno,
En el sueño profundo de alba.



Belleza intolerable

Al ver su cuerpo tejido
Como de llama y nieve,
Pensé en que tan frecuente
Mis pulsos cesan de seguir,
Azotados por dolor vario
Edad o cita enferma
No volveré otra vez
Con los tendones tiesos
Mudo, idiota y tenso
Y ya sin ningún aliento,
Con la beldad en garganta
Más fuerte que la muerte.


Salutation at Dawn

Dungeoned consciousness, come forth:
For you are famished at this hour
Who fed upon the fruits of earth,
The upper region, and the lower.

Mortality, egregious grass,
Mean retina to the morning ray,
Whatever marvel come to pass
You shall mirror it today.

Desire (shallow cup!) not yet
Think to have contained the whole.
Your five senses I have set
Like a sieve upon my soul.

Beauty, that in body and mind
The undying sun have been,
That on the face of death could find
An eye through which the light may lean,

Attend me now! Be tangible,
Who never were from dreams withdrawn,
Even in heaven, even in hell,
Even the deep sleep of dawn.


Beauty Intolerable

Finding her body woven
As if of flame and snow,
I thought, however often
My pulses cease to go,
Whipped by whatever pain
Age or disease appoint,
I shall not be again
So jarred in every joint,
So mute, amazed, and taut,
And winded of my breath,
Beauty being at my throat
More savagely than death.






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JAVIER VALENCIA GALARZA [18.857]

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Javier Valencia Galarza 

(Quito, Ecuador 1975). Cursó estudios de Diseño en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y obtuvo el grado de Magister en Comunicación por la Universidad Simón Bolivar capítulo Ecuador. Poeta, investigador, diseñador, ilustrador, gestor cultural y cantautor; en 2013 publicó Pendientes bajo el sello de EL ÁNGEL Editor, en 2014 participó en el 6to Encuentro Internacional de Poetas Paralelo Cero y
este año ha publicado el libro "Ahora viene mi padre (EL ÁNGEL Editor, 2016)".




Estos poemas pertenecen al libro Ahora viene mi padre (EL ÁNGEL Editor, 2016)


Apogeo del monólogo

Trama silenciada,
por el tono cortante
de una voz que dice lo justo
para usurparlo todo.

Ayer firmé votos nupciales
con lo solitario de mis días.
Ayer fue conjugado en singular
el vestigio que me trajo a la luz.

  al mundo que amordaza el encanto
  desde nuestros primeros años
  a este pergamino de caídas
  que he sido y me han hecho

Ayer…
…el cadalzo se agrietó con lágrimas
para volverse abismo
y engullirme entero como único remedio.

Hoy, aún tibia, la sumadora despacha
el rollo aritmético del pasado
de las torcidas veredas que adornan
caminos truncados y años a pérdida

esta delgadez mía se viste y salpica
el papel continuo de números rojos,
vestigios del desangre,
de lo que he sido y se ha ido.

Vivos, muertos, desaparecidos,
todos orquestan la marcha
simultánea entre nupcial y funeraria
que celebra este pasar desapercibido.

Seré una momia muda
reportada como insignificante
por los anales de una historia indiferente
que no cataloga como patrimonio el desamor

seré un borrón en la historia,
un cero a la derecha de Dios,
un verdor que se escabulle a dormir
junto a la tumba de su padre.


Ahora viene mi padre

A Enrique (+)

Ahora viene mi padre
con su anclar doloroso
su mirada incierta
caminando sus calamidades,
accidentes y desórdenes mentales.

Viene en puntillas
agazapado en lo torcido de sus pasos
a regalarme una emoción,
un vaivén, un mar, una sonrisa.

¿Y qué de su risa
que empapaba las paredes de un trance
que hasta ahora se enquista en los pilares
de la casa que forjó como herencia?

Ahora viene mi padre,
poesía escondida y religiones sobrepuestas
que poseían con amianto las cortinas
para salvarnos de la soledad a quemarropa

  En su lecho, nada conmovía
  ni el andamiaje del mundo imperante,
  ni las pérdidas, desencuentros o miedos,
  ni desamores entrampados en cólera.

No hubo terremoto
que irrumpa nuestro sueño despierto
o luego de la vida o del destierro
que nos colme de bien los pulmones
cada mañana a celebrar
los últimos años que traían
de vuelta el seno paternal
y de regreso a su epitafio inmenso

somos, lo que vamos siendo
somos, el recuerdo de ser,
tus pupilas despabilan la noche,
tu alegría inunda aún la ausencia

  y cansado de amar te fuiste amando
  a eso de tentar al mismo amor y sus preguntas
  sobre el pánico se montó un adiós repentino
  con la pena seca en el tendedero.

Como siempre despediste al silencio
con una ráfaga reflexiva y profunda,
dejaste que el amor se nos fuera entendiendo,
que la flor entre poesía perdurara

te alcanzo los pies, te cobijo la madrugada,
aún el fulgor de discusiones inconclusas
invade nuestro espacio y la posta que me queda
yo de hijo, padre, cuando de padre hacías de hijo

aún sueño tu marchita partida
resignada a lo que quisimos ser
y no alcanzamos, porque pasa,
porque somos, éramos, soy, sin mayor explicación.

  todavía llamas nuestro nombre
  con el nombre que llamamos
  cuando tocamos a los hijos con la voz
  al nombrarlos por los mismos nombres

Hombría que evoca el nombre
del hombre que se desprende de su nombre,
fugitivos solidarios, hermanos solitarios,
islotes que se abrazan en el lecho de sus aguas.

Cuanta soledad esparcida en nuestras horas difíciles
Cómplices de los primeros amores cuando todos eran ninguno
que nos dejaron felices dejándonos
condenados a nosotros mismos.

Vuelvo a tu andar listando consejos,
queda una casa por cuidar y una soledad
que con los días se instala
en el baño, la recámara, los azulejos, las rendijas.
  como el polvo se esparce en los muebles
  rezago de presencia en cada
  centímetro de atmósfera
  nos recorre los suspiros a ratos

Soledad como la tuya perdura,
soporta goleadas y aguajes
soledad intransigente, terca
que amando a solas se sostiene.

Porque de eso estamos hechos los hombres,
de esta ausencia que vira la copa,
y de esperar sostenernos
cuando las piernas no respondan.

Un miedo inmenso
y su agridulce persisten
en el juego de grandeza
que se aferra a los hijos que vienen

  armando números impares
  en temporadas altas y bajas
  en bajamar o plenilunio
  a esparcir en rodajas sus colores

traté de sostenernos
jugando a ser Ulises, Hércules, Goliat
o al menos calzarme tus pisadas
para rodear con mi locura tu paz

Esto de alcanzarte
de ser grande, ajustarme a tu talle,
sostener la hombría, pero aún esconderme
en un sector al azar de tu armario.

Grato es llorar,
es el himno que acojo,
los vellos erizarán la música,
mientras sigues soplando los molinos.

  locuras y trances
  inundan insurrectas las alcobas,
  y la cocina con inventos salados
  y las paredes con recuerdo de tertulia

Ahora viene mi padre.
Viene con todo gusto a quedarse
en el aire que nuestra boca aspira
en la morada que habito, caminándole.




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ESTEBAN LUIS CÁRDENAS [18.858]

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Esteban Luis Cárdenas 

(Ciego de Ávila, Cuba 1945 - Miami, EE.UU. 2010) fue expulsado de la Universidad de La Habana en 1966 por “diversionismo ideológico”. En 1978 es condenado a 15 años de prisión por intentar asilarse en la embajada argentina en La Habana; es indultado al año siguiente. Salió de Cuba en 1980; residió en Miami. Publicó los poemarios: Cantos del centinela (1993), Ciudad mágica (1997), Transfiguraciones (2007) y el libro de cuentos Un café exquisite (2001).


Un borracho y la policía

Caminaba sobre un hilo
de asfalto, escoltado por los policías.
Era un borracho.
Conducía el automóvil sin frenos
y cometió otras infracciones.
La policía intenta siempre
detener a los borrachos.
Un borracho solitario
en un auto sin frenos es peligroso,
aún sin cometer otras infracciones. Hace rechinar
los neumáticos y sus propios zapatos (ya inexistentes)
lo impulsan contra los movimientos
de las sombras.
Los policías
lo obligaron a caminar sobre el hilo
de asfalto y lo humillaron. Había también
una mujer-policía.
Era un borracho
que no tenía zapatos,
zigzagueaba en la pista y le dolían
los labios y los pies desnudos.
La policía sonreía.
Era de noche
y el borracho danzaba
sobre el asfalto.
Los policías gritaron
Mientras lo conducían al precipicio.
No había sombras. Se habían ido.
El borracho cometía infracciones. La policía
detiene a los borrachos y los obliga
a cometer infracciones.
Un borracho solitario (tras el timón)
se deslizaba sobre el asfalto
y no había policías.



Barrio

a Carlos Victoria

Un pájaro de nácar trinaba
posado en la punta de un mástil amarillo.
Farolas azules y rojas y un símbolo verde.
Restos de emblemas oficiales. Signos oscuros
para los ojos alertas y el avanzar nervioso.
Afluyen los significados y el orgullo
se humilla.
Un negro (cubano o norteamericano),
cruza la calle y empuja un carro de metal
color plata.
Barrio.
Se deslizan rumores;
alguna puta joven grita
reclamando su pago o, simplemente, un crack.
La policía merodea por las cercanías
y los expendedores se alteran.
Hombres diseminados con ritmos y delirios.
Barrio
de estibadores, de drogadictos y noctámbulos.
Se ven jardines apretados. Barcos.
El olor activo y resinoso del río;
figuras esbeltas, misterios.
Boarding homes, markets cubanos (bodegas)
o norteamericanos asaltados por cubanos.
El Círculo K., antiguo Utotem
y mujeres distintas, jóvenes vagamente hermosas
y buenas hembras, con los senos hacia abajo.
Barrio.
Seres solitarios, dibujos de las encrucijadas,
alzan los ojos y observan los relieves:
entechados de imitación, tejas fijas,
similares a alfombras.
El barrio está tranquilo,
Soporta la tarde hermosa y las canciones
que brotan de los hogares junto a músicas
alegres y altas.
A veces gritan en las casas. Una madre
maldice a sus hijos y culpa a Norteamérica.
Barrio.
Los refugios perecen sosegados
bajo la ambigüedad de las luces.
Tardes que no les importan a los desamparados,
a los anormales. Atisban los interiores
de un Ejército de Salvación. Una limosna.
Nadie ruega a los dioses. Vociferan.
Los dioses no escuchan. Permanecen fatigados,
sombríos.
Los solitarios y algunos,
con premura, siguen por ciertos rumbos.
Se nutren con el viento del océano.
Hay lugares enrejados y pobres
en donde mueren los inexpertos, los desgastados.
Barrio.
Un pájaro de nácar
posado sobre la punta de un mástil amarillo
continúa trinando.

All América. ACLF.
South Florida, 1994

Estos textos pertenecen al libro Ciudad mágica (Éditions Delatur, 1997)



CANTOS DEL CENTINELA
(fragmentos)

CANTO TERCERO

La ciudad es una solitaria vibración junto al mar
o el ala de un pájaro,
urdidos por la perversidad de los demonios;
en las pupilas del vigía, el poeta –estallido
y relámpago en los veloces corredores del caos–,
también reluce las infinitas transparencias
de lo oscuro;
el ojo es un espejo en el umbral
de todas las esperas.

Los hombres se han instalado
en la cólera de las aguas,
en su color de púrpura y cenizas,
en la tersura de las islas,
con tanto sol y viento de hojas secas;
con los ojos entornados miran el alto sueño
de luces y cirios temblorosos
grabados en la sombra de una música,
en las negras agujas de las catedrales,
cuando nacen del imán, del subterráneo,
cuando estalla la perfección del número
y la copa sagrada.

(…)

La luz
–la más antigua alucinación del diamante
y las auroras– consagrará,
sobre el lomo y los costados de las islas,
los últimos estigmas de la noche y su estirpe
y con certera agudeza,
iluminará el temblor de sus vestigios;
todo el esplendor y el polvo derramados
sobre la inútil coronación de la quimera.



SUS PADRES NO LE ENSEÑARON 
EL LENGUAJE DE LAS FLORES 

Sus padres no le enseñaron 
el lenguaje de las flores, 
ni los misterios de la curva del ojo 
en los grabados de antiguas teogonías. 

No supo los secretos de la aurora o la noche, 
el vuelo aflechado de la garza, 
ni el sueño vibrante de los complotados 
en los refugios de la muerte o la demencia. 

Nunca aprendió tampoco 
sobre la rebelión de la Belleza, 
el dolor que anida en los muros de las catedrales, 
o del amor inexplicable de las caracolas. 

Só1o tuvo la oscura visión 
de los laberintos y las cuevas 
donde la múltiple pupila de la mosca 
sucumbe a la pericia de la araña. 
Sus padres no le enseñaron 
el lenguaje de las flores; 

desnudo 

lo abandonaron para siempre 
en este círculo aterrado, 
donde no existe opción 
para los rumbos.



LOBO ANTIGUO 

Para A. G. B. 

Has clavado tus emblemas en la noche 
-- diamante irreversible --, como un furor 
que se dilata, arde. 
Sientes el aroma de las bestias asesinadas; 
el viento sopla de la orilla difusa. 

Tus manos se estremecen, 
tus ojos han visto las estrellas, 
su lumbre suspensa sobre los campos apacibles. 
Se fugan siluetas hacia un pozo. 

Voces. Voces. 

¿Qué ojo implacable se vierte 
sobre los enigmas de tu espera? 

¿Quién tiembla cuando aprietas el puñal 
que brilla en tus dedos húmedos? 

Las profecías tienen olor a sótano, 
se pudren entre los viejos cadáveres 
que hieden a orina de caballo. 

Pero tus colmillos no están afilados, 
aún sueñas. 

El viento te agranda la mirada 
y te detienes a las puertas de los templos, 
en las villas derruidas 
donde se cruzan, sin verse, los torpes, 
los solitarios. 

Voces. Voces. 

Todo sueño está poblado de mañas, 
nadie regresa de uno por su astucia, 
só1o la muerte; 
acaricia, pues, su aliento, sé su cómplice. 
¿No amas, acaso, su simetría de tigre perfecto, 
la tremenda hermosura de sus signos? 

La belleza te rompe el vientre 
con la celeridad de un cuchillo de vidrio; 

los sueños estallan, 
¡hunde los dientes en el estremecimiento 
de los sueños! 

Has clavado tus emblemas en la noche, 
pero no son ya el brillo alucinado 
del diamante. 

Sobre tu cabeza de viejo animal, 
en la vasta revelación de la negrura, 
se desvanecen los signos de tu estirpe. 



IMAGEN 

Un niño gigantesco, sin madre.
Panorama de insinuaciones desprovistas;
suenos, eclip desolado;
areas grises, desfiguraciones
de los vendavales y el aullido imaginario
de los perros.
Otra simetría celestial sin término o piedad,
las prevaricaciones sostienen la tristeza; 
universo de sierpes y quejidos
penetran en la mente, sin ahogos;
es misterioso. Territorio de la existencia,
las limitaciones dependen de una divina mezquindad.

Avalancha de recuerdos, dibujos insólitos.

Un enfant asustado, aferrado
a la desconocida esperanza, gimotea;
no posee siquiera, una madre ordinaria;

está repleto de tristeza, este niño grandioso.




Esteban Luis Cárdenas, Patakí

Por Carlos Velazco

Sobran las leyendas de Esteban Luis Cárdenas una vez que llegara a La Habana procedente de Ciego de Avila en 1963, con dieciocho años, para estudiar en la Universidad. Una de ellas es la de su expulsión de la carrera de Historia tres cursos más tarde, por manifestar ideas en aquel momento interpretadas de “antisoviéticas”. Otra es la de su etapa de servicio militar, cuando al terminar la preparatoria, se negó a jurar la bandera apoyándose en la frase de Marx “los proletarios no tenemos patria”. También está la de su perdido libro de cuentos Juego de diversos, finalista en 1975 del concurso “Luis Felipe Rodríguez” de la UNEAC –por la época en que su autor trabajaba en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional- que jamás llegó a publicarse, y la asiduidad a la célebre Tertulia de la Funeraria en el parquecito de Calzada y K, durante esos años que definió “de esguinces literarios” en su poema Década oscura, y que conseguían preservar para la cultura cubana la autenticidad propia de los jóvenes.

Inadaptado a cualquier tipo de convención, con su rebeldía Esteban Luis Cárdenas buscaba ese desarraigo que le permitiese preservar un espacio personal frente a una realidad que atentaba contra el yo. En su poema Balada del cazador, de 1975, decía: “has escapado a los más veloces arcos,/ ya has cumplido tu rol”; y a propósito de su relación por esa fecha con una becada extranjera (la cual recordaría siempre como una historia triste) escribía en 1979 Subjetivación, dedicado “a Marta, la eslovaca”: “Aquí fue un sueño;/ al borde del océano, entre los pinos,/ en algún cuarto viejo, sin lámparas, ni muebles,/ solo con alma y lecho…”

Casi ignorado es que poco antes de su peculiar intento de salida de Cuba en 1978 (al punto de ser recogido por Reinaldo Arenas en Antes que anochezca), Cárdenas, acompañado de su hermano Diosdado y de su amigo Jacinto Muñiz, había acudido a pedir el consejo de un babalawo. A Esteban Luis Cárdenas Junquera lo dominaba una obsesión: irse. Uno de sus alocados proyectos, quizás verosímil para él, consistía en inflar muchos condones y conformar así un globo aerostático que lo levantase en peso. Desde meses antes, junto a un conocido de apellido Colás, había tratado de vender algunas pertenencias –entre ellas, en cincuenta pesos, un libro difícil de conseguir entonces: Ulyses- para dejar algo de dinero al la madre de su pequeña hija Addis Annia, aunque no es improbable que haya pensado salir con una modesta suma del país. Después de escucharlo, el babalawo solo le advirtió: “Si te vas, serás Osain”.

La “solicitud” de asilo político de Esteban Luis Cárdenas consistió en saltar del balcón de un tercer o cuarto piso de un edificio colindante con la embajada argentina. Alcanzó el suelo con varias fracturas en el cuerpo y los tobillos destrozados, lesiones de las que nunca se recuperaría. Devuelto por el personal de la embajada a las autoridades cubanas, debió ser llevado inmediatamente al hospital Calixto García para su ingreso. Osain es el orisha mayor de un solo brazo y una sola pierna… Condenado a quince años de prisión, su caso sería incluido dentro de un plan de indultos a fines de 1979, por lo que saldría de Cuba en enero de 1980.

Suele decirse que en Miami Esteban Luis Cárdenas padeció la pobreza, pero el término más preciso para él seria “miseria”, sumado a dos accidentes de tránsito, uno a inicios de la década del ochenta y otro a comienzos de los noventa, que afectaron aún más su capacidad de movimiento y le provocaron serios problemas de la vista. Osain es el orisha mayor de un solo brazo y una sola pierna, un solo ojo y una oreja chica y otra grande.

Aunque en Cuba había sido leído entre sus amigos más por sus cuentos que por sus poemas, a partir d su llegad a Estados Unidos, y más específicamente, tras la publicación en 1993 de su primer libro: Cantos del centinela, Esteban Luis Cárdenas será identificado como poeta. “Una poesía –a decir de Reinaldo García Ramos- de la existencia; que le interesa reflejar lo que trasciende en esa vida diaria: resumir, sintetizar”.

Su segundo poemario: Ciudad mágica, aparecería en 1997 en las Editions Deleatur de Ramón Alejandro, ilustrado con dibujos del pintor. Fue un ejemplar de este volumen el que hizo llegar a su hija Addis Annia con la dedicatoria: “Espero que te gusten estos versos, aunque según muchos, los de mi primer libro son mejores”. A punto de cumplir los veinticinco años, Addis Annia le había escrito por primera vez a un padre con el cual nunca había tenido contacto. En la primera respuesta del 12 de noviembre de 2000, este le confesaba: “Muchacha, tu carta, aunque hace más compleja mi enredada existencia, me alegró…”

La segunda sección “Ciudad mágica” da título al libro, y aquí el calificativo adquiere otras connotaciones, pues desde el poema Flash, la ciudad es más “mágica” precisamente por lo que tiene de “afilada”, o sea, de cortante. Al igual que Osain salió de la tierra como la hierba, la poesía de Esteban Luis Cárdenas surge de su existencia cotidiana al límite en el bajo mundo miamense que refiere en Barrio: “Barrio/ de estibadores, de drogadictos y noctámbulos,/ Se ven jardines apretados. Barcos/El olor activo y resinoso del río;/ Figuras esbeltas, misterios”. Se trata de poemas por momentos narrativos, en los que deja constancia, como en La luz de los pájaros, del desarraigo condicionado por el exilio: “Todo origen de las corrientes: cadáveres y/ sobrevivientes,/ ruinas del Golfo (memorias);/ como una invocación a la paz de los dioses,/ que entre el amor y el sueño,/ nos alejan”. Su introspección le permite la revelación del apocalipsis de una ciudad de “consignas, ferias y negocios” que insiste en transfigurar, a pesar de que como en Visitaciones del Atico y los espejos, esta no lo escucha: “Quien hilvana novelas o frescos,/ donde las escenas brotan para brindar/ una explicación (otro secreto),/ no podrá establecer la cifra en su sentido/ ni recibirá los brillos de las puertas”.

Esteban Luis Cárdenas volverá a su género inicial con Un café exquisito en 2001. Su “Introito”: “Un papel blanco para dibujar/ historias sin sentido –tal vez-/ o con el equilibrio del resto/ de los significados”, ayuda a comprender el volumen como un puzzle en el cada una de las partes, ya sean los cuentos o los poemas y las tres “Escenas” alternas, prevalece una conciencia del acto de escritura.

Las “escenas” no son más que la incidencia de la Ciudad Mágica en la imaginación, por ello la mujer enloquecida pregunta a gritos hacia cualquier parte: “¿No hay nadie?”, mientras a su alrededor caen los edificios de una urbe “intacta, en su derrumbe”. Las tres narraciones de “El General Marbas y El Escriba” adelantos de una novela nunca terminada permanecen inscritas en una tradición orwelliana y recogen los episodios de Sebastián del Cueto, sempiterno acompañante del caudillo. En “Sortilegio”, El Escriba es conducido por Marbas en una ensoñación pesadillesca, y en “Las uñas de Satanás”, conocemos que Del Cueto ha recibido el encargo de hacer una historia oficial, pero que en las madrugadas adelanta otra más personal y sincera, esa que según podemos deducir, estamos leyendo. Los relatos “Brtevedad del poeta antes de morir” y “Parábola” vuelven a la temática de la épica revolucionaria, pero desde un punto de vista inverso al asumido en la década del sesenta por Jesús Díaz, Norberto Fuentes y Eduardo Heras León. Respecto a los cuentos ubicados en el escenario underground de Miami: “Un café exquisito” fue adaptado al cine por el director Jorge Egusquiza; mientras “Alta Frecuencia” quizás sea el que más trasciende el testimonio de las vivencias del autor en las zonas “donde se mueve la droga entre desamparados, indios de la otra América, pordioseros, negociantes inescrupulosos y muchos tiradores de crack aunque, claro, más viciosos y fumadores que vendedores y también, por supuesto, autos de policías, soplones…” En medio de personajes como la prostituta puertorriqueña Verónica y su amiga, la ejecutiva Lucila, habituados a buscar piedras por la calle Flagler o a lidiar con cadáveres que hay que hacer desaparecer, Angelo, el marielito que trabaja como guardia en un cementerio, es un inadaptado: “aquí todo es dinero, egoísmo y falsedad. Esto es una mascarada y, aunque, a veces, uno pueda refugiarse en la soledad, eso, la soledad, es una cosa que va hiriendo en las entrañas…” dice. Por tal singularidad, su aspecto desagrada al expendedor El Brujo. No por gusto se le describe como “salido de otra parte” y termina sintiéndose mejor entre los muertos.

Como una tarde “mágica” recordaría siempre Esteban Luis Cárdenas su último encuentro con Reinaldo Arenas a fines de los ochenta. Carlos Victoria, Reinaldo y él se habían citado en un restaurante especializado en comida cubana, y durante la reunión que tuvo como epílogo la lectura junto al mar de uno de los capítulos de La travesía secreta de Victoria, sus dos amigos se complotaron en una trama que convenciera a Cárdenas de la falsedad de los rumores del sida padecido por Arenas. Arenas y Victoria en realidad no hicieron más que crear una fabulación dentro de la realidad, que como se entiende al revisar sus biografías, será el único terreno donde los tres escritores encontrarían siempre una tregua para adueñarse de sus destinos.

Cárdenas fue también uno de los poquísimos amigos cercanos al novelista Guillermo Rosales en Miami, hasta el suicidio de este en 1993. A esa profunda fidelidad que debía esquivar todos los continuos obstáculos levantados por una personalidad irascible, correspondió Rosales eternizándolo en su literatura. Son el negro Cárdenas y Charles Victoria (inspirado, como es obvio, en Carlos Victoria los personajes que al inicio del cuento “Nadie es una isla” ven malogrado su desayuno en el lijoso restaurante de la Esquina de Tejas ante el espectáculo de un mendigo que se da bofetadas a si mismo. La propensión de ambos a sensibilizarse con el lado ingrato del ambiente miamense radica en que figuras como ese individuo enloquecido constituyen el reflejo de su propia condición.

Igual de loosers son el Willian Figueras de la novela Boarding Home y su amigo El Negro, cuyas visitas cada una o dos semanas al infernal asilo son el único nexo del protagonista con la sociedad. Solo en esos momentos Figueras vuelve a ser un escritor: El Negro le lleva El tiempo de los asesinos de Henry Miller, un ejemplar de la revista Mariel, le comenta de la reciente muerte de Truman Capote y ambos sueñan con recorrer el barrio gótico de Barcelona, apreciar los originales de El Greco en la catedral de Toledo y hacer la ruta de Hemingway en The Sun Also Rises:

  -Tú, Willy –dice entonces-, deberías cuidarte más.
  -¿Es muy destruido, tú?
  -Aún no –dice-. Pero trata de no caer más.
  -Me cuidaré –digo.

  El Negro me da una palmada en la rodilla. Comprendo que ya se va. Saca una cajetilla de Marlboro a  

  Medio consumir y me la entrega. Luego saca un dólar y también me lo da.

  -Es todo lo que tengo –dice.
  -Lo sé.



Simbólicamente, en aquellas visitas (reales) que hacía al hospicio donde estaba internado Guillermo Rosales, y que inspiraron pasajes de Boarding Home, Esteban Luis Cárdenas asistía a una revelación de su futuro, pues pasaría los años siguiente, con algunos intervalos, en instalaciones similares, para finalmente acabar en una de ellas. La diabetes avanzada y las secuelas de sus accidentes, además de acentuar su limitación de movimiento, le dificultaban escribir. Por ello en la mayoría de los poemas del que sería su último libro, Transfiguración, el lenguaje simula cierta mutilación. El desorden de palabras en la página es solo a primera instancia caótico, pues Cárdenas insiste, de una manera más esencial –no le queda más remedio tampoco, apenas puede esbozar notas en una letra de molde muy accidentada-, en compartir sus preguntas y descubrimientos, ya que verdades, no puede alcanzar nunca en un mundo ya de por sí difícil de percibir, como el d Split-Fingers: “Punteos sensoriales,/ resonancia electro/magnética./ -Bitácoras,/ ciclajes tecnológicos,/ Internet,/ explanación…”, más aún, cuando se ha tenido una existencia en constante litigio con vaticinios y destinos signados, razón de sus Versos Antiguos de la Muerte: “y luego, que torna en trizas/ a los entes –si la entorpecen-,/ regresa al templo…” Así recurre a la cursiva para enfatizar el significado de determinados conceptos: grieta, identidad, reiteración insular, existencia propia, tiempos disueltos, encantamientos, ninguna parte, trono de cenizas, que a veces se componen entresacando las palabras destacadas: la realidad se esfuma, existencia clama sueño dicho.

De su etapa en Cuba, durante la presentación de Transfiguración en Mayo de 2008, Esteban Luis Cárdenas resumía que su mayor enfrentamiento había sido su propia honestidad. Fuese por el análisis de los sucesos pasados (en uno de los Proverbios de su libro recoge: “El que no entiende,/solo empuña/amargor”) o por una actitud (en Victimizar plantea: “Permanecer/ en constante evocación,/ inclínase/ a/ desvanecimientos/ bisoños”) mostraba haber desterrado cualquier resentimiento al reconocer que “no es obligatorio que el dolor sea absoluto”.

Al joven entusiasmo por la vida que su hija Addis Annia le mostraba en una carta, el padre oponía un remedo de refrán: “El que mucho quiere, poco abarca”, y le agregaba: “Tal vez es poco atrapa”, conformismo ausente de su poema Congeniar, en el que es capaz de proclamar su finalidad como escritor: “Como posee sabor a fuego,/mi lengua de metal, no tendrá/ el gusto perverso del rejuego,/ porque, en presta entonación divulgaré/ cantos de libertad por todas/ las abejas”.

Para agosto de 2008 Esteban Luis Cárdenas apenas salía del home donde residía en Hialeah. Su único contacto con el mundo exterior prácticamente era por vía telefónica. Los pocos que lo llamaban debían tener algo de paciencia, pues el teléfono quedaba algo distante de su habitación, y él caminaba con lentitud. A través del poeta George Riverón, editor de Transfiguración, establecí contacto con Esteban Luis Cárdenas y él aceptó a que lo entrevistara. No sabré jamás si habría resultado de ello una buena o mala entrevista, ni siquiera lo conocería o trabaría relación con él. En el quizás desmesurado cuestionario de cincuenta preguntas que hice llegar a Riverón para que se lo leyera y grabara las respuestas, interpelaba a Esteban Luis Cárdenas sobre aspectos específicos de sus libros y su vida:

 ¿Tiene la capacidad de refugiarse en sus orígenes y el silencio durante los estremecimientos?


Siempre me refugio en mis orígenes. Mi obra es el producto de todo lo que he vivido, de todo lo que a diario vivo. Puede que mucha gente no lo entienda, pero es que mi vida, a veces, es difícil de entender. Soy un hombre del silencio, él está por todas partes, es lo que me queda.


¿En qué momentos considera que la circunstancia le ha impuesto el contenido a su poesía?

Toda mi vida ha estado basada en circunstancias y mi poesía es mi vida.

¿Qué demonios le ayuda a exorcizar la poesía?

Hay tantas cosas que me obligan a escribir. Los recuerdos, la soledad, el dolor, la muerte tantas veces tocando a mi puerta.

¿De qué le es imposible sustraerse al poeta que “cuenta sus limosnas” aun cuando “piensa/ en Altamirano, en los carruajes griegos/ y en la frondosidad de Africa”?

De la realidad. Es imposible alejarse de la realidad. Yo soy un poeta de la realidad, que no es la realidad de todos. Mi realidad es el pasado y el presente a la vez, es que los dos van juntos y ya nada puede separarlos.

¿Qué atmósfera necesita para escribir?

He aprendido a escribir en todas las circunstancias. Al principio me costaba abstraerme en el bullicio de los otros, pero el contexto te obliga. Tengo mi propio tiempo para escribir y ese no tiene horarios. Ya no es igual que antes, ahora necesito paciencia porque las palabras van formando versos demasiado rápido en mi cabeza y mi mano ya no le acompaña. Ahora la memoria es mi mano y mi hoja en blanco. Tengo que repetirme varias veces el verso en la cabeza para poco a poco irlo escribiendo. Mi físico me va abandonando, pero la poesía jamás.

Esteban Luis Cárdenas solo alcanzó a responder estas cinco preguntas en la primera semana de diciembre de 2008. A mediados de ese mes, desapareció. Después de una larga búsqueda, a finales de marzo siguiente recibí un correo de Carlos L. Velazco, mi padre, que empezaba: “Encontré a ELC”. Cárdenas permanecía ingresado en el hospital Jackson de Miami. Había costado trabajo dar con él.

La tarde del 2 de abril de 2009, Carlos L. Velazco pudo visitar el Ala Sur del Jackson. Estaban Luis Cárdenas ocupaba la habitación 512. Producto de un severo derrame cerebral (stroke), ya no podía hablar, y apenas comunicarse. Aún así, las enfermeras recomendaban hablarle, pues entendía, reaccionaba cuando se dirigían a él y se esforzaba por comunicarse, sin conseguirlo. Pero jamás recibía visitas.

“Así que creo se acabó el capítulo de ELC y de una forma bien triste”, terminó Velazco su correo. No obstante, aunque la salud no lo acompañaba en lo más mínimo, Esteban Luis Cárdenas moriría el 8 de agosto de 2010, después de resistir dieciséis meses. Osain es capaz de alejar a la Ikú. Las tantas antologías y selecciones que no lo incluyen y que ningún crítico hay atendido su obra en Cuba, no hace más que recordarnos esos casos en que exponentes vitales y genuinos de una literatura permanecen fuera de lo que se entiende como el inside de la cultura. Con sus cuatro libros Esteban Luis Cárdenas logró alejar definitivamente a la verdadera Muerte para un escritor: el no escribir. En verdad su capítulo no ha terminado. Porque nunca se sabe.


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CARLOS VELAZCO (La Habana 1985). Periodista y editor. Su ensayo “Alguien tiene que angustiarse por René Jordán” fue incluido en el volumen de conferencias Escritores olvidados de la República (2012).


NOTA: Esto es una transcripción del artículo aparecido en el número 78 de la revista Unión, 2013. Páginas 84-89. Velazco es el jefe de redacción de dicha publicación. En las páginas siguientes del número hay una selección de poemas y cuentos de Cárdenas



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REINALDO BRAGADO BRETAÑA [18.859]

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Reinaldo Bragado Bretaña 

(La Habana, Cuba, 1953 - Miami, EE. UU., 2005). Se graduó de Licenciatura en Historia en la Universidad de La Habana. En 1977 fue arrestado y condenado por intentar abandonar el país. Bragado fue liberado en 1981 y no cesó en sus empeños literarios, que fueron invalidados por la censura. Se integró a las actividades del Comité cubano de derechos Humanos, donde dirigió la sección de arte y fomentó las creaciones independientes. Salió al exilio en 1988 y se radicó en Miami, donde desarrolló una prolífica obra narrativa, ensayística y periodística. Fue columnista de Diario Las Américas. Entre sus obras más conocidas figuran las novelas La estación equivocada (1988), La ciudad hechizada (Finalista en el concurso “Letras de Oro” de 1989) y La noche vigilada (publicada en inglés en el año 2004); también sus libros de cuentos Bajo el sombrero y En torno al cero, y sus poemarios El álbum de las sombrillas (1995) y Curazao 24: cuidado con el perro (2004). Publicó además La Fisura, dos tomos de testimonios sobre los derechos humanos en Cuba. En Miami creó también el Magazín literario El pequeño Café.


Caligrafía

Tengo una pésima caligrafía.
Cuando escribo silencio me sale ruido
y las letras conspiran en el papel
para formar palabras que no quiero.
Tengo una pésima caligrafía
tal vez porque soy zurdo
y lo que escribo no es premeditado.
Pero nadie me cree,
nadie,
y me culpan por lo que escribo
a pesar de que tengo una pésima caligrafía.


Corales
 
Ojos de llovizna que fabrican la columna al cielo.
La danza termina en el espacio de pan y vino
y todos bostezan el aburrimiento del sol.
Es tremendo navegar sin sueño,
cruzar el mapa con la fuerza única de los fósiles.
Todo alineado tras el cepillo profiláctico.
Higiene y orden.
La muerte sabe a musgo y veo burbujas bajo el agua.
Hay un naufragio majestuoso en el centro de mi cuarto.
 
 
El camuflaje
 
La vecina siempre está en su puerta
cuando entro a casa.
Tal vez le llame la atención que yo sea joven aún,
que sonría
o que no espere por el pan.
Ellos y los otros
me miran de un modo raro.
Algunos transeúntes vuelven la cabeza
cuando paso
y estudian mi talante.
Temo que ya noten mis ideas
por encima de la piel.
No sé qué será de mí
cuando no tenga camuflaje.
Espero que un hada maravillosa me salve
con un beso de suerte
o algún sombrero divino que oculte mi identidad.
 
 

Manual de recursos para vivir hasta mañana
 
Para llegar vivo a mañana
podría inventar varias cosas.
Escuchar a los Beatles siempre ayuda a superar el día,
o decir a cualquier mujer
“ámame como si fuera otro durante la noche, por favor”,
hasta caer agotados al amanecer
cuando en el barrio se escuchan ruidos de desayuno
y preparativos de trabajo.
Puedo hablar por teléfono con un amigo
y escuchar su alegría,
permitir que me toque
a través de alguna canción de espera.
Puedo inventar bañarme,
afeitarme y vestir ropas limpias
para salir al mundo disfrazado de hombre cuerdo y uniformado.
También tomar café sorbo a sorbo
hasta caer intoxicado
o fumar demasiado para mis pulmones
hasta toser el aburrimiento.
Puedo preparar un banquete de mendigos,
aceptar alguna visita que me dejará vacío,
tomar el sol,
nadar en la playa.
Puedo llenar otra cuartilla de una novela inconclusa.
Puedo pensar en Dios,
en alguien que esté peor
y también puedo mirar al espejo
y observar mi cuerpo desnudo
desintegrarse con la época.
Para vivir hasta mañana puedo inventar varios trucos,
variantes de trampas de otras trampas y así,
al menos,
llego a mañana respirando
y podré leer este poema como un manual de recursos
para vivir hasta mañana.
 
 
La cerradura
 
La cerradura murmura combinaciones
que predicen universos.
A veces me encierra
a soledad hermética de libros y música.
Otras me libera
Abriendo al mundo la puerta única.
 
Por la cerradura espío y me espían.
Tengo la llave colgada al cuello
y envejece conmigo.
Hay cerraduras para cada habitación
y es sólo cuestión de tacto
lograr que liberen o encierren.
 
Las cerraduras las inventó el hombre
y el hombre las disfruta o las sufre:
siempre hay algún inventor de cerraduras
para cualquier habitación ocupada.



Consejo para un viaje

Te lo aseguro yo que regreso de un viaje largo.
Debes guardar el beso como algo sagrado,
sujetarlo junto al árbol sabio,
no mirar los lados y seguir.
Si alguien te hala
no caigas en la trampa.
Guarda tu beso,
cuídate de lobos y ovejas,
de solícitos guías
y protectores padres voluntarios.
Te dirán miel en las palabras
para drogar tus sentidos
No creas.
Te lo aseguro yo que regreso de un largo viaje largo.
Y perdí muchos besos en el camino.

 

Las prendas de vestir poseen vida propia

Mi pantalón esta estrujado.
Veo el espejo y las aldabas,
los trucos de tu cuerpo que ya no engañan.
Leo en tu mano
las desventuras de una verja.
Mi pantalón esta estrujado,
un zapato desertó y la fina lluvia
amenaza el almuerzo
Clavé en la fachada
un aviso perturbador esta mañana.
Nadie pregunta y solo vigila mi pantalón estrujado


Estados de ánimo

Hay estados de ánimo inexplicables,
como descansar un rato o no escuchar más,
decir a cualquier paseante préstame tu sombrero y
toma el mío,
o gritar frente a una estatua
palabras que sólo los muertos escuchan sin inmutarse.
También el desvelo,
el amor,
el apetito
y el deseo de comer una naranja azul.
Hay estados de ánimo inexplicables,
que nadie entiende,
que no llegan a parte alguna,
que son exclusivo privilegio del demandado.
Hay estados de ánimo que provocan diluvios
y el exterminio de las arcas.

Estos textos pertenecen al libro Curazao 24: cuidado con el perro (Editorial Outsider, 2004).
 






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ALEJANDRO MESA [18.860]

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ALEJANDRO MESA

Alejandro Mesa (La Habana, Cuba  1994). Ganador con sus relatos de los Encuentros Provinciales de Talleres Literarios de La Habana: segundo lugar en 2005 y 2009, y primero en 2007. Incluido en la antología S.O.S. Ternura (Ediciones Extramuros, 2008). Mereció el Premio Especial Ediciones Extramuros 2009 y el Premio Especial de la Asociación Hermanos Saíz en el Encuentro Provincial de Talleres Literarios de 2012. Ha publicado poemas y narraciones en diversas revistas literarias. Autor de la novela “El desmemoriado” [inédito].





Estos textos pertenecen al libro El descenso, en proceso editorial por Editorial Silueta.



Purgatorio

3

Los miedos: mis grilletes.
Soy un condenado.
La mente obliga a divagar,
pensar tortura a veces.

La muerte-piedra es un tema recurrente:
yo seré roca tierra aire nada(: muerto espacio-tiempo),
tú serás muerto espacio-tiempo,
¿ellos? son muerto espacio-tiempo.
Todo es irrelevante como un átomo en el aire.
El tiempo se disuelve,
yo me disuelvo.

También la muerte-mar, en ocasiones, me deprime
(quizás menos que la horrible muerte-piedra):
seré línea infinita inagotable corriente de puntos
            [infinito espacio-tiempo.
Lloraré por ti si murieres piedramente,
lloraré por ti mientras te recuerde,
lloraré el vacío al olvidarte.
Estaré consciente de haberte olvidado,
de haberme olvidado;
estaré consciente de ser otro,
de morir despacio eternamente.

Yo solo quiero eternitud y Alzheimer.



9

Cada parpadear es una muerte.
Eso lo aprendí del otro
que lo aprendió del otro anterior a él.
Lo sé como un recuerdo
y esos otros con mi nombre
no hubiesen sido suspiros
muriendo bajo la misma carne,
hospicio fugaz,
intermitencia de esa nada que me parió matando
y habrá de matarme pariendo
alguno que continúe rumiando el purgatorio,
presenciando el deceso de su madre heredada
mientras, soñolienta, prepara mi café,
que es café del próximo y el siguiente a ese.



13

Yo soy un espacio.
No la infinitud donde cabe la galaxia.
Ni siquiera una porción donde quepa mi cuerpo de
                    [cosmonauta.
Yo soy un espacio en ningún lugar del universo,
tampoco en otro lugar que no sea de este universo.
Yo soy un espacio vacío
(no es cacofonía semántica).

Incluso, aunque te rías (lo cual sería bueno)
podría compararme con una vagina,
o algo así.
Una especie de vagina que no es vagina sin nada adentro.

Pero en tan poco espacio,
aunque esté vacío,
no cabe nada,
ni siquiera tú.

Aunque bueno,
si por lo menos estuvieras cerca
podría hablarse de lugar y de tiempo.

De momento es imposible demostrar mi existencia.




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YAMILKA NOA [18.861]

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Yamilka Noa

Yamilka Noa Justiz, nació el 31 julio de 1980 en Cuba. En 2006 publicó La pasión Detrás de la ventana. En 2009 se marchó a Costa Rica, país del que adquirió la nacionalidad. Entre 2009 y 2013 estudió Producción de Cine en Londres, en la Universidad de West London. En 2009 presentó su libro Mi miedo Sólo mío, en el Barbican Centre y en 2010 publicó su primer libro en inglés: Echoes of sorrow, al que li siguió Love & despair en 2013.

Forma parte de diversos grupos literarios.

BILIOGRAFÍA 

La pasión detrás de la ventana] (2007)
Travesuras del alma (2008)
Mi miedo sólo mío (2008) 
Echoes of sorrow (2010)
Love & despair (2013)

PREMIOS

Premio mundial de poesía Nosside 2007
Farrago Zoo Awards, 2010.



Apariencias 

No te pierdas Yamilka, 
no hay puentes hacia él. 
Esa línea casi invisible que ves, 
que canta, que engaña; 
te va a matar. 
No te pierdas, 
ya Penélope existió. 

(Del libro "Ecos de tristeza") 




Ángel del viento

Otro ángel observándome desnuda
robándole un pétalo a mi alma de flor
otro que ha logrado tocar
mi piel de hierbabuena.

A cuantos ángeles despertará 
mi canto de la verdad
mi renacimiento primaveral.

Yo digo que fui creada
en un jardín celestial
por eso mi fragilidad de orquídea.

Pero tú, ángel del viento
tú que robas sin resentimientos
que desvistes con los ojos 
con qué mano me tocas que estoy retoñando?

Cuántas veces pueden nacer los ángeles?
pues acaso yo también soy un ángel
acabado de nacer
invadida por el miedo
con estos ojos de verano que me impiden
encontrar el manto que una vez me protegía
(demasiada luz) 

Hay tanta luz en el nacimiento!
y en la muerte?
No, no hablemos de muerte
más de mi tímida desnudez
esta que te ha resucitado
me ha resucitado

ángel.




Razón del viaje

Camino por la luna…
espero un beso febril, y puede que algo más.
Cada día, una liana simbólica se enreda en mi cuerpo,
pero no es una prenda que resguarda;
no es un mimo.

Apenas doy un paso alguna estrella se derrumba…
en las noches se me dificulta la actitud de caracol,
entonces, me desvelo en el monótono trabajo
de extirpar masa pétrea de mis pies y de mis manos,
y temo, que se me venga encima el universo;
me consuela saber las cicatrices,
intachables pruebas de mis sergas.

Es todo una aventura, es todo por un beso.

Parece que la luna es infinita,
tanto tiempo recorriendo su cuerpo de nata y maleficios.
Tan perfecta y tan pérfida balancea en su misterio
a este cuerpo frágil y gastado, ahora por la espera.

Sospecho tan cerca la certeza…
sé que debo olvidarme de papalotes y helicópteros azules,
este debe ser un juego transparente, un sorteo de la vida…
aun queda oxigeno para prolongar el viaje.

Estar en el limbo por un sueño es cosa seria.
Camino por la luna…
Quizás te haya sentido y no lo creo,
puede que ya conozca tu sabor: amarando y fresa?
Podría suceder que nunca llegues… esta parte no la quiero imaginar.

Camino por la luna, han pasado treinta años, han pasado.
He intentado abrazar la quinta esencia pero todo se me ha resistido,
de ahí: las heridas en el cuerpo, el desvaír de mis ojos,
el candor que todo oculta.

Es cuestión de principios concederle a mi espíritu un beso,
es por eso que he venido a este planeta,
por un beso febril,
y puede que algo más.




Revivir

En estos días muero renazco 
vuelvo a morir nace el sol 
muere la lluvia en mi ventana 
y le alargo una mano para acompañarla 
a su entierro en el aire 
Por lo menos alguien me llora 
Por lo menos alguien me moja

En estos días la esperanza se viste 
yo me desvisto 
me espanto al mirarme al espejo 
y verme en harapos 
El espejo ve más allá 
él refleja lo que soy 
la niña extrovertida 
la mujer displicente 
que se sujeta a las manecillas 
del reloj detenido 
se pone a bailar un vals 
y luego sofocada se posa 
bajo el agua muerta 

En estos días estoy loca 
quiero romper el espejo 
entregarme sólida a la lluvia 
cambiarle el traje a la esperanza 
alucinarme de lo bello 
calentarme con el sol 
o que él me caliente penetrándome 
un rayito por la ventana 
Revivir 
Sin muerte premeditada 
Revivir 
En estos días quiero 
cambiar la versión de mi vida.




Desvelada

Eran las doce de la noche.
Yo caminaba por Kentish Town.
El frío pesaba en mi nariz y en mis manos.
Mi frente aun reñía por tantos pensamientos confusos:
por eso la boina naranja,
el maquillaje clinique,
los pasos imprecisos.
Ya no recordaba de dónde venía.
Sabía que iba a asesinar a la memoria
-No en Kentish Town- me dije.
Llegué a mi casa, entré a mi cuarto, apagué las luces,
me recliné en la cama… (como siempre sería yo la víctima).
Hubo una lucha, resistencia, golpes sin manos, y una voz que hacía de árbitro;
una voz miserable, ¿acaso ella procuró este juego?

Nadie ganó la pelea.
Vagué de nuevo, mientras clareaba, por Kentish Town;
esta vez sin boina (la memoria resfriada)
y en silencio.


Preliminar

Después del maquillaje,
el vestido rosa, las risas…
La copa de sangre esperando.

-¡No la tragues! – me digo.

Sé que terminaré suicidándome
de mí misma.
Me veo ya pálida,
desmayando en los brazos del silencio,
sofocada por el caos
que mantiene en orden mi vida.

-¡No la tragues!, - me digo.

La soledad me preparó el trago
venenoso.

Poema del libro inédito "Ecos de tristeza"



En mi interior

Hay un funeral en mi estómago.
Alguien da pico y pala.
Algo me arrolla muy dentro.
Y aunque no puedo ver sé
que vomita sangre en cada tajo
mi hígado,
de miedo ebrio.

Hay un muerto en mi interior.
Siento la peste.
Presiento los gusanos,
felices por fin del alimento.
Hay un crematorio
ubicado en mi vientre de azucena.
¡Ay mi vientre de azucena!


Hay otra mujer
putrefacta por los nervios
dentro de mi ser.
Hay un hilo invisible
que amarra mi fuerza
que ahorca mi voz.

¡Ay de mí!

En mi interior se está acabando
el mundo
y yo no puedo gritar.





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DORA ALONSO [18.862]

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Dora Alonso

Doralina de la Caridad Alonso Pérez (más conocida por su seudónimo Dora Alonso, Recreo, hoy Máximo Gómez, Matanzas, 1910-2001) fue una escritora cubana, Premio Nacional de Literatura.

Dora Alonso es la autora cubana para niños más traducida y publicada en el extranjero y la que cuenta con mayor número de ejemplares. Su estilo literario narrativo está basado en la sencillez y manejo de las emociones. Siempre resalta en sus textos al campesino cubano recreando sus valores humanos y amor por la naturaleza.

A los nueve años de edad gana el primer premio del concurso literario provincial "Estela Brochs de la Torriente" (1919) y publica su primer poema en 1926 (Amor, en El Mundo). En 1933 trabaja como corresponsal del diario Prensa Libre, de Cárdenas, en Máximo Gómez, y al año siguiente ingresa en la organización antiimperialista Joven Cuba, donde conoce al tabacalero Constantino Barredo Guerra, que se convertirá en su compañero.

En 1953 adopta a José Joaquín Alfonso Malagón, un niño mulato de 7 años, y en 1955 conoce al comunista Fausto Rodríguez Sánchez, que al año siguiente se convierte en su nuevo compañero.

En los años cincuenta escribió piezas teatrales para el títere cubano Pelusín del Monte, recuperado por el dramaturgo y titiritero Freddy Artiles para la televisión cubana, en el programa Despertar con Pelusín.

Fue también guionista de radio y televisión, novelista, dramaturga y periodista, galardonada con premios tanto nacionales como extranjeros.

Premios

1944 – Premio Nacional de Novela
1961 - Premio Casa de las Américas por la novela Tierra inerme
1971 - Primer premio en el I Festival de Teatro Infantil de Vallenar, Chile por Cómo el trompo aprendió a bailar
1980 - Premio Casa de las Américas en la categoría de obras para niños y jóvenes con El valle de la Pájara Pinta
1981 – Distinción por la Cultura Nacional
1988 – Distinción Félix Varela de primer grado
1988 – Premio Nacional de Literatura
1997 – Premio Mundial de Literatura Infantil José Martí

Obra

Narrativa

Agua pasada, La Habana, Ediciones Unión, 1981, (Colección Cuadernos Girón)
Aventuras de Guille en busca de la gaviota negra, La Habana, Editora Juvenil, 1991
Cuentos, La Habana, Ediciones Unión, 1976 (Colección Bolsilibros Unión)
El caballito enano, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1968, (libro-disco)
El cochero azul, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1975
El libro de Camilín, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1979 (Colección Arco Iris)
El valle de la Pájara Pinta, La Habana, Casa de las Américas, 1984 (Colección Premio)
Gente de mar, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1977 (Colección Universo)
Juega la dama, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1989 (Colección Giraldilla)
Letras, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1980 (Colección Letras Cubanas)
Once caballos, La Habana, Ediciones Unión, 1970 (Colección Contemporáneos)
Ponolani, La Habana, Ediciones Granma, 1966 (Serie del Dragón)
Sol de Batey, radionovela, 1950
Medialuna, novela
Tierra inerme, La Habana, Casa de las Américas, 1961 (Colección Premio)
Tres lechuzas en un cuento, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1994 (Colección Biblioteca Escolar)
Una, La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1977 (Colección Mínima-Narrativa, 9)

Poesía

El grillo caminante, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1981
Escrito en el verano, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1993
La flauta de chocolate, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1980
Los payasos, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1985
Palomar, La Habana, Ediciones Unión, 1979, (Colección Ismaelillo)
Suma, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1984 (Colección Mínima-Poesía)
Viaje al Sol, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1979 (Colección Jardinerito)

Teatro

Doñita Abeja y Doñita Bella, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1976
Espantajo y los pájaros, La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1966 (Colección Biblioteca del Teatro Infantil, 1)
Pelusín del Monte, La Habana, Editorial Gente Nueva (Colección Arco Iris)
Teatro para niños, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1992 (Colección Biblioteca Escolar)



La presumida

A Nubia.

La brujita rosada,
¡tan presumida!,
para acudir a la Plaza
se ha comprado una sombrilla;
un abanico de guano
para el verano,
y zapaticos negros
para el invierno.  


Las informales

Qué flores más informales
Las que tienen la picuala:
Son distintos colores…
¡y con olor a manzana!



Madama

Gran señora del jardín
-de ropa y quitasol verdes-,
ya se recoge la falda
para no rozar el césped,
ya entre remilgos se luce
y melindrosa se mueve.
¡Qué elegancia
de figurín de copete,
la madama!



Caballero

Caballero es el romero.
A la feria, de sombrero,
va el romero, y de bastón.
Y no sabe el caballero
que primero -¡lo primero!-,
si se toca el corazón,
es sentirse compañero,
aunque vaya sin dinero
ni corbata el caballero,
sin sombrero ni bastón.



La flor de la calabaza

Por la tarde, en la ventana,
¡qué amarillita lucía
la flor de la calabaza!
El maíz dijo al pasar:
-Ese color tan bonito
se lo acabo de prestar.


Como una niña fina

A Belkis, que ya sueña.

Como una niña fina,
la flor de pascua,
si la moja el rocío
le da las gracias:
-Muchas gracias, Rocío.
-No hay por qué darlas.
-¿Hasta mañana, entonces?
-Hasta mañana.


En la casa que recuerdo

En la casa que recuerdo,
en la casa,
entre el naranjal y el cielo:
Plátano indio,
plátano congo,
plátano enano,
plátano Johnson,
¡y el amarillo manzano!

-En la casa que recuerdo…
Mamey,
mamey colorado,
y Santo Domingo.

Chirimoya, mamoncillo,
guanábana, canistel,
meloncito…
-En la casa…

Naranja de China,
naranja moreira,
mandarina,
y naranjita cajel.

Piña morada, caimito, coco.
Marañón y tamarindo,
fruta del pan…

-entre el naranjal y el cielo.
Anón, ciruela, zapote,
fruta bomba, manga blanca,
guayabita del pinar,
¡en la casa que recuerdo!




El Arte de Trascender

(Homenaje a Dora Alonso)

Por Liliana María Gómez Luna

Doralina de la Caridad Alonso Pérez, Dora Alonso (1910-2001), matancera, cubana, considerada un clásico de la literatura para niños y jóvenes en América Latina. Es la autora cubana para niños más conocida, traducida y publicada en el extranjero. Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, portugués, ruso, ucraniano, moldavo, polaco, checo y rumano, entre otros idiomas.

Con un estilo literario narrativo marcado por la sencillez y manejo de las emociones, logró encontrarle un lugar especial en su obra al campesino cubano, a sus valores humanos y a la campiña, con un singular acercamiento a la naturaleza. Fue también guionista de radio y televisión, novelista, dramaturga y periodista, galardonada con varios (muchos) premios tanto nacionales como extranjeros. Gana el primero en 1919, con solo 9 años, en el concurso literario provincial “Estela Brochs de la Torriente” y publica su primer poema en 1926, con 16 años (Amor, en El Mundo). En 1936 obtiene el premio de cuento en un concurso convocado por la revista Bohemia y diez años más tarde gana el premio periodístico E. J. Varona e inicia su labor como escritora de radionovelas.

En la década de 1950 hace dos cosas que marcan su vida; en 1953 adopta a José Joaquín Alfonso Malagón, un niño huérfano pinareño de 7 años, y en 1956 inicia su producción literaria para el público infantil, escribiendo piezas teatrales para el títere cubano Pelusín del Monte, que mantenía un espacio en la televisión, a solicitud de los teatristas Pepe Carril, Carucha y Pepe Camejo (Pelusín y los pájaros y Pelusín frutero).

Y si bien muchos la relacionan con este simpático personaje, al cual sin dudas puso mucho texto y  gracia, yo la recuerdo por El valle de la Pájara Pinta, Premio Casa de Las Américas en la categoría de obras para niños y jóvenes, también por El Cochero Azul, por La Flauta de chocolate, y por aquel libro-disco… El caballito enano, con música de Olga de Blanck, que escuchaba una y otra vez, sin cansarme. Aquel caballito ¨diferente¨ que daba el espectáculo mejor del mundo tremebundo con bridas de tisú oro, un penacho de plumas y un sillín bordado con hilos de plata…para lo cual cambiaba su dulce nombre por el de Piccolino. También recuerdo el texto de aquella habanera que aún trae un poco de música a mis oídos…Niñito cubano/ qué piensas hacer?/ Un mundo más justo/ que el mundo de ayer… Y Dora también llega a mi recuerdo con sus novelas Sol de Batey (radionovela) y Tierra Brava. Muchas de sus novelas Río abajo, Tierra nueva, Tierra Brava, Por los verdes caminos [Tierra adentro], Flor de aguinaldo y Rancho Luna, han sido radiadas en varios países (Puerto Rico, Panamá, El Salvador, México, Nicaragua, Colombia, Brasil, y Venezuela).

Y es que entre sus premios no sólo estaban aquellos que reconocían su obra para niños y jóvenes. Doralina fue galardonada en 1944 con el Premio Nacional de Novela, en 1961 con su primer Premio Casa de las Américas por la novela Tierra inerme, y es a partir de 1971, tras obtener el Primer premio en el I Festival de Teatro Infantil de Vallenar, Chile,  con su refrescante obra… Cómo el trompo aprendió a bailar que comienza a reconocerse su legado a la literatura infantil, que encuentra en 1997 el máximo reconocimiento con el Premio Mundial de Literatura Infantil José Martí, otorgado en Costa Rica.

A partir de 1960 desarrolla una importante labor dramatúrgica dirigida a los niños; crea piezas teatrales como Tintín Pirulero, Bombón y Cascabel, Mandamás y El sueño de Pelusín (estrenadas por el Guiñol Nacional de Cuba), Espantajo y los pájaros, Quico Kirico y El adivino Cachucho, entre otras muchas.  En 1964 publica por entregas en el semanario infantil del periódico Revolución su novela En busca de la gaviota negra. En 1975 aparecen Martín Colorín y sus hijos, todos vestidos de azul, y como si fuera poco, Azulejo, a quien le sacan una guitarra de la oreja. El Cochero azul, que nos llevó a un mundo fantástico en el que unos payasos encantadores de mariposas, pueden iluminar la noche tan solo soplando una botella, llevó a Dora hasta lugares mágicos de nuestra isla, lejanos de su Matanzas. Y en aquella escuelita de Baracoa, donde asombró por su sencillez, dejó sus libros dedicados y el recuerdo eterno, en aquellos niños, hoy hombres y mujeres, que le enseñan a sus hijos, fuera o dentro de Cuba un poema o un cuento de Dora Alonso. El Cochero azul, tuvo una primera edición de 200.000 ejemplares y de él se han hecho adaptaciones al cine (para dibujos animados), al teatro e incluso al ballet.

En su obra literaria para niños y jóvenes destaca la narrativa. Me es cercano el libro En busca de la gaviota negra, con un nuevo concepto de aventura, en el que se descubre la vida marina, desde la percepción de un científico enamorado de la naturaleza y desde el auténtico modo de mirar de un pescador que se siente y es parte de ese mundo. En el centro de este ejercicio noble y positivo, está Guille y estuvimos todos sus lectores, pro hay poesía y teatro y magia.

Doralina hizo coexistir personajes cotidianos e insólitos de forma armoniosa: Cirilina, Felo Puntilla, Juan Palomo, el gato Musu, el venado Guaney, el delantal Garralén o el indiscreto farol del mago Cacafú, Pancho Poco, alias Doblepé, la gallina Suprema Nocturna Clase A, el gato Sucu-sucu, la iguana Lola Galindo, el caballito Pirulí quien creo recordar que nació en Arboleda; el alcatraz Bolsilibro y Fierabrás el domador sometido por su malcriado león y apasionado por la equilibrista Zapatilla, a los que llevó hasta lugares con nombres increíblemente criollos como San Ciprián de los Remolinos, Jorobitas, Cocotazo o Pulgar del Zurdo. Los magos y payasos son recurrentes en su obra, quizás por aquello que explica en su poema Nostalgia…La pobreza mayor, es no llevar un circo en la memoria…Sus magos y payasos son tan coloridos como diversos, y pudo Pelusín del Monte conocer al embustero Gorgonio Refistolonio, andarín e interesado de quien se vale Dora Alonso para describir la bondad sin límites del hombre de campo; y es un niño quien descubre al tramposo mago Cachucho. Los payasos, alegres y dicharacheros, con zapatones y mucho color, esos a quien llamó las estrellas del circo, llegan sonando cascabeles y silbaticos de lata, los que por cierto, muchos tuvimos la oportunidad de sonar en nuestras fiestas infantiles. Llega el payaso Cascabel, lleno de colores y con gorro puntiagudo, quien bien conoce los caprichos y malacrianzas de un león, llamado nada más y nada menos que Bombón. Pomponio, con su coche tirado por caballitos de nube con crines de nieve, para viajar al sol. El chiflado Cacafú, el domador del misterio, el mismo que le puso el cascabel al gato, con una ridícula guayabera hasta los pies, su extrema delgadez y genes de mago bueno. Y aunque parece un güin, tiene la voz de trueno. Cacafú no podía vivir en otro sitio que en el mogote de la Jagua Vieja, porque claro, dónde más se podría tener una casa hecha de tamales. Cacafú es un mago silvestre de la especie cubensis, lo que explica que de su sombrero de copa, salgan cotorras, además dela paloma del diluvio y el conejo de Esperanza. Pero fue Chilín quien siempre robó toda mi atención; esa especie de mutante con genes de mago y payaso, un genio-duende parecido físicamente a Cacafú, con bigotes lacios medio tristones, cerquillo hasta la cejas y unas orejas puntiagudas de las que cuelgan dos murciélagos dormidos. Y a este singular personaje Dora lo descalza y le destiñe el pantalón bombache y lo hace vivir en los sueños de un niño (Juan Ligero). Al marcharse de la vida de éste, pasa por una serie de transformaciones, desafiando la lógica, y antes de partir volando con el cuerpo de una gaviota, Chilín alcanza el cielo o el corazón hecho papalote o muñeca de trapo.

Pero volviendo al valle…al Valle de la Pájara Pinta, este es un homenaje a Horacio Ruiz, el artesano que con sombrero de papel y bicicleta adornaba a su… Cárdenas, mientras buscaba pedazos de madera para construir singulares personajes: lechuzas de largas pestañas, chivos vendedores de pirulíes, gallos y la pájara con plumas pirograbadas que inspiró a Dora Alonso. Su infancia es Isabela, simpática, alegre, curiosa; la nieta del talabartero Felo Puntilla quien va al Valle de Viñales en unas vacaciones de verano. Dos días de vacaciones sirven de pretexto para ensartar personajes e historias de una manera magistral, para dar otro sentido al conflicto entre infancia y senectud, tan fácil de reconciliar a través del amor. Cirilina, la dulce abuela de los pájaros, ha encontrado en el amor y la ternura el secreto de la eterna juventud, de la belleza perenne, y se pasea por los mogotes del valle vestida de novia, no para disimular sus años, sino porque ese blanquísimo ropaje feliz la ayuda “a estar alegre y a ver el lado bueno de las cosas”. Este libro logró 4 grandes premios: 1980. Premio Casa de las Américas; 1984. Premio Nacional de la Crítica; 1984. Premio Nacional La Rosa Blanca y en 1985 el Diploma de honor del premio internacional Máximo Gorki.

Pero no sólo el Valle de la Pájara Pinta obtuvo importantes premios, Dora Alonso fue premiada por casi todo cuanto hizo, incluso en 1959 gana el premio nacional de teatro del Ministerio de Educación  con una comedia para adultos: La casa de los sueños.

Sus libros infantiles: Los payasos, Tres lechuzas en un cuento y Juan Ligero y el Gallo Encantado fueron Premio Nacional La Rosa Blanca en 1985, 1994 en el 2000. Y esta última historia, de la que Franz Rosell ha explicado que tiene un sabor calculadamente naif, atrapa con uno de los muchos personajes extravagantes y encantadores de Doralina: el Gallo Encantado Kundasor, quien vive en la luna y viene a imponerle un viaje iniciático a un niño; un viaje que le hace atravesar un arcoíris de mariposas guerreras y como premio, conoce a la famosa gallina de los huevos de oro.

Esta excelente cuentera, sagaz periodista, mágica poetiza, paradigma de las letras cubanas, llega, como una leyenda a contarnos un cuento viejo.



CUENTO VIEJO

Quiero contarte
un cuento viejo:
Desde la Luna
saltó un conejo.

Tenía una oreja
toda de plata:
bastón de oro,
traje de gala.

Zapatos rojos,
medias de lana,
corbata verde,
calzón de pana.

Como el conejo
perdió el sombrero,
compró una gorra
de terciopelo.

Y al ver a un perro
se asustó tanto,
que pegó un brinco
de este tamaño.

Hasta la Luna
llegó el conejo.
Allí sentado
se ha puesto viejo.

Por eso siempre
los perros ladran
cuando de noche
la Luna pasa.

Su obra está llena de colores, ternura, armonía, elegancia, identidad, imaginación, es fresca, mesurada y a la vez desenfadada, divertida, pintoresca, con trucos intertextuales y personajes extravagantes. Doralina con increíble voluntad renovadora, talento, exquisita sensibilidad artística y toque criollo, abre puertas con cada palabra, y con cada puerta abierta llega un viaje a la luz, a esos mundos fantásticos, llenos de aventuras y enseñanzas de vida. Dora Alonso trasciende por su magia; esa que Namuní, “abuela amorosa y cómplice de antojos”, puso en su corazón con  sus dotes de cuentera, dejándole por siempre en un mundo de fantasía al que viajaba una y otra vez con espíritu fabulador para el bien de nuestra literatura. Y lo mejor es que habló de la magia y del engaño, de lo bueno y lo malo, de lo diverso. Y los magos sacaban de sus sombreros conejos, pero también cotorras o zunzunes, porque eran magos nuestros (cubensis). Cuba en su obra se vuelve sensaciones, olor, sonido, sabor, mágico gesto, tierna sonrisa, feliz geografía, viaje y canto.

Doralina de la Caridad Alonso Pérez, nuestra Dora Alonso nació el 22 de Diciembre de 1910. Vivió una vida plena. En el año 2000, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba le otorga el Premio Magistral La Rosa Blanca por la excelencia, relevancia y continuidad de su obra literaria dedicada a niños y jóvenes.  Falleció en La Habana, el 21 de marzo de 2001, pero hoy está aquí porque aprendió el arte de trascender en el corazón de los más agradecidos, a quienes dedicó prácticamente toda su vida.

Y en un rejuego entre payasos y la pájara pinta, tal vez sus obras más cercanas, deja este poema ingenuo…con un título sugerente, que lleva a una respuesta en la que va toda la carga didáctica.


¿Quién salvó a la pájara pinta?

¡Ay, señora Pirulina:
se le ha ido de la jaula
su bella pájara pinta!
Un payaso la soltó
y, en menos que canta un gallo,
la pajarita voló.
Moje su fino pañuelo;
llore, doña Pirulina,
que eso no tiene remedio.
Entre la rama y la flor
hace la pájara el nido,
posada en el verde limón.



Y quiero antes de terminar, citar a Fanuel Hanán Díaz, autor y crítico literario venezolano, quien ofrece un retrato magnífico de nuestra Dora Alonso: escritora cubana, una poetisa de la sencillez que esparce el encanto de un corazón limpio, desprendido de las marcas que condicionan una aproximación adulta a la materia literaria. Más allá de cualquier análisis orientado por una valoración crítica, avalada por tecnicismos teóricos, su obra recupera esa mirada primigenia de la poetisa que se desdobla en niña y regala la ingenuidad en su manera de ver las cosas. Ella es, en definitiva, un alma de pájaro que conoce la libertad, que escribe desde las ramas de un árbol o desde las tejas de una casa de cuento. Letras para un pentagrama de añejas notas cuya melodía se escucha en instrumentos imposibles, hechos de la misma materia que tienen los sueños de los duendes.

Y termino pensando en otra Alonso, Alicia porque la Loynaz hizo una hermosa definición… dijo que Alicia es la luz que se mueve, y creo entonces, sin pretender competir con tanta grandeza, que nuestra Dora Hada de la cubanía, es una danza perpetua de arcoiris.

https://ecoissuescuba.wordpress.com/ideas/



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ATEF ABDEL-AZIZ [18.863]

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Atef Abdel-aziz 

(1955): Poeta egipcio. Miembro del consejo editor de la revista Prólogo. Miembro de la unión de Escritores de Egipto, del Círculo de los artistas y escritores (Atelier del Cairo); del comité fundador del congreso de la nueva poesía árabe en el Cairo. Ha publicado los poemarios: La memoria de la sombra (1993), Muros blancos (1996), Política del olvido (2007), El hueco en su última forma (2009), El intérprete de los olores (2013), Prueba de la nada (2015), entre otros. 


La traducción del árabe es de Mohamed Ahmed Bennis.



DESPOJOS DIURNOS

No es coincidencia
que los que llevan las rosas rojas
sean amantes fracasados.
Su divagación por los calles está clara
para todos los que los ven.

Mirad…
Tienen casi la mirada fija en el aire
y se hablan a sí mismos.

Podéis ver a uno de ellos
cuando se vaya por la mañana para ver  a su novia,
así creeréis que está yendo al paraíso,
mientras el pobre sabe el destino de las rosas
que ahora andan, con esto, rendidas.

Ya está viendo su destino como una película hostil,
más bien se mostró, desde la mañana, ante el espejo
para acostumbrar su rostro
a la sonrisa de despedida.

¡Oh Dios mío,
¿quién sirve al que lleva las rosas rojas después
de su regreso a la casa al mediodía ! …

Desde ya,
no tiene nada que hacer el hombre.



La huella del agua

No hay errores aquí,
siempre se divide el mundo por sí mismo…
En tu puerta ahora flores y una tarjeta desconocida,
y en la mía un nombre sin flores.

Todo en el rumbo es correcto sin esfuerzos,
y no se disculpe por cualquier cosa,
no se disculpe por cualquier cosa.

Sabes que estoy terminando el escenario que habíamos escrito
en aquella tarde por encima del sofá azul,
en aquel día en el que se derramó el agua sobre la mesa,
y se mojó el papel…

Termino el escenario que he encontrado de repente,
mientras limpiaba la estantería de los iconos,
como si reformara agujeros abandonados por los días perdidos,
mientras que buscábamos el fin que convenía a todos.

¡Qué maldición la que hemos dejado
producirse en nuestra cama
durante todo este tiempo!

¡Qué casualidad bajo el polvo
estaba escondida de nuestros dedos atentos!
Y qué humedad,
la que se mantuvo melosa y despierta
en el infierno de la soledad!

No se disculpe por cualquier cosa,
siempre se divide el mundo por sí mismo:
Preguntas vivas,
Flores muertas.

Julio 2011



Hacia el más allá 

Nada en nuestras manos,
y el cuerpo —como ves— es una bomba hidráulica,
dormimos mientras él se mueve solo toda la noche
acumulando anhelos.

¡Oh!
Pues, no hace falta tener vergüenza,
mientras nuestro orgasmo, encima de las camas,
no es nuestra preocupación,
mientras que sólo somos un puente en silencio
que no necesita perdón,
por encima de él pasan los extraños
que, a la vez, recogen y abandonan el olvido.

Así que podemos escribir la historia de amor de nuevo,
la escribimos con un poco de amor.

No hay que dejar de eliminar las señales
que plantábamos en ambos lados
para desorientar a los bandidos,
las mismas señales que, por fin, nos desorientaron.

Ya podemos escondernos detrás de nosotros mismos
y cada vez que tengan a uno de nosotros
le silbaremos o haremos signos de lejos
con pañuelos para que tenga cuidado
y cruce la frontera de manera segura
hacia el más allá de su cadáver.



El lecho de la solitaria

Mojado el pelo de Nancy en su habitación dispersa,
los pocos ruidos de la calle Champellion
provienen de la ventana
y agita la cara de Jesucristo en la pared.

Nancy, como de costumbre, deja su albornoz libre
para que caiga a sus pies
mientras se dirige a la cama.

Nancy duerme sobre el vientre rociado
para deshacer la soledad…
Abre los papeles plegados
que sacó de los cajones,
y revisa imágenes que no se ven desde nuestro lugar,
revisa un viejo pasaporte cuyos sellos se asemejan
a discapacidades permanentes.

Como se puede ver, mis amigos,
Nancy es blanca con pelo negro.
Su nalga que brilla recuerda a las migraciones
que nos llegaron desde los Balcanes hace un siglo.

Nancy no presta atención
a la llamada de la vieja, dueña del hostal,
no está interesada en que la cena se enfríe.
Está a la espera del chico que ligó la semana pasada
en una exposición de plantas ornamentales,
el chico, que estudia bellas artes y se encarga de sus dos hermanas.

Nancy no oye la voz de la vieja armenia,
Nancy está lejos.
Tal vez piensa en su novio que emigró hace dos años.
Dicen que tiene un café en las afueras de Melbourne.
Dicen que tiene una amante mexicana
que lame sus partes por la noche.

Dentro de poco,
Entrará quien cuida de sus hermanas a la habitación…

No podemos ver su ligero disturbio,
mientras se quita su chaqueta gris,
y se inclina sobre una mujer de un lejano mundo,
sólo vemos cómo desciende sobre ella con su delgado cuerpo,
como la tranquiliza en su lecho,
después de haberla fijado con un tornillo que no se ve.

Nancy sola, gente,
y su pelo mojado.



Copa invertida

Tu amigo murió antes de cumplir los treinta y ocho,
pues, ¿qué haces esta noche?

En tu caso, me iría a vuestra cafetería favorita,
y me sentaría en su silla teniendo la misma situación:
detrás de mí el espejo,
y mi cara frente al estante lleno.

Iría a pedir mi cerveza en su copa de cerámica,
y anotaría mis pensamientos en un papelito
usando mi mano izquierda.

Heredaría todas sus mujeres,
para que los otros no destruyan lo que hizo mi amigo,
heredaría los secretos de sus mujeres que me confesó
mientras bebíamos.

No me olvidaría de visitar a su novia triste,
y cuando abriera la puerta vestida con su chal negro,
me sentaría miserablemente delante de ella
y fingiría que no sé nada de cómo atiende
su extraño temperamento hacia el placer,
ni del tatuaje que duerme en su muslo.
Y cuando se pusiera a llorar
acariciaría su cabeza para tocar la parte sensible.

En tu caso, haría lo posible por poner mis dedos
por encima de los de mi amigo,
lo que sería claro es que sigan
acariciando su suave pelvis.

Aquí, amigo,
con poca luz puedes cuidar bien a tu cuerpo,
mientras llena los vacíos
que el difunto dejó cálidos y con un orgasmo olvidado.



http://circulodepoesia.com/2016/06/poesia-de-egipto-atef-abdelaziz/





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