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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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JOANNA SHAWANA [18.704]

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Joanna Shawana 

Poeta indígena anishinaabe de Wikwemikong, Mnidoo Mni s/Isla de Manitoulin, Ontario, Canadá. Autora de "Voice of an Eagle". Shawana fabrica y vende artesanías aborígenes y trabaja en un refugio para mujeres.

Joanna Shawana fue víctima de maltrato durante su juventud. Desde 1988 ha vivido en la ciudad de Toronto donde trabaja con la agencia indígena Fortaleza de Anishnawbe Toronto.  

Dice: ” La curación es una parte continua de la vida y ésa será hasta que el día que me llamarán los Creadores.  Entonces, mientras viajas en tu camino, recuerda –  ¡ no te des por vencido y no dejes de intentar ! ”



Translations into Spanish / Traducciones en español:   Alexander Best




“La Luna – Mi Abuela”

Durante esta noche fría y oscura
La Luna Mi Abuela se sienta
Alta en el cielo

Nuestra Abuela
Está rodeada de estrellas
Que hacen hincapié en la vida del universo

Como cierra la noche
Lentamente Nuestra Abuela La Luna destiñe
Encima del horizonte

Para dar la bienvenida al Abuelo El Sol
Para saludarle
Como comienza el nuevo día

Ella saldrá de nuevo, La Luna-Abuela,
Brillará y me guiará en mi camino
Como ando en este paso.



“Grandmother Moon”

During this cold dark night
Grandmother Moon sits high
Above the sky

Our Grandmother
Surrounded with stars
Emphasizing the life of the universe

As the night comes to end
Our Grandmother Moon slowly fades
Over the horizon

To greet Grandfather Sun
To greet him
As the new day begins

Grandmother Moon will rise again
She will shine and guide me on my path
As I walk on this journey.




“Todo lo que te pido…”

Mi compañera
Mis hermanas
Soy débil
Estoy dolida
Todo lo que te pido es
Por favor, escucha lo que tengo que decir
Escucha lo que tengo que compartirte
No estoy aquí
Para ser mirada por ustedes por encima del hombro
No estoy aquí
Para ser juzgada de
Lo que me había pasado
Todo lo que les pido es
Por favor, escuchen lo que tengo que compartirles,
Mis compañeras, mis hermanas,
Escuchen mis palabras
Vean el dolor en mis ojos
Todo lo que les pido es
Por favor,
Escuchen lo que tengo que decir
Escuchen lo que tengo que compartirles
Ayúdame a
Superar mi sufrimiento
Ayúdenme a
Comprender lo que pasa
Ayúdenme a
Ser una mejor persona
– Entonces,
Por favor,
Escucha lo que tengo que decirte,
Escuchen lo que tengo que compartir con ustedes…



“All I Ask”

My fellow woman
My sisters
I am weak
I am hurt
All I ask of you is
Please
Hear what I have to say
Hear what I have to share
I am not here
To be looked down
I am not here
To be judged
For what had happened to me
All I ask of you is
Please
Hear what I have to share
My fellow women
My sisters
Listen to my words
See the pain in my eyes
All I ask of you is
Please
Hear what I have to say
Hear what I have to share
Help me
To get through my pain
Help me
To understand what is happening
Help me
To be a better person
So please
Hear what I have to say
Hear what I have to share.



“Escondido”

Secretos escondidos
Sentimientos escondidos
Pensamientos escondidos

¿Por qué la gente necesita ocultar algo?
Ocultar sus secretos, sus sentimientos y sus pensamientos

¿De qué tiene miedo la gente?
Tiene miedo de sus propios secretos,
Tiene miedo de sus corazonadas y sus ideas

¿Cómo revele una persona?
A revelar sus secretos
A revelar sus pensamientos

No hay razón para ser una tumba
No hay razón para engañarse a sí mismo sus sentimientos
No hay razón para esconder sus pensamientos.



“Hidden”

Hidden secrets
Hidden feelings
Hidden thoughts

Why do people need to hide
Their secrets
Their feelings and thoughts?

What are people afraid of?
Afraid of their own secrets
Afraid of their own feelings and thoughts

How can one person reveal?
To reveal their secrets
To reveal their feelings and thoughts

There is no reason to hide their secrets
There is no reason to hide their feelings
There is no reason to hide their thoughts.




“Espíritu vagabundo”

Mi espíritu vagabundo
Se aleja al mundo de lo desconocido
Lo desconocido de hoy, de mañana

Este espíritu mío errante
Está aguardando tu voz
Está aguardando por lo que diremos

Espíritu mío, espíritu vagabundo
– Ayúdame a descubrir lo desconocido
– Ayúdame a entender
Lo que lo desconocido necesita ofrecerme

Ayúda a este espíritu errante
Que se aleja al mundo de lo desconocido
Y que se pregunta lo que va a contener el futuro

Este espíritu mío, mi espíritu andante
– Ayúdame a encontrar la paz y la armonía
– Ayúdame a encontrar la tranquilidad en la vida.



“Wandering Spirit”

This wandering spirit of mine
Wanders off to the world of the unknown
The unknown of today and tomorrow

This wandering spirit of mine
Waits to hear your voice
Waits to listen for what will be said

This wandering spirit of mine
– Help me to discover the unknown
– Help me to understand
What the unknown needs to offer

Help this wandering spirit
That wanders off to the world of the unknown
That wonders what the future holds

This wandering spirit of mine
– Help me find peace and harmony
– Help me find tranquillity in life.



“Camina conmigo”

Ven – camina conmigo
A lo largo de este camino
Donde estoy caminando

Resbalemos y caigamos
Al ciclo
Que estaba nuestra vida

Ayudémonos a comprender,
La una a la otra,
Lo que salimos adelante, lo que sobrevivimos

Caminemos juntos,
Ven – toma mi mano –
Agárrate bien – nunca suéltame la mano

Ven – camina conmigo
Busquemos lo que habrá para nosotros en el futuro
Caminemos juntos en este camino.



“Walk with Me”

Come and walk with me
On this path
Which I am walking on

We might slip and fall
To the cycle
That we once lived in

Let us
Help each other to understand
What we have been through

Let us walk together
Come and hold my hand
Hold it tight and never let go

Come and walk with me
Let us find what our future holds for us
Let us walk together on this path.





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JEE LEONG KOH [18.705]

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Jee Leong Koh

Poeta y escritor nacido en Singapur y vive en Nueva York. Es profesor, autor de cuatro poemarios y un libro de ensayos poéticos. Su más reciente libro de poemas Steep Tea (Carcanet Press) ha sido elegido mejor libro de 2015 por el Financial Times. 

Su colección de ensayos,  The Pillow Book (Math Paper Press) fue finalista del Premio Singapur de Literatura en el año 2014. Su obra ha sido traducida al japonés, chino y ruso. Desde la ciudad de Nueva York, dirige el sitio web de artes Singapur Poesía, la Segunda Serie de lectura los sábados y el Festival de Literatura de Singapur.


 Translator: Alexander Best  |   https://zocalopoets.com/2013/07/




“No Eva…Solo era una cantidad excesiva del Amor, su Culpa.”

(Aemilia Lanyer, poetisa inglés, 1569 – 1645, en su obra Salve 
Deus Rex Judaeorum:  La Apología de Eva por La Mujer, 1611)


“Eva, La Culpable”

Aunque se ha ido del jardín, no se para de amarles…
Dios le convenció cuando sacó rápidamente de su manga planetaría
un ramo de luz.   Miraron pasar el desfile de animales.
Le contó el chiste sobre el Arqueópterix, y se dio cuenta de
las plumas y las garras brutales – un poema – el primero de su tipo.
En una playa, alzado del océano con un grito, él entró en ella;
y ella, en olas onduladas, notó que el amor une y separa.

El serpiente fue un tipo más callado.  Llegaba durante el otoño al caer la tarde,
viniendo a través de la hierba alta, y apenas sus pasos dividió las briznas.
Cada vez él le mostró una vereda diferente.  Mientras que vagaban,
hablaron de la belleza de la luz golpeando en el árbol abedul;
el comportamiento raro de las hormigas;   la manera más justa de
partir en dos una manzana.
Cuando apareció Adán, el serpiente se rindió a la felicidad la mujer Eva.

…Porque ella era feliz cuando encontró a Adán bajo del árbol de la Vida
– y aún está feliz – y Adán permanece como Adán:   inarticulado, hombre de mala ortografía;
su cuerpo estando centrado precariamente en sus pies;  firme en su mente que
Eva es la mujer pristina y que él es el hombre original.   Necesitó a ella
y por eso rasguñó en el suelo – y creyó en el cuento de la costilla.
Eva necesitó a la necesidad de Adán – algo tan diferente de Dios y el Serpiente,
Y después de éso ella se encontró a sí misma afuera del jardín.





“Not Eve, whose Fault was only too much Love.”
(Aemilia Lanyer, English poetess, 1569 – 1645, in Salve Deus Rex Judaeorum:  
Eve’s Apologie in Defence of Women, 1611)


“Eve’s Fault”

Though she has left the garden, she does not stop loving them.
God won her when he whipped out from his planetary sleeve
a bouquet of light. They watched the parade of animals pass.
He told her the joke about the Archaeopteryx, and she noted
the feathers and the killing claws, a poem, the first of its kind.
On a beach, raised from the ocean with a shout, he entered her
and she realized, in rolling waves, that love joins and separates.

The snake was a quieter fellow. He came in the fall evenings
through the long grass, his steps barely parting the blades.
Each time he showed her a different path. As they wandered,
they talked about the beauty of the light striking the birch,
the odd behavior of the ants, the fairest way to split an apple.
When Adam appeared, the serpent gave her up to happiness.

For happy she was when she met Adam under the tree of life,
still is, and Adam is still Adam, inarticulate, a terrible speller,
his body precariously balanced on his feet, his mind made up
that she is the first woman and he the first man. He needed
her and so scratched down and believed the story of the rib.
She needed Adam’s need, so different from God and the snake
– and that was when she discovered herself outside the garden.




Steep Tea, Jee Leong Koh (Carcanet, July 2015)


In His Other House

In this house there is no need to wait for the verdict of history
And each page lies open to the version of every other.
– Eiléan Ní Chuilleanáin, In Her Other House



In my other house too, books fill the floor-to-ceiling shelves,
not only books on stock markets, seven habits, ghost stories,
but also poetry, Arthur Yap, Cyril Wong, Alfian Sa’at,
and one who moved away and who wrote Days of No Name.

My father comes home from the power station. When rested
(and this is how I know this is not real) he reads to us again,
for the seventh time, Philip Jeyaretnam’s Abraham’s Promise
in a quiet voice, unbroken by a frightened young supervisor.

When he closes the book, my dead grandfather stirs heavily
and says a word or two, that really says he has been listening.
And my beloved, knowing his cue, jumps up from the couch
to clear the dishes, for, he says, dishes don’t wash themselves.

Softly brightened by a feeling I do not hurry to identify,
I move to the back of him and put my arms around his waist.
His muscles twitch like the needle on a motorboat’s dashboard
as he turns a bone china plate against a rough cotton cloth.

The light from the window looks like a huge, blank sea.
In this other house there will be time to fill it but right now
the bell intones in silver, and here, on a surprise night visit,
are my sister and her two daughters coming through the door.

Jee Leong Koh’s new collection, Steep Tea




Poem after Four Months of Silence

The first fluency
           has left me. Sex has
                    acquired history.
I grow afraid of
           repeating myself
                    unknowingly. Love,
new man, old enemy,
           you enclose me with
                    your mouth. Go slowly





Don’t Go, Sweet Mother

Once I was the most beautiful rose in my mother’s rose garden.
But now he has plucked me, and in his hands I am wilting.
“Edes Anyam,” Hungarian bridal lament


Don’t go, sweet Mother,
don’t open your hands

like spring flowers,
like the sun,

hands that wrung
the curtains dry.

When did mother mean
losing a child?

The day you planted
the first roses?

The day you taught me
to say please?

Your face is a fist
but I am not in it.


*


White voice, secret signal,
unreadable days,

moonless night,
hollow between the hills—

I name him
to make him familiar.

Not husband,
the name others give.

It touches nothing
in my ears,

except
the fear

of being disappointing
and disappointed.


*


Goodbye, bent kettle,
to your shining ditty,

old clock, goodbye,
my knowing friend,

pink tiles, sunset
to the feet, goodbye,

goodbye, high cot,
crazy quilt, good-bye,

goodbye, bay window,
stop looking out for me,

girls in wool pullovers
they knitted in the fall,

boys brown in the neck
and in the arms.





The Dream Child

—so what will Baby/be tomorrow?—
Antonia Pozzi, “The Dreamed Life”


Who speaks to me speaks
to a stir—
in air, a ripple
of veil—perhaps—
speaking
caused the ripple,
hard to tell.


*


But body is sensed—
joy—as possibility,
everything small
but perfect,
toes,
lips capable
of taking
ravishment—giving.


*


They walk
the woods as others
make love,
the man who
will be sent away
to Rome,

the girl who will lean
back on grass—
trembling
until the slight wind
drops.


*


These children—not theirs—
take up so much space.
They tug, they push.
They stride ahead, expecting the world
to give way.
Even when they tumble,
they cover
ground.

I watch behind the elm
and step out—
a shadow.


*


Only when I open
my throat—
to call, to hiss—
do I
occupy
a place,
as when the sound
of the sea takes up the room
of a shell,
or when sky is skylark.


*


In their rage,
the dead break
things—soup bowls,
flour mills.
I can see
them, foreheads
burning,
but they can’t
see—the unborn.

They think they are
looking at a loaf
of fire, water
becoming soup.


*

Whatever else
I am, I am
the earth-clod
on which my parents step
together, her feet

on his feet.
Her fingers weave
between his fingers
like ropes
around a raft.

White wisps—
on a second
look—join
as cloud
and sail off.

I am
left behind.


*


My young mother, my young corpse,
black album
of images—I stroke:
girl graduate,
political meetings,
Alpine flowers,
gay ribbons.

You have baby
photographs.
I—have—nothing.


*


You call me
Herald,
but know me
as entombed waters.
The pen dips
in the waters

and writes its
message of love.


*


To be held
—inside—
your body,

to be fed
by sun

to be cooled
by goodness,

to be born…

to redeem
and be redeemed.


*


Annunzio—
my mother calls in the dark.
I run
towards the name
of my father’s
dead brother.

I hear her sweet
urgency
but I can’t find her
in the woods.

I run
not with a marguerite
but bayonet.


*


Because my father loves my mother’s eyes,
I have her blue eyes.
The more he loves, the more blue.

I have her heart
that beats so fast that I am afraid
it will burst.

At night my sex
opens and opens—
impure lips—
to swallow

the moon.


*


A blessing,
a blessing and—dismissal
of what has already left.

From the interior
of the church—
you see a fountain
shooting up
and toppling,
at a distance too far
to be heard.

The mind has to
provide the music. 





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IRENE RUTHERFORD McLEOD [18.706]

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I'm a Lean Dog by Irene R McLeod


Irene Rutherford McLeod  

Irene Rutherford McLeod (21 de agosto 1891 a 1968) fue una poeta, escritora y editora, publicada a principios del siglo XX.

Macleod nació en Croydon, Surrey, Inglaterra el 21 de agosto de 1891. 

Sus trabajos incluyen volúmenes de poesía, teatro, literatura y novelas para niños. Algunos de sus poemas, como "Lone Dog", han sido adaptados a canciones. 

En 1919, se casó con el escritor, erudito clásico y traductor Aubrey de Sélincourt. Tuvieron dos hijas, Lesley (que se casó con su primo hermano, Christopher Robin Milne), y Anne.

Murió en 1968. 




Perro solitário

Soy un perro magro, un perro agudo – salvaje y solitário;
Un perro alborotador y firme, estoy cazando yo solo;
Un perro malo – y me cabreo – provocando a los tontos borregos;
Me gusta sentirme y aullar a la luna – para evitar que los almas gordas duerman.

Nunca ser un cachorro del regazo o lamer los pies sucios,
Un perrito dócil, elegante, arrastrándome por mi carne,
Ni la alfombrilla del hogar ni el plato bien llenado,
Sino puertas cerradas, piedras afiladas – y golpes, patadas:  el odio.

Ningunos otros perros – para mí – corriendo hombro a hombro,
Algunos han corrido un rato corto – pero ningunos pueden durar.
El camino solo es mío – ¡Ah! – la senda ardua me parece bien:
¡Viento furioso, estrellas indómitas, el hambre de la búsqueda!

 
 

Lone Dog

I’m a lean dog, a keen dog, a wild dog, and lone;
I’m a rough dog, a tough dog, hunting on my own;
I’m a bad dog, a mad dog, teasing silly sheep;
I love to sit and bay the moon, to keep fat souls from sleep.

I’ll never be a lap dog, licking dirty feet,
A sleek dog, a meek dog, cringing for my meat,
Not for me the fireside, the well-filled plate,
But shut door, and sharp stone, and cuff and kick and hate.

Not for me the other dogs, running by my side,
Some have run a short while, but none of them would bide.
O mine is still the lone trail, the hard trail, the best –
Wide wind, and wild stars, and hunger of the quest!

 
Traducción del inglés al español  /  Translation from English into Spanish:  Alexander Best






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MOHAN RANA [18.707]

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Mohan Rana

Mohan Rana (Delhi, India 9 de marzo de 1964) es un poeta que escribe en hindi, su lengua materna. Ha publicado siete colecciones de poesía en India y un poemario bilingüe (hindi-inglés) en Londres. Sus poemas han sido traducidos al inglés, alemán, noruego, holandés, húngaro, portugués, búlgaro, tamil y marathi.

El poeta y crítico Nand Kishore Acharya ha escrito que “de entre la nueva generación de poetas en lengua hindi, la poesía de Mohan Rana es única en su especie, reta cualquier categorización. Sin embargo, su rechazo a encajar en ninguna ideología no significa que la poesía de Mohan Rana rehúya del pensamiento, sino que entiende la diferencia entre pensar en verso y pensar sobre poesía. ParaMohan Rana el proceso poético en sí mismo es también un proceso de pensamiento”.

Su reputación como poeta de la diáspora ha ido creciendo con la publicación de cada uno de sus libros. Vive en la ancestral ciudad romana de Bath, en el suroeste de Inglaterra, y es reconocido como el más destacado poeta hindi fuera de la India.


Nota y traducción de Genaro Delgado


El color del agua
(Para Jane)

La lluvia cae, día tras día,
como limpiando
nuestras manchas permanentes,
pero sólo destiñe
a esta camisa desgastada,
y lava de las paredes
la memoria
de todas las estaciones que pasan.
Esto no es ni verano
ni otoño ni invierno:
a veces me reconozco,
y luego olvido.
Quizás tras tanta lluvia
todo color se lave
y quede mi camisa
del color del agua.



पानी का रंग
(जेन के लिये)
यहाँ तो बारिश होती रही लगातार कई दिनों से
जैसे वह धो रही हो हमारे दाग़ों को जो छूटते ही नहीं
बस बदरंग होते जा रहे हैं कमीज़ पर
जिसे पहनते हुए कई मौसम गुज़र चुके
जिनकी स्मृतियाँ भी मिट चुकी हैं दीवारों से
कि ना यह गरमी का मौसम
ना पतझर का ना ही यह सर्दियों का कोई दिन
कभी मैं अपने को ही पहचान कर भूल जाता हूँ,
शायद कोई रंग ही ना बचे किसी सदी में इतनी बारिश के बाद
यह कमीज़ तब पानी के रंग की होगी !

Después de la medianoche

He visto las estrellas a lo lejos -
tan lejos como Yo de ellas:
las vi en este momento -
en momentos del pasado destellante.
En la hondura ilimitada de la oscuridad,
estas horas
de noche cazan la mañana.
Y no puedo resolver:
¿vivo esta vida por primera vez?
¿O repitiéndola, al vivir olvido
el primer aliento cada vez?
¿Beberá agua también el pez?
¿Sentirá calor el sol?
¿Verá la luz a la oscuridad?
¿Se mojará la lluvia también?
¿Se harán preguntas sobre el sueño los sueños
como me las hago yo?
He andado un muy largo camino,
y cuando vi, las estrellas vi muy cerca,
Hoy ha llovido todo el día, lavando de tu rostro
a las palabras.


तीसरा पहर

मैंने तारों को देखा बहुत दूर
जितना मैं उनसे
वे दिखे इस पल में
टिमटिमाते अतीत के पल
अँधेरे की असीमता में,
सुबह का पीछा करती रात में
यह तीसरा पहर
और मैं तय नहीं कर पाता
क्या मैं जी रहा हूँ जीवन पहली बार,
या इसे भूलकर जीते हुए दोहराए जा रहा हूँ
सांस के पहले ही पल को हमेशा !
क्या मछली भी पानी पीती होगी
या सूरज को भी लगती होगी गरमी
क्या रोशनी को भी कभी दिखता होगा अँधकार
क्या बारिश भी हमेशा भीग जाती होगी,
मेरी तरह क्या सपने भी करते होंगे सवाल नींद के बारे में
दूर दूर बहुत दूर चला आया मैं
जब मैंने देखा तारों को - देखा बहुत पास,
आज बारिश होती रही दिनभर
और शब्द धुलते रहे तुम्हारे चेहरे से

After Midnight

I saw the stars far off,
as far as I was from them,
in this moment I saw them,
in a moment of the twinkling past.
In the boundless depths of darkness,
these hours hunt the morning through the night.

And I can’t make up my mind:
am I living this life for the first time?
Or repeating it, forgetting as I live,
that first breath – every time?

Does the fish too drink water?
Does the sun feel the heat?
Does light see the dark?
Does the rain also get wet?
Do dreams ask questions about sleep – as I do?

I walked a long, long way…
and when I saw, I saw the stars – close by.
Today it rained all day long
and words washed away from your face.

Translation from Hindi: Lucy Rosenstein and Bernard O’Donoghue



Mirlo de ojos azules

¿Será correcto hablar de mí?
Esto es:
Soy un pájaro negro de ojos azules
Mis alas conocen todas las direcciones
Mi vuelo ha tocado el color del cielo
Remontando las alturas he visto a la oscuridad más allá
He seguido desiertos crecientes y ríos moribundos
He besado la angustia que se derrite en la lluvia
He visto a una mujer dar a luz
en un árbol sitiado por las inundaciones
He cambiado mi cuerpo tantas veces
Pero sigo siendo un pájaro negro de ojos azules.
Gente escapándose de las guerras, escondiéndose,
escalando pendientes inclinadas, al verme se detienen
Asombrados de estar tan arriba, tan lejos,
a pesar de que vivo en sus corazones
En las líneas hondas de las caras
hay países devastados y reconstruidos
Compran nuevos candados, llaves nuevas hacia nuevos cielos
¿Qué pensaba Boabdil cuando le entregó a Isabel
las llaves de la Alhambra,
susurrando, “Aquí están las llaves del paraíso” ?
Este vuelo interminable sin día ni noche,

cuando el sol sube y baja al mismo tiempo
La longitud encerrada en mis ojos
leyendo el diario de sueños de un poeta,
perdido en la niebla, caigo
me fundo con el polvo de la tierra
un pájaro negro de ojos azules que nace de nuevo
Flechas, ahora pistolas, me apuntan
No tengo miedo
Mi sangre se mezclará con el carmesí otoñal
Volaré desde otro país
en alguna otra dirección
proyectando vida desde tus palabras
No soy de este mundo
¿Estará bien seguir hablando de mí?
Esto es.



कुछ कहना

कुछ कहना क्या उचित है अपने बारे में,
इतना ही पर्याप्त है.
नीली आँखों वाली काले रंग की चिड़िया हूँ
मेरे पंखों में सिमटी हैं सीमाएँ
मेरी उड़ान ने छुआ आकाश के रंग को
मैंने उचक कर देखा उसके परे अंधकार को भी
सूखती हुई नदियों और दौड़ते रेगिस्तान का पीछा मैंने किया है
जलते हुए वनों में झुलसी हूँ मैं कभी,
बारिश में घुलते दुख को मैंने चूमा है,
मैंने देखा बाढ़ से घिरे पेड़ पर जनम देती स्त्री को,
कितनी ही बार बदला है मैंने इस देह को
हर बार मैं नीली आँखों वाली काली चिड़िया हूँ.
कठिन ढलानों पर चढ़ते छुपते
युद्धों से भागते लोग मुझे देख रुकते
सोचते वे नहीं हो सकते कभी
इतनी ऊँचाई पर इतनी दूर फिर भी मैं इतने पास उनके मन में,
लंबी लकीरों में उनके चेहरों की टूटते बनते हैं देश
वे खरीदते हैं नए ताले नई चाबियाँ अपने स्वर्ग के लिए,
क्या सोचा होगा बोअबदिल ने इज़ाबेला को अलामबरा की चाबियाँ सौंपते
बस धीमे से कहा उसने ''ये लो स्वर्ग की चाबियाँ"
यह अंतहीन उड़ान जिसमें न दिन है न रात
कभी डूबता और उगता है सूरज एक साथ
मेरी आँखों में बंद हैं देशांतर,
कवि के सपनों की डायरी पढ़ते
धुंध में खोकर गिर पड़ती हूँ कहीं
मिल जाती धरती के कणों में
जनमती फिर नीली आँखों वाली काली चिड़िया
कभी तीर अब बंदूकें तनी हैं जिस पर
डर नहीं है मुझे, पतझड़ के लाल रंग में घुल जाएगा मेरा रक्त,
किसी और प्रदेश से किसी और दिशा से फिर शुरू करूँगी उड़ान अपनी,
तुम्हारे ही शब्दों से गढ़ती जीवन को
मैं इस दुनिया की चीज़ नहीं हूँ.
कुछ और कहना क्या उचित है अपने बारे में,
इतना ही पर्याप्त है





Mohan Rana, who was born in Delhi in 1964, graduated in Humanities from Delhi University. He has published six poetry collections in Hindi, Jagah (Dwelling, 1994), Jaise Janam Koi Darwaza (As If Life Were a Door, 1997),  Subah ki Dak (Morning's Post, 2002), Is Chhor Par (On This Shore, 2003), Pathar Ho Jayegi Nadi (Stone-River, 2007) and Dhoop Ke Andhere Mein (In the Darkness of the Sun, 2008). Some of his poems were included in Modern Poetry in Translation special issue no 17 ‘Mother Tongues'. A bilingual collection With Eyes Closed (Suryastra; Delhi), with translations by Lucy Rosenstein, was published in 2008.

The poet and critic, Nandkishore Acharya, has written that, 'Amongst the new generation of Hindi poets, the poetry of Mohan Rana stands alone; it defies any categorisation. However, its refusal to fit any ideology doesn't mean that Mohan Rana's poetry shies away from thinking - but that it knows the difference between thinking in verse and thinking about poetry. For Mohan Rana the poetic process in itself is also thought process.'

Mohan Rana lives in Bath.



The Colour Of Water 

Rain falling, day after day,
as if trying to clean off
our permanent stains,
but all it does is discolour
this well-worn shirt,
and wash the memory
of all the passing seasons
from the walls.

This is not summer
nor autumn nor winter:
sometimes I recognize myself,
then forget.

Maybe after so much rain
all colour will be washed out
and my shirt then be the colour of water. 



Philips Radio

My home grew wizened on its Vivid Bharati
Its highs and lows, the fluctuating waves
Its knob has forsaken us in our last whitewash
Cells heated in the sun turn silent by nightfall
In between the headlines

Cowering from the rough wind in the open streets, at the heart of Eindhoven
I stand near a large building of Philips Corporation
I walk the zebra-crossing ponderingly
Is it our Philips Radio? 

[Translation from Hindi: Arup K Chatterjee] 



As The Past Approaches

As the past approached,
the future, even when you've lived it,
remains to be seen.

Behind that door
there is life. But guess! 
Out or in? 
This side or the other? 
Closed or open? 
Who's waiting for me there? 
Who am I waiting for? 
I have still to discover.

One foot forward,
one backward.
The truth is
neither key nor lock. 


In Your Own Words

They said: Don't go to the end of the Earth
because your lengthening shadow will frighten you.
There it is the world of winged pythons; 
the earth there is ablaze with the fire they spit.
If you arrive where it is neither day nor night
you'll be turned into stone while you are waiting.

As if I had heard these words of mine
from somebody else.
If I'd had a full life rehearsal
I'd have made some changes to the text; 
but I can't get away from my own words:
returning; 
going away; 
loving you.

But I wasn't good enough,
I couldn't write for days.
Living in evil times, I turned evil; 
not seeing time passing,
I became imperceptible
as if trapped in clockwork
driven crazy by my own words.

[27.9.1997
From Is Chor Par, On This Shore]

The literal translation of this poem was made by Lucy Rosenstein
The final translated version of the poem is by Bernard O'Donoghue




To The Lost Children

I want to write to the lost children,
those whose clothes hung from the branches
of the mulberry tree, getting smaller
as the branches grew.
The tree gets thicker and thicker
until years later I see the old tree
bent over its own shadow.
The clothes turn to shreds; 
their memories mix in the wind,
dissolve in water, sink under the seasons,
fade like a forgotten poem.

I set out to write about myself 
but I start talking of someone else.
My contemporaries are growing older.
One day they too will go missing
like the lost children: one day.
One day will go missing out of many.

I want to write a letter
to the lost children
posted from their lost childhood.

[18.8.1995
From Subah kii Daak, Morning Post]

The literal translation of this poem was made by Lucy Rosenstein
The final translated version of the poem is by Bernard O'Donoghue 





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LORENZO MARTÍN DEL BURGO [18.708]

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LORENZO MARTÍN DEL BURGO
  
Poeta nacido en Almagro (Ciudad Real), en 1952.
Licenciado en Literatura Hispánica y bibliotecario de la Biblioteca Nacional de Madrid, ha publicado los libros de poemas "Raro" (1982), "Jarvis" (1987) y "Nostalgia del infinito" (2000), el de relatos "El sueño del psicoanalista" (1990) y el ensayo "Las Hilanderas de Velázquez, su auténtico significado y la fuente original" (2001). "Iberia o la nostalgia de las islas" (2012), "La universidad: novela teatral" (2012) y "La mentira: y otras narraciones" (2012) son sus últimos libros.



Lo perdido

¿Cómo recuperar lo perdido,
lo que nos fue abandonando en el camino de la vida,
lo que éramos, lo que en el fondo quizás todavía somos,
y sin embargo un día nos abandonó,
nos dejó mutilados en medio del camino de la vida,
con los muñones de la existencia,
la vida hecha jirones? 
¿Cómo recuperar las promesas incumplidas,
las perspectivas infinitas, el futuro radiante,
un camino majestuoso
convertido luego en un mísero callejón sin salida?,
¿cómo recuperar el deslumbramiento de la infancia,
el entusiasmo de la juventud,
la alegría y la esperanza,
los seres que amamos y que nos dejaron,
los familiares muertos,
los amigos que se alejaron,
las parejas rotas,
la fe de los que creyeron en nosotros
y a los que decepcionamos?
Y el ángel que velaba nuestros pasos
y que un día nos abandonó,
¿cómo recuperarlo?
Y el Dios al que también decepcionamos,
del que no fuimos dignos,
¿también nos abandonó?,
¿cómo volver a encontrarlo ahora? 
¿Cómo recuperar todo lo que perdimos,
lo que fuimos matando
sin consideración, con indiferencia,
a lo largo del camino de la vida,
esa avenida poblada de cadáveres, de espectros
que parecen suplicarnos su rescate,
pedirnos una segunda oportunidad,
que les devolvamos a la vida
de la que les desterramos,
al cumplimiento de la promesa rota,
defraudada? 



TARDE PARA CASI TODO

Como cuando en el colegio
no te sabías la lección
y, al comenzar la clase,
el profesor dejaba unos minutos de repaso,
y en esos breves minutos te esforzabas al máximo
(por aprenderla,
pero en seguida se acababa el tiempo
y llegaba la hora de las preguntas,
y seguías sin saberte la lección,

 ahora es tarde para casi todo.

Como cuando al final de las vacaciones,
al acabar el verano,
se acercaba la hora de volver a la ciudad,
y otro año más se había deslizado,
otro año en que no volverías a ver
a la muchacha que veías en el pueblo en donde
(pasabas las vacaciones de verano,
y era el último día de las vacaciones,
pero ni tan siquiera entonces
te atrevías a decirle nada,
y hasta el próximo año
no volvería a presentarse otra oportunidad,
si es que la volvías a ver el próximo año,

 ahora es tarde para casi todo.

Como cuando en la noche del terremoto
la cama empezó a temblar
y todo el mundo se despertó de un salto
y echaron a correr escaleras abajo,
y pensabas que todo podía terminar entonces
y ya no había tiempo de terminar nada
y apenas si quedaba lugar para el arrepentimiento,

 ahora es tarde para casi todo.




SONETO A LA LOCURA 

Dioses de la locura, a mi  puerta  llamásteis,
y  yo  me equivoqué al abriros  mi  casa
y  yo  me equivoqué al  dejaros  sin  tasa
recorrer  los  pasillos de mi  razón. Llegásteis

y en seguida  os  hicísteis  los amos. Me cegásteis
con el  fulgor  insólito de vuestros  trajes de  oro,
con el  eco   jovial del  cascabel sonoro
que seguía  vuestro errático  deambular. Me dejásteis

derrumbado en  la  noche  más  obscura. Ni  estrellas
en  los cielos  ni  luces en  la  tierra. Por donde
vinísteis  os  marchásteis, dejándome a manera

de recuerdo de vuestro  caminar sin  huellas
en el  fondo del alma  un quejido  insomne
y  la risa   burlona de la  negra quimera.







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MICHOU POURTALÉ [18.709]

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Michou Pourtalé 

Nació el 14 de mayo de 1934 en la ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, la Argentina, y reside en la ciudad de Buenos Aires. A partir de 1996 fue incluida en las antologías “Veinte Voces de Buenos Aires”, “Antología del Grupo Zahir”, “Poesía Argentina de Fin de Siglo”, “Antología de Poetas 1”, “Libro Sin Dueño”, “Mar Azul, Cielo Azul, Vela Blanca”, “Antología de Poetas, Narradores y Ensayistas”, “Summa Poética 2004”, “Doce Poetas Argentinos del Siglo XXI”, con selección y prólogo de Nina Thürler, “Poetas en Botella al Mar (Antología 1946-2006, Sesenta Años)”, “Poesía Argentina Contemporánea” Tomo 1, “Antología Argentina Brasil ‘Poesía en Tránsito’”, traductoras: Silvia Long-Ohni y Valeria Duque, etc. Textos suyos han sido difundidos en catalán. 

Es asociada de CADRA Centro de Administración de Derechos Reprográficos, así como vocal titular de la Subcomisión de Cultura y Sociales de la AFAB Asociación Franco Argentina de Bearneses. 

Publicó seis poemarios: “Milenaria caminante” (1997), “Hombres en sepia” (2000), “Signos tardíos” (2003), “Damero para un cuerpo” (2006), “La misma que soy” (2010; Primera Mención de Honor en Género Poesía de la Faja de Honor 2011 otorgada por la Sociedad Argentina de Escritores), “La mujer sin espalda” (2014). 

Como articulista ha incursionado con “Lo Simple en la Poesía”, sobre el poeta francés Francis Ponge (1899-1988); “El Satori de Néstor Perlongher”, sobre el citado poeta argentino (1949-1992); y ha leído como ponencia en el Cuarto Encuentro del 2012 del Grupo A. L. E. G. R. I. A. el titulado “Sophia de Mello Breyner Andresen [1919-2004] : Poeta en la Fina Penumbra de Lisboa”.




Algún canto rodado

El canto rodado no es una cosa fácil
de definir, dice Francis Ponge.

Le galet, roma piedra que el mar rescata
delante de mi pie en la mismísima
orilla de esta playa desdibujada
por pisadas anónimas y mendrugos
hachados de caracola partida,
arroja su aplanada cara de
luna con agujero.

Obsesivo el guijarro ocre gris,
heredero directo de un ancestro pétreo,
monologa imperturbable su diáspora,
llama a través de la materia, clama.

Este pasadizo arqueológico
comido dentro del simple oleaje
por sal, medusa, diente de algún pez,
capricho horadado en forma de O,
inserta un tajo oblicuo en mi ojo.

Ranura centrada en piedra,
la nada y el todo centrados en ranura,
ocaso y renacer en el redondo canto
litúrgico de alta marea. Eterno
un rodar de rueda en constante
lenta molienda de arcano cíclico,
hace que le galet muera.

Trémula orfandad fragmentada
en arenillas compactas dispersas
clandestina se acomoda
al golpe de calor, a la nimiedad,
al desprecio.

Cabe preguntarse qué oculto don
se esconde en el circular vientre de siglos
del pedrusco ¿una eterna sapiencia,
alguna loca dádiva? Tal vez sea la extraña
reserva impresa por el maravilloso
engranaje de su rolar, vida al fin sometida
al brutal tratamiento de inmensidad y ola.

Un cordón sostiene el canto rodado
que lánguido cuelga sobre mi pecho
mientras algo de su historia se concluye
otro va a dar comienzo, impredecible.

(en Del mundo de las cosas, de La misma que soy)




Hay un atrás del tiempo que deja
el tiempo al pasar y allí se instalan,
cómodas, las tantas vejeces que fueron
amadas. Zarcillo, muñeca, foto de familia,
cómplice caja laqueada, son simples vejeces
que tuvieron, a título sentimental, un brillo.
Así son ellas hoy. Un algo vetusto sin valor
las muestra apagadas pero dignas,
se diría chapadas a la antigua. Baratijas
en desorden ordenado al fin,
antiguallas que nos resultan íntimas,
con el afecto invaden y atrapan
lugares donde quedan fijas, su calma muda
con un lento resorte al pecho picotea
y llega esa fragancia dulzona
de papiro indescifrable rancio.
Un afán de caricia nos sorprende
justo donde la nostalgia hizo nido,
único punto al que se vuelve
para ahuyentar la molicie del alma.
Este botón de nácar con cuatro agujeritos
me inclina a meditar, correr el velo de la pátina
como atanor que se apaga.
Las vejeces llevan grietas cuyo presente
es pasado, ahora un simple recuerdo.

Ellas son lo ya vivido. Es lo eterno.






El muerto tiene un lugar de pertenencia
sólo suya, sobre la cual hemos inventado
un raro entretejido.
Intelectuales o necios optamos
por algo metafísico o una aceptación
tan difícil como dura de asimilar
por no entender la nada. En esfera opalina
el muerto está desposeído de bienes
y uno se pregunta si lleva impresa
la memoria pasada,
si guarda el recuerdo de las tantas cosas
que amó siendo suyas. Ahora otra mano
toca, resuelve, dispone
sobre esa materia que lo sobrevive.
Del trazo de sus pisadas solo
quedan borrones cada vez más
difuminados, reales fragmentos
que nos hacen demudar
él ya nada necesita y con su tropa,
algún libro o bártulo, ciertos enseres,
retenemos su huella
dentro de su pobre ojo mortal.

(de El coloquio, en La misma que soy)




De aquel tiempo...

De aquel tiempo de las muchas
grandes tristezas, ésas que pasan arduas
destempladas tormentas generando
el viento de un cambio, digo:
yo viví en erosión sin preguntarle
a mi adentro el porqué de esa arruga,
tristona que vociferaba su silencio.
Eran arañazos dolientes,
raspones agrios que mudaron
la textura de mi alma, igual que
la levadura en la masa vuelve
a la harina más leve, el ser
se modificó, aprendió, se suavizó.
Mientras mutaba en languidez
todo dolía y no me daba cuenta.

(de La misma que soy, Vinciguerra, 2012)





a María Meleck Vivanco
            en su retiro de aire

Fuera de la línea de foco de tu párpado gris
hurgas la máscara del otro donde aluviones de ceniza
alojan sus recuerdos, te buscarás en ellos
donde en alto vive tu rosa. Te llevará un pájaro de fuego
hasta las orillas del Mármara y el agua azul cubrirá tus espaldas.
Mereces el plumaje de un ave en llamas
pero esta noche serás mi invitada.
Una cuchara de plata te espera
y la sopa caliente de las estrellas más fugaces
las que anidaron en tu corazón dadivoso
ungido de poesía óleo derrame el de tu boca
en cada sílaba de tus poemas
mientras Olga la maga sigue espiando
los pulpejos de tu mano enamorada.





Afuera la calle, el tórrido desliz
del verano en la cocina es verde
el pothus, un splenium en profuso verde,
se los ve radiantes. 
Acariciadora de hojas mi mano
percibe un ritmo y me inclino
a mirar la insistente, minúscula ala
que sostiene el aire. Es un revoloteo
de mosquita veraniega abriendo
su espacio sedosamente, 
tajeándolo sin hilo que la sostenga
ella vibra con incesante agitación.
Un deseo me nace, un amparo
detiene la mano. Elijo la vida para ese ser.
En un rapto, el toquecito gris se borra
ante la vista y un fue de lo que fue
con asombro, sondea mi alma.

De su libro: "La Misma que Soy"





“verás 
cómo se hace la tierra
con una imagen de infancia

y un deseo
a muerte de pisar
el lenguaje terso
de las rondas”

Liliana Lukin

Verás cómo se hace la tierra
entre cánticos y plegarias.
Verás recoger manzanas y vides,
tejer ilusiones con nardos.
Verás las manos del mundo unirse
en las rondas del estío.
Tersura entre limoneros, perfume de verbenas.
A la ronda, ronda
giran los niños, giran
descalzos los pies de la infancia,
nos acarician,
nos protegen los niños, nos salvan
los niños,
nuestros niños.

(de “Milenaria caminante”)


LA GALGA

Galgueando, vieja perra cimarrona,
atravieso los campos del misterio
bajo un conjuro bermellón de sol y luna
y el mordisco a la Cruz del Sur
brillando entre los dientes.
Pampa, paja brava
el cuerpo lacio cortajea,
grito hosco de chajá en su laguna.
No existen alambrados ni tranqueras
ni ranchos que me atajen.
Sí, la llamarada humeante del indio
y de su chusma.
Yanquetruces, Catrieles me acorralan
maloneando destreza en mi combate.
Fortinera plantada
sobre estas leguas de campos tendidos,
herencia de una sangre sin murallas,
en soledad sin agua,
inmenso el techo azul de lo bravío.

(de “Milenaria Caminante”)



FRUTAL

El pericarpio del fruto palpita
medianamente se lo oye
en su tierno frutal encierro
de pellejo oro.
Dentro de la tarde desvanecemos
mi madre junto a mí las dos
diosas hieráticas hijas de Demeter
jugadas en jugoso juego
de cosechar ciruelas
ritual para buenas mujeres celtas
cuyo conjuro es reír al unísono
y disparar pisadas resbalosas
alrededor de un tronco retorcido.
En un gran slam patinamos cesto y ciruelas
¡splash! ¡splash! surge el gorgoteo de la imagen
desde el suelo pusilánimes hormigas
nos ven mientras caminan en fila
con prolijidad de indiecitos sioux
portan su carga de obrera diligente
a merced de nuestras esparteñas
tanto pisoteo desbarajusta la tarea
¡splash! ¡pum! ahora semejan lémures
fuera de sus cuevas trepan unas arriba de otras
el disparatado baile me obsesiona.
Mi madre no se percata de lo que yo veo.
El vestido de rayón de mamá
el mío de tobralco
texturas diferentes de esta foto sin contorno
y el recortado embudo de latón
para alcanzar entre moscas y tábanos felinos
las más gordas y altas ciruelas.
Sabor a ellas en la siesta tarde
de un verano manso la canícula
arrecia entre los fuertes olores
emanación de corral orín y bosta
la tierra se ha tragado huesecillos descarozados
deshechos a puro ciruelo en hojarasca
la tierra me ha de tragar como huesecillo también.
Retorno al compás del presente
de pie el ciruelo huero
aspira el aire de lo lejos y hoy
en el atrape ondulante de su tronco
lo irrecuperable está escrito
como juguete de la naturaleza
implantado de por vida. Pienso
un vuelo de calandria fue regalo para mi madre
ella se ha volado como gorrioncito
y ella se vuela entera entre sus frutales
iluminada con un cesto repleto de luciérnagas
muy plata en la mano su embudo
flechando rayos de mil tormentas
de cala la enagua traslúcida ella vuelve
hacia el espejismo difuso del atardecer campero
y yo la sigo con la métrica de mis ojos
de mi niñez austera cándida
dentro de un tarro de mermelada ácida
el contenido pegotea engolosina
y la ciruela sigue aún goteando
gotitas de un raro almíbar oroazul brillan
en las comisuras de la boca
de mi nieta menor.

(de “Signos tardíos”)






Creo que empiezo a darme cuenta del
placer propio de los bosques de pinos.

Francis Ponge


Llueve muy manso ha llovido.
Bajo el pinar van creciendo hongos
blancos se muestran felices
anacoretas fatuos
con redondos penachos
sólo un pie los sostiene.
Algo velado los irá cubriendo
de mortífera herrumbre.
No saben que la constante humedad
es motivo de su existencia
tan frágil ante el más mínimo roce.
Entre las agujas secas del pino
la rutina de la naturaleza
inexorable rotación de rueda
expande naranja una fronda
natural tapiz para ese hongo
espontáneo curioso.
Entre el bálsamo y la pausa
con perfume discreto
todo lleva a la contemplación
y posiblemente a la luz
don de un dios presencia inefable
que a gusto deambula entre los pinos.

(de “Signos Tardíos”)




Así es mi pájaro familiar,
el pájaro que acude a poblar
el cielo de mi pequeño patio. 
Henri Michaux

Invierno gris
manchón amarillento
un benteveo.
Como ayer parece decir:
todo lo que veo está bien.
Puntual al mediodía
inmutable al igual que rey se posa
y la rama agrisada del ciruelo resalta.
En la mañana temprana hubo escarcha,
la hubo y a la noche helará seguramente.
Y el campo taciturno en gélida espera
hace meditar a los ocultos brotes
y el día que no despunta en claridad.
Sobre el final de cada almuerzo,
ideograma oriental el pájaro
ya es un haiku volando en escritura
mientras amarillo el plumaje se cuela
a través del vitral en la repetida visita diaria
su presencia se vuelve necesaria.
Y si la cadencia de un verso de Juanele
se insinuara con el canto del río
en tinta china el fino trazo del poeta
daría al instante el exacto delineado.
Nada percibe el visitante de las doce,
él es luz apenas tornasol y no lo sabe
cuando cristalino se escarcha
en la frágil rama gris del ciruelo.

(de “La mujer sin espalda”)





La mujer sin espalda se sostiene
con un solo pelo de la nuca
vive en vilo constante el transmutar
remueve sin pala la tierra de un vacío
que detrás la vuela de su angustia.
A partir de un ojo iluminado
ella apunta adelante hacia la meta
no le importan el pasado o la víspera
del mañana, nada la tumba ni aflige.
Nada con estilo pecho suelta su universo
agudiza el agua de la emoción
trance que la impulsa desde la orilla
cementada del estanque.
Espora de un raro helecho esta mujer
va rasgando las aguas de un infierno
con el arrastre del viento de su boca.

(de “La mujer sin espalda”)







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RICHARD ROGNET [18.710]

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Richard Rognet

Richard Rognet es un poeta francés nacido el 5 de noviembre de 1942 en Val-d'Ajol, en los Vosgos. Actualmente vive en Dommartin-lès-Remiremont.

OBRAS:

Spasmes , 1966
Tant qu'on fera Noël , les Paragraphes littéraires de Paris, 1971
L'Épouse émiettée , Éditions Saint-Germain-des-Prés , 1977 , prix Charles Vildrac 1978
Les Ombres du doute , Belfond, 1979
Petits poèmes en fraude , Gallimard, 1980
L'Éternel Détour , Le Verbe et l'Empreinte, 1983
Le Transi , Belfond, 1985 , prix Louise-Labé 1985
Je suis cet homme , Belfond, 1988 , prix Max-Jacob 1989
Maurice, amoroso , Belfond, 1991
Recours à l'abandon , Gallimard, 1992
Recul de la mélancolie , Amis de Hors Jeu, 1994
Chemin Bernard , Le verbe et l'empreinte, 1995
Lutteur sans triomphe , L'Estocade, 1996 , prix Apollinaire 1997
La Jambe coupée d'Arthur Rimbaud , éd. Voix-Richard Meier, 1997
L'Ouvreuse du Parnasse , Le Cherche Midi, 1998
Seigneur vocabulaire , La Différence, 1998
Juste le temps de s'effacer suivi de Ni toi ni personne , Le Cherche Midi, 2002
Belles, en moi, belle , La Différence, 2002
Dérive du voyageur , Gallimard, 2003
Le Visiteur délivré , Gallimard, 2005
Le Promeneur et ses ombres , Gallimard, 2007
Un peu d'ombre sera la réponse , Gallimard, 2009
Élégies pour le temps de vivre , Gallimard, 2012
Dans les méandres des saisons , Gallimard, 2014


Apuntes sobre el poeta Richard Rognet

Grégoire BERGASA
Master 2 Paris IV- Sorbonne.

La voz poética de Richard Rognet nacido en 1942 en el Val d’Ajol — noreste de Francia, junto a la frontera con Alemania —, primogénito de los cuatro hijos de la familia, se impone como una de las voces más pertinentes de su generación. De familia modesta, su padre era mecánico en una fábrica textil y su madre maestra. De su infancia, pasada en una aldehuela del Val d’Ajol, conserva un contacto privilegiado con los Vosgos franceses, con el paisaje y sus gentes cuya presencia se hace patente en su poesía como lo muestra el poemario Juste le temps de s’effacer:



Me gustan los caminos pedregosos,
los modestos umbrales,
busco mis pasos en el barro,
interrogando cada terrón
que se desmenuza negruzco,
me gusta oír el polvo
levantar el vuelo burlándose del cielo,
yo sólo me confío a los pájaros...



J’aime les routes caillouteuses,
los mohosles pauvres seuils, les moisissures,
je cherche mes pas dans l’argile,
interrogeant chaque motte
qui s’émiette en sa noirceur,
j’aime entendre la poussière
s’envoler en narguant le ciel,
je ne me confie qu’aux oiseaux.

(Rognet 2002: 68)


Richard Rognet comienza a escribir sus primeros versos con catorce años. Dos años más tarde su familia se traslada a Dommartin-lès-Remiremont para que pueda continuar los estudios en el Instituto. El joven Richard, deseando estudiar la carrera de magisterio, prosigue sus estudios en la Escuela Normal de Maestros de Mirecourt. Atraído por la literatura, continuará los estudios universitarios en la facultad de Nancy, prefectura de la Meurthe-et Moselle. A partir de 1969 comienza a enseñar en la Escuela Normal de Mirecourt, continúa en la de Epinal y finalmente, en el colegio de Epinal donde anima talleres de escritura. En el año 2000 cesa su actividad como educador y se retira a Dommartin-lès-Remiremont para dedicarse por entero a la pasión de su vida: la poesía.

A menudo los términos repetitivos y estructurantes que emplea en sus poemarios, en apariencia invariables, nunca quedan aprisionados por su semantismo de origen. Lo que hace el poeta es volver a dinamizar el semantismo a través de la relación soporte/aporte de los términos que le rodean –aproximándose de este modo a la idea expresada en linguística por G. Guillaume sobre la relación entre sustantivo y adjetivo. En realidad Richard Rognet renueva, de este modo, la búsqueda de lo humano y su propia búsqueda, a través del vivir cotidiano, de sus bajezas, grandezas y palabras:


En sus cabellos,
forcejea el tiempo,
las estrellas están pasmadas,
tú me confías
ráfagas de palabras nuevas.


Dans tes cheveux
fonce le temps,
les étoiles n’en reviennent pas,
tu me confies
des rafales de mots nouveaux

(Rognet 2002: 116)



Estamos recorridos 
por voces antiguas
que no se callan,
voces tan suaves en nosotros,
tan apaciguadoras, tan sabrosas.



Nous sommes traversés
de voix anciennes
qui ne se taisent pas,
voix si légères en nous,
si calmes, si fruitées 

(Rognet 2002: 120).




¿dónde colocar a las que se agitan
en nosotros, a las que guerrean, 
se juntan, se evitan,
dónde dar bella morada 
blanco palacio, dulce página,...? 


où donner à ceux qui remuent
en nous, qui bataillent,
qui se ressemblent, qui s’évitent,
où donner belle demeure,
palais blanc, douce page,...? 

(Rognet 2002: 50)




Despertarse en las palabras, 
- retirarse ante ellas -
ellas saben dónde recoger 
el reflejo de las flores, 
hacer un alto en la nieve 


S’éveiller dans les mots,
- s’effacer devant eux -
ils savent où cueillir
dónde le reflet des fleurs, où
faire halte dans la neige. 

(Rognet 2004 : 88)




No digáis 
a las piedras que ellas 
no tienen rostro, 
confiad vuestra palabra 
a su memoria, 
y vuestra alegría, que ella 
sea su hilada, 
que florezca 
de estrellas el musgo 
que las consuele, 
que sea de su 
estirpe, la obra 
leible, la obra,
de los que miran 
en interior de las piedras.


Ne dites pas
aux pierres qu’elles
n’ont pas de visages,
confiez votre parole
à leur mémoire,
et votre joie, qu’elle
soit leur assise,
qu’elle fleurisse
d’étoiles la mousse
qui les console,
qu’elle soit de leur
lignage, l’ouvrage
lisible, l’ouvrage
de deux qui regardent
à l’intérieur des pierres. 

(Rognet 2005:14)





nazco de la herida 
blanca, en el viento 
adelantada y llevada 
y lanzada hasta 
vosotros, vocales, rostros, 
rostros desaparecidos 
bajo demasiadas miradas 
indiscretas - miradas
de violencia rezumantes.


je nais de la blessure
blanche, dans le vent
dépasée et portée
et lancée jusqu’à
vous, voyelles, visages,
visages disparus
sous trop de regards
indiscrets - regards
de violence gorgés. 

(Richard 2004: 52)




Pesada luz sobre 
- los libros, tiempo muerto - 
imposible pasar 
las páginas, los ausentes 
se oxidan sobre la mesa. 
Se rasga la sobrecama: 
un agujero, una tumba 
yo dentro, antes que yo.


Lourde lumière sur
- les livres, temps mort -
impossible de tourner
les pages, les absents
rouillent sur la table.
Se déchire le couvre-lit :
un trou, un tombeau;
moi dedans, avant moi. 

(Rognet 2004: 60)





Objetos, estallidos 
del interior 
del mundo, objetos 
ofrecéis 
ternuras des tendresses
atentas 
absorbéis la noche 
para oscurecer 
nuestras quejas 
camináis antes 
de que nos durmamos, 
atormentáis, encantáis 
nuestra sangre 
y nuestros labios rechazan 
nombraros 
objetos, vosotros, silencio, 
guardianes de nuestra vida.



Objets, éclats
de l’intérieur
du monde, objets
vous nous offrez
des tendresses
attentives, vous
absorbez la nuit
pour obscurcir
nos plaintes, vous
cheminez avant
qu’on s’endorme,
vous hantez
notre sang et
nos lèvres refusent
de vous nommer,
objets, vous, silences,
gardiens de notre vie. 

(Rognet 2005 : 15)





Amar lo mudo 
que me abraza –elipsis, 
sinuosas verdades.



Aimer le muet
qui m’étreint – ellipses,
sinueuses vérités. 


(Rognet 2004 : 76)



Sea cual sea el silencio 
que nos enseña
las pruebas de la vida, 
sea cual sea el fuego 
que recorre nuestras venas, 
sea cual sea el rechazo 
que oponemos a la noche, 
solo somos inconclusos,… 


Quel que soit le silence
qui nous enseigne
les preuves de la vie,
quel que soit le feu
descendu dans nos veines,
quel que soit le refus
que nous opposons à la nuit,
nous ne sommes qu’inachèvement,...

(Rognet 1998: 38)





¿De qué silencio hablamos?
¿de aquél que la nieve 
extiende sobre los campos? 
(…) Y si todos esos soles
hundidos en las simas 
desparramados en nuestra sangre, 
y si todos esos soles 
llegasen hasta él
otorgando a lo que somos
otra realidad, muy parecida 
a la del niño que no ha podido
nacer en nosotros? 


De quel silence parlons-nous?
de celui que la neige
déroule sur les champs?
(…) Et si tous ces soleils
effondrés dans les gouffres,
éparpillés dans notre sang,
et si tous ces soleils
parvenaient jusqu’à lui,
accordant à ce que nous sommes
une autre réalité, très proche
de l’enfant qui n’a pu naître en nous?

(Rognet 2002 : 42)



Tu quieres romper incluso tu nombre, 
quieres faltar a tu palabra dada, 
eres el huésped anónimo 
que pide a las sílabas 
que desconfien de los signos primerizos.


tu veux briser même ton nom,
tu veux manquer à ta parole,
tu es l’hôte anonyme
qui demande aux syllabes
de se méfier des premiers signes.

(Rognet 1998: 94)





buscas con la jauría 
embocada en tu sangre, 
un nombre que sea el nombre 
ora luz, ora ceniza.


tu cherches avec la meute
embusquée dans ton sang,
un nom qui soit le nom
tantôt lumière, tantôt cendre.

(Rognet 1998: 86)





Príncipe de la soledad, 
antecedente del silencio, 
había que quedarse
y no elegir nunca 
el poema testigo 
de un fatal equilibrio.


Prince de la solitude,
antécédent du silence,
il fallait le rester
et ne jamais choisir
le poème témoin
d’un fatal équilibre.

(Rognet 1998 : 21)




No dice: 
yo soy la mujer, yo soy el hombre, 
dice: yo soy el ser 
con sus temores, sus espinas, 
él se inventa con nosotros,
en nuestros ademanes, nuestras palabras, 
combate cuando sufrimos,
teme cuando le nombramos, 
espera, vuelve su rostro, 
prefiriendo vernos contar
los bulbos de los tulipanes 
que habrá que enterrar 
él es ese hueco donde todo se inscribe, 
esa sed en nosotros, que lo sueña.


Il ne dit pas:
je suis la femme, je suis l’homme,
il dit: je suis l’être
avec ses craintes, ses épines,
il s’invente avec nous,
dans nos gestes, nos paroles,
il combat quand on souffre,
prend peur quand on le nomme,
il attend, il se détourne,
préférant nous voir compter
les oignons de tulipes
qu’il va falloir mettre en terre,
il est ce creux où tout s’inscrit,
cette soif en nous, qui le rêve.

(Rognet 2002 : 19)


Métete bajo la corteza 
del avellano, 
protege las fábulas desnudas, 
aguza el oído.
Un muchachuelo herido
recita el alfabeto, 
pretende que una vocal 
oculta bajo la savia 
le ha dañado la mano.
No le olvides, 
fue el niño
de los antiguos lugares 
que rondan en tu memoria.


Glisse-toi sous l’écorce
du noisetier,
protège les fables nues,
tends l’oreille.
Un garçonnet blessé
récite l’alphabet,
il prétend qu’une voyelle
cachée dans la sève
lui a meurtri la main.
Ne l’oublie pas,
il fut l’enfant
des anciens lieux
qui rôdent dans ta mémoire. 

(Rognet 2002: 117)





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KARINA FABIANA CARTAGINESE [18.711]

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Karina Fabiana Cartaginese 

Oriunda de la ciudad de José. C. Paz. Provincia de Buenos Aires y nacida un 22 de febrero del año 1971, Karina Cartaginese es bailarina y poeta. Bailó con el grupo “Árnica” danza-teatro, con el grupo de música experimental QUUM ; bailó en "Los celebrantes" dirigido por Vivian Luz, en el festival “Magnética” organizado por Valeria Martínez; con Belén Lalla en “ Entre flores argentinas”, en improvisaciones dirigidas por Fabiana Capriotti en Tecnópolis. Junto a Florencia Novo en la Herrería Teatro; fue parte del video- danza “ Ausencia”, dirigido por Carolina De Luca y en performances invitada por los músicos Maxi Silva y Willy Pérez.. Como poeta publicó de manera artesanal: “Tríptico”(2007); “Antepasadas”(2007); Participó en la antología poética “Ama- Zonia 3.0” (2008) ; “Pájaros en la frente”(2011) y en la revista “Zorzalita”(2012) realizadas por Romina Freschi y en algunos números de la revista “La Avispa” (2011) dirigida por Marcela Pedrieri. También publicó “Ellas” (2013) con la editorial “La Parte Maldita”; “Nos Comenzamos” edición artesanal (2014) con la colaboración de Ana Claudia Díaz. En 2015 participó en “Exit 75” una antolología poética inspirada en canciones de Tori Amos, edición a cargo de Germán Weissi, Alejandro Parrilla, y Laura Mazzini y en la Revista “Tendé” Vol. 8 y en “Siete Borreguitos”. Libros inéditos en espera: Ave, y otros.




Este poema me deja ver lo presente de escribir poemas. La caída como lo más presente. Lo que madura algo.
¿Qué cae primero? ¿La línea en nosotros o nosotros en la línea?
¿Qué la deja caer? ¿Cuánto pesa cada línea?
Gravedad levedad.
Este poema me hace sentir que soy una línea que está acá y ahí.
Ahí donde comienzo a existir como una línea que entra por los ojos
y que cruza nuestras voces.
Donde todos los puentes caen en líneas para caer.




cae un pájaro
de escarcha y luna
brilla
su presencia sin vuelo
agita sus alas
instantes congelados
mis ojos
dos piedras más
en el camino frío
salpica el blanco
al paso
y al vuelo

(para Gisela)


*

Debajo de una escalera
obscena intemperie
alas de mala muerte
sueña al margen
de los arrullos de un tren
Su ángel de la guarda
quedó pegado
en una bolsa de plástico
que hizo volar el soplido
de un espíritu dañino
Sin castillo
un sueño herrumbrado
la niña durmió 


*

sola quedó
la torre sin princesa
con un insomnio de ladrillo enmohecido
perros de tristeza
aúllan en el castillo
y un lenguaje fantasma
habla a viva boca
lo que ha vivido


*

Dormir
en una nube
y un ángel almohada
susurrando
canciones de cuna
al oído niño

Dormir feliz
fetal
para nacer
mañana
de nuevo
nuevo

Dormir
en una nube
o en el pensamiento
de un ángel
enamorado
de una nube nueva


*

Mi siempre día

espero con mi sombra
en el pasillo de luz
que tu mano me despegue
de la soledad del suelo

la gravedad
en la ley de la caída
nos pondrá de pié 
y al nivel del pié

dentro de la rueda
la intersección de nuestras manos
horizontal + vertical
en el siempre viaje
sin boleto
sin ley

(para Daniel Capanna)


*

de tu mano la rosa
salvaje ternura
recorre mis vértices
hasta la niñez

Flor abierta
me arrojo a tus manos
y en tus ojos
tanteo la caída


*

Para armar

Pequeños trozos
recortados de los sueños
desparraman el suelo
pasa el tiempo
las paredes no llegan
ellas trasladan espacio
en un aire cansado
con algunas gotas de luz
cosechan
frutos de tiempo y sonido
en un fuentón
para sumar
un techo a una pared
lo perpendicular comienza
a bostezar lo horizontal

caen la noche y las fichas
de su propio juego
los ojos dejan de ver
el sótano resguarda almas


(para Gabriela y Fabiana)


*
de blanco vestida
tu ausencia
me visita

ella necesita
un encendedor
un vestido
un mapa
de una mano
puente
corro hacia ella
los puntos de intersección
se agitan
se desorientan
en mi cuerpo
brújula oxidada
destemplanza
espacio y tiempo
corren de la mano
a contramano

tan ciega que no ve
la ausencia que brilla de frío





Conejera

…en un tiempo paralelo
letras se multiplican como conejos…

Alicia desentierra
caprichos de cementerio
Su puntualidad
me sumerge en la taza
Justo a su hora
la del té
Copulan conejos
todo multiplica
cartas en la mesa
hormigas del tiempo
llevan migas de papeles
llenan ojos de confetti
Alicia no fumiga
Mi cuerpo
vainilla en su taza
se deshace
en tarde líquida
Una cuchara de jarabe
me rescata
Estoy llena de cruces rojas
una inyección de tinta
…Y la letra me vuelve cuerpo
abro mi cuaderno
los casilleros llenos
de conejos…



Claraoscura

blanca de papel
sin letra
avanza
entre tules
translúcida,
con la agitación
de una película en cámara lenta,
novia camino al altar
sin prisa,
Ella es dueña
de la puntualidad
y de la música irreversible,
ansiosas teclas
se adhieren a sus dedos
tocan:
“Partitura del corazón”


*

Septiembre crucigrama

Lo veo venir
camisa y jean
manojo de llaves
aunque ya no necesita puertas
Hace tanto que hace poco?
ó hace poco que hace tanto?
El sol inunda el día
como cuando partió a legión
Extranjero Celeste
no necesita billetes ni documentos
Le pregunto de dónde viene
dice que de combatir hormigas

para Aníbal Cartaginese


*

Fantasma electrodoméstico

Tiempo light
blanco ala
Tiempo roto
retazos de furia
en el borde del filo
manchas
de velocidad ciega
de voracidad sin pan
Incisiva
boca llena de autopsias
lágrimas rojas
arden en sus manos
una muñeca incinerada
de no palabra
el silencio
electrocuta


*


Ella toca el acordeón

su música la protege
de las balas
y la realidad inyectable
Novia eterna de un satélite
del mundo del rock
él la visita
viajes fugaces
tren paralelo
Ella toca el acordeón
como estrujando notas
de un limón
gotas, alegres notas para el baile
paralelo a la razón




                     
Estamos Selva                                                                                                                                 
Me zambullo de cabeza en el reverso de un tigre en tu pecho, mientras hacés preguntas de colores sobre los colores. Veo. Tu cuerpo modificando la geografía de mi cama, tu mano sacra me sana me entrelaza. Nos abrimos de abanicos faunos y floridos, nos trepamos de enredaderas y rizos, mientras nos arrojamos caídas celestiales. El televisor nos hace luz estrella, en esta noche donde nos salpicamos luciérnagas de besos, intermitencias titilan en nuestra piel. Y estamos acá, donde la estaca nos vampiriza y resucitamos niños bellos y tiernos llenos de alimento. Veo vemos pájaros de pan líbico límbico aleteando a nuestro alrededor.
Y dejaste en mi casa tu remera de dormir color celeste agua del cielo, verde pasto de lluvia recién cortada, recién olida, por donde retozan retazos de tigres.
Selva que me veo con vos quiero. Tus dedos fortalezas encantadas serpentean dulces y constantes entre mis rizos.



Casa del Lago                                                                                                                                                                
Desde que te conocí comienzo a escribir todo como un comienzo camino.
Encuentro una foto nuestra, escapándonos de la mano de la manada del colegio. Ya éramos novios desde entonces, y vos me raptabas de mis cuadernos. Me llevabas lejos, a algún campito para verte jugar a la pelota. Tus movimientos dejaban estelas lumínicas, eras el ángel guardián del arco.
Yo te bailaba un poema cada vez que atajabas el peligro, y cuando no, también.




Peces de miga

Pequeños peces descorchan sus besos entre nuestros labios y nosotros queremos entrar donde sea que esté nuestra pecera, o nuestra laguna, donde los patos se ensucian los picos de dulces migas, y las gatas madres lamen todo como si fuera cría.

                                                                                                                                                  
Fiebre Travolta

Es sábado por la noche, quiero tomar “camparis” como si fueran “cepita”, bailar en la pista como si fuera Madonna. Tener una sobredosis de vos, irme a dormir a tus brazos simples y fuertes.



Trazos celestes

Se acerca la noche y pienso en ofrecerte constelaciones de pecas y la pequeña luna oscura de mi tobillo derecho. Ríos azules se bifurcan fluorescentes en los brazos.



                    
Zamba al sol        

Me ví ahí, estaba echada entre margaritas gigantes, como un papelito lleno de letras tachadas, enredadas, despeinadas. Como las que encuentro hoy. Sol tiernito como vos decís, sol picantito como digo yo. El tiempo tranquilo en mi cuerpo. Lejos de todo. Cerca del pétalo. Retazo de margarita donde siempre me querés. Pero era un quererme yo, sola al sol. Ser blanca y amarilla, recién nacida, dejándome mover por el aire. Descansando en mi yo animal. Quererte sí, mientras me voy sola a echar raíz. Esperando que vengas a trasplantarme cerca tuyo, con un ala en cada pétalo. O emigrar hacia tu cuerpo.




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ADOLFO SARMIENTO [18.712]

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Adolfo Sarmiento 

(Montevideo, Uruguay 1966). Economista. Entre 1986 y 1988 realiza diversos cursos de la Licenciatura en Letras en la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República Oriental del Uruguay. Desde 2004 se integra al taller de creación literaria del escritor Rafael Courtoisie. Publica “Infiernos Aliados” en 2007 (Ed. Artefato) y participa del ciclo “Ronda de Poetas”.


El aeropuerto es un quirófano comunitario


I

desandando los vuelos
espero en el pasillo de azulejos blancos y negros,
con la boca quebrada
sin fronteras,
territorio gusano que transmite la vida por los altavoces
los aeropuertos son la adolescencia

otra vez los muertos se levantan
la odisea de esperar se funde con estaño
desilusión perfecta

en silencio
te nombro
me conecto con Bowie
envasado al vacío,
despego


II

el miedo
es el medio
insiste
tienta en la calma del viento
diluye el tiempo
pasa

la lluvia de relojes se esmera en aplastar la noche
vaciar un contenedor de acero
sentencia ejecutada

isótropa
ausente del temor
vendrá a dejar estimulantes
desde Tokio


III

primera flor
lejos de tu casa
opción de estar despierto
precipitado en un tubo de ensayo el semen se detiene
célula padre

obstruye
la presión ocular
el recorrido
el cruce
el paso de cebra
la señal
la buenavida

la sala de espera
revistas y estiletes
desde el techo amenaza un caño para liposucción
el ruido del motor cuando aterriza


arrivals
tránsito
taxi
aire rico
piedad
el aeropuerto es un quirófano comunitario

primera flor obstruye la sala de espera arrivals



Baldío burgués
(Montevideo según Elliot)


I.                    Para enterrar al viento

Abril es el mes más cruel,
el viento deja de visitarnos con la amable mano  del calor,
entonces los pichiciegos empiezan a abrigarse,
frazada sobre frazada,
sintético sobre sintético
China, no ILDU ni CAMPOMAR,
China como una gran fábrica.
Mayo nos sorprende, con el frío del este
y el ladrón de la noche
nos  impide salir del hogar
del calor de la radio
del olor de la polenta.
Entonces el fuego, hijo del hombre
viene a darnos gracias
y tendremos una sombra
potente como las columnas
gris o de marrón turbio
como el río picado por la sudestada.
La tarotista del Cerrito de la Victoria
vio un futuro funesto en la rueda de la fortuna
rodeada del paje de palos
un caballero joven e insensato
que viene a llevarse el viento
y el cuatro de espadas
como el lento final de la tormenta
y luego el vacío
la nada que da vuelta todo
se pudre en sepia
la ciudad irreal
la conmovedora humanidad del Palacio Salvo
que nos lleva a Hollywood
cuando se destruye,
cuando cae, ladrillo sobre ladrillo por Avenida del Libertador
cuando explota en adoquines dormidos por la rambla de Ramírez
y la avenida ya no tiene árboles
ni los tendrá
no tiene tranvías
ni los tendrá
y tú estarás ahí para soportarlo
“Tú, hipócrita lector, mi par, mi hermano”


II.                  El juego de truco

La silla en la que estaba sentada,
su trono de cármica
guiada por cupidos de ojos rojos
cegados por la fuerza
en su castillo o en cualquier bar
desde allí vio al mundo hundirse
entre el humo de cigarrillos rubios
donde la tierra prometida
era un campo minado de historias digitales
mitad verdad, mitad mentira
sobre el vacío de la despedida
el timbre de su voz
imperativo y potente
imponiendo lo que rogaba.
Es dulce el calor que lleva el verano
mientras se ve a Montevideo destruida
ya nada es subterráneo sino emergente
tan gris como los jugadores de truco de Nantes
mientras se derriten
bajo los vidrios de la Torre Ejecutiva.


III.                La liturgia del fuego

La calma del río se termina, game over,
la muralla cae en silencio
el viento cruza la ciudad
los poetas se exiliaron, dulce Río de la Plata
la corriente se lleva expedientes vacíos y decretos olvidados
los nuevos jubilados se irán sin dejar rastro
las horas trabajadas se agolpan como ratas
en el abismo del tiempo y pierden la razón
flotan píldoras sobre el lecho barroso
algunas para dormir, otras para respirar
y vemos la ciudad como un ciclo eterno
una hermosa computadora que despierta
ardiendo


IV.                Ahogados

Olvidemos el llanto y la veneración
de todo ejercicio de estilo
el río se lo comió
sus huesos se entrecruzan
con los restos de los buenos salvajes
elevemos una plegaria por la pérdida de la arrogancia
recordemos el demonio del crecimiento
que una vez fue fuerte
músculo sobre hueso
uno tras otros
ascendemos como San Agustín
mientras Montevideo se hunde en el cielo.


V.                  Lo que dijo el trueno

Luego de las luces rojas de las ambulancias
luego del pétreo silencio de los edificios
gritos y llanto
donde el sol iluminaba la rambla
un baldío burgués
cortarle las orejas al toro en una tormenta luminosa
y la esquizofrenia de los continentes.


VI.                Epílogo

Ahora, en la tierra del futuro son las 22:30
en Montevideo las 13:30
y el río se hunde
con tres conejos negros y una señora de ruleros y bigudíes
en el fondo del mar todo se incendia
fuego
hay una princesa en la torre
una enfermera perfecta
un ama de casa solemne
una vaca siniestra con un poco de música electrónica para salvarnos.
¿Por qué habremos de morir de nuestros deseos?
Los tres conejos negros hablan de lo que queda del amor
y me pregunto ¿por qué se lo llevó el río?
No puedo soñar más
no soñé lo suficiente
vuelvo de la noche como una sombra de mí
al final de una tregua
una hermosa y fluorescente tregua sobre la naciente del río
un cerebro seco sobre un lecho seco.
¡Qué puede calmar esta sed!
En el fondo del mar todo se incendia
Fuego.





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CLAUDIO RIZZO [18.713]

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CLAUDIO RIZZO 

(Novi Ligure, Italia, 19/08/1944) Claudio Rizzo nace en 1944, Italia, un año antes del fin de la Segunda Guerra Mundial. Claudio estudia en un colegio católico, del cual posteriormente es expulsado, a pesar de sus excelentes notas, continuando sus estudios en un colegio laico. En 1962 abandona Italia, y después de viajar por toda Europa se establece en Copenhague, donde continúa sus estudios humanísticos. Durante todo ese tiempo se especializa en autores europeos y americanos. Su lectura se concentra especialmente en Dostoievski, Franz Kafka, T.S. Elliot, Mellarme, Proust, Camus, y la filosofía existencialista, terminando por acercarse al nihilismo. Su pasión por la música empieza en la niñez oyendo la radio durante ocupación americana en Italia, su pasión por la música sinfónica se intensifica a fines de los años 60. Actualmente su preferencia es la música de Chaikovsky, Bethoven y la música barroca italiana. Desde la adolescencia se hace experto en en cinema, música, literatura y humanismo.

En 1966 Rizo se establece en Las Palmas de Cran Canaria, España. A fines de la década de los años sesenta, en un rápido viaje a Italia, se dirige al periódico italiano L’Unita, fraguando una amistad con su director, David Lajolo, que le concede los derechos de traducción de su ensayo sobre la vida y el suicidio del escritor italiano Cesare Pavese, titulado Il vizio assurdo. Lajolo es a la sazón uno de las grandes figuras de la cultura italiana y europea, durante tres décadas seguidas. Pero tambien Cesare Pavese marca, con su obra,la adolescencia de Claudio Rizzo, textos de Pavese que todavía lee y relee.

Durante aproximadamente ese, año Claudio Rizzo se dedica a traducir poetas italianos como Montale, Pavese, Gatto y Quasimodo, entre otros.

En 1970 se publica el primer poemario, Tal vez mañana, (1970,Inventarios Provisonales),por intervención del poeta Eugenio Padorno, con buena acogida crítica del autor catalán Salvador Espriu, que lo relaciona con editoriales de la Península Ibérica. En efecto, en 1970 la editorial Vosgos publica, Con un cuerpo dos cuerpos, (1970, Editorial Vosgos). Rizzo mantiene un contacto epistolar con Salvador Espriu hasta su fallecimiento en 1985.

Entre 1974 y 1978 también se dedica a trabajos en vídeo, tales como Obturación del deseo, película de casi una hora, y Poemas Visuales.

En 1975 la exposición de poesía visual, Signos en negativo, es prohibida en España, y su libro, Con un cuerpo dos cuerpos, también tiene serios problemas con la censura de aquella época. Traslada entonces Signos en negativo a la Gallería de Arte Palazzo Doria, Génova, recibiendo una excelente critica. Es allí que inicia una profunda amistad con Edoardo Sanguineti, que dura hasta el día de su muerte en 2010.

Breve fue la época productiva de sus trabajos en poesía visual, que luego abandona radicalmente, al negarse a la venta de los mismos, a pesar de haber hecho exposiciones en varias galerías de arte y círculos culturales.

Edoardo Sanguinetti encarga a Claudio Rizzo la composición del primer número de Il Cervo Volante, y, a posteriori, también el primer número de Bolletario, con poemas de Claudio Rizzo y otros autores. Ambas publicaciones italianas se encontraban exclusivamente en las librerías Fertrinelli, así como en selectas librerías de Europa y Nueva York. Hay que mencionar que, alrededor de 2004, Bolletario hace una edición especial, conmemorativa y numerada, en italiano y Español, del texto Qué preguntaste cuando la ciudad murió? cuya primera edición data de 1978, Editorial Picazo, Barcelona.

En 1979 publica Concierto de Papel, edición bibliófila de solo 1000 copias. El tomo incluye, aparte de Claudio Rizzo, a escritores como Salvador Espriu, Edoardo Sanguineti, Eugenio Padorno y Joaquín Marco, entre otros. Peculiar edición la elaborada por Claudio Rizzo, en forma similar a los antiguos Long Play, de ahí el título Concierto de Papel. El primero numero de Cervo Volante y Concierto de papel se adquieren actualmente solo en establecimientos de anticuarios europeos.

En la década de los años ochenta continúa con lecturas públicas, mostrándose siempre esquivo hacia la cultura oficial.

En 1981 se publica Neón, Ediciones Picazo, Barcelona. Cinco años más tarde, en 1985, la editorial Anthropos rescata sus libros publicado en España, y edita Seppuku, incluyendo en el mismo el hasta entonces inedito Blizard. La colaboración con la Editorial Anthropos, Barcelona, continua con Popocatapetl - Texto Irreal, (1989, Editorial Anthropos, Barcelona).

Poemas perdidos en los últimos días de Gloria - CNOC AN DHU, y Blackout,(1996, Editorial Anthropos, Barcelona).

En 1997, Leopoldo María Panero invita reiteradas veces a Claudio Rizzo para escribir un libro a dos manos. Claudio Rizzo se ve obligado a trasladarse a Mondragón, donde, en el hospital psychiatrico del mismo pueblo, reside Panero. En el Hostal Chirrita donde Claudio Rizzo se ve obligado a hospedase, se empieza y termina el texto Tensó,(Hyperion,1997).

Por esa fechas, Claudio Rizzo dando conferencias en universidades y círculos literarios, con casi total falta de interés. Blackout se presenta en el Circulo de Bellas Artes de Madrid, evento organizado por la editorial Anthropos. Es allí donde Rizzo conoce personalmente, después de muchos años, a los responsables de la Editorial con los cuales anteriormente había tenido contactos solamente por fax y teléfono. Durante la presentación de Blackout se pone de relieve otra
faceta de la compleja personalidad de Claudio Rizzo, no haber viajado nunca a Barcelona para conocer a personas
que luego encuentra por primera vez en Madrid durante el evento.


Otra faceta de Claudio Rizzo es haber escrito solo en castellano, dejando abandonando así a su proprio idioma. Como hicieron en su momento Conrad, Nabokov y otros pocos. En el 2010 el alcalde de Las Palmas, Jeronimo Savedra, invita a Claudio Rizzo a ser miembro del jurado del Festival Internacional de Cine de Las Palmas. Rizzo logra imponer, como presidente del jurado, a Francesco Maselli, uno de los máximos exponentes del cine italiano, con quien fragua una profunda amistad, y comparte con él la teoría de un nuevo humanismo. En Roma, y a través de Maselli, se reúne con Carlo Lizzani y Ugo Gregoretti, ambos también importantes personalidades del cine y la televisión italianos. Otra tema que ha tenido un importante papel en su vida es el psicoanálisis. Durante estos últimos seis meses, si hubiera podido encontrar a Claudio Rizzo en el Hotel National de Moscú, tomando vodka Beluga y fumando cigarrillos Kool...  

Actualmente está convencido que el silencio absoluto sea hoy sinónimo de escritura.



(Leopoldo María Panero y Claudio Rizzo, Tensó, Hiperión, Madrid, 1997).


¿Por qué los hombres lloran? ¿No es peor el silencio?
¿No es peor que la barba y su sonrisa húmeda de borrachos
que escupe sobre el poema y arde en la hoguera feroz de la nada
en donde Dios embiste, embiste con usura, atado a la raíz
feroz de la noche, el cisne del poema en donde Dios no
existe sino para llorar a la sobra de la nada?


*


Once días siguiendo el hilo de Ariadna y asesinar al Minotauro
Nadie nos oyó:

sólo nosotros y un ovillo de palabras vivas para luego reencontrarlas inevitablemente remuertas.


*


Tu voz, su voz,
las voces todavía en mis laberintos cerrados, nuestras voces se confunden,
no se unen a la mía otra vez y todavía.
(Voces anónimas, voces sin sonido, voces sin eco, voces huecas como los hombres huecos: voces sin voz).
Eres mi sudor que tú mismo diluyes con tus dedos.
Otra vez intento recordar cuando te volviste el otro,
cuando mis pupilas divisaron aquel rayo unir en dos las nubes
que semejaron los cuerpos fundidos.
¿Cuándo sucedió?
Cuando la noche dejó paso a la luz del alba: la penetración
produjo un destello distinto.
De repente la escarcha, toda la escarcha se licuó a su alrededor.
¿Y la nieve?




'Tensó': poema a dos voces en el abismo

Leopoldo M. Panero y Claudio Rizzo sobreviven a su combate poético, que publica Hiperión

Por Miguel Mora 

Dos hombres unidos por la soledad acaban de conocerse. Se citan en el hotel Txirrita (Trovador, en euskera), a unos 200 metros del sanatorio psiquiátrico Santa Águeda de Mondragón (Vizcaya). Aún no lo saben, pero van a pasar juntos 12 días. Una foto borrosa los retrata sentados en el sofá del hostal. El de la derecha es Leopoldo María Panero (Madrid, 1948), ha llegado andando desde su casa -vive en ese psiquiátrico desde hace 20 años- y cree que Ia poesía sirve para demostrar que la locura no existe". El otro es Claudio Rizzo, nació en Novi Ligure (Génova) en 1944 pero habita en Canarias desde los años sesenta y ha hecho 4.000 kilórnetros con los tres pequeños tomos de sus poesías completas (editada por Anthropos) como único equipaje.

Entre ambos suman cientos de poemas publicados, pero casi nadie los conoce por eso. Antes de la cita, Rizzo sólo sabe de Panero por la lectura de Locos: "Cuando lo leí, enseguida quise conocer a aquel tipo que en cierto modo me recordaba a mí mismo. Le llamé y me presenté en Mondragón". La idea es embarcarse en una tensó, palabra provenzal que define una lucha dialéctica entre dos o más poetas, ver lo que sale y tratar de publicarlo. O no.

Oscuridad y riqueza

"Hubo relativa disparidad entre nosotros, pero eso no importaba: estábamos metidos en una lucha por ver quién era más oscuro y más rico", dice ahora Panero entre interferencias, largos silencios y llamadas de los enfermeros de Santa Agueda para que acuda a comer. "Trabajamos en medio de un frío perro, rodeados de locos. Pero de locos auténticos, no como Leopoldo, que es afectivamente desequilibrado pero en absoluto loco", explica Rizzo desde Las Palmas.El resultado de esos días al lado del abismo, escribiendo y callando entre bromas y vasos es Tensó, un libro de apenas 50 páginas que publica Hiperión. Poema a dos voces que son en realidad una, anda lleno de imágenes insólitas, versos inquietantes y preguntas como ésta: '¿Por qué los hombres lloran? ¿No es peor el silencio? / ¿No es peor que la barba y su sonrisa húmeda de borrachos / que escupen sobre el poema y arden en la hoguera feroz / de la nada en donde Dios embiste con usura ...?'

Desde la dedicatoria inicial y doble el lector sabe que ese fuego se apagó solo, pacíficamente: A Claudio Rizzo, il miglior fabbro (el mejor herrero -verso del Infierno de Dante-); a Leopoldo Panero, il mio amico. "Sí, nació una amistad tremenda", explica el poeta italiano. "Yo nunca había conocido una ternura y un humor como los de Leopoldo. Tengo muy pocos amigos íntimos, pero ahora él es uno de ellos".

"Si es que yo de loco no tengo nada" se, irrita Panero. "Si acaso soy telépata, ahora que estoy jodido en este ring de boxeo lo entiendo mejor. Los locos me pegan cuando me llaman por teléfono: se creen que soy importante y eso les envenena. Pero Claudio es diferente. Y ahora me va a llevar al manicomio de Canarias".

Hijo del conocido poeta falangista del mismo nombre, Leopoldo Panero ha vivido desde joven en el lado oscuro: rodeado de psiquiatras, pastillas -"ahora sólo me dan Leponex para dormir"-, poemas y películas como El desencanto 1 y 2, testimonios de la decadencia de una familia ilustrada -el primero en pleno franquismo, el segundo en la democracia- que airearon las heridas más íntimas del clan. Hoy, el segundo hermano parece haber olvidado a su familia -"De Michi sólo sé que está muy jodido, que parece demolition man- y ya ni siquiera declara creer en la locura: "Pensaba que los locos eran santos, los crónicos sobre todo, porque han soportado duchas, electrochoques, tipos diciéndoles 'sácate la mierda de la cabeza'... Ahora sé que cuanto más sufre uno, más hijo de puta es".

Pero al mismo tiempo, sorprendentemente, sigue trabajando con dedicación de monje. Escribe poemas solo -'La visita se ha ido, / quedan sobre la mesa pétalos de ceniza"-; dicta conferencias -"ahora doy una sobre elegías medievales, eso tan gracioso que narraba cómo el Espíritu Santo le entraba a la Virgen por la oreja"-; redacta textos antipsiquiátricos, está a punto de publicar una obra de teatro titulada Carne vale y habla en la radio, en el espacio de Javier Sardá, "si al señor Cassamajó no le da por dejarnos sin prograrna".

En esas circunstancias encontró Rizzo a Panero. El genovés dice que "la cosa funcionó porque teníamos muchas cosas en común: los dos hemos vivido radicalmente, lejos de las normas, los dos creemos en la poesía como transgresión, y los dos rompemos la tradición española: preferimos La tierra baldía, de Eliot, a la generación del 27, estamos más cerca de Dylan Thomas que de Lorca. Y además nos hemos dedicado a escribir, no a llamar por teléfono a los críticos".

La colaboración se tambaleó durante los primeros cinco días -"antes, Leopoldo no me tenía confianza"-, pero finalmente es difícil distinguir quién escribe qué. Será tal vez, como sugiere Panero en el prólogo, que "el hombre no pertenece a la página. Y la muerte del autor lleva a esa poesía colectiva". Pero Panero y Rizzo están vivos: se llaman cinco veces por semana, planean hacer Tensó 2, Rizzo quiere traducir al italiano el corpus entero de Panero y sigue prometiendo llevárselo a Canarias. "Si el director de Santa Águeda nos deja".

* Este articulo apareció en la edición impresa de ElPaís, Miércoles, 9 de abril de 1997



¿COSA DOMANDASTI QUANDO LA CITTA MORI? 

(da Seppuku, 1986, traduzioni a cura di Mariangela Scaringella)


Le ore delle sere e delle mattine arrivano in punta di piedi senza
niente di nuovo da aggiungere all’ abitudine.
Sapere che tuttavia il principio
non è stato toccato dall’acqua della pioggia:
solo capelli biondi sfioravano le mie dita
nell‘abbandono che segue alla piccola morte
con ombre di foglie cadute ancora in silenzio. *
Gli uccelli senza ombre volano alto in esso
ronzano solo il mare e il riverbero '
confonde i colori la carta tomò ad essere carta
spopolata di

Ci guardiamo mentre gli oblii
non possono aggiungere tradimenti in questo deserto
dove la gente non applaude Mr. Jones
che muore solo senza raccontarlo a nessuno;
le dune sono interminabili e il mare
e più in la del pensiero (un cavallo perde
il suo cammino nella prateria del tempo
senza colore)
che termina alle tre del pomeriggio
e resta sfnito in un marciapiede senza neve.
Sussurrare parole mai udite a questa morte silenziosa.

* E tutto questo resterà per domani. Oggi
l'immaginazione si arresta prima dell'indefinito. Nella sillaba incisa
dalle parole senza suono che anticipa
L'arrivo di un linguaggio che non accetta sinonimi. Cercare
il vuoto totale e parlare del ritorno del niente dal niente, cosi tuttavia
poter fissare lo sguardo su di un titolo immaginario posteriore a tutte le insignificanze.
Ancora continuo a cercare in un essere asettico il mistero
di un terribile miraggio formato da ipotesi e intercalato da sogni
spezzati dalla disunione delle sillabe nelle vene,

invisibile fiume che confluisce in labbra mone e risorge
in parole taciute.
come la caduta del pensiero.
Sillabe sopra parole (un corpo sta ancora dormendo
fra il tepore di mani sconosciute)
che si separano sole.
Questo antico sole di un nuovo giorno
mi dice che già il suono delle ore inutili
e ritornato con la sua ferita più profonda.
Tutte le sere
scopro che anche la malinconia ha un nome
che niente è stato necessario
per essere tanto distante,
per convertirsi in ricordo palpabile
l'aria che abbraccio,
il vuoto interiore proiettato nelle cose.
L'oscu.1ità ha il colore del tuo inguine
che mai fu mio;
perché il passato appartiene a nessuno
ed è solo il niente con nomi diversi
ciò che abita i corpi
in dolori ripetuti,
Il calore animale ha perduto la sua forza,
quadri astratti riempiono la vetrina
di un antiquario, passi di danza
tra vecchi violini e corde senza suono.
Una donna balla sola,
i capelli sparsi cadono sul suo petto eretto,
le braccia si dirigono in alto,
quindi cadono unite
fra le cosce;
uno spillo unisce tutti i ?li.
La donna senza musica è la statua di pietra.
e' la roccia, La musica è il mio alito
nel frastuono.
Conobbi come un anticipo gli occhi
più belli di chi suonava con mani
d'oro il violino,
l'altro, più serio, la viola

mentrel’u1timo in un trono di musica
simulava suonare il clavicembalo,
sfiorando i tasti (mancava, aveva detto,
di vocazione musicale, quantunque fosse attore),
e e parlava di un vento tra le foglie
e di fantocci che passeggiavano per un ponte
trasformato in scena.
Pero il trio in smoking suono Madrigali Barocchi
in un mare rosso, con l’acqua
fino alle ginocchia
per un pubblico di bagnanti
e per un solo nuotatore.
In altri tempi, durante altre lunghe stagioni,
fu normale. Pii1la polvere copri gli strumenti.
Solo il nuotatore seguita la sua traversata.
Direttori di banche e portieri di hotels
confondono i loro smoking, tacciono, c’e pericolo,
per tutti, adesso.
Morire e un pericolo in questi giorni d’estate,
Non mi dimenticate,
quel fuoco fatuo seguiterà a brillare
nella distanza
e assomiglierà alla luce morta di occhi, *
sguardi che tempo fa furono una ragione in più
per vivere;
anche se forse vivere é fermarsi prima del silenzioso ostacolo
[di una virgola

* Sì disintegra il seme (Panimale rincontra
l’ animale): così potere eiaculare ancora parole rotte, crepe
nella parete, ferite di un essere morto in un giorno senza
data. I muri crollano perpetui (i mattoni caduti sono una
fittizia sopravvivenza, testimoni di vecchie rovine) per la
violenza del vento. Gli avvenimenti fanno sanguinare le
pietre durante il ntio cammino verso la riva del.
Sei il niente e il tuo tacere la morte. E' difficile
congedarsi in silenzio (camminare cortese fra i tavoli) mentre i più
si concedono al coito delle conversazioni e i gesti.

O essere sospinto da un 'auto in un angolo
mentre le labbra d’altri dividono una sigaretta;
non mi dimenticate,
Aprile continua ad essere l”inverno.
Nella sera delle sere
seguito a guardare dai tetti delle case
tutta questa acqua che cade senza terminare mai
e tornerò ad unirmi con l 'ombra delle tue ombre
intravista nelle gocce che si uniscono
nelle lenzuola umide;
quindi, da lontano, tu che non sei, vedrai
la punta rossa della mia sigaretta accesa
ri?esso muto del tuo sguardo caduto
nell'abbandono di un profondo lago senz’acqua. *
Quell 'estate nella quale mi Sarebbe piaciuto permanere se
n 'è andata,
o forse ?i un autunno caloroso
e?immo ingannati dai giorni
(il COI`pO per le scale
di nomi Stagionali)
e arrivò un inverno sconosciuto, fuori dal tempo
inesistente
pieno di forme
e binari
dove i giorni fmntumano il suo carico di incognite.
Un arti?cio pagano calma questa sete inesauribile **
* Che silenzio ora, leggere nella prossima pagina(luce, giomo>
quello che vorrei ascoltare.Le linee si uniscono soltanto una volta
(quindi si convertono) irreali come musica senza note.
L’ombra è li a due passi nonostante sembra troppo lontana.
** E' stato ?ioco, legno bruciato, e dalla terra
sorgi; l”acqua ti arriva ?no alle spalle, i capelli sparsi sulla fronte
senza rughe mentre i tuoi occhi guardano l’irische osserva le onde
si ripetono le stesse abitudini ei tuoi capelli fra la tepidezza del
tempo (momenti sotto un freddo sole) altri fecero parlare di miti.
Ti trattieni, ti unisci insieme alle bolle d *avorio che le cose trattenute concedone.

Resta quello che di me
mai ho avuto in questo
senza luce.
Le pagine sono chiuse
e questa mattina e
qualcosa di sconosciuto,
accarezzato al margine.
Tutto é diverso nella oscurità.
Anche questa spiaggia immaginata '
contiene le cavita di un paesaggio lunare
domani, per i più, questo rifugio sarà
una piazza piena di gente);
pero tu nella none continuerai ad essere tua,
il tuo sguardo trattenuto sul bordo l
vede un paesaggio secco,
piano,
lampo: finestra di un treno
e anche il mio volto é diverso '
e nasconde l’orrore di una nuova,
vicina parola.
 Quindi ritorno a
e abbracciamo il fantoccio umano che senza aprire la bocca
ci sussurra le ultime e prime parole
del nostro dizionario.
Balliamo e facciamo l’amore con l ’eclissi,
perseguo quell ’ombra marrone,
io, morto,
cerco la dimensione nuova.
Come un rimorso
mi perseguita,
corre, mi precede,
e ti vedo scomparire in una Valle
più in la' delle mie colline,
galoppi nelle mia mente,
calpestano i tuoi zoccoli la terra dei miei,
sei un selvaggio amore che invade un piccolo universo,
e ne nell' angolo profondo
del tempo che riesco a trattenere,
ti vedo
stesa (sospesa sul fragile lo
della memoria impersonale) sopra letti eterni
con i tuoi capelli uniti ad altri capelli
mentre giri sopra i tuoi giovani anni infiniti.
Il tuo corpo si anticipa perché io invecchi.
La maschera della nuova civilizzazione
fu l' unico testimone di fiori profumati
in un balcone proiettato verso un patio pieno
di palme avvolte da un mare silenzioso.
Il ricordo di baci già assaporati
spezza la chiarezza di tura luce lontana;
la vicinanza è la parola mai detta,
adesso,
domani, domani, ancora domani, quando i capelli biondi
coprano altri luoghi: la terra è il tuo unico amante.
Terra, alcohol e olio di campa
ci uniranno ancora quando saremo
l'uno di fronte all' altro.
E restarono due parole
sfuocati ricordi
di linee ondulate di una pianura
corporale
(la natura taglia il cordone al suo stesso essere)
e il vertice penetra sulla cima della S-I e R-I
come se fosse ancora possibile sussurrarle,
come in un bacio.
E desiderammo parlare dell’amore
nei brevi momenti di un dialogo squisito,
e ci restarono solo
S-I e R-I
che neppure una breve parola
possono risparmiare alle mie abitudini perdute,
leggera tela di ragno
portata da un debole soffio;
anche il silenzio assoluto
si spezzò quando la silfide e l’ombra
del corpo dei tuoi corpi
lasciarono questo luogo vuoto.
Ti vesti di assenza.
di chi vive di noi, di chi necessita consumarci
corpi trasfigurati in un corpo.
Esistiti,
passiamo tra i fogli del calendario,
come piccole fiamme di un unico fuoco.
Tu sei l'identità cangiante
nel centro delle stagioni,
fra la moltitudine ammutolita: solo il tuo segreto lì parla
proiettato su una tendina rotta
dove le nostre immagini sono deformate da.
Nel mare
(proprio dentro al mare) si incontrano le parole di.
lì dove tu stai ne nell'aspettativa
che io (tutti
sono riuniti nello stesso essere)
fecondi la tua dimensione con un soliloquio
fra binari che si intersecano
nella corta longitudine di una superficie piana
una massa vuota
nel tunnel delle emozioni rubate.
Niente nel niente, solo frammenti di frammenti,
pezzi di un vaso rotto, lacci sciolti di un’ altra realtà;
in un’ altra oscurità, di fronte
a evanescenti fianchi:
amaro sapore
in una sera d'estate,
fra pareti di cemento,
odore di asprezza
freddo del corpo
- sprazzo di un prossimo fine -
-mentre là in alto
le mie ceneri non continuano a consumarsi nel rogo
e i raggi del sole entrano, lievi, dalle fessure.
Solo gli affogati riescono a fumare sotto le onde
a servirsi da una bottiglia rotta più schiuma.
Tu ritorni liquida e tiepida
persino i movimenti lenti assomigliano
a quando i giochi dell' amore terminano.
Persino l'erba non è sufficiente per distinguere
o dipingere un quadro senza cornice;
iniziare un' altra volta è impossibile nel giardino
di chi fugge per sempre e da. Sono sceso ?no al limo
di parole
dalla chiusa dei grandi naufragi.
C'è una parola che resta sempre
muta
nella bocca di chi ha rincorso le rive
senza orme.
Il centro è troppo lontano
per giungere fino a.

E noi riuscimmo a conficcare le unghie
nel fondo più alto «
e nel concetto di. *
Il rumore di questa parola muta mi fa male,
interiori domande di labbra sempre aperte
* Da sempre ho lasciato questo luogo aperto per i
passanti sconosciuti. Andiamo verso il centro di quella
zolla per romperlo, osservare il nucleo e leggere le parole
che qualcuno lasciò dentro, là dove la terra si fonde con la terra.
Le mie mani cercano la carta,
ritorno muto alla fine del campo senza alberi. Nella terra
calpestata come una vecchia puttana non ci sono zolle.
che regalano l' insufficiente
mentre anticipandoci
ritomavamo all' amore
dall' amore.
L'assurdo non potrà mai essere solo.
Deambulare fra postriboli vuoti
in un atto senza forza,
esaurirsi negli accordi di una occasione immaginaria.
Riincontro della sterilità dell’essere
e non poter(ti) desiderare
mentre Sanguineti
parlando di Paz, Weber, Calvino e Pavese
domandava, rispondeva a varie ipotesi
(diverse però uguali fra loro)
che si ripetevano quanto è di più intimo.
Concretare con un fiume di parole
dirette a noi,
ai più (quantunque sconoscitori di poemi)
come te, (amata)
lontana, ancora più lontana nella tua propria distanza,
che non riesci a capire che amar(ti) deriva
dalle stesse radici,
lo stesso ACOITOMOR interrotto; e che tu sei anche
gli altri corpi incontrati.
La stagione più fredda è sempre stata al nostro fianco,
* restiamo in silenzio in attesa che questo mosaico
* Testo irreale, mare pietrificato come questo morbido panno e quando
Curiosi ci domandavano che cosa facevamo durante la notte,
rispondevamo annoiati: non dormiamo, giochiamo al biliardo con
bocce d’ avorio e aste argentate, facciamo colazione con tè cinese
senza zucchero per depurarci, poi torniamo al Testo irreale ancora più
irreale e parliamo amabilmente del niente, però soprattutto impariamo a
maneggiare come virtuosi bocce d 'avorio e aste
dorate (l 'argento non e sufficiente in questi giorni)
verde e rettangolare con sei buche dove potrebbero
trovar visi tutte le più belle e crudeli piante carnivore.
Consegua il suo ultimo pezzo.
Cammino solo per I ”ultima via oscura,
voglio tornare al principio come se niente fosse stato,
come in brevi parentesi di attore
(quindi forse oltrepassare
la temporaneità delle cose)
senza tuttavia passeggiare sulla riva del canale
senza nome ne acqua,
due brevi passi verso l'scurita totale
e le mie dita vogliono aprire il pezzo meccanico
(senza sarebbe inutile
come una parola spezzata)
di una bombola argentata
che potrebbe produrre quel sonno desiderato
come l'ultimo ventre caldo
dove appoggiare la testa:
dormire, dormire, dimenticare, smettere di desiderare
Tornare a nascere da quell' umano ventre,
che mai terminò il mio essere
e mi lasciò abbracciato al freddo metallo
dove si occulta
il lucido desiderio invisibile,
ultimo raggio di luce filtrato fra le mie
palpebre
Sono io che muoio,
e tuttavia mi sembra un dolore altrui.
Il mare non è profondo né eterno,
luce oscura cade nel verde velluto
di occhi spenti:
(1 'insignificanze dell' essere)
muore così pure la morte,
e il cigno di pietra azzurro
tornò al luogo che gli apparteneva;
il debole invisibile muoversi dell' acqua ferma,
lo fa girare nel centro della pupilla,
lo obbliga in spirale ad addentrarsi nell 'occhio
vento freddo lo muove
Ruvide rocce ( -mentre ricordo - Dedalo -
-in una costa verso l'irrealtà
di un mare senza spuma.
Resta tuttavia il mio essere puro e disteso,
avvolto tra le forme del silenzio
e durante il tempo il pensiero copre le parole
l'a1nante concede il suo sesso ai simili sconosciuti
forma il poema
mentre parte di me muore in silenzio).
(respirare fra due specchi:
fra loro
con ritmo proprio e comparato)
che mi conduce verso il rumore delle onde che amano
è il giuoco infinito del suono lontano
mentre il canto dei canti
prima della stessa sufficienza
una pelle che non è mai esistita,
con furore inesauribile
come le dita che strinsero il penultimo desiderio di vivere
(questo tempo tra ore incompiute)
ci sono occhi di legno che cercano le impronte
nel muro bianco di pietra levigata.
L' ignoto ha il colore del pallore,
sogni che si dimenticano fra piogge
al mattino del giorno dopo.
E resta l'acqua fredda di un immenso pensiero dimenticato.
L°ultima nota del cigno arriverà domani
al mio corpo estraneo, più estraneo
senza vita.
Mi incontrerò con te parlando fra gli alberi
dita di un giardino scomparso
presente al serrar delle palpebre.
I pensieri
(gli amori dimenticati e presenti)
sono lenzuoli bianchi portati lontano da un vento caldo
che squarta alberi, voci e fogli gialli
apparsi quando il dolore è solo dolore
e sono con le mie dita chiuse che cosi termineranno con me
lentamente come al principio di.
Vibra ancora nell 'aria il primo verso
con ritmo proprio
Oh forza antica
mentre per un breve interludio
le morti della morte i loro cammini rallentano.

 Ballare con l' osceno canto dell 'ultima sillaba
(musica
ancora musica di lettere incomprensibili),
mentre le tiepide mani cercano di trattenere un pugno di neve
e quindi i ritmi ondulati,
di perfette incomprensibili idee
(composizioni senza data
o parole sufficienti)
cadono, risalgono nelle curve della emotività
come fuggire in strade deserte:
e stendersi in letti pieni di fuochi spenti
mentre le sillabe si distruggono e si erigono
in labirinti
di specchi infiniti:
forse sarà un sogno nostalgico
alla fine del fiumne:
chissà, sarò morto e l'acqua mi porta
verso i turbini della realtà.





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CALÍMACO [18.714]

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Calímaco 

Calímaco (griego antiguo Καλλίμαχος) (310 a. C. - 240 a. C.) fue un poeta y erudito, nacido en Cirene y descendiente de una familia noble.

Abrió una escuela en los suburbios de Alejandría, y algunos de los más distinguidos gramáticos y poetas fueron sus alumnos, destacándose Apolonio de Rodas.

Recibió de Ptolomeo II el encargo de ordenar la Biblioteca de Alejandría, cargo que ejerció hasta su muerte. De tal envergadura fue su tarea que es considerado el padre de los bibliotecarios (o, por lo menos, de los catalogadores). Sus Pinakes (tablas), 120 volúmenes conteniendo el catálogo completo de la Biblioteca ordenado cronológicamente, fueron de enorme valor para los posteriores estudios bibliográficos y literarios realizados sobre el período clásico.

Obra




Papiro conteniendo el Aetia de Calímaco.


De su obra poética se han conservado algunos fragmentos, seis Himnos y 63 epigramas, así como un breve poema épico, Hecale, con el que se reafirmó en su particular concepción de la epopeya, sobre la cual polemizó con Apolonio de Rodas, discípulo suyo.

Su obra más conocida es el poema La cabellera de Berenice, que ha llegado a nosotros, sin embargo, no en su versión original, sino a través de una imitación de Cayo Valerio Catulo.

Calímaco tenía una especial visión de la literatura, lo que le sitúa dentro del Helenismo como uno de sus máximos exponentes. Apreciaba a Homero y llegó a considerarlo como inimitable; sin embargo rechazaba la épica y otros géneros heredados en los que se intentara por extenso y con el lenguaje pretencioso de la alta poesía desarrollar un argumento unitario y orgánico. La escuela de Calímaco era antiaristotélica al rechazar la unidad, la perfección y la extensión defendidas por Aristóteles.


CALÍMACO, HIMNO A DEMÉTER


Hace casi un año publiqué una entrada en la que incluía mi traducción inédita del Himno a Zeus de Calímaco. En aquella entrada comentaba la existencia en Calímaco de elementos de humor, de elementos grotescos que quizá no se compadezcan con la imagen divulgada de un Calímaco “autor-de-poesía-de-porcelana”. 
Hay mucho de grotesco (de voraz) en este Himno a Deméter que cuelgo ahora para completar de algún modo aquella entrada de enero de 2010. 
Hay mucha voracidad en Erisictón, el personaje central del mito y del texto. Y también hay mucha voracidad literaria, mucho afán de aemulatio en el poeta de Cirene que, situado ante el riesgo de cantar a Deméter tratando otra vez los temas del Himno Homérico dedicado a esta diosa, elige un episodio radicalmente distinto de la vida de la divinidad, marginal si se quiere, dotado de una fuerza innovadora, grotesca, casi caníbal. 


Mientras la cesta regresa entonad el estribillo, mujeres:
“¡Salve, salve, Deméter, que a muchos crías, rica en trigo!”
La cesta que regresa contemplaréis desde el suelo, las no iniciadas:
y que ni desde el tejado ni desde lo alto atisben
ni niña ni mujer, ni aun la que se soltó la cabellera,
ni siquiera cuando escupamos con nuestras bocas, secas por el ayuno.
El Héspero, desde las nubes, se fijó (¿cuándo regresa?),
el Héspero, el único que a Deméter convenció de que bebiera
cuando marchaba tras las huellas inescrutables de la raptada muchacha.
Señora, ¿cómo pudieron llevarte tus pies hasta el Occidente,
hasta los Negros y donde crecen de oro las manzanas?
No bebiste ni comiste durante aquel tiempo, ni tampoco te lavaste.
Tres veces atravesaste el Aqueloo de plateados remolinos,
otras tantas cruzaste cada uno de los ríos que por siempre fluyen,
y por tres veces en tierra te sentaste junto al pozo Calícoro,
sofocada, sin haber bebido; y no comiste ni te lavaste.
No, no mencionemos estas cosas que lágrimas provocaron a Deo.
Mejor decir cómo a las ciudades leyes gratas otorgó;
mejor decir cómo la caña y las sacras brazadas de espigas
por primera vez segó y los bueyes hizo que las pisaran,
cuando Triptólemo aprendía el noble arte.
Mejor decir (para que también nosotros el sacrilegio evitemos) cómo
[al malvado hijo de Tríopas lo redujo a figura de una sombra].


Aún no ocupaban la tierra cnidia, todavía habitaban la sagrada Dotio,
y en aquel lugar un hermoso soto plantaron los pelasgos,
tupido, lleno de árboles: a duras penas lo habría atravesado una flecha.
Allí pino, allí elevados olmos había, y también perales
y bellos manzanos de dulce fruto; el agua ambarina
en acequias bullía. La diosa estaba encantada con el lugar,
tanto como con Eleusis, con Tríopas lo mismo que con Ena.
Pero cuando el buen dios se irritó con los triópidas,
entonces la peor de las maquinaciones se apoderó de Erisictón.
Salió con ímpetu llevando a veinte criados, todos en la flor de la edad,
varones todos de la talla de un gigante, capaces de una ciudad entera levantar,
a los que había armado tanto con hachas como con segures;
a la carrera llegaron, gente desvergonzada, al soto de Deméter.
Había un álamo, árbol elevado que el cielo tocaba;
en su cercanía las ninfas al mediodía se solazaban.
Éste, golpeado el primero, entonaba para los otros una terrible canción.
Se dio cuenta Deméter de que su bosque sacro padecía,
y dijo irritada: “¿Quién tala mis hermosos árboles?”
Al instante de Nicipa (a la que la ciudad había nombrado
su sacerdotisa oficial) adoptó el aspecto, y tomó en sus manos
ínfulas y amapola; al hombro portaba una llave.
Y dijo, intentando aplacar al perverso y desvergonzado varón:
“Hijo, tú que los árboles a los dioses consagrados, talas,
hijo, para; hijo, tan ansiado por tus padres,
déjalo, y a los criados detenlos, no se enoje en algo
la venerable Deméter, cuyo santuario mancillas.”
Tras mirar a ésta torvamente, con más fiereza de la que con un hombre,
un cazador, usa en los montes de Tmaro una leona
recién parida, cuya mirada afirman que es la más fiera,
“¡Retírate,” dijo, “no te clave en el cuerpo el hacha inmensa!
Estos árboles techarán mi morada, en la que banquetes
que el ánimo agradan por siempre, sin cesar, con mis amigos celebraré”.
Dijo el jovenzuelo, y Némesis tomó nota de sus perversas palabras.
Deméter se irritó de modo indecible y se convirtió de nuevo en diosa;
sus pies hollaban la tierra, mas su cabeza tocaba el Olimpo.

Los unos, medio muertos después que a la soberana vieron,
al punto se alejaron, abandonando el bronce en los árboles;
ella de los demás se despreocupó, que a la fuerza seguían
el mandato de su amo, pero a su adusto señor replicó:
“¡Sí, sí! Constrúyete un palacio (¡perro, más que perro!) en el que banquetes
hagas, que en el futuro te aguardan comidas constantes.”
Ella, diciendo esto, de Erisictón labraba la desgracia.
Al punto le envió un hambre terrible y salvaje,
abrasadora, fortísima; una grave enfermedad lo consumía.
¡Infeliz!, de todo cuanto consumía volvía a tener deseo.
Veinte se afanaban con la comida, doce escanciaban el vino.
Y también junto con Deméter se irritó Dioniso:
que lo mismo ofende a Dioniso lo que también a Deméter ofende.
Ni a las fiestas ni a los banquetes de los camaradas lo enviaban,
por vergüenza, sus padres; excusas hallaban de todo tipo.
Llegaron los orménidas, convocándole a los certámenes
de Atenea Itonia. Pues bien, su madre rechazó la invitación:
“No está en casa, que desde ayer anda de camino a Cranón,
para reclamar una deuda de cien bueyes”. Llegó Polixo,
la madre de Actorión, cuando preparaba la boda de su hijo,
para invitarlos a los dos, a Tríopas y a su vástago.
A ésta la mujer, compungida, le respondía entre lágrimas:
“Tríopas, sí, irá, pero a Erisictón lo alcanzó un jabalí
en el Pindo de hermosas cañadas; nueve días ha que está postrado”.
Madre desdichada, amante de tu hijo, ¿qué mentiras no dijiste?
Alguien daba una fiesta: “Erisictón está de viaje”.
Alguien tomaba esposa: “A Erisictón lo golpeó un disco”,
o “Se cayó del carro”, o “Lleva la cuenta de sus ovejas en Otris”.
En lo hondo de la morada luego, banqueteando todo el día,
comía todo en cantidades inmensas. Su abominable estómago se hinchaba
cuanto más iba comiendo, y como en las profundidades del mar
caían todos los alimentos, para nada, sin ningún provecho.
Como en el Mimante la nieve, como muñeca de cera al sol,
aún más que éstas él se derretía hasta llegar a los nervios,
que al desgraciado sólo piel y huesos le quedaban.
Lloraba la madre, y terriblemente se afligían las dos hermanas,
la nodriza que lo amamantó y las innumerables siervas.
Hasta el mismo Tríopas se mesaba los grises cabellos,
mientras estas protestas presentaba a Posidón, quien no le atendía:
“¡Padre desnaturalizado!, mira a éste, el tercero contando desde ti, si es que yo
de ti y de la eólida Cánace soy linaje, y de mí a su vez
nació este miserable retoño. Ojalá mis manos
lo hubieran enterrado tras ser asaeteado por Apolo.
Ahora un apetito perverso, insaciable, acampa en su mirada.
Líbrale de esta terrible enfermedad, o bien tú mismo
aliméntalo, tomándolo a tu cargo, que mis mesas no dan para más.
Desiertos están mis rediles, mis establos vacíos ya
de rebaños, pues nada le negaron los cocineros.
Además, también a las mulas las desuncieron de los grandes carros,
y se comió la vaca que su madre criaba para Hestia,
y al caballo de carreras, y al de guerra,
y a la comadreja, ante la que temblaban las pequeñas bestezuelas.
Mientras en la casa de Tríopas riquezas quedaban,
sólo las domésticas estancias conocían la desgracia.
Mas cuando aquellos dientes hubieron secado las despensas de la casa,
entonces el hijo del rey se aposentó en las encrucijadas,
suplicando un bocado y los desperdicios, despreciados, del banquete.

Deméter, que no me sea grato aquel que a ti te sea odioso,
que no vivamos pared con pared: los vecinos malvados me producen odio.

(…) muchachas, y entonad el estribillo, las que habéis parido:
“¡Salve, salve, Deméter, que a muchos crías, rica en trigo!”
Y como las yeguas de radiantes crines portan la cesta
en número de cuatro, así a nosotras la gran diosa, poderosa soberana,
vendrá, trayendo la radiante primavera, el radiante verano, el invierno
y el otoño, y hasta otro año nos protegerá.
Y, como sin sandalias y con cabeza descubierta la ciudad recorremos,
así también pies y cabezas indemnes tendremos por siempre.
Y, como las portadoras de los capazos los llevan llenos de oro,
así nosotras oro sin tasa obtendremos.
Que sigan hasta el pritaneo de la ciudad las no iniciadas
y, las que lo estén, que marchen hasta la diosa,
las que se hallen por debajo de sesenta. Pero, las que tengan impedimento,
tanto la que tiende la mano a Ilitía como la que sufre dolores,
a ellas les basta con esto, lo que puedan sin forzar sus miembros. A éstas Deo
les dará todo con creces, como si a su templo hubieran llegado.

Salud, diosa, a esta ciudad mantén en la concordia
y la prosperidad, y produce en el campo todo en abundancia.
Haz medrar los bueyes, haz brotar frutos y espigas, haz que llegue la cosecha;
haz medrar también la paz, para que, quien are, sea también quien coseche.
Seme propicia, tú, a la que tres veces se suplica, soberana, poderosa entre las diosas.

José B. Torres Guerra


CALÍMACO, HIMNO A ZEUS


Hace algunos años preparé una traducción de los Himnos de Calímaco para una editorial española en la que he publicado algún otro trabajo como traductor. El acuerdo con esa editorial no cuajó, de manera que mi traducción de los Himnos (de parte de ellos: no llegué a escribir la del II ni la del III) permanece inédita desde entonces. Como no sé si llegaré a publicar esa versión, como no me gustan los "trabajos de filología perdidos", he pensado que una buena forma de iniciar esta sección de platos fuera de carta podría ser precisamente dar a conocer la traducción que hice del primero de los textos, el Himno a Zeus.
En El Festín de Homero hay, claro, una entrada dedicada a Calímaco (mira 37. Calímaco). De este autor se ha dicho que componía una "poesía de porcelana". Así es, seguramente, por el mimo con que emula (que no imita) a sus referentes literarios. Por ello, cuando me embebí en los Himnos, me sorprendió descubrir que Calímaco hacía compatible la porcelana con el humor y lo grotesco.
De lo grotesco en Calímaco se podrá hablar en otra entrada porque no parece un elemento especialmente relevante en el Himno a Zeus (¿salvo, quizá, por la referencia al ombligo del dios?). Ahora bien, sí es más fácil rastrear rasgos de humor sutil en este poema. Si tanta materia ofrece para el canto el padre de hombres y dioses, ¿por qué no lo celebra Calímaco como "el de de grave tronar" (barýktypos) sino como niño recién nacido? Si Zeus es el más grande de los dioses del Olimpo, ¿por qué le dedicó el poeta de Cirene el himno más breve de su corpus?


¿Puede haber algún otro más apto para ser cantado entre libaciones
que Zeus, que el Dios mismo, siempre inmenso, siempre soberano,
vencedor de los Pelagones, que justicia imparte a los Uránidas ?
¿Y cómo lo cantaremos, como dicteo o liceo ?
En gran duda se halla mi ánimo, pues su linaje es disputado.
Zeus, de ti afirman unos que en los montes ideos naciste;
otros, Zeus, que en Arcadia: ¿quiénes, oh padre, mintieron?
“Los cretenses son siempre mentirosos”, que también, soberano, tu tumba
los cretenses se inventaron. Mas tú no has muerto, que existes por siempre.
A ti en Parrasia te dio a luz Rea, donde más
espesa era la fronda del monte. Por eso el lugar
es sagrado, y en modo alguno en él se entromete
ni animal que requiera de Ilitía , ni mujer, sino que a este paraje
“antañón lecho de Rea” llaman los apidaneos .
Entonces, una vez que tu madre te sacó de sus profundas entrañas,
al punto buscaba una corriente de agua, en la que limpiase
las reliquias del parto, y por lavar en ella tu piel.
Sin embargo, el gran Ladón aún no manaba, ni el Erimanto,
el más diáfano de los ríos, y aún carecía de lluvias toda
la Acénida : pero iba a ser llamada riquísima en aguas
luego. Es que entonces, cuando Rea se soltó la cintura,
muchas encinas, sí, en su curso hacía brotar el voluptuoso
Yaón, muchos carruajes recorrían el Melas,
muchos animales terrestres donde la húmeda corriente
del Carión ponían sus guaridas, e iba un hombre
a pie cruzando el Cratis y la muy pedregosa Metopa
padeciendo sed, que el agua, en abundancia, se ocultaba bajo sus plantas.
Y, sintiéndose angustiada, dijo la venerable Rea:
“Gea querida, da a luz tú también, que tus dolores de parto son livianos”.
Dijo, y la diosa, tendiendo a lo alto su vasto brazo,
golpeó el monte con el cetro. Aquél se dividió en dos mitades distintas
y por allí manó una gran corriente. En el lugar, tras limpiar tu piel,
te fajó, soberano, y te entregó a Neda para que te llevara
a la gruta cretea (donde en secreto serías criado),
a Neda, la más anciana de las ninfas, que a su parto entonces asistieron,
pues era de la primera progenie, después de Éstige y Filira .
Y no pagó con ruindad la diosa este favor, sino que a la corriente
aquella “Neda” la llamó: ésta, en abundancia, por donde se halla la propia
ciudad de los caucones, que el nombre de Lepreo recibe,
se une a Nereo, y de ella, ancestral agua,
beben los descendientes de la osa licaonia .
Cuando Tenas abandonó la ninfa, ¡oh padre Zeus!,
trayéndote hasta Cnoso (Tenas estaba cerca de Cnoso) ,
se te cayó en este momento, divino, el ombligo: por eso a aquel
llano desde entonces “Onfalio” lo llaman los cidones.
Zeus, a ti las compañeras de los Coribantes te tuvieron en brazos,
las Melias dicteas, a ti te meció Adrastea
en cuna de oro, tú mamaste de la pingüe ubre
de la cabra Amaltea y con dulce miel te alimentaste.
Es que aparecieron de repente los trabajos de la abeja Panácride
en los montes ideos, a los que la fama llama Panacras .
Y los Curetes bailaron a buen ritmo en torno a ti una danza guerrera,
entre golpeteos de sus armas, para que a los oídos de Crono
llegara el estrépito de sus escudos y no el de tus llantos infantiles.
Con donaire crecías, con donaire te criaste, Zeus celeste,
presto llegaste a la juventud y presto te brotó el bozo.
Pero, cuando aún eras niño, todo lo que dijiste se cumplió;
por tanto, tus hermanos, aun nacidos antes,
no se opusieron a que te hicieras con el cielo, indivisa morada.
Y antaño no eran enteramente veraces los aedos,
pues dijeron que la suerte distribuyó entre los tres Crónidas sus mansiones.
Pero, ¿quién se habría jugado el Olimpo contra el Hades
sino un completo necio? Es que parece lógico echar suertes
sobre cosas iguales; mas, entre estos dos reinos, se da la mayor diferencia.
Ojalá me invente algo que persuada el oído del que escucha.
No te hicieron rey de los dioses las suertes sino las obras de tus manos,
tu poder y tu fuerza, a los que también asentaste cerca de tu trono.
Y convertiste el ave que con mucho destaca en mensajero
de tus portentos: ¡ojalá se los muestres favorables a mis amigos!
Escogiste, entre los hombres, a los mejores; lo que es tú, no te quedas
con el ducho en naves, con el que blande el escudo ni con el aedo.
Antes bien, para otros bienaventurados de menor valer dejaste
que se cuidaran de estas otras cosas, mientras tú te escogiste a los mismos
caudillos de las ciudades, bajo cuyo poder se halla el hacendado, el hábil lancero,
el remero, todo: ¿qué no está sometido a la fuerza del que manda?
Por ejemplo, de los herreros decimos que son de Hefesto,
de los guerreros que pertenecen a Ares, a Ártemis, que túnica viste,
los cazadores, y a Febo los entendidos en los caminos de la lira.
Pero “de Zeus proceden los reyes”, pues nada hay más divino que los soberanos,
hijos de Zeus. Por ello también te los escogiste como tu lote.
Les otorgaste guardar las ciudades, mientras tú ocupas tu puesto
en lo más alto de los burgos, como vigía de quienes con juicios torcidos
al pueblo oprimen y de quienes, a la contra, lo llevan por buen camino.
De opulencia los cubriste, de riqueza en abundancia:
a todos, sí, pero no de la misma manera. Parece oportuno concluirlo
del caso de nuestro soberano , que muy adelantado anda en excelencia.
Lo que es aquél, a la tarde culmina lo que por la mañana idea,
a la tarde, sí, las más grandes cosas, y las menores en cuanto las concibe.
Los otros unas cosas en un año, otras ni en uno; a otros, en fin,
tú mismo les impediste verlas realizadas y quebraste su afán.
Salud a ti en grado sumo, Crónida excelso, dador de bienes,
dador de dicha. Tus obras, ¿quién las cantaría?
Ni nació ni nacerá: las obras de Zeus, ¿quién las cantará?
Salud, padre, salud otra vez: concédenos virtud y opulencia.
Que la riqueza sin virtud no sabe elevar a los varones,
ni la virtud sin riqueza: concédenos a la par virtud y riqueza.

José B. Torres Guerra 



CALÍMACO: HIMNO A DELOS



Que los himnos celebran a los dioses (o a los héroes) es algo que todos entendemos de forma inmediata. Por ello sorprende descubrir que el cuarto de los himnos de Calímaco tiene por destinataria una isla, Delos. Bien es verdad que este lugar ocupa un puesto de importancia en la Mitología Clásica como sitio del nacimiento de Apolo y, quizá, de su hermana Ártemis.

El hecho de que el himno esté dedicado a una isla no es el único aspecto insólito con que se encontrará el lector. Sin duda le sorprenderá también hallar en este poema a Apolo, dios del oráculo en Delfos, profetizando desde el vientre de su madre. 

No todos los críticos han considerado de buen gusto esta última originalidad. Pero acaso no sea sino otro recordatorio de que, si sólo pensamos encontrar en Calímaco al autor de una "poesía de porcelana", estamos errando el tiro. 

Sin duda hay mucha porcelana en el autor de Cirene. Y, más todavía, otros materiales.



HIMNO IV 
A DELOS 


¿En qué momento o cuándo cantarás, corazón, a la sagrada 
Delos, de Apolo nutricia? En efecto, todas 
las Cíclades, las más sagradas de las islas que en el mar se hallan, 
merecen himnos. Pero Delos quiere recibir honor especial
de las Musas, porque a Febo, de los cantos celador,
 lo lavó y lo fajó y, como a dios, lo alabó la primera.
Igual que las Musas al aedo que a Pimplea no canta
lo odian, así Febo al que de Delos se olvida.
A Delos ahora en mi canto daré parte, para que Apolo
cintio me alabe por ocuparme de su querida nodriza.

Aquélla, azotada por los vientos, no hollada, cual tierra castigada por el mar,
recorrida por gaviotas más que por caballos,
hunde sus raíces en el ponto; éste, dando en torno a ella frecuentes vueltas,
de la espuma del mar icario se desprende en abundancia.
Por eso también en ella se asentaron los arponeros que surcan el mar.
Pero no da motivo de indignación por contarse entre las más destacadas,
cuando junto a Océano y la titánida Tetís
las islas se reúnen y ella, como guía, abre siempre camino.
Ella, la fenicia Cirno, por detrás la acompaña, siguiendo sus huellas,
isla nada despreciable, y la Mácrida Abantiada, morada de los elopieos,
y la encantadora Sardo, y aquélla a la que llegó nadando Cipris
cuando por primera vez del agua salió: la protege por haber posado en ella el pie.
Aquellas islas ponen su confianza en torres y atalayas,
mas Delos en Aplo: ¿qué baluarte hay más sólido?
Murallas y sillares pueden caer al impulso
del estrimonio Bóreas; pero el dios siempre es inamovible.
Delos querida, ¡tal protector te ampara!

Y si tan abundantes son los cantos que en torno a ti corren,
¿con cuál te atraeré?, ¿qué agrada a tu ánimo escuchar?
¿Cómo, en un principio, el gran dios, los montes hendiendo
con el arma de tres puntas, labor de los telquines,
las islas marinas se aplicaba a crear, cómo a todas
de su misma base las alzó y mandó rodando al mar?
A las otras en el fondo, para que el continente olvidaran,
les hizo echar profundas raíces; a ti no te afligió tal obligación,
sino que, sin ataduras, por los mares navegabas. Tu nombre antiguo
era Asteria, que a una profunda sima saltaste
desde el cielo, por rehuir el matrimonio de Zeus, tú, a una estrella idéntica.
En tanto no llegaba hasta ti la dorada Leto,
tú seguías siendo Asteria y aún no te celebraban como Delos.
Muchas veces a ti te contemplaron los marineros
que iban de Trecén, ciudadela de Janto, a Éfira,
dentro del golfo sarónico; y, de Éfira al partir,
éstos no volvieron a verte, que tú de un lado a otro cruzaste
el rápido canal del estrecho Euripo, que con estrépito fluye.
En el mismo día dejaste atrás las aguas del mar calcídico
y llegaste nadando hasta el cabo Sunion, tierra ateniense,
o a Quíos, o al promontorio, empapado por el agua, de la isla
Partenia (que aún no era Samos), donde a ti las ninfas
micalesias, vecinas de Anceo, te regalaron.
Cuando a Apolo un suelo patrio ofreciste,
este nombre a cambio los que el mar surcan te pusieron,
porque ya no navegabas sin mostrarte, sino que entre las olas
del mar egeo tus pies echaron raíces.

Ni a Hera, en su irritación, temiste. Ella de forma terrible
bramaba contra todas las parturientas que para Zeus hijos
daban a luz, y contra Leto de forma singular, que ella sola
iba a parir un hijo más grato a Zeus que Ares.
Así pues, en persona la vigilancia ejercía desde el éter,
presa de una furia enorme e indecible, y a Leto, que las angustias del parto
sufría, de todos la mantenía apartada. Dos guardianes le tenía apostados,
la tierra oteando. El uno, sentado
sobre una elevada cumbre del tracio Hemo, el continente
vigilaba, el impetuoso Ares, provisto de armas; sus dos caballos
se resguardaban junto a la profunda caverna del Bóreas.
La otra cual vigía sobre las islas escarpadas
estaba apostada, la hija de Taumante, que a lo alto del Mimante se apresurara.
Así la amenaza de éstos pendía sobre todas las ciudades
a las que se acercaba Leto, e impedían que la acogiesen.
De ella huía Arcadia, de ella huía el sacro monte de Auge,
el Partenio, de ella huía por detrás el anciano Feneo,
de ella huía toda la parte del Peloponeso que linda con el Istmo,
salvo Egialo y Argos, que aquellas sendas
ni pisó, pues el Ínaco lo obtuvo como propio Hera.
Huía también Aonia por este mismo camino, y tras ella seguían
Dirce y Estrofia, la mano sosteniendo
de su padre Ismeno, el de los negros cantos. Aquél seguía muy por detrás,
el Asopo, de pesadas rodillas desde que lo alcanzó el rayo.
La otra, conmovida, de bailar dejó, la ninfa
de la tierra nacida, Melia; pálida quedó su mejilla,
que con dificultad respiraba, preocupada por su árbol, al ver que se agitaba
la cabellera del Helicón. Diosas mías, Musas, decid:
¿es verdad que los árboles nacieron al tiempo que las ninfas?
“Las ninfas se alegran cuando a los árboles hace crecer la lluvia;
las ninfas, en cambio, lloran cuando a los árboles ya no les quedan hojas”.
Con ellas Apolo, estando aún en el vientre, terriblemente se irritó,
y pronunció esta amenaza, que no quedó incumplida, contra Teba:

“Teba, ¿por qué, desdichada, pones a prueba tu próximo destino?
De ningún modo me obligues, contra mi voluntad, a vaticinar.
Aún no me incumbe la sede del trípode en Pito
y aún no está muerta la serpiente inmensa, sino que todavía aquel
animal, de prodigiosas mandíbulas, desde el Plisto se arrastra
y el Parnaso nevado cubre con nueve vueltas de su cola.
Mas a las claras te diré algo, más punzante que si profetizara desde el laurel:
echa a correr, que presto te alcanzaré, cuando con sangre vaya a lavar
mis armas. A ti los hijos de una lenguaraz mujer
te tocaron en suerte. No serás tú mi nodriza,
ni el Citerón. Y pues soy puro, también de quienes son puros me cuidaré”.

Así dijo, y Leto, dando marcha atrás, otra vez se puso en camino.
Pero cuando las ciudades aqueas le negaron
el paso (Hélice, de Posidón compañera,
y Bura, donde estabula sus vacas Dexámeno, hijo de Eceo),
de vuelta a Tesalia sus pies dirigía. Y la rehuía el Anauro,
y la gran Larisa y los altos de Quirón,
y la rehuía también el Peneo, escurriéndose por el Tempe.
Hera, entonces aún tenías despiadado corazón,
y no te conmoviste ni apiadaste cuando, los
dos brazos tendiendo, en vano pronunció tales palabras:

“Ninfas tesalias, de un río progenie, decid a vuestro padre
que serene su curso; abrazaos a su barba,
suplicando que a los hijos de Zeus me deje parir en sus aguas.
Peneo tesalio, ¿por qué ahora rivalizas con los vientos?
Padre, a fe que no montas un caballo de competición.
¿Es que siempre son así de rápidos tus pies, o por mí
sólo cobran alas, y has dispuesto que a volar echen
hoy de repente? Éste está sordo. Dulce carga mía,
¿a dónde llevarte? Es que mis infelices pies flaquean.
Mas Pelión, tálamo de Fílira, aguarda tú,
aguarda, que también muchas veces en tus montes las fieras
leonas recostaron los frutos de sus salvajes partos”.

Entonces, sí, a ésta Peneo replicaba, lágrimas vertiendo:

“Leto, la Necesidad es una gran diosa. Que yo no
menosprecio, señora, tu dolor (sé que también otras
parturientas en mí se lavaron), mas Hera
me amenazó sin medida. Vuélvete a mirar qué vigía 
en lo alto del monte ejerce vigilancia; ése con facilidad
de mi cauce me levantaría. ¿Qué plan seguir? ¿Es que el que muera
Peneo te es grato? Sea: el día de mi destino
soportaré por ti, aunque haya de tener
por tiempo eterno un curso ayuno de corrientes 
y entre los ríos a mí solo el más afrentado se me llame.
Aquí estoy yo, ¿para qué más palabras?: llama simplemente a Ilitía”.

Dijo, y retuvo su vasta corriente. Mas Ares,
levantando de raíz las cumbres del Pangeo, iba
a arrojarlas contra sus remolinos y a cegar su curso. 
Desde lo alto bramó y con la punta de la lanza golpeó
el escudo: éste lanzó un grito de guerra. Temblaban del Osa
los montes, la llanura de Cranón y las cimas del Pindo,
de insanos vientos; por el miedo bailó toda
Tesalia: tal fue el estrépito con que resonó el escudo. 
Y, como cuando del monte Etna, que con el fuego humea,
se conmueven todas las profundidades, al cambiar Briareo,
el gigante que bajo él habita, la postura del hombro en que se apoya;
o como cuando los hornos rugen bajo la tenaza de Hefesto,
y sus obras a un tiempo, y terriblemente chillan las vasijas  
al fuego trabajadas, y los trípodes, al apilarse unos sobre otros:
así de grande fue el estrépito que surgió del escudo bien redondeado.
Peneo, por su parte, no se retiraba, sino que se mantenía resistiendo,
de la misma forma que al principio, y sus veloces corrientes detuvo
hasta que la hija de Ceo le increpó: “¡Sálvate en paz, 
sálvate! No sufras un mal por culpa de esta muestra de piedad
que me brindas: tu favor tendrá recompensa”.

Así que, tras padecer antes muchas fatigas, marchó a las islas
marinas. Mas éstas no la acogían cuando se acercaba,
ni las Equínades, que espléndida cala para las naves poseen,
ni la que Corcira se llama, la más hospitalaria de todas;
que Iris desde lo alto del elevado Mimante se lo impedía,
presa de una furia muy terrible contra todas. Ellas, ante sus amenazas,
a toda velocidad huían siguiendo la corriente, las islas con que se encontraba.
Luego a la antañona isla de Cos, tierra de Méropes, 
llegó, de la heroína Calcíope sacro recinto,
mas a ella la retenían estas palabras de su hijo: “Tú, madre,
no me des aquí a luz. Pues ni la censuro ni desdeño
a la isla, que es espléndida y rica en pasto, cual ninguna otra.
Pero es que a ella las Moiras otro dios le adeudan, 
un excelso vástago de los Salvadores. Bajo su corona
llegarán, no contra su voluntad, a ser gobernadas por el macedonio
una y otra tierra, y las islas que en los mares se hallan,
del oeste al este, desde donde sus veloces caballos
al Sol portan. Éste marchará por la senda de su padre. 
Y en alguna ocasión una común contienda se nos presentará,
más adelante, cuando aquéllos, sobre los helenos alzando
el bárbaro puñal y al Ares celta despertando,
los postreros Titanes, desde el último extremo de occidente
se precipiten, a copos de nieve semejantes, o idénticos en número 
a celestes fenómenos, cuando en mayor número por los pastos del aire vagan.
Los hijos (…) 
(…) 
y las llanuras de Crisa y las angosturas de (…)
se hallen rodeadas y asfixiadas, y vean el denso humo
del vecino que arde, y ya no simplemente lo oigan, 
sino que ya junto al templo contemplen las falanges
de los enemigos, y ya, junto a mis trípodes,
espadas y tahalíes impúdicos y odiosos
escudos, que para los Gálatas, raza insensata, una senda infausta
abrirán: de ellos los unos serán mi presente, mientras los otros, 
junto al Nilo, tras ver expirar en el fuego a quienes los portaban,
yacerán cual premio a la victoria de un rey que mucho se esforzó.
Tolomeo del futuro, éstos que recibes son vaticinios de Febo;
alabarás grandemente al adivino que aún se halla en el claustro
más adelante, por todos los días. Y tú toma nota de esto, madre: 
hay en las aguas una isla diáfana, alargada,
que vaga por los mares; sus pies no reposan en el suelo,
sino que a expensas de las corrientes va flotando, como un asfódelo,
por donde el Noto, por donde el Euro, por donde la conduce el Océano.
Llévame allí, que a ella con buen talante encontrarás”.

En el mar las otras islas del que tantas cosas decía a la carrera se apartaban.
Asteria, que los bailes amas, tú desde Eubea regresabas,
por ver a las Cíclades que en círculo forman, no hace tanto,
que todavía por detrás te seguían las algas del Geresto.
Al verlo, al punto te detuviste y (…) 
con audacia esto dijiste (…),
a la diosa que los dolores agobiaban contemplando:
 “¡Hera, haz conmigo eso que a ti te gusta, que de tus amenazas
nunca me he cuidado! ¡Ven hasta aquí, ven conmigo, Leto!”
Así hablaste. Ella con gusto llegó al fin de todos sus vagabundeos. 
Y se fue a sentar cabe la corriente del Inopo, al que con mayor caudal
la tierra entonces hace brotar, cuando, con crecida corriente,
el Nilo desciende desde el precipicio etíope.
Se desató la faja y se recostó hacia atrás, con los hombros,
contra el tronco de una palmera, por lo angustioso de la situación 
afligida: por su piel fluía el húmedo sudor.
Y dijo, desfallecida: “¿Por qué, hijo, a tu madre oprimes?
Querido, es tuya esta isla que va navegando sobre el mar.
Nace, nace, hijo, y sal con buen talante del vientre”.
Esposa de Zeus, la de grave carácter, tú no ibas a permanecer 
por mucho tiempo sin enterarte, que tal mensajera llegó a ti corriendo.
Dijo jadeando, y con el miedo se mezclaba su relato:

“Hera honorable, que en mucho aventajas a las demás diosas,
tuya soy yo, tuyo es todo, que tú, cual soberana, te sientas
en el Olimpo por derecho de nacimiento, y a otra mano femenina 
no tememos. Tú, la que gobiernas, conocerás al culpable de tu irritación:
Leto se desata el ceñidor al amparo de una isla.
Todas las demás la rechazaban y no la aceptaban,
mas Asteria por su nombre, cuando a su lado pasaba, la llamó,
Asteria, vómito malhadado del mar: tú misma lo sabes. 
Pero, querida señora, pues puedes, ayuda
a tus servidores, que la tierra recorren a tus órdenes”.

Dijo, y a los pies del dorado trono se sentaba, como perra
de Ártemis, la que, cuando cesa en la vertiginosa cacería,
se sienta, animal de presa, a los pies de su ama, con las orejas 
bien erguidas, siempre prestas a escuchar la orden de la diosa:
a ésta semejante se sentaba a los pies del trono la hija de Taumante;
ella nunca se olvida de su puesto,
ni cuando el sueño apoya en ella sus alas que olvido infunden,
sino que allí mismo, junto al extremo del gran trono, 
tras apoyar a corta distancia la cabeza, torcida duerme.
Nunca la faja se desata, ni sus veloces
botas, no vaya a darle alguna orden repentina
su ama. Ésta, duramente apesadumbrada, decía:

“¡Sea ahora así, vergüenza de Zeus, desposaos 
en secreto y parid a escondidas, ni siquiera donde las sufridas
jornaleras entre esfuerzos dan a luz en difíciles partos, sino donde las focas
marinas paren, en los desiertos cantiles!
Hacia Asteria no siento ningún rencor por este
extravío, ni hay por qué le haga nada que la conturbe. 
Todo esto tengo que decir de ella (muy mal favor le concedió a Leto);
mas a ésta de forma tremenda la venero, porque mi
lecho no holló, y antes que a Zeus prefirió el mar”.

Dijo ella, y los cisnes, que celebran en sus cantos al dios,
tras abandonar el meonio Pactolo, rodearon 
siete veces Delos y acompañaron con su canto el parto,
las aves de las Musas, los más canoros de los pájaros
(por ello luego el mozo en la lira puso cuerdas
en tal número, como veces los cisnes cantaron durante los afanes de su parto).
A la octava vez ya no cantaron, que él saltó fuera. Ellas, las ninfas delias, 
estirpe de un río antañón, a gran distancia
lanzaron el sagrado canto de Ilitía, y al instante el éter
broncíneo devolvió con el eco el agudo griterío.
Y no se indignó Hera, que su ira apaciguó Zeus.
De oro entonces todos tus cimientos se volvieron, Delos, 
oro manaba durante todo el día la circular laguna,
de dorada cabellera se cubrió el natalicio vástago del olivo,
y entre oro se desbordaba el Inopo de profundas aguas y remolinos.
Tú misma del dorado suelo levantaste al niño,
lo acogiste en tu regazo y tales palabras pronunciaste:

“¡Oh, Gran Señora, rica en altares, rica en ciudades, rica en dones,
próspera tierra firme e islas, que a mi alrededor habitáis!
Ésta soy yo, así, difícil de arar, mas por mí
“Delio” será llamado Apolo, y ninguna otra
tierra será tan amada por parte de otro dios: 
no lo será la tierra cércnide por el soberano Posidón Lequeo,
no lo será la colina cilenia por Hermes, ni por Zeus Creta,
no lo serán tanto como yo por Apolo. Y ya no seguiré errando”.

Así lo contaste tú, mientras él tiraba del dulce pecho.
Por tanto, también entre las islas la más santa desde entonces 
eres llamada, nodriza de Apolo. Y en ti ni Enio
ni Hades ponen el pie, ni los caballos de Ares.
Antes bien, en una y otra mitad del año se te envían siempre como diezmos
las primicias, y aportan coros todas las ciudades
que tierras ocuparon al este y al oeste, 
al sur, y los que por encima del boreal
límite sus casas poseen, antiquísima raza.
Ellos te traen, los primeros, la caña y de las espigas
las sacras brazadas: esto, que de lejos procede, son los pelasgos de Dodona
los que lo reciben en primer lugar, 
los servidores del caldero que no calla, que en tierra duermen.
En segundo lugar la ciudad de Iro y los montes de la tierra Mélide
vienen. De allí cruzan navegando a la fecunda
llanura lelantina, la de los abantes. Y ya no es larga
la travesía desde Eubea, que vecinos a ti se hallan sus puertos. 
Las primeras que estas cosas te trajeron desde los rubios arimaspos
fueron Upis, Loxo y la afortunada Hecaerga,
hijas de Bóreas, y los varones que entonces eran los mejores
entre los jóvenes. Y no volaron éstos de vuelta a casa,
que la fortuna los mimó, y sin gloria ya nunca se quedaron. 
Sí, las jóvenes delias, cuando el himeneo de hermosa voz
amedrenta los ánimos de las muchachas, traen como primicia
su cabellera, nunca antes cortada, para aquellas doncellas, y los chicos varones,
para aquellos jóvenes, la primera mies de sus barbas.
Asteria, rica en incienso, todo a tu alrededor las islas 
un círculo formaron, y como un coro cayeron en torno a ti.

Ni en silencio ni sin ruido te contempla el Héspero
de rizado pelo, mas siempre envuelta en griteríos.
Los unos acompañan la música cantando el nomo del anciano licio,
que desde Janto te trajo el profeta Olén; 
ellas, las coreutas, con su pie golpean el firme suelo.
En efecto entonces también de coronas se carga la sacra imagen
de la Cipris antigua, muy implorada, la que otrora Teseo
erigió, cuando con los muchachos regresaba navegando desde Creta.
Ellos, que habían escapado del aterrador mugido del salvaje hijo 
de Pasífae, y del retorcido solar del esquinado laberinto,
en torno a tu altar, señora, cuando se alzó el sonido de las cítaras,
en círculo bailaron, y al coro lo guió Teseo.
Desde entonces los hijos de Cécrope mandan a Febo
los aparejos de aquel barco, perpetuas reliquias de la embajada. 
Asteria, rica en altares, muy invocada, ¿qué marinero,
un comerciante del Egeo, pasó de largo a tu lado con su nave rauda?
No son tan potentes los vientos que sobre él soplan,
ni la necesidad le empuja a hacer la travesía a la mayor velocidad. Al contrario,
prestos plegaron las velas, y de nuevo no se hicieron a la mar 
antes de, entre golpes, dar vueltas a tu imponente altar,
por sus pies batido, y morder el sacro tocón del olivo,
sus manos echando hacia atrás. Ritos son éstos que se inventó la ninfa delia
como juegos y ocasión de risa para el niño Apolo.

¡Oh, próspero corazón de las islas! Salud a ti,
salud a Apolo, y también a la que gestó Leto.

José B. Torres Guerra

http://elfestindehomero.blogspot.com.es/




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FILOMENA DATO MURUAIS [18.715]

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Filomena Dato Muruais 

Nació en Ourense en el año 1856 murió en la Coruña en 1929. 

Fue una de las escritoras más significativas de la literatura feminista de la segunda mitad del siglo XIX, no sólo por la amplitud denominada de su obra en lengua gallega, sino también por su faceta como oradora en varios foros en defensa de las mujeres. Galicia y la mujer son temas recurrentes en la obra de la autora ourensana. Su carrera literaria comenzó en 1891 con la publicación del libro Follatos. Se trata de un conjunto de cuarenta y cinco poemas, íntegramente en gallego. Esta obra comienza con el texto "Defensa de las mujeres" -exactamente el mismo título que el Discurso XVI del Teatro Crítico y Universal (1726-1740) del P. Feijóo- donde la autora desmonta los tópicos más frecuentes en su época sobre las mujeres, recurriendo a figuras como María Pita o Rosalía de Castro. En 1887 ganó con esta composición el certamen de poesía 'Ciudad de Ourense' en honra del Padre Feijóo.

La suya es una poesía romántica, descriptiva, popular. En la década de los ochenta, Filomena Dato se convirtió no sólo en una poetisa profusamente premiada sino, y sobre todo, en una de las voces más singulares del feminismo galleguista de entre siglos. De hecho es la segunda escritora, después de Rosalía, que publica un libro en gallego en el siglo XIX. El suyo era un feminismo católico y "racional", como diría Sara Ínsua, bien diferente del feminismo radical y masculino que caracterizaba a las sufragistas inglesas contemporáneas. Pero, eso sí, en sus escritos y en sus discursos se constata el protagonismo de las mujeres, especialmente de las que pertenecían a las clases populares, sobre las que escribió diversos cuadros en verso y prosa destacando sus cualidades y su difícil situación. Colaboró en diversos periódicos como El Heraldo Gallego, Galicia recreativa o el Álbum literario, donde encontramos numerosas composiciones de la autora. En 1906, año de la fundación de la RAG, fue nominada académica corresponsal junto con otras literatas contemporáneas como Carmen Beceiro, Emilia Calé, Sofía Casanova, Sarah Lorenzana, Clara Corral Aller...



NIEVE 

Por blanca nevada 
los campos cubiertos 
parecen desiertos, 
tan solos están. 

¡Pobrecita del alma 
que está más desierta 
de nieve cubierta 
de invierno y verano! 

La nieve de los campos 
el sol la derrite 
y a veces promete 
cosecha mejor, 
que bajo la sábana 
que tanto blanquea 
el germen late 
de nuevo verdor. 

La nieve de la duda 
que cae sobre el pecho, 
matando todo seguido 
los gérmenes va, 
y las santas creencias 
ya nunca florecen, 
jamás reverdecen 
en el alma en que caen.




Filomena Dato Muruais naceu en Ourense no ano 1856 morreu na Coruña en 1929. 

Foi unha das escritoras máis significativas da denominada literatura feminista da segunda metade do século XIX, non só pola amplitude da súa obra en lingua galega, senón tamén pola súa faceta como oradora en varios foros en defensa das mulleres. Galiza e a muller son temas recorrentes na obra da autora ourensá. A súa carreira literaria comezou en 1891 coa publicación do libro Follatos. Trátase dun conxunto de corenta e cinco poemas, integramente en galego. Esta obra comeza co texto "Defensa das mulleres"—exactamente o mesmo título que o Discurso XVI do Teatro Crítico e Universal (1726-1740) do P. Feixóo—, onde a autora desmonta os tópicos máis frecuentes na súa época sobre as mulleres, recorrendo a figuras como María Pita ou Rosalía de Castro. En 1887 gañou con esta composición o certame de poesía 'Cidade de Ourense' na honra do Padre Feixóo. A súa é unha poesía romántica, descritiva, popular. Na década dos oitenta Filomena Dato converteuse non só nunha poeta profusamente premiada senón, e sobre todo, nunha das voces máis sobranceiras do feminismo galeguista de entre séculos. De feito é a segunda escritora, logo de Rosalía, que publica un libro en galego no século XIX. O seu era un feminismo católico e "racional", como diría Sara Ínsua, ben diferente do feminismo radical e masculino que caracterizaba ás sufraxistas inglesas contemporáneas. Pero, iso si, nos seus escritos e nos seus discursos constátase o protagonismo das mulleres, especialmente das que pertencían ás clases populares, sobre as que escribiu diversos cadros en verso e prosa salientando as súas calidades e a súa difícil situación. Colaborou en diversos xornais como El Heraldo Gallego, Galicia recreativa ou o Álbum literario, onde atopamos numerosas composicións da autora. En 1906, ano da fundación da RAG, foi nomeada académica correspondente xunto con outras literatas contemporáneas como Carmen Beceiro, Emilia Calé, Sofía Casanova, Sarah Lorenzana, Clara Corral Aller... 



NEVE (Eu púxena en galego normativo) 

Por branca nevada 
os campos cubertos 
parecen desertos, 
tan sós están. 

Pobriña da alma 
que está máis deserta 
de neve cuberta 
de inverno e verán! 

A neve dos campos 
o sol a derrete 
e ás veces promete 
cosecha mellor, 
que baixo da saba 
que tanto branquexa 
o xérmen latexa 
de novo verdor. 

A neve da dubida 
que cae sobre o peito, 
matando de a feito 
os xermes vai, 
e as santas crenzas 
xa nunca florecen, 
xamais reverdecen 
na alma en que caen. 


DEFENSA D' AS MULLERES 

Decim' os que crendes en Dios y
-as suas obras: 
¿Cal foi d' a creacion a espréndeda coroa? 
¿Cal foi a que Dios fixo a últema de todas? 
¿Foi o mar...? 
¿As estrelas...? 
¿A luz d' a branc' aurora...? 
¿Foi a estáuta de barroqu'á sua imáxe propea un alma 
lle infundira intelixente y-hermosa...? 
¿Foron cicais os ánxelesque pobraron a groria...? 
Foi a muller que tivoa fertuna grandiosa





‘Os que negan â muller
intelixencia e talento,
a millor contestaceón
cicais que fose o disprecio.

Con esta rotundidade se manifestaba en 1887 Filomena Dato Muruais (Ourense, 1856-Moruxo, Bergondo, 1926), poeta, prosista e oradora que se significou na “Defensa das mulleres” no poema homónimo, co que gañou o certame celebrado en Ourense na honra do Padre Feijoo.

Muller moi culta, alternou con grande parte da intelectualidade do seu tempo, especialmente do seu xénero, pois no pazo familiar de Moruxo recibía con frecuencia as visitas de Sofía Casanova, Emilia Pardo Bazán, Fanny Garrido e outras compañeiras da palabra.

Que foi unha defensora das mulleres non hai dúbida se se acode ao discurso que, como mantedora, pronunciou en 1900 nos Xogos Florais de Lugo, de marcado carácter feminista. Tanto é así que, cando finou, a tamén escritora Sara Insua lembraba dela que “vivió tan laboriosa mujer los años suficientes para presenciar el triunfo de sus dos grandes amores: el de Galicia y el de la mujer”.

No Día Internacional da Muller coido que é de xustiza lembrar a pioneiras que, como Dato Muruais, foron abrindo camiño. Recuperar o seu legado debería ser unha prioridade para todas e todos. Prediquemos co exemplo e vaia neste día tan sinalado un autógrafo da autora dedicado a Ángel Varela Gómez, propietario do xornal vigués El Independiente, que logo dirixiu tamén. Figura no único libro en galego dos catro que escribiu Dato Muruais: Follatos. Poesías gallegas, tirado do prelo ourensán da Imprenta A. Otero en 1891.

Fique, pois, como testemuño admirativo de quen foi considerada por Curros Enríquez unha das máis inmediatas sucesoras de Rosalía de Castro e figura vencellada a Sofía Casanova e Emilia Pardo Bazán ao ver de Blanco-Amor. Ela, que morreu cega pero deixou os ollos do espírito na causa que hoxe reivindicamos.



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LUÍSA VILLALTA [18.716]

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Luísa Villalta

Poeta, escritora y violinista coruñesa. (1957-2004).

La muerte llegó para Luísa Villalta de un modo inesperado, por causa de un paro cardíaco, el 6 de marzo de 2004. Tenía 46 años y una vida llena de ocupaciones, proyectos y esperanzas.

Villalta inició su obra poética en 1991 con Música reservada, al que siguieron los poemarios Ruido (1995) y Rota ao interior do ollo (1995). Las referencias musicales en sus obras no eran casuales. Intérprete y profesora de violín, Luisa Villalta "era muy consciente de que el ritmo no es una cuestión puramente ornamental. En él late una forma de conocimiento distinta, no racional", según escribió en el canal Vieiros.como el profesor de teoría literaria de la Universidad de Santiago, Arturo Casas, para el que la escritora desaparecida representaba "una importantísima línea de indagación poética, no especialmente reconocida". "Su esencia personal y creativa era una fusión, una doble pertenencia a la música y a la poesía", decía ayer su editor, el poeta Miguel Anxo Fernán-Vello.

En los últimos años, Luisa Villalta publicaba en Portugal, sobre todo en libros colectivos. El regreso editorial a Galicia se produjo el pasado mes de enero, cuando ganó el XII Premio Espiral Maior de Poesía con su libro En concreto, todavía inédito.

En narrativa había publicado Silencio, ensaiamos (1992), las novelas Teoría de xogos (1997) y As chaves do tempo (2001), y en teatro, Concerto para un home só (1989), O representante (1990), O paseo das Esfinxes (1991) y As certezas de Ofelia (1999).-





A ESTACIÓN

Onda nós nunca pasan os trens.
só chegan ou parten.
Por iso tamén somos nósLuisa Villalta
a nosa última estación
o noso amor definitivo.

Así podemos marchar
no único sentido posibel
ou esperar o avalo dos viaxeiros
para sentirnos expandidos nas miradas extrañas
que chegan arrastrando as bambalinas do mundo.

Onde nós non hai nunca outro destino
que ser un anónimo fin
ou un glorioso comezo.

Máis alá
máis alá somente o mar
e a incertidume da luz
o extremo
o abismo
o espello detido en nós.




LUISA VILLALTA, POR XOÁN ABELEIRA

Xoán Abeleira é un estupendo traductor e poeta. E tamén un amigo dos seus amigos. Unha das súas amigas na Coruña era Luisa Villalta, profesora de música e poeta. Tamén columnista. Coñecín a Luisa nun viaxe a Andora e desde daquela fomos moi bos amigos. Enviábame os seus libros, víamonos na Coruña. Era unha muller garimosa. Xoán publicou este poema nun dos seus mellores libros: ’Pan de ánimas’. (Xerais). Copióo aquí coas súas notas.



LUISA VILLALTA

O 8 de marzo do 2004, coincidindo co Día da Muller Traballadora, foi enterrada, a carón da miña casa, a poeta Luísa Villalta. Aquela mañá fría e neboenta aconteceume de súpeto todo iste poema que hoxe volvo deixar eiquí en homenaxe a ela, sempre lembrada, e en protesta polo ignominioso xeito en que o goberno da Xunta de Galiza pretende festexar esta xornada tan gloriosa: 


8 DE MARZO

Vai frío na túa morte, e
Bruído, unha man–
Chea de bruído, e mesmo

O sol de hoxe se nos asemella
Ise avespeiro xeado
Por cuxos buracos
Soa o sieiro, zoa o buzarro, todo
Cheo de bruído.

Dende que punto
Inconmensurable
Disoutro estado
De teu,
Disoutro estadio
De teu
Procuras a túa música?

Dende onde
Nos chamas, nos fitas
Nos buscas?

Vai frío na túa morte,
Todo está frío alén
E aquén da túa morte, nós

Temos medo, nós non te temos, nós
Temos só dentro de nós
Esta baleira anguria.

(Do libro "Pan de ánimas")





Os teus pasos de home e os meus
sempre se cruzan , ao non saber onde van.
Oblicuamente esvaes os ollos até a miña imaxe
ao ponto en que pergunto que é o que ves
através do meu espello pesado como a soedade.
Unha muller, contestas, e non miras
como me estraña ficar no ceo da tua voz vacia. (...)

Pergunto outra vez, a cada un que pasa,
se de verdade son unha muller, o que é iso,
se me enganaron sempre ou teño algun camiño.
Todos os que me van cruzando non me acertan.
Sen embargo o que son, unha muller, ao cabo é todo
o que sei de min no espello en que me levas.
Para que aprenda a nova ti me apertas
cos brazos indecíbeis de ternura
do meu alimento á tua transcendéncia.
O meu camiño fixo-se-me extranxeiro, estou perdida
nen meu, porque é teu, nen xa imaxe,
porque non sei que levas no fardo do corazón.
Pero se non me ves, es ti quen erra.

Luísa Villalta, “Os teus pasos de home...”, Ruído, 1995.









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ELVIRA RIBEIRO TOBÍO [18.717]

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Elvira Ribeiro Tobío

Nacida en Cerponzóns (Pontevedra) el 5 de mayo de 1971, es una poeta de Galicia.

Obras 

Poesía 

Andar ao leu (Colección Tambo, Deputación de Pontevedra , 2005 ).
Arxilosa (Colección Hipocampo Amigo, Litoral das Rías, 2005).
12 estampas sobre a cidade eo desexo (en Premio Faustino Rey Romero. 10 anos de poesía , Concello de Rianxo, 2008)
Biografía da Multitude (IEM, 2009, escrito xunto con Silvia Penas)
Sibeira, mon amour (en Grial nº 186, 2010)
carnia haikai (AC Caldeirón, 2012 ).
corpos transitivos (Edicións Fervenza, 2013 ).
playlist para unha retirada (pendente de publicación).

LITERATURA INFANTIL 

pAlAbrAs brAncAs ( Xerais , 2008 ). Con ilustracións de Fino Lorenzo .
As redes de Inés (Xerais, 2014 ). Con ilustracións de Fino Lorenzo.

Ensayo

Explora Pontevedra ( Ediciones Cumbre , 2008).

Narrativa 

Selección de relatos publicados na páxina da AELG

Antologías 

Das sonorosas cordas (Eneida, Madrid , 2005)
Pontevedra literaria. Antoloxía de textos en homenaxe á Boa Vila (Concello de Pontevedra/Fundación CaixaGalicia, 2009)
Erato bajo la piel del deseo (Sial Ediciones, 2010 )
Veinte puntos de fuga (El perro y la rana, Caracas, 2011)
Poetízate (Xerais, 2011)
Novas de poesía. 17 poetas (Fundación Uxío Novoneyra, 2013)
10 anos na porta (antoloxía d'A Porta Verde do Sétimo Andar, 2015)

Das sonorosas cordas (Eneida, Madrid , 2005)
Pontevedra literaria. Antoloxía de textos en homenaxe á Boa Vila (Concello de Pontevedra/Fundación CaixaGalicia, 2009)
Erato bajo la piel del deseo (Sial Ediciones, 2010 )
Veinte puntos de fuga (El perro y la rana, Caracas, 2011)
Poetízate (Xerais, 2011)
Novas de poesía. 17 poetas (Fundación Uxío Novoneyra, 2013)
10 anos na porta (antoloxía d'A Porta Verde do Sétimo Andar, 2015)

Premios

Premio Rosalía de Castro de Cornellà (Barcelona) en 2003 , por Arxilosa .
Accésit no Premio Faustino Rey Romero ( Rianxo ) en 2004 , por 12 estampas sobre a cidade eo desexo .
Finalista do Premio Merlín en 2007, por pAlAbrAs brAncAs .
Premio Xosé Neira Vilas ao Libro Infantil e Xuvenil en 2008, por pAlAbrAs brAncAs .
Premio de poesía Victoriano Taibo en 2009, por Biografía da Multitude , escrito con Silvia Penas .
Certame de poesía erótica Illas Sisargas en 2011, por carnia haikai .
Premio de poesía Avelina Valladares do Concello da Estrada en 2013 , por corpos transitivos .
Premio de poesía Manuel Leiras Pulpeiro do Concello de Mondoñedo en 2015 , por playlist para unha retirada .


Siberia, mon amour (micropoemario publicado na revista Grial)
para Carina: o rescate

Ekaterimburgo

Aquí a cinco mil setecentos
sesenta e un quilómetros
da chuvia,
camiñar sobre o Iset xeado
pode ser un xeito inxenuo
de tripar a dureza que apurra
esta distancia desapiadada
Prospekt Lenina poder ser
máis cincenta que o Vigo
máis inhóspito e a metalurxia
cinguirse ao pé dos Urais
co mesmo sixilo que antano
as tribos de ugores
Aquí poden construírse saudades
dun lugar nomeado Casa Ipatiev un lugar
onde sobre o sangue corrompido
se erga un templo
de cúpulas douradas
Velaquí a porta da taiga
e do desterro.

____



Eu era un nómade dacabalo
dun reno e a taiga era a fraga
inabarcábel da nosa tribo agonizante
a fraga das carballas centenarias
era este bosque fechado de coníferas
e o xeo que aboia na codia negra
do Amur viñan sendo os restos de ramaxe
que o Ulla ofrece cando a enchente
reborda nas brañas de Laíño
Era unha nómade eu unha indíxena
nanai aínda non ameazada unha rena
altiva e resistente a ser domesticada
unha rena apareándose urrando
no bosque que estrema co río do dragón negro
parindo ergueita quecendo coa placenta
a chaira siberiana



Uelen

No extremo oriente neste anaco
escolleito pola tundra elixo
abrir a pel da morsa sobre a neve
envolverme na capa que deron
os seus intestinos dita ukkenchin
tallar os seus cairos puídos polas ondas
comer da súa carne sentir
o seu recendo coarse mesto entre as guedellas,
á beira do mar de Bering
no mar dos Chukchis na praia
dos seixos escollo como cómpre
ser falante de Chukoto
como cómpre a quen se randea
no bordo da extinción
ser falante de Chukoto
a lingua dos cazadores
de renos orgullosa lingua
do pobo verdadeiro escollo
ser falante de Chukoto




O rescate

I

Todo o que o exilio abeiraba canda si,
as cúpulas douradas ergueitas sobre o sangue,
o cincento da distancia, a metalurxia,
o desterro, a súa enchente a rebordar
en cada río xeado en que me vin,
a chaira, a taiga, a morsa sobre a neve,
unha friaxe baikal nos intestinos, a urxencia
con que acurrala o exterminio,
todo ese arrandearse entre o frío
e un frío aínda máis intenso,
a extinción en que aboia a nosa tribo,
a insistente hemorraxia de luz
ou de palabras
e un frío aínda máis intenso
que o da tundra


avista nesta hora a fenda da fuxida
o rescate



II

Tiña que ser unha man vinda
dun bosque de cidreiras
-que sempre están en flor nos meus soños-
cun coitelo afiado no silencio
para ensanchar as aberturas,
fender o frío izado, as coirazas,
cada unha das blindaxes que me cinguen.
Coma cun búmerang
ten que ser
unha man que me regrese
a outro punto de partida.
É.



III

Poderás soportar a travesía?
Porque fun aleitada en glaciares maiores
que os desta reclusión
no punto máis profundo do ollo azul.
O apego ás voces que esmorecen
venme dun lugar demasiado inhóspito
e as palabras dóbranseme en posición fetal.
Será seguro o escafandro
e a lancha de salvamento?
Terá o teu adival a forza suficiente?
Para as preguntas sen resposta
non hai cura nin narcótico,
pero cómpre aferrarse ao trelo
e deixar a greta negra sumirse no abandono
Poderás prolongar a primavera?



IV

De Vladivostok sempre cara ao occidente
tomo as cinsas do exilio
e estes campos xeados
por que son agora un edredón
de diamantes?
As frechas desertan da alxaba
afunden
afunden
desaparecen
A man do rescate tomo
e esta borralla nos pés
como pode ser agora
o xerme do amparo?
Tomo todo o que lembro
do alborozo
o mínimo resaibo aterecido
De Vladivostok sempre cara ao occidente
habemos chegar ao lugar da chuvia
á fraga centenaria das carballas
mais han xurdir noites de xeada
de cadorno e intemperie
noites de Panthera tigris altaica
as miñas fauces.



Regreso

El chamábase Siberia
e tiña ollos de gulag unllas
serradas contra as ruínas dun imperio
e o rigor da friúra do seu ventre
puña metal a par da carne
da nosa carne
A expulsión era o seu bico
de benvida e o seu adeus
El era a furia que acorda no xigante
el o afastamento
Chamábase Siberia,
mon amour:
a trabada da becha
é indelébel neste corpo
transiberiado.





Falarei na lingua de Maria Peres,
a Balteira,
musa prostibularia e tecedeira de cantigas coa quentura por
entre as coxas.
Falarei na lingua das irmandiñas que arrebolaron con forza
berros de liberación aos pais
da tiranía,
falarei bidueiro,
falarei croio,
sarabia, laxe, seara, burato, morno,
sistema de signos,
símbolo
da memoria que esmorece.
Falarei na lingua de Rosalía,
de Xaquina Trillo,
de María Mariño Carou,
a lingua renegada da meniña Carolina Otero violada
no camiño,
a lingua da miña avoa, canteira anónima,
arxina da Terra de Montes,
labradora de sucos na pedra de gra
e nas conciencias de todas as que soñaron ser amazonas
da linguaxe.
Para vós, meniñas de augamel,
mulleres en froita de madurecer,
falarán estes gromos de firmeza que me rebentan nos dentes
e son matas de arandeiras.
As palabras han ser xermolos nas miñas fillas e netas innumerábeis,
despois,
os meus ósos falarán na terra
para dar vida á terra
para dar nome á terra
e á prole que me xurdirá coa boca chea do poexo enchoupado nas brañas.


Andar ao leu, Ed. Tambo. 2005






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JOSÉ ORTEGA TORRES -NARZEO ANTINO- [18.718]

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José Ortega Torres 

Publica su obra poética con el anagrama de Narzeo Antino. 


(Granada, 1942 España) es un poeta (y litógrafo) con una personalidad acusada en la literatura andaluza contemporánea. Coetáneo del grupo poético de los Novísimos, usa moldes más tradicionales (rima, soneto) para crear una compleja arquitectura de imágenes que recuerda la herencia clásica mediterránea. 



Ortega Torres cursa los estudios de Filología Románica en la Universidad de Granada entre 1966 y 1969, y se licencia en 1971 con la memoria "Aproximación a la poesía de Rafael Guillén", dirigida por D. Emilio Orozco Díaz. Obtiene el doctorado en Filología Hispánica en 1971 con la tesis "La poesía de Rafael Guillén: lengua, temas y estilo".

En 1975 funda con el poeta gaditano José Lupiáñez y el granadino José Gutiérrez la colección Silene, que ha publicado desde entonces obras de muchos poetas locales (entre otros Juan de Loxa, José Rienda, Elena Martín Vivaldi y Carmelo Sánchez Muros). Actualmente (2011) ejerce como profesor de Literatura Española en la la Universidad de Granada. 

Obras y premios 

- Cauce vivo ("Live Riverbed") 1971), firmado con el seudónimo de Aldo Fresno 
- Ceremonia salvaje (1973) 
- Carmen de Aynadamar (1974) 
- Ritos y cenizas (1975) 
- "Poema de la Alhambra, de A.E.” (publicado en el diario granadino Ideal el 23 de febrero de 1975) 
- El exilio y el reino (1979) 
- Hierofanía (1981), Premio Federico García Lorca en 1979 (patrocinado por la Universidad de Granada). 
- La diadema y el cetro: himno (1983) 
- Diamante: (espacio íntimo) (1987) 
- Olvido es el mar, (1989) 
- Domus aurea (1996), Premio Provincia de León 1994. 
- Laurel & glosa, 1997 
- Centinela del aire (1999), Premio Ciudad de Salamanca. 
- Amante desafío 2001 
- Fulgor de la materia (2003) 
- Un título para Eros. Erotismo, sensualidad y sexualidad en la literatura, Capítulo 7 - “Falomanía y travesura en El jardín de Venus de Samaniego” 




Sin título

Desde sus límites oscuros
persigue la palabra espacios:
memoria, quimera o vigilia
tras los anhelos invocados.

¡Qué secreto de seducción
apresura acordes y labios,
cuando la opacidad abruma
alondras en furtivos álamos!

Desolado y mudo clamor
la noche cela cautivando
delirios de inclemente ausencia
por laureles enamorados.

De Fulgor de la materia



La arquitectura del amor 
exalta júbilo en asedio: 
por la celosía del albacombate 
se impacientaban los luceros. 

Entre los rumores del bosque 
la madrugada rinde espigas 
ante el azar del desconcierto. 

Mas no ceda el ánimo al frío 
frente a la inmolación del tiempo, 
no sea que las azucenas 
se desvanezcan en el tiempo. 

Amor exaltación y arquitectura 
asedio de corceles surtidores 
desvelando en los fulgores 
las columnas del alba y su tersura 

Espejo sin sosiego en que perdura 
apogeo de espigas y atanores 
donde la noche rinde su aventura 

Amor si tu presencia es desafío 
corporal y desnudo pensamiento 
concédeme el clamor de las almenas 
desvanece fugaz las azucenas 

'Fulgor de la materia', Granada, 2003, p. 50 y 51.




Ocaso del silencio

Grito el yunque sesgado por mi pecho
Halcones y chacales bajo el sueño

Los barcos de mis sienes navegaban
Mensajeros sus puertos y distancias

Colman bosques el mundo acecha ardiente
Lobo de sombra tras oscuros peces

El universo late deseado
Bajo la espiga de mi verso salvo

Sabia lengua de acero laceraba
La raíz de mi aliento ciega llama

Por cimas del canto sumergido
Un vencejo de níquel yace herido

El fragor de la brisa y alcanzaba
El olvido al perfil de la fragancia

Regresan los delfines del recuerdo
Sobrios de mares de tesoros ebrio

El corazón expira en la ceniza
Carbúnculo y alondra relucía

De El exilio y el reino




Árbol inútil

A fuerza de llorar, crecer hacía
el árbol que con lágrimas regaba
G.

Ya del laurel las ramas ofrecían
aroma de tus labios. ¡Dafne, Dafne,
gacela del amor!, odio sin celos.
Qué muerte de madera por tus muslos
hasta la copa verde del cabello
te asume y transfigura, ¡Ninfa viva!
Mil bocas cual cuchillos por tus hojas
besan el aire, nudo cristalino
de la cintura triste de tu cuerpo.
Múltiples ojos dan flores despiertas
al injusto pistilo. Madre tierra
te siento por mis pechos ascendiendo,
honda en la savia, dura en mi corteza.
¿Por qué el amor negaste, rubia Dafne, 
para morir Sin tiempo en el laurel?

Padre Ladón, tus aguas me circunden,
fuentes de Arcadia, origen de tu cauce,
donde rendir mí sed a tu frescura.
Bajo la fronda umbría, donde creces,
tiendo mi llanto al mar, ¡Tigre sonoro!,
por donde boga amargo mi silencio.
Ay, Dafne, Dafne, cruel, árbol inútil
para el amor del hombre, Apolo eterno;
para el dolor del cuerpo, Ninfa parda,
soledad vegetal de las laderas.
¿Quién libra del anhelo la quimera
donde besar tu fuga rauda y casta,
prisionero cantando entre tus brazos?

De Ceremonia salvaje



Desolación de labios

Las espumas entornan la sortija
del mar a mi cintura desolada.
La nave de tu pecho desvelada
caracoles solicitos cobija.

En su arpegio nos cimbra la clavija
del bronce de las horas. Triste espada
taladra el pedernal de tu mirada.
Y el cipres con su grito al llanto aguija.

¡Amor de los abismos!, fruto amargo,
sobre el dolor del tiempo navegante.
¡Amapola sin alas nunca asida!

Quien libera mi mastil del letargo
sin aventura. ¡Frio de diamante!
desolacion de labios. Nieve herida.

De Ceremonia salvaje


Sin título

Aynadamar el recinto
del amor. Y tu presencia
claro fulgor: inminencia
alza el afán nunca extinto.
Conjunto de laberinto
entreteje la colina
(sabio secreto de mina
tanta riqueza procura).
Huésped tú de la hermosura
donde la ofrenda culmina.

De Diamante



IV

Luce el ramo de lilas en la mesa
desolación ausente. Esquila rota
que en el cristal asume su derrota
prisionera del agua. Dulce presa.

El aroma te ronda fiel, no cesa
en presagiar tu muerte a cada gota
de tristeza morada. Amor azota
la frágil rama del dolor no ilesa.

Oh racimo de vida cercenada
ahuyentando el embate del destino,
en la luz de la aurora fugitiva.

Morirás sin el viento, alucinada
por un lóbrego afán –oh amargo vino-
Efímera galaxia en flor cautiva.

De Ritos y cenizas




Dedicatoria

Mi cómplice lector y grato amigo,
si apelo a tu serena inteligencia
es para agradecerte –por testigo-
la apasionada y clara convivencia
que a tu atención se atreve. No persigo
desmerecer tu lúcida presencia,
sino que estés alerta a la aventura
que culminando el cielo se apresura.

De Olvido es el mar








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JUAN GARCÍA LÓPEZ [18.719]

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Concha Villalta y Juan García López



Juan García López 

Nace en Cambil (Jaén) el dos de junio de 1979. Allí cursa estudios de educación primaria, estudios que concluye en Jaén, para iniciar posteriormente la carrera de Historia del Arte en la ciudad de Granada. Es en esta ciudad donde concluye sus estudios universitarios y comienza a trabajar como profesor de Geografía e Historia, labor que actualmente ejerce. 
En Granada también continúa una labor poética iniciada en su adolescencia. Labor que ha recibido un reconocimiento público a través de los siguientes premios:
-Alsajara de poesía 2001.
-Participa en la antología recogida con motivo del taller de poesía Tardes de abril, y en el cuaderno de poesía Vozetos.
-Accésit del Proemio Dos ciudad de Loja 2001 con el poemario "Desde el recuerdo", publicado por el ayuntamiento de Loja en edición conjunta.
-Tercero en el certamen convocado por la AGDM de la Universidad de Granada, cuyos poemas aparecen publicados en una edición conjunta.
-El Olivo de Poesía Jaén 2002, con el poemario "El mar inmerso", publicado en la colección señales de poesía.
-Certamen de poesía Valle de Lecrín en su edición de 2005.
-Segundo premio del 48º certamen de poesía Alhama de Granada 2009. 
-En el 2010 ha sido seleccionado dentro del certamen de poesía Homenaje a Miguel Hernández, convocado por el colectivo cultural Giner de los Ríos de Ronda, y cuyos poemas se han publicado en una antología editada por el propio colectivo.
-Ha sido seleccionado para las ediciones de 2009/2010; 2010/2011 y 2012/2013 del libro de Profesores Poetas convocado por el IES Fernando de los Ríos de Segovia. 
-En octubre de 2011 recibe el tercer premio del Certamen Internacional de poesía "El mundo lleva alas", cuyo poemas aparecen publicados en la edición que lleva el mismo nombre. 
-En diciembre de 2011 recibe el III certamen de poesía Sierra Mágina.
-En 2012 gana el I certamen de poesía Baños de la Encina en su modalidad general, con una selección de poemas publicados por el ayuntamiento.
-En noviembre de 2012 queda segundo en el cuarto certamen de poesía Sierra Mágina. Los poemas premiados en las dos ediciones son editados por la ADR Sierra Mágina en un libro conjunto.
-En marzo de 2013 participa en las Tertulias "El cinco a las cinco" organizadas por el Colectivo Cultural Giner de los Ríos. Y en la edición de cuaderno de tertulias editado por el colectivo, así como en el anuario correspondiente a las tertulias de 2013.
-En octubre de 2013 abre el Tercer Ciclo de Encuentros Literarios organizado por Juan Peregrina y Fernando Soriano en Granada. También participa en las revistas de creación literaria SAIGÓN, ALDABA, OMNIA y TÁNTALO.



Confieso

El día menos pensado 
te digo la verdad:  
que en tus ojos crecen  los bosques de la esperanza,
 que mirarte cuando duermes es otra forma de tenerte,
y el deseo galopa en estampidas sobre tu piel.
Te diría,
cuando voy sin ti camino por un paisaje lunar,
tuve que esperarte 365 días para nacer;
y a veces la noche huye en desbandadas 
dejando  en tu cuerpo desnudo  la única verdad.
Quiero decir si alguna vez
me atrevo a confesarte:
que hay días que parece imposible 
entenderme sin ti,
y en cada habitación una ventana abierta 
acecha si decides no volver,
que aprender a olvidarte es
cruzar la frontera hacia un largo destierro.
            Y tantas cosas que me faltan por decir;
arañando las paredes del silencio, 
buscando otra forma de llegar a ti.


Formas de llamarte

Llamarte
para probar que tengo la palabra exacta,
hablar contigo o quedarme callado,
buscar un nombre encerrado en un tesoro,
marcas de luz sobre campos de ceniza,
inventar un idioma cada día,
lenguas diferentes para decir te quiero,
alumbrarte en mis labios, 
como el código genético 
de las luciérnagas en verano
o descifrar en tus ojos  la luna 
que moldea las mareas,
para salvarme del naufragio.
            Formas distintas de llamarte; palabras
que cierran un mundo a mi lado.


Deshaciendo maletas

Un fósil es la suma de todas las calles 
que me faltan por conocer,
cada fotografía sueña con parecerse a una ciudad,
y en los aeropuertos el futuro se escribe
sobre lagos de cristal.
Quien abre un mapa encuentra 
la ecografía de un recuerdo, 
llegar a cada estación es igual
que ir naciendo poco a poco, y en mis ojos
hay glaciares arrastrados
por cadenas de trenes en silencio.
Para después volver a casa, 
como un resucitado que recorre sus antiguos objetos; 
andar deshaciendo maletas y dejar sobre
el suelo las huellas desordenadas del camino.


Preludio de la ciudad que anochece

Cuando miré, 
nuestras sombras se mancharon de asfalto.
De repente, la ciudad que acecha se derrumba;
sobre las ascuas de las primeras luces
caen los escombros de la nostalgia. 
Era imposible volver. No hay retorno; 
para quien ha visto arder 
horizontes de distancia ante sus ojos,
no hay retorno. 
Entonces la soledad se descolgó por las calles
en lentas estructuras metálicas.
Pero la luna puso semillas de deseo en mis huellas
y entre mis manos creció la certeza de tu cuerpo.
Porque éramos los únicos habitantes de la ciudad
entre tanta gente.
Así fuimos trazando con nuestros dedos
las calles de una cartografía humana, 
y levanté sobre tu espalda nuevamente las ruinas
de una ciudad donde solo tú y yo éramos necesarios.



Canción de los cinco días sin tí

Cinco puertas me conducen a casa;
la primera muerde un lunes herido
de escarcha;
el martes tira la segunda a un siglo
que pasa;
ausencia es miércoles con la tercera
amenaza;
pero el jueves intuye siluetas en
la cuarta; y
la quinta abre el viernes de tu mirada.



La nostalgia

La nostalgia son las ciudades en invierno 
de un solo habitante, un hombre de niebla que mira
el mundo tras el ángulo de un prisma invertido,
entonces;
hay dormitorios que sufren mientras tú duermes,
hay ventanas que miran 
desde el centro de la escarcha,
hay la noche lloviendo su silencio por los tejados,
y esta costumbre de echarte de menos 
que va ocupando los espacios, 
levantando horizontes que huyen tras de ti.
Hoy he visto tu nombre tendido por las calles,
y eras la ausencia dejando sus pisadas en la nieve,
la distancia extendiendo sus dominios sobre mi piel
como una suma de asfalto.
Sé que estás al otro lado del teléfono,
y existen códigos que descuelgan tu voz al marcar,
que vendrá mañana, 
vestida con tu risa de los viernes;
pero dónde poner la noche, dónde los labios,
y este tacto que me arde
sin la certeza de tu cuerpo.


Ciudad de regreso

Cuando volví, 
ya no era la ciudad del amor;
amontonados los besos por las calles
y abatida la luna en las almenas
de tanto adiós.
Entonces recorrí las aceras
de una calle vestida de gris, 
los ritos antiguos de nuestro amor,
paso a paso descubrí los escombros vacíos;
que era imposible esta ciudad sin ti.
Y por no perder el camino de regreso,
fui marcando la ruta del dolor,
los lugares prohibidos de mi memoria;
hasta borrar los mapas que llevan a ti.
Cerrada en sus fronteras, Granada vigila;
mientras yo camino sobre el cadáver
de mi propio corazón.


Ante la casa de Ana Frank

Cuando todos duermen, 
las calles de Ámsterdam bailan hasta el amanecer
sobre las escamas de un reptil acuático. 
Pero lloran si buscan hacia dentro
las paredes pintadas de 1942, 
la angustia arrojando extremidades
que escalan los peldaños hasta el final.
Detrás de una ventana, 
una niña mira en los canales 
el reflejo de los edificios 
y no sabe cuál de las dos ciudades es verdad. 
Para seguir en el mundo, imagina
el color de los tulipanes en el mercado de las flores, 
la vida cruzando a pedales los adoquines.
Ella se atrevió a escuchar la lluvia
a través de los relojes, vio a los leopardos del alba
golpear contra las ventanas cerradas,
y aprendió a caminar sobre el silencio, como 
el futuro camina sobre la línea 
de la palma de sus manos.
Hoy los turistas visitan su casa, 
leen su diario y compran postales,
fotografían las evidencias del odio, intuyen 
pero no comprenden 
hasta que un escalofrío les recorre las médulas: 
ella dejó para nosotros la caligrafía del miedo 
escrito sobre el vaho de los cristales.


Ciudad del asedio

Largo asedio hasta llegar a tu cuerpo; 
las cuerdas al viento, la luna y quién
por las torres, quién sobre el tapial del sueño.

Tras la ciudad en llamas, cifré el secreto
de tus labios, el código del que
siente la vida dentro de un deseo.

Y abatido el miedo, abracé tu cuerpo
sobre los mapas mudos, como quien 
dibuja estrellas en el firmamento



Canción del que desayuna contigo

Domingo en tus ojos. Sueñas.
Una serpiente coral 
repta por tu cuerpo. Muerdo 
tu cuello y huyo en la espiral
de mis deseos. Despiertas.
Porque un perfume café
te regresa del sueño. Abro
los códices de mi fe
y marco tu nombre. Esperas.
Rezo el milagro de estar 
cada día contigo. Llevo
el desayuno a tu altar
y me doy a tu labios. Besas.
Tú decides sabor miel.
Mientras yo me desayuno
otra mañana en tu piel.








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SHIRLEY RUIZ MONGE [18.720]

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Shirley Ruiz Monge

Poeta y pintora. Costa Rica

Ha publicado: 

-Brilla en la Noche. Poesía (2015). Primer poemario de Shirley Ruiz Monge, escritora costarricense, poemas que abordan temáticas desde el cuestionamiento existencial al erotismo cotidiano.
-Claroscuro. HEBEL Ediciones Colección Micro-Bio | Poesía Santiago de Chile, 2015
-Adagio de Pasiones. Un palpitar en las sobras de la vida (2016). 





CLAROSCURO. UN PALPITAR EN EL SILENCIO DE LA NOCHE | POESÍA  © Shirley Ruiz Monge, 2015.


CLAROSCURO 

Surge la vida como un poema 
Poemas que bailan sin extremidades y se amparan en el socorro de la vida. 
¡Auxilio! 
Proclama el cielo que llora alegre rompiendo su cráneo 
donde mira a la tierra y se hace lejana 
Las calles como siluetas de hermosas 
curvas adornan los horizontes 
donde la libertad termina en prisiones 
¡Te necesito! 
Exclama silenciado el firmamento lleno de lobreguez 
donde se posan los arcoíris sin color e iluminan la noche 
y hace que broten los lirios del campo 
¡Y reír! 
Como forastera que vaga con la luna y 
Abraza los cielos que lloran el albor 
Esperanzados de emprender un nuevo viaje 
¡Y llorar! 
Riendo en tus brazos llenos de matices 
Pintados con falacias que desmienten tus labios 
Allí, me ciego fingiendo debilidad 
Mirando el rojo en el crepúsculo 
Seducida por el blanco y el negro 
que me estrujan, que me miran, 
que me elogian, que me hacen una estrofa 
¡Y me miento! 
¡Me engaño! 
¡Me apasiono!




Ambivalencia 

No quiero buscar y aún así te encuentro en cada hoja 
No quiero encontrarte y aún así no dejo de mirarte 
No quiero reflejos y una sombra me persigue 
No quiero salidas y mil caminos se dibujan frente a mí 
No quiero palabras y el silencio me perturba 
No quiero miradas y los ojos se desbordan como un grito manso 
No quiero firmamentos y el alba se pinta coqueta 
No quiero correr y mis pies no se detienen 
No quiero respuestas y no dejo de preguntar 
No quiero la muerte y la vida obstinada me acerca a ella 
No quiero llorar y en cada sonrisa se dibuja una lágrima 
No quiero la espera y aún así vivo en ella 
No quiero tristezas y aún así el desconcierto me seduce 
No quiero tus ojos y aún así pinto miles de ellos 
No quiero tus besos y aún así mis labios quieren sangrar en el deseo 
No quiero los recuerdos y los ayeres tocan a mi puerta 
No quiero esta alma y aún así apasionante habita mis nostalgias 
No quiero la fe y esta se maquilla de esperanza con alas de mariposas 
No quiero el tiempo y este baila con mis incertidumbres 
No quiero vivir de sueños y aún así cada palpitación desnuda mis anhelos 
No quiero secretos y la vida me esconde el mañana 
No quiero instantes y aún así en ellos soy una pintura libre 
No quiero la oscuridad y esta afable se difumina en la niebla 
No quiero la noche y el día adelanta las horas 
Mis manos no quieren dibujar y aún así pintan sobre los lienzos que 
ascienden a los horizontes llenos de miradas 
abstractas donde abrazan las 
huellas del peregrinaje esforzado que se deja sentir 
vivo y despliegan sus alas blancas, 
libres hacia los firmamentos oscuros 
donde los deseos se maquilan de rojo. 
¡No quiero nada y aún así quiero todo!




La noche es Ella 

La noche es una mujer 
Donde se pierde la cordura 
Donde a ciegas se desafía a la luna 
Y en la belleza de ambas se zarpa a 
lugares desconocidos donde 
los hábitos seden a la fascinación 
de sus sombras 
La noche es una mujer inocente 
con sus vestidos de puntos y 
lienzos vulnerables 
donde sus ojos descansan en los 
regazos de los recuerdos 
La noche es ella 
La que oscurece en la niebla 
Con su aroma a niña juega a 
perderse y encontrarse en otra noche  
Nunca termina de eclipsarse porque el 
alba se hace visible en el humo de sus manos 
y en la brisa nocturna se adentra en 
los pensamientos del silencio. 
La noche es ella 
Tan palpable que no se olvida 
Los astros la admiran 
La tocan 
La piensan 
Su alma imborrable e indestructible 
Irradia nostalgias cubiertas de pasión. 
La noche es ella y 
la vida en ella se hace placentera 
Una mirada 
Un poema 
Una pintura 
Y su presencia es la fuerza que emana la vida. 
¡La noche es ella, 
Y ella devora la noche! 




Adagio de Pasiones. Un palpitar en las sombras de la vida | Poesía | Shirley Ruiz Monge (2016)




                       Cada historia tiene una vida 
                       y cada vida tiene mil historias

De niña no conocí el otoño, no tenía idea de lo 
que se podía sentir en esta estación, 
pero la vida con sus vientos me trajo 
como una hoja, 
a una nueva tierra y me permitió 
enamorarme del Otoño. 
¡Otoño que llevo en mi corazón! 
¿Qué veo en las hojas? 
Veo libertad, Pasión, Caída, Vuelo, 
Miedo, Desenfreno, 
Aventura, Desarraigo, Amor, Vida, Muerte!
Veo historias…
 Me apasiono juntando hojas a donde vaya, 
olerlas, tocarlas, 
darles una vida nueva en mis cuadros, 
otras, solo las guardo 
en mi cuaderno lleno de letras sueltas 
para luego hacerles un poema. 
Amo sus colores, sus formas distintas, 
su liviandad por dejarse 
llevar sin oponerse al tiempo, 
a las circunstancias, al destino, 
a lo impuesto, amo su rebeldía 
y su anormalidad, amo su esencia. 
¡Amo las hojas! 
Este poemario es un honor a ellas, a mí, a usted,
que en algún momento hemos sido hojas que 
vuelan con el viento. 
Mi agradecimiento a los que me permitieron ser 
parte de su mirada 
y me regalaron sus letras 
para compartirlas en este 
poemario junto a las mías, 
gracias por embellecer 
la vida con sus inspiraciones 
y por dejarse llevar conmigo en esta aventura.

               "La razón obra con lentitud, y con tantas 
               miras, sobre tantos principios, 
               que a cada momento se adormece o extravía. 
               La pasión obra en un instante."
                                  Blaise Pascal




¿A dónde se van las horas?

 ¿Qué son las horas? 
Pregunta el reloj 
Donde las agujas nunca duermen 
y la luna palpita fuerte 
degollando las sombras 
en el tic tac del tiempo 
Donde el alma florece 
y los pájaros sin plumas 
alzan su vuelo con la 
neblina del sol y recogen los 
sueños donde las hojas nunca pasan 
y cubiertas de historias 
reviven los momentos 
que quedaron en la muerte del recuerdo 
Un segundo que no pasa 
Un beso que nunca se va 
Una sinfonía de noches eternas 
Un camino congelado en el infinito 
Un amanecer que sangra derretido 
y se lleva el dolor que no respira 
Una ciudad extraña 
Tan inmensa que va de prisa 
Y en su lentitud revela los rostros 
desconocidos 
¿Y si mejor no vemos las horas? 
Pregunta el reloj 
Donde solo seamos felices y 
atesoremos los momentos
y el tiempo no nos robe los instantes 
que sin poder estar presentes 
podamos estar juntos 
¿A dónde se van las horas? 
Pregunta el reloj 
Y los instantes pausados 
en la noción del tiempo 
se llena de emociones 
buscando su propia libertad 
donde termina su día esclavo 
de los minutos que apasionados 
añoran el otro día y volar... 
¿Y dónde están las horas?




Enigma

Amo el viento 
que me habla sin verlo 
Que de pronto besa mi alma 
y me acompaña 
Que refresca mis días de calor  
y arrulla mis días de frío 
Que recorre mis tinieblas y 
persiste en la oculta claridad 
Amo la brisa que cala hondo y 
esclarece las oscuridades 
Amo la libertad que me 
embriaga de ella y hace de mis 
letras las vivencias 
apasionantes del caminar 
Me voy 
No sé a dónde 
No sé si vuelvo 
Soy un misterio 
Un enigma por descubrir 
Una hoja en la lluvia de la vida




Adagio del alma

 Vivía entre amor y odio 
A veces en silencio y 
Otras veces a gritos 
No pedía nada 
Y aún así la vida le dio de todo 
Algunas cosas las buscó 
y supo encontrarlas 
Otras, nunca las halló 
Llovía por dentro y para secar 
sus lágrimas escribió un poema 
y sus hojas fueron el cuerpo 
escrito en silencio




Canto de un poeta

 Un poeta cantó al oído, dijo: 
¿Hay crepúsculos de infinitos? 
¿Existe el Dios de silencios eternos? 
¿Acaso el día no vendrá? 
Allí, sentado en sus sombras, 
el poeta en su canto melodioso creó al artista, 
cubierto de paisajes inolvidables que 
brotaban la paz simulada al caer las hojas
y tocar el suelo, 
paz en las razones de recuerdos, 
quimeras que bailaban al escuchar 
el canto del poeta. 
Su canto, esperanza de un paisaje.







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LEONORA SPEYER [18.721]

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Leonora Speyer

Leonora Speyer, Lady Speyer (nacida von Stosch) (7 de noviembre de 1872 – 10 de febrero de 1956) fue una poeta y violinista estadounidense.


Leonora Speyer y su marido Sir Edgar Speyer, circa 1921

Nació en Washington, D.C., hija del Conde Ferdinand von Stosch de Mantze en Silesia, quien luchó por la Unión, y Julia Schayer, que era escritora. 

Estudió música en Bruselas, París, y Leipzig, y tocó el violín profesionalmente bajo los mandos de Arthur Nikisch y Anton Seidl, entre otros. Se casó con Louis Meredith Howland en 1894, pero se divorciaron en París en 1902.  Luego se casó con el banquero Edgar Speyer (más tarde Sir Edgar), de London, donde vivieron hasta 1915.

Sir Edgar tenía antepasados alemanes y debido a los ataques anti-alemanes contra él ese año,  se mudaron a los Estados Unidos y establecieron su residencia en Nueva York, donde Speyer empezó a escribir poesía. Ganó el Premio Pulitzer por Poesía en 1927 por su libro de poesía "La Despedida del Violinista".

Tuvo cuatro hijas: Enid Howland con su primer marido y Pamela, Leonora, y Vivien Claire Speyer con su segundo marido.

Premios

Golden Rose Award
Pulitzer Prize

Obras seleccionadas

"April on the Battlefields", The Second Book of Modern Verse (1919). about.com
"A Note from the Pipes", The Second Book of Modern Verse (1919). about.com
"Suddenly", Anthology of Magazine Verse for 1920, Bartleby.com
"Song", Anthology of Magazine Verse for 1920, Bartleby.com
"Measure Me Sky", "The Pet" The Bookman Anthology en la Wayback Machine (archivado en 2009-octubre-28).
Poetas Americanos, Una Antología del Verso Contemporáneo (1923)
La Despedida del Violinista (1926)
Pared Lenta: poemas nuevos y seleccionados (1939)
Pared lenta: poemas, juntos con o sin música (1944)

Traducción

Hans Trausil (1919). Holy Night; A Yule-Tide Masque. Sunwise Turn.



Spanish versión by Roberto Amézquita
Presentamos un poema de Leonora Speyer (1872-1956) Poeta y violinista nacida en Washington D.C. Se formó musicalmente en distintas capitales de Europa. Ganó el Premio Pulitzer de Poesía en 1927 con su libro Fiddler’s Farewell (Knopf, 1926). La presente traducción es de Roberto Amézquita.
http://circulodepoesia.com/2016/05/100-pulitzer-poets-leonora-speyer-1927/



-'El amor tiene cien finales felices', 

Leonora Speyer (poeta estadounidense).



Yo seré tu epitafio

Sobre tu corazón muerto, querido,
yo me levantaré tan alegre como rama
diciendo “Aquí yace la canción cruel
Cruelmente silenciada”
Aquí yace la yaciente espada de la mentira
con mi verdad a gotas destilando;
aquí yace la entramada vaina
la por mi juventud bordada.

Cantaré, “Aquí yace, aquí yace, aquí yace”
Ah,  Oxídese en Paz ahí debajo!
Los caminantes nada entenderán de mis palabras.
pero tu oscuro polvo lo sabrá.



I’ll be your Epitaph

Over your dear dead heart I’ll lift
As blithely as a bough,
Saying, “Here lies the cruel song,
Cruelly quiet now.”

I’ll say, “Here lies the lying sword,
Still dripping with my truth;
Here lies the woven sheath I made,
Embroidered with my youth.”

I’ll sing, “Here lies, here lies, here lies-”
Ah, rust in peace below!
Passers will wonder at my words,
But your dark dust will know.


Squall

The squall sweeps gray-winged across the obliterated hills,
And the startled lake seems to run before it;
From the wood comes a clamor of leaves,
Tugging at the twigs,
Pouring from the branches,
And suddenly the birds are still.

Thunder crumples the sky,
Lightning tears at it.

And now the rain!
The rain—thudding—implacable—
The wind, reveling in the confusion of great pines!

And a silver sifting of light,
A coolness;
A sense of summer anger passing,
Of summer gentleness creeping nearer—
Penitent, tearful,
Forgiven!



Swallows

They dip their wings in the sunset,
They dash against the air
As if to break themselves upon its stillness:
In every movement, too swift to count,
Is a revelry of indecision,
A furtive delight in trees they do not desire
And in grasses that shall not know their weight.

They hover and lean toward the meadow
With little edged cries;
And then,
As if frightened at the earth’s nearness,
They seek the high austerity of evening sky
And swirl into its depth.



Garden Under Lightning

(Ghost-Story)

Out of the storm that muffles shining night
Flash roses ghastly-sweet,
And lilies far too pale.
There is a pang of livid light,
A terror of familiarity,
I see a dripping swirl of leaves and petals
That I once tended happily,
Borders of flattened, frightened little things,
And writhing paths I surely walked in that other life—
Day?

My specter-garden beckons to me,
Gibbers horribly—
And vanishes!




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JAN RICHMAN [18.722]

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Jan Richman

EE.UU: Poeta graduada del NYU Graduate Creative Writing Program. En 2001 coeditó el periódico literario 6,500. En 1994 fue distinguida con el premio Walt Whitman por su libro Because the Brain Can Be Talked Into Anything. Jan Richman tiene una licenciatura de la Universidad Estatal de San Francisco y una maestría en escritura creativa en la Universidad de Nueva York y ha enseñado escritura en el Brooklyn College, la Academy of Art University y San Francisco City College. Richman vive en Oakland, California.

La traducción al español es de Adalberto García López
 http://circulodepoesia.com/2016/05/american-poetry-jan-richman/

 


No te muevas. No te muevas en absoluto. Déjame hacer esto.
Mañana puedes girar tus huesos a lo largo del borde
de las curvas ilusorias del tiempo. La semana próxima puedes realizar
tus entregas, estropear tus ofertas, llevar a cabo
tus actuaciones de remordimiento. Moldea tu navío. Arroja
tus pasos como luciérnagas en el vacío.

Pero ahora, percátate de tu torso en llamas.
La luz del sol de este se posa en tus muslos y corta
los ojos de tu rostro. Tus piernas descansan como sombras
en el fondo de un bosque, conservando su colección
de secretos, enterrando sus henchidos nombres. Tocaré
tus piernas. No te muevas. Me deslizaré por tu piel
como un lento bote lucha contra una corriente de hierro.
Navegaré hacia la luz, la yema de mis dedos arde
en el nuevo mundo, y se lanzan
en la parte más caliente de ti.

¿Puedes mantener el tesoro hundido –guirnaldas de rubíes-
estrangulando tus pensamientos en voz alta? ¿Puedes aguantar?
¿Puedes luchar? ¿Puedes luchar contra el impulso de correr?
 

 

Don’t move. Don’t move at all. Let me do this.
Tomorrow you can wheel your bones along the edge
of time’s illustrious curves. Next week you can make
your deliveries, manhandle your offerings, perform
your acts of contrition. Mold your vessel. Drop
your footsteps like fireflies into the void.

But now, notice your torso in flames.
The sunlight from the east rises at your thighs and cuts
the eyes from your face. Your legs lie like shadows
on the bottom of a forest, keeping their collected
secrets, burying their swollen names. I’ll touch
your legs. Don’t move. I’ll slide up your skin
like a slow boat fights an iron current.
I’ll navigate toward light, my fingertips burning
in the new world, and capsize
in the hottest part of you.

Can you hold the sunken treasure – garlands of rubies
choking your worded thoughts? Can you hold up?
Can you fight? Can you fight the urge to run?

 

 

ANTÍPATRO DE SIDÓN [18.723]

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Antípatro de Sidón

Antípatro de Sidón (siglo II a. C.), fue un poeta griego autor de varios epigramas de la antología griega. Fue contemporáneo de Q. Catullus (cónsul en 102 a. C.) y de Crassus (cuestor en Macedonia en 106 a. C.). Es mencionado por Cicerón. Fue uno de los muchos escritores que hicieron una relación de los monumentos y construcciones del mundo clásico que se consideraban síntesis de la belleza, es decir, las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Se limitó a siete, un número mágico entre los griegos. 


Las maravillas del mundo son obras de importante peso social y de gran calidad artística, que implican a su vez, grandes conocimientos arquitectónicos, físicos y algebraicos. Todas ellas construidas y levantadas con gran esfuerzo a lo largo de muchos años de constante trabajo. Las primeras '7 Maravillas del Mundo' fueron escogidas basadas en un poema de Antípatro de Sidón, hacia el 125 ...



He posado mis ojos sobre la muralla de la dulce Babilonia, 
que es una calzada para carruajes, 
y la estatua de Zeus de los alfeos, 
y los jardines colgantes, 
y el Coloso del Sol, 
y la enorme obra de las altas Pirámides, 
y la vasta tumba de Mausolo; 
pero cuando vi la casa de Artemisa, 
allí encaramada en las nubes, 
esos otros mármoles perdieron su brillo, y dije: 
aparte de desde el Olimpo, 
el Sol nunca pareció jamás tan grande.

Antípatro de Sidón, Antología Griega (IX.58).



DIEGO DE GUEVARA, TRADUCTOR DE ANTÍPATRO DE SIDÓN
Juan Francisco Domínguez. Universidad de León

Se ofrece una nueva edición y traducción de un epigrama latino de Diego de Guevara († 1565).

1. ANTÍPATRO DE SIDÓN: EL EPITAFIO DE LAIS
Antípatro de Sidón (s. II a. C.) es autor de numerosos epigramas recogidos en la llamada Antología Griega. Meleagro se refería a él con elogio (AG VII 418) y Cicerón recordaba sus dotes como improvisador (de orat. III 194). Uno de los epigramas de Antípatro incluidos en dicha Antología es el epitafio, en siete dísticos, dedicado a la otrora célebre cortesana Lais (AG VII 218). Veamos ese epigrama de Antípatro tal como podía leerse en algunas de las ediciones de la Antología que pudieron ser accesibles a los lectores por los años de 1560 y más en particular a un joven aristócrata llamado Diego de Guevara.




Laide aquí está, que moró en la marina Corinto
y entre oros y púrpuras y amores a la dulce
Cipris venciera en regalo y molicie de vida.
Límpida como el agua blanca de Pirene,
mortal Citerea, a la cual más ilustres amantes
que a la novia Tindáride siguieron, deseando
sus Gracias poder cosechar y venal Afrodita.
A azafrán aromático su sepulcro huele;
todavía la mirra fragrante sus huesos impregna
y dulce aliento exhala su brillante cabello.
Por ella Afrogenia arañó sus facciones hermosas
y Eros, sollozando, gimió tristemente.
Comunal hizo siempre su lecho y esclavo del lucro;
si no, segunda Hélena, la Hélade arruinara2.



Y también unos atribuyen  a Platón y otros a Antípatro de Sidón otro epigrama llamado “Epitafio para Safo” en el que se llama “Musa mortal que cantaba con las Musas inmortales". Reproduzco la versión de  Manuel Fernández Galiano para Gredos. Antología Palatina, Epigrama Helenísticos (VII 14):


Epitafio de Safo

A Safo custodias, eólide tierra, a la Musa
Mortal a quien las Musas divinas reconocen,
Criada por Cipris y Eros, que siempre trenzaba
Con Persuasión guirnaldas perennes de las Piérides,
De la Hélade encanto y honor para ti. ¿Por qué, Moiras,
Que torcéis el hilo triple con vuestros husos,
vida infinita no hilasteis a aquella que trajo
dones infinitos a las Heliconiades?






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