Aldo Rocamora
Nace en 1949 en Los Andes, Chile. Allí hace sus estudios primarios y secundarios. De adolescente viaja a Santiago para estudiar, en la Universidad de Chile, la carrera de Historia y Geografía. Por su militancia política, le caducan la matrícula. Viaja a la Argentina en 1974, donde se radica. Allí desarrolla diversos oficios; cosechador, albañil, soldador, comerciante, fletero. Se casa, tiene tres hijos.
Su carrera literaria la inicia a finales de los ’90. Ha publicado dos libros de poesía: Poemas para discutir y Poemas del boxeador que no contesta. Además edita en prosa: Relatos desiguales y combinados y Los cascarudos de Beazley y otros cuentos. Tiene en preparación; La razon de la sinrazón (ensayos) y Aplastante peso el de la mirada (poesía), entre varios otros.
Es miembro del grupo La Colmena y de Epicentro Escritores.
Vergüenza de mí
Mártires de Guantánamo,
Kabul, Bagdad, Trípoli, Damasco y la Franja de Gaza,
lacre infecto que sella las siete aberturas
de la condición humana.
Manchas atroces horadando la retina del Hombre,
gancho carnicero con órganos sanguinolentos
que no se van a orear nunca.
Tanta ignominia que,
maltrata la campana sumergida de la conciencia
como otrora, los ghetos de Varsovia,
Auswihtz y Trebinka.
¿Para cuándo un Goya o un Picasso?
¡Alguien que pinte un cuadro!
¡Alguien que escriba un libro!
Algún grito, aunque sea trunco
ante tanto silencio dilapidado.
En última instancia apelo
a la vergüenza de la memoria,
aquella boya insumergible
que con su dedo índice apunta
hacia todas las madrigueras.
¿No ven que incluidos en este inframundo
nuestra raza ya no tiene coartada?
con razón, arrastra su infecto carruaje
que conduce derecho al exterminio.
No ven, que después de este tiempo;
no va haber otro tiempo.
Memoria de Alcalde
Recién ahora me entero
que Alfonso Alcalde ha muerto
se ahorcó con un cinturón de cuero
en aquel humedal del Sur de Chile
que con avidez fagocita todo.
Concepción fue su tumba apetecida,
Concepción y la ironía del su nombre
la playa de Tomé para ser más exactos
Seguro el Bio-Bio, asistió impasible y ajeno en la distancia
escarbando cantos rodados con su azadón transparente..
Alfonso Alcalde cantor de afuerinos, putas y marginales,
muere y con el muere la más probable Ilíada de los pobres
Si algo me hacía falta para sepultar a Dios
tengo como prueba el cadáver del poeta
acorralado por moscas negras
que seguirá colgado eternamente
en el umbral de conventillo, allá en Tomé
La crónica dice que ya estaba ciego
creo que en realidad Alcalde
se negó a ver el espantoso derrotero del Hombre.
El bienamado
Dicen que hay un destino irrevocable;
los eruditos con voz grave,
insisten en que “está escrito”,
y que hay una clara línea
marcada en las arrugas de palma de la mano.
Los astros en escrupuloso orden
manipulan nuestras vidas.
¡Afirmo que es mentira! allí no hay nada
El engaño, es ese,
nos venden una soga cortada
que flota a la deriva en el embarcadero,
junto al cual, uno se hipnotiza
trazando surcos en la arenisca
Por fortuna mantenemos la memoria
y por desdicha, también el olvido.
Ese óxido terrible que infecta lo que toca,
El Dante habló del más horrendo sitio
donde el pisar no deja huella alguna..
No ha de ser tu caso
en tanto yo viva.
Tu deslumbrante sonrisa
continuará incendiando el amanecer
con una corbata incandescente..
El período
Hace décadas que está de moda Heráclito
y el tiempo que se escurre
como el sudor caído sobre un turgente corpiño de mujer,
pero no nos hablan de la rara forma en que antes
ayudamos a construir tal artilugio.
Lejos de nosotros
existe un punto en que lo mismo irradia materia
creando azar en medio del azar
Sepan que hay múltiples imponderables
cuando se tuerce el curso de una batalla
perdida de antemano.
Yo me aferro al sólido pasado de las letras amarillentas
que por timidez nunca se publicaron.
Prefiero el pescado que boquea envuelto
en diarios rancios.
Añoro el tintineo de una moneda de cobre
tirada con desprecio
encima de un rígido mostrador de zinc.
Es probable que entienda menos
o ésta no es ésta la época adecuada,
para conseguir descifrar lo inexplicable
POEMAS DE BOXEADOR QUE NO CONTESTA
Linyera
Una hormiga vista desde un andamio
en la calle y de contramano
Parusco ser
envuelto en abrigo harapiento
hundiéndose
en concéntricos delirios.
Dialogas acalorado
con apariciones, acequias,
gnosmos de jadín y jilgueros.
De ese sitio donde
tus soliloquios enfermizos
ya te arrastran
no se vuelve.
Hermano, por lo menos,
tú sigues soñando
con el cuerpo casi entero
metido en un cráter.
Espectador
Gargantúa está
frente al televisor.
Ríos de cerveza,
sed de siglos,
una piza,
luego otra y otra.
Voyeur estéril
que sigue las cabriolas
de una ninfa inasible
con tanga diminuta.
Un día despertarás
y te pondrás de pie,
recobrarás altura,
mostrarás de nuevo
sobre tu rostro
el pétreo perfil de Aquiles,
la filosa espada al cinto.
Entonces, erguido,
como un águila real
que esponja su plumaje
enfilarás al baño dispuesto a orinar.
Los Antonios
(Cumpleaños de Antonio Gómez)
Ríe un Antonio a carcajadas
con una copa en la mano.
El otro de cerca y por sobre el hombro
mira sombrío.
Uno, excelentes migas hace con el sol,
el otro, desembozado, coquetea
con la taciturna luna.
Dos Antonios y la misma complicada estructura.
Aunque hay...
Yo sé que hay,
además de estos, otros.
Multitudes de Antonios
que no logran ponerse de acuerdo,
acerca de cuál calcetín usar
en el borceguí de la madrugada.
A veces, entristecido,
en algún impreciso Antonio,
noto una inconfundible mueca de hastío.
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