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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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MARCO MASSONI-OYARZÚN [11.058]

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Marco Massoni-Oyarzún

Nació en Santiago de Chile el 26 de abril de 1975, en el hospital San Juan de Dios. En 1987 se trasladó a vivir a Osorno. Ha estudiado Arquitectura y Ped. En Lenguaje y Comunicación. En el año 2007 fue Secretario de Cultura y Extensión de la FEUL (Federación de Estudiantes de la Universidad de Los Lagos. Osorno).  Padre de la Metaforalogía, ciencia cuyo objeto de estudio es la poesía. Creador de la estética Neocontructivista.  Fragmento de su trabajo ha sido traducido al francés, inglés, alemán, italiano y portugués.
Ha sido incluido en:

 “Le monde poétique”, periódico mundial de poesía. París. Francia. 1998.
“Poesie der welt: chilenische junge poesie”. Frankfurt. Alemania. 2000.
“Poetic anthology of All  America”. New York. EEUU. 2001.
“Anaconda: Antologi de poeti Americani”. Roma. Italia. Ed. Poetas.com. 2003.
“Treinta jóvenes poetas en San Felipe”. San Felipe. Chile. Brazo de Cervantes ediciones.2003.
“Sur fugitivo: Antología de novena y décima región”. Temuco. Chile. Jauría ediciones. 2004.
“Canto a un prisionero”. Ottawa. Canadá. Ed. Poetas.com. 2005.
Ha publicado:                                                                                                  
Relaciones peligrosas (1993), La Tierra es América (1995), El espejo roto (1996), Poemas para A(r)mar (1997), Versos desnudos (1999), Trilogía Vital (2001), Monólogo del Poeta (2002), Sueños (2004) y Oscuresencia (2005).
Antologador de: Sombra(s) bajo el paragua. Antología de poesía chilena joven, desde la Universidad de Los Lagos. Editorial Trompe. Osorno. 2006.  
Dirige el taller de escritura poética Chaurakwin.  Es columnista de la revista cultural “La Brecha”.




CANTO JENERAL A NERUDA

(Del libro: “Oscuresencia”. Ed Trompe. Temuco 2005.)

Bosque hilado d verde
oculta el viento d Temuco.
Tu voz aire que respiro en Osorno
y la lluvia t sonríe.
Trueno sin nombre todavía
t nombra.
La poesía viste con tu nombre
en kioscos, librerías, en piedras tocadas
por veredas d nubes.
Hay olor a ti en todas partes.
Copas brindan tu memoria
mientras el vino fluye
gozoso con tu rostro.

Ahora la frondosa niebla tescribe,
espesa como tintálegre
con úlceras córneanas.

Hace tres años celebramos tu Nobel
sóbrel tren insomne d poesía,
ahí están Barba Florida d Tinto,
Celaje d Oro, Luz Blanca Pulido
y una mujer hermosa Donde danza el trecho,
también Cabeza Nevada d
Yucatán vino a celebrarte,
reunidos por Bernardo,
tu sobrino quescribe como Reyes.

Porque tú eres vate que bátel
mundo en pastel d chocolate
con palabras diamantes.
Tú bebías savia d la tierra
cuando nacieron las piedras.
Sí, yo tampoco voy a Macchu-Picchu,
porquestás en la cebolla
con que las abuelas preparan empanadas,
en el olor d las peluquerías,
en las viejas tablas húmedas d mi casa.
Ay, este Rahue mío que t nombra
río arterial d mi cerebro.
¿Cuántos hijos nacidos por
tu lengua?
¿Cuánto sexo provocado por tus sueños?
Sí, yo no voy a Macchu-Picchu,
llueve,
llueve por haber nacido dos años tarde,
por no habertéscuchado
como campana fónica.
Iría a tu casa
con mi piedra cotidiana
rompería una ventana,
enfurecido saldrías
y t reconocerías en la noche.
No me verías, pues yo negro
vestido d negro,
sólo dos luces fijas,
por donde la poesía mira,
t verías.

Sí, rompería una ventana d tu casa
para que salgas con furia,
con olvido, con ojos y zapatos,
para que salgas en el mar
que dice que sí, que no, que sí
y es que la vida termina
en tus pies, como decías,
y nace cada instante con mis
pasos.
T pongo al día deste mundo
que no ha cambiado mucho
desde que t fuiste al Parnaso.
Los Hijos del Norte han
clavaron su tomajoc en Oriente,
roban petróleo apoyados por los
conquistadores d nuestra tierra,
Stalingrado plagado d bellas putas
no tiene nada quenvidiarle a Manhattan.

En las calles d Santiago
hay epidemia d travestis, traficantes y pedófilos
que pululan junto a una monja
bajo el aroma del smog.
Por las pantallas d la tele
comienzan, por fin, a dar series chilenas
que sí las vieras morirías d reírte.
T cuento, Elías prepara un contra homenaje
para rescatarte puro, libre, verdadero
como tencontré una tarde cuando trabajaba
en la obra y el viejo enfierrador, olor a vino,
hablaba d ti y del Partido,
o una mañana que unánciana, casi ciega,
en su pobre casa tenía sobre la mesa tu
Estravagario.





I

He amado una golondrina,
se coló en mi cama
como un murmullo.
Destapó mis deseos más impajaritables.
Con la fragilidad que merecen las lágrimas
su sonrisa envolvía mis sentidos, cuan hipnotizador...
Nos conocimos poco a poco.
Entre cantos y silbidos,
se creó nuestro lenguaje imperecedero.

Nos ocultamos,

ella bajó sus alas
yo bajo mi boca.

De pronto (porque el tiempo es una abreviatura,
un instante) nos amamos en silencio, a la distancia.
Secretamente dibujamos un verso amorfo,
pero lleno d sentimientos.
Era transparente, luminosa,
hasta que abrió sus alas y
se fugó por la ventana

De: Relaciones peligrosas






La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?

Cuando una princesa está triste 
es menester d todo buen caballero 
hacerla reír, 
ojalá con una gota d lluvia bajo los ojos 
o con un barco d porcelana 
que viaja al lado de Dios. 
Contarle que la luna es cuadrada 
y quel ala d los pájaros es: 
infiel como el ala de los pájaros 
infieles (Teillier) 
Transportar ilusiones 
en un colectivo y decir que los árboles 
d la infancia son pasado. 
Porque su castillo es d soledades 
y sus ojos 
las únicas luces 
quel cielo tiene 
para iluminarse...

De: Relaciones peligrosas





XXXVI

Una muchacha amada en silencio
en los rincones d una mesa vacía

una historia infinitamente
repetida a través d los siglos...

El pasado vuelve cada cierto tiempo
dejando las mismas huellas
sobre los mismos nombres
como
la ceniza vuelve
cada cierto tiempo al cenicero
dejando la misma sombra
sobrel mismo humo...

De: Relaciones peligrosas







XI

Amor, amor,
palabra cantada por los poetas
muertos y vivos, indescifrable enigma
que sesconde y llega una tarde o una mañana
para dilucidar la esencia.
Estado espiritual d todas las cosas,
visible en los amantes,
invisiblen
la respiración d una flor
e nel caminar d un gato
e nel cantar d un grillo
en la caída fugaz del sol sobre los techos
e nel plato cocinado
e nel vino
en la escoba que sacudel polvo
en cada gesto
en cada movimiento terrestre
en  cada órbita galáctica





(Del libro:”Versos desnudos”. Ed. Nuevoarte. Osorno. 1999)
A MODO D PRÓLOGO.

Canto a la magia del ser,
al cuerpo extendido,
 raíz d toda ciencia,
toda religión.

Sí, es cierto que algunos lo marginan,
lo esconden como pecado,
¿Qué pecado hay en amar?
Que secreto más hermoso el del cuerpo,
tu vulva húmeda, recibiendo mi falo.

Tu boca extrañamente mojada, como seca,
delirante, en el abrazo que todo lo abarca,
mientras tendidos en las sábanas,
comprendemos lo que realmente somos.
Como no alzar la voz  y cantar 
a la maravillosa esfera del sexo,
 razón d toda existencia,
el que yo este aquí,
y tú lector, allá.

Única verdad que comprendemos sin razón alguna, 
que todos sabemos hacer sinir a la escuela 
y en que todos, democráticamente todos, 
coincidimos ques una d las maravillas d la vida.

Para eso hemos nacido, no para acabar al mar,
que sel morir, 
sino para ir al mar ques el vivir. 
energía vital que nos hace respirar.

Porque para eso nos vestimos, para desvestirnos,
nos perfumamos para sudar,
te cortas el pelo, te afeitas,
(si eres ella) te pintas, te adornas,
con el único fin que hay en tu ojo,
el encuentro
y la necesidad del encuentro,
con esa mujer o ese hombre,
según sea el caso







(Del libro:”Trilogía Vital”. Ed. Nuevoarte. Osorno. 2001)
Proyección.

Si lanzas una piedra sobrel río,
formas ondas,
expandes  concéntricamente la fuerza,
así proyecta sel amor
cuando lo lanzas sobre los demás
transformando el agua
del río humano.



ANA MARÍA VILCHEZ [11.059]

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Ana María Vilchez

Talca,  CHILE    1968.
En el año 2004 ingresa al Taller de Poesía de la UTALCA, dirigido por la poeta Marcela Albornoz Dachelet. A fines de ese año participa como coautora del libro “Laberinto”; en el 2005 es coautora de “Subterráneo” y el 2006 coautora de “Del otro lado de la página”, todos editados por el Taller de Poesía.
Terminando el 2005, obtiene “Mención Honrosa” en el concurso “Entre Vates” de la Región del Maule.
En mayo del año 2006 publica “Duelo”, bajo el sello de Editorial Mosquito.
A fines de 2007 es seleccionada para participar en un videoarte del proyecto “Canal San Carlos – Poesía a la Vena”, de los audiovisualistas Darinka Guevara y Yordi Lloret, siendo parte de su obra transmitida en el compacto “Arcoiris”, por UCV televisión.





Si seguimos queriéndonos así
a la luz encendiéndose tras la Cordillera de los Andes,
esa luz tan de los dos,
jamás se apagará este amor
insolente y obsesivo
crucificado por
nuestras pulcras bocas
a la saliva que disimulamos
cuando la lengua es incapaz de callar el beso
que se ahoga cuando el sol se esconde.

Nos conocemos demasiado
en las palabras
que redundan
debajo de la ropa
y el impulso reprimido se escapa
como si el cuerpo fuera mi propia escritura.








No hay nada que acalle las lenguas de áspid
sobre tanta pared adolorida
de esta gente hablando estupideces
en mi trasnoche mal escogido.
No lo soporto.

La ira me sobrepasa cuando
el vaso, la botella y el barman
se licuan en varios piscos sours.
Mi amargura va más allá
del sabor a limón de pica.

Me descubre el yo idiota
en el espejo del baño
y se retrata lúcido
si se quiebran los segundos como cristales híbridos.
Y lamentablemente sé:
que aunque desaparezca de aquí
me empine una coca light,
y me fume los dos Kent que me quedan,
no podré olvidar
que me has dejado
una infame locura y hasta los cigarrillos vacíos.








Ahora que desayunamos
en este café sin apellido
con nuestros nombres verdaderos
inscritos en una servilleta,
pareciera que el destino gritara
que el amor
no está en las palabras que leemos,
sino en el silencio que escribimos.

Por ahí frente al Parque Forestal,
tendiendo sus brazos a la primavera,
entre las calles del barrio Lastarria;
interrumpo tu voz soliviantada con un cálido beso
y áspera tu boca se somete
como si algunas hojas perennes
se hubieran quedado en los cercos de tu mentón.

Sin embargo, es la barba de dos días -agregas-
para que sepas que este también soy yo.









De aquí a la esquizofrenia

Cuando te vas
la entelequia destempla mis dientes
y enloquecidas las palabras
me olvidan
mientras muerdo
tus verdes sábanas de fuego.


Sin tiempo

Te fuiste
y no alcancé
a terminar de amarte.

Duelo (Edit. Mosquito, 2006)






Kuchen de frambuesas - De Nocturlandia

Y fuiste por mí al Chancho Seis
después de romperme
los tímpanos
con palabras de amor,
y haber llenado de mensajes
mi narcizo celular
para convertir mis espacios
duplicados
en un Kuchen de frambuesas.

Las berries esa noche
hicieron de las suyas
pintándome los labios
del color de la vida
y la vida te besó tanto
que no quedó un solo espacio
para olvidar
y ni para volver a cubrir
tu cama de sangre
como la mía.







To Wait - De Poemas para una camioneta

El después se quedó cortado

en una maldita correa de distribución
así como cuando el amor
se rompe en pedacitos
y la soledad hace cenizas
mi vaso de agua.

Las velas no alcanzaron a prenderse
para continuar su fulgor
bajo las sábanas verdes.

Deberé comer arroz con carne
tres días seguidos
para que no me persiga
esta inapetencia rebuscada
y este estar conmigo agobiante.

Mi cabello sigue liso como un papel
y crespo como un árbol perenne
porque la ducha fría
no me quita las ondas,
ni la ira, ni los ojos llorosos
ni mi hermoso vestido
ni mis encajes blancos
y menos la puta soberbia
que me vuelve tu soberana. 





GABRIELA ARGUEDAS [11.060]

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Gabriela Arguedas

Nació en San José (Costa Rica), en 1972. Es licencia en farmacia, graduada de la Universidad de Costa Rica. Ha participado en talleres literarios con el poeta costarricense Osvaldo Sauma y con el colombiano Armando Rodríguez Ballesteros. Sus textos han aparecido en la antología Martes de Poesía en el Cuartel de la Boca del Monte, en la Antología de poesía erótica costarricense, en la antología de mujeres hispanoamericanas Pícaras, místicas y rebeldes editada por La Cuadrilla de la Langosta en México, en la antología Lunadas poéticas, en Los amigos de lo ajeno y en la revista argentina Interrup/ciones. El grupo musical Escafandra ha musicalizado algunos de sus textos. Su primer libro, Malos hábitos, fue publicado por Ediciones Perro Azul en el 2003. Fue seleccionada para participar en la exposición "Una más de mujeres o unas mujeres de más" (plástica y poesía), del Centro Cultural Español en Costa Rica, bajo la curadoría de Clara Astiasarán. También ha sido invitada al Festival Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua. Forma parte de la Red Latinoamericana de Escritoras Feministas.



AMOR DE VERANO

Decís palabras que se van al cuerpo
como un gancho izquierdo al pómulo
estamos en el ring
go to the matress dice el Padrino
me sangra la nariz
tengo un párpado abierto
el juez cuenta hasta diez
mientras supina
trato de entender
de dónde vino el golpe
     si de tu cariño
     o de tu desprecio





ECO-LÓGICA

Podrá no gustarles
lo cierto es
que el corazón se va llenando
de desechos sólidos.





la barra
de la cantina del pueblo
domingo
después del partido de fútbol
el equipo ganador
invita al perdedor
me uno a los perdedores
y celebro
     la derrota





No utilices el teléfono
La gente jamás está dispuesta a responder.
Utiliza la poesía.
JACK KEROUAC

no lo enmascares
no lo embellezcas
ni lo calles
esto somos
     un desesperado intento





LOS ACCIDENTES NO EXISTEN

Se muerde el labio, accidentalmente. Sangra, se limpia con la lengua el sabor ferroso. Piensa en la infancia, se le ha hecho tarde y se angustia. Sigue sangrando: saca su pañuelo del bolsillo trasero y se presiona el labio herido mientras piensa: qué torpeza, lastimarse así, de esta forma.




UNA MESA ES EXACTAMENTE ESO,
una mesa.
Coloco mi vaso en la mesa.
Mi amnesia en el vaso,
el dolor en mi olvido.

El dolor es exactamente eso,
una mesa donde yacen
los restos.






Este hombre saca de su manga 
toda la música
se instala en mi escondite
con su piel y su arrebato 
deshilacha despacio 
cada razón que le lanzo 
para que desista 
no se rinde
no se va 
y cada segundo que pasa 
me asusta más 
lo bien que se siente 
su olor en mi falda


PAOLA ZAMBRANO JERIA [11.061]

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PAOLA ZAMBRANO JERIA

Santa Cruz, Galápagos, ECUADOR   1979. Estudió Diseño Gráfico Publicitario en la ESPOL, se ha desempeñado como catedrática universitaria y diseñadora gráfica. Actualmente trabaja como guía naturalista en el Parque Nacional Galápagos. Dedicada a la gestión ecológica cultural, preside el grupo de gestores culturales “Los caminantes de Galápagos y es directora del proyecto permanente de cine itinerante “La siete” .Fue tallerista del escritor Miguel Donoso Pareja. 
Ha publicado el poemario Suplicio de la horca (2005), fue incluida en el poemario 100 años de poesía erótica de mujeres ecuatorianas de la poeta Sheila Bravo (2006), Antología de poetas ecuatorianos Alianza Francesa 2006, Cuadernos Ecuador Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Guayas 2006, entre otros. Mantiene inéditos dos libros de poesía.






UNO

He probado aceite de la máquina que me construyó
Me he retorcido en la piel de un desconocido
El dolor es un trozo de madera con clavos







DIEZ Y SIETE

Consumo el dios que te cubre
Reconstruyo tu catolicismo fingido
Juego con la supremacía de tus mares

Seré fusilada por irreverente








ABANDONO

He visto desde el norte hasta la puerta de mi casa los niños que odian los carritos de guerra, los bancos llenos de suicidas que beben cerveza rancia, el amante y su relación tormentosa esperando en la ventana de un cuarto de alquiler.

He visto esas flores extrañas, que crecen espontáneamente en toda la casa, los trópicos, los desiertos y los grandes nevados, el frío intenso amenazando los tachos de basura.

He visto mis manos aborreciéndome por no poder tocar lo que veo, la noche donde el placer era necesario y al criminal que se quedó tras la puerta de baño.

He visto excéntricos hombres manejando grandes maquinarias por algunas horas, mirando con culpa a su mujer que le susurra lo que podría hacer con su cuerpo.

He visto ciegos extasiados de sonidos, los gritos debajo de las rocas, las casas derrumbándose en la playa.

He visto la soledad queriéndose tirar de algún edificio, el río sollozando dentro de un armario porque se siente solo.

He visto imágenes en la sopa caliente y también en la fría, a media noche, velas, vino y una mesa demasiada grande.

He escuchado la buena y la mala música. El último ring-ring a las 11H30 PM.









CLAUDIO IASÍS [11.072]

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Claudio Iasís

Nace en Santiago de Chile. Integra el Taller Literario dirigido por la poeta Marina Arrate. Ha publicado "la bitácora y los sueños" (1998), "mientras los muchachos duermen" (2001) y "Una ciudad sitiada fuese o la Dulce Violencia" (2005), texto que fue galardonado con el primer lugar en el certamen internacional de poesía Dorian (Lima, Perú, 2002) y que además obtuvo la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2002). Sus textos han aparecido an algunas antologías y en diversas revistas y sitios en internet dedicados a la creación y análisis literario.



De “mientras los muchachos duermen”

IASEA
(fragmentos)


Amigo mío, amigo bien amado,
aprovechémonos de la distancia que hoy nos separa
y desatemos la verdad en nuestras palabras.
( la verdad os hará libres, recuerdo dijo uno de los tuyos )

Amor es un recodo angosto e imprevisible y
aprisa, amigo amado oh amigo mío
yo he muerto al promediar nuestra ruta;
mi cintura y mis sienes adornadas se han estrellado en el amor
como fruta sangrante y perfumada.
( recuerdas el azafrán y el vino
con que aroman los teatros justo antes de las fiestas,
y tú parecíasme la tristeza )

No me sea tu ojo torvo
si la verdad ahora te digo.

* Iasís leyó a los mozárabes y a los clásicos
tradujo. No busquéis biografía en su lírica.
No son más que ejercicios sobre un estilo decadente.







COMPOSICIÓN EN PERSPECTIVA
( penúltima fila cuenta cinco y es él )

Tendrías que recordar
Venía del sur aún más lejos que tú
Siempre en el patio ahora lo recuerdo
con su traje de gimnasia
y no por lo del cuerpo por lo obvio que
resultaría decirte: "Sí, por lo del cuerpo y el tibio espacio"
Sino porque bajo ese cobertor azul y blanco que nos era oficial
era su estado como el de un niño de lo triste y amable
( recuerdo que tenía el proceder tenue y mirada
y ese gesto suyo no ha quedado en fotografía alguna )
Estaba con su traje de gimnasia
y tenía ese aroma dulce
No era perfume conocido
no se repartió al aire
cuando cosecharon las anémonas del Ponto
ni lo aprisiona la dócil pelusa
del jardín de las dríadas celosas
Este muchacho de más al sur que tú
tenía ese aroma dulce y entonces
no pude dejar de pensar que ése era el aroma de tu cuerpo
cuando venías con todo lo azul por invento y lo blanco
El mismo traje de gimnasia
( ahora sí que no olvidaremos el cuerpo )
y caías como un animal manso un instante reposo
en su caravana al abrevadero
inaugurando la insomne pirueta
de la mariposa aprisionada bajo mi cintura
Ese era el aroma que te iba a legar en pacto

Fue al pasar de los años
( antes de la bitácora y los sueños )
que me di cuenta que tu aroma novísimo
aroma estratega de fábula
tu aroma de papel y arena dicho así
era el mismo para el que guardé atención
de niño asombrado
una tarde destinada al escondite
y crecían las higueras.







MIENTRAS LOS MUCHACHOS DUERMEN
( o el lugar donde van a anidar mis ojos )

Para eso se vale el recuerdo
Avanza con usura
Va moldando un surco de miel silenciosa

Hay una camiseta perdida
como en las viejas fotos
Yo me hallo a cierta distancia y no digo palabra
siquiera la salida o la habitual

( Es la hora precisa
Mi recuerdo vela )

Nadie oye la colmena
atenta al desfiladero abrillantado
que va hiriendo el trazo doble de tu abdomen

estilete de infames apresado
en la inconfesa hebra del tafetán vivo
terciopelado y perfecto
que discurría entre tu ombligo
y aquella traba que no vamos a osar.








CÉSAR APUÑALADO
(Mármol tallado. Anónimo del Imperio)

¿Qué harás César
con esa mano que se alza?

Confiado has de valerte
en la fidelidad pedida al trazo
y el estilo severo que te ha preservado.

( Tú sabrías el final de la historia.
No atendiste los ruegos de quienes
temieron al augur
y su vaticinio que quizá sonó en ti como una promesa
cuando saliste a cumplir con los Idus de Marzo.)

Allí te han eternizado
mirando el casi probado filo
con un gesto de placer
y quizá otro de niño
( la piedra no inmortaliza la
naturaleza cierta de los gritos )

¿Y ahora qué harás César con esas manos
que contra ti se alzan y nunca llegan?
Por siempre te rehuirá
tu sangre y la muerte
y la primera vez.








CRIMINE PÉSIMO
( la sentencia y su hazaña )

La osamenta de don Gaspar de Terrazas, que fuere blanca,
ennegrecida yace y ennegrecida queda,
y mis líneas acaso son rastros del incinerado verbo
de la página que ayer fue sólo blanca.

Infame.
Así me hubieran llamado en tiempos
de los Felipes de España, que así llamábanles,
si como hoy cantado cantado hubiera a tu almizcle y tu porte.
Leerías Iasís el nombre en las actas o Avisos de Pellicier
igual como ocurrió con don Diego Gaytán de Vargas
y con don Sebastián de Mendizábal,
con un joyero de la calle mayor y un mancebo de Valladolid,
acusados de pecado nefando y curados a fuego y muerte.
Año de nuestro Dios de mil seiscientos treinta y algo.

Sea leve la llama
para quien se crea libre de la mirada tras los tiempos.

Ahora que no importa cuatro siglos me hallo perdido en esta sala de Historia
bajo pena de hoguera más allá de toda terrena mensura
y esta médula y mi lengua
y mis adjetivos y mi trazo y mi fama arden
de igual e ineludible manera.








CANTO DEL POETA A SU LIBRITO

Oh, librito mío,
librito pulcro y de tapas duras, con regatas y veleros diestros
en cubierta tal estílase hoy entre muchachos, de renglones
escritos en azul y a veces en rojo con pulida letra, librito
del medio poeta y a veces ni eso,
oh librito mío,
que hoy vas con él y te lleva a casa.
Quiera Fortuna (Fortuna derribó ejércitos y socorrió a los
blandos; la de las ciegas maneras) que en su habitación
te deje luego de copiar tus dictados urgentes, resultados
perfectos y observaciones pulcras y llegue el fin de la tarde,
te sorprenda la hora del sueño,
oh librito mío
y te deje abierto en página limpia bajo su lámpara de noche
y pasada una o dos horas ceda el borde de sus sábanas, humecte
la punta de su pulgar de velero diestro y tú escribas con signos
secretos en tu página limpia bajo su lámpara de noche
y luego vuelvas a mí
y llegue el fin de la tarde y te sorprenda la hora del sueño,
aguardes bajo mi lámpara de noche oh librito mío, librito pulcro
de observaciones pulcras, y humectes con tu página secreta
mi boca para que ésta luego pueda y cante un poema reservado
a los héroes que retornan, en honor a ti.








UNA HABITACIÓN CON VISTA

Comarcas de la cúrcuma,
ved, cómo se siente en el aire,
mirador soleado. Al fondo alguien transita
y el sembrado más próximo a tu ombligo vacila intermitente
por el céfiro benigno de mi respiro,
tu cintura por lecho tejido, barandal y amoblado al tono,
desde donde admirar se puede y no lo hay mejor
la cosecha anual de rizos maduros, miel y limones
de tu frente y al horizonte.

tal y como fuera prometido.








SU AMOR, EL POEMA HALLADO Y EL INCAUTO LECTOR
( Fábula que es cosa de tiempo )


Hoy, mientras buscaba un regalo apropiado,
leí un poema chino
sobre rituales de largos viajes y amistad.

Cosas simples: qué hacer frente a un puente roto,
un arroyo blanco o el saludo de una cierva,
del peso y proporción de especias dispuestas en la carga
y de cómo el que viaja ha de guardar reglas
que son imperio cierto del amor hablaba

y de cómo me apearía de mi montura
para subirte a ella si te encontrara en el camino
( mi montura es pequeña pero hay lugar
para tu arco erguido y la presa )
cómo bajarían mis veinte dedos humildes y presurosos;
no enturbiaría este gesto el nudo limpio de tu cinto
mientras por la ruta y en el tiempo un rastro
notará el viajero de perfumes
de resinas, tomillo, dulce hinojo y lavandas de la pasada primavera,
reviviendo al roce tibio de tu grupa.

Bueno, dije, desde el siglo sexto y allí ha quedado la escena.

No hay razón para que ahora yo la escriba.







ANTES DE LA DANZA
( texto auténtico )

"Dichoso tú, aire, que vas a tu deseo,
que puedes darle una caricia
y darle brisa a su sueño"

escribía la diestra casi despierta
mucho antes del oficio
y creyera ser Iasís a un mismo tiempo,
antes de que se afanara con poemas
y parques nocturnos
en donde las sombras furtivas de los amantes
semejan lebreles en reposo
o pequeñas tumbas

envidiaba el aire y aún adolescente
mas no por poseer dones de hadas

"sino porque lo besas y no te dice nada"


y así siempre.

DIEGO RAMÍREZ GAJARDO [11.073]

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Diego Ramírez Gajardo 

(Antofagasta, CHILE   1982) Egresado de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad ARCIS. Publica su primer libro de poesía “El Baile de Los Niños”. (El Temple ediciones.) a fines del 2005. Además ha publicado de forma colectiva "Relamido" (2000) y "Corazoncito / Noche" (2002) en coautoría con Gladys Gonzalez. Aparece en las antologías de cuento "Tras la Puerta" (Ergo Sum, 2001), "Relato Virtual" (Sudamericana, 2001); también en las antologías de poesía "Desencanto Personal", reescritura del Canto General de Pablo Neruda (Cuarto Propio, 2003), "(Sic)" (Valente, 2004), "Cantares: Nuevas Voces de la Poesía Chilena", selección de Raúl Zurita (LOM, 2004) "Cuatro Cuartetos: I. Cuatro Poetas Recientes de Chile" (Black & Vermelho, Buenos Aires, 2005). y “18 poetas Latinoamericanos” Selección de Harold Alva. Editorial Signo. (Lima. Peru, 2006). Ha participado en los talleres literarios de Pía Barros, Carmen Berenguer, Pedro Lemebel, Sergio Parra y Malú Urriola, además de la Zona de Contacto de El Mercurio. Ha participado de diversos encuentros de poesia como el Encuentro Latinoamericano de Poesía joven “Poquita Fe” Santiago de Chile (2004-2006), el Encuentro de poesía de mujeres del Cono sur “Con Rimel” Coquimbo, Chile (2006) y el Encuentro de poesía Latinoamericana “Salida al mar” Bs. Aires - Argentina, el año 2005, y el año 2006, gracias al financiamiento de una beca de la DIRAC. Actualmente dirige los Talleres Literarios Moda y Pueblo.

A los 17 años obtuvo el Primer Premio en los Juegos Literarios Gabriela Mistral (1999) y en el IV Concurso de Cuentos DuocUC (1999). Ha recibido las becas Gabriel & Mary Mustakis a Jóvenes Talentos (2001 y 2002) para creación poética e instalación de arte; la beca del Consejo del Libro y la Lectura para Escritores Nóveles por la obra poética "Tristes Bastardos" (2003), la beca de la Biblioteca Nacional (2003), la beca de la Fundación Pablo Neruda (2004) y de Creación Literaria del Consejo del Libro y la Lectura para terminar su proyecto poético "Mi Delito" (2005) y este año recibe una Beca de Fomento para la Creacion Literaria del Ministerio de Cultura de Chile, por el libro de poesia inédito “Mistrala” (2007) y ha publicado el libro Brian o El nombre de mi país en llamas (Editorial Moda y Pueblo, 2008) .




De Mi delito (2007)

Todo esto no es mi culpa
Srta. Magistrado
todo eso que usted ve encima mío
todo esto que usted ha escuchado de mí
todo esto que usted ha leído de mi historia en los diarios
es solamente el resultado de vivir en este,
mi pequeños país frío.






Papel de antecedentes

Que me envidie la tragedia 
toda los antecedentes mal intencionados 
mi historia de amor 
la forma en que beso a un chico debajo del agua 
la manera crisálida de hacernos cariño 
la rabia y el desencanto de los cuerpos 
de estos cuerpos
el tuyo alejado radicalmente de mis ganas 
y el mió absolutamente distante por la pena infinita 
Que le cuente al oído sobre la poeta mas discriminada de este país 
que le cuente porque no pongo acentos 
porque es esta histeria desesperada cuando le escribo 
la inscripción en la espalda, 
toda mi vida / su vida 
el destierro 
mi silencio / mi delito 
y de nuevo esos cuerpos 
Una boca lastimera llorando la noche entera 
como le pesa la rabia la rabia la rabia 
se le pega / me mira 
y se vuelva insignificante distante pasajera 
envídieme la derrota / las malas cosas 
la biografía imperfecta / el talento enfermo de tener que esconderme en la ilegalidad 
envídieme enterito / así resplandeciente 
cuando me ve vestido de terciopelo 
encima de la chica mas moderna de los Juzgados del Crimen 





Todos los cuerpos de Chile 
toda la marca del registro / todas esos antecedentes terribles 
y porque no dice otras cosas mas linda :
cuéntele de que soy malo 
que hago sufrir a los chicos inclasificables 
que me gusta bailarle despacito sin gente 
que le desarmo la radicalidad y las creencias 
que todo la vanguardia me la demuestra arrodillado 
con la boca llena con las manos sucias 
Desígneme, hágame un poco de trato perverso 
envíeme relegado al final de su pieza al costado su cama
al limite de sus zonas intimas 
no me castigue tanto como para tenerlo lejos 
de alguna manera tengo que pensar en sus fascinaciones recientes 
de alguna manera tengo que sentir sus brazos deletreando figuritas 
en la oscuridad de sus cruces y sus cortes y sus prisas risueñas y sus muecas llenas de babas 
corrigiendo los errores siniestros después de las siete / después de lavarse los frotes. 
Resígneme a esta fatalidad del digito y el abuso y el desuso 
Usted no sabe como me da rabia saber que todos los que escriben 
de "usted" y de "amor mió" están imitando mi tragedia sobre adjetivada 
pero, no, no se enferme, 
Yo no quiero que mi amor lo enferme 
y se le pegue la mala suerte de todo lo que no me resulta nunca 
porque la escolaridad, la boca y la sangre 
la calle, los golpes, lo represivo del frio, la banalidad y mi consumo 
son una misma cosa terrible que se llama delito 
y que se cruza por las fronteras despobladas de sus pelos huachos 
que le salen y me salen en la barbilla. 
Y no me defienda o no haga que me defiende cuando me ve así de solo 
no me deje en silencio / déjeme llorarle esta rabia inmensa 
que me dice antecedentes 
como una sonrisa fatal de todo este cariño que ya no siento por usted.-





de “Corazoncito /noche” (2002)

YO PODRIA SER TU FRIDA


Yo podría ser tu Frida
Porque me dejo el pequeño resto de púber / pelillo todo femenino / barbilla toda de machito / descuidada en mi labio superior 


Yo podría ser tu Frida
Y someterme, toda postergada a tu sonrisa para dejarte instalado el retrato de familia con los hijos que no tendremos


Yo podría ser tu Frida
Y vestirme con traje de caballero para que puedes unir cada pedacito ceniciento de mi pelo / Y llevarte en el pensamiento / Y dejar tus sueños arriba de la cama, como la muerte / como tu cuerpo


Yo podría ser tu Frida
Para perforarme las orejas, para sellarme la columna con tu metálica entrecruzada de piernas, y dejarme hambrienta de Rivera, arrebatada de india / híbrida para la noche


Yo podría ser tu Frida
Y declararme las tristezas en el pelo (me lo borras, anudado, reconvertido, me armo trenza desperdicio)


Yo podría ser tu Frida
Y llevarte a compartir la oralidad en los lugares públicos donde nos encontramos casi siempre y dejarte aniquilado, perdido/ arrinconado de besos sucios, para escribirte como si no nos conociéramos


Yo podría ser tu Frida 
Porque me tienes esperándote, para atravesarme con lo que me queda de tu cuerpo / metal / sangrando / surcado / como marca.






de Cariñoniñomio (2007)


II

Bellos y desamparados en medio del mito inaugural de las masturbaciones afectivas, el desmonte y el acople de la larga separación carnal, y yo soy el único responsable de esa imagen. Y el dolor parecía una película que no vimos, en la felpa rosada y angosta que se cuela por tus manos cremosas y tus bocas cansadas. Ahí estábamos, jugando a ser novios nuevos y lastimar a los otros que quieren bailar con nosotros, y a pesar de lo delicado que te salen los abrazos, a pesar del desencanto y la burla, estas felizmente discriminada, rechazada por la ropa y mi maltrato. Muerto de miedo, despacito, siempre despacito, te llevo a bailar donde alguna vez me dejaron solo.
Te llevo a todas las partes de mi vida del antes que te conociera
y ese antes de conocerte se vuelve siempre tan terrible de pensarte
en el pasado detenido a ese inicio sin mi
ahora de lejos te veo crecer y bailar en la rutina mortuoria de otros cuerpos 
ofreciendo poemas sin terminar 
Ahora te veo la cicatriz del abuso que te gusta tanto sobre marcar como victima
para que te quieran mas, todas estas las abandonadas del continente.




del libro Brian o El nombre de mi país en llamas (Editorial Moda y Pueblo, 2008) 


Los jóvenes no pueden volver a casa
Porque ningún padre los espera.
- Jorge Teillier -

En sus ojos hermosos la patria
Brian,
Vamos a escribir nuestra historia de amor en llamas
Y nadie en este país
Va a saber que estamos amándonos
Desesperadamente en septiembre.
Brian,
Vamos a escribir juntos
Esta declaración encendida de nuestros cuerpos
Apilados con furia en estas noches frías.
En estas bocas muertas.





29 de marzo

No es que estemos felices
Es solo el estar conscientes
Que nos esperamos por tanto tiempo.
Sin embargo, cuando te cuento
Porque en marzo a unas calles del liceo
Te arrancan la furia con lágrimas en los ojos,
Cuando te cuento
Porque se paraliza la Universidad
El silencio
El tráfico de mi vida
El tráfico a tu zona sur,
Cuando te cuento
Que el Día del Joven Combatiente
Se Ilumina la historia de mi país en el amanecer
de los territorios bélicos a cuadras de tu casa
A media cuadra de tu cama
A un par de casas de tu evidencia de leche en las manos
Porque en marzo,
Cuando tú estabas recién ingresando cariños ilegales
En la ropa y las zapatillas nuevas
De ese señor adinerado que te cuidaba meses antes
De tenerte aquí adentro, conmigo,
En tus calles estaban contando otra historia.
Es cierto, que te asustabas
Que tiritabas de miedo por la llamarada y mi nombre
Te cuento del ’85
De los hermanos Vergara Toledo
De la muerte
Del crimen
De la represión
Y la cruzada con sangre.
Te cuento de la lucha de ahora
De las nuevas luces de guerra
De todas las veces que es necesario,
Brian,
Que es absolutamente necesario
El símbolo
El fuego entre nosotros
Las noches del 29 de marzo
las formas curvadas de la cordillera
Reflejada en tus ojos
La estrella del MIR
El pedagógico
Las calles cercadas
Lo adherido
Los perdigones
La panadería de Las Rejas con 5 de abril.
El fusil SIG
La subametralladora UZI
El block 972-C.
El balazo
Los 18 años
Los cuerpos de ambos abandonados en la vía pública.
La iglesia de Jesús Obrero
La Villa Francia
Las barricadas
Tu cuerpo en llamas
Y el horror de encerrarnos por horas
Donde nadie pueda adivinar la furia de nuestros cuerpos.





Septiembre

Hay un país cercado
Hay rejas en las calles
Hay una ciudad sitiada por el miedo de los nuevos poderes de estado
Hay una ciudad enmudecida por la renuncia
Por el recuerdo de la rabia
Y la rabia y de nuevo la rabia
Y es necesario absolutamente que esa rabia
sea el campo de batalla
y el fuego
y tu nombre
y mis amigos más jóvenes
sobre las vigilancias represivas
Y los poderes pactados
No es que niegan el dolor
Es solo la crueldad de sabernos concientes y sensibles
Con nuestras violencias de niños.
Es necesario ver a mi país en llamas
A toda una ciudad brillando en la periferia nocturna de la memoria
Quiero ver encendida todas las noches de Chile
Villa Francia, Peñalolen, La Victoria
Quiero ver derretirse de rabia las calles
Las guerrillas hermosas del no olvido
Hay que seguir incendiando mi país entero
Hasta que no se olvide y no se renuncie
A los nombres faltantes en la historia de Chile.
Quiero ver mi país en llamas
Hasta que la coordenadas encendidas de mi corazón
sigan tejiendo rebeldías en septiembre
porque duele la patria por el borde
Y por el cielo
Y las faltas rebeldes
Y el recorte
Y el apellido distante
Y las llamas simbólicas
sobre el registro enloquecido de un pueblo .-









GALO GHIGLIOTTO [11.074]

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Galo Ghigliotto

Galo Ghigliotto (Nació en Valdivia, Chile - 27 de junio de 1977) es un escritor, poeta, editor, guionista y realizador audiovisual chileno.
Sus textos han aparecido en publicaciones impresas de Chile y otros países. Ha publicado los poemarios Valdivia, Bonnie&Clyde y Aeropuerto.
Es considerado un poeta de estilo innovador, perteneciente a una generación de escritores jóvenes que destacan por una gran potencia lírica.
Como guionista ha trabajado en productoras audiovisuales y producciones independientes. Como realizador ha realizado videopoemas sobre textos de otros autores, entre los que destacan Mi de Germán Gana Muñoz, Víctor Sarmiento de Marcelo Guajardo Thomas y El alcohol de los estados intermedios de Gladys Mendía, entre otros.
Actualmente es director de Editorial Cuneta, y organizador de la Furia Del Libro, feria de editoriales independientes. Es creador del sitio Registro Visual de Poesía Chilena, espacio que almacena registros audiovisuales de poetas chilenos.
En 2010 fue elegido uno de los 100 jóvenes líderes de su país por la Revista Sábado del diario El Mercurio. En 2011 recibió la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro para la escritura de su novela Maleza. En 2012 participó en una residencia en La Maison de la Poésie de Rennes, Francia.
En 2013 publicó su primer libro de narrativa A cada rato el fin del mundo. A raíz de este conjunto de relatos, el crítico Juan Manuel Vial escribió en La Tercera "La prosa de Ghigliotto es limpia, cuidada y simple, aunque en el momento oportuno puede llegar a ser elaborada con sumo esmero[...] En suma, el debut de Ghigliotto en la tierra de la prosa es un hecho que no ha de pasar inadvertido: aquí hay harto más que buena prosa.".
Por su parte, el crítico Rodrigo Pinto señaló en su columna de Revista El Sábado: "Ghigliotto pasea por tópicos clásicos: el clasismo chileno, la inseguridad de las carreteras bolivianas, la discriminación hacia los egresados de universidades privadas, la fragilidad de la pareja, por citar algunos ejemplos, pero desde un ángulo siempre inesperado. Varios de los cuentos parecieran desplegarse en varias dimensiones; tan importante es la historia que se lee como las otras que se sugieren, los futuros posibles, las múltiples posibilidades que abre el azar y que el mismo azar se encarga de conducir. El libro es también singular por la calidad de la escritura. No hay excesos de lirismo, sino una contención en la escritura, un ritmo pausado, que, sin embargo, pone en tensión estas historias mínimas –o minimalistas-, paisajes personales, momentos de vida, tensión que despierta la curiosidad y motiva a la lectura." 

Bibliografía

Valdivia (poesía)(Santiago: Mantra Editorial, 2006) (Lyon, Francia: L'atelier du tilde, 2012)
Bonnie&Clyde (poesía)(Santiago: Garrapato Ediciones, 2007)
Aeropuerto (poesía)(Santiago: Editorial Cuneta, 2009)
A cada rato el fin del mundo (cuentos)(Valparaíso: Emergencia Narrativa, 2013)





(de Monosúper):
desde los paisajes celulares se puede ver el sol:


es una molécula de ADN gigante que proyecta información
a lo ancho del citoplasma.
parece sonar de tanto que vibra colores de fuego.
se desenrolla en sentido del tiempo
como un papiro demasiado moderno de tan antiguo.
por sobre los paisajes celulares y el estadio de la mitocondria empuja
un largometraje de colores que lo tiñe todo.
esta vida es efímera a la velocidad de la luz.






monosúper olvidas
que en todos los casos vienes
desde la precariedad y la pobreza
que atrás en el tiempo
vivías en madrigueras que hallabas en el camino
dormías bajo cualquier techo y el hambre
te visitaba por largos días
acompañándote a esperar la muerte

monosúper
no puedes renegar de tu pasado triste y frío
de cuando caminabas largo
mientras morían tus hijos

ahora, que nada te falta
y aprendiste a inventarte nuevas necesidades

ahora que huiste de la pobreza del inicio
cuando eras un niño que jugaba
con barro, fuego y muerte

te olvidas
y miras a tu alrededor con desprecio
sobre la pila de los huesos de tus vidas anteriores








retículos endoplasmáticos vibran como nebulosas
en la noche de la célula
la órbita del material genético en la ruta
hacia la proteína planetaria que pasará a ser parte
de una coreografía
que se mueve también sobre los huesos del citoesqueleto
compuertas en las membranas abriéndose y cerrándose

el núcleo solar irradiando la información que teñirá las cosas para darles su forma.

la mecánica celeste de una célula
hace su ruido de fábrica repetidas veces al interior
el monosúper un barrio industrial populoso y ensordecido
por el barullo de piñones engranajes afinados
que generando ruido desfilan hacia la muerte.

esa es la música que el monosúper cree desoír.
pero baila en silencio.








al interior de la cabeza del monosúper se localizan
todos los países
hay guerras monosúper cuyas detonaciones parecieras no escuchar
hay continentes en la cabeza del monosúper y son esferas
que contienen adentro pequeñas historias llamadas sinapsis

monosúper acaso no te das cuentas
que el mundo es una proyección de ti
que naciste para jugar con barro y no hablar de inmediato
sino aprender después

que cuando aprendiste
te inventaste fantasías y ensoñaciones de poder

no te das cuenta que la historia del mundo
es una larga biografía de ti mismo:
la vida de un monosúper atemporal






(de Valdivia)


15

esas luces que se ven bajo el río
son las fiestas que se hacen a bordo del canelo
estamos todos invitados
yo quería llegar y estuve a punto de no hacerlo
un nacimiento en la época incorrecta
es el riesgo que se corre
al reencarnarse en contra del sentido del tiempo
mi ojo se desliza por un hilo de agua
va a caer sobre el sonido de violines
entonando sentimental journey
el agua está iluminada de colores porque la fiesta
nunca acaba en el fondo del río
el canelo es un aplauso
los muertos estamos contentos
hemos venido de todas la épocas
a bailar sobre una cubierta enmohecida
por escamas que son ojos mirando al vacío
estamos festejando que por falta de tiempo
nos hemos tomado los espacios espectrales
para cumplir algo que todavía existe
y si vienes a pasear tu lancha sobre nosotros
sobre esas luces que parecen desaparecer
debes saber
que los fantasmas sentimos verguenza de los vivos
porque apenas somos aficionados a la vida
y dejamos nuestros sueños como volutas en el aire
para que cuando ustedes respiren fuerte
aparezcan nuestros rostros mientras duermen
y se enamoren de nosotros
porque aunque no nos reconozcan
confiamos en la memoria del genotipo
y te habrás enamorado de quien será tu hija
porque la viste bailando en la cubierta del canelo
vestida de una bufanda de estrellas
el canelo y los fantasmas
incómodos en el olvido
cantamos un guión de colores
para ser proyectado en la hoja de un día
en la hoja de un día que se llama Valdivia





(de Eidolones)

Ariana
el sello de tu sangre un carnero de fuego
experto en técnicas de avance y dominio
de climas y tierras que antes le eran extrañas

por eso llegas a mí
usando tu maniobra invisible
haciendo que mi resistencia se vuelva inservible
porque este ejército de campesinos y maestros de escuela
queda perplejo mirando tus armaduras brillantes
tus rojos cascos con dibujos de oro
el avance de caballos de viento que traes
bajo el sol aire enrarecido
sobre la línea de tu formación

tomas a mis hombres
con gracia plena cortas sus gargantas
dejando salir divinos ríos escarlata

quemas mi campamento y avanzas sobre el pasto
manchada de pecado

entras en mi aldea incendias mis casas
violas a mis mujeres
devoras los animales que he cebado
haces que todo lo que me pertenecía se vuelva ajeno

mis habitantes se quedan sin patria

en poco tiempo los obligarás a cantar canciones extrañas
aprenderán costumbres que no entienden
dirán una lengua que nunca antes habían escuchado

porque lo que era mi pueblo será tu capital
los niños que despunten en mi nación llevarán tu sangre
se parecerán a ti

me volveré la extensión de tierra
sobre la que construirás tus nuevas ciudades
avenidas que llevarán los nombres
de personajes de una historia que no conozco

sobre mi tierra tus cementerios se extenderán
para ser tu paz cuando decidas morir
la última casa de tu espíritu se hundirá en mi piel
antes de liberarse
para soplar sobre mis trigales
sobre todo de mí
haciendo flamear tu bandera
enarbolada sobre los techos de las que eran mis casas






LA GRAN INVOCACIÓN

que los hombres bilaterales cuyos lados de frente son anochecidos como el negro original
y sus espaldas que irradian la luz de todos los soles del universo
avancen en formación
dando giros sobre sí mismos para disparar rayos fugaces
sobre los otros hombres bilaterales que son de piel blanca por frente 
pero en la espalda
los gusanos caen con cada paso y la podredumbre se replica
por el tajo donde se asoman las tripas que babean
la inmundicia de todas las cañerías del mundo.

que seamos capaces de protegernos de quienes adoran la concupiscencia
por sobre todas las cosas
que nuestras pieles limpias permanezcan inmaculadas 
en cada derrotero que sigamos
ya sea demasiado húmedo, demasiado estrecho o ardiendo en llamas
en espinas
estamos hechos para recorrer todos los caminos, sin temor a perdernos
porque siempre seremos forasteros en todas las tierras
y cuando nos apedreen, nos escupan o se mofen de nosotros sabremos
que la piedra habla el lenguaje del miedo
así que agacharemos la vista y nos haremos uno con nuestros ángeles demoníacos
y comeremos las viandas que sacamos de la mesa de la Unidad
mientras terminábamos de planificar el cielo, la tierra y todos los contenidos subatómicos
en la última cena de la primera noche 
cuando aburridos de ser lo que éramos
bajamos montados en nuestros propios escupos a ser carne
para las espinas de nuestros hijos.

ahora que el camino llega a su fin y nos estamos reconociendo
saludándonos de la mano con lanzas de distintas épocas clavadas en la espalda
elevamos una plegaria por los que todavía no llegan,
y dispuestos a bailar sobre nosotros mismos
estamos esperando que suene la música de los que comen y hablan 
con la boca llena y el alma vacía
hemos practicado los pasos 
que son los de todos nuestros caminos
retorcidos juntos en una hebra genética, un cromosoma
que fuimos enredando con nuestras últimas manos espirituales
poco antes de decidirnos a volver por última vez a la tierra de los abusos
y en el punto en que deberíamos haber muerto se nos acabó la memoria
y nos quedamos estupefactos mirando una existencia que comenzaba a entrarnos por el ombligo
y a salirnos por toda la espalda
como si fuera un aroma
como si los vigías que llevamos incorporados hubiesen activado sus alarmas.

a muchos les pasará todavía esto
estamos escribiendo El Libro de Los Inmortales y cada día es la nueva página 
de una novela que se escribe a sí misma, y se lee
por milenios de agua gastada sobre las piedras y cielos colgantes que son la memoria
de nuestros ancestros.

rogamos a nuestras constelaciones que nos protejan de los demonios.
aquellos que quieren la gloria coronando sus cabezas
apropiarse de nuestro trabajo y mercantilizarlo
en las avenidas por donde transitan los hombres 
que no han sido capaces de despertarse del sueño, aún
y caminan ciegos creyendo que están despiertos
lengüeteando las pieles de sus demonios sin dientes que les dicen al oído
mi piel está dulce, mi piel está salada, yo me empapé de las páginas y mi poder es suficiente
pero nadie sabe, que el poder no existe, que el poder es una palabra
del tamaño de un poema que a la vez es un recuerdo
una gran invocación
de protegernos mutuamente mientras estamos escribiendo con los ojos 
El Libro de Los Inmortales
el capítulo que habla de nosotros 
que somos lo mismo que ustedes
todos una cría de esperanza acunada en un vellón luminoso
esperando que las serpientes permanezcan lejos de nuestro nido de rocas olímpicas
desde donde escupimos las letras,
las palabras
los caminos 
que son las líneas
de este gran libro llamado

que los dioses hincados en ocho brazos, habitantes de los agujeros negros
construyan una malla infinitesimal que nos proteja hasta la puerta
que se ubica en los confines del universo, y nos espera
para al momento desaparecer
apenas nos convirtamos en ella.





ODVIDIO REYNA [11.075]

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Odvidio Reyna

Nació en marzo de 1982 en Monterrey, Nuevo León, MÉXICO. Estudió Letras en la UANL. Sus textos han aparecido en revistas y periódicos como: Milenio, Armas y Letras, Cathedra y Parteaguas. Figura en las antologías Versos veraniegos (Conarte, 2008); Verso Norte 2008. Bitácora de voces (UANL / Posdata, 2009) y en los colectivos El vacío de las calles no vacías: Literatura Joven Universitaria (UANL, 2006) y El rock es puro cuento (UANL / La Rocka, 2007). Colaboró con el colectivo NIT. Noche y Poesía de Torreón, Coahuila.




Flaming creatures

Jack es un hombre como muchos otros:

escurre por los lavabos de los baños públicos de la central 
             de autobuses
chupa los contornos de los mingitorios
traga profundo el látex de la madrugada

jack no teme a vampiros que salen de tumbas y bailan 
             con amapolas viejas melodías de la colonia sodoma
jack se une a todos y todas: –políticamente correcto–

locura camp

mujeres y hombres: hetero
+
hombres que se visten de mujer
mujeres que son más hombres
hombres con hombres con mujeres más mujeres más manos pies bocas que devoran maquillaje y truenan besos como goma de mascar senos penes vaginas vello púbico telas transparentes orgías públicas violación y muchos gritos de porcelana flores ataúdes en blanco y negro

jack es un hombre como muchos otros








Marilyn

Las ratas de las alcantarillas son el alimento perfecto de los lagartos que las habitan y eructan en cada bocado

entonces lo grotesco entonces lo sexy
se levanta la falda el calor rasca la nuca cifra la física más elemental

sonríes desenvuelves dejas tu vulva antojo al paladar todos mirones nosotros

tu rubia cabellera labios rojos pan gran dios quiere fornicarte gracioso se levanta del eructo de las grandes bocas hocicos cavernas de lagartos con olor a rata gas que inflama tu vientre acaricia tu falda blanca tu oculta vulva roja

y sonríes con encanto para la cita con la posteridad: noticias: jfk se recostó para siempre sobre las piernas de jackie: de su cuerpo brotaron agujeros rojos de manantial donde tu recuerdo por siempre en el asiento trasero del coche por detrás







Confesión de un suicida fanático mientras se sacude el polvo de los hombros en la estación del metro:

cada vez que espero al metro veo las vías y pienso: qué guapas se están poniendo, creo que me estoy enamorando.

una voz lejana le respondería:

polvo serás,
mas polvo enamorado. 






La navaja y los árboles

El amor, el amor, el amor,
Jorge Cantú de la Garza

En los árboles de la existencia
llueve vida
pero es ácida
y los quema.
Amor
te regalo mi navaja para que mueras
y me dejes en paz





MARÍA TERESA GONZÁLEZ [11.084]

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MARÍA TERESA GONZÁLEZ

(Tremañes, Gijón, 1950-1995)
Obra en asturiano: Collaciu de la nueche, 1987;    Ochobre, 1989; Heliocentru, 1993;  La casa y otros cuentos, 1994.
Obra en castellano: Con húmedos lamentos de felino (Premio de Poesía Erótica “Cálamo” 1990).
Presencia en antologías: Antoloxía poética del Surdimientu (1989), El secretu de la lluvia (1992), La patria de la piel (1992), Antoloxía del cuentu asturianu contemporaniu (1994), Muyeres que cuenten (1995) y Les muyeres y los díes de la poesía asturiana contemporánea (1995).

En 1996, el Ateneo Obrero de Gijón editó la Poesía completa, en la colección «Tiempu de cristal» 




Con húmedos lamentos de felino



VENIMOS de la noche
Hemos saltado tapias,
derribado alambradas
y bidones oscuros,
tras la húmeda aurora
de los sexos noctámbulos.
Somos como los gatos
que pueblan las aceras
de todas las ciudades.
Nos delata el olor
de nuestro celo,
los arqueados cuerpos
erizándose en púas
al acecho.

Sin nombre te persigo,
te ofrezco mi cornisa de
blandos algodones,
el hambre que hiere entre las uñas,
el eco estrangulado
y mi grito.





GATOS heridos de febrero
se persiguen. Olisquean
sobre oblicuos tejados
los húmedos aromas de los sexos.

Nos alcanza su celo
estallando en gemidos
deseos rompiendo las penumbras
que engullen nuestros cuerpos.

En un súbito acorde
su lamento y mi grito,
alborotan las lunas de los pechos
de esta noche que quema en los visillos.





TE irás hacia las calles
con los oscuros dueños
que maúllan deseo en las
escalinatas.

Olerán en tu cuerpo
los íntimos vestigios de habernos
poseído
hasta quedamos rotos,
como el tiempo que enhebran
las agujas.

Y sabrán que entre mis uñas
aún se quedan:
pedazos de un desierto insatisfecho.




DE qué suero agridulce
se nutren los abrazos.
Qué gozo pudoroso,
perlándose minúsculo en las vellosidades,
ha domeñado al párpado y lo abate.

Qué corriente nacida
de mis pies y mis uñas
ha levantado un puente con mi cuerpo
a la encrespada vela
que viaja de tu océano
a mi encuentro.





COMO el valle profundo
por nadie penetrado,
con la humedad intensa
que esponja a los helechos.
Entre el bramido eterno
de la fiera que acecha, solitaria,
te reclamo alanzada por el fuego,
en mis perpetuas hambres
por nadie satisfechas.





CÓMO decirle al viento
que se calme
cuando acaricio en penumbras
de cuarto
tus rasgos agitados,
la curva de tus hombros
a merced de mis manos.
Cómo enmudecer la noche
que araña en los cristales,
mientras tiende su celo
en cómplices tejados,
si no puedo apresar en el iris
tu dulce espasmo
de gato dolorido.





SOBRE las sábanas
miro tu torso seducido
de un instante que ahora
se hace antiguo.
El gesto complacido de tus labios
manchados por los ocres
de un pitillo. 

Pero la noche, amor,
aún no ha partido,
y pasea cornisas, y lame
en los tejados
promiscuos juegos entrelazando
sexos. Un espasmo de cuerpos
doloridos.

Y mis manos se vuelven a tus
calles,
a tus ingles ungidas, las lluvias
de mi lengua.
  




RECÓRREME
como a la dura piedra de las plazas vacías
cuando la sombra acude,
involuntariamente, a la brea cansada.
Entre el rojo carmín
que se borra asqueado de los labios,
con el sueño que estalla al borde de la noche.

Recórreme
en los pechos caídos
de las viejas estatuas,
en sus ciegos neones
mirando hacia el vacío.

Recórreme
con el placer silente
afilado en tus uñas,
y las aguas del celo,
perpetua entre las comisuras.





HABRÉ de imaginarte
como sombra de agosto,
quebrantando el valor de mis arenas,
anhelo  súbito
de un pitillo que apenas si me calma,
espuma pasajera a mi cintura rota.

Habré de imaginarte
felino y breve,
ocasional viajero copulando
en las cúpulas
de mis desasosiegos.


   


TU aliento entrecortado
quema los erizados valles
de mi nuca.
Me persigues,
Paladeas mi lengua y mis encías,
te nutres de todos los gemidos
que resecan los cielos de mi boca

Has borrado mi nombre
con las brumas calientes
de tus dedos,
y anido entre tu piel
sin tiempo ni rostro, y sin memoria.





HE ofrecido mis sedas
a las uñas,
las fuentes de los pechos
a la carnosa pulpa
de los labios sedientos,
y he tensado las cuerdas
de estos brazos.

Callejeros dragones incendiados
de amarillo silencio entre tus ojos
quietos,
angosta calle que recoge tu paso,
sombría esquina, adoquines brillando
con la húmeda espuma
del placer solitario.





AL áspero regazo de los patios,
en las concupiscencias
que envuelven las esquinas,
me enseñan en sus belfos
la miel de la lujuria,
las ternuras que juegan ,
con la urgente calima de los sexos.

Hay un lenguaje extraño
mordiendo entre sus bocas,
frenesí desgarrado
estallando en mi cuerpo,
rodando en las almohadas,
golpeando la luna del espejo.








       De Primeros Poemes (1984 - 1987)
  

SIN TÍTULU  



FAIME  riir, compañeru.
Fálame d'eses coses
que tanto me presten.
Emplega'l to inxeniu como sabes,
y fai otra vegada
que la murnia nun m'apriete nes coraes.  
Que'l mieu
nun me faiga les nueches espantibles.
Que la llercia
nun m'acorripie nos requexos
a cada pasu.

Faime riir,
que cuele la to voz sele
nel mio oyíu.
La to voz, compañeru,
de besos, de penes y caleyes.
Apúrriame les manes,
arródiame nos brazos,
ya ves
que nun soi pa ser mayor
y que m'asusten los trasgos
les bruxes
y los diaños.

II  

 Ya sé que nun me perteneces,
que detrás d'esos güeyos
grandes y melgueros
escuéndese
un tarrén ensin llendes.
Furacos abismales,
llarga nueche de tormentes
detrás de los güeyos,
amor míu.
Escuéndese, sordu y mudu,
un canciu de naide,
suaños,
llames que non aliten nel son
del mio llar.
Yo sélo,
qu'allá no más fondo
hai un ventanu qu'asoma a otru camín,
tapecíu,
d' entrincaes pallabres
como fueyes de sonrisa
que cain entre l´orpín.
Yo sélo, amor,
anque a vegaes me fales d'otres coses
o me pieslles la boca con besos.





Comu un palín de blima
vencíme sol to cuerpu,
nes tos manes
volvíme toa
                 canciu y soníu
                                    xiblata sele
marmullu gayoleru
al calicor roxín d'una fogata.
Xuncíme ensin remediu
a les pestañes
na fragua encesa de les tos mirades,
güeyos tercos
llunes prietes que m'abrasen
portaor de llabios andariegos
que, pasín a pasu,
fain de la mio tierra
les sos llendes.
Semaor d'amor que m' afalagues
y'encolingues na mio piel
anque nun quiera
                        un ñeru d' alcordances.



  

MEMORIA DE MIO MA

FUISTE quedando quieta
comu una ñube
                     ensin el soplín de l'aire.
Colaste sele, lo mesmo
que vivieres
sin el marmullu de quexes o llamentos,
Pasaste a ser
            un rostru maxináu
endolcáu na mezclienda de los suaños,
al bellume alloñáu de la nueche.
Quedástete
afitada nel coral
             esñizándote sele, sin ruxíu
talo que'l sable d'un reló
qu' enxamás s' apara.
Y camenté pa mí, qué raro yera
que l'alborada corriera como siempre
             espardida ente los praos
             ente les sebes,
oyer glayar a les mas tras de los neños
a la muyer que merca les sardines,
al ruxir de la vida cotidiana.
Namái la calle de los güertos
          notó l'ausencia,
          atristayó la tierra
          quedó muda la fonte
afogada d'escayos y d'ortigues.
Espolletó'l bardial, onde enantes
            creciere la rosa
y enllenóse de mofu la fesoria
            y el tiempu de povisa.
            Naide t'echó de menos,
yá lo ves,
            namás lo que ñaciere
a la solombra amante del to cuerpu.





De  Collaciu de la nueche (1987)

  
PESLLADA NESTA CASA

PESLLADA nesta casa
que m'ufierta silenciu,
ente esta calma trupa,
arrequexada,
siento que nel reló namái ruxen les manes
que caleyen
ayenes a estos ñicios
que nel mio rostru posa
la brisa cotidiana.

Pesllada equí,
onde los llabios nun s´esparden
en ríos de sonrises,
fuxendo de los besos qu´al españase amburen el pelleyu
y dexen alcordances,
y nun me sobresalta la esperanza
nin m´arroxen los ñicios del amor,
voi llambiendo´l regustu
del olvidu
y modelando'l cuerpu
cola agridulce pasta de los vezos.





  DEBUXA NA MIO CARA

DEBUXA na mio cara
una sonrisa grande
y nel pelo
píntame ñeros
onde aliten enceses les caricies.

Cubre'l mío cuerpu
de caminos abiertos al debalu,
un puertu onde s'adientren
cansaos d'aventures los recuerdos
al abellu l'olvídu.

Pero nun pintes enxamás
nos mios güeyos
llárimes que manquen al andar,
nin súpliques,
nin reproches
que me faigan pequeña.

Debuxa nes míos manes un saludu
cuando me digas adiós.





 HAI MUNCHES COSES QUE'L TIEMPU

HAI munches coses que'l tiempu
foi posando
so la to pelleya, clara y tierna.

Besos que l'aire traxo d'otres llendes,
ente orpín y barru,
ente caricies dolioses que s'escuenden
tres les cortines del tiempu
y, pocu a pocu, foi dexando
un mapa encesu,
                    ñiciu vivu so la carne.

Güeyos tuyos onde cuerre la murnia,
riega seca que te gatuña'l rostru,
gritu que s'esfelpeya nel gargüelu.

¡Cuántes vegaes
de tapecer los besos ente silencios,
d'espurrir les manes tres el fumu,
d'abrazar pantasmes,
d'aseñardar,
                   de callar,
comu un canciu d'amor que muerre
nuna xaula!

y los mios besos
non son nada pa calmate,
nin la mio llingua
                  pa llamber tanta ferida.





TOI BIEN AGORA

TOI bien agora,
mientres la muga
ruxe y faluca escontra'l suelu
y nos cristales,
y el cuerpu
entovía húmedu d'amor
envueltu nuna bata.

Dixísteme hasta llueu
y soplásteme pol aire
                 un besu.

Quiciabis ye la tardi
que ta rara,
o esti quietu silenciu
danzando na mio casa,
que camiento
que si un día nun volvieres
saborgaría un tastu más amargu
qu'esti café
             qu'afuma nesta taza.





 ALCORDANZA

NON, nun necesito
que naide me cuente d'onde vengo,
porque allá, lloñe,
hai una brisa vieya
qu'a vegaes
me trae la to alcordanza.

Adulces una cara,
unes guedeyes,
una cadarma sofitando un abrigu
sol que se posaren
abondos iviernos.
Un trapu escuru
cansáu de calecer la to pelleya
onde'l deu afiláu del aire
escribiere
un infinitu pliegu de llaceries.

Non, nun necesito
guetar de los caxones la semeya,
que l'aliendu nun pue asomase nella
nin pue sentise l'afalagu,
nin caltriase los besos que me dieres.

Hai un tastu na mio vida,
siéntolu,
d'eses manes tuyes maltrataes
de güerta y de llabranza,
ande tan bien s'entemecieren
el mimu la fesoria.

Non, que naide me consuele,
qu'esnala pente l'aire la solombra
y entovía me queda
un pocu de memoria.





DEVOLVÉIME

DEVOLVÉIME
la moñeca de trapu
de les coletes roxes,
onde se colingaben
les cintes de collores
y los llazos.

Devolvéime
aquel collaciu
de papos colloraos,
güeyos de miel,
quedeyes de panoya,
que xugaba comigo so la escoba
a facer de xinete enmascaráu.
Y aquel cabás
que yera de maera,
el mandilón de cuadros,
los borrones azules
de la tinta.

Devolvéime
aquel ponte
que cruciaba con priesa pala escuela,
y aquel ríu.

Y si non...
si non
encerráime pa enxamás
nesi cuartu escuru de los suaños.





De Poemes (1988-1989)
     
NOS CANTOS ESCUROS DE LOS CUENTOS
                                                                                                     Al mio fíu Mauro  
NUN alcontré los ñicios de la to fantasía
nes constelaciones ande fui.
Pero tú adormecíes quietu
y la nueche, aruñando'l to rostru,
quixo quedar contigo ensin memoria.

¿Per ónde s'esmucieron los tos mieos?
¿Ónde los duendes, ónde?
¿En qué treslluz del suañu surden,
aguyones al miel de los tos güeyos?

Foriata vien
l'agua a la to sede,
silente ye la risa
del caballeru andante,
silente'l so alendar
pela ñidia cornisa de la frente.

La madera fue espada xuncida a los tos deos
arrincada leyenda,
povisa de carbayu,
frañida rama a la llingua sangrienta de los fuebos.

Agora, pequeña ye la rede que ti amarra
al brazu llechosu de la lluna
al somantu que tapia alboreceres candes,
y a los tos xuegos
que yá nun se calecen al mor de los misterios.

Pero sé, que na puerta enteabierta del maxín
asomaráse´l tiempu en torbolinos,
y otra vegada, con güeyos infantiles,
atoparás l´ayeri
nos cantos escuros de los cuentos  
  



  De Ochobre (1989)

Qué pensará  la mar
cuandu dispierte,
ocle na piel,
l'alborecer abriéndose al iris soñolientu,
y nel profundu vientre, como un nenu,
cañicándose un besu, que posara los llabios de setiembre.
                                                                                                           Mayu 1988




Sí qu'amortez Ochobre
nes apacibles manes de la playa.
Arrástrense les llunes, pensatibles,
dexando tres de sí un filu de tristura.
Agora escuéndese la Xana pigarzona
al calicor d'una manta de fueyes
que'l vientu serondiegu amontonara.
Quiciabis la neña ya nun llore
abrazada al cabás,
y torne a los abrazos l´amante efímeru.

Sí qu' amortez Ochobre.
La lluz tres del cristal
amatagó'l resplandor de la lluciémaga.
                                                                                                 Abril 1988




PEL horizonte mansulín de los tos párpagos
va esmuciéndose la lluna d'Ochobre.
Piésllase na to boca un xestu
de playa abandonada,
y nes mexelles cuerren regatos de nublina.

De sópitu, tuvo esnales la tardi serondiega,
les blimes desnudáronse
na llenta sonrisa de los cauces.
El sol quedó dormíu
na estación vacía de collores,
y na mio puerta una gota d'orpín
escribió'l primer canciu d'invernada.

                                        Abril 1988




        De Poemes (1990 - 1993)


Sobre'l mantel de llinu
el pesu d'una taza
esperando qu'aporte otra tarde cualaquiera,
al ocre de los posos y los vezos.

Nun queden más estampes
conxurando lo vieyo,
si acasu nos tos deos
un vuelu de povisa
averando les anuncies
del fuxir d'otru iviernu.  




          De Heliocentru (1993)


DENDE les llucéres
derrompiendo en filvanes ñubes de nicotina
vien comu tú la llume
al posu de los vasos,
al vezu de los besos,
a la nueche sollerte qu' arrastria la memoria.
Y esfrónase nel verdín de la llamarga,
y esclúcame na lluna qu'enllordia los espeyos
un suañu de serrines qu'acasu t'asonsaña.





ESTA lluna que dispierta de sópitu
traime un ecu
de toboganes silenciosos,
de cañiqueta muerta
al impulsu caberu qu'asoleya
la fraxilidá inconsciente d'una neña.

Talamente mañana, cuandu l'iviernu calle
tóo podrecerá na memoria.




   
        De Últimos poemes (1993-1995)
  

Colaron les lluciérnagues
y dexáronte solu,
nel últimu tramu de la nueche,
cola llenta rosada
qu' entá prime la tierra.

Colaron
enantes que la lluz
namái fuere un resguñu nos cristales
pente'l duviellu roxu del to pelo,
ayenu prisioneru al calicor de l´almuhada.

Colaron les lluciérnagues
frañendo'l llaberintu del to sueñu
pa que'! día alboreciere nuevu
nel estanque ancultu de tos güeyos.





Naide
cola tristura amarga d´un mal día
recorrerá los cais de los tos brazos,
las inquietes veríes que nes manes
se tornen inquietes andarines.

Naide  
espera la muga del to aliendu,
el fríu qu´e avera a la memoria
una tarde cualquiera
que se va repitiendo
en tolos inviernos que recuerdo.

Naide  
comu un viento enraxonáu
o veyurosu
empuxará a la mar les tos arenes,
oriellando na piel los pozos
del deseyu.

Naide,  
ni el foscu caminante
de llonxanes ciudaes,
allanzáu al silenciu,
rodando selemente
sobre les llábanes.





HÉCTOR DAVID GATICA [11.085]

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Héctor David Gatica

Héctor David Gatica (1935) nació en Villa Nidia, al sur de la provincia de La Rioja, donde creció en contacto con el paisaje agreste de los Llanos a la par que asistía a la escuela de su pueblo natal. Allí tomo contacto con los innumerables paisajes y personajes que habrían de poblar la mayoría de sus obras.
Su afición al estudio chocó con la prescripción médica de suspender la escuela por ciertos problemas de visión que lo aquejaron desde niño. Este hecho no impidió sin embargo que su educación siguiera adelante de manera autodidacta, ya que era un lector voraz y amante de los clásicos.
Siendo adulto hizo la carrera docente y se recibió de Maestro en 1968, año en el que contrajo matrimonio con Noelia Carrizo, su compañera desde entonces. La joven pareja se instaló en una villa muy pobre Mendoza (Barrio San Martín), donde ambos vivieron una enriquecedora experiencia de vida en comunidad junto a otra gente como el padre Llorens, de intensa actividad social. Al año siguiente regresaron a Villa Nidia, donde David se desempeñó como docente. La escuela 112, la misma en la que había estudiado, llevaba ahora el nombre de su madre: “Delia Durán de Gatica”, en memoria de esta prestigiosa docente del pueblo. Al año siguiente, –recuerda Gatica en el Prólogo de su libro La Carpeta vacía–: “pasé a la ciudad de La Rioja, donde además de la enseñanza primaria –en la Escuela 177 denominada primera ‘de la basurita’ y después ‘de los bomberos’–, estuve un año al frente de una campaña nacional de educación del adulto, CREAR, como coordinador provincial”. Durante su gestión se abrieron alrededor de 300 centros educativos para adultos.
Comenzó a cursar “Ciencias de la Educación” en la Universidad de La Rioja, carrera que debió abandonar con la instauración de la dictadura 1976. Para entonces, ya se había relacionado con los principales intelectuales de la ciudad de La Rioja, entre ellos, los integrantes del grupo Calíbar que acogieron cálidamente a este callado joven de los Llanos que compartía con ellos sus notables poemas. El golpe fue devastador para la mayoría de los amigos de David. Algunos como Daniel Moyano y Ariel Ferraro, debieron exiliarse; otros, como Ricardo Mercado Luna y Carlos Alberto Lanzillotto, fueron encarcelados. La angustia de aquel período quedó plasmada en las páginas de Los días insólitos, una de las obras más impactantes de este poeta.
El restablecimiento de la democracia lo encuentra trabajando junto a Ramón Navarro en la obra discográfica que habría de constituirse en un ícono del cancionero provincial: La Cantata riojana, obra de gran belleza musical y poética que reconoce como hipo-textos algunas páginas de Juan Zacarías Agüero Vera, Dardo de la Vega Díaz y Ricardo Mercado Luna.
La vasta trayectoria de Héctor David Gatica incluye numerosas distinciones y premios literarios. Fue Director General de Cultura de la Provincia de La Rioja, Miembro del Directorio de Radio y Televisión Riojana, asesor cultural ad honorem del Municipio capitalino y miembro del primer Consejo Consultivo para edición de la Colección “La Ciudad de los Naranjos” de la Biblioteca Mariano Moreno, comisión ésta de fecunda actividad que dirigió los doce primeros tomos de nuestra colección y organizó el Concurso de Poesías del mismo nombre.
Incursionó en el periodismo cultural con la fundación y dirección de las Revistas: “Alborada”, “Poesía Amiga” e “Integración Cultural”. Esta última daría lugar a los cuatro tomos homónimos que reflejan el quehacer artístico provincial a través de la recopilación de notas aparecidas no sólo en las páginas de las revistas que editaba el autor sino también en otros medios periodísticos y bibliográficos.

Libros editados:

* Memoria de los Llanos (1961)
* Los días insólitos (1986)
* Los días del amor (1988)
* El canto de las manos (1988)
* País desvelado (1988)
* Mapa de la poesía riojana (1989)
* Los fundadores del olvido (1990)
* Diarios desde Villa Nidia (1990)
* El libro de la Cantata Riojana (2002)
* Obras Completas (2003)
* Integración Cultural Riojana I, II, II y IV (2001 a 2004)
* Nuevo mapa de la poesía riojana (2005)
* El canto del canario (2007)
* La carpeta vacía (2007)
* El viaje (2009).


En lo que respecta a los premios recibidos, cabe mencionar que fue Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), en dos oportunidades (1987 y 1994), Premio Fondo Nacional de las Artes, Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía, entre otros muchos galardones.

MML






Carbonero

Un horno está encendido:
dieciocho toneladas de sudor.
Otro horno está tapado:
ciento noventa metros cubicados
de algarrobo y quebracho.
Y otro horno por armar.
Las chatas rodeadoras
amontonan un bosque por cada horno.

Recogiendo los meses
con la horquilla de los dedos
don Luis Fernández, carbonero,
quema un dolor doblado en los riñones.

Embolsado el sudor de cada día
con tizones de sol sobre la nuca
tienen cielos de humo
sus pesos negros.




II

Paladas de esta pena reseca
- jarilla y tierra-
con que tapan los trozos.
Caliente sepultura vegetal

Desvelos con el humo en la almohada.
La frente de estos hombres
se supone que es humana.
¡Bestia de olor que acecha llamaradas
cuidando por las noches que no se incendie el horno!

Mientras más lento el fuego
más pesado el carbón.

Que le saquen la mortaja al bosque
pronto y con siesta.
Lloran ángeles negros en las bolsas
por un infierno más para las manos.

Jornales de saliva tiznada
para nombrar los sueños carboneros.




III

Ha quemado El Retamo
-como ocho mil hectáreas de quebracho-
en La Gloria, en San Pedro, en todas partes.
Le queda solamente carbonilla
y cisco
hasta en el alma
y unas ganas ardientes y encimadas
de abrazar más mujer y menos leños.

Vuelve don Luis Fernández quemador
vuelve por doña Juana
sobre la curva de los días apilados en el monte.
Un beso de sabor oscuro
le enciende una mujer de leña.






Sed

                Estar solo es un modo de encontrarse
                                     cuando el cauce es  un río
                                        que se busca por dentro

                                          No es posible mojarse
cuando sobran cascotes que azotan los oídos.

Sólo es canción la sangre que sale a los caminos.
                                    
  Cuan difícil este intento de rescatar luciérnagas
                                         mientras se sienta el resto
                                                  a masticar la noche.

                 No está bien poner las ganas en reposo
                                             cuando aprieta los labios
                                                un hambre de palomas

                                                                       Tengo sed
                                                                           siempre
                                                                     Amo la sed.

                                                           Debe ser tan triste
                                                        no aprender a morir.

 El texto pertenece a su libro. "El Viaje".







Por algo ha de ser

Allanamientos detenciones rastrillajes secuestros
el corazón da un salto cuando suena el timbre
cuando golpean la puerta
tras ese golpe la visita que se espera
no es una visita querida 
tras ese golpe se presume la separación 
un uniforme un arma muchos uniformes muchas armas
la cárcel la incomunicación la tortura
la enfermedad la muerte
día y noche pesa este temor
este miedo que se lo va construyendo minuto a minuto
calle a calle casa a casa habitación a habitación
y todos andamos con la angustia en la boca y en el pecho
en la mirada y en las manos
quemamos libros o los enterramos cuando
se acerca cada nuevo rastrillaje
por adivinanza 
qué puede o qué no puede ser subversivo
se esquiva a los parientes de los presos o a los que fueron
cesanteados
por algo ha de ser se dice 
entre nosotros nos damos la mano para destruirnos
es garantía personal pertenecer a los medios de 
información
Y hay sumo cuidado en no hablar mal
de lo que no se puede hablar bien.

“Por algo ha de ser”- Los días insólitos 











CHELLA COURINGTON [11.086]

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Chella Courington 

(Alabama, EE.UU.,  1956)

Nacida y criada en las montañas Apalaches en el norte de Alabama, Chella Courington creció en una familia de narradores. Seducida por la palabra escrita, se decidió por un  doctorado en Literatura en la Universidad de Carolina del Sur y estudió con James Dickey. En 2002 se mudó a California con un economista y dos gatos, antes de regresar a la poesía. 

Ahora enseña en Santa Barbara City College, tiene poesía publicada o está próxima a publicar en Carquinez Poetry Review, Phantasmagoria, Ibbetson St Press, In The Grove, Iris (online), The Tusculum Review, Lotus Blooms Journal, King Log, NILAS, Healing Voice, y en varias antologías. Su primer libro, publicado por Foothills Publishing of New York en Noviembre 2004, is entitled Southern Girl Gone Wrong .







Verano a los trece

A Anna Claire y a mí nunca nos gustó la hierba alta,
como si tuviéramos miedo a pisar una víbora.
Pero el agua del color del índigo
espera por nosotras al otro lado del peligro.

Nos quitamos los vaqueros, la camisa, la ropa interior,
señalamos nuestro lugar en la orilla,
tomadas de la mano como Ruth y Noemí
nos metemos en el agua hasta la cintura.

A cada paso el agua se mueve cada vez más alta,
estremeciendo de frío nuestros recientes senos.
Rodeo a Anna Claire con los brazos
y me aprieto contra ella en busca de calor.

Me empuja y se aparta,
se sumerge un poco más allá,
sale a la superficie, se arquea,
se sumerge de nuevo,
nada por debajo de mí,
me mece de espaldas con las manos,
me levanta en el aire,
floto sobre las yemas de sus dedos.

Mueve lentamente las manos,
toca mi hombros y mis muslos.
Me besa en los labios,
me abre los ojos con la lengua.

No pronunciamos palabra
antes de alcanzar el amarradero,
antes de aventurarnos de nuevo a través de la hierba alta.

Southern Girl Gone Wrong, Foothills Publishing, Nueva York, 2004
Versión de Jonio González



Summer at Thirteen

Anna Claire and I never like tall grass
afraid we’ll step on a cottonmouth.
But water the color of indigo 
waits for us the other side of danger.

We shed jeans, shirts, underwear, 
mark our place at the edge,
hold hands like Ruth and Naomi
wading into the deep.

With each step, water moves higher,
chills our new breasts. 
I throw my arms around Anna Claire,
press against her for warmth.

She pushes away, 
plunges deep beyond,
surfaces, arches, 
plunges again,
swims under me, 
cradles my back in her palms, 
lifting me to the air 
so I float on her fingertips.

Her hands move gently 
touch my shoulder and thigh. 
She kisses my lips, 
unclosing my eyes with her tongue.

We don’t say a word
before we reach the point of mooring
before we venture back through tall grass.





Medley

I

Hi, don't hang up, my name is Meredith Medley. 
What? 
Meredith Medley. 
What kind of name is that? 
Oh, my mom teaches piano at Waverly High. 
Waverly? I went there. 
Me too, graduated in 98. 
I graduated in 88. Are you calling me about the reunion? 
No, I'm calling about your favorite TV show. 
My what? 
Favorite TV show. 
I don't watch TV. 
Does anybody in your household? 
Who wants to know? 
Me. 
What if there's nobody in my household? 
Are you saying you're single? 
What if I am? 
Are you looking? 
For what? 
Someone to be with. 
Like who? 
Anybody. What do you do if you don't watch TV? 
Why should I tell you? 
Cause I work for Nielsen.





II

Hi, don't hang up, my name is Meredith Medley. 
What do you want? 
What's your favorite TV show? 
Why? 
I work for Nielsen Ratings. 
Nielsen who? 
Ratings. 
Oh. 
So, what's your favorite? 
The Biggest Loser. 
You fat? 
Not really. 
How much do you weigh? 
130. 
How tall? 
5'9.” 
You're almost skinny. I weigh that much & I'm 5'5.” 
Yeah. I don't eat between meals. 
So, what's your favorite show again? 
The Biggest Loser. 
Why? 
I hate fat people & hate myself for hating them. 
Really. 
So when they lose weight, I can love them again. 
Really. 
And when I love them again, I can love myself again. 
Really.





III

Hi, don't hang up, my name is Meredith Medley. 
But I sent my cell number to dontcalldotgov. 
So? 
So you shouldn't be calling me. 
Why not? I've called 20 other people today. 
But they probably didn't send their number to dontcalldotgov. 
Maybe they did. 
If they did, you wouldn't be interrupting their life. 
What do you mean interrupting? 
Like you're doing to me. 
What were you doing when I called? 
Sleeping. 
At 4 in the afternoon? 
Look Missy whoever you are, it's none of your goddamn business. 
Excuse me, sir, but that language is totally uncalled for. 
My language? You're the one who woke me up. 
But you're the one who took our heavenly father's name in vain. 
But maybe he's not my heavenly father, just yours. 
What? You don't believe in God? 
It's none of your goddamn business. 
Look sir, I'm not going to talk to you unless you apologize. 
What? 
Click.





IV

Hi, don't hang up, my name is Meredith Medley. 
Are you kin to Mel Medley? 
Never heard of him. 
So you might be? 
Don't know. Why? 
He makes the meanest babyback ribs in Austin. 
You from there? 
No, but my best friend went to UT. 
Hmm, what's your favorite TV show? 
South Park. 
What? 
South Park. 
How old are you? 
Why do you want to know? 
Cause my nephew watches it. 
How old's he? 
12. 
So what? Those guys who write it are a lot older than that. 
How old are you? 
45. 
And you like South Park? 
Yeah, ever want to turn Barbara Streisand into a monster? 
When my mother gave me Streisand's Greatest Hits. 
See. Trey Parker & Matt Stone are geniuses. 
Who's talking about genius? Thought it was South Park. 
Those are the guys who write it. 
What else you going to do with names like Trey & Matt? 
What? What's your name again? 
Meredith Medley.





To My Father’s Right

stands the body. Dad is left-handed. When he stretches his hand, the
body jumps. I used to stay in the body. We would ask Why can’t I have
the drumstick? Why? Why? Then the questions stopped. We were nine and
eating peach ice cream. Condensed milk, eggs, sugar, vanilla, fresh
Clanton peaches. Butt numb from sitting on the churn as Daddy cranked,
fingers handle-thick. No seconds little fatty. We reached for the ladle.
The next thing I saw was the body on the floor. Its cheek red and dry.





The Body in Ninth Grade

Diet tricks—red and yellow missiles the body steals and carries to
school. The body blasts off before algebra and Mrs. Burgoyne, braced in
support hose. Glaring at thighs, she writes the body up for a dress code
violation. Three to four, the clock hand circles in the cafeteria. The
body does time. Afterwards, an offensive guard bangs it blue under the
gym bleachers. The short skirt bunches about the body’s waist.





Natalie 

While Natalie Wood twirls in the Tennessee night 
suspended above trucks 
Billy pushes me down on the seat 
fumbles with my bra. 

He's heavy and clumsy 
wants me for his steady girl 
leaves a hickey on my breast. 

I know how to hide traces of sex 
with powder and perfume 
how to please penis and mama 
at the same time 

go through a string of Billies 
settle out of state 
for one of them. 

Years later Natalie falls off a boat. 

I dream I'm treading water when 
she reaches for help. 
Afraid of going under 
I watch her drown.

This poem first appeared in King Log and later in my chapbook Southern Girl Gone Wrong (Foothills Publishing, 2004).






The Night I'm Sharon Olds 

Promising gin, revelers entice me 
to the writers' conference party. 
People glance at my blank badge. 
Giddy from martinis, I channel 
letters that curl and rise through my fingers 
like cigarette smoke. 
Tag this self Sharon Olds. 

A man with receding hair thanks me 
for naming his poetry 
honorable mention. 
His words mount and fall 
like gasps of an asthmatic. 
I want to press my lips against his lips. 
Breathe him into first place 
and cover his body with laurel. 

I list toward the featured playwright 
buoyed by his circle of novices 
who swoon to every syllable uttered. 
He stares at my loopy famous name. 
Winds his hand over my shoulder. 
Where are you now? 
I mutter, in the crook of your arm 
and offer him a taste of juniper.

This poem appeared in The Tusculum Review (2005). 




ANDRÉS ELOY BLANCO [11.098]

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File:Andrés Eloy Blanco, 1941.jpg


Andrés Eloy Blanco

Andrés Eloy Blanco Meaño (Cumaná, Venezuela, 6 de agosto de 1896 – México, D. F., 21 de Mayo de 1955) fue un abogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano.

Estudió en Caracas, donde se incorporó al Círculo de Bellas Artes en 1913. En 1918 recibió su primer galardón por el poema pastoral "Canto a la Espiga y al Arado", y publicó su primera obra dramática, El huerto de la epopeya. Ese mismo año fue encarcelado por participar en manifestaciones contra el régimen, siendo ya estudiante de Derecho en la Universidad Central de Venezuela.
A su graduación comenzó a ejercer la abogacía pero continuó escribiendo. En 1923 obtuvo el primer premio en los Juegos Florales de Santander (Cantabria), España con su poema "Canto a España". Viajó a España para recibir el premio, y permaneció allí más de un año, familiarizándose con las vanguardias. En 1924 fue nombrado miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Ese mismo año visitó La Habana (Cuba), donde se reunió con intelectuales cubanos y venezolanos exiliados.

En 1928 comenzó a editar clandestinamente el periódico disidente "El Imparcial", que sería el órgano de difusión de las proscriptas agrupaciones Unión Social Constructiva Americana y Frente de Acción Revolucionaria. Es hecho prisionero tras el golpe de estado del 7 de abril, y confinado en Puerto Cabello hasta 1932, cuando fue liberado por motivos de salud. En el Castillo de San Felipe de Puerto Cabello, convertido en prisión y a fines del siglo XIX rebautizado con el nombre de Libertador, fue donde escribió Barco de Piedra. Precisamente, este título hace referencia a la apariencia de dicho castillo rodeado por el mar. Y para el que conozca el clima de Puerto Cabello, con sus famosas calderetas (viento caliente y seco de tipo foen) en una prisión casi sin luz y sin ventanas y un ambiente similar al de un horno, no le puede extrañar que los poemas incluidos en Barco de Piedra sean de los más tristes de toda su obra. Al ser liberado se le prohibió sin embargo realizar cualquier tipo de manifestación pública, por lo que se dedicó nuevamente a las letras, publicando Poda en 1934, con poemas tan conocidos como Las uvas del tiempo  y La renuncia. Otros poemas muy famosos son Coplas del amor viajero, Silencio y La Hilandera. Un año después (1935) publicó La aeroplana clueca.
A la muerte de Juan Vicente Gómez, Blanco fue nombrado por el presidente Eleazar López Contreras jefe del Servicio de Gabinete en el Ministerio de Obras Públicas. Sin embargo, su postura fuertemente crítica frente a la represión de las manifestaciones del 14 de febrero de 1936 y su pertenencia a la Organización Revolucionaria Venezolana llevan a la decisión de apartarlo de la política local. Ese mismo año es nombrado Inspector de Consulados, cargo en el cual viaja a Cuba, Estados Unidos y Canadá; sin embargo, en 1937 su descontento lo lleva a presentar la renuncia y regresar a Caracas.
Fundaría poco después el Partido Democrático Nacional, como diputado del cual llegaría al Congreso Nacional. A lo largo de su actividad política sigue publicando profusamente. A comienzos de la años 1940 integra su partido en la recién fundada Acción Democrática, y trabaja para la candidatura de Rómulo Gallegos, quien se haría con la presidencia en 1947.
En 1946 fue electo presidente de la Asamblea Nacional Constituyente convocada para la reforma de la constitución, que instaura el sufragio universal, secreto y directo. En 1948 fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores por el presidente Gallegos. Tras su derrocamiento por Carlos Delgado Chalbaud, se exilia en México, donde se dedica a tiempo completo a la poesía.
En 1955 perdió la vida en un accidente de tránsito. El 6 de junio de ese año sus restos fueron trasladados a Caracas para su sepelio, realizado entre estrictas medidas de seguridad por parte de las fuerzas del régimen.
En 2005 se cumplieron 50 años de su muerte y esta fecha, que hubiera podido servir de ocasión para recordar los valores esenciales de su poesía y el sentido social de su obra, pasó, inclusive en Venezuela, prácticamente desapercibida, lo cual es casi imperdonable. Ya antes, cuando se cumplieron 100 años de su nacimiento, el profesor Luis Chesney Lawrence (Universidad Central de Venezuela) señaló, en el resumen de su investigación titulada Venezuelan dramatists in shadows: Andrés Eloy Blanco (Dramaturgia venezolana en sombras: Andrés Eloy Blanco):
Esta investigación presenta una visión panorámica de la obra dramática de A. E. Blanco, quien como autor dramático ha recibido muy poca atención, tanto dentro como fuera de su propio país, Venezuela.
Afortunadamente, el esfuerzo realizado en la edición de una Antología Popular por parte de Monte Ávila Editores (Editorial del Estado Venezolano) de la que se publicaron dos ediciones en 1990 y 1997, esta última, como una obra realizada por la Comisión Presidencial para el Centenario del Natalicio de Andrés Eloy Blanco, vino a resaltar el enorme valor poético y social de uno de los venezolanos más destacados en el campo de las letras de todos los tiempos. En el prólogo de esta obra, escrito por otro venezolano muy distinguido, Juan Liscano, se hace referencia a la personalidad polifacética de Andrés Eloy:
Andrés Eloy Blanco (1896 - 1955) goza, junto con algunos otros poetas inferiores a él, de la mayor popularidad en Venezuela. Su noble condición humana, su idealismo de otro tiempo, su caballerosidad, su adhesión a la causa de la libertad y de la democracia la cual le costó cárceles, confinamientos y exilios; su humor, su ingenio chispeante, su sensibilidad por lo popular, su elocuencia, sus versos de inspiración tradicional, abiertos al entendimiento de las mayorías, hicieron de él un símbolo de la civilidad vigilante y una expresión genuina de venezolanidad extrovertida. ¡Qué extraordinaria lección para la posteridad que casi nadie recuerde ahora la importancia de Andrés Eloy Blanco como político, pero que millones de personas puedan recordar y recitar su poema Angelitos Negros!.


Sentido social de su poesía

Busto de Andrés Eloy Blanco, Parque del Retiro, Madrid, España.

Aunque su trayectoria política opacó, en cierto modo, su obra literaria, también podría interpretarse en sentido inverso, hasta el punto de que tuvo que aclarar en una sesión de la Cámara de Diputados (el 10 de junio de 1943) su doble vocación de poeta por un lado, y de abogado y diputado por la otra:
"Algunos colegas no han tomado en cuenta mi cualidad de diputado, sino mi cualidad de poeta. Así podría yo negarle a cualquiera de mis colegas que no fuera abogado o médico el derecho a referirse a una materia penal, porque son farmacéuticos o comerciantes. Precisamente he tratado de juntar siempre mi cualidad de diputado con mi cualidad de poeta. Porque tengo del poeta un concepto nuevo; porque considero como la más alta de sus funciones la función social del poeta. Yo debo con todo afecto corresponder a la frase del diputado Manzo, quien en este caso no fue muy 'manso' conmigo que digamos, diciéndole que yo no soy un notable abogado. En mí lo único notable como abogado es la falta de clientela".
Dos buenos ejemplos de esta poesía de sentido social en Andrés Eloy los podemos encontrar en el Coloquio bajo la palma —de su obra Giraluna, publicada en 1955, poco después de su muerte—, y muy especialmente, en su famosísimo poema Angelitos Negros.

Coloquio bajo la palma

Este poema es una exaltación del espíritu de superación del ser humano, de la necesidad de estudiar y prepararse (alumbrarse como señala Andrés Eloy tomando la idea de Bolívar: Moral y luces son nuestras primeras necesidades) con el objetivo siempre presente de utilizar esas luces para, a su vez, irlas transmitiendo y difundiendo. Es también un himno al trabajo, un canto a la igualdad social, un mandato a la educación de los hijos, a la libertad y la democracia, como puede leerse en una página de la Universidad Autónoma de Santo Domingo donde se puede obtener dicho poema.

Píntame Angelitos Negros

Muchos hispanoamericanos consideran que este poema de Andrés Eloy, es un himno en contra de la discriminación racial. El poema fue publicado en vida de su autor y fue incluido también en una recopilación póstuma (1959) titulada La Juanbimbada, que recoge muchas poesías dispersas de distintas épocas de su vida.
Se hizo muy conocido en todo el mundo de habla hispana a través de un bolero cuya música pertenece al actor y compositor mexicano Manuel Álvarez Rentería, apodado artísticamente "Maciste", interpretado inicialmente por el actor y cantante mexicano Pedro Infante y también por Antonio Machín, y fue especialmente popular en España además de América Latina. En su adaptación al ritmo de bolero, se redujo la extensión de la poesía quitándole el diálogo inicial y otros de los versos para hacerla más apropiada a la longitud de la obra musical. Y aunque mucha gente recuerda la canción en todo el mundo, muy pocos saben que estaba basada en un poema de este poeta venezolano.
Entre las distintas versiones que existen, se destaca la del dúo uruguayo Los Olimareños que grabó este poema en forma de pasaje, ritmo propio del llano venezolano, respetando el diálogo inicial y alternando los textos del poema original con adaptaciones algunos de los versos y usando una música escrita al efecto. Así mismo, destacan las realizadas por las cantantes estadounidenses Eartha Kitt y Roberta Flack, ésta última incluida en su álbum de 1969 titulado First Take. Ambas usan la música escrita por Manuel Álvarez Rentería.

Humorismo

Andrés Eloy Blanco fue un destacado humorista, muy hábil en la sátira, en la improvisación humorística y en la ironía política. Una recopilación excelente de sus escritos humorísticos se encuentra en la obra de José Rivas Rivas.

Monumento a Andrés Eloy Blanco en el Parque del Retiro, Madrid.


Obras

El huerto de la epopeya (1918, drama en verso)
Tierras que me oyeron (1921)
Los claveles de la puerta (1922)
El amor no fue a los toros (1924)
El Cristo de las violetas (1925, teatro)
Poda (1934)
La aeroplana clueca (1935)
El pie de la Virgen (1937, teatro)
Barco de piedra (1937)
Abigaíl (1937, teatro)
Malvina recobrada (1937, teatro)
Baedeker 2000 (1938)
Liberación y Siembra (1938)
Navegación de altura (1942, compilación de artículos políticos)
Vargas, albacea de la angustia (1947, biografía)
Los muertos las prefieren negras (1950, teatro)
A un año de tu luz (1951)
El poeta y el pueblo (1954)
Giraluna (1955)
La Juanbimbada (1959, póstumo)







A Florinda en invierno

Al hombre mozo que te habló de amores
dijiste ayer, Florinda, que volviera,
porque en las manos te sobraban flores
para reírte de la Primavera.

Llegó el Otoño: cama y cobertores
te dio en su deshojar la enredadera
y vino el hombre que te habló de amores
y nuevamente le dijiste: -Espera.

Y ahora esperas tú, visión remota,
campiña gris, empalizada rota,
ya sin calor el póstumo retoño

que te dejó la enredadera trunca,
porque cuando el amor viene en Otoño,
si le dejamos ir no vuelve nunca.







A un año de tu luz

A un año de tu luz, e iluminado 
hasta el final de su latir, por ella, 
desanda el viaje el corazón cansado.

De tu voz, de tu mano y de tu huella 
retorna a la niñez, donde palpita 
sangres de luz tu corazón de estrella.

Vamos los dos a la esperada cita
y parece saltar de mi costado,
santa y clara, tu voz de agua bendita.
Y así al solar de la niñez llegado,
mi corazón, devuelto de tu muerte,
a un año de tu luz, e iluminado.

Luna de Cumaná, para encenderte
la lámpara de arrullo que me duerma
y el postigo de voz que me despierte.

Luna en el pan de la colina yerma,
en el río, en la sabana,
pavón lunar de mariposa enferma;

y luna en el cocal, junto a Chiclana,
donde el recuerdo azul de tus amores
se echa a dormir, como una caravana;

luna para los mapas de colores
que teje la nocturna confidencia
rumbo a la calle de Flor de las Flores

y luna que en tus uvas aquerencia
para miel de aquellas de tu parra
y el limón de las doce de tu ausencia.

Ancha la casa que el poema narra:
blancas mujeres, de azabache el pelo,
hechas al par de hormiga y de cigarra;

buenas para el bautizo y para el duelo,
parejas en el hambre o en la medra,
del sueño canto y del dolor pañuelo.

Galaica flor en castellana piedra:
vaciada al acueducto segoviano
la ría de cantor de Pontevedra

Así te halló el esposo y hortelano,
Doctor para saber cómo se tienta
el pulso al corazón desde la mano.

Así el hogar, señora y cenicienta,
nodriza y enfermera en el manejo
y en el combate al sol, lugartenienta.

Así la lucha y la prisión, espejo
de aquella tierra de recluta y canto,
panal del niño y retamal del viejo.

Y tu niño en la flor del camposanto
y el Esposo en el sol de los caminos
el exilio y el mar: cosas del llanto.

La isla de los lobos peregrinos,
de níspero el sabor, de perla el flanco,
de sal, de sol, de piedra los marinos.

Copia de espuma y ola en el barranco,
de noche y playa, médico y cochero,
el coche negro y el caballo blanco.

Y la Virgen del Valle y el vallero,
perla para los buzos hacia arriba,
madre del mar y de su marinero.

La Isla, como tú, del mar cautiva,
con eso de la sed y de la vela,
siempre llegando y siempre fugitiva.

Dormir allí, bajo tu cantinela
soñar domingos de color de playa
en la semana de color de escuela.

Dormir allí, pescado en la atarraya
de tu labor de estambre y mecedora,
mi sueño, entre las dunas de tu saya.

¡Ay, las hermanas de durazno y mora!
¡Ay, mi hermano de amor y de centella!
¡Ay, mi Padre de luz y tú de aurora!

¡Ay, el claro querer sin la querella!
Tu pan, tu sol, tus ojos, para el día;
para la noche, kerosén y estrella.

Para la noche de ponerte fría,
cuando oíste subir de tus hinojos
el llanto de mi verso que nacía.

Yo en tus rodillas, en la calle abrojos,
en la acera los dos, y una saeta
mi primer verso fue para tus ojos.

Me alzaste en brazos; trémula y coqueta,
fuiste y volviste de la risa al lloro
y empezaste a gritar:   -Tengo un Poeta!

tú quisiste decir: - Tengo un tesoro,
tengo un ovillo de torzal de plata
y una cocina de fogón de oro...

Así la Isla: calles de piñata,
amor de la muñeca y la gaviota,
cartas de sol con lunas de postdata.

Hasta el día en que el mar, gota por gota,
cayó desde las nubes de tu llanto
hasta los pies de tu muñeca rota;

y otro pedazo tuyo al camposanto:
niña del mar, que te prestó la tierra;
tanto te daba y te quitaba tanto.

Y al mar de nuevo, la balandra en guerra.
Y el cabo al tajamar y el salto al valle
del pequeño calvario y la alta sierra.

La ciudad linda, de guirnalda al talle,
el bronce amado y verdugo triste
y el silencio del hombre de la calle.

Y tus manos de bruja artesanía
en el punto cabal de la chaqueta
y en escarpines de juguetería.

(Por eso, tejedora en el poeta,
en la dantesca red de los tercetos
engarzo a ti lazada y cadeneta).

Y el regreso a los hijos y los nietos,
feliz de tus estancias favoritas
y enredada la lengua de alfabetos;

y la puntualidad de tus visitas
a misa de San Juan, por la mañana,
a la capilla de las hermanitas.

Morir, morir... La insustituible hermana
al reino de la nube y de la flecha,
luna descalza, huyó por la ventana.

No fue más que otra deuda satisfecha
en el trueque de savias y de flores
que había entre la tumba y tu cosecha.

Tu casa de San Luis de los Dolores
alzó al lacrimatorio de los pinos
la conciencia de ángel de las flores.

Y tú a sus pies; el odio en los caminos
y tú ofreciendo en el cruzar del fuego
aire de amor a todos los molinos.

Era molerte el alma; el mundo ciego
luchando, y tú, en el centro de la guerra,
sin queja, sin rencor y sin sosiego.

Y al ultimo dolor, tu vida cierra
balance de los hombres de tu entraña:
bajo la tierra, dos, y uno sin tierra.

Al mar de nuevo, a darme en tierra extraña
la valiente mirada que quería
luchar contra la gota en la pestaña.

Después, aquellos hombres de alma fría;
el inhóspito lecho hospitalario,
sobre la tela del cercano cielo,
el encaje final de tu rosario.

Y el regreso al hogar, el negro vuelo:
con las dos alas el avión cortaba
varas de noche para nuestro duelo.

Aldebarán, que nos acompañaba,
las Pléyades y el mar que las refleja
miraron una urna que volaba.

Al final del estambre en tu madeja
se cuajó en tu mirada nebulosa
la última uva de la noche vieja.

Así fue. Y al morir la dolorosa,
un ave negra le llevó al lucero
en el pico ladrón la mariposa.

Fue en un día tres veces agorero;
ese día de un mes, nos ha quedado
como el mejor para decir «Me muero».

Así fue, madre, el fin de tu bordado
como el mejor para decir «Me muero».

Así fue, madre, el fin de tu bordado.
De tus hijas y nietas el gemido
puso a temblar el pino abandonado.

En hombros te llevaba el pueblo herido,
la múltiple cabeza descubierta,
y al pasar por San Luis, tu viejo nido,

el mundo de tu amor salió a la puerta
y el silencio de un hijo que lloraba
metió el pinar en tu cajón de muerta.

Aquí conmigo estás; yo, que soñaba
viajar contigo, tengo en tu retrato
esa sonrisa que te iluminaba.

Y allá estarás, en el taller beato,
para vestir de blancos faldellines
a mi angelito negro y mulato,

para llenar de azules escarpines,
tejidos con celajes de destellos,
la canastilla de los serafines.

Estamos con los hijos y hasta ellos
vemos caer la luz de tu mirada,
peinando con tu nombre sus cabellos.

Tenemos tu sonrisa iluminada;
la voz de tu trisagio y de tu misa
le grita a mi dolor:  -¡No ha muerto nada!

Con bosque y mar, con huracán y brisa,
con esa misma muerte que te encierra,
de la gracia inmortal de tu sonrisa
llenos están los cielos y las tierras.







Ayer vino la paloma...

Ayer vino la paloma
que viene todos los días,
ayer se paró en la reja
y comió de mi comida,
ayer vino hasta mis hierros,
ayer me escuchó tranquila
y digo en el romancillo
las cosas que le decía:

-Paloma, vuelve a los cielos
y mira hacia los tejados;
cuando veas una casa
grande, que tiene tres patios;
el primero con palmeras,
el segundo con mosaicos,
el tercero, un patio grande
con azotea de un lado
y arboleda y gallinero
y olor de jabón pintado,
cuando veas esa casa
verás en el primer patio
cuatro mujeres cosiendo
cuatro mujeres bordando.
Allí llegarás, paloma
y allí bajarás al patio
y caerás en las rodillas
de la del pelo dorado;
después volarás de nuevo
y volverás a mi lado,
y entonces sabré, paloma,
si la del pelo dorado
tiene las manos cosiendo,
tiene los ojos llorando.

Ayer vino la paloma
que viene todos los días,
ayer se paró en mi reja
y comió de mi comida,
ayer vino hasta mis hierros,
ayer hablóme tranquila
y digo en el romancillo
las cosas que me decía:

-Prisionero, fui a los cielos
y miré hacia los tejados
hasta que encontré una casa
grande, que tiene tres patios;
el primero guarnecido
Con zócalo de mosaicos,
lleno de tiestos con flores
y sillas de junco blanco,
con un vitral en el fondo
de vidrios esmerilados;
el segundo, con columnas
y reja de alicatados
y con una enredadera
y unos rosales cargados;
y el tercero con gallinas
y una higuera y unos plátanos
y un hilo con ropa blanca
y olor de jabón pintado.

Allí llegué, prisionero,
y encontré en el primer patio
tres niños con las cabezas
como zagal de retablo.
Y en el segundo encontré
cinco mujeres bordando
cuatro con el pelo negro
y una con el pelo blanco.
Allí llegué, prisionero,
y allí me metí en el patio
y le caí en las rodillas
de aquella del pelo blanco.
Tiene las manos cosiendo,
tiene los ojos llorando.







¿Cuántas estrellas tiene el cielo?

La última noche que pasamos juntos,
lo preguntó:
-¿Cuántas estrellas tiene el cielo?
-Trescientas cincuenta mil.
-¿A que no?
-¿A que sí?

-Cállate. Esta noche
no quiero que preguntes esas cosas.
Esta noche, si quieres preguntar
cuántas estrellas tiene el cielo,
o cualquier otra cosa,
pregunta algo así como ¿me quieres?
¿tienes frío? ¿quién dice que tiene hambre?

Esta noche, pregunta algo que sea
contestado en el mundo sin palabras.
Interroga con toda tu sangre
algo en que toda la vida del mundo
esté preguntando,
algo así como ¿quién llora?
¿hace falta algo?

Y verás como todo hace falta
y sabrás cuántas estrellas tiene el cielo
cuando sepas que el cielo tiene una sola estrella
para cada momento,
porque con una que se pierda
dará un paso de sombra la luz del Universo.







El dulce mal

Vuelvo los ojos a mi propia historia.
Sueños, más sueños y más sueños... gloria,
más gloria... odio... un ruiseñor huyendo...
y asómbrame no ver en toda ella
ni un rasgo, ni un esbozo, ni una huella
del dulce mal con que me estoy muriendo.

Torno a mirar hacia el camino andado...
Mi marcha fue una marcha de soldado,
con paso vencedor, a todo estruendo;
mi alegría una bárbara alegría...
Y en nada está la sombra todavía
del dulce mal con que me estoy muriendo.

Surgió una cumbre frente a mí; quisieron
otros mil coronarla y no pudieron;
sólo yo quedé arriba, sonriendo,
y allí, suelta la voz, tendido el brazo,
nunca sentí ni el leve picotazo,
del dulce mal con que me estoy muriendo.

Volví la frente hacia el más bello ocaso...
Mil bravos se rindieron al fracaso
mas, yo fui vencedor del mal tremendo;
fui gloria empurpurada y vespertina,
sin presentir la marcha clandestina
del dulce mal con que me estoy muriendo.

Fuerzas y potestades me sitiaron
y, prueba sobre prueba, acorralaron
mi fe, que ni la cambio ni la vendo,
y yo les vi marchar con su despecho
feliz, sin presentir nada en mi pecho
del dulce mal con que me estoy muriendo.

Mujeres... por mi gloria y por mis luchas
en muchas partes se me dieron muchas
y en todas partes me dormí queriendo
y en la mañana hacia otro amor seguía,
pero en ninguno el dardo presentía
del dulce mal con que me estoy muriendo.

Y un día fue la torpe circunstancia
de quedarnos a solas en la estancia,
leyendo juntos, sin estar leyendo,
mirarnos en los ojos, sin malicia,
y quedarnos después con la delicia
del dulce mal con que me estoy muriendo.







La mujer de sal

¡Oh, blancura imposible de la Amada imposible!
¡Por todos mis desvelos cruza, como un fantasma,
como un jirón de invierno, su carne sin penumbras,
inverosímilmente blanca!

¡Oh, blancura imposible,
que integra mis delirios y va sobre mi alma,
con la apariencia leve de un sudario
y la verdad de mármol de una lápida!

Si alguna vez la viste, filósofo ambulante,
devanador de calles, enredador de plazas,
tejedor de monólogos, si alguna vez la viste,
di si es verdad que te espantó mirarla.

El resumen de todas las blancuras
en Ella se anidó como una garza,
y fue en sus manos un sopor de ovejas
y fue lienzo de altar en su garganta.

Vibrante, musical y suspendida
sobre la tierra, su blancura se alza
y va floreando sobre el alto cielo
como un arbusto bajo la nevada.

¡Blancura universal, ¡cómo te miro
resumida al mirarla!
¡El blancor de esos días tercamente lluviosos; 
las estatuas de mármol recién inauguradas;
el estertor de la pechuga exangüe;
el ruedo que la mar prende a su falda;
la capa voladora del beduino
y sus tiendas errantes, palomar del Sahara;
los caminos ahogados en la arena;
al fondo de los árboles, la pared de una casa;
las tumbas escondidas en la noche;
el cirio iluminando la mortaja;
¡yacente livor del esqueleto
que el cincel del gusano cincelara;
esas frases inéditas, alargadas de aes,
con que los sordomudos desahogan su rabia;
las gotas de azahar sobre las bodas,
y en la Suprema hora de las ansias,
en el instante de aflojar los brazos,
aquel blanco en los ojos de la mujer cansada!

Blancura universal, ¡Cómo te miro
resumida, al mirarte!
El remoto dolor de los pañuelos
que aletean de adioses en la playa;
las velas de cien barcos bajo el sol, 
que parece
que un gran lirio se hubiera deshojado
en la rada;
las nubecillas huérfanas que entristecen
los cielos
con la miseria de su buche de agua;
la alegría lustral del primer diente
que en la frescura del pezón se clava
y en la inquietud de una cabeza negra
la aguja cruel de la primera cana;
el alba, cuando bajo los rayos del ordeño
se amanece de leche la penumbra del ánfora;
el pan de trigo antes de entrar al horno;
el lecho albar que está estrenando sábanas
y la cuerda del patio con la ropa
que ponen a secar por la mañana!...

Mucho de amargo y mucho de imposible 
tiene, en verdad, la carne de la Amada; 
en Ella hay la amargura de esas drogas blanquísimas,
y es imposible como el Himalaya.

Su carne es la Primera Comunión de la Carne,
y tiene lo intocado de las páginas
donde no escribió nadie, porque esperan la mano
que escriba con su sangre la Primera Palabra.

¡Mujer de Nieve, inédita de los llanos polares!
¡Mujer de Sal, como la vieja Estatua!
Cuando duerme, su rostro
se debe confundir con la almohada,
y cuando muere la creerán dormida,
porque después de muerta no podrá ser más pálida.

¡Mujer de Nieve, efigie de la Muerte,
Mujer de Sal, Estatua!
Si has de venir a mí, ven por la senda
más nocturna o más blanca;
así te fundirás en el camino
y yo no te veré hasta la llegada.

Vendrás diciendo una palabra hueca,
con muchas aes y la voz muy baja;
tus dedos azulados palparán las tinieblas,
y un collar de corales, ciñendo tu garganta,
suspenderá hasta el vértice 
de mis presentimientos
la evocación de las descabezadas.

Mujer de sal, mujer de nieve, siento
como un largo vacío tu blancura en el alma,
y voy a ti como al abismo el ciego,
aunque presienta que has de ser mañana,
Como la muerte, fría e imposible
y como la mujer de Lot, amarga...







La órbita del agua

Vamos a embarcar, amigos,
para el viaje de la gota del agua.
Es una gota, apenas, como el ojo de un pájaro.

Para nosotros no es sino un punto,
una semilla de luz,
una semilla de agua,
la mitad de lágrimas de una sonrisa,
pero le cabe el cielo
y sería el naufragio de una hormiga.

Vamos a seguir, amigos,
la órbita de la gota de agua:
De la cresta de una ola
salta, con el vapor de la mañana;
sube a la costa de una nube
insular en el cielo, blanca, como una playa;
viaja hacia el Occidente,
llueve en el pico de una montaña,
abrillanta las hojas,
esmalta los retoños,
rueda en una quebrada,
se sazona en el jugo de las frutas caídas,
brinca en las cataratas,
desemboca en el río, va corriendo hacia el Este,
corta en dos la sabana,
hace piruetas en los remolinos
y en los anchos remansos se dilata
como la pupila de un gato,
sigue hacia el Este en la marea baja,
llega al mar, a la cresta de su ola
y hemos llegado, amigos... Volveremos mañana.







La renuncia

He renunciado a ti. No era posible.
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.

Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
Hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...

He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;
como el que ve partir grandes navíos
con rumbos hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos bríos
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;
como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.

He renunciado a ti, como renuncia
el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos extáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales
en los escaparates de las confiterías...
He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, cuántas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!

Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...







La vaca blanca

De un amor que pasó, como un paisaje 
visto del tren, cuando se va de viaje; 
de un romance de un mes, en un cobijo 
del llano, una mujer me dejó un hijo. 

Ella murió, y abrieron una fosa, 
y allí metieron el residuo humano, 
y una cúpula azul sobre una losa 
fue el mausoleo: el cielo sobre el llano. 

Y me dejó un pequeño 
así de grande y como flor de harina, 
con unos ojos como para un sueño 
y el laberinto de su lengua china. 

Yo vine de muy lejos para verle. Tenía 
las pestañas muy largas; me miró fijamente 
y me mostró la lengua bajo la calva encía, 
con una picardía 
de granuja que dice: "Qué me verá esta gente?"

Tuvo hambre. Yo anduve de covacha en covacha 
comprándole su leche al niño ajeno; 
cada vez que encontraba una muchacha, 
con cierta gula le miraba el seno.

Había seis mujeres: 
eran cinco doncellas y una vieja arrugada; 
eran diez pechos para los placeres 
y dos que no servían para nada.

Pasé por el corral y hallé en la puerta 
la vaca blanca y su ternera muerta. 
Y se vino hacia mí la vaca blanca, 
una estrella en la frente y una cruz en el anca...

Mi niño era de nieve; su ternera, de armiño; 
por su ternera, yo le di mi niño.

Y era aquel despertar por la mañana, 
cuando rompía el sueño 
el mugir de la vaca en la ventana, 
y el breve ordeñador iba al ordeño.

Y aquella boca en el pezón colgante, 
y aquel mirar de vaca, mansamente, 
y después, él delante 
del testuz, y la vaca le lamía la frente. 

Hoy le enterramos. Vino 
la fiebre, y en dos días se me fue. En el camino 
he encontrado la vaca; por la tierra albariza 
se acercaba a lo lejos su dolor de nodriza...

Los dos nos arrimamos, y se puso a mirarme; 
en la frente dolida se le avivó el lucero, 
y sus remotos ojos parecían hablarme 
del dolor que le daba de perder mi ternero.

Y la nodriza y todo 
cuanto del llano tuve, se me quedó en el llano... 
La vaca me miraba..., me miraba de un modo, 
que yo sentí la angustia de tenderle la mano...







Las uvas del tiempo

Madre: esta noche se nos muere un año. 
En esta ciudad grande, todos están de fiesta; 
zambombas, serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!; 
claro, como todos tienen su madre cerca... 
¡Yo estoy tan solo, madre, 
tan solo!; pero miento, que ojalá lo estuviera; 
estoy con tu recuerdo, y el recuerdo es un año 
pasado que se queda. 
Si vieras, si escucharas esta alboroto: hay hombres 
vestidos de locura, con cacerolas viejas, 
tambores de sartenes, 
cencerros y cornetas; 
el hálito canalla 
de las mujeres ebrias; 
el diablo, con diez latas prendidas en el rabo, 
anda por esas calles inventando piruetas, 
y por esta balumba en que da brincos 
la gran ciudad histérica, 
mi soledad y tu recuerdo, madre, 
marchan como dos penas.

Esta es la noche en que todos se ponen 
en los ojos la venda, 
para olvidar que hay alguien cerrando un libro, 
para no ver la periódica liquidación de cuentas, 
donde van las partidas al Haber de la Muerte, 
por lo que viene y por lo que se queda, 
porque no lo sufrimos se ha perdido 
y lo gozado ayer es una perdida.

Aquí es de la tradición que en esta noche, 
cuando el reloj anuncia que el Año Nuevo llega, 
todos los hombres coman, al compás de las horas, 
las doce uvas de la Noche Vieja. 
Pero aquí no se abrazan ni gritan: ¡FELIZ AÑO!, 
como en los pueblos de mi tierra; 
en este gozo hay menos caridad; la alegría 
de cada cual va sola, y la tristeza 
del que está al margen del tumulto acusa 
lo inevitable de la casa ajena. 

¡Oh nuestras plazas, donde van las gentes, 
sin conocerse, con la buena nueva! 
Las manos que se buscan con la efusión unánime 
de ser hormigas de la misma cueva; 
y al hombre que está solo, bajo un árbol, 
le dicen cosas de honda fortaleza: 
"¡Venid compadre, que las horas pasan; 
pero aprendamos a pasar con ellas!" 
Y el cañonazo en la Planicie, 
y el himno nacional desde la iglesia, 
y el amigo que viene a saludarnos: 
"feliz año, señores", y los criados que llegan 
a recibir en nuestros brazos 
el amor de la casa buena. 

Y el beso familiar a medianoche: 
«La bendición, mi madre» 
«Que el Señor la proteja...»
Y después, en el claro comedor, la familia 
congregada para la cena, 
con dos amigos íntimos, y tú, madre, a mi lado, 
y mi padre, algo triste, presidiendo la mesa. 
¡Madre, cómo son ácidas 
las uvas de la ausencia! 

¡Mi casona oriental! Aquella casa 
con claustros coloniales, portón y enredaderas, 
el molino de viento y los granados, 
los grandes libros de la biblioteca 
-mis libros preferidos: tres tomos con imágenes 
que hablaban de los reinos de la Naturaleza-. 
Al lado, el gran corral, donde parece 
que hay dinero enterrado desde la Independencia; 
el corral con guayabos y almendros, 
el corral con peonías y cerezas 
y el gran parral que daba todo el año 
uvas más dulces que la miel de las abejas. 

Bajo el parral hay un estanque; 
un baño en ese estanque sabe a Grecia; 
del verde artesonado, las uvas en racimos, 
tan bajas, que del agua se podría cogerlas, 
y mientras en los labios se desangra la uva, 
los pies hacen saltar el agua fresca. 

Cuando llegaba la sazón tenía 
cada racimo un capuchón de tela, 
para salvarlo de la gula 
de las avispas negras, 
y tenían entonces 
una gracia invernal las uvas nuestras, 
arrebujadas en sus talas blancas, 
sordas a la canción de las abejas... 

Y ahora, madre, que tan sólo tengo 
las doce uvas de la Noche Vieja, 
hoy que exprimo las uvas de los meses 
sobre el recuerdo de la viña seca, 
siento que toda la acidez del mundo 
se está metiendo en ella, 
porque tienen el ácido de lo que fue dulzura 
las uvas de la ausencia. 

Y ahora me pregunto: 
Por qué razón estoy yo aquí? Que fuerza pudo 
más que tu amor, que me llevaba 
a la dulce aninomia de tu puerta? 
¡Oh miserable vara que nos mides! 
¡El Renombre, la Gloria..., pobre cosa pequeña! 
¡Cuando dejé mi casa para buscar la Gloria, 
cómo olvidé la Gloria que me dejaba en ella! 

Y esta es la lucha ante los hombres malos 
y ante las almas buenas; 
yo soy un hombre a solas en busca de un camino. 
Dónde hallaré camino mejor que la vereda 
que a ti me lleva, madre; la verdad que corta 
por los campos frutales, pintada de hojas secas, 
siempre recién llovida, 
con pájaros del trópico, con muchachas de la aldea, 
hombres que dicen: "Buenos días, niño", 
y el queso que me guardas siempre para merienda? 
Esa es la Gloria, madre, para un hombre 
que se llamó Fray Luis y era poeta. 

¡Oh mi casa sin cítricos, mi casa donde puede 
mi poesía andar como una reina! 
Qué sabes tú de formas y doctrinas, 
de metros y de escuela? 
Tú eres mi madre, que me dices siempre 
que son hermosos todos mis poemas; 
para ti, soy grande; cuando dices mis versos, 
yo no sé si los dices o los rezas... 
¡Y mientras exprimimos en las uvas del Tiempo 
toda una vida absurda, la promesa 
de vernos otra vez se va alargando, 
y el momento de irnos está cerca, 
y no pensamos que se pierde todo! 
¡Por eso en esta noche, mientras pasa la fiesta 
y en la última uva libo la última gota 
del año que se aleja, 
pienso en que tienes todavía, madre, 
retazos de carbón en la cabeza, 
y ojos tan bellos que por mí regaron 
su clara pleamar en tus ojeras, 
y manos pulcras, y esbeltez de talle, 
donde hay la gracia de la espiga nueva; 
que eres hermosa, madre, todavía, 
y yo estoy loco por estar de vuelta, 
porque tú eres la Gloria de mis años 
y no quiero volver cuando estés vieja!... 

Uvas del Tiempo que mi ser escancia 
en el recuerdo de la viña seca, 
¡Cómo me pierdo, madre, en los caminos 
hacia la devoción de tu vereda! 
Y en esta algarabía de la ciudad borracha, 
donde va mi emoción sin compañera, 
mientras los hombres comen las uvas de los meses, 
yo me acojo al recuerdo como un niño a una puerta. 
Mi labio está bebiendo de tu seno, 
que es el racimo de la parra buena, 
el buen racimo que exprimí en el día 
sin hora y sin reloj de mi inconsciencia. 

Madre, esta noche se nos muere un año; 
todos estos señores tienen su madre cerca, 
y al lado mío mi tristeza muda 
tiene el dolor de una muchacha muerta... 
Y vino toda la acidez del mundo 
a destilar sus doce gotas trémulas, 
cuando cayeron sobre mi silencio 
las doce uvas de la Noche Vieja.






Luna de abril

Luna de abril, descotada,
con aguazal circunscrito,
desnuda, con desnudez
pura de pecho con niño.
Luna llena, ubre de vaca,
con lucero becerrillo;
¡qué puro se pone el pecho
cuando se le cuelga el niño!

Esta noche yo no siento
ni sombra de odio por nadie
ni pena de verme preso,
ni ganas de que me quiten
los grillos que me pusieron.

Nada hay más impuro, nada,
que el pecho de las mujeres,
pero no hay nada más puro
ni mejor para mirarlo
que un pecho fuera del pecho
y un niño al lado.







Miedo

La sombra de una duda sobre mí se levanta
cuando llega el arrullo de tu voz a mi oído;
miedo de conocerte; pero en el miedo hay tanta
pasión, que me parece que ya te he conocido.

Yo adiviné el misterio cantor de tu garganta.
¿Será que lo he soñado? Tal vez lo he presentido:
mujer cuando promete y nido cuando canta;
mentira en la promesa y abandono en el nido.

Quizá no conocernos fuera mejor; yo siento
cerca de ti el asalto de un mal presentimiento
que me pone en los labios una emoción cobarde.

Y si asoma a mis ojos la sed de conocerte,
van a ti mis audacias, mujer extraña y fuerte,
pero el amor me grita: -¡si has llegado muy tarde!...







Murió de nuevo un día... yo la amaba...

Murió de nuevo un día... yo la amaba,
mas sin remedio se murió ese día...
-¡Vuelve, Rabino, vuelve!... - yo clamaba -
pero el Rabino rubio no volvía.

Pasó la niña veinte siglos muerta,
murió Cafarnaún de Palestina
y el alma mía, inútil y desierta,
lloraba de inmortal sobre las ruinas.

¡Y la amaba, la amaba... Su blancura
la buscaba en la blanca nebulosa,
su cabellera entre la noche oscura
y en el Poniente su color de rosa...

Y al fin la hallé... Escondida entre los tules
de una puesta de sol, estaba Ella;
su carne inmóvil entre dos azules
inauguraba la primera estrella...

Y la encontré más blanca todavía,
flotando en el azul, sin vestidura,
¡qué blanca estaba así!... la niña mía
tenía veinte siglos de blancura...

Clamé al Amor entonces... Voces buenas
dijeron a lo lejos: - Te ha escuchado! - 
clamé al eterno Amor... y a mi lado
la blanca niña era una nube apenas...

Llegó el Amor. Los cielos fueron mudos,
su leve paso silenció la esfera,
llegó el eterno amor de pies desnudos,
maduro el trigo de la cabellera...

"No es muerta... duerme!... y le ordenó:
                                             -¡Levanta!
y Ella se alzó, delgada de martirio,
y una voz le subió por la garganta
como una abeja que abandona un lirio.

Y ha vuelto a mí... su cabellera oscura,
su misma voz... pero en la mano fría
con veinte siglos de amasar blancura,
persiste el miedo de morirse un día....







No son para la Lira manos que odian la calma...

No son para la Lira manos que odian la calma;
¡para cantarte me he pulsado el alma!
Con un temblor de novia que se inicia,
con un azoramiento de novicia,
el candor de las páginas, rebaño de gacelas,
aguarda ante mis ojos la llegada del Cántico,
virgen como la espuma del Atlántico
antes del paso de las carabelas...







Primera estación

Ya rindió una jornada la fiebre de mis brazos
y aún están los leones de mi numen erguidos:
los músculos alertas para nuevos zarpazos
y firmes los pulmones para nuevos rugidos.







Regreso al mar

Siempre es el mar donde mejor se quiere,
fue siempre el mar donde mejor te quise;
al amor, como al mar, no hay quien lo alise
ni al mar , como al amor, quien lo modere.

No hay quien como la mar familiarice
ni quien como la ola persevere,
ni el que más diga en lo que vive y muere
nos dice más de lo que el mar nos dice.

Vamos de nuevo al mar; quiero encontrarte
la hora más azul para besarte
y el lugar más allá para quererte,
donde el agua es al par agua y abismo,
en la alta mar, en donde el aire mismo
se da un aire al amor y otro a la muerte.








Silencio

Cuando tú te quedes muda,
cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio.

Cuando tú te pongas vieja,
cuando yo me ponga viejo,
nos quedarán los labios
y el silencio.

Cuando tú te quedes muerta,
cuando yo me quede muerto,
tendrán que enterrarnos juntos
y en silencio;

y cuando tú resucites,
cuando yo viva de nuevo,
nos volveremos a amar
en silencio;

y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio.





Tránsito de un retrato de novia

Hoy no ha podido el techo
quítame el sol, como todos los días;
hoy no ha podido el techo
quítame las estrellas, como todas las noches,
porque hoy vino el Retrato.
Saltó la tapa de este viejo cofre
y he visto al cielo con su sol de guardia.
La novia venía sola
y en grupo con la mañana.

Yo no me daba cuanta
de lo hermosa que era, de lo que eran sus ojos;
amigo, hay que estar preso
para saber lo hermoso que es lo hermoso.

Yo no me daba cuenta
de aquellos ojos anchos, con una luz paisana,
donde el quieto país de la pupilas
oprime la provincia de una lágrima.
Yo no me daba cuenta de cómo todo eso
habla de frío y choza y luz en la ventana.

Yo no me daba cuenta
de esa sombra de luz, de esa luz como en sombras,
que es el zaguán de la belleza. 

La encuentro más delgada.
Se quedó triste en el retrato mismo
y un dedal de sonrisa que querría mandarme
se le quebró en el borde de un puchero imprevisto.

Antes de mi prisión era menos mujer.
¿Si será por los meses? ¿Si será por los siglos?

Pero, nada como la alegría
de encontrarme presente en su cabeza,
nada como saber
que no se ha cortado las trenzas.

Muchas gracias, coqueta;
muchas gracias, aduladora,
ya sabes que me gustas con los cabellos largos
y cómo te odiaría con la trenza cortada,
fea, como un muchacho.

En cambio, qué bien vas cuando vas por la casa,
con el pelo tendido,
con el pelo en la espalda,
con el pelo en las sienes
recogido en dos bandas
y aquella boca que llora
si tardan en retratarla.
Así debe estar la tierra,
así debe estar la Patria,
que mientras están sus novios metidos entre la Cárcel
se deja crecer las trenzas y pone triste la cara.
Así vamos a encontrarte,
así vamos a encontrarla,
suelta la voz nosotros, y ella y tú
de trenzas suelta y llanto en la palabra
y ese calor de fiesta en la provincia
de las novias que esperan como patrias.







JOHN KEATS [11.109]

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John Keats

John Keats (n. 31 de octubre de 1795, en Londres, Inglaterra - 23 de febrero de 1821, en Roma, Italia) fue uno de los principales poetas británicos del Romanticismo.
Durante su corta vida su obra fue objeto de constantes ataques y no fue sino hasta mucho después que fue completamente reivindicada. La lírica de Keats se caracteriza por un lenguaje exuberante e imaginativo, atemperado por la melancolía. Keats tenía con frecuencia la sensación de trabajar a la sombra de los grandes poetas del pasado y sólo hacia el final de su efímera vida, cuando sentía cerca la oscuridad de la muerte, fue capaz de producir sus poemas más auténticos y memorables.

Nació en Finsbury Pavement, en las afueras de Londres; su padre era propietario de una caballeriza y murió de la caída de un caballo en 1803, cuando el poeta tenía sólo siete años. Su madre volvió a casarse enseguida, pero este segundo matrimonio fue infeliz y la madre no tardó en abandonar a su marido y trasladarse a vivir en casa de la abuela de Keats en Enfield con Keats, su hermana y otros tres hermanos, de los cuales uno no tardó en morir. Allí el poeta fue a una buena escuela y antes de los quince años ya estaba empapado de clásicos y traducía a Virgilio; sin embargo, la madre murió en 1810 de tuberculosis, dejándoles a él y a sus hermanos al cuidado de su abuela.
Esta nombró dos tutores que pudieran cuidar a los huérfanos; estos sacaron a Keats de su antigua escuela y lo convirtieron en aprendiz de cirujano hasta 1814, cuando, tras una pelea con su maestro, abandonó ese puesto y se fue a estudiar en otro hospital de la zona. Durante aquel año, John dedicó cada vez más y más tiempo al estudio de la literatura y, aunque se graduó en Farmacia, sólo ejerció dos años, tras los cuales se entregó por completo a la poesía.
La lectura de la obra de Edmund Spenser, concretamente La Reina de las Hadas, supuso para Keats un punto de inflexión en su desarrollo literario e inspiró la creación de su primer poema: A imitación de Spenser. Enseguida conoció al poeta y editor Leigh Hunt, embarcado en la defensa del Romanticismo; trabó amistad con él y este lo introdujo en el selecto círculo de los más destacados poetas de su época, como Percy Bysshe Shelley y Lord Byron, con los cuales amistó también. Hunt publicó su "A imitación de Spenser" en 1816 en su periódico Examiner, así como sus primeros sonetos, "Oh, soledad si pudiera morar contigo" y "Al examinar por primera vez la traducción de Homero por Chapman", inspirado en la lectura de la Iliada y la Odisea traducidas por George Chapman en el siglo XVII. Un año después, publicó su primer poemariom titulado simplemente Poemas (1817). Esta primera colección no tuvo buena acogida, sobre todo por su relación con el controvertido editor, quien era además un crítico literario muy agrio y se había ganado enemigos poderosos entre los poetas y escritores de su época.
En 1817 se trasladó a la Isla de Wight, donde empezó a trabajar en un nuevo libro. Poco después tuvo que encargarse de cuidar a su hermano Tom, víctima de la tuberculosis, como su madre. Esta enfermedad supuso para el poeta casi una maldición bíblica, pues habría de diezmar a su familia y terminar con su propia vida. Tras finalizar su poema épico Endymion, Keats inició un viaje por Escocia e Irlanda en compañía de su amigo Charles Brown, y durante este viaje él también empezó a mostrar signos de infección, por lo que tuvo que volver prematuramente. A su regreso, se encontró con que Tom había empeorado considerablemente; al fin, murió en 1818. Al pesar por la muerte de su hermano se unió el hecho de que la crítica había recibido con hostilidad su Endymion, al igual que había hecho antes con sus Poemas. Keats decidió entonces volver a trasladarse, esta vez a vivir en la casa londinense de su amigo Brown. Allí conoció a Fanny Brawne, quien había estado viviendo en la casa de Brown con su madre, y, al poco, se enamoró de ella. La publicación póstuma de la correspondencia entre ambos escandalizó a la sociedad victoriana.
Entre tanto, durante la primavera y el verano de 1819 Keats escribía sus mejores poemas: "Oda a Psique", "Oda a una urna griega" y "Oda a un ruiseñor", piezas clásicas de la literatura inglesa, que aparecieron en el tercero y mejor de sus libros, Lamia, Isabella, la víspera de santa Inés y otros poemas (1820). El primero es un tributo a una diosa que, aparentemente, no tuvo un gran culto en la Grecia Antigua; Keats promete a Psique construirle un santuario. En el segundo, "Oda a una urna griega", intenta hablar con una urna que descubre en un museo, sorprendido por el misterio suspendido en la eternidad de lo que revela; la urna le responde con las palabras siguientes «la belleza es la verdad, la verdad es belleza, esto es todo... lo que necesitas saber». En "Oda a un ruiseñor", el yo lírico se eleva entre los árboles, con las alas de la palabra poética, para reunirse con el ruiseñor que allí canta; eso le sirve para comparar la naturaleza eterna y transcendental de los ideales con la fugacidad del mundo físico: el poeta, que se siente morir, ansía esa eternidad.
Al año siguiente, su relación con Fanny tuvo que concluir cuando la tuberculosis de Keats se agravó sensiblemente. Los médicos le aconsejaron que se alejase del frío clima londinense y marchase a la soleada Italia; Keats marchó a Roma con su amigo el pintor Joseph Severn, invitado por otro amigo, Percy Bysshe Shelley. Durante un año su enfermedad pareció mejorar, pero al cabo su salud volvió a quebrantarse y murió a principios del año siguiente, el 23 de febrero de 1821, al lado de la romana plaza de España.
En honor a su amigo, Shelley escribió su poema Adonaïs. El cuerpo de Keats está enterrado en el cementerio protestante de Roma; sobre su lápida, según quería que fuera su epitafio, se lee «Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua».2 Existe un retrato de Keats pintado por William Hilton.

Obra

Sobre la primera vez que vi el Homero de Chapman (1816)
Sueño y poesía (1816)
Endymion: un romance poético (1817)
Hyperion (1818)
Al sentarme a leer King Lear otra vez (1818)
La víspera de Sta. Agnes (1819)
La estrella brillante (1819)
La Belle Dame sans merci: una balada (1819)
Oda a Psyche (1819)
Oda a un ruiseñor (1819)
Oda sobre una urna griega (1819)
Oda a la melancolía (1819)
Oda a la indolencia (1819)
Lamia y otros poemas (1819)
Al otoño (1819)
La caída de Hyperion: un sueño (1819)






A la soledad

¡Oh, Soledad! Si contigo debo vivir,
Que no sea en el desordenado sufrir
De turbias y sombrías moradas,
Subamos juntos la escalera empinada;
Observatorio de la naturaleza,
Contemplando del valle su delicadeza,
Sus floridas laderas,
Su río cristalino corriendo;
Permitid que vigile, soñoliento,
Bajo el tejado de verdes ramas,
Donde los ciervos pasan como ráfajas,
Agitando a las abejas en sus campanas.
Pero, aunque con placer imagino
Estas dulces escenas contigo,
El suave conversar de una mente,
Cuyas palabras son imágenes inocentes,
Es el placer de mi alma; y sin duda debe ser
El mayor gozo de la humanidad,
Soñar que tu raza pueda sufrir
Por dos espíritus que juntos deciden huir.






A quien en la ciudad estuvo largo tiempo...

A quien en la ciudad estuvo largo tiempo
confinado, le es dulce contemplar la serena
y abierta faz del cielo, exhalar su plegaria
hacia la gran sonrisa del azul.
¿Quién más feliz, entonces, si, con el alma alegre,
se hunde, fatigado, en la blanda yacija
de la hierba ondulante y lee una acabada,
una gentil historia de amor y languidez?
Si, atardecido, vuelve al hogar, ya en su oído
la voz de Filomela, y acechando sus ojos
la fúlgida carrera de una pequeña nube,
lamenta el deslizarse del presuroso día,
desvanecido como la lágrima de un ángel
que cae por el éter claro, calladamente.






A Reynolds

¿Dónde hallar al poeta? Nueve Musas,
mostrádmelo, que Pueda conocerlo.
Es aquel hombre que ante cualquier hombre
como un igual se siente, aunque fuere el monarca
o el más pobre de toda la tropa de mendigos;
o es tal vez una cosa de maravilla: un hombre
entre el simio y Platón;
es quien, a una con el pájaro,
reyezuelo o bien águila, el camino descubre
que a todos sus instintos conduce; el que ha escuchado
el rugir del león, y nos diría
lo que expresa aquella áspera garganta;
y el bramido del tigre
le llega articulado y se le adentra,
como lengua materna, en el oído.





A una urna griega

Tú, todavía virgen esposa de la calma,
criatura nutrida de silencio y de tiempo,
narradora del bosque que nos cuentas
una florida historia más suave que estos versos.
En el foliado friso ¿qué leyenda te ronda
de dioses o mortales, o de ambos quizá,
que en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia?
¿Qué deidades son ésas, o qué hombres? 
¿Qué doncellas rebeldes?
¿Qué rapto delirante? ¿Y esa loca carrera? 
¿Quién lucha por huir?
¿Qué son esas zampoñas, qué esos tamboriles, 
ese salvaje frenesí?

Si oídas melodías son dulces, más lo son las no oídas;
sonad por eso, tiernas zampoñas,
no para los sentidos, sino más exquisitas,
tocad para el espíritu canciones silenciosas.
Bello doncel, debajo de los árboles tu canto
ya no puedes cesar, como no pueden ellos deshojarse.
Osado amante, nunca, nunca podrás besarla
aunque casi la alcances, mas no te desesperes:
marchitarse no puede aunque no calmes tu ansia,
¡serás su amante siempre, y ella por siempre bella!

¡Dichosas, ah, dichosas ramas de hojas perennes
que no despedirán jamás la primavera!
Y tú, dichoso músico, que infatigable
modulas incesantes tus cantos siempre nuevos.
¡Dichoso amor! ¡Dichoso amor, aun más dichoso!
Por siempre ardiente y jamás saciado,
anhelante por siempre y para siempre joven;
cuán superior a la pasión del hombre
que en pena deja el corazón hastiado,
la garganta y la frente abrasadas de ardores.

¿Éstos, quiénes serán que al sacrificio acuden?
¿Hasta qué verde altar, misterioso oficiante,
llevas esa ternera que hacia los cielos muge,
los suaves flancos cubiertos de guirnaldas?
¿Qué pequeña ciudad a la vera del río o de la mar,
alzada en la montaña su clama ciudadela
vacía está de gentes esta sacra mañana?
Oh diminuto pueblo, por siempre silenciosas
tus calles quedarán, y ni un alma que sepa
por qué estás desolado podrá nunca volver.

¡Ática imagen! ¡Bella actitud, marmórea estirpe
de hombres y de doncellas cincelada,
con ramas de floresta y pisoteadas hierbas!
¡Tú, silenciosa forma, tu enigma nuestro pensar excede
como la Eternidad! ¡Oh fría Pastoral!
Cuando a nuestra generación destruya el tiempo
tú permanecerás, entre penas distintas
de las nuestras, amiga de los hombres, diciendo:
«La belleza es verdad y la verdad belleza»... 
Nada más se sabe en esta tierra y no más hace falta.






Al sueño

Suave embalsamador de la rígida medianoche,
que cierras con cuidadosos dedos
nuestros ojos que ansían ocultarse de la luz,
envueltos en la penumbra de un olvido celestial;
oh dulcísimo sueño, si así te place, cierra,
en medio de tu canto, mis ojos anhelantes,
o aguarda el 'Así sea', hasta que tu amapola
derrame sobre mi lecho los dones de tu arrullo.
Líbrame, pues, o el día que se fue volverá
a alumbrar mi almohada, engendrando aflicciones;
de la conciencia líbrame, que impone, inquisitiva,
su voluntad en lo oscuro, hurgando como un topo;
gira bien, con la llave, los cierres engrasados,
y sella así la urna silenciosa de mi espíritu.






Al ver los mármoles de Elgin

Mi alma es demasiado débil; sobre ella pesa,
como un sueño inconcluso, la espera de la muerte
y cada circunstancia u objeto es una suerte
de decreto divino que anuncia que soy presa

de mi fin, como un águila herida mira al cielo.
Pero es un delicado murmullo este lamento
por no tener conmigo una nube, acaso un viento
que hasta abrir su ojo el alba me dé tibio consuelo.

Estas borrosas glorias que imagina la mente
prestan al corazón un territorio escondido
y un extraño dolor cuyo prodigio silente

mezcla la helénica grandeza con el sonido
del Tiempo ya pasado o de un mar inclemente,
con el solo la sombra de un ser desconocido.






¡Brillante estrella! Si fuera tan constante

Estrella brillante, quien fuera tan constante como tu
no en solitario esplendor colgada arriba en la noche
y observando, con eternos párpados abiertos
como el eremita paciente e insomne de la naturaleza.
las aguas ondeantes en su clerical tarea
de ablución pura de las playas humanas de la tierra redonda
o mirando sobre la nueva mascara caida
de nieve sobre las montañas y las llanuras
No-- y aun así constante, aun sin cambio,
almohadado sobre el pecho en maduración de mi amada
sentir por siempre su suave respiración
despierto para siempre en un dulce insosiego
aun, aun escuchando su tierno respirar
y así vivir por siempre o desfallecer en la muerte.






Canción de Folly

¡Oh! Me asaltan los más terribles pensamientos.
Cual la de un ruiseñor su voz no sea, acaso,
y no sean sus dientes la perla más preciosa;
sus pestañas, tal vez, que yo sepa, no sean
más largas que la antena menuda de una mosca
de mayo, y en sus manos no tenga ni un hoyuelo,
pero sí muchas pecas. ¡Ah! Una nodriza loca,
porque anduviera pronto la pequeñuela, puede
haber curvado un par de piernas de Diana
y torcido el marfil de una nuca de Juno.






Canción de la margarita

Con su gran ojo, el sol
no ve lo que yo veo.
La luna, toda plata, orgullosa, pudiera
ocultarse igualmente en una nube.

Y al llegar primavera -¡oh, primavera!-
es la de un rey mi vida.
Echada entre los brotes de la hierba,
acecho a las muchachas bonitas en su paso.

Miro por los lugares donde no osara nadie
y se fijan mis ojos donde nadie los fija,
y si la noche viene,
me cantan los corderos una canción de cuna.






Esta mano viviente

Esta mano viviente, ahora tibia y capaz
De agarrar firmemente, si estuviera fría
Y en el silencio helado de la tumba,
De tal modo hechizaría tus días y congelaría tus sueños
Que desearías tu propio corazón secar de sangre
Para que en mis venas roja vida corriera otra vez,
Y tú aquietar tu consciencia —la ves, aquí esta—
La sostengo frente a ti.






A Draught Of Sunshine

Hence Burgundy, Claret, and Port, 
Away with old Hock and madeira, 
Too earthly ye are for my sport; 
There's a beverage brighter and clearer. 
Instead of a piriful rummer, 
My wine overbrims a whole summer; 
My bowl is the sky, 
And I drink at my eye, 
Till I feel in the brain 
A Delphian pain - 
Then follow, my Caius! then follow: 
On the green of the hill 
We will drink our fill 
Of golden sunshine, 
Till our brains intertwine 
With the glory and grace of Apollo! 
God of the Meridian, 
And of the East and West, 
To thee my soul is flown, 
And my body is earthward press'd. - 
It is an awful mission, 
A terrible division; 
And leaves a gulph austere 
To be fill'd with worldly fear. 
Aye, when the soul is fled 
To high above our head, 
Affrighted do we gaze 
After its airy maze, 
As doth a mother wild, 
When her young infant child 
Is in an eagle's claws - 
And is not this the cause 
Of madness? - God of Song, 
Thou bearest me along 
Through sights I scarce can bear: 
O let me, let me share 
With the hot lyre and thee, 
The staid Philosophy. 
Temper my lonely hours, 
And let me see thy bowers 
More unalarm'd! 







A Galloway Song

Ah! ken ye what I met the day
Out oure the Mountains 
A coming down by craggi[e]s grey 
An mossie fountains -- 
A[h] goud hair'd Marie yeve I pray
Ane minute's guessing --
For that I met upon the way
Is past expressing.
As I stood where a rocky brig 
A torrent crosses
I spied upon a misty rig
A troup o' Horses -- 
And as they trotted down the glen
I sped to meet them
To see if I might know the Men
To stop and greet them.
First Willie on his sleek mare came
At canting gallop -- 
His long hair rustled like a flame
On board a shallop.
Then came his brother Rab and then
Young Peggy's Mither
And Peggy too -- adown the glen
They went togither -- 
I saw her wrappit in her hood
Fra wind and raining --
Her cheek was flush wi' timid blood
'Twixt growth and waning -- 
She turn'd her dazed head full oft 
For there her Brithers
Came riding with her Bridegroom soft 
And mony ithers.
Young Tam came up an' eyed me quick
With reddened cheek --
Braw Tam was daffed like a chick --
He coud na speak --
Ah Marie they are all gane hame 
Through blustering weather
An' every heart is full on flame
Ah! Marie they are all gone hame
Fra happy wedding, 
Whilst I -- Ah is it not a shame?
Sad tears am shedding. 






A Prophecy: To George Keats In America

'Tis the witching hour of night,
Orbed is the moon and bright,
And the stars they glisten, glisten,
Seeming with bright eyes to listen --
For what listen they?
For a song and for a charm,
See they glisten in alarm,
And the moon is waxing warm
To hear what I shall say.
Moon! keep wide thy golden ears --
Hearken, stars! and hearken, spheres! --
Hearken, thou eternal sky!
I sing an infant's lullaby,
A pretty lullaby.
Listen, listen, listen, listen, 
Glisten, glisten, glisten, glisten,
And hear my lullaby!
Though the rushes that will make
Its cradle still are in the lake -- 
Though the linen that will be
Its swathe, is on the cotton tree --
Though the woollen that will keep
It warm, is on the silly sheep --
Listen, starlight, listen, listen,
Glisten, glisten, glisten, glisten,
And hear my lullaby!
Child, I see thee! Child, I've found thee
Midst of the quiet all around thee!
And thy mother sweet is nigh thee!
But a Poet evermore!
See, see, the lyre, the lyre,
In a flame of fire,
Upon the little cradle's top
Flaring, flaring, flaring,
Past the eyesight's bearing,
Awake it from its sleep,
And see if it can keep
Its eyes upon the blaze --
Amaze, amaze!
It stares, it stares, it stares,
It dares what no one dares!
It lifts its little hand into the flame
Unharm'd, and on the strings
Paddles a little tune, and sings,
With dumb endeavour sweetly --
Bard art thou completely!
Little child
O' th' western wild,
Bard art thou completely!
Sweetly with dumb endeavour,
A Poet now or never,
Little child
O' th' western wild,
A Poet now or never! 





A Thing of Beauty (Endymion)

A thing of beauty is a joy for ever: 
Its lovliness increases; it will never 
Pass into nothingness; but still will keep 
A bower quiet for us, and a sleep 
Full of sweet dreams, and health, and quiet breathing. 
Therefore, on every morrow, are we wreathing 
A flowery band to bind us to the earth, 
Spite of despondence, of the inhuman dearth 
Of noble natures, of the gloomy days, 
Of all the unhealthy and o'er-darkn'd ways 
Made for our searching: yes, in spite of all, 
Some shape of beauty moves away the pall 
From our dark spirits. Such the sun, the moon, 
Trees old and young, sprouting a shady boon 
For simple sheep; and such are daffodils 
With the green world they live in; and clear rills 
That for themselves a cooling covert make 
'Gainst the hot season; the mid-forest brake, 
Rich with a sprinkling of fair musk-rose blooms: 
And such too is the grandeur of the dooms 
We have imagined for the mighty dead; 
An endless fountain of immortal drink, 
Pouring unto us from the heaven's brink. 







Asleep! O Sleep A Little While, White Pearl!

Asleep! O sleep a little while, white pearl! 
And let me kneel, and let me pray to thee, 
And let me call Heaven’s blessing on thine eyes, 
And let me breathe into the happy air, 
That doth enfold and touch thee all about, 
Vows of my slavery, my giving up, 
My sudden adoration, my great love! 







A Dream, After Reading Dante's Episode Of Paolo And Francesca

As Hermes once took to his feathers light,
When lulled Argus, baffled, swooned and slept,
So on a Delphic reed, my idle spright
So played, so charmed, so conquered, so bereft
The dragon-world of all its hundred eyes;
And seeing it asleep, so fled away,
Not to pure Ida with its snow-cold skies,
Nor unto Tempe, where Jove grieved a day;
But to that second circle of sad Hell,
Where in the gust, the whirlwind, and the flaw
Of rain and hail-stones, lovers need not tell
Their sorrows. Pale were the sweet lips I saw,
Pale were the lips I kissed, and fair the form
I floated with, about that melancholy storm. 







Acrostic : Georgiana Augusta Keats

Give me your patience, sister, while I frame
Exact in capitals your golden name;
Or sue the fair Apollo and he will
Rouse from his heavy slumber and instill
Great love in me for thee and Poesy.
Imagine not that greatest mastery
And kingdom over all the Realms of verse,
Nears more to heaven in aught, than when we nurse
And surety give to love and Brotherhood.

Anthropophagi in Othello's mood;
Ulysses storm'd and his enchanted belt 
Glow with the Muse, but they are never felt 
Unbosom'd so and so eternal made, 
Such tender incense in their laurel shade
To all the regent sisters of the Nine
As this poor offering to you, sister mine.

Kind sister! aye, this third name says you are;
Enchanted has it been the Lord knows where;
And may it taste to you like good old wine,
Take you to real happiness and give
Sons, daughters and a home like honied hive. 


ALICE OSWALD [11.111]

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Alice Oswald

Alice Oswald (Nacida en 1966), es una poeta británica que ganó el Premio TS Eliot en 2002.

Bibliografía 

1996 : The Thing in the Gap-Stone Stile , Oxford University Press, ISBN 0-19-282513-5
2002 : Dart , Faber and Faber, ISBN 0-571-21410-X
2002 : Earth Has Not Any Thing to Shew More Fair: A Bicentennial Celebration of Wordsworth's Sonnet Composed upon Westminster Bridge (co-edited with Peter Oswald and Robert Woof ), Shakespeare's Globe & The Wordsworth Trust, ISBN 1-870787-84-6
2005 : The Thunder Mutters: 101 Poems for the Planet (editor), Faber and Faber, ISBN 0-571-21854-7
2005 : Woods etc. Faber and Faber, ISBN 0-571-21852-0
2009 : Weeds and Wild Flowers Faber and Faber, ISBN 978-0-571-23749-4
2009 : A sleepwalk on the Severn Faber and Faber, ISBN 978-0-571-24756-1
2011 : Memorial Faber and Faber, ISBN 978-0-571-27416-1

Premios y reconocimientos 

1996 : Eric Gregory Award
1996 : Forward Poetry Prize for (Best First Collection), The Thing in the Gap-Stone Stile
1997 : shortlisted for TS Eliot Prize , for The Thing in the Gap-Stone Stile
2002 : TS Eliot Prize for Dart
2005 : shortlisted for Forward Poetry Prize (Best Poetry Collection of the Year), for Woods etc.
2005 : shortlisted for TS Eliot Prize for Woods etc.
2007 : Forward Poetry Prize (Best Single Poem) for 'Dunt'
2009 : Ted Hughes Award for New Work in Poetry for Weeds and Wild Flowers
2011 : shortlisted for TS Eliot Prize , for Memorial , subsequently withdrawn due to Oswald's ethical concerns. 
2013: Warwick Prize for Writing , winner for Memorial 
2013: Corneliu M. Popescu Prize for European Poetry , winner for Memorial 



Río Dart (fragmento)
Por Alice Oswald

El libro Dart (Faber & Faber, 2002), un largo poema que combina verso y prosa, ganó el prestigioso premio T. S. Eliot.


(El sueño, manos a la obra; se esparcía la bruma
desde la mente en tornasol rumbo a la luna,
la lluvia colgaba cintilando en el momento
en que bajé y hallé esquistos en fragmento
bajo la inquieta presteza del agua.
Había tanta luz que recogí una pizarra
como un estanque oval, igual de plana
y la arrojé dejando mi alma al ras con todas mis fuerzas.
y no hay nada que se pueda deslizar como esa piedra
sobre la luz vacilante del agua;
se hundió como pluma al caer,
no del todo dueña de su peso.

Un lienzo de gaviotas vi de pronto
aletear y alzarse en aplaudir sonoro
rumbo al dolor del vuelo, en tropel gritar
y arrebatarse la luz como en rivalidad,
horadar a picotazos el hueso de la luna,
luego caer, como si los brazos extendiera
y los pies estirara al frente hacia la tierra.
Se quedaron cual parvada de hombres dormidos
con las cabezas inclinadas, dándose por vencidos
ante la noche, cuyas formas a esa altura
se hundían como pluma al caer,
no del todo dueñas de su peso.

Ahí una soñaba apenas vestida solo en las alas,
y flotando en su propio reflejo otra dormitaba,
su contorno era un punto sin extensión.
Fuera de sí por hallar la fluctuación
de unos nombres y huesos e hitos,
alguien a gritos describía de pie
destartaladas formas en vaivén
toda la noche, lloviendo suavemente
en rotación, y despertó tres veces
en éxtasis al escuchar su grito
hundirse como pluma al caer,
no del todo dueña de su peso.

En el santuario del sueño, labriegos, ladrones,
amas de casa distraídas; vagabundos de la noche,
niños sin padres, en libertad bajo fianza del sueño,
en franco comercio, trueque, incorpóreos, ciegos
soñadores de todo suelo;
incluso cadáveres, arrastrándose desconsolados
con todo y sus boquitas, perplejos, aún llorando,
aún dentro de sus ámbitos pequeños, separados,
restregándose el moho de manos y pies mojados,
amantes a mitad del vuelo
todos se hundían como pluma al caer,
no del todo dueños de su peso.

Y vi al ser de sueño del río irse de repente
hacia las redes en maraña junto al puente
y sentir el borde de la teja acariciar el borde
del sueño y como un corcho un mundo a flote
desde la líquida oscuridad del cuerpo.
Tal como en un salto de agua una rama atrapada
un palo atrapa, una paja, un costal, una maraña
de hojas, una frágil cesta de escombros anegada,
vi que todas las cosas se animaban, reticuladas,
desde el fondo del río Dart en sueños
que se hunde como pluma al caer,
no del todo dueña de su peso.)

Traducción de Pura López Colomé


Este poema surge del lenguaje de la gente que vive y trabaja en el río Dart. A lo largo de los últimos dos años, me he dedicado a grabar conversaciones con la gente que conoce el río. He utilizado estas grabaciones como modelos vivos para esbozar una serie de personajes, vinculando sus voces a un mapa sonoro del río, una línea de pentagrama que corre desde la fuente hasta el mar. He añadido indicaciones al margen, justo donde una voz se transforma en otra. Estas no remiten a gente de carne y hueso, ni siquiera a alguna ficción concreta. Todas las voces aspiran a poder leerse como murmullos del río.

– Alice Oswald




Solomon Grundy

Born on Monday and a tiny
world-containing grain of light
passed through each eye like heaven through a needle.

And on Tuesday
he screamed for a small ear in which to hide.

He rolled on Wednesday, rolled his whole body
full of immense salt spaces, slowly
from one horizon to the other.

And on Thursday, trembling, crippled,
broke beyond his given strength and crawled.

And on Friday he stood upright.

And on Saturday he tested a footstep
and the sky came down and alit on his shoulder
full of various languages in which one bird doesn’t answer to another.

And on Sunday he dreamed he was flying
and his mind grew gold watching the moon
and he began to sing to the brink of speaking





Various Portents

Various stars. Various kings.
Various sunsets, signs, cursory insights.
Many minute attentions, many knowledgeable watchers,
Much cold, much overbearing darkness.

Various long midwinter Glooms.
Various Solitary and Terrible Stars.
Many Frosty Nights, many previously Unseen Sky-flowers.
Many people setting out (some of them kings) all clutching at stars.

More than one North Star, more than one South Star.
Several billion elliptical galaxies, bubble nebulae, binary systems,
Various dust lanes, various routes through varying thicknesses of Dark,
Many tunnels into deep space, minds going back and forth.

Many visions, many digitally enhanced heavens,
All kinds of glistenings being gathered into telescopes:
Fireworks, gasworks, white-streaked works of Dusk,
Works of wonder and/or water, snowflakes, stars of frost . . .

Various dazed astronomers dilating their eyes,
Various astronauts setting out into laughterless earthlessness,
Various 5,000-year-old moon maps,
Various blindmen feeling across the heavens in braille.

Various gods making beautiful works in bronze,
Brooches, crowns, triangles, cups and chains,
And all sorts of drystone stars put together without mortar.
Many Wisemen remarking the irregular weather.

Many exile energies, many low-voiced followers,
Watches of wisp of various glowing spindles,
Soothsayers, hunters in the High Country of the Zodiac,
Seafarers tossing, tied to a star . . .

Various people coming home (some of them kings). Various headlights.
Two or three children standing or sitting on the low wall.
Various winds, the Sea Wind, the sound-laden Winds of Evening
Blowing the stars towards them, bringing snow.





Comunión

por Valentín J. Ansede Alonso

[http://librosyvidas.blogspot.com.es]


            La poesía, pienso a veces, es una cicatriz que hacemos con palabras para atrapar dentro de ella algo de la belleza que encontramos en la existencia. Sin embargo, la imagen se me deshace entre las manos, aunque reconozca hermosas cicatrices y nuestra vida esté repleta de heridas, cerradas o aún abiertas, porque amar es exponerse y ser herido como el ciervo que busca las corrientes de agua viva. Se me deshace porque encierra un grano de egoísmo y clausura. La poesía, me parece, es más bien generosidad de la palabra que se nos ofrece para comprendernos de otra forma que la grisura cotidiana; es apertura del horizonte y venablo que nos lleva a los confines del mundo para contemplar su esplendor y sus heridas. Sin duda, yace ahí la imagen que Hugo Mújica puso como título a uno de sus poemarios, Flecha en la niebla, que editó Trotta allá por mil novecientos noventa y siete. Pensaba así en estos días difíciles de heridas mal cerradas, cielos sin horizontes y desesperación en busca de luz, cuando cayó entre mis manos el libro de Alice Oswald, Bosques, etc., Valencia, Pre-Textos, 2013 (traducción de Christian Law Palacín). Alice Oswald, nacida el mismo año en que Ellos publicaron Revolver (con su algo más que triste Eleanor Rigby, aunque aquello del Father McCartney que terminó siendo Father McKenzie me sigue provocando una sonrisa). Es el primer poemario traducido al castellano de la poeta inglesa (traducción que, por cierto, a veces me ha chirriado), ganadora del prestigioso T. S. Eliot por Dart, obra en la que sus preocupaciones ecológicas son patentes. De hecho, Oswald, como se nos dice en la solapa de Bosques, etc., fue jardinera en Tapley Park de Devon y en el Chelsea Physic Garden de Londres, hecho que explica su familiaridad con la vegetación, las semillas, las piedras y las flores. Cierto: saber que Oswald había trabajado de jardinera fue suficiente como para provocar mi interés por el poemario—eso y la lectura apresurada de Owl (Búho):



Last night at the joint of dawn
an olw’s call opened the darkness

miles away, more than a world beyond this room

and immediately, I was the woods again,
poised, seeing my eyes seen,
hearing my listening heard

under a huge tree improvised by fear

dead brush falling the a star
straight through to God
founden and fixed the wood
then out, until it touched the town’s lights,
and owl’s elsewhere swelled and questioned

twice, like you might lean and strike
two matches in the wind.





Anoche en la bisagra del amanecer
la llamada del búho inauguró la oscuridad

muy lejos de aquí, a un mundo de este cuarto

y al momento, yo estaba de nuevo en el bosque,
alerta, viendo a mis ojos ser vistos,
oyendo a mi escucha ser oída

bajo un enorme árbol improvisado por el miedo

caían ramas muertas entonces una estrella
directa hasta Dios
fundaba el bosque y lo fijaba

luego fuera, hasta tocar las luces de la ciudad,
el retiro de un búho se dilataba y preguntaba

dos veces, como si te inclinaras y prendieras
dos cerillas contra el viento.





            En algún caso la traducción parece forzada, pero sin duda se debe al original. No es el momento de plantearse la posibilidad de traducción poética, porque ¿quién es capaz de traducir cabalmente les sanglots longs/des violons/de l’automne/blessent mon cœur/d’une langueur/monotone? Un trabajo imposible que, por tanto, merece la pena. Allá por mil novecientos setenta y cuatro Miguel nos leía en francés estos versos de Paul Verlaine provocando en la clase un silencio lleno de respeto y admiración. Recuerdo haber salido a buscar Cementerio marino  a una de las librerías del barrio; estaba editado por Alianza y tenía la portada de un hermoso color azul; quizás fue el primer poeta francés. Sí, complicada tarea la del traductor de poesía, porque también debe tener presentes las influencias: sin duda hay bastante de Ted Hughes en los textos de Oswald, aunque primero pensé en W. T. Yeats, porque en sus poemas hay rosas, juncos, bosques, cisnes… Sin embargo, el fondo y el estilo es muy diferente. Los modos de Oswald me han recordado a veces a los de Sylvia Plath.

            Hace muchos años, para pagar parte de mis estudios de Teología, trabajé con un jardinero que frisaba los sesenta años, hombre admirable, enorme, que caminaba con calma e inclinaba la cabeza con cierta testarudez y del que aprendí muchas cosas hermosas. Admitiré sin resentimiento que más que como jardinero, yo trabajaba como burro o asnillo de carga: llenaba la carretilla desvencijada de tierra y la llevaba desde el camión hasta los arriates; en verdad usaba la azada, el rastrillo y otras herramientas, de nombres hermosos, que hicieron brotar callos en la palma de mis manos, aunque el mayor mérito correspondió a la pala. Aquel hombre, a quien respeté profundamente por el amor que ponía en su trabajo, me acercó un día un bote para el tratamiento de unos rosales con hongos; me pidió que leyese la etiqueta, pues, se excusó, no llevaba encima las gafas. Era analfabeto y, sin embargo, es una de las pocas personas a las que reconoceré una cultura más amplia y más profunda que la mía. Trataba con una delicadeza extrema las flores e incluso arrancaba sin saña las malas yerbas, pues reconocía su derecho a existir y arraigar en la tierra. Recuerdo que una tarde lo despidieron de uno de los chalés—yo estaba presente—argumentando que ya no eran precisos sus servicios; maltratado conservó una dignidad solemne, una educación más allá de las formas convencionales. Extendió su gran mano con las uñas aún llenas de tierra, inclinó la cabeza y me hizo un gesto para que recogiera los aperos. Aquel hombre me hizo patente un modo diferente de estar en el mundo, pues parecía entenderlo como un jardín del que debía cuidar. Algo de ese cuidado he encontrado en los versos de Oswald (por ejemplo en el magnífico Poema para sacar a un bebé del hospital). Sin embargo, a medida que avanzaba en el poemario, aunque sin perder interés, me cansaba. Apegada a la tierra, su poesía está cargada de sustantivos y mantiene una puntuación ardua, que en ocasiones la hacen difícilmente transitable requiriendo un esfuerzo permanente de concentración y exigiéndonos más de una lectura: poner atención como se mira absorto un atardecer. Los primeros poemas me emocionaron más que los últimos, quizás porque también al tono se acostumbra uno, pero también porque, en un ejemplo, Bendición del ave marina es más hermoso que Himno lunar. Admirable es la sed de comunión que Oswald siente no sólo con la naturaleza, sino con la belleza herida del mundo. En esta comunión hay, según me parece, una búsqueda soterrada de una trascendencia:





Holy ghost of heaven,
blow us clear of the world,
give us the utmost of the air
to have on and hold.




Espíritu Santo del Cielo,
aléjanos del mundo,
danos todo el aire posible
para ascender y sostenernos.





            Sin embargo, en su búsqueda Oswald se mantiene fuertemente apegada a las realidades terrenales: a la piedra, a las semillas, a la lluvia, a los bosques o a los niños. No hay búsqueda de un conocimiento superior allende las cosas, sino que el sentido del mundo se le hace presente en las cosas mismas. No negaré que algunos poemas me parecen fallidos (Sísifo, por ejemplo), pero Bosques, etc. mantiene a lo largo de sus setenta y cinco páginas la capacidad para emocionarnos y darnos, si se me permite hablar así, la realidad de lo real más allá de las apariencias.

            Los árboles se desnudan y tiritan: otoño. Hojas secas que el viento arrastra para que nosotros pisemos la melancolía; sin embargo, hay un brillo en la tristeza. En estos días tristes en los que siento más el peso de la vida que la propia vida me gustaría que me acompañasen estas palabras luminosas de Alice Oswald:



the rain, thinking I’ve gone, crackles the air
and calls by name the leaves that aren’t yet there.



la lluvia, creyendo que me he ido, hiende el aire
y llama por su nombre a las hojas aún por brotar



            Quieran los ángeles de lluvia hacer florecer mi pobre corazón para que pueda esperar otra primavera.

            Shalom.

           


La inolvidable oración memorial de Alice Oswald

Publicado por Martín López-Vega 
Es curioso que el interés creciente de las editoriales españolas de poesía por los poetas norteamericanos contemporáneos ha ido acompañado de un similar abandono por la obra de los más recientes (que no nuevos) poetas británicos. Un rápido repaso, por ejemplo, a los nombres incluidos en la antología New British Poetry, editada por Don Paterson y Charles Simic: Gillian Allnutt, Simon Armitage, John Ash, Sujata Bhatt, John Burnside, Robert Crawford, Fred D'Aguiar, Peter Didsbury, Michael Donaghy, Carol Ann Duffy, Ian Duhig, Paul Farley, James Fenton, Mark Ford, John Glenday, Lavinia Greenlaw, W. N. Herbert, Selima Hill, Michael Hoffmann, Kathleen Jaime, Alan Jenkins, Jackie Kay, Gwyneth Lewis, Roddy Lumsden, Glyn Maxwell, Jamie McKendrick, Andrew Motion, Sean O'Brien, Alice Oswald, Ruth Padel, Don Paterson, Peter Reading, Christopher Reid, Robin Robertson, Anne Rouse, Jo Shapcott. Puede que me equivoque (y en ese caso, agradeceré noticia de las ediciones correspondientes) pero salvo la anunciada antología de John Burnside preparada por Jordi Doce para Pre-Textos, creo que de ninguno de ellos se ha publicado un libro exento en castellano. Y es una pena.

Es normal entre los poetas británicos la versión de poemas ajenos: ahí está el libro entero, The Eyes, que Don Paterson dedicó a versionear los poemas de Antonio Machado, lo suficientemente machadiano como para no ser del todo obra de Paterson y lo suficientemente patersoniano como para no resultar del todo una traducción del poeta español. Un género intermedio, que da como resultado libros tan hermosos como ese The Eyes. Pero más allá de los poetas cercanos en el tiempo, es frecuente la reescritura de textos clásicos. La versión que Seamus Heaney hizo del Beowulf es ya un clásico impresionante e imprescindible por lo que es capaz de hacer a un tiempo con la lengua inglesa y con el lenguaje poético. En nuestros pagos, Pedro Salinas hizo una versión en castellano moderno del Poema de mio Cid; pero la mayor cercanía del idioma era sin duda un peso, y aunque el castellano quedase modernizado (más o menos, porque no siempre pudo evitar la sintaxis arcaizante), el verso no.

La versión de Heaney es casi un milagro y el nuevo libro de Alice Oswald (1966), Memorial (Faber & Faber) es otro. El subtítulo que Oswald ha elegido para su libro es “Una excavación de la Ilíada” y lo primero que apunta en su prólogo es que lo que ha pretendido es traducir la atmósfera del poema, no su historia. Y cómo la atmósfera de la Ilíada lo primero que nos transmite es que ahí no se salva ni el apuntador, Oswald plantea el poema como un monumento memorial a cuantos quedaron por el camino: comienza con una larga tirada de nombres (como Ovidio en las Metamorfosis: los de todos los muertos, como si efectivamente de un monumento se tratase, pero aquí sin epítetos) para luego desarrollarlos en una serie de epitafios que a veces se limitan a un apunte, como

MELANIPO, no más guerrero que granjero

Algunos de los que poco o nada se nos cuenta en el poema aparecen después apenas mencionados, pero lo más habitual es que se nos dé, en epigramas que tienen algo de la Antología Palatina pero también del Spoon River de Edgar Lee Masters, noticia de la vida y muerte del personaje en cuestión. Traduzco el primer fragmento del poema, que se divide en tiradas de versos repartidas por personajes cuyo nombre aparece destacado en mayúsculas:

El primero en morir fue PROTESILAO
Un hombre firme que se apresuró a la oscuridad
Con cuarenta barcos negros dejó la tierra tras de sí
Sus hombres navegaron con él desde las colinas encendidas de flores
En que la hierba todo lo hace crecer
Pireo Iton Pteleo Antrón
Murió en el aire al saltar para ser el primero en tomar tierra
Quedó su casa a medio construir
Su mujer saltó por los aires arañando su rostro
Podarco su hermano mucho menos digno de admiración
le sustituyó en el mando pero eso fue hace mucho
Ha estado en la negra tierra durante miles de años

Como un murmullo de viento
Se extiende un rumor de olas
Una larga nota cada vez más alta
El agua exhala un profundo suspiro
Como una onda de tierra
Cuando el viento del oeste atraviesa un campo
Deseando y buscando
Nada que encontrar
Los tallos de maíz menean sus verdes cabezas

Como un murmullo de viento
Se extiende un rumor de olas
Una larga nota cada vez más alta
El agua exhala un profundo suspiro
Como una onda de tierra
Cuando el viento del oeste atraviesa un campo
Deseando y buscando
Nada que encontrar
Los tallos de maíz menean sus verdes cabezas [...]

Seguramente esta apresurada traducción no consigue del todo dar la impresión que produce el texto original: una rota solemnidad, un lenguaje como el que sólo emplearíamos contemplando un campo de batalla abarrotado de cadáveres de heroicos guerreros. Sólo muerte y el murmullo del lenguaje recordando a quienes yacen.

(Recomendable, y mucho, es el cedé que Faber & Faber ha editado con el poema leído por su autora de forma espléndida).

Tras el repaso a la lista de muertos, que termina, como no podía ser de otro modo, con Héctor, doce breves poemas cierran el memorial intentando (y consiguiendo) reproducir las sensaciones y pensamientos que ocupan la mente de quien ha visto tanta destrucción:

Del mismo modo que las hojas pueden escribir una historia de hojas
El viento arroja sus fantasmas a la tierra
Y la primavera regala nuevas hojas en los bosques
Miles de nombres Miles de hojas
Cuando los recuerdes recuerda esto
Cuerpos muertos son su linaje
No es más importante que las hojas

Que Alice Oswald es una de las poetas imprescindibles que están escribiendo ahora mismo lo sabíamos tras leer tanto sus libros de largo aliento, como el inclasificable A Sleepwalk on the Severn, como sus colecciones de poemas sólo aparentemente convencionales, como Woods Etc.. Tras leer Memorial nuestra admiración crece del mismo modo que la resonancia de este poema dentro de nosotros, que nos recuerda tantas cosas importantes sobre la poesía: que está aquí para guardar memoria de lo ido, del detalle, de lo que huye, de lo que somos (iguales y distintos) uno tras otro, uno tras otro, uno tras otro, como las generaciones de las hojas.

ANA ELENA PENA [11.118]

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Ana Elena Pena 

Nació el 18 de agosto de 1976 en Calasparra (Murcia) y morirá el 1 de mayo de 2076 tras la ingesta de un potito de banana en mal estado, segun las profecias de Nostradamus. En 1994 se traslada a Valencia, donde actualmente reside.

En 2004 comienza la bizarra carrera kamikaze de kabaret-musical bajo el nombre de «Cenicienta Superstar» y de «Sissy Felatriz», colaborando en los arreglos musicales de gruos de electro-pop como Vanity Bear y Espectrodrama entre otros.

Ha publicado los libros: "Antídotos contra la belleza" , "Hago pompas con saliva" y "Sangre en las rodillas" 

WEB DE LA AUTORA: http://anaelenapena.blogspot.com.es/




Vendrá otro,
a recoger de nuevo
los cristales rotos.
Vendrá otro,
a limpiar la escena
de vergüenza y sangre
y borrar el crimen.
Vendrá pronto.

("Sangre en las rodillas"-2012)







(LL)ÁMAME

Si te deja de querer tu madre
Si se te marchitan las plantas
Si te rompen el corazón
por enésima vez,
o si se te encoge al lavarlo tu jersey favorito,
(ll)ámame.

Si comes mal y apenas duermes
Si la resaca es tu más fiel compañera
Si tropiezas con los muebles
y los vecinos ya no te saludan,
(ll)ámame

Si cancelan tu serie preferida
Si pierdes las llaves de casa
Si se te muere el gato
o te quedas sin leche en la nevera,
(ll)ámame.

Si te se te calienta la cerveza
o te pica un bicho
Si de rato en rato me piensas
o si por alguna extraña razón
se te cruzan los cables...

Tranquilo, mantén la calma.

Y (ll)ámame.







SI NO ME LLEVAS AL BAILE

Si no me llevas al baile,
bailarás con la más tonta,
bailarás con la más fea,
o bailarás con la más zorra.

Pero si me eliges a mí...
no me importaría beber ponche contigo hasta perder el conocimiento, 
ni mancharme el vestido, 
o despeinarme al momento.
(ni siquiera desabrocharte con detenimiento)

Porque, al fin y al cabo, 
yo también soy un poco fea, 
un poco tonta, 
y un poco zorra.

 ("Sangre en las rodillas"-2012)






-No le dejes, que te quiere mucho- me dijo mi madre.

Como si el amor bastara. Como si el amor saciara el hambre y la sed, disipara las dudas, desinfectara las heridas, tapara las goteras o desatascara las tuberías. Como si el amor, aún yendo en una sola dirección, te secara las lágrimas, te humedeciera las bragas, te entibiara el vientre y te dilatara las pupilas. 

Como si pudiera darte alas, tentáculos, branquias, súper-poderes... Como si fuera la llave mágica que abriera todas las puertas, o la puerta mágica que se abre con cualquier llave. 
Aún habiéndolo meditado con cierta madurez, no pude evitar contestarle como una adolescente.

- Es un rollo de tío, mamá. Por mí, puede meterse todo su cariño en el culo-





-CON TAL DE NO ESTAR SOLOS-

Con tal de no estar solos
andamos con locos, con idiotas y borrachos,
con mujeres vacías o de moral dudosa.
Mentimos a los padres,
juramos en vano,
entregamos la piel y comprometemos nuestros sueños.
Cruzamos la calle a ciegas
con el primero que nos da la mano.

Con tal de no estar solos
montamos una gran farsa a la que llamamos AMOR
(así, con mayúsculas)
Sacando conejos muertos de una chistera, barajando con trampas nuestras cartas y haciendo trucos malos con espejos,
para no darnos de bruces con la realidad
y alejar de nosotros el miedo
a estar solos.

Porque, con tal de no estarlo, o de no parecer que lo estamos,
pasamos hambre, despilfarramos dinero,
oímos sin escuchar,
abrazamos sin abarcar,
y nos convertimos en autómatas desesperados, 
olvidando lo hermoso que es sentarse a esperar a que las cosas, sencillamente, sucedan. El olor a jazmín de las noches de verano y el hallazgo inesperado de lo auténtico, que nos ha de encontrar desprevenidos, despojados de artificios, sin adornos, desarmados y tranquilos. Liberados de todo lo que pesa y esclavos de lo vaporoso, lo ingrávido…

Dejarse llevar…

Pero con tal de no estar solos,
ni siquiera un momento,
seguimos buscando y seguimos fingiendo.
Maquillamos lo que se ve, y lo que no también,
por temor a que descubran nuestros defectos
y la fragilidad que se esconde tras ellos.
Nos apremia el desamparo, la angustia y la prisa…
de modo que nos devora la noche y nos sorprende el día,
casi siempre en el lugar inadecuado, 
donde un incómodo silencio
(y un dolor en el pecho)
nos reprochan una y otra vez
todas esas tonterías que hacemos,
unos y otros,
ahora y siempre
con tal de no estar solos. 

("Sangre en las rodillas"-2012)






Sola puedo

Cuando estaba en los brazos de mi primer novio, era feliz. Deseaba que se detuviera el tiempo en aquellos momentos, y me sentía a salvo de cualquier peligro.

-"Te voy a querer siempre"

Cuando caí en brazos de mi segundo novio, era feliz. Deseaba que se detuviera el tiempo en aquellos momentos, y me sentía a salvo de cualquier peligro. 

-"Te voy a querer siempre"
Cuando amanecía en brazos de mi tercer novio, era feliz. Deseaba que se detuviera el tiempo en aquellos momentos, y me sentía a salvo de cualquier peligro.

-"Te voy a querer siempre"

Cuando volé hacia los brazos de mi cuarto novio, era feliz. Deseaba que se detuviera el tiempo en aquellos momentos, y me sentía a salvo de cualquier peligro.

-"Te voy a querer siempre"

Cuando ya perdí la cuenta de los brazos, piernas y tentáculos que me envolvieron para salvarme de las amenazas y las angustias del mundo, me di cuenta de que no era realmente feliz, de que en ningún sitio estaba segura y de que el tiempo jamás se detiene.

Que mentimos al decir "siempre", porque "siempre" es tan improbable como "nunca".

Nunca voy a ser feliz.

Nunca voy a estar a salvo.

Siempre es igual...

 ("Antídotos contra la belleza")









Palabras

Me dijiste que eras un espíritu libre, incapaz de atarte a nada ni a nadie. 
Que era muy pronto para establecer ciertas rutinas y que no estabas preparado para asumir ningún tipo de compromiso. 
Que lo importante era el cariño, disfrutar del sexo aquí y ahora, cuando nos apeteciera, sin reglas ni horarios establecidos.
Que las relaciones abiertas son enriquecedoras y ayudan a mantener la chispa del principio y a conservar el misterio.
Sin embargo, cuando viste aquellos condones usados en la papelera de mi dormitorio, enmudeciste de repente. Se te puso la cara roja y te marchaste farfullando entre dientes dando un fuerte portazo.
Pero, ¿en qué quedamos?
¡jajajajaja!

Idiota...

Del libro Sangre en las rodillas, 2012






UNO

Que me olvide de él, "que hay muchos peces en el mar", no paran de decirme.
Sí, pero yo quiero ese pez. No es igual a todos los demás, aunque ellos no sepan verlo.
Y no quiero ningún otro, quiero ESE.
Sí, ya sé que el cielo está cubierto de pájaros, que la tierra está sembrada de flores y que en el mundo hay millones de personas. 
Pero entre la infinidad y la multitud puedo distinguir perfectamente al pez y al pájaro que quiero, a la flor que me agrada y al hombre a quien amo. 

("Sangre en las rodillas"-2012)






ME CORTÉ

Me corté el pelo,
(como quien suelta un lastre)
para que no pudieras agarrarme,
ni arrastrarme por el suelo
como si fuera una pieza
o un trofeo.

Quise seguir cortando
empezando por los brazos
y siguiendo por las piernas.
De pronto llegué al vientre…
(y se me fue la tijera)

Pero al ver mi cuerpo arañado
en el centro del espejo,
pelón y destartalado,
supe que igualmente
me encontrarías
(lo supe desde el principio,
que igual me atraparías)

Al borde del precipicio
y con el pánico a caer,
no me queda otra salida
que entregarme a mi verdugo.
Estoy jodida.

("Sangre en las rodillas"-2012)





PEDRO JUAN GUTIÉRREZ [11.119]

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Pedro Juan Gutiérrez 

(Matanzas, Cuba, 1950) escritor y periodista cubano.

En 1998 publicó su Trilogía sucia de La Habana, con la que atrajo la atención de la prensa y del público. Hasta entonces había sido, por veintiséis años, periodista. Entre 1998 y 2003 publicó los cinco libros del “Ciclo de Centro Habana”:

Trilogía sucia de La Habana, que contiene Anclado en tierra de nadie, Nada que hacer y Sabor a mí (1998)
El Rey de La Habana (1999)
Animal tropical (2000)
El insaciable hombre araña (2002)
Carne de perro (2003)

Ha escrito libros de poesía (Espléndidos peces plateados, La realidad rugiendo, Fuego contra los herejes, Yo y una lujuriosa negra vieja y Lulú la pérdida y otros poemas de John Snake), una novela policial (Nuestro GG en La Habana) y otra, El nido de la serpiente: Memorias del hijo del heladero, sobre la juventud de su casi ubicuo personaje del "Ciclo de Centro Habana" y alter ego. Su última entrega fue Corazón mestizo, un libro de viajes sobre su país.

Dos de sus libros han obtenido reconocimientos relevantes: Animal tropical (Premio Alfonso García-Ramos de Novela 2000, España), y Carne de perro (Premio Narrativa Sur del Mundo 2003, Italia). Sigue viviendo en Centro Habana, donde pinta y escribe sus libros. Su obra intenta ser una denuncia social que incluye las miserias de su ciudad y su país, que acompaña con una gran dosis de imágenes escatológicas que permiten clasificar su obra dentro del llamado realismo sucio.

Reside en una azotea de la calle San Lázaro, en Centro Habana.

Trayectoria periodística

Hasta los 25 años, Pedro Juan Gutiérrez trabajó sucesivamente como obrero agrícola y de la construcción, soldado (zapador especialista en demoliciones), profesor de dibujo técnico, dirigente sindical, constructor, locutor, periodista y actor de radio, entre otros oficios.

En 1978 obtuvo el título de Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana, mediante un curso especial para trabajadores. Recibía clases únicamente los miércoles y el resto de la semana estudiaba solo.

Trabajó como periodista en radio, televisión, una agencia de noticias y en la revista semanal Bohemia. En la década de los 80 realizó investigaciones en varias cárceles. También en favelas de Brasil, en la frontera entre Estados Unidos y México y en el sur de España. Con estos materiales elaboró diversos reportajes que le valieron algunos premios nacionales de periodismo. Durante esos años visitó la Unión Soviética, Alemania Oriental, México, Brasil y otros países. En 1987 publicó un libro sobre astronáutica: Vivir en el espacio.

En esta década comenzó a escribir Melancolía de los leones, libro que le llevó unos trece años de elaboración y que de algún modo es un pequeño homenaje a Franz Kafka y Julio Cortázar, sus dos escritores de culto.




LA NOCHE

De vez en cuando
necesito quedarme despierto
hasta la madrugada
violar mis eficientes horarios
exponerme al sueño dislocado
y dibujar un caracol sin rumbo
que camina lentamente





LOS QUE HABLAN SOLOS

por el contrario
de lo que suponemos
muy pocos tenemos valor
para enfrentarnos
y hablar a solas

(de La realidad rugiendo)






DE: Lulú la perdida y otros poemas de John Snake


Las novias de John Snake

usan collares de perlas
y se emborrachan
desde las 10 de la mañana/pero pierden
la compostura definitivamente por las tardes.
Entonces gritan desaforadas
por encima de los boleros
y las rancheras
de Paquita La Del Barrio.
Las gentiles señoritas
no soportan los latigazos
y otros abusos (sicológicos/corporales/anales/
y hasta telepáticos)
de John Snake/que se cuida mucho
y jamás menciona estas trifulcas infames
en sus memorias.
Sus atildados poemas/en cambio/
parecen escritos por esos poetas del sistema/seductores/
que usan traje y corbata
y cultivan amistades en las altas esferas.
Sus atildados poemas, decía,
sólo hablan de amores insoportables
largos/tediosos/aburridos/Y de señoritas inmortales
que se extienden románticas en el crepúsculo/
Johnny cree que engaña al respetable público
con sus máscaras y escapes imposibles
al mejor estilo Houdini.
Pero la realidad es otra:
cultivar el arte de la fuga
es una reiteración de la inutilidad, 
querido Johnny.
Todos saben que eres un hijo-de-puta-más- 
en-este-mundo-lleno-de-grandes-y-famosos-hasta-
heroicos-y-admirados-hijos-de-puta.
Ahh, John Snake,
si supieras
cómo te engañan tus novias.
Aunque las obligues a usar
collares de perlas y gruesos ajustadores de loneta
para evitar que se marquen sus pezones
en las blusas.
Nada es suficiente.
Ni un cinturón de castidad electrónico.
Nada, querido John.
Son infieles
por el delicioso placer de ser infieles.
Y se ríen. A carcajadas.
Una simple burla/Rumberas de circo/Mulatas de fuego/
Y tú crees todo lo que te dicen
en el crepúsculo
cuando se emborrachan
y usan collares de perlas
y dan paseítos a lo largo de la casa
ansiosas y desesperadas/incapaces
de permanecer tranquilas
a tu lado
y escuchar esas monótonas 
suites de Bach para cello
que tú oyes extasiado cada tarde
mientras deduces cómo
las habría escrito Mahler o Wagner
y tragas whisky como si fuera agua
y piensas que el mundo
es desastroso
pero sólido.
No, querido Johnny,
no te imaginas cómo todo se desmorona
y se hunde en mierda líquida.
Debajo del piso no hay solidez/Hay un pantano
de mierda
que hiede asquerosamente.
Las cucarachas
los gusanos apestosos
y tu Johnny
y tus novias infieles y sarcásticas
no tienen importancia.
Creo que te ahogarás en la mierda
y el pantano negro.
Ya no hay luz/y te hundirás
como un imbécil
perdido en esta isla
con crepúsculos dorados.
No tienes salvación.
Una vez más 
te hundirás en la mierda del burdel
y las suites de Bach para cello
será el último ruido que irá contigo
hasta el fondo del pantano.
Adiós, Johnny,
querido Johnny.








El triunfo de la corrección política

I

Cuando estoy peor
peor que ayer
o peor que antier
Cuando todo empieza a ponerse negro
y la peste de la mierda aumenta
en los pasillos
y las escaleras
Siempre tengo pequeños recursos
para seguir open all night.
Pequeñísimos microbios antivirus
que suelto disimuladamente
mientras aquella poeta
me dice que le aterra la hojarasca
en sus poemas.
No sabe cómo deshacerse de la hojarasca.
“Oh, Johnny, demasiado hojarasca,
es un vicio, escribir y escribir”.
Me dice tristemente
con sus ojos vencidos y melancólicos/
un poco borracha.
Yo la escucho
y creo que a estas alturas
mis ojos también están marchitos
y tristes
Al menos extenuados.


II

Bebo un sorbo de vino
y pienso en la mierda
que invade todo el edificio
donde vivo
Algún día tendré que irme
de este cocktail
Algún día la poeta exitosa y triste
dejará de quejarse
de todo lo que sobra en sus poemas
y se vaciará mi copa
y los camareros no traerán más botellas
y sonreirán profesionalmente
con las manos vacías
como quien dice adiós, good bye, so long.


III

Y tendré que regresar a mi casa
donde la mierda apesta
y avanza asquerosamente.
Intentaré caminar
con la mayor pulcritud posible
Sin pisar la mierda quiero decir.
Sin oler la mierda.
Sin mirar la mierda.
Será difícil.
Dudo que pueda lograr 
ese instante
tan aséptico.
Tan higiénicamente correcto.
Caminar junto a la mierda
y no contaminarme.
Es decir,
el triunfo de la corrección política.
Y entonces
los hijos de puta dirán:
“Al fin lo tenemos cogido por el pescuezo
¡No lo suelten!
¡No lo dejen ir!
¡Aprieten más el lazo!
Al fin le podremos dar medallas y laureles.
John Snake domesticado.
Al fin lo podremos aplaudir y engatusar
Lo haremos ingresar en nuestra logia
la Orden del Gran Caballero Oportunista
Para que Johnny
sea un señor feliz,
además de ciego
y sordomudo”.


Retrato de Pedro Juan Gutiérrez realizado por Orlando Luis Pardo 



FANS.

Una de mis admiradoras más locas
ha tatuado en su nalga derecha
una frase que sacó de Trilogía Sucia:
“Es imposible desprenderse de lo que se ha amado”.
Antes hizo que yo escribiera eso en un papel
y se lo enviara por correo.
Ahora me envió la foto
con la piel aún enrojecida.
Junto a la foto hay una nota:
“Es como si hubieras escrito sobre mí
con tu bolígrafo”.
No entiendo.
Supongo que mi ego engorda
y ronronea satisfecho como un gato grasiento
que se lame y se revuelca de placer.
Hoy voy en el metro,
como siempre, en la línea 5
hacia Carabanchel
y hay una hermosa muchacha
a la que miro. Concentro toda
la lujuria y la perversidad del mundo
en mis ojos. La veo desnuda y dulce.
Y ella, con una sonrisa inocente
y compasiva, me dice:
“¿Quiere sentarse, señor?”
¡Dios mío!
No me lo puedo creer.






NO ME PIDAN QUE ME CALLE

Escribo dentro del fuego
metido en las llamas
desnudo y descalzo
pisando las brazas al rojo vivo
Sólo quiero dejar
mis palabras humildes
Un legajo más
Entre tanto horror de este siglo
Intento relajarme
practicar yoga/ el canto del lama
convencerme de que todo podría ser peor
Los que mandan me piden que sonría
que no escriba mi verdad
ni sea pesimista/ quieren evitar el contagio
Y yo les digo: no soy pesimista
sólo soy escéptico
un simple hombre más
con el corazón lleno de amor
y de ternura
Quiero decir un hombre vulnerable
Herido y sangrando
como todos a mi alrededor
Sólo que yo tengo voz
y puedo cantar
No me pidan que calle
en medio del desastre







CARMEN RAMOS -Gibraleón- [11.120]

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CARMEN RAMOS

Gibraleón, HUELVA 1968. Economista de profesión, incansable lectora incluso antes de saber leer. Miembro activo de la Asociación Fahrenheit 451 – Las Personas Libro de Sevilla, participo con ellos en diversas convocatorias de fomento a la lectura. Algunos de mis poemas han visto la luz en blogs y bitácoras. Un microrrelato y dos poemas se publican en la antología “Des-amor” (Groenlandia, 2010). Varios poemas de mi autoría aparecen en la antología Verso Libro (Nuño Editorial, 2011) de la cual es coordinadora junto con Fran Nuño y Esperanza García Guerrero. Colaboro además en “Papelusar”, publicación de periodicidad francamente impredecible y en la revista “Gibraleón es Cultura”, donde tengo una sección fija llamada “Lecturas no obligatorias”. La plaquette “Mudanza Interior” (Ediciones en Huida, 2010) fue mi primera publicación en solitario. “Poliédrica” (Ediciones en Huida, 2011) mi primer poemario.







BRINDIS

Por esos días
en los que el pelo
se me atormenta

y (parece que)
nada sale bien







Una escribe
sin querer hacer daño.
Negra lanza/ o vientre.
Pero sin querer hacer daño.








Ya sabes,
que no tengo tan buena memoria como tú,
que siempre se me olvidan las gafas de cerca,
las de mirar al corazón,
ya sabes.







Duele eléctrica la punzada,
arriba
más arriba.
Todo se enciende.
Olor, sabor, luz,
luz más azul que el azul
Radiante deseando oscuridad.








…Cuidadosamente,
un día
guardé todos mis déficits en una caja de música.
Ahora
ya ves:
con su melodía compongo versos.







Mientras, en mis labios, aparecieron
olvidados besos,
hasta lograr decir:
Hoy podría ser el último día de mi vida
y morir en este instante con todos tus besos en mi boca.…







LAS ACERAS DE LOS LUNES

Las aceras de los lunes son
pastosas y saladas como
las sopas de sobre.

Son como ciénagas donde
se pierden sumergidas las
llaves de los coches.

Donde los pasos se hunden
y nos impiden correr para
alcanzar el autobús.

Los enamorados se
alejan de ellas para
besarse.

Y ni se dejan ver los gatos
caminando cautelosos
por sus bordillos.

Y es que en las aceras de los lunes
se marchitan las flores
que sembramos los domingos.

(de Poliédrica).




ANWAR AL-GHASSANI [11.121]

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Anwar Al-Ghassani Qal'at Saleh 

Nació en Irak, 1937 - Murió en Costa Rica, año 2009 
Anwar Al-Ghassani nació en Qalat Salih, provincia de Al-Imara en el Sur de Irak en 1937. Creció y se educó en Kirkuk en el Norte de Irak. Poeta, periodista, pintor, diseñador gráfico, traductor y catedrático de periodismo, comunicación mediada por computadora e Internet de la Universidad de Costa Rica. 

Escribe poesía en árabe, inglés, alemán y español. Desde 1953 ha publicado numerosos poemas, cuentos cortos, traducciones, artículos periodísticos y académicos en diversos medios, países e idiomas. En 1992 su poema épico 'Irak' [árabe, 100 páginas] fue publicado por Riad El-Rayyes Books [London, Beirut]. Tiene varias colecciones inéditas de poesía en árabe, inglés y español.

Por su actividad política contra la monarquía despótica y luego contra los regimenes republicanos militares fue arrestado en 1954 cuando era alumno de secundaria y procesado ante un tribunal civil en Kirkuk. En 1963 fue arrestado y torturado después del sangriento golpe militar del 8 de febrero, mientras estudiaba pintura en la Universidad de Bagdad. Fue detenido por ocho meses y procesado ante el Cuarto Tribunal Militar de Kirkuk. A raíz de estas circunstancias fue obligado a dejar su carrera. En 1966 fue detenido de nuevo e incomunicado por una semana en una celda individual en el Directorado General de Seguridad en Bagdad. 

Después de graduarse del colegio en 1955 trabajó en la perforación de pozos de petróleo en la provincia de Kirkuk, una experiencia positiva que marcó su vida. En los años siguientes trabajó como maestro y como periodista, diseñador gráfico, caligráfico y traductor en Bagdad. Trabajó como profesor universitario en el Instituto Internacional de Periodismo de Berlín, en la Universidad de Argel, Argelia y desde 1984 y hasta el presente en la Universidad de Costa Rica. Tiene un doctorado en periodismo y ciencias políticas de la Universidad de Leipzig, Alemania.

Era miembro del núcleo del 'Grupo de Kirkuk' y de la 'Generación de los Sesenta', dos de los más influyentes movimientos literarios de Irak y el mundo árabe desde mediados del siglo pasado hasta hoy.




Desde el destierro la voz del poeta Anwar Al-Ghassani

Por: Jorge Boccanera

El poeta Anwar Al -Ghassani, que abandonó Irak luego de ser encarcelado por Saddam Husseim, sigue escribiendo en Costa Rica, donde manifiesta su oposición a la presencia norteamericana en su país y deja caer hebras de nostalgia por una tierra que es dueña de "una belleza trágica y salvaje".

"La intervención norteamericana en Irak fue una invasión y eso va contra todas las leyes internacionales, pero el día en que tiraron abajo la estatua de Saddam, un hombre común entrevistado en la calle dijo `gracias pero tienen que volver a casa`", subraya el poeta en una entrevista con Télam. 

"Es la lógica simple del pueblo y con la que algunos intelectuales coincidimos -remarca-. Deben dejar el destino del país en nuestras manos. Hay un grupo más crítico al respecto y muchos que llaman a la resistencia. Si hay en Irak algo que la gente odia, es esa intención dominadora de los norteamericanos". 

Todo poeta arrastra alguna extranjería y Anwar Al-Ghassani cargó sus valijas por distintas ciudades del mundo. Ahora, mientras da los toques finales a su nuevo libro "Cantos del alma iraquí errante", apoya su nostalgia en un país devastado por el bombardeo y con fuerzas de ocupación. 

Nacido en 1937 en el pueblo de Karkuk, Al-Ghassani, vivió varios años en Europa y trabajó en Argelia antes de radicarse en Costa Rica. 
El destierro, un tema recurrente en la literatura iraquí, dice, no es una constante en la historia de su pueblo: "Se hizo marca a partir de los años 70. Los iraquíes no tenemos tradición ni de inmigración ni de exilio. Si se compara, se verá que los libaneses son los de mayor emigración, seguidos por los sirios, los egipcios un poco menos, pero nosotros nada". 

Al-Ghassabu perteneció a uno de los grupos literarios más influyentes en la poesía árabe, surgido en los años 60 en la ciudad multiétnica de Karkuk -por lo cual adoptó ese nombre- en el norte de Iraq, que en 1927 se convirtió en el primer centro de la producción petrolera del país. 

"Eramos amigos, a los que nos gustaba escribir, experimentar, éramos rebeldes en política y en la literatura -relata-; esto produjo un efecto en la poesía de Irak y la árabe en general". 

Ya instalado Saddam Hussein en el poder las opciones eran escasas: "ser una pieza de propaganda del régimen, enfrentarlo, optar por un exilio interno que equivalía al silencio o salir del país. Todos los del núcleo fundador, menos uno, nos fuimos a Bagdad y más tarde, afectados por la represión, salimos del país". 

En esos años, apunta: "Casi todos fuimos afectados, éramos siete escritores, más otros en la periferia, que militábamos en la izquierda. Nos formamos en la época de la monarquía, derribada en los años 50 con un golpe de que instauró la República. La historia de Irak es una seguidilla de golpes de estado hasta que llegó Saddam y se quedó treinta y pico de años". 

"Estuve preso en dos ocasiones y la última vez fui llevado ante tribunales militares -recuerda el poeta-. En 1963 estudiaba pintura en Bagdad y el partido de Saddam (el Partido Socialista de Al-Baath -significa `resurrección`) estuvo nueve meses en el poder. Pusieron al país en un baño de sangre; fui uno de los miles de detenidos, vi la muerte cerca". 

En su casa de San José, rodeado de libros de literatura habla de su libro Iraq, publicado en árabe en 1993. "Un poema épico -define-, en el sentido de que se proyecta sobre un tiempo muy extendido y que apunta a la universalidad de las cosas". 

Según su visión, "en la poesía árabe presilámica están las raíces de la lengua. Están los siete poetas más conocidos con textos -denominados `al-mualakat`- que se colocaban en el templo hoy convertido en el Qa`aba, la mezquita más importante de Arabia Saudita. Estaban escritos en un idioma clásico que hoy le sería imposible leer a un árabe común". 

"Ahí está el espíritu de la lengua -reitera- en poemas muy concretos que hablan del desierto, el caballo, el amor... Uno de esos siete poetas, Umara ul-Quais, fue quien más me influenció". 

En 1950 empezó la renovación en la poesía árabe "con poetas de la talla de Abdulwehab Al-Bayati y Badr Shakir Al-Sayyab, pero sobre todo una mujer, la poeta Naziq Al-Malaika, la más innovadora y su libro `Cólera`. Todos estudiaron literatura inglesa en la universidad de Bagdad". 

Por último, el poeta equiparó la historia de su país en estos años con el Iraq de 1920, ocupado tres años antes por Gran Bretaña que terminaba con cinco siglos de dominación otomana. Ya en esos tiempos el petróleo era un tema. 

La revolución de los 20 se inició con un hecho en apariencia menor: "el jefe de una tribu dio muerte al gobernador británico que lo había insultado y comenzó un levantamiento: el jefe iraquí era sunnita, pero los jefes chiitas se unieron y lograron que el invasor se retirara y dejara la monarquía". 

"Hay una particularidad de los iraquíes, sean kurdos, armenios, sunitas, musulmanes o cristianos y es que se identifican todos dentro de una identidad nacional", concluyó.





Embellecimiento después de mi nacimiento en Ur

Como llama blanca ondeaba la noticia de mi nacimiento.
Mi mano amputada erraba en las cañas,
y las cañas respiraban por sus concavidades.
Oía el lamento de los caramillos en un canal.
y oía en otro el mugido de los búfalos.

Después atravesé el tejido del cielo,
y vine a ti prensando tus labios con los míos;
y cuando tu lengua azucarada se alejó de mí,
volví al reino de Enlil** y empecé a tocar la flauta
para las lombrices del barro,
para mis alegres deidades que rezaban:
¡La lengua! ¡La lengua!






Balance después del desastre 

I

Somos niños que fueron golpeados por años
y al crecer acorralados 
por jinetes, gente a pie y perros de caza.

No hemos tirado bombas,
pero vimos macabras fiestas, 
adicciones y matanzas adoradas.

No queremos ver más montañas y desiertos,
ni ríos o gente loca, cicatrices de viejos tiempos,
de fracasos en medio de aparentes éxitos.


II

No nos negamos. 
No queremos besarnos ni abrazarnos.
No deseamos recuperar lo perdido.
No queremos saber, sino ser el presentimiento, uno acerca del otro.
Ya no tenemos miedo de encontrar o olvidar palabras y hechos
o de decir algo en el momento oportuno.
Todo viene de nosotros y a nosotros regresará.
Somos nuestros voceros. 
Somos nuestra propia verdad.
Y en esta mudez, cada uno habla consigo mismo.


III

Tenemos un campo magnético de patrones nunca vistos antes,
que se extiende sigilosamente entre las puntas de nuestros dedos,
que nos acompaña donde vamos y nos hace autosuficientes.


IV

Nos preguntamos sin pasión, sin fanfarronada y vergüenza,
¿Sabremos de salidas?
No vemos alguna, salvo hacia atrás.
Ya no hay más que un trago de sangre, un tiro de calor.
Deseamos hallar semillas y animales que añoran a nuestras manos
y un rincón en una casa destrozada en medio de la nada,
albergue por una noche para morirnos solo por instantes.
Nos quedaremos quietos toda la noche 
Acostados el uno a la par del otro tocándonos por las manos,
sin hablar hasta curarnos de nuestras vidas pasadas;
Y del mal que culminó quemando la tierra.

Domingo, 11 de mazo del 2003 







Beso para el esclavo

¡Oh fuente de turquesa pálida!,
¡oh rosal de violenta flor!,
¡cómo tronchar tu llama cálida
y hundir el labio en tu frescor!

Gabriela Mistral, 'La condena'

Adolescente donde arribo me encadenan.
Sin ti no se me ocurriría rebelarme, 
encender la casa del tirano o morir joven.
Dejaré estos planes; arribaré al silencio del paralítico mar.

Hablar de tu beso en sueño, 
es tener mis dedos apretados en un torno.
Tus labios, luz arrasada por un relámpago, 
se agota y se vuelve vigorosamente oscura.

Me entristece el paradero de tu beso a la deriva 
en el diluvio de celajes apagados, hazañas olvidadas, 
negativos de caras, en el polvo de oro de jactanciosos días 
empujados hacia su final seguro,
mientras el planeta avanza hacia su avería 
y detención como un pescado en un congelador.

Quizás eres el mensaje de mis tardes de robot.
Quizás soy tu apoderado incapaz de anunciarte.
Quedaré así con mi condena portátil, 
labios cerrados, abismo para mirar, 
y en la calle, las esposas esperan mis manos 
a la vuelta de la esquina.

Martes, 20 de abril del 2004 







Encuentros 

Los encuentros son peligrosos 
tenebrosos y no los queremos, 
caemos en ellos 
como guerreros agotados 
que ansían cunas; 
con armas y tropas resistimos 
sus soluciones sensatas. 
¿Acaso somos cobardes 
angustiados por el descanso del provenir? 

Gritan los desdichados en nuestros caminos,
hay bombardeos sin música 
y los frutos de la mente y de las manos -- 
Mira, la basura amontonada. 

Tantos trucos inútiles 
y llegada la hora 
se atasca el gatillo; 
los ojos se clavan 
en la cara del verdugo 
lejos, inalcanzable 
queda el dulce aire 
entre una mano y la otra 
apenas iniciando 
el acercamiento de la vida 
marcada por el fin fatal. 

Los encuentros son momentos 
en el mercado de esclavos; 
el poder del hábito nos lleva 
a crear el ambiente 
y allí nos compramos y vendemos 
a nosotros mismos. 

No sé quién eres 
quizá la curiosidad te lanza 
en medio del peligro 
mientras confías en el aire fresco, 
en la contaminación acústica, 
en las sillas y la enorme foto 
del sol poniente, 
la sierra rotativa 
esperando su turno. 

Ni siquiera sé quién soy, 
te observo silencioso 
acercándote y alejándote,
quién abandona la nueva vida 
que nace y se esconde. 

A lo mejor no sabemos 
que estamos en trance, 
que el dolor nos está dando una tregua 
antes del choque suave 
o la muerte prematura. 

Un encuentro no es un evento, 
es por lo menos dos vidas 
coreografiadas, y otras 
jaladas sin permiso 
como adornos participes u oyentes, 
un encuentro nunca desemboca 
en un paseo marítimo. 

Viernes, 25 de abril del 2003 





WAFI SALIH [11.122]

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Wafi Salih

Poeta. Nació en Valera, Venezuela en 1965, hija de padres libaneses. Residenciada en Barquisimeto. Tiene una maestría en Literatura egresada de la Universidad de los Andes. Hoy día colabora en casi todas las ediciones impresas de la revista YO ediciones.

Es docente, ha publicado 15 libros entre otros  “Los cantos de la noche” (1990), “Las horas del aire” (1991), Pájaro de raíces (2002); “El dios de las dunas” (2005), “Huésped del alba” (2006) que reúne su poesía en el ámbito del haikú hasta ese “momento (compuesta por Huésped del alba, A los pies de la noche y Caligrafía del aire) “Cielos Descalzos” “Pájaro de raíces”. También ha aparecido su libro “Vigilia de huesos” (2009)”Las imágenes del ausente”


"En el río los amantes 
desbordan la inmensidad"





Dios 

Punto
que corta
Una recta
Alba
que divide
el día.







Soledad

Transita
por mi alma
contenida
un silencio
de nieve
Me imprime
un sabor
a inmensidad
la noche
como un relámpago
visible.








Mentira

Reptil
sobre
el pasto
Fértil
te reconoces
en el umbral
del signo
donde nada
acontece







Exilios

Fuera de mí
un infinito
desierto
hace morada
Me deja
con dimensión
de arco
en los largos
caminos de la noche.






Van sin prisa
pecesitos de colores
pájaros de agua
Traza la niña
muñecas de olas
en la arena






AFANDI 

De ti sólo me queda 
un sabor 
aceitunado 
en el recuerdo

Como Beduina 
he recorrido los desiertos 
de tu cuerpo 
en la noche

En el juego 
Detenido 
en cada poro 
de mi piel

Donde te invoca 
mi alma 
en un perfume.

De Los cantos de la noche, 1996







SAMAR 

Cóncava 
tocando el fondo 
de la desolación 
día tras día 
resplandeces 
en el desierto 
laúd adentro 
llamas a la muerte 
y oscurezco contigo. 

De Los cantos de la noche, 1996 



NAJM US SAQIB [11.123]

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Najm Us Saqib

Nació en Sialkot, Provincia de Punjab, Pakistán, el 22 de septiembre de 1960, se graduó en 1980 con Ciencias Políticas y Económicas con distinción.

El embajador Najm us Saqib ha sido diplomático de carrera durante los últimos 23 años.  En 1983, completó sus estudios con la adquisición de un grado en Derecho. Ingresó al Servicio Exterior de Pakistán en 1985. Se desempeñó como Tercer Secretario (Dhaka-1989-1992), Segundo Secretario (Madrid-1994-1997), Primer Secretario (Baku-1997-1999). Desde 1999-2002, se encontraba en Nairobi como Consejero y Representante Permanente Adjunto de Pakistán para Hábitat y el PNUMA. Sirvió en la Sede como Director Encargado de Asuntos de Asia del Sur, 2002-2004. Fue enviado a la Comisión de Pakistán alta en Ottawa en julio de 2004, donde permaneció como ministro hasta noviembre de 2007. Fue nombrado embajador en Cuba en julio de 2007 y se instaló en La Habana en diciembre de 2007. 
El embajador Saqib tiene tres libros publicados de poesía en su haber. 
Aficiones del Embajador Saqib incluyen la lectura, la pesca y el ajedrez.





CIEN AÑOS ANTES DEL CULTO

Denle la palabra
que quiere hablar.

Todo lo que vio o pensó
--hasta ahora--
Todo lo que sintió en su vida,
todo lo escrito
en su soledad
por los reveses de su personalidad
quiere decirlo ahora.

Denle la palabra que quiere hablar..!!







¿POR QUE NO?

¿Por qué no he de escribir estos poemas..?
que al leerlos
tendrás que repetirlos
de repente,
al encarar un vocablo difícil,
para que tus manos puedan aprisionar
ese repertorio
--de humanidad--
Donde todos las palabras difíciles
duermen tranquilas y en paz.

¿Por qué no he de escribir tales poemas..?








LA LUNA DENTRO DEL TAZÓN

Estas almohadas suaves y mullidas
donde reposan tus ciudades
mientras rigen...
quién sabe,
quién sabrá jamás...
cómo millones de plumas
de aves ingenuas,
se entrelazan,
pensando que son:
como la fuente de tu belleza..
en la cama.


















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