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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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BEATRIZ VIOL [10.350]

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 Beatriz Viol, Daniel Bellón y Juan Antonio Bermúdez


Beatriz Viol 
(Sabadell, Barcelona, España,1983)
Actualmente reside en Barcelona. Estudia Antropología Social y Cultural y escribe principalmente poesía. Algunos de sus poemas han sido recogidos en blogs y revistas digitales como Retaguardia. Está incluida en el libro homenaje a Marcos Ana El árbol talado que retoña (El Páramo, 2009).  
Ha publicado Los mapas perdidos, XXVII Premio Gerardo Diego 2011)







VIDA EN LOS POROS

I

Los rehenes sabían 
dónde estaban:

Un hueco oscuro en la tierra húmeda.

No hay segunderos que midan 
lo impredecible.
La vida espera latente
que se abra una fisura
en la madriguera.



II

Reconocer los muros en todas sus formas.
Palparlos como a una fruta.
Cavar túneles
desde el hueso
hacia la luz.



III

La duda es un frío inesperado
en la noche
y siempre está oscuro este hueco
en la tierra húmeda.

En los cuerpos hay un grito,
amarrado a la sangre,
que no sabe salir.



IV

Abrir puertas porque tenemos 
la boca llena de tierra
y heridas en las manos.

Abrir puertas aunque este hueco
en la tierra húmeda
empiece a parecerse a una casa.






VISIONES DE LUZ

Tras las superficies opacas
imaginamos la luz.
Tras los templos sagrados
de las palabras calladas
la imaginamos.
Tras la siguiente esquina
del laberinto, tras sus grietas.

La luz que penetre el vendaje,
que pronuncie la herida,
que nos muestre su sombra.

La luz
que siempre llega
hasta el límite
de sus posibilidades.







TRAS LOS PASOS DE UN RELOJ

Se les ve andar hacia el futuro,
arrastrarse uno tras otro
como las horas muertas
en el reloj de péndulo
de una casa deshabitada.






LLEGÓ LA HORA DE AMANECER

Llegó el día en que lo vimos todo
demasiado claro.

Desapareció el humo, 
el polvo,
los vestidos de las calles,
los muros de los cuerpos.

Nos descubrimos alas en la espalda,
pezuñas en las manos,
y volamos, temblando,
volamos.

Lo que nos daba miedo
no eran las alturas
sino ver empequeñecerse el mundo.






Flores de las heridas

Mis carnes albergan huellas
de puñales que ya no me duelen.
Nacieron flores de las heridas,
espigas de trigo, pequeños frutos.

Dicen que ahora estoy más hermosa.

Por si acaso,
me arrancaré las flores
cuando me pesen demasiado.







¿Quién me reconocerá cuando
me deshaga de
los lazos, el jabón, el pelo,
el carmín, el flúor, los dientes,
las gafas, el rimel, las pestañas,
la ropa, el perfume, la piel?

Y cuando me muestre entonces en carne viva
frente a los maniquíes de los escaparates
en las calles, ¿Quién me reconocerá?

¿Resistiréis la tentación de llevarme
a un lugar seguro?

              






Pregúntale al bosque
de dónde provienen sus miedos.

Por qué entreteje cada noche su cuerpo vegetal
conformando nuevos escondites.

Por qué se forman huecos
en la madera de los árboles.

Por qué cuando todo esta tan oscuro, el viento
susurra más alto en un idioma extraño.

La luna esta inquieta en el agua de un charco.

Varios lobos se han acercado a beber.






El silencio de tu cuerpo.
Ese rincón en el que acurrucarse
donde no se inventaron las palabras.


(de Los mapas perdidos, XXVII Premio Gerardo Diego 2011)
               


CAROLINA VARELA LÓPEZ [10.351]

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Carolina Varela López
Nació 23 de abril de 1976 en Cali Valle Colombia. Estudió Contaduría Pública en la Universidad Libre de Cali. 
Poemarios: Esquizofrenia de amor presentado en la Fundación Plenilunio 2008, Cali Colombia. Amarte desde afuera, editorial Navegando Sueños del Salvador, presentado en el CECUT Tijuana México. Jengibre y Cardamomo sin editar. 
Ha participado en varios encuentros locales, nacionales e internacionales desde 1993, entre ellos 7 Encuentros de Mujeres Poetas en Roldanillo Valle y 2 encuentros de afrocolombianidad. Incluida en el II Homenaje a Poetas Fundación Plenilunio Diciembre de 2011.
V encuentro universal de escritores Vuelven los comuneros-Santander, Colombia 2011.
III encuentro poesía homenaje a Meira Delmar Puerto Colombia 2011.
XVI Encuentro Internacional de Poetas en Zamora Michoacán Junio 2012.
Encuentro Internacional de Poesía PoeTi-Sa Tijuana - San Diego 2013.
Encuentro El Festín de las Letras Ensenada Baja California 2013.
Publicada en periódico universitario, en revistas literarias y antologías de Colombia, España, México y Perú, entre ellas Nuevas voces de fin de siglo de Épsilon Editores 1999, Universos Ediciones Embalaje, Antología Bilingüe Poemas Maravillosos dirigida por el poeta marroquí Abdelouhid Bennani. 
Incluida en el catálogo de la exposición de Xilografías de José Luis Crespo Ph.D. en Artes, Islas Canarias, España 2011.
Jurado de los concursos de declamación y oratoria organizados en la Biblioteca Benito Juárez, Tijuana, México, 2013.
Participación en la Feria del Libro del Instituto Tecnológico de Baja California 2012, 2013.
Colaboró en el taller de literatura infantil en Infonavit Río, Tijuana agosto 2013.





Personal

Insurrecta la palabra, desayuno la espera:
¡no me traigas la ausencia a mi alcoba!
yo acuno tus tristezas en la doblez de la herida;
nos rondó la muerte desde el vientre,
las arenas movedizas han procurado
nuestra caída desde entonces.

Préndete de la raíz volátil,
construye un anagrama que te signe
como la llaga del amor donde crece el trigo,
no vuelvas atrás la mirada
que tu corazón es sal repartida a los desposeídos,
sube los peldaños;
te daré a cargar la alforja de los besos cegadores
para que no veas tus verdugos.





ENCUENTROS


I.

Ahora que venciste mi sueño
e hiciste rendir mis rodillas
para comer la merienda de la tarde,
sobre la manta tejida de arabescos;
déjame besar tu fractura de obsidiana,
untarte los ungüentos ancestrales
de sábila y caléndula.


II.

Ahora que quitaste la tierra de mis uñas,
tapaste el hoyo donde guardaba mi cabeza
para ungirme con esencia de naranja;
déjame secar el rocío carmesí
que corre por tu rosa,
sacarte las espinas con crema de amapola,
tatuarte la frente con mis besos.


III.

Ahora que puliste mi utensilio,
enceraste las hojas de mis plantas,
luciste tu reflejo en los cristales;
déjame hornear las galletas,
esparcirles mermelada
para que se vaya lo agrio de tu boca.


IV.

Ahora que me entretejes en el vientre,
que no necesito las gotas de equinácea
para sanar mis alergias;
déjame palpitar en tu aliento,
sustentarme del plantío primigenio,
cruzar los pies y dar brincos de júbilo.







Sortilegio para acunar a un gato

Ven mi minino de felpa
ronronea en mi ventana entreabierta
entra de un brinco atraído por el aroma
de la leche tibia
que tomas en mí
antes de la siesta

Deslízate por mi cobija violeta
da volteretas como si fuera un tejado
acicala mi cuello
juega con mis dedos
zangolotea mi mesa

Ven mi minino
yo me empino
te dibujo y desdibujo
las caras de la luna
yo te mezo
yo te arrullo 
entre maullidos.






Bendición

Saltar la barda
irse por la borda
intentar bordar sin hilos
buscar terca la tuerca del arete
aletear con los ojos velados
con las alas vetadas
y volar sin guarecerse en guarida alguna
con los aguaceros que ayunó la piedra
petrificada en el abismo
avizorando fuegos que no emergen 
para saciar la emergencia de la sed.

Tentarse por el beso que tocas a tientas 
con la comisura de labios fatuos
en la fatalidad de la hiel
helarse luego ante un desconocido
que te descose al paso
pasarte las horas horadando sus misterios
el legendario mito de aunarte con su alma
que el camino admite
sin graznidos, ni grosuras
como una hondura que te conduce
al pozo del gozo
de los carbones calcinantes  del amor.







Los amigos

Vi un paño que hostigó los ojos
y otro trapo que torturó el himno
que atrapó el alarido de auxilio
y solo trajo angustia y gemidos

Vi un gorrión sujeto a una silla
había sido arrancado de su nido
lo ataba una cadena enemiga
que hirió tobillos y muñecas

Vi gaviotas sobre largos zancos
en busca del exilio
parecía que llevaran la mochila
al hombro y miedosas corrieran

Vi arrastrar maletas sin recompensas
chirriaban como si taconearan
las muecas de doscientas brujas
una casa de madera vieja

Luego te vi desvariar
como si hubieras escapado
de la garra de los buitres
eras un niño con escalofríos
llamando a mamá
no importaban los juguetes
los amigos habían desaparecido
entonces, se te hizo urgente
convocar a sus ángeles
para que volvieran a saltar la cuerda
a jugar rayuela
a comer galletas
en el patio
de la casa.







ANTENOCHE

"Antenoche y anoche, antenoche y anoche (Bis)
parió la luna, parió la luna, parió la luna ¡Ae! (Bis)
veinticinco luceros, veinticinco luceros (Bis)
y una lunita y una lunita y una lunita ¡Ae!" (Bis)
Fragmento de la canción Parió La Luna

En la quema de antenoche fue el derroche,
d cenizas se hizo el viento mar adentro,
de burbujas fue la espuma en la bruma,
anegada con tus mañas la maraña
en la rima de tus goces ya se amaña.

Te asiste con vehemencia a la sentencia
de punzarme mariposas en mi rosa,
pescaste en mi riachuelo con tu anzuelo,
urdiste la red de fuego en mi sosiego
y caí setenta veces prisionero.

Con tus toques la tambora se evapora,
el sonar de la marimba arde hasta tarde,
el guasá se oye lento en el fragmento
en que repartes el oro del tesoro
y bogas para bajarme los luceros.







Mi Madre

Mi madre es noble y altanera
flor de loto inmaculada
en medio del fango

Ella vino después que mis abuelos
abrieran hueco en la tierra
para escapar de los rifles
rojo-azules

El mundo la hizo rodar loma abajo
como un juego infantil
que raspa manos 
y pela rodillas

En la ciudad tocó puertas
para vender arepas
reinó por un día
y gobernó en la escuela
donde dejó muchos sueños
bajo el pupitre
y aprendió taquigrafía
para escribir poemas

Sus cicatrices están latentes
como patriota
Tiene bajo su clavícula 
incrustada una bala 
en la noche funesta
que marcó su memoria

Ella, torre fuerte
cantera
Ella, audaz gacela
sigue siendo el leño encendido
que aviva nuestro hogar.







Receta

“Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis;
porque de los tales es el reino de Dios”
San Marcos 10:14 b.

Traed tijeras para cortar amarras
y lazos de guerra
masa de higos
para sanar las llagas
gotas de mirra
para el dolor de muelas
hisopo para la tos
y la resistencia.

Traed ramitas de sauce
para bajar la fiebre
virutas de sándalo
para quitar espasmos
hojitas de almendro
para desinflamar
semillas de linaza
para quitarle carga 
al corazón.

Traed aceite de geranios 
para las cicatrices
agüita de coco
para el alma seca
flores destiladas
de mirto y siempreviva
para hacer longeva la inocencia.

Ahora si, pintad los alebrijes
con muchas pecas
¡Que vengan los niños
a llenar el carrusel!
         





Réquiem

He de salir del pozo del abismo
abrir los cerrojos, romper grilletes
con el sortilegio de la piel mudada
en el luminoso rostro de la aurora

He de vencer a espada de dos filos
el lazo mordaz de decirnos adiós
con la sed hinchada por bebernos
y la hamaca ondeante y vacía.

He de rasgar el manto de la prisa
desnudar la espera, avergonzarla
dejarme ir en el acorde cálido,
en el hilo de araña de la esperanza.

He de volverme palma africana,
refulgir con el aceite de mis frutos
vestirme de azucenas blancas
en el bramido que batió las aguas.

He de encallar con mi velero firme
en tu orilla rodeada de gaviotas
despertar sin el fragor de la tormenta
a la bienaventuranza de tus manos
y retozarnos
y retozarnos








La casa

¿Cuándo volveré a ser tu bufanda, padre?

Aún oigo el rugir de las motocicletas
que giraron en el circo del domingo;
aún las cintas que bajaron tu féretro
descuajaron algo dentro mí,
(dolió saber las chispas de tu risa
apagadas con la tierra);
pero nunca escuché 
las mordeduras de las ratas
que asolaron el techo de la casa,
los hombres raptados por las sombras 
a las 6:30 de la tarde de ese martes.

He olvidado los chistes, padre;
tus amigos no me convidaron 
a sentarme en el andén,
ya no juegan fútbol como antes,
no hay quien los lleve al río 
a chapotear en sus aguas.
¿Ahora sabes del guiño
que a tus espaldas hicieron?

Te dejamos en tu cumpleaños veintinueve
flores que adornarán tu cabello verde
limpiamos la ventana gris 
que mantienes cerrada.
¿Escuchaste mis padrenuestros, padre?

Hoy cumplo diez y me cuesta mucho
develar la alegría entre las nuevas muecas 
que poco a poco aparecen en mi rostro;
todavía recuerdo mi muñeca a mis seis,
la billetera rosada y los pañuelos 
que no guardé para la borrasca.

Padre, te llamo para avisarte:
mi madre vendió el auto y la casa;
ya no voy en los patines 
después de hacer la tarea,
también cambiamos de escuela,
vivimos en aquel barrio 
donde jugabas al escondite con ella
y la meciste con tus fragancias.

A veces la rabia me tiende lazo
cuando el insomnio se atraviesa
con la sed pegada a la garganta;
y a la madrugada, en los pasillos te clamo,
te hago preguntas
¿Por qué no me llevas, padre?
Y luego recuerdo que varias veces dijiste:
-Carito, eres el hombrecito de la casa-.










TIZIANA CERA ROSCO [10.352]

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23º Festival Internacional de Poesìa de Medellìn

Tiziana Cera Rosco  
Nació en 1973 en Milán, ITALIA donde reside. Es poeta y actriz de teatro. Ha publicado numerosos libros de poesía, entre ellos: Almanaque del Mitomodernismo (2000); El argonauta (2001); The Blood Hold (2003), El 
diablo o del perdón (2003), Poesía en Festival (2003), Lluvia (2004), Labor de excavación: Antología de Poetas Nacidos en los años 70s (2004), Antología de Poesía Italiana (2006), El arcano fascinante de la belleza (2006), El Grupo (2008), ¿Quién quiere volver? (2009), Dios el Macedonio (2009), Tan poco destino en tus ojos (2010). En el género del teatro, Pulsar es el nombre de su más reciente instalación. También es compositora de canciones.



Diana

(Fragmento)

Luego empecé a bañarme
Sumergí la cabeza hacia atrás
Y el agua me pasó por los ojos
Y yo me enarqué bien casi pensé que estuviera en el viento
Y no me preocupé por ti Acteón 
De tu nueva forma
Tan semblante a la mía
Sólo escuchaba a los perros, tuyos tan fieles 
Al olfatear en dirección del acantilado donde estabas 
Y creo que también a tu primer respiro desconcertado
Después de las salpicaduras con que te liquidé
Hice girar la más pequeña de mis ninfas cazadoras 
Un estremecimiento de júbilo que percibí directamente desde su vibrante seno
Y que calmé sin precisar hablar
Mientras en el agua buscaba echar de mis formas
El perfil que tu mirada se había atrevido dibujar sobre mí 
Como si fuera visible así simplemente como aparezco 
Diana llevada a término en un cuerpo de rígida blancura que se baña.
Ningún hombre tiene una guerra
Con la cual yo pueda bautizarme
Ni un animal superior a los que yo gobierno 
O una sangre que en su velocidad temprano por la mañana 
Corre, verdísima, agria
Como por huir de los torpores intermedios 
O de los cariños que los hombres
En su desastrosa falta de crueldad 
Buscan dentro de los dobladillos de los lechos en que
Acostados creen ser animales
Sólo porque son tomados en intermitencia por un instinto 
Un pequeño instinto
Sin riesgo
Sin perros que muestran las ingles para el crujir de una liebre del sotobosque
Y desde su falta de crueldad, sin vastedad desde su pecho blando
Un pecho sin los selváticos altiplanos donde se destacan vértigos
No sabrían romper con la flecha
El instante en que el cervatillo en el impulso
Quisiera transformarse en colibrí. 
Ahora saben los corvos como los jabalíes
Que no fue una cuestión de rango
Lo que pedí a mi padre Zeus. 
Debes saber, pues quiero instruirte un poco antes de dejarte a tu destino,
debes saber que Zeus y mi madre durante la cópula
se transformaron en pájaros
y cuando me parió Latona 
al empujarme logró expeler sola 
algo muy grave 
y yo así recién nacida me apuré a reabrirle las paredes
a deslizarme por su vientre siguiendo el cordón animal 
y en aquel antro con un pulso asomarme a Apolo
mi luminoso gemelo
su cuerpo de todas las bellezas 
Sabemos todos
Que fue una cuestión de rango 
A los 3 años, digo 3
Sentarme sobre las piernas de mi enorme padre
Con las espaldas inmóviles, inflexible 
Informarle que yo quería muchos, muchos nombres para mis transformaciones 
Y un arco forjado por los cíclopes
Y para mis calzados y para mis perros habrían bastado 20 hijas de río 
Y le pedí expresamente
Sin trepidación 
Para quedarme siempre virgen 
Por nadie disfrutada 
No abierta, excepto para los vientos 
No herida
Y que pudiera crecer libre de los deseos pero al lado de los humos
De los saltos
De los torrentes
De la calma de los corazones hinchados como ciruelas
De las pruebas tan vitales que 
Hablan de un peligro correspondiente a la posibilidad
de ser salvos de algo superior a la intensidad de aquel peligro.
Así se habla de mí en las ciudades
Que Diana es virgen porque es dura
Una fibra de cuerdas que sube desde las piernas hasta el surco del brazo
Y que deseó la inviolabilidad
Porque es una piedra con instinto animal
Es quizás sospechando los animales que conmigo corren una sombra 
De los saltos
De los torrentes
De la calma de los corazones hinchados como ciruelas
De las pruebas tan vitales
Hablan de un peligro que corresponde a la posibilidad
de ser salvo de algo de mayor intensidad de esto peligro.
Así, en las ciudades, se habla de mí
Que Diana es virgen pues es dura
Una fibra de cuerdas que desde las piernas sube hasta la ranura del brazo
Y que quiso la inviolabilidad
Pues es una piedra con instinto animal
Y quizás se sospecha que las ánimas conmigo corren en la sombra
Los animales no vacilan y corren en una vena más hinchada 
En el cuello de las florestas 
Una vena en que en cierto punto te puedes parar
Dejar tu cuerpo diabólico 
Deja el mito salvaje y se simplemente un dios 
En la figura en salto estar uno parado vivísimo. 
Ves ahora que todo es una cuestión de belleza y audacia
Es el propio rango
Mientras los hombres desean y hablan de psicologías
De selvas que harían reírse el más enfermo de los conejos
Mientras quiero ser violenta como quien tiene que serlo, violenta
Expresamente, sin trepidación
Violar y aceptar ser vista por un instante por ti Acteón
Aceptar ser vista para matarte.
Qué pensabas hacer mirándome cansada después de la caza
Pensabas que como un demonio tendría yo sólo que quitarme la máscara
Que este instinto salvaje fuera sólo un musgo para quitarse del brazo
Y mostrarte mi ingenua apariencia dulce de pudor
¿Mi vacío de castidad en su inocente soledad de amor? 
¿Cuál es la naturaleza de tus ganas de violar?
¿El deseo? ¿El amor?
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/
PROMETEO 
Revista Latinoamericana de Poesía 
Número 94-95. Julio de 2013.




Il Compito

Bevo nell'osso della sedia senza tavolo
una tisana perfetta.
Tra poco anche questa sedia
verrà battuta.
Forse bisognava restare così
senza avere più nulla su cui poggiare i gomiti
per reimparare una postura

Ho sempre avuto paura di uno strappo.
Mi trovo a meno di trent'anni
due figli e un matrimonio rotto.
Ed è la quarta casa che cambio in quattro anni.

Ma è silenzioso tenere tutti i pezzi in un intero.
Non emettere dolore.

Piove.

Senza più un suono su cui poggiare
una parola.

Do livro La vita felice - 2008







I.

In qualunque luogo sarà il corpo
Là si raduneranno le aquile.
Per questo ti dico “Non Tremare”
“Non Tremare” sarà il tuo tuono.

Quando sarai morto, corpo mio,
perfettamente tenero
perfettamente quieto
perfettamente spaccato nel mezzo

Ricordati di me.
Raggiungimi.

(da Anatomia Del Solo)






Ditemi se il suo nome
articolava le falangi degli uccelli
se copulava teso tra le carni
se gli inginocchiatoi nelle pietre dei tempi
hanno il calco chiaro dei suoi arti.
Ditemi se in volto radunava
gli occhi cacciati da ogni messa -gli a me promessi-
e se il segno d'unzione sulla fronte
lucidava a gocce l'inguine eretto.
Ditemi se è precipitato nei buchi delle sue mani
se ha tolto destino al palmo delle linee
e più non mi legge
se ad Emmaus superstite si è spezzato
azzimo e magro come un giuda
o se dal diaframma era più roco il legno della mia nominazione.
Se lo vedete -se lo vedete-
ditegli che ho battuto alla cerca ogni ostia
femmina fessurata e circoincisa
che lo porto nel bisturi
che questo taglio era un grembo
e dalla vulva mi lacerava fino in gola.
Ditegli che i capelli sono caduti come sterpi
e come serpi scolano le mie caviglie
che più di tutto mi mancano i baci dei congiunti
quelli col fiato dentro
dello stesso sangue, i giusti
che li rivoglio chiamati e cantati alla mia fronte.
Ditegli -vi prego- che non lo toccherò
nessuna impronta
che me ne starò ingoiata
denocciolata come la primizia al dio.
Che dei miei seni farò punta dura
a lui intaglierò l'incudine esatta
e mi forerà come un ciondolo
ed io appesa al suo collo di funi
-finalmente appesa e portata-
sarò un bavo
che odora di tutte le erbe della terra.

(Calco dei tuoi arti, Lietocolle 2002 - Il sangue trattenere, Atelier, 2003)









Anche tu alle mammelle della lupa?
Ma ero consumata pure alla venuta di Dio.
Sono seni di cera - non hai visto?-
già colati
già stati accesi.
Dal fondo dei canti tiene quel che manca
gli uccelli freddano gli spalti
non covano i tuoi boschi.
Puoi andare
il tempo migra anche da qui.
Ogni lontano si appunta
senza sbando
senza varcare per il cielo.
E non sono neppure addolorata.
Ti guardo dalle vetrate
da dietro la sepoltura
autentica, come uno scarto
come un lungo lavoro d'esperienze.

(Calco dei tuoi arti, Lietocolle 2002- Il sangue trattenere, Atelier 2003)









Marziali i miei seni erano pronti
gonfi in stato di musica.
Non ricordo quanto 
avessero brucato al plenilunio
premevo ora col canto
latte non caglio
della notte pasturavo
le lente dominazioni del verbo.
Ai miei piccoli
la cucina sacra della messa
niente che non illumini
stilli il capezzolo buio e caldo
il confronto con il Dio bianco.
Possa questo corpo fuso
saziare, cavando luce, i due costati.
Serva pure l'indecenza i predestinati
si faccia comunione
con questa carne spanata
-Tommaso vuoi toccare
le mie stigmate?-
E non importa quanto
grumo di bestie fu il mio cuore
se la carogna mastica ancora il pube
o quanto sia stata astratta e volgare.
Premevo -giuro- premevo col canto
latte non caglio.
E verbo

(Gli Argonauti, archivi del ‘900, 2001)










Tre giorni piove e tre giorni non mi lavo
scrivo ancora più di quello che posso
-ancora di più-
e bevo così tanta acqua
da farmi salire in bocca a fiotti
i pesci elettrici dello spirito.
Tendo a dimagrire quello che sento
fino al giorno in cui
l'organismo eserciterà gli scritti
ed io potrò stare sotto dettatura di quello che so
organica fino alla morte
con un corpo fisico vicino vicino
ma non tutta corpo
non tutta questa cosa che muore
che tra me e Me ci sia la distanza di un abbraccio
la macroscopica conseguenza del mio impegno storico alla cura
a non morire di transavanguardia o editto di Costantino
anche se me ne parli tu
anche se avanti e dietro annacqua sangue
esercitare respirare quello che so fino al punto di aderenza
nella più completa assenza di ispirazione
sentire un po' di fame - un po' di freddo
in questo corpo di tre giorni che scrive più di quello che può
fino al dettato della mia mano destra - tutta spinta
ma non ancora corpo vicino
non ancora tutta questa cosa che muore.

(Inédito)









MARRA PL. LANOT [10.353]

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Marra Pl. Lanot 
Es una figura muy conocida en la contemporánea Literatura Filipina. Obtuvo su A.B. en Inglés en la Universidad de Filipinas en 1965. Es miembro fundadora de Women Writers in Media Now (WOMEN) y ha trabajado en Women's Desk of the Concerned Artists of the Philippines. También ha sido miembro del Movie and Television Review and Classification Board (MTRCB) y redactora literaria de Mirror Weekly. Una escritora feminista, la Srª Lanot ha producido poemas, traducciones, y artículos/ensayos en inglés, tagalo, y español.


ESPAÑA

España, como no te conozco
quiero conocer tus sierras,
tus montañas, tus colinas.
Quiero saber las raíces de los árboles
que rezan en las cumbres.
Quiero conocer el otro país
de nuestros héroes como Rizal y Luna,
la Mamá del pasado,
la Reina de Filipinas
que nunca nos abandonó.
Quiero entender los gritos de alegría
sobre la sangre de los pobrecitos toros.
Quiero oír las canciones de los gitanos,
comprender el fuego del flamenco.
Quiero ver las olas que abrazan las piedras
y escuchar el silencio de las estrellas.
Quiero saber el sello en el escudo
de los siglos después del perdido
de las armadas
Quiero comprender por qué los colonizados
sueñan viajar a tu tierra
a pesar de la espada y de la cruz,
a pesar de todo. 








Rezo

¿Y tú también? Nadie te comprende.
Dicen que no entendiste la lucha de tu hijo,
que te quejaste y no le soportaste.
Dicen que no eres virgen
porque es imposible
ser embarazada
y quedar virgen,
que la Asunción es una mentira,
que no existes, no existes, no existes.
                            
Dicen que no tienes derecho
a sentarte al lado de tu Esposo,
que no eres la madre verdadera
de Dios ni de Cristo,
que hablas sólo para Jesús,
que tu palabra es su palabra,
tu acción es su acción,
tu lugar es el más bajo del trono,
sin poder de salvar a nadie ni a nada,
sin voz propia.
                            
Ah, Virgen, Nuestra Señora,
ayúdanos, por favor,
como ayudas a tu hijo.                     
Te pedimos perdón, 
concédenos salvación.                      
Como eres mujer,
nadie te conoce
pero, sí, te conocemos,
y como estás
en nuestra mente
y en nuestro corazón,
madre de Dios,
madre de todos 
y de todo el mundo,
mujer de las mujeres,

existes, existes, existes.





Long Before It Begins

The room brimmed with laughter,
caviar, and wine,
and suddenly music wafted by
and a man from the other table
turned around, and with a twinkle
in his eyes and a ghost of a smile,
walked towards me as I stood up
It is Ole St. Nick
Dahling Nick!
who I thought I lost sunsets
and sunsets ago
and we danced…

“When marimba rhythms start to play
Dance with me, make me sway
Like a lazy ocean hugs the shore
Hold me close, sway me more…”

Like old days in Ermita cafes—
such as When It Is Grey November in Your Soul—
where people went to drink
beer and gin, light a joint
and chat as long as the stars blinked
and we would push chairs and tables aside
and unveil a dance floor

“Like a flower bending in the breeze
Bend with me, sway with ease
When we dance you have a way with me
Stay with me, sway with me…”

But the air was so still
as if listening to an impending typhoon
and I, afraid to encounter whatever,
wake up to the noise of an alarm clock
which bursts the dream
rings in myriad mundane chores
bringing me back
to where there are no
dead men walking
to where earthlings
wrack their brains
with what ifs and what fors
twiddling thumbs
on a rocking chair
dreaming dreams
hesitating, hesitating,
hesitating—
until night falls
and I’m ready to dance forever

“I can hear the sound of violins
Long before it begins
Make me thrill as only you know how
Sway me smooth, sway me now…”






As Evening Falls

The room vibrates with laughter
of dear acquaintances
who now and then get together
and reminisce hootenanny
nights on the rooftop
bohemian sojourns in the park
games of hide-and-seek
in a haunted house
It’s raining beer
with fond memories
of lost loves
then, suddenly
a song of nostalgia
fills the air

“Caminito que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
trébol
una sombra ya pronto serás
una sombra lo mismo que yo.

“Desde que se fue
triste vivo yo,
caminito amigo
yo también me voy…”

I hear somebody singing with me
I turn around and see
Ole St. Nick
Dahling Nick!
his tenor voice loud and with tremolo
his eyes in youthful ecstasy
his face entranced by poetry

But then, a shaft of sunlight
pierces the room
pricks the dream
which recedes
in the shadow of the moon
I wake up
Ole St. Nick
Dahling Nick
is gone
and the song about two lovers
passing through a garden
ends, but as evening falls
once more the tale begins

“Desde que se fue
triste vivo yo
seguiré sus pasos
caminito, adiós…”





As Above...

It is that room again
that recurring scene
of song, dance and laughter
of dearest friends
from this world and beyond,
a song is playing—

“Amigos para siempre
Means you’ll always be my friend
Amigos para siempre
Means a love that cannot end
Friends for life
Not just a summer or a spring
Amigos para siempre…”

Never in my wildest dreams
could I have thought
we would meet this way
call it chance
say it’s unplanned
wherein nothing happens
and yet everything happens

the song spills
into my waking hours
and it’s the same moon
on opposite poles that
lights up the darkness
dissipates shadows and loneliness,

the same sun
seen through different windows
that colors this world
of fragile but strong
flowers and butterflies
and ignites the embers at sunset,
fierce but not scorching,
where everything is
constant and changing
slow and fast-moving

We dance while flying
sprinkle our bodies with earth
bathe in the rain
connect across distant stars
and so it is written
as above, so below,
as without, so within.


Web source:
http://tinyurl.com/5v85ln



GABRIEL OKOUNDJI [10.354]

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Gabriel Mwènè Okoundji  
Nació en Okondo-Ewo, Congo, el 9 de abril de 1962. Es considerado actualmente una figura prominente de la poesía en lengua francesa. Está presente en destacadas antologías de poesía francófona, entre ellas: Poésie de langue française, 144 poètes d’aujourd’hui autour du monde, 2009; L’Année poétique, 2009; y Poésie de langue française, 30 poètes d’aujourd’hui autour du monde, 2009. Su búsqueda creadora se ha ubicado entre la poesía onírica, la poesía cósmica y el pensamiento filosófico. Obra poética publicada: Cycle d’un ciel bleu, 1996, Premio Pey de Garros; Second poème, 1998; Palabres autour des paroles de Sory Camara, 1999; Gnia, (ma moni mè), 2001; L’Âme blessée d’un éléphant noir, 2002; Vent fou me frappe, 2003; Bono, le guetteur de signes, 2005; Fédérop, 2008, Premio Poésyvelines 2008; Au matin de la parole, 2009; La mort ne prendra pas le nom d’Haïti, 2010; Stèles du point du jour, 2011. Por el conjunto de su obra recibió el Gran Premio Literario del África Negra, en 2010, y al año siguiente, el Premio Especial de Poesía de la Academia de Ciencias, Bellas Artes y Letras de Bordeaux.





De Plegaria a los ancestros

De la pantera


Para Aimé Césaire

Ninguno me hará creer a mí nacido en la sabana
que una pantera
se desviste de su pelaje
para disolver en el anonimato
toda huella de su piel

¿Por qué y a nombre de cuál paga se atrevería ella?

Samurai de planicies siempre de pie
           en la selva del tiempo
           siempre de pie
           en tu mirada que se mira en las tinieblas 
ngo=ngo=ngo= tu nombre paralelo al sendero
ngo+ngo+ngo= lo que nadie sabe leer
yo mismo no sé más escribirlo

¡Césaire!








Plegaria a los ancestros
(Fragmentos)



I

Despertad, luciérnagas de mi infancia
yo estimé mal las turbulencias de mi profundo destino
no creáis a esta locura que cubre mi rostro y mis pies
no es de ella, ni de su matriz que yo nací

Perdonadme todas estas esperas infieles
no tengo patria donde grabar mis júbilos
y mi razón, día tras día lentamente se encierra
en la arena de la incoherencia sin límite de mis sendas


II

Ancestros, el sol se ocultó tras la colina de vuestra palabra,
de mis dos manos y del eco de mi voz, os lo ruego
os ruego con todas mis lágrimas en nombre de la Alima
decidme la etnia del valle donde se cultiva la sapiencia

Estrellas vosotras que abrigáis mis ascendientes en el segundo 
horizonte
subid la voz, aumentad el hambre de mi vista
y que crezca en mí la esperanza entera de una visión
más allá de los vapores del cielo, del frío y del viento de los océanos


III

Memoria, memoria ¡oh! ¡cuánto ha envejecido el tiempo en mis arrugas!
de un cielo al otro, mis recuerdos se cubren de vejez
hace negro, la noche como un río que fluye ha ganado sobre el día
y las tinieblas se llevan en sus mares los sueños de mi juventud
Éramos cinco y cinco, hijos e hijos, hombres en medio de los hombres
Nicolás cantaba, y el gozo subía para ennoblecer el color del sol
éramos el viento de la mañana que bate sus alas en el horizonte
memoria, memoria, ¡oh! ¡lo que fue el hombre está ahora abolido!


IV

Mujeres con el vientre empobrecido, vosotras madres, vosotras tías, Ampili y Ndzam miradme, vuestro hijo que cae, los pies descalzos, enceguecido por el crepúsculo
mis ojos observan el olvido frente al vacío de los cielos mudos de la errancia
dadle a mi canto los favores de una danza al soplido de mi infancia

Vosotras abuelas, hembras ultrajadas, mujeres honorables, decidme ¿en qué devinieron esos infantes soñadores del lejano paraíso de Okondo
aquellos mismos que danzaban el trance de risas ofreciendo sus voces a los ancestros?
decidme, mi cerebro sin gloria mendiga la luz de vuestra palabra


V

Majestuosa tierra de Mpana con naves cargadas de dolor
tierra nacida de la herida profunda de un corazón traicionado
tierra de cenizas, territorio de inmensos rayos
¿qué han hecho del aliento Tegué de tus maestros feticheros?

Tierra de desgracia, la miseria del Hombre es ciega
los Mwènè anuncian el destino en el trasfondo de las almas
el destino todo silencioso está en la sombra de los ruidos de la noche
pero he aquí que la sabana ha perdido la cara de la pantera


Traducciones de Rafael Forero Mendoza
PROMETEO 
Revista Latinoamericana de Poesía 
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/







L'EFFORT POUR RENDRE L'AUTRE FOU 

De bouche à oreilles
à cache-cache de chuchotements
les écrivains inventent un jeu

        - il faut bien se distraire entre intellectuels ! -

             Zéralda ô Zéralda ville cruelle
                   ton ciel annonce des nuages
                   qui donnent la colique !

la belle trouvaille a pour nom : L'effort pour rendre l'autre fou(1)
qui dit mieux, qui dit mieux dans cette fabrique du vertige ?
oyez ! oyez ! je t'haimne ! moi aussi ! que dis-tu miroir ?

   - les Dieux veillent, les anges ne sont pas moins traîtres ! -

            Zéralda ô Zéralda ville cruelle
                  ton ciel échange un corps contre une âme !

que personne ne se dérobe, il n'est pas permis de somnoler

            - voici la règle du jeu, elle est parfaite -

une plume dans la main droite et dans la gauche la toxine

                     - avis aux œdipes ! -

et que commence le bal qui déchiquette les silhouettes
et que périsse toute voix qui balbutie le cri d'amour

            Zéralda ô Zéralada ville meurtrière
                 les fleurs de ton paradis sentent bon !

frères d'obédience, la fraternité expulsée suscite t-elle l'écriture ?
nous voilà comblés dans la querelle des nègres
c'était donc ça la famille des écrivains africains !

            Zéralda ô Zéralda ville meurtrière
                  parmi nous il est où l'Homme
                  en ces hommes de culture chronique(2) !

frères d'obédience, rien ne va plus, entrons dans le bal
si des nôtres l'un succombe vague à larmes, applaudissez !
et demain, et demain ? Ne nous interrogerons pas
œil pour œil dent pour dent, salut aux aveugles

               - vive l'effort pour rendre l'autre fou ! -

A qui le tour ?

Gabriel Mwènè Okoundji.



(1). Expression empruntée à Harold Searles dans son ouvrage éponyme.
(2). Chronique, au sens exclusif où on le dit d'une maladie.



RICARDO VERGARA CHÁVEZ [10.355]

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Ricardo Vergara Chávez
(Las Piedras, Toluviejo, Sucre, COLOMBIA 1954). Primaria en Betulia, secundaria en Sincelejo. Ha fundado periódicos, revistas y centros de divulgación cultural, como Expresión Naciente. Codirector de Signo de Tierra.
Es autor de los libros A casa del fuego (1985). El rastro del caminante (1993). Señales del Hombre (2002)Retrazos  de mundo (2006 ). Y el ritmo de los girasoles (2009), entre otros. Organiza el encuentro de Escritores de Sucre y Encuentro de Escritores del Caribe en Sincelejo.



Signos

A Mirlena Martínez

El artificio que miras no es la vida
ni la palabra que nombra lo perpetuo
otra fuente de donde vienen los colores
el amor y la muerte
la piedra que ha viajado con el polvo
nos recuerda el barro que hemos sido
                                    /sin nombrarnos
en otra parte está la luz
                                     alguien lo sabe
                                                       y la toca desde el aire.





Poema de las preguntas

¿Somos eso que teje el tiempo
u otro tiempo?

¿El instante de la luz, su transparencia,
o la travesía de un dios asediado
y vencido por su peso?
¿O continencia donde conviven
                   /la razón y el sueño?

¿Por qué fue nuestra la voz
y nunca el vuelo
habiendo añorado ser altura?

Existo entre preguntas
sin saber de aquel misterio.







Un niño baja por el tiempo

A Justiniano Arrázola

Un niño baja por el tiempo,
toca la piel que fuimos,
sombra ahora en la tarde
o luz quemándose.

Mientras los de ayer
acampamos en una estación lejana,
el niño toca adentro;
juega con el barro oscurecido
en el fondo de todos los enigmas.

Nosotros somos naturaleza que maltrata
somos, su continuidad
y silencio.






El fuego sueña sus cenizas

El fuego sueña sus cenizas
y arde por verse en ellas disipado.

Igual la vida apura a la muerte
en círculos de culminaciones e inicios
Nombramos lo que ayer fuera
sin sospechar que persiste en nosotros renovado.

¿Será así hasta lo eterno
el culminar y el principio,
o ya hemos culminado
y nos afecta sólo el reflejo de haber sido?







La constante incertidumbre

Nos convoca una materia antigua abisal y eterna,
lo desconocido,
ramificados caminos, y una barca siempre a
                                           /punto de zarpar.
Ayer apenas
estuvimos festejando la luz derramada sobre
                                                    /el mundo
y ya queremos partir
sin haber visto la tarde
ni a los corceles del sueño paciendo en la llanura.
Algo nos empuja hacia lo innombrable,
hacia la constante incertidumbre. 






Hay una ciudad en mí

Hay una ciudad en mí
llenándome los ojos y el alma,
la siento como un crío, reclinada
en el pecho inmenso de la tierra.

Hay una ciudad
con un destino extraño
y un puerto buscando el mar
como soñando una barca.

Compadecen sus calles que se curvan
recordando en círculos el ritmo de otro tiempo.

En ocasiones la ciudad es un grito.
En otras apacible, como animal dormido,
deriva tierna para el que sueña
o busca un camino. 

Tacto en ella mi piel
lamiendo una sal hundida
en seres que comulgan
o fulgen como conchas emergidas
de un mar profundo.

Soy la ciudad padeciendo
rostros que se miran
sin tocarse,
herrumbre de estos días
pedazo que parte. 







Dios

Debe ser duro
cargar con tantas culpas
habiendo estado ausente.







Infancia

En la infancia
vivimos suspendidos en un aire ubicuo
como algo que no alcanza a ser
pero acontece.

Asistidos por enigmas
palpamos todo
bebemos todo
procurando una señal
o el resplandor que nos guíe
en la orfandad.

Entonces
nos rebasa el mundo de lo ignoto.

Después zarpamos
buscamos otras aguas
y en la ebriedad del mar que es la vida
nos hallamos con la muerte.







Desaparecidos

Los ojos que le vieron la última vez
raudos también desaparecieron.







Margen

Que de nosotros 
quede el silencio 
lo otro
-si no alcanza a ser un canto-
seria un estorbo para el mundo.







DIOS

¿Vivió y murió,
O estuvo y se esfumo
Cuando?
Indago y hago silencio.
¿Quién puede decirme
Si asomo o fue visible su esencia,
Y donde estuvo su esfuerzo?
Del hombre se por sus muertos
La estela de su reino.
De él ni siquiera un espasmo en la bruma,
Ni cuando se irritó o estuvo sereno y cabal
Bromeando entre nosotros la suerte de estos días.
¿Sosegado, acaso fue su diligencia el olvido?
No sé si indagar en el eco por el tono de sus palabras
O palpar en el viento a ver si pasan.
Quizá un poco de su caligrafía hubiese servido
Para consagrarlo ahora que va tan de prisa el mundo.












CHRIS ABANI [10.356]

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Chris Abani

Chris Abani

Chris Abani nació en Nigeria en 1966. Poeta, novelista, músico de jazz, profesor universitario con estudios en Nigeria, Gran Bretaña y Estados Unidos. De  madre inglesa y padre Ibo-nigeriano, nació en medio de la guerra y comenzó a escribir desde muy temprano.

Su primera novela Master of theboard en la que él, con sólo 16 años, situaba al cuarto Reich en Nigeria,  tuvo consecuencias nefastas para el joven escritor. Dos años después de su publicación, fue condenado a tres años de cárcel por el carácter revolucionario de sus textos. Entre las rejas sufrió torturas y aislamiento completo por períodos, hasta que fue liberado en 1991.

Describiéndose a sí mismo como “fanático del optimismo”, viaja entre intersecciones cargadas de atrocidad y amor, política y religión, pérdida y  renovación. Sus poemas, de belleza devastadora, indagan la compleja historia personal, familiar, y el amor romántico. Exploran los lugares y el humor, el exilio y la libertad con poemas de la experiencia y la imaginación.

Su obra poética está constituida por libros como KalakutaRepublic, 2001; Daphne’s Lot, 2003; DogWoman, 2004; HandsWashingWater, 2006; There Are No Namesfor Red, 2010; Feed Me TheSun – Collected Long Poems, 2010; Sanctificum, 2010. Obra narrativa: Masters of theBoard, 1985; GraceLand, 2004; Becoming Abigail, 2006; SongForNight, 2007; TheVirgin of Flames, 2007. Ha recibido, entre otros, El Premio Pen Club de Estados Unidos a la Libertad de Escribir, el Premio Prince Claus, el Premio al libro de California y el Premio Guggenheim.








UNA PEQUEÑA ORACIÓN (A SMALL PRAYER)

Nada sé de la verdad
imponiéndose como esa primera luz,
inconmovible río sagrado.
Pero mi corazón es inacabable,
Girando en un rosario que cae pesadamente. Fruto
De la mano fatigada de la piedad
Y hay ese rumor —Esto es amor, esto es amor
¿pero qué sé yo de sus solitarias estaciones,
el peso completo de una cruz, la ternura de los remaches?
Pero hay redención en esta aventura
—la verdad como la mejor adivinanza de la memoria—.
Así que rebusco con manos mugrientas dando forma
con un poco de cartón grueso y engrudo, a sus ayeres,
reclamando algo atrapado en la sombra
entre coplas rebosantes de promesa
inventándome, este niño pequeño, este niño, este hombre
y mi corazón conoce las estrellas que veo,
y sabe que otros han viajado antes por esta oscura senda: hacia la poesía.

Traducción de Nicolás Suescún







Sanctificum

I say hibiscus and mean innocence.
I say guava and mean childhood.
I say mosquito netting and mean loss.
I say father and it means only that.
Happen that we all dream, but the sea is only sea.
Happen that we call upon God but it is only a breeze
ruffling a prayer book in a small church
where benches groan in the heat . . .

“Stunning poems.”





Blue

                                  I

Africans in the hold fold themselves
to make room for hope. In the afternoon’s
ferocity, tar, grouting the planks like the glue
of family, melts to the run of a child’s licorice stick.

Wet decks crack, testing the wood’s mettle.
Distilled from evaporating brine, salt
dusts the floor, tickling with the measure
into time and the thirst trapped below.


                                  II

The captain’s new cargo of Igbos disturbs him.
They stand, computing the swim back to land.
Haitians still say: Igbo pend’c or’ a ya!
But we do not hang ourselves in cowardice.


                                  III

Sold six times on the journey to the coast,
once for a gun, then cloth, then iron
manilas, her pride was masticated like husks
of chewing sticks, spat from morning-rank mouths.

Breaking loose, edge of handcuffs held high
like the blade of a vengeful axe, she runs
across the salt scratch of deck,
pain deeper than the blue inside a flame.


                                  IV

The sound, like the break of bone
could have been the Captain’s skull
or the musket shot dropping her
over the side, her chains wrapped
around his neck in dance.

“Blue” from Dog Woman. Copyright © 2004 by Chris Abani. Reprinted by permission of Red Hen Press.







Chant:

It was the hornbill that spoke it.
In the nothing, becoming nothing,
begetting nothing; this is everything.

The world is old, the world is new

How does the darkness hide?
In the nothing, becoming nothing,
begetting nothing; this is everything.

The world is old, the world is new

The sun is no bigger than a crab.
In the nothing, becoming nothing,
begetting nothing; this is everything.

The world is old, the world is new

Hot soup is devoured from the edges.
In the nothing, becoming nothing,
begetting nothing; this is everything.

The world is old, the world is new

The blood sign is red; burning like fire.
In the nothing, becoming nothing,
begetting nothing; this is everything.

The world is old, the world is new

It has no name; silence is its name.
In the nothing, becoming nothing,
begetting nothing; this is everything.

The world is old, the world is new.

“Chant” from Dog Woman. Copyright © 2004 by Chris Abani.  Reprinted by permission of Red Hen Press.







Dog Woman

It’s like flying in your dreams, she said. You empty
Yourself out and just lift off. Soar. It’s like that.

                                       *

Red.               Red.                Red.

          Just that word. Sometimes.

                                       *

Yang & Yin. Like twins tumbling through summer.
        He, the rooster crowing sun; desperate—afraid—
                   As only men can be.

And Yin? Let’s say she has long hair—
          No, that won’t work. If we are to believe
the ancient Chinese, she was a dog
                          howling moon.

                                       *

When I counted out the pills, it was a slowing down.
          Like the delay between when the car goes through
the dip and your stomach falls away—
                          And won’t stop.

                                       *

Of course it was because she didn’t fit my mold.
So I punished her. And why? And why? And why?
          You did it, I said. You did it.
Wouldn’t fill my world.

                                       *

And eventually we all kill our mothers.
Their eyes a tenderness that doesn’t flinch
          from it. Knowing. Eventually.
       
                                       *

What else is there?

                                       *

Paula’s paintings are real. The women thick, visceral,
like stubborn cliffs the sea cannot contain—or drown.

                                       *

Or dogs. And such as these drove Homer to despair—
And his cry: Oh to see! To see! To see!

                                       *

So Paula says: To be a dog woman is bestial is good.
          Eating, snarling.
Utterly believable.
                                   Gross.

                                       *

Like when Cesaria Evora breaks your heart with a smile
          all melancholy and sea and salt.

                                   Assim ’m ta pidi mar
                                   Pa ’l leva ’me pa ’me ca voeta

And it doesn’t matter that you don’t know what
          the words mean. Some things are beyond that.

                                       *

So. Tanya bought the record because Cesaria’s face
          is beautiful with all the lost love of the world
and darker than the blue of the sun setting over the Atlantic.

                                       *

It’s in the angle of light washing her hair
with sun into a puddle that catches in the throat

The wood deck creaks from the weight
of all that air and sun and silence
Water chuckling in the tiny fountain in the corner
holding up the song of wind chimes and flies

And it’s all here. Fire. Water. Stone. Wood.

                                       *

All caught up in Yeats and the cuckoo
          that wasn’t a real bird but cried
with all the agony of the desire for flight
hemmed by wooden wings, and springs and cogs.

I think.

                                       *

Or looking for Rilke—
          How the panther is like the rage
of a doll’s soul caught in the body: but
to say: under an open window, a violin

Accomplishment though is another matter—
Just ask Baudelaire and so I
          thought I could do it.

Necromancer, necromancer, necromancer
          make me a mate
only one of my ribs pray take.

So why won’t women fit into that space?

                                       *

Is that why in the photograph David plays
an inflatable lyre? Does his smile make it all artifice?

                                       *

But life is this and it will not
be contained. The Igbo say:
No one can outrun their shadow.
And this is good. This is hope.
Because, or maybe, we cannot outrun love.

                                       *

To drive down a road, she said. Until it stops
at the edge of the sea. An ocean vast and immense,
she said. If you are lucky, she said. It fills you.

“Dog Woman” from Dog Woman. Copyright © 2004 by Chris Abani. Reprinted by permission of Red Hen Press.





MARTIN TXEIS [10.357]

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Martin Txeis  (1983 - 2012)
Barranquilla (Colombia). Elkin Díaz (su verdadero nombre)
Desertor de estudios de música, artes plásticas, psicologia y sociología. Es autor de dos libros inéditos, Miscelanéa (poesía) y Manual de amores bizarros (novela). Fue vocalista de la banda de rock barranquillera Malatesta y dirigió el colectivo cultural Lefú. 

Su obra da testimonio de una gran formación literaria la cual pone de manifiesto la influencia de muchos y de ningún autor.

A bordo de su obra encontramos elementos como la espiritualidad, las drogas y un profundo deseo de ruptura con todos los cánones del arte y la bien o mal llamada sociedad postmodernista.

Sus textos han sido publicados en periódicos, revistas y suplementos literarios a nivel local y nacional y en algún tiempo participó en los espacio Labrapalabra, Claf, entre otros.


"Es tan sencilla la intensión 
que el alma se ha hecho una maraña" 



Deja Vu

Por lo general cuando le hablaban de una mujer de
arquitectura ágil. Imaginaba a una mujer
supremamente seductora, que solo lo seducía a él,
tanto así, que ni ella misma sabía que lo seducía y 
a nadie más le parecía que ella pudiera seducir 
a cosa alguna sobre la tierra.

Manaba un perfume negro que casi hacía alucinar
tragedia.

Era todo un soñador y de los más sensibles. Tras
haber cerrado su antología surrealista, durmió. Y
despertó sintiéndose octosensorial y hasta creyó
posible ver por el culo.

Alguna vez fue a un cerro frente al mar, a la
espera de que alguien lo fuese a buscar. Y no llegó nadie,
solo sigo mismo, tan conocedor y tan conocido. Sin Sócrates
al uso, pudo saber que su alter ego había asistido a todos los
episodios de su vida. Le miró con ira y gritó: "¡No más!"

Bajó a la ciudad a la mañana siguiente sintiendo los insuflos
de una purificación. Pero en realidad tenía aspecto de enfermo.

Sus amigos narran desde entonces historias suyas carentes de
sentido, de sentido común.

En realidad, su vida desde su visita al cerro no fue la misma.
Había inhalado en algún sito una maldición tropical, que hacia
los pasillos más largos, la vida más decodificada, la casa inmensa
y la cama insoportable.

La fascinación, el amor intimo con la luna y esa manía de pintor
de verlo todo asignando a cada cosa merecida prioridad, todo
aquello que lo confortaba desde dentro, se había extraviado
una noche de distracción en los hangares del insomnio.

Una palabra al sensible atormentaba: alienación
Caviló tanto al respecto y decidió nada. Caviló sin
cesar. Caviló hasta el fondo (si hay fondo en las 
cavilaciones). Y cuando ya cansado se miró en el
espejo, no vio al alienado del que tanto había 
quería huir. Era alguien diferente, no mejor, diferente.
Recordó entonces aquel domingo del mes pasado
cuando preguntó la hora a un tipo en un callejón, y
el tipo lo miró como si no estuviera. Recordó
muchos sucesos extraños en su vida; quiso tomar
el autobús, pero por más que manoteó, el conductor
no lo vio.

Ante sus ojos la calle devoraba el autobús. Y él
supo que se había hecho invisible, que había 
muerto en el cerro una noche de tormenta.







Ruido 
                                                                 
Hay mucho de mitológico en mi realidad abstracta.
         
Existencia ausente                                                          
música de motores                                                          
y musas de fermentadas vendimias                                  
con ojos absortos                                                        
en imágenes vía satélite.
                                                                                     
Relámpago a fin                                                              
luz cegadora...
soy un navío que naufraga
en la nada.

Relámpago a fin
luz cegadora...
soy faro que vuela
con alas etéreas.







Remembranzas

Cada tanto descendia el sol
sobre nuestro lecho
como un monje que vestido
/de designio
derrama una caricia que cercena

El mar es un ojo en constante
/parpadeo
Uno de esos dioses laboriosos
/que no duermen
un himen de agua al sol invicto

De las luces, el limón
y las tenazas que duermen
bajo el muelle
el poeta hoy no dijo nada.






Amada musa de mi inerme poesía...quiero
                                                   /desvanecer mi pena
mi karma en dolorosa confesión:
quise estar con ella en cuerpo y alma
pero con ella... sólo estuvo mi cuerpo
porque ni alma se quedó prisionera
en el baúl
que guarda nuestra historia.







ENFRASCADO

Y a dónde irán a parar los sueños de Martín, 
las notas de rock en acústica postrera, 
sus versos, su palabra, su musa inspiradora... 
sus luchas, sus proclamas, sus coitos interruptus, 
el trueno de su voz que canta en infinito... 

y qué de sus amores y el roble florecido
la pañoleta negra que carga sus sudores
y el corazón inquieto liberto como el viento…
¿será esencia, pureza, que hoy quema gloría a Dios 
y arde en un cielo perdido en lontananza? 







LABORES

Ayer…
Apenas ayer
el roble era una sola flor.
Y hoy desnudo
en su vegetal nobleza
ha cubierto nuestra senda
con mil flores.
Y en la marcha de la tarde
miro al cielo
disfrazando de calma el desespero
al pensar que hoy no estás
y quizá mañana
labore el barrendero. 



GYÖRGY SOMLYÓ [10.358]

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György Somlyó 
(Balatonboglar,  nació el 28 de noviembre 1920 y murió en Budapest HUNGRÍA, 08 de mayo 2006), poeta húngaro, escritor, ensayista, traductor y miembro de Paris Academia Mallarmé, miembro de la Academia Széchenyi de Letras y Artes (1992) y la Academia Literaria Digital (1998) es miembro fundador, titular de numerosos premios y honores.

Sus obras (selección) 

Talizmán (versek), Szépirodalmi ( 1956 ).
Tó fölött, ég alatt (válogatott versek), Szépirodalmi ( 1962 , 1965 ).
Mesék a mese ellen (versek), Szépirodalmi ( 1967 ), Jelenkor ( 1999 ).
A mesék második könyve (versek), Szépirodalmi ( 1971 ).
A mesék könyve (versek), Szépirodalmi ( 1974 ).
Épp ez (versek), Szépirodalmi ( 1976 ).
A költészet vérszerződése (tanulmányok), Szépirodalmi ( 1977 ).
Arion éneke (Összegyűjtött versek 1.), Szépirodalmi ( 1978 ).
Kőkörök (Összegyűjtött versek 2.), Szépirodalmi ( 1978 ).
Másutt (tanulmányok), Szépirodalmi ( 1979 ).
Szerelőszőnyeg (tanulmányok), Szépirodalmi ( 1980 ).
Megíratlan könyvek (tanulmányok), Szépirodalmi, ( 1982 ).
Részletek egy megírhatatlan versesregényből, Magvető, ( 1983 ).
Philoktétész sebe (tanulmányok) Szépirodalmi ( 1986 ).
Ami rajtam túl van (válogatott versek 1937–1986), Szépirodalmi ( 1988 ).
Palimpszeszt (versek), Orpheusz ( 1990 ).
Párizsi kettős (regény), Szépirodalmi, ( 1990 ).
Nem titok (versek), Jelenkor, ( 1992 ).
Füst Milán , vagy a lesütött szemű ember (tanulmány), Balassi ( 1993 ).
A negyedik szoba (versek 1992–1993) Seneca ( 1994 ).
Törésvonalak (versek), Seneca ( 1997 ).
Mesék a mese ellen – Contrefables (versek), Jelenkor ( 1999 ).
Philoktétésztől Ariónig 1-2. (válogatott tanulmányok), Jelenkor ( 2000 ).
Ahol van (versek 1997–2002), Jelenkor ( 2002 ).







Fábula sobre el amor y el afecto

Hay quien se cree capaz de cualquier cosa porque es amado.
Hay quien se cree capaz de cualquier cosa porque ama.
Hay quien piensa que debe poner cuidado en cuanto hace porque ama.
Hay quien piensa que debe poner cuidado en cuanto hace porque es amado.
Hay quien piensa que el amor se encuentra en el límite del odio.
Hay quien piensa que el amor se encuentra en el límite del afecto.
Hay quien confunde el amor con el afecto y no comprende que otros, como respuesta, 
confundan el odio con el amor.
Hay quien ama como una liebre que acaba en la autopista y cae en la trampa de las luces.
Hay quien como el león que desgarra cuanto ama.
Hay quien ama como el piloto la ciudad sobre la que lanza sus bombas.
Hay quien como el radar que guía los aviones por el aire.
Hay quien ama pacíficamente como la cabra que permite al niño hambriento que beba su leche.
Hay quien va a ciegas como la ameba que engulle a la otra en su existencia informe.
Hay quien en modo insensato como la mariposa nocturna ama la chispa.
Hay quien ama sabiamente como el oso que hiberna.
Hay quien se ama a sí mismo en el otro,
y quien en sí mismo ama al otro en que se convertirá gracias a ese otro.

(texto tomado del sitio "el cultural", versión de Martín López-Vega)




Fábula del nombre 

Otra vez.
Como desde quién sabe cuándo.
Giran lentamente allá abajo. ¿O habría más bien que decir: arriba ?
Si ya nada tenía nombre.
¿O lo tiene?
¿Qué es lo que gira lentamente abajo? ¿O arriba?
¿Y qué es aquello sobre lo que cae? ¿O sobre lo que asciende?
¿Y qué es esto blando, esto apenas, esto más innominable que lo innominado que se oye 
–o que se hace?
¿Cuándo cae uno sobre otro?
Cuando el uno toca al otro y se tiene. Para que más tarde lo atraviese.
Para que se vuelva el otro.
¿En qué se vuelve?
¿Y qué es esto, esta manera con que otra cosa también toca a otra cosa,
esta manera de herirse y de atravesarse, esta manera de no volverse otro,
cuando…
…pero cómo podría yo decirlo si no tiene nombre…
…cuando, pero si todo el mundo lo sabe, cuando aquello que es visible/ 
o lo que así llamamos/ y que todo eso ocurre ahora un poco más pronto o un poco menos tarde.
¿Más pronto? ¿Cómo qué? ¿Menos tarde? ¿Cómo dónde?
¿Cómo podría yo decir su nombre cuando es como si nada tuviese nombre aún –o ya? 
Como si hubiesen repetido tanto su nombre, repetido hasta…
OtoñoOToñoOtoÑOTOÑOtoño o tal vez OÑOTO o más bien ÑOTOO y si ÑOOOT por qué no TOOOÑ 
o mejor OTOÑO-TOÑOTOÑOTOÑO
Pero yo no sé su nombre, yo no sé sino que lentamente y que giran y que el uno se vuelve otro 
y que más pronto y que menos tarde y que otra vez como desde quien sabe cuando…
Otra vez.



Seb és kés

A kés és a seb viszonya változó. A seb vérzik. A kés bevéreződik. A seb sajog. A kés kicsorbul. A seb fájva emlékezik a késre. A kés nem emlékezik a sebre. A seb beheged. A kés sebe tartós. Egyszer a seb is elfeledi a kést. A késnek nincs mit felednie. A kés gyönyört lel a sebben, mint a kinyíló testben. A seb is gyönyörét lelheti a késben, mint a beléhatoló testben. A seb irtózik a késtől. A kés is irtózhat a sebtől. Vannak, akik a sebtől irtóznak. Vannak, akik a késtől. Van, aki mindakettőtől. A seb szeretheti is a kést. A kés is szeretheti a sebet. Megeshet, hogy a kés úgy sajog, mint a seb. Megeshet, hogy a seb oly érzéketlen, mint a kés. A seb előbb-utóbb begyógyul. A kés beletörhet a sebbe. A kés sokszor mondja azt: Én vagyok a Seb. Egyszer a seb is azt mondhatja: Én vagyok a Kés. A seb és a kés viszonya változó. Csak egy változatlan. Hogy van seb és van kés. A kés a seb kése. A seb a kés sebe. Nem lehetnek meg egymás nélkül.






fábula-cosmogonia

Os insectos nocturnos em torno da luz
As estrelas em torno das estrelas
Os meus pensamentos em torno de ti
Eu em torno do nada
O nada em torno de mim

Os meus pensamentos em torno de si mesmos
Tu em torno dos meus pensamentos
O nada em torno de ti
Os insectos nocturnos em torno do nada
As estrelas em torno de mim

Eu em torno dos meus pensamentos
As estrelas em torno de ti                           
Os insectos nocturnos em torno das estrelas
A luz em torno dos insectos nocturnos
O nada em torno da luz

As estrelas em torno de si mesmas
Os insectos nocturnos em torno de si-mesmos
Tu em torno de ti mesma
Eu em torno de mim mesmo
O entorno em torno do entorno

poemas
tradução de egito gonçalves




MICHALIS PIERÌS [10.359]

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Michalis Pierìs, Chipre, 1952

Profesor, poeta, traductor y universal Michalis Pierís nació en Chipre en 1952. Ha estudiado filología y teatro en Tesalónica y en Sydney, ha trabajado en universidades y centros de investigación en Grecia, Europa, Estados Unidos y Australia. Ha publicado relatos, prosa y obras de teatro, así como docenas de trabajos de investigación sobre Medieval, Renacentista y literatura griega moderna. Es el autor de nueve libros de poesía y ha traducido poesía extranjera y antiguo teatro griego al griego moderno. 
Fundador del Taller de teatro griego en la Universidad de Sydney (1979) y el Taller de Teatro de la Universidad de Chipre (1997), Michalis Pierís ha adaptado para el escenario y dirigido importantes obras de la literatura griega medieval y renacentista, como la crónica medieval de Chipre Leontios Machairas y el renacimiento Erotocritos por Vitzentsos Cornaros. Desde 1993 Prof. Pierís ha enseñado poesía y teatro en la Universidad de Chipre. También es co-fundador de la revista literaria Ylantron chipriota. 
Ha recibido numerosos premios y distinciones, incluyendo entre otros el Premio Internacional de Poesía "Lazio entre Europa y el Mediterráneo" (2009) de la Regione Lazio, Italia, el Premio Estatal a la Excelencia en Letras de la República de Chipre por su contribución general a la literatura, Cultura y las Artes (2010), y el Commendatore designación de la Orden de la Estrella de la Solidaridad Italiana por el Presidente de la República Italiana (2011), por su contribución a la promoción de la cultura italiana en Chipre y la promoción de las relaciones culturales entre los dos países. 



Las escrituras lejanas (Ravenna)

En el tren descanso, ritmo y sueño
en el vagón, sueños, líneas férreas, escritas
que siguen en la ciudad
un poco torpe, Ravenna. Pequeña, como hecha a mano.
Es aquí donde la «Crónica» yace serena
(«Descripción del dulce país de Chipre»).

Cómo iba a saber Leoncio, gramático
en la corte real, de su lengua
humilde artesano, que pocos metros
más allá la tierra era la sepultura
del gran Poeta que una respiración nueva
había dado a la lengua apagada
de su país, muriendo exiliado en Ravenna.

Estaba allí buscando tu pena:
agonía de exiliado en una lengua nueva.
Con «el fuego en el corazón», y el idioma local
desparramado sobre el papel, con un arte robusto
del que aún hoy se habla. Cómo saber
que a pocos metros más allá la tierra era la sepultura
del Poeta. Yo estaba allí, mirando cartas, palabras,
ante mis ojos los manuscritos de Chipre.
Mezcla de géneros y de sangres, escrituras
de una era de paso. Restos de latín
en el dialecto musical de Leoncio, como
en los palimpsestos autógrafos del Conde.
Palabras francas, venecianas, árabes,
sirias, con el romaico de Chipre mezcladas.

Me vino entonces el deseo de imitar
el gesto de la mano que ya no existía.
Como si fuese él por un momento
escribiendo sus escritos, vi
quién era. Uno que vive en la edad de las escrituras.
Sí, vengo de una isla cuyo nombre aparece en la Biblia.
Con montañas magníficas, nombres de obispos, cuerpos
de santos. Pero no veo nada: sólo nubes, nieblas, una luz velada.

Me quedan las escrituras, los viejos manuscritos.
Recurro a ellos en busca del «trébol resplandeciente».

 (Traducción: Blog de Martín López-Vega)




Voglio una città che mi nasconda 

Una città che sia tollerante una città che sia d’aiuto 
una città che sia comprensiva una città che collabori 
una città che sia accogliente una città che approvi 
una città che sia stimolante una città che sia pietosa 
una città più adatta ad una vita segreta. 

Una città eccitante una città che infiammi 
una città che complotti una città che partecipi 
una città che esploda e si lasci trascinare 
condividendo illeciti piaceri... 

Che si apra come braccia calde 
in ore speciali in certe circostanze 
e copra i misfatti con il suo bell’aspetto. 

Voglio una città, cosa cerco, una città che mi nasconda. 

Una città con forme sconosciute 
nuovi posti ogni sera 
con possibilità di molte combinazioni 
inaspettate coincidenze e occasioni fortuite. 

Voglio una città coraggiosa una città che riscaldi 
una città che si commuova una città che ispiri 
una città affabile città conforto 
città dolce consolante e tepore della mia mente 
una città che nel suo caldo grembo mi chiuda 
voglio una città, cosa cerco, una città che mi nasconda. 

Non il duro freddo cuore del paese indiscreto 
il volto gelido dai molti specchi 
le case trasparenti gli auricolari nelle strade. 

Rètimno, 1984-1990 

(Traduzione di Paola Maria Minucci)



ΘΕΛΩ ΜΙΑ ΠΟΛΗ ΝΑ ΜΕ ΚΡΥΒΕΙ

Mιά πόλη πού ν’ àνέχεται µιά πόλη νά συντρέχει
µιά πόλη νά κατανοεÖ µιά πόλη νά συµπράττει
µιά πόλη ν’ àποδέχεται µιά πόλη νά âγκρίνει
µιά πόλη νά παρακινεÖ µιά πόλη νά συµπάσχει
µιά πόλη πιό κατάλληλη γιά τόν κρυφό τό βίο.

Mιά πόλη διεγερτική µιά πόλη νά âξάπτει
µιά πόλη νά συνωµοτεÖ µιά πόλη νά µετέχει
µιά πόλη νά ξεσπÄ νά παρασύρεται
öχοντας âνοχή σ’öκνοµες àπολαύσεις...

Πού ½ς θερµή ν’ àνοίγεται àγκάλη
σέ zρες ε¨δικές σέ κάποιες περιστάσεις
καί νά σκεπάζει τ’ àνοµήµατα µέ τήν καλήν της ùψη.

Mιά πόλη θέλω, τί ζητ΅, µιά πόλη νά µέ κρύβει.

Mιά πόλη µ’ ôγνωστες µορφές
καινούρια µέρη κάθε βράδυ
µέ δυνατότητες πολλ΅ν συνδυασµ΅ν
àπρόσµενων συµπτώσεων καί εéκαιρι΅ν τυχαίων.

Mιά πόλη θέλω τολµηρή µιά πόλη νά θερµαίνει
µιά πόλη νά παθαίνεται µιά πόλη νά âµπνέει
µιά πόλη καλοµίλητη πόλη παραµυθία
πόλη γλυκειά παρήγορη καί θαλπωρή τοÜ νοÜ µου
µιά πόλη στό ζεστό κόρφο της νά µέ κλείνει
µιά πόλη θέλω, τί ζητ΅, µιά πόλη νά µέ κρύβει.

‰Oχι τοÜ àδιάκριτου χωριοÜ τήν κρύα
σκληρή καρδιά του, τό πρόσωπο τό παγερό
µέ τούς πολλούς καθρέφτες, τά σπίτια
τά διαφανÉ, τ’ àκουστικά στούς δρόµους.

Pέθυµνο: 1984-1990







La città-trappola 

Sempre questa città sarà città 
difficile, aspra, colma di buche 
e sogni, come la città-passato 
e la città-futuro. La città secoli fa 

e la città cinquant’anni fa. 
La città ieri, la città oggi e domani 
la città - per sempre trappola – ma 
svegliandosi dalla morte 

ogni ora avanzata nottetempo 
nella luce che detestavo vengo 
nuda e facile preda per te. 

Vestita di carne fragrante 
vengo da te. Quest’altra 
nudità ti offro. Quella vera. 

Mosca, ottobre 1997 

(Traduzione di Matthias Kappler)



HANS WARREN [10.360]

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Hans Warren

Johannes Adrianus Menne Warren (Borssele, 20 de octubre 1921 - Goes, 19 de diciembre 2001) fue un escritor holandés. Gran parte de su fama en los Países Bajos se deriva de haber publicado una colección de diarios en los que describía su vida y experiencias homosexuales, en un país en el que la homosexualidad es profundamente reprimida. 
También es conocido por su poesía, su crítica literaria, y sus traducciones de poesía del griego moderno .

BIBLIOGRAFÍA:

POESÍA

1946 - Pastorale
1951 - Eiland in de stroom
1954 - Leeuw lente
1954 - Vijf in je oog
1957 - Saïd
1966 - Een roos van Jericho
1969 - Tussen hybris en vergaan
1970 - Kritieken
1972 - Schetsen uit het Hongaarse volksleven
1972 - Verzamelde gedichten 1941-1971
1973 - De Olympos
1974 - Betreffende vogels
1974 - Een liefdeslied
1974 - Herakles op de tweesprong
1975 - ' t Zelve anders
1975 - Winter in Pompeï
1976 - Demetrios
1976 - Sperma en tranen
1976 - Zeggen wat nooit iemand zei
1976 - Zeven gedichten van liefde
1978 - De vondst in het wrak
1978 - Een otter in Americain
1978 - Behalve linde, tamarinde en banaan (revised edition of Sperma en tranen )
1978 - Voor Mario
1981 - Verzamelde gedichten 1941-1981
1982 - Dit is werkelijk voor jou geschreven (self-selected anthology)
1986 - Bij Marathon
1986 - Tijd
1987 - Ik ging naar de geheime kamers
1989 - Binnenste buiten
1992 - Nakijken, dromen, derven
1993 - Indigo
1996 - Ik ging naar de Noordnol
2001 - De Oost
2001 - Een stip op de wereldkaart 

PROSA FICCIÓN

1975 - Steen der hulp (tweede druk 1983; trans. in English as Secretly Inside 
2004 - Tussen Borssele en Parijs
2005 - Een vriend voor de schemering

NO FICCIÓN

1947 - In memoriam Dr. Jac. P. Thijsse
1949 - Nachtvogels
1981 - Geheim dagboek 1942-
1987 - Het dagboek als kunstvorm
1993 - Geheim dagboek 1939-1940
2001 - Om het behoud der eenzaamheid (selections from Geheim dagboek )

ANTOLOGÍAS

1959 - Mijn hart wou nergens tieren (bloemlezing uit het werk van PC Boutens )
1980 - Spiegel van de Nederlandse poëzie (revised edition 1984)







Claro

Claro que el muchacho de la duna debió de notar
cómo yo le miraba intensamente,
claro que después pasó junto a mí
con muchos movimientos prescindibles
aunque haciendo como que no me había visto.
Claro que empezó un ballet de primavera
con otro muchacho amigo y una pelota,
claro que se hartó, de un modo demasiado femenino,
de pasarse la mano por los largos cabellos
y me miró por encima del hombro al hacerlo,
dientes brillando en un rostro oscuro.
Claro que más tarde se acostó
masticando indolente una brizna de hierba
con aquel llamativo traje de baño desabrochado
solo en una cálida concavidad de la duna,
claro que me alejé discretamente sin hacer ruido
y claro que paso los días arrepintiéndome por ello.

(Traducción Blog de Martín López-Vega)




REGINALD SHEPHERD [10.361]

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Reginald Shepherd 
(10 abril 1963 hasta 10 septiembre 2008) fue un poeta estadounidense   nacido en la ciudad de Nueva York y se crió en el Bronx. Murió de cáncer en Pensacola, Florida , en 2008.

Shepherd, afroamericano y gay, se graduó de la universidad de Bennington en 1988, y recibió MFAs de la Universidad de Brown y de la Universidad de Iowa, donde asistió a la prestigiosa Iowa Writers Workshop. Posteriormente enseñó en la Universidad del Norte de Illinois y la Universidad de Cornell. En su último año en la Universidad de Iowa, recibió el premio "Descubrimiento" de la Calle 92, y su primera colección, algunos están muriendo (1994), fue elegida por Carolyn Forché para la Asociación de Escritores y Programas de Escritura Award' en la poesía.

Libros 

Poesía 

Some Are Drowning ( University of Pittsburgh Press , 1993)
Angel, Interrupted ( University of Pittsburgh Press , 1996)
Wrong ( University of Pittsburgh Press , 1999)
Otherhood ( University of Pittsburgh Press , 2003)
Fata Morgana ( University of Pittsburgh Press , 2007)

Crítica

A Martian Muse: Further Readings on Identity, Politics, and the Freedom of Poetry (Poets on Poetry Series, University of Michigan Press , 2010)
Orpheus in the Bronx: Essays on Identity, Politics, and the Freedom of Poetry (Poets on Poetry Series, University of Michigan Press , 2008)

Antologías 

The Iowa Anthology of New American Poetries ( University of Iowa Press , 2004)
Lyric Postmodernisms (Counterpath Press, 2008)




Tú, por tanto

A Robert Philen


Tú eres como yo, tú también morirás, pero no hoy:
tú, inconmensurable, por tanto las horas brillan:
si te digo “Te digo”, no se te ha puesto
música, no te retransmite
en directo una radio fantasma,
quizá nunca haya óleo
o boceto al carbón de un Maestro Antiguo: concuerdas
en persona, número, voz y lugar, las fresas
se extienden por tu nombre
como matas brotando, cómo me recuerdas
a cierta primavera, frías y claras las aguas
(lluvia tardía en tus hojas, mecidas por la brisa),
por eso aconteces con la luna herbal:
y eres un lirio, un áster, trilio blanco
o viburno, mío de pleno derecho, estrella blanca
en cielo de llanura, la nieve aún llega
de sus viajes terrestres, aquí donde
no hay nieve (soñé que la nieve eras t
cuando había nieve), tú eres mi derecho,
eres mi lecho (tu cuerpo toma
las dimensiones del sueño, la forma del sueño
se hace tú): y caes del cielo
con flores diversas, palabras se derraman de tu boca
en oleada, tus labios saben a mar, dulces de sal (los árboles
y los mares han partido, a eso le llamo
amarte): hogar en ningún lugar, por tanto tú,
especie de morada y bienvenida, canción después de todo,
libre de todo edén que podamos nombrar

Traducción de Fruela Fernández





You, Therefore

For Robert Philen

You are like me, you will die too, but not today:
you, incommensurate, therefore the hours shine:
if I say to you “To you I say,” you have not been
set to music, or broadcast live on the ghost
radio, may never be an oil painting or
Old Master’s charcoal sketch: you are
a concordance of person, number, voice,
and place, strawberries spread through your name
as if it were budding shrubs, how you remind me
of some spring, the waters as cool and clear
(late rain clings to your leaves, shaken by light wind),
which is where you occur in grassy moonlight:
and you are a lily, an aster, white trillium
or viburnum, by all rights mine, white star
in the meadow sky, the snow still arriving
from its earthwards journeys, here where there is
no snow (I dreamed the snow was you,
when there was snow), you are my right,
have come to be my night (your body takes on
the dimensions of sleep, the shape of sleep
becomes you): and you fall from the sky
with several flowers, words spill from your mouth
in waves, your lips taste like the sea, salt-sweet (trees
and seas have flown away, I call it
loving you): home is nowhere, therefore you,
a kind of dwell and welcome, song after all,
and free of any eden we can name

Reprinted from Fata Morgana by Reginald Shepherd, 
published by the University of Pittsburgh Press. 







A Muse

He winds through the party like wind, one of the just 
who live alone in black and white, bewildered

by the eden of his body. (You, you talk like winter 
rain.) He's the meaning of almost-morning walking home 

at five A.M., the difference a night makes 
turning over into day, simple birds staking claims 

on no sleep. Whatever they call those particular birds. 
He's the age of sensibility at seventeen, he isn't worth

the time of afternoon it takes to write this down. 
He's the friend that lightning makes, raking 

the naked tree, thunder that waits for weeks to arrive; 
he's the certainty of torrents in September, harvest time 

and powerlines down for miles. He doesn't even know 
his name. In his body he's one with air, white as a sky

rinsed with rain. It's cold there, it's hard to breathe, 
and drowning is somewhere to be after a month of drought. 







Blue

See my colors fall apart? Green
to yellow with just one shade gone,
the changing tints of your sun-struck eyes,
if there were sun. Today the prism held to mine’s

a prison, locking in the light. In one of those mirrors
the colors are true. In one of these pictures the pigment’s
my own. The sound there is aquarelle and indigo,
and dripping distant water, the day’s habitual failure

to be anything substantial. Today a blank like color
by numbers, filled in with fog that frames the lake
in transient tones. That’s the color I mean, some mist
painting the shore pastel and pointillist

rain, painting the shadow between window and light. Today
each hue dissolves in humid air, transparency
I try to grasp and then let go, clear overflow
of waves on gravel. The mist with its single-dipped brush

smears itself across the canvas of the pines.
The pines, knowing no better, run together on a morning
palette. Today the scene’s dismantled, that can’t be
dismissed. I once was blind, but now

I see my landscape attenuate itself, drowned lake
of evergreens. On a morning like this with new crayons
I drew a man, that red valentine
in the side. The picture of two hands scrawling the outline

where only one thing’s missing; the crayons scattering
from childish fingers. Color me or leave me vacant 







Eros In His Striped Blue Shirt

and green plaid shorts goes strolling
through Juneau Park at eight o’clock
with only a hooded yellow windbreaker
for protection, trawling the bushes after work

while tugboats crawl the dark freshwater
outlook. Mist coming in not even from a sea, rain
later in the evening from Lake Michigan, a promise
like wait till your father gets home. The air

is full of fog and botched seductions, reluctance
of early summer to arrive. It’s fifty-five degrees
in June, the bodies can barely be made out
leaning on picnic tables under trees or

set sentinel like statues along the paths (the founder
corrodes quietly on his pedestal, inscription
effaced under faggots go home). Lips
touched to a public fountain for a passerby

shape clouded breath into a who-goes-there?, into a
friend-or-foe?, eyes catching eyes like hooks
cast in a shallow tide. Night pouring in like water
into a lock, the rusted freighter lowered level

to level, banks of the cement canal
on either side, but miles from any dock. 







Manifest

Sir star, Herr Lenz, white season body
master snapping masts in half, absent
winds’ workmanship: what window
will I look you through, what brook, stream

creaking past fretwork weeds, clouds
in the context of cold? Lord knot
to be untied, skiff hard alee ill winds:
a hiss of wish and cinders and I

am warm, crossing dazed oceans by hand
to sow the doubtful sea with drought. Mine
of rain and seize and sluice, you change

your mind again, a rage for green waves’
open vowels, undrinkable. No talking
to the weeds, no talking with the snow. 









CHRISTIAN MORGENSTERN [10.362]

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Christian Morgenstern 
(6 de mayo de 1871, Múnich – 31 de marzo de 1914, Merano) fue un poeta y escritor alemán.
En 1881 murió su madre, Charlotte, de una enfermedad pulmonar, que Morgenstern heredaría de ella y que ensombrecería su vida con una serie de visitas a sanatorios.
A partir de 1903 trabaja como lector de la editorial de Bruno Cassirer, con el que le unía una amistad. Se casó en 1910 con Margareta Gosebruch von Liechtenstern. En el mismo año comenzó su colaboración con el editor Reinhard Piper, que duraría hasta su muerte. Christian Morgenstern había trabajado con otros editores anteriormente, pero de ello no resultó una colaboración a largo plazo.
En el Handbuch der Judenfrage (Manual de la cuestión judía, 1933), Morgenstern fue listado como mezcla judía. Tras una intervención legal del abogado de su editor, Reinhard Piper, el Manual fue retirado, ya que Morgenstern no tenía antecedentes judíos.
Hacia el final de su vida, se acercó a la antroposofía. Finalmente murió a causa de la tuberculosis, que su madre le había transmitido. Tras su muerte, su mujer editó muchas de sus obras, que reordenó en parte y completó con el legado que todavía no había sido editado.
La lectura de los poemas de Morgenstern es muy agradable. Sobre todo en el conjunto de poemas llamado Galgenlieder (Literalmente Canciones de la horca) desarrolla Morgenstern su cariñoso y a menudo perspicaz ingenio. Su poema más conocido es Die unmögliche Tatsache (El hecho imposible) cuya última frase se ha convertido en un dicho popular: ...weil... nicht sein kann was nicht sein darf. (Porque... no puede ser lo que no puede ser juego de palabras entre können, poder en el sentido de "ser posible", y dürfen, poder en el sentido de "estar permitido").
Christian Morgenstern también tradujo innumerables obras de Ibsen, Hamsun y Björnson al alemán.



La comadreja esteticista

Aquella comadreja
robó una madeja
de buen hilo de oveja.
¿Por qué fue tan zorruna?
La vaca de la luna
me lo contó
en la mina:
La refina-
da bestia
lo hizo por la rima.

Traducción de Fruela Fernández





in German and in English translation by Max Knight

     

Geburtsakt der Philosophie

Erschrocken schaut der Heide Schaf mich an,
als säh's in mir den ersten Menschenmann.
Sein Blick steckt an; wir stehen wie im Schlaf;
mir ist, ich säh zum ersten Mal ein Schaf.





Birth of Philosophy

The heath sheep glares at me with frightened awe
as though I were the first of men it saw.
Contagious glare! We stand as though asleep;
it seems the first time that I see a sheep.

      





Gruselett

Der Flügelflagel gaustert
durchs Wiruwaruwolz,
die rote Fingur plaustert
und grausig gutzt der Golz.






Scariboo

The Winglewangle phlutters
through widowadowood,
the crimson Fingoor splutters
and scary screaks the Scrood.

    






Der Lattenzaun

Es war einmal ein Lattenzaun,
mit Zwischenraum, hindurchzuschaun.

Ein Architekt, der dieses sah,
stand eines Abends plötzlich da -

und nahm den Zwischenraum heraus
und baute draus ein großes Haus.

Der Zaun indessen stand ganz dumm,
mit Latten ohne was herum.

Ein Anblick gräßlich und gemein.
Drum zog ihn der Senat auch ein.

Der Architekt jedoch entfloh
nach Afri- od- Ameriko.






The Picket Fence

One time there was a picket fence
with space to gaze from hence to thence.

An architect who saw this sight
approached it suddenly one night,

removed the spaces from the fence,
and built of them a residence.

The picket fence stood there dumbfounded
with pickets wholly unsurrounded,

a view so loathsome and obscene,
the Senate had to intervene.

The architect, however, flew
to Afri- or Americoo.







Auf dem Fliegenplaneten

Auf dem Fliegenplaneten,
da geht es dem Menschen nicht gut:
Denn was er hier der Fliege,
die Fliege dort ihm tut.

An Bändern voll Honig kleben
die Menschen dort allesamt
und andre sind zum Verleben
in süßlichem Bier verdammt.

In einem nur scheinen die Fliegen
dem Menschen vorauszustehn:
Man bäckt uns nicht in Semmeln
noch trinkt man uns aus Versehn.







At the Housefly Planet

Upon the housefly planet
the fate of the human is grim:
for what he does here to the housefly,
the fly does there unto him.

To paper with honey cover
the humans there adhere,
while others are doomed to hover
near death in vapid beer.

However, one practice of humans
the flies will not undertake:
they will not bake us in muffins
nor swallow us by mistake.







Das Gebet

Die Rehlein beten zur Nacht,
hab acht!

Halb neun!

Halb zehn!

Halb elf!

Halb zwölf!

Zwölf!

Die Rehlein beten zur Nacht,
hab acht!
Sie falten die kleinen Zehlein,
die Rehlein.







The Does' Prayer

The does, as the hour grows late,
med-it-ate;

med-it-nine;

med-i-ten;

med-eleven;

med-twelve;

mednight!

The does, as the hour grows late,
meditate.
They fold their little toesies,
the doesies.






Die unmögliche Tatsache

Palmström, etwas schon an Jahren,
wird an einer Straßenbeuge
und von einem Kraftfahrzeuge
überfahren.

"Wie war" (spricht er, sich erhebend
und entschlossen weiterlebend)
"möglich, wie dies Unglück, ja- :
daß es überhaupt geschah?

"Ist die Staatskunst anzuklagen
in Bezug auf Kraftfahrwagen?
Gab die Polizeivorschrift
hier dem Fahrer freie Trift?

"Oder war vielmehr verboten,
hier Lebendige zu Toten
umzuwandeln, -kurz und schlicht:
Durfte hier der Kutscher nicht-?"

Eingehüllt in feuchte Tücher,
prüft er die Gesetzesbücher
und ist alsobald im Klaren:
Wagen durften dort nicht fahren!

Und er kommt zu dem Ergebnis:
Nur ein Traum war das Erlebnis.
Weil, so schliesst er messerscharf,
nicht sein kann, was nicht sein darf.







The Impossible Fact

Palmstroem, old, an aimless rover,
walking in the wrong direction
at a busy intersection
is run over.

"How," he says, his life restoring
and with pluck his death ignoring,
"can an accident like this
ever happen? What's amiss?

"Did the state administration
fail in motor transportation?
Did police ignore the need
for reducing driving speed?

"Isn't there a prohibition,
barring motorized transmission
of the living to the dead?
Was the driver right who sped . . . ?"

Tightly swathed in dampened tissues
he explores the legal issues,
and it soon is clear as air:
Cars were not permitted there!

And he comes to the conclusion:
His mishap was an illusion,
for, he reasons pointedly,
that which must not, can not be.







Die Trichter

Zwei Trichter wandeln durch die Nacht.
Durch ihres Rumpfs verengten Schacht
fließt weißes Mondlicht
still und heiter
auf ihren
Waldweg
u. s.
w.







The Funnels

[two versions]

Two funnels travel through the night;

a sylvan moon's canescent light
employs their bodies' narrow
flue in flowing pale
and cheerful
thro
ug
h



A funnel ambles through the night.
Within its body, moonbeams white
converge as they
descend upon
its forest
pathway
and
so
on








Das aesthetische Wiesel

Ein Wiesel
sass auf einem Kiesel
inmitten Bachgeriesel.

Wißt ihr
weshalb?

Das Mondkalb
verriet es mir
im Stillen:

Das raffinier-
te Tier
tat's um des Reimes willen.







The Aesthetic Weasel

A weasel
perched on an easel
within a patch of teasel.

But why
and how?

The Moon Cow
whispered her reply
one time:

The sopheest-
icated beest
did it just for the rhyme.








Das Möwenlied

Die Möwen sehen alle aus,
als ob sie Emma hiessen.
Sie tragen einen weissen Flaus
und sind mit Schrot zu schießen.

Ich schieße keine Möwe tot,
ich laß sie lieber leben –
und füttre sie mit Roggenbrot
und rötlichen Zibeben.

O Mensch, du wirst nie nebenbei
der Möwe Flug erreichen.
Wofern du Emma heißest, sei
zufrieden, ihr zu gleichen.






The Seagulls

The seagulls by their looks suggest
that Emma is their name;
they wear a white and fluffy vest
and are the hunter's game.

I never shoot a seagull dead;
their life I do not take.
I like to feed them gingerbread
and bits of raisin cake.

O human, you will never fly
the way the seagulls do;
but if your name is Emma, why,
be glad they look like you.

(Translated by Karl F. Ross)




SANDRA McPHERSON [10.363]

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Sandra McPherson

Sandra McPherson
Sandra McPherson (nacida el 02 de agosto 1943) es una poeta norteamericana.
Nació en San José, California, McPherson recibió su BA en la Universidad Estatal de San José, y estudió en la Universidad de Washington, con Elizabeth Bishop y David Wagoner.
Ha impartido clases en el Taller de Escritores de Iowa, el R. Festival de Poesía de Dodge Geraldine, y el arte de la Conferencia Wild. 
Es Profesora Emérita en la Universidad de California en Davis. 

Obras 

A Pumpkin at New Year’s , Poetry online
Black Soap , Poetry (February 1980)
Eschatology , Poetry (April 1970)
For Elizabeth Bishop , Poetry online
Grouse , Poetry (March 2006)
Lions , Poetry online
Peddler , Poetry online
Resigning from a Job in a Defense Industry , Poetry online
Seaweeds , Poetry (November 1972)
The Delicacy , Poetry online
Triolet , Poetry (July 1973)
Pisces Child , Poetry365

Libros 

A Vigil, 2 am, County Jail , Ploughshares (Spring 1999)
In Her Image , Ploughshares (Spring 1999)
Ridge Road , Ploughshares (Winter 1987)
Sonnet for a Singer , Ploughshares (Winter 1987)
Elegies for the Hot Season , Indiana University Press (Bloomington), 1970
Radiation , Ecco Press (New York City), 1973.
The Year of Our Birth , Ecco Press, 1978.
Sensing , Meadow Press (San Francisco), 1980.
Patron Happiness , Ecco Press, 1983.
Pheasant Flower , Owl Creek Press (Missoula, MT), 1985.
Floralia , illustrations by Claire Van Vliet, Janus Press (Portland, OR), 1985.
Responsibility for Blue , Trilobite Press (Denton, TX), 1985.
At the Grave of Hazel Hall , Ives Street Press (Sweden, ME), 1988.
Streamers , Ecco Press, 1988.
Designating Duet , Janus Press (West Burke, VT), 1989.
The God of Indeterminacy , University of Illinois Press, 1993.
Edge Effect: Trails and Portrayals , University Press of New England (Hanover, NH), 1996.
The Spaces between Birds: Mother/Daughter Poems , 1967–1995, University Press of New England, 1996.
Beauty in Use , Janus Press, 1997.
"A Visit to Civilization", Wesleyan, 2002.
"Handmade Definition of Obscurity", Janus, 2005 (a broadside).
"Expectation Days", Illinois, 2007.
"Certain Uncollected Poems", Ostrakon, 2012.

Editor 

Journey from Essex: Poems for John Clare , Graywolf Press (Port Townsend, WA), 1981.
The Pushcart Prize XIV: Best of the Small Presses, 1989-90 , (with Bill Henderson and Laura Jensen), Pushcart Press (Wainscott, NY), 1989.
"Swan Scythe Press", (Davis, CA), founder and editor, 1999-2011.

Honores 

Ingram Merrill Foundation grants
National Endowment of the Arts fellowships
Guggenheim Foundation Fellowship
American Academy and Institute of Arts and Letters award







Banderolas

Las mujeres que se van me dicen que están contentas.
Pero mi amiga, arrodillada conmigo, es la única

que aún sigue viviendo sola,
y tiene cinco casas,
una en tierra inclinada hacia un «brazo de mar»,

índigo y plata, joven salmón nervioso
que ataca bancos de anchoas.

El mar que oscila, esta mañana de agosto,
nadador asombroso
desde el pulgar del puerto, recostado en gorgonias
afelpadas, expulsando
despacio en sus corrientes
la red de tentáculos.

Hemos caído hasta los codos.

                              Recuerdo inviernos aquí,
                              escarcha en el muelle,
                              tanta como pudieras segar;
                              un barco exhausto,

                              el Barbarroja,
                              achicando sentinas de agua,
                              día entero, oscuro entero,

                              agua que lo hizo
                              hundirse adentro,
                              afuera la luz flotando.

                              Podías rozar su amarra
                              y acercar el gran navío.

Y esta cyanea es tan grande
como nuestras hijas,
tan larga como el viejo velo nupcial de mi amiga

(yo llevo bufanda)
pereciendo bajo lanas en el baúl de un barco
durante un viaje de buhardilla.

El resto del conjunto, importación
de España: volantes en escalas, corpiño floreado
y bolero, casi todo
de un tono salmón-sandía-gamba

o melocotón-jengibre; labios
y gónadas hundidos en una falda
festoneada en ocho engarces,

equilibrada por ropalio cristalino.
Así es la moda.

               «Las mujeres rara vez
               me han atraído»,
               dijo Sherlock Holmes en «La melena de león»,
               «pues mi cerebro gobernó siempre mi alma -

               pero cuando contemplé
               la fina perfección de su rostro,
               con la frescura suave de los acantilados
               en su delicado colorido,

               comprendí que ningún joven
podrá encontrarla sin ser lacerado».

               Ah, amigo,
               no sólo debemos lacerar,
               también conocer los remedios:

                              Amoniaco, vinagre o sazonador,
                              zumo de papaya, gasolina, aceite,
                              agua de mar (pero no fría).

                              Aparta los tentáculos usando un guante,
                              aplica harina, levadura,
                              jabón de baño.

                              Ven al mar con esto.
                              Después raspa.

Y aun así su clara cabeza
de Orrefors inmaculados…

Dilatación, contracción.

¿Recuerdas aún el día
de nuestras depresiones iguales?
Mi esposo llamaba una y otra vez,
te escuchaba y luego a mí,
incapaz de sincronizar nuestras llamadas.

Nos describió una a la otra.
Después fuimos de pesca.
Navegó entre las melenas de león,

repelido, maldecido
–no puedes tocarlas, ni arrancarles
un solo hilo–

y llevó a otro lugar su bote,
hacia otras bestias,
focas, frailecillos, mielgas

alejándose a mordiscos de la caza,
pericia, éxito y hambre.

Tú yo y estábamos juntas a cierta profundidad,
a millas de allí, eso dijo,

sirvió de algo.

               Ahora, quizá, hemos comenzado la migración
               (si estuviera aquí nuestro tercer amigo,
               y el cuarto…)

La mujer del Centro de Ciencias Marinas recibe
a estas medusas en el calor de cada agosto,
extiende sus brazos para explicar

qué grandes son las que ha visto.
Por ahora brazos y rodillas no aguantan

la congelación,
sino esta centrada calma,
una concentración en el pulso

que no es piedra
ni vuelve piedra a nadie
que se pare a contemplarla.

Y ella se recuesta, saludando, ante su puerta,
a cada corriente, esas banderolas, esos huevos
fatigados y tóxicos, pero estriados,
fruncidos, pastoreados sin brazos,
como transparentes panecillos de viernes santo.

Nuestro cabello pende sobre el puerto,
sus tentáculos, ocho-cientos, nove-cientos,
sacándonos de la roca,

relajándose, flexionándose.
Ella no paraliza,

no tiene partes duras
y está completamente sola.

Traducción de Fruela Fernández





Driving in Circles with the Blind

I have enough retablos of visions, ex-votos of rescues,
for a shrine in a corner of my home
to pray for release from the mind's mad portraitist--
Wendy's sick green angel of the asylum,
William's fisherman curled up
in his own tackle box, Alice's hunched figure outlined
with scraping fingernail through blue gouache.

I've seen how lunacy spells people, hello
in a möbius monologue, a post-tribulationist
vaudeville act of God. One night when I was about
to furl into sleep and fathom some new low
dream of fear (blind cave cricket dream
would do it), not knowing whether by morning
jangles would be re-wound, or backbone built, 

I heard a knock at the door, I rose from bed,
and hesitated until the rap said who it was, 
then I unlocked all brass latches to the night
and my own flesh and blood. 
A long white limousine blinded the street.
But who does she know who owns anything?
They pooled and rented it because

I was the mother her friends wanted to meet.
The door to it stood wide and, inside,
two strange faces phosphoresced--
from some cold arson of the mind?
Even though they could not see me,
they implored me to ride with them. 
I left home barefoot, bowed into the limousine. 

The driver began to move us swiftly over the ground. 
One rider's name was Ronnie. He called the young woman ÕÓOs.
Os is not her real name. Os is her simple name,
oneness, oddness, own-ness.
Os is her owl name, her night name.
She desires O0000OOOO
small circles. Can she feel this large one,

this tire-tread round of miles we begin?
She has a circular face
and pretty, dark corkscrews of curls.
She craves circles drawn in the foundling-skin
palm of her hand--a wispy, sprouted wand
pruned for use in pagan ceremony. She rubs
the round bevel of the watch crystal on my wrist.

A hoop, a loop, a noose, they're all her thing.
Then she slides forward, drops to her knees 
in front of me, her arms encircle my waist,
she calls it Mother, she names it Sis.
Ronnie, everyone knows, will speechify
full speed, filibuster all he understands
is missing. Neither he nor Os

can walk. Anymore. They both love wheels
and feel them fasten on like flesh.
They want to take their wheelchairs to 
Hawaii and my daughter to fix them.
But we are just circling a dark school,
Ralph Waldo Emerson Junior High, 
owl-calls over its empty track, the invisible

percussion of its tennis courts, its uncheering 
football fields. We are driving around the dark
estate of public knowledge.
In our mobile asylum
one echolalic delights another, lingers
in the shell of mimic music,
appeals to me to impersonate them both.

The more we say what each other says,
the more we vow we're different.
But aren't we all--or aren't they, at least--
God's creatures? God's creatures know 
the OOOÖÖOOOOõõõOOOO00000ÔÔÔÔÒ&Ograv e;ÒÒÒOOõõ&otil de;õ
OOOOØØØ&Oslas h;ØOOOO

OOOOOOOOÕÕooo oooooooo
000000000000000000000
oooo°&de g;°°°°°°OOOOO
OOOO&ogr ave;òòòòò&ogra ve;øø°/oo°/oo°/oo°/ oo°/oo°/oo°/oo
oo, all the Os that open up the night sky
(in or out of the mind)
and pattern it with awe.

So far I can ask the coachman
to slow to a stop, if I choose; I can open the door
to re-enter the world solid as a consonant.
But God's creatures put their spin
on it. And life by life
God's brood is lifted out where each one rents,
the point on the arc, the warp on the bend. 

May each have an oasis. A moat. A moon phasing in.
A mother in mind. Release.
May each have a prayer, even if on waking
they go out to touch their dream's circumference 
and find it too mean but at least real,
a wheelbarrow, a roller skate, a shopping cart, 
a one-speed bike, on the sidewalk, at the curb,

ready to go forward, idling, a little way. . . 

RAFAEL SÁNCHEZ CAMPOY [10.364]

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RAFAEL SÁNCHEZ CAMPOY
Lorca (Murcia), 1913-1980
Rafael Sánchez Campoy nació el 7 de noviembre de 1913 en la calle Selgas. Quedo huérfano con dos años al morir su madre a los 25 años de edad como consecuencia del tifus. Sus primeras letras son en el colegio San Francisco. Desde el centro lorquino pasaría a ser alumno interno en un colegio de frailes de Totana. Pronto demuestra su ingenio y a los catorce años publica su primer poema. En sus versos refleja la falta de cariño durante su infancia. A esa edad, ya recibe los primeros premios a nivel regional.

Entró a trabajar en una entidad bancaria aunque no por mucho tiempo. A los 19 años se convierte en el redactor-jefe de la revista republicana La Lucha. Se aficiona al mundo escénico y a partir de ese momento la convierte en la actividad central de su vida y la que le permite sacar dinero para subsistir. Como guionista de cine tiene ochenta guiones de los cuales cuarenta fueron llevados a la gran pantalla. Se relacionó comercialmente con productores como José Frade, cesáreo González y Benito Perojo que le compraron sus guiones; y también con productoras inglesas como Michael Lester Production, entre otras.

En lo que se refiere a su obra teatral, toda su producción es en verso, y cabe destacar Cesarión, la única obra de teatro que ha sido publicada. Su poesía tiene varias facetas. En sus primeros tiempos estuvo influenciado por la Generación del 27, no por la poesía filosófica sino por la de García Lorca. Tiene una poesía más moderna con influencias americanas. Sus últimos versos no han sido publicados. Falleció en 1980.







A PÍO SOPENA

Solos la noche y tú forjasteis nuestra aurora.
Piedra sin tradiciones ni atavismos.
                                                    Contacto
de carne buena, ágil, dolorida, pagada
y de estatuas rebeldes, inmóviles, sin salto.
¡Oh, el sublime heroísmo de tu alta rebeldía
que al inconsciente puro el gesto le has robado
para ti, con tu vida, con tu ritmo innombrable
y trágico que afirma un suicidio encontrado.
En tu plegaria íntima y sincera, el ensueño
de creer destruido lo que te había creado
¿Por qué no hiciste tú con la tierra una bomba
-pólvora de pasiones, dinamita de engaños,
metralla de intereses- y nos volaste a todos
-todos, todos malditos, todos intoxicados
de tradición, de noches, de memoria, de nombres-
y nos trajiste tu alba roja, firme, sangrando,
machacando cerebros, encandesciendo entrañas,
horrorosas, eso sí, pero virgen de engaños?
Abre el hondo abanico del olvido en las frentes,
pero deja tu alta rebeldía al rebaño...

La Lucha, nº 11, 31 enero 1934.

Nota: Pío Sopena era un sargento que falleció el día 10 de diciembre de 1933 en el convento de Villanueva de la Serena donde se había refugiado con otros rebeldes anarquistas al ser rechazados cuando pretendían tomar el Ayuntamiento. La faceta política de Sánchez Campoy no había sido tenida en relación a su poesía. Es, pues, un aspecto más que puede ser estudiado por algún posmoderno que otro, porque investigadores de la antigua usanza quedan dos o tres.







ENTIERRO

Un sollozo. Otro sollozo.
Lenta procesión de hombres.
Los ojos duros, clavados
en futuros y horizontes.
Al aire -rumor de fragua-
la campanada de bronce
abierta a todos los vientos
igual que los girasoles.
La oración florece extraña
en la procesión de hombres.

En la casa, voz remota.
Soledad de luna y soles.
Vacío entre el corazón
y el alma que el llanto rompe.
Silencio de cipresal
sobre un repique de nombres.
Naranjal sin azahares,
coplas sin ayes y oles.

El aire calenturiento
de hondonadas y de bosques
finge en los cirios lejanos
malicia y guiños de noche.
Las cuatro pupilas ciegas
saltan al aire de un golpe,
y la guitarra medita
en su aljibe de horizontes.

Horizontes de la vida;
amarguras y dolores.
Horizontes de la muerte
sin caminos y sin nombre.

El brazo del cementerio
se tiende de monte a monte.

La Lucha, nº 6. 30 diciembre 1932








¿Y DESPUÉS...?

¿Y después?
                    La sazón fresca
y el logro exacto, preciso.
El racimo ya maduro,
escueto y denso; glorieta
azul donde afluirán
las sombras compactas, nuevas;
punto de imán en la vida
en donde los días sueñan
cristalizarse y fundirse
armonizados en meta.

Todo en ti. Vibrante y dura
tu sombra tajante, negra,
perfilada sobre un fondo
de ventisqueros y niebla.
Abajo, a tus pies, dormidas
las sombras. Ritmo y cansera
en el pedestal que muerde
horizontes de evidencias.
Arriba, la luz, sin sol,
fría, agrisada, inconcreta.

Y apuñalando tu estatua
una mancha roja, fresca,
jugosa:
               mi corazón
tuyo, tuya mi vida. Entera
el alma para ti. Siempre
tuya. Tuyo siempre. Plena
de exactitud para mi 
tú, un momento. ¿Después? Sea
lo que sea.

Este instante de sazón
y logro vale una vida,
un alma, una inteligencia,
un beso, un verso, una nota,
una emoción, una vida.

La Lucha, nº 6, 11 diciembre 1932







LOS BANDOLEROS

Un clamor de estrellas viene
por la limpia carretera.
A la orilla fresca y verde
el estanque parpadea
luces de níquel reciente,
sombras antiguas, perfectas.
La pitas -cine sobre estaño-
en el fondo tibio sueñan
y van recortando flecos
en la penumbra de higueras.

Un clamor de estrella viene
por la limpia carretera.
Pañuelos alunarados,
trabuco y navaja nueva.
Los borlones de las mantas
largos hasta las espuelas.
Patillas de boca de hacha
y chaquetillas flamencas.
Compás de guitarra ronca
va alfombrando las estrellas.

¡Ay, si las jacas volaran,
ay, si las jacas pudieran!
¡Ay, si los cascos brincaran
sobre el agüica serena
para clavarla un repique
redondo, de luna llena.

Pasaron los bandoleros
sobre sus jacas morenas.
¡Cómo volaban al llano
por picos y torrenteras!
Los pedernales dejaron
una fogata en la sierra.
Sus coplas tenían un largo
dolor de navaja abierta
y al llegar al naranjal
se iba el azahar con ellas...

Ya pasan los bandoleros,
¡cómo corren, cómo vuelan!

Las puntas de sus cuchillos
hirieron la brisa fresca
que se quebró en los pinares
con un delirio de estrellas

La Lucha nº 4, domingo 20 noviembre 1932





REVELACIÓN

Antes de obrar, pensemos. Mira bien lo que haces,
mira bien lo que dices, sobre todo qué sientes.
No te ocultes a ti con extraños  disfraces:
piensa, y no te deslumbres como hacen los valientes.

Si vienes a mí, vienes a una leprosería,
a un enjambre de lacras, de mentiras y vicios.
Tu vida va a un mar  amplio y sereno, y la mía
es un torpe sendero bordeando precipicios.

Yo, si vienes, no tengo ni la poca nobleza
de alejarte de mí... ¡conmigo has de perderte!
Ir de horror en horror, de vileza en vileza,
es mi triste destino y esa será tu suerte.

Pero antes de que llegues has de saberlo todo
aunque yo me convierta en mi propio verdugo;
y si después de esto de alejarte no hay modo
sufriré, y llevaremos los dos el mismo yugo.

Sé que voy a perderte, y aunque a ello me rebelo
te advierto de quién soy hablándote con pena.
Huye de mí, no vuelvas y déjame el consuelo
de saber que es a mí a quien debes ser buena.

La Lucha, nº 3. Jueves 10 noviembre 1932.





FORJA

¿Para qué luchar? ¡Qué bajo
luchar por forjarse nuevo!
El que fue malo no debe
nunca ya dejar de serlo.
El mundo llama cobarde
al que se deja un sendero.
Hay que seguir adelante,
siempre adelante, sin miedo
de ser demasiado malo
o ser demasiado bueno.

¡Luchar por luchar...! Sin ansias
ni estímulos. El deseo
sólo de poder cambiar
la forja a fuerza de ensueños.
Y todo inútil. La vida
yunque y martillo de anhelos.

Después dle fracaso, ¿quién
volverá a empezar de nuevo?
Todo se derrumba. Ocaso
de arrogancias y de empeños.
El corazón de la forja
sale indiferente, escueto,
sin enigmas, sin temores,
sin vacilaciones: recto.
(Encrucijada de piedra
donde hay sombra al acecho).

Rendido al destino. Inútil
quererle comprar con sueños.

La Lucha. nº 2. Domingo, 30 de octubre de 1932.


http://lacalletranquila.blogspot.com.es/










DIANA RAMÍREZ DE ARELLANO [10.365]

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Diana Ramírez de Arellano 
(Nueva York, Estados Unidos de América, 1919 -- 1997), poeta, ensayista y profesora de literatura e idioma español.
A pesar de haber nacido en Nueva York el 3 de junio de 1919, Diana Ramírez de Arellano era hija del matrimonio puertoriqueño conformado por Enrique Ramírez de Arellano Brau y Teresa Rechani, ambos de la alta sociedad de Puerto Rico, donde se crio.
Cursó sus estudios en la escuela primera y secundaria de Ponce, graduándose de las Facultades de Pedagogía, Artes y Ciencias de la Universidad de Puerto Rico en 1941. En 1946 obtuvo su Maestría en pedagogía en el Colegio de Maestros de la Universidad de Columbia, trabajando posteriormente en el Colegio para Mujeres de la Universidad de Carolina del Norte y en el Colegio Douglass de la Rutgers University, Nueva York.
Durante su estancia en España para proseguir sus estudios doctorales en la Universidad Complutense de Madrid, conoció a la poeta y catedrática Josefina Romo Arregui. Se graduó en 1951 con la tesis doctoral La comedia genealógica en Lope de Vega y edición critica de "Los Ramírez de Arellano".
Tras regresar a los Estados Unidos, trabajó de nuevo en el Colegio Douglass y posteriormente en el City College de Nueva York, hasta su jubilación.
A lo largo de su vida, Ramírez de Arellano mantuvo una activa vida cultural fundando el Ateneo Puertorriqueño de Nueva York, en 1963, del que fue primera presidenta. También perteneció a diveras organizaciones literarias como Sigma Delta Pi, Modern Language Association y la American Association of Teachers of Spanish and Portuguese. Entre las distinciones obtenidas, recibió la Medalla de Oro del Ateneo de Puerto Rico (1958), y la Medalla de Plata del Ministerio de Educación por Poesía de Bolivia (1964).
Falleció en Nueva York el 30 de abril de 1997.

Obra

Desde joven se interesó por la poesía, publicando a partir de 1947 Yo soy Ariel, Albatros sobre el alma (1955), Angeles de ceniza (1958), Un vuelo casi humano (1960), Privilegio (1965), Del señalado oficio de la muerte (1974), Árbol en vísperas (1987) y Adelfazar (1995).
También fue ensayista de crítica literaria con textos como Caminos de la creación poética en Pedro Salinas (1956), Poesía contemporánea en lengua española (1961) y El himno deseado (1979) sobre el poema "Enigma" de la sevillana Concepción de Estevarena para su publicación en la edición preparada por su maestra Josefina Romo de una antología de la obra de la poeta romántica.
Fue además colaboradora de varias publicaciones literarias de Latinoamérica, España y Puerto Rico (El Mundo y Alma Latina).





Hay un poema solo 

Como cortezas vivas, los sintagmas
o magma o savia o plasma
o como linfa niña piel del agua
las partes amorosas se separan.
Igual que carne y uña violadas
como corteza viva, la palabra.
La muerte como verso;
no muerte como sueño.
Tu y yo recreando un nuevo ritmo:
la muerte como un hijo.
Lo supo bien el Cid –los ojos manan.
Ojos quieren tañer sus dos campanas
doblemente partidas.
La muerte como hijas.
Pero a la sangre nunca se le ordena;
no confunde su huella, habita en ella.
La sangre nunca olvida la razón,
la última versión
lúcida con que espesa
el sello de la espera.
En su imagen total
el duro verso, ya
en trance de semilla
su códice transmite a la otra orilla.
El duro esfuerzo recompone el vaso
siempre del mismo barro
edénico y sencillo.
La muerte es como niña o como niño.
El mundo se transforma
tras cada luna rota.
Hiato en el Poema,
la muerte es la promesa,
recurso separable, nacimiento
que ensancha el universo
la pausa inescapable que obediente
–sagrada es la medida de la muerte–
divide en apariencia;
elige, urge, anuncia otra evidencia,
transforma, capta, abre ritmo desconocido
libre ya del delito y del castigo
a la Palabra del principio vuelves
conjugándose aquí humildemente
el Verbo para ti se vuelve Canto
ah pero, Anita, el llanto,
el llanto es para todos.
Hay un poema solo.









No al chopo ni al laurel alabo aquí
ni al abeto ni al pino ni al álamo o al cedro
plantados en la palma rugosa de Castilla
o el fértil orilla de otro triunfo
de la mágica mano de mi amiga*.
No canto aquí de Alfonsa-Alondra**
en el distante Cuéllar sus pinares.
No invoco a Don Antonio***
aunque poseo un poco su olmo centenario
en la colina de Soria pura.

Amor convoca aquí, común a nadie, un árbol
desconocido, latiendo estremecido. Un pensamiento
en la ribera que no lame el Duero vuela
porque yo conocí
otro río profeta que en mi infancia
cita de amor me hiciera con su nombre
de Río Portugués a mis diez años
para un amor veintidós años lejos.

Perdóname, amor mío, la hirviente hondura
de mi sangre playa que dispone inconsciente
de mi cifra primordial.
Perdóname tu bosque si le digo:
"Los árboles del mundo serían uno,
los árboles del mundo este,
este árbol guía para mi soledad.
Aún beben sus raíces a orillas de otro río;
es mío como mi isla y mi niñez reclaman
eje de amanecer en el Caribe****.

Árbol pensado en Dios
que ordena los niveles:
raíz a copa, espacio en su lugar.
Lo que vivió ignorado
al alba de su magma misterioso
entre el caos bullente
alarga su verdad.
Es compañero fiel,
me lame su caricia
en cualquier latitud;
alentado por mí
viene conmigo,
duerme a mi lado,
vive de mi calor.
Abierta está su copa
con el dorado zuño
ámbar sobre la nieve,
para mojar mi lengua
en sabia savia
y calentar mi mano
en trópicos de almíbar.

Árbol perpetuo de mi isla buena,
como sus Aguas Buenas,
como su bierbabuena,
perpetua idea buena,
árbol reiterado.

* Elegías desde la orilla del triunfo (Josefina Romo Arregui)
** Alfonsa de la Torre, la genial poeta que escribió: me llamaban Alondra / pero yo sabía bien que me llamaba Alfonsa / y Dios bien lo sabía
*** Antonio Machado, desde luego
**** El canto está dedicado al Jobo de las Indias (ciruelo ácido o amarillo)
El poema, sin título, se ha publicado por Pedro López-Adorno, en Papiros de Babel: antología de la poesía puertorriqueña en Nueva York, 1991.


La copa de adelfazar de Diana Ramírez de Arellano

Por Manuel Lasso

¿No han caminado alguna vez por un Cementerio de joyitas literarias? ¿No han hundido los pies en el suelo arenoso del camposanto, sin saber que debajo de la superficie, como restos arqueológicos, se encuentran enterrados algunos alcorcíes de oro inscritos con versos, símiles y metáforas?
Así sucedió con los desdichados poemas de Emily Dickinson que estuvieron sepultados en el Panteón del Olvido por varias décadas, como si se tratase del tesoro extraviado de un naufragio milenario, hasta que alguien los rescató y los dio a conocer al mundo. Lo mismo ocurrió con las cartas que Micaela Bastidas, en sus horas de terror deslumbrante, le enviara a Túpac Amaru antes de su descuartizamiento y con gran parte de la correspondencia que Manuelita Sáenz, desde su rechinante catre de campaña, junto con una encomienda de cajas de manjar blanco y una bufanda de lana de vicuña, le remitiera con nostalgia al Libertador don Simón Bolívar.
Hoy pasé por este camposanto de joyeles y sin saber la razón, apresurado y en desasosiego, con desbordante alegría, escarbé en la arena, extrayendo raicillas y piedrecillas, hasta que encontré un libro cubierto de polvo, cuyas tapas coloradas como las hojas encarnadas del flamboyán del verano, emergieron poco a poco. Lo levanté para remover la capa del olvido que llevaba encima y leí el título: Del señalado oficio de la muerte (1), de Diana Ramírez de Arellano. Sin saber aún el motivo continué excavando, con el mismo alborozo, casi lastimándome los dedos al hacerlo y otro libro apareció en la arena. Tenía la tapa color grosella y estaba ilustrada con la imagen de una mujer vestida a la moda del 1900, con un sombrerito adornado con plumas y semillas, bebiendo el zumo de una larga copa de vidrio. Era el Adelfazar (2), de la misma autora. Observé sus páginas resecas por el salitre, pero aún con las brillantes letras negras del antiguo papel amarillo. Leí con el deleite de quien al abrir un libro penetra en el mundo prodigioso que el escritor ha creado, como sucede cuando se lee a un Rimbaud, a una St.Vincent Millai o a un Pessoa y me fui enterando acerca de ella y de su obra literaria.
Poeta de alto vuelo lírico y defensora de los derechos femeninos, Diana Ramírez de Arellano perteneció a la generación del 50 y fue una de las voces germinales de la poesía puertorriqueña en la diáspora, junto con Francisco Matos Paoli y Juan Antonio Corretjer. Estudió filología románica en España y recibió el grado de doctor en la Universidad Complutense de Madrid. Asistió a clases y a conferencias magistrales junto con Alfonsa de la Torre, el delicado Cisne de Cuéllar, a quien le gustaba refugiarse en los pinares o en la biblioteca médica de su padre para escribir mejor; con Carmen Conde, la simpática y apasionada gallego-murciano-lorquina, quien con su voz grave y dulce, al lado de Antonio Oliver, compuso un poemario sobre su agitado viaje de Marruecos a Cartagena; y con Josefina Romo Arregui, la poeta del rostro madrileño y el carácter inconfundiblemente vasco, quien fuese su mentora por mucho tiempo.
Diana Ramírez de Arellano, la poeta laureada de Puerto Rico, la del rostro redondo y pelo corto, exhalando aromas de perfumes finos, tenía la sonrisa incesante, el hablar interminablemente vertiginoso y la alegría que sólo pueden producir un conjunto musical de güiros, maracas, cuatros y tiples. Era ella la que solía decir con ojos ardientes: “Es que para mí, toda mi gloria se encuentra en la poesía.” Y de España pasó a dictar cátedra en el City College de la ciudad de Nueva York, donde entre Juegos Florales y talleres literarios formó liderezas en el Programa de la Maestría. Fiel a sus principios, con una banda color lila en el brazo, tomó la palabra para defender los derechos de las mujeres de todos los tiempos. Alineó esta labor docente y su misión feminista con la creación literaria y sus libros de poesía fueron apareciendo publicados por diferentes editoriales a lo largo de los años.
Dejemos que Cesáreo Rosa-Nieves nos complete la imagen de la vate: “Diana Ramírez de Arellano es, hoy por hoy, una de las grandes poetisas de Iberoamérica dentro de la estética actual. Alma andariega, pluma inquieta… Su vida se mueve entre Nueva York, España y Puerto Rico.” (3) A pesar de su apariencia necrológica, el poemario Del Señalado oficio de la muerte es una obra que contiene un erotismo velado y casi imperceptible. No sigue la tradición hamletiana de Jorge Manrique ni discurre por los caminos trágicos del ingenioso pensamiento unamuniano. Se refiere más bien a la muerte del deseo sexual ardiente y voraz. En su obra existe una evolución del tánatos doloroso de la poesía post-romántica de Gabriela Mistral y de la literatura heroica y comprometida de Clemente Soto Vélez hacia el erotismo tardío de fin de siglo y apunta con ojo diestro hacia una búsqueda existencial, objetiva y filosófica; abre el camino hacia lo sensual y luego hacia lo conceptual. Va de la muerte a la vida y de ésta a la idea. Detrás de las fibras del mascarón multicolor y atrayente de la muerte traviesa y sonriente y de su religiosidad omnipresente se encuentran escondidas las gotas brillantes del eros femenino, sus voces y sus gestos.
Su fuerza poética es más poderosa que cualquier ornamento silencioso. Nos informa, casi con brutal delicadeza, conforme vamos leyendo. Es que Diana, como Hepatía y Eloísa, también amó a un hombre, al poeta Pedro Salinas. Recordaría de él sus observaciones lúcidas como las de un Antonio Machado, de un José Hierro o de un Salvador Espriú y su cabellera entrecana y ondulada de antiguo noble de Navarra, contrastando con el cielo azul del Caribe; y la mirada dulce de Taino que él adoptaba cuando le rozaba las mejillas con unos dedos que olían a tabaco. Rememoraría también sus besos con sabor a bacalaíto y su mano pesada y caliente acariciándole la garganta a orillas de la playa del Condado, mientras le recitaba suavemente al oído un poema de Federico García Lorca.
De acuerdo con los mandatos misteriosos, insondables e infalibles del Zodíaco el romance estaba destinado a ser breve y fatal. Cuando Pedro murió cerca de la Puerta del Sol, como sucumbieron los hombres en los tiempos de Goya y Lucientes, levantando un brazo, mostrando el pecho y dando vivas por España, su gemido final se confundió con el ruido del tráfico vehicular. Su mano pesada y velluda cayó sobre el pavimento y sus bigotazos negros removieron el polvo de la acera. A Diana que escribía un soneto en ese momento en Centerport le pareció que se moría junto con él.
No le quedó otra opción que aceptar el sacrificio de su instinto maternal y enterrarlo en un lote abandonado del Camposanto del Deseo y celebrar el duelo junto a sus allegados con los opíparos platillos del banquete funerario.
Todos los poetas del mundo lo celebran de idéntica manera. Todos son iguales, porque los une la misma humanidad, aunque estén separados por sus bienamados regionalismos. A propósito de gastrotextos se podría afirmar que Sor Juana Inés de la Cruz lo celebraba comiendo sus taquitos con una delicadeza que lindaba en lo artístico y que Diana Ramírez de Arellano lo hacía saboreando el mofongo o percibiendo el aroma del sofrito del arroz con pollo, que son los manjares de la Isla. Y Adelfazar es un gastropoema porque tanto el ron inebriativo como el tósigo maléfico, para ser eficaces, tienen que ser ingeridos por la via oral.
Adolorida por la partida de su ser querido Diana Ramírez de Arellano inventó una flor venenosa y mortal. No se trató del jacarandá, de la maga o de las trinitarias, sino de la flor mítica Adelfazar, monodelfo de estambres soldados, signo de la novia frente al altar. La palabra Adelfazar, que es un neologismo, está destinada a simbolizar el dolor que se siente al producirse una desgracia. Es una metáfora mortal; un símil del sobrecogimiento. El suplicio sufrido por la muerte de un ser querido es como beber de un zumo de Adelfazar. El efecto devastador que se causa al ingerir el líquido ponzoñoso de esta copa, como se ilustra en la tapa del libro, solo se puede comparar al efecto producido por una tragedia en el espíritu humano.
Representa también el juego de palabras que la poeta usa como artificio en todo el libro. Son dos vocablos, adelfa y azar, que se encuentran dispersos por todas las páginas, recordándonos de su significado. Es la flor que tiene cinco siglos de haber venido de la península ibérica, presuponiendo la diseminación en América de las diversas sangres de España, lo que engendró una raza cósmica que se vivifica y se remoza con las añadiduras y que ahora nos entrega su nueva fuerza sexual y creadora.
Así, Diana Ramírez de Arellano nos ofrece una nueva idea universal que nos atañe a todos porque es una condición de la que nadie se puede escapar. Si hay un sentido figurado en esta obra es el de beber de una copa de Adelfazar cada vez que ocurra una desgracia.
Pero la que fue fiel a sus principios, la que ayudó a estudiantes y allegados con sus conocimientos literarios y con la mortificada sinceridad de sus bolsillos, fue la que se abstuvo de tener descendencia, la que se privó del placer inefable de la maternidad para no deformar ni escindir su feminidad. Fue también la que en algún momento no pudo dejar de realizar el último rito inevitable de todo ser humano. En un día de primavera, en una cama del Sloan Kettering Memorial Hospital, como en su momento lo hizo Julia de Burgos, exhaló el último suspiro y dio el postrer espasmo de sus dedos de versificadora. El final de una vida bien vivida, al que tanto se rehuye, completa la biografía de un artista, la redondea y la totaliza. Mientras aquel no ocurra el recuento de su existencia permanece inconcluso. Al respecto Pedro López-Adorno nos dice:
“Su obra, que en vida de la poeta recibiera poca atención crítica, aunque la persona fuera motivo de numerosos (y justificados) reconocimientos, exige ahora a raíz de su muerte, acaecida el 30 de abril de 1997, en la misma ciudad que la vio nacer, una relectura y revaloración…” (4)
Siendo así que nos encontramos bien acompañados en el umbral de un nuevo milenio, percibiendo mutuamente nuestras presencias en esta dimensión virtual, mientras nos paseamos como al principio sobre la superficie llena de mala hierba y piedrecillas de este Cementerio de joyitas literarias, distinguiendo el melodioso alboroto de los coquís, ¿no me podrían ayudar a excavar otra de sus obras, otra de las alhajas que por aquí cerca se encuentran?

NOTAS
1. Ramírez de Arellano, Diana. Del señalado oficio de la muerte. Ediciones: Ateneo Puertorriqueño de Nueva York. Nueva York y Madrid. 1977. 
2. Ramírez de Arellano, Diana. Adelfazar. Ediciones Torremozas, S.L. Madrid. 1995. 
3. Rosa-Nieves, Cesáreo y Melón, Esther M. Biografías Puertorriqueñas. Troutman Press. 1970.
4. López-Adorno, Pedro. “Diana Ramirez de Arellano”. Tercer Milenio # 1. Año IV. Otoño 1997.


ZHU ZIQING [10.366]

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Zhu Ziqing
Zhu Ziqing 朱自清 cuyo nombre de nacimiento es Zhu Zihua 朱自華, nació en 1898 en el distrito de Donghai 東海縣, en la provincia de Jiangsu, aunque a él siempre le gustó afirmar que era nativo de Yangzhou 揚州, y murió en agosto de 1948 en Pekín. La obra de Zhu Ziqing se compone de poesía 詩 (shi), prosas diversas -sobre todo ensayo (sanwen 散文)-, y una extensa obra crítica como historiador de la literatura china y hermeneuta de la nueva poesía 新詩 (xinshi). Zhu Ziqing fue el encargado de establecer la selección de poemas que formarían parte de poesía de la Gran antología de la nueva literatura china 中國新文學大系 (Zhongguo xin wenxue da xi) editada por Zhao Jiabi 趙家璧 (1908-1997) entre 1935 y 1936, obra que supuso el primer intento de establecer un canon en la nueva literatura china. Zhu Ziqing se educó en la Universidad de Pekín y a partir de 1925 ejerció como profesor de literatura china en la Universidad de Qinghua y en otras universidades tras la ocupación japonesa en 1937. Entre 1931 y 1935, estudió literatura inglesa y lingüística en Londres. Su contacto con la literatura inglesa dejó una profunda huella en Zhu Ziqing. Su obra más conocida como poeta es el largo poema La destrucción (Huimie 毀滅) publicado en 1924. Entre sus ensayos destacan las tres recopilaciones Rastros (Zongji 蹤跡, 1924), De espaldas (Beiying 背影, 1928) y Tú y yo (Ni wo 你我, 1936). Publicó también varias prosas en las que relata sus experiencias en Inglaterra. La obra de Zhu Ziqing pasa hoy por ser una de las más importantes en la formación y establecimiento de la nueva literatura en lengua vernácula y una de las figuras pioneras del movimiento reformador del 4 de mayo de 1919.






La destrucción[I]
Zhu Ziqing

[Traducción y notas de Blas Piñero Martínez]

Andando como un fantasma en medio de la calle,
Cabizbajo, como si hubiera ido a un funeral, 
¡Este soy yo!  ¡Sí, este soy yo!
Cinco rayos de luz…
Diez colores distintos…
Y yo en medio, muy cerca de ellos,
¡Qué bonito es!
¡Qué agradable de oír!
Es el fuerte olor,
Es el sabor de la tierra en la boca,
Y lo que mis manos tocan,
Lo que mi cuerpo siente,
Es blando,
Es esponjoso,
Pero ¡qué escoria! ¿No te parece?
Y me pregunto: ¿cómo he llegado hasta aquí?
Ello me repugna,
Ello me tira de espaldas,
Miro arriba, miro abajo,
¿Pasa el tiempo mientras tanto?...
Estoy soñando, 
O estoy enfermo[II],
En medio de este abismo estoy yo,
Es un torbellino, es un agujero sin fin,
Y hay polvo, un polvo azul verdoso,
Y yo camino sobre el polvo 
Y mis huellas apenas dejan marca en el polvo,
Vagabundeo, voy de un sitio a otro sin rumbo fijo,
Vagabundeo, voy de un sitio a otro sin rumbo fijo,
Piso fuerte y sigo caminando sin saber a dónde,
Sin embargo, este no es el suelo de mi país, yo piso otra cosa.
En este viento huracanado, envejezco,
En este viento  huracanado, languidezco,
Y mi cuerpo, siempre está  débil y enfermo,
Voy arrastrando con él las sombras delgadas y negras 
Que proyecta sobre el suelo,
Sombras que se diluyen en el espacio abierto,
Y pienso: «Mi querido y ahora lejano país, tú que me has visto nacer[III]… » 
¡Regresa, regresa!

A pesar de la pálida luna que desparece en la oscuridad
Y que se la ve impasible sobre las aguas serenas de lago,
Y la bruma  que se instala en la noche para no dejarnos ver,
Y la bruma que se instala en la noche para no dejarnos ver
Como una cadena de montañas en el horizonte,
Todas ellas ordenadas y somnolientas;
Y debido a esa bruma, la luz no alcanza a iluminar la calle,
Solo pueden sobrevolar destellos intermitentes y caóticos de luz,
Y me pregunto: pero ¿quién encendió esa farola que es como una flor de loto?
Y se oyen unas risas: ¡Jajaja jojojo!…
Y se oyen más risas: ¡Jajaja jojojo!…
Y alaridos de miedo: ¡Ouch!…
Y entre tanto suena una flauta de bambú,
Y  también se oye el croar de los sapos en las aguas.
Todo ello me conmueve, cierto,
Pero todo ello me exaspera,
Y me digo: todo esto duerme ya «en los brazos de la hermana luna»,
Cierto, ¿quién puede decirlo si no el que flota y merodea en lo alto?,
Pero esa luna está muy sola,
Las luces de las farolas están muy lejos,
La felicidad y las risas son de los otros, por supuesto.
La flauta de bambú desprende una bella música,
Pero es una música melancólica,
Es una música intrascendente que no cambiará nada;
El sonido de una flauta es solo el sonido de una flauta.
La conmoción, sin embargo, es tuya,
La exasperación, sin embargo, es tuya,
Los otros van por todas partes como locos,
¿Quién se va a dar cuenta de que tú estás aquí con ellos?
Ni siquiera tienes amigos fuertes y poderosos,
¡Y eso es un verdadero problema den esa vida ilusoria!
Tú estás solo,
Tú tienes frío,
¡Tú no tienes gusto, no tienes ningún gusto!
Baja la cabeza
Y toma el camino que te llevará al lugar que te vio nacer.
¡Regresa, regresa!

A pesar de la belleza incuestionable 
Que posee la nieve al caer desde el cielo,
Los copos que la componen se alejan de mí en su vuelo 
Y acaban deshaciéndose en el vacío;
Son como las cenizas blancas del dinero de papel que ha sido quemado.
Estar todavía vivo en este mundo es ver lo que dos ojos ven en una barca 
Cuando navega sobre el riachuelo de la vida:
Las impresiones de antaño, las ideas que tuviste, y las cosas que has dicho…
Todo ello queda atrás, todo ello se consumirá a tu paso,
Todo se consumirá hasta parecerse al desierto cuando anochece
Todo acabará por entrar en la oscuridad,
Todo acabará por imitar a la hierba cuando llega el otoño.
Sé que ellos saben tocar el bello instrumento musical, 
Pero se les rompe la cara cuando lo hacen;
Su cara se parece a la cera de una vela cuando se derrite.
Las sonrisas de esas flores no tienen ninguna arruga,
La voz que de ordinario surge de las perlas[IV] está ahora afinada, 
Ahora lucen en el cielo,
Solo lucen en el cielo,
Pero ¡evítalos!
Pero ¿qué vas a evitar si no son nada?
¡Regresa, regresa!

A pesar de que soy ya como el amigo íntimo de la nube en el cielo,
Y que nos exhibimos mutuamente,
Y que nos consolamos mutuamente,
Y que reímos y hablamos juntos, 
Y que estos son los días que me ofrecen ellos,
Y que probamos el sabor de los héroes y los valientes,
Y que caminamos juntos,
Y  que parezco sin duda alguna un pulpo exuberante y poderoso, 
Algo me dice que estoy en la llama roja y ardiente[V]. 
Es lo que también me dicen muchas bocas que están abajo,
¿Quién podría olvidarlo? 
Dejo mis manos muertas,
La vida no puede ser de otra manera:
Cuando me giro, es la nube que aparece,
Y sé que va a empezar a llover,
No mires a tu alrededor,
No te gires para ver lo que pasa a tu alrededor,
¡No lo reconocerías!
El pasado fue un tiempo en el que el mundo se renovaba,
¿Quién podría ahora convencerte de ello?
Todavía queda el nombre, el nombre insípido,
El nombre vago e impreciso,
También queda la soledad, tu soledad,
Alrededor de mí no hay nada más que es el vacío,
En los cuatro puntos cardinales no hay nada más que vacío,
Ahora siento que ellos quieren que vuelva a su lado,
Mi hermano y mi hermana quieren que vuelva junto a ellos,
Quieren que esté a su lado,
¡Regresa, regresa!


A pesar de la palabra de los maestros del dao[VI],
Una palabra que suena bella e inteligente a mis oídos,
A mí me da la impresión de que la nieve cae desordenadamente;
Delante de mis dos ojos,
Los copos de nieve son como algodones que se deshacen en el aire…
Ellos me guían y yo floto con ellos, y así floté con el viento celeste 
Hasta llegar al lugar de los treinta y tres días[VII] 
Y la nube de los cinco colores[VIII].
Debajo de mí estaba el mundo gris,
Se le veía pequeño, muy pequeño, desde el cielo,
Se le veía lejos, tan lejos que ya no podía pensar más en él.
A esa distancia, entre las estrellas y los vientos celestes[IX],
Mi ser se reavivó,
El viento penetraba en mis músculos,
Los músculos se hinchaban y me llevaban de un lado a otro;
Si hubiese caído al bajo mundo, lo habría hecho como un globo desinflado que cae
desde el cielo.
Los otros seres pasan por encima de mí y se divierten a mis anchas,
¡Gritan y ríen como unos locos!
Además, el viento celeste me envuelve y me arrastra,
El viento se parece a la lanza de tres puntas,
¿Acabará clavándose en mis músculos?
Acabará por desmembrar mis miembros en la nube de los cinco colores
Hasta convertirme en humo.
Y así, graciosamente, desapareceré de este mundo.
Tiemblo,
Y me digo: «Lee ahora, en voz alta, la tristeza de la tierra y del cielo…»
¡Regresa, regresa!

A pesar de que tienen hambre
Y  sus manos están deformadas,
Y su cabello se ha vuelto como la hierba de otoño,
Y las cuencas de sus ojos están vacías,
Y sus pies débiles,
Y sus corazones, sobre todo sus corazones, están débiles,
Todo lo que ellos son me conduce hacia el bajo mundo,
Me tira poderosamente hacia abajo, 
Hacia el mundo que me enseña  a fumar,
Y me enseña a beber más de la cuenta,
Y me enseña a frecuentar a las malas mujeres;
Esto de aquí me crea adicción,
Esto me mantiene contento y engañado,
Pero no le haré ninguna concesión a esta ilusión,
Ella no tolera que tú no le prestes atención,
No, yo no puedo estar de acuerdo con este mundo que crea tanta adicción.
Siento la decadencia del limbo,
La decadencia del corazón y el espíritu de lo que es incierto y móvil[X], 
Y en la adicción
Las sombras son largas y misteriosas, y crean más adicción si cabe,
No, yo no quiero ser ese tipo de hombre,
Este tipo de hombre se pudre rápidamente, ¿no es cierto?
¡No, no!...
Mientras no te deformes como un monstruo
Podrás utilizar todavía tu fuerza natural,
¡Regresa, regresa!

A pesar de que la muerte se viste como la doncella del vestido blanco[XI]
Y se presenta con la linterna delante de mí,
Y se parece también al guerrero poderoso del traje negro[XII],
Y coge la azada y me golpea en la espalda,
Y yo, ofendido y preocupado, me acostumbro a la crueldad de las familias decadentes,
Y en un año veré con asco mi propia carne y mis propios huesos  
Descomponiéndose definitivamente,
(Y los veré con mis dos ojos ya vidriosos y ensangrentados);
Y el fardo que tienen que soportar mis pobres hombros 
Para que yo pueda vivir ahora en este mundo es demasiado aplastante 
Y no me deja respirar,
Y mis ojos ven lo poco y miserable que he obtenido en esta vida,
Y me siento finalmente como un ser impreciso y lejano, como esa nube, 
O ese humo que pasan a lo lejos y acaban desintegrándose ellos mismos;
Y en el desierto negro y blanco
Tomo sin saberlo este tipo de camino
Y me muevo como un vagabundo en medio de esa ilusión insensata;
Y ella y él —la doncella y el guerrero— aparecen junto a mí,
Y se parecen a lo mismo que he vivido yo en esta vida,
O no se parecen a lo que yo he vivido en esta vida, 
Y se apoyan en esa manera de ser, en ese espíritu fantasmal
Que he tenido en cuenta para seguir vivo y al que he creído como a un guía;
Y me he ido, me he ido…
Me he ido a brazos abiertos y ciegamente hacia el lugar donde residen 
Su corazón y su pensamiento…
Y ella ha esperado a que yo le haga una señal con la mano,
Y él ha esperado a que yo le salude con un movimiento de cabeza…,
Ella y él son ahora dos extraños para mí,
Y ello me intranquiliza,
Sus manos flotan en el aire,
Son seres inciertos,
Me resulta demasiado difícil definirlos,
¿Qué me une a ellos?
Además, el país de la muerte es todavía una tierra extranjera para mí,
¡Se sabe acaso cuál es la tierra que me conviene! 
Yo conozco bien las fuentes de la vida,
Estoy familiarizado con ellas
Y recuerdo bien la tierra que me vio nacer,
Aunque sean unos recuerdos poco precisos,
Ellos se despliegan en mi mente con claridad,
¡Maldita sea! Mi tierra natal… 
¿Acaso no me recibirá con los brazos abiertos?
Conozco el sabor de sus frutos,
También conozco el sabor de los lugares y de los amigos,
Y a aquella joven también la conozco,
Y a aquel guerrero poderoso del traje negro…
Yo preferiría volver al país que me vio nacer,
Yo preferiría volver al país que me vio nacer,
¡Regresa, regresa!

Yo lucho, lucho por regresar junto a ti,
Quiero ver mi país, su polvo, su humo,
No quedará ninguna imagen del cielo,
Todos los rayos de luz y su fulgor desaparecerán,
Mi desasosiego también desaparecerá,
Volveré a ser yo, el de antes, el de siempre,
No volveré a ver más el cielo azul verdoso,
Ni a bajar la cabeza para ver las aguas blancas[XIII];
Solo iré con cuidado,
Quiero pisar la tierra y el polvo
Y dejar mis huellas bien marcadas en ellos,
A pesar de que mis huellas serán diminutas 
Y desaparecerán rápidamente con el paso del tiempo;
Mis pasos serán más lentos,
Y no volveré a coger ese camino remoto,
No soy gran cosa, soy una persona como hay tantas;
Solo puedo ver la huella de mis pasos,
Pero ello me hace ahora tan feliz…
Ese otro lugar que está tan lejos, tan lejos,
Ese otro lugar yo no volveré a frecuentarlo, no pensaré más en él.
¡No me quedaré! ¡No!
¡Me voy, me voy!...
…. ….

1923




Notas

[I]
El poema largo 長詩 (chang shi) La destrucción 毀滅 (Huimie) fue escrito en 1922 y publicado el 10 de marzo de 1923 en el número 3 de la serie 14 de la revista Mensual de la novela 小說月報 (xiaoshuo yuebao) en Shanghái. El poema, que describe la melancolía de un individuo que deambula sin rumbo fijo 徘徊 (paihuai), expresa un marcado sentimiento de dolor y tristeza. Esta voz errabunda recuerda la de las prosas de Lu Xun 魯迅 (1881-1936) en su obra Errancias 彷徨 (Panghuang) escrita entre 1924 y 1925. La destrucción es uno de los poemas más representativos del espíritu reformador del movimiento del 4 de mayo de 1919. En junio de 1922, Zhu Ziqing 朱自清 (1898-1948) se encontraba en el lago del Oeste 西湖 (Xihu), en Hangzhou 杭州, junto con el poeta y crítico Yu Pingbo 俞平伯 (1900-1990). Los dos se habían trasladado a este lugar para pasar tres días de descanso. El paisaje del lago del Oeste y su descripción han servido de motivo en numerosos poemas clásicos por su belleza y simbolismo, pero esta vez tiene un efecto depresor en el poeta Zhu Ziqing. La visión de la luz del lago del Oeste y el color de las montaña de Guangshan le pareció a Ziqing que poseían una imprecisión, una inmaterialidad, un vacío, que las hacía casi irreales; era un paisaje turbio, a punto de descomponerse, un paisaje turbulento y «que vuela siguiendo el ritmo del viento» 飘 (piao), «como el humo 如輕煙 (qing yan) o como una nube flotante如浮雲 (ru fu yun)». Pero vuela… ¿hacia dónde? Lo que podía ser percibido como una simple molestia 誘惑的糾纏 (youhuo de juichan), se convierte en algo doloroso 苦 (ku). El paisaje y el efecto del piao 飘recuerdan el proceso de «destrucción» 毀滅 (huimie) de la naturaleza, según las palabras de Zhu Ziqing. La voz del poema La destrucción es la voz de una figura errante que sufre y lucha entre su propia destrucción y su renacimiento. Es una reflexión que el propio poeta Zhu Ziqing llevaba a cabo consigo mismo. Este piao 飘 no puede conducir irremediablemente a la destrucción, es decir, a la nada. Indica simplemente un cambio de dirección 轉 (zhuan). Ziqing no soporta ese vacío, esa sensación de falsedad que le produce el paisaje «que se deja llevar por el viento», que es falso y vacío 空虛 (kongxu) en su representación. Para Zhu Ziqing, el cambio de dirección consiste en «abandonar el discurso de los taoístas y tener en consideración la realidad» 丟去玄言,專崇實際 (diuqu xuanyan, zhuanzong shiji); y esto es lo que el poeta quería describir en su poema La destrucción y que indica el cambio de rumbo que Zhu Ziqing quería tomar, y por consiguiente, el de la poesía misma. Esta búsqueda de la realidad 實際 (shiji), Yu Pingbo habla en su ensayo sobre el poema La destrucción de Zhu Ziqing 《讀〈毀滅〉》 (Du “Huimie”) del 26 de junio de 1923, que la lengua que se debe tomar es la lengua del «quejido 呻吟 (shenyin), de la orden 口令 (kouling), del que tiene miedo 怯者的 (qie zhe de), del que osa 勇者的 (yong zhe de)». Se trata de la destrucción del pasado y de la salvación individual. Se trata de morir para renacer. La destrucción es portadora de esperanza. El poema escenifica esta lucha por acabar con el pasado y entrar en lo nuevo. El objetivo es acercarse a la vida, entrar en ella utilizando un lenguaje que pueda representarla. Es por ello que el objetivo de este poema se adapta a la forma del poema largo長詩 (chang shi), en el cual se puede desarrollar un discurso narrativo más sostenido, como el mismo Ziqing lo había expresado en su ensayo El poema corto y el poema largo  短詩與長詩 (Duan shi yu zhang shi). La destrucción es uno de poemas clave para comprender la poesía en lengua vernácula白話 (baihua), la lengua que se impuso en el discurso literario chino según las directrices del movimiento reformador de 4 de mayo de 1919 五四運動 (siwu yudong) y el Movimiento de la Nueva Cultura新文化運動 en detrimento de la lengua clásica 文言 (wenyan) con al que se escribía la poesía clásica. El poema de Zhu Ziqing expone el ideario de los intelectuales reformadores: hay que acercarse a la vida real, la vida de los hombres 人生 (rensheng) contenerla en su discurso, expresarla con el lenguaje adecuado para poder reformarla. Durante siglos, el mundo no solo ha sufrido un falseamiento en la manera como se hay percibido, sino que la precepción misma de ese mundo y su realidad ha sido falseada por un discurso que ha alienado al individuo de su propia realidad. Es con ese proceso que el poeta quiere romper y desprenderse del mundo que ha creado. Más que la constatación de un estado, se trata de un cambio en la percepción de ese estado, de una crisis de la representatividad. El poema La destrucción representa un ideario que lleva consigo una lucha interna por la ruptura y sus consecuencias y una profunda meditación sobre el lenguaje que debe emplearse para conseguir este objetivo. La nueva poesía 新詩 (xinshi) ya no debe ser el instrumento del 道 (dao) sino que debe apoyarse y legitimarse en un discurso mimético y realista. Es un viaje hacia la realidad. Se requiere por lo tanto un cambio de paradigma poético.

[II]
在了夢裡, 在了病裡 (zai le mengli, zai le bing li). El poeta duda de si ese mundo es un sueño como ha sido tradicionalmente concebido o un mero producto de una mente enferma. Todavía más, el poeta asocia el sueño 夢 (meng) y su contenido con la enfermedad 病 (bing).   

[III]
我的故鄉 (wo de guxiang). Lit., «mi tierra natal». El término «tierra natal» tiene aquí un doble sentido. Es el lugar que ha visto nacer al poeta, el origen del poeta, pero es también la realidad cotidiana 實際 (shiji) alejada del discurso poético tradicional y alienante representado por el dao 道 y a la que pertenece el poeta en tanto que ser humano. El regreso 回去 (huiqu) del verso que se repite al final de cada estrofa «¡Regresa, regresa!» 回去, 回去! (Hui qu, hui qu), que marca al mismo tiempo el ritmo del poema, trata de ese regreso a esa realidad que el lenguaje y la retórica de la poesía tradicional ha creado durante siglos.     

[IV]
珠子一般的歌喉 (zhuzi yi de gehou) simboliza el lenguaje y la retórica de la poesía clásica. La perla 珠子 (zhuzi) se asociaba a las lágrimas y el canto 歌喉 (gehou) lastimero que la acompañaba. 

[V]
赤熱的火焰 (chire de huoyan) es una metáfora muy usual en a poesía china para designar el infierno.

[VI]
玄言 (xuanyan). Se refiere a la doctrina 言談 (xuanyan) que se predica en el taoísmo 道教 (daojiao). El poema se estructura en una constante descripción de este 言談 (xuanyan) y del otro mundo, el mundo de la realidad 實際 (shiji) al que poeta tiende a pesar de sus imperfecciones. Ziqing ofrece numerosas imágenes que ilustran lo que contiene el xuanyan.        
[VII]

三十三天 (sanshisan tian) es otro de los nombres del 忉利天 (daoli tian), que es la traducción china del sánscrito trayastrimśa. Se puede traducir literalmente por «pertenecer a las 33 [devas]». Se trata del segundo cielo según el budismo y tiene una conexión con el mundo de los hombres. Según el budismo, el daoli tian estaba en la cima de la montaña de Xumi 須彌山頂 (Xumi shanding), el monte Sumeru. En él gobernaba Śakra 帝釋天 (Dishitian). El número 33 indica que en ese lugar reside el panteón de todas las divinidades (devas) de la tradición védica (las treinta y tres divinidades del panteón hindú).

[VIII]
五色雲 (wu se yun). En la antigüedad, la« nube de los cinco colores» se consideraba que daba buena suerte.

[IX]
罡风 (gangfeng). Los vientos que soplan en el cielo según la cosmología budista. 

[X]
飄忽 (piaohu), que traducimos por «lo que es incierto y móvil». Se trata de la característica principal de a constante transformación del 道 (dao) que es representada en el lenguaje del玄言 (xuanyan), pero el飄忽 (piaohu) también simboliza la vida errabunda del poeta inmerso en el dao.

[XI]
白衣的小姑娘 (baiyi de xiao guniang) es una de las representaciones alegóricas de la muerte en Occidente.

[XII]
黑衣的力士 (heiyi de lishi) es también una de las representaciones de la muerte.

[XIII]
白水 (baishui) se refiere aquí a la nieve, símbolo del mundo del 飄忽 (piaohu); «de lo que es incierto y móvil».






In 1921 Zhu Ziqing joined the Literary Research Association, which advocated "literature for life's sake." With Ye Shengtao, Yu Pingbo and others, he started the Poetry Monthly, one of the periodicals published by this association. This magazine, which appeared in 1922, was the first of its kind after the May Fourth Movement. His poems show very clearly his firm grasp of reality and love of life. His long poem, Destruction, first published in Story Monthly in 1923 and later included in the collection Traces, aroused the interest of poetry lovers and exercised a considerable influence. His realism was finely expressed here. At the end of the poem he described the path he meant to tread:



I shall look up no more at the azure sky,
Nor lower my head to gaze at the limpid water,
But plant my feet with care,
Imprinting each step on the soil
And making deep footprints.
Though these impressions are small
And bound to vanish,
Though slow plodding matches ill
With the interminable road before me,
All I see are these clear footprints,
And they give me tremendous pleasure.
As for those distant vistas,
I cannot, will not trouble my head with them.
No more delay them,
On! On! On!






RODOLFO BRACELI [10.367]

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RODOLFO BRACELI
Poeta, ensayista, novelista, dramaturgo, cineasta, periodista.
Nació en Luján de Cuyo, Mendoza, en 1940. Vive y trabaja en Buenos Aires desde 1970. 

Varios de sus libros fueron traducidos al inglés, francés e italiano. Algunos son texto de estudio en escuelas de periodismo, talleres de teatro y en universidades argentinas y de los Estados Unidos.
Sus Reportajes Latinoamericanos aparecieron en diarios y revistas de 23 países y en 9 idiomas.

Libros publicados 

Su producción literaria supera la veintena de títulos, entre ellos:

Biografía

“Fontanarrosa, entregáte. / Y vos también, Boogie. Y usted también, don Inodoro” (1992)
“Julio Bocca  / Yo, príncipe y mendigo” (1995)
“Mercedes Sosa / La Negra” (2003). Segunda edición, 2010 Taducción al italiano (Giulio Perrone Editore) y al polaco (Pròszynski S-Ka). 

Teatro

“Federico García viene a nacer” (1986)
“Y ahora, la resucitada de la violenta Violeta” (1991)
“El novio de la memoria / Una resurrección de Cabezas” (2000)
“La Misa Humana” (1998)
“Tejada Gómez viene a nacer” (2006)
"Vincent, te espero desnuda al final del libro" (2007)

Novela

“Padres nuestros que están en los cielos / borgesperón” (1994)

Cuento

"Perfume de gol", dos ediciones, Editorial Planeta, 2009 y 2010
“Querido enemigo”. Editorial Planeta, Buenos Aires, 2013

Ensayo (Conversaciones trans–textuales) 

“Fuera de contexto” (con Oliverio Girondo, Henry Miller, Juan Rulfo y entre Kafka y Van Gogh) (1991) 
“Don San Martín, ¿a usted qué le parece?” (1992)

Ensayo - Ficción 

“Don Borges, saque su cuchillo porque he venido a matarlo” (1979 y 1998)
“De fútbol somos”  (2001)

Ensayo periodístico (Reportajes y entrevistas)

“Caras, caritas y caretas” (1996 y 1997)
“Borges-Bioy / Confesiones, confesiones” (1997 y 1998) 
“Madre argentina hay una sola” (1999)
“Argentinos en la cornisa” (2001)
“En qué creen los que SÍ creen” (2001)
"Escritores descalzos" (2010). Edición española: Clave Intelectual, Madrid, (2012)
"Gabriel García Márquez. Lo scrittore nel laberinto di ogni giorno. Conversazione con Rodolfo Braceli." Giulio Perrone Editore, Roma, Italia, (2011) 
"Ciento un años de soledad" (2012)
“Libro-Antología de Entrevistas” (realizadas entre 1965 y 1998: Antonio Di Benedetto, Luis Federico Leloir, Alfredo Alcón, Julio Bocca, Luis Politti, Valentín Céspedes –hachero-, Tato Bores, Quino, Bioy Casares, Estela Carlotto, Nicolino Locche, León Gieco, Mercedes Sosa). Diario Jornada y Diario Uno, Mendoza, 2012

Poesía

 “Pautas eneras” (Primera edición, prohibida y quemada, junio de 1962; segunda edición, diciembre de 1962; tercera edición, Capital Intelectual y Diario Jornada, Buenos Aires, 2011). 
“El último padre” (1974, 1978 y 2004)
“La conversación de los cuerpos” (1982)
 “Cuerpos abraSados” (1984)
"Vincent, te espero desnuda al final del libro". Alción Editora, 2007. Segunda edición, Galerna, 2009.

(La obra de Rodolfo Braceli se puede encontrar completa en la Biblioteca Nacional, Argentores, Biblioteca Teatral Hueney, Biblioteca Gral. San Martín, de Mendoza, TEA, entre otras.)

Periodismo

Comenzó en el diario Los Andes, de Mendoza. 
Fue director fundador de la agencia de reportajes latinoamericanos PlenoSur.
En Buenos Aires, entre otros medios, fue redactor especial de la revista Siete Días, redactor jefe de Gente, jefe de redacción de la revista-libro Plural, jefe de redacción en Latinoamérica de Europa Press, a través de Ameuropress. 
Sus reportajes y notas fueron traducidos a nueve idiomas y publicados en 23 países. 


Teatro

Con algunas de sus obras se inauguraron teatros: en Mendoza, la Enoteca, y en Buenos Aires, La Capilla y la sala Roberto Arlt del Paseo La Plaza.
Su obra poética, teatral y periodística tuvo lecturas públicas y escenificaciones por destacados actores, entre ellos: 
María Rosa Gallo, Jorge Marrale, Alicia Bruzzo, Inda Ledesma, Rodolfo Bebán, Mario Pasik, Jorge Rivera López, Manuel Callau, Gerardo Romano, Golde Flami, Ulises Dumont, María Vaner, Edda Díaz, Alicia Berdaxagar, Hugo Arana, Virginia Lago, Alfredo Alcón, Patricio Contreras, Juan Leyrado, Cristina Banegas y Miguel Ángel Solá.


Cinematografía

Escribió y dirigió:
“Nicolino Intocable Locche” (mediometraje, protagonizado por Locche).
“Qué será del siglo, qué será” (cortometraje, co-realizado con Juan Mandelbaum).
Fundó el sello Films de la Intemperie.
Como crítico, se desempeñó en el diario Los Andes, de Mendoza, y fue corresponsal de la revista Talía (dirigida por Emilio Stevanovich)


Conferencias, seminarios

Dio conferencias y recitales poéticos en once universidades de los  Estados Unidos y en numerosas entidades culturales y universidades de la Argentina sobre asuntos muy diversos: la democracia, el fútbol,  lenguaje y sociedad, humor y sociedad, etcétera.

Su seminario “Periodismo y literatura: El reportaje, secretos de profesión” lo dicta en escuelas de comunicación social y universidades.

Desde hace años viene trabajando sobre la confluencia de disertación, reportaje y teatro, en un nuevo género que denomina “Conferencia teatralizada” (en octubre del 2006, en la Biblioteca Nacional, realizó “Antonio Di Benedetto, sus días, sus noches, sus siestas. Y sus fantasmas”, con actuación de Juan Leyrado).  


Algunos premios y distinciones 

Como periodista, obtuvo el premio “Pléyade” (por su entrevista a Gabriel García Márquez, 1996). Y “Al maestro”, premio TEA (1996).
Como dramaturgo, ganó el Primer Premio Municipal de Teatro (Buenos Aires, 1991-1992), por su libro “Y ahora, la resucitada de la violenta Violeta” (escenificado con el título de “Violeta viene a nacer”).
Por su trayectoria como escritor y periodista, en el 2001 fue declarado Ciudadano Ilustre de Mendoza; y en el 2003 Ciudadano Ilustre de Luján de Cuyo, su lugar natal.




Poemas de 
Pautas eneras



1

Heme aquí:

de pronto solo,

arrinconado
de cuclillas en mí mismo.

He comprobado de repente
que a pesar de sus inmensas orejas
los hombres son sordos.
Yo les grito,
les hago señas,
pero ellos siguen caminando.
Indiferentes, me dejan a la vera de la vida.

…estoy ausente hasta de mi rabia:
quieto,
con los brazos
largos
de tanto apuntar al suelo,
callada la boca
los ojos cansados de buscar
y de luego retornar desencantados,
el corazón disponible
los labios inéditos.

…Joven apenas
algo niño aún, heme aquí:
casi afónico de sentimientos
de tanto gritar callado,
cansado de estar cansado
y temo que hasta de respirar.

Agotada mi saliva,
seco de lágrimas

…en medio de una muchedumbre
hecha a mi imagen y semejanza…





59

Qué bello
es mear de noche
después de una larga jornada
hacia los cuatro puntos cardinales:

mear a la intemperie
bajo las estrellas
con las piedras por testigo.

Plegaria con arena

¡Dios o lo que fuera!
no nos condenes
a ser arena y nada más
arena larga y sucesivamente.

Danos, al menos,
la posibilidad de sufrir

y de no creer en Ti.






El hermano de Dios

Dios está viejo.
¡Que venga el hermano, entonces
 –el hermano menor, se entiende–
porque, definitivamente,
Él no está para los presentes trotes.
Por lo demás, Señor Juez,
América latina
reclama un Dios con paciencia,
y en lo posible
de su misma generación.

¡Pobre Dios!

¡Pobre Dios!
¡Pobrecito!
Yo no quisiera estar en su pellejo.

No me explico
cómo se las va a arreglar
para ser justo

con los muchachos de este siglo
y con las muchachas
y con los niños;

sobre todo con esos niños
a los cuales no sé
si aún les queda
la posibilidad

de un padre carpintero.







Poesía/Plegaria Furiosa para las Madres Abuelas/Por Rodolfo Braceli
por Rodolfo Braceli

http://www.rodolfobraceli.com.ar/


Octubre se nos quedó atrás. Y nosotros muy entretenidos, excitados, como es costumbre anual, por el anuncio de los premios Nobel. Nunca terminamos de cicatrizar la frustración porque no lo consiguió una y otra vez y otra vez tampoco el sumo ciego, don Borges.
Este año, nos dijimos nuevamente: “A ver si ligamos”. Porque no hay caso, nos gusta, demasiado, ser campeones mundiales. ((Digámoslo bajito pero no dejemos de decirlo: aquí, el que no es campeón mundial de algo, es un pelotudo.))

Sigamos: el esperado Nobel de literatura no fue para Gelman, nuestro hondo Juan.
El muy esperado Nobel de la Paz no fue para las Abuelas de Plaza de Mayo. Otra vez será o no.
Gelman, poeta como es, seguirá crepitando, destripando palabras para que las palabras digan algo más.

Y nuestras porfiadas Madres Abuelas no le aflojaron, no le aflojan, no le aflojarán. Ya consiguieron devolverle la identidad a 102 seres que fueron robados al nacer por aquella dictadura que primero, tortura mediante, violaba las vidas. No le era suficiente. Después violaba las muertes, negando la identidad de la sepultura. No le era suficiente. Finalmente, además, como yapa atroz, afanaba criaturas de cuajo, arrancadas en el umbral del vientre.
Quedan por encontrarse alrededor de 400 secuestrados en su identidad. La no otorgamiento del Nobel a las Madres Abuelas, es una anécdota, un mero detalle comparado con el descubrimiento que ellas vienen haciendo, de cada identidad. Porque cada una es un parto, un nacimiento.
Estas mujeres prodigiosas nos vienen enseñando la ciencia de la paciencia.
Enseñando que la paciencia es lo contrario de la resignación.
Enseñando que la tan basureada memoria no es retroceso, porque semilla el futuro.
Tienen, ellas, el mejor optimismo, el optimismo de la memoria.
Entonces, si me permiten, ¡al carajo con el premio Nobel!
Y ya mismo descorcho y propongo brindis. Brindo por las Madres Abuelas que fueron la última cornisa de la dignidad en una sociedad, en su promedio, indiferente y digestiva.
Brindemos con el luminoso vino oscuro, con agua, con lo que haya: ¡Salud! ¡Huija!
Para acompañar el brindis retomo una plegaria al revés, de intemperie, que me nació como posdata de mi libro Madre Argentina hay una sola (Sudamericana, 1999)

--- . ---



– Permiso, Memoria. Permiso, Conciencia.
¿Qué sería de nosotros si Ellas, las Madres Abuelas, no existieran?
¿Qué quedaría de nosotros si Ellas no hubieran salido
a alumbrar la más eterna de las noches?
¿Qué sería de nosotros? ¿Qué?
¿Estaríamos de pie? ¿Estaríamos en cuatro patas?¿Estaríamos?

– Ellas nacieron para semillar semillas.
Ellas nacieron para resucitar lo desaparecido.
Ellas gritan con el alarido y gritan con el silencio.
Pueden desentenderse del hambre y del frío y del dolor.
Supieron, ellas, convertir a la intemperie en abrigo
y a la desgracia en linterna.

– Fueron la única la luz que atravesó aquella demasiada noche
impuesta por los dueños de la vida y de la muerte.
Ellas se tutean con el milagro
pero no esperan que caiga del cielo.
Una de dos: lo hacen o lo hacen, al milagro.

– Si el diablo mete la cola, no importa:
ellas siguen adonde iban.
Si Dios no baja, no importa:
ellas llegarán donde querían.
Ellas van, siempre van:
van cuando van y van cuando regresan.
Van hacia adelante, aunque giren:
ellas son la memoria del círculo.

– Ellas, al miedo, lo dejaron sin uñas sin dientes sin aliento.
Pueden, ellas, mirar la oscuridad sin un temblor,
y pueden mirarlo al sol sin bajarle la mirada.
Tenaces, porfiadas, tercas,
ellas son el templo andante
del último resto de locura que le queda al mundo.

– Salen, ellas, a sacudir a los que se esconden
en la abstinencia, en la distracción,
en el borrón y cuenta nueva.

– Salen, ellas,
a darle vuelta los bolsillos a la muerte.

– No necesitan brújula, ¡para eso sus corazones!
– No necesitan sol, ¡para eso sus corazones!
– No necesitan luz ni luna, ¡para eso sus corazones!
– No necesitan escudos, ¡para eso sus corazones!
– No necesitan pensar, ¡para eso sus corazones!
– No necesitan armas, ¡para eso sus corazones!

– Salen, ellas, a cara descubierta,
a buscar una arena en el desierto.
Y la lluvia les baja por pómulos hombros pechos vientres piernas.
Y el sol les seca pómulos hombros pechos vientres piernas.
Y tienen, ellas, olor a sí mismas.

– Pobrecitas y colosales, ellas.
– Desguarnecidas y huracanadas, ellas.
– Impacientes pero con cuánta paciencia, ellas.

– Llegado el caso
pueden voltear la pared y correr de lugar la pirámide
y más todavía:
pueden deletrear el desierto arena por arena
hasta encontrar la sílaba,
el rostro de la arenita que buscaban.
Y cuando la encuentran a su arenita
dicen hija mía, hijo mío,
y nada más dicen,
ya están abrazándose.

Camino se hace al andar, conciencia se hace al girar.
Si es rueda la Vida, rueda por ellas,
por sus corazones con paciencia.

– Así fue. Así es. Así será.
Pero, ¿por qué, por qué
ni de noche a ellas se les apaga el sol?

– Porque saben, ellas, pensar con el instinto.
Porque tienen, ellas, el optimismo de la memoria.
Porque ¡ya basta de acusar a la piedra, de la pedrada!

– Porque cuando llegue el momento de rajarle el vientre al Apocalipsis
(ese momento llegará, llegará…),
ellas, justamente ellas, serán las que hagan profundo el tajo.
No les temblará el pulso.
Y después del tajo, ellas, desde muy adentro,
le arrancarán una aurora,
al Apocalipsis.

– Entonces, acunarán al nuevo día,
le arrimarán el pezón y le darán de mamar.
Y la Vida no tendrá más remedio que continuar,
¡por ellas, las del vientre!
¡por ellas, esposas de la Vida!
¡por ellas, mujeres de la Vida!

– Permiso, Memoria. Permiso, Conciencia.
¿Qué quedaría de nosotros si Ellas, las Madres Abuelas,
no hubieran existido?
¿Qué quedaría de nosotros si Ellas no hubieran salido
a alumbrar la más eterna de las noches?
¿Qué hubiera sido de nosotros? ¿Qué?
¿Estaríamos de pie? ¿Estaríamos en cuatro patas? ¿Estaríamos?

– Sin ellas, los puntos cardinales
no serían cuatro, ni tres, ni dos, ni uno, ni nada.
Sin ellas, esta olvidadiza patria idolatrada,
sería un definitivo agujero con forma de mapa.
Sin ellas, de tanto tocar y tocar y tocar fondo
¡hubiéramos desfondado el abismo!!!




BETTINA BALLARINI [10.368]

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Bettina Ballarini
(Mendoza, ARGENTINA  1960) 
Ha publicado, entre otros títulos, "La cantina del alba", “Espacios que los pájaros pierden” y "Sin fundación mítica". Fue directora de la Escuela de Cine de Mendoza y de la Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo. Actualmente dirige la Editorial Jagüel.





Te escribo
                 A Bill Gates y Stephen Jobs

Escribo sobre miles
de cristales líquidos y sólidos
hago señales  
con  la huella digital
de mi dedo que se borra
y no deja
el delicado olor a rosas
de la caligrafía.

Escribo sobre cristales
cambiantes como el agua.

Solo un trazo eléctrico
nos reúne un momento

y no soy nadie, ni yo, 
más que este espacio sin espacio.
Y no eres quien responde
en hojas de lavanda.
Ni el otro.
Más espacio sin espacio.

Efímeros diagnósticos
del alma.

Quizá 
el problema del amor
ya no tenga problema.







Huir con un circo

Huir con un circo
o los gitanos
irme por los caminos
remontar la línea
del color y los anzuelos,
todos los barcos , el perfume
girando entre asechanzas
de la palabra
y de la vida
que a la par que mueren
renacen
en vahos de aliento
o en espasmo
de los pies
siempre desnudos.

¿Descubrirás ahora
la clave de mi silencio
cuando te miro?






ESTA MUJER
no comerá en la mesa de los dioses
ni lucirá el collar de algún rito.
Bajo su diaria ramada de chañar
decidirá
luces, sombras, tatuajes
para la lana áspera
que da el desierto.

Sus dedos van a repetir
la danza sigilosa
de siglos de colores
saltando al sol.

Urdimbre. Vertiente.

El telar crece por los ojos.

Hace lo necesario
su esperanza.






desayuno

Encendió temprano
la notebook
sobre su cama
edulcoró
el café con leche
lo revolvió
con la cucharita
abrió los mails
eliminó varios
bebió algo
de café con leche
y apoyó la taza
sobre el plato
mordió la medialuna
cliqueó
responder
y bebió otro sorbo
sonó su teléfono
inteligente
identificó el llamado
no respondió
solo el contestador
automático
adjuntó un archivo
y cliqueó
enviar
entró
a la red social
desconectado
revisó
su perfil
en la red profesional
actualizó
unos datos
cerró
el café con leche
y la medialuna
extrañó un cigarrillo
afuera hacía calor
no llovería
sonó un tuít
y fue
a cepillarse los dientes
con pasta blanqueadora
y me quedé esperando







avatar

Buscaría el silencio     aún
pero ahora soy toda
la selva
donde redobla el eco
de diásporas electrónicas del sol.

Si la sangre no fuera el secreto
más celoso de la historia.

Si ante las tropas del hambre
las almenas no se desplomaran de niños

Si no tuviera miedo y rabia
del miedo.

Si el amor no fuera el salto ileso
de la rebeldía.

Si el agua no escaseara.
Y el mundo dejara un espacio sin gritar. 










GOLGONA ANGHEL [10.369]

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Golgona Anghel 
Nació en Rumania y llegó a Lisboa, donde vive ahora, para estudiar Inglés y literatura contemporánea. Ha adquirido desde entonces un doctorado en este tema y es una profesora universitaria.

Libros de poesía desde 2000: 

Crematorio sentimental (2007), Como desaparecen (traducción de José Ángel Cilleruelo) (2011), He venido porque he pagado (2011), Lobos (con David Telles Pereira y Diogo Vaz Pinto) (2013).






No me interesa lo que
dicen los disidentes de la dictadura.
Pero confieso que me gustaban los chocolates Toblerone
que mi tía me traía en Navidad.

No creo en los presos políticos,
ni me impresionan los niños descalzos
que les muestran los dientes a las máquinas Minolta
de los turistas italianos.

No voy a pedir asilo.
Desconozco los avances
o retrocesos económicos de mi país.
Ya he hablado de Drácula lo bastante.
Ya recogí fresas en Andalucía.
Ya he sido gitana, ya he sido puta.
No necesitan volver a preguntármelo.

Lo que me preocupa —y, eso, sí puede ser relevante
para el fin de la historia— es saber
cuándo fue que me transformé,
yo que era una loba solitaria,
en este caniche de departamento que les habla ahora.

Traducido por Aníbal Cristobo 



Não me interessa o que
dizem os dissidentes da ditadura.
Mas confesso que gostava dos chocolates Toblerone
que a minha tia me trazia no Natal.
Não acredito nos detidos políticos,
nem me impressionam os miúdos descalços
que mostram os dentes para as máquinas Minolta
dos turistas italianos.
Não vou pedir asilo.
Desconheço os avanços
ou retrocessos económicos do meu país.
Já falei de Drácula que chegue.
Já apanhei morangos na Andaluzia.
Já fui cigana, já fui puta.
Escusam de mo perguntar outra vez.
O que me preocupa – e isso, sim, pode ser relevante
para o fim da história – é saber
quando é que me transformei,
eu que era uma loba solitária,
neste caniche de apartamento que vos fala agora?




NO ME GUSTA CONTAR LOS DESASTRES EN DETALLE... 

No me gusta contar los desastres en detalle
pero, si quieren, puedo escribir una lista con nombres y camas.

Soy muy capaz de mojarme el pie en la historia de la barbarie,
condecorar al miedo,
cortarme la mano con la que limpio las heridas
de una civilización que cae.

Puedo perfectamente
ir afilando el borde de la esperanza
con la flor blanca de un cancro.

Soy, en definitiva, este comediante callejero
que le sirve a los desconocidos,
en vasos pequeños,
la medida cierta de su agonía.
Descubre sueños
donde otros sólo encuentran conejos.
Hoy, por ejemplo, al quitarse los guantes,
vio que le faltaban dedos. 

Traducido por Aníbal Cristobo 



[I DON’T LIKE TO RECOUNT DISASTERS IN DETAIL]

I don’t like to recount disasters in detail
but, by request, I can write a list of names and beds.
I'm well able to indulge in barbaric history,
decorate fear,
cut my hand, which I use to clean
the wounds of a declining civilisation.
I can perfectly
keep sharpening hope’s blade
on the white flower of a cancer.
I definitely am that street comedian
who serves in small cups,
to strangers,
the right measure of their agony.
She discovers dreams
where others can only find rabbits.
For instance, today, as she took off her gloves,
she noticed she was lacking in fingers.

© Translated by Ana Hudson, 2012




[NÃO GOSTO DE CONTAR OS DESASTRES EM DETALHE]

Não gosto de contar os desastres em detalhe
mas, se quiserem, posso escrever uma lista com nomes e camas.
Sou bem capaz de molhar o pezinho na história da barbárie,
condecorar o medo,
cortar-me a mão com que limpo as feridas
de uma civilização em queda.
Posso perfeitamente
ir afiando o gume da esperança
com a flor branca de um cancro.
Sou, em definitivo, este comediante de rua
que serve a desconhecidos,
em copos pequenos,
a medida certa da sua agonia.
Descobre sonhos
onde outros só encontram coelhos.
Hoje, por exemplo, quando tirou as luvas,
viu que lhe faltavam dedos.

in Vim porque me pagavam, 2011




In insomnia’s reading room

In insomnia’s reading room,
when the rubbish truck is
the only answer to silence
and each instant is a lover
we kill in an opening and closing of legs,
I follow as an echo, down to the station,
the hurried step of the cleaning ladies.
For them, there’s no hell.  They just
avoid dreaming.
For us, the 837 bus destination will always be Calvary,
even if I pay for my ticket.
In the slow but sure horizon of an utopia-light,
I spend my days selling my third world
in international conferences and talks.
I show everybody my golden canine tooth,
my giraffe skin,
the bibliography in French.
I write the word empty
after the word waiting.
I lay my hands on my tired knees.
Clean
but badly dressed,
 – look –
I’m the new model for failure.




Na sala de leitura da insónia

Na sala de leitura da insónia, 
quando o carro do lixo é 
a única resposta ao silêncio
e cada instante é um amante
que matamos num abrir e fechar de pernas,
acompanho em eco, até à estação,
os passos apressados das empregadas de limpeza.
Para elas, não há inferno. Simplesmente, 
evitam sonhar.
Para nós, o autocarro 738 irá sempre ao Calvário, 
mesmo se pago o bilhete. 
No horizonte lento mas seguro de uma utopia light,
passo o dia a vender o meu terceiro mundo
em colóquios e palestras internacionais.
Mostro a toda a gente o canino de ouro, 
a minha pele de girafa,
a bibliografia em francês.
Escrevo a palavra vazio 
depois da palavra espera.
Pouso as mãos sobre os joelhos cansados.
Limpa 
mas mal vestida,
- olhai –
sou o novo modelo para o fracasso. 

© Translated by Ana Hudson, 2011
in Vim porque me pagavam, 2011


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