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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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AILBHE NÍ GHEARBHUIGH [18.340]

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Ailbhe Ní Ghearbhuigh

Ailbhe Ní Ghearbhuigh, poeta irlandesa que escribe en la lengua irlandesa. Nacida en Tralee, Condado de Kerry, en 1984, se graduó de la Universidad Nacional de Irlanda en 2005 con una licenciatura en irlandés y francés. Pasó un tiempo en Burdeos, Francia, antes de regresar a Irlanda para hacer un MA en irlandés moderno, de nuevo en Universidad Nacional de Irlanda. 

Se fue a Nueva York en agosto de 2007 para enseñar a los irlandeses con el programa Fulbright en el CUNY Instituto de Estudios de Irlanda y Estados Unidos en Lehman College en el Bronx. El Consejo de las Artes de Irlanda (An Chomhairle Ealaíon) le otorgó la beca de artista en 2008. Ha ayudado a traducir su propio trabajo en Inglés.

La primera colección de Ní Ghearbhuigh, Péacadh, se publicó en 2008. Se ha observado que, a pesar de que su tono general es optimista, muchas de las piezas más fuertes de la colección se caracterizan por una sensación desconcertante de la alienación y la conciencia de la naturaleza caprichosa del mundo. 

Su tesis doctoral, "Un Fhrainc Iathghlas? Tionchar na Fraince ar Athbheochan na Gaeilge, 1893-1922 "(UNI en Galway), ganó el Premio Adele Dalsimer para Disertación Distinguido en 2014. 

Bibliografía 

Péacadh (Coisceim, 2008)



Cuando Uno Se Desespera

 Hay algunos días cuando
– admitámoslo –
me canso de
unirme por su defensa
Me agoto de estar arraigado
aquí junto a su cabecera
Esta lengua
que ha sido violada,
estoy esperando que se recupere,
cuidando de ella, diligentemente,
deseándole que la Vida entre en ella de nuevo
Y cuando veo
sus huesos pudriéndose
calcificándose
Sé que
algún día
no quedará nada
sólo el polvo, mudo…
como yo – si pensamos en esto.


Laethanta Lagmhisnigh

Admhaím corrlá
bím traochta
dá cosaint os comhair an tsaoil
Bím bréan de bheith fréamhaithe
cois leapan
na teangan éignithe
seo
ag guí biseach uirthi
á faire go cúramach
ag impí beatha inti arís
Is nuair a chím
a c
ag cailciú
tuigim
ná beidh fágtha
lá éigin
ach smúit bhalbh . . .
ach an oiread liom féin.




When One Despairs

Some days, let’s admit it,
I tire
of rallying to her defence
I weary of being rooted
here by her bedside
this language
that has been violated
hoping she’ll come around
watching her assiduously
wishing the life back into her again
And when I see
her rotting bones
calcifying
I know that
one day
there will be nothing left
nothing but dust, mute . . .
like myself, come to think of it.



Un Tema de Cierto Pesar

No, no estoy tan deprimido que
me quedo
debajo del edredón
todo el día
– eso sería una exageración.
Sólo es que
mi ojo
me hizo feliz verle a usted,
Desconocido,
a quien dejé ahí
anoche.
Y esta mañana
en mi boca
hay un sabor de cerveza negra
– y el pesar.



Áiféilín

Nílim chomh duairc
go bhfanfainn
fén duvet
ar feadh an lae
sin áibhéil.
Níl ann ach gur
thug mo shúil
taithneamh éigin duit,
a stróinséir
is gur fhágas
im dhiaidh tú
oíche aréir
agus go bhfuil
blas pórtair
is áiféala
im’ bhéal
ar maidin.



A Matter of Some Regret

No, I’m not so depressed
as to stay
under the duvet
all day
That would be an exaggeration.
It’s just that
my eye
gladdened at the sight of you,
Stranger,
left behind
last night.
And this morning
there’s a taste of stout
and regret
in my mouth.

Translation from Irish into English:
Gabriel Rosenstock




Barrio Chino

Barrio chino
bullicio sin final
un sonido resaltó
entre los enredados sonidos
jalándome hacia
su súplica…
era un pescado
en una vasija poco profunda
pataleando
con mucha urgencia.
Una mujer que lo miraba
con ojos saltados
como los ojos del pescado,
alcanzando la orilla
sin esperanzas.



Herida

El Corrib* se desbordó
anoche
una poza debajo del Arco
el cielo amenaza esta mañana
y a mi casi me aplastan
en la luz roja del semáforo
un hombre de nariz aguileña
sentado en un pequeño muro,
dolor en sus ojos.
un cisne en sus brazos,
una bolsa negra la cobijaba,
una herida brillante es su blanco cuello.

*Corrib – un río en el condado de Galway, Irlanda




Chinatown

rírá síoraí Chinatown
éiríonn torann amháin
os cionn an chlampair
is meallann mé chuige
lena impí…
iasc a bhí ann
in árthach íseal
ag slup slaparnach
le hoiread práinne.
Bean á fhaire
a súile ar bolgadh
amhail súil an éisc
ag cur thar maoil
le neart gan feidhm.




Cneá

bhris an Choirib a bruacha
aréir
bhí tuile fén bPóirse
bhagair an spéir ar maidin,
is ba dhóbair gur deineadh leircín díom
ag solas tráchta dearg
bhí fear cromógach suite
ar bhalla íseal,
goin ina shúile.
ina bhaclainn, bhí eala,
sac dubh uimpi
is cneá dearg ar a muineál bán.




Chinatown

Chinatown
the racket’s neverending
one sound rose
above the jingle jangle
drawing me towards
its plea…
it was a fish
in a shallow vessel
slup-slopping about
with much urgency.
A woman watching it
her eyes bulging
like the eyes of the fish
bulging to the brim
helplessly.

Translation from the Irish: Gabriel Rosenstock



Wound

the Corrib* broke its banks
last night
a pool under the Arch
the sky threatened this morning
and I was almost flattened
at a red traffic light
a hook-nosed man sat
on a low wall,
hurt in his eyes.
in his arms was a swan,
a black sack around her,
a bright red wound on her white neck.

*Corrib – a river in County Galway, Ireland

Translation from the Irish:  by the poet herself.



_____

About the Poet:

Ailbhe Ní Ghearbhuigh’s first collection of poetry, Péacadh, was published in 2008.  She has read poetry in Montréal, New York, Paris and Baile an Fheirtéaraigh.  She was raised speaking Irish and English, but writes in Irish only as she thinks it’s a more exciting language.

_____

Traducciones del inglés en español /
Translations from English into Spanish:
Alexander Best  (“Cuando Uno se Desespera” y “Un Tema de Cierto Pesar”)
Lidia García Garay  (“Barrio Chino” y “Herida”/ “Chinatown” and “Wound”)

http://zocalopoets.com/category/poets-poetas/ailbhe-ni-ghearbhuigh/






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ALAN CLARK [18.341]

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Alan Clark

Poeta y pintor, Alan Clark divide su vida entre Maine en EE.UU. y México. Guerrero and Heart’s Blood fue publicado por Henning Bartsch (México, D.F.) Tiene también un poemario de 2010:  Where They Know.   Sus piezas del teatro incluyen:  The End of It, The Couch – The Table – The Bed, and The Beast – y fueron montados en EE.UU. y México.  En 2004 tuvo una exhibición de sus pinturas en Rockland, Maine en Farnsworth Art Museum – Sangre y Piedra.

Alan Clark is an artist and poet, dividing his life between Maine and Mexico. Guerrero and Heart’s Blood was published in Mexico City by Henning Bartsch. A book of poems, Where They Know, was published in 2010.  Clark’s plays –including adaptations of Guerrero and Heart’s Blood – include: The End of It, The Couch – The Table – The Bed, and The Beast;  these have been staged in the U.S.A. and in Mexico.  Blood and Stone:  Paintings by Alan Clark,was at the Farnsworth Art Museum, Rockland, Maine,in 2004.



La Lengua

Estoy “viviendo” tu leyenda sobre mi lengua
(es ésta la tierra santa en que vagaremos…)
Contigo…degustas como las palabras que me vienen,
esta lengua rastreando tus “dondes” más dulces,
y estas palabras hacen cosquillas en la garganta.
Pero está en tu piel que conozco lo que es
la adoración – la lengua, con franqueza, sobre
la piel de sal / sobre brazas de ti
(no bajo del agua sino en un nuevo aire de sal)
en que el universo – que es tú – ríe un “yo” para
bajarme más y más y inventir todas las palabras
que nunca te igualarán – la ola y “materia”
del cuento en el lenguaje de nuestro sueño
unido en nosotros…
Somos diosas y dioses del sudor,
del pecho, de las manos, y de los labios que
hablan solamente cuando no hay nada decir que:
Quede en en lugar oscuro donde están conocidos
tus muslos en lo de mi que está bastante liviano
para buscarte.


 La Lengua pintura de Alan Clark



La Lengua

I’m living out your legend on my tongue
(this is the holy land we’re wandering in)
with you tasting like the words that come to me,
this tongue tracking down your softest “wheres”,
these words tickling my throat.  But in your flesh
I know what worship is, tongue directly
to the salt skin and fathoms of yourself
(not under water, in a new salt air)
in which the universe of you is laughing me
to go down and down to make up all the words
that will never equal you, wave and matter
as the story in the language of our dream
together:  goddesses and gods of sweat,
of breasts and hands and lips that only speak
when there’s nothing left to say but:   Linger,
in the dark place where your thighs are met
by what of me is light enough to find you.




Dentro de Ti 

Puedo ver la materia prima de sombras
y como el barro se torne en una clase de luz;
que soy como un pez que debe nadar
dentro de un mundo donde se arremolinan la hierba del mar
mientras levantas las manos durante un día caluroso…
Me siento dentro de ti la verde pura de una planta que
se torna en el calor de un horno de sangre;
lo que está ni despierto ni durmiendo en
la concha de un otro día que promete
todo de sí mismo para expectativas no perladas…
El olor en tu animal, la flor de mi lengua de pavo real;
el diccionario de mis sentidos no deletreados como besos;  y
siempre – siempre – la libertad del cielo
recogiendo las plumas de un pájaro – tú – que
se monta los alientos cuando miran tus ojos que
pueden asegurar – por la ley rarísima – algo que
nunca viere alguien:
las balanzas de los arcos de iris breves
y la creación del mundo.



In You 

I can see what stuff shadows are made of
and how clay can become a kind of light,
how I’m like a fish who can’t not swim
into a world where the seagrass is swirling
when you lift up your arms on a hot day…
feel in you the raw green of a plant
being turned into heat in an oven of blood,
what lies not awake, not asleep inside
the shell of another day promising
all of itself to no pearl expectations…
smell in your animal, the flower
of my peacock tongue, the dictionary
of my senses unspelled as kisses, and
always, always, the freedom of the sky
gathering the feathers of the bird you are,
who rides the winds when your eyes behold,
who can claim by the strangest of laws
what no-one else could ever see:  the scales
of brief rainbows and the world’s creation.

Versiones en español / Spanish versions:   Alexander Best







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CHIARA MATRAINI [18.342]

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Chiara Matraini

Chiara Matraini (Lucca, Italia  4 de junio de 1515 - ibídem, 8 de noviembre de 1604) fue una poetisa italiana del Renacimiento.

Nacida en una familia de artesanos, enriquecida como tintoreros de la seda, la familia Matraini tuvo papel protagonista en las luchas políticas de la Lucca del Cinquecento, durante la rivolta degli straccioni; en 1532, uno de los hermanos de Chiara, Ludovico, fue decapitado, y, otro, Luiso, fue encarcelado, muriendo en prisión en 1535.

Chiara había contraído matrimonio con Vincenzo Cantarini, en 1531, y había tenido un hijo, Federigo. Viuda en 1542, y ya entonces conocida como poetisa, aunque nada había sido publicado todavía de su pluma, en 1547, se vio envuelta en un escándalo por sus reuniones alegres con jóvenes pisanos y con un tal Bartolomeo Graziani, quien sería finalmente asesinado por desconocidos. Tales reuniones testimoniaban su interés por el mundo literario de Lucca y Pisa, como documenta la cita de Ortensio Lando en 1552, quien la llama noble poetisa luquesa.

Finalmente, en 1555, se publicaron en Lucca sus Rime e prose; en 1556, publicó la traducción del A Demonico del Pseudo-Isócrates, dedicada a Julio de Médicis. Con posterioridad publicará diversas obras poéticas, religiosas y epistolarios, hasta su muerte en 1604, a la notable edad de 89 años.

Obra selecta

Rime e prose, Lucca, Busdraghi, 1555.
Orazione d'Isocrate a Demonico figliuolo d'Ipponico, circa a l'essortazione de' costumi, che si convengono a tutti i nobilissimi giovani: di latino in volgare tradotta, Florencia, Torrentino, 1556.
Meditazioni spirituali, Lucca, Busdraghi, 1581.
La lettere della signora Chiara Matraini e la prima e seconda parte delle sue rime, Lucca, Busdraghi, 1595.
Edición moderna en italiano[editar]
Rime e lettere, edición crítica de G. Rabbiti, Bolonia, Commissione per i testi di lingua, 1989.

Edición en español

Tres poetisas italianas del Renacimiento: Vittoria Colonna, Gaspara Stampa, Chiara Matraini. Traducción y prólogo de Luis Martínez de Merlo. Madrid: Hiperión, 1988. Edición bilingüe, que aporta una pequeña antología de las rimas de Matraini, junto a las otras dos citadas poetisas. ISBN 84-7517-233-4.



CHIARA MATRAINI

Mucha fama de excelente poetisa obtuvo Clara Cantarini, esposa de Matraini, á mediados de este siglo, si ha de darse fe al testimonio de Crescimbene{Stor. pág. 123) y de Quadrio (t. II, pág. 215). Tengo escasas noticias de su vida, y cuanto á sus obras sé que escribió unas Meditaciones cristianas, una oda á Dios, una vida de la Virgen, Cartas impresas en 1595, en Lucca, (donde parece que vivió constantemente) y gran número de poesías recogidas en la colección publicada por Gislito en Venecia, 1566. Tiraboschi (Tomo VII, pág. 1174) dice que sus Leltere y sus Rime se publicaron, después de su muerte, en 1595.

[ANTOLOGÍA DE POETAS LÍRICOS ITALIANOS
TRADUCIDOS EN VERSO CASTELLANO (1.200—1.889)
OERA RECOGIDA, ORDENADA, ANOTADA Y EN PARTE TRADUCIDA
POR Juan Luis Estelrich

PRIMERA EDICIÓN a expensas de la EXMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LAS BALEARES

PALMA DE MALLORCA ESCUELA-TIPOGRÁFICA PROVINCIAL año 1889]





FIERA YO SOY
DE ESTE LUGAR UMBRÍO

fiera yo soy de este lugar umbrío
que con la flecha en la mitad del pecho
huyo, triste, el final de mis pesares
y el cerco que me oprime lentamente.

Y cual ave que el fuego entre las plumas
siente arder, por lo cual volando sale
del dulce nido, mientras del incendio
huye, el fuego reaviva con las alas;

así yo al aura estiva entre las sombras,
volando a lo alto en alas del deseo,
busco escapar del fuego que me quema.

Pero cuando más voy de orilla a orilla
huyendo de mi mal, con fiero asalto
lenta muerte procuro al vivir corto.




ESTOS VIENTOS CONTRARIOS
Y TAN FIEROS

Estos vientos contrarios y tan fieros
que a las olas golpean en las rocas,
son cual de mi enemigo el gran orgullo
contra mi alto y mi firme pensamiento.

Y estas hórridas nubes tan sombrías,
donde la tempestad más se enardece,
son como mis congojas pesarosas,
contra mi paz guerreros desalmados;

y la cansada y débil navecilla
que trunca está de mástiles y jarcias,
sin timonel entre terribles ondas,

como mi alma afligida, y de su estrella
privada y separada de su anhelo,
cuando el cielo su luz al alma esconde.



O luci del mio cor

O luci del mio cor fidate e care, 
come da gli occhi miei vi dipartiste 
tacite, e nell’occaso vi copriste 
eternamente, senza mai tornare! 

Già non ponno veder più fosche, amare 
notti quest’occhi, o sconsolate e triste, 
di queste, ahi lassa, ch’al mio core apriste, 
turbando l’ore mie serene e chiare. 

Ben conobbi il mio duolo e ’l vostro caso 
(o speranze qui prese a’ nostri danni) 
ma chi può andar contr’al mortal suo corso? 

Piangete, occhi infelici, che rimaso 
altro non v’è che lagrime ed affanni, 
privi del vostro dolce, almo soccorso. 





Chiara Matraini, donna libera

Mai fuor di libertà, dolce né cara
cosa non fu né fia bella o gradita,
onde il buon Cato prima uscir di vita
volse, che servitute empia ed amara.

Felice quel ch’a l’altru’ essempio impara,
e la grazia di Dio larga e ‘nfinita
conosce, e gode anzi che sia partita
la sua tranquillità serena e chiara.

Io, da che sciolta e rotta la catena
sent’ond’io fui sì strettamente involta,
non fia già mai ch’io sia più per entrarve,

ch’ombre diverse e spaventose larve
mi son d’intorno al cor, con sì gran pena
qualor vi penso, ch’a fuggir m’han volta.






Chiara Matraini 

Selene è scesa fra noi, sedotta dalle bellezze di Endimione, e ci ha lasciato nell’oscurità. È tempo ormai che torni nel suo cielo, a illuminare gli uomini.

L’allegoria è trasparente: il mondo (o forse solo Chiara) è preda della passione,

ha bisogno di un’illuminazione, di una guida per superarla. La Luna può fornire questa guida, quest’aiuto, a patto però che abbandoni essa stessa le propensioni mondane, che ritorni ad essere Artemide da Selene che era (che guidi i suoi cervi, le propria attività, la propria vita, frenandoli, tendendoli dentro il cammino della virtù).

Ma nemmeno la Luna può farlo in autonomia: ha bisogno di un aiuto esterno, di un Sole (dell’ispirazione divina) che la guidi. Qui Chiara limita l’autonomia del femminile: non è vero, come pensava il Cariteo e come appartiene, per dire, a tutta la tradizione cortese, che a guisa di Luna, la donna possa condurre l’uomo sulla strada del bene e della virtù; perché ciò possa avvenire, è necessaria in qualche modo un’istanza superiore, la divinità sentita come maschile.

Di passata, si può notare la specularità col Cariteo: l’opposizione Endimione/Sole è omologa a quella Una/Luna. Ciò costituisce l’affermazione della dignità femminile, dell’autonomia di tale condizione, che è uguale, specularmente uguale, a quella maschile. Capace di amare e di farsi amare, di dover scegliere fra virtù e passione, di poter indurre la scelta altrui tra virtù e passione.

Ritorna, alma del del, candida Luna,
al primo giro tuo lucente e bella,
e con l’usato albor tuo rinovella
il diadema d’argento ch’or s’imbruna.

Lasc’ir per terra all’ombra atra importuna
l’amato Endimion, cacciando quella
fera che più gli piace, e di tua stella
eterni raggi alla tua fronte aduna.

Volgi i begli occhi al tuo divino Sole,
proprio oggetto di te verace e degno,
ponendo a’ cervi tuoi veloci il freno.

Rompi con saldo et onorato sdegno
ogn’empia nebbia e vil ch’oscurar vuole
il tuo lucido ciel chiaro e sereno.




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GIAN BATTISTA GUARINI [18.343]

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Gian Battista Guarini

Gian o Giovanni Battista Guarini (10 de diciembre de 1538, Ferrara - 7 de octubre de 1612, Venecia) fue un poeta, dramaturgo y diplomático italiano renacentista.

Nació en Ferrara, Italia, donde pasó sus primeros años. Su familia descendía de Guarino Veronese, linaje al que también perteneció el humanista y arquitecto Guarino Guarini. En 1557 se convirtió en profesor de poética y retórica de la Universidad de Ferrara. En 1564 se casó con Taddea di Niccolò Bendidio, fijando su residencia en Padua, como huésped de los Gonzaga. Fue miembro de la Accademia degli Eterei. En 1567 entró al servicio del Duque de Ferrara, Alfonso II d'Este, desempeñándose como cortesano y diplomático. En 1579 substituyó a Torquato Tasso como poeta de la corte, de quien fue amigo y antagonista. Realizó importantes misiones diplomáticas para esta corte tanto en Italia como en otros países de Europa. En 1588 dejó Ferrara definitivamente por sus desacuerdos con Francesco d'Este y se retiró con los suyos a la hacienda familiar, Villa Guarina.

Su hija Anna Guarini fue una de las tres mujeres del concerto di donne, las famosas cantantes virtuosas de la corte de Ferrara. Tuvo un fin trágico al ser asesinada por su propio esposo y su cuñado.

Cuando Guarini se jubiló en 1582 escribió su trabajo más conocido, Il pastor fido de 1590, una tragicomedia pastoral que se convirtió en una de las obras más famosas y traducidas de su época.

Los años finales de su vida, enturbiados por diversas desgracias familiares, los pasó en Roma, cada vez más retirado de la vida pública. Allí fue elegido príncipe de la Accademia degli Umoristi en 1611.

Guarini fue un representante típico del cortesano renacentista, ambicioso, orgulloso e inquieto, siempre en busca de honores y reconocimientos, pero dotado también de una aguda inteligencia, una vasta cultura y unas dotes literarias excepcionales.

Obra e influencia

Il pastor fido (1590).

Guarini escribió muchas obras de diversos géneros y materias (teatro, poesía, obras doctrinales). Entre las principales se encuentran:

L'idropica. 1583. Drama.
Il verato. 1588. Tratado polémico.
Il pastor fido [1]. 1590. Poesía.
Il segretario. 1593. Diálogo.
Il verato secondo. 1593. Tratado polémico.
Lettere. 2 volúmenes. 1593-96. Correspondencia.
Rime. Venecia, 1598. Poesía.
Compendio della poesia tragicómica. 1601. Poesía.
Trattato della politica libertà. Tratado político.

Il pastor fido (El pastor fiel) fue y continúa siendo su obra más famosa. Se trata de una tragicomedia pastoril escrita entre 1580 y 1583, pero publicada en 1590, que se hizo muy popular y se tradujo a muchos otros idiomas durante el siglo XVII, estableciendo pautas de comportamiento refinado y de galantería que duraron hasta finales del siglo XVIII.

No hubo ningún literato que tuviera mayor influencia que Guarini sobre la historia de la música italiana de los periodos renacentista y barroco. Sus poemas sirvieron de base a muchos músicos, como Giaches de Wert, Monteverdi o Luca Marenzio, para la composición de abundantes madrigales, seguidos solo en número por los de Tasso. El prolífico madrigalista Philippe de Monte llamó a una de sus colecciones Il pastor fido. Y en el catálogo de Antonio Vivaldi figura otra obra con la misma denominación (6 sonatas para flauta de pico y continuo, opus 13), aunque puede que fuesen otros quienes le asignasen tal nombre.

Su obra también tuvo decisiva y duradera influencia sobre los libretistas de ópera, hasta que fue desbancado por Metastasio ya entrado el siglo XVIII.

Puede que la obra de Guarini carezca de la profundidad emocional que tiene la de Tasso, pero refleja una gran vivacidad e ingenio, al tiempo que está dotada de una poderosa musicalidad intrínseca, que facilitaba enormemente su engarce con la música, de donde derivó su extrema popularidad, sobre todo en una época en la que los excesos sentimentales estaban ya pasando de moda.


[ANTOLOGÍA DE POETAS LÍRICOS ITALIANOS
TRADUCIDOS EN VERSO CASTELLANO (1.200—1.889)
OERA RECOGIDA, ORDENADA, ANOTADA Y EN PARTE TRADUCIDA
POR Juan Luis Estelrich

PRIMERA EDICIÓN a expensas de la EXMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LAS BALEARES

PALMA DE MALLORCA ESCUELA-TIPOGRÁFICA PROVINCIAL año 1889]



EL «PASTOR FIDO» 

FRAGMENTOS 

I

EXHORTACIÓN QUE HACE LINCO Á SILVIO PARA QUE DEJE LA CAZA Y SE OCUPE EN AMAR. 

Dime: si en esta tan alegre y bella
Estación, que renueva el mundo todo,
Vieses en vez de florecientes valles, 
De verdes prados y vestidas selvas
Estarse el fresno y el abeto y pino
Sin su usada frondosa cabellera,
Sin verdura los prados,
Sin flores los collados;
¿No dijeras tú, Silvio, el mundo ahora
Se merchita y desmaya?
Pues la sorpresa y el horror que entonces
De tan extraña novedad tuvieras,
De tí mismo la ten: diónos el cielo
Vida y costumbres á la edad conformes:
Y así como el amor nunca conviene
A pensamientos canos,
Así la juventud de amor contraria
Contrasta al cielo, y á natura ofende.
Mira en torno de ti: ¿ves la hermosura
Que adorna, Silvio, el universo ahora?
Ella es obra de amor: ama la tierra,
Ama también el mar, aman los cielos:
Aquella que allí ves luciente estrella,
Del alba precursora,
Bella madre de amor, de amores muere,
Y enamorada luce y enamora:
Mírala envuelta en esplendor y en risa;
Quizás en este punto el dulce seno
Deja del caro amante y sus delicias.
En bosques y florestas
Aman las fieras, y en las ondas aman
Las oreas graves, y el delfín ligero.
El pajarillo aquel, que dulcemente
Canta, y lascivo vuela
Ya del haya al abeto,
Ya del abeto al mirto,
Si espíritu tuviese, y voz humana,
Yo me abraso de amor, exclamaría.
Mas bien lo siente, y en su voz lo dice
Que su amada le entiende; y le responde:
A mí el fuego de amor también me inflama.
Brama el toro en el campo, y cuando brama,
Al blando juego del amor convida:
El león en el bosque
Ruge, y aquel rugido
Es solo de su amor dulce gemido.
Todo en fin ama, ¡oh Silvio! ¡oh Silvio sólo
En cielo, en mar y en tierra,
Será alma sin amor ni sentimiento!
¡Oh! deja ya las selvas,
Simple zagal

Traducción: Manuel José Quintana




II

CUENTA ERGASTO Á MIRTILO LA CAUSA DE LA PESTE CON
QUE DIANA DESOLABA Á LA ARCADIA 

Te contaré la dolorosa historia
De nuestros males, que arrancar pudiera
Llanto y piedad á las encinas duras,
No sólo á humanos pechos: en el tiempo
Que el sacerdocio santo era obtenido
Por jóvenes también, hubo un mancebo,
Noble pastor, y Sacerdote entonces,
Llamado Aminta; el cual amó á Lucrina,
Ninfa gentil á maravilla y bella,
Pero soberbia á maravilla y falsa,
Mostróse ella gran tiempo agradecida,
Ó lo fingió con vanas apariencias,
Al puro afecto del amante joven,
Y sustentóle de esperanzas falsas,
Mientras que el infeliz rival no tuvo.
Mas no bien fue de rústico mozuelo
Mirada la inconstante, cuando al punto,
Sin defenderse á su primer suspiro,
Al nuevo amor abandonóse toda,
Antes que el mal se sospechase Aminta.
¡Mísero Aminta! que esquivado luego
Fue, y despreciado tanto, que ni verle
Ni escucharle jamás quiso la impía
Pues como al fin tras el amor perdido,
Quejas también y lágrimas perdiese,
Vuelto, rogando á la gran diosa: «¡oh Cintia!
Dijo, si ya con inocentes manos
Y puro corazón el sacro fuego
En tu altar encendí, venga la llama
Que la pérfida ninfa en mí ha vendido.»
Oyó Diana el llanto y las plegarias
Del fiel amante, su ministro amado:
Pues respirando en la piedad la ira,
Acrecentó la cólera, y cogiendo
El arco omnipotente, lanzó al seno
De la mísera Arcadia inevitables
Y ocultos dardos de espantosa muerte.
Sin piedad, sin socorro perecían
Gentes de toda edad, y de ambos sexos:
Era tarda la fuga, el arte inútil,
Vano el remedio; y antes que el doliente,
El médico infeliz morir solía.
Una sola esperanza en tantos males
Quedó, y fue el implorar su auxilio al cielo:
Consultado el oráculo, respuesta
Dio, clara sí, pero funesta y triste:
Que Cintia estaba airada, y aplacarse
Sólo pudiera si la infiel Lucrina,
Ú otro de nuestra gente en lugar suyo,
En holocausto presentado fuese
Por las manos de Aminta á la gran diosa.
Ella en vano lloró, y esperó en vano 
De su nuevo amador ser socorrida:
Que al fin, llevada con solemne pompa,
Fue miserable víctima á las aras:
Donde á los pies de su ofendido amante,
A aquellos pies de quien seguida en vano
Ya tanto fue, las trémulas rodillas
Dobló, esperando su infelice muerte
Del mancebo cruel. Aminta entonces,
Intrépido desnuda el sacro acero,
Y en su rostro inflamado parecía
Que el furor y venganza respiraban.
A ella vuelto después dijo, lanzando
Un gran suspiro, anunciador de muerte:
«Aprende en tu miseria, infiel Lucrina,
Cual amante seguiste, y cual dejaste;
Contempla en este golpe.» Al decir esto
Clavó el cuchillo por su mismo seno,
Y cayó sin aliento en brazos de ella,
Víctima y sacerdote á un tiempo mismo.
A tan fiero espectáculo pasmóse
La mísera doncella; pero al punto
Que recobró la voz y los sentidos
Dijo llorando: ¡Oh fiel, oh fuerte Aminta!
¡Oh amante, que tan tarde he conocido,
Y me has dado muriendo vida y muerte!
Si fue culpa el dejarte, ora la enmiendo
Eternamente uniéndome contigo.
Y esto diciendo, desclavó el cuchillo
Teñido aún con la caliente sangre
Del tarde amado enamorado pecho,
Y atravesando el suyo, moribunda
Sobre Aminta cayó, que aun no bien muerto
De aquel golpe fatal suspiraría.
Tal fue de ambos el fin

Traducción: Manuel José Quintana



III

CORISCA 

¿Quién ha visto jamás, ni quién ha oído
Más extraña pasión, más importuna,
Ni más loca también? ¿Quién en un pecho
El odio á un tiempo y el amor unirse
Con temple tan sutil, que uno por otro
Se dilata y estrecha, y nace y muere?
Si desde el pie gallardo hasta el semblante
Miro yo la belleza de Mirtilo;
Si sus modales y su hablar contemplo,
Y su hermoso ademán, y sus miradas,
Me asalta amor con tan violento fuego,
Que toda yo me abraso, y me parece
Que vence esta pasión todas las otras.
Mas si después contemplo el obstinado
Amor que tiene á otra mujer, y pienso
Que de mí no se cura, y que por ella
Desprecia mi beldad idolatrada
De mil almas y mil, tanto le esquivo,
Y le aborrezco tanto, que imposible
Se me hace haberle alguna vez amado,
Y que ardiese por él el pecho mío.
Me digo así tal vez: ¡oh si pudiese
Gozar de mi dulcísimo Mirtilo,
Tal que yo sola le tuviese, y nadie
Le poseyese nunca! ¡Oh más que todas
Feliz Corisea! Y en aquel momento
Un ímpetu en mi seno se despierta,
Y hacia él tan dulcemente me arrebata,
Que á sus huellas seguir, y á suplicarle,
Y á descubrir el corazón camino.
¿Qué más? así me punza este deseo,
Que si pudiera ser le adoraría.
Por otra parte me revuelvo y digo:
¡Un soberbio, un esquivo, un desdeñoso,
Uno que á amar otra mujer se atreve,
Un hombre que me mira y no me adora,
Y así de mi semblante se defiende
Que no muere de amor! ¡Yo que debía,
Como á tantos he visto, verle ahora
Abatido y lloroso á los pies míos,
Abatida y llorosa á los pies suyos
Podré verme caer! Y en esta idea
Ira tal, y tal cólera concibo
Contra él, y contra mí, por haber vuelto
A mirarle la vista, el pecho á amarle;
Que odio más que la muerte el amor mío,
Y el nombre de Mirtilo, y le quisiera
Ver el más infeliz, más afligido
Pastor que hubiese; y si le viera entonces,
Con mis manos allí le mataría.
Así el odio y amor, ira y deseo
Se combaten á un tiempo; y yo, que he sido
La llama de mil almas hasta ahora,
Y el tormento de mil, ardo y suspiro,
Y pruebo en mi dolor el mal ajeno.
Yo, que allá en la ciudad por tanto tiempo
De amantes gentilísimos servida
Fui siempre insuperable, y burlé siempre
Todas sus esperanzas y deseos;
Ya de un rústico amor, de un vil amante,
De un zagalejo humilde soy vencida.
¡Oh Corisea infeliz! en este punto
Si desprovista de amador te vieras,
Di: ¿qué fuera de tí? Dime, ¿qué harías
Para calmar tu enamorada rabia?
Aprendan á mi costa hoy las mujeres 
A conservar y á acumular amantes.
Si ni otro bien ni pasatiempo alguno
Que el amor de Mirtilo yo tuviese,
¡Cierto que rica de galán me viera!
Mil veces simple la mujer que á un solo
Amante llega á reducirse: ¡oh! nunca,
Nunca tan necia se verá á Corisea.
¿Qué es constancia? ¿qué es fe? fábulas vanas,
Nombres imaginados por zelosos
Para engañar las simples doncelluelas.
La fe en el pecho de mujer, si acaso
Fe en hembra alguna aposentarse puede,
No es bondad, no es virtud; es una dura
Necesidad de amor, ley miserable
De menguada beldad que ama á uno solo,
Porque amada de muchos ser no puede.
Mujer bella y gentil, solicitada
De muchedumbre de amadores dignos,
Si á uno se acerca, y los demás despide,
Ó no es mujer, ó si es mujer es necia.
¿Qué vale la beldad cuando no es vista,
Y si vista no amada, y si es amada
Amada de uno solo? que en el mundo
Cuanto más dignos y frecuentes sean
De una mujer los amadores, tanto
La fama crece y alabanza de ella,
Y su esplendor y gloria se aseguran
En tener muchos. Las discretas damas
Así vivir en las ciudades suelen;
Y las que son más bellas y más grandes
Con mayor libertad: siempre es entre ellas
Despedir un amante gran locura:
Hacen muchos así, lo que uno solo
Quizá no hará: quien para dar es bueno,
Quien á servir, quien á otro cosa es útil;
Y sucede tal vez que sin saberlo 
Lanza el uno los zelos que dio el otro,
Ó los despierta en el que no los tuvo.
De esta manera en las ciudades viven
Las mujeres ilustres, donde un día
Yo aprendí el arte del amor, guiada
De mi espíritu mismo, y del ejemplo
De una dama gentil que me decía:
Es preciso tratar á los amantes
Cual si fuesen vestidos: tener muchos,
Uno ponerse, y remudarlos todos:
Que el largo conversar causa fastidio,
Y el fastidio desprecio, y odio al cabo.
Es grande error, Corisea, que una dama
Llegue su amante á fastidiar; tú cura
De que aquel que soltares, salga siempre
Quejoso, y no cansado. Y así siempre
He procedido yo: gusto tenerlos
En grande copia, entretener los unos
Con los ojos, los otros con las manos;
Pasar al pecho el que mejor me agrada,
Y al interior del corazón ninguno.
¡Mas ay! que de esta vez yo no sé cómo
Ha venido Mirtilo, y me atormenta
Tanto, ¡infeliz! que á suspirar me obliga,
Y á suspirar de veras: y negando
A mis cansados miembros el sosiego,
También yo aprendo á desear la aurora,
Tiempo oportuno á los amantes tristes.
Y heme por esta selva solitaria
Andar buscando la adorada huella
De mi enemigo. ¿Qué te harás, Corisea?
¿Le rogarás? el odio no lo quiere,
Aunque lo quiera yo: ¿le huirás? Ni aquesto
Lo consiente el amor, aunque debiera
Tal vez hacerlo así. ¿Pues qué resuelves?
Las súplicas primero y los halagos 
Abrirán el camino, y descubierto
Le ha de ser el amor, mas no la amante:
Si esto no basta, acudiré al engaño;
Y si ni este tampoco, memorable
Venganza hará la cólera

Traducción: Manuel José Quintana



IV

EL SÁTIRO

Cual hielo á plantas, sequedad á flores,
A ciervos red, á paj arillos liga,
Granizo á espigas, y gusano á trigo,
Así contrario amor fue siempre al hombre;
Y quien fuego le dijo, conocía
Su natural tan pérfido y malvado:
Pues si el fuego se mira, ¡oh cómo es bello!
Y si se toca, ¡oh qué cruel! El mundo
Más espantoso monstruo no conoce:
Como fiera devora, y como acero
Punza y traspasa, y como viento vuela;
Y donde afirma la imperiosa planta
Toda fuerza y poder cede á su fuerza.
No de otro modo amor, que si le miras
Ya en bellos ojos, ya en cabellos de oro,
]Oh cuál gusta y deleita! ¡oh cuál parece
Que sólo paz respira y alegría!
Mas si te acercas mucho, y si le pruebas,
Si comienza á bullir, y luego crece,
No tiene tigre Hircania, ni la Libia
León tan fiero ó pestilente sierpe,
Que en fiereza le venza ó se le iguale:
Crudo más que la muerte y que el infierno,
Contrario á la piedad, ministro de ira,
Y finalmente amor de amor desnudo.
¿Mas para qué hablo de él? ¿por qué le culpo?
¿Es él la causa de que el mundo ahora
Amando no, más delirando peca?
¡Oh femenil perfidia! á ti se impute
De la infamia de amor toda la culpa.
De ti sola, y no de él, viene y se engendra
Cuanto de duro y de malvado tiene:
Pues él de suyo blando y apacible,
Al punto pierde su bondad contigo.
Tú no le dejas penetrar al pecho,
Y de pasar el corazón las vías
Le cierras todas: por defuera sólo
Le adulas y le halagas; y es tan sólo
Tu cuidado, tu pompa y tu deleite,
De un afeitado rostro la corteza.
No son tus obras ya, ni ya te empleas
En pagar con tu fe la fe de amante,
En luchar en amar con quien te ama,
Hacer de dos un corazón tan sólo,
Y en una voluntad unir dos almas.
Pero te ocupas en teñir con oro
Un cabello insensato, ornar la frente
Con una parte del envuelta en nudos,
Y lo demás en red entretejido
Prender el corazón de mil incautos.
¡Oh cuan indigno á un tiempo y fastidioso
Es el verte tal vez con los pinceles
Pintarte las mejillas, y las faltas
De natura y del tiempo andar borrando!
¡Hacer se torne en púrpura brillante
La triste amarillez, blanco lo negro,
Las arrugas lisura, y un defecto 
Quitar con otro, y aumentarle acaso!
Y esto es nada, aunque tanto: son iguales
A las obras, costumbres y caricias.
¿Qué cosa tienes tú que no sea falsa?
Si abres la boca, mientes: si suspiras,
Mentido es este suspirar: si mueves
Hacia alguno los ojos, la mirada
Es mentida también; todos tus actos,
Todo ademán, y lo que en ti se mira,
Y lo que no se mira, hables ó pienses,
Andes ó llores tú, cantes ó rías,
Todo es mentira, y aun aquesto es poco.
Vender más bien á quien mejor se fía;
Al más digno de amor amarle menos;
Y aborrecer la fe más que la muerte:
Tales las artes son que hacen tan crudo
Y tan perverso á amor. Tuya es la culpa,
¡Oh pérfida mujer! de sus delitos;
Ó lo es más bien de quien de ti se fía.
En mí la culpa está, que te he creído,
Corisea perfidísima y malvada,
Aquí tan sólo por mi mal venida,
De las regiones lujuriosas de Argos,
Donde la liviandad tiene su imperio.
Mas tú finges tan bien, y eras tan diestra
En mentir tus costumbres y palabras,
Que con las más honestas ora unida
La fama del pudor anda contigo.
¡Oh cuánto afán he sostenido! ¡oh cuántas
Ignominias por ella! ¡oh cómo ahora
Me arrepiento de todo, y me avergüenzo!
Aprende, incauto amante, de mi pena
A no adorar cual ídolo un semblante:
Que la mujer idolatrada es cierto
Un numen infernal: de su belleza
Se lo presume todo, á fuer de diosa
Sobre ti, que te humillas, elevada,
Como cosa mortal te tiene en menos:
Que ser por su valor ella se cree,
Lo que la finges tú por tu vileza.
¿Para qué tanta esclavitud y tantos
Ruegos, suspiros, llantos? Estas armas
Úsenlas, sí, los niños y mujeres,
Mas nuestros pechos, aun amando, sean
Fuertes y varoniles: hubo un tiempo
En que pensaba yo que suspirando,
Y llorando, y pidiendo, en pecho de hembra
La llama del amor se despertase.
Ora lo advierto, erré: que si ella tiene
El corazón de pedernal, es vano
El intentar con lágrimas suaves,
Ó con el blando aliento de un suspiro,
Hacerle echar centellas, si el acero
De un rígido eslabón no le combate.
Por tanto deja el suspirar y el llanto,
Si el logro quieres de tu amor, y si ardes
Con fuego inextinguible; allá en el seno
De ese tu corazón más escondido
Tu afecto oculta, y ejecuta á tiempo
Lo que natura y el amor enseñan.
Pues la virtud de la modestia sólo
En el semblante la mujer lo ostenta,
Y es grande error el que al tratar con ella
La tengas tú jamás; pues aunque tanto
La usa con los demás, consigo usada
La tiene en odio, y en su rostro quiere 
Que la mire el amante, y no la emplee.
Con esta ley tan natural, si amares,
Tendrás gusto en tu amor: no ya Corisea
A mí me encontrará tierno y rendido,
Sino fiero enemigo, que con armas
De un hombre de valor, no femeniles,
En crudo asalto la herirá. Dos veces
Cojí ya esta malvada, y no sé cómo
Se me fue de las manos; mas si llega
Por la tercera vez al mismo paso,
Ya yo la pienso asegurar de modo
Que escapar no podrá. Por estas selvas
Suele á veces vagar, y yo venteando
Como sagaz sabueso, ando tras ella:
¡Oh que terrible estrago y que venganza
Si la cojo he de hacer! Yo haré que vea
Que llega alguna vez á abrir los ojos
El que fue ciego, y que por mucho tiempo
No ha de vanagloriarse en sus perfidias
Una mujer sin fe y engañadora.

Traducción: Manuel José Quintana



V

AMARILIS

¡Oh Mirtilo, Mirtilo, vida mía!
Si vieses por ventura,
Cómo palpita el corazón ardiente
Que llamas roca dura,
Tú lo compadecieras,
Y no piedad rendido le pidieras.
¡Oh, cuánto somos desgraciados, cuánto!
¿Qué dicha el ser amado te daría?
¿Qué bien supremo ser tan tierno amante?
¿Por qué, fortuna impía,
Separas tú los que el amor constante
Debiera unir? Y tú ¿para qué juntas
Ciega pasión, los que apartó el destino?
¡Oh dichosos aquellos
A quienes señaló naturaleza
Por ley sola de amor, amor divino!
Ley humana implacable,
Que das por pena del amor la muerte!
Si es el pecar tan dulce
Y el abstenerse tal virtud, amable
No eres, naturaleza, ni perfecta,
Pues repugnas su ley. ¡Oh ley odiosa,
Que tanto te lastima al reprimirte!
Mas ¡qué! no la amorosa
Pasión inflama al que la muerte huye.
Pluguiese al cielo que la muerte sola
Fuera á mi falta la debida pena.
Honestidad santísima, cadena
Que un alma bien nacida
Respeta siempre cual sagrado numen,
Esta pasión querida
Que he destrozado con el duro acero
De tu rigor, á ti yo la consagro,
Del corazón despojo lastimero.
Tú, Mirtilo, perdona, vida mía,
A quien sólo es cruel cuando piadosa
No puede ser, perdona á la que es tuya
En las palabras enemiga impía,
Mas en su blando pecho oculta amante.
¿Quieres venganza? Ya la tienes. Ese
Fiero dolor que sientes penetrante
Es, más que tuyo, mío. Tú mi vida
Formas, tú eres mi aliento, 
Aunque contrasten nuestro amor la tierra
Y el alto firmamento;
Así, siempre que lloras mi quebranto,
Esas lágrimas tuyas son mi sangre,
Tus suspiros mi alma, y esas tristes
Penas que gimes tanto
No son tormentos tuyos, que son míos,
Y á mí me despedazan más impíos.

Traducción: Manuel María de Arjona.



LA BELLEZA

De su gentil belleza haciendo alarde,
Enamorada de su rico velo,
Al apacible brillo de la tarde
Una soberbia rosa se miraba
En el limpio cristal de un arroyuelo.
De repente la brisa impetuosa
Sopló atrevida, y de la frágil rosa
Arrebató en vertiginoso vuelo
La corola fugaz, que el arroyuelo
Arrastró en su corriente.
Tal es de la Beldad la triste historia,
La infortunada suerte:
Brilla un instante, y cambíala en escoria
El soplo de la muerte.

Colombia
                       Traducción: Rafael Tamayo





A UN JILGUERO

¡Oh cuánto es á la tuya parecida
Esta mi triste vida!
Tú preso estás, yo preso; 
Tú cantas, y yo canto,
Tú simple, yo sin seso,
Yo en eterna quietud y tú travieso.
Música das á quien tu vuelo enfrena,
Música doy, aunque á compás del llanto,
A quien me tiene en áspera cadena.
En lo que es diferente
Nuestro estado presente
Es en que tú, jilguero,
Vives cantando, y yo cantando muero 

Traducción: Pedro Soto de Rojas 



IL PASTOR FIDO

In lingua Napolitana.

DI DOMENICO BASILE.

IN NAPOLI
Per Egidio Longo. 1628
Con licenza de' Superiori.
Imprimatur

Iacobus Terragnolus Vic. Gen.

Aloysius Riccius Can. deput.

Franciscus de Claro Can. Dep.

A LI QVATTO
DE LO MVOLO

De Napole.

Me venne capriccio sti mise arreto de componere lo Pastore fido de lo Caualiero Quarino à la lengua nostra Napolitana: E tanto haggio scacamaronato, scassato, postellato, agghiunto, e mancato, che pè gratia de lo segnore Apollo songho arreuato à puorto, e ll'haggio scomputo. Pò penza, repenza, fantastecheia, e torna à penzare à chi lo voleua donare; haggio concruso, che buie ve lo gaudite. Ed a chi meglio se poteua fare sto presiento autro ch'a buie, che site li chiù antiche de Napole, e ve gaudite nà Cetate tanto bella, Nobele, e Ricca, che cò granne ragione se chiamma Regina dell'aute Cetate Mparatrice de le Prouinzie. Napole capo de Regno, Giardino de tutto lo munno, vuocchie deritto de tutta la Talia che puozze sempre auonnare comm'auonnaua la tauola de Cullo Romano. Ruga, Iermano, e chillo che lo chiammano Peccione d'Agnano. Donca à buie sia fatto sto presiento, Raccordannoue, che se nge fosse quarchuno (commo non gne ne mancaranno) che borrà fare de lo bello ngiegno, e deciarrà ch'è buono, ch'è tristo; le potite da parte mia fare à sapere (comme cò la presente facciano) cha chillo, cha fatta stà fatica la fatta pe gusto suio e non s'è piccato maie de poeta, ne ncè, e se ncè fosse manco nge vò essere. Tanto chiù ca le sona no vespone nè la recchia de na noua venuta da Parnaso, che lo segnore Apollo vò, che se fraueca la casa de la gnorantia, e chisse che banno cenzoranno, haueranno da seruire pè parrelle à carreiare prete, e cauce: Auzateue da stò nietto segnure Poete mieie care; e con chesto segnure Quattro zoè vuie che state ncoppa à la fontanaue soschiauo, e se non è lo duono comme meretate; pegliatene lo buono ammore, mpromettennoue aurte compeseziune Napolitanesce piacendo à lo Cielo, e se no sgarro la via de la fontana d'Alecona. Una sola cosa v'allecordo, e me nne farrite nò gran piacere, e à buie sarrà manco fastidio. Quanno senterrite chisse magnifice (cchiù male lengue che Poete) pè farele schiattare, no le date aodientia, ne le respondite, ma facite nfenta de nò l'hauere sentute pe lo fruscio dell'acqua,

Da Napole lo mese de Iennaro.

1628.

DE MATTIO BASILE

O che gusto aggio figlio
De sso componemiento
Ch'aie fatto a lengua nostra
Benedetta la penna co lo nchiostro
Che te farranno ardito chiù de iglio,
Canta Vasile figlio.
Che singhe beneditto a braccia stese
Canta cà sulo si, no nc'è cortese.



L'ARRVRE DE LA STAMPA.

Lautore se remette a la beuegnetate de chi legge, sulo ve racorda che a la scena de lo terzo atto, che accommenza ò primma vera bella nce trouarite uno vierzo lungho vole essire dui verzette picciole.

OPERE DA STAMPARE

Lo dottore a lo sproposito. L'ospitale de li pazze. La casa de la ngnorantia. La defenzione de li Poeta Napolitane contro Troiano Boccalino; e Giulio Giulio Cesare Caporale n'anzi ad Apollo.

ATTO PRIMMO

SCENA PRIMMA

Siruio, e Linco.

Sir. Iate vuie, che nzerrasteuo.
La spauentosa fera, a dà lo signo
Cà volimm'ire à caccia; su scetate
Ll'vuocchie, e li core à suono de sto chuorno.
Se mai fù pè Porchiano
Pastore nnammorato de ssa Dea,
Che se sentesse pizzecare mpietto,
De fracassare sirue, e mmassarie,
Veccone ccà no piezzo.
Hoie me pozzo auantare
D'hauere sempre appriesso
Lupe, e puorce saruateche de spanto,
A tantillo de luoco;
Che borria fa s'hauessemo chiù largo.
Chillo Puorco nmarditto,
Spauiento de natura, co le sanne;
Chillo crudo, e feroce
Quanta case ha scasate
Se sape buono pe sti commecine:
Roina de campagne,
Paura de Befurche. Iate adonca.
Non solo ve spedite,
Mà ngioriate ancora
Co chisso chuorno la Signora Frora.
Nui, Linco priesto à onorà li Dieie,
Trouammo na via bona,
Comme auimmo farnuto iammo à caccia;
Ca chi buono accomenza hà miezo fatto,
Nò perzò, che lo Cielo nce consenta.
Lin. Lo llaudo Signor ssì, ire a li Dieie,
Ma dà fastidio à chille,
Che guardano lo luoco, no lo llaudo,
Tutte dormeno ancora.
Quanta songo à lo Tempio, è non hanno
Chiù tempestiuo, e chiù priesto lo Sole,
Autro, che da lo muolo.
Sir. E Fuorze à chi? lo suonno sempre all'vocchie,
Ogne ncosa le pare matarazzo.
Lin. O Siruio, Siruio, ed à che si arredutto.
Mò che ssì figliulillo,
Shiore de la bellezza,
Ianco comm'à no iglio.
E la scarpise, e no nne vuoie fà cunto?
Eh se fosse la mia ssà così bella
Facce saporitella,
Couernateue sirue diciarria,
Appriesso à nautra caccia
Me vorrià arreposa sta negra vita;
Sempre me vorria stare nfesta, è niuoco
La stat'allombra, e lo vierno a lo fuoco.
Sir. Ente belle conziglie,
E te si stato saudo?
La lammia se canosce ca và a bela.
Lin. Autre tiempe, autre ntriche,
Se fosse Siruio affe ca lo farria.
Sir. Ed io se fose Linco,
Mà perche songo Siruio,
Nò ne voglio fa niente, haie ntiso buono?
Lin. A fraschetta nò gnì tanto lontano
Cà puoi perecolare,
Se vuoie na fera vi call'aie vecino
Manza comme na pecora.
Sir. Dice da vero Linco? è tu mme burle?

Lin. Vuoie burlà tù, no io,

Sir. Ed è cossì becino?

Lin. Quanto tu da te stisso.

Sir. A quale Serua stace?

Lin. Tu si la serua, Siruio,
E sai qual'è la fera, che neè dinto?
Sì tu, che nò hai pietare.
Sir. A' mò che ll'aggio ditto, ca si pazzo;

Lin. Na Ninfa à cossì bella, e gratiosa;
Ma che Ninfa diss'io, anze na Dea?
Chiù fresca, e chiù bezzosa,
De lladdorosa Rosa
Chiù tennerella, e ghianca de lo Zinno.
Ped'essa nò è Pastore
Nfrà Nuie, che nò ne chiagna, e nò nsospira
Ma sospira à lo viento.
Pe te stò maccarone va a lo caso.
A tene è destenata
Mo, nnuno punto, sempre che la vuoie.
Nò mmierete d'auere ssò morzillo
Dinto a ssi diente; nò foir Siruio
Dì perche la despriezze, si ch'aie core,
Ma non de fera, anze si tutto fierro.
Sir. Io che nò insenta ammore, sò de fierro,
Linco, chessa è bertute, nò me pento,
Che stia dinto à sto core, sò contente
Si cò essere crodele venco ammore,
Sò d'isso chiù Segnore.
Lin. Dimme quanno llai vinto?
S'ancora nò t'hà tinto.
Sir. Llaggio vinto, perche mme sò arraffato.

Lin. Se na vota se nzecca, Messè Siruio.
Se sapisse na vota;
Comm'è fatto st'ammore,
Fuorze t'accostarisse à quarche Ninfa
E chella puro à tene.
Bene mio dicerrisse,
Ch'allegrezza hauerrisse,
E commo si benuta tanto tardo;
Lassa lassa ssè sirue,
Fuile ssè fere fraschettone, ed amma.
Sir. Ma ca chiagnie, che ffai?
Ciento de ssè caiotele darria
Pe na quaglia cacciata da Presutto;
Chi hà gusto de ss'ammore se lo tenga,
Io pe mè tanto no lo senta niente.
Lin. Nò siente ammore, e bbè che senterraie?
Tutto lo munno chesto sulo sente;
Crideme muccosiello,
Lo senterraie a tiempo,
Che sarà male tiempo.
Nò lo canusce buono sso figliulo,
Sà fare quarche schizzo,
Dillo a sto fusto, vasta.
Nò è chiù gran ndolore,
Quanno a n'hommo de tiempo vene ammore.
La chiaia quanno è bbecchia nò sperare,
Sia chi se voglia no la pò sanare.
Ma s'à no giouello ammore pogne,
Ammore puro l'ogne.
Se le dace dolore,
Lè dà speranza ancora,
Se pare che l'accìa, lo sana nfine,
mà se t'arriua, quando si arreuato
Vicino à lo desierto,
Diauolo, lo chiaieto è desperato:
Tanno si cà sarrisse lesto lesto
A la forca dell'anne chiatto mpiso,
E bbi se te scappasse, oime, piatate
Doue la truoue? nullo te la venne
Ntiennela Siruio, afferra stò buon tiempo,
Vi cà pò è male tiempo,
Tiene mente à stà varua iancheiata,
Voglio dicere mone,
Te n'addonarraie pone,
Quando potiste nò nboliste niente,
Pò che borraie, te spizzola li diente.
Lassa, lassa sse fere,
Lassale Siruio fraschettone, ed amma.
Sir. O che senco, è che beo,
Tenire mente cosa,
Ammore vò ped'isso ogne ncosa.
Lin. Sienteme, gia chè simmo à primmauera,
Stascione che fa stà nfesta lo munno,
Di? se pe parte, de vede shiorute
Li prate, le montagne, e le chiamure,
Pò vedisse la vita senza frunne,
L'ammennolella, e nò ncacciasse shiore,
La terra sempre secca, e senza frutto,
No diciarisse, cà lo mundo è ghiuto?
Me mmarauigliarria de la natura:
Cossì Siruio sì tune,
Sì cà sì primmauera,
Smacenatello, è penzance no poco,
Che t'hà potuto dare chiù lo Cielo
Farete Douaniero de bellezza?
Nò nc'hà penzato a la menore aitate
Senza hauerete dato coratore,
La ntese ch'à li viecchie nò commene
Ammore, vò che buie sempre gaudite;
E ncè vuoie contrastare? Vì c'affienne
Lo Cielo, cò la terra tutta nzieme.
Siruio votate ntunno,
Che bellezz'à lo munno, eche sbrannore
Songo opere d'ammore?
Nnammorato lo Cielo,
La Terra, co lo mare,
E chella pouerella nnante ll'arba.
Videla chella Stella,
Amma la meschinella,
E sente de lo figlio la frezzata,
Che le passa lo core,
E puro se nnammora,
Nammorata esce fora
Pe trouare l'ammore
Ridenno à cossì dice.
O che bita felice
O gusto, ò sfatione,
La pouerella và cercanno Adone
Ammano pe ssè sirue
Li Lupe, e pe lo maro le Canesche,
Le Ballene, e li Tunne;
Chillo auciello, che canta
Co la gargante sempre quanno vola;
Mò a na chianta, e mmo a natura,
O de Rosa, ò Viola
S'hauesse la parola,
Autro non sentarrisse, ardo d'ammore,
Ardo dinto a lo core,
Cossì canta isso stisso,
Lo sape bueno, e nò nse ne vò ire.
Siruio siente lo dire,
Grida doce confuorto,
Ardo d'ammore; ò frate mio, ch'aie tuorto:
Le Bacche, sempre chiammano li vuoi,
Le Cornacchie, li Gruoie,
Lo Leione a lo vosco,
Quanno grida, nò è ira,
Ma d'ammore sospira;
Tutt'ammano a la fine;
Siruio, tu sulo si sconzentiato,
Che nò nsi nnammorato.
Arma senza piacere,
Vuocchie senza vedere,
Lassale chesse serue
Fraschotta, fraschettone, amma nna vota.
Sir. Tiente chi m'è pedante,
Vedite bello mastro de vertute;
Pe parte de me da buone conziglie
Me và mettenno ncapo le pottane,
O nò nsi ommo, ò io sò n'anemale.
Lin. Sò ommo, e mme ne preio
Sò ommo, e nò le nnego; e tu chi sine,
Fusse maie le perammede d'Agitto;
Fuorze isso n'era ommo.
Stà ncelleuriello Siruio,
Ca chi vola troppa auto
Pe sse fa Dio, nterra fà no sauto.
Sir. Linco, vi se si pazzo; to nò nsaie
Doue scenne la schiatte de sto fusto?
Chillo, ch'eppe lo munno sotta coscia
Iusto da llà sceng'io, da chillo sango,
Fuorze ca nò vencette sempre ammore?
Lin. Và ca te stà no panno nnante all'vuocchie
Sciauratiello; e tu doue sarrisse
S'Ercole Valentone non ammaua.
Mò te staie zitto, bè quann'accedette
Chelle fere de fore a cossi crude
Chi nce le fece accidere? fù ammore;
Appriesso pone, che le fece fare,
Na gonnella se mese, e parea sninfia
Pe parte de iocare lo mazzone,
E 'ncuollo hauè la pella de lione,
Tenea lo fuso, e la conocchia nmano,
Se volea trasformare comm'à chella,
Che lo faceua ogn'ora sospirare.
Erano li sospiri farconette,
Passauolante, frezze de no fierro,
Che no nne stea chiù fino into lo nfierno.
Ammore le donaie chisso reiale,
Vì s'era forte, e pò fu femmenella;
Chi nce vole resistere ali strale,
E se le tira pò à na cosa bella
Commo si tune iunnolillo e riccio,
Shiore de Maggio graziuso, e frisco,
Fa quanto vole ammore, falle guerra,
Cà non è guerra, vi cà è no pasticcio,
Quant'auze lo cappiello, e che nce truoue?
L'ammore de na Ninfa, ed è di vista,
Punto haueffero à mmene sse quatrella,
Ncappassence sempre io dinto à ssò bisco.
Non te conziglio, che non facci chello,
Che faceua Ercole,
Tu già le sì nepote,
E bueie mmetare li costumme suoie,
Và pè le sirue, è nò lassare ammore,
E pò ch'ammore? de na Fatecella,
Nò morzillo, na giota, e nò sbrannore,
D'Amarille, à tè dico, ò comm'e bella.
Dorinna se couerna da Dottore;
Fai buono no lo nego, a la mogliere
Se porta nore, e repetatione.
Sir. Ancora Linco mio, non mmè mogliere.

Lin. Non n'hauiste la fede
L'autiere, fuorze dico la buscia?
Guardate fraschettone
Nò scorruccia li Diete,
Non te fedare, ch'aie la lebertate,
Chi te la dette, te la pò leuare.
Tienence mente buono, e fà penziero,
Se ntennere me vuoie, apere ll'vuocchie,
Cossi bole lo Cielo,
A chisto matremmonio te chiamma,
Le grazie, che mpromette n'anno fine.
Sir. N'haueano autro penziero
Li Dieie sulo de chesso, chesso appunto;
Stanno sempre à sguazzetto co li guste.
Linco, frate sò nato cacciatore,
Se tu si nnammorate vance appriesso.
Lin. Tu scinde da lo Cielo?
Tu si de chella schiatta?
Nne miente pe ssa canna.
Nno lo creo, nè nsi ommo,
E se puro si ommo iuraria,
Ca tune si chiù priesto
Figlio de Tigra, frate de Leione,
Nepote ntierzo grado à no Draone.



SCENA SECONDA

Merrillo, & Argasto.

Cruda Ammarill', e perzì co lo nomme
D'ammare, amare daie pene, e tormiento,
O Amarille de lo cannamele
Chiù doce, e chiù soaue,
Ma de l'aspeto surdo,
E chiù sorda, e chiù fera, e sempre fuie.
Pocca cossì t'affengo
A la morte correnno,
Gridarranno pe mmè vuosche, e montagne,
E sta padula ancora
Diciarrà quanta vote
M'à ntiso sospirare
Ssa bella nomme toia,
Chiagniarrà sta fontana,
Shiosciarà Tramontana,
Parlaranne sta facce,
E pietate, e dolore,
Se farrà muta ogn'autra cosa nfine,
Parlarrà lo mmorire,
Te diciarrà la morte li sospire.
Erg. Mertillo sempre ammore da tormiento,
Saie quanno ne da chiù, quann'è chiù chiùso.
Isso tene la vuriglia
Ddou'è llegata n'arma, che bò bene.
Mò ammolla, e mmò stregne,
Me chiù stregne, ch'ammolla lo cornuto,
Tu no nneuiue stare tanto tiempo.
Scopriremme sso ffuoco, che t'abbruscia;
Quanta vote lo disso, arde Mertillo
Dinto a no caudarone, e se sta zitto.
Mer. Vollette a mme, pe nò abbrosciare ad essa
Argasto caro, e starria zitto ancora;
Ma la necessetate fa gran cose,
Me sento sempre sosorrare ntuorno
Na voce, che correnno và a lo core,
Commo dicesse, ora và ca si fuso,
Amarille sto cuorpo nn'e la toia,
E lo comportarraggio ammaro mene.
Grido, e pò torno, à frate chi lo sape,
Se mme sente quarcuno, io negrecato
Sempre sto co sospietto, e co paura,
Lo saccio Argasto, e nò mme nganna ammore
Pe mmè no mbà troppo auto la Fortuna,
No nce speranza de cogliere pruna,
Nè manco haue ssà stella Angelecata:
O che bellezza; e pò è de no sangho
Lo chiù gentile, ch'è sotto la Luna.
Canosco buono la chianeta mia.
Nascette pe le shiamme; e lo destino
Voze ch'ardesse senza mai gaudere,
Cossì hà piaciuto à lo Cielo torchino,
Me scrisse la settentia de sto muodo,
Ch'ammasse morte, e nò la vita mia,
Vorria morì pe l'arma de Zì Antuono,
Ma che piacesse ad essa; e no sospiro
Sulo ascotasse, e pò dicesse muore.
Primma, che me ne iesse all'autro munno
Na cera ne vorria, ma nò tant'agra:
Ma tu se me vuoi bene Argasto caro,
Ed aie compassione de me scuro,
Dincello se la truoue, ò se la vide.
Erg. Nò è gran cosa; pouero chi amma,
Quanno penza hauè assaie, non haue niente.
Se sapesse lo patre tale cosa
(Arrasso sia) cha se nà mmescanno
Co li Pasture, che sò nnammorate,
Se ne sapesse niente, ò pure fosse
A lo ciociaro ditto, ò negrecata.
Chi sà se te foiesse pe sta cosa,
Fuorze t'ammasse, e no lo bò mostrare.
La femmena haue ncapo la magnosa,
Che segnifica essere norata,
E s'essa puro te volesse bene,
Che meglio porria fa, se nò nfoire,
Chi nò npò dare aiuto, face buono.
Ascota senza pagha sto conziglio,
Ca chi nò tene forte, n'aue niente.
Mer. Eh se fosse lo vero, oh bene mio,
Duce sospire, e pene troppo care
Ma (se agge sempre lo cielo pe frate)
Dimme quale è nfrà nui tanto felice
Pastore accossì buono abbentorato?
Erg. Canusce Siruio? L'vneco figliulo,
Ch'eie de Montano, Sacerdote nuosto
Pastore ch'è de granne zeremonia,
Nu bello figliulillo, chillo è isso.
Mer. Viato a te, ora chessa è fortuna,
Cogliere rose, quanno cade iaccio,
Nò te ne mmidio nò, ma chiango à mene.
Erg. Nò n'haue mmidia ca lo pouerello
E digno de pietate, chiù che mmidia,
Mer. Commo pietate?

Ar. Commo, ca no llamma.

Mer. Ed hà bita? Ed hà core? ò che sia acciso.
Non ndeu'hauè abbespato
Lo viso angelecato.
Io sò chillo, ch'abbruscio, e me conzummo
Pe chill'vuocchie, che mm'hanno
Fatto deuentà pazzo comm'Orlanno:
Ma dimme, pe che causa se vò dare
Ssà bella gioia a chi no la canosce.
Erg. A chisto matremmonio lo Cielo
Mpromette la salute de Porchiano;
E to nò nsaie ca la gran Dea ogn'anno
Vole na Ninfa de nnozente sango,
Ch'è soleto à morì la sfortonata.
Mir. Nò llaggio ntiso maie, nne iurarria,
Tanto chiu ca sò nuouo a sti paise,
Male po mene a cossi boze Ammore;
Sò iuto sempre pe buosche, e montagne.
Peccato granne deu'essere chisto,
Che moppe tanta collera a la Dea.
Erg. Apparecchiate, e siente pe lo capo
La storia, ch'ogn'anno nce tormenta,
Commouarria a piatate li Leiune
Nò nche l'huommene propio de marmo.
A tiempo antico non se potea dare
Ncostodia de lo Tempio a Sacerdote,
Che fosse giouene, era ndegnetate;
L'eppe no cierto, e se chiammaua Amonta
Museco, iostratore, e nnammorato
De na Ninfa, Lucrinna, assaie lucente,
Ma era senza fede la sciaurata;
Amenta se la tenne no gran tiempo,
E le volea no bene, ch'arraggiaua,
Spisso deceua, ò arma, ò speretillo
De stò core, de st'vuocchio, e de sta meuza.
Lo diascace mò, che nò nnà lana,
Iette a Lucrinna a bennere na pecora,
Pe ffà, ch'Amenta hauesse la quartana.
No ntanto, ch'essa vedde no capraro.
Sostenere non pò la primm'occhiata,
No zinno, cò no pizzeco, e no squaso
Se ncrapecciaie la perfet'assassina.
Amenta se n'addona, e priesto trase
Dou'è la porta de la gelosia;
Si chiagne, si sospira, tu lo saie,
Che pe proua canusce buono ammore.
Mer. Chisto dolore sì ch'ogn'autro auanza.

Er. Ma po, ch'Amenta heppe perdute tutte
Li chiante, li suspire, e li lamiente
Pe causa soia, chiagnendo disse: ò Dea
Se maie sta Amenta te fece na sauza,
Se te fò seruetore Amenta scuro,
Signà Cintia lo saie, se te sacraie
Cò nò core nnozente n'arma pura,
Vendetta, ò Santa Dea de chella fede,
Che m'è stata mancata sa ssà cana.
Lo sentette la Dea, se scorrocciaie,
Ah zellosa ad Amenta correuare?
Afferra l'arco, e tanno saiettaie
Sta sfortunata Terra de na pesta,
Che nne moreano tommola, e megliara,
Era perduta ntutto la speranza
Soccurzo non se troua, ncrosione,
Accise bona parte de la gente,
Non serue lo sceruppo, ò la nzagnia,
Lo Miedeco stea peo de lo malato,
Vna sperana ncè restatte sola
De pregare lo Cielo nnenocchiune,
Corzero à n'Araculo vicino,
Chiagnenno, e sosperanno li meschine
La resposta, ch'auettero fu chesta,
Ca la Sia Cintia s'era assai nfummata,
Ma se pure accordare se volea
Locrinna fosse à lo Tempio portata,
E pe mano d'Amenta consagrata,
A la gran Dea, cà vittema voleua,
Se contentaie Locrinna, ed à lo Tempio
De la Signora Cintia fù portata,
Co na festa, e gra giubelo arreuaie,
Arreuata che fu vedette Amenta,
Le tenne mente pe lo salotare
Commo decesse, ammore mio scontento
Io moro sula, perche te gabbaie?
Ndenocchiata che fu nnante a l'autaro
Veccote Amenta co la fierro nmano
Cagnato de colore, e sosperando
A cossì disse, tiene mente ò Ninfa
Lo nammorato, che non te fu carò,
Vi chi lassaste, è chi secoteiaste.
Auzaie lo vuraccio, e se chiauatte ncuorpo
Lo fierro, che passaie no buono parmo
Quanno la sfortonata de Locrinna
Tra la morte, e la vita dubetaua,
Sò morta Io? ò puro è muorto Amenta?
Amenta le cadio ncoppa le braccie.
Se scippa, e se strauisa, ò core aspetta,
Tu haie voluto morì sacrefecato
Pe parte mia, desse essa, mà nò importa,
Ca nò la passarraggio ssa mmarcata,
Afferia lo cortiello, e se lo schiaffa
Dinto à la commessura de la panza,
Cadio ncoppa ad Amenta, che nò era
Ancor a muorto, sulo freccecaua,
Mà ncapo de no paco l'arme belle
Volaro, e se ne iero à li pariente.
M. Eh, fù lo Cielo, che le voze dare
Tiempo, che commattesse ffì a la morte,
E mostrasse la fede, e la piatate.
Soccesse niente appriesso, dimme, Argasto
De la mortaletate, la Sià Cice
Co la morte de chiste se quetaie?
Erg. Nò ntutt'à nnèna mbotta se quetàie.
Ncapo de n'anno, à lo stisso tiempo
La nfermetate se fece ncampagna
Chiù peo pe sette vote de la primma.
De nuouo all'Aracolo tornaieno
E siente la resposta, fò gostosa,
Se nchillo tiempo era, io, me nce sbracaua;
E che ogn'anno na Ninfa s'accedesse;
Idest zita, ò che nò arreuasse
A bint'anne, azzò la granne Dea
Co chesto se forria cierto quietata.
Ascota stautra recipe alle femmene
Na settentia, che nò nse pò appellare,
Col'asequatur de mandato Regio;
Conca vedola, ò zita, che mancato
Hauesse de la fede: sia de fatto
Connannata à morì senza reparo,
Se quarcheduno vorrà fa lo scagno,
Se nò ch'esca de fatto la iustitia.
Aie ntesa la meseria de sta terra,
Chiste sò guaie: ma spera lo buon patre
De fornire, co chisto matremmonio
Tutte sse cose, perche hà no gran tiempo
Che ieze a l'Aracolo, decenno
Quann'hauea da cessà tanta roina,
Le su respuso proprio de stò muodo:
Nò nfornerane maie chi v'affenne
Ffi che de Cielo nò cognonca ammore
Doie schiatte soccie, azzò l'antic'arrore
De na femmena fauza
No Pastore iustissemo l'ammenda.
Hora mò a Porchiano nò ncè autro
De Siruio, e d'Amarille, perche lloro
Scenneno da lo Cielo, da la schiatta
Lluna de Panno, e llautra pò d'Arcide.
E pe lo male nuostro maie a tiempo
Se scontraie matremmonio chiù fino,
Doie schiatre de lo Cielo belle, e oneste,
Femmena, e ommo; tale, che lo patre
Spera c'haggia grà luoco la resposta
Che l'Aracolo fece. Chesto è quanto
Io pozzo referire a vossoria,
De lo riesto lo sà sulo lo Cielo,
Isso farrà figliare quarche iuorno
Sto matremmonio co no figlio mascolo.
Mer. O pouero Mertillo sfortunato,
Tanta gente canaglia,
Cò le scoppette, e li cane calate
Contra no miezo muorto
Core, ch'è nnammorato,
Ammore n'abbastaua?
No nbalea, se lo cielo non s'armaua.
Erg. Mertillo, Ammore becco
Autro non beue, è maie non se ne satia,
Che lagreme d'ammante:
Iammo ca te mprometto
De mettere à li sische chisto nciegno,
Pe fare che ssà Ninfa oie t'ascota:
Tu stà no poco zitto,
Ca nò ssò comme pienze ssi sospire
Sfatione à lo core;
Ma saie che ssò, prouenze, e sceroccate,
Che portano co lloro grann'ardore,
Ca cossi bole Ammore,
Azzò li pouerielle nnammorate
Aggiano truone, lampe, e grannanate.


SCENA TERZA.

Corisca.

Encè nesciuno maie, c'hauesse visto
Cosa cruda, e spietata chiù de chesta,
Ch'aggio io dinto a lo core, ammore è sdigno
Se nce sò ncaforchiate, e forte stritte
L'vno cò l'autro ch'io nò saccio commo
Non me strua de docezza, mora, e campa,
S'io tengo mente à Mertelluccio mio
Da la capo à lo pede aggratiato,
Pare che sia no Rè, tant'è polito,
De costumme, de vista, e de parlare,
M'assauta ammore co no fuoco viuo,
Tutta menchie de shiamme, nfine ch'io
Confesso essere venta, e guadagnata.
Ma si pò penzo à chillo granne ammore,
Che porta à nautra femmena, e pe chella
A me fuie, e desprezza; stò pe dicere
La grà bellezza mia ch'à mille roseca,
Isso la fue le vanga la pepitola,
Me lo vorria magnare, quanno veo,
Che pe no brutto vurenzola sogliardo
Ammore mmà legata, e forte stretta,
Nfrà me penzo, e repenzo, e pò concrudo,
Cacciando llodio, ò Merteluccio, dico
Hauessete sempr'io dint'à ste braccia,
Fusse tutto lo mio, me tenerria
Corisca d'ogne nfemmena chiù nnauto.
Nchillo stante me vene no capriccio
Tutto chino d'ammore mmierzo d'isso,
Che de ire a trouarelo sospiro,
Se fosse chiù nne lla de casa miccio,
Azzò scopresse l'aspro fuoco mio,
Pregannolo dicesse, chisto core,
Nò è de Corisca, e de vessegnoria.
Ma pò dell'auta vanna, quanno penzo
E dicho nfrà me stessa: no schifuso,
E che pe nauta femmena me sprezza,
Nò pezzentiello chino de sodimma,
Fuie da me comme se fosse pesta,
Vennetta Ammore, nò me fà morire.
E isso mò che douerria venire
A ste pettole meie pregando sempre,
Le vago appriesso, ò che dolore, ò Dio,
Comportarraggio chesto? morta sia
Se no le voglio fà sentì nò scuoppo,
Che s'allecordarà mente isso è biuo.
Sia mmardetta chell'hora, e chillo punto,
Che trasette Mertillo int'a sto pietto,
Mertillo, ch'odio, chiù de scaranzia,
Vedere lo vorria lo chiù scontente
Pastore de ste vuosche, è s'i potesse
Quanno me vene st'ira de l'hauere
Co cheste mano meie lo scannaria
Tanto lo sdigno, e llodio, che ne sento.
Dicere cha so stata sempre fuoco
Ch'aggio arzo trenta milla per zune
Mò na vrenzola mm'arde, è me conzumma
Cossi sdigno volere, odio, e Ammore
Dint'a sto core sempre fanno fuoco.
Io che tant'anne dint'a la Cetate
So stata de le chiù belle lo schieccho
E beneano pè mme mosecheiate
De chierchiette, leiute, e calasciune,
Veneano à laua pò li nnamorate,
Chi cò lo matrecale, è lo sonetto:
Mò da no monnazzaro so beffeiata
Pè parte de canta, chiagno a stafetta.
O d'ogn'autra Corisca sconzolata,
Che ne sarria de tene, se sprouista
Tu te trouasse senza nnamorate?
Vesognaria, ch'ogn'ora te sceppasse.
Mparate à spese meie femmene tutte,
Se volite auè mille nnamorate,
Cas'io no hauesse auto, che Mertillo
Ve iuro affe ca l'haueria sgarrata.
Pe tornare à preposeto, ve dico
Cà femmena, che n'homm sulo cerca
Sarrà sempre pezzente la meschina,
Mà nò Corisca, che n'hà d'ogne mmesca.
Che fede? che costantia? zannarie.
Paparacchie boscie d'ommo geluso
Penganno le zetelle ssì forfante
Fede ncore de femmena? maie fede
E se quarchuna n'hì, lo che nno creo
No ne fede che benga da lo core
E perche la meschina hà un'Ammore.
Ma fà che nce ne vengano dell'autre
Salutanno, è ncrenanno, ed essa azetta,
Le salutate co la faccia à rriso
Và troua fede curr'à la staffetta.
Bella femmen'è pò sollecetata
Da nnamorate assaie, che banno attuorno
E d'essa ne vò uno, è l'autre caccia,
N'è femmena, e se pur è, gran sciocca
Che serue a na bellezza stà coperta?
E se puro è scoperta no la vede
Autro che nn'ommo sulo, o Brutta cosa
Quanta chiù sò, tant'essa chiù s'auanta
D'hauere nn'ammorate co la pala
Cossì se face à Napole, è lo fanno
Le chiù ricche, è chiù belle de cacciare
Lò nnemorato guarda, ch'è peccato
E bregogna, sciocchezza e betoperio
Chello che nò pò vno, farrà llautro
Chi a darete sei canne de Tommasco
Chi la guarnetione, e chi le perne
E cossì lo refonnere va lesto
L'vno non sape lo fatto dell'autro
La Gelosia nò ncè, peche le femmene
S'anno lo cunto lloro be mparato
Io mò che bidde chisto bell'Asempio
De sse femmene granne ll'afferraie
E mme mparai da peccerella ammare
Corisca mme deceano se vo fare
Iusto commo se face de li guotte
Quann'aie llo nnamorato int'alle mano
Hagene sempre chino nò repuosto
Pigliate lo chiù bello, e cagna spisso
Peche se viue ad vno, pò ncè resta
Lo llurdo, che nne vene lo schifare
Appriesso à lo schifare affè lo iette.
Non pò hauè peo no femmena che dare
Gusto à lo nnamorato, quanno vole
Fallo venire sempe scappellato
Npromiettele mà nò le da restoro
Accossi haggio fatt'io, è perzò nnaggio
Quanta ne voglio è le trattengo sempre.
Mò vno co na vista gioueiale,
Mo nautro cò no tuocco de Manella,
Chillo che mme dace, è chiù refonne.
Te lo squascio, è facciole carrize:
Ma finte, perche sempre co la chiaue
Nzerro lo core azzòcche nullo ncentra.
No nsaccio ammara me, commo sta vota
Ncè trasuto Mertillo, è mme tormenta,
De no tormiento, che maie arreposo.
La notte fuio, e orria sempre iuorno
Chiang'è sospiro, è mmai no nfaccio niente
Nfine me songo bona resoluta
Hi cercanno pe stuort'à tutte llore
Mertillo l'Odiato Ammore mio.
Mà che farraie Corisca se lo truoue?
Lo pregarraie, guarda ca nò mmole
Llodio si bè ammore lo bolesse,
E tù lo fuie, è bà pe nauta via.
A chesto ammore manco nce consente,
Ma lo deuerria fà pe ll'arma mia.
Mà che farraie Corisca, siente siente
Quanno llaggio trouato dicerelle
L'Ammore, ma de chi, nò le scoprire,
E se co chesto nò nfarraggio niente
Farrà lo sdigno na mennetta granne.
Mertillo nò mbuò ammore, odio te venga
E Amarille toa se pentarrane
Volere co Corisca sta attozzare
Ed'à la fine essa sentarrane
Quanto pò sdigno, à femmena ch'bbampa.



SCENA QVARTA.

Titero, e Montano.

Montano mio vaglia la verdate,
Saccio ca parlo, à chi de me chiù sape,
Non se ntenne cosi commo se penza
Le resposte de sse signure aracole?
So commo à lo cortiello, chi lo piglia
Pè taglià pane, caso, e d'autre cose
La mano, se nce troua, e nce va bene.
Chi lo piglia pè accidere eie acciso.
Ch'Ammarillede mia, commo te dico,
Sia da lo Cielo destinat'à dare,
La salute à Porchiano, a la bon hora.
Chi de me chiù gran gusto n'hauerria
De me che le so patre? ma s'io penzo
A chello, che l'Aracolo ncà ditto
La sgarrammo, è faccimmo propio niente,
S'Ammore ha da fà sto Matremonio,
Peche ffuie isso ammore? maie se vedde
Odio fa lo sanzaro, core ntienne,
Fà male, chi contrasta co lo cielo.
Perche se se contrasta è chiaro signo
Cà lo Cielo nò mmò, se le piacesse
Ch'Amarille de mia fosse mogliere
A Siruio tuio no lo farria ì appresso
A caccia à lupe, ma caccianno Ninfe
Mon. Non nmide tu ch'è fraschettiello ancora
Decedott'anne iuste nò à fornute,
Co lo tiempo pur isso, sente ammore.
Tit. Lo senterrà de Lupe, è nò de Ninfe.

Mon. A Gioueniello core pò chiù frate.

Tit. Ammore à tutte quante, e natorale.

Mon. Senza l'anne nò rompe ll'Aurenale.

Tit. Sì ll'Aruolo gioueniello fa lo shiore.

Mon. Pò shiorì signor sì, ma senza frutto.

Tit. Lo shiore amaturato dà lo frutto
Nò nzò benuto pè fa accustiune
Montano frate, voglio sta coieto
Ma t'allecordo, ca puro io sò patre
De na Zetella zita, che n'agg'autra
E cò lecientia toia starria pe dicere
Ca mm'è stata da mut'affè cercata.
Mon. Nò nte sconfidà Titero; lo cielo
Pare à tè, che non vea stò matremmonio
Lo vede lo destino; e che llafede
Ch'è data nterra alagra dea nostra
No mancammo de fede à la sia Cintia
Tu saie Titero mio, ca chessa Dea
Quanno se ncricca nce da lo mal anno.
Ma pe quanto me pare, è quanto pozzo
I cò l'argenio mio specolianno
Lo cielo ncè consente, è oie te dico
Cà lo cielo farrà ssò Matremmonio.
Recordatenne agge fede ammico
Se nò sarra cossi dì ch'io so becco
Te voglio dire chiù; sta norte nsuonno
Haggio visto na cosa pe la quale
Io ngagio na speranza che spatello.
Tit. Chi vò credere à suonne, è che bediste

Mon. Penso ca t'allecuorde, ma chi è chillo
Tanto sciuocco nfrà nnuie, ch'amment n'aggia
Chella notte de chianto, è de spauiento
Quann ascette sebeto è spannie l'acque.
Doue steano l'aucielle fece pisce
Ll'Huommene, è llanemale,
Le mantre, è li casale,
Annegaie chella laua.
La medesema notte,
Co recordanza amara, io sfortonato
Perdie lo core mio,
Che core perdie chiu,
No figliulo nfasciolla.
Che n'aueu'autro, ed era tanto bello,
Che sempre viuo, e muorto llaggio chianto.
Se lo pigliaie la laua
A tiempo, che boleamo appapagnare
L'vuocchie à lo suonno; curzemo ala mpressa
Io, Souero, Cecella, Renza, e Rosa.
Credenno de le dare quarch'aiuto
Nò ntrouaimo isso, e da no conolelle
Dou'era dinto, creo se nò mme nganno,
Ca la conola ed isso poueriello
Se saranno affocate mmiezo all'acque.
Tit. Che chiune se pò dire? chi no haue
Piatate de te, no è ommo, ma anemale.
O notte de dolore, e de spauiento:
O sciagura de tuosseco è de fele?
Senza boscìa puoie dicere duie figlie
Gnenetast', vn all'acque, llautro a sirue.
Mon. Fuorze con chisto viuo Panno nuosto
Farrà che tu te scuorde de lo muorto.
Tit. Speranza, è sempre bona? Hora mo siente
Era iusto chell'ora,
Nfrà lumme, è lustro, quanno l'arba vene
E caccia de la notte lo scurore,
Tann'io co lo pensiero
Stea de sto matremmonio,
Ed era stato chiù de meza notte
Senza potè dormire
Tanto, che, pe straquezza
Venne nò pò de suonn'all'vuocchie mie,
E co lo suonno vesione vera
Che dicere potea, veglio è nò ndormo.
Sopra la rìpa de lo gran Sebeto.
Me pareua, ch'all'ombra
De no sambuco io stesse,
E co na canna lla pescasse pisce.
Eccote nchillo punto
Esce da miezo l'acqua no vecchiotto
Vestuto d'oro da la capo à pede,
E co le mmano suie
Piatosamente me deua no figliulo
Nnuao, nga nga, chiagneua,
E lo viecchio diceua,
Piglialo ca te è figlio,
Fa priesto veccotillo,
Guarda, che nno l'accide.
E ditto ch'eppe chesto, via sparette.
E ne lo stisso punto
Ch'isso sparette, no scorore ncielo
Se vedde, no tronare, no lampare,
Doue ch'io pe paura
Stregnise la creiatura
Chiagnenno hoime nne nora
Mme lo daie, è lo lieue.
Decenno chesto subbeto
Mme parze de vedere,
Lo sole a tuorno à tuorno assai sbrennente
E cadeno a lo shiummo
Tanta fierre arregute
D'arche saiette è canne d'Arcabusce.
Tremmaua lo sammuco,
Nascette na vocetta
Comme fosse no canto de soprano.
Dicenno eilà no dobetà Montano.
Ca hoie sarraie felice co porchiano.
E cossi mm'è rommaso
Dint'à lo core ed'à lo celleuriello
Stò suonno, che mè da nò gusto granne,
Sempre me stace all'vuocchie
La facce piatosella,
De chillo vecchiariello.
Mò me pare vederelo
E pè chesto venea ritto alo tempio
Quanno tu me scontraste
Pe fare sacrificio à la Dieie
Azzò sto suonno, me rescesse 'mparo
Tit. Li suonne songo suonne
Non se ce crede mai
E chi nce crede affe ca pecca assaie
Siente lo iuorno ciento cose storte
Pò le suonne la notte
Mon. Ll'arma co lo ceruiello,
Ne sempe addormentata
Anze sta chiù scetata,
Quanno nè trauagliata
Dale busciarde forme
De lo ngiegno, che dorme.
Tit. Nfine lo Cielo, chello, ch'à despuosto
De le figliule nuoste, isso lo sape.
Mà saccio io puro ca lo figlio tuio
Aut'ammore no à si non ij a caccia.
Mo parlo dela mia si dette fede
La fece dar pè fa lo matremmonio.
Se sente ammore, chesto non lo saccio
Ma lo face sentire
A quanta siò pasture pe ssi vuosche.
Me pare de vederla
No ntanta allegra è rossolella nfacce,
Quant'era prima.
Tutta vroccolosa.
E mò sempe sdegnosa,
Mà volè maretare na zetella,
Ad vno, che non pò sentì gonnelle
Frate aie na porfidia de Carella:
Commo rosa tommasca alo Ciardino
Che sta guardata da le spine, è frunne,
Attorniata d'vrme,
Che le fann'ombra, è nò le danno lustro,
Pare nò fosse schiusa,
Resta la pouerella senza gusto.
Ma pò quanno lo sole
Ch'esce dall'Ariente,
Se spampana, è se sente,
E dice, signò Sole ssò sbrannore
M'à fatto rosa, & dongo à tutti addore.
O veramente commo
L'ape che la matina
Va cercanno rosata, la meschina,
Se tanno no nse coglie,
E se aspiette, che coca pò lo Sole,
La cose de manera,
Che se lassa cadè tutta nfronnosa.
E conca passa dice, mai fu rosa.
Cosi è la figliolella
Mentre la mammarella
Le tene ll'vuocchie sopra,
La fa stà cò respetto,
E nò hà d'Ammare affetto:
Ma sepò quarcheduno
Va smoschianno attuorno,
Ed essa che lo vede
Subet'apre lo core,
E lesto trase ammore,
Pe bregogna nò parla,
O pe paura zoffre,
Se strude, e se consumma à poco à poco,
Manca bellezza se lo fuoco dura,
Passa lo tiempo, è perde la ventura.
Mon. Titero fa buon core
No t'annega dinto no gotto d'acqua,
Ca chi confida ncielo,
Lo Cielo le da gusto,
Nè maie saglie llà ncoppa
Preghera secca, e asciutta;
Cossi vno quanno pregha
Che nnaue assaìe besuogno,
Che spera da li Dieie;
Quanto chiù nuie deuimmo
Preghà, se li fegliule
Scenneno da li Dieie;
Li Dieie pariente nuostre
Ncè farranno chiù tuoste.
Iammo Titaro, iammo
A ngratià lo Tempio, è llà portammo
Tu lo piecoro à Panno
Io à Ercole l'Annecchio
Che fà ngrassà l'Armento
Farrà ngrassar ancora
Chillo che de buon core
Offeresce al'autaro
Tu và caro Dameta
Sciglie n'annecchiariello
Lo chiù manzo è chiu bello
De quanta songo nfra la mantra nostra.
E pè la via de la scioscella viene
Portamillo à lo tempio, e llà t'aspetto
Tit. E da la mia dameta tù me porta
No pecoriello ianco?
Dam. Mò ve seruo.

Tit. Chisto suonno Montàno
Faccia l'auta bontate de lo Cielo
Che teresca secunno spiere tune
Bbe sacc'io, bbe sacc'io
Quauto, che piace attene st'arrecuordo
Non che truuore figlieto perduto.


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PIETRO METASTASIO [18.344]

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Pietro Metastasio

Pietro Antonio Domenico Bonaventura Trapassi, más conocido como Metastasio (Roma, 3 de enero de 1698 - Viena, 12 de abril de 1782), fue un escritor y poeta italiano, uno de los más importantes libretistas de ópera del siglo XVIII.

Nació en Roma, donde su padre, Felice Trapassi, originario de Asís, formaba parte de un regimiento militar del papado. Su madre era una boloñesa, Francesca Galasti; se establecieron en Roma por su propia cuenta y tuvieron dos hijos y dos hijas. Pietro improvisaba versos y cantaba ya de niño. En una de esas improvisaciones en 1709 fue descubierto por el árcade Gian Vincenzo Gravina y por el crítico Lorenzini. Gravina lo adoptó y le proporcionó una educación esmerada, helenizando su apellido Trapassi a Metastasio; quiso hacer de su hijo adoptivo un jurista como él, para lo cual le hizo dominar el latín, pero también lo llevaba a improvisar en verso sobre un tema cualquiera hasta ochenta estrofas de una sentada, lo que iba deteriorando su salud mental; pero un viaje de Gravina a Nápoles y a Calabria en que llevó al muchacho cambió esa situación de niño prodigio explotado, porque confió su educación a Gregorio Caroprese, más atento a la salud de su alumno. A los doce años tradujo la Ilíada; dos años más tarde compuso una tragedia senequista, Giustino, impresa en 1713 por Gravina, pero de la que Trapassi habría de renegar en el futuro. Caroprese murió en 1714, haciendo de Gravina su heredero; el mismo Gravina murió en 1718 y Metastasio heredó de su fortuna 15.000 escudos de oro, lo que le dio una cierta autonomía económica. Tenía las órdenes menores, pero su belleza y juventud lo hicieron un buen partido y al cabo de dos años había dilapidado esos bienes, aunque también aumentado su fama. Pasó a Nápoles al bufete de Castagnola para trabajar como jurista.

En 1721 empezó su carrera musical con el epitalamio Endimión, con ocasión de la boda de su protectora, la princesa Pinelli di Sangro, con el marqués Belmonte Pignatelli. En 1722 compuso para el virrey de Nápoles una solemne serenata para festejar el aniversario de la emperatriz, con la condición de que el autor permaneciera anónimo. Escribió Gli orti esperidi (Los jardines de las Hespérides), musicado por Nicola Porpora y cantado por el alumno de este último, el castrato Farinelli, quien hacía por entonces su brillante debut. Hacía el papel de diosa Venus la prima donna Marianna Bulgarelli, conocida como «la Romanina». El éxito fue considerable. La poco discreta Romanina divulgó el bien guardado secreto y se supo quién era el autor de la letra. Es más, la Romanina persuadió a Metastasio de que abandonara la carrera jurídica y se volcase en la carrera literaria como letrista de dramas líricos. Instalado en su propia casa, fue conociendo a los mayores compositores de su tiempo: Porpora, quien le dio una formación musical, Johann Adolf Hasse, Pergolesi, Alessandro Scarlatti, Leonardo Vinci, Leonardo Leo, Francesco Durante y Benedetto Marcello, y no paró de escribir sus encargos. En ese mismo cenáculo aprendió el arte del bel canto y se familiarizó con el estilo de intérpretes como Farinelli. Extraordinariamente dotado para la composición y de una verdadera sensibilidad poética, no tuvo dificultad alguna en engendrar obras de gran mérito literario genuino que llegaron a ser obras maestras de la música cantada en una escuela vocal sin equivalente ni precedentes. Su mérito no se desvela en la mera lectura de sus obras; las intrigas son convencionales, algunas situaciones son absurdas, se toma libertades con la verdad histórica de algunos personajes y existe una repetitividad, a veces molesta, del tema del amor en todos sus desarrollos, pero todo se explica por las necesidades de la musicalización.

En sus libretos de ópera se encuentra la mejor expresión de la corriente árcadica, que predominó en la lírica neoclásica italiana. Estos libretos fueron musicados por compositores como Vivaldi, Haendel, Gluck, Meyerbeer, Traetta y Mozart.

Metastasio vivía en Roma en casa de la Romanina y su marido. La cantante lo adoptó de forma aún más apasionada que Gravina, investida de un afecto semimaternal, semiamoroso, y por una verdadera admiración de artista por unos talentos tan excepcionales. Es más, acogió con ella a toda la familia Trapassi, padre, madre, hermano y hermanas. Permitía todos los caprichos del genio. Bajo su influjo benéfico compuso poco a poco Didone abbandonata, Catone in Utica, Ezio, Alessandro nell' Indie, Semiramide riconosciuta, Siroe y Artaserse. Dramas líricos puestos en música por los principales compositores y estrenados por toda Italia. Pero la Romanina llegaba a la edad de no cantar en público y el poeta se sentía cada vez más asfixiado y dependiente. Cobraba 300 escudos por cada uno de sus libretos de ópera, cantidad apreciable pero escasa e irregular para sus necesidades, y necesitaba buscar un sueldo fijo, así que en septiembre de 1729 recibió la oferta de sustituir a Apostolo Zeno, quien volvió a Venecia, y ser poeta oficial del teatro de Viena con 3000 florines de emolumentos. Aceptó al momento y, de manera muy desinteresada, la Romanina lo dejó partir, cargando además todavía con su familia en Roma. Es que ella también deseaba marchar a Viena.

Al comienzo del verano de 1730 se instaló en Viena en la residencia de un español de Nápoles, Nicolás Martínez, con el que continuó hasta su muerte, porque se había enamorado su hija, la cantante, pianista y compositora Marianne von Martínez, que fue su último amor. Entre 1730 y 1740 escribió sus más bellos dramas líricos: Adriano, Demetrio, Issipile, Demofoonte, Olimpiade, Clemenza di Tito, Achille in Sciro, Temistocle y Attilio Regolo. Algunas de ellas se escribieron en intervalos increíblemente cortos; Achille en dieciocho días, Ipermestra en nueve solamente. Todo el mundo, poeta, compositor, copistas, cantantes, escenógrafos, trabajaban de forma frenética. Y Metastasio dirigía todo hasta en los menores detalles.

En Viena no llevó una vida social muy brillante por sus modestos orígenes; pero le alivió la compañía de la condesa Althann, pariente de su antigua protectora, la princesa Belmonte Pignatelli. Era viuda y había sido durante un tiempo favorita del emperador. Su relación con Metastasio fue tan íntima que incluso se piensa que tal vez se casaron en secreto.

La Romanina quería, entretanto, obtener para ella un contrato en el teatro de la corte imperial. Por eso él la odiaba y desechaba sus demandas, e intentó disuadirla de que lo fuera a ver. El tono de las cartas que le enviaba él le inspiró decepción y cólera. Se preparaba para abandonar Roma cuando murió en ignoradas circunstancias. Ella había hecho de él el heredero de su fortuna personal cuando su marido falleciera. Metastasio, transido de dolor y remordimientos, renunció a esa herencia. Este acto desinteresado perjudicaba a su familia que estaba en Roma. Y a consecuencia de ello, su hermano Leopoldo Trapassi, sus padres y sus hermanas fueron echados de su casa y tuvieron que sostenerse por ellos mismos.

Desde 1745 ya no escribía apenas y su salud se resentía, aunque sus escasas obras de este periodo son las mejores y más populares de su repertorio, como la cancioncilla Ecco quel fiero istante que dedicó a su amigo Farinelli. En 1755 murió la condesa Althann y ya no se relacionaba más que con los habituales visitantes del burqués Martínez con quien se hospedaba. Entró en una cierta senilidad aunque llegó a vivir hasta 1782. Legó toda su fortuna (alrededor de 130.000 florines) a los cinco hijos de su amigo Martínez. Había sobrevivido a todos los miembros de su propia familia.

Estilo e influjo

Durante los cuarenta años que duró su carrera original y creativa, su renombre no paró de crecer de una forma verdaderamente formidable, casi increíble. En su biblioteca se contaban no menos de cuarenta ediciones distintas de sus Obras completas. Fueron traducidas a numerosas lenguas: francés, inglés, alemán, español e incluso griego moderno. Fueron musicadas y remusicadas continuamente por todos los compositores de alguna notoriedad, y cada ópera reponía sus obras continuamente. Los cantantes más famosos estrenaron sus composiciones en cada capital de Europa. No había sociedad académica que se preciara que no considerara un honor tenerlo entre sus miembros. Todos los visitantes extranjeros importantes que pasaban por Viena querían visitar al viejo poeta en su casa del Mercado del Carbón (Kohlmarkt Gasse).

Pero su estilo convenía a una cierta música, la de los virtuosos de la vocalización, los sopranos dramáticos. Las evoluciones que afectaron al drama musical con la llegada de Gluck y Mozart, el desarrollo de la orquestación y la moda del estilo germánico que se expandía rápidamente necesitaban libretos de una factura distinta. Las obras de Metastasio cayeron en un olvido que ciertamente no merecían, como no lo merecía la música que las acompañaba. Farinelli, considerado por él como un alter ego, personificaba de alguna manera su poesía y con la desaparición de los castrati la música apropiada a Metastasio se desvaneció. Los dos hombres estaban verdaderamente ligados por su instinto y sus talentos complementarios.

Traducciones españolas

Metastasio fue traducido al español ya en el siglo XVIII por José Ibarro, Ignacio García Malo, Juan Marugán, Cándido María Trigueros y Benito Antonio de Céspedes.



La vida

¿Por qué la vida nos parece bella?
¿Qué placer nos ofrece mientras dura,
si no hay edad ni condición en ella
que dolor no se vuelva y amargura?

Niños, un ademán nos intimida;
juguete somos en la edad florida
de la fortuna y del amor insano;
y al fin, cubiertos de cabello cano,
abrumados gemimos
al peso de los años que vivimos.

Ya el ansia de adquirir nos atormenta,
ya el temor de perder nos pone susto:
lid continua y violenta
entre sí tienen siempre los malvados,
y perdurable lid también sustenta
contra la envidia y la falacia el justo.

Fantasmas engendrados
por loca fantasía,
sueño, delirio son nuestros cuidados;
y cuando al cabo con vergüenza un día
se desengaña nuestra mente ciega,
entonces es cuando la muerte llega.



[ANTOLOGÍA DE POETAS LÍRICOS ITALIANOS
TRADUCIDOS EN VERSO CASTELLANO (1.200—1.889)
OERA RECOGIDA, ORDENADA, ANOTADA Y EN PARTE TRADUCIDA
POR Juan Luis Estelrich

PRIMERA EDICIÓN a expensas de la EXMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LAS BALEARES

PALMA DE MALLORCA ESCUELA-TIPOGRÁFICA PROVINCIAL año 1889]


LA LIBERTAD A LICE

Merced á tus traiciones,
Al fin respiro, Lice,
Al fin de un infelice
El cielo hubo piedad;

Ya rotas las prisiones,
Libre está el alma mía;
No sueño, no, este día
Mi dulce libertad.

Cesó la antigua llama,
Y tranquilo y exento,
Ni aun un despique siento
Do se disfrace amor.

No el rostro se me inflama
Si oigo tal vez nombrarte;
El pecho no, al mirarte,
Palpita de temor.

Duermo en paz y no creo
Tu imagen ver presente,
Ni al despertar, la mente
Se empieza en ti á gozar.

Lejos de tí me veo,
Y quieto estoy de grado;
Que nada en mí ha quedado
Ni gusto ni pesar.

Si hablo en tus perfecciones,
No enternecerme siento,
Si mis delirios cuento,
Ni aun indignarme sé.

Delante te me pones,
Y ya no estoy turbado;
En paz, con mi engañado
Rival, de tí hablaré.

Mírame en rostro fiero,
Habíame en faz humana;
Tu altanería es vana,
Y es vano tu favor;

Que en mí el mandar primero
Perdió tu hablar divino,
Tus ojoe no el camino
Saben del corazón.

Lo que me place ó enfada,
Si estoy alegre ó triste,
No en ser tu don consiste,
Ni culpa tuya es;

Que ya sin ti me agrada
El prado y selva hojosa; 
Toda estancia enojosa
Me cansa, aunque allí estés.

Mira si soy sincero:
Aun me pareces bella,
Pero no, Lice, aquella
Que parangón no ha;

Y (no por verdadero
Te ofenda) algún defecto,
Noto en tu lindo aspecto,
Que tuve por beldad.

Al romper las cadenas
(Dígolo sonrojado),
Mi corazón llagado
Romper se vio y morir;

Mas por salir de penas,
Y de opresión librarse,
En fin, por rescatarse;
¡Qué no es dado sufrir!

El colorín, trabado
Tal vez en blanda liga,
La pluma, en su fatiga,
Deja por escapar;

Mas presto matizado
Se ve de pluma nueva,
Ni, cauto con tal prueba,
Le tornan á engañar.

Sé que aun no crees extinto
Aquel mi ardor primero,
Porque callar no quiero,
Y del hablando esto;

Sólo el natal instinto
Me aguija á hacerlo, Lice,
Con que cualquiera dice
Los riesgos que sufrió.

Pasadas iras cuento
Tras tanto ensayo fiero; 
De la herida el guerrero
Muestra así la señal.

Así muestra contento,
Cautivo que de penas
Escapó, las cadenas
Que arrastró por su mal.

Hablo, mas sólo hablando
Satisfacerme curo;
Hablo, mas no procuro
Que crédito me des.

Hablo, mas no demando,
Si apruebas mis razones,
Si á hablar de mi te pones,
Que tan tranquila estés.

Yo pierdo una inconstante,
Tú un corazón sincero;
Yo no sé cuál primero
Se deba consolar.

Sé que un tan fiel amante
No k hallarás, traidora:
Mas otra engañadora
Bien fácil es de hallar.

Traducción:   Juan Meléndez Valdés




EL PRIMER AMOR

¡Qué bien dijo, amor, quien dijo
Que tu primer llama era,
Si una vez prendió en su pecho,
Entre cenizas centella,
Y oculta esperando que el aura la mueva
Al más leve soplo levanta una hoguera.

Dígalo yo; que si miro
Tal vez mi enemiga bella
De su perfidia me olvido, 
Contemplando su belleza;
De nuevo amoroso suspiro por ella,
Y es Nise de nuevo mi gloria y mi pena.

Ni tan sólo es alimento
Del fatal delirio el verla;
Que en todas partes encuentro
De mi perdición la senda;
El monte y el río, el prado y la selva
Heridas mal sanas de amor me renuevan.

Allí me rindió; este prado
La vio premiar mi terneza;
Junto á aquel bosque la ingrata
Se burló de mis querellas;
Y fieles testigos de paces y guerras,
Las fuentes y troncos su historia conservan.

Digo amores á las ninfas
Por divertirme con ellas;
Mas si en Clori ó Silvia admiro
El donaire y gentileza,
Y en cantos sus gracias mi lira se emplea,
El alma suspira: mi Nice es más bella.

Del amor, dulce bien mío,
Por ti conocí la fuerza;
Por ti sola vivir quiero,
Ó morir si tú lo ordenas;
Y al pecho afligido dé alivio en sus penas,
Que tú de mi suerte el arbitro seas.

Traducción: Alberto Lista




LA PRIMAVERA

¡Ay Dios! ya, mi dulce amado,
La campiña reverdece,
Y ya el aterido bosque
A vestir sus ramas vuelve. 
Nuncio de la primavera,
Desde el templado Occidente
Vuela céfiro importuno,
Que el corazón me entristece.

La nueva estación te llama
Al campo de honor y muerte:
¡Ayl y ¿cómo sin tu amante
Vivir podrás, triste Irene?
No respires, aura blanda,
Que un alma amorosa hieres:
No tan pronto, Abril florido,
Extiendas tu mano fértil.

Cada flor que se colora,
Cada renuevo que crece,
¡Ay de mí! ¡cuántos suspiros
Cuestan á mi pecho ardiente!
¿Quién fue el primer despiadado
Que hizo al acero inocente
Instrumento de homicidio,
Y para matar dio leyes?
Jamás la grata ternura
Su corazón inclemente
Penetró, ni sintió el crudo
De amor los blandos placeres.

¡Ay! ¡qué demencia! ¿Es posible,
Que por las iras crueles
De un enemigo, el halago
De una dulce amante trueque?
|Ay! no, querido Fileno,
No, simple, engañarte dejes:
Si es que las guerras te agradan,
También amor guerras tiene.

El buen amante es soldado;
Sufre el calor y la nieve;
La experiencia y el ingenio
Y el valor triunfos le adquieren. 
También amor dicta ardides,
Espera, asalta, defiende,
Huye, se rinde á partido,
Da paces y enojos mueve;
Mas son amables las paces
Y son los enojos breves,
E igualmente halaga el triunfo
Al vencido y al que vence.

Así no hay pena que en gozo
Benigno el amor no trueque.
Mas ¡ayl el fatal instante
Ya la odiosa trompa advierte.
Tente, ingrato; ¿por qué huyes?
No te pido tus laureles:
Poco te pido, hombre duro:
Mírame otra vez y vete.

Vete y conserva en tu vida
La de tu infeliz ausente,
Y vuelve, si puedes, mío;
Pero victorioso vuelve.
Adonde quiere que vayas
Lleva mi dolor presente,
Y di: ¿quien sabe si ahora
Vive mi constante Irene?

Traducción: Alberto Lista




EL CONVITE DEL PESCADOR

Ven, ya baja la noche, amada mía,
Y en la fresca ribera
Respirarás de la marina fría
El aura placentera.

Ven, dulce amor; su delicioso aliento
Gocemos en la arena, 
Ora que el soplo del favonio lento
Crespa la mar serena.

Deja, mi Elisa, la feliz cabana
Que alberga tu hermosura,
Y descienda el placer de la montaña
A la playa segura.

Cuando esparce la noche el negro velo,
Más lucientes y bellas,
Verás el claro mar, émulo al cielo,
Retratar sus estrellas;

Y en ascendiendo á la celeste cumbre
La luna sosegada
Rielar en largo surco su alba lumbre
Por las olas quebrada.

Y cuando nazca el sonrosado día,
Al son de ruda avena
Te contaré, dulce zagala mía,
Mi enamorada pena.

O si más, bella Elisa, te recrea,
Entre las blandas flores,
De Glauco ó de la linda Galatea
Contaré los amores.

Tú, con dorada caña y corvo anzuelo,
Pescadora y zagala,
Las deidades del mar y las del suelo
Envidiarán tu gala.

¡Ahí no ya el pez se salvará escondido
Tras el peñasco algoso,
Que vendrá alegre por el mar tendido
Al lazo venturoso.

Y las ninfas del piélago sereno,
Dejando los cristales,
Festivas te ornarán el albo seno
De lúcidos corales.

Traducción: Alberto Lista 




LA VIDA

Por qué la vida nos parece bella?
Qué placer nos ofrece mientras dura,
Si no hay edad ni condición en ella
Que dolor no se vuelva y amargura?
Niños, un ademán nos intimida;
Juguete somos en la edad florida
De la fortuna y del amor insano;
Y al fin cubiertos de cabello cano,
Abrumados gemimos
Al peso de los años que vivimos.

Ya el ansia de adquirir nos atormenta,
Ya el temor de perder nos pone susto:
Lid continua y violenta
Entre sí tienen siempre los malvados,
Y perdurable lid también sustenta
Contra la envidia y la falacia el justo.

Fantasmas engendrados
Por loca fantasía,
Sueño, delirio son nuestros cuidados;
Y cuando al cabo con vergüenza un día
Se desengaña nuestra mente ciega,
Entonces es cuando la muerte llega.

Traducción: Juan Eugenio Hartzenbusch



EL DESTINO

Nace en un bosque venturoso niño,
Mece madre infeliz su tosca cuna;
Y más tarde al favor de la fortuna
Los destinos de un pueblo regirá.
Otro desventurado en regio alcázar
Mira correr sus juveniles años; 
Y.... tal vez con el tiempo los rebaños
Del otro, infortunado, cuidará.

Colombia
                              Traducción: Rafael Tamayo




DESPEDIDA

Llegó el terrible instante:
Adiós ¡oh prenda mía!
¿Cómo podré yo un día
Vivir lejos de ti?
Será eterno mi duelo;
No encontraré consuelo,
Mientras que tú iquién sabe
Si pensarás en mil
Deja que en pos al menos
De mi perdida calma
Siga tu sombra el alma
Cual yo tu amor seguí.

Errante peregrino
Yo iré por tu camino;
Y en tanto tú ¡quién sabe
Si pensarás en mil
Allá en lejana tierra
Doliente el pecho mío,
Al valle, al monte, al río,
Preguntará por ti.

Me encontrará la aurora
Llorando hora tras hora,
Mientras que tú, ¡quién sabe
Si pensarás en mil
Verán mis ojos tristes
La playa, el bosque umbroso
Donde viví dichoso
Cuando tu amante fui. 

Felices pensamientos
Serán fieros tormentos,
Y tú, mi bien, ¡quién sabe
Si pensarás en mil
Esta es, diré, la fuente
Donde lloró celosa,
Y donde en paz dichosa
La mano la tendí.

Aquí lloré mudanzas,
Allí me dio esperanzas
Y tú, mi amor, ¡quién sabe
Si pensarás en mí!
¡Cuántos verás en tanto
Llegar á tu morada,
Con alma enamorada
Buscando amor en ti!
Entre esos mil amantes
Rendidos y anhelantes
¡Quien sabe, vida mía,
Si pensarás en mí!

Recuerda las memorias
Que hay en mi pecho, ¡oh Nise!
Piensa que yo te quise
Y el premio no pedí.
Piensa en el duro y fiero
Bárbaro adiós postrero
Piensa mas ¡ay, quién sabe
Si pensarás en mí!

Traducción:  Eusebio Blasco 



La libertà

Grazie agl'inganni tuoi,
al fin respiro, o Nice,
al fin d'un infelice
ebber gli dei pietà:

sento da' lacci suoi, 
sento che l'alma è sciolta;
non sogno questa volta,
non sogno libertà.

Mancò l'antico ardore,
e son tranquillo a segno, 
che in me non trova sdegno
per mascherarsi amor.

Non cangio più colore
quando il tuo nome ascolto;
quando ti miro in volto 
più non mi batte il cor.

Sogno, ma te non miro
sempre ne' sogni miei;
mi desto, e tu non sei
il primo mio pensier. 

Lungi da te m'aggiro
senza bramarti mai;
son teco, e non mi fai
né pena, né piacer.

Di tua beltà ragiono, 
né intenerir mi sento;
i torti miei rammento,
e non mi so sdegnar.

Confuso più non sono
quando mi vieni appresso; 
col mio rivale istesso
posso di te parlar.

Volgimi il guardo altero,
parlami in volto umano;
il tuo disprezzo è vano, 
è vano il tuo favor;

che più l'usato impero
quei labbri in me non hanno;
quegli occhi più non sanno
la via di questo cor. 

Quel, che or m'alletta, o spiace.
se lieto o mesto or sono,
già non è più tuo dono,
già colpa tua non è:

che senza te mi piace 
la selva, il colle, il prato;
ogni soggiorno ingrato
m'annoia ancor con te.

Odi, s'io son sincero;
ancor mi sembri bella, 
ma non mi sembri quella,
che paragon non ha.

E (non t'offenda il vero)
nel tuo leggiadro aspetto
or vedo alcun difetto, 
che mi parea beltà.

Quando lo stral spezzai,
(confesso il mio rossore)
spezzar m'intesi il core,
mi parve di morir. 

Ma per uscir di guai,
per non vedersi oppresso,
per racquistar se stesso
tutto si può soffrir.

Nel visco, in cui s'avvenne 
quell'augellin talora,
lascia le penne ancora,
ma torna in libertà:

poi le perdute penne
in pochi dì rinnova,, 
cauto divien per prova
né più tradir si fa.

So che non credi estinto
in me l'incendio antico,
perché sì spesso il dico, 
perché tacer non so:

quel naturale istinto,
Nice, a parlar mi sprona,
per cui ciascun ragiona
de' rischi che passò. 

Dopo il crudel cimento
narra i passati sdegni,
di sue ferite i segni
mostra il guerrier così.

Mostra così contento 
schiavo, che uscì di pena,
la barbara catena,
che strascinava un dì.

Parlo, ma sol parlando
me soddisfar procuro; 
parlo, ma nulla io curo
che tu mi presti fé

parlo, ma non dimando
se approvi i detti miei,
né se tranquilla sei 
nel ragionar di me.

Io lascio un'incostante;
tu perdi un cor sincero;
non so di noi primiero
chi s'abbia a consolar. 

So che un sì fido amante
non troverà più Nice;
che un'altra ingannatrice
è facile a trovar.






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EVELINA CATTERMOLE [18.345]

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Evelina Cattermole

Eva Giovanna Antonietta Cattermole, o mejor conocida como Evelina Lina Cattermole (Florencia, 26 de de octubre de 1849 - Roma, 30 de de noviembre de 1896), fue una escritora y poeta italiana. También escribió cuentos y obras en prosa. La mayor parte de su producción se firmó con el seudónimo condesa Lara.

Obra

Poesía 

Senza Baci parole della Contessa Lara –– Collezione Francesco Paolo Frontini
Canti e ghirlande , Cellini, Firenze, 1867
Versi , Sommaruga, Roma, 1883
E ancora versi , Sersale, Firenze, 1886
Nuovi versi. Edizione postuma , Milano, Galli, 1897
Senza Baci , con versi della Contessa Lara, musica di Francesco Paolo Frontini Forlivesi, 1898

Prosa

Storie d'amore e di dolore , (raccolta di novelle)
Così è , (raccolta di novelle)
L'innamorata , (romanzo)
Novelle di Natale
Una famiglia di topi , (per bambini)
Il romanzo della bambola , (per bambini)

Ediciones

Poesie, a cura di M. Amendolara, Edizioni dell'Oleandro, Roma, 1998
Novelle toscane , a cura di C. Caporossi, Il Poligrafo, Padova, 2008
Contessa Lara, Lettere ad Angelo De Gubernatis , a cura di C. Caporossi, Otto-Novecento, Milano, 2010
L'ultima estate di Contessa Lara. Lettere dalla Riviera. 1896 , a cura di Manola Ida Venzo, con un saggio di Biancamaria Frabotta, Viella, Roma 2011



PAZ

Azota él la maleza del camino
Con aire de desdén y de importancia;
Yo, el pañuelo en la mano, por la estancia
Vago en silencio y la cabeza inclino.

Junto á una mesa un libro ora examino,
Ya aspiro de una rosa la fragancia;
Asomóme al balcón, y á la distancia
Tiendo la vista, y pienso en mi destino.

Que sola soy medito, el mundo inmenso;
Que en sus brazos mi nido busco amante,
Y es su empeñada fe mi almo tesoro.

Y corre por mis venas frío intenso,
Y á él llego, y murmuróle anhelante:
¡Tú lo sabes, mi Dios, ebria te adoro!

TRADUCCIÓN: Buenos-Aires Calisto Oyuela




CONFIDENCIAS

Nació al amparo de sombría fronda,
Allá al confín de nuestro suelo amado,
Por quemador ambiente acariciado,
Al beso de la mar límpida y honda.

Poeta, amante, extraño, audaz, que esconda
Sólo hay dos cosas, con amor sagrado,
Su pecho soñador: el venerado
Materno rostro y mi cabeza blonda.

¿Queréis saber cómo mi alma un día
Rindióse esclava á su imperioso acento?
Es algo con sabor de Andalucía.

Dejaba un sol de Mayo el firmamento,
El una rosa á la ventana mía
Me arroja, alzóla yo, y morir me siento.

TRADUCCIÓN: Buenos-Aires Calisto Oyuela




LA PALABRA DE LA ABUELA

Dulce y lento es su hablar. En otra esfera
A mi madre tornar á ver confía,
Y como al ángel que abrirá la vía,
La muerte aguarda y en la muerte espera.

Culto que el fanatismo no exagera
Conserva intacto en esta edad tardía,
Y arrostra aún la lucha más impía
Con signo santo y súplica sincera.

Cércanme dudas; mas la miro, y siento
Cual si órgano lejano me enviara
Bellas leyendas á través del viento.

Tal, que el bando de sabios, de la clara
Fría verdad á la conquista atento,
Por solo un dicho de ella yo trocara.

TRADUCCIÓN:Buenos-Aires Calisto Oyuela



SIN BESOS

Tornará en breve: su cabeza oscura
Reclinará en mi seno,
Y exigirá saber si de amargura
Se vio estas horas, sin sus besos, lleno.

Yo le diré: el dolor, dueño querido,
Callado me devora
Lejos de ti; lo sabes, no he vivido:
Haz, pues, que entre tus brazos viva ahora.

TRADUCCIÓN:Buenos-Aires Calisto Oyuela



ESTANCIA CERRADA

Sedúceme el dolor. En ver me afano
Su muda estancia, en soledad austera
Des que cerrada por nosotros fuera
Entre besos, plegarias, llanto vano.

No corrió el tiempo aquí: la tenue mano
Que aquesta aguja en la labor prendiera,
Que abrió aquel libro, y colocó ligera
Así al brasero ese sillón cercano,

Que alzar deba, parece, á cada instante
Las cortinas que esconden esa puerta,
Por la que asome un pálido semblante.

Y un punto, sin que el dulce engaño advierta,
Miro, espero en silencio, tremulante,
Mas gritando huyo luego: Es muerta, es muerta!

TRADUCCIÓN:Buenos-Aires Calisto Oyuela 


[ANTOLOGÍA DE POETAS LÍRICOS ITALIANOS
TRADUCIDOS EN VERSO CASTELLANO (1.200—1.889)
OERA RECOGIDA, ORDENADA, ANOTADA Y EN PARTE TRADUCIDA
POR Juan Luis Estelrich

PRIMERA EDICIÓN a expensas de la EXMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LAS BALEARES

PALMA DE MALLORCA ESCUELA-TIPOGRÁFICA PROVINCIAL año 1889]





Senza Baci
Evelina Cattermole
Musiche di Francesco Paolo Frontini
1905

Fra poco tornerà: la bruna testa
Mi poserà su ‘ l core,
E chiederà, fissandomi, se mesta
Priva de’baci suoi vissi quest’ore.

Io gli risponderò: Fanciullo, è muto
Il mio dolore istesso:
Lontan da te; lo sai, non ho vissuto:
Ne le tue braccia fà ch’io viva adesso.






Evelina Cattermole - Versi (1883)  I miei versi

ON NE BADINE PAS AVEC L'AMOUR

PEGGIO che al vento, se n’andran dispersi
Là giù tra ’l fango de l’ oscura via,
Risa, baci, sospir fatti armonia,
Fatti profumo in questi fogli tersi.

Qualche somaro che il sentier traversi
Li calcherà ragliando un’ omelia;
E Tizio ghignerà: La poesia
Sta ne’ fogli di banca e non ne’ versi.

La casta dama che fin dietro i letti
Bianchi de’ bimbi i frolli amanti cela,
Scandalizzar faranno i miei sonetti.

Io sempre, ricca d’alti sensi il core,
Avrò ne ’l canto che il pensier rivela
Culto la verità, nume l’amore.


Sulla porta

IL litigio era grave. Egli l’avea
Con aspri accenti e con sospetti offesa;
E fissava lo sguardo in su la rea,
Quasi ne avesse la discolpa attesa.

La testina gentil di greca dea
Scrollava ella, sdegnando esser compresa ;
E co’l picciolo piè lieve battea
Una levriera su’l tappeto stesa.

Ei si mosse a lasciarla; ed ella assorta
Tutta in un suo pensier, seguialo altera,
Fredda, senza un addio, come una morta.

Ma dubitosi, in atto di preghiera,
Si guardaron negli occhi in su la porta,
E disser sottovoce : A questa sera.




Angelo della famiglia

E’ GIORNATA di visite: ella ha corso
Più di quattr’ore per salotti e sale,
Spigliata, allegra; e tra un sorriso e un sorso
Di thè, de’l mondo intero ha detto male.

Caro soggetto d’ogni suo discorso
Un’ onta, un tradimento coniugale,
Un lucro infame: ogni parola un morso,
Ogni si dice un perfido pugnale.

Or dietro lei calunnie, ira, disprezzo,
E chi lo sa? forse un delitto; ed ella
Torna serena a la famiglia in mezzo;

Canticchiando si spoglia; indi, la sera,
Di pie congreghe, di virtù favella,
Mentre insegna a’suoi bimbi una preghiera.



Scienza di donna

MALIGNA non son mai, nè son pedante:
Ma osservo e rido. E’ quest’ amica mia,
Nuova patrizia, ricca ed elegante,
Il più mondano fior di leggiadria.

Sia che le snelle forme una pesante
Stoffa in broccato ne modelli, o sia
Che le drappi di pieghe un fluttuante
Pizzo, fino lavor d’ Andalusia,

L’arte è mai sempre a lei d’ intorno, l’arte
Che con la verga magica la tocca
Per man de le modiste e de le sarte.

Le sue rivali tanta gloria offusca :
Pur che non apra quella rosea bocca !
Basta un suo detto ad insultar la Crusca.




Mascherina

A l’ultimo veglione aveva un abito
Di raso nero, stretto,
Con un immenso strascico,
Il guanto insino a’l gomito:
E da lì, tutto nudo, un braccio splendido
Da far degna collana a Maometto.

Su’l sen, scoperto in quadro a mo’di vergine,
Fina, femminil’ esca,
Non i gioielli soliti,
Ma de’fiori e de i pampani,
Che in mezzo a le sue carni armonizzavano
Come in un canestrin di frutta fresca.

Sovra il picciolo capo un visibilio
Di ciocche indipendenti,
Impregnate d’ effluvi;
Due occhi che brillavano
A traverso a ’l velluto de la maschera,
Come ne’l tenebror due fari ardenti.

Fra i labbri aperti dei dentini candidi
Pari a chicchi di riso....
Io pensavo, studiandola
Come tipo di femmina,
Quanto sangue, quant’ oro e quante lacrime
Assorbito avrà mai con quel sorriso.




Viaggiando

IN treno: ad una piccola stazione
Sotto l’ Alpi, un momento di fermata.
Io, da un triste viaggio affaticata,
Guardavo una fanciulla ad un balcone.

Giù, in quel cangiante accozzo di persone,
Gettò una lunga e pensierosa occhiata,
Mentre ne la mantiglia inviluppata,
Da’l vento si schermìa de’l suo burrone.

Che l’ attraeva ? Il desiderio intenso
Di mutar cielo, d’ affrontar l’ ignoto ?
Provava ella per noi d’ invidia un senso ?

O un senso di pietà per chi si parte
Da un fido asilo, a ricercar ne’l vuoto
Mondane ebbrezze o qualche sogno d’arte?





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ROJL BOIMVOL [18.346]

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ROJL BOIMVOL 

Nacida en 1914 en Odessa, Ucrania. Hija de un hombre de teatro, estudió en la Universidad de Moscú, ciudad en la que vivió hasta 1971, colaborando en la revista Sovietish Heimland y publicando poemas y relatos para niños y adultos. En el año 1971 se trasladó a Israel con su marido, el poeta Zioma Teliesin.



22 de junio

Salí, cerré la puerta
sin ocurrírseme que desaparecería de inmediato
y con ella, la casa entera;
que un edificio pueda tan sencillamente desatarse

y desparramar sus muros y cristales;
que en un instante pueda consumirse
todo aquello que levantara el hombre,
todo lo que entibiara con sus manos.

Salí, cerré la puerta,
y no se me ocurrió que nunca volvería;
que esa calle que conduce desde casa descarría;
que es el principio de un durísimo camino.

Cerré la puerta por un momento apenas,
sin despedirme de nadie siquiera,
echándome a andar sonriente
hacia la triste suerte que me aguardaba.

De lo que estaba por suceder nada sabía,
Pero ahora lo se todo, hasta el espanto;
Ahora es mi pecho una leona
Esta, mi voz, que era en mi garganta un pájaro.

1942 




Antología de la poesía ídish del siglo XX
Selección y versión de  ELIAHU TOKER 







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FRANCISCO DE ASÍS [18.347]

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Francisco de Asís

Francisco de Asís (en italiano Francesco d’Assisi, nacido Giovanni di Pietro Bernardone; Asís, 1181/1182 -ibídem, 3 de octubre de 1226) es un santo italiano, que fue diácono, fundador de la Orden Franciscana, de una segunda orden conocida como Hermanas Clarisas y una tercera conocida como tercera orden seglar, todas surgidas bajo la autoridad de la Iglesia católica en la Edad Media.

De ser hijo de un rico comerciante de la ciudad en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y observancia de los Evangelios. En Egipto, intentó infructuosamente la conversión de los musulmanes al cristianismo. Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual manera. Tal forma de vivir no fue aceptada por algunos de los nuevos miembros de la orden mientras ésta crecía; aun así, Francisco no fue reticente a una reorganización. Es el primer caso conocido en la historia de estigmatizaciones visibles y externas. Fue canonizado por la Iglesia católica en 1228, y su festividad se celebra el 4 de octubre. Es conocido también como il poverello d'Assisi (‘el pobrecillo de Asís’, en italiano).

Contexto histórico

En el siglo XII se hicieron cambios fundamentales en la sociedad de la época: el comienzo de las Cruzadas y el incremento demográfico, entre otros motivos, influyeron en el incremento del comercio y el desarrollo de las ciudades. La economía seguía teniendo su base fundamental en el campo dominado por el modo de producción feudal, pero los excedentes de su producción se canalizaban con mayor dinamismo que en la Alta Edad Media. Aunque todavía no se estaba produciendo una clara transición del feudalismo al capitalismo y los estamentos privilegiados (nobleza y clero) seguían siendo los dominantes, como lo fueron hasta la Edad Contemporánea, los burgueses (artesanos, mercaderes, profesionales liberales y hombres de negocios) comenzaban a tener posibilidades de ascenso social. La Iglesia, protagonista de ese tiempo, también se vio influida por la nueva riqueza: no eran pocas las críticas a algunos de sus ministros que se preocupaban más por el crecimiento patrimonial y sus relaciones políticas de conveniencia.

Debido a ello, diversos movimientos religiosos surgieron en rechazo a la creciente opulencia de la jerarquía eclesiástica en esa época, o se dedicaron a vivir más de acuerdo con los postulados de una vida pobre y evangélica. Algunos de ellos medraron afuera de la institución y vivieron a su manera; tales movimientos fueron condenados hasta el punto de considerarlos herejes. Los cátaros predicaban entre otras cosas el rechazo a los sacramentos, las imágenes y la cruz.8 Otras organizaciones como la creada por San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, por el contrario, nacieron bajo sumisión a la autoridad católica y fueron conocidas con el nombre genérico de "los monjes mendicantes". Este movimiento logró que la mayoría de la Iglesia se alejase de la opulencia, algo que tornaría en el siglo XIV.

Infancia y juventud

Francisco de Asís nació bajo el nombre de Giovanni. Sus padres fueron Pietro Bernardone dei Moriconi y Donna Pica Bourlemont, provenzal; tuvo al menos un hermano más, de nombre Angelo. Su padre era un próspero comerciante de telas que formaba parte de la burguesía de Asís y que viajaba constantemente a Francia a las ferias locales. Entre algunas versiones, fue la afición a esta tierra por lo que su padre lo apodó después como Francesco o el francesito; también es probable que el pequeño fuera conocido más adelante de este modo por su afición a la lengua francesa y los cantos de los trovadores.

Francisco recibió la educación regular de la época, en la que aprendió latín. De joven se caracterizó por su vida despreocupada: no tenía reparos en hacer gastos cuando andaba en compañía de sus amigos, en sus correrías periódicas, ni en dar pródigas limosnas; como cualquier hijo de un potentado tenía ambiciones de ser exitoso.

En sus años juveniles la ciudad ya estaba envuelta en conflictos para reclamar su autonomía del Sacro Imperio. En 1197 lograron quitarse la autoridad germánica, pero desde 1201 se enfrascaron en otra guerra contra Perusa (Perugia), apoyada por los nobles desterrados de Asís. En la batalla de Ponte San Giovanni, en noviembre de 1202, Francisco fue hecho prisionero y estuvo cautivo por lo menos un año.

Desde 1198 el pontificado se hallaba en conflicto con el Imperio, y Francisco formó parte del ejército papal bajo las órdenes de Gualterio de Brienne contra los germanos.

Estatua de San Francisco en Asís que lo representa regresando a la ciudad tras abandonar la guerra.

De acuerdo con los relatos, fue en un viaje a Apulia (1205) mientras marchaba a pelear, cuando durante la noche escuchó una voz que le recomendaba regresar a Asís. Así lo hizo y volvió ante la sorpresa de quienes lo vieron, siempre jovial pero envuelto ahora en meditaciones solitarias.

Empezó a mostrar una conducta de desapego a lo terrenal. Un día en que se mostró en un estado de quietud y paz sus amigos le preguntaron si estaba pensando en casarse, a lo que él respondió: Estais en lo correcto, pienso casarme, y la mujer con la que pienso comprometerme es tan noble, tan rica, tan buena, que ninguno de vosotros visteis otra igual. Hasta ese momento todavía no sabía él mismo exactamente el camino que había de tomar de ahí en adelante; fue después de reflexiones y oraciones que supo que la dama a quien se refería era la Pobreza.

El punto culminante de su transformación se dio cuando convivió con los leprosos, a quienes tiempo antes le parecía extremadamente amargo mirar. Se dedicó después a la reconstrucción de la capilla de San Damián. Según los relatos, lo hizo después de haber visto al crucifijo de esta iglesia decirle: Francisco, vete y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas. Entonces decidió vender el caballo y las mercancías de su padre en Foligno, regresó a San Damián con lo ganado y se lo ofreció al sacerdote, pero este lo rechazó.

Su padre, al darse cuenta de la conducta de su hijo, fue enojado en su búsqueda, pero Francisco estaba escondido y no lo halló. Un mes después fue él mismo el que decidió encarar a su padre. En el camino a su casa, las personas con que se encontró lo recibieron mal y, creyéndolo un lunático, le lanzaron piedras y lodo.

Francisco ante las autoridades eclesiales

Su padre le reprendió severamente, tanto que lo encadenó y lo encerró en un calabozo. Al ausentarse el airado padre por los negocios, la madre lo libró de las cadenas. Cuando regresó, fue ella quien recibió las reprimendas del señor de la casa, y fue otra vez en búsqueda del muchacho a San Damián, pero Francisco se plantó con calma y le reafirmó que enfrentaría cualquier cosa por amor a Cristo. Pietro Bernardone, más preocupado por lo perdido de su patrimonio, acudió a las autoridades civiles a forzarlo a presentarse, pero el joven rehusó hacerlo con el argumento de no pertenecer ya a la jurisdicción civil, por lo que las autoridades dejaron el caso en manos de la Iglesia.

Francisco se sometió al llamado de la autoridad eclesial. Ante el requerimiento de devolver el dinero frente a su padre y al obispo de Asís, de nombre Guido, no sólo lo hizo, sino que se despojó de todas sus vestimentas ante los jueces, proclamando a Dios desde ese momento como su verdadero Padre. Ante esto, el obispo lo abrazó y le envolvió con su manto.

Comienzos de la orden

No se sabe con certeza cuántas iglesias en ruinas o deterioradas reconstruyó; entre ellas, a la que más estima tenía era la capilla de la Porciúncula (“la partecita”, llamada así porque estaba junto a una construcción mayor).

Allí fue donde recibió la revelación definitiva de su misión, probablemente el 24 de febrero de 1208, cuando escuchó estas palabras del Evangelio: No lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos... (Lc., 10). Así, cambió su afán de reconstruir las iglesias por la vida austera y la prédica del Evangelio. Después de someterse a las burlas de quienes lo veían vestido casi de trapos, ahora su mensaje era escuchado con atención, y al contrario de otros grupos reformadores de la época, el suyo no era un mensaje de descalificaciones ni anatemas.

En unos meses sus discípulos eran once: Bernardo di Quintavalle, Pedro Catani, Gil, Morico, Bárbaro, Sabatino, Bernardo Vigilante, Juan de San Constanzo, Angelo Tancredo, Felipe y Giovanni de la Capella.

Bajo la pobreza que Francisco predicaba y pedía, los frailes hacían sus labores diarias atendiendo leprosos, empleándose en faenas humildes para los monasterios y casas particulares, y trabajando para granjeros. Pero las necesidades cotidianas hacían la colecta de limosna inevitable, labor que Francisco alentaba con alegría por haber elegido el camino de la pobreza. Comenzó también la expansión del mensaje evangélico, y para ello los estimuló a viajar de dos en dos.

Audiencia ante el Papa para la aprobación de la regla

Hacia abril o mayo de 1209, Francisco se decidió a presentarse ante el papa Inocencio III, para que le aprobara la primera regla de la Orden. Con ese fin, él y sus acompañantes emprendieron el viaje a Roma.

Fue bajo la intervención del obispo Guido de Asís como pudo tener audiencia con el Papa. Éste y ciertos cardenales objetaban el programa franciscano por el peligro de crear otra organización nueva, debido a los movimientos anticlericales de la época y a la falta de una mínima base material de la orden; pero bajo la influencia del cardenal Juan de San Pablo y su apoyo, Francisco pudo tener una nueva audiencia para que se considerara la aprobación de su hermandad de pobres.

El Papa por fin aprobó la regla verbalmente, al convencerse de que la ayuda de un hombre como Francisco reforzaría la imagen de la Iglesia con su prédica y su práctica del Evangelio. No se conoce el contenido de esta primera regla. Fue por esta época (seis años después de su conversión según Celano) cuando fundó, junto a Clara de Asís, la llamada segunda orden.

Rivotorto

Camino de vuelta a Asís, él y sus acompañantes se ubicaron en un lugar llamado Rivotorto, donde consolidaron sus principios de vivir en la pobreza, conviviendo entre los campesinos locales y atendiendo a leprosos; desde entonces se hacían llamar a sí mismos Hermanos Menores o Frailes Menores (el nombre fundacional de la congregación es Ordinis Fratrorum Minorum, abreviado O.F.M.).

Después de la estadía en Rivotorto, buscó una sede para su orden; para ello pidió la ayuda del obispo Guido, pero no consiguió respuesta favorable. Fue un abad benedictino del Monte Subasio quien le ofreció la capilla de la Porciúncula y un terreno adyacente (propiamente la partecita, la porcioncita). Francisco aceptó, pero no como un regalo, sino que pagaba como renta canastas con peces.

Crecimiento y expansión

Francisco dando un sermón a las aves, según fresco de Giotto en la Basílica dedicada al santo.

Dentro del ánimo de la época de los viajes hacia el Este, hizo un intento de ir a Siria para la expansión del Evangelio en la tierra de los llamados «infieles». Esto sucedió probablemente a finales del año 1212 y nuevamente dos años más tarde, pero ambas empresas se frustraron.

Antes de 1215 el número de frailes se había incrementado, no sólo en Italia sino en el sur de Francia y en los reinos de España. Viajaban los franciscanos de dos en dos y convivían con la gente común; además, establecían ermitas en las afueras de las ciudades.

Concilio de Letrán

Durante el Concilio de Letrán de 1215, la organización adquirió un fuerte estatus legal; en ese año se decretó que toda nueva orden debía adoptar la Regla de San Benito o la de San Agustín. Para los Frailes Menores no hubo necesidad de esto, por haber sido aceptados seis años antes (aunque de palabra y no oficialmente). En este concilio el Papa Inocencio III tomó la letra Tau como símbolo de conversión y señal de la cruz;29 de ahí en adelante el poverello fue devoto de este símbolo.

En esa época, el cardenal Hugolino les ofreció a él y a Domingo de Guzmán la posibilidad de formar cardenales de las filas de sus órdenes. Francisco, según las crónicas de Tomás de Celano, acorde con sus principios respondió: «Eminencia: mis hermanos son llamados frailes menores, y ellos no intentan convertirse en mayores. Su vocación les enseña a permanecer siempre en condición humilde. Mantenedlos así, aún en contra de su voluntad, si Vuestra Eminencia los considera útiles para la Iglesia. Y nunca, os lo ruego, les permitáis convertirse en prelados.

Indulgencia en la Porciúncula

Bajo el pontificado de Honorio III en 1216, se promovió la indulgencia plenaria a favor de todo aquel que visitara la iglesia de Santa María de los Ángeles de Porciúncula. Obtuvo Francisco esa gracia del Papa para que la peregrinación se realizara una vez al año, pero bajo fuerte oposición, puesto que pocos lugares podían disfrutar de tan alto privilegio.

Desde el año 1217 organizó capítulos en el que los Frailes Menores se reunían para intercambiar experiencias; para la organización apropiada de los territorios en que los frailes se habían dispersado, organizó también provincias de evangelización.

Viaje a Oriente

Captura de Damieta durante las cruzadas, óleo de Cornelis Claesz. van Wieringen.

Hacia el capítulo de 1219, la orden tuvo sus primeras disensiones respecto de las normas de pobreza dictadas por Francisco. Algunos persuadieron al cardenal Hugolino para que hablara con él, a fin de que la orden fuera dirigida por hermanos «más sabios» y de acuerdo con reglas como la de San Benito, a lo que el poverello se opuso recalcando la forma de vida de humildad y simplicidad. La innovación que brotó de este encuentro fue la organización de misiones a las llamadas «tierras paganas».

En 1219 se embarcó hacia el oriente, pasando por Chipre, San Juan de Acre y Damieta en el delta del Nilo, donde los cruzados estaban bajo la orden del duque Leopoldo VI de Austria. Allí, Francisco los previno de que había sido alertado por Dios de que no realizaran ningún ataque; ante sus palabras, los soldados se burlaron de él. El resultado de la siguiente batalla fue un desastre para los cruzados. Continuó su estadía y el aprecio hacia su persona crecía, incluso algunos caballeros abandonaron las armas para convertirse en frailes menores.

Frente al sultán de Egipto


Tomó como misión la conversión de los musulmanes. Para ello se acompañó del hermano Illuminato para adentrarse en esas tierras; al encontrarse con los primeros soldados sarracenos fue golpeado, pero inmediatamente pidió ser llevado ante el sultán de Egipto al-Malik al-Kamil.

Según las crónicas de Buenaventura, el poverello, en su afán de convertirlo al cristianismo, invitó a los ministros religiosos musulmanes a entrar con él en una gran fogata (equivalente a una ordalía o prueba del fuego), para así demostrar qué religión era la verdadera; los mulás rehuyeron la propuesta. Francisco ofreció entrar solo y retó al Sultán a que, si salía ileso, se convertiría al cristianismo e incitaría a su pueblo a hacerlo; el príncipe rechazó también esa posibilidad. Al final, sus pretensiones se frustraron. En reconocimiento, el sultán de Egipto entregó a Francisco un cuerno de marfil finamente tallado que habría oficiado de pasaporte en tierras musulmanas y que se conserva en la Basílica de Asís. Tiempo después, Francisco obtuvo del sultán al-Mu'azzam de Damasco, hermano de al-Malik, permiso sólo para visitar Siria y Tierra Santa.

Crisis y reorganización

La orden, durante su ausencia, sufrió una crisis: hubo disensiones, falta de organización y desacuerdos con la ruda vida diaria. El rumor sobre la muerte de Francisco en el Oriente dio pie a implantar reformas, entre ellas ciertas medidas disciplinarias, ayunos e incluso la institución de una casa de estudio en Bolonia; muchos consideraron estos cambios contrarios a la idea original del fundador. Enterado de estos sucesos, Francisco fue ante el Papa Honorio III y le rogó que designara al cardenal Hugolino para reorganizar la orden.

Las nuevas disposiciones tuvieron un nuevo Ministro General, Elias Bombarone, y una nueva regla, la de 1221 (Regla no bulada) que entre otros temas trató el año de noviciado, la prohibición del vagabundeo y de la desobediencia ante órdenes contrarias a los principios franciscanos.

La tercera orden

Ante el incremento de las vocaciones y el peligro de inclusión de gente de dudosa vocación espiritual, nació la llamada Tercera Orden, para permitir a hombres y mujeres laicos vivir el Evangelio tras las huellas de Francisco. Obtuvo su estatus legal en 1221 también con la ayuda del cardenal Hugolino. Es en posteriores escritos como se rescata su contenido, porque el original se perdió. Consistía de trece capítulos en los que se reglamentaba la santificación personal de los terciarios, su vida social y la organización de la nueva fraternidad.

Bajo influencia nuevamente de este cardenal, la orden reabrió el convento de Bolonia para el estudio, a pesar de la convicción de Francisco de la primacía de la oración y la prédica de los Evangelios por sobre la educación formal.

La regla definitiva

Bajo la insistencia de ministros de la orden, fue obligado a redactar una nueva regla, ya que ciertos opositores a la entonces vigente consideraban que le faltaba consistencia y definición, y que eso le impedía obtener una definitiva aprobación del Papado. Nuevamente aceptó las exigencias. Para ello se retiró dos veces a la ermita de Fonte Colombo cerca de Rieti, a redactar una definitiva regla bajo ayuno y oración. El 29 de noviembre de 1223, con otra participación del cardenal Hugolino, la regla tuvo su forma definitiva y fue aprobada por el Papa Honorio III.

Navidad en Greccio

Terminada la labor de aprobación de la regla definitiva, Francisco decidió retornar a Umbría. Debido a la cercanía de la Navidad, a la que él tenía especial aprecio, quiso celebrarla de manera particular ese año de 1223; para ello convidó a un noble de la ciudad de Greccio, de nombre Juan, a festejar el nacimiento de Jesucristo en una loma rodeada de árboles y llena de cuevas de un terreno de su propiedad.

Pretendió que la celebración se asemejara lo más posible a la natividad de Jesús, y montó un pesebre con animales y heno; pobladores y frailes de los alrededores acudieron a la misa en procesión. Allí el poverello asistió como diácono y predicó un sermón. Aunque no fue la primera celebración de este tipo, es considerada un importante evento religioso, una fiesta única.

Los estigmas

San Francisco de Asís recibiendo los estigmas según José de Arce, imagen del siglo XVII, titular de la Parroquia de San Francisco de Asís y Santuario Mariano de Nuestra Señora de la Soledad, Las Palmas de Gran Canaria, Canarias.

Francisco asistió en junio de 1224 a lo que fue su último capítulo general de la orden. Hacia principios de agosto decidió hacer un viaje a un lugar aislado llamado Monte Alvernia, a unos 160 kilómetros al norte de Asís; escogió para este viaje a algunos de sus compañeros: León, Angelo, Illuminato, Rufino y Masseo, a quien el poverello puso al mando del grupo.

Estando en la cima, fue visitado por el conde Orlando, quien llevaba provisiones a los hermanos. Francisco le pidió construirle una cabaña a manera de celda, donde después se aisló. La oración ocupó un lugar central en la vida de Francisco; para ello buscaba la vida eremítica, el silencio y soledad interior. Reforzaba sus plegarias postrándose, ayunando, e incluso, gesticulando.

En ese lugar, León fue testigo de los actos de su soledad: lamentos por el futuro de la orden y estados de éxtasis. Al saber que era espiado, decidió irse a un sitio más apartado en una saliente de montaña. En la fiesta de la Asunción Francisco decidió hacer un ayuno de cuarenta días.

Por órdenes del poverello, León lo visitaba dos veces para llevarle pan y agua. Según los relatos que recogieron los testimonios de León, éste fue testigo de la aproximación y alejamiento de una bola de fuego que bajaba del cielo; por este prodigio, Francisco le comentó que algo grande estaría por ocurrir. Le hizo abrir tres veces el misal para encontrar respuesta, y las tres veces se abrió en la historia de la Pasión de Jesús.

Probablemente el 14 de septiembre de 1224, oró para recibir dos gracias antes de morir: sentir la Pasión de Jesús, y una enfermedad larga con una muerte dolorosa. Después de intensas oraciones, entonces en un trance profundo —según relato de San Buenaventura — el mismo Nazareno se le presentó, crucificado, rodeado por seis alas angélicas, y le imprimió las señales de la crucifixión en las manos, los pies y el costado; posteriormente, sus hermanos vieron los estigmas de Francisco, que él conservó por el resto de su vida. Sin embargo, Francisco -al igual que otros santos estigmatizados- hizo todo lo posible para ocultarlos a la vista de los demás por considerarse indigno, no del dolor que sentía, sino de ser portador de las señales de la Pasión de Cristo. Por eso, fue desde entonces con las manos metidas entre las mangas del hábito, y con los pies cubiertos por medias y zapatos.

Muerte

Retornó a la Porciúncula acompañado sólo por León; en su camino hubo muestras de veneración al estigmatizado, aparentemente su acompañante hacía saber a todos acerca del prodigio. Mientras tanto, su salud —que desde mucho tiempo antes nunca fue buena del todo— empeoraba: El sangrado de sus heridas lo hacía sufrir constantemente. En el verano de 1225 pasó un tiempo en San Damián bajo el cuidado de sus allegados.

Fue durante esta temporada cuando compuso el Cántico de las criaturas, que hizo también cantar a sus compañeros. Se encaminó luego a Rieti, rodeado del entusiasmo popular por tocarlo o arrancar algún pedacito del paupérrimo sayo que vestía, y se instaló en el palacio del obispo. Después se hospedó en Fonte Colombo, donde fue sometido a tratamiento médico, que incluyó cauterizar con un hierro ardiente la zona desde la oreja hasta la altura de la ceja de uno de sus ojos; según los relatos, Francisco no sintió dolor al «platicar» con el fuego para que no lo dañara. Otro intento para ser tratado por renombrados médicos fue hecho en Siena, sin buen resultado.

Deseó volver a la Porciúncula a pasar sus últimos días. Arribó a Asís y fue llevado al palacio del obispo y resguardado por hombres armados, puesto que la localidad estaba en estado de guerra. En su lecho escribió su Testamento. En sus últimos momentos entonó nuevamente su Cántico al Hermano Sol —al que agregó un nuevo verso dedicado a la hermana Muerte— junto a Angelo y León.

La tumba de Francisco en Asís

De acuerdo con su último deseo, fue encaminado a la Porciúncula, donde se estableció en una cabaña cercana a la capilla. Murió el 3 de octubre de 1226 a la edad de 44.

Así relata San Buenaventura la verificación de las llagas de Francisco después de su muerte:

Al emigrar de este mundo, el bienaventurado Francisco dejó impresas en su cuerpo las señales de la Pasión de Cristo. Se veían en aquellos dichosos miembros unos clavos de su misma carne, fabricados maravillosamente por el poder divino y tan connaturales a ella, que, si se les presionaba por una parte, al momento sobresalían por la otra, como si fueran nervios duros y de una sola pieza. Apareció también muy visible en su cuerpo la llaga del costado, semejante a la del costado herido del Salvador. El aspecto de los clavos era negro, parecido al hierro; mas la herida del costado era rojiza y formaba, por la contracción de la carne, una especie de círculo, presentándose a la vista como una rosa bellísima. El resto de su cuerpo, que antes, tanto por la enfermedad como por su modo natural de ser, era de color moreno, brillaba ahora con una blancura extraordinaria. Los miembros de su cuerpo se mostraban al tacto tan blandos y flexibles, que parecían haber vuelto a ser tiernos como los de la infancia. Tan pronto como se tuvo noticia del tránsito del bienaventurado Padre y se divulgó la fama del milagro de la estigmatización, el pueblo en masa acudió en seguida al lugar para ver con sus propios ojos aquel portento, que disipara toda duda de sus mentes y colmara de gozo sus corazones afectados por el dolor. Muchos ciudadanos de Asís fueron admitidos para contemplar y besar las sagradas llagas. Uno de ellos llamado Jerónimo, caballero culto y prudente además de famoso y célebre, como dudase de estas sagradas llagas, siendo incrédulo como Tomás, movió con mucho fervor y audacia los clavos y con sus propias manos tocó las manos, los pies y el costado del Santo en presencia de los hermanos y de otros ciudadanos; y resultó que, a medida que iba palpando aquellas señales auténticas de las llagas de Cristo, amputaba de su corazón y del corazón de todos la más leve herida de duda. Por lo cual desde entonces se convirtió, entre otros, en un testigo cualificado de esta verdad conocida con tanta certeza, y la confirmó bajo juramento poniendo las manos sobre los libros sagrados.

Al día siguiente, el cortejo fúnebre se encaminó hacia San Damiano y después a San Giorgio, donde fue sepultado. Fue canonizado el 16 de julio de 1228. Sus restos se encuentran en la Basílica de San Francisco en Asís.


Cántico del hermano sol

Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo,
y ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre.

Alabado seas, mi Señor, por todas las criaturas,
especialmente mi señor el hermano sol,
el cual proporciona el día y gracias al cual nos alumbras,
y él es bello y radiante con gran esplendor:
y de ti, Altísimo, lleva la significación.

Alabado seas, Señor mío, por el hermano viento
y por el aire y la nube.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y pleno de fuerza y vigor.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos como las flores de colores y la hierba.

Alabado seas tú, mi Señor, por aquellos que por tu amor perdonan,
y soportan la pena y la tribulación.

Bienaventurados aquellos que perseveran en la paz,
que por ti, Altísimo, han de ser coronados.

Alabado seas, Señor mío, por la hermana nuestra muerte corporal,
de la cual ningún hombre vivo puede escapar:
¡y ay de aquellos que morirán en pecado mortal!
Bienaventurados aquellos
a quienes encontrarás haciendo tu santísima voluntad,
porque la segunda muerte no les hará daño.

Alabad y bendecid a mi Señor y dadle gracias
y servidle con gran humildad.

Francisco de Asís, incluido en Antología esencial de la poesía italiana (Editorial Espasa Calpe, Madrid, 1999, selecc. de Antonio Colinas, varios trad.; trad. de Antonio Colinas para este poema).




Oración de san Francisco

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh Maestro, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.

[En algunas versiones se agrega un «amén» final, para darle más verosimilitud como oración cristiana].




Saludo de San Francisco de Asís
a La Virgen María.

¡Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios,
María, virgen convertida en templo,
y elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por El con su santísimo
Hijo amado y el Espíritu Santo Paráclito;
que tuvo y tiene toda la plenitud de la gracia
y todo bien!

¡Salve, palacio de Dios!
Salve, tabernáculo de Dios!
¡Salve, casa de Dios!
¡Salve, vestidura de Dios!
¡Salve, esclava de Dios!
¡Salve, Madre de Dios!
¡Salve también todas vosotras,
santas virtudes, que, por la gracia
e iluminación del Espíritu Santo
sois infundidas en los corazones
de los fieles para hacerlos,
de infieles, fieles a Dios!





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FLORA LEVI [18.348]

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FLORA LEVI

Nací en Buenos Aires  un 18 de enero de 1950. Empecé a escribir en el año 2007. No tengo publicación alguna.
Sólo un conjunto de poemas  que esperan.





Mes a mes
la cámara mira la orquídea y sigilosa
la atrapa: son cinco las flores de la vara 

Noviembre veinte, paro general: veo
dos brotes nuevos.
           Seguramente nacerán en navidad.




La  radio  

“Hay más noticias para este boletín”
repetía Ariel Delgado. 
La radio  se metía en nuestras vidas
como Hilda Bernard y Oscar Casco
en las tarde de novelas.
Los reyes, las reinas, las trampas de la abuela
contar porotos y la magia 
la soberana magia
que repite día tras día
las travesuras del sol en la vereda. 





Ademanes del insomnio

Desaparecen los segundos
el esqueleto del reloj  despierta  palabras
inconsistencias   cotidianas
repetidas
impiadosas.

Detrás de  la puerta 
efímeros  otoños de  flores  amarillas
y una mueca
que delata la lágrima.







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MARY-JANE NEWTON [18.349]

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Mary-Jane Newton  

Nació en la India y creció en Alemania. Es autora de dos colecciones de poesía,  Of Symbols Misused (2011) and Unlocking (2013), ambos publicados por Proverse Hong Kong, y su trabajo ha sido publicado en numerosas revistas literarias y antologías internacionales. Es directora editorial en Macmillan Publishers China y actualmente vive en Hong Kong con su marido y su hija.


Traducciones de Ricardo Rubio

Asesinato

si estás enferma
quizás la luna
solo sea po-po-poesía
y yo sea la cura
que asimiles
descártenlos
treinta balas
para el rey
treinta consonantes
consumidas, conspiradas
y en su sangre
la reina
debe unir con líneas de sable
la surcada
piel desnuda
un parásito
y tú y
palabras nada más
que picazón inútil
bailando con tus
correligionarios
después de haber irrumpido
en el palacio
dedos refregando ojos
estómagos atiborrados
mira por ti mismo
el futuro
en los astros
está abierta y desnuda
liberada y cantando



El cometa

                             para Saskia

Uno puede contar una historia
empezando por la mitad
empezando por el principio
o por el final
pero les contaré la mía
en pleno vuelo:
Cierto es que
el cometa destelló cruzando el cielo
como los hombres del Apocalipsis dijeron que lo haría,
comenzó un viento caliente
y las hojas de los sicomoros
yacían alrededor como
estrellas amarillas cortadas por niños inexpertos
Estuve expectante ante el suceso
y cuando sucedió
el instante heló mi sangre y
castañeteó sus dientes como un perro rabioso
y plantó un cometa del tamaño de un granero
justo en el centro
del baldío de nuestro barrio
Cuando llegó fue un siseo, una ráfaga,
una conmoción, una convulsión del corazón,
una lesión del tiempo
y los hombres del Apocalipsis
alzaron sus brazos y se sintieron aliviados y saludaron con prudencia
y tal vez debería decirles que, en realidad,
el cometa era una perla en mi pecho
que había caído y ostrado mi corazón
y tal vez debería decirles que, en realidad,
ustedes son el cometa
y que giré de mi post mortem
tomando el lugar del impacto
viendo el fin del mundo
y amando cada minuto



La cita

Te emplazan una cita
en la madrugada
en un hotel
y no puedes decir que no
tienes que ir
y cuando llegas
ahí está el mar de fondo y el reflujo de la pobreza
el sentido humano erosionado apestaba
se refregaron las caras contra
una antigua rueda de necesidades
los gritos atormentados de los bebés
las madres lavando enfermos en las piletas
y maleteros del infierno
soltando venenos, acarreando saliva
y hombres entre las piernas de mujeres delirantes
y luego te enteras
que los pasillos están llenos de sombras
y en las sombras cuelgan cuerpos incrustados el aire
los blancos asoman en sus ojos
las manos hinchadas y arrugadas las tripas
también cuelgan voces perdidas
suspendidas como ropa olvidada
puesta a secar
y maletas abandonadas llenas de vacío
pensamientos y risa
y el demonio presidiéndolo todo
está programado para llamarte por tu nombre
pero no ha pronunciado tu nombre
de modo que esperas y te asombras
y compruebas las puertas del hotel
pero ninguna está donde tiene que estar
y necesitas estar allí ahora
ya estás retrasado
y entonces es cuando empiezas a sospechar
que es una ruta espiralada dentro del alma de la oscuridad
y que se hunde hacia dentro
y tal vez tu nombre nunca se pronuncie
y nunca llegaste


Manos negras

Intenté correr pero mis piernas se quemaron y se derrumbaron;
Intenté volar pero mis alas fueron atadas con un hilo de veneno;
Intenté nadar, pero mi cuerpo era blando y se plegaba en el agua;
Intenté escalar, pero mis brazos fueron comidos por unas fauces con dientes afilados;
¿Quién me derritió?, ¿quién me rompió? ¿Quién dejó que mi núcleo se echara a perder?
Fuiste tú desde las sombras. El otro que intenta sobrevivir.
No hay nada tan triste como piernas que fracasan al correr, alas que no pueden volar.
¡Nada tan pobre como el corazón que llora, que puedo cambiar!
Nada tan negro como las manos que mantienen el secreto.
Te permito ser.




de Of Symbols Misused



Chess

A Love Poem

‘Peel it all away,’ I said to the pawn
who made this move and that,
‘To get to me,’ I added.
Sheepishly, I looked down onto
the white square that bore my feet.
It was those fantasies of
an aristocratic life that turned me
naked. A laughing stock.
‘And by the way, I love you.’
A roosting bird fell from its pole.
You moved to black. You drew from
your limbs an ace of hearts;
cornered my queen.
A sigh. Was it yours? Or mine?
Uncertain, I falter. The verb
‘To give’ is forbidden in this game,
that isn’t really a game. We know
that much. ‘I apologize,’ I said,
and mean it. But I dare you;
juxtapose a sickness after love!
My shame fades my desire.
The last move dawns.




If You Are a Poet

If you are a poet, kneel!
If you are a poet, wash your hands with oil.
Throttle the king;
love better the weak;
turn a blind and hungry eye.

If you are a poet, paint the dove white.
Spit in the yawn of my face.
Swallow the needles;
whisper to the Gods.

If you are a poet, bleed out;
forget the red silken band.
Watch the lazy clock;
miss the train.

If you are a poet, deny!

If you are a poet, sleep in the warmth of my lap.
Throw the piano;
bend the unbendable;
send back the message.

If you are a poet, sink in the shallow water;
slap your aching wrists;
look up to the liars;
smell the burnt air.

If you are a poet, shuffle the cards;
fly, fly like a drunken goose;
bury the treasure;
hold shut your heart.

If you are a poet, leave!

If you are a poet, return to your body.
Study the curved breast.
Lick the dry sand from your lips;
smile at the jester.

If you are a poet, draw longer your brow.
Plunge deeper the dagger;
lose your temper;
follow the wild stallion.

If you are a poet, take the blame:
march on the barren fields,
set free the broken birds,
lie still in your pain.

If you are a poet, wane with the moon!

If you are a poet, tie me to the mast.
Meet me half way,
drink the full cup,
set fire

to your
weary
body.





The Snowberry in Me

Barren the stalk, the air is clear —
delicate and small, yet dangles the berry,
beguiled. Ice-cold fragrance hugs
a jam-packed silver void.
Silken, fragile, the berry’s sheer skin —
both taut and tender in my mind,
bounds a baleful, inward tug —
the pull of netherwordly time.
Vitreous roots swallow the light,
leaves, ironclad, shimmer and glisten,
the calyx, leaf fibres, close-packed and lucent:
this phlegmatic solitude defines the I.
Your love is my frost.
I carry your winter within me.




The Toecutter

We see how the drowsing harbour sinks its mist in morning gold
and how shipyard workers smell of salt and rusty nail.
Fishermen’s wives gut through another day’s produce, while
blue-green algae sprawl on ship bows and on granite block.
The Toecutter is in town. He hastens, head down,
hands in pockets, his arms exposing kaleidoscopic totems
of a tattooed glory. He has opened the box. The box of boxes.
The box nobody dared unbolt before. Its lid a weary load,

still in his hands as words once spoken now seek him
like a shoal of spectres. He halts, rests his finger and
closes it again, an act little more than wishful thinking.
He hastens, head down, hands in his pockets, along a littered street.

And he enters the house, her house, takes the lift and watches
numbers light up in their ascension; 14 … 15 … 16 …
He looks at the floor, at the ceiling; he stands stock still
and yet is always moving. He is a raging child, barely contained.

His body, rigid as a puppet, jerks toward her room.
He is on his way to surrender to his Old Lady. She almost
comforts, almost loves. He cannot get enough of her or his own
hope. He will see her again and count her amongst his wounded.

‘Poetry, or creativity like this has a short half life,’ he mutters in a tone
inhuman. Leaving the house he smiles like an old and flatulent
summer pond, more sunned upon than sunning. His Old Lady? She is
an echo and a buttress of his identity; an abstraction. The toe fell.

It was an accident, or so they say. He leaves, meanders, becoming
snagged among the barbs of one thought, getting lost in the
loops of the next. He is pained, we know it. The box pins him to
the ground, a wish to sail pricks him like an etherized needle.

He hastens again, head down, hands deep in his pockets.
The box weighs heavy in his trousers, stashed. The skin on his forearm
ripples like a purse of rolling marbles in a sagging bag of leather.
The toe?
It holds all human vanity. There can never be delicacy in repression.

The Toecutter, whose sharp intellect is captive to fleeting impressions,
cuts expressions, wields a willful wit. His compass is his enemy.
The box is his life’s prime vessel. He’ll hand it over, in barrels of mirth,
to those shipyard workers where he reigns triumphant,

or pack it in with the old fish guts of venom and acrimony.
To set such a soul, drunk with stasis and seduced by travel,
on the seas … That is a course and call, for creativity,
a short half life, and a toe severed.




UNLOCKING is Mary-Jane Newton’s second book of verse. In this vibrant new collection, Newton evokes a life experienced in cycles, characterized by peaks and troughs, fecundity and sterility, growth and retrenchment, optimism and despair. And punctuating these cycles, an infinite array of new beginnings, or openings, or “un-lockings”. The poems in this collection insist that unlocking concerns more than simply change and transition. It involves too the stretching of the mind and body, the catharsis of deep emotion, and the rethinking of ideas and habits.



Unlocking

I like it when the wind subsides
and the grass doesn’t move …
except that you feel a little left behind.

There is the smell of yellowed pages,
fresh bread, old summers, and childhood;
and the mills—their sails turning in the wind,
marking time—and the faded mansions, still beautiful.

Silent memories now, so far back;
it might as well be the beginning.
Memories I can’t quite trust,
shifting like clouds, talking over one another,
like wet gravel glinting under the sun.

You see it too; sharing it is the risk of darkening it,
of losing it forever.



Scales

— For Toby

Your rawness to break me open
like a ripe fruit; your wet flesh to
break me in, bring me thunder,
flush my cheeks;

your age to shape our lines of gold,
ceaseless rings of Saturn; your
tongue to draw the crimson
seeds of pomegranates;

your words to lie and speak
the deepest truth; your exuberance
to set me free, to join my broken
spine of pearl;

your thought to lash my blood,
my ice, my frenzy; your hands
to quench my thirst; your black
to douse my white.

Your salt to lick my wounds;
our communion to stir the devils,
crack the barrier of sound.
Our palms to meet,

our weights to shift
the scales of time and justice.





Waagschalen

Deine Rauheit um mich aufzubrechen
wie eine reife Frucht; Dein nasses Fleisch
um mich zu zähmen, um mir den Donner
zu bringen, meine Wangen zu röten;

Dein Alter um unsere goldenen Linien
zu formen, die endlosen Ringe des Saturn;
Deine Zunge um die purpurnen Samen
des Granatapfels zu zeichnen;

Deine Worte um zu Lügen und die tiefste
Wahrheit zu sprechen; Deinen Überschwang
um mich freizugeben, um die Perlen meines
zerbrochenen Rückgrats wieder zusammenzufügen;

Deine Gedanken um mein Blut aufzupeitschen,
und mein Eis, und meine Ekstase; Deine Hände
um meinen ewigen  Durst zu stillen;
Dein Schwarz um mein Weiß zu übergießen.

Dein Salz um meine Wunden zu lecken;
Unser Bund um die Teufel zu wecken,
die Schallmauer zu durchbrechen.
Unsere Handflächen um einander zu berühren,

Unser Gewicht, um die Waagschalen
der Zeit und Gerechtigkeit zu zerschmettern.




Metamorphosis

Und als ich aufsah, war sie nimmer da.
(Bertold Brecht — Erinnerung an Marie A.)

I looked up and saw a great white bird of prey
bulky, yet handsome, travelling low and langorous
in a marbled sky studded with shapes my mind could not
assemble. There was no denying it, it was a bird

with a wing prolonged and fibrous, a sharp head and
a pale, curved beak perched on a body high and
bulging. But as I looked, still occupied with the
perception of its gestalt, there, under my very eyes, it began

to crumble, to disintegrate here, develop there,
shift and twist and calibrate; began to divide its wing
in four, erect a quadruplet of legs, askew and disparate,
began to fuse the beak and head to one great muzzle.

Then, for a moment, the monstrosity paused. But before long,
one side of its body thinned into a neck, knitted and strong,
and its back morphed into that of a horse. But there it
did not stop. Leaking wisps of white into the sky — parts

of its head, neck, and mane — it began to abandon its
legs. I felt a sense of quiet panic and strained in the
adjustment of my vision. But before I knew it, I could
no longer bear the terror. I cast my glance to trees nearby.




Now I Wish to Wait

When I was young,
I toyed with others’ hearts
the way new kittens play
with balls of wool, the way
the wind dallies in a chime.

I’m slower now,
but, yes, more graceful, and
I know it is not me
they are talking about.

I remember well,
my outrage sought to take
the moorings from the ground,
the heather from the hill.
I could have taken the willow
from the root,
the limpet from the crag,
the eagle from its young.

Age has taught me
there is no need to rush,
has taught me
I can afford to be generous,
and now I wish to wait.

I used to catch the wind
in caves of ice,
and dreamt of red mountains
and landscapes of rock,
and hollows filled
with water and fading light,
and rain drifting as veils
over the peaks and beyond,
and, in the distances, there was
a warm gleam on the sea.

But, you know,
there is something to be said for
the mild weather and the thought
that precedes one’s actions.

When I was young,
I felt the night wind on my face,
and joy and anguish in my heart.
I climbed the grit stone peaks,
and came down
in blazing sparks of fire.

Now, the moon rises
above the quiet lakes
and there’s no call for praise
I know my place
and look no further.




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ANAHÍ CAO [18.350]

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ANAHÍ CAO 

Anahí Celeste Cao Cileiro, nació en Buenos Aires en 1975. Ha publicado los poemarios Umbra (1997), Puentes Rojos (2011), Territorio (2013) y Ciclo Lunar (2015).Es profesora en Letras del Profesorado Alicia Moreau de Justo y forma parte del grupo fundador del Centro Cultural “Osvaldo Bayer”, nacido de la Asamblea contra la Ceamse de González Catán. Junto con la poeta Patricia Verón coordinó un taller de literatura escrita por mujeres. Actualmente ejerce la docencia en el conurbano bonaerense en escuelas medias y en cárceles con el contexto de encierro juvenil y forma parte de la Secretaria de Cultura del Sindicato Docente en La Matanza.



Perfume de trigo
                             tu sexo dejó algo
que me hunde en el cielo
                     y me integra a la tierra
en posiciones de agua y de neblina…

                          *


                                   “Minúsculos movimientos
                                   de la boca y la laringe, que dicen:
                                   quiero agua…”
                                                                         Victoria Camps                

No como piedras o islas que envejecen
           sino como fogatas
           mi carne cargada de deseos conserva
                                la memoria

              el árbol extiende sombras y aromas
                   el calor consigue la unidad
                   y los huesos descienden al barro.

        A semejanza de tu lengua
        el animal desplaza su sangre

        sobre el vegetal domina otro orden
        sobre la piedra, otro equilibrio.

De Puentes rojos (2011)


 

La muerte me persigue,
anda de ronda y no se aleja;
Un destino inquieto,
más que el rosal de Alfonsina,
más que la muerte de Campana,
arde desnutrido
y con mal parto llega,
determinado como el ángel.
Pero manda la sangre
y no respeta la sangre,
no es Pascua,
no es Pascua,
ni nada





Campana de carne

El miedo en actitud de escudo
anida como una muralla y tiembla…

Islas de luz artificial
dicen que el agua es negra
muertos los postes que aún no son del polvo

las niñas crecen como raíces
para entender su lugar

Alto silencio de nubes
el cielo es una sombra



                               
El propio cuerpo es un territorio histórico y no biológico.

                                              
Conocerlo es un acto de descolonización”.
Dorotea Gomez Crijalba


siento el poder del nacimiento el placer de conservar la delicada blancura de la luna el verano  la serpiente las pasionarias abiertas en el alambre las luciérnagas. Mi cuerpo es un animal tendido que se abre a la eternidad en el parto.


Profundo orden mis senos la piel venosa. Profundo orden el calor la sangre oscura. Profundo orden el placer el sueno la saliva los cadáveres el miedo. Profundo orden los apegos la gravedad el sol los ancestros


arde la vida y arde la muerte en una sola mujer en una misma casa


No quiero enmudecer. Quiero derramar el hilo en el gozo de la sinceridad. Sentir la lengua y las manos.

Quiero un lenguaje que sea mi cuerpo
que trasmita lo que sienten mis piernas cansadas la lenta sangre que parece detenida.

Siento mi propia antigüedad en el trueno.

La tierra voraz espera enamorada. Yo soy un cuerpo que no olvida.


Nada se parece al maíz ni a los hilos de los manteles. Nada es igual


ah danzo entre lenguas. Dependo de tus ojos como depende la marea de la luna. Dependo de tus labios como depende la fertilidad del suelo de la lluvia


la madera verde respira y se abre tiembla la sed el pulso envejece.

...

Presiento la madera de los antiguos árboles erguir el fuego presiento el hueso la humedad. Siento las profundas respiraciones de la luz. Me extiendo como un prado quizás la vida sea este descanso lento en la plenitud de respirar la intuición de sentir el placer casi inmóvil las ramas como venas

...

lumbre lumbre lumbre lumbre

pretexto de dios. Rasgo dorado y femenino.


a Nadia mi hermana

A quien pedirle ahora nuestros años. Quien me devuelve tus trenzas floreciendo en un espejo


agonia que arde materia que enfrenta el olvido. no son míos estos labios


reconozco la piel que nos contiene la espiga blanca que consume su intimidad
me adentro en la emoción y pienso en reparar la angustia
pienso en el limite en el descanso del llanto

miedo es miedo a la muerte
violencia es ser negado


quiero sentir el perfume de los jazmines blancos y que se prolongue la dicha

 




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RIKE SCHEFFLER [18.351]

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Rike Scheffler 

(Berlín, Alemania  1985), compagina poesía y música. Ha publicado en diversas revistas y antologías, y con sus poemas construye canciones escénicas y esculturas sonoras. Para ello colabora con distintos artistas de distintos campos como el teatro, el jazz, el pop, la ópera o la performance. Es miembro del colectivo berlinés G13. Estudió Psicología y Literaturas Comparadas en la Freie Universität Berlin y Escritura Creativa en el Instituto Literario Alemán de Leipzig. A finales de 2014 la editorial berlinesa kookbooks publicó su poemario der rest ist resonanz. Actualmente trabaja en un ópera junto al compositor y clarinetista Claudio Puntin. www.rikescheffler.tumblr.com



una silueta de tiza, guijarros, mira, así yací yo:
empapada por el agua, miembros, luz. se ve
en las fotos. conclusiones erróneas, desde arriba.
parada, frente a las vistas, nada que decir.
cuando seguimos por el camino, nadamos junto a la pasarela,
con brazadas limpias desde el pecho, otra vez en la orilla:
hombres en camisa. caza intuitiva, rastrojos,
caras, sí, la pesca. sentada en el cañaveral,
lo escucha todo. ahora, en invierno, se queda en el coche.
acelera, y recorre el lago. siente
un pinchazo en la espalda si alguien le pregunta.



*


empujas con el taco lo accesible, lo redondo,
el temblor, de manera retrospectiva casi solo.
según el instinto lúdico, compruebas tu camino, como si
bastara con dos dedos: fieltro verde claro. besas
cada lado, solo por suerte. alguien estuvo aquí
antes que tú. trucos. a pesar de las intenciones y la teoría
confundes la táctica con el guante. polvos.
bizqueas y ves: el de enfrente se apunta.
casualidad? alegría? empieza otra vez, como para
la última protesta. te pierdes, y disfrutas de lo
indecente. dices, había muy poca luz.



*



taunus, último pueblo antes del pueblo, esta vez
no hay reglas. mi cuerpo entramado, tiene prisa,
y nosotros, de cerca, esperamos. estamos empezando
a comprender. que el azafrán es cobarde. florece tan silencioso,
por todos lados. entonces quién nos guarda rencor por la visión amplia,
la vieja tía impaciente, nos sujetaba la cabecita
durante la noche. tú los libros, yo el llanto.
el rodeo sobre las consonantes. cuando cansada
golpea la trampilla, el callejón de abajo, casi nuevo.

TRADUCCIÓN: CARLOS CATENA 
http://latribudefrida.com/poesia/las-bestias-del-corazon-10-poetas-jovenes-de-alemania-ii/



Textkette 1 – Biesenbrow

Und noch ein Teil einer Textkette, die unter Anderem während der zwei gemeinsamen Schreiburlaube von G13 in Biesenbrow in der Uckermark 2015 entstanden sind. Die Zahlen vor den Texten diente nur der Zuordnung und steht in keinem Bezug zu den anderen Reihen. Jeder Text reagiert auf den unmittelbar vorhergehenden. An dieser Kette mitgeschrieben haben bis jetzt Rike, Lea,  Max, Kowka, Tabea und Rebecca.


1.1

versuchen sie es mal mit einer auf festem fließ gewachsenen seestaude
ihrem rumpf, der angluckst, berühren sie ihre zehen. diesen boden
wie schnee. huch. so schlüpfrig. und doch so schön. anemonen knüpfen
ihnen den schuh, beruhigen sie mit umgebung. gebieterisch grün.
sie beginnen zu trödeln. als hätten sie gewusst, wie hier unten die scham,
naja, die erwartung verläuft vor den augen, ein guckloch, unerreichtes
wie stuck. sie hatten ziele. deshalb sind sie ja hier. und immerhin
blinzelt der schnieke stiefel nun an ihren füßen, macht das nass sie
auch stark. merklich fluide vom dumpfen rumpeln schwirren sie mit uns.
merklich geschickt. für stunden kein mucks, nur gurgelndes trinken.
trinken, ja, sie verschlucken sogar einen fisch. in gänze, bis zu den gräten,
sie nehmen sein wesen, seinen glanz für sich an. den silbernen fang. zeigen
kein zeichen von reue. wie wehmütig ducken sich da seine schwestern
vor ihrem mund. diesem dunklen flunkern, diesem schlund. sie lenken ein.
erschwimmen das nächste, faustrunde wunder. vor ihrer nase, gleich da.
sie schwupsen es an, alraunen die brauen, mit ihrem wispern treten sie luft.


1.2

warte bis zum mai, dir einen unterstand zu bauen
dann kommen die mücken, bilden einen raum
unscharf an den rändern, schrauben dir ein bett zusammen
aus gebieterisch grün, solltest du durst bekommen
vom zuschauen, such die fischzucht unweit der volumen
ein becher wasser fülle in den magensack
von quadrat zu kubik, erhöhe die leitfähigkeit
werde hohlwelt, lebensraum für anemonen und schleie
warte bis zum mai, bis die ameisen, abgeblühte feldforscher
dich mit ihren nachtsichtgeräten umstellen
streifen auf den körper laufen, schnittkanten maskieren
für den eingriff der ohrenkneifer und hirschkäfer
ja, insekten sind distributive gemeinschaften
und als solche brauchen sie regelmäßig einen skandal
die selbstwahrnehmung zu stabilisieren
warte bis zum mai, wenn die vegetation ihrem dasein
als requisite mit bestimmbarem umriss entkaumt
silbern wird wie erreichbarer stuck
sorge dich nicht, wenn du im rachen ein kitzeln fühlst
es ist die anemone, vorbotin deiner kollaboration


1.3

im base camp: fusslige logik, ein schwarm in auflösung begriffenes licht. dessen schnittkanten sorgfältig vorgezeichnet, aus mangel an schere jedoch obsolet. prise stabilität, die bewegung nicht ausschließt, die sie möglich macht. wie fünf sekunden streicheln, eine geste, wenn man sie braucht. wenn wir ehrlich sind, war niemand wegen der berge hier. sie stopften die gegend wie drohgebärden, die hässlichste form von unmäßigkeit. gequetschte verhältnisse, denen nur ausredehalber aufmerksamkeit galt: weil es dinge gibt, die man nur dazu kriegen, aber nie alleine haben kann – wie schuhkartions oder käsepapier – brauchen wir berge. als vorwand für eigentlichkeit, der wir requisit stehen können. performing together with the light: then we are able to be objects. ein unterschied, wie von quadrat zu kubik. nur andersrum.


1.4

auf dem weg zu einer hochzeit von freunden die richtige abfahrt hinter sich lassen und weiterfahren. im tiefer liegenden sportwagen sitzen mit dieser farbe von licht zwischen zwölf und zwei. sich durch die leuchtend über die ebene ausgekippte milch bewegend tendenz zur wasserwaage. die augen auf der leerzeile der straße würde ich dich fragen woher wir eigentlich wissen, dass steine nicht heimlich ihre plätze wechseln des nachts würde ich dich fragen, auf welche weise eine zufällige geste ihr adjektiv verliert. liegt dazwischen eine sorgfältig gezogene schnittkante oder die hektischen minuten der notaufnahme? you cannot understand them without knowing their subscriptions. ärzte wären sicherlich besorgt vom flachen herzschlag der horizontlinie, den uns umgebenden verlust von flüssigkeit. und doch bleiben wir unversehrt, solange es dinge gibt wie refills, freunde, ihr uneingeschränktes vertrauen, dass wir zu ihnen zurückkehren werden.

(für m.)


1.5

roadmovie. roadkill. refill.
horizon. heartbeats. hence.
friends. from. fortnight.
manifestation. migraine. manual. (man)
sore. soaring. subscription.
appeal. abortion. awesome.
liquid. lover. light.

over. out. on.


1.6

schrot auf urvieh schrotgestillt
den leerlauf nachzuladen riemenknüll
die hochreizung durch harzer bieter
häns und fränz sind fromm bis hin
zum fortneid (lego oder playmobil)
man lässt eichen und maigrün mähen
soor auf dem rachenring ist wie mit einem
saab in der krypta stehen, bitteschön:
ein pilz an bord im ölsumpf
bei lankwitz sind lawa und leid vereint

ich hoffe morgen springt das auto an


1.7

verschrottete stille ich habe
versäumt ein manifest
zwischen den ohren aufzuziehen

eine art vorgeschichte
ein ganzes leben währenddessen
legte ich kanalsysteme
unter deinem sprechen an

und erst gestern kürzte ich
mein haar wie jedes klischee
neuanfänge einleitet

ein handlicher tornado
stanzt muster vor meine füße
und der äquator ruht
sich aus von der distanz

bist du noch immer
erklären mir bildschirme
ein zweifelhaftes phänomen

ich interessiere mich für mehr dinge
als es dinge gibt
die sich für mich interessieren




#klingtwiepollesch

es regnet, regnet, reg dich nicht auf, wir gehen
mitten durch den schnee. um uns stehen narrative,
füchse schmiere, exzellentes personal.

für liebe sind wir groß genug. wie das? na, einfach:
ja zu dingen mit gesicht. zu andern nicht. teilhaben
an restbeständen. ich würd die gern ändern- du,

schussel mit dem honigohr, wirfst mein ego,
dummes mono -fast wär die struktur aufgegangen,
da kommt der vorhang- wischt, wischt.





#schwan

wenn ein tier einen mythos trägt
als kette, federn um den eigenen hals,
geht es dann stolzer, oder beschwert?

ich bin der schwan, der topflappen klöppelt.
wenns eng wird für die hand, dreh ich die spitzen
in jede richtung, verdreh mir den hals.

man kann nicht erkennen, ob ich per hand
oder per maschine klöppel. ich bekomme nur
zu hören, dass das ergebnis beeindruckend ist.

ich knüpfe, kreuze, schlinge die fäden, finde
die kanten dekorativ. bis sie mir zu nah kommen,
mich verspulen, zum rand, ufer vom kissen.

kürzlich wurde ein spaziergänger in münchen
mit einem schwan erschlagen. die täter? unbekannt.
ihre hände sind bestimmt immer noch weiß.





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EMILSE ANZOÁTEGUI [18.352]

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EMILSE ANZOÁTEGUI 

(María Emilse Pratolongo de Anzoátegui) nació y murió en Buenos Aires (1934-1999). El Grupo Literario La Luna Que Se Cortó Con La Botella (L. L. Q. S. C. C. L. B.) le publica un cuaderno de poesías titulado “El margen de la agenda” en 1980. Pero es en 1996 cuando publica su primer libro de poemas “Cuando precipita”, ilustrado por Vanina Guilledo . En 1998 publica “Por menores” y en 1999 “Por menores II”. Integró dos colecciones antológicas de plaquetas de poesía, editadas por La Luna Que, grupo literario del que formó parte desde 1980 y del que, durante un largo período fue subdirectora; fue, también, integrante de la Fundación Argentina para la Poesía (1997/1999). “Emilse Anzoátegui – Antología poética 1956-1999″, editado por La Luna Que e ilustrado por Vanina Guilledo en 2000, reúne una selección de poemas de dieciocho de sus libros de poesía.




MAPA

Imagino un espacio
antes quizá celeste
que suspende los rumbos
imagino un punto a distancia
y casi hundido
proyectado desde la mira
imprecisa, flotante y abierta
no irradia ni se aleja
está fijo y negro en un centro lateral
imagino ese centro
fuera de centro
y me ubico sin apoyo
en distintos ángulos
más abiertos aún
abismos altos arriba
sin detrás.




RETRATO
                                                             
“Alguien me trae su noche…”                                                                                    
Isabel Gómez

Una cara tallada de ciudad
cuerpo de madera cierta
que vibra como un junco
de nervio al viento
una frente
muro de inscripciones
consigna secreto
fuego sabedor
manos rebeldes.
No importa el pie
Caminador de nostalgia
ni la sombra torpe
inclinada sobre el tiempo del ardor
no importa la rara belleza
los labios   los huesos
el negro traje cómplice
sólo la voz
que impera en la noche.




.


Podía andar lejana y buena
a tientas,
sin pasión y con delirio
podía andar riendo y amando
gastando ocasos
sensata y ciega
buscando la huella de tu huella
la sombra de tu sombra
esa flor despiadada
risa de tu sonrisa…
Puedo.
Sin dejar de ser una llaga
donde cuidadosamente
se deposita sal.



.



La luz aún está allí
en la frontera indecisa
entre la cadencia
y el choque
Un fruto encendido
insiste la tarde
sin salir de su círculo

Los finos grises
son los mismos otros
que encinturan
Llueven muchos azules
y alguna flor



.
                     


de “Cuando precipita” (1996)

Una mujer da las doce
y se va
ardida y oscura
como la felina noche

               de Pormenores (1998)


.


Aunque hoy fue de primavera
el espejismo
de gesto breve
y aplanado el viento,
el año se cae
sin el permiso
de las campanas
y junto baratijas
antes de que la tarde
caiga de espaldas
Un ojo sin lágrima
condena otro ojo
y queda en inhóspito
la llave de mi justa casa

         de Pormenores II





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SASCHO SERAFIMOV [18.353]

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SASCHO SERAFIMOV 

Nació el 30 de agosto de 1953 en Dobrich, ciudad situada al noroeste de Bulgaria. Se graduó en la Universidad Eslava de Sofia en la carrera de Pedagogía Social.

Ha publicado:

“Scar” (“Cicatriz”, libro compartido,1979);
“Free Word” (“Mundo libre”, 1990);
“The Giver of Dreams” (“El dador de sueños”, 1994);
“Door On The Horizon” (“Puerta en el horizonte”, 1998);
“The blue star of the tree” (“La estrella azul del árbol” ,2004);
“Submergence of The Light” (“Inmersión de la luz” ,2009);
“Whitebearded men die at the end of the world” (“Barbados blancos mueren en el fin del mundo”, 2013).

En 1995 publicó un libro de cuentos para niños titulado “Mixed-up stories” (“Historias confusas”).

Su obra “The Tailor of stories” (“El sastre de las historias”) obtuvo el tercer premio en el Festival Internacional de Teatro para Títeres “Golden Dolphin”.
Es miembro de la BWU, está casado y es barbado.
Algunos de sus poemas han sido publicados en idiomas ruso, turco, moldavo, esloveno, inglés, polaco, alemán, croata, serbio y ahora en español.

Comentarios críticos:

Los versos de Sasho Serafimov no solo nos hablan de la liberación de las formas colectivas de la sociedad sino también acerca de los mitos de la existencia. Remarcados por el equilibrio entre el pasado y el presente, la luz y la oscuridad, la lucha y la calma, los escritos del poeta “leen” con inesperada energía la existencia humana, desde aquel pasado hasta el momento actual, revive las calles con excéntricas figuras poéticas y relata historias jamás contadas. Seguramente, “Inmmersión de la luz” no va a salvar la literatura búlgara ni va a salvar el mundo; su universo espiritual, espiritualizado a un nivel cercano al dolor, hasta un estado incandescente, todavía se mantiene al borde del colapso y la desesperación, frágil esperanza del poeta para regresar como “acumulación de recuerdos/ que abarquen la desnudez” y así compartir el posible regreso de la luz.

                                                                                               Angel Diulgerov



… Poesía del dolor y de la denuncia, del sufrimiento y la oposición a la pérdida de valores fundamentales del mundo contemporáneo y, en concreto, a la realidad búlgara después “del cambio” …

… Estos poemas tienen su propio núcleo de significado en la unidad de los valores que defienden (“amor – santuario de la luz” o “la palabra libre”, por ejemplo) con todo el despliegue metafórico de la poesía de Sasho Serafimov …

                                                                                                      Svetlozar Igov


 SASCHO SERAFIMOV (Trad. Ricardo Rubio)



Historia de un poema

                                               para Murphy

Un poema cayó del cielo
y rodó a los pies de un ciudadano.
—¡Fuera de aquí muñequito sentimental —le dijo.

—Es por su miedo, ¿no es así? —replicó el poema.
Pero no pudo seguir. El ciudadano sacó un arma y le disparó.
Fragmentado y lleno de humo,
como una mariposa de alas destrozadas,
rebotó sobre el pavimento.

El ciudadano llamó a la policía.
La policía registró el Poema todo el día
con el fin de arrestarlo.
Buscaba asesinos, violadores y ladrones.
¡Y hoy, nadie fue asesinado en la ciudad,
ni un simple robo, ni una sola violación!

Dos gitanos tropezaron con el poema y lo derramaron.
Le saltaron por encima y llenaron sus bolsillos.
Sus almas se cargaron de dulzura.

El fiscal abrió una causa contra el Poema.
Lo sentaron en el banquillo de los acusados.
—¿Qué buscas en nuestra ciudad? —preguntó el fiscal.
—¡No estoy buscando nada! ¡Usted me está buscando!
—¿Por qué has venido entonces?
—Me caí del cielo por pura casualidad. No quise molestar a nadie.
El fiscal miró a los cielos. Allí vio a otros poemas.
Volaron y sonrieron a su vez, a punto de caer en cualquier momento.
—¡Muy mal! —dijo— ¡Tendrá cadena perpetua
en un libro!
¡De todos modos, la gente no lee!

—¡Un poema cayó del cielo! —
dijo mi mujer, de pie junto a la ventana.
Estaba mejorando.

La tensión creció en la ciudad.
—¿Es la llegada de la primavera quien trae todo este zumbido? —
se preguntaban los ciudadanos.
—No —dijo el poeta—. Acaba de caer uno de mis poemas desde el balcón
y las personas permanecen absortas
como si ellas mismas cayeran del cielo.



Charcos de AMOR

Las guerras son indispensables cuando se necesita morir
Sólo para ellas el honor de desaparecer de nuestro mundo
sin quejarse, sin sufrir, amablemente.

Se van como una energía repentinamente extinta, en un parpadeo.
Yo no soy un guerrero y pregunto a la gente
¿cómo es que usted está contra mí con una pistola o un cohete?

Yo en contra de usted con un hacha,
generando tanto odio entre los jóvenes.
Tantas muertes, y para cada uno es la última.

Un gran baile de la imaginación: que han caído por la patria,
que los recordaremos para siempre, que…
la oración se perderá en el pasado
como un tren en la distancia.

Recogemos charcos de amor en el camino que se secan,
luego nos desprendemos de los nombres en el mármol
la memoria es un tipo de árbol
que calienta con su fuego, pero se convierte en cenizas.



Recuento de sucesos

                                     para Dora y John Waldbaum

Ella debería haber estado aquí
regando las flores
limpiando el polvo
y teniendo el pelo largo.

Pero Ella no está aquí.
¿Estamos en guerra?
Los políticos prometieron
que vendría la paz eterna
pero llegó la eterna soledad.

Y estoy empezando a tomar interés
de los lunes negros en la bolsa de valores,
en los horarios de los trenes…

¡Pero no me interesa
el modo de contar las cosas
cuando se han ido!
¿Por qué demonios
los militares no se enamoran
y vuelven a casa,
si realmente quieren crearme una vida pacífica?

Y qué fácil sería
si Ella finalmente regara las flores,
limpiara el polvo
y tuviera el pelo largo…



El sueño del mundo

                                  (pensado para el Padre del Poeta,
y para Dimitar Atanasov, un escritor de Plovdiv
y buen amigo.)

Yendo, regresas,
porque pasas por alto la mañana, la ciudad, tu vida…
¿Y tus padres? ¿Viven aún?

¡Abre la puerta y mira! Allí estaba la casa, allí estaba el barrio
Esas dos llamas, ¿son ellos? ¿Es que arden dentro de mí?
Mi padre, el zapatero. Mi madre, el ama de llaves.

Él calzaba al mundo, Ella lo barría.
Caminé sobre lo limpio, sobre el nuevo sendero. Calzado, alimentado…

¡Buen día, papá! —digo, después de haberlo olvidado de decir tantas veces,
y te ríes, te aferras a la vida, tu hijo, en tus manos.
Yendo, regresas,
como las manos, cuyas caricias todavía puedo sentir,
como las voces, que todavía puedo oír,
como el destino,
que me arrojó al futuro para estar contigo.




Esperando tu llamada

No contestas el teléfono.
No importa.
Te enviaré un poema
que muerda, que arañe, que se lamente, desgreñado.
Donde sea que vayas, lo que sea que hagas,
estará allí contigo
te hará emoticones
te sacará la lengua, te engañará,
y cuando quieras deshacerte de él,
se descompondrá en una pandilla de scouts,
de saboteadores, de cachorros sollozantes,
y entonces me llamarás
para que te salve de ella.




La arena del tiempo

Es fácil hablar con palabras de otro,
es fácil hacer la guerra con poderes de otro,
es fácil gastar el dinero de otro.

Lo mío es ver a través,
y los pensamientos que hoy comparto
es probable que hayan sido dichos por otro.

Me gustaría decir una sola palabra
que reflejase el mundo
la forma en que una gota refleja la paleta de colores.

Yo no hago nada más que la hormiga,
caminar y llevar a la semilla,
cuando veo un manantial
bebo de su agua
cuando descubro un camino,
pongo una señal
de que el mundo es aceptable.

A veces es muy peligroso perderse.
Hasta una niña sabe dónde ir
cuando corre hacia las olas
con un balde en la mano,
ella carga la arena del tiempo transcurrido
para construir un sueño.




Distribución

Para los pueblos sin mares, Dios envía la lluvia sobre los días festivos. Cada gota es una carta. Es por eso que los escritores / lentamente / deliberadamente titubean entre la llovizna. Cuando ciertos poemas se secan, pueden no ser escuchados ni vistos. Los húmedos, sin embargo, hacen llorar a mucha gente.




Rumores

Me acuerdo de un poeta
del Primer Estado búlgaro.
Él profetizó que habría también
Segundo Estado búlgaro.
Mientras estuve leyendo su obra
el estado terminó. Fue exportado.

Ahora escucho que hay un nuevo poeta.
No he oído hablar de un Estado.



Genteología

Estaba tan harto de mi tierra natal
que empecé a amarla.
¡No es de extrañar!
Yo no amo a mi país,
no amo mi trabajo,
no amo mis sueños,
no amo mi historia,
no amo mi fe,
y todavía estoy vivo.

Dejen que otros también mediten
que difícil vocación
es el amor de los impíos.



Conversación

Un poema y yo estamos bebiendo en el café
y él se queja
de que su cielo no es tan azul,
su río no es tan claro,
que alguien le robó el amor
y que la gente ya no lo considera un poema de amor, pero sí uno de lluvia.
¿Y tienes libertad? -le pregunto al poema, sólo para mantener la conversación.
¡Qué libertad! ¿Quién la usa ahora?
Pensé que la libertad es el país de poetas, pero resultó ser una mentira, una leyenda, un mito,
algo así como la Atlántida.
Todo el mundo habla de ella, pero aún nadie la ha visto.



La historia de la vida

No te preocupes, la Tierra está girando.
Todo el mundo tomará su lugar.
Para cada sombrero habrá un perchero.
Para cada culo, una silla confortable.
Alegría y besos.
El hambre verá el pan,
la sed encontrará agua,
la tristeza descubrirá la alegría.
Pero, señores, no olviden la Muerte.
Ella también quiere sentarse con nosotros.
Se siente cómoda entre la gente.
Tiene la capacidad de unir y separar
con lágrimas, dolor y polvo.

La historia de la vida es breve.
Milenios lo atestiguan.
Principio del formulario



Traducido de las versiones en inglés (del original búlgaro) de Nedialko Krouchev y Katerina Stoykova-Klemer, por Ricardo Rubio.

https://poesiainexorable.wordpress.com/2016/01/18/sascho-serafimov-bulgaria/



Inversion

              The concept of postal services is a strange one. You drop a letter into a box at one place, and after some time it appears in another box at a different place. The recipient of the letter thinks for a while about what the sender wanted to say, but since he wasn’t the one who wrote it, he always misunderstands.
              When ten times a day the person who awaits the letters opens his mailbox, and there is no letter in it, that means he lives very quickly, and the person who sends them lives slowly.
              Sometimes you drop the letter in one end of the world and it appears at the other, but since the ends are rounded, nobody gives any thought to how angles and elbows are formed.

Translated from Bulgarian by Katerina Stoykova-Klemer




Insight Into Things

There are people who don’t distinguish between a stone and a poem. For them, both are equally hard and edgy. However, if you throw a stone at them, they’ll come back and beat you up, and maybe even kill you, depending on which party they belong to. If you hurl a poem at them, they will still beat you up, just in case, even though they won’t grasp why they did it.

Translated from Bulgarian by Katerina Stoykova-Klemer




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JOHANNES BEILHARZ [18.354]

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JOHANNES BEILHARZ

Johannes Beilharz nació en 1956 en Oberndorf am Neckar, Alemania. Estudió Inglés y Lenguas Romances y Literatura en la Universidad de Ratisbona; luego, Inglés, Literatura y Escritura Creativa en la Universidad de Colorado, Boulder, Colorado, EE.UU. (MA, 1981). Es poeta, escritor, traductor, pintor y fotógrafo que escribe en Alemán e Inglés. En estos idiomas ha publicado en revistas en papel y revistas electrónicas de EE.UU., Alemania, Australia y la India. Sus libros publicados incluyen Die gottlosen Ameisen (cuentos), Lo mejor de Meme (poesía y narrativa corta), 101 (haiku y de Fibonacci), Eine Nummer Finnische Jazz für die Missverstanden (poemas). Traduccionesn: Barbara Guest, Fallschirme, Geliebter (poemas selectos de Barbara Guest en alemán); Enric Cassases, Die Häuser meiner Strasse (del catalán). Ha realizado muestras pictóricas y fotográficas y participado en muestras colectivas en Alemania, Francia, Italia y la India desde el año 2002. Actualmente vive en Roma, Italia, y en Pliezhausen, Alemania.


POEMAS DE JOHANNES BEILHARZ
Traducción de Ricardo Rubio

Cisnes bonitos

a Loreena McKennitt

Prístina imagen, prístina voz,
grabaciones de un claustro en Canadá.

No es una idea de lo que trasmite la letra,
estoy en el mundo de mi propia mente,

del que ahora voluntariamente parto
desde una deliciosa y soleada costa verde

—empujando el vehículo más allá
de la tierra—

a este vehículo, que es un cisne,
lo envío a la ondulación suave

del lago donde abundan otros cisnes
que se mueven con lentitud,

dando parsimoniosos giros.
Hay un silencio fantasmal.

¿He creado esto?
Intento preguntarle a mi cisne,

pero no hay señal
de comprensión en su ojo oscuro.

Miro hacia abajo y veo la regularidad
de los remos de sus pies negros.

No sé a dónde se dirige este viaje,
este viaje

a caballo del cisne
en el mundo de mi propia mente,

pero estoy calmado en mi calmado vehículo,
y no me preocupo por llegar a la costa.

 

Primavera, azul y amarillo

I

Oh, qué grato rumor —es primavera,
las flores están cantando

Bueno, si pudieran lo harían
Aún así podría ser un lugar tranquilo

música, pero serena


II

Se acaba de descubrir
una puesta de sol allí afuera, con un triángulo
amarillo pálido entre los tejados
e islas de nubes azul oscuro
muy quietas

Formidables hebras universales del pensamiento,
con huecos de vacío aquí y allá,
un camino por el firmamento
que le sería propio a un budista

El amarillo resiste, aunque
cada vez es más gris, y las islas
y su luz y sus pesados pensamientos
derivan hacia el norte por el océano
del universo

 

Existe la posibilidad de que puedo 
no haber sido Jeremías

Toleré la burla durante años,
habiéndome crecido una barba larga y salvaje
y usando el atuendo de antiguos arameos
(Lo que por cierto es difícil de conseguir
y no es agradable de usar debido a la tosquedad
y picazón) y llamando a la verdad del Señor
con mi voz cada vez más ronca,

y mi viejo amigo sufre lo mismo por saber
y admitir abiertamente que es
la segunda generación de Juan el Bautista,
razón por la que decidimos probar la verdad de una vez por todas
haciendo una regresión,
al menos a nosotros mismos, ya que no para las masas
de los incrédulos que abundan hoy en día.

Prestamos atención a nuestro entorno y finalmente supimos de alguien en quien
confiar y llamamos por teléfono para establecer la cita,
fuimos a la hora señalada, nos sentamos un rato en la sala de espera,
finalmente, accedimos a nuestros turnos de uno en uno. Él me indica
que siga el péndulo con mis ojos, que sólo haga eso,
que no piense en cosa alguna, y lo hago y al final
llego a ese raro estado en el que aún sé que tengo
un cuerpo, pero también puedo verme desde afuera,

y luego todo se intensifica, se abre un agujero, me deslizo a través de él
después de algunas vacilaciones y sabiendo que estoy en diferentes tiempos,
pero todo lo que veo son pastizales y ovejas y un perro
que se asoma, quedo bajo la lluvia, siento sequedad y calor, como
carne de oveja y lentejas que alguien me trae, sólo eso,
nada de Babilonia y sus ejércitos, de los cuales yo había
supuestamente profetizado a mi gente, nadie como
Nabucodonosor, a quien me hubiera gustado ver,
no, sólo ovejas y hierba y la tierra seca y barrancos
y el desierto y charcos de agua aquí y allá.
Y lo extraño es que mi amigo después me dice
que vio exactamente lo mismo. Ningún bautismo
de personas en el Jordán ni alojados en el desierto
durante 30 días con una dieta de langostas. No: ovejas,
pastoreándolas, limpiándolas, sacrificándolas,
sufriendo el calor y la sequedad con ellas, caminando
con ellas. Bueno, tal vez ambos éramos pastores.
Tal vez. Tal vez repetidamente.

 

Sea la gloria

Ha sido un verano caliente, aunque esto es
sólo el principio, con el sol cayendo
día tras día. ¡Quiénes somos nosotros para quejarnos! En
invierno hay muy poco de eso. Pero las quejas
llegan fácilmente a este insensible corazón mío.

Los que me conocen y me aman lo saben
y lo toleran, pensando que es solo una broma. Pero yo
podría estar equivocado. Es una pena que haya tantos
mosquitos hambrientos, por ejemplo, y que el dinero
no venga solo. En cambio, se necesita
la gratitud y el elogio, lo sé. Gloria al
cielo azul, a la abundancia y a
los bajos precios de la gasolina. Gloria cuando afloja
el tránsito en las calles de Roma porque las mamás
hace mucho que no conducen como vaqueras y vaqueros
a la escuela en sus todo-terrenos. Gloria a una brisa ahora
y entonces. Gloria al ventilador en mi oficina y su
incansable esfuerzo para institucionalizar la brisadez
por encima y alrededor de mí. Gloria al hecho de que
estoy lejos de Boko Haram e ISIS, Afganistán,
Ucrania, Irak, Siria, Yemen y Myanmar, que
no estoy en un barco de Libia hacia costas inciertas
en esta fecha dieciséis de junio del año del Señor
dos mil quince. Sea la gloria.

 

La carretilla azul

   a William Carlos Williams

En el lugar donde solía estar la roja
ahora hay una azul con la rueda bastante renga

Que los pollos sigan siendo aquellos que el Sr. Williams
vio en este corral semiabandonado es dudoso

Ni siquiera en otros dos mil años
habrá carretillas por aquí

pero para entonces los pollos podrían haber
tomado el mundo por venganza

Oh permeabilidad, oh fugacidad, ¡qué poderosa eres!

 


Cinque pezzi di mare (Cinco piezas de mar)

                                             a Dušan Bogdanoviæ

El mar está en calma,
olas superficiales del Mediterráneo

Un hombre calvo emerge de las olas
hasta la altura de sus caderas, luego se regocija

Desde la orilla, su pequeña hija saluda
desde una silla plegable de color amarillo

Ella está a la sombra de una enorme sombrilla
anaranjada

La esposa está panza arriba friéndose
bajo el sol brillante

 

Tres pares de zapatos

               Ma sotto le scarpe degli angeli non restano tracce.
(Debajo del calzado de los ángeles no quedan huellas.)
Osvaldo Fanella        

Una vez, años atrás, presencié en un tren
de Roma a Estambul
cómo tres personas que se habían sentado frente a mí
en el compartimiento por un largo rato,
incluso durante una siesta prolongada,
poco a poco se hicieron más y más sutiles,
con alas que emanaron de sus
hombros, los tres girando más
y más en el aire, en un vapor
que se elevó y se disolvió
hasta que todo lo que quedó fueron
tres pares de zapatos —firmes, toscos y
pesados en el suelo— que sin duda
debían tener algún defecto al otro lado
del arte impecable de la densificación.
Y ahora, en retrospectiva, sólo puedo decir
—sobre sus rostros, sus figuras, sus ropas—
que los tres han sido ángeles.

 

A veces pienso que soy un escarabajo

El otro día alguien me pisó la antena izquierda y me arrancó un pedazo.
Duele como el demonio, pero no hay a quien contárselo. Yo sigo sin ella.

He visto a hermanos y hermanas aplanados
o disecados boca arriba o parcialmente comidos.

Por poco he evitado ser aplastado un par de veces,
sobre todo al cruzar ese funesto tramo amplio, estéril y sin sombra.

Está muy ardiente durante el verano, el agua puede arrastrarme,
a veces hay inundaciones y puede ser resbaladizo en invierno.

Los objetos de gran tamaño son peligrosos al acercarse,
pero otras formas de vida tienen riesgos parecidos debido al hambre.

No sé qué hacer con esta vida, en la que mi única ambición es
pasar de un lugar a otro para encontrar algo con qué alimentarme

y para procrear de modo que otros como yo puedan moverse de aquí para allá y alimentarse y procrear y morir.

He oído el rumor de que la meta eterna es la constante
superación — pero eso está más allá de mí.


Charlie y yo

Lo llamé (alguien que conozco lo conoce y me dio su número), llamo y él dice
Está bien, encontrémonos. Nos encontramos en un lugar por el río donde uno se puede sentar al aire libre y beber
y fumar y estar cerca de la vieja pared de piedra oscura y cerca del agua.
Hablamos de esto y lo otro (no es necesario decirle por qué quise encontrarme con él)
y todo el tiempo me pregunto por qué parece tener cierto encanto inexplicable
a pesar de su cara de alcohol y humo en-escabeche, el sudor rancio y el alcohol que exuda su piel
y el terrible aliento que flota sobre la mesa hasta mí. Ahora me cuenta
acerca de algunas mujeres de su vida, al parecer, su tema favorito y sin fin.
La gente pasa. Todo el mundo lo conoce. Algunas mujeres se detienen para darle un beso en una mejilla
o en ambas. Es una tarde agradable y soleada. He contado veintitrés mujeres.
¿Que pasa contigo? pregunta sorpresivamente hacia algún lugar en medio de las veinticuatro
pero luego pasa a la veinticinco. Es muy interesante haber averiguado sobre
Clair, sin una ‘e’, Dejanelle, Louise, Dalila, la chata Jane y otras sin nombre.
Es como si yo las reconociera si me encontrara con ellas en alguna parte. Nunca
logro preguntarle qué ocurrió en Andernach, o por qué, en ese poema que siempre
recuerdo, arrojó la radio por la ventana.

 

En la oscuridad

If tomorrow wasn’t such a long time…
(Si el mañana no fuera mucho tiempo…)
– Bob Dylan

El chirrido de una sierra circular en mis oídos,
audible sólo por ellos,
sombras y formas borrosas
yendo y viniendo, desviándose
antes de que pueda echarlas,
reiteraciones de imágenes,
parpadeando como en una vieja película.
Todo negro, gris y blanco.

Me recuesto allí durante horas.
Consultando el reloj, me dice que han sido minutos.

A continuación la llegada de un coche,
el atrás y adelante con que se estaciona.
Se abre la puerta, la música se apaga,
la puerta se cierra. Pasos.

Debo tomar el control de mis pensamientos,
darles dirección, encauzarlos.
Eso muchas veces me ha servido.

La respiración tranquila está junto a mí.
Vuelvo a mi lado. A veces sucede.

Y a veces el sueño entra de pronto
como un abrazo celeste,
sin aviso, celestialmente.

 

Cuarenta años flotando

Un modesto hombre subordinado,
no está seguro de sus nombres, pero seguramente
este Hölderlin no fue uno bueno,
desde su ventana con una vista del monótono
y verde Neckar, del palomar, atento
a la corriente del río en el verano
con la ventana abierta, de su visible
movimiento solamente durante la parte más fría
del año. En algunos días sus pies
parecen alargarse durante todo el camino
por el mohoso lecho del río, el agua lo inunda
hasta la cintura o aun más arriba,
su cabeza emerge hasta el cielo. Hay
una plenitud que no puede ordenar,
una avalancha de visiones coloridas,
los pies, arraigados en el barro marrón,
nada pueden hacer. Finalmente, todo esto siempre desaparece,
con la regularidad de las escasas
comidas, de ponerse y quitarse
la obligada ropa gris, los viajes a la letrina,
hablar con sus guardianes y con las ocasionales visitas
de niños que quieren algo
escrito por el poeta loco en su torre.

 

Tampoco soy el exterminador

Una doncella, 18 o por ahí, rizado
cabello castaño, ojos color avellana, despabilada
y animosa, toca el timbre de mi puerta, ese
timbre de la puerta de algún lugar de Kensington,
donde a veces los sueños se me trasplantan.

¿Qué va a ofrecer?
¿Galletas? ¿Folletos? ¿Una buena
causa? ¿Está con la Amnistía,
con Mothers of Invention, Green-
peace, Palabras sin Fronteras?

Nada me había preparado para la
explosión: Abrí una pulgada, y allí
me disparó desde su boca,
naranja, rojo, amarillo, incluso azul,
y me abrasó sin esfuerzo,
sin dolor, convirtiéndome en un pequeño
borrón negro en cuestión de segundos.

Todo lo que pude recordar fue
que pensé en que algo habría
hecho para merecer eso (sí,
mi complejo de Jesús, ¡lo sé!)
y me pareció recordarla
diciendo Neither am I the
exterminator.

Así que había un no,
pensé, todo mi ser
en una cosa negra y quemada
en el suelo, ¿pero dónde
estaba el ni de todo esto?
Entonces se me ocurrió,
en medio de un destello repentino,
esto debe haber sucedido
en un tiempo completamente distinto,
pero lo recuerdo bien,
porque supe que sabría.


Ein Gemälde

Getreidesäcke, die munter tollend durch die Luft fliegen ...

"Cuatro granos de trigo"

Auf welcher Hochebene mag das gewesen sein? Welche Sierra hat da hineingeschnitten?

War eine Abtei dabei, die am blauen Meer oder vor einem blauen Horizont auftaucht wie eine Insel und einen Eindruck von Unbelebtheit hinterläßt?

Eine Mühle, war da nicht eine Windmühle?

Das größte Bild, das ich jemals gesehen habe. So hoch, daß es nur schräg in die Halle hineinpaßte.

Daneben die Insel eines Kunstledersofas mit Wartenden, die nicht einmal vorgaben, das Bild anzuschauen. Ruhe ist die erste Bürgerfreude.

Verließ jemand das Sofa, eilte gleich jemand anders herbei, kaum Augenkontakt, jedoch fast Körperkontakt.

Manuel de Falla, Andalusien, Stuttgart, Katalonien, Schwäbisch, Hochdeutsch, Französisch, Beine, Kleider, gepflegt paranoisch Kritisches, unparanoisch Kritisches, ungepflegt unparanoisch Unkritisches?

¡Viva la asociación muda!

Geschrieben aufgrund der Dalí-Ausstellung 1989 in Stuttgart.




Trockenheit

(Im Stil James Schuylers)

Während draußen die Kälte
Löcher einreißt, sitze
ich hier in meinem
grauen Flannel-Rennanzug
und lasse eine andere Kühle
mich umgeben (das Zimmer
ist wohl geheizt: 60 °F
etwa). Ich halte diese
schwere Schreibmaschine in den
Fingern und twiddle sie
hin und her: Mal sehen,
ob nicht etwas aus ihr heraus-
fällt, das ich brauchen könnte...
Denn ich brauche etwas. Ich
weiß genau, daß es kein
Hund sein kann, überhaupt
kein Tier im Moment. Eine
enthüllende menschliche
oder göttliche Regung könnte
mir helfen, denke ich.
Aber daraus wird natürlich,
wie immer im Schatten,
nichts.

(1982)

 

Schneeblindchen & die 7 Affen

Dies könnte ein Gedicht von Richard Brautigan sein.

Es hat einen Titel, für den sich möglicherweise Leute
interessieren könnten, die nicht regelmäßig Gedichte
lesen oder die schönen Künste im Auge behalten.

(1985)

 

Statuette

Rosalía de Castro

Du mit deinem galizischen Gärtlein
mit den wildwuchernden Kräutern
Hast du vielleicht auch einen Schluck
Mittelalter genommen und das Krüglein
dann sorgsam wieder zurückgestellt?

(1983)

 

Wie man sich einen Regenbogen herstellt

Ich bin umringt von Erde; man kennt mich kaum
ich bin so braun.
Und doch kenne und liebe ich die Poesie:
Stefan George und Richard Wagner sind meine engsten
Freunde; auf sie könnte ich nie verzichten.
Diese Liebe und Achtung wurde mir nicht anerzogen;
es handelt sich dabei um instinktive Selbstentwicklung.
So genieße ich als bescheidener Maurer die höchste
Kultur; was die Leute über George und Wagner auch
immer sagen belastet mich nicht im geringsten;
es ist wie wenn man einen Stein auf den anderen
setzt - diesen Schluß ziehe ich aus Handlichkeitsgründen
in seiner spezifischen Umgebung - man sollte den darunter
nicht vorher entfernen.

(1983)

 

Er hat noch keine einzige gute Zeile geschrieben
sagte Ed Dorn über Ron Padgett.

Die Frage stellt sich, wie man eine gute Zeile
schreibt, wenn es ein so relativ publizierter
Dichter nicht einmal schafft.

Hat man es von Geburt an in sich?
Setzt man sich hin - seriös und nachdenklich -
und überlegt, was gesagt werden muß oder kann?

Und auch wie es gesagt werden muß oder kann -
einschließlich Alexandriner oder Atemeinheiten
oder Keuchhusteneinheiten oder Streicheleinheiten?

(1985)

 

Käse

Kenneth Koch imitierend

Und wo hast du gestern deinen graugrünen Luftballon verkrötet?
Kenneth kaut schon seit Tagen Kaugummi, sagte
die Fröschin.
Hausaufgaben - Biologie, erste Klasse. Anna Rosenblum
auf rosa zwischen den Seiten.
Ihr sparsamer Sex Appeal: brennendes Geheimnis.

Damit setzte er sich die Baseballmütze auf,
kurz schwankend, ob nicht die Käpt'n-Schmidt-Mütze angebrachter
wäre. "Wir gehn auf Seereise -
die Henne trägt uns in die Welt: Atlanta mit seinen Cokeflaschen,
Trinidad mit seinen Strohdächern - wenn ich mich nur besser an
sie erinnern könnte."
Dann ein Sprung nach Kamtschatka - hups, wir sind im falschen
Land! Gelbe Strohgarben, Muschiks, Kolchosniks. Auf Hawaii?
Der Hund saß mitten auf der Wiese und lauste sich den Schwanz.
Dabei dachte er sich etwas.

Florida mit seinen jungen Mädchen und vielfarbigen Trinkstrohhalmen.
Da stieg ich aus dem Zug und stolperte über den Bahnsteig.
Cousin Kate nahm mich in die Arme. Ah Florida! Falle des
amerikanischen Traums!
Die Vereinigten Staaten sprachen zu ihm, sogar Onkel Samuel mit
seiner Angströhre und den hodenkillenden gestreiften Hosen.
"Ich möchte, daß Südafrika einer dieser Staaten wird,"
sagte die Tochter des Millionärs, während wir uns auf einem Heuwagen
liebten, der quer durch den Apfelstaat Washington tuckerte.

Ahoi, Kameraden!

(1983)

 

Ich könnte doch auch

Für (oder gegen?) H.G. Bulla

Ich könnte mich doch auch erinnern,
mich besinnen, die täglichen Erfahrungen
aufmerksam registrieren - und gefaßt,
aber unverschlossen weitergehen!

Ich könnte doch auch einen Blick
in die Fleischerzeitung werfen, wo
drinsteht: "Das Leben geht weiter"!

Vielleicht tue ich es deshalb nicht,
weil das Leben tatsächlich weitergeht?

Aber vielleicht sollte ich mich doch
besinnen? "Be" wie in "beklagen", "befragen",
"besteigen", "befleißigen", "behaupten",
"belügen", "befriedigen", "beleidigen",
"beflügeln", "bereinigen", "bekleckern",
"berauschen", "belauschen", "befinden",
"sinnen" wie in hinterm Ofen sitzen,
Pfeife rauchen, mit den Augen zwinkern,
langsam mit den Händen auf dem Rücken
spazieren gehen, nur dann und wann ein
paar Worte sagen (dann aber weise),
mit geneigtem Kopf zuhören, ein Buch
lesen und mit Sensibilität darüber
reden, plötzlich Vogelgesang hinter
Baulärm bemerken, Däumchen drehen?

Kurz: gehört nicht ein bißchen Pathos
dazu?

(1985/1999)

 

Streifen

Für Paula Inwood

Das Wort streifen hat mich schon immer besonders berührt;
einmal als eine Berührung (Beispiel: "ihre Hand streifte mich")
oder aber auch als Streifen (die Streifen in der Straßenmitte,
die Bienenstreifen von Paulas Pullovern).

Gerade erschrak ich, weil mich völlig unerwartet meine eigene
Hand gestreift hat.

(1985/1999)

Alle Copyright © J. Beilhart
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RICARDO LEÓN PEÑA VILLA [18.355]

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Ricardo León Peña Villa 

- 1960-2011 -

Peña-Villa, nació en Medellín, Colombia el 8 de abril de 1960 y  residía en Loisaida, (Lower East Side) de Manhattan y formó parte del movimiento cultural ‘Puerta 10’ y el movimiento social de squatters de NYC. Además, fue el gestor de ‘Umbrella House’, miembro fundador del ‘Colectivo Poetas en Nueva York’, organizador del ‘Encuentro Anual de Poesía Poetas en NY’,  y la maravillosa decoración del edificio de la Avenida C, cada verano con miles de paraguas.

Trabajó como reportero de entretenimiento, arte y cultura para El diario/ La Prensa. New York. Junio 1999 – abril 2002.

Dirigió la revista de poesía y otras artes La ñ (1994-1997), Director de la revistaCasa Tomada. New York. Co-director de la revista digital www.redyaccion.com

Sus textos periodísticos y su poesía han sido publicados en diferentes medios.

Autor

Loisaida: Historias del Frío. Cuentos. Medellín, Colombia. 2005
Decir New York: Testigo Propio. Poesía. Valladolid, España. 2002.
Treintaitres. Poesía. Medellín, Colombia. 1996.
Tigre de Aries. Poesía, edición bilingüe. Nueva York. 1993.
La Poesía como Recurso a la Soledad en Nueva York. Poesía. Nueva York. 1992.
Edge of Twilight. Antología. National Library of Poetry. Maryland. 1992.
Sinasco – (Sindicato de Astronautas Colombianos) Poesia, NY, 2007.
Nacho La risa del inmigrante – Diciembre del 2009
Gardel Vive en Guarne. Novela. 2010

Reconocimientos:

Citación de Honor concedido por la Presidenta del Condado de Queens, New York. 2005.
4 veces premiado con The National Hispanic Media Awards 2000-2001 por su trabajo como periodista en el diario/La Prensa. New York.
“Edge of Twilight Award” por el poema “Brown and Blue.” National Library of Poetry, Maryland. 1992.

Otros datos:

Formó parte del Taller de Escritores del maestro Manuel Mejía Vallejo en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín, Colombia. 1984-1989.
Su trabajo ha sido presentado en diferentes ciudades de Colombia, Argentina, Puerto Rico y Estados Unidos.
Como activista ha liderado proyectos como: “Festival de cine colombiano en N.Y.”,
“Puerta 10” movimiento de vanguardia, “Marcha por la paz en Colombia N.Y. 1998”.
“Viequethon” Vieques, Puerto Rico. 2002. Es parte del movimiento “Squatter” en el Lower East Side en Manhattan desde 1992.

‘El poeta’, como lo conocían en la comunidad latina de Nueva York, fue siempre un bohemio. Vivía en un edificio que se tomó por asalto con otros amigos en el bajo Manhattan y que bautizaron como Unbrella. Las fiestas eran hasta el amanecer y el baño quedaba en la mitad de la sala. Ahí era en donde había que hacer pipi. Las paredes del apartamento estaban escritas con poesía y mensajes de todo tipo, hasta que una de sus novias las borró para siempre con pintura blanca. Eso entristeció al poeta Ricardo León Peña Villa.

Era usual ver al poeta en lecturas, en ferias de libros y en la calle, observando con atención a las personas para luego escribir sobre esa experiencia en un papel cualquiera. Poeta apasionado y mujeriego. En los últimos meses, antes de enfermarse, frecuentaba todos los días el internet y colocaba mensajes de amor y esperanza en Facebook. Le gustaban los tangos y el vino rojo.

El viernes 11 de marzo a las 11:55 de la mañana falleció en Nueva York el poeta Ricardo León Peña-Villa, tras un quebranto de salud que lo mantuvo en cuidados intensivos por varias semanas.Tenía problemas respiratorios y sobrepeso. Fumaba, pero no le hacía caso a sus amigos cuando le decían que abandonara el cigarrillo. “Estoy haciendo un poco de ejercicio”, dijo el año pasado. “Me bajo dos cuadras antes de llegar a la estación de mi casa y camino”.

El Poeta murió en el Beth Israel Hospital de Nueva York, acompañado de su esposa Clara ‘Tata’ Peña Lopera y un grupo entrañable de amigos del colectivo Poetas en Nueva York que han permanecido en guardia constante.

Del desquiciado

La ansiedad
esa muerte lenta
esa gota en abismo
que cala en peña.
Cada segundo un golpe
cada gota otro
y el estoico eterno
asignado al hoy
al dolor que era amor.

Ebrios los caballos en mi pena
jalan el carruaje
hacia el río del llanto
desbocados y sedientos
aterrados por esta pena propia.

Esta muerte lenta
este reloj sin perdones
este dolor que es amor.


II

En esta pena
soy un ariano sin fuego
un guerrero en desvarío
la punta del hilo
en la cometa reventada
el borde del llanto
y el rostro de piedra
ahora sin ternura.


III

La lágrima
el río
el mar
y yo.


* * *

Umbrella Hauz
Nuestra casa es la última parada del cielo.
Como a quince o veinte bloques
queda Wall Street
la primera parada del infierno.


* * *


Ad Portas
Hoy, ha muerto uno de los veteranos del barrio,
lo sé, pues en la funeraria
dos o tres caras tristes
me saludaron en gesto.

Igual eran viejos los acongojados
que cumplían el compromiso
de la despedida y lealtad.
Lluvia pasada por nubes y ojos
hoy en despedida
el cielo es dolor.

Hoy los viejos petrificados ante la muerte
que siempre sorprende, aunque sea certeza,
están parados en la puerta funeraria
a sabiendas que pronto vendrá la de ellos
y parece, que se quedaran ahí hasta su hora
para no tener que venir desde tan lejos.




La muerte y otras poesías: Homenaje al Poe
Ricardo León Peña Villa: una poética práctica y de lo amoroso
Por: elmagazin



Gajaka (Gabriel Jaime Caro) y Ricardo León Peña Villa

Las palabras de Gabriel Jaime Caro sobre la vida de Ricardo León Peña Villa, fallecido el 11 de marzo del 2011 en New York.

Gabriel Jaime Caro (Gajaka) 

Ricardo León Peña Villa se ha hecho para la poesía, para su lenguaje de inventos, al decir de José Gorostiza, con alma y cuerpo, espíritu de amistad, amor a la memoria y por ende a la humanidad artística; cetrería en el deseo, más halla del bien y del mal, o mejor mas allá de la pompa imperial de esos Borbones con esclavos (recordemos esas riñoneras para que escupiera el duque en sus viajes de negocios)…Por decir algo que nos duele hasta el Dédalo de nuestra inmoralidad. Y tirado a la suerte me encuentro con un escrito de Georg Gadamer y su crítica, a mi crítica a los poemas de Ricardo León Peña Villa. Por una poesía práctica con el absoluto ego de la sabiduría. Es entonces una poesía práctica, siguiendo el itinerario de sus libros publicados; un elemento mas con el que vivimos, donde nos encontramos todos. Cito: “tres palmadas para el amor”.

Y póngase a pensar.

Nos recuerda que con su madre,  Imelda Villa, descubrió algunos poetas románticos y modernistas: Amado Nervo, Ezequiel Martínez Estrada, y Manuel Gutiérrez Nájera. Ambos, madre e hijo, se leían sus poemas; y de ahí Ricardo saltó a la calle en el barrio Santa Lucía de Medellín, en busca de la busca, en este caso: de la imagen a digerir.

Y después de conectarse con los últimos días del poeta Darío Lemos (no a ese nadaísmo avaro, del que se mofaría hoy en día Quevedo y Villegas, que olvidó a sus hijos (Lemos y algunos otros desparramados como enloquecidos solitarios con miedo a la soledad de la tabula rasa)… Después de la muerte del gurú del dadaísmo, el poeta Gonzalo Arango (con su vestidito ajustado de los años sesenta, con hambre de revoluciones por minuto).

Otros buenos de la camada: X- 504 (J.J.E.), solitario y trémulo con sus “Poemas de la ofensa” y “Sombrero del ahogado”, unido al poeta Verano Brisas, hacen una pareja talentosísima. Almílcar U (“El intelectúl”. Jaime Espinel, Alberto Escobar, Armando Romero (“El poeta de vidrio”), o quizás Elmo Valencia y su “Culo de Botella”…

Si no, la voluntad de dar para recibir, marchó a Nueva York, llenito de expectativas para la urdimbre de contactos sonados, dejando los talleres de la Biblioteca pública Piloto con Manuel Mejía Vallejo, y al olvido de sus trágicos días en Medellín, cuando la ciudad se encendía de odios en la década de los ochenta. Como si la absoluta mezquindad nos atrapara en la catedral sumergida hacia la destrucción de nuestros más efímeros principios de existencia y comunicación; de allí, donde no lo hay, si éste está supeditado a la mafia de la fiesta comprada.

Otra cosa (va de retro) es la fiesta inolvidable que veíamos en el cine.

Y Ricardo comenzó e hizo, hace, afirma, niega, concluye, continúa su fiesta inolvidable en Nueva Cork; casi elegido por J. Mario Arbeláez, para que fuera el papizo del nadaísmo desde esta ciudad y, traza su poema de la soledad (de mil colores): “Brown and Blue”, con el que gana un premio nacional de poesía en los Estados Unidos.

Y todo era una revolución pacífica (zaratustriana)

Y es por los afectos, el eterno aprendizaje de los vencidos fachos en tu casa, por el cual dimos la cara en la capital del mundo, y más concretamente en el edificio tomado de sus sueños: Umbrella House. Allí el poe, como se le decía con valentía, se hizo reportero, cronista, curador de una nueva etapa del arte latinoamericano en la tierra del Tío Sam; cofundador de la revista la ñ, como una respuesta más de la emigración poética y artística de los principios de los noventa, en “Puerta 10” (territorio neutral, yet?), dándole la entrada a todos nosotros al Loisaida del East Village. Nosotros éramos los recién llegados artistas jóvenes de todo el continente latino.

Ya teníamos desde 1984, nuestra revista de editores de poesía sobre la poesía americana, al decir de Lezama Lima (Realidad aparte), con sus procesos de edición, y lo más hermoso la hiperplaxia verbal o barroca, desmovilizada de ghettos hispanos patógenos, y así compartimos este otro proyecto cultural de Puerta 10 (La ñ),  con los amigos que hacían arte y poesía en llamados abiertos, trabajo que compartíamos con el poeta y escultor Juan Salazar Sierra, ahora en Pereira.

Ricardo Peña y yo, el otro que se niega, sobre el caballo de Troya en el arte neoyorkino, con permanentes recitales de poesía, exposiciones de pintura, danzas, aniversarios motivados por el desorden amoroso de nuestras existencias en el exilio voluntario. Participando de los mítines de los Okupas (hoy Squatters) y sus procesos transitorios de paz, por mejorar el estilo de vida, con sus viviendas tomadas por el abandono en que estaban los edificios, desde los incendios de la década de los setenta.

Y en medio del trajín cultural, sus libros de poesía.

Y así llega el poemario “Tigre de Aires” (Medellín, 1993), edición bilingüe y “Treintaitres” (1996), que servía de taller, de lectura de presentación en su casa alada, sesgada (helada y desnuda), para todo el que se integraba con placer a sus escritos, y el diálogo positivo por liberarnos de nuestras ataduras en el imperio disimulado. No de una cetrería machista, repito, porque machista llegaría a ser yo también (si no es por la riqueza de lo relacionable). La libertad del solo, porque Ricardo nunca ha aceptado las ataduras matrimoniales, y de ahí la desbandada de sus concubinas maravillosas, y sus bellas poetisas celosas a más no poder realizamos proyectos muy nuestros: como los talleres de pintura, teatro, de ahí mi show poético “Marilyn Monroe en el cielo poético del Morocco”, del cual fue mi productor, y del que recibí mi patadíta (dice Ricardo que en el culo) en el escenario del “Nuyorican Poets Café” (en 1997), nuestra casa poética y de diversión multicultural. Luego muy enteraditos llegó el primer premio de Poesía “Poeta en Nueva York”, con la participación de más de 100 poemarios de toda América latina. Memorable premio que selló la unión entre ambas revistas: Realidad aparte y la Ñ. La fiesta inolvidable comenzaba siempre con tertulias, encuentros con místicos de la nueva Era, mezclados con nuestra ternura de Ángeles peripatéticos, algo así como bailando con la máscara de la Madonna con política incorrecta. O el tango muñon, la de mentira, de mentira bien de veras. El tango de Rubén Juárez.

Encuentros con grandes amigos, que llegaban desde los más exclusivos barrios citadinos del continente a su piso de murallas malditas: Alberto Arango, Catalina Santamaría, Francisco Zumaqué, Wilfrido Vargas; las poetas de Puerto Rico, Mairym Cruz Bernal y Nicole Cecilia Delgado. Germán Jaramillo, Jaime Jaramillo ‘Papá Jaime’, los músicos venezolanos los Hidalgos, Claudio Negrete, Flora Martínez, Herman Moreno, Tola y Maruja (las originales), Sheila Candelario, Ramiro Sandoval, el poeta salvadoreño Otoniel Guevara, Nacho Martínez, Nacho Vélez. Pedro Prieti, in memoriam. Wilson Burbano del Hierro, María Ruiz Castillo “La madrileña”, Alex Sterling, raperos y músicos latinos del latín jazz, Pablo Mayor, “Tráfico Pesado”, cineastas (Juan Fischer, entre otros), Luís Javier Henao Uribe, Diana Solórzano, Manuel Tiberio Bermúdez, la Cúpula del nadaísmo bogotano, y no pare de contar.

Ricardo inspirado en su espacio mágico con esa búsqueda de comunicaciones ancestrales, escribe una novela con los lamentos de una existencia que siente todavía, como es la de “Gardel vive en Guarne” o Gardel Inoxidable, que permanece inédita. Una novela que involucra a seres muy especiales que viven todavía como el zorzal criollo.

Recuerdo con mucho placer nuestro paso por “el diario/ La Prensa” de Manhattan, haciendo entrevistas, como reporteros, y críticos de cine; justo cuando cayeron las Torres Gemelas, mil veces negociadas para su destrucción. Sus premios nacionales de periodismo por la última entrevista a Tito Puente, Héctor Lavoe y Celia Cruz. Y el rock en español que presagiaba el gran mercado de este Dos Mil.

Y siempre muy orondos y vestiditos a la usanza en el “Nuyorican Poetas Café”,  el café bar de la generación beat latina.

En España publica un nuevo libro de poemas, poseía reunida bajo el titulo de: “Decir New York, testigo propio”, con ediciones Menchaca, en el año 2002.

En 2005 nace CASA TOMADA, con corresponsales en todo el mundo. Revista ilustrada, que contó con la participación de artistas gráficos y pintores (José “El diablo” Osorio, Rubén Crespo), muy unidos con Umbrella House, de donde sale este milagro de la bondad y la ternura: sus cinco ediciones de periodismo investigativo.

Pública en el 2006, “Loisaida Historias del frío”; por la editorial Palabra Viva de Medellín; un libro de cuentos, logrando un éxito inesperado como cuentista autobiográfico.

Y recientemente pública un tríptico de poesía, bilingüe, llamado “SINASCO” (sindicato de astronautas colombianos) con los jóvenes poetas colombianos Diego “lírico” Vargas (de la sucursal del cielo) y Nicolás Linares Sinasco (de los altos del zipa y el zaque: la nueva sangre de Umbrella House.)

Para finalizar continuando.

“Sólo a ti, solitario cuando lloras.” (Quevedo)

¿Qué o quién han atentado contra esta poesía practica?: la ciencia del odio y del desprecio, de la envidia sofocante del ignorante porque si, y póngala como quiera. Mejor sigamos los consejos de nuestros maestros cuando nos dicen  ante nuestra pregunta: ¿qué haces? Yo, estudio a Aristóteles.

Una experiencia que todo lo rodea o rodea todo nuestro invisible ser con sus virtudes éticas.

Su imagen en la música, un fuerte de encuentros con músicos de todas las categorías del Bilboard. Nuestro davinchesco amigo, también es compositor y arreglista: “Papá y Mamá”.

“Somos exactos en la alucinación”, alguien dijo, de ahí que la riqueza de dos gemelos, podría llevar implícito el rapto del deseo suspendido en la escasez de orbita de nuestros deseos: Ricardo León Peña-Villa, “el encantador de serpientes”, como alguien le dijo en El Colombiano.. Aquel que le ha robado los oídos sagrados de las mujeres, al fundamentalismo aberrante del cuadrimencional estado de la semiinconsciencia abrahamnística.

Mejor dicho, hagamos que salgan a la calle y a las esquinas aquellas personitas: Elena y París, Diana y Diano, que solo esperan que en Medellín y todo su valle de Aburrá,  triunfe la mitología griega, Yo así si salgo, con la sonrisa alciónica de Dioniso….Porque el arte griego era público.

A Mateo Navia, por la lectura de poemas escogidos de R.L.P.V. en OTRA PARTE (Envigado), en abril 11 y 2008




“Del ensimismado”

Digo palabras tontas en busca de las ciertas,
Soy un necio mientras espero que la verdad me toque.
Cuestiono al idiota para ver que tan vivo está el inteligente.
Mis palabras me llevan al absurdo
Zigzag y laberinto concatenado
De un orden no presentado
Placer de oír lo por escribir.
Mis palabras que no tienen nada de cortas
Presumidas, sin tiempo para considerarlas,
Repito, dictado (después es que levito sobre lo que dije…)
La vida, las palabras y ese eterno viceversa”.


Otra petición

Cuando esté muriendo
no quiero un cura sin afeitar
despidiendo mi vida.
Quiero una monja joven
bella y lozana
en estrén de santidad,
que me bese lento
y que cante: Oh buen Jesús
en el minuto último.
Así estaré cerca de Cristo, más cerca
y es el mismo amor
de ella y mío por Él.
Pido a los testigos
del cierre de escena
que nos dejen solos a los tres
que vayan preparando una fiesta,
un bakiné, una lectura de mis versos,
un contar de historias.
Y al final,
digan que me fui besado
por una boca
que antes, nunca besó.


Solitud

Los días de lluvia
sale mi siquiatra a campear
por campos propios
a sabiendas de las filigranas, nudos y atares
en propiedad de hilador.
La dificultosa madeja tiene caminos
como la piedra de alma oculta
y hallada por el escultor que labra.

Los días de lluvia
las puntas de mis dedos
golpean mil veces mi pecho
y al final,
dolido de mi en mi
y hurgadas todas mis culpas,
me abrazo condolido
herido,
confeso y limpio.

Mahler me lleva a Billie Holiday,
ésta a Piazzolla y de éste, al tango del arrabal.
Ahí, terrenal y ebrio en el 2×4
canto mi pena al espejo
que antes confesé al altar.

El tango saca todo de mi
Lo oculto por los años
Y la flor en piel sensible,
El bandido y su memoria
Y el poeta acompasado en bandoneón.

Llueve y tengo soledad
Mas no canto el tango Tormenta
Pues aun tengo temores de Dios,
Sólo espero que amaine la tempestad de mi alma
Aunque soy también, feliz en la tristeza.

Y entonces, festivo y vital
Tendré una sinfónica en mí
Alegre, llena de sol.


Doctor ¿en que lado del cuerpo queda el amor? 

Se acaba una historia de amor
Y empieza una levitancia en la vida
E incólume ante la marejada
El poeta estoico espera el verso
Como confesión y breviario.

Una mano en despedida se erige
Como acto antes visto con leve variante,
Un cuadro copiado de la verdad
Es decir, el espejo a placer.

Bajo las costillas de la izquierda
Un dolor cala sin explicación
La sala de emergencias fue en vano
El amor no aparece en los rayos x.

Billy Holliday abraza la pena del solitario
y yo pregunto:
Doctor ¿en qué lado del cuerpo queda el amor?






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ALICIA BORINSKY [18.356]

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Alicia Borinsky

Alicia Ester Borinsky (Buenos Aires, 23 de octubre de 1946) es una académica literaria, novelista, poeta y crítica literaria argentina.

Ha publicado extensamente en español e inglés, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica y Europa.

En la Universidad de Boston (Estados Unidos) es profesora de Literatura Latinoamericana y Literatura Comparada, y directora del Programa Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos en la misma universidad.

En 2016 es directora del Programa de Estudios Culturales de Verano en la ciudad de Buenos Aires.

Su trabajo crítico ha ayudado a enmarcar la discusión sobre los escritores del boom latinoamericano, un importante movimiento en la literatura latinoamericana. Entre sus otros logros académicos se encuentra la introducción de la figura del novelista argentino Macedonio Fernández (1874-1952) ―el maestro de Jorge Luis Borges (1899-1986)― a un público lector más amplio, la exploración de la intersección entre la teoría literaria, los estudios culturales y de género. Ha realizado numerosos trabajos sobre poesía, escritores latinos y literatura mundial.

Su abuelo materno ―judío y polaco― logró traer a dos hijas ―una de ellas, la madre de Alicia Borinsky― y a un hijo desde Polonia hasta Argentina. En cambio su abuela materna y la hija menor, que iban a ser las últimas en partir ―según el programa que habían planeado― no llegaron a salir antes de la guerra y fueron asesinadas por los nazis en Polonia.

Su abuela paterna ―también judía y polaca― había llegado a Argentina con sus cinco hijos y un marido ―él murió unos años después― que era su propio tío paterno. Por eso el apellido de esa abuela era Borinsky de Borinsky.

Alicia Borinsky vivió y estudió en Buenos Aires.

El 29 de junio de 1966, después del golpe de Estado contra el presidente Arturo Umberto Illia (1900-1983), el nuevo dictador, Juan Carlos Onganía, comenzó una persecución contra profesores y estudiantes universitarios. Borinsky, de 19 años, viajó a Estados Unidos. Entre 1967 y 19714 estudió en la ciudad de Pittsburgh (Pensilvania), donde obtuvo una licenciatura y un doctorado (Ph.D) en Literatura en la Universidad de Pittsburgh.

Regresó a Argentina, de donde tuvo que escapar nuevamente a los 29 años de edad, poco antes de que comenzara la dictadura cívico-militar argentina (1976-1983).

Reside en Boston.

Recepción crítica de su obra

Alicia Borinsky ha ganado varios premios por su trabajo, entre ellos el premio Latino Award for Fiction (en 1996) y una beca Guggenheim (en 2001).

Michael Wood ―crítico literario y profesor de Inglés en la Universidad Princeton―, dijo del libro de Borinsky Golpes bajos:

Es un libro de sorpresas, lleno de giros del lenguaje e imaginación que constantemente nos encuentran con la guardia baja. Este es el por qué es tan extraño que, finalmente, debemos saber dónde estamos y por qué tenemos la suerte de poder volver al mundo que una vez nos fue familiar. Estamos tan acostumbrados a nuestros solemnes fallas de vista que ni sabemos qué hacer con la ligereza de la mirada y la visión desde múltiples ángulos.

Low Blows is a book of surprises, full of turns of language and imagination which constantly catch us off guard. This is why it is so strange that we should finally know where we are, and why we are lucky to make it back to the once familiar world. We are so used to solemn failures of sight that we scarcely know what to do with lightness of glance and many-angled vision.

Michael Wood


El lingüista estadounidense Peter Bush, director del Centro de Traducción Literaria, escribe:

Nadie más de los que escribe hoy en día puede ni siquiera emularla en su prosa de dibujo animado, un matrimonio forzado entre los cómics y lo histriónico, entre lo borgiano y lo barthesiano.

No one else writing today can quite emulate her cartoon prose, a shotgun marriage of comic and camp, the Borgesian and the Barthesian.

Peter Bush

El novelista argentino Tomás-Eloy Martínez, aclamado autor de Santa Evita, escribe:

Alicia Borinsky en un jardín de Buenos Aires, su ciudad natal (en 2008).
Alicia Borinsky es única, con un oído argentino afinado perfectamente a los tangos y los boleros. [...] Su Cine continuado renueva y transforma el género de la novela picaresca. Borinsky es la reencarnación de Macedonio Fernández y de Julio Cortázar, un narrador atrevido y seductor, con faldas.

Alicia Borinsky is unique, with an Argentine ear perfectly attuned to tangos and boleros. (...) Her All Night Movie renews and transforms the genre of the picaresque novel. Borinsky is the reincarnation of Macedonio Fernández and Julio Cortázar, as a daring and seductive storyteller in skirts.

Tomás Eloy MARTÍNEZ9 

Acerca del libro Los sueños del seductor abandonado, la autora argentina Luisa Valenzuela (1938-) escribe:

La recompensa no consiste en la suspensión de la incredulidad: consiste en una nueva creencia de que vamos a abrir la puerta para ir a jugar.

The reward does not consist in the suspension of disbelief. It consists in another belief that will open wide the doors for us to go out and play.

Luisa Valenzuela

En la contraportada del libro Golpes bajos, Margarita Feitlowitz ―profesora de Literatura en la Universidad de Bennington, autora de Un léxico del terror: Argentina y los legados de la tortura― escribe:

Nadie de la actualidad escribe como Alicia Borinsky, cuyas palabras explotan fuera de las páginas. En su obra las voces surgen de manera orgánica, y sus acentos y articulaciones, sus texturas y sus caprichos, son integrales, auténticos. Cada una de estas voces ―y hay decenas― tiene su propia historia palpable: las podemos sentir, incluso cuando sus detalles particulares nos son ocultados.

No one working today writes like Alicia Borinsky, whose words explode off the page. The voices in her work arise organically, and their accents and articulations, textures and quirks, are integral, authentic. Each of these voices (and there are scores) has its own palpable history: we feel it, even when its detailed particulars are withheld.

Margarita Feitlowitz

El departamento de Archivos y Colecciones Especiales en el Amherst College contiene algunos de sus papeles.

Obras publicadas

La ventrílocua y otras canciones. Buenos Aires: Cuarto Poder, 1975.
Epistolario de Macedonio Fernández. Buenos Aires: Corregidor, 1976. Reimpreso en 2000.
Ver/Ser Visto: Notas para una analítica poética. Barcelona: Bosch, 1978.
Intersticios: estudios críticos de literatura hispana. Veracruz (México): Universidad Veracruzana, 1986.
Mujeres tímidas y la Venus de China. Buenos Aires: Corregidor, 1987.
Macedonio Fernández y la teoría crítica: una evaluación. Buenos Aires: Corregidor, 1987.
Mina cruel. Buenos Aires: Corregidor, 1989.
Timorous Women. (traducción de Mujeres tímidas). Peterborough (Reino Unido): Paul Green Press, 1992.
Mean Woman (traducción de la novela Mina cruel). Lincoln (Estados Unidos): University of Nebraska Press, 1993.
Theoretical Fables: The Pedagogical Dream in Latin-American Fiction (libro de crítica literaria). University of Pennsylvania Press, 1993.
La pareja desmontable (libro de poesía). Buenos Aires: Corregidor, 1994.
Sueños del seductor abandonado (novela). Buenos Aires: Corregidor, 1995.
Madres alquiladas. Buenos Aires: Corregidor, 1996.
Cine continuado. Buenos Aires: Corregidor: 1997).
All Night Movie. Evanston (Estados Unidos): Northwestern University Press, 2002.
Dreams of the Abandoned Seducer (traducción de Sueños del seductor abandonado). Lincoln (Estados Unidos): The University of Nebraska Press, 1998. Traducido al inglés en colaboración con Cola Franzen.
Golpes bajos. Buenos Aires: Corregidor 1999.
Low Blows. Madison (Estados Unidos): University of Wisconsin Press, 2007.
La pareja desmontable/The Collapsible Couple (libro de poesía,2 edición bilingüe). Londres (Reino Unido): Middlesex University Press, 2000.
All Night Movie (traducción de Cine continuado), Northwestern University Press, 2002.
La mujer de mi marido. Buenos Aires, Corregidor: 2000.
Las ciudades perdidas van al paraíso. Buenos Aires: Corregidor, 2003.
Golpes bajos/Low Blows (bilingual edition). Madison (Estados Unidos): University of Wisconsin Press, marzo de 2007. Prefacio de Michael Wood. Traducido al inglés por Alicia Borinsky en colaboración con Cola Franzen
Frívolas y pecadoras (bilingüe, poesía). Chicago: Swan Isle Press, 2008. Traducido al inglés en colaboración con Cola Franzen.
One Way Tickets: Writers and the Culture of Exile (2011). Examina desde una perspectiva cultural y literaria el entretejido de experiencia personal, escritura y cine que sustenta nuestra visión de desplazamientos geográficos y lingüísticos.


Piropo a mis lectores

Si supieras lo que te estás perdiendo,
vení si querés,
y si no querés jodete,
total a mí qué me importa
no soy yo quien se quedará sin mí.




De “Tiernas y calculadoras” 


¿tiene vuelto?

De nuestro amor me quedó
algo ácido
un dejo que me repite
pero no en el estómago

es en la memoria
querido en la memoria

lleváte la calle en que te conocí
devolvéme las ganas
y el resto:

todo para vos




amor fallido
pose número uno

¡se te fue la voz!

¿para qué dejar de cantar justo cuando empezaba a
Prestarte atención?




amor fallido
pose número dos

aquí había una vez una pareja que se peleaba todo el tiempo
cuando él quería un bombón
ella oía sacáte la bombacha
cuando ella le pedía masajes caricias números para jugar a la quiniela
él la llevaba a locales cabalísticos donde cuatro
hombres juegan al dominó día y noche

todo el tiempo discutían con palabras gestos
y chasquidos de lengua

todo el tiempo se husmeaban tocaban y
rechazaban

pero como ya se sabe la felicidad
tuvo que acabar

los hijos llamaron a abogados
psiquiatras trabajadores sociales

ayer cuando los vi 
se sonreían serenamente en el café del shopping

cada uno con la bolsita de compras en la mano
tarjeta de crédito a su nombre
cabecita obnubilada por píldoras perfectas al
alcance de su presupuesto y del tuyo.



De “Madres alquiladas”


poética

desdeñosa
haragana
mujer fatal
vulgar
sus apetitos clarividentes nos mandan al otro mundo

nos ha dicho mentira tras mentira
me ha involucrado en sus crímenes
ha logrado encarcelarme
y ahora insolente ensaya otro carnaval
me propone viajes escapatorias una vuelta al mundo en este
cuarto lleno de murmullos estridencias pelos sin señales




cortesana

se viste con ropa interior blanquísima
ensaya la entonación precisa
el momento de duda
para que él la ayuda

doctor doctor
amemos mis síntomas

expuesta
tendida 
le invita
hagamos esto y lo otro
antes de morirnos
lo otro sobre todo

mientras su hija espera
obediente grave
en un vestbulo con revistas
y una señora de labios colorados.





De “Mujeres tímidas”


correspondencia

Queridos:
Toda mi vida la he pasado buscando un desodorante a la medida de mi amor. Una fragrancia que hablara de un chalet con jardincito al frente. Tocadiscos sin música folklórica. Algo que acomode y borre la insinuación de otro cuerpo en el mío.
¿Cómo alcanzar esa invisibilidad virtuosa para mis oscuridades? ¿Dónde ocultar esos olorosos contactos de contrabandista? Mi sueño asimétrico exige una respuesta inmedia, la eficacia de veloces huídas hacia desiertos palpables.





De “La Venus de China”


La venus de china piensa en hacer el amor

se había arreglado con lentejuelas con cadáveres arrimados al

fuego
se había hecho compresas de talco en las nalgas polvos de
arroz
pestañas postizas pezones pintados
ombligos perfectamente delineado

Debajo de la ducha juró el futuro orgasmo
Preparó el grito de placer
Urdió un prolijo amor desordenado

sábanas rojas almohadas tiradas en el piso medialuz de
perfumes
Música de arrabal
Qué tensión de caricias
Qué cuerpos calientes en el centro del mundo




De “Buenos Aires”


tango

De tu voz recuerdo ciertas palabras
por la tarde en una calle de Buenos Aires
la impostación del tango
una cadencia en la charla y el abrazo

Pero sobre todo mis maniobras para seducirte
la felicidad con que supe amarme
el modo de ocupar tu lugar
cómo te robé las intenciones
el espejo
Mi cuerpo en tu deseo.




LA POESÍA DE ALIC IA BORINSKY,
ALGUNAS A PROXIMACIONES

Pedro Granados
Boston University

El presente pretende ser un trabajo de aproximación a la poesía de Alicia Borinsky. Dialogaremos con sus tres poemarios hasta ahora publicados: M ujeres tímidas y La venus de china, reunidos en un solo volumen (1987), La pareja desmontable (1994) y Madres alquiladas (1996), todos bajo el sello de Ediciones Corregidor de Buenos Aires.

En primer lugar el empático (aunque cauteloso) lector puede hacerse de una primera lista de nombres al ejecutar su oficio; es decir, más o menos orientarse a través de una intertextualidad — explícita o inferida — según se vaya adentrando en los textos. De esta manera — así, tan arbitrariamente — tenemos en Mujeres tímidas a Ginsberg, no solamente por la alusión a su famoso poema en el verso “PREPARAMOS UNA VOZ SOLO AULLIDO” (“Poesía de lujo”, p. 17), sino por la estética del grito — frente a la “poesía de lujo” — explícita aquí; o a Munch, por la visualización inherente a esa mueca facial, a ese gesto tan contundente y — en el verso — elocuentemente colectivo; no debemos perder de vista — respecto a lo que sigue de nuestra exposición — este último dato: el arte expresionista (como exageración o caricatura) de los versos de Borinsky. Luego, está la dupla Huidobro Vallejo, más evidente el primero; digamos, un Huidobro atelurado por Vallejo y, a su vez, el peruano aligerado, puesto en estado de efervescencia por el chileno; un “ay hermanitos” (p. 38), al lado de “anteojo ojo mojo el ojo rojo antojo” (p. 43). Desde el comienzo, también, cierta prosodia celestinesca, aún “tímida” en este poemario, que revela a un sujeto de la escritura en clinch, gremial y a la vez solitario, apelativo y no por esto menos socarrón: “Queridos: Toda mi vida le he pasado buscando un desodorante a la medida de mi amor [...] Algo que acomode y borre la insinuación de otro cuerpo en el mío. ¿Cómo alcanzar esa invisibilidad virtuosa para mis oscuridades? (p. 11) Este arte del doble, del “otro cuerpo en el mío”, es también un dato muy relevante después. Por último, coincidiendo con el poema “Cinem atográfica” que cierra el volumen de 1987, está el cine, espacio-arte alternativo en toda la obra posterior de Alicia Borinsky: la poesía, el ensayo1, la novela2.

Para el segundo poemario se focaliza más ceñidamente la herencia de la vanguardia, se pacta enfáticamente con Huidobro; el espacio abierto y la
inteligencia gozosa — inherente a la poesía del autor de Altazor — le permite a Borinsky explorar, sin riesgo a excesos dramáticos o melodramáticos, el fuero interno (“sus oscuridades”), el sesgo especulativo, el lado expresionista de su obra:


“Estoy aburrida de mi cara y mi taconeo
Estoy cansada del tono de mi voz [...] POR ESO
ponerse en manos del cirujano
saldré hecha una pajarita
ALAS PLEGADAS TRINO FELIZ
Saldré novia de las nubes” (“Alaba su ligereza”, p. 63);


“Moza remozada a punto de caerse
Infalible muerta alegre
recogida cada vez por niños
que dudan y no la entierran” (“Ah la poesía”, p. 9).


Asimismo, y paralelamente, se va diseñando — aunque es difícil encontrarlo en estado puro -— cierto ideal aéreo (en términos de Gastón Bachelard3) en esta poesía: sus imágenes más íntimas, finalmente, no describen cualquier trayectoria, sino que parecieran resolverse o apuntar de modo sistemático hacia el aire, hacia el vacío:


“(quienes creen que se está limando las uñas
no han visto al aleteo de su desencanto
su paciencia empecinada
la soltura de su pelo en este silencio)” (“Dos”, p. 62).


El sustantivo “aleteo” es uno de los favoritos en la poesía de Alicia Borinsky. En realidad, desde el primer poemario, ideal aéreo y estética del grito se han ido complementado, han ido tocándose:


“PREPARAMOS UNA VOZ SOLO AULLIDO
UN JARDIN RAPIDAMENTE JUNGLA
Cuánto silencio gorrioncitos míos nos espera” (“Poesía de lujo”);


agregaríamos, cuánta virtualidad y cuánta apuesta en esta poesía que se propone ante todo interrogar, aunque enfatiza: “la pregunta aún no ha sido formulada” (La venus de China, p. 44).

Por otro lado, siempre en La pareja desmontable, adquieren carta de ciudadanía, más bien, otros dos discursos apuntados más arriba: el del doble o los dobles4, y el habla coloquial celestinesca con su apabullante sabiduría5.

Respecto al primero, ilustramos:


“no me abandones por él
pronto te dará la espalda
pronto humillada querrás volver
invitarme a tu mesa
untar mi pan” (“Conflictos amorosos”, p. 18);


en realidad, respecto a lo primero y a lo segundo, ya que la sexualidad, la ironía, la omnisciencia de esta Celestina-Autora asimismo es aquí patente, como también en este “Lamento de los corderos”:


“porque era una bruja le tendíamos celadas
porque caía conocíamos su maldad
porque no se queja
seguimos esperando a horcajadas
el insulto que nos permita liberarla” (p. 61)


Se suman en este libro, por supuesto, otros homenajes. Neruda, Saúl Yurkievich, Lorca, Macedonio, Pizarnick, José Donoso, J. E. Pacheco, explícitos invitados y compañeros — unos más que otros — de la escritura de nuestra poeta; Frank Kafka es uno de los implícitos o, más bien, un considerado y muy discreto anfitrión. Ligada a esta presencia, pero reuniendo y sintetizando todo el calor de la fiesta derrochado en este libro, podemos leer:


“jaula feliz y desconcertada
plantada en medio de la feria
la mujer fea peina su barba
arregla sus greñas
[...]
A la salida se relamen
esperan turno y compran entradas
La función de mañana será más larga
Acaso ella abra la boca
Acaso cante un aria
Acaso se largue un pedo mero suspiro” (“El objeto de la risa”, p. 68).


En cuanto al tercer poemario, Madres alquiladas, enseguida comenzada la lectura nos percatamos de una mayor comunicabilidad y transparencia en los versos de nuestra escritora — ¿renovado diálogo con la poesía de Roberto Juarroz?, ¿tranvasamientos con el fraseo de aquélla como novelista?

De lo que no dudamos, eso sí, es que también se ha instalado, homogénea
y definitivam ente, el humor. En este sentido, lo observable, por ejemplo, en Cine continuado (última novela de Alicia Borinsky), es también válido aquí:

“Carcajada que acompaña y, al mismo tiempo, desmorona lo representado [...] catarsis que emana de un sujeto auténticamente socarrón lúcido y vivido, que sabe conversar del cuerpo y, a través del lenguaje del cuerpo, del espíritu” (Granados, 1997). En todo caso, y en medio de la decantación generalizada — lenguaje, temas y reflexión poetológica — inherente a este tercer poemario, hallamos verdaderas piedras de toque, puntos de soldadura (no de plomo), literales declaraciones de principios a través de ciertas memorables imágenes, como ésta: “un caramelo clavado en medio de la lengua” (p. 26). Incomodidad-consuelo, agresión-placer, a un tiempo; asunción-parodia del surrealismo6 presentes en toda esta poesía también, recuérdese el verso de Emilio Adolfo Westphalen: “Belleza de una espada clavada en la lengua”7. En fin, parodia del discurso, y de los discursos posibles, y de los mismísimos alcances del lenguaje. Wittgenstein escuchando la sentida confesión de un feligrés.

Otro rasgo importantísimo que salta a la vista en este poemario es la nitidez y regularidad y coherencia del ideal aéreo bachelariano apuntado más arriba; no sólo por las reiteradas aluciones — inevitables en la representación del vuelo humano — a seres u objetos que vuelan8, sino
sobre todo en cuanto a la lógica de la decepción, al sutil manejo del tema de la caída:


“emocionados
acaso temblando
se prometerán cosas
tendrán vergüenza de decirlo todo
dudarán
antes de reanudar la caminata y absortos en
el encanto de futuras caricias y cuchicheos no verán la dorada
cáscara de banana a la espera de esos pies
estos zapatos”
(Cuentos de sobremesa”, p. 29)


Sin embargo, logopoieta como Sor Juana, aérea como Jorge Guillén, y de la estirpe hum orística de Don Nicanor Parra, finalmente quizá ya sólo sea otra vez el cine o el teatro de marionetas la parábola del “único sentido posible”:



“nos hemos
cruzado en el puente más de una vez y nos
reconocemos viciosos de las estatuas la niebla el
río marrón la anticipación de que acaso el aleteo
de una paloma o la manera en que cae la lluvia
nos revele algo un dato una clave viviremos
menos que las piedras [...]
por eso nos apuramos
nos saludamos casi alegres antes de desaparecer
en aquella calle este teatro”
(versos últimos de Madres alquiladas)


NOTAS

1 Nos dice la autora en la “Introducción” de su primer libro de ensayos:
“Proyecto [...] este volumen en la acepción geométrica del término y asociado también a la proyección de cine. La imagen surge como el sentido o es, tal vez, el único sentido posible”. Ver / Ser Visto. Notas para una analítica poética. (Barcelona: Antoni Bosh, 1978) p. 3.
2 Cine continuado, la última novela de la autora, tiene este mismo parámetro: “un mismo ecran sosteniendo los encuadres estelares de la ficción y de la vida”. Pedro Granados, “La novelista, la crítica, la poeta...”, El Comercio, 28 Setiembre, 1997.
3 El aire y los sueños (México: FCE, 1978).
4 Foco también de su propuesta como ensayista o crítica de la literatura: “¿Qué hace un discurso cuyo paradójico objetivo es mostrar el desmembramiento de sus partes? [...] El volumen en su conjunto está alentado por una voluntad persuasiva que, sin embargo, no osa mostrarse con un sólo rostro, elegir entre las numerosas voces que componen su registro”. Intersticios: Lecturas críticas de obras hispánicas. “Presentación” (México: Universidad Veracruzana, 1986) p. 9.
5 En esta Celestina es en la que fundamentalmente pensamos: “— ¿Quién soy yo, Sempronio? ¿Quitásteme de la putería? Calla tu lengua, no amengues mis canas, que soy una vieja cual Dios me hizo, no peor que todas.
Vivo de mi oficio, como cada cual oficial del suyo, muy limpiamente. A quien no me quiere no le busco. De mi casa me vienen a sacar, en mi casa me ruegan. Si bien o mal vivo, Dios es el testigo de mi corazón”. Fernando de Rojas, Tragicomedia de Calisto y Melibea [edición y notas de Dorothy Severin] (Madrid: Alianza Editorial, 1983) p. 182.
6 El surrealismo ha sido siempre compañero de la poeta, especialmente le ha servido en sus auto definiciones poetológicas, como ésta en su primer libro, Mujeres tímidas: “La poesía no es una pipa / La poesía es un jardín alucinado / mariposas que se hunden en una herida abierta”, p. 41.
7 Título a su vez de un apartado de su poesía reunida. Otra imagen deleznable (México: FCE, 1980).
8 Ejemplo 1: “Gorrioncito:


hoy te vi a la salida del desfile
ibas disfrazada de mujer
tacos altos
cartera
un nene de la mano” (“Urgente”, p. 39).


Ejemplo 2: 


“Ella debe irse
Está embarazada
le duelen las piernas
ha tenido una premonición
(esta tarde levitará
BARRILETE
prepárate para recibirla)” (p. 42).


Ejemplo 3: 

“mi estrella mi adornada austera vigía” (p. 54).










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GUITTONE D'AREZZO [18.357]

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Guittone d'Arezzo

Fra Guittone d'Arezzo (Arezzo, 1235 - 1294) fue un escritor y poeta italiano, hijo de Viva de Michelle, un partidario apasionado de la facción güelfa, y que luego —amargado por fuertes fracasos— entró en la orden religiosa de los Cavalieri1 con la idea de ayudar a la pacificación entre ambos bandos.

Su empeño fue profundo, como lo revelan sus cartas sentenciosas y moralistas, que resultan de importancia porque representan el primer epistolario escrito en lengua vulgar, con propósitos literarios.

Guittone es recordado por su rico cancionero, un corpus de 50 canciones y 251 sonetos que reúnen rimas de amor y canciones políticas. Es célebre su lamento por la batalla de Montaperti (1260), en la cual las tropas de Siena, aliadas con los gibelinos exiliados de Florencia y dirigidas por Farinata de Uberti , derrotaron a los güelfos florentinos.
Guittone prefería el estilo oscuro del trobar clus, tradicionalmente ligado a la poesía moralizante, y creó un modelo de canción de amor amplio en el ritmo y en el desarrollo conceptual. Produjo además los primeros ejemplos de canción política civil, y promovió la moralización y cristianización de la temática amorosa introduciendo en la misma poesía cultura y rigor moral.




SONETO

RUEGA Á LA VIRGEN MARÍA QUE LE DEFIENDA DEL
AMOR TERRENO Y LE INFUNDA EL DIVINO.

Reina del cielo, Madre soberana
Del buen Jesús, cuya sagrada muerte,
Para librarnos del destino fuerte,
El pecado borró de Eva liviana:

Ve cuál me hirió el Amor, cómo se ufana
De verme esclavo suyo, y de qué suerte;
Madre piadosa, mi desgracia advierte,
Líbrame de seguir su turba insana.

Llena mi pecho del amor divino,
Que eleva el alma á Dios, oye mi ruego,
Y haz que yo de otro amor no sea esclavo.

Tal remedio mi afán tiene, imagino,
Agua tal extinguir suele este fuego,
Cual se suele arrancar clavo con clavo.

Traducción:  León Carnicer 



Diez poemas universales
Edita:
Publicacions URV
A+C (UTE Arola Editors, SL - Imatge 9, SL / Cossetània Edicions)
1.ª edición: abril de 2009


Cuanto más me alejo, más se me acerca
el dulce rostro de mi amada,
que me mata a menudo y me sana,
y me sumerge en tal delirio
que aunque me encuentro en tierra extraña,
me parece estar siguiendo sus signos;
y tan pronto me parece vana esta esperanza
como vuelvo a vivir esta locura.

Así como guió a los magos la estrella,
me guía su semblante, sus pasos por delante,
como si estuviera presente de carne y hueso.
Por esta razón vivo feliz y dichoso,
pues de otra manera me mataría
al instante una muerte cruel y pérfida.

Guittone d’Arezzo (h. 1235-1294). Se le considera el poeta italiano más influyente antes de Dante. Su ingreso en una orden religiosa supuso un punto de inflexión en su estilo poético, pues abandonó la poesía amorosa para dedicarse a los poemas de inspiración ético-religiosa.



XX

Con’ più m’allungo, più m’è prossimana
la fazzon dolce de la donna mia,
che m’aucide sovente e mi risana
em’àve miso in tal forsennaria,
che, ’n parte ch’eo dimor’ in terra strana,
me par visibil ch’eo con ella sia,
eor credo tale speranza vana
ed altra mi ritorno en la follia.

Così como guidò i magi la stella,
guida me sua fazzon gendome avante,
che visibel mi par e incarnat’ella.
Però vivo gioioso e benistante,
ché certo senza ciò crudele e fella
morte m’auciderea immantenante.

Guittone d’Arezzo, Sonets d’amor, edición bilingüe (italiano-catalán) a cargo de Eduard Vilella, Obrador Edèndum & PURV, Santa Coloma de Queralt, 2009.


*


Quello che segue è il primo di una serie di 86 sonetti amorosi che, secondo il critico Lino Leonardi, formerebbero un vero e proprio canzoniere organico.
Si tratta di un sonetto d’amore del Guittone “prima maniera”, cioè del Guittone poeta cortese: la situazione descritta è canonica e presenta l’amante completamente soggiogato da Amore, che infierisce su di lui.


Amor m’à priso e incarnato tutto,
e a lo core di sé fa posanza,
e di ciascuno menbro tragge frutto,
4 dapoi che priso à tanto di possanza.

Doglia, onta, danno àme condutto
e del mal meo mi fa ’ver disïanza,
e del ben di lei spietato m’è ’n tutto:
8 sì meve e ciascun c’ama à ’n disdegnanza.

Spessamente il chiam’e dico: «Amore,
chi t’à dato di me tal signoraggio,
11 ch’ài conquiso meo senno e meo valore?».

Eo prego che·tti facci meo messaggio
e che vadi davante ’l tuo signore
14 e d’esto convenente lo fa’ saggio.

Guittone d’Arezzo, Canzoniere. I sonetti d’amore del codice laurenziano, a cura di L. Leonardi, Einaudi, Torino 1994.


*


Tuttor ch'eo dirò gioi, gioiva cosa

Tuttor ch’eo dirò gioi, gioiva cosa,
intenderete che di voi favello,
che gioia sete di beltà gioiosa
e gioia di piacer gioioso e bello:

e gioia in cui gioioso avenir posa,
gioi d’adornezze e gioi di cor asnello;
gioia in cui viso è gioi tant’amorosa
ched è gioiosa gioi mirare in ello

Gioi di volere e gioi di pensamento
e gioi di dire e gioi di far gioioso
e gioi d’onni gioioso movimento

Per ch’eo, gioiosa Gioi, sì disioso
di voi mi trovo, che mai gioi non sento
se ’n vostra gioi il meo cor non riposo






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NICOLÁS MAQUIAVELO [18.358]

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Nicolás Maquiavelo

Nicolás Maquiavelo (en italiano Niccolò di Bernardo dei Machiavelli [nikkoˈlɔ mmakjaˈvɛlli] Florencia, 3 de mayo de 1469 - ib., 21 de junio de 1527) fue un diplomático, funcionario público, filósofo político y escritor italiano. Fue asimismo una figura relevante del Renacimiento italiano. En 1513 escribió su tratado de doctrina política titulado El príncipe, publicado póstumamente en 1531 en Roma.

Nicolás Maquiavelo nació en el pequeño pueblo de San Casciano in Val di Pesa, a unos quince kilómetros de Florencia, el 3 de mayo de 1469, hijo de Bernardo Machiavelli (abogado perteneciente a una empobrecida rama de una antigua familia influyente de Florencia) y de Bartolomea di Stefano Nelli, ambos de familias cultas y de orígenes nobiliarios, pero con pocos recursos a causa de las deudas del padre.

Entre 1494 y 1512 Maquiavelo estuvo a cargo de una oficina pública. Viajó a varias cortes en Francia, Alemania y otras ciudades-estado italianas en misiones diplomáticas. En 1512 fue encarcelado por un breve periodo en Florencia, y después fue exiliado y despachado a San Casciano. Murió en Florencia en 1527 y fue sepultado en la Santa Cruz.

Su vida podría ser dividida en tres periodos; cada uno de ellos representa en sí mismo la historia de Florencia. Su juventud coincidió con la grandeza de Florencia como potencia italiana, bajo el mandato de Lorenzo de Médici, El Magnífico. La caída de los Médici en Florencia ocurrió en 1494, el mismo año en el que Maquiavelo se integraba en el servicio público. Durante su carrera como funcionario, Florencia fue libre bajo el gobierno de una república, la cual duró hasta 1512, cuando los Médici regresaron al poder, y Maquiavelo perdió su puesto. Los Médici gobernaron Florencia desde 1512 hasta 1527, cuando fueron nuevamente retirados del poder. Este fue el período de actividad literaria de Maquiavelo, y también de su creciente influencia; sin embargo, murió a semanas de la expulsión de los Médici, el 21 de junio de 1527, a los cincuenta y ocho años, sin haber recuperado su cargo.

Juventud

Aunque se tienen pocos registros de la juventud de Maquiavelo, la Florencia de aquellos días era tan bien conocida que es fácil imaginar el ambiente en el que el joven ciudadano se desenvolvía. Florencia era una ciudad con dos corrientes opuestas, una representada por el austero Girolamo Savonarola y la otra por Lorenzo, amante del esplendor. Aunque el poder de Savonarola sobre las fortunas florentinas era inmenso, no parece haber sido muy importante para Maquiavelo puesto que sólo lo menciona en El Príncipe como un malogrado profeta desarmado. Por otra parte, la magnificencia del mandato de Lorenzo impresionó fuertemente a Maquiavelo, llegando incluso a dedicar El príncipe al nieto de Lorenzo. Maquiavelo fue considerado uno de los grandes escritores en su colegio. Era un escritor y fue un militar muy reconocido que influyó en el humanismo.

Servicio Civil

En el segundo periodo de su vida sirvió en el servicio militar Libre de Florencia, la cual pasó de la expulsión de los Médici en 1494 cuando Maquiavelo tenía 25 años, y duró hasta el regreso de los Médici (familia que poseía el mayor poder económico en Florencia) en 1512. Después de servir cuatro años en una oficina pública como secretario, fue nombrado canciller y secretario de la Segunda Cancillería. Tomó un rol importante en los asuntos de la república, habiendo quedado sus decretos, sus registros y sus despachos para guiarnos, así como sus propios escritos. Pese a que tuvo posiciones altas en el panorama público y político, él las evitaba ya que aceptaba cualquier tipo de trabajo a cambio de poco sueldo.

Su primera misión fue en 1499, para Caterina Sforza, «mi dama de Forli» en El príncipe, de cuya conducta y suerte, Maquiavelo extrajo la moraleja: «es mejor ganar la confianza de la gente que confiar en la fuerza». Será un concepto muy importante para Maquiavelo, y es señalado en muchas formas como de vital importancia para aquellos que quieran ostentar el poder.

En 1500 fue enviado a Francia para convencer a Luis XII la conveniencia de continuar la guerra contra Pisa. Será este el rey que, en su política con respecto a Italia, comete los cinco errores capitales del poder resumidos en El príncipe.


La vida pública de Maquiavelo estuvo enmarcada en sucesos surgidos por la ambición del papa Alejandro VI y de su hijo, César Borgia, el duque Valentino; ambos personajes ocupan un gran espacio en El príncipe. Maquiavelo no vacila en citar las acciones del duque en beneficio de los usurpadores que quieren quedarse con los estados que conquistan; de hecho, Maquiavelo no encuentra mejores preceptos que enseñar que los patrones de conducta de César Borgia. Por ello, para algunos críticos, César es el «héroe» de El príncipe. Aun así, el duque es señalado en El príncipe como el tipo de hombre que crece con la fortuna de otros y cae de la misma manera; quien toma el rumbo que podría esperarse de cualquier hombre prudente, excepto el curso que lo salvará; quien está preparado para todas las eventualidades, excepto para la que finalmente llega; y quien, cuando sus habilidades le son insuficientes para solucionar un problema, exclama que no ha sido su culpa, sino la de una extraordinaria e imprevista fatalidad. César Borgia también era un gran humanista y contrató a Leonardo Da Vinci para que le realizara varias pinturas. En diversas ocasiones, Maquiavelo coincidió con Leonardo, manteniendo con él largas conversaciones.

A la muerte de Alejandro VI, en 1503, Maquiavelo fue enviado a observar la elección del sucesor, y ahí se da cuenta de las maniobras de César Borgia para forzar la elección de Giuliano delle Rovere (el papa Julio II), que era uno de los cardenales que más temía al duque. Maquiavelo, al comentar esta elección, dice: que aquel que piense que los favores harán que los grandes personajes olviden ofensas pasadas se engaña a sí mismo. Y así, Julio II no descansó hasta ver a César en la ruina.

Precisamente fue con Julio II con el que Maquiavelo cumplió su encargo en 1506, al mismo tiempo que el pontífice comenzaba su cruzada en contra de Bolonia; una campaña que resultó ser solo una más de sus exitosas aventuras, gracias en gran parte a su carácter impetuoso. Con respecto al Papa Julio II, Maquiavelo nos presenta las semejanzas que existen entre la Fortuna y las mujeres. Y concluye que el osado, y no el cauteloso, es el que conquistará a ambas.

En 1507 lo destinaron a Alemania como diplomático para parlamentar con el emperador Maximiliano I sobre las medidas expansionistas que quería adoptar dicho emperador. Maximiliano, sorprendido por la inteligencia y elocuencia de Maquiavelo, fue convencido a no invadir territorios italianos y menos aún Florencia, que era la intención que tenía el emperador. Sobre los alemanes concretamente, Maquiavelo dijo: los alemanes son una grandísima fuerza militar, pero tienen y tendrán una política muy débil.

El emperador Maximiliano fue uno de los hombres más interesantes de la época, y su carácter había sido moldeado por múltiples manos; pero Maquiavelo revela el secreto de las constantes fallas del emperador cuando lo describe como un hombre retraído, sin fuerza de carácter y sin los arrestos necesarios para llevar a cabo sus planes o insistir en el cumplimiento de sus deseos.

Otros personajes fueron estudiados por Maquiavelo. Por ejemplo, retrató a Fernando II de Aragón como el hombre que conseguía grandes conquistas bajo el manto protector de la religión, pero que en realidad desconocía los principios de la piedad, la fe, la humanidad y la integridad; sin embargo, para Maquiavelo, poco hubiese alcanzado Fernando de Aragón si alguna vez se hubiese dejado influir por dichos principios.

Los demás años de Maquiavelo en el servicio público transcurrieron alrededor de los eventos surgidos a partir de la Liga de Cambrai, formada en 1508 entre las tres grandes potencias europeas y el papa, con el objeto de destruir a la República Veneciana. Después de la batalla de Agnadello, Venecia perdió en un día todo lo ganado en ochocientos años. A raíz de esta batalla surgió un problema entre el papa y Francia, que dejó a Florencia desprotegida y a merced del papa. Éste impuso el regreso de los Médici el primero de septiembre de 1512. La consecuente caída de la república provocó el despido de Maquiavelo del servicio público y el fin de su carrera como oficial.

Exilio

Al regreso de los Médici, Maquiavelo, quien había mantenido esperanzas de retener su puesto bajo el mandato de los nuevos amos de Florencia, fue despedido por decreto el 7 de noviembre de 1512. Fue apresado y torturado al pertenecer a una conspiración contra los tiranos Médici, junto con su amigo Giovanni Battaini y 20 personas más. El nuevo pontífice León X medió para liberarlo y Maquiavelo se retiró a su pequeña propiedad en San Casciano in Val di Pesa, a unos quince kilómetros de Florencia. Aquí malvive talando un bosque de su propiedad junto con unos obreros contratados y sobrevive con este pesado trabajo. También se dedicaba a la agricultura y a la ganadería y convivía con los obreros, con ellos comía, jugaba y hablaba, para sentirse vivo. Sus amigos de la ciudad le dan la espalda. Pero aunque son los peores años de su vida, Maquiavelo tiene en las noches su espacio para la libertad y el bienestar. Cada noche se desvestía de sus vestimentas de trabajo y se ponía trajes de cuando su servicio civil. Una vez así ataviado leía a Dante, a Petrarca y a Ovidio y fue entonces en aquellas noches solitarias cuando empieza a dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. Logró escribir ocho libros, la mayoría con una prosa ágil y clara, entre 1513 y 1525. En una carta a Francesco Vettori, fechada en diciembre de 1513, dejó una descripción interesante de su vida en ese período, y un esbozo de sus motivos para escribir El príncipe.

Llegó a dar una réplica de El príncipe a los Médicis, pero estos lo despreciaron. Maquiavelo escribe su segunda obra de más importancia en su bibliografía llamada Discursos de la primera década de Tito Livio, donde muestra Nicolás Maquiavelo su verdadera visión política, describiendo como mejor forma de gobierno una república y no una monarquía absoluta entre otras cosas más importantes. Luego realiza Discurso sobre el Arte de la Guerra y su comedia La mandrágora. Pese a ser años de penuria en donde su mente sufría, Maquiavelo sacó lo mejor de su talento.

Últimos años

Recibió la amnistía en 1521, a los 52 años, pero poco después fue acusado falsamente de estar involucrado en un golpe de estado contra los Médici. Fue torturado y apresado poco tiempo y, una vez libre, recibió un encargo: liberar a unos trabajadores del gremio de la lana que habían sido secuestrados por un grupo de malhechores. Maquiavelo logró que los liberaran y el gremio, en agradecimiento, recibió una buena cantidad de dinero. Con parte de ese dinero compró un billete de lotería, que fue premiado con 20.000 ducados y con los que pudo saldar algunas deudas.

Empezó a trabajar en la academia humanista de Bernardo Rucellai, traduciendo la obra griega de Polibio y gracias a ello recogió muchas ideas sobre el gobierno de una república. El nuevo papa Clemente VII, un Médici, le acercó a la política de nuevo, encargándole una obra sobre la historia de Florencia por 120 florines. Por ello, Maquiavelo fue acusado de ser partidario de los Médici, curiosamente la misma familia contra la que supuestamente había conspirado antaño.

Nicolás Maquiavelo murió en 1527, a los 58 años, olvidado e ignorado por sus contemporáneos. Su legado tuvo más éxito en siglos posteriores que en la época en la que vivió, donde la fría y poco religiosa forma de presentar el gobierno del estado causó gran escándalo. Siempre defendió la colectividad frente a la individualidad y nunca olvidó la cruenta y única verdad sobre la política y los gobernantes.

El pensamiento político de Nicolás Maquiavelo

Aunque Maquiavelo nunca lo dijo, se le atribuye la frase el fin justifica los medios, ya que resume muchas de sus ideas.

Se considera a Maquiavelo como uno de los teóricos políticos más notables del Renacimiento, pues con su aporte se abre camino a la modernidad en su concepción política y a la reestructuración social.

Tradicionalmente, se ha encontrado una aporía en el pensamiento maquiaveliano como consecuencia de la difícil conciliación de sus dos obras principales, los Discursos sobre la primera década de Tito Livio y El príncipe.
En los Discursos, Maquiavelo se declara partidario de la república, partiendo del supuesto de que toda comunidad tiene dos espíritus contrapuestos: el del pueblo y el de los grandes (que quieren gobernar al pueblo), que están en constante conflicto. Para Maquiavelo el mejor régimen es una República bien organizada (toma como ejemplo la República Romana), aquella que logre dar participación a los dos partidos de la comunidad para de esta manera contener el conflicto político dentro de la esfera pública.

Maquiavelo señala, y de aquí la calificación de bien organizada, que es primordial que en dicha república se disponga de las instituciones necesarias para canalizar el conflicto dentro de las mismas sin las cuales la república se desarmaría. Ninguna de las otras formas de gobierno como la aristocracia, la tiranía, la democracia o la monarquía logran el equilibrio de los partidos dentro del régimen por lo que son inestables.

Los intérpretes proclives a las tesis republicanas han pretendido, desde Rousseau, conciliar la contradicción entre los Discursos y El príncipe considerando que este último supone un ejercicio de ironía que sencillamente desnudaba a la luz pública lo que eran las verdaderas prácticas del poder.

Sin embargo, la oposición a la república que podría inferirse en El príncipe, debe tenerse en cuenta que cuando Maquiavelo lo escribe está escribiendo para mostrar a Lorenzo II de Médici cómo debe desempeñarse si es que quiere unificar Italia y sacarla de la crisis en la que se encuentra. Maquiavelo aclara también que puede existir un hombre cuya virtud política (saber aprovechar los momentos de fortuna y escapar de los desfavorables) supere a la república en conjunto pero dicha virtud política morirá con el mortal que la posea, cosa que no ocurriría en una república bien organizada.

Además de esto, debe recordarse que El príncipe presenta analogías con la figura romana y republicana del dictador, investido de poderes absolutos durante un breve período y teniendo que rendir cuentas posteriormente ante la república. En este sentido, la contradicción entre los dos textos principales de Maquiavelo no es tal. Si es así, entonces el principado y la república deberían ser entendidos como formas de gobierno subordinadas a la auténtica preocupación política de Maquiavelo: la formación de un Estado moderno en la Italia de su tiempo.

Maquiavelo entiende que todo príncipe debe tener virtud y fortuna para subir al poder: virtud al tomar buenas decisiones y fortuna al tratar de conquistar un territorio y encontrarse con una situación (que no fue provocada por él mismo) que lo ayuda o beneficie conquistar. Aquel príncipe que obtenga el poder mediante el crimen y el maltrato, siendo éste vil y déspota, debe entender que una vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud hacia el pueblo. Dándole libertad al pueblo, para ganarse el favor del mismo, ya que al fin y al cabo estos serán los que decidan su futuro.

Maquiavelo fue además un auténtico precursor del trabajo de los analistas políticos y columnistas de nuestros días: «todos estos príncipes nuestros tienen un propósito, y puesto que nos es imposible conocer sus secretos, nos vemos obligados en parte a inferirlo de las palabras y los actos que cumplen, y en parte a imaginarlo» (carta a Francesco Vettori, julio de 1513).

En todo caso, distintos textos del pensador arrojan luces y sombras sobre la coherencia interna de su obra. Así, el florentino llega a afirmar no sin ironía que «desde hace un tiempo a esta parte, yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla» (carta al historiador florentino Francesco Guicciardini, mayo de 1521).

Obras

Discurso sobre la corte de Pisa, 1499
Del modo di trattare i popoli della Valdichiana ribellati, 1502
Del modo tenuto dal duca Valentino nell' ammazzare Vitellozzo Vitelli, Oliverotto da Fermo, etc., 1502
Discorso sopra la provisione del danaro, 1502
Decennale primo (poema), 1506
Retrato de la corte de Alemania, 1508-1512
Decennale secondo, 1509
Retrato de la corte de Francia, 1510
Discursos sobre la primera década de Tito Livio, 3 volúmenes, 1512-1517
El príncipe, 1513
Andria, comedia, 1517
La mandrágora, comedia en prosa de cinco actos, con prólogo en verso, 1518
Della lingua (diálogo), 1514
Clizia, comedia en prosa, 1525
Belfagor arcidiavolo (novela), 1515
Asino d'oro (poema), 1517
Del arte de la guerra, 1519-1520
Discorso sopra il riformare lo stato di Firenze, 1520
Sumario de la corte de la ciudad de Lucca, 1520
La Vida de Castruccio Castracani, 1520
Historia de Florencia, 8 libros, 1520-1525
Historias florentinas (1521-1525)2


De la Fortuna

A Giambattista Soderini

¿Con qué rimas jamás o con qué versos
Cantaré yo el reino de Fortuna
y sus casos prósperos y adversos
y cómo, injuriosa e importuna
según por nosotros es aquí juzgada,
bajo su trono todo el mundo aúna?
Temer, Juan Bautista, tú no puedes
ni debes en modo alguno tener miedo
a otras heridas que a los golpes suyos,
porque esta voluble criatura
frecuentemente con más fuerza oponerse suele
allí donde ve que naturaleza más fuerza tiene.
Su potencia natural a todos toma,
su reino siempre es violento
si virtud superior no la doma.
Por eso te ruego que estés dispuesto
a considerar un poco estos míos versos
por si tienen algo digno de ti dentro.
Y ella, diosa cruel, vuelva entretanto
hacia mí sus ojos feroces y lea
lo que ahora de ella y de su reino canto.
Y aunque en lo alto a todos presida,
gobierne y reine impetuosamente,
a quien de su estado se atreve a cantar vea.
Ella por muchos es dicha omnipotente
porque todo el que a esta vida viene
tarde o temprano su fuerza siente.
Frecuentemente a los buenos bajo su pie tiene,
a los deshonestos ensalza y, si acaso te promete
cosa alguna, jamás te la mantiene.
En desbarajuste reinos y Estados mete,
según a ella parece, y a los justos priva
del bien que a los injustos pródiga cede.
Esta inconstante y móvil diosa
a los indignos frecuentemente sobre un trono pone
a donde quien digno es jamás asciende.
Ella el tiempo a su manera dispone:
ella nos ensalza, ella nos deshace
sin piedad, sin ley y sin razones;
tampoco favorecer a uno siempre le place
en todo momento ni por siempre jamás oprime
a quien en el fondo de su rueda yace.
De quién fue hija o de qué semen
nació, no se sabe; mas se sabe de cierto
que hasta Júpiter su potencia teme.
En un palacio por todas partes abierto
se halla su reino y a nadie priva
de entrar en él, pero es el salir incierto.
Todo el mundo de alrededor allí se acoge
deseoso de ver cosas nuevas,
lleno de ambición y lleno de apetencias.
Ella mora sobre la cima, donde
su vista a todos hombres llega,
pero al poco tiempo la revuelve y mueve.
Dos rostros tiene esta antigua maga,
uno fiero y el otro suave, y mientras gira
o no te ve o te ruega o te amenaza.
A quien quiere entrar benigna escucha,
mas con quien luego quiere salir se irrita
y muchas veces el camino de partida quita.
Dentro, tantas ruedas allí giran
cuanto diverso es el ascenso a aquellas cosas
donde todo el que vive pone su mira.
Suspiros, blasfemias y palabras injuriosas
se oye por todas partes usar a aquellas gentes
que en el interior de su reino Fortuna aloja;
y cuanto más ricos son y más potentes,
tanta más descortesía en ellos se percibe,
tanto menos de su bien son cognoscentes:
porque todo aquel mal que nos adviene
se imputa a ella y si algún bien el hombre encuentra
por virtud propia suya tenerlo cree.
Entre aquella muchedumbre variada y nueva
de compañeros de servidumbre que el lugar encierra
Audacia y Juventud dan mejor pruebla;
se ve el Temor allí, postrado en tierra,
tan de dudas lleno que no hace nada:
después Penitencia y Envidia le hacen guerra;
sólo allí la Oportunidad se regodea
y va bromeando en torno de las ruedas,
cual desgreñada y cándida muchacha.
Y las ruedas giran siempre, noche y día,
porque el Cielo quiere —y a él no se contrasta—
que Ocio y Necesidad girar les hagan;
la una compone el mundo y el otro lo gasta.
Se ve en todo tiempo y en cada hora
cuánto vale Paciencia y cúanto basta.
Usura y Fraude gozan en tropel,
poderosas y ricas, y entre estas consortes
está Liberalidad desgarrada y rota.
Se ve, sentados sobre las puertas
que jamás, como se ha dicho, están cerradas,
sin ojos y sin orejas, al Caso y a la Suerte.
Poder, Honor, Salud y Riqueza
son el premio; como pena y dolor
Servidumbre, Infamia, Enfermedad, Pobreza;
Fortuna ese su rabioso furor
muestra con esta última familia,
dando la otra a quien ella concede su amor.
Con mejor suerte se aconseja,
entre todos aquellos que aquel lugar encierra,
quien rueda a su valor conforme apresa,
porque los humores que actuar te hacen,
—según concuerden o no con ella—
son causa de tu daño y de tu bien;
no te puedes, sin embargo, fiar de ella
ni creer evitar su fiera mordedura,
sus duros golpes impetuosos y feos:
porque mientras te ves llevado por el dorso
de la rueda, a la sazón feliz y buena,
suele cambiar a veces en mitad de la carrera
y, no pudiendo cambiar tú de persona
ni dejar el orden de que el Cielo te dota,
en el medio del camino te abandona.
Por eso, si esto se comprende y piensa,
feliz sería siempre y contento
quien pudiera saltar de rueda en rueda;
mas como este poder nos es negado
por oculta virtud que nos gobierna,
con su curso se muta nuestro estado.
No hay en el mundo cosa alguna eterna;
Fortuna lo quiere así y se alardea
a fin de que su poder más se discierna.
Por eso es preciso tomarla por estrella
y, cuanto nos es posible, en cada hora
acomodarse a las variaciones de ella.
Todo ese reino suyo, dentro y fuera,
historiado se ve con las pinturas
de aquellos triunfos de que más se precia.
En primer lugar coloreado y teñido
se ve cómo antaño bajo Egipto
el mundo estuvo subyugado y vencido,
y cómo mucho tiempo estuvo unido
con larga paz y cómo allí estuvo
lo bello que naturaleza ha escrito.
Se ve después a los asirios ascender
al alto Imperio, cuando ella ya no quiso
aquel de Egipto durante más tiempo mantener;
luego cómo a los medos se volvió ufana,
de los medos a los persas; y la testa de los griegos
ornó con el honor que a los persas arrebata.
Se ve allí Menfis y Tebas vencidas,
Babilonia, Troya y Cartago; con ellas
Jerusalén, Atenas, Esparta y Roma:
allí se muestra cuánto fueron bellas,
altas, ricas, poderosas y cómo al final
Fortuna a sus enemigos las dio en presa;
se ve allí las obras altas y divinas
del Imperio romano y luego cómo todo
el mundo se hundió con sus propias ruinas.

Versión de Miguel Ángel Granada Martínez, en su Antología de Maquiavelo, Península, 1997.






Poema II

Hay un verso que me ahoga
que me quema la garganta
un verso sin voz que canta
si el alma se desahoga.
Este verso solo aboga
una quietud placentera,
la pluma es mi compañera,
el papel mi amigo franco
y la inspiración la arranco
del centro de mi alma entera.
La musa jamás espera,
ni se atrasa, ni se apura,
porque la musa perdura
cuando llega verdadera.
La pluma corre certera
a lo largo de un papel,
pobre del poeta aquel
que no da paso a su musa
o que la exprese confusa
por los poros de su piel.




LA OCASIÓN

—Quién eres que á los vivos no te igualas?
Si de tanta excelencia Dios te dota
Por qué no paras de tus pies las alas?
—Me llaman la Ocasión; nadie me nota;
Una rueda veloz rauda me vale 

Para moverme con presteza ignota.
Y aunque no hay vuelo que á mi marcha iguale,
Siempre las alas en mis pies mantengo
Para humillar al que á mi encuentro sale.

Mira; esparcidos los cabellos tengo
Ante el pecho y la cara, porque curo
Que nadie me conozca cuando vengo.
También la espalda mi cabello oscuro
Encubre, y el que pone en mí esperanza,
De si voy ó si vengo está inseguro.

—Mas, quién es ésta que contigo avanza?
—Pues es la Penitencia. A ésta recoje
Quien me quiere alcanzar y no me alcanza.
A tí, débil mortal, no te sonroje
Si al deleitarte en pensamientos vanos
Lejos, mi rueda, de tu afán me arroje....
¡Ya ves, necio, te huí de entre las manos!

Traducción de V. L. Estelrich 



El Príncipe de Nicolás Maquiavelo

"los hombres olvidan más rápido la muerte de un padre que la pérdida del patrimonio."

"hay tal distancia entre cómo se vive y como se debería vivir, que quien abandona lo que se hace por lo que se debería hacer aprende más rápido su ruina que su supervivencia; pues un hombre que quiera hacer en todas partes profesión de bondad por fuerza se hundirá entre los muchos que no la profesan."

"Los hombres, en general, juzgan más por los ojos que por las manos. A todos toca ver, "tocar" a pocos toca. Todos ven lo que pareces, pero pocos "tocan" quien eres verdaderamente, y esos pocos no se atreven a oponerse a la opinión de la mayoría..."

"Está en el orden natural de las cosas que nunca se evita un inconveniente sin que se caiga en otro; mas la prudencia consiste en saber distinguirlos en clases y tomar por bueno el menos malo."

"Los hombres no te ofenden diciéndote la verdad; pero, claro, cuando todos pueden decirte la verdad, echas en falta el debido respeto."

(extractos de El Príncipe de Nicolás Maquiavelo)








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BENEDETTO VARCHI [18.359]

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Benedetto Varchi, por Tiziano (Museo de Historia del Arte de Viena, 1536-1540).


Benedetto Varchi

Benedetto Varchi (Florencia, 1503 – 1565), humanista, escritor e historiador italiano.

De familia venida de Montevarchi, su padre quiso que aprendiera un oficio manual y le hizo frecuentar diversos talleres, pero al cabo decidió enviarlo a la escuela, vista su predisposición literaria. En Florecia frecuentó los Orti Oricellari y más tarde, en Pisa, empezó los estudios para hacerse notario. Volvió a Florencia, y con su amigo Piero Vettori y la mayor parte de los jóvenes oligarcas influidos por los orti oricellari, tomo parte activa en la República de Florencia, entre 1527 y 1530. Al volver los Medici, huyó, como tantos otros, y se instaló en Padua en 1537, al servicio de los Strozzi, y más tarde fue a Bolonia (1540).

En 1543, Cosme I de Médicis lo llama de nuevo a Florencia, le da una pensión y le encarga escribir la historia de los últimos años de la república. Cumplió el encargo redactando su Storia fiorentina, que abarca los años 1527 a 1538, en 15 tomos (que no se publicó hasta 17212 ).

Pronunció, en 1546, dos discursos célebres. El primero dedicado a Miguel Ángel. El segundo tuvo como tema la paragona (el problema de la preeminencia de las distintas artes). Trató de precisar la nobleza en el arte, a establecer cual, entre la escultura y la pintura, es más noble, y a precisar las similitudes y las diferencias entre la poesía y la pintura. Las dos conferencias se publicaron en 1549 con el título Due lezzioni sopra di m. Benedetto Varchi,3 incluyendo también las respuestas de Vasari, Pontormo, Bronzino, Benvenuto Cellini, Niccolò Tribolo, Francesco da Sangallo y Giovanni Battista del Tasso a una encuesta hecha por Varchi sobre el problema de la paragona.

Por entonces resultó implicado en diversos escándalos sexuales (incluso de pedofilia), que tuvieron consecuencias judiciales y le supusieron dificultades tanto económicas como de reputación.

Estuvo muy unido a Lorenzo Lenzi, futuro obispo y nuncio del Papa en Francia. Broncino hizo un retrato de Lorenzo cuando tenía 12 años, probablemente por encargo de Varchi.

Una conversión tardía (no ajena a su deseo de rehabilitación pública) y una curiosidad por los asuntos religiosos, le llevaron a una crisis espiritual, que vivió con desasosiego, y al deseo de hacerse sacerdote. Ordenado sacerdote, el gran duque, que nunca dejó de mostrarle su favor, le asignó un puesto en la iglesia de Montevarchi que no pudo ocupar, ya que murió en su villa de Topaia, en Castello, donde vivía desde hacía diez años.

El discurso fúnebre, en el funeral oficial, fue pronunciado por Lionardo Salviati.

Benedetto Varchi, escribió una carta a Miguel Angel Buonarotti, el 12 de febrero de 1560, en nombre de todos los florentinos diciéndole:

...toda esta ciudad desea sumisamente poderos ver y honraros tanto de cerca como de lejos... Vuestra Excelencia nos haría un gran favor si quisiera honrar con su presencia su patria.

Bibliografía

Benedetto Varchi, en "L'Omnibus Pittoresco", a.III (1840), julio, n.16, pp.121-122.
F.G., Benedetto Varchi, en "Poliorama Pittoresco", n. 45 del 20 de junio de 1840, pp. 363-364.
Vita di Benedetto Varchi, en Storie fiorentine, Le Monnier, Florencia 1857, vol. I.
Giovanni Dall'Orto, "Socratic Love" as a Disguise for Same-sex Love in the Italian Renaissance,
Antonfrancesco Grazzini, Le rime burlesche edite e inedite, Sansoni, Firenze 1882.
Guido Manacorda, Benedetto Varchi. L'uomo, il poeta, il critico, "Annali della R. Scuola normale di Pisa", XVII 1903, part. II, pp. 1-161. Ristampa anastatica: Polla, Cerchio (L'Aquila) 1987.
Giorgio Pedrotti, Alfonso de' Pazzi, accademico e poeta, Tipografia Cipriani, Pescia, 1902.
Umberto Pirotti, Benedetto Varchi e la cultura del suo tempo, Olschki, Florencia, 1971.
Alberto Losa, Historia de la literatura, Benedetto Varchi, Alicante, España, 1965.



SONETO

Esta es, Tirsis, la fuente do solía
Contemplar su beldad mi Filis bella:
Este el prado gentil, Tirsis, donde ella
Su hermosa frente de su flor ceñía.

Aquí, Tirsis, la vi cuando salía
Dando la luz de una y otra estrella:
Allí, Tirsis, me vido, y tras aquella
Haya se me escondió y así la vía.

En esta cueva de este monte amado
Me dio la mano, y me ciñó la frente
De verde yedra y de violetas tiernas.

Al prado y haya y cueva y monte y fuente
Y al cielo, despartiendo olor sagrado,
Rindo por tanto bien gracias eternas.
Francisco de Ja Torre 

(47) La primera edición es la de Colonia, 1731; y la tradujo al francés Mr. Refnier (Paru, 1754, 3 TOII. in-l.') 




Poemas de mármore. Michelangelo escultor e poeta nas Lezioni de Benedetto Varchi

Por Luciano Migliaccio 
Faculdade de Arquitetura e Urbanismo 
Universidade de São Paulo


Em 1547, o filósofo florentino Benedetto Varchi pronunciou uma série de conferências, chamadas de Lezioni, sobre o soneto de Michelangelo "Non há l'ottimo artista alcun concetto" e sobre a questão da superioridade da escultura, da pintura ou da poesia na hierarquia das artes. Varchi acrescentou ao texto das conferências, publicado em 1550, cartas de famosos artistas florentinos e do próprio Michelangelo sobre essa questão. A partir das Lezioni de Varchi, este escrito pretende contribuir para entender de que maneira a poesia de Michelangelo exprime seu pensamento em relação à escultura e à criação artística e como isso influenciou a interpretação da obra do mestre dada pelo teóricos da época. 

Palavras-chaves: história da crítica de arte, arte italiana do Renascimento, história da escultura.

In 1547 the Florentine philosopher Benedetto Varchi gave some lectures, denominated Lezione about Michelangelo's sonnet Non há l'ottimo artista alcun concetto and the issue of superiority of sculpture, painting or poetry in the hierarchy of arts. Varchi added to his lectures, published in 1550, letters written by famous Florentine artists and by Michelangelo himself. Taking Lezione de Varchi as a point of departure this text intend to contribute to understand how Michelangelo's poetry express his thought toward sculpture and the artist creation and how it has influenced the theoretical interpretation of the master's work at his time. 

Keywords: history of the art criticism, high Renaissance italian art, history of sculpture.

A atividade poética de Michelangelo é bem conhecida. Desenvolveu-se ao longo de todo seu percurso de escultor, pintor e arquiteto, desde as primeiras composições, de 1502, até as últimas, posteriores a 1560. A reavaliação da lírica de Michelangelo, depois dos julgamentos negativos de Croce, deve-se a críticos e poetas do século XX, como Ungaretti e Montale, Binni, Contini e Testori, que chegaram a colocar o artista no topo dos valores da literatura italiana do seu tempo. Giulio Carlo Argan, num ensaio intitulado Michelangelo artista e poeta colocou o problema da relação entre arte figurativa e atividade literária na personalidade do mestre. Essa relação, como bem percebe Argan, não é limitada à simples exploração do tema retórico Ut pictura poësis, ressaltado no importante e completo estudo de autoria de Clemens. Para Michelangelo, que nunca julgou-se um literato, a poesia é uma necessidade interior, unida de forma inseparável, com a expressão da própria individualidade de artista. Às vezes a poesia é uma projeção da atividade criativa, como acontece num verso de 1503 escrito obre uma folha de papel onde aparece também o desenho do braço do Davi: "Davit con la fromba e io coll'archo"1 que compara a luta do herói bíblico contra o gigante Golias àquela do artista contra o bloco de mármore. Muitas vezes a prática criativa torna-se o espelho de uma situação existencial como nos sonetos "Non ha l'ottimo artista alcun concetto" e "Si come per levar donna si pone"2.

A relação entre pintura e poesia é de tamanha importância em Michelangelo, que já no século XVI, foi tratada pelo filósofo Benedetto Varchi em duas conferências, chamadas de Lezioni, que foram pronunciadas em Florença em 1547 e depois publicadas em 1550, no mesmo ano e pelo mesmo editor das Vidas de Giorgio Vasari, Lorenzo Torrentino.

Cabe refletir um pouco sobre a estrutura das Lezioni. A primeira é um comentário ao soneto "Non ha l'ottimo artista alcun concetto" onde a escultura é comparada à relação amante-amado. A segunda é formada por três disputas sobre a comparação entre as artes e, em particular, entre pintura, escultura e poesia, o famoso tópico do "Paragone". O prefácio e a primeira das três disputas referem-se a questões filosóficas ligadas à interpretação do soneto. Como apêndices, são acrescentadas algumas cartas de célebres artistas florentinos dedicadas também ao tema da comparação entre pintura e escultura, a última das quais é do próprio Michelangelo. O mestre tem assim a primeira e a última palavra, antes como poeta e depois como escultor. Toda a disputa converte-se assim numa disputa sobre a arte de Michelangelo, construída como um movimento circular que vai do poeta ao artista para depois retornar ao poeta. É importante dizer que isso acontece quando, em Florença, estão sendo postas em obra as esculturas da Sagrestia Nuova na igreja de San Lorenzo, deixada inacabada por Michelangelo e completam-se as obras do saguão da Biblioteca Laurenziana. Em Roma, então, após do choque do descobrimento do Juízo Final da Sistina, Michelangelo está acabando a última versão do túmulo de Júlio II e os afrescos da Capela Paolina no Vaticano. Como é possível ver nas cartas dirigidas a Varchi pelos artistas mais avisados, Cellini e Pontormo, a questão do "paragone", longe de ser apenas uma questão teórica abstrata, coloca sobretudo o problema crítico da relação entre pintura e escultura na obra de Michelangelo. Essa relação é explicitada pelo soneto e pela carta estudados por Varchi, estabelecendo uma preeminência substancial da escultura na cultura figurativa florentina, preeminência mal dissimulada pela eqüidistância da posição filosófica de Varchi.

O objetivo deste escrito é contribuir e entender de que maneira o pensamento de Michelangelo sobre as próprias esculturas e sobre a escultura em geral, como também sobre a relação entre esta e as outras artes, seja manifestado na poesia. Por outro lado, tentaremos ver como esse pensamento é interpretado pelos contemporâneos que, como Varchi, utilizam as categorias estéticas platônicas e aquelas da Poética de Aristóteles, descoberta há pouco tempo.

Na crítica atual, a análise das Lezioni de Varchi costuma enfocar o tipo de teoria da arte que emerge do enquerito do filósofo florentino, como acontece no belo livro de Leatrice Mendelsohn, publicado em 19823. A estudiosa americana conclui que pela primeira vez esta disputa envolve artistas e literatos com o uso das mesmas categorias intelectuais, e que este uso se reflete na própria prática artística. Marco Collareta, por sua vez, no seu artigo intitulado Teoria e pratica del paragone, evidencia como esse tipo de escrito é um instrumento quase de crítica militante na época, que perderia grande parte de seu valor se extrapolada do contexto concreto da cultura figurativa onde surgiu4. É preciso, portanto, considerar as Lezioni como conjunto e recolocá-las dentro do clima cultural que as gerou, do qual não podem ser excluídos nem a atividade dos artistas, nem os efeitos produzidos na realidade pelas suas obras.

O comentário de Varchi ao soneto de Michelangelo lembra os comentários aos poemas de Dante e de Petrarca, pronunciados nas salas de aula de Florença, que colocaram os grandes poetas modernos ao mesmo nível dos clássicos e dos filósofos da antigüidade, tornando assim possível a abertura da questão do uso da língua toscana como língua de cultura, costituindo a base de uma unidade cultural italiana. A escolha de Varchi, portanto, contém um sentido profundo: restabelecer a centralidade da contribuição florentina no momento em que o projeto renascentista amplia-se da Itália às cortes da Europa inteira. O que é novo é o fato de que, pela primeira vez, essa centralidade é representada pela figura de um artista, Michelangelo, que encarna o diálogo entre a literatura e a arte. Isso será uma das componentes da instituição da Accademia Florentina, um projeto que se concretizará a partir da celebração dos funerais do mestre.

O soneto que Varchi comenta faz parte de um grupo de três composições relacionadas por tema, todas dedicadas à Vittoria Colonna e datadas por Gilardi de 1538-1541 a 1544.

O primeiro é o soneto:

"Non ha l'ottimo artista alcun concetto 
ch'un marmo solo in sé non circoscriva 
col suo soperchio, e solo a quello arriva 
la mano che ubbidisce all'intelletto. 
Il mal ch'io fuggo il ben ch'io mi prometto 
in te, donna leggiadra, altera e diva 
tal si nasconde, e perch'io più non viva 
contraria ho l'arte al disiato effetto5.

O segundo é um mottetto, uma composição para música, de caráter religioso:

"Si come per levar, donna, si pone 
in pietra alpestra e dura 
una viva figura 
che là più cresce u'più la pietra scema 
tal alcun'opre buone 
per l'alma che pur trema 
cela il superchio della propria carne 
con l'inculta sua cruda e dura scorza6.

O terceiro, também para música, tem um caráter profano:

"Non pur d'argento o d'oro 
vinto dal foco esser po'piena aspetta 
vota d'opra perfetta 
la forma che sol fratta il tragge fora; 
tal io col foco ancora 
d'amor dentro ristoro 
il desir voto di beltà infinita 
di costei ch'i'adoro 
anima e cor della mia fragil vita"7.

Todos os poemas têm em comum a comparação entre o processo criativo da forma na escultura e o contraste entre a imperfeição do amante e a perfeição do objeto do desejo amoroso. No primeiro, o conceito é identificado com a figura que é vista potencialmente presente no bloco, mas não pode ser realizada perfeitamente devido à insuficiência da mão do artista para chegar ao efeito desejado. No segundo, a carne oculta o ideal, como o mármore esconde as linhas que limitam os membros das figura, revelando-se somente "per forza di levare", retirando a matéria. Por isso a figura emerge como um contraste entre o cheio do bloco e o vazio. No terceiro poema o mesmo tema é relacionado com a escultura em metal. A figura existe como vazio na forma e emerge, cheia, somente quando a forma é quebrada depois de ter sido preenchida pelo metal precioso fundido pelo calor do fogo. A antiquíssima metáfora do desejo como vazio e do amor que o preenche adquire uma dimensão visual e tangível.

Não conheço estudos que tratem o conjunto dos poemas de Michelangelo dedicados à escultura, ou aos conceitos contidos nestes três em particular. Justamente, a partir dos estudos de Panofsky, é comum a interpretação do primeiro soneto baseada nos conceitos neoplatônicos derivados de Plotino. A interpretação filosófica é a mais legítima: o próprio Varchi assimila Michelangelo à série de pensadores que, desde Platão a Descartes, passando por Plotino, utiliza a metáfora da estátua para demostrar um conceito.

Porém lembro-me do sorriso irônico que aparece na carta de Michelangelo a Varchi que conclui a disputa, quando se inclina às razões expostas "falando filosoficamente" pelos estudiosos florentinos. A carta sobre a escultura pode ser lida como a palavra definitiva do artista sobre a disputa e o comentário varchiano. Como escreve Paola Barocchi:

Michelangelo não apenas coloca sobre planos distintos suas convicções de artista e a filosofia de Varchi, mas percebe que a solução proposta por Varchi não pode diminuir as problemáticas estilísticas dos artífices para os quais a pintura e a escultura não são entidades abstratas, mas experiências individuais. Michelangelo repete muitas vezes sua vontade de falar não como literato mas como escultor. Nisso ele fica tenazmente vinculado a uma específica tradição florentina, apegada ao uso da língua vulgar, surgida no interior dos ateliê, que olha com desconfiança à interpretação puramente filosófica da obra de arte.

O mesmo conceito é expresso por Berni num poema em louvor de Michelangelo:

E' dice cose, voi dite parole 
cosí moderni voi scarpellatori 
ed anche antichi, andate tutti al sole8.

Isso talvez nos autoriza a sugerir uma interpretação mais literal dos textos do artista. O conjunto das imagens de Michelangelo gira ao redor do tema da imperfeição, isto é, do inacabado. Todavia, a imperfeição da obra aparece em relação à perfeição do modelo, que é o conceito, a imagem mental da figura. A figura, por sua vez, apresenta-se como linhas que limitam o cheio do mármore ou o vazio da forma. Mas por isso mesmo, a matéria do bloco e na forma não representam apenas a parte negativa que tem de ser eliminada. Pelo contrário, ela permite visualizar a figura perfeita e isolada dentro de um espaço ideal que pode ser pensado só como sólido geométrico, o bloco. A visão da imagem não depende da ação física da luz, como postula toda a tradição matemática e prospética florentina até Leonardo, mas é o resultado de uma intuição mental. A figura "viva", isto é, que possua o relevo - seguindo a tradição de Alberti bem conhecida por Michelangelo - só pode ser pensada como delimitação dos contornos a partir da relação com um espaço ideal que é bloco e matriz ao mesmo tempo. Daí a importância das noções de "contorno" (limite) e de "rilievo" (relevo), assim como de aquela de "figura", que são ressaltadas ao longo do texto dos poemas e da carta de Michelangelo a Varchi.

Se a criação da forma é um ato mental, uma intuição, que não deriva da ação da realidade fenomênica, Michelangelo vê nela a confirmação da natureza transcendente, divina, da criação artística. Daí a extrema importância atribuída ao modelo e sucessivamente ao desenho, que adquirem um peso cada vez maior a partir da fase de projeto da Sagrestia Nuova de San Lorenzo.

Eu digo que a pintura parece considerada tanto melhor quanto mais aproxima-se ao relevo (...) por isso costumava ter a opinião que a escultura fosse a lâmpada da pintura, e que de uma a outra existisse aquela diferencia que existe entre o sol e a lua9.

Utilizando uma imagem criada por Dante, Michelangelo identifica a escultura e a vida com o relevo, assim como faz no mottetto para Vittoria Colonna onde fala de uma "viva figura" emergindo do bloco, onde a matéria é retirada. O conceito de relevo porém é algo comum à pintura e à escultura: coloca-se como ponto de união entre as duas artes, embora seja realizado com meios técnicos diferentes. Por isso o artista ressalta a maior dificuldade da escultura devido à maior resistência (impedimento) dos materiais. Ele diz na carta: "Eu chamo escultura aquela que se faz retirando o material"10, utilizando uma expressão idêntica àquela do mottetto "Come a forza di levar, donna, si pone". Aqui a matéria é sinônimo de resistência que deve ser vencida pela força física.

Varchi, por sua vez, trata o texto como um teorema filosófico, o ótimo artista é ambiguamente Deus e o autor comparado ao amante que é, ao mesmo tempo, um escultor. A relação entre o amante e a mulher-Diva pode ser comparada àquela entre o escultor e o bloco. A dureza torna-se uma qualidade, novamente ambígua, do ser humano e do material. O bloco, como o coração da amada, contém mais de uma imagem potencial. A imagem que o artista se esforça para revelar deve se adequar só a uma delas. O artista começa então um processo de seleção. Quando o conceito imaginado pela mente adequa-se com aquele que está ocultado no mármore, aparece a revelação da idéia. Da mesma forma, o amante deve se identificar com a amada, adequar seus pensamentos aos dela para realizar assim o ideal do amor que está no seu coração. Mas isso é apenas o primeiro passo. A realização do conceito depende da capacidade técnica do artista. A força criativa do artista está então anteriormente no intelecto, depois passa à mão, se ela é capaz de realizar as intenções.

No momento em que Varchi escreve suas Lezioni, como dissemos, em Florença é inaugurada a Sagrestia Nuova. O filósofo de fato inclui na primeira conferência dois sonetos dedicados a Lorenzo Lenzi e a Bartolomeo Bettini em louvor das duas figuras femininas que estão nos túmulos da capela, a Aurora e a Noite. As duas figuras nuas que, como é sabido, causaram uma impressão notável no público florentino pela sua ousadia e pela sua sensualidade, são apresentadas como um exemplo no qual o ideal amoroso da imaginação é realizado perfeitamente pelo artista graças à sua habilidade de execução, fazendo com que o espectador fique apaixonado pelas obras:

"Più non mi par, Bettin, del dritto fore, 
leggendo che de' Marmi huom s'innamora 
poi che l'oscura Notte e l'Aurora 
risplendente rimirai del gran Scultore 
divino ingegno e man più ch'altre dotta 
ha il ciel, più che mai largo, in un congiunto 
perché l'Arte non ceda alla Natura"11.

Sabemos que Bartolomeo Bettini era quem encomendou a Michelangelo o desenho representando Vênus e Cupido que também é citado nas Lezioni de Varchi pelo semelhante poder de sedução que lhe é atribuído. Então ainda estamos dentro da reflexão sobre a relação pintura e escultura em Michelangelo. Varchi chama o artista de "gran scultore" e marca mais uma vez a preeminência da estatuária aludindo aos conceitos presentes no soneto dele: o homem apaixona-se pelos mármores, as estátuas são frutos da colaboração do engenho divino e da mão educada. Colocada assim a centralidade da escultura na personalidade de Michelangelo, podemos talvez repensar num problema: os conceitos do mestre são claramente realizados nas pinturas, mas, excluindo o Davi, destinado à celebração da República Florentina e então politicamente não grato aos Medici novamente no poder, as obras do escultor existentes em Florença são todas inacabadas. Sem contar as obras da mocidade como a Luta dos Centauros ou a Madona da escada, o Tondo Pitti e o Tondo Taddei, dos gigantescos apóstolos para a catedral não restava que o São Mateus, das esculturas para a fachada de San Lorenzo restavam apenas os desenhos dos blocos a serem escavados em Carrara, os grandes escravos destinados ao túmulo do papa Júlio II eram enormes esboços que lutavam para livrar-se do peso da matéria. Com a decisão de colocar na obra as figuras inacabadas da Sagrestia Nuova, abria-se o espaço para colocar também a questão da relação entre idéia, modelo e obra acabada. A descrição do processo criativo da escultura nos poemas de Michelangelo, transferindo o enfoque da obra acabada ao processo de realizar o modelo na matéria, do produto aos processos mentais do artista, permitia formular esse problema de uma maneira nova. Para fazer isso, Varchi aproveita-se das categorias aristotélicas de forma atual e forma potencial, desviando-as da área da metafísica para a estética. No clima de recíproco relacionamento de filosofia e arte inaugurado pela disputa varchiana, isso desemboca numa reafirmação da preeminência da escultura sobre a pintura, mas com um acentuação do papel do modelo e da ideação em detrimento do trabalho de realização da obra, alheio ao pensamento de Michelangelo, que será a herança da geração posterior de artistas até Giambologna.

O mestre, por sua vez, parece colocar uma distância infinita entre si próprio e as disputas que se abrem para a gestão de sua herança espiritual, quando conclui a carta a Varchi com estas palavras:

Infinitas coisas, que ainda não foram ditas, poderiam se dizer sobre semelhantes ciências, mas, como disse, precisariam de tempo demais e eu tenho pouco, porque não apenas sou velho, mas quase do número dos mortos12.



NOTAS

1 Davi com a funda e eu com o arco.
2 "Não tem o ótimo artista algum conceito" e "Como sacando, mulher, se coloca" Michelangelo. Rime, Ed. M. Girardi, Bari, Laterza, 1960, nn. 151 e 152.
3 MENDELSOHN, L.. Paragoni. New York, 1982.         [ Links ]
4 COLLARETA, M.. "Teoria e pratica del paragone". In La Pittura in Italia. Il Cinquecento. Milano, 1993, vol. II, pp. 512 ss.         [ Links ]
5 "Não tem o ótimo artista algum conceito/ que um só mármore em si não circumscreva/com o que sobra, e a ele só chega/ a mão que obedece ao intelecto./ O mal que fugio, o bem que eu me figuro/ em você, mulher bela, soberba e divina/ assim se esconde/ e como para que eu não viva/ a arte contraria o desejado efeito."
6 "Como retirando, mulher, se coloca/ numa pedra rochosa e dura/ uma viva figura/ que mais emerge onde mais a pedra falta/ assim algumas obras boas/ para a alma que treme/ esconde a sobra da própria carne/ com a sua casca inculta, rude e dura."
7 "Como espera por ser preenchido da prata ou do ouro vencidos pela força do fogo o molde vazio de alguma obra perfeita, que só quando for quebrado a mostra, assim eu com o fogo de amor dentro de mim atenuo o desejo vazio da beleza infinita dessa mulher que adoro, ânima e coração da minha frágil vida."
8 "Ele fala coisas, vocês falam palavras/ assim vocês modernos marmoreiros/ e antigos também, andem tomar o sol."
9 "Io dico che la pittura mi par più tenuta buona quanto più va verso il rilievo... e peró a me soleva parere che la scultura fussi la lanterna della pittura, e che dall'una all'altra fussi quella differenza che è dal sole alla luna". "Lettera a Benedetto Varchi". In Scritti d'arte del Cinquecento. a c. di Paola Barocchi, vol. I, Milano, Napoli, 1960, p. 102.         [ Links ]
10"Io intendo per scultura quella che si fa per forza di levare", Ibidem.
11 "Já não me parece mais, Bettini, fora de lugar/ quando leio que o homem se apaixona pelos mármores/ depois que vi a obscura Noite e a Aurora resplendente do grande escultor/ divino engenho e mão mais erudita das outras/ deu o Céu, mais generoso que nunca, conjuntos num só homem, como para que a srte não seja inferior à Natureza."
12 "Infinite cose, e non più dette, ci sarebbe da dire di simili scienze, ma come ho detto, vorrebbono troppo tempo e io n'ho poco, perché non solo sono vecchio, ma quasi nel numero de'morti" Michelangelo, op. cit.







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