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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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FRAN IGNACIO MENDOZA [15.894]

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Fran Ignacio Mendoza 

Poeta nacido en Orellana –Badajoz-. Residiendo en Mallorca la mayor parte de su vida, a excepciones de temporadas en Londres, Sao Paulo, Madrid, Barcelona, Las Palmas…, y ahora la vuelta a Extremadura, a caballo entre Mallorca.

Además de poesía, escribe relatos y algunos  guiones para cortos. Otra faceta artística que le identifica es su pasión por la pintura, así fue seleccionado por Fundación Barceló -Palma de Mallorca- en 1994 con la obra “Carne del amor”. Algunas portadas de sus poemarios son parte de su obra pictórica.

Ha colaborado en eventos tipo ‘Spoken Word’, ‘Life on Mars’ entre 2011 y 2014, en Palma. ‘MartePoético’  y las tertulias del Ateneo de Badajoz en 2014-15. Y en Cáceres en ‘Los recitales de Los 7 Jardines’ 2014-15. Narración para cortos en 2013: “Addareah de los siete cielos” de Juan Carlos Elvira y en exposiciones de pintura  con Carlos Danús (www.carlosdanus.com): ‘Todo está en continuo movimiento, nada es como aparenta ser…’

Ediciones:

Poemarios:

‘Terminal Babilonia/En aras de un susurro’. 1999. ‘Los países profundos’. 2000. ‘El trastero del corazón’.  2003 + libro de autor en 2010. ‘Opus XXI’. 2011. ‘Las palabras justas/Pequeñas grandes máximas’. 2012. ‘Herramientas’. 2012. ‘La eternidad efímera’. 2012. ‘El exilio voluntario/Terminal Babilonia’ –Updated- 2013. ‘Los colores vividos’. 2014.  ‘El lenguaje interior’, marzo 2015 con Letras Cascabeleras de Cáceres.

Colaboraciones:

'Un mar de poemas solidarios'. Con ‘Atrofia’. Editorial Afers, Valencia  2012.
El relato 'Los países profundos' y el poema 'Color blanco' en la revista  La bolsa de Pipas, nºs: 85 y 86. Ediorial Slopper, Palma de Mallorca, 2012.
Relatos Selección Casa Eolo 2013: 'Asesino en sueños', Zaragoza 2013.
Poemas al director. Poemas Solidarios. ‘La palabra justa’. 68 poetas seleccionados entre miles junto a nombres como: Federico Mayor Zaragoza, Luis Eduardo Aute, Ángel Petisme, Inma Luna, Fernando Berlín, J.Carlos Mestre, etc.  SoyPoeta.com/ 2013.



Poesía de perros

La poesía ladra en los parques,
Palabras dormidas en los salones,
Fieles como perros, husmean todo rastro.
Acosan todo corazón sin tregua,
No dejándole un respiro.

Jadean en la tarde oculta ante el despecho,
Atacan  por la espalda y esposan la sonrisa.

Yo no tengo la culpa del odio sembrado,
Fértil semilla que se propaga en las ciudades,
Sermón olvidado que marca editoriales,
Disolución instantánea de la razón,
Con pocas razones...

El verso se vomita en los parques húmedos...
Renglones de aire que el aire aspira.
Masacradas ilusiones que pierden brillo,
Ante la fría mirada occidental,
Acostumbrada a las masacres.

Ed.Osiris, 2012. De 'Todas las herramientas'




déjame escanearte

Déjame escribirte,
aleccionarte en la materia que me honra,
volar alrededor del humo exhalado
de tus labios, presintiéndome.
Déjame someterte a la tortura de mi falo,
adormecerte, humedeciéndose la noche entera.
Quiebra la espalda, agoniza la espera,
impulsa, esculpe caricias de mi sombra,
come falanges, átate a mi vello... 
Duerme sedado mientras los relámpagos
nos busquen.
Déjame escanearte,
empaparte, invadirte, 
sucumbir...

de ’Opus XXI’, Bubok,2011

*


de El trastero del corazón

Calma, calma, calma…
Clama la voz interior,
dice el alma a los pies, calma.
Dicen los pies al alma, calma…



Apertura I

El vacío es mirar, una vez perdida la ilusión,
 por los rincones, el auge del desorden,
cómo el polvo va ocultando el fondo,
ácaros del sueño, libros inacabados, notas,
difuminado el ímpetu impulsor de ayer…

El vacío se aloja en el corazón desierto,
aviva la llama de lo abominable y traduce
lenguajes oníricos: quejas localizadas y hondas,
deseos ocupando el sitio destinados a no serlo,
imágenes muy vivas:

verme desnudo
y ya sin la costra del pasado a cuestas,
liberado del peso de los chantajes:
siendo simple admirador
 de lo que admiro.




Apertura II

Ahora que conozco la sombra del vacío,
me apresuro con mi hacha de luz aún,
a socorrer los interiores oscuros de mi ser,
haciendo añicos los marcos
para que no me pongan ventanas en los ojos,
a descomponer  la inercia habituada,
y a pernoctar de nuevo, aunque esté solo,
bajo un cielo nítido que restaura la mente.




Apertura III

Se han ido los largos días de la negación,
los angostos pasillos de la impaciencia,
los cajones vacíos de recuerdos inservibles,
las manos que estrangulaban la ansiedad.
Y con ellas,
el rechazo que no justificaba la pobre angustia.

El rapto lento de mi alma
hacia los fondos pantanosos
de la locura tan débil...
y los amigos sin alma...
se han ido

Y en su lugar se instaura
la luz ansiada en trazos y  sueños,
la pulsión viva de lo definido... al fin,
la inmensa llanura de serenidad creciente.
El sorbo dulce de un beso esperado sin tristeza.

La inagotable sensación de haber nacido desde dentro,
despertando el ángel que detenido se iba muriendo,
ahora cobra vida y recupera el aire,
alojándose y cómplice entre mi sangre,
adhiriéndose cual horma a mi corazón.




Apertura V

Son los segundos.
El frío de las paredes.
Acuarela pálida de la memoria.
Son inaudible del pasado,
que graba la piel
y disipa el alma.

Son las paredes.
El frío en la piel.
Memoria  monocroma
 del recuerdo
que cuartea la visión
y  absorbe el alma.




De "Terminal Babilonia"

Mirada sola

Muda la sala,
sola, designada a almacenar
memorias silentes adheridas
a este aire encerrado.

Destellos de locura gravitan
y pululan donde la sola invasión
de lo celeste, entonase melodías
en aras de un ayer glorioso.

Mirada perdida en los cajones,
agua vertida en plantas que mueren ya.
El corazón asiste empujado a visionar
lo indecible y temblando arroja
y acarrea maldiciones en sombras,
en huellas inevitables.

Mirada que fuerza al sol de la alegría,
obcecada bajo tormentas repentinas.
Dependiendo siempre de un cómo.
Sola, de inicial denegada.

Muda y auscultada,
perfora aquello que jamás compresor pudiera.
Destapa la trampa familiar que ordena
cuestiones plomizas, perdones, odios…,
y excusas que no tienen pero.

Ahora a lomos de la duda,
evita enfrentamientos y elude lo certero.
¡Pronta la mañana que el olvido rescate
el pesar que acuoso fluye,
impidiendo cicatrizar la herida que acusa!

Pronta la luz que abarque esta sala
y recuperen su color todas las cosas.





De "Los colores vividos"


Color Blanco

Blanco, blanco,
más blanco,
diera a los dientes ese resplandor,
cuando en la duda reflejas blanco,
con el olor que tú imaginabas
un día en pleamar...,
blanco de luz que abarca
el brillo del sol en tus ojos,
y no en la sombra de tu ombligo.

Concebía blanco el color,
pálido jamás,
o rosa que..., rosa como..., rosa acaso,
que luego no permaneció a tu orilla,
en tus renglones atropellados,
en tu afán de abrazar más
y aun más blanco,
como la espuma reciente en los hombros,
como el peso blanco de la nube azul,
que no será jamás el hato de culpabilidad
que cargamos inocentes.

Blanco, blanco,
casi transparente,
en la sien la certeza de la luz blanca,
esa que no cabe confundir,
que no permite escape hacia el abismo.
Blanco el cielo, el mar, la noche,
que destellada en tu memoria se amarillenta,
la imagen decisiva, rotunda y física,
los años escuchados y vencidos,
el puro blanco de la nieve
que no cubrirá la cordillera del corazón.






De "Del color que destila afortunadamente 
la pureza"

Día pleno

Tu dolor está pleno de besos callados.
Es la tarde al caer sin esperar respuesta,
es la luz que alumbra al alma,
O al barco que no encuentra la costa.

Vendrás un día pleno de orgullo propio
y los acantilados queridos,
aclamarán tu regreso
al despertar.

Los gallos del mundo cantarán,
y todos los caminos del mundo
conducirán a l templo de sueños
que la muerte ni siquiera podrá disipar.





De "Pequeñas grandes máximas"

A las 9

Será cierto que no nos evita el misterio
y que recién levantados,
nos acaricia el agua
y la mano inexistente
del silencio adormecido aún.

Recuerdas frases que la noche de tu conquista
te parecieron realmente bellas,
pero en este repaso de la memoria,
nos llegan ajadas
 y vacías.

Los momentos nos aprisionan
lacerados, merecidos huecos en el corazón,
las secuencias recuperadas,
dejan el frío tacto del raso.
Los recuerdos del vino y las velas…

A las 9, los amantes respiran
después de compartir y filtrarse.
callan pensamientos que invaden la sala
 y se visten lentamente.
Restablecidos y serenados.

Los ojos en la solapa sin el brío de la juventud.




El ciclo infinito

Volveremos a pasar por este cauce,
en este cíclico devenir que nos empuja.
Nos volveremos a mirar con otros ojos,
y otras palabras sonarán con parecida nostalgia,
a otras que un día no atendimos.

Nos invadirán dudas superadas,
sufriremos amor
y perdonaremos
al cielo cuando absorbe etéreas miradas,
y al suelo cuando quema en lo certero.

Nos volverán a vestir de niño,
nos lavarán la cara con aquella agua fresca,
en la radio sonará la canción olvidada,
que tu madre entonaba en la cocina.

Y en el pozo cerrado, el corazón
retumbará como la piedra,
que dividirá y esparcirá el agua,
hasta concentrarse en una onda cíclica.

Entonces te volveré a sonreír…




De "El lenguaje interior"


El color de los abrazos

Se acerca en la tarde
el secreto que suplica
un ascenso a los marcos
y una intención justificada
de oscuras flores
que no acompañan ya.

Se refleja en los ojos
el gozo de la piel sentida
en el alféizar de los besos,
en un espacio libre
de  umbrales inacabados
en los reposapiés de las partidas.

Habita la pasión
en el color de los abrazos,
los más ansiados amarres
desprenden miradas al viento
y a las ráfagas de árboles
que pasan como instantáneas.




Cuando la pasión se vuelve verso y la poesía una terapia.

Por Faustino Lobato    

                 
En la tertulia del cuatro de abril tuvimos la suerte de tener a Fran un poeta extremeño, oriundo ede Orellana la Vieja (Badajoz) que durante mucho tiempo vivió en Mallorca. Este autor nos presentó trazos de su obra después de un rato de Cajón de Sastre.

                          
Los primeros poemas obedecen a una recolección de todo lo publicado en la Isla Balear. Influenciado por Vicente Alexandre y Luis Cernuda Fran Ignacio Mendoza nos dejó poemas que tienen mucho que ver con los impulsos de la juventud. Tenía, según nos cuenta, 17 años. Como este de Vida del poemario Eternidad efímera.
                       

Vida

 “Espadas como flores para los labios fríos,
Y flores como espadas para el carbón ardiendo.”
 Vicente Aleixandre.

...El mar, ola tras ola
sin un beso póstumo en tus labios,
carne amada día tras día,
sin una caricia que me derribe
y salpique el cielo.

El cielo, nubes que dicen,
vapor que sube y me elimina,
a ciegas por horizontes,
me encamino hacia fondos o cúspides.
(…)


             
Otros poemas que revelan ese ardor pasional de nuestro autor aparecerán sobre los años 70-80 en otro poemario llamado “El exilio voluntario”. De este recogemos algunas estrofas de uno de sus pòemas titulado Penúltima hora. Estos versos con tonos anafóricos nos envuelven en el sentimiento lírico del amor:


Anoche, rescatándome de los escombros vividos,
las horas se hacían cadentes y sin luz.
Juzgado por un tribunal sin rostros
en las vigas del techo…;
anduve de arriba abajo, revolviéndolo todo,
buscando entre mis cosas una paz extinguida;
mi cuerpo era una maleta pesada
y las tortugas se habían convertido en mis pies.
Las horas se hacían cascote en la mente.
Anoche, aún me sentía con fuerzas,
a pesar del inmenso rompecabezas
que ocupa mi vida desde siempre.
En los salones abandonados
y en la nota de equilibrio olvidada
en un pupitre, en el que no aprendí nada.

              
Más tarde en el año 1994 aparece el poema del Delfin:
(…)
                 

 http://fransilvania.blogia.com/


En realidad muchos de estos poemas pertenecen a ese hacer del surrealismo en el que nuestro autor se embarcó durante algún tiempo. Son poemas que se escriben mientras está en Manacor (Mallorca), como este de  “Terminal Babilonia” donde aparecen esos elementos, casi mágicos, que gustan al autor.

                 
El poemario “Los colores vividos” pertenece a los años que van del 99 al 2008. En el año 2000, según nos relata nuestro autor hay un cambio sustancial en su creación poética como lo demuestra con su poemario Opus XXI. Uno de los primeros poemas, expresan este cambio en la lírica de Fran:

                     

Avatar finis millenium

Uno piensa que ceder
este margen en equidad
podría trocar el azar,
pero la sentencia no varía,
sólo la importancia atribuida
y se nos muestra inflexible
en este avatar continuo.
             

Uno de los poemas de este libro, Atrofia, nuestro autor lo hace como colaboración a una asociación de niños con cáncer:


Atrofia es la ausencia de ternura,
es destrucción que avía el destino,
consejos inútiles e informalidad
que infectan cualquier asunto,
desconocimiento en suma
del sentir ajeno.

            
Otro de los poemarios, con un título intrigante, “El trastero del corazón”, nos muestra esas incidencias del amante en sus trazas del recuerdo,con tonos de desamor relata esta aventura del corazón. Así lo hace notar en este poema:



Apertura IV

 (Esquema de un rapto)

Vigilante la mirada se esparce,
repasa el material disponible...
Cómo no emanan lúcidas ideas
en desestimados momentos.
Cómo se impone la pereza
y desfigura el carácter.
Senilidad combate a la energía
y descienden del cielo
las grandes paréntesis,
cerrando la equis de la pasividad,
repitiéndose infinita,
cuando la inocencia aún procura
el salvavidas...

         
En todos los poemas, el autor pretende mostrar imágenes a través del juego de las palabras que configuran sus versos.
     
Más tarde a estos poemarios aparece otro “Todas las herramientas” que será traducido al catalán. No olvidemos que Fran Ignacio vive en el ámbito catalano parlante de la Isla Balear de Mallorca. El último de los poemas de este libro, Tras un tiempo, refleja estos cambios sustanciales de la poética de nuestro autor. Más decidido hablará de la poesía como una terapia, como una curación. La casa entera es otra, dice en uno de sus versos, otra la forma de hacer. Es un diálogo con un tú literario que le hace expresar esas emociones guardadas durante un tiempo:


Todo lo que tú ya sabes
y lo que nunca se dice,
todo cuanto he procurado
dejar al margen
y ser imparcial,
tras un tiempo alejado…
(...)
La casa entera es otra,
los secretos hace tiempo que se confesaron,
las miradas perdidas
han recobrado su enfoque.
y las noches ya no se pierden
ni se perdieron en su día…
Todo lo que he usado,
lo que nunca supe que tenía…
hoy se manifiesta y me recibe
en forma de poesía
como herramienta y cura…
(…)

En 2012, publica "Las palabras justas/ Pequeñas grandes máximas", dos poemarios separados por lo personal y lo social: hay poemas que son claro reflejo de los momentos tan duros que vivimos. Crisis impuesta, malestar ciudadano, déficits impensables, pérdida del poder adquisitivo, aumento de clases bajas e indigencia, y como contraste ricos pero con mayores fortunas. Y los de a pie, nosotros, acostumbrados  al balance de la prima de riesgo y la desesperación de los mercados y de los hermanos del dolor…


Palabra Clave

El fin de la búsqueda es el amor.
Palabra clave para invadir
este terreno poblado de horror,
desesperanza y aglutinación.
Las guerras no tendrían lugar,
si en vez de armas,
cargásemos almas,
si en vez de metralla, disparásemos calor,
Si en vez de desolación,
instaurásemos otra mirada…
Otra vuelta de tuerca a la realidad.
Otra vuelta de tuerca a la realidad.
Forzar la rosca para recuperar la unión,
destapar los oídos para escuchar el silencio,
abandonar las redes que apresan todo impulso.
y bombear el motor de los orígenes.

                     
En el poemario“Ritos presenciales" interferencias sociales se mezclan con un mundo erótico y pagano. También, en una reflexión dialogante entre el yo-tú líricos, el poema se desarrolla con versos endecasílabos y heptasílabos que le dan una cierta ligereza a las estrofas y hacen que el contenido sea más expresivo. Inédito.

Poemario hermanado con el anterior "Autopsia de la realidad", es la otra cara de la pesadilla, la realidad social y la disección a toda la injusticia y la hipocresía. Inédito.


Uno de los poemarios, como este de “ El lenguaje interior” está en proceso. Este es un poemario que refleja ese interior del poeta ya maduro con notas intimistas que hacen entender lo relativo de todo lo anterior. Nada es importante sólo lo esencial, el amor, en ese vivir en medio del mundo.


Repito vocablos como una oración
de forma insistente mientras te abrazo,
haciendo  conjuro al escarnio público
donde crecen esporas en toda superficie.






FERNANDO FERNÁNDEZ [15.895] Poeta de México

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Fernando Fernández

Poeta y editor. Nació en la ciudad de México el 12 de junio de 1964. Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, donde se especializó en poesía mexicana contemporánea. Ha sido profesor del Instituto Luis Vives y de la FFyL de la UNAM.  En la década de los años noventa fundó y dirigió las revistas culturales Milenio (1990-1992) y Viceversa (1992-2001). Además, ha sido editor de libros y revistas, y miembro de la mesa directiva de la CANIEM por dos periodos. Fue director general del Programa Cultural Tierra Adentro del Conaculta y titular de la  la DGP de la misma institución. Profesor fundador de la EME, la Escuela Mexicana de Escritores, en la que imparte el curso introductorio de poesía. Ha colaborado en numerosos periódicos y revistas nacionales, entre las que pueden contarse Algarabía, Artes de México, Este País, Letras Libres, Luvina, Nexos y Revista de la Universidad. Obtuvo la beca Salvador Novo y la del CME, en ambas ocasiones en la rama de poesía. Su trabajo como editor ha sido reconocido en varias ocasiones con el Premio de la CANIEM. Desde 2009 conduce el programa La Feria Carrusel de Libros, en la estación Horizonte Jazz FM, del Instituto Mexicano de la Radio (IMER). Desde 2011 es editor de Quodlibet, la revista digital de la Academia de Música del Palacio de Minería (http://www.quodlibet.org.mx/ ).

Obra publicada

Poesía: El ciclismo y los clásicos, Cuadernos de Malinalco, 1990; Parentalia (Fervores), 2012. || Ora la pluma, El Tucán de Virginia, 1999. || Palinodia del rojo, Aldus, 2010.

Ensayo: Ni sombra de disturbio. Ensayos sobre Ramón López Velarde, AUEIO/DGP-Conaculta, 2014.

Antología: Contra la fotografía de paisaje, DGP-Conaculta/Libros Magenta, 2015.




Cuenta la extraña transformación de su gata Isolda

Ayer fue liebre, mas hoy quién lo diría
si la mira lamiéndose de pronto
agora el pecho con aguda lengua, agora la pata delantera
y más allá la cola.

Oyó el fusil alimañero de un astuto solapado en la espesura
y, cundida de mieditis, puso pies en polvorosa,
y trepando acá una cumbre o bajando allí un declive
(no llegó a la luna por falta de escalera),
si no en laurel —como a la ninfa—, el susto la trocó de cuy en micha,
de silvestre en doméstica criatura.

El cambio la hermoseó, le devolvió la proporción perdida
de vivir acechando entre las fieras.
Mudó la dentición
(canjeó los incisivos por caninos),
se le achinó la mira y se le puso más donosa
y de largas —que mucho es el cuidado
donde el escollo es mucho—
en cortas se mutaron sus orejas, y en más acomodadas,
y hasta en el habla misma le crecieron
por mor de gongorismo unas espinas.

Por tan nimia razón —¡un sobresalto!—
y en tales condiciones,
¿habráse visto semejante trueque?
Que más parece cosa de invención, y figurada,
y asumpto de otro Ovidio.

de El Ciclismo y los clásicos, 1990




Silencio

Nunca dijo nada Aminta de los complicados tegumentos de su vida íntima.
Y como yo deseara una posible coincidencia
—con suerte, un par de noches—,
se lo dije,
                      y sentí
su primer entusiasmo, y un ahogo
después, y luego la escuché como turbada
en el teléfono.
                                         "Hay algo que debo decirte."

Mas luego nunca dijo nada Aminta de los complicados tegumentos de su vida íntima.

De Ora la pluma, 1999




Palinodia del rojo
México, Aldus, 2010, 57 pp.

Poemas controversia
Por Eduardo Casar

La poesía de Fernando Fernández se parece mucho a la personalidad de su autor: no es muy larga; es muy amable, incluso ceremoniosa; delgada, clara y contundente; tiene un claro olfato (o nariz evidente) para detectar detalles inauditos; es nerviosa, pero no nerviosa angustiada sino nerviosa alegre, siempre con un dejo de buen humor; pero no es bonachona: es incisiva. Y es muy inteligente.

Después de El ciclismo y los clásicos, de 1990, y Ora la pluma, de 1999, el autor nos entrega esta Palinodia del rojo, un libro espléndido y de una originalidad a prueba de juego.

La poesía de Fernando Fernández tiene ciertos recursos claves: una adjetivación sui generis, generalmente insólita y contundente; una sonoridad barroca (diría yo), llena de armonías; y una elección de temas cotidianos e insignificantes a los cuales es el propio poema el que les atribuye intensidad y vuelve memorables.

Hay tres fuentes y tres partes integrantes del fernanfernandismo: López Velarde, Gerardo Deniz y la poesía del Siglo de Oro. De Deniz toma el gusto por la complicación, lo que Eco llamaría tripodología felina, que apela a referentes culturales de la botánica o la mitología, o de cualquier otro lado, y el uso de palabras inusuales, incluso muertas. De López Velarde las adjetivaciones y la poética, según la cual la poesía está en lo inmediato, incluso en lo familiar (la parentela presente en los poemas, la primacía de las primas) y las sonoridades escalonadas y los encabalgamientos. Del Siglo de Oro revive léxico y ritmos (su muy amado Francisco de Aldana, su admirado Fernández de Andrada, poetas que él me ha regalado).

Pero los de Fernández no se parecen a los poemas de Deniz: tienen un aire de familia, que a lo mejor si alguien no sabe la devoción de Fernando por Deniz no podría captar. Hablo de sus fuentes para intentar ubicar su poética y sus poemas, y para enfatizar su originalidad; porque muchos escritores en entrevistas se dicen devotos de algún santo poético o literario y, la verdad, no se les nota.

Hay que ver el primer poema de Palinodia para estar ya en pleno Fernández: Chito (todo un personaje, un familiar) despierta al canario Henry...



gárrulo más que el propio pájaro,
canoro más que el propio canario:

y al trino casi líquido de Chito,
descalzo, en el pasillo,

y al contestar de Henry
como el agua volviendo entre los líquenes,

ah jolgorio de ave y hombre,
la casa despertaba entera entonces.



He aquí otra característica de Palinodia: el sesgo narrativo. Cada poema es como un cuento: se nos quedan escenas, resonando; senos, en algunos poemas.

Hay dos recursos del XIX que usa muy siglo XXI el autor: la rima y las admiraciones. Y hablo de la rima rima, no de las consonancias frecuentes de las frases, rima consonante, al final del verso:



¿Palomicas a mí? ¡No por piedad!

Solo ve cómo ponen el pretil:
ya no hay quien se acode luego ahí

para ver la ciudad.



Más sorprendente es todavía lo de las admiraciones, que yo solía desaconsejar en cualquier taller de creación literaria porque creía que avejentan al texto, y es que las admiraciones eran frecuentes hasta el modernismo porque muchos de los poemas de esa época estaban hechos para ser declamados. Sin embargo en la poesía de Fernández se ven bien. ¿Por qué? Porque alcanzan para dar el tono exacto con el que el autor quiere que se lean sus poemas: son una marca de su propuesta de oralidad, y de su estilo particular de hablar. En los poemas de este libro se nota la pronunciación, la velocidad distinta que tiene cada uno de los enunciados poéticos, el placer de la mordedura peculiar de cada una de las palabras.

Ciertamente, la poesía nace de la voz, como decía Gorostiza. Y por eso el enfoque poético del lenguaje intensifica premeditadamente la sonoridad de las combinaciones verbales. Fernando Fernández diría que la poesía nace de la conversación, en muchos de sus poemas de la conversación consigo mismo: así como está siempre presente cierta narratividad, hay un marcado dialogismo en sus poemas, diálogo con otros y muchas veces consigo mismo, microdiálogos o poemas controversia, o palinodias.

Lo malo de muchos poemas que uno lee o escucha en recitales es que se parecen a los de cualquiera. Los de Fernando Fernández solamente los pudo haber hecho él: tienen muy su huella digital y muy su fisonomía.

Dentro del paisaje de la poesía que actualmente se escribe en México, Fernández anda solo; acaso haya algún parentesco con algo de Óscar de Pablo o de Carla Faesler. Poesía precisa, cuidadísima, tan cultivada como su autor, quien escribe uno de los blogs más interesantes y vivos de nuestro panorama literario –oralapluma.blogspot–, y es además profesor de la nueva Escuela Mexicana de Escritores.

Palinodia del rojo  es un libro inquietante y sólido que enriquece, sin duda, nuestro mundo y confirma a la poesía que se atreve como un arte de minorías generalmente contentas. 




Sala de espera

Uno, sí, la estoy viendo
de cuando en cuando, y después vuelvo a verla,
la espío y oteo
                                  y quedo en vilo
y más tarde la miro todavía, y sí, es verdad,
finjo cierta demencia tras los lentes
aun cuando la mire fijamente
y hasta usted se dé cuenta.

Y sin embargo, dos, no se ve nada,
cosa que usted que debe haberse visto
cientos de veces
bien que debe saber, nada de nada,
ni un amago siquiera de tirante,
por más que esté al cuidado que nada se le asome,
y una y otra vez, y luego una vez más
se componga el escote.

Pero la culpa, tres, 
es sólo suya,
de usted sentada frente a mí en esta sala de espera
que al tiempo que conversa por teléfono,
con tres dedos precisos y nerviosa insistencia,
se retoca insegura usted consigo
sopesando sus dos pechos opimos
pudorosa y quizás algo coqueta.

Es por esa razón que, cuatro, espío y asomo
y oteo e insisto
                               y quedo en vilo
aunque finja demencia tras los lentes,
fascinado de ver cómo remueve, y hace pender,
y agita, racimo tal de frutos semejantes,
manifiestos al aire aunque escondidos,
apegados a usted pero volantes.




Palinodia del rojo

¿Qué le queda mejor?
                                         Cuando la conocí me dije el rojo, el rojo,
pero ahora que la veo, al fondo del pasillo, de negro,
me desdigo:
                     el negro hace más hondo
su misterio; la hace más alta; y sus ojos relucen de tal modo
a la distancia
que las mismas estrellas me parecen algo módicas, un tanto
menos ellas.

El negro va además
mejor con el secreto
que nos une, 
                    ya que a nadie decimos
que nos vemos; que si nos encontramos en el elevador,
o si en la planta baja, ni miramos siquiera;
                                                                          y si en la junta del Comité,
por la causa de su rodar intrínseco, los ojos
pese a todo se encuentran, pesarosos rehuimos
–y en la estela que dejan
algo queda.

Todos los días
rodeados de indiscretos:
                                          secretarias
cada una menos secreta, contadores de todo excepto números,
mensajeros de oficio
ya se entiende, entregados a dar pabilo al fuego, la mañana y la tarde,
y fundamento a cuanto infundio
va en el aire.

De cuando en cuando todavía
si me asomo al pasillo, el ojo sin salirse de su esfera regular,
sé cuándo pasa
                    (el rojo haciendo todo porque yo lo sepa);
entonces la oficina,
sin perder un instante las alfombras luidas y los muebles cojos,
parece algo
bucólica:
            el pasillo delineado con mamparas
se convierte en las márgenes de un río sombreadas de hayas,
y en medio el llano laboral
un instante me tuerzo convertido en girasol, en heliotropo,
en bobo.

¡El rojo
me delata!
                    Cada vez que su boca, allá, a lo lejos,
si se distraen los otros,
me sonríe, a mí que sé que en el placer se vuelve maliciosa,
se dibuja en mi boca, delicioso. 




Columpio

Yendo y viniendo, en la verbena, 
unos besos le di
                             –ella, rabiaba–
que luego le pedí me devolviera

¡y me los daba!





Paloma y no

A la hora de la hora nunca estuvo
y más tarde no vuelve
todavía,
            que todavía en la calle y de seguro
será que hasta mañana no le digan
que hablé, que sí, que un tal Fernando, que hermano
de Maca.

Luego dice que ayer no le dijeron,
que sería su papá,
                                es muy probable, o Chío,
y mi recado, en fin, no se lo dieron,
incluso ni siquiera otro de Ignacio —crucial por ser
de chamba.

La semana anterior la misma voz dijo
que nones,
que si ya la buscaste en el Canal, en producción,
por lo mismo que allá a las cinco y pico, a veces a morir,
sólo Dios sabe.

“Mas llamará, eso sí, como ella suele. ¿Le digo
que llamaste?”.
                           Y eso duele: en el cielo
del suelo, Narciso asoma entonces —imagen sobre el charco
de uno mismo.

Entre una cosa y otra pasaron cinco siglos.
Ya me animo otra vez:
                                       “¿Está Paloma?”,
y no, no estuvo, “Está en Toluca”
—y entre tanto desvío no me aclaro
si quiere o no me quiere (ha decidido) ni ver
en una década.

“Háblele ahora, a la hora de comer”, me dice
la empleada, una señora ignara y casi nada
descortés.

Pero a eso de las tres, ya carilarga,
me asegura:
“Averígüelo Vargas”, suficiente y burlona
a la pregunta de: “¿Y Paloma?”.

Y el análisis, ah, olvidaba el análisis —manojos
de ocasión, oh ramos
truncos—, ¿no cambió de los martes a las cuatro
en punto, al miércoles a la una, y luego a cada sábado
que quise y no se pudo?

¡Que a su clase de kendo! ¡Que a su judo!

En su casa no ahorraban en rarezas
con tal de proteger
sus evasivas, la retahíla de sus “para nadas”, o aquel jamás antes
usado “ni por pienso” —con el dramático acaecer de yo traer
las bolsas de mi saco llenas de ello.

¿Y qué decir de su manía de interrumpir
siempre la plática con circunloquios
de extraña procedencia, y así evadir cuando me ofrezco a pasar,
y si la invito a salir
y si le insisto?

“Un mirlo, ten cuidado, ¡no pases el chasís
por suyo arriba!” O aquel: “Qué linda la dombeya* aquella, mira,
¡cuán propia de Virreyes!”.

Muchacha menudica, me pregunto
si vale tu osamenta
cuanto pides;
                      te invito una tacita de café, o al cine,
a la función de media tarde,
o un vasito de esquites en el parque.

El sol, altísimo en los árboles,
da un nuevo lustre
al día
          —con ser luz se conoce que es la mía—;
es un brillar del sí que dices: “A las cuatro, si quieres
me llamas a las cuatro”.

¿Que si quiero? En la copa de un chopo
se trasluce
y anida, refulge con luz propia la esperanza
mía.

Y a la hora de la hora nunca estuvo. Hurtóse la torcaza,
huyóse, se hizo
de humo. Y acaso no sin lógica:
si se llama Paloma, ¿no es lo suyo
volar?

* Por encontrarse en fase de aclimatación a nuestra poesía, conviene aclarar que este árbol notable, conocido también como Rosa mexicana, es la Dombeya x cayeuxii hort. ex André. “Se considera un híbrido entre Dombeya mastersii y Dombeya wallichii, aunque erróneamente se cita bajo el último nombre. Ambas son especies nativas de Madagascar y el este tropical de África”. Martínez González y Chacalo Hilu, Los árboles de la Ciudad de México, UAM, México, 1994, pág. 175.







VÍCTOR ALEGRÍA SUPERBI [15.896] Poeta de Chile

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VÍCTOR ALEGRÍA SUPERBI

Víctor Osvaldo Alegría Superbi, artista visual y poeta. Nació el 24 de Septiembre de 1956, Santiago, Chile.

Entre los años 1980 y 1982 estudió Licenciatura en Artes Visuales, mención Pintura en la Universidad de Chile, Santiago.
Entre los 2004 y 2009 realizó el Magister en Artes, con mención en Artes Visuales en la Universidad de Chile, obteniendo el título en el año 2012.
Los profesores más influyentes en su obra encontramos a Gonzalo Díaz con quien aprendió a dar importancia al aspecto conceptual, a la estructura y a la tradición; Ximena Cristi quien lo impulsó a darle preponderancia al color y a la materia en la pintura y Rodolfo Opazo con quién determinó la importancia del tema o motivo en la obra y lo fundamental del trabajo constante y perseverante en el oficio de la pintura.

Desde 1982 se ha desempeñado como ayudante y docente en la Facultad de Artes, como también ha trabajado en cargos administrativos en el Departamento de Artes Visuales, Universidad de Chile, Santiago.

Premios y distinciones

1978 Tecer Lugar Concurso Nacional de Pintura y Escultura, Centenario de Traiguén, Municipalidad de Traiguén, Temuco, Chile.
1985 Beca Amigos del Arte, Santiago, Chile.
1993 Mención Honrosa XI Versión Concurso Nacional, Municipalidad de Valdivia, Valdivia, Chile.
2004 Beca Programa Magíster en Artes con mención en Artes Visuales, Universidad de Chile, Santiago, Chile.
2006 Primer Lugar Concurso de Creación Artística del Departamento de Artes Visuales, Universidad de Chile, Santiago, Chile.


Literatura:

Ha publicado ensayos sobre arte y literatura, como La familia Belleli. Análisis de un cuadro de Edgar Degas. (2001), Sobre Borges (2004) y La poética de Ron Mueck en la Era Biopolítica (2010), entre otros.

Obras de poesía:

-Pleamar, 2012
-Ensenada, RIL Editores, 2014
-Arte de vivir, Plaquette Publicada por la Biblioteca de Santiago, 2014


Nota.- Las pinturas son del autor, Víctor Alegría




Pleamar
Víctor Alegría

por Eugenia Brito

Este libro de poemas de Víctor Alegría estructurado en tres partes: 1. Paisaje Cierto; 2. Especias  y 3. Días de Septiembre.

En el Capítulo 1, Paisaje Cierto, los poemas aparecen derivados de una emoción de la contemplación de un paisaje campestre: del campo, pero pronto, esta emoción se rompe y lo mismo ocurre con el "lugar idílico" que pintan, y esta grieta que serpentea, deteriorando el lugar.

Habría varias razones, razones de sentido anudadas a esta ruptura: la sensación heraclitiana del tiempo que transcurre, del carácter mudable y perecible de las cosas, lo que tiene que ver con lo perecible de los procesos de construcción de la realidad, con lo mudable de la naturaleza y de la condición material de lo terrestre. Circunstancias todas ellas que contribuyen a romper el "locus amoenus" que es el tópico bajo el cual Víctor Alegría diseña este poema.

Otra de las razones, es la modernización y la muerte de las culturas agrícolas que ella trae consigo, hecho que en Europa comienza en el S:XIX y tiene su apogeo en el S:XX,. A ello se suma la llegada del industrialismo y la entrada de los campesinos en el mundo de la industria y en las revoluciones tecnológicas:


"Vuelven cada noche

A  una lánguida cohabitación
que no los une:
todo lazo destruye
la agosta miseria

Ya no habrá madura mies
Ni vegas, ni vastos horizontes,
Ni pechos esperanzados" (p.12)


La miseria es uno de los factores de la desarmonía, quita la esperanza pues vuelve infructíferos los campos, su antiguo sustento, su placer y su descanso.

El otro hecho es el presagio del poeta que encuentra en la pleamar, la bajamar y el ahornar, la metáfora precisa para a construcción de una escritura, que tomando como punto de apoyo la naturaleza y sus vaivenes, construye sobre ella una escritura, la de una melancolía por la isla que produce en su corazón y que semejante, a una flor, guarda en cada uno de sus pétalos, la ausencia de la amada / del paraíso/ de la felicidad.

Otra de las metáforas de la amada es el jardín. Pero lo que estremece el texto es el movimiento del mar, admirable aunque desconcertante y productor de terror: terror ante el abismo, ante la nada y en la medida en que configura la distancia entre él y las galaxias y las estrellas, el poeta siente que el abismo que observa en el mar y en el cielo, está también en él, como antaño lo sintiera el Conde de Lautréamont en Cantos de Maldoror, en su magnífico texto: oh, océano. Finalmente, como buen componente del abismo, el poeta encuentra la muerte en el revoloteo de las olas, y en el movimiento abisal e intenso de las aguas. Es el ronco ruido de las olas su manera de presagiar el final de agua que espera al destino humano, mezclado como huella en la profundidad de su tormentoso llamado. Pero aparece la figura de la amada y todo se tiñe de deseo, y el deseo como la flecha exacta que combina la muerte con la vida lo aleja del ojo de la muerte, que como todo mortal lo sabe, es una gran seductora, paralela al amor es 1 a aniquilación del cuerpo y sus sentidos.

En Especias, la segunda parte, el poemario se abre en la ruta del amor, que da vida a poemas breves y con imágenes muy bellas, de desigual contextura. En unas late la procedencia moderna, del Surrealismo y a ratos parecen evocar a Vicente Huidobro: con sus "estrellas que agonizan/ en nuestras cabelleras " (p.29). Y este otro poema, de factura postmoderna en que la pintura hace nacer una verdad revelada sólo en el lenguaje pictórico: "Pinto tus ojos/ tres generaciones /se miran / en esa fuente" p.33. Tras el elogio del amor, sobreviene una meditación sobre la condición humana y sobre el dolor: "Cada uno arrastra su dolor / a solas. Humano es/ sorber el salado mar/ calladamente. Poema quevediado de dat antigua, digamos del barroco de Góngora y Quevedo.

Llama la atención también hacia el fin de la segunda parte, este poema: "Y tú tiempo / no eres infinito. Infinita es mi/ manera / de pensarte/ a solas" (p.47), en que la muerte, lo mudable, lo abisal se vuelcan al yo y a las coordenadas que estructuran el ser, como es el tiempo.

En la Tercera Parte, "Días de Septiembre" El poema se vuelca en la separación del amor, en el que ve repetirse el mismo ciclo que antes viera en los campos, en el mar y en la mujer, lo ve ahora instalado en la relación de pareja: hombre / mujer. Pero desde dentro de sí, surge otra propuesta, una que contiene como clave toda la anterior. Se da cuenta del dolor que hay en el mundo y madurando, adopta con sabiduría esta postura kavafiana, que evoca el poema que Kavafis hiciera a la ciudad natal:


Otra suerte mejor
No desees:
Te pertenece.
Asúmela
Como el sol
Como la luna
A quienes interrogas.
Mudos son
A tus preguntas. (p.61)


El tiempo finalmente se enangosta y pasa por todas las cosas. Llega la casa del hombre y finalmente a él para terminar como dijera en sus célebres coplas a la muerte de su padre, Jorge Manrique: "Nuestras vidas son los ríos / que van a dar a la mar / que es el morir", Alegría piensa en ese mismo mar antiguo al que todos por derecho propio pertenecemos.

Finalmente, dice, el ciclo de la vida termina: el rostro más querido sale de todo marco y se va en la nada. Así ha pasado, así sucederá y "alguien que quisimos, / pronunciará nuestros nombres; / como pasado lejano / y sepultado" (p.70).

Así pues, el poema cubre una secuencia que va desde la trizadura de un paraíso en el que se desliza, como su metonimia, la serpiente y con ella el habla que se mueve por las diferencias dejando caer el naipe marcado con la cifra de lo mudable; después sigue, casi epigramático por la segunda parte en que una mujer lo distrae con su amor y con el erotismo que ella le provoca, es su jardín, su isla y la rosa, flor privilegiada por todo poemario amoroso.

Y finalmente, por la meditación metafísica por el pensamiento de la muerte, como dato no fácil de suprimir u olvidar sino como dato que obliga, obliga a considerar todo lo amado como inexorablemente sometido a esta ley y además, al olvido, a ser menos que la ruina, puesto que ésta aún llama a la melancolía, al duelo, a la admiración y a la reconstrucción y reparación del tiempo como una especie de pasado puesto en el futuro, de manera alegórica.

Lo que suscita una axiología, una exigencia de valorar como supremo el gesto de recepción y recreación de los dones recibidos, siguiendo a la poeta chilena Stella Díaz Varín. Los dones recibidos nunca serán insepultos.





Selección de algunos poemas del libro Pleamar.



Suburbio

Atrás quedan campos hurtados
al corazón de los hombres.
Edificados hectárea tras hectárea
con un claro propósito rapaz.

Tristes campos edificados
para grises familias
sin propósito.
Vuelven cada noche

a una lánguida cohabitación
que no los une;
todo lazo destruye
la agosta miseria.

Ya no habrá madura mies,
ni vegas, ni vastos horizontes,
ni pechos esperanzados.




Especias

Encontrarás una tarde
en un baúl
poemas
escritos bajo tu reino.

Especias
de una tierra desconocida.

Navegando un mar
para rodearte

oh isla

siempre asediada
por mí.



*


En noche
por caminos
descalzo

siguiendo
estrellas que
agonizan

en nuestras
cabelleras.



*



Ríen los aromos
en tus ojos
engastados.

Danza tu pelo.

Viento
afiebrado de la tarde.



*



El aire
el agua

aún escribe
tu nombre

a ciegas.




*



Y tú, tiempo,
no eres infinito.

Infinita es mi
manera

de pensarte
a solas.



Días de septiembre

Los primeros días de septiembre
son casi primaverales.
Así habrían sido para mis padres:
mañanas luminosas,
algunas nubes y aguaceros

pero días brillantes, al fin.

El mundo no ha cambiado mucho.

Todo esto sucedería ya cercano
a mi nacimiento
el invierno habría pasado

y se respiraría un aire diáfano
y el hijo por venir.

Estarían alegres, esperanzados;
eran jóvenes, confiados.



Pagano sol

Se aleja
el verano
con rudeza.

En fuga
un pagano
sol

y en mis
brazos

aquel sueño
que fue

sobre el oro
de tu cuerpo.




Todo aquello que un día fuimos

Y todo aquello
que un día fuimos
ha de perderse con nosotros.

Otro verano como éste
no veremos.

Su bello oro y su ocio
y la risa y la conversación
sin objeto
se irán para siempre
con nosotros.

Tu rostro que enmarca
este cielo y este mar
un día desaparecerá
como el horizonte
en la bruma matutina.

Otros barcos llegarán
a este puerto
que no veremos.

Y alguien que quisimos,
pronunciará nuestros nombres;
como pasado lejano
y sepultado.







ENSENADA
2014
RIL Editores


Donde el agua se une a otras aguas
Presentación de Ensenada de Víctor Alegría

Por Diego Alegría


Nada estaba aún completo antes que lo mirara.
Rainer Maria Rilke

Recorrer Ensenada, segundo libro de poemas de Víctor Alegría, ha significado transitar por las primeras versiones de sus textos, el instante en que nos recitaba y acogía nuestros comentarios; pero, ante todo, revivir las conversaciones íntimas entre padre e hijo sobre la verdadera naturaleza de la poesía, todos ellos momentos plenos, afortunados, donde hemos tratado de aprender el oficio de escribir, de impregnar nuestros poemas con la exactitud y detalle de la pintura. En sus tres secciones, Ensenada encarna dicha vocación por la precisión verbal, por el tono confesional y por la imagen poética como figura articuladora de los poemas, donde familiares, amigos y artistas se encuentran y dialogan en la voz del hablante.

Celaje, la primera parte del libro, constituye el eje programático del poemario y un puente entre Pleamar, la ópera prima de Víctor Alegría, y Ensenada. Por un lado, se presenta el mar, no como entidad física, sino abstracta y paradójica, en cuanto simboliza lo transitorio y lo permanente, comparada por el sujeto lírico con la aparición y desaparición de escenas de la memoria, como sucede en el poema “Aquello que fue imagen” (p.17). Al mismo tiempo, el tipo de versificación de Alegría recuerda el incesante golpe de las olas, característico de Pleamar: versos largos mezclados con versos breves que, generalmente, establecen quiebres de sentido. Por otro lado, al reflexionar en torno al proceso creativo, el hablante lírico afirma, a partir de sentencias encadenadas a imágenes poéticas análogas, que toda obra se construye por sí sola, sin la intención aparente del autor, como señalan los siguientes versos: “En el cuadro la / voluntad no cuenta: // grácil hierba / en manos del viento” (p.28). Asimismo, el artista es quien, a partir de la memoria, describe en imágenes pictóricas o poéticas el milagro de lo cotidiano. Celaje prefigura, entonces, la naturaleza y estilo de las próximas secciones, es decir, el interés por la imagen poética que se entrecruza con un tono confesional, la belleza de las acciones y objetos cotidianos, y, finalmente, el diálogo con pintores y poetas a partir de la cita y el écfrasis.

La sección número 2, llamada Tersura, está compuesta por 47 haikus, escritos en verso libre. En ellos destacan tres aspectos: la fascinación por la imagen, tanto instantánea como de la memoria, el tópico del lugar ameno y la separación amorosa, todos ellos tratados desde un lenguaje pictórico, donde confluye el detalle visual junto con sentencias filosóficas, a la manera de Celaje, donde el hablante logra comprender “ciertos caminos” (p.41). En primer lugar, la imagen instantánea, es decir, la captura de un instante a través de las palabras, recuerda el trabajo pictórico de Alegría, especialmente la serie Los nadadores, donde, con paciencia y rigor, el artista zurce la trama de un instante en un transcurso de tiempo prolongado, un momento que es, por un lado, “hermoso y fugaz” (p.37), como declara el hablante, pero que, paradójicamente, permanece recobrado en la palabra. En segundo lugar, dentro de las imágenes de la memoria, sobresale la niñez, motivo relacionado con el tópico del lugar ameno, donde el hablante adulto se posiciona fuera de lo urbano y civilizado, para marcharse a los eriales, comparando dicho des-ligamiento con un niño caminando entre la maleza. Al mismo tiempo, algunos haikus establecen una analogía entre el mar y la memoria: “la ola traza / un instante” (p.33) que se retira, pero que, de una u otra forma, regresa, al igual que un cúmulo de recuerdos. Entre ritmos entrecortados, la temática de la separación amorosa constituye una constante dentro de Tersura, donde principalmente se esbozan momentos silenciosos entre los amantes, incomunicación que se traduce en despedida y pérdida de lo amado, y en cuyo correlato se ubica la imagen del jardín y del mar, lugares que, antiguamente íntimos, sobrecogen al hablante con su inmensidad.

En Rompiente, la última parte de Ensenada, encontramos dos registros alternados. Primero una poesía descriptiva, al igual que en las secciones anteriores, donde, al dibujarse con palabras, el paisaje toma algún sentido, como señala el sujeto lírico en el poema “Niebla”. Imágenes poéticas claras, precisas en la construcción de un significado unitario, nunca fragmentario, donde generalmente no se utilizan verbos, por cuanto es poesía de la permanencia de las cosas. En ellos destaca, asimismo, la utilización del écfrasis, es decir, la representación verbal de una obra visual, como en el caso de Gonzalo Millán en Claroscuro. Sin embargo, Ensenada logra superar el cuadro, entendido como modelo de escritura, para incorporar un tono confesional que se traduce en el segundo registro: el coloquial, donde el hablante lírico no se detiene precisamente en las pinturas de Zurbarán, Corot, Rembrandt o Sisley, sino en el proceso mismo de creación. La obra se funda y se resuelve en los estados anímicos del autor y en su propia biografía, fenómeno también presente en la poesía de Alegría, donde constantemente se hace referencia al júbilo del espacio familiar, que es, a su vez, íntimo, cotidiano y divino, donde el sujeto lírico exclama en el poema “Dádiva” que su existencia “ha sido obra de la gracia para ellos” (p.113). Al mismo tiempo, en Rompiente parecieran resolverse las problemáticas interiores del hablante, quien encuentra en la amada, ahora cercana y serena, el aprendizaje de “la ciencia simple // de vivir” (p.111), y en el verano y las vacaciones, un lugar idílico hecho presente.

El libro de Alegría constituye un poemario híbrido en su construcción verbal y emocional, pero íntegro en su línea temática, que despliega una galería de escenas cotidianas y biográficas, mezcladas con reflexiones metafísicas y referencias a la historia del arte y la literatura, temas y motivos expresados con precisión, sutileza, pero a la vez intensidad lírica. Ensenada significa, entonces, espacio donde el agua se une a otras aguas.






No existe
el retorno

sólo el golpe
de la ola

que vuelve
arena

la roca.



***



Quizás hubo silencio 

en la soledad
del cosmos.

Un soplo
fue la causa

de este latir cansado
trashumante.

  

***



En el cuadro la
voluntad no cuenta:

grácil hierba
en manos del viento.



***


Libre
por los eriales.
Absurdo volver.



***




La lluvia y el viento
arroja manzanas
sobre la cabaña.



***



Hoy. Vivir con prisa
sin comprender
nada.



***


Te veré
como hoy.
Siempre.






A un Zurbarán

Habitaciones umbrías
recoletas.

Existencia monástica.

Un cántaro         agua
             rosa fresca
luz de cera
                        en la pátina
del tiempo.





Vacaciones

Era la época de la canícula.

Por la tarde íbamos a la
piscina, bajo los sauces.
Padre y madre descansaban.

Nosotros competíamos
a lo largo de las
aguas esmeraldas.

Luego contemplaba las ondas
desde la orilla
hasta bien entrada la tarde
(me gustaría alguna muchacha,
sin esperanza).

Volvíamos a nuestros cuartos.
Padre y madre charlaban
bajo la sombra
fresca de los álamos.

Ahora viajan.
Siempre.




Rompiente

Era mediodía.

La luz se filtraba
entre los pinos;
la sombra azul
caía sobre la carretera.

Grupos de personas
subían y bajaban
desde las rompientes.

En las casas, cada palmo
con motitas de luz
en paredes y jardines.

Mientras caminábamos
un horizonte de acero bruñido
con blancas y pequeñas velas
se descubría.

Bajamos la cuesta
con todo el tiempo del mundo
por delante.



Corot

Corot prefería pintar
al alba o al crepúsculo
cuando la luz
difumina los contornos
y dora el paisaje.

Nunca olvidó la lección
aprendida en Italia:
los tonos dependen
de las relaciones
de unos con otros
pintando los atardeceres
de Roma.

Su ejecución era franca
casi se diría, ingenua.
Aquellos de siempre
veían torpeza
donde no había
más que genuina
contemplación
ante el paisaje.

Dádiva a nuestro
perturbado corazón.
  



RAÚL DURÁN HERNÁNDEZ [15.897]

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Raúl Durán Hernández 

(Mazatlán, México 1995). Ha colaborado en revistas literarias como Círculo de Poesía e Himen, fue becario INTERFAZ 2015 en la zona Noroeste, actualmente reside en Culiacán, Sinaloa y estudia la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Autónoma de Sinaloa.


Marcha aparte

Después de que el fósforo nos muestre las llagas
y piense que afuera no está la luna
despeñándose
Contando en cada lunar tuyo el alejandrino
Pretendo chispas en múltiples direcciones
Tú te me das para romper

Pausa

Ruedas y destiendes
Parece advertirse lo serio del juego
La tela que resulta tu piel

Arranque

Bajo este techo amargo
y el delirio de un cuerpo
Hay que mencionar que estamos
en dos espacios distintos.



De esa vez

Fuera así que en la estridencia
Y cuarenta segundos de delicada infancia
Me vi siguiendo las buenas compañías
Y una vez más pero dentro de todo
Su rostro tejido de humo.
Yo carecía de la gracia
Compensábala haciéndola reír
Exhalaba el pudor al extenuar
Los vasos de ambrosía.
Vine sin saber hace corduras
Al espiral de sus piernas.
Sea al menos que se reduzca el espacio
Permita apenas una pizca de su aliento
Encarnar esta torpe sucesión.



Desvelo en raya

No me conmueve el viento desgarrándose
contra las rocas
ya que abajo el mar ruge.

Será que el suspiro se ha cristalizado
y sigue empecinada la estrella polar.

Pero el largo aullido,
porque afuera se encrudecen los pasos
y laten más fríos los niños,
desvencijado corazón.





A la hora que los gatos desgarran
cuando el macho lanza el deseo
y la hembra es toda de púas
es-a-hora negra y violada.
Con la valentía a medias
escondo los últimos sudores
debajo de la colcha
que me dicen también el día es oscuro
debajo de la colcha
y hay dos sombras por cada miedo
debajo de la colcha





El día es gris
las nubes exprimen sus entrañas:

el cielo se reconstruye en cada charco
luego el rayo que lo parte
no cesa por el suelo.





Las últimas luciérnagas resplandecen
y yo soy hombre hasta ceniza
Espero que germine la danza
cuando el toilette intercede
e intempestivamente soy una carne gris
con el ala desplumada

Apagué mis ojos con el brillo del silencio
las pecas de la pared que son cuando es mejilla
o tu breve piel
que no quiero recordar
me recuerda que también asiste a mi costado la punzada
y mi torpe exhalación es el resto del pecho



El aire
púrpura y gemebundo
hará que escupamos
sobradas memorias.



http://circulodepoesia.com/2015/04/dossier-de-poesia-finimilenar-raul-duran/


ELOY URROZ [15.901]

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Eloy Urroz

Eloy Urroz (Nueva York, 1967) es un escritor mexicano perteneciente a la generación del crack.

Se licenció en Lengua y Literatura Hispánica en la UNAM, y se doctoró en la Universidad de California con una tesis sobre su amigo Jorge Volpi, "La silenciosa herejía: forma y contrautopía", que luego se publicó como libro. Actualmente es profesor de Literatura Española y Latinoamericana en la Universidad James Madison, en Virginia.

Obra

La crítica ha señalado la influencia de Freud en el desarrollo de temas sexuales variopintos como el voyeurismo, el incesto y la bisexualidad reprimida, el modelo de D. H. Lawrence en el tratamiento del amor como una consagración y el Quijote como paradigma de narración polifónica y plataforma de intertextualidades.[cita requerida] Otros han señalado ínflujos más ocultos, como el del novelista húngaro Peter Nádas y su obra A Book of Memories.

Las Rémoras

El pueblo de Las Rémoras (1996) es un lugar imaginario en Baja California con ecos de Macondo (Gabriel García Márquez), Comala (Juan Rulfo) o Santa María (Juan Carlos Onetti).

La novela presenta una trama con varias líneas narrativas que mezclan la realidad y la ficción como en un juego de espejos. El propio autor explicó que detrás de ello había "un doble homenaje: al Quijote, la novela metaficcional por excelencia, y a Niebla, donde los personajes dialogan con el autor".[cita requerida]

La crítica señala en su estilo el abuso de las conjunciones disyuntivas y el descuido del atractivo del relato por la mera exhibición técnica.[cita requerida]

Obra

Lírica

Ver de viento (1988).
Sobre cómo apresar la vida de las estrellas (1989).
Yo soy ella (Las impurezas del blanco) (1998).
Poemas en exhibición, (2003). Recopilación de su poesía anterior.

Narrativa extensa

Las leyes que el amor elige (1993).
Tres bosquejos del mal (1994) —junto a Jorge Volpi e Ignacio Padilla.
Herir tu fiera carne (1997).
Las almas abatidas (2000).
Las Rémoras (1996); reimpreso en Barcelona: Seix Barral, 2002; traducción al francés Actes Sud, 2003; traducción al inglés Dalkey Archive).
Un siglo detrás de mí, (2004).
Fricción, (2008).
La familia interrumpida, (2011).
Sam no es mi tío: Veinticuatro crónicas migrantes y un sueño americano, (2012). Texto colaborativo.
La mujer del novelista, (2014).

Ensayo

Las formas de la inteligencia amorosa: D. H. Lawrence y James Joyce (Puebla: Secretaría de Cultura, 1999; reimpreso por Muntaner Editores en 2001).
La silenciosa herejía: forma y contrautopía en las novelas de Jorge Volpi (2000).

Reportajes novelados

El hombre del tucán (1994).
El águila, la serpiente y el tucán (2000).




Poesía está

Poesía está,
supervive sin comienzo
y no yace,
renueva su cuerpo:
espléndida mujer que la piel cambia,
vibora tornasolada:
descarapelada luz de sol.
Poesía de nibe larga,
graznido a rastras
que colea
y muere el sol,
ave furibunda que se arrastra.





Duermevela

Debes saber que llevo años, meses,
sin atreverme a que el milagro ocurra;
temerosa, mi mano estuvo en vilo,
acaso detenida por el miedo
a errar, a no encontrar esas palabras
que pudieran decir lo que yo ignoro;
no obstante era mi excusa repetir
que a nadie importa un poema más,
y así pasaron ¿sabes? muchos años,
días iguales sin seña ni santo,
hasta esta noche gélida en que supe
que estabas tú, impávido, escuchándome
en esta duermevela madrileña.
Así que a duras penas me rehice,
busqué papel y pluma en la maleta
para, a la brevedad, poder decírtelo
sin tener otra vez que errar callando,
y para recordarnos asimismo
lo que los dos sabemos bien de sobra:
no importa, en el fondo, nada más
que este momento, y ni siquiera eso
cuando la eternidad es la medida
de las cosas, la vida y del tiempo. 






ADRIANA FERRARI [15.902]

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Adriana Ferrari

Biografía:  Adriana Ferrari nació en Luján, Provincia. de Buenos Aires, en junio de 1959. Participó en talleres literarios coordinados por Rodolfo Alonso, Jorge Santiago Perednik, Nelly Dorronzoro y Jorge Boccanera. En 1980 participó en el Primer Salón Zonal del Poema Ilustrado, organizado por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Luján y en 1981 fue Primer Premio de poesía en el concurso organizado por esa misma Secretaría. En 1984 ganó el Primer Premio de poesía en el Primer Salón Provincial de Poema Ilustrado, organizado por el museo de Bellas Artes de Luján en donde también obtuvo Segunda Mención de Honor. En 1986 participa con el Grupo Independiente Rayuela en la exposición de carteles en el Museo de Bellas Artes de Luján, los que luego fueron pegados en las calles de la ciudad. En el Salón del Poema Ilustrado, organizado en el mismo museo, obtiene en 1988 Segunda mención por el poema "Por sí misma" y en 1990, Primer Premio por el poema "Homenaje". En 1992 obtiene Segunda Mención de poesía en la Feria del Libro de Luján y Primera Mención en la Feria realizada en 1993. En este último año obtiene una Mención en el concurso de poesía haiku en la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. En 1994 la Fundación Andreani le otorga Mención por la obra "Casi un cuento". Desde 1998 forma parte del grupo Las A* (punto) Prieto, ocho mujeres poetas argentinas, con quienes editó una revista del mismo nombre. 





Mutatis Mutandis

A veces debemos abandonar la oscuridad para convertirnos en arañas que conviven en la luz.






ALTA COSTURA

El corpiño debía combinar con la blusa no tenía que verse. Por el mismo precio él ordenó el banquete. Ellos como pájaros ciegos cautivos en la traición de su noche de amantes.
Asoma el bretel.
Un cadáver reclamará su máscara cuando el viento asfixie la luz del día.





LO TUVE TODO HASTA UNA MUJER INVISIBLE

Hambre
Despedida
Lujuria
Telarañas
Madrugadas
Resplandor
Hastío
Campanarios
Huidas
Silencio
Pájaros
Cadáver
Plumas
Ojos dedos garras.

Adelante que siga
el que muere.





Pido Vivir

Sin faroleras que tropiecen en los cuerpos de los generales.
Sin escondidas esperando la mano que nos libre.
Sin arroz con leche para casarme.

Pido vivir sin botellitas de licores.
Sin mentas y rosas.
Sin zapatos abotinados para mi querido esposo.

Pido vivir para que el gran bonete pierda sus pescadores, 
para que nadie se quede.
Para que nos dejen pasar cuando el mundo se mueva.




HIMNO

Escuchen sirenas el grito sagrado
Abecedarios en los borradores de mi muerte
Verdugos serpientes hechiceras palabras
Libertad libertad libertad. 




RÍO DE LA PLATA

Dicen:
del agua que llevamos a la mesa
bebemos los huesos desaparecidos.




HUELLAS CRIMINALES

Un general
le habla sin mirar
a un coronel
Éste ajusta sus charreteras
mirando la bragueta
del capitán
misericordioso él
sugiere al sargento
limpiar las botas
cubiertas de sangre.




AFIRMATIVO

Policía
no por el uniforme
Por la traición.





DANNY NUÑEZ [15.903] Poeta de Chile

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Danny Nuñez

Nacido en Agosto de 1978, Licenciado y Profesor de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Permanece inédito, sin embargo aparece antologado en los libros “Zarpe de poetas porteños” Editorial del Ateneo de Valparaíso, “23 Escritores Jóvenes de Valparaíso” Ediciones Municipalidad de Valparaíso, “Poetas en la Quinta” Ediciones LOM y Municipalidad de Valparaíso; “Creación desde la Palabra” UTFSM y Municipalidad de Viña del Mar, “Señales en la Piedra” Editorial Balmaceda 1215, Valparaíso, y "El Mapa no es el territorio", Editorial Fuga, Valparaíso.
Participó activamente de lecturas de poesía en el bar “Mariella”, en el bar “Leo” y en el “Playa Bar” de Valparaíso y en la feria del Libro de Viña del Mar.
Organiza y lleva a cabo la “I Jornada de Arte y Filosofía UCV 2000”, realizadas entre Agosto y Octubre de ese año. Es becado, al año siguiente por la Katholische Universität Eichstät Ingolstadt de Alemania, donde permanece por dos semestres. Durante su estadía participa del Primer Encuentro de Literatura Centroamericana.
En Septiembre de 2002 participa como Expositor en Jornadas Chileno- Brasileñas de Filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Durante los años 2003 y 2004 publica en el segundo volumen de la revista “Los poetas del cinco”, en su versión electrónica y en la revista virtual “asdecopas”.
Participa desde el año 2004 del Seminario de Investigación Poética en el centro cultural La Sebastiana.
Trabaja actualmente en dos colegios de Viña del Mar.


El hambre que no se sacia

El hambre que no se sacia
es el hambre del conocimiento,
el apetito por ver más,
la dulce experiencia del azar
o la amarga despedida.
Se vuelven los pasos,
para inaugurar un punto de vista
y siempre cambia la atención.
Nunca nada es conocido.
La lluvia, evaporada
mientras un cordero
amamanta sus cachorros
en presencia de otros
cincuenta corderos
apilados en fila india.
Se estrangula mi conciencia
con un lenguaje extraviado,
pero no llega a decir el minuto,
la hoja verde,
el trozo de carne ahumado.




Alimapu

Nos deleitan los comercios eternos,
las plazas obsoletas, la pileta sin agua
y el tranvía alemán.

Nos avergüenzan las azoteas,
las escaleras que nos vieron
abanicar las diferencias
desarmados, sin pudor;
nos gastamos los talones,
empeines, y pantorrillas,
hurgando sin pedir permisos
perdiéndonos en desvaríos
intentando recuperar las danzas
de aquel adolescente fulgor.

No sabemos qué será de lo pasado
ni entendemos qué será el futuro.

La baldosa chueca de la calle
mira atenta al qué dirán.




Casa de techo alto.

Las maderas anudadas de los pisos,
se quejan con el frío subterráneo;
por cierto, convencidas
que con sus lastimeros guiños
se apiadarán del amanecer.
Cuántas mentiras a diario,
siguiendo el rito del alcohol,
cuánta desilusión ocurrente,
la velocidad del vínculo que se desata,
una vez que la palabra aleja su significado.
El aliento, vapor de madera,
un silencio frágil de escaleras sudadas,
una baranda al filo del abismo.
Mareándose,
con el tiempo obsoleto,
una astilla se desliza confidente,
rotando encima del musgo vital.
Todo hambriento,
el peinado dislocado de memoria,
la ruptura, ceder por el paso,
el cantar evolutivo
sin retroceso
de quien fuera árbol y testigo.




Hito cero

Bandurrias sobre ovejas
y aquí a mi lado, nadie
el silencio me obliga a oír.
Una cuchara de aluminio
vuelva a estallar tras la reja
se eleva un instante, se deja
caer, y por respuesta, la
balada suave y monótona.
Un ruido de madera transparente
anuncia el resto del camino
superado, un fin del inicio,
la estatua carcomida
por los segundos.
Una poza se alarga,
contenida en sí misma
por una solución sulfúrica
del mismo cielo.
Poco queda por esperar.




1998

Este mar que hoy me arroja al vacío
tiene su encrucijada llena de panteluces,
y briznas de gusanos idiotizan su voz.

Está tiznado de soles que no duermen,
y bautiza con sus lenguas solas
esas costillas de un sacrificio enlodado.

No perdona mis revueltas suicidas
ni respeta dichas
calles de la deshonra.

Como un vigilante atemporal
se desnuca y se desboca diariamente
tragando estos versos ponzoñosos.






MÁRCIA THEÓPHILO [15.904] Poeta de Brasil

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MÁRCIA THEÓPHILO 

(Nacida en 1941 en Fortaleza, Brasil) es una poeta brasileña. Estudió en Río de Janeiro, San Paulo y Roma, donde se graduó en antropología. Ha vivido y trabajado en Roma desde 1971. Es una poeta bilingüe; sus libros se pueden encontrar en Portugués, Italiano y Inglés.

Ha publicado cuentos, ensayos y once libros de poesía. Estos libros incluyen I bambini giaguaro /Os meninos jaguar, which won the Fregene Prize, Kupahuba Albero dello Spirito Santo, and Amazonia Respiro Del Mondo.

La selva amazónica es el tema de la vida de Márcia y su trabajo: su río, la gente, los mitos, la vida animal y vegetal, y el esfuerzo y la persistencia para salvar el patrimonio natural y cultural del Amazonas.




Extraídos de
ANTOLOGÍA DE LA POESÍA BRASILEÑA
Org. y Trad.  Xosé Lois García
Edicións Laiovento
Santiago de Compostela, 2001 


LA NOCHE

Al principio no existia la noche
no se sabía qué era la noche
solamente había luz y era tan intensa en los trópicos
que se tenía la sensación de pasar períodos de azul,
de rojo, de verde,
era tan fuerte la luz que las personas tenían
la sensación de flotar
dentro de los colores
dentro de las plantas
todo lo que hoy no habla, hablaba,
se intercomunicaba entre sí
los árboles se hablaban
y estimulaban el pensamiento con sus flores
no se sabía qué era lo negro
existían solo los colores que emanaban de la luz
y distribuían energia-pensamiento
pero no se dormía
el hombre no conocía el cansancio
pero tampoco conocía la ternura del descanso
el silencio y la música
porque la música nació con el silencio y con la noche
la música nació con la conciencia de los primeros ritmos
y con la noche nació el primer canto.

                   1979




LOS COQUEROS

El rostro de aquella mujer
me impresionó mucho

éramos cinco
uno murió en el camino
y los otros
¿estarán vivos?

—¡mirad el chupa chupa criaturas el chupa chupa!—

Otro día viaje
por tierras desconocidas
por los contornos de las playas
en los cocoteros

—¡agua de coco helada agua de coco!—

Las parcelas de azúcar están creciendo
el aliento
estoy perdiendo aliento

está aumentando la tierra
ya no existe más água.

         Eu Canto Amazonas,  1972




LOS NIÑOS JAGUAR

I

Inmóvil es la tierra, cuando la diosa Jaguar
de noche entra en la aldea
y con ella Urucu, Pajurá
Jupichay, Tauari
Arari, Mangalô
los rostros iluminados, una antorcha de luz
baila un guerrero dentro de cada uno


II

es ella la divinidad Jaguar.
Abre el universo cerrado oscuro
la concha, nido de todos los seres
Murucu Maracá


III

los niños guerreros
—cada uno encarna a un mito—
ornados con trenzados de plumas de papagayo
pendientes de pluma de papagayo
collares de uñas de jaguar
brazaletes de cangrejos de río.


CXLII

entran en la ciudad los niños
Mucura se transforma en jaguar
la gente se encierra dentro de las casas:
los frutos maduran, los árboles germinan
el grito de los animales infunde miedo


CXLIII

la diosa Jaguar
se transforma en todas las cosas
que viven en el agua
se transforman en todas las cosas
que viven en la tierra
plantas y animales
rios y lluvias


CXLIV

por la noche uno cerca del otro
duermen los niños
envueltos en periódicos, en casas de cartones
un ojo cerrado el otro abierto
ojos en forma de luna naciente
y el brazo em ángulo recto.

         Os Meninos Jaguar, 1995



*



A NOITE

No princípio havia noite
não se sabia o que era noite
havia somente luz e era tão intensa, nos trópicos
que se tinha a sensação de passar períodos de azul
de vermelho, de verde
era tão forte a luz que as pessoas tinham
a sensação de flutuar
dentro das cores
dentro das plantas
tudo o que hoje não fala, falava
intercomunicava-se entre si
as árvores falavam
e estimulavam o pensamento com suas flores
não se sabia o que era negro
existiam somente as cores que emanavam da luz
e distribuíam energia-pensamento
mas não se dormia
porque a música nasceu com o silêncio e com a noite
a música nasceu com a consciência dos primeiros ritmos
e com a noite nasceu o primeiro canto.

                   1979




OS COQUEIROS

O rosto daquela mulher
impressionou-me muito

éramos cinco
um morreu pelo caminho
e os outros
será que estão vivos?:

—olha o puxa-puxa criançada  olha o puxa-puxa!—

outro dia viajei
por terras desconhecidas
nos contornos das praias
os coqueiros

—água de coco gela água de coco gelada!—

as porções de açúcar estão crescendo
o fôlego
estou perdendo fôlego

está havendo aumento de terra
não existe mais água.
     
         Eu Canto Amazonas,  1972




OS MENINOS JAGUAR

I

É imóvel a terra, quando a deusa Jaguar
de noite entra na aldeia
e com ela Urucu, Pajurá
Japicahy, Tauari
Arari, Mangalô
os rostos iluminados, um facho de luz
baila um guerreiro dentro de cada um


II

é ela a divindade Jaguar.
abre o universo fechado escuro
a concha, ninho de todos os seres
Murucu Maracá


III

os meninos guerreiros
—cada um encarna um mito—
ornados com trançados de penas de arara
brincos de penas de arara
cinturas de penas de arara
colares de unhas de jaguar
braçadeiras de caramujos do rio


CXLII

entram na cidade os meninos
Mucura se muda em jaguar
as pessoas se fecham dentro das casas:
os frutos amadurecem, as árvores germinam
o grito dos animais infunde medo


CXLIII

a deusa Jaguar
se transforma em todas as coisas
que vivem n´água
se transforma em todas as coisas
que vivem na terra
plantas e animais
rios e chuvas


XXLIV

na noite um perto do outro
dormem os meninos
enrolados em jornais, em casas de cartões
um olho fechado um outro aberto
olhos em forma de lua nascente
por boca um triângulo
e o braço em ângulo reto.

         Os Meninos Jaguar, 1995











MARCOS KONDER REIS [15.905] Poeta de Brasil

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MARCOS KONDER REIS

(1922-2001)
Marcos José Konder Reis nació en Itajaí, Santa Catarina, Brasil el 15 de diciembre de 1922, se trasladó a Río de Janeiro en 1938. En 1944 publicó su primer libro Tempo e Milagre. Le siguieron: David, 1946; Apocalipse, 1946; Menino -de Luto, 1947; O Tem­plo da Estrêla, 1948; Praia Brava, 1950; A Herança, 1952; Muro Amarelo, 1966; Armadura de Amor, 1966 e O Caminho das Pandorgas, 1972. Os últimos livros que publicou foram O Vagabundo Iluminado, em 1986, Brasil Quando José, 1988 e Três Partituras, 1988.

Las crónicas del libro "O Caminho das Pandorgas" le valió el Premio de literatura Golden Dolphin.

Perteneció a la Generación del 45, al lado de Paulo Mendes Campos, Ledo Ivo y João Cabral de Melo Neto. Murió en Río de Janeiro, el 11 de septiembre de 2001, día del ataque a las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York.



Traducciones de Margarito Cuéllar y Ángel Alonso


Mapa

Al norte, la torre clara, la plaza, el eterno encuentro,
La confidencia muda con tu rostro hasta siempre.
Al este, el mar, el verde, la ola, la espuma,
Ese fantasma lejano, barco y bruma,
Los muelles para la partida definitiva
A una distancia recorrida en sueños:
Perfume de lejanía, ciudad santa.

Al oeste, la casa grande, el pasillo, la cama:
Ese cariño intenso del baño y el silencio.
La tierra al oeste, esa ternura de pianos y ventanas abiertas
A la calle que cruzabas, el abanico de balcones: la montaña, 
                   el cementerio, las glicinas.
Al sur, el amor, toda la esperanza, el circo, la cometa, las nubes: 
                   esse tendal del viento.
En el sur iluminado el pensamiento en el sueño en que te sueño.
En el sur, la playa, el aliento, ese atalaya hacia tu país

Mapa azul de la infancia:
El jardín de rosas y misterio: el espejo.
El nunca más allá del muro, el nunca más allá del sueño
Y las avenidas que recorro aclamado y feliz.

Antes el sol en su rayo más nuevo,
El despertar cotidiano para el ensayo del cielo,
Blanco y negro y girando: golondrina y terral.
Después la noche de cristal y fría,
La noche de las estrellas y de los súbitos acordeones lejanos,
Vértigo de esperanzas: esa mezcla de besos y de danzas por la calle
En una eterna llegada al condado del Amor.




Parámetro

Una tarde amarilla noroeste
modo nuestro de amar recordando el camino,
que pasa siempre al este
de una tarde asombrada,
de una tarde amarilla soterrada

en una caja de duraznos, madura,
una ventana madura de banderas abiertas
hacia el mar, y frías;

encarcelada por lo verdoso de los duraznos
y el azúcar cristalizado sobre la pulpa
de los verdes cosechados en la granja. Septiembre.
Ah, septiembre, septiembre

esa muchacha y tus jardines sobre la cabeza
castaña y rizada, en una tarde amarilla
de barcos entrando en la barra, de campanas
tañendo, que reconozco de otra época,

del asombro de otras torres, de otra tarde asombrada,
que atabas en el invierno aunque fuera de octubre:
ese muchacho que atraviesa el bosque de duraznos
de una tarde amarilla,
como si clavase la fantasía de una lanza
en el rostro de la palabra genial
y su ramo de rosas, su neblina.





ANTOLOGÍA DE POESÍA BRASILEÑA. Preparación, traducción y prólogo de Gabriel Rodríguez. Caracas: Fundación Editorial Popular de la Cultura; Fundción Editorial  El Perro y          la la Rana, 2008.   437 p.  Col. Poesía del Mundo. Série Antologías.     Col. A.M. 



MI SEPULTURA

Deseo que me reserves, en el suelo del cementerio
de Itajaí, ciudad
Que queda en la desembocadura del río del mismo
nombre,
En el Estado de Santa Catalina,
Un pedazo de tierra silencioso, pero que tengas
la certeza
De que la brisa soplará en él como en aquel
tiempo,
Como en aquellas tardes. Planta,
En medio del reposo de los que me conocieron
En la época de mi primer amor, en los días fervorosos
de mil novecientos treinta y dos,
Un rosal que se entrelace en una cruz de
hierro, y pon una cerca
A mi reposo con una reja, también de
hierro,
Y pintada de negro.
No te olvides del epitafio que hice,
ni cubras mi cuerpo con ninguna losa.

Deja que de la tierra broten las flores espontáneas
Y que de mi carne crezca
Un privilegio de pájaros.

Como la certeza de un glorioso amanecer,
Para después del sueño...

                    (O Muro Amarelo)



SONETO

La ciencia del amor, que no se aprende,
Pero abre dentro el alma, de repente, .
La sombra de una flor, que en el presente
Va abriéndose de amor; si amor pretende

Poseer una sombra en que se extiende
La forma enclaustrada en la simiente,
Y la consagra respirando lentamente
El aroma de ese amor que no se aprende,

Es clara cual la sed y como el hambre,
En el cuerpo donde entre y amor sangre.
Así, si amor creciendo es como planta

Y vive de una insana libertad,
En el espacio en que crece y se levanta,
La ciencia del amor es claridad.

                    (Armadura de Amor)




BALADA DEL TIEMPO

Si me preguntaran cómo era,
Respondo: como ha de ser;
Por lo que hice o lo que hiciera,
O incluso lo que he de hacer.
Triste ilusión, la de vivir
Pensando en lo que nos puede suceder,
Pues no hay nada de nuevo
Y no se puede decir
Que en alguna alma o algún pueblo

Sea capaz de aparecer
La melodía tan potente
Que no se la pueda olvidar,
La hierba capaz de vencer la muerte,
O que no devore en sí la suerte
De las nubes en el cielo de la tarde,
-Cuando las empuja hacia el norte
El viento sur. Pero, si eres cobarde
Y tratas de vivir la locura
De las apariencias; en el mundo,
Es lo mismo un año y otro año,
Y un tedio más u otro de menos;
Después el tiempo, como un paño
En las manos pequeñas de un alumno,
Borra de la pizarra
Las frases novias del engaño.

Después todo pasa, y el presente
En un soplo se hace pasado;
Y en el futuro, inclemente,
El portador de un recado
Se va olvidando y cansado,
No puede darlo a quien debe.
No hay memoria, oh desgraciado,
De lo que se hace o se escribe.

                    (Teoría do Vôo)




SONETO POR MUCHO AMAR

Yo te amo, mi amor, con amor tan puro,
Tan sin tamaño, tan mortal, tan claro,
Que aprendo de repente amor más raro
Y lo impuro en el combate torno puro.

Por ser, en este mundo, agreste muro
Que me liberta y me seduce, amparo,
Fuerza que me levanta, te comparo,
En el ardiente mapa de este amor oscuro,

Al llanto matutino sobre la fase
De las rosas de setiembre, a la luz que nace
Del sufrimiento, al soplo antecarnal

Del arcángel que despierta al condenado.
Y siento a cada hora más real
Al amante transformarse en el amado.

                    (Armadura de Amor)



*


MAPA

Ao norte, a torre clara, a praça, o eterno encontro,
A confidência muda com teu rosto por jamais.
A leste, o mar, o verde, a onda, a espuma,
Esse fantasma longe, barco e bruma,
O cais para a partida mais definitiva
A urna distancia percorrida em sonho:
Perfume da lonjura, a cidade santa.

O oeste, a casa grande, o corredor, a cama:
Esse carinho intenso de silêncio e banho.
A terra a oeste, essa ternura de pianos e janelas abertas
A rua em que passavas, o abano das sacadas: o morro e o
                                      cemitério e as glicínias.
Ao sul, o amor, toda a esperança, o circo, o papagaio, a
                                      nuvem: esse varal de vento,
No sul iluminado o pensamento no sonho em que te sonho
Ao sul, a praia, o alento, essa atalaia ao teu país

Mapa azul da infância:
O jardim de rosas e mistério: o espelho.
O nunca além do muro, além do sonho o nunca
E as avenidas que percorro aclamado e feliz.

Antes o sol no seu mais novo raio,
O acordar cotidiano para o ensaio do céu,
Preto e branco e girando: andorinha e terral.
Depois a noite de cristal e tria,
A noite das estrelas e das súbitas sanfonas afastadas,
Tontura de esperanças: essa mistura de beijos e de danças
                                               pela estrada
Numa eterna chegada ao condado do Amor.




PARÂMETRO

Uma tarde amarela noroeste
modo nosso de amar lembrando a estrada,
que passa sempre a leste
de urna tarde espantada,

de urna tarde amarela soterrada
numa caixa de pêssegos, madura,
uma janela madura de bandeiras abortas
para o mar, e frias;

encarcerada pelo verdoenga de pêssegos
e açúcar cristalizado sobre a polpa
dos verdes apanhados na chácara. Setembro.
Ah, setembro, setembro

essa menina e teus jardins sobre a cabeça
castanha e cacheada, numa tarde amarela
de vapores entrando a barra, de sinos
batendo, que reconheço de outra época,

do espanto de outras torres, de outra tarde espantada,
que amarravas no inverno embora outubro:
esse rapaz que atravessa o corporal de pêssegos
de urna tarde amarela,
como se fincasse a cisma de uma lança
no rosto da palavra genial
e seu ramo de rosas, sua neblina.



BENOIT

Acende no meu peito o sério lume
Aceso no teu peito porco e bento,
E sê no medo meu, no meu tormento,
O mestre predileto, o amado nume

Capaz de iluminar, sob o cardume
De estrelas, uma estrada que, por dentro,
Percorre o meu país de amor, detento
De tudo que te fez, no mundo, estrume.

Vem dar-me o braço e me levar até
Por onde andaste, noivo e peregrino,
Da Pátria que se esconde atrás da Fé.

Ensina-me a viver o Amor Divino,
E quando o meu cajado florescer,
Dá-me o teu santo modo de morrer.

          (Armadura de Amor, Livros de Portu­gal. Rio, 1966)




QUID VIS?

xxx

Ser, como um pombo, uma flecha
para plantar nesse adeus
nossa palavra loretto;
          
como quem planta um domingo,
plantando, na praça, um coreto;
a estrela de uma retreta
no azul de um céu canaleto.

Para plantar, no horizonte,
como quem planta um padrão,
nossa palavra terrestre;

como quem planta uma pedra,
plantando a ressurreição;

como quem planta uma tarde,
nos muros do coração.

Ser, como um pombo, uma flecha,
para plantar, nesse corpo,
a flecha de um novo pombo;

como quem planta, no mundo,
o vôo depois de um tombo;

o sino de uma lembrança,
no ovo horizonte do anjo.



REIS, Marcos Konder.  O muro amarelo.  Rio de Janeiro: José Álvaro, editor, 1965.   128 p.  11,5x18 cm.  Capa de Lúcio Cardoso.  Col. A.M. 



URNA

Grade de orvalho sobre o rosto, sombra,

De folhas sobre o rosto.

*

*   *

Árvores na tarde.
Dentro de nós, um realejo.

*

*   *

Ríspido lábio
Cor de cereja
Duro de enigma




CATAFALCO

Existe no jardim da intimidade,
Sobre goivos de luto, entre grinaldas,
Dura narina de jasmim, dormindo.




APARÊNCIA

Cismo, numa tarde, entre esta tarde e a mor-
te, a verdade que nasce na minha carne:

Vivemos de beleza, de silêncio e beleza.
Trilhamos uma estrada incerta e traiçoeira,
A estrada perfumada por um crime.

Que para nós toda certeza surge, frágil e efé-
mera, como o desenho de um dedo nos vi-
dros embaçados de uma janela durante o
mês inverno.



REIS, Marcos Konder.  Antologia poética de Marcos Konder Reis. Seleção de Walmir Ayala. Apresentação de Antonio Hohlfeldt.   Rio de Janeiro: Editouro, 1991.   118 p.   (Coleção Prestígio) 12x21 cm.  ISBN  85-00-82257-0  “ Marcos Konder Reis “   Ex. bibl. Antonio Miranda




Vinho Perdido

Eu cravo teu lado esquerdo
Com flecha desesperada;
Não sei se devo ou não devo,
Às vezes penso... e mais nada.

No estribo quebrando galhos
Do bonde da madrugada,
Do lado esquerdo é setembro,
No daqui a pouco, alvorada.

Teus passos batendo, noivos,
Despertam, sobre a calçada,
Um bando de pombos, goivos
Que amarro contra a enseada. 






REIS, Marcos Konder.  Poesia.  Itajaí, SC: Oficina da Palavra de Itajaí, 2003.  44 p.   12x20,5 cm.  Apresentação de Lauro Junkes.   Col. A.M.  (EA)



SONETO DE INVERNO

Neste apartamento do Jardim Botânico,
Descubro, de repente, que estar vivo
Não quer sempre dizer viver em pânico
Mas estar no outro lado, e que o motivo

De pensar o contrário é confundir,
Por exemplo, a comoção que senti
De ver uma ameixeira a se cobrir
De ameixas amarelas, que não vi

Tão perto assim de casa, tão por dentro
Depois daquele tempo, com, por certo,
O estrondo claro, que se fez o centro

De uma tarde amarrada noutro incerto
E triste cais de antanho: a decisão
De apanhá-las com raiva e com paixão 


REIS, Marcos Konder.  Um privilégio de pássaros.  Seleção de textos Dennis Radivz e Antonio Carlos Floriano. Florianópolis: Nauemblu, Ciência e Arte, 2008.   192 p.  16x23 cm.  Fotos de Ronaldo Silva Junior, Antonio Carlos Floriano e acervo do autor.  ISBN 978-85-60716-02-9  Coleção Bibl.  Salomão Sousa

http://www.antoniomiranda.com.br/









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RACHEL DE QUEIROZ [15.906] Poeta de Brasil

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RACHEL DE QUEIROZ

Rachel de Queiroz, Fortaleza, 17 de noviembre de 1910 — Río de Janeiro, 4 de noviembre de 2003, fue una traductora, escritora, periodista y dramaturga brasileña. El nombre de la escritora, según las normas ortográficas vigentes, debe de ser escrito como Raquel de Queirós.

Autora destacada de la ficción social nordestina. Fue la primera mujer en ingresar en la Academia Brasileña de Letras. En 1993, fue la primera mujer galardonada con el Premio Camões, el nobel de la lengua portuguesa. Está considera por muchos como la mayor escritora brasileña.

Rachel era hija de Daniel de Queiroz Lima y de Clotilde Franklin de Queiroz, descendente por la rama materna de la familia de José de Alencar.

En 1917, su familia escapó de la sequía a Río de Janeiro, después a Belém de Pará, regresando dos años después a Fortaleza.

En 1925 concluyó el curso normal en el Colegio de la Inmaculada Concepción. Publicó por primera vez en el periódico O Ceará, escribiendo crónicas y poemas de carácter modernista con el seudónimo de Rita de Queluz. En ese mismo año publicó en forma de folletín su primera novela História de um Nome.

A los veinte años, fue conocida nacionalmente al publicar O Quinze 1930, novela que muestra la lucha del pueblo nordestino contra la sequía y la miseria. Demostrando preocupación con las cuestiones sociales y habilidad en el análisis psicológico de sus personajes, teniendo un papel destacado en el desarrollo de la novela nordestina.

Ya como escritora consagrada, se trasladó a Río de Janeiro en 1939. Ese mismo año fue galardonada con el Premio Felipe d'Oliveira por el libro As Três Marias. Escribió todavía João Miguel 1932, Caminhos de Pedras 1937 y O Galo de Ouro 1950.

Publicó Dôra, Doralina en 1975, después publicó Memorial de María Moura 1992, saga de una cangaceira nordestina adaptada a la televisión en 1994. En su juventud tuvo tendencias izquierdistas, siendo encarcelada en 1937, en Fortaleza, acusada de ser comunista. Ejemplares de sus novelas fueron quemados, en apoyo a la dictadura militar que se instauró en Brasil en 1964. Publicó un volumen de memorias en 1998. Murió por problemas cardíacos, en su apartamento, unos días antes de cumplir los 93 años.

Lorbeerkranz.pngAcademia Brasileña de Letras

Su elección, el 4 de noviembre de 1977 para el sillón 5 de la Academia Brasileña de Letras, causó cierta ilusión en las feministas de entonces. Pero la reacción de la escritora al movimiento fue bastante sobria. En una entrevista, en medio del gran furor que su nombramiento causó, declaró: Yo no entré en la ABL por ser mujer. Entré, porque, independientemente de eso, tengo una obra. Tengo amigos queridos aquí dentro. Casi todos mis amigos son hombres, yo no confio mucho en las mujeres. Un verdadero choque anafilático en el movimiento feminista.

Recebida por Adonias Filho, fue la quinta ocupante del sillón que tiene como patrono a Bernardo Guimarães.

Principales obras

O quinze, novela (1930).
João Miguel, novela (1932).
Caminho de pedras, novela (1937).
As três Marias, novela (1939).
A donzela e a moura torta, crónicas (1948).
O galo de ouro, novela (folletines en la revista O Cruzeiro, 1950).
Lampião, teatro (1953).
A beata Maria do Egito, teatro (1958).
Cem crônicas escolhidas, (1958).
O brasileiro perplexo, crónicas (1964).
O caçador de tatu, crónicas (1967).
O menino mágico, infantil-juvenil (1969).
As menininhas e outras crônicas, (1976).
O jogador de sinuca e mais historinhas, (1980).
Cafute e Pena-de-Prata, infantil-juvenil (1986).
Memorial de María Moura, novela (1992).
Teatro, teatro (1995).
Nosso Ceará, relato, (1997) (com la hermana Maria Luiza de Queiroz Salek).
Tantos Anos, autobiografía (1998) (con la hermana Maria Luiza de Queiroz Salek).
Não me deixes: suas historias e sua cozinha, memorias gastronómicas (2000) (con María Luiza de Queiroz Salek).
Obras reunidas de ficción[editar]
Três romances (1948).
Quatro romances (1960).
Seleta, selección de Paulo Rónai; notas y estudios de Renato Cordeiro Gomes (1973).
Su biografía fue narrada en el libro No Alpendre com Rachel, escrito por José Luís Lira, editado por la Academia Brasileña de Letras el 10 de julio de 2003, pocos meses antes del fallecimiento de la escritora.

Premios otorgados (los principales)

Premio Fundación Graça Aranha para O quinze, 1930.
Premio Sociedad Felipe d'Oliveira para As Três Marias, 1939.
Premio Saci, del Estado de São Paulo, para Lampião, 1954.
Premio Machado de Assis, de la Academia Brasileña de Letras, por el conjunto de su obra, 1957.
Premio Teatro, del Instituto Nacional do Livro, y Premio Roberto Gomes, de la Secretaria de Educação do Rio de Janeiro, para A beata Maria do Egito, 1959.
Premio Jabuti de Literatura Infantil, de la Câmara Brasileira do Livro, São Paulo, para O menino mágico, 1969.
Premio Nacional de Literatura de Brasília para el conjunto de su obra en 1980.
Título de Doctor Honoris Causa por la Universidade Federal do Ceará, 1981.
Medalla Marechal Mascarenhas de Morais, en acto solemne realizado en el Clube Militar, 1983.
Medalla Rio Branco, del Itamarati, 1985.
Medalla del Mérito Militar en el grado de Grande Comendador, 1986.
Medalla de la Inconfidência do Governo de Minas Gerais, 1989.
Premio Camões, el mayor de la Lengua Portuguesa, 1993, siendo la primera mujer en recibirlo.
Título de Doctor Honoris Causa por la Universidade Estadual do Ceará - UECE, 1993.
Título de Doctor Honoris Causa por la Universidade Estadual Vale do Acaraú, de Sobral, 1995.
Premio Moinho Santista de Literatura, 1996.
Título Doctor Honoris Causa de la Universidade Estadual de Río de Janeiro, 2000.
Medalla Boticário Ferreira, de la Câmara Municipal de Fortaleza, 2001.
Trofeo de la Ciudad de Camocim el 20 de julio de 2001 - Academia Camocinense de Letras y Prefeitura Municipal de Camocim.




TENEMOS AQUÍ LA POESÍA

Tenemos aquí la Poesía, 
La gran Poesía. 
Que no ofrece signos 
ni lenguaje específico, no respeta 
siquiera los límites del idioma, ella fluye como un río, 
tan espontánea que ni se sabe cómo fue escrita. 
Y al mismo tiempo tan elaborada, 
hecha una flor en su perfección minuciosa,
un cristal que se arranca de la tierra 
ya dentro de la geometría impecable
de su lapidación. 

Donde se cuenta una historia,
Donde se vive un delirio: donde la condición humana se exacerba
hasta la frontera de la locura
junto con Vincent y sus girasoles de fuego.
La sombra de Eva Braun, envuelta en el misterio al mismo tiempo
Fácil e insoluble de su tragedia 
Sí, es el encuentro con la Poesía.

(Poesía hecha en el homenaje al poema
"Geometría de los vientos" de Álvaro Pacheco)




Geometria dos ventos

Eis que temos aqui a Poesia, 
a grande Poesia. 
Que não oferece signos 
nem linguagem específica, não respeita 
sequer os limites do idioma. Ela flui, como um rio. 
como o sangue nas artérias, 
tão espontânea que nem se sabe como foi escrita. 
E ao mesmo tempo tão elaborada - 
feito uma flor na sua perfeição minuciosa, 
um cristal que se arranca da terra 
já dentro da geometria impecável 
da sua lapidação. 
Onde se conta uma história, 
onde se vive um delírio; onde a condição humana exacerba, 
até à fronteira da loucura, 
junto com Vincent e os seus girassóis de fogo, 
à sombra de Eva Braun, envolta no mistério ao mesmo tempo 
fácil e insolúvel da sua tragédia. 
Sim, é o encontro com a Poesia. 

(Poesia feita em homenagem ao poema Geometrida dos Ventos de Álvaro Pacheco)





Poema de Raquel de Queiroz para los marines

"Cuando se hubieran acabado los soldados del mundo
Cuando reine la paz absoluta entre los pueblos
Que queden al menos los marines
Como ejemplo de todo lo hermoso
Y fascinante que ellos son"





Poema de  para os Fuzileiros Navais

"Quando se houverem acabado os soldados do mundo
Quando reinar a Paz absoluta entre os Povos
Que fiquem pelo menos os Fuzileiros Navais
Como exemplo de tudo de belo
E fascinante que eles são"




Telha de vidro

Quando a moça da cidade chegou 
veio morar na fazenda, 
na casa velha... 
Tão velha! 
Quem fez aquela casa foi o bisavô... 
Deram-lhe para dormir a camarinha, 
uma alcova sem luzes, tão escura! 
mergulhada na tristura 
de sua treva e de sua única portinha... 

A moça não disse nada, 
mas mandou buscar na cidade 
uma telha de vidro... 
Queria que ficasse iluminada 
sua camarinha sem claridade... 

Agora, 
o quarto onde ela mora 
é o quarto mais alegre da fazenda, 
tão claro que, ao meio dia, aparece uma 
renda de arabesco de sol nos ladrilhos 
vermelhos, 
que - coitados - tão velhos 
só hoje é que conhecem a luz doa dia... 
A luz branca e fria 
também se mete às vezes pelo clarão 
da telha milagrosa... 
Ou alguma estrela audaciosa 
careteia 
no espelho onde a moça se penteia. 

Que linda camarinha! Era tão feia! 
- Você me disse um dia 
que sua vida era toda escuridão 
cinzenta, 
fria, 
sem um luar, sem um clarão... 
Por que você na experimenta? 
A moça foi tão vem sucedida... 
Ponha uma telha de vidro em sua vida!




A SERENA SERENATA DE RACHEL


        
Aos dezesseis anos todo adolescente escreve poemas. Ao perder o “único” amor da vida ou o “grande” amor encontramo-nos encolhidos no canto do quarto com um papel em branco e uma caneta que derrama dores. Como diria Rilke em suas Cartas a um jovem poeta: “os jovens atiram-se uns aos outros quando o amor desce sobre eles e derramam-se tais como são com o seu desgoverno, sua desordem e derramam-se tais” (p.59).
       
A jovem Rachel de Queiroz, porém, com dezesseis anos, não derramava dores, mas sim alegrias em revistas que permeavam o Siará. Era integrante ativa de algumas revistas – como A Jandaia, na qual era vice-diretora – e publicava também no jornal O Ceará, que assinava, na maioria das vezes, com pseudônimos: Rita de Queluz ou Maria Rosalinda ou Inocência ou Inez ou Zé do Guinol. 
         
Quando temos em mãos poemas de adolescentes os olhos já desejam revirar, já temem o porvir, há um pouco, digamos, de enjoo pelo teor amoroso que se pode encontrar. Mas ao iniciar a leitura de Serenata, logo encontramos o violão de Rachel tocando ao fundo e a sua demonstração pela valorização dos artistas do País:


         Chopin, Mozart, Beethoven, os mestres
                                                           consagrados,
            Não me causam a emoção
            Dos versos de Catulo, acompanhados
                        Pelo meu violão… (p.19)





Apesar de sua “inocência”, devida à idade, Rachel não se entregava às dores, aos sofrimentos amorosos, queria mais era fazer sorrir os conhecidos, homenageá-los, assim como homenageava os escritores da terra; exemplo disso é o próprio nome da revista da qual participava, já mencionada. Ou quando, em um de seus poemas intitulados Bonecas e polichinelos, faz referência à filha de Araken, quando em comparação à pessoa que homenageia no poema:


         Vendo-a passar, esbelta e donairosa […]
            Recorda a filha de Araken, formosa –
            a linda tabajara… Ao vê-la têm-se
            saudades da jandaia buliçosa…
            – É Iracema vestida de parisiense… (p.43)
        
         
Podemos pensar que, talvez, a escritora se predispusesse a ler apenas romances de cavalaria, como fica dito em um de seus dois poemas com título em inglês (Home e Spleen):


         – Serve-me sempre de paliativo
            Reler um livro dos tempos velhos […]
            “O cavaleiro cai de joelhos
            Perante a dona de seu amor…”(p.23)

        

         
Mas a poeta ou a poetisa Rachel de Queiroz vai além, menciona ainda Zaratustra e o mito de Ícaro. Esse citado no poema Sonhos, quando a personagem do poema encontrando-se descrente de sua imaginação, enquanto dorme acordada, se vê no mundo da Fantasia e diz para si mesma:

        
            Sei que por certo cairão um dia,
                        De asas partidas
            Quais infelizes Ícaros tristonhos…(p.29)


      
A escrita de Rachel vai se revelando, de certa maneira, contrária àquela de adolescentes cheia de dor ou sofrimento. A escritora aprendiz ainda brinca com a mania do cearense em desejar sol enquanto tem chuva e desejar chuva enquanto tem sol. Outros temas como as Saudações são louvadas, lembrando-nos mais uma vez os romances indianistas de Alencar, nos quais fica clara a presença da hospitalidade que o índio possuía quando um estrangeiro chegava.



         
Até mesmo quando a poetisa resolve escrever sobre um pouco de dor, na pele da personagem Maria, ela nos engana. No poema Rosas de santa Luzia, a personagem, tendo feito promessa para a santa, sofre as consequências de tal feito e morre, porém, se nos pusermos a reler veremos que a dor de Maria aos olhos do leitor pode não ser nada mais que uma “brincadeira” da santa com Maria.
        
Apesar da escrita adolescente e das rimas muitas vezes, vista aos olhos da estética, sem rimas ou com rimas fracas, quando você menos espera encontra-se “leve,   como leve pluma muito leve pousa” lendo ou ouvindo os poemas  de Serenata. Rachel de Queiroz com esse livro nos demonstra que o trabalho sobre a escrita pode nos levar longe. Alguns dos aspectos encontrados nos romances regionalistas da autora podem ser encontrados em alguns de seus poemas; poderíamos dizer que existem ali elementos embrionários da escrita de Rachel. Quais, você irá nos perguntar. Deixamos a resposta para a sua leitura! 

Livro: Serenata. Rachel de Queiroz.Organizadora: Ana Miranda. 1ª Edição. Armazém da Cultura: 2010, Fortaleza. 


ANTONIO CÓRDOBA BARBA [15.907]

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Antonio Córdoba Barba

(Murcia, España 1949)
Antonio Córdoba Barba, Catedrático de Análisis Matemático de la UAM e investigador del Instituto de Ciencias Matemáticas. Recordemos que el profesor Córdoba acaba de obtener en 2011 el Premio Nacional de Investigación “Julio Rey Pastor”, en el área de Matemáticas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, tal y como recogimos en Matemáticas y sus fronteras el pasado 2 de octubre.

Antonio Córdoba, murciano de nacimiento,  se licenció en Matemáticas en 1971 por la Universidad Complutense de Madrid y obtuvo su doctorado por la Universidad de Chicago en 1974, dirigido por el medallista Fields Charles Fefferman. Ha sido miembro del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton y desde 1980 es Catedrático de Análisis Matemático en la Universidad Autónoma de Madrid. En la actualidad es además investigador del Instituo de Ciencias Matemáticas (ICMAT).

Antonio Córdoba presenta un perfil investigador muy singular, ya que aunque su campo principal de trabajo es el análisis armónico, ha realizado también importantes investigaciones en teoría de números, las ecuaciones en derivadas parciales, y física matemática. Lo que destaca sobremanera es la calidad de las revistas en las que ha publicado.

Ha desempeñado un papel muy relevante en la vida de la comunidad matemática española, que va desde su labor pionera en la gestión de los primeros planes nacionales hasta la reconstrucción de la Real Sociedad Matemática Espñaola o su labor como director de la Revista Iberoamericana de Matemáticas. Es notable también su labor en la puesta en marcha del Departamento de Matemáticas de la UAM siguiendo unos estándares de calidad inéditos en aquella época en la universidad española. En los últimos años está desempeñando un papel importante en la consolidación del Instituto de Ciencias Matemáticas.

El profesor Córdoba es también un reconocido divulgador de las matemáticas. mediante conferencias dirigidas al gran público así como a través de varios libros de éxito sobre la teoría de números.




ÍNDICE DE IMPACTO

Conviene publicar un disparate,
Tan obsceno que ofenda de ipso facto. 
Te darán un gran índice de impacto, 
Los ingenuos que miren tu dislate. 

No importa si es con cuerdo o botarate, 
De citas mutuas sellarás un pacto. 
Aunque sean banales y sin tacto, 
Juntas harán lucir tu escaparate. 

No intentes un problema complicado, 
Si el ritmo frena en tus publicaciones. 
Pues debes mantenerlo acelerado. 

En alza tengas siempre tus opciones
De rozar el poder en el poblado, 
Con índices y citas a montones.




Antonio Córdoba Barba.
Publicado por Pedro Alonso Miguel 


El análisis bibliométrico de las publicaciones que realizan los investigadores es una herramienta que, desde su aparición en la década de los sesenta – con los trabajos seminales de Eugene Garfield y Derek John de la Solla Price -, se ha venido utilizando de forma creciente hasta la actualidad para la evaluación de la actividad científica de las personas e instituciones que las realizan. (Ver Nota 1).



La dificultad de llevar a cabo la evaluación de la investigación en profundidad y con solvencia, ha conducido a un uso masivo de los análisis formales de publicaciones, citas e impactos que proporciona la bibliometría. El poema incluido en poesía y ciencia en esta quincena, Indice de impacto, está escrito por un científico y en él se describen y critican con ironía y en forma de soneto, los malos usos y abusos de la bibliometría.

Antonio Córdoba Barba, autor del poema, se doctoró en Matemáticas por la Universidad de Chicago, (bajo la dirección del premiado con la Medalla Fields, Charles Fefferman),  y es en la actualidad Catedrático de Análisis Matemático de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador en el ICMAT-CSIC. Cuenta con una dilatada y brillante trayectoria académica, investigadora y de divulgación científica y entre los reconocimientos a su obra, debe destacarse que fue galardonado con el Premio Julio Rey Pastor en el área de Matemáticas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, (uno de los cinco Premios Nacionales de Investigación), en 2011.

Nos encontramos, por tanto, ante una relevante figura dentro del campo del Análisis Matemático en España de las últimas cuatro décadas. Entre sus aficiones literarias y científicas, junto con su pasión por la divulgación científica de altura, plasmada en obras como: Los números, (Colección ¿Qué sabemos de?, Ediciones Catarata) y La saga de los números, (Colección Drakontos, Editorial Crítica), se encuentra también la escritura de poemas  a los que se puede acceder en su página personal en internet. (Ver Nota 2).




Antonio Córdoba ha accedido a comentar en La alegría de las musas, el poema del que es autor, con el texto que se incluye a continuación.

“Índice de impacto” es un poema muy descriptivo que apenas necesita glosa alguna y tiene su inspiración en varias anécdotas que me ocurrieron:

En una ocasión, siendo miembro de un comité encargado de otorgar el premio de investigación científica  de una de nuestras comunidades autónomas, coincidí con un  catedrático de Física que invocaba el número de citas y el denominado índice H como criterios fundamentales para ordenar a  los candidatos. Desestimando mi opinión, que tachaba de subjetiva, por estar basada en el análisis de la obra centrado en aquellas contribuciones que, decía yo, marcaban la diferencia:  por haber resuelto  problemas que eran  importantes objeto del deseo de  los investigadores del área. Para mi sorpresa, el  tercer componente de la comisión, una química Profesora de Investigación, me rebatió con la estupefaciente (para mí) afirmación de que en su disciplina no existen, o no es sencillo detectarlos,  esos objetivos aludidos en mi discurso.
También llama la atención la enorme lista de publicaciones de la que presumen  algunos científicos. Las hay que superan el millar, por lo que dividiéndolas entre unos cuarenta años de dedicación, producen un cociente de más de veinte por año, es decir: dos ideas nuevas cada mes. A muchos matemáticos esto nos produce una cierta perplejidad, pero hay otros que han sabido  sumarse a  esta tendencia dominante y tratan de hacer valer sus números para conseguir premios, honores y poder académico. 

A esta situación han contribuido diversas causas y una empresa, con sede en la ciudad de Filadelfia, que elabora todo tipo de índices de impacto de revistas y de citas de autores, que, en aras de su presunta objetividad, son luego usados para evaluar la labor de los científicos, poniéndolos en fila en sus respectivas áreas, universidades, regiones y países. Se trata de un fenómeno nuevo, propiciado por los ordenadores, que es de carácter universal, aunque en algunos países haya adquirido mayor virulencia que en otros. Quienes han estudiado la elaboración de esos índices han señalado lo poco significativos que resultan ser en el caso de las matemáticas, porque los grandes avances han sido casi siempre obra de individuos aislados; los trabajos tardan varios años en ser publicados y otros tantos en ser citados, aunque luego puedan serlo sin límite de tiempo; porque alguien como Andrew Wiles puede dejar de publicar durante un largo período por estar trabajando en la prueba del Fermat, o porque la existencia de muchos autores en un área dada no es una garantía de que estén creando matemáticas muy interesantes.

Además de presentar algunos errores de grueso calibre ocurre que, como bien aprendieron los físicos, cualquier medida perturba el experimento, y si aquella tiene en cuenta el número de citas, nos vamos a encontrar con editores de revistas que “recomiendan” a los autores de un trabajo, antes de ser aceptado, que citen a otros publicados en la misma revista, consiguiendo así subir notablemente el llamado índice de impacto. Pero también a miembros de un club de citas, vengan o no vengan a cuento, y a autores con un cierto poder académico que han de ser citados profusamente por los más jóvenes, si es que estos no quieren atenerse a las consecuencias de no hacerlo.

Estas conductas se han dado y, aunque se trate solo de una minoría quienes las practican, no cabe duda de que significan un quiebro respecto a la tradición anterior que era algo más caballeresca.

El sentimiento de insatisfacción por la utilización abusiva y torpe de determinados criterios bibliométricos  equivocados, está bastante extendido, y son muchos los investigadores que reclaman otra políticas de evaluación científica. Como muestra pueden leer  El precio de publicar a cualquier coste, aparecido en septiembre de 2013 en el Boletín de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, (SEBBM); o El fracaso de la investigación, también de 2013 en EL PAÍS, del ingeniero agrónomo y catedrático Alonso Rodríguez Navarro, el cual fue, en su día Secretario de la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora, (CNEAI). (Ver Nota 2).



El mono numérico. (De la página personal de A. Córdoba )
























Finalizamos volviendo a la actividad poética de Antonio Córdoba. Los poemas que incluye en su página personal muestran un alto grado de ingenio, gusto y soltura poética. Algunos como Publicar o perecer y Vanitas, vanitatis, están también, como Índice de Impacto, dedicados a los usos y abusos de la bibliometría entre los investigadores. La gran mayoría están dedicados, (como no), a las matemáticas, de entre los que destacaría Botella de Klein y La vida es un número. Finalmente hay una pequeña maravilla gastronómica y festiva que es Olla gitana que, creo, no deberían dejar de leer.


Notas y enlaces

1. En Wikipedia se puede conocer las biografías de Eugene Garfield y de Derek J. de la Solla Price. En cuanto al primero, en la página web www.eugenegarfield.org, se puede acceder a buena parte de sus publicaciones, de las que aquí enlazamos al pionero Citation Indexes for Science, publicado en 1955 en la Revista Science, y a The history and Meaning of the Journal Impact Factor publicado en el Journal of the American Medical Association en 2006.
En cuanto a Price, hay que mencionar también su importante papel como historiador de la ciencia. Enlazamos aquí a Networks of Scientific papers, artículo publicado en 1965 en la revista Science y a la reseña de su libro Little Science, Big Science de 1963, que se realizó en 1983 en Current Contents.
2. En la página personal de Antonio Córdoba, se puede acceder a todas sus publicaciones científicas, resúmenes de libros, ensayos y, como hemos indicado, a sus poemas que aparecen en una pestaña con el curioso epígrafe de Tontetos, y ripiolemas. Resultan muy sugestivos sus ensayos, algunos de ellos biográficos e históricos sobre las matemáticas en España. Ver, por ejemplo, el interesantísimo y vivaz Un matemático en la transición.
 3. Alonso Rodríguez Navarro es coautor, junto a Juan Imperial, del libro . Índice h. Guía para la evaluación de la investigación española en ciencia y tecnología utilizando el índice h, nº 33 de la colección madrimasd.



Botella de Klein

El círculo más vicioso
y la recta más coqueta,
se enrollaron en un tubo,
embrión de la botella.

Compactos, sin penetrarse, 
en una dimensión extra,
confunden a quien pretenda 
estar dentro, o quedar fuera. 




Banda de Möbius 
benedettina

Es obvio que ando escaso de dinero
y nadie en este barrio me conoce.
Transparente resulto a las miradas, 
de las bellas que pasan junto a mí.

Pero ven, deja que te muestre,
mira y verás:

Si cortamos una cinta bien larga,
y pegamos sus bordes con cuidado,
surgirá un mundo de solo una cara,
donde, alegres, vivir desorientados.



La Gran Conjetura

La gran conjetura,
la gran ambición:
El huevo es ovoide,
lo dijo Colón.
Rey Pastor lo creía,
seis libros llenó.
Empero la prueba
nunca se encontró.
Mas luego Ancochea
y también Santaló
tuvieron la idea,
¡genial, de cajón!
Que ninguno de ellos
jamás publicó.




Análisis Armónico

Verde, verde esmeralda,
azul turquesa, azul ultramar,
índigo, violeta: 
síntesis de luz.
Ondas, vibraciones, trigonometría,
espirales, remolinos, puntos de fuga.
Venus de proporciones divinas.
Fuego que da la vida,
el calor y el color.
Amarillo, naranja,
rojo, carmín.





Saltador de altura

Perseguí un enigma,
le ofrecí mi tiempo.
Inventé estrategias
que llevose el viento.

Formulé preguntas,
coseché el silencio.
Inicié mil cuentas
que jamás luz vieron.

Se esfumó mi esfuerzo
en tan vano empeño:
ni obtuve la prueba,
ni el gran contraejemplo.

Lo que yo he buscado
se hallará muy lejos.




Publicar o perecer

Feliz surge la idea que nos lleva
Por la senda ingeniosa, 
que parece certera,
a la vera, muy cerca, 
de ese ansiado teorema.

Pero la esquiva verdad no nos deja,
escondida en su templo,
ni desnuda probarla,
ni tampoco falsarla
con sutil contraejemplo.

Y aunque la mente mil tretas produce,
ofreciendo al diablo el clásico pacto.
Pasa el tiempo, la ambición se reduce,
y otra derrota cedemos de facto:

Poseerla en cualquier traje típico
de una hipótesis clara y razonable,
que permita un saludo al respetable
en forma de artículo científico.



Rincón de Haikus

Así es la ola,
viajera con su grupo,
rompiendo sola.



Como una gota,
que a la luz divide,
cuando la toca.



Círculo amigo, 
vagando por tu centro,
vicioso sigo.




La vida es un número

Pitágoras pensó un mundo perfecto,
donde todo es número y racional.
Pero Hipaso encontró un grave defecto,
del cuadrado unidad la diagonal.

Desde entonces muchos irracionales,
irrumpen en las cuentas, por doquier.
Aunque identificarse entre los reales
es algo que siempre evitan hacer.

Arquímedes escribió el Arenario,
calculando de π sus decimales.
Y Lambert, geómetra visionario
de la Ilustración, con mañas geniales
logró que π y e salieran del armario.

Lo que hicieron con gran osadía, 
exhibiendo sus almas trascendentes, 
mostrando que el círculo no podía
ser cuadrado al compás de los presentes.

Cantor supo ordenar los racionales
en fila de uno, estricta formación.
Pero tratándose de irracionales
no cabe esperar tal numeración.

Cuando con ambos ojos bien cerrados
escoges al azar un valor real,
muy probable es que sea irracional. 
Más si lo haces con poca precaución,
será un gran enigma: ver si es o no.

Hay reales que puedes computar, 
leer sus cifras sin ningún titubeo.
Pero muchos no se dejan nombrar,
ya sea en griego, latín o arameo.

Hay computables que, en la intimidad,
lucen con cifras de curso legal,
practican virtud de ergodicidad 
dando una imagen decente y normal.

Pero en cuanto a π lanzas la cuestión:
Si en privado es normal o peculiar
y si a sus cifras puedes admirar,
ágil se irá sin dar contestación.

Del cosmos nuestra teoría final,
todas las fuerzas más la gravitación,
remite de nuevo a la idea inicial:
Porque si las cuerdas hay que entender,
sus ecuaciones habrá que resolver.

De modo que Pitágoras, en cierta proporción, 
pensando a su manera, también tenía razón.




El pavo enmucetado

Cuánto mejor no fuera ser prudente
mostrando a tanto necio indiferencia,
si en aras del progreso de la ciencia
traicionan como muerde la serpiente.

Cuánto hastía el mendaz incontinente,
ufano de su nombre y apariencia,
quien trocando ruindad en prepotencia,
ansía ser famoso entre la gente.

Habrá que mitigar el duro juicio
que merece el afán del mentiroso:
Académica cola reluciente,
engordando el currículum con vicio,
hincha el pavo real tan vanidoso
que en corral se desea presidente.




Graffiti (UAM)

Todas las mañanas cuando me levanto,
tengo las ideas más turbias que el barro.
Luego desayuno, me fumo un cigarro,
y ecuación que pillo la integro ipso-facto.





Geometria Descriptiva

Para musa tan esquiva,
un beso furtivo,
espiral, enroscado,
paralelo,
perpendicular.

En las horas más dulces 
navego tu cuerpo,
complejo, completo,
descubro un teorema,
hito del milenio,
ley fundamental.

Inmerso en tu seno,
cóncavo, convexo, 
demuestro un gran lema,
orfebre de ingenio,
en función maximal.

Osculo tus curvas,
misterios gozosos,
mientras fluye el poema,
tormenta e incendio,
vibrante y sensual.

Decaen las olas,
amainan los vientos,
mas brillan tus ojos
curvando el espacio,
viajeros del tiempo.
Teorías del todo,
materia del sueño,
teorema y poema,
idea genial.




Rap del mal colega

Tan mezquino, tan vil, tan vanidoso.
Tan traidor, tan artero, tan doloso.
Tan ruin, tan meapilas, tan baboso.
Tan tonto, tan imbécil, tan patoso.

Al engaño, al crimen, al acecho.
Al saqueo, al fraude, al cohecho.
Al pillaje, al hurto, al provecho.
Al insulto, al desaire, al despecho.

Nada siente, nada sabe, nada viere.
Nada inicia, nada acaba, nada fuere.
Nada piensa, nada crea, nada infiere.
Nada tiene, nada vale, nada adquiere.

Todo humo, todo cuento, todo absenta.
Todo negro, todo blanco, todo argenta.
Todo ataca, todo acosa, todo atenta.
Todo vale, todo insulto, todo afrenta.

Que odia, que adula, que tira-levita.
Que bulle, que conspira, que se agita.
Que miente, que emponzoña, que vomita.
Que copia, que te plagia y no te cita.




Vanitas vanitatis

Original jamás tuvo una idea,
Más presume de mil publicaciones
Repitiendo unas pocas opiniones
Que aburren a cualquiera que las lea.

Resolver los problemas no desea,
Sino seguir alzando sus opciones,
Con citas de un hatajo de bufones,
De pillar las prebendas de la aldea.

Trivialidad de tal naturaleza,
Hipótesis que mudan cada rato,
Teoremas de estúpida simpleza.

Si viendo tanto plagio sin recato
El gran Gauss levantara la cabeza,
En su sitio pondría al insensato




Académica socaliña

La Academia que dicen de la Ciencia,
pretende demostrar que Dios existe:
Evolución, Big Bang, a todo embiste
Salinas con osada incontinencia.

Tres Numerarios pierden la paciencia
ante ese Mago de genio tan triste:
Mezclar a Gödel con la chacha es chiste
que a todos ellos pone en evidencia.

Einstein, Penrose, Weyl, el universo,
se funden en alarde delirante
con Cristo y con San Juan: ¡La Biblia en verso!

El gran Groucho diría altisonante:
¿Academia?, tal vez, pero es perverso
que por ciencia la juzgues relevante.




Red Temática

Aunque muy parco en ideas
de la red fue campeón.
Hubiera o no hubiera teorema
creció y se multiplicó.




Romance del p-laplaciano
(Hispaníssima aequätio)

Con esa borrosa lógica
de un control bien rutinario,
prenden al p-laplaciano
acusado de plagiario.
En dura isla bornológica
del espacio más abstracto, 
confinan a ese villano, 
a ese perverso retracto.
Haciendo callar su voz,
antes que algún necio ufano
lo vuelva a sacar de armario
y se difunda veloz,
tan sañudo y sanguinario,
tan insidioso y malsano,
creando otro lema atroz
que el cerebro deje plano,
del doctor y del becario.




Olla gitana

Sofrito de tomate con cebolla
en manos de una guapa cocinera,
comienzo prodigioso de la olla:
azafrán, comino y yerbabuena.

Perfumando a bajocas, calabaza,
al humilde garbanzo y la patata,
con ese dulce toque de la pera,
en el fuego que todo lo recrea:
azafrán, comino y yerbabuena.

Armónica síntesis huertana,
que al espíritu se eleva.
Barroca sinfonía de sabores,
tras lengua y paladar,
al alma llega.

Y uno mira con ojos bien golosos
Las curvas de la guapa cocinera.








PASCUAL PLA Y BELTRÁN [15.908]

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Pascual Pla y Beltrán

Pascual José Pla y Beltrán (Ibi, 11 de noviembre de 1908 - Caracas, 24 de febrero de 1961) fue un poeta español.

De origen humilde y sin formación escolar, se trasladó con su familia a Alcoy en 1919 donde trabajó en las empresas textiles. En 1928 marchó a Valencia, donde encontraría el ambiente cultural e intelectual necesario para su formación autodidacta. Allí empieza, ya de mayor, a acudir a un colegio nocturno y se da a conocer a través de los medios de comunicación locales con breves poemas. Al año siguiente de llegar a Valencia publicó su primera obra, La cruz de los crisantemos, muy bien acogida en los círculos literarios de la capital del Turia.

Con el despertar del primer libro y su relativo éxito, se lanzó a crear una revista literaria, Murta, junto con Ramón Descalzo y Rafael Duyos Giorgeta, donde consigue que publiquen artículos y obra escritores de la talla de Luis Cernuda, Max Aub o Vicente Aleixandre. Proclamada la Segunda República, se afilió al Partido Comunista, integrándose en la Unión de Escritores y Artistas Proletarios. En el periodo republicano desarrolló una intensa labor poética muy vinculada a los procesos de represión contra los movimientos de izquierda

Declarada la Guerra Civil, su vinculación con los intelectuales antifascistas se incrementó, colaborando en publicaciones como El Mono Azul y Hora de España, entre otras. Participó activamente en el II Congreso de Escritores celebrado en Valencia en 1937 y convocado por la Alianza Internacional de Intelectuales Antifascistas. Allí conoció y entabló amistad con Nicolás Guillén, Josep Renau, Vicente Huidobro y Bertolt Brecht, y disputó con Fernando de los Ríos el papel de la Unión Soviética en la formación de la izquierda, justo poco después de que Pla y Beltrán publicara sus alabanzas al régimen soviético en su poema, Salud, Moscú.

Aunque pudo, no se marchó al finalizar la guerra civil y fue preso y encarcelado por el régimen franquista. Condenado a muerte, la pena fue conmutada y salió de prisión en 1946. Permaneció en España hasta 1955, tiempo en el cual su obra se publicó bajo seudónimo y circuló de manera clandestina. Finalmente consiguió salir de España y se estableció en Santo Domingo, para poco después marchar a Venezuela donde vivió hasta su muerte.

De su obra destacan La cruz de los crisantemos, Huso de eternidad, Epopeya de sangre, Hogueras en el sur, Camarada. Poema del amor y la angustia, Antología de poesía revolucionaria y Poesía.




YUNQUE: ALBA

100.000 voltios rodados de poleas
más ágiles. 
Que la luz, la impaciencia, la imagen
y el retorno. 
Mediodía de grúas encendidas de grillos. 
Fuego de hierro y fragua. 
Yunque en constelaciones de martillos
sin sueño. 
Bajo el brazo tendido de músculos 
y de puras distancias. 
Entre mares de hulla se consumen 
los cerebros más vivos. 
En la niebla, la niebla que confunde 
la ruta de los astros sin cielo. 
Con el mudo cansancio de estos hombres 
de cobre. 

Ilumina el sol lunas en los espejos
de los hornos. 
Roja lumbre se agita en las poleas 
impacientes. 
Y el canto sin gracia de los obreros 
con voluntad de bayonetas. 

Abecedario ardido en las esquinas 
de los yunques calcinados de hierro. 
Humo oxidado en las espadañas de 
los crepúsculos. 
El cansancio olvidado de la vida de 
los obreros se despereza sobre la playa 
de los siglos. 

¡Hierro, martillo y yunque! 
¡Hombre, trabajo y alba!





Nota –El poema “Enemigo” del poeta comunista español Pascual Pla y Beltrán (1908-1966) fue publicado originalmente en su libro “Narja”. Poemas Proletarios” (1932), primer libro de poesía proletaria-revolucionaria en España. El libro se iniciaba con la siguiente dedicatoria: “A los camaradas que perdieron la voz y el ritmo en las luchas revolucionarias de Sevilla; a los auténticos revolucionarios: a todos los comunistas del mundo, estos versos de mi tercera parábola”. Ha sido tomado de “Pascual Pla y Beltrán. Antología Poética (1930-1961”). Excmo. Ayuntamiento de Valencia, Valencia 1985, págs. 101-102. La transcripción es de Gran Marcha Hacia el Comunismo.


ENEMIGO

Muerto de aliento y voz. Cuando la tierra
Florezca de clarines bolcheviques,
Vivo y presente, empezarás tu huida.

Serán siete navajas tus instintos.
Vistiendo negra blusa y con tu máuser,
Clavarás proyectiles de odio negro.

Rojos soldados te buscarán las huellas.
Te darán banderines de trabajo,
Para ganar tu pan honradamente.

Pero tú, buen burgués, serás la causa
De tu misma derrota. Por tu mal,
Morderás las ideas mencheviques.

Y un día todo rojo de venganzas,
Bajo el fusil del pueblo, ametrallado
Te desharás en sangre sobre tierra





Nota – El poema que reproducimos “Buque y Revolución” de Pascual Pla y Beltrán fue publicado originalmente en el libro “Narja”. Poemas Proletarios” (1932), primer libro de poesía proletaria-revolucionaria en España. El libro se iniciaba con la siguiente dedicatoria: “A los camaradas que perdieron la voz y el ritmo en las luchas revolucionarias de Sevilla; a los auténticos revolucionarios: a todos los comunistas del mundo, estos versos de mi tercera parábola”. Ha sido tomado de “Pascual Pla y Beltrán. Antología Poética (1930-1961”). Excmo. Ayuntamiento de Valencia, Valencia 1985, págs. 111-1121. La transcripción es de Gran Marcha Hacia el Comunismo.



BUQUE Y REVOLUCIÓN

En la hoguera incendiaria del último crepúsculo
Flamearon de indignación los pechos marineros.
Un cablegrama no esperado dio la noticia exacta:
-Revolución social planeta tierra.

Tembló el buque.
Brazos de fogoneros, altos y fuertes,
subieron por el espacio arriba.
Negras camisas, de suciedad, fueron
rojas antorchas que incendiaron la tarde.
Llamearon banderas proletarias al viento.
La tripulación, ebria ya de justicia,
empezó su combate.

Toda la sal del mar
Se avivó en un esfuerzo de venganza.
Olas como ciudades
Se quebraron de gozo contra el buque,
avivando
La sed implacable
De la marinería.
Una voz tronó al aire:
-¡Ese fusil! ¡Arriba! ¡Hay que
matar a ese cabrón del cocinero!…

Y nada más:
El capitán, péndulo del reloj de la justicia,
Colgado estaba ya del palo más alto
de la tarde.





Nota – Poema publicado originalmente en la revista zaragozana Noroeste, número 2, invierno de 1933, y posteriormente dentro del cuarto libro poético de Pascual Pla y Beltrán titulado Epopeyas de Sangre (1933) con el título Saludo a los poetas últimamente adheridos a la revolución. Ha sido tomado de Pascual Pla y Beltrán. Antología Poética (1930-1961). Excmo. Ayuntamiento de Valencia, Valencia 1985, pág. 131. La transcripción es de Gran Marcha Hacia el Comunismo. Marzo 2013.



SOBRE EL PECHO UNA ESTRELLA

¡Aprieta!
¡Que nuestro grito
reviente el corazón del espacio!
¡Nuestra bandera será roja como el esfuerzo de los jóvenes,
y sobre el pecho nos nacerá una estrella de cinco puntas!
¡Que caracolee impetuoso el potro de la vida
bebiendo el verde pan de las llanuras
y clavando recios relinchos en el vientre rodado de la tierra!
¡Levantemos nuestra palabra hasta la hoguera de lo ignoto!
¡Lavémonos en el río de la sangre que se avecina!
¡Que nuestros versos sean
ágiles bayonetas en las manos pesadas de los obreros del Universo!
¡Encendamos en la antorcha de Lenin
el ímpetu del proletariado!
¡Que la revolución sea el principio de nuestra meta!
¡Basta ya de pamemas!
¡Levantemos una muralla que nos divida del pasado!
¡Que nuestras voces rojas iluminen de chimeneas el Universo!





Nota – El poema “Homenaje a los caídos en la lucha” de Pascual Pla y Beltrán fue publicado originalmente en 1935 en el libro Hogueras en el Sur y ha sido tomado de Pascual Pla y Beltrán. Antología Poética (1930-1961), Excmo. Ayuntamiento de Valencia, Valencia 1985, págs. 149-150, habiendo sido transcrito para nuestro blog.



HOMENAJE A LOS CAÍDOS EN LA LUCHA 

Vosotros,
¡los que ni el dolor ni las balas pudieron dominaros!
Vosotros,
¡los que encendisteis con vuestro ardor la roja pólvora que alzaba el odio,
los que luchásteis hasta doblar la muerte,
hasta regar la tierra con el milagro de vuestra sangre!

Vosotros,
¡los hermanos de Asturias y Cataluña!
Vosotros,
¡camaradas que alzásteis más allá del espacio la bandera de la Unión de Repúblicas Socialistas
de Iberia,
que os batísteis hasta apagar la llama que ardía en vuestros ojos,
hasta quedar pegados a la tierra por la cual derramásteis vuestra sangre!

Vosotros, camaradas,
vosotros,
¡los que os alzásteis en las aldeas del hambre y la injusticia,
quemando las iglesias,
derribando con vuestros puños el poder omnipotente de la usura;
los que os alzásteis en las minas,
gritando vuestra libertad hasta partir el cielo,
hasta asordar al mundo con vuestro grito;
los que os alzásteis en las ciudades
levantando las barricadas de la Revolución!

Vosotros,
¡los sorprendidos por el sueño insondable,
los que avanzásteis con paso firme hasta aplastar al enemigo,
los que al lado de un muro encontrasteis la muerte sin una lágrima de angustia!

Vosotros, camaradas,
¡vosotros sois vosotros!
¡Podréis estar doblados, pero nunca vencidos!
¿Me oís…?
¡Una voz de venganza ilumina la Tierra!

https://granmarchahaciaelcomunismo.wordpress.com/





Pla y Beltrán, (a la derecha de pie), en Caracas con Pablo Neruda.




Forzados 

He perdido la memoria en la marcha.
¿Tengo 1.000 años, 2.000, 3.000?...
El sol curva mi espalda hacia la tierra
Y mis manos, florecidas de picos,
ignoran el descanso.
El hambre de las estepas andaluzas
se me metió en los huesos.
Soy el forzado de las marchas.
Con mi sangre se iluminan los ocasos
más rojos.

¡He de escupir!
¡He de CAGARME EN DIOS cuando los
gallos de la aurora den boletines
de trabajo!
Que no me exploten más. ¡Que no
me exploten!

He de avivar hogueras de infinitos
con los campos y las ciudades.
¡En sus llamas de cielos
He de quemar a Dios!

Que me dejen tranquilo.

Soy el forzado de las marchas
¿Tengo 1.000 años, 2.000, 3.000...?

(del poemario Narja, 1932)




Los niños de España cantan la gloria de Lenin

¿Qué canta en la mañana
esa rueda infantil?
Canta
la gloria de Lenín:
"Lenín murió en Enero.
Lenín nación en abril.
Abril se adorna con rosas
y Enero se viste de gris"
España cruje de balas.
Se alza la guerra civil.
Cantan los niños a coro
por la gloria de Lenín:
"Vivió vida pobre.
Vistió traje gris.
Alcemos el nombre,
¡el nombre de Lenín!
Entre el hielo y la luna
crece el perejil.
Los niños hambrientos
siguen su plañir:
"A la rosa, rosa,
la rosa de abril.
¡Enero, no; Enero
nos llevó a Lenín!"
Sobre un campo negro,
jinetes de cinc.
Los niños sin sueño
piensan en abril:
"¡Enero, no; Enero
se llevó a Lenín!"

(del poemario Poemas de la Guerra Civil) 








JOAN BENEJAM Y VIVES [15.910]

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Joan Benejam y Vives 

(Ciutadella, Menorca 1846-1922)
Joan Benejam nació en Ciutadella el 27 de marzo de 1846. Era el hijo mayor del marinero Juan Benejam Mesquida y de María Vives Pozo.

Fue hasta los dieciséis años, en el colegio público que había en las dependencias municipales del claustro del Socorro, donde había también el Seminario. Tuvo como maestro José Moll.

El 1862 marchó a Barcelona para estudiar Magisterio, gracias a la ayuda económica de dos tías suyas. Una vez allí, vivió en casa de Nicolás Flores Mauri, un progresista amigo y pariente de su padre.

Sacó el título de Maestro en 1866.

Como maestro, trabajó en Blanes (Maresme, Barcelona), pero en 1869 sus padres lo llamaron porque en Ciutadella había quedado vacante la plaza de maestro.

Cuando volvió a Ciutadella no sacó el concurso para ocupar la plaza de maestro de la Escuela Pública del Seminario, y en 1869 fundó la Escuela Ciudadelana, una escuela privada.

En 1873 sacó la plaza de maestro de la escuela pública.

Ejerció de maestro y, aparte de dirigir su escuela, atendió la escuela de adultos. Hizo numerosos viajes para asistir a congresos o para hacer conferencias.

Dedicó su vida a múltiples actividades (pedagogía, prensa, lengua y literatura) encaminadas a instruir a la gente del país. Elaboró ​​mucho material pedagógico, promovió revistas y publicaciones, elaboró ​​un Vocabulario menorquín-castellano (1885), etc. Por este motivo, la extensión de su labor contrasta con la brevedad de su obra propiamente literaria, que se circunscribe al círculo exclusivamente local y se enmarca en la corriente costumbrista.

En 1912 marchó a Cuba, en La Habana, donde tenía dos hijos, pero añoraba Ciutadella y en 1914 volvió.

Fue concejal del Ayuntamiento de Ciutadella desde 1917 hasta que se murió, en 1922.

Aportación bibliográfica de Joan Benejam sobre educación

La alegría de la escuela (1899). Imprenta y Librería de S. Fábregues. Ciudadela.
REVISTAS EDITADAS POR JUAN BENEJAM Y PUBLICADAS POR LA IMPRENTA Y LIBRERÍA DE S. FÀBREGUES DE CIUTADELLA
La Enseñanza Racional (julio de 1888)
El Buen Amigo (enero de 1900 - diciembre de 1904)
La Escuela y el Hogar (octubre de 1906 - septiembre de 1910)
Alma de Maestro (enero de 1915 - diciembre de 1916)
Artículos en la revista Magisterio Balear. Palma




POR QUÉ SOPLA EL VIENTO

Quiero explicarte una cosa:
¿sabes por qué sopla el viento, 
y alza en blando movimiento
recio oleaje en el mar? 
Madre, también me lo dijo
el maestro el otro día; 
yo la causa no sabía, 
mas hoy la puedo explicar. 
El calor, dice el maestro, 
todos los cuerpos dilata, 
y el viento que se desata
es efecto del calor. 
El aire, así dilatado, 
mueve otras capas, y en breve
el airecillo más leve 
es huracán destructor. 
Calienta el Sol a la Tierra, 
y el aire en contacto asciende, 

porque calentado, tiende
constantemente a subir
Entonces deja un vacío 
que otra masa va ocupando, 
nueva corriente formando, 
viento que empieza a cundir. 
Refresca al aire una nube, 
y comienza su descenso; 
porque, haciéndose más denso, 
mal se puede sostener. 
¿Comprendes, madre? El vacío
llena otra masa al momento, 
y este mismo movimiento 
vuelve el aire a conmover. 
Hay en las altas regiones 
rudos combates, no en vago, 
que hacen cundir el estrago, 
la ruina y desolación. 
¡De cuán terribles efectos
el viento va acompañado, 
cuando sopla huracanado
o en la forma de ciclón! 
Mas oye: ese mismo viento
arranca lluvia indolente, 
barre también el ambiente
de algún miasma fatal; 
y purifica la atmósfera, 
por mil causas corrompida…
junto a la muerte, la vida; 
el bien, a trueque del mal.





LA ELECTRICIDAD

Muchas veces has oído
hablar de electricidad. 
¿Qué sabes tú de este fluido
maravilloso, en verdad? 
Es una fuerza esparcida 
que vaga en el mundo incierta; 
mansa, muy mansa dormida, 
y aterradora despierta. 
Es materia muy sutil, 
que se junta y enrarece, 
produciendo efectos mil 
cuando en un punto aparece. 
Tal es la electricidad, 
que por todas partes cunde, 
la que con velocidad 
más que la luz se difunde. 
Contrarias fuerzas motiva, 
según cómo se presenta; 
positiva o negativa, 
ya apacible, ya violenta. 
Las fuerzas de un mismo nombre 
a su encuentro se rechazan; 
las contrarias, no te asombre, 
estrechamente se abrazan. 
Y de este abrazo resulta
misteriosa conmoción, 
fuerza terrible, que oculta, 
se desarrolla a su acción. 
Mas este potente fluido
hoy lo maneja cualquiera, 
pues el hombre ha conseguido
domesticar esta fiera. 
Hoy se aplica... a cualquier cosa, 
madre, la electricidad; 
los focos de luz copiosa
que iluminan la ciudad. 
Transmisión del pensamiento
y de la palabra humana...
iQuién sabe el feliz portento
que le ha de caber mañana! 
Se aplica a locomoción, 
y a tantas cosas se aplica, 
que su provechosa acción 
el progreso vivifica. 
Mas en fiera libertad
en la atmósfera, es de ver
aquel terrible poder
que tiene electricidad.

***

Mi amigo Jesús, duro arqueólogo postprocesual él, nos suele repetir con gracia y con frecuencia aquello de “¡pero qué neokantianos que sois!”. No voy a negar, no, que por mis venas corren cada vez más gotas de sangre positivista. Y por lo que compruebo día a día, la enfermedad está infectándome hasta los gustos más terriblemente subjetivos, como la poesía.



Hubo un tiempo, que tuvo su inspiración en la racionalidad de la Ilustración y que fue poco a poco declinando con los primeros brotes de paranoia anticientífica, en que los poetas escribían con mucho gusto odas a la penicilina, sonetos didácticos al ferrocarril, extensos poemas épicos de espíritu y letra lucrecianos y hasta ecuaciones de segundo grado que rimaban en consonante. Todas, magníficas expresiones de optimismo en la capacidad casi ilimitada del ser humano y al mismo tiempo de crítica a los misticismos varios que acechaban el feliz avance del progreso.

No negaré que mucho de ese optimismo acrítico del positivismo decimonónico era ingenuo y un pelín exagerado. Pero estos días, leyendo una divertidísima antología de poesía científica española del siglo XIX (publicada por Nivola en 2008), me he convencido de que haríamos muy bien en recuperar aquel honesto y recto espíritu de época. ¡Me haría tanta ilusión una oda a la doble hélice o un romance del hipertexto!

Comentado por Nacho Segurado.


HERNÁN LUIS ANAYA ARCE [15.911] Poeta de Perú

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HERNÁN LUIS ANAYA ARCE 

(Nació en Chancay, Perú, el 29 de enero de 1968) Sus estudios primarios y secundarios los realizó en su tierra natal. Escribe poemas desde que era un adolescente, algunos poemas suyos han sido publicados en varios blogs y foros ecológicos de poesía y  revistas dentro de la región suficientes  para que el gran pintor surrealista mágico del Perú; Miguel Brenner pintara varios cuadros de colección, inspirados en sus poemas. Razón mas que suficiente para tener muy en cuenta sus producciones poéticas. Actualmente es presidente de la Sociedad de Poetas y Narradores de la Región Lima-filial Chancay y pertenece a las asociaciones de Huaral y Chancay. 




Desde Chancay, el norte chico del Perú, una tierra que conserva un castillo entre su calles, una tierra con una hermosa vista del mar, gente adorable, agradable, con historias de fantasmas, con los famosos bizcochos Chancay y sobretodo con su hermosa historia. Nos ofrece a este poeta, animoso, constante, quien nos deja unos poemas suyos, para el deleite y lectura de todos.



LOS HUESOS DEPRIMIDOS (2012)

Los huesos deprimidos salen de su eterno descanso
Para recorrer sus pasos por las calles de su juventud
Pero entre la multitud ya no habrá su generación
Y se sentirá ajeno en esta tierra de vida miserable.

Y sentado sobre una piedra cava que no tiene alma
Enturbiara su mente de nostalgia abierta
Meditara de esta ciudad fantasma adonde regreso
Y vera el cielo azul extenderse hacia el infinito.

¡Qué paso se preguntara! de este mundo moderno
Donde la gente hurga, la necedad en el rostro ajeno
Y ver a los descarnados hombres de corbata fina
Danzando en el egoísmo ruin de esta historia sin fin.

¡Cuánta pobreza! el dolor me azota hasta el tuétano
Ver al pueblo con corazones horadados por fusiles
Y su voz de protesta silenciados en la horca del fuerte
¿Dónde está la libertad de la raza que clama justicia?

Y con el pretexto de una nación grande para los tuyos
Te despoja de tu fuerza y consume tus pulmones
Para seguir escribiendo la página negra de la historia
Para seguir escudándose en la constitución de pocos.

¡Que le espera a la juventud! mirando hacia el horizonte
Mientras el político duerme en tus sienes en tus penas
Y se levanta pensando en robarte tu humildad,
Cuando tú sueñas cual será la patria del mañana.

De donde vengo no hay fronteras ni cantar de himnos
Ni batallones que ondean banderas conquistadas
No existen ricos ni pobres, ni bolsillos de doble fondo
¡Ay de mí! Nadie escucha el clamor de una calavera.

No tengo piel donde se adhiera la injusticia social
Ni olfato donde se respira la pérfida inmundicia
Pero puedo ver la agonía existencial de los hombres
Una juventud que se agita en protestas y pancartas.

Ni siquiera tengo sombra, pero puedo escarbar la tierra
Que entrego su piedad para guardar siglos de calaveras
Y que no saquean nuestros derechos ni oprimen sin piedad
Como los que acallaron la voz de la verdad y la libertad.

¡Hoy triste partiré! ya que no hay mañana para mí
Un lejano refugio me espera ahí no hay hombres de polvo
Ni siglos de lucha por liberar la dignidad secuestrada
Solo lecho de luz donde descansan los huesos deprimidos.



MELODÍAS URBANAS (2012)

Hoy la ciudad cosmopolita crece y se agiganta
Como si fuera monumento de piedra literal
Donde encierra el fragor y el humor de la trulla
Confundidos, como paladines de mil batallas.

Sus calles frías, llenas de conciencias trogloditas….
Ambulantes, políticos y fanáticos usureros,
Que le importan la pobreza de su pueblo, su raza
Ni la herida desprendida ni la piel abierta.

Los faroles en la esquina ya no alumbran más
El mendigo sucio y harapiento se acurruca,
Buscando calor en la figura de un viejo lienzo
Sin importarle la limosna ni la caridad mediocre.

El pobre, ya no llora por imaginar su pobreza
Sonríe y se consuela en el talento de un artista,
Un tenor en la calle desierta, un pintor o un poeta
La sociedad danza en las mismas melodías urbanas.

Y en la noche, hasta la luna llena parece eclipsar
Murmullo de voces, de pobres y ricos se confunden
Buscando refugio en el trigal y en el aroma del pan
La sociedad danza en las mismas melodías urbanas.




LA HUMILDAD FLORECE (2009)

Hoy el viento esta triste y furioso
Golpea una y otras hojas,
De aquel huerto de rosas rojas
Sin motivo, es el corazón vanidoso.

Y así aquellas hojas se desprenden
Y van rodando por el suelo
En ella la humildad color cielo
Se entierran y se pierden.

Pero la naturaleza es una cadena
Que todo vuelve a renacer,
Mas la maldad se condena.

Y aunque el tallo tenga espina
En ella algo tiene que florecer,
Porque la bondad es divina.




EL PINTOR Y EL MAR (2012)

Soy el pintor y el mar, de sueños y castillos
De tardes perfumadas con libertad,
Que atrapan la brisa y el vuelo de gaviotas,
Que van volando por los intensos mares
Vestidos de colores, ilusiones y deseos.

Nací entre los trazos matinales del sol
Con la fuerza incesante del océano pacifico
La arena, las olas y el tiempo forjaron en mí
Y marcaron paso a paso mi niñez, mi juventud.
Extendido entre el sonido matinal de violines.

Hoy, los pinceles del deseo recorren excitados,
Entre colores vivos el universo de mi mente,
Y a la par mis manos, emprender el vuelo libre
Entre turgentes y místicas figuras mágicas
Hasta quedar plasmados en un lienzo.

Soy el pintor y el mar, de fronteras infinitos
Chancay, hoy me bañe en tus aguas espumosas
Y en el atardecer donde solo existe el silencio
Pinte tu horizonte preñada, de mares y terrazas
Y las leyes ancestrales de esta tierra bendita.




LIBRE QUIERE SER (2010) 

El ave que está en una jaula
Sin semblante y sin su canto
Con el sentimiento vestido a rayas
Tiene el sueño y la mirada profunda
En los ríos, puquios y manantiales
Libre quiere ser……………

Como aspira recuperar su libertad
Y con sus alas explorar su destino
Cantando himnos de alborada
Al son del gorgojar de los pájaros
Por bosques, montañas y quebradas
Libre quiere ser……………

Al soltarlo, un aliciente futuro vera
Al volar, buscara su prole su habitad
Y al infinito cielo se perderá
Un día regresara, pero no solo
Una bandada de aves en escala
Como eslabones lo acompañaran.

Regresara por gratitud……..
Regresara por cariño………
Y dando gracias por su libertad
Se marchara, y a lo lejos
Formara un hogar, no en una jaula
En un gran nido que siempre soñó.




MUSAS CHANCAYANAS (2011)

Hoy las gaviotas presumidas surcan los cielos
Adornando con su vuelo el puerto de chancay
Los chorritos de sus playas, chorrillos y la viña
En este verano de enero de intensa azurita.

Villa de Arnedo, cálida ciudad histórica
Naciste entre cristalinas aguas del mar azul
Que reflejan la pluralidad de tu flora marina
Como reflejan la belleza de sus mujeres.

Oh, musas Chancayanas de belleza sin igual
Solo las olas espumosas pueden acariciarte
Hasta embriagarse en tus virginales turgencias
Y sentir tus formas como estrellas de mar.

Oh, musas Chancayanas de belleza sin igual
Hasta Zeus sueña cincelar tu aurora en un coral
Y plasmar tu esbelta figura con riquezas del mar
En coloridas acuarelas como vírgenes del sol.

Chancayana, mujer de ancestral hermosura
Muestra tu encanto al canto de una sirena
En las orillas del mar donde posa el atardecer
Al compás de la brisa y al son de una guitarra.




EL RÍO (1983)

Llora siempre el río......
Porque buscando está su destino,
Aunque se sienta cristalino
Su cauce es muy frío.

Llora siempre el río......
Porque el camino es muy largo,
Y en sus aguas una gota amargo
Avanza sin desafío.

Llora siempre el río......
Porque se ve hecho una lágrima
Y caer quisiera desde la cima.

Llora siempre el río......
Porque recorre todos los lugares,
Y parar quisiera como los mares.




PISCO Y HAITÍ (2010)

Hoy en los confines del mundo algo sucede
Como si el aire que respiramos, tratara de
Hacernos oler, la sangre pintado de clamores
Y sentir el hierro de reyes partirse en dos.

Hoy el león dormido ya despertó y rugió
Hizo estremecer la tierra, sus cimientos.
Y el dolor es tan grande como los continentes
Y desolador como la inmensidad del mar.

Hoy las raíces profundas parecen marchitar
Y el eco de las voces a gemir lentamente
OH... naturaleza indolente, no eres de DIOS
Ni de la tierra de Pisco ni de Haití.

Hoy la mano del hermano no señala más
Ni correrán por sus venas las leyes de la vida
Y en el infinito las estrellas estarán de luto
Y hasta ADAN tendrá el corazón partido.

Hoy los ojos del hermano ya no verán más
Ni siquiera la espada en la mano....
Ni el fragor del hierro al rojo vivo....
De la generación que corrió a salvarlo.




MADRE, POR AQUEL SENDERO
LLEGARÉ A TU TUMBA (2013)

Hoy, caminare por aquel sendero largo
Que un día dibujaste en mi infancia,
Y se abrirá mi mente en nostalgia y melancolía
Y la rebeldía que tanto daño te hizo….
¡Madre! aun recuerdo postrado ante tu lecho
Tus caricias como mariposas suaves
Y tus manos como pétalos de rosa
Mientras yo buscaba tu mirada fija
Me decías ¡hijo con tus manos dame de beber!
¡Hijo, el amor de madre nunca se acaba!
Casi al mismo tiempo, gotas de agua
Corrían entre sus hermosos labios….
Casi ya la medianoche de triste agonía
¡Sus ojitos de cielo parecían dormirse!
Su aura, se fue con el viento de febrero
Tan suave como el vuelo de un ave,
¡Madre, no te marches de mi lado!
Musitando suavemente al oído, me dijo
No me he ido, ni te dejare jamás……
Tú eres mi poesía, el niño amado
¡Ahora yo viviré en tu corazón de hijo!
¡Madre! ¡Madre! Porque estas dormida
Porque no contestas mis suplicas………
Te has marchado para siempre
Hoy, caminare por aquel sendero largo
Recordando madre, el día de tu partida
Y lo que forjaste en mí, la hombría….
La humildad, la nobleza y dulzura
Extraño tus sabios concejos, tu silueta
Tus brazos cuando solía acurrucarme
Y a veces en tu regazo me dormía
¡Madre por un momento soy niño!
Vivo en tus entrañas y en tu pecho
Y hoy que no te tengo presente
Sé que tu recuerdo sigue latente
Por que vives en mi corazón y en mi mente
Y hoy en mayo, triste y acongojado
Llegue a tu tumba con un ramo de flores
Y con el corazón descalzo, te suplico
Ilumines mi camino de regreso………….




PERIGEO LUNAR DE MAYO (2012)

Luna misteriosa de Sócrates y Platón
Hoy cinco de mayo estas tan cerca de mi
Tan cerca a la tierra donde existo….
Para mostrarme el alba de tu belleza.

Lucero de la noche, con alma de cristal
Emerges solitaria entre las galaxias
Y de los cielos que quisieron conquistar
Los hijos mitológicos de Gea y Urano.

Luna misteriosa de Borges y García Lorca
Eres el átomo con sus pequeños electrones
Que habita en el núcleo de océanos celestes
Para irradiar la luz y rociar el polen de la vida.

Eres musa de inspiración de poetas y pintores
Vives en los poemas y en los cuadros de Brenner.
Tu ya existías cuando las aguas del edén
Vertían por los jardines del primer hombre.

Hoy, mis ojos se agrandan maravillados
Enervando mis venas y mi filosofía de poeta
Y puedo ver en tu cuerpo y alma, el reflejo....
Del ártico hasta los desiertos de Australia.

Encandilas a los visitantes de otras galaxias
Al habitante de Marte, al Venusiano
Y a las ninfas viajeras de Ganimedes
Que vienen a ver tu extenso mar brillante.

Hasta Neil Armstrong susurro en tu suelo
"Es un pequeño paso para el hombre,
Pero un gran salto para la humanidad"
Thas's one small for man, one giant leap for mankind.

Luna de atardeceres, luna de medianoche
Hoy las olas del mar se agitan y se extasían
En tu naturaleza de hembra pura,
Al ver tu desnudez de argentado resplandor.

Luna de mayo hoy estas tan cerca de mi
Tan cerca a la tierra donde existo,
Cerca de las flores que nacen en las montañas
De los manantiales y ríos donde reflejas tu piel.

Mi mirada, te atrapa con cielo y con estrellas
Y puedo imaginarte en la palma de mis manos
Acariciar tu silueta con el pulgar de mi mente
Pero no seré eterno me iré bajo tu luz de luna llena.




ARMANDO ROJAS ADRIANZEN [15.912] Poeta de Perú

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Armando Rojas Adrianzen 

Nació en 1945 en el poblado andino de Huancabamba, departamento de Piura, en el norte del Perú. Como su compatriota César Vallejo, con quien no es indigno de compartir una página, murió en París. El cáncer acabó con él el 27 de junio de 1986, en el famoso hospital de La Salpetrière. Rojas se había enterado de su enfermedad un mes antes; aún no cumplía 41 años.

Se dice que los hombres nacidos en la sierra, como las montañas que se ven desde un valle, tienen siempre una cara oculta. Rojas, discreto y reservado, honraba esta unívoca taxonomía geográfica, pero también prodigaba su persona en la variada amistad y en los amores tumultuosos. Fue ante todo un poeta y no le bastó una sola vida para ser todos los hombres que había en él.

A mediados de los años setenta se fue del Perú. Dejaba todo lo que alguien puede dejar tras de sí: mujer, hijos, amigos, familia, un renombre incipiente y un empleo. Había renunciado a una cátedra de literatura en la Universidad de San Marcos en Lima para probar fortuna en París. Llevaba consigo un fajo de poemas y una completa experiencia editorial adquirida en varios años de publicar revistas literarias. Era todo lo que necesitaba para emprender, sin saberlo, el tramo final de su destino.

No fue el destino proverbial de los latinoamericanos en Europa. En la idea platónica del latinoamericano, que tantos se empeñan en imitar en este mundo y sobre todo en el viejo, coexisten la pereza, la improvisación, el exotismo deliberado, la disipación elevada a la categoría de principio ético. Unos renglones sin cantidad y sin hechizo, estampados durante una noche feraz en páginas sucias de vino, leídos una y otra vez en todos los recitales y publicados sin variaciones en cuantas revistas editen los amigos, dan a su autor una indeleble reputación de poeta, que éste se encarga de refrendar, para mayor regocijo de los europeos, vistiendo jorongos y calzando huaraches en las fiestas. Rojas se complacía en desmentir este arquetipo. Trabajó calladamente, constantemente. En cada nuevo recital leyó poemas nuevos, siempre mejores. Y cuando por fin desistía de corregirlos, cuando ya temía que otra revisión pudiera malograrlos, se deshacía de ellos siguiendo un método tradicional: los recogía en un libro modesto y lo entregaba a unos cuantos lectores. También regalaba algo que ahora es más raro que sus libros: su tiempo. Muchos latinoamericanos y europeos, menos industriosos o menos altruistas, pusieron en circulación sus escritos gracias a la generosidad de Rojas. Desde 1978 hasta su muerte dirigió, editó e imprimió Altaforte, una revista singular y elegante que publicaba en París poesía y prosa en español y en francés con la traducción de cada texto al otro idioma. Como adlátere de esta publicación fundó en 1981 la colección Quipu, de cuadernos de poesía impresos a cuenta del autor y del paciente trabajo editorial de Rojas. Por lo demás, supo encontrarse algunos ratos libres, en los que practicó la sobriedad con el mismo rigor ascético que sus amigos consagraban a la borrachera. Y en las ocasiones especiales, por un sentido pueblerino de la ceremonia que algunos confundieron con esnobismo y que lo con­virtió en el más excéntrico de todos los latinoamericanos de exportación, Rojas usaba corbata y camisa limpia.

Casi todos los escritores dan por terminada su labor cuando ponen el punto final al manuscrito. De ahí en adelante su obra, que acaso vuelve a pasar fugazmente por sus manos en la revisión de galeras, ya no les pertenece. Editores, linotipistas, correctores, impresores, distribuidores y libreros median entre el autor y el lector. Módica deidad de un panteísmo editorial, Rojas fue todos sus intermediarios. Escribió los poemas, escogió la tipografía, corrigió las pruebas, imprimió los folios, distribuyó los ejemplares entre los lectores que conocía o deseaba y llegó a ser vendedor para completar el precio de la edición. Sus libros son una prueba luminosa de que la galaxia Gutenberg no habrá de eclipsarse mientras haya quien experimente el placer físico de la página impresa. Entre 1978 y 1979 Rojas fabricó dos volúmenes. S & Q recoge tres series de poemas, una por cada signo del título, escritos entre 1975 y 1978; los 200 ejemplares del libro tienen la forma de una cartera en cuyo interior hay cuatro docenas de billetes de cartón con un poema impreso en cada uno; los billetes vienen sueltos como naipes, de modo que el lector reacio a la numeración inscrita al pie de cada poema puede barajarlos a su gusto. Tras la breve luz del día tiene el tamaño de un misal y reúne 15 poemas con sus versiones francesas a contrapágina; está compuesto de siete pliegos de un papel rugoso y espeso, doblados en cuatro y meramente acomodados dentro de la carátula, sin costuras ni pegamento; un grabado en tinta negra escolta, sin ilustrarlo, el título de cada poema; el tiraje consta de sólo 12 ejemplares, impresos a mano por el autor y por el grabador Jacques Vernière. En 1983 Rojas publicó El sol en el espejo, con dos series de poemas que también aparecen al lado de su traducción al francés; el tiraje llegó esta vez a 500 ejemplares numerados; salvo por la litografía del peruano Leoncio Villanueva que adorna los primeros 80 de la serie, ninguna versatilidad tipográfica distingue a este sobrio volumen. Fue el último que completó Rojas. Fue asimismo el mejor. Es probable que el libro que pre­paraba cuando lo interrumpió la muerte, y que ostentaba el título de Gaviotas en el lienzo en dos manuscritos inconclusos, hubiera seguido este ejemplo. El hacedor de libros había alcanzado el equilibrio entre el esplendor sonoro de sus poemas y el eco visual que les daba la imprenta.

De un poeta que conquista la intimidad con el idioma suele decirse que encontró su voz. La expresión, temeraria para quien desconfía del valor estético de la originalidad, es un mero sinsentido en el universo de Armando Rojas. “Por experiencia —apuntó en 1982— sabemos que toda escritura recuerda los denodados esfuerzos de nuestros padres, que un hallazgo verbal trasluce actos cautelosos: un solo borrón cuenta y amenaza los vacíos en el horizonte, la página ya no está en blanco y escribir es volver siempre al comienzo, al alfabeto adánico”. En el Génesis se lee que la primera tarea del hombre consiste en dar un nombre propio a cada cosa. Las sagradas escrituras atribuyen así a la palabra un doble poder inaugural: la palabra hace de Adán un hombre verdadero y del Paraíso la morada del sentido. La poesía de Rojas quiere repetir o imitar este milagro. Encargado de recrear sin fin el mundo, el poeta desnuda el lenguaje de su memoria para devolverlo a su condición inicial. Los elementos y la conciencia (la naturaleza y el hombre) quedan despojados de todo atavío superfluo en el jardín ultraterrestre del poema. Esa nueva experiencia paradisiaca les devuelve el poder de hablar por sí mismos para decir sus nombres en un idioma vigoroso, ajeno a la sintaxis de la razón humana. Rojas, con sabia humildad, calla su voz para que escu­chemos en toda su pureza el canto de las cosas y el sonido elemental del habla.

Al igual que el inconsciente, el estado paradisiaco es prelógico, prerracional: de ahí que el intento de restituir en la poesía el lenguaje adánico tenga cierta afinidad con el surrealismo. Es lícito suponer que Rojas debe esta afinidad a una lectura atenta de Vallejo, a la que ningún poeta del Perú contemporáneo puede sustraerse, y a su frecuentación del otro César de la poesía peruana, el surrealista casi francés César Moro, a quien estudió y tradujo al español. La diferencia está en la manera de defender el poema de la acción corrosiva de la razón. El surrealismo predicó que la escritura automática derribaría las barreras de la censura y dejaría al poeta en libertad de escuchar los dictados del inconsciente; Rojas prefirió un camino más arduo, y ciertamente más atractivo, para oír y hacernos oír las voces del paraíso. Aplicado rigurosamente, el método automático de escribir elimina del texto los contenidos racionales, pero también tiende a corromper cualquier otro principio de orden. Para conjurar esta amenaza ya no de prosaísmo (pues la buena prosa tiene sus virtudes hasta en la poesía) sino de simple caos (pues el caos es intransferible) Rojas optó por conferir a sus poemas una forma deliberada y estricta: una forma racional para convocar en ella a los contenidos prerracionales. Capturado en un tejido de sutiles relaciones sonoras, como un pez vivo que se agita en la red del pescador, el paraíso no sólo comparece en el poema de Rojas, como comparece el inconsciente en el experimento surrealista; también dice, nos dice. En el principio fue la música, y por ella las palabras vinieron a significar.

Un proceso consumado, como ya es para siempre la vida de Rojas, el hombre, desata la inútil propensión del intelecto a interpretar todos los hechos que lo componen como una serie de causas y efectos que ineluctablemente habrían de conducir al desenlace conocido. En uno de sus versos, que ahora se antoja premonitorio, Rojas pronunció "una palabra en fin contra la muerte". En otro, escrito también hacia 1978, advirtió: "vivo este cuerpo con la certeza que el silencio ha de ser total". El examen intencionado de todos sus poemas permitiría, sin duda, multiplicar este melancólico ejercicio de retrospección. Baste recordar que Rojas, el poeta, quiso contrarrestar con el verbo la fragilidad de los hombres que lo propagan:

Canta en mí poesía 
Que al menos mis voces 
No queden rezagadas


NOTA: Álvaro Uribe



Quinteto

Ven al fin
De este sueño hay un bosque de cristal 
Siguiendo las colinas 
Se llega a su encuentro 
Blanco y pulido recuerda el vuelo 
De la quimera 
Todas las horas que de vuelo lleva 

Nada puede negar su clara existencia
Sin exigirse esplende 
Jóvenes ni dioses lo sustentan y es 
El apoyo de forzada utopía 
La que llevaran héroes y hombres 
En época augusta 

Nadie tampoco entregaría sus alas 
Sus joyas a cambio de un reflejo 
(Formas del ser que en siluetas reposa) 
Pero cuántos lucharon 
Proyectaron su vida al solo eco 
De la leyenda 

Igual nosotros damos cada día 
Cada palabra en las esferas 
Que mantienen y barajan al fondo 
Enardecida sangre tibio aliento 

Ven el mundo del ensueño 
Forja un hombre y sus alegorías 
Y cómo se concierta y entrevera 
Su duración bajo lo nuestro 
Pues todo lo que huyó de sus confines 
Nos viene de ellos como sol 
Y sustento.




Leyenda

Una extranjera a. mariyó a más datos 
De Hispania y 23 años y un par de luces bien puestas 
Id. 2 caracoles (donde oí donde bebí) y un campo 
De miel bajo los párpados 
(Temor tal vez disfuerzo) 
                                         Y 
                                              Un extranjero con pelos 
Y señales aunque fuera de forma 
Y en el trigésimo anni, etcétera. 
Amaron se perdieron en un puntito 
De París cuando bello 
                           —Rétenlos memoria— 
Y donde se podía ir en contra 
Por los más mínimos meandros “Patria religión et al.” 
Y proseguir después de todo 
Pasos de lince son en llano minado 
Fugitivos los dos se ampararon 
En soledad y silencio 
El suelo más exacto a su quimera 
De prisa (todavía en las colinas) libraron su vivir 
A despecho del cielo



Canta en mí

Canta en mí poesía 
Arranca de mi boca este silencio 
Y vayan mis voces como llamas 
Y vientos por el cielo 
Así nadie los oiga 
Porque el sonido es otro 
Que los hombres ya no sienten 

Todo suena dicen 
Sin embargo mi lengua sigue omisa 
Mis labios tercamente sellados 
En un instante el odio bajará 
Luego el amor 
Y mi corazón será un clavo ardiendo 
Qué harás tú poesía por ser menos 

Palabras hay 
De donde no hay alcanzan 
A aquel que no escucha 
Ni siquiera detiene su alma a oír como se dice 
Porque todo es tan falso 
Completamente separado el mundo de los cuerpos
De ahí que el tiempo pasa 
La vida pasa más precipitada 

Canta en mí poesía 
Que al menos mis voces 
No queden rezagadas



Desastre de los cuerpos

Vivo este cuerpo con la certeza que el silencio 
                                                [ha de ser total 
Todos los años sacudidos por una furiosa angustia 
                                               [vienen a decírmelo 
Ved pues lo vivido
Una cabeza dos manos cinco sentidos en pos del universo 
Astros rotos perdiéndose aquí y allá. 
Todo lo que una existencia fue quemando al precio de su
    designio 
Como si vivir fuera al embate de un futuro sádico y feraz 

Ved aquí mi cabeza 
La ligera luz de mis tobillos 
El cauce todavía visible de mis párpados 
Vedme aquí en un derrumbamiento de cenizas 
Para que otro viento más cruel 
Y despiadado me disperse 

Vida mía dorso que fue estrella 
Dios que eras humano al contacto de mi corazón
Tornen a ti los más puros elementos 
Y seas lo que mis labios en su mayor prodigio
De altivez y cólera no saben repetir 
Mis dedos no pueden gobernar y más bien perdidas 
Flechas lanzan por el yermo del cielo 

A pesar de la mudez ya absoluta 
A pesar de los miles de planetas que rotan vagantes el 
    desastre 
A pesar de la desolación de los cuerpos y sus alas de 
    plomo 


Seas



(Fragmento)

Una palabra vino (en la música descendía 
El cosmos íntegramente real) 
Como la aurora la vimos vaciarse en nuestro pecho 
Invicta llegó hasta la linde de los sueños 
El canto de los pájaros y de los hombres 
Anunció lo que explayara su corazón 
Quisimos tapar tanta claridad y los miembros 
De leche rebotaron 
Una palabra en fin contra la muerte 
Y a la que enfrentan la angustia 
El terror y a veces la nada 
El tallo de hueso queda temblando 
Las verdes esferas en el aire 
Como quien mide la respiración y lleva desenvainados 
Los nervios por una ácida recámara 
La lucha es más allá del albedrío 
Más allá del ser y sus aletas de vidrio 
Más allá del sustento solar 
Pura presencia de mineral en el vacío 
(En la ribera del sueño la espuma del mundo era blanca 
En la ribera del pensamiento la espuma del mundo 
                                                               [era negra) 
Entre pensamiento y sueño los cuerpos caían como 
                                                          [gastado rocío 
Entonces la palabra vino 
Como la aurora entró con sus trazos reales 
Cómo no la oímos cómo encerró toda verdad 
Pero fue un canto o la onda trabada en los labios 
                                                         [de estiércol 
Para ti realidad para el mundo una utopía 
Subiendo y bajando abismos humanos 
Reténla atrapa con tu decir raudas enseñas 
Ya no (un) ser murmurante y fluido sino (el) permanecer
Poseyendo tus vestigios azules 
La vida leve y también el cuerpo 
Lo llevado y presentido por las más remotas especies 
Donde el saurio es la flama es 
Oh manteniéndonos despuntándonos 
Si volver fue vivir 
Nuestra vida estos emblemas




Conclusión

El hombre es su deseo y a medida 
Que cunde la sombra es real 
Pues qué vivir sino el acto de un deseo 
A menudo se advierte ese camino 
Nos sujeta una sólida pisada 
Proclámanos real el fondo puro de una cuchara 
Y no lo reconocemos 
El reverbero dejamos pasar porque la sombra perturba 
Tiran los miembros y nos someten 
Pasado el astuto muestra mentidos confines 
No el centro el suelo dibujándose en la sangre 
Y al que tendremos como un sueño a las criaturas 
O las sombras a un rostro 
Allí convergen las fontanas 
El rayo azul de la delicia 
Cuando se logra tal precisión el deseo nos conduce 
E interminada va la silueta en las tinieblas 
Adonde acechan anatomías glaucas 
Y esa precisión (en su máximo poder) no viene de fuera
De muy hondo procede 
Y es tierna mas implacable 
Hasta volvernos al principio 
El descubrimiento de la efigie extraviada 
Perseguida en sueños 
Candorosamente forjada hacia lo alto 
El hombre es justamente su materia 
Ceñido en un cuerpo es todo el mundo 
Y los espacios que una creación despliega 
Originalmente verdad luego armonía 
Todas las yemas dispuestas a lo lejos 
Así la vida vuela 
Eternidad abre tus alas




Tras la breve luz del día

Nuestros cuerpos han de tirar 
Entre las frondas 
Y los vestigios 
Y más aún entre los sones 
De la cólera 
Pues una luz inmensa 
Nos procrea



Cielo vs. hombre

Laso encaro el cielo 
En mi cuerpo entra la pesura 
Hace una vaina mi corazón 
Una cesta mis entrañas 
Y finas muy finas redes 
Mis arteriolas 
Para atraparte alto






Sueño del guerrero

He apagado la luz 
En las colinas lluvia inmóvil 
Doblegando mi pecho 
irisado poniente 

Por qué sin paz el felino me habita



Poema del cazador del pescador

Como errante lucero por el alba 
Lenta astuta sangre que me enredas 
y amontonas en la cuenca azul del día 
Como que engarza el vientre la esmeralda 
Como que alada trucha sella el lago 
Traspase mi saeta 
la muchacha de arena se detenga 
Poblado por el humo he de cazar 
los andantes contornos el Majes 
que Adelfas y Táuridos celaran 

Canta imposible más alto que mi aljaba 
Bebe la hiel y vuélvete falena 
Errante oreja oye los adioses 
sutiles del polen cuando cae 
cuando acaricia el éter mi carnero 
arroyos amarillos desenvainado viento 
Qué he de oír aún bajo el latido 
cuando el rumor celeste se deshaga 
Iré al padre balbuceando el hijo 
¡Alondra de mi vida eleva el canto!



Mantaro, adormideras

Qué apasionado sol mas la garúa 
Qué lancinantes ficus en el viento 
Los brotes suaves de avellano 
potentes son aunque fingidos 
Qué bullanguera el agua gota a gota 
y las vueltas errantes del plumaje 
Después del ángel nadie nada 
Hierro en las ingles y de hiel el tiempo 
Para el Mantaro, adormideras 
¿No pasó él parsimonioso 
en los róbalos blancos zurciendo parda espuma?



Merodeos y entrada

Cuántos osarios engendra la codicia 
Dulces gorriones hiere el aliento 
en las hojas 
Encandila y despierta la nieve 
No me preguntes por qué 
O si el amaru rompe los huevos en tu mesa 
Toda la fuerza para pulsar un astro seco 
Los arrayanes forcejeando en la herida 
Del borde del camino vemos el cielo flotar 
Pendiente el mundo de tus ancas
Has soñado y al pasar el Río 
recobramos los imperios deshechos 
La anguila que certera 
salta hilvanando lo indecible 
Qué vanidad de hilo 
Los sublimes a su duración te amarran 
Tiemplan lo profundo a la pata 
Intenta 
Intenta comprender de la única ribera 
Este mundo no abdica y ha cojeado el dios 
Usura sólo afiladas garras en el ave 
Con hambre con sed invadimos el corazón 
Los regios irisados abismos escarbando 
Ni vuelta que dar ésta es la entrada 
La inaudita gloria del torrente 
Sin estrépito se remontan las hojas 
Alfojados confines 
                              Vorágines
Pocos muy pocos reconocen su casa



Cartago


El viento viene de Cartago esta tarde 
y ausculto mi pasión    Díscolos punzantes favores
La noche no mueve su diamante 
y el abejorro cae cae cae 
Estrella de la gracia habita el vellocino 
el lomo de la espada que al día desfallece 
La espera desfallece 
Sombras & Quimeras desatadas 
Con los caballos rojos en el viento 

II 

A solas con la arena entono mi canción 
Marinos y bajeles que no vi 
sino en el pajarillo 
en los muertos resecos 
Zumbante es el grito y me hundo en las riberas 
Me disputo un caracol un leño 
¡Los eunucos me convidan la mar! 

III 

Los huesos del deseo están allí 
con las muchachas con los heliotropos 
los huesos del deseo están allí 
vende tu fama véndenos tus hijas 

IV 

Todos se han ido    La muchacha la sombra los niños 
y la palpada losa es sólo olvido 
Señora del amor que nutres al hijo de la muerte 
El viento vuelve de Cartago 
y estos luceros no nos devuelven a la vida




El habitante

Sin ser otro se sintió reír 
Me estoy volviendo viejo pensó 
apoyado aún entre los sueños que como un dios 
lo habitaban a esa hora nula 
Me estoy volviendo viejo y sordo gritó 
armado en los rumores cada vez más intensos 
más perfectos de la carne plateada 
Tapó como pudo su vergüenza con las primeras hojas 
con los guijarros fieles a sus labios
La frente estalló contra el aire sólido 
Había muerto el zancudo en su mano 
El planeta invisible aún brillaba 
Ama tus muertos dijo y besó las vidas deshechas 
el torbellino entonces pálido 
El alma de la alhucema permanecía quieta 
Como el vientre de Nazca soñó o pensó 
Daba lo mismo al centro de la cabeza verde 
Ah ah borrón del cuerpo en el verano sigiloso 
que un simple aleteo trasporta en el agua 
Los círculos cedieron bajo el peso 
la hoja de azafrán se ocultó en el cántaro 
En Nazca volaría la mariposa del tiempo irreal 
Una tres veces se oyó el escándalo de pétalos 
El quién vive del espíritu sobresaltándose 
Las aves de la piel unieron los infiernos con el cielo 
ah fluyente ah flotador ah flavo 
La estrella de los pies en los ojos humanos 
Resplandecía en la aladierna 
Con estrépito los pétalos cayeron 
El ojo palpitó detrás de la penumbra 
Oh últimos centelleos anclando en el vacío 
Muslos por debajo de la quietud sin límites 
Insuflaba el día en las aves guturales 
Nazca dijo recordándose 
¡Quién podía desligar los soles de su cabeza muerta!




El sol en el espejo

Una tarde. Un fresno se inclina inexorable; 
la fronda que se instala. 
A contrafuego, abajo, el muslo; 
atada la muñeca desatada en lo fugaz del óleo. 
Va a llover; cielos furiosos, verdes. 
Una tarde no como otras. 
Ni tú ni yo mas los murientes reinos en los ojos 
y un frío en las entrañas. 
Una tarde poblada de lanzas, de tambores 
y de más cerca el desgarrado giro de los ópalos. 

Tinieblas. Soledad. Se adormece el acerbo 
De más en más ceden los mármoles. 
Tu rodilla sitia el corazón del suelo. 
Un llorar en la piedra; más adentro, en el túmulo. 
Brasas. La carne duele. 
La pavesa ligera traspone la muralla. 

Se escuchan trinos. 
Argucia de lo oscuro. Nunca es mañana 
mas la memoria del sol en el espejo. 
No amanece y abres la ventana. 
Nunca sorprendes las vírgenes leonadas. 
Hoy siempre hoy bajo amargos ojuelos. 
Aunque fustiga el viento muy temprano 
dominas ángeles y bestias.




Fin del mundo que no tiene fin

El oquedal cruje ¿has pulsado las otoñales violas? 
Se oye la sibila ¿trota el sol degollado en el vacío? 
Mundo que no tiene fin mundo que no tiene fin 
Cantan las hechiceras en las ondas 
Del otro lado del cieno los ángeles musitan 
¿Comienza tu reposo 
                            la errante quietud de lo vivido? 
Primera testa Insaciada quimera 
                                                  Crujido chillido bramido 
Resuella el viento su fatiga en las hojas 
La certitud su río helado 
Mas qué campana suena aquí 
                                             lo terso taladrando 
Sin dios sin lar no tiemblo 
El coro de los ángeles prosigue su estribillo 
Ópalo ópalo ópalo pelaje enarbolado 
Pero escuchas bajo tanto zureo 
Agazapado finjo que me oyes 
Como abeja presumo las flotadoras mieles 
Es noche de brujas 
El viejo tiempla su laúd como yo las afelpadas vidas 
Ya no recuerdo esa tonada pero imagino la malévola 
                                                                     [estación 
El muerto por las estrellas perseguido 
La flauta mágica no responde a sus belfos 
La misma eternidad le tuerce los cartílagos 
Vejete súcubos atrocidades mías 
que como un beso al cuerpo me condenan 
y en la consciente luz siempre he lamentado 
¿Sólo el vuelo de un fósforo 
despliega la ilusión repentina de la muerte? 
Mundo que no tiene fin ópalo ópalo ópalo 
Si estalla la oreja queda la cúpula el marfil la oscilante 
                                                                      [armonía 
La espiral se pierde el néctar de su fluido escapa 
¡Tu sueño en la redoma permanece! 
Ah dios criba lunar parpadeos 
Un beso la niebla célibes mirtos sellan la grieta 
Éter ovalante que vuelves boca arriba 
Tiempo sin apariencia poseído 
Esta desdicha aquellos bucles contaminan la luz 
Córtalos si puedes 
Tiende la banda de bólidos blanquísimos 
Tu mano guía los desesperados 
La núbil dama de rubíes 
                                      ¡Delirantes pasiones!



Gaviotas en el lienzo


Mucho más que el cansancio

A mis hermanas 
Nublado claro más bien tempestuoso
Es la mitad de Julio y se anuncia la fábula 
del viento. Los pescadores y la tierra 
fustigan de nuevo su santuario, 
la soledad y la muerte que con los hongos crece. 
Camino de la villa de Antonio cruzamos Pachacámac 
lo que fue casa del sol es apenas un túmulo 
donde nos falta el agua y una que otra muchacha. 
Claro está que aquí no hay templos sino ruinas 
y la música apagada de una lámpara. 
¿Porque el mar está cada día más lejos 
y un pez es un milagro en la furia de los médanos? 
Seca flora de cardo el corazón golpea 
Rojo Negro Rojo Negro Rojo Rojo 
Muy vieja es nuestra lengua y nadie entiende 
ni cambia su santuario; sin embargo se oye 
como un trompo en el aire, como un toro perfecto. 
Rojo Negro Rojo El corazón no ceja 
Mucho más que el cansancio nublan la vista los incansables 
    tucos.



Cuando una rama de melocotonero

halla otra rama de melocotonero

Como una rama de melocotonero pliega la luz y el aire 
salado 
Tiendes tu cuerpo sin que nadie lo impida 
Ni el abatimiento ni la mala yerba 
Y en la mitad de mayo el mundo permanece quieto 
Llevándose la mosca lo acerbo de la tierra 
Lacio el corazón y los lebreles incógnitos al fondo 
Como otra rama de melocotonero anula lo perfecto 
Se desenlaza del lenguaje del cielo 
del ritmo de millares de estrellas 
Peligrosamente se inclina hacia el musgo 
Conos y círculos en la pendiente que ha ornamentado 
                                                                          [tu piel 
Y el sol rehúsa, del éter divino 
se aparta 
y baja a tenderse en el cuenco de una imagen final 
al lado de sus restallantes frutos y sus aves 
Como es tú y yo cuando vienen a combarnos los deseos 
y escuchas más allá de la pureza de sus láminas 
más allá del silbo del escorpión 
y en tu seno esperas más que el monólogo de las piedras 
Como es tú y yo cuando ya no hay arcángeles 
ni corazones celestes chorreando por el pasto 
ni el vertiginoso anhelo de la tierra bajo el lomo del 
                                                                     [caballo 
Sino esas dos ramas inútiles pero maravillosamente 
juntas 
en un creciente bamboleo sobre el gras 
Esta vida irreal que ha de quebrarse en un beso real 
Extraño ¿no? Sublime ¿no? Humanamente ajeno 
Lo que hasta ayer fuera un árbol insensible
con ramos de hielo y flores de tinieblas 
cambia rápidamente en el traspaso de dos leños 
en el destino fulgurante de unas hojas 
Espera el advenimiento de los brotes y el estampido 
bajo 
Que es bello y colosal trabarse la cabeza en la luz 
Olvidar las manos y los ojos en el pecho de la aurora 
Y todo porque una rama de melocotonero quiso ser yo 
en su descenso 
Y otra rama no quiso perecer sino aferrarse 
Ocurre claro y así es todo 
Créelo por Dios la sangre quema en tus labios y va 
                                                             [susurrando 
una nueva locura




Violación & prodigios

Como impulsando al agua uno que otro guijarro 
miro tu cuerpo y su dulce inminencia 
La nieve que fustiga y se retrae 
legándonos un aterciopelado paraíso: 
Roncos, extraños, negruzcos deterioros. 
Circundado de bestias, de estrepitosos fuegos 
vuelvo a mirar tu cuerpo: 
cuántas especies rastrean lo escondido 
Luego todo es acecho 
las impías cabezas del verano y los tábanos 
interminable acecho 
¡Gacela vuelta a los orígenes 
y envuelta en la celada de ramajes perpetuos! 
Se desparrama el pelo, centellean las manos 
es noche y la sangre no soporta sus doradas colmenas
Y mientras una a una recoges las abejas 
se abalanza el sordo, delirante planeta 
Y entonces un milenio 
una cerrada tempestad de silencios tira su red y nos
                                                                       [atrapa



Como queriendo hallar un suelo quieto
  
Escribiré una vez y otra vez y alguna vez 
este poema 
hasta que en la colina no haya árboles 
Ni césped ni testigos 
Tampoco haya sol y la casa en verano 
esté iluminada por las pobres palabras 
Escribiré mil veces sobre el musgo 
Como queriendo hablar un suelo quieto 
El único lugar que escapa al pico del verdugo 

En este yermo vivir tal vez es bueno 
y nunca faltan cuerpos, ángeles extraviados 
Pero fatiga el tiempo y muchas 
son las palabras falsas o sangrantes 
A veces hay espejo, lámpara, botella 
que se quiebran se quiebran se quiebran 
Su diálogo de amor son alaridos 
intermitentes en tu sueño, en mis gastadas 
páginas: Escríbelo 
Y es imposible entonces corregir 
Con tinta falsamente clara retrasar el huidizo 
corazón que nos falla.



Firmemente en los Lieder
  
¡Aleluya! 
Hacemos el amor y en lo alto del limbo canta el ángel 
                                                                        [amado 
Dichosa es tu loa de la luz, salvaje mi dibujo de la nieve 
pero ambas alas ocultan la barbarie de nuestros corazones
hasta encerrarnos firmemente en los lieder 
como si luego del amor amáramos 
como si fueran tú y yo pura sangre de albatros 
                       [iluminando abismos silenciosos 
¡Aleluya! 
Porque nunca oyera la trompeta de mi linaje en ti 
aunque en verdad en tu sangre ya hubiera palpitado 
Y es que estábamos solos amor mío 
Hicimos el amor y en la mente de Dios nos rehuían los 
                                                                  [arcángeles.




ALURISTA - ALBERTO BALTAZAR URISTA [15.913]

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Alurista

Alberto Baltazar Urista Heredia (nacido el 08 de agosto 1947) más conocido por su seudónimo Alurista, es un chicano poeta y activista.

Nació en la Ciudad de México y asistió a la escuela primaria en Morelos. Se acercó a la de Estados Unidos cuando tenía trece años, instalándose con su familia en la frontera de la ciudad de San Diego, California. Se graduó en la escuela secundaria en 1965 y comenzó a estudiar administración de empresas en la Universidad de Chapman en Orange County, California. No le gustaba el campo, sin embargo, y se transfirió a la Universidad Estatal de San Diego (SDSU) para estudiar religión. Ha sido profesor en la Universidad Estatal Politécnica de California en San Luis Obispo, California, Escuela Tlatelolco en Denver, Colorado, y en la Universidad de Texas en Austin. También ha dado conferencias y leído su poesía en lugares de todo el mundo.

Bibliografía

Nationchild plumaroja, 1969-1972 . San Diego: Toltecas en Aztlan, Centro Cultural de la Raza, 1972.
Cantares arrullos . Jamaica, New York: Bilingual Press , 1975.
Festival de flor y Canto: an anthology of Chicano literature (editor). Los Angeles: University of Southern California Press , 1976. ISBN 0-88474-031-5
Timespace huracan : poems, 1972-1975 . Albuquerque, NM : Pajarito Publications, 1976.
Spik in Glyph? . Houston, Texas: Arte Público Press, 1981. ISBN 0-934770-09-3
Return: Poems Collected and New . Ypsilanti, Michigan: Bilingual Press , 1982. ISBN 0-916950-24-7
Chicanos : the second largest minority in the USA (with R. Müller-Kind). Werther: Views Verlag, 1988.
Z Eros . Tempe, Arizona: Bilingual Press/Editorial Bilingüe , 1995. ISBN 0-927534-45-2 .
Et Tu... Raza? . Tempe, Arizona: Bilingual Press/Editorial Bilingüe , 1996. ISBN 0-927534-48-7 .
As our barrio turns: who the yoke b on? . San Diego: Calaca Press , 2000. ISBN 0-9660773-3-4 .



EN EL NÚCLEO SE PASEA LA MOSCA

en el núcleo se pasea la mosca
—abejorros acechan su descuido
tomando el sol, tez pimienta ejercita sus alas
—el abejorro acecha
—el semáforo rojo ya perece
y la mosca reanuda su vuelo
el núcleo perpetúa el cielo
y milenios pasan
—aun el abejorro acecha
spoken dreams of light hindered
as the cork of the mind soaks
—in lakes of milk and pulcritude
it leaks and the beetle waits in ambush [1]
mi Raza
su vuelo —tenue humo, pasión roca
agita sus alas
—protesta inocua
tenemos que volar
a las copas llegar
a nidos radicar
—en los árboles
es tarde (lloverá)
—tenemos que volar
en la fricción del viento
—la verdad encontrar
in autonomous flight to die
only after
yes die
but not today [2]
mañana, porque hoy
hoy vibra mi carne
y mis huesos erguidos gritan
hoy estoy vivo
and for years
for centuries
—i was rotting
in fear
no more
i fly and risk a fall
—my hangar is my ghetto [3]
el barrio donde vivo
el barrio donde muero


[1] sueños a voces de luz impedida/ mientras el corcho de la mente
se moja/ —en lagos de leche y pulcritud/ se escapa y el escaraba-
jo acecha
[2] en un vuelo autónomo para morir/ pero hasta después/ sí morir/pero no hoy
[3] y por años/ por siglos/ —estuve pudriéndome/ en el miedo/ mas
ya no/ vuelo y me expongo a caer/ el barrio es mi hangar.





EN EL BARRIO

en el barrio
—en las tardes de fuego
when the dusk prowls [4]
en la calle desierta
pues los jefes y jefas
trabajan
—often late hours
after school
we play canicas
in the playground
abandoned and dark [5]
sin luces
hasta la noche
we play canicas
until we grow
to make borlote
and walk the streets
con luces
paved —with buildings [6]
altos como el fuego
—el que corre en mis venas
___________________________________________
[4] cuando la oscuridad merodea
[5] con frecuencia a deshora/ después de la escuela/ jugamos cani-
cas/ en el patio/ desierto y oscuro
[6] jugamos canicas/ hasta que crecemos/ para hacer borlote/ y
recorrer las calles/ con luces/ pavimentadas —con edificios.




EN LA SELVA, ABANDONADAS 

Raúl Anguiano
en la selva, abandonadas 
 . putrid tunas asoleadas call 7 
gritan, gimen y se quejan 
 . del calor y de las nubes 
waiting for the worms 8 y lagartijas 
sobre los nopales rojos 
 . the stench settles in the wonded 
 . the stench settles in the fog 9 
 . y la soledad regresa al nido 
el perdido encuentra su desierto 
and the clouds bring shades and pensive shadows 10
las heridas de la tarde se desangran 
 . in a pestilent effort to be healed 11
agonizantes ante las flechas del sol 
 . llorando por la luna 
 . .  una 
 . . .  .   tuna 
 . .  se pudre 
______________________
7    pútridas tunas asoleadas llaman 
8    esperando los gusanos 
9    el hedor acampa en las heridas/ la hediondez se posesiona de la bruma 
10  y las nubes traen tonos y sombras pensativos 
11  en un pestilente esfuerzo por ser curadas 


LUIS CORTÉS BARGALLÓ [15.914]

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Luis Cortés Bargalló

Poeta, traductor y editor. Nació en Tijuana, Baja California, México, en 1952. Poeta, traductor y editor. Estudió comunicación (UIA), letras mexicanas (UIA-UNAM) y música (CNM), en la ciudad de México donde actualmente radica. Con otros poetas de su generación, fue fundador de la revista independiente El zaguán. Ha participado en los consejos de las revistas Amerindia, El cuento, Atonal, Revista de Estudios Budistas y Alforja. Ha traducido a William Carlos Williams, Thomas Merton, Francis Ponge, Robert Bly, Gary Snyder, John Haines, Michael McClure, Andrew Schelling, Marianne Moore y poesía indígena norteamericana. Ha publicado: Gary Snyder, Antología, México: UNAM, 1984 (traducción y ensayo); Kora en el infierno de W.C. Williams, Toluca: UAEM, 1986 (traducción); Piedra de serpiente, poesía y prosa de Baja California. s. XVII-s. XX (2 vols.), México: CNCA, 1993 (estudio introductorio, investigación y selección); Connecting Lines: New Poetry from Mexico, Louisville: Sarabande Books, 2006 (prólogo y selección). Es autor de los libros de poesía: Terrario, México: Latitudes, 1979; El circo silencioso, México: FCE, 1985; La soledad del polo, México: Ediciones Toledo, 1990; Al margen indomable, México: CNCA, 1996; Por el ojo de una aguja (antología), México: Biblioteca del ISSSTE, 1999; y Filos de un haz y envés, México: Trilce Ediciones, 2007.



FISURAS DE MEDIODÍA EN XILITLA / 
EDWARD JAMES

1

Al sólido naranja y el requinto
   silban los pájaros de brisa
      mojan los peldaños
         con su bronce galopado

contrafuertes musculares
   compás en alas de garza
   partida uVe por el peralte del sueño:
   la selva que hierve y deriva
   
   –cierra lo ojos/ llora lágrimas aladas
   empuja hacia la luz/ abre sal verdea–

conciencia original le llaman al llamado
   que remonta y alcanza

la grieta que también es peldaño
parpadeo      levedad de lo concreto
pisas
El umbral es el umbral
perpetuo
y el espejo de la mente
una fuente
un loto y llama
hierbazal
manojo de
caminos
olas
tejidos concordantes
ojo
portal escalinata
espiga punta flecha
pararrayos
grito




Remonta y alcanza, grieta,
    navega entre las sienes
          con su aguja de marear
                sutura punza junta. 

Saliva la forma en las mandíbulas del ojo
mas la piel serena y sabia
                                                          suda
como la fronda, nimbostratos de clorofila
goteando sus monedas ardientes

alguien se busca: trancos, brazadas, lazos
sobre el cristal arrugado del agua
botareles, loggias
arcadas, vértebras vegetales
florescencia y obelisco
                 libélula del chorro
                 caracol, conducto
                 alguien

va por Jaidhpur, Sanchi,
Ruan, Santiago, Tours,
Bauvais, Micenas, Karnac,
                              raíces helicoidales
pernoctables al hormigón, al molde y
la varilla,
                              sombras sepultas
en el líquen, espora, musgo
                                                             micelios
bajo sus propios pasos
la sombra unipersonal
                             que se presiente ya
                                               tumbada en el escombro.



3

Fuste para un penacho de cielo abierto
brazo, mano, palma
con gesto interminable
                                          inconcluso.

Inmerso en el agua fría,
llovizna, vapor
                                          aullidos
entre velámenes y mástiles
despego
¿adonde?, ¿por dónde?

las construcciones quedan
epifitas en la ceiba del mundo
y sólo el hombre navega

por el vacío
destapado y transparente
de su propio laberinto.

Las fachadas se desbocan
alveolo, semillero
celda en el corazón de la granada.

Los pájaros suben
                                            de nuevo
salen y regresan por el pecho
                                            jaula sin rejas
                                            palabras aladas.

Y cómo no, siquiera este momento
detenido
junto al rumor solidario de la cascada,
reflejos, destellos en el estanque
bañándome con mis amigas.



4

Edward James, constructor que quiso morir como poeta:
“porque he visto tanta belleza como rara vez se puede ver”.

                    Y era la terrible belleza inevitable
                                      la ruinosa casa del arte
                                                       inhabitable.

Y este olor a flores podridas
que el arroyo arrastra en su lomo
hasta las fosas más graves.

Y en el último rayo cenital
la bruma infundada
que –a piedra y lodo– sella las grietas.






PARA UNA BAILARINA DE OTRO MUNDO

Mantenerse en el mundo
tiene que ver con
el muslo                tenso y vertical
sedente                 de una danza
                                 y su plano inclinado
                        levantarse
sobre una piscina de luz
                        compacta
levantarse de un largo sueño
                        sin tocar el suelo

Virpi Pakinen desanda la orilla
                         baila
                         el silencio del cuerpo
                         sabe
cuánto depende del plexo aéreo
de su triángulo inverso
                         la roca               la nube
la inscripción que flota en el trapecio
crece y el exfolio sube hasta los pies
que tocan la planta intocada
                                                      por el brote más alto

es el silencio del cuerpo y la cesura
la espesura del centro
que baja hasta su fondo ubicuo
                irradia
                                un cuerpo
                                                      renacido

a la luz nerviosa
y al músculo del aire
                                vertical como un reflejo

cuánto depende pues
del trazo que sigue su camino
                                por la trama luminosa

cuánto del río de lava
que se apaga
fuera de la manga
                               de los haces

por más que se aferre
con manos de nudoso encino
su punto de apoyo
                               lo sabe

no saldrá
no brota del piso

_______________________________
Nota: Virpi Pakinen es una bailarina extraordinaria de origen finlandés. Hace unos años tuvo una participación destacada, con una serie de obras solistas, en el Festival Internacional de Danza de San Luis Potosí.










FERNANDO SÁNCHEZ MAYÁNS [15.915] Poeta de México

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Fernando Sánchez Mayáns

Nació en Campeche, Campeche, el 1 de mayo de 1924; murió en la ciudad de México, el 27 de diciembre de 2007. 

Poeta, dramaturgo y diplomático. Estudió letras españolas y francesas en la UNAM; fue becado por el gobierno de Estados Unidos para estudiar en Harvard, Yale y Nueva York. Representante de Prensa del INBA. Coordinador del Departamento de Literatura del INBA. Secretario de Acuerdos Presidenciales del Ministro de Educación Pública. Secretario Particular del Director General del INBA. Agregado Cultural de la embajada mexicana en Guatemala. Jefe del Departamento de Danza en el INBA. Subdirector de la Escuela de Teatro del INBA. Agregado Cultural de la embajada mexicana en Roma. Director de FONAPAS en Tijuana. Cónsul General del Consulado Mexicano en Barcelona. Cónsul General del Consulado en Miami. Maestro de literatura en la Escuela Preparatoria de Tijuana. Maestro de historia del teatro en la Escuela Teatral de México. Maestro de Cursos de español para extranjeros en la Universidad Iberoamericana de México. Maestro de historia de la literatura mexicana en la Escuela de Arte Dramático en Guatemala. Asesor literario de textos especiales en Televisa. Maestro de la SOGEM. Impartió cursos de literatura mexicana en las Universidades de Pisa y Boloña, Italia. Premio Fiestas de Primavera del DDF 1951. Premio Nacional de Teatro 1951 por Decir lo de la primavera. Premio de El Nacional 1959. Premio Juan Ruiz de Alarcón a la mejor obra del año 1960, por Las alas del pez. Premio Nacional de Teatro 1962. Medalla de Oro otorgada por la Asociación Nacional de Escritores de México, 1962. Medalla de Oro otorgada por la Asociación Nacional de Compositores de México, 1962. Premio Nacional de Poesía 1963. Medalla Moliere de la Alianza Francesa de Guatemala C.A. 1975. Comendador de la República Italiana por su producción cultural, 1975. Orden de Quetzal otorgada por el Gobierno de Guatemala C.A. por su labor como promotor de la cultura mexicana en el extranjero, 1976. En 1994 recibe el Reconocimiento del Honorable Consejo Consultivo de la Ciudad de México en sala de cabildo; recibe las Llaves de la Ciudad, participando el Colegio de Ingenieros Civiles y el H. Ayuntamiento de Naucalpan de Juárez 2º. de México, presidente municipal Lic. Mario Ruiz de Chávez entrega reconocimiento por el Legado Cultural. Homenaje y nombramiento de Hijo Predilecto 1995 por el Gobierno del Estado de Campeche. Homenaje del INBA y CONACULTA por su labor de promotor de la cultura y trayectoria como poeta y dramaturgo, 1995. Reconocimiento de la Universidad de Campeche por su trayectoria y obra literaria 2000. Diploma de la UNESCO-International Theatre Institute en el Día Mundial del Teatro 2002. Medalla San Francisco de Campeche 2004. Medalla de Bellas Artes 2004 por su trayectoria como poeta, dramaturgo y promotor de la cultura mexicana en el extranjero. Reconocimiento de la SOGEM, en 2004, por su trayectoria como dramaturgo y promotor de la cultura mexicana en el extranjero. Medalla Justo Sierra Méndez 2005 en el Homenaje del Pueblo y Gobierno del Estado de Campeche. Homenaje en la XXIII Feria del Libro de Tijuana 2005. Colaborador de América, El Nacional, Excélsior, Metáfora, Novedades, Prometeo y Revista MÉXICO (Roma). Se han puesto en escena sus obras: Las alas del pez, 1960; Cuarteto deshonesto, 1962; El pequeño juicio, 1968; Un joven drama, 1966; Un extraño laberinto, 1971 (Roma, 1976); La violenta visita 1971 (Roma, 1974); La bronca, 1982; Sentencia conyugal, 2002. Algunos poemas y obras de teatro aparecen en: Poemas. Elección de los presentes, 1955; Antología de Obras en un acto, Ediciones Finisterre, 1966; Teatro mexicano, Aguilar, 1971; Teatro mexicano, IV volumen, FCE, 1969.


Obra publicada

Ensayo: Enrique González Martínez, IMC, 1961. || Rastros literarios, CONACULTA/El Equilibrista, Hora Actual, 1997.

Poesía: Acto propicio, Colección Metáfora, 1958. || Once sonetos, s.p.i., Roma, 1974. || 18 Pronunciamientos, s.p.i., Roma, 1976. || Once sonetos y 18 Pronunciamientos, Barcelona, 1980. || Poesía 1951-1981, Plaza & Janés, Barcelona, 1982. || La palabra callada. Poesía 1951-1988, Plaza y Valdés, 1988. || La muerte de la rosa, Papeles Privados, 1991. || Experiencia del silencio. Cincuenta sonetos, FCE, Letras mexicanas, 1998.

Teatro: Las alas del pez, De Andrea, 1963. || Teatro Mexicano. Sánchez Mayáns, Escenología, 1995. || Tres obras de teatro, CONACULTA, Lecturas Mexicanas, 2000. || Teatro completo, CONACULTA/Escenología, 2004.

Varia invención: Prefacio (edición italiana de los poemas de José Gorostiza), Instituto Cultural Ancona, 1974. || Cultura Gastronómica de México, Colegio de España, Madrid, 1982. || La cocina y su arte. La cocina mexicana, Ediciones Castell, Barcelona, 2005. || Disco Voz Viva, UNAM, 2005.

Antología: Aguinaldo poético, INBA, s.f.

web:      http://fernandosanchezmayans.com.mx/



Pórtico II

El verano llamea... Conjuga su plumaje
     de clara envergadura en un lirio morado
     cuando alada la sierva al macho enamorado
     seduce ante el sosiego su fluido ropaje.
      
     Cómplice va el silencio a soñar el celaje
     en el lento recreo de un poema dorado
     pagano y misterioso en su ritmo pausado
     que sueña la hermosura de un cristalino viaje.
      
     Arde ya la floresta de verdor opulento
     que apenas acaricia la tentación del viento
     viajando entre las sombras que anidan la belleza
      
     cuando ya el siervo alcanza con esbelta premura
     e befar en el lomo de esbelta criatura
     un infinito aliento que enloquece a su presa. 



Memoria de José Gorostiza

Sagrada la palabra ungida de belleza
en el tímido espejo del agua sin figura
ritual copia la muerte de su propia amargura
en el perpetuo vaso oscuro que la apresa.

Perfecta por el llanto del canto que la expresa
en la muerte perpetua de inasible escritura
del verbo que se observa y el infierno perdura
de una página blanca que a la muerte regresa.

¿Cuándo nace el silencio que el poema solloza
para vivir amando el texto en que reposa
una perpetua muerte y un transparente mito

al morir con la muerte que mental se recrea
yen la exacta palabra su eternidad recrea?
¡Oh yámbica belleza que asume el infinito!



Eurídice

La inédita escultura de la noche distante
estructura el sudario de un mensaje inasible
cuyo envolvente canto de máscara imposible
tortura la palabra del poema flotante.

Del poema secreto que nace suplicante
llorando la tortura de la forma posible
si elevada cadencia de un infierno sensible
agota en su misterio un ritmo circulante.

Envuelto en las visiones de una imposible aurora
Oh Perséfone augusta de la llameante hora
acepta este silencio de mi esperanza impura

si el poema que canto es de torpe armonía
deploro de los dioses la sedienta poesía
que sangra entre mis labios si mi llanto perdura





La palabra callada (1951-1988)

Libro de poesía que recopila el trabajo poético de Fernando Sánchez Mayans del año 1951 a 1988, editado por Plaza y Valdes.

La palabra callada
Por Griselda Álvarez

En el devenir de los siglos el poesta ha sido atalaya, bastión, vigía, que con especial sensibilidad otea el horizonte y señala con premonición certera el acontecer futuro.

El poeta es necesario en la vida del pueblo en su historia, por eso es que quizá dentro del misterioso desenvolvimiento de la humanidad el poeta sigue apareciendo continuamente, aún en los más apartados rincones del planeta, aún en las más severas crisis, en los más convulsos cambios, o en medio del mayor desapego materialista.

El poeta no sólo es fuente de belleza, sino alerta esencial que construye su obra en silencio y deja constancia de su juicio para que las generaciones que le siguen comprueben su dicho y lean sus augurios tomados de un radar impecable y recóndito.
Me quiero referir a un libro que es afirmación de estas características: La palabra callada, que recoge parte de la poesía escrita entre 1951 y 1988 por un hombre dedicado a la cultura, consagrado sólo a ella: Fernando Sánchez Mayans.

El libro consta de 189 páginas, tiene en la portada y en la contraportada illustraciones de Elvira Gascón, constante en su líea helénica; unas magníficas anotaciones del escritor Hugo Gutiérrez Vega y un retrato del autor por Ángela Torre de Sánchez tomado en alguna bahía del mundo, con lente y luz admirables.

Tendremos que reiterar o repetir lo que el mundo sabe: que él ha creado una magnífica obra poética contenida en cinco libros, ha llevado al teatro seis obras, entre las cuales todavía recordamos el enorme éxito de Las alas del pez, premio Juan Ruiz de Alarcón en 1962, considerada la obra como grande en la dramaturgia mexicana: traspaso las fronteras y ha sido representada en Nueva York y los Ángeles.

Sus poemas están traducidos a varios idiomas, sus obras teatrales se han representado en Guatemala, Italia, España y Estados Unidos.
Es “Medalla Moliére de Francia”, Comendador del Quetzal y Comendador de la República Italiana.

Sus creaciones principales son: Decir de la primavera, Poemas, Acto propicio, Once sonetos, Soledades de la mermoria, 18 pronunciamientos, Poesía 1951-1988, en teatro, Las alas del pez, Cuarteto deshonesto, El pequeño juicio, Un joven drama, Un extraño laberinto, La violenta visita, Los estudiantes.

Esta obra, voluminosa ya, habla de su trabajo por la cultura. Comparte sus intensas horas de labor en los distintos cargos que ha tenido, tanto en funciones oficiales en el INBA como en funciones docentes, además de haber sido agregado cultural en Guatemala, cónsul general en Barcelona, España, cónsul general en Miami Florida.

Su trato refinado, su excelente cultura, su conocimiento de la política internacional, su proverbial caballerosidad, le dan ese matiz especial necesario a los compatriotas que representan a México en el extranjero. Poeta, dramaturgo y diplomático, la triada perfecta.
Riguroso poeta. Ahí están para muestra indudable, en el libro que examinamos, ese tríptico de antología que forman los sonetos del Hijo Pródigo, con donde y forma impecables, donde el poeta se da el lujo de gastar rima rica con iguales vocablos y diferentes ideas, aumentando la dificultad ex profeso.

Tiene visión universal de las cosas, donde el ojo humano, cíclope eterno, encuentra la dimensión exacta del infinito.
El hombre que habita en Sánchez Mayans, depurado viajero del cosmos, nos sacude y eleva en imágenes “que la piel de los siglos transparenta”.

Hace falta leerlo para entender a Delos en su oceánica hermosura.
Leerlo para temblar con la edad que lo obsesiona: La adolescencia.
Hay que rozar el reino de lo fúnebre cuando nos declara que:


“Mañana si un suspiro de bondad constelada
nos dejará en suspenso
Y el cielo será un ojo de asombros infinitos
Al mirar que la muerte amiga ya inminente
Fluye como la ausencia entre tumbas diversas.”


Así La palabra callada sabe hablar profundo. Y más adelante:


“Un poeta es un suceso memorable que acaso se recuerda.
Una ocasión de angustia que al lector apasione.
Un exaltado mensaje que se inunda de espacios.”


Poeta grande Fernado Sánchez Mayans — comentado por críticos italianos de renombre como Gaetano Foresta —, busca siempre la profundidad de la palabra; la encuentra, la analiza, la diversifica y nos la entrega en metáforas decantadas.

Enamorado de la belleza de la vida, se le transparenta su alegría de vivir aun en aquellos temas que nos llevan de la mano del espanto.
No podría catalogarse su estilo en ningún capítulo conocido. Es terriblemente original, único y no le encontramos parentesco espiritual con nadie. “Su resonancia suave, su grave continecia,” o “su visión humana agotada de asombros”.



La palabra callada. Buen libro, mejor poeta. Fernando Sánchez Mayans, bienvenido a la historia de la Poesía Intemporal.

Acerca de La palabra callada
Por Rafael Solana

“Todas las hadas fueron invitadas al bautizo de Fernando Sánzhez Mayans; pero el escogió como madrinas a las dos más bellas: la de la Poesía y la del Teatro”. En efecto, ha sido y es, antólogo, ensayista, maestro; pero las dos caras de la moneda que acuñará la historia con su efigie le representan como poeta lírico y como comediógrafo. Un homenaje le fue rendido recientemente por la sociedad General de Escritores de México, para asistir al cual me apunté de inemdiato; pero no pude acudir por sorprenderme su fecha a casi mil kilómetros de esta capital. Fue la poeta Griselda Alvarez, una de nuestras glorias líricas más sólidas, quien hizo la presentación del nuevo libro de Fernando, La palabra callada, que antologa.

Su producción de más de un tercio de siglo, desde 1951 cuando tenía poco más de veinticinco años de edad, hasta 1988, esa edición está bellamente ilustrada por Elvira Gascón y ostenta una introducción de Hugo Gutiérrez Vega, poeta que ha ocupado por algún tiempo la agregaduria cultural de México en Madrid.

Casi nada nuevo tengo que decir acerca de los versos de Sánchez Mayans, puesto que lo he ido conociendo, y en ocasiones comentando, a medida de su aparición, ya que exagero poco al decir que conozco y estimo como gran amigo personal a este poeta desde su extrema juventud, y, como dramaturgo hasta tomé alguna pequeña parte en su lanzamiento, tan venturoso, hace acerca de veintiocho años. Especialmente recuerdo haber hablado de sus poemas escritos y publicados en Italia, no todos referidos a ese jardín del mundo, sino también a otros puntos de la geografía que el poeta visitó en sus viajes, desde las frías aguas del Neva hasta las intensamente azules del Mar Egeo; hace mucho que admiro en Sánchez Mayans, poeta (asunto de este arículo, que lo deja fuera como dramaurgo, la otra de las facetas de su más valiosa actividad en las letras) un hondo hervor, una calidez que se hermana con su casi homofóna calidad y un rigor clásico que le hace ajustarse a las medidas más diversas, entre las cuales tengo por reina a la del soneto.

México ha tenido tan grandes sonetistas, desde Sor Juana Inés de la Cruz hasta Neftalí Beltrán, pasando por los árcades de Roma, Manuel José Othón, y los contemporáneos Carlos Pellicer, Jaime Torres Bodet, Bernardo Ortíz de Montellano, Xavier Villaurrrutia, Octavio G. Barreda, y, el único vivo de todos ellos, y uno de los mejores sin duda, Elías Nandino. Que los puntos de comparación resultan altísimo, inaccesibles; pero Sánchez Mayans alcanza una perfección en la forma y una profundidad en el contenido que le permiten ser admitido en el círculo de los sonetistas más perfectos.




La palabra callada 

Por Armando Alvárez Bravo
Crítico literario de El Nuevo Herald

Una noche hablando con Fernando Sánchez Mayans, le decía que la poesía mexicana era una suerte de intenso discurso de silencio. Es como si la desmesura azteca, calada por la bipolaridad vida-muerte/muerte-vida, formulase un espejismo por el que la palabra se resuelve en susurro capaz de traducir la realidad y la otredad renunciando al estruendo.

Esa recatada dicción poética, esa palabra callada, tan en el centro de los límites que asume es, por magia de los contrarios, soliloquio diálogo que persiste con fineza en ordenar el universo, que reafirma una urgencia fundacional contra el desastre y todas sus posibilidades.

Hoy el poeta representa el voceador de blasfemias en medio de los religiosos. El constructor de himnos en medio del desierto inhóspito. El mago solitario, aderezando fórmulas para curar alucinaciones. El cuerdo entre los enajenados y el enajenado entre los cuerdos. Porque el texto poético, es en nuestros días, uno de los acentos trágicos que se estrella contra el muro de las lamentaciones que es la segunda mitad del siglo XX, inútil como todo lamento contemporáneo…escribe Fernando Sánchez Mayans en su ensayo crítico sobre Enrique González Martínez.

La suma del quehacer en progreso, de la vida de Fernando Sánchez Mayans en la intimidad y la intemperie de la poesía, podemos leerla en La palabra callada. Poesía. 1951-1988.

Fernando Sánchez Mayans pertence a la generación que se agrupa en la Facultad de Filosofía y Letras en la década de los cincuenta, y que tiene entre sus integrantes a figuras como Rosario Castellanos, Rubén Bonifaz Nuño, Emilio Carballido y Sergio Magaña.

Los creadores que se consolidan en esa etapa reflejan en su obra – cuyas categorías de identificación generacional son más difíciles de fijar que las de sus predecesores agrupados en Taller Poético y Taller (Octavio Paz, Rafael Solana, Efraín Huerta y Octavio Novaro entre otros) y la revista Tierra Nueva, donde destaca Alí Chumacero – un azoro ante el desgarrado mundo contemporáneo. Esto les llevará a formular una obra donde las funciones éticas y estéticas se adunen para desde la inmediatez intentar una trascendencia de la realidad a patir de elementos culturales y vitales.

En esta generación de fuertes individualidades, Fernando Sánchez Mayans encarna en su ceñida obra la convocatoria al diálogo desde una articulada beligerancia que al paso del tiempo irá deponiendo sus iras en el prisma de la reflexión. Así leemos en su temprano


Un corazón nocturno:
Aquí esta mí corazón contra la historia
Para alcanzar el pulso coral del universo.
Reclama la conquista.
La voz y la respuesta de un inmolado rostro aprisionado
en un campo distante amurallado.



Más allá de la vigencia de este pronunciamiento está el espacio poético que conquista para sí mismo Sánchez Mayans. Un ámbito presidido por la palabra que busca su fulgor en su callada condición; y la cultura como algo vivo y supratemporal donde se propicia toda inteligencia.

En Divagaciones verbales, un texto fundamental en su producción, Sánchez Mayans destila con tanta fe como tristeza su larga experiencia de la palabra y la palabra-poema:


IV

De los pequeños laberintos
que guarda codiciosa la palabra
somos para mayor escarnio
de nuetra soberbia impia
pétreas sombras tránsfugas de
sus resplandores.




No obstante esta certidumbre, Sánchez Mayans equilibra una auténtica desolación insistiendo en la necesidad del comercio verbal como única vía de diálogo y superación de los demonios personales y colectivos. Lo dice de forma tajante en la primera de sus “18 pronunciaciones”:



Sembrar la flor tonal de la palabra
agotar su destinada cristalización
en un diálogo intenso para todos.
Y proclamar en ella la poesía
Que sin saber llevamos mutilada
Una herida
Que se nos abre aveces al costado.


La carrera profesional de Fernando Sánchez Mayans en el gobierno mexicano, tanto en funciones culturales como en el servicio exterior, le ha permitido incorporar a sus raíces mexicanas la multiplicidad de distintos contextos culturales. Esto ha enriquecido su discurso. Lo ha dotado de interrogantes y definiciones a partir de vivencias inmediatas. Propicio la superación de la experiencia coyuntural, decantando sus líneas temáticas.

Pero el acercamento a “lo otro” no deviene en Sánchez Mayans un ejercicio de celebración, sino un deslumbramiento en que se inventaría la realidad y la irrealidad de la criatura ante la belleza física espontánea o la creada por el hombre.




Once Sonetos y 18 Pronunciaciones (1974-1976)

Publicado en Roma en 1974 y en una segunda edición en Barcelona en el año de 1980.

Dos poemarios de Sánchez Mayans.
Por Miguel de Anda Jacobsen

Hurgando en mi modesta biblioteca, han vuelto a mis manos dos bellos poemarios de Fernando Sánchez Mayans; Once Sonetos, cuya impresión se concluyó en Roma el 28 de mayo de 1974 y 18 Pronunciaciones que también impreso en roma, daa del 2 de octubre de 1976.

Ambas ediciones pulcras, sobriamente presentadas invitan desde el primer momento a la lectura y nos obsequian en el frescor insólito de lo universal, el diapasón cordial del poeta, por vericuentos novedosos y originales, que no por ello dejan de ser legítimos y valederos.

Los hemos releido, degustado nuevamente, gozando la magnanimidad de su belleza, para encontrar en ellos el aliento vital de su autor, en las rutas de la madurez creativa, cuando las frondas ubérrimas sasonan sus frutos providentes y nos brindan su sombra bienhechora, para gozar con ella, el mensaje supremo de una existencia en plenitud de un quehacer poético siempre fecundo y siempre afortunado.

En el primero, encontramos once sonetos perfectamente bien estructurados, podríamos decir que casi geniales y que Petrarca hubiera firmado sin pensarlo, con orgullo y confianza. Este material se compone de: Sonetos de Guatemala que constituyen un Tríptico, Soneto de Adán Siglo XX, Sonetos frente a Delos, también tríptico, Soneto a David y otro tríptico: los Sonetos Órficos, que cierran como magnífico epílogo el poemario.

En los primeros, el poeta nos entrega su visión de Guatemala a través de los jades de la selva y las voces mayas de una cosmogonía inmortal.

En el soneto de Adán Siglo XX remonta su visión del padre universal con este terceto magistral: “Multiple Adán sin fin en su osadía que demente y feroz sólo se entrega al arcángel siniestro en agonía”

El contenido de los Sonetos escritos frente a Deos, descubre, instituye y degusta la cultura clásica a través de los mármoles que atesoran en su impasible dureza, los rayos de la evocación.

En el David, al que concibe como “Llama de mármol congelada” rinde pleitesía a la belleza escultórica de la maginfiscente obra que retrata el poema.

Finalmente, los sonetos Órficos, para mi gusto los más rotundos, los mejor logrados, los más bellos de la obra que se comenta, nos dejan la certidumbre de un Sánchez Mayans, que con un nuevo timbre, prosigue los senderos de Alfonso Reyes.

En su ritmo de fuego euridiciano, viste al tríptico con galas demoniacas, pero a la vez celestes, y en la insistencia del retruécano forja a los aldabones de una cadena que condensa la angustia y el dolor del poeta perseguidor eterno del ideal en el sobrio silencio de la muerte, como nos los evidencia el terceto final que dice: “De ser un puro juego que no advierte el vértigo de Eurídice y la muerte con que todo poema va cifrado” y nos deja pensando en Homero, en Virgilio, en Dante; quizá en Netzahualcóyotl.

18PronunciacionesEn las 18 Pronunciaciones, el doctor Sánchez Mayans agudiza la libertad lírica en el virtuosismo de la síntesis y nos entrega una colección de agua fuertes, chispazos, o tal vez transparencias, de una frescura insólita; de una expresividad que resulta a la vez semitonal y grandilocuente: “Sembrar la flor tonal de la palabra” … De las palabras del poeta que se acuna en el seno fecundo de la tierra, para luego brotar en erupción de frutos, en lluvia de luceros, en floración armónica y concluir diciendo:


“ El viaje
por la marea sustancial del poema
anticipa el tesoro que busca el argonauta
por el lenguaje oceánico
más allá de la ausencia, la brujula puntual, gira hacia el norte ritual de la belleza”
¡Qué espléndida navegación!
¡Qué categoría va colmando la nave!
¡Qué mar desconocido nos circunda!
Durante el alba
Comenzará el canto final de las sirenas.



Versos sonoros y frugales; redondos y pulidos colmados de color y de esencia; del mar y cielo; de trigo y vidas áticas.
Dos poemarios que, a manera de finos joyeles suman en la obra de Sánchez Mayans un lauro más por merecido elocuente y por justo brillante.





La muerte de la Rosa (1991)

Libro publicado en primera y segunda edición por la editorial Atenea.

LamuertedlaRosa“La muerte de la rosa” es el nuevo libro del poeta Fernando Sánchez Mayans.

Por Senen Montero

En un libro de 60 páginas el poeta Fernando Sánchez Mayans escribe treinta y un sonetos con el nombre de “La muerte de la rosa” (Ediciones Papeles Privados).
En general son 62 cuartetos y lo mismo de tercetos correctamente distribuidos en esa paginación.

El poeta, que en su caminar literario cumple con esa misión de consagrado —podríamos decir — porque durante ese tiempo (ya cerca del medio siglo) de escribir poemas consigue su decisión de contagiar — con su venero — a otros consagrados como Octavio Paz, que le dedica el soneto: Del poema perfecto.

Lo mismo hace dedicatorias a Marcela Zuñiga, “Unicornio”; Brígido Redondo, “Casandra”; Javier Sánchez Mayans “Ajedrez”; Alí chumacero, “Breve discurso del soneto”; Carlos Núñez Urquiza,”Memoria de Borges”; Rafael Solana, “Hermano”; Griselda Alvarez, “Agua-sueño”; Elvira Gascón, “Primera reflexión sobre Narciso”, Rubén Bonifaz Nuño, “Orficos” y a Alicia Zendejas, “Segunda reflexión sobre Narciso”.

En “La muerte de la rosa” Fernando Sánchez Mayans ofrece su experiencia convertida en fuente o raudal de efervescentes que no declinan en un hallazgo efímero, sino que crece con el tiempo a pesar de su soledad —expresan algunos críticos que es el poeta solitario — alejado tanto de grupos como de antologías.

A ello ha contribuido, seguramente, sus largos años de ausencia del país como diplomático. No obstante la ejecución de su obra literaria lo ha distinguido como escritor comprometido fundamentalmente con ella y con su país.

El crítico Gaetano Foresta dice de él: “Al conocer una edición de sus sonetos traducidos al italiano nos ofrece una lectura con multiples posibilidades de interpretación. Particularmente confieren a la poesía de Sánchez Mayans la visión, clásica y contemporánea, del ser ante la vida y ante la muerte —perpetuo devenir cósmico — inmersos en un tránsito permanente”.

Sánchez Mayans se ha dado a conocer, no sólo como poeta sino como dramaturgo.
Gana el Premio Nacional de Teatro del INBA en 1962, con su espléndida pieza: Las alas de pez”, que también obtuvo el preimo Juan Ruiz de Alarcón en el mismo año.

Ha dictado numerosas conferencias en la Universidad de San Carlos, en Guatemala, en la Universidad de Pisa, en la Universidad de Bolonia, la Universidad de Roma y en la de Venecia.

Fernando Sánchez Mayans ha sido diplomático en varias ocasiones en Estado Unidos, Europa (España –Italia) y también ha recibido varias distinciones entre las que resaltan la Flor de Oro en la fiestas de la Primavera en 1951. Medalla de oro de la ANDA, por la Federación Teatral de la Asociación de Críticos de Arte, Premio Juan de Alarcón, por la mejor obra de teatro mexicana en 1960, Medalla Moliére de la Alianza Francesa en Guatemala en 1971. Orden de la República Italiana en grado de Comendador, otrogada por el gobierno de Italia en 1975.

En el soneto Agua-sueño leemos:



“sobre el agua de tu sueño percibo
como percibe el ojo la pureza 
de un espacio de luz que se apresa
la forma móvil de un asombro vivo.
Junto al rumor del agua transitivo
El sueño fluye leal a la belleza
Cristal en clave su naturaleza
Es un juego de espejos lo que escribo
Pero el sueño mortal que el agua apura 
en un texto de fría transparencia
un instante del tiempo los separa
Sólo el poema fija en su clausura
La plenitud del sueño y su evidencia
El verbo lo consume y lo declara.”



Julián Castruita Morán, en el suplemento El sol en la cultura, escribió acerca de La muerte de la Rosa:

La muerte de la rosa de Fernando Sánchez Mayans, corresponde a una colección de 31 sonetos ampliamente reflexivos con aproximación amorosa y fuerza interior que trastoca en cierto espacio, temáticas personales y ausencias.

Fernando Sánchez Mayans, quien es miembro del Grupo de Mascarones o de los cincuentas, como algunas personas suelen llamar a los poetas y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de esa generación que nacieron entre los años 1913 y 1933.
Sánchez Mayans es un poeta al que se le ha llamado solitario por su alejamiento de cúpulas sagradas y pontífices del conocimiento. Él, a diferencia de otros, aparentemente ha pasado inadvertido y tal vez si recordamos la antología Mascarones de Julio C. Treviño publicada en la imprenta Universitaria en 1954 nos quede el siguiente cuestionamiento ¿Qué paso con Fernando Sánchez Mayans? Después de todo el Poeta C. Treviño antologó a juicio personal a 22 poetas, que si por edades se les puede mencionar, estaría en primer orden el poeta de origen campesino Celedonio Serrano Martínez que nació en Puerto de Arriba Guerrero, el 3 de marzosde 1913 o el menor de todos, Ruiz Harrel que nació en México, D.F. el 6 de octubre de 1933.

El poemario que lleva por título La muerte de la rosa, es un buen ejemplo de endecasílabos y alejandrinos, ampara bajo unidades métricas y hemistiquios con el rigor de ciertas licencias poéticas, una experiencia propia donde el autor por momentos juega con la rima y en los tercetos nos involucra en una nueva realidad dentro de la preceptiva literaria bajo un conocimiento amplio del oficio, puesto que mina diversas acentuaciones.

A la vez que retoma el rumbo difícil de las dedicatarias, tal es el caso de Alí Chumacero, Marcela Zuñiga, Rubén Bonifaz Nuño, entre otros, este gran ausente que durante amplios períodos se ha mentenido fuera de nuestro país como diplomatico y al final de cuentas su obra nos queda como una reflexión entre el principio y el final de las cosas en la vida y la muerte en meditación filosófica profunda.

El soneto clásico a partir del siglo XVI, está considerado como la forma poética fija más importante de Europa, su proceso, con alteración de la métrica (en concordancia con Tomás Navarro) aparecen los sonetos alejandrinos. Esta dimensión acomoda a Fernando Sánchez Mayans en un sistema estructurado que abre nuevos caminos, que al igual que Rubén Darío, en algunos casos acomoda la rima con un personal tratamiento, tal y como se observa en el soneto intitulado “Aproximación amorosa” con versos alejandrinos y con un esquema de rima en tercetos fuera del orden establecido: CCD, EED y después de todo, en el libro de sonetos La muerte de la rosa, encontramos equivalencias en los diversos tratamientos, dignos de estudio.

Fernando Sánchez Mayans, La muerte de la rosa, Papeles Privados Mexico , 1991. 59 pp.




Experiencia del silencio (1998)

En el Universo del Buho, se publicó la siguiente carta que escribió el Prof. Jaime Siles desde la Universität St. Gallen a Fernando Sánchez Mayans.

Sánchez Mayans, un enorme sonetista.

St. Gallen , 20/1/2000

Querido amigo:

Una amiga suiza, especialista en cuento español e hispanoamericano, la doctora Erna Branderberger, asistió ayer a mi clase en la Universidad para entregarme un recorte de Excélsior, del 13 de noviembre de 1997, en el que se habla de sus Retratos literarios –que no tengo y que tanto me gustaría conocer – y se me cita a propósito de mi admiración por sus sonetos. Este hecho ha puesto mi memoria en marcha y veo que todavía no le he agradecido su Experiencia del silencio en la que tanto aprendí y disfruté. ¡Qué envidia de edición! ¡Qué belleza de página! ¡Qué pulcritud de letra! ¡Quién pudiera publicar en el Fondo de Cultura Económica…! Estos cincuenta sonetos , variadisimos y únicos en sí, me confirma en el aprecio que siempre he tenido por su obra, al tiempo que me descubren otra parte de ella que me llega muy directamente a mi. Me refiero a esos tres versos que, en su prólogo, cita Chumacero: “De la paloma incandescente me deslumbra lo que ella tiene de invisible”

¿Dónde puedo leerlos, de que libro suyo son? En cuanto a la Experiencia del silencio, debo decir que me han interesado tanto poemas como versos; los dedicados a Reyes, la Yourcernar, Borges, Gorostiza, Villaurrutia, Valéry y Quevedo, el último verso del “Soneto nocturno” y su múltiple revivisencia y reverberancia; el marmóreo “Delos”; el existencialísimo “Ajedrez”; el metafísico “Agua sueño” que –con los de las distintas series de Narcisos, “Aproximación amorosa y Órficos” – considero el centro nuclear del libro.

Gracias, pues, por este envío, que es regalo, y al que intentaré corresponder con el envío de un nuevo ensayo sobre Mayans, dos estudios sobre Borges y Altolaguirre, mi nuevo libro Himnos tardíos, que acaba de aparecer. Por iniciativa de Alejandro Rossi fui invitado a formar parte del jurado del Premio Octavio Paz, pero he tenido que aplazarlo hasta el año siguiente. Confío en que entonces sí nos podamos conocer. Un fuerte abrazo con el deseo de todo lo mejor por usted en el año que empieza.

Prof. Dr. Jaime Siles
Universität St. Gallen Rúbrica




Acerca de los sonetos
Donde se rompe lo cotidiano, Sánchez Mayans

Por Fernando Martínez Ramírez
Dedicado a Irma Montañez

El poeta y dramaturgo Fernando Sánchez Mayans nació el primero de mayo de 1925. Aunque oriundo de Campeche, su infancia estuvo muy ligada a Baja California, pues su padre era propietario de una estación radiofónica en Tijuana. Cursó la primaria y la secundaria en el DF. Después estudió High School en San Diego, California.

“Desgraciadamente –confiesa– pertenezco a una generación que no supo ser rebelde. Yo aprendí que a los mayores no se les interrumpia […] Viví una mojigatería de todo tipo, que asfixiaba nuestra tan espléndida adolescencia.” Estudió letras hispánicas en la Facultad de Filosofía en la UNAM, cuando aquélla todavía estaba en el edificio de Mascarones, de ahí que suela situarse a Sánchez Mayans dentro del Grupo Mascarones, donde también figuran Rubén Bonifaz Nuño, Rosario Castellanos, Miguel Guardia, Jaime Sabines, Emilio Carballido, Sergio Magaña, Luisa Josefina Hernández y Jorge Ibargüengoitia, entre otros.

Sin embargo, Mayans ha dicho que “a esa generación sólo la identifica el tiempo: ni aspiraciones, lenguaje, afinidades e incluso modo de ser”. Tal vez una característica común era su intento consciente de apartarse de los Contemporáneos – aunque el poeta campechano ha reconocido siempre la influencia de Villaurrutia– . Buscaban lo mexicano, de ahí la importancia que para todos tuvo López Velarde. A pesar de esto, Sánchez Mayans es conocido como un escritor alejado de grupos y antologías. Tambíen busco evitar el paisajismo de Othón y la luminosidad de Pellicer. Prefirió los claroscuros, la intimidad con ciertos matices metafísicos. No deseaba un lirismo fácil sino un mensaje, que quizás tuviera que descifrarse.

“ Es cuestión de esperar
En esta simultánea ausencia
Entre Dios y el demonio
Cuando el terror del verbo toca sólo el vacío
que el compañero lector ambiguo
–cómplice perfecto de nuestras soledades
vislumbre la turbia incadescencia del poema
la vigilancia de una libertad inerme aque aisla a los poetas
es la última línea que nos quema la vida”. 1
Ver más…

Los escritores jóvenes de su generación habían quedado desencantados del mundo debido a la segunda guerra mundial y la bomba atómica. Tenían como únicos foros para dar a conocer sus ideas la colección Metáfora –revista que dirigía Jesús Arellano – y el suplento cultural de El Nacional, Sánchez Mayans publicó por primera vez en 1946, cuando en Baja California le editan una colección de poemas llamada Hojas al viento.

En 1950 sale Pausa al silencio y un año más tarde otro libro de poemas, Decir lo de la primavera, con el que ganó el Primer Premio Flor de Oro en la primavera de 1951. Cuatro años después publica, dentro de la colección Los Presentes, Poemas, texto del cual la crítica señalaría el influjo de Villaurrutia sobre el poeta campechano.

El constructor de himnos en medio del desierto inhóspito. El mago solitario, aderezando fórmulas para curar alucinaciones. El cuerdo entre los enajenados y el enajenado entre los cuerdos. Porque el texto poético es, en nuestros días, uno de los acentos trágicos que se estrellan contra este muro de las lamentaciones que es la segunda mitad del siglo XX, inútil como todo lamento contemporáneo…” 2

Mayans ha incursionado en el verso libre, pero ante todo es un poeta clásico.3 Define su poesía como “vivencial y existencial”. Aborda el problema del Ser ante el otro, así como las preguntas fundamentales acerca de la vida y la muerte. Le preocupa el instante, el tiempo que se nos va, quisiera detenerlos y “ la única forma de lograrlo es captando en la palabra la belleza de lo instantáneo”:

“ Se pregunta el que contempla
cuál es la utilidad de la rosa
De la espuma
De una calle en silencio
De aquel rostro hermoso
Que lleva un sobresalto de eternidad
Puras contemplaciones
Equívocas del ojo.” 4
Ver más…

No es el verso libre o el medido –considera– los que llenan de poesía al poema. Sin embargo, la forma clásica es un ejercicio disciplinario que acerca a la creación estética, que es finalmente lo que persigue todo artista. Escribir poesía es salirse del orden del ser humano. El poema es una rebeldía, una diatriba, una blasfemia. Es un decir: “esto no está bien, hay que sublimarlo”, hay que cambiar la realidad. Para Fernando Sánchez Mayans el acto creativo es la salida de algo que llevamos dentro, una corriente que toma su dirección como un impulso, y puede ser sólo un instante donde lo cotidiano se rompe. Cada palabra resulta una “inapelable criatura, es un grito de ausencia y una señal que busca el ático de paz que conservan los inmortales”.

El dramaturgo

Sánchez Mayans también es dramaturgo, y considera que en nuestro país el teatro sigue siendo la Cenicienta de la literatura. En 1962 obtuvo el Premio Nacional de Teatro Juan Ruiz de Alarcón por su obra Las alas de pez.

El teatro –ha dicho– debe procurar que el espectador sea otro cuando sale de una representación. Entre los cuatro conflictos dramáticos fundamentales, el más frecuentado por Mayans es el del hombre contra la sociedad. El dramaturgo reconoce en esto el influjo que sobre la psicología de sus personajes ejercieron los griegos, sobre todo la Antígona de Sófocles, que reconoce como su personaje favorito.

Sánchez Mayans, para quien “cada obra literaria lleva una aspiración no sólo estética sino ética”, ha sido traducido a varios idiomas. Sus obras teatrales se han puesto en Guatemala, Italia, España, Estados Unidos. Ha publicado en Roma, Barcelona, Guatemala y Madrid.

¡Voces jazz silbatos pasos!

Mayans ve en toda obra literaria un fragmento del desarrollo intelectual y espiritual del escritor. Se considera un hombre responsable e idealista, pero lamenta que “el ser humano, con todo y sus condicones intelectuales, sus condiciones espirituales y su inteligencia, [sea] un ser egoísta desde pequeño”. No obstante –al fin humano– Mayans no es hombre sin esperanza, así lo deja ver cuando declara ser un poco panteísta, en la medida en que todos somos un poco divinos.

Muchas veces, al escribir, ha dudado de lo que hace. No obsante, la lectura de un escritor que lo apasione le devuelve “la enfermedad creadora”. El acto creativo resulta para él una lucha contra la palabra. Cincuenta veces intenta, muchos de estos intentos son fallidos y van la cesto de basura, otros quedan como borradores, pero si un soneto se logra, esa noche de lucha ha valido la pena. Entonces – dice– “duermo con la placidez de quien se consuela de haber cumplido con su deber y ha sido honesto…”

N.Y. TICKET PARA EL MUCHACHO:

“Como elevada llama de amor
va el adolescente
al encuentro de una sola esperanza
Viene de la belleza para encender la noche
Cuando el hombre es un aprendiz de caminante
Y tiene algo de paso solitario entre las ruinas
Enarbola un seno o una bandera
Por sus ojos abiertos llaga llega
Ese gran corazón navío desangrando el aceite
y el compañero viento lo saluda
Mientras juega entre alas de palabras en gringo
Voces jazz silbatos pasos!
Sale soñando para entrar en la época
De los puertos enormes.
De prisiones altísimas
Sonámbulo va por los muelles secretos
Ni la oscruidad conturba su silencio
Pura es la voz de la carga y descarga
Limpios los ojos que se miran de noche
En el rostro un asombro fantasma
Y una máscara triste para el frío
Escaparates sexo hedor […]

1 Poema “Invocación” en Fernando Sánchez Mayans, Poesía, 1951-1981 Plaza & Janes, Barcelona, 1985, p. 160 2 En su ensayo “Enrique González Martínez” (Instituto Mexicano de Cultura, 1961), citado por Hugo Gutiérrez Vega en las anotaciones con las que prologa el libro Mayans, op.cit. 3 Jaime Siles, filólogo valenciano, ha dicho de él: “el mejor sonetista que en este siglo, tiene nuestra lengua, sobre todo por esa textura conseguida en su perfector mármol conceptual…” (Excélsior, 4/Julio/1993). 4 Pronunciación XII, en op.cit. P. 111




LOLA MARTÍNEZ [15.916]

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Lola Martínez

Lola Martínez, nació en Tobarra (Albacete, España) el 16 de marzo de 1957 y reside en Vilamarxant (Valencia). Cursó estudios de Historia y Diplomatura de Enfermería en la Universidad de Valencia. Es cofundadora de la editorial Derzet i Dagó donde dirigió la colección de poesía escrita por mujeres, y también de la Asociación de Escritores en Red Marqués de Bradomín de la que fue vicepresidenta hasta 2011. Perteneció al grupo de poetas “La Literonáutica” y “El Literonauta” desde las cuales difundió la poesía escrita por mujeres y participó en el programa de “poesía en las calles”, auspiciado por los Ayuntamientos de Villena y Burujón.

Participo como poeta y editora en diferentes ferias del libro en España y Europa. Ha participado como invitada en el “XV Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el país de las Nubes” (Oxaca, México), “Encuentro Latinoamericano de Poetas” de la Universidad de Phoenix (Arizona), I Fecuentro Internacional de poetas en Ciudad de México y Festival Internacional de Poesía Ramón López Velarde (Zacatecas, México).

Ha publicado los siguientes libros de poemas: “Bruixes- Brúixoles” (EDT Derzet i Dagó), “La voluptat del groc” (EDT Derzet i Dagó), “Catavientos” (EDT Betania), “Las piernas de la libélula” (EDT Visión Libros, colección Li-poesía) y “Sayal” (EDT La Cuadrilla de la Langosta).

Ha traducido al valenciano la obra “Albricia” de Soledad Fariña con el título de Albíxera.

Sus poemas han aparecido en las revistas españolas Aljamia (Valencia), Ateneo de Almería (Almería), Chiva más viva (Valencia) y Tirano Banderas (Madrid). Tiempos Hispanos de la Universidad de Delaware (EEUU), Solaluna de la Universidad de Phoenix (EEUU).

En cuanto a narrativa, ganó el primer premio en el concurso “Un minuto de amor” de Radio Cinco (RNE) con el cuento “Café del tiempo” y ha publicado cuentos en “Antología de microcontes” (EDT Oikos, Barcelona).

Entre sus publicaciones colectivas destacaremos: “Homenatge als trovadors”, “Homenatge a Joan Brossa” y “Vint-i-una poetes valencianes”en la EDT Forest D’arana; “Doce más uno” EDT Minor Netwok (Toledo); “Mujeres Poetas en el País de las Nubes” EDT Centro de Estudios de la Cultura Mixteca y  “La mujer rota” de Literalia Editores (México), entre otras.

Ha dado recitales de sus poemas en diferentes ciudades españolas y en Arequipa, Quito, Buenos Aires, Santiago de Chile, Zacatecas, Oaxaca, México DF, New York, y Phoenix, entre otras.   




Té escondí en un poema oriental
con pocos versos, como pinturas de oración
y en una cajita de nácar perfumada de loto.

Te soñé corriendo las calles de Estambul
llenas de gente sin cara
que envidiaban tu risa.

Te perseguí por caminos
cobijada en un tren
donde crujía la madera
imitando el sonido de tu voz.

De repente me despierto
en la mesa de un café
mirando esa foto en la que bailas,
la repaso deteniéndome en los detalles
pensando en como pedir disculpas 
por el paseo de mis ojos en tu cuerpo.  


-


Aquel último hueco
no conoce su geometría
se sueña entre bautismos
meciéndose en un pulgar
sin percatarse del peldaño
que tiene su garganta

Huele a casualidad
y al llanto que se hunde
cuando cae una libélula


-


Al despertar salta
la arena de las manos
es el instante reticente
que perfuma las canas
de una almohada fresca.

La estrategia de la mañana
huele a secreto de luciérnaga
y a mantel de las visitas
cuando vuela la libélula
sobre tu mano y muere


-


Quién no ha muerto
desde alguna orilla
con la traición del deseo
escondiendo la llave
en el nudo negro
que cierra la puerta
que te aprieta el pecho





DUERMEVELA

-I-

Susurro un vuelo
desde mis ojos
a la orilla de tu cara,
desde lo eterno del labio
a lo peregrino de tu ceja.

Es la inútil fatiga
del colibrí
llorando silencios
en el quicio de una estrella
para acabar en el estanque
del alba sin regreso


- II -

Amiga de las tardes
de las letras oscuras
del trapicheo del viento

amiga de verde chillón
de mis zapatos de nube
de mis versos de espuma

te espero amiga,
sin sabiduría de abrazo
con impaciencia de libélula


-III -

Veo que llora
desde el duermevela
coja de un oído
abierta al viaje
al secreto de ayer
a la encarnada abertura

desde el duermevela
nace la niebla de ángel
la ribera del misterio
y la pena de una estrella




Ni me mires

Los huesos salen por el escote,
comida de perros,
anhelo de Hydra
cayendo entre las grietas de la piel

El agujero de una tarde con truenos
absorbe la malsana idea
de la carne en busca de amor;
la sangre corriendo por la cara
no deja ver que se cierra un ojo

Nada hay tras una mano abierta
el perdón del cuerpo humillado
pasea su tiempo por los brazos
como un cangrejo en  marea baja

Si los labios no están pintados
los dientes se verán blancos
si la carne se vuelve débil
es comida de anteayer



A Juana Castro

Sin más, corren los días
por el tamiz del verso
a la espera de un botín
saciante como el pan

Atan una  posibilidad
con un cordón de zapato
para que ni una piedra
pueda escoger el dardo
o el grito huésped
que altere lo establecido

La seguridad de lo cierto
la fe que blinda la casa
y el rumor adormecedor
de una hoguera ciega
dan paso al casto sueño
de una sangre vieja 


-


Ya sueña mi pestaña
ebria, curva y fuerte
que la mece la luna
en su seno sinuoso

Ya se mueve una rama
desde el azul que corre
hasta la gran cruz del sur
desde el vino que bebí
hasta esa copa de sol

Me agacho ante la puerta
de mi gran mala suerte

suplico cobijo al alba
doblegando la rodilla
y camino entre el ruido
etéreo de rojos efluvios
que entran por mi boca
en un ataúd de llanto



-



Alto es el rumor
del esfuerzo fingido
en un hilo de pena
caído en los huesos
sin enmendar el llanto


-


Decidió volver por no saber
si lo que deseaba era ir

El único movimiento posible
fue caminar sobre sí misma

Las paredes sorteaban límites
la oscuridad era tan alargada
tan compacta, tan insalvable
que las posibles elecciones
parecían muros de pizarra
con los que juega el tiempo

Prendió una barrita de incienso
para envolver el olor del aire
desde un minuto a otro

Nada podía hacer
que le evitara detenerse
en su recorrido previsto
agotando el destino

La soledad fue lo que encontró


-


Sobre la reticencia de la piel
la lengua es como un musgo
que va velando su traje
hasta hincarse de rodillas
sobre los silencios que cuelgan


-


Flotando por la cintura
se escapan los besos
hacia la soledad del cuello
y la noche cavila
sobre sus caderas
cómo sería bailar
de puntillas por tu sueño


-



El hilo de aquel deseo
es débil y amenazante
cauteloso y coloreado
huele a gintonic de jengibre
y perfora como la polilla
el cielo de las palabras




NÉLSON ROQUE PEREIRA [15.919] Poeta de Cuba

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Nélson Roque Pereira

12 de Mayo de 1966, Ciego de Avila, CUBA

OBRAS PUBLICADAS/ OTROS DATOS DE INTERES: Textos de su autoría han sido publicados en el Periódico Invasor en Ciego de Avila; Boletín Literario del ISACA. Obtuvo primer lugar compartido en el encuentro municipal de debate "Talleres literarios" (1994); en 1995 mención en el concurso provincial en saludo al 14 de Febrero. Todos en Ciego de Avila.

Miembro del Taller Literario "Olga Alonso" del Municipio Ciro Redondo en Ciego de Avila.

DIRECCION PARTICULAR: Apartado Postal No. 27 Ciro Redondo, Ciego de Avila CP: 67500. CUBA.


En   El Caimán Barbudo. 2|2|2013


                     Para escrutar la vida hay que fundarla
                     y que fundamentarla en un orbe.
Antonio Colinas.

                     …cada palabra se libera,
                     recorre el tiempo que ella se crea,
                     se pulveriza para reaparecer.
José Lezama Lima.


Por Primera Vez

Por adictos tiempos se escucha
el grito del que va rumbo a los muros.
Las caras sugieren otras edades,
y el tempo se agrieta en conjeturas,
no más que a vengar el frío del reverso.
Nada que ver los destellos con la luz
de quién pasa y no deja trazos,
el don que nos fue vestido
por si nos provoca el mundo.
En los embarcaderos las idas y venidas
sobre el tablero de Ulises, el contagio
del centavo por si el regreso a casa.
No importa si perdemos un café
en el reclinatorio de las barcas,
o si se engarzan las promesas
en la misma cáscara del arco iris
que pudo ser el puente origen
de todo lo que no está cumplido.
Si el navegante llega a destiempo,
una razón de más para no ser el huésped
de las fatigas, los barandales
de los que partieron un día
en diálogo con el barro.
No importa duelan las espaldas
en espera de la comunión,
llegará el primero a ese extraño parecer
de husos, trigos y rosas.
La humedad del ritual adolece dar,
y dar un poco más, hasta que duela
la imperfecta redondez del ser.




Círculo

                                 “… nunca somos a solas sino vértigo y vacío…”
                                                                     Octavio Paz.

A mediodía ya no hay salida
para quien atraviesa el túnel
y se crece en la dimensión.
Es el momento en que la sombra
de la araucaria se expande
y trae consigo en los olores
ramas de un ciclo al acecho.
Se deshacen las hilanderas
más allá de la coma, el espacio,
y mana el lenguaje en catarata
de ruptura que se despeña, salta
a un abismo de voces detenidas.

Aún está sobre el escritorio
el tronco sin labrar y sin nombre,
decir no cuesta nada, decir
es padecer el pensar en señales,
cuesta o no pensarlo todo,
si los días se revelan cartas,
y ciertas cosas dejan de importar
al sermón del pensamiento
para quien se detiene y vuelve
a pisar el círculo del vacío.




Noción de fechas

                                                            “Sangran desde mi horcón ardiente
                                                            y olfatean mis talones”.
                                                                         Dylan Thomas.


¿Quién la utopía, los puntos 
sobre las íes para martillear el canto?
Si la puntilla se joroba antes
de ser la casa donde habitará el amigo,
y se queda el canto en un letargo
de trazos discontinuos
que se van acostumbrando
al vicio de los martillos,
y queda el madero en la mirada
de sopor correoso de hijo a padre,
bajo las trampas que tiende
el sinsabor de un café.

Una vez más materias de alimento
que se agolpan como cicatrices
a la uña, al pan, al grano de arroz,
a bisiestos parpadeos de esperanza.
Acaso el viaje se ha vuelto nervio
entre el clavo y el madero.
El oficio es ser golpe en la unidad
aunque tiemblen los horcones,
y se atrinquen las fechas
al amparo de la carne.




Siembra

                                            “Yo digo: no piensen en la cosecha,
                                            sino sólo en la siembra justa”.
                                                                T. S. Eliot.


Entre mi cerca y la tuya
un mismo poste, el mismo alambre
que corre hasta el final
alternando las piedras
con las imprecisiones verbales,
que deshacen el infinito
en la sombra del bienvestido.       (bienvestido es un árbol de Cuba)
Aún quedan en la lejanía
pequeños portillos
por donde se nos van los hilos,
y rota la muralla nos hurtan
los frutos de la cosecha.

Ahora queda justo el tiempo
para demorar la siega y volver
por causas e intención
a dividir los granos
entre los dedos,
llegarán las lluvias de agosto
a subir el nivel del pozo,
a presagiar el cundiamor     (cundiamor es una enredadera con frutos)
y los pájaros sobre la cerca.

Si el destino es clavar al poste
siete grampas y un cascarón
donde crecer la orquídea,
te regalos las tempestades,
no son peores desde el horizonte
con sus cerros de humo,
basta con otear las ruinas
para saber que aún tienes casa
sólo para una siembra justa.




EROS

Al pudor de tu Diosa
regalo mi morada para la emoción,
que convida el ritual
soñar angeles para tu lecho.
Le ofrezco en acecho navegar en mieles
ahogarme desesperadamente en tus fuentes virginales
resucitar entretejido por las jaulas del placer
moverme despacio e idílico defender
con cortinas de fuego y mi escudo de hombre
a tu incitante flor.

Tu belleza; la primavera
que alcanza en alas
la venturosa cima de nuestros cuerpos.

Convida la violenta sed aplacar con rocío,
que sucede a nuestra fiesta y
sofocar con mi vello tu vida llama,
que escale como espiga y gimiente me acerque
entre cándidos besos a tu celestial trigal.




PENSANTE

¿Por qué lloras hermano?
Somos todos así
nacimos del lodo
oye a tus campanas
bebiéndote tu miel.

- Allí no lo tendrás.



AURORAS DEL PARAISO

Manos derrededor de mi escudo
tu hiedra entre mis besos.
Sube un pedestal llameante,
el murmullo de tu risa
sella una voz que vuela
y templando el acero de mi pecho estrellas tus pupilas
que cargadas de mis notas lloran, y cada lágrima me convoca a candentes deseos
de guardar el silencio,
apoyar ante tu armonía sucumbir todo el misterio
y con un fulgor de orgullo arrancar de tu lira
el crepúsculo de un verso.



MISERERE

Haz un camino
haré yo las ruedas para este tren.
Tal como pienso en imágenes
quiero sumerger las pisadas
en su metáfora y su mecanismo verbal.
No quiero imaginar palpitaciones ni regodeos
al momento de expresar con elegancia
la originalidad de este curso,
entre casas habitadas por la mullida acuarela.
Quiero forjar junto a tí,
un jardín en floración,
que cada ventana traspase su olor
quede desconcertado el oscuro
y la exposición que nazca de nuestro caminar
le añada condecoraciones al estandarte
de nuestro carruaje.




TENTACIÓN

Acuden al unísono
las nebulosas grises,
que un poema que hierve.
Acuden trotando cual bestias espantadas.
es la transfiguración;
persigue el antiquísimo desasosiego.
¿tuvo la maldad razones para proclamar?
El día más gris, de la semana pasada.
Hoy se acarrean sillas
encienden las luces; enfocan sus ideas.
Divaga la sombra, cubre de suerte
y vacía su mente la estridente noticia.
Visitar el depósito, la rejuvenecida vida.
Oficia la materia; engendra su vehemencia
Lígase todo, circunda la emisión
la facultad del verbo.
Verbo que en las dunas cree,
y anuncia no en segunda voz,
que ojear la vida.
Tiene hoy razón la primavera
para desperatar la lluvia.



---

Si un soplo de poeta
llegase un día
plantaré mis colecciones
y al montón de libros
que atesoran mi cuarto
arrebataré el silencio.
Conversaré con Tina
Gorki y Amicis,
Le pediré a Neruda
Kafka y Vallejo
rasguen lo que un día
puse a vegetar en sobres
esperando que un trazo
sembrara ramilletes
en amarillas márgenes.
Escribiré a toda hora
qué más vale para tí
vivir una bohemia
o soñar con mis manos.
No hablaré a mi musa
dejaré su ego,
a lo que se atreva,
arrimar el alma.
Pender del techo
aquel primer poema
que marcó una tarde
Si en el soplo del poeta
me llegase un día
no cambiaré la pluma
por otra mirada.



---

Nuestros golpes.
Has olvidado ayudar a un hermano
llanto y tristeza.
nuestros golpes
Has olvidado saciar la felicidad
Te aconsejo no vuelvas
ahora niebla.
Ayer pudo florecer.


---


Para tí hermano
las estrellas no caen.
Fugases vuelan por tu memoria.
Sabes,
que como péndulos
podrías atraparlas
en tu red de amores,
las cuales serán fáciles.
Posees la mano limpia
que suavemente crece
entre torbellinos de vida.


---


Ayer hubo,
hoy las hay.
Cayeron desde Belén.
Ni retorcidas ni huecas;
pobladas de polvo,
quimera,
cosecha de buenas consideraciones.
Todo ello.
Vivencias.
Ha de todo milenios, hoy,
rueca entre dedos
deshojando la maldad.
Brotó un angel,
ríe como loco caballo.
Contrastes.
¿No esperabas esta nublada humanidad?
La verdad juega;
un compás dislocado,
su cadencia no marca el tiempo.
No se tú...
Yo quiero un volcán como lecho,
al caballo,
azorar sus crines.
Desperté.
Nací el doce.
Es 1994



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