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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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CHIANG HUNG [15.731] Poeta de China

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CHIANG HUNG

Chiang Hung (China  502 d.J.) Procedente de Honan. Sirvió ala dinastía Liang, pero murió a causa de su involucración en un escándalo político. Su nombre fue vinculado al del poeta Wu Chün, y los escasos datos conocidos de su vida en general aparecen en la biografía oficial de Wu Chün.




PAPEL DE CARTA ROJO

Los matices diferentes no son raros,
pero este rojo es completamente único. 
Llameante, fiero como el loto al abrirse, 
surcado de reflejos como jirones de bruma. 
Seda estampada, enrollada con aceite perfumado, 
bañada con la esencia de capullos cortados. 
Déjame dar testimonio de mi corazón separado, 
ensobrado en mi amor por ti.
Si nunca llegas a mi dulce amado, 
¿cómo sabrá él que mi lecho lo anhela?





UNA ROSA

Junto a la puerta hay una rosa,
su tallo y sus hojas se curvan con gracia.
Sin viento, sus esencias aún perfuman,
sus flores se mecen a voluntad.
Inquieta en su dormitorio primaveral, 
junto a su estuche abierto, practica Lady Ming. 
En los estanques titilan los reflejos,
las pendientes de las riberas lucen sus mejores galas. 
Ahora escucha el dulce canto de un pájaro fugaz, 
luego mira los pájaros que llevando barro se dirigen a sus nidos. 
zambullámonos en jarras de vino claro;
por lo demás, no habré de preocuparme.





TE VUELVO A ENCONTRAR

El blanco sol calma los vientos puros, 
nubes de luz motean los árboles altos. 
Súbitamente, justo en ese instante, 
junto abrojos y vuelvo a encontrarte.


traducción de Ruth Berg









HSIAO KANG [15.732] Poeta de China

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Hsiao Kang 

(China, 503-551 d.J.) Se convirtió en heredero cuando murió su hermano Hsiao T'ung, ya que era el tercer hijo de Hsiao Yen, y sucedió a su padre en el 549, como emperador. Fue asesinado dos años más tarde por el general tártaro Hou Ching. Fue un estadista de gran erudición y talento literario, budista creyente. A Hsiao Kang se debe el desarrollo de la "poesía de palacio". Se cree que él encomendó a Hsu Ling la compilación de la antología Nuevos cantos desde una terraza de jade.



SUSPIROS DE UNA DAMA DE CH'U

En su cuarto el reloj de agua aún gotea,
la infinitud del tiempo, el silencio de la noche. 
Los insectos de la hierba revolotean a través de la puerta nocturna, 
las arañas tejen sus muros otoñales.
Ella sonríe lánguida, pero no es una sonrisa feliz. 
Suspira dulcemente, un suspiro que se vuelve dolor. 
Las horquillas de oro se deslucen en su pelo, 
los palillos de jade chorrean sobre su vestido.





VEO UNA HORQUILLA REFLEJADA 
EN LA CORRIENTE DEL RÍO

Igual que ella, su reflejo en el agua verde 
parece anhelar una brisa que refresque.
La corriente tiembla, destruye la imagen pintada. 
Una horquilla cae, las flores del peinado desaparecen. 
¿Dónde está el que durante tanto tiempo amara? 
Ella sufre en vano por los corazones que ya no son uno.






LAMENTO

Los vientos del otoño y los abanicos blancos 
son por naturaleza incompatibles.
Una nueva mujer y un amor pasado... 
¡intolerable idea!
Campanas de oro amarillo detrás de mis codos, 
fuentes de jade blanco sobre la mesa. 
¿Quién elegiría enfrentar esto sola?
A cambio, ¿debo soportar la infidelidad?






PUEDO SUSPIRAR

Puedo suspirar pero no puedo pensar,
o puedo pensar pero no puedo ver.
Se ha roto una cuerda sobre el puente de mi guitarra, 
una huella de lápiz labial mancha mi abanico de concierto.


traducción y prólogo de Ruth Berg












HSIAO YEN [15.733] Poeta de China

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HSIAO YEN

Hsiao Yen (China,  469-549 d.J.) Nombre de corte Shu Ta, de Kiangsu. Fundador de la dinastía Liang, reinó como emperador Wu desde el 502 hasta el 549. Budista devoto, dos veces se hizo monje, y tres veces en su vida se retiró a un monasterio.



UN DULCE PENSAMIENTO

Los pétalos de la orquídea comienzan a cubrir el suelo, 
los capullos del ciruelo han caído de sus ramas. 
Como ellos guardan un dulce pensamiento, 
recogeré algunos para aquél que mi corazón conoce.




RAMAS PARA ENVIAR A MI AMADA

El sol carmesí brilla sobre el hielo blanco, 
los capullos amarillos se reflejan sobre la nieve blanca. 
Corto ramas de ciruelo para enviar a mi amada. 
Volveremos a encontramos en la primavera.





SU BOCA SE MUEVE

De cobre iridiscente las columnas doradas, 
vigas fulgentes de jade blanco.
Ella canta una canción solitaria que no dejará de sonar, 
su boca se mueve, exhala un perfume que persiste.






PARA HACERLE SABER

“Las plantas y los árboles no tienen la misma fragancia, 
las flores y las hojas son de diferente color”.
Envío estas palabras a mi antiguo amor 
para hacerle saber que mi corazón lo recuerda.


traducción de Ruth Berg







DU MU [15.734] Poeta de China

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Du Mu 

(杜牧, pinyin: Dù Mù; Chang'an 803 - 852) escritor chino de la dinastía Tang. Poeta lírico a menudo inspirado por cortesanas, se servía de la Historia para hablar de su época.

Aprobó el examen jinshi en 827 y ocupó varios puestos oficiales, pero nunca llegó a tener un alto cargo a causa de sus enemigos.

Tuvo mucho éxito en las modalidades poéticas shi, fu y en antigua prosa china. Escribió también grandes poemas narrativos, un comentario en el Arte de la guerra y varias cartes oficiales a altos cargos. Estuvo muy influenciado por Du Fu, Li Bai, Han Yu y Liu Zongyuan.

Se le suele asociar con otro poeta, Li Shangyin como los llamados Pequeños Li Du (小李杜), en contraste con los Grandes Li Du: Li Bai y Du Fu.

Du Mu fue un poeta lírico, escritor, pintor y calígrafo, cuando la fortuna de su familia declinaba. Vertió en los poemas y en sus paisajes la vida de la naturaleza y de su época. Aprobó los exámenes imperiales y ocupó cargos públicos, pero nunca llegó a tener un alto puesto a causa de sus enemigos. En su juventud llevó una vida apacible. Su obra fresca, de sensuales descripciones alimentadas por su atracción por las cortesanas, refleja la influencia en su vida de las obras poéticas de Du Fu, Li Bai, Han Yu y Liu Zongyuan. Escribió poemas contemplativos entre los que emerge su serena persona:



   Tortuosa senda de piedras.
    Alta y helada montaña.
    Voy arriba y más arriba.
    De entre nubes blancas emerge una casa.
    Detengo el carro y me siento a contemplar.
    El ocaso en bosques de arces me encanta.
    Sus hojas azotadas por la escarcha
    son más rojas y más bellas
    que las flores de primavera.



Tomando solo

El viento y la nieve golpean por fuera a la ventana, 
agarro la estufa y abro una botella de vino. 
Al igual que un bote de pesca bajo la lluvia, 
navego descendiendo, dormido sobre el río otoñal.

Versión de Juan Carlos Villavicencio



La canción de Zhang Haohao 

Cuando cantabas en Yuzhang 
no tenías más de trece años. 
Eras como un joven Fénix con plumas nuevas, 
como una roja flor de loto, recién abierta. 

El famoso pabellón del Príncipe Teng llegaba hasta el cielo, 
el río Zhangjiang surgía del vacío azul; 
era el lugar elegido para tu presentación, 
un suntuoso banquete habría en tu honor. 

Mientras el anfitrión atiende a los invitados 
nos damos cuenta que tardas en aparecer. 

Una preciosa criada del sur te empuja al salón; 
la cola de tu traje se arrastra entre el polvo 
a medida que caminas suavemente. 
Llevabas tu cabello partido en dos trenzas 
que caían sobre tu chaqueta de seda. 

Mirando a la audiencia arrojaste las mangas al suelo; 
luego, entonaste una melodiosa canción 
como sólo lo hubiera hecho un joven Fénix. 

Las cuerdas de los instrumentos callaron de golpe; 
los sonidos del armonio se quebraron: 
no pudieron seguir el ritmo de vuestra voz 
a medida que se remontaba al cielo y se dilataba en el aire. 

Una y otra vez el anfitrión demostró su admiración por ti, 
tus canciones eran inolvidables, decía. 
Entonces te obsequió con un amplio brocado 
Decorado con la figura flotante de un celestial caballo 
y con una exquisita peineta de colmillo de rinoceronte. 

Luego celebramos la llegada del otoño en las arenas del Gran Dragón, 
en noches con luna navegamos el Lago del Este. 

Tantas veces nos vimos 
que rara fue la semana en que al menos 
tres noches nos encontrábamos. 

Poco a poco, tu cuerpo de jade, fue apareciendo ante mi; 
tus miradas poco a poco, se hicieron más encantadoras; 
poco a poco, tus rojos labios fueron más exquisitos, 
comparables a tu gracia, porte y postura. 

Con la bandera en alto el superintendente partió hacia el este 
llevando consigo música y canciones. 
El otoño enfrió los árboles del Pabellón de Xie Tiao, 
las arenas de la primavera calentaron los juncos a lo largo del Juxi. 

Evitando los asuntos de este mundo 
el anfitrión magnífico se sumergió en el vino. 
De repente apareció el Secretario Imperial, 
un joven con tanto talento y gracia, 
que deslucía las virtudes de Sima Xiangru; 
te dio un pendiente de jade como regalo de compromiso 
y se fue contigo en un precioso carruaje tirado por caballos. 

Cuando una cueva se cierra, el agua que gotea suena a la distancia, 
cuando la luna alcanza al inmortal conejo, aparece solitaria. 

Varios años pasaron, 
nuestros viejos compañeros de juerga fueron desapareciendo. 
Cuando, luego de una larga ausencia, 
volvimos a encontrarnos, tú y yo, en Luoyang, 
estabas detrás de un mostrador vendiendo vino. 

Te pusiste a pensar cuales habrían sido mis 
preocupaciones todos estos años y por qué, siendo aún joven, 
me había convertido en un oso de barba blanca. 
Preguntaste si nuestros amigos comunes seguían con vida 
y si yo, era aún, informal e impetuoso. 

Desde entonces he llorado amargamente la muerte de mi patrón, 
y el lago y las nubes se han vuelto otra vez un clamor del otoño 
un rayo del sol cae sobre la blanca rama de un sauce 
mientras un viento helado recorre mi silla solitaria. 

Mi abrigo está húmedo con las lágrimas, 
mientras pongo punto final a este corto poema 
donde he hablado en voz alta de mis pensamientos. 







ELENA GURÓ [15.735] Poeta de Rusia

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Elena Guró

Elena Genrikhovna Guró (ruso: Елена Генриховна); en el matrimonio Matyushina (ruso: Матюшина; nació el 10 Enero 1877 y murió el 5 de Junio de 1913, fue una pintora, dramaturga, poeta y escritora de ficción.

Guró nació en San Petersburgo el 10 de enero de 1877. Su padre era Genrikh Stepanovich Guró, un oficial del Ejército Imperial Ruso de ascendencia francesa. Su madre Anna Mikhailovna Chistyakova era una artista aficionada con talento. Guró pasó su infancia en el pueblo de Novosely cerca de Pskov y en la finca de su padre en Luga. Heredó una pensión del gobierno y de la propiedad en Finlandia de su padre, utilizándolo para mantener su carrera artística. Su hermana Ekaterina era también escritora.


Little Deer by Guró, 1908/09


De 1890 a 1893 estudió arte en la Sociedad para el Fomento de las Artes en San Petersburgo. De 1903 a 1905 estudió en el estudio privado de Jan Ciągliński donde conoció a su futuro esposo Mikhail Matyushin (se casaron en 1906). 




Guró and Matyushin.

En 1905 ilustró la traducción al ruso de un libro de cuentos de hadas de George Sand. En 1906 ella y Matyushin se trasladaron a la escuela de Elizaveta Zvantseva. En 1908 dejó la escuela y estableció su propio estudio. En 1908 su casa fue un lugar de encuentro para debate sobre arte y literatura. 



A Woman in a Headscarf by Guró, 1910


En 1913 continuó escribiendo y pintando, a pesar de que sufría de leucemia. Murió el mismo año en su casa de campo en Polyany, Leningrado Oblast, anteriormente Uusikirkko, Finlandia. En el momento de su muerte, casi había completado una gran obra El caballero pobre. Varios poemas y dos obras en prosa fueron publicadas póstumamente en la colección El Tres y en la revista de la Unión de la Juventud en 1913. Su tercer libro The Little Camels of the Sky se publicó en 1914. 





Como cuerdas del arpa
se tocan los pinos,
donde se derrumbó el cerco,
junto la orilla olvidada
y una mesita luminosa.
El paraíso oculto,
vivificado por alguien.
Al lado de los pinos
el sendero conduce,
poblado de misterio,
hacia un banco amable,
visto por alguien en el sueño.
Que se le acerque
reflexivo, concentrado,
el que sabe amar, no sé a quién,
esperar, no sé qué,
y se duerma, y que su alma vuele
hacia los manantiales claros 
y en las ondas de plata
juegue.


***


Tú mi alegría.
Tú mi montecito a la orilla del lago.
Mi cuerda. Mi tarde. Mi horizonte.
Mi rama limpia en el cielo pálido.
Mi alto-alto horizonte de la tarde.

Traducciones del ruso de Natalia Litvinova




Do livro «Небесные верблюжата», 1914)


          Ветрогон, сумасброд, летатель,
        создаватель весенних бурь,
        мыслей взбудораженных ваятель,
        гонящий лазурь!
        Слушай, ты, безумный искатель,
        мчись, несись,
        проносись, нескованный
        опьянитель бурь.






                                                          
Carminativo, voador, arrojado,                                                  
autor de tormentas primaveris,                                                    
escultor de pensamentos agitados,                                                   
o azul seguis!                                                 
Ouvi, vós, - pensador desajuizado -,                                               
é arrancar, riscar,                                              
rodopiar, - entorpecedor                                              
inato de temporais.
                                              
Elena Guro - Trad. Adriandos Delima
                                   
De "Camelos celestiais (1914)" 







ALEXEI KRUCHENIJ [15.736] Poeta de Rusia

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Abajo: Kruchenij y Efron. Arriba: Tsvetáieva y Libedinskaia. 1942





Alexei Kruchenij 

(Rusia, 1886 - 1968)







FUTURISMO: 
De izq. a der. : Matiushin, Kruchenij, Filipov, Shkolnik, Malévich.




Tres épocas

Un héroe vuela hacia el fracaso
   termina en un calabozo.
Le hace la manicura
a un león artificialmente vivo -
       no es una broma.
Lustra las uñas del animal,
y éste, después de verificar el brillo,
    entorna los ojos,
    y ruge un:

       Merci


*


En el salón "Brasil"
donde la orquesta y las paredes son azules
hicieron que me diera vuelta
y me echaron
porque soy
el más flaco
¡y hermoso!


Traducciones del ruso de Natalia Litvinova





MANIFIESTO: Una bofetada al gusto del público, de Burliuk, Kruchenij, Maiakovsky y Khlébnikov

A quienes lean nuestra Nueva Primera Inesperada.

Solamente nosotros somos la imagen de nuestro Tiempo. El corno del tiempo resuena en nuestro arte verbal.

El pasado es estrecho. La Academia y Pushkin menos comprensibles que jeroglíficos. Puskin, Dostoievski, Tolstoi, etcétera, etcétera, deben ser tirados por la borda del vapor del Tiempo Presente.

Quien no olvida su primer amor no vivirá el último.

¿Quién será tan crédulo para entregarle su ultimo amor a la perfumada lujuria de Balmont? ¿Acaso encontrará allí un reflejo del valeroso ánimo del día de hoy?

¿Quién será tan cobarde que no se atreverá a arrancar la coraza de papel del negro frac del guerrero Briùsov? ¿Encontrará allí acaso la aurora de una belleza desconocida?

Lavaos las manos que han tocado la porquería de los libros escritos por intocables Leónidas Andreyevs.

Todos esos Máximos Gorkis, Kuprins, Blocks, Sologubs, Remizov, Averchenckos, Chornys, Kuzmins, Bunins, etcétera, etcétera; sólo necesitan quintas a la orilla de un río. Así recompensa el destino a los sastres.

¡De la altura de los rascacielos miramos su pequeñez !...

Exigimos que se respeten los siguientes derechos de los poetas:

1. Ampliar el volumen de su vocabulario con palabras arbitrarias y derivadas.

2. Rechazar el odio invencible al idioma que existía antes de ellos.

3. Arrancar con horror de sus orgullosas frentes la corona de gloria de a centavo tejida de varas de abedul propias de los baños.

4. Tenerse de pie en la roca de la palabra “nosotros” en medio del mar de silbidos y ultrajes.

Y, si bien, por ahora persisten en nuestro verso las sucias huellas de su sentido común y buen gusto, ya también, por primera vez, brilla en ellos el Relámpago de la Nueva Belleza Futura de la Palabra Autosuficiente.

D. BURLIUK, ALEXANDER KRUCHENIJ, V. MAIAKOVSKY, VÍCTOR KHLÉBNIKOV, Moscú, Diciembre de 1912





Moscú descubre al público la vanguardia escondida

Hace ya 15 años que la 'perestroika' de Mijaíl Gorbachov llevó la libertad a Rusia y abrió los archivos literarios y depósitos de los museos, por lo que parecería que ya no quedaban secretos. La exposición de la galería Tretiakov de Moscú demuestra lo contrario.
POR RODRIGO FERNÁNDEZ 


Los archivos, destinados en principio a guardar sólo documentos, en la desaparecida Unión Soviética sirvieron también para preservar tanto los libros de los poetas prohibidos, las películas que no llegaron a los cines o los guiones que no se convirtieron en filmes. Allí también encontraron refugio los óleos, dibujos y acuarelas de los pintores acusados de "formalismo", que no pertenecían al "arte oficial", que no eran reconocidos por las autoridades o que éstas simplemente eliminaron.

Así se salvaron miles de obras, entre las que hay verdaderas joyas. El Archivo Estatatal de Rusia de Literatura y Arte (AERLA) ha seleccionado 300 obras de su colección de la vanguardia rusa de principios del siglo pasado, que, como testimonia la exposición, es una de las más completas e importantes que existen en Rusia: desde Malévich y Tatlin, pasando por Chagall, El Lisitsky y Ródchenko, hasta Burliuk y Redko, por nombrar sólo a algunos de los más conocidos. En total, AERLA ha procesado más de 2.000 obras.



Una de las perlas del AERLA es el álbum del poeta futurista Alexéi Kruchenij, con autógrafos y dibujos de Marc Chagall


Una de las perlas del AERLA es el álbum de poeta futurista Alexéi Kruchenij, con autógrafos y dibujos Chagall, o los rayonistas Goncharova y Lariónov. Pero la más valiosa colección seguramente son las obras de Vladímir Tatlin, el padre del constructivismo y gran opositor del suprematismo creado por Kazimir Malévich. A partir de la segunda mitad de los años veinte del siglo pasado, la obra de Tatlin se topa con el rechazo y la oposición de las autoridades: sus proyectos no se realizaban, las piezas de teatro con sus decoraciones no se montaban, los originales de las ilustraciones de libros se perdían en las editoriales. Los dibujos y óleos dejados en su taller estaban condenados a desaparecer después de su muerte, acaecida en 1953. Afortunadamente, su amiga la escultora Sara Lébedeva -conocida por su bajorrelieve de la tumba del premio Nobel de Literatura Borís Paternak-, salvó el legado de Tatlin al entregar las obras al AERLA. Ahora la colección de Tatlin del archivo sólo es comparable a la del Museo Ruso de San Petersburgo: dibujos de la primera mitad de los años diez del siglo pasado y óleos prácticamente desconocidos pintados entre 1910 y la década de los treinta.

Otra importante colección es la de dibujos de Robert Falk, pintor que participó en todas las célebres muestras rusas de principios del siglo pasado -El mundo del arte, Jota de diamantes...- y expuso en París y Venecia. Su viuda entregó al AERLA más de cien dibujos y una pequeña cantidad de estupendos estudios. La tercera colección monográfica es la del ya citado Kliment Redko, que desarrolló una síntesis de cubismo, suprematismo y constructivismo.

Los organizadores de esta rara muestra decidieron ampliar los marcos de la vanguardia y exponen también una serie de dibujos (estudios para espectáculos) del famoso cineasta Serguéi Eisenstein e incluso las acuarelas del magnífico actor Mikhail Chekhov.

Pero no sólo los archivos sirvieron de refugio a la vanguardia rusa, que se convirtió en la cenicienta de las artes tras el triunfo y consagración por Stalin del realismo socialista. Para salvar las obras de arte de los pintores prohibidos o perseguidos, los amantes de los museos centrales distribuyeron gran parte de las obras de la vanguardia entre los museos provinciales, lejos de la capital y de Leningrado. Una de las más ricas y valiosas colecciones de los movimientos pictóricos rusos de principios del siglo pasado está en el Museo de Omsk, ciudad siberiana que ha traído sus tesoros a la Tretiakov moscovita. Siete óleos de Alexej Jawlenskij tiene el museo, la conocida pintura de Kandinski Murnau, estudio con iglesia, de 1908, más óleos de la Goncharova, Lariónov, Lentúlov y muchos otros.

Al convertirse en centro de las artes de Siberia en plena guerra civil, Omsk dio al arte una serie de talentosos pintores de vanguardia. La gira del pintor y poeta David Burliuk, en 1919, con sus conferencias sobre artes plásticas y literatura, fue un verdadero catalizador. Así, Víktor Ufímtsev, cabeza de fila de los artistas de Osmk, escribió en sus memorias después de oír a Burliuk: "De la velada salí convertido en futurista".




ANDRÉS GALEANO [15.746] Poeta de Colombia

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ANDRÉS GALEANO RODRÍGUEZ

(COLOMBIA)
Estudió filosofía en la Universidad Tecnológica de Pereira. Representó a Colombia en dos ocasiones en el Festival Latinoamericano de Teatro. Ganador de la V Convocatoria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico del Ministerio de Cultura. Con su primer libro de poemas, Poesía suicida para no matarse, fue ganador del Concurso "Colección de Escritores Pereiranos" en 2010.

Ha experimentado con la escritura, la cuentería, la poesía, el teatro y el cine, fue el ganador del Concurso Literario Anual de Poesía Ciudad Pereira 2010, “Poesía suicida, para nunca matarse”, un recopilado de sus mejores creaciones literarias a lo largo de su vida, algo parecido a una antología poética que empezó a fabricar desde su época estudiantil en 1997.



CÍCLICO

Has vuelto 
Después de tantas noches
¡Has vuelto…! ¡Cabrón!
Con en el mismo pene cansado
Y menos pelo en la cabeza.

¡Qué quieres ahora!
¡Qué quieres de mí!... ¡ahora!

Sabes que soy adicta a tus golpes
Sabes… que nací para dolerte.




EGO

-Me gustas
-Soy ciega
-¡Me encantas! 
-Soy coja
-¡Me fascinas! ¡Me encantas!... ¡Me enloqueces!!
-¡Estás loco! Soy ciega, coja y bruta. ¿Qué puede gustarte de mí?
-Ser el único. 




LA HORA

-¡Hey!... ¿Quién es usted?
-Soy tu muerte y he venido a llevarte.
-¡A llevarme! ¡Olvídelo! yo con usted no salgo ni loco ¡Además! ¡No le da vergüenza!
-¡Vergüenza!… ¿de qué…?
-De vivir a costa de los demás y no hacer nada por usted ni por su aspecto personal, tan sólo mírese; mírese las uñas de los pies, largas y sucias, mire esa bata negra, llena de rotos y ridículos remiendos del pato Donald y ni hablar de esa guadaña, que más bien parece un azadón. -Es verdad, soy un desastre. Mire, aquí está su abrigo. 





Villanos

Algún día Lex Lutor vengará su encierro
Viajará a Criptón 
Buscará entre las ruinas
Traerá algunas pruebas 
(Viejos delitos cometidos)
Luego,
Retornará a la América 
A esa América ochentera de progreso y pantalón ajustado
De viaje a la luna y “And Justice for all” Se arrancará un ojo
Y pagará a la prensa… 
Lo que haya que pagar

Algún día Guasón gobernará Cuidad Gótica
Pintará las calles azul marino
Verde manzana: Rosado 
Saboteara la bolsa
Exigirá una broma en cada esquina
Tal vez un delito
(Un dulce delito)
Patentará la calumnia 
El incesto
La avaricia 
Hará gala la mal gana 
Y por fin, se glorificará…la mentira.
A
l
g
ú
n
d
í
Los verdaderos villanos
Volverán 
Y harán de la tierra… un día festivo. 





Mi vecino

Este deseo homicida de acabar con mi vecino me consume.
No sé hasta cuándo podré soportar su casa frente a mi casa
Es espantoso…
Levantarse en las mañanas y verlo podar su jardín 
Sin camisa y en bermudas
¡Por Krishna!
¡Como odio esas bermudas!
No sé cuánto más podré soportar sus parrandas ballenatas.
Sus comentarios sobre el clima
Sus invitaciones a ver futbol

No soporto más verlo correr al autobús
Con su camisa medio afuera y un bosquejo de risa atravesando su quijada
O verlo llegar con sus amigas 
Sus amigas orgia, sus amigas baratas.
(En mis noches… soñadas)

…Luego sufro ¡Como sufro!
Cuando lo veo llegar de la iglesia 
Con un Cristo-hostia triturado en su interior…y una fe nueva,
Renovada. 
Yo lo miro, detrás de mi ventana.
Invita a todos a pasar.
Algunos se sientan en su mesa
Otros de pie, sólo ríen.
Él canta. Baila. Bromea. 
Y una gran fiesta se cimienta
Justo frente a mi casa
Yo no voy
Nunca he ido
Salvo esa noche… 
En que muy borracho toqué su puerta, una, dos, tres veces.
“Pase vecino. ¡Entre! ¡Siga! ¡Siga!” - Me dijo el desgraciado, 

entre dormido.
Entonces yo lloré y no dejé de llorar.

Maldito vecino mío 
Cómo hará para ser tan feliz.





Lección III

Andrés, 
Irresoluto.
Cuando acabaras de completarte.
Flaco, 
Mísero flaco
¡Aprende!
Los glúteos femeninos no son ni serán nunca
Las mejillas de Dios.





Los Miedos

Miedo al armario
A lo que pueda haber dentro del armario.
Miedo a que no haya nada…
A que esté vacío
A querer llenarlo,
A querer extirparme las tripas y llenarlo con  ellas y ataviarlo

Miedo a lo que me pueda decir la conciencia
Miedo a que no me diga nada o a que todo lo que me diga sea en inglés.

Miedo al miedo, a sentir esa cosita  amarga que produce el miedo cuando uno tiene miedo.
Miedo a los curas, y al coco,  pero más a los curas.  
Miedo a las pantuflas debajo de la cama,
A todas las maravillas que podemos hacer sobre  esa cama.
Miedo a ser cama y no poder hacerlas.

Miedo tonto,  miedo lento,  miedo con dos meses de embarazo.
Miedo homofóbico y paranoico. Miedo concéntrico, y paroxístico; miedo vicioso, cáustico, obsesivo y deleuziano

Miedo a quedarme solo, o sea sin mí  y lleno de gente.
Miedo a la gente, a pensar como la gente, a pertenecer a la gente,
A estorbar como la gente: en los mega buses, en los bares casas,
En las calles plastas. En mi cabeza pantano, pozo en el ojo. Dragón sin hada. Alma sin hada, culo sin hada, nada de nada
Miedo a la nada
A la nada que nadea sino que babea
Miedo a la baba
Baba babeante,  delirante y patéticamente escalofriante.
Miedo a amarte
A vivir sin amarme por amarte.
A vivir sin quererme por quererte
Miedo…
A ver tus ojos claros en medio de una noche no clara
A amanecer muerto debajo de tus piernas.
A que tú ex vuelva y me envuelva.
A que tu ex vuelva y me envuelvaauauauauauauaua.....

Miedo de nunca haber recuperado la pelota que  pateé en  mi infancia.
Miedo de llegar al cuarto de mi abuela y encontrarme a Jesucristo fuera de su cruz  Y fuertemente armado.
Miedo a ser colgado de una soga.
Miedo a pasar desapercibido y no ser nunca colgado de una soga.
Miedo a sentarme en una oficina y poner un huevo de oro Golfi
Miedo de asomarme en un espejo
Miedo a ser  yo ese espejo y sentir que alguien se refleja frente a mí y dentro de mí
Miedo a mí,
A tener que ser yo todos los días, a no poder ser otro.
A tener que llevarme adonde vaya, con mis granos y mi pelo y mis miedos,
Miedo a no poder envolatarme y dejarme por ahí, tirado, esperando a que la marrana ponga o a que lluevan sapos como en Magnolia      

Pausa

…Miedo  a la pausa,
A tener que arrancar de nuevo.
Haciendo reír, haciendo piruetas
Miedo a hacer reír, a hacer piruetas
Miedo a hacer reír, a hacer piruetas
Miedo a tener que recorrer el mundo en 80 días con 80 pesos.
Miedo a un escupitajo de Saramago
A un pedo químico de Bush
A no saber si hoy es miércoles, Júpiter o arroz
Miedo de ver pasar a Zaratustra y no ser digno de mirarlo a los ojos,
Miedo a la muerte,  a lo que pueda ser  o no ser.
Miedo a terminar de leer este poema,
Miedo a que lo lean
A que nadie lo lea,
A que guste
A que no guste
Miedo al No, al Sí, al Ser, al No Ser. Miedo a no saber, a saber, a existir, a vivir, y a pensar… sobre todo… miedo a pensar.




Vaciamiento

Quiero matar pero me falta el diploma
Quiero escapar siendo una jaula.

No puedo proseguir
…y quiero hacer ¡tantas cosas!
Quiero cambiar el mundo

¡FALSO!
Quiero como todos, eternizarme en el mundo
Dar autógrafos
Comer caviar
Copular con rubias estúpidas
Perderme en la heroína
En el sin fin de la alfombra roja
En el mejor penthouse de Manhattan
Esclavizar tres robots

¡Qué digo! Mil quinientos robots
Ocultar el sol y venderlo a cuotas
Seguir copulando
No dejar nunca de copular
Llorar con el que llora
Reír con el que ríe
Prometer y no cumplir
Nunca…nunca cumplir.

Comprar la prensa
Comprar el amor
Comprar la amistad
Comprar la alegría
Comprar el futuro
Sobornar a la muerte
Sobornar a la muerte.

No morir. 




El ojo triste de Marx

¡Camaradas!
¡Compañeros!
CAMARADAS
.
.
.
Perdimos.
Aceptémoslo
Y esperemos lo peor.








DANIEL MORENO LÓPEZ [15.747] Poeta de Colombia

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Daniel Moreno López

Daniel Moreno López, 25 años (Bogotá, Colombia), Licenciado en Español y Literatura, radicado en Armenia desde el año 2004.

Mención de honor tercer lugar en el I Concurso Departamental de Cuento Humberto Jaramillo Ángel, 2009, con el cuento “Grieta”. 

Autor de los libros de poesía inéditos: Al final de la calle, Como lengua de Camaleón, La ciudad y sus bestias. 

Ensayo sobre la novela Rayuela: “Convergencias novelescas en el juego Literario”, publicado en la revista de la Universidad del Quindío, Número 13, 2007. Además fue trabajo de grado Meritorio en la Licenciatura en Español y Literatura de la Universidad del Quindío.

Reseña crítica de la novela Plata Quemada: “Plata quemada; ceniza en las plantas de Dios”, en la revista Polilla N• 7, 2009, del programa de Licenciatura en Español y Literatura de la Universidad del Quindío

Publicación de poemas en la Revista Luna Nueva, Número 35, de 2009. 
Cuento “No me ves” en el libro antológico de RENATA Quindío Narrativas en Movimiento I.
Cuento “Enlazados” en la segunda antología de textos del Taller RENATA Quindío.
Ha dirigido talleres y tertulias literarias en municipios del Quindío y en la Fundación Universitaria San Martín.






Canción de las bestias

Cantan, cantan y cantan
azules los pájaros
detienen al abismo
en su eterno revés

Cantan cantan
los árboles quietos
ya se van
se van despidiendo

Canta la bestia
sus llamas sobre la noche
y tú
a quién imploras?




Cotidiana

Leía cerca del parque cafetero 
ya ni los adictos se divierten 
y está muerta la bebida.

Cansado de viajar en mundos negros y quietos
cansado de caminar por parques discontinuos
preferí subirme en la primera lata de sardinas 
a las que pagamos el placer
de lamernos en el diario viaje 
a la muerte chiquita.

En una esquina 
un viejo flaco con una guitarra 
tan afinada como rota
bailó la lógica cotidiana.

Mi reproductor me gritaba al oído 
hay cerca del bar cuatro putas que bailan vals
y el viejo 
rompía sus cuerdas 
vivía a Antonio Aguilar,
y se puede sentir fuerte el sudor detrás del cristal,
ahí, donde siempre hay un fantasma ciego 
de pelos tan viejos como el sol,
Hoy se paran más de cuatro putas
con más de cuatro kilos en cada sonrisa oxidada
en cada cana en cada arruga de cada sueño de cada fuga,
y todos miramos la cuatro por cuatro 
de ciento cuarenta millones 
que conduce una puta de cuatro millones noche:
la mira cada puta de cuatro mil pesos 
-con la mano papito
las miro yo con mis cuatrocientos pesos;
qué día especial,
mi soledad de cuatro monedas 
me salvó.




La verde voz de Walt

La presión de mis pies sobre la tierra
levanta miles y miles de emociones
que desprecian este esfuerzo mío por definirlas.
Walt Whitman

I

Apaga tus discursos;
túmbate conmigo en la hierba...
retumba y retumba tu voz en mis días, en mis trabajos,
querido viejo. 
Y sí, ahora, aquí, 
en esta expansión, que sólo los necios llaman trabajo,
en el universo del poema, que cante la piel, 
¡canta alma mía!


II

Y se han ido, apagados, los días que no trajeron 
danza júbilo canto temblor emoción
el vértigo propio de la belleza,
la libre poesía que es la vida.

Y se han multiplicado, gozosos, los tiempos en los que 
la pluralidad del universo
se reflejó en la superficie de un papel;
mira, sus ondas aún duran en mí,
aunque no esté acodado a sus orillas, 
azorado mirándome a mí, a ti.

Al fondo de la estrofa 
se asoma un poeta azteca, 
se asoma su canto de árbol. 


III

El tiempo triste atrapado en un triste reloj de oro y esmeralda
nos mira y trata de acelerar las manecillas 
que, ensimismadas, hipnotizadas, 
lo carbonizan. 

Estamos lejos, cerca del cielo, 
cerca de un beso, 
fuera de su esfera.

Dios sólo atina a decirle al tiempo:
no perturbéis la paz de los amantes.


IV

Y te emborrachas en su aroma, en ese olor
que no es de animal ni de planta ni de mar
y sin embargo te arrastra se entierra murmura

Y tocas su sed, pruebas, gustas el tacto 
destrozas toda gota
arrancas de tajo cada diente del deseo,
para siempre, hasta siempre, 
hasta que nazca de nuevo el sabor insaciable
de su sexo en tu llaga, que se abre,
que se expande y consume su olor...
y el tuyo.


V

Lo invisible se prueba por lo visible,
no se cansa de cantar esa voz tuya, querido Walt, 
esa verde y rebelde voz tan americana como ninguna.

La ira de Dios, el arma de Zeus 
está en una piel templada, en un brazo de indio que cae fuerte
y la golpea, tiemblan sueños, de vivos y muertos
en el grito del tambor. 
El mar eterno que no se cansa
recomienza y baila en la arena, pero no se repite;
su hermano mata y brilla estrellas
cantan mudas una misma canción, pero no se repiten;
en mí están la luz y la espuma, así como en la hormiga que amo, 
pero ella y yo no nos repetimos; únicos y plurales somos la prueba /de la vida. 


VI

El jaguar es el señor que camina entre la luz y la oscuridad.
La garra del jaguar prueba la fuerza invisible. 
La piel del jaguar prueba la magia invisible.
El acecho del jaguar es el deseo invisible.

El jaguar, el trueno, el sexo, el poema 
son hojas;
la rebeldía, la poesía (que justifica el mentiroso lenguaje), 
la verde infinita voz de Walt, que ya es la mía y la tuya
son la hierba. 




Soledades distintas

A qué hacer poesía hoy
me digo mientras espero 
frente a un puesto de salud 
y un perro famélico,
cachorro amarillo rústico algodón 
huesos y huesos cubiertos apenas por pelitos sucios,
orejas tan grandes como hundidos los ojos
me mira, se acerca y me mira.
Saluda un poco ingenuo
mira un tanto
huele heridas en la piel
soledades distintas
desvaríos hermanos
recuerdos en costra
saltan y molestan 
esperanzas-pulga 
de la vida que hay que agradecer
tiembla con cada trazo
de mi voz
incapaz me levanto. 

Ni la poesía rescata de la podredumbre humana 




Esta noche 

Aunque esta noche 
sea espejismo blanco
ríndete, rinde tus defensas
sus caricias no son ataques
sus líneas pueden iluminar caminos, 
no son barrera de destinos denunciados, derrotas anunciadas, 
sus colmillos también pueden rozar 
los tímpanos de la pasión

Aunque esta noche sea la más vacía de lenguas
grita hasta que vibre y quede exhausto como los muertos 

Aunque esta noche hasta las voces se han ido
quema la estancia de la paciencia,
si el tiempo no ha llegado 
puede que no venga jamás.

Esta noche, a pesar del vientre plano, olvidado,
abre las piernas como quien va a parir y
, quién sabe,
quizá al menos nazca el color de la rosa;
ya no hay hambre
no hay soledad
no amor
vacío
plenitud de muerte



Después de misa

-La vida viene de Dios, 
y a Dios vuelven todos 
cuando dejan la vida;
luego, él es caníbal.

No, tranquilo padre, 
en ira no arda ni tiemble;
Dios tiene sentido del humor.
O mire a los lados, y niéguelo.




Deshabitarte antes que adular

Prefiero, oh mundo!
deshabitarte antes que adular
la carne en ruinas aposentada en tus imperios

Me prefiero arrastrado y muerto
no profanado en los tronos alzados sobre elefantes muecos, 
elefantes mudos
mirando pasar a sus dolientes en reverencia

Preferiría tu justicia simple
tu rosa con espinas, oh mundo!
a las negras disposiciones
de águilas que se reparten la miseria de llover lepra

Prefiero cantar y llorar,
desgarrar en lamentos imaginerías y adormideras
y cortarme con cada cambio 
de hoja 
y de luna
, nunca marchar al uniforme ritmo ofertado por tus ejércitos:
muerte Moda izquier dos Tres!!!




Cantos a la ciudad

I

Hay jinetes, a veces hombres a veces mujeres,
que prefieren la noche y cabalgan
campos de tela coronados de terciopelo,
jinetes que persiguen el gozo,
jadeantes jinetes, pese al dolor
galopan en la húmeda decisión 


II

Grumos de mugre
recuerdan formas humanoides,
grumos cuya presencia es anunciada por un olor tremendo 
a cuadras de distancia
grumos que crecen y crecen 
sin atención
sin memoria en transeúntes apresurados
sin compasión de las cámaras con lentes de gas 
que limpiaron otras calles
y quieren limpiar las de hoy

Crecen, sin comida, pero crecen
huelen el día entero
huyen la noche casi completa
desbordan el misterio de calles ocultas


III

Guerreros sin elegancia
sin belleza o una pizca
de lealtad a la estética
sin una doncella por rescatar 
ni un dragón abismado

Guerreros con la cabeza rapada
intentan invisibilizarse 
copiar y superar la miseria
ponerse barbas falsas
guerreros bestias
corriendo y comiendo
-de la muerte y pedazos de muerte-


IV

Hay grumos malolientes en la calle
y no a fuerza de ignorarlos
dejarán de estar ahí ahora y esta noche y mañana y pasado;
hay jinetes demorados, anunciados
y esperados
jinetes que cantan y tocan trompeta;
hay guerreros que trotan y apuntan y beben y fuman y viven;


V

He visto centauros desnudos, todavía, 
corriendo lanzando besos
tomados de las manos.

http://griffosdenneonn2.blogspot.com.es/












ALEJANDRO RAÚL MUJICA OLEA [15.748]

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Alejandro Raúl Mujica Olea

Nació en Santiago, Chile el 8 de agosto de 1947.  Llegó a Canadá 1975 y se nacionalizó en 1980.

Es autor de seis libros, cinco libros han sido traducidos al inglés.  Alguna poesía ha sido traducida al japonés, coreano, hindú, alemán, tagalo, italiano y francés.

Alejandro ha sido publicado en 7 Antologías Internacionales.  También es ganador de innumerables premios, nacionales e internacionales.

En 1998, junto con Ariadne Sawyer, formaron “El Mundo de la Poesía en un Café” en el café “Miles of Beans” de la ciudad de Burnaby.

En 1999, un segundo evento fue creado, “El Mundo de Poesía en un Café” en la radio cooperativa 102.7 FM.  www.coopradio.org.

En 2001, Mujica y Sawyer crearon “Las Series de Lecturas del Mundo de la Poesía” en la biblioteca pública central de Vancouver.  Hoy hay más 500 poetas de 64 países.




Historia del poema “Cinco Estrellas Luminosas”

Cinco cubanos que vinieron a Estados Unidos, para infiltrarse en los grupos terroristas que atentan contra Cuba y entregarlos a las autoridades Americanas (previo acuerdo con los servicios de inteligencia).  Resultaron traicionados y condenados a altas sentencias por la corte de Miami.  Detrás esta la sucia política de Estados Unidos contra la pequeña isla de Cuba. 


CINCO ESTRELLAS LUMINOSAS 

René González, 
Antonio Guerrero, 
Ramón Labaniño, 
Fernando González, 
Carlos Hernández. 

Cinco hombres 
de Cuba, país del ron y 
de la caña de azúcar, 
tierra del Che, 
Fidel y José Martí. 

Cinco estrellas 
que aborrecían la maldad 
ellos amaban la justicia, 
y odiaban la perversidad, 
separaban el bien del mal. 

Cinco hombres 
detenidos, juzgados y condenados ha cárcel 
sin derecho ni defensa, 
sin facultad de ver sus familias, 
sin permiso de ver Senadores y amigos. 

Cinco estrellas, 
valientes monjes de la paz y la luz 
viven en la frontera de la injusticia 
habitan en la tinieblas 
de la sombras y la muerte.

Cinco hombres 
sus espíritus de purezas, luz y ternura 
es una lección para las nuevas generaciones 
tus voces de trompetas reprimidas por diez años, 
son las campanas de madera que claman justicia. 

Cinco estrellas 
llegara el día y la hora 
donde se abrirán las grandes puertas de la libertad 
desde lo alto de la aurora el mundo justo los abraza, 
y un pueblo que canta y ríe les aplaudirá.





CHE

Che, partió a conquistar 
el ancho mundo. 
Che, paladea el triste vino 
en el café de la revolución, 
del alba al crepúsculo estas 
prisionero, encadenado a un ideal. 

Che, guerrillero de gloria, 
brazo fuerte con tu fusil. 
Che, coraje en la guerra, 
triunfos ganados 
contra el opresor, 
misericordia 
con los perdedores. 

Che, caminaste por senderos 
de la selva virgen, 
el pueblo gritaba 
viene, viene el guerrillero 
viene, viene el comandante Che. 

Che, luz encendida, 
resplandor de relámpago, 
tormenta de aguas dulces, 
al alba, junto a la orilla de un río 
tu callada sonrisa esta 
leyendo un libro de poemas, 
versos como dos alas 
libres de la esclavitud, 
la selva te pone la música 
clásica de las aves 
de plumajes mágicos. 

Che, mi poema, 
no puede dejar de cantar 
una canción para ti. 

Che, cuando mi mente 
no tiene miedo 
mis conocimientos son libres, 
mi cabeza esta alta 
quiero ser como tu, 
luchar hasta morir por la paz 
y la justicia en este mundo. 

Che, no tengo orgullo, 
solo tengo en mi sangre un mar, 
es mi unión entre tú y yo, 
tú en la selva 
yo en la fábrica, 
entre el campesinado, 
al lado del minero, 
junto al pescador, 
marchando con los estudiantes. 

Che, mi poema no acallara 
un canto hacia ti, 
amo de la justicia 
y de un mundo mejor. 
Mi vida será una lucha 
y un canto como una flauta 
que da música de justicia. 

Che, mis palabras, 
mis versos 
se romperán como vidrios, 
como cristales 
cuando recuerdo a los ejércitos 
que masacran a los pueblos indefensos. 

Che, queremos que un día 
amanezcamos en un mundo 
lleno de libertad justicia y amor. 

Che, tu tumba en la selva 
es tierra negra y fértil 
fue una alfombra de hojas 
flores fragantes, manto de ilusión. 
Tú sangre floreció 
los insectos tomaron tu polen 
de libertad y lo repartieron 
por nuestra América Latina, 
ahora tu semilla esta renaciendo 
entre Presidentes y Presidentas 
amantes de sus pueblos, 
de la América Morena.

Che, hoy voy gritando 
en la brisa del día y la noche 
Che vive junto a Allende, 
al Padre Romero, Manuel Marulanda, 
Otto Rene Castillo, Gabriela Mistral, 
Pablo Neruda, Roque Dalton. 

Compañeros todos ustedes 
viven en nuestros corazones, 
en la estatua inmortal de nuestras almas.



La historia del poema “Los Estudiantes y los Sitkas”

El escritor mira las noticias en la televisión y se da cuenta que en los dos bloques capitalistas y comunistas no hay justicia; no hay un perfecto equilibrio de humanidad.  El compara dos realidades, la canadiense y la china.  En Canadá son arrestados y encarcelados los “Defensores de los bosques de sitkas”.  En China un grupo de estudiantes que se llaman “Pro Democracia” son asesinados en el mes de junio de 1989.



LOS ESTUDIANTESY LOS SITKAS 

En la plaza de Tiananmen 
los estudiantes chinos 
piden libertad y como respuesta 
son asesinados por los soldados verde oliva. 

En el valle de Carmanah 
los árboles sitkas, llenos de aroma 
y hermosura, son cortados 
por la empresa MacMillan Bloedel 

Los chinos albergan 
sus sueños de libertad, 
y los árboles sitkas 
su derecho a la vida. 

A los alumnos 
los torturan y los matan 
en el nombre de 
las leyes comunistas. 

A los sitkas 
los tumban y los hacen madera 
para las ganancias de 
las empresas capitalistas. 

Los cuerpos de los chinos 
y los troncos de los sitkas 
son quemados y al cielo infinito suben 
en espiral protesta de humos sus almas.




LAS FLORES DE ABRIL  *1

En Victoria, 
los tibios rayos del sol de abril, 
y el trinar melodioso de los pajaritos 
anuncian la primavera. 
Las semillas que sembramos 
para las ancianas bonitas, 
para los niños y niñas juguetones, 
hacen estallar una explosión 
de flores, de aromas, de paz y amor. 

En Oklahoma, 
un soldado americano, 
un veterano de la guerra del Golfo Pérsico, 
usa su fertilizante de odio 
para hacer estallar su explosión 
de cardos, ortigas y cicutas, 
asesinando más de 168 víctimas, 
entre ellos diecinueve niños y niñas. 

En la fosa de hierro y cemento 
niñas y niños de todas las razas 
en la aurora de sus vidas, 
cuerpos pequeñitos, 
adoloridos, extirpados, 
angustia de niños heridos, 
agonía de niñas ensangrentadas, 
sangre caliente que sale gimiendo, 
rodando lentamente por mil caminos 
dejando un río rojo de flores. 

¿Dónde están esos niños en el alba de sus vidas? 
Soldado, yo desprecio tu miseria humana, 
enemigo del sueño y del amor, 
contrario de la luz y la alegría. 

Militar, la muerte mana de tus manos, 
voces de muerte, lluvia de sangre, 
charco de agonía, 
sangre derramada de inocentes, 
sangre de niñas, niños muertos. 
¡Muertos que no se olvidarán, 
madres, yo las acompaño en el dolor! 

Hijas e hijos de Oklahoma, 
de vuestra sangre nacen las flores de abril. 


MIRAD SOLDADO HONDUREÑO

Poema publicado en la antología “World Poetry almanac 2009” pagina # 40 ISBN 99962-59-15-9 Mongolia. 


Mirad militar, 
como mis porotos 
con sus manos verde amarillo 
las levantan al cielo 
y saludan al sol. 

Mirad aviador, 
como mis tomates, 
con sus hojas de manos 
verdes oscuro las levantan 
y saludan al sol. 

Mirad marino, 
en ti no hay gloria. 
¿Porque tú no levantas 
tus manos ensangrentadas? 
y saludan al sol de la Democracia. 

Mirad militar, 
al pueblo con sus puños hinchados 
los que caerán en sus caras de payazos, 
y esas manos destrozaran 
sus uniformes que traicionaron. 

Mirad aviador, 
el pueblo vencerá 
y con sus propias manos 
te arrancara el corazón de traidor 
y sobre tu pecho plantara maíz. 




RÍNDETE SOLDADO 

Ríndete maldito militar, 
enemigo del amor y la paz, 
de nuevo con tus golpes de estado 
estas derramando la sangre 
del pueblo inocente en las calles. 

Ríndete aviador, 
el pueblo de Honduras 
y los pueblos de América Unida 
defenderán la democracia y a su 
Presidente elegido Manuel Zelaya Rosales. 

Ríndete marino, 
te lo ordeno, 
en nombre de los pobres, 
de las trabajadoras, de los campesinos, 
de los mineros, de las intelectuales. 

Ríndete soldado, 
porque mi ejercito de poetas 
te bombardeara de papeles, 
de poemas, denunciando tus tristes nombres 
de pecadores y ladrones de democracia. 

Ríndete aviador, 
el pueblo es fuerte por la razón, 
el pueblo es el templo del hombre, 
el pueblo es capaz de todos los heroísmos 
¡El pueblo Hondureño Vencerá! 




OH CANADÁ

(Del libro “Perlas del Alma de un Preso Político”)

¡Oh Canadá! 
Tu tierra ofrece una aventura, 
de un nuevo continente 
de países unidos, 
uno dentro del otro 
es nuestra nación llamada Canadá. 

Canadá eres una trenza de personas 
que forman la arpillera de tu naturaleza 
del ser que florece en una explosión 
de caras, culturas y razas, 
cerámica humana que forma el gran mosaico 
de tus sentimientos nacionales. 

Canadá, 
loza de nácar en invierno 
geografía verde, 
dorada o blanca, 
tus praderas son un mar dorado, 
tus cereales son el pan del mundo. 

Canadá tus venas, 
son tus miles de arroyos, que forman, 
las aguas diáfanas y puras en tus lagos, 
los que alimentan los grandes caudales que corren 
en su loca carrera hacia el mar. 
Glaciales, montañas flotantes de esmeraldas. 

Canadá, 
sobre ti en invierno 
cae una capa de estrellas, 
nieves suaves de sedas heladas, 
que se transforman 
en mármoles inmaculados. 

Canadá tus tierras vírgenes 
del Polo Norte, 
son una corona de perlas. 
Tus tres océanos bañan 
tu litoral, sembrados 
de mariscos y peces sabrosos.

Canadá, 
tu pueblo, 
es el tejido vasto 
que forma el retazo de la tela, 
en la cual se borda 
La Hoja del Arce. 

¡Oh Canadá! 
Tus inmigrantes 
tus refugiados, expatriados, 
sudamos vertientes de transpiración, 
en tus campos, en tus fabricas, 
en tus hospitales, en tus minas en tus trabajos. 

Canadá, 
somos tu alma, 
somos tu pueblo, 
espíritu de tus razas 
que formamos el mosaico étnico, 
de la patria, de este nuestro país, Canadá. 

¡Oh Canadá 


EARLE BIRNEY [15.749] Poeta de Canadá

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Earle Birney

(Canadá. Nació el 13 mayo 1904 y murió el 3 septiembre 1995) 
Birney nació a comienzos del siglo pasado en las frías y desoladas tierras de las praderas canadienses. Posiblemente la soledad del ambiente lo llevó a la lectura compulsiva de literatura de ficción, como también de poesía, y ensayo.

Luego de varios trabajos transitorios como peón agrícola, guarda forestal, y empleado bancario; Birney comenzó sus estudios universitarios en química, pero terminó graduándose con una licenciatura en lengua inglesa. Sus Almas Mater fueron la Universidad de la Columbia Británica, la Universidad de Toronto, la de California en Berkeley y la de Londres.

Durante sus años en Toronto Birney adopta posiciones políticas de izquierda, milita en agrupaciones Marxistas-Leninistas, y progresivamente opta por las tesis trotskistas. Durante la década del 30 Birney se convierte en un trotskista reconocido en los ámbitos partidarios, especialmente en la Liga de Trabajadores Trotskistas, tanto en Canadá como en el Reino Unido.

A mediados de la década del 40 comienza su carrera como profesor de literatura en la Universidad de la Columbia Británica, donde funda y dirige el departamento de Escritura Creativa. Sus incursiones con la literatura también estuvieron orientados hacia la prosa. A fines de la década del 40 es publicada su novela Turvey, cuya trama está vinculada al infortunio de un soldado canadiense, posiblemente su alter ego, durante la Segunda Guerra Mundial, en los campos de Holanda y Alemania. La novela tiene muchos pasajes con un excelente manejo literario del humor y de un versátil juego de la ironía. Turvey tuvo gran éxito de ventas en Canadá. Su segunda novela Down the Long Table (A través de la larga mesa), está ambientada en la Gran Depresión de los 30; esta obra refleja una gran influencia del Realismo socialista, propio de esos años. A pesar de su paso por la narrativa, a Birney se lo considera un poeta, y una de las figuras notables en ese género durante el siglo XX en la América del Norte.

En 1942 publica su primer libro de poemas David and Other Poems, el cual gana el Premio del Gobernador General de ese mismo año. El primer poema del libro, David, toca el conflictivo tema de la eutanasia, especialmente en un país extremadamente religioso y conservador como lo es Canadá. Otro gran poeta canadiense Al Purdy reconoció a mediados de la década del 70 que David and other Poems fue un hito literario en la poesía canadiense, que influyó los ámbitos de la educación elemental como superior “durante los últimos veinticinco años”.
Su segundo libro de poesía Now is Time (Ahora es el momento) le hace acreedor del segundo Premio del Gobernador General en el año 1945.
La Sociedad Real de Canadá le concede a Birney la Medalla Lorne Pierce en literatura en el año 1953. Para comienzos de la década del 60 Birney experimenta con una estructura gramatical heterodoxa, y con un sistema de puntuación no convencional. Esto se ve reflejado en el libro de poemas Selected Poems (Poemas seleccionados) de 1966. Para 1970 Birney es nombrado Oficial de la Orden de Canadá.

Para mediados de esa década Al Purdy reconoce que Birney es uno de los dos grandes poetas contemporáneos, el otro es, a criterio de Purdy, Irving Layton. Para comienzos de la década del 80 Birney incursiona en el performance, junto al grupo de percusión Nexus, grabando tres discos que llevarán por título Nexus y Earle Birney.

15 Canadian PoetsBirney muere el 3 de septiembre de 1995 a la edad de 91 años.

Birney fue un incansable viajero, que prefirió las experiencias del mundo real a la metódica gimnasia intelectual del claustro universitario. En esencia y paralelamente con su versatilidad y profundidad literaria, Birney fue un revolucionario de la educación en el área de las artes, especialmente en la literatura y los talleres de creación. Sus incontables viajes le dejaron tiempo suficiente para comenzar sus estudios de grado en California y terminarlos en Londres con un Doctorado en Literatura Inglesa.

Alguna vez le preguntaron a Earle Birney, durante una entrevista televisiva, acerca de su obra maestra. Birney contestó que “la perfección es algo que no se puede alcanzar, pero es aquello que nos impulsa a tratar de lograrlo”. Inmediatamente hizo referencia a su obra lírica corta, titulada From the Hazel Bough (Desde la Rama del Avellano), como la que él consideraba más lograda.




Desde la Rama del Avellano

Conocí a una señorita
en una calle casi desierta
ojos de avellana
y pequeños pies de algodón

sus piernas nadaban cercanas
como una amorosa trucha
sus ojos eran árboles
donde los muchachos se recostaban

manos en la oscuridad y
un río por el costado
rodean pechos turgentes
con los dedos de la marea

ella era morrudita como un pinzón
y como un salmón ella era vivaracha
jugetona como la seda y
orgullosa como un Brahma

nos guiñamos un ojo cuando nos conocimos
y reímos al despedirnos
nunca hubo tiempo
para el desencanto
de corazones lastimados

pero ningún hombre ve
dónde reposa la trucha en este momento
o qué es lo que está recostado
sobre la rama del avellano

(traducido por el autor)





El Oso en una calle de Delhi

Irreal alto como un mito
por una calle pasaba un oso himalayo
va golpeando el aire transparente
con sus retorcidos brazos
Sobre él dos hombres desnudos
flacos como saltamontes

Uno tira de un anillo
de la enorme y suave nariz Su compañero
azota azota con una vara
sobre los ojos bamboleantes

Ellos no lo trajeron hasta aquí
desde las fabulosas montañas
hasta esta yerma y extraña planicie
y el ruidoso mundo para matar
sino simplemente para enseñarle a bailar

Ellos son dos pacíficos estos enjutos
hombres de Cachemira y el oso
vivo es su subsistencia también
si lejos sobre el camino de Delhi
a su alrededor ellos danzan para estimularlo
esto es puramente para vestirse vestirse
de su peludo cuerpo el enajenado
desea para siempre estar
solo un oso de caminar lento y despreocupado
un cuadrúpedo sobre rojas bayas del bosque

No hay mayor felicidad para ellos
en este suelo caliente que bailar
fuera del alcance de las implorantes pezuñas
afiladas para agarrar hormigas
en las sombras del cedral
No es fácil liberar
el mito de la realidad
o encaminar a este compañero
a dar saltitos tambaleantes saltitos tambaleantes con ellos
en el frenético baile de los hombres

Srinagar 1958 – Isla de Porquerolles 1959
(traducido por el autor)



VANCOUVER LIGHTS

About me the night       moonless      wimples the mountains
wraps ocean      land      air      and mounting
sucks at the stars      The city      throbbing below
webs the sable peninsula      The golden
strands overleap the seajet      by bridge and buoy
vault the shears of the inlet      climb the woods
toward me      falter      and halt      Across to the firefly
haze of a ship on the gulps erased horizon
roll the lambent spokes of a lighthouse

Through the feckless years we have come to the time
when to look on this quilt of lamps is a troubling delight
Welling from Europe's bog      through Africa flowing
and Asia      drowning the lonely lumes on the oceans
tiding up over Halifax      now to this winking
outpost comes flooding the primal ink

On this mountain's brutish forehead with terror of space
I stir      of the changeless night and the stark ranges
of nothing      pulsing down from beyond and between
the fragile planets      We are a spark beleaguered
by darkness      this twinkle we make in a corner of emptiness
how shall we utter our fear that the black Experimentress
will never in the range of her microscope find it?      Our Phoebus
himself is a bubble that dries on Her slide      while the Nubian
wears for an evening's whim a necklace of nebulae

Yet we must speak      we the unique glowworms
Out of the waters and rocks of our little world
we conjured these flames      hooped these sparks
by our will      From blankness and cold we fashioned stars
to our size      and signalled Aldebaran
This must we say      whoever may be to hear us
if murk devour      and none weave again in gossamer:

                                                These rays were ours
we made and unmade them      Not the shudder of continents
doused us      the moon's passion      nor crash of comets
In the fathomless heat of our dwarfdom      our dream's combustion
we contrived the power      the blast that snuffed us
No one bound Prometheus      Himself he chained
and consumed his own bright liver      O stranger
Plutonian      descendant      or beast in the stretching night--
there was light

1941 






FROM THE HAZEL BOUGH

I met a lady
     on a lazy street
hazel eyes
     and little plush feet

her legs swam by
     like lovely trout
eyes were trees
     where boys leant out

hands in the dark and
     a river side
round breasts rising
     with the finger's tide

she was plump as a finch
     and live as a salmon
gay as silk and
     proud as a Brahmin

we winked when we met
     and laughed when we parted
never took time
     to be brokenhearted

but no man sees
     where the trout lie now
or what leans out
     from the hazel bough

Military Hospital, Toronto 1945/Vancouver 1947





SESTINA FOR THE LADIES OF TEHUÁNTEPEC

"Teh. has six claims to fame:      its numerous hotsprings
(radioactive, therapeutic); moderate earthquakes
(none in several years) ; herbivorous iguanas
(eaten stewed); Dictator Porfirio Diaz
(d. 1911); its hundred-mile-wide isthmus;
and the commanding beauty of its Indian women."

Stately still and tall as gilliflowers the women
though they no longer glide unwary past the hotsprings
naked as sunlight to each slender softer isthmus
now that ogling busloads (Greyhound) make their earth quake
And still skirt-bright before the flaking palace of old Diaz
(hotel) they gravely offer up their cold iguanas

Their furtive men (unfamed)      who snare iguanas
sliding on tree-limbs olive-smooth as are their women's
have fallen out of peonage to landlord Diaz
into an air more active than their tepid hotsprings
more prompt with tremors than the obsolete earthquakes
rumbling through their intercontinental isthmus

From the stone music of their past the only isthmus
from astronomic shrines fantastic as iguanas
to this unlikely world (3 bil.) that waits its earthquake
is their long matriarchal ritual of women
whose eyes from fires more stubborn than under hotsprings
flash out a thousand Mayan years before a Diaz

Goldnecklaced      turbaned      swaying in the square of Diaz
volute and secret as the orchids in their isthmus
braids black and luminous as obsidian by hotsprings
beneath their crowns of fruit      and crested live iguanas
rhythmic and Zapotecan-proud the classic women
dance (v. marimbas) their ancient therapy for earthquakes

0 dance      and hurl flamboya      till the cobbled earth quakes
let your strong teeth shine out in the plaza lost to Diaz
toss your soaring sunflower plumes      sunflowering women!
Hold for all men yet your supple blossoming isthmus
lest we be noosed      consumed with all iguanas
and leave the radiant leaping of the lonely hotsprings

Beneath all hotsprings lie the triggered earthquakes
Within this gray iguana coils another Diaz
Is there a green isthmus walking yet in women?

Salina Cruz, México 1956





EL GRECO: ESPOLIO

The carpenter is intent on the pressure of his hand

on the awl     and the trick of pinpointing his strength
through the awl to the wood     which is tough
He has no effort to spare for despoilings
or to worry if he'll be cut in on the dice
His skill is vital to the scene     and the safety of the state
Anyone can perform the indignities     It's his hard arms
and craft that hold the eyes of the convict's women
There is the problem of getting the holes exact
(in the middle of this elbowing crowd)
and deep enough to hold the spikes
after they've sunk through those bared feet
and inadequate wrists he knows are waiting behind him

He doesn't sense perhaps that one of the hands
is held in a curious gesture over him--

giving     or asking     forgiveness?-
but he'd scarcely take time to be puzzled by poses
Criminals come in all sorts
as anyone knows who makes crosses
are as mad or sane as those who decide on their killings
Our one at least has been quiet so far
though they say he talked himself into this trouble
a carpenter's son who got notions of preaching

Well here's a carpenter's son who'll have carpenter sons
God willing     and build what's wanted
temples or tables     mangers or crosses
and shape them decently
working alone in that firm and profound abstraction
which blots out the bawling of rag-snatchers
To construct with hands     knee-weight     braced thigh
keeps the back turned from death

But it's too late now for the other carpenter's boy
to return to this peace before the nails are hammered

Point Grey 1960





PLAZA DE LA INQUISICIÓN
(for pat)

A spider's body
limp and hairy
appeared at the bottom of my coffee

The waiter being Castilian
said passionately nothing
And why indeed should apologies
be made to me

It was I who was looking in
at the spider
It might be years
before I slipped and drowned
in somebody else's cup

Madrid 1963







DANIEL DE CULLÁ [15.750]

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Daniel de Cullá

De origen castellano aragonés, 1955. Poeta, escritor, pintor y fotógrafo, miembro fundador de la revista literaria Gallo Tricolor. Es miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España. En la actualidad participa en espectáculos que funden poesía, música y teatro. Dirige la revista de Arte y Cultura ROBESPIERRE, moviéndose entre Burgos, Madrid y North Hollywood (USA). 

Ha realizado performances en Burgos, Madrid, Alemania, Bruselas y Suiza. Los últimos recientes en 2008 en Alemania: Hannover, Minden, Bielefield; Bélgica: Bruselas, St. Niklaas. “COEVOLUCION Y EL VIEJO TREN” .
Colaboración en el "Segundo Libro de Literatura y Creación Artística" editado por "La Bañera con Trampolín"

Exposiciones colectivas:

Feria de Arte Contemporáneo de Vigo Espacio Atlántico, del 14 al 17 de enero de 2010, en el stand de "La Bañera con Trampolín".
Miembro de la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción.
Miembro de la Australian Haiku Society.
Miembro de la Asociación de Escritores y Artistas del Orbe.
Miembro de Poetas Actuales Contemporáneos en Creatividad Internacional.

Tiene más de 66 libros publicados.




A MI DIOSA SALIMA

Hay en Burgos un Bar Los Dos
(Tu y Yo? ¡Ojala¡)
Donde vienen a montones
Los viejos valentones
Con ardiente corazón
Donde muero Yo de Amor
Dejándote este poema-oración
Y el testamento
De que si muero me entierren
En tu viña
Para chupar los sarmientos
De tu Vida
Y los labios de tu nardo Amor.
No te enamores mi diosa Salima,
No te cases
Porque te acostarás sufriendo
Amaneciendo sufrida.
OH, mi diosa santa Salima
Virgen y mártir de la barra
Hija de un labriego de Villadiego
Y de una bella mujer árabe
De Marrakech
Quiéreme
Y por favor no me digas
“Anda vete, anda vete
Que mis padres no te quieren
Ni un poco
Ni yo tampoco”
Pues en tu Bar Los Dos
Me muero por Ti, diosa de Amor
Y daré una puñalá
A quien te me quiera quitar.
No hay ojos que no te  miren
Ni corazón que resista
¿Recuerdas?
Dos polis nacionales
Han venido al bar
En busca de unos ladrones
Mi diosa Salima
Tus ojos son
Que me han robado el corazón.
Ofréceme tu agua bendita
La lluvia dorada
De tus labios rojos.
Déjame besar
El cielo de tu paladar.




ORACIÓN A JEZABEL

Yo creo en Ti, Jezabel, y te adoro
Por el sexo de las flores que nos diste
Por el aire, los ríos y montañas
Y porque somos todos hijos tuyos
Arropados por los labios pequeños, los grandes labios
De tu carnal Amor
Pasados por el manto sagrado de Astarté ( Ishtar)
De la ciudad de Uruk
Cortesana de los dioses
Amante de los hombres
Amor de los Amores
Reina del cielo y señora de la Tierra
Puta de los bosques
Alimento de vida eterna
De paz y de felicidad
Que nos pusiste colocados sentados
En los cuernos de Baal
Como un toro joven (becerro)
Presentado
Dios de la lluvia y el trueno
Dios de la fertilidad
Hijo de El, Dios supremo y creador
“El Bondadoso”
Presentado como un toro
( No el manso de Osborne, claro¡)
Dios y señor del mundo
Aliyán prevaleciente
Zebul, príncipe señor de la tierra
Jinete de las nubes
En los Textos de Ras Shamra
Verdadera luz que nos guía
Creador, dios supremo
Que con tu esposa Isthar
Diosa del Amor y la fertilidad
Reina del cielo y de la tierra
Cortesana de los dioses
Amor de todos los Amores
Cantaste con Gilgamesh:
“¡Tú has amado el león, poderoso en fortaleza
Y has cavado pozos para él siete y siete
Has amado el corcel, orgulloso en la batalla
Y le has destinado el cabestro
 El aguijón y el látigo amoroso'".
Jezabel, Jezabel
Reina del Tanaj, princesa fenicia
Hija del rey Ithobaal primero de Sión
Esposa del rey Acab del reino norte de israel
Reina del más noble, hermoso y nutritivo de los pecados
El de Lujuria, ¡ay, fornicar¡
Líbranos de los Asnos y Asnas
Jumentas y Jumentos de Yahveh 
Y del ya ves Trino y uno
Idólatras de cuentos chinos
Como el de la viña de Nabot
En profecías de nabos
Y milagros para bobos de baba
O el de los dos animales masacrados asesinados
Al estilo de todas las religiones
Que en el mundo ha habido
Defendidas por meapilas criminales y castrados
Como esos eunucos capados de Jehú
Que agarrándote de los pelos
Por la venta te arrojaron
Dejándote en la calle
Para comida de los perros en Jezreel
Quedando de ti sólo el cráneo
Los pies y las manos
Tres cuartos que hoy se encuentran
Como me dijo un ateo y pagano
En la Capilla de los Huesos en Evora
Y más o menos así quedaron
Los miembros de Rafael del Riego
Arrastrado en un serón hacia el patíbulo
De la Plaza de la Cebada en Madrid
Y ejecutado por ahorcamiento
Para posteriormente ser decapitado
Entre los insultos de la misma población madrileña
Turbas soeces del populacho
Que poco antes le había aclamado
Por haber sido uno de los diputados
Que había votado por la incapacitación del rey
Felón, cruel y asesino afrancesado
“Rey cobarde y acanallado”
Como dice El Niño Republicano
En tres cuartos
Quedando uno en Madrid
Y enviándose los otros tres
A Sevilla, León y Málaga
Para gloria de la Patria
Y el asesino amado.
Gloria a ti, Jezabel, Jezabel
Tu lluvia dorada es agua de río ¡Viva¡
Río de agua viva en nuestro Ser
¡Viva¡ Aleluya¡



CANCIÓN DEL CURA PEDÓFILO

“Mi culo en la Séptima Morada” Santa Teresa

Salir de mí
Tengo un hermoso plumaje
Grande y afilado pico
Por encima de lo que enseña el cilicio
Que me hiere el muslo
En rojo ensangrentado
Mostrando todavía
Las señales de vida en masturbación
Llevada a cabo
Sobre el sueño adormilado
Del culo firme de san Valentín
por mi amor
No me importan
Los asnos que creen en dios
Yo, donde nadie sube, trepo
Lo que nadie come, trisco
Muy poco estoy en la Iglesia
Pues lo mío son los carnales riscos.
Soy un cabrón de dios.

Estoy desolado
Peno en la senda de la Perfección
Los testículos elevan mi fe
Hasta el Señor
Levito
Y probablemente por eso
Soy venerado.
Agotado estoy
Perdido todo lo que tenía
Mi serpiente corre
Pero no vuela
Y cuando ve el ojetil reguero
Mete la cabeza.

“Apaciento mi grey con la “Caña la Doctrina”
Como dijo Juana la Papisa
Ocupado el solio pontificio
Con el nombre de Juan VIII
Entre los pontificados
De León IV y Benito III
Mi nombre es feroz
Con un tercio de Mijares
Un tercio de Badajoz
Y otro tercio de Linares
Los medios me dan cordelejo
Pero el pueblo la espalda al coro
Pide que silencie mis pecados
Sobre todo
Las mujeres mansas, dóciles
Y sumisas
Si la tendré larga
Que a todas admira
Y con dios la comparan enseguida.
Chúpate esta, marquesa ¡

Abrázame aquí
Quiébrame la lechetrezna
Que yo bien se
“corderilla mega  mama a su madre
Y a la ajena”
Y tu bien sabes
“El cordero manso mama a su madre
Y a cualquiera”
El bravo, ni a la suya
Ni a la ajena
Tan presto va el cordero
Como el carnero
En corriente de Esperanza
Destruyendo la célula dañada
De Purificación.



Daniel de Cullá. LQSomos. Marzo 2015


Antes que Valentín, Priapo

-“¿Qué tal, hijo amado,
Qué tal, Valentinito
Has cuidado bien
De tu pajarito?
El padre que vio
Milagro tan glande,
Al señor obispo
Trató de avisarle.”
-Copla de Ciego

Antes que Valentín, Príapo
Pues en el amor como en las creencias
Todo es falso
Que, en todos los tiempos
Ha habido amantes falsos y perversos
Pues Amor no se atiene a hombres cuerdos
Y a ninguna Vesta le ha gustado
Hacer sexo
Con dioses nacidos hombres lerdos.
El sexo en la mujer que se cree
Tan bruja o hechicera
Es una calumnia
Para el Orgasmo del hombre
Que yo me he bajado muchas veces
Para meterla y sacarla con bien
A salvas de un riesgo
La lengua en el coño de Vesta
Y le he puesto la oreja derecha
Que es por la que mejor oigo
Escuchándole decir entre labios
Que “el miembro de todos esos dioses
Que os creéis hombre
No es más que morcilla de Cardeña, en Burgos
O chorizo de Cantimpalos, en Segovia”.
Y yo me digo, exclamando
En punto tan delicado:
Qué de juicios más estúpidos
Han levantado las falsas Chirlomirlas
De artistas consagrados
Haciéndonos creer lo negro del pelo, blanco
Como con aquella Marilyn Monroe
En ”Con faldas y a lo loco”
Ocultando, fácilmente descubriendo
Su braga blanca
Haciendo que “Los caballeros las prefieren rubias”
De Anita Loos
Eleven sus penes geriátricos
Andando y lentamente mirando
(No es menester que se diga a qué objeto).
Que Amor habla una lengua viperina
Es una puta verdad
Pues se muestra con graves sentimientos
Sí, dando chasco, las más de las veces
Al diosezuelo entrante
Que despierta siempre sorprendido
En poniente.
Que la Jumenta maldice al Asno
Que la apriapa sin quererlo
Y más, cuando a la opción primera del sexo
Amor se atiene a cualquier agujero
Tragándose agitado
Un pene en pena, por ejemplo
y diciendo:
“¿Qué buen pienso va a darse nuestro dios, eh?
Y para sus adentros:
“Ya se relame el hijo puta este….
Ya se acerca….
Ya llega…
¡Qué asco¡….
Que mierda sorprendida en sueños
De Cuentos de Hadas
O “Las Mil y Una Noches”, en arabesco
Ver a Vesta apoderarse de un miembro
En la Taberna Culo de Gloria
O en el piso de citas
De cualquier edificio global
Es como ver al Inquisidor General
Encender la hoguera
Donde asar a brujos y hechiceras
A no creyentes en majaderías impuestas
Y acostarse, después
Cumplida su misión criminal bendecida por la Iglesia
De propagador de la muerte
Divinamente en la cama
Para coger a su “santa esposa”
Y, apretándola,
Llevarla para Huesca
Levantándole la falda
Con su falso testigo entre dos huevos
Delator infame y perverso
De esa legitimidad de heredar la tierra
Esperando ese divino cuesco tan tremendo
Que despertará a curas y frailes
A novicias y novicios de conventos
Entre campanas
Que resuenan la aventura, una vez más
No de Valentín
Pero sí, la de Vesta con Príapo.





Madre: hija, te has casado con un bandolero
hija: madre, yo le quiero

Esta es la historia en Copla de Ciego
De Francisco Ríos González “el Pernales”
Ladrón castigante y amante, para unos
Y para otros, congoja y carne de presidio
Que en zaga no va
A cuantos bandoleros creó la Iberia.
Vivió señalado por los “Arpías”
Agentes de la autoridad
Antojado por esposas y grilletes.
No era muy arbolado, pero sí
Pequeño, sagaz y astuto
Con unos ojos azules plenos de sagacidad
Un verdadero manazas
Que apandillaba la flor de la bandolería.
Fornicaba como ninguno
Y se jugaba a su mujer
A los dados o a las chapas.
También, era armadillo
Que daba dinero a otros
Jornaleros y braceros
Para que no se arrodillaran ante la desgracia
Sonando a campanillas de gloria
Los cinco o seis reales regalados
En sus bolsillos.
Campanillas que despertaban el diente
De los perros cortijeros
Que siempre están de centinela
Inquietando el sueño de caciques
Y la mansedumbre del bracero
Cubriendo y protegiendo a las mancebas
Desde Estepa a Puente Genil
Desde Puente Genil a Lucena
Un vasto campo donde explayarse
Cual atalaya, ladrón arrogante
Atorigando, cogiendo y hurtando
Sin retóricas frases ni lisonjas
Con fusil recortado o navaja limonera
En villas, en cortijos, en aldeas
Mostrando el bandolero su hombría:
“- ¿Qué hace usté aquí, Pernale
Maldito en el corral?
– Los amores de mi amada
Por aquí me hacen rondar”
Con visos de valor y poesía
Dando pruebas manifiestas
De su audacia de algarín
Ladrón de la aceituna.

Nacido en la calle de la Alcoba
En Estepa, diócesis y provincia de Sevilla
Y bautizado en la iglesia parroquial
De santa María de la Asunción la Mayor
Saltando, de pequeño
Tapias y cercados
Como un san Juan de la Cruz
La tapia de conventos de novicias
Ejerciendo de cabrero
Un día, en Puente Genil
Viendo cómo a su padre en el cuartelillo
Le abrían la cabeza
De un fuerte culatazo
Poniéndole las costillas
Como nueces en costal
Juró odio eterno a los “Arpías”
Cumpliendo su deber bueno o malo de vengarlo
Recordando que a la sombra de un pesebre limpio
Le enseñó su padre
Lo que vale un bandolero en todo tiempo
(Un ser humano bien útil
A la raza andaluza, a la raza hispana).
Saliendo con sus ojos avizores
Y cabalgando Relámpago, su caballo
Atravesando los olivares
Soñadores de la recolección
Y la molienda de la aceityuna.

Va bailando a cortijeros y caciques
Atracando a maleantes del público Erario
Ladronzuelos, ladronazos
Que hurtan al jornalero y al bracero
Por el procedimiento del bajamano
Señalándoles con una mano
Mientras que la otra se aprovecha de algo
Ofreciendo éstos su sudor y lágrimas
Al cacique, al Estado
Que exclama:
-“ ¡Ay¡ ¿Qué queréis, Pernale?
Dios mío, ¿Qué gente es ésta?
-Venimos a degollar
Si no entregáis la moneda”

Él quería, también, tirarse a la Bartola
Volviendo a sentir del corazón
Su entrañable latido
Y en la casa de la calle de el Toril
Se enamora de María de las Nieves Pilar
Con quien casó y cumplió con maleante amor
Consagrado por la Iglesia
En legítimo matrimonio
Como así dispone de Trento el Santo Concilio
Tocándole obscenamente, tentándola
Palpándola, sobándola
Y de sus manazas brotando hostias como panes
Sobre todo cuando viene mamado
De “bala-rasa”, aguardiente malo
Como cuentan de él las beatas de la iglesia
Que dicen le decía puta, marrana
Dándole tal paliza
Que los huesos le descoyuntara
Y si las niñas con sus lloros despertaban
Su siesta de bandolero blasfemo
Con mala sangre y extrema gravedad
Las cogía por las piernas
Bajándoles los vestiditos
Y en su desnudita espalda
Con una moneda de cobre de diez céntimos
Que ha echado en las brasas
Poníales la moneda y su marca
Acompañada de un olor de carne chamuscada
Al grito de:
“¡Toma¡, pa que con motivo yores”
Trocando estos belenes de amores
En desprecio de su víctima
Que obligó a María Nieves abandonar la casa
Y, con sus hijas, huir a los montes de Padiela
Al término de Gilena
Para más tarde, volver a Estepa
Harta de humillaciones
De vergüenza y de lágrimas
Consentidas otrora
Porque fueron bendecidas
Y obligadas por la iglesia.

Desde ese instante “el Pernales”
Más duro que un canto
Vivió al margen de la ley
Bailando en la cuerda floja cual perdulario
Huyendo de un lado para otro
Montando su caballo Relámpago
Acariciando los olivares a su paso
Cuyas trémulas sombras del ramaje
Se agitaban a la luz de su cuchillo
Llenando los campos de sangrientas luces
Como las que iluminan Peñarrubia
Estepa y Aguadulce
Y estos otros “Santos Lugares”
De Marinaleda, Matarredonda y el Rubio
En cuyas tabernas y mancebías regala
Los costales de Aceitunas robados
una borrega abocada a parir
Y un marrano
Cogidos en las cuadras y corrales
Esta vez, con sonoros versos cantados
En pollinales metros
Pues ahora siente enamorado
Su asinino plectro
Y hará que su amor alcance hasta el cielo
Pues se muere de amor por Concha, “Conchuela”
De El Rubio, eligiendo su destino
Una linda mocita de poco más de veinte años
Alta, esbelta, de correctos modales
Pelo largo y labios encendidos
Con las virtudes con que sueñan
Las zagalas y muchachas casaderas
Pues sabe bordar, planchar y coser
Sabe, también, guisar
Y la tabla de multiplicar
O, como dice su padre
“es trabajaora, modosita y mu desente”
A quien la leyenda del bandido
Con aromas de recia montaracía
La convertirá en amante de héroe de novela
Que les hace ser, por ello, la bella y la bestia
Porque el azar ha colocado a esta hermosura
En las manazas de un criminal amor
Que, por desgracia
A Ella, sin culpa,
Llevaran los “Arpías” a un final irremediable
De cárcel y represión
Llena de cadenas hasta el corazón
Tan sólo por amar
Que por eso las gentes cantaban
“-¿Quién ha sido el asesino
Quién ha sido el criminal
Que ha apresado a la más bella
Sin que nunca hiciera mal?”
Siempre, orgulloso, “el Pernales” decía:
-“Este sí que es mi amor glande y verdadero
No como el de Romeo y Julieta
O los Amantes de Teruel
Que no fueron más que amores fulleros”.

El Pernales, olvidado de su mujer e hijas
Despreciando, también, a su amante María
“la Negra”, y a otras mancebas
Que ha regalado a “el Niño de la Gloria”
Y a otros bandoleros
Entre los Ojuelos y Marchena
Le da su mayor cariño
Haciendo amor con Conchuela
Resguardados entre los olivos
Escondidos en una choza
En quiebra del terreno
Prometiéndose amor eterno
En Palma del Río
Siendo aplaudidos por braceros y gañanes
Que están en la parte afuera
Gente humilde que alaba
El robo a los ricos
Y sus muestras de humillar al poderoso
Recitando la felicidad de “el Pernales”
Cuando canta:
-“Mira si será guapa
Mira si será bella
Que hasta el mismo Cortijero
Se ha enamorado de ella
Más cuidado, que voy yo
Y la garganta le cerceno”.

Su predilección por su caballo Relámpago
Es extraordinaria
Pues, para él, su caballo es más
Que los caballos de todos los héroes de leyenda
Es más rápido en giros y bello
Que Babieca de el Cid
O el caballo blanco de Santiago
Mucho más parecido a Rocinante
El caballo de Don Quijote
Por sus modales de justicia social
Y de ayuda a los pobres de la tierra
Siendo como él y Rucio
El Asno de Sancho, el más hábil
Pues se acuesta en un sitio
Levantándose en otro
Como cuando los “Arpías”
Le corren en un punto
Apareciendo él en otro.

Cuadrillas de segadores de Aguilar, Ecija y Herrera
Saben de sus hazañas
Y las cantan a los cuatro vientos
Como su amor por Conchuela
La de el Rubio
Amor tormentoso y de altos vuelos
Definido con pelos y señales
Por los gentes del pueblo
Que unos lo aceptan
Y otros lo callan por miedo
Y muchos lo envidian
Como ese anciano, ese mozo, ese cura y fraile
Ese sacristán y paisano
Todos ellos temerosos de la “carabina de Ambrosio”•
La de “el Pernales”
Escopeta de dos cañones
Fuego central de retroceso
Para unos, bien bueno
Para otros, mucho malo
Que ahora marcha al garbanzal
Donde Conchilla siega garbanzos
De un cortijo del término de Ecija
Pues los amantes han quedado conchabados
Junto al pretil de un pozo
Para montar él a su amada
A lomos de su caballo
Sobre una manta jerezana
Que les llevará a consumar el Acto
En un caserío del término de Puebla de Cazalla
Materia de una leyenda más
Nacida en la cumbre de los Morricos
Término de Villaverde
Sobre una manta encarnada
Con estribos y corra.




Sal mos

Sal mos, o nos salimos, por la ventana:
Sale el sol, sale el pelo
Sale el retoño braguetero
Y a la niña le ha salido un novio
Salen de sus casillas los popolíticos
(Dios sabe, que sabe a nada, de dónde han salido
Estos Burros, como decían las sacerdotisas de Marte
En la antigua Roma)
Éramos pocos y parió la Burra:
Jamás el pobre saldrá de la pobreza
Y el rico, poco a poco, ganará más de su cosecha
Pues en lo listo salen a Caco
Su padre putativo
Que el cura párroco nos ha salido un bribón:
Naturalmente tiene sal en su lecho
Porque se acuesta con sor María de Salinas
Célebre religiosa natural
De Tamante de Litera
En cuyo vientre dejó escrita su mística erecta
Que se corre como música de Francisco de Salinas
Célebre músico natural de Burgos
Precipitado pajillero
Devoto de la gansa de Cantimpalos, en Segovia
Que le sale al campo, sale a las afueras
Al padre Gamo, franciscano
Quien, con un cencerro, llama a la Jumenta
Recordando el primer coito de su primer siesta
Donde “ A fuerza de lavados
Dijo la madre abadesa de las Huelgas
Salieron las manchas de los polvos sagrados
Ahora comentado por un viejo de geriátrico
Que va a la paja a 10 euros por rabo
Con un sentido Rebuznado y exclamando:
“por un Rebuzno, salí de diputado
Salí de alcalde, por otro mejor Rebuznado”
Alabando en los estrados
Las Rajas “por do sale” el agua del cántaro
Por do entra el sacro esperma
En chotillo o chotilla más tarde esperada o esperado
Que por eso cantan en tu pueblo los mozos en celo
Haciendo pajas a los guiños de las bragas:
“Se sale la cuba
Se sale el costal
Y a mi linda Raja
Me la voy a follar”
Aunque salga caro el trueno
De un culo pastoral
La aguja grande y gruesa de enjalmar
Coserá los salmos del joder
Sobre un ano o bóveda casual
Que descansa sobre un asnal salmer escorzonero
Con la salsa de san Bernardo
Que es la salsa del Chumino
Que a mí me gusta tanto la salsa como la perdiz
Y el Rebuzno de una Jumenta exhalado
Por el que nació y murió Rimbaud y Diocleciano
En templo de Tetis, sagrario malmetido
Con hostias de milano
En cantinela acompasada, cadenciosa
Con que se suele acompañar la fuerza ejecutada
Por los marineros del Ano
Zoquetes y tarugos que van unidos
A la grande esfera del Culo, diciendo:
Sal del paso, sal a la lección:
Saltero, putero zancado
Acaba de bajar las escaleras de un piso de citas
En la calle Virgen del Manzano, en Burgos
“zapato jodedor” le llaman
Y se le ve en la calle, después del desove
Flaco y espatarrado
Quien nos dice: “no queda más chichota.
Salina, a quien me he beneficiado
Tiene un Chumino donde se cría
El sarro salinero
Cuando el Rebuzno de Amor es de Oriente
Este, de Levante
Silbando yo con la chifla
Un Rebuzno enamorado
Como cuando tras los montes en Sedano, Burgos
Con unos personajes históricos
Mirando la estrella Sirio de primera magnitud
La más brillante del firmamento
En la constelación del Can Mayor
Con gallegas y portuguesas agarrando nuestros penes
Les hablaban de esta guisa:
“Malandrín, tú que eres chiflador y chiflas
¿A qué te sabe el Chumino?
A Malarrabia, decíamos todos
Cierta confitura de plátano y boniato
Ya, respondían ellas, Chichisbeo, chichisquiero, claro
Prosiguiendo:
Hermanas haced que den estallidos
Estos lagartos”.





Urraca

Canto a Urraca Fernández
Sentada en su silla del Museo de Burgos
Una grande, libre y real Puta
Quien, sin sentir, ha venido a decirnos
Qué son ayuntamientos
Hija del conde de Castilla, Fernán González
Reina de León
Por haberse trajinado a Ordoño III
Hijo de Ramiro II
Cuyos Rebuznos se elevaban hasta el cielo
Amancebada, después de repudiada
Por su marido
Con Ordoño el Malo
Que reinó, también
Y, por último
Después de muerto éste
Casada con Sancho II el Cornudo, rey de Navarra
Y, a escondidas, ligada con un príncipe
Llamado Jimeno
Quien llevaba meajuelas en su miembro
Ciertas piezas pequeñas
Que solía ponerse pendientes
De los sabores del pene
Para refrescar la boca de la reina
El cual, viendo la emulación, el ansia, la presura
De esta reina
Elevó su Rebuzno de amor hasta el Monte de Venus
De su vaina con jactancia
“Una Vaina plegadiza, que puede plegarse
O doblarse
O que está dispuesta para ello
En pendencia bien solemne”
Como dijo el tal Jimeno
Cogiendo entre sus dos manos
El real Opérculo
Pieza redonda generalmente
Que sirve de olla y cobertura de ciertas alargaderas
Elevadas a plenario por unas meajas
Cierta moneda antigua de vellón
En los reales meaderos
Donde a la reina le gustaba yacer
Junto al meandro, revuelta o recoveco
Del río, o camino
Que hacen los gatos cuando mean
Pues la reina decía:
“Aquí, donde está esta meada de gato
Trae tu expósito a mi Meca”
Entonando un “mea culpa” orgásmico
El principito eyaculando
Golpeándose los dos
Con vejigas hinchadas
Y el matachín del príncipe
Cuchillo jifero de carne y hueso
Haciendo raja donde había herida
Por beneficiar la puerca a manteniente
Sin soltar el arma de la mano
Pues la reina maneaba su rotura
Con el glande de Jimeno
Buscando querubines del culo
Como quien busca grillos
En el primer coito angélico.



Lola montes, mujer

O Amor de una Señora a un Asno
Estoy leyendo sobre Lola Montes
Celebre aventurera
Que cabalgaba en Asno
Favorita omnipotente
Del rey Luis de Baviera
A quien conoció en Getafe, Madrid
Inesperadamente a la luz del día
Y pegando horribles Rebuznos
Porque los hijos de Atenaida
Todos bastardos
Marquesa de Montespán
Y coneja concubina de Luis XIV
Le acosaban con una lluvia de dardos
Por ese reírse de ella torciendo la boca
Pues cantaba:
“En Valverde, moquillo verde
En Berlanga, lanza y albarda
Y en Getafe, la lerda pollina bien atada”
Todos lugares de Extremadura
Menos Getafe
Marchando saltando
Por un portillo de una tapia
Como la zorra que huye de una casa
Donde ha entrado
Y, al pasar
Toca las cuerdas de una guitarra
Huyendo
Sin poder evitar ver a Lola Montes
Pasando hoja en el Arte de Amar
De Ovidio
Que, ahora, está leyendo
Acordándose de su rey
A quien cariñosamente llamaba en broma
“Mi Luis de Verga”
Y, en punto serio, “Mi adulador Asno”
Rebuznando riendo
Como dice el autor del libro
Que Rebuzna el bello sexo
Pues de su Arte Amatoria ella sabía muy bien
Desde pequeña
Aun sin leerlo.



Dar latidos el perro

Alisaba la cabeza de mi novia
Rayándole enteramente el pelo
Y ella me mesaba repetidamente la barba
Arrancándome un pelo
Mientras escuchábamos una conversación
Sobre la remembración de las muertes diarias
Que tienen mella
En los labios y los párpados de los ojos
De la prensa vueltos hacia fuera
Anunciando que la función dada
Al “Je suis Charlie”
No era más que un “remedión”
Función con que se suple
La anunciada en un teatro
Cuando esta no puede ejecutarse
Colocándose los jerifaltes de las naciones
En el remiche
O espacio que hay en las galeras
Entre banco y banco
Con extraordinaria concurrencia
De mercaderes y negociantes
Dejando enteramente muerta la muerte
En el canal o hueco
En que las ventanas se ajustan sobre la corcheta
Pues “la muerte llama a la muerte
Y varea y menea los olivos
Para que suelten la aceituna
Dando latidos el perro
Anunciando
Que el crimen mortal es un remedo de la muerte
Ejecutada generalmente por burla”.
Que así fue por los realces o bultos
Que quedaron sobre las mesas y en el suelo
Tomando la vida el hábito del crimen y la muerte
Por quienes sostienen que no puede haber salvación
Fuera de las falsas creencias y embustes religiosos
Cayendo en pequeña hijuela de acequia de sangre
Los asesinados de ayer, de hoy y de siempre
Por afirmar que “ninguna creencia
Merece veneración y culto
Si para besar y dibujar las cosas materiales
E inmateriales
Necesita de la maestría del ultraje y el asesinato
Como tampoco
Que a los gemidos
Lamentos y muestras de dolor
Que excitan la compasión y la lástima
Se les cargue con el peso de la opresión
Con síntomas que ocultan
Su verdadera naturaleza autoritaria
De crimen revertido
Naciendo en la huerta
Lo que no siembra el hortelano
Quitando o haciendo perder
La garantía o fianza de humanidad
Que se tenía concedido.




Méjico, sangre de varia lección

Méjico está siempre en la escena del crimen.

En cada una de las partes en que se divide cada acto del poema dramático,
hay un decapitado, algunos y algunas, muchos,
violentados y asesinados,
otros, los más, desaparecidos.

El espectáculo de algún suceso de la vida real,
más o menos extraordinario, cruel y conmovedor,
está al orden del día:
La célebre historia de Iguala,
por haberse firmado en ella en 1.821 el llamado “plan de Iguala”
o “de las tres garantías”,
en cuya virtud quedó establecida la independencia de Méjico,
hoy cae por su peso, y se baña en sangre
por la matanza de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa,
poniendo al igual del crimen la manera de los conquistadores
o los virreinatos de gobernadores, obispos y frailes
dedicados al sometimiento por el crimen, la violación y el degüello
del estado mexica o azteca,
principiado por el asesino Hernán Cortes
en nombre del rey felón y estuprador Carlos I de España.

Los amuletos, los colgantes, los exvotos,
las imágenes de santas y de santos del Cristianismo
impuesto por las armas y el estupro
lloran lágrimas de cocodrilo en el santuario de Guadalupe, en Guadalupe-Hidalgo, en la catedral de Durango, en la catedral de Méjico,
lo mismo que el monumento a Guanthemoc, (Guatimozín),
sucesor inmediato de Montezuma,
último soberano indígena que reinaba cuando llegó al país
la expedición conquistadora,
débil y amariconado en el trato con los invasores,
lo que le valió recibir una “puñalada trapera”
con herida de muerte en un motín de sus súbditos.

Sin embargo, Teoyamici, dios de la muerte y de la guerra,
en el Museo de Méjico,
sí que llora lágrimas de sangre,
pues se parece a la antigua fuente del salto de agua en efusión de lágrimas acompañadas de lamentos y sollozos
por la muerte de estos estudiantes
detenidos por policías locales y entregados a miembros
de un grupo criminal venático con vena de locos,
sinvergüenzas de condiciones despreciables,
quienes les transportaron en camionetas hasta una brecha o barranco
junto al basurero de Cocula
para que una vez envueltos en mortaja
como el papel en que se envuelve el cigarro,
despeñarles y quemarles vivos,
como si fueran leña en la pira de quemar los cadáveres
o las víctimas del virreinato,
para después de apagado el pavoroso incendio provocado,
desmembrarles, dividiendo y separando sus miembros
para meterles en bolsas de basura de plástico negro
que arrojaron al río,
con las que el venaje, su manantial o caudal, aumentó
corriendo al agua sus vidas que les salía por los huesos calcinados
hacia el seno de la muerte entre río san Juan y Nuevo Balsas,
estando el aire como pasmado o asombrado
en sus riberas.







CAROLINA ZAMUDIO [15.753] Poeta de Argentina

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Carolina Zamudio Candia 

Nació en 1973 en Curuzú Cuatiá, Corrientes, Argentina. Es periodista, con una Maestría en Comunicación Institucional y Asuntos Públicos. En 2002 ganó el Premio “Universitarios Siglo XXI”, otorgado por el diario La Nación. Trabaja de manera free-lance en Periodismo y Comunicaciones. Condujo el ciclo radial “Los libros no muerden”. En 2007 comenzó un derrotero por el mundo que la llevó a residir junto a su familia en Abu Dhabi, Ginebra y Barranquilla, lugares que -no casualmente- dividen al libro en partes.
“Los poemas escritos en estas ciudades poco o nada dicen de los sitios que los contienen. No los describen, no los recorren, no los celebran. Son sentidos y se dejan sentir, tal vez, porque son en verdad las estaciones de un viaje interior del poeta”, describió Miguel Iriarte, director de la Biblioteca Piloto del Caribe y gestor cultural, acerca del libro.
Seguir al viento fue presentado recientemente en el mítico recinto colombiano La Cueva. 
En 2013 la poeta participó del “Festival Internacional de Poesía en el Caribe”, PoeMaRio. En 2014 fue seleccionada para ser parte de “Poetas bajo palabra”, novena edición de una experiencia cultural que lleva poesía a centros de reclusión, incluye recitales en un teatro y concluye con la participación en una antología. 
Recientemente algunos textos suyos fueron publicados en la revista cultural “Gamba”, de Nueva York.
Ha publicado: Seguir al viento (Ediciones Último Reino), 2014




Sobre mi escritorio
un pequeño globo terráqueo.
A veces me lleva,
otras me retiene.

Las ciudades me anclan
un día impreciso.
Podrá ser antes de ayer,
pudo haber sido mañana.

En medio navego
vacilante estas aguas. Quizá
el reto
ése sea
soltar el timón
y seguir al viento.

Poema: “Seguir al viento”





Descansa el amor 

Baja una silueta las escaleras
no son las sobras del día quienes la mantienen en vilo
el futuro le sostiene los párpados
esos sueños a los que no les siente el aliento
le deben las caricias.

La inmensidad del silencio tiene gusto a leche templada
dos galletas de manteca le calman la vigilia
–dice su madre que con eso llame al descanso–
se adelanta un mañana que escribir de puño y letra
la casa ahora descansa el amor que se tienen.

Ella recuerda como siempre el futuro bañado de niebla
el cartero hace lo que el taxi no y llega
más tarde habrá un sol huidizo en Ginebra, ella no abrirá la carta,
las niñas no la verán desde su admiración defraudada
tampoco disimulará un tenue adiós en besos.

Con estas palabras mudas interrumpe la leche de la madre
con las galletas de las niñas se atempera la inquietud
y espera un auto que no llega
rumbo a un futuro al que ella
ya llegó hace mucho tiempo.






Inundación

Hay un par de zapatos
jugando bajo tu cama.
Parece que también hay víboras
Que te atan a las sábanas.
Un cortocircuito, una historia rebanada
un trago áspero,
tu alma en el espejo delineando sudor.
Parece que la inundación fue por tu llanto
que no cesó ni en los paros
a los que se atrevió tu corazón.
Parece que el amor abrió
de golpe la ventana
y sin haberlo pensado hizo lo suyo
el suicidio mejor.
Hay una mujer amarrada a una cama,
una historia en pausa, entre alambres de púa,
una mañana que avanza.






Y así en cada ocaso
“Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
 Lego la nada a nadie”,
 Jorge Luis Borges

Sola y a cargo de su tristeza,
una Juana de Arco en el trópico
planta nueva, seca.
Frase muda en suspenso
mirando el ocaso en busca de un fuego en el que arder.

Se robaría un pirata que la lleve en brazos
a recuperar la virtud y la vehemencia,
plantaría algunos amaneceres en almas fértiles
se ahuecaría las heridas con agua maldita
hilvanaría de clavos las sábanas y se cubriría hasta el rostro.
Intempestiva, huiría de la morada que
mira al océano
al encuentro de Alfonsina.

Y así en cada ocaso.








DINAH OROZCO HERRERA [15.754]

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Dinah Orozco Herrera 

(Barranquilla, Colombia 1980) Vive en Bogotá. Invitada de honor como poeta afrocolombiana a la lectura de poesía afrocolombiana en el marco de la Jornada de Socialización del Plan Distrital de Desarrollo “Bogotá Humana” 2012-2016 y la inclusión de la población negra afrocolombiana, raizal y palenquera residente y reasentada en Bogotá. Primer lugar En la Sesión de “Lectura Libre de Poesía”, en el Marco de la  IV Jornada de Lengua, Literatura, Filosofía. Universidad del  Atlántico. Invitada de honor como poeta la 6TA bienal de escritores noveles costeños, Universidad Metropolitana. Barranquilla, 2000. Primera mención En el 1er Concurso Intercolegial “Else Lasker Schüler”  Barranquilla, 1997.  Segundo Lugar en el Concurso Regional estudiantil Cuento y Poesía “El Caribe Cuenta”, organizado por el Instituto Distrital de Cultura, la Secretaría de Educación  y el Colectivo Artístico y Cultural Luna Y Sol. Barranquilla, 1996.
Poemario ¿Dónde están mis ancestros? En: Revista Kumba, Universidad Nacional de Colombia, Volumen1, Número 3 del 2013. Poemario “Los Amantes”.   Revista Casa de Asterión. Revista trimestral de Estudios Literarios, volumen III, Número 10,  Julio, Agosto, Septiembre de 2002. Suplemento Literario Caribanía.  Universidad de Atlántico.



INVOCACIÓN

Resonancias me convocan esta noche.
Van latiendo de golpes sonoros
Y crecen como frutos en mi garganta.
Van esparcidas por el camino de las sombras,
y desde allí van cartografiando una geometría de nostalgias.
Son las lenguas de mis ancestros
Y hoy les pido que hablen por mí.
En ustedes confío
 En su sabiduría pulida por el tiempo
como la semilla que va creciendo
bajo el agua paciente de los ríos.

Permítanme dudar para creer:
 permítanme encender las voces de la memoria  recóndita
con su imperecedera fuente torrencial
para amanecer el pensamiento de noche
y deslizar mis sueños de día.

No me dejen hablar
de lo que no he palpado con los ojos del alma
No permitan que salga de mi boca una música falsa,
una música que antes no haya tañido
en la kora ciega de mi corazón.

Resonancias, lengua de mis ancestros,
hoy hablen por mí; las invoco.
Ustedes que van hilando en sus manos
ciclos interminables de la palabra cantada,
por donde circula el movimiento fluctuante de la vida,
Resurjan desde el fondo de la savia para desentrañarlas,
Convulsionen el polen de mi existencia.



                                                  
¿DÓNDE ESTÁN MIS ANCESTROS?

Hoy una oración secreta ocupa mi pensamiento.
No obstante, la angustia sacude mis entrañas
y traza en el sueño un presagio de los dioses:
¿Dónde están mis ancestros?
La pregunta se hace tan inmensa como la memoria de las palabras
cuando recobran el cuerpo de los mitos.
Entonces busco respuestas en las arena del pasado
que han borrado nuestros pasos, nuestra historia.
Busco respuestas en el viento que resuena poderosamente en nuestras conciencias.
Busco a los ancestros-maestros de lo oculto en las pirámides del silencio,
en el soplo de los ecos escondidos entre los desiertos de la existencia.
Busco en las edades de las civilizaciones,
en las ruinas,
en las voces de nuestros vientres,
en los gritos desarraigados de la carimba,
bajo las tempestades de sangre que derramaron nuestros muertos,
que tiemblan como volcanes allá en lo profundo... Atávico…
en las entrañas de los huesos de mis antepasados.




A LA NACIÓN DE LA MUJER NEGRA

Te voy a hacer un poema donde tú seas el Sol de Uganda
 uno que suene como un Merecumbé Burundí,
 una rapsodia lingala que descifre la redención en tu piel,
en el que se mezcle el café con las lunas de Tanzania.
Un poema Malawi con versos como espigas de mijo,
uno donde se arrodille Don Quijote de La Mancha
(con su armadura desnuda de otras ambiciones)
a suplicar tu mirada Al Magrebí...
Un poema que se estremezca de latidos bambara
del más especial melao candomblero
donde tu sonrisa de azúcar erupcione como volcán
 y un león wolof se derrita de deleite en tu paladar.

 Un poema yoruba invisible para la muerte
 lúcido para la vida,
orgulloso como Kunta Kinte
Certero como Shaka Zulu
pretencioso como el templo de Nefertiti
 Profundo como una guerrera Ashanti
que se reencuentra con su propio ser.

 Un poema del Alto Congo
que se vista con las trenzas de Bob Marley,
 un poema envuelto en una rueda de turbantes Tuaregs
 sediento como mis manos
 abisinio como mis ojos.
 Un poema-uterino como tu vientre de noche ewé,
una obra de ingeniería que admiren los orfebres dinkas
 Ligero como una mariposa haussa
 majestuoso como un pavo real que camina por el viento
 con sus plumas de Zambeze carmesí.

 Te voy a hacer un poema sin más sudor de incertidumbre
neófito....recién parido de la raíces del Baobab.
 Lo forraré con tu piel de bálsamo negro azande,
 se asemejará a tu mirada Malinké,
reproducirá la cadencia de tus círculos de conga,
 respirará el mismo aliento de tu alud de emociones
 para que pueda, este poema, tu poema
parecerse a la Nación de la Mujer Negra.




A DIZZY GILLESPIE

El pentagrama musical de Dizzy Gillespie es una puerta,
un zoom sin tiempo, para descansar la mente,
para reposar la libertad del éxtasis,
donde el mosaico de los colores inhala de vida cada respiración
en trazos simples, en conversaciones rítmicas
y en colores cromáticos de una gris melodía de saxofón,
que grita con alabanza su propio dolor existencial
a través de una nube de humo en matices de soul voice.





LOS ANCESTROS SON…

una orquesta de gaviotas
que resuena desde adentro
entre la sinfonía de los atardeceres del alma para humedecer con un beso los barcos de la memoria mítica.
Los ancestros son:
Las voces,
Los suspiros,
Las huellas,
Los gritos,
Los gestos,
Las canciones,
Los poemas,
que bogan entre las orillas de la conciencia como un eterno-retorno
con sus remos de arena fecunda.
Los ancestros van vestidos de ébano y marfil,
Y con sus sonrisas de agua,
Y con sus pasos de Serpiente Cósmica,
van transitando entre la comarca fluida de los sueños:
En la picto-grafía de nuestros cuerpos
los ancestros con sus tintas de calamar,
nos dibujan árboles de sombra en las pupilas;
manglares esculpidos de nostalgias
tatuajes de atlas y fragmentos de cartografías antiguas.
Impacientes, los Ancestros
se asoman con el ojo de sus lenguas
en las ventanas de la mirada,
para trenzar las pieles del tiempo,
para murmurar en los cuadernos de la existencia,
y respirar todos los olores del bosque de nuestras infancias.
Los ancestros lamen el ardor de nuestros oleajes de sangre,
huelen el verdor de nuestras carnes de dolores rememoran nuestras heridas mojadas,
esas que se ocultan en las rendijas de las hojas secas
entre los intersticios de la historia.





URIEL ALEXIS GALAZ CHINOLLA [15.755] Poeta de México

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Uriel Alexis Galaz Chinolla 

(Nvo. Casas Grandes, ChihUAHUA, México 1992) Estudia el octavo semestre de la Lic. en Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ha participado en el Taller de poesía “Alí Chumacero” de Enrique Servín. En 2014 fue becario de poesía en el sexto curso de creación literaria para jóvenes de la Fundación para las Letras Mexicanas en la ciudad de Xalapa, Veracruz. Actualmente es miembro del comité organizador del Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes Jesús Gardea.




La ruina

“Su muerte nos ha separado para siempre
y la mía no nos unirá nunca”
Simone de Beauvoir

Hay una materia oscura que aún no escucho.
Hay cosas que nunca aprendimos a leer en voz alta.
Algo se posa sobre mi cadáver, eres tú.

Recuerdo aún lo que dijiste en silencio,
abrazados. ¡Pero ya no importa!
Cuando cierras la puerta, las voces no salen.

Nadie se acerca a confortarte,
sigues aferrada a una rosa.
¿Hubieras preferido una corona de flores?

Hay sermones que no merecen ser dichos.
¿Por qué nadie te consuela?
No has dejado de llorar.

Los funerales, siempre son más concurridos por
las lágrimas que por amigos y amantes,
quiero pensar que nadie va a ellos
solo para ver como sufrimos la ausencia.




El olvido es un dolor que gira sobre su propio eje

Cierro mis ojos, y veo hacia dentro de mí,
quiero encontrarme en el vacio con un recuerdo,
acercarme a él y decirle que ya no tiene
que buscar otro pecho donde refugiarse.

Una vez deje de recordar.
Yo también tenía accidentes,
dormía sin saber porqué.

Mi tía tiene un rosario en las manos,
detiene mi cabeza y llora,
un hombre borda algo con mi nuca.

Algo se ha tejido a espaldas de mi mente.
Algo anida en las cicatrices que
mi cuerpo no quiere recordar.
Un día alguien casi muere.




Otoño

Mis piernas tiemblan,
la puerta no se mueve.
Cruje, entre las botas,
una hoja de maple.
Visitarla fue un escándalo.

Puse las manos
sobre la tumba de mi madre.
Olvide decirle adiós




Reloj

No hay tiempo,
todo se desvanece de las manos.
Cuando nací,
las horas se medían en el palpitar del alba.
Ahora necesito mapas para recorrer los instantes.
No habrá otras manos que me levanten de la cuna.
Los brazos siguen girando
y ahorcan la vida que me queda.




Haikus Endémicos I



Resplandece el sol,
En la corona del rey
entre las ramas



*

Luz amarilla
Sobrevuela tu oído
Es un canario



*

En paz, de noche,
el buitre es bello,
cuando duerme



*

La algarabía
invade una playa
y sus tortugas



*

Pétalos rojos,
abrasan las lágrimas
del amanecer

.







MARTÍN ALMÁDEZ [15.756] Poeta de México

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Martín Almádez

Nació en Guadalajara, México el 23 de julio de 1970, en el mero centro de la ciudad. Egresó de la carrera de letras hispánicas y culminó la maestría en literaturas del siglo XX, en la UdeG. Es colaborador de distintas revistas nacionales y del periódico local El informador.
Publicó los poemarios Cada vez que luna (1997) y Canto irrevocable (2003).



Conocen este poema?

Como un latente relámpago en este crepitar azul
mis pasos encuentran
el límite
solo para evocar tu amparo.
No sé de donde vengo
no me hace falta
un pasado
es la brisa o eres tú pájaro enardecido
quien me hace ir siempre
cruzando
lejos
la brújula del destino.
Que rían los chapuceros de la felicidad
mientras el fuego de esta luz que baña mi cuerpo
ofrece a los pies del mundo
en un solo lienzo
cielo
mar.
Vallarta eleva sus alas blancas
velero adormecido
ciudad entrampada
entre el fin
y el principio
aurora
o crepúsculo
orilla del oriente o del pacífico
así, como mano tendida
a b i e r t a
al origen de la casa
del espacio
del vacío
donde solo el silencio es canto
y la salida
la puerta

      



ULTIMÁTUM

Hemos sido llamados para atestiguar la caída
-así lo cantan las campanas y lo dicta el relojdicen
que la voz llegó con la aurora
gritan que el árbol se pudre entre sonatas celestes
las calles han desdoblado sus esquinas
llorando el azar de los transeúntes

todo se contempla desde el orificio de la tumba
donde duermen plácidamente los ojos de la luna

se ha estremecido la lira
la mar baila el son de laureles
y los sexos complacidos guardan la llave del umbral

el polvo nos ha convertido en su nombre






LO MÁS MISMO

A Silvia, por compartir este desafío


Decidimos apenas se consume la palabra
cambiarlo todo,
trajiste tus cuadros contenedoras ventanas
medí el espacio y el mueble quedaría en su justo volumen;
preferiste lámparas blancas y circulares por aquello de la fuga de energía.
La casa nueva se levantaba cada noche, caminata o llovizna;
deberían ser muebles de todas las edades compartidas,
viejos dijiste, viejos dije,
seremos dos viejos entre las anchuras de estos muebles
—recuerdo confesé—
y echaste a reír frente a la mesa resignada a lucir el centro de una sala
tan ajena
distante de la calle vacía.
Una chimenea intocable alumbrada por las viejas cosechas
de la cava
la cava,
dijiste,
la cava que en otros tiempos hubiera perdonado
y que a cada paso
blanco
y tinto
fuiste llenando.
Quién hablará de esta casa
que cuando estamos se queda sola,
que la lluvia se vierte en óleo magnético detrás del cristal por nuestros ojos deslumbrado.

La casa con fervor se construye,
un teléfono la suena y la hace suya
las sillas tan pensadas y elegidas me alertan que habitaba ya
desde antes, desde atrás de la noche
esta casa que se construye contra la voluntad del tiempo
sola y tan llena conteniendo la sonata de Mozart que se estira
y desliza por la tarde de sábado donde hemos decidido
apenas la palabra se consume
cambiarlo todo
hasta lo más mismo.

http://www.fomentar.com/Jalisco/Antologia/1970-1979.php









FANNY ENRIGUE [15.757]

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Fanny Enrigue 

(Guadalajara, México, 1976)
Estudió Filosofía en la Universidad de Guadalajara, donde ahora imparte la materia de Estética. Ha participado en encuentros de poesía nacionales e internacionales. Su obra aparece en diversas revistas (Reverso, Metrópolis, entre ellas) y antologías (Mapa poético de México, Poesía viva de Jalisco…). Ha publicado los poemarios Sucesión de la sombra (Paraíso perdido / Santa María Juana, 2007) y Prácticas de crueldad para el verano (Editorial El viaje, 2012).






1.

Nada dicen los espejos de ti, sólo esa rabia que se acumula
en pequeños papeles tirados al fuego, en el graznido absurdo de la distancia
manos en su rito por mi cuerpo
tu imagen rondando ciega mis estanques
la ofrenda de quemarme hasta quedar saciada de cicatrices tuyas
mordeduras de cigarro,
aburrimiento

hay que contar alas, hojas amarillas cayendo en la extrañeza, en-callando
hay que bebernos en las contorsiones de los zapatos
pero el sueño, la tarde, los lápices
memoria que juega a esconderse en los sitios más visibles de mis labios
acabo por permanecer pegada a piedras
huella de mi propia aparición
me siento a cantar en voz baja

no sé si decir magia, mariposa
no sé si haya importado que sea yo, tú o sólo una noche húmeda
o el tiempo, caballo sin freno corriendo por nuestros sexos
letras amontonadas en la boca
no sé si importa este rostro mío, el tuyo que deja caer la desesperación
al primer trago de la mañana
imagino nuestros pasos distraídos en calles con otros colores
accidentados por tanto derrumbe de estridencia, tanto choque de pájaro melancólico

no sé qué buscar, dije al regresar a mi casa
de locos y cerré la puerta con cuidado



2.

Para atrapar arañas tienen su truco las noches
enredan minutos en la ficción, hacen que todo parezca otra cosa
no más linda o abrupta, sólo otra cosa, no un simple vagabundeo
una breve iluminación de locura

tienen los cuerpos sus formas de llamarse, de tropezar
justo en el filo
intuir en la distancia temblores, sin retroceder un centímetro, animales de presa
hay en los cuerpos un lenguaje
cifrado en augurios, en dilatación
de cordura, presentimiento de cerros que se miran de noche

volvamos a las llagas de los desconocidos
dejemos atrás manotazos de ahogado
marcas metafísicas
si nos hemos detestado, si nos hemos deseado tanto
no sabemos si las pesadillas aparecen en la carne vivida o en la carne soñada
todo se presenta cada vez como el mismo hueco
la misma pierna tambaleante, descubrimiento de nuestras voces
          como agua cayendo de las manos

todo es una absurda ofrenda
a la carne que trémula brillaba
pidiendo algo desde un nicho



3.

La distancia puede ser fuego tendiéndose en sábanas

sin retroceder sin miramientos ni azoros vanos, sin retroceder ni un milímetro
me dejo tocar por un fantasma y sus cuerdas
me haces bailar en pleno verano encendido de tristeza
haces que me quite la piel
como quien deja su abrigo en la silla

no guardo en cofres tus hazañas, tus perversos secretos
manchados con mi aroma
no tengo nada para decir “aquí estuviste”, “nuestras sombras quedaron dormidas
            en algún parque”
tengo recuerdos sin fe, mis manecillas flotando
entiendo en silencio la geografía
de la crueldad

miro quebradiza cómo traen las horas algo destructivo
casi con placer de seguir cayendo
hasta el dolor



4.

En la guillotina
el ángel que me decapita tiene tus mismos ojos cerrados, una sonrisa igual
a la que imagino cuando me vuelvo de espaldas y caen piedras, canto, lluvia, tus ojos
y mi boca se llena de espuma sin pájaros, mi angustia se vuelve veneno en la lengua
de una casa habitada por tus sombras

nada viene a negarme las ficciones de nuestros gestos en la madrugada
mi tristeza esperando cuchillos;
todo habla de las tierras arrastradas
por tu palabra, la destrucción de lo que no existe

               



COMIENZAN MIS PALABRAS A SER CARNE

dejan su vuelo gris
para quedarse en el estómago.
cuál estruendo del día desborda mi sed
por tantos cauces;
suenan piedras de río.

espero como una llama prolongada andar la calle.
recuerdo haber visto este año brotar la primavera
preguntarme a qué hora llegaría mi madre
a desbaratar los hilos.
a qué hora llegaría yo.

protestan pájaros.
y es el viento sobre palmeras, la humedad en las nubes.
son mis ojos que huyen del espejo.







Dos poemas de "Prácticas de crueldad para el verano"

Dejar que la ciudad se incendie
Y no haya ninguna memoria
no haya memoria
el recuerdo es insano, multiforme,
nos va haciendo escarcha
la cabeza, nos obliga
a caminar hacia lo que fue
nuestra casa. 

El ácido muriático tiene
una calavera sonriendo, una 
abertura a la medida
de mi tristeza el ácido
muriático hace soñar y
despertar en el infierno, donde
de cualquier otra forma
también despertaríamos
invita a soñar mentiras, 
creer que más allá de estos 
barrotes hay
otra cosa
y no hay nada, nena
vamos a berrear toda la noche, 
vamos a esperar que el
monstruo de las treinta
mil cabezas nos despierte
con un machete, nos dé lecciones
sobre lo que debemos desear
(lo que no deberíamos querer
es reventar con ayuda del
gas en un pequeño cuarto,
no deberíamos desear morir
fumando, en una espera
sin objetos ni manos).

La lluvia cae, qué ganas
de tirarme con la boca abierta,
reír viendo caer agujas
en el cuerpo
ya sin limitaciones de saldos. 




Decir que un libro
De fin
a precipicio
debe embravecerse 
con la fragilidad
con que se resbalan
los espejos de las manos
caer en el juego
del doble desorientar
la izquierda
la diestra. Resignarse
a nuestros pies
al milagro de duplicación
en el rito
la admiración asimétrica
dejar resbalar
el espejo.





LA LLAMA DEL TIEMPO HORMIGUEA EN MIS MANOS.

pasa todo y hiere estar aquí o en otro lado.
cenizas de segundos se acumulan. esta distancia.
los ojos, este viento, rompen algo, chocan.
quiero nombrar cada cosa en su aureola de sueño.
espero que se derrumben los muros
las bacías
se conviertan en yelmos
relumbren
y canten los batanes
canten para poner al desierto sus lindes.
es tarde. sigo siendo una víspera.





SIN PODER SILENCIAR LOS DEMONIOS

a riesgo de que mis palabras salgan del cauce poético y mueran
pisoteadas por los rebaños de la vulgaridad
a riesgo de verme en el espejo repitiendo en secreto lo que he dicho antes en voz alta
un poco tímida para pasear por los abismos sin la cautela
de fingirme otra
(parecida a mis propios deseos, tan parecida a la que un lunes
se pone a errar en los recuerdos
y reconstruye lo posible
desde la máscara de la mesura)
tan poco (o tan) adicta a la culpa
para creer con firmeza en el cuchillo sin (con) filo del arrepentimiento





PUERTA CERRADA

lluvia
con qué lengua encontrar los límites
oscuros de mi cuerpo
si la piel se ha tensado hasta el desequilibrio
y no alcanzo ya mi propia sombra
me encuentro juntando cadáveres de pájaros
muertos en agosto,
certezas
prostituyéndose en el burdel más barato,
pero sólo la ausencia
la carne y sus venganzas
sólo contornos infinitos del deseo
de haberme dejado devorar
por entero (limo
a limo
hasta la última fuga)
de no ocultar lo frágil al amparo de ceniza
ni dejar al verano
cuidado en los caminos de la lengua
cierra mi cuerpo fronteras
con la pesadez de una condena, de un olvido
sin saber, sin poder callar
cómo callar
tu voz que se levanta
y me dice
"estoy cansado, otro lleve el tiempo
la máscara
otro se quede contigo"
canto a tu oído lleno de rocas
las palabras
se hunden
a la orilla
de la cama



JUAN DE JÁUREGUI Y AGUILAR [15.758]

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Supuesto retrato de Miguel de Cervantes Saavedra, atribuido a Juan de Jáuregui




Juan de Jáuregui y Aguilar 

(Sevilla, 24 de noviembre de 1583, - Madrid, 11 de enero de 1641), poeta, erudito y pintor español del Siglo de Oro.

Sus padres fueron el riojano Miguel Martínez de Jáuregui, caballero veinticuatro de Sevilla y doña Isabel Hurtado de la Sal. El padre de origen hidalgo y de ascendencia vasca (su abuelo Martín de Jáuregui era natural de Vergara, y la madre perteneciente a la oligarquía comercial sevillana). Algunos años después del nacimiento de Juan de Jáuregui, su padre adquirió el señorío de Gandul y Marchenilla.

Es común encontrar en fuentes biográficas actuales a Juan de Jáuregui apellidado como "Martínez de Jáuregui y Hurtado de la Sal" cuando ni él ni ninguna fuente de la época utilizó esos apellidos. Su apellido paterno sí era efectivamente Martínez de Jáuregui, pero el utilizó la forma abreviada Jáuregui. El apellido de su madre era de la Sal (era hija de Lucas de la Sal) pero se antepuso el Hurtado por haber heredado un importante patrimonio de un tio suyo apellidado así. Juan de Jáuregui tomó como segundo apellido el Aguilar de una de sus abuelas. Esto era algo normal en una época en la que no estaban regulados en España el uso y transmisión de los apellidos, por lo que incluso es relativamente frecuente encontrar en documentos anteriores al siglo XIX a hijos legítimos de los mismos padres que se apellidan de manera diferente. En el caso de Juan de Jáuregui y Aguilar el no usar los apellidos de su madre también se puede explicar por las sospechas de ascendentes conversos en la familia de ésta, como se desprenden de las investigaciones efectuadas en las pruebas de ingreso en la orden de Calatrava de varios miembros de la familia Jáuregui. Por lo tanto es totalmente incorrecto nombrar al personaje como Juan Martínez de Jáuregui y Hurtado de la Sal.

Resultó el quinto de diez hermanos, entre los cuales el mayor, Martín de Jáuregui, heredó el señorío de Gandul y Marchenilla y al igual que su padre también fue regidor de Sevilla. Sólo se sabe de su juventud por las alusiones que contiene su discurso Arte de la pintura, según el cual hizo varios viajes a Italia y estuvo en Roma, muy probablemente para formarse como pintor. Enemigo de Francisco de Quevedo (hacia 1632, pues Quevedo atacó al sevillano con desprecio en La Perinola) y de Luis de Góngora, mantuvo sin embargo amistad con Miguel de Cervantes, cuyo retrato al parecer pintó y se ha perdido (es una falsificación el que se pretende fue pintado por él). Contrajo unos esponsales forzados el 27-II-1612 con Mariana Loaysa tras vencer algunas dificultades, por las que incluso estuvo preso en 1611 (en ese año compareció ante notario por haber sido denunciado al vicario general de Madrid por incumplimiento de promesa de matrimonio por la querellosa doña Mariana de Loaysa y su madre, Aldonza de Vargas); al fin se celebró la ceremonia religiosa el 18-I-1614. Después participó en diversas justas poéticas (en 1616, y ya en Madrid, en 1620, con motivo de la beatificación de San Isidro, o en la convocada por la Compañía de Jesús en 1622 para conmemorar la canonización de San Francisco Javier); en la mayoría obtuvo premio. Fue nombrado caballerizo de la reina doña Isabel en 1626 y en 1639 obtuvo el hábito de la Orden de Calatrava. Murió en enero de 1641, dejando en la imprenta su traducción, bastante libre, de la Farsalia de Lucano, que sólo vería la luz en 1684. Fue enterrado en la capilla de Nuestra Señora de la Buena Ventura, en el convento de San Basilio.

Como pintor mereció el elogio que figura en el Libro de los retratos del pintor Pacheco, suegro de Velázquez. Vera y Mendoza dice de él:

El Piromirandulano de estos tiempos, don Juan de Jauregui, es el honor de Sevilla, como Virgilio de Mantua, etc.
La Torre Farfán le elogia como pintor situándolo al lado de una gran lista de eminencias del arte:
Los extranjeros Durero, Ticiano y Rubens y acá, dentro de casa, los Jauregui, los Velázquez, los Murillos y los Herreras.
El mismo Francisco Pacheco, anteriormente citado, en su famosa obra El arte de la pintura tiene frases de elogio para Jauregui:
Pues don Iuan de Xauregui, notorio es a todos que con virtuosa emulación a grangeado aventajado lugar.

Sin embargo muy poco se conserva de su obra pictórica: los retratos de Alfonso de Carranza y Ramírez de Prado..., las estampas de la obra del jesuita Luis del Alcázar titulada Investigatio arcanis sensus in Apocalypsi (Amberes, 1619) y algunas interesantes calcografías. Su nombre sonaba asociado con otros pintores de la época como Francisco Pacheco, Céspedes o Mohedano, que eran también escritores y con los cuales colaboró para redactar el Memorial informatorio por los pintores (Madrid, 1629).

Se distinguió en sus obras de preceptiva sobre el culteranismo de Góngora, contra quien publicó el Antídoto contra las Soledades y el Discurso poético contra el hablar culto y estilo obscuro (Madrid, 1624). Se trata de un discurso impersonal y abstracto, muy educado y doctrinal, frente al encono que poseen otros ensayos contra el gongorismo. Pese a todo, los defensores de Góngora le atacaron con un Examen del antídoto o Apología de las Soledades, escrito tal vez por Angulo y Pulgar; sin embargo, Jáuregui era tan moderado en sus críticas que incluso llegó a escribir una defensa del gongorismo cuando defendió a uno de sus seguidores, el muy rebuscado y culto predicador Fray Hortensio Paravicino, retratado por el Greco, en su opúsculo Apología por la verdad (1625); el famoso predicador y poeta había sido objeto de una anónima y durísima censura por un Panegírico en que elogiaba al difunto Felipe III.

En una primera época Jáuregui se muestra como poeta italianizante (al fin y al cabo estuvo en Roma) siguiendo la tradición petrarquista tal y como la había estatuido su contemporáneo y coterráneo Fernando de Herrera, pero termina siendo un poeta culterano y así se muestra en su poema Orfeo (1624), que suscitó algunos comentarios de Lope de Vega y la publicación de un Orfeo en lengua castellana en el mismo año por Juan Pérez de Montalbán. Ese culteranismo subsiste en su traducción de La Farsalia de Lucano en octavas reales. Tradujo también en verso blanco la Aminta de Torcuato Tasso en 1607, versión de la cual dijo Cervantes que era tan perfecta, que no se sabía cuál era la traducción y cuál el original. En sus Rimas incluye también algunas traducciones de Horacio, Marcial y Ausonio.

La principal compilación de sus obras poéticas se publicó con el título de Rimas en Sevilla, 1618; contiene traducciones y poemas profanos y sacros escritos con una gran elegancia y selección formal. De nuevo fue reimpresa por el ilustrado Pedro Estala en su colección de clásicos españoles a fines del siglo XVIII, con un prólogo crítico. Escribió además una sátira dramática no representable, El retraído (1635).

En el prólogo a sus Rimas declara Jáuregui la estructura de su libro y su idea de la poesía:
“Contiene este volumen al principio el Aminta, que ya se imprimió en Italia; siguense luego diversas composiciones humanas, y entre ellas una pequeña muestra de la traducción de Lucano; y a lo último las obras sacras. (...) Bien querría (...) notar con brevedad algunos requisitos de la fina poesía (...) toda obra poética, por pequeña que sea, se compone de tres partes: alma, cuerpo y adornos. Y considérese, primeramente, que el alma es el asunto y bien dispuesto argumento de la obra; y quien errare en esta parte, no le queda esperanza de algún merecimiento. Luego se adviertan las sentencias proporcionadas y conceptos explicadores del asunto, que éstos dan cuerpo, dan miembros y nervios al alma de la composición. Últimamente se note el adorno de las palabras, que visten ese cuerpo con aire y bizarría. En todas tres partes luce con imperio el gallardo natural, esto es, el ingenio propiamente poético, sin cuyo principio no hay para qué intentar los versos. Mas no se entiende que aprovecha a solas, porque es incomparable y forzoso el resplandor que le añaden las buenas letras y capaz conocimiento de las cosas; por cuyo defecto, de ordinario sucede que andan a ciegas y dan de ojos infinitos ingenios poco enseñados.

Para Jáuregui la poesía exige el equilibrio entre los tres factores considerados y grandes conocimientos y experiencias.



Un amante abrasando
las prendas de su amada

Pasó la primavera y el verano
de mi esperanza, y el agravio mío
en la estéril sazón del seco estío
entrega estos despojos a Vulcano.

Bien que el sagaz amor intenta en vano
oponer al incendio un hielo frío,
donde el turbado pecho pierde el brío
y se entorpece la cobarde mano.

Mas la razón, que mi derecho ampara,
quiero fomente el fuego merecido:
reliquias mueran de memorias mías.

Y el desengaño (como fénix rara),
que estuvo de mi llama consumido,
vivo renazca entre cenizas frías.





Soneto amoroso

Burla y blasona la corcilla o gama,
bien guarecida entre su bosque espeso,
del gran lebrel y acosador sabueso
cuyo ladrido la amenaza y llama.

Mas si, engañada de la hierba y grama,
al raso campo extiende el pie travieso,
muriendo paga su ligero exceso
y en vano el gremio de las selvas ama.

Así, mientras cerrado en mi aspereza
viví, burlaba, Amor, de tus rigores;
más engañóme un rostro lisonjero.

Salí de mí, siguiendo la belleza
de un paraíso con perpetuas flores,
donde a tus manos rigurosas muero.




Afecto amoroso comunicado 
al silencio (fragmentos) 

Deja tu albergue oculto,
mudo silencio; que en el margen frio
deste sagrado río
y en este valle solitario inculto,
te aguarda el pecho mío.

Entra en mi pecho, y te diré medroso
lo que a ninguno digo,
de que es amor testigo,
y aun a ti revelarlo apenas oso.
Ven. ¡oh silencio fiel!, y escucha atento,
tú solo, y mi callado pensamiento.

Sabrás (mas no querría
me oyese el blando céfiro, y al eco
en algún tronco hueco
comunicase la palabra mía,
o que en el agua fría
el Betis escondido me escuchase);
sabrás que el cielo ordena
que con alegre pena
en ducles llamas de amor me abrase,
y que en su fuego, el corazón desecho,
de sus tormentos viva satisfecho...

(...)

No quiera el cielo que a la dulce calma
de tu beldad serena
turbe una breve pena,
aunque mil siglos la padezca el alma;
dile, silencio, tú, con señas mudas,
lo que ha ignorado siempre y tú no dudas.

Mas ¡ay! no se lo digas
que es forzoso decirlo en mi presencia,
y bien que la decencia
de tu recato advierto, al fin me obligas
que espere su sentencia,
y el temor ya me dice en voz expresa:
"No has sido poco osado
sólo en haberla amado:
no te abalances a mayor empresa;
basta que sepan tu amorosa historia
el secreto silencio y tu memoria."





Retrato de Miguel de Cervantes Saavedra, atribuido a Juan de Jáuregui



Jáuregui y la censura a la poesía nueva

Por Marcelo Rioseco
University of Cincinnati



Oh madre! Te suplico que no me eches
esas carisangrientas
doncellas con cabezas de dragones,
que ya me están saltando a la redonda.
Ay de mí! ¿Qué haré?, ay, que me matan!

         Eurípides



Jáuregui, al igual que Quevedo, fue poeta, crítico y un notable polemista. A diferencia del poeta madrileño, la historia literaria ha vinculado su nombre -con cierta justicia- no a su propia obra sino a la disputa suscitada por la aparición, en 1613, de las Soledades de Góngora. De Jáuregui poeta o de Jáuregui pintor sabemos mucho menos. “[…] lo que parece evidente que de un modo u otro su nombre se encuentra siempre asociado con los distintos momentos que van jalonando la disputa de los cultos y los llanos” (Romanos 20). Hoy se valoran algunas de sus traducciones, sus opiniones sobre pintura, el análisis de la poesía de su época que resumió con cierta notable lucidez en el Discurso Poético de 1624. Sin embargo, nada le concedió tanta notoriedad como su Antídoto contra la pestilente poesía de las Soledades, aplicado a su autor para defenderle de sí mismo [1]; el primer escrito con cierto alcance teórico sobre las Soledades. Las repercusiones que este texto denigratorio tuvo en los apologistas de Góngora fueron inmensas. La consecuencia teórica más significativa fue, sin lugar a dudas, su propia refutación: el Examen del Antídoto del Abad de Rute.

Se ha destacado el carácter panfletario e antojadizo del Antídoto. Su género impreciso y su claro propósito infamante lo acercan, como afirma Jammes, al “vejamen, modelo literario muy propio de academias” (Roses 30). José María Rico, en la edición del Antídoto del 2002, ha visto en Jáuregui la misma intención:“El fin del Antídoto es censurar” (XXX). “[…] inclinándose siempre al vituperio” (XXXII). Pero, el poeta y pintor sevillano fue un singular enemigo para Góngora. Mucho más sistemático y no menos mordaz en sus acusaciones literarias que Lope y Quevedo, no fue para Góngora, sin embargo, más que un enemigo intelectual, literario. La disputa con él “no tenía raíces ideológicas y personales como las sostenidas con Lope y Quevedo [2]” (Roses 30). A pesar de haberse puesto en el centro de la polémica, Jáuregui ostentaba una posición extraña. “Su condición de opositor de Góngora parecía aproximarlo al grupo de los llanos o claros, y, sin embargo, tampoco ha de ser en esa línea en la que se situará su concepción de la poesía, colocándose así entre los fuegos disparados desde ambos bandos y sin encontrar cabida en ninguno de ellos” (Romanos 29). La razón hay que buscarla en los motivos de su censura. El Antídoto [3] fue un panfleto satírico con forma de epístola pública, pero también fue un ejercicio de crítica y teoría literaria. Si, por una parte, Jáuregui atacaba a Góngora y la poética de la oscuridad instalada en el centro de la discusión literaria; por otra -y esta es la verdadera razón del ataque-, el Antídoto era al mismo tiempo, una violenta defensa de la preceptiva clásica de la época.

No hay que olvidar que el período que actualmente conocemos como el Barroco no es más que una prolongación histórica del Renacimiento y que los mismos escritores de la época se consideraban herederos de una tradición clásica en las que no advertían rupturas decisivas o grandes cambios al compararlas con su propia creación literaria. Sólo algunos críticos perspicaces se dan cuenta de que algo está cambiando, pero los patrones literarios por los que continúan rigiéndose son todavía de carácter clásico. (Cruz 51)

Las innovaciones propuestas por Góngora en el Polifemo y las Soledades produjeron, desde el comienzo, distintos grados de censura, tanto en sus detractores como en sus apologistas más entusiastas [4]. Las dos objeciones principales a las Soledades -y quizás sean sólo una- fueron el problema de la indefinición del género y el de la oscuridad del poema. Al no quedar claro si este poema pertenecía al género heroico o lírico se produjo una suerte de perplejidad general. De acuerdo a la preceptiva clásica el poema no podía ser épico por la elección del asunto tratado y, por otra, la desmesurada longitud del poema y su innegable carácter narrativo impedían llamarlo lírico [5]. Por otro lado, en una primera lectura, las Soledades presentaban un evidente problema de decorum, o sea, una falta de correspondencia entre res y verba. Pedro Valencia en su “Carta en censura” no concibe la aparición de bromas o chistes en un poema de estilo serio y sublime como el heroico. “V.m., que tiene belleza propia y grandeza natural, no se desfigure por agradar al vulgo diciendo gracias y juegos de vocablos en poema grave y que va de veras” (CV-II, 76-7). El Abad de Rute, en el Parecer, también censura el poema por su oscuridad y su desigualdad estilística.

Faltóle a esta obra para ser digna del ingenio de Vm. (esto es perfectísima) la perspicuidad, que es bondad, y requisito necesario en género de narración, luego no tiene la suma bondad, que debiera por de tal dueño, y es lástima, no sea tal obra de Vm. Y en que se hallan tales, y tantos pedazos de belleza, sólo por querer su dueño que sea poco inteligible, y dar con esto entender a tantos. (La batalla en torno a Góngora 19)

El poema heroico debía de ser de estilo sublime y sostenido. La mención crítica del Abad de Rute a “tantos pedazos de belleza” supone una concepción del poema donde se exhibe un nivel de pareja grandiosidad. Jáuregui también notó esta característica y la reprobó duramente en el Antídoto. “Digo que buenos pedazos puede tener un escrito y ser su autor otro pedazo” (54). Su respuesta y la del Abad coinciden en un mismo punto: las Soledades mezclan formas genéricamente incompatibles. “Para Jáuregui, la necesidad de mantener un estilo elevado, sin altibajos ni modificaciones, decretaba los límites impuestos a la admiración; en consecuencia, la limitación fundamental venía dada por la relación res-verba” (José Manuel Rico 91). Pero, la censura tenía un segundo aspecto: el de la mediocridad, tópico que había tenido una especial difusión entre los panegíricos del siglos XVI y XVII. La mediocridad para Jáuregui era de dos formas: de contenido o de expresión. En el Antídoto esboza un primer argumento, que busca anudar la desigualdad estilística a la mediocridad: “Y sin esto, es sentimiento común que la Poesía debe ser enteramente perfecta, y no admite moderaciones. Un poeta mediano cansa a Dios y a las gentes i a las mismas piedras” (121-2). Se apoya en Horacio y postula una poesía espiritualmente sublime. No es extraño que estas ideas colocaran a Jáuregui en las antípodas de Lope y los poetas “llanos”. El poeta sevillano despreciaba el estilo sencillo, el cual estaba demasiado cercano a la prosa para ser considerado parte de la alta poesía. Cree que el ingenio poético debe “aspirar a grandiosas hazañas y no medianas, porque no sólo la humildad y rendimiento es indigno en los versos, sino también la llaneza y medianía (ya lo predica Horacio) [6] y aunque sea pareja y sin vicios, es viciosa y tan despreciable que no haya lugar en poesía” (DP 99). La idea de una poesía “enteramente perfecta” se va a repetir con particular insistencia a lo largo de toda la disputa contra el culteranismo. Jáuregui, siguiendo fielmente los postulados sobre el poema heroico enunciados por Tasso en su Discorsi [7], no le perdona a Góngora el haber mezclado lo lírico con lo heroico. El Antídoto comienza y termina con esta acusación. “Debiera V.m., según esto, ponderar las muchas dificultades de lo heroico, la constancia que se requiere en continuar un estilo igual y magnífico, templando la gravedad y la alteza y suavidad inteligible […]” (139).

Por otra parte, el Abad de Rute adelanta en su Parecer lo que será el otro gran tema de discusión acerca de las Soledades: la poética de la oscuridad. Desde un comienzo prevé las consecuencias negativas en la recepción de la obra, “sólo por querer su dueño que sea poco inteligible, y dar con esto entender a tantos” (14) y aboga por la perspicuidad [8], concepto del cual Jáuregui fue un gran defensor. Los detractores de la oscuridad la propiciaron y la diferenciaron claramente de la claridad. Así la perspicuidad vino a ser contraria a toda forma de oscuridad. “[…] cuan loable y para ser procurada en las narraciones es la perspicuidad, tan culpable, y para ser huída es su contraria la obscuridad” (Parecer 16).

La censura a la oscuridad tenía en el siglo XVII una larga historia, y el concepto de obscuritas [9], una acepción bastante precisa. Roses Lozano confirma este hecho rastreando la genealogía del vocablo que va desde la teoría estética grecorromana (pasando por algunos autores de la Edad Media y el primer Renacimiento) para luego emerger en el siglo XVI a través de la Arte poética de Horacio y la Poética de Aristóteles (66). En la Edad Media tema de la oscuridad se asoció con el del furor poético creando una nueva significación para la palabra aparte del ya dado por la Retórica. En el primer Renacimiento el concepto se fue alejando de la Retórica para acercarse cada vez más a la Poética. La primera defensa de la oscuridad, desde este nuevo ángulo, aparece en el Invectiva contra medicum de Petrarca, en 1353, trabajo que se alimenta directamente de las nociones de San Agustín sobre la interpretación de las Sagradas Escrituras. “Esta justificación de la oscuridad como fuente de goce intelectual y estético, tiene sus raíces en el alegorismo medieval, y más concretamente en el tenaz empeño de San Agustín por aplicar la teoría del sentido esotérico a las Sagradas Escrituras y de convertir la exégesis bíblica en una continua interpretación alegórica” (Vilanova 668). Así, se tenía derecho a ser oscuro culpándose al lector de su impericia o ignorancia a la hora de descifrar los textos. Las consecuencias de esta defensa son significativas para esta discusión y, rápidamente, se transformó en un punto de partida: “la dulce fatiga de los eruditos gongorinos hunde sus raíces en la exposición de Petrarca” (Roses 72). Más aún, parte de la justificación de la oscuridad se basaba en un elemento extraído de la Retórica: la admiratio o, más bien, la necesidad de ella producto de la dificultad del texto. Por ello, los apologistas de las Soledades siempre defendieron la admiratio como una consecuencia del elevado estilo; y éste, del tema escogido. Sin embargo, la discusión estuvo matizada por el carácter condenatorio que el concepto tuvo entre algunos autores clásicos, entre los que se contaban Aristóteles, Horacio, Cicerón y Quintiliano [10]. En la preceptiva italiana Marco Girolamo Vida, Antonio Minturno y Julio César Scalígero abogaron por la claridad de la elocución. “La mayoría de estos testimonios serán utilizados con profusión, tanto por los defensores como por los detractores, en la polémica de las Soledades” (Roses 74). Los argumentos más contundentes a favor de la oscuridad provinieron de las lecturas del Discorsi sull poema eroico de Tasso, quien diferenció entre una oscuridad condenable y otra justificada por la elección del asunto. Y los argumentos a favor de la oscuridad se apoyaron en “criterios herméticos, según los cuales el misterio no puede ser expuesto con claridad. Junto con dicha noción, aparecen los argumentos clásicos de la dificultad como generadora de placer” (Roses 106). En la preceptiva española la discusión hizo uso de los postulados teóricos de cuatro importantes autores de la época. El primero, Fernando de Herrera, cuya distinción entre la oscuridad de las palabras y la oscuridad de los conceptos nos conduce directamente a la polémica de las Soledades. “Más la oscuridad de que procede de las cosas y de la doctrina es alabada y tenida entre los que saben mucho, pero no debe oscurecerse más con las palabras; porque basta la dificultad de la cosa” [11] (342). El segundo es Alonso López Pinciano. En su notable obra Philosophia antigua poética analiza los distintos fenómenos asociados a la oscuridad (ornato, elocución, cultismos, neologismos, diversidad de estilos y figuras literarias). Hablando de la oscuridad considerada como vicio, Pinciano escribe: “nace por falta de ingenio de inuevención o de elocución, digo, porque trae conceptos intrincados y difíciles, o dispone, por mejor dezir, confunde los vocablos de manera que no se dexa entender la oración” (II, 163) [12]. El tercero es Francisco Cascales, quien en sus Cartas filológicas utilizará ampliamente las distinciones taxonómicas presentadas por el Pinciano. “Y digo bien algunas veces, porque, si lo hicieran siempre, cayeran en el vicio de oscuridad, condenada de todos los que bien sienten” (Cascales Epístola VIII 182-3). Y el cuarto es Alfonso de Carvallo cuyo Cisne de Apolo (1602), “tiene la particularidad de contener un didáctico resumen sobre la doctrina del furor divino y el ingenio” (Roses 77). Al leer el Discurso Poético comprobamos hasta qué punto Jáuregui sigue las teorías de la época. Dentro de este contexto hay que situar al poeta sevillano que “se atrinchera tras la más rígida exaltación de la preceptiva neoaristotélica” (Romanos 47).

Hay pues, en los autores dos suertes de oscuridad diversísima: la una consiste en las palabras, esto es, en el orden y modo de la locución, y en el estilo del lenguaje solo; la otra en la sentencia, esto es, en la materia y argumento mismo, y en los conceptos y pensamientos dél. Esta segunda oscuridad, o bien la llamaremos dificultad, es las más veces loable, porque la grandeza de las materias trae consigo el no ser vulgares y manifiestas, sino escondidas y difíciles: este nombre les pertenece mejor que el de oscuras. (136)

El pensamiento poético de Jáuregui no se diferencia sustancialmente del de la mayoría de su época. El poeta debía ser culto, lector y traductor de los clásicos, alejado del vulgo, “buen lector para gustar de la poesía docta y aquilatar con exactitud sus méritos” (Rico 75). Aquí nos encontramos ante la idea de poesía ilustre que concuerda muy bien con la idea de poesía heroica que tenía Jáuregui. El referente obligado de Jáuregui en sus ataques a las Soledades pasan por el ingenium, iudicium, ars y studium. De acuerdo a esto, las Soledades nos correspondían a ninguna de las preceptivas de la época: los poetas debían seguir “los fines propuestos de la poética: aprovechar, deleitar y conmover” (Rico 85).

A pesar del clasicismo de Jáuregui, la aparición del Antídoto significó un nuevo giro en la discusión sobre la oscuridad de las Soledades. Fernández de Córdoba, acudiendo a Quintiliano, había defendido la necesidad de la perspicuitas para la bondad del estilo. Manuel Ponce había hecho énfasis -probablemente recurriendo a las mismas fuentes- de “la obscuritas como propiciadora del ornatus” [13] (Roses 87). Los ataques de Lope y sus partidarios, más cercanos a la sátira que a la crítica, habían sido de escaso valor teórico. Con Jáuregui la censura a la oscuridad debe discutirse desde los problemas de decoro, lo cual nos conduce directamente a las dualidades horacianas: docere/delectare, res/verba e ingenium/ars. Jáuregui aplicó todo su genio crítico tanto en Antídoto como en el Discurso Poético para demostrar las profundas incompatibilidades en esta materia de la escritura gongorina.

En el seno de la polémica gongorina [las correspondencias que la retórica y la poética establecían entre ingenio y materia, y entre ingenio y estilo] actúan como una objeción que esgrimen los censores de Góngora para advertir al poeta su incompetencia para la materia y estilo que requiere la poesía heroica; pues juzgan que Góngora posee un inadecuado natural para esos fines.” (José Manuel Rico 63)

Como ha visto Roses Lozano, a Jáuregui no le molestaba tanto la oscuridad en sí como la falta de un contenido profundo del poema. No encontrándoselo a las Soledades juzgó el lenguaje del poema inadecuado para la representación de temas tan sencillos y humildes como los que allí encontró. Un prejuicio contribuyó a respaldar su crítica: la idea de que Góngora era un poeta esencialmente satírico. “Digno es V.m. de gran culpa, pues aviendo experimentado tantos años quán bien se les daban las burlas, se quiso passar a otra facultad tanto más difícil y tan contraria a su naturaleza, donde ha perdido gran parte de la opinión que los juguetes le adquirieron” (Antídoto 138). La crítica que tenía alcances teóricos importantes también fue enunciada por Lope, a quien Góngora sí respondió. En la Carta en respuesta dice: “no corto la pluma en estilo satírico, que yo le escarmentara semejantes osadías, y creo que en él fuera tan claro como le ha parecido obscuro en el lírico” (La batalla 42). Las censuras se centraban en la naturaleza o disposición natural del poeta para ciertos temas y las restricciones genéricas que, como poeta, esta disposición le ofrecía. Al ser Góngora un poeta satírico, se le consideraba sin disposición o natural ingenio para lo heroico.

Desde la retórica latina la naturaleza aparece vinculada al arte y Jáuregui toma de los postulados clásicos sus principales ideas y las aplica en una época en que los valores del ingenio habían alcanzado, no sólo en la retórica sino en la poética, una especial relevancia frente a los del arte [14]. García Berrio, quien ha estudiado la historia de este tema, afirma que entre las novedades que aparecen junto con las polémicas sobre el arte nacional está la imagen del creador artístico “y de otros tópicos […], como la libertad del ingenio frente a la condición imperativa de las reglas derivadas de la autoridad de Aristóteles” (373). La valoración del ingenio va a ser, entonces, fundamental para la censura contra Góngora ya que para “Jáuregui y sus contemporáneos, el ingenio tenía el mismo significado que naturaleza y natural, y él los usa indistintamente [15]” (Rico 48). La capacidad del ingenio es para Jáuregui ilimitada y sólo regulada por los principios de la retórica. El mismo reparo (siguiendo a Dioniosio Longino) le había hecho Pedro Valencia a Góngora cuando le advirtió, “Pero acontécele a v.m. lo que de ordinario a los que halla en sí muchas fuerzas naturales, que confiados en ellas y llevados de su ímpetu con soltura descuidada, no se dejan atar con precetos ni encerrar con definiciones aphorismos del arte” (75-6). Otra vez, resulta fácil comprobar que entre los apologistas y censuradores de las Soledades había una clara conciencia de la preceptiva poética. Por ello no es raro el Antídoto haya tenido tal difusión seguido de tanta polémica. Jáuregui hablaba por el gusto de todos. O casi.

Ahora bien, el ingenio, según la preceptiva, necesita de una forma de preservar el decoro interno de la obra. Quintiliano identificó esa cualidad como el juicio [16]. De ella dependían los aciertos del poeta. Según José Manuel Rico, del buen juicio nace la acertada “elección de argumentos, la disposición de los mismos y la selección de las palabras que los formulaban, de acuerdo siempre con las normas exigidas del decoro” (56). Si bien era imposible negar el ingenio de Góngora, sí era posible censurar su juicio. “Me atrevo a persuadirle por evidentes causas que no nació para poeta concertado, ni lo sabe ser, ni escribir versos en juicios y veras, por mengua de natural y por falta de estudio y arte” [17], afirma Jáuregui al comienzo del Antídoto (4). Dos objeciones, que comparten casi todos los detractores de Góngora se desprenden directamente de esta crítica. La primera es que Góngora tenía un escaso juicio que se traducía en la falta de decoro de las Soledades. “El ingenio halla qué dezir, y el juizio escoge lo mejor de lo que el ingenio halla, y pónelo en el lugar que ha de estar.” (Juan Valdés Diálogos de la Lengua 165-6). Y la segunda -más radical aún- lo descalificaba como poeta: Góngora no podía ser, según sus enemigos, considerado poeta, pues no cumplía con todo el referente clásico para cualquier poeta de la época, esto es, ingenium, iudicium, ars y studium. Es importante destacar que en el Antídoto, Jáuregui niega a Góngora incluso como poeta satírico. Los argumentos son los mismos:

Y no se fíe en que se leen y procuran sus versos juguetones o satíricos , que eso no va en su bondad, sino en la materia pícara y disoluta, a cuya malicia se inclina fácilmente. […] Así, los versos de V.m. se oyen en mitad de España, sin más respeto, ultrajar de idiota al teólogo docto, al poeta conocido, de ignorante; al noble soldado, de cobarde; y al privado ilustre, de ambicioso; y otras disoluciones que es vergüenza referirlas. ¿Quién no se andará tras V.m.? ¿Quién no se perderá por ver semejantes maravillas en un eclesiástico? Por esto se lee todo, aunque se abomina, conociendo sus ignorancias. (81)

Es evidente que Jáuregui exagera [18]; sin embargo no es erróneo postular que la difundida creencia que la poesía satírica y burlesca era la más propicia para el natural ingenio de Góngora, jugó un papel central en la recepción de las Soledades (y también del Polifemo), pues en esta idea se basó el socorrido argumento que postulaba a un Góngora incapaz para dar con la materia y el estilo que requería el género de la poesía heroica. Almansa y Mendoza -quien antes de Jáuregui había sido el único en defender, en sus discutidas Advertencias, las Soledades- lamentaba tempranamente la opinión que se tenía del poeta cordobés en España antes de la aparición de sus obras mayores, “Mas sentido el Sr. Luis de parecerles a algunos que, aunque era único en burlas tan de veras de que el mundo estaba lleno suyas, no sabía seguir la eclíptica de lo Heroico y levantado, y que la dulzura de su modo no había de pasar a la alteza lírica y Heroica” (199). Lo mismo hizo también decir a Fernández de Córdoba -cuando las críticas de Jáuregui tocaron este punto en el Antídoto-: “Nuestro Don Luys nació antes para Heroico, que para lírico, dígalo la majestad de sus versos; la agudeza de sus pensamientos; lo exquisito, y nada vulgar de su elocución, pero con su divino natural se acomoda a todo” (Examen 466). Esto nos muestra la importancia de este tema en la polémica gongorina, “la adecuación entre ingenio y materia cruza toda la censura constituyéndose en uno de los ejes esenciales” (Rico 64). Además Jáuregui, en su ataque y con el fin de amplificar la argumentación del Antídoto, acudió al conocido tópico horaciano del poeta como conocedor de sus capacidades para demostrar que Góngora era un poeta desconocía el límite de sus fuerzas. El tópico horaciano estaba tan difundido en la época que fue unánimemente aceptado como argumento a favor de la censura a las Soledades.

Antes nos parecía imposible, al cabo de cincuenta años que V.m. ha gastado entre las musas líricas y joviales, que se le hubiese pegado tan poquito de las heroicas. Y ya que esto fue, nos maravilla no menos que V.m. se conozca tan mal y que no tiente sus fuerzas para nivelar con ellas la materia creyendo al poeta:

Sumite materiam vestris, qui scribitis aequam
Viribus, et versate diu, quid ferre recusent,
quid valeant humeri...[19]                        (79)

Así Jáuregui va anudando los distintos conceptos de la preceptiva clásica en contra de las Soledades. La oscuridad, la falta de decoro, el juicio del poeta, la competencia o falta de conocimientos de la preceptiva clásica y de las fuerzas de sí mismo, van a encontrar un nuevo respaldo teórico en la dualidad horaciana docere/delectare. La posición sostenida por los críticos del XVII exhibía cierta unanimidad al respecto: “La poesía tiende en el siglo XVII a decantarse cada vez más por el sincretismo de las dos vertientes del postulado horaciano y por ampliar y ensanchar los límites del delectare como campo abierto que implica en sí mismo utilidad y provecho” (Aurora Egido 19). El sincretismo apuntó a una poesía que debía enseñar deleitando. A pesar de la importancia del tópico, Jáuregui no profundizó en una teoría nueva sobre el delectare. Sus pensamientos se encaminaron a seguir, más bien, la preceptiva horaciana:

Si la poesía se introdujo para deleite, aunque también para enseñanza, y en el deleite principalmente se sublima y distingue de las otras composiciones, ¿qué deleite -pregunto- puede mover los versos oscuros? ¿Ni qué provecho, cuando a esta parte se atengan, si por su locución no perspicua esconden lo mismo que dicen? (DP 137)

En este párrafo, posterior al Antídoto, se observa una curiosa coincidencia con lo escrito por el Abad de Rute en el Parecer acerca de las Soledades: “¿a quién a de aprovechar, y a quién deleitar lo que no es entendido? Dirá V.m. que se lo escribe a los doctos. Ya será eso conseguir el fin menos principal, porque los doctos podrán bien deleitarse con este género y estilo de Poesía, pero aprovecharse no” (136). Ambas opiniones revelan un importante punto de coincidencia: la oscuridad es un impedimento para el deleite. Jáuregui no se oponía al ornatum de la obra (una de las posibles causa de oscuridad), sino a los excesos de su uso, especialmente a los que entorpecían el deleite. El mismo Jáuregui lo dice en la Introducción de sus Rimas; era partidario de “la elocución sublime, su pureza y flor, su lustrosa y abierta claridad (que no fácilmente se avine con lo magnífico y eccelso)” (6-7). Quizás, ésa sea una de las razones por las cuales su última poesía derivó hacia el gongorismo [20]. Estaba más cerca de Góngora que de Lope.

Jáuregui siempre subrayó la necesaria asociación del deleite a la claridad, es decir, a la transparencia del mensaje poético, como única fuente capaz de producir un efecto estético en el lector. […]. Él no tolera que el deleite pueda ser fruto exclusivamente del empleo desmedido y gratuito de la artificiosidad verbal, pues entiende que el significante poético (verba) debe sustentarse ineludiblemente sobre el pensamiento profundo (res). (Rico 83)

Y es ese pensamiento profundo el que no encuentra Jáuregui en las Soledades. Y se lo reprocha a Góngora directamente en el Antídoto: “Aun si allí se trataran pensamientos exquisitos y sentencias profundas, sería tolerable que de ellas resultase la obscuridad” (66). Góngora se había defendido contra las mismas acusaciones en la Carta en respuesta a la que le escribieron. A Lope y sus partidarios les escribe: “Eso mismo hallará Vm. en mis Soledades, si tiene capacidad para quitar la corteza y descubrir lo misterioso que encubren” (Góngora 43). Esta respuesta ambigua y enigmática ha llevado a algunos críticos como Antonio Vilanova a ver es esta carta una propuesta programática de la oscuridad gongorina, sin embargo gran parte de la crítica más moderna no lo cree así. La posición de Vilanova es de importancia porque refleja hasta qué punto la pregunta por un posible significado oculto en las Soledades sigue vigente. Jáuregui no encontró ningún significado oculto, más bien, ni siquiera lo buscó. Las Soledades no guardaban ningún misterio ni proponían asunto elevado, ése era su reclamo con respecto a la nueva poesía: los excesos de “lo extraordinario moderno” no ocupaban al poeta en la composición de altos conceptos y notables agudezas. Por otra parte, los defensores de Góngora se empeñaron en invertir la argumentación de sus censores. No veían (o no querían ver) en la oscuridad un problema para el deleite. El mismo Góngora se ocupó parcialmente del descargo: “en tanto quedará más deleitado cuanto, obligado a la especulación por la obscuridad de la obra, fuera hallando debajo de las sombras de la obscuridad asimilaciones a su concepto” (Carta en respuesta 44). Sin embargo, Jáuregui, quien no en vano veía en Virgilio el modelo ideal de poeta, criticó esta postura recomendándoles a los poetas de la oscuridad (a Góngora y sus imitadores) estudio, orfebrería de la escritura y el consejo de amigos eruditos. Jáuregui propiciaba la poesía elitista, pero no oscura [21]. Su ataque a la ignorancia (o la falta de estudio) de los poetas es constante en su obra crítica. “Estos planteamientos llevan a Jáuregui a invertir los presupuestos del elitismo literario: no es que Góngora y sus seguidores escriban oscuro para alejarse de los ignorantes-según proclama-, sino que ellos mismos son tan ignorantes que no pueden escribir de otro modo” (Roses 109). De este modo, se postulaba el deleite como un fin y a la oscuridad como un impedimento a ese fin; pero no sólo para el logro del delectare, sino también para el docere y el movere. Con el fin comprobar que Góngora había fallado incluso el persecución de estos dos últimos conceptos, Jáuregui buscó un nuevo fundamento teórico en las Cartas filológicas de Cascales:

Pues me ha de conceder que cualquier escritor pretende en sus obras enseñar, deleitar y mover, y que la oscuridad cierra a cal y canto las puertas de los tres oficios. Porque ¿cómo será enseñado el que no entiende la cosa? ¿Cómo deleitará el que no es entendido? ¿Cómo moverá los ánimos al lector, que se queda ayuno de cuanto lee una vez y otra? (162-3)

No es extraño que Jáuregui acuda a estos principios. La mentalidad preceptiva del siglo XVII difícilmente podía concebir la poesía más allá de los preceptos clásicos. Jáuregui circunscribe toda su crítica dentro de este ámbito apoyado de la existencia de un acuerdo general: “todos convenían [en el XVII] en que la literatura se caracteriza por un uso específico del lenguaje, capaz de procurar un resultado deleitoso” (Rico 87).

La censura de Jáuregui a las Soledades es extraordinariamente rica y planteó un sinnúmero de problemas teóricos. Alrededor de la polémica de la oscuridad gongorina se discutieron una serie de tópicos menores derivados de ésta. Del mismo modo que el problema del género [22] suscitó algunos temas relacionados a los del decoro, también puso en la discusión el tema de la fábula (o inventio) de las Soledades. Jáuregui, en particular, había apuntado a la necesidad de observar el decoro y criticó severamente la desigualdad estilística del poema. Seguía fielmente las doctrinas de Tasso y su clasificación de la poesía heroica. “No eran sólo los principios de la elocutio los que contradecían la naturaleza heroica del poema, sino también la carencia de los requisitos más elementales de la fábula: componente esencial, alma de la poesía [23]” (Rico 107). Para Jáuregui el exceso de atención que se ponía en la elocución iba en detrimento de la fábula. El poeta sevillano, consistente con su defensa del papel predominante de la res en la composición poética, le concede a la fábula en el poema heroico la misma importancia que Aristóteles le había conferido en la tragedia. Para ambos es el alma del poema [24]. En el capítulo quinto del Discurso Poético escribe: “Que la poesía no es habla concertada y concepto ingenioso, sino sólo un sonido estupendo. ¡Insolente definición! No inquieren más en las obras que un exterior fantástico, aunque carezcan de alma y cuerpo” (114). No ha duda que la aplicación estricta de los preceptos aristotélicos le impidió comprender la fábula de las Soledades. Su explicación en el Antídoto es reduccionista: “Y, juntamente, todo el proceso del poemilla, me digan si puede ser más friático y pazguato” (8). La censura quería demostrar que las Soledades carecían de la división tripartita clásica: principio, medio y fin y que la relación entre muchas de las partes del poema eran débiles o injustificadas. Lo contrario le pareció a Díaz Ribas cuando, leyendo el Antídoto, escribió: “No entendió la poesía, y ansí no escribió verdad” [25]. Robert Jammes ha esbozado una disculpa parcial al reproche de Jáuregui:

Así se comprende mejor por qué Jáuregui se refiere sólo a la primera Soledad y, por más señas, un texto que conserva todavía algunas (aunque pocas) huellas de la versión primitiva. Su desconocimiento de la segunda Soledad le lleva a cometer errores importantes (sobre la personalidad del peregrino principalmente) […]. (La obra poética 620)

Consecuencia de esta crítica es la opinión y condena de Menéndez Pelayo, sostenida durante tanto tiempo por la crítica neoclásica. Sólo a partir de Dámaso Alonso, quien propuso la idea una “trama novelesca”, se ha visto con más cuidado la narratividad de las Soledades. Jammes ha ido incluso más lejos. Persuadido del modelo novelesco ha analizado el poema de Góngora insistiendo en lo que él ha llamado “articulaciones narrativas”. Pero Jáuregui no poseía el manuscrito de la segunda Soledades y se dedicó a atacar el resto de los elementos cualitativos del poema de la primera. “Según su juicio, la fábula no reunía ninguno de sus requisitos: unidad, integridad y grandeza” (Rico 112). Jáuregui sostuvo que Góngora había quebrado el ordo naturalis (principio, media y fin) que la preceptiva establecía. El comienzo in media res revelaba una serio problema de integridad. Lamentablemente, sin la segunda Soledades a mano, era difícil tener una idea completa de la traza del poema. Las respuestas a las acusaciones de Jáuregui fueron especialmente sólidas en este punto. Tanto el Abad de Rute como Díaz Ribas conocían la segunda parte y podían vislumbrar la arquitectura global con la cual había sido construida. Por esta razón, la inversión del orden de la fábula no les pareció objetable. Días Ribas señala que Góngora se propuso simplemente postergar la explicación del origen del peregrino. “Y assí nuestro Poeta comiença por una tempestad, de que un moço escapaba en una tabla. Y si el Antídoto condena este modo de dar principio ex abrupto, sepa que con acuerdo texió assí la narración, y començando por una tempestad, dexó para el fin de la obra el contar el origen de los amores del peregrino y los demás discursos” [26] (113-4). El Abad de Rute, con un humor similar al de Jáuregui en el Antídoto, le recomienda al poeta sevillano paciencia. El tono de la respuesta es deliberadamente irónico: “estas Soledades constan de más de una parte, pues se dividen en cuatro: si en la primera, que sola oy ha salido a la luz, este mançebo está por baptiçar, tenga V.m. paciencia, que en la segunda o la tercera se le baptiçarán, y sabrá su nombre […]” (406). El abad de Rute también basó la defensa del comienzo in media res en las búsqueda de las filiaciones de “las Soledades con la novela bizantina y, más singularmente, con la obra de Heliodoro” (Rico 115). La crítica moderna se ha mostrado particularmente favorable a la tesis de Fernández de Córdoba [27]. Según Cruz Casado la relación entre las Soledades y la novela bizantina se establece por el hilo narrativo, el comienzo in media res, la invocación a las musas, la nobleza del personaje (que se deduce de su belleza física) y la fidelidad amorosa (70). Jammes va un poco más lejos y sugiere como verosímil la influencia del modelo de la novela griega en la dispositio de las Soledades. Jáuregui pudo haber visto estas filiaciones, pero su ataque incurrió, como casi siempre, en un énfasis: Góngora no seguía los postulados de Tasso. Difícilmente podría haber visto en la nueva poesía la mezcla de géneros y estilos que proponía Góngora.

Hasta aquí hemos visto la mayor parte de los reparos planteados por Jáuregui a dos de los problemas mayores de las Soledades: su singularidad genérica y la configuración de una poética de la oscuridad. Sin duda que los planteamientos teóricos de Jáuregui ofrecen todavía una serie de nuevos desafíos a la crítica moderna. He postulado que el Antídoto no era sólo una crítica a las Soledades sino también una defensa de la preceptiva clásica. Es posible que este texto haya sido el primer intento por elaborar una poética, sin embargo tanto el Antídoto como el Discurso Poético son obras más críticas que preceptivas. No hay documentación que compruebe la existencia de textos de esa naturaleza escritos por Jáuregui (Rico 34). Lo cierto es que las repercusiones de sus ataques críticos fueron inmensas y acaso no necesitó de una poética para avalar su pensamiento crítico o, tal vez se sintiera cómodo en su papel de censor de libros, oficio que ejerció gran parte de su vida. Lo cierto es que tu temperamento polémico le granjeó fama y enemigos por igual; sin embargo, veintisiete más años después de la publicación del Antídoto moría en Madrid sin haber ganado o perdido la disputa que él mismo había comenzado.

Cualquiera que sea el valor que le demos hoy a las objeciones de Jáuregui, es imposible negar que fue un crítico implacable. Su censura no se limitó a las Soledades, alcanzó también a Lope y a los poetas “llanos”. La intensidad de las polémicas literarias de la época mezcló la crítica literaria, el ataque personal y el insulto; y los detractores de Jáuregui respondieron con la misma animosidad con la cual habían sido atacados. Jáuregui, fiel a sus principios, fue un polemista no exento de crueldad, pero, al mismo tiempo, un teórico que nunca abandonó la crítica literaria [28]. El Antídoto, como texto polémico y como obra crítica, se adelantó a casi todas las controversias literarias que caracterizaron al siglo XVII [29]. Desde este punto de vista, el valor del Antídoto inaugura una larga y provechosa discusión literaria que todavía no termina. A él le debemos la maravillosa refutación del Abad de Rute, el Examen del Antídoto; y, posiblemente, la exégesis de la claridad propuesta por Dámaso Alonso. Fue Jáuregui un hombre cercano al Renacimiento, un poeta culto que defendía la poesía culta. Desde este punto de vista, el gongorismo le parecía un exceso censurable. Tampoco fue partidario de la poesía castellana ni del celo de Lope, quien “durante años se había investido con el título de albacea de la pureza de la lengua” (Rico 234). El verdadero purista era Jáuregui. No estaba en él aceptar la innovación o la ruptura. Demasiado apegado a la preceptiva clásica, fue incapaz de advertir la profunda revolución que significó la poesía de Góngora. Curiosa ironía, el Antídoto inició, de algún modo, una suerte de crítica literaria que todavía se ejerce parcialmente en Hispanoamérica. Del mismo modo, la poesía nueva prefiguró al lector moderno y la teoría de la recepción. Ambas posiciones, una apegada a la tradición; y otra, a la ruptura significaron, a partir de 1613, un nuevo camino para la crítica y la poesía escritas en español.



Notas:

[1] La fecha de aparición del Antídoto de Jáuregui ha tenido su propia historia. Tradicionalmente se han propuesto las siguientes fechas: 1624 (José Jordán Urríes), 1616 (Emilio Orozco) y 1614 (Dámaso Alonso y sostenida posteriormente por Joiner Gates). Investigaciones más recientes han propuesto (Robert Jammes) el año de 1615. Jammes piensa que el Antídoto comenzó a ser escrito en 1614 y que fue terminado en el verano del siguiente año. José Manuel Rico avala esta hipótesis diciendo, además, que la difusión del texto de Jáuregui habría sido desencadenada por la lectura del poeta sevillano del Parecer del Abad de Rute en enero o febrero de 1614 (esta fecha también ha sido propuesta por Jammes).

[2] En el Proemio de Sebastián Herrera y Rojas, se afirma que Góngora al recibir el Antídoto “se rió mucho, i no se le dio nada”. Citado por Robert Jammes en L´antidote de Jauregui annote par les amis de Góngora, 1962. 198.

[3] En este sentido vale la pena saber el significado que se le daba al vocablo en aquella época. “Antídoto: Este vocablo han introducido en nuestra lengua los médicos, y vale tanto como preservativo, y la medicina que se da cuando ay miedo de que pueda sobrevenir alguna cosa que nos envenene o apeste, y este memo remedio o medicina, aunque se dé después, como le haga repugnancia”. Sebastián Cobarrubias. Tesoro de la Lengua Castellana o Española (1611). Ed. Facsímil. Madrid: Turner, 1979.

[4] No sigo en este punto la creencia propiciada por Menéndez Pidal en “Oscuridad, dificultad entre culteranos y conceptistas” (1945) y por Antonio Vilanova en “Góngora y su defensa de la oscuridad como factor estético” (1983), quienes vieron a un Góngora orgulloso aislamiento “frente la unánime repulsa que de ella [la oscuridad] hicieron sus comentadores” (Rico 135), sólo quiero enfatizar un aspecto de la recepción de las Soledades, en la cual la crítica ha logrado cierto acuerdo.

[5] Sin embargo, en su Examen del Antídoto, el Abad de Rute defendió las Soledades como un poema lírico. Su argumento se basaba en la elección del asunto. “Por unas mismas fechas las Soledades son consideradas tanto asunto heroico como lírico […]. Todo ello demuestra la perplejidad con la que se enfrentaban al texto desde los más enconados detractores hasta los más acérrimos apologistas.” (Roses 126)

[6] Se refiere a los versos 372-3 del Ars Poetica citados en el Antídoto: “Mediocribus esse poetis/ non homines, non Dii non concessere columnae.”

[7] Escribe Tasso: “Tre sono le forme de’stili: magnifica o sublime, mediocre ed umile: delle qualli la prima é convenevole al poema eroico per due ragione; prima, perché le cose altissime, che si piglia a trattare l’epico, devono con altissimo stile essere trattate; seconda, perché ogni parte opera a qual fine che opera il poema epico: il quale, come s’é detto, ha per fine la mareviglia, la quale nace solo da le cose sublimi e magnifiche” (46).

[8] En el Discurso Poético, Jáuregui define la perspicuidad y su diferencia con la claridad de la siguiente manera: “Sea el primer supuesto, que no es ni debe llamarse oscuridad en los versos el no dejarse entender de todos, y que a la poesía ilustre no pertenece tanto la claridad como la perspicuidad. Que se manifieste el sentido, no tan inmediato y palpable, sino con ciertos resplandores no penetrables a vulgar vista: a esto llamo perspicuo y a lo otro claro” (125).

[9] La técnica retórica de la obscuritas es un “fenómeno consistente en la irrupción de lo inesperado en la percepción del oyente o receptor del mensaje.[…] Puede ser considerada, según la Retórica, como vicio, cuando la obra carece de méritos literarios o no es prolija por despreocupación del autor. O como licencia, cuando sirve de función propiciatoria al ornatus y el aptum. La obscuritas es una negación de la perspicuitas o claridad en la res o los verba. Puede la obscuritas ser sin dirección cuando el texto no permite de modo alguno su comprensión o de dirección imprecisa cuando el texto permite varias posibilidades de comprensión, que incluso pueden llegar a ser contradictorias.” (Roses 66-7).

[10] Escribe Quintiliano: “II. Por lo que mira a la obscuridad, ésta se halla en las palabras que no están en uso; como si alguno anduviere en busca de los términos que se hallan en las Memorias de los pontífices, en las fórmulas de las alianzas antiguas y autores más rancios para hablar de un modo que ninguno le entienda. Algunos afectan tal erudición para manifestar que solos ellos saben ciertas cosas.”

      “Pero la obscuridad principalmente debe evitarse en el contexto del lenguaje y en lo prolongado de él, que es de varias maneras. Por tanto, ni sea tan largo que se nos escape el sentido de la oración, ni tan pesado por el trastorno de las voces que haya hipérbaton” (Libro VIII, cap II. De la claridad).

[11] Fernando de Herrera. Anotaciones a la obra de Garcilaso. Ed. Alfredo Carballo Picazo. (Madrid: CSIC, 1973). El comentario corresponde al soneto XI de Garcilaso.

[12] Fue el Pinciano enemigo del furor poético, argumento esgrimido a favor -como ya vimos- por muchos de los apologistas de las Soledades. José Manuel Rico ha escrito al respecto: “La condición de poeta excepcional y divino que atribuían a Góngora, y el esfuerzo que suponía el alcance de su propuesta estética eran razones suficientes para justificar la inaccesibilidad de su poesía. Así lo explicaba Díaz de Rivas: “Esto confirma solamente el concederse escribir poéticamente a ingenios muy grandes y por lo remoto de el decir vulgar, como partícipe de impulsos divinos y de inspiraçión superior, como notó doctamente Platón” (71). En el capítulo titulado “La causa del desorden y su definición” del Discurso Poético Jáuregui rechaza a los poetas de “inspiración divina” que “pretenden, no temiendo el peligro, levantar la poesía en gran altura y piérdense por el exceso […] aspirando a lo excelente y mayor, solo aprehenden lo liviano y lo menos y creyendo usar valentías y grandezas solo ostentas hinchazones vanas y temeridades inútiles” (64).

[13] “Los polemistas determinan la naturaleza de la oscuridad de las Soledades acudiendo al análisis de sus procedimientos retóricos. Las causas del fenómenos son fundamentalmente lingüísticas y abarcan todas las figuras y tropos del ornatus” (Roses 188). Es interesante leer a Quintiliano en este punto: “Pero cuando se trata de asunto de importancia donde hay que venir a las manos con el contrario, lo último de que debe cuidar es su propia gloria, y así cuando se trata de cosa de grave peso ninguno debe cuidarse mucho de las palabras. No porque entonces deba ser desaliñada la oración, sino porque debe ser el adorno más comedido, más serio, más disimulado y conforme al asunto” (Libro VIII, cap II. Del ornato).

[14] José Manuel Rico escribe: “En el terreno de las ideas poéticas, el proceso que conduce a la primacía del ingenio sobre las restantes cualidades del artífice es similar. Desde las tímidas observaciones en este sentido de Sánchez de Lima o Díaz Rengifo, pasando por el eclecticismo racional de expresado por el Pinciano en la Philosophia Antigua Poética hasta el pronunciamiento sin paliativos sobre la supremacía del ingenio realizado por Luis Alfonso de Carvallo en su Cisne de Apolo.” (47)

[15] Fernando de Herrera, en sus anotaciones a las obras de Garcilaso, proporciona una definición bastante exacta de esta cualidad: "Es aquella fuerça i potencia natural, i aprehensión fácil i nativa en nosotros, por la cual somos dispuestos a las operaciones peregrinas i la noticia sutil de las cosas altas. […] Llaman los Griegos y los Latinos ingenio a la naturaleza de cualquier cosa.” (581)

[16] Quintiliano (X, I, 130).

[17] Aunque las retóricas del Renacimiento y del Barroco no le prestaron especial atención a la función del juicio, es importante saber qué se entendía por tal en la España del siglo XVI y XVII. Entre las acepciones que Covarrubias le da al término en el Tesoro de la lengua de 1611, incluía: “Tómase algunas vezes por parecer, como a mi juyzio, conviene a saber a lo que yo entiendo y puedo juzgar” (721).

[18] No hay que olvidar que Jáuregui plantea abrir el Antídoto con “con un exordio que reúne las cualidades tradicionalmente reconocidas para su eficacia persuasiva: plantear las condiciones previas a la argumentación, asegurar la captación del auditorio y justificar la necesidad del escrito. (José María Rico Antídoto XXXIV)”. Por tanto las ofensas humorísticas que allí encontramos no buscaban tanto denigrar al destinatario de la epístola como mover las simpatías de los lectores de la misma.

[19] Los versos de Horacio corresponde a los hexámetros 38-40 del Ars Poética.

[20] Jáuregui publicó en el verano de1624 su Orfeo. Sus enemigos le reprocharon su inconsecuencia con los postulados del Antídoto y le censuraron su cultismo de manera implacable. La crítica moderna no ha sido tan unánime. La opinión de Dámaso Alonso seguía lo ya dicho en el XVII, “Quien lo había de decir: el antigongorino Jáuregui da muestras evidentes de cultismo en su versión de la Farsalia y en su Orfeo” (Góngora y el Polifemo. Obras completas. Vol I. Madrid: Gredos, 1984. 77). Para Melchora Romanos, sin embargo, el Orfeo hay que analizarlo desde la preceptiva establecida por Jáuregui en el Discurso Poético (publicado ese mismo año). Un leve matiz a la discusión lo agrega Inmaculada Ferrer de Alba en el Prólogo al mismo poema. Escribe: “El Orfeo es un poema culto, cultísimo, pero no gongorino”.

[21] Gaetano Chiappini concluyó que la poética de Jáuregui proponía la primacía del sentimiento y se caracterizaba por ser la expresión de los “sublime inasible.” (“El fantasma de la perfecta forma en las silvas de Jáuregui: la partida de definición.” Ed. Begoña, López Bueno. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1991. 188-211)

[22] Sin embargo, la situación distaba mucho de ser simple en esa época. Según Rafael Lapesa: “los códigos de los preceptistas eran constantemente desmentidos por la realidad: unos géneros caían en el olvido, nacían otros nuevos, y los subsistentes experimentaban incesantes variaciones, en suma, lo que con certero laconismo formuló el Pinciano: sin poéticas había poetas” (123-4).

[23] La fábula pertenece a las partes cualitativas del poema que son la fábula, las costumbres, las sentencias y la dicción. “El análisis del poema heroico en las poéticas había adoptado como modelo el patrón de la tragedia” (Rico 107). Lo anterior incluye a preceptistas como Cascales y el Pinciano en España. Jáuregui siguió fielmente este patrón y esta creencia.

[24] Aristóteles, refiriéndose a la tragedia, escribe: “Así pues, la fábula es el principio y como el alma de la tragedia”. Arte Poética en Aristóteles y Horacio. Ed. Aníbal González. (Madrid: Taurus, 1987. 56).

[25] La nota de Díaz Ribas se encuentra en el manuscrito 3726 de la Biblioteca Nacional de Madrid.

[26] Otra vez la cita pertenece al manuscrito 3726 de la B.N.M.

[27] Esta tesis ha sido defendida por Antonio Vilanova en “El peregrino de amor en las Soledades.” (1952), Antonio Cruz Casado en “Góngora a la luz de sus comentaristas. (La estructura narrativa de las Soledades).” (1986), y por Robert Jammes es su edición de las Soledades (1994).

[28] La opinión que se tenía del crítico en el XVII difiere de la actual. El calificativo de crítico tenía algo de burlesco, sin embargo, Jáuregui fue indiferente a este hecho. El la ejerció, a la manera de Juan de Robles o Francisco Cascales, revindicándola de sus acepciones más negativas. Aún una definición moderna del ejercicio crítico calzaría con la labor ejercida por Jáuregui, la crítica literaria es “cualquier examen inteligente sobre literatura”. Elementos de teoría crítica. (Madrid: Cátedra, 1974. 27-8).

[29] “Hasta la aparición del Antídoto, exceptuando las glosas de Hernán Nuñez sobre la obra de Juan de Mena o las de Luis Aranda sobre la tríada de poetas cultos del XV y la obra de Juan de Encina, tan sólo encontramos los comentarios eruditos a la obra de Garcilaso: los dos impresos, el de Brocense (1574) y el de Fernando de Herrera (1580); y el manuscrito de D. Juan de Fonseca y Figueroa” (Rico 211).



Bibliografía

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© Marcelo Rioseco 2006
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
http://www.ucm.es/info/especulo/numero34/jauregui.html







CRISTÓBAL MOSQUERA DE FIGUEROA [15.762]

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Cristóbal Mosquera de Figueroa 

(Sevilla, 1547 - Écija, 1610), poeta renacentista del Siglo de Oro español.

Fue de condición hidalga. Según el Libro de retratos de Francisco Pacheco, estudió en Salamanca y en Osuna y fue discípulo de Juan de Mal Lara. Fue corregidor sucesivamente de Utrera, del Puerto de Santa María y de Écija, y alcalde mayor del Adelantamiento de Burgos. Tuvo algunos amigos muy conocidos, como el poeta Alonso de Ercilla, cuya tercera parte de la Araucana prologó, de Miguel de Cervantes, a quien le proporcionó trabajo como recaudador de la Armada Invencible, y de don Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, que le protegió. Participó en la expedición a las Azores, de la que fue cronista, y a la isla Terceira. Escribió El conde Trivulcio (1586), publicación no autorizada por el autor y de la cual renegó, rescribiéndolo y publicándolo en 1596 con el título de Elogio del excelentíssimo señor Don Álvaro de Baçán, marqués de Santa Cruz, señor de las Villas del Viso y Valdepeñas, Comendador mayor de León, del Consejo de su Magestad, y su Capitán General del mar Océano y de la gente de guerra del Reyno de Portugal. Compuso también un Comentario en breve compendio de disciplina militar (Madrid, 1596). Sus Poesías inéditas fueron publicadas en Madrid por Guillermo Díaz Plaja en edición costeada por la Real Academia Española en 1955. Sus últimos años los pasó en Écija, donde murió en 1610.

Como poeta fue un hábil recreador de los motivos de la poesía del momento, pero no un creador stricto sensu; le gustan las construcciones trimembres y versifica con facilidad. Se nota que había leído a Garcilaso de la Vega, Fernando de Herrera y Fray Luis de León, y que todos ellos fueron sus modelos, en especial los dos primeros. El del último es perceptible en su elegía Al abad Francisco de Salinas, catedrático de música de Salamanca, y en su oda In encomium pacis... se evoca la Noche serena del agustino. Si se tiene en cuenta que estudió en Salamanca, no es de extrañar que leyera las poesías luisianas en manuscrito. Fernando de Herrera era amigo personal de Mosquera y publicó en sus Anotaciones algunas traducciones suyas y una elegía A la muerte de Garcilaso de la Vega. También cultivó los versos tradicionales castellanos con idéntica destreza. Su poesía sagrada se orienta ya hacia el conceptismo; su tema más tratado es la Pasión de Cristo y su iconografía. Su poesía amorosa se centra en un amor imposible según los cánones del petrarquismo, pero tiene dos destinatarias: Criselia y Cintia. Tampoco falta la poesía moral que invita al abandono del mundo y al alejamiento de la vida urbana.



A GARCILASO

Cisnes de Betis que en su gran ribera,
las divinas canciones entonando,
volvéis el triste ivierno en primavera;
y cuando el aura dulce está espirando
soléis ir con templado movimiento,
sublimes por las ondas paseando;
pues recebís de Apolo el sacro aliento
y de las musas sois favorecidos,
trocad la voz en lamentable acento.




CANCIÓN DE AVILA

De oy más el monte de Febo consagrado
con nuevo lustre y nueba hermosura
le uiste agradecido a quien renueba
con tal bentaga el canpo, el monte, el prado
punto [sic] la uoz, la sítara, dulçura
de Apolo y sus hermanas cobran nuba [sic]
y todos hacen prueba
de sus ingenios, su riquesa y dones,
cada qual su tesoro umilde ofrece,
su diuisa y blasones
a tu sagrada huella y te parece
que nadie aunque te rinda sus despojos
apenas ve que merece
la llana luz de tus serenos ojos.




A HERRERA

Tú irás aquesta lumbre enriqueciendo,
Iolas, que Salicio allá te ordena
corona de laurel que va creciendo;
tú la yedra serás que se encadena
tan fuerte y abundante por su seno
que impediréis los dos la luz serena
y el mundo dejaréis de sombras lleno.





Cervantes en Écija.

Hacia el 18 de Septiembre, salió Cervantes de Sevilla, y dos días más tarde hallóse en Écija, la famosa y antigua Astir, Astygi o Astigis griega, que conservó este nombre bajo los romanos; Ciudad del Sol, o, más vulgarmente, por su calor insoportable en el estío, «la Sartén de Andalucía». Recorrió, pues, en sentido inverso, y a caballo seguramente, las quince leguas que ya conocemos, haciendo noche en Carmona. Su presencia y designio en la bellísima población bañada por el Genil regístranse en el acta capitular del Concejo de 22 de Septiembre de 1587. En ella se da cuenta de encontrarse en la ciudad un comisario de Su Majestad (no se dice su nombre, pero es Cervantes), que pretende sacar todo el trigo de los vecinos, «dejándoles para comer e sembrar», y se acuerda hacer información, y enviarla al Rey, sobre la necesidad que se padece.

El comisario, pues, no había comenzado aún a sacar el trigo, sino que lo pretendía, y el Ayuntamiento, escarmentado del año anterior, poníase en guardia. 

A nuestro Miguel, novato en aquellos menesteres, no tardaría en representársele lo difícil de cumplir, o hacer cumplir, las órdenes a rajatabla del juez Valdivia. Aquí daría comienzo su primer desencanto y disgusto tener que emplear la violencia con un vecindario cargado de razón y empobrecido por las sacas impagadas de años precedentes. ¡Buen oficio aquel para granjearse afectos y simpatías! 

Afortunadamente (y ya contaría con este encuentro desde Sevilla) estaba de corregidor en Écija, aunque próximo a salir del puesto, pues sólo esperaba la venida del sucesor, su amigo el licenciado Cristóbal Mosquera de Figueroa, magistrado, escritor y excelente poeta (1), a quien visitaría apenas llegara y por quien se enteraría del estado de cosas en la ciudad. No podría imaginarse que antes de dar principio a su negra comisión, allí mismo las Musas le solicitarían, como recordándole para lo que había nacido y no para aquello a que la necesidad le obligaba. Porque el buen Mosquera de Figueroa, amante también de ellas a despecho de los cargos de justicia (que nadie se conforma con su suerte), estaba componiendo el Comentario en breve compendio de disciplina militar..., encargado por el marqués de Santa Cruz, exaltación de la jornada de las islas de los Azores, y lo consultaría con Cervantes. Éste escribió entonces para el Comentario el soneto en elogio de don Alvaro de Bazán y de su autor, que ya reprodujimos (2), y gozaría aquellos días con la lectura de la obra por la mención de Mosquera al heroísmo de su hermano Rodrigo de Cervantes, el primer soldado español que asaltó las trincheras contrarias, si acaso no también con los primores de su vihuela. En la Galatea, Miguel había consagrado a su amigo una octava real llena de encomios (3). 

Mosquera, pues, ofreceríase a nuestro comisario (la amistad, a mi juicio, databa de los tiempos juveniles) para guiarle en el mejor desempeño de sus funciones; y, como conocedor de la ciudad, le aconsejaría la manera más acertada de proceder. Por desgracia, pudo servirle muy poco en el cargo, pues su corregiduría terminó el 26 de aquel mes. En 1.o de Octubre daba




Soneto, hasta ahora inédito, de Cristóbal Mosquera de Figueroa, A San Francisco.


posesión a don Juan de Zúñiga y Avellaneda, nuevo corregidor con quien Cervantes tuvo buenas relaciones. Así, durante aquellos cinco o seis días, en que el comisario empezaba su oficio y el corregidor dejaba el suyo, más los que sucediesen hasta abandonar Mosquera la población, Miguel pudo aprovecharse de los conocimientos y presentaciones de éste. Por otra parte, el primer acto de los comisarios era mostrar su comisión a los corregidores. Esto haría Cervantes con Zúñiga, bajo la recomendación de Mosquera. Y al tanto ya de la situación de la ciudad, procedió discretamente, midiendo bien el terreno que pisaba y sin las premuras de Valdivia. ¡Si no podía comprar el trigo! ¡Si no llevaba dinero! ¡Si sólo podía ofrecer unos papeles mojados, míseras certificaciones de lo que sacase, para cobrar... en cuanto hubiese pecunia! Por el momento, era excusado pensar en moliendas ni en labrar bizcocho para la Armada. Harto sería poder acopiar el trigo, mediante su embargo, y almacenarlo para mejor ocasión. Mientras estuviese depositado en almacenes, los vecinos no perdían del todo la esperanza de rescatarlo o que se les pagase; pero hacerlo moler sin abonarlo, era asunto de mucha exposición y responsabilidad. 






PEPA NIETO [15.763]

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Pepa Nieto Busto 

Nació en Outes, A Coruña en 1945.
Es poeta, escultora, investigadora y especialista en lenguas inglesa y alemana.
Es presidenta de la Asociación de Mujeres Gallegas en el Exterior “Rosalía de Castro”; Vicepresidenta de la Asociación Prometeo de Poesía de Madrid; Coordinadora de la Tertulia “Arco Poético” en la Biblioteca Pública Retiro, de la Comunidad de Madrid, acto que se celebra cada mes, y en el que participan poetas de gran prestigio tanto nacional como internacionalmente; Cofundadora de otras tertulias literarias como “La Manuela” fundada hace más de 10 años, en Madrid, y que reúne a poetas tanto reconocidos como a los que comienzan a escribir sus primeros poemas.
Su obra ha sido traducida al gallego y al ruso.
Como escultora, ha realizado numerosas exposiciones tanto colectivas como individuales. Sus obras se exponen en distintas galerías de arte y tiene un buen número en colecciones privadas.




de TIEMPO INHABITABLE

"Tiempo inhabitable de Pepa Nieto, como su título puede fácilmente dejar adivinar, es un libro de lamentación, de queja, de protesta.  Un libro comprometido con el tiempo de la Poeta, en el que no ve motivo alguno para la sonrisa. 
Ya la dedicatoria asienta  el libro en el recuerdo de quienes carecen de pan y de techo y una cita de Dámaso Alonso permite asegurar que el entusiasmo y el amor no se apagarán por dura que sea la circunstancia. 
Quiere, pues, el libro tomar silla en la tierra sobre dos ideas; primera, que debe tratarse del mal, y, segunda, que éste no puede anular la voluntad y la esperanza. La buena intención queda clara, pero en poesía no bastan las buenas intenciones, sino que hay que convertirlas en lenguaje y asumir , en la propia escritura, la traducción literaria, porque nunca se escribe en vacío, jamás se parte de cero y los orígenes no deben esconderse, sino dialogar con ellos, para aceptarlos o para, en su caso, negarlos y proponer nuevos caminos.
La guerra, el hambre, la corrupción el dolor de las madres, los niños soldado, la pobreza, la desesperanza las palabras inútiles, el terrorismo, son temas que motivan poemas a lo largo del libro. En ellos Pepa Nieto muestra el deseo de no abandonar la construcción metafórica que le permite elevar lo escrito por encima de un rasero elemental. Por eso sorprende que acoja una cita de Gloria Fuertes, poeta de lengua y construcción elementales, para encabezar el volumen junto a la de Dámaso Alonso". Jorge Urrutia, profesor y escritor. 



Y si no fuera lo que intuyo,
si decididamente
no apuntara la sangre
a los pulmones de la tierra,
si esta foto no avalara mis dudas.

Es justamente aquí
donde mi mano se incorpora
y se resiste
a cualquier hundimiento de mis dedos.

Está inquieta la pluma.
Una vez más el canto equivocado
invade tu presencia,
una vez más la angustia,
la soledad tristísima del mundo
cuando el hombre es herido por el hombre.





Conversando con Garcilaso

Y si fueras de hoy,
mi querido poeta, honradamente,
¿cómo darías forma a tu escritura?
si fueras de hoy,
¿sobre qué inmensa herida
tratarían tus versos?

Lo que el poeta piensa
puede ser cuestionable, dicen,
según el tiempo en que vivimos.

Con certeza,
este sentir cómo se muere el mundo
borrando al hombre
de mapas inventados por el hombre,
de ciudades creadas por el hombre
y a la vez destruidas por el hombre,
ya existía en tu tiempo.

Nunca fuimos, poeta,
de la palabra compartida
grandes héroes,
nunca amamos el canto,
el bellísimo canto
de algún entendimiento.
Esta ausencia de unión
que parece real e irreversible,
nos hace vulnerables,
transitamos los caminos del odio
sin movernos.

¿Qué me dices, poeta?
¿engendraría amor, quizá,
volver a versos tuyos? Volver…
"como la tierna madre,
que el doliente hijo le está con lágrimas pidiendo
alguna cosa".

Del libro
Tiempo inhabitable




Evitable la muerte

La descarnada muerte
muerta de hambre.
La guerra muerta de hambre.
Abierta está la guerra para todos.

Puede usted, mi señor,
mirar la guerra sin esfuerzos,
debajo, dentro, fuera,
sobre los párpados
cerrados para siempre
o en las cloacas
de quién sabe que barrio.

Allí, donde nací, está la guerra
huérfana de madre,
en la madre y en el padre,
en el asombro de los huesos
aún tan delicados, un niño, dos niños,

tres, cuatro…
La bala llega repetida,
nocturna,
 diurna,
y ahí está la tarde, sola,
para cerrar los ojos.

Del libro Tiempo inhabitable





La realidad de las cloacas

Estoy aquí con este pensamiento
como si de de un mal sueño se tratara,
tengo ante mí todas las bocas,
veo con nitidez que me regresa
la imagen misma de los ojos,
tengo el dolor de las cloacas en mis ojos
y lloro abiertamente.

Y si yo lloro,
si estoy aquí y sin esfuerzo veo
la tos que se detiene
y sale por las bocas,
si yo misma la toco con mis manos
en cada cuerpo que aún vive
y no me exijo nada.

Y si después toco los cuerpos
tan tristes como el hambre
y bajo y me paseo alegremente
por esta realidad de la cloacas.

Y así alegremente
veo pasar los siglos y los toco
como toco a los hombres y a sus guerras
en las ciudades destruidas.

Si aún consiento una disculpa
que me diga:
hay un lugar para la muerte,
muerte evitable, y callo,
soy voz que se resigna,
 la voz muerta.

Del libro
Tiempo inhabitable





Salida hacia el color definitivo

Pájaro, flor,
o luna que se rompe
para besar la tierra.

Pero os digo que aquí la vida nace,
se extiende ansiosa de llegar
hasta el torso del hombre,
es como si quisiera acariciarle,
subirle hacia otra altura
donde el calor le espera.

Pájaro, flor,
 hombre.
Un tronco firme,
y a sus orillas
blanco que se mezcla.
Comunión sobre el cielo.
Salida hacia el color definitivo.

Del libro
Tiempo inhabitable





De: La mano del ángel

"Este es ya el cuarto libro de versos que publica Pepa Nieto. Le antecedieron Vencida por Setiembre, en 1998, Como ceniza en 2000, y Antes y después, el mar, 2004. 
En ellos la autora fue afirmando y confirmando la personalidad de una poeta verdadera -como antes dije-, ya  anunciada con firme trazo en sus publicaciones iniciales, y que en la presente ocasión y con La mano del ángel cree hallarse en un tiempo nuevo vital y creador, en el que ya sabe reconocer y valorar lo auténtico. Pero, antes de adentrarse en ese tiempo nuevo, quiere echar aún una mirada atrás, y situarse en la contemplación de lo que sucedió, sí, pero alienta ya únicamente en el recuerdo y es tan sólo lejana memoria, peripecia sin retorno, y al fin y al cabo un pretérito sin vuelta atrás. 
Y la poeta así, en su nuevo libro, habla y nos habla, se nos hace próxima, parece hablar directa a cada uno de sus lectores, más próxima  a cada verso suyo, más aún, inmediata, persuasiva,confidente, entre la angustia y el reconocimiento que podría transformarse en liberación, amor vencedor de la muerte". José Montero Padilla, catedrático y escritor. 



LOS ESPEJOS AL LADO DE MI CUERPO

Acaso lo que busco
es escuchar sonidos
en el agua pasada,
que estas fotografías
tengan vivos los labios y me besen.

O es este abrir los ojos
y querer evitarle en los espejos,
estos espejos al lado de mi cuerpo,
alargados
como los rostros alargados
al lado de mi cuerpo.

 Como fantasmas
se adentran estos rostros en los libros,
asesinan poemas
que nacieron ayer para la historia.
Conviven con mi espacio y lo secuestran.

Al lado de mi vida
confiesan estos rostros su pecado.
Se suicidan como los rostros míos
al lado de su cuerpo.

(De: La mano del ángel).








De: “Como ceniza”


“… Ni unas gafas oscuras
evadirán las caras de los necios…”
PN

“Quizá soy un caín que escupe muerte”
Yo paseo y me extiendo
por los trenes antiguos
que transportan la muerte.

Visito cementerios como mundos
en países callados como mundos
donde los ojos de la ira me desnudan.

Y en las mejillas rojas de los perros,
a mi paso, hay cuarenta mil guiños
de vísceras de padres.
Y los pechos que amamantaron fieras
y amamantaron inocentes,
se agarran a mis pies como a un insecto.
Y yo me siento insecto,
uno más que se digna en registrar su nombre.

Y voy sobre las tumbas como una mano inútil,
soy una mano torpe que se esconde.
Y soy niña,
soy madre calcinada.

Pero salgo,
vuelvo por la calle de siempre
con los guiños a cuestas
como si fuera noche de difuntos.

Y el tren se hace más largo,
y los camiones negros
hacia los hospitales de la sangre
se hacen más largos.

Quizá soy un caín
que escupe muerte.

Una muerte que es túnel en la boca,
duro metal hundido en la garganta
que ruge,
y aquí ya no hay quien grite,
sólo hay sabor a sangre que hace historia
no sé si por camino hereditario
o mordedura virgen en la nuca.

No discuto mi parte en estas muertes.

Quizá sólo soy mosca,
una pequeña mosca envenenada
de excrementos que sois,
incluso tú, Abel hermano.
Seres que preferimos extinguirnos
con la orfandad escrita en los fusiles.

De: “Como ceniza”


Y LO QUE MÁS ME DUELE SON LAS FECHAS
                                     

                                     A Kosovo en 1999. 
                                     Hoy, al pueblo de Irak, 
                                     y a todos los pueblos 
                                     que sufren las consecuencias de la guerra

Y lo que más me duele son las fechas, 
recordarlas como un fusilamiento, 
recordarlas 
con sangre de esta guerra y tantas otras.

Y no basta decir 
¡qué hermoso día! 
Ni unas gafas oscuras 
evadirán las caras de los necios.

Ya nadie se conoce por las calles. 
El que menos y el que más, 
va hablando de sus muertos. 
Ya nadie sabe exactamente  
a qué trozo de mundo pertenece.

Aquí la paz nos baila entre fusiles.

Y me dueles, palabra malherida, 
porque ando todavía sobre sangre. 
Despierto entre noticias obligadas 
y cada vez más torpes.

Me duele 
esta forma pasiva de los ojos 
ante una destrucción que no comprendo. 
Porque es allí, ahora, 
donde la Tierra es un cadáver que habla solo.

Es allí, en este instante, 
mientras me estoy vistiendo de domingo, 
donde una mano se equivoca 
y hay cien muertes.

Y no me asusta ese zapato boquiabierto 
quitándose metralla de los dientes. 
Me asusta el hombre.

  Del libro Como ceniza




 PAZ

                        La paz no es todo 
                        sin la paz no hay nada 
                                          W. Brand

Si yo pudiera hablarte 
con una voz que te llegara 
y la tomaras como tuya. 
Si hicieras realidad lo que te pido 
cada día que nazco. 
¡Qué alegría le darías al mundo!

Pero te me vas siempre 
como un deseo inalcanzable. 
Siempre 
como una escena continuada 
que se rompe, 
donde hay un pez que apenas sobrevive. 

Y me haces falta aquí, 
en esta calle. 
Porque el mundo esta aquí, 
en esta calle 
donde escucho el sollozo.

Y es orfandad, seguro,  
lo que tocan mis manos. 
Es un tanque 
que entrecruza mi puerta 
y la de todos.

No importa quién decide. 
Sobrepasan los límites del árbol 
que intentaba salvarse.

Siento  
que mi oración no sirva. 
Y, más aún, 
que te deslices por mi boca 
y yo me calle 
cuando el planeta Tierra es todo grito.

No te me pierdas hoy, 
palabra, como el aire, 
así, sin más, 
con la sangre reciente.

Del libro Como ceniza






Del libro Vencida por setiembre


UN ZUMO DE CARICIA SE DETIENE

Es casi al alba, 
y yo te sigo dando 
mi sangre transparente, 
mi vientre todo como nácar, 
y estas gotas de llanto 
que caen por tus dedos.

Es casi al alba, 
y aún es de cristal esta cintura, 
aún es de oro tu labio por mi pelo. 
Y estoy callada. 

Me despiertan azules  
las uvas de la noche. 
Racimos como lenguas 
adornan mi almohada  
dibujando castillos 
de coral en los besos, 
dibujando más fuego 
en esta orilla gris que mi hombro oculta. 

 Aquí, 
un zumo de caricia se detiene, 
y mis senos se ofrecen  
y duermen en tu mano.

Es casi al alba, 
y quiero que estas copas sigan llenas, 
quiero que sea vino mi cuerpo por tu cuerpo. 
Después, 
he de cerrar mi puerta  
por todos los costados  
y ningún otro aroma 
nos manchará el espejo.

Del libro Vencida por setiembre




QUISIERA ALIMENTARME MIRANDO 
A LOS ESPEJOS                 

                                 Hoy, el único rastro es un pañuelo 
                                 que alguien guarda olvidado 
                                                 Idea Vilariño

Hoy me golpea la voz 
un lenguaje muy triste 
con este agonizar de letras muertas. Tu nombre. 
Y al fondo el techo. 
Y mis párpados. 
Y las almohadas dispuestas a ocultarte 
para evitar recuerdos que me sobran. 
Todo deshabitado y habitado. 
Es tu ausencia. 
Y no me reconozco. 
Me duele el humo, 
la telaraña que te envuelve, 
las palabras exactas que debí decir antes. 
Me duele el pulso, 
estos latidos que no suenan más que a muerte. 
Quisiera alimentarme 
mirando a los espejos 
por descubrir tu cara en el azogue. 
Quisiera, incluso, 
que las dudas colgaran de mi espalda. 
Y deshago mis dedos  
buscando en la memoria. 
Pero quedaste al margen, 
enfundado en corazas como hielo. 
Un ataúd 
donde no llega el labio.

Del libro Vencida por setiembre




VUELVO A LA ENCINA

Hay tanto que no queda. 
Tantas lunas que a veces me asustaron. 
Y tanto quedó allí, junto a la encina. 
Si la Naturaleza es sabia 
como dicen, 
si alguna vez guardó tu rostro, 
yo te busco. 
Y, aunque este frío me hiela los labios, 
te llamo,  
le llamo beso al aire. 
Quiero pensar que estás en esta lluvia, 
que veo tu mano en cada flor, 
en la raíz del árbol, 
sobre mi pie cansado. 
Quiero pensar que estás en esta piedra, 
toco la piedra, 
toco un nombre que apenas leo. 
Derramo una lágrima. 
Vuelvo a la encina. 
Espero.

Del libro Vencida por setiembre






Del libro Antes y después, el mar



ANTES Y DESPUÉS, EL MAR

No veo 
las barcas pintadas de verde 
ni las velas alegres del Sund. 
De todo solo veo la red gigantesca
del pescador. 
Bertolt Brecht

La realidad estaba allí, creciendo, 
nutriéndose de oscuro. 
Me miraste doliente, 
quizá también pensando 
por qué se cae en la locura.

Y es que existió un  "antes" 
azul para los ojos,  
sin duda un antes libre.  
Ahora hay un "después" que huele a muerte; 
un después que se asoma con mil balas.

Sueño que me alío en tu nombre  
y te salvo.  
Descubro logros de mi verso 
para que sea la palabra tu voz firme.

Que se acabe esta historia, 
que no asome una piedra 
aplastando en la playa el destino del hombre.

Y más allá, el horror. 
No erguía su cabeza la gaviota. 
Y muy lejos la luz, y todo muerto.

Pero mi lengua será pluma 
penetrando en tus aguas, 
mi lengua será firme e inconfundible, 
y entonces la razón tendrá su sitio.

Y tú, mar,  
como viejo maestro de centurias, 
debes ser talismán  
para un planeta que se pierde. 
Resiste a este acoso.

Levanta de ruinas  
la sordera del mundo.

Del libro Antes y después, el mar




TÚ, MAR, LIBRE


Sobre tus brazos irreconocibles, 
tus hombros, 
tu cara aún como de niño,  
entre asustado y fuerte, 
pesa la negra historia 
de esta historia.

Destrucción, 
                    agua, 
padre, madre, 
                     cobalto, 
mundo,

NEGRO EL FONDO.

Es tarde, siempre es tarde.

¡Pobres rocas! 
cuantas veces por mí 
tocadas y admiradas. 
No es de extrañar que pienses: estoy muerto, 
he alcanzado el límite, 
y aquí acaba todo. 

Tus dedos están fríos, 
tocan la playa fría  
que te llora y no entiende.



II 

Tienen que venir días 
capaces de elevarte, 
ocurrirá el milagro, lo sé, 
ocurrirá que vuelves a ser tú 
en plena gloria.

Así te quiere el viento, 
así te quiero, 
fuera del abandono, 
plantado en lo sublime 
como cuando en la  arena 
se intercambiaban besos inocentes, 
y las piedras brillaban 
como hijas de una lluvia generosa.

Lluvia, 
atormentada e impotente 
en torno a tus pupilas, 
al inmenso negror de tus pupilas.

Tienen que venir días 
porque nada está quieto para el hombre 
mientras exista el aire, 
y con él, tú, mar, libre.

Del libro Antes y después, el mar





SANTOS PIES

En tus pies una casa 
incendiará las huellas de exilio. 
              Luis Arrillaga

Ellos son de mi cuerpo 
y de todas las sangres. 
Y los encontrarás por los asfaltos 
más irreconocibles.

Y yo me subo hasta mis hombros 
y los miro, 
y entienden que me dejo llevar 
por mágicas estrellas de sus dedos.

Ellos son como estrellas, y aún grandes. 
Y mi nariz agradecida, y  pequeñísima, 
es tan sólo una sombra,  
una influencia, 
igual que mi memoria 
apenas viva, apenas confiable.

Por eso aquí, desde mi espalda,  
hago entrega,  muscular entrega. 
Y confío; 
confío plenamente en mi pie izquierdo. 
Es una entrega de mí mismo para dioses, 
diría para santos.

Porque los pies son como santos 
que cumplen cada plegaria nuestra. 
Y quiero decir, yo os adoro, pies, 
santos pies.

Pies como monstruos santos. 
Os amo desde aquí, que es mi carne, 
y desde carreteras  
que no conocen nombres.

Hoy premio a todas las sandalias  
que durmieron contigo, pie derecho. 
Y acaricio el camino  
para vuestro pie izquierdo.

Del libro Antes y después, el mar







HENRI CAZALIS [15.764] Poeta de Francia

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Henri Cazalis

Henri Cazalis (Cormeilles-en-Parisis, Val-d'Oise, 9 de marzo de 1840 - Ginebra, Suiza, 1 de julio de 1909), médico y poeta del simbolismo francés. Se hizo conocer con los seudónimos Jean Caselli y sobre todo Jean Lahor.

Es conocido sobre todo como autor de la antología L’Illusion (1875) y como autor de L'Art nouveau. Por otra parte, junto a Sully Prudhomme tuvo la iniciativa de crear, en 1901, la Société pour la protection des paysages et de l’esthétique de la France (Sociedad para la protección de los paisajes y la estética de Francia). Mantuvo correspondencia con su amigo Stéphane Mallarmé desde 1862 hasta 1871. Muchos de sus poemas han sido musicalizados: por Camille Saint-Saëns (es muy conocida su Danza macabra), Henri Duparc, Charles Bordes, Ernest Chausson, Reynaldo Hahn, Édouard Trémisot o incluso por Paul Paray.

Obras

Chants populaires de l'Italie, 1865
Vita tristis, Rêveries fantastiques, Romances sans musique, 1865
Melancholia, 1868
Le Livre du néant, 1872
Henry Regnault, sa vie et son œuvre, 1872
L'Illusion, 1875-1893
Cantique des cantiques, 1885
Les Quatrains d'Al-Gazali, 1896
William Morris, 1897.



DANZA MACABRA (1873)
(Danse Macabre)

Música de Camille Saint-Saëns (1835 - 1921)
Texto de Jean Lahor (Henri Cazalis) (1840 - 1909)


"Zig y zig y zig", la cadenciosa muerte llama, 
con el talón de su pie, a una tumba.
La muerte, a media noche, 
baila, "Zig y sig y zag", sobre su violín.

El viento invernal sopla y la noche está sombría.
Se escuchan los gemidos de los tilos.
En la oscuridad se ve a los blancos esqueletos
correr y saltar bajo sus mortajas.

"Zig y zig y zig", cada uno temblequea.
Se oyen chasquear los huesos de los bailarines.
Una pareja lujuriosa se sienta sobre la hierba,
como para saborear antiguas delicias.

"Zig y zig y zag", la muerte continúa 
rascando sin fin sus agrios instrumentos.
¡El velo se cayó! La bailarina está desnuda, 
su bailarín la abraza amorosamente.

La dama es... marquesa o baronesa,
y el lozano galán un pobre mecánico.
¡Horror! Y he aquí, que ella se confía
como si el patán fuera un barón.

"Zig y zig y zig", ¡Qué zarabanda! 
¡Círculos de muertos que se dan las manos!
"Zig y zig y zag", se ve en la cuadrilla
al rey y a los villanos bailando juntos.

¡Pero "shhh"! De momento se acaba la reunión,
se apresuran, se van, el gallo ha cantado.
¡Oh, qué bella noche para el desgraciado mundo!
¡Que vivan la muerte y la igualdad!





«Zig et zig et zig», la mort en cadence
Frappant une tombe avec son talon,
La mort à minuit joue un air de danse,
«Zig et zig et zag», sur son violon.

Le vent d'hiver souffle, et la nuit est sombre;
Des gémissements sortent des tilleuls;
Les squelettes blancs vont à travers l'ombre,                      
Courant et sautant sous leurs grands linceuls.

«Zig et zig et zig», chacun se trémousse,
On entend claquer les os des danseurs;
Un couple lascif s'asseoit sur la mousse,
Comme pour goûter d'anciennes douceurs.

«Zig et zig et zag», la mort continue
De racler sans fin son aigre instrument.
Un voile es tombé ! La danseuse est nue, 
son danseur la serre amoureusement.

La dame est, dit-on, marquise ou baronne,
Et le vert galant un pauvre charron;
Horreur! Et voilà qu'elle s'abandonne
Comme si le rustre était baron.

«Zig et zig et zig», quelle sarabande!
Quels cercles de morts se donnant la main!
«Zig et zig et zag», on voit dans la bande
Le roi gambader auprès du vilain.

Mais «psit» ! tout à coup on quitte la ronde,
On se pousse, on fuit, le coq a chanté.
Oh ! la belle nuit pour le pauvre monde.
Et vivent la mort et l'égalité !

Escaneado y traducido por:
Ricardo Sepúlveda Rodríguez 2004





Leda y el cisne (fragmento)

El cisne estremecido la venía a besar 
Ella ofrecía su hermoso cuerpo robusto sin comprenderlo:
Los inmortales nacen de esta mierda tonto,
Y con la forma de Helen descienden por el flanco.

Y el brillo extraño de la noche misteriosa
Siempre es así estúpido Matiére,
Y la mujer ignoraba que los dioses procreaban,
Sin adivinar de donde venía tanta luz! 



Léda

Au cygne frissonnant qui la vient embraser
Elle offre son beau corps robuste sans comprendre:
Des Immortels naîtront de ce muet baiser,
Et la forme d'Hélène en ce flanc va descendre.

Et par l'étrange éclat des soirs mystérieux
C'est ainsi que toujours la stupide Matière,
Et la femme ignorante ont procréé les Dieux,
Sans deviner d'où leur venait tant de lumière!





Stéphane Mallarmé a Henri Cazalis


«Lo que mi ser ha sufrido durante esta larga agonía es inenarrable, aunque, afortunadamente, estoy perfectamente muerto, y la región más impura a donde mi Espíritu podría aventurarse es la Eternidad»


Besanzón, viernes [martes] 14 de mayo de 1867.
Rue de Poithune, 36.


Querido y más querido:


Me aprovecho, para responderte, de la fascinante emoción que produjo en mi tu carta. Tienes razón, ¿qué podemos decirnos? Mientras que, si estuviéramos juntos, nos dejariamos llevar de la mano en interminables conversaciones, por un largo sendero de árboles que desembocaría en un surtidor de agua, por ahora el pavor de una hoja de papel blanco, que parece reclamar los versos por tanto tiempo soñados, y que no obtendrá más que unas cuantas líneas de una amistad que ha llegado a ser tan parte de uno mismo que la he olvidado, como al resto de mi, ¡me libra casi de un sacrilegio!

Acabo de superar un año pavoroso: mi Pensamiento se pensó a si mismo y arribó a una Concepción Pura. Lo que, por repercusión, mi ser ha sufrido, durante esta larga agonía, es inenarrable, aunque, afortunadamente, estoy perfectamente muerto, y la región más impura a donde mi Espíritu podría aventurarse es la Eternidad; mi Espíritu, ese solitario asiduo de su propia Pureza, a la que ni siquiera el reflejo del Tiempo oscurece. Desgraciadamente, llegué ahí a través de una horrible sensibilidad, y ya es tiempo de que la envuelva en una indiferencia exterior, que suplirá en mí la fuerza gastada. Actualmente me hallo, luego de una síntesis suprema, en esta lenta adquisición de fuerza -incapacitado como ves para distraerme. Cuánto más lo estaba, hace varios meses, inmerso en mi lucha terrible contra ese plumaje viejo y perverso, felizmente ya derribado, Dios. Mas como esta lucha se mantuvo sobre su ala huesuda que, en una agonía más vigorosa de lo que podría haber esperado de él, me arrojó a las Tinieblas caí, perdida e infinitamente victorioso -hasta que, por fin, un día me miré frente a mi espejo veneciano, tal como me había olvidado meses atrás.

Confieso, por lo demás, pero a ti solamente, que aún tengo necesidad, así de grandes han sido los deterioros de mi triunfo, de mirarme en ese espejo para pensar, y que si no estuviera colocado frente a la mesa en donde te escribo esta carta, yo me volvería a convertir en la Nada. Así te hago saber que soy actualmente impersonal, ya no más el Stéphane que tú conociste -sino una aptitud que posee el Universo Espiritual de contemplarse y desarrollarse, a través del que yo fui.

Frágil tal cual es mi aparición terrestre, sólo puedo padecer los desarrollos absolutamente necesarios para que el Universo reencuentre, en este yo, su identidad. De tal manera, a la hora de la Sintesis, acabo de delimitar la obra que será la imagen de ese desarrollo. Tres poemas en verso, cuya Obertura será Herodias, pero con una pureza que el hombre jamás ha alcanzado -y quizá jamás alcance, pues podría ser que yo no fuese más que el juguete de una ilusión, y que la máquina humana no sea lo suficientemente perfecta para llegar a semejantes resultados. Y cuatro poemas en prosa, sobre la concepción espiritual de la Nada. Me hacen falta diez años: ¿los tendré? Padezco en todo momento del pecho, no es que esté infectado, pero es de una delicadeza terrible, que el clima sombrío, húmedo y glacial de Besanzón cultiva en mi. Quiero mudarme de esta ciudad hacia el sur, a los Pirineos quizá, en las vacaciones, e irme a sepultar, hasta dar termino a mi Obra, en un Tarbes cualquiera, si hallo lugar. Esto es imprescindible, porque moriría de un invierno más en Besanzón. Por desgracia, no dispondré de dinero suficiente para ir a París, pues vivo muy miserablemente, aquí, donde todo es exageradamente caro, incluso las chuletas. Así que más valdría que me vinieses a visitar, o corremos el serio riesgo de jamás reunirnos. Lefébure va a pasar un mes con nosotros, ¿por qué no haces lo mismo? Tus vacaciones comienzan pronto, creo. Así que ven.

Para terminar con lo mío, te cuento que Marie y Genevieve’ están en la etapa del crecimiento, y son tremendas, lo que me resulta menos penoso que en otro tiempo, ahora que mi sistema nervioso ha vuelto a mí, por así decirlo, y sólo alguna cosa absurda me produce el daño que hace un año me provocaban los gritos de estas niñas. -iSi supieras cuánto te agradecemos la Aritmética de Mademoiselle Lili! Perdóname, Henri, por no haberte transmitido antes mis gracias.

-Ahora, a lo tuyo. Tus títulos y proyectos poéticos me fascinan. He realizado un descenso a la Nada lo suficientemente largo para poder hablar con certeza. No existe nada más que la Belleza; -que tiene sólo una expresión perfecta, la Poesía. Todo lo demás es engaño -a excepción, para quienes viven del cuerpo, del amor, y de ese amor del espíritu que es la amistad.

Espero que tu reina de Saba9 y mi Herodías sean amigas. -Ya que eres lo suficientemente dichoso como para, además de la Poesía, poder tener amor, ama: en ti, el Ser y la Idea habrían hallado ese paraiso, que la pobre humanidad anhela solamente para su muerte, por ignorancia y pereza, y, cuando sueñes con la Nada futura, con esas dos dichas cumplidas, no estarás triste y la Nada te parecerá incluso muy natural.

-Para mi, la poesía ocupa el lugar del amor, porque está apasionada de sí misma y su voluptuosidad recae deliciosamente [en] mi alma: pero confieso que la Ciencia que he adquirido, o reencontrado en el fondo del hombre que fui, no me será suficiente, y que no será sin una verdadera angustia que ingrese yo en la Desaparición suprema, si no he concluido mi obra, que es la Obra, la Gran Obra, como decían los alquimistas, nuestros ancestros. 
Así, aunque el Poeta tenga a su mujer en el Pensamiento y a su hijo en la Poesía, adora tú a Ettie,” a quien yo amo como a una rara hermana ¿O no está ligada a toda mi infancia, como tú, Henri -pues antes de mis primeros versos, que remontan al tiempo en que te conocí, no éramos más que los fetos de nuestros espíritus -fetos muy sabáticos, recuerdas?

Adiós, Geneviéve y yo te mandamos un abrazo, y Marie un beso a Ettie.

TU Stéphane


ooo



En 1995, Gallimard editó Mallarmé. Correspondance. Lettres sur la poesía, un volumen que incluía esta carta en la que el poeta dibujaba a su viejo y gran amigo Henri Cazalis los perfiles de su combate contra Dios y de su encuentro con la Nada. La misiva, que apareció traducida al castellano por Jaime Moreno Viurrey en la revista Letras libres allá por el año 2005, fue escrita al final de ese periodo que la historiografía a identificado como "La crisis de Mallarmé", en la que el poeta, en medio de la pobreza, y tras un complicado triunfo en su particular guerra con Dios, encontraría en la abrasión del "yo" el único camino posible para acceder a su ambicionada poesía pura.








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