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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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ALBERTO VÉLEZ [9222]

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ALBERTO VÉLEZ
Nació en Medellín (Antioquia, COLOMBIA) en 1957. Abogado de la Universidad de Antioquia. Es autor de Para olvidar de memoria (Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 1982) Habida palabra (Premio Plural de Poesía, México,1987) y Voces de Baguí (2004). 






El guamo

Amanece. Sobre el guamo bañado
de rocío, un mirlo canta.
Sabor del tiempo en esa voz
y en esas plumas que arden
sin comunicarse nunca. El mundo
se despierta a la tristeza, a sus
habituales tareas, insistiendo en
su afán de no caer en el olvido.
Pobre empeño. La voraz Boca no
dejará sucio ningún hueso.
Y sin embargo, nadie negaría
la belleza del día que se abre entre
la niebla. La humedad y la luz
besándose se apartan. Los niños
se levantan con sus juegos. Los
mugidos de las vacas llenan de
lechosa alegría los establos. Terminan
los hombres y mujeres sus batallas
de amor. Y el mirlo canta
sobre el guamo bañado de rocío.
Mi corazón lo ve todo desde un
sueño. Sé que no soy el mirlo
ni la mañana que se abre, sino el
tiempo que es todas las cosas. Él
nos une, separándonos. Mi gozo
es el gozo de sorprender un
nacimiento, la florescencia de la vida.
Mientras ese secreto nos sea revelado
no importa la certeza de ser carne
abatida, carne si tiempo duradero.







Una palabra lo es todo: encuéntrala, y
cuando la encuentres no la digas: llévala
en ti, guárdala, porque ella será tu
defensa contra toda desolación y toda
muerte. No la digas. Que tu lengua no sepa
lo que al corazón ocupa.





Oración

Poco te pido hoy, señor:
Que haya paz entre mi corazón y el día

Otros eligen la víctima






De los anales

Nadie sabe cómo empezó esta guerra.De entre nosotros alguien salió y creció.
Baguí es hoy una luna que arde, una garganta de sangre. De nada sirve recordar
los ritos, celebrar la vida. La muerte se extiende como las lianas. Que el tiempo 
nos borre o nos redima.






Me hundo
               
Me hundo. Entro en ti como en un río.
Aguas adentro persigo tu guarida. Una y
otra vez recorro el mismo trecho, la misma
oscuridad, el mismo templo. Los dos
gritamos sobre el mundo. Y de nuevo,
afuera, la guerra, la suciedad, el asco.

De: Voces de Baguí






He visto la muerte
               
He visto la muerte. Su presencia es súbita y
sus colores imprevistos. Trepa por los pies
del elegido y lo acaricia hasta llegar a ese
secreto lugar del vientre donde la vida es
pura luz.

Bendita sea su presencia.

De: Voces de Baguí








MI  PADRE

Lo vi durante años hacer el mismo gesto.
Envejeció él,
No el gesto, que siguió  siendo joven.
Lo pienso y un escalofrío
Me recorre.

¿Seré yo así?
¿Me habrán visto los otros envejecer
Mientras un gesto mío,
Cualquiera,
El más pequeño, 
Conserva su frescura,
Me roba la juventud
Que me abandona?






MEMORIA

El mundo entonces eran las muchachas.
Los senos tenían nombres. Y las bocas.
A veces, el sueño estallaba en nuestras manos
Y las ingles se inflamaban de un licor espeso,
Regalo de los dioses.
Mañanas y noches de la carne,
Cuerpos cayendo por el fin del tiempo.

Fueron largos los insomnios.
Sin descanso, la sangre fluyó hasta nuestros miembros 
Y  faltó el aire para  un deseo que no cesó ni esperó tregua.

Y los muchachos de entonces
alardeamos de las batallas que perdimos.




ALEJANDRO PALACIO [9223]

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Alejandro Palacio  nació el 26 de noviembre de 1981 en la ciudad de Medellín. Hizo parte de la organización del encuentro anual de poetas de la Zona nor-occidental en la Biblioteca Comfenalco Castilla. Es licenciado en educación básica con énfasis en humanidades: Lengua Castellana de la universidad de Antioquia y trabaja actualmente con el municipio de Medellín dando  clases como maestro. Su libro de poemas Hechizos ojos para las cosas innombrables fue uno de los premiados en el Primer Premio de Poesía Joven ciudad de Medellín y del Valle de Aburrá. En su obra se refleja un trabajo con el lenguaje de gran depuración formal y sentido rítmico del poema. Con su primera obra se abre un camino de creación poética que enriquece el devenir de la poesía de Medellín en el momento actual.



Exordio

Siempre hay algo innombrable
al comienzo y al final de mi voz
por eso una palabra parecida a la memoria
me fue sorbiendo, y cuando no hubo un nombre 
tuve que ser magia: existía y nombraba con los misterios del tiempo
Así me hice hombre, llamando lo innombrable a través de la ceguera.







Si escribir pudiera
y armarme de hojas
clandestino árbol
vomitar girasoles tiempos
o al menos un gorrión de lluvia
Pero no puedo
Soy estanque o escama de algo silencioso

Estoy ardido de fiebres
fiebres nocturnas:
callo los poemas
que disparo al cielo

Porque soy estrofa sin verso:
laurel de penitencia
Apenas rasguño
 algún lado mudo
de palabra sempiterna

Secuestro el símbolo
y lo dejo desfallecer en mis ojos

Si escribir pudiera
movería las manos
orquestando el cosmos
mientras me enferma una sabiduría insondable:
arañas ojos incapaces de atrapar poesía  fluctuante
a este lado de la Estigia
Estos dedos escamotean una profecía
desgastada y todavía mentirosa
son candados cerrando mis visiones
no escriben poemas
sólo una fuerza habla

y se atraganta en esta voz

que no escribe

esta estridencia incómoda
violación de una antigüedad prestada
como un llanto o un suicidio

Abortar el silencio
si escribir pudiera.






El premio

Ahora la parafina
a veces agua y otras sello
se interrumpe en llamas
rumbo a la tiniebla

No hay mesa para indefinir
el circuito universal
a través de mis palabras
implorando hechizos

Solo por hoy escribo
eternos poemas cuadrados
expropiados de exactitud
como corrigiendo la vastedad del horizonte

 Cortándoles bellezas
 frutos, nimbos

Poniéndolos en su pobre
desgastado ruido
botándoles la más extrema antigüedad

¿Qué me pertenece
si no es la envidia?

 Una vela
 que he prestado a la última bitácora

http://www.elmundo.com/





ESCUCHANDO TU REZO

A Viviana Restrepo

Mi oración ya no es una barca
que borrascosa cruza peticiones

                       Porque mi voz estrecha
                       gime ausencias perdidas
                       y se acomoda en mi oído

¿Dónde estás con el brazo firme
                                              y remando mi nombre?

¿Dónde está el ojo
que indómito fulmina la entraña
o la órbita de sulfuro
en lágrima ausencia?

Mi oración es un fusil
o un pedazo de liturgia nueva
Arde  mi conexión al fruto
de un poema bailado
en el disparo de una palabra inexorable

Mi plegaria se desploma en altares suicidas
canta  a los no dioses,  a hombres desnudos
espira cansancios primigenios
coronas y ceniza de tu polvo

Rezo  un trozo de tu vientre
como invocando la noche
traspasando los límites de la humedad
con esta oración dura y erguida

Pido a la Suprema Fuerza
que mi descomunal interferencia
sea un mapa que recorra metafísicas prestadas

Pido un arpa que grite muerte a la muerte
exhorto a la magia a que se funda
en esta reverberación nimia

Y en un coro de cuerda
la sonoridad del rezo
murmure piedad:
perdón coagulado
voz de anciana
estrella del labio
estridencias
arrepentimientos
     ¡ah!



MARCELO ARDUZ RUIZ [9224]

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MARCELO ARDUZ RUIZ
(Tarija, Bolivia, 1954).- Poeta. Abogado, radicado en La Paz trabaja en el servicio diplomático boliviano. Obtuvo el primer premio en el VI Concurso Jaén de Poesía y en el Concurso de Poesía Tarijeña. Desde 1993 es miembro de la Casa del Poeta Peruano. En el Brasil formó parte del movimiento de poesía concreta y se hace seguidor de Eugen Gomringer; en aquel país también dirigió los ‘Cuadernos de Novísima Literatura’. Guillermo Francovich anotó sobre su trabajo: "Tengo la impresión de que, a seguir por ese camino, gracias a la limpidez de sus versos y a la finura de su sensibilidad, está llamado a ocupar el sitial que dejó en la poesía boliviana Octavio Campero Echazú". Pedro Shimose destacó: "pero no es sólo el feliz heredero de la rica tradición lírica del sur boliviano, sino uno de los más interesantes poetas jóvenes de Bolivia". El crítico Armando Soriano Badani destaca su faceta de pintor al señalar: “Su inspiración de manifiesta con diferentes expresiones temáticas y estilísticas, sin embargo, su característica predominante es la expresionista. Las figuras humanas de su pintura, sin literal analogía con las imágenes imitadas, tienen la dimensión intelectualizada de entes fabulosos”. Uno de sus versos dice: "Me arranqué el corazón, y lo cerré / En un cofre. Eché la llave al mar. / ...Pero sigue y sigue amando!".

LIBROS Poesía: Estrellas en el día (1977); Tras el vidrio del cielo (1978); La tierra en uno (1985); Quince antipoemas de amor y dibujos (1989), Bolívar, delirio del Ande (1980); Ascensión de la lluvia (1989); Hojas solares (1993); Poemas lunáticos (1993), Poemas de cielo adentro (1994); Jiwasanaca (2000); Los niños de la calle (2001) y El calvario del escultor de Copacabana (2008). 

Otros: La poesía crucista en tiempos de la Confederación (ensayo, 1996).






...Dicen que al
Soplo del solsticio
Vuelven a la vida.
Mueven el
Blanco de la retina
De un lado a otro,
Cual reloj de comedor.
Sonido sin fondo
Su sombra dialoga
Con interior humedad.
En ecos del cielo
Resuenan sus voces
Como pájaros.
Siderales vientos
Llegan a sus oídos
Y encienden tonadas
de pajabravas.
Asoman a su sien
Amarillas mariposas
En sueños todavía
No soñados.
Y una sonrisa
Alumbra sus dientes
Corroídos por siglos.
Ellos mismos
Dicen que
Están vivos...
Tienen carnet de iden-
Tidad y responden
por sus nombres.
...Vuelan en el viento.
Caminan sobre
Las aguas del lago,
Pastoreando un rebaño
De cordilleras.
...Andan
Andan
Andan
Y andan
Y
Fecundan cenizas
De Olvidados
caminos.
Por teléfono
Hacen llamadas
Inter galácticas.
Acuden a la cita
En hora puntual.
Encienden fogatas
Y
Envían señales de
humo
A sus antepasados.
En errátil azul
Leen las lluvias
Que vendrán.
Acullican coca
Y se embriagan
Con la luz.
Como Cóndores
Danzan en círculos,
Tocando zampoñas.
Y ya cansados se
Sientan y entristecen
Al contemplar el ocaso.
Luego bostezan,
Se aburren y pierde
Sentido su existencia.
...Después
Se mueren
De pie.
Entre sólidas
Penumbras grises,
Sin epitafios.
Dicen que al
Soplo del solsticio
Vuelven a morir.
Y sólo el
Viento interroga:
...Se habrán muerto?






1

Abres la puerta : Entran los montes lejanos Y el sol con campos en flor.

2

Un rayo de sol Se posa en mi dedo Aleteando cual mariposa.

3

Pende de árbol en árbol Una cinta azul para inaugurar El más bello de los días.

4

Como manantial Mana un árbol De sus raíces

5

La madrugada encantada Desata el agua del río y tiende las verdes colinas







JESÚS LARA [9225]

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Jesús Lara
Jesús Lara Lara (1898, 1 de enero - 1980, 6 de septiembre), escritor, poeta, novelista, lingüista quechua, indigenista, periodista y político boliviano. Fue miembro de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Cochabamba.

Nació el 1 de enero de 1898 en la población de Muela (hoy Villa Rivero), Provincia Punata, Departamento de Cochabamba, Bolivia.
Realizó los estudios de nivel primario en la misma población donde nació, y los estudios de nivel secundarios en la ciudad de Cochabamba. Sus inclinaciones a la literatura se manifestaron desde muy temprana edad. Participó en varios concursos literarios y congresos relacionados con la literatura y otros campos.
Durante el conflicto bélico con el Paraguay, la Guerra del Chaco, luchó en primera línea, experiencia que le marcaría el resto de su vida. Fue perseguido y apresado en varias ocasiones por su militancia política en el Partido Comunista; partido con el que participó como candidato a la vicepresidencia del país en 1956.
Por su obra literaria, que trata sobre todo de la problemática social del indígena, recibió diferentes premios y distinciones, como el de «Doctor honoris causa» de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba en 1979.
Falleció el 6 de septiembre de 1980 en la ciudad de Cochabamba. Fue el escritor que más traducciones han tenido sus obras; y las novelas que escribió son de tendencia social, costumbrista y de temas indígenas.

Obras

[editar]Obras editadas
Cantigas de la Cigarra (1921)
Predestinad os (1922)
El Estig ma (1922)
El Monte de la Myrrha (1923)
Viaje a Inkallaj ta (1927)
Arawiy Arawicu' '(1927) ; Khatira y Ariwaki (1964); (1977)
Repete (1937; 1938; 1973; 1978; 1985; 1991; 1995; 2005)
Surumi (Buenos Aires, 1943; 1950; 1973; 1980; 1984:1988; 1993; 1997), portugués (Brasil) 1946, ucraniano 1975
Pauqarwara (La Plata, 1947; 1977)
La Poesía Quechua (La Plata, México, 1947; 1979)
Yanakuna (1952; 1956; 1974; 1979; 1981; 1983; 1985; 1986; 1989; 1991; 1993; 1995; 1997; 1999); polaco 1956; checo 1956; ruso 1962; húngaro 1962; alemán 1967.
Poesía Popular Quechua (1956), Qheshwataki (1958) (1975; 1993); inglés 1976; alemán: 1959
Atau wallpaj p´uchukakuninpa wankan (monografía y traducción del quechua al castellano) (1957; 1989), alemán 1992
Yawarninchij (Argentina 1959; Cuba 1962; Cochabamba 1974), portugués 1980; húngaro 1961; ruso 1962; checo 1964; rumano 1964
Leyendas Quechuas (1960; 1979; 1980; 1985; 1990)
Flor de Loto (1960)
La Literatura de los Quechuas (1961; 1969; 1980; 1985)
Sinchicay (1962; 1977), ruso: 1966
Llalliypacha (1965; 1977)
La Cultura de los Incas (1966 – 67; El Tawantinsuyu 1974; 1990)
Inkallajta - Inkaraqay (1967; 1988)
Ñancahuazú (1969; 1970; 2004)
Ullanta (Traducción) (1970; 1977; 1989)
Sujnapura (1971)
Diccionario Qhëshwa - Castellano, Castellano - Qhëshwa (1971; 1978; 1987; 1991; 1997; 2001)
Guerrillero Inti (1971; 1972; 1980; 1994)
Mitos, Leyendas y Cuentos de los Quechuas (1973, 1987; 2003)
Paqarin (1974)
Sasañan (1975)
Wichay Uray (1977)
Chajma (1978)
Tapuy Jayñiy (1980)
Wiñaypaj (1986)

Obras inéditas

1954 La Tierra del Hombre Nuevo. Experiencias de Viaje a la Unión Soviética.
1954 Bajo el Sol de los Magiares. Sobre las Impresiones de viaje por Hungría.





TIEMPO FLORIDO 

Tiempo florido era en verdad, tiempo florido, gozo de Pachamama
los Aukis, trayendo el día en las frentes
y las Ñust`as, con todos los imanes de la luz y de la sombra,
habian llegado a la orilla de las promesas
y era hora de que comenzara el Raymi
no estaba lejos la pampa del Raymi
y por mis ojos pasaba el camino
por donde se acercaba Pachamama
Qoya vestida de divinidad,
Qoya de manos siempre llenas de dones,
Pachamama paso.

La vi pasar, cabellera de cielo,
frente de sol, pechos de cumbre
la vi pasar ansiosa de llegar a tiempo.
La vi pasar alzando polvo de palomas.
Yo tenia los pies atados en una cadena
de cuatro siglos.
Yo tenia las manos amarradas a una servidumbre
de cuatro siglos
Me separaba de ella una muralla, haz de cruces
de cuatro siglos.

Solo la vi pasar, Qoya vestida de divinidad,
Qoya de manos siempre llenas de dones.
Tejiendo danzas de alabanzas
por sus costados ondulaba el agua.
Delante de ella y con la frente en tierra,
el viento tendia alfombras de oro y plata
detrás de ella, los pájaros marchaban
tañendo los Wankares en la mañana
iba de prisa Pachamama
y estaba a punto de empezar el Raymi.

En su ansiedad se desgranaban las estrellas de su cuello.
sobre las hierbas
y enredadas quedaban en los árboles
las bandadas de mariposas de sus ojos
la vi perderse a la orilla del río
me separaba de ella una montaña
de cuatro siglos.
Pero el viento me trajo el embrujo del Raymi
y en el llegome el fresco aliento de Pachamama.

Mi corazón se convirtió en antara
y se puso a soñar fuentes de wayñus.
Tiempo florido era en verdad
Tiempo de florecer. Tiempo de amar.

Jamanq'ay = Planta ornamental de flores blancas grandes y muy  fraganciosas.
 Pachamama = Divinidad que en la teogonía Inkaica representaba la tierra.
 Aukis = Principes, Infantes.
 Ñust'as = Princesas, Infantas.
 Raymi = Fiesta , Solemnidad, Celebración Religiosa o de otro Género.
 Qöya = Reina Emperatríz.
 Wankares = Tambores, Instrumentos musicales de perusión. 
 Antara = Zampoña, Instrumento musicale de viento.
 Wayñus = Danza muy movida ejecutada colectivamente por parejas asidas por las manos.






ESPERA INÚTIL

Estoy más loco que otras noches, más que nunca.
otras noches solía esperarla encadenado a la rueda pesada 
de una inquietud que no podía devorar el camino de las horas 
entonces los minutos parpadeaban fríamente
toda la noche, inconmovibles, como las estrellas,
y sus picos de buitre destrozaban mis entrañas sin cesar.
  
Pero ella estaba cerca y había de venir.
Entonces mi locura alistaba ternuras como abejas
para el jamanq`aay de fuego de su corazón,
besos como las frutas más sabrosas
para colmar el hueco de su gula
y abrazos como cojines de luz
para el regalo de su cuerpo.
Porque ella no estaba lejos y había de venir.
  


BAN 'YA NATSUISHI [9226]

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Ban’ya Natsuishi  Nació en Japón, en 1955.

Estudió en la Universidad de Tokio, donde recibió una maestría en Literatura Comparada y Cultura, en 1981. Desde 1992 es profesor de Meiji University.  En 1992 ganó el Modern Haiku Association Prize. Desde 1993 ha dado diversas lecturas en China, Alemania, Italia, Francia, Eslovenia, Portugal, Bulgaria, Lituania y Macedonia. En 1998, con Sayumi Kamakura, fundó "Ginyu", publicación trimestral internacional de Haiku, en la que devino editor en jefe. En 2000, luego de asistir al  Global Haiku Festival en Estados Unidos, cofundó la World Haiku Association. Prolífico poeta, entre sus libros, se destacan los libros de Haiku: Right Eye In Twilight; The Embrace of Planets y Endless Helix.




Falling from a waterfall            Cayendo de una cascada 
in the sky                                          en el cielo 
the Pope begins to fly                  el Papa empieza a volar



Out of an old pond                       Salido de un antiguo estanque 
the Pope                                            en el cielo 
flies in the sky                                el Papa vuela



The Flying Pope                            El Papa volador 
stuck by                                            clavado por 
a thousand needles                     un millar de agujas



The Flying Pope--                         -Papa volador- 
the ocean                                          el océano 
is a grave of pagan                        es la tumba del pagano



Flying Pope                                    Papa volador 
visible only to children                   visible sólo a los niños 
and a giraffe                                   y a una jirafa



Waiting                                           En el precipicio 
for the Flying Pope                         al Papa volador 
on the cliff                                      espero



Holding                                          Sosteniendo 
a long long letter                             una carta muy muy larga  
the Pope is flying                            el Papa vuela



Flying Pope!                                  ¡Papa volador! 
The fire of war                              ¿El fuego de la guerra 
is a jumping flea?                           es una pulga saltarina?   

                                                  

Aurora quakes                               La aurora tiembla 
at the parting…                             en la despedida… 
Flying Pope                                   Papa volador



Spawning coral--                           -Desove de coral- 
in the sky                                        el Papa vuela 
the Pope flying                               por los cielos



The Flying Pope’s                            Los ojos del Papa 
eyes:                                                 volador: 
limestone caves                                cuevas de piedra caliza



Flying Pope                                      Solitario 
even coughs                                     aún tose 
alone                                                 El Papa Volador



The Flying Pope                             Proyecta su sombra 
casts his shadow                            sobre la Casa Blanca 
on the White House                      El Papa volador



The Flying Pope                             Arroja monedas de oro 
throwing gold coins                        a un lobo 
down to a wolf                                 El Papa volador 
                                                                  

The Flying Pope                              Hace tránsito    
takes a transit                                  sobre el lomo de la ballena 
on the whale’s back                         El Papa volador



Christmas--                                       -Navidad- 
the Pope flying                                  vuela el Papa 
with only one lung                           con un solo pulmón



Darkness--                                        -Oscuridad- 
the Pope flies                                      vuela el Papa 
faster than a bullet                          más rápido que una bala



Entangled                                         Enredado 
by Arabic letters                               por letras árabes 
the Pope flies on                              el Papa continua su vuelo



Didn’t hear                                        ¿Oíste 
an explosion?                                     una explosion? 
Flying Pope!                                      ¡El papa Volador!



Barely touching the torch                  Apenas rozando la antorcha 
of the Statue of Liberty                     de la Estatua de la Libertad 
the Pope flies                                    el Papa vuela  



In the sky                                           En el cielo 
between skyscrapers                           entre rascacielos 
the Pope flying                                   el Papa volador



Flying Pope!                                       ¡Papa volador! 
Your body almost turned                   ¿Tu cuerpo casi se ha vuelto 
into a skeleton?                                  un esqueleto?



Waving hands                                    Agitando las manos   
the Flying Pope                                 canta   
singing                                              el Papa volador



The wind blows                                Sopla el viento 
Flying Pope                                       el Papa volador 
looks like a fire                                  se asemeja a un fuego



The Pope                                         El Papa 
flies to Iraq                                      vuela hasta Irak 
his head so enormous                      su cabeza es tan enorme



Flying Pope!                                     ¡Papa Volador!    
Are you a messenger                        ¿Eres un mensajero 
from the moon?                                de la luna?  



The Pope flies                                     El Papa vuela 
in the sky of the other world               en el cielo del otro mundo  
everybody forgets it                             todo el mundo lo olvida



Flying Pope                                          Papa Volador 
that cloud                                              ¿aquella nube 
is your classmate?                                 Es tu compañera de clase?



Fallen asleep                                        Quedándose dormido 
the Pope                                               vuela hacia el norte 
flying to the north                                el Papa



Fire on the back of                               Fuego en la espalda de 
a gradeschoolboy--                                un niño de primaria 
the Pope flying                                      el Papa volador



Never vanish                                          Nunca desaparezcan 
snakes                                                     las serpientes 
the Pope is flying                                    vuela el Papa



The reason why                                      La razón por la que 
the Pope flies:                                         vuela el Papa: 
a dewdrop                                               una gota de rocío



His heart stopped,                                 Su corazón se detuvo, 
the Pope flying                                      Papa volador 
in the dark red sky                                 en el cielo rojo oscuro



The Flying Pope’s                                  El mejor amigo 
best friend: an octopus                           del Papa volador: un pulpo       
at the the bottom of the sea                    en el fondo del mar 



 “An election is an election”                     “Una elección es una elección”      
The Pope flying                                        en el cielo gris 
In the gray sky                                          El papa volador 
                                     



In the palm of                                              En la palma del      
the Flying Pope                                           Papa volador 
a manhole                                                    un pozo



Tsunami toward an old woman                   Tsunami hacia una anciana 
deeply asleep                                                profundamente dormida 
the Pope flying                                             el Papa volador



The Pope flying                                           Para todas 
for all                                                           las flores marchitas 
the withered roses                                        El Papa volador



Becoming                                                   Volviéndose 
a sunspot                                                    una mancha solar 
Flying Pope                                                 El Papa volador




http://www.festivaldepoesiademedellin.org/

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"El laberinto de Vilnius", escrito por Ban'ya Natsuishi lleva a cabo tres tareas. En primer lugar, da la impresión general de las regiones bálticas. En segundo lugar, le permite sentirse dentro de una gran simpatía por Lituania. Además, le permite cantar de los bosques de Estonia con la euforia.

Natsuishi es el fundador y director de la Asociación Mundial de Haiku en Japón. Se graduó de la Universidad de Tokio, con una Maestría en Artes. También se desempeña como Presidente de Ginyu de prensa y ha asistido a muchos festivales de poesía haiku en todo el mundo. Es autor de innumerables publicaciones, incluyendo una cascada Futuro (EE.UU., 1999 y 2004) y Flying Papa (India y Japón, 2008). Él es también un ganador del Premio de Poesía AZsacra Internacional del famoso Taj Mahal revisión (2008).

La primera sección de este libro con respecto a las regiones del Báltico le permite expresar estas palabras en el poema haiku siguiente:..


Alas de nube.
Pila de inmediato.
Sobre el Mar Báltico.


Uno de ellos es capaz de ver las condiciones climáticas en este poema con sólo saber lo que representan las nubes en un pronóstico del tiempo. El frío de Siberia y temida que existe en esta región;. Por lo tanto, si la imaginación se le permite alejarse, las imágenes se desarrollan inmediatamente en relación con el clima drástico y escalofriante.

Otro poema haiku histórico en esta sección que se refiere a la edad de la región y el pueblo es el siguiente:.


Luna Llena -.
El país es joven.
Sus canciones son antiguas.


Este poema refleja una inversión. Naturalmente, esta región ha existido durante miles de años, y su población es mayoritariamente joven que mayor. En base a este principio, el haiku fluye de forma natural y en relación con el canto de canciones de la población.

La segunda sección en relación con la simpatía de Lituania envía un tema diferente. Este poema habla muy bien de como un principio general:.


Más antiguo que Cristo.
Cruz.
De madera.


Estas imágenes dicen mucho sobre el país. Por ejemplo, su edad, condición, los restos, recuerdos, y el sistema de valores. Naturalmente, el valor de los residentes de lo que está en sus corazones y más cerca de Dios. Tenga en cuenta que el haiku, no hizo mención de las armas y las bombas o los ejércitos de resistencia interna de pino.

La tercera sección aborda el bosque de Estonia. El poema haiku por primera vez en esta sección habla muy bien de esta región de la siguiente manera:.


El Parlamento de la Selva:.
Cada gota de lluvia.
Es su miembro.


Las asambleas de los parlamentos en el bosque de representar la naturaleza. También refleja las cosas que son naturales y que se deriva de la naturaleza a ser evidente en este poema haiku. El encuentro es impresionante para los árboles de un bosque para que coincida con las gotas de lluvia a través de la tierra.

El poema termina en esta sección adopta la posición contraria, como en relación con el primero. La yuxtaposición de estos poemas son excelentes. Este poema dice así:


El Parlamento de la Selva.
Disuelto por.
El rugido de un oso.


Naturalmente, la dispersión es obvia. El rugido de un oso ruso es un cliché que fluye fuera de la lengua de muchas personas. Se infunde miedo en los corazones de muchos como una escena que no le gustaría enfrentar en cualquier momento.

Este excelente libro de poesía haiku fue escrito y distribuido en el conjunto quinto Mundial de Haiku de Asociación y 20 ª Conferencia Druskininkai poética de otoño, celebrada en Vilnius, Lituania. Se trata de un libro de poesía haiku excelente que refleja los pensamientos interesantes y las imágenes de Natsuishi.

Joseph S. Spence, Sr. (también conocido como "Epulaeryu Maestro"), es el autor de "El Despierto Poética" (2009), que se publica en siete idiomas diferentes. Él también co-autor de dos libros de poesía ", una trilogía de poesía, prosa y pensamientos de la Mente, Cuerpo y Alma" (2005) y "Momentos Trilogy para la Mente, Cuerpo y Alma" (2006). Él inventó la forma de poesía Epulaeryu, que se centra en platos suculentos. José es un Embajador de Buena Voluntad para el estado de Arkansas. Ha realizado más de veinte años de servicio con el Ejército de los EE.UU..



JOSÉ RAFAEL FRANCO [9227]

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José Rafael Franco (Gran Canaria 1961-1993).
En los años 90 hubo un grupo de poetas denominados “última generación del milenio”, “grupo poético de 1992” o “del redescubrimiento” de “rabiosa actualidad” en fondo y forma, entre los cuales está José Rafael Franco, que aparece, a pesar de su fallecimiento prematuro  y del silencio que se vertió sobre sus poemas, como el actualizador de la poesía canaria para el siglo 20.
Antonio García Ysábal, dio a conocer la obra del poeta José Rafael Franco, en “La Nueva Poesía Canaria” (Verbum, 2001) y “Matemorfosis” (Colección San Borondón ISLA DE SOMBRAS, 2003)
[Javier Hernández, poeta y crítico literario]




No implores mi perdón
No me es dado contigo el poder de vivir
Pues la vida es corta
Y mi arte no espera
Y todas mis balas son estos papeles translúcidos
Ahora abro las cortinas de mi ser
para entenderte
Ese crimen por tanto prolongado
Y tenderte la mano del diálogo
Que imploras desde hace tanto
Comprende al fin que la ley es esta
Nos hemos demorado en la estancia del mal







En la arena

TENDIDO al frente
Así se apalanca un cuerpo

ESTOCADO
Y dos orejas








El amor es el lugar del excremento
Y habéis cambiado
Usureros
El sitio
por el producto







Tierra de la mar infinita, bosque de lapas, éste, tu pueblo, quinientas mil caras repetidas que se vuelven a ver, que no pueden ver otro pueblo, cuya mirada es ajena y su mito repetido y prestado como las quinientas mil caras de memoria estampada; donde todo nada… la mar, golfo de tanta agua tragaste, nostalgia de piedra cuya agua se hizo nudo en la garganta, mirada de otro ajena a ti, cabo que te quiero cabo, ; oasis al revés, donde todo nada… la mar: tiempo es de dar al continente lo que es suyo, el mito arcádico, el sueño y la aventura de tantos robinsones con pasaje de vuelta, que no pudimos tragar sin devolverlos.






Parecer la noche

Esta paz monótona y comercial,
este avanzar de días sin más sentido
que el parecer a la noche,
dormir a tumba abierta
los sueños que van y vienen
y nos dejan.

¿A qué se parecen?
Esta certeza casi absoluta
de morir a orillas de la playa
sin afán de sorpresas
con dudas castradas
en aras del orden atlántico.
¿A qué se parecen?

[Cita de naufragio, 1983]




Y sólo queda…

Y sólo queda este paisaje constante.
En cualquier ladera veo el flujo
y el reflejo de las olas.
Vuelto de vaguada a orilla.
¿He de ser siempre el pincel del verbo?
El marco no es el mismo.
Los callaos se desgastan ante el agua
y hay arenas que le dan por comer espumas de sal.
Vuelto otra vez de orilla a vaguada.
Siempre el flujo y el reflejo
en un mismo paisaje.
Esos poetas que ansiaban el mar,
la muerte,
no debían ser isleños
alas sajadas en el abismo de un oceano
imposible

[Cita de naufragio, 1983]





LUIS NATERA MAYOR [9228]

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LUIS NATERA MAYOR (Las Palmas de Gran Canaria, 1950 - 2013). 

Buena parte de su infancia discurre en Telde, a cuya costa se siente especialmente vinculado (Playa de Salinetas).
Ejerció su profesión como catedrático de francés en el Centro de Enseñanza de Adultos (CEAD) de Las Palmas de Gran Canaria. Dirigió durante varios años la revista Cendro (Ayuntamiento de Telde) y ha publicado ensayos literarios sobre diversos autores.

Es autor de varios libros de poesía, de los que se han publicado: Llenaré de lunas tu equipaje, Únicamente el alba, Conversaciones con mi hijo, Memoria del Dolor, Puerto de silencio (Premio de Poesía “San Lesmes” Ayuntamiento de Burgos, 1993) Agrimensores de la bruma (Premio de Poesía “Tomás Morales 1993”), Las Horas del ángel (Accésit del Premio de Poesía “Ciudad de Las Palmas 1996”).
Entre sus poemarios inéditos destacan: El lugar del naúfrago, En el envés del Dios, Canario Cántico.





SALINETAS

Lo mismo que los ojos y las manos
forman parte del cuerpo y van con él,
lo mismo que el pintor usa pincel
y proyectan sus sombras los humanos

en el largo camino del temblor,
lo mismo -digo- que la noche es fría,
es oscura esta arena y es tan mía
como los arrebatos del amor.

Esta playa posee mi propia luna,
cada ola es mi vida y cada tarde
cobijo de mi piel y mi fortuna.

Y así ha de ser, sin que haga de ello alarde,
porque es para el bebé siempre la cuna
y para el hombre entero el mar que arde.






PLAYA DE ISLA

Te digo yo que el sol
es menos que la luz
y que el beso es apenas
sombra de amores.

Te digo que en un hoyo
cabe el mar
y que no hay paraísos
salvo tú,

playa de isla
para el niño barquero,
agua salada
para bañistas de membrillo,

arena ardiente
para el cuerpo aterido,
costa sagrada
para náufragos.

[Canario Cántico]




Volver con el ocaso

Apretar bien los ojos
hasta observar los círculos dorados,
las mariposas negras
y las chispas que brillan
en la bóveda oscura
de tu yo más atento.

Parpadear como recién nacido
de espaldas a la luz.
Rescatar de la infancia
el asombro primero
y el afán por sentir el cuerpo
en el espacio, desasido de todo
y repleto de sí.

Volver con el ocaso
a los limos profundos.


El lugar del náufrago. (En Núfrago, muerto. poemario conjunto del presente autor y el poeta Adolfo García García, recientemente editado)
Tomado del blog de Antonio Arroyo Silva 







Florecerá la lágrima

Lo que falta es el dios
y lo que sobra el nombre,
abominable forma
encarnada en lo espúreo.
La carencia es dolor
o deseo incumplido,
y mientras no retorne
el ansia hasta su origen
florecerá la lágrima
como una primavera irrefrenable

del libro Memoria del dolor.





Te debo una palabra

Te debo una palabra
donde quepa mi sangre,
donde quepa el temblor
que me sostiene
en aparente calma.
Te debo el pan robado
a tu hambre de siglos,
a tus hornos cerrados
a la labor del día.
Aquí tienes la luna que te falta
y todos los geranios
de mis jardines rotos.
Te debo más que el agua
reclusa en una lágrima
y más que las mareas de todas mis tristezas.
Acepta cuando menos
la corona de espinas
de mi cuerpo sin habla.
Lo doy todo por dicho.
No me queda siquiera
la última palabra

dell libro Memoria del dolor

PABLO DE ROKHA [9229]

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Pablo de Rokha
Pablo de Rokha (nació el 17 de octubre de 1894 en Licantén, Chile – murió el 10 de septiembre de 1968 en Santiago, Chile), poeta chileno, cuyo nombre real era Carlos Díaz Loyola. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 1965 y es considerado uno de los 4 grandes de la poesía chilena (junto con Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Gabriela Mistral). Es considerado un poeta vanguardista y de gran influencia en la lírica universal.

Pablo de Rokha nació en la ciudad chilena de Licantén, el 17 de octubre de 1894, con el nombre de Carlos Díaz Loyola, hijo de José Ignacio Díaz Alvarado y de Laura Loyola de Toledo, y fue el mayor de 19 hermanos.
Provenía de una familia de raíz aristocrática, dueña de tierras en la zona de Talca y Licantén, pero que se encontraba en una situación económica desmejorada, por lo que su padre debió realizar diversos trabajos, como administrador de estancias y jefe de resguardo aduanero en la cordillera. En estas condiciones, Pablo de Rokha vivió su infancia en la hacienda Pocoa de Corinto, administrada por su padre, y acompañaba a éste en sus andanzas cordilleranas.
En 1901 ingresó a la Escuela Pública nº3 de Talca. Posteriormente, en 1902, ingresó al Seminario Conciliar San Pelayo de Talca, de donde fue expulsado en 1911 por leer a autores "prohibidos". Sus inicios poéticos se expresaron en este período, bajo el pseudónimo de Job Díaz, para luego obtener el pseudónimo de El amigo Piedra.
Se trasladó a la capital Santiago de Chile en 1911, para cursar el sexto año de humanidades. Dio su bachillerato en 1912, y se matriculó en la Universidad de Chile con el fin de estudiar derecho o ingeniería. Finalmente esto no ocurrió.
Fueron éstos tiempos oscuros para el poeta, que vivió en una nebulosa de disgregación y desencanto familiar. Despuntó en él un carácter violento y rebelde. Durante el transcurso, escribió para distintos periódicos, como La Razón y La Mañana. Publicó sus primeros poemas en Santiago en la revista Juventud de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
Volvió a Talca en 1914 con un sentimiento de fracaso. Fue cuando recibió un libro de poemas firmado por Juana Inés de la Cruz, titulado Lo que me dijo el silencio. Pese a criticar con gran dureza el poemario, no pudo evitar enamorarse de la poetisa, por lo que volvió a Santiago en busca de su amor. El 25 de octubre de 1916 finalmente se casó con Luisa Anabalón Sanderson, verdadero nombre de la poetisa. Luisa, posteriormente, tomaría el seudónimo literario de Winétt de Rokha.
Entre 1922 y 1924 residió en San Felipe y Concepción, lugar último donde fundó la revista Dínamo.
Colaboró con el Frente Popular que eligió presidente de Chile a Pedro Aguirre Cerda en 1938.
Mientras tanto, su vida familiar crecía al nacer sus hijos Carlos (poeta conocido como Carlos de Rokha), Lukó (pintora conocida como Lukó de Rokha), Tomás, Juana Inés, José (pintor conocido como José de Rokha), Pablo, Laura y Flor. Varios de ellos murieron prematuramente: Carmen y Tomás, muy pequeños, mientras que Carlos y Pablo murieron ya mayores y de manera trágica. Su última hija es Sandra De Rokha que aún vive en la comuna de La Reina, donde estaba la casa del poeta.
En 1944 el Presidente Juan Antonio Ríos lo nombró Embajador cultural de Chile en América y el poeta inició un extenso viaje por 19 países del continente. Luego de constantes viajes, se enteró en una escala en Argentina que Gabriel González Videla había sido elegido Presidente de la República, quien dictó la Ley de Defensa de la Democracia y comenzó un período de represión contra el Partido Comunista.
En 1949, el poeta volvió a Chile. Su esposa Winétt de Rokha llegó al país enferma de cáncer, para luego fallecer en 1951. En 1953 apareció Fuego negro, elegía de amor dedicada a Winétt.
En 1955 publicó Neruda y yo, ácida crítica al poeta, al que llama plagiador, mistificador de los trabajadores y al cual clasificó de falso artista y militante. Estas afirmaciones le provocaron fuerte rechazo de parte de amigos de Neruda. Rokha, con su comunismo ateo y prepotente, no era aceptado entre los más conciliadores seguidores de Neruda.
En 1960, con Genio del pueblo, se volvió a suscitar la polémica con Pablo Neruda, satirizado bajo el pseudónimo de Casiano Basualto. Pablo de Rokha continuó su vida embargado en el dolor y el recuerdo imborrable de su compañera Winétt. El dolor se agrandó con la muerte de su hijo Carlos en 1968, lúcido poeta de la época, aunque poco reconocido en la actualidad. Los escritores, y en especial poetas, lo admiraban en gran manera.
En 1965 recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile, del cual declaró:
«Me llegó tarde, casi por cumplido y porque creían que no iba a molestar más».
El 19 de octubre de 1966, fue nombrado Hijo Ilustre de Licantén. En 1967, publicó el que fue su último libro editado en vida, Mundo a mundo: Francia.
El 10 de septiembre de 1968, a los 73 años de edad, Pablo de Rokha se suicidó de un balazo en la boca, siguiendo el destino de su hijo Carlos, muerto meses antes, y el de su amigo Joaquín Edwards Bello, muerto ese mismo año.
Toda la amargura del poeta se puede expresar en la siguiente declaración con motivo de su Premio Nacional de Literatura:
«Mis impresiones en este momento son contradictorias. Cuando vivía Winett, mi mujer, y también mi hijo Carlos, antes de que la familia se destrozara, este galardón me habría embargado de un regocijo tan inmenso, infinitamente superior a la emoción que siento en este momento. Hoy para un hombre viejo, este reconocimiento nacional que indudablemente me emociona, no puede tener la misma trascendencia.»

Poesía

Versos de la infancia, 1916.
El folletín del diablo, 1916-1922.
Sátira, 1918.
Los gemidos, 1922.
Cosmogonía, 1922-1927.
U, 1927.
Satanás, 1927.
Suramérica, 1927.
Ecuación, 1929.
Escritura de Raimundo Contreras, 1929.
El canto de hoy, 1930-1932.
Canto de trinchera, 1933.
Jesucristo, 1930-1933.
Los 13, 1934-1935.
Oda a la memoria de Máximo Gorki, 1936.
Moisés, 1937.
Gran temperatura, 1937.
Imprecación a la bestia fascista, 1937.
Cinco cantos rojos, 1938.
Morfología del espanto, 1942.
Canto al Ejército Rojo, 1944.
Los poemas continentales, 1944-1945.
Carta Magna del continente, 1949.
Fusiles de sangre, 1950.
Funeral por los héroes y los mártires de Corea, 1950.
Fuego negro, 1951-1953.
Arte grande o ejercicio del realismo, 1953.
Antología, 1916-1953.
Idioma del mundo, 1958.
Genio del pueblo, 1960.
Acero de invierno, 1961.
Canto de fuego a China Popular, 1963.
China Roja, 1964.
Estilo de masas, 1965.
Epopeya de las comidas y bebidas de Chile / Canto del macho anciano, 1965.
Infinito contra infinito, ????.
El amigo Piedra, 1989.
Epitafio en la tumba de Juan, el carpintero.

Ensayos

Heroísmo sin alegría, 1926.
Interpretación dialéctica de América: los cinco estilos del Pacífico – Chile, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, 1948.
Arenga sobre el arte, 1949.
Neruda y yo, 1956.
Mundo a mundo: Francia (originalmente Mundo a mundo, París, Moscú, Pekín), 1967.




Autorretrato de adolescencia

Entre serpientes verdes y verbenas,
mi condición de león domesticado
tiene un rumor lacustre de colmenas
y un ladrido de océano quemado.

Ceñido de fantasmas y cadenas,
soy religión podrida y rey tronchado,
o un castillo feudal cuyas almenas
alzan tu nombre como un pan dorado.

Torres de sangre en campos de batalla,
olor a sol heroico y a metralla,
a espada de nación despavorida.

Se escuchan en mi ser lleno de muertos
y heridos, de cenizas y desiertos,
en donde un gran poeta se suicida.







Aventurero

Oriente de cobre duro, fino y ensangrentado,
de tiempo a tiempo
tendido
de mundo a mundo.

¡Voluntad!

Soy el hombre de la danza oscura
y el ataúd de canciones degolladas;
el automovilista lluvioso,
sonriente de horrores, gobernando
la bestia ruidosa;
el tallador en piedra de catedrales hundidas:
el bailarín matemático y lúgubre.
coronado de rosas de equilibrio;
el vendedor de abismos, trágico,
dt cabellera de ciudades
y un canto enorme en la capa raída.

Tren nocturno
con ]as hojas marchitas y un vientre humoso.

¡Ay! cómo aúllan en la tierra cóncova y madura
mis leones muertos...
Voy de estrella en estrella
acariciándole los pechos violados a las guitarras.
con mi mano única;
¡oh! jugador,
agarro mi gran rueda de espanto,
despernancada,
y la arrojo contra las estrellas,
arriba del cielo, más arriba del cielo
que no existe.

Y suelo estarme cuatro y cincn mil lunarios,
como un idiota yiejo,
jugando con bolitas de tristeza,
jugando con bolitas de locura
que hago yo mismo manoseando la soledad;
entonces me río,
con mis 33 dientes,
entonces me río,
entonces me río,
con la risa quebrada de las motocicletas,
colgado de la cola del mundo.

La campana negra del sexo
toca a ánimas adentro de mi melancolía,
y una mujer múltiple y una
múltiple y una
como un triángulo de setenta lados y muchos claveles.
se desnuda multiplicando las heridas
sobre mis mundos quemantes y llenos de senos de mujeres estupefactas.

"Agonal" 1925







Balada de Pablo de Rokha

Yo canto, canto sin querer, necesariamente, irremediablemente, fatalmente, al azar de los sucesos, como quien come,
bebe o anda y porque sí; moriría si no cantase, moriría si no cantase; el acontecimiento popular del poema estimula mis nervios sonantes, no puedo hablar, entono, pienso en canciones, no puedo hablar, no puedo hablar; las ruidosas, trascendentales
epopeyas me definen, e ignoro el sentido de mi flauta; aprendí a cantar siendo nebulosa, odio, odio las utilitarias labores erradas, cuotidianas, prosaicas, y amo la ociosidad ilustre de lo bello; cantar, cantar, cantar... he ahí lo único que sabes, Pablo de Rokha...

Los sofismas universales, las cósmicas, subterráneas leyes dinámicas, me rigen, mi canción natural, polifónica se abre más allá
del espíritu, la ancha belleza subconciente, trágica, matemática, fúnebre, guía mis pasos en la obscura claridad; cruzo las épocas cantando como un gran sueño deforme, mi verdad es la verdadera verdad, el corazón orquestal, musical, orquestal, dionisíaco, flota en la augusta, perfecta, la eximia resonancia unánime, los fenómenos convergen a él, y agrandan su sonora sonoridad sonora, sonora; y estas fatales manos van, sonámbulas, apartando la vida externa, —conceptos, fórmulas, costumbres, apariencias-; mi intuición sigue los caminos de las cosas, vidente, iluminada y feliz, porque todo se hace canto en mis huesos, todo se hace canto en mis huesos.

Pus, llanto y nieblas lúgubres, dolor, solo dolor mamo en los roñosos pechos de la vida, no tengo casa y mi vestido es pobre; sin embargo, mis cantares dramáticos-inéditos, modestísimos suman el pensamiento, todo el pensamiento de la raza y la voz del instante; soy un país hecho poeta, por la gracia de "Dios"; desprecio el determinismo de las ciencias parciales, convencionales, pues mi sabiduría monumental surge pariendo axiomas desde lo infinito, y su elocuencia errante, fabulosa y terrible crea mundos e inventa universos continuamente; afirmo o niego, y mi pasión gigante atraviesa tronando el pueblo imbécil del prejuicio, la mala aldea clerical de la rutina.

Atardeciendo me arrodillé junto a una inmensa y gris piedra humilde, democrática, trágica, y su oratoria, su elocuencia inmóvil habló conmigo, en aquel sordo lenguaje cosmopolita e ingenuo del ritmo universal; hoy, tendido a la sombra de los lagos, he sentido el llanto de los muertos flotando en las corolas; oigo crecer las plantas y morir los viajeros planetas degollados igual que animales, el sol se pone al fondo de mis años lúgubres, amarillos, amarillos, amarillos, las espigas van naciéndome, a media noche los eternos ríos lloran a la orilla de mi tristeza y a mis dolores maximalistas se les caen las hojas... "buenos días, buenos días árbol", dije al reventar la mañana sobre las rubias cumbres chilenas, y más tarde clamaba: "estrellas, sois estrellas, ¡oh prodigio!..."

Mis pensamientos hacen sonar los siglos contra los siglos; voy caminando, caminando, caminando musicalmente y mis actos son himnos, cánticos naturales, completamente naturales; las campanas del tiempo repican cuando me oyen sentirme; constituyo el principio y la razón primordial de todas las tonadas, el eco de mis trancos restalla en la eternidad, los triángulos paradójicos de mi actitud resumen el gesto de los gestos, el gesto, la figura del superhombre loco que balanceó la cuna macabra del orbe e iba enseñándole a hablar.

Los cantos de mi lengua tienen ojos y pies, ojos y pies, músculos, alma, sensaciones, grandiosidad de héroes y pequeñas costumbres modestas, simplicísimas, mínimas, simplicísimas de recién nacidos, aúllan y hacen congojas enormes, enormes, enormemente enormes, sonríen, lloran, sonríen, escupen al cielo infame o echan serpientes por la boca, obran, obran lo mismo que gentes o pájaros, dignifican el reino animal, el reino vegetal, el reino mineral, y son bestias de mármol, bestias, bestias cuya sangre ardiendo y triste-triste, asciende a ellos desde las entrañas del globo, y cuyo ser poliédrico, múltiple, simultáneo está en los quinientos horizontes geográficos; florecen gozosos, redondos, sonoros en octubre, dan frutos rurales a principios de mayo o junio o a fines de agosto, maduran todo el año y desde nunca a desde nunca; anarquistas, estridentes, impávidos, crean un individuo y una gigante realidad nueva, algo que antes, antes, algo que antes no estaba en la tierra, prolongan mi anatomía terrible hacia lo absoluto, aún existiendo independientemente; ¡tocad su cuerpo, tocad su cuerpo y os ensangrentareis los dedos miserables!...

Ariel y Calibán, Grecia, Egipto, Roma, el país judío y Chile, las polvosas naciones prehistóricas, Jesús de Nazareth, los cielos, las montañas, el mar y los hombres más hombres, las oceánicas multitudes, ciudades, campos, talleres, usinas, árboles, flores, sepulcros, sanatorios, hospicios u hospitales, brutos de piel terrosa y lejano mirar, lleno de églogas, insectos y aves, pequeñas, armoniosas mujeres pálidas; el cosmos idiota, maravilloso, maravilloso, maravilloso, orienta mis palabras, y rodaré sonando eternamente, como el viejo del viejo, nidal en donde anidan todos los gorjeos del mundo!...







Círculo

Ayer jugaba el mundo como un gato en tu falda;
hoy te lame las finas botitas de paloma;
tienes el corazón poblado de cigarras,
y un parecido a muertas vihuelas desveladas,
gran melancólica.

Posiblemente quepa todo el mar en tus ojos
y quepa todo el sol en tu actitud de acuario;
como un perro amarillo te siguen los otoños,
y, ceñida de dioses fluviales y astronómicos,
eres la eternidad en la gota de espanto.

Tu ilusión se parece a una ciudad antigua,
a las caobas llenas de aroma entristecido,
a las piedras eternas ya las niñas heridas;
un pájaro de agosto se ahoga en tus pupilas,
y, como un traje obscuro, se te cae el delirio.

Seria como una espada, tienes la gran dulzura
de los viejos y tiernos sonetos del crepúsculo;
tu dignidad pueril arde como las frutas;
tus cantos se parecen a una gran jarra obscura
que se volcase arriba del ideal del mundo.

Tal como las semillas, te desgarraste en hijos,
y, lo mismo que un sueño que se multiplicara,
la carne dolorosa se te llenó de niños;
mujercita de invierno, nublada de suspiros,
la tristeza del sexo te muerde la palabra.

Todo el siglo te envuelve como una echarpe de oro;
y, desde la verdad lluviosa de mi enigma,
entonas la tonada de los últimos novios;
tu arrobamiento errante canta en los matrimonios,
cual una alondra de humo, con las alas ardidas.

Enterrada en los cubos sellados de la angustia,
como Dios en la negra botella de los cielos,
nieta de hombres, nacida en pueblos de locura,
a tu gran flor herida la acuestas en mi angustia,
debajo de mis sienes aradas de silencio.

Asocio tu figura a las hembras hebreas,
y te veo, mordida de aceites y ciudades,
escribir la amargura de las tierras morenas
en la táctica azul de la gran danza horrenda
con la cuchilla rosa del pie inabordable.

Niña de las historias melancólicas, niña,
niña de las novelas, niña de las tonadas,
tienes un gesto inmóvil de estampa de provincia
en el agua de asombro de la cara perdida
y en los serios cabellos goteados de dramas.

Estás sobre mi vida de piedra y hierro ardiente,
como la eternidad encima de los muertos,
recuerdo que viniste y has existido siempre,
mujer, mi mujer mía, conjunto de mujeres,
toda la especie humana se lamenta en tus huesos.

Llenas la tierra entera, como un viento rodante,
y tus cabellos huelen a tonada oceánica;
naranjo de los pueblos terrosos y joviales,
tienes la soledad llena de soledades,
y tu corazón tiene la forma de una lágrima.

Semejante a un rebaño de nubes, arrastrando
la cola inmensa y turbia de lo desconocido
tu alma enorme rebasa tus hechos y tus cantos,
y es lo mismo que un viento terrible y milenario
encadenado a una matita de suspiros.

Te pareces a esas cántaras populares,
tan graciosas y tan modestas de costumbres;
tu aristocracia inmóvil huele a yuyos rurales,
muchacha del país, florida de velámenes,
y la greda morena, triste de aves azules.

Derivas de mineros y de conquistadores,
ancha y violenta gente llevó tu sangre extraña,
y tu abuelo, Domingo Sánderson fue un HOMBRE;
yo los miro y los veo cruzando el horizonte
con tu actitud futura encima de la espalda.

Eres la permanencia de las cosas profundas
y la amada geografía llenando el Occidente;
tus labios y tus pechos son un panal de angustia,
y tu vientre maduro es un racimo de uvas
colgado del parrón colosal de la muerte.

Ay, amiga, mi amiga, tan amiga mi amiga,
cariñosa, lo mismo que el pan del hombre pobre;
naciste tú llorando y sollozó la vida;
yo te comparo a una cadena de fatigas
hecha para amarrar estrellas en desorden.

Zig-Zag 1925







El viajero de sí mismo

Voy pisando cadáveres de amantes
y viejas tumbas llenas de pasado,
cubierto con cabello horripilante
del gran sepulcro universal tragado.

Acumulo mi yo exorbitante
y mi ilusión de Dios ensangrentado,
pues soy un espectáculo clamante
y un macho-santo ya desorbitado.

Mi amor te muerde como un perro de oro,
pero te exhibe en sus ancas de oro.
Wínétt, como una flor de extranjería.

Porque sin ti no hubiera descubierto
como una jarra de agua en el desierto
la mina antigua de mi poesía.






Epitalamio

Dios te ampare, mujer, inmaculada y triste como una flor que oliese a hojas caídas.

Universo, universo, universo, ave-niña, ilusión más ingenua, más ingenua aún, más ingenua que las cunas azules
cuando el sol clarea los pueblos fúnebres, melancólicos.

Tú que pastoreabas las palomas del lugar por cuatro reales...

Filosofando caminas sobre las tumbas del planeta-Winétt.

Reíste a los tres días de nacer, dulcemente de nacer, porque ya eras madre de lo creado y abuela de los muertos.

Paz, sonora canción nacida de un tajo hecho en la tierra, sin héroes o niños divinos antes de ayer.

Y manas sangre de árbol-árbol con olor a surcos llenos de simiente.

Contigo el pánico florece y las tristezas dan frutos dulces.

E iluminas el camino hacia el hombre distante.

Desengañada te crees y tus días son cuentos para niños.

He aquí que eres máquina de nieve encendida.

Andas por los caminos de la vida y la muerte con el ritmo enorme que fluyen cantando a ciegas los fenómenos,
cantando a ciegas los fenómenos, cantando a ciegas los fenómenos.

Yo conozco, siento que tus raíces cándidas horadaron mi estupor...

Atardeciendo, cuando el farol invernal del crepúsculo alumbra lo melancólico, el porvenir de las tumbas lluviosas
e irremediables, la cara absurda del vacío, entonces, yo estoy, querida, deshojándote hoja a hoja... hoja a hoja...

Ejemplo de mujer casada, niña de octubre y mariposa, mi corazón se está incendiando a tus pies.

El cataclismo universal de tu agonía me tronchará los huesos marchitos y sentiré que moriré llamándote.

Soy tuyo entero, encadéname con sollozos y alimenta con besos golosos al animal feroz que elegiste por amo.







La forma épica del engaño

El mundo no lo entiendo, soy yo mismo
las montañas, el mar, la agricultura,
pues mi intuición procrea un magnetismo
entre el paisaje y la literatura.

Los anchos ríos hondos en mi abismo,
al arrastrar pedazos de locura,
van por adentro del metabolismo,
como el veneno por la mordedura.

Relincha un potro en mi vocabulario,
y antiguas norias dan un son agrario,
como un novillo, a la imagen tallada.

Un gran lagar nacional hierve adentro,
y cuando busco lo inmenso lo encuentro
en la voz popular de tu mirada.







La idolatrada

Montaña de versos, brazada de sueños
ardiendo,
sobre mi sexo;
llaga de sol, llaga de miel, llaga de luz encima de las frutas clásicas,
incendio,
leña de pena...

Como camino polvoroso
de canciones,
como recuerdo polvoroso,
así
tu amor
embellece y alegra entristeciendo.

Viejo y negro pueblo de tórtolas crepusculares;
casa de los naranjos melancólicos
y las tejas lluviosas;
casona de herrumbre con gatos oblicuos y tristes;
con limoneros, solteronas y días domingos,
con villorrios y viajeros, con postinos de cansancio, con carretas de tonadas
en las vitrinas anacrónicas;
país de las provincias y los pianos ruinosos
bajo el poniente irremediable,
país de los sepulcros, los borrachos y las rutas de otoño,
yo.
y tú,
tú, pequeña, curiosa, morena, asomada en las ventanas...

Quiero la vida porque tú eres vida,
quiero la sombra porque tú eres sombra, mujer,
quiero la tierra porque tú eres tierra;
y tus besos como higos
como agua de fuentes rurales.
como uvas
llenas de mar, cantando desde las viñas cósmicas;
acepto la materia y la tristeza
porque tu carne es triste,
porque tu alma es triste
como la higuera de las parábolas.

Abierta
frente al universo
abierta,
eres cual una herida de la Tierra.
poblada de voces mundiales,
madura de goces fragantes...
¡palabras del siglo, muñeca con ojazos negros!...
panorama del hombre y del tiempo
cruzando mis huesos!...

Aventurero con espanto,
columpio mi gesto pirata,
como un fruto enorme y podrido,
entre la nada y la nada;
encima tú, como un beso en un mundo,
encima tú, temblando,
encima tú, como un canto en un muerto,
encima tú, como un nido en un árbol
estupendo,
paloma de las lindes últimas.

Eres clara como la muerte,
eres buena como la muerte
y profunda como la muerte;
dulce y triste como sol de invierno;
llena de nidos y frutos,
como un bosque inmenso o una humilde casa de campo:
arada por la maternidad,
los hijos te engrandecen como a la tierra el surco,
mujer, la idolatrada.
mujer, la idolatrada.

Hermana de la luna,
la pena,
la lluvia
y el destino de las cosas,
determinas el límite
de l0 absoluto y l0 infinito
con la rayita azul de tu existencia.

Embajadora de las golondrinas,
mujer, la idolatrada;
se enorgullece "Dios" de haberte hecho
y haberte mirado en los tiempos, haberte mirado en los mundos, haberte
mirado en los sueños
frente a la creación, adolorida;
bendita y amada
por
los siglos
de
los siglos...
¡coronada de pueblos y de niños!...

"Claridad" 1925







Niña de las historias melancólicas, niña...

Niña de las historias melancólicas, niña,
niña de las novelas, niña de las tonadas
tienes un gesto inmóvil de estampa de provincia
en el agua de otoño de la cara perdida
y en los serios cabellos goteados de dramas.
Estás sobre mi vida de piedra y hierro ardiente
como la eternidad encima de los muertos,
recuerdo que viniste y has existido siempre,
mujer, mi mujer mía, conjunto de mujeres,
toda la especie humana se lamenta en tus huesos.
Llenas la tierra entera, como un viento rodante,
y tus cabellos huelen a tonada oceánica,
naranjo de los pueblos terrosos y joviales,
tienes la soledad llena de soledades,
y tu corazón tiene la forma de una lágrima.
Semejante a un rebaño de nubes, arrastrando
la cola inmensa y turbia de lo desconocido,
tu alma enorme rebasa tus huesos y tus cantos,
y es lo mismo que un viento terrible y milenario
encadenado a una matita de suspiros.
Te pareces a esas cántaras populares,
tan graciosas y tan modestas de costumbres;
tu aristocracia inmóvil huele a yuyos rurales,
muchacha del país, florecida de velámenes,
y la greda morena, triste de aves azules.
Derivas de mineros y de conquistadores,
ancha y violenta gente llevó tu sangre extraña,
y tu abuelo, Domingo de Sánderson, fue un hombre;
yo los miro y los veo cruzando el horizonte
con tu actitud futura encima de la espalda.
Eres la permanencia de las cosas profundas
y la amada geográfica, llenando el Occidente;
tus labios y tus pechos son un panal de angustia,
y tu vientre maduro es un racimo de uvas
colgado del parrón colosal de la muerte.
Ay, amiga, mi amiga, tan amiga mi amiga,
cariñosa lo mismo que el pan del hombre pobre;
naciste tú llorando y sollozó la vida;
yo te comparo a una cadena de fatigas
hecha para amarrar estrellas en desorden.







Nocturno muy obscuro

La noche inmensa no resuena, estalla
como un bramido colosal, retumba
con un tremendo estruendo de batalla
que saliera de adentro de una tumba.

Fué un pedazo de espanto que restalla
o una convicción que se derrumba,
una doncella a quien violó un canalla
y una montura en una catacumba.

Calla con un lenguaje de volcanes,
como si un escuadrón de capitanes
galopara en caballos de basalto.

Porque el silencio es tan infinito
tan espantoso y grande como un grito
que cae degollado desde lo alto.






Poema sin nombre

Como una gran niebla ardida
desde todas las distancias emergiendo
o lo mismo que el horizonte...

Te recuerdo y vienen piando
las hojas marchitas del atardecer,
hermana, amiga, esposa,
a cantar la tonada del viaje y las guitarras
en las cruces lluviosas de mi padecimiento.

Llegas desde la orilla de las congojas sumas
con la cara trizada de eternidad y cantos.

Mis pájaros de alambre triste
se ahogan en tus crepúsculos,
y yo gimo mamando nieblas.

Voy como los perros mojados
a la siga de tu recuerd0,
sujetándome las palabras.

Desde tu ausencia está lloviendo, mi hijita;
las rotas lágrimas
extienden una gran cortina de pájaros agonizantes
encima de mi sueño enorme;
y desde la abertura de las noches caídas
cantan los gallos humosos...

(El invierno te llena de canciones amarillas) .

Sé que todos los barcos que emigran van a fondear en tu corazón,
que las golondrinas saludan con su bandera azul,
la melancolía morena de tus actitudes deshojadas y vagabundas,
y voy edificando canciones
a la manera que grandes ciudades extranjeras.

¡Quién degolló las gaviotas claras de la alegría
debajo de los ríos eternos?...
¿Quién canta desde el Poniente, la canción de todas las tristezas?
¿Quién enluta de llanto la enrojecida soledad,
alargándola en lo obscuro, obscuramente obscuro,
extendiéndola en lo amargo amargamente amargo
como una gran cama de sangre tronadora y crepuscular
o una gran manta violenta?...

¡Ay! querida, el tiempo se ha parado como un águila en tu memoria.

Tú das al Universo este color rodante
y este rumor violeta cruzado de cigarras;
la inmensa bruma aquella viene de tus sollozos;
siento que se ha trizado la curva de la tierra
al peso colosal de tu pie entristecido.

Los cantos dorados del tiempo, o por mejor decirlo, los mundos
llovidos del tiempo
tiritan amontonados encima de mi angustia,
y una gran paloma negra se suicida en las arboladuras del occidente.

La pena cuadrada,
el dolor animal y rotundo, la llagadura horrenda de sentirse
¡medio a medio de la circunferencia!...
parado
¡medio a medio de la circunferencia!

Niña-Winétt!...
Y tu actitud de pájaro haciendo con besos la puntería a mi corazón.

De "Nuevos rumbos" 1925







Poeta de provincia

Parezco un gran murciélago tremendo,
lengua del mundo a una edad remota,
con un balazo en la garganta, ardiendo
y rugiendo de horror la forma ignota.

Provincias de polillas en lo horrendo
que se desangra en lluvias gota a gota,
y es una trial frazada del estruendo
o un piano negro con la lengua rota.

Definitivamente masculino,
me he de encontrar con el puñal talquino
en el desván de las calles malditas.

Sólo contra la luna, dificulto
que haya un varón en los antiguos cultos
con un cacho de heridas más bonitas.








Retrato de mujer

Pequeña~pequeña y sutil, morenita como las esposas de "La Biblia" o los lirios
dilectos del Ganges, graciosa, melodiosa, misteriosa, llena de innumerables destinos augustos, egregios, y pálidas adivinaciones, humilde en su virtud, humilde y humilde, grandes los negros ojos negros, chiquito el pie, anda por las vías eternas acariciando los acontecimientos rientes, las desgracias que visten mortüorios lutos amarillos, el gesto fluvial de los llantos, el gesto fluvial de los llantos, la montaña, y el insecto maximalista, ácrata o filósofo, acariciando, acaparando la vida y los sepulcros con mimos de gatita joven.

En aquel montoncito de carnes sumisas, humanas, heróicas, florales, viajeras, canta el ilustre mar, la tierra orlada de trigales intermitentes o sonoros nidos, los cándidos cielos musicales, Dios, Satanás, el viejo instinto negro que sonríe a la nada desde los subterráneos del hombre y la materia.

Se parece a las banderas del pueblo: el modestísimo olor a gestos rurales, la religiosidad honrada y honesta que diluye su ateísmo profundo
como las aguas eternas de las tumbas, su ateísmo, lo ensimismado, lo virtuoso, l0 tranquilo de las diarias maneras exteriores, el sentido de la divinidad aureolando sus huesos a cada instante del a cada instante, tienen un no sé qué tan evangélico que evoca, ¡oh!. que evoca la leyenda del lugar...

Diríase que viene saliendo de la escuela, seriecita y juguetona, juguetona y seriecita, seriecita y juguetona, diríase que viene saliendo de la escuela con el hijo en los brazos precoces, pueriles... "nenito, peladito, chucurrutito", así le dice a la guagua de meses... él contesta sonriendo, sonriendo: "a... gu... u... u..." y los dos se conocen ha setenta mil años, por lo menos.

A orillas de los campos floridos, apostólicos, su actitud llena de árboles y agua se define ruidosamente; ¡qué alegres van los zapatitos blancos por el camino real atardeciendo!... La silueta maravillosa, fina y triste, fina, fina y triste, sus líneas intelectuales, imperial-ideales, dilectas, como de dulce y grave pastorcita ingenua que fuese princesa ignorándolo, ilustran el tema agrario, sacratísimo, cual una flor el frac del héroe; ella adaptó los últimos refinamientos a las yerbas honorables, burguesas, la elegancia del encaje albo sobre las túnicas crepusculares al fervor doloroso del grande poema de la agricultura.

Süave, süave, süavemente süave, ambula como ola sonámbula insinuando apenas su alma enorme, palpa las cosas, y las cosas vibran lo mismo que arpas naturales, pisa y el pie celeste roza los fenómenos cual una luz la cara de un difunto, sonríe y se ilumina el turbio-mundo, piensa, y entonces un olor a violetas claras inunda el universo, las figuras se hacen suavidad, los geométricos triángulos objetivos esconden las garras estridentes, oblicuas, y unas canciones blancas, como arpas blancas, juegan alegremente con los pájaros nuevos.

Mujercita al rojo es, mujercita al rojo; caldea el amor sus entrañas adolescentes, las menudas manos le arden, el sangriento clavel de los labios calcina los vagos suspiros innumerables, ondula el vientre como sementera, tiemblan los pechos cual floridas torres que se incendiasen al crepúsculo, las pupilas van agrandando y van horadando la tierra y florecen lágrimas y besos, florecen, florecen; dos verdes ojeras invaden su cuerpo anulándolo, borrándolo, eliminándolo y los pies, riendo al mar de libres cabellos anochecidos, fluctúan por el aire minúsculos, precisos, minúsculos de minúsculos...

Un gigante ritmo sobrenatural preside sus actos e imágenes; asombra lo equilibrado de su espíritu, práctico y romántico, romántico y práctico, artistísimo cantor de las pequeñas formas cuotidianas, y al que incendia los huesos el fatal ensueño fatal, la vieja ilusión que viene saliendo de los manicomios con la verdad en un trapito; ama lo lógico en las cosas, el inconmensurable absurdo local de las ideas y es prudente como las golondrinas, porque realiza lo heroico.





CANTO DEL MACHO ANCIANO 

Sentado a la sombra inmortal de un sepulcro, o enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera de palomas que se deshojan como congojas, escarbo los últimos atardeceres.

Como quien arroja un libro de botellas tristes a la Mar-Océano o una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los acantilados de la historia o acaso un pájaro muerto que gotea llanto, voy lanzando los peñascos inexorables del pretérito contra la muralla negra.

Y como ya todo es inútil, como los candados del infinito crujen en goznes mohosos, su actitud llena la tierra de lamentos.

Escucho el regimiento de esqueletos del gran crepúsculo, del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco de los enfurecidos ancianos, la trompeta acusatoria de la desgracia acumulada, el arriarse descomunal de todas las banderas, el ámbito terriblemente pálido de los fusilamientos, la angustia del soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas abiertas
del campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.

Hay lágrimas de hierro amontonadas, pero por adentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo personal, y catástrofes de ciudades que murieron y son polvo remoto, aullan.


Ha llegado la hora vestida de pánico en la cual todas las vidas carecen de sentido, carecen de destino, carecen de estilo y de espada, carecen de dirección, de voz, carecen de todo lo rojo y terrible de las empresas o las epopeyas o las vivencias ecuménicas, que justificarán la existencia como peligro y como suicidio; un mito enorme, equivocado, rupestre, de rumiante
fue el existir; y restan las chaquetas solas del ágape inexorable, las risas caídas y el arrepentimiento invernal de los excesos, en aquel entonces antiquísimo con rasgos de santo y de demonio, cuando yo era hermoso como un toro negro y tenía las mujeres que quería
y un revólver de hombre a la cintura.


Fallan las glándulas y el varón genital intimidado por el yo rabioso, se recoje a la medida del abatimiento o atardeciendo araña la perdida felicidad en los escombros; el amor nos agarró y nos estrujó como a limones desesperados, yo ando lamiendo su ternura,
pero ella se diluye en la eternidad, se confunde en la eternidad, se destruye en la eternidad y aunque existo porque batallo y "mi poesía es mi militancia",
todo lo eterno me rodea amenazándome y gritando desde la otra orilla.

Busco los musgos, las cosas usadas y estupefactas, lo postpretérito y difícil, arado de pasado e infinitamente de olvido,

polvoso y mohoso como las panoplias de antaño, como las familias de antaño, como las monedas de antaño, con el resplandor de los ataúdes enfurecidos,
el gigante relincho de los sombreros muertos, o aquello únicamente aquello
que se está cayendo en las formas,
el yo público, la figura atronadora del ser que se ahoga contradiciéndose.

Ahora la hembra domina, envenenada, y el vino se burla de nosotros como un cómplice de nosotros, emborrachándonos, cuando nos llevamos la copa a la boca dolorosa,
acorralándonos y aculatándonos contra nosotros mismos como mitos.

Estamos muy cansados de escribir universos sobre universos y la inmortalidad que otrora tanto amaba el corazón adolescente, se arrastra
como una pobre puta envejeciendo;
sabemos que podemos escalar todas las montañas de la literatura como en la juventud heroica, que nos aguanta el ánimo
el coraje suicida de los temerarios, y sin embargo yo,
definitivamente viudo, definitivamente solo, definitivamente viejo, y apuñalado de padecimientos, ejecutando la hazaña desesperada de sobrepujarme,
el autoretrato de todo lo heroico de la sociedad y la naturaleza me abruma;
¿qué les sucede a los ancianos con su propia ex-combatiente sombra?
se confunden con ella ardiendo y son fuego rugiendo sueño de sombra hecho de sombra,
lo sombrío definitivo y un ataúd que anda llorando sombra sobre sombra.

Viviendo del recuerdo, amamantándome del recuerdo, el recuerdo me envuelve y al retornar a la gran soledad de la adolescencia,

padre y abuelo, padre de innumerables familias,
rasguño los rescoldos, y la ceniza helada agranda la desesperación
en la que todos están muertos entre muertos,
y la más amada de las mujeres, retumba en la tumba de truenos y héroes
labrada con palancas universales o como bramando.


¿En qué bosques de fusiles nos enconderemos de aquestos pellejos ardiendo?
porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, lo quisimos todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos,
las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego;
y ahora como se desciende terriblemente de lo cuotidiano a lo infinito, ataúd por ataúd,
desbarrancándonos como peñascos o como caballos mundo abajo,
vamos con extraños, paso a paso y tranco a tranco midiendo el derrumbamiento general,
calculándolo, a la sordina,
y de ahí entonces la prudencia que es la derrota de la ancianidad; vacías restan las botellas,
gastados los zapatos y desaparecidos los amigos más queridos, nuestro viejo tiempo, la época y tú, Winétt, colosal e inexorable.

Todas las cosas van siguiendo mis pisadas, ladrando desesperadamente,
como un acompañamiento fúnebre, mordiendo el siniestro funeral del
mundo, como el entierro nacional de las edades, y yo voy muerto andando.


Infinitamente cansado, desengañado, errado, con la sensación categórica de haberme equivocado en lo ejecutado o desperdiciado o abandonado o atropellado al avatar del destino 
en la inutilidad de existir y su gran carrera despedazada; comprendo y admiro a los líderes,
pero soy el coordinador de la angustia del universo, el suicida que
apostó su destino a la baraja de la expresionalidad y lo ganó perdiendo el derecho a perderlo, el hombre que rompe su época y arrasándola, le da categoría y régimen,
pero queda hecho pedazos y a la expectativa; rompiente de jubilaciones, ariete y símbolo de piedra, anhelo ya la antigua plaza de provincia
y la discusión con los pájaros, el vagabundaje y la retreta apolillada en los extramuros.

Está lloviendo, está lloviendo, está lloviendo, ¡ojalá siempre esté lloviendo, esté lloviendo siempre y el vendaval desenfrenado que yo soy íntegro, se asocie a la personalidad popular del huracán!


A la manera de la estación de ferrocarriles, mi situación está poblada de adioses y de ausencia, una gran lágrima enfurecida
derrama tiempo con sueños y águilas tristes;
cae la tarde en la literatura y no hicimos lo que pudimos,
cuando hicimos lo que quisimos con nuestro pellejo.


El aventurero de los océanos deshabitados, el descubridor, el conquistador, el gobernador de naciones y el fundador de ciudades tentaculares, como un gran capitán frustrado,
rememorando lo soñado como errado y vil o trocando en el escarnio
celestial del vocabulario espadas por poemas, entregó la cuchilla rota del canto al soñador que arrastraría adentro del pecho universal muerto, el
cadáver de un conductor de pueblos, con su bastón de mariscal tronchado y echando llamas.

El "borracho, bestial, lascivo e iconoclasta" como el cíclope de Eurípides,
queriendo y muriendo de amor, arrasándola
a la amada en temporal de besos, es ya nada ahora más que un león herido y mordido de cóndores.


Caduco en "la República asesinada"
y como el dolor nacional es mío, el dolor popular me horada la palabra, desgarrándome,
como si todos los niños hambrientos de Chile fueran mis parientes;
el trágico y el dionisíaco naufragan en este enorme atado de lujuria en angustia, y la acometida agonal
se estrella la cabeza en las murallas enarboladas de sol caído,
trompetas botadas, botellas quebradas, banderas ajadas, ensangrentadas por el martirio del trabajo mal pagado;
escucho la muerte roncando por debajo del mundo
a la manera de las culebras, a la manera de las escopetas apuntándonos a la cabeza, a la manera de Dios, que no existió nunca.


Hueso de estatua gritando en antiguos panteones, amarillo y aterido como crucifijo de prostituta,
llorando estoy, botado, con el badajo de la campana del corazón hecho pedazos,
entre cabezas destronadas, trompetas enlutadas y cataclismos, como carreta de ajusticiamiento, como espada de batallas perdidas en montañas, desiertos y desfiladeros, como zapato loco.


Anduve todos los caminos preguntando por el camino, e intuyó mi estupor que una sola ruta, la muerte adentro de la muerte edificaba su ámbito adentro de la muerte, reintegrándose en oleaje oscuro a su epicentro; he llegado adonde partiera, cansado y sudando sangre como el Jesucristo de los olivos, yo que soy su enemigo;

y sé perfectamente que no va a retornar ninguno
de los actos pasados o antepasados, que son el recuerdo de un recuerdo como lloviendo años difuntos del agonizante ciclópeo,
porque yo siendo el mismo soy distinto, soy lo distinto mismo y lo mismo distinto;
todo lo mío ya es irreparable;
y la gran euforia alcohólica en la cual naufragaría el varón conyugal
de entonces, conmemorando los desbordamientos felices,
es hoy por hoy un vino terrible despedazando las vasijas o clavo ardiendo.


Tal como esos molos muertos del atardecer, los deseos y la ambición catastrófica, están rumiando verdad deshecha y humo en los sepulcros de los estupendos panteones extranjeros, que son ríos malditos a la orilla del mar de ceniza que llora abriendo su boca de tromba.


El garañón desenfrenado y atrabiliario, cuyos altos y anchos veinte años meaban las plazas públicas del mundo,
dueño del sexo de las doncellas más hermosas y de los lazos trenzados de doce corriones,da la lástima humillatoria del cazador de leones decrépito y dramático, al cual la tormenta de las pasiones acumuladas como culebras en un torreón hundido, lo azota;
me repugna la sexualidad pornográfica, y el cadáver de Pan enamorado de la niña morena;
pero el viejo es de intuición y ensoñación e imaginación cínica como el niño o el gran poeta a caballo en el espanto,
tremendamente amoral y desesperado, y como es todo un hombre a esas alturas, anda
levantándoles las polleras a las hembras chilenas e internacionales y cayendo de derrota en derrota en la batalla entre los hechos y los sueños;
es mentira la ancianidad agropecuaria y de égloga, porque el anciano
se está vengando, cuando el anciano se está creando su pirámide;
como aquellos vinos añejos, con alcohol reconcentrado en sus errores y ecos de esos que rugen como sables o como calles llenas de suburbio,
desgarraríamos los toneles si pudiese la dinamita adolorida del espíritu arrasar su condensación épica, y sol caído, su concentración trágica,
pero los abuelos sonríen en equivalente frustrados, no porque son gangochos enmohecidos, sino rol marchito, pero con fuego adentro del ánimo.


Sabemos que tenemos el coraje de los asesinados y los crucificados por ideas,
la dignidad antigua y categórica de los guerreros de religión,
pero los huesos síquicos Saquean, el espanto cruje de doliente y se caen
de bruces los ríñones, los pulmones, los cojones de las
médulas categóricas.


Agarrándonos a la tabla de salvación de la poesía, que es una gran máquina negra,
somos los santos cara jos y desocupados de aquella irreligiosidad horrenda que da vergüenza porque desapareció cuando desapareció el último "dios" de la tierra,
y la nacionalidad de la personalidad ilustre, se pudre de eminente y de formidable como divino oro judío;
todo lo miramos en pasado, y el pasado, el pasado, el pasado es el porvenir de los desengañados y los túmulos;
yo, en este instante, soy como un navio
que avanza mar afuera con todo lo remoto en las bodegas
y acordeones de navegaciones;
querríamos arañar la eternidad y a patadas, abofeteándola, agujerear
su acerbo y colosal acero; olorosos a tinajas y a tonelería o a la esposa fiel, a lágrima deshabitada, a lo chileno postpretérito o como ruinoso y relampagueante, nuestros viejos sueños de antaño ya hogaño son delirio, nuestros viejos sueños de antaño, son llanto usado y candelabros de espantajos, valores de orden y categorías sin vivencias.

Envejeciendo con nosotros, la época en desintegración entra en coma, entra en sombra, entra toda
la gran tiniebla de quien rodase periclitando, pero por adentro le sacamos los nuevos estilos contra los viejos estilos arrastrándolos del infierno de los cabellos
restableciendo lo inaudito de la juventud, el ser rebelde, insurgente, silvestre e iconoclasta.

La idolatrábamos, e idolatrándola, nos revolcábamos
en la clandestinidad de la mujer ajena y retornábamos como sudando lo humano, chorreando lo humano, llorando lo humano, o despavoridos
o acaso más humanos que lo más humano entre lo más humano, más bestias humanas, más error, más dolor, más terror,
porque el hombre es precisamente aquello, lo que deviene sublimidad en la gran caída, flor de victorias-derrotas llamando, gritando, llorando por lo desaparecido, como grandes, tremendos mares-océanos degollándose en oleajes,
criatura de aventura contra el destino, voz de los naufragios en los naufragios resplandeciendo, estrella de tinieblas,
ahora no caemos porque no podemos y como no caemos, a la misma altura, morimos, porque el cuero del cuerpo, como los viejos veleros, se prueba en la tormenta;
del dolor del error salió la poesía, del dolor del error
y el hombre enorme, contradictorio, aforme, acumulado, el hombre es el eslabón perdido de una gran cadena de miserias, el hombre expoliado y azotado por el hombre,
y hoy devuelvo a la especie la angustia individual;
adentro del corazón ardiendo nosotros la amamantamos con fracasos que son batallas completamente ganadas en literatura, contra la literatura; la amamos y la amábamos con todo lo hondo del espíritu,
furiosos con nosotros, hipnotizados, horrorizados, idiotizados, con el
ser montañés que eramos, agrario-oceánicos de Chile, ahora es ceniza,
ceniza y convicción materialista, ceniza y desesperación helada, lo trágico enigmático, paloma del mundo e historia del mundo, y aquella belleza inmensa e idolatrada, Luisa Anabalón, entrañas.


Ruge la muerte con la cabeza ensangrentada y sonríe pateándonos, y yo estoy solo, terriblemente solo, medio a medio de la multitud que amo y canto, solo y funeral como en la adolescencia, solo, solo entre los grandes murallones de las provincias despavoridas,
solo y vacío, solo y oscuro, solo y remoto, solo y extraño, solo y tremendo,
enfrentándome a la certidumbre de hundirme para siempre en las
tinieblas sin haberla inmortalizado con barro llorado, y extraño como un lobo de mar en las lagunas.


Los años náufragos escarban, arañan, espantan son demoníacos y ardientes como serpientes de azufre, porque son besos rugiendo, pueblos blandiendo la contradicción, gestos mordiendo,
el pan candeal quemado del presente, esta cosa hueca y siniestra de
saberse derrumbándose, cayendo al abismo abierto por nosotros mismos, adentro de nosotros
mismos, con nosotros mismos que nos fuimos cavando y alimentando de visceras.


Así se está rígido, en círculo, como en un ataúd redondo y como de ida y vuelta, aserruchando sombra, hachando sombra, apuñalando sombra, viajando en un tren desorbitado y amargo que anda tronchado en
tres mitades y llora inmóvil, sin itinerario ni línea, ni conductor, ni brújula, y es como si todo se hubiese cortado la lengua entera con un pedazo
de andrajo.

Muertas las personas, las costumbres, las palabras, las ciudades en las que todas las murallas están caídas, como guitarras de desolación, y las hojas profundas, yertas, yo ando tronando, desorientado, y en gran cantidad melancólicamente uncido a antiguas cosas arcaicas que periclitaron, a maneras
de ser que son yerbajos o lagartos de ruinas,
y me parece que las vías públicas son versos añejos y traicionados o cirios llovidos;
la emotividad épica se desgarra universalmente
en el asesinato general del mundo, planificado por los verdugos de los pueblos, a la espalda de los pueblos entre las grandes alcantarillas de dólares,
o cuando miramos al mistificador, ahito de banquetes episcopales
hartarse de condecoraciones y dinero con pelos, hincharse y doparse enmascarándose en una gran causa humana y refocilándose como un gran demonio y un gran podrido y un gran engendro de Judas condecorado
de bienestar burgués sobre el hambre gigante de las masas, relajándolas y humillándolas.

Encima de bancos de palo que resuenan como tabernas, como mítines, como iglesias
o como sepulcros, como acordeones de ladrones de mar en las oceanías de las cárceles o como átomos en desintegración,
sentados los ancianos me aguardan desde cinco siglos hace con los brazos cruzados a la espalda,
a la espalda de las montañas huracanadas que les golpean los testículos, arrojándolos a la sensualidad de la ancianidad, que es terrible, arrojándolos

a patadas de los hogares y de las ciudades, porque estos viejos lesos
son todos trágicos, arrojándolos, como guiñapos o pingajos, a la nada quebrada de los
apátridas a los que nadie quiere porque nadie teme.

Entiendo el infierno universal, y como no estoy viviendo en el techo del cielo, me ofende personalmente la agresión arcangélica de la Iglesia y del Estado, el "nido de ratas", y la clínica metafísica de "el arte por el arte", la puñalada oscuramente aceitada de flor y la cuchillada con serrucho
de los contemporáneos, que son panteón de arañas, el ojo de lobo del culebrón literario, todo amarillo, elaborando con desacatos la bomba cargada de versiones horizontales,
la manzana y la naranja envenenadas; contemplo los incendios lamiendo los penachos muertos, apuñalada la montaña en el estómago y el torreón de los extranjeros derrumbándose,
veo como fuegos de gas formeno, veo como vientos huracanados los fenómenos,
y desde adentro de las tinieblas a las que voy entrando por un portalón con intuición de desesperación y costillares de ataúdes,
la antigua vida se me revuelve en las entrañas.

La miseria social me ofende personalmente, y al resonar en mi corazón las altas y anchas masas humanas, las altas
y anchas masas de hoy, como una gran tormenta me va cruzando, apenas soy yo mismo íntegro porque soy mundo humano, soy el retrato bestial de la sociedad partida en clases, y hoy por hoy trabajo mi estilo arando los descalabros.

Las batallas ganadas son heridas marchitas, pétalos de una gran rosa sangrienta,
por lo tanto combato de acuerdo con mi condición de insurgente, dando al pueblo voz y estilo, 
sabiendo que perderé la guerra eterna,
que como el todo me acosa y soy uno entero, mientras más persona
del cosmos asuma, será más integral la última ruina;
parece que encienden lámparas en otro siglo del siglo, en otro
mundo del mundo ya caído, el olvido
echa violetas muertas en las tumbas y todo lo oscuro
se reúne en torno a mi sombra,
mi sombra, mi sombra a edad remota comparable o a batea de aldea
en la montaña, y el porvenir es un sable de sangre.

No atardeciendo paz, sino el sino furioso de los crepúsculos guillotinados, la batalla campal de los agonizantes, y la guerra oscura del sol contra sí mismo, la matanza que ejecuta la naturaleza inmortal y asesina, como comadrona de fusilamientos.

Esculpí el mito del mundo en las metáforas, la imagen de los explotados y los azotados de mi época y di vocabulario
al ser corriente sometido al infinito,
multitudes y muchedumbres al reflejar mi voz su poesía, la poesía se sublimó en expresión de todos los pueblos,
el anónimo y el decrépito y el expósito hablaron su lengua
y emergió desde las bases la mitología general de Chile y el dolor colonial enarbolando su ametralladora;
militante del lenguaje nuevo, contra el lenguaje viejo enfilo mi caballo;
ahora las formas épicas que entraron en conflicto con los monstruos
usados como zapatos de tiburón muerto, o dieron batalla a los sirvientes de los verdugos de los sirvientes, transforman las derrotas en victorias, que son derrotas victoriosas y son victorias derrotosas, el palo de llanto del fracaso en una rosa negra,pero yo estoy ansioso a la ribera del suceder dialéctico, que es instantáneamente pretérito,
sollozando entre vinos viejos, otoños viejos, ritos viejos de las viejas maletas de la apostasía universal, protestando y pateando,
y el pabellón de la juventud resplandece de huracanes
despedazados, su canción vecinal y trágica como aquella paloma enferma, como un puñal de león enfurecido, como una sepultura viuda
o un antiguo difunto herido que se pusiera a llorar a gritos.


Ya no se trilla a yegua ni se traduce a Heráclito, y Demócrito es desconocido del gran artista, nadie ahora lee a Teognis de Megara, ni topea en la ramada coral, amamantado con la guañaca rural de la República,
el subterráneo familiar es la sub-conciencia o la in-conciencia que alumbran pálidas o negras lámparas,
y todos los viajeros de la edad estamos como acuchillados y andamos como ensangrentados de fantasmas y catástrofes,
quemados, chorreados, apaleados del barro con llanto de la vida,
con la muleta de la soledad huracanando las veredas y las escuelas.


Avanza el temporal de los reumatismos y las arterias endurecidas son látigos que azotan el musgoso y mohoso y lúgubre
caminar del sesentón, su cara de cadáver apaleado, porque se van haciendo los viejos piedras de sepulcros, tumba y respetuosidad, es decir: la hoja caída y la lástima,
el sexo del muerto que está boca-arriba adentro de la tierra, como vasija definitivamente vacía.


Como si fuera otro volveré a las aldeas de la adolescencia, y besaré la huella difunta de su pie florido y divino como el vuelo de
un picaflor o un prendedor de brillantes, pero su cintura de espiga melancólica ya no estará en mis brazos.

No bajando, sino subiendo al final secular, gravita la senectud despavorida,
son los dientes caídos como antiguos acantilados a la orilla del mar
innumerable que deviene un panteón ardiendo, la calavera erosionada y la pelambrera
como de choclo abandonado en las muertas bodegas, esas están heladas y telarañosas en las que el tiempo aulla como perro solo, y el velámen de los barcos sonando a antaño está botado en las alcantarillas del gusano;
es inútil ensillar la cabalgadura
de otrora, y galopar por el camino real llorando y corcoveando con
caballo y todo o disparar un grito de revólver,
los aperos crujen porque sufren como el costillar del jinete que no es la bestia chilena y desenfrenada
con mujeres sentadas al anca, estremeciendo los potreros de sus capitanías.

La gran quimera de la vida humana como un lobo crucificado o aquella dulce estrella a la cual mataran todos los hijos
yace como yacen yaciendo los muertos adentro del universo.

"Caín, Caín, ¿qué hiciste de tu hermano?",
dice el héroe de la senectud cavando con ensangrentado estupor su sepulcro, la historia
le patea la cabeza como una vaca rubia derrumbándolo barranca abajo,
pero es leyenda él, categoría, sueño del viento acariciando los naranjos atrabiliarios de su juventud,
don melancólico, y la última cana del alma
se le derrama como la última hoja del álamo o la última gota de luz estremeciendo los desiertos.

Parten los trenes del destino, sin sentido, como navios de fantasmas.

Los victoriosos están muertos, los derrotados están muertos, cuando la ancianidad apunta la escopeta negra, estupenda, en los órganos desesperados como caballo de soldado desertor, todos, no nosotros en lo agonal agonizantes, todos están agonizando, todos pero el agonizante soy yo, yo soy el agonizante entre batallas, entre congojas, entre banderas y fusiles, solo, completamente solo, y lúgubre, sin editor, plagiado y abandonado en el abismo, peleando con escombros azotados,
peleando con el pretérito, por el pretérito, adentro del pretérito, en
pretericiones horribles, peleando con el futuro, completamente desnudo hasta la cintura, peleando y peleando con todos vosotros, por la grandeza y la certeza de la pelea,
peleando y contra-peleando a la siga maldita de la inmortalidad ajusticiada.


Entre colchones que ladran y buques náufragos con dentadura de prostitutas enfurecidas o sapos borrachos, ladrones y cabrones empapelados con pedazos de escarnio, agarrándose a una muralla por la cual se arrastran enormes arañas con ojo viscoso o hermafroditas con cierto talento de caracol haciendo un arte mínimo con pedacitos de atardecer amarillo, nos batimos a espada con el oficio del estilo,
cuando en los andamios de los transatlánticos como pequeños simios con chaleco despavorido, juegan a la ruleta los grandes poetas de ahora.


Cien puñales de mar me apuñalaron y la patada estrangulada
de lo imponderable, fue la ley provincial del hombre pobre que se
opone al pobre hombre y es maldito, vi morir, refluir a la materia enloquecida, llorando a la más amada de las mujeres, tronchado, funerario, estupefacto,
mordido de abismos, baleado y pateado por los fusileros del horror, y en tales instantes espero los acerbos días de la calavera que adviene cruzando los relámpagos con la cuchilla entre los dientes.


Voy a estallar adentro del sepulcro suicidándome en cadáver.


Como si rugiera desde todo lo hondo de los departamentos y las provincias
de pétalos y jergones de aldea o mediaguas
descomunales, o por debajo de los barrios sobados como látigos de triste jinete, embadurnados con estiércol de ánimas
o siúticos ajusticiados, con sinuosidades y bellaquerías de una gran mala persona,
acomodado a las penumbras y las culebras, clínico, el complejo de inferioridad y resentimiento
se asoma roncando en las amistosidades añejas,
con el gran puñal-amistad chorreado de vino, chorreado de adulaciones, chorreado de sebo comunal,
y al agarrar la misericordia, y azotar con afecto al fantasma,
sonríe el diente de oro de la envidia, la joroba social, lo inhibidísimo, la discordia total, subterránea, en la problemática del fracasado,
escupiéndonos los zapatos abandonados en las heroicas bravuras antiguas.


Todos los ofidios hacen los estilos disminuidos de las alcobas e invaden la basura de la literatura, de la literatura universal, que es la pequeña cabeza tremenda del jíbaro de la época, agarrándose del cogote del mundo, agarrándose de los calzoncillos de "Dios", agarrándose de los estropajos del sol, de la literatura del éxito,
el aguardiente pálido y pornográfico de los académicos o formalistas
u onanistas o figuristas o asesinos descabezados o pervertidos
sexuales con el vientre rugiente como una catedral o una diagonal entre Sodoma y Gomorra, la cama de baba con las orejas negras como un huevo de difunto
o un veneno letal administrado por carajos eclesiásticos,
y el Arte Grande y Popular les araña la guata de murciélagos del infierno con fierros ardiendo, el abdomen
de rana o de ramera para el día domingo.

Aquestas personas horrendas, revolcándose en el pantano de los desclazados del idealismo o masturbándose o suicidándose a patadas ellos contra ellos, mientras el denominador común humano total se muere de hambre en las cavernas de la civilización, y "la cultura capitalista" desgarra a dentelladas la desgracia de la infancia proletaria con
el Imperialismo, o la tuberculosis es una gran señora que se divierte fotografiando los moribundos estimulándose las hormonas con la caridad sádico-metafísica, especie
de brebaje de degolladores, y la clase rectora, tan idiota como habilísima e imbécil, nos alarga un litro de vino envenenado o un gobierno de carabinas...

Medio a medio de este billete con heliotropos agusanados o demagogos de material plástico o borrachos anti-dionisíacos simoníacos o demoníacos, nuestra heroicidad vieja de labriegos
se afirma en los estribos huracanados y afila la cuchilla, pero pelea
con la propia, terrible sombra enfrentándose al cosmopolita
desde todo lo hondo de la nacionalidad a la universalidad lanzada y estrujándose el corazón, se extrae el lenguaje.

La soledad heroica nos confronta con la ametralladora y el ajenjo del inadaptado y nos enfrenta a la bohemia del piojo sublime del romanticismo, entonces, o ejecutamos como ejecutamos, la faena de la creación oscura y definitiva en el anonimato universal arrinconándonos, o caemos de rodillas en el éxito por el éxito, aclamados y coronados por picaros y escandalosos, vivientes y sirvientes del banquete civil, acomodados a la naipada, comedores en panteones de panoplias y botellas metafísicas, porque el hombre ama la belleza y la mujer retratándolas y retratándose como proceso y como complejo, en ese vórtice que sublima lo cuotidiano en lo infinito.


Completamente ahitos como queridos de antiguos monarcas más o menos pelados, desintegrados y rabones,
caminan por encima de la realidad gesticulando,
creyendo que el sueño es el hecho, que disminuyendo se logran síntesis y categorías, que la manea es la grandeza
y aplaudidos por enemigos nos insultan,
como cadáveres de certámenes enloquecidos que se pusiesen de pie de repente, rajando los pesados gangochos en los que estaban forrados y amortajados a la manera de antaño,
llorando y pataleando, gritando y pataleando en mares de sangre inexorable,
dopados con salarios robados en expoliaciones milenarias y cavernarias ejecuciones de cómplices.

El aullido general de la miseria imperialista da la tónica a mi rebelión, escribo con cuchillo y pólvora, a la sombra de las pataguas de Curicó, anchas como vacas, los padecimientos de mi corazón y del corazón de mi pueblo, adentro del pueblo y los pueblos del mundo y el relincho de los caballos desensillados o las bestias chucaras.


Y como yo ando buscando los pasos perdidos de lo que no existió nunca,
o el origen del hombre en el vocabulario, la raíz animal de la Belleza

con estupor y errores labrada, y la tónica de las altas y anchas muchedumbres en las altas y anchas multitudes del país secular de Chile,
el ser heroico está rugiendo en nuestra épica nueva, condicionado por el espanto nacional del contenido;
como seguramente lloro durmiendo a lágrimas piramidales que estallan, las escrituras que son sueño sujeto a una cadena inexorable e imagen que nadie deshace ni comprendió jamás, arrastran las napas de sangre
que corren por debajo de la Humanidad y al autodegollarse en el lenguaje, organizándolo, el lenguaje mío
me supera, y mi cabeza es un montón de escombros que se incendian, una guitarra muerta, una gran casa de dolor abandonada;
el junio o julio helado me abrigan de sollozos
y aunque estos viejos huesos de acero vegetal se oponen a la invasión de la nada que avanza con su matraca espeluznante,
comprendo que transformo fuerzas por aniquilamiento y devengo otro suceso en la naturaleza.

Oh! antiguo esplendor perdido entre monedas y maletas de cementerio, oh! pathos clásico, oh! atrabiliario corazón enamorado de una gran bandera despedazada, la desgracia total, definitiva está acechándonos con su bandeja de cabezas degolladas en el desfiladero.

Retornan los vacunos del crepúsculo tranco a tranco, a los establos lugareños, con heno tremendo, porque los asesinarán
a la madrugada, y rumiando se creen felices al aguardar la caricia de la cuchilla, el hombre, como el toro o como el lobo se derrumba en su lecho que
es acaso su sepulcro, contento como jumento de panadería.

Si todos los muertos se alzasen de adentro de todos los viejos, entre matanzas y campanas,se embanderaría de luz negra la tierra, e iría
como un ataúd cruzando lo oceánico con las alas quebradas de las arboladuras.


A la agonía de la burguesía, le corresponde esta gran protesta social de la poesía revolucionaria, y los ímpetus dionisíacos tronchados o como bramando por la victoria universal del comunismo,
o relampagueando a la manera de una gran espada o cantando como el pan en la casa modesta
emergen de la sociedad en desintegración que reflejo
en acusaciones públicas, levantadas como barricadas en las encrucijadas del arte;
mis poemas son banderas y ametralladoras,
salen del hambre nacional hacia la entraña de la explotación humana, y como rebota en Latinoamérica
el impacto mundial de la infinita energía socialista que asoma en las
auroras del proletariado rugiente, saludo desde adentro del anocheciendo la calandria madrugadora; y aunque me atore de adioses que son espigas y vendimias de otoños
muy maduros,
el levantamiento general de las colonias, los azotados y los fusilados de la tierra encima del ocaso de los explotadores y la caída de la esclavitud contra los propios escombros de sus verdugos,
una gran euforia auroral satura mis padecimientos
y resuena la trompeta de la victoria en los quillayes y los maitenes del sol licantenino.


Parezco un general caído en las trincheras, ajusticiado y sin embargo acometedor en grande coraje: capaz de matar por la libertad o la justicia, dolorido y convencido de todo lo heroico del Arte Grande, bañando de recuerdos tu sepulcro que se parece a una inmensa religión atea,

a plena conciencia de la inutilidad de todos los lamentos, porque ya queda apenas de la divina, peregrina, grecolatina flor, la voz de las generaciones.

Indiscutiblemente soy pueblo ardiendo, entraña de roto y de huaso, y la masa humana me duele, me arde, me ruge
en la médula envejecida como montura de inquilino del Mataquito, por eso comprendo al proletariado no como pingajo de oportunidades bárbaras,
sino como hijo y padre de esa gran fuerza concreta de todos los pueblos,
que empuja la historia con sudor heroico y terrible sacando del arcano universal la felicidad del hombre, sacando del andrajo espigas y panales.


Los demonios enfurecidos con un pedazo de escopeta en el hocico, o el antiguo y eximio caimán de terror desensillándose, revolcándose, refocilándose, entre escobas de fuego y muelas de piedra y auroras de hierro gasificado piden que me fusilen,
y mis plagiarios que me ahorquen con un sapo de santo en el cogote.


Luchando con endriagos y profetas emboscados en grandes verdades, con mártires de títeres hechos con zapatos viejos
en material peligrosísimo y de pólvora, usados por debajo del cinturón reglamentario,
enfermó mi estupor cordillerano de civilización urbana;
en tristes, terribles sucesos, no siembro trigo como los abuelos,
siembro gritos de rebelión en los pueblos hambrientos,
la hospitalidad provincial empina la calabaza y nos emborrachamos
como dioses que devienen pobres, se convierten en atardeceres públicos y echan la pena afuera dramáticamente, caballos de antaño,
y emerge el jinete de la épica social americana todo creando solo; recuerdo al amigo Rabelais y al compadre
Miguel de Cervantes, tomando mi cacho labrado en los mesones de las tabernas antiquísimas, las bodegas y las chinganas flor de invierno, y agarro
de la solapa de la chaqueta a la retórico-poética del siútico edificado con escupitajos de cadáver,
comparto con proletarios, con marineros, con empleados, con campesinos de "3a clase", mi causeo y mi botella,
bebo con arrieros y desprecio a la intelectualidad podrida.



A la aldea departamental llegaron los desaforados, y un sigilo de alpargatas se agarró del caserón de los tatarabuelos,
entre las monturas y las coyundas sacratísimas del polvoso antepasado remoto,
la culebra en muletas del clandestina je habita,
el tinterillo y el asesino legal hacen sonar sus bastones de ladrones y de camaleones de la gran chancleta
y la mala persona arrojó a las mandíbulas del can aventurero
la heredad desgarradoramente familiar de las montañas de Licantén y las vegas nativas de los costinos en donde impera la lenteja real de Jacob y Esaú y la pregunta blanca de la gaviota.



Como billete sucio en los bolsillos del pantalón del alma el tiempo inútil va dejando su borra de toneles desocupados, y echando claveles de acaeceres marchitos a la laguna de la amargura; buscamos lo rancio en las despensas y en la tristeza: el queso viviendo muerto en los múltiplos de las oxidaciones que estallan como palancas, las canciones arcaicas y la penicilina de los hongos remotos, con sombrero de catástrofes.

El nombre rugiente va botado, encadenado, ardiendo como revólver rojo a la cintura del olvido, como ramo de llanto, como hueso de viento, como saco de cantos o consigna ineluctable,
como biblioteca sin bibliotecario, como gran botella
oceánica, como bandera de quijadas de oro, y dicen las gentes por debajo del poncho:
"renovó con "Los Gemidos" la literatura castellana",
como quien hablara de un muerto ilustre a la orilla del mar desapa¬recido.


Contra la garra bárbara de Yanquilandia que origina la poesía del colonialismo en los esclavos y los cipayos ensangrentados, contra la guerra, contra la bestia imperial, yo levanto
el realismo popular constructivo, la epopeya embanderada de dolor insular, heroica y remota en las generaciones,
sirvo al pueblo en poemas y si mis cantos son amargos y acumulados de horrores ácidos y trágicos o atrabiliarios como océanos en libertad,
yo doy la forma épica al pantano de sangre caliente clamando por debajo en los temarios americanos;
la caída fatal de los imperios económicos refleja en mí su panfleto de cuatrero vil, yo lo escupo transformándolo en imprecación y en acusación poética, que emplaza las masas en la batalla por la liberación humana, y tallando
el escarnio bestial del imperialismo
lo arrojo a la cara de la canalla explotadora, a la cara de la oligarquía mundial, a la cara de la aristocracia feudal de la República
y de los poetas encadenados con hocico de rufianes intelectuales; gente de fuerte envergadura, opongo la bayoneta de la insurgencia
colonial a la retórica capitalista, el canto del macho anciano, popular y autocrítico tanto al masturbador artepurista, como al embaucador populachista,

que entretiene a las muchedumbres y frena las masas obreras,
y al anunciar la sociedad nueva, al poema enrojecido de dolor nacional, le emergen por adentro de las rojas pólvoras, grandes guitarras dulces, y la sandía colosal de la alegría


No ingresaremos al huracán de silencio con huesos de las jubilaciones públicas, a conquistar criadas y a calumniar los
polvorosos ámbitos jamás, el corazón sabrá rajarse en el instante preciso y definitivo como la castaña muy madura haciendo retumbar los extramuros, haciendo rodar, bramando, llorar la tierra inmensa de las sepulturas


Si no fui más que un gran poeta con los brazos quebrados
y el acordeón del Emperador de los aventureros o el espanto del mar me llamaban al alma,
soy un guerrero del estilo como destino, apenas,
un soñador acongojado de haber soñado y estar soñando, un "expósito" y un "apátrida"
de mi época, y el arrepentimiento
de lo que no hicimos, corazón, nos taladra las entrañas
como polilla del espíritu, aserruchándonos. 

A la luz secular de una niña muerta, madre de hombres y mujeres, voy andando y agonizando.


El cadáver del sol y mi cadáver con la materia horriblemente eterna, me azotan la cara desde todo, lo
hondo de los siglos, y escucho aquí, llorando, así, la espantosa clarinada migratoria.

No fui dueño de fundo, ni marino, ni atorrante, ni contrabandista o arriero cordillerano, mi voluntad no tuvo caballos ni mujeres en la edad madura y a mi amor lo arrasó la muerte azotándolo con su aldabón tronchado, despedazado e inútil y su huracán oliendo a manzana asesinada.


Contemplándome o estrellándome en todos los espejos rotos de la nada, polvoso y ultrarremoto desde el origen.


El callejón de los ancianos muere donde mueren las últimas águilas...


Soy el abuelo y tú una inmensa sombra, el gran lenguaje de imágenes inexorables, nacional-internacional, inaudito
y extraído del subterráneo universal, engendra
la calumnia, la difamación, la mentira, rodeándome de chacales ensangrentados que me golpean la espalda,
y cuando yo hablo ofendo el rencor anormal del pequeño;
he llegado a esa altura irreparable en la que todos estamos solos, Luisa Anabalón,
y como yo emerjo acumulando toda la soledad que me dejaste derrumbándote, destrozándote, desgarrándote contra la nada en un
clamor de horror, me rodea la soledad definitiva; sé perfectamente que la opinión pública de Chile y todo lo humano están conmigo, que el pulso del mundo es mi pulso y por adentro de mi condición fatal galopa el potro del siglo la carretera de la existencia,
que la desgarrada telaraña literaria
está levantando un monumento a nuestra antigua heroicidad, pero no puedo superar lo insuperable.

Como los troncos añosos de la vieja alameda muerta, lleno de nidos y panales, voy amontonando inviernos sobre inviernos
en las palabras ya cansadas con el peso tremendo de la eternidad ...


Tranqueo los pueblos rugiendo libros, sudando libros, mordiendo libros y terrores
contra un régimen que asesina niños, mujeres, viejos con macabro trabajo esclavo, arrinconando en su ataúd a la pequeña madre obrera en la flor de su ternura,
ando y hablo entre mártires tristes y héroes de la espoliación, sacando mi clarinada a la vanguardia de las épocas, oscura e imprecatoria
de adentro del espanto local que levanta su muralla de puñales y de fusiles.


El Díaz y el Loyola de los arcaicos genes ibero-vascos están muriendo en mí como murieron cuando agonizaba tu perfil colosal, marino, grecolatino, vikingo,
las antiguas diosas mediterráneas de los Anabalones del Egeo y las walkirias de Winétt-hidromiel,
adiós! ... cae la noche herida en todo lo eterno por los balazos del sol decapitado que se derrumba gritando cielo abajo...



MARÍA ANTONIETA FLORES [9230]

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María Antonieta Flores. Nació en Caracas, Venezuela en 1960. Es poeta, ensayista, crítico literaria y profesora universitaria. Es Magister en Literatura Latinoamericana. 

Editora y directora de la revista literaria digital elcautivo: 
http://www.elcautivo.org

La crítica ha destacado el erotismo que se manifiesta en su poesía, también ha subrayado su vinculación con lo femenino, el amor, el desencanto. Junto a esto hay un trabajo formal riguroso con el lenguaje. Según Gina Saraceni (En-obra. Antología de la poesía venezolana. 1983-2008, Caracas: Edit. Equinoccio, 2008), la autora "explora la temática amorosa y erótica a través de una voz del "apenas", de la hipótesis siempre diferida, de la multiplicidad de máscaras y figuras que revelan la "escasez interminable" y el "muy lejos" del cuerpo mujer-lenguaje." Críticos de relevancia se han detenido en su poesía. Juan Liscano (1995, diciembre 14 El Universal, Caracas),señala que "María Antonieta Flores reúne en un haz de excelencia valores trascendentes de feminidad, cultura, conocimiento, originalidad y estilo." para luego señalar que "María Antonieta Flores adviene a la poesía sin sexo y a la poesía con sexo, afirmando en su fabulario escrito con maestría, con un dominio pleno del hecho escritural, la esencia de la feminidad entre las luces del día y de la noche, regida por las fases de la luna, seguida por la tríada ¿serán los jinetes, Demeter, Proserpina, Hécate?, iluminada la dualidad presa y cazador, por el tercer término conciliador, la toma de conciencia de sí mismo más allá del hedonismo ególatra, del feminismo político, de la estúpida voluntad igualadora materialista y desecada, cemento armado." Frente a esta visión que elabora Liscano en relación a los poemarios "El señor de la muralla" y "Canto de cacería", Salvador Garmendia destaca que en su escritura, refiriéndose a Los trabajos interminables: "el poema recupera la altivez del dolor y reinicia el diálogo con la amada e inescrutable sombra" (Papel Literario de El Nacional, 1999,noviembre 07)Y para Rafael Arráiz Lucca este libro logra "darle carne a los trabajos interminables de construcción del alma, de la psique" (El coro de las voces solitarias. Caracas, Sentido, 2002) Si bien algunos críticos señalan la máscara como una característica de su poesía, este aspecto se manifiesta en sentido estricto sólo en El señor de la muralla y en Agar. El resto de su poesía, que tiene como sustento imágenes del ámbito simbólico y mítico, expresa la voz de un yo cotidiano que asume lo femenino como identidad y el deseo por el hombre como una constante. Igualmente desde su primer libro se manifiesta una vertiente diluida pero no por ello menos importante, la preocupación por lo humano víctima de la pobreza, el agravio, el poder. Al respecto, Miguel Gomes en su artículo "Mujer, ciudad y modernidad fracasada en la poesía de María Antonieta Flores" (Hofstra Hipanic Rewiew, 2007) destaca en su poesia las "estrategias de resistencia a la cultura del optimismo acrítico anterior" A esta visión de Gomes, se puede sumar la de Pantin y Torres en El hilo de la voz (Caracas, 2003) que señalan que El señor de la muralla "se presenta así como una crónica detallada de hechos de guerra, saqueo, abuso y seducción en la cultura patriarcal representada por el guerrero" sin desconocer más adelante que la autora "muestra un acusado erotismo poco frecuente en la poesía venezolana de mujeres.

Premios

Primera Mención del Concurso de Poesía 1985 de la Asociación de Escritores de Venezuela (AEV).
Premio de Poesía de la I Bienal de Literatura Municipal «Augusto Padrón» (1994)
Premio Municipal de Literatura «Rafael Angel Insausti» mención Ensayo 1996 (Barinas)
Premio en Ensayo Literario en la IV Bienal de Literatura Mariano Picón Salas 1997.
Mención Premio Municipal de Literatura 1999
Premio de la Fundación para la Cultura Urbana 2001.

Publicaciones

El señor de la muralla (Caracas, 1991)
Canto de Cacería (Maracay, 1995).
Presente que no en ausencias (Caracas, 1995)
Agar (Valencia, 1996)
Criba de abril (1998)
Los trabajos interminables (1998)
La desalojada luz de la tarde (1999)
Indigo (2001)
Limaduras (2005)
La voz de mis hermanas (2005)
Regresaba a las injurias (2009)
Sophia y mythos de la pasión amorosa (Ensayo) (1997).






canción de amor

usted está en una ciudad fría
y su gente tiene años muriendo
de guerra
aquí han empezado a morir y a pelear
la sombra de los árboles dibuja los pasos
aquellos que sólo quieren llegar a un refugio
pienso en la violencia que lo rodea
mientras la sangre anda por mis calles
con una palabra o con una mirada
la barbarie nos aproxima
el tiempo nos aparta

De limaduras, 2005




Entierro colectivo en El Cartucho, 
tras atentados atribuidos a las FARC en 2002. 
Fotografía del diario La República.


el cartucho

esto que ocurre no es amor ni es ofrenda
pero llega
ellos se van alejando
piden silencio y una vela encendida
en la calle son doce los ataúdes
sólo este trazo de mirada y pobreza
—esta maldad que se ensaña
ellos esperan que se vaya la noche
y no llevan flores
bajo amenazas rojas
leo el poema
su tristeza que cierra todas las puertas

De limaduras, 2005







conmoción interior

dulce y bello amigo
sepa que aquí he gozado de una tarde inquieta
como las muchas que me aguardan
de ahora en adelante
y amarguras no se han alejado
de este olor a guerra que cruza la ciudad que habito
bebo vino blanco
y doy pasos sin sentido
en el pequeño espacio que ya no me pertenece
los caídos no llevan banderas
un golpe una bala una pedrada
si algo quisiera desterrar de mi mirada
son las banderas
que ondean sus mentiras
y llenan de dolor
las palabras que antes sólo hurgaban los deseos
las inocentes palabras que podían construir
de lo imposible
el amor
con saliva y arena
y no llega el olvido
que prometen las canciones de taberna
vivas y muertes son gritos que aborrezco
y los deformes rostros del odio
temo por usted
¿lo sabe lo puede disculpar?
que no se me pierda en ese país que no es el suyo
ni lo alcance la violencia ni la muerte
que aquí yo aguardo el día cierto
cuando la sangre corra por la puerta
ya una plaza ha sido quebrantada en dos
allí donde mi ciudad comenzó a serlo
pero no espero que tema por mis futuras desdichas
ni por el hambre que certera aguarda
que mis manos no manchen de rojo los papeles
temblores no me encuentren
dulce y bello amigo
causa mía
¿bajo cuál aroma será un paso más del tiempo?
si sólo fuera cierta
y el seguro calor de una mujer
recogería ramitas carmesí del prado de los sueños
pero aquí sólo gritan las rutas de los buses
ofrecen mercancías
y ráfagas de muerte
me custodian dos burdeles
de largos pasillos
y el cansancio
entre mis manos las cuerdas del poema
estremecida yo
en el escarnecido cauce del silencio

De limaduras, 2005







limaduras

sigues dividida en países quebrantados
errando entre ciudades
que heridas son por la violencia
y todo porque yerros de amor se te han impuesto
rotos dedos han escarbados tus secretos
y afuera has dejado tu indigencia
tormentos en los días y en las noches
errado e intranquilo hado
te vienen las palabras
tus palmas brillan
limaduras
oficio de un herrero
alcándora de humo
caen hojas de los olmos
los espíritus compasivos te acompañan
el sueño sólo trae el canto del avetarda
inexistente y largo
su cuerpo, llamado del oro
te increpan las aves nocturnas
trazan los caminos
su cuerpo es un llamado
acude presta, entonces

De limaduras, 2005







Tienda Honda 

no cabe en tu cabeza este dolor  
tu lado izquierdo se va quedando sin fuerzas  
te asaltan raros presentimientos 
  
antes de que caiga una lluvia blanca  
que borre hasta tus pasos 

no recuerdas lo que hiciste ayer 

tu cerebro tiene un daño, leve, irrevocable 
tu memoria está llena de piedras  

se hunde en el lecho del río  

allí se desprenderá con la corriente  
quedarán rastros 

en este instante  
la calle se pierde  
bajo las luces  

siempre precario el alumbrado 
y apenas cerca de tu desasosiego 

la mujer levanta la manta  
te invita a entrar en su tienda 

te ofrece té  
no te pregunta nada 

quizás puedas descansar  

De índigo, 2001 







morada antigua 

yo vengo de una estirpe de mujeres solas  
eficaces 
inembargables 
derrotadas antes de nacer 
por la muerte  
siempre guardadas  
como semillas que arrastra el viento  
entregadas al sacrificio de la vida  
sin un futuro ni un presente 
sin vástagos que las resguarden 
aprendidas en soledad 
ellas mismas amamantándose 
haciendo de cada día una victoria estéril 
mujeres que hablan desde muy lejos  
ahogadas en su torpeza y en la bruma del deseo 
mujeres solas que arruinaron sus manos  
en el oficio duro que le entregaron las prendas blancas 
y perdieron sus días entre toses y dolores de pecho
conociendo todo de la pobreza 
administrando los silencios y el alimento diario 
entrando en las jornadas 
con un dolor irremediable  
estirpe sin grandes ambiciones 
dulces mujeres que amaron sin respuesta 
y fueron una tras otra  
mano con mano 
fundando la cadena del desamparo 

De la voz de mis hermanas y otros poemas, 2005 






el esqueleto de las hojas 
sólo sabe de un viento indetenible 
que las habita y las quiebra 
el golpe de sus cuerpos cuando caen es silencioso 
apenas crujen entre ellas 
apenas dan cuenta del tiempo 
y en las noches forman piras 
Aquí también las hojas enrojecen 

De Presente que no en ausencias, 1995 







y te despego del álbum de tus barajitas 
y te encolo con mi saliva 
para que permanezcas 
apaciguado bajo mi piel 
en mis rescoldos 
y te desmonto del yeso y la madera 
hecho lienzo de perfumes 
y te arranco del libro de los poemas 
(hoja adorada que los hongos devoran 
por falta de sol y mieles) 

y te devuelvo: 

así estés siempre tan lejos 

poseído 

en los aceites de mi piel 
en las secreciones 
en los instantes que huyen 
hacia tus cabellos 
en los sudores que recorren 
mi espalda 
en los profundos olores de la carne 

De Agar, 1996



CARLES TORNER [9231]

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                                                                                          Foto:Guido Bonfiglio


Carles Torner (Barcelona, 1963). Gana el premio Amadeu Oller con A la ciutat blanca (1984), y en el mismo año el premio Carles Riba por Als límits de la sal. Continua su producción poética con los títulos L'àngel del saqueig (1989), con una traducción al castellano, Viure després (1998), premio de la Crítica de poesía catalana, y La núvia d'Europa (2008). Forma parte de la antología Sol de sal. La nueva poesía catalana 1976-2001 (2001). 

En 1997 publica la novela L'estrangera, inspirada en el Libro de Ruth bíblico. También escribe ensayo y narrativa, entre otros, El principi acollida (1995), donde propone una pedagogía del diálogo intercultural, L'arca de Babel (2005), una recopilación de cartas dirigidas a mujeres activistas en todo el mundo, y Shoah, cavar con la mirada (2005), sobre la película de Claude Lanzmann. También ha publicado Cómo me convirtieron los indígenas (2003), un libro de entrevistas a Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal de las Casas. 

Ocupa distintos cargos en el PEN internacional desde 1993 hasta el 2004, cuando es nombrado jefe del Área de Literatura y Pensamiento del Institut Ramon Llull. 

Es socio de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana. 







Anuncio de una casa en la que nadie quiere vivir

La han saqueado tantas veces
y gente con tantas caras
que da igual saber
quién es el autor de los crímenes:
podríamos ser nosotros.
Ahora sólo el sol saquea unas palabras
sin bisagras ni umbrales
y tira abajo puertas sin cerradura.
Dentro viven mujeres
llenas de voces que han enmudecido
y no saben cómo amarlas:
riegan las piedras,
cosen regalos para los ausentes
y ofrecen signos,
cenizas, lluvia del cielo.
Léeme: soy el anuncio de una casa
en la que nadie quiere vivir.
No tienes con qué comprarla: bienvenido.

Viure desprès, Proa, 1998
Versión de Jonio González





Anunci d’una casa on ningú no vol viure

L’han saquejada tants de cops
i gent amb tantes cares
que no hi fa res saber
qui és l’autor dels crims:
podríem ser nosaltres.
Ara només el sol saqueja unes paraules
sense frontisses ni llindars
i enfonsa portes sense pany.
A dins hi viuen dones
plenes de veus que han emmudit
i no saben com estimar-les:
reguen les pedres,
cusen regals per als absents
i t’ofereixen signes,
cendres, pluja del cel.
Llegeix-me: sóc l’anunci d’una casa
on ningú no vol viure.
No tens amb què comprar-la: benvingut.








Like a foixing stone 

¡És tan flipant punxar algun disc de l'Elvis, 
vells rock'n rolls, i anar a discoteques 
a lligar amb ball i clenxa babies queques 
que amb posat fi -tens foc?,- remenen pelvis! 

Em mola un gram o més bellugar els ossos 
a ritmes durs d'aicidicis de moda. 
Vaig de penjat bevent l'amfeta amb soda 
i volo alt -tinc bon afgà a terrossos. 

El reggae em va i duc pentinat punk. 
Ben enxapat puc ser un ròcker preclar. 
Vestit d'hindú semblo el Ravi Shankar. 

És un sidral! New wave o mod o funk... 
Passant de tot, no vaig de passarell: 
m'enrotlla el nou i m'al·lucina el vell. 

(Del llibre A la ciutat blanca) 








De tot l'altre s'espanta 

La invasió era prevista abans 
de mitjanit. Grallers de dol ploraven 
l'últim udol i els campanars sagnaven 
el tretzè toc: un crit lligat de mans. 

Han arribat els corbs de becs llampants 
color mirall per ocupar les places 
de la ciutat i beure a les terrasses 
de tots els bars licors fets d'ulls humans. 

Han apostat mil guardians voraços 
al finestral, al pòrtic i al terrat, 
rígids i atents, que els homes van escassos. 

T'esperen. Becs fulgents d'ocells rapaços 
que et buidaran els ulls com a un penjat 
tan aviat com sentin els teus passos. 

(Del llibre Als límits de la sal) 









On ja no tinguin nom 

On ja no tinguin nom. 
On les cases s'esberlin com un llapis que es trenca 
i s'escapcin magranes ben al fons del dolor. 
On els nens no coneguin ni les fures ni els salzes, 
i els contorns de la vida, fets d'espelma i rovell, 
siguin signes d'un trànsit que s'acosta i espera 
i ningú no llegeix. 

On ja no tinguin nom 
ni les cases ni els homes ni les dones de bronze, 
als carrers sense plaques d'una ignota ciutat 
d'un país que no surt als diaris, 
dibuixaré en la pols dels vidres corglaçats 
alfabets per l'espera. 

(Del llibre L'àngel del saqueig) 










Dimecres de cendra 

S'acosten. Els imposen cendres. 
La corrua té el gest d'un braç de mar. 
Les onades s'exalten, 
braolen: en la nau silenciosa, 
entre ciris i càntics, 
avança blava la remor, 
la marea creixent. 
Són els íntims relats 
que caminen i narren 
com un camí la vida. 
Abans, després, llindars: 
un crit mirat, el salm 
d'un expulsat, un part futur, 
una paraula sense mort 
perquè fou dita en el silenci. 
Són els relats que inunden l'absis, 
llengües de mar que dilueixen 
fronteres i creences, 
apaguen ciris i altaveus, 
s'acarnissen damunt de les imatges, 
desfan a cops de dent les pàgines. 
Tot serà anorreat: 
de la cendra del temple 
naixerà la lloança. 

(Del llibre Viure després) 








Devora enllà 

Vine que et sortilegi 
Vine que em fronterer 
el meu secret arpegi 
país on tot pot ser 

Vine a temps que et prodigi 
Vine a temps que em demà 
ets l'amorós vestigi
record del que vindrà 

Vés-te'n lluny que et naufragi 
Vés-te'n que em clandestí 
promesa incert presagi 
íntim saltamartí 

Vés-te'n lluny que et silenci 
Vés-te'n perquè em llindar 
exèrcit indefens i 
horitzó dins la mà

Torna que et territori 
Torna que em trobadís 
eròtic ofertori 
frisança i compromís 

Torna que t'a priori 
Torna que em trencadís 
metòdic gran desori 
esberlat indivís 

Busca'm devora enllà 
Troba'm defora aquí 

(Del llibre La núvia d'Europa) 








Baula 

Hi ha un moment que s'esdevé a la impensada 
el gest de donació. Em vas donar la llengua. 
El testimoni. No et sabré dir on 
–a escola? als Mites? al teu Glasgow?– 
ni tampoc no vull escollir, entre els tretze anys 
d'ulls oberts a Villon, a Ausiàs March, a la Veu 
que me'ls dictava al cor, i aquest moment de glòria 
al funeral de Sant Gervasi 
amb Barcelona als peus 
i tota la memòria del teu viure 
planant per la ciutat 
dient-te adéu, bon mestre, adéu, poeta, 
i gràcies per la llum de les paraules 
que van teixint l'ordit dels meus carrers 
adés quadriculats, adés revessos. 

Entre la teva primera irrupció 
i el teu modest, subtil, alegre, càlid comiat, 
entre l'origen i la fi no escolliré 
en quin moment, quina mirada 
quin silenci, quin crit 
–"La veu ha de ser digna!"–, 
quin dia em vas donar la llengua, la meva 
llengua (aquesta) sempre vivent en el gest 
de traduir-se i traduir. 
Això vaig rebre. 
I avui vull aturar-te i mirar-te 
i fer-te meu per sempre en aquest gest 
fundacional i d'una extrema humilitat, 
baula d'una antiquíssima cadena 
de gràcia acumulada 
que m'obre els braços, 
m'abraça i em permet 
obrir-los al futur 
mirant enrere. 
Trobant-me a mi mateix 
regraciant 
-te. 

(Dedicat a Jordi Sarsanedas, del llibre La núvia d'Europa) 


PEDRO FAVARÓN [9232]

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Pedro Favarón. Lima 1979. Ha publicado Caminando sobre el abismo: Vida y poesía en César Moro (Antares, 2003), Movimiento (Tsé-tsé, Buenos Aires, 2005) y Oeste Oriental (Lustra 2008). Ha trabajado en radio experimental y dirigido dos obras de teatro, realizado varios performances y video-arte. Fue editor de la revista Distancia Crítica: aportes hacia una nueva conciencia social. Obtuvo la Maestría de Comunicación y Cultura de la Universidad de Buenos Aires y ha cursado el doctorado en Literatura en la Universidad de Montréal, especializandose en literatura oral de la Amazonía occidental.




1.


Algarrobos aislados
desierto sobre desierto.

Arena hirviente
de sombra a sombra
sol destroza.

Exilio a exilio
abrazados somos.

San Pedro de Lloq






41.

Aparta tu espuela, cañón contra piedra, del madero sus clavos, dientes temblando huaycos, antiguos lamentos, cayendo sin decir

dónde pueblos que resoplaron amapola, corazones de chimo, sudando monedas que los olvidaron, olvidando desprecio con rostros rebalsados

dónde rostro inconcebible cinco mil serpientes, ojos de sangre bebedores, muertos palpitando mina adentro, cavando waka noche a noche

orca voladora arrastrando barbas flotantes al crepúsculo, derribando desde abajo motores y andamiajes, hornos cocinando críos, herreros forjando soledades

piso sobre piso progresando verdugo, avanzándonos a obraje sin mañana, maldiciendo tanto ingenio, tantas lunas negadas, tan larga alambrada

sin saber porqué aliento no levanta al artesano, al alma del mundo, al pan de centeno, al que cae y al que pisa, al mar que viene y lleva al olvido.

ChanChan






33.

Viento crepita siglos contra casas.
Perros ladran. Cielo nublado.
El cielo tiembla sus eras.

Olas furiosas, elemento desatado;
runas permanecen en silencio
sin lanzar sus redes esperan.

¿Se gesta nuevo espíritu bajo tierra?
¿Irá pueblo a gozarlo?

Pacasmayo




Oeste oriental, de Pedro Favarón: “Rústica lujuria de la lengua”

Por Víctor Coral



Aunque reconoce que diversas escrituras coexisten en la actualidad de la poesía latinoamericana, Eduardo Milán identifica en su prólogo a la antología Pulir huesos (Círculo de lectores, 2007) algunos rasgos axiales de lo que  podríamos llamar poesía neobarroca. En primer lugar destaca una “autoconciencia explícita del lenguaje como materia”; luego, un ejercicio de memoria de un poema inicial ausente, pero invocado desde una suerte de margen; el uso de recursos y estrategias propios de la vanguardia experimental (paronomasia, escritura por parentesco fónico); finalmente, hay un doble desplazamiento, tanto del poeta respecto a su posición tradicional central con respecto al discurso poético, como del texto, que opera y/o se establece en los márgenes de lo que sería un discurso tradicional, incluso vanguardista.

Pedro Favarón, en Oeste oriental (Colección piedra/sangre, 2009), cumple con estos requisitos con una frecuencia deliberada, pero a su vez con ello da constancia de una búsqueda lingüística inusual y refrescante dentro de su generación, que parece haberse asumido como “la del 2000” por esta colección.

Estamos frente a 69 poemas numerados, sin título y “centrados” solamente por una seña topográfica (“Montevideo”, “Tarma”, otros) en ciertas ocasiones. Sorprende desde los primeros poemas un afán de reescritura o secualización poética, como en el poema 4, dedicado a un misterioso “R.L.R.P.” y que juega con un famoso poema de Vallejo:


Sé que dulce Rita anda con otro
Sus trenzas ahorcando mi olor
(…)
Alcoholizado de rímel y Bizancio
(…)
He de sentarme solo a la mesa
(…)
Resonando eco dios inexistente
No lluvia no casa y primor niégase


Sin embargo, la cita, la recontextualización, el cover poético no son los recursos más frecuentes en el libro. Con enorme libertad la voz se ampara en una visión descreída y árida de lo real, donde a los sonidos enervantes de lo citadino, y a los páramos desolados de los desiertos costeros, se opone el fragor de la naturaleza y, en especial, cierta vivacidad de la Sierra peruana. En esa línea, de un gran rol de personajes citadinos (“empresario”, “hijos de bien”, “niñas de familia”, “congresistas”, et al.) dirá nuestra voz poética que



son rapiñeros, cínicos, diestros en caer parados
(…)
Nubes los gestaron pusilánimes, temblando en bajo valle.




Pero va más allá de estas melopeias denotativas el poeta. Con frescor engarza, en algunos poemas, el verso castellano con expresiones quechuas que no solo logran mantener –precariamente a veces, sí– una continuidad semántica, sino que mantienen hasta cierto punto la ilación eufónica, y esto último es más importante en el caso.



Qasilla qawaykamuy días ahogados, gritando
Mascanayku pacha. Pues perdido nada vuelve:
Retornando ¡kashanchisraqmi!, seguir caídos.
Espera alba, tayta wamani, wiphala primero
Suyashan en mí, sapan runa adolorido…



Esta la médula del poemario; una propuesta de recentralización de lo andino en perspectiva de la lectura etimológica de lo que significan oriente y occidente –expuesta en el inicio del poemario, en una larga cita de Cirlot sobre el tema– originalmente, y donde lo andino parece tomar ese lugar-no-lugar de lo oesteoriental dentro de un mundo recompuesto o, mejor aún, puesto de pie.

En cuanto al lenguaje poético, Andrés Ajens ha dicho en su peculiar estilo NeoB, que:

Allende la adversidad y eventual reversión del versus, su concisa y extrema pétrea entrecesura, este Oeste abre y airea a bocanadas lo idiom(á)ntico en camino, co-marca y rastrea tal geo-grafía (amorosa) de la lengua, grave o riente a la danza, a lo que toca.

 Por cierto, Oeste oriental no está exento de excesos; es más, diría que su natura interior está transida naturalmente por estos, de manera que con alguna frecuencia el leve hermetismo que caracteriza el libro cede lugar a un cripticismo que llega a desvincular algunos textos del gran conjunto. La ascética búsqueda lingüística a que se somete la voz poética, además, lo lleva por despeñaderos semánticos difíciles de salvar, en ese camino de elevación de la lengua (“rústica lujuria de la lengua?”) que simula la ardua ascensión a un apu imaginario y especialmente inextricable.
Vayan como logros –y no pequeños– la capacidad esporádica de resumir en unos versos la condición histórica del hombre, donde sus proyectos y utopías (“piedras futuras”) no pueden modificar, o salvarnos de ser, lo que somos (“sernos el mismo”), frente a lo cual se pregunta la voz si la salida es “volverse crudo al grito”; pero también la vigorosa asimilación del neobarroco latinoamericano (Perlonguer, Kozer, Jiménez, tal vez Deniz) y los puentes subterráneos con Martín Adán y cierta poesía quechua (además del dominio de alguna poesía oriental, especialmente la sufí).

Oeste oriental, de Pedro Faverón, pese a la necesidad no resuelta de un último recorte textual, quiere proponer una topo–grafía ontológica donde sus auspiciosas “estrella y música inaudible/emancipadas surcan tumbas”. No se frustrará el lector si espera a chaska en el próximo firmamento poético de Favarón, y que su música se haga más audible y sutil. 




MARÍA OLIMPIA DE OBALDÍA [9233]

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María Olimpia de Obaldía (n. en Dolega, Provincia de Chiriquí,  Panamá el 9 de septiembre de 1891 - Ciudad de Panamá, 14 de agosto de 1985), fue una poeta panameña, conocida como «la alondra chiricana».

Desde muy niña demostró su inclinación poética: los primeros versos suyos que se conservan fueron escritos a los diez años, con motivo de la Navidad. Hizo sus primeros estudios en Dolega y terminó la escuela primaria en la Ciudad de David, la cual es la cabecera de la Chiriquí. Luego se trasladó a la Ciudad de Panamá para ingresar en la Escuela Normal de Institutoras en donde recibió el diploma de Maestra de Enseñanza Primaria en 1913. Ejerció el magisterio hasta enero de 1918 cuando contrajo matrimonio con José de Obaldía, con quien tuvo siete hijos.
Publicó su primer libro, Orquídeas, en 1926. En noviembre de 1929, por iniciativa del Instituto Nacional de Panamá y de su Rector de entonces, doctor José Dolores Moscote, se le tributó un apoteósico homenaje nacional que culminó con su coronación con laureles de oro en un acto solemne celebrado en el Teatro Nacional de Panamá, y en el cual recibió el título de María Olimpia de Panamá.
Fue miembro de número de la Academia Panameña de la Lengua desde 1951 hasta su fallecimiento.
María Olimpia de Obaldía manifestó en muchas ocasiones que sus poesías son puras manifestaciones de su espíritu, expresadas con toda naturalidad y sin ceñirse a ninguna escuela. En una charla que dio en el Instituto Justo Arosemena en 1960 señaló: «La mejor biografía de un poeta son sus propios versos; en ellos el alma se retrata nítidamente, porque en cada uno queda impreso el sentimiento que animó su concepción». Asimismo, después de comentar su poema Ñatore May a través del cual plasma el sufrimiento de la mujer Ngöbe, dijo: «No seré yo crítica de mi propia obra, pero sí quiero decirles que estos versos expresan fielmente mi sentir de mujer cristiana y mi solidaridad con los humildes, con los más desamparados de la vida. Yo considero que la mujer guaymí, por india y por mujer, es el ser más digno de compasión en el istmo de Panamá. Por ella y para ella estará siempre mi palabra a flor de labio, como una oración».
Los temas básicos de las poesías de María Olimpia se relacionan con el hogar y con la naturaleza. Algunos de sus poemas figuran en antologías de la poesía latinoamericana; algunas de sus poesías han sido traducidas a diversos idiomas, muchas han sido publicadas repetidamente en diarios y revistas de toda América Latina.
Recibió, además de las medallas que por suscripción popular le fueron otorgadas en su apoteosis de 1929, la condecoración de la Fundación Internacional Eloy Alfaro; la Medalla del Club de Leones de Panamá como «poetisa de la maternidad»; las medallas conmemorativas de los Congresos de Academias de la Lengua celebrado en México (1951) y Colombia (1969); la Medalla al Mérito del Partido Liberal Nacional de Panamá; la condecoración de la Orden de Rubén Darío, en grado de Comendador, concedida por el Gobierno de Nicaragua con motivo del cincuentenario de la muerte de Rubén Darío (1967). En 1976 recibió la concecoración de la Orden Vasco Núñez de Balboa, en grado de Comendador, de la República de Panamá, con ocasión de la publicación, por parte del Club Kiwanis, con la colaboración del Instituto Nacional de Cultura, de su Obra Poética completa. En 1983 recibió la condecoración de la Orden Belisario Porras, en grado de Gran Oficial, y la Augusta Cruz Insigne Pro Ecclesia et Pontifice otorgada por el papa Juan Pablo II. En 1975, la Asociación de Estudiantes de la Universidad Católica Santa María La Antigua le otorgó el galardón Rana de Oro.
Falleció en la Ciudad de Panamá el 14 de agosto de 1985.

Obras

Orquídeas (1926)
Breviario Lírico (1929)
Parnaso Infantil (1948)
Visiones Eternas (1961)
Obra Completa (1976)






Post Umbra 

Mi corazón el tuyo presentía;
buscaba tu alma mi alma soñadora,
y te esperaba al despertar la aurora
y te llamaba cuando el sol moría.

Tu alma acudió al reclamo de la mía,
y el esquife de amor, con rara prora,
hacia la playa de la dicha mora
las llevó bajo el sol que sonreía.

Juntas habitan esa tierra hermosa,
y unidas seguirán, aunque celosa,
la Muerte, con crueldad, de ti me aparte,

pues, cuando a solas, llores mi partida,
en una estrella mi alma convertida,
por escalas de luz vendré a besarte...





Ñatore May 

"¿Comuniyó?" pregunto
a la india macilenta
que en pos de su hombre adusto
marcha con lento andar.

"Ñatore may" contesta
sin levantar los ojos:
-tan sólo mira el polvo,
remedo de su faz.

"Ñatore"... y la doblega
la mochila a la espalda
y la agobia la curva
de su misión fatal...
Y su hijo cuando nazca
acaso muera inerme,
que sólo puede darle
el jugo maternal;

su leche macerada
con golpes del marido;
caldeada por la piedra
en donde muele el pan:
mezclada con fermentos
de incógnitos rencores,
de anhelos subconscientes
inmensos como el mar...

¡"Ñatore"... y sus vestidos
son sucios, harapientos;
su hogar húmeda choza,
su lecho un pajonal...
"Ñatore"... y nunca supo
de mimos ni de besos...
Descanso jamás tuvo
su cuerpo de animal...!

¡Y la llaman "hermana"
los que siguen a Cristo
y "camarada" dicen
los que en vanguardia van,
pero ella no comprende
ni aquél ni el otro idioma,
ella tan sólo sabe
decir: "Ñatore may"...!

Prosigue con sus fardos
sin que el "hermano" diga:
"he de aliviar tu carga,
he de calmar tu mal";
sin que llegue tampoco
activo "camarada"
y logre en noble esfuerzo
su vida humanizar.

Continuará su marcha
doblada sobre el polvo
que pisaron caciques
del nativo solar,
diciendo a su Destino:
"Ñatore may, ñatore"
porque piensa que es éste
su círculo fatal...

Los cuatro siglos fueron
sobre su casta humilde
cuatro hojas desprendidas
del árbol secular;
las humanas reformas
no han rozado su vida,
en ella se hizo carne
todo el zumo ancestral.

Retornará a la tierra
sin saber que vinieron
hombres de gran espíritu
su raza a libertar:
¡Colón con sus navíos
Bolívar, con su espada,
y, sobre todo ellos,
Jesús con su verdad...!

Y al caer a la tumba
cual bestia fatigada,
gozará las caricias
de la madre eternal
y entonces, sólo entonces
será justa su frase
al decir resignada
a Dios: "Ñatore may"...!





Dádivas Divinas 

Yo nada te pedía cuando me diste
una estrella esmeralda en el Oriente,
un horizonte ilímite,
un par de alas
y una chispa divina en el espíritu.

Yo nada te pedía cuando me diste
un huerto rumoroso,
una fuente tranquila
y guirnaldas de pájaros y flores.

Yo nada te pedía cuando me diste
el amor en un vaso cincelado
por la Vida y la Muerte:
yo me embriagué de luz con su ambrosía,
te comprendí mejor, y tus designios
bendije para siempre.

Tantos dones cayeron como estrellas
en mi vida, pequeña para darte
las gracias que merecen
tus dádivas divinas...

y ahora además te pido, Padre justo y eterno,
me permitas pasar, con mi esperanza,
el cáliz del amor que me ofreciste
y otras vidas que llegan -nueva aurora-
a iluminar tu cielo;
a alumbrar los caminos que se hicieron
con las huellas de Cristo.

Esta plegaria es también Acción de Gracias
por la vida, el amor y la esperanza,
nutridos por la fe, que es don de dones,
y ha de llegar a Tí -dulce rocío-
del hontanar de mi alma.

1975






Trasmigración

Amor: cuando yo muera,
de mi cuerpo los átomos dispersos
se trocarán en verde enredadera,
y al extenderse por los brazos tersos
de la cruz de mi fosa,
en cada primavera
la cubrirá de flores olorosas.

Cuando sientas nostalgias de cariño,
cuando añores mis cálidos abrazos,
recoge las corolas que en mi tumba
sus pétalos de armiño
a los besos del sol abran radiosas:
son rimas misteriosas
que te hablarán de indestructibles lazos
y de amores que viven ultratumba...!

Del libro: Orquídeas






Himno a la maternidad

(Homenaje a las maestras panameñas)

I

Concepción

Extraña sensación mi ser conmueve,
como si nueva vida me agitara;
en mi alma vibran la ansiedad del vuelo
y nostalgia de azul, de cumbre y alas.

Siento en mi entraña rebullir tan suave,
como el roce sedeño de las plumas,
y mis senos se esponjan cual las pomas
que a los besos del sol hinchan su pulpa.

¿Quién aumenta el calor de mis arterias
y abrillanta la luz de mi mirada?
"¡Es que ya eres fecunda como el surco!"
una secreta voz dice a mi alma.

Y al saber que mi seno era una cuna
do un infante dormía,
hubo en mi alma fulgores de alborada
y panal de ternura fue mi ser aquel día.
Y dije al viento: "séme suave y bueno
por la criatura amada
que reposa en mi seno";
a la fuente tranquila: "tu corriente
sea fresca y propicia
por el que en mí recibe tu caricia";
y a los tiernos rosales:
"desplegad los capullos más fragantes,
que hoy se asoma a mis ojos por mirarles
un adorado infante";
y le dije a la luz: "sé más brillante",
y a las aves: "rodeadme de armonía,
que quiero en este día
saturar mis sentidos de hermosura
por la tierna criatura
cuyas venas se filtran en las mías".

........................................

Corrió la brisa cadenciosa y leda;
suavidades de seda
tuvo la fuente, el sol más resplandores,
y conciertos de trinos y de aromas
me ofrecieron las aves y las flores.

Con los sentidos plenos de belleza
y con el alma de ternura llena,
sentíme noble y buena
y arranqué de mi pecho la tristeza
al contemplar dichosa y conmovida
que era mi ser un ánfora de vida.



II

Alumbramiento

Ya te acercas, ya siento tu presencia
en el fuerte temblor de mis entrañas;
solo el goce supremo de ser madre
es igual al dolor que me desgarra.
Siento crujir mis huesos, y en espasmos
dolorosos palpitan mis arterias;
las fuentes interiores se derraman
y la muerte famélica me acecha.
Al fin se entreabre el cofre del Misterio...
Llega hasta mí la música de un lloro...
Mis dolores acallan por encanto
y mi pecho se expande venturoso.




III

Lactancia

A mi lado te miro y con deleite
aspiro de tu carne la fragancia:
me pareces un ramo de claveles
entre una profusión de rosas blancas...
Al sentir el contacto de tus labios
cuando mimosos el pezón oprimen,
sueño que son las alas de un querube
que, rozando mis senos, los bendicen.

En la onda láctea que a tu boca llega,
continúo brindándote mi savia
donde se mezclan con mi amor de madre
mis supremos anhelos y esperanzas.

Y aromada y sutil como el incienso
va esta plegaria de mi pecho al Cielo.



IV

Oración de la Madre

Dulce Señor,
me hiciste renacer
por el amor
en otro ser
que dilata mi ardiente juventud.
Dame fuerza, Señor, para ampararlo,
rectitud y firmeza para guiarlo,
para criarlo, Señor, dame salud,
para formar su corazón, bondad,
para dar a su mente, claridad,
que en este ser
quiero, Señor,
ver florecer mi corazón…!

Del libro: Breviario Lírico




SANTIAGO ANGUIZOLA DELGADO [9234]

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SANTIAGO ANGUIZOLA DELGADO
(1898-1980)

Nació en David (Chiriquí), cabecera del territorio más oriental de la República de Panamá, rica región agrícola y ganadera, en cuyas Escuelas de los Hermanos Cristianos de la Congregación de San Juan Bautista de la Salle estudió.

Su afán de lector le convirtió pronto en literato, y su vocación de periodista se ha caracterizado por su independencia de criterio. El poeta fue director del diario Ecos del Valle, de su ciudad natal.

Su poesía es una constante loa a las excelencias y virtudes de su tierra, circunstancia que le ha merecido la consideración unánime de poeta regional. Lo cual no deja de constituir un meritorio ejemplo en un país donde toda inteligencia beligrante se dejó arrastrar siempre por el prestigio y la atracción de la capital.

Con fórmulas métricas clásicas y sentires románticos, su poesía tiene toda la vitalidad de su tierra chiricana. La chiricanidad es su nota distintiva.

Murió en su finca de Rovira en el año 1980.





Dios

Dios no cabe en los templos: su grandeza
tanta es que ocupa el universo entero,
vive en la pequeñez de la pavesa
y alienta tras la lumbre del lucero.

El es la voz de la Naturaleza,
único, inacabable y verdadero.
El tiende el manto de la noche espesa
y difunde la luz del sol de Enero.

Dios no cabe en los templos de la tierra
y, pues que todo su poder lo encierra,
su culto debe estar en cada cosa:

llámese mar o cielo, nube o viento,
vida o muerte, ventura o sufrimiento,
águila o caracol, oruga o rosa.

Del libro: Soy Chiricano







Canto a Chiriquí

Salve a ti del Dorace
deliciosa región, pródiga tierra,
donde tranquilo yace
en su sueño eternal aquel coloso
que antaño sacudiera
las vértebras del Ande
con cólera que aterra
y convulsiones de Dragón herido.

Por tu suelo, en promesas florecido,
en donde Flora y Ceres
unieron las primicias de sus dones
a la gracia sin par de tus mujeres
y a la noble altivez de tus varones.

Por ese mar que descubrió Balboa
y que besa tus costas, lisonjero;
por tu sol rutilante
que duplica sus lumbres desde Enero,
recibe, oh tierra, sempiterna loa.

Recíbela también por esa lluvia
que fecunda tus campos.
Por los sedeños lampos
de la luna más bella
que sobre el mundo viera el ser humano
y diera un nombre indígena
AL VALLE DE LA LUNA CHIRICANO.

Tú, en el Cantón de Alanje,
ufanas por su Cristo Milagroso;
y recuerdas que allí probó sus alas
aquel Cóndor, ingenio portentoso,
que a Colombia tuviera subyugada
hasta que, en El Cabrero,
doblegara la frente fatigada.
de su propia conciencia prisionero.

Por Boquete que cuaja entre jardines
de tus cafetos el sabroso fruto
al que rinde el goloso fiel tributo.
Rincón que al ocultarse entre montañas
de tupidas marañas
finge ser el Perdido Paraíso,
porque compite en sin igual hechizo
con el que Adán llorara
y que jamás el hombre recobrara.

Barú, tórrida zona
se refresca entre verdes bananales
do el oro verde apaña avara mano
extraña como la garra de águilas caudales.

Por su mar siempre azul surcan las naves
que el tesoro se llevan
y por el hondo piélago se alejan
con ligereza de marinas aves.
Bugaba es el prodigio
donde regó sus dones el Eterno.
Oíd junto al primor de sus lagunas
la dulce endecha del jilguero tierno.

Si el maíz de Caizán cuaja
en Febrero, en el resto del año
es su entraña el granero
que en milagrosa, pródiga abundancia,
surte vituallas al país entero
con gesto de munífica prestancia.

Boquerón se reclina en el olvido
como nueva princesa de leyenda,
pero muestra por ti cálida ofrenda
en ramillete de vivientes rosas;
eso son sus mujeres, tan preciosas
que a las propias huríes dan sonrojos:
con pupilas como astros tropicales
y dulces labios rojos
que incendian de pasión a los mortales.

Mira en Dolega cómo se cimbrea
la caña que es depósito de mieles.
Por sus llanuras ya no se pasea
el doras que valiente y orgulloso,
pero se escuchan hoy trinos de Alondra,
mariposas de luz vueltas canciones,
que llevan en su vuelo misterioso
la calma a los heridos corazones.

El padre de los ríos
que retozando riegan tus campiñas
ciñe a Gualaca en cinturón de plata.
Allí no muestran pámpanos las viñas,
pero el arroz madura
su fécula jugosa y codiciada
mientras que Hornito irrumpe hacia la altura
para esconder el porvenir brillante
que le espera al que emprenda
la aventura de humillar su cerviz de rudo Atlante.

San Lorenzo se esquiva
como en el monte tímida gacela.
Su pobreza deplora
y su tristeza aviva
sin saber las bellezas que atesora;
y siendo de distritos Cenicienta
se consume en la espera
de algún príncipe azul que en una estrella
algún día por ella
venga desde el país de la quimera.

Claras linfas apuran la corriente
del río que se desliza
a través de San Félix.
y el mismo Febo apasionado irisa.
Allí la vega es manto esmeraldino,
dechado de bellezas admirable,
paisaje de dibujo incomparable
como salido del pincel divino.

Remedios trae la ofrenda
de leyenda viril: cuando al pirata
hizo morder el polvo en la contienda.
El mismo Apolo apacentar querría
los rebaños que pastan sus potreros.
Islas y deltas muestran su verdura
formadas por esteros
o que se imponen a la mar bravía,
desde donde Neptuno
ve trocada en Madona que nos cura
la olímpica figura
y la pagana majestad de Juno.

De la raza vencida
Tolé es refugio. Ved su cordillera
donde el huraño monte
parece desafiar al horizonte.
A su seno se acoge el aborigen
con la suerte infeliz por compañera.
Inútilmente redención espera
y en su frustrado anhelo
busca en la balsería la fatiga
que su dolor mitiga,
allá: donde la sierra toca el cielo.

Por ti David ostenta
la prosapia procera
de un José de Obaldía
que instituyó tu vida, hoy centenaria;
aquí su planta peregrina un día
posó el gran Morazán de estirpe homérica
y mente visionaria
que diera libertad a Centro América;
aquí, nobles Calanchas y Gallegos
por su cultura griegos,
por su valor, romanos,
dignos retoños de la raza ibérica
fueron bardos-guerreros, chiricanos.

Salve a la soberana
que en su Corte, galana maravilla,
entre once estrellas como el Alfa brilla
gloriosa y sobrehumana.
Nunca se viera el cielo
adornado con lumbres siderales
de magnitud tan grande,
como el estrado, donde la realeza
esplende con el sol de la belleza,
Tus vírgenes son flores y luceros,
gemas resplandecientes
que le robaron al Creador sus dones
para lucir como astros refulgentes
y calcinar de amor los corazones.

Salve, tierra dorace
que hoy coronas triunfante los cien años
con júbilo de propios y extraños.
Porque en ti se revela generosa
la mano de Dios mismo, prodigiosa.
Por tu fecunda entraña inextinguible
constante proveedora
de lo que el hombre juzga apetecible.
Salud, Madre Nutricia,
de nuestro Panamá, florón galano;
por ti, en el canto de mi lira inquieta,
quiero juntar la estrofa que acaricia
al trono del profeta,
para que sea mi aliento sobrehumano
y yo pueda exclamar con el poeta
“QUE ES MI GLORIA MAYOR: SER CHIRICANO”.

Del libro: Soy Chiricano








Trabaja

Abra el surco en la gleba tu misma mano;
que el sudor de su rostro fecunde el suelo;
lanza cada semilla con un anhelo
y siembra una esperanza con cada grano.

Trabaja cuanto puedas, que bajo el cielo
nadie ha hecho ninguna labor en vano:
hay siempre una conquista por cada vuelo
y una América oculta tras cada arcano.

Lucha, que aún es tiempo y la vida corta,
la faena comienza, que nada importa
lo fatigosa y larga que ella te sea.

La cosecha es el premio de lo sembrado:
el hombre su sustento debe al arado
y su progreso el mundo debe a la idea.






TORCACES

Bajo el giro incesante de las horas
y con ellas, ligeras y fugaces,
surgen de las montañas soñadoras,
en inquietas bandadas, las torcaces.

Ama el día lo inconstante de sus vuelos
y, sobre el raso gris de sus plumajes,
peinan los aquilones sus anhelos
y tejen las neblinas sus encajes.

La tarde las reviste con sus galas
cuando surcan la atmósfera, gentiles,
y entonces son la magía de las alas
o el celeste primor de los perfiles.

Son las hijas del sol y de las frondas;
por eso, cuando entonan sus arrullos,
destrenza el alba sus guedejas blondas
y entreabren las rosas sus capullos.

Y ya sobre los jobos altaneros,
o allá desde los mangos, en sus nidos,
reflejan el verdor de los potreros
en sus ojos redondos y encendidos.

Entonces vuela su canción errante
con el rumor de pesadumbres viejas,
en añoranzas de un amor distante
que envuelve la tristeza de las quejas.

Cantan a la quietud de los manglares
y a las risueñas fuentes escondidas,
con la tierna canción de los pesares
hecha con trovas de esperanzas idas.

Y hay una inmensa pena en ese canto,
al que los ecos con dolor responden,
como si en cada nota hubiera un llanto
que los arpegios de su voz esconden.

Así, cantando en angustiada espera,
son sorprendidas por destino impío:
rotas las alas por la bala artera
o entre las garras del halcón bravío.

La zozobra de verse perseguidas
las lleva de la cumbre a los cortijos,
y son millares las que caen heridas
desde la rama donde están sus hijos.

Mientras que allá, en el árbol, suspendidos
bajo la fría mirada de los cielos,
son sepulturas los que fueron nidos
y cadáveres yertos los polluelos.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

¨Por qué se ensaña la enemiga suerte
con esos pobres seres, y falaces
las garras despiadadas de la muerte
arrebatan del nido a las torcaces?

¡Ah!, que del mundo los adversos hados
siempre se muestran de injusticia llenos;
mientras cantan victoria los malvados
oprime el peso del dolor los buenos.

Que un supremo ananké marca el estigma
del mal sobre la frente combatida,
para hacernos esclavos del enigma
o los tristes libertos de la vida.
A muerte condenados en la cuna
inútil es que se demande gracia,
que a todo el que sonríe la fortuna
lo acecha entre la sombra la desgracia.

Detrás de cada rosa hay mil espinas,
tras de ese cielo azul se halla el vacío,
tras la hiedra pomposa están las ruinas,
y, logrado un placer, viene el hastío.

Sufrir: he allí, no más, lo único cierto;
la vida, en realidad, no es otra cosa
que el paso por un árido desierto
en busca de una cruz y de una fosa.

Vida no es nube que se lleva el viento;
vida es el palpitar en la agonía;
es la maga que llena el pensamiento
de una amarga y letal filosofía.

Dios, la esperanza del linaje humano,
se oculta del Arcano en lo profundo,
en tanto que el dolor, cual soberano,
es el árbitro omnímodo del mundo.

.. ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

¨Quién lanza esas endechas gemidoras
que en lágrimas parecen empapadas... ?
Es el manso rumor con que las horas
se alejan de las almas desoladas.

Son torcaces que pasan, son los años
de la radiante juventud perdida,
es la banda primer de desengaños
que en el confiado corazón anida.

Es la quejumbre que del alma emana
al golpe de las crueles asechanzas,
es la voz funeral de la campana
que dobla por las muertas esperanzas.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

¡Oh torcaz, que en mi mente de poeta
surges para el dolor evocadora,
como cigüeña que a Valencia inquieta
o como garza que a Miró enamora!

Tú que la queja a la canción engarzas
mientras cubres el nido donde sueñas,
tienes fiebre de azul, como las garzas,
o de cielo embriaguez, cual las cigüeñas.

Tú que atesoras la virtud arcana
que fortifica el alma del cobarde,
y hallas las alegrías de la mañana
en las melancolías, de la tarde,

bríndame una canción, una de aquellas
que tienen tal poder y tal encanto
que provocan el llanto, y en estrellas
las lágrimas convierten de ese llanto.

Quiero una blanda melodía doliente
que cante de los buenos la victoria,
que descorra los velos de la mente
y reviva el recuerdo en la memoria,

para dejarle en su armonía sagrada,
cuando disfrute de la eterna calma,
el corazón, a la mujer amada,
y a mi madre adorada: toda el alma.




RICARDO FÁBREGA [9235]

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Ricardo Fábrega
(1905-1973)

Nació en Santiago de Veraguas, PANAMÁ, el 28 de Enero de 1905. Fue el antepenúltimo de los 13 hijos que tuvo el hogar formado por don Ricardo j. Fábrega y doña Hortensia Fábrega. Sus padres pertenecían a familias antiguas de la región, en donde habían vivido por generaciones.

Realizo sus estudios primarios y secundarios en el colegio La Salle. Desde muy pequeño demostró tener condiciones especiales para la música. El mismo confesaba que su madre fue su primera Maestra de música; él aprendió a tocar el piano con ella, quién además tenía una bella voz. Posteriormente recibió formación en el Conservatorio Nacional. Tocaba piano, la guitarra y el tiple colombiano.

En su vida pública fue por muchos años funcionario de la Lotería Nacional de Beneficencia y Notario Público, pero sus aficiones artísticas le consagraron como uno de los compositores musicales más populares de nuestra tierra, cuyas canciones fueron conocidas mucho más allá de nuestras fronteras.

Tenía veinte años cuando ganó un concurso nacional por una composición musical con una pieza de música folklórica que él tituló “Largueros”, compuesta durante los carnavales del año de 1925. En este tipo de música se hizo muy conocido en todo el trayecto de su vida artística.

De temperamento serio y aplomado, sencillo, de gran corazón y enormemente romántico. Dentro de sus obras más populares podemos mencionar “La Morenita, Santiagueña, La Chiricanita, Yo tengo mi gallo pinto, Quiero Amanecer, Que te parece cholito, El Cangrejal, Alevántate muchacho, Dime La Verdad.” Pero dentro de estas composiciones ningunas alcanzaron la popularidad de “Taboga, Panamá La Vieja, Bajo el Palmar y Guararé. Otras de sus grandes canciones, apreciadas tanto en Panamá como en el extranjero, son “Noche Tropical, y Cuando Lejos de ti.”

Componía con extraordinaria facilidad. Cuenta su esposa, que a veces estaba conversando con ella algún tema, de pronto la interrumpía y se retiraba. Cuando regresaba traía en sus manos la hoja de papel con la canción ya desarrollada. Compuso más de 100 temas: letra y música, principalmente boleros, muchas tamboreras, sones y danzones.

Bajo el palmar, la compuso en la isla de Taboga, recordando sus días de noviazgo con el amor de su vida: Anita Morgan, con quien se caso en el año de 1930, hogar modelo del que hubo tres hijos: Yolanda, Rolando y Ricardo.

Su esposa señalaba que su canción “Taboga” fue una improvisación que compuso en la misma isla de Taboga y que se la dedicó a ella. Él mismo afirmaba que de todas sus canciones era la obra que más le agradaba, al punto de que muchas veces al terminar de tocarla tenía los ojos llenos de lágrimas. El Distrito de Taboga distinguió a Ricardo Fábrega como "hijo predilecto" debido a esa composición musical.

Después de haber enriquecido con lujo el folklore nacional, Ricardo Fábrega entregó su alma al creador, el 10 de febrero de 1973, a la edad de 68 años.


Obras de Ricardo Fábrega

Ricardo Fábrega, compuso más de 100 temas: letra y música, principalmente boleros, muchas tamboreras, sones y danzones. Las primeras grabaciones de sus canciones fueron hechas por el famoso dueto que integraron Margarita Cueto y Juan Arvizu por allá en el año de 1935, en el sello de la RCA Víctor: “Taboga”, “Cuando lejos de ti”, “Panamá” y “Bajo un palmar” se cantaron por entonces en toda Latinoamérica. Muchas de sus canciones fueron también grabadas por Lucho Azcárraga, con quién le unía una gran amistad.





Panamá Viejo

He vivido gozando
el recuerdo lejano
de tus piedras vetustas
que hablan de heroicidad.

Bajo la sombra
de tus murallas se redimió,
la sangre hispana que
con corsarios se confundió.

Oh mis muros queridos
por los siglos guardados
de tu lujo pasado
sólo queda el dolor.

Panamá viejo, cuidad destruida
por crueles piratas
que un día soñaron con tus tesoros
tu mar tranquilo parece un espejo
en donde se mira
tu cielo bello que tanto adoro.

Panamá viejo, tus ruinas sagradas
en noches calladas
murmuran frases como plegarias
y no muy lejos, entre tus palmas
me trae la brisa suspiros leves
llenos de amor.







Taboga

En esta noche callada,
que mi tormento ahoga,
quiero cantarte Taboga,
viendo tu luna plateada.

Taboga, tierra de las flores,
tú eres mi inspiración.
Por ti sentí una pasión
que me llenó de amores.

Taboga, eres tú tan bella
que no te puedo olvidar
bajo tu manto de estrellas
quiero vivir y soñar.

Del libro: Las canciones más bellas de Panamá






Noche tropical

Cuando el corazón
siente un gran pesar,
canta una canción
para no llorar.

Oye mi cantar
ángel de mi amor,
y ven a matar
pronto mi dolor.

Yo te quiero dar mi vida
todo lo que tengo en mi ser.

Oye mi cantar
ángel de mi amor,
y ven a matar 
pronto mi dolor.

Bajo el cielo azul
de esta noche tropical,
quiero oír tu voz celestial,
y a la clara luz de la luna
ver tu bella faz cual ninguna.

Yo te adoraré 
porque te amo con pasión
y lleno de amor te daré 
lo que no se olvida jamás
junto con mi amor, mi vida.

Del libro: Las canciones más bellas de Panamá







Aquella melodía

No vuelvas a cantar aquella melodía
que te cantaba yo haciéndote soñar,
oyendo esta canción se parte el alma mía
y puedo confesar que cometí un error.

Que alguna vez lloré, teniéndote a mi lado
enfermo de ansiedad por conquistar tu amor,
hoy no me importas ya, pues tú me has traicionado
y puedo confesar que cometí un error.

Del libro: Las canciones más bellas de Panamá






Guararé

Viajando por Guararé
la tierra del chucu chucu
en un sillón de bejuco
solito me acomodé.

Coro
Guararé, Guararé, Guararé
yo me voy para Guararé . . .

De allí pude contemplar
a un viejo que conversaba,
y viendo lo que escuchaba
así se puso a cantar:

Coro
Guararé, Guararé, Guararé
yo me voy para Guararé . . .

Un pollo le preguntó
a su compañero el gallo
porqué no serás caballo 
y entonces montarte yo.

Coro
Guararé, Guararé, Guararé
yo me voy para Guararé . . .

Y el gallo con su espolón
le dijo muy enojado
apártate de mi lado
y busca tu cascarón.

Coro
Guararé, Guararé, Guararé
yo me voy para Guararé . . .

Apréndete mi canción
y aplica la moraleja
el que no tenga pareja
que duerma con camisón.

Del libro: Las canciones más bellas de Panamá






EDITH SÖDERGRAN [9236]

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Edith Södergran
Edith Södergran (San Petersburgo, 4 de abril de 1892 - Raivola, 24 de junio de 1923), poeta fino-sueca, pionera de la poesía en sueco en Finlandia. Su impacto en la poesía nórdica, especialmente en el modernismo finlandés de los años veinte, fue significativo en lo que se refiere a la liberación del verso de los confines de la rima, el ritmo regular y la imaginería tradicional. Como modernizadora de la poesía, sólo Katri Vala puede ser comparada con Edith Södergran, una de las poetas nórdicas más queridas.

Edith Irene Södergran nació en San Petersburgo el 4 de abril de 1892, en una familia burguesa de habla sueca. Su padre, Matts Södergran, trabajaba en una compañía de Alfred Nobel, siendo contratado posteriormente en una fábrica en Raivola como mecánico, a pesar de tener la responsabilidad de un ingeniero. En 1890 se casó con Helena Lovisa Holmroos, cuyo padre había tenido una exitosa carrera en el negocio de la fundicíón.
En 1902, Södergran ingresó en la Petri-Schule alemana en San Petersburgo. Influenciada por Heinrich Heine y Johann Wolfgang von Goethe, escribió sus primeros poemas en alemán, cambiando posteriormente al sueco. No obstante, los germanismos se convirtieron en una constante en su lenguaje. Durante aquella época criticó en sus escritos, entre otras cosas, el sistema zarista, sin tomar ninguna postura política clara. Su padre, que tenía tuberculosis, volvió a casa en 1907, tras una estancia en un hospital de Nummela. Los temas relacionados con la muerte, muy populares entre los decadentes, empezaron a aparecer en su poesía.
Södergran contrajo la misma enfermedad que su padre, siendo tratada en Nummela en 1909. Desde 1911 hasta 1914 vivió principalmente en hospitales en Suiza, donde empezó a estudiar sobre Italia y a leer a Dante. En 1914 regresó a Finlandia, llena de esperanzas con respecto a su futuro. Al año siguiente, conoció en Helsinki al escritor Arvid Mörne (1876-1946), que la animó a seguir escribiendo. Se cree que un encuentro casual con el filólogo Hugo Bergroth (1866-1937) fue el motivo por el que dejó de escribir en alemán, pasando al sueco. El expresionismo alemán de la pre-guerra la interesó sobremanera, de igual forma que el futurismo ruso de Vladimir Majakovski.
Poco antes de la Primera Guerra Mundial se instaló con su madre en la casa de verano en Raivola. Su primer libro, Dikter (1916), representaba la naturaleza de su pueblo natal como si de un sueño se tratara. En un poema amoroso (Hacia el atardecer refresca el día..., parte VI) escribió: "Buscabas una flor / y encontraste un fruto. / Buscabas una fuente / y encontraste un mar." Este libro representó una nueva voz en la literatura de aquel entonces, pero no causó demasiado debate, siendo recibido en algunos casos con admiración desconcertada y en otros como si se tratase de algo ridículo, hiriéndola profundamente. Södergran dejó de intentar entrar en los círculos literarios sueco-fineses de Helsinki en un vuelo a Raivola.
Su familia perdió sus posesiones en la Revolución rusa de 1917, motivo por el cual Edith sufrió de depresión y extrema pobreza, pero a pesar de la inseguridad y las duras condiciones de vida en las que se encontraba, escribió Septemberlyran (1918), cuya publicación dio pie a un debate sobre su posible locura. Este libro reflejaba fuertes visiones Nieztscheanas y euforia dionisiaca, pues lo que ella quería mostrar era que ni la Guerra Civil Finesa, ni la sangrienta Revolución rusa, ni la tuberculosis ni mucho menos las críticas la harían dejar de escribir poesía. Su obra no tuvo una gran aceptación en vida; no obstante, le abrió las puertas al mundillo de la literatura. En una visita a Helsinki en el otoño de 1917, conoció a numerosos escritores, a saber: Hans Ruin, Jarl Hemmer, Runar Schildt, Juhani Aho, y Eino Leino. Pero la más importante en su vida fue la crítica y escritora Hagar Olsson, que reseñó con gran entusiasmo el Septemberlyran. Olsson fue a Raivola a visitarla, y ambas mantuvieron una intensa correspondencia.
Los mejores libros posteriores de Södergran incluyen Rosenaltaret (1919, El altar de las rosas) y Framtidens Skugga (1920, Sombra del futuro). Dejó atrás su visión nietzscheana de la vida, aceptando el comfort de la religión (del que Nietzsche renegaba). A principios de los años veinte se hizo miembro de la Sociedad de Antropología, dejando de escribir poesía durante un tiempo. Su último libro, Landet som icke är, fue la preparación de Södergran para la muerte; fue publicado póstumamente en 1925. Los poemas resignados, que buscaban en el país que no existe, fueron recopilados y publicados por el poeta Elmer Diktonius.
Edith Södergran murió en Raivola el 24 de junio de 1923. Raivola se convirtiría pocos años después en un lugar de perenigraje para los seguidores de Södergran.

Obra

Dikter (Poemas) (1916)
Septemberlyran (Lira de septiembre) (1918)
Rosenaltaret (El Altar de las rosas) (1919)
Framtidens skugga (La sombra del futuro) (1920)
Landet som icke är (La tierra que no es) (1925)

Traducciones al castellano

Antología poética (traducido por Jesús Pardo). Visor, Madrid 1992. ISBN 84-7522-283-8
Edith Södergran. El corazón desmedido (traducido por Carmen Díaz de Alda Heikkilä). Torremozas, 1992. ISBN 84-7839-089-8
Poesía completa. Tercera edición revisada y corregida [1993-1999]. Traducción del sueco e introducción ("Edith Södergran: el cuerpo hecho poema") de Renato Sandoval Bacigalupo. Lima-Ica: Biblioteca Abraham Valdelomar, noviembre 2012. 226 pp. (Colección La Fuente Escondida; 1). [Contiene: Poemas, Lira de setiembre, Altar de rosas, La sombra del futuro, La tierra que no es, aforismos (1919-1922) e iconografía de la autora]. 



Al atardecer refresca el día...

I
Al atardecer refresca el día...
Bebe el calor de mi mano,
mi mano tiene la misma sangre de la primavera.
Toma mi mano, mi blanco brazo,
toma el ansia de mis menudos hombros...
Qué maravilloso sería sentir
en una noche, en una noche como ésta,
el peso de tu cabeza sobre mi pecho.

II
Arrojaste la rosa roja de tu amor
en mi blanco seno-
Entre mis febriles manos aferro
la rosa roja de tu amor que pronto se marchita...
Oh tú, Emperador de gélidos ojos.
acepto la corona que me tiendes,
la que me dobla la cabeza hacia el corazón...

III
Hoy vi a mi dueño por vez primera,
temblando, al instante lo he reconocido.
Ahora siento su pesada mano sobre mi brazo leve...
¿Dónde está mi sincera risa de doncella,
mi libertad de mujer de cabeza altiva?
Ahora siento su férreo abrazo
alrededor de mi cuerpo estremecido,
ahora oigo el duro estruendo de la realidad
contra mis frágiles, frágiles sueños.

IV
Buscabas una flor
y hallaste un fruto.
Buscabas una fuente
y hallaste un mar.
Buscabas una mujer
y hallaste un alma:
estás decepcionado.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen






Amor

Mi alma era un traje celeste como el cielo;
lo dejé sobre una roca junto al mar
y desnuda llegué hasta ti y parecía una mujer.
Y como mujer me senté a tu mesa
y brindé con vino y aspiré el aroma de unas rosas.
Me encontraste bella y semejante a alguien que en sueños viste,
olvidé todo, olvidé mi infancia y mi patria,
sólo sabía que tus caricias me tenían cautiva.
Y tú, sonriendo, tomaste un espejo y dijiste que me mirara.
Vi que mis hombros estaban hechos de polvo y se desmoronaban,
vi que mi belleza estaba enferma y ahora sólo quería desaparecer.
Oh, aférrame entre tus brazos, tan fuertemente
que ya no necesite nada más.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







Dos poemas acuáticos

I
Mi vida era tan desnuda
como las grises peñas,
mi vida era tan fría
como las blancas alturas,
pero mi juventud se sentaba con ardientes mejillas
y se regocijaba: ¡ya llega el sol!
Y el sol llegaba y yo desnuda me tendía
todo el largo día sobre las grises peñas -
y entonces una fría brisa del rojo mar llegaba.

II
Entre las piedras grises
yace tu blanco cuerpo que se lamenta
de los días que vienen y se van.
Las leyendas que de niña escuchaste
sollozan en tu corazón.
Silencio sin eco,
soledad sin espejo,
el aire se torna azul por todas las fisuras.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







El ansia de los colores

Porque soy pálida amo el rojo, el amarillo y el azul,
la gran blancura es melancólica como el crepúsculo
en la nieve,
como cuando la madre de Blancanieves a la ventana se sentaba
anhelando también para sí el rojo y el negro.
El ansia de los colores es el de la sangre. Si tienes sed
de belleza
cerrar debes los ojos y mirar en tu propio corazón.
Pero la belleza teme al día ya las miradas excesivas.
Pero la belleza no soporta el ruido ni los movimientos excesivos -
no debes llevar tu corazón hasta los labios,
perturbar no debemos los nobles anillos de la soledad y del silencio, -
¿se puede hallar algo más grande que un enigma sin resolver
y con extraños rasgos?
Taciturna seré toda mi vida,
una habladora es como el gárrulo arroyo que a sí mismo se traiciona,
un árbol solitario seré yo en la llanura,
los árboles del bosque perecen de ansia después de la tormenta,
debo estar sana de pies a cabeza y tener dorados rayos en la sangre,
debo ser inocente y pura como una llama de húmedos labios.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







El lago del bosque

Yo estaba sola en la soleada orilla
de un lago azul pálido del bosque,
en el cielo flotaba una nube solitaria
y en el agua una isla solitaria.
El dulzor de la canícula
de cada árbol goteó con perlas,
y en mi corazón abierto
se deslizó una gota pequeña.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







El secreto de Eros

Roja yo vivo. Con sangre vivo.
No he renegado de Eros.
Mis rojos labios arden sobre tu frío altar.
Te conozco. Eros -
no eres hombre ni mujer,
eres la fuerza
que se sienta agazapada en el templo,
y que se alza más salvaje que un grito,
más violenta que una piedra arrojada,
lanzando al mundo las justas palabras de la anunciación
desde las puertas del templo del Todopoderoso.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen









Espuma

Bebemos la espumosa
champaña de la vida,
leves como espuma,
diáfanos,
corazones de champaña...

Ojos de champaña -
promesas te guiña el cielo.

Pies de champaña -
sigan las estrellas.

Espíritus de champaña.
¡la copa se entusiasma en su mano!

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







La noche estrellada

Inútil dolor,
inútil espera,
el mundo está vacío como tu risa.
Caen las estrellas -
noche fría y espléndida.
El amor sonríe en el sueño,
el amor sueña la eternidad...
Inútil temor, inútil pena,
el amor es menos que la nada,
de la mano del amor al abismo se desliza
el anillo de la eternidad.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







La última flor del otoño

Yo soy la última flor del otoño.
Fui mecida en la cuna del verano,
fui puesta en guardia contra el viento del norte,
rojas llamas florecieron
en mis albas mejillas.
Yo soy la última flor del otoño.
Soy la simiente más joven de la primavera difunta,
es tan fácil ser la última en morir:
he visto el lago tan mágico y azul,
he oído latir el corazón del verano difunto,
mi cáliz sólo contiene la semilla de la muerte.
Yo soy la última flor del otoño.
He visto sus profundidades estelares,
he contemplado la luz de cálidos hogares lejanos,
es tan fácil seguir la misma senda,
cerraré las puertas de la muerte.
Yo soy la última flor del otoño.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







No consigo asir el calor de tu voz...

No consigo asir el calor de tu voz,
las dulces palabras se aferran a mi oído,
tengo un lugar vacío en el pecho...
¿Qué hacer?
Mírame, estoy pálida, las mentiras me agotan,
me duele hablar, mira y óyeme,
en el macizo de flores aroma dulce el verano,
soy un árbol que destruirá la tormenta...







Nocturno

Noche de claro de luna pura como la plata,
oleaje azul de la noche,
reverberantes olas que sin hablar
una tras otra se suceden.
Sombras caen sobre el camino,
los arbustos de la playa lloran quedamente,
negros gigantes vigilan la plata de la ribera.
Silencio profundo a mitad del estío,
sueño y ensueño.
la luna deslizándose sobre el mar
blanca y tierna.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







Nuestras hermanas van en trajes multicolores...

Nuestras hermanas van en trajes multicolores,
nuestras hermanas están a la vera del agua y cantan,
nuestras hermanas están sentadas sobre piedras y aguardan,
tienen el agua y el aire en sus cestos
y los llaman flores.
Pero yo arrojo sobre una cruz mis brazos
y lloro.
Alguna vez fui dulce como una hoja verdeclara
pendiendo muy alto en el aire azul.
Y fue entonces que dos espadas en mí se atravesaron
y el vencedor me llevó a sus labios.
Tan tierna era su rudeza que no me quebré,
puso una fulgurante estrella sobre mi frente
y me abandonó estremecida por las lágrimas
en una isla llamada invierno.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







Presentimiento

Oh tú, cuerpo mío, el más glorioso entre los gloriosos,
¿cómo sabes tú que tienes poderío?
Este brazo es lo que el siglo necesita.
El rayo está sentado en mi mano y un día habrá de fulminar,
el hombre verá su luz azul y comprenderá.
Sólo soy una más entre tantos y los otros
son más fuertes que yo,
pero yo soy el escudo que la gente ha de ver,
yo soy la esencia y el eslabón que vincula.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







Primero quisiera escalar el Chimborazo...

Primero quisiera escalar el Chimborazo
en mi propia tierra
y pararme allí sin aliento
con la corona del triunfo.
Luego quisiera escalar la montaña de la fama
a la que sonríen los dorados trigales del mundo
y pararme allí feliz
contemplando las rosas.
Y al final he de escalar la montaña del poder,
aún no conquistada,
desde donde las estrellas sonríen más dulces
bendiciéndolo todo.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







Tú, que nunca saliste de tu huerto...

Tú, que nunca saliste de tu huerto,
¿no has estado jamás anhelante junto a la verja
viendo por soñados senderos
fundirse la tarde en azul?
¿Y no has sentido lágrimas interiores
quemarte la lengua como un fuego vivo
al ver desaparecer un sol rojo como la sangre
por caminos que nunca habías hollado?







Un deseo

De todo nuestro mundo soleado
sólo deseo una banca en el jardín
donde un gato se asolee...
Allí me sentaré
con una carta en mi regazo,
con una breve carta sólo.
Ése es mi sueño...

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







Vierge moderne

No soy mujer. Soy un neutro.
Soy un niño, un paje y una osada decisión,
soy un rayo risueño de un sol escarlata...
Soy una red para todos los peces golosos,
soy un brindis en honor a todas las mujeres.
soy un paso hacia el azar y la ruina,
soy un salto en la libertad y en el yo...
Soy el murmullo de la sangre en el oído del hombre,
soy un escalofrío del alma, el ansia y la negación de la carne,
soy el anuncio de nuevos paraísos.
Soy una llama inquisitiva e intrépida,
soy agua, honda mas audaz hasta las rodillas,
soy fuego y agua sinceramente unidos por libre decisión.

Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen







MILENKA TORRICO [9237]

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Milenka Torrico Camacho nace en Cochabamba, Bolivia, el año 1987. El año 2009 publica su poemario “Preview” con la Editorial Yerba Mala Cartonera. El año 2010 gana el primer y segundo lugar en el concurso de poesía “Blanca Wiethüchter” de la Universidad Simón I. Patiño. Actualmente estudia Literatura en la Universidad Mayor de San Andrés.





Pausa

Has abandonado a tu novio
a tus pop stars
a tu perfil en facebook.

No contestas llamadas
no respondes mensajes
no atiendes la puerta.

Húmeda de náuseas, con el camisón de hace semanas
bebes ron sobre la alfombra
mientras oyes un cassette de rancheras.






Devaneo 

Mi otra madre
adolece de quistes, de endometriosis
de virginidad.
Se acuesta pensando
en el novio que no tiene.

Despierta pensando
en la hija que no tendrá.
Ella, a veces, se confunde
se sienta a la mesa

lloriquea

(habla de ellos)

se violenta
y me reclama
todos sus objetos
todos sus sujetos
perdidos.








Nunca serás Justine

Nunca oirás el crujir de tus huesos
No sangrará tu boquita
No abrirán tu espalda a mordiscos
Nunca sentirás la asfixia de estar boca abajo
No caerás de rodillas
No golpearán  tu rostro contra el suelo
A ti
te darán un beso
te invitarán un helado
te llevarán a casa
y plantada allí con tus intenciones
te consumirás en ese llanto que no exacerba
ningún deseo violento de tomarte.








Salto

Esta forma de amar
tan parecida al trapecio

tan de huecos en el vientre
tan de frío en los párpados
como la velocidad

tan en aire
tan en la cuerda
como la asfixia

tan por contorsión
tan por equilibrio
como el vuelo.

Esta forma de amar
tan parecida al trapecio

tan para piernas
tan para brazos

tan para asirse

pero nada más.






El jet set del 87

El jet set eleva la barbilla huyendo de lo vulgar, ni sus pupilas ni su voz tocan lo que no merece, se impacienta ante los ancianos, los down, los mendigos, los tontos, los que lloran, los que se besan

conoce el dolor y sólo aprieta los dientes, no se duele de quien gime y se inclina, camina sobre tacones blandiendo la punta de la nariz contra la violencia del viento

se complace en la palabra no, en la palabra nunca, se goza en la sensación de vacío, no muere de hambre o de amor

no tiene madre, no tiene muertos, no tiene hijos que lleven el primer nombre de su padre, no tiene hijas a quienes perfumar y peinar los cabellos.

son niñas que amaban las paredes, las tijeras, el espacio debajo la cama, son locas cortopunzantes

no tiemblan de frío o de miedo, no necesitan luz, dueñas de sí y del resto, se desbordan en el odio y saben de tortura y desaparición

no tienen piernas para huir, brazos para asirse ni boca para gritar, ellas no temen, no caen, no piden auxilio.

Las chicas del jet set mueren a los 40, sin cortes, sin moretones, sin proyectiles, víctimas de la asfixia de su propio ego.






                No es por las puertas por donde asoma nuestro abandono.
                J. Lezama Lima

Es desde nuestras manos
que crecen las palabras más terribles
no se dice muerte
todos los corazones están cayendo
no se dice muerte
merezco una constelación
merezco un hijo violentamente hermoso como un asteroide
no se dice muerte
este es un amor enano
atravesaste el desierto por esto
amor de peces enanos
no se dice muerte
pero estos son espejos,
y sólo están, no nadando, no viviendo
no se dice muerte
aunque crezcan las deformas más terribles
desde nuestras manos.





En las calles admiraba nada más que los rasguños en paredes de Santiago.
Felipe Becerra

Esta asfixia es tan larga.
Un cielo espeso se ha decidido a caer.

Desde este piso tan alto como mis años
busco a mis amigos
en las aceras
en las ventanas cercanas

quisiera verlos emerger del subsuelo
quisiera verlos llegar encendiendo la calzada con sus pasos
haciendo de esta ciudad un cometa
o un meteorito que penetra la atmósfera

porque todo lo que sus garras tocan
arde en llamas
y todo lo que sus corazones tocan
arde en llamas
y es incandescencia allí donde sus ojos se dirijan

todos los semáforos
todos los anuncios
y cada uno de los faroles
enmudecen si doblan la esquina
sus corazones de galaxia

y el infierno, amigos,
si ustedes aparecen, el infierno
por una noche, tendrá nombre de santo.



SUSAN KIGULI [9238]

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Susan Kiguli nació en Uganda. Escribe poesía desde la secundaria. Estudió Literatura en la Universidad de Makerere en su país natal. Su libro African Saga, que contiene 74 poemas, recibió un importante premio en 1999 y le ha dado renombre en su país y en el exterior. Sus poemas han sido considerados una respuesta lírica y positiva a la situación. Poesía como el milagro de la cotidianidad. Ha sido jurado del Commonwealth Writer's Prize. Ha leído sus poemas ante auditorios en Uganda, Ghana, Zimbabwe, Sudáfrica, Kenia, Gran Bretaña y Alemania.




Susan Kiguli (Uganda, 1969)



Tus ojos

En cuanto tocamos el Aeropuerto de Harare
Tu voz llega nítida
Yo te recuerdo entregando todo lo tuyo
Diciendo después 
"Tú serás mis ojos".

Me aferro calladamente a tus palabras
Inquiriéndome si mis ojos
Aunque llenos de colegio
pueden alguna vez ser como los tuyos madre!

¿Puede un pequeño diccionario
Reemplazar una enciclopedia? 
Recuerdo tu risa
Ante las historias
Sobre ciudades Británicas
Y el pequeño pobre
Agitando un magazín ante mi
Un extranjero
Gritando " 'yude al sin 'ogar"
Tu observación sobre cuan grandes se hacen
los ojos en los viajes.

Tú que posees un discurso profundo
Sobre cada experiencia
¿Cómo puedo ser yo tus ojos?

Me preguntaste
Si acaso aterrizar
Es la misma experiencia
Que despertar a una viuda?

¿"Produce la viudez
Presión en los oídos
Hace subir los intestinos
Del abdomen a la boca"?

La risa te sacudía
Y dijiste
"Bueno, la viudez es teatral"

¿Cómo puedo conocer el teatro?
Yo que nunca he alimentado
Catorce Hambrientos ojos
Con dos peces y cinco panes.
Nunca he peleado con un líder de clan

Por voluntad de un hombre muerto!

Apenas estoy aprendiendo
A fragmentar las cortinas
Y a perforar el silencio.

¿Cómo puedo ser tus ojos?





Manos embrujadoras

Para Kelwin Sole

Las manos que no pueden ser estrechadas a través de los océanos
Desaparecen en gris agua que a veces es
Compartida entre un blanco alegre por engranajes móviles.
El agua encuentra besos y parte esparciendo
Distantes cielos.
Las manos flotan sobre la superficie deslizándose
Una sobre la otra para mantener distancia y cercanía
Prodigiosas.

Palmas húmedas de agua de entrecruzadas líneas sufrientes 
Que en su intensidad han escondido tragedias.
Las partículas de agua revelan únicamente sus propios espejos
Escondidas en capas amotinadas que guardan oscuras llaves
Del vapor que envolvía el cielo entre la intriga
Del misterio. Espejos que han conocido la depravación 
Y visto individuos partir el pan, humedecerlo en vino
Y tragar grandes trozos con los ojos muy abiertos.
Espejos que han visto zuecos
Forzar a Lázaro a doblarse
Por temor de que barra migajas
Con su lengua seca.








Conmoción

Me conmocionan las barricadas
Erigidas para que el mundo pueda continuar
Sin ti! 
Los escritos están de nuevo
Sobre nuestros muros
Babilonia se viene abajo
Pero en su lugar Asiria construye
Una nueva llaga
Un dolor diferente desciende sobre nosotros
Un fresco latido comienza en nuestros cuerpos
Continuo como una sirena
Pero no podemos descifrar
Su causa o su curación.






La nueva cría

Esta nueva cría de pitón 
No es sagrada
Aferra el nervio de nuestro ser
Engullendo con gula
Disfruta el espectáculo de nuestro trastorno.

Esta nueva cría no se enrosca 
Una larga siesta de un mes
Cuidando su satisfacción
Dejando que las hojas del pasto
Crezcan a través de su cuerpo
Hasta que las enzimas absorban
Su presa.

No, ésta hiere persistentemente 
Millares de víctimas
Haciendo que los poblados se envuelvan
Ellos mismos en vacío.

Ahora, miramos entre
La boca de un nuevo pitón
Con distintos hábitos de acecho
Este no es un juego de risa
No podemos tolerar
En el placer de la especulación

O teorías inflexibles del abrazo.

No, este es el tiempo
Para vigilar las puertas
Para hacer que ruja el tambor
Para recordarnos
Que los enemigos deben ser nombrados
Este es el tiempo de ver
La cara del enemigo
Y saber cómo cuidarse.

Traducciones de Rafael Patiño

http://www.festivaldepoesiademedellin.org/






EL CURSO

Derribamos los pinos
Para que las flores crezcan
Derribamos los pinos
Y cuando las sierras tocaron
La savia de
Los encumbrados árboles
Derramamos lágrimas
Pero sabíamos que las flores
Tenían que vivir
Y que los árboles tenían que moverse.

Los maderos flotan ahora sobre el río
Y la falda de la montaña está desnuda
El denso verde se fue
En su lugar hay una luz frágil.

Traducción de Rafael Patiño Góez






Poema de Uganda

Because I love this Land
I hold a thousand tears
in the cup of my skinny hand
I carry ten thousand wails
in the deep hollows of my ears
I host a million bloated babies
in the deep brown of my eyes
I house ten million graves
in the curls of my thinning hair
I have stored pouches upon pouches of pus
in the blisters of my heart
So we do not talk about them; we do not sing about them
How can we sing of things we do not know?
How will we sing about old men’s guts eaten out by hunger, old men’s eyes closed for fear of watching axes tear the heads off their grandchildren?
How can we explain missing ears, lips, noses,
lone limbs traversing the land without their owners?
How can we ever talk about these things without tumours of bitterness teeming in our hearts?
No wonder we are silent.
I will not talk about them
I will talk of other things
Of the man who hung naked on a tree and sweated sorrow for us.
I will only sing of water and blood flowing out of a side and a voice that whispered
‘It is finished’.
I can speak about a glory
wrapping darkness in a shroud
and storing it in an eternal grave.
I will dwell on love of a heavenly prince
clothed in earthly tatters
fighting swindlers in the temple of God.
I will tell of a little child talking to bearded men about His Father’s Love.
I will sing about a risen Son and transcending peace.
I will dance of the victory of love embracing love
This is the only way I can ever walk upright.
The only way I can ever walk upright.
The only story I can bear to tell.
The story God calls us to live – a story in which violence does not have the final word.




DAVID WAPNER [9239]

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David Wapner. Nació en el barrio de La Paternal (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ARGENTINA), en 1958. Cursó en forma parcial diversas carreras (medicina, musicoterapia, profesorado en historia) y llevó adelante distintos proyectos como poeta y músico. En 1982 fundó la banda Gutural, que tuvo varias formaciones hasta su disolución en 1990. Su contribución a la ficción y poesía para niños es reconocida por la crítica a través de los años con premios y ensayos en revistas especializadas, libros y conferencias. Entre los años 1995 y 2006 editó la hoja literaria Extremaficción (a partir de 1998, Correo Extemaficción, e-zine), en la que publicó un seleccionado de los principales poetas jóvenes de aquellas décadas. Desde 1998 vive en Israel. Publicó entre otras obras: Bulu - Bulu, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1987; El otro Gardel (relatos para niños), Libros del Quirquincho, Serie Negra, Buenos Aires, 1989; Tragacomedias, Trompa de Falopo, Buenos Aires, 1993; El águila (nouvelle), Libros del Quirquincho, Buenos Aires, 1994;  Violenta Parra , Del Diego, Buenos Aires, 1999;  Algunos son animales, Norma, Buenos Aires, 2003; Los piojemas del piojo Peddy, Ediciones del Eclipse, Buenos Aires, 2004;  Una novela de mil páginas, Siesta, Buenos Aires, 2007;  La noche (cuentos - reedición), Eloísa Cartonera, Buenos Aires, 2007; Tierra metida (crónicas), Macedonia, Buenos Aires, 2009; Mardablogues, Imprenta Argentina de Poesía, Buenos Aires, 2010 y Perrupagia Amoghino Búnfeld (poesìa), Alción, Córdoba, 2012.




La situación de los poetas en Israel

Alarma la situación de los poetas en Israel. A dos cuadras de mi casa, cavaron un agujero de poetas y la situación empeora. En Tel-Aviv, hace dos semanas, me puse a buscar una situación que pueda ser contada. Me encontré con cuatro o cinco pero, y tengo que pedir disculpas, no las pude asir. A cincuenta metros de altura, una situación de los poetas quedó colgada de una antena de microondas. En Jerusalén, en cambio, la situación de los poetas es antagónica a la situación de la poesía. Son dos situaciones que se repelen y, por ahora, no hay nada que hacer. En Beer Sheva nacieron dos situaciones y murieron tres. El promedio de mortandad de situaciones de los poetas es relativamente alto aquí. Las situaciones mueren por enfermedades endémicas como, por nombrar una, la situación de los poetas. También hay altas tasas de suicidio. Y los automóviles suelen matar una docena de situaciones de los poetas al mes. En una explosión reciente, murieron diecisiete situaciones de los poetas de interés.

DAVID WAPNER 









CANCIÓN DECIDIDA

Todos los días
apenas salga el sol
saldré a la calle
a gritarle al mundo
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Aunque creo más prudente
dejar pasar unas horas:
saldré a las diez de la mañana
cuando todo el mundo está despierto
y va de un lado a otro
por aquella calle
a la cual saldré
y gritaré al mundo
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Quizás convenga más
salir después del almuerzo
cuando la gente tiene
sus barrigas llenas
y está más predispuesta
a oírme gritar
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

En realidad esperaré hasta la tarde
cuando el sol está más bajo
y no afecta la digestión
de las multitudes
que pasean por la calle
en la cual estaré yo
diciendo con todo mi pecho
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Ni de día ni de tarde:
no hay nada mejor que la noche
para salir a la calle
y susurrarle
a cada peatón
mientras regresa de su trabajo
y piensa en una rica cena
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Pero yo optaré por la madrugada
cuando no hay un alma en la calle,
todo el mundo duerme:
yo también duermo,
así que
mejor me quedo en la cama
y sueño
que soy feliz
que la vida es bella
y que en su homenaje
me pondré a bailar.

Extraído de A mar mío 
(Obra inédita; Buenos Aires, 1990-1996).







El felino urbano:  

El felino urbano
El puma de la ciudad
El gato, la fiera de los hogares y las calles.

El que cambió selva y monte
Por baldoza, cemento, ladrillo,
Por tela y almohadón.

Ha comprendido que no basta ser gato
Para seguir siendo gato.
No es que el gato renuncie a ser gato,
En cada forma nueva que adopta,
El gato sigue siendo gato:
Cada vez más gato
En cada forma que adopta.

Y ahora, que un gato flota
Por encima de mi mesa
O que otro zumba
Alrededor de mi plato de pollo
Me siento en la obligación de mostrar
Cómo estas criaturas han mutado
Para ganarse la vida 





Moscatos

En cambio, a los moscatos,
Que algunos confunden con vinos,
Yo los confundía con moscas,
Gigantes, del tamaño de un gato





1/

EL TEXTO

El rey es adecuado.
Aunque no lo justifico.

El tema

En el borde de la calle, al costado de la salud, se ha negado un 
principio elemental. Un hombre no puede pertenecer a nadie, ni siquiera 
a sí mismo. ¿Qué hace el hombre? Mira la tormenta y dice ¡ay! ¡ay! ¿Qué 
otra cosa puede hacer? El lamento, la danza, la risa. Todo sirve para 
evitar la tormenta: alabanzas a la tormenta, diatribas a la tormenta, 
reflexiones acerca de la tormenta --ahí están los meteorólogos. Ya nada 
duda de nuestra soledad. Salvo, a no ser que. Puedo tener alegrías. 
Puedo engendrar palabras que conducirían a sentimientos alegres. Puedo 
decir "otros ya han experimentado esto y cosas mucho peores ". Y ya no 
están. Puedo decir que el fin del mundo ya sucedió y por lo tanto no es 
nada improbable. En diferentes escalas. Desde el cataclismo universal 
que experimentaron los dinosaurios hasta la muerte de Teresa en 
Cutralcó. En el medio están los holocaustos. Los judíos seguimos siendo 
judíos pero a algunos nos han salido plumas, los labios se ven 
perturbados por sustancias córneas; algunos hemos logrado volar, 
estrellados a veces en el océano, otros, desplazados de un hemisferio a 
otro.






El refugio

Los gatos, en tanto, sienten que están en peligro.
No bien encuentran un hueco nuestro, allí se meten.
¿Los perros? Van detrás de los gatos.
La filosofía se hace trizas. Vengan, animales míos, a mis brazos. La 
casita de ustedes, qué felices son bajo un techo.
¿Y los pájaros? Los pájaros, ya lo dije, son los dinosaurios.
Escribir como modo de pensar, este invento de la especie, a veces nos es 
grato, para qué decir cosas de las que luego nos arrepentimos. La saga 
humana, la gran historia multiestilística.
Sin embargo, parece que no. Un enviado me ha dicho que tiene noticias. 
Algunas son novedosas; otras, en cambio, son la retahíla de siempre, 
aquel concatenamiento de acoconteceres llamado acontecer. ¿La vida es 
así? ¿Mi mano cuando se estira te alcanza? ¿Comprendés mi sintaxis? 
¿Puedo hablarte sin que me malentiendas? Mi corazón late y, aún así, 
llega un segundo después.





El estilo

Ahora que lo pienso bien, aborrezco este estilo. ¡Este estilo que te 
habla! ¡Lapicera! ¡Perrito! ¡Gatarín y gatarina! Animalitos míos, 
querría decirles que los quiero tanto. El sol, al que persigo desde hace 
años, a veces está en un rincón incómodo para mí. El sol, a quien busco 
interceptar, se merece un cachetazo. Un bife, decía mi viejo. ¡Biflo y 
Bifo son hermanos! A Bifo lo inventó mi papá; a Biflo, yo. Sin embargo, 
cuando me surgió Biflo, no pensé en padre alguno.






El recurso

No bufles más, digo a perrito. Perrito me dice que él no bufla, que se 
trata de una acusación mía que tengo que probar. Perrito, te digo así 
porque imagino que sólo perrito puede buflar. Ahora, si perrito es feliz 
porque bufla y bufla, no soy quién para obstruir la buflada. Mal que 
bien, yo estoy aquí y nadie me ha dicho lo que yo ahora digo a perrito. 
Yo, aquí, mucha honra a perrito. Aunque así no se puede pensar. No es lo 
mismo y no es discriminación a perrito. Por mí, que bufle lo que quiera. 
Nadie impone (a él) un lenguaje determinado, nadie le dice "decí esto y 
esto, que eso y no otra cosa es lo que tenés que decir". Un método que 
no falla nunca es decirle "perrito, bufle" y perrito no bufla porque 
perrito no obedece.






El efecto

Así, entre otras cosas y entretenimientos, se espera que pase una 
tormenta. No hay ciencia que impida elucubrar cosas tan fantásticas e 
improbables como estas. Nadie hay tan razonable y si lo hay es 
impostura. Nadie sabe a ciencia cierta cuál es la razón de la cosas que 
hace. Los actos de nuestra vida son en buena parte mecánicos. Lo 
comprobé desde muy joven cuando, en trance de fumo, yo hablaba con mi 
padre del modo habitual en que lo hacía todas las noches durante su 
cena-almuerzo. En forma simultánea, yo mismo observaba y pensaba en el 
diálogo que yo mismo entablaba con mi viejo, que jamás sospechaba 
mantener charla con un hijo drogado.






El pudor

Hay textos míos de los que me avergüenzo.
Algunos fragmentos de este podrían ser de aquellos.
No, claro, cuando pido a perrito que bufle; tampoco otros. Es que la 
literatura es irreflexiva. Al surrealismo, la reflexión acerca de la 
irreflexión lo transformó en algo parecido a la idea que el surrealismo 
tuvo de sí: gestos, flexiones. Detesto mis reflexiones. No sé pensar y 
eso me pone al margen de otros que sí saben cómo estructurar sus ideas y 
expresarlas con soltura y virtud. Hay zonas escritas por mí que no 
habría que leer. ¿Y por qué, entonces, el esfuerzo para escribir textos 
que, incluso a priori, quiero destruir? ¿Existen justificativos para la 
literatura? ¿O se es víctima de una compulsión que hay que justificar de 
algún modo?






El deseo

Nada nos hace inmortales, ¿qué tipo de inmortalidad es esta, cuando ya 
no estamos? La inmortalidad así entendida, ¿es altruista en extremo o 
egocéntrica e insoportable?
Quiero tu trascendencia, perrito. Querría que te veas igual que yo 
cuando me veía a mí mientras estaba fumado, pensado y evocado por otros, 
mientras vos mismo sos el que no está, víctima de una droga de potencia 
absoluta.






Resultado

¡Plena alegría! ¡Mínima felicidad! Escándalo de la sangre, ¿por qué 
tanto borbotón? Las manos, cuya función es rascar la cabeza, no tienen 
uñas. ¡Muy bien! ¿Qué va a ser de ellos, ahora? ¡Plena alegría, mínima 
felicidad!





2/

Barbapungui / Introducción
(En "Perrupagia-Amoguino-Búnfeld", inédito)

(Antes de observar o leerse esta obra, el espectador leerá una 
introducción narrada y escrita por el propio dramaturgo, cuyo texto 
impreso obtendrá de manos del acomodador o quien lo reemplace, Así está 
dispuesto, en forma arbitraria, y por lo tanto no dará resultado si no 
se opta por sugerir la lectura en lugar de imponerla sin opción. El 
espectador debería interesarse por los asuntos de Barbapungui, está muy 
mal hacerse el distraído, a Barbapungui se le va la vida, seguido por 
Marvaloca. Barbapungui es capaz de atorarse con un hueso de pollo, pero 
Marvaloca lo salvará. Luego, será ella la que muera asfixiada. Esto no 
sucederá en la obra, pero ellos están preparados. Los salva un miedo 
pampa a la oscuridad, siempre duermen con las luces encendidas. Mal 
dormidos andan por la vida, por eso hay que leer la introducción. Es 
prosa fresca y nutritiva, pero sólo a temperatura ambiente. No soporta 
el calor, tampoco aguanta el frío. La ficción, en teoría, trata de 
eludir ambos andarivel; transita a ciegas y casi siempre fracasa. El 
resultado es una ficción descompuesta, enferma de sí misma, que cuando 
trata de mirar hacia atrás cae en la cuenta que no ha dejado huellas, es 
imposible regresar. El relato se desbarranca de continuo, cae en 
contradicciones, recapitula y, al fin, se desentiende de toda 
consecuencia. Pero allí está, plena ficción, Barbapungui comienza).


¿Qué es el éxtasis? ¿Barbapungui que mira al techo? No puede ser que esa 
boca abierta, seca sin una explicación que pueda satisfacer una 
curiosidad científica, sea la expresión adecuada de un estado que merece 
nuestra admiración y respeto. Pero es posible que pasen los días y 
Barbapungui permanezca en esa misma posición. Hasta ahora Marvaloca 
intentó alimentarlo con queso blanco, puré de calabaza y banana pisada. 
Barbapungui ingiere una mínima parte, por lo tanto es muy posible que se 
le proporcione suero endovenoso en algún hospital.

¿Qué es barbaflón? Según Barbapungui camine por la diagonal de una 
plaza, o se desplace en bicicleta a contramano del tránsito, barbaflón 
no cumple requisito alguno, que no es atribuible a cualquiera de las 
acciones descritas. Barbaflón es un sentido no específico de nada, 
aunque capaz de poner en conflicto un idioma.

¿Qué es meritable? La capacidad de merecer compasión sostiene a 
Barbapungui, le da cuerpo a un alma espesa, le quita de encima un 
sombrero y queda al descubierto un pelo crespo pero ralo. Barbapungui se 
tensa las orejas con ambas manos, evidencia un manejo de los dedos muy 
sutil y por todo eso a veces le dan limosna.

¿Qué es la carpa? En la vida no se ha visto tanta sombra en tan poco 
espacio. Un saco de Barbapungui merece una estaca para que el viento no 
lo sople; un pantalón se instala sobre un poste; una camisa, en cambio, 
servirá de alfombra. Allí cabe uno sólo, no es recomendada como refugio. 
El descanso es su función primordial, pero causa tanto trabajo que todos 
le huyen.

¿Qué es un pedazo? Unido al entrecejo, suele haber la verruga que hay 
que quemar en prevención. Como Barbapungui a cada momento se tapa la 
cara con las manos de modo que también oculta la frente, este detalle 
casi nunca se ve. Pero su influjo se respira y más de uno se ha vuelto loco.

1

Mal que piensa Barbapungui, es más duro que una piedra. Ayer se lo vio 
en el banco de una plaza, ni sentado ni de pie sino a medias, de 
rodillas. Esperaba a Marvaloca y como esta no acudió, continuó allí, en 
su espera. "Me pasaban unas cosas por la cabeza, eran como unos calores 
que me hacían transpirar. Yo quería mirar en dirección de la calesita 
pero no la encontraba, era muy raro, todo estaba lleno de vapor. 
Barbapungui, dije, me estoy derritiendo, y me toqué la frente y la nuca. 
En efecto, estaba mojado, pero entero. Y, sin embargo, no lograba 
divisar nada más allá de mi nariz que, por otra parte, ya tampoco veía. 
No veía esas cosas, pero veía otras. Nubes, diría. A continuación, me 
vino sueño, más bien sentí los ojos pesados. No pude más y me dormí". 
Modorra, nada más. Abandono de Marvaloca, transitorio, bostezos por ella:

A ver la cola
a ver la loca
a ver la aorta
de Marvaloca

Sangra, sangra
pongo el paño
Sangra, sangra
por el caño

(Al ver las caras tristes, se comprueba que el efecto obtenido es 
contrario al soñado. No hubo escándalo y Barbapungui continua en brumas. 
A medida que avanza el día, Barbapungui es envuelto en un cono de 
sombra. Esto es natural, porque la noche es inexorable y en este sentido 
terminará por tragarse a Barbapungui. Quizá al día siguiente lo 
regurgite, lo cual en modo alguno quita dramatismo al fenómeno).


2

Dura reacción del cuidador.
Al ver que los límites por él impuestos son vulnerados por cualquiera, 
no sólo renunció a su trabajo -que ejercía desde hacía cinco días- sino 
que golpeó con sus puños al último que trasvasó la línea trazada en tiza 
que dividía el territorio permitido de aquel cuyo tránsito estaba 
vedado. Saldo negativo, entonces, para la gestión de Barbapungui, quien 
había sido contratado en calidad de desconocido, lo cual le significaban 
enormes ventajas que sin embargo no alcanzaron.
Barbapungui ha estado en la calle por dos jornadas, durante las cuales 
no comió ni durmió. Pero ahora ya descansa en casa de Marvaloca. 
Marvaloca es ancha de caderas, eso no interesa a Barbapungui. Marvaloca 
dice que él no la ha olido aún, que cuando esto suceda Barbapungui no 
podrá resistirse a su influjo. Ella dice esto porque no conoce a 
Barbapungui. La civilización ejerció en él una suerte de distracción en 
la cual lo animal se manifiesta en forma negativa, haciendo de 
Barbapungui un bruto. No obstante, es justo felicitar a Marvaloca. 
Barbapungui duerme a pata ancha; luego, ella sabrá en qué emplear sus 
caderas, sus nalgas, o lo que le venga mejor.

Barbapungui duerme en una noche de calor importante y suda por la nuca. 
Podría levantarse en busca de una toalla pero sus instintos le 
preservan. No sabe en dónde se halla y cualquier incursión en la 
oscuridad podría ser peligrosa.

Mientras tanto, Marvaloca vela por él. Pero no osa secarle la nuca. A 
ver si despierta y fuga, confundido y desorientado. Retener a 
Barbapungui requiere ciertos trabajos y en ellos está empeñada 
Marvaloca. Para más tarde, el plan prevé besar a Barbapungui; por ahora, 
es un riesgo que no vale la pena correr. Mientras tanto, ¿qué hacer? 
Marvaloca, tan fragante a estas horas. Qué tristeza, Barbapungui.


¡Qué suerte,
Barbapungui!

El corazón,
el perezo
la palabra rara
el peligro rotura
y por la ranura
entra Marvaloca
¿No estará embarazada
o en un estadio intermedio?

Todo es posible
en historias de este porte
capaz que nace un muerto:
esas cosas suceden.


3

Al fin y al cubo, no se diferencia la materia inerte de la activa si se 
las observa desde cierta distancia. ¿En qué lugar ponemos a Barbapungui? 
¿En dónde se encuentra? ¿Qué señales dejó. Es difícil responder a todo, 
supongo que no estamos preparados. Aunque, si le sucede algo, alguien 
tendría que mostrar alguna alteración, cierto cambio aparente, un color 
que vira a otro. Se supone que el habla de Barbapungui desconcierta, él 
dice "cuflo" y "muflo", entre otros vocablos particulares. El no es el 
único, por cierto, pero ¿a quién otro es posible oír en estos días? 
Barbapungui, en tal sentido, es un dotado. Pruebas ha dado muchas, aún 
ahora que se encuentra en trance tan difícil. Mueve a creer que sus 
dichos dicen más de lo que expresan, pero es una idea vaga que transita 
un terreno que creemos conocer pero desconcierta en más de un tramo.

Barbapungui en su lecho se repone de a poco, es un cuerpo agotado que 
consumió recursos en acciones y trabajos de oscuro rendimiento, pero 
brutales como todo esfuerzo inútil. ¿Qué celebramos, entonces? ¿Qué nos 
está permitido? Quienes mueren olvidan de inmediato. Hasta ahora no se 
ha podido comprobar otra cosa.

Cómo decía,
cómo decía.
No se sabe,
no se sabe
Come tu pan
bebe tu leche
indigesta.

4

Bérenstein ha muerto y se burlan de él. Suceso lejano, no se comprende. 
Bérenstein suscita cánticos a favor y en contra, aunque son estos 
últimos los que han ganado terreno. Bérenstein hubiera sufrido mucho de 
haberlos oído, la verdad es que nunca hizo daño a nadie. Es evidente que 
se han ensañado con él para cargarle culpas ajenas u otras patrañas más 
oscuras. Bérenstein en sí era oscuro, pero eso no lo afecta en cuanto a 
su muerte. Nunca se planteó ser inmortal ni nada semejante, sin embargo, 
a su pesar y por medios no ortodoxos, esto ahora le sucede. Una 
eternidad no deseada lo ha reinstalado. Así parece. Se habla de 
Bérenstein en cualquier momento; no hay sitio, por más hostil a la 
palabra que fuere, que en potencia pueda impedir una mención a su 
nombre. Barbapungui ha tomado nota de ello y está muy impresionado. 
Barbapungui, que se asusta de cosas que a nosotros nos parecerían 
ridículas, ha recibido con esto un golpe emotivo que puso en riesgo su 
salud, sobre todo la cardíaca. No comprende bien qué o quién es 
Bérenstein, pero intuye que es algo que va contra natura; esta es la 
causa de sus taquicardias cada vez más frecuentes. Marvaloca no puede 
ayudarlo en esto como en el resto de sus asuntos. Marvaloca, si bien 
parece sana, es sólo apariencia. Se fatiga cuando piensa, lo que sucede 
con frecuencia. Ella también padece taquicardia, pero se confunde con la 
de Barbapungui, lo cual dificulta cualquier diagnóstico. Todo este mundo 
confuso, de límites inciertos, perfiles borrosos y cambiantes, trae a la 
larga consecuencias. Pero los entes que residen en él no tiene 
responsabilidad en todo esto y se convierten en víctimas, cosa que no 
esperaban porque se creían a salvo. Por lo tanto, no es cierto que no 
sean responsables, al menos, hasta cierto punto. La desidia se paga, 
esto es muy cruel. ¿Qué más querríamos sino una vida dulce? ¿No? ¿Es 
falso? Parece que sí. Qué difícil para Barbapungui, sobre todo ahora que 
se encuentra inconsciente, tumbado en un lecho que no conoce. Y no es 
menos duro para Marvaloca, que busca respuesta en donde es imposible. 
Felices o infelices da lo mismo, desde esta óptica se ve así.

5

Se ha visto de qué modo son maltratados los carteles, alguien los 
considera responsables de sucesos no deseados. Barbapungui mismo 
participó en alguno de estos hechos, aunque aún no tomó debida 
conciencia, a causa de que los carteles son en esencia indestructibles y 
permanecen a pesar de su destrucción. Sobreviven, se hacen más fuertes y 
generan otros nuevos cada vez. Vanas ilusiones para sus detractores, 
ideólogos de un pensamiento que propicia su destrucción masiva. 
Semejante estupidez, no se dan cuenta de que están hechos de una cepa 
diferente a, por ejemplo, Bérenstein. Y no es por desacreditar a 
Bérenstein. Es tan sólo que el esfuerzo encaminado a destruir un cartel 
es vano, sin futuro. Quizás lo vean así, como un modo de matar el 
futuro, para así acabar con el sufrimiento. No está mal, es una línea de 
pensamiento interesante. Marvaloca a veces se hace planteos de este 
tipo, pero debido a su fatiga mental no llega a conclusiones dignas. En 
realidad, el agotado es el mismo pensamiento, que circula débil y vacío.

6

El perro es fuerte, puede caminar horas y no se cansa. Barbapungui, en 
cambio, es flojo, su presencia de ánimo disminuye a medida que da cada 
paso. Así no llegará en buen estado, si es que llega. En cambio, el 
perro lo sigue (¿va en mismo rumbo?, ¿es su acompañante?) No, 
Barbapungui no ha podido evitar que un perro se le una. Para la 
concepción de Barbapungui, el perro es un accidente que no forma parte 
de él; para el perro, en cambio, Barbapungui le pertenece, no hay razón 
para pensarlo de otro modo. No sería práctico, tampoco justo. Esta es 
una unión de hecho, su devenir ya se verá. Claro que en este trayecto no 
hay comida. Barbapungui y tal carencia lo hacen más débil. El perro, que 
intenta depender de aquél, en algún momento desaparecerá, en cuanto 
decida buscar alimento. Se trata en este sentido de un animal íntegro; 
no podemos decir lo mismo de Barbapungui. Ciego de instintos, jamás 
atinaría a otra cosa que recibir comida casi en la boca.. Es incapaz de 
buscar por sí mismo; en situaciones como la que ahora acontece podría 
morir de hambre sin darse cuenta. Eso no le sucede a los perros, aunque 
en algunos casos ya se ha dado en las ciudades. Perros domésticos 
extraviados o echados de sus hogares, que vagan sin rumbo, tras un 
rastro que ni siquiera ellos saben qué significa. Algunos rompen las 
bolsas de basura, pero otros no se animan y un día amanecen flacos, 
puros huesos, parecidos a la comida que buscan. Una vez un perro 
enflaquecido quiso comerse su propia pata. Variante cruel de la neurosis 
de la cola, se causó a sí mismo una herida grave y murió.

Barbapungui ignora tales cosas, ¿cómo pudo llegar hasta estos días con 
relativa salud, siendo como es?
Mas no echemos tierra sobre Barbapungui; no sería noble, justo ahora que 
está en apuros.

Un perro de perfil, estático, parado en mitad del escenario. Tras 
algunos segundos de silencio, una combustión espontánea lo consume en 
llamas. Extinto el perro, ya cenizas, se oye un ladrido, agudo y optimista.



3/
Esto es lo que queda
(En "Las manos atadas", inédito)


Nota:

no hace mucho tiempo, hablamos de menos de diez horas atrás, había 
nacido un impulso elegíaco, que iba amontonando, una sobre otra, una 
selección de palabras intensas, con bastante carga de angustia, que se 
consumían en una ansiedad por concluir. La sensación de borrachera tuvo 
su pico, y luego su crisis, y luego el sueño, la modorra, fueron 
haciendo dormir la idea. Esto es lo que queda, yo no se si hago bien en 
presentar este despojo:


ojalá que todo
ojalá que toda la parte aquella
ojalá que toda la parte aquella
de sufrimiento que era continuo
ojalá que la parte aquella
ojalá que la parte aquella de sufrimiento continuo
se quede dura
ojalá que se quede dura
la parte aquella
la parte aquella que divide en dos
en cuatro en ocho en dieciséis
que divide el sufrimiento
en treinta y dos y sesenta y cuatro
y lo hace omnipresente
ojalá que la parte aquella
que la electricidad que según parece
es más antigua que el pararrayos
ojalá que la carga eléctrica
de cada partícula de cada una
de cada una de las partes invisibles
del sufrimiento/todopoderoso
ojalá que la luz que de ello surja
ojalá que aquella luz letal
y con Bisso extendiendo sus guantes negros
y con Bisso abrazado una bola incandescente



Nota:

tras el sueño, un sueño que no se define por su carga o falta de ella, 
el despertar con un resabio que conviene enjuagar, junto con el resto de 
los fermentos que bulleron en la boca, porque es uno más de ellos. La 
mente fresca, que en realidad es confusión con aire, comienza de nuevo 
una combustión, que no por lenta se detiene. Aquí se puede hablar de 
renacimiento, o recomposición de una materia incierta, que reclama, 
parece que reclama algo, una herencia, algo, un aire que la relaciona 
con el impulso elegíaco que, cómo podemos decirlo sin caer en expresión 
vulgar, fue arruinado, o disgregado --ya se entiende--, por el exceso, 
o, mejor dicho, por la falta de oído, escasa intuición, para encontrar 
el punto en donde la borrachera se encuentra en su apoteosis, momentun 
entre ascenso y caída, o impulso y patinada: un aire que llega con 
retraso. Está escrito así:


¿dónde está?
¿y dónde está?
¿dónde es que está?
¿dónde, dónde?

¿dónde fue?
¿dónde es que se metió, adónde?
¿Adónde va,
dónde es?
¿dónde es que está?

¿y qué?
¿y qué pasa?
¿y qué es que pasa?
¿y por qué?
¿por qué sucede?
¿por qué fue?
¿por qué?
¿por qué?
¿por qué Bisso quedó manco?
¿y por qué le cortaron la otra?



Nota:

es para agarrarse de los pelos o, al menos, palmearse la frente dos 
veces, algún gesto por el estilo. Controlar tales sentimientos equivale 
a morderse los labios, rascarse la planta del pie sin moderación, 
asfixiarse con aire. Por allí no va el camino. Pero tiene que salir por 
alguna parte, el impulso, o lo que fuere, ya está en movimiento: ¿dónde 
está el atajo? Qué pregunta, ¡qué pregunta!, está en cualquier parte, 
por cualquier parte se sale, en donde sea se hace un agujero.


oh el día en que
el día en que un ave
oh el día en que un ave
o reptil o batracio
desoven en aquel
en aquel desoven que no está
en aquel que no está
en aquel que no supo
no supo conservar su metro cuadrado
en el centro de la banda
de la banda el centro era
era la banda de Bisso
eran cinco de Bisso
cinco dedos eran de Bisso
los otros no eran suyos


érase uno obligado
era uno obligado
a estarse allí de pie
parado en medio de cinco
de pie en fondo blanco
parado en medio de nada
a mitad de nada imaginada
de la imaginación más ciega
de pie sobre un pozo ciego
porque así alguien disponía
así disponía un cierto cerebro
que pensaba pensaba
y el aire huía por los ojos
la boca los oídos
llevándose consigo todo
todo lo posible llevaba
consigo cargaba cargaba consigo
todo lo imaginable
todo lo imaginable llevaba
el aire el aire que huía
y Bisso se abría la camisa
abría ventanas abría las puertas
para respirar abría
ahí, Bisso respiraba

Nota:

hay algo de maldad en la obligación que se le impone a aquel que sólo 
tiene habilidad de narrar y se le empuja, se le molesta y ofende para 
que "suelte el rollo" y diga y diga como, disculpen, disculpen, 
disculpen, como se expulsa una bilis no querida, una saliva verde o los 
restos del almuerzo en la encía: luego se ven las consecuencias, así son 
los mundos creados, así desgraciadas criaturas;


así oh así
qué lengua es esa
qué lengua era
qué cosas decía
qué decía
qué hablaba esa lengua
qué era esa lengua de negro
qué era esa lengua con guantes
qué decía y qué quería decir
qué cosas quería decir esa lengua
vistos todos desde arriba
todos desde arriba con Bisso
vistos con Bisso al medio
cinco enanos en la pantalla
cinco enanos eran con Bisso
partidos al medio/cinco enanos






ISRAEL ELIRAZ [9240]

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Israel Eliraz nació en Jerusalen (quinta generación de una familia jerosalimitana) en 1936. Se graduó como licenciado en Literatura Hebrea en la Universidad Hebrea de Jerusalen y su Master en Literatura Comparada en la Universidad de Tel Aviv.
En 1980, Eliraz fue Profesor Visitante de Drama en la Virginia Commonwealth University en los EEUU. En 1995-1996, obtuvo una beca del gobierno francés para estudiar en la Sorbona. Eliraz comenzó su carrera como dramaturgo y novelista y sus libretos para óperas fueron montados en Israel y Europa. En 1970 comenzó a escribir poesía. Publicó libros, obras de teatro, críticas, guiones de radio y traducciones.






En poesía, todos somos hijos del Oriente

En poesía, todos somos hijos del Oriente.

Hacia él vamos; de pie ante él con la bolsita de las compras,
como ante el dueño de casa que nos provee de palomas
que nosotros, los hombres del hay existe es, usamos
para fabricar utensilios, flautas, trucos de magia;
y que ocultamos con pañuelos o libros ilustrados.

Luego bebemos vino del tercio que está a la mitad del barril
y el ojo ansía, como una vaca, masticar lo delgado visible,
el límite de la heredad.

Sale el sol, no queda claro si agita o no la noche.
No busca introducir sentidos a las cosas o algún cambio.
Y al terroso señor que toma asiento frente a mí,
le digo: Dejemos todo esto de lado... ¿Qué querrías beber?

Traducción : Gerardo Lewin







Aquí es otro Levante


1

Qué hago
con el blanco aquí
en el duro extremo de Asia

que todo el tiempo nace y estalla
de la cal del monte ondulado?

Y con quien dice
por quién sabe cuán enésima vez:

"Así ha sido aquí 
desde siempre"

y no explica el "desde siempre",
se levanta, cierra y la puerta
queda abierta tras él



2

Aquí es otro Levante.

No te agaches debajo, no
cruces encima, no

cierres el ojo puesto
en el ojo del valle

que lleva la materia
heroica que se parte

sola hacia tus propios adentros.

Mantente en pie completamente quieto
como a medio salto

y si tiendes la mano
a los pequeños sucesos

no digas más: cuando era niño, cuando hubo un incendio.

"Aprende del mundo
verde cuál es tu lugar"



3

Un hombre pasa y dice
una palabra

o
dos y toca

la madera encerrada
en el árbol

ardiente que le persigue
asiendo sus ropas.

El hombre canta y el joven canta. El hombre llora,
por quién llora el hombre?

Eso es, en realidad, lo que hay 
y hay silencio

que es la astucia del Levante
lleno de oídos como estera de fuego.

Es el silencio galileo que sobrevino
después del hombre

que nos dijo algo
sobre el mundo y sobre nosotros y pasó

haciendo un camino en el que no 
pensamos antes



4

La pendiente anárquica
próxima a Pqui'ín proyecta

formas de las que no pueden 
hacerse vigas para una nueva religión.

Las cabras se acercan a
la mesa puesta y comen

todo, hasta mi mano
tendida hacia ellas,

y remueven piedras cubiertas 
y se hartan de este mundo.

Dicen que se ha visto a un tigre sabio
bajar por un rato, subir

y desaparecer en la cantera como si
fuera una franja de luz.

Una hora después:
la hierba todavía está inquieta.



5

Y qué sugieres tú
fuera de entrar

en el lino de los detalles
y salir?

Mirar

con el lápiz en la mano
(sin saber si estoy adentro o afuera)
como un niño que trastorna 
el mundo de mañana

en busca de sus zapatos
debajo de la cama.

Y este movimiento blanco no tiene
en qué hacer pie sino

en el rayo de virtuosidad
del ángulo del ojo que nos señala rumbo

y la mano con las cinco
cosas se aferra
a sí misma como a borde del despertar



6

Ahora, en estos mismos
días, es tiempo de preguntar:

Hasta dónde en esta viva 
claridad que se pierde

debemos llegar, entre
lo terreno y lo eterno,

para saber
que llegamos?

Qué es esa cosa blanda, callada, 
sin nombre, que hace

del movimiento del fuego en el aire 
ojo, boca, anuncio

a espaldas polvorientas del blanco Levante?

De volver a preguntar:
"Y qué, con respecto a esta luminosa tierra?"

Traducción: Esther Solay-Levy







35

at the edge there is nothing but
music (we don't

know whether it’s a local
fly or an infinite
fly).

In order to reveal itself to us
the music must talk
with itself alone.

It hovers and crosses over
the continent of the table over

the mounds of bread, orchards of parsley, furrows of celery
wine valley and cascades of honey.

And if the measure is filled with joy, we know
there is nothing greater than this

© Translation: 2006, Gabriel Levin




40

speaking of a thirst that grows stronger
until I can't imagine
it anymore except

as the real thing which can't
be other than itself.

Beyond the kitchen wall, over there, in the world
things happen that are

the strong material reality woven of wild
lines, which are a sort of
urgency, of happenstance.

The music like a bright hand scatters slips of paper:
welcome
to the sun!

There is a parking space next to the gaze, we'll set out
from one material reality 
to another

© Translation: 2006, Gabriel Levin


MARTIN MAKÁWI [9241]

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Martin Makáwi
Martín es originario de la comunidad tarahumara de Ipó, en el Ejido de Basíware, municipio de Guachochi, MÉXICO. En el año 2000 al 2006 colaboro como redactor en tarahumara del periódico Ukí y tradujo una selección de poesía universal Tarahumara. A raíz de esta experiencia comenzó a escribir poesía en su idioma materno y algunos de sus textos fueron incluidos en murales de gran formato en sitios públicos.

Ha invitado a ofrecer lecturas de poesía propia y presentaciones musicales en Madrid, Nueva York, Viena y la Ciudad de México.

“Primero aprendí los sonidos de los instrumentos: el arco musical, el tambor, el violín y  la guitarra. Desde entonces comencé a escribir la música” Martín Makáwi.



En primer lugar, la introducción a su libro Eká kusúala, Canciones del viento, traducidas por el importante linguista y poeta mexicano Enrique Servín Herrera, a quien agradezco profundamente el regalo de esta voz:




Poemas de Martín Makáwi en tres lenguas:

-         su original tarahumar
-         traducción al español de Enrique Servín Herrera
-         traducción al hebreo  e ilustraciones de Edith Lomovasky- Goel

בהמשך שלוש גירסאות טראומרה ספרדית ועברית

  mira

Nibí Towí

Nibí, mojé towí:
ketási mo rewélisa aré
pe ralámuli ra’ichása
kému apalócha a’lí kému u’sú.
Je’ná Wachóchi kó
ralámuli kawíwala jú
‘échi gite tamojé
pe ki’yáwala ra’ichása aré.
Nibí, mojé tewé:
ketási mo rewélisa aré
pe ralámuli ra’ichása
kému ochípali  a’lí kemú aká.
Je’ná Chiwáwa kó
ralámuli ra’íchale
bachabé ko sébali
chabé ki’yá sinéwi chokichí.




Mira, Niño

Mira, mi niño:
no te averguences
cuando te hablen en tarahumar
tus abuelos maternos.
Aquí en Guachochi
en tierras de los tarahumares
por eso debemos hablar
las antiguas palabras.
Mira, mi niña:
no te averguences
cuando te hablen en tarahumar
tus abuelos paternos.
En Chihuahua se habló primero
el idioma de los tarahumares
desde hace muchísimo tiempo
antes, desde el principio.




הבט, ילד
הבט, ילדי:
אל תתבייש
כשידברו אליך בטראומרה
הסבים מצד אמך.
היננו כאן בגואיצ’וצ’י
באדמת הטראומרה
לכן עלינו לדבר
במלים עתיקות היומין.
הביטי, ילדתי:
אל תתביישי
כשידברו אליך בטראומרה
הסבים מצד אביך.
בצ’יואואה
ראשית דיברו בשפת הטראומרה
מזה זמן רב, מהתחלה.

pajaro azul





Chu’yáa

Ké tási olemá jú
mapu mu rajáa lé okólale:
pe chu’yá jú.
Chu’yaa



No es una estrella fugaz
eso que brilla entre los pinos
¡es un pájaro azul!




צ’ויאה
מה שזוהר בין האורנים
אינו כוכב נופל
אלא ציפור כחולה!



caligrafia de aves rojas-- detalle caleidoscopio




Táa chulukí nalepáala

Né ga’lá semáti aní
jípe be’á tá chulukí
“Kwíla bá si’néami kó
mapu ikí sébali
jéna semáti wichimóba”.

Nóli bé jalé kó
ké tási belá natéami nilá
mapu a’lí ta nalépua chulukí jíti.
Échi kó ‘á belá bichíwali chulugí jú
mapu nimí nalépi
nóli bé ayéna chó natéami jú
mapulegá kému retémail!






Saludos del ave

Qué hermoso nos habla
el pájaro esta mañana:
“Buenos días a todos
los que estamos aquí
en este hermoso mundo”.
Y sin embargo hay gente,
que no le da valor
a lo que canta un pájaro.

No es más que un pájaro, es cierto
el que te está cantando
¡y sin embargo vale
lo mismo que un hermano!






ברכת הציפור

כמה יפה
דיבורה של הציפור הבוקר:
“בוקר טוב לכל מי שכאן
בעולם היפהפה הזה”.
ואף על פי כן, ישנם אנשים
שלא מעריכים
את שירתה של הציפור.

זו רק ציפור
מי ששרה לך, זה נכון,
ואף על פי כן
היא שווה ממש כמו אח!





El espíritu

Cuando voy hacia el pueblo
el polvo es tan sólo polvo
el agua es tan sólo agua
y el viento es tan sólo viento.
Pero cuando danzo en piso de tierra
y levanto el polvo
entonces el polvo es la carne
de mis antepasados;
y el agua cristalina que corre
es la sangre del mundo;
y el viento
es el espíritu de mi raza.




הרוח

תרגום לעברית: אדית לומובסקי- גואל
בלכתי לכפר
האבק הוא רק אבק
המים רק מים
הרוח רק רוח.
אך כשאני מחולל על רצפת האדמה
ואני מעיף אבק
אז האבק הוא בשרם
של אבותיי הקדמונים
והמים הזכים הזורמים
הם דמו של העולם
והרוח היא
רוחו של עמי.







Canción del agua y los peces

Los peces también bailan
yúmare, yúmare, yúmare,[1]
para que pueda llover.
Desde lo alto de una roca
sentado yo estoy mirando
esas danzas en el agua.
El pez dorado, el pez verde:
yúmare, yúmare, yúmare [1]
bailan en lo hondo del agua.

[1] nombre de la danza tarahumara que se ofrece a llamar a la lluvia.





שיר למים ולדגים

תרגום לעברית: אדית לומובסקי- גואל
גם הדגים מחוללים
יומארה, יומארה, יומארה (2)
לבואו של הגשם.
במרומי הסלע
אני יושב ומביט
במחולות המים.
הדג המוזהב, הדג הירוק:
יומארה, יומארה, יומארה
מחוללים במעמקי המים.
(2) שם מחול הגשם הטראומרה






Arco iris

¡Qué hermoso eres
tú, arcoiris
que vuelas en la cascada!
yo te saludo
y tú
¡con el viento respondes! (3)

(3) La tradición tarahumara sostiene que el viento es el espíritu (alewá) de algo o de alguien. En este poema, entonces, el viento aparece como la prueba de una presencia.




קשת בענן

תרגום לעברית: אדית לומובסקי- גואל
כה יפה את,
קשת בענן,
במעופך מעל המפל!
אני מברך אותך
ואילו תשובתך

נישאת ברוח!(4)

(4) במסורת הטראומרה הרוח הוא רוחו של משהו או מישהו (alewá ). בשיר הזה, הרוח היא נוכחות של משהו או מישהו.


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