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Channel: POETAS SIGLO XXI - ANTOLOGIA MUNDIAL + 20.000 POETAS: Editor: Fernando Sabido Sánchez #Poesía
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JOTA SIROCO [20.162]

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JOTA SIROCO

Nació en Guadalajara, España, en 1949. Se trasladó a Sevilla diez años después. En esa ciudad consiguió la Licenciatura en Filología Hispánica y entró en contacto con distintos grupos teatrales y poéticos. Desde 1977, juntó su tarea docente como profesor de Lengua y Literatura Españolas con la labor de poeta, escritor, actor y autor teatral.




"ALGUIEN TENDRÁ QUE DECIR
LA VERDAD AL AMOR"

Por eso, insisto,
alguien tendrá que cantarle al amor
la verdad del barquero,
la que murmura a voces
que sólo existe la orilla que se aleja,
que hay mar de leva
y que los tiburones
huelen la claridad
y la sangre
a través del fango,
habría que decir
que se ha tragado el tiempo
más cuerpos que la dinamita.
Alguien tendrá que sacarle
los colores
al amor
que no es rojo pasión
como pintaron,
que es rojo de vergüenza
y amarillo quizá
como bandera vaticana,
azul como el olvido,
verde
como el pensamiento nocturno
de los viejos.
La línea escurridiza del deseo
limita al norte con el corazón
y al sur con el silencio,
no hay dios ni ayuda que pueda detenerlo.
Se engancha en el proyecto de veladas caricias,
le enerva una voz,
le quiebra una mirada,
le distrae un murmullo,
le sobresalta el roce de una tela.
Aquellos que se ríen del deseo
soportan la cadena de la soledad
y quienes no sucumben en sus brazos
guardan la pena eterna de su ausencia.
El deseo
no tiene edad,
ni sabe de perdones.




I

Yo soy un hombre 
que olvidó los principios, 
pues como bien  sabéis 
siempre estoy en las últimas. 
Quien quiera que me compre, 
porque ahora ando de saldo 
como un CD pirata, 
y con cuarto y mitad de un mal  soneto 
voy,  cojo y me conformo. 
Si sabéis esperar, 
si no os entran las prisas 
de comprar un poeta 
a bote pronto, 
debo advertiros, 
mis queridos obsesos de la rima, 
que en enero me ponen en oferta 
dos por uno: 
“Tristezas escogidas” 
y un fascículo 
de las obras completas 
de Pemán.




   
II

...¡Por Dios no me interrumpa 
que estoy serenamente 
mirándome el ombligo. 
Con más exactitud: 
Estoy haciendo un Master 
sobre la soledad. 
Ando a la busca 
de un frenético fitness 
en donde endurecer, 
aún más si cabe, 
la recóndita 
enredadera del cerebro.





III

Hace tiempo que tengo, amigo mío, 
el pensamiento vago, 
tirado a la bartola, 
en paradero más que desconocido 
y para despertarlo 
me aposto en las esquinas más infames, 
en los fondos del vidrio, 
como una padre-coraje de la idea. 
Mas... se esconde el cabrón 
donde a nadie le importa. 
Tal vez se ha acomodado 
en el dulce agujero de una ninfa, 
o en el zulo de oro de Manhattan, 
(Antes del 11-S se comprende)


  

IV

Me han descontado en nómina un relato, 
me han devuelto en hacienda un verso libre, 
me ha recetado el médico un soneto, 
ha tenido el psiquiatra un gran detalle: 
Extraerme por via intravenosa 
los versos juveniles de Cernuda. 
...Y es que la vida, amor, 
es literaria. 
El vecino del 4º por ejemplo, 
que no entiende de letras y es “fabeto”, 
estrena cada noche una tragedia, 
donde al final, 
no importa desvelarlo, 
va y mata a la mujer 
...porque era suya.




V

Ayer me fui a un casting de poetas 
¡cosa tan seria, amor! 
Andaban por allí: 
el pedantón añil de barba egregia, 
el Che de cubalibre y barrafija, 
la rubia dulce-musa-siempreapunto 
y el llorador de lunas, 
en vías de extinción como los patos. 
¿Tú qué pintas aquí? —me preguntaron— 
se te nota en la cara que no sufres, 
que no mueres de amor, 
no gimes por olvidos, 
ni levantas banderas a los vientos, 
¿tú qué pintas aquí? ¡maldita sea! 
¡sólo quieres cargarte el chiringuito 
de la lágrima viva!, 
Yo venía, y ustedes me disculpen, 
...como el hambre no entiende de relojes... 
por eso del jamón de pata negra, 
pues anda quejumbroso mi esqueleto 
de tanta sinalefa a la parrilla. 
Debo decir que fueron generosos, 
me dieron al final una cuarteta, 
doscientos versos libres, 
tres canciones canallas 
y una flor natural de la marisma. 
Soporten con paciencia la postdata: 
... era la flor tragable 
¡voto a bríos! 
recocida en caldo de puchero.




VI

Quise ponerle un tanga a las ideas, 
viagra a las palabras más sencillas 
y el “tócala otra vez”, tan imposible 
como un Mc.Donalds en la Habana Vieja. 
¡válgame el cielo, no sé ni lo que escribo!




VII

Yo no soy un poeta, 
yo soy un ordenanza de adjetivos 
¡Y hay exigencias, oiga, 
que no cualquiera sirve para el puesto!

Llegan aquí jugándola al despiste, 
sin querer guardar cola, 
como me está ordenado 
y hay que decir : usted está en desuso, 
usted me cae más gordo que Stand Laurel.

En fin que no es tan fácil esto, 
que es este santo oficio 
tan frio y tan cruel como el del prestamista, 
y guarda mas mafiosos que Sicilia. 
En fin... 
que no sé si me explico.





Abecedario de zombis… de andar por calles

Jota Siroco

Prólogo. Sevilla, como todas las ciudades europeas, se ha llenado de zombis. Hay uno/a en cada esquina, cientos en cada parque, miles en las apestosas estaciones de autobús y algunos más desperdigados por iglesias, mercados y bares. Huelen a vino amargo, a soledad y a furia. Huelen a sudor compacto y meado seco. A semen ajado y a flujo de olvido. La mitad están locos por los malos sueños, los helados recuerdos y la escasa comida regada con “donsimón”. La otra mitad perdió la cabeza, los dientes y la memoria atrapada en papelinas y dulces baratos. Cuando caen la noche y las fuerzas, se soban en los callejones como los perros, en los tejados a punto de hundirse como los gatos y bajo los puentes de todos los ríos como las ratas. Al amanecer no matan al cuerpo que compartió su noche, porque durante el día van a necesitar de sus insultos y de su violencia para sentirse vivos, pero se apartan dejando un rastro de podredumbre y leche amarga, a veces de sangre, siempre de blasfemias. Se inicia una procesión de monstruos famélicos e insomnes por los bares donde alguien dejó un café pagado, por las capillas de las viejas misericordiosas, por las mugrientas sombras de los maricas y, ya resucitados, rebuscan en la bolsa astrosa las cuatro monedas de cobre, que aún huelen al atún barato de la cena, para comprar el vino agrio, que les hará respirar durante todo el día y que les hará dormir y morir en los parques hasta que viva la noche. Sevilla, como todas las ciudades europeas, está llena de zombis.

Sólo le queda voluntad para perseguir impertérrito a los negros, chinos y eslavos que pululan despistados por la zona y que se llevan el consiguiente e inesperado susto.

Ágata tiene el culo como un pandero mauritano, debido a las doce horas que cada día pasa sentada frente a la basílica Macarena, repartiendo romero y pidiendo alguna moneda para poder vivir. Si llueve allí está Ágata cubierta con un plástico o con un paraguas con más goteras que las uralitas de El Vacie. Si el sol es de justicia, como suele serlo en verano en Sevilla, cubre sus espaldas con unos cartones… que a veces hablan de Marina d’Or. Se levanta, pesada como un elefante, para comprar unos dulces de chocolate que llenan sus dedos de noches. Ágata, si alguna vez fue joven, tiene cargados los ojos de desiertos y distancias. Cubre su pelo, que aún le queda algo, con un pañuelo negro, hoy gris. Los turistas la miran y pasan de largo, los feligreses la miran y pasan de largo, el tiempo la mira y pasa de largo. El milagro a veces se produce y entonces, un guiri de corazón coge el romero de la buenasuerte y a cambio le entrega una moneda de dos euros. Ágata lo agradece en un árabe gutural y olvidado, mientras mira el metal con la misma intensidad que de niña veía amanecer en el desierto.

Benjamín, que no se pronuncia Bényamin, como hacen los modernos, ni Ben-Ben, como lo harían los tartajas, sino Benjamín, con jota y acento en la i, no carga fronteras en la chepa, principalmente porque nació por los arrabales de la Trinidad. Yo no sé si de niño era tan feo como ahora, aunque la fealdad, salvo excepciones, crece con los años, pero sí sé que se educó en los salesianos donde aprendió a unir las manos en forma de plegaria, a mirar teatralmente a los ojos del posible donante y a bisbisear una especie de ininteligible demanda. Benjamín, insisto: con acento en la i, merodea también por la Ronda, San Gil, el Arco, la muralla, concorvado como le decían a Ruiz de Alarcón, exagerando la miseria y manteniéndose milagrosamente en pié sobre sus alámbricas piernas. Sólo le queda voluntad para perseguir impertérrito a los negros, chinos y eslavos que pululan despistados por la zona y que se llevan el consiguiente e inesperado susto. Yo creo que Benjamín es un zombi que no necesita demasiado las limosnas, que tiene un lugar donde cuidan su estrechez y su aparente hambre. A mí sinceramente me parece que no gasta mirada de necesidad, sino que está más loco que el Papa del Palmar y le ha dado la locura por ejercer de actor mendicante. Perdóneme el Altísimo si lo que digo no es cierto. Amén.

Catina podría ser una gitana del Albaicín o una morena de Romero de Torres para los billetes de cien. Pero Catina nació en los suburbios de Bucarest y sólo guarda en sus ojos el verde misterioso y turbio del río Dambovita. Llega temprano con sus bolsas cargadas de nada y se sienta, perdida la mirada y la sonrisa, frente al estanco de la calle Feria, donde la conocen y la llaman María, porque lo de Catina es demasiado extravagante para cualquier macareno que se precie. Catina hay días que tiene dos hijos, otros tres, a veces otro recién nacido, aunque sin visos de preñez previa, según sus necesidades de ropa y alimentos. Es mentirosa porque aprendió de niña que con la verdad no se llega a ningún sitio y con la mentira allá donde se desea. Yo la he visto salir por las mañana de las zahurdas del río camino de su “oficina” dejando atrás una astrosa tienda de campaña, un marido insomne, y demasiado joven para tanta miseria, y restos de albures junto a las orillas del Guadalquivir. Mal debe andar aquel infierno, para elegir este. ¡Que Dios nos coja confesados!

Dilan querría haber nacido en San Francisco que tiene más color y más banderas, pero la suerte negra o el destino infame le hizo salir a escena en la pequeña ciudad eslovaca de Vajnory. Calzóse el floreado sombrero de las romerías, la vieja guitarra con pegatinas de Bob (Dylan, por supuesto), el chaleco plagado de corazones y espejitos rojos, los vaqueros recortados sobre esas botas de cuero, que le regalara aquel berlinés loco que apareció un día por Vajnory. No puede recordar cómo aquella noche de verano acabó durmiendo en Sevilla, bajo las Setas de la Encarnación, junto a una pareja de rumanos que le invitaron a demasiada cerveza y a tocar en su guitarra canciones eslovacas. No puede recordar tampoco cómo amaneció sin mochila y sin el poco dinero que le iba a servir para llegar a San Francisco. Perdido en la ciudad desconocida, sin más patrimonio que su también desconocida música, hoy recorre cada noche las terrazas de la Alameda, donde canta lo que el alcohol le permite recordar a cambio de más alcohol y algún trozo de pizza seca. Sólo espera encontrar alguna vez a quien le despojó de su dinero y con él de sus sueños.

Edu es gordo como Gambrinus y por lo tanto, entre flatulencias, pide para comer. Lo malo es que lo poquito que puede recaudar, porque a la gente no le da ninguna pena un mendigo tan lustroso, se lo gasta en vino y así, dormido, se le pasa el día en un suspiro. Cuenta, aunque nadie se lo cree, como es natural, que es un refugiado político y que en su juventud luchó contra la dictadura de Ceauşescu (chochescu, que se decía entonces). Hoy, a 27 años de la ejecución de Nikolae y Elena, no se ha decidido a volver a Bucarest para gozar de la libertad y de las propiedades que confiesa tener. Ja. Prefiere tumbarse a dormir la mona en la puerta de mi casa, a mear entre los coches de la calle, a llamar “puta” a cualquier hembra que cruce su camino y su resaca. Un día se lo llamó a mi mujer y desde entonces a este gordo cretino, medio tonto o tonto y medio, me parece a mí que además un poquito carajote, pues cada segundo que pasa tiene el labio inferior más cercano al ombligo, le tengo declarada la guerra y le echo a patadas de su madriguera de estupidez y vagancia. ¡Que lo aguanten su madre y su patria! No tengo remordimiento alguno por estas palabras.

Frijolito y Caireles, Manué Caireles y Yésica Frijolito, son nudistas por devoción… y turismo. Naturistas por la gracia de Dios… y sin embargo en su desnudez portan una invisible pero perceptible vestimenta. Parece llevar Manué, sobre su engominado pelo negro, un sombrero grana con borlas verdes, que para sí soñara Lorca; unos zahones de cuero “repujao” con filigranas de la Axarquía y una chaquetilla negra a medio ombligo, que le da la prestancia necesaria para pasear en bolas sobre las dunas claras de la playa. Yésica, amarrada a su brazo como pulsera de oro, deja entrever sus curvas de aceituna a través de transparentes volantes, mientras cubre su cabeza con un pañuelo de seda malva con reflejos de estrella. Sólo sus pies desnudos ya dan envidia a la tierra. En verano, en Sevilla, como no hay playa, ni dunas, Caireles y Frijolito, aprovechando la ceguera de la luna, pasean desnudos entre las sombras de los Jardines del Guadalquivir. Son emperadores de bronce en este país sin reino y sin gobierno.

Gandhi en su extrema delgadez y en su extrema dignidad parece uno de los famélicos personajes de El Greco. Es de los pocos zombis limpios que pasean su soledad, su hambre y su locura por los alrededores del “mercao”. Pelo largo y lacio, perilla cuidada, pantalones oscuros a la cintura, camisa celeste abotonada en la nuez, paso lento, mirada al frente tras las rejas de los Perdigones. Nunca le he visto pedir, ni hablar, ni sonreír. Sí le he visto sacar con disimulo de su pequeña bolsa algunos restos de la comida que sobró en el albergue. A la sombra de las araucarias de San Pedro conversa con el hombre que siempre va consigo, sin mezclarse ni en las penas ni en las alegrías ajenas, mientras espera la hora de iniciar el regreso hacia ninguna parte. Gandhi, como su nombre indica, es la paz.

Hussein tiene la barriga como popa de mercante en la bajamar sanluqueña, mas no era así cuando cruzó la valla de Ceuta. En realidad de Chauen traía tripa de cuscús con cordero y té de cafetín. Vaya, que tenía el perfil de un espagueti. Pero se había dado aquí a la Cruzcampo y a las hamburguesas del McDonald. Cada vez menos hamburguesas y más Cruzcampo. De Alá le quedaba lo mismo que al Obispo de Sigüenza, por citar a alguno, y lo del Paraíso cada vez lo iba viendo más lejos, quizá por efectos del barrigón. Al principio recogía cartones. Después metal. Más tarde se dio directamente a la vagancia. Cuando salía del Mercadona, ni me miró. Colocó como pudo la lata de Cruzcampo bajo el sobaco, encendió un enésimo Marlboro, se rascó sin disimulo alguno los huevos y extendiendo su mano izquierda, como era su costumbre y mandaba el Corán, me dijo: Darme argo (sic). Le di las buenas tardes y me quedé tan pancho.

Ilenia, como todas las que llevan este nombre, vino del frío. Llegó a este país con un falso contrato de modelo y, como tantas, acabó de meretriz, que diría Umbral, o de puta, para entendernos, en una venta de la carretera de Madrid. Acabó treinta años después como gorrilla en las calles de la Macarena y cuando indica las plazas vacías a los automovilistas, lo hace como si paseara por una ya imposible pasarela. Habla un español duro y con demasiadas erres: “Tuerrrrce esquerrrrrda, ahorrra derrrecha, otrrrrro poco esquerrrrda. ¡Yastá!”. El “Yastá” suena a orden rusa y hay tontos a los que el tono les enfada. Ella ignora su incomprrrrrensible enfado y besa el euro que le dan, antes de guardarlo entre el secreto de sus ropas. Después, de su bolso de marca, tan ajado como ella, saca a escondidas la botella de vodka que le hace sobrevivir al hambre y a la desolación. A mí, como el Piyayo, “me da pena y me causa un respeto imponente”.

Jonathan no llegó en patera porque no huía de nada y porque tenía posibles para pagarse el avión. Jonathan, “la Monroe”, saltó el Mediterráneo desde Túnez persiguiendo los ojos verdes de un gitano que era “bailaó”, le dijo; que trapicheaba con telas, le dijo, y que le iba a enseñar el paraíso, le dijo. Pero en Barajas no le esperaba nadie y tampoco nadie respondió al teléfono. Ya en Sevilla supo que su duende era el niño de los Candela y que vivía en las Tres Mil. Cuando se acabó el dinero y cuando Jonathan, una vez teñido de rubio con agua oxigenada, de ahí lo de “la Monroe”, ya había aprendido a “montar a caballo” por bulerías, el patriarca le dio el pasaporte para el Pumarejo. Duerme allí su pena negra cada noche, sin más consuelo que el chute compartido y sin más amores que el de un majara obeso, que se lo cepilla sin pudor alguno en el frescor del amanecer. Quizá algún día, si Alá lo quiere, una patera misericordiosa lo llevará de vuelta a las playas de Túnez.

Ketty era zombi por tendencia, por generosidad y tal vez por vicio. Llegaba a la plazuela más limpia que una patena, bienoliente, cargada con bolsas de litronas para los colegas… Y barroca, como sólo en Sevilla se puede ser barroca: cubierta de abalorios de cuero y plata, embutida en un vestido negro semanasantero adornado de volantes casi gaseosos y con el rostro adornado de afeites como una dolorosa. Era llegar, desde su lujoso ático de Montesión, y toda la parada de monstruos empezaba en silencio a cantarle una saeta con la mirada. Ejercía su padre de notario en la villa de Osuna, con más duros que vergüenza, y la madre de notaria consorte, con más chulos que duros. La niña estudiaba periodismo, desde hacía diez años en Sevilla, pero a nadie le importaba un pimiento la casi eterna duración de la carrera. Y allí estaba la Ketty, ocho horas después de su aparición en escena, dando vaharadas de ron podrido, rota por todas las sonrisas de su cuerpo y todas las costuras de su alma, es un decir, volviendo un poco más agusanada a la podredumbre de sus literaturas. Yo creo que a todos en la plaza nos daba un poquito de lástima.

Pasan horas al sol, mirándose las caras y las piernas blancas, bañándose en la fuente, cagando en los rincones y, aunque la mitad son moros, bebiendo litronas a destajo.
Madame Citron, sin embargo, era una zombi buena y maternal. En los Carnavales de 1968 reptaba el frío como sangre de serpiente sobre el asfalto y era yo entonces hippy novicio que buscaba una guarida donde impedir a la noche humedecer mis huesos. Husmeando el rastro a un ejército de espectros de peor calaña si cabe que la mía fui a dar en las mismas fauces de la Gare de Marseille. Si mi aspecto era deplorable, no sé cómo podría calificarse el de la archicofradía de desastrados que allí encontré buscando cobijo de la soledad y el frío. Fue justo entonces cuando yo, híbrido de ibero y moro, descubrí la existencia real de otras razas: negros que ululaban de hambre y desconsuelo, chinos volatineros de misterioso insomnio, indios anónimos de interminables sagas y nórdicos borrachos huyentes de sus propios vómitos. Ni siquiera la barba a medio crecer, ni tampoco los largos cabellos que hacía tiempo dejaron el agua en el olvido, conseguían darme el aspecto de piojo resucitado que exigía el protocolo en aquella república de zampalimosnas. Avanzó solemne entre sus andrajos, hasta colocarse a mi lado. No olía a diablos la vieja, sino a diablos muertos. “Mon fils, je suis Madame Citron. Dort, dort. Rien de peur”. Hoy, sea cual sea la tierra donde repose tu irrepetible bondad, quiero recordar, Madame Citron, el harapiento disfraz con el que me salvaste el aliento sin aguardar siquiera a que te diera las gracias.

Navajita arrastra al amanecer su bonhomía y su iracundia por las estrechas aceras de la calle San Luis. Además de eso arrastra un carrito del Mercadona, “tuneao”, sobre el que transporta una enorme maleta, en la que no me extraña duerma cada noche, porque Navajita es mínimo como novicio de posguerra y, según cuenta, venezolano de los de Chávez, él dice del general Chávez, ascendiendo por su cuenta y riesgo al bolivariano. No me consta que defienda también a su sucesor, el del pajarito. Yo creo que no. Guarda sus principios revolucionarios con el mismo cariño con el que mima la pequeña navaja que pende de su cuello, en cuyas cachas lleva pintada la bandera de su país. Cuando nos cruzamos, todas las mañanas, yo en busca de aire fresco y él buscando casi insomne un café caliente, me mira, me señala con un dedo acusador y repite, quizá como consigna: ¡¡¡No te gusta la pobreza, eh, no te gusta la pobreza!!! ¡¡¡El lujo sí, eh, el lujo sí!!! Espera mi reacción, tal vez facciosa, apretando entre sus dedos la navaja y, como nunca pasa nada, sigue caminando hacia cualquier palacio de invierno que le dejen tomar. Cualquier día de estos…

Overbooking hay mañana, tarde, noche y madrugada en la Plaza del Pumarejo, epicentro de una perenne parada de monstruos. Llevan años allí. Generaciones. Siglos. Ya en los 40 los zombis quemaban grifa en esta plaza. Más adelante, entre el jaco y el sida, comenzó a ser un rincón peligroso y se fue despoblando. A sus habituales se les empezaron a caer los dientes, a caer el pelo, a caer los hombros y a caer los kilos. Los supervivientes comenzaron, en fin, a ser zombis como Dios manda. Ebrios de metadona, tintorro y hambre. Ebrios de peleas sin sangre, gritos fingidos y caricias robadas entre los colchones recogidos en la basura. Ebrios de inacabables calambres. Por las mañanas, cuando llegan los camiones de riego, levantan el campamento de cartones, mantas raídas, bolsas del Día cargadas de harapos, colillas a medio fumar y trozos de pizza… Y marchan hacia las orillas del río a refrescarse un poco, a recoger hierros y trastos viejos, a buscar un café “pagao” y a aburrirse hasta que llegue la hora de volver a su hogar de mugre y sombras.

Paca lleva veinte años viviendo en los albergues de toda la geografía española. De ahí su lozanía. Su metro ochenta y tantos nunca va solo, le acompaña El Fari, un rottweiler tan descomunal como su dueña. Como no puede ser de otra forma se ha convertido en la líder de ese grupo de zombis vagos que han tomado las mejores sombras del parque. Allí pasan horas al sol, mirándose las caras y las piernas blancas, bañándose en la fuente, cagando en los rincones y, aunque la mitad son moros, bebiendo litronas a destajo, sin tener en cuenta las leyes del Corán, ni las amenazas del mismísimo Mahoma. Cuba, mi perra, que es mucho más sensata que yo, cuando se acerca a ese reino inmundo da un prudente rodeo mirando primero hacia el grupo de engendros y después hacia mí, para comprobar que sigo vivo. Con eso de los pantalones de talle bajo, a la Paca, cuando tumba en el césped sus incontables kilos, se le queda medio culo al aire. Un culo de asombro y luna llena que a todos los borrachos les gusta sobar, como si fuera un pandero marroquí. Pero, amigo mío, cuando llega la hora de la sopa boba, allá que van en reata, como si hubieran sido más buenos que un santo de palo, a trajinarse sus dos platos, pan y postre. La Paca repite ración “que la pobrecita se quita la comida de la boca para dársela al Fari”, como dice el Hussein, que es su pelota en nómina.

Quiniela, en realidad “erquiniela”, tuvo un día un arrebato de suerte: acertó que el Barça iba a perder con el Getafe y que el Madrid no iba a pasar del empate con el Betis. Se corrió la voz y desde entonces recorre los bares de la Alameda rellenando boletos a los que creen en su buena mano y su flor en el culo. Ni él, ni nadie, se han hecho millonarios por su buenhacer, pero en su cabeza no dejan de aparecer milagrosos 1/X/2, que llevarán a la gloria económica a cualquiera de los que pongan en sus manos el porvenir. Lleva una maletita de ejecutivo, que encontró en un vertedero, y un traje de raída alpaca que alguien con buenos centros le regaló en el Jueves. Guarda allí su suerte esquiva y cientos de boletos, convencido de que algún día le despertará el sol del Caribe. Ayer le rellené una quiniela y me ha prometido que esta semana me va a tocar. Dios lo quiera. Amén.

Espero que no se canse de contar mentiras, porque a mí me divierte su imaginación y su aparente desasosiego.
Romualdín es un hijo de puta en el sentido estricto. Como dijera Valle, en su caso “no es un insulto, sino una definición”. Su madre, la Romu, ya ejercía el oficio en las lindes de la Alameda, allá por la calle Niño Perdido (un nombre por otra parte bastante coherente para estos trajines) durante la República. La Romu murió hace dos años dejando a su hijo el pisito que ella se ganara a base de, digamos, bastantes traspiés. Desde entonces el Romualdín, que ya va por los setenta, baja cada mañana a la plaza a tomar su cerveza y ¡qué remedio! a repartir tabaco en su particular patio de monipodio. Por eso al Romualdín le respetan. Pero para él… la canija del pelo naranja, el esqueleto vestido de camuflaje, el enano con voz de vicetiple, el majarón con la camiseta de Ronaldo, la gorda india, el yonki de la chilaba y el craso maricón calvo, no son más que una panda de miserables retales a los que no tentó la mano de la suerte y a los que la vida no pudo ofrecerles una madre puta y ahorradora. El Romualdín se siente afortunado y, mientras no le cojan, sigue cobrando la pensión de La Romu que en gloria esté.

Siroco siempre lleva un papelito en el que escribe indescifrables notas a las que llama poemas o retratos. ¡Sabe Dios! Se junta a veces con esa pléyade de zombis que pululan por el barrio, bulliciosos como cotorras argentinas, para sonsacarles sus historias, sus vidas y milagros, sus cortas alegrías y sus largas tragedias. Desde sus 60 largos y corridos te mira muy serio y jura sobre la Biblia que tiene más de media docena de libros publicados, además de otros tantos inéditos, que fue medio alcalde de un pueblo del sur, letrista de una banda rockera y que en su juventud fue amigo de Bonald, de Alberti y de Cela, el del premio. Que estrenó sus obras teatrales por media España y, en sus ensoñaciones, cuenta que hasta las representó en París, en Bruselas y que sólo por mala suerte o por la negra bicha del destino no las paseó por todos los rincones del planeta. Son hoy las calles macarenas su propio laberinto de la fortuna. Callejones flamencos en los que dice haberse encontrado con un tal Rinconete y un tal Cortadillo. Hasta a Machado dice haberse encontrado en el zaguán de Dueñas. Yo creo que está más loco que una cabra y que ya empieza a chochear. Sin embargo espero que no se canse de contar mentiras, porque a mí me divierte su imaginación y su aparente desasosiego.

T, U, V, X, Y, Z. Al Trampas, que no era de fiar como su propio nombre indica; al Urkiza, un vasco que tenía la ikurriña tatuada en el culo; a la Vizca (ella lo escribía así), que solía mirar mal a todo el mundo; al Xuxo, que sólo se alimentaba de esta mierda de pasteles y así acabó; al Yo, el tío más ególatra que he conocido y a la Zanta (lo pronunciaba así porque era de Sanlúcar), se los llevó la Parca y yo no me atrevo a hablar de los muertos. Toco madera.

Q.E.P.Descansen.





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WOJCIECH KASS [20.163]

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WOJCIECH KASS

Wojciech Kass (Nacido el 1 de septiembre de 1964 en Gdynia - Polonia).  Poeta, ensayista

Graduado en filología polaca en la Universidad de Gdansk. En 1997 se instaló en Hawai, donde él y su esposa se encargan del Museo 
Konstantego Ildefonsa Gałczyńskiego w Praniu.

OBRA:

"Aj, moi dawno umarli" (1996) – esej
"Do światła" (1999) – poezja
"Jeleń Thorwaldsena" (2000) – poezja
"Prószenie i pranie" (2002) – poezja
"Przepływ cieni" (2003) – poezja
"Gedichte aus Masurenland" (2003) – poezje – przekłady na język niemiecki
"Pęknięte struny pełni. Wokół Konstantego Ildefonsa Gałczyńskiego" (2004) – esej
"Gwiazda Głóg" (2005) – poezje
"Pieśni miłości, pieśni doświadczenia" (2006) – z Krzysztofem Kuczkowskim – poezja
"Wiry i sny" (2008) – poezja, Wydawnictwo Iskry 2010
W numerze 1-2 (98-99) 2008 r. dwumiesięcznika literackiego TOPOS ukazał się arkusz poetycki Wojciecha Kassa, pt. "Pocałuj w usta światło"
"41" (2010) – poezja
"Czterdzieści jeden. Wiersze. Głosy." (2012) – notes, wiersze, szkice – idea, opracowanie i redakcja: Zbigniew Fałtynowicz
"Ba!" (2012|2014) – poezja
"Przestwór. Godziny" (2015) – poezja
"Pocałuj światło. 89 wierszy" (2016) – wybór poezji
„Nie żałuj głaskania umierającemu” (2017) - poezja; 4. zeszyt z serii „Trilungilis”, Igor Biełow tłumaczenie na rosyjski, Jannifer Zieliński i David Malcolm tłumaczenie na angielski.
„Błędny ognik oślepiający korektora. Wokół wiersza Juliana Kornhausera Błąd krążą Przemysław Dakowicz, Wojciech Kass i Krzysztof Kuczkowski” (2017) w: „Rzeczy do nazwania. Wokół Kornhausera” pod red. Adriana Glenia i Kuby Kornhausera, s. 45-51




YO NO ESTABA EN CASA

Cuando en el sueño murió Jerzy Markuszewski,
dijiste que lo peor sería en primavera,
cuando en el día de la Resurrección del Señor
ya no se sentara a nuestra mesa,
no me dijera: léeme tus poemas,
y a ti: estás muy guapa.
Así que lo peor sería en marzo o en abril.
Hoy en el sueño ha sonado el teléfono,
tenía miedo de cogerlo
pero quería, quería tanto
leerle mis poemas de invierno.





UN VIAJE CON CORDONES

Pensaste: me he desatado los cordones,
por hoy basta. Mañana, pasado mañana.

Porque al menos una vez hay que despertarse,
solo para uno, para el alba y cerca de una rosa,

de una gota de rocío, tan pura
como la mirada de una alondra,

como una mirada al mundo antes de las letras.

Pero de nuevo hay nudos en los cordones,
para hoy, mañana, pasado mañana,

para el esfuerzo del viaje
a la altura de los charcos

y de mi nublado reflejo en uno de ellos.

Poesía a contragolpe, Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, 2012
Traducción de Abel Murcia, Gerardo Beltrán y Xavier Farré




Wojciech Kass (ur. 1.09.1964 r. w Gdyni) – poeta i eseista. Opublikował tomiki: Do światła (1999), Jeleń Thorwaldsena (2000) – za które otrzymał nagrodę im. Kazimiery Iłłakowiczówny i nagrodę Stowarzyszenia Literackiego w Suwałkach, Prószenie i pranie (2002), 10 Gedichte aus Masurenland (2003, wybór wierszy w języku polskim i niemieckim), Przypływ cieni (2004), Gwiazda Głóg (2005) nominowany do Wawrzynu nagrody literackiej Warmii i Mazur, Pieśń miłości, pieśń doświadczenia (z Krzysztofem Kuczkowskim) (2006), Wiry i sny (2008) nominowany do Wawrzynu nagrody Literackiej Warmii i Mazur, oraz 41 (2010). W 2012 ukazała się publikacja pt. Czterdzieści jeden. Wiersze i glosy, zawierająca pieśni z 41, dziennik poety z okresu ich pisania, komentarze krytyków i historyków literatury o tym tomie oraz wiersze nowe. W 2014 kolejny tomik Ba! Dwadzieścia jeden wierszy, w 2015 Przestwór. Godziny nominowany do Nagrody Literackiej M.St. Warszawy. W 2016 ukazał się jego wybór wierszy Pocałuj światło (Wyd. Iskry). Jest autorem opracowania o związkach Czesława Miłosza i jego krewnych z Sopotem Aj, moi dawno umarli (1996) oraz książki eseistycznej Pęknięte struny pełni. Wokół Konstantego Ildefonsa Gałczyńskiego (2004) nominowanej do Wawrzynu nagrody literackiej Warmii i Mazur. Należy do Stowarzyszenia Pisarzy Polskich i Pen Clubu. Był stypendystą Ministerstwa Kultury i Dziedzictwa Narodowego (2002, 2008). Wchodzi w skład redakcji dwumiesięcznika literackiego „Topos”. Uhonorowany nagrodą „Nowej Okolicy Poetów” za dorobek poetycki (2004), nagrodą „Otoczaka” za tomik wierszy „Wiry i sny” (2009), „Sopocką muzą” – nagrodą prezydenta Sopotu (2011), srebrnym medalem Zasłużony Kulturze „Gloria Artis” (2015), Jego wiersze tłumaczone są na język niemiecki, angielski, włoski, francuski, hiszpański, litewski, czeski, słoweński, słowacki, serbski, chorwacki, bułgarski, rosyjski. Od 1997 r. pracuje w Muzeum Konstantego Ildefonsa Gałczyńskiego w Praniu na Mazurach.




Kto

DLA FELIKSA NETZA

kto teraz do mnie zdąża
lecz dąży po kryjomu
kto teraz po mnie woła
lecz woła nadaremnie
kto chwyta łuk Ogrodowej
kto cięciwę Grunwaldzkiej
kto nakłada strzałę światła
lecz trafić w cel nie może
kto dyszy, ale oddechu chwytać
nie umie, by dobiec do mnie
kto strzeże martwej prawdy
lecz kłamie w żywe oczy
kto chce mnie ugościć
lecz przyjmuje krzywdziciela
kto chce przynieść miłość
lecz przenosi ją obok
kto biegnie jak oszalały
lecz nie dobiega do mnie
kto jest stróżem dobrej nowiny
a wieszczy widmo klęski
kto przesyła szacunek
lecz otrzymuję pogardę
kto pochyla się w pas
lecz nóż wbija w plecy
kto chce mi się przyśnić
lecz śni się komu innemu
kto śni moją sekretną bajkę
lecz snu tego nie zapamiętuje
kto czyta mi ten wiersz
lecz kradnie obolałe serce
kto darowuje ostatnie słowo
lecz w zanadrzu trzyma pierwsze
kto głaszcze mnie w trumnie
lecz życzy dalszego umierania



A.

Ten siniejący mózg mojej matki
w kraju jej dzieciństwa. Ten boski
monstrualny kwiat, który więdnie
jak róża, jak wszystkie niepoliczone róże
od zakwitnięcia do zgonu świata.
Myślę o nim po telefonie Teresy, gdy mówi:
twoja matka dryfuje jak łupka kory.
A co, jeśli mózg, ten bóg nowych odkrywców
nauki, co jeśli mówi: Jam jest. Jam jest świat.
Widzę cię, mamo jak błądzisz, jak z pęku
kluczy ubywa jeden po drugim, gdy upadają
w śnieg i topnieją, jakby były z gorącego lodu.
Sinieje mózg, staje się śnięty, a z nim owoc miasta
w którym przechodzi twoje życie.
Czym ono jest teraz? Labiryntem, procesem
pułapką, koszmarem, domem wariatów?
Czasem boję się do ciebie dzwonić
żebyś nie pomyliła mnie z umarłym.
Powinienem prowadzić cię za rękę
zostawiać w przedszkolu wśród dzieci
chronić przed złym podwórkiem, rozmawiać
z innymi matkami o twojej przyszłości.
Jaką cząstkę mnie, ile części naszego miasta
zdołał już prześwietlić mrok twojego mózgu?
Wszystko, co w nim znika, przenika moją obecność
mniej obecną; biedna matko błądząca
po pokojach, ulicach, jak po łamliwej kładce
którą nigdy nie były i stać się nie miały.
Straszno mi pod czarną dziurą wszechświata
Wydaje mi się, że to wszystko było tylko snem.
Piastuj taki sen.



Do wyjścia

Matka chowa rzeczy:
sztućce, ścierki, chusteczki, wisiorki,
przekłada ze stołu do szuflady, z półki na taboret,
z parapetu do szafki, a potem
nie znajduje: łyżeczki, grzebienia, tubki.
Mózg mojej mamusi zwija się, wchłania, zapada,
odwraca od całej zewnętrzności,
jesteś be - diabelska zewnętrzności - mówi
bo zabierasz rzeczy: widelce, watę, spinki.
A mimo to moja matka się wyrywa,
ona chce wyjść na ulicę, do parku, do sklepu
(właśnie trzyma w ręku chusteczkę, wisiorek, klucz),
ona chce wyjść do turystów mówiących po niemiecku,
ona chce wyjść do siostry w Oliwie, do kuzynki
na Chopina, ona chce wyjść do wyburzonego
za Gierka domu sąsiadki, do dzieciństwa,
które w śnie poniewiera się jak strzęp błyszczącej tkaniny,
chce wyjść do grobu brata Gerarda na Malczewskiego
i naprzeciw tym rzeczom, tym, no jak im tam:
łyżeczce, widelcowi, grzebieniowi, spince,
torebce, parasolowi i kluczom.
Dokąd ja chcę wyjść synu? - pyta.



I przybędziesz pustyni

W. UCHAŃSKIEMU

Jeśli chcesz wiedzieć ile warte są twoje wiersze
idź na pustynię, rozbij namiot w miejscu
gdzie tkwi jej suche serce pompujące piasek.
Codziennie rano stawaj wyprostowany
jakbyś odbywał musztrę i czytaj, a po miesiącu
odrzucisz książkę, bo swoje wiersze
znać będziesz na pamięć.
Wciąż jednak nie poznasz pustyni
ale ona zapamięta ciebie. Bądź gotów na najgorsze
jeśli nie nastąpi cud twoje recitatio będzie
jak przesypywanie piasku z ust
do ust pustyni i przybędziesz pustyni.
Ale jeśli twoje stopy poczują drgania ziemi
co oznaczać może, że nadciąga karawana
albo nadchodzi wielbłąd z trojgiem garbów
jeśli pod namiot podbiegnie jaszczurka
i wyrośnie choćby jedno źdźbło, płowe jak twoje
włosy zioło, sprawdziłeś słowa.
Co jednak, gdy żadna z tych rzeczy nie nastąpi?
Przejdzie przez ciebie cała pustynia
i przemieni twoje istnienie we własną pieśń.
Pieśń piachu.



Kobieta żyje strachem mężczyzny

Przebudziłem się w odległym,
drżącym od wilgoci mieście
i pomyślałem, że któreś z ciepłych
mórz rozpoczyna teraz przypływ
a ja na wydmie, w koszulce i spodenkach
z piasku układam się do wydmy
nagrzanej ogniskiem wystającym z twojego snu.
Znasz moje północne źrenice, ranne
krople potu, które smakują jak kieliszek
wódki napełniony wczoraj
lecz tylko wiatr, jedynie wiatr
zlizywał je zamiast ciebie.
Te krople w drżącym mieście
tak wiele uwolnią z ciała
ale żadnej z prawdziwych blizn.



Nie żałuj głaskania umierającemu

WERONICE LEBDZIE

Głaszcz umierającego Po głowie,
po ramionach Głaszcz jak kota
po sierści Żeby zasnął, a nie skonał.

Żeby zasnął, a nie umarł
I obudził się jak dziecko,
Głaszcz mnie mamo, o tutaj,
Żebym sen śnił, a nie umarł.

Odchodzącemu głaszcz
Widoki, których nie widzi,
Dźwięki, których nie słyszy
- Będą ciepłe, kiedy zgaśnie.

Będą ciepłe, kiedy zgaśnie,
Jak sierść zwierząt, traw,
O tak, tak mnie głaszcz,
Żebym obudził się i wstał.

Żebym wstał i obudził się,
Pogłaskał twarz i ramiona,
Żebyś wstał od tego łóżka
Umarł ze mną, a nie skonał.



Pieczęć ignorancji

Ten wiersz był za słaby, aby przeżyć
abym chciał go zapisać
przeczytać na głos, wiele razy przeczytać
i wykreślać słowa nieme, głuche
podpórki na fasolę, jak mawiam do bliskich mi dusz.



Stopniowanie żurawia

Ten, który zlatuje nad mokradło,
a jego śpiew jest jak ostrzenie noża,
i ten, który z wiadrem na dyszlu
bije pokłony studni, choć wyschła,
i ten, który w mieście dawnej Hanzy
stoi nad rzeką jak mnich w kapturze.
Mówiłaś: nie teraz, nie teraz, nie teraz,
na tarasach śnieg, w piwnicach szron,
lecz przyleciałem i był kwiecień,
powstaliśmy z łąki w skarpetach
z krokusowej mgły.



Teren zagrożony poezją

DLA J.S.

Obłok na niebie sterczy jak bonza
niech sobie sterczy, co ci do tego
a mi do tego, że nie wiem gdzie zdąża
mój wers wyjęty z obłoku dętego.

Poeta powiada: szczere uczucia
rodzą złe wiersze, niech więc rodzą
baba „rudą" na dziada podpuszcza
w trawie kołatka podchodzi rdzą.

Parka przed parkiem gubi rytm
i zaraz bełkot ją dopada jak zaraza
dobrze, nic mi do tego ale gdybym
mógł, to drugiej parce bym odradzał.

Piszę trzynasty wers, już trzynasty
i nie wiem ku czemu wers ten się chyli
nie chyli, lecz odpór kanciasty
daje procesowi i szmirze ulicy krokodyli.

Pijany prawnik trzyma teczkę w ręku
z tą teczką dziwkę w bramie zgiął
o, nic mi do tego a neon jaśnie świeci
napisem: teren zagrożony poezją -

co to za łódeczki, czarne i marne?
To trzy kruki milcząc płyną po morzu.
A w dębach, kto tak głośno kracze?
Mewy w kokardzie jesiennego dżdżu.



To jest

Bezbronność; po stronie tego, co bezbronne stoi poeta,
broni przestronne poeta, to jest ość jego kompasu, to jest koronne.

Mówi: to jest przylaszczka, to pustułka, a to jest coś, co kwili,
to jest czułość spojrzenia, a to wklęsłość po duszy, której nie dobili.

Mówi: poezja to odlew oddechu, to miłość, która ogarnia
bezbronne. Powtarzaj dozgonnie jak echo, powtarzaj po mnie.



Nie żałuj głaskania umierającemu

Głaszcz umierającego
Po głowie, po ramionach
Głaszcz jak kota po sierści
Żeby zasnął, a nie skonał 

Żeby zasnął, a nie umarł
I obudził się jak dziecko,
Głaszcz mnie mamo, o tutaj,
Żebym sen śnił, a nie umarł. 

Odchodzącemu głaszcz
Widoki, których nie widzi,
Dźwięki, których nie słyszy-
Będą ciepłe, kiedy zgaśnie 

Będą ciepłe, kiedy zgaśnie,
Jak sierść zwierząt, traw,
O tak mnie głaszcz,
Żebym obudził się i wstał. 

Żebym wstał i obudził się
Pogłaskał twarz i ramiona,
Żebyś wstał od tego łóżka
Umarł ze mną, a nie skonał












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BILAL MASRI [20.164]

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Bilal Masri

Bilal Masri (Trípoli, Libia 1974).

Prácticamente desconocido aún en Europa, es uno de los poetas más importantes de la joven generación en los circuitos de la literatura árabe, no solo en su Líbano natal, con apenas un libro de relatos (Las paredes se desnudan para mi sombra), uno infantil y tres poemarios: La ceguera de los espejos, Sube el jazmín como plomo (2012) y Ligero como aceite luminoso (2015). Con este último, el poeta ha recibido críticas positivas desde Egipto a Kuwait e Iraq, pasando por Arabia Saudí, donde reside el escritor. Sin embargo, aún no constan traducciones del libanés a idiomas europeos y su nombre, fácil de encontrar en las páginas de lírica árabe, no ha saltado aún las fronteras de esta lengua.

El poeta, tanto en su lírica como en su narrativa “construye su relación con la lengua sobre una exacerbada intimidad y una bella trama que hace encontrar a las palabras un acceso a un espíritu poético profundo”, resumió la escritora argelina Zayneb Laouedj el estilo de sus obras.

Masri, que escribe en árabe fus·ha, como es habitual en la lírica.  ha cedido los poemas Ligero como aceite luminoso y Pájaro a M’Sur para su publicación en la Revista Caleta. La traducción es del poeta iraquí Abdul Hadi Sadoun.

[Ilya U. Topper]




Ligero como aceite luminoso

خفيفاً كزيت يضيئ

Oh hijo
Te envuelvo en la bufanda de las palabras
y persigo tu aliento
En una imagen – en cuyo marco no estoy –
te levanto en mis manos,
Ligero como un aceite luminoso.
Pliego el aire
y mis alientos
y te abrazo en una imagen en cuyo marco no estás.
Te veo en todas las caras
Atacas con una sonrisa
Y nos une un baile al borde de un abismo,
Como si fuéramos este aguacero
Y el ojo
Que ahoga en la palidez del agua.
Al mundo le falta nuestro encuentro
Y estas palabras como clavos
que fijo en la pared del silencio,
para clavarlos en el marco de la imagen
con mi corazón.
·· 




يا بني

ألفك بوشاح الكلمات

أتعقب انفاسك

في صورة لستُ فى إطارها

أرفعك بيدي

خفيفاً كزيت يضيئ.

أطوي الهواء

و نفسي

أضمك في صورة لستَ في اطارها

في كل الوجوه أراك

تهجم بضحكتك

تجمعنا رقصة على حافة

كأننا هذا الهطول

و العين

التى تغرق في شحوب الماء

العالم ينقصه لقاءنا

والكلمات التى اغرزها كالمسامير

في جدار الصمت

على أطراف الصورة

أدقها بقلبي

·· 



Pájaro

عصفور    

Voltea tus alas
Oh pájaro pequeño
Para que vuele mi corazón contigo.
Reúne de mí todo lo que deseas
De trigo y hierbas,
Y llévate el cielo en tu pico
Para anidar en las ramas.

Muchas hojas verdes te esperan
Muchas hojas verdes vuelan,
Oh pájaro
Y enséñame ser ligero como las hojas.



أيها العصفور 

الصغير أخفق بجناحيك 

..ليطير قلبي معك

لملم مني ما تشتهي

من القمح والعشب

أحمل السماء بمنقارك

.وحط بها على الأغصان

الكثير من الأوراق الخضراء تنتظر

الكثير من الأوراق تطير و تطير 

أيها العصفور

.علمني أن أكون خفيفاً كالأوراق


© Bilal al Masri · Traducción: © Abdel Hadi Sadoun· 










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ELIZABETA BAKOVSKA [20.165]

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Elizabeta Bakovska

Elizabeta Bakovska (Bitola, Macedonia, 1969)

Mujer en verso

¿Es una barbaridad escribir poesía en nuestros tiempos? Es una pregunta que Elizabeta Bakovska plantea en uno de sus ensayos. Porque – explica – ¿no deberíamos emplear la capacidad intelectual y la creatividad para cambiar un poco el mundo en lugar de producir versos que no dejan de ser una ejercicio íntimo, egoísta en el fondo?

Los dos poemarios de Bakovska – Biografía de nuestro amor (2003) y Condiciones del cuerpo y mente tras cumplir los treinta (2005) – evidencian que la autora tiene clara la respuesta. Pero en su texto, parte de una importante producción de ensayos, críticas literarias y una tesis en trabajo sobre escritoras de Macedonia, nos ofrece también la reflexión que la llevó hasta allí, trayendo a colación a Mahmud Darwish: la poesía siempre cambia al que la lee, y como somos parte de la humanidad, cambia al mundo.

Sin embargo, quien se espera poesía política al estilo de Brecht, se equivoca: los versos de Bakovski no son panfletos. Pero tampoco son introspecciones abstractas: relatan, exponen, denuncian, aunque no siempre se nos aclare qué. Así, en la ‘Canción del Vardar’ (¿alusión al mayor río de Macedonia o al homónimo viento?), no sabremos si los extranjeros que vienen del norte para asentarse en el pueblo, ocupantes militares, hacen referencia a la época comunista (por aquello de clausurar las iglesias) o quizás a la breve presencia fascista en la II Guerra Mundial, o tal vez a ninguno de ellos y a todos los señores de la guerra que pueden en un momento dado invadir un país.

En ‘La novia persa’ al menos sabemos quien es ese ‘hombre de Macedonia’ al que se dirige la mujer vencida, convertida en botín de guerra. Y vamos entendiendo: a pesar que de la crítica nacional le atribuye “los temas de siempre: amor, patria”, la causa que ha elegido Bakovska para cambiar un poco el mundo es una patria más bien humana, femenina, un cuerpo de mujer, una conciencia de mujer.

Elizabeta Bakovska, licenciada en Literatura inglesa en Skopie, también ha publicado el libro de relatos Cuatro estaciones (2004) y la novela Camino de Damasco (2006) y dirige la sección de poesía de la revista Blesok,una publicación bimestral en macedonio e inglés.

La selección de poemas que ofrecemos aquí ha sido cedida a la revista Caleta y traducción al español es de Alejandro Luque, a partir de la versión inglesa de la autora.

[Ilya U. Topper]



Прекорување…

1. На помладиот љубовник

Неа ја сакам, рече,
онаа опитната, богови,
неа сакам да ја земам.
Не ми треба девојче со
мазно чело, лукава нимфа
што со гладни очи имотов ми го голта.
Сакам жена што ќе ме научи
чесно да ја љубам.
Осамена за со неа да не бидам сам,
натажена солзите да ми ги суши,
страсна во вениве крвта да ми ја врие.
Неа, единствено неа ја сакам.
А потем, љубопитно како секое дете
кутијава од рацете ми ја чапна,
и згрозен од грдите лузни
што во неа ги криев,
ме истера ко последна блудница,
сама надежта да си ја носам.




Reprimenda

1. El joven amante

Es ella la que quiero, dijiste,
la experimentada, oh cielos,
es ella la que ansío tomar.
No necesito una muchacha
de frente lisa, una astuta ninfa
devorando mi territorio con sus ojos hambrientos.
Quiero una mujer que me enseñe
a amarla honestamente.
Una solitaria, así yo no estaré solo,
una triste para secar mis lágrimas,
una apasionada para hervir la sangre de mis venas.
Es ella, solo ella la que quiero.
Y entonces, curioso como cualquier niño,
tomaste la caja de mis manos
y espantado por las horribles cicatrices
que escondí dentro,
me arrojaste fuera como a una puta
llevando tan solo la esperanza.




2. На постариот љубовник··

Како вредни пајачиња
твоите очи исплетоа мрежи,
во сребрен филигран
ми ја заробија душата.
Од север како мов ме обрасна
твојата страст, зелена и густа,
се појави одненадеж,
чудесна животворна свежина.
Ми отвори прапочеток
таму кај што мислев дека
ќе најдам само крај.
Не штеди си ја љубовта, ми рече,
нема каде да ја носиш,
секој пат, па и овој,
може да биде последен.
А потоа совеста ти го поткасна
срцето како зрело јаболко,
со траги од заби на градите
си замина оти тешка ти беше
мојата младост.






2. El amante mayor

Tus ojos, pequeñas arañas laboriosas,
tejieron sutiles rees,
mi alma quedó atrapada por sus
plateadas filigranas.
Tu pasión, verde y gruesa,
creció sobre mí desde el norte.
Apareció de repente,
una milagrosa y vivificadora frescura.
Abriste algo previo a un inicio
en el lugar que creí
que podía hallar solo un final.
No escatimes tu amor, me dijiste,
no puedes llevártelo a ninguna parte,
cada vez, incluso ésta
puede ser la última.
Y entonces tu consciencia mordió
la manzana madura de tu corazón.
Llevándote marcas de dientes en el pecho
te fuiste, porque mi juventud
era demasiado dura.





Вардарска

Туѓинците дојдоа од север.
„Нè викнавте,“ ни рекоа,
ги изедоа кокошките, го испија виното,
и така, сосе калливите чизми,
ни легнаа во постелите.
Следниот ден ни ги заклучија црквите.
„Верувајте во нас,“ ни рекоа,
„оти суеверието и догмата ви
ги заробиле умовите.“
Потоа ни ги силуваа ќерките.
„Свршувајте,“ им рекоа,
„оти суштинско човеково право
на жената е да ужива.“
Нашите дојдоа од југ.
„Нè избркаа,“ ни рекоа,
ги изглодаа коските, ја излокаа водата,
и така, сосе парталавите торби
празно овиснати на плеќите,
ни испозаспаа по шталите.
А ние, ни нивни, ни наши, безимени, ничии, 
се стуткавме под сопствените сенки,
ги гледавме водачите, а тие молчеа.
Жените си ги голтаа солзите,
ние си ја голтавме маката,
траевме, оти подобро не ни знаевме.
Само децата по дворовите
во правта ни цртаа некои нови сонца.




Canción del Vardar

Los extranjeros vinieron del norte.
“Nos llamasteis”, dijeron
Se comieron nuestras gallinas, bebieron nuestro vino
y con sus botas embarradas
se acostaron en nuestras camas.
Al día siguiente clausuraron nuestras iglesias.
“Creed en nosotros”, dijeron,
“porque los dogmas y supersticiones
han encadenado vuestras mentes”.
Luego violaron a nuestras hijas.
“El orgasmo”, les dijeron,
“es un derecho humano esencial
del que gozan las mujeres”.
Nuestra gente vino del sur.
“Ellos nos expulsaron, dijeron,
mientras mordisqueaban nuestros huesos, se bebían nuestro agua,
y con sus mochilas raídas
colgando vacías de sus espaldas,
se tumbaron a dormir en nuestros graneros.
Y nosotros –ni suyos ni nuestros, sin nombre, de nadie –
nosotros nos arracimamos en nuestras propias sombras,
miramos a nuestros líderes, y estos callaban.
Las mujeres se tragaban sus lágrimas
nos tragamos nuestra adversidad,
estábamos quietas porque tampoco sabíamos qué hacer.
Solo nuestros niños dibujaban soles nacientes
en el polvo de nuestros patios.





Бикот што заседнал

Не зборувај ми за разумен компромис.
Јас одамна ги закопав секирите,
ги измив сите воени бои од лицето,
и испушив сè што ми ставија в рака.
Ми ги истребија вошките,
ми ги поправија забите,
и ми ги покрија голите бутови со
нивните еднобојни ќебиња.
Ја научија жена ми да става крпи
меѓу нозете, па кога ја снема
мисковината на топлата внатрешна крв,
и од мене истече желбата по неа.
Со денови седев сам во ќошот од вигвамот,
се обидував да не мислам на татко ми,
откако му ги собраа коските
што се сушеа по дрвјата и ги закопаа в земја.
Не зборувај ми за разумен компромис.
Јас од нив зедов сè што можев –
огнената вода што ми ги изгоре градиве,
јазикот што сега ми го зборуваат децата,
оградава со која ме одделија од преријата.
И веќе никому не можам ништо да му дадам.




El toro que estuvo demasiado tiempo sentado

No me hables de razonables compromisos.
Hace tiempo que enterré mi hacha
lavé las pinturas de guerra de mi rostro,
y me fume todo lo que pusieron en mis manos.
Ellos me despiojaron,
repararon mi dentadura,
cubrieron mis muslos desnudos
con sus mantas monocromas.
Enseñaron a mi mujer a ponerse trapos
Entre las piernas, y cuando el
olor de su cálida sangre menstrual se hubo disipado,
mi deseo por ella se desvaneció.
Me senté solo en la esquina de mi tienda india durante días
tratando de no pensar en mi padre,
después de que ellos recogieran sus huesos secos
de los árboles, y los enterraran.
No me hables de compromisos razonables.
Tomé cuanto pude de ellos –
El agua hirviendo que quemó mi pecho,
el idioma que mis hijos hablan ahora,
la valla que levantaron entre la pradera y yo.
Y ya no puedo dar nada más a nadie.




Персиска невеста

Ми зборуваш на јазик што не го разбирам.
Твоите очи, сини какви што кај нас нема,
ме повикаа токму мене од мноштвото
бледи женски лица, таму во Суза.
Триесет и три лузни ти изброив
на телото вечерта кога
ме стори твоја невеста.
А јас бев ветена на друг.
Неговите гради ги прободе
истата рака со која нежно ме милуваше,
неговото мртво тело го исплукаа
истите усни што ме бакнуваа.
И што ако си подобар љубовник од него,
и што ако во мене остави
доволно семе за нова војска.
Ми зборуваш на јазик што не го разбирам.
Те проколнав уште истото утро,
со најтешките клетви што ги знаев:
да ја голтнат земјата твоја како мојата,
да ти ветат моќ, а да те стават вазал,
да ти зборуваат за мир, а да ти носат војна,
да те сотрат, а да немаш каде да се пожалиш,
да те презрат и да ништат сè што е твое,
да те нема, како што сега ме нема и мене,
Македонецу.






La novia persa

Me hablas en una lengua que no entiendo.
Tus ojos, de un azul que nosotros no tenemos,
me eligieron de entre los muchos
pálidos rostros de mujer allí en Susa.
Treinta y tres cicatrices conté
en tu cuerpo aquella noche
en que me hiciste tu novia.
Pero yo estaba prometida a otro.
Su pecho lo perforó
la misma mano que suavemente me acaricia
su cuerpo sin vida lo escupieron
los mismos labios que me besan.
¿Y qué si eres mejor amante,
y qué si dejaste dentro de mí
esperma suficiente para un nuevo ejército?
Tú me hablas en una lengua que no entiendo.
Te maldije aquella misma mañana
con las maldiciones más feroces que conozco:
ojalá devoren tu tierra como han devorado la mía
ojalá te prometan poder y te hagan esclavo,
ojalá te hablen de paz y no traigan más que guerra,
ojalá te aniquilen y no tengas dónde reclamar,
ojalá te desprecien y destruyan todo lo que posees,
ojalá dejes de ser, como yo dejo de ser ahora,
oh hombre de Macedonia.

©  Elizabeta Bakovska |  Traducción: © Alejandro Luque  [Primero publicado en Caleta, Diciembre 2015]










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AICHA MAGHRABI [20.166]

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© Karlos Zurutuza



Aicha Maghrabi

Poesía de color feminista

Aicha Idris al Maghrabi es una de las pocas mujeres de Libia que han conseguido alzar su voz, una voz de poesía, durante la dictadura de Gadafi, y una de las muy pocas que continúan haciéndolo ahora, cuando el absolutismo de un jefe único ha sido reemplazada por innumerables pequeñas dictaduras locales de las milicias, que a menudo le agregan islamismo al absolutismo.

La vida en la época de Gadafi no era fácil para los literatos: A partir de 1979, numerosos escritores fueron detenidos y pasaron una década en la cárcel, entre ellos el propio marido de Maghrabi, Fathi Nasib, según recordó la poeta en una entrevista con el diario digital saudí Sauress en 2011.  En un país donde incluso los libros importados estaban sometidos a censura y control, el silencio fue para muchos escritores la única manera de sobrevivir, añadió.

La vida en la época de las milicias islamistas no es fácil para las mujeres. Y Aicha al Maghrabi sigue levantando su voz contra esa opresión, por ejemplo encabezando una marcha de mujeres a favor del derecho de circular sin “hombre protector” (un concepto islamista instaurado por alguna fetua reciente) como relató a M’Sur en una entrevista en 2014. “Hoy, las mujeres libias no somos más que un botín de guerra”, critica la poeta. “Fuimos parte de la revolución, tuvimos nuestras propias mártires pero a diferencia de los hombres no hemos conseguido ningún beneficio político de todo ello”.

Pero además de su compromiso activista, es la propia poesía, fuerte, colorida, lanzada como a brochazos, de Aicha al Maghrabi la que deja intuir la vivencia feminista de la autora: trasluce una frescura sensual (Estábamos distraídas / en el robo del día / de los regazos del atardecer…” “Fui yo la primera de las naranjas”) combinada con un juego travieso de imágenes: “Las habladurías treparon / como las campanillas / hasta mi balcón…”).

Profesora de Filosofía de la Estética, Maghrabi se graduó en esta materia en la Universidad Qar Yunes de Bengasi y estudió para su tesis en la Sorbona. En 1986 publicó su primer poemario, Las cosas buenas, al que siguió diez años más tarde Divulgando el secreto de mi hembra. En 1997 siguió La princesa de las hojas y en 2007,  El silencio de las violetas. En 2013 publicó una obra de teatro, La vendedora de flores. Y esperando la imprenta están los poemarios Pasajes de viento y Apuntes en los márgenes de los libros, así como el tomo de relatos Fantasmas de polvo.

Maghrabi se ha definido como “una poeta a tiempo completo” y ha sido invitada al Festival de poesía árabe moderna en Tozeur en Túnez (2011) y a la Feria del Libro tunecina en 2013. En 2014 cedió a la revista gaditana Caleta tres poemas suyos, que se retoman aquí en la traducción de la arabista Eva Chaves: Mujeres de naranja, La noche de ayer y Postal de Año Nuevo.

[Ilya U. Topper]



Mujeres de naranja

نساء البرتقال

Ocurrió que las estrellas
se lucían provocando
a una luna
distraída en su seducciónEstaba la noche
insomne con su taza naranja
Nos reunimos
las mujeres naranja
cuando
nos cayó encima el naranja
que irradiaba el sol
justo antes de partir

Estábamos distraídas
en el robo del día
de los regazos del atardecer
y fuimos las primeras en salir
a combatirlo

Fui yo la primera de las naranjas
en narrar la historia
en revelar el ocaso
me vigilaba
un policía astrónomo
y un inspector
de las noticias del tiempo.

Se retrasaba la luna
y las estrellas jugueteaban
con el azul
y el naranja

se confundían
noche y día
y era
un noche insomne con su taza
de colores.

Verano 2010




La noche de ayer

ليلة البارحة


Ayer
la tristeza pasó por mi puerta
guiñando un ojo, riéndose
metió el dedo índice en la ventana del corazón:
Me quedaré aquí.Ayer
los racimos iluminaban la oscuridad,
mi camino.
Tropecé con ellos
los exprimí
los bebí.
Ayer
los amigos pasaron
y no me saludaron.
Pasó el río sin desbordarse
y las cargadas nubes se calmaron
sin llover.
Las habladurías treparon
como las campanillas
hasta mi balcón.

Ayer
la ciudad palidecía
a pesar de la fiesta.
Se estrechó el horizonte
se durmieron las estrellas
y huyó la luna,
dejaron al cielo
suplicando ayuda.

Ayer
la alegría pasó con su jaleo
y no se despertaron las violetas.
La noche durmió profundamente
dejando a los sueños
en el sótano.

Ayer
mis sueños querían
una puerta a la que llamara el día.

Ayer
todos cruzaron
al lado del afecto,
se montaron a la embriaguez de la salida
les vendí los billetes de subida
y no quedó un sitio para mí.

Ayer
la lluvia estaba invitada
donde mi vecina.
Canté para ella
en el camino de al lado.
Las espigas de mi campo le bailaron
pero se disculpó por haber llegado.
Estaba cansada de caer.
Cargó con las nubes a la espalda
y nos dijo adiós con la mano.

Ayer
pasó el invierno
pesado y frío
a pesar de las chimeneas encendidas.
Pasó la tristeza por mi galería
arrastrando sus pesadas maletas.
Burlona, señalaba:
Me quedaré aquí.

Ayer, qué sabes tú de ayer.

Trípoli. Otoño, 2007.




Postal de Año Nuevo

بطاقة معايدة للعام الجديد

Cuando el mar se despojó
de las conchas
y los lugares del mundo se adormecieron
al acabar el año
anoté los deseos del año que viene
sin olor a plástico
ni a hierro
ni los cadáveres del día.Te bauticé, mis deseos
en las velas de Navidad.
Te coloreé con el dulce de los pequeños
y el letargo del día
en sus sueños.Robé del regazo de mi madre
el calor del invierno
de sus manos la henna
de su voz
el tejido de los cuentos
y su ternura son regalos
para aquellos ojos parados
al borde de la melancolía.
Te envié, mi amor
a un cartero
en la noche del Año
a los lugares de la tierra
donde las direcciones se borran con la lluvia
esparciendo, mi amor
tus estrellas sobre su oscuridad
porque
tienes lo que me basta
y abunda para la felicidad del mundo.

Te dibujé
una postal de felicitación
en los poros del Año Nuevo.

Trípoli. Invierno de 2006

© Aicha al Maghrabi  (2014). Traducción del árabe: © Eva Chaves · 





Aicha Almaghrabi: "Las mujeres libias no somos más que un botín de guerra"

Por Karlos Zurutuza

“Si no se imponen cambios inmediatos, Libia se abocaría a un modelo `afgano´ en cuanto a los derechos de la población femenina”  opina Aicha Idris Almaghrabi (Bengasi, 1956). Escritora y profesora universitaria, Almaghrabi preside también la Organización para la Defensa de la Libertad de Pensamiento. Es autora de cuatro libros de poesía, una novela y una obra de teatro, solo publicadas en árabe. Actualmente trabaja en otros tres libros, tarea que compagina con su activismo y las clases que dicta sobre filosofía de las artes plásticas.

En octubre pasado se cumplieron dos años desde el brutal asesinato de Muamar Gadafi. ¿Qué ha cambiado para las mujeres libias desde entonces?

Las cosas ciertamente han cambiado pero no a mejor. Hemos perdido los pocos derechos que teníamos. A modo de ejemplo, la poligamia sigue siendo habitual en Libia pero, al menos, el hombre necesitaba la aprobación de su esposa para casarse con una segunda vez durante el mandato de Gadafi. Hoy ya no hay necesidad de eso. En realidad, Mahmud Jibril –antiguo presidente del Consejo Nacional de Transición- en su famoso discurso tras el final de la guerra mencionó la revisión de la ley sobre la poligamia incluso antes de hablar de la reconstrucción del país y de su sociedad civil. ¿Cambios? Hoy las mujeres libias no somos más que un botín de guerra. A nivel de la calle, aquellas que reclaman sus derechos son constantemente insultadas, hostigadas y amenazadas. Fuimos parte de la revolución, tuvimos nuestras propias mártires pero, a diferencia de los hombres no hemos conseguido ningún beneficio político de todo ello.

Pero varios cargos del Gobierno sí que son ocupados por mujeres, ¿no es así?

Es cierto pero también lo es que apenas pueden conservar sus puestos porque fueron utilizadas como meros reclamos electorales. Sin ir más lejos, en el llamado “Comité de los 60” – el grupo que ha de redactar la Constitución de Libia- tan sólo hay seis escaños reservados a mujeres. Por si fuera poco, uno de los miembros del Congreso Nacional -la autoridad legislativa general en Libia- incluso pidió medidas para evitar que hombres y mujeres compartan el mismo espacio durante las reuniones. Algunas cifras también son elocuentes: un 90 % del profesorado en Libia son mujeres pero sólo un 2% participan en la toma de decisiones.

En cualquier caso, se podría pensar que la política en Libia palidece ante la figura del muftí –máxima autoridad religiosa.

El muftí ostenta la autoridad religiosa pero en Libia ésta es respaldada tanto por el aparato político como el militar. Se busca que la sharia -ley islámica- sea el núcleo del código penal y de la futura Constitución. Lo que persiguen es institucionalizar su propia interpretación del Corán, algo que resulta mucho más peligroso que el libro en sí mismo. Además, existe un debate sobre la sharia pero a menudo olvidamos que hay muchas versiones de la misma: ¿queremos la iraní ? ¿Quizás la afgana? Tal vez la marroquí?

Pero todos tienen algo en común…

Uno de sus objetivos principales es controlar a las mujeres a través de su propia visión del Corán. No me canso de insistir en que es prioritario separar la religión de la política. Desgraciadamente, las niñas en la escuela son ya obligadas a usar el hijab -velo islámico- y el muftí también está impulsando una campaña para que el resto de las mujeres cubran siempre su cabello. Soy profesora en la Universidad de Zaytuna -centro de Trípoli- pero soy la única que no cubre su cabello. El resto de mis colegas utiliza el hijab, o incluso el niqab -un paño que cubre la cara. Su número no está creciendo debido a la ley sino que es la propia presión del grupo la que se encarga de ello.

¿Qué sabe de los rumores sobre una nueva fetua –edicto islámico- que entraría en vigor a partir del próximo enero, y según la cual las libias no podrán desplazarse por el país sin un muharrim -compañero masculino?

No me sorprendería en absoluto. Vivo fuera de la ciudad y el 13 de febrero fui retenida durante una hora y media por un grupo de hombres armados de camino al trabajo porque no tenía un muharrim a mi lado. Llevé el asunto a los medios de comunicación y el 14 de marzo organizamos una protesta que dimos en llamar “la marcha por la dignidad de la mujer.” Como de costumbre, nos insultaron y amenazaron, y algunas de mis compañeras fueron incluso golpeadas.

¿Es la creciente violencia el problema más acuciante de las mujeres libias?

Es sólo uno entre muchos. Las mujeres en Libia soportamos la carga familiar en toda su dimensión. Las calles no son seguras para nosotras y sufrimos muchos asaltos e incluso secuestros. Por otra parte, todavía no hay una voluntad de garantizar los derechos de las mujeres en la nueva Constitución. La cada vez menor participación en la sociedad civil es también muy preocupante. Empezamos muy fuertes pero la creciente presión ha hecho disminuir nuestra presencia progresivamente. Hoy contemplamos con estupor cómo intentan transformar nuestros ideales de libertad y justicia a través de fetuas y discursos religiosos que tienen una fuerte influencia en las nuevas generaciones. Incluso Gadafi cambió su discurso hacia uno más religioso en los años 80, cuando se dio cuenta de que el islam podía ser una herramienta eficaz para obtener una mayor influencia sobre el pueblo. Sin embargo, la falta de derechos y libertades durante su gobierno impulsó a muchos a posiciones más extremas, como las de los Hermanos Musulmanes o los yihadistas .

¿Qué puede ayudar a desbloquear una coyuntura tan difícil para las mujeres libias?

Incluso en el improbable caso de que finalmente tengamos una Constitución basada en los derechos humanos, todavía será necesario para llevar a cabo otra revolución para cambiar la mentalidad de las mujeres libias. Pero antes de redactar la Constitución es clave acabar con la impunidad de las milicias así como la de todos los grupos armados actuando al margen del Ejército Nacional y la Policía. De no producirse cambios de forma inmediata, nos veremos abocadas a un modelo “afgano” en lo que respecta a los derechos de la mujer.








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POESÍA DE MUJERES QUEER DE ZIMBABUE [20.167]

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POESÍA DE MUJERES QUEER DE ZIMBABUE

Presentamos la nota introductoria y una muestra de la antología Como el viento intocable: una antología de poemas, traducida al español por los poetas Arrate Hidalgo y Lawrence Schimel y que ha sido editada por la editorial española Baphala Ediciones. La antología fue editada por Makhosazana Xaba en colaboración con GALA y SRC y recopila poesía de mujeres queer de Zimbabue. Es una colección intimista, llena de cuestiones acerca de la fe, la tradición y la individualidad.
http://circulodepoesia.com/2017/05/poesia-de-mujeres-queer-de-zimbabue/



Introducción de COMO EL VIENTO INTOCABLE

Una antología de poemas
Recopilado por Makhosazana Xaba
Traducido por Arrate Hidalgo y Lawrence Schimel
(Baphala Ediciones)

Este volumen, Como el viento intocable: una antología de poemas, es el producto de las mentes abiertas y creativas de personas que participaron en un taller de escritura de cinco días que facilité durante la última semana de octubre de 2015. El título de la antología está tomado de uno de los poemas de Duduzile Salitaire Maseko. Las participantes se abrieron a formas diferentes de pensar y ejercitaron su lado creativo en la composición de estos poemas. El taller de escritura fue un espacio para que mujeres que nos identificamos como lesbianas pudiéramos pasar tiempo juntas, en un entorno seguro en el que utilizar la escritura como instrumento de expresión personal.

Durante la planificación del taller, Nombulelo Madonko me enfatizó que las participantes querían que algunas de las sesiones incluyeran poesía. Como poeta, me encantó la idea. Durante dos de los cinco días fuimos todas poetas: pensamos, hablamos, escribimos y leímos poesía. Y comenzábamos cada día con un ejercicio de escritura libre para ir calentando motores.

Hay una necesidad y una conciencia creciente para crear recopilaciones como esta en la región sur de África. En 2013, una organización con sede en Ciudad del Cabo, Free Gender, recopiló una antología de relatos y poemas lésbicos titulada Rivers of Life (“Ríos de Vida”). Su dedicatoria va profundamente ligada al contenido de esta antología y a las experiencias que las participantes compartieron durante el taller en Bulawayo:


«Este libro está dedicado a todas las lesbianas
Que perdieron sus vidas en nombre del amor. Asimismo
deseamos fuerza para todas las lesbianas que
aun viven con miedo, en sus hogares y en
sus comunidades…
Por último, también dedicamos este libro a
todas las personas que hacen frente a la homofobia
y al patriarcado».


Durante dos de los cinco días tratamos la amplia cuestión del uso de la propia voz, a través de la poesía, para expresarse por una misma. El orden del día para esos dos días figura en el apéndice 1. Los ejercicios que desarrollé estaban pensados para inspirar y centrar la escritura. Al final de cada ejercicio, reflexionábamos y debatíamos sobre su experiencia con él; compartíamos lo aprendido, las sorpresas y las cosas que se habían descubierto; después las que lo deseaban, leían en voz alta para el grupo. El énfasis de este proceso recaía en permitir que cada ejercicio dirigiera el pensar y el sentir; investigar recuerdos y proyectar futuros. Esto otorga más valor al proceso que al poema o a su calidad. A las participantes no les estaba permitido juzgar el poema de la voluntaria, sino que más bien se las invitaba a comentar cómo les había hecho sentir, o qué conexión habían tenido con él. Apreciaban más escuchar la respuesta emocional evocada por el poema que recibir una crítica literaria. Al fin y al cabo, solo dos de las participantes—Carol y Pugeni— son poetas en su día a día. Por lo tanto, no habría sido razonable ni productivo comentar sobre la calidad literaria de los poemas. Nos centramos deliberadamente en los procesos individuales necesarios para que cada una descubriera los pasos necesarios para ella. Como es comprensible, algunas de las reflexiones despertaron muchos recuerdos dolorosos. A las participantes les resultó muy útil el tiempo dedicado a pensar en las propias reflexiones y a que otras escucharan e hicieran preguntas aclaratorias.

Los poemas fueron tan variados como las personas en la sala, testimonio de lo diferentes y únicas que somos cada una. Si bien todo el mundo escribió un poema para cada ejercicio, pedimos a las participantes que seleccionaran de entre ellos los que querían que aparecieran publicados en esta antología. Mi tarea era trabajar con cada propuesta y sugerir, donde fuera necesario, los cambios —ya fueran estructurales o editoriales— que mejorarían los poemas.

La antología comienza con “Mi fijación” de Blu, un poema lúdico, erótico, que hace sonreír al lector y nos recuerda las posibilidades de la poesía. El humor abunda, sin que la seriedad del mensaje deje de transpirar. Su tercer poema “Vaya, acabo de convertirme en dios”, mantiene la agradable combinación de humor y seriedad, insinuando que quizás este sea un rasgo característico de Blu. Y en “Viviendo en mi futuro”, Blu nos recuerda el poder de las palabras: Palabras, oraciones, frases y sentencias / Liberando a la Mona Lisa, haciéndole cosquillas hasta un frenesí de risas.

En los poemas de Sikhulile, los temas de su identidad como artista visual y como mujer y lesbiana hablan a viva voz. Sus poemas contienen afirmación, aspiración, celebración, determinación. Plasman una imagen de quién es ella como artista premiada y a qué aspira a convertirse como ser humano.

Norma trata los temas universales del ser humano, el amor y la muerte, así como el activismo, en sus tres poemas. Los poemas meditativos de Portia, “Dejar esto atrás” y “Quizás, tal vez”, nos hablan del constante periplo de elegir y tomar decisiones, mientras que la ira en el poema de Pugeni, “Negra cabreada”, añade textura a estos viajes, pues a veces resulta que enfadarnos es precisamente lo más apropiado que podríamos hacer. Y la única cosa responsable es admitirlo.

Los poemas de Duduzile nos recuerdan la amenaza constante de la naturaleza violenta de los crímenes de odio. El impacto de la violencia resuena en su poema “Congoja”, cuando escribe El insomnio ha cobrado un significado inaudito / Mi vida la verdad se ha vuelto miserable. Duduzile arranca a los lectores y los arroja de vuelta a la realidad de la violencia contra las mujeres y las lesbianas. Espero que después de leer su poema, los lectores se pregunten: “¿Qué voy a hacer yo al respecto?” Sabemos que nunca cambia nada hasta que una masa crítica de personas se alza, se pronuncia y actúa.

La antología concluye con los poemas de Caroline, que nos lleva a la naturaleza: “Poste, antes árbol”, “Ave de batalla” y “Hormiga”. Estos poemas nos hacen pensar en la naturaleza externa a nosotras. Se nos invita a mirar hacia fuera y participar. En estos tiempos en los que los problemas medioambientales se vuelven cada vez más urgentes, como apuntan el debate internacional y el activismo, dado el impacto que tienen sobre los seres humanos, estos poemas cosquillean la conciencia. Los poemas personales de Caroline poseen poderosas imágenes, además de emoción, y su lectura es un placer:

«Ese latido sobre el cual yo reino
Esa lealtad tan poderosa que asusta
Cuando y donde mis sueños se manifiestan
Cuando ella, sea quien sea
Me llena de rítmica alegría»


El último día del taller invitamos al equipo del Centro de Derechos Sexuales (SRC) a escuchar la lectura de los poemas. Cada participante eligió un poema para leer y algunos miembros del SRC también recitaron sus propias composiciones.

Es nuestro deseo que este volumen de 22 poemas insufle esperanza a todas las activistas que aspiran a ser escritoras y a aquellos que tal vez se estén preguntando acerca del valor de la poesía. En nuestro día a día ya encontramos ejemplos de cómo la poesía ha cambiado vidas, y nos aferramos a esa esperanza. Tal vez la vida de alguien cambie a mejor después de leer uno de estos poemas.


BLU

Es una narradora visual que practica la fotografía y tiene algún que otro escarceo con la poesía. Últimamente le ha dado por realizar documentales. Su pasión es “mentar la bicha”, sacar a colación aquellos asuntos controvertidos que la sociedad preferiría rehuir, especialmente los que incumben a las mujeres y a las niñas. Durante su estancia en la India trabajó en una campaña digital, Break the Silence (“Rompe el silencio”), que promovía hablar abiertamente sobre tabúes como la menstruación. También trabajó en una campaña de concienciación para Parivathna, un grupo de mujeres desfavorecidas que reciclan y reutilizan papel para hacer cuadernos y bolsos. En su tierra natal ha trabajado con Girl Grandeur, una organización que busca fomentar las habilidades de las mujeres como empresarias, educadoras y mentoras, desde una edad temprana.


VAYA, ACABO DE CONVERTIRME EN DIOS

Ladrillo a ladrillo, ladrillo y argamasa y vidrio
Juntos se alzan, miríada de compuestos
Mármol, arena y metal, chocando juntos
Para sacar melifluos sonidos de vida.
Elementos que presentan una cacofonía de vida.

El silencio habla a voces a mis extremidades
Sacudiendo cada uno de mis nervios.
La sangre fluye como un río. Vida desencadenada
Todo menos silencio. Un fuerte repicar.
La cacofonía de la vida.

Hogar de lagartos, rocas mudando,
Atenas, así te formaron.
Vaya, acabo de convertirme en dios
Reclamo el dominio sobre todo esto;
Para mi gloria y mis ojos,

La cacofonía sigue con su clamor.

Vaya, acabo de convertirme en dios.
Lagartos, hormigas, frutas, flores
Todos para mi gloria y mi disfrute.
Me alzo erguida, puedo pisarlo todo
Pero elijo no hacerlo.



SIKHULILE PRECIOUS SIBANDA

Es una lesbiana de 44 años, feminista, activista en el área de los derechos humanos y artista visual ganadora de varios premios. El tema central de su obra artística es la observación del estado actual de la humanidad. Sus obras representan un deseo por comprender la comunicación y las incongruencias entre lo que se dice, lo que se quiere decir y lo que se entiende. Ha participado en numerosos eventos y festivales de artes visuales en muchos países, incluidos Argelia, China, Japón, Sudáfrica y Nigeria. Ha trabajado con el Centro de Derechos Sexuales (SRC) como facilitadora de Talleres de Narrativa Digital (DST) y de Arte. También es una de los miembros fundadores del colectivo feminista de mujeres LBT Voice of the Voiceless (VOVO), que también se vale del arte para reivindicar los derechos de las mujeres y las personas LBT.”


ESTA ES QUIEN SOY

Forzada a sentirme indefensa
Mi nivel de espiritualidad es alto
Digas lo que digas
Esta es quien soy

Cuando la conocí
Cada momento con ella lo disfruté
Puedes decir lo que quieras
Esta es quien soy

Serena por dentro, me siento
Cambiarme, lo puedes intentar
Luchar, puedes obligarme
Esta es quien soy



NORMA STANLEY

Es defensora de los derechos humanos, feminista, miembro de la comunidad LGBTI y firme partidaria de la igualdad de género. Aboga por los derechos de las mujeres en el ámbito del sexo y de la sexualidad y por los derechos de las personas LGBTI. Es miembro fundador de un colectivo autogestionado de mujeres LBTI: Voice of the Voiceless (VOVO), que busca visibilizar los problemas que afectan a las mujeres LBTI. Le encanta cocinar, el cine, leer y pasar tiempo en casa. Es daltónica y no está afiliada a ningún partido político, pero es activista feminista. Sus frutas favoritas son las peras, las uvas y las manzanas, y adora las sorpresas. Tiene pareja


ADELANTE CON EL MOVIMIENTO

Odiar se ha vuelto algo normal
Es malo para la salud.

Más tiempo malgastado en comparar
En vez de construir puentes.

¿Qué nos detiene?
Dentro tenemos problemas en común

Entendemos los problemas de las otras
Seamos nosotras mismas, honestas.

El universo, un lugar para el movimient
Alcanzaremos el cambio que deseamos.




PORTIA RODRIGUES

Nació en Bulawayo. De niña tenía un amigo del que se burlaban porque era gay. A raíz de su trágico suicidio, Portia se convirtió en activista. Cuando se mudó a Sudáfrica continuó su amistad con la comunidad LGBTI de allí. Desde que regresó a Zimbabue, ha trabajado en estrecha colaboración con el Centro de Derechos Sexuales como activista en asuntos LGBTI, especialmente para generar conciencia y aceptación entre las comunidades religiosas. Portia ha participado en varios talleres y funciones del Centro de Derechos Sexuales. Formó parte de Idahot 2016.



YONQUI DE LA ADRENALINA

Cuando llegué a la entrada, me alisé el vestido
Era de tela elástica carmesí con lentejuelas
Cubría mis partes falsas, como si fuera un bonito paquete

Mis tacones rojos repicaban en el suelo al entrar
Sabía que ya era hora de empezar
Olía bien, y dejaba una estela de mi esencia,
Un perfume que robé, sin miedo a las consecuencias
Olía a estar acostumbrada a la buena vida
Olía a ser carne de esposa agradecida

En la barra pedí un whisky y tomé un sorbo
Crucé miradas con uno que tenía mucho morbo
Me ajusté la peluca con la mano
Le sonreí y le saludé con voz de soprano

Nadie me puede parar, no tienen derecho
El corazón traicionero me late contra el pecho
Le invité a acercarse, coqueta y femenina
Soy un yonqui de la adrenalina

Mierda, voy a meterme en un buen lío
Cuando se dé cuenta de que soy un tío.





PUGENI

Nació en 1989 con el nombre Amanda Thandeka Pugeni. Completó su educación primaria en Manondwane, Nketa Bulawayo, y en Gokomere, Masvingo, y la secundaria en St James Girls High and Foundation College. Más tarde estudió en la Universidad Estatal de Lupane, donde se licenció en Lenguas y Comunicación. Comenzó a escribir poesía a una tierna edad, en la escuela primaria. Desde entonces ha seguido escribiendo poemas y ha recitado en varios eventos. También ha escrito una obra teatral y un relato. Actualmente está trabajando en el guión de un cortometraje titulado Where to from here? (¿Dónde vamos desde aquí?).


ANGRY BLACK WOMAN

(Negra cabreada)

Soy una mujer cabreada
Soy la sombra oscura a la que temes
La tormenta en un día soleado
El llanto de los niños
Los cantos ásperos de la roca
La ceja irritante de tu ojo
El viento plomizo que perturba los campos
Soy el huracán
Soy desconocida
¡Esto no es poesía, sino furia!

Soy esa negra cabreada
Que intentas ignorar
Bella por fuera
Oscura por dentro
Las emociones que braman como un toro negro
Soy proscrita
La espina de la rosa
El agua limpia fluyendo a la cloaca
No me conoces
Esto no es poesía, sino rabia.

¿Hace falta que siga?
Sigo notando el ansia de seguir
No me conoces
Soy la decepción de los mayores
El tabú de la comunidad
El signo de la madurez
El agua sucia en un bache

Soy la negra cabreada
Los montones renegridos de basura putrefacta
El vidrio roto
La amenaza a la nación
La mariposa intentando salir de su crisálida
Los mil años de esclavitud
Tú no me conoces.

Soy ese perro ladrador que muerde
La niña nueva en el barrio
El pelo en tu comida
El mal aliento
La canción de los políticos
La trabajadora invisible
No me conoces.
¡Esto no es poesía, sino rabia!




DUDUZILE SALITAIRE MASEKO

Nació el 10 de octubre de 1984. Estudió en la escuela primaria Monte Cazalet y después fue a los institutos adventistas de secundaria de Solusi y Bulawayo. Se graduó con honores de la universidad en el Diploma Avanzado de Informática y Procesamiento de Información.


UN ATAQUE

Me acerco a la esquina
Una pandilla también
Sudo
Me meo encima

Después vinieron la risa y los insultos
Luego el cemento manchado de sangre
Mientras los puños machacaban mi piel desnuda

Una lluvia de golpes sin fin
Hasta dejarme sin sentido
Tirada en el suelo sin defensas

Un cuerpo hinchado
Un alma vencida
Un corazón sangrante
Un espíritu hecho trizas
Un ataque a mi existencia




CAROLINE MUDZENGI

Es una mujer bisexual zimbabuense de 25 años. Es miembro del colectivo feminista Voice of the Voiceless (VOVO) y del colectivo Gays and Lesbians in Zimbabwe (GALZ) y forma parte del equipo de Centro de Derechos Sexuales (SRC), donde también participa en su consejo asesor LGBTI. Se inspira en mujeres artistas que, como la difunta Maya Angelou, utilizan su talento para luchar contra la injusticia. Es tatuadora y artista que se especializa en recitales de poesía, dedicándose sobre todo a la poesía. Ha sido activista desde la adolescencia. Participó en una campaña por el matrimonio igualitario en Irlanda.



AVE DE BATALLA

Enfundó las pistolas diminutas
Dos a la vez; justo como se perdió la última vez.
Las pellizcó; notó unas puntas mientras las balas entraban en la recámara

Lista para el disparo; ascuas despedidas encendidas ardientes punzantes
Tan intensa sensación; como nada que hubiera sentido nunca.

Visiones le pasaron por la mente:
Una orquesta la llevó en un viaje de ida y vuelta al filo del mundo.
La corriente en su crisálida pareció consumir todo el aire.
Las horas pasaron como momentos reparadores
Sus huesos rotos se curaban y fundían con partes sin hueso endurecidas.
Una y otra. Un estallido rítmico, melódico.
















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ERIC SAUTOU [20.168]

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ERIC SAUTOU

Eric Sautou (1962), poeta nacido en Montpellier, Francia. Ha colaborado en diversas revistas y ha sido incluido en las antologías Autres territoires (2003) y 49 poètes (2004). Autor de una decena de libros, algunas de sus obras son Le nom des fleuves (1999), Canoë (2002) y Les Vacances (2012), de las cuales presentamos algunos poemas. 

Bibliographie

● Les Vacances, Flammarion, 2012
● Frédéric Renaissan, Flammarion, 2008
● Les Iles britanniques, Tarabuste, 2007
● La Tamarissière, Flammarion, 2006
● Un Oursin, éd. Le Dé bleu, collection Le farfadet bleu, 2004
● Rémi, Tarabuste, 2003
● Canoë, Flammarion, dans le volume collectif Venant d’où ? 4 poètes, 2002
● Le Nom des fleuves, éd. Le Dé bleu, 1999
● Le Capitaine Nemo, Tarabuste, 1998

A participé aux anthologies :
● 49 poètes, un collectif, éd. Flammarion, 2004
● Autres territoires, éd. Farrago/Léo Scheer, 2003





Las traducciones son de Raúl Durán.
http://circulodepoesia.com/2017/05/veinte-poetas-francofonos-recientes-eric-sautou/



Resurrección

el sol pasó
la mano descansa
vengo con palabras leves
soy el niño calmo
no conozco las piedras las flores
la vida va sin dar respuesta
un frágil dios posa en los aires
felices cosas desvanecidas

de “Le nom des fleuves” (1999)





Résurrection

le soleil a passé
la main repose
on vient avec des mots légers
on est l’enfant silencieux
on ne connaît pas les pierres les fleurs
la vie s’en va sans réponse
un dieu fragile s’établit dans les airs
heureuses choses évanouies

de “Le nom des fleuves” (1999)





sin título

venir con las piedras
cerca de fuentes frías
mi madre se iba lejos de las ramas
las hierbas se mecen al anochecer
está la casa con la única lámpara
las palabras
son más grandes
escribo de aquí

de “Canoë” (2002)





sans titre

venir avec les pierres
près des sources froides
ma mère s’en allait loin des branches
les herbes glissent dans le soir
il y a la maison avec la seule lanterne
les mots
sont plus grands
j’écris d’ici

de “Canoë” (2002)





La biografía

he corrido
en los jardines
un secreto
es un gran vacío
duermo adonde vaya

*

tengo una historia
más grande que yo
la narro con placer
una escalera
en la bujía
y todo allá arriba
mi cuarto de apache
mis fraguas

de “La Tamarissière” (2006)





La biographie

j’ai couru
dans les jardins
un secret
est un grand vide
je dors où que j’aille

*

j’ai une histoire
plus grande que moi
je la raconte volontiers
un escalier
à la bougie
et tout là haut
ma chambre d’apache
mes forges

de “La Tamarissière” (2006)





La carta

Me duermo (con remordimiento).
Intenté escribirte.
No saques las flores de la habitación, las flores se marchitaron.
Llueve afuera. Me vuelvo débil. No hablo. Escribo.
Del cielo susurran las flores.
Me duermo. Estoy lejos. Escribo al borde de los grillos.
Estoy al borde (desamparado).
Escribo me duermo (y todo lo demás).
Al fin te veo.
¿Es como irse que llegó?
Somos el cielo, atravesados.
La habitación está vacía. El día más negro que ayer.
Llueve apenas, mil cosas alrededor.
Espero las palabras (que terminan por decirme), estoy sentado en frente.
“Cuando vivía allá…”
Son de poemas (hoy ausentes), intentos de pañuelos.
Las flores hicieron un ramo, yo las miro.
La voz, la dulce voz de las cosas, todo un jardín de flores.
Creo que despierto.
No escribo mucho más.
Escribo tu nombre, lo recuerdo.

de “Les Vacances” (2012)





La lettre

Je m’endors (avec des regrets).
J’ai essayé de t’écrire.
N’enlevez pas les fleurs de la chambre les fleurs ont fané.
Il pleut au-dehors. Je m’affaiblis. Je ne parle pas. J’écris.
Du ciel soufflent les fleurs.
Je m’endors. Je suis lointain. J’écris au bord des grilles.
Je suis au bord (désemparé).
J’écris je m’endors (et tout le reste).
À la fin je te vois.
C’est comme s’en aller qu’est-il arrivé ?
Nous sommes le ciel, traversés.
La chambre est vide. Le jour, plus noir qu’hier.
Il pleut à peine, mille choses alentour.
J’attends les mots (qu’il finit par me dire), je suis assis en face.
Quand je vivais là-bas…
Ce sont des poèmes (aujourd’hui disparus), des sortes de mouchoirs.
Les fleurs font un bouquet je les regarde.
La voix, la douce voix des choses, tout un jardin de fleurs.
Je crois que je m’éveille.
Je n’écris pas beaucoup plus loin.
J’écris ton nom, je m’en souvins.

de “Les Vacances” (2012)





Desde París, Francisco Cortegoso traduce para este blog un poema longo de Éric Sautou, até agora inédito nas linguas dos Pirineos para abaixo, pertencente ao seu último libro, Les Vacances, publicado en 2012. Sautou naceu en Montpellier en 1962 e é autor dunha decena de libros, entre os que se atopan, ademais do mencionado, Le Capitaine Nemo (1998), La Tamarissière (2006) e Frédéric Renaissan (2008).


Non temas máis, di o corazón.
Virginia Woolf, Mrs Dalloway.

Escribo as palabras que vexo.
De en pouco vai nevar, folerpa xa.
As palabras permanecen tan simples.
El conta cos seus dedos até doce; velaí! pensa cando, un despois do outro, ergueu os seus dez dedos; dous a sumar recomezamos, todos os dedos repregados e un fai o polgar, dous o anular, eis os doce. Resulta pasmoso, números e dedos, e que dúas mans non poidan senón dez, o número dez, non máis alá.
Sabes, a casa está alumada – aínda.
(Unha pequena moi pequena casa.)
Poema: a pega
dille ao peixe
peixe
eu son a pega
Escribo as palabras que vexo.
Consólanos.
A convallaria.
Neve, aldea soñada.
É a lúa (pasando).
As flores máis sinceras.
Consólannos.
Neve, aldea soñada.
Flores (o trevo frío).
As flores.
Bolboreta (encontrará a saída).
Cando o vin pensei: velaí!
O mundo en nacemento.
A miña casa, Señor, non alberga a verdade; lin nos libros que a miña casa, Señor, non alberga a verdade.
Todo é negro todo de redor.
Escribo porque non estás aquí teño medo que xa non esteas máis aí sei que che escribo e xa que logo sei que te escribo.
Sobre todo non adormezas.
Consólanos.
Debilitado (sentado perto do lume). A súa tribo obsérvao quen se afastan (sobre a barca estarrecidos). El ve as lombas, a súa casa de pedra, a súa tribo (dispersa ao amplo dos campos).
Consólannos.
Poderiades, como moitos fixeron, tentar coñecelo (poderiades mesmo consideralo amigo).
El escribe historias que non conta a vontade (aquela da oca por exemplo).
O que el prefire, guindar o pastel tenro e a cor vello rosa; son os animais (todos os animais).
No resplandor das rúas os álamos.

Consólanos.
Teño frío, a cada pouco máis (consólanos).
Andoriñas no serán.
A convallaria, a mimosa.
Sobre todo non adormezas.
(É particularmente certo as estrelas.) 
Vinte e catro mariñeiros apiñados á corda.
A neve pousa no nada (ouvimos respirar).
Obxectos apracíbeis, abandonados.
As mans xeadas baixo a almofada.
Soños (que non lembramos).
Nós somos radiantes, abandonamos o noso sol.
Ínfimos fulgores.
A neve cae (cae).
Ínfimos fulgores (ouvimos respirar).
Somos (privados).
Isto só aconteceu tempo atrás.
Teño frío sobre a pel.
Ouzo.
A respiración.
Trazo duras pegadas.
Téntoo de pés nus sobre o vidro.
Hai que asubiar ou chifrar (vibrar como as cousas).
Ler, escribir, (ceo anubado niño de palla).
Azul e amarelo (verde mazá).
A bondade.
Os paxaros, sempre outros, altamente conmovedores.
Flor (que non lembramos).
Flor da silveira.
Unha flor na distancia (ouzo bater a chuva).
(Veredes que é sempre cando chove.)
A bondade.
O vagar.
As árbores (xemendo).
Ler, escribir (recordos minúsculos).
Todo é negro todo de redor.
A lúa (que chamabamos a lúa) deveu a noite.
O pío, aí que guindamos pedras (razón que apareza).
Unha flor, é esta (ou Pedras entre a neve).
O que escribes desde tanto tempo atrás?
A miúdo ouvía tocar o sino.
O enorme edredón.
Milleiros de abellas, unha flor enxoita, as soleiras, as oliveiras de estío.
Decidía entretanto que non habería máis laios non me compadecería xa máis.
Non trataba doutro que de ti e de min. (Verlaine.)
Voluptuosidade sen suspiro fiado á miña orella. (Coralie.)
Onde non chegará a sorpresa de me ver deste xeito acariñarche a meixela. (Coralie á bela Clément.)
Os castelos de area fría. (Rhoda.)
O meu caxato, as miñas flores, abandónoas. (Lenz.)
Nubes que pasan. (Rhoda.)
A árbore abatida a auga devóraa. (Lenz.)
A auga volve fría, o ar é frío. (Rhoda.)
A miúdo falo só.
Gosto desta foto, aquí, esta.
As cousas avellentaron sobre a cómoda.
Pode nevar, chover, ou non.
Vagalumes e reloxos de area.
Mais nada que a penas adiviñados, antigos cafés profundos, árbores negras, esfolladas, un tapiz esponxoso, crepitante, que esa que pesa sobre esoutra pousada na terra, non ouve senón repentinos ladros silenciados, asubiando – e como así tornan.
Ler. Escribir.
Como unha flor de tinta despregada do papel (aínda que peche os ollos...).
A poesía (“...e sentín por un pouco o seu inmenso corpo” Arthur Rimbaud).
Durmo.
As flores que vos enviamos (as cousas belas) as árbores (delicadas).
Nas flores malvas (flores e follas mortas) chove sobre a terra sobre a herba chuva observo a chuva.
Até cen.
Logo é certo nada mudou?
O rebote, o escuro eco.
Non estou só sentado en voo na dorna.
Fastuoso xogo de lampos.
Pasada a treboada fixo bo no serán.
Reabrir a vela – a reaparición.
As bolboretas (baten infinitamente).
O ultramarinos (de Félicie).
Fun o vello neno por caso.
Suma toda un aborrece máis ben.
Certo tesouro moi antigo.
Unha árbore en si (de son vivo).
Lagarto (desamparado).
Unha neveira de polistireno azul, un pelador, un reloxo de cuco, unha botella de refresco.
As cigarras (regálanse un recital).
(De igual xeito a poesía non quere que pousemos.)
Sorte de paisaxe última: o mar.
As flores do cardo (elas tamén tiveron a súa parte).
Nubes (esfiadas).
Fóra vai menos frío.
A dozura (de rematar).
Lémbraste de min?
Ao que chegarás?
Nós non chegaremos alá.
Xa pouco non chove.
Por veces aborrezo un cacho mais non ten importancia.
Eu non sei nada cando escribo.
Non estamos mortos.
Véxote na imaxe.
Oi, acho que vou partir.
O outono e mais o inverno.
Pequeno home sen palabras, sen música, sen nada.
Sentado sobre un banco no peirao – silencioso.
A dozura (de rematar).
Son os balóns, os chapeus (son flores estrañas).
Após, cada un de nós desaparece.
Recordo de amizade.
As palabras son as mesmas.
Vémonos menos coido.
Escribo para estar aquí.
Todos os cardos, a sorte de azuis, a luz do verán sobre o gran papaventos.
Logo é certo nada mudou.
Endexamais voltamos a nos ver.
As palabras suplementarias.
Chove (de paso).
Os meus poemas fan vellos no marco.
É un camiño que atravesa e nos leva (sós e sen palabra)
Chove (de paso).
O mar está calmo.
O mar é máis escuro de súbito.
Pensei que sería bo escribilo.
Podo sentar baixo o ceo (escribo).
Vexo reaparecer (e mais non dixen xa palabra despois).
Se xa pouco non chove e é máis doce.
Ela abandona.
Volta.
Nada non unha nube.
Si de acordo é si.
A árbore deixa caer os niños
Leves sobre as follas
Tranquilas as augas
Ser (baixo o abrigo).
Aqueles que, alí, sobre a praia, non poden xa máis nada por vós.
Soño adormecido.
A Tamarissière.
Oración.
Mil cousas.
O meu corazón (bate aínda perto do corazón). Silénciome. (Silénciome, escoito.)
Tiramos dos pés as sandalias descendemos.
Escribir non o di máis, amar non é de certo.
Estamos no bordo avanzamos.
Camiñar, camiñar aínda.
Entrar (no primeiro cuarto escuro).
Cego perto das voces.
Oración.
É unha oración (unha oración aparentemente).
Dúas flores reabertas na auga (lentes de flores).
Descenden das montañas, roldan as ribeiras, agardan que apareza. (Os animais sofren.)
Anacos de madeira, montes de cousas en equilibrio.
Coios guindados ás nosas portas.
A herba e o orballo.
Manteis no interior, incensarios.
O vestido de ouro e o sobrepeliz.
O que resta de lume.
Soprar a chama.
Isto é o alumado (é prendido) longamente as vagas  (a chuva).
Neste movemento de estrelas (e nós aparecemos) son as palabras que deseño esquecémolas.
Fun supersticioso sen exceso.
Vixiado (protexido á vez).
O pouco en todas as cousas.
Eu non amaño, rexeito.
Cada unha das palabras (redescuberta).
Un tren parte (logo desaparece).
Podo camiñar (e desaparecer).
Feble flor.
A agua (nos meus zapatos).
O gran ceo.
Vin, nun lampo, o relampo, golpear, todo o horizonte negro.
Todo é negro de redor.
So pena de ser acordado.
Teño frío baixo o meu pucho.
As vagas.
As vagas.
Chove olla chove.
Desapareces (e incríbel nada é máis silencioso).
Contra as palabras na evidencia.
Encontra a rima.
Chove.
O tranvía é alumado baixo a chuva.
Contra as xanelas, sobre as palabras da palabra amor, na velocidade, encima embaixo das pontes.
Cuarto de inmoble, negro de luz, abaixo como a agua.
Xamais eu apago.
Pedir un desexo.
Seriamos lanzados ao baleiro por nós mesmos.
Todo un anaco (de muro estrelado).
Luminoso sobre a baía abre en arcos.
De costas baixo a cúpula.
A miña mai non é máis que o amor mais alí demoro.
Soños que son voces (gosto de dicilas todas).
A resistencia cede.
Poalla.
Poema: o pombo torcaz (ela mesma sobre a vella árbore ruiba...).
Os paxaros non saben nada. (Así mesmo un cabalo non ten imaxe.)
Soño.
Dunha carta de meu pai (recibida por correo: “O primeiro soño”)...
Poalla.
De abrigo negro e gardachuva (nós eramos un baixo os tres gardachuvas).
Ou ben entón peixes (que mesmo debuxados non son visíbeis).
Íllome no cerne e avellento.
Vamos guindar pedras caen máis unha vez.
Non é preciso que morra, non é preciso que morras.
Agardamos a neve (foi anunciada).
Reabro finalmente os ollos.
A neve inmensa.
Olla como neva (a neve inmensa).
Longamente respirei.





Le poème pour dire les poètes contemporains  La poésie d’Éric Sautou

par: Matthieu Gosztola
Le principe de cette chronique est le suivant : Matthieu Gosztola écrit à chaque fois un poème « sur » l’œuvre d’un poète contemporain. Ce poème a pour fonction, de par et le sens qu’il véhicule et le recours à la forme qui le constitue en tant que poème, de dire quelque chose de cette œuvre et de son mouvement.



À la suite de son propre poème, Matthieu Gosztola propose plusieurs poèmes du poète en question.


on écrit on avance
dans le blanc
de la page
on croit déplacer
des montagnes
en déplaçant
jusqu’à la page
les lettres
des livres

et en les met
tant
parfois & souvent
dans 1 ordre différent
comme 1 jeu
mais très sérieux

: jeu d’exister

des livres :

ceux spécialement
aimés comme
des bouquets
de fleurs
simples (simples comme des comptines)
ou des chansons
apprises et répétées (pour l’énonciation
de la berceuse)
pour l’enfant terrifié
d’en soi  (pour la berceuse
de l’intérieur de soi)

mais en fait
on ne déplace
que son propre
silence

on s’avance
dans la page
et s’avançant
on se retire
en même temps

on dit « je »
mais c’est un « je » im
personnel

on est là
presque devenu
brume
ou chant
qui s’est tu
ou pas de côté
ou envolée
d’un ballon
au point
où il n’est plus
visible
et où il se dilate
se dilate
et où on sait
qu’il va bientôt
exploser

on avance
en écrivant
dans un lieu
où il n’est pas
possible
d’avancer
autrement
qu’en se laissant
aller
au silence

on avance
on devient
on écrit
on se tait (on écrit)

on se tait
et alors
ce qui se passe
et qui était impossible
à prévoir (ce qui était impossible)
c’est comme
le passage
de la veille
au sommeil
c’est comme
ce moment
où on s’endort
et où les images
prennent possession
de soi
avec la grammaire
chamboulée
car tout est
alors
chamboulé (avec un peu de repos)

ce qui s’avance
en soi
au moment
où on avance
où on écrit
ce sont les images
qui viennent
quand on vient
dans le ventre
du sommeil

ce qui vient
avec ces images
quand on s’assoupit
quand on écrit
c’est le lecteur

le lecteur vient
il existe
il se tient avec
soi
il se tient en soi
il est là
il est sur la
page
il est la page

il nous fait signe
avec la main
un petit signe
de la main
comme si on était
au loin
et on est au
loin
c’est vrai on écrit




Sélection de poèmes d’Éric Sautou par Matthieu Gosztola



QUITTER LES PLAINES

rien ne m’accueille
il tombe des branches
une maison vibre
je me hisse
je vois l’ange au clairon
la ribambelle


on démonte la forêt
les insectes viennent
des femmes sont là
agenouillées


chaque saison passe
le monde est vert

● 

une étincelle après l’autre
je suis dans la couleur
il y a de l’eau remuée
bientôt le silence


mon poème est aveugle
la lune tourne
tourne



PARMI LES AILES

il court
le vent fort l’envolerait
on éclaire les chambres


il appelle sous le ciel
il avance dans les prairies


on parle de toutes choses
on a la volonté
un dieu


nuées d’oiseaux
montagnes
qu’on enflamme


on a le secret
la vie est libre 

Le Nom des fleuves





LA CHAMBRE VIDE

n’aie pas froid
monte bien
jusqu’aux mains




les cailloux de terre ne songent pas à Dieu
la fleur qui est bleue devient pâle
le papillon est là sans jamais il n’arrive
comme ici les nuages
les pierres de charbon la sébile
ou le coffre de bois
cueillez le thym nuages sombres
vers l’eau sombre du canal le fantôme où j’écris
fenêtres
ouvertes et chantants
après douze fois ce sera comme ici c’est la chambre du fond
à s’endormir ici sans jamais lui répondre



BERCEUSE

donnez dans les mains s’en est allé
comme ici se balance
à pencher vers les choses
de quels arbres au-dessus je m’endors




venez
bercez comme un ballon
musique feuille à feuille venez
comme un lointain le paysage
et se balance encore venez





chambre dans la seule
chuchotées
sombre
d’où sombre ici le tas de feuilles
à la musique en rêve
pour quelqu’un ne vient pas

Frédéric Renaissan



NATURES MORTES

j’ouvre la porte une table
attendre assis dans le soir
j’attends sur le bois
je déplace j’éclaire j’ouvre la nappe
j’ouvre ma chaise je parle assis sur le bois
une table je laisse
la lampe je laisse ici la main




un village ou presque j’avance
là sans reflets l’oreiller blanc la chaise
d’être là à ma table une maison d’église
plus rien sur la page et rien de plus ici un vase
de terre
et tout objet de verre je m’endors sur le bois




venir asseoir dans la durée fermer
fenêtre
porte
chaque fois qu’ici comme ici déjà là sous la planche
je défais à la planche
dans l’atelier du soir j’avance
d’objets mêlés venus
de chaque objet tenu
dans le coin le plus sombre
donner à la main faire
ici rideau floué
le meuble à son chevet




s’asseoir devant et voir devant la même chose
je construis comme un peu quelqu’un d’autre qui vient
comme ici pour chacun je tombe avec la clef
plus rien pages de blanc
l’enfance ouvre la clef je défais à la main
je m’assieds je défais

La Tamarissière




10

qui suis-je ainsi au monde (nuages et silencieux)



on ne m’a pas écrit aujourd’hui (ni parlé)
un arbre
désuet
resté seul au jardin
(j’écris tant d’autres choses)




la pluie n’a pas l’habitude les oiseaux
sont volatilisés



aubaine
s’en va dans sa coquille (bientôt aubaine sur les flots)
aubaine est en déroute
appelle à elle fleurs déroutées
esquif est sur les branches (arbre vivant et dérouté)




Noël sans toi
(ou une marche sombre) les enfants qui ne savent
bercent
(ou une marche sombre)



un papillon
sur la fleur d’un souci
revoyez-vous la fleur
redonnez-moi la même










-

DAMIANA DE GENNARO [20.169]

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DAMIANA DE GENNARO

Damiana De Gennaro (Vico Equense, 1995). Poeta. Se inscribe a la Facultad de Lengua y Cultura Comparada de la Universidad de Napoles Oriental, donde estudia japonés e inglés. Desde 2015 es redactora de la revista Mosse di Seppia, formada en su mayoría por estudiantes universitarios que se dedican a difundir la poesía contemporánea en el centro histórico de Napoles, organizando lecturas en los puntos neurálgicos de la ciudad.

Damiana De Gennaro nasce a Vico Equense il 30 ottobre 1995.
È iscritta alla facoltà di Lingue e Culture Comparate dell’Università di Napoli L’Orientale, dove studia giapponese e inglese.

Dal 2015 è redattrice delle rivista letteraria indipendente Mosse di Seppia, formata in maggioranza da studenti universitari che si impegnano a diffondere la poesia contemporanea nel centro storico di Napoli, organizzando reading nei punti nervralgici della città.


http://circulodepoesia.com/2017/05/poesia-italiana-actual-damiana-de-gennaro/




Cuando ella ha dicho de ti
narcisista
he visto, basto en el cuello tuyo,
entretejerse aquella flor.

Después le he sonreído,
pensando que sí –
tu peor defecto
lleva – por siempre –
el nombre de una flor.





Quando lei ha detto di te
narcisista
ho visto, lungo il tuo collo,
intrecciarsi quel fiore…

poi le ho sorriso,
pensando che sì –
il tuo difetto più brutto
porta – pur sempre –
il nome di un fiore.




En todas las paredes
de la noche sin estrellas, escribiría:
cuando sea necesario, estoy ahí –
pero sería una mentira:
siempre, estoy ahí –

y para no ser una molestia
encomiendo mis excesos
al polen de aire
que te hace estornudar
como al decirte mira:
Ahí está la primavera.




Su tutte le pareti
delle notti senza stelle, scriverei:
quando serve, io ci sono –
ma sarebbe una bugia:
sempre, io ci sono –

e per non essere seccante
affido i miei eccessi
ai pollini dell’aria
che ti fanno starnutire
come a dirti guarda:
c’è la primavera.




Llegan siempre, al fin,
tus mensajes
como trenes sin horario
del corazón en el pulso –

Vienen a llevarme
donde el aire se hace mar
y la tierra que piso
no se amolda a mis pies

Me trasplantas en la tierra
de donde espero florecerte
un poco más cercano.



Arrivano sempre, alla fine,
i tuoi messaggi
come treni senza orario
dal cuore verso i polsi –
arrivano a portarmi
dove l’aria torna mare
e il terreno che calpesto
non si spezza ad ogni passo

mi trapianti nella terra,
da dove aspetto di fiorirti
un poco più vicino.




Cuando sobre la puerta
dices abrázame
llueve todo el aire que las cuerdas
no han sabido hacer vibrar…

Las espinas se reforman
en una extraña suavidad
como aquella que respira, apenas nacida,
en los ojos de las madres –

Cuando dices abrázame,
amarte es un gesto lineal:
el salto de la bailarina
en la jaula del tórax.




Quando sulla porta
dici abbracciami
piove tutta l’aria che le corde
non sanno far vibrare…

Le spine si riassorbono
in una strana morbidezza,
come quella che respira, appena nata,
negli occhi delle madri –

Quando dici abbracciami,
amarti è gesto lineare:
il salto della ballerina
dalla gabbia del torace.






-

DIANA AZCONA TREJO [20.170]

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DIANA AZCONA TREJO

Diana Azcona Trejo (Ciudad de México, 1982) Poeta residente en el Estado de México. Cursó el Diplomado en Creación Literaria en la escuela de escritores de Metepec «Juana de Asbaje». 


​Crónicas de hospital


Explicar: diversión de los vientres rojos con los molinos de los cráneos vacíos.

Tristan Tzara | Primer Manifiesto Dadaísta


I

¿Qué pensaste, cariño,
en ese último momento en que pudiste pensar?
¿Pudiste pensar?
¿Recordaste el brazo roto de tu hija?
¿Sentiste el olor de mi pecho?
¿Sentiste mis náuseas?
¿Te dolía la cabeza, amor, mi cabeza?

Te atormentaba todo, lo sé.
Querías salir de tu cuerpo
mucho antes del
golpe
antes                                               del  vuelo

mucho antes del  es
ta lli do.


II

Te vi entrar al quirófano
con la mano vendada y nuestras discusiones
en las piernas.
Saliste de ahí después de tres horasmeses,
a las dos de la tarde.

Llegaste a Terapia intensiva
luciendo un bellísimo y moderno aparato
que medía tu presión intracraneal
y mis remordimientos.

Entré a verte después del espantapájaros.
Le grité al médico:
¡ tu habitación no tiene vista al mar !
Lloré por tres minutos sobre tu sábana
y recité Hora de junio
para matar el noventaynuevepuntonueveporciento de los gérmenes
que dejó tu madre durante su visita.

Luego de la ablución, me senté en el corredor a leer
El Lazarillo de Tormes.
Cuando terminé,
habíamos cumplido ya
doce años de no amarnos
y no pude más que maldecirte;
te maldije por haberme dejado aquella noche,
sin farol y sin cigarros.


III

En el papel dice
que yo autorizo:
una parte de tu cráneo
será resguardada en un banco
helado                      de tejidos.

En el papel dice que tu frente
esperará por ti doce meses.
Después,
no podrá regresar a tu cabeza.

Yo lo firmé.


IV

Me pidieron una cánula de Jackson.
Yo solo pensaba en tapar con mi lengua
el orificio de tu garganta
para que no se te escaparan
mis tormentas.


V

Ahora,  en esta hora en la que yaces
brillante, horadado y febril,
en medio de esta ri dí cu la asepsia

no te acaricio porque no te reconozco.

Los médicos dicen que eres tú,
que eres tú de treinta y nueve años
que eres tú zanahoria
que eres tú neumónico
que eres tú hidroce¿fálico?
que eres tú mórbido.

Pero a mis manos
―insoportablemente viudas―
no las inunda  tu espuma
ni  las abrasa tu incendio,
y se niegan a ser sudario
para ese cuerpo
que ya no te pertenece.


VI

¿No escuchas la nada en mis pestañas?
¿No sientes el silencio de mi espalda?
¿No ves que no tengo nada de tanto que tengo?
Las pocas horas que nos quedaban
hoy sólo son tiempo,
ni siquiera la espera
ni siquiera la muerte.

Puedo alimentar la pena,
vivir de la angustiosa oscuridad
que nos habita,
vivir afuera de la noche
afuera
de tus dedos,

puedo.


VII

Fumo
muy cerca de tu ventana:
cama cuatro, Terapia intensiva.

El humo que exhalo
podría desinflamar tu consciencia,
entibiar tus pies o tu frente hundida.

Tal vez.


VIII

Salgo de la sala de urgencias al amanecer,
luego del informe médico: dicen que no has despertado.
Prendo un cigarro   o dos
y leo un poema      o dos.

Hago lo mismo desde hace muchos días,
no sé exactamente cuántos:
he perdido la capacidad de medir el tiempo.

Siento como si llevara años viviendo aquí,
como si la entrada del hospital
fuera el comedor de nuestra casa,
como si los parientes de los otros enfermos
fueran de nuestra familia;
los observo y padezco con ellos:
el padre de Alfonso luce abatido
esta mañana
el pulmón de su hijo colapsó;
la hermana de Silvia ,
paciente de cáncer,
llora tranquila y come tamales
mientras espera a que le entreguen a la muerta radiada;
la casi viuda del hombre comatoso bebe café,
lee un poema   o dos,
prende un cigarro
y no sabe qué hacer ante el esplendor de la despedida.


IX

Hay una mancha de sangre en el frasco de Propofol

un catéter en tu abdomen
un desierto en el catéter
una boca que cayó de tu mano
tu mano que se abrió    caracol

Pero no me importan el catéter en tu abdomen
el desierto en el catéter
ni la boca que cayó de tu mano   caracol

He escrito todo esto solo para decir
que solo quiero decir que odio los lunes,
que este miércoles parece lunes
¡ Y que hay una maldita mancha de sangre en el estúpido frasco de Propofol !


X

Seguimos aquí
en silencio.
¿Cuánto días han pasado?
Dicen mis amigas que van doce.

Tú duermes y, a veces, abres los ojos;
los abres cuando chupo tus dedos
o muerdo tus pies, los abres y no me miras.

Yo escribo, pero no escribo
leo, pero no leo, respiro y no;
pienso en palíndromos: lugares comunes:
hospital es palíndromo, lugar común y  aliteración

chupo tus dedos para que abras los ojos.


XI

Los cirujanos abrieron tu cabeza
y me encontraron allí:
una inflamación descomunal
de once años de podredumbre.
Rompieron tu cráneo
para que yo pudiera salir caliente, dormida y fétida.

Así que abrázame, porque he nacido, abraza a tu parásito.
Dame una nalgada para que llore y tiemble de miedo y de placer,
acaricia mi sexo anquilosado y luego termina de morirte.


XII

Tu sueño:
vacío en clave de anestesia

Polvo    polvo
que se asienta en los ojos
por  saberte ¿invierno?
en los jamases de mi pies.


XIII
                                                                                                   Para  J.L


Ellos no saben nada del horror,
no saben de tus manos secas, del  castigo,
de tus lilas casi rojas
ni que tu espalda se hizo piedra.

Tampoco saben que has muerto
sin perdón y sin tu pléyade.

No  dejaré que lo sepan
no se los diré.
Lo digo todo, pero nada digo.


XIV

Hambre   ruiseñor    lengua
me piden que te cuente la vida
Memoria   abstinencia   clavos
dicen que me escuchas
sangre   tristeza   antibiótico
que mi voz te hace bien
coágulo   neumonía   café
que te diga lo que hago mientras duermes
fiebre   ceremonia   vómito
que los sonidos familiares estimulan tus neuronas
neuronas   neurólogo   neurosis
que la música te ayudaría
Bach   Schumman   ¡Shumman!
que la música que más te gusta
silencio   silencio   silencio
que no, que no me quede callada
silencio   silencio   silencio
me iré mañana a las ocho en punto.


XV

Me vino el olvido
entre las cinco pe eme
y quinientas gotas de tu carne.

antes de la noche,
después de la orilla,
entre Urgencias y la Sala de Choque,
a once lágrimas de altura.

Indolente, quebré mis párpados
(mirlos enfermos),
y fueron balas
para la tarde de esa mañana
desbocada y húmeda
en la que
cerré las piernas, apreté los puños
me vino el olvido.









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DORIS LESSING [20.171]

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Doris Lessing

Doris Lessing, de soltera Doris May Tayler (Kermanshah, 22 de octubre de 1919 − Londres, 17 de noviembre de 2013), que publicó también bajo el pseudónimo de Jane Somers, fue una escritora británica, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2007.

Su padre, Alfred, era un antiguo oficial del ejército británico que participó en la Primera Guerra Mundial, en la que sufrió la amputación de una pierna. Se casó con una de las enfermeras que lo atendía, Emily. Trasladados a Persia, hoy República Islámica de Irán, por cuestiones de trabajo, Doris nació allí y cuando ya tenía seis años su familia, atraída por las promesas de hacer fortuna como granjeros en el África colonial británica cultivando maíz, tabaco y cereales, se trasladó a Rodesia del Sur, hoy denominada Zimbabue, y allí pasó su infancia y juventud hasta los 30 años. Sus recuerdos de esa época, según su autobiografía, son ambivalentes: por un lado, la educación estricta y severa de su madre; por otro, aquellos momentos en los que, en compañía de su hermano Harry, disfrutaba y descubría la naturaleza; también se sensibilizó en contra de la discriminación racial.

En lucha constante con su madre, que deseaba ser una dama eduardiana sin poder sostener ese tren de vida en una granja ruinosa, y deseando huir de su autoritarismo, Doris abandonó sus estudios en una escuela de monjas católicas, a los catorce años, y al cumplir los quince se fue de casa y trabajó como niñera. Continuó formándose como autodidacta, leyendo sobre todo novelistas decimonónicos y obras de política y sociología, y empezó a cultivar la literatura; trabajó en varios empleos y con dieciocho años se trasladó a vivir a Salisbury (actual Harare) con un empleo de telefonista; un año después se casó con el funcionario Frank Charles Wisdom (1939) y tuvo dos hijos, John y Jean; se divorció en 1943 y se unió a un grupo de ideas comunistas.

En 1944 se casó con Gottfried Lessing, un exiliado judío alemán que había conocido en un grupo literario marxista y tuvo a su tercer hijo, Peter. Comenzó a trabajar como auxiliar de clínica. Agobiada por sus inquietudes intelectuales y literarias y por el trabajo de ser esposa y madre, se divorció otra vez, aunque conservó el apellido de su esposo para publicar, y en 1949, con treinta y seis años, se trasladó al Reino Unido con el hijo pequeño dejando en Sudáfrica con su padre a los mayores, pues, según indicó años después, no quería desperdiciarse siendo solamente madre. Instalada en Londres, reanudó su carrera de escritora publicando Canta la hierba (1950) y militó en el Partido Comunista Británico entre 1952 y 1956; participó en campañas contra las armas nucleares y criticó ásperamente el régimen del apartheid sudafricano. Pero la revelación de los crímenes del estalinismo en el vigésimo Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética le hizo perder definitivamente todas sus ilusiones ideológicas y abandonó el partido en 1954; es más, al ver a los tanques soviéticos sofocar la Revolución húngara de 1956 en Budapest expuso su desencanto político en su libro Retreat to innocence (1956). En 1956, conocidas sus críticas constantes e implacables, se le prohibió la estancia en toda África del Sur y especialmente en Rodesia. Tras su gran éxito, la novela feminista El cuaderno dorado, de 1962, cuya estructura se presenta también como innovadora, siguió escribiendo narrativa y llenó el vacío que en su existencia había dejado el materialismo histórico con un gran interés por el sufismo, al cual conoció a través de su maestro y amigo Idries Shah, quien además de resultar una decisiva influencia en su literatura a partir de los años 70, le ofreció prologar su libro Aprender a aprender. El libro de George Gurdjieff, Del todo y todas las cosas también resultó una influencia particularmente en su obra de ciencia ficción Canopus en Argos. Su salud se deterioró tras sufrir varios derrames cerebrales, de forma que no pudo ya viajar, y falleció en Londres el 17 de noviembre de 2013 a los 94 años.

Obra literaria

La obra de Doris Lessing tiene mucho de autobiografía y se inspira a menudo en su experiencia africana, su infancia y sus desengaños vitales, sociales y políticos, que la hicieron feminista, comunista, pacifista y anticolonialista. Los temas plasmados en sus novelas se centran en los conflictos culturales, las flagrantes injusticias de la desigualdad racial, la contradicción entre la conciencia individual y el bien común. Abarca primordialmente medio centenar de novelas y gran número de relatos cortos, aunque cultivó también ocasionalmente otros géneros (el teatro, la lírica, el ensayo, la biografía y el libreto de ópera).

En 1962 publicó su novela más conocida, El cuaderno dorado, que la catapultó a la fama, convirtiéndola en el icono de las reivindicaciones feministas. Fuera de la crítica social de sus primeros textos (Canta la hierba, 1950, o la pentalogía Hijos de la violencia, 1952-1969), también indagó en la novela psicológica y existencial. En la pentalogía citada, Hijos de la violencia, quizá su obra más ambiciosa, narra la búsqueda de identidad del doble literario de la autora, Martha Quest, quien desde África a Inglaterra observa el desplome del sistema colonial y sus secuelas sobre las relaciones entre los negros y los blancos. Por otra parte, estas narraciones tratan del despertar de una conciencia decepcionada, de la situación de la mujer y de la condición del artista en el siglo XX con referencia a los grandes autores de la novela realista del siglo XIX, que conocía bien y cuya profundidad de estudio psicológico y densidad de observación social reproduce fielmente.

Pueden destacarse entre sus otros libros La buena terrorista (1985), El quinto hijo (1988) o los escritos con el pseudónimo de Jane Somers, como Diario del buen vecino (1983), con el que quería demostrar las dificultades para publicar que afrontaban los escritores noveles sin nombre conocido. Entre 1979 y 1983 se dedicó a un género considerado menor, la ciencia ficción, con la serie Canopus en Argos, inspirada en el sufismo, lo que le valió la incomprensión de la crítica academicista, aunque también la simpatía de los escritores dedicados al género.

Con 76 años regresó en 1995 a Sudáfrica para visitar a su hija y a sus nietos, y dar a conocer la primera parte de su autobiografía, Bajo mi piel (1994). Ironías de la historia: fue acogida con los brazos abiertos, cuando los temas que ella había tratado en sus obras habían sido la causa de su expulsión del país cuarenta años atrás.

Autora de más de cuarenta obras, y célebre desde la aparición, en 1950, de su primer libro Canta la hierba, es considerada una escritora comprometida con las ideas liberales, pese a que ella nunca quiso dar ningún mensaje político en su obra, y fue el icono de las causas marxistas, anticolonialistas, antisegregacionistas y feministas.

En 2007 recibió el Premio Nobel de Literatura por su «capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza visionaria».

Premios

Doris Lessing ha sido una de las escasas autoras que ha ganado todos los grandes premios literarios de Europa, y declaró en 2007 que este hecho la encantaba. Por ejemplo:

Premio Somerset Maugham - 1954
Finalista en el Premio Booker - 1971
Prix Médicis de Francia - 1976
Premio Austriaco de Literatura Europea - 1982
Shakespeare Prize de la República Federal Alemana - 1982
Finalista en el Premio Booker - 1985
WH Smith Literary Award - 1986
Premio Internazionalle Mondello de Italia - 1986
Premio Palmero - 1987
Grinzane Cavour Prize (Premio Grinzane Cavour) de Italia - 1988
James Tait Black Prize de literatura inglesa - 1995
XI Premio Internacional de Catalunya - 1999
Premio Príncipe de Asturias de las Letras - 2001
David Cohen British Literature Prize (Premio de Literatura Británica David Cohen) - 2001
Premio Dupont Pluma de Oro - 2002
Premio Nobel de Literatura - 2007

Crítica a la obtención del Premio Nobel

La crítica literaria en general tomó la concesión del Premio Nobel de Literatura a Doris Lessing con sorpresa y escepticismo, debido a que no contaba en las quinielas al galardón del 2007, a pesar de ser una "eterna candidata". Autores como Ana María Moix, Germán Gullón, María Guelbenzu o Mario Vargas Llosa alabaron sus méritos literarios tras la concesión del galardón, lo mismo que dos de sus traductores, Carlos Mayor y Dolors Gallart.

El crítico estadounidense Christopher Hitchens se refiere al Nobel de Lessing diciendo: "Uno queda estupefacto al ver que, al menos por una vez, el comité del Nobel ha hecho realmente algo honorable y meritorio..."

Sin embargo, algunas voces críticas se han alzado contra esta decisión:

El crítico literario estadounidense Harold Bloom tildó la decisión de la Academia Sueca de "políticamente correcta". "Aunque la señora Lessing al comienzo de su carrera tuvo algunas cualidades admirables, encuentro que su trabajo en los últimos 15 años es un ladrillo... ciencia ficción de cuarta categoría."

El crítico literario alemán Marcel Reich-Ranicki desde la Feria del Libro de Fráncfort consideró el Nobel como una "decisión decepcionante". "La lengua inglesa tiene escritores más importantes y más significativos como John Updike o Philip Roth."

También Umberto Eco, en el mismo foro, a pesar de considerar que la autora merecía el premio, admitía su sorpresa por la decisión declarando: "es extraño que el premio lo vuelva a ganar un autor de lengua inglesa tan poco tiempo después de Harold Pinter."

Bibliografía

Canta la hierba, 1950
Éste era el país del Viejo Jefe, 1951
Martha Quest, 1952
Cinco novelas cortas, 1953
Un casamiento convencional, 1954
La costumbre de amar, 1957
Al final de la tormenta, 1958
Catorce poemas, 1959
En busca de un inglés, 1961
El cuaderno dorado, 1962
Play with a tiger, 1963
Un hombre y dos mujeres, 1963
Cuentos africanos, 1965
Cerco de tierra, 1965
Gatos muy distinguidos, 1967
La ciudad de las cuatro puertas, 1969
Instrucciones para un viaje al infierno, 1971
Historia de un hombre no casado, 1972
La tentación de Jack Orkeney, 1973
Memorias de una superviviente, 1974
A small personal voice, 1974
Shikasta, 1979
Los matrimonios entre las zonas tres, cuatro y cinco, 1980
Los experimentos sirios, 1981
The making of the representative for Planet 8, 1982
Diario de una buena vecina, 1983
Si la vejez pudiera, 1984 (con el pseudónimo de Jane Somers)
Los diarios de Jane Somers, 1984 (con el pseudónimo de Jane Somers)
La buena terrorista, 1985
Prisons we choose to live inside, 1986
El viento se llevará nuestras palabras, 1987
El quinto hijo, 1988
Historias de Londres, 1992
Risa africana, 1992
Dentro de mí, 1994
De nuevo el amor, 1996
Un paseo por la sombra, 1997
Mara y Dann, 1999
Problemas, mitos y otras historias, 1999
Ben en el mundo, 2000
El día en que murió Stalin: la mujer, 2001
El sueño más dulce, 2002
Las abuelas, 2003, Ediciones B, ISBN 978-84-666-2846-4
Historia del general Dann y de la hija de Mara, de Griot y del perro de las nieves, 2006 (Ediciones B, ISBN 84-02-42003-6)
La grieta, 2007 (Lumen, ISBN 978-84-264-1667-4)
Made in England, 2008 (Lumen. Barcelona 2008)
J. M. Coetzee, Pablo Neruda, W. Faulkner, Doris Lessing y G. García Márquez, Discursos, Alpha Decay, Barcelona, 2008.
Alfred y Emily, 2008 (Debolsillo, ISBN 9788499087177)


Doris Lessing, “Fourteen Poems”

Doris Lessing

Por Alfonso García

“Fable” y “Oh Cherry Trees You Are too White for My Heart”, pertenecientes al libro “Fourteen Poems” de Doris Lessing, han sido reproducidos gracias al amable consentimiento de Jonathan Clowes Ltd., en representación de los propietarios de los derechos de la obra.

En 1959, a Doris Lessing le publicaron un libro de poemas con el título de “Fourteen Poems”. La escritora nunca mantuvo mucha confianza en su labor poética (trabajos periféricos, efímeros, los llamó). De “Fourteen poems” se imprimieron quinientos ejemplares, de los que los cincuenta primeros fueron firmados por la escritora. Tras medio siglo casi todos están en paradero desconocido. Los archivos de la editorial que lo publicó, The Scorpion Press, se encuentran en la Universidad de Tulsa, Estados Unidos.


DORIS LESSING



(Imagen de la portada correspondiente a una copia del libro existente en el UC de Dublín).


En 1959, la premio Nobel, de cuarenta años (había nacido en 1919 en lo que hoy es Irán)  ya había publicado las novelas “Canta la Hierba” (1950) y la serie “Hijos de la violencia” (cinco novelas entre 1951 y 1959), estaba gestando el enorme “El cuaderno dorado” (1962). Llevaba veinte años viviendo en el Reino Unido, pero no se había desprovisto de su pasado en África (Persia y Rodesia del Sur), y hacía ya cinco años que había abandonado el partido comunista. Su momento es importante. Ella misma separa su biografía en dos tomos, en el año 1949.

“La novela es la única forma de arte popular que nos queda en la que el artista habla directamente, en palabras llanas, a su público”.

La poesía no es directa ni apela al público de primeras. La novela es un dialecto de la actualidad, mientras que la poesía se reserva ella misma a unos pocos. Luego, en algún momento, llegó a decir sobre la poesía, la de otros y suya:

“no es tu conversión, es la mía: todos estos años de ateísmo, y ahora… ¡agnóstica! Parece que no es nada, pero es mucho para un libro de poemas. El corazón late, a veces sin artificio, à forcé de l´entendre”


Los títulos de los catorce poemas son:

–        ‘Under a Low Cold Sky’
–        Older Woman to Younger Man (1)
–        Older Woman to Younger Man (2)
–        Plea for the Hated Dead Woman
–        Bars
–        Dark Girl’s Song
–        New Man
–        Night-Talk
–        Song
–        Exiled
–        “Oh Cherry Trees you are too white for my heart’
–        Fable
–        In Time of Dryness
–        Jealousy



En 2002, Doris Lessing colaboraría en la publicación “INPOPA Anthology 2002” una publicación de poemas de tres autores, con Robert Twigger y T. H. Benson, en el reverso de una baraja de cartas, creada por el Institute of Poetic Patience. Preguntada por dicha obra, diría simplemente que le atraía encontrar maneras originales de llegar al público, y que no podía resistirse a una idea que le intrigaba. La parte del libro que le corresponde lleva el título “The Wolf People: verses suggested by recent scientific speculation on the posible behaviour of our very distant ancestors”. Son siete únicos poemas: “In the long dark”, “The Misfit”, “As if they had always known it”, “Cave wolfes”, “Something speaks”, “The Sky-fire”, y “The Ice comes”.

Doris Lessing, que admiraba la obra “Una historia de la lectura” de Alberto Manguel, recordaba en una charla que Goethe, poco antes de morir, afirmó: “acabo de aprender a leer”, y repetía unas frases del diario del poeta alemán:

“es obligación común preguntarnos que es lo innato de un libro que nos gusta, y sobre todas las cosas, valorarlo frente a nuestra propia naturaleza interna y a qué distancia vuelve nuestra vitalidad fructífera. Por el contrario, todo lo externo, lo que no tiene efecto alguno en nosotros, ni crea la duda, debe prevalecer sobre cualquier crítica, la cual no sería capaz de privarnos del espacio donde mantenemos nuestra confianza”.

Admitir la poesía.



Fábula

Cuando miro hacia atrás me parece recordar el canto.
Aunque siempre estaba en silencio aquel salón largo y tibio.

Impenetrables, creíamos, esos muros
oscurecidos de escudos antiguos. La luz
brillaba sobre la cabeza de una chica o sobre sus piernas 
jóvenes despatarradas. Y las voces bajas
subían en el silencio a perderse como en el agua.

Incluso, al estar todo tibio y quieto como una mano,
si uno de nosotros corría las cortinas
una lluvia bordada soplaba afuera con descuido.
A veces se colaba un viento que hacía bambolear las llamas
y proyectaba sombras agazapadas en las paredes,
o aullaba un lobo afuera en la noche vasta  
y al sentir que se nos helaba la carne nos acercábamos.

Pero la danza continuaba por un rato
—así me parece ahora:
formas lentas que se movían serenas a través
de charcos de luz como una red dorada sobre el piso.
Así debe haber seguido, para siempre, como un sueño.

Pero entre un año y otro —¿cambió el viento? 
¿La lluvia al final pudrió las paredes?
¿Vinieron los hocicos de los lobos a empujar los rayos caídos?

Hace tanto.
Sin embargo a veces me acuerdo del salón cortinado
y escucho las voces lejanas y jóvenes, que cantan.




Oh cerezos que son demasiado blancos 
para mi corazón

Oh cerezos que son demasiado blancos para mi corazón,
y todo el suelo blanquean con su muerte,
y todas sus ramas van a sumergirse al río,
y cada gota cae de mi corazón.

Si hay justicia en el ángel de los ojos que brillan,
va a decir “¡Esperá!” y me va a alcanzar una rama de cerezo.
El ángel barbudo, justo y firme como una cabra
levanta una cabeza rumiante y mastica en la nieve con lentitud.

¿Hace falta, cabra, que te quedes acá?
¿hace falta que te quedes acá, quieta?
¿siempre vas a estar parada acá,
a prueba de fe, a prueba de inocencia?

Versiones en castellano de © Sandra Toro.
http://el-placard.blogspot.com.es/



Fable

When I look back I seem to remember singing.
Yet it was always silent in that long warm room.

Impenetrable, those walls, we thought,
Dark with ancient shields.  The light
Shone on the head of a girl or young limbs
Spread carelessly. And the low voices
Rose in the silence and were lost as in water.

Yet, for all it was quiet and warm as a hand,
If one of us drew the curtains
A threaded rain blew carelessly outside.
Sometimes a wind crept, swaying the flames,
And set shadows crouching on the walls,
Or a wolf howled in the wide night outside,
And feeling our flesh chilled we drew together.

But for a while the dance went on –
That is how it seems to me now:
Slow forms moving calm through
Pools of light like gold net on the floor.
It might have gone on, dream-like, for ever.

But between one year and the next – a new wind blew?
The rain rotted the walls at last?
Wolves’ snouts came thrusting at the fallen beams?

It  is so long ago.
But sometimes I remember the curtained room
And hear the far-off youthful voices singing.




Oh Cherry trees you are too white 
for my heart

Oh Cherry trees you are too white for my heart,
And all the ground is whitened with your dying,
And all your boughs go dipping towards the river,
And every drop is falling from my heart.’

Now if there is justice in the angel with the bright eyes
He will say ‘Stop!’ and hand me a bough of cherry.
The bearded angel, four-square and straight like a goat
Lifts a ruminant head and slowly chews at the snow.

Goat, must you stand here?
Must you stand here still?
Is it that you will always stand here,
Proof against faith, proof against innocence?

(Fourteen Poems, 1959).



Los catorce poemas

No existe, que yo sepa, un rastrillo más concurrido que el de Portobello, en Londres; me habían hablado, con mucho detalle, del baratillo del Soho pero al final, en aquel verano de 1988, me decidí por el de Portobello. Muchos años más tarde, tantos años que yo ya era otro, volví a descubrir algo parecido en Roma: el rastro del Porta Portese, junto al Tíber, tiene la calidad del mundo; abigarrado y colorido, hace del desorden virtud. Algo recordé en Roma de Londres, ciudad a la que nunca he vuelto desde entonces, como si la posibilidad de los vuelos baratos, incluso desde la distanciada Asturias, fuese suficiente disculpa para aplazar para otro fin de semana lo que por pereza no hacemos éste; se parecen, sí, los rastros de Portobello y el de Porta Portese, como dos hermanas mellizas cuya genética les ha impreso el destino de ser iguales y, a la vez, diferentes. 

En aquel junio de 1988 me fui unas semanas a Londres. Estudiaba algo de inglés, había conseguido leer con cierta fluidez las novelas de Dickens y las prosas de Oscar Wilde, pero mi acento y mi mal oído me impedían cualquier conversación más allá del intercambio de cuatro o cinco frases formales; me esforzaba, sin embargo, convencido de que algún día sería capaz de transformar aquella selva sonora en conceptos hilvanados e inteligibles. Paseaba mucho, de un lado a otro, evitando el metro demasiado caro siempre que podía: un día, al azar, llegué a Portobello. Era mi último día en la ciudad. A la mañana siguiente, muy temprano, habría de coger un avión que me traería de vuelta a casa. No había estado mal mi experiencia en Londres: no había aprendido inglés (que es lo que me había impuesto, inocente de mí, para aquellas tres semanas escasas) pero llevaba en mi maleta unos cuantos libros esenciales para leer en el invierno; me alegró dar con el rastrillo de Portobello, me pareció un signo de tiempos mejores. Guardo en mi memoria de aquellas horas imágenes casi fotográficas: las recordé en Roma, muchos años después, cuando ante el desorden de Porta Portese volvía yo mentalmente al ordenado caos de Portobello: marfiles tallados, samovares rusos, trombones desvencijados, cascos de los boers, antiguas postales de las colonias, monografías escritas por cualquier cura anglicano sobre la cualidad, tan occidental, de la luz sobre las lomas del Shropshire Se podía encontrar cualquier cosa allí, pensaba yo muchos años después en Roma, pero lo cierto es que todo estaba ordenado en su desorden, de manera muy diferente a como lo veía en Porta Portese: había una voluntad de que nada quedase tapado por nada; como en un jardín japonés, cada pieza estaba colocada en un sitio único buscando una mirada. Portobello, como Porta Portese, es un mercadillo muy grande. Tenía muy pocas libras para gastar, recuerdo, pero quería llevarme algo de la ciudad como recuerdo. Tras media hora deambulando entre puestos entreví a un señor fumando en una pipa de espuma que vendía, sobre un mantel rojo, extendido en el suelo sin una arruga tres únicos objetos: una chupa de cuero, en su percha pero muy desgastada por las coderas, un candelabro judío y una edición, bastante bien conservada, de los 'Fourteen Poems' de Doris Lessing. Me acerqué, curioso, al puesto. Me incliné sobre el tapiz y abrí el libro por una página en la que había una postal, de 1958, de Rhodesia. Por aquel entonces el nombre de Doris Lessing no me decía nada. Miré de reojo la chupa de cuero negro y el candelabro. Me pregunté qué historia podía entrelazar, en un mismo azar, tres objetos absolutamente diferentes.

El vendedor aspiró pacientemente su pipa, echó una bocanada de humo azul, y me explicó algo que no entendí en absoluto. Parpadeé varias veces, me levanté un poco incómodo por mi posición en cuclillas y mi incapacidad para entender, y mirándome a los ojos me preguntó:

-¿Es usted español? ¿Latinoamericano acaso?- dijo en un castellano casi perfecto con acento rioplatense.

-Soy español, de Asturias- le contesté.

Había estado, el vendedor, viviendo en Buenos Aires muchos años. Ahora le habían por fin reconocido la nacionalidad británica y una pequeña pensión. Tenía unos 63 años. Me contó que había nacido en Rhodesia, hijo de un inglés y una francesa. Se había criado en el país africano, allí había estudiado y, tras la independencia, se había divorciado de su primera esposa para casarse con una negra. Lo dijo así, 'con una negra', desafiante y orgulloso. En aquella Rhodesia de la segregación racial un acto así no era sólo situarse fuera de la ley, era poner sus vidas en peligro: la pareja de amantes cruzó la frontera y se fueron a buscar nueva vida donde el azar los llevase. 

-Nadie como Doris Lessing ha contado nuestro dolor. Nadie como Doris Lessing -dijo abriendo aquel volumen de los 'Fourteen Poems'- ha sabido contar el dolor de Awa, mi esposa.

Le compré el flete -la chupa de cuero, el candelabro judío y el libro- por siete libras y media, todo lo que tenía. Lo metí todo en una bolsa, la misma que facturé al día siguiente en el avión y que no volvió a aparecer en el aeropuerto a mi llegada. Protesté pero me dijeron, poniendo por disculpa de la pérdida una huelga de controladores aéreos, que podían compensarme económicamente. No llegué a leer aquellos poemas, ni a ponerme aquella chupa gastada ni a encender, nunca más en mi memoria, aquel envejecido candelabro. Lo recordé muchos años después, casi veinte, en el Porta Portese de Roma cuando entre mil libros aparecieron, dedicados por su autora a una señora Awa, los 'Fourteen Poems'. Compré el libro, por supuesto. ¿Qué otra cosa podía hacer? Hay libros, los mejores, que buscan tenazmente a sus lectores.

http://www.elcomercio.es/gijon/20071014/cultura/catorce-poemas-20071014.html




Frases de Doris Lessing

"El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia".

"La biblioteca es la más democrática de las instituciones, porque nadie en absoluto puede decirnos qué leer, cuándo y cómo".

"Reconsideras tu vida conforme la vas viviendo, de la misma forma que si estuvieras escalando una montaña y continuamente vieras los mismos paisajes desde distintos puntos de vista".

"Escribir te hace más humano". 

"Piensa mal, pero en todos los casos, piensa por ti mismo". 

"Yo solo poseo una de las menos importantes cualidades necesarias para escribir: la curiosidad".

"He estado siempre en el borde, observando, deslizándome hacia la salida; detesto pertenecer...".

"En algún momento de la edad adulta, la mayoría de la gente cae en la cuenta de que un siglo no es más que el doble de sus años".



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IRVING BERLÍN VILLAFAÑA [20.172]

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IRVING BERLÍN VILLAFAÑA 

Irving Berlín Villafaña. México, 1961. Poeta, Antropólogo, doctor en Ciencias de la Información con posgrado en comunicación política. Ganador del Premio Nacional de Poesía Mérida, 2011 y el premio Rosario Castellanos de la Universidad Autónoma de Yucatán en 2010.

Su primer libro Casa de Palomas (2006) fue editado por el Ayuntamiento de Mérida. Después le han seguido Cuando un poeta entra en una mujer (2010) y Poemas para AishaDihab (2012). 




Argos

¿Cuántas veces 
más
me golpearás 
con el pié
para saber si muerdo,
cuántos besos
daré
para
saber
si tú amas?




Ila Al Habib

Para la venganza no me queda, al habib, 
ni siquiera el amor menos el amante.
Cuando amé
mis ojos de tanto verlo se fueron para siempre
y nunca encontré la joya que embarcaría
cuando tuviera hambre o sed.

El verso que escribiste no sirvió.
El llanto que lloramos no sirvió.
El corazón que en mis manos pusiste no sirvió.

Ningún oro compran las palabras
aunque es verdad que para huir son muy buenas.

Yo te agradezco que hayas venido a mí
a mentir con la poesía.
Supe que eras feliz
cuando escribiste tu soledad diciendo que era mía.





De Casa de Palomas

V

Estábamos tan tristes
que fuimos adentro a buscar
       sentada flor de loto,
la fuente del dolor -aguja de zafiro
que toca la angustiosa canción de tu espalda-
y apareció de pronto la felicidad
ataviada de nombres,
        el tuyo
el mío,
luciéndolos como un par de irreconciliables aretes.


VII

Me quiero ir contigo
          a un planeta suspirante
donde fuéramos el mar tan
        ondulado
                                     y alto
como una escalera,
entre cuyos peldaños cometan la dicha de subir
los coloridos peces del instante.

Si fuéramos el mar,
mi amor,
en ese planeta resplandeciente,
las estrellas de agua,
-nuestros besos-
          se verian en el cielo
como antiguas y gozosas lunas.


XIII

Entre las voces sordasn, intocadas
                de misericordia,
un baño de palomas disipa su avidez sobre mi cuerpo:
siento         el otro lado de la vista,
mi pesada lentitud, mi sorprendido paso
y me entrego al vano dulce de tus alas,
          al baile de la luz
sobre el decorado florentino de la pena
mientras rodeas mi alma, cámara de ecos,
morada nube que vuelas sobre una piel
recién cubierta por la gloria,
lugar donde también anocherá mañana.

Tenía que florecer este radiante sol, este verde laurel
para saber que
abrazarme tú
es caminar entre palomas.





de OLOROSO MUNDO ENNEGRECIDO; 2008



Encontre las cosas
           decían que no estabas
las noches minúsculas las camas con sabanas sin cuerpo
los helados de limón sin tu boca
el te sin la sed
los días sin tus ojos los gritos sin fiesta a media noche
los teléfonos sin voces ni descripciones de lugares
la espalda sin el arrimo de tu mano cariñosa
         la misma mano con que secabas tu pelo, conducías el auto
acariciabas el gato o la linterna. Y aprendí a vivir con ellas no estando
ni la espalda con la mano de arrimo
ni los ojos con los días
y fue quedándose poco a poco el mundo tan seco
tan en cero
que volví a inventar todo otra vez. Y lo dejé una noche al pie de tu puerta
para ausentarme.
Y yo pensaba que el amor se evapora despacio.
Te recordé a todo día, te viví en las afueras de la vida
como segunda piel
dialogué siempre en monólogos interiores
avivé tu recuerdo le di agua tibia
le di atardeceres
te protegí del musgo y de los animales
te coroné de laureles y hierbas aromáticas
te bañe con mis agua
hasta verte descender por las escaleras del mundo de la muerte
dejé de soñar la vida en la que no estabas
para vivir el sueño que eres
esa no vida en que entras sin asperezas ni dolores
donde sonríes como un cuadro pintado por la geometría de mis ideas
hasta que un día
una noche sorpresiva un instante
desapareciste luego de tantos años de vida juntos.
Entendí que había nubesos pesarosas en nuestro cuarto
y las gotas no caían.
Y yo que pensaba que el amor se evapora despacio
más que otras flores del mundo.
Y vi cómo los arbustos crecieron
       anegaban estas lágrimas las esquinas
los muertos en las guerras amanecían palomas en los sitios
y del recuerdo de nuestro amor
nacio otra hiedra igual.




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EDUARDO ESTALA ROJAS [20.173]

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EDUARDO ESTALA ROJAS

Eduardo Estala Rojas. México, 1980. Es poeta, editor, periodista y asesor cultural. Se ha desempeñado como corresponsal en diferentes medios de prensa internacionales, así como labores de crítica cultural y de asesoría especializada en México, Estados Unidos y Reino Unido. Ha participado en los libros: Antología del Equinoccio, Universidad de Guanajuato, México, 2007; Adicción a los bajos efectos de la creación artística, GDF, México, 2011; Con-versatorias: entrevistas a poetas mexicanos nacidos en los 50 (INBA/Conaculta/SEP/Sría. de Cultura de Morelos /Ediciones Eternos Malabares, México, 2013); Estaciones bajo el volcán. Antología de la reciente poesía morelense (INBA/Conaculta/SEP /Sría. de Cultura de Morelos /Ediciones Eternos Malabares, México, 2013). Es autor de los libros Blanco Oro Negro (Prólogo de Bárbara Jacobs; portada de Marigela Pueyrredon), Reino Unido, 2012; La llave de los elementos (Portada de Vicente Rojo), Reino Unido, 2013. Es director y fundador del Mexican Cultural Centre en Nottingham, Inglaterra. http://mexicanculturalcentre.com/





Blanco Oro Negro (Reino Unido, 2012), de Eduardo Estala Rojas.



Entre magia, musas y diosas

Al emprender el viaje por Inglaterra profunda
encontré mi infancia y a los sueños que la maga descifró
en la visita de tres mundos paralelos
y las voces de las curanderas y el eco histórico de las octogenarias
de México y Estados Unidos
quienes guían a las familias de vidas atemporales
en miradas como espadas que cruzan las sienes
con sus filos recordando el mitote dibujado en la cueva
y los botes con agua y las estrellas que alumbran el camino
para ver con los propios ojos
los monumentos neolíticos y sus secretos abiertos
en una herida que sigue sangrando en el espacio infinito de la magia
a través de la piedra lunar que sobresale
a la hora que despiertan en la colina trasladando a las almas en un grial 
para hablar en varias lenguas con la naturaleza
y así poder recibir las herencias proféticas de las revelaciones
donde aparecen siete mariposas en su lentitud fundan diversas lecciones milenarias
basta con mirar su vuelo en silencio y conocer la grandeza de estas musas y diosas
que aparecen augurando en los sueños los códigos crípticos de las antiguas magas
de la Tierra manifestándose en ritos sagrados y luminosos
de belleza en la vida girando con los planetas que están conectados
en las venas de los guerreros que luchan por la preservación de la existencia
sin miedo a dar el paso a la eternidad
y a la vez recibiendo el sonido de los árboles animales
plantas insectos mares ríos lagos
que hay dentro de cada uno
son la esencia y el tesoro visible               toman forma
 y la presencia comienza a tener sentidos y propósitos
en la inmensidad de una gota de agua entre la llama de un hogar
a la hora de hacer la comida de forma artesanal y tocar los frutos y verduras
como paraísos que proveen fuerzas a templos cuerpos espacios iglesias mezquitas
olimpos matemáticos y geométricos en las palabras que irradian
y ordenan a los órganos internos al despertar durante la mañana o la noche
cuando los magos y las curanderas saben que adentro de ellos
viven grandes guerreros y entran con claridad en las puertas dimensionales
senderos que están disponibles al cerrar y abrir los ojos donde no hay nada imposible

York, Inglaterra




Iniciación

El Oro es Blanco cuando la palabra despierta
en las entrañas de mi tierra;
me recuerda a los nueve caminos de la vida y la muerte.
Todo habla cuando escucho al aire treinta y tres veces
los árboles,
la mirada juvenil,
el poeta del siglo veintiuno,
los amuletos de Isis.
Todo habla cuando escribo en silencio treinta y tres veces.
Viajo junto a Isis en una barca,
recorremos el planeta Tierra en treinta y tres días…
y un sueño
—se manifiesta en decreto—




Iniciação

O Ouro é Branco quando a palavra desperta
nas entranhas da minha terra;
me lembra dos nove caminhos da vida e da morte.
Tudo fala quando ouço o ar trinta e três vezes.
as árvores,
o olhar juvenil,
o poeta do século vinte e um,
os amuletos de Isis.
Tudo fala quando eu escrevo em silêncio trinta e três vezes.
Viajo com Isis em um barco,
trilhamos o planeta Terra em trinta e três dias…
e um sonho
—se manifesta em decreto—

 Adriana Zapparoli, traducción




La búsqueda por el origen del Canto

Poe Rodrigo Jardón Herrera

El origen de la poesía consterna, porque hay ciertas inflexiones de la palabra encarnada en verso que, de forma velada, dan cuenta de una iluminación. La figura del poeta ha sido interpretada, por buena parte de los poetas, como la de un médium. Esta relación con la divinidad genera conflicto en Occidente, tan es así que en la República ideal de Platón los poetas debían ser expulsados. Se les acusaba de no crear sus discursos, de ser sólo portavoces de un mensaje divino. Parecía que a causa de la Musa sus versos no eran propios, sino reproducciones. En un mundo de filósofos no era concebible adjudicarse el verbo que tenía que venir de un dios. La tierra era para lo finito, era para los humanos. La poesía por su ambigüedad,que escapaba de la razón, estaba descartada. Aun así nunca ha desaparecido esta expresión, es la mejor contraparte de la racionalidad. En una prosa poética Italo Calvino plantea que lamentablemente el progreso tecnológico y el ansia de la especialización, hijos predilectos de lo racional, han provocado que el hombre pierda su vínculo con el mundo:

El nuevo saber que el género humano va adquiriendo no resarce del saber que se propaga sólo de directa transmisión oral y que una vez perdido no se puede recuperar y retransmitir; ningún libro puede enseñar lo que se aprende en la infancia si se prestan oído y ojo atentos al canto de los pájaros y si hay alguien que puntualmente sepa darles un nombre. Al culto de la precisión nomenclativa y clasificatoria, Palomar había preferido la persecución continua de una precisión insegura en definir lo modulado, lo cambiante, lo compuesto, esto es, lo indefinible. (1)

Esta voluntad por comunicar lo evanescente es el punto central del poemario Blanco Oro Negro. Eduardo Estala Rojas se pregunta qué es lo que hace de la poesía poesía. Las tres palabras del título son su invocación.Se repiten constantemente, podríamos decir que fungen como la cantilena de su rezo. Al igual que el señor Palomar, desea partir de su individualidad, de su percepción, para elevar su canto: “El Oro es Blanco cuando la palabra despierta/ en las entrañas de mi tierra.” (2)Desde esta perspectiva para que surja la palabra literaria, ésta debe desprenderse del contacto del poeta con el mundo. Esto implica queéste se confía a una revelación que debe materializarse en el momento de la escritura: “Orar en Oro Blanco para que la sangre de los siglos active/ el báculo poético y proteja con sus poderes mágicos/ la enseñanza y la historia de nuestros ancestros.” (3)Es como si el entorno estuviera poblado de latencias, que sólo con el conjuro indicado pudieran liberar lo esencial, “sin miedo al instante eterno.” (4) (25) De hecho,el poeta de Tepoztlán pone como epígrafe inicial la primera parte del soneto XXXIII de Shakespeare, en el que la Naturaleza es festejada como contenedora de virtudes. Es la convicción de que una mirada mortal puede traducir en poesía el intersticio divino:

Bellos amaneceres yo he admirado
lindos días en muchas latitudes,
un rubio sol besando el verde prado
de un mundo rebosante de virtudes. (5)

Ante esta postura, uno de los cuestionamientos del señor Palomar es necesario: “¿Si los mirlos se hablaran en el silencio?” (6) La metáfora de Calvino es precisa: ¿es el poema en sí, el canto, lo que genera este vínculo misterioso?; o por el contrario,¿es el silencio que nace de su enunciación lo que nos deja escuchar ese eco lejano?Considero que los poemas de Estala se inclinan por la segunda opción. El libro está repleto de símbolos que se entrelazan con las reminiscencias vitales de quien lo escribe: “Iluminan mis versos/ el lago, venados, cuervos, ardillas.” (7) El poeta está y, al mismo tiempo, se escinde del texto. La voz que canta es testimonio de un encuentro al que se abandona y sus versos aluden. El lector debe reconstruir el evento que sugiere el poeta.Nos parece casi como un diálogo con ese misterio, que debe acontecer en cada lectura del libro. En la segunda parte del poemario, “La cábala: el mago se funde con el Oro Blanco”, es especialmente claro este tratamiento estilístico. En estos poemas de repente hay apóstrofes, la voz empieza a referirse a un tú: “dialogas con mis venas.” (8) Estos versos son punto de fuga, porque el cambio de voz provoca una ambigüedad. Es como si por momentos se filtraran en el discurso los instantes en que le fueron dados sus dones, “reapareces en los sueños” (9), “Deleito tu boca/ ahí precisamente estás/ con los brazos cruzados en mi pecho.” (10) Este recurso recuerda un poco la experiencia poética de Eugenio Montale, porque en su obra fue constante su referencia a un tú. Un Otro que nunca quiso aclarar quién o qué era. Elemento indescifrable con el que alimentó su poesía:

Los críticos repiten,
por mí despistados,
que mi tú es una institución.
Sin esa culpa mía habrían sabido
que en mí los muchos son uno aunque aparezcan
multiplicados por los espejos. Lo malo
es que el pájaro apresado en la red
no sabe si él es él
o uno de sus tantos duplicados. (11)

blanco-oro-negroConsidero que al mantener en el verso un resquicio de su propia experiencia, la intención del poeta es crear un pacto de sinceridad con el receptor. Después de un siglo XX colmado de rupturas y reconciliaciones con la tradición literaria, la poesía actual todavía no cuenta con un panorama estable. De hecho, la última parte del poemario de Estala, “Oro Negro”, es un crítica a la incomunicabilidad de obras que por emular la transgresión se han perdido a sí mismas, “Eres la Torre de Babel./ La Luna llena te envuelve./ Tres edificios/ levantas y destruyes a diario.” (12) Así como en la segunda parte el poeta canta un diálogo con el misterio de la creación, en esta última su apóstrofe va dirigida a la falsedad. Como Calvino en Palomar, la conclusión de este libro invita a reflexionar si todo aquello que se hace llamar poesía en realidad lo es; porque la modernidad está repleta de quimeras en las que el Nombre pretende autentificar el contenido.Los poemas son una mirada autorreflexiva de sus vivencias, ya que “cada uno está hecho de lo que ha vivido y del mundo donde lo ha vivido, y eso nadie puede quitárselo.” (13) La orfandad que plantea Estala es aquella en que se puede observar el mar, pero el rumor de su oleaje, su esencia, está cooptado. Al partir de sí mismo, la intención es la de reconocerse en su pasado. Por ello quizás la saturación de símbolos es un grito por reconocerse en sus padres literarios. Salir al mundo y verificar que toda ola, todo verso sincero, escapa de la contingencia: “hay formas y secuencias que se repiten, aunque estén distribuidas irregularmente en el espacio y en el tiempo.” (14) Ya sea en el canto del mirlo o en el recuerdo de un viaje, la Literatura desde el siglo pasado afirmó su cualidad de transformar lo real, con todas sus particularidades, en un lenguaje Verdadero. Su presencia le devuelve al entorno su cualidad de enigma, de inefabilidad. Por ello preguntarse qué es, cuál es el origen del Canto, es necesario. Permite no perderse en los detalles y descubrir un destello que le dé un significado trascendentea nuestro paso efímero:

Sigo caminando por Derby Road en Nottingham
con una escena retrospectiva:
mi oído izquierdo logra conectar
con la voz de la Maga de Arboretum
que dicta cada lunes por la noche
los ritos y conjuros a la diosa naturaleza.
Esculturas en troncos viejos de los árboles
como lazos de estrellas y lenguas,
hablan las imágenes de búhos, águilas, conejos, ardillas, cuervos.
Regresar al cielo
y reaparecer en la tierra en forma de lluvia. (15)


Eduardo Estala Rojas, Blanco Oro Negro. Edición de autor. Impresora Bubok, Reino Unido, 2012; 78 pp. 
De venta en: http://www.bubok.com.mx/libros/192439/Blanco-Oro-Negro

1. Italo Calvino, Palomar, Barcelona, Alianza, 1985, p. 31.
2. Eduardo Estala Rojas, Blanco Oro Negro, Nottingham, Ebook, 2012, p. 19.
3. Ibid, p. 22.
4. Ibid, p. 25.
5. WilliamShakespeare, “XXXIII”, en Sonetos, tr. Fernando Marrufo, México, UNAM, 2009, p. 97.
6. Calvino, Ibid, p. 32.
7. Estala Rojas, Ibid, p. 55.
8. Ibid, p. 31.
9. Ibid, p. 34.
10. Ibid, p. 40.
11. Eugenio Montale, “El tú”, en Cien poemas de Eugenio Montale, tr. Fabio Morábito, México, UNAM, 2008, p. 113.
12. Estala Rojas, Ibid, p. 65.
13. Calvino, Ibid, p. 126.
14. Ibid, p. 12.
15. Estala Rojas, Ibid, p. 73.






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MARÍA CALVIÑO [20.174]

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María Calviño

María Calviño nació en Córdoba, Argentina en 1961. Sus libros de poesía son: Círculo de sombra (1993); Temporada de casa y otros poemas (1998); Lírica en trámite (2008), Fin de semana largo (2011), Intereses creados (inédito) y Superficies cultivables, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2017.. 

Ha traducido ensayos y poemas de autores de lengua inglesa de los siglos XIX y XX. Ha sido autora invitada de la University of Westminster (RU), e integrado tribunales en prestigiosos certámenes literarios de nuestro país. Es docente por concurso de la cátedra de literatura de habla inglesa de la UNC (FFyH), y de la cátedra de literatura europea del IFDC de Villa Mercedes (San Luis).


Obra en construcción

Te diría que parecen animales
prehistóricos; las palas mecánicas
y grúas enormes cavan un foso
a dentelladas, con un ritmo propio.
Atardece en verano y brillan,
estiran sus cuellos metálicos
sobre el charco gredoso que dejó
una lluvia reciente. ¿Ves?, los parques
de diversiones de los pueblos chicos
también son así, tienen algo
de circo y algo de plaza. Ahora
esos hombres de ahí que
trabajan con los animales
comen su asado a punto
cerca del borde del foso casi terminado;
y más atrás, haciendo equilibrio
en los andamios
apenas instalados contra el muro,
otras personas con baldes
en la mano lo van cubriendo
de su mezcla gris. ¿Lo ves?, dicen
que aquí están construyendo un laberinto,
un laberinto, sí; abrí las alas.




Tonos de alcoba

1

La lluvia en nuestras sierras
huele a hinojo y amapolas.

La luna llena de agua de marzo
colma el cuarto y mi mano llena

tu espalda suave,
tu espalda suave.


2

No es cierto que mi cabello
siga siendo tan joven…
no reconocería tus manos,
o la yema de tus dedos
en la nuca.


3

Bebían de tus ojos mis labios
hasta que un sorbo quieto
en la garganta, un lazo
de pulso firme
era como una sola sed,

era como una sola sed
y nos besábamos.


4

Apenas te siento en la cintura:
uno puede hundirse entero
en el barro secreto de la vida.


5

Nos estiramos en la cama
y tan cerca tuyo,
mi cabeza es un hueso mudo
que resbala por fin, te oye latir
y muy lejos, en patios ya sin luz,
labran el resto de la noche
las cigarras.




Lírica en trámite 

Igual que las escalas del Hannon
cuando suben y bajan
desde la misma nota siempre
olvidadas o aburridas, los chicos suelen jugar
a ir y volver corriendo de la sombra.
Los últimos minutos de la noche de año viejo
trajeron racimos recién lavados
para ir desgranándolos uva por uva o mes
por mes, pero algún ruido en la calle
y luces de bengala destellaban afuera,
así que un racimo apenas duró hasta abril
y quedaron en un plato
las cuentas de pulpa sueltas.

Así también la que yo era entonces
tenía la intención de hablarte; contar los días
después de los racimos.
Pero cada paso dado hasta vos
se agazapaba cerrándole
los labios; deshizo
tu abrazo sin darse cuenta
para salir a la vereda rota de la noche,
anduvo por ahí como quien pisa
un techo desclavado y oscuro.




Despedida / Tiempo después

Lolita go home
Jane Birkin

Y pasan los días, avanzan,
retroceden, avanzan,
se disuelven…
Médanos desolados
que vaciaron de arena
tantos relojes
son cantidad infinita de algo
indiferente.

¿Quién debiera escribir
su poema de amor
si no nos vemos,
y pierdo tu voz
como una siesta lejana,
puesta en duda?

Cambian los climas del mundo
pero recuerdo tus hábitos,
y me observás como a un animal
que repite costumbres
en una lengua perdida:
endulza el té, ordena los diarios,
y se abriga bastante más
que para el fresco de la tarde.

¿Irá a dar tu paciencia la luz
inerte de un sahumerio, o
se estrellará contra el asfalto
echando chispas?
Ojalá sean estos versos
los que se llevan
la desolación
de haberte querido.

La soledad ya no es digna de mérito,
y cuando el último eclipse
alcance a esta ciudad
cada rincón del espejo
tendrá su minuto gris.
Uno vuelve siempre
al primer poema de amor,
y es siempre ajeno.




Fin de invierno 

Una lengua de fuego todavía
Lame el hueco de piedra
en el hogar,

Ávida lame, abrasa, desintegra
Y clausura la noche de la casa.

Ella es afuera estrellas
que se filtran
Por ramas donde demora el invierno
Las muertes invisibles, y también
Es la noche en las paredes de
un cuarto;

Avanza sólida, sube y cierra
Mis párpados como ceniza leve:

Yo solo sigo la estación secreta
De tu sueño, como quien acercara
Su mano desasida a los rescoldos
que el aire apaga,

O como quien detenido en el límite
De lo más dulce, pudiera sentir
Que se despierta del invierno.




Río abajo 

Hoy deshago otra vez este camino:
Paredes a medio levantar, techos de lata
Alejan del centro de la ciudad
El río, las ondas
De muros helados
Se pierden bajo el puente que cruzo
A medianoche. Vuelvo
De aquello que tu amor recobra;
La luz de los inviernos de la infancia,
La trama de un tapiz
Hecho de pájaros, el piano,
La genealogía de una ciudad del sur
Del mundo. Río abajo,
Quedan los pasos rápidos,
La torpeza de la lengua en la piel;
Como si la costumbre de volver
Pudiera retenerte ahora, mientras
El arco de la luna nueva roza
Las copas de los árboles que brotan.




Día de la primavera

Con cara de día
de partido importante,
a la gente por la calle
se la ve convencida de que gana
su equipo. Sirenas y helicópteros
aturden ovillando un viento pardo
al sol; ¿a alguien le importa?

Quisiera escribirte una carta
para que vos leás que puse
la fecha de hoy en algún lado
y me sirvo un vaso de algo
fuerte.

Por ahí quién sabe,
en un hotel incómodo
cerca de la terminal...
la intemperie del otro
te aleja del fantasma
de la muerte.




Desahorro

Ahora que las monedas de ayer valen
todavía menos ¿qué comprarías?

El trajinar del puerto en la ciudad
a mediodía; la hojarasca
feliz de la literatura:
café y jardines olvidados.

Ese tramo del camino
que nunca va a ser tuyo
si es que de veras dejaste
la nostalgia atrás,
con la impresión
de haber llegado, creo,
a la monotonía deshabitada
de la madurez.

Años de meses de semanas
con días parecidos,
que bastaría vivir una vez
pero persisten, alcanzan
a trazar los senderos de corteza
quemada, turba, ceniza
de tabaco y carbonilla,
mientras en la bruma ácida
de una estación que no trae ni agua,
se oculta una forma
como la de la cabeza grandota
y suave de Platero.




Un viento suave

1

Cuando con el vapor
de la siesta
las aristas del patio
parecen despedir
cierto sudor calcáreo,
trazos de tiza mortecina,
el único sonido es un arrullo
de palomas -la pausa
brotando indefinida
de un diálogo cualquiera
suele ocultar la misma
invitación al vuelo-.
Pero esa resonancia
de la estación grávida cesa:

vuelve al muro el silencio,
al árbol y a sus hojas
la nitidez casual de la costumbre.


2

Ahora sabés que todas
las palabras qieren decir
lo mismo; velo incierto de silencio
que aturde, arco de luz
que a medias te refleja
mirando el cielo,
buscando la forma
de nubes que en verano
parecían inmóviles...

Un viento suave -pulpa de aire
tibio- deshace
los nombres de las cosas
contra un azul desierto.
Queda sólo tu voz abierta
a lo vacío, el eco de una sed
que no se sacia.




Entreacto de Ofelia

Enhebro entre los dedos agujitas
de romero todo el tiempo,
pero sólo puedo recordar letras
de rondas, canciones para cantar
en días de fiesta y cuando la piel
tiene el perfume de estas flores
azules, sigo sin recordar nada.

¿Habría sido como cuando encuentra,
al fin, el río su cauce, dejando
atrás el puente y los sauzales,
o nada más que un golpe seco
contra el cuerpo tenso?

Nadie me pregunta,
no me habla nadie
porque mis palabras
no dicen nada.

Aunque si me acordara,
si alguna flor azul pudiera
recobrarte, quizás repetirían
que estás loco, y que nadie
encuentra su camino
mirándose en los ojos de alguien más.





[Página suelta del diario 
de Raquel]

“Y ya que te ibas, porque tenías deseo de
la casa de tu padre, ¿porqué 
me hurtaste mis dioses?”
Gén.31;30.


¿Acaso también mi hermana
creía en ellos (en los dioses
de mi padre), y ahora piensa
como él que en dos veces siete años
no hubo tiempo suficiente
para dudar de todo?

Si no se parecen a los hombres, 
ni tienen los ojos abiertos, 
y hasta podrían ser vaciados 
de bronce de poco valor.

Yo no soy torpe con las manos,
los envolví en lienzos limpios
y viajaron conmigo entre las piernas.
Andar por aquel desierto al paso 
no fue ninguna pesadilla, 
ni por las noches más heladas.

Y hubiera creído en ellos yo también 
si no nos hubieras seguido, padre;
empecinado en desconfiar
de lo invisible,
aunque por fin nos separase
el mundo entero.

de "Lírica en Trámite"





Salarium

Ni tu sombra te duplica,
resuena metálica
tu soledad. Aquí,
esperando en la caja
del supermercado, pagando
los impuestos, o en cualquier
otra parte.

Mala combinación
de planos y puntos a mediodía,
sería un chasco también
la calle por la que vas
de no tener estas suaves acacias

Como si las agujas
de algún reloj se hubieran vuelto locas
y ya no se pudiera saber
si son las tres las seis las diez
desvarían las acacias

Mínimas órbitas de luz
“La sal seca lo verde”, eso
parecen decir.

de "Lírica en Trámite"




Final de Lluvia

La única cuerda rota de la lira
muda…el agua la estira
y canta, y la suelta
y canta…




Lírica en trámite 

Igual que las escalas del Hannon
cuando suben y bajan
desde la misma nota siempre
olvidadas o aburridas, los chicos suelen jugar
a ir y volver corriendo de la sombra.
Los últimos minutos de la noche de año viejo
trajeron racimos recién lavados
para ir desgranándolos uva por uva o mes
por mes, pero algún ruido en la calle
y luces de bengala destellaban afuera,
así que un racimo apenas duró hasta abril
y quedaron en un plato
las cuentas de pulpa sueltas.

Así también la que yo era entonces
tenía la intención de hablarte; contar los días
después de los racimos.
Pero cada paso dado hasta vos
se agazapaba cerrándole
los labios; deshizo
tu abrazo sin darse cuenta
para salir a la vereda rota de la noche,
anduvo por ahí como quien pisa
un techo desclavado y oscuro.




Cestos de sacha huasca

Aparecen de pronto entre los puestos
colgados de columnas de alumbrado
o en percheros viejos junto con boinas tejidas,
bufandas tejidas a mano y otros abrigos.
Paneras, canastas para frutas
legumbres o verduras,
cestos más grandes para leña o carbón
casi nunca colmados, de esa fibra
cenicienta y dura que también se llama
gusano del monte, no es flexible
como el junco ni suave como la vara
de cerezo y se llenaría de capullos
rojos en campos llanos
que ahora tienen soja. Cestos
de sacha huasca, tallos secos
acurrucados, no son de nadie pero
hay lugar para cosas tuyas ahí.



       
Juguetitos chinos

Le estabas contando a tu hija que cuando éramos chicas
en los cigarrales de Unquillo, venían luciérnagas
como madejas al anochecer,
envueltas en una fosforescencia alegre
y alilada, y hace pensar en eso ver
los juguetitos chinos que se venden
en el acceso al estadio o cerca de los semáforos
después del puente: ovillos vinílicos saltando
prendidos adentro como cascabeles
y caen y ruedan por el camino
de guiones de neón sin apagarse
nunca, sin dejar de hacer ese ruido de supermercado
que disuelve la calle. Esto no tiene nada que ver
con las luciérnagas, bueno, eso  pensará ella
quizás cuando se acuerde.
  
de "El corredor mediterráneo"





Superficies cultivables, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2017.


Fin de cita
                                     a Pablo

Los mensajes del teléfono
celular se escriben con diccionario.
El teléfono cree que sabe
si es Otón o es otoño,
si es tala o es de tilo,
si es romance o novela,
si es vida o es vidala.
Pero no sabe. Lo que hace bien
es marcar la noche con una pausa
de luz. ¿Hasta cuándo?
Hasta que algo escrito ahí
parezca nuestro.




Superficies cultivables

Ahora que pareciera ocultarse
toda quietud, toda menuda sospecha
de cuidado o de silencio, no sé
si era tan fácil recorrer vidas
parecidas buscando algún desvío,
un rastro, un pedazo de espejo roto
que explique el castigo:
mar sin cardúmenes
casa llena de gente
página en blanco
De nuevo la biblioteca esconde
lo que buscás, lo que buscabas
al repasar de memoria
el orden de los libros
en los estantes (las tapas desiguales,
los cantos invisibles y los títulos
ensartados en un teclado mudo,
extravagante); algo en la trama
hizo olvidar toda noción
de distancia al destino, o la voz
que encontraste te esperaba




Los viejos leen a Dostoievsky

Los viejos leen a Dostoievsky
cuando salen con un libro forrado en papel
madera y lo llevan de vacaciones,
o lo guardan siempre a mano cerca
de la mesita de luz: es Dostoievsky porque
cuando los viejos no leen se imaginan
a un escritor también viejo, piensan
que no está triste, sí preocupado
por la gente que habita sus libros.

Los viejos leen y releen a Dostoievsky
traducido, expurgado, prestado o propio
comprado en librerías de viejos,
en ediciones más o menos caras,
encuadernadas bien o mal, cosidas
o despegadas. Buscan casi siempre
una misma escena, en la misma página
que está una o dos antes
que el tomo se nos abra solo.











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SALVADOR BIEDMA [20.175]

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Salvador Biedma 

Nació en Buenos Aires en 1979.
Fundó con Alejandro Larre las revistas La mala palabra y Mil mamuts. Trabajó como periodista y corrector, fue asistente editorial del sello La Compañía y editor de Galerna. En la actualidad, colabora en el suplemento Radar, de Página 12, y en la revista Acción. 

En 2013, publicó la novela "Además, el tiempo" (Ediciones La Yunta) y en 2017 el poemario "Quizá fuera volviendo", La Gran Nilson, Buenos Aires.



GRASA SAGRAda

Es obvio: no hay una historia que no sea parte de otras. Una historia, un suceso, por mínimo que sea, siempre abarca todas las cicatrices que cargamos. Cada experiencia hace que se ponga en duda el universo. Y si no, quizá, nada tendría sentido.

Después seguramente un recuerdo haya cambiado todo.

- I -
Un beso que hormiguea


1.

Frágil golpe de contacto,
júbilo rubio, sustancia devuelta.
¿De vuelta la risa como artificio?

2.

Apurados hicimos un rato
y nos vimos enormes.

3.

“ya no queda nada de la espera” (Spinetta)

4.

Júbilo rubio, sustancia devuelta:
la marca lisa de un país que inventamos.

5.

Sólo ojos sin dios / pueden guiarme / en fe tan ciega

6.

La paz pica en las rodillas.

7.

Lamida extrema.

8.

Los delgados beben sangre oscura,
derraman su olor en el canto.

9.

Parte del derroche es haber estado ahí.


- II -

Ancla kamikaze


1.

Una virgen te respira desde el piso
(su sexo le habla al oído),
va borracha con la torpeza de su amor,
“hace de su piel un suburbio” (p.f.)


2.

Gritar un hijo en un parate, como un ruido más.


3.

Llano el animal.
Bombardeado con cátodos
irrumpe en el grito,
lo agranda...



- III -

Pórtico del desesperanzador

La pesadilla que conviene:
rebuzne oriental, metálico,
para las horas muertas.





Quizá fuera volviendo, La Gran Nilson, Buenos Aires, 2017.


Hay tantos pájaros listos
dispuestos a ser
nido y hambre
elegís mi cuerpo
como si no estuviera roto
como si esta voz tuviera
algo para decir
ni una torpe promesa
y sin embargo los besos
hermanos
de nuestra sangre
despiertan animales
nuestra humanidad.





El mundo quema
no dios
el cuerpo será
un mundo también
preparamos la despedida
porque ya estamos
en el lugar
adonde fuimos
iremos
aunque sin saber nada.





De veras
mi boca de piedra
no tiene más
que quietud
y aburrimiento
salvo que esté
tu boca de agua,
que sabe todo
lo que hace
falta.





En el viento se sostiene
una palabra
labrada por siglos
de trabajo humano.
Cruzó, de algún modo,
los dientes
de cada persona.
Y hoy puedo decir
tu palabra
es mi casa.





-

GRACIELA BATTICUORE [20.176]

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Graciela Batticuore

Graciela Batticuore nació en Buenos Aires en 1966. Ensayista, poeta y crítica de literatura, es doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Ejerce de investigadora del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y es docente de la cátedra de literatura argentina del siglo XIX en la Universidad de Buenos Aires. Además de La Noche (Ediciones del Dock, 2017), es autora de: En el 2014 publicó su primer libro de poemas, Cuaderno de espera (del pétalo, 2014) dedicado a su hijo Lucio. El año 2015, Sol de enero (del Dock), además de La mujer romántica. Lectoras, escritores y autoras en la Argentina. 1830- 1870 (Edhasa, 2005); El taller de la escritora. Veladas Literarias de Juana Manuela Gorriti. Lima-Buenos Aires: 1876/7-1890 (Beatriz Viterbo, 1999); compiladora de Resonancias románticas. Ensayos sobre historia de la cultura argentina. 1810-1890 (en colaboración con Klaus Gallo y Jorge Myers, Eudeba, 2005) y responsable de la edición de Cincuenta y tres cartas inéditas a Ricardo Palma. Fragmentos de lo íntimo (Perú, 2004) y Ficciones patrias (Barcelona, editorial Sol- AGEA, 2001), entre otras publicaciones nacionales e internacionales. 




de Sol de enero (del Dock, 2015)



Hoy me han dicho que se muere 
mi padre.

Hay ruidos, rumores alrededor.
Yo le tomo una mano,
la beso, la acaricio,
le hablo con la niña que hay en mí.

Es un coloso en esa foto 
donde yo tengo siete 
en una terraza de Mar del Plata.

Comíamos tostadas
él y yo,
mientras veíamos pasar la gente las olas,
poblarse la playa.

Teníamos un Fiat rojo.
Yo estoy sentada sobre el capot 
con mi flequillo y mi cola de caballo.
Remerita blanca, short, ojotas, piernas desnudas.

El verano envolvía el aire,
me dejaba crecer.

Para mirarte 
yo tenía que elevar
los ojos, 
para tomarte 
la mano enorme
tenía que subir 
mi brazo.

Y así andábamos por la calle o la arena,
mi mano hundida en
tu mano 
gigante,
de pliegues 
mullidos y ásperos,
consistentes;
tu mano
firme, 

mi sostén.


-


Leo y releo poemas
estos días.
Descubro poetas, madreselvas.
Las palabras me hacen un 
hoyo un cobijo donde adormecerme:
descansa en ellas
mi alma dolorida.

Como una hamaca que se bambolea.
Como una cuna de primeros días.
Como el agua cuando serpea,
sostiene.

Si no fuera por estas palabras.
Y por los lirios
y los tallos
y los cálices
y todos esos pétalos blancos esparcidos…
Si no fuera por la lluvia que limpia, 
sacude…

acaso 
muda sombra

sería.


-



Dejo ahora que el tiempo
corra su vuelta. Que sigan
girando sin prisa las agujas del reloj.

he comprendido de pronto
la lógica del universo. 


-


Sé que piensa en la muerte,
elabora acaso
un concepto 
que le hace temer 
y ensombrecerse.
La muerte ajena o la propia, 

¿la muerte qué es? 

(ausencia, 
niebla,
manos que ya no están. 
Esto le causa náusea y un terror 
irrefrenable.)

Aprende, sin saberlo,
ese costado inabordable de la vida.




-


Ven aquí: dancemos un poco,
que cae algo de nieve sobre mi tejado.
Un pájaro me susurra al oído,
no quiero perder esta claridad.

Ven aquí, andariega,
trotemos junto a la mar. 
Ya es la tarde y una brisa corre. 
No me deja pensar.



-



A esta hora
alejada del cuarto en que yace
tu cuerpo malherido,
no soporto bien el peso
de la noche.

Ni la soledad custodiada de máquinas
que te conservan vivo allí mismo,
tan lejos de tus objetos queridos:
martillos, tenazas, soldadoras,
autos que no rugen desde que no estás.

Aquí tu niño no deja de conversarme.
Cruza el aire de la casa
con una corta espada de empuñadura dorada,
va vestido de superman,
en amarillo, azul y rojo, a todo color.

Tiene un joven fulgor que lo impulsa
una y otra vez
a interrumpirme,
preguntando acerca de esto o aquello,
e incluso por los poemas  que escribo,
el jugo Cepita dónde está
y si mañana vendrá su amiga
a visitarnos.

Pero esta tarde entregado por completo
a la extrañeza de no verte
lloró sin parar. Asombrado
por la novedad de tu ausencia,
tan confusa… Como
anticipando una pena,
como tu estar y no estar.


-



Dos o tres poemas
cada día:

si pudiera escribirlos
me salvaría.



-


Trepa una hiedra
intensa
ante mis ojos.

¿Dónde
late la vida?


Los afectos de la poesía. Sol de enero, de Graciela Batticuore

La muerte del padre potencia la escritura de una poesía de la intensidad afectiva en Sol de Enero, de Graciela Batticuore. En el libro se da la aparición de una voz que se sostiene en la diferencia con el tiempo y con las formas de escribir del presente a través de los afectos. Ofrecemos, además, una selección de algunos de sus poemas.


Por Cristian Molina

Graciela Batticuore, Sol de enero, Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2015. pp.60.

Hay sol. En pleno invierno y al costado del río. Un cañaveral se dobla sobre la barranca por el viento que no para de precipitar hojas en el suelo. El invierno y el sol y las hojas ahí son el lugar común de una vida que resiste en pleno luto. ¿Pero qué pasa si  el luto sale fuera de sí y se presenta bajo el sol de enero, en pleno verano y cuando la vida es inevitable? Esa podría ser la pregunta que el libro de Graciela Batticuore genera entre palabras mínimas y contadas que se componen desde una voz en contacto con lo ausente.

Porque en Sol de enero, hay una pequeña voz que acompaña, interroga y comprende la muerte de un padre Robin-Hood que ajustaba piezas con sus manos para poner en funcionamiento autos, como ahora la hija-mujer-escritora ajusta y manipula palabras “sin pudor” para que funcione la poesía: “Enero lo ha interrumpido todo./ Ni la playa ni el ritmo severo/ del trabajo consabido. Todo/ ha quedado en pausa,/ reposando/// hecho poesía.”

Frente a la muerte en plena vida, la mujer-hija-niña resiste y escribe para que todo devenga poesía. Como si ahí, a partir de las palabras, se salvara una vida que sigue siendo en las fantasmagorías cotidianas: el niño que se disfraza de Superman, la hiedra que brota en el jardín, los pájaros que remontan el cielo, los cantos en italiano con una amiga, el amor de los gestos. Quizá por eso, “si pudiera escribirlos, me salvaría”. Porque lo que surge es el deseo de una escritura que se piensa imposible, irrealizable, pero que se hace efectiva, mallarmeanamente, como intento a pesar de que “no hay nada firme ni estable” y de que, por ende, todo está sometido al desastre. Lo que leemos, así, es un trabajo con lo imposible que, no obstante, se vuelve posible porque en esa experiencia se salvan los afectos próximos y, por eso, la pequeña voz que los sostiene.

Esa es la apuesta: salvar los afectos “sin pudor”, parece decirnos cada momento del libro: “Crece esta pena. / La dejo estar/ abierta, entregada. // ¿Para qué fingir?”. Desde Cuadernos de espera, un primer librito artesanal de Batticuore que circuló marginalmente, la poesía trabaja con la afección como material y energía reprimida por las valoraciones de la poesía argentina de los últimos años. De este modo, si en ese libro, la afección poética estaba sostenida por una voz que adoptaba-engendraba un hijo; aquí se trata de una inversión: la voz hija acompaña y transita la muerte del padre. En ambos casos, se inscribe lo afectivo familiar en la pequeña voz de un poema. Esta diferencia que instala la afección de Batticuore es la verdadera apuesta y el riesgo que asume el libro en medio de una valoración hegemónica por los tonos neutrales e inexpresivos, incluso cooles y actuales, del presente poético argentino. Se trata de la insistencia de una poesía de la intensidad afectiva, en la cual los tonos múltiples de la melancolía se tocan como extremos: el duelo y el nacimiento, la esperanza, la desesperanza, la nostalgia, pero, por sobre todos, la felicidad de recuperar lo afectivo por medio de la escritura. Por eso, a pesar del tema doloroso, Sol de enero es un libro feliz, vital.

En Intimidades congeladas, Eva Illouz señalaba cómo el capitalismo reguló las relaciones laborales empresarias a partir de la represión de las manifestaciones afectivas y emocionales en los ámbitos laborales, generando mecanismos de valoración y de manipulación afectiva que colocaron en la cúspide a aquellos sujetos capaces de controlar sus afectos o, incluso, de neutralizarlos inexpresivamente en su ámbito laboral. El control de los afectos y su neutralización se convirtieron en una lógica capitalista vital para lograr rentabilidad empresaria y convivencia pacífica, de modo de llegar a determinados objetivos y estándares de calidad presupuestos de antemano, o incluso a un cierto estatus social. En el otro extremo, la exacerbación de algunos afectos por la lógica espectacular para generar consumo a través de diversas estrategias publicitarias, puso en evidencia, según Illouz, de qué modo el capitalismo tiende a regular lo afectivo emocional para su propio beneficio.

Los poemas de Batticuore escapan a cualquier tipo de regulación de lo afectivo que presupondría un acuerdo y hasta una lógica análoga de funcionamiento entre poesía y capitalismo garantizada por mecanismos represivos y prescriptivos sobre los modos de escribir o de comportarse. Perder el pudor afectivo en la escritura, parece ser la diferencia que encuentra Graciela Batticuore para escapar de las lógicas hegemónicas de la sociedad y de la poesía de su tiempo. Y de ese modo logra lo que solo la melancolía puede: atravesar el terrible dolor de la muerte con un exceso de vida.




de La noche. Ediciones Del Dock. Buenos Aires. 2017.



Vino la lluvia anoche
regó los pinos

sobre el pasillo aquel
piñas mojadas y esmeraldas

no sé por qué la noche
siempre me amansa
me envuelve con almizcle
y canela blanca

la noche intensa me arrulla
y no sé más nada.


-


Qué bien suena la lluvia
esta mañana
galopa sobre la tierra extenuada

las aves no cantan

blindado parece el cielo
entre relámpagos

los perros se espantan

las mariposas
¿dónde se guardan?
¿cómo aquietan sus alas?

y si la vida es corta
¿podrán trazarla?

El tiempo transcurre sin reparar en nada.



DESDE EL  HOYO PROFUNDO

El nuevo libro de Graciela Batticuore crea una escenografía donde interviene la naturaleza nocturna de un amor que reclama el olvido.

Por Daniel Gigena 

Gaston Bachelard sugirió que las noches no tenían historia ni futuro. Sin embargo, en el tercer libro de poemas de Graciela Batticuore (Buenos Aires, 1966), llamado La noche, no sólo convergen varias historias, temporalidades y registros sino también el ejercicio de una escritura abierta, fluida y a la vez discontinua que no clausuran la oscuridad ni la intemperie. En el libro se define un territorio y, desde allí, una voz hecha de “hebras entrelazadas”, de “hilos de la suerte”, interroga la noche. Escribir podrá ser, cuando haya ocurrido la transformación que se anhela, “juntar/ los trozos/reunir/ las piezas”. Antes, una especie de máquina de rezar con la que se busca nombres “en la rueda de la noche” hace su trabajo a ciegas.  

Batticuore crea pasadizos entre un poema y otro, desvíos que esquivan muros, maneras de salir, como la Alicia de Lewis Carroll, “del hoyo profundo/ de la noche”. En ocasiones, esa manera es la recurrencia y en otras, “entre relámpagos”. El corazón enamorado puede ser ciego, pero las palabras, como se lee en uno de los primeros textos, se asemejan a “destellos de una lengua”. La condensación es uno de los atributos en los que la autora confía.

“Lo que tenía para contar en este libro era la historia de una interioridad que se iba descubriendo a través de una pérdida –dice Batticuore–. No el argumento de una historia de amor en su ocaso sino la interioridad elusiva de un sujeto. Creo que La noche habla en la oscuridad, pero también asoma la noche luminosa de una identidad reencontrada.” Es una identidad femenina la que se perfila. “Mientras iba componiendo poco a poco este librito, a lo largo de los últimos dos o tres años, descubrí la literatura de Marguerite Duras y la de Clarice Lispector: su radicalidad poética, en uno y otro caso, me subyugaron. Yo encuentro en esa narrativa una potencialidad que excede la frontera de los géneros.” También Alejandra Pizarnik está presente: “Los poemas breves, la subjetividad femenina en juego, la intimidad más profunda. Ella también es una poeta de la noche. Sin duda es una equilibrista”, dice la poeta y crítica literaria. 

En el libro de Batticuore se advierten varios pliegues. En uno se aprecia una voz no humana, mitad mariposa mitad flor, que podría ser también el arrullo de un órgano inventado, ebrio entre perfumes y hedores, y que no reconoce especies: “¿Será una rosa o un lirio?”. La segunda voz, más definida, cuenta un extravío, un desmadre, una estampida, el desvarío del final de un amor. “El derrumbe es total”, se lee. Y la tercera instancia funde, de manera delicada y hábil, ambas cadencias. “La noche surgió del trabajo con tres series de poemas, en etapas más o menos distanciadas en el tiempo –cuenta la autora–. Pensaba que las dos primeras formarían libros independientes. Pero el tiempo enseña y entendí después que todo era parte de una misma historia.  Podría decir que sacrifiqué muchos que me gustaban pero a veces es indispensable quitar para obtener a cambio una cuota de intensidad.” En poesía es una ley el hecho de que cada palabra debe tener peso propio. “El poeta no puede dar un paso en falso si quiere que el poema quede en pie, con su pequeña belleza, su capacidad de producir alguna clase de emoción”, dice Batticuore.

Las emociones a las que se refiere la autora contrastan con los textos mínimos, diminutos como pétalos. “Echada al mar de tu corazón/ como una ráfaga al invierno”, se lee en un poema de dos versos. Allí hay un mundo. La naturaleza, como en la poesía romántica, sintoniza con las pasiones contenidas en las plegarias de La noche e incluso cede ante las demandas: “Soplo sobre tu olvido// me trepo a una ola/ me pierdo entre brumas/ te olvido”. Señala la autora: “Esto me interesa: lo que se desliza sesgadamente pero de un modo que no puede resultar indiferente porque su presencia lo invade todo: ¿quién puede escapar, por ejemplo,  al olor de un narciso cuando se pudre en un vaso o al color lila sobre la piel desnuda de una mujer al rayo del sol o en medio de la noche?” 







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YOSH DRACOL [20.177]

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YOSH DRACOL

Yosh Dracol. Poeta originario de Ometepec, Guerrero, México. Estudió la Licenciatura en Historia en la Universidad Autónoma de Guerrero. Es colaborador de la revista virtual “Reflexiones Alternas”.

http://circulodepoesia.com/2017/06/poesia-mexicana-actual-yosh-dracol/





Ave nocturna

Nada tengo bajo este cielo obscuro
Que me reduce a simple carne y blanca mirada
Nada espero de esta tierra que todo me lo ha dado
Comí de la fruta que me ofreció
Bebí del agua que me regaló
Amé a mis hermanos y también los odie
Encontré a mi Eva pero no soy buen Adán
Busqué a Dios y en su lugar hallé el conocimiento
Descubrí un hogar en mi cuerpo
Y desde entonces me muevo de un sitio a otro
Sin estar buscando algo.
Esta es mi vida, este es mi camino
Y mi destino no depende de la suerte
Soy nagual del tecolotillo
Ave nocturna que presagia la muerte.

23/07/2014
Carretera Tlapa de Comonfort – San Luis Acatlán.




Interrogación

Qué es la vida
Sino esto que pasa cuando llueve y me quedo sólo
y me lleno de angustia
y observo la gravedad de las hojas que se desprenden de los arboles
y me parece que no he visto nada más hermoso
que una gota de agua resbalando por una hoja que cae
Qué es la vida
Sino esto que pasa cuando miro al cielo
y me quedo callado
Y me olvido de la gente
Y me pienso desde el Otro
Y entonces un pájaro que atraviesa este cielo
Me parece el ser más perfecto
Qué es la vida
Me pregunto, cuando me detengo a mirar tus ojos
Y luego apartas de mí tu cuerpo
Como si contigo apartaras la vida
Y contigo también se apartara el universo.

20/08/2014 Ometepec, Gro.




Mi país

Mi país se está vendiendo, compañera
y usted dice que debemos amarnos
Se está muriendo de hambre mi gente
y usted dice que debemos amarnos.
Yo no entiendo cómo se puede amar así
cómo se puede vivir de esta manera
en un país como el nuestro
dónde prefieren ver muertos en las calles
que jóvenes besándose en la acera.
Así de triste es mi país y su gente
y usted dice que debemos amarnos
están vendiendo a mi país
y usted dice que debemos amarnos
amar es luchar sin poseer a nadie
y yo le digo compañera;
que amar no es lo que ahora quiero.



Ritual del nagual

Dos velas colocadas sobre un poco de tierra
extraída de una tumba
Cinco velas rodeando las dos primeras
todas juntas hacen una séptima
y elevan su luz al cielo
Siete velas iluminan mi glándula pineal
y cierro los ojos como si fuera a morirme por tres días.
un chamán-brujo lava mi alma
con tragos de aguardiente y flores silvestres
El brujo recita oraciones que no entiendo
oraciones en na savi
Siete aves son nombradas de su boca
y cuatro animales terrestres
todos juntos hacen una onceava
Siete velas iluminando mi cuerpo se elevan al cielo
en mis manos, sostengo un poco de tierra
extraída de la tumba de mi padre
el brujo purifica mi alma que transmuta en otro Ser
y en medio de todo;
YO como un Santo
rodeado de aves y bestias.

28/08/2015
Ometepec Gro.




Resaca

Aun cuando despierto extasiado de tu belleza
Y me refugio en el prisma de tus féminas piernas
Siento una angustia al respirar el aroma a sexo muerto
Llega la resaca del placer furtivo satisfecho
Guardo un silencio inquebrantable al cerrar los párpados
Sobre tu muslo izquierdo descansa el esqueleto de mi último beso
Entonces me dispongo a fumar en tu regazo
Sin disimulo y descarado te beso la frente
Mientras pienso en mi corta vida
¿Hay algo más importante que esto?
Más allá del cristal oscuro de mi ventana
Duermen aves sobre un árbol viejo
Que jamás sabrán de tu existencia
Bajo este cielo blanco de concreto
Que es el cielo de mis amantes
Hay insectos que pelean a muerte
contra la tísica luz de mi lámpara
Suspiro
¡Qué belleza!
No hay nada más efímero que esto
¡El amor y la vida¡
Atravesado por el sexo.




Soliloquio

A los estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre del 2014
y a todos aquellos que han sido ahorcados por el látigo de la injusticia
y la delincuencia en México.

No hago sino pensar –esta noche de perros y gatos– en la angustia que encierra una ausencia. No me interesa saber que las ranas cantan y los sapos brincan, y miles de partículas diminutas de agua resbalan por el techo de mi casa.

Yo fumo y escribo con la camisa puesta y no hay nada extraño en eso.

Recuerdo rostros borrados por el tiempo, rostros como de humo o de ceniza soplados por el viento.

Me entristece saber que no somos capaces de percibir el respiro de un caballo a campo abierto o el aleteo de una mariposa al momento que un pétalo se desprende del útero de su rosa.

Alguien debe estar muriendo en este preciso instante mientras beso el filtro de un cigarro y hago de su cuerpo trocitos de ceniza.  Alguien debe estar naciendo ¿por qué no? De una cosa estoy seguro; no será ni artista ni poeta.

Me desabrocho la camisa y dejo que una ráfaga de aire entre por la ventana y muerda mi cuello, mi boca, mi vientre.

En algún lugar alguien debe estar amando como un suicida –pienso.

Un perro ladra a lo lejos, son dos.

La soledad comienza con el parto de la madre y termina con el tacto de la muerte

¿Y dónde empieza el amor?

Miro el cenicero y pienso en mis cuarenta y tres hermanos ausentes. Yo no sé si estén vivos. No sé si estén despiertos. Aquí la noche es larga y triste y hay insectos golpeando inútilmente una lámpara como si quisieran tragarse la luz o la sombra. Todo lo que quiero es que ellos tengan un lugar en el mundo. Y que nada de esto sea tragado por la boca del silencio.

Nacerán otras voces, es cierto, otros cantos, nuevos rostros pero a mí no me interesan.

Quiero saber dónde se encuentran los tres Luis Ángel, los cuatro Julio, los Cristian y los Jorge ¿y qué hay de los otros nombres? Devuélvanles el cuerpo.

¿Qué es un nombre? una palabra vacía sin la materia andante. No es la roca agradable por su silencio sino por el golpe que le atisba al viento. Así las flores no son nada sin el perfume impregnado en sus pétalos.

Qué somos, sino semilla que brota en cualquier tiempo hasta convertirse en ceniza, y de la ceniza se abonan otras plantas que también crecen. Qué somos, sino esta fuerza que duele y hiere por dentro.

Que alguien me diga algo diferente. Y que nada extraordinario sucede en el mundo sino muertes. Ya nada cala y nada llega a los ojos del oyente.
Todo parece una tragedia escrita por Shakespeare y contada por un imbécil.

05/09/2015
Ometepec, Gro. Mex.






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DONALDAS KAJOKAS [20.178]

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DONALDAS KAJOKAS

Donaldas Kajokas nació en Prienai, en 1953. En 1955 sus padres se mudaron a Kaunas, donde  cursó sus estudios de Secundaria. Continuó sus estudios desde 1971-1975 en la Escuela de Educación Física de Lituania. En 1975-1976 trabajó como entrenador de gimnasia, luego un breve periodo trabajó en una asociación de turistas e hizo de celador de ambulancia. Desde 1977-1980 trabajó en el Museo de Literatura y desde 1981-1989 en un laboratorio de química. Desde 1989 hasta 2012 trabajó en el periódico cultural lituano Nemunas. Ahora es escritor profesional. Durante más de treinta años de trabajo creativo ha publicado nueve poemarios, dos novelas y cuatro libros de ensayos. Le han sido otorgados numerosos premios por su obra. Donaldas Kajokas forma parte del canon de la literatura lituana contemporánea: su obra se analiza en las universidades y colegios, sobre su prosa y poemas se han escrito numerosos artículos académicos. Participó en festivales de poesía en Polonia, Ucrania, Irlanda, Inglaterra, Alemania, Suiza, Hungría, Georgia, Luxemburgo, EEUU, sus poemas fueron traducidos a aproximadamente 20 idiomas. Él mismo tradujo poesía, prosa y textos filosóficos, algunos de estos se publicaron en libros. También fue editor de más de veinte libros de otros autores lituanos.

Dossier de poesía de Lituania preparado y traducido por Dovile Kuzminskaite y María Sebastia Sáez. 
http://circulodepoesia.com/2017/06/poesia-lituana-donaldas-kajokas/




el sábado, Alisa


los copos de nieve matutinos, del tamaño
de la palma de la mano, maldito sábado de marzo

y yo
saltando hacia ti, Dios,
atontado
conejo con la tripa merdosa,
reconciliemos digo





estudio: viento

a qué huele este viento al viento
huele este viento





Sobre el mar y la perla

sobre el mar escribo solo porque
en el está tu perla

sobre la perla escribo solo porque
esta está en tu mar

aunque la diferencia entre los dos
es minúscula solo que

nunca escribiría sobre el mar
si en este no estuviese tu perla

nunca escribiría sobre la perla
si esta no estuviese en tu mar

aunque de verdad quizá esta
no esté allí

-como si no lo supiera yo, como si
no lo supiera … -no te amargues

yo
no lo sé




sobre la soledad

la soledad es bella
hasta que se hace
un tanto
más profunda
que el huequecillo cálido
en la almohada





un folleto turístico

sí, aquí está Lituania,
aquí no hay nada, solo las nubes

amargados seres de gris azulado con miradas pesadas
criaturas de  no se sabe quién

entrenados a deambular dando un rodeo, cambiar
su apariencia, agruparse en pandillas

o en manadas, procrastinar sin parar
y llover y tronar y relampaguear

pero en general son pacíficos

sin estos, dicen, de verdad
aquí no hay nada bueno raras veces

unos arcoíris dobles



Idioma: lituano

[tokią gilią tokią šaltą žiemą…]

tokią gilią tokią šaltą žiemą
kai ne garas virto iš burnos
bet žirafos laigančios ražienom
salos ir fregatos burių nėriniuos
ėjo vaikas pamiške, pasukęs
ilgesniu keliu ir tuos vaizdus
matė tik jį lydintis lapiukas –
baltas baltas baltas tris kartus




[Artėjame, ir vandeniu skaidriu...]

Artėjame, ir vandeniu skaidriu
be garso slysta lengvos mūsų valtys,
ir tik žuvėdros vėjuose suveltos
mus pasitinka mėlynu būriu;
ir jųjų klyksmas skamba ausyse,
ir jau jaučiu vėjuotą tavo ranką,
tačiau dvi tuščios valtys prasilenkia,
nes mes tik atsispindime jose.




Virš kopų ramus teka mėnuo

virš kopų
    ramus
    teka mėnuo
        taip
        tuščia
        many
    daug vietos
    šiam
vaizdui





Baladė apie erškėčio šakelę

gyveno kartą senelis
išminčius didelis buvo
galim sakyt atsiskyrėlis
visai arti šventumo

daug metų vienas praleido
trobelėje vidury miško
mito žiogais ir uogom
miegojo ant eglišakių

kartą ankstyvą žiemą
jisai su aušra pakirdo
ir pro duris jau ėjo
atlikti savo reikalo

bet vos tik jas pravėrė
tarpduryje sustingo –
baso žmogaus pėdos
driekės sniegu link durų

kas čia galėtų būti
pamanė šventas senelis
naktį lyg negirdėjau
kad kas vidun prašytųs

bet pėdos ėjo iš miško
ir baigėsi ties durimis
tad grįžo senelis į trobą
gerai ją apžiūrėjo

tik niekur žmogaus nerado
nei gyvo nei numirusio
erškėčio šakelė palovėj
o šiaip – tuštutėlė trobelė

bet pėdos vedė link durų
atgal į tankmę negrįžo
lygu aplink trobelę
švarus baltutėlis kilimas

ir ėmė galvoti senelis
galvojo ilgai ir kantriai
ir taip visą dieną galvojo
o vakarop išsigando

ateiti kažkas atėjo
išeit lyg ir nieks neišėjo
tad kur kas galėjo dingti
ką reiškia erškėčio šakelė?

galvojant atėjo pavasaris
nutirpo sniegai išgaravo
su jais ir basojo pėdos
lengviau atsiduso senelis

tačiau jis nuo tol neišmano
katrą gi save mylėti –
ar tą kurs pėdas pamatė
ar tą kurs nematė įėjusio

prarado senelis ramybę
prarado beveik ir šventumą
dienąnakt su kažkuo kalbasi
net ir vienas būdamas

o jeigu reikalas prispiria
trumpam išeit iš trobelės
net per karščius didžiausius
neina į lauką basas

tik vieną metų naktį
kai iškrenta pirmosios snaigės
senelis išslenka basas
ant sniego ir eina atbulas

paskui grįžta kaip vaikas
į tas pačias pėdas taikydamas
ir užmiega ramus palovėj
su erškėčio šakele rankoje

o rytą kaip ir tąjį kartą
eglišakių lovoj nubunda
ir pasirąžęs eina
atlikti savo reikalo

bet vos tik duris praveria
tuoj tarpdury sustingsta –
baso žmogaus pėdos
driekias sniegu link durų

ir grįžta senelis nuo slenksčio
parpuola palovėn ir ieško
ir ieško ir verkia o varge
nebėr erškėčio šakelės




Žydų melodija

lengvas ūkanotas lapas
     sopulingai sopulingai
          leidžias dykvietėj ant sniego
          leidžias dykvietėj ant sniego
nusileidžia smuikas






Idioma: alemán

Ballade vom Dornenzweig

es war einmal ein alter Greis
er war ein großer Weiser
man könnte wohl sagen ein Eremit
und fast schon ein Heiliger

viele Jahre hat er allein verbracht
in einer Hütte mitten im Wald
sich genährt von Beeren und Heuschrecken 
geschlafen auf Tannenreisig

einmal in frühen Winter
wachte er auf mit dem Morgenrot
und er ging schon durch die Tür
um seine Notdurft zu verrichten

doch kaum hat er sie einen Spalt geöffnet,
da erstarrt’ er in der Tür –
die Spuren eines Menschen mit bloßen Füßen 
erstreckten sich im Schnee in Richtung Tür

wer könnte bloß hier sein
so dachte der heilige Greis
ich habe doch nachts nicht gehört
dass jemand Einlass begehrt

die Spuren aber kamen vom Wald
und führten bis zur Tür
so kehrte der Greis in die Hütte zurück
und sah sich genau darin um

nur fand er nirgends einen Menschen
weder lebendig noch tot
ein Dornenzweig lag unterm Bett
doch sonst war die Hütte leer

die Spuren aber führten bis zur Tür
zurück ins Dickicht aber nicht
eben um die Hütte herum lag
ein reiner schneeweißer Teppich

so begann der Greis zu grübeln
er grübelte lang und geduldig
und grübelte den ganzen Tag
doch gegen Abend hin erschrak er

gekommen könnte wohl jemand sein
aber weggegangen war niemand
wo also konnte jemand verschwinden 
und was bedeutet der Dornenzweig?

und als er so grübelte kam der Frühling
es schmolz der Schnee es verdampften
mit ihm auch die Spuren dessen der barfuß war
und der Greis atmete erleichtert auf

doch von da an wusste er nicht
welchen von sich er lieben sollte – 
den der die Spuren gesehen 
oder den der nicht sah wer hineinging

so verlor der Greis all seine Ruhe
verlor beinah auch die Heiligkeit
bei Tag und bei Nacht sprach er mit jemand
obwohl er doch ganz allein war

aber wenn ihn etwas zwingt
für kurz aus der Hütte zu treten
dann geht er sogar bei der größten Hitze
nicht barfuß hinaus

nur einmal bei Nacht
als die ersten Schneeflocken fallen
schleicht der Greis sich mit bloßen Füßen 
in den Schnee und geht verkehrt herum

drauf kommt er zurück wie ein Kind
und versucht seine eigenen Spuren zu treffen
und schläft ganz ruhig ein unterm Bett
mit dem Dornenzweig in der Hand

doch am Morgen wacht er wie damals
in seinem Bett aus Reisig auf
er streckt sich und geht
seine Notdurft zu verrichten

doch kaum dass er sie einen Spaltbreit öffnet
erstarrt er in der Tür –
die Spuren eines Menschen barfuß 
erstrecken sich im Schnee bis zur Tür

und der Greis kehrt zurück von der Schwelle 
stürzt unters Bett und sucht
und sucht und weint doch o weh
der Dornenzweig ist verschwunden

        Aus dem Litauischen von Cornelius Hell




Jüdische Melodie

ein leichtes dunstiges Blatt
     schmerzlich schmerzlich
          fällt im Ödland auf Schnee
          fällt im Ödland auf Schnee
die Geige versinkt

        Aus dem Litauischen von Cornelius Hell







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AIDAS MARČĖNAS [20.179]

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AIDAS MARČĖNAS

Nació el 24 diciembre de 1960 en Kaune, Lituania) - poeta lituano, crítico, miembro de la Unión de Escritores de Lituania, ganador del Premio Nacional.

Aidas Marcenas, uno de los poetas más impactantes en la poesía lituana, al ser preguntado sobre su vida cuenta: «nací a comienzos de otoño de 1960 en Lituania. Publiqué unos cuantos libros de poesía y algunos libros escritos al margen. Es probable que sea poeta. También -¡eso seguro!- soy padre, marido, hijo. Abuelo. Otros hechos de mi vida son de poca importancia hasta para mí mismo.»


Bibliografía 

Poesía:

Aidas Marčėnas. Šulinys. – Vilnius: Vaga, 1988. – 110 p. ISBN 5-415-00045-3
Aidas Marčėnas. Angelas. – Vilnius: Vaga, 1991. – 235 p. ISBN 5-415-00792-X
Aidas Marčėnas. Dulkės. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 1993. – 133 p. ISBN 9986-413-04-4
Aidas Marčėnas. Metai be žiogo. – Vilnius: Regnum, 1994. – 81 p. ISBN 9986-494-01-X
Aidas Marčėnas. Vargšas Jorikas. – Vilnius: Vaga, 1998. – 174 p.
Sigitas Parulskis, Aidas Marčėnas. 50 eilėraščių. – Vilnius: Baltos lankos, 1999. – 96, 68 p. ISBN 9986-861-97-7
Aidas Marčėnas. Dėvėti. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2001. – 190 p. ISBN 9986-39-171-7
Šarūnas Leonavičius, Aidas Marčėnas Žmogaus žvaigždė. – Vilnius: Žara, 2004. – 52 p. (piešiniai ir eilėraščiai) ISBN 9986-34-133-7
Aidas Marčėnas. Pasauliai. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2005. – 168 p. ISBN 9986-39-368-X
Aidas Marčėnas. Eilinė. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2006. – 423 p. (rinktinė iš serijos: Nacionalinės kultūros ir meno premijos laureatai; Nr. 11) ISBN 9986-39-441-4
Aidas Marčėnas. Šokiai. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2008. – 117 p. ISBN 978-9986-39-534-8
Aidas Marčėnas. Dievų taupyklė. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2009. – 248 p. ISBN 978-9986-39-609-3
Aidas Marčėnas. Ištrupėjusios erdvės. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2012. – 240 p. ISBN 978-9986-39-710-6
Aidas Marčėnas. Tuščia jo. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2013. – 168 p. ISBN 978-9986-39-775-5

Prosa:

Aidas Marčėnas. Būtieji kartiniai. – Vilnius: Apostrofa, 2008. – 415 p. ISBN 978-9955-60-541-6
Aidas Marčėnas. Sakiniai: menkoji eseistika. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2013. – 307 p. ISBN 978-9986-39-756-4

Compilado por:

Aidas Marčėnas (sudarytojas). Iš Vilniaus į Vilnių. – Vilnius: Lietuvos rašytojų sąjungos leidykla, 2008. – 348 p. ISBN 978-9986-39-542-3



En el marco del dossier de poesía de Lituania preparado y traducido por Dovile Kuzminskaite, presentamos una muestra de la obra del poeta Aidas Marčėnas.
http://circulodepoesia.com/2017/06/poesia-lituana-aidas-marcenas/



A veces dudo sobre la autoría

Dios creó al hombre a imagen suya (PR 1, 27)
dos días de tensión,
insomnio, hambre,
fumando sin fin
¨por los nervios¨,

a la segunda noche de repente
uno tras otro
vienen seis minusválidos
poemas, solo hace falta
escribirlos más correctamente,

arreglando
al sexto, alrededor del tabique
nasal algo quizá se rompe
y no puedo ni tragar,
ni escupir
de ninguna manera, pienso

veré si hay algunos
cambios exteriores
en el espejo
con los ojos salidos de las órbitas
me observa un
horrendo despeinado
con la nariz larga, este

este seguro está
creado por mí, este

aidas, este marčėnas





Hablemos sobre la venganza

ya que existe esta estúpida
costumbre de morirse

me moriré de repente para que
ni les dé tiempo para darse cuenta, me moveré
me moveré y – cómo,
lo vi ayer, de ideas
estaba lleno, quién
se lo hubiera pensado, o –
qué tontería, es que teníamos
un acuerdo, sí sí

o no – me moriré lenta
y dolorosamente para que vieran,
asquerosos, lo que les está esperando





Nada de vibraciones

Al preguntar de donde vienen los poemas
los alumnos contestaron sin duda:
de vibraciones

Nada de vibraciones, de ayes, de terremotos,
de risas, nada de Kajokas. Ni a los dioses ni al idioma
Lituano los conozco. No tengo ni idea de por qué vivo.
Siquiera la montaña, maldita,
viene a Mahoma.

Pero nada más pienso, sonriente sobre las vibraciones
y los objetos vibrantes, querido centro de la provincia,

en el tiempolugar titila un poema,
como si fuese la expresión de agradecimiento por
aquel instante auténtico,
se forma en el idioma de los dioses y en lituano. 
Cubriendolos vacíos con palabras. Nadie
de verdad sabe, de qué se hace. De la nada,
igual que la psoriasis.

Aunque los médicos serios afirman, que de los nervios.




Un poema con cuco

Un poeta no debería hablar sobre un poeta. A la poesía
no le correspondería razonar sobre la poesía.

Para que el poeta no mostrara orgullo por su poesía
y la poesía no mintiera sobre el poeta.

El poeta sobre el poeta, la poesía sobre la poesía,
el poeta sobre la poesía, la poesía sobre el poeta,
de nuevo el asco, que ya se ha experimentado cien veces.

Que este atardecer calle sobre este atardecer,
los zapatos sobre los zapatos. Que el estilo vaya descalzo
a la orden de la Camáldula.

El suspiro sobre la sonrisa que no diga nada,
y la sonrisa que no traicione al suspiro. Simplemente sonríes,
simplemente estás, simplemente idiota.

Pero eso que este año por primera vez
no has oído al cuco, lo tienes que ulular y punto.





De la tarde

Ah, ese silencio, que cerró a los seres
queridos.

Ah, esas voces vivas del más allá
de los libros
en la estantería.

No hay nada más que añadir.
Todo todavía está dicho.





Ars poética

El mundo se está terminando por eso
hay que escribir poemas.

Cada día, seriamente determinado,
como si estuvieras haciendo algún trabajo
significativo, comprensible solo para ti mismo:
construyeras casas, un barco
para tu familia en extinción,
o restauraras un santuario
de una religión que se murió  antaño.

Hay que escribir poemas
hasta los domingos, porque
eso es una celebración, una labor
igual que la de un sacerdote.
Porque el mundo se está terminando día tras día,
el mundo se está terminando hasta los domingos.

Por eso hay que escribir poemas,
hay que construir casas, incluso si no habrá quien viva en estas,
pacientemente montar fundamentos,
día tras día, porque todo estará acabado,
si Dios muere antes que el idioma,
y el idioma antes que el mundo.





Idioma: lituano

Perspektyvos

sakytum – ne iš tikrųjų, lyg būčiau
nusižiūrėjęs japonų graviūroj

nemokšiškai, be išmanymo
didžiųjų taisyklių

bet su kokia mužikiška intuicija
šitą vidurdienį

mažuliukai – arkliukas, žmogus
tolimajam šlaite su kreiva pušimi

po išblyškusiu pilnu mėnuliu,
po tokiu dideliu mėnuliu, kad net aš

nė vienam atsakymui
klausimo nebežinau





Tai, kas įsirėžė

- keli pasiūlymai Rojaus projektui -

prie krepšinio aikštelės, kurios
nebėra, įstrižai augantis 
gluosnis, kurio nebėra

į kurį mes, kurių nebėra, vėl ir vėl 
mėginam įsibėgėję užbėgti
kaip galim aukščiau

ir šiltose vasaros sutemose
šikšnosparniams 
smingant

į dangun metamą akmenuką 
sugrįžti kviečiantys
balsai mūsų motinų, dar

kiti akmenukai, prieš saulę
veik permatomos baltumos,
tie, kuriuos mėgom

krapštyti iš sienos
to blokinio namo krantinėje, 
špatas




Nuomonės

Redakcijos nuomonė nebūtinai sutampa
                    su žurnalo autorių nuomone.                                         

nors erekcijos nuomonė ir nesutampa su autoriaus nuomone,
nors birželis išsprūsta iš „duota“ ir „rasti“ ribų –
mato autoriaus akys – danguj išblaškytoj kariuomenėj
liūtas virsta į žiurkę – labai nepanašūs abu

bet ir debesio žiurkė pavirsta į dramblį – straubliu besiplaikstantį,
ir dramblys į kentaurą – vaizduotės daugiau nei garų!
šiaip jau – vien tik kliši avinėliai, lietuviškoj vaistinėj
pasverti cukrinukai – išspręsta; čia viskas tvaru








Idioma: alemán


Perspektiven

sag’ ruhig, es ist nicht wahr, ich ahme
nur gravuren aus japan nach

einfältig, ohne verständnis 
der fundamentalen regeln

doch mit welcher urwüchsigen intuition 
heute mittag

winzlinge – ein pferdchen, ein mensch
am fernen hang mit der krummen kiefer

unterm verblichenen vollmond,
und so groß, dieser mond, dass selbst ich

auf keine einzige antwort
die frage mehr fand

26.7.2002

                    Übersetzt von Claudia Sinnig





Was sich eingrub

-- einige vorschläge für das projekt Paradies –

am basketballplatz, den es nicht mehr 
gibt, die weide, die quer wächst,
und es nicht mehr gibt

die wir, die es uns nicht mehr gibt, wieder 
und wieder versuchen, mit anlauf hinauf
zu rennen, so hoch es nur geht

und da in warmen sommerdämmerungen
die fledermäuse
stoßen

auf ein zum himmel geworfenes steinchen
und die stimmen der mütter
uns nach hause rufen, noch

mehr steinchen, gegen die sonne
beinahe durchsichtig -- so weiß,
wir kratzten sie gern

aus der wand
des plattenbaus am ufer,
spat

13.10.2005

               Übersetzt von Claudia Sinnig




Meinungen

Die Meinung der Redaktion der Zeitschrift entspricht nicht unbedingt
             der Meinung der Autoren.

obwohl sich die meinung des autors von der meinung der erektion unterscheidet,
obwohl der juni die grenzen von „geben“ und „finden“ verwischt,
sehen die augen des autors -- in der am himmel verstreuten streitmacht
wird ein löwe zur ratte, und beide ähneln sich überhaupt nicht

doch auch die wolkenratte wird zum elefanten – sein rüssel gebogen,
der elefant zum zentauren – mehr bilder als dampf!
tatsächlich – nur lahme lämmchen und zuckerwerk, abgewogen
in litauens apotheken – ist längst entschieden, hier hat alles bestand

15.5.2000

              Übersetzt von Claudia Sinnig






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SUN WENBO [20.180]

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SUN WENBO

Nació el 23.05.1956, en Sichuan, China.
Vive en: Sichuan, China.

Sun Wenbo pasó su infancia en el campo y fue a la escuela en la ciudad de Chengdu. Él sirvió en el ejército por algunos años antes de trabajar en fábricas, y se convirtió en un redactor literario en los mediados de los años 80, publicó poemas mientras ejercía como trabajador de cuello azul. Ganó reconocimiento primero en Sichuan, luego se hizo prominente a nivel nacional a mediados de los 90 cuando se unió a sus amigos Zhang Shuguang y Xiao Kaiyu en la edición de la revista de poesía "The Nineties", que promovió la "escritura narrativa". Fue invitado al Festival Internacional de Rotterdam en 1998. 

Sun Wenbo es un escritor prolífico con numerosas colecciones publicadas y también ha sido editor de varias revistas como Poetry Review y Contemporary Poetry. Es franco en los debates y las ediciones referentes a la poesía contemporánea china y ha criticado la poesía en los años 70 como absurda, caos, ninguna lógica, ninguna teoría, poesía-no pero slogans. Rechaza las frases fragmentadas de la naturaleza lírica y las imágenes no relacionadas en un poema, y ​​promueve una nueva prosodia similar a la de la Dinastía Song con Apertura, Desarrollo, Cambio y Revelación. Para él, cada paso es importante en la construcción de un poema. Como editor jefe de una revista independiente de poesía fuera de la academia, es influyente en algunos poetas jóvenes en China hoy. 




Poesía de los disparates, 2

Tu nieve no es la mía. Mi nieve está en el patio.
Temprano en la mañana salgo para encontrar un suelo nevado
que lleva las huellas de mi perro— pero no como se dibuja
en una hoja de papel en blanco. No, es un paisaje dibujado a mano.
Mi perro dibuja sin proponérselo. Aun así veo montañas
y agua ahí— Veo el monte Emei y el río Minjiang
con nubes que cuelgan y una mujer hermosa lavando ropa.
Podrían decir que exagero, y tal vez yo sea un exagerado.
Puedo ir más lejos, ser todavía más exagerado,
y decir que veo filosofía en la nieve, no la de Kant
ni la de Kierkegaard sino una filosofía de momentos fugaces.
¿Has probado eso de enfocar tu mirada en algo
sólo para verlo desaparecer quietamente? Eso está pasando ahora.
Llevo una hora de pie en esta veranda,
y la mitad del suelo ha surgido— las cosas van recobrando
su forma original. Mi nieve tal vez no sea nieve,
sino algo para enseñarme lo que significa perder.

Traducción: Françoise Roy


胡诌诗之二

你的雪不是我的雪,我的雪
在院子里。一大早,我推门
出去,看到铺在地上的雪已经被狗
踩出很多印痕——它因此不能被比喻
成一张白纸,倒像无意中由我家的狗
在雪上绘出的山水写意——
为什么是山水写意?原因是我看到了山,
也看到了水;而且山是峨嵋山,水是岷江水;
其中有云雾的缭绕,和浣纱的大美人。
也许,你要说我牵强附会。我的确牵强附会。
你知道吗?如果我再牵强附会一些,
我还要说在雪中看到了哲学;不是康德的
理性哲学,也不是克尔凯郭尔的存在哲学,
我看到的是转瞬即逝的哲学——你是否
有过这种经历:瞪大眼睛紧盯住一个东西看,
它却悄无声息地消失。现在情况就是这样:
我在门口的台阶上站了不到一个小时,
已有一半地面露出来——从哪里来,
又回到那里。我的雪也许根本不是雪,
只是要让我见到消失,和消失的本义。




“Libre” es una palabra solitaria

Tú, recuerdo de soledad, palabra única
vagando por las crestas montañosas de mi cerebro
en abruptos acantilados que se despeñan hacia frías barrancas.
Como una hembra de leopardo atormentada por el hambre,
se desplaza con rapidez sin dejar huella.   
La palabra me dice esto:
ella no quiere desaparecer en el vacío
como si nunca hubiera existido. Quiere que yo la vea, encuentre su rastro
como un cazador, la encuentre en la memoria,
y pronuncie en voz alta su nombre. Pero de veras no sé
dónde ponerla. Palabra, ¿dónde puedo colocarte
en este mundo? Este mundo que ni siquiera es mío,
un mundo de políticos, un mundo de empresarios.
Camino aquí como en el filo de un cuchillo, o un laberinto.
Sí que es un laberinto.
La televisión y los periódicos nos enseñan todos las reglas,
los intríngulis del juego. Todos dicen
que hace falta dinero para ser feliz, para tener dignidad.
Veo abrirse de par en par las puertas del gran laberinto.
No quiero entrar. Prefiero
enfrentar una sola flor, un pájaro, una estrella. Prefiero
encerrarme en este cuarto.
Prefiero dejarte, palabra... a que desaparezcas.

Traducción: Françoise Roy



“自由”是一个孤独的词

对你的记忆就是对孤独的记忆;
一个词游走在我大脑的山峦上,
爬过陡峭山崖,下到阴冷沟壑,
就像一只被饥饿折磨的母豹,
仍然动作敏捷而来去无影地行走。
一个词告诉我:它不希望消失在虚无中,
就像从来不存在。它要我看见它,要我追踪它,
要我像猎人一样,把它从记忆中
找出并大声说出它。可是我却不知道
把它安放在哪里。一个词啊!难道我能够把你
安放在这个世界?这个世界甚至不是我的世界,
是政客的世界、商人的世界。我走在
这个世界就像走在刀尖上,走在迷宫里。
它的确是迷宫。当我看见无论电视还是报纸
都在教育人买卖的法则,当我看见
无论老年人、青年人都在说
有钱就有幸福,有钱就有尊严。
我真地感到巨大的迷宫正敞开大门。
我并不愿意走进去。我宁愿
面对一朵花、一只鸟、一颗星;我宁愿
把自己关在屋子里。我宁愿你……失踪。



Vida blanda, poesia sin filo

Las manzanas cambian de genes, las naranjas cambian de género,
las palabras se vuelven completamente tiránicas a la sombra de los “ismos”.
Hablo pero no digo nada; te opones y opones a todo.
La paradoja de la retórica me lleva al camino de la poesía,
viajo por valles y hondonadas como un ave enorme en el cielo, sólo para ver
frutas volverse símbolos. Demasiado simbólica,
la dureza de las manzanas, la brutalidad de las naranjas. Para encontrar gentileza
tengo que despejar otras palabras, quitarlas de la pila. Nivelo a
los pretenciosos y taimados pues han intentado usar lo viejo en contra de...
O déjenme decirlo de otra manera, actúan como si fuesen autoridades,
como si fuesen ministros, o incluso emperadores de las palabras.
El reino del lenguaje es decadente. ¿Cómo es que lo toleré
tanto tiempo? Prefiero ver el caos. ¡Digo que el caos
es bueno! Cuando las manzanas vuelan por los aires,
las naranjas se vuelven escudos contra los “ismos”. O cuando veo
manzanas nadando en el mar de palabras como sirenas,
y naranjas como rebaño de camellos que cargan sentimientos en el lomo, me
siento liberado. Me siento tan liberado que empiezo a escribir acerca
de la república de las manzanas y la democracia de las naranjas. Cuando veo
que las manzanas no se han vuelto tanques, y tampoco las naranajas bombas,
sé que me he vuelto, después de todo, esclavo de las palabras.

Traducción: Françoise Roy




平淡的生活,生硬的诗

苹果在转变基因。柑橘在变性。主义
笼罩下的词绝对专制。我说,等于我
什么都没说;你反对,等于你什么
都反对。悖论的修辞,让我寻找诗的成立。
付出的是心游万壑,如鹏击长空,看到
苹果和柑橘被搞成可怜的象征;太象征了。
苹果的强硬,柑橘的粗暴。以至
在一堆词中间,我寻找它们的温柔,
必须刨开其他词。重要的是,我必须刨开
世故的、奸侫的词,它们一直试图用旧反对……,
或者这样说,一直以权威面貌出现,
好像自己是词的大臣,词的皇帝。让我感到,
词的国度其实是腐朽国。唉,我怎能
长期容忍这种事发生。我宁愿目睹混乱。
我说,混乱好啊。当苹果也能在空中飞翔,
柑橘成为与主义斗争的盾牌。或者,
当我看到苹果在词的海里翱游,就像美人鱼;
柑橘也被人看作驮起情感的骆驼。到那时
我才会觉得我得到解放;在解放中,
我写下苹果的共和和柑橘的民主。我会说:
看到苹果没有变成坦克,柑橘没有成为
炸弹。就是看到我终于没有成词的奴隶。




Nada que ver con los cuervos

Al principio sólo hay uno, pero al rato son una parvada
aleteando con sus alas chuecas
delante de mí —la oscuridad barriendo el cielo.
Miro como si viera una obra de teatro, un drama de la naturaleza.
Un cuervo solo es un misterio, una parvada de cuervos es el miedo.
Los humanos no pueden escapar
del pasado, escapar de la conciencia —los cuervos
que vuelan dentro de mí: brujería, profecía, despertar prohibido.
Me siento, limitado: creo lo que no entiendo,
confío en lo que no creo, como un país
construido sobre bases equivocadas que fabrican un falso enemigo.
Extraño los días de juventud, la reja del lenguaje
todavía por levantar  —sólo imaginando, recordando—
y los cuervos negros y la nieve blanca opuestos salvo uno,
una belleza, una paradoja en el paraíso  —desaperecer
significaba ser eterno— ahora miro, y los cuervos se tornan ficción,
volando fuera de mí— no están aquí realmente, dando vueltas en el silencio antiguo;
no están aquí realmente, con sus moradas en lo alto, por los techos de vídrio.

Traducción: Françoise Roy




与乌鸦无关

先是一只然后是一群在我眼前
扑楞楞飞起——黑色席卷天空。
我观望着,就像看一部戏
——自然之戏。我想说:一只乌鸦
是神秘,一群是恐惧——人越不出
历史之围;文化就是意识——那些在我心中
飞翔的乌鸦,是巫术是谶语,也是认识论的
禁地——而一个人的局限性是:他相信他不了解的,
信仰他不相信的——就像面对政治,我看见
根基错误的国家用怀疑主义造就了虚妄之敌
——现在,我想念逝去的童稚时代,
语言之樊蓠还没建立——我思想是幻想观看是记忆
——我记忆:乌鸦的黑与白雪的白是矛盾的统一体,
构成了一种大地之美——但消失
才是永恒——我如今观望,乌鸦成为虚构之物,
它们飞翔的地方不在现实中——它们
没有盘旋在寂静的旧日宫殿上空,
没有栖息在屋檐高高翘起的琉璃屋顶。




Canción para nadar de noche

A altas horas de la noche, nado en el canal Jingmi—
la única hora en la que puedo saltar al agua sin tronco.
No hay nada comparable, remar así, despacio, por el pensamiento callado.
Exhausto, voy flotando sobre mi espalda, mirando fijamente el cielo que arde.
Las estrellas encima son delfines brillantes. Tristemente, poco sé
de astrología. Sólo reconozco la Osa Mayor—
un cucharón grande suspendido en medio de la nada.
Me pongo a adivinar, ¿cuál es el Sagitario, cuál es Libra?
Uno de los conjuntos asemeja un cisne elegante, otro, un poderoso
león. Siento que algo se mueve y pasa entre mis piernas—
Vislumbro un pez en el agua.
Qué increíble. El cielo y 
el agua parecen ser sólo míos —brincan unas cuantas
líneas. En lo profundo de la noche, sin ropa, nadando,
deseo con fervor que se alce mi alma, libre como la luz estelar,
un cisne en el agua, una esfinge en el cielo.

Traducción: Françoise Roy



Idioma: inglés
Night Swimming Song

Late at night, I swim in Jingmi canal—
the only hour I can leap into the water trunkless.
There's nothing like it, slow paddling through silent thought.
Exhausted, I float on my back, stare up at the blazing sky.
The stars, like bright dolphins overhead. Sadly, I know little 
of astrology. I only recognize the Big Dipper—
a great spoon suspended in the center of nothingness.
I make wild guesses, which is Sagitarius, which Libra?
One grouping looks like a graceful swan, another, a mighty 
lion. I feel something move past my legs—
I glimpse a fish through the water.
How amazing. The sky and 
water seem mine alone— a few lines
jump out. Deep in the night, naked, swimming,
I long for my soul to lift free like the star light,
a swan in the water, a sphinx in the sky.

© Translated by Mindy Zhang and Neil Aitken



夜泳之歌

深夜,到京密引水渠游泳,
只有这时可以不穿游泳裤,
无比舒服!轻轻划水静静地想。
累了,躺在水里,抬头望夜空,
一颗颗星星,明亮。感叹自己不懂
星象学,惟一认识的只是北斗七星
——一把大勺挂在虚无之中央。
胡乱猜测人马是哪一个,天秤又是哪一个。
觉得一片像柔美天鹅,另一片像雄壮狮子。
突然感到水中有什么东西在腿上轻碰,
低下头,透过水看见好像是鱼。
这是多么惬意的事情!
水与天空仿佛属于我一人——几句诗
就此跳出来——深夜,赤裸身体游泳,
我希望游得灵魂像星光出窍,
在水是天鹅,在天是人面狮。




Idioma: inglés


Winter Scenery, Broken Poem

Subtraction— the game of the nature— accelerating...
Proceeding to the winter— magpies chirping around trees. Stopping, 
they look up— the meaning of the picture, dark gray,
but not a panoramic view— not a drawing of 
inner life. You are walking towards me, I witness part of the scene—
it represents a beginning— a dreaming state.  Uncertainty.
The scattered reality suggests he is present, or he is not.  
I separate myself. I cut a cloud— the dancing
romantic— I want it to wrap around the body of the ideal future.
It represents a choice, a disappearance of the self.
To join the reformed life— like a touch of watercolor,
an overlooking from the balcony facing the wind— the sunset, the birds,
the multihued mountains, and the running streams like mirrors.
I immerse myself in it— becoming non-existent reality— the linguistic other 
— part of other people's memories— the feeling of time.
I see the existence within, like when I see roses, crape myrtle,
or butterflies, dragonflies— I’m saying they're brief—
I’m not saying anything— because I'm only using words— using them—
to build a fortress of thinking— now I'm in it 
— I play with life— subtraction. The language snow
doesn’t cover, doesn’t shield— I face the world with a void.

© Translated by Mindy Zhang and Neil Aitken



冬日即景,破碎的诗

减法——自然的游戏——加速的……
推进到冬天——喜鹊绕树而鸣。停滞的
脚步,仰望的头——图画的意义,深灰
——这些都不是全景——不是内心
的描绘,而是你走来,我目睹到的局部
——代表了一种开始——梦幻。不确定。
破碎的现实说明他在——他不在。
我分裂自己。我剪裁一朵云——舞动的
浪漫——我希望将之围在理想的未来的身体上。
它代表一种选择,消失自我。
加入到重新塑造的生活之中——犹如淡淡的水彩画;
其中有站在阳台临风远眺——落日、飞鸟,
色彩斑斓的群山,以及透明如镜的流水。
我融入其中——成为现实的不在——语言的他者
——成为别人的怀念——在时间中这是一种情怀。
我看见其中的存在。就像看见玫瑰、紫薇,
也像看见蝴蝶、蜻蜓——但是我不说它们
的生命过于短暂——我什么都不说
——因为一次次,我利用了文字——用它们,
建造起思想的堡垒——现在我置身其中
——现在我把玩生命——减法。语言的白雪,
不是覆盖,不是遮闭——我以空面对世界。




Idioma: inglés

Nothing to do with Metaphor

For him, language is an empty shell,
all the words are looking for a way out.
If he says “apricot”, he's referring to “a bleak white”,
If he speaks of “drinking tea”, he means “a boring 
afternoon”— the bystanders, the outsiders
of literature, picking up the fire extinguishers of criticism,
play the roles of lost knights. How would they know
the thousand layers of mystery within: first, some illness 
afflicts the aging bodies, then the attack of nothingness, 
a battle between two monsters— oppressing him,
they cause him to see the past and future, green liquor and red lights
overcast as rainclouds,  it all seems fleeting.
But no, they're not really fleeting, speaking of them makes them flee. 
He's distracted when speaking, taking language as non-language 
but pain and intercourse— who understands these at all?
Especially those who want to see an outcome.
He wants to tell them, “outcome” means way-out.
The same way as he says: “speaking” is consuming. Speaking a word
equals to a second or two of non-existence, whether it's
"revolution" or "decadence".

© Translated by Mindy Zhang and Neil Aitken



Idioma: alemán

mit metaphern hat das nichts zu tun

vom ihm aus gesehen ist jede sprache eine leere hülle,
und jedes wort sucht seinen eigenen ausgang daraus.
wenn er aprikosenbaum sagt, meint er damit ein düsteres weiß,
wenn er von tee trinken spricht, bezeichnet das einen verdammt
öden nachmittag – und die zuschauer, wie er gewisse
literaturdilettanten nennt, inszenieren sich selbst als outlaws 
mit den feuerlöschern der kritik. wenn man sie fragt,
haben sie keine ahnung, dass hierin das mysterium liegt; 
zuerst eine krankheit, die lange auf alternden körpern weilt, 
dann kommt das nichts, und macht aus dem schicksal etwas wie 
einen kampf von zwei wildtieren im käfig – das ist es, was ihn bedrückt,
was seine sicht von vergangenheit und zukunft, von rausch und rotlicht,
feucht- und dunkelheit, was das alles ziemlich unfassbar macht.
unfassbar ist es nicht von selbst, unfassbar wird es, wenn man spricht.
sobald er spricht, ist er abgelenkt, und macht aus jeder sprache ihr gegenteil,
zum beispiel schmerz oder sex – aber wer davon schon ahnung?
vor allem diejenigen, die auf ergebnisse warten.
er würde ihnen gerne sagen, dass jedes ergebnis ein ausgang ist.
das hieße: jedes sprechen ist verbrauchen. ein wort zu sagen
bedeutet immer, dass ein oder zwei sekunden verloren gehen; 
egal, ob dieses wort „revolution“ oder „degeneration“ ist. 

* Anmerkung der Übersetzerin: Eine Einladung zum „Tee trinken“ (hē chá) ist außerdem die euphemistische Bezeichnung für ein Polizeiverhör von Regimekritikern in China.

© Aus dem Chinesischen von Lea Schneider


与隐喻无关

在他那里,语言成为空壳,
所有的话都在寻找另一条出路。
如果他说杏树,那是指一片惨淡的白,
如果他说喝茶,那是表明一个无聊的
下午——而旁观的人,是那些
文学的门外汉,拿着批评的灭火器,
扮演落草的侠客。他们哪里知道
这里面的万千玄机;先是疾病缠上日近衰老的
身体,后是虚无来袭,把一段因缘,
搞得像一对困兽争斗——是这些压迫他,
使他看过去与未来,其中的灯红酒绿,
云雨翻覆,全部像飘渺;
不是它们飘渺,而是一说语言就飘渺。
如今他说话就是走神,就是把语言变成不是语言,
是疼痛和性交——这些谁又能彻底搞懂?
尤其是那些想从中看到结局的人。
他想告诉他们,结局就是出局。
就像他说:说话就是消耗。说出一个词
等于一秒钟或者两秒钟消失;无论
这个词是“革命”,还是“腐朽”。









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NATALIA AZAROVA [20.181]

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Natalia Azarova

Natalia Azarova nació el 23 de septiembre de 1956 en Moscú. Se graduó en Filología Española de la Universidad Estatal de Moscú, ha conseguido su doctorado y más tarde fue galardonada con un doctorado en letras en el Instituto de estudios de idiomas en la Academia de Ciencias de Rusia, donde actualmente se desempeña como investigadora principal y jefe del Centro de Estudios mundial de Poesía. Comenzó a escribir poesía bastante tarde en su vida, Azarova ha publicado ocho libros poéticos a través de diez años. Además de esto, escribió dos monografías sobre el lenguaje de la filosofía y su interdependencia con lenguaje poético, y produjo una serie de traducciones de la poesía mundial importantes, la nueva versión rusa de poemas seleccionados de Du Fu, así como la primera traducción rusa de la "Oda Marítima" de Fernando Pessoa, este último trabajo, fue galardonado con el Premio Andrei Bely en 2014.



[soy una pájara felina...]

soy una pájara felina
cubierta de collejas soleadas
me escurrí en ayuno de alegres
pensamientos

y usted ¿con qué fin está bien?
y usted ¿con qué fin está sano y alegre?
vasos de corriente al compás de mantas
cuadriculadas

castillos de gaviotas de arena

Traducido del ruso por Sandra Santana



[я кошачая птица...]

я кошачая птица
вся в солнечных оплеухах
подскользнулась в пост весёлых
мыслей

а вы с какой целью хорошо поживаете?
а вы с какой целью здоровы и веселы?
стаканы тока в такт клетчатых
одеял

куличики чаек песочных




[este castigo — el cuchillo...]

este castigo — el cuchillo
                        de los ojos invertidos —

hasta el crepúsculo había siete,
cada uno con su llave

es una categoría de personas,
lo llaman humanidad

¿y los demás?

todavía quedan libros, alas
campo común de plumas

se arrugó

el libro tajado por un cuchillo

y hablar

Traducido del ruso por Sandra Santana




[горизонт заткну под пятки...]

–  горизонт  заткну  под  пятки –
        раз  укутались  в  тёплое  мо́ря

–  осторожно : ктото  кидает  с  верхней  палубы
                                                      горящие  окурки

–  что́ты – так  в  августе  падают-звёзды

–  наш  корабль : стерильно  дезинфицирован
                                  от  запаха  горелых  звёзд

–  собственно  мне  известно  что  Ты – только  традиция
       но  хочется  подружиться  с  Тобой  хоть  и  временно





[pondré el horizonte bajo mis talones...]

— pondré el horizonte bajo mis talones —
         donde nos arroparemos con lo tibio del mar

— cuidado: alguien está arrojando colillas ardientes
                                                desde la cubierta superior

— ¡ah, sí!, así caen las estrellas en agosto 

— nuestro barco: ha sido cuidadosamente desinfectado
                                    del olor a estrellas quemadas

— en verdad sé lo que Tú eres: sólo una tradición
         pero quisiera entablar una amistad aunque fuera provisional

Traducido del ruso por Sandra Santana



[горизонт заткну под пятки...]

–  горизонт  заткну  под  пятки –
        раз  укутались  в  тёплое  мо́ря

–  осторожно : ктото  кидает  с  верхней  палубы
                                                      горящие  окурки

–  что́ты – так  в  августе  падают-звёзды

–  наш  корабль : стерильно  дезинфицирован
                                  от  запаха  горелых  звёзд

–  собственно  мне  известно  что  Ты – только  традиция
       но  хочется  подружиться  с  Тобой  хоть  и  временно





[todavía vivos los cisnes bajo la nieve...]

todavía vivos los cisnes bajo la nieve
los cisnes fluviales nevados
sobre el ródano

cortos los caballos de la montaña y las piernas
caballos paticortos de las montañas
la bota en el ser

nieve nocturna para los de turno de noche
para los inmigrantes a pie de montaña
fidelidad garantizada

copos menudos de nieve ginebrina
para las vacas blancas
buscando

Traducido del ruso por Sandra Santana




[ещё живые лебеди под снегом...]

ещё живые лебеди под снегом
речные лебеди подснежны
ровные на роне

гор кони коротки и ноги
коротконогие кони гор
ботинками в бытиё

снег к ночи для ночных рабочих
для предгорных эмигрантов
гарантия верности

щуплые точки женевского снега
для белых коров
ищут




[cuando moises iba por el paseo rothschild...]

cuando moises iba por el paseo rothschild
por las calles de los poetas gabirol y haleví
Dios hablaba con moises moises hablaba 
con gabirol gabirol hablaba con rothschild
de esto hablaba rothschild con Dios 
casi lo dijo pero no tuvo tiempo haleví
toneladas de troncos en chorros comenzaron a correr
bajo una higuera trepada por una parra bajo un olivo
bajo un plátanero conífero cardiogramas de ciprés

como farra y farra en flor
     
así con piel de gallina  
de puntillas una idea sindesviarse

Traducido del ruso por Sandra Santana




[когда моисей ходил по бульвару ротшильда...]

когда  моисей  ходил  по  бульвару  ротшильда
по  улицам  поэтов  габироля  и  галеви́
Бог  говорил  с  моисеем  моисей  говорил
с  габиролем  габироль  говорил  с  ротшильдом
ротшильд  говорил  с  Богом  об  этом
почти  сказал  но  не  успел  галеви́
тонны  струйных  стволов  потекли
под  увитой  виноградом  смоковни́цей  то  под  оливой
то  под  хвойным  бананом  кардиограммы  кипарисов

как  тусовка  цветущая

так  заметными  цыпками
проходит  идея  немимо




[es sabido: la mayoría de los ríos fluyen...]

es sabido: la mayoría de los ríos fluyen
                      en otras lenguas
pero: por la ventana parecía siempre uno y el mismo
                         árbol
mientras, a las puertas, la poción de las sirenas
la poción de plantas de interior
es posible que aquí nos establezcamos
                             nos restablezcamos
querrías restablecerte establecerte
      tal vez aquí 
              todo se establezca
                       se restablezca
      y con tu vejez recíproca
                    no me asaltes
                    no asaltes

Traducido del ruso por Sandra Santana




[известно: бо́льшая часть рек протекает...]

известно:  бо́льшая  часть  рек  протекает
           под  чужими  языками
а:  казалось  в  окне  всегда  одно  и  то  же
                                   дерево
пока  у  ворот  отвар  сирен
отвар  комнатной  зелени
неужели здесь  мы  заживём
                              мы  заживём
хочешь ли  ты
           здесь  зажить  зажить
                  может  быть  здесь
                        всё  заживёт
                                заживёт
           и  ответной  старостью
                  на  меня  не  накидывайся
                                  не  накидывайся




hit de septiembre

cómo pasar
cómo atracados en el cielo
          atravesamos la húmeda
                            adivinación de la montaña
cómo pasar
cómo pasamos entre las farolas
                                 invertidas
cómo pasar
junto al refugio dormido de gaviotas 
                                         mira
                     allí 
                     a la izquierda
el pasado es inquieto como un gato
                                        engordado
                 después
el pasado
se convierte en una nube
                y comienza 
                su ascenso 
                vertical

Traducido del ruso por Sandra Santana




сентябрьский шлягер

как мы пройдём
как приставая к небу
как мы пройдём сквозь волглое
                                      нагорное гаданье
как мы пройдём
как мы пройдём сквозь перевёрнутые
                                                       фонари
как мы пройдём
                мимо ночлега сонных чаек
                                                       смотри
                           налево
                           там
прошлое подвижно как растолстевшая
                                                       кошка
                           потом
прошлое
превращается в облако
                        и уносится
                           вертикально
                           вверх




[pienso tu pensamiento...]

pienso tu pensamiento
pienso con precisión
en tu pensamiento
lo otro es impreciso
si pienso contigo
esto es lo que quisiera

la madera de mi razón
se secó se quebró se partió

los vivos escriben poemas
malos 

Traducido del ruso por Sandra Santana




я твою мысль мыслю...]

я  твою  мысль  мыслю
я  твёрдо  мыслю
в  твоей  мысли
нетвёрдо  другое
мыслю  ли  я  с  тобой
а  как  хотелось  бы

древесина  рассудка
рассохлась  расщепилась  расплющилась

живые  пишут  плохие
стихи







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