ESTHER LÓPEZ MARTÍNEZ
Su poesía es la línea sutil de la ternura y su retórica la que impone el corazón. Nació en Filandia el 17 de agosto de 1922 y murió en Medellín el 9 de octubre de 1992, donde se había radicado desde 1949.
En 1966 publicó su libro "Palabras heridas", que mereció elogiosos comentarios de la crítica nacional, y en 1978 divulgó su "Isla de paz'', canto a Filandia. En 1995 fue editada su obra póstuma "Girasoles poéticos". Sus poemas han sido publicados en suplementos literarios de periódicos y revistas de Colombia, Costa Rica y Nicaragua. Su nombre figura en el "Diccionario de Escritores Colombianos" editado en Barcelona por Plaza-Janés.
Fue socia de número del centro Poético Colombiano y El Pequeño Parnaso de Bogotá; y en Medellín integrante de las tertulias Fernando González, de La Amistad de Antioquia y del Centro Literario Antioquia. Con la intervención de los poetas Jorge Robledo Ortiz y Jorge Montoya Toro fue seleccionado el material lírico para la obra "Poetisas de Antioquia" (1981), con la ilustración del maestro Pedro Nel Gómez y el prólogo de Juan Roca Lemus (Rubayata), donde figura con honor nuestra Esthercita. Fue incluida en Poemas I y II (1986) del Centro Poético de Bogotá. Ofreció recitales en Medellín, Bogotá, Filandia y fue jurado en importantes concursos de declamación. Actuó en temporadas teatrales y perteneció al grupo cultural "Los 18" de Medellín.
La diafanidad de la poesía de nuestra coterránea -de fuerte y auténtica vocación- es un hechizo que nos cautiva por su concepción y expresión profundamente sentidas. El terruño, el amor, el rechazo de las injusticias sociales, el dolor, los recuerdos y las evocaciones, la belleza y la ternura, son constantes rigurosas de nuestra poeta de honda emoción, ardiente y original, que ha expresado en dulcísimos versos, llenos de entusiasmo, los sencillos y sinceros sentimientos de su corazón y de su sensible espíritu. Versos de claridad cristalina y vigor de forma, nacidos en las profundidades del alma, que nos sumerge en la finura y belleza de su dilatada creación poética.
Nuestra querida poeta está inscrita entre los grandes de la verdadera poesía, aquella que posee la imagen y la fuerza de lo genuino, de lo fecundo y de lo deslumbrante. Esta sensibilidad de alma por su autenticidad y lucidez, por su obsesión en la fuerza superior del amor, bien puede proclamar como el gran Macedonio Fernández: "No creo en la muerte de los que aman, ni en la vida de los que no aman".
Por petición de la biblioteca Jesús Rincón y Serna del Liceo Andino, la Casa de Poesía Silva de Bogotá, cuya directora es la poeta María Mercedes Carranza, donó una placa en recuerdo de Esthercita, la cual fue colocada en el exterior de la casa No. 5-14 de la carrera 5a. de Filandia.
Jaime Naranjo Orrego
Filandia, Quindío
Publicado en el diario La Crónica del Quindío
Armenia – 28/Sept/96
Suavízame este día
Suavízame este día
de equinoccios violentos,
tejado de fatigas
y rescatado de aliento.
Cíñele a mi cintura
las olas refrescantes
que saltan de tus brazos
y quítame el silencio
que envenena mi labio.
Interna en mis cabellos
esos tus diez caminos
que transitan mis sueños.
Escucha un solo instante
cómo mi piel palpita
al ritmo de su goce
y nunca más me digas
que no he sabido amarte.
En el año de 1966 publicó su libro Palabras heridas, obra que mereció elogiosos comentarios de la crítica nacional. Otra obra suya Isla de paz.
Al Hombre. Permanente viajero en mi itinerario poético
ENTREGA
En torno mío
la muerte
abrió un día
sus girasoles
amarillos.
Entonces...
Como semillas
empezaron a caer
mis poemas.
Te lo digo hoy
que puedo
entregarte
mis heridas
palabras.
Ellas portan
imágenes
que van
hacia tus manos
temblando
como niñas
asustadas.
Cómo saldrán
de la cita
que les den
tus pupilas?
Tal vez llegue
a saberlo
cuando el viento
que pasa
vuelva a estar
de regreso.
Y ya sin
inquietarme,
esperaré
sobre mi piel
el brote mortal
de girasoles.
Fue incluida en las Antologías Poetisas de Antioquia y Poemas I y II del Centro Poético Colombiano de Santafé de Bogotá.
Fue socia de Número del Centro Poético Colombiano y el Pequeño Parnaso de Santafé de Bogotá y del Centro Literario Antioquia en Medellín.
PÉTALOS MUERTOS
Siembra un poco
De tu cosecha
En mis manos,
Deja caer tus sueños
Uno a uno,
Deja que me pierda
En tus divagaciones,
Hoy que estoy
Sedienta de palabras,
Hoy que transito
Por un horario lento,
Hoy que veo la niebla
-acariciar la tierra,-
Hoy que pongo,
Siete pétalos muertos
Sobre mi piel
De ausencia.
LLANTO NEGRO
Vengo del mar.
Traigo olas amarradas
Traigo llena la boca
De canciones
Y en las manos,
Puñados de veleros.
Vengo del mar
Donde el viento
Dialoga con la tarde.
Mi equipaje
Es de espumas
Y siembra de corales.
Mis brazos hoy,
Son algas
Que se tiñen de azules
Para seguir el paso
De las constelaciones.
Vengo del mar
Y traigo:
Sus quillas,
Sus remeros,
Sus escamas doradas.
Vengo del mar
Y traigo:
Su ropaje salado,
El llanto de los negros
Que ocultó la mañana.
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