Frank Stanford
Frank Stanford. Nació el 1 agosto 1948 y murió el 3 junio 1978) fue un poeta americano.
Cercano a su 30 cumpleaños, Stanford murió el 3 de junio de 1978 en su casa en Fayetteville, Arkansas, víctima de tres heridas autoinfligidas de pistola al corazón. En las tres décadas que siguieron, se ha convertido en una figura de culto en las letras americanas.
El sábado por la tarde del 3 de junio de 1978, Stanford se suicidó en su casa en Fayetteville. En su ensayo, "Muerte en la tarde fresca," su viuda Ginny Stanford señala que, habiendo descubierto su marido infidelidad, discutieron sobre el asunto; posteriormente, Stanford se retiró a su habitación, y momentos después, se escucharon disparos: Stanford hasta tres veces se pegó un tiro en el corazón con una pistola calibre 22. Tanto Ginny Stanford como CD Wright estaban en la casa en el momento de su muerte.
Aparte de la vergüenza imaginable, otros factores potencialmente opresivos pueden haber motivado el suicidio de Stanford. Algunos de sus compañeros y otras personas han sugerido que podía haber tenido la intención de morir antes de los 30 años. Por otra parte, el padre Fuhrmann, que se había reunido con Stanford poco antes de su muerte, cuenta que el poeta tenía "mucho en su mente y Wright y Ginny Stanford informaron que estaba deprimido en el día de su suicidio. Stanford también había pasado un tiempo en el hospital del estado de Arkansas (el hospital psiquiátrico del Estado) en Little rock, Arkansas en 1972 y es posible que intentara suicidarse previamente.
OBRA:
The Singing Knives (Mill Mountain Press, 1971; [19] Lost Roads , 1979, 2008)
Ladies From Hell (Mill Mountain Press, 1974)
Shade (Mill Mountain Press, 1975 [35] )
Field Talk (Mill Mountain Press, 1975)
Arkansas Bench Stone (Mill Mountain Press, 1975)
Constant Stranger (Mill Mountain Press, 1976)
The Battlefield Where The Moon Says I Love You (Mill Mountain Press/ Lost Roads , 1977; [43] Lost Roads , 2000)
Crib Death (Ironwood Press, 1978)
You ( Lost Roads , 1979, 2008)
Conditions Uncertain And Likely To Pass Away ( Lost Roads , 1990 [57] )
The Light The Dead See: Selected Poems of Frank Stanford (University of Arkansas Press, 1991)
What About This: The Collected Poems of Frank Stanford ( Copper Canyon Press , April 14, 2015) [89]
Hidden Water: From The Frank Stanford Archives ( Third Man Books , July 21, 2015)
Versiones y nota de Hernán Bravo Varela
Leyenda aún oscura de la poesía estadounidense del siglo xx; a menudo comparado por con Whitman y Rimbaud, Frank Stanford (Richton, Mississippi, 1948-Fayetteville, Arkansas, 1978) se suicidó poco antes de cumplir los treinta años. Incursionó en el cine y la edición independiente. Pese a su corta vida llegó a publicar casi una decena de volúmenes, incluido El campo de batalla donde la Luna dice que te amo [The Battlefield Where the Moon Says I Love You], de 1977, un poema épico de más de quince mil versos sin estrofas ni puntuación. La poesía reunida de Stanford, What About This [¿Y qué me dices de esto?], publicada este año por la prestigiosa editorial Copper Canyon, ha llamado poderosamente la atención de críticos y lectores en todo el mundo, e incluye cientos de páginas inéditas en verso y prosa. Los poemas aquí presentados constituyen, con toda seguridad, las primeras versiones al español de la vasta, magnética y a menudo escalofriante obra de Stanford.*
El robalo
Salta muy alto,
desafía la noche,
hace sonar sus branquias
y anzuelos
en su dorso.
El indio dice
que parece un ganso
cuando pasa delante
de la luna.
El charal
Si aprieto
su cabeza,
le saltarán
los ojos
como estrellas.
Las ondas
que produce
pueden mover
la luna.
Poema
Cuando le cae la lluvia a la serpiente en la cabeza,
él, cerrando los ojos, querría estar
dormido en una llanta al borde del camino
para que los muchachos lo hagan rodar por siempre.
Narciso a aquiles
Ayer pasé por un puente,
vi una bota bajo el agua.
Tales pensamientos tuve,
que no te puedo decir.
Planeando la desaparición
de aquellos que se han ido
Dentro de poco haré mi aparición
pero debo quitarme antes los aros
y espadas colocarlos
en bancos de altramuces de aquel río prohibido
para llevar la cuenta de los días en que
me ido de esta tierra
no voy a usar los dedos
Belladona
La noche en que te conocí
llevaba puesta la camisa negra
llevaba el picahielos en mi bota
Subí al árbol en cueros
me colgué balanceando de una rama
Nadé todo el camino
bajo el agua
el cuchillo en mi boca
Como canción de cazador de cerdos
hay huellas que no pueden ser rastreadas
Una canción que se deshace
como un rosario
en la parte trasera de una iglesia
Oh bolero la noche en que te conocí
dejé de darle brillo a los zapatos
Los primeros veinticinco años de mi vida
Me encontré con mi padre en una biblioteca de Memphis, Tennessee.
Las abejas salían volando desde el sol.
El extraño país de la niñez,
como una libélula con collar para perros.
Ésta es la firma del doctor y éste es el dinero traído de la casa.
Antes, cuando los astros eran pececillos
que morían de muerte natural en la tina, nos fugábamos
de los demás en nuestros barcos.
Salíamos de mañana.
Había mosquitos en nuestro café
y las culebras rompían el hielo para nuestros viajes.
Querían morir los grillos.
Tu cabeza estaba en mi regazo.
Pescamos con curricán y doce cañas.
Como hacen esos búhos que llevaste al bosque,
te llamé de mil formas.
Era tu voz un tronco bajo el agua,
entre bagres azules.
No se interne en el bosque.
Las mariposas, antes de morir, sobrevuelan el puente por debajo.
Tomo mi sombra de los yacimientos de la luna.
Yo, nube que hace sombra, cubro de luz mi cuerpo, totalmente desnudo
ahora, mientras me llamo en sueños por mi nombre.
La luz que ven los muertos
Son muchos los que vuelven
después de que alisó el doctor la sábana
en torno de su cuerpo
y dejó el cuarto para hacer su llamada.
Han muerto pero viven.
Se les conoce como los muertos que vivieron a través de sus muertes,
y en mi familia
se les tiene por sabios y honestos.
Flotan fuera de sus cuerpos
y se prenden del techo como una palomilla,
siguiendo los afanes de todos los demás en torno suyo.
Las voces e imágenes de los vivos
se van desdibujando.
Un bramido los traga
bajo las ruedas de una tiniebla sin dolor.
En la distancia
hay alguien
parecido a un guardavía que agita una linterna.
La luz aumenta, crece una flor blanca.
Se vuelve muy intensa, como música.
Ven los rostros de gente a la que amaron,
los que en verdad murieron y hablan dulcemente.
Ven en un sembradío a su padre, sentado.
Terminó la cosecha, y su silla de mimbre quedó lista.
Lleva una toalla alrededor del cuello
que huele a tónico de ron.
Luego ven a la madre
de pie, a espaldas suyas, con un par de tijeras.
Sopla el viento.
Ella le corta el pelo a él.
Los muertos han contado historias como éstas
a los vivos.
Todos los que están muertos
Cuando un hombre ya sabe que otro
lo anda buscando,
el hombre no se oculta.
No se espera
a pasar otra noche
con su esposa
o a acostar a sus hijos.
Se pone una camisa limpia y un traje oscuro,
y va a la barbería
para dejar que otro lo rasure.
Cierra los ojos,
se recuerda a sí mismo cuando niño, desnudo
y recostado en una roca junto al agua.
El hombre pide, luego, la loción especial.
Los viejos se colocan junto a la silla, en fila,
y el barbero rocía un poco a cada uno
de ellos en las manos.
Tú
A veces, en el sueño, acariciamos
el cuerpo de otra
mujer y despertamos
y sabemos de las primeras noches
cuando llegan visitas de verano
a esa casa de tres pisos de la infancia.
No importa lo que recordamos,
el pelo más oscuro
peinado frente al más oscuro espejo
del cuarto más oscuro.
Moscas en la mierda
A los señores del sur
a los turistas del norte
que escriben poemas sobre el sur
a los pendejos estudiantes
les quiero hacer una pregunta estúpida
han visto alguna vez una regata de moscas
navegando en un montón de mierda
y regresar a hacer un pícnic en la mierda
han oído aunque sea alguna vez
en su vida a las moscas en la mierda
porque yo me curtí con moscas
que flotaban en la mierda
Para saber llegar
Vé al cementerio.
Luz de río
Lado a lado, mi padre y yo nos recostamos.
Él está muerto.
Alzamos la mirada para ver las estrellas, el sonido insistente
del viento al encender la noche como un ventilador.
Éste es nuestro hogar.
Recuerdo la obra en él como si fuera
la amargura en los caquis antes de una nevada.
E imagino la forma en que él tenía miedo,
el suelo oscureciéndose en la lluvia.
Ahora, él se levanta.
Y sueño que me mira hacia abajo, a los ojos,
y que me ve morir.
the bass
He jumps up high
against the night,
rattling his gills
and the hooks
in his back.
The Indian says
he is like a goose
passing in front
of the moon.
the minnow
If I press
on its head,
the eyes
will come out
like stars.
The ripples
it makes
an move
the moon.
poem
When the rain hits the snake in the head,
he closes his eyes and wishes he were
asleep in a tire on the side of the road,
so young boys could roll him over, forever.
narcissus to achilles
Yesterday, I passed over a bridge
and saw a boot underwater
and saw a boot underwater
Such thoughts I had,
I cannot tell you.
planning the disappareance
of thse who have gone
Soon I will make my appearance
But first I must take off my rings
And swords and lay them out all
Along the lupine banks of the forbidden river
In reckoning the days I have
Left on this earth I will use
No fingers.
of thse who have gone
Soon I will make my appearance
But first I must take off my rings
And swords and lay them out all
Along the lupine banks of the forbidden river
In reckoning the days I have
Left on this earth I will use
No fingers.
belladonna
The night I met you
I had the black shirt on
I had the ice pick in my boot
I climbed the tree buck naked
I swung out on a limb
I swam all the way
Under the water
With the knife in my mouth
Like a song of hog blood
Footprints you cannot track
A song that comes apart
Like a rosary
In the back of a church
O bootblack the night I met you
I quit shining shoes
The night I met you
I had the black shirt on
I had the ice pick in my boot
I climbed the tree buck naked
I swung out on a limb
I swam all the way
Under the water
With the knife in my mouth
Like a song of hog blood
Footprints you cannot track
A song that comes apart
Like a rosary
In the back of a church
O bootblack the night I met you
I quit shining shoes
the first twenty-five years of my life
I met my father in a library in Menphis, Tennessee.
Bees flew out of the sun.
The strange country of childhood,
Like a dragonfly on a long dog chain.
This is the signature of the doctor, the money from home.
Before, when each star was a minnow
Dying naturally in a tub, we slipped off
From the others in our boats.
We left in the mornings.
The mosquitoes were in our coffee
And the snakes broke ice for our journeys.
The crickets wanted to die.
Your head was in my lap.
We trolled twelve poles.
Like the owls you bulldozed into the woods,
I called you many names.
Your voice was a log under the water,
Blue channel there.
Do not reach into this wood.
Butterflies hover under the bridge before death,
I take my shade in the borrow pits of the moon.
Cloud making shadow, I cover my body now buck naked
With light, calling my name in my sleep.
I met my father in a library in Menphis, Tennessee.
Bees flew out of the sun.
The strange country of childhood,
Like a dragonfly on a long dog chain.
This is the signature of the doctor, the money from home.
Before, when each star was a minnow
Dying naturally in a tub, we slipped off
From the others in our boats.
We left in the mornings.
The mosquitoes were in our coffee
And the snakes broke ice for our journeys.
The crickets wanted to die.
Your head was in my lap.
We trolled twelve poles.
Like the owls you bulldozed into the woods,
I called you many names.
Your voice was a log under the water,
Blue channel there.
Do not reach into this wood.
Butterflies hover under the bridge before death,
I take my shade in the borrow pits of the moon.
Cloud making shadow, I cover my body now buck naked
With light, calling my name in my sleep.
the light the dead see
There are many people who come back
After the doctor has smoothed the sheet
Around their body
And left the room to make his call.
They die but they live.
They are called the dead who lived through their deaths,
And among my people
They are considered wise and honest.
They float out of their bodies
And light on the ceiling like a moth,
Watching the efforts of everyone around them.
The voices and the images of the living
Fade away.
A roar sucks them under
The wheels of a darkness without pain.
Off in the distance
There is someone
Like a signalman swinging a lantern.
The light grows, a white flower.
It becomes very intense, like music.
They see the faces of those they loved,
The truly dead who speak kindly.
They see their father sitting in a field.
The harvest ir over and his cane chair is mended.
There is a towel around his neck,
The odor of bay rum.
Then they see their mother
Standing behind him with a pair of shears.
The wind is blowing.
She is cutting his hair.
The dead have told these stories
To the living.
There are many people who come back
After the doctor has smoothed the sheet
Around their body
And left the room to make his call.
They die but they live.
They are called the dead who lived through their deaths,
And among my people
They are considered wise and honest.
They float out of their bodies
And light on the ceiling like a moth,
Watching the efforts of everyone around them.
The voices and the images of the living
Fade away.
A roar sucks them under
The wheels of a darkness without pain.
Off in the distance
There is someone
Like a signalman swinging a lantern.
The light grows, a white flower.
It becomes very intense, like music.
They see the faces of those they loved,
The truly dead who speak kindly.
They see their father sitting in a field.
The harvest ir over and his cane chair is mended.
There is a towel around his neck,
The odor of bay rum.
Then they see their mother
Standing behind him with a pair of shears.
The wind is blowing.
She is cutting his hair.
The dead have told these stories
To the living.
everybody who is dead
When a man knows another man
Is looking for him
He does’nt hide.
He does’nt wait
To spend another night
With his wife
Or put his children to sleep.
He puts on a clean shirt and a dark suit
And goes to the barber shop
To let another man shave him.
He shuts his eyes
Remember himself as a boy
Lying naked on a rock by water.
Then he asks for the special lotion.
The old men line up by the chair
And the barber pours a little
In each of their hands.
When a man knows another man
Is looking for him
He does’nt hide.
He does’nt wait
To spend another night
With his wife
Or put his children to sleep.
He puts on a clean shirt and a dark suit
And goes to the barber shop
To let another man shave him.
He shuts his eyes
Remember himself as a boy
Lying naked on a rock by water.
Then he asks for the special lotion.
The old men line up by the chair
And the barber pours a little
In each of their hands.
you
Sometimes in our sleep we touch
The body of another woman
And we wake up
And we know the first nights
With summer visitors
In the three storied house of our childhood.
Whatever we remember,
The darkest hair being brushed
In front of the darkest mirror
In the darkest room.
Sometimes in our sleep we touch
The body of another woman
And we wake up
And we know the first nights
With summer visitors
In the three storied house of our childhood.
Whatever we remember,
The darkest hair being brushed
In front of the darkest mirror
In the darkest room.
flies on shit
To the gentlemen from the south
to the tourists from the north
who write poems about the south
to the dumb-ass students
I’d like to ask one lousy question
have you ever seen a regatta of flies
sail around a pile of shit
and then come back and picnic on the shit
just once in your life have you heard
flies on shit
because I cut my eye teeth on flies
floating in shit
To the gentlemen from the south
to the tourists from the north
who write poems about the south
to the dumb-ass students
I’d like to ask one lousy question
have you ever seen a regatta of flies
sail around a pile of shit
and then come back and picnic on the shit
just once in your life have you heard
flies on shit
because I cut my eye teeth on flies
floating in shit
to find directions
Go to the graveyard.
Go to the graveyard.
riverlight
My father and I lie down together.
He is dead.
We look up at the stars, the steady sound
Of the wind turning the night like a ceiling fan.
This is our home.
I remember the work in him
Like bitterness in persimmons before a frost.
And I imagine the way he had fear,
The ground turning dark in a rain.
Now he gets up.
And I dream he looks down in my eyes
And watches me die.
My father and I lie down together.
He is dead.
We look up at the stars, the steady sound
Of the wind turning the night like a ceiling fan.
This is our home.
I remember the work in him
Like bitterness in persimmons before a frost.
And I imagine the way he had fear,
The ground turning dark in a rain.
Now he gets up.
And I dream he looks down in my eyes
And watches me die.
* Los primeros seis poemas corresponden a Los cuchillos que cantan (The singing knives), 1971; el siguiente a Un permanente desconocido (Constant stranger), 1976; luego, “La luz que ven los muertos”, a Muerte de cuna (Crib death), 1978; el noveno y el décimo poema pertenecen al volumen Tú (You), publicado póstumamente en 1979; las “Moscas en la mierda” se encuentra en La parra ardiente (Smoking grapevine), sin fecha, también publicación póstuma, mientras los dos últimos tuvieron cabida en La última pantera en la meseta de Ozark (The last panther in the Ozarks), sin fecha y de publicación póstuma. (N. de la R.)
http://revistacritica.com/contenidos-impresos/poemas/poemas-frank-stanford
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