PAULA IRUPÉ SALMOIRAGHI
PAULA IRUPÉ SALMOIRAGHI nació en Buenos Aires, en 1969. Es profesora en Lengua y Literatura, y traductora de francés. Escribe desde los quince años. Ha publicado poemas en revistas de Argentina, Francia y Bélgica, cuentos fantásticos y de CF en Clepsidra, Crónicas de la Forja, NM, MiNatura y Aurora Bitzine, y artículos de crítica y teoría literaria en diversos sitios web.
COMPARTIMENTOS ESTANCOS
Hay en el fondo del mar
un barco pirata que se hundió
y nunca más nadie
pudo ponerlo a flote.
No se sabe si llevaba un tesoro
si tenía cautiva a una princesa
o si su capitán tocaba el acordeón.
Las medusas y los hipocampos atraviesan
los compartimentos agujereados de su cubierta
y su velamen
se pega a los mástiles quebrados.
Por eso es muy lindo estar ahí.
No hay que preocuparse
por navegar.
Ya
no es importante
que el viento sea o no
favorable.
MAÑANA DE DOMINGO
Mi gato lentamente sobre el techo.
Sólo su sombra
en las baldosas del patio.
"Mi tren monoplaza", Ediciones Del Dock, 2010.
NO ENTREGUES
No entregues tu alma
no llores no te abras
que el amor hundirá su hierro
candente en tu herida
y coagulará tu sangre
y congelará tus lágrimas
y pudrirá tus besos
y apilará tus caricias hasta venderlas
a tanto el kilo
al primer vagabundo que pase por la calle.
LA BOCA DE PALABRAS
No tenés nada que decir
y se te llena la boca de palabras.
No hay gesto más sincero
que el gesto que no hiciste nunca.
En el revés de la mentira
no tiene por qué estar oculta la verdad.
VIAJE
Sumergite en tu sangre
sepultate en tu aliento.
A lo mejor encontrás algo.
A lo mejor cuando volvés
el mundo ha desaparecido.
EN LOS RINCONES
Vení
buscá en los rincones
en los ángulos
en los dobleces de mi piel
desde alguno está espiándote
todo el amor que te prometí.
VACÍA
Vacía de todo
miro tu cuerpo vacío.
Pero el amor se empeña
en mantener la mirada.
LA PIEL DEL MUNDO
Sólo sé que entraste
y saliste de mí para siempre.
Tus idas y vueltas están escritas
con mi sangre
en la piel del mundo.
VENÍ, VENÍ, SEGUIME
Vení, vení, seguime
¿Mis padres? Yo no tengo padres
nunca los tuve
y lo que está ante vos no es mi casa.
Llegaste hasta mi médula
sacudiste
mi ternura creyendo
golpear mi puerta
bordeaste mis abismos
creyendo cruzar mi calle.
Estás ante el nudo de mis miedos
frente al humo de mi desamparo.
No te invito a mi cuarto
te introduzco
entre mis mármoles carnales
te inicio en la liturgia
de poseer mis rincones
en la ceremonia de venir
a visitarme un lunes por la tarde.
Te descubro en mis desnudeces
te sumerjo en mis humores
te enjabono con mis coágulos
( espuma roja)
te empolvo con mis horas molidas a mortero
te unto de alaridos
musgosos babeantes
te aromo con mis versos quebrados
punzantes
te reflejo en mis ojos de vidrio
vacíos vaciantes.
Y avanzas entre hogueras
entre fuegos fatuos
entre escombros vivos
entre vidrios calientes y entre voces
brotadas de alabanzas.
En mi garganta gruñe
la huella de tus pasos.
Y nos envuelven llamas
y nos enredan salmos.
Tu abrazo se me enrosca en la mirada
tu beso es incienso de humo errante
tu cuerpo funde el mar el hierro el canto
el cielo el surco la ofrendada
superficie de mi piel y de mis pactos.
Sentate, ponete cómodo.
Despliego para vos en cartón de mis ternuras
te rodeo con mi biombo
azul de nauseas gris de mitades.
¿Qué es tarde? Los relojes son cascotes en mis manos
lo que cae sobre el mundo no es la noche
lo que muere a tu lado no es la tarde.
Has revuelto mi carroña
bebido en mi taza el rocío
ácido de mis sábanas
modelado en tu boca las migajas
sedientas de mi amor desesperado.
No te invito a caminar la noche
te arrastro en mi caída en mi tornado
te condeno a llegar conmigo al muelle
a la rampa sobre el agua tumultuosa
que construye mi deseo
en la ventana.
Y estás listo a penetrar mis laberintos
y el mareo que te hamaca
y mis brazos que te empujan
hacia el fuego hacia la pira
al abismo al mar al sacrificio.
Sobre mi olor a sales y a cenizas
sobre mi aliento a algas y a vacío
tus pies se afirman.
Tus pies que conocen el final.
Y hemos vomitado los secretos
y rejuntado la magia con los dientes.
Nuestras lenguas paren el conjuro
y el espasmo final nos eterniza.
Y caemos
caemos hacia arriba hacia abajo o hacia adentro
caemos en el magma sin reflujos.
Sobre nuestras cabezas bajo nuestros pies
algo se solidifica.
La puerta mi puerta todas las puertas
rechazan todo intento de regreso.
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