María Coduras
Zaragoza, 1985.
Es Doctora en Filología Española. Actualmente trabaja como profesora de Lengua castellana y Literatura en el IES Corona de Aragón. Experta en libros de caballerías, ha publicado su tesis “Por el nombre se conoce al hombre”. Estudios de antroponimia caballeresca (PUZ, 2015), así como diversos artículos y trabajos relacionados con esta materia.
Combina esta faceta investigadora y docente con la poesía; aunque su obra todavía es escasa, cuenta con la plaquette Corazón de tiza (Lulú, 2011) y ha publicado varios poemas en revistas como Turia o Eclipse (de la que durante unos años fue coordinadora). Ha participado y participa en distintos recitales y eventos literarios celebrados en la capital aragonesa, como los Altercados Poéticos organizados por Adrián Flor.
REFLEJO
La imagen
que devuelve mi espejo
dicen que soy yo,
y yo no lo creo.
Extiendo el brazo,
mi enemigo se contrae
en acto reflejo,
me dice que soy yo,
y yo no lo creo.
Le pregunto de nuevo,
me responde el silencio.
El hombre del espejo,
ese,
está llorando,
y yo no lo creo.
Siento mi mano jugando
en el bolsillo
y la descubro
sacando un pañuelo.
Una lágrima
cae a mi mano.
El hombre del espejo
está llorando,
y yo me lo creo.
Corazón de tiza (2011)
A TI, QUE SOY YO
Te escribo a ti,
que soy yo,
aunque tú no lo sepas.
Me escribo a mí,
que soy tú,
aunque a veces
ni lo sospecho.
Que sepas que
al otro lado
tu doble
tu otro
se acuerda de ti.
Te recuerdo
y tú me recordarás
a veces…
También te olvido
y me asusto porque
no te reconozco.
Y tú tiemblas
porque no sabes
quién soy
y a veces…
yo tampoco.
Por eso te escribo
para decirte
que yo
(que tú)
donde esté
en este momento
nuevo a cada intento
te recuerdo en el olvido.
Corazón de tiza (2011)
PARA TI
Por mucho que con los años
haya perdido hasta mi sombra
y tema los espejos,
para ti
que grabaste tu imagen
a fuego como antaño
a través de mis ojos
en mi corazón,
para ti
que aún me sonríes
cuando te olvido y me pierdo,
siempre tendré un beso.
Corazón de tiza (2011)
SURCOS
Sentí desteñirse el corazón
por tu rostro.
Vi brotar surcos de tus ojos
azul mar.
Se agotó el cartucho,
la última pluma de mi ala
había volado,
y ahora,
sólo quedaba espacio
a lo difuso.
Corazón de tiza (2011)
RETORNO
Mi muerte es un punto
inadvertible
grabado bajo mi último paso
convaleciente.
Tu muerte es la recta
infranqueable
que une ambas pecas caprichosas.
Imagen de aquellas
que acariciabas en trazos curvilíneos
buscando aferrarnos
entre estremecimientos
al círculo del eterno retorno
cuando solo había vida
y vivíamos de paseos
y deambulares sin rumbo.
Sus muertes
las de ambos
las de aquellos
-conocidos-
son las motas de polvo
que empañaron
intersectaron
marcaron y crecieron
hasta crear cicatrices
aquí y allá
imponiéndose la recta
que comienza y termina
en nuestros nombres desnudos
y abrazados
en sendos puntos equidistantes
que se saben vencedores.
La muerte es
-a pesar de lo mundano-
una constelación de recuerdos.
Eclipse nº 15 (2011)
SIMETRÍAS
Despertar.
Abrir los ojos
y sentir mi legaña en ojo ajeno.
Desperezarme.
Estirar el brazo
y no poder abarcar la cotidiana simetría.
Caminar.
Posar un pie en el suelo
y advertir la bipolaridad del paso.
Desear.
Llamarte a gritos
y obtener el eco por respuesta.
Mirar.
Reflejar tu imagen
y recibir la bofetada en primera singular.
Copiar.
Plagiarte sin bocetos
y sentir salpicar el agua del lavabo al
pronunciar
susurrar tu nombre
y sentirme perdido:
“Narciso”.
Turia nº 103 (2012)
FANTOCHE
Me cansé de tus besos de autómata
de tus rutinas mecánicas
y tus danzas bajo la lluvia
sin cafés reconfortantes
ni paraguas mensajeros de caricias,
solo huesos calados hasta las entrañas
y agua filtrada entre mis vacíos.
Me cansé de tus idas y venidas
del reloj de cuco averiado
agorero de tu ausencia
mientras payasos de otro mundo
me regalan su sonrisa más macabra
pintada de un carmín tan rojo
que nunca pudo estamparse en tu cuerpo.
Me cansé de tu silencio
de buscar palabras impronunciadas
por impronunciables entre sábanas gastadas
que nunca se estrenaron.
Me cansé de ser títere consorte
de madera carcomida
que carece de argumentos no ficticios.
Me cansé de no cortar los hilos
y dejar desteñirse el corazón.
“Fantoche, no nací para el blanco y negro
y tú solo has sabido darme
días grises”.
(Inédito)
SALMODIA
(A mi abuela)
Con la carga de los años
y las ojeras que me impuso tu partida,
volví a ti,
profané aquel recinto
luchando por evitar aquel salmo recurrente
grabado a fuego en la tierna infancia.
Fue en vano.
El soniquete es más fuerte que la voluntad.
… No soy digno de que entres en mi casa.
Hoy
con la certeza de que marchaste tranquila,
con la esperanza de llegar al paraíso imaginado,
quedo huérfana de todo vínculo religioso
…pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Mañana
pisaré de nuevo las aulas,
admirando aquellas lumbres inquietas
que pueblan los pupitres,
páginas en blanco de mochilas cargadas,
en el deseo de una libertad profunda.
Juventud esta menos esclava,
pero víctima de ciertos embates
de un pasado cada vez más caduco,
…por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Que comprendan que la memoria es frágil,
que tienen que elevar su espíritu
hacia los fines más puros,
libres de toda atadura
…lo tenemos levantado hacia el Señor.
Solo entonces
soñaré con un mañana laico,
ajeno a pensamientos automáticos
que responden a rituales ancestrales.
Así,
contemplaré aquello que nunca
pude,
puedo
ni podré evitar.
Acordándome de ti,
…y con tu Espíritu,
juntas y evaporadas
en una estela que progresa hacia la libertad.
… Amén.
(Inédito)
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