Freda Downie
Freda Downie (20 octubre 1929 - 4 mayo 1993) fue una poeta inglesa.
Nació en Londres y crece en las afueras de. La familia fue evacuada a Northamptonshire, en septiembre de 1939, volvió a Londres durante el Blitz, viajó por mar de África a Australia por el trabajo de su padre desde 1941 hasta 1942 y regresó a través del Pacífico, llegando a Londres de nuevo en 1944 en el momento de las bombas V1 y V2 - todo esto se describe, en sus memorias There'll Always Be an England: a poet's childhood, 1929–1945 escrito en el último año de su vida (2003.
Trabajó para editores de música y agentes de arte, y sólo comenzó a publicar su poesía en la década de 1970. Sus dos principales colecciones publicadas A Stranger Here (1977, Secker, ISBN 0436132508) and Plainsong (1981, Secker, ISBN 0436132516). Her Collected Poems, edited by George Szirtes, fueron publicados después de su muerte (2003, Bloodaxe, ISBN 9781852243012).
Los poemas de Downie se han descrito como "elegantes, llenos de ironía, miradas melancólicas en los acontecimientos cotidianos y paisajes familiares".
LUNA
Deja tranquila a la luna
Preservando su cara agujereada.
Me he familiarizado mucho
Con su mirada implacable y sé
Que usa arsénico para blanquearse las manos.
Cómo se come mi carne.
Cómo ignora mis huesos
Mientras los blanquea.
Traducido por Robert Rivas
http://inutilesmisterios.blogspot.com.es/
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The poets who never grow old -
They are one of our many loves.
It is as if their drownings,
Their suicides and interminable coughing
Are just so much more poetry
Completing something unfinished in ourselves.
How long it takes -
The cultivation of formal laurels -
And when we come across a photograph
Of an enlarged poet prospering in a warm climate,
Unrecognisable in a hat and whiskers,
What inescapable prose confronts us.
(Bloodaxe, 1995)
Even the Flowers
Even the flowers hate you.
Loose-tongued, their censure
Breaks every window.
Indoors, you turn to the mirror
For assurance; but silently
They re-arrange themselves
Behind your back.
You open your very own hands
And stare down into them.
Happiness must lie somewhere.
How broken your life-line is.
Unhappiness loosens and falls,
Flooding the fanning valleys.
No matter.
Already you have forgotten
Their simple significant names.
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