BRONISŁAW MAJ
Bronisław Ignacy Maj (Nacido el 19 de de noviembre de 1953 en Lodz, Polonia) -poeta, ensayista, escritor, crítico literario, traductor, articulista y escritor satírico, de vez en cuando actor, compositor, presentador. Co-fundador de la Cracovia Teatro KTO. Médico de Humanidades, profesor de la Uniwersytetu Jagiellońskiego. Un activista de la oposición democrática durante la República Popular de Polonia. En 1984, premio Nagrody Fundacji im. Kościelskich.
Poesía:
1980: Wiersze , Warszawa, wydawnictwo NOWA;
1981: Taka wolność . Wiersze z lat 1971–1975, Warszawa, Młodzieżowa Agencja Wydawnicza;
1981: Wspólne powietrze (1978–1979), Kraków, Wydawnictwo Literackie ( Nagroda Fundacji im. Kościelskich w 1984);
1986: Album rodzinny , Kraków, wydawnictwo Oficyna Literacka;
1986: Zagłada Świętego Miasta , Londyn, wydawnictwo Puls;
1986: Zmęczenie , Kraków, wydawnictwo Znak ;
1994: Światło , Kraków, Znak;
2003: Elegie, treny, sny , Kraków, Znak.
Crítica Literaria:
1992: Biały chłopiec. O poezji Tadeusza Gajcego , Kraków, Oficyna Literacka.
Columnas
1997: Kronika wydarzeń artystycznych, kulturalnych, towarzyskich i innych (zbiór), Kraków, Wydawnictwo Literackie.
LAS CONMOVEDORAS EPIFANÍAS DE BRONISLAW MAJ
¡Ah, qué poco se ha traducido a Maj! Y qué maravillas escribe. Ni siquiera existen muchas versiones de sus poemas-epifanías en inglés. Nació en Lodz, en 1953. Estudió la lengua polaca y luego la literatura de esa lengua en la Universidad de Jaguelónica, en Cracovia. Cuando aún regía la ley marcial en su invadido país, Maj le encontró una vuelta a la censura difundiendo en Cracovia una popular revista oral en forma mensual. Diciendo las cosas, sería la traducción del título de esa revista oral, que obtendría un premio honorario dado por Solidaridad, el movimiento de liberación polaco durante el duro régimen soviético, en 1984.
El poeta, ¿capta la poesía que hay en la realidad, o le insufla poesía a esa misma realidad?
Digo a propósito 'la misma realidad', porque justamente, nunca es la misma.
VISTO FUGAZMENTE
Visto fugazmente, desde un tren:
una tarde neblinosa, grises rachas de humo
colgando inmóviles sobre un campo,
la mojada negrura de la tierra, el sol casi
oculto- contra su disco que se consume, allá lejos,
dos pequeñas manchas: mujeres en chales negros,
tal vez regresando de la iglesia, tal vez
una está hablando, un relato cualquiera,
tal vez de amor pecaminoso- sus palabras
distintas y simples, pero que podrían servir
para crear todo desde el comienzo.
Recuerda esto, para siempre:
este sol, la tierra arada, las mujeres,
el amor, la tarde, estas pocas palabras
buenas para empezar, recuerda-
tal vez mañana estaremos
en otra parte
EN UN BOSQUE DE NOCHE
En un bosque de noche un fuego: un ondeante círculo
de luz, más allá de él no hay nada
porque estamos aquí, en el medio:
emocionados gritos, cantos, risas...
Ahora la leña se ha terminado, las llamas
expiran. Y nosotros también decimos: el hombre
expira. Y todavía hay algo de fuego
ahí. Después nada: la oscuridad y vemos claramente todo
lo que quedó: nuestros rostros de pronto todos tan
diferentes, curvados sobre este lugar, negros
contornos de árboles, un cielo de algún modo más brillante,
frías estrellas. Y nadie sabe por qué
permanecemos tanto tiempo en silencio
y luego hablamos
en susurros.
UNA HOJA
Una hoja, una de las últimas, se soltó de una rama de arce,
gira en el claro aire de octubre, cae
sobre una pila de otras hojas, se vuelve oscura y quieta. Nadie
admiró su entusiasta batalla con el viento,
nadie siguió su vuelo, nadie la distinguirá ahora
yaciendo entre otras hojas, nadie había visto
lo que yo vi, nadie. Estoy
solo.
EL SILENCIO EN UNA CASA
El silencio en una casa donde alguien
está muriendo: susurros, sollozos reprimidos por pañuelos,
puertas que se cierran suavemente. El olor de remedios
que ya no son necesarios, la llama de las amarillas velas
de la Candelaria. Ese
hombre silencioso, mi padre, es un chico
cuya madre está muriendo. Nadie cree aún
en lo que está sucediendo ahora, ya
ha sucedido, imperceptible, pero aún
este silencio. Alguien está sacudiendo una alfombra
en el patio, un auto se pone en marcha, una discusión
en las escaleras, música, una corriente de aire
con olor a pasto ha apagado la vela. Ya nada de acá
le pertenece a ella. No tenemos ya nada
en común con ella, nos quedamos atrás.
Ahora podemos llorar fuerte, más fuerte:
en un constante testimonio
para la vida.
TARDE EN LA ESTACIÓN CENTRAL DE CRACOVIA
Tarde en la Estación Central de Cracovia: tres pequeños
mendigos gitanos: con el encanto inconsciente de pequeños
ágiles y alegres animalitos
se escurren entre la multitud, desaparecen, se llaman
en una lengua incomprensible.
No tenés nada en común con ellos, sólo, momentáneamente,
la calidez
de la moneda, la cual- rápido, con cara avergonzada-, apretás
en la pequeña mano
de una orgullosa y auto-confiada niña de cuatro; su
condescendiente sonrisa, una mirada
más vieja que vos, que la memoria: una atontada aprensión
de otra realidad. Ahora ella sale corriendo, ves una trenza
que sube y baja, un pañuelo, plantas desnudas: ella siente
el frío mármol de las escaleras de otra manera, ella ve de
otra manera
una multitud de personas como vos, ella oye pero no entiende
el altavoz
con sus anuncios, y no se da cuenta de lo libre que es,
no se da cuenta
de cómo está respirando: qué ligeramente cancela y rechaza
tu mundo. Después, en un rincón, los tres dividen
ruidosamente el botín; el mayor grita -salen corriendo.
Vos te quedás y entonces de repente, un deseo impresionante:
ser uno de ellos: sentir la humedad y el frío poderosamente
con los pies descalzos,
escurrirse brevemente a través de este pobre mundo foráneo
y regresar, ahora:
¡ahora! urgiendo lo propio en una lengua desconocida,
corriendo,
feliz como un chico
de un Dios
desconocido
Publicado por Robert Rivas
Estos poemas son traducción de las versiones al inglés de Adam Czerniawski.
http://inutilesmisterios.blogspot.com.es/
FUENTE
Michael March (Ed.) Child of Europe. A New Anthology
of East European Poetry. Penguin Books, 1990.
Going On
Fourteen All Souls' in this city: already
I have my graves here: Ela, Piotr, Leszek,
Janusz, Staszek, Gwizdek - all
younger than me. Now I can safely
think of their lives: they're finished
and full, perfect just like a ripe
fruit full of juice. Unattainably beautiful
for those who like me - slovenly,
chaotic, from day to day - go on
dying.
Left Over
It passes - without sentiment and metaphysics.
I cut across the Rynek. On Szpitalna Street
glum workers, drunk from the morning,
lazily wreck an old town house, left over
from Polish days. The brick dust sinks in the mud
on the street. It's December, Tuesday, not long till
the holidays.
No one, everyone
No one wants my words
of love, no one needs words
of hate, of the inexhaustible miracle
of the world, no one. November wind, leafless
and loveless, passes relentless through the sleepless
city; they all listen, now it
speaks.
Do I have a right?
Do I have a right to search through
time? through lost time? If so,
since when? My train thuds
over the crossings, I stand by the window
with my face in the damp wind: I see
drowsy towns emerge suddenly and -
and vanish as fast as if they'd
never been. O how much longer the fields last
in the sun, swarming with men and beasts
(August is harvest time in my country). This
palpable passing of full and independent forms
of life, do I - now do I have a right? Like
everyone who has just seen things
which will never now be his: a life
subject to the year's four seasons, to the uncurbed
seasons of the heart, to the Sundays
of a small town.
Translated by Katarzyna Kietlinska and David Malcolm. Katarzyna Kietlinska teaches composition at Oakland University. David Malcom is Professor of English at Olivet College and at the University of Gdansk. The originals of "Going On" ("Nadal"), "Left Over" ("Jeszcze"), "No one, everyone" ("Nikt, wszyscy") can be found in Bronislaw Maj, Zmeczenie [Krakow: Znak 1986]. The original of "Do I have a right?" ["Czy mam prawo?"] can be found in Bronislaw Maj, Wiersze (Warsaw: Mlodziezowa Agencja Wydawnicza 1980).
A leaf
A leaf, one of the last, parts from a maple branch:
it is spinning in the transparent air of October, falls
on a heap of others, stops, fades. No one
admired its entrancing struggle with the wind,
followed its flight, no one will distinguish it now
as it lies among the other leaves, no one saw what I did. I am
the only one.