Osvaldo Rodríguez Morán
(San Miguel del Padrón, Cuba 1953). Poeta y promotor. Graduado de Ingeniería Geofísica en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría en 1980. Ha obtenido diversos premios en Cuba y en el exterior. Dirige peñas literarias y proyectos de promoción cultural. Tiene publicada una colección de versos. Los textos que se presentan fueron antologados en Bienaventurado el árbol que camina, muestra del Diplomado de Historia y práctica de la creación poética, editado por Extramuros en el 2007.
ESPERANZA DE ESPEJISMO
1. Médanos
Pobres médanos sedientos de leyenda,
o al menos de un poco aire húmedo,
precisamente en el amanecer
donde beben de los poros encrespados
el beso que siempre se dibuja salvador.
2. Sobrevivencia
A veces procuro el oasis
para no morir,
pero siempre necesitaré el desierto
para seguir viviendo.
3. Caravana
Empeño sinuoso y lento
que rasga la arena y la mente
en una herida profunda y sin sangre
sobre un camino de silencio
y hacia una esperanza lejana
repleta de oasis y de partidas.
4. Señal
En los recodos de las dunas
o en las cicatrices de los médanos
de cualquier ruta iterada
de mercaderes o trashumantes,
en los intentos de caravanas
más allá de encrucijadas de arenas,
allí en la quimera de los oasis
o en las vísperas del desierto,
nos identificará siempre una mirada,
aunque tan sólo sea un espejismo.
SUEÑOS DE VIAJERO
1. Fusión
Así,
como cada gota coloreada
de cera fundida
que se derrama y solidifica
en un amasijo indescifrable,
fiero y cromático,
sobre el candelabro:
así
se mezclan mis recuerdos inéditos
sobre Bogotá.
2. El viaje
Amasé sueños para el viaje,
usé el tiempo y zarpé al aire.
Desde las nubes
remonté el Magdalena
sin ambición del Dorado
(quinientos años después).
3. Envés
Blancas, pomposas,
sin prisa y desordenadas.
Así pude ver a las nubes
desde su reverso.
4. Camafeo
A la montaña
no puede irse sin música,
ni sin recuerdo de mujer.
5. Encuentro
Fue el cielo gris nuestra sentencia
por la prisa de los cuerpos.
Fue el desatino de una invitación
el resbalar frente al abismo insalvable.
Fue entonces
que nos encontramos desnudos
frente a frente en la cumbre y nunca lo supimos.
6. Olvido salvador
Pero la suerte de todo fue
que a pesar de las campanadas de la medianoche
en aquella ermita lejana y oscura
dejaste olvidada tu zapatilla.
7. Axioma
La noche
defiende los momentos
y separa los mundos
(Es aliada de los amantes).
8. Sin regreso
Quedé atrapado
entre tus pacientes libros,
entre la música inmensa,
barredora de escombros.
Aún estoy en el Tolima caliente
que te inflama y embellece.
Quedé definitivamente sepultado
en aquellas manitas sucias,
hambrientas de monedas,
dentro de los cristales
que se dejaron de limpiar
en la inconclusa precaución
de la miseria adulta.
Pero por sobre todo y para siempre
aún estoy en nuestros ojos húmedos
del último hasta pronto.
HISTORIA ANTIGUA
Enigmas
Suelta las amarras
y que la marea sabia
me desemboque justamente
en tus rincones.
Libera las aspas
para que la voluntad del viento
me indique sin rodeos
la hora de la inmersión.
Yo,
mientras tanto,
entre la niebla
y del otro lado de ti,
espero tus misterios.
Iteración
Vuelvo a subir la cuesta
y a cuestas llevo a Sísifo
para caer de bruces
en la hierba y el silencio.
El vaivén
es un juego a la esperanza.
Eco
No necesito hacer el amor
con mezcla tierna y fiera
para saber de ti.
No pienso ofrendar al mar
con su eterno lamer
nuestros cuerpos desnudos
para saber de ti.
No es imprescindible la vida
para saberte de memoria.
Sobre ti
todo lo aprendí de golpe
en aquel valle de presagios
cuando pronunciaste mi nombre.
Elíxir
Así como el zunzún alpinista de las tardes
―catador aéreo del néctar floral―,
pude con el aletear de mis dedos
degustar el efluvio asombroso y mágico
de tus escondrijos.
Más allá
Mi cuerpo ondulante
se debatió sobre ti,
pero mi mente prospectaba
en cada instante de tu pensamiento
los resquicios del valle.
Historia antigua
Me volví jardinero de corales
en tu isla rodeada de vida,
centrada en el ancho y húmedo azul.
Descansé sobre el vientre de tu playa,
dormí a la sombra de tu beso,
y despedí mi sed de náufrago venturoso
en el manantial salvador y único que rige tu epicentro.
Ignorancia
Desconozco aún cómo
se esconde el hambre
en los poros incoloros de la luz.
Pero repaso de memoria
tu insalvable mezcla de ojos,
mar,
sueño,
boca,
naufragio,
que no abandonará nunca
tu encrucijada de relámpagos.
Zarpazo
Nuestra espera respira junto a las ostras
de amasijo inédito y de sedimentos cotidianos,
a la par del aire silencioso,
como el aguardar inmóvil y seguro
del felino que saltará para caer de una vez
sobre la verdadera historia.
Juramento
Vamos a prometernos que para cien o más siglos
nos encontraremos como dos hormigas
en un lugar recóndito de la Tierra,
o como dos hojas contiguas
en la rama de un árbol,
o como parte del polvo
que peregrina por el universo.
Mis átomos no están preocupados por la espera:
sólo tienes que llevar tus mismos ojos.
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