Alda Lara
Alda Ferreira Pires Barreto de Lara Albuquerque nació el 9 de junio de 1930, en Benguela, Angola, donde pasó gran parte de su infancia. Al concluir el sexto grado fue enviada por su familia a Portugal, para continuar su formación educacional; allí asistió al Liceo y, posteriormente, estudió en las Facultades de Medicina de Lisboa y Coimbra. En Lisboa obtuvo la licenciatura en Medicina, con una tesis sobre Siquiatría infantil.
Durante su estancia en Lisboa colaboró en periódicos y revistas, como Jornal de Benguela, Ciência, Jornal de Angola y Mensagem*, cuya fundación, en 1951, dio nuevo aliento a la poesía angolana. En esas publicaciones vieron la luz sus primeros textos poéticos, que luego aparecieron en varias antologías: Poetas angolanos, Lisboa, 1962; Poetas e contistas africanos, S.Paulo, 1963; Antologia poética angolana, Sá da Bandeira, 1963; Contos portugueses do
ultramar-Angola, Porto, 1969, y otras. Como declamadora, contribuyó a divulgar la obra de los poetas africanos.
La poesía de Alda Lara está marcada por la nostalgia de su tierra natal: cocoteros, acacias rojas, buganvilias y palmeras pueblan su paisaje poético, enriquecido por vocablos provenientes de las lenguas africanas autóctonas. Tradición oral africana y sensibilidad femenina se unen en su obra, publicada póstumamente por su esposo, el poeta Orlando Albuquerque.**
Esta notable creadora falleció a los 31 años, en Cambembe, Angola, el 30 de enero de 1962. La Cámara Municipal de Sá da Bandeira, hoy Lubango, instituyó en su honor el Premio Alda Lara de Poesía. También lleva su nombre una ciudad de la provincia angolana de Bengo.
[Por Olga Sánchez Guevara]
REGRESO
¡Cuando yo vuelva,
que se extienda sobre el mar
mi canto al Creador!
Porque me dio vida y amor
para volver...
Volver...
Ver otra vez balancearse
las majestuosas pencas de las palmas,
que las horas postreras del día
circundan de magia...
Regresar...
Poder de nuevo respirar
(¡oh tierra mía!)
aquel aroma abrasador
que encierra el humus
vivificante de tu suelo!
Embriagar
una vez más la mirada,
en salvaje alegría,
con el color de tu paisaje,
que el sol,
al dar calor,
transforma en un infierno de color...
…………
No más el pregón de las vendedoras de pescado,
ni el aire monótono, igual,
del caserío plano...
He de ver otra vez las casuarinas
orlando el océano...
No más la agitación vibrante
de una ciudad en convulsión...
no más esta visión,
ni el crepitar mordiente
de estos ruidos...
mis sentidos
ansían la paz de las noches tropicales
en que el aire parece mudo,
y el silencio lo envuelve todo
Sed...Tengo sed de los crepúsculos africanos,
todos los días iguales, y siempre bellos,
de tonos casi irreales...
Nostalgia...Tengo nostalgia
del horizonte sin barreras...,
de las tempestades traicioneras,
de las crecidas alucinadas...
Nostalgia de las batucadas***
que yo nunca veía
pero presentía
en cada hora,
sonando por las largas noches fuera!...
…………
¡Sí! Yo he de volver,
tengo que volver,
no hay nada que me lo impida.
Con qué placer
olvidaré
toda esta lucha insana...
que enfrente está la tierra angolana,
prometiendo el mundo
a quien regresa...
¡Ah! Cuando yo vuelva...
Las acacias rojas,
han de sangrar
en una verbena sin fin,
floreciendo sólo para mí!...
Y el sol esplendoroso y caliente,
el sol ardiente,
gritará en la apoteosis del poniente
mi placer sin ley...
Mi alegría enorme de poder
al fin decir:
¡Volví!...
1948
ACUARELA MARÍTIMA
La hermana de las gaviotas
mujer, a orillas del mar
se sienta todas las tardes;
solitaria viene a hablar
a las gaviotas... Y mientras
las horas se hacen pedazos,
por encima de las ondas
van restos de un sueño irreal...
La hermana de las gaviotas
mujer, delgada como ellas,
anda vestida de blanco,
¡cual las gaviotas más bellas!...
Mas nunca puede volar...
Nunca vio de cerca el cielo,
nunca vivió sobre el mar...
Por eso su gran tristeza,
serena y desesperada,
y los pétalos de agua
cayendo en la balaustrada...
Y al ver las horas partir,
sentada a orillas del mar,
la hermana de las gaviotas.
en sus ojos de esmeralda,
trae un silencio a llorar...
1951
LAGO
Todo mi ser
es un lago hondo y dulce…
por donde pasan barcos
con niños,
enamorados que se besan
en noches sin destino…
¡y también tú! Oh bello solitario
inolvidable…
Todo mi ser es un lago
dulce y hondo…
donde la tristeza
es una ansiosa y definible
aspiración…
Campo Grande, Agosto de 1959
RUMBO
a J. B. Dias en 1949, a su memoria en 1951
¡Es tiempo, compañero!
Caminemos ...
Lejos, la Tierra nos llama,
y nadie se resiste a la voz
de la Tierra ...
En ella
el mismo sol ardiente nos quemó,
la misma luna triste nos acarició,
y siendo tú negro
y yo blanca,
la misma Tierra nos engendró!
Vamos, compañero…
¡Es tiempo!
Que mi corazón
se abra a la pena de tus penas
y al placer de tus placeres
hermano
Que mis manos blancas
se extiendan
para estrechar con amor
tus largas manos negras...
Y mi sudor
se junte a tu sudor,
cuando abramos los caminos
de un mundo mejor!
¡Vamos!
que otro océano nos inflama.. .
¿Oyes?
Es la Tierra que nos llama...
¡Es tiempo, compañero!
Caminemos ...
TESTAMENTO
A la más joven prostituta
del barrio más viejo y oscuro,
doy mis pendientes labrados
en cristal límpido y puro...
Y a esa virgen olvidada,
jovencita sin ternura,
que leyendas va soñando,
le dejo el vestido blanco:
mi blanco traje de novia,
con encajes adornado.
Este mi viejo rosario
se lo ofrezco a aquel amigo
que no cree en Dios...
y los libros,
rosarios que llevan cuentas
de un distinto padecer,
son para la gente humilde
que nunca pudo leer.
En cuanto a mis poemas locos,
esos que son de dolor
sincero y desordenado...
esos que son de esperanza,
desesperada, mas firme,
te los dejo a ti, mi amor...
Y así, en la paz de la hora
en que mi alma desde lejos
tus ojos venga a besar,
tú irás afuera, en la noche,
con pasos hechos de luna,
y a los niños en las calles
mis versos entregarás...
Notas
* En el primer número de la revista Mensagem colaboraron Mário António, Agostinho Neto, Viriato da Cruz, Alda Lara, António Jacinto e Mário Pinto de Andrade, entre otros escritores y poetas que serían los creadores de la literatura el nuevo país surgido en 1975.
** Alda Lara: Poemas, 1966, Sá da Bandeira, Publicações Imbondeiro; Poesía, 1979, Luanda, União dos Escritores Angolanos; Poemas, 1984, Porto, Vertente Ltda. (poemas completos), y Tempo de chuva, Lobito, Coleção Capricórnio, 1973 (cuentos).
Alda Ferreira Pires Barreto de Lara Albuquerque, nasceu em Benguela a 9 de Junho de 1930 e ali passou grande parte da sua infância, a coligir sentimentos que, mais tarde, exalaria pela poesia que escreveu.
Nascida numa família abastada, foi criada no característico meio crioulo da urbe da cidade das Acácias Rubras da década de 30, onde apesar da circunstância colonial não faltavam cultores da velha escola colonial portuguesa. Depois de ter concluído o Sexto ano num Colégio de Madres em Sá da Bandeira (actual Lubango), partiu para Lisboa, onde terminaria os estudos liceais, tendo frequentado posteriormente a Faculdade de Medicina.
Durante este período manteve uma estreita ligação com a Casa dos Estudantes do Império – CEI, colaborando em jornais e revistas de relevância na época, tais como Revista Mensagem- CEI, o Jornal de Benguela, o Jornal de Angola, o ABC e Ciência.
Nessas publicações, surgiram os seus primeiros textos poéticos, também publicados em várias antologias, até a publicação do seu primeiro livro, intitulado “Poesias”, em 1960.
Poeta da Geração Mensagem, a sua poesia transpira o exílio, a saudade obsessiva da terra e as suas gentes, os lugares da infância, os amigos e as expectativas de um futuro em que pretendia participar logo que possível, faz de Alda Lara, uma mensageira da sociedade civil, que lutou com as armas de que dispunha.
Alda Lara, irmã do também notável poeta Ernesto Lara Filho, faleceu em 1962 e nos dias que correm é quase que esquecida em Angola por uma certa intelectualidade que parece não dar importância à sua obra literária e o lugar de excelência que lhe cabe na literatura angolana.
Após a sua morte, a Câmara Municipal de Sá da Bandeira, actual Lubango, decidiu instituir o Prémio Alda Lara de Poesia.
Poemas, 1966, Sá de Bandeira, Publicações Imbondeiro; Poesia, 1979, Luanda, União dos Escritores Angolanos Poemas, 1984, Porto, Vertente Ltda. (poemas completos).
Nascida numa família abastada, foi criada no característico meio crioulo da urbe da cidade das Acácias Rubras da década de 30, onde apesar da circunstância colonial não faltavam cultores da velha escola colonial portuguesa. Depois de ter concluído o Sexto ano num Colégio de Madres em Sá da Bandeira (actual Lubango), partiu para Lisboa, onde terminaria os estudos liceais, tendo frequentado posteriormente a Faculdade de Medicina.
Durante este período manteve uma estreita ligação com a Casa dos Estudantes do Império – CEI, colaborando em jornais e revistas de relevância na época, tais como Revista Mensagem- CEI, o Jornal de Benguela, o Jornal de Angola, o ABC e Ciência.
Nessas publicações, surgiram os seus primeiros textos poéticos, também publicados em várias antologias, até a publicação do seu primeiro livro, intitulado “Poesias”, em 1960.
Poeta da Geração Mensagem, a sua poesia transpira o exílio, a saudade obsessiva da terra e as suas gentes, os lugares da infância, os amigos e as expectativas de um futuro em que pretendia participar logo que possível, faz de Alda Lara, uma mensageira da sociedade civil, que lutou com as armas de que dispunha.
Alda Lara, irmã do também notável poeta Ernesto Lara Filho, faleceu em 1962 e nos dias que correm é quase que esquecida em Angola por uma certa intelectualidade que parece não dar importância à sua obra literária e o lugar de excelência que lhe cabe na literatura angolana.
Após a sua morte, a Câmara Municipal de Sá da Bandeira, actual Lubango, decidiu instituir o Prémio Alda Lara de Poesia.
Poemas, 1966, Sá de Bandeira, Publicações Imbondeiro; Poesia, 1979, Luanda, União dos Escritores Angolanos Poemas, 1984, Porto, Vertente Ltda. (poemas completos).
AS BELAS MENINAS PARDAS
As belas meninas pardas
são belas como as demais.
Iguais por serem meninas,
pardas por serem iguais.
Olham com olhos no chão.
Falam com falas macias.
Não são alegres nem tristes.
São apenas como são
todos dos dias.
E as belas meninas pardas,
estudam muito, muitos anos.
Só estudam muito. Mais nada.
Que o resto, trás desenganos>>>
Sabem muito escolarmente.
Sabem pouco humanamente.
Nos passeios de domingo,
andam sempre bem trabajadas.
Direitinhas. Aprumdas.
Não conhecem o sabor que tem uma gargalhada
(Parece mal rir na rua!...)
E nunca viram a lua,
debruçada sobre o rio,
às duas da madrugada.
Sabem muito escolarmente.
Sabem pouco humanamente.
E desejam, sobretudo, um casamento decente...
O mais, são histórias perdidas...
Pois que importam outras vidas?...
outras raças?... , outros mundo?...
que importam outras meninas,
felizes, ou desgraçadas?!...
As belas meninas pardas,
dão boas mães de família,
e merecem ser estimadas...
PRELÚDIO
Pela estrada desce a noite
Mãe-Negra, desce com ela...
Nem buganvílias vermelhas,
nem vestidinhos de folhos,
nem brincadeiras de guisos,
nas suas mãos apertadas.
Só duas lágrimas grossas,
em duas faces cansadas.
Mãe-Negra tem voz de vento,
voz de silêncio batendo
nas folhas do cajueiro...
Tem voz de noite, descendo,
de mansinho, pela estrada...
Que é feito desses meninos
que gostava de embalar?...
Que é feito desses meninos
que ela ajudou a criar?...
Quem ouve agora as histórias
que costumava contar?...
Mãe-Negra não sabe nada...
Mas ai de quem sabe tudo,
como eu sei tudo
Mãe-Negra!...
Os teus meninos cresceram,
e esqueceram as histórias
que costumavas contar...
Muitos partiram p'ra longe,
quem sabe se hão-de voltar!...
Só tu ficaste esperando,
mãos cruzadas no regaço,
bem quieta bem calada.
É a tua a voz deste vento,
desta saudade descendo,
de mansinho pela estrada..
Lisboa, 1951 (de Poemas, 1966
PRESENÇA AFRICANA
E apesar de tudo,
Ainda sou a mesma!
Livre e esguia,
filha eterna de quanta rebeldia
me sagrou.
Mãe-África!
Mãe forte da floresta e do deserto,
ainda sou,
a Irmã-Mulher
de tudo o que em ti vibra
puro e incerto...
A dos coqueiros,
de cabeleiras verdes
e corpos arrojados
sobre o azul...
A do dendém
Nascendo dos braços das palmeiras...
A do sol bom, mordendo
o chão das Ingombotas...
A das acácias rubras,
Salpicando de sangue as avenidas,
longas e floridas...
Sim!, ainda sou a mesma.
A do amor transbordando
pelos carregadores do cais
suados e confusos,
pelos bairros imundos e dormentes
(Rua 11!... Rua 11!...)
pelos meninos
de barriga inchada e olhos fundos...
Sem dores nem alegrias,
de tronco nu
e corpo musculoso,
a raça escreve a prumo,
a força destes dias...
E eu revendo ainda, e sempre, nela,
aquela
Longa história inconsequente...
Minha terra...
Minha, eternamente...
Terra das acácias, dos dongos,
dos cólios baloiçando, mansamente...
Terra!
Ainda sou a mesma.
Ainda sou a que num canto novo
pura e livre,
me levanto,
ao aceno do teu povo!
Benguela,1953 (de Poemas,1966)
TESTAMENTO
À prostituta mais nova
Do bairro mais velho e escuro,
Deixo os meus brincos, lavrados
Em cristal, límpido e puro...
E àquela virgem esquecida
Rapariga sem ternura,
Sonhando algures uma lenda,
Deixo o meu vestido branco,
O meu vestido de noiva,
Todo tecido de renda...
Este meu rosário antigo
Ofereço-o àquele amigo
Que não acredita em Deus...
E os livros, rosários meus
Das contas de outro sofrer,
São para os homens humildes,
Que nunca souberam ler.
Quanto aos meus poemas loucos,
Esses, que são de dor
Sincera e desordenada...
Esses, que são de esperança,
Desesperada mas firme,
Deixo-os a ti, meu amor...
Para que, na paz da hora,
Em que a minha alma venha
Beijar de longe os teus olhos,
Vás por essa noite fora...
Com passos feitos de lua,
Oferecê-los às crianças
Que encontrares em cada rua...
NOITE
Noites africanas langorosas,
esbatidas em luares...,
perdidas em mistérios...
Há cantos de tungurúluas pelos ares!...
....................................................
onde o barulhento frenesi das batucadas,
põe tremores nas folhas dos cajueiros...
......................................................
Noites africanas tenebrosas...,
povoadas de fantasmas e de medos,
povoadas das histórias de feiticeiros
que as amas-secas pretas,
contavam aos meninos brancos...
E os meninos brancos cresceram,
e esqueceram
as histórias...
Por isso as noites são tristes...
Endoidadas, tenebrosas, langorosas,
mas tristes... como o rosto gretado,
e sulcado de rugas, das velhas pretas...
como o olhar cansado dos colonos,
como a solidão das terras enormes
mas desabitadas...
É que os meninos brancos...,
esqueceram as histórias,
com que as amas-secas pretas
os adormeciam,
nas longas noites africanas...
Os meninos-brancos... esqueceram!...
1948-Outubro (de Poemas1966)
Rumo
É tempo, companheiro!
Caminhemos ...
Longe, a Terra chama por nós,
e ninguém resiste à voz
Da Terra ...
Nela,
O mesmo sol ardente nos queimou
a mesma lua triste nos acariciou,
e se tu és negro e eu sou branco,
a mesma Terra nos gerou!
Vamos, companheiro ...
É tempo
Que o meu coração
se abra à mágoa das tuas mágoas
e ao prazer dos teus prazeres
Irmão
Que as minhas mãos brancas se estendam
para estreitar com amor
as tuas longas mãos negras ...
E o meu suor
se junte ao teu suor,
quando rasgarmos os trilhos
de um mundo melhor!
Vamos!
que outro oceano nos inflama.. .
Ouves?
É a Terra que nos chama ...
É tempo, companheiro!
Caminhemos ...