Ramón Minieri
Ramón Minieri nació en 1946; vivió su infancia en Tandil y su juventud en Bahía Blanca. Poeta y ensayista; vive en Río Colorado (provincia de Río Negro, Patagonia, Argentina). Publicó en poesía: Fábulas de Mutación (1988), Libro del Otro Reino (1982), Libro de los Últimos Días (1991). Están por editarse otros dos: País de la Sal (2006), y Las Piedras, el Agua (2008). También publicó ensayos sobre temas históricos: Angela Carranza, sin culpa y sin cargo (Todo es Historia, 2003); Ese Ajeno Sur (historia de un dominio inglés de un millón de hectáreas en la Patagonia, Viedma, Fondo Editorial Rionegrino, 2006), "De los molinos y otras lecciones" (Río Colorado, 2013) y otros relacionados con los olvidos construidos en la historia argentina. Realizó trabajos de historia oral con pobladores de las sierras y vecinos de la ciudad de Córdoba. Actualmente está escribiendo poesías y estudiando temas relacionados con los mitos y los símbolos en la historia.
País de la Sal
Este
es el país de la Sal
el país de la sed
La sed
es un árbol sin párpados
de cornamenta blanca
Y del árbol de la sed
crecen
las varas de los rabdomantes
varas enhiestas
que despiertan manantiales
cuando piafan.
Este
es el país de la Sal
el comienzo
del comienzo de todas las aguas.
Oficio de las hojas
Pero qué escuchan
las hojas
tendiendo al aire las mejillas
ciegas
qué quieren
escuchar
adónde
crecen
las hojas
dilatadas
de pedido y espera
de puntillas
haciendo
silencio
qué pretenden
qué aguardan
qué palabra
no dicha
que venga
acaso
nunca.
Salitral del Flamenco
Una edad antes de los nombres
esta sal
era río -
pero una edad
después de los torrentes
se detuvo
en el hondo
y vuelve
ahora
balanza de ancla y alas
se contempla
flamenco
en las flameantes
aguas
del espejismo.
El pez de oro
El niño juega
al otoño,
atesora
muerte más muerte roja
en la vereda:
es la estación
de las granadas,
cinabrio
carne
en tránsito al cristal.
(¡Ah
y no ser
el pez de oro
el oculto
emisario de sí mismo
suspendido
esperándose
en lo oscuro!).
Mar Interior
1
Este mar
es de olvido -
repite cielos momentáneos
pero
silencia ruinas
pueblos inundados.
Aquí los ríos llegan cantando
como las cuerdas a la boca de una guitarra viva;
Aquí los ríos cesan
como los hilos de un telar que se detuvo;
Aquí
enclaustrada
el agua se libera
imaginando fábulas de nubes.
2
Este mar
no prosigue
baraja
edades desbordadas
tiempos de ancho retiro,
detenciones:
ahora
en el salón del Gran Hotel
charlan
las olas y los vencejos.
3
(En este cuarto durmió Perón
me dicen:
estas habitaciones
blancas frente a la Mar
murieron vírgenes:
nunca las conocieron
los fatigados generales nazis.)
Una última lámpara
arde una noche más
mientras las aguas
comienzan y comienzan.
EN LIHUÉ CALEL
la sierra
es una anciana
sabe cosas
en sus rincones
guarda
manojitos de hierbas magas
ciencia
de lo que llaman bien
de lo que llaman mal
murmura
ensalmos de agua virgen
que limpian la mirada
sana las llagas de la piel
con un toque rugoso de sus manos de liquen
la sierra es
una anciana
devota
del arcaico ritual del fuego
los cirios que ella enciende nunca se apagan
son las opuntias
cactos que velan las fotografías
con un halo de espinas de carburo
como los dioses de los iconos
pero las opuntias dan fruto
y el fruto cura el corazón enfermo
la sierra
es baja y encorvada
es una anciana
sabe cosas
ha visto
cara a cara
a los antiguos
ellos
le confiaron sus mapas
de grecas
sus itinerarios
para viajar de mundo a mundo
a conversar con los muertos
y con quienes todavía no han nacido
la sierra
sabe
tanto
conoció cataclismos y comienzos
plesiosauros y estrellas derrocadas
sabe que los dioses se desvanecen
antes que las pinturas
que los linajes se extinguen
antes
que el aliento de sus canciones
la sierra
es una anciana
enseña cosas
con mirada entendida
sus alumnos
me contemplan
guanacos mesurados
zorros inquisitivos
buitres gozosos
extáticos lagartos
me disculpan
saben que yo no sé
que recién llego
recién
empiezo a preguntar
y antes de mucho
ya me estaré yendo
ahora
yo también
dejo mi guijarro
en este montoncito
en el regazo
de la sierra anciana
.