Luis Elenzvaig
Nació el 3 de julio de 1938, en Capital Federal, Argentina. Originalmente, su apellido era Elencwajg. Sus padres eran polacos, al igual que sus dos hermanas (Raquel y Debora) con las que se llevaba veinte años. Su familia llegó de Polonia luego de la primera guerra mundial.
Estudió en la Facultad de Derecho de la UBA, mientras trabajaba como empleado en un estudio jurídico de un abogado laboralista. Además, tenía otras actividades vinculadas con la literatura. Cuando sus estudios en derecho estaban avanzados, Luis comenzó otra carrera: Letras.
Luis se dedicó más que nada a derecho laboral, pero no le gustaba cobrarle a los trabajadores, le parecía una contradicción. Quienes lo conocieron coinciden en que su mayor vocación no era la abogacía sino la literatura, especialmente la poesía.
Era melancólico, romántico, bohemio; un apasionado de la literatura, escribía teatro y sobre todo poesía. Publicó el libro de poemas: “Cuando seas grande”. Luis fue recordado como un hombre comprometido con la clase trabajadora, un combatiente de la libertad, que quería la felicidad para el pueblo.
Aunque trabajaba en un estudio en Avellaneda, su lugar era la noche porteña. Para jugar al ajedrez (actividad que le gustaba mucho, al igual que a su padre) elegía Corrientes y Montevideo, en el primer piso del bar La Paz. Otro lugar donde paraba mucho era La Perla del Once.
De joven, Luis militó en la Federación Juvenil Comunista. Luego directamente en el Partido Comunista, también en el Movimiento Universitario Reformista (que tenía una actuación muy destacada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires).
Al igual que muchos jóvenes de la época, rompió con el PC para formar parte del Partido Comunista Revolucionario. Con el tiempo, se fue alejando. Militó desde lo cultural en villas de emergencia de la Ciudad de Buenos Aires.
Antes de desaparecer, Luis fue amenazado. Así lo confirma una carta manuscrita que envió al Colegio de Abogados de Lomas de Zamora. También acercó su preocupación al Centro de Abogados de Avellaneda.
Luis fue secuestrado el 19 de Mayo de 1977, en la Ciudad de Buenos Aires. En los archivos de la Conadep, se menciona que habría desaparecido en el trayecto entre un consultorio médico y su casa. Nada más se supo de él, no hay datos sobre el lugar donde estuvo secuestrado.
ESTE LARGO CAMINO QUE TENEMOS
Este largo camino que tenemos
lo andaremos
con un ala entre los panes
con un pie entre las estrellas
con tus cantos y los míos
y los cantos que todos aprendimos
con tus piedras y las mías
y las piedras que todos recogimos
con tus odios y los míos
y los odios que todos contuvimos
romperemos
los cristales del rocío
los cristales, digo bien
o los aceros
al profanador del sustantivo
al mercader del santo
y del cuatrero
y donde el credo despunte
ya sereno
crecerán las manos de un obrero
crecerán las ecuaciones en el alma
crecerán las turbinas del cerebro
crecerán los ojos sobre el cielo
la pradera
crecerá sobre el desierto
y el amor
indomable sinfonía
orquesta de silencios
crecerá
sobre este largo camino
que tenemos
LA MANO
Era una mano de bolsillo
de aquellas que al darse
se marchitan
una mano ajena
de alianza
de plegaria
una mano sin vértices de rabia
de aquellas que al darse
se allanan
Era una mano sin historia
de piel
de cuchara y de corbata
sin tiempo entre los dedos
abstracta
no era mi mano
aunque de mí pendía
y con mi nombre firmaba. . .
pero un día
tocó el fuego
palpó el metal
y una mano de martillo
ardió en una ventana
articuló su rebelión de falanges encendidas
y en un vértice rabioso abolió el cardo
decretó la espiga
RENACIMIENTO
Traíamos el esqueleto estéril
nosotros
los hacedores del vino
el pantalón
la huelga
los albañiles del sol
la revolución
el beso
nosotros
minerales
de una raza de metales rojos
para putear a los burgueses
bajábamos la voz
pero siglos y kilómetros de sangre
no recorren en vano el universo
nos armamos
con la fuerza olvidada
y la voz
insurgente y proletaria
recobró su acero
no medimos la distancia hasta la muerte
medimos
la vida que nos falta
y resolvimos
que no tenemos tiempo
RENACIMIENTO
Traíamos el esqueleto estéril
nosotros
los hacedores del vino
el pantalón
la huelga
los albañiles del sol
la revolución
el beso
nosotros
minerales
de una raza de metales rojos
para putear a los burgueses
bajábamos la voz
pero siglos y kilómetros de sangre
no recorren en vano el universo
nos armamos
con la fuerza olvidada
y la voz
insurgente y proletaria
recobró su acero
no medimos la distancia hasta la muerte
medimos
la vida que nos falta
y resolvimos
que no tenemos tiempo
En: “Cuando seas grande”, Libros de la talita dorada / colección Los detectives salvajes, 2011. Primera edición: 1972.
.