Ingrid Escobar
(Santiago de Chile, 1975)
Participa en diversos talleres y concursos literarios a nivel escolar. Obtiene el Tercer lugar "Concurso Municipal de Cuentos Cortos", Ilustre Municipalidad de Quilicura (1999).
Ingresa al taller de poesía impartido por el poeta Germán Carrasco (2013) y este año asiste al taller "Violeta bajó a la tierra" con la poeta Damaris Calderón en la Biblioteca de Providencia. La Mal Agestá, Ed. Piedra, Santiago, 2015, es su primer libro.
Anda ve y entiérrame bajo las piedras o en el fondo del mar
la ciencia ficción llega y acaba con la oscuridad
cuándo vuelva a ser niña
mi juguete en oro se transformará
La belleza acabará con su pensar
se encargará de tus recuerdos sangrientos
envolverá en papel de diario cada fotografía
recortada a mano
limpiará tu caja de arena
y entregará el sudor y carne
al hombre que lo tiene todo
I
Las llamas abrazaron tu memoria / cruces repletaron el entorno
deambulan los espíritus flotando / gritando que no olviden su historia
Al que escucha
mariposas vuelan en colores
dibujando el cielo con sus alas
escapando sin decir nada
ahogando su destino de miseria
Rosas miran desde lejos
reclamando su belleza en el entorno
añorando aquellos días de festejo
y guardando sus pétalos gloriosos
Se aterran ante el gris, pálido, verdoso
que el horizonte trae a su destino
queriendo volar cuál mariposa
y errar por inhóspitos caminos.
II
Remolinos de viento golpean tu pecho
tu cara perdida, pelo desordenado
ojos infinitos mirando el cielo
piel amarilla buscando sol
Remolinos de viento tempestuosos bajo tus pies
alaridos en la tumba de aquél que miente
caracoles de mar en la orilla de nuestra calle
silbidos nocturnos en las esquinas
maquinaria bestial recorriendo el tiempo que nos apremia
Remolinos de viento malolientes envuelven tu casa
disparos en las murallas de la inconsciencia
bendigo tus manos con pétalos florecidos
me regocijo con el sonido de tu garganta que sangra
III
Tú te sientes negra y fea
para vivir en medio de la ciudad
Grande y tosca
que no cabes en los espacios de la farándula
ronca y grave
protestando por un útero indefinido
Rara y loca
corriendo travestida para alcanzar el amor
cabello rizado e inerte
ademanes majestuosos postergados
por los callos de tus manos
Fea, fea como la luz
amarilla tétrica que alumbra tus pisadas
tras las calles donde aguardas tu carta
Demasiado lúdica
para el cura y la dama que recoge las flores
en la parroquia de tus pecados
Amada, demonizada
fiel candidata al exorcismo en las catacumbas de los bares
repletos de espejos
Sola en medio de la urbe
asediada por los ojos
enajenada por los vocablos que pronuncian tu nombre
Perturbada
con el cuerpo desnudo
que reproduce tu mente
IV
Sube, baja y se esconde
alejándose en lo alto, a veces vuelve
mujer altanera
frágil y serena
revelación divina de mi sueño entrelazado
desde el fondo de mis venas
Mi amiga tiene vértigo
de acercarse y conversar
teme a inmiscuirse en tus asuntos
recicla por si la vez
Es alfarera
arma y desarma sus patrones
espesa la arcilla cuando no gusta
fotografía las calles donde te desplazas
Mi amiga oscurece al son de Eurythmics
la intimidan sus tacos
le florece la oreja
con la verborrea incesante
del loquito de la esquina
la flaca sonríe, se emborracha seguido
perdedora de tiempo
revisa todo, a veces sin sentido
unge tus pies, mientras salpicas su vientre
deambula en la oscuridad
en las fauces del que atormenta
Nada, vuela, rebota
indecente y regodeona
juega con la china, esa que muerde
reposan en el pasto sintético del arrabal
sudoración continua a la hora del desquite
cuestionamiento errático de cantos y banderas
Ella es todos los días que decidiste ignorar
Ánfora sagrada de tus cenizas
lame tus labios a la hora de comer
analista de sistemas, píldoras mágicas
para enamorar
La Mal Agestá (textos de anticipo)
Poemas de Ingrid Escobar
Mal Agestá te dicen
desgarbada
rodillas peladas
sobre el piso de tierra
Mal Agestá, espalda crujiente
bajo el azote del nacimiento
borracho de la noche
Turbia en el patio
de las princesas pulidas
azorochada por la mirada
del cristo en la muralla
Mal hablá predicadora
dueña de las esquinas humeantes
mujer danzante en las canchas de tierra
Mal Agestá, pies descalzos
sobre la lluvia
Penitencia continua
de los deseos malintencionados
de tu raza maldita
mal encaje de la divina comedia
en tus redundantes lamentos
¡Ja! saltaora de puentes y cornisas
encarnación de la mama santa
dibujante de niños
Mal Agestá
los grados se empinan sobre ti
y tú debajo del árbol... pordiosera.
*
Ella cierra los ojos
con el pecho ardiendo
difama tu nombre
mientras salpicas su vientre
deambula en la oscuridad
las fauces del que atormenta
ella sonríe borracha
paseando en la fotografía de tus calles
pierde el tiempo
bajo tus pies sangrantes
continuamente sudorosa a la hora
del desquite
Ella cuestiona errática
los cantos y banderas
le intimidan sus tacos
oscurece al son de Eurythmics
recicla los rostros del desamparo
Ella es todos los días
que decidiste ignorar
ánfora sagrada de tus cenizas
píldoras mágicas para enamorar.
*
Nosotros los caminantes del recuadro
que se asoma a contraluz
en la casa de tus lamentos
Varados a la mitad del viaje
se nos caen los recuerdos
en el campo donde yacen aplastados
la curvatura a enternecido la ausencia
Te recuerdan tu esposa e hijos
nunca te olvidaremos
que Dios te reciba en su santo reino
Inspirado en la sombra gris del cemento
flores manchadas de tiempo
sucumben bajo los pies
mientras
una voz en ecos
reproduce peras y manzanas
Castillos bordados a media tarde
botellas impávidas de agua estancada
razones misteriosas y absurdas
para soportar lo cotidiano
Adiós chinito, ve al cielo con tu padre
mejora a mi hijo, santita, te pido
gracias por favor concedido
nosotros los pasajeros ambulantes
quebrantamos la suave brisa de la paz
pájaros anidando bajo el rey
relatan el murmullo de la calle
cuerpos santos asomados de tanto en tanto
cortinas de concreto
fragmentadas de imágenes
siemprevivas en la esquina
cordón de velas derretidas en el aire.
*
Tengo la marea alta
tengo la tormenta en reposo
Se multiplican los gritos sin gracia
saltan los muertos en mi pecho
tengo, te pierdo y te retengo
Mientras la mala me mira con anestésicos
cantando con voz de ángel
gotea en mis párpados el sueño
Alucinante resaca moribunda
se posa en los huesos de mis hombros
Tengo la tormenta alta
tengo mi cerebro en reposo
Pedazos de alma trapican mi pescuezo
universos flotantes
a la deriva de la cama
resbalan
La mesa plagada de licor rojo
demencial
nuestras cabezas floridas de árboles
saliendo por las orejas
cielos transgénicos
desvaneciéndose en las sombras de la estancia
el patio atestado
de huesos cortados a latigazo
Regurgita en mi boca
el sabor amargo de las respuestas
sacúdeme el vestido con plumas
de pájaros épicos olvidados
Acalórame otra vez...
Tengo la tormenta alta
tengo la marea de noche.
*
Agónica burguesa
muere en sepia
desdibujada en tus colores
atrapada en el cadáver bélico de la deshonra
la fuerza insurgente y proletaria
vomita tu lengua académica futurista
se nubla en el brillo
esplendoroso de tus dientes
tan esquivos en los huecos de sus bocas
Fatídicas palabras rebuscadas
no contienen el agua
de abajo hacia arriba
Agónica burguesa
entiérrame bajo las piedras
o ahógate en el fondo del mar
el oro de tus pisadas
blasfema el cuerpo santo de las revanchas.
La Mal Agestá, Ingrid Escobar, Ed. Piedra, Santiago, 2015.
Por Víctor Hugo Díaz
.. .. .. .. ..
Mal Agestá te dicen
desgarbada
rodillas peladas
sobre el piso de tierra
Siempre me he preguntado cuál es el punto de aclaración dónde se decide, qué es fundamental en poesía: lo dicho o lo escrito. Es decir, esta experiencia vital, ritual y su materia prima simbólica, que es necesariamente materializada en escritura, para ser recreada y revivida por un lector tiempo y distancia de por medio; o es resultado del arte de la palabra?
En mucha de la producción actual, esta escritura, texto, ¿se materializa o corporiza en poesía? Entontes hay que tomar partido, yo me la juego por un texto igual un hablante y no un texto igual un texto. Es decir ese punto significativo en que se entiende el cuerpo como debate.
Mal Agestá, el primer libro de Ingrid Escobar, representa para mí esa opción, una poesía que dice y sitúa, no soportada sólo en sonidos y ritmos, también hábilmente logrados, sino además, más allá de la tinta, donde manda la mirada, esos rostros derretidos en la fábrica; o los hijos del desastre/ bandera empapada de aguas servidas/ cuarenta y tantos esperando el sol.
En esta poesía que junto con ser social, generacional y crítica, se logra atrapar entre los dedos ese puñado de arena que es la crisis y su tragedia permanente, tal vez ante el espejo: Cuerpo que no ves/ y deseas lo que no sientes.
Pero aquí el hablante no es sólo una coraza de resistencia ciudadana, existen fisuras íntimas, también está partido de espera y de silencio que transcurre, El Amor no tiene prisa/ espera en la bocacalle del olvido.
Es eso inasible que no se detiene, que se viene a los ojos, el tiempo que da forma a la poesía, la finitud inevitable del que escribe desde adentro pero mirándose desde fuera: Mil huellas tras mil pisadas/ los caminantes, marchando, van.
Y esas emociones transformadas en objetos domésticos, esos castillos bordados a media tarde/ botellas impávidas de agua estancada/ razones misteriosas y absurdas/ para soportar lo cotidiano. O esas siemprevivas en la esquina/ cordón de velas derretidas en el aire.
Todo en un hoy perecedero donde siempre se trata de salir a flote, hasta el amargo final: Atrapa la boya cercada –iluminada- Atrapada/ Rotándose, nadando/ Como ajíes en cerveza/ Amarilla – Amarga/ Ahogándose en el inmenso mar.
Mal Agestá de Ingrid Escobar, es una poesía frontal que ataca en falange hoplita, con fuerza, potencia e intensidad, capaz de hacernos ver, tocar y padecer; avanzando e irrumpiendo en un claro y decidido sentido, no negociable.
11-12-2015- Santiago
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