Foto: Enrique Fernández Lumba a la derecha, en San Francisco, con su hija Charing y con Tony P. Fernández
ENRIQUE FERNÁNDEZ LUMBA
Nació el 10 de abril de 1899 en Manila (Filipinas), donde murió el 29 de marzo de 1990.
Estudió en el Seminario de San Juan de Letrán y en la Universidad de Santo Tomás.
Fue director de los diarios manilenses "El Comercio" y "La Defensa" y, tras la Segunda Guerra Mundial, redactor de "El Debate" y "La Voz de Manila".
Fue miembro de la Academia Filipina y catedrático de español en la Universidad de Santo Tomás.
El recuerdo y la resistencia:
Poética de Enrique Fernández Lumba
Jad B. Monsod
En su libro Kanthapura, el novelista indio Raja Rao expresa la importancia del lenguaje de la potencia colonial dominante para los colonizados utilizando las siguientes palabras contundentes: “One has to convey in a language that is not one's own the spirit that is one's own” (vii). Cuando la guerra entre España y los Estados Unidos terminó en 1898 favoreciendo a los americanos, parecía que el castellano en Filipinas estaba al borde de su decadencia, y que el inglés estaba emergiendo como la nueva lengua de la enseñanza. Paradójicamente, como fue señalado extensamente por el autor español Luis Mariñas en su libro La literatura filipina en castellano, el fin del poder político de España en Filipinas dio lugar al florecimiento de la literatura filipina escrita en español. Los escritores durante el periodo de los americanos en el país comunicaban sus ideas y pensamientos en la lengua de la potencia colonial anterior, una lengua que era, indudablemente, extranjera. No obstante, para poder entender la razón de por qué tuvo lugar el florecimiento del castellano en Filipinas con la salida de los españoles, tenemos que adentrarnos en las palabras de Rao mencionadas arriba. En este ensayo, por lo tanto, señalamos que el punto cumbre del lenguaje castellano en la literatura de los escritores filipinos durante el periodo de los americanos existió en dos formas: el recuerdo y la resistencia. Estas dos formas suelen parecer contradictorias, pero en este caso de la relación de Filipinas con las dos potencias coloniales, dichas formas están opuestas solamente porque la resistencia fue contra los americanos mientras el recuerdo se inclinó a favor de los españoles.
Uno de los escritores filipinos en castellano durante el periodo americano fue Enrique Fernández Lumba. Nacido en 1899 en Intramuros, Manila, fue uno de los escritores más prolíficos del periodo. Ganó el prestigioso Premio Zóbel en 1954 por su obra titulada Hispanofilia filipina, una antología de los ensayos y poemas que había escrito y coleccionado por más de tres décadas. No solamente fue un gran ensayista y poeta sino también abogado y periodista. Estudió Derecho en la Universidad de Santo Tomás y, en 1920, empezó su carrera periodística con El Comercio. En 1924, se hizo redactor de La Defensa hasta el año 1930 cuando el periódico se cerró. En 1931, sin embargo, hizo revivir el periódico como semanario bilingüe. Su primer logro poético fue una mención honorífica en un concurso organizado por el Casino Español. En 1947, ingresó en la Academia Filipina.
.....Fernández Lumba usó el seudónimo «Uno de la Calle» en muchas de sus obras. Sus poemas, escritos a lo largo del periodo americano y después de la independencia, fueron, paradójicamente, un modo de alabar la cultura hispánica. En su libro mencionado arriba, consideró la hispanofilia filipina como un “efecto de una nostalgia por el ambiente social y cultural en que vivían en los llamados tiempos de España…” (1). Recibiendo la inspiración de los cuatro grandes, Fernando Ma. Guerrero, Cecilio Apóstol, Jesús Balmori y Manuel Bernabé, Lumba y los otros poetas durante el periodo americano veían a España como una madre, en cuyos brazos abiertos Filipinas se desarrollaba. “¿Qué poetas, inspirados por tu historia, no cantaron / la nobleza de tus hechos, la virtud de tu linaje?”, preguntó Lumba en su poema “¿Qué más decir?” (1922). Por consiguiente, los poemas que aludían a España durante los tiempos de Lumba también hablaban de un deseo de devolver lo que había dado España a la entonces joven Filipinas. Más profundamente, los poemas de Lumba, desbordando alabanzas a la «Madre España», hablaban de la gratitud de un niño a su madre. Es decir, sin la madre, el niño no se podría criar ni guiar en el camino que tendría que atravesar. “Y en el alma filipina, ¿qué recuerdo habrá más dulce?”, preguntó Lumba en el mismo poema. Por lo tanto, se puede decir que sus poemas eran memorias escritas que exponían un anhelo profundo por los mejores días pasados. Además, sus poemas reconocían que, como un niño que se hace mayor, la emancipación de Filipinas de España fue tanto inevitable como triste. No obstante, como dijo Sr. Martín Torrente que “Filipinas ama a España”1, Lumba, a través de sus poemas, escribía sobre un amor perdido que algún día volvería. Tal como escribió el gran poeta Bernabé en su obra titulada “Filipinas a España” 2 en la que expresó su creencia que España volvería, “tú, España, volverás—¿qué amor no ha vuelto?”. Los poemas de Lumba fueron, asimismo, románticos, ya que hablaban del pasado español como si fuera un amor perdido que algún día volvería.
.....Junta con la afirmación del retorno de España es la idea que España es inmortal. Esta idea fue expresada por Lumba en su poema “España inmortal” (1935) en el que comparó el país europeo con la luz del día. Es decir, la salida de los españoles se puede describir como una noche oscura, un episodio que va a pasar y que va a dar lugar al día: “tú no has muerto, tú vives todavía; / tu espíritu fecundo y tesonero / se oculta, pero vuelve como el día”, dijo Lumba en su poema. Otra manifestación del recuerdo para España en los poemas del autor es la afirmación que España formó una gran parte de la identidad filipina por haber traído su idioma y su religión a Filipinas. Tal como escribió la principal poetisa filipina en castellano, Adelina Gurrea y Monasterio, en su conferencia-ensayo Filipinas heredera privilegiada, decía ayer... digo hoy (1954)3, de España los filipinos habían heredado “espíritu, tradición, ideal, arte, intelecto, corazón” que son, según el autor Andrea Gallo en su análisis de la obra de Gurrea, “la herencia hispánica…tan propia e íntimamente filipina que no se puede ignorar o borrar” (275). Podemos ver muchas menciones de la herencia hispánica en la poesía de Fernández Lumba. En “¿Qué más decir?”, habló tanto del lenguaje castellano como de la religión cristiana como los dos legados más importantes de España en Filipinas. Dijo él, “¿Qué cultura habrá más alta que la tuya tan cristiana? / ¿Cuál más dulce que tu idioma, que parece una fontana / que hace siglos se desliza sobre un lecho de diamantes?” Igualmente, preguntó, “¿Qué potencia irresistible que al progreso nos impulse, / Que la fe de Jesucristo, más la lengua de Cervantes…?” Otros poemas de Lumba en los que la herencia hispánica es prevalente son: “Mientras dicen…” (1920), un poema en el cual menciona nuevamente la Madre España y en el cual enumera la gloria, la historia, la enseña bicolor, el idioma de armonía y la cruz como las cosas por las cuales los filipinos tienen que agradecer a España, e “Hispanidad” (1948) en el que Lumba glorificó el castellano por ser el lenguaje que unió todos los pueblos filipinos y dijo que el imperio español en Filipinas fue más noble que el imperio romano, usando las siguientes líneas: “Diversidad de pueblos con unidad de idioma / formando un gran imperio más noble que el de Roma, / porque no los une fuerza material.”
.....Otra manifestación del recuerdo para España en la poesía de Lumba es la mención frecuente de algunas personas españolas. Esta característica de su poesía se puede atribuir a la idea de que los españoles y los filipinos representan dos espacios que tienen la misma lengua, la misma cultura y la misma religión, y por lo tanto, es indudable que entre estos dos pueblos hay una relación íntima que no se puede romper. Hay algunos poemas por Lumba que tienen esta característica especial. Un ejemplo es “A Magallanes” (1921), un poema dedicado a Fernando Magallanes, escrito en el cuarto centenario del descubrimiento de Filipinas y en el cual dice que el tiempo pasa pero “tu glorioso nombre los siglos guardarán”. Asimismo, el poema es una alabanza a Magallanes por ser la persona clave que trajo “la lengua de Castilla, la fe de aquella España” a las Filipinas en 1521. En “Sin temor” (1925), un poema dedicado al escritor español, D. Federico García Sanchiz, Lumba ofreció su agradecimiento al “habla cervantina” cuyo valor en la conservación de la herencia hispánica en Filipinas es imprescindible. Dice él, “pues un idioma extraño las nubes alimenta… / y firmemente avanzan amenazando ruina”.
.....Dos poemas importantes de Lumba son “La despedida” y “La respuesta”. El primero, escrito desde el punto de vista de España, habla de la lamentable partida de los españoles. La primera parte expresó lo que fue inevitable: la separación de España de las Filipinas como un acto parecido a la emancipación de un niño de su madre al hacerse mayor. De nuevo, se expresó en el poema el reconocimiento que España dio a Filipinas una lengua y una fe. “Te acompañé también a las iglesias / y fui en tus labios la plegaria santa”, dijo el poema. Lumba, en esta obra, también describió los tiempos de España en las Filipinas como días de oro. “Comprendo que los días que vivimos / son los días del oro y la materia”, dijo el poema. “La respuesta”, en otro lugar, es un poema escrito desde el punto de vista de Filipinas. En la obra, Filipinas expresó su tristeza por la partida de los españoles en una voz, digamos, desesperada: “No te marches; escúchame un instante. / No es cierto que yo quiera que te vayas.”
.....Un poema clave de Fernández Lumba es el titulado “Tus cartas”. En este poema, lamenta la pérdida del castellano en las Filipinas, causada por la emergencia del inglés como el idioma de la enseñanza. Como cuando escribe en su ensayo titulado “La 'Reliquia”, describiendo la lengua española como un lenguaje “que fue muy grande, que ya está muerto”. No obstante, en el poema, reconoce que el castellano se usaba para guardar “tristes recuerdos”, una referencia a la memoria de los tiempos pasados de España en Filipinas escrita y conservada en la poesía.
.....Después de ya haber dicho que la presencia de España en la mayoría de los poemas de Lumba significa un recuerdo de los días pasados de los españoles en Filipinas, hay que establecer que su poesía también sirve como una forma de resistencia contra los americanos y la americanización. Es decir, los escritores durante el periodo de los americanos usaban la lengua cervantina en la lucha contra los nuevos colonizadores por dos razones importantes. En primer lugar, como escribió Wystan de la Peña en su ensayo “The Spanish-English Language War”, para los filipinos, “to accept American rule meant alienating them from their Hispanic-Malayan heritage…” (9). Lumba, a través de su poesía, afirmó su alianza con España y su reconocimiento que la herencia hispánica trasformó su identidad malaya para formar una nueva identidad en la cual se manifiesta la convivencia de España y Filipinas. Sin embargo, es igualmente importante enfatizar que esta afirmación no se puede alcanzar sin rechazar al otro colonizador que provoca la relación entre los dos países. En otras palabras, la presencia de España en la poesía de Lumba sirve para decir que entre España y los Estados Unidos, los filipinos se ponían al lado del primero. En otro lugar, tal como escribió el teorista poscolonial Edward Said en su influyente libro Culture and Imperialism, “domination breeds resistance”. Se puede decir que los filipinos ya se habían hecho una raza trasformada después de casi cuatrocientos años bajo los españoles. De España, los filipinos aprendieron los conceptos de la libertad y la independencia para poder defender a ellos mismos contra los nuevos colonizadores. Según Jolipa en su ensayo titulado “Lost Paradise”, la cultura hispánica “nourished the Filipino's desire for independence from foreign domination” (30).
.....Para concluir, la poesía de Enrique Fernández Lumba muestra que la habilidad artística del poeta vino del panorama social en el cual estuvo situado. Como escribió Said en el mismo libro mencionado previamente, “There is a relationship between an individual writer and the tradition of which he or she is a part” (230). Es decir, a la vez, la poesía es un acto tanto artístico como político. Los poetas usan la pluma para exponer lo que pasa en su alrededor, es su papel tan maravilloso como transformadores de las meras palabras en una obra maestra que muestra tanto indirecta como artísticamente cómo se siente en el interior. Es igualmente interesante decir que la poesía de Lumba enfatiza que el lazo político español se había roto después de la guerra entre España y los Estados Unidos en 1898, pero los lazos culturales, como se manifiestan claramente en la lengua española y, por supuesto, en la religión cristiana, permanecieron y permanecerán en el alma filipino para siempre. Asímismo, según Gallo, para un poeta que vive después de los tiempos bajo las potencias coloniales, “el expresarse en castellano, en forma escrita y artística, es hacer referencia a toda una realidad espiritual y estética, a un conjunto de valores y formas que siguen vivas y vitales…” También la poesía de Lumba dice que el recuerdo es nuestra conexión afectuosa al pasado. El recuerdo da a lo que tenemos en el presente su significado más íntimo. Como dijo el poeta filipino contemporáneo en castellano Edwin Agustín Lozada en una entrevista con Gallo incluida en su artículo “Una voz hispana de filipinas”, “El recuerdo forma parte de la realidad. El presente continuamente sigue convirtiéndose en recuerdo que guardamos en el corazón” (11). Al fin, la poesía de Fernández Lumba, aunque expresada en español, es, ante todo, profundamente filipina. Expresa y muestra un país que es ahora ya de fuerte espíritu porque, de un modo u otro, “lo hispánico es algo propio de Filipinas” .
.....1D. Antonio Martín Torrente, de madre filipina y de padre español, fue Coronel de Artillera del Ejército español a mediados del siglo XX. La cita se puede encontrar en la página 8 del libro de Fernández Lumba, Hispanofilia filipina.
.....2 Este poema está incluido en la antología de Manuel Bernabé titulada Perfil de cresta.
.....3 Citado por el autor Andrea Gallo en un análisis de la obra de Gurrea publicado en una colección de ensayos, Mujeres en la literatura. Escritoras (266).
Referencias
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-Ashcroft, Bill, et. al. The Empire Writes Back: Theory and Practice in Post-Colonial Literatures. London and New York: Routledge, 1989.
-Bernabé, Manuel. Perfil de cresta. 2ª ed. Manila: Carmelo y Bauermann, 1957.
-De La Peña, Wystan. “The Spanish-English Language War.” Linguae et Litterae. IV-V: 6-28. Quezon City: University of the Philippines, 2000-2001.
-Farolán, Edmundo. “Horacio de la Costa y los rasgos del nacionalismo.” Revista Filipina: Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispanofilipina. Tomo I. No. 4, Primavera 1998. 5 septiembre 2010. <http://vcn.bc.ca/~edfar/revista/pri98.htm>.
-Gallo, Andrea. “Filipinas heredera privilegiada, decía ayer… digo hoy: Una conferencia-ensayo de Adelina Gurrea Monasterio.” Mujeres en la literatura. Escritoras. Año IV. Numero 19: 261-276, Marzo-Abril 2009. 5 septiembre 2010. <www.destiempos.com/n19/gallo2.pdf>.
“¿Literatura hispano-filipina contemporánea? Un ejemplo en la poesía de Edmundo Farolán Romero.” Humanities Diliman. 4.1: 150-174. Quezon City: University of the Philippines, January - June 2007. 5 septiembre 2010. <http://journals.upd.edu.ph/index.php/humanitiesdiliman/article/viewArticle/632>.
-“Una voz hispana de Filipinas: Edwin Agustín Lozada.” Revista Electrónica de Estudios Filológicos. Número 13, Julio 2007. 5 septiembre 2010. <http://www.um.es/tonosdigital/znum13/secciones/estudios_K_lozada.htm>
-Jolipa, Nora T. “Lost Paradise: American Colonialism and the Filipino Writer in Spanish.” Nationalist Literature: A Centennial Forum. Ed. Elmer A. Ordóñez. Quezon City: University of the Philippines Press, 1996.
-Lumba, Enrique Fernández. Hispanofilia filipina. [s.l.]: [s.n.], 1984.
-“La 'Reliquia'.” Revista Filipina: Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispanofilipina. Tomo III. No. 3, Invierno 99-10. 5 septiembre 2010. <http://vcn.bc.ca/~edfar/revista/in99.htm>.
-Mariñas y Otero, Luis. La literatura filipina en castellano. Madrid: Editora Nacional, 1974.
-Rao, Raja. Kanthapura. New York: New Directions, 1963.
-Rovira, Enrique Javier Yarza. “Filipinas en busca de su identidad hispana.” Revista Filipina: Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispanofilipina. Tomo XII. No. 4, Invierno 08-09. 5 septiembre 2010. <http://www.revista.carayanpress.com/yarzarovira.html>.
-Said, Edward W. Culture and Imperialism. London: Vintage Books, 1994.
-Veloso, Alfredo S. Poética: Antología de poetas filipinos. Quezon City: Asvel Publishing, 1966.
Visita a Madrid en 1969. (El Sr. Fdez Lumba a la izquierda)
LA MUJER
Es del artista inspiración fecunda;
flor divina en el huerto de la vida;
del bardo en el laúd nota escogida
que de armonías la existencia inunda.
Ángel hermoso que a la tierra inmunda
cayó del cielo con el ala herida;
blanca luz de la gloria desprendida,
que del vivir la lobreguez profunda
disipa con la magia de su encanto.
Es talismán de poderoso hechizo
que al brío de su amor no hay quien resista,
ni pecho que no ablande con su llanto.
¡Es Eva que nos quita el paraíso,
y es María que el cielo nos conquista!
1919.
MIENTRAS DICEN...
Madre España,
por tu gloria,
por el brillo de tu historia,
por tu hazaña de tres siglos en la tierra de mi amor,
por la sangre que vertiste en las Américas,
por tus luchas tan homéricas,
por la gloria de tu enseña bicolor,
hoy levanto
la ideal copa de mi canto,
mientras dicen mis hermanos, los poetas,
en estrofas peregrinas:
¡viva españa en Filipinas!
¡viva España y su memoria...!
y proclaman las trompetas
de la gloria
tu mirífica victoria.
Yo quisiera que mi verso condensara
el sentir de veinte pueblos hermanados
por tu idioma de armonía tan preclara;
veinte pueblos troquelados
en el fuego de tu alma generosa;
veinte pueblos herederos de tu historia y tu nobleza.
Yo los miro en este día como pétalos de rosa
colocada en el altar de tu grandeza;
como cuerdas de una lira colosal
que, pulsada por el genio de la historia,
suena un cántico real
de sublimes resonancias,
que venciendo las distancias
publicando va tu gloria
por los lindes del planeta...
Madre España: por tu honor,
por tu idioma, por Legazpi y Urdaneta,
por la gloria de tu enseña bicolor,
por la cruz que nos legaste, yo levanto
la ideal copa de mi canto,
mientras cantan mis hermanos, los poetas,
en estrofas peregrinas:
¡viva España en Filipinas!
Y proclaman las trompetas
de la gloria
lo inmortal de tu victoria...
Julio, 1920.
A PLARIDEL 22
Luchaste allá en la vieja monarquía
con voluntad exenta de egoísmo,
sirviéndote de escudo el patriotismo
y nuestra santa libertad por guía.
Vertiste gota a gota tu energía
en la lucha mental del periodismo,
al pueblo predicando el heroísmo
y encendiéndole en sacra rebeldía.
Y es justo que hoy, en los nativos lares,
ensalce el vate en líricos cantares
tu nombre pregonado por doquiera;
y es justo que la patria agradecida,
por quien supistes inmolar la vida,
¡guarde en su seno tu mansión postrera...!
Noviembre, 1920.
Nota 22: Seudónimo que usó en el periódico «La Solidaridad», por él fundado, el escritor filipino Marcelo H. del Pilar. «La Solidaridad» se publicó en Barcelona.
A MAGALLANES
(EN EL CUARTO CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE FILIPINAS)
En vano tu recuerdo y tu nombre esclarecidos
indignas almas viles intentan olvidar;
los signos de tu gloria quedaron esculpidos
en páginas eternas del libro universal.
Jamás el hombre aleve podrá borrar la estela
que tus sencillas naves dejaron en el mar;
el genio de la historia por tu recuerdo vela
y tu glorioso nombre los siglos guardarán.
La noche del olvido no puede con sus brumas
de tu memoria egregia las luces apagar;
constante el mar azota las peñas, y en espumas
tan sólo se convierte su furia pertinaz.
No en vano con tus naves cargadas de nobleza,
del todo lo sublime que Iberia pudo dar,
venciste los embates del mar y su fiereza,
trayendo con tu espada la cruz y la verdad.
Tu gloria es como el astro que intenso resplandece;
mirar tal vez no quieran su bello fulgurar,
pero su clara lumbre ni muere ni decrece,
y en los espacios célicos luciendo siempre está.
Mi débil voz te anuncia que tu gloriosa hazaña
trayendo a Filipinas--¡a mi adorado lar!--
la lengua de Castilla, la fe de aquella España,
los buenos filipinos jamás olvidarán.
En vano la desidia pretenderá olvidarte,
que el eco de tu nombre resuena sin cesar;
se oye entre las ruinas que sirven de baluarte
a un ayer glorioso que nunca cederá;
lo lleva entre los labios el hijo de esta tierra:
nombrar a Filipinas tu nombre es pronunciar;
si el tiempo borra un día la losa que te encierra,
no temas, pues tu nombre jamás se perderá.
Después de cuatro siglos aun tu gloria existe
aun recuerda el pueblo tu hazaña singular,
que el tiempo ni los hombres la sangre que vertiste
borrar no pueden ellos del suelo de Mactán.
..........................................................................
¡Oh, insigne Magallanes, bendita tu memoria!
¡Bendito aquel instante cuando cruzaste el mar,
trayendo a estas regiones un nombre y una historia,
y con la cruz de Cristo la luz de la verdad!
Noviembre, 1921.
LAS TRES BANDERAS
I
Vedla, llena de gloria, ondear pacífica
Sin los arrestos bélicos de ayer,
Es la bandera bicolor, magnífica,
Que arrastró un día el triunfo por doquier.
Es la de España, la nación prolífica
Que a pueblos dió la libertad y el ser;
La gualda y roja, a cuya luz mirífica
Pudo Iberia la gloria retener...
Yo te saludo con el alma extática,
Que siempre fué por tu esplendor fanática
Queriendo verte ondear en el confín.
Rotos los lazos de la unión política,
Bendícete mi patria en la hora crítica
como al emblema de un amor sin fin...
II
Ved la otra que se ostenta dominante
Llena de juventud y de vigor,
Y porque es ella fuerte va delante
Deslumbrando con su áurico fulgor.
Ayer en Francia se mostró gigante
Guiada por el genio vencedor;
Hoy por el mundo llévala triunfante
De la concordia el ángel mediador.
Es la enseña que anuncia libertades
Prometiendo trocar en realidades
De los pueblos las ansias de vivir...
¡Oh bandera de América potente!
Mi pueblo te saluda reverente
Como al signo de un bello porvenir...
III
Y allí la siempre amada y bendecida
Que un tiempo se eclipsó de nuestros cielos;
La que entrevió Rizal en sus desvelos
Y en el supremo instante de su vida.
La enseña que en Malolos vióse erguida
Colmando de mi patria los anhelos;
La que a mi pueblo préstale consuelos
En tanto espera verla enaltecida...
¡Bendita seas, tricolor enseña!
Mirarte libre un día mi alma sueña,
Derramando la luz de tus colores;
Y cuando llegue aquel dichoso instante.
Yo te diré con alma delirante
¡Que tú eres el amor de mis amores!
Enero, 1922.
¿QUE MÁS DECIR...?
A ESPAÑA
Por cantar tu excelsa gloria los poetas ya agotaron
los acentos de sus liras, los vocablos del lenguaje...
¿Qué poetas, inspirados por tu historia, no cantaron
la nobleza de tus hechos, la virtud de tu linaje?
¿Qué océanos los colores de tu enseña no copiaron?
¿Qué naciones no sintieron el vigor de tu coraje?
¿Qué países tus soldados con su sangre no sellaron
y qué historia habrá en el mundo que a tus fastos aventaje?
¿Qué cultura habrá más alta que la tuya tan cristiana?
¿Cuál más dulce que tu idioma, que parece una fontana
que hace siglos se desliza sobre un lecho de diamantes?
--Y en el alma filipina, ¿qué recuerdo habrá más dulce?
¿Qué potencia irresistible que al progreso nos impulse,
Que la fe de Jesucristo, más la lengua de Cervantes...?
Julio, 1922.
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