MARTÍN HORNA ROMERO
Lima, Perú 28-07-79. Egresado de San Marcos (Literatura). Publicación en revistas peruanas. Labora como docente desde el 2004 en distintas instituciones educativas, desde colegios, academias preuniversitarias, institutos y universidades; recientemente se encuentra trabajando en la UPC. Ha estudiado en el colegio San Antonio Marianistas del Callao y Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde también ha desarrollado una maestría en la misma carrera. Perteneció al grupo literario Artesanos y ha publicado sus poemas en algunas revistas del medio como Taller de Poesía de San Marcos, Apeirón, Peregrín, Ururi y Remolinos. Ha obtenido el segundo puesto de poesía en los V Juegos Florales organizado por el Centro Cultural Aduni el 2005 y una mención honrosa en el concurso de poesía del Premio "Universidad Peruana Cayetano Heredia" el 2010. La mayoría de los poemas que participaron en este concurso han dado forma al presente libro, el cual sale a la luz gracias a la desaparición de muchos archivos y el miedo a que su autor los siga perdiendo de la memoria.
Ha publicado: "Génesis 2, 3" (Hipocampo Editores, 2014). A pesar del título, el poemario se aleja de estar influenciado por la Biblia, y más bien trata temas más mundanos con una capacidad y un sentido de lo real bastante destacables. Un poeta a tener en cuenta en futuras entregas.
génesis 2, 23 (poema a dos voces: con ana melva cruz cárdenas)
Y dijo Adán: “Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne
de mi carne: esta será llamada varona, porque del varón fue tomada”
– Por favor no pierdas
No pierdas la cordura
No pierdas
Las ganas de explorar el mundo
Las ganas de estar solo
Tú eres el viento
Tú eres la orilla
Tú eres el dios
El minotauro
El centauro
El hijo de tierra
– ¿Por qué atajar su aroma de neblina entre las uñas
Si yo solo quiero mirar la pared
Con una copa de vino
O volar cada día a plazas desiguales?
¿Por qué asir el mechón de su cabello
Si mi cintura de centauro
Me es de otro reino?
– Y mi tiempo no se acabará antes que el tuyo
Porque nada será lo mismo
Sin el peso de tu empeine
Yo te venero
Amigo del alma
Compañero de la noche
De cine de cortos
De teatro
De cinemas
– ¿Por qué su memoria me ocupa?
¿Por qué su cabello entre los labios al encender un cigarro?
¿De dónde resulta su deseo?
Si yo quiero un campo verde así sea falso
Verme partir en la mañana y regresar al caer el sol rojo
Caminar solitario sin botas
Morir solo sin tumba
– Tú y yo dos bufones
Mi querido dos caras
Dos mundos
Mis gatos azules
Migran en tu búsqueda
Tú eres el eterno
El ángel
El mago
La imagen de piedra
– Ella quiere mi carne mi libertad mis glándulas
Que sea de ella
De sus hijos
Cuando yo aspiro a ser corcho de un vino ya bebido
Pasaje
Entre calles
Garabato en el viento
– Cuántas veces grité tu nombre
Para que me consueles
Para que me toques la cabeza
Jurándome
Que amanecerá
Y me dejaste a solas
Con tus arañazos
Sin saber si aún estoy viva o tú estás muerto
– Me pidió que le recitara el Génesis (capítulo 2 versículo 23)
Se desnudó
Me obligó a necesitarla
Me cubrió todas las heridas e imposibles con su impaciencia
Pero la vida que yo ansío
Busca puertas entreabiertas almas condenadas
Pasadores sueltos
Ella se torna ineludible
Esperanzadora
Mas no quiero ser de sus ojos
Cada bisagra de mi brazo se resiste a su cuello
– Dónde estarás entonces
Debajo de la tierra o encima
Qué más da
Acabarás
Incapaz de ver que todo está muriendo lentamente
Regresa a mí
Tú mi arlequín
Devuélveme la malicia
Hace varios años, un sexto sentido me llevó a poner mucha atención a la poesía y a los escritos en prosa de Martín Horna. En sus primeros escritos que mostraba en San Marcos ya estaba el fuego de la creación. Con seguridad puedo decir ahora que no estaba equivocado en mi intuición. El curioso lector puede comprobarlo leyendo los límpidos versos que ahora nos ofrece, donde se alternan las imágenes límpidas, la serenidad, con observaciones precisas sobre la conducta de los seres humanos. En poesía no se recomienda hacer vaticinios, sin embargo algunas veces podemos permitirnos alguna excepción: Martín Horna empieza con paso seguro y llegará en la lírica muy lejos. Marco Martos
ARWEN: LA SEMIFUSA PRIMERA
Iris sin párpado ojo de estatua
vecina del agua
Como curva gótica del siglo XIII
riges sobre las cimas como un grito
Arwen es el maxilar de yesca
donde otros litofagos
como la larva o el sueño
bisecan las piedras en leños de mariposa
y las patas puntiagudas de libélula
erosionan los sépalos
Su cuerno único se viene bica abajo
-cual abeto-
y en su caída la acuarela multiplícase
cual muerte de narciso en espejos fragmentados
aun la noche devore las urbes
Arwen es el rincón postergado de las caracolas
donde se encierran –cual orejas-
la forma de las cornucopias
ENYEL: LA SEMIFUSA FINAL
Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga
Luis Eduardo Aute
A la hora del núho
tras los mustios cantares de ayataqui
se hace urgente un suelo agreste:
donde se ofrezca un sueño más
a tus sueños infinitos
y los pajarillo se vuelvan origamo
Bajo la sombra blanca de tu silencio
es necesario enyel
donde los pasos vagos se reúnen
y la luz se concretiza
ante los cazadores de brumas
Enyel es la ultima nota –flor de loto-
la tierra del olvido
Allende la arena –siendo el semen de los mares-
nunca duerme
UN ÁNGEL BAJO LA SOMBRA
I
Dices que eres un ángel
porque tienes las uñas moradas, la cara lavada y blanca
y el cigarrillo trémulo en los labios como temor de labio entre 2 gritos
Sí, entiendo
no son suficientes los lunares
que –seguramente- llevas en el pecho
Para ser lo que eres también cuentan las sombras en el vientre
tu cuerpo oculto bajo loba
y tu poca lágrima
en el crepitar anaranjado de la luna
Dices que eres un ángel
pues rayos de sol te deshacen la piel de Ícaro
Y solamente porque cuerdas de metal se cuecen en tus manos
Dices a tus alas que no son de ave
II
Pero hoy me has dicho que eres ángel
porque yo te lo permito
pues me sientes a tu lado en el camino
como un sauce marcial
cálido y agreste
tanto o más que el vientre turquesa de las comadrejas
más próximo a ti que conmigo
Sí, entiendo
para ser lo que eres también cuentan tus senos pequeños
aquellos como cachorros de gato o migas de pan
Mas no es necesario que reveles el estigma en la frente
ni que muestres los tobillos numerados
Para ser lo que eres
bastan las uñas moradas y el cigarrillo entre los dedos.
He abandonado mi cuerpo
Como el naufragio abandona las barcas
O como la memoria al bajar las mareas
E. A. WESTPHALEN
Q. E. P. D.
Aquí yace un hombre
a quien los aires le temían, a
quien la frente parecía caérsele de la
frente, a quien sus propias manos lo hicieron
muralla. Un hombre que oscilaba fácilmente entre edénico
y judásico. Y en ocasiones hurgaba por especias demasiado fuera de la casa. Su
nombre era mi padre. Y las hebras de sus cejas, que eran remos sobre el tiempo, conquistaron a mi madre. Ella me enseñó a amarlo, separando hábilmente a los mares del océano; y así aprendí a separar al mal que era mi padre de lo sagrado de las parábolas. Pero, finalmente, el tiempo se lo llevó consigo: sus remos se agotaron, la lengua se le hizo trapo y los aires lo hicieron parte de sus periplos en las playas. Entendí, entonces, que los aires lo esperaban: nunca le temieron.
POEMA ARITMÉTICO
Te quiero no 1 vez
sino 2 veces más que ayer
Te quiero en un 2 por 3
y en un beso… 16
Y hoy escribo porque quiero
no detenerme para querer
Te quiero con toda intención
de conjugar un mismo verbo en todo tiempo
Érase una vez, desde el principio,
de todas las maneras posibles
te quiero queriendo con querer
Y que fluya este cariño
como quien la cosa no quiere
aunque dentro esté muriendo
por quererte más que ayer