Violeta Medina,Òscar Pujol, Subhro Bandopadhyay, Subroto Sarkar.
Subroto Sarkar
Subroto Sarkar es un poeta fundamental en la literatura del idioma bengalí. Tiene un mundo absolutamente nuevo para la literatura bengalí que pasa por la fusión de la ciencia moderna y la creencia tradicional de India. Un mundo de la marginalidad que une la imaginación más profunda de su generación. Nació en 1956, en Calcuta. Ha recibido el Premio Shakti Chattopadhyay del gobierno de Bengala (1996)y el Premio Birendra Chattopadhyay (1998). Tiene nueve libros publicados de la poesía. En actualidad vive en Calcuta.
[Versión de Subhro Bandopadhyay y Susana Agustín]
Mi último deseo
Cuando mi alma extienda su brazo en el agua,
antes de salir de la tierra si quisiera tener algo, ¿qué pediría?
La carne cruda, la paja, la cola del pescado, el lunar o la sandalia védica
no sirven para nada a los fantasmas porque
el mundo al Otro lado sólo flota lleno de polvo y humo
sólo algunos suspiros de soledad
soplan lentamente sobre el vacío de esta noche de siempre,
¿tengo que ir más adelante?
Tagore practicaba espiritismo por su hijo pequeño Shomi que
estaba construyendo ahí un nuevo mundo. ¿Cómo será, hijo?
No responde el niño travieso.
La noche ha subido al lado de la herradura, la luz lunar y los vellos ásperos.
La vela se ha apagado recientemente, suena el motor,
empezó el viaje a través del humo fino y negro. Multitud de gotas de agua,
las letras flotan como burbujas, se han quedado flacas,
finísimas después del largo viaje,
tienen un cuerpo más pequeño que la semilla de la hierba, más pequeñas las tetas,
la voz tan baja como si sonara una cuerda de oro
Nacen seres feos
de las cosas rotas y abandonadas hace muchos días y
por la mañana se ve un cuervo débil que vuela lentamente.
Después del vuelo de la luz de la tarde por la chimenea de la fábrica de ladrillos caen pelos fríos y pálidos sobre mi escritorio.
En la última balda de tu estantería donde están los cadáveres
de los libros estropeados, un día me encontraras ahí, acostado
con el cuerpo duro y frío. Pero no te puedes deshacer de mí.
[Versión de Subhro Bandopadhyay y Susana Agustín]
Mi madre se llama Swift Tuttle
Mi madre ha venido a la tumba de una estrella muerta. En la tarde
la luz de la vela es una lágrima en sus ojos.
Está tocando la tumba de cemento con mucho cariño:
“mira Bubun, estoy aquí.”
El silencio y el soplo frío del cementerio tienen algo que ver
con el Otro lado, ¿el pétalo de la flor entiende las señales
cósmicas? El niño se incorpora.
Qué bella y pura la sonrisa en la boca sin dientes del bebé, ellos se están mirando sin barreras. Pero la distancia entre el hijo muerto y la madre viva es enorme
¡no se puede imaginar!
En el año 2126. Leo a Tagore bajo la tierra,
en la mano de los jóvenes la poesía se ha curvado como el arco iris, brillante, pacífica. Se ha perdido en el horizonte. La emoción de la felicidad pura puede palpar un cuerpo muerto.
El 14 de agosto es el día de mi muerte, creo que vendrá ella
con una flor y una vela en un vaso de bambú.
Cuando camine junto a los epitafios mudos
el césped tendrá un sentido asombroso, en la felicidad inefable,
mirará la línea fina entre la vida y la muerte.
Los científicos han dicho que el Swift Tuttle es un cometa que caerá
sobre la tierra ese día. Pero si cae, será un espectáculo
que en la historia del ser humano nunca se ha visto. Cuando
toque tierra con su cola, con la luz del sol,
todos enmudecerán.
Pero digo yo que ella en realidad limpiará el polvo de la tumba
con su trozo de sari (1). Se notarán los cambios sutiles,
después de muchos días, ustedes
verán como el dolor y la dulzura se aprecian en la vida.
[Versión de Subhro Bandopadhyay y Susana Agustín]
__________________________________
1 Sari: un vestido de mujeres típico de parte sur de Asia.
La amante del atardecer
No se puede devolver el amor después de la edad de treinta y siete. Yo, al menos, no pude. En su novela “Karu-basona” Jibanananda Das escribió que el Dios baja a nuestro corazón solamente cuando hay opulencia. Si el corazón no es como un cojín de terciopelo ¿Él no baja?
Pero ¿dónde puede Usted poner su pie en mi mente sucia? Las alcantarillas de barro al lado del callejón estrecho, los cuartos claustrofóbicos, el profundo olor bajo la oscuridad, incluso los animales viven más sanos fuera de allí. ¿Para qué viene?
Cuán racional es Usted, aún así camine con extremo cuidado, le digo una cosa: se han contado todas las raíces de una planta de mostaza y son trece millones. Miden 612 kilómetros. Crecen regularmente al escuchar música dulce. Pero entre el ruido y los gritos pierden poco a poco la vida, mueren.
No es el fin de la exclamación. El árbol distingue entre las hormigas pequeñas, entre las que vienen a beber miel de la flor, por eso la cubre, la dobla con mucho cariño. Pone tanto rocío en el brote que resulta imposible subir para cualquier hormiga. Florecen los pétalos. Ahora es una mujer intimidada para la copulación. Para atraer a los insectos libera fragancias. Hasta que termine la copulación el perfume sigue siendo más fuerte, y justo media hora después del acto deja de exhalar la fragancia porque ahora tiene otro oficio en que ocuparse.
Hoy, en esta tarde de la vida, me están llegando los recuerdos del poeta Goethe. Oscurece. El sonido de la nieve no cesa. El poeta, con el abrigo puesto, está esperando a alguien en el jardín. No vino. Él siente un dolor, un suspiro en su alrededor. Entonces, ¿ahora no viene el Dios? Mira con los ojos mojados hacia el camino que desaparece en la oscuridad, en la infinidad.
En mi pecho hoy también respiró un árbol. En esta luz herida de dolor de la tarde imagino su forma melancólica. Imagino el vacío sucio del interior. Donde mi Dios no pudo llegar. Sólo me quedé mirando hacia el camino. Este camino está deshabitado, sin nada, es de un hombre solitario, ha ido muy lejos hacia ningún lado, hacia el vacío.
[Traducido por Subhro Bandopadhyay y Violeta Medina]
Querido Jessore Road (2)
Si he hecho algo incorrecto, el idioma bengalí aguanta.
La voz zigzag del hombre solitario no quedará, el hierro
se ha vuelto un árbol dentro de mi ser
y lleva arena debajo de sus ojos.
Cualquier persona puede ser compleja, hasta pueden cambiar
las raíces de sus gustos por las turbulencias y las crisis,
esto no lo había imaginado antes de conocer a unos individuos.
¿Dónde está el agujero? veo sorprendentemente
cómo cae la fuente bella de la mentira en la vida.
Dentro hay agua fea, la cavidad, el resorte oxidado de la culpa,
sin embargo, no hay que odiar nada porque desde allí traigo la comida. La flor que justo ahora se abrió y come la luz desde la corte lunar, al menos, uno de sus pétalos
fue construido como un hombre fracasado desde la oscuridad.
Anoten en cualquier lengua.
Para proteger la belleza caerán flores de buteas sobre el
querido Jessore Road,
solo en agradecimiento
llamo a un planeta Debdaru Colony. (3)
Si un libro descompuesto por los insectos es un símbolo de la sexualidad
nadie puede escapar al animal vengativo que se llama televisor.
La gente brinda con alcohol hablando de mis pecados
puedo regalar un trozo de tierra sólo con una condición:
aguantaré el exilio con rostro duro si han
visto el dolor de un solo libro.
No pediré nunca que lean bajo la luz eléctrica
he dejado unos seres vivos en estas páginas en bengalí.
[Traducido por Subhro Bandopadhyay y Violeta Medina]
____________________________
2 Jessore Road es un camino muy importante de las fueras de norte de Calcuta que va a Jessore, ciudad actualmente en Bangladesh. Durante la guerra de 1971 quedaron millones de personas viviendo en ese camino. Vean September in Jessore Road, el famoso poema de Allen Ginsberg
3 Debdaru Colony es el nombre del primer libro de poemas del poeta. En bengalí colony tiene un significado después de la partición del país: donde viven los refugiados.
Nuestros familiares
Los pájaros al volver al nido en círculos, sienten
que duele mucho la mente inflamada, roja.
La vida cuánto más alta llegue a ser tiene que retornar después de chocar
con un duro pedazo de tiempo.
Con el ruido pajaresco del golpe del martillo las aves hacen infinitos diseños
sobre la pared del mundo. Creen que si cae el silencio
como pañuelo de seda se podría, al menos, ver un seno del mundo.
Los pájaros tienen una vida corta, pero su mente no,
lo que hacen ellos en comparación con los humanos
no se puede medir con ojos normales.
¿Qué hacen entonces?
Unos gritos profundos en la atrocidad del invierno
unos vuelos bajo la nube quemada, sólo eso…
Ellos no son capaces de enseñar un mundo de verdad, de lo ético, de lo moral
al ser humano, tampoco les entran las frases grandilocuentes.
Solamente el temblor, el cariño, justo antes del temor,
saben ver y por eso encuentran en
una fruta la alegría.
Nosotros también tenemos unos familiares así y por eso no sentimos nada
si calienta la arena, nos quedamos aunque tiemble el mundo,
el fuego aparece reprimiendo su poder.
y ¿qué hacemos? La tolerancia
es una religión. Pienso volar después de
pellizcar la carne de otro que el hambre
ha impedido que se desarrolle la belleza de mi cuerpo.
[Traducido por Subhro Bandopadhyay y Violeta Medina]